La tienda de muñecos
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La tienda de muñecos
La tienda de muñecos es un cuento que narra la historia de un viejo hombre que conserva una tienda de juguetes que heredó. El tiempo que ha pasado con ella es largo, pero a pesar de todo, y del hecho de que lo que contiene son "sólo muñecos", insiste en mantener en el lugar una especie de régimen jerárquico como si los juguetes y toda la tienda fuera una especie de reino. Un muchacho mucho más joven se encuentra viviendo en la tienda, y obviamente las reglas y el sistema del actual dueño no le parecen. ¿Pero por qué no? Pues, cuando se lee la historia, hasta nosotros mismos podemos pensar que es un poco ridículo que alguien sea demasiado estricto con unos pobres muñecos. Se supone que esas tiendas son lugares donde los juguetes son mostrados para ser vendidos, pero en esa tienda en particular, que el autor nos plasma en la obra, el dueño insiste en dejar los juguetes perfectamente ordenados, sin permitir que el muchacho más jovén, quien está con deseos de jugar con ellos, los toque.
La obra tenía que ser un cuento y pertenecer al género fantástico para que todo pudiese tener sentido, ya que en la fantasía nos encontramos con cosas que en la vida real no suceden. Pero el hecho más conocido y peculiar de esta obra titulada "La tienda de muñecos" no tiene que ver con que sea un cuento o que se trate de una historia netamente fantástica. El cuento obviamente es distinto a muchos que conocemos, y es que no podía ser de otra manera si su autoría pertenece a Julio Garmendia, un escritor que en su tiempo se consideró como extraño.
El mundo que crea este autor demuestra claramente lo que lo diferencia de muchas obras literarias. Garmendia nos regala una obra literaria muy corta en cuento a la extensión, esto aunado al hecho de que pertenece a la fantasía como ya se dijo, nos da una de las varias características que son propias de los cuentos.
Pero lo que merece una verdadera mención es que es una obra, que nos puede alegrar el día dado a los toques de humor que el autor ha insertado en ella. El argumento puede parecer infantil, pero es una gran manera de recordar momentos de nuestra niñez por el simple hecho de la historia que con sutileza nos regala Garmendia.
Pero "La tienda de muñecos" no podía ser menos que eso. Julio Garmendia nos demuestra que es un autor distinto a otros al poner un practica un termino conocido como "ambigüedad", gracias al cual hay ciertas situaciones que no son totalmente claras, y por tanto el lector no puede distinguir completamente si son ciertas o falsas. En el caso del cuento, por ejemplo, el autor menciona una tienda de muñecos, pero no detalla donde se encuentra ubicada, por lo que puede ser cualquiera y no podemos concluir su veracidad.
También podemos encontrar otras riquezas en esta obra, por un lado la ironía está presente en algunos fragmentos como "confundo los abogados con las pelotas de goma, que en realidad están muy por encima". Para poder entender claramente cual es la ironía, hay que tener en cuenta y recordar que el dueño de la tienda, quien es el padrino del muchacho, instituyo un régimen donde ordena a sus juguetes con una jerarquía ficticia. Teniéndolo en cuenta podemos inferir que cuando el autor explica que los abogados están por encima de las pelotas de gomas, nos está explicando que están en un rango superior. ¿Pero por qué las confunde si no se parecen en nada? Es aquí donde está la ironía. Las pelotas son juguetes que podemos apretarlas y manipularas con las manos, pero ¿qué hay de los abogados? Cuando Garmendia expresa sin problemas que los confunde, está haciendo referencia a una situación de hoy en día: el hecho de que tal vez, algunos abogados pueden ser manipulados como una pelota. ¿Es eso cierto? Es aquí cuando el lector reflexiona y da su propia opinión al respecto.
Y así como encontramos esta ironía, nos podemos encontrar con algunas otros recursos a lo largo de la obra. Pero otro detalle que resulta importante recalcar, es la insistencia del autor de retratar una tienda donde un hombre, el dueño se empeña de en mantener un régimen jerárquico. Dicho régimen como ya se ha dicho, ubica juguetes más importantes como "abogados" en la cima y a otras como las "pelotas de goma" más abajo. Este factor lo que hace es referencia a una situación social. Garmendia hace una crítica con su cuento, al expresar a su manera como ese una sociedad errada: aquella que considera a unos más importantes que otros, y que pone a los reyes por encima de la gente común. Esta crítica, incluyendo el abundante humor que contiene la obra y aunado a la ambiguedad es lo que vuelve a caracterizar a Garmendía como un autor distinto.
Pero, aún tratándose de un autor distinto, la obra de Garmendia puede estudiarse como si fuera otra. En el caso de "La tienda de muñecos" se toma muy en cuenta el punto de vista del autor, y es ubicado en tercera persona. El relato es contado por el muchacho, lo que da la facilidad de conocer más a fondo lo que el siente con respecto a la situación de su padrino y como trata los juguetes. Los personajes son obviamente el muchacho, su padrino, los juguetes y no hay que dejar atrás a Heriberto, un ayudante en la tienda que es descrito como afeminado y despreciado por el propio padrino. El cuento no es más que un retrato de una historia que se puede comparar con la injusta sociedad y al mismo tiempo con una frágil felicidad que desaparece cuando los juguetes, lejos de cumplir su propósito, son confinados a estar firmes, sin dejar que nadie los toque... Como le pasó al ahijado del padrino.
