La senda del éxito El camino que debes transitar para ser feliz, conquistar tus temores y atraer la riqueza
Juan Antonio Guerrero Cañongo
La senda del éxito El camino que debes transitar para ser feliz, conquistar tus temores y atraer la riqueza
© Juan Antonio Guerrero Cañongo © JORGE A. MESTAS EDICIONES, S.L. Avda. de Guadalix, 103 28120 Algete (Madrid) Tel. 91 886 43 80 Fax: 91 886 47 19 E-mail:
[email protected] www.mestasediciones.com http://www.facebook.com/MestasEdiciones http://www.twitter.com/#!/MestasEdiciones
Director de colección: Raül Pere
Ilustraciones: Rafael Navarro García
Primera edición: Marzo, 2013
ISBN: 978-84-92892-04-4 Depósito legal: Printed in Spain - Impreso en España
Reservados todos los derechos. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Repográficos - www.cedro.org), si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra Foto de portada bajo licencia de Shutterstock.
Si no tienes ambiciones terminarás trabajando para alguien que sí las tiene. Juan Antonio Guerrero Cañongo
“¡TÚ NUNCA LOGRARÁS NADA!”: LAS PALABRAS QUE ME OBLIGARON A CAMINAR HACIA EL ÉXITO
La luna llena iluminaba la calle donde caminaba, mis pasos correspondían a un mero impulso más que a un deseo de movimiento. Me desplazaba sin rumbo, tratando de acallar esa voz que constantemente interrumpía todo sonido externo, esas palabras tan hirientes que había escuchado de mi profesor de matemáticas, al cual admiraba. Aunque trataba de recordar aquello que Jessica me dijo antes de salir de su casa, no podía. Ella, al igual que mis compañeros, presenció todo, ellos se rieron a carcajadas, yo sólo agaché la cabeza, tratando de no dejar caer las lágrimas que contenía en una mezcla de tristeza y rabia. Ahora todos mis pensamientos se centraban en esa frase que estaba taladrando mi mente: “tú nunca lograrás nada”, cuatro palabras emitidas por un supuesto profesional de la educación. Yo creí erróneamente que estaba ahí para apoyarme, tal vez porque inconscientemente buscaba suplir a esa figura paterna que tanta falta me hizo en mi infancia, pero no fue así, él, al igual que muchos, no creía en mi. Sin darme cuenta llegué a un parque, ahí un vagabundo dormía acurrucado en un banco, lo observé, me pregunté si ese sería mi destino y mis lágrimas comenzaron a caer. Era ya muy de noche cuando crucé la puerta de mi casa, aunque procuré no hacer ruido, mi madre salió de su cuarto y se dirigió hacia donde estaba, bajé mi cabeza esperando su amonestación. 9
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Pasaron algunos segundos, que me parecieron una eternidad, levanté la vista y me di cuenta de su semblante, expresaba tristeza, casi a punto de llorar, balbuceo: “tú eres especial, siempre lo he sabido”. Se dio la media vuelta y me dejó solo. Rompí en llanto, ¿no se suponía que yo debía consolarla a ella? ¡Yo era el hombre de la casa! Después de que mi padre se separara de ella, sólo yo estaba ahí acompañándola, fueron años difíciles que aún no se terminaban. El sueño me venció mientras las lágrimas seguían mojando mi cara. Ese día parecía que todo había terminado para mí. Desperté más temprano que de costumbre, aunque tenía el tiempo suficiente, no me preparé para acudir a la escuela, quería quedarme en mi casa, reflexionar sobre lo sucedido el día anterior, ahora eran dos frases las que se repetían constantemente en mi mente: “Tú nunca lograrás nada” y “tú eres especial, siempre lo he sabido”. ¿Especial? ¿Se referiría a que soy diferente? Desde niño solía preguntar por todo, no me gustaba quedarme con alguna duda, eso irritaba a muchos, que sólo atinaban a decir “deja de molestar”, entonces me sentía solo, diferente de los demás niños, aquellos que nunca cuestionaban nada y se conformaban con poco. ¿Especial? Era una palabra común pero que podía encerrar muchos significados. Encendí mi ordenador y busqué en Internet “tú eres especial”, entre las miles de páginas que se desplegaron ante mí, encontré una frase que me hizo reflexionar: “nadie es igual a ti”. ¿Yo nunca lograría nada? Comencé a cuestionarme esa sentencia, si era diferente a todos, debería lograr algo especial e incomparable. Como había decidido no ir al colegio seguí pensando en ello. Después de algunas horas de navegar en la red y encontrar decenas de páginas que hablaban sobre el éxito, decidí algo: a partir 10
LA SENDA DEL ÉXITO
de ese día investigaría todos los secretos para alcanzar el éxito en todo lo que me propusiera. No importaba mi edad, ni mi historia previa, ni siquiera esas palabras que me hirieron tanto. Ese día me prometí dedicar todo mi tiempo y esfuerzo para aprender sobre el éxito. Si alguien lo había logrado, yo debería disfrutarlo también. Si aprendía cómo tener éxito, podría enseñarle a otros cómo lograr lo que desearan y ¡nunca dejarse abatir por una persona o una frase! Busqué una libreta en mi cuarto, arranqué la portada y el reverso de esta, escribí con letras grandes en la primera página “La senda del éxito: el camino que debes transitar para ser feliz, conquistar tus temores y atraer la riqueza”. “La senda del éxito” debía comenzar a escribirse de inmediato.
11
LA DETERMINACIÓN ES EL PRIMER INGREDIENTE DEL ÉXITO Cuando bajé a desayunar mi madre ya tenía preparado todo. Yo le sonreí agradeciéndole esa acción. Mientras comía mi deliciosa papaya en rebanadas (¡mi madre sabía que me encantaba!), ella me dijo dulcemente: - “¿Sabes qué me agrada de ti?” Debí sonrojarme porque ella se sonrío tímidamente mientras seguía hablando sin verme a los ojos. - “Siempre has sido un necio”, dijo añadiendo: “eso te ayudará sólo si enfocas esa energía desbordante que tienes como joven”. Sonreí y le agradecí de nuevo su desayuno tan delicioso. Salí de casa dispuesto a aprender todo. Caminé hacia la parada de mi transporte público, esperé mientras observaba a mi alrededor, mi vecino pasó caminando junto a mí con su perro, nunca lo había visto paseándolo, es más, nunca me percaté que tenía un perro tan hermoso. Subí al vehículo. Iban muchas personas sin mirarse unas a otras, los adultos tenían una mirada perdida, había una mujer que iba maquillándose a un lado de un hombre que dormía profundamente, un niño me observaba atentamente y una religiosa leía, aunque compartíamos un lugar en común, todos éramos desconocidos. 13
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Subió una pareja con un niño, al parecer lo llevaban a la escuela desde temprano, la mujer le gritaba al niño mientras éste veía hacia otro lado, como si no la escuchara, el padre intentaba calmar a la madre, pero no tenía resultado. Nunca me había dado cuenta que el transporte público parecía el escenario de un teatro, había muchos actores, cada uno con una historia que contar, con conductas que los hacían diferentes e interesantes. Entonces llegó un pensamiento muy poderoso a mi mente: si ese pequeño espacio albergaba tanta información, el mundo debía contener millones de maneras de triunfar. Jessica me esperaba al bajar, me sorprendió verla ahí, siempre nos encontrábamos en la escuela, nunca en la parada de mi transporte. Corrió a darme un abrazo cálido, diferente de los anteriores, eso me reconfortó aún más. Caminamos conversando hacia la escuela, le compartí mi intención de investigar sobre cómo conseguir el éxito, ella sonrió con aprobación. Al llegar a la puerta del colegio, me dijo: “sabes que puedes contar conmigo”. Jessica era mi novia, hacía un par de meses que me había animado a proponerle que lo fuera. Era hermosa, sus ojos café claro hacían resplandecer su rostro, el cual siempre tenía un gesto triste. Su historia también lo era, vivía con sus abuelos, sus padres habían muerto en un accidente automovilístico hacía varios años. Ella no tenía hermanos. Desde que la conocí me gustó mucho. Ella era diferente de mis otras compañeras de escuela, era callada, y eso lo valoraba mucho, la vida es muy estridente a veces, por eso prefiero el silencio, aunque no el aburrimiento. Jessica tenía siempre algo que contar, al igual que yo, leía mucho, eso la hacía mucho más interesante. Conversar con ella era como escuchar a muchos escritores impartiendo una charla acerca de sus ideas más locas. 14
LA SENDA DEL ÉXITO
Jessica irrumpió mis pensamientos moviendo sus manos frente a mi cara, yo había perdido la noción del tiempo pensando en ella. - “¿Qué harás después de salir del colegio?”, me preguntó. - “Iré a la biblioteca de la ciudad”, respondí añadiendo: “ya no nos acercamos a las bibliotecas”. Ella sonrío. Me dio un beso en la mejilla y se alejó tarareando una melodía que yo desconocía. La mañana pasó rápidamente, mi última clase era literatura, una de mis favoritas, la profesora era una erudita, a veces me preguntaba qué hacía en la escuela, ella parecía no necesitar estar allí, su ropa era diferente, tenía dominio de varios idiomas y siempre estaba sonriente. La mayoría de profesores parecían estar enojados todo el tiempo y acudían a impartir clase con el mismo traje gris oscuro, como si fueran a un velorio. Sofía, mi profesora, siempre nos animaba a aprender de todo un poco, ella siempre tenía un tema de conversación, aunque no desperdiciaba el tiempo, procuraba estimularnos a seguir aprendiendo, viajar y preguntar. Por eso creía que ella podría darme una guía de cómo comenzar mi viaje de descubrimiento. Esperé a que terminara su clase, cuando se fueron todos mis compañeros, me acerqué a ella, que me recibió con una linda sonrisa. - “¿Alguna duda?”, preguntó. - “Varias”, respondí sonriendo, “si usted tuviera mi edad y quisiera aprender sobre cómo tener éxito, ¿cuál sería su primer paso?” En su cara se dibujó una pícara sonrisa al tiempo que me preguntaba: “¿Va en serio tu relación con Jessica?” 15
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Es fácil saber que estoy enamorado de Jessica, pero estas dudas corresponden a una empresa personal”, dije sonriendo, “quiero saber cómo ser exitoso, ya sabe, tener el mundo a mis pies”. - “Bueno, si tuviera tu edad, comenzaría investigando a los grandes personajes de la historia, aquellos que se empecinaron por alcanzar el éxito. Abraham Lincoln es una buena opción para comenzar”. - “¿Abraham Lincoln?”, le cuestioné tímidamente. - “Él no sólo fue uno de los mejores presidentes de Estados Unidos, su vida estaba marcada por la tragedia, pero la supo hacer a un lado para alcanzar aquello que deseaba. Analizar su vida será un estupendo comienzo”. Quedé un par de minutos sin decir nada, tratando de recordar aquello que había escuchado de Lincoln. - “Ve a la biblioteca antes de que la cierren por falta de usuarios” dijo en tono festivo mientras recogía sus libros de la mesa que ocupaban los profesores. Le agradecí por ese dato. Ella me dijo que podía contar con su apoyo cuando lo deseara. ¡Ya tenía a varias personas de mi lado en mi incipiente cruzada! Debí haber salido con una gran sonrisa, puesto que Tomás, mi mejor amigo, me preguntó que era tan cómico. - “Hablar con la maestra Sofía es revitalizante”, dije. - “Ella es muy alegre y siempre tiene algo que decir”, afirmó suspirando. Conversamos un poco sobre mi nuevo proyecto y mi determinación para triunfar. A él le agradó y me dio una palmada en la espalda mientras decía: “lo vas a lograr”. 16
LA SENDA DEL ÉXITO
Me despedí de él prometiéndole hablarle por la noche. Fui a la biblioteca de la ciudad, a investigar sobre Abraham Lincoln, tal y como me había dicho Sofía, lo que encontré me dejó pensando mucho: Lincoln fue presidente de los Estados Unidos, pero lo logró después de 28 años de intentar figurar en la política. Para muchos, él experimentó un fracaso tras otro, pero no fue así, eso demostró su determinación para triunfar, aunque no lo lograra de inmediato. Gracias a ello, este personaje pasó a la historia como uno de los más grandes presidentes de los Estados Unidos de América. Abraham Lincoln sufrió innumerables fracasos, pero él nunca fue un fracasado pues no se dio por vencido, por eso debía emularlo, tener esa necedad para lograr lo que me propusiera. Inclusive este personaje había dicho algo que comprobaba mi hipótesis: “Recuerda siempre que tu propia resolución de triunfar es más importante que cualquier otra cosa”, él se consideraba un necio, tenía propuesto triunfar y lo hizo, como muchos líderes en el mundo. Esa necedad debía hacerla mía. Esa determinación para nunca darse por vencido es la que muchos llaman necedad y es de la que carecían muchos de mis compañeros y amigos, ese debía ser mi objetivo. Anoté en mi libreta la palabra necedad, ese era un requisito para el éxito de cualquier persona. Reflexioné en el camino a casa sobre esta nueva palabra. Desafortunadamente nos van quitando esa característica mientras vamos creciendo, un niño se empecina en obtener un juguete, pero los padres van minando ese deseo con tanto regaño, ¡si nos dejaran ser necios probablemente tendríamos éxito! Por supuesto, Lincoln no era el único necio de la historia, yo había escuchado un poco de la vida de Ray Kroc, el millonario que llevo a McDonald´s a ser el imperio en comida rápida en todo el mundo, Kroc era vendedor y se empeñó en ser el mejor en su 17
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
ramo, dedicaba muchas horas a aprender y a llevarlo a la práctica, incluso no dormía adecuadamente, tal como afirmaba: “Creo que no dormía más de seis horas promedio por noche, a veces dormía cuatro o menos”, había escuchado de muchas personas que lo hacían, ¡aunque quisieran dormir muchas horas no podían! Era más fuerte su deseo de triunfar que su descanso. El mismo Kroc dijo alguna vez: “Detestaba estar inactivo, aunque fuera un minuto. Estaba decidido a vivir confortablemente y pudimos permitírnoslo gracias a los ingresos que me procuraban mis dos empleos”. ¡Esa determinación y necedad debían ser mías! Estaba comenzando y ya me sentía con mucha energía para lograr aquello que deseara, lo iba a lograr, ¡tenía que ser grande! ¡Debía tener éxito! Tal como Kroc diría: “Estaba convencido de que si uno piensa en pequeño, sigue siendo pequeño, ¡y yo no tenía la intención de serlo!” ¡Yo tampoco quería ser pequeño!
18
TENER UN PLAN ES UN REQUISITO PARA EL ÉXITO Llegué a mi casa feliz y tal como había prometido a Tomás, le llamé por teléfono. Pronto estaba repitiéndole todo lo aprendido. Con esto me di cuenta que si conversamos con otro lo asimilado, tendremos más ideas. Tomás también estaba entusiasmado, me dijo que recordaba una conferencia donde fue como asistente. El ponente les había dicho que deberían trazarse un plan para alcanzar sus sueños, ese era uno de los requisitos para alcanzar lo que desearan. “Por supuesto, ¡debo tener un plan!”, grité dentro de mí. Muchos de los libros que había leído afirmaban que los grandes personajes de la historia habían tenido uno, por ejemplo Alejandro Magno conquistó grandes territorios dedicando largas horas a pensar qué debía hacer, estudiaba la condición geográfica del lugar, sus tropas, los habitantes y sus costumbres, esos datos le permitían preparar un ataque certero. Aristóteles, su maestro, le influyó mucho, puesto que le enseñó a pensar, es decir, a utilizar las ideas y la lógica para encontrar soluciones a sus problemas, antes de actuar por impulso. Todos los personajes famosos habían dedicado muchas horas a pensar, eso los había preparado para conducirse adecuadamente. En cambio aquellos que fracasan sólo actúan, sin pensar previamente sobre las consecuencias inminentes de su proceder. 19
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Definitivamente tener un plan es requisito imprescindible para triunfar, por eso debía tener uno, ya que deseaba ser exitoso, pero no sabía cómo lograrlo. Entonces tomé mi libreta y anoté todas las ideas que me llegaban a la mente, esas que contestaban una simple pregunta: ¿Cómo tener éxito? Después de mucho escribir y borrar algunas ideas, ya tenía apuntadas algunas opciones: • • • • •
Leer diversos textos sobre el éxito, la riqueza y la felicidad. Leer sobre la vida de personas con éxito. Investigar sobre la riqueza, el éxito y la felicidad en Internet. Escuchar conferencias de triunfadores. Entrevistar personas de éxito.
El resto del día pensé en mis opciones, sabía que eran necesarias y tenía que fijármelas como obligaciones, es decir, debía dedicar algún tiempo a diario para cumplirlas. Conocí a muchas personas que deseaban ser ricas, pero nunca habían hecho algo para lograrlo, otros, en cambio, por lo menos compraban billetes de lotería con la esperanza de ganarse el premio mayor. Aunque es una opción no muy recomendable, al menos hacían algo. Pero millones de personas sólo confían en que algo mágico sucederá, y es absurdo desear tener buena suerte sin trabajar para tenerla. Hace poco investigué sobre la suerte, todas las lecturas y las personas que opinaban coincidían en que podemos crearla. Como tal no existe, es necesario que nosotros hagamos algo para tenerla. A este respecto el escritor y economista canadiense Stephen Butler Leacock dijo atinadamente: “Creo muchísimo en la suerte y descubro que cuanto más trabajo, más suerte tengo”. Conozco a muchos que desean encarecidamente tener suerte, como si ésta fuera una cualidad con la que nacen algunas perso20
LA SENDA DEL ÉXITO
nas, no se dan cuenta que todos podemos tenerla, pero necesitamos dedicarle tiempo y empeño a las tareas que nos la traerán. El escritor, político y economista francés Marie Roch Louis Reybaud lo enunció de esta forma: “De todos los medios que conducen a la suerte, los más seguros son la perseverancia y el trabajo”. Ya tenía claro que debía perseverar, por eso tenía que seguir mi plan recientemente trazado, él me ayudaría a obtener lo que deseaba. El primer paso estaba dado, ahora era necesario seguirlo. Entonces vino a mi mente una cita que encontré de un autor muy conocido, pero que no había leído, Napoleón Hill: “Primero viene el pensamiento, luego viene la organización de ese pensamiento en ideas y planes, luego la transformación de esos planes en realidad. El comienzo, tal como puedes ver está en tu imaginación.” Si él pensaba de esa forma, debía leer sus obras, eso formaba parte de mis opciones para el éxito. Seguí investigando sobre los planes y hábitos para el éxito, me llamó la atención una serie de preguntas que hacía un escritor: ¿Quieres tener dinero? Perfecto, es un buen objetivo, ahora pregúntate qué has hecho para tenerlo. ¿Te has levantado temprano todos los días para aprovechar el día? ¿Has asistido a conferencias o cursos estos últimos meses? ¿Has leído algún libro que te dé las pautas para obtener el éxito y la riqueza? ¿Le has agradecido a la vida por tantas enseñanzas que te ha dado? ¿Has preguntado a los prósperos cómo obtuvieron su riqueza? ¿Has ejercitado tu cerebro para que te ayude a tener riquezas? Entonces comprendí que debía encauzar todas mis acciones hacia la adquisición del éxito y comprometerme a alcanzarlo. Para eso 21
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
debería dedicar al menos un par de horas al día para lograrlo, debía leer, investigar y entrevistarme con personas exitosas.
Si cada día que pasa no puedes alcanzar tus sueños, cambia la forma en que haces las cosas, pero no cambies tus sueños.
22
PERSIGUE TUS SUEÑOS Y NO PERMITAS QUE OTROS TE HAGAN DUDAR
Algunos días pasaron, gracias al plan que me había propuesto mi felicidad aumentaba, no veía todo tan gris y me sentía con nuevos bríos para seguir adelante. Recordé a un profesor que me había impartido una clase unos años atrás. Él siempre nos mencionaba que debíamos luchar por lo que deseáramos, sin importar los obstáculos que encontráramos en el camino. Yo no lo había vuelto a ver y deseaba aprender más de esa filosofía, por lo que fui a mi vieja escuela para saber si aún colaboraba en ella. Una de mis antiguas profesoras me encontró en el pasillo, después de intercambiar los saludos acostumbrados y preguntarnos cómo nos trataba la vida, le cuestioné sobre Marcos, el profesor. “Dejó la escuela hace un par de años”, dijo mientras hacía un gesto de desprecio, “afirmaba que este lugar no era para él”. Le solicité su teléfono o cualquier otro dato que pudiera servirme para encontrarlo. Ella me prometió enviármelo por correo electrónico esa noche, y así lo hizo. Pronto estaba en comunicación con Marcos, quien amablemente me otorgó una cita en su oficina, que por cierto, estaba en su casa. Conversamos de todo el tiempo que había pasado, de lo vivido y de la escuela donde había trabajado. 23
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “El director de la escuela siempre me apoyó en todo, estoy agradecido por eso”, dijo. - “¿Por qué dejó la escuela?”, le pregunté. - “Por perseguir mi sueño”, afirmó ufano, “tenía que tener todo el tiempo del mundo para echar a andar mi proyecto de vida y dando cátedra no podría haberlo logrado”. Me confió que hacía años que deseaba ser escritor, pero su trabajo no le permitía dedicarse a ello, así que optó por renunciar a él, para dedicarse por completo a esa tarea. - “¿Fue sencillo dejar el trabajo?”, le cuestioné. - “Claro que no”, dijo, “muchos miedos me acompañaron, constantemente me preguntaba si estaba haciendo lo correcto. También lo hacía mi esposa, quien era la más preocupada de que hubiera tomado esa decisión. Mis padres también me encararon, me dijeron que lo pensara bien, ya que tenía un empleo seguro, donde me daban seguridad social para mi familia, pero hice oídos sordos y continúe con lo planeado”. Afirmó que fueron muchas personas las que se rieron de sus sueños, pero él continúo escribiendo su primera obra, los meses pasaron y el dinero que había ahorrado se estaba terminando. Su mujer, aunque a disgusto, lo apoyaba en esa “idea loca”, como solían llamarla todos aquellos que conocían su nueva ocupación. El libro se terminó de escribir y comenzó a buscar alguien que se lo publicara. - “Fue difícil encontrar una editorial que se interesara”, me confió, “muchas ni siquiera me contestaban los correos electrónicos que les enviaba, unas cuantas me decían que no era lo que buscaban”. - “¿Qué hizo entonces?”, pregunté. 24
LA SENDA DEL ÉXITO
- “Algo audaz”, dijo, “comencé a contactarme con escritores y a preguntarles cómo habían logrado que les publicaran su obra, ¡entonces adquirí los conocimientos necesarios para lograr mi cometido! Volví a mi escrito y lo mejoré, contacté de nuevo con las editoriales y les expliqué que había mejorado el contenido, también les mencioné sobre la ayuda que había recibido de los autores. Dos editoriales se interesaron en mi obra, elegí una y a partir de ese momento comenzó mi carrera como escritor”. Lo que escuché fue estupendo. Muchas personas no confiaban en sus sueños, pero él se aferró a lo deseado y ahora era obvio que gozaba de ese éxito. - “Mantente enfocado en aquello que sueñas”, me dijo, “no escuches las palabras necias, si sabes qué quieres, encáuzate en ello, aunque dudes, sigue la marcha, pronto verás resultados”. - “¿Aunque sean mis seres queridos los que cuestionan mis sueños?”, pregunté. - “Así es”, respondió. “Ellos desean lo mejor para ti y suponen que un empleo lo es, muchos creen que trabajar para otro es una excelente opción, ya que te dan dinero a cambio de tu tiempo, ¡pero nunca tendrás tiempo para ti o para los tuyos!, siempre dedicarás tu esfuerzo a otros y no dirigirás esa energía a cumplir tus sueños”. Era totalmente cierto. Muchos cambiaban su tiempo por dinero, sólo unos cuantos seguían sus sueños. Estos les darían mucho más dinero que el que obtenían trabajando para otros. Debía dejar de escuchar las palabras necias y acallar mis temores, sólo así podría alcanzar el éxito en mi vida. Mis sueños me esperaban y seguía aprendiendo cómo conseguir realizarlos. - “Sólo recuerda que los sueños deben seguirse de un plan de acción”, mencionó, “desafortunadamente la mayoría de personas 25
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
supone que sólo con un sueño se puede lograr mucho, pero debes actuar si realmente deseas que se convierta en realidad”. - “Un cocinero debe preparar la receta que se le ocurrió”, dije entusiasmado. - “Así es, y mientras prepara el plato se dará cuenta de algunos errores, que deberá corregir para mejorarla”, dijo. Efectivamente muchas personas sueñan, pero no actúan. Actuar nos proporciona las claves necesarias para el éxito, puesto que nos muestra las posibles equivocaciones para evitarlas en el futuro. Perseguir nuestros sueños significa actuar. Cuando lo hacemos, comenzamos a consolidar nuestro futuro.
