La Promesa by VictoriaTKDreamer - AInfante

September 17, 2017 | Author: Lucía | Category: Laughter, Truth, Decision Making, Woman, Coffee
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La promesa Autor: victoriatkdreamer

I -No te cases por favor. -Le suplico sabiendo que me estoy jugando mi última carta para no perderla. -No sabes de qué hablas, no estás bien, dime… ¿cuánto has tomado? -Eso no importa, estoy lo suficientemente cuerda para saber exactamente lo que te digo, por favor no te cases-Intento acercarme y besarla, pero ella se retira y coloca sus manos en mi pecho a forma de defensa. -No más Lena ¿por qué no quieres entender?, eh… vete por favor estás ebria, no arruines mi despedida de soltera, ya más de uno esta sospechando-Cruza sus brazos, su cara reflejaba preocupación, posaba su vista a todos lados, menos en mí. -No Lina la que no entiendes eres tú- Tomo su rostro en mis manos - Te amo, jamás se lo había dicho a nadie y si te lo digo no es para joder tu maldita despedida de soltera - Subo el tono de mi voz por causa de mi desesperación, ella lo nota y se zafa de mi manos, se dirige a la puerta con claro signo de no querer voltear su vista atrás. -Te lo digo porque ya no puedo más -Se detiene. -Me duele demasiado. -Una lágrima baja por mi rostro, creo que el corazón se me va a salir… ella sigue en la misma posición, toma la perilla de la puerta, baja su rostro y toma aire. -Lena siempre pensé que nuestra amistad era más grande que todo, jamás debimos arruinarla con sexo. -Nunca pensé que Lina pudiera decir algo tan crudo, estoy sin aliento y mi corazón que antes estaba como un caballo descontrolado ahora está quieto, su palpitar es lento y mis puños están apretados. -Te veo mañana en la boda, trata de no llegar tarde como siempre haces, te necesito ahí, eres mi mejor amiga y mi dama de honor... tan solo no lo arruines.-Abro mi boca para tomar aire, pero fallo en el intento, me dirijo a su lado y la retiro de la puerta para irme ya no puedo seguir ahí, debo salir. -No cuentes con eso -Grito. -Para eso tienes a otros, personas que si están felices por tu matrimonio. -Cuando pienso seguir mi camino, ella toma mi mano y me obliga a detenerme.

-No Lena, tú siempre cumples tus promesas, ¿acaso lo olvidas? -La obligo a soltarme el brazo. -Prometiste que serías mi dama de honor cuando encontrara al hombre ideal con quien pasar el resto de mi vida y lo encontré. -Resoplo y limpio la última lágrima traicionera con el dorso de mi mano, alzo el rostro y busco su mirada. -Sí, siempre cumplo lo que prometo, no te preocupes… nos vemos mañana. -Me marcho y siento que las miradas de todos los presentes están encima, no reparo en nadie, tomo mi bolso y me voy, el acto básico de respirar es casi imposible y mis ojos arden, mi cabeza da vueltas, siento que estoy en una escena irreal de un filme malo que nadie quiere ver, solo deseo que mi dolor acabe, jamás pensé que el amor fuera tan jodido, siempre me burlé de ese subvalorado sentimiento que hace a la gente estúpida y sentirlo por primera vez lo único que hizo fue darme la razón.

Cuando llego a mi apartamento busco directamente el whiskey que horas antes había iniciado, lo tomo directamente de la botella, hasta sentir como quema cuando abre paso por mi garganta… te pasas la vida sin saber que puede llegar ese “alguien” que te coloque el mundo patas arriba, algo te cambia y muy en el fondo sabes que ya nada volverá a ser como antes, si está bien, llámenme cursi, pero todos lo somos… ay acéptenlo, tanta maldita película romántica te termina fritando la cabeza, ese no es problema, al fin al cabo así no lo aceptes estamos en este mundo buscando ese “alguien” desde el primer momento que sientes que algo te hace falta y vivir es solo una colección de momentos y respiración mecánica.

Lo malo no esta es buscar ese alguien, lo malo es cuando te enamoras de la persona equivocada, de tu mejor amiga, si ya sé, ya sé, primera regla del manual de una mujer lesbiana, “sí es que algo como una manual realmente existe” No te enamores de tu mejor amiga heterosexual, pero puedo jurar que no lo busqué, es más… jamás había visto a Lina de esa forma, y no porque sea fea, Lina es por lejos la mujer más linda con la que he estado, cabello castaño rubio, ojos verdes de mirada penetrante y sonrisa contagiosa, con cuerpo de muerte lenta que oculta muy bien debajo de vestidos y faldas que no resaltan para nada sus curvas… ella toda emana perfección, al estilo de las modelos de revista de Martha Stewart, con sueños de casa suburbana, con gran jardín, esposo con sonrisa de comercial, hijos y hasta un pinche perro, por Dios!!! ¿Cómo alguien así me podía inspirar un mal pensamiento?... jamás.

Pero en toda historia siempre existe un momento de quiebre, ese momento justo en el que todo cambia y sé que más de uno no entiende mis palabras… bueno, permítanme ilustrarlos en la situación en que me encuentro, empecemos presentándome, creo que no lo había hecho, mmm perdónenme el desorden de mis cavilaciones, jamás he sido amiga del orden y las reglas, pero creo que ese siempre ha sido mi mayor atractivo, mi nombre es Helena

Devía, para mis amigos Lena, hija menor de un matrimonio de familia adinerada que hasta hace unos años presumía de ser perfecta, hasta que mi padre decidió que su asistente le daba mayor satisfacción que mi madre, jajajaja todavía recuerdo la cara de la perfecta Isabel de Devía cuando todo se supo, la traición pasó a segundo cuadro cuando el escándalo llegó, creo que le hubiera sido más fácil tragarse su orgullo perdonando a mi padre como tantas veces lo hizo cuando lo encontró sentado en su oficina y con la cabeza de su asistente en la mitad de sus piernas, que cuando al llegar al club todos sus “amigos” hablaran por lo bajo cuando pasaba por su lado, que horror, ni cuando le confesé que las mujeres me gustaban estaba tan consternada, tal vez porque desde ese día quedé muerta y sepultada para la familia, solo les faltó quitarme el apellido… desde ese día, no volví mas a ser parte de los Devía, ashhh pero quien quiere ser parte de una familia compuesta por una madre alcohólica que esconde su vicio en el café que toma todo el día, un padre adicto al sexo con mujeres más jóvenes que él, un hermano mayor que su más notable triunfo fue haberse casado con la mayor y menos agraciada de las hijas de un magnate de las comunicaciones y una hermana que se ha acostado con la mayoría de hombres de la alta sociedad de la capital y que nadie toma en serio, pues la verdad creo que me ha ido mejor sola, aunque al comienzo no fue fácil Lina siempre estuvo a mi lado.

Ella… la causante de este dolor que quema mi pecho y hace tan difícil respirar, todo mi ser la necesita, como una maldita droga, si tan solo no hubiéramos traspasado el límite de la amistad hoy estaría feliz y no sufriendo porque mañana se casa, alcoholizándome hasta sentir que el mundo gira y tratando de no destruir todas las fotografías en las que aparece, que para ser sincera son casi todas, porque ella estuvo en casi todos los momentos importante de mi vida, por ejemplo en esta foto que ahora sostengo en mis manos, en ella aparece unas sonrientes jovencitas en su ceremonia de grado de un colegio prestigioso de señoritas, una morena de ojos color miel y la otra rubia de ojos verde intenso, tan diferentes y de algún modo se encontraron en el mundo para convertirse en amigas inseparables… ese día le prometí a fuerza que siempre sería su amiga, sería la dama de honor de su boda y ella de la mía, que sería la tía de sus hijos y viceversa, es risible tan diferentes que son los sueños de juventud a la realidad que te enfrentas cuando creces y si había algo bueno en mi persona era que siempre cumplía mis promesas, creo que desarrollé esa cualidad como respuesta a vivir en una familia disfuncional en donde mis padres jamás cumplían lo que decían, nunca llegaron a una reunión de padres a tiempo, no estuvieron presentes en mis logros académicos y deportivos, siempre prometían ir pero jamás cumplieron, su obligación de brindarme apoyo para lograr mis objetivos en la vida se quedó como un recuerdo de algo que jamás paso.

Las promesas para mí son muy valiosas, siempre cumplo lo que prometo y espero lo mismo de las personas que están en mi vida, no puedo negar que a veces es una carga difícil de sobrellevar, pero no quiero cometer los errores de mis padres y a Lina le prometí estar el día de su boda y así me quede sin corazón le voy a cumplir.

II PRIMERA PARTE Todo empezó un viernes hace 2 años, ya era tarde de la noche cuando entró a mi celular una llamada de Lina, se encontraba desconsolada porque había terminado con el idiota de turno y por la forma en que arrastraba las palabras no estaba muy bien que digamos, así que fui a su encuentro al bar que queda cerca de la universidad donde ella estudiaba leyes, aunque estuviera lejos de los que frecuentaba para ir de ligue… sí, Lina me había arruinado un acostón esa noche, pero qué le vamos hacer, para eso son las amigas… cuando la encontré no daba crédito a mis ojos, la perfecta Carolina Rangel estaba ebria, hablando hasta por los codos con el pobre bartender que suplicaba ser salvado del despecho de la mujer que lo tenía mareado con tantas quejas, cuando me vio se echo a mis brazos a llorar, pagué la cuenta y salimos rumbo a mi apartamento para que me contara con más tranquilidad que le había pasado. -¿Ahora si me vas a contar que ocurrió?- Le paso una taza de café bien cargado para que se le pase los efectos del alcohol. -Me terminó. -Toma un sorbo de café y hace una mueca por lo caliente de la bebida. -Me dijo que ya no podía seguir, que simplemente no funcionaba… que era una frígida y y y… No termina la oración porque empieza a llorar, la abrazo y dejo que se calme un poco, bajo mi mano por su espalda tratando de darle calma y espero paciente que tenga la fuerza para seguir hablando. -Es mi culpa, por no poder darle lo que necesitaba… y si tal vez- No la dejo terminar porque le alzo mi ceja de forma inquisidora y creo que mi cara expresaba no solo mi confusión y desconcierto por sus palabras sino una creciente desesperación por la idiotez que estaba diciendo. -¿De qué hablas?, mira, yo creo que los hombres que dicen que las mujeres son frígidas es porque quieren culparlas de sus propios problemas. -Ella me mira como si acabara de revelarle una gran verdad, vuelve a tomar un sorbo de café y baja la mirada al suelo como estudiando sus próximas palabras, levanta la mirada sin punto fijo. -¿Tú crees qué no es mi culpa? -Empiezo a reír y su rostro empieza a enrojecer de forma abrupta por la situación, eso solo hizo incrementar mi risa hasta que siento un golpe en mi brazo que hizo que detuviera mi risa de a poco. -Ouch. -Sobo mi brazo y quito una lágrima de risa con mis manos. -¿Cómo crees eso?... en serio, lo que pienso es que él no sabía hacerte llegar, eso es todo, se frustró por no lograrlo. -Deja de hablar así, tan vulgar, sabes que no te queda. -¿De qué hablas?, no es vulgar es solo la verdad, parece que simplemente te diera vergüenza de hablar algo tan natural como lo es un orgasmo. -Esta mujer a veces me saca de casillas con tanta mojigatería, a veces olvido la educación tan rígida con la que creció, no entiendo como sigue siendo mi amiga yo siendo tan diferente y con tendencias sexuales que sus creencias piensa que no son correctas. -Es que si me da vergüenza, tú sabes muy bien que estos temas no son mis favoritos.

-Lo sé, pero debes aprender hacerlo, no tiene nada de malo saber qué te hace bien, como te gustan las cosas… todo es cuestión de confianza y que encuentres al hombre que te brinde todo esto y Juan José francamente no era el indicado. -Jajajaja lo sé, solo pensé que era un caballero y sí… tienes razón debo ser sincera con lo que quiero. -Me brinda una sonrisa de esas que son difíciles pasar por alto.

-Eso está mejor- Le contesto y me levanto por otra taza de café, mientras estoy en la cocina sirviendo la nueva ronda de café Lina está completamente relajada y los efectos del alcohol ya pasan desapercibidos, cuando me doy vuelta ella está parada en el marco de la puerta y me recibe la taza. -¿Como sabes qué has tenido un orgasmo? -El sorbo que en ese momento estaba tomando se negaba a bajar y faltó poco para escupirlo. -¿Qué? Eso solo lo sabes, no me digas que jamás has tenido uno. -Y empiezo a reír, creo que de nervios, la verdad es que cuando me siento presionada simplemente la risa me sale sin control y eso siempre me ha traído problemas porque son mal interpretadas, ella baja la mirada y la veo con signos de irse y salir huyendo. -Ashhh no debí preguntarte si te vas a burlar, que buena amiga eres Helena Devía. -Ouch golpe bajo, cuando Lina está enojada me llama por mi nombre completo, ahora si reacciono porque sé que he metido la pata esta el fondo, la tomo del brazo ya completamente seria y le indico el sofá para que se siente. -No sé como describirlo, solo lo siento. -¿Y que sientes? Intenta por favor. -Pues no sé, es como si por un instante tu corazón se detiene y sientes una fuerte carga eléctrica que empieza en tu pecho y se expande por tu cuerpo, en ese momento no eres de este mundo y te siente más viva que nunca, tus sentidos se agudizan y sientes vibrar tu cuerpo, a veces son largos, otros no tantos, unos son muy intensos que crees que puedes alcanzar el cielo con las manos, son diferentes, pero sabes cuándo lo has tenido. -Le contesto con un poco de pena, la verdad es que Lena la “Open Mind” nunca había hablado de un orgasmo de forma tan empalagosa. -Gracias por contestar, ahora entiendo que yo nunca lo he tenido. -Baja el rostro, creo que siente pena y no porque sea una vergüenza su situación sino porque siente que se está perdiendo de algo tan esencial de la vida de una mujer. -Ya… sabes creo que deberías empezar por tener claro que te gusta, ¿alguna vez has intentado darte placer? -Eso ultimo casi lo escupo de lo rápido que lo dije, la verdad era

que sabía lo difícil que era para ella hablar de estos temas y yo intentaba tener la paciencia necesaria para hacerlo pero la paciencia no era mi fuerte. -¿De qué hablas Lena?, tú sabes que yo simplemente no sería capaz, ashhh esto es frustrante. -Su lenguaje corporal me indicaba lo tensa que estaba y no sé que me paso por la cabeza, solo empecé a rozar mis manos en sus ojos obligándola a cerrarlos de forma delicada, escasamente tocando su rostro.

-Tranquila, solo por favor confía en mí un momento y no digas nada. -¿Qué vas hacer? -¿Confías en mí?- Ella asiente levemente. -Entonces por favor haz lo que te digo. -No abras tus ojos ¿ok? -Ella vuelve asentir con la cabeza mientras empiezo acariciar levemente su piel. -Sabes algo... Lina eres una mujer hermosa, realmente muy hermosa, la primera persona que lo tiene que notar eres tú, tu piel es muy suave y tan agradable al tacto, debes aprender a conocerte a reconocer que te gusta, ¿te gusta que te toquen así, suavemente?-Ella sonríe sin abrir los ojos y vuelve a dar una respuesta positiva. -Bueno ya es un avance, sabes que te gusta las caricias, ahora hay algo que debes saber de las mujeres y es que no hay mejor aliado para llegar a un orgasmo que la mente, cuando estés sola, te vas a tocar suavemente, como deseas ser tocada, vas lentamente a sentir como tu piel reacciona y vas a ir desprendiéndote de tus miedos, eres la única dueña de tu cuerpo, así que no temas a tu toque, a veces puede ser gentil y otra veces no tanto, piensa solo en el placer que puedes darte. -sin dejar de tocar su rostro voy bajando lentamente por sus hombros y de forma tímida rozo levemente la parte exterior de sus senos… ante esto ella se sobresalta un poco, pero no me detengo. -Tus senos, son tan suaves, me imagino que cuando lo hagas tus pezones se despertarán del letargo, imagina como sería que una boca los atienda mientras sientes que tu interior sube de temperatura. -Guio su mano a sus senos. -Siéntelos, no temas. -Ella sin abrir los ojos los toca, al comienzo de forma suave, pero poco a poco los empieza a estrujar, ante este movimiento atrevido de ella jamás antes visto por mí siento como mi propio cuerpo reacciona y mi lugar hacia el sur se empieza a mojar, trago saliva y trato de seguir, tomo sus manos y las llevo hacia su zona secreta, ella abre un poco la piernas y mis manos están encima de las de ellas y le doy un poco de presión. -Sabes… solo tú sabes cómo acabar, nadie te conoce mejor que tú misma. -Sigo ejerciendo presión sobre sus manos, me acerco suavemente a su rostro y me falto poco para terminar de perder el control y besarla, así con sus ojos cerrados y sus respiración entre cortada me tenía a mil, pero me desvío y le hablo a su oído con mi voz ronca por mi propia excitación.

-Tu cuerpo sabe reaccionar, solo déjate llevar. -Sigo ejerciendo presión con movimientos lentos y poco a poco suelto sus manos, ella sin abrir los ojos ante mi abandono, empieza a acariciarse por encima de la ropa cada vez más rápido con movimientos sincronizados, pero que se volvieron erráticos, yo me dediqué a verla y sentí que sin siquiera tocarme yo misma ya no aguantaba más, su rostro empieza a mostrar signos de que muy pronto va a venirse y sin ningún aviso da un gemido ahogado y abre sus ojos de golpe, su respiración está entrecortada y lentamente se relaja… ella voltea a verme, en ese momento pensé que había ido muy lejos con ella, con mi mejor amiga que minutos antes me había confesado que jamás había tenido un orgasmo, sentí pánico, no sabía muy bien cómo iba a reaccionar ¿y si decidía terminar la relación de amistad?... creo que perdería lo único estable que tenía en mi vida, la única persona que era una constante, pero todos mis pensamientos simplemente no me prepararon para lo que vendría a continuación.

II SEGUNDA PARTE Sin previo aviso Lina me besó, no contesté por mi sorpresa, su beso algo torpe por los nervios de estar besando a una mujer por primera vez, al ver mi reacción de desconcierto se detuvo abruptamente. -Yo lo siento… no sé que me paso, jamás había hecho esto. -Antes esas palabras por fin mi cerebro pudo hacer sinapsis y la empecé a besar, primero de forma suave pero en el momento en que nuestras lenguas se encontraron por primera vez casi muero, solté un pequeño gemido en su boca, lentamente pasé mis manos por su espalda hasta bajarla en los límites de su trasero, dejándola caer suavemente en el sofá, durante todo este tiempo nuestras bocas no se habían separado para nada y ya nos pedían oxigeno como a cualquier mortal, mientras acomodaba mi cuerpo encima del suyo de tal forma que pudiera sentirme mejor… ella ante este movimiento abre los ojos. -Creo que, que, no sé… no sé si esto está bien. -Veo como su mente es un campo de batalla entre lo que considera que esta bien y lo que su cuerpo pide a gritos, con mis manos rozo sus labios. -Sshhh, no pienses ahora… solo déjate llevar, luego nos encargamos de pensar. -Y reinicio el beso y la batalla de nuestra lenguas hace que el calor vuelva a inundar la sala, bajo mis besos por su cuello, saboreando su sabor que hasta hace poco era totalmente desconocido para mí, mientras que con una mano empiezo a masajear por encima de su ropa sus senos tal como ella antes lo había hecho, ella suelta un gemido que lo único que hace es encenderme más, así que tomo sus senos de forma más brusca mientras que con el centro de mi cuerpo ejerzo presión sobre el suyo para de alguna forma buscar un poco de liberación. -Sabes Lina como me tienes ahora… no te das una puta idea. -Creo que mi rostro mostraba un rojo carmesí, no solo por la situación, sino porque era la primera vez que le hablaba a Lina de esa forma, ella siempre había sacado lo mejor de mí, a pesar de que con lo demás podía a llegar a ser ruda, con ella era completamente diferente, podía decirse que hasta dulce, pero esta no era la situación, y mi poco control estaba lejos de colaborarme, Lina no era las amantes regulares que tenia para divertirme, era mi mejor

amiga y sí, esto era transgredir la amistad, pero si lo íbamos hacer debía hacerse bien, así que me prometí que con ella iba a ser diferente, tenía que saber controlarme por ella. La veo directamente a los ojos y sin mediar mas palabras la vuelvo a besar con pasión tanto que nuestros labios hinchados eran testigos de lo que estábamos haciendo, me detengo y voy hacia su oído y le muerdo el lóbulo de la oreja de forma suave. -Sabes creo que estaremos mejor en la habitación. -Ella solo asiente y me pongo en pie y le ofrezco mi mano para dirigirnos hacia la habitación, ella la toma y caminando a mi cuarto, cuando pasamos el umbral de la puerta sin previo aviso la arrincono a la pared y renuevo el beso, bajo por su cuello, pechos y vientre, le saco la blusa y beso sus pechos por encima de su brassier, vuelvo a ejercer presión con mis piernas su centro y ella jadea suavemente, sin perder tiempo le quito ese pedazo de tela que impide mi cometido y por primera vez veo sus pechos, esos hermosos pechos de pezones rosados que me invitan a que los pruebe, los beso, le doy suaves lamidas y los meto en mi boca donde los siento crecer, con mi dientes los aprisiono suavemente alternando mi boca y mi mano, hasta que veo como su piel antes nívea ahora esta rosácea por la actividad, subo mi frente hasta descansar en la suya y con mis manos ayudo a zafarle el cinturón de su pantalón, suelto el botón y bajo la cremallera, todo esto sin dejar de verla por un segundo y meto mi mano a su lugar íntimo, mis dedos se deleitan al sentir su humedad y le doy suaves masajes. -Oh Lina estas tan húmeda. -Saco mi mano de allí y me arrodillo para sacarle el pantalón, ella me ayuda y cuando termino poso mi rostro a ese lugar que emana ese olor que me vuelve loca y con mis manos toco su trasero trayendo su cuerpo a mi rostro, tomo una largo suspiro y empiezo a quitar lo único que impide su desnudez, me pongo de pie y la tumbo suavemente sobre la cama, mientras que yo me voy desnudando bajo su mirada, cuando termino me acerco a ella, abro sus piernas y empiezo a besar lentamente sus piernas subiendo cada vez más hasta llegar muy cerca a su centro y empiezo a besar la parte interna de sus muslos, siento como se retuerce en la cama, sé que estoy alargando el placer lo que más puedo pero quiero ser con ella como nunca antes había sido -Ya Lena por favor, no me tortures más. -Ante esas palabras voy directo a esa parte que emana esa fragancia característica de una mujer cuando está gozando, con mi lengua doy suaves toques por sus pliegues, saboreando cada parte que se me brinda, aprisiono con mis labios ese órgano tan sensible, introduzco mi lengua por primera vez, hasta que siento como sus manos hacen que la penetre más profundo y por primera vez Lina toma parte de su propio placer guiando mis movimientos con sus manos hasta que siento como se contrae y finalmente llega al punto máximo arqueando su cuerpo y jadeando por lo que acaba de pasar, lo tomo todo sin dejar nada, como un premio merecido, me incorporo suavemente encima de su cuerpo y la vuelvo a besar con la esencia de su orgasmo en mi boca. -Sabes tan bien, tan dulce, tan tú. -Ella sonríe en mi boca y me contagia con su risa -Pero sabes esto no termina aquí. -Subo mi mano e introduzco dos de mis dedos en su boca, ella parece entender y empieza a chuparlos, parece que de algún modo sabe cómo hacerlo para hacerme sentir arder de placer, los retiro y los bajo de nuevo a su humedad, mientras la beso hago masajes de movimientos alternados entre suaves y con presión a rápidos y fuertes, hago acomodar su piernas de tal forma que nuestros centros se sientan mutuamente y sin previo aviso la penetro con mis dedos, se siente tan bien, tan caliente, sé que desde ese momento me voy a volver adicta a estar dentro de ella, a sentirla tan intima, tan conectada a ella, como si fuéramos una sola persona, me clava sus uñas en mi espalda lo que hace que

empiece un vaivén más rápido, más necesitado de liberación, me besa sin parar, busca mi cuello y muerde suavemente mi hombro. -Ohhh Lena se siente tan bien, no pares por favor ya casi. -La presión ejercida por mi cuerpo y ese movimiento hace que ella se encuentre con el placer mientras gime mi nombre, desencadenando mi propia explosión. Lo que antes le relate como la descripción de un orgasmo se quedó corto ante lo que sentí, jamás había sido tan intenso, jamás tan largo, me dejó sin aliento, sin fuerzas, mis piernas todavía temblaban por lo que había acabado de ocurrir, descansé mi rostro en su hombro y despacio me incorpore a su lado, mi cuarto olía a nosotras, a sexo, a sudor, a entrega, tratando de calmar mi respiración, Lina acomoda su cabeza en mi pecho y con sus manos empieza a tocar mi cuerpo de forma tan dulce, jamás había hecho eso después del sexo, después de lograr el placer simplemente era una desconocida que quería que se fuera si estaba en mi casa o irme lo más pronto posible si era al contrario, pero esta vez era diferente, a mi lado tenia a mi amiga, a la persona que conocía mis miedos, no tenia donde huir y la verdad, no quería, solo deseaba que no dejara de tocarme y lentamente el sueño nos alcanzo a las dos. – III

-“El usuario no se encuentra disponible, deje su mensaje después del tono…” -Soy yo de nuevo…solo quiero saber si estás bien, Lina solo…solo por favor contesta. -Ya había pasado una semana desde nuestro encuentro, ella simplemente quería desaparecer de mi radar, no contestaba mis llamadas, no devolvía mis mensajes y yo estaba confundida con todo, sé que no la había obligado a nada, pero me sentía culpable de que tal vez la había conducido a una situación que sencillamente no podía manejar y para ser sinceros yo tampoco… carajo Lina lo deseaba igual que yo ¿cierto?... o eran mis ganas las que hablaron, ashhh estoy fregada y lo peor es que no la tenía a ella para que me ayudara a desenredar mis pensamientos. Jamás pensé estar así de perdida, sin saber qué hacer, si antes una de mis amantes me hubiera dejado abandonada en mi cama sin el menor rastro de lo que pasó, estaría feliz de la vida y tranquila, pero Lina era diferente, sabía que esa noche no había sido solo sexo, sé reconocerlo, Lina no era una desconocida con la que te acuestas en un impulso de una noche, está definitivamente era una situación nueva para mí, no estaba preparada para dejar ir a Lina, no estaba dispuesta a soltar su mano, en mi jodido mundo es ella lo mejor que tengo, tenía miedo de perderla. Había resuelto seguir dándole espacio, tal vez solo necesitaba eso para pensar, dejaría que ella llevara la batuta de la situación porque a decir verdad yo sentía que tenía más que

perder, así que lo mejor era concentrarme en mi pasión, la fotografía… entró al salón de clases decidida a colocar toda mi concentración en ello, para mí era el escape de todo… Saben… es un alivio tener la certeza que la fotografía es mi gran amor, a veces me da risa todo lo que tuve que pasar para saber realmente lo que me gustaba… cuando salí del bachillerato con Lina decidí seguirla en la escuela de leyes, jajaja fue un año terrible, lo único bueno fue estar con Lina y para ser honesta los múltiple encuentros sexuales que allí conseguí, para mí fue el año que me reveló de una buena vez que las mujeres no solo me gustan, me encantan, pero definitivamente decidí abandonar, no solo de buen sexo se vive, luego intenté un tiempo con administración de negocios, pero de nuevo fue un error, carajo no imaginaba mi vida en una oficina frustrada y siendo una completa perra porque había tomado las decisiones equivocadas, ahora sé que el gran desacierto radicó en querer darle gusto a mis padres en la elección más importante de mi vida, así que a la par de que les confesé que me gustaban las mujeres decidí estudiar fotografía. En ese momento pensé que era una buenísima idea, jajaja, dos pájaros de un solo tiro… resultado, mi familia me echó de casa y me retiraron la ayuda para estudiar, por fortuna logré conseguir una beca para seguir mi sueño y los Devía decidieron darme una mesada, supongo que para no verme y se llegara a revelar ante los conocidos mis inclinaciones, ya saben… las apariencias, ¿qué dirían los amigos?, jajaja podía imaginar la cara de consternación de mi madre, debo confesar que fue un pensamiento regular por mucho tiempo, pero no soy fenómeno de circo para exhibirme, así que deseché la idea, aunque la mesada no es una fortuna me alcanza para seguir, no me quejo, me ha ido bien, no tengo riqueza en mis manos, pero aprendí que existe cosas más importantes que el dinero, la fotografía no es solo una profesión más, es mi salvación y sé que algún día me va a llevar muy lejos. -Helena…Helena… -La señorita Ortega pasa su mano frente a mi rostro repetidas veces tratando de llamar mi atención. -Eh… si… lo siento. -Mi abstracción me ha vuelto a jugar una mala jugada, el salón completo esta viéndome. -¿Estás bien? -Si… bien. -No parece, estás muy distraída.-Pasa su mano sobre mi hombro. -Te decía que te encargaras de apartar el salón de conferencias para el lunes, ¿cuento con eso? -Si claro. -Nada raro que sea Helena la encargada. -El idiota de Sebastián recriminando con su tonito irónico, desde que entré a la universidad me tiene entre ojos, sabe que soy mejor que él y no lo soporta.

-¿Algún problema? -Lo veo con mi ceja enarcada. -Tranquilo los dos… Sebastián siempre le pido esta clase de cosas a Helena porque ha sabido responder a mi confianza. -La señorita Ortega interviene, sabe que no aguanto estupideces de nadie. -Bueno eso es todo por hoy, aprovechen el tiempo libre. -Sigo con la mirada a Sebastián hasta que desaparece del salón, lentamente recojo mis cosas, muy pronto me doy cuenta que no estoy sola, se acerca Lorena con ese pantaloncito apretado acompañada de esa mirada coqueta y ese caminar sensual que me pone a mil, que les puedo decir de ella, mmm digamos que tenemos una química increíble y desde hace mucho tiempo nos frecuentamos. -Lena…sabes, me encantas cuando te pones así… -Descansa sus manos en mi cuello y se acerca a mi oído. -Como dijo la señorita Ortega, deberíamos aprovechar el tiempo libre.La acerco aun más a mi cuerpo. Es una propuesta muy tentadora…pero no va a poder ser, tengo cosas que hacer. -Me hace un mohín encantador y estoy a un punto de cambiar de opinión. -Bueno para otra ocasión será. -Me da un beso en la mejilla y sale del salón, no puedo evitar verle el trasero, carajo ¿qué me pasa? nunca me había negado al sexo, definitivamente esta encrucijada mental me tiene mal. Cuando más necesitas tener tu mente ocupada el destino no te asiste, así que ahí estaba con mis audífonos enviando música a todo volumen a mi cerebro y mi cámara favorita enfocando el lente en el horizonte del campus de la universidad, captando el movimiento de las personas, descifrando cuando es el momento preciso para oprimir el obturador, todos con historias por contar, en apariencia entes desconectados y de algún modo unidos, no puedo evitar reírme de mis propios pensamientos, cuando tengo una cámara en mis manos puedo a llegar a ser profunda, una imagen conocida se hizo presente. -Hola. -Me dijo de forma tímida y apagada, aparté los audífonos, sentí que mi corazón desbordaba alegría de volver a verla, para luego pasar así de rápido a la preocupación que hubiera venido a despedirse para siempre, carajo no estoy preparada para enfrentar una despedida. -Hola. -Conteste con una débil sonrisa y mi mirada triste. -Necesitamos hablar. -Tenía esa manía muy de ella cuando está nerviosa por algo, ese movimiento rápido de pasar sus índices por encima de los pulgares haciendo círculos, sus nervios no eran una buena señal para mí. -Lo sé, solo espera a que guarde mis cosas y vamos por un café a la cafetería de la esquina, ¿te parece? -Voy guardando lentamente todo, creo que queriendo alargar el momento.