El muchacho obviamente no está de cuerdo, y a pesar de que su abuelo también hacía lo mismo, él se limitada a pensar en hacerlo. Pero cuando su padrino fallece en medio de una enfermedad, y tras una ceremonia hecha por sus
curas de juguete, el joven no puede hacer más que abstenerse de soltar una lágrima y acomodar todos los juguetes de nuevo en sitio comenzando otra vez, a pesar de que al principio no estaba de acuerdo, un reino con un régimen jerárquico que seguramente continuaría de generación en generación...
Esta historia trata sobre la vida de un heredero de una vieja tienda de muñecos que tomaría aquella responsabilidad al ser un hombre ya maduro, Su abuelo nunca lo dejo jugar con los muñecos desde pequeño lo acostumbró a que los viera con seriedad al morir el abuelo pasar a manos de su padrino que tampoco lo dejo jugar con aquellos muñecos localizados en un estante clasificados en un orden riguroso, solía decirle refiriéndose a ellos que les debía la vida y el heredero sin todavía entender las causas el porqué darle una gran importancia a aquellos simples juguetes.
Al
transcurrir los años y convertirse en un hombre ya maduro y el padrino
obtener la apariencia q tenía su abuelo la etapa de la vejes habitando aun la trastienda donde apenas con mucha dificultad podían moverse entre los muñecos. Un día su padrino se sintió mal con tan solo penas pocas horas de vida tomándolas dándoles recomendaciones sobre ella haciendo una pausa ya con su vista nublada paseaba x la trastienda su mirada ya próxima a extinguirse, dándole una buena causa lo q iba hacer con los muñecos vendiéndolos a un 10% de descuento dándole un diezmo a los curas y religiosas una parte.
Tomando con mucha tristeza la muerte de su padrino y aun más desconsolado Heriberto que desde hace un tiempo atrás servía en el negocio de la tienda q a pesar de no ser muy listo y tuviera
costumbres frívolas y afeminadas
dio mayores muestras de dolor que el heredero.
Finalmente pudo entender aquel gran sentimiento q tenía el abuelo y el padrino que a esa gran tiendo donde el nació y creció, no solo eran ordinarios estantes con simples juguetes ya a sus ojos la tienda poseía el encanto de los recuerdos de la familia.
Tema. Es un tema donde el personaje principal tiene mucha nostalgia hacia su propio pasado por la muerte de su abuelo y a lo largo de los años también la del
padrino que quizás le guardaba algo de rencor, por no dejarlo jugar tampoco con aquellos adorables muñecos que su niñez contemplaba en silencio, el régimen que siempre tenía el padrino con los muñecos manteniéndolo en aquel estante ordenados e impecables, mucho menos podía entender el porqué le debían la vida pero aun así amaba entrañablemente a ambos.
Contenido afectivo. Esta historia posee un gran contenido afectivo ya que hay un lazo familiar.
Los recursos expresivos y contenidos sensoriales extraídos de la historia
Cinética: apenas si sabían levantar con mucha gracia la punta del pie elegantemente calzado.
señalándole con el dedo el sacerdote, el feo doctor, las blancas enfermeras, muñecos en desorden junto a lecho, le hice señas de que los pusiera otra vez en sus puestos
Auditiva: no podía escuchar sin pena los últimos acentos del dueño de la Tienda de Muñecos.
¡Estamos solos! ¡Estamos solos! —gritó.
visual: vi pasear por la tienda y la trastienda su mirada ya próxima a extinguirse.
Pero se limitó a mostrarme una gran caja que había en un rincón.
Hipérbole: Heriberto no tenía más sesos que los muñecos.
Relación del título con el contenido.
La relación que está entre el titulo y el
contenido es q toda la historia se desarrolla dentro de una tienda de muñecos.
Contenido conceptual. Esta historia nos hizo viajar para ver las cosas desde otro punto de vista que a pesar de los problemas que se puede enfrentar se pueden seguir adelante en el caso del heredero acepto esa gran responsabilidad tal vez para seguir honrando
sus antepasados pero más que eso la acepto por
gusto y al sentir esa gran satisfacción que a sus ojos posee esa tienda el encanto de los recuerdos de familiares.
El relato reflejo unos de los muchos valores fundamentales como: Amor Respeto Responsabilidad Dignidad Lealtad Honestidad Valor humano Amistad
Los personajes
principales y segundarios.
El abuelo, el padrino, Heriberto (estos son los personajes segundarios) El personaje principal no nunca fue nombrado en la historia.
Describe fisca y psicológicamente cada personaje. El heredero; un niño que crece a medida de los años como todo ser humano, de complejidades psicológicas porque siempre fue reprimido al no dejarlo jugar con los muñecos de la tienda de su abuelo. El abuelo: un señor mayor de carácter fuerte y muy minucioso en sus cosas. El Padrino: un señor no tan mayor que a pesar de ser estricto quería mucho al sobrino. Heriberto: un personaje no muy listo poseía características
muy frívolas, y
afeminadas.