26
LA DISCIPLINA ES FUNDAMENTAL PARA EL ÉXITO Era miércoles, tenía educación física. Jaime, mi profesor, había sido militar. Su enseñanza era enérgica, de hecho su trato así lo era. Debo confesar que unos años antes me intimidaba, al parecer carecía de sentimientos, rara vez lo había visto sonreír. Aunque ahora sabía que no buscaba dañarnos, antes lo pensaba. Constantemente nos decía que debíamos ser disciplinados, pero yo no sabía a qué se refería. Ese día estaba decidido a preguntárselo al terminar la clase. Me quedé al final con Tomás, le expliqué lo que deseaba y me acompañó a ver al profesor, quien estaba a punto de entrar a su oficina. - “Profesor, ¿podría darme unos minutos?”, pregunté mientras apresuraba mi paso. - “Por supuesto señor, ¿qué se le ofrece?”, dijo con tono marcial. - “Usted nos ha dicho cientos de veces que debemos ser disciplinados, ¿a qué se refiere? ¿Para qué nos serviría serlo?” Nunca debió haber escuchado esas preguntas pues se quedó mirándome fijamente esbozando una mueca de extrañeza. - “Entren a mi oficina para explicarles más sobre ello”, nos indicó. Su espacio estaba lleno de trofeos deportivos, fotografías de él mientras realizaba alguna proeza y decenas de diplomas de cursos que había impartido. 27
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “La disciplina es la clave para todo”, nos dijo, “significa que deben enfocar sus esfuerzos en conseguir un fin. Desafortunadamente la mayoría de personas carecen de ella”. - “¿Es decir que si deseo ser un gran deportista como usted debo enfocarme en ello y en nada más?”, preguntó Tomás. - “Más que enfocarte en una sola finalidad, debes darte cuenta qué necesitas para lograrlo e idear un plan para conseguirlo, pero sin desviarte del camino propuesto”, dijo el profesor. ¡Un plan! ¡No estaba tan errado en mi búsqueda del éxito! Grité para mis adentros. Mi sonrisa debió ser muy grande, ya que el profesor me preguntó la razón de ella. - “Es que me he trazado un plan”, dije entusiasmado, “pero necesitaba que alguien me dijera que estaba en lo correcto”. - “Ahora que tienes un plan debes ser disciplinado con él”, dijo, “la mayoría de personas sigue uno durante un par de semanas y después lo deja abandonado. Muchas veces necesitarás años para ver resultados, pero créeme, los tendrás si te ciñes a ese plan”. Ahora todo quedaba más claro. Muchas personas fracasaban debido a que creían que todo se cumpliría “por arte de magia”. Nunca se esforzaban por lograrlo. El profesor interrumpió mis pensamientos: “Muchos de sus amigos se inscriben a los gimnasios con la esperanza de tener músculos marcados, pero se desesperan rápidamente al no obtener resultados. Todos los hombres musculosos lo han logrado en años de entrenamiento constante, han cambiado su forma de alimentarse y otros hábitos, eso es producto de la disciplina”. - “Entonces, ¿para conseguir una meta es necesario cambiar ciertos hábitos?”, preguntó Tomás. - “Así es, la disciplina hace que observemos ciertos hábitos. Una persona obesa necesita cambiar su tipo de alimentación para dis28
LA SENDA DEL ÉXITO
minuir su peso, pero muchas personas creen que un producto mágico les ayudará en su objetivo. Es necesario cambiar de hábitos para lograr aquello que deseas”. - “¿Es lo que hace un deportista famoso?”, pregunté. - “No sólo un deportista”, contestó, “un actor y un millonario, todo aquel que desee tener el éxito deberá dedicar tiempo y esfuerzo para conseguir aquello que desea”. - “¿Todos podemos conseguir el éxito?”, cuestionó Tomás. - “Por supuesto, sólo que pocos están dispuestos a pagar el precio”, dijo, “unos cuantos dedicarán tiempo a entrenar o a investigar. Esas horas que dedicarán a ese fin, muchas veces no se las pagarán. Sus amigos se divertirán mientras ellos están enfrascados en su tarea, pero en algún momento verán el beneficio. ¿Se han preguntado por qué los amigos de los deportistas exitosos no son famosos como ellos? La respuesta es simple, no dedicaron el tiempo suficiente a entrenar, en lugar de ello se dedicaban a divertirse. Ahora ellos pagan las consecuencias”. - “¿Es malo dedicar tiempo al ocio?”, volvió a preguntar Tomás. - “No, sólo que no debes quejarte después. Todo es una decisión y debemos responsabilizarnos de ella. Si tú quieres divertirte, estás en tu derecho, sólo que estarás en desventaja con aquellos que ya están haciendo algo para ser exitosos, si decides descansar, enfréntate a las consecuencias de esa decisión. Aquellos que han decidido triunfar saben que dedicarán poco tiempo a la familia, a sus amigos y a divertirse, pero en el futuro tendrán tiempo de sobra para ello. Un jugador de fútbol profesional trabajó muchos años para disfrutar ahora, pero muchas personas no se dan cuenta de esto”, nos explicó. Tenía razón. Muchos suponían que el éxito llegaba por casualidad, no que se tenía que hacer algo para conseguirlo. 29
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Había escuchado a cientos de personas afirmar que las circunstancias que los rodeaban eran las culpables de su mala fortuna, pero seguían levantándose tarde, pasaban mucho tiempo en fiestas y reuniones sociales, renunciaban pronto a sus empleos y se sentaban durante horas frente a un televisor. - “Si deseas tener éxito debes cambiar tus hábitos”, mencionó el profesor. - “¿Entonces debo darme cuenta de los malos hábitos que tengo?”, preguntó Tomás. - “Por supuesto, es el primer paso”, dijo, “esto es muy difícil, ya que la mayoría de personas no desea darse cuenta de sus errores. Nos han enseñado que el fracaso es malo, por eso nadie quiere ver sus errores, sólo los esconde, con esto sigue haciendo lo mismo una y otra vez. Para tener éxito debes darte cuenta de lo equivocado que estás y después hacer lo necesario para corregir tu rumbo”. Recordé entonces una conferencia que había escuchado en la escuela, el ponente afirmaba que las personas que deciden dejar de beber alcohol deben buscar amigos que sean abstemios, ya que con las personas que consumen alcohol harán lo mismo. Me quedaba claro que para lograr algo debemos cambiar nuestros hábitos. - “Si quieres modificar algo, debes cambiar tus hábitos, hasta que se vuelva una disciplina, ambas están relacionadas”, dijo el profesor, “es decir, debes buscar cómo lograr lo que te propongas, ese cómo es el proceso, si algo no te funciona, cambia la forma en que lo estás haciendo, entonces lograrás mucho más”. Mientras analizaba sus palabras encontré una frase en su pizarrón de corcho, era de Albert Einstein: No hay signo más claro de locura que repetir lo mismo una y otra vez esperando resultados distintos. 30
LA SENDA DEL ÉXITO
El profesor sonrió cuando se dio cuenta que estaba leyendo esa cita, “Einstein tenía mucha razón en ello, ¿no lo crees?” Asentí con la cabeza sonriendo. ¿Cuántas personas hacían lo mismo una y otra vez esperando que todo cambiara? Estaban en un error, si se daban cuenta del proceso todo sería más simple, pues sabrían qué hábitos adquirir y qué cosas eliminar. Aunque habían sido unos cuantos minutos de charla yo había aprendido bastante. Le agradecí por su tiempo y salimos al pasillo con nuevos bríos. No me cabe la menor duda de que aprender es la mejor motivación que existe. Definitivamente el gran problema de las personas era la falta de disciplina, que no tenían hábitos y carecían de metas. Conocía muchas personas que habían dejado atrás sus sueños por no saber cómo cumplirlos, ¡si hubiesen tenido disciplina, hábitos y metas los habrían alcanzado! Debía aprender más de la disciplina. Cuando llegué a mi casa busqué en Internet algunos artículos sobre la disciplina. Uno de ellos tenía una frase de ese autor que ya me intrigaba, Napoleón Hill: La autodisciplina comienza con el dominio de tus pensamientos. Si no controlas lo que piensas, no puedes controlar lo que haces. “Dominar los pensamientos”, pensé, ya había leído algunos artículos que mencionaban que las palabras que escuchábamos podían motivarnos o frenar nuestro avance, ahora todo iba quedando claro. No sólo las palabras de otros, sino las que nos dirigimos a nosotros, es decir, nuestro pensamientos. Si creemos que no podemos lograr algo, lo más probable es que sea cierto, puesto que las palabras que nos repetiremos serán “es difícil”, “no puedo hacerlo”, 31
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
“ahora no es el momento” y muchas más frases destructivas, por eso es necesario que detengamos esas voces absurdas. Pero, ¿qué pensamientos colocar en mi mente? Esa sería mi próxima investigación.
32
DEBES ELEGIR QUÉ TIPO DE PENSAMIENTOS TENDRÁS DURANTE EL DÍA
Mi búsqueda de pensamientos y palabras que podían serme útiles para motivarme me llevó a conocer a un autor interesante: Carlos Castaneda. Él afirmaba haber estado con un chamán mexicano, Juan Matus y con aquello que le enseñó esta figura mágica, escribió varios libros. En ellos podemos darnos cuenta de la sabiduría ancestral mexicana, que es compartida por la filosofía oriental. Una frase de uno de sus libros me llamó especialmente la atención: Descanso, refugio, miedo: todo ello no son más que palabras creadoras de estados de ánimo que hemos aprendido a aceptar sin tan siquiera cuestionarnos su valor. Castaneda afirmaba que las palabras creaban estados de ánimo y yo lo creía también. Había visto videos donde a personas que cargaban ciertos objetos se les decían palabras relacionadas con la debilidad y dejaban caerlo, pero a otros se les daban otras que significaban fortaleza y soportaban aún más peso. Esas palabras que denotaban fuerza permitían hacer cosas increíbles. Recordé entonces que tenía muchos compañeros que se decían incapaces de gustarle a la chica que les atraía, ¡y eso era verdad! Por más esfuerzos que hicieran, ella ni los miraba, pero aquellos que se sabían atractivos –aunque a todas luces no lo fueran– ejercían un poder de atracción tal que pocas chicas los ignoraban. 33
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Definitivamente las palabras eran creadoras de estados de ánimo. La tristeza no llegaba porque si. Cuando me sentí mal aquel día, fueron las palabras del profesor de matemáticas las que taladraban mi mente, se repetían una y otra vez, ¡yo las repetía! Ese día pensé muchas cosas, pero aquello que pensé –esas palabras- me habían entristecido por algunas horas. Todo estaba más claro. Cualquiera de nosotros podemos elegir qué tipo de palabras repetir una y otra vez en nuestra mente. Si queremos estar tristes, deberán ser de melancolía y rechazo, pero si deseamos la felicidad, serán de alegría y motivación. Los estados de ánimo no llegan solos, algo los dispara, entre esos factores están las palabras, éstas que construyen o modifican los pensamientos. ¡Las palabras pueden debilitarnos o hacernos más fuertes! Vino a mí otro ejemplo: el de los caminantes de fuego. Estas personas que caminan descalzas en brasas ardientes repiten sin cesar palabras relacionadas con fuerza y control corporal y pueden atravesar el camino sin quemarse las plantas de los pies. Las palabras pueden darnos poder o quitárnoslo, por eso debemos elegirlas cuidadosamente y desechar aquellas que nos impidan avanzar. Era claro que también deberíamos evitar aquellas melodías que sean tristes, llenas de rencor o que impliquen conformismo. Conocí una mujer que siempre escuchaba una estación de radio que se especializaba en canciones de ese tipo, ella siempre estaba triste, en cambio otra que escuchaba música festiva nunca dejaba de sonreír. Si podemos elegir qué escuchar, ¿por qué optar por canciones o palabras melancólicas? Eso era absurdo y no iba a permitírmelo, 34
LA SENDA DEL ÉXITO
cada vez que comenzara a escucharlas buscaría cómo dejar de hacerlo, ¡ya no iba a permitir entristecerme por cosas banales! Tampoco iba a permitir rodearme de personas pesimistas, es claro que sus palabras taladran la mente del más fuerte, ¿para qué escuchar las palabras necias? Es mejor rodearnos de personas optimistas, aquellas que no ven obstáculos, sino retos. Ya lo decía el estadista y primer ministro británico Winston Churchill: “un optimista ve la oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Tenía claro que repetirme una y otra vez algo indicaría a mi mente que era verdad y entonces sería muy difícil erradicar esa creencia, por eso debía escoger con quien reunirme, para evitar tener pensamientos inadecuados. Todo se iba volviendo más claro, debía escoger a mis amistades y también hacerlo con mis pensamientos, ¡mi salud mental estaba en juego! Por eso mi madre me había repetido una y otra vez que tenía que tener cuidado en la elección de mis amigos y pareja, aunque no la comprendí en su momento, ella se refería a esto. Todas las personas tienen una historia personal, debido a su familia y amigos que lo rodean, por eso han construido una personalidad, que a veces no es la adecuada. Entonces debemos darnos cuenta de quienes los rodean, porque ya los han influido. Para tener éxito debemos elegir con quién nos reunimos y qué pensamientos nos permitimos tener durante el día. Aquellas personas que no controlaban esto estaban destinadas al fracaso. Recuerdo una película en que el protagonista se levantaba todos los días e inmediatamente colocaba una película de motivación en su reproductor, eso lo impulsaba durante el día para lograr más ventas. Todos podemos hacer algo semejante. Primero debemos escoger qué frases nos ayudarán durante el día, después debemos repetir35
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
las varias veces a lo largo de la jornada. También podríamos conseguir conferencias de motivación o audiolibros sobre el éxito para escucharlos varias veces durante la semana. Nosotros elegimos qué pensamientos nos acompañarán, por eso es importante elegir qué escucharemos y con quién nos reuniremos.
La vida nos pone muchos obstáculos confiando que somos muy inteligentes para sortearlos.
36
DATE CUENTA DE TUS CARENCIAS PARA ENCONTRAR CÓMO MEJORAR
Comencé a dar caminatas todas las tardes. Ellas me ayudaban a despejar mi mente, me proveían de ideas y además fortalecían mis músculos. Solía cambiar constantemente mi camino, a veces recorría ciertas avenidas, otras eran calles del centro de la ciudad. En una ocasión encontré un cartel donde se invitaba a una charla por demás interesante: “¿Cómo hice mi fortuna?”. La impartiría un empresario de la localidad que había hecho mucho dinero durante su juventud. Obviamente tenía que asistir a ella. El día llegó y el ponente comenzó con una cita muy interesante: En esta charla no te voy a dar una receta de cocina para que la sigas al pie de la letra, eso sería absurdo, nunca lograrías darle el mismo sabor que yo le confiero al platillo, te voy a invitar a analizar esa receta de cocina, para que la mejores y elabores una propia. Explicaba que no existía una fórmula exacta para conseguir el éxito o la riqueza, pero sí existían ciertos elementos que podíamos emular para conseguir aquello que deseáramos. Eso me pareció estupendo. Muchas personas deseaban adquirir riquezas orando, comprando billetes de lotería o esperando un mal llamado “golpe de suerte”, pero nunca analizaban el proceso del éxito de los triunfadores. Si 37
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
reflexionáramos sobre sus acciones descubriríamos cómo alcanzaron la victoria. No podríamos hacer lo mismo puesto que ellos tienen ciertas características que son suyas, pero encontraríamos ciertos elementos necesarios para el éxito, que incluso mejoraríamos, como hace un chef con una receta de cocina que perteneció a su familia por generaciones. El ponente nos invitó a dejar a un lado por un par de horas aquello que creíamos como cierto, para que nuestra mente permitiera analizar la información nueva que nos proporcionaría. Utilizó otra cita para ello: El verdadero aprendizaje es el que surge de la destrucción de viejas creencias, es decir, para aprender debemos desaprender lo que creemos como cierto. Estaba totalmente de acuerdo, era como aquella parábola del budismo Zen de la taza vacía, que había leído en un libro de enseñanzas orientales: Un aprendiz muy destacado llegó frente a su nuevo maestro Zen, quien estaba preparando su té. El maestro le preguntó: “¿Qué sabes sobre la vida?” El aprendiz comenzó a darle docenas de definiciones, posturas filosóficas, nombrar libros y nombres de sabios que habían hablado de ello. Mientras hacía esto, el maestro Zen había comenzado a llenar su taza con el líquido recién preparado. Lo hacía como el aprendiz, sin parar y en poco tiempo ya la había llenado por lo que se empezó a desbordar. El aprendiz, viendo esto horrorizado, le preguntó: “¿Qué hace si ya está llena su taza? El maestro Zen contestó: “Tú eres como esta taza, ¿cómo puedo colocar más té en mi taza si ya está llena? Primero vacía lo que sabes y después regresa para aprender”. 38
LA SENDA DEL ÉXITO
Si suponíamos que todo estaba bien, nunca podríamos escuchar los consejos de otros, obviamente esto nos llevaría al fracaso. Siempre debemos cuestionarnos si aquello que hacemos no puede ser mejorado, eso nos conducirá a la excelencia. Estaba comprendiendo que las creencias y el diálogo con nosotros mismos era determinante para el éxito, si suponíamos conocer todo, no podríamos hacer nada pues no habría espacio para el aprendizaje. El ponente siguió explicando que las personas fracasaban porque se conformaban con lo que habían aprendido de otros, nunca investigaban por su cuenta. Para tener éxito se debía tener capacidad para razonar, criticar y analizar nuestro entorno, además de ser creativos y con iniciativa. Él dijo que cuando era adolescente sus padres tenían un local comercial y trabajaba con ellos. Pronto se dio cuenta que estar detrás de un mostrador no era lo suyo, perdía mucho tiempo esperando a los clientes y a veces el dinero no era suficiente, entonces se preguntó si podría existir otro negocio donde él no tuviera que estar presente para que funcionara. Aunque no encontró respuesta, se propuso hacerlo. Pronto se dio cuenta que debía aprender cómo ganar dinero de formas diversas, no tener miedo a iniciar nuevos proyectos, ser creativo y encontrar nuevas fuentes de ingresos, eso lo llevaría al éxito. En los años que siguieron leyó libros sobre ventas, atención al cliente, trabajo en red, mercadotecnia, recursos humanos e innovación. Esto le permitió comenzar a idear su primera empresa: una distribuidora de productos naturistas. Contactó a los fabricantes y les ofreció comercializar sus productos si le otorgaban un precio competitivo, rápidamente tenía decenas de empresas que ampliaron su lista de productos. Él los vendía a locales comerciales e incluso al público en general. Como seguía cuestionándose sobre lo que hacía, se dio cuenta que si deseaba más dinero, debía elaborar sus propios productos. 39
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Comenzó a buscar fabricantes de envases para los distintos productos y fábricas que los realizaran, explicó que ellas le maquilaban, es decir, le manufacturaban y él sólo colocaba su marca, esto era una ventaja, ya que no tenía una empresa productora con los gastos que implicaba (pago de trabajadores, pago de permisos, etc.) si no sólo el producto que necesitaba. Él buscaba un envase y una etiqueta adecuada, realizaba la publicidad y ganaba mucho más dinero que cuando comenzó. Para él, buscar alguien que lo haga por ti es la mejor forma de alcanzar el éxito rápidamente. Obviamente también tenía vendedores que colocaban el producto en los diferentes locales comerciales. Constantemente mencionaba que el éxito comienza en la mente, pero la gran mayoría de personas suponía que el trabajo duro era a clave de éste. Él afirmaba que gracias a su preparación en ventas, atención al cliente, trabajo en red, mercadotecnia, recursos humanos e innovación y, por supuesto, dedicar mucho tiempo a pensar, había logrado alcanzar sus metas. A partir de darse cuenta de sus carencias, encontró qué hacer para cubrirlas. Él descubrió que no le agradaba la ocupación de sus padres, por tanto debía encontrar otra forma de ganar dinero. En ese andar se dio cuenta que debía aprender sobre ciertos tópicos y así lo hizo, esa era su estrategia que todos podíamos seguir si deseábamos tener éxito. El ponente animaba a utilizar las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ya que afirmaba que toda persona debería estar a la vanguardia, eso la colocaría un paso delante de sus posibles competidores. También decía que si carecíamos de conocimientos en la tecnología, contratáramos a alguien que la dominara, “nadie necesita ser experto para tener éxito”, mencionó
40
SI ALGO NO TE FUNCIONA, HAZLO DE FORMA DIFERENTE Había decidido que asistiría a cuanta conferencia se presentara en mi ciudad. Estaba dispuesto a aprender cómo alcanzar mis metas de manera rápida y precisa. En otra de mis caminatas me enteré que en mi ciudad se presentaría un conferenciante. El tema parecía interesante, hablaría sobre el éxito. Invité a Tomás para que me acompañara, pero él dijo que había un partido de fútbol que deseaba ver, aunque yo consideraba que era mejor practicarlo ya que no encontraba sentido alguno a ver un deporte en la televisión, respeté su decisión. Compré mi boleto y esperé que llegara el día indicado. La conferencia fue estupenda. Odio a los conferenciantes que piden a la audiencia que se levante de su asiento para gritar o aplaudir. Yo voy a aprender, no a ejercitarme, pero muchos usan esa técnica ya que el cuerpo se estimula con esas acciones, entonces todos salen diciendo “fue espectacular”, “ahora puedo lograr lo que me proponga” y más sandeces, pero no se dan cuenta que sólo fue una motivación superficial que pronto olvidarán. Entre los temas que desarrolló estaba la adquisición de hábitos para alcanzar el éxito. Es absurdo que queramos algo y no tengamos ciertas costumbres que nos acercarán a él, ¡por eso no logramos mucho! Después de la conferencia, me acerqué hacia donde estaba el expositor. Aunque eran decenas de personas que deseaban platicar con él, aguardé pacientemente mi turno. Su asistente se acercó y 41
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
me dijo que probablemente no me podría atender, ya que tenía otro compromiso en unos minutos, sólo sonreí y le dije que esperaría hasta hablar con él, se dio la vuelta con una sonrisa de burla en sus labios. El asistente se acercó a él, se dirigió a todos los presentes y les anunció que debían retirarse a otro lugar, por ello ya no sería posible que los siguiera atendiendo, les recordó su correo electrónico y les solicitó que le escribieran todos sus comentarios y preguntas. Antes de abordar su camioneta, me acerqué al conferenciante, le dije que estaba decidido a tener éxito y quería conocer sus secretos, el me miró fijamente y me preguntó: ¿de verdad quieres eso? Viéndolo a los ojos contesté sin dudar “Sí”. Sin despegar su mirada me dijo: “Tengo que ir a cenar con un editor ya que ahí firmaremos el contrato de mi último libro, ¿quieres acompañarnos?”, sin pensarlo le dije que estaría encantado de hacerlo. Durante el trayecto fuimos charlando sobre su vida, la mía y el por qué utilizaba una libreta de notas, entonces él me pidió que escribiera en ella lo que me diría, era algo importante y me serviría para lograr mi cometido. Preparé mi bolígrafo y esperé sus indicaciones, de manera clara, me dijo lo siguiente: Tu cerebro se ejercita con cada nuevo descubrimiento, o mejor dicho, un nuevo camino neuronal se construye cuando aprendes algo nuevo. Si tienes múltiples caminos neuronales tendrás más oportunidades de ser feliz, saludable y exitoso. Las personas creativas, tienen millones de caminos neuronales y siguen construyendo más y más a diario. Sólo visualiza esto: si una idea nueva genera una conexión neuronal, ¿cuántas conexiones neuronales se crean a partir de mil ideas nuevas? Si algo no te funciona, hazlo de otra forma. Ese aprendizaje nadie te lo va a dar, es oro molido en tus manos, ya que le enseñaste a tu cerebro de qué forma no debe hacer las cosas. Tomás Alva Edison dio una respuesta que ha sido recordada durante años cuando lo cuestionaron sobre los “fracasos” que 42
LA SENDA DEL ÉXITO
tuvo cuando inventó la bombilla eléctrica: “no sé qué entiendes por fracaso, pero de algo si estoy seguro, y es que en todo este tiempo aprendí que antes de pensar en dos mil fracasos he descubierto más de dos mil maneras de no hacer este filamento”. Esto no es optimismo, es cambiar tus esquemas mentales para obtener lo que desees en el momento que quieras. Después de anotar esto, el silencio hizo su aparición dentro del vehículo, nadie hablaba, todos reflexionábamos sobre lo que había dicho. Él miraba a través del cristal las calles de la ciudad, sonriendo. “Cambiar mis esquemas mentales para obtener lo que deseo”, esa frase se repetía cientos de veces en mi mente, era cierto, todo dependía de la forma de ver al mundo, otros me lo habían dicho y ahora lo comprobaba. - “Muchos suponen que deben seguir haciendo lo mismo una y otra vez aunque no les resulte, esa práctica sólo los conducirá al fracaso”, dijo interrumpiendo mis pensamientos. Entonces recordé la frase en la pizarra de corcho de mi profesor Jaime. - “Como dijo Albert Einstein: ‘No hay signo más claro de locura que repetir lo mismo una y otra vez esperando resultados distintos’. Por eso debemos hacer cosas diferentes hasta conseguir lo que nos proponemos”, señalé. - “Así es, siguiendo las enseñanzas de Einstein, muchos confunden la perseverancia con la locura, porque se olvidan de ver las cosas en diferente ángulo. Si deseas armar un rompecabezas en poco tiempo, debes de ver la figura completa, antes de intentar unir sus partes”, explicó, “un proverbio ruso dice ´ Hay quienes pasan por el bosque y sólo ven leña para el fuego´, esto refleja lo que menciono, pocos dan un paso atrás para darse cuenta de todas las posibilidades que tienen enfrente”. - “Por eso muchos abandonan su meta justo antes de llegar a ella”, dije. 43
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Desafortunadamente es así, debes ser tenaz, pero no sólo ver tu objetivo, sino ver todo el panorama, es decir, ver el bosque antes que sólo un árbol para leña”, aseveró. - “¿Si algo no funciona, debemos dar un paso atrás para darnos cuenta del por qué?”, pregunté. - “Por supuesto, si algo no funciona inténtalo de otra forma, es lo que hacía Einstein, incluso dejaba inconclusos muchos artículos y proyectos, para retomarlos más adelante, cuando tenía más elementos para avanzar”, dijo. Tenía razón. Si algo no nos funcionaba, deberíamos dar un paso atrás para ver nuestros errores y corregirlos, entre más distancia tengamos del bosque más árboles veremos y, por supuesto, más usos, no sólo uno. Él sostenía que esa práctica construía más caminos neuronales, necesarios para pensar de forma diferente y así tener pleno control de nuestros recursos. Seguía aprendiendo mucho sobre el éxito y recién comenzaba en mi andar.