-Si tranquila, te espero. -Cruza sus brazos con el ceño fruncido, es en estos momentos es en los que más me gustaría el poder de leer la mente… corrijo, su mente. Cuando llegamos sé que agradeció en el alma que la cafetería estuviera prácticamente vacía, uno que otro pensionado hablando y añorando tiempos que saben que no van a volver, no pueden evitar vernos mientras pasamos, creo que no es muy común un par de mujeres jóvenes en ese lugar, nos acomodamos en el segundo piso en un rincón callado, se nos acerca la mesera a pedir nuestra orden, pido un cortado con 2 de azúcar y Lina una aromática natural con frutas, decido empezar para cortar el silencio. -Te llamé, te deje mensajes, no sé por qué no contestabas… sé que debes estar confundida con todo, por ser algo nuevo… pero soy tu amiga antes que cualquier cosa, por favor necesito saber que no vas a dejar de serlo. -Agacho mi cabeza aguantando el llanto, respiro pausado intentando controlar todo lo que siento en mi pecho. -Lo sé, pero simplemente esto me sobrepasó, no sé cómo explicarte todo lo que pasó por mi cabeza… cuando estoy confundida acudo a ti, pero ya no era un opción y solo me encerré sin saber qué hacer. -Tomo su mano en señal de entender, era exactamente por lo mismo que estaba pasando estos últimos días. -Habla conmigo, no pienses en mí como la protagonista de tus dudas… solo habla conmigo, como siempre… como tu amiga. -Dibujo levemente una sonrisa y ella asiente. -Sabes, nunca había sentido algo tan intenso como esa noche, ahora sé que con mis novios no había estado cerca… pero tú sabes muy bien como fui criada, simplemente no cuadra que lo haya sentido con una mujer y para terminar, esa mujer eres tú… mi mejor amiga. Sus ojos están cristalinos, sé que esta reprimiendo su llanto, intento darle ánimo apretando suavemente su mano. -Perdóname, no debí haber pasado los límites, solo me dejé llevar por el momento, todo es mi culpa. -Siento mi alma desvanecerse, sabía muy bien de sus creencias religiosas, de su educación rígida, de sus sueños de una vida perfecta y yo simplemente llegué y revolví todo, ¿cómo había podido hacerlo?... Lina no solo era mi mejor amiga, sino que sin temor a equivocarme es la única, fue la primera persona con la que me sinceré cuando tuve dudas de mi sexualidad y aunque pensé que no podía manejarlo me equivoqué, me brindó su apoyo… carajo me siento como el peor animal rastrero, Lina toma mi mano, llamando mi atención. -No te equivoques Lena, lo que sucedió esa noche me ha hecho pensar mucho, no fue solo tu culpa… fue nuestra culpa, yo quería sentir, aunque fuera una sola vez quería saber que era ese sentimiento de alegría cuando llegas al placer y no eres cualquier persona, es solo que estaba segura de las cosas antes y ya no es así, entiende jamás pensé que me fuera a gustar una mujer.

-¿Gustar? -Creo que ahora sí me perdí, a Lina le gusto, o le gustó lo que hicimos, ¿qué carajos está pasando?... ella voltea a ver a todos lados, su sonrojo es evidente y creo que está empezando a hiperventilar y de nuevo su manía con los dedos me está volviendo loca, en ese momento vuelven con la orden que pedimos y de algún modo lo agradecí, porque sentimos que era un break de todo esto, tomamos un sorbo de nuestras bebidas calientes. -Si Lena, aunque para mis creencias lo que paso fue pecado e inconcebible y para muchos simplemente es un acto desviado, jamás me había sentido tan viva… pero eres mi amiga y eso solo lo complica más, si fueras otra persona, no sé, tal vez hubiera sido una experiencia más, una locura del momento, pero es que ya ni sé como verte a los ojos sin recordar lo que paso, ¿no entiendes?… -Hubo un silencio que pareció eterno y cuando tomaba aire para hablar, me interrumpe. -Creo que lo mejor es que nos demos un tiempo, no sé, hasta que me aclare. -Siento mi corazón contraerse, mi peor temor se hizo presente, no quiero perderla. -No Lina, de alguna forma vamos a superar esto, solo tranquila, el hecho que te haya gustado no significa nada, solo que para ti es algo nuevo haber podido sentir placer...y sí, fue conmigo… ashh yo no sé Lina, yo no te pido nada, solo tu amistad, yo sé que si encuentras un hombre que logre hacerte sentir simplemente lo vas a preferir porque ellos no te han dejado de gustar… ¿cierto? -Sonrío levemente buscando en su rostro alguna señal, ella me devuelve la sonrisa afirmando con su cabeza. -Ves tranquila, solo te digo que mi amistad siempre será tuya y siempre será lo más importante para mí, de eso no te quede duda. -Vuelvo apretar su mano y esta vez ella coloca su mano sobre la mía, siento su calor que siempre me ha parecido tan agradable y estoy segura que vuelvo a respirar normalmente. -Gracias, creo que me hacía mucha falta mi amiga.- Y ahí está ella nuevamente con su sonrisa que tanto me gusta. -Sabes… también te he extrañado mucho. -Me doy cuenta que más que cualquier cosa extraño su amistad, extrañaba a mi amiga. -No tengo con quien hablar de los últimos chismes de mi familia… ¿sabías qué mi hermana se va a casar con un viejo millonario? seguro piensa que no va durar mucho y le va a heredar pronto. -Empezamos a reír, las ocurrencias de mi familia siempre son tema de conversación entre nosotras. -¿Cómo crees? ¿Qué pasa por la cabeza de tu hermana? -Ese es el problema… no le pasa nada, ya sabes… eso de pensar a ella la estresa y el estrés causa arrugas. -Me lanza una servilleta al rostro que alcanzo a detener con mis manos. -No seas mala Lena. -Tú sabes que es cierto, no sé como soy su hermana, somos tan diferentes. -Suspiro pesadamente y vuelvo a tomar un sorbo de mi café. -Sabes… a veces pienso que soy adoptada, no me parezco a ninguno de ellos. -Coloca su mano sobre la mía.

-No digas eso… aunque agradezco ser amiga de la mejor de los Devía, ellos no dejan de ser tu familia y no, no eres adoptada, ya hemos hablado de eso y sabes que siempre llegamos a la conclusión que es una teoría sin fundamento. -Tiene razón, aunque quisiera pensar que es cierta, cuando encontré mi acta de nacimiento y las fotos de mi madre durante mi embarazo, más otras de bebé, desechamos esa idea. -Tienes razón, mejor cambiemos de tema. -Mejor dejar por la paz ese tema. -Sí, es lo mejor. -Lina solo quiero que sepas que ya lo peor pasó. -La veo directamente a los ojos, mientras asiente. -Además, si necesitas ayuda con ya sabes que… mmm con el tema del orgasmo, sabes que puedes acudir a mí. -Y los colores de mi rostro se disparan y mi risa nerviosa vuelve aparecer, no sé como tengo la habilidad de manejar este humor tan extraño, Lina se queda un momento callada entrecerrando sus ojos y me pega en la canilla, para luego empezar a reír conmigo. - Ouch Lina eso duele. -Me quejo dramáticamente haciendo pucheros. -Eso te pasa por idiota y ya deja esa cara que no voy a caer esta vez. -Achica los ojos en señal de que es en serio. -Umm. -Pongo mi mejor cara de cachorrito y funciona, siempre lo hace, levanta sus manos en señal de rendirse conmigo y sonríe, estoy tranquila de nuevo, porque sé que esta relajada después de estar tanto tiempo devanándose el cerebro con todo. Después de esa conversación las cosas entra las dos volvieron hacer como antes o eso queríamos pensar, hablábamos todos los días por teléfono, yo escuchaba sus preocupaciones de la escuela de leyes, ella escuchaba mis problemas, de como a veces sentía que no era suficientemente buena para que siguiera en el programa de becas o algún chisme de los Devía que tanto me divertían, en fin, todo parecía volver a la normalidad durante un tiempo no mayor a 3 meses, en ese tiempo jamás volvimos a tratar el tema, mandamos esa noche a una parte profunda de nuestras psiquis, en teoría todo parecía aclarado y superado.

IV

Cuando quieres creer que las cosas siguen igual, algo te hace abrir los ojos para que dejes de engañarte, toda historia tiene un punto de quiebre, un instante, una mirada y todo cambia, es una vía sin retorno, lo que había sucedido con Lina no era una experiencia más, aunque las dos intentábamos por todos los medios olvidar esa noche, la tensión sexual entre nosotras aumentaba, el recuerdo luchaba incansablemente por salir a flote.

Lina acostumbraba a quedarse en mi apartamento por lo menos una noche al mes para ver películas, comer palomitas de maíz y chismear un poco, ya saben… noche de chicas, puesto que ella todavía vivía con sus padres, según su familia, de su casa salía casada y digamos que para sus padres no soy santa de su devoción, por lo general ella era quien me visitaba, pero eso ya no sucedía, las dos sabíamos que tiempo a solas no era una buena opción, así que aunque no lo discutíamos, de algún modo nos colocábamos de acuerdo para evitarnos. A mi apartamento llegó la invitación de la reunión anual de egresadas del colegio donde Lina y yo habíamos estudiado, una cena elegante para reunirse y hablar de cómo marchaba nuestras vidas, si me preguntan una total estupidez, la verdad esa clase de eventos me daba flojera por su protocolo, pero Lina siempre insistió en que no faltáramos y ese año no iba a ser la excepción, así que ya había escogido el atuendo adecuado para la ocasión, un vestido color plata con zapatos de tacón y su correspondientes accesorios, la verdad era que nunca me había dado miedo mostrar mi cuerpo, por el contrario estaba orgullosa del resultado del ejercicio diario, de mi vientre plano y un poco marcado, de mis piernas largas y mi trasero bien puesto en su sitio, jajajaja, aunque jamás me ayudó a dejar de ser arrogante, rasgo distintivo de un Devía… con Lina nos colocamos de acuerdo en que esa noche se quedaba en mi apartamento para llevar un solo transporte, es decir su automóvil, quedó de recogerme a las 6:30pm para llegar a tiempo, ashhh jamás dejó de ser puntual, a mí siempre me gustaba hacerme esperar, al fin y al cabo lo bueno siempre se hace esperar. A la hora acordada timbró mi puerta, yo todavía seguía en retoques de último momento, así que abrí la puerta sin ver al frente porque inmediatamente me dirigí al baño para seguir, sabía muy bien que Lina me iba a matar por no estar lista, así que mejor apurar el paso. -Por Dios Lena, no me digas que no estás lista, contigo es imposible. -La escucho resoplar e inmediatamente me saca una risa, ya me la imaginaba moviendo su pie en el suelo de forma rápida por la desesperación. -Ya Lina, tranquila estoy lista, solo tratando de superar la perfección. -La escucho reír, ya sabe que hay cosas que jamás cambian. -Es que no entiendo que es lo que tanto haces ya deberías estar lista. -Escucho sus pasos por toda la sala. -Tranquila, la cena todavía va a estar allí cuando lleguemos. -Se detiene de golpe. -Ashhh ya sabes que no es por eso. -Siempre me gustó hacerla enojar, es algo gracioso. -Listo!!! llegué a la sala y quedé sin palabras, Lina estaba preciosa, con un vestido negro ajustado que resaltaba muy bien su cuerpo y con un escote de muerte lenta, creo que se me caía la baba como adolescente hormonal al verla, jamás la había visto tan sexy, aunque como ya les había dicho Lina es una mujer hermosa, es de esas mujeres las cuales quieres presentar a la familia como tu novia o amiga, es decir, tan dulce, tan centrada, tan en su sitio, pero jamás atrevida con su forma de vestir y verla así, Dios!!! Simplemente sin palabras.

-Eso veo… bueno y ¿qué tal estoy? -Me pregunta creo que de forma no tan inocente, sabía muy bien como me había dejado. -Ehhh. -Carraspeo un poco la garganta. -Estás preciosa. -Y le doy mi mejor sonrisa. -Bueno creo es mejor salir ya, no quiero que lleguemos tarde. -Otra vez esa tensión en el ambiente que hace que por segundos nos perdamos en nuestras mentes. -Ok Lina ya entendí, no vamos a llegar tarde por mi culpa. -Le respondí, mientras salíamos de mi apartamento… durante el trayecto no hablamos nada, ella estaba concentrada manejando así que me dediqué a contemplar las calles, intentando por todos los medios no verla, aunque muchas veces fracasé, no puedo negar lo preciosa que se ve esta noche, tan diferente, no entiendo cómo no la había visto antes así, niego con la cabeza, no voy por buen camino.

El salón de eventos estaba finamente decorado para la ocasión, los meseros parecían ratones de un lado para otro, en cada mesa estaban los cubiertos necesarios para la cena, ashhh nunca entendí como hacia Lina para convencerme de venir a esta clase de eventos, en la vida me gustaron, tomo aire profundamente y mentalmente me preparo para esta noche, a veces me recrimino por ser tan débil y terminar cediendo antes cosas como estas, levanto la vista y veo como las amigas de Lina se acercan de prisa, tengo a Lina tomada de la mano, desde el colegio siempre fue así, si bien no me acuerdo como fue que empezamos con esa costumbre. -Ahí vienen tus fans. -Lina aprieta fuerte mi mano. -Lina suave…que circule la sangre. -Volteo a verla con una mueca de dolor fingida cediendo un poco. -No digas que son mis fans… son amigas.-Lina me recrimina bajito para que nadie más escuche. -Yo solo digo lo que pienso. -Ella tiene ese efecto en las persona desde que tengo memoria. -Carolina estas preciosa esta noche.-Tonta número uno habla, no me pregunten sus nombres, nunca me interesó aprenderlos. -Si definitivamente el negro te queda bien. -Tonta número dos reportándose, el resto de la conversación no me la pregunten, me he desconectado para no aguantarla. -Bueno yo las dejo. -Lina suelta mi mano tan lento que sé que no quiere que la deje sola, pero ashhhh no soporto estas charlas, ella solo les sonríe, definitivamente nadie me nota y ni me interesa, lo primero que hice fue ir a buscar un trago de whiskey, gusto adquirido de mi madre creo, es mi bebida favorita, no me entendía a veces, si tanto detestaba mi familia, como era que tenía la capacidad de imitar comportamientos tan marcados de los Devía… cuando veo acercarse una figura conocida me acordé del otro motivo por el cual no me siento tan cómoda viniendo a estos eventos, “No encontrarse con persona que dejaron

huella en tu pasado”, siento mi estomago contraerse, no es bueno recordar, especialmente cuando no es tan grato. -Hola Lena… hermosa como siempre -Respondo a mi interlocutora con una sonrisa fingida y levanto mi vaso en forma de saludo. -Hola Silvia, tan galante como siempre… tú también estás hermosa. -No puedo negarlo, es una mujer guapa. -Gracias, y no es galantería es solo la verdad. -Me ve de forma evidente, no entiendo a esta mujer, como es que ahora es así de directa y poco discreta, si cuando estábamos en el colegio era todo lo contario, sí, Silvia fue mi primer beso, mi primera vez, con ella descubrí que las mujeres me llamaban la atención, cuando estábamos en el colegio ella junto con Lina eran las más populares, aunque de grupos distintos, no se soportaban, creo que Silvia envidiaba a Lina porque era de esas personas que atraen tanto sin necesidad de hacer mucho, yo siempre fui del estilo solitario, las personas no me gustaban, Lina era como mi conexión con los demás, nunca se rindió conmigo, y bueno lo de Silvia fue tan inesperado y emocionante, nuestros encuentros eran apasionados y prohibidos, por eso era un total secreto para los demás, lo que hizo que fuera más divertido, hasta que se acabó cuando se ennovio con Teo, el entonces novio de Lina y todo se fue al caño, debía ser leal con Lina y lo que hizo Silvia fue bajo al entrometerse en esa relación solo por joder a Lina, porque sabía muy bien que Teo nunca le gustó… digamos entonces que Silvia decidió tomar represalias conmigo por haber terminado todo, no estaba dispuesta a seguir siendo su juguete e hizo de mi vida un infierno, inventó rumores sobre mí que todo el colegio tomó como ciertos, creo que eso solo logró que mi amistad con Lina se afianzara por ser la única persona que me apoyó sin importar los demás. -Veo que no has dejado tu gusto por el whiskey. -Ya se estaba demorando, le encanta recriminar mis gustos. -Somos animales de costumbres. -Alzo mis hombros. -¿Y sigues con tu capricho por la fotografía? -Me pregunta sin dejar de verme con deseo, pero qué idiota. -No es un capricho, es mi pasión, y sí… sigo con la fotografía.-Respondo de forma cansina, nunca entendí porque a los demás les importaba tanto mis decisiones, si no le hacía daño nadie, solo era mi jodido problema. -Mejor cambiemos de tema, sabes no me quiero poner de malas, y tú, ¿qué tal tu vida?, ¿para cuándo es la boda?, mmm ¿sigues estudiando medicina? -Pregunto fingiendo interés. -Jajajaja Lena querida, se ve que no estás enterada de los últimos chismes, voy a responder tus preguntas en orden…a ver… mi vida bien aunque podría estar mejor, ya no estoy comprometida con Teo, me encontró en una situación un poco, mmm, como decirlo… incomoda con una de las enfermeras en donde estoy de practicante y el compromiso se fue a la mierda y sí, sigo estudiando medicina. -Cuando terminó de hablar casi me atraganto con un sorbo de whiskey, jajaja con razón ya es tan abierta en mostrar quien le llama la atención, las vueltas que da la vida.

-Wow, veo que tu vida ha cambiado, mmm… es bueno supongo, el cambio siempre es bueno, nos dice que avanzamos. -Hola, veo que tienes acaparada a Lena. -Jajaja Lina al rescate, me toma del brazo y se coloca en medio, se ve tan linda cuando esta celosa, ya fuera por Teo o por mí, estas dos siempre la tenían cazada. -Hola, hablando de cambios. -Silvia levanta una ceja y examina el nuevo look de Lina, parecen enemigos mortales que se miden en fuerza, Dios!!! Esto me mata de risa definitivamente. -Carolina, estás preciosa esta noche, te luce ese nuevo look, mmm tan atrevido, no pareces la misma. -Le dice Silvia, en ese tono tan de ella, tan fingido e hipócrita, sigo diciendo hay cosas que nunca cambian. -Jah!! Lo sé, sé que me veo bien, a veces es bueno sorprender… bueno si nos disculpas debo ir con Lina al baño de señoritas, nos vemos en el brindis Silvia. -Nos retiramos de ahí y yo sin poder ocultar mi risa por la situación y devuelvo la vista para ver la cara de Silvia, sip, definitivamente valió la pena venir esta noche… cuando entramos al baño, estallo en risa, Lina se queda viéndome sin entender, pero se va contagiando.

-Ay Lina hoy me estás sorprendiendo mucho. -Lina levanta sus cejas a modo de sorpresa por mis palabras -¿Me puedes explicar por qué te estoy divirtiendo tanto hoy?, ¿qué es lo diferente? -Bueno para empezar estas divina, la más linda de esta noche, Dios!!! Lina deberías vestirte así más seguido y bueno no es solo tu look, es tu actitud tan atrevida y sexy, simplemente me matas. -Lina se sonroja, pero se repone rápidamente y me ve de forma osada, lo que hace que por primera vez en mi vida me ponga nerviosa con ella, se mueve peligrosamente hacia mí. -¿Ah sí que te mato? -Se acerca a mi oído y me habla en un tono ronco. -¿De qué forma Lena?… dime -Y siento su aliento en mi cuello, mi piel se eriza al contacto de su aliento caliente y húmedo, demonios Lina puede a llegar a ser tan jodidamente excitante. -Lina, no tientes al diablo. -Para jugar se necesita de dos y soy de las que no se echan para atrás con los retos, así que la tomo de la cintura y voy bajando lentamente mis manos a su trasero y lo apretó con firmeza, trago saliva, desde cuando empezaron estos juegos con Lina, ella parece que tampoco se va a retirar y empieza a besar con delicadeza mi cuello, cierro los ojos dejándome llevar por la situación, demonios!!! escuchamos pasos aproximarse y nos separamos los más rápido posible, mi corazón se acelera por la adrenalina, las dos respiramos profundo e intentamos simular naturalidad, como si nada hubiera pasado, cuando alzo mi vista frente al espejo aparece el reflejo de Silvia con su sequito, mientras las cabezas hueca no paran de hablar Silvia me ve de forma inquisidora

sin mediar palabra, ¿por qué presiento que a esta mujer nada se le escapa?, Lina toma mi mano y salimos a sentarnos en la mesa que nos corresponde. Cuando estamos en la mesa todo parece volver a la normalidad, estamos sonrientes, hablando de trivialidades, de recuerdos del colegio, pero de vez en cuando nuestras miradas se cruzaban de forma sensual, como si siguiéramos en un reto por seducirnos, Lina se disculpa para ir al tocador, yo espero unos minutos y entro al baño, allí la encuentro retocándose el maquillaje, voltea a verme y sigue con lo que estaba haciendo, cierro la puerta con seguro y asalto su cuello mientras que con mis manos toco sus senos de forma brusca, ella respira agitada, siempre viéndome por el reflejo del espejo, sus ojos están más oscuros por la excitación. -Lena detente, hace un rato casi nos sorprenden, en cualquier momento alguien puede entrar.-Estira su cuello para darme más espacio lo que me hace dibujar una sonrisa. -Tranquila, la puerta tiene seguro y afuera están entretenidos con la cena.

-Lena ahh, espera, esto es arriesgado. -Intenta inútilmente detenerme, ambas sabemos que eso no va a suceder. -Shhh. -Con una mano sigo estrujando sus senos por encima del vestido, mientras que con la otra empiezo a bajar a su centro, levanto su vestido y meto mi mano en su zona sensible y noto su humedad lo que hace que me excite mas, si es que eso es posible. -Lina, estas tan mojada. - Empiezo a masajear de forma brusca su centro, le doy la vuelta y la recuesto en la encimera y la beso de forma intensa, ella abre un poco su boca y nuestras lenguas se encuentran, demonios esta mujer sí que sabe besar, sigo masajeando su centro y empiezo a penetrarla con mis dedos y estimulo con mi dedo pulgar esa parte que sé que le encanta, siento como uno a uno mis sentidos se agudizan, estar dentro de Lina me hace sentir fuera de este mundo, ejerzo presión de mi centro en su muslo en busca de contacto que me libere un poco y empieza ese vaivén que nos encanta, ella descansa su cabeza en mi hombro, siento como se agita y ahoga sus gemidos en mi piel, le encanta lo que hacemos, como se lo hago. -Lena más rápido por favor no te detengas.-Siento como sus paredes vaginales se contraen alrededor de mis dedos y sé que está muy cerca así que incremento las embestidas hasta que finalmente explota su placer en mi mano seguido del mío, nos quedamos quietas un momento, pequeñas corrientes eléctricas bajan por mi espina dorsal, termino de sacar mis dedos y llevarlos a mi boca, como me encanta su sabor, para mi paladar es algo exquisito. -Siempre sabes delicioso. -Le sonrío, terminamos de arreglarnos, no decimos nada más, nadie sospecha lo que acabó de suceder. La cena terminó sin contratiempos, la verdad es que evité a Silvia el resto de la noche, no entiendo por qué ahora tiene fijación conmigo… desde esa noche estar con Lina se volvió

una adicción, un juego intenso de seducción, cualquier momento era bueno, muchas veces encontré el placer con ella en lugares inesperados, nunca desaprovechábamos, con Lina tenía lo mejor de una amistad y una aventura en una misma persona, algo que para mí era grandioso, me sentía llena de vida, ser su amante simplemente me enloquecía, sus arranques, sus ganas, con los demás dulce e inocente y conmigo una amante que desbordaba pasión y entrega, eso me hacía sentir especial, nadie más conocía esa faceta, era algo reservado solo para mi, hasta que llego él, el único que capaz de quitármela, maldito el día que apareció.

V

Desde el momento que Lina y yo empezamos con nuestros encuentros no hablábamos de lo que significaba o si se podía seguir etiquetando la relación como amistad, esa conversación jamás la tuvimos, por eso era completamente abierta, ella seguía saliendo con chicos de su círculo social y yo seguía con mis encuentros casuales con mujeres que no pasaban de una noche, pero si he de confesar que cada vez los disfrutaba menos, ya no era lo mismo, sentía que nadie le daba la talla a Lina, con ella sentía más placer, antes, durante y después del sexo, solo ella le permitía tocarme y hacer dibujos en mi espalda con sus dedos hasta quedarme dormida, solo consentía compartir una cama con ella, no sabía lo que me pasaba, no era de apegarme absolutamente nada, la vida me enseñó que nada es para siempre, las personas entran y salen de tu vida, el apego es sufrimiento y aprendí que el sufrimiento no es de mi gusto, pero con ella intuía que era diferente, estaba entrando a una zona desconocida. Para los demás nuestra relación seguía igual, nadie sospechaba lo que sucedía, por un lado eran muy pocos los que sabían mis preferencias, tal vez porque me valía madres que los demás se enteran con quien me acostaba, eso era solo mi puto problema y por otro lado porque antes que nada siempre éramos las mejores amigas, nos apoyábamos mutuamente, no existía los celos, no era una relación exclusiva, pero en el fondo sabíamos que era única y a decir verdad no conocía que eran los celos, nunca sostuve una relación con nadie, nunca tuve un novio o novia, jamás me había enamorado, la verdad me ufanaba de no sentirlo, así que solo sabía de ellos por los demás, ese maldito sentimiento que hace perder la razón según dicen. Por mi parte, intentaba concentrarme en la fotografía, debía organizar una muestra para la universidad, los mejores participarían en una exposición en una galería muy reconocida del centro de la ciudad, la noche de nuevos artistas, esa era la ventana para demostrar que amaba mi arte y no era un capricho de niña rica, así que debía concentrarme en lograrlo, ya era hora de madurar, de crecer, así que los encuentros con Lina ya no eran tan frecuentes, pero no bajaban en intensidad, además ella estaba preparando la tesis de su carrera y su horario de clase era más exigente, de modo que aprovechábamos cualquier momento libre para vernos, en lugares fortuitos e impensables, como un salón abandonado en el campus que hacia parte de la parte antigua de la universidad, no contaba con muchos de los

elementos de la parte moderna, por tanto ya no lo empleaban, así que con Lina lo utilizábamos para encontrarnos y saciar el apetito de vernos. El salón ya lo habíamos acondicionado con lo básico, era nuestro lugar secreto, solo nuestro, nadie se acercaba allí, a decir verdad el sitio era lúgubre y hasta cierto punto tenebroso, no era extraño escuchar raras historias de apariciones y fenómenos paranormales, me daba risa cuando me enteraba de comentarios sobre inexplicables ruidos, tal vez su explicación fuera más terrenal, lo más probable producto de mis encuentros con Lina, pero digamos que para nuestros propósitos servía la imaginación colectiva de la universidad. -¿En qué piensas? -Pasaba sus manos por mi rostro, como si quisiera grabar todas mis facciones. -En que quiero tomarte unas fotos, y no sé si te moleste. -Detiene las caricias y se queda con su mirada fija en mis ojos, hasta que sonríe. -Como crees que me va a molestar, sabes que me gusta tus fotografías… solo que no sé si sea una buena modelo. -Ahora soy yo la que paso mis manos suavemente por su rostro. -Jajaja Lina, eres hermosa, eres única… -Cállate. -Me interrumpe con un suave beso en mis labios. -Déjame hablar… por ejemplo tu sonrisa, cuando sonríes no lo haces solamente con tu boca, todo tu rostro lo hace, es una sonrisa sincera, eso ya es difícil de ver, es por eso que te quiero fotografiar, quiero captar la esencia de tus gestos y no sabes lo feliz que me haces al aceptar. -Si sigues diciendo que soy hermosa, voy a terminar por creérmelo. -Pues créelo señorita, porque es verdad. -Y… ¿cuando quieres hacer las fotos?… sabes que no tengo casi tiempo. -¿Puedes este jueves en la tarde? y si quieres te puedes quedar en mi apartamento, hace rato que no lo haces. -Juego con su cabello, me encanta hacerlo, es tan suave. -Deja que cuadre unos asuntos, pero creo que podré y si señorita gruñona me quedo en tu apartamento. -No me digas así, no me gusta. -Hago pucheros tiernos que sé que a ella le causan gracia. -Ya deja esa cara y sí eres una gruñona, pero eso se arregla con una dosis intensa de… cosquillas -Empieza su ataque de cosquillas, siento espasmos de tanto reír.