La perspectiva narrativa.
La historia se basa en primera persona porque el
heredero cuenta su propia historia de tal manera como lo vio el.
Descripción del ambiente. El ambiente donde pasaron todo los hechos fue en una tienda y la tras tienda de una juguetería.
Diálogos
— ¡Les debemos la vida! —Se me nublan los ojos —me dijo— y confundo los abogados con las pelotas de goma, que en realidad están muy por encima.
—Me flaquean las piernas —continuó, tomándome afectuosamente la mano — y no puedo ya recorrer sin fatiga la corta distancia que te separa de los bandidos. Por estos síntomas conozco que voy a morir, no me prometo muchas horas de vida y desde ahora heredas la Tienda de Muñecos.
— A estos guerreros les debemos largas horas de paz. Nos han dado buenas utilidades. Vender ejércitos es un negocio pingüe
—Encierra precisamente cantidad de sabios, profesores, doctores y otras eminencias de cartón y profundidades de serrín que ahí se han quedado sin venta y permanecen en la oscuridad que les conviene. No cifres, pues, mayores esperanzas en la utilidad de tal renglón. En cambio, son deseables las muñecas de porcelana, que se colocan siempre con provecho; también las de pasta y celuloide suelen ser solicitadas, y hasta las de trapo encuentran salida. Y entre los animales —no lo olvides —, en especial te recomiendo a los asnos y los osos, que en todo tiempo fueron sostenes de nuestra casa. Después de estas palabras mi padrino se sintió peor todavía y me hizo traer a toda prisa un sacerdote y dos religiosas. Alargando el brazo, los tomé en el estante vecino al lecho.
—Hace ya tiempo — dijo, palpándolos con suavidad, hace ya tiempo que conservo aquí estos muñecos, que difícilmente se venden. Puedes ofrecerlos con el diez por ciento de descuento, lo equivaldrá a los diezmos en lo tocante a los curas. En cuanto a las religiosas, hazte el cargo que es una que les das
—Heriberto —dijo, dirigiéndose a éste —: no tengo más que repetirte lo que tantas veces antes ya te he dicho: que no atiples la voz ni manosees los muñecos. ¡Estamos solos! ¡Estamos solos! —gritó.
Tiempo de la historia. El tiempo de la historia es lineal: y es lineal porque ocurre consecutivamente.
El realismo mágico en la historia. el imponía la autoridad y el respeto supersticioso al orden y las costumbres establecidas desde antaño en la tienda.
Heriberto no tenia más sesos que los muñecos en cuyo constante comercia había concluido poa adquirir costumbres frívolas y afeminadas
—Se me nublan los ojos —me dijo— y confundo los abogados las pelotas de goma, que en realidad están muy x encima.
a estos guerreros le debemos largas horas de paz.
Conclusión. Julio Garmendia es, sin duda, uno de los grandes escritores venezolanos y el primero de los modernistas en nuestra nación. La tienda de muñecos, cuento que hoy publicamos, es una excelente muestra de la calidad de este escritor y de lo que fue su obra.
La tienda de muñecos muestra un mundo dentro de ese comercio, que se convierte en réplica simbólica del nuestro, o por lo menos de muchas dinámicas de nuestra sociedad a través de la historia. Esos muñecos ejemplifican la estructura de una sociedad y las visiones, dentro de ésta, de cada uno de sus componentes, de cada uno de sus miembros, con los prejuicios, con el clasismo, y con la preponderancia de lo militar que ha sido tan común en Latinoamérica.
Este cuento es el reflejo de una realidad pasmosa, donde las ciencias, el valor del humano, quedan en segundo plano, bajo el dominio militar y las posturas estrictas, dictatoriales, alejadas de las bases, de las masas; esto tanto en la tienda como en el mundo real, que es reflejado a través de las líneas.
Este cuento es el reflejo de una realidad pasmosa, donde las ciencias, el valor del humano, quedan en segundo plano, bajo el dominio militar y las posturas estrictas, dictaroriales, alejadas de las bases, de las masas; esto tanto en la tienda como en el mundo real, que es reflejado a través de las líneas.
Algo de este cuento, algo de la obra de Julio Garmendia, me hace recordar un poco a Kafka. Esa crítica social, esa forma de mostrar con ingenio la crudeza del mundo en el que vivimos, bajo el toque, por momentos en la obra, de la fantasía, y el modernismo que ambos exploraron, dan forma a esa semejanza que expresé (guardando siempre las diferencias) y que, criticable o no esa comparación, deja ver la talla del escritor venezolano. Escritor que sin duda merece su lugar dentro de los más grandes hombres de las letras en nuestro continente, con esa obra breve, sencilla, pero llena de una profunda calidad. Julio es, sin duda, otra de las islas de oro de nuestra literatura venezolana; isla: por sus nexos lejanos dentro de nuestra literatura nacional; de oro: por lo valiosa que es su narrativa.
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