44
LUCE Y ACTÚA COMO UN GANADOR Conforme los días pasaban, aprovechaba cada oportunidad para aprender algo nuevo. Mi carácter, mi voluntad, conocimientos y personalidad tenían que fortalecerse si pretendía lograr, en el menor tiempo posible, buenos resultados en lo que hiciera. Eso lo comprendía perfectamente, pero tenía que cambiar algunas costumbres y pensamientos que se me habían inculcado desde pequeño. Tenía que deshacerme de patrones de pensamiento que no me permitían visualizar claramente mi camino trazado. Apelé por seguir algunas sugerencias y recomendaciones que me habían ofrecido libros y personas, al fin y al cabo nada perdía. En la escuela se celebraba un ciclo de conferencias, una en espacial llamó mi atención: Piensa y te harás rico. La impartía una mujer llamada Martha. No dudé en asistir. Logré rescatar varios conceptos de ella que me parecieron muy reveladores. Entre ellos, que somos los creadores de nuestro mundo y que todo lo que llega a nuestra vida lo estamos atrayendo mediante nuestros deseos y las imágenes que mantenemos en nuestra mente. También afirmaba que podíamos crear las causas para generar los efectos que precipitaran las riquezas que deseáramos. Y que si centrábamos nuestra atención en lo que anhelábamos, crearíamos una causa que sería como un potente imán para llevar hacia nosotros, como efecto, el producto de lo que deseábamos. 45
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Citó varios libros que anoté inmediatamente, lo que aquella mujer estaba diciendo tenía gran importancia para mí y no quería desaprovechar la oportunidad. Al final, todos quedamos fascinados. Ella, como seguramente estaba acostumbrada, se llevó los aplausos y la aceptación. Esperé un poco para entrevistarme con ella, ¡debía conocer más sobre el éxito! Frente a ella sin trabas le pregunté lo que me inquietaba: “¿Cuál es tu secreto del éxito?” - “Son muchos, ser disciplinada, aprender de los grandes y emularlos”, dijo sonriente. - “¿Cómo puedes imitarlos sin perder tu personalidad?”, pregunté interesado. - “Buena pregunta”, dijo conservando su sonrisa, “¿Qué hace un niño cuando comienza a hablar? Si has observado, repite las palabras que escucha, pero pronto comienza a añadirlas en su repertorio, también lo hace cuando aprende a andar en bicicleta y cuando se viste como sus padres, él copia ciertas conductas que le servirán para conseguir el éxito, pero después las hace suyas”. - “Es decir, si quiero tener éxito, ¿debo actuar como alguien exitoso hasta que haga mías esas conductas?”, seguí cuestionando. - “Algo así, supongamos que desearas hacer deducciones como Einstein, si observas algunos videos de él, verás que no le preocupaba lo que pensaran, él era natural al hablar, al andar e incluso al pensar, eso eliminaba los obstáculos mentales que pudieran surgirle, si hiciéramos lo mismo, tendríamos un pensamiento más claro, semejante al de él, pero nuestro”, dijo. Todo iba aclarándose, había observado muchas entrevistas a personas con éxito, en ellas se veían muchas conductas similares: su 46
LA SENDA DEL ÉXITO
modo de andar era preciso, hablaban sin importarles si se equivocaban y en su estilo de vestir se reflejaba la comodidad. En cambio aquellos individuos inseguros que conocía hacían lo contrario. - “¿Hay posturas corporales que nos acerquen al éxito?”, pregunté. - “Por supuesto”, dijo, “si levantas el mentón y los hombros, pronto experimentarás una gran seguridad en ti mismo, pero si haces lo contrario, experimentarás melancolía”. Me explicó que Charles Darwin había realizado investigaciones sobre las emociones y la conducta animal, éstas demostraban que ciertas posturas denotaban estados de ánimo en ellos, en el humano sucedía algo similar, si adoptábamos una postura de enojo, nuestro cuerpo enviaría señales al cerebro para que nos enojásemos, si adquiríamos una de felicidad, también sucedería esa comunicación cuerpo-mente. - “Esto es algo que pocos saben”, agregó, “es sumamente importante que lo tomes en cuenta si deseas tener éxito, nuestro cerebro imita fácilmente, incluso las posturas de los demás, por eso cuando una persona ve una película donde los protagonistas denoten tristeza, ella sale melancólica del cine, si se reúne con personas melancólicas, sucederá lo mismo”. - “¡Esto ya lo había escuchado antes!”, dije entusiasmado, “si estamos con personas pesimistas, nos comportaremos igual”. -“¡Exacto!”, afirmó, “una de las funciones de nuestro cerebro es imitar, por eso debemos tener cuidado cuando elegimos a las personas que estarán a nuestro alrededor, además de elegir cuidadosamente los programas que vemos en la televisión, hay estudios que demuestran que la agresión en los medios de comunicación es imitada por las personas que la ven y escuchan, por eso tenemos que tener mucho cuidado”. Ella me explicó que por eso cuando éramos niños imitábamos la forma de ser de algunos personajes en la televisión, nuestros jue47
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
gos giraban alrededor de ser tal o cual personaje ficticio, ¡por eso todos deseábamos ser un superhéroe! También cuando llegaba la adolescencia sucedía algo semejante, imitábamos la forma de hablar y actuar de nuestros ídolos, con ello estábamos forjando nuestra personalidad, es decir, jugábamos a ser alguno de ellos para decidir de qué posturas apropiarnos. Por eso era tan importante elegir a nuestros modelos. Ella opinaba que desafortunadamente imitaríamos a los que estuvieran a nuestro alrededor, aunque no fueran adecuados para ayudarnos a alcanzar el éxito. Me iba con muchas ideas. Si deseaba tener éxito, debía actuar como alguien exitoso, además tenía que escuchar más conferencias relacionadas con el tema, ver videos y leer sobre esa temática. Internet era una gran fuente de recursos, había muchos videos sobre entrevistas y conferencias de personas exitosas, ¡sólo tenía que elegir aquellas que valieran la pena! No por nada el escritor y filósofo italiano Umberto Eco dijo en una entrevista: “Internet es una gran biblioteca, pero desorganizada”.
48
LA SENDA DEL ÉXITO
Nuestro cerebro se adapta a cualquier desafío que nos impongamos.
49
HAZ QUE OTROS TRABAJEN PARA TI Recordé que tenía un tío que era médico, pero no ejercía esa profesión a pesar que muchas personas afirmaban que era excelente. Daniel, nombre bíblico que había heredado de un amigo de su padre, tenía la fama de ser un extraordinario comerciante, vendía y compraba productos en diversos lugares con gran éxito. Lo que debía hacer estaba claro, tenía que entrevistarme con mi tío Daniel, él sabía algo que yo necesitaba conocer cuanto antes. Acudí a su negocio. Como siempre, él no se encontraba ahí, sólo estaban su esposa e hijas. Después de intercambiar las frases acostumbradas para esos casos (¿cómo estás?, ¿tus padres están bien?, etc.), les pregunté sobre mi tío, y cómo podría hablar con él. Mi tía sonrío y me dijo que estaba de viaje y no regresaría antes de tres días. Prometí volver el día de su regreso. Esos días fueron angustiantes, deseaba conocer el secreto para alcanzar el éxito de voz de Daniel, pero, ¿querría dármelo? Nunca lo visitaba, tampoco había conversado alguna vez con él, ¿por qué me lo daría? Dejé que el tiempo pasara, acallando constantemente esas voces que me apesadumbraban y que me decían “no te dirá nada”. Incluso pensé que se reiría de mí. Los amigos de mi edad estaban preocupados por salir con chicas, conocer los nuevos bares y tener el teléfono celular de moda, yo estaba buscando el camino del éxito, algo que pocos indagaban. El día llegó, después de tomar mis clases por la mañana, fui a verlo. Él estaba en su negocio, junto con su esposa. Me sonrío 51
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
cuando me vio entrar, esperó a que fuera hasta el mostrador sosteniendo esa sonrisa afable. - “¿Me buscabas?” preguntó. Sólo atiné a mover mi cabeza afirmándolo, “¿qué deseas?” Volvió a inquirir. - “Tengo varias preguntas que hacerte, respecto a la vida, la forma de tener éxito y cómo ganar dinero” respondí un tanto temeroso de que me escuchara su familia, pensando que se burlarían de mis cuestionamientos. - “Supongo que deseas conocer eso para cumplir con una tarea escolar”, dijo. -“Te equivocas Daniel, deseo conocer cómo lograste tener éxito, quiero tener éxito al igual que tu lo tienes”, dije con total seguridad. Él se quedó pensativo y su sonrisa desapareció un momento. Esos segundos que transcurrieron me parecieron interminables, pensé muchas cosas, tal vez se daría la vuelta y me dejaría ahí, se reiría de mi búsqueda o me diría que no tenía tiempo. Su esposa me miraba de reojo, como si tratara de escuchar nuestra conversación. Una de sus hijas, me miraba fijamente, eso me ponía nervioso, yo era un extraño que nunca los visitaba, sólo los saludaba por la calle o en fiestas familiares. Daniel me dijo que lo siguiera. Pasé por atrás de un mostrador, mientras mi tía y prima nos veían con extrañeza. Caminamos entre cajas de productos por un pasillo improvisado. Llegamos a un patio descuidado, muchas de las plantas que estaban ahí se habían marchitado, aunque se notaba cierto descuido, todo era agradable. Daniel se detuvo frente a una fuente de piedra que carecía de agua y se volteó a verme con un gesto de asombro. - “No esperaba esto”, balbuceó Daniel y continúo diciendo: “ni mis hijas me han preguntado sobre mi éxito, te soy sincero, supuse que nadie lo haría”. 52
LA SENDA DEL ÉXITO
- Sólo atiné a decir: “Siempre hay alguien diferente”. - “Sobrino, acompáñame a la sala de mi casa”. Su casa estaba atrás del negocio. Pronto estábamos sentados en una sala sencilla, con pocos elementos decorativos y un juego de sillones viejos. Un perro pequeño llegó a hacernos compañía, Daniel lo acarició mientras me decía “este perro me lo regaló un gran amigo, él lo rescató de la calle, unos niños lo apedreaban, pero aquí forma parte de la familia”. El perro movía la cola rápidamente e intentaba lamerle la mano. “Podemos aprender mucho de todos los seres vivos, él me ha enseñado que el tamaño no importa, siempre que estés seguro de lo que eres” dijo Daniel mientras seguía acariciándolo. Daniel dejó de acariciarlo, entonces me preguntó: “¿qué quieres saber?”. - “He escuchado mucho de ti”, le dije sonriendo, “en la familia dicen que eres una persona muy inteligente…” - “¿Por no dedicarme a consultar a pacientes?”, dijo mientras una pícara sonrisa se dibujaba en su rostro. Yo no sabía que contestar, intentaba decir algo pero las palabras no salían de mi boca. - “No te preocupes, estoy acostumbrado a que me cuestionen sobre ello, incluso mi esposa lo ha hecho, ¿quieres saber por qué no consulto ahora?”. - “Bueno, esa no es la razón de que esté aquí…” Daniel interrumpió mi sentencia para decirme: “comenzaré explicándote el por qué de mi decisión, eso forma parte de mi éxito”. 53
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Mi tío se acomodó en su sofá. - “¿Sabes cuántos pacientes atendía al día?” Me preguntó. - “Lo desconozco”, dije. - “Alrededor de diez, a cada uno le cobraba una suma considerable, pero no me alcanzaba para adquirir lo que deseaba, además debía esperar que llegaran pacientes a mi consultorio, yo soy muy desesperado para hacerlo, no nací para estar sentado detrás de un escritorio esperando, entonces decidí dejar de pasar consulta para dedicar mi tiempo a ganar dinero en serio”. - “Pero era un trabajo”, dije sin comprender lo que me decía. - “Hay diferentes formas de trabajar y cada una de ellas nos hacen ganar o perder dinero”, dijo, “muchos suponen que mientras se gane dinero no importa si estamos a gusto o no, pero yo creo que si hacemos algo que nos agrada y además ganamos dinero somos doblemente felices”. - “Sí, eso he escuchado”, dije. - “Y es cierto, yo soy muy activo, odio estar sentado esperando, prefiero hacer algo”, afirmó, “si hubiera conocido esa característica antes de estudiar medicina, me hubiera decidido por otra profesión, ¿sabes por qué elegí medicina?“ Moví la cabeza de un lado a otro sin saber qué responder. - “Alguien me dijo que podía ganar mucho dinero en ella, no se equivocó, pero como te decía, hay diferentes formas de ganarlo”. Daniel me explicó que los médicos, al igual que otros profesionales dedicados al servicio, no tenían jefes, trabajaban para ellos, pero el problema es que si un día decidían no abrir su consultorio, el dinero no llegaba, si querían salir por una semana, el dinero no llegaba por esa semana. 54
LA SENDA DEL ÉXITO
- “Esa forma de ganar dinero no me gusta”, dijo mientras se levantaba del sillón. - “¿Qué forma de trabajo te gusta?”, cuestioné. - “La dirección de una empresa”, dijo sonriendo. Entonces me señaló que un dueño de empresa dirige a varias personas, como un general a un ejército, su trabajo consiste en planear y decidir cómo ejecutar, “si tienes a diez médicos trabajando para ti, te darán diez veces más ingresos que si trabajas solo”, dijo ufano. Reflexioné sobre esas palabras. Era cierto, muchas personas tenían a otros trabajando para ellos, por lo que su esfuerzo era menor, tenían más tiempo para su familia y parecían gozar más de su trabajo. - “Supongamos que quieres poner un bar. Para su éxito deberás buscar camareros, un disc jockey, un barman, alguien que cuide la puerta, etcétera, a ellos les pagarás un sueldo por su trabajo, pero tú tendrás una mayor ganancia, eso es ser empresario, es decir, serás dueño de tu propia empresa y tendrás a otros trabajando para ti”, dijo, “por eso dejé de trabajar para mí mismo y decidí tener a otras personas trabajando para mí en múltiples negocios”. Él se veía muy entusiasmado con la idea de ser empresario. - “Pero hay otra forma de ganar dinero, con menos esfuerzo y con menos complicaciones: invertir dinero para que haga más dinero”, afirmó. - “¿Cómo es eso?”, pregunté. Daniel me relató sobre un compañero de universidad que tenía un edificio con consultorios. Él se les ofrecía a médicos especialistas sin cobrarles renta, a cambio les solicitaba un porcentaje de lo que ellos cobraban, “lo interesante”, dijo, “es que los especialistas lo ven como una gran oferta, pero en realidad los tiene trabajando 55
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
para él, ellos buscan los pacientes, él recibe dinero sin consultar”. Para Daniel, esa era una mejor forma de ganar dinero. Platicamos sobre la razón de hacerle esas preguntas, la importancia que tenía el éxito en mi vida y qué estaba dispuesto a hacer para llegar a mi meta. Debieron haber pasado unos cincuenta minutos, cuando Daniel me dijo algo que me obligó a reflexionar aún más: “he ganado mucho dinero siendo un voraz devorador de información”. Todo lo que investigaba, lo escribía en una libreta, que a nadie mostraba, era más que un diario, un libro con información valiosa, que en algún momento le servía para algo. Él, cuando necesitaba una idea o una manera diferente para adquirir dinero, abría la libreta y encontraba muchas respuestas a sus cuestionamientos. “Te propongo que hagas lo mismo”, me dijo con una sonrisa, “ese es el primer paso para lograr lo que desees”. Mi rostro delineó un esbozo de sonrisa, realmente no sabía qué hacer, estaba frente a un ser exitoso y no lo estaba aprovechando. Daniel movió la cabeza de lado a lado mientras me dirigía las últimas palabras de aquella conversación: “no necesitas comprender todo en unos pocos minutos, si realmente deseas triunfar no tendrás sólo un maestro, deberás buscar varios”. Me invitó a caminar hacia la puerta, yo no atiné a decir nada. Mis pasos me llevaron frente a ella. Aunque hubiese preferido decir muchas palabras, sólo atiné a decir “gracias”. Salí de ahí como si me hubieran golpeado muy fuerte, definitivamente sus palabras habían causado en mí una gran revolución mental. “Deberé buscar varios maestros”, repetí para mis adentros.