-Para Lina, no mas jajajaja ya jajaja me rindo, me rindo. -Está bien, por hoy te salvas. -Mira su reloj. -Me tengo que ir, entonces me mandas un mensaje al celular para saber los detalles. -Me besa y se empieza a vestir bajo mi mirada, algo divertido si me lo preguntan, especialmente cuando se coloca su pantalón y salta por todo lado intentado no caer aparatosamente. -¿Que tanto ves? -Se da cuenta que no he parado de verla. -El espectáculo que es verte vestir. -Para. -Toma una almohada y me la tira en la cara. -Te veo el jueves. -Me lanza un beso con las manos y desaparece…suspiro como estúpida intentando recuperar la fuerza necesaria para levantarme y vestirme, paso mis manos por mi nuca, estoy agotada… de pronto siento pasos aproximarse, me levanto de prisa recuperando mi ropa que quedo esparcida producto de la pasión incontrolada de Lina, mi respiración es fuerte y trato por todos los medios no hacer mucho ruido, los segundos pasan lentos, mi corazón bombea sangre a toda marcha, lentamente escucho los paso alejarse, expulso el aire contenido en mis pulmones pesadamente… por hoy no pasó a mayores, demonios, debo ser más cuidadosa, no puedo negar que estar con Lina en lugares como estos es un afrodisiaco, pero no debemos ser tan imprudentes, saco la cabeza cerciorándome que no esté nadie a la vista y salgo a toda prisa, con una sonrisa triunfal en mi rostro. -¿Qué haces en esta parte de la universidad? -La voz de la señorita Ortega me detiene en seco haciendo que una gota de sudor frio baje por mi espalda. -Eh… yo… estoy terminando de preparar mi muestra para la exposición. -Mi cerebro que intentó funcionar lo más rápido posible solo fue capaz de hilar esa excusa tan tonta. -¿Aquí? -Tiene su ceja levanta, eso no es buena señal. -Sí… ya sabe no se debe desaprovechar el tiempo. -Aunque me gusta que estés concentrada en preparar una buena presentación, sabes muy bien que el paso por esta zona está claramente restringida para los estudiantes, no quiero volver a verte por estos lados ¿entiendes? -Sí… no volverá a pasar. -Sonrío para salir a paso rápido, Dios!!! Eso estuvo muy cerca. ·············· El jueves en la tarde estábamos en un parque de la ciudad, había escogido ese lugar porque me encanta el paisaje, además que me trae mucha paz, le explico a Lina que no quiero que pose, solo que disfrute el día y yo me encargo del resto… soy de las que cree que cuando las personas actúan de forma espontanea las fotos son autenticas y transmiten la emoción

del momento captado y no me había equivocado, ver la expresión de Lina disfrutando el día, riendo por algún espectáculo de artistas urbanos o simplemente contemplando el horizonte, me dio mucho material, era perfecto para seguir preparando la muestra, sin temor a equivocarme esta ha sido una de las mejores tardes de mi vida. El día había sido perfecto, lo había disfrutado mucho, cuando llegamos al apartamento estábamos agotadas, así que esa noche íbamos a cenar pizza y coca-cola, nos merecíamos una deliciosa cena después de tanta actividad, decidimos ducharnos primero antes de pedir el domicilio que por cierto se estaba prolongando más de la cuenta… tenía a Lina contra la pared con sus manos tocándose su pecho, con el agua tibia cayendo suavemente por su piel, gimiendo por más y yo con la cabeza entre sus piernas bebiendo ese elíxir que tanto me gustaba, me encantaba tenerla así, entregada, pidiendo por más, era un espectáculo para mí. -Oh Lena, más… así, dale… más duro… ahh, me vas a enloquecer… -Yo no paraba de chupar, era una esclava de hacerla llegar al placer desde el primer momento que lo logré. Lena… ya casi... siiii… -Su respiración es tan agitada que sus palabras son casi indescifrables, me causaba gracia, subí lentamente hasta llegar a su boca y besarla lentamente, sin prisa, su lengua era una experta en darle batalla a la mía. -Dios Lena, ya debemos salir de aquí, mi piel está arrugada como viejita, además tengo hambre, es hora de pedir la pizza. -Con desgano salí de la ducha tomada de su mano, nos vestimos y llamé por una pizza napolitana y coca-cola, en 20 minutos estábamos cenando mientras veíamos películas en mi sofá. Cuando se concentra viendo televisión Lina se pierde en un mundo mágico, tiene la capacidad de dejarse llevar por la emoción, así que no es nada raro o verla reír sin parar o llorar desconsolada por la muerte de un personaje, me encanta eso, la verdad es que para mí es muy difícil expresar lo que siento, creo que la falta de afecto y comunicación de mi adorada familia me dejó muchas cicatrices emocionales… cuando termina la película sé que es hora, me acerco a Lina y empiezo a besar su cuello, mientras paso mis dedos delicadamente en su entrepierna, voltea a verme y enarca su ceja mientas dibuja una sonrisa picara, sabe que la deseo, le quito la blusa de dormir y tengo su pecho a mi disposición, la recuesto en el sofá deslizando mis dedos por el valle de sus senos, empiezo a lamer sin prisa, suavemente, alternando los pezones que poco a poco despiertan a mis atenciones, sé que le fascina, así que sigo sin prisa, pero cada vez lo hago más fuerte, tomo el pezón con mis dientes y lo apretó suave para después chupar duro, marcando un ritmo, Lina toma mi cabeza como pidiendo que lo haga con más fuerza y le correspondo, ¿Dios será que con esta mujer jamás tengo suficiente?, otra vez la tengo jadeando, pero no deseo tocarla en otro lado, solo me concentro en su pecho, se que Lina desea que la estimule en su entrepierna, pero me escabullo, quiero alargar el momento el mayor tiempo posible. -Lena ahh… ya por favor… quiero más… -Sé a qué se refiere, pero hago caso omiso, sigo chupando con fuerza sus senos, ella al ver que no iba a lograr su cometido, me da vuelta en el sofá quedando sentada sobre mi cuerpo. -No sabes lo difícil que es cuando me torturas así, creo que es hora de lo que sepas. -Se termina de desnudar y hace lo mismo conmigo, abre mis piernas y ya tengo una leve sospecha de sus intenciones, empieza a lamer lentamente cada parte, como reconociendo el territorio, su lengua da movimientos profundos en forma circular, demonios!!! Lina aprende muy rápido, ya me estoy

retorciendo de placer, levanto un poco la vista para verla en acción y me encuentro con su mirada, vuelve a lamer lentamente mientras no detiene en verme, esto es demasiado, jamás pensé verla así dándome placer, me siento en el límite, cierro mis ojos y estoy dispuesta a dejarme llevar, lee mis intenciones y deja de estimularme para empezar a besar la parte interna de mis muslos… maldición Lina, bufo, me siento frustrada, alzo la vista y la veo con una sonrisa, ¿Se está burlando de mí?, ashhh, no le voy a dar gusto, así que le devuelvo la sonrisa y me relajo, cierro mis ojos y la dejo hacer… de nuevo siento como vuelve a lamer suavemente mi entrepierna, trato de mantener la calma, pero es jodidamente difícil cuando Lina sabe cómo ponerme a mil, de pronto siento como soy penetrada y arqueo mi espalda y sé que he vuelto a perder la batalla, ella empieza a embestirme, es tan jodidamente excitante y cuando siento que ya no doy más, retira sus dedos, ashhh no otra vez!!! -Lina ya no más, está bien, ya entendí. -Cruzo mis brazos, me siento frustrada, no hay nada peor que no lograr un orgasmo. -Mmm, ¿no vas a volverme a torturar? -Se va acercando a mi rostro, con esa risita de triunfo, ashh sabe que ganó la batalla conmigo. -No, ok, ya sé que se siente… -Le levanto la ceja. -Ya deja de gruñir. -Empieza a besar mi rostro, mi cuello y muerde suavemente mi oreja. Dime… ¿quieres terminar? -Y vuelve a besarme como solo ella sabe hacerlo, su lengua y la mía empiezan a batallar por tener el control, gimo en su boca, he perdido esta cruzada, definitivamente me rindo ante ella. -Sí, pero contigo. -Me recuesto en el espaldar del sofá, y Lina se sienta a horcajadas sobre mí, abrazando mi cintura con sus piernas, volvemos a besarnos y empiezo a penetrarla en esa posición, arquea su espalda y muerde mi labio inferior mientras me penetra, gimo ante eso, me siento tan bien, tan conectada con ella, como si el mundo solo fuera nostras dos, no existe nada más, cruza su mirada con la mía, y empieza a cabalgar suavemente y mientras baja me penetra firmemente, en este punto no me siento de este mundo, todo lo demás se diluye, desaparece, simplemente no existe, ese vaivén se vuelve más rápido, más profundo y sé que estamos tan cerca. -Oh Lina… me encantas. -Muerdo levemente su hombro, mientras la acerco un poco más a mi cuerpo. -Así… ya casi… ahhh. -Siento como nos encontramos con el nirvana juntas, una dulce liberación de nuestros sentidos, por un momento solo existe el palpitar de mi acelerado corazón en mis oídos… Lina empieza a dejar besos perezosos por mi cuello y suavemente se lleva sus dedos a la boca y los chupa lentamente para luego besarme. -A mí también me encanta tu sabor. -Estoy tan agotada, jajaja vas acabar conmigo. -Siento como tener los ojos abiertos es tan difícil. -¿Quieres dormir aquí? -Roza suavemente sus dedos por mi rostro.

-Sí, creo que es una buena idea. -Se baja de mi y nos acomodamos, menos mal que mi sofá es de los amplios, le doy la espalda y pronto siento como empieza deslizar sus dedos en ella, esta tan concentrada en dibujar, nunca supe que era lo que trazaba, pero a mí me relajaba. -Lina… ¿cómo es estar enamorada?... ¿qué es el amor? -Detiene su actividad, sé que la he sacado fuera de base. -¿Por qué preguntas?, no entiendo, ¿acaso no lo sabes? -Mmm, no… es qué simplemente no sé, tu sabes que los Devía no son amorosos, de mis padres recibí lo material, solo mi nana me dio cariño, pero ya sabes que ella murió cuando tenía trece años, mis hermanos son solo… como decirlo… personas con las que comparto el castigo de ser un Devía, no tengo lazos sentimentales con ellos y pues nunca he tenido una relación de amorosa, porque simplemente no siento la necesidad de hacerlo, sabes que la gente no me gusta. -Pues no sé qué decirte Lena. -Así no la vea, sé que esta tensa, si bien no sé por qué. -Inténtalo, así como una vez te describí como era un orgasmo, yo te pido que me describas qué es el amor, ¿qué sientes cuando estas enamorada? -Suspira como tomando fuerza para empezar. -Lo primero que puedo decirte es que no escoges de quien te enamoras, solo pasa, cuando la ves tu corazón se acelera, sientes opresión en tu estomago y te sudan las manos y la ves como en cámara lenta y te vuelves torpe, tu cerebro no funciona igual, cuando estás con esa persona simplemente eres feliz… puede ser haciendo algo tonto que haces a diario, pero con cuando es con esa persona es diferente… es especial… cuando no la tienes al lado no paras de pensar en que está haciendo y en cuanto la extrañas, sencillamente la necesitas a tu lado. -Siento como vuelve a tomar aire, no entiendo por qué se le hizo tan difícil contestarme. -Mmm, veo… entonces el amor es una adicción. -Me es imposible no reír de mis propias ocurrencias. -Como puedes decir eso Lena!!! -Ya tranquila. -Intento inútilmente dejar de reír, ashhh maldita risa nerviosa. -Que no lo hayas sentido no significa que tienes el derecho a subestimarlo, el amor es un sentimiento puro. -Bufa en señal de enojo, ya entendí que metí la pata, me doy la vuelta para verla a los ojos. -No te enojes. -A modo de suplica tomo sus manos. -Lo digo por la forma en que me lo describes… a ver, me dices que te sudan las manos y sientes opresión en el estomago, para mí eso es síntoma de ansiedad, solo sientes que eres feliz cuando estás con esa persona, es

decir sin tu droga no te sientes bien y si no está a tu lado, tienes una fijación por no tenerla y empiezas a tener síndrome de abstinencia, muy puro y todo lo que quieras, pero para mí es una adicción… debe ser por eso que yo no me enamoro, sabes que odio ser dominada por algo. -Le doy un beso suave en sus labios y vuelvo a mi posición original. -¿Acaso no lo ves así? -No quiero hablar más del tema. -Me dice de forma simple. -Está bien, si eso quieres… -Le contesto intentando calmar el ambiente. - Que duermas. -Igual. -Voltea su cuerpo al lado contrario, no más dibujos en mi espalda por hoy, no me gusta cuando se enoja conmigo, nunca se había ido a dormir así de irritada, no pasa mucho tiempo cuando ya escucho su respiración pausada, creo que también está agotada y se encontró con Morfeo, bueno lo mejor es esperar que mañana no siga igual, muy pronto también encuentro en el sueño el descanso a un día tan ajetreado. VI

-Vas bien Helena, has manejado muy bien la luz, estas fotos transmiten la naturalidad del momento, creo que ya casi tienes terminada tu propuesta. -La señorita Ortega me brinda una sonrisa que me tranquiliza, parece que mi trabajo le gusta. -Gracias, la verdad es que disfrute mucho tomando las fotos. -Sonrío de emoción. -Eso veo, cuando disfrutas lo que haces, sencillamente se nota. -Lo sé. -No puedo evitar suspirar. -Helena… ¿has pensado en la posibilidad de terminar tus estudios en el exterior? Acomoda sus lentes como tratando de indagar en mi alma lo que no soy capaz de expresar con palabras. -Nunca me lo he planteado… bueno creo que no es un secreto que no cuento con el apoyo financiero de mi familia para estudiar, la beca es mi única opción de seguir y no tengo los recursos suficientes para viajar. -Helena ya sé tú situación, pero lo que te estoy planteando es una beca completa con posibilidad de empezar practicas, creo que sería una oportunidad grandiosa para impulsarte a ir más allá de tus propias expectativas, sé que tienes el potencial para ser una gran fotógrafa y es mi deber como tu tutora apoyarte… no deseo que desaproveches tus posibilidades. -La verdad jamás había pensado en esa posibilidad, mi sueño era solo estudiar lo que amaba, que les puedo decir… cuando no te apoyan tu expectativas pueden

no ser tan grandes, sé que sería una grandiosa oportunidad para mi futuro profesional, pero… ¿por qué siento este malestar en mi pecho al pensar que tendría que dejar a Lina? -¿Y… exactamente cómo sería? -Bueno, como ya sabes, si eres escogida para participar en la exposición, tienes la posibilidad de mostrar tu trabajo a un grupo de expertos que recomienda nuevos talentos, sé que darías una buena impresión, sumado a una recomendación por parte nuestra prácticamente estarías dentro del programa de becas. -Termina de hablar con una sonrisa triunfal, sabe que ya calaron fuerte sus palabras. -Bueno, creo que primero debo ganar la posibilidad de exponer y luego ya veremos que se presenta… muchas gracias por tenerme en cuenta. -Sonrío y tomo mis cosas para abandonar la oficina. La charla con la señorita Ortega me dejó pensando todo el día, necesito hablar con Lina, despejar mi mente, sé que terminar mis estudios en el exterior me dejaría más cerca de lograr mis sueños de ser la mejor, pero estaría lejos de Lina y desde el colegio siempre hemos estado juntas, siempre tomada de su mano, ashhh no sé qué pensar, tomo mi celular y le marco… maldición!!! Está en buzón de mensajes, debe estar estudiando, últimamente es así, está tan concentrada en su tesis que ha sido casi imposible hablar con ella, sin embargo me molesta no poder verla seguido como antes, demonios!!! me niego a sentirme así, solo debo darle tiempo, sí, solo eso, sé que su tesis es muy importante, antes que cualquier cosa soy su amiga, las amigas están para apoyarse, no puedo permitir que eso cambie. ·············· Estoy terminando de presentar mi propuesta al grupo de jueces encargados de escoger a los mejores para exponer en la galería, me siento tranquila y confiada, sé que he trabajado duro y más que eso, he colocado mi alma en ello, realmente deseo ser la mejor y he estado trabajando fuerte en lograrlo. -Gracias por su presentación señorita Devía, en los próximos días estaremos informando los resultados. -Me contesta uno de los jueces, no sé como describir su expresión detrás de sus gruesos lentes, no me da muchas luces de que tal les pareció y empiezo a tener incertidumbre de mi presentación. -Gracias. -Respiro profundo, el trabajo de meses se ha resumido a una presentación de veinte minutos, ahora solo falta esperar, paciencia y esperar son dos palabras que poco significan en mi vida, Dios!!! Solo pensar en lo que está en juego me da mareo, ya ha pasado tres semanas desde mi charla con la señorita Ortega, desde ese tiempo no he podido hablar con Lina personalmente, siempre está ocupada y cuando hablamos por el celular es solo trivialidades, no quiero hablar de algo tan importante para mí por un celular, además ella no para de hablar acerca del nuevo profesor que le está dando asesorías para la tesis, es de lo único que habla, de pronto mi celular vibra anunciándome que ha llegado un mensaje de texto.

-En tu apartamento a las 3pm. J Lina -Observo el reloj y escasamente tengo el tiempo necesario para llegar, últimamente no entiendo el comportamiento de Lina, está tan distante y fría, no sé si será la presión de sus estudios, de sus padres, no sé nada, me siento como una extraña en su vida, como una observadora, espero que ahora podamos hablar. Mi apartamento se llena de la música de Lenny Kravitz con I Belong to you, a las tres en punto el timbre suena, sé que es Lina, por lo menos la puntualidad no la ha perdido, abro la puerta y Lina sin mediar palabra alguna se lanza a mi boca, me besa con ganas, con necesidad, tomándome por sorpresa y pierdo la cabeza, llevo mucho tiempo sin verla, sin tocarla y me cerebro me abandona, Lina no me da respiro, mientras no detiene sus besos en mi cuello desabrocha el botón de mi pantalón y pronto siento el contacto de su mano. -Oh Lena, estás tan lista. -Siento como me penetra mientras me conduce al sofá y se posiciona sobre mí, con nuestros cuerpos acoplados para sentirnos, jamás había sido tan dócil con nadie, ella es la única que me toma por asalto y yo solo me dejo hacer, me encanta cuando toma el control y ella está tan metida en la situación, mis gemidos la incitan a embestirme con todo, es rudo y tan jodidamente caliente, no tengo fuerzas y el tiempo sin haberla tenido hace que mi clímax este tan cerca, aprisiono sus dedos y me dejo llevar por el placer, sintiendo el aire caliente en mi cuello producto de sus gemidos, hemos llegado al mismo tiempo, siento la boca seca y trato de calmar mi respiración. -Ven vamos a tu habitación. -Me extiende la mano, yo solo asiento lentamente y nos ponemos en marcha a paso perezoso. Escucho el sonido de la regadera, todo ha sido tan rápido y fugaz, tan impersonal, no sé por qué tengo esta extraña sensación en el pecho, desde que esta locura empezó con Lina nunca me había sentido así, ella esta tan distante, todo es tan confuso, sus arranques de pasión acompañadas de alejamiento, es evidente la falta de intimidad entre nosotras, la confianza que siempre nos ha asistido simplemente no está, no sé qué pensar, solo sé que me siento vacía, algo me hace falta. Se abre la puerta y Lina se está terminando de secar su cabello, esta serena, inocente del desastre que tengo en mi cabeza, tomo aire, creo que es hora de hablar. -Lina hay algo que quiero contarte que me tiene dando vueltas en la cabeza y sabes… quisiera tu opinión. -No puede ser después, sabes, tengo el tiempo justo. -Sonríe viendo su reflejo en el espejo. -Esta noche tengo una cita. -No puedo evitar desilusionarme, carajo me siento abandonada, como si mis cosas no fueran importantes. -Mmm… ¿lo conozco? -Es lo único que mi mente es capaz de cavilar en medio del ardor que está creciendo en mi pecho. -No, pero si todo marcha bien creo que lo conocerás muy pronto. -Termina de retocarse en el espejo, recoge sus cosas y me besa en la frente, un beso en la frente, pero qué demonios!!! Solo mi vieja me besaba en la frente, chasqueo los dientes, definitivamente esta tarde ha sido una mierda.

-Nos vemos después, ya sabes, para hablar con más calma, sé que he estado un poco ausente, pero prometo compensarte, ok. -De la misma forma en que entró se fue, siento que pasó un tornado sobre mí, ¿de qué va todo esto?, ¿por qué presiento que las cosas se están saliendo de curso?, odio no saber qué pasa. ·············· Los días han pasado lento o por lo menos así los he sentido, sé que debería estar feliz por tener la oportunidad de exponer en la galería, desde que empecé con la fotografía este es el mayor logro alcanzado, pero me siento vacía, siento que no tengo con quien compartirlo, la promesa de Lina está sin cumplirse, solo he tenido contacto por teléfono con ella, por lo menos prometió asistir a la inauguración, tal vez sea hora de aclarar todo esto, decirle como me siento, pero no sé exactamente que aclarar, ¿por qué ha estado tan distante tal vez? pero eso sería un reclamo, ¿por qué reclamar?, ¿acaso Lina tiene obligaciones conmigo?, ashhh no puedo estar pensando como novia abandonada, tal vez solo debo comprenderla, su tesis es muy importante, así como estoy colocando el alma a mis proyectos Lina esta apasionada por sus estudios, debe ser eso, esta noche en la inauguración tendré tiempo con ella y la oportunidad de hablar. La galería tiene ese aire de esperanza en el ambiente, me siento feliz por haberlo logrado, estoy tomando mi bebida favorita y admirando mi trabajo, Lina aparece en la mayoría, pero dejé una secuencia de fotos en donde corre por alcanzar el globo que se le había escapado segundos antes, es del día del parque, están como la parte central de mi exposición, me encanta su sonrisa cuando logra recuperar el globo, es imposible para mí no sonreír con cara de tonta recordando esa tarde tan especial para mí… veo mi reloj, Lina está atrasada, me parece extraño viniendo de ella que es tan puntual, pronto veo a la señorita Ortega acercarse acompañada de dos personas. -Quiero presentarles a la señorita Devía, la autora de estas maravillosas fotos. -Sus acompañantes una mujer rubia ya entrada en años y un hombre porque no admitirlo atractivo en sus 40 años bien cuidados, cada uno me extienden su mano. -Claude Roue. -Colette Souflte. -Helena Devía un placer. -¿Así que eres la autora de estas fotos?, la señorita Ortega no para de hablar de su alumna favorita y creo que no se equivoca contigo, tienes talento, te falta mejorar un poco la técnica pero es algo fácil de corregir cuando tienes a los mejores como tus tutores. -Me habla la mujer que puede llegar a ser intimidante, especialmente porque tiene la costumbre de hablarte muy cerca, casi siento su aliento en mi rostro. -Tal vez has escuchado de L’ecole Saint Germain, somos una de las mejores escuelas de arte de Europa, nuestros egresados son nuestra mejor carta de presentación y siempre

estamos en la búsqueda de nuevos talentos que promocionar. -Me dice Claude con un tono de coquetería, sus ojos grises brillan detrás de sus lentes de diseñador dándole un toque que para más de una mujer puede llegar a ser irresistible, jajaja si percibiera que soy inmune a sus encantos desistiría de seguir. -Estamos interesados en que formes parte de nuestra escuela en el programa de becados para el próximo ciclo, sé que podemos hacer grandes cosas contigo. -Otra vez siento como mi espacio personal es invadido por Colette, alguien tiene que decirle a esta mujer que no es necesario que hable tan cerca de las personas. -Gracias por tenerme en cuenta, la verdad es que no sé qué decir. -Me siento en una nube de felicidad, mi ego está en lo más alto, simplemente mi alegría se refleja en mi rostro, puedo adivinar que mis ojos están brillando. -Solo que no nos vas a dejar esperando mucho por tu respuesta, sabes que es una oportunidad única, ten toma nuestra tarjeta. -Claude no puede evitar rozar mi mano, los hombres pueden llegar a ser tan predecibles, debe ser por eso que me aburren con facilidad pasmosa… se despiden para seguir viendo la exposición y la señorita Ortega coloca su mano sobre mi hombro acercándose a mi oído al pasar. -Disfruta esta noche… lo mereces. -La señorita Ortega ha sido mi ángel de la guarda en toda esta aventura, tengo mucho que agradecerle. -Gracias.-Solo puedo parpadear un par de veces. -Felicitaciones!!! -Aunque esté de espaldas reconocería su voz en cualquier parte, aunque no entiendo qué hace aquí. -Silvia ¿qué haces aquí? -Se acerca y me da un beso en la mejilla dejándome atónita con su repentina aparición. -Vi la noticia en el periódico, exposición de nuevos artistas. -Dibuja con sus manos las palabras en el aire. -Cuando vi tu nombre no lo podía creer y no pude evitar venir a verte. La veo con el ceño fruncido por mi confusión, ¿acaso no me había dicho que la fotografía era una capricho para mí?, ¿qué ha cambiado entonces? -Jajaja, deja esa cara, lo digo en serio, esa noche en la cena de egresados no estaba en mi mejor época, tenía mi vida patas arriba y era imposible para mí no destilar veneno, pero sabía muy bien que más tarde que temprano ibas a darte cuenta que las leyes no eran para ti y me alegro mucho que estés haciendo algo que realmente ames. -Se posiciona a mi lado para ver las fotografías de mi exposición. -No sé porque no me sorprende que la modelo de tus fotos sea Carolina Rangel. -Señala las fotos con desdén. -Sé que la amas desde el colegio. -Casi me atraganto con mi propia saliva, ¿de dónde saca Silvia que amo a Lina?, ashhh. -No sé de que hablas, Lina es solo mi amiga. -Hago énfasis en las últimas palabras.

-No te equivoques Lena, no sé exactamente que pasa entre ustedes, pero lo que sí sé, es que la amas desde hace mucho tiempo, lo sé por la forma en que la ves, como la tratas, es la única persona en el mundo que es capaz de entrar en tu vida, a lo demás no se lo permites. -Frunzo el ceño por el desconcierto que me genera sus palabras. -Silvia no sigas con lo mismo, Lina es solo mi mejor amiga. -Sigo firme en negar lo que realmente sucede. -No sigas tú con lo mismo, me pude dar cuenta esa noche que algo había cambiado entre ustedes… pero Lena ten cuidado, Carolina nunca saldría del closet, no la veo haciendo su vida con una mujer, no es solo el qué dirán lo que le preocuparía, es su educación, ella sueña con la vida perfecta, tú no eres parte de eso, si te lo digo es porque no quiero que sufras Lena… entiende, el amor no correspondido es muy doloroso. -Detente Silvia estás caminando sobre una capa delgada de hielo, Lina es mi amiga… además tú que eras la perfecta mujer de sociedad has salido del closet y no veo que estés muriendo en vida. -Digo esto último con tono irónico. -Jaajaja Lena, yo no salí del closet, a mi me sacaron de patadas y me cerraron la puerta con llave, no sabes lo difícil que ha sido todo… mis padres a duras penas me hablan y los que eran mis amigos huyen de mi, he tenido que empezar de cero, pero sabes a pesar de todo no me quejo, ahora veo las cosas de forma distinta, sé que es lo mejor, ya no miento y he podido reflexionar de todo el daño que impartí tratando de ser alguien que no era.-Es la primera vez que veo a Silvia intentando de ser sincera, no sabía por todo lo que estaba pasando, es valiente defender quien eres sin importar nada más. -No sabía que estabas pasándola mal… lo siento. -Volteo a verla y aprieto ligeramente su mano. -No lo sientas, no eras mi amiga, no estabas lo suficientemente involucrada en mis cosas para saberlo, pero sabes… me gustaría cambiar eso, quiero que empecemos de nuevo, quiero ser parte de tu vida Lena, por eso vine, por eso te digo que debes tener cuidado con Carolina, no quiero que te rompa el corazón, es doloroso cuando no te corresponden. -La veo con un poco de extrañeza, ¿acaso Silvia se había enamorado de alguien?, de Teo lo dudo, sé que nunca lo quiso, tal vez está hablando de la enfermera con la que la encontraron. -Veo que no me entiendes, pero déjame que te lo explique con una historia que empezó hace ya unos años… Inicia cuando ingresé al Colegio Sagrado Corazón, era la oportunidad de intentar de nuevo, no podía repetir errores, las indiscreciones que había cometido en mi anterior colegio debían quedar en el pasado, me había dejado marcada las caras de decepción de mis padres cuando les había llegado el rumor de su hija menor besándose con una compañera de clase, esa vez les juré que era mentira, decidieron creerme, aunque ahora entiendo que para ellos era mejor así que tener que enfrentar que una de sus hijas tuviera sexualidad diferente a la establecida… así que me prometí ser la mejor en todo, ser la mejor estudiante, la mejor deportista, la más popular, volvería a ser su orgullo, fue fácil al comienzo, fui ganando terreno en mi cometido, tenía muchas amigas, personas que me

querían y respetaban, entre ellas Carolina Rangel, me sentía aceptada, todo marchaba bien. Hasta que vi una hermosa morena, alta, buen cuerpo, de mirada profunda, de esas que matarías por saber que piensan cuando te ven de esa forma tan intensa, entraba con su brazo inmovilizado, había sufrido un accidente recientemente y se volvía a integrar a sus clases, por eso no la había visto antes… ahí empezó mi calvario, todo se resumía a verla, saber de ella, estaba obsesionada en abordarla para hablarle, pero a ella parecía no importarle nadie, siempre solitaria, todo le parecía insignificante, solo cuando estaba con Carolina era diferente, sonreía y se veía feliz, siempre juntas, siempre tomadas de las manos. Hasta que se presentó la oportunidad tiempo después, descubrí que practicaba tenis al igual que yo, y a decir verdad era muy buena, le hablé, pero ella solo contestaba con monosílabos, era realmente frustrante, no sabía que pensar, me tenía desconcertada su actitud tan cortante, sin embargo yo solo pensaba en besarla, en cómo se sentiría sus labios, mi única esperanza era que no tenía novio, ni se le había conocido alguno. Un buen día tome impulso y la besé en las duchas, pensé de todo, que gritaría, que me rechazaría, que le diría a todos, pero nada de eso pasó, ella se dejaba hacer, pero no hablábamos nada de lo que hacíamos, solo lo básico en las practicas del equipo de tenis, quise ir más lejos con ella, la deseaba demasiado y lo logré, pero nada me preparó para entender que era su primera vez, había tomado algo que consideraba era muy importante en la vida de una mujer, su virginidad, eso me hizo sentir especial, única, tal vez no me hablara mucho, pero había sido su primera vez, tenía que ser trascendental en su vida así no lo expresara, Carolina podía ser su mejor amiga, pero yo era la única que conocía sus ganas. Pero volvió la presión de mis padres, de mi no tenían queja alguna, al fin y al cabo mis notas eran perfectas y pertenecía al equipo de tenis, pero no se me conocía novio, alguien a quien presentar a mis padres y que aceptaran gustosos, debía empezar a buscar quien podía ser, el estar en un colegio femenino no era que me ayudara mucho, pero al lado se encontraba el colegio de varones San Juan Bosco y el chico más popular era Teo Vásquez, lo había descartado ya por ser novio de Carolina, solo necesitaba seguir buscando. Un día mi chica especial no le interesaba verse conmigo porque era más importante pasar la tarde con su mejor amiga y sentí celos, ¿cómo podía estar ella primero?... ese día decidí quitarle todo, así que me metí con su novio, algo nada difícil teniendo en cuenta que con Carolina no pasaba de besos castos… él la dejo por mí, y el infierno empezó, Carolina se volvió mi enemiga, y ella… ella me dio el peor castigo de todos, tuve una noche inolvidable y me dijo que esa sería la última vez, que todo acababa, que no debí meterme con Teo solo por joder a Carolina, ¿cómo era posible que todo terminara así como así? ¿Acaso yo no había sido importante? ¿Qué había sido yo?... nada, algo que se deja a la primera, estaba dolida, la amaba y yo no era nada para ella, decidí castigarla creando rumores falsos, pero eso no me hacía sentir mejor, al contrario me sentía miserable, después de eso me volví amargada, tenía el corazón roto. -Termina de hablar con un tono de triste en sus palabras.

A veces solo vives una pedazo de la historia sin nunca enterarte de la otra parte, eso me había sucedido con Silvia, siempre pensé que era un niña rica con complejo de querer tenerlo todo, jamás imagine que me había amado, que sufría en silencio por no poder ser lo que sus padres deseaban. -Silvia, yo… lo siento, no sabía. -Lo digo de manera casi imperceptible, con mi vista perdida. -Jajaja por qué lo sientes, no era tu obligación amarme, nunca lo sentiste, tampoco escogí amarte, solo pasó… además sé que no te lo dejé fácil. -Me levanta el rostro colocando su mano en mi mentón. -Pero si quiero ser tu amiga… dame una oportunidad. -Asiento con una sonrisa. -Dalo por hecho. -Detrás de Silvia veo entrar a Lina buscándome con la mirada, se ve radiante, hermosa, estoy tan feliz de que haya venido, pero pronto esa felicidad se convierte en confusión para dar paso a una incomodidad que hace doler mi pecho, viene de la mano de un hombre que no conozco con un estúpido corte de cabello muy al estilo de los Beatles, él le sonríe de forma tonta mientras le besa la mano, no entiendo ¿por qué trae a un extraño aquí? -La estrella de la noche. -Me da un beso sonoro en la mejilla y me abraza. -Llegas tarde Lina, pensé que ya no llegabas. -No puedo evitar reclamarle. -Lo siento, me tardé en la universidad. -Respiro profundo, no creo nada de lo que me dice, que excusa más rebuscada. -Silvia no sabía que venias. -Lina ladea su cabeza ligeramente. -Bueno Carolina no eres la única que quiere ver triunfar a Lena. -¿Dios puede ser esto más incomodo?, mmm, si… ¿quién este idiota que ve todo de reojo? -Supongo que sí… bueno permítanme presentarles a mi novio, Nicolás Martelo. -Qué!!! Novio, un momento ese nombre me suena, carajo ese el nuevo profesor que le estaba dando asesorías, esto parece irreal. -Gusto en conocerlas Nicolás Martelo. -No reacciono, simplemente no puedo, mi cuerpo y mi mente no responden, su forma de ver todo con menosprecio como si simplemente no estuviera a su altura me jode. -Silvia Bonnet. -Silvia es la que al fin decide terminar con el silencio presente. -Helena Devía. -Respondo más de forma instintiva que consciente. -Carolina no para de hablar de Lena su mejor amiga, ya siento que te conozco. -Me sonríe pretenciosamente, pero que imbécil, qué va a conocerme.

-Bueno a decir verdad Lina también me ha hablado mucho de usted… claro como su profesor. -Lina me fulmina con la mirada, no puedo evitarlo, este idiota me puede. -Lena, no había tenido tiempo de verte últimamente y estas cosas no se hablan por teléfono. -Lina interviene sin soltar la mano de su antes desconocido novio, carajo por qué no se abre la tierra y me traga ya mismo. -Jajaja bueno, también lo soy y uno muy bueno. -Ashhh pero que irritante!!! -Así que tu apellido es Devía, ¿acaso eres de los Devía dueños de la cadena hotelera más importante del país? -Suspiro pesadamente. -Si… mi padre es el dueño y presidente. -Interesante, pensé que todos los Devía estaban involucrados en el negocio familiar. Desgraciado, por qué tiene que mencionar a mi familia… el ambiente se torna incomodo. -Bueno personas como Lena están destinadas a escribir su propia historia, especialmente cuando son tan talentosas y apasionadas como ella. -Silvia interviene, extraño, si considero que el papel de defenderme lo debería estar cumpliendo Lina. -Amor creo que ya te había dicho que Lena ama la fotografía, solo ve su trabajo y te darás cuentas lo talentosa que es. -Tienes razón… -Se acerca a ver detenidamente las fotos con una mueca de arrogancia. Aunque ayuda tener de modelo una hermosa mujer como tú. -Le da un beso suave en mi presencia, ahora si siento que la respiración me falla. -Bueno deberían ver toda la exposición la verdad es muy interesante. -Silvia señala las fotografías. -Sí, tienes razón Silvia, vamos a amor… nos vemos ahora. -Lina toma su mano y se retiran. -Respira Lena y disimula un poco… a menos que quieras matar con tu mirada. -Silvia coloca su mano sobre mi hombro para llamar mi atención, si no había conocido los celos, esta noche no solo los conocí, sino que siento que me están matando. -Tal vez deberías retirarte, tranquilízate y descansa un poco, creo que son demasiadas emociones juntas. -No sé… solo no sé cómo manejar todo esto. -Siento como todo mi cuerpo se contrae. -Descansa, no vas a resolver nada así como estás. -Silvia tiene razón, no puedo resolver nada con esta rabia e impotencia que me carcome, no puedo cometer un error con Lina, pero ese nuevo novio no me gusta ni su ultimada actitud de dejarme a un lado de su vida, sencillamente no lo pienso aceptar, debo pensar con calma y resolver todo, no voy a permitir que alguien se meta en la relación que tengo con Lina, nadie lo ha hecho antes y no la va hacer ese profesor con aires de superioridad.

VII Ya ha pasado más de diez días desde la noche de la exposición, Lina no me ha llamado y ya me siento desesperada por hablar con ella y saber de qué va todo esto, no pienso seguir así, me está afectando mucho y ya se nota en todo lo que hago, ya me han llamado la atención en la universidad por estar desconcentrada y no soporto estupideces de nadie, una total huraña, eso soy, Dios soy muy joven para eso. He tomado la decisión de acabar de una buena vez con todo esto, así que decido llamarla, si Mahoma no va a la montaña… Hola… ¿cómo estás? -Lena, hola… bien, entregando unos libros en biblioteca. -Escucho a lo lejos como habla con el bibliotecario. -¿Entonces estas en la universidad? -Sí, ¿por qué? -Nos vemos en la cafetería que está en el edificio nuevo, te espero ahí en diez minutos. Cuelgo antes que me conteste, no pienso darle escapatoria a una conversación que definitivamente es necesaria para saber qué carajos está pasando. Se me hace tan extraño estar aquí, después de haber abandonado mis estudio de leyes no había regresado, Lina siempre es la que me busca en mi universidad, todo me parece ligeramente conocido, pero al mismo tiempo es como si no fuera parte de mis recuerdos, especialmente porque el año que estuve aquí, cómo decirlo… fue muy loco, muchas mujeres pasaron por mi cama, aunque siempre fui honesta con todas, las relaciones no me interesan. -¿Qué haces aquí?, no puedes venir sin avisar y solo esperar que venga. -Lina parece exasperada por verme aquí sin previo aviso, toma asiento sin siquiera saludarme. -Tenía que hablar contigo, no llamas y sabes que debemos hablar. -Está bien, lo siento, sé que no he llamado pero ya sabes cómo es. -La veo incomoda aunque no sé muy bien por qué, ve para todas partes como buscando algo. -Ya sé que tu tesis es importante pero siento que ya no hago parte de tu vida Lina, no me llamas y si lo haces es solo para hablar cosas sin importancia, no puedo creer que conozca a tu novio el día de la exposición, qué pasa… dime. -Y tú desde cuándo me haces reclamos… -Tomo su mano para que se calme, pero ella se sobresalta, no entiendo su actitud. -Lena entiende mi carrera es muy importante y sí, ahora esta Nicolás, si no te lo conté antes es porque todo ha pasado muy rápido, pero es que con él desde el comienzo ha sido así, empezó como el nuevo profesor que me daría asesorías y

desde que lo vi, no sé como explicártelo simplemente me encantó, me ponía nerviosa, no coordinaba bien, y a él le pareció cautivarle mi torpeza, hace poco que empezamos a salir y ahora es mi novio... -No puede evitar tener esa cara de tonta cuando habla de él, hace tiempo no la veía tan entusiasmada por alguien y siento una punzada en el pecho. -Sé que es el indicado, ya se lo presenté a mis padres y lo adoraron, no sabes lo feliz que soy y lo siento si te sientes excluida, pero siempre he estado para ti, esta es la primera vez que pasa, ¿acaso no te he apoyado en todo?, ¿por qué no haces lo mismo?-Siento que un tren pasó sobre mi cuerpo, cómo que le encanta el tipo ese, que es el indicado, que se lo presentó a sus padres, demonios!!! ¿Qué más hace falta por enterarme? -Está bien Lina, sin reclamos, pero eso no quita que me sienta como una simple espectadora en tu vida y no como tu mejor amiga. -Suspiro pesadamente mientras cruzo mis brazos. -Lena, ¿por qué no hablamos después?... cuando estemos más calmadas, ¿sí?-La veo muy alterada y sé que es mejor dejar esto de ese tamaño. -Está bien, hablamos después. -Me levanto y me despido de un beso en la mejilla y suavemente le coloco un mechón de su cabello detrás de la oreja, pero ella retira mi mano. -No Lena, no hagas eso… no aquí, no sabes lo que de ti se habla en esta facultad cuando te retiraste y ahora soy la novia de un profesor. -Siento que mi corazón se detiene, ahora entiendo todo, siente vergüenza de mí… como no lo vi antes, por eso jamás la venia a buscar aquí, siempre es ella la que me busca, me siento humillada y triste, más que rabia es tristeza de saber que no la conozco completamente, sé que mis ojos se inyectaron de rojo y tengo un nudo en la garganta, pero no pienso darle el gusto de verme llorar. -No sabía que te avergonzaba, es bueno saber… tranquila que no vuelve a suceder. Tengo mi vista perdida, apretando fuerte los puños, tratando de no dejarme vencer por lo que siento. -No Lena no te pongas así… es qué no sabes cómo… -Le hago un ademan con mi mano para que no continúe y me retiro de prisa. -Lena espera, no te vayas así. -La siento caminar detrás de mí pero soy más rápida, necesito irme, no quiero seguir más aquí. Entro dando un portazo a la puerta tras de mí, tiro mi bolso y me dejo caer en el sofá, paso mi mano por mi rostro, tratando de calmar mi respiración y pensar detenidamente en todo, ahora comprendo que Silvia tenía razón, yo no cuadro en la vida de Lina, ella necesita que todo en su vida sea perfecto, siempre fue así, solo que no quería aceptarlo, ¿pero en qué estaba pensando?, esto tendría que pasar en algún momento, ¿acaso Lina sería capaz de mostrarse conmigo aun sabiendo todos que me gustan las mujeres?, ¿ante sus padres y sus amigos?... no, hasta ahora seguía siendo su amiga porque sus conocidos no lo saben, me siento tan estúpida con todo esto, ¿por qué no lo vi venir? Mis pensamiento no quieren darme tregua, todo mi cuerpo protesta, deseo no pensar más, sencillamente no existir por un momento y me dejo vencer lentamente por el sueño, solo deseo descansar, es hora de desconectarme de todo… no sé cuánto tiempo ha pasado, me

duelen los ojos, solo escucho el timbre del apartamento, no quiero ver a nadie, no pienso abrir, me niego hacerlo, pero el timbre no cesa, ¿carajos quien timbra de esa manera?, me levanto del sofá con el diablo por fuera. -No sé quien seas pero no estoy de humor. -No he terminado de abrir la puerta cuando siento el abrazo de Lina. -Lo siento… por favor no te enojes. -Su abrazo es fuerte, me comprime el pecho y es difícil respirar desde esta posición. -¿Qué haces aquí? -Lo digo con desespero, ¿por qué no es capaz de dejarme en paz un día?, no es mucho lo que pido. -Yo… no quiero que estés enojada. -Siento que se aferra con más fuerza. -Te equivocas Lina, no estoy enojada, estoy triste… es diferente. -La retiro suavemente, no quiero sentirla tan cerca de mí, me hace débil… en su rostro puedo leer que no se va a rendir tan fácil conmigo, nunca lo ha hecho, ¿por qué tendría que empezar hoy?, me empuja contra la pared y comienza a besarme, no correspondo sus besos, solo me quedo inmóvil, la rabia junto a la tristeza no son buena compañía para lo que pretende, ¿por qué no lo entiende?, pero insiste en seguir, besa mi rostro y baja por mi cuello y ya no siento las piernas, mi cuerpo me traiciona y comienza a responder, pero no tardo en recordar todo y la separo. -No Lina ya no más!!! -Veo en su rostro desconcierto, jamás me había negado a sus besos, siempre estuve disponible para ella, pero ahora es diferente -Ahora si quieres tocarme… eh, dime!!!... -Lena. -Pero si lo hago en público está mal, no sé como fui tan estúpida contigo… -Tomo aire. Siempre te avergoncé… -Siento como todo los sentimientos que tenía guardado salen a flote, tan solo decirlo me duele. -Dime ¿serías capaz de defenderme sin importar nada? acaso si todos supieran que me gustan las mujeres ¿seguirías siendo mi amiga? Carajo responde!!! -Elevo el tono de mi voz, ella se enreda para contestar. -Lena yo… tu amistad es muy importante. -Veo en sus ojos indicios de llorar. -Porque te aviso, no pienso cambiar, no pienso esconderme, soy como soy y me siento orgullosa de serlo, no voy a negarme. -Siento que me he quitado un peso de encima, estoy más liviana sacándome todo lo que siento adentro. -Lena… yo… tú sabes que te quiero, que eres mi mejor amiga, pero no sé que quieras que responda... -No puedo más con todo esto. -Vete, no quiero verte. -Le señalo la puerta, no quiero escucharla. -Tranquila no pienso colocarte en una situación difícil para ti, no deseo estropear tu felicidad. -Lina muerde su labio inferior, sus ojos se mueven de un lado a otro,toma su bolso dudando si hacerlo o no, pero finalmente se va.

Así como un día empezó todo esta locura sin haberla buscado, así mismo se acabó, me duele todo, mis ojos sucumben al llanto, ¿cómo es posible que todo esto esté sucediendo?, ¿cómo terminamos de esta forma?, ¿acaso nuestra amistad no era más importante? demonios, no sé cómo es que estaba en el filo de un precipicio sin saberlo, siento retumbar en mi cerebro una voz conocida para mí… ¿qué quieres ser víctima o sobreviviente? Me aferro a mi medalla de la virgen de Fátima, es la voz de mi nana, mi vieja, la persona que más me ha querido, la que me cuido como a su hija, su cariño era la fuerza para seguir en una casa en donde nadie me quería ni entendía, cuando murió, también murió una parte de mi corazón y hoy siento convaleciente otra parte, Lina está tan adentro, tan metida en mi piel y en mis sentidos, no voy a morir, me niego hacerlo, no soy de las que se rinden, este dolor no me va a derrotar. ·············· He volcado mi mente en la fotografía, siento que es lo único que logra calmar mi creciente tristeza, me hace mucha falta Lina, no puedo evitarlo, extraño a mi amiga, mi confidente, nuestras noches de películas y chismes y no puedo negar que también la extraño en mi cama, todo es tan utópico, si meses antes me hubieran dicho que dejaríamos nuestra amistad hubiera dicho que eso no era posible y ahora me siento tan sola, necesito empezar de nuevo, tengo en mis manos la tarjeta que me entrego Claude jugando con ella entre mis dedos, es hora de tomar decisiones, de adueñarme de mi vida. -Alo, Claude, es Helena Devía de la exposición de nuevos artistas. -Helena, sabía que llamarías, ¿qué puedo hacer por ti? -Te llamo porque estoy interesada en la propuesta de L’ecole Saint Germain. -Perfecto, conoces el hotel San Ignacio. -No puede ser que de todos los hoteles de la ciudad se tenga que hospedar en ese. -Sí, lo conozco. -Entonces te invito a tomar el té en su restaurante, como a las cuatro de la tarde y hablamos con calma, ¿te parece? -Perfecto, allí nos vemos. Cuando ingreso al Hotel San Ignacio es inevitable que no se acumulen los recuerdos en mi mente, este es uno de los hoteles favoritos de mi padre, en el que trabajaba arduamente para que se convirtiera en el más importante de la ciudad, muchas veces lo veníamos a visitar con mi madre y mis hermanos… mi mente vuela y veo a una pequeña Lena que corretea de un lado para otro, cuando era tan solo una niña pensaba que era una princesa y que los empleados eran mis leales sirvientes, la imaginación de un pequeño es infinita, pensar que ese es uno de los pocos buenos recuerdos que todavía conservo de mi familia… alzo mi vista y puedo divisar a Claude en una de las mesas, se levanta y me da dos besos en las

mejillas y como un caballero de esos que ya son muy difíciles de encontrar retira la silla y me acomoda. -Pensé que los caballeros ya no existían. -Helena soy la prueba de que existen. -Me brinda su perfecta sonrisa. -Es bueno saberlo… Claude, sin ánimo de perder tiempo estoy muy interesada en entrar a estudiar en L’ecole Saint Germain, sé que de allí han salido artistas importantes y quiero ser la mejor en lo que hago. -Alza sus cejas y vuelve a sonreír. -Me encantan las mujeres que saben lo que quieren, pero primero tomemos el té. -Se acerca uno de los meseros a tomar la orden. -Primero la señorita. -No puedo negar que este tipo me divierte con su coquetería. -Un Earl Grey con leche por favor. -Igual gracias. -Claude le hace un ademan al mesero para que se retire. -Bueno, lo primero que tienes que saber es que se sostiene la propuesta de que ingreses con beca completa, contamos con los mejores profesores en todas las áreas, nuestras instalaciones son una de las mejores de Europa y te asesoramos para que inicies prácticas profesionales en las mejores empresas, el éxito es solo resultado de tu empeño. -Todo me parece tan irreal, tan difícil de creer y ahora estoy tan cerca de lograrlo. -Nuestro programa de becas depende de nuestros patrocinadores, así que para promocionar nuestro programa de becados realizamos eventos, tal vez tengas que asistir algunos y hablar en público. -Oh no, no eso, tengo pánico cuando se trata de hablar en público, son de las pocas cosas que no he podido superar. -¿Cuando tendría que viajar? -Intento no pensar más en el tema. -Iniciamos ciclo en 8 meses, pero debes estar antes para instalarte y diligenciar tu ingreso. -Toma un sorbo de té mientras me ve de forma coqueta. -La documentación la enviamos a tu universidad, desde allí la señorita Ortega se encarga del resto. -Me parece perfecto. -Bebo un sorbo de té mientras intento procesar toda la información que Claude me da. -No sabes cómo me alegra que hayas tomado esta decisión. -Toma mi mano por encima de la mesa… oh no, tiene esa mirada de cazador al acecho. -Sabes… me gustas Helena, eres una mujer apasionada y talentosa, desde esa noche en la exposición… no sé cómo explicarlo, solo sé que me encantas… -Roza suavemente sus dedos en el dorso de mi mano. -No sé si me aceptarías una propuesta a cenar. -Dios!!! Sabía que esto pasaría, ashhh. - Claude, eres un hombre interesante, pero no eres mi tipo. -Retiro mi mano delicadamente.

-Jajaja que me falta para serlo. -Este hombre no se rinde, mínimo son de esos que la mamá siempre le dijo que tienen que luchar por lo que quieren. -No te falta nada, diría que te sobra… no sé si me entiendes. -Tiene un leve gesto de sorpresa, pero no cambia su buen humor. -Bueno, no puedes negar que lo intente.-Me sonríe, no estoy acostumbrada a que le diga a los hombres mi opción sexual y se lo tomen tan bien, es bueno cuando te sorprenden gratamente… se acerca nuevamente el mesero a ofrecernos postre. -Señorita Devía, José manda a preguntar si le envía su favorito. -José es el chef pastelero del hotel, me conoce desde niña cuando ingresaba a la cocina a golosear todo lo que allí se preparaba y el cheesecake con dulce de mora siempre fue mi favorito. -Dile que sí, que no me puedo negar a mi postre favorito, gracias. -Claude me ve con cara de no entender nada. -Y ¿el caballero que desea? -Me gustaría un tiramisú por favor. -El mesero asiente antes de retirarse rápidamente. -Veo que te conocen en este lugar. -Sé que Claude desea que le sacie su curiosidad pero se va a quedar con las ganas de que lo saque de la duda. -Es una larga historia, tal vez te la cuente en otra ocasión. -Contesto divertida antes de beber otro sorbo.

Me dispongo a salir del hotel cuando alguien me llama por mi nombre, suspiro pesadamente, y doy media vuelta, definitivamente no me salvé de encontrarlo -Helena ¿qué haces aquí? -Tenía una entrevista en este lugar, pero tranquilo ya me disponía a salir. -Frente a mí, tengo a Santiago Devía, mi padre, el hombre que cuando le dije que me gustaban las mujeres, primero se burló diciendo que era tan solo una fase y después al ver que mi fase era muy seria me echó de casa, sino fuera por el apartamento que me dejó mi nana en su testamento, no tendría lugar donde vivir. -¿Podemos hablar un momento en mi oficina? -No sé qué quiere, hace mucho tiempo que no tengo contacto con ninguno miembro de mi familia, menos con él, tan solo cuando depositan en mi cuenta alguno de sus empleados me llama para confirmar, no puedo evitar ver como el tiempo ha dejado huellas en su rostro, se ve demacrado, tal vez su nuevo juguete sexual lo tenga así. -No tengo tiempo, tengo cosas que hacer. -Veo mi reloj, me siento jodidamente incómoda hablando con él.

-Por favor -Su rostro se muestra afligido, él jamás pide nada de buena forma, con él siempre fueron ordenes, su actitud es nueva para mí. -Está bien. -Lo sigo pesadamente… entramos a su oficina, parecen siglos desde la última vez que entré, no ha cambiado mucho desde entonces, se acomoda en su elegante escritorio y me hace un ademán para que tome asiento, dudo si hacerlo o no, al fin y al cabo no pienso demorarme mucho tiempo, así que declino la oferta, me da su mirada de desaprobación, nada raro en él. -Te ves bien Helena, cada vez te pareces más a tu madre. -No puedo evitar rodar los ojos, sabe que me choca cada vez que dice eso. -Sabes que eso no es cierto… no dispongo de mucho tiempo. -Solo quiero terminar esto lo más rápido posible. -Tranquila, solo quiero saber cómo estás, cómo va tu vida, hace mucho que no sé de ti. Sus ojos parecen tristes. -¿Y quien es el culpable de eso?, ¿acaso no me echaste de casa por ser una vergüenza para ti?, para la familia, jamás estuviste de acuerdo con ninguna de mis decisiones, no sé por qué ahora te interesa. -Suspira pesadamente, sabe que hablar conmigo no va a ser sencillo. -Lo sé Helena, sé que no he sido un padre ejemplar, pero de todos mis hijos eras la única con la que es tan difícil comunicarse… siempre tan rebelde, tan metida en tu mundo, era tan complicado entenderte. -Fija su vista en el retrato que tiene de sus hijos, lo alcanza con sus manos y toma aire para seguir. -Primero que estudiar leyes, un año perdido, luego que administración para dejarlo tan solo meses después, y finalmente decidiste que la fotografía era lo tuyo y al mismo tiempo me dices que te gustan las mujeres, pensé que te burlabas y lo hacías para llevar la contraria, que solo necesitabas que te quitaran tus comodidades para que entendieras lo que realmente que querías. -Vuelve a descargar la fotografía en el escritorio de forma delicada. -Pues no era por llevarte la contraria, ya me ves… es lo que soy y me siento orgullosa de mis decisiones… -No sé por qué tener esta conversación, es tan agotador y frustrante. -Ha sido un largo camino, pero es mi camino… es mi vida y la fotografía es mi pasión, mi arte me permite expresarme y estoy satisfecha con lo que tengo y lo que soy, no necesité de tu apoyo para lograrlo!!! -Lo sé, tus hermanos todavía depende de mí para muchas cosas, pero tú no… has logrado hacerlo sola y me enorgulleces Helena. -No tengo tiempo para esto, no ahora. -Me dispongo a salir, no entiendo nada, ¿por qué me dice eso?, no quiero sentirme débil ante él.

-Espera Helena no te vayas, solo quiero decirte que te apoyo, que cuentas conmigo y que de ahora en adelante contarás con el dinero de la familia para que logres tus metas, lo que haga falta, cuentas con ello. -No… no quiero tu dinero, es más, ya no necesito que sigas enviando la mensualidad, así que no sigas haciéndolo… -Siento mis ojos arder, no quiero que mis emociones me traicionen. -No es necesario. -Siento un nudo en la garganta, ¿por qué me sucede todo esto?, ¿por qué siempre que siento avanzar algo sucede para dejarme vulnerable?, primero Lina y ahora mi padre. -Helena espera no te vayas así. -Me voy rápidamente, no quiero que me vea llorar, ni cuando intenta ser buen padre lo hace bien, en ningún momento quise su dinero, eso no importa si sientes que solo has sido un error en la vida de tus padres.

VIII

-No entiendes, no escogí vivir así… esta no era la vida que quería. -Mi padre alza la voz, se escucha sus gritos por toda la casa. -No sé qué quieres Santiago, ¿porque me culpas de todo? -Dime ¿eres feliz?… responde maldita sea, ¿lo eres? -No… no lo soy. -Escuchó llorar a mi madre. -Pero no por eso me ando revolcando de cama en cama, por Dios Santiago hasta cuando me vas a humillar. -Claro que dirán los demás, es lo único que te importa… antes no eras así, eras tan libre, llena de sueños ¿dónde está la mujer de la que enamoré? -Maduró… creció, es esposa y madre. -Ella responde gritando con la voz quebrada por el llanto, siento el dolor en sus palabras. -No entiendes, me siento atrapado en una vida que no es la mía, no debimos casarnos, lo sabes muy bien… me presionaste para empezar a tener familia, no estaba preparado para tener hijos, pero te complací, llegó Eduardo y pensamos que podíamos seguir adelante, luego Sofía, porque querías la parejita y bueno ya sabes que a Helena no la escogimos, yo no quería más hijos pero no, siempre hacemos lo que deseas. -No puedes culparme por eso, no es mi culpa que haya fallado el dispositivo de planificación. -Tengo seis años y los gritos de mis padres me despiertan, no entiendo

mucho lo que dicen, pero sé que no me gustan sus gritos, no quiero escucharlos más, salgo con Tom, mi oso de peluche que nunca abandono y mi manta favorita, bajo las escaleras y sigo buscando un sitio donde sus gritos no me alcancen, sigo a la parte de atrás de la cocina y coloco mi manta en el suelo y me recuesto con mis manitas en mis oídos, lloro, no puedo parar. Despierto sudando, con mi respiración agitada, busco el reloj con mis vista, marca las 4:30 de la madrugada y trato de controlar mi acelerada respiración, paso mis manos por mi rostro tratando de calmarme, no puede ser que los recuerdos de mi infancia todavía tengan la habilidad de colarse en mis sueños, esto no hubiera sucedido si no me hubiera encontrado con mi padre, tomo impulso y decido levantarme a tomar agua, me dirijo al baño, al prender la luz mis ojos se resisten al nuevo ambiente, lleno el vaso con agua del grifo y fijo mi vista en el espejo, no me gusta lo que veo, estoy agotada, me he esforzado mucho recientemente para no dejarme vencer por todo, paso mi mano por mi nuca, la siento tensa, solo han pasado tres semanas desde el encuentro con mi padre, es hora de tomar el control de mis emociones, lo mejor es levantarme y alistarme para ir al gimnasio, mejor hacer algo por mí que no sea autocompadecerme.

Últimamente he intensificado el ejercicio, siempre me ha gustado estar en forma, pero ahora lo tengo como medio de escape, terminar extenuada físicamente me permite no pensar mucho, los audífonos golpea mis oídos con la música de The Rolling Stones, la voz de Mick Jagger retumba por mi cerebro cantando Rain fall down, ha pasado tanto en mi vida, por un lado ya empezó el trámite de mi ingreso al L’ecole Saint Germain, la señorita Ortega se ha encargado de todo, he intentado que mi padre no siga enviando dinero, pero no escucha razones, ahora envía más que la mensualidad habitual, he decidido simplemente no utilizarlo y cancelar la cuenta bancaria y por último está Lina, siento que son siglos sin verla, la extraño tanto, me he visto a punto de llamarla, pero desisto, sin ella siento entumecido mi cuerpo y mi corazón, me pregunto sí me extraña, sí piensa aunque sea un poco en mí, por lo menos debería despedirme de ella antes de irme del país, nos debemos un adiós, sacudo la cabeza, no insisto en mis especulaciones, es hora de tomar una ducha e ir a la universidad. Cuando estoy a la salida del gimnasio, creo verla, al comienzo pienso que mi mente me juega una broma, pero no es una visión, es ella que vino a buscarme, mi corazón se acelera, no puedo evitar sentirme feliz de verla, me parece más hermosa, ashhh qué me pasa… ¿dónde quedó mi fortaleza? -Hola. -Su voz es tímida, sé que es difícil para ella hacer esto. -Hola. -Dios porque soy tan débil con ella. -¿Podemos hablar? -Sí… vamos al parque que está aquí cerca, ¿te parece? -Asiente, su semblante es tímido y comienza su típica manía con los dedos.

-Sí. -Contesta con su voz apagada, seguimos a paso callado, hace poco me lastimó tanto y ahora solo ashhh maldición!!! Divisamos una banca desocupada y nos acomodamos. -Te extraño muchísimo Lena, me hace falta mi amiga, sé que me equivoque… -Su voz es triste, haciendo que me remueva por dentro. -Tu amistad es lo más importante… perdona por ser tan estúpida. -Sus ojos cristalinos me aceleran el corazón, no puedo verla triste, nunca he podido .-Me preguntaste que si todos supieran que te gustan las mujeres seguiría siendo tu amiga… quiero que sepas que sí, todo este tiempo sin verte, sin poder hablarte, me ha hecho entender que no me importa los demás, ellos no valen ni la mitad de lo que vales tu para mí… me importas tú, te prometo que jamás voy a volver decepcionarte, no estoy dispuesta a renunciar a tu amistad, quiero que estés en mi vida, como siempre has estado… quiero a mi mejor amiga. -Sus ojos llorosos me rompen por dentro. -Lina, yo… también te extraño, todo este tiempo me ha hecho falta la persona que mejor me conoce, has sido mi única amiga y yo... -De prontosiento su abrazo, la acuno como siempre lo he hecho y su sollozo empieza a ser evidente en mi pecho, su calidez, su olor tan dulce, mis sentidos se vuelcan a ella, siento como mi corazón se acelera, bajo mi mano por su espalda suavemente mientras intento que se calme, de las dos, ella siempre fue la más sentimental, yo por mi parte no permito que me vean frágil. -Lena no quiero que me dejes, no sabes cómo te he necesitado… mi vida está cambiando y no tengo a mi mejor amiga a quien contarle tanta felicidad. -¿Cambios? ¿Felicidad?, la separo lentamente y la veo con el ceño fruncido, ella se levanta, camina dos pasos y voltea a verme. -Lena, me voy a casar con Nicolás, la boda es en seis meses…no te alcanzas a imaginar cómo me siento, sé que es el indicado. -Siento mareo, ¿matrimonio? mi corazón se contrae, como no había visto el estúpido anillo. -¿Dime algo Lena?, estás pálida -Pasa su mano repetidamente frente a mi rostro tratando de llamar mi atención. -Yo… no sé qué…qué decirte Lina. -Siento como mi cerebro lucha por no desconectarse y ser capaz de hablar coherentemente. -Por Dios Lina, estas muy joven para el matrimonio, solo tienes 21 años!!! ¿Por qué tan apresurado? ¿Estás embarazada? -Lina no deja de sonreír con sus ojos destellando alegría -Lena ya casi cumplo 22…y no, como crees que estoy embarazada, sé que es pronto, pero es que no sabes cómo me siento con Nicolás, él es tan refinado, de buena familia, interesante, ha viajado tanto, conoce de todo, puedo hablar con él de cualquier tema, me trata tan dulce… -Habla como si el tipo ese fuera de la realeza y ella solo fuera afortunada de estar con él, por Dios, solo es un tipo más. -Sé que estoy tomando la decisión correcta, solo necesito a mi amiga que me acompañe en este disparate, que me apoye como siempre lo ha hecho…Lena quiero que seas mi dama de honor. -Qué!!!, qué carajos se le pasa por la cabeza, dama de honor ¿yo? -Lina no sé qué quieres que diga, sabes que no estoy de acuerdo con esta locura y yo… simplemente no sirvo para ser la dama de honor de nadie, no me imagino ayudándote a escoger flores, el pastel…qué sé yo de todo eso, sabes que odio esas cosas. -Bufo por la locura que me está proponiendo.

-Lena… no me imagino el día de mi boda sin ti… sé que no estás de acuerdo con todo esto, pero sabes… no necesito que lo estés, solo necesito que a pesar de todo me apoyes, necesito a mi amiga, acuérdate de nuestras promesas, sí encontrábamos a alguien especial nos íbamos apoyar. -Me ve de la forma con la que siempre logra que acceda a todo, toma mi mano y la coloca en su pecho. -Lina, no sé…déjame pensarlo, necesito tiempo para procesar todo esto, no puedes venir y soltar todo así como así y que simplemente acceda. -Toma mi rostro con sus manos, me estremezco ante ese contacto, sus manos son tan suaves y con ese calorcito que me gusta. -Sé que hemos pasado por muchas cosas, pero quiero que sepas que siempre serás mi mejor amiga, el hecho que me vaya a casar no significa que nuestra amistad se termine…escúchame bien, siempre estaré para ti, lo prometo, cuando me necesites, ahí estaré. -No sé qué hacer, estoy tan confundida, su amistad siempre fue lo más importante para mí, ¿acaso no es eso lo que quiero con Lina? ¿Por qué siento este vacío en mi pecho al saber que se va a casar? ¿Por qué me duele? -Lina, solo dame tiempo, ¿sí? -Está bien, solo quiero que sepas que estoy feliz de tenerte de nuevo en mi vida. -Besa mi frente, carajo!!! Odio que haga eso. -Llámame cuando tengas una respuesta… ¿sí? -Solo asiento con mi cabeza, no tengo más que decir, la veo desaparecer a paso tranquilo. Decido caminar a la universidad, aunque no sé como voy a concentrarme, Lina solo viene como un huracán a terminar de destrozar mis nervios, carajo qué le pasa por la cabeza, tengo tantas cosas en mi vida, que simplemente no sé como lo voy a manejar, ni siquiera hablé con ella de mi ingreso a L’ecole Saint Germain y de mi inminente traslado a Paris, hasta hace poco mi vida era estable y ahora… pensaba que lo más difícil iba ser extrañar a Lina y ahora se casa, se casa!!! Va a ser la señora de Martelo, no va ser mas mi Lina, sé que las cosas van a cambiar, que ya no va a volver a ser lo mismo, se acabaron nuestras noches de películas, nuestras largas charlas hablando de todo y nada, me duele ¿qué me pasa? Demonios, odio a Nicolás Martelo, ¿por qué se tenía que aparecer en la vida de Lina? ashhh, ¿celos? … sí, no tiene sentido negarlo, pero si son celos, es porque Lina es para mí algo más, ¿qué siento por Lina? será que Silvia tiene razón y estoy enamorada de ella… no, no puede ser, carajo yo nunca me he enamorado, Silvia solo me confunde… eso es, solo es confusión, ¿cierto?… ya no más!!! Me voy a desconectar de todo, me rindo, ni yo me entiendo. ··············

Llevo días con la indecisión como mi acompañante, cada vez que intento llamar a Lina, me arrepiento, si Lina me necesita debo apoyarla ¿acaso eso no hacen las amigas? nuestra amistad lo vale, demonios!!! Así no esté de acuerdo y Nicolás me revuelva el estomago con solo pronunciar su nombre, no entiendo que le vio, es un idiota egocéntrico, aun así debo respaldarla, pero siento que estoy renunciando a ella, pero ¿por qué? Lina es mi amiga,

siempre lo ha sido, renunciar a ella sería no apoyarla ahora que me necesita, darle la espalda en un momento crucial de su vida, además prometió siempre estar para mí, debo hacer lo mismo, las promesas son sagradas… -Alo, Lena ¿eres tú? -Su voz es alegre, parece feliz de escucharme. -Prométeme que solo tendré que estar ahí ese día, no reuniones para ayudar a escoger la capilla, flores, colores de los manteles, nada de esas estupideces. -En serio no pienso hacerlo, ni por ella, ni por nadie -Por supuesto que sí!!! Lena no sabes lo feliz que me haces… -Escucho como suspira pesadamente. -Y tranquila Catalina y Elizabeth junto con mi madre se están encargando de ayudarme en todo, solo necesitaba que estuvieras allí. -¿Catalina y Elizabeth? -Las hermanas de Nicolás. -Mmm es bueno que cuentes con personas que te ayuden. -Por lo que veo Lina ya se está integrando muy bien con la familia de su futuro esposo. -Lena, me haces muy feliz…gracias. -Lo sé, solo… prométeme que estarás ahí cuando te necesite. -No puedo evitar decirlo en tono de suplica. -Sabes que sí. -Solo eso necesitaba escuchar para saber que estoy haciendo lo correcto aunque una parte de mi sienta todo lo contrario. -Bueno, ya me dirás que tengo que hacer…adiós. -Adiós. -Bueno ya está hecho, solo espero que sea lo correcto, paso mi mano por mi rostro y aprieto mis puños, espero que toda esta locura termine bien y que este extraño vacio desaparezca pronto, no puedo ser esa niña de seis años que no puede controlar su llanto al escuchar los gritos de sus padres, debo tomar el control de mis emociones y de mi vida, voy a apoyar a Lina, voy a ser su dama de honor, le contaré todo lo que ha pasado conmigo últimamente y lo más importante le voy a decir que me voy del país, solo debo encontrar el momento indicado para hacerlo. ·············· Trato de respirar profundo, veo a mi alrededor y sé que este no es mi ambiente, tanto tiempo sin entrar a la casa de los padres de Lina, no es extraño ver imágenes religiosas por toda la casa, nunca entendí porque hacerlo, pero quién soy yo para entender como cada persona maneja su religiosidad… estoy tomando champagne mientras trato de entender

cómo es que estoy aquí, ah sí, Lina, es su cumpleaños y como buena hija única sus padres decidieron hacer una pequeña reunión, paso mi vista alrededor y puedo divisar a Nicolás hablando animosamente con los papas de Lina, veo que los tiene en el bolsillo, supongo que ser parte de una de las familias más prestantes del país y con una carrera exitosa te da la ventaja para conquistar suegros, la madre de Lina le sonríe tiernamente, decido dar una vuelta por la casa, me siento como león enjaulado, especialmente si tienes más de un par de ojos pendientes de lo que haces, las hermanas de Nicolás no paran de hablar con las amigas de Lina de la escuela de leyes, aunque una de ellas no tiene reparo en seguirme con la mirada, no me gusta que me vean tanto, subo a la segunda planta, caminó por el pasillo y sonrió al encontrarme de frente a la habitación de la homenajeada, no ha cambiado mucho en los últimos años, sus osos de peluche todavía están encima de su cama, muchos de ellos se los regalé en sus cumpleaños, sabía que le gustaban mucho, todavía conserva fotos de nosotras por toda la habitación y ese aroma a vainilla tan propio de ella, Lina está absorta en sus pensamientos terminando de cepillar su sedoso cabello, se ve hermosa, al verme por el espejo sonríe, me acerco a paso lento y descanso mi cabeza en sus hombros. - Te ves hermosa…anciana. -Me da un codazo y saca a relucir su risa irónica. -¿Se puede saber qué haces aquí? deberías estar abajo con lo demás. -Se coloca de pie y se dirige al closet. -Bueno ya sabes cómo es… no me siento cómoda. -Saca su cabeza para verme, yo solo levanto mis hombros. -Lena…tienes que socializar más, no siempre puedes ser tan cerrada. -Aunque no es la primera vez que me lo dice hoy en particular siento esas palabras de forma diferente, no sé, como si representara para ella una carga. -Lo sé… -Suspiro pesadamente. -Algún día. -Bajo mi rostro, sé que no puedo seguir tan hermética en mi mundo, pero es tan difícil cambiar. -Sabes…vine porque debo hablar algo contigo. -Lina sale con un vestido blanco, no puedo evitar verla de arriba abajo, ella siempre logar verse como una princesa de cuento de hadas, acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja, sonrojándose ante mi vista. -Lena ya sabes que no es necesario que me des un regalo. -Niego con mi cabeza antes sus ocurrencias. -Bueno para tu información si tengo un regalo para ti, pero no es eso… o bueno si tiene algo que ver. -Me ve con cara de no entender nada de lo que digo, tengo detrás de la puerta el regalo que escogí para ella, después de tanto pensar y debatir, decidí darle una de las fotografías del parque y pienso contarle que gracias a esas fotos me voy a estudiar al exterior, ya es hora de que se entere de mi viaje. -¿Se puede saber qué es? -Busco el paquete finamente envuelto con papel regalo color plata y un gran moño azul.