56
DONDE QUIERA QUE VAYAS HAY UNA MINA DE ORO Mi búsqueda me condujo hacia muchas personas que me dieron centenares de nuevas ideas. Todos los días descubría algo nuevo, eso me llenaba de energía, ahora sabía que aprender y tener nuevos retos son las mejores opciones para dejar a un lado la tristeza. En ese andar de nuevos descubrimientos, supe de una excelente persona que se convertiría en mi mentor. Héctor era un reconocido comerciante de la ciudad, centenares de personas afirmaban que tenía mucha suerte, otros decían que se aprovechaba de los más débiles. Aunque había escuchado bastante de él, no lo conocía personalmente. Decidí hablar con Héctor para preguntarle sobre el secreto de su éxito. Acudí a uno de sus almacenes de ropa, para preguntar cómo encontrarlo. Me recibió una señorita muy amable que indicó llamarse Norma, quien me preguntó para qué lo buscaba. - “Quisiera preguntarle algunas cosas que me intrigan”, respondí con una sonrisa. - “Dudo que te pueda atender, es una persona muy ocupada”, dijo Norma. 57
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Aunque le dije que no le quitaría mucho tiempo, se negó a decirme cómo contactarlo, puesto que él los reprendía si le enviaban personas a su oficina. Como insistí en saber cómo comunicarme con Héctor, ella accedió a darme un teléfono de otro trabajador, quien se encargaba de contratar a los empleados de sus negocios, me dijo que probablemente podría conseguirme una entrevista. Le agradecí el gesto y me retiré. Cuando llegué a mi casa marqué de inmediato el teléfono proporcionado, me contestó Pedro, el encargado de recursos humanos. Le expliqué que tenía una tarea en la escuela, debía entrevistar a una persona de éxito y había elegido a Héctor, sabía que estaba ocupado pero no le quitaría mucho tiempo, sólo serían algunas preguntas ya estructuradas. Debí ser muy insistente ya que a regañadientes me proporcionó una dirección, me dijo que era su oficina y que pocos sabían dónde se encontraba, por tanto debía tener mucho cuidado de no revelar esa dirección. Le agradecí por el dato y él me dijo: “procura no hacerle perder su tiempo”. De inmediato fui a la dirección que me había confiado, era una construcción que parecía ser una casa, aunque extrañado, toqué el timbre. Una mujer mayor salió a abrir. Sin perder una sonrisa amable, preguntó que deseaba. - “Deseo entrevistar al señor Héctor, me han dicho que es una persona sumamente ocupada pero realmente deseo hacerlo”, dije seguro de mi mismo. - “Tienes actitud, pero Héctor no tiene tiempo, deberás esperar a que te asigne una hora y día para conversar un par de minutos con él”, dijo. 58
LA SENDA DEL ÉXITO
Supongo que ella esperaba que me fuera resignado, pero insistí con una sonrisa. Volteó hacia su izquierda, se quedó pensativa, en silencio por algunos segundos. Su rostro era apacible, sin algún gesto. - “Pasa”, dijo abriendo totalmente la puerta, “veré que te atienda ahora”. Dentro de mí grité con júbilo, había logrado pasar a los guardianes de Héctor, ahora sería más sencillo hablar con él, aunque fueran unos minutos. Esperé unos diez minutos. En la sala de estar había montañas de libros apilados, papeles engrapados y sobres conteniendo hojas, aunque estaba desordenado, existía cierta administración en el lugar. Estaba acostumbrado a esa “decoración”, la mayoría de personas exitosas que conocía eran así, al parecer no les importaba la estética del lugar, definitivamente un decorador de interiores no tendría empleo con ellos. Ensimismado en mis pensamientos no me di cuenta de que un hombre maduro estaba parado frente a mí, vestía pantalón de mezclilla y una camiseta. - “¿Señor Héctor?”, pregunté. - “Sólo llámame Héctor”, dijo sonriendo. Se sentó a un lado de mí mientras me preguntaba a qué había acudido. - “Sé que tu tiempo es muy valioso, por eso voy a ir al grano”, le dije, “¿qué secreto tienes para el éxito?”. Héctor se inclinó hacia atrás mientras se sonreía, “nunca había escuchado esa pregunta de un joven”, afirmó. 59
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Le relaté rápidamente sobre la obsesión que tenía, él me escuchó pacientemente aunque miraba a su alrededor muchas veces, como si le llegaran de repente decenas de ideas y pensamientos. Me interrumpió diciendo: “Parte de mi éxito ha sido observar detenidamente, así me he dado cuenta de lo que otros pasan por alto”. Siguió explicándome que la mayoría de personas buscaba trabajo, pero pocos buscaban ganar dinero, eso era un error gravísimo ya que se debía ganar dinero y nunca trabajar para ganar dinero. - “¿Cuántas horas trabaja un profesor en tu escuela?”, preguntó. Como nunca me había puesto a analizar esto no pude contestar. - “Trabaja alrededor de 35 horas a la semana, es decir, 8 horas diarias. Él tiene que comer, dormir y convivir con su familia, por tanto no tendrá tiempo para ganar dinero, sólo para trabajar”, dijo. - “Pero mientras trabaja gana dinero”, aseveré extrañado. - “Así es, pero es insuficiente. ¿Te has dado cuenta que hay personas que ganan mucho más dinero que ellos dedicando menos tiempo? Ellas han observado cosas que tus profesores no, por eso lo han logrado”. Me explicó que los profesores no tenían tiempo de observar, ya que tenían tareas que cumplir, estaban tan ensimismados en su trabajo que olvidaban lo esencial: observar todo a su alrededor. - “Observar nos proporciona una gran ventaja, descubrimos verdaderas minas de oro si le dedicamos tiempo a esa actividad”, mencionó Héctor, “Henry Ford se dio cuenta que las personas de clase media deseaban un auto y no lo podían comprar y Michael Dell, el dueño de Dell Computer, comenzó a armar computadoras 60
LA SENDA DEL ÉXITO
según las necesidades de los compradores, si ellos no hubieran observado, no serían millonarios. Una persona que supone que el trabajo le dará dinero, dedicará todo su tiempo a trabajar, por eso nunca tendrá tiempo para observar”. Era totalmente cierto, los emprendedores que había conocido tenían esa característica: observaban todo sin perder detalle. Héctor me comentó que la innovación era resultado de la observación. El creía que no habían inventos, sólo innovaciones, es decir, mejoras a un producto ya existente, pero para lograrlo, se debía observar. - “Thomas Alva Edison tenía esa cualidad, siempre observaba con detenimiento su alrededor, desde que comenzó a vender periódicos en el tren cuando era niño, se dio cuenta que siendo vendedor no ganaría mucho dinero, ¡debía ser el editor! Y así lo hizo. Para perfeccionar sus innovaciones contrató a más personas que lo hicieran por él, ¡tuvo decenas de inventores mejorando sus patentes! Edison observaba y descubría muchas minas de oro, que explotaba sabiamente”, me explicó. Héctor tenía razón, millones de personas no tenían tiempo de observar, por eso eran pobres, pocos dedicaban tiempo a esa actividad y por ello tenían fortuna. Él me dijo que parte fundamental de observar era investigar, “si ya te diste cuenta de algo, ahora investiga todo sobre eso, vuélvete un obsesivo con la información”, aseveró. Para él los datos eran sumamente importantes, ya que nos proporcionaban información, la que se convertía en conocimiento. “Por ejemplo, si sabes cuántas personas viven en una comunidad, ahora debes saber quiénes tienen poder adquisitivo, de ellos cuántos son hombres y cuántas son mujeres, si vendes bolsos para mujer te serán útiles esos datos, ya que los transformarás en información y posteriormente en conocimiento, y éste último es poder”, aseguró sonriente. 61
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Obtuve muchas ideas de esa conversación: debía observar y adquirir todos los datos que pudiera, posteriormente transformarlos en información y ya tendría el conocimiento, lo que me ayudaría a encontrar nichos de mercado para mis productos o servicios. Héctor se levantó y supe que la enseñanza había concluido. Le agradecí y le pregunté si podía darme algún nombre de alguna persona igualmente exitosa, para entrevistarlo también. Sonriendo con una pícara sonrisa, me dio un nombre: Soichiro Honda. “Aunque no podrás platicar con él, mejor búscalo en Internet”, dijo.
62
SÉ AUTODIDACTA, AMBICIOSO Y SIEMPRE BUSCA GANAR Cuando empecé a fabricar motos, los profetas de los malos augurios, a veces mis mejores amigos, venían a desalentarme. ‘Mejor sería que compraras un taller mecánico. Harías mucho dinero. Hay muchos vehículos que reparar en este país’. Yo no los escuché y, pese a sus opiniones pesimistas, el 24 de septiembre de 1948 creé la compañía Honda Motor, que hoy brilla en todo el mundo. Soichiro Honda. ¡Ya sabía por qué Héctor me había indicado que debía investigar sobre ese gran personaje! Honda era un ejemplo a seguir, tenía una meta, nunca se conformó y fue autodidacta, ¡todas las características de un millonario! Honda nació en 1906 en un pequeño pueblo de la provincia de Shizuoka, Japón, su padre se rebeló a ser agricultor como la mayoría de personas en ese lugar, característica que le heredó a él. Desde niño le interesó la mecánica, constantemente le pedía a su abuelo que lo llevara a ver una máquina que descascaraba arroz en una granja vecina, él recuerda que “amaba el olor del combustible, que apestaba, el ruido que hacía, las nubes de humo que lanzaba, y me pasaba horas agachado observando la máquina mientras mi abuelo me apresuraba a volver a casa”. A Soichiro le fascinaba observar, por eso Héctor sabía sobre él, ¡eran idénticos! Ahora comprendía la importancia de hacerlo: si estamos pendientes de los detalles, encontraremos verdaderas minas de oro esperando ser trabajadas. 63
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Observar e investigar fueron los pilares de su éxito. Viajó varias veces a otros países para darse cuenta cómo funcionaban los motores de distintos fabricantes, para mejorarlos. Henry Ford hacía algo semejante con los autos, cuenta una anécdota que mientras observaba una carrera de autos, un competidor francés tuvo un percance y se estrelló contra la valla quedando completamente destruido, la gran mayoría de asistentes se quedaron inmóviles, pero Ford bajó hasta la pista para tocar todas las partes del vehículo, ahí se dio cuenta que poseía una carrocería liviana y resistente, entonces pensó “esto es justo lo que me hace falta”. Literalmente corrió a su fábrica con una parte del auto, para que sus ingenieros le indicaran de qué consistía esa aleación, pero nadie lo supo. Siguió preguntando a más expertos hasta que alguien le dijo que era de un metal de origen francés al que se le agregaba vanadio, como ninguna fundición en Estados Unidos podía hacer placas con esta combinación, viajó a Inglaterra donde encontró una fábrica que le proveyó de ese material, con lo que sus autos se hicieron más livianos y resistentes, ¡gracias a eso superó a sus competidores rápidamente! Si Ford y Honda no hubieran observado, no tendrían millones de dólares, definitivamente prestar atención era un ingrediente necesario para el éxito. Conforme voy aprendiendo del éxito me doy cuenta que son muchos factores los que permiten a las personas alcanzarlo, la observación no serviría de nada si no se acompaña con la ambición, por eso, si deseo más, mi mente buscará cómo lograrlo, pero si me conformo, ya no trabajará más, pues supone que todo está ya escrito. Esos factores podemos aprenderlos de otros, tal como hizo Honda, quien relataba que de niño le confesó a su padre la admiración por Napoleón Bonaparte, personaje que sería su motivación, tal como él dijo: Supe que Napoleón era de orígenes modestos, que quizás su familia vivía de manera muy pobre. Por tanto no era necesario 64
LA SENDA DEL ÉXITO
nacer noble o rico para triunfar en la vida. Había otras cualidades que daban derecho al éxito. El coraje, la perseverancia, el gusto soñador por la ambición. La ambición, el coraje y la perseverancia acompañaron a Honda, quien se identificó con Napoleón hasta en su estatura: Físicamente me lo imaginaba como un hombre tan grande y fuerte como su poder y su fama. Cuando años más tarde, me enteré, leyendo libros de historia, de que era de baja estatura, no me decepcioné. Yo mismo no era muy alto y me resultaba evidente que no se mide la grandeza de un hombre por su estatura física, sino por sus actos, por la huella que deja en la historia de los hombres. La vida de Honda me había parecido estupenda, le agradecía a Héctor por haberme dado esa gran recomendación. Yo me identificaba con Honda, era autodidacta, deseaba fervientemente tener éxito, me gustaba preguntar y ya me estaba formando el hábito de la perseverancia. Con toda mi investigación estaba aprendiendo que si deseaba tener éxito iba a estar solo, pocas personas te siguen cuando tu camino es incierto, todos quieren la seguridad, detestan apostarle a un futuro dudoso. Por eso pocos son millonarios, ya que unos cuantos dejan atrás la comodidad para construir un imperio. Los exitosos han aprendido a dejar de escuchar las “opiniones pesimistas” a las que se refería Honda. Muchas personas te desalientan sin desearlo, ya que es su miedo el que habla por ellos, pocas personas toman el control de sus temores y siguen avanzando, he aprendido que aunque la duda te paralice, debes encontrar la forma de seguir caminando, las personas exitosas que he entrevistado han seguido adelante con sus metas, aunque aparentemente todo está en su contra. 65
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
La ambición es ese motor que nos obliga a continuar, aunque todo parezca que está en nuestra contra, las personas que no son ambiciosas se conforman con poco. ¿Qué hubiese pasado si los personajes que cambiaron la historia se conformaran? Si los hermanos Orville y Wilbur Wright, pioneros de la aviación, hubiesen hecho caso a todas las personas que les aseguraban que un vehículo más pesado que el aire nunca podría volar, no estarían en la historia. Siempre habrá un puñado de “rebeldes” que se oponen al pensamiento general, tomando a la ambición como fuerza primaria. Si no tenemos ambición alguna seremos presa fácil de otro, que nos proporcionará una motivación, aunque sea inadecuada. Como una mula que necesita un golpe para andar, así transitan por los distintos caminos miles de personas necesitando que alguien los incite a hacer algo, muchas veces contra su voluntad. Al carecer de ambición cualquiera podrá convencernos, ya que no esperaremos nada, ni estaremos comprometidos a alcanzar alguna meta. Estoy decidido a ser ambicioso, aunque a muchos les asuste esa palabra, que confunden con algo negativo, ¿será acaso que así se nos ha enseñado para que no exijamos nada y sólo nos conformemos? Desde este momento me declaro ambicioso como Honda, para lograr alcanzar todas mis metas y ser alguien diferente a los demás, poseedor de miles de herramientas que me acercarán al éxito. No esperaré que alguien me motive, ya que me he dado cuenta que sólo yo puedo darme ánimos y motivarme a avanzar. Miles de personas buscan pareja para que ella o él las motive, pero ellos desean lo mismo, entonces se encuentran en serios problemas, es como si dos bebés trataran de sobrevivir solos, ambos tienen necesidades, pero ninguno puede satisfacerlas. 66
LA SENDA DEL ÉXITO
Aprender todo lo referente al éxito me ha motivado, me siento más lleno de energía que antes, incluso las palabras hirientes de las personas a mí alrededor no me dañan como antes, ¡eso es excelente! Les voy a demostrar que aún puedo hacer más, tal como Honda, seré el Napoleón de mi comunidad.
67
IMITA LOS HÁBITOS DE LOS MILLONARIOS En mi búsqueda de cómo atraer la riqueza, decidí que debía conocer cómo actuaba un millonario, para utilizar sus estrategias a mi favor. Investigué bastante y entrevisté a varias personas que tenían empresas de gran renombre, lo que encontré fue muy interesante. Contra lo que muchos piensan, los millonarios tienen un estilo de vida modesto: gastan menos de lo que ganan e invierten el resto. Los medios de comunicación nos han sugestionado a que el rico gasta todo su dinero en cosas absurdas, pero en realidad evitan los gastos irracionales, planean en qué invertirán y, por supuesto, reducen al máximo sus desembolsos. Todos los millonarios que entrevisté tenían una casa sencilla, pero poseían varias que rentaban para obtener dinero. Les preocupaba vivir en una mansión ya que gastarían mucho en su mantenimiento, por eso preferían casas pequeñas, donde no dedicarán grandes sumas de dinero en su sostenimiento. Prefieren ropa duradera antes que una de cierta marca, conducen autos familiares con bajo consumo de gasolina, la mayoría de veces procuran adquirirlos usados, ya que mencionan que los nuevos se devalúan rápidamente. Están interesados en su libertad financiera, por eso evitan proyectar un estilo de vida lujoso entre amigos y socios. No les importa el “qué dirán”, prefieren la seguridad económica, eso les hace tener más dinero ya que no adquieren cosas que reflejen cierto estatus pero que les restarían sus riquezas. 69
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Los millonarios saben cuánto gastan anualmente en necesidades básicas como comida, renta y vestido, ya que hacen un presupuesto anual que revisan mes con mes, además tienen metas a corto y largo plazo. Dedican mucho tiempo a planificar sus finanzas y a descubrir nuevas formas de ganar dinero. Utilizan eficientemente su tiempo, dinero y energía, por eso evitan gastarlos sin sentido, evaden las actividades donde pierdan esos recursos y no piden préstamos. Los ricos buscan tener todo bajo control, pero la clase media tiende a preocuparse por asuntos que están más allá de su control, esto aumenta sus niveles de frustración y sus sentimientos de desesperación. Aunque la mayoría de personas se enfocan a tener altos ingresos, la clase media busca consumir, mientras los ricos se centran en cómo producir más riqueza. Llegué a una gran conclusión: ¡Los ricos desean más riqueza! Mientras la clase media y los pobres buscan cómo gastar lo obtenido, es decir, se enfocan en el consumismo. Con esta premisa, le pregunté a varias personas de la clase media: ¿qué harías si fueras millonario?, la gran mayoría dijo sin pensar: “me lo gastaría”, cuando les pregunté a los ricos ¿qué harían si adquirieran más riqueza?, la respuesta unánime fue: “invertirlo”. Una mujer de 25 años de clase media me dijo: “Yo me compraría una casa bonita y grande, tampoco una mansión, ya que requiere mantenimiento y para eso dinero y no me lo gastaría sólo en la casa sino también en ropa, zapatos, pagar deudas y no sé qué más”. Su respuesta denotó gastos, aunque evitaría los relacionados con el mantenimiento de una mansión, siempre estuvo presente la dilapidación. Otra mujer, de 30 años, mencionó algo semejante: “Lo primero que haría sería renunciar a mi trabajo, me compraría unas propiedades y me iría a viajar”. Pocos mencionaron algo relacionado con ahorrar e invertir, una persona incluso dijo que “he soñado con un momento así varias 70
LA SENDA DEL ÉXITO
veces, si sucediera, dejaría de trabajar y descansaría todo el tiempo”. ¿Por qué muchas personas no podían ser ricas? Simple, porque no seguían los hábitos de los millonarios. Para tener dinero debemos ser frugales, planificar nuestros gastos e invertir nuestras ganancias, impedir que nos seduzcan los lujos, la desidia y el conformismo, el éxito depende de imitar las acciones de los ricos.
Para ser feliz no sólo necesitas darte cuenta de tus errores, debes estar dispuesto a hacer algo para mejorar. 71
RETRASAR LA GRATIFICACIÓN: UNA HABILIDAD QUE TODOS DEBEMOS DESARROLLAR En cierta ocasión mi madre fue invitada a un pueblo a una fiesta comunal. En ella, conocí a Jonás, un agricultor muy inteligente. Él me dijo que el problema de la mayoría de personas era que gastaba el dinero que aún no ganaba en cosas absurdas. Jonás no entendía por qué cientos de personas compraban una televisión más grande cuando con una pequeña bastaría, pero lo peor era que la adquirían con recursos que no les pertenecían. - “Los vendedores los animan a llevárselas aunque no tengan dinero para tenerlas”, decía, “y lo peor es que ellos acceden, es como si comieran un platillo antes de prepararlo”. Jonás recordó a su padre quien le enseñó algo muy básico pero esencial: Primero escoges la tierra que has de de sembrar, investigas qué producto es el que necesita la gente para sembrarlo y poder venderlo, si el terreno es el adecuado para él, lo preparas. Colocas las semillas y riegas. Cuando esté lista tu producción recoges y vendes. Para Jonás este procedimiento se aplicaba también para alcanzar el éxito y atraer la riqueza, “no puedes comerte la cosecha antes de tenerla”, afirmaba. Tenía razón. Muchas personas han olvidado que la gratificación llega cuando hemos cumplido cierta tarea. Conozco una joven 73
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
que comenzó a trabajar mientras estudiaba en una univesidad, en el primer mes ya tenía contratada una línea telefónica, tenía una suscripción a un videoclub y adquirió ropa a crédito en una tienda, ¡recién comenzaba a ganar dinero y ya tenía deudas! Ella suponía que el dinero que ganara pagaría esos servicios y productos, es cierto, lo haría, pero si pudo vivir tanto tiempo sin ellos, ¿por qué ahora tenerlos? La respuesta es simple: suponía que “se los merecía”, es decir, se estaba gratificando antes de haber trabajado para ello. Esta forma de actuar es una trampa muy común. Jonás lo ejemplificó con una gran metáfora: muchos se comen la cosecha antes de tenerla. Miles de personas suponen que deben gratificarse inmediatamente, los millonarios saben que deben esperar para hacerlo. Éstos últimos construyen varias formas de ingreso económico y con lo obtenido se gratifican, los pobres se gratifican y después buscan cómo cubrir los gastos resultantes. Investigando sobre esto, encontré algo muy interesante en Internet, una nota de una mujer que se queja porque una empresa le cobra un préstamo: Hace cuatro meses me enviaron por correo una publicidad de un banco. En ella me decían que ya tenía preautorizado un crédito con ellos, esto por ser tarjetahabiente y tener mis pagos puntuales. Me pongo en contacto y amablemente me manifiestan que es afirmativo y que tengo un límite determinado para un crédito y lo puedo pagar en 12 y 36 meses. Les dije que me interesaba. A los 15 minutos me indicaron que el préstamo ya había sido autorizado y que me enviarían el dinero en 24 horas. Realicé mis pagos cada mes y por cosas del destino me atrasé tres mensualidades. Después de ese tiempo me hablaron de una empresa de cobranza indicándome que mi préstamo re74
LA SENDA DEL ÉXITO
fleja un atraso de 90 días y que la tarjeta ya había sido cancelada por el adeudo. Ahora me exigían la liquidación total del préstamo y la tarjeta. Les dije que no tengo dicho capital. Hasta la fecha me siguen llamando exigiendo el pago, me acosan y amenazan todos los días… Esto refleja muy bien lo que me comentaba Jonás, la mujer gastó esa cantidad de dinero sin ser de ella, ahora no podía pagarla. Como se había gratificado antes, ahora sufre las consecuencias. Estos casos se repiten diariamente, personas que aceptan préstamos que no pueden cubrir, es decir, se comen la cosecha antes de que germinen las semillas. Cuando hablé de este caso con mi profesor de economía, Jorge, me dijo algo sumamente interesante: - “La mayoría de personas no sabe utilizar un préstamo”, afirmó, “el 99% de personas no necesita tarjetas de crédito, pero las solicita, si han podido vivir sin ellas muchos años, ¿por qué solicitarlas cuando no las necesitan?”. - “Pero son útiles para comprar algunas cosas”, dije. - “Nos ahorran tiempo, pero también nos proporcionan dolores de cabeza si no las sabemos utilizar”, dijo. Me explicó que todos los productos o servicios se podían adquirir depositando a una cuenta bancaria o pagando en efectivo, sin necesidad de tarjetas de crédito, pero la mayoría de personas creía que ellas les proveían de dinero rápido sin esfuerzo. Desafortunadamente así era, todos los que conocía que manejaban una tarjeta de crédito, tenían problemas para pagarla, mi profesor me explicó que esto se debía a que ellos no conocían su funcionamiento. 75
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “El ´dinero plástico´ es un invento de los bancos para tener a las personas trabajando para ellos”, me dijo, “como es dinero fácil, ninguna persona duda en utilizarlo, cuando lo hace debe pagarlo al banco, entonces comienza a pagar intereses generados por el préstamo, esto se convierte en un círculo vicioso, la persona no puede pagar y sólo paga intereses, parte de su sueldo se va para pagar lo que debe, entonces el banco las tiene trabajando para ellos”. ¡Esto era simple pero funcionaba! El banco no los obligaba a aceptar las tarjetas de crédito o los préstamos, por tanto era una decisión de los consumidores, ¡ellos y sólo ellos optaban por trabajar para el banco sin paga alguna! Uno de los comerciantes que había entrevistado tiempo atrás me dijo algo sumamente importante: “nunca he pedido un préstamo, si deseo algo, trabajo para obtenerlo, sólo si tengo dinero compro algo”. Está de más decir que esta persona no tenía ninguna tarjeta de crédito. ¿Entonces no debemos tener una tarjeta de crédito? Mi profesor me explicó que debíamos saber manejarlas: - “Supongamos que has decidido vender por Internet, para ello necesitarás un ordenador y una conexión a Internet, pero tú no tienes ordenador, ¿qué haces? Mediante una tarjeta de crédito adquieres una a meses sin intereses, pagas puntualmente y ese instrumento financiero te ayuda a cumplir tu meta”, dijo. - “¿Pero cómo la pagaré?”, pregunté. - “De lo que obtengas de tus ventas, es decir, tus clientes pagarán por tu ordenador” me explicó. El proceso era simple, yo adquiría una deuda que otro pagaba. Era diferente si yo compraba ropa a meses sin intereses, ya que la vestimenta no me la pagarían los clientes, ¡ella no me daría nada! 76
LA SENDA DEL ÉXITO
-“Cualquier producto o servicio que adquieras debe darte dinero o por lo menos no quitártelo”, afirmó el profesor categóricamente, “si te lo quita significa que es un gasto, si te proporciona dinero, es una inversión”. El profesor tenía razón, todo lo que se adquiere debería pasar por ese filtro: si nos proporciona dinero, es una inversión, si nos lo quita, es un gasto, ¡por eso habían muchas personas sufriendo por el dinero! Ellos no conocían esta sutil diferencia. Miles de individuos piden préstamos para ropa costosa, autos de lujo o servicios que no les darán dinero, pero sí se los quitarán, pocas personas usan el dinero para producir más dinero, a estos se les llama millonarios. Entonces, ¿podemos gratificarnos? Lo que había aprendido era simple y poderoso: Puedes gratificarte, pero sólo cuando ya tengas personas que paguen esa gratificación, nunca antes.
77
INCREMENTA TUS INGRESOS Y REDUCE TUS GASTOS La conversación con mi profesor Jorge me había aclarado muchas dudas, ahora me daba cuenta del por qué muchas personas adquirían deudas y sólo pocas acrecentaban su riqueza. Todo aquel que desee ser rico debería encontrar la forma de incrementar sus ingresos y reducir sus gastos, de repente una idea surgió en mi mente, dibujé entonces un árbol, con muchas ramas pero con pocas raíces.