-Ten… esto es para ti, cuando lo desenvuelvas, hablamos… ¿te parece? -Está bien…gracias. -Me abraza, paso mis manos por su espalda y lentamente nos separamos, sus ojos me ven detenidamente. -Es hora que bajes Carolina. -Entra su madre interrumpiendo la burbuja en la que estábamos, no me gusta la forma como me ve, bueno aunque siempre ha sido así con ella, jamás le gustó nuestra amistad. -Sí ya bajamos. -Lina sonríe y descarga el regalo en la cama, indicándome que la siga. Cuando nos encontramos con los demás empiezan aplaudir, sus amigas y familiares se acercan a saludarla, todos parecen felices, ella está emocionada por el recibimiento, de pronto Nicolás llama la atención de todos. -Bueno como ustedes ya saben esta hermosa mujer muy pronto será mi esposa. -Se acerca y le da un casto beso en sus labios y pasa su mano por su cintura. -Y en este punto se hace difícil la tarea de escoger el regalo ideal… pero después de tanto buscar creo que lo encontré. -Saca del bolsillo de su americana una pequeña caja, a la vista de todos Lina lo va destapando lentamente, sus ojos brillan al sacar el fino rosario dorado. -Nicolás es hermoso. -El emocionado público se acerca a ver el rosario, Lina pasa sus manos delicadamente delineándolo. -Sabes… es el rosario que perteneció a mi abuela, mi madre me le heredó antes de morir para dárselo a la mujer que escogiera como mi esposa. -Nicolás la ve con devoción y los presentes se emocionan con la escena. -Amor yo… -Lina tiene sus ojos cristalinos, esta conmovida, sé que él le ha dado el mejor regalo de cumpleaños, su madre se acerca y besa en la mejilla a Nicolás, mientras su padre estrecha firmemente su mano, todos parecen felices y me doy cuenta que no pertenezco aquí, él es su hombre perfecto, todos lo aceptan y ella parece ser muy feliz y yo…yo simplemente sobro, no encajo, no hay espacio en su vida para mí, decido alejarme y dar una vuelta por el jardín para despejar el malestar que siento… el jardín está muy bonito por cierto, se ve el cariño y dedicación en sus flores, mis dedos rozan levemente sus pétalos, me acuerdan mucho a mi vieja, cuando mi nana estaba en la casa el jardín era tan hermoso, cuando murió las flores también perdieron vida. -Se puede saber por qué siempre te alejas. -Escucho su voz detrás de mí, doy la vuelta lentamente y dibujo una sonrisa triste. -Solo quería ver el jardín, sabes que me gustan mucho las flores, me acuerdan a mi nana. Una verdad a medias, las flores me encantan, pero no ha sido ese el motivo de mi salida de la casa, la asfixia que siento cuando él está a su lado es la verdadera razón.

-Lo sé… Lena con respecto al regalo y lo que tengas que decirme… sabes con la celebración y todo lo demás. -Habla con sus manos, ya presiento qué me quiere pedir, suspiro pesadamente. -Tranquila, lo dejamos para después, hoy es tu día especial, disfrútalo. -Deslizo con ternura mi pulgar en su rostro. -Gracias por entender. -Siento la calidez de su abrazo y cierro mis ojos tratando inútilmente de retener ese momento el mayor tiempo posible. -Carolina mis tíos te necesitan. -Interviene una de sus primas desde la puerta. -Sí… ya voy, ve siguiendo. -Le contesta mientrasme brinda su mano para que la acompañe, pero me niego. -Ve… más tarde te alcanzo. -Asiente y se retira a paso lento, suspiro pesadamente… internamente sé que postergar la conversación con Lina no ha sido lo mejor, ella debe saber que me voy del país, pero esta es su noche y de nadie más, no quiero arruinar su felicidad. IX -Corre que nos van a ver.- Tengo catorce años aproximadamente, la adrenalina circula rabiosa por mi sangre, estoy corriendo como alma que lleva el diablo porque acabo de escaparme del colegio, mi uniforme de falda escocesa y saco rojo no me colabora mucho que digamos en estas labores de escape, menos mal que siempre me ha gustado hacer deporte, el trote diario sumado a mis exigentes practicas de tenis me mantiene en forma. -Espérame Helena no soy tan rápida. -Escucho a Lina detrás de mí, está agitada, nunca fue buena deportista, escasamente aprobaba educación física y eso con ayuda de trabajos escritos, está transpirando como nunca antes, sin embargo es un misterio para mí como aun conserva su cola de caballo bien puesta, si el profesor Téllez la viera en estos momentos estaría orgulloso de su esfuerzo. -No te quejes tanto, solo corre. -Volteo a verla, se mueve atareada con la pesada carga que representa su maleta llena de libros, no entiendo si no es necesario llevarlos todos los días, ¿por qué hacerlo? solo río por su mala condición. -Eso intento. -Contesta entrecortada. -Aquí vamos a estar bien. -Le señalo el lugar mientras descargo la pesada maleta que tengo en la espalda, caminamos a paso lento a la cima de una colina a buscar sombra debajo de un gran árbol, nos recostamos en el césped tratando de normalizar la respiración, deslizo mi mano por mi pecho, mi corazón esta como un caballo desbocado…. pasan varios minutos en la que estamos en completo silencio, no de esos incómodos, de esos en los que disfrutas de la compañía de la otra persona sin necesidad de hablar, levanto mis manos intentando delinear las figuras que se forman cuando los rayos de sol se filtran entre las hojas. -

Sabes… nunca pensé que fueras capaz de escaparte, jajaja van a pensar que soy mala influencia para ti. -Volteo a verla con una sonrisa amplia. -Te dije que iba hacerlo…solo lo hice. -No puedo evitar reír, me asombra que Lina haya cumplido lo que dijo, ella que siempre es la niña buena que nunca se mete en problemas… de pronto siento como mi mano es tomada por ella, me agrada, es cálida, volteo a verla, nunca antes había sentido este cosquilleo en mi estomago, trago saliva, es miedoso sentir algo por primera vez pero no puedo evitar que me guste. -Gracias. -Dibujo una sonrisa tímida que ella me corresponde de inmediato, su mano no me suelta y mi cosquilleo no desaparece, nunca antes me había sucedido, solo hasta ahora, solo con ella, ¿qué tiene ella de diferente? -Sabes me gusta tu sonrisa, valió la pena todo, aunque mañana nos vayan a castigar…te dije que haría que volvieras a sonreír. -Lina me saca de mis pensamientos, es cierto, desde que mi nana murió, no lo había vuelto hacer, nada parecía lograrlo, la extraño muchísimo. -Es verdad…nunca te creí capaz. -Levanto mis hombros. -Intento cumplir lo que digo. -Justifica su acción osada. -Sabes, creo que me agradas… mi nana me dijo una vez que valemos por lo que somos capaces de cumplir. -Esa frase marcaria mi vida para siempre… para bien o para mal hace parte de mi filosofía de vida. -Creo que tú también me agradas. -Jala mi mano llamando mi atención. -Helena quiero que me prometas que siempre seremos amigas y siempre sostendrás mi mano… como ahora. -Yo… -Suspiro pesadamente, no sé que responder, no soy de tener amigas… pero quiero intentarlo. -Está bien lo prometo. -Ella sonríe, está feliz con mi respuesta. -¿Entonces puedo llamarte Lena? -Me queda sonando, nadie me ha llamado antes así pero no puedo negar que me agrada. -Sí…me gusta y yo puedo llamarte Lina. -Voltea a verme como meditándolo. -Sí claro… -Me siento feliz, nadie había logrado sacarme de mi depresión, solo ella pudo con algo tan simple… de pronto nos sobresaltamos al escuchar pasos aproximarse acompañados de ladridos de un perro, es fácil darnos cuenta que se trata del jardinero del colegio, nunca nos gustó, se nos quedaba viendo raro en los descansos, siempre solo, excepto por su perro de ojos amarillos que combina con el pelaje del mismo color con algunas manchas blancas, deben estar indagando los alrededores, aunque no entiendo qué hace aquí en horas de trabajo, nos ocultamos detrás del gran árbol tratando de pasar inadvertidas.

-Vamos muchacho, ¿qué has olfateado? -Lina respira agitadamente, está muy nerviosa, aprieto su mano intentando calmarla, le hago señas para que se tranquilice… ella parece entenderme y normaliza su respiración, cada una intenta ver que pasa viendo por su lado. Vamos sigue el rastro. -El jardinero alienta al perro, este parece entenderlo y se dirige a nuestro escondite bateando la cola entusiasmado por complacer a su amo, trago saliva, cuando volteo a ver a Lina, lo hacemos al tiempo rozando nuestros labios una fracción de segundo, sus ojos se dilatan clavándose en los míos, mi corazón se dispara como un loco, ella pasa sus dedos por sus labios con la vista perdida, el perro vuelve a latir y nos saca de nuestros pensamientos y sé que en cualquier momento nos van a descubrir, le señalo que es tiempo de correr. -¿Quien anda ahí? Abro mis ojos de golpe, mi respiración es agitada, apenas está amaneciendo, busco instintivamente el reloj que marca las 5:50 de la mañana, retiro gotas de sudor de mi rostro con mi mano, qué carajos fue eso, ¿un sueño, un recuerdo, un invento de mi mente, qué? Dios estoy confundida, todo parecía tan real, todavía conservo ese cosquilleo en mis labios, pero sí realmente sucedió, no comprendo por qué no la había recordado antes, cómo es posible que mi mente lo haya enviado a una parte tan profunda… mi cabeza es un completo desastre, me debato internamente tratando de adivinar que fueron esas imágenes tan vividas, ashhh no pretendo seguir así, tengo que hablar con la única persona que puede sacarme de esta duda, tomo mi celular de la mesita de noche y tecleo su número. -Alo Lina. -Solo escucho su bostezo. -Mmm. -Contestó el teléfono dormida, nada raro en ella que es de buen dormir. -¿Lina sigues ahí? -Pregunto ansiosa, debo resolver esta duda que me está matando. -Lena, acaso no has visto la hora, por Dios!!! Es domingo. -Por fin habla coherentemente. -Lo sé, escucha necesito que me digas cuando fue que prometimos ser amigas, ¿lo recuerdas? -Ajá. -Su voz es somnolienta, todavía no ha despertado completamente. -Lina concéntrate, dime cuando fue. -Le replico. -Lena tengo sueño, no puedo creer que me despiertes para esto… haber, mmm, fue cuando nos escapamos del colegio, debajo del gran árbol que estaba en la cima de la colina, ¿acaso no lo habías olvidado con el accidente? -Eh.… si es eso creía. -Claro, olvidé esa parte de mi vida poco después de que me accidenté en motocicleta, muchos de mis recuerdos se perdieron esa vez. -¿Estás bien? -Sí. -Mi respuesta se pierde en el aire.

-¿Segura? -Sí…tranquila. -Sé que no sueno muy convencida, pero qué le vamos hacer, todo esto me tiene absorta. -Bueno ya que me hiciste el grandísimo favor de despertarme, no olvides la prueba de vestido el martes a las diez de la mañana en el local de la modista, y ni se te ocurra llegar tarde como acostumbras ¿ok? -Sí no te preocupes, ahí estaré… te dejo dormir, adiós. -Sí claro ya voy a seguir durmiendo, nos vemos el martes, adiós. -Me hace reír con su tono irónico, ya le dañé el sueño a la pobre… paso mi mano por mis labios, ¿acaso ese fue mi primer beso?, ¿puedo contarlo como uno?, ashhh si tan solo fue un roce de labios y no duró mucho que digamos, demonios!!!... Siempre pensé que mi primer beso había sido con Silvia, ¿qué fue todo eso?, ¿por qué hasta ahora sale de mi subconsciente?, no entiendo de qué va todo esto, que más tengo guardado dentro y desconozco, doy varias vueltas en la cama intentado encontrar una posición que me permita volver a conciliar el sueño, pero no lo logro, definitivamente no voy a poder seguir durmiendo lo mejor es levantarme y preparar una buena taza de café bien cargada para despejarme de todo esto. ··············

Veo mi reflejo en el espejo y odio lo que veo, ¿cómo caí tan bajo?... trato de calmarme, paso mis manos por mi nuca, respiro profundo e intento ver la parte positiva, pero renuncio, no la encuentro, sencillamente no existe, este estúpido vestido no me gusta, su color rosado es horrible, intento acomodarlo un poco, ashhh me rindo, estoy tan irritada. -Lena, sal ya te quiero ver-Escucho como Lina me llama para que salga del vestidor, estamos en la prueba de vestido de las damas de honor, si, ya sé que están pensando, ¿Cuáles son las otras? mmm las idiotas hermanas de Nicolás, me he dado cuenta que su ADN es suficiente para que odie a cualquier Martelo, malditas cabeza hueca con su sonrisa de dientes perfectamente blancos, para nada natural. -Sabes cuánto te odio en este momento. -Le grito desde el vestidor, alcanzo escuchar su risa burlona por mi triste situación. -Ya deja la tontería, déjame verte ya mismo. -Salgo y hago evidente mi malestar, me posiciono frente al espejo con mi ceño fruncido, dibujo una mueca de fastidio… la siento acercarse por mi espalda y me abraza, su toque hace que me remueva, hace tiempo evito esta clase de contacto con ella, ya no lo siento propio, apoya su cabeza en mi hombro y delicadamente se acerca a mi oído. -Te ves bien. -Baja sus manos por mis brazos.

-Siempre… aun con esto. -Señalo el odioso vestido con mis manos. - Sé que lo harás bien… solo relájate. -Suspiro fuerte y asiento resignada con mi cabeza. -No sé Lina ¿quien escogió este color tan horrible? -Lina carraspea su garganta. -Fue idea de Elizabeth. -Puedo percibir que se siente incómoda contestando mi pregunta. -Y ya deja esa cara señorita gruñona. -Bufo por su comentario. -No me llames así, sabes que no me gusta. -Cruzo mis brazos, sé que en estos momentos parezco una chiquilla berrinchuda, ella solo sonríe por mi infantil comportamiento. -Señorita Rangel, su vestido está casi listo ¿desea probárselo para tomar medidas y hacer retoques? -Es una de las asistentes de la modista encargada de los vestidos interrumpiendo nuestra charla. -Pero pensé que eso sería hasta la semana entrante. -Veo como Lina luce confundida pero al mismo tiempo ilusionada con la noticia. -Bueno estamos adelantados, es excelente noticia se lo aseguro, con eso cubrimos cualquier eventualidad… entonces, ¿Se prueba el vestido? -La asistente pregunta sin dejar su sonrisa a un lado. -Sí. -Lina asiente emocionada, desaparecen mientras la asistente le indica donde puede probárselo, decido entonces ya quitarme este ridículo vestido rosa… salgo ya más calmada al tener mi ropa puesta, me siento en uno de los sillones que dispone el salón, estoy sola y decido observar con detenimiento mi alrededor, todo me parece tan delicado, tan rosa, definitivamente me fastidia ese color, nota mental “jamás usar ese color” intento pasar el rato leyendo una revista de chismes que encontré sobre la mesita central, algo de lectura ligera no hace daño. Cuando alzo mi vista tengo ante mí una visión que hace estremecer todas las fibras de mi ser, Lina está frente a mí con su vestido de bodas, está tan hermosa que me parece fuera de este mundo, mi corazón empieza a latir tan rápido que siento que en cualquier momento va salir de mi pecho, me falla la respiración y mis manos transpiran, me siento torpe, Lina no parece notarlo, solo me ve con esa sonrisa que me fascina, que me desequilibra, me levanto y camino hacia ella, tomo sus manos sin dejar de tener contacto visual, volvemos a tener esa burbuja imaginaria en donde solo ella y yo existimos en este mundo, todo mi ser grita que la bese, tiene nublada totalmente mi mente, solo deseo probar sus labios una vez más, así que acaricio su rostro suavemente, ella se estremece al contacto, delineó sus cejas y sin prisa bajo mis dedos a sus labios, en ningún momento dejamos de vernos, todo parece lento a nuestro alrededor, decido acercarme con calma, ella cierra sus ojos, para mi es señal de que lo desea igual que yo, solo trago saliva. -El vestido es realmente hermoso Carolina, cuando Nicolás te vea en el altar se va a morir de la dicha. -Ashhh esa voz chillona, es Elizabeth una de las hermanas del estúpido de Nicolás que rápidamente se acerca a nosotras y no deja de ver a Lina con cara de idiota, la rodea como tratando de no perder detalle.

-Si… eh… la modista adelanto su trabajo… -Su nerviosismo es evidente. -Y bueno solo lo pruebo para que la modista tome medidas para los retoques finales. -Sonríe como tratando de sonar convincente. -Nicolás no se equivoco contigo, eres una preciosura. -Elizabeth la ve detenidamente sin perder pormenor alguno del vestido de su futura cuñada. -Yo… -Lina se sonroja, nunca se acostumbró a los halagos. -Y ¿tú? -Catalina se dirige a mí con sus manos en la cintura interrumpiendo a Lina. -Yo ¿Qué? -Contesto cansinamente rodando los ojos, no la soporto. -¿Ya te probaste el vestido? -Me anarca su ceja, ashhh que irritante, por qué presiento que esta idiota no pasó por alto lo que estaba a punto de ocurrir con Lina, de las dos, está es la que me lleva a mis limites rápidamente, siempre pendiente de todos mis movimientos, no sé qué se trae conmigo. -Te refieres a ese trapo rosado… mmm sí, ya. -Dios no tengo paciencia para aguantar una sesión de idioteces con las Martelo. -No es rosado, es palorosa el color de la temporada. -Interviene Elizabeth que no ha dejado en paz a Lina. -Como sea, ya me tengo que ir, Lina me llamas ¿sí? -Busco hacer contacto visual con ella pero no lo logro, ella sencillamente no me ve a los ojos, Lina asiente lentamente con su vista perdida, tomo mi bolso y me retiro lo más rápido posible, no es bueno seguir en ese lugar. Que fue eso!!! Estuve a punto de besar a Lina, odio perder el control de esa forma, cómo carajos es que no pude controlar mis instintos, jamás me había sucedido nada parecido con nadie, necesito despejar mi mente, sacudir todo esto, me dirijo al gimnasio, creo que eso será lo mejor, que sea el ejercicio que me saque de esta encrucijada emocional. Me encuentro golpeando el saco de boxeo, no pregunten como sé hacerlo, creo que empecé cuando sentí que debía defenderme en mi propia casa, Eduardo le gustaba hacerme llorar, nunca fue un buen hermano mayor, mi relación con él siempre fue difícil, hasta que recibió un buen derechazo y su primer ojo morado, jamás volvió a intentarlo, de paso Sofía comprendió que no era buena idea seguir abusando de mi paciencia, desde entonces lo hago cuando me siento asfixiada por la vida… como ahora, necesito entender mis sentimientos por Lina, ¿qué estuve a punto de hacer? por Dios!!! Nunca había sido tan imprudente, carajo se va a casar, por qué quería besarla si ya sé que no es correcto hacerlo… es que verla con su vestido de bodas… estaba tan hermosa, como una princesa de cuento de hadas, solo quería sentirla una vez más, tan solo una vez más, ashhh esto no va para ninguna parte, sigo pegando puñetazos fuertes, mis brazos duelen, pero no pretendo detenerme.

“No escoges de quien te enamoras, solo pasa, cuando ves a esa persona tu corazón se acelera, sientes opresión en tu estomago y te sudan las manos y la ves como en cámara lenta y te vuelves torpe, tu cerebro no funciona igual, cuando estás con esa persona simplemente eres feliz” Dios!!! Paro de golpear el saco, las palabras de Lina estremecen hasta el último rincón de mi cerebro ¿acaso estoy enamorada de Lina? no, no puede ser, es mi amiga, bueno, también fuimos algo más, aunque esta es la hora que no sé que fuimos… todo esto es confuso para mí, reanudo mis golpes ahora más fuertes, de algún modo la actividad física intensa es el medio para liberarme de todo, ya el sexo ocasional no logra sacudir todo lo que llevo dentro y no soy capaz de expresar con palabras. “La amas desde hace mucho tiempo, lo sé por la forma en que la ves, como la tratas, es la única persona en el mundo que es capaz de entrar en tu vida, a lo demás no se lo permites” Carajo!!! Cómo es posible que Silvia se diera cuenta antes que yo, cómo no lo vi antes, estoy enamorada de Lina, la amo, tengo que ser capaz por lo menos de aceptarlo… amo a mi mejor amiga, estoy realmente jodida, mis golpes se incrementan llamando la atención de los demás, creo que es un espectáculo ver como una mujer desquita su frustración en el saco de boxeo, pero no me importa y ahora ¿qué? debo decírselo… no, esa no es una opción, Lina se va a casar, no puedo llegar y solo decir adivina qué, creo que estoy enamorada de ti, no sería justo para ella, quien soy yo para desestabilizarla ahora que encontró el príncipe de sus sueños, si desde que la conozco siempre fantaseó con encontrarlo, con una gran boda… hijos, demonios ¿cómo pasó todo esto? pero pensándolo bien sí algún día tenía que enamorarme solo podía ser de Lina, Silvia tiene razón a nadie más permití entrar en mi vida, como iba a ser otra persona que no fuera ella. En mi casa era un cero a la izquierda, casi invisible para los integrantes de mi familia, solo mi nana Fátima me prestaba atención, me daba el cariño que mis padres me negaban… los progenitores de mi nana eran devotos de la virgen con el mismo nombre, decidieron entonces llamarla igual en su honor, la medalla de la virgen de Fátima me la regalo ella antes de entrar al colegio para que me protegiera en esa nueva aventura, ya tenía mi uniforme nuevo, estaba tan asustada, los cambios no me emocionaban mucho que digamos y conocer gente menos, la verdad no sabía cómo hacerlo, ¿y si no lograba entablar una amistad?, tenía miedo de no gustarle a nadie, mi nana me dio un sonoro beso en mi frente y me dijo que el mundo no era de cobardes, por supuesto yo no era cobarde, me negaba a ser una, suspiré profundo, tenía que ser valiente y hacerle frente a la nueva situación. Ahí estaba yo, en ese gran colegio intentando pasar desapercibida, pero fue imposible, una niña rubia con su cabello perfectamente recogido empezó a hablarme desde el primer momento en que entré al salón, al comienzo fue molesto, no le prestaba el mínimo cuidado a su improvisado monologo, cuando vio mi medalla le gustó mucho llamando por fin mi atención, le expliqué que me la había regalado mi nana Fátima y ahí empezó nuestra amistad, si, esa niña era Carolina Rangel… recuerdo que estaba muy emocionada por mi nueva amistad, le conté ese mismo día a mi nana y me animó a no esconderme del mundo, que era muy valiosa para no permitir que me conocieran… seguí su consejo, por un tiempo

era una niña normal, tenía muchas amistades, reía y disfrutaba de la compañía de los demás. Pero pasó uno de los sucesos más dolorosos de mi vida, mi nana sufrió un ataque cardiaco que la apartó de mi vida… tuve rabia con el mundo, con Dios, no entendía ¿por qué tenía que irse? me volví hermética, esquiva, asocial, las amistades que tenía se cansaron de mi comportamiento, todas… menos Lina, no entendía como me soportaba, un día me dijo que no se cansaría conmigo, ese día comprendí que ella no era una persona cualquiera, nunca había conocido a alguien tan persistente como Lina, nos volvimos muy cercanas a pesar de tener personalidades tan diferentes, solo ella podía sacarme del encierro emocional autoimpuesto. Detengo mis puños, mis brazos duelen demasiado, entendiendo que he llegado a mi límite, mi respiración es agitada por el ejercicio, gotas de sudor bajan por mi rostro, es hora de descansar de todo, así que me dirijo a la ducha y poco a poco me relajo con el agua tibia que baja suavemente por mi cuerpo… mis lágrimas empiezan a brotar confundiéndose con el agua, mis sentimientos me ganan y sé que es hora de dejarme llevar, golpeo la pared con mis puños, he decidido no decirle nunca a Lina que la amo, no tiene sentido, ella está enamorada de Nicolás, él es su hombre perfecto, Silvia tiene razón... el amor no correspondido es jodidamente doloroso, debo aceptar que se va a casar, que si alguna vez tuve una oportunidad con ella la he perdido, para Lina yo siempre seré su mejor amiga y por la amistad de tantos años lo mejor es callarlo, debo ser fuerte, por ella debo hacerlo.

X -Entonces debo decir unas palabras…-Trato de procesar esa simple información, una idea fácil de entender sí me preguntan, pero para mí es una realidad que me golpea directamente en la cara, nunca he sido capaz de hablar en público. -Sí Helena, la universidad te hará un pequeño reconocimiento por ser la única estudiante que logró entrar al grupo de becas en el exterior y Claude le pareció excelente idea para invitar potenciales patrocinadores, se hará el lunes de la próxima semana… ¿él ya te había comentado que debías participar en esta clase de eventos o me equivoco? -Creo que la señorita Ortega ha visto mi rostro de desconcierto. -Sí… ya me lo había comentado. -Carajo pensé que solo era una posibilidad remota, solo eso y ahora... ashhh solo pensarlo me da nauseas. -Puedes invitar a quien quieras, es importante que puedas compartir el logro de haber ingresado a L’ecole Saint Germain. -Comprendo entonces a quien deseo invitar, llegó el momento de contarle a Lina de mi viaje a Paris, sinceramente no podría encontrar mejor oportunidad que esta para decírselo de una buena vez. -Sí… voy a invitar a una persona. -Le brindo una sonrisa triste.

-Perfecto Helena… -Toma mi mano por encima del escritorio. -Estoy muy orgullosa de lo que has logrado y sé que este solo es un paso más en una carrera exitosa. -Me ven con sus grandes ojos marrones, Dios tengo tanto que agradecerle. -Sé que le debo mucho, si no fuera por sus enseñanzas y sus consejos… nada de esto sería posible…muchas gracias. -Coloco mi mano sobre la suya, sus ojos están cristalinos, la señorita Ortega ha sido más que mi maestra, ha sido la persona que más ha creído en mi potencial. -Bueno basta de sentimentalismos… -Limpia delicadamente sus ojos. -Mejor ve preparando tu discurso. -Me señala la salida, recojo mi bolso y me dispongo a salir. -Sí… pero nunca he sido una buena oradora, no esperen mucho. -Le contesto desde el umbral de la puerta. -Jajajaja sé que lo harás bien. -La señorita Ortega me da una amplia sonrisa. Bueno creo que llegó el momento indicado para decirle a Lina de mi viaje a Paris, estoy nerviosa no solo de su reacción sino además por tener que hablar en público, la verdad es que es un trauma no superado… tiempo después que murió mi nana, tanto mis padres como mis maestros se empeñaron en que socializara más, me llevaron a varios especialistas, todos con una teoría diferente para mi encierro emocional, nadie parecía entender lo que realmente sucedía conmigo, simplemente no quería verlos más, estaba agotada. Un profesor entonces le pareció buena idea que diera el discurso de final de curso para enfrentar lo que él llamaba “Solo timidez” todavía recuerdo estar de pie frente al auditorio y tener la mente en blanco, no salió ni una palabra de mi boca, tuvieron que bajarme del escenario, todos en el auditorio reían de mi ridículo, después de eso me volví mas rebelde, me sentía humillada, así que tomé sin permiso la motocicleta antigua de mi padre, decidí escapar de todo, no llegué muy lejos, jajaja la estrellé de frente contra un muro por evitar llevarme por delante a la vieja señora Méndez que pasaba inadvertida por la calle, conclusión… una contusión severa en mi cabeza, múltiples raspones, unas costillas rotas, mi brazo derecho fracturado y la promesa a mis padres que no volvería a escaparme si ellos prometían no seguir con la idea de los especialistas. Y ahora, siento que vuelvo a ese mismo tiempo, carajo no sé qué voy hacer, el discurso en sí no me preocupa, quedar en blanco de nuevo como una idiota sí… ashhh debo ser capaz de superar esto de una buena vez, por lo menos sé que Lina va a estar ahí, cuando vea su rostro me tranquilizaré y sé que todo fluirá. -Alo, Lina. -Hola ¿cómo estás? -Su voz se siente lejana, solo espero que lo que sucedió en la prueba del vestido no haya afectado más nuestra amistad.

-Bien… oye -Suspiro pesadamente, tomo fuerza para seguir hablando. -No sé qué planes tengas para el próximo lunes pero quiero que me dediques esa noche, tengo algo importante que decirte. -Mmm creo que no hay problema… ¿me puedes adelantar algo? -No… solo te puedo decir que es muy importante para mí que vengas… solo por favor no me falles ¿sí? -Le digo a modo de suplica. -Está bien, no te preocupes. -Tengo un gran alivio con su respuesta. -Luego te envío la dirección en un mensaje de texto. -Ok. -Me replica calmadamente. -Otra cosa… ponte algo bonito. -Jajaja ¿acaso que haremos? -Su risa es nerviosa, la conozco tan bien. -Confía en mí… nada indecente mal pensada. -Y ahí estoy yo riendo igual o más nerviosa que ella. -Ok… espero entonces el mensaje… adiós -Adiós. -Perfecto, solo necesito de ella para que ese día sea genial. ··············

Estoy de un lado para el otro, mis fotografías están exhibidas por el lugar, el salón de eventos está lleno de personas, mis maestros, compañeros de la universidad y desconocidos que supongo son los posibles patrocinadores, Claude y Colette hablan entretenidamente con todos, literalmente me estoy comiendo las uñas, de los nervios dejé mi celular en mi apartamento y Lina no aparece, carajo!!! Lina jamás llega tarde a nada y hoy no se presenta. -Helena ya es hora… ¿estás lista? -Es la señorita Ortega que viene avisarme que todo se encuentra preparado para mi discurso. -No… ¿podemos esperar quince minutos más? -Suplico vanamente por un poco más de tiempo, el solo pensar en hablar en público me marea. -Helena ya hemos atrasado esto, no podemos esperar más. -Pasa lentamente sus manos por mi espalda tratando de darme ánimos. -Está bien. -Asiento resignada apretando mi labio inferior con mis dientes, siento que voy a expulsar mi estomago, ashhh… estoy hiperventilando a medida que subo los escalones,

aprieto mis puños, carajo no quiero hacer esto, sería tan fácil simplemente no hacerlo, pero mi nana no me enseñó a cobarde, debo respetar su memoria. Me posiciono, preparo mis notas, alzo mi vista y tengo miles de ojos sobre mí, veo la silla reservada para Lina vacía y no puedo evitar sentir una punzada en mi pecho, no puedo entender que fue más importante para ella que venir a verme, tomo un sorbo de agua para aclarar mi garganta y empiezo hablar. -Buenas noches a todos… lo primero que debo decir es que soy fotógrafa no una oradora profesional, así que no esperen un gran discurso… Escucho la risa de más de uno, piensan que es un chiste, bueno, no lo es. -Gracias a todos por venir, es para mí un gran honor compartir con ustedes esta noche… debo confesar que no esperaba que la universidad decidiera realizar un reconocimiento de esta clase en mi nombre… -Tomo aire mientras intento no posar mi vista en nadie para no dejarme vencer de los nervios. -Es mi deber decir que este logro no es solo mío, el apoyo incondicional de la universidad y las enseñanzas de mis profesores han sido fundamentales… pero para ser justos debo nombrar a una persona que es muy importante en mi carrera, ella ha significado para mí más que un maestro, la señorita Ortega… ella ha ido más allá de su labor de enseñanza, ha sido la persona que me ha impulsado a tener grandes sueños, a no conocer limites en ellos, no ha vacilado en ningún momento en su cometido, tiempo atrás la posibilidad de ingresar a una institución tan respetada como lo es L’ecole Saint Germain simplemente no existía y hoy es una realidad. -Vuelvo a tomar un sorbo de agua. Personas como la señorita Ortega están convencidas que las artes no están muertas, saben que son la ventana para mostrar que todavía se puede imaginar, crear, plasmar… en un mundo que a veces olvida su propia humanidad son las artes la que permiten recordar que todo es posible y más que eso, las artes salvan vidas… solo puedo hablar desde mi experiencia, la fotografía me permitió no convertirme en una pésima abogada o una administradora frustrada… -De nuevo escucho risas en el auditorio. -La fotografía es para mí más que una profesión, es mi vida… así que a los que tienen la posibilidad de apoyar estas causas, háganlo!!! Es una excelente inversión para entregar al mundo artistas que trasciendan, que permitan soñar, devolvernos un poco de esperanza, imaginar que todo es posible, en fin… estarán entregando un mundo mejor para nuestras siguientes generaciones…Gracias nuevamente a todos por su presencia. -Escucho como empiezan aplaudir y yo solo doy gracias a Dios que haya terminado todo, bajo del escenario sin temor a equivocarme con una palidez evidente. Rápidamente se acerca la señorita Ortega y me abraza suavemente, está llorando emocionada por mi discurso, me ve a los ojos y me da las gracias, a su lado vienen Claude y Colette, felicitándome por el discurso. -No entiendo tus nervios Helena, lo has hecho muy bien. -Colette y su costumbre de hablarte muy cerca. -Helena buen trabajo. -Claude me da dos besos. -Gracias… en realidad es que no sé cómo pude hacerlo. -Paso mi mano por mi cabello tratando de que no noten mi nerviosismo. -Si me disculpan la verdad es que no me siento bien… deseo retirarme. -Los presentes me ven desconcertados, pero la señorita Ortega coloca su mano sobre mi hombro.

-Tranquila… si es lo que deseas, retírate y descansa. -Como siempre la señorita Ortega tan compresiva. -Gracias… -Me quiero ir ya, no me siento bien, me duele demasiado que Lina me haya fallado, no estuvo para mí como lo prometió, no le importé, no se tomó la molestia de venir, ashhh siento que la perdí definitivamente, demonios!!! -Helena, espera… detente. -No puede ser, solo esto faltaba, sin dar la vuelta, contesto. -¿Qué haces aquí? -Como carajos aparece mi padre esta noche, lentamente doy la vuelta hasta encontrar su rostro. -Me invitaron a ser patrocinador del programa de becas en el exterior para estudiantes destacados, no sabía que el evento era para homenajear a mi propia hija…Helena ¿Por qué no me habías dicho que habías ingresado al L’ecole Saint Germain con beca completa? -Cómo se atreve a reclamarme. -Porque no tengo que hacerlo!!! -Levanto mi voz, pero nadie parece notarlo. -No tengo ningún deber contigo… -Lo señalo furiosa. -Jamás te interesó mi vida, no entiendo porque debe ser ahora diferente. -Cruzo mis brazos con mi ceño fruncido y no fijando mi vista en nada. -Hija yo… siento no haber estado para ti. -Nunca había visto a mi padre así, sus ojos están tan tristes logrando bajar mis defensas. -No lo lamentes, lo hecho, hecho está… solo por favor intenta no entrometerte, deja que siga haciendo mi vida sola como lo he venido haciendo. -Él me ve tratando de entender mis palabras, sé que lo intenta, pero es que simplemente no sé como relacionarme con él. -Está bien… solo quiero que sepas que estoy orgulloso de ti. -Veo como una mujer exuberante en su vestido rojo aparece ante nosotros y lo besa delicadamente en la comisura de sus labios para luego tomar su brazo. -Amor, nos están esperando. -Hazle caso a tu juguete nuevo. -El tono de mi voz es irónico. -Hey!!! ¿Quién te crees? -La mujer se ofende por el título que le acabo de otorgar levantando el tono de su voz. -Tú tranquila, ella es mi hija y ni te atrevas a levantarle la voz. -Mi padre le llama la atención jalando su brazo. -Lo siento… no sabía. -Le contesta ella con un toque de temor en sus palabras.

-Ya me cansé de esto. -Me retiro sin volver mi vista atrás, creo que he pasado por mucho esta noche, lo único que pretendo es olvidar todo por un momento, me duele el alma sí es que eso posible, quiero perderme… no ser… no existir.

Estoy sentada en la barra de algún bar del centro de la ciudad, siento como todo da vueltas, como si me hubiera acabado de bajar de una maldita montaña rusa, no sé cuánto tiempo llevo bebiendo, suena música de Maroon Five, si no me equivoco She will be loved, intento fijar mi vista a mi alrededor, solo alcanzo a ver que el lugar está casi desocupado, tan solo un par de personas esparcidos en las mesas, mi vaso está vacío y le hago señas al bartender para que me vuelva a servir, un muchacho joven de piel morena y pectorales marcados que se ven a través de una franela negra. -Señorita ya vamos a cerrar, este es el ultimo…le recomiendo que venga alguien a llevarla a su casa. -Lo dice mientras me vuelve a servir whiskey. -¿Acaso qué hora es? -Arrastro mis palabras colocando en evidencia mi ebriedad. -Son las dos de la mañana. -Mmm… ya… está bien y no me digas qué hacer, odio cuando la gente hace eso. -Veo que él intenta no ponerme atención, supongo que está acostumbrado a no poner cuidado a los borrachos de turno. -Tranquilo yo me hago cargo de ella. -Escucho como habla una mujer a mi espalda, no puedo evitar reír mentalmente al entender que la vida es muy irónica, nunca pensé que precisamente fuera ella quien se apareciera ahora e intente ayudarme. -Sí… me voy con la señorita. -Alzo mi vaso. -Pero antes me termino este último trago. -Lena, no estás bien, ven te llevo a tu casa. -Silvia intenta que desista de seguir, pero falla en su misión, volteo a verla… se ve preciosa, con esos ojos color avellana y su cabello chocolate con ligeras ondas. -El último Silvia… tranquila. -Termino mi trago e intento ponerme en pie, craso error. Hey, hey no… no me muevan el piso. -Intento no caerme, y no puedo evitar reír, con mis manos trato de equilibrar mi cuerpo, no recuerdo haber estado tan ebria como ahora, Silvia decide pagar la cuenta y me ayuda a salir del bar, escasamente puede sostenerme en pie, tomamos un taxi rumbo a mi apartamento, las calles están solitarias y mojadas, el ambiente se siente húmedo, parece ser que llovió momentos antes, durante el trayecto no cruzamos palabras, la verdad es que no sé de qué hablar con Silvia. -Estas pesada Lena. -Silvia lucha por tratar de mantenerme en pie mientras intenta con cada una de las llaves abrir la puerta de mi apartamento. -No sé qué te tiene así, pero jamás te había visto ebria, Lena esta no eres tú.

-Silvia siempre hay una primera vez para todo… una primera vez para embriagarte…para enamorarte…decepcionarte… -Bajo mi rostro, Silvia por fin puede abrir la puerta celebrando con las manos haberlo logrado. -Mmm ya veo por donde va todo, tranquila quédate en el sofá mientras te hago un café. Asiento con mi cabeza de forma exagerada resultado de los tragos. -Lo que digas. -Al rato de escuchar ruidos en la cocina, Silvia vuelve con la bebida humeante, intento tomar un sorbo pero está muy caliente así que lo dejo a un lado en la mesita central hasta que pueda beberlo, ella decide entonces hincarse para quitarme los zapatos. -Lena quédate quieta por favor. -Lucha conmigo, no puedo quedarme quieta, es difícil para mí en estos momentos, así que tomo su cabeza con mis manos para lograrlo mientras juego con el cabello de Silvia, no había notado lo suave que es, mmm por lo que veo le arruiné la noche, esta preciosa con su blusa azul turquesa y pantalón de mezclilla negro que le hace justicia a su cuerpo, detente Lena, no estás bien, sacudo mi cabeza negando el rumbo de mis pensamientos. -Listo, ven tómate el café. -Decido hacerlo con calma, soplando y bebiéndolo de a sorbos mientras siento como voy recobrando un poco mis sentidos, su sabor es amargo por la cantidad de café, Silvia no dice nada, solo me ve como tratando de entender de qué va todo. -Deja de verme así por favor. -Volteo a verla con el ceño fruncido. -Tranquila no quiero agobiarte… no voy a preguntar qué te tiene así, solo escucharé si quieres hablar. -Toma mi mano, mientras que con la otra acaricia tenuemente mi rostro. Quiero que sepas que aquí estoy… para lo que necesites. -Asiento mientras tomo la mano que tiene Silvia en mi rostro y la retiro delicadamente y decido seguir bebiendo el café hasta terminarlo. -Ven, te ayudo, es hora de llevarte a la cama. -Empiezo a reír, Silvia voltea a verme sin entender. -¿Qué es gracioso? -Su cara es un poema. -No sabía que querías propasarte conmigo Silvia. -Inmediatamente se sonroja, algo nuevo para mí hasta ese momento, Silvia siempre me pareció el tipo de mujer tan segura de sí misma que actos como sonrojarse simplemente no existían en ella. -¿En serio me quieres llevar a la cama? -Yo no… -Tiene el rostro tan rojo como un tomate. -Ya Silvia te estoy jodiendo solamente. -Intento calmar mi risa. -Cómo quieres que sepa si nunca bromeabas conmigo. -Levanta sus hombros como justificándose por su sonrojo.

-Bueno a veces soy portadora de un humor difícil de entender, no siempre soy tan hermética como piensas. -Entramos a mi habitación y busco el interruptor de la luz pero justamente en ese momento el bombillo se funde. -Ashhh lo que faltaba. -Bufo por lo ridículo de la situación. -Tranquila te ayudo a llegar. -En serio Silvia, me vas ayudar a llegar, Dios me la dejas muy fácil. -La escucho reír por mis ocurrencias, caminamos a tientas pero fallamos en el intento y tropezamos con la cama cayendo estrepitosamente, estallamos en risas, intento calmar mi respiración, me acomodo de medio lado y estiro mi mano buscando a Silvia. -¿Estás bien? -La escucho reír ante mi pregunta. -Creo que soy yo la que te debo preguntar eso. -Siento como mis dedos van recorriendo su rostro, delineo con delicadeza sus parpados, su respiración es fuerte tropezando con mi mano, toco sus labios, sigo bajando hasta llegar a sus senos, los tomo delicadamente y la escucho suspirar. -Lena detente… no estás bien. -Toma mi mano deteniendo lo que estaba haciendo. -Lo sé…estoy jodida. -Me acerco a su rostro y la beso, ella al comienzo no corresponde a mi beso, pero poco a poco cede hasta que el beso se vuelve apasionado, necesitado, nos falta el aire y nos separamos. -Lena… yo no debería estar haciendo esto. -Con mis dedos toco sus labios indicándole que no hable más. -Silvia te necesito en este momento. -Ella se posiciona sobre mi cuerpo, volviendo a besarme con más ganas, toma mis senos estrujándolos, mi cerebro esta desconectado, solo soy un cuerpo que siente, Silvia me ayuda a despojarme de mi ropa y quedo expuesta mientras la escucho desvestirse con prisa, de pronto siento como su boca toma por asalto mis pezones, lo hace con urgencia, su lengua me hace retorcer de deseo, solo puedo gemir ante su necesidad, tomo su cabeza en mis manos y la dirijo a mi centro, no puedo esperar más la necesito allí, va dejando besos por el camino, cuando siento el primer contacto de su lengua arqueo mi cuerpo, llevo mucho tiempo negándome al placer, le guio sus movimientos con mis manos y no duro mucho en llegar, teniendo pequeños espasmos, Silvia va dejando besos perezosos por mi cuerpo hasta llegar a mi boca, vuelve a besarme delicadamente, sin prisa, va acomodándose para sentirnos mejor y comienza ese vaivén con nuestras caderas que hace perder mi cabeza. Estoy sobre Silvia, tengo atrapada sus manos con las mías, el agarre es fuerte, el tiempo se ha diluido a nuestro alrededor, realmente no me interesa, sus gemidos me indican que muy pronto va a llegar de nuevo, tiene los ojos cerrados y gotas de sudor bajan por su rostro, empiezo a embestir más fuerte, erráticamente y Silvia ahoga su gemido mordiendo salvajemente mi hombro, el dolor se confunde con el placer alcanzado, intento apaciguar mi respiración y sé que he llegado a mi límite, me retiro delicadamente acomodándome a un lado, pequeños rayos de luz se filtran por la ventana inundando lentamente de luminosidad la habitación, voy acomodando mi cuerpo en posición fetal, fijo mi vista al

frente y la imagen de Lina va apareciendo, es una de las fotografías que tomé el día del parque que había decidido dejar para mí, es en ese momento que no puedo controlar mi llanto, siento como las lágrimas queman mi rostro por su paso, Silvia me abraza desde atrás dejando tiernos besos en mi cuerpo, intento zafarme pero ella no lo permite, me rindo. Tranquila todo va estar bien. -Sus manos acarician mi cuerpo y siento como me entrego al sueño, he pasado por tanto que el cansancio pasa su factura de cobro. Mis parpados se sienten pesados, me rehusó abrir mis ojos todavía, mi cabeza duele como el diablo, paso mi mano por mi rostro y siento un leve dolor en mi hombro derecho, decido pasar mis dedos por la fuente del dolor y en ese momento abro mis ojos de golpe, una marca de mordida surge, carajo!!! Mi cerebro empieza a trabajar a toda su capacidad, imágenes golpean mi mente, el evento, el discurso, la silla vacía de Lina, mi padre, el bar y… Silvia, la culpable de esta horrible marca, me siento en mi cama y empiezo a buscarla con mi vista, no hay rastros de ella, no puedo evitar sentir alivio, nunca he sido muy buena manejando situaciones después del sexo, intento bajar saliva pero mi garganta está seca, cuando volteo a ver mi mesa de noche encuentro una jarra de agua, un vaso, dos aspirinas y una nota que dice “Tómatelas las vas a necesitar”, me saca una sonrisa, me parece tierna su preocupación, sigo su consejo, mi garganta lo agradece, de pronto fijo mi atención en ese aparato que parpadea con su luz roja, lo tomo en mis manos y descubro las múltiples llamadas perdidas de Lina, mensajes de voz y texto, inesperadamente suena en mis manos y me sobresalto… es Lina, me debato internamente si contestar o no, pero decido tomar la llamada. -Alo Lena ¿estás bien? He tratado de comunicarme contigo desde ayer, no contestabas, me tenías muy preocupada ¿dónde estás? -En mi casa. -Solo eso puedo contestar, mi cerebro todavía no está en toda su capacidad, ya entiendo eso de que el alcohol mata neuronas. -Intenté llamarte para decirte que no podía ir a verte, es que no sabes, ayer era el cumpleaños de Catalina y la familia de Nicolás decidió hacerle una fiesta sorpresa y no pude zafarme, pero tranquila que podemos tener esa charla después ¿cierto? -Siento como se contrae mi pecho para luego darle paso a la rabia, así que por eso no fue, una aparecida en su vida es más importante que yo que la conozco de tantos años, su mejor “amiga”, aprieto mis puños, me siento humillada y traicionada. -Lena ¿Sigues ahí? -No soy capaz de contestar, en ese momento aparece por la puerta Silvia, trae una bandeja con el desayuno, es un espectáculo digno de ver, el equilibrio no es su fuerte y lucha por llegar a la cama sin derramar nada. -No había nada en tu cocina, así que salí a la cafetería de aquí cerca y compré el desayuno, como no sabía que te gustaba traje de todo un poco, con eso lo compartimos. Silvia me ve con una gran sonrisa y yo todavía tengo la boca levemente abierta, no soy capaz de decir nada, suponía que se había ido y ahora la tengo al frente con el desayuno. -¿Lena con quien estas? -La voz de Lina me trae de regreso. -Sabes, hablamos después. -Decido terminar de una buena vez con la llamada. -No debías haberte tomado la molestia. -Fijo mi vista en la bandeja, de verdad que trajo de todo un poco, croissants, fruta picada, huevos revueltos, tocino, café, jugo de naranja.

-No te preocupes, no fue molestia… dime, ¿ya te tomaste las aspirinas? -Asiento levemente. -Sí… -Sé que tengo mi ceño fruncido, ella parece leer mis pensamientos, baja su rostro y toma aire, como si requiriera fuerza para hablar. -Lena con respecto a lo que sucedió… yo… no debió pasar, estabas realmente mal…no debí aprovecharme de la situación, pero sabes, eres mi primer amor y es difícil olvidarlo, creo que siempre tendré debilidad por ti, pero esa fue la primera y última vez… sabes, me interesa ser más tu amiga, es lo único que no hemos intentado y yo… no quiero arruinarlo, dame una oportunidad de estar en tu vida, creo que ya te lo había dicho, pero es que no te entiendo… sabes, siento que cada vez que alguien te quiere brindar algo bonito lo rechazas, como si sintieras no merecerlo, yo solo quiero tu amistad. -Sus palabras calan fuerte en mi pecho, sé que tiene razón, Silvia se ha esforzado por demostrarme que es sincera y no la he dejado entrar, pero me prometo internamente que eso va a cambiar. -Bueno primero que todo, no te aprovechaste, a pesar del alcohol en mi sangre sabía muy bien que hacía y que quería… me has ayudado mucho…pero ahora necesito una doctora que me revise. -Ella me ve sin entender nada. -Sabes un animal salvaje me atacó y tengo una horrible marca en mi hombro. -Achica sus ojos para darle paso a una risa contagiosa, sacando la lengua. -Idiota. -Me revisa delicadamente y se da cuenta de lo lejos que se dejó llevar por su pasión. -Tranquila casi no duele… solo cuando respiro. -Jajaja ya entiendo lo que me decías con tu extraño sentido del humor, es bueno conocer una Helena Devía graciosa. Esa tarde la pasamos juntas, le conté toda mi historia con Lina, absolutamente todo, de mi viaje a Paris y las expectativas y sueños que tenía en esa nueva aventura, los encuentros con mi padre… todo, no me reservé nada… realmente necesitaba con quien hablar, necesitaba una amiga, alguien a quien le interesara saber qué sucede conmigo. XI

Estoy pintando las paredes de mi sala, Silvia esta a mi lado ayudándome, decidí fijar mi viaje el mismo día de la boda de Lina, no pienso quedarme en el país un día más, resolví dejar mi apartamento con una inmobiliaria para alquilarlo, necesito el dinero, desde que rechacé el apoyo financiero de mi padre sé que debo ser inteligente con mis finanzas, no quiero tener que depender de nuevo de él, veo a Silvia luchando con el rodillo, me causa gracia, parece que estas labores son completamente nuevas para ella y sin embargo aquí

está, la verdad es que resultó ser una buena amiga, nos hemos acercado mucho los últimos días pero no hemos vuelto a pasar el limite, al comienzo pensé que sería incomodo, pero me equivoqué, todo parece fluir bien entre nosotras, qué puedo decir, necesitaba una amiga. Sabes que pronto seré una gran doctora y aquí estoy tratando de ser pintora de brocha gorda. -Sopla tratando de quitarse un mechón de pelo que le tapa la vista. -Jajaja ya deja de quejarte si lo haces muy bien… deberías reconsiderar tu vocación. -Le ayudo colocando el mechón detrás de su oreja. -Graciosa. -Dibuja una mueca con su boca y luego me saca la lengua como niña pequeña, no puedo evitar reírme de sus niñerías. -¿Nunca habías hecho esto antes? -Detiene el rodillo mientras se dibuja en su rostro una mueca de confusión. -No… la verdad si me lo preguntas nunca pensé estar pintando y menos contigo, pero ya ves…aquí me tienes. -Sonrío mientras niego con la cabeza. -Lo sé…gracias, de no... -Me interrumpe con sus dedos en mis labios. -¿Entonces viajas en quince días?-Cambia de tema tajantemente. -Si…-Me es tan difícil hablar de ella.-Después de su boda no quiero estar más aquí…sé que todo me asfixiaría. -Me ve como entendiendo mi situación. -¿Has hablado con ella? -Intenta alcanzar una esquina superior, su estatura no le asiste, así que decido ayudarla. -No… no hay de qué hablar, después de lo que pasó en el evento intentó comunicarse, pero digamos que mi celular tuvo un pequeño accidente. -Me levanta las cejas sin comprender nada, así que le señalo con mi cabeza la mesa donde se encuentra mi celular vuelto trizas en un bol. -¿Qué le pasó? -Digamos que me tenía desesperada su insistencia de comunicarse, así que lo estrellé contra la pared. -Alzo mis hombros. -Además muy pronto me voy y ya no lo necesitaré. -No sé Lena deberías hablar con ella, decirle que te vas, ante todo son amigas. -Detiene su labor haciendo que la pintura escurra por la pared, suspiro pesadamente. -Eso creía, pero sabes me he dado cuenta que hace tiempo que no lo somos, solo es ella, siempre ella, no le interesa mi vida, ¿por qué debo hacerla participe? -Bajo mi rostro, como si el piso fuera de lo más de interesante.

-Lena no seas tan dura, todos nos equivocamos. -Lo sé, ese no es el problema…el problema es que es ella y sus errores me duelen porque la amo. -Tengo un nudo en la garganta, me duele todo, saber que la amo tanto y ella no va a ser para mí, que solo puedo aspirar a ser su amiga. -Ya deja esa cara… cambiemos de tema. -Dibuja una sonrisa maliciosa, sé qué algo trama, pero no puedo adivinar qué. -Sabes… deberías limpiarte la cara. -Frunzo el ceño y paso mi mano por mi rostro, no entiendo a qué se refiere. -No ahí no… aquí. -Me unta de pintura con sus manos por todo mis rostro y sale corriendo como alma que lleva el diablo, escucho su risa por la casa, parece una chiquilla que acaba de hacer una maldad y huye por su vida. -Silvia Bonnet me la vas a pagar!!! -Le doy tiempo para que se esconda… la escucho reír bajito detrás de las cortinas del baño, me muevo sigilosamente, llevo en mis manos un balde de pintura, abro las cortinas y le descargo encima el líquido viscoso, la pintura baja por todo su cabello, su cara por la sorpresa no tiene precio, no puedo parar de reír, Silvia intenta retirarse la pintura pero es difícil. -Muy chistosa Helena. -Jajaja ahora soy Helena. -Eso solo hace incrementar mi risa, Silvia abre la llave de la ducha intentando diluir la pintura solo logrando esparcirla más por todo el cuerpo. -Jajaja cada vez es mejor. -Coloco las manos en mi vientre tratando de calmar mis espasmos por la risa, Silvia me ve con cara asesina y pronto siento como me jala hacia la ducha. -Ok quedamos a mano. -El agua fría fue el remedio perfecto para calmar mi incontrolable risa. -¿En serio Lena? -Silvia no está muy de acuerdo con la ropa que le preste, digamos que no es muy glamorosa, solo mi ropa de ejercicio con el logo de la universidad de leyes y está luchando para acomodársela porque le queda muy grande, es decir le llevo más de diez centímetros… eso cuenta. -Quien te manda a jugar con pintura y ni pienses que te voy a dar mi ropa de vestir para que la dañes. -Achica los ojos. -Bueno por lo menos ya pediste el domicilio para almorzar. -Su estomago gruñe como dándole la razón. -Sabes… cómo pintora me sales costosa, me cobras en comida. -Su cara de indignación es muy cómica, nunca pensé que con Silvia pudiera relajarme tanto y sentirme más libre. -¿Helena me estás diciendo gorda? -Me señala mientras sigue luchando con la ropa. -No como crees. -Le contesto sarcásticamente, ella solo me achica los ojos, de pronto escuchamos el timbre y se me ocurre una idea para terminar de fastidiarla. -Debe ser la

comida. -Lo digo de forma despreocupada y en un movimiento rápido agarro a Silvia descuidada y la levanto en mi hombro, jajaja esto va a ser genial. -Bájame Lena. -Patalea, lo que me causa mucha gracia, desde esta posición no es mucho lo que puede ser. -No. -Le contesto burlándome de su situación. -Ya bájame por favor. -Suplica pero hago caso omiso, no la va a tener tan fácil conmigo, lo estoy disfrutando como niña pequeña. -Si eres tan liviana como una pluma, es más, con una sola mano. -Doy varias vueltas y no puedo parar de reír. -Ya bájame, auxilio!!! -Silvia no se rinde, sus gritos son muy graciosos para mí. -Solo te estoy demostrando que no estás gorda, ves… te puedo cargar. -Abro la puerta esperando el muchacho del domicilio y me encuentro de frente con un par de ojos verdes que me ven de forma intensa. -Auxilio me tienen secuestrada, por favor llama a la policía. -Silvia no para de gritar, completamente inocente de lo que sucede y yo trato de calmarla bajándola. -Hasta que me bajas mujer, ya se me había subido la sangre a la cabeza. -Silvia no se da cuenta de quien está en la puerta. -Lena, Silvia…no pensé encontrarte aquí. -La verdad no sé como describir la cara de Lina en estos momentos, siento un sobresalto en mi estomago, ha pasado días que no la veo y ahora está frente a mí, con su cara de póker y solo puedo pensar en lo hermosa que está, demonios, esto del amor apesta. -Solo estoy ayudando a Lena a pintar el apartamento… -Silvia voltea verme. -Pero sabes Lena… mejor voy por pintura, creo que nos va hacer falta. -Esta dos en el mismo sitio no es una buena combinación, así que sabiamente Silvia decide darnos espacio para hablar, suspiro pesadamente e invito a Lina a pasar. -¿Quieres café? -Asiente y me acompaña a la cocina, me ve detenidamente con los brazos cruzados. -Lo que vayas a decirme dímelo de una vez, sabes que no me gustan cuando se quedan viéndome. -Sigo concentrada en la cafetera, la siento moverse a la encimera y recostarse sin dejar de cruzar sus brazos. -¿Por qué estas pintando el apartamento? -Me voy a mudar… -No entiendo. -Le hago un ademan para que me deje continuar.

-Voy alquilar el apartamento y debo entregarlo pintado a la inmobiliaria. -Ya he puesto la cafetera a funcionar, doy vuelta para verla de frente. -Pensé que nunca dejarías el apartamento de tu nana. -Oh si, Lina está enojada y ni siquiera sé por qué. -Bueno las cosas cambian, el cambio es señal que avanzamos. -Levanto los hombros y también me cruzo de brazos. -Si veo muchos cambios por aquí... -Tiene ese tonito recriminatorio que me está sacando de casillas. -Como tu cercana amistad con Silvia, pensé que no la soportabas por todo lo que sucedió en el colegio. -Resoplo, no puedo creer lo infantil que es en estos momentos. -Lina eso fue hace siglos, las personas podemos cambiar, no puedes ser la misma persona siempre. -Contesto cansinamente. -No puedo creer lo que me estás diciendo. -Abre sus ojos como no dando crédito a lo que acabo de decir. -¿Qué no entiendes? -Esta mujer me está cansando. -Pero es qué no recuerdas todo lo que te hizo, como me quito a Teo. -Ashhh nunca pensé que Lina fuera a decir eso. -Por Dios Lina ya supéralo!!! Además Teo no valía la pena, si fue capaz de engañarte tan fácil es porque no te convenía, yo lo que creo es que Silvia te hizo solo un favor. -Lina abre su boca levemente como asimilando mis palabras. -Ahora la defiendes… veo que Silvia es muy importante para ti. -Sus ojos están una tonalidad más oscuros. -Pues sí…lo es. -Volteo mi rostro para otro lado, ¿qué carajos está pasando aquí?, ¿quién se cree para hacerme reclamos? -¿Qué tan amigas son?…eh dime, ¿te acuestas con ella? -No puedo creer lo que Lina me está diciendo ashhh, se acerca a mí y cuando voy a contestar me interrumpe. -Sí… te acuestas con ella, esa vez era ella la que estaba contigo llevándote el desayuno ¿cierto? Me señala con el dedo, está descontrolada. -Sabes no pienso contestar eso, ¿además de cuando acá me haces reclamos?, eh… dime. Abre su boca como si quisiera contestar y simplemente no puede. -Está bien sin reclamos. -Sabe que esta la gané yo, retrocede unos pasos, como meditando cual va a ser su siguiente jugada. -No contestabas el teléfono y ahora aparece fuera de servicio.