Las ramas representaban los gastos de una persona, las raíces los ingresos, como la mayoría de personas tenía muchas salidas y pocas entradas de dinero, tenía serios problemas económicos. Un árbol con pocas raíces no podría resistir el peso de sus ramas y se caería, había visto muchos árboles en la ciudad que les pasaba esto. Fui con el profesor Jorge a mostrarle mi incipiente teoría económica. 79
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Tienes toda la razón”, dijo admirado, “nunca había pensado en ejemplificarlo de esa forma. Efectivamente la gran mayoría de personas llena las ramas de productos o servicios que son inútiles, pocos buscan fortalecer sus raíces para evitar los problemas económicos”. - “¿A qué se debe esto?”, le inquirí. - “Son muchas razones, una de ellas es la educación que se nos da desde casa, incluso si no es formal. Cualquiera de nosotros nos damos cuenta cómo viven nuestros padres, si ellos gastan mucho dinero, lo más probable es que lo hagamos también cuando seamos adultos. Utilizando tu ejemplo, si sólo vemos que siembran árboles sin fortalecer sus raíces, eso haremos también, siempre buscaremos repetir lo conocido”, dijo con un rígido semblante. Anteriormente ya había escuchado la importancia de seleccionar nuestros modelos para imitar. Desafortunadamente lo que vivimos de niños determinaba nuestro futuro, pero teníamos la opción de darnos cuenta y comenzar a cambiar. Si vimos a nuestros padres sembrar árboles con pocas raíces, podíamos hacer lo contrario. Dibujé mi árbol ideal:
80
LA SENDA DEL ÉXITO
Si deseaba conseguir el éxito debía tener más ingresos que gastos, ¡eso es lo que hacían los millonarios! Mi árbol debía tener más raíces que ramas, así podría crecer fuerte y seguir soportando las ramas que surgieran después. Decidí llamar a mi reciente creación “el árbol del flujo de dinero” ya que representaba cómo se utilizaba el capital que poseíamos o tendríamos en el futuro, al profesor Jorge le agradó mucho ese nombre. “Desde este momento utiliza ´el árbol del flujo de dinero´ en tu vida”, dijo, “anota en las ramas los gastos que tengas y en las raíces los ingresos, así te darás cuenta de cómo fluye el dinero en tu vida y decidirás cuándo debes cortar las ramas y colocar más raíces”. El profesor me solicitó permiso para poder utilizar mi esquema en sus clases, con gusto se lo otorgué, ¡yo quería seguir ayudando a más personas a salir de la trampa de la pobreza! A partir de mi diagrama me di cuenta que la fórmula de la riqueza era tener más raíces que ramas, es decir, deberíamos incrementar nuestros ingresos y disminuir los gastos. Reflexionando un poco sobre esto me di cuenta de algo que nunca le había puesto atención, muchas personas hacían gastos innecesarios. Ese día decidí ir a un supermercado para observar cuántas personas adquirían cosas inútiles o que les quitarían dinero en el futuro. No tardé mucho en mi “puesto de vigilancia”, una mujer con exceso de peso llevaba repleto el carro de supermercado con productos denominados “chatarra”, ellos, en lugar de proveerle salud, se la quitarían, haciéndola gastar en médicos y medicinas. Otra persona llevaba productos enlatados y pan industrializado, uno más tenía lleno su carro con una variedad de latas, decidí pre81
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
guntarle a éste por qué no consumía productos naturales, el me dijo que “no tenía tiempo de cocinar”. ¡Ya había identificado otro círculo vicioso! Al trabajar hasta el cansancio por el dinero descuidaban su salud, cuando se enfermaban necesitaban dinero, que conseguían trabajando más, ¡y el ciclo seguiría indefinidamente! Al parecer nadie se detenía a pensar qué productos le harían ganar dinero o perderlo, sólo actuaban, ese era un error que pagarían muy caro en el futuro. Trabajar sólo por obtener dinero era un absurdo, había tenido profesores que odiaban estar trabajando en una escuela, pero tenían que hacerlo al no encontrar otro empleo, no eran los únicos, basta observar fuera de una empresa para ver salir a los empleados, la mayoría salen agachados con la mirada baja, sin ánimos. Yo no deseaba trabajar en algo que odiara, por eso debía seguir investigando sobre cómo obtener el éxito, mi futuro estaba en juego.
82
PENSAR ES REALMENTE EL TRABAJO MÁS ARDUO QUE EXISTE Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá esa sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen. Henry Ford. Esta cita de Henry Ford me agradaba bastante desde que la conocí, pero fue hasta que comencé este recorrido que tuvo mayor significado en mi vida. A lo largo de mis pocos años de existencia había observado a muchas personas trabajar largas jornadas para obtener un poco de dinero, en cambio unos cuantos dedicaban mucho tiempo a pensar para obtener grandes riquezas. Los grandes millonarios habían dedicado bastantes horas a pensar cómo obtener ganancias, pero el grueso de la población sólo actuaba, sin meditar antes sobre sus actos. Héctor, mi amigo millonario me dijo que en una ocasión, cuando era joven, deseaba adquirir unas monedas de plata que vendían en una casa de empeño. Dedicó varias horas entre clase y clase de universidad para descubrir cómo obtenerlas. Como pasaba cerca de esa casa de empeño se dio cuenta de algo, si él deseaba algo de ahí, otros también lo harían. Entró sin dudarlo y pidió permiso para tomar fotografías a los objetos que vendían, les explicó a los dependientes que iba a ayudarles a venderlos con sus compañeros. Pronto tenía un negocio andando, ¡sin invertir absolutamente nada! Por supuesto adquirió las monedas de una onza de plata. Él afirma que fue gracias a dedicar unas horas a pensar, “si hubiese buscado 83
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
un trabajo temporal para comprarlas probablemente habría tardado meses en hacerlo, en cambio las conseguí en pocos días gracias a cavilar un poco”, dijo sonriente. Millones de personas suponen que el dinero se canjea por trabajo físico, pocos saben que es más importante el trabajo mental. Ojalá todos se dieran cuenta de ello, así todos podrían ser partícipes de la abundancia que nos rodea. Burrhus Frederic Skinner, psicólogo estadounidense, escribió en su famoso libro “Walden Dos” algo muy revelador: Salimos por el campo hacia el sur, pasando muy cerca de un rebaño de ovejas relativamente grande. Las ovejas se encontraban rodeadas por una especie de cerca formada por una simple cuerda, la cual tenía, de vez en cuando, trozos de palo en forma de cola de milano, y estaba sostenida por postes formando un cuadrado. Rogers hizo un comentario sobre esa forma tan rara de tener a las ovejas. —Queríamos aumentar la extensión de nuestro césped en el jardín de entrada —explicó Frazier—, pero está demasiado cerca de los edificios para servir de pasto normal a las ovejas. Lo usan mucho los niños. De hecho, lo utilizamos también como césped de jardín. […] Resolvimos el problema con una cerca eléctrica portátil que pudiera utilizarse para mover el rebaño de ovejas por el césped como una segadora gigante, pero dejando libre la mayor parte del prado en cualquier momento deseado. Por la noche las ovejas se llevan al otro lado del riachuelo con el grueso del rebaño. Pronto nos dimos cuenta de que las ovejas se mantenían dentro del cuadrado y sin tocar la cerca, por lo que ésta ya no necesita estar electrificada. De modo que pusimos una cuerda, que es más fácil de transportar. —¿Y las crías? —preguntó Bárbara, volviéndose un poco y mirando a Frazier con disimulo. —Se las deja sueltas —confesó Frazier—, pero no causan molestia alguna y pronto aprenden a estar con el resto del rebaño. 84
LA SENDA DEL ÉXITO
Lo curioso es... a ti esto te interesará, Burris... lo curioso es que a la mayoría de estas ovejas nunca les ha dado calambre. La mayoría nacieron después que quitamos el alambre. Se ha hecho ya costumbre entre nuestras ovejas no acercarse nunca a la cuerda. Las crías lo aprenden de sus mayores, cuya sensatez nunca ponen en tela de juicio. En todo el libro, Skinner, enfatiza el poder “educador” que tiene la sociedad con nosotros, así como las ovejas, a la gran mayoría de personas se les ha enseñado a trabajar por dinero, nunca lo cuestionan. Los pocos que se atreven a salir de ese rebaño comienzan a aprender realmente. Los padres educan a sus hijos que a su vez lo harán con los suyos, nunca se detienen a pensar si es correcto aquello que suponen como tal. Sólo basta visitar una oficina para darnos cuenta de que el 80% de trabajadores sólo se mueve de un lado a otro, para que su jefe suponga que “trabaja”, aunque su labor la pueda realizar en poco tiempo y con menor esfuerzo. Ese porcentaje ha aprendido que los deben ver en actividad, aunque no sean productivos. Por eso las empresas exitosas de informática han cambiado esos paradigmas de trabajo. A sus empleados se les solicitan resultados, no horas de trabajo. Si alguien termina un proyecto en dos horas, puede hacer lo que le plazca con el resto de horas, no hay un horario que “cubrir”, sino procesos que descubrir. A eso se refiere Skinner, a que muchos esperan a que alguien con “autoridad” les diga qué hacer, ¡por eso hay tan pocos seres pensantes! Millones esperan que otros les ofrezcan soluciones. ¡Si no piensas, estarás a merced de alguien que sí lo hace! Los millonarios que entrevisté dedican muchas horas a pensar. No sólo sobre qué negocios realizarán, si no hasta en la compra de sus víveres, con esto gastan menos y seleccionan sólo aquellos productos que les ayudarán en su salud, evitando los que se la mermarán.
85
DEJA A UN LADO EL PENSAMIENTO MÁGICO Me entrevisté con Rubén, un profesor universitario que tenía una empresa fructífera en la ciudad. La persona que me recomendó hablar con él me advirtió que este profesor era muy sarcástico, para muchos rayaba en lo intolerante. Asistí a la universidad donde impartía una cátedra sobre negocios, él ya sabía que iría así que me esperaba. Lo abordé cuando salía de la clase, varios alumnos lo seguían preguntándole más sobre su ponencia, él sonreía y les respondía a todos. Cuando quedó solo me acerqué. - “¿Cómo estás?”, preguntó afable, “¿Listo para aprender un poco más sobre el éxito y la riqueza?” - “Por supuesto”, respondí entusiasmado, “siempre estoy preparado para ser mejor”. Caminamos por el jardín del recinto educativo, los espacios verdes eran estupendos para sostener una gran conversación respecto a los temas que me llevaban allí. Después de intercambiar alguna información social –qué estudiaba, cómo había empezado en esta empresa y demás datos obligados- comenzó un soliloquio: Siempre he pensado que la escuela debe cambiar. Surgió para dominar y sigue haciendo algo semejante. La educación básica es un ejemplo claro de control de las masas, en ella se enseña cómo “obedecer” a ciegas, sin preguntarse para qué o por qué. 87
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Desafortunadamente está hecha para controlar al alumno, matar su interés innato por aprender, matar su iniciativa -obedecen a ciegas, sin reflexionar- y hacerlos irresponsables. La escuela tradicional, es decir, la actual, convierte a los sujetos en entes pasivos, sin creatividad y por supuesto sin iniciativa. Esto sólo provocará más caos. Un sujeto sigue pensando que fuerzas externas son las responsables de su éxito o fracaso… - “¿Fuerzas externas?”, interrumpí. - “Si, basta ver a una persona comprando un amuleto para la buena suerte para darnos cuenta”, dijo, “la buena o mala suerte – si es que existen- se construyen, no se espera a que ocurran. Pero ese pensamiento mágico de muchos es el que los está llevando al desastre”. - “¿Es por ese pensamiento mágico que muchas personas ruegan a un ser superior para que les conceda algo?”, volví a preguntar. - “Así es, la gran mayoría sigue viviendo en la época de las cavernas, donde un fenómeno tenía una explicación absurda”. Rubén afirmaba que hace miles de años, cuando sucedía un evento, los habitantes buscaban una explicación para él, como no la obtenían, atribuían el por qué a un ser superior, por eso existían tantos dioses. “Las personas siguen llevándoles ofrendas y haciendo sacrificios para solicitarles dinero o éxito”, dijo sonriendo, “¡seguimos en la edad de las cavernas! ¡El pensamiento mágico es el que rige!”. Me explicó que muy pocas personas se daban cuenta que el éxito era personal e interno, la gran mayoría creía, como en la antigüedad, que era resultado de fuerzas desconocidas que se encontraban fuera del individuo. Reflexioné un poco y reconocí que su aseveración tenía bastante lógica. 88
LA SENDA DEL ÉXITO
Yo conocía cientos de personas que se quejaban de su “suerte”, pero no hacían nada por mejorarla, se conformaban con pedirle a alguna divinidad que les ayudara. Recordé haber visto un video de una conferencia de Nick Vujicic, un australiano que nació sin piernas ni brazos, donde afirmaba que muchas veces le pidió a un ser superior que le diera piernas y brazos, obviamente nunca sucedió, pero aprendió que su condición significaba un reto, por lo que no sólo aprendió a vivir con ella, sino que ahora hace miles de actividades que podrían parecer imposibles para alguien con esa problemática, como surfear o nadar. Si todos los que buscan que su suerte cambie, hicieran algo para que efectivamente cambiara, tendrían aquello que anhelan. Pero son más los que se sientan a esperar por un cambio. Rubén tenía toda la razón, millones de personas tenían un pensamiento mágico, ese era un obstáculo para su éxito, si no se desprendían de él, nunca tendrían éxito. - “Conozco personas que compran un boleto de lotería y van a orar para que se les conceda ganarse el premio mayor”, dijo, “pero nunca los veré trabajando para obtener ese dinero”. - “Muchos lo quieren todo fácil”, mencioné. - “¡Y todo es fácil! Sólo que falta conocer cómo lograrlo”, exclamó, “la mayoría de millonarios nunca ha ganado un premio de lotería, pero ha sabido cómo ganar dinero rápidamente y con poco esfuerzo”. Para Rubén era muy importante el darnos cuenta, así como me había enseñado Héctor, que “si nos detuviéramos a analizar la historia, encontraríamos cientos de claves para ser exitosos, pero en la escuela sólo memorizamos datos, nunca se nos incita a reflexionar sobre ellos”, dijo. El pensamiento mágico nos obligaba a esperar a que alguien más nos solucionara nuestros problemas, cuando somos nosotros los que debemos encontrar la solución a ellos. 89
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Investigando un poco más sobre este tema, encontré una investigación de Richard Wiseman, psicólogo del Reino Unido, en la cual demuestra que las personas “con suerte” ven cosas que las personas sin ella no. Según ésta, aquellas que supuestamente tienen suerte, lo que hacen es observar todo a su alrededor, entonces, sin problema alguno, detectan oportunidades que a los demás pasan desapercibidas. Este investigador hizo un experimento con los primeros y segundos, en un periódico insertó un anuncio donde invitaba a los lectores a llevarlo para canjearlo por cierta cantidad de dinero, el grupo de los afortunados fue el único que lo llevó, los otros no lo leyeron. Ahora entendía más sobre el éxito, no era que algunos estuvieran destinados a él, éramos nosotros los que construíamos nuestro destino. Conozco a muchas personas que a diario se preocupan por su situación financiera, muchos no duermen pensando en las deudas que tienen, otros piensan una y otra vez en los errores que han cometido. Cientos quisieran tener “un buen empleo”, otros desearían ganarse la lotería... ¡Deseos, complacencia y búsqueda de culpables! ¡Por eso no pueden encontrar una solución efectiva a sus problemas!, sólo se enfrascan en repetirse una y otra vez sus errores esperando una solución mágica. Debbi Fields, una empresaria que creo Mrs. Fields Bakeries, una reconocida marca de galletas en Estados Unidos y algunas partes del mundo, afirma que cuando abrió su primera tienda de ese producto las primeras dos horas ningún cliente entraba a su establecimiento, entonces tomó una charola con galletas y salió a venderlas a la calle, invitando a los compradores a realizar adquisiciones futuras en la tienda. Fields no esperó a que los clientes entraran, ¡pasó a la acción! En cambio, miles de personas esperan que alguien entre a sus establecimientos sin actuar para que eso suceda. Por cierto, Fields era ama de casa, insatisfecha con lo que hacía, como ella dijo: “Yo estaba muy feliz de ser un ama de casa, estaba 90
LA SENDA DEL ÉXITO
orgullosa de estar ahí para mi marido, pero no necesariamente me sentía muy bien”. Una noche todo cambio para ella. Fue a cenar con su marido a la casa de un amigo de la familia, él la llevó a la biblioteca y le preguntó: “Debbi, ¿qué estás tratando de hacer exactamente con tu vida?”. Ella no supo que contestar. El amigo la regañó por ello y ella dijo para sí: “Nunca más. Nunca más quiero sentir lo que siento ahora”. Esa noche tomó la decisión de entrar en el negocio de galletas, Fields diría el por qué posteriormente: “esa era mi vocación, eso era lo que podía hacer mejor”. Quedarse conforme, como lo hacen millones de personas, no la hubiera empujado hacia la riqueza. Un millonario toma acción cuando los demás se quejan de la situación y gana dinero mientras los pobres reclaman a todos, incluyendo al gobierno. Si no pasamos a la acción nunca podremos ganar dinero. Hay muchas formas de pereza, una de ellas es el conformismo, si no hacemos nada para cambiar, nunca alcanzaremos el éxito.
91
ENFÓCATE EN TRIUNFAR, NUNCA EN FRACASAR Tomás llegó a mi casa muy contento, había leído un artículo en Internet que le pareció sumamente interesante, se refería al llamado factor Wallenda. Karl Wallenda era un caminante de alambre entre dos edificios sin red o protección alguna que viajaba por el mundo mostrando a las personas su habilidad. Según su esposa, él nunca pensaba en caerse, ese era su secreto, se enfocaba en su acto, nunca en las consecuencias de éste. Pero una noche, antes de hacer una caminata entre dos torres de un hotel, le confesó a su pareja que por primera vez estaba pensando en la caída. Al día siguiente cayó y murió. A partir de este suceso algunos investigadores comenzaron a analizar el caso del equilibrista, nombrando factor Wallenda cuando alguien se enfoca solamente en el miedo o el temor de fracasar. - “Hoy aprendí que si nos enfocamos en fracasar eso sucederá”, dijo Tomás. - “Así es”, le respondí, “pero si nos enfocamos en triunfar, lo lograremos”. Héctor me había enseñado bastante al respecto, él decía que la mayoría de personas no piensa en el éxito, al contrario, se sienten impotentes aún antes de empezar. Esto sucede porque dejan que el miedo aparezca e inunde su mente. Wallenda se había enfocado en caer y eso ocurrió, antes de ese fatídico suceso, su concentración estaba en alcanzar su meta propuesta. 93
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Mi amigo Héctor afirmaba que millones de personas se enfocaban en la pobreza y así, aunque aparentemente buscaran la riqueza, nunca salían de ella. Esas personas dejaban que el miedo las invadiera, internamente se repetían una y otra vez que la riqueza no era para ellos, entonces no lograban avanzar. Pero otros se enfocaban en tener más y más dinero, obviamente ellos lo encontraban a cada paso que dieran, puesto que tenían todos sus recursos dirigidos a esa meta. Su pensamiento era de abundancia y dondequiera la encontraban. Yo quería ser un triunfador, esa era mi meta. A diario me enfocaba en cómo lograrlo y, aunque a veces las dudas me invadían, acallaba esos pensamientos. Sabía que aquellos que no lo hacen corren el riesgo de sufrir una caída como Wallenda. - “Un cazador siempre está pendiente de dónde podrá salir una liebre”, dijo Héctor en una ocasión, “se consideran cazadores, actúan como cazadores y piensan como cazadores”. - “¿No sólo hay que desear ser un cazador, sino actuar como él?”, pregunté. - “Así funciona todo, cuando te decides a hacer algo, todo tu ser debe buscarlo, no sólo desearlo”, respondió, “esa es la clave del éxito, imagínate si un cirujano dudara de su trabajo, ¡él tiene que tener confianza plena en lo que hace!, no le debe importar quién es el paciente, sólo hacer bien su trabajo”. Cuando tengamos una meta, debemos enfocarnos en ella, ¡vivir para ella!, aunque las dudas aparezcan, debemos confrontarlas y no permitir que sigan avanzando, sólo así lograremos alcanzar lo deseado. El miedo es una reacción natural de nuestro organismo, nos previene de amenazas y nos protege de ciertos peligros, pero no debemos dejar que nos paralice, debemos actuar muchas veces con cautela, pero nunca permitir quedar inmóviles por el temor. 94
LA SENDA DEL ÉXITO
Aquel que está enfocado en triunfar pronto lo logrará, pues su mente le mostrará cientos de oportunidades que otros pasan por alto, es como el buen cazador, que ve las presas antes que los demás, por la destreza que ha desarrollado. - “Hace tiempo conocí a un vendedor de automóviles, él me relató una historia por demás interesante. Resulta que en una ocasión llegó al negocio un campesino que vestía sombrero de paja y ropa sucia, sus compañeros vendedores se reían en complicidad sin acercarse a él ya que suponían que no compraría nada”, me expuso Héctor. - “¿Y qué pasó?”, pregunté. - “Como este vendedor no participaba en sus burlas, se acercó al campesino a preguntarle amablemente por qué vehículo estaba interesado, entonces él le dijo que le interesaba una camioneta de carga, el mercader le mostró las que tenían y pronto se decidió por una, le preguntó sobre su mejor precio y le solicitó tres del mismo modelo”. - “¡Obtuvo una gran ganancia por estar atento!”, exclamé. - “Así es, ese vendedor estaba listo para vender, por eso no se dejó llevar por las apariencias, en cambio sus compañeros permitieron que sus voces los llenaran de pensamientos absurdos respecto al comprador, por eso perdieron a ese cliente”. Mi amigo me explicó que si estamos enfocados en triunfar, nos daremos cuenta de grandes oportunidades, aquellas que otros dejan pasar por no estar preparados para ello. - “Un buen vendedor sabe que cualquier persona puede ser un comprador”, dijo, “pero un mal vendedor supone que sólo ciertas personas le comprarán, por eso pierde ventas. Nunca sabes cuándo una persona te adquirirá un bien, por eso debes tratarlo con gentileza, ya que aunque no tenga el dinero suficiente, algún día lo tendrá y entonces te buscará para obtenerlo”. 95
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Nunca juzgues al libro por su portada”, mencioné. - “Así es, un buen cazador nunca sabe donde brincará la liebre, por eso siempre está atento”, puntualizó. Con todo lo que había aprendido, estaba decidido a enfocarme a triunfar y nunca permitir que mi mente pensara en el fracaso.
Una mente inquieta es la responsable de los más grandes inventos.