-Mi celular se dañó. -Por estrellarse con la pared, sin embargo me reservo ese pedazo de información para mí. -No sabía. -Replica inmediatamente. -Bueno pues ya lo sabes. -Ignoro qué pretende con todo esto. -No entiendo por qué no me pediste el favor, sabes que hubiera venido a ayudarte a pintar. -Me sobresalto con eso, me falló en una de las noches más importante de mi vida y ahora me sale con esto. -Debe ser porque andas muy ocupada con los preparativos de tu boda y los eventos con la familia de tu futuro esposo. -No puedo evitar utilizar mi tono irónico. -Así que es por eso… no puedo creer lo caprichosa que eres, sabes que podemos hablar después. -Se siente muy segura de sus palabras, con esa arrogancia que me fastidia, tanto tiempo andando con Nicolás está haciéndole mal. -¿Caprichosa?…caprichosa… con que caprichosa. -Intento procesar esa simple palabra en mi cabeza pero no tengo éxito, cómo que caprichosa, si hubiera ido sabría lo importante que fue y se lo perdió, pero parece que ella no quiere darme tregua. -Sí… sabes lo desesperante que eres a veces. -Me señala viéndome inquisidoramente, abro mi boca, no puedo creer el tono con el que me está hablando, carajos ¿qué somos para que me trate así? -No te cumplo un día… un día y boom me remplazas con Silvia, como si… como si ya no fuera nada en tu vida. -Por fin reacciono y me voy acercándome a ella, dejándola acorralada contra la encimera. -¿Cómo te sientes Lina?…eh dime… ¿remplazada? -Coloco mis manos a cada lado de su cuerpo dejándola sin salida. -Como si ya no pertenecieras a mi vida y te sintieras fuera… como si ya no valieras lo suficiente. -Voltea su rostro para un lado. -Como si tan solo fueras una espectadora que se conforma a ver de lejos. -Eso es diferente. -Contesta tan suave que sus palabras se pierden en el aire. -Diferente… ¿en serio? -Le tomo el mentón obligándola a verme a los ojos. -Dime que no es lo mismo. -Intenta hablar pero sencillamente las palabras no le salen… en ese momento pierdo los estribos y la beso, la beso como si mi vida se fuera en ello, llevo tanto tiempo controlándome, callando lo que siento, que solo me dejo ir, ella me corresponde y su lengua con la mía hace que me desconecte… Dios como la extrañaba, como deseaba que me volviera a besar así, solo ella sabe hacer flaquear mis piernas con sus besos, dejarme sin aliento, llevo mis manos por debajo de su blusa y recorro con ansias su espalda, la subo a la encimera… nos detenemos, el aire falta, tengo mi frente recostada en la de ella, tiene sus ojos cerrados, le acaricio el rostro con la punta de mis dedos, su piel es tan suave, me quito mi blusa y le ayudo a ella hacer lo mismo, reiniciamos el beso, las palabra no existen, tomo sus senos en mis manos por encima del brasier, mientras beso su cuello con necesidad, Lina

lo estira dándome más espacio, ya empiezo a escuchar sus gemidos, voy bajando al valle de sus senos, ella toma mi rostro guiándome, baja sus manos por mi cuello, de pronto me estremezco, Lina ha tocado mi hombro derecho, vuelve a pasar sus dedos por la marca que no ha sanado todavía, alzo mi vista y la veo con el seño fruncido, me empuja y se coloca su blusa de nuevo, no entiendo nada. -No más Lena… no podemos seguir haciendo esto. -Me coloco mi blusa… estoy en shock, no sé qué pasó. -Por Dios!!! me voy a casar en dos semanas y tú… tú vas a ser mi dama de honor… esto no puede volver a suceder. .Esta sobresaltada, hablando con sus manos de un lado para el otro sin detenerse en ningún momento, ¿qué pretende con todo esto? Me va a volver loca con sus cambios de actitud. -Lina yo… -Qué carajos quiere qué diga, me siento perdida, cómo pretende que reaccione, ¿dónde está el manual de instrucciones para este tipo de situaciones? -No Lena… yo quiero a mi amiga, quiero que estés en mi matrimonio… yo solo venía a invitarte a mi despedida de soltera… es el día anterior de la boda, vamos a salir de mi casa a un restaurante, nada importante, solo un momento para compartir anécdotas… ya sabes, noche de chicas. -Habla tan rápido que escasamente entiendo todo y de nuevo su manía con los dedos se hace presente, colocando mis nervios de punta. -Qué!!! ¿A eso venias? -Me siento tan idiota, ashhh maldita sea, no quiero estar en su estúpida despedida de soltera, es que no se da cuenta que me desequilibra, que me muero por volverla a tener en mis brazos. -Sí, es en la noche. -Se acerca, me ve directo a los ojos, acaricia mi rostro delicadamente, toma su bolso y se pone en marcha, la sigo a la puerta, creo que mi cerebro todavía no asimila todo, abre la puerta y vemos a Silvia sentada en posición de loto en el pasillo con un balde de pintura y una caja de pizza a su lado, esta mordiendo una porción de Napolitana con cara de sorpresa por la forma abrupta con la que salimos del apartamento. -Silvia… -Lina le hace un ademan de despedida que ella le devuelve y la vemos irse, me descontrolo en ese momento y le pego un fuerte puñetazo a la pared, Silvia se levanta rápidamente hacia mí. -Mierda!!! -Me doblo del dolor y me dejo caer al suelo, mis lágrimas empiezan hacerse presentes en mis ojos. -¿Lena estás bien?… dime, ¿te duele mucho? -Silvia revisa mi mano preocupada, tengo la vista perdida, me duele todo. -No te das una idea. -Mis palabras se enredan por el llanto. -Si quieres te llevo al hospital, pero creo que no hay fractura. -Mi sollozo la interrumpe. -Me duele más aquí… -Le señalo mi pecho y me lanzo a sus brazos.

-Así de mal eh… -Silvia me consuela y pasa sus manos por mi espalda, dejo que me acune en sus brazos. -Tranquila todo va estar bien. -Mi llanto no tiene intenciones de ceder, no sé cómo voy a ser capaz de seguir con toda esta locura, me duele demasiado, no sé que soy para Lina, me descontrola con sus arranques, me tiene desestabilizada emocionalmente y lo peor es que no parece darse cuenta del daño que me hace.

XII

Trato empacar todo lo que una mujer es capaz de adquirir en 22 años de vida, paso mi vista por la sala del apartamento y solo veo desorden por todo el lugar, nunca he sido esclava del orden después de todo, pero esto ya se puede considerar una situación crítica, me he dado cuenta que tengo mucho trabajo por delante y tan poco tiempo, estoy al borde de ser una acaparadora de esas a las que se le dificulta despegarse de las cosas, por Dios!!! Es tan agotador tratar de clasificar qué se va y qué no, es como ser juez de concurso de televisión… difícil tarea, coloco mis manos en mi cintura tratando de tomar la mejor decisión, la mayoría de mis pertenencias las dejaré en un depósito, si eso haré, solo llevaré a Paris lo que considere necesario y nada más que lo estrictamente necesario. No puedo evitar notar que mi apartamento luce casi ausente, pienso alquilarlo amoblado y en teoría no está vacío, pero se siente carente de vida, debe ser que mi alma está apagada y el lugar solo lo refleja, ya saben las cosas se parecen al dueño, niego con la cabeza, es estúpido como el hilo de mis pensamientos llegan a conclusiones como esas. He querido dejar las fotografías para lo último, las imágenes captan un momento que vence el paso del tiempo y tienen la habilidad de transportar tu mente, es muy triste recordar, más cuando sabes que esos momentos no van a volver, prefiero hacerlo sola, no quiero que nadie me vea frágil, levanto mi vista y aparece Silvia… ah esa mujer, no importa los planes tan aburridos a los que la invito, ella no me abandona. -¿Entonces necesitas que te lleve mañana al aeropuerto? -Está concentrada envolviendo con plástico de burbujas un buda de tamaño mediano que por años estuvo en la sala… repito, se me hace difícil despegarme de las cosas, especialmente cuando para mí son especiales por su valor sentimental, ese buda por ejemplo me lo trajo Lina la primera vez que vino al apartamento, supuestamente si le sobaba la barriga me traería prosperidad, sí claro, hasta el momento la sigo esperando. -Sí… no quisiera molestarte pero no tengo a nadie más a quien pedírselo. -Se dibuja una sonrisa en su rostro.

-Sabes que no es molestia… soy tu amiga… o eso quiero creer. -Se acercaposando su mano en mi hombro, coloco la mía sobre la suya. -Gracias y sabes muy bien que eres mi amiga… por favor no lo dudes. -Le brindo una sonrisa triste, se aleja y reanuda su trabajo de envolver al buda… tiene el ceño fruncido como debatiéndose internamente. -Lena… -Voltea a verme. -Has hablado con Carolina de todo… ya sabes. -Mueve sus manos tratándose de explicarse, si bien ya sé a qué se refiere, pero desde el incidente de la cocina no hemos tenido contacto, sencillamente no sé qué decirle o cómo comportarme, todo es tan confuso con ella. -No… -Suspiro pesadamente. -Hoy es su despedida de soltera y mañana se casa… solo debo aguantar un poco más… después me iré y creo que todo será más fácil. -Tengo en mis manos una de las fotografías más antiguas, es de mi nana, como extraño a esa vieja, sé que ella no me hubiera dejado caer. -No sé Lena, no me gusta tu plan. -Pasa su mano por su cuello mientras se dibuja en su rostro una mueca de malestar. -Es el único que tengo. -Levanto los hombros disculpándome, no puedo hacer nada, ella se va a casar, y yo… yo me voy del país. -Lena tú y tu costumbre de guardarte todo, sabes que te haces daño. -Muerdo mi labio inferior, como si el dolor que genera sirviera para engañar al llanto, sé que tiene razón, sé que me hace daño, pero me es muy difícil cambiar. -No sé qué decirle… que la amo… que me duele tanto que se vaya a casar… que me he ido a la cama llorando las últimas noches porque no soporto la idea que él la toque y que yo para ella no represente más que una amiga aunque me confunda con sus arranques… no… no vale la pena, no ahora que está a punto de casarse. -Mis ojos arden, pero me niego a llorar, odio ser tan débil y vulnerable, Silvia se acerca y me abraza, esta mujer poco a poco se ha ganado un lugar en mi corazón y sé lo difícil que es. -Ya basta de sentimentalismos, no ayudan de mucho a la hora de empacar y mañana me voy. -Se dibuja una sonrisa triste en mi rostro y le señalo que regrese a su sitio de trabajo, Silvia asiente y camina a paso perezoso a retomar su labor. -Está bien, pero… Lena no sabía que tenías tantas porquerías. -Toma en sus manos una de las artesanías que compré en un viaje por el Caribe. -Si lo hubieras dicho me lo hubiera pensado en venir… siempre me engañas para ayudarte. -Río ante sus ocurrencias y le lanzo un cojín que da justo en su rostro. -Deja de quejarte y sigue…esclava. -Entrecierra sus ojos y saca su risa sarcástica a relucir. -¿Por lo menos ya pediste el domicilio? -Coloca sus manos en su vientre indicando que ya le urge comer.

-Por Dios!!! Silvia la verdad es que no sé como tienes ese cuerpo, para lo qué comes deberías estar rodando. -Ahora soy yo la que recibe el cojín en el rostro. -Idiota. -Tiene levantada su ceja, coloco mis manos en señal de rendición, mejor la dejo por la buena, no quiero a una Silvia furiosa, esa ya la conozco y muy bien. De verdad es que no sé como hace esta mujer para comer de esa forma sin subir de peso, prácticamente está devorando la comida, me imagino que la rutina de practicante de medicina es muy exigente lo que hace que el metabolismo sea más rápido o simplemente sea hereditario o tal vez es un misterio que no descubriré jamás. -¿En qué piensas? -Silvia esta curiosa por mi repentino silencio. -No… nada en particular. -Bueno… -Termina de darle el ultimo mordisco a su hamburguesa. -Se puede decir que por fin terminamos… solo falta las fotografías, pero eso ya me dices que lo quieres hacer sola. -Me hace un ademan como esperando que le confirme. -Si… tranquila, me encargo del resto. -Buenos nos vemos mañana, debo estudiar para un examen importante. -Se acerca y besa mi mejilla. -Mañana vengo temprano para ayudarte con lo que necesites y llevarte al aeropuerto. -Asiento levemente. -Ok. -La agarro suavemente trayéndola hacia mí y la abrazo, deslizo dulcemente mis dedos por su espalda, sé que la tome desprevenida. -Gracias… por todo. -Muevo mis dedos por su suave cabello y le doy un beso en la frente. -Tranquila. -Toma mi rostro y acaricia mi mejilla suavemente con su pulgar. -Solo prométeme que no desaparecerás del mapa, que seguiremos en contacto, no quiero volver a perderte… por favor. -No puedo dejar de enternecerme con esta mujer tan hermosa, nunca sospeché que podía llegar a ser tan dulce. -No… no vas a librarte de mi tan fácil Bonnet… -La veo directamente a los ojos. -Dime ¿por qué no me enamoré de ti? -Sonríe tímidamente. -Porque soy mucha mujer para ti… créeme no hubieras podido manejarlo. -Río sonoramente por su respuesta. -Sabes… creo que tienes razón. -La acompaño a paso lento hacia la puerta, me da un último vistazo como cerciorándose que estoy bien y su figura va desapareciendo de mi vista. Hace rato que Silvia se marchó, afuera llueve a cantaros, gotas de lluvia golpean furiosas las ventanas, se siente la humedad en el ambiente, reviso las fotografías sentada en mi sofá,

debo clasificarlas para luego guardarlas con delicadeza en una caja especialmente pensada para su labor, es inevitable para mí que las imágenes no lleguen a mi mente llevándome a partes de mis recuerdos que pensé olvidadas. He decidido ir a la cocina y abrir una botella de whiskey que tenía guardada para ocasiones especiales, fue lo único que tome sin permiso de casa de los Devía antes de irme, me imagino que mi madre debió haberlo notado, era la favorita de su bar personal, la que celaba que nadie fuera a tomar, supongo que para mí en su momento fue un trofeo personal de una batalla ganada sobre ella, bueno no pienso llevarla a Paris y esta es mi última noche en el país, pienso contar esta como una ocasión especial. Regreso a mi puesto de trabajo y aparece una fotografía de mi perfecta familia junto a mi abuela Eleonor de Devía un poco antes de su muerte, mujer rígida en su comportamiento, con ella nada estaba fuera de lugar, todo funcionaba como reloj suizo, nunca fue de esas abuelas tiernas que te consienten, oh no, no con ella, hasta mi madre se sentía nerviosa con su presencia, ya se podrán imaginar. Sonrío al encontrar una foto de Lina y mía, teníamos quince años y estamos en una obra escolar, no puedo creer que me haya podido convencer de hacerlo, ella y su persistencia sumado a mi debilidad fueron las que siempre me metieron en esa clase de situaciones, menos mal que era prácticamente utilería viva, nada importante, paso mis dedos delineando su rostro, tiene una linda sonrisa, Dios!!! Otra vez se hace presente el dolor, coloco mi mano en mi pecho como si pudiera contener el malestar, sirvo un trago doble, lo tomo sin contemplaciones, son tantos años juntas, tantos momentos y ahora… no sé qué queda, no sé si alguna vez pueda volver a ser su amiga… si podré alegrarme por su felicidad, resoplo por mis pensamientos, todo esto es una locura, ¿cómo es que dejé que llegara tan lejos? La imagen de mi nana Fátima se hace presente, una foto de cuando tenía ocho años creo, jajaja esos vestidos tan anticuados que se usaban en esa época, todavía no sé como existe una foto tan antigua, esa vieja loca, no me malinterpreten, pero su cariño es lo que yo denomino amor rudo, esa era su forma de querer y no la culpo, al contrario a su lado me sentí querida, me ayudó a enfrentarme a muchas cosas, por ella dejé de dormir detrás de la cocina… cuando me encontró la primera vez me dijo que no sabía que me tenía así, pero que en la vida uno escoge vivir de dos formas, como víctima o sobreviviente, al comienzo no entendía que me quería decir, pero a medida que crecí entendí su consejo, como la extraño en estos momentos cruciales de mi vida, me pregunto qué me diría ahora. -Te diría que todavía eres esa niñita pequeña que se esconde durmiendo detrás de la cocina. -Sé que estoy alucinando, pero su voz es tan viva en mi mente, me estoy volviendo loca, por fin me chiflé, volteo a ver a todos lados, pero compruebo que estoy sola. -Decides esconderte de tus sentimientos, no los quieres enfrentar. -Tomo mi cabeza entre mis manos como si con eso pudiera callarla, qué me sucede ¿acaso es una alucinación? si, debe ser eso. -No sé qué quieres que te diga, he tratado de ser fuerte.-Grito con desespero,no entiendo de qué va todo esto, a quien le estoy contestando, reviso la botella cerciorándome que este todo en orden.

-No… te haces la valiente, pero solo cubres tu cobardía, se requiere de mucho valor aceptar y defender lo que sientes… ¿por qué crees que no has sido capaz de decirle que la amas? -Resoplo, no soy cobarde, me niego a utilizar ese rotulo. -Y de que serviría… eh dime… ella no me corresponde, solo complicaría todo más de lo que está, sería una pérdida de tiempo. -Sirvo más del líquido amarillo que quema mi garganta, pronto siento que se mueve todo como carrusel de feria, el alcohol ya empezó hacer estragos conmigo. -No me creo eso, no se lo dices porque tienes miedo de su respuesta. -Carajo se me había olvidado su habilidad para dar con el punto de todo. -Y si así fuera qué… ella ya tomó su decisión. -Resoplo, esto es estúpido, sé que es producto del alcohol, tiene que ser eso definitivamente. -Ella no sabe lo que sientes. .Aprieto mis puños, no quisiera seguir escuchándola, ¿por qué me tortura? -No más!!! Es suficiente. -Dime algo, serías capaz de irte en paz… tendrías tranquilidad para seguir adelante sabiendo que no luchaste hasta el final, la felicidad no es algo que llega… se construye. Ahí está de nuevo con sus frases que esconden esa sabiduría que solo te la da la experiencia, definitivamente no puedo entender si es un producto del alcohol como es que se parece tanto a ella. -Qué pasaría si me rechaza, eh… quedaría como una idiota. -Vuelvo a servir otro trago y como los anteriores lo bebo sin pensar en las consecuencias. -No Helena… serías una mujer que no tiene miedo de enfrentar sus sentimientos, no te garantizo más que la tranquilidad de saber que has luchado, si ella no te corresponde sabrías que no tendría que ser… -Sigo sin creer todo, que es esto, por Dios. -Yo sé que no crié una cobarde…sé que harás lo correcto. -Ya no escucho más su voz, solo la de mis propios pensamientos. Esto es una locura, que fue todo esto, estoy tocada, demonios!!! tantas presiones por fin hicieron efectos en mí, camino de un lado para otro, ¿por qué me sucede esto a mí? No es de individuos sanos escuchar voces de personas que no están contigo, Carajo!!! no sé qué hacer… bueno sí… ashhh, vieja tonta, tomo mi chamarra de cuero y decido ir a buscarla, es mi última carta a jugar, no puedo irme sin que ella sepa lo que siento. Sigue lloviendo lo que hace difícil conseguir taxi, malditos!!! No están disponibles cuando más se necesitan, llevo más de media hora intentándolo y nada, ninguno se detiene, tengo mi ropa empapada, decido ir caminando, no es muy lejos la verdad, me siento tan estúpida con todo esto, tratando de ordenar mis pensamientos, ¿cómo hacerlo?, nunca he sido buena expresando lo que siento y ahora que más necesito hacerlo me siento perdida, estoy casi

hiperventilando cuando me voy acercando a su casa, ni siquiera sé por dónde empezar, siento mi corazón acelerarse a cada paso. Me abre la puerta la señora Rangel que por su expresión de sorpresa al abrir la puerta no me esperaba, creo que se dio cuenta de los tragos que tengo encima y para completar estoy más mojada que un perro, mi apariencia no es que sea muy confiable la verdad. -Helena…que… -Carraspea su garganta mientras coloca una de sus manos en su cuello, viéndome detenidamente. -¿Estás bien? -Puedo sentir la preocupación en sus palabras, Dios ha esto he llegado, ya doy lástima. -Sí… eh solo un poco mojada. -Trato por todos los medio hablar pausado sin que se note mi excesiva ebriedad, no quiero asustarla más de lo necesario. -Vienes para la despedida de soltera de Carolina… ¿cierto? -Ya se me había olvidado la maldita despedida de soltera, carajo!!! Su casa debe estar llena de mujeres emocionadas por su boda de ensueño. -Algo por el estilo. -Contesto viendo mis pies, no creo ser capaz de verla a los ojos, lo más probable es que se daría cuenta de mis intenciones. -No entiendo. -Me contesta sin entender lo ambiguo de mi respuesta. -Mmm ¿se encuentra Lina? -Le replico inmediatamente, no quiero seguir perdiendo el tiempo necesito verla. -Carolina está en su habitación… si quieres te la llamo. -Voltea a ver atrás. -No…yo puedo buscarla. -Bueno ya sabes dónde está su habitación… sigue. -A pesar de mi ebriedad y mi facha decide dejarme entrar haciendo un ademan con sus manos para que siga, entro a la sala y puedo ver como están las primas y amigas de Lina hablando entretenidamente con las hermanas Martelo, todas vestidas para la ocasión, su padre está a un lado leyendo un libro, ausente de la conversación de las mujeres, el salón completo voltea a verme y detienen su charla, en estos momentos soy un espectáculo andante… patético, lo sé, pretendo no detenerme por nada ni nadie y sigo a paso firme a las escaleras, de pronto siento como atrapan mi brazo. -¿Se puede saber que pretendes hacer? -La estúpida de Catalina me impide seguir, ¿qué pretende conmigo? -Quién te crees!!! Yo de ti soltaría mi brazo si no quieres verme de malas pulgas. -La veo con mi ceja enarcada, esta no me conoce con el diablo a mis espaldas, Catalina me suelta para posicionarse en mi camino cruzada de brazos.

-Carolina es la novia de mi hermano y mañana se convertirá en su esposa, crees que no me doy cuenta como la ves, eres muy evidente. -¿No sé de hablas? -Intento negar sus suposiciones, soy capaz de sostener la mirada, sus ojos me examinan intentando llegar a la verdad. -Ni siquiera intentes negarlo. -Me señala directamente con esa mueca de arrogancia tan típica de todos los Martelo. -Quítate del medio, no quiero seguir escuchando estupideces. -Contesto elevando la voz, me tiene al borde. -No sé qué pasa entre ustedes pero no voy a permitir que te entrometas en esa relación. Lo sabía, esa vez en la prueba del vestido se había dado cuenta de lo que estuvo a punto de ocurrir. -Tú a mi no me permites nada…quítate del medio. -Levanto mi voz. -¿Acaso crees que ella te va a preferir?… ¿eres idiota o solo ilusa? -Ya llegué a mi límite, no la soporto más. -Lo que pase entre Lina y yo es solo nuestro pu-to pro-ble-ma. -La aparto del camino, no puedo creer lo que acabó de hacer, sé que esto traerá consecuencias, pero me dejé llevar por la rabia, respiro profundo y decido seguir, ya nada de eso importa, solo hablarle y tener el coraje de decirle que la amo más que a nadie en el mundo, de ahora en adelante solo ella podrá decidir cómo termina nuestra historia, mis pasos se sienten lentos, paso la punta de mis dedos por las paredes, suspiro profundo, no he llegado tan lejos y he pasado por tanto para arrepentirme de lo que sé qué debo hacer, levanto mi vista al techo, bueno viejita aquí estoy enfrentando mis sentimientos, golpeo suavemente su puerta. -Siga. -Escucho su voz al otro lado de la puerta, corazón no me abandones, por favor no lo hagas, no ahora que te necesito tanto, abro lentamente la puerta, trago saliva, es hora de la verdad. -Necesitamos hablar… XIII

Bueno y esa es mi historia a grandes rasgos, me siento igual de perdida que cuando toda esta locura empezó, por lo menos ella sabe que la amo, solo me queda eso y la promesa de asistir mañana a su boda, con ese maldito trapo rosa que está colgado en el closet y que me fastidia tanto o más que su estúpido novio y ni que decir de las idiotas de Elizabeth y Catalina, sobre todo Catalina ashh que karma, solo cuento con mi valiosa compañía y mi botella de whiskey que ya casi me abandona, sacudo la botella intentando vanamente servir

el último trago, bueno, por lo menos cumplió su propósito, esta es una ocasión especial, estoy celebrando mi primer amor y mi corazón destrozado, porque a decir verdad, así lo siento, Lina paso por encima del pobre, me cuesta sostener mi vista y enfocarla en un punto fijo, todo se mueve a mi alrededor, me siento en una estúpida batidora, creo que es mejor descansar, mi cuerpo no me colabora, no quiero abandonar el sofá, mejor aquí. El timbre no cesa de sonar acompañado de ligeros golpes en mi puerta, respiro pesadamente e intento que mi cuerpo me responda, no sé quien me necesita con tanta urgencia, no creo que sea Silvia, a la pobre le he quitado mucho tiempo con mis cosas y ahora debe estar estudiando para su examen, ashhh que insistente. -Un momento… voy. -Mi cuerpo pesa, no sé si por el alcohol, por el sueño o una combinación de los dos, cuando abro me encuentro a Lina con su brazo recostado en el marco de la puerta tratando de equilibrarse. -Sabes… no te entiendo, vienes me dices que me amas el día anterior a mi boda y, y…solo quieres que lo acepte. -Lina está arrastrando las palabras, por lo que veo no soy la única bajo los efecto del alcohol. -Jajaja Lina estás ebria. -Me ve con el seño fruncido. -¿Qué? ¿Es que eres la única con derecho a beber? -Jajaja y eres de las rabiosas. -No me jodas. -Me aparta de la puerta con su brazo y se auto invita a entrar. -Sí claro sigue. -Esto último lo digo más para mí que para ella que ya está adentro y no alcanza a escuchar. -¿Por qué lo haces?...dime. -Tiene sus ojos verdes clavados en mí. -Hacer qué… ¿amarte o haber tenido el valor de decírtelo? -Lo digo dudando de mi respuesta, de verdad no sé que busca aquí. -Carajo Lena por qué me haces esto…no es justo. -Mueve su vista de un lado para otro. -Qué quieres que te diga…yo no escogí esto. -Le señalo mi pecho. -Una persona alguna vez me dijo que no se escoge de quien se enamora…adivina, en mi vida hubiera escogido enamorarme de ti. -La señalo utilizando un tono sarcástico, sé que he elevado el tono de mi voz, pero es que me choca sus reclamos, no entiendo su actitud. -Dios!!! Eres tan frustrante. -Se acerca rápidamente y me besa, su beso es tan desahogado, tan urgido, tomo su rostro y profundizo aun más, la llevo contra la pared y agarro sus manos con las mías más arriba de su cabeza, me pierdo en ese océano de placer que es Lina, beso intensamente su cuello y siento como su cuerpo me busca, me da la vuelta y nuestras miradas se cruzan por un leve momento.

-Qué… -Me interrumpe, no me deja hablar reanudando el beso, nuestras lenguas tienen una ardua batalla que sinceramente ninguna piensa ceder, nos separamos el aire entre nosotras está tan caliente, besa mi cuello y me retuerzo, siento mi corazón palpitar por todo mi cuerpo, Lina va bajando lentamente y sin previo aviso desabotona mi pantalón bajándolo con sus manos, tiene prisa porque no me da respiro cuando ya siento como baja mis bragas, obliga a abrir mis piernas y toma por asalto mi centro, Dios!!! siento como uno a uno mis sentidos se despiertan, mi respiración intenta fallarme, conoce muy bien cómo hacerme enloquecer de deseo, con mis manos indico sus movimiento, cuando su lengua me penetra ya no hay marcha atrás, empiezo un vaivén con mi cuerpo, nuestros movimientos se compasan a la perfección y no demoro en venirme, mi rostro arde violentamente por el orgasmo, mis piernas flaquean y sé que si no fuera por que Lina me sostiene ya habría caído al suelo, es difícil para mí en estos momentos respirar, sube a paso perezoso y vuelve a besarme degustando mi sabor en su boca, tengo los ojos cerrados, cuando siento su abandono los abro de golpe, la veo desnudarse por la casa e ir rumbo a mi habitación. -No te quedes ahí. -Me dice mientras sigue su marcha, carajo Lina!!! Imito su acción quedando en igualdad de condiciones… la alcanzo entrando a mi habitación, su desnudez es perfección para mí, especialmente esos hoyuelos que se le marcan en la espalda baja, la traigo a mi cuerpo y siento como el toque de mis pezones erectos en su espalda le gusta, su trasero choca suavemente mi centro, beso su cuello sin prisa y bajo mi mano a su entrepierna. -Eres la única que puede venir y tomarme por asalto. -Empiezo a masajear sus senos sin detener mi estimulo en su entrepierna. -Y lo peor de todo es que te lo permito. -Le doy la vuelta para besarla, la guio contra la pared, se sobresalta al sentir el contraste de temperatura, bajo mi boca a sus pezones y siento como se colocan duros al contacto, sigo descendiendo dejando suaves mordiscos en su abdomen, ya puedo sentir su calor, la obligo a separar sus piernas y con mi lengua lentamente la voy degustando. -Estás tan lista Lina. Me coloco de pie y la levanto obligándola abrazarme con sus piernas, vuelvo a besarla y la penetro mientras ella muerde duramente mi labio inferior, carajo sé que mañana se va inflamar… pero ya nada importa, estar dentro de ella es una vuelta al cielo, su calidez es tan deliciosa, empiezo a embestirla con delicadeza, mis movimientos son tan profundos en esta posición, sus ojos están cerrados y sus gemidos me invita hacerlo más rápido, más fuerte, mis pierna arden por la actividad, pero nada importa, solo ella, no demora mucho tiempo y siento como se contrae bajando su humedad por mi mano, ahogando sus gemidos en mi cuello. -Eso estuvo … -Intenta hablar pero está sin aliento, la retiro con delicadeza llevándola a la cama, la descargó con cuidado, finas perlas de sudor se hacen presentes en su rostro, me causa gracia su cabello alborotado, con las yemas de mis dedos lo voy apartando, se ve tan jodidamente hermosa, es una dulce visión, sus pechos suben y bajan rápidamente, empiezo a dejar pequeños besos por todo su cuerpo, su tersa piel me encanta y ese color rosáceo por la actividad contrasta tan bien con la mía, me posiciono con calma encima, sin prisa empezamos a movernos, Lina coloca sus manos en mi espalda y siento pequeñas descargas eléctricas con el toque de sus dedos, todo se hace lento, tengo mi rostro a centímetros del suyo, nuestras miradas están conectadas, sus manos se mueven a mi trasero lo que hace más intenso los movimientos, más erráticos, de pronto siento una fuerte descarga que

empieza en mi pecho y se expande rápidamente al resto de mi cuerpo, con suaves replicas en las puntas de mis dedos, por un momento siento que he muerto para volver a renacer junto a ella, sé que también lo ha sentido, sus pupilas están más dilatas y su verde es tan profundo como la más fina esmeralda, puedo ver mi reflejo en ellos, la beso castamente y descargo mi cabeza en su cuello. -Te amo. -Es evidente como se tensa ante mi declaración, me ve un leve momento antes de apartarme de forma brusca con sus manos. -No entiendo por qué complicas todo. -Se hace a un lado de la cama deslizando sus manos por su cabello. -¿Crees que eso hago? -Espero que me conteste, pero no lo hace, su mirada está perdida. Lina mírame. -Coloco mis manos en su rostro obligándola a hacerlo. -Te amo… lo siento no puedo evitarlo… entiende me costó mucho aceptarlo, jamás pensé que pudiera sentirlo y ahora… tan solo no puedo dejar de hacerlo. -Te equivocas Lena… -Sus verdes ojos no se detienen en verme, en intentar adentrarse en mi alma. -Solo estás confundida… tú no te enamoras. -Ahora entiendo todo, esa vez la lastimé con mis palabras, trago saliva. -Sé que alguna vez te dije que no me enamoraría…pero no contaba con que ya había caído en su trampa… Lina te amo desde hace mucho tiempo, solo que no sabía. -¿Qué dices?… no entiendo. -Lina dime… ¿cuando me besas no sientes como lo demás desaparece? -Deslizo mis dedos en su rostro. -porque yo sí. -Se estremece a mi contacto. -Dios no te das una idea de lo que me haces sentir…tu toque, tu piel, tus ganas, amo todo de ti, creo que te he amado desde hace mucho tiempo. -Lena no creo que… -La interrumpo con un suave beso y descanso mi frente en la suya mientras tomo sus manos. -Te acuerdas que me dijiste esa noche que cuando ves a la persona que amas sientes una opresión en el estomago… bueno ¿quieres saber cuándo fue la primera vez que lo sentí? Tiene el ceño fruncido y no recibo ninguna respuesta por parte suya, pero no pienso darme por vencida, respiro profundo buscando fuerza para seguir. -La primera vez que lo sentí fue aquella vez en la cima de la colina debajo de ese gran árbol, cuando tomaste mi mano… se sintió tan bien, tan cálida y tuve tanto miedo esa vez, pero nunca solté tu mano. -Pensé que lo habías olvidado. -Lina me contesta sin verme a los ojos. -Hasta hace poco era así, todo gracias a ese estúpido accidente… pero Lina mi corazón no lo olvidó, mi mente lo mandó a una parte profunda, pero aquí. -Tomo su mano y la llevo a mi pecho para que sienta mi corazón. -De aquí nunca se fue, ahora entiendo porque

siempre tome tu mano, siempre estuve a tu lado, mi corazón sabía que eras tú. -Lina permanece inmóvil, no me da ninguna señal de entender mis palabras. -Dime algo por favor… esto me está matando. -Sé que no estoy respirando bien, mi aliento está contenido en mis pulmones y se niega a salir. -No sé qué quieres que diga. -Su vista está enfocada en punto fijo, perdida en sus pensamientos, no sé qué pasa por su cabeza. -Lina sé que nunca hablamos de lo que pasaba entre nosotras, nos debemos esta conversación y lo sabes… puede que me haya demorado una eternidad entender mis sentimientos, pero lo único que siempre tuve claro es que no era sexo, créeme, sé reconocer cuando te acuestas con alguien solo por un impulso, contigo siempre fue diferente, no eres como la demás, no para mí. -Nunca te prometí nada, no puedes venir y solo…ashhh. -Sí… nunca nos prometimos nada, lo sé… pero sé que no eres de las personas que se acuestan con alguien solo porque si, porque te provocó, por física ganas, escúchame. Deslizo mis pulgares por sus pómulos, trato de que mi mirada le transmita lo mi pecho dice a gritos. -Nunca lo has hecho y…y yo no soy la excepción, sé que sientes algo por mí… solo te pido que. -Lina me toma por sorpresa, me besa intensamente, como si no hubiera un mañana, no me deja pensar, paso mis manos por su espalda, estamos sin aliento como cualquier mortal, se detiene un momento. -Lina qué... -Me impide seguir hablando, reanuda el beso, chupa fuerte mi lengua y siento una descarga fuerte de adrenalina, que hace que mis pupilas se dilaten por la excitación, me guía a la cama. -No más charla…ya tuvimos suficiente de eso. -Comienza a besar mi cuello furiosamente, dejando marcas de sus dientes a su paso, jamás había hecho eso antes, no comprendo que está pasando. -Solo quiero que me sientas. -Su boca toma mis pechos reaccionando a la calidez de su boca, aprieta mis pezones bruscamente entre sus dientes, es una sensación intensa de dolor mezclado con placer, no puedo evitar que mi cuerpo reaccione a ella, gimo fuerte, eso solo la alienta más, la siento bajar a mi vientre. -Siempre me encantó tu abdomen… se nota el trabajo en el gimnasio. -Desliza sus dedos delineándolo y pienso ingenuamente que me va a dar tregua, pronto me doy cuenta de mi error, desliza su lengua por mi vientre acompañándolo de pequeños mordiscos, haciendo arquear mi espalda, estoy agitada, mis gemidos retumban por toda la habitación. -Me encanta cuando gimes. Empieza a lamer suavemente mi centro. -Dime ¿te gusta? -Sigue lamiendo cada pliegue, cada rincón, probando mi sabor, mis gemidos vuelven a traicionarme. -Ves… sí te gusta. Sus dientes aprisionan ese órgano tan sensible y no puedo evitar flexionar mi espina dorsal, comienza a chupar duro, llevándose a su boca toda mi humedad. -Quiero que te vengas… no te reprimas. -Tan soloesas palabras bastan para que mi cuerpo se rinda ante ella, aprieto los puños, intento calmar mi respiración, mis ojos están fuertemente cerrados. -Lina qué, espera… -Coloca sus dedos en mis labios.