96
ENTRENA TU CEREBRO PARA ADQUIRIR RIQUEZAS En una reunión con Héctor me preguntó algo peculiar: “¿Por qué los ricos pueden fracasar en los negocios, quedarse en bancarrota y volver a ser millonarios?” Él afirmaba que si a un pobre le ocurriera algo semejante sería muy difícil que tuviera éxito, pero si a un millonario le ocurría, rápidamente volvía a levantarse. Me hizo reflexionar sobre mi aventura para alcanzar el éxito. - “Cuando comenzaste a investigar, ¿qué miedos cruzaron por tu mente?”, preguntó. - “Varios, entre ellos, que alguien se burlara de mi meta, que pocos contestaran mis preguntas y que todo lo que estuviera haciendo fuera en vano”, respondí. - “Son los mismos temores que tienen los pobres, sólo que ellos no se atreven a dar el paso que diste, no sólo basta con darnos cuenta de aquello que carecemos, debemos tomar acción y así tomar el control de nuestra existencia”, afirmó Héctor. “En cuanto te diste cuenta de dónde estaba tu error, te prometiste a ti mismo nunca más conformarte, entonces elaboraste un listado de acciones concretas que debías realizar, eso te ayudó a estimular tu cerebro de tal forma que nunca más volvió a ser como era antes”. Él tenía razón. Cuando decidí que tenía que conocer los secretos del éxito, cambié mis hábitos, modifiqué mis creencias y tomé el control de mis temores. Desafortunadamente la mayoría de las personas no hacían lo mismo, sólo dejaban que el miedo los paralizara, tomando el control de sus vidas. 97
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Para Héctor los millonarios habían hecho algo semejante. A ellos no les asustaba volver a comenzar ya que tenían estimulado su cerebro y controlados sus temores, en cambio los pobres tenían pavor a perder lo que tenían ya que no sabían cómo volver a obtenerlo. - “Escucharás a la mayoría de personas diciendo ´esto lo conseguí con mi esfuerzo´ y lo cuidarán demasiado”, decía, “el pobre supone que sus posesiones son un logro, por eso hay tantos hijos que pelean por una herencia de sus difuntos padres, ellos no saben cómo obtener riqueza. Para aquellos que no estimulan su mente las posesiones son lo único que tiene valor. En cambio, los ricos, saben que el entrenamiento cerebral es lo más valioso e importante, por eso dedican largas horas a esa actividad, saben que su mente es la única que los puede salvar de la bancarrota”. Héctor también afirmaba que los millonarios creían que ganar dinero era algo divertido, por eso siempre estaban ganándolo, en cambio los pobres, lo veían como una maldición, inconscientemente lo detestaban, y por tanto, evitaban. - “El millonario va con gusto al trabajo, el pobre va a regañadientes”, me dijo, “el pobre no goza en sus actividades, el rico si lo hace, por eso todo el tiempo está buscando formas de cómo ganar dinero, es un obsesivo con el dinero”. - “¿Por eso al pobre le agradan los días de descanso?”, pregunté. - “Exactamente”, me contestó, “ellos los disfrutan porque suponen que se merecen ese tiempo libre, en lugar de utilizar ese tiempo para buscar cómo ganar más dinero. Se ´desconectan´ de la realidad, es decir, ven televisión, duermen o conversan de cosas banales con otro, ¡nunca toman por lo menos un libro! En cambio los ricos siempre están activos, parecen padecer un trastorno por déficit de atención e hiperactividad”. Reía hasta las lágrimas por su comentario, yo tenía un sobrino que sobrellevaba ese trastorno y efectivamente siempre estaba activo, como si nada lo cansase. 98
LA SENDA DEL ÉXITO
Así eran los ricos, todos aquellos que entrevisté, incluido Héctor, siempre estaban haciendo algo, incluso cuando veían televisión tomaban nota, iban al ordenador para investigar sobre lo que escuchaban y alzaban el teléfono para preguntar algo a sus empleados. Me quedaba claro que si deseaba tener éxito, debía entrenar mi mente, es la única que me salvaría del fracaso. “Para comenzar el entrenamiento de tu mente deberás convencerte que puedes lograr aquello que te has propuesto”, mencionó Héctor. “Cuando tomaste la decisión de ser exitoso estabas convencido que podrías llegar a serlo, así, aunque los temores te invadieron, les hiciste frente. Pero muchos de tus compañeros no lo lograrán, ya que ellos creen que el éxito está reservado para personas especiales, he escuchado decir a muchos padres que sus hijos deben conformarse con la vida que tienen, esto es porque ellos suponen que nunca podrán tener riquezas, mucho menos el éxito”. Recordé a mi madre aquél día en que comenzó mi travesía, sus palabras nunca fueron de desánimo, sino de apoyo, eso había sido determinante. Aunque nunca me lo había dicho, ella confiaba en que yo podía lograr lo que me propusiera. Todo estaba claro, cualquiera que estuviera convencido de que podía ser millonario alcanzaría esa meta, ¿cómo lo lograría? Con acciones específicas que entrenaran su cerebro hacia la obtención de riquezas, como el deportista que dedica largas horas a determinados ejercicios para fortalecer sus músculos, para Héctor, yo había comenzado correctamente mi entrenamiento mental al trazarme ese plan de acción, ahora sólo restaba seguir ejecutando cada paso propuesto. - “Si estás convencido no habrá poder humano que te impida tener éxito”, dijo, “también debes convencerte que tu cerebro es el único aliado que tienes para alcanzar tus metas”. - “¿A qué te refieres?”, le cuestioné. - “Nuestro cerebro es una maravilla, tiene millones de células ner99
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
viosas llamadas neuronas, las cuales procesan cantidades increíbles de información, pero ellas se comunican entre sí por millones de caminos neuronales, lo que produce una gran actividad mental. Todos los productos que se venden, las casas, los televisores, los servicios, en fin todo lo que usas y te hace ganar o perder dinero fue elaborado gracias a la actividad cerebral”, dijo. Era totalmente cierto, la música, los libros, las artes, las empresas, ¡todo había sido producto del cerebro! Desafortunadamente pocos utilizaban todo su potencial, la mayoría se conformaba con poco y otros sólo se quejaban. Por eso había tan pocos millonarios, todos los que había entrevistado tenían una gran inteligencia, producto de esa estimulación constante, era por su cerebro que habían alcanzado riquezas. “Conozco personas que han ganado millones con una idea”, dijo Héctor, “a veces tan simple que otros dicen ´ya se me había ocurrido´ pero ellos no actuaron, sólo se conformaron con pensar. Podrás tener las mejores ideas, pero si no actúas, nunca verás la riqueza aparecer”. Estaba muy claro, primero debía estimular mi cerebro, provocar que me diera ideas y pensamientos millonarios, después tenía que poner en práctica aquello, sólo así poseería una mente de millonario y por supuesto la riqueza llegaría sin esfuerzo. La estimulación adecuada era importante para Héctor. - “Reflexiona un poco sobre esta pregunta: ¿qué necesitaste antes de caminar?”, dijo Héctor. - “No sé”, respondí apenado por no saber la respuesta. - “Muchas personas responden: ‘ver a alguien hacerlo’, pero están equivocados”, explicó, “pudiste tener los mejores maestros a quien imitar, pero si no tenías desarrollado tu sistema locomotor era imposible que caminaras, es decir, sin una estimulación cerebral previa, nunca podrías haber logrado caminar, hablar o cualquier otra 100
LA SENDA DEL ÉXITO
actividad que ahora haces inconscientemente”. Héctor me dijo que existían dos pasos para lograr lo que desearas: 1. La estimulación previa, para estar preparado al aprendizaje. 2. Aprender. - “Estimula tu mente y después aprende, así no habrá fallo alguno para conseguir tus metas más ambiciosas”, dijo, “son miles las personas que desean iniciar al revés, por eso no logran gran cosa”. - “¿Es como un deportista que antes de competir entrena durante largas horas?”, le cuestioné. - “Sí, nuestro cerebro requiere del arte, la música y los pensamientos lógicos, esa debe ser tu estimulación previa”, afirmó. - “¿Entonces las personas que les disgusta visitar museos, exposiciones y conciertos tienen menos posibilidades de triunfar?”, inquirí. - “¡Por supuesto!”, exclamó, “nuestra mente se nutre de la música y los elementos visuales, por eso los reyes enviaban a los príncipes a estudiar artes y filosofía, ya que ellas les darían una gran ventaja contra otros nobles, además de permitirles pensar adecuadamente”. Todo quedaba aún más claro, si deseaba tener éxito debía estimular mi cerebro, para que aprendiera fácil y rápidamente.
101
SUGESTIÓNATE PARA EL ÉXITO Héctor me dijo en una ocasión que el entorno había moldeado nuestra conducta, es decir, éramos de tal o cual forma debido a las personas y circunstancias que nos acompañaron en los primeros años de nuestra existencia. - “¿Recuerdas lo que decían tus amigos cuando eran niños respecto al dinero?”, me preguntó. - “A veces decían que sus padres los regañaban por él, algunos escucharon a sus padres discutir por él y otros los oyeron decir que era un mal necesario”, respondí. - “Todo ello moldeó la conducta de tus amigos hacia el dinero, podría apostar que ellos ahora tienen un miedo terrible a poseer riquezas, ya que suponen que el dinero trae infelicidad, desgracias y conflictos”, dijo sonriendo. Nunca había reflexionado sobre ello. Héctor tenía razón, todos teníamos un concepto del mundo debido a que habíamos prestado atención a otros, entonces suponíamos que era de tal o cual forma debido a las creencias de los demás. Si escuchamos quejas respecto al dinero, nuestra mente supuso que la riqueza es una mala opción, pero aquellos que crecieron en un ambiente de riqueza, opinan lo contrario. - “Si le preguntarás a un pobre si sus padres tenían metas altas, te dirá que sólo se conformaban con lo que tenían, ¡eso configuró su conducta futura!”, afirmó Héctor. - “¡Es como una maldición!”, exclamé. 103
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Así es, por eso existen millones de personas atrapadas en la pobreza, no se han dado cuenta que están sugestionados a ser pobres, alguien, muchas veces sin querer, lo hizo, ahora deben buscar cómo escapar de esas sugestiones”, dijo. Para Héctor era muy importante lo que habíamos visto y escuchado durante niños, por eso debíamos hacer una retrospectiva de nuestra vida hasta encontrar aquellas conductas o palabras inadecuadas, para cambiarlas por nuevas, cargadas de optimismo. - “El ser humano defiende sus recuerdos, aunque sean inútiles”, dijo, “coleccionan fotografías para sentirse vivos, recuerdan palabras por lo mismo, aunque les provoquen tristeza se aferran a sus reminiscencias”. - “¿Por qué sucede esto?”, cuestioné. - “Lo que ya pasó es la única certeza que tenemos, por eso creemos que es la verdad. Esa es la razón para que muchos se aferren a sus memorias. Si conoces a un anciano te darás cuenta que él valora sus recuerdos, ya que le hacen sentirse vivo, con ellos se aferra a la vida y a su existencia”, mencionó. - “No entiendo dónde está el problema”, dije. - “En que al aferrarte al pasado no puedes caminar hacia el presente”, comentó, “si repites una y otra vez aquello que te sucedió, tu mente supondrá que es lo mejor para ti, entonces sólo buscará experiencias semejantes, evitando nuevas”. Héctor creía que el pasado podía ser cambiado ya que eran nuestros recuerdos los que lo mantenían vivo, por eso podíamos crear un pasado alterno, donde tuviéramos más oportunidades y menos problemas. - “Si escuchaste de tus padres sólo quejas respecto al dinero, imagina que fue lo contrario, que ellos tenían una gran ambición y deseaban mejorar su vida, pronto verás que tu mente toma el control y comienza a mostrarte oportunidades millonarias”, dijo entusiasmado. 104
LA SENDA DEL ÉXITO
- “¿Te refieres a crear un nuevo pasado?”, pregunté. - “¡Por supuesto! ¿Qué te lo impide? Tus recuerdos están en tu mente, por eso puedes colocar nuevos, para cambiar tu postura respecto a la riqueza”, me explicó, “si alguien te sugestionó para la pobreza ahora es momento de que tomes el control y te autosugestiones hacia la riqueza”. ¡Era una buena propuesta! Para cambiar mis pensamientos de pobreza a unos de riqueza debía sugestionarme, al fin es lo que hacía la publicidad: convencerme de comprar cualquier producto. Yo podía hacer lo mismo, para ello debía construirme otros recuerdos, al fin todo pasaba en mi mente. La mente de un millonario estaba convencida de que podía ganar más dinero, mientras que el pobre suponía que era difícil ganarlo. Las creencias de un rico difieren de las de un pobre, Héctor me elaboró una gráfica en la que me explicaba las discrepancias: CREENCIA DEL POBRE El dinero no trae la felicidad. Prefiero tener amigos que ser rico.
CREENCIA DEL RICO El dinero sí trae la felicidad. Como tengo dinero, puedo convivir más tiempo con mis amigos. Para tener dinero debes trabajar inteligentemente, dedicar tiempo y esfuerzo. Si tengo dinero, invierto, si no tengo, busco cómo obtenerlo. Utiliza el dinero de otros para tener tus propiedades. Anticípate a los gastos.
Para ser millonario debes heredar una fortuna o dedicarte a negocios sucios. Si tengo dinero compro, si no tengo, pido prestado. La única manera de hacerte con propiedades es solicitando préstamos. Cuando surjan los gastos decide cómo los cubrirás. Las vacaciones se hicieron para descan- Debo ver cómo puedo ganar dinero en sar. las vacaciones. Trabajo mucho, me merezco un premio. Trabajo inteligentemente, ese es mi premio. ¡Odio las ventas! Amo las ventas y sigo capacitándome para ser mejor vendedor. Seré feliz cuando tenga dinero. Soy feliz descubriendo cómo generar la riqueza.
105
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Héctor me explicaba que nuestras creencias respecto al dinero nos detenían o impulsaban al éxito, por eso debíamos dejar de pensar como pobres para comenzar a hacerlo como ricos. Definitivamente el rico siempre está pensando en ganar, el pobre en perder, al respecto, encontré en una página de Internet un relato, que podría ser real: Un hombre entra en un banco y pregunta por un préstamo. Le atiende un agente del banco y le pide más detalles. El hombre le comenta que tiene que ir a Filipinas durante dos semanas por negocios y que necesitaría cinco mil y que los devolvería al regreso. El agente del banco le responde que necesitaría algún tipo de aval para prestarlo. El hombre de negocios pone encima de la mesa las llaves de un flamante Ferrari que hay estacionado justo delante del banco y hacen una copia de los papeles del mismo, así aceptan como aval el Ferrari del cliente. El hombre de negocios sale del banco con su dinero y un empleado del banco coge las llaves del coche y lo guarda en el estacionamiento del banco. Todos en el banco se ríen a costa del hombre de negocios que deja como aval un Ferrari de 250.000 por un préstamo de 5.000. A las dos semanas el hombre de negocios vuelve al banco, devuelve los cinco mil y los intereses, que ascienden a 100. El agente le devuelve las llaves del coche y no puede resistirse a hacerle una pregunta. - “Señor, estamos contentos de haber cerrado esta operación con usted, pero aquí en el banco estamos todos un poco desconcertados, vimos su cuenta corriente y nos dimos cuenta que usted es multimillonario, ¿para qué nos pide un préstamo con la cantidad de dinero que tiene?” El hombre de negocios le mira y le responde: “¿Sabe usted de algún sitio que me cobren 100 por estacionar un Ferrari du106
LA SENDA DEL ÉXITO
rante dos semanas con la garantía de que cuando lo vaya a recoger lo tendré intacto?” Así funciona la mente de un millonario, él ve una oportunidad, los demás sólo se conforman con quedarse con sus creencias, las cuales consideran válidas. Desde pequeño siempre me he preguntado, ¿y si esto no fuera así? Obviamente esta pregunta me costó muchos enfados de mis maestros y burlas de mis compañeros de clase... pero no importa, ellos están infelices por su situación, yo cada día me siento más feliz aprendiendo algo que me ayudará a ser libre financieramente en el futuro. ¿Qué pasaría si dejáramos de pensar como todos y nos atreviéramos a dar ese paso para comenzar a pensar como unos pocos? Encontraríamos muchos obstáculos, pero al final tendríamos muchas recompensas. Desde ahora debo comenzar a pensar qué otras opciones tengo para dejar seguro un automóvil de lujo, ya me he dado cuenta que un estacionamiento no siempre es la respuesta.
107
TU CEREBRO SE ACTIVA CON PREGUNTAS, NO CON AFIRMACIONES
Un día Héctor me aseguró que la mejor forma de que nuestro cerebro trabajara de forma adecuada era con una pregunta, nunca con una afirmación. - “Muchas personas se dicen todos los días ‘esto es difícil’ con lo que su cerebro ya no busca solución alguna, sólo se conforma, pero algunos han descubierto que si se preguntan ´¿cómo lo consigo?´ cambiaran todo”, dijo. - “¿Es decir, que si digo: ´aprender otro idioma es difícil´ mi cerebro no me ayudará en lo más mínimo?”, le cuestioné. - “Así es, sería mejor que te preguntaras ‘¿cómo aprendo otro idioma?’, eso activaría tu creatividad y otros recursos cerebrales”, respondió. Tenía lógica este pensamiento. Si yo afirmaba algo, mi cerebro supondría que era una verdad, la cual sería incuestionable, pero si me preguntaba algo, buscaría cientos de soluciones. - “Un científico se pregunta, por eso encuentra muchas posibles soluciones, las que se encarga de comprobar hasta encontrar una verdad”. “Todos los millonarios que he conocido se hacen preguntas y evitan las afirmaciones, en cambio los pobres eligen las últimas como modo de pensar”. - “¿Todos los millonarios le deben su éxito a las preguntas?”, pregunté. 109
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Sí. Al leer la vida de Henry Ford me di cuenta que él se hacía muchas preguntas, entonces descubrí lo que te he explicado, cuando él decidió construir un automóvil comercial, se preguntó ‘¿cómo hacerlo más económico?’ y encontró varias formas, pero sus ingenieros sólo decían ‘no se puede hacer’, por eso la historia olvidó sus nombres y sólo recordamos a Ford”, dijo sonriente. Cualquier pregunta provocaba que nuestro cerebro buscara una solución, pero una afirmación le indicaba que dejase de buscarla, por eso algunas personas triunfaban mientras la gran mayoría fracasaban. Las preguntas hacen que la curiosidad aparezca, la cual nos conducirá hacia la búsqueda de soluciones. Al respecto me encontré algo muy interesante en un libro: Muchos millonarios han empleado a su favor el hacerse preguntas, por ejemplo el industrial estadounidense George Eastman, cuando vacacionaba en Michigan, se desesperó de los preparativos previos para tomar algunas fotografías, ya que en 1877, las placas fotográficas se tenían que recubrir con una emulsión química, proceso que era todo un desafío para los aficionados, entonces, en lugar de quejarse de la situación, decidió producir una cámara que simplificara el proceso, tal como diría posteriormente: “simplificar la fotografía para los aficionados como yo”. Eastman se recuerda como el inventor de la cámara fotográfica Kodak y no como un usuario descontento que afirmó la inutilidad de la fotografía de finales de 1800. Siempre que se te presente un obstáculo, haz como Eastman, que se preguntó cómo aprovechar ese inconveniente para su beneficio, postura que le generó millones de dólares. Cuestionarnos era una habilidad mental superior, que activaba diversas zonas del cerebro, con lo que generábamos miles de conexiones neuronales, el resultado eran decenas de ideas. Héctor me dijo que Thomas Alva Edison utilizaba una pregunta constantemente: ¿para qué me sirve? Él decía que era sumamente importante hacérsela si el individuo deseaba el éxito. 110
LA SENDA DEL ÉXITO
- “Esa pregunta me la hago constantemente”, mencionó, “eso me ha arrojado estupendas ganancias”. - “¿Debo hacérmela en todo momento?”, le inquirí. - “Sí, eso te ayudará a seguir aprendiendo”, dijo. Reflexioné un poco y me di cuenta que esta pregunta disparaba la creatividad de forma espectacular. Recordé a una persona que se la hacía en todo momento y siempre estaba ganando dinero, si estaba frente a alguien que trabajaba en una fábrica, pronto estaba vendiendo los productos elaborados en ella, si salía con su familia de vacaciones, conseguía nuevos clientes, ¡siempre estaba haciendo dinero! Sólo por preguntarse “¿para qué me sirve?”. Ahora que sabía esto no permitiría que las afirmaciones inundaran mi mente, buscaría cuestionarme todo, para encontrar miles de respuestas e igual número de caminos para el éxito. Esto incluía hacerlo con mi vida. Héctor me dijo una vez que él analizaba constantemente aquello que le ocurría para encontrar múltiples soluciones, por ejemplo identificaba un temor y se preguntaba “¿por qué ha surgido?”. Entonces encontraba muchos posibles orígenes, seguía cuestionándolos y rápidamente encontraba cómo hacerle frente a su miedo. - “Encarar aquello que te molesta significa cuestionarte sobre sus orígenes”, dijo, “muchos lo evitan debido a que no desean recordar más el evento, pero sólo están haciéndose más daño, ya que están reprimiendo todos sus recuerdos hasta el punto de que ellos toman el control de su vida”. - “¿Simplemente viven con sus malestares sin confrontarlos?”, pregunté. - “Definitivamente, para millones es más práctico vivir día a día sin preguntarse cómo podrían mejorar en todos los aspectos, pero no se han dado cuenta que por falta de esos cuestionamientos no son felices como lo desean”, respondió. 111
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Para confrontar nuestros temores y tomar el control de nuestra existencia debíamos preguntarnos constantemente sobre nuestro actuar pasado y presente, eso nos daría muchas pautas para ello. Héctor afirmaba que la mayoría de personas no se detenía a cuestionar si aquello que creía cierto realmente lo era, para él, la fórmula con la que obtenían dinero muchas personas, era: 1. 2. 3. 4.
Estudia. Consigue un empleo. Busca aumentos (o cambios de empleo). Jubílate.
Él me decía que si seguía este proceso sólo encontraría decepciones en mi vida, ya que el proceso debería ser: 1. Estudia. 2. Date cuenta de lo que te sirve de tu educación y lo que no deséchalo. 3. Entrénate para crear empresas. 4. Descubre cómo ganar dinero sin trabajar tanto. 5. Disfruta de lo que haces y de lo obtenido. Ese era su proceso para ganar dinero. Desafortunadamente la escuela está hecha para programar a los alumnos a ser empleados. La gran mayoría de escuelas están matando la creatividad y la innovación en los alumnos para convertirlos en futuros empleados, que estén descontentos y sin ánimo para hacer algo al respecto. Los profesores, que los educaron para ser empleados, hacen lo mismo que les enseñaron en las escuelas, nunca algo diferente. Si la escuela impulsara futuros líderes deberían permitirles a sus alumnos ser libres, no obligarlos a llevar uniformes o educarlos en un régimen militar. Desde su creación la escuela ha funcionado para preparar futuros empleados, basta con investigar un poco acerca de ello. Han sido 112
LA SENDA DEL ÉXITO
pocos los educadores que realmente desean cambiar su estructura, pero no se les ha permitido modificarla. Pero, ¿qué tendría que hacer la escuela para realmente educarnos para vivir decorosamente y no sólo sobrevivir? Cómo siempre Héctor tenía una respuesta acertada: - “Debería ser una escuela activa, es decir, mostrar el camino y proporcionar todas las herramientas para que el alumno aprenda a aprender”. - “¿No es esa la misión de la escuela, que la persona aprenda?”, le cuestioné. - “Desafortunadamente sólo se enseña, nunca se permite aprender a aprender, que es algo mucho más amplio”, me explicó, “aprender a aprender es lo que tú estás haciendo desde que te diste cuenta que estabas inconforme. Cuando eso ocurrió, tuviste que cambiar tu forma de pensar y comprender cómo llegar a tu meta, esos son pasos necesarios para aprender realmente”. Mi amigo me explicó que es necesario darnos cuenta de cómo aprendemos, para mejorar nuestras estrategias, el profesor debía empujarnos a esa acción, pero nunca debía enseñarnos, pues esto destruía nuestros recursos mentales. Él admiraba a grandes pedagogos que hacían eso, entre ellos un gran educador francés, Celestin Freinet, quien en el siglo XX afirmó que: • • • • •
El trabajo es el principio motor y filosofía de la educación. El ejemplo es el medio educador por excelencia. La disciplina se basa en la organización, no en la autoridad. Se trabajará en un ambiente de libertad y democracia. La suma de mente desarrollada y manos expertas es la clave del éxito.
Héctor me explicó que una escuela que sigue los principios de Freinet, permite que los alumnos aprendan en un ambiente de libertad: no les exige uniformes (en lugar de éstos usan batas de 113
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
trabajo que cada niño hace), no hay pupitres acomodados siempre de la misma forma (hay mesas de trabajo que siempre se están moviendo), el maestro no tiene su propia mesa (siempre está con los niños) y tampoco es una figura de autoridad (el niño respeta al maestro por su preparación y edad diferente, pero no por temor a ser castigado). Con sus explicaciones comprendí por qué pocas personas alcanzaban el éxito: sólo unas cuántas se daban cuenta de sus deficiencias y las modificaban, la gran mayoría esperaba que alguien más le enseñase, sin buscarlo por su cuenta.
114
SI QUIERES TENER ÉXITO, DEBES TENER CIERTAS POLÍTICAS Héctor me pidió que investigara sobre varias empresas, no me dijo nada específico, sólo que descubriera si eran rentables o no. Después de leer varios libros, navegar por la red y entrevistarme con un par de empresarios, llegué con él. - “¿Qué descubriste?”, preguntó. - “Mucho”, respondí, “me di cuenta que muchas empresas no son rentables, sus dueños suponen que con que tengan algunas entradas monetarias es suficiente, pero no se dan cuenta que no están generando ganancias, sólo cubriendo gastos”. - “Eso es cierto, pocos saben la diferencia entre tener éxito y sólo sobrevivir, las empresas no rentables suponen que con tener unas cuantas monedas es suficiente”, dijo. Conversamos sobre sus métodos de planificación financiera, cómo gastaban lo que no debían y algunos otros errores, entonces Héctor me preguntó algo muy interesante: “¿descubriste si tenían políticas?”. Él me explicó que las políticas empresariales eran decisiones para definir los criterios y los marcos de actuación que orientarían la forma de actuar de los integrantes, cuando se adoptaban, se convertían pautas no negociables de comportamiento y de cumplimiento obligatorio. Éstas servían para reducir la incertidumbre y canalizar todos los esfuerzos hacia la realización de los objetivos de la empresa. - “Imagina que un cliente llega a reclamar porque uno de los productos que compró no funciona, lo atiende un empleado, éste le 115
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
dice que le regresarán el dinero, pero llega su supervisor y le dice que en esos casos no se actúa de tal forma, sino enviándolo a reparar, ¿quién tiene la razón?”, cuestionó. - “No sé”, respondí confundido. - “Ninguno, porque es evidente que la empresa no tiene una política sobre ello o, si la tiene, no la conocen sus empleados. Una empresa con esos problemas está destinada al fracaso, pues no habrá un consenso, todos harán lo que consideren pertinente, aunque estén equivocados”, expuso. Héctor sostenía que las políticas en la empresa eran importantes, ya que marcaban ciertas pautas para actuar en determinadas situaciones, para él, las empresas que las tuvieran (y obviamente las dieran a conocer) tenían el éxito asegurado. Pero no sólo en el ambiente empresarial se tenían que tener en cuenta, sino que cada persona debería contar con sus propias políticas, para asegurarse el éxito. - “¿Qué haces si encuentras una cartera tirada en la acera?”, me preguntó. - “La recojo y veo si tiene alguna identificación para buscar a su dueño”, contesté. - “Esa es tu política para los objetos perdidos, es decir, buscar a su dueño”, dijo, “aunque en el contexto de tu vida no la llamaría política, sino reglas internas”. Héctor me explicó que la mayoría de personas, como muchas empresas, no tenían políticas, eso las llevaría al fracaso. Los exitosos, en cambio, seguían políticas muy estrictas, con ello alcanzaban rápidamente sus metas. Me citó el ejemplo del magante griego Aristóteles Sócrates Onassis, quien atribuía su riqueza a ciertas políticas que siguió en 116
LA SENDA DEL ÉXITO
su vida, las cuales le confesó a un periodista, quien elaboró un listado para todos aquellos que deseen emularlo: • Cuide su cuerpo, manténgase en la mejor forma posible. No se preocupe demasiado por sus defectos físicos. • Coma con moderación. No coma comidas abundantes, ni beba demasiado vino cuando esté trabajando. • No festeje hasta haber cumplido sus objetivos. • Haga el ejercicio necesario. La práctica de yoga ayuda mucho, tanto al cuerpo como a la mente. • Manténgase bronceado aunque tenga que usar una lámpara para lograrlo. Para la mayoría de la gente el sol significa dinero. • Relaciónese con la gente rica y de éxito. • Esconda sus problemas y deje que la gente crea que su vida es una sola alegría. • No duerma demasiado o de pronto se despertará fracasado. Si duerme tres horas menos cada noche durante el año, tendrá un mes y medio extra para emplearlo en triunfar. Mi amigo me dijo que esa era una muestra de políticas o reglas internas que todos deberíamos poseer si deseábamos el éxito. - “Debes tener una dirección definida si deseas triunfar, sino sólo darás vueltas en el mismo lugar”, me advirtió. - “¿Es necesario que escriba mis propias políticas?”, pregunté. - “Por supuesto”, contestó, “cada persona debe tener sus propias reglas internas, aunque use las de otros como base para crearlas”. Mis reglas internas las escribí rápidamente, obviamente también las coloqué en distintos sitios de mi casa, para recordarlas constantemente: • Ahorra primero, gasta después. • Una oferta no siempre te hará ahorrar dinero. • No supongas que siempre debes gastar dinero, las mejores cosas de la vida son gratis. 117
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
• Ganar dinero es divertido. • Las oportunidades para ganar dinero están donde sea, sólo hace falta que estés pendiente. • Nadie cuidará de tu dinero más que tú. • La mejor inversión es en tu aprendizaje. • Cuando gastas dinero éste nunca regresará contigo. • Tu generosidad se pagará con dividendos. Sabía que esa lista se haría más grande conforme pasara el tiempo y aprendiera más sobre cómo obtener el éxito y la fortuna.
118
ELABORA UN INVENTARIO PARA CONOCER TUS FORTALEZAS Y DEBILIDADES
Héctor siguió cuestionándome sobre lo que había descubierto al investigar el proceder de las empresas. - “¿Alguna de las empresas que visitaste hacían algún tipo de inventario?” - “Muy pocas”, respondí. - “Aquellas que los realizan constantemente tienen más posibilidades de triunfar, pues se dan cuenta fácilmente de aquello que les falta y rápidamente toman acción, en cambio las que no los realizan, no tienen suficiente información y ese error les costará bastante”, me explicó. Él afirmaba que una empresa sana tenía el hábito de llevar un registro documental de sus bienes y recursos, esa información le daba clara ventaja frente a las demás. - “Una persona también debería levar un inventario de sus recursos”, dijo. - “¿Cómo podría llevar un inventario?”, pregunté. - “Yo tengo una manera particular de hacer mis inventarios, es un diagrama que he denominado ‘el organizador de deseos’, ya que esa es la función, organizar mis deseos”, expresó. Su organizador de deseos consistía en un esquema donde anotaba los recursos con los que contaba y aquellos que carecía, así podía 119
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
darse cuenta de qué camino seguiría para concretar su meta propuesta. - “La mayoría de personas vive frustrada porque no sabe qué recursos tiene”, me indicó, “supongamos que una empresa no lleva un inventario de sus productos fabricados, entonces cree que ya no tiene nada para vender, entonces se dedica a fabricarlos, pero cuando va a su almacén se da cuenta que sí tenía, ¡su esfuerzo fue en vano! Si hubiera llevado un registro de lo que hace, no trabajaría doble”. - “¿Por eso es necesario que llevemos un registro de nuestros recursos?”, pregunté. - “Así es, si conoces qué recursos tienes, los utilizarás, si los desconoces, los desaprovecharás”, respondió. Su “organizador de deseos” respondía a cuatro preguntas clave que estimulaban su mente hacia la consecución de sus metas: • ¿Con qué cuento? (Aquí colocaba sus Recursos internos, Recursos humanos, Recursos materiales y Recursos tecnológicos.) • ¿Qué creencias debo adquirir? • ¿Qué debo realizar inmediatamente? • ¿Qué puedo hacer? Para realizarlo, colocaba en el centro de una hoja blanca su deseo elaborado como pregunta. A partir de éste, dibujaba ramificaciones que contenían las preguntas clave. Esto le permitía darse cuenta de todos sus recursos, así como sus carencias. Por supuesto me hizo elaborar el mío. Le dije si podría hacerlo para comenzar con un negocio de venta de comida, específicamente de comida rápida vegetariana, él me dijo que funcionaba para cualquier deseo, por difícil que fuera.
120
121
Firmar un convenio con una fábrica de suplementos para que me maquille y así tener mi propia marca
¿Con qué cuento?
¿Qué puedo hacer?
¿Qué creencias debo adquirir?
¿Cómo tener dinero para comenzar con un negocio de venta de comida rápida vegetariana?
¿Qué debo realizar inmediatamente?
Investigar qué otros productos puedo vender en mi negocio
Buscar financiamiento
Diseñar el menú
Conocer la opinión de mis amigos y conocidos
Página en Facebook
Correo electrónico
Cuchillos
Sartenes
Horno de microondas
Estufa
Amigos
Facilidad de palabra
Extroversión
Inteligencia
El dinero si da la felicidad
Cualquier persona puede ganar dinero
Es sencillo ganar dinero
Recursos tecnológicos
Recursos materiales
Recursos humanos
Recursos internos
LA SENDA DEL ÉXITO
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Cuando realicé mi organizador de deseos me di cuenta de lo que tenía en ese momento, lo que debía hacer inmediatamente y lo que haría en el futuro. Supe que si deseaba este negocio debía conseguir empleados, más adminículos para la cocina, además de desarrollar más recursos internos. Definitivamente un inventario era necesario, con los datos obtenidos se pueden tomar decisiones acertadas para alcanzar las metas y objetivos. El inventario también servía para darle forma a nuestros sueños. Todas las personas a las que les había preguntado sobre su secreto para el éxito tenían algo semejante, pero aquellos que sólo se sentaban a soñar sin hacer nada no tenían este esquema de acción. - “Nuestra mente necesita de ciertas pautas para mostrarnos lo que nos hará triunfar”, dijo Héctor, “por eso es necesario darnos cuenta de nuestros recursos, así como nuestras carencias”. - “La mayoría de personas no sabe que tiene una gran aliada”, afirmé refiriéndome a la actividad mental. - “Es que supone que alguien tiene que decirle qué hacer, nunca investiga cómo hacerlo por sí mismo”, dijo, “los han educado para depender de otro, por eso nunca confían en sus recursos, en lugar de ello buscan quién les resuelva sus problemas”. - “Quién mejor que ellos para hacerlo”, manifesté. - “Eso lo entiendes tú, que te has dado cuenta que el éxito depende sólo de ti, pero la gran mayoría supone que lograrlo depende de factores externos, nunca se detienen un poco para analizar por qué no han cumplido sus metas”, explicó. - “¿Si estimulamos nuestra mente podremos lograr lo que deseemos?”, le cuestioné. 122
LA SENDA DEL ÉXITO
- “Definitivamente”, contestó, “cualquier persona que haya alcanzado el éxito lo logró después de haber estimulado su mente”. Mi amigo afirmaba que si conocíamos cómo trabajaba nuestra mente y cerebro podríamos estimularlos, por eso debíamos investigar su funcionamiento antes de buscar cumplir nuestras metas. Me quedaba aún más claro que era yo el responsable de mi éxito o fracaso, si conocía mis recursos y carencias, tendría mayores posibilidades para alcanzar aquello que me propusiera. Aquella persona que no conociera sus destrezas muy probablemente estaría destinada al fracaso, puesto que no haría uso de ellas, muchos esperan encontrar un filón de oro, pero no se dan cuenta que la mina son ellos mismos. Héctor me relató una historia al respecto: Había un panadero que trabajó muchos años como empleado en una panadería de prestigio. Su sueldo apenas le alcanzaba para sobrevivir, pero lo alentaba el jubilarse con ese sueldo para tener un poco de seguridad. Llegó el día de su retiro y se fue a su casa a descansar. Pero entonces llegaron gastos que le obligaron a ir vendiendo todo lo que había conseguido en los años de trabajo, las necesidades aumentaban y el dinero era insuficiente. Su esposa entonces, en un arranque de enojo, le dijo que aunque sea hiciera algunos panes para venderlos, él aceptó de mala gana. Como no tenían dinero, ella tuvo que ir a pedir los ingredientes a la tienda de la esquina con la promesa de pagárselos en cuanto vendieran su producto. El panadero comenzó su labor en la cocina, la esposa salió a venderlo y los vecinos quedaron maravillados, el producto era delicioso. En todos los años que había sido empleado, había aprendido a hacer un excelente pan. 123
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
La esposa siguió vendiendo y el panadero haciendo lo suyo. Al poco tiempo las necesidades cambiaron, ahora debían buscar un lugar más amplio para montar su panadería, también contrataron a varios trabajadores para que ayudasen y vendiesen el pan. El panadero tenía una mina de oro sin explotar, pero fue gracias a los apuros económicos que se dio cuenta de ello. Mi amigo confiaba en que la mejor forma de ganar dinero es haciendo aquello que ya conocemos, y, si le sumamos el placer por hacerlo, tenemos una gran fórmula para la riqueza, por eso debemos darnos cuenta de nuestras habilidades, tal vez tengamos una gran veta y no la estemos aprovechando como el panadero.
124
AQUEL QUE NO APRENDE DE SU HISTORIA ESTÁ CONDENADO AL FRACASO
Héctor me dijo una vez que aquel que no conociera su propia historia estaba condenado a fracasar. Aunque había escuchado algo semejante respecto a las civilizaciones, él afirmaba que todos deberíamos conocer a nuestros antepasados, pues ellos nos habían heredado sus miedos y formas de pensar. - “¿Qué pensaban tus abuelos respecto al éxito?”, me preguntó. - “No sé, no los conocí”, respondí. - “Deberías investigarlo”, mencionó, “saber qué pensaban sobre el éxito y si alguna vez lo alcanzaron es fundamental para tu éxito futuro, sin que te des cuenta, ellos están influyendo en tu vida”. Él creía que nuestros antepasados habían participado en la construcción de nuestra personalidad, ya que tenían creencias, temores y formas de pensar que habían instalado en sus hijos y ellos a su vez influyeron en sus hijos hasta llegar a nosotros. - “La gran mayoría no sabe a qué se dedicaban sus abuelos, ¡mucho menos sus bisabuelos!, suponen que esos son datos inútiles, pero sólo aquel que se adentra en su historia familiar puede tomar el control de su vida actual y futura”, dijo. - “¿Es importante conocer sus ocupaciones?”, le cuestioné. - “Debemos conocer sus ocupaciones, su estilo de vida, su forma de pensar, cómo resolvieron sus problemas, qué esperaban de la 125
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
vida y qué logros obtuvieron”, contestó, “esos datos te ayudarán a conocer por qué tienes determinados temores, por qué tienes ciertos pensamientos y cómo mejorar como persona”. Para Héctor la historia familiar estaba llena de asuntos inconclusos que teníamos que finiquitar, así lograríamos tener pleno control de nuestra vida, de otra forma se convertirían en pesados lastres que nos impedirían nuestro avance. - “Cuando analizamos la vida de nuestros antepasados, descubrimos características que poseemos, que no son nuestras, sino que traemos arrastrando”, indicó. - “¿A qué te refieres?”, pregunté. - “Por ejemplo yo descubrí que mi bisabuelo deseaba tener fama y fortuna, pero no la consiguió debido a que la muerte le llegó, pero su hija, mi abuela, retomó su ocupación, alcanzando cierto grado de reconocimiento, ¡obviamente mi padre debía seguir con ese camino aunque no estuviera de acuerdo!, a partir de un deseo inconcluso el futuro de la familia estaba marcado, por eso es importante analizar nuestro pasado, así nos daremos cuenta de qué traemos arrastrando y cómo solucionarlo para no vivir de acuerdo a las expectativas de los demás”, me explicó. Todos tenemos una historia, pero pocos la analizan, por eso el malestar, la duda, el miedo y la tristeza se hacen presentes. Reflexionar sobre nuestros antepasados nos proporcionaría las pautas necesarias para tomar el control de nuestra vida y evitar cumplir con los deseos inconclusos de otros para disfrutar el presente y aprovechar nuestros recursos. Muchos no alcanzaban el éxito porque había obstáculos familiares que se lo impedían, por eso debíamos investigar sobre nuestros antepasados, así tendríamos mucha información para comprender nuestra vida. Héctor recomendaba crear árboles genealógicos, conseguir cartas, fotografías y demás elementos para ir construyendo un archivo 126
LA SENDA DEL ÉXITO
familiar, éste nos ayudaría a entender nuestra personalidad actual y prevenir los problemas futuros. - “Así no estaremos resolviendo las situaciones inconclusas de otros, sino las nuestras”, explicó. - “Darnos cuenta de la historia familiar es un gran paso para el éxito”, aseveré. - “Pero muchos no se dan cuenta de esto. Sólo viven sin cuestionarse, sin comprender su historia personal”, dijo. Héctor me enseñó que la información era poder, por eso debíamos de recabar datos de todo nuestro entorno, así poseeríamos el control de todo lo que nos rodeaba.
127
SÓLO TE TIENES A TI MISMO, NADIE VENDRÁ A SALVARTE Héctor me compartió algunos datos interesantes de Christopher Paul Gardner, un millonario emprendedor, conferenciante motivacional y filántropo de Estados Unidos que tuvo muchos problemas desde niño, su padrastro le trató muy mal y su madre fue recluida dos veces en la cárcel por lo que él estuvo mucho tiempo en un centro de menores. Cuando era joven se casó y su esposa lo abandonó con su hijo de 14 meses. Siendo padre soltero tuvo que pasar muchas penurias para conseguir trabajo, inclusive vivió en lugares insalubres con su pequeño hijo. Gardner refiere en su autobiografía que conoció a un hombre impecablemente vestido con un Ferrari rojo, cuando le preguntó que hacía para vivir, le respondió que era corredor de bolsa. A partir de ese momento Gardner se puso como meta ser millonario. Consiguió ser aceptado en un programa de capacitación en una empresa de corretaje de valores de Estados Unidos, renunció a su trabajo para dedicarse de tiempo completo a la preparación para ser corredor de bolsa, con lo que incrementó sus carencias económicas. Gardner era el ejemplo de una persona determinada a cumplir sus más ambiciosas metas, por eso Héctor lo admiraba. Mi amigo afirmaba que aunque todo esté en tu contra, debes seguir adelante, por eso primero debes tener una meta, después aferrarte a ella hasta conseguir lo que te has propuesto. - “La madre de Gardner le dijo cuando era niño una gran frase, que le ayudó a ser tenaz: ‘sólo puedes depender de ti mismo, la 129
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
caballería no va a venir a rescatarte’. Por eso, siempre que necesitaba motivarse, recordaba esas palabras”. - “¿Realmente estamos solos?”, pregunté. - “Así es”, respondió, “pero la mayoría de personas espera que otros lo rescaten, por eso verás a muchos adultos viviendo aún con sus padres, a cientos de personas dependiendo de su pareja o amigos”. Héctor creía que el peor error que podíamos cometer era esperar que otros nos ayudaran, nosotros teníamos recursos que debíamos utilizar, de eso dependía nuestro éxito futuro, “los millonarios lo saben y no dependen de la ayuda de otros, en cambio los pobres esperan que alguien los ayude, por eso no logran mucho”, decía. Para Héctor, los pobres buscaban milagros, en cambio los ricos hacían que sucedieran. - “Debes actuar, no sólo desear que todo cambie”, dijo, “ese fue el secreto de Gardner, no sólo se enfocó en su sueño, sino hizo lo correcto para que se cumpliera, él dedicaba muchas horas a estudiar y aprender sobre ventas, eliminó muchas horas de su descanso nocturno y buscaba la forma de ganar más dinero”. - “Pero la gran mayoría sólo sueña”, dije. - “Así es, todos suponen que con creer en algo es suficiente, pero están equivocados, primero debes de tener un sueño, después sugestionarte que puedes alcanzarlo y por último actuar”, me explicó, “no basta confiar en poder hacer algo, sino debes movilizar toda tu energía hacia ese sueño, nunca te sientes a esperar, actúa para que se haga realidad”. Mi amigo me decía que millones de personas dependen emocionalmente de otro, nunca darán los pasos necesarios para alcanzar el éxito debido a que dudan que pueden hacerlo solos. Cientos de personas les han dicho que deben depender emocionalmente de otro y ahora se lo creen, haciendo a un lado sus propios recursos, sólo los triunfadores saben que no pueden depender de alguien, por eso caminan solos.
130
NO ESPERES QUE ALGUIEN LO HAGA, ¡HAZLO TÚ! Héctor era un gran emprendedor, cuando era joven nunca esperó que alguien le diera un empleo, ¡él creaba los empleos! Afirmaba ser un inconforme, por ello siempre buscaba aún más, también se consideraba una persona con gran iniciativa, por eso iniciaba negocios que le daban a ganar mucho dinero. - “Desde que era niño supe que no sería un empleado”, me confesó, “también supe que deseaba dedicar mi vida a crear, aún recuerdo estar en una clase de cocina en el preescolar, mientras hacía pan, me di cuenta que me gustaba hacer cosas de la nada, tal vez en ese momento no lo decidí, pero posteriormente supe que quería ser un innovador y nunca conformarme con lo instituido”. - “¿Crees que es importante lo que escuchamos y vemos cuando niños?”, pregunté. - “Por supuesto, entre más experiencias tenga un joven, mayores posibilidades de triunfar”, contestó, “pero eso no implica que aquellos que no tuvieron alguna estimulación estén condenados al fracaso, en algún momento tienes que decidir si vivir conforme lo que dicen los demás o construir tu propio camino”. Mi amigo afirmaba que los grandes empresarios no tenían edad para tomar esa decisión, muchos lo hacían cuando eran niños, algunos en la juventud y otros cuando eran adultos mayores, en su caso fue en la infancia. Él me reveló que su abuela preparaba medicamentos a partir de ciertas recetas que le había heredado su padre, pero ella no se conformaba 131
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
con lo que tenía, seguía investigando para obtener mejores productos, al verla en ese laboratorio casero él supo que dedicaría su vida a crear. Héctor comenzó a recoger los aparatos electrónicos que otros desechaban, investigaba cómo habían funcionado antes de su descompostura y los reparaba, posteriormente, a partir de las piezas, creaba nuevos. Aunque dedicó mucho de su tiempo a hacer esto, sabía que no consagraría su vida a algo relacionado, esto era solamente una forma de estimular su mente, de demostrarse a sí mismo que podía construir lo que deseara. - “Aprendí sobre física, química y biología, pero sabía que no sería un científico, sólo deseaba convencerme que podía hacer lo que quisiera, mi curiosidad no tenía límites”, me dijo. - “¿Entonces la curiosidad es un elemento clave para tener éxito?”, le cuestioné. - “Así es, si lo eres, podrás alcanzar el éxito, si no, te conformarás con poco”, contestó, “como era curioso nunca me conformé con lo que me enseñaban en la escuela, siempre me pregunté si era cierto esto o aquello y buscaba comprobarlo”. - “¿Para lograr el éxito debemos buscar comprobar aquello que otro afirma?”, volví a preguntar. - “Los ricos buscan comprobar aquello que les dicen, mientras los pobres creen todo, sin dudar”, respondió, “si quieres tener éxito, debes hacerte preguntas, no afirmaciones, todos los grandes hombres de la historia se las hicieron, nunca se conformaron con lo que otros afirmaban”. Héctor decía que la creatividad nos la van matando desde que somos niños, en la escuela, en la casa, incluso los amigos contribuyen con esto. No se incita al niño a preguntar, al contrario, se le educa para recibir información, nunca para buscarla. 132
LA SENDA DEL ÉXITO
Por eso muchos no alcanzan el éxito, ya son entes pasivos que esperan que alguien les diga qué hacer. Héctor era diferente, siempre estaba cuestionando a todos, a cualquier persona que conocía le preguntaba sobre su actividad, cómo obtenía dinero, qué opinaba sobre el éxito y más tópicos relacionados, eso le daba cientos de ideas que ponía en práctica. Él estaba convencido que tenía que hacer algo diferente, por eso constantemente estaba llevando a cabo sus ideas, “debes ponerte como meta hacer algo que nadie haya hecho y nunca conformarte con lo ya creado”, me decía. Esas palabras me motivaron para seguir con mi camino. Sabía que no debía conformarme con lo que existía, tenía el compromiso de hacer algo nuevo, algo que nadie hubiera hecho antes. La historia tenía cientos de ejemplos, seres que nos habían heredado sus pensamientos, ideas e inventos. Ahora nos correspondía a nosotros hacer algo diferente para anotar nuestro nombre en las memorias futuras. - “Muchos intentarán frenar tu avance”, me dijo mi amigo, “les parecerá absurdo lo que haces e incluso intentarán detenerte, pero nunca permitas que sus miedos te hagan dudar de lo que haces”. - “Estoy dispuesto a seguir avanzando”, dije. - “Te felicito, pocos están dispuestos a aceptar las críticas e incluso la burla, la gran mayoría prefiere permanecer en su zona de comodidad, para que nadie le señale, pocos se han atrevido a dar ese paso delante de la muchedumbre, pero sólo ellos han tenido éxito”, dijo. Estaba dispuesto a tener éxito y hacer algo que nadie más hubiese hecho, y, por supuesto, a ayudar a más personas a encontrar su propio camino hacia el triunfo.
133
“SÓLO POR HOY”, UNA SIMPLE FRASE QUE TE AYUDARÁ A TRIUNFAR
Héctor afirmaba que pocas palabras tenían tanto poder como “sólo por hoy”, él la había utilizado para varios aspectos de su vida y le seguía siendo útil. - “Aún era un adolescente cuando leí sobre los beneficios del naturismo, intenté llevar una vida más sana pero no podía, cuando evitaba comer carne, terminaba consumiéndola, aunque deseaba ya no hacerlo seguía haciéndolo, no sabía cómo dejar esa práctica”, me confesó. - “¿Cómo lograste dejar de consumirla?”, pregunté. - “Hasta que descubrí unas palabras poderosas: ‘sólo por hoy’”, me contestó, “cuando comencé a ponerme como meta no consumir carne sólo por el día de hoy, pude evitarla”. Mi amigo no sólo había utilizado esa frase para sus hábitos alimenticios, sino también para su éxito. Cuando la pereza se asomaba en su día, él se decía para sí mismo “sólo por hoy seguiré trabajando con este ímpetu, ya mañana descansaré”, obviamente al otro día se volvía a decir lo mismo y no permitía que la pereza lo invadiera. En todo ámbito de su vida la había utilizado, cuando dejó de consumir alcohol la aplicó también. De hecho, él la descubrió gracias a un amigo que había dejado de beber, éste la había usado para ese fin, pero Héctor descubrió que tenía mucho poder y la siguió utilizando en todos los aspectos de su vida. 135
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Cada vez que me propongo algo empleo la frase”, me dijo, “ella me ayuda a ser constante y disciplinado”. - “¿Podría aplicarla cualquiera?”, cuestioné. - “Cualquier persona, a cualquier edad”, contestó, “las personas con éxito ya la usan, pero aquellos que fracasan en cualquier intento no. Ellos permiten que su voz interna los controle y no la frenan, permiten que siga llenando su mente de pensamientos absurdos”. Héctor afirmaba que teníamos una voz interna que debíamos de controlar, sino ella lo haría con nuestras vidas, por eso la frase “sólo por hoy” era tan poderosa, ella nos ayudaba a tomar el control de esa voz. - “Observa a un niño, él quiere todo ya. Si desea un juguete, no le interesa si su padre puede comprárselo o no, él lo exige, así es la voz interna, nos bombardea de deseos una y otra vez, hasta que cedemos”, me dijo. - “¿Por eso muchas personas se olvidan rápidamente de sus propósitos?”, inquirí. - “Así es, cuando una persona dice ‘no comeré este producto repleto de azúcar’ su voz interna comienza a decirle ‘anda, come, no te preocupes, come un poco, no te hará daño’, pero cuando te dices ‘hoy no comeré este producto’ tu voz no tiene más remedio que aceptar, al fin que mañana tendrá oportunidad de convencerte”, respondió. - “Obviamente mañana volveré a decir lo mismo ‘sólo por hoy no comeré ese producto’”, repliqué. - “Por supuesto, entonces tu voz nunca tomará el control, ¡tú la controlarás a ella!, entonces estará a tu servicio, para ayudarte, no para enfermarte”, expresó, “mientras más utilices esa frase, más autodominio tendrás”. 136
LA SENDA DEL ÉXITO
Todas las personas que había entrevistado tenían ese autocontrol y aunque nunca se lo pregunté, tal vez utilizaban esa frase constantemente. - “Poco a poco se va lejos”, afirmaba Héctor, “pero la mayoría de personas no lo sabe, existen miles que desean adelgazar en dos días, otros que quieren tener un formidable cuerpo en tres, ¡eso es absurdo!”. - “¿Debemos tomarlo con calma?”, pregunté. - “No”, contestó, “debemos de ser constantes y darnos cuenta que el cambio es paulatino, pero en algún momento debemos comenzar. Observa a un bebé, él poco a poco se va moviendo, primero la parte superior del cuerpo, después la inferior, entonces comienza a moverse en su cuna, pronto comenzará a gatear y rápidamente a pararse por sí mismo, sólo entonces podrá caminar, así es el camino hacia el éxito, debemos comenzar con poco e ir integrando más herramientas, entonces nadie nos podrá frenar”. Para mi amigo el éxito dependía de una estimulación similar a la de antes de caminar. Sostenía que primero deberíamos leer sobre el éxito, entrevistar a las personas exitosas y después ejecutar ciertas acciones para tener éxito, “primero investiga, después ponlo en práctica”, decía.
137
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Quien supone que ya no puede seguir aprendiendo, está condenado a la pobreza.
138
LA VIDA SIN DESAFÍOS ES ABURRIDA Uno de los videos más populares que tengo en Internet muestra escenas en las que ando en patinete, surfeo, toco música, golpeo una pelota de golf, me caigo, me levanto, hablo ante el público, lo mejor de todo, recibo abrazos de todo tipo de gente. En general todas estas actividades son tan comunes que casi cualquiera las puede realizar. Entonces, ¿por qué el video ha sido visitado millones de veces? Mi teoría es que la gente se siente atraída porque, a pesar de mis limitaciones físicas, vivo como si no tuviera límites. Nick Vujicic Mientras leía este extracto del libro de Nick, “Una vida sin límites”, llegaron muchas preguntas a mi mente… ¿Por qué nos limitábamos? ¿Quién nos enseñaba a tener limitaciones? ¿Qué nos impedía tener éxito? ¿Cómo dejar de limitarnos? Con ellas llegué a visitar a Daniel, a quien no veía hace mucho tiempo. Deseaba conocer su punto de vista respecto al éxito. - “La primera vez que intenté jugar baloncesto fue espantoso”, me confesó Daniel, “fue en una clase de deportes, todos se rieron de mis manos torpes que no atinaban a controlar el balón”. - “¿Cómo te sentiste?”, pregunté. 139
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
- “Aunque me reía, por dentro tuve una sensación de malestar que pronto desapareció, estaba determinado a demostrarles que podía controlar un simple balón”, respondió. - “Supongo que es lo que pensó Nick Vujicic la primera vez que intentó andar en patinete”, dije. - “Así es, cuando estás determinado a lograr algo, no importa lo que los demás digan”, mencionó, “debes intentarlo una y otra vez hasta dominar una actividad, deporte o tarea”. Daniel me explicó que todos los grandes deportistas habían dedicado muchas horas al entrenamiento exhaustivo, incluso muchos se quedaban más horas de las indicadas para seguir perfeccionando su técnica, en cambio otros no le dedicaban tiempo ni esfuerzo, por eso fracasaban. - “Para hacer la vida más agradable debes tener desafíos”, expresó, “la vida carente de desafíos es muy aburrida”. - “Y si no tienes desafíos cualquiera podrá aprovecharse de ti”, aludí. - “Definitivamente”, dijo, “una persona sin un reto está a merced de todos, incluso de la vida. Es como un barco sin dirección, si depende sólo de la marea y el viento, dudo que consiga llegar a un puerto adecuado o que le agrade, así es, un individuo sin desafíos, nunca será feliz puesto que no sabe qué desea de la vida y tampoco podrá exigir mucho de ella”. Esa era la vida de muchos: las querellas abundaban pero los desafíos escaseaban. Tenía claro que si deseaba alcanzar la felicidad debía imponerme retos, que me obligarían a estimular mi mente mediante la disciplina. - “Todo aquel que desee tener éxito, primero debe ponerse como meta tenerlo, después elaborar un plan para saber cómo lo logrará”, expresó Daniel, “esos son mis pasos para tener éxito”. 140
LA SENDA DEL ÉXITO
- “Pero esa meta debe implicar un desafío”, indiqué. - “Por supuesto, entre más metas aparentemente imposibles te impongas, más energía tendrás”, dijo. La historia estaba repleta de casos similares, deportistas que habían logrado lo impensable, atletas con poca estatura que lograban saltar tan alto como aquellos que medían muchos centímetros más, músicos que dominaban algún instrumento de modo tal que sus acordes nos trasportaban al paraíso. Si tenemos desafíos la vida se nos hace más llevadera y tenemos algo por qué luchar. La depresión no aparece en nuestra existencia y mucho menos la pobreza, puesto que nuestra mente está muy ocupada para permitirlo. Nick afirmaba que tuvo que dedicar mucho tiempo para dominar alguna tarea que a una persona con brazos y piernas le llevaría horas, ¡pero lo consiguió! Gracias a los desafíos dejó a un lado la idea del suicidio que cruzó por su mente años atrás. Mantener la mente ocupada en algo productivo es la mejor forma de evitar los pensamientos negativos. - “Lo más probable es que muchos se empeñen en convencerte para que desistas de tus desafíos, pero no los escuches, enfócate y no pierdas tiempo en lograr aquello que deseas”, dijo Daniel. - “Ya lo estoy haciendo”, respondí orgulloso. Daniel me relató entonces un cuento sobre cierta rana sorda: Dos ranas cayeron a un pozo profundo, mientras intentaban salir llegaron muchas otras a ver lo que sucedía. Reunidas alrededor del agujero comenzaron a decirles que nunca podrían salir de ahí, ya que era muy hondo. A pesar de lo que escuchaban ambas seguían tratando de salir. Saltaban y saltaban sin lograr asirse de las paredes. Las ranas 141
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
de afuera seguían diciéndoles lo mismo, que nunca lo lograrían. Finalmente una de ellas se dio por vencida y murió. La otra seguía saltando con más esfuerzo hasta que después de mucho tiempo logró salir. Cuando estaba afuera la rana sólo atinaba a mirar a las demás, sin hacerle caso a sus gritos de júbilo. Resultó que esta era sorda, por tanto no escuchaba nada de lo emitido por sus compañeros anfibios. La rana después afirmaría que se imaginaba que sus compañeras estaban animándola a salir. Daniel afirmaba que debíamos ser como la rana sorda, así lograríamos aquello que nos hubiésemos propuesto sin problema alguno, ya que no escucharíamos las voces repletas de pesimismo que pronunciaban a nuestro alrededor.
142
PARA TENER ÉXITO DEBES SER HUMILDE Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad. Lao-Tsé Daniel me dijo que esta cita del filósofo chino Lao-Tsé era cierta, “aquel que supone saber se enfila hacia el fracaso, pero aquel que sabe que desconoce muchas cosas, se dirige al triunfo”, me explicó. Para mi familiar, cualquier persona que supusiera saber bastante, se negaría a escuchar, causándose un grave daño, pues no tendría la información adecuada para tomar una decisión correcta. - “Si quieres tener éxito, debes seguir preguntando, nunca te conformes con lo que ya sabes, investiga más, cuestiona a todos y lee todo lo que esté frente a ti”, me dijo. - “¿Aunque ya tenga mucha información?”, pregunté. - “Nunca tendrás la suficiente, cada persona ve el mundo con sus propios ojos, por tanto tiene diferentes concepciones de éste, un autor escribe sus vivencias, las cuales no son iguales a las tuyas. Cuánto más aprendas, más rápido llegarás a tu meta”, me explicó. Daniel afirmaba que teníamos que ser humildes para tener éxito, es decir, nunca creer que lo sabíamos todo. Las personas engreídas rápidamente encontraban problemas, puesto que carecían de los elementos suficientes para tomar decisiones adecuadas. El escritor estadounidense Ernest Hemingway lo enunció de forma atinada: “El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad”. 143
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Cualquier persona que realmente deseara el éxito debía estar dispuesta a aprender todos los días, como un niño que recién comienza a descubrir los secretos mejor guardados de los libros que tiene frente a él. - “El niño se maravilla con todo lo que va conociendo, ¡y desea aprender más!”, mencionó Daniel, “por eso pregunta todo una y otra vez”. - “Pero el adulto lo calla”, dije sonriendo. - “Desafortunadamente así es”, dijo apesadumbrado, “si nos permitieran seguir aprendiendo como lo hace un niño, todos tendríamos miles de recursos, pero los adultos detienen nuestro avance, por culpa de sus miedos”. Daniel creía que debíamos ser como los niños, que no suponen que lo saben todo y se admiran con sus descubrimientos, sólo así tendríamos oportunidad de alcanzar el éxito. - “Siempre debes estar dispuesto a aprender”, dijo, “así lograrás adquirir más herramientas para llegar a tu meta”. - “¿En cualquier lugar y con cualquier persona?”, cuestioné. - “En cualquier lugar se aprende y todos tienen algo que enseñar, después de observar y escuchar, tú decidirás qué adoptar y qué dejar ir”, respondió. Mi tío me explicó que en cualquier lugar aprendemos, pero debemos estar alerta. También me dijo que otra forma de aprender, es enseñar. - “El aprendiz debe convertirse en maestro para ser aún más sabio”, me expresó, “cuando enseñas tienes que repasar lo aprendido, entonces aprendes aún más”. - “¿Por eso debemos enseñar a otros?”, pregunté. 144
LA SENDA DEL ÉXITO
- “Sí, al enseñar a otros ejercitas tus conocimientos, también se aclaran tus dudas”, dijo, “cuando explicas a alguien debes repasar lo que aprendiste para hacerlo más sencillo y surgen ejemplos que te ayudarán a comprender aún más lo que ya sabes”. Aunque aún no lo sabía, la humildad para aprender sería el pilar que sostendría mi exitosa vida.
145
EPÍLOGO La vida sigue su curso. Una vez llegó una persona a ver a un sabio maestro Zen: “Vengo porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Muchos me dicen que no sirvo para nada, que no hago las cosas bien, soy torpe y tonto. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?” El maestro, sin mirarlo, le dijo: “Cuánto lo siento, no puedo ayudarte ahora, tengo que resolver primero mi propio problema. Tal vez después…” Entonces hizo una pausa de unos segundos. “Pero tú puedes ayudarme, así, podría ayudarte después”. Tímidamente el joven asintió con la cabeza. Entonces el maestro se quitó un anillo que llevaba en uno de los dedos de la mano izquierda, se lo dio al muchacho y le dijo: “Lleva el caballo que está allí afuera para ir al mercado, tengo que vender este anillo para pagarle a alguien, tienes que obtener por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas”. 147
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
El joven, con una tímida sonrisa, tomó el anillo y partió. Cuando llegó, ofreció el anillo a los mercaderes, quienes, cuando escuchaban lo que pretendía el joven por él, perdían el interés que mostraban. Unos reían, otros se daban la media vuelta y algunos le ofrecían baratijas a cambio. Abatido, se montó al caballo y regresó con el maestro. Maestro –dijo apenado- lo siento, he fallado, no es posible conseguir lo que me pediste. Tal vez podría venderlo en dos o tres monedas de plata, pero no puedo engañar a los vendedores respecto al verdadero valor del anillo. El maestro quedó pensativo unos instantes. Qué importante es lo que acabas de expresar -contestó sonriente el maestro-. Tenemos que saber primero el verdadero valor del anillo. Ve a ver al joyero, pregúntale sobre su valor, ¿quién mejor que él para saberlo? Pero no se lo vendas, vuelve aquí con su opinión. El joven cumplió con lo encargado. El joyero examinó el anillo minuciosamente, lo pesó y le dijo: “Dile al maestro que si lo quiere vender de inmediato no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo”. “¡¿58 monedas?!” gritó el joven. -Sí – dijo el joyero- Sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente… El Joven cabalgó rápidamente a la casa del maestro a contarle lo sucedido. 148
LA SENDA DEL ÉXITO
El maestro, que ya lo esperaba, le ofreció una silla y con tono solemne aseveró: “Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?” Mientras el joven reflexionaba, el maestro volvió a ponerse el anillo en su mano izquierda. Enseñanza del Budismo Zen. Estoy en el estudio de mi casa, analizando mi vida, tengo 39 años y aún recuerdo ese día en que comencé a investigar sobre cómo conquistar mis temores, alcanzar el éxito y atraer la riqueza. Muchas cosas han pasado. Mi madre murió hace poco, no volví a saber de mi padre, Jessica se casó hace ya varios años con una estupenda persona, supe que enviudó recientemente, ya no la he vuelto a ver, a veces quisiera charlar con ella de aquellos tiempos de juventud. Aunque mi edad es corta, he visto morir a muchos amigos y familiares, me quedo con su recuerdo, no me aferro al pasado pues no tiene caso hacerlo, conviví lo suficiente con ellos y los aproveché bastante. Héctor también murió hace algunos años, tuve la fortuna de seguir aprendiendo de él hasta pocos días antes de su deceso, siempre siguió haciendo dinero, hasta el último minuto, fiel a su filosofía de ser millonario. Debo reconocer que fue mi principal maestro, sin sus enseñanzas no hubiera alcanzado lo que me había propuesto. A veces me reúno con Tomás, le ha ido bastante bien, aprendió del éxito así como yo. Tiene una familia estupenda que lo adora y él siempre está pendiente de ellos. 149
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Económicamente me fue estupendo, ahora gozo de una holgura financiera envidiable, le he dado empleo a muchas personas y he hecho alianzas de negocio con otras, sigo generando riqueza para mí y para otros. Siempre estoy ocupado pero no tanto para convivir con mi familia, tengo un perro que también goza de ello, salgo a pasear a diario con él, aunque resulte irónico, él me ha enseñado muchas cosas, entre ellas a gozar de lo simple. A mis hijos dentro de poco les mostraré los conceptos que aprendí para ser rico en todos los aspectos, estoy preparando un curso donde les compartiré los principios del éxito, sé que ellos multiplicarán aquello que obtuve. La vida sigue su curso. De vez en cuando me invitan a mis antiguos colegios a dar conferencias a los alumnos, yo siempre he aceptado para compartir aquello que a su vez hicieron tantas personas. Sigo pensando que la mejor manera de aprender es enseñar, por eso soy feliz cuando alguien me llama a hacerlo. Estoy pensando seriamente en abrir una escuela donde se enseñe a los jóvenes esos principios que me permitieron alcanzar el éxito, pero aún no lo defino. Tal vez me detiene el hecho de que miles desean soluciones fáciles y no quieren dedicar tiempo a entrenar su cerebro para el éxito. Muchas personas se han acercado a mí para que le diga cuál es mi amuleto de la buena suerte, yo sólo sonrío y les digo que mi mente es la responsable de todo, deben pensar que estoy delirando, porque no me preguntan más. ¿Qué pasó con aquel profesor de matemáticas? Lo he visto un par de veces, lo he saludado efusivamente, aunque él baja su cabeza sin poder decir mucho. Hace años que no me importa lo que él me dijo, incluso se lo agradezco, si no lo hubiese hecho, tal vez nunca hubiera comenzado esta búsqueda de conocimiento que me ha dado tantas satisfacciones. 150
LA SENDA DEL ÉXITO
A veces necesitamos de alguien que nos empuje, así podremos despertar ese deseo de triunfar dormido por el confort. Todo en la vida tiene un por qué, sólo hay que encontrarlo. Tal como decía Victor Frankl (autor de “El hombre en busca de sentido”), todos debemos encontrarle un sentido al sufrimiento, yo me di cuenta que carecía de muchas herramientas para triunfar, por eso inicié esta cruzada personal, para alcanzar mis deseos más ambiciosos. Este profesor me ayudó sin proponérselo, pero fue mi determinación la que me empujó a conseguir el éxito. Hay muchas culturas que no lloran a sus muertos, tampoco nosotros deberíamos refugiarnos en el pasado, sólo tomemos sus enseñanzas y dejémoslo que se vaya de nuestro lado. Los años me han vuelto más sabio. Aún conservo esa vieja libreta, en la que anoté las ideas que me dieron todos esos seres que habían alcanzado el éxito, aquella que llamé “la senda del éxito”. Ella me sirvió de referencia para escribir este libro, con el que miles de personas se han motivado y otras tantas han descubierto el verdadero sentido de su existencia. He aprendido que lo descubierto debe ser mostrado al mundo, para que todos se beneficien con el conocimiento, con los secretos que pocos conocen y que guardan tan celosamente para su propia dicha, ya lo dice la máxima del filósofo y escritor español Miguel de Unamuno: “Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos”, por eso he decidido poner mis conocimientos a tu disposición, para que los hagas tuyos y alcances el éxito que siempre has deseado. Escribe cuando quieras a mi correo
[email protected] Siempre encontrarás una respuesta a tus preguntas y comentarios. 151
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Y si deseas obtener gratuitamente una conferencia grabada en vivo con más información y consejos que te conducirán por la senda del éxito, envíame un correo a
[email protected] y de inmediato te la remitiré. ¡Gracias por permitirme mostrarte un extracto de mi vida!
152
ÍNDICE
ÍNDICE “¡Tú nunca lograrás nada!”: las palabras que me obligaron a caminar hacia el éxito ...........................................................
9
La determinación es el primer ingrediente del éxito .............
13
Tener un plan es un requisito para el éxito .............................
19
Persigue tus sueños y no permitas que otros te hagan dudar
23
La disciplina es fundamental para el éxito ..............................
27
Debes elegir qué tipo de pensamientos tendrás durante el día
33
Date cuenta de tus carencias para encontrar cómo mejorar
37
Si algo no te funciona, hazlo de forma diferente ....................
41
Luce y actúa como un ganador .................................................
45
Haz que otros trabajen para ti ..................................................
51
Donde quiera que vayas hay una mina de oro .......................
57
Sé autodidacta, ambicioso y siempre busca ganar .................
63
Imita los hábitos de los millonarios .........................................
69
Retrasar la gratificación: Una habilidad que todos debemos desarrollar ..............................................................................
73
155
JUAN ANTONIO GUERRERO CAÑONGO
Incrementa tus ingresos y reduce tus gastos ...........................
79
Pensar es realmente el trabajo más arduo que existe .............
83
Deja a un lado el pensamiento mágico ....................................
87
Enfócate en triunfar, nunca en fracasar ..................................
93
Entrena tu cerebro para adquirir riquezas ..............................
97
Sugestiónate para el éxito .......................................................... 103 Tu cerebro se activa con preguntas, no con afirmaciones .... 109 Si quieres tener éxito, debes tener ciertas políticas ................ 115 Elabora un inventario para conocer tus fortalezas y debilidades ....................................................................................... 119 Aquel que no aprende de su historia está condenado al fracaso ......................................................................................... 125 Sólo te tienes a ti mismo, nadie vendrá a salvarte .................. 129 No esperes que alguien lo haga, ¡hazlo tú! .............................. 131 “Sólo por hoy”, una simple frase que te ayudará a triunfar ... 135 La vida sin desafíos es aburrida ................................................ 139 Para tener éxito debes ser humilde .......................................... 143 Epílogo ......................................................................................... 147
156
TÍTULOS DE LA COLECCIÓN 1. Esther Bargach. ¡Sonríe! La magia del pensamiento positivo 2. Emma García. El arte de ser feliz. Diseña tu vida para el éxito 3. Óscar Durán Yates. Triunfa en el amor. Cómo reconciliarte y mejorar la relación con tu pareja 4. Elías Berntsson e Ina Arakchiyska. 15 claves para una autoestima indestructible 5. Juan Antonio Guerrero Cañongo. La senda del éxito. El camino que debes transitar para ser feliz, superar tus temores y atraer la riqueza 6. Miguel de Luis Espinosa. Productividad para mentes inquietas. Mejora, haz más, recuérdalo todo y sé feliz 7. Juan Antonio Guerrera Cañongo. Los millonarios no nacen, se hacen. Manual para conseguir tu libertad financiera 8. Tomás García Castro. Cómo superarte con el estrés positivo 9. Wallace Wattles. La ciencia de hacerse rico 10. William Walker Atkinson. La ley de la atracción 11. Alois Larc. 21 reglas para alcanzar el éxito personal 12. Marta Guerri. Inteligencia emocional. Una guía útil para mejorar tu vida