-Déjate llevar. -Se sienta sobre mis cadera, rozándose sobre mí, mientras se mese adelante y atrás, abro mis ojos y la veo como disfruta con mi cuerpo, no sé que pretende, estoy confundida y no me siento bien, algo está muy mal, no me gusta su trato, como si no valiera para ella nada más que algo con lo que buscas placer, todo mi ser grita que la detenga, pero no soy capaz de responder, estoy paralizada, ella no dice nada, sus ojos están ausentes, me retuerzo cuando siento como me penetra desde esa posición, su intrusión es ruda, ahogo mi gemido en el aire, mi mirada es triste, ella desvía la vista y cierra los ojos, se niega a seguirme viendo, sabe que me está haciendo daño y no le interesa, sus embestidas son firmes, con movimientos coordinados y siento como mi corazón se termina de romper, con que eso pretende conmigo, demostrarme que puede tener sexo sin sentimientos, soy solo la puta excepción de la regla, mis lagrimas bajan por mi rostro quemando mi piel a su paso, ella no lo nota, esta tan concentrada en alcanzar el orgasmo, sus movimientos se incrementan cada vez más fuerte, más rudo y me odio en este momento, por primera vez odio sentir tanto, ser débil con ella, permitir que haga conmigo lo que quiera y lo peor de todo es que no puedo negar que mi cuerpo responda a su contacto, siento su humedad bajar por mi piel y sé que está muy cerca, aprisiono sus dedos y llegamos al tiempo, su gemido recorre toda la habitación, todo me duele, el dolor me comprime el pecho, no comprendo como el sufrimiento y el placer se funden en un solo sentir. -Ves… solo somos dos cuerpos que sienten. -Descansa su cabeza en mi cuello, se acomoda lentamente sobre mí, nuestros cuerpos se acoplan. -Se siente tan bien… -Comienza de nuevo a moverse. -Solo es sexo. -Eso termina por quebrarme, demonios!!! ¿Por qué no soy capaz de responder? Mi cuerpo y mi mente están desconectados, ya no siento nada, de algún modo soy un ente independiente de mi piel, solo alcanzo a escuchar sus palabras a lo lejos, sus gemidos ahogados indicándome que disfruta conmigo, que el placer inunda su mente, su lujuria invade todo el lugar. -Ahhh!!! -Todo ha terminado, por fin alcanzó lo que quería, de pronto un dolor intenso me regresa a la realidad, Lina ha mordido con fiereza mi hombro, exactamente en el mismo lado en el que Silvia semanas atrás dejó su huella, ese fue el detonante para que pudiera reaccionar, la aparto con mis manos, no soporto más su cercanía. -Vete!!! -Perdón…ven déjame revisarte. -No permito que se acerque. -No me toques… no me vuelvas a poner un dedo encima. -Mi voz está quebrada por el llanto. -Lo siento… me dejé llevar y… -Cállate y vete… no quiero que llegues a tu matrimonio con cara de haber cogido toda la puta noche, no sería propio de una mujer que dice estar enamorada. -Mi cabeza está entre mis rodillas, mi llanto no me da tregua. -Lena yo… -Levanto mi cabeza, paso mis manos por la herida y me doy cuenta que tengo sangre, la miro con mis lágrimas por todo mi rostro.

-Felicitaciones… eres capaz de coger… -Aparto mi vista a un punto fijo. -De buscar placer sin el menor interés por la persona que tienes al lado. -Lo siento no sé que me pasó… Dios, yo solo quiero que entiendas que podemos superar esto… que podemos ser las de antes… -No… se acabó… todo se acabó. -No digas eso, no se ha acabado, ya verás como todo se va aclarar. -Niego con mi cabeza. -Lena por favor entiende… me voy a casar y tú… -Solo vete por favor. -Le suplico ya no soporto más dolor. -Lena solo confundes las cosas. -Intenta acercarse pero no se lo permito. -Que te calles de una puta vez. -Me mira desconcertada. -Deja de decir que estoy confundida… y no… no pienso quedarme a ver cómo eres feliz con él, no va a poder ser porque me voy del país. -Grito con la voz quebrada por el llanto. -¿Qué? …¿Cuándo? -Abre sus ojos intentando descifrar que hay detrás de mis palabras. -Después de tu boda, tranquila… te pienso cumplir como dama de honor, es lo último que pienso hacer por ti. -No entiendo… por qué me lo dices ahora. -Empieza a caminar de un lado para el otro, parece una fiera. -Me abandonas… ¿qué es? dime un castigo… me castigas con esto. Habla con sus manos. -¿Abandono?… -Repito esa palabra en mi mente como un mantra, intentando que mi cerebro por fin se conecte y sea capaz de hilar una respuesta, me coloco de pie. -Sí… lo haces, no te importa una amistad de tantos años… solo mandas todo al carajo. Eleva el tono de voz. -Si hablamos de abandono, tú me has abandonado hace mucho tiempo. -Ahora soy yo la que grito más fuerte, señalándola. -¿De qué hablas? -Hablo de tu alejamiento, de tu falta de interés por mi vida, no sabes por todo lo que he tenido que pasar estos últimos meses, no tienes idea de mi beca a L’ecole Saint Germain y mi viaje a Paris. -Así que lograste una beca en el exterior, por eso te vas, eso era lo que intentabas decirme, por eso pintabas el apartamento, carajo no puede creer lo idiota que he sido. -Habla con su mirada perdida, traga saliva mientras desliza las manos por su nuca.

-No te has enterado de mis reencuentros con mi padre y su afán de querer ser el padre ejemplar que nunca ha sido, de mi discurso en el evento que la universidad preparó en mi honor y al que muy amablemente decidiste no asistir por estar en el cumpleaños de una persona que meses atrás era una desconocida para ti… -Mi voz se apaga, todo me duele, sus desplantes de meses han provocado todo eso. -Superaste tu temor a hablar en público. -Voltea verme con sus ojos cristalinos. -Quieres saber por qué desconoces todo esto… -Limpio mis lagrimas y tomo aire. -Porque no te interesó, muchas veces intenté hablar contigo, intenté decírtelo, pero no escuchabas, solo hablabas de lo bien que iba tu vida, de tu perfecto novio, de tu boda y yo… y yo simplemente sobraba, ahora tienes el descaro de decirme que te abandono, pues déjame decirte que no se puede abandonar a alguien que hace mucho tiempo te dejó atrás. -Mi corazón está acelerado pero me siento más tranquila descargando lo que llevo adentro. -Lena yo… -Lena nada… no me interesa escucharte… no más. -Intenta inútilmente detener su llanto y a pesar de todo me duele en el alma verla así. -Ahora vete… si ya tuviste el valor de venir a cogerme para después decirme en mi cara que mis sentimientos no valen para ti, felicitaciones…lo has logrado, ya no valen nada. -Voltea a verme, pasa las yemas de sus dedos limpiando sus lágrimas, sus ojos están hinchados, le doy la espalda, eso es todo para mí. Puedo escuchar como recoge su ropa lentamente acompañado de sus sollozos, sus pasos y por último la puerta cerrarse, en ese momento caigo al suelo, ¿por qué tenía que pasar todo esto? ¿Por qué de todas las mujeres en el mundo… ella? La habitación se llena de luz, un nuevo día ha comenzado, debo darle la bienvenida, hay muchas cosas por hacer y poco tiempo, me duelen los ojos de llorar, ya no pienso volver hacerlo, me niego a vivir como una víctima, mi nana tiene razón, después de toda esta locura solo me queda la tranquilidad de saber que luché por ella, luché por su corazón, sé que siente algo por mí, me lo dicen sus ojos, si tan solo quería acostarse con alguien, por qué no buscó un desconocido… no, me buscó a mí porque su corazón se lo pide, pero no fue suficiente… no soy suficiente para Lina, la salida más fácil para ella era ignorarlo, no escuchar su corazón… o qué sé yo de sus sentimientos, tal vez son solo suposiciones que me dan ánimo para no enfrentar lo que ella muy claramente me dijo, “Solo es sexo”.

XIV

Estoy en la tina esperando que el agua me dé las fuerzas necesarias para enfrentar todo, no es tarea fácil, hoy va a ser un día largo y no he dormido nada, creo que lo haré en el avión, al fin y al cabo son catorce horas de viaje que pienso aprovechar sabiamente, paso mis dedos por las heridas que Lina dejó, las recorro todas, repasando en mi mente como las hizo, mi labio levemente hinchado, chupones en mi cuello, marcas de dientes en mi vientre y esa horrible herida en mi hombro, para el que no conozca esta historia pensaría que soy una sobreviviente de una guerra, pero no lo soy… me siento como una muñeca usada que cumplió su propósito de divertir a su dueña y la han tirado al olvido, niego con mi cabeza, esa es la actitud que pienso dejar atrás junto a todo lo vivido aquí, si voy a empezar de nuevo pienso hacerlo sin tristeza, sin rencor, sin ningún resentimiento, nada va a alejarme de cumplir mis sueños. Deslizo mi cabeza debajo del agua, con mis ojos bien abiertos apuntando al techo, aguantando la respiración mientras repaso todo lo que debo hacer…Primero, tratar de cubrir estas feas marcas, menos mal que ya tengo experiencia en hacerlo, nada que el maquillaje bien utilizado no pueda hacer, segundo, intentar ser la mujer más hermosa de la boda después de la novia… pan comido, tercero, llamar a la inmobiliaria para entregarles las llaves y coordinar lo que haga falta, cuarto, hablar con ella, no estoy muy convencida de esta pero es necesario, no quiero irme sin hacerlo y quinto, tomar el avión que me llevará a mi nueva vida, saco mi cabeza de la tina, estoy sin aliento, tomo la bata para empezar, me dirijo a mi habitación y abro el closet, ese maldito vestido rosa se burla de mi, se ríe de mi derrota, carajo!!! El timbre suena, veo la hora en el reloj, por lo que veo Silvia también es puntual. -Hola. -Me da un suave beso en la mejilla. -Traigo el desayuno, unos deliciosos croissants de chocolate de la panadería cerca de mi casa. -Levanta la bolsa de papel que golpea mis sentidos con un delicioso olor despertando mi apetito. -Hola. -Interrumpo su monologo. -Dime que ya tienes café preparado. -Junta sus manos a forma de suplica, no puedo negar que esa clase de gestos por su parte me divierten mucho. -No… pero no demoro en prepararlo. -Le hago señas para que me acompañe a la cocina. -Bueno, ya sabes que me encanta tu café. -La escucho moverse a la mesita y descargar la bolsa delicadamente mientras estoy concentrada en la cafetera. -Ya sé… todo lo que hago te encanta. -Se ríe de mis palabras de doble sentido, sin temor a equivocarme debe tener la ceja alzada con las manos en su cintura. -Aja… lo que digas. -Se acerca a mi espalda y descarga su cabeza en mi hombro mientras sus brazos me envuelven, me retuerzo de dolor, esa maldita herida duele mucho.

-¿Que sucede? -Me quedo en silencio, inmóvil, ella me da la vuelta y con cuidado abre un poco mi bata y ve detenidamente la herida y los moretones. -¿Qué te pasó? -Su rostro refleja angustia por mi bienestar. -Mmm ¿por dónde empiezo? -Me pregunto con la vista perdida. -Ya me dirás, deja que baje al carro y traiga mi botiquín de primeros auxilios, esa herida en el hombro se ve muy mal y se puede infectar. -Le contesto afirmativamente con mi cabeza. -Está bien. -La veo retirarse con su mirada preocupada, quisiera no involucrarla más con todo este drama que se ha convertido mi vida, pero creo que no va poder ser… Silvia está muy concentrada en su papel de médico, coloca mucho esmero en curar la herida sin hacerme sobresaltar del dolor, no puedo negar que si me hubiera enamorado de ella todo sería más sencillo, pero estoy aprendiendo a golpes lecciones acerca del amor, la más difícil hasta el momento, “no escoges de quien te enamoras”, niego con la cabeza, ella lo nota y me ve con su ceja enarcada esperando explicaciones. -¿Se puede saber en qué piensas?… a veces te pierdo cuando te metes en tus pensamientos. -Termina de curar la herida y se quita los guantes de látex haciendo un ruido molesto que me saca de mis cavilaciones. -Daría lo que fuera por saber qué tanto piensas. -Desliza sus dedos por mis sienes. -Créeme no te gustaría saberlo. -Se dibuja una sonrisa en su rostro. -Bueno ya me vas a decir que fue lo que pasó contigo, ayer te había dejado bien y ahora… -Hace un ademan con sus manos apuntándome. -Te encuentro así, no entiendo nada. -Empecemos… a ver, si, después de tomarme casi una botella de whiskey sola y de un debate interno muy loco, no preguntes cómo, llegué a la brillante conclusión de que no podía irme del país sin decirle a Lina que la amo. -Silvia abre exageradamente sus ojos por la impresión. -A ver, a ver, más despacio que me mareas, ¿por fin le dijiste tus sentimientos? -Sí… -Suspiro pesadamente. -¿Por lo que veo no te fue bien? -Niego con la cabeza -No… llegué al apartamento a terminar la botella y a aceptar que simplemente no va a ser, y en esas estaba cuando Lina apareció aquí, más ebria que yo a reclamarme por haberle dicho que la amaba el día anterior de su boda. -¿Qué?

-Así como lo oyes. -Le contesto con mi mirada en un punto fijo de la pared. -Y bueno… ya te darás una idea por mis moretones que sucedió después. -Déjame decirte que Carolina debió estar muy emocionada para haberte mordido de esa forma. Señala mi hombro. -Casi raya en la línea del sadismo. -Qué te puedo decir…parece ser que soy muy provocativa… o dime lo contrario. -Se sonroja levemente. -Bueno… yo. -Pasa sus manos por la nuca intentando responder. -Tranquila… te estoy jodiendo. -Sonrío para que se calme. -Sabes mejor vamos por ese café, tengo hambre y esos croissants de chocolate huelen muy bien. -Está bien… -Coloca sus manos en su vientre. -También tengo hambre. -Nos dirigimos a la cocina a paso lento. -Raro… tú con hambre. -Pronto siento como un guante de látex termina en mi cabeza… estamos comiendo amenamente, no entiendo dentro de tanto estrés y drama cómo soy capaz de conservar el apetito, debe ser que tanto andar con Silvia últimamente se me está pegando su gusto por la comida, tengo que aceptar que los croissants están deliciosos, un par de ojos avellana me estudian detenidamente, leyendo cada uno de mis gestos. -No sigas. -Sacude la cabeza. -¿Qué? -Pregunta sin saber que hizo mal. -Sabes muy bien que no me gusta cuando me ven detenidamente. -Lo siento, pero no hablas, solo te quedas metida en tu mundo y yo… -Se disculpa mientras intenta explicarse con sus manos. -Discúlpame. -Paso mi mano sobre la suya. -Terminemos el desayuno y hablamos después… ¿Te parece? -Asiente con una sonrisa. Terminé de contarle todo lo que sucedió con Lina, su rostro mostraba creciente preocupación por todo lo que pasó y mi serena actitud, creo que esperaba que rasgara mi ropa y me atiborrara de helado y chocolates para enviar las suficientes endorfinas a mi cerebro y no enloquecer, pero no, en cambio estoy tranquila, creo que mi nana tuvo razón, después de todo lo que sucedió, solo eso me queda. -¿Entonces qué piensas hacer ahora? -Por lo pronto tapar estas marcas y arreglarme para la boda. -Momento ¿qué vas hacer qué?… estás loca, como te vas a presentar. -Está horrorizada con la idea que tengo en mente.

-Prometí ser su dama de honor y pienso cumplirlo… y tú me vas ayudar a cubrir estas horribles marcas y a ser la segunda mujer más hermosa en esa iglesia… ¿entendido? Asiente dudando seriamente de mi salud mental, pero como en ocasiones anteriores Silvia no me abandona en mis locos planes.

Estoy entrando a la iglesia escogida para la celebración, todo parece sacado de un cuento de hadas, de esos donde la princesa y el príncipe consiguen su final feliz, las flores, los decorados, hasta los invitados están finamente vestidos para la ocasión, todo combina a la perfección, nada está fuera de lugar, tengo que aceptar que para el poco tiempo que tuvieron lograron hacer un buen trabajo, el cielo tiene esa tonalidad azul profundo sin nubes blancas a la vista y el sol brilla alegremente, trato de no perder detalle de nada detrás de mis lentes Ray-Ban Erika cats negros, por lo menos sé que me veo hermosa, muy al estilo de Jackie Kennedy, no es mi estilo pero sé llevarlo con la elegancia que se requiere… tomo una bocanada de aire, entro a paso seguro con mi cabeza erguida y segura que estoy haciendo lo correcto, no tardo mucho en divisar a sus padres que sonríen ampliamente a todos los invitados y al ansioso novio que está transpirando más de la cuenta caminando de un lado para el otro con un pañuelo en la mano, sus hermanas intentan por todos los medios mantenerlo calmado sin éxito aparente, me acerco a una de sus amigas de la universidad que charla amenamente de la inminente ceremonia. -Hola. -Ella me ve con el ceño fruncido, creo que nunca le había dirigido la palabra antes, puedo entender su confusión. -Hola… Helena ¿cierto? -Sí. -Te ves diferente, casi no te reconozco. -Me ve detenidamente, por dentro estoy molesta, detesto que hagan eso, supongo que por eso trato de no llamar mucho la atención, pero hoy no puedo parar de sonreír, necesito que los demás no se enteren de la cruz que cargo por dentro. -Debe ser por el vestido… oye ¿sabes dónde está la novia? -Dios si sigue viéndome de esa manera va hacer que salga el diablo que tengo dentro en cualquier momento. -Umm sí, está en la habitación a final del pasillo a mano derecha. -Me indica con sus manos el lugar. -Gracias. -Le regalo mi sonrisa de comercial y me retiro… camino con elegancia por el lugar, veo como todos voltean a verme, no me interesa ellos, vine por ella, para cumplirle lo último que haré como su amiga… golpeo la puerta pausadamente, mi corazón está como un loco acelerado al punto que duele.

-Siga. -Escucho su voz detrás de la puerta, giro suavemente la perilla y la veo… está preciosa con su vestido blanco y su cabello estupendamente recogido, parece una dulce visión igual o más hermosa que aquella vez en el local de la modista, sin embargo su semblante es diferente, camina de un lado para el otro con su manía de los dedos, por lo que veo está muy nerviosa, cuando me ve se detiene de golpe y se dirige a mí, me abraza tan fuerte que casi no me deja respirar, estoy paralizada, no esperaba que hiciera eso, pero me prometí que iba hablar con ella y aclarar todo antes de irme y lo voy a cumplir, no puedo permitirme debilidades ahora, paso mi mano por su espalda y la retiro con delicadeza. -Más suave Lina que necesito respirar…-Me ve con el seño fruncido. -Dicen que respirar es bueno para la salud. -Levanto los hombros y ella sigue en la misma posición, congelada por completo, no contaba que llegara y menos con buen sentido del humor. -No esperaba verte… no después de todo. -Sus ojos empiezan a colocarse cristalinos, le acaricio el contorno de los ojos con mis pulgares. -Ni se te ocurra llorar, hoy es un día feliz… el más importante de tu vida, no lo arruines con lágrimas. -Traga saliva ante mis palabras, sé que la tengo fuera de base con mi actitud, debe ser porque no la recuerda, así era después que mi nana murió, sin permitirle a nadie ver mi dolor. -Lena yo… -Baja su rostro. -Yo siento todo lo que sucedió. -Su semblante es triste. -Yo no. -Camino decididamente al interior de la habitación, descargo en una pequeña mesa que se encuentra en el centro de la habitación mis lentes y mi cartera del mismo color, ella me sigue con la mirada, confundida por todo, camino al gran ventanal. -No me mires así… Me recargo elegantemente. -No puedo decirte que me arrepiento de haberme enamorado de ti, en algo tenías razón, es un sentimiento puro, tan puro que jamás imaginé siquiera merecerlo… y ya ves, solo me arrepiento de como terminaron las cosas. -Mis ojos no se han apartado del jardín trasero al cual que tengo acceso desde mi posición. -Yo… -La escucho como se mueve lentamente hacia mí. -Tranquila, no pasa nada, no tienes que explicarme que no sientes lo mismo… ya lo entendí, solo viene a decirte que aquí me tienes. -No tienes que hacerlo Lena… yo creo que... -No te equivocas, si tengo… te lo prometí. -Le replico sin dejarla terminar de hablar. -A qué horas te vas. -Decide cambiar de tema radicalmente. -El vuelo sale horas después de la celebración religiosa… pero yo me marchó apenas termine aquí. -Mi voz está apagada, todo es tan irreal.

-Se que debería estar feliz por ti, por tus logros, nunca pensé ser tan egoísta… pero no puedo, me duele saber que te vas, que no voy a verte, mi pecho duele tanto que siento que puedo desfallecer. -Sus palabras se incrustan fuerte en mí, volteo a verla y sus maquillaje está un poco corrido por las lágrimas. -Tranquila.-La acuno en mis brazos, intentando que se calme, pasando mis manos por su espalda, como siempre lo hice, cuando su sollozo se detiene la separo para que pueda verme a los ojos. -Duele porque nunca es fácil decir adiós… especialmente para los que se quedan. -Lena… no te vayas por favor, no me dejes. -Me ruega esperando que cambie de opinión. -No Lina, tú ya has tomado una decisión y yo también… nuestros caminos se separan en este punto. -No quiero… es que sencillamente no quiero. -Me causa gracia su infantil actitud. -No seas berrinchuda… tranquila ya verás como tu vida va a cambiar para bien, conocerás a muchas personas mejores que yo, tendrás amigas que podrán remplazarme, que tus padres aceptaran, tus amigos… tu esposo. -Cómo dices eso. -Me ve con una mezcla de confusión y dolor por mis palabras. -Es cierto… yo nunca encajé en tu vida, pero agradezco los años de amistad que me brindaste, fuiste la mejor amiga que alguien puede tener. -No miento, su amistad me levanto cuando más lo necesité, solo que lo arruinamos y en grande. -Detente por favor. -Lo dice en un tono suplicante. -Es la verdad… una verdad que no podemos seguir negando. -Contesto suavemente. -Solo vengo a tratar que las cosas queden bien entre tú y yo, no quiero irme mal contigo. -La tomo de sus hombros cariñosamente. -A eso vienes ¿cierto?... a despedirte para siempre, no piensas volver. -Sus ojos me ven con mucha desolación -No sé la verdad… ya nada me queda aquí, en cambio en Paris me espera mucho, sé que también conoceré a muchas personas, que estaré más cerca de alcanzar mis sueños. -Me desprendo de mi medalla y ella se paraliza ante eso. -Ven date la vuelta. -Obedece sin estar muy convencida. -¿Qué haces? -Lentamente le coloco mi medalla de la virgen de Fátima, pasando delicadamente mis dedos por su cuello.

-No sé si ya tengas algo regalado como dicta la tradición… bueno te doy lo único de valor que tengo… como sabes mi nana me lo regaló para que me protegiera en mi primer día de escuela, creo que esta bendecido o algo por el estilo… tenía mucho miedo esa vez de enfrentar algo nuevo, la verdad me ha servido mucho, pero ya no lo necesito… ya no tengo miedo, ahora es tuyo, cuídalo como lo he hecho hasta el momento… espero puedas recordarme como algo bonito en tu vida. -Termino de cerrar el broche. -Lena, detente por favor. -Su voz está quebrada, voltea a verme y a pesar de sus lágrimas no puedo dejar de pensar que es la novia más hermosa del mundo, toma mi mano fuerte. Prométeme que vas a volver…promételo. -Su sollozo es tan triste que termina de romper mi alma. -Las promesas que eran para ti se terminaron, no puedo prometer algo que no sé si puedo cumplir.-Su agarre se hace más fuerte. -Tengo que salir a desempeñar mi papel de dama de honor. -Se niega a liberarme. -Lina tienes que aprender a soltar mi mano, tienes que dejarme ir… tranquila voy a estar bien… -La abrazo fuerte y siento sus lágrimas en mi pecho, todo es tan jodidamente doloroso. -Te amo. -La libero de mi abrazo. -No. -Me dice suplicante. -Tranquila. -Intenta besarme pero coloco mis dedos en sus labios, niego con la cabeza. -No es necesario. -Lena… -Me dice a modo de ruego, pero me prometí ser fuerte, no derrumbarme y sé que si siento sus labios no voy a ser capaz de seguir con mi cometido, le brindo una sonrisa triste y me dirijo a la mesa, recojo mis lentes y mi cartera. -Nos vemos afuera… ya sabes. -Señalo la salida y me retiro de la habitación cerrando la puerta tras de mí, suspiro fuerte, paso mi mano por mi pecho intentando inútilmente de calmar mi ansiedad, trago saliva y me dispongo a seguir con mi papel, no alcanzo a dar tres pasos seguidos cuando tropiezo de frente con Catalina, me escanea con su mirada dibujándosele una mueca de aprobación, esta mujer me lleva a mis limites con solo una mirada, no entiendo cual es su puto problema conmigo. -Veo que tuviste las agallas suficientes para presentarte. -Se cruza de brazos mientras me enarca su ceja, con esa pose de superioridad tan típica de los Martelo, no la soporto ni un segundo más, la tomo del brazo y la arrastro a la habitación contigua, solo percibo sus reclamos, cierro con seguro la puerta, mi mente está en blanco y ¿ahora qué? malditos impulsos traicioneros, volteo a verla y tiene su rostro rojo como un tomate de la rabia, no demora en gritar y armar escándalo que no conviene. -¿Se puede saber qué haces? -Me reclama muy a su estilo. -Dime algo, ¿por qué estas tan pendiente de mí? eh… contesta. -Le reclamode la nada. -Qué!!! -Se coloca nerviosa con la pregunta.

-Sí dime… te das cuenta de todo lo que hago, de todos mis movimientos, si hago o dejo de hacer, es demasiado trabajo, ¿no crees? -No sé de que hablas. -Me muevo decididamente a ella, Catalina empieza a caminar hacia atrás, me divierte tenerla tan nerviosa, siento que he dado con el punto de la cuestión sin estarla buscando, por fin tropieza con el escritorio, ya no tiene escapatoria. -¿Por qué no eres capaz de responder Catalina? -Se dibuja en mi rostro una mueca de satisfacción, Catalina no se da una idea de con quien se ha metido, apoyo mis manos en el escritorio a cada lado de su cintura, veo detenidamente su rostro, sus gestos evidentes de nerviosismo, así que eso era. -¿Quieres que conteste por ti? -Deslizo mi mano derecha por sus labios, ella se estremece al contacto sin decir nada, sus ojos se mueven de un lado a otro, bajo a su cuello, el hombro y en un movimiento suave toco sus pechos, ella se sobresalta al toque. -Te gusto… es por eso que estás tan pendiente de mí… lo hubieras dicho desde un principio. -Ella traga saliva y su rostro está carmesí pero esta vez de la excitación. -No era necesario que me hicieras reclamos de situaciones inexistentes. -Yo… -La interrumpo acercando mis labios a los suyos sin besarla, deslizo la punta de mi lengua en la comisura de su boca, me separo unos centímetros y muerdo mi labio inferior provocativamente, regalándole mi mirada intensa con la que más de una ha caído. -Con Lina no sucede nada. -Beso su cuello. -Deja ese asunto por la paz. -Recuesto mi frente en la suya, ella asiente, bajo mis manos a su trasero y lo aprieto con firmeza, acercándola a mi cuerpo, Catalina suspira en mi oído, totalmente pasiva a la situación. -Está bien como quieras. -De repente me besa con premura, su lengua acaricia a la mía, me odio en estos momentos aparentando sentir placer, nos separamos para tomar aire, Catalina toma mis pechos con sus manos, recorriéndolos con la punta de sus dedos, desciende lentamente a mi entrepierna, me alarmo ante eso sin demostrárselo, no quiero ir más lejos con ella, tomo su mano y llevo la punta de sus dedos a mi boca, rozándolos con mi lengua. -No debemos ser imprudentes, afuera nos esperan. -Se dibuja en su rostro una mueca de descontento. -No te conviene… ni a mí. -Muerdo suavemente el lóbulo de su oreja. -Pero después de la boda podemos vernos… ¿Te parece? -Asiente despacio, meditando. -Está bien. -Me ve lascivamente, toma mi mano y nos ponemos en marcha a encontrarnos con los demás, solo siento lástima por las mujeres como Catalina, escondiendo quienes son realmente por temor al rechazo, sus vidas son un infierno, tal vez se casará, tendrá hijos, pero será infeliz toda su existencia, lo más probable es que tendrá una doble vida, un escape, pero siempre ocultará a los demás su verdadera sexualidad, si, Catalina Martelo no merece mi desprecio, solo mi lastima, no existe peor castigo que la negación, esa será su condena. Todos están en sus posiciones, solo falta la novia, Catalina me indicó el puesto más cercano a la novia, no me negué, no quiero levantar más sospechas, mi sonrisa falsa no se desaparece, si mi madre me viera en estos momentos estaría orgullosa de mí, siempre quiso que me comportara hipócritamente en las fiestas de sociedad, todavía recuerdo sus

reclamos, “Helena ponte derecha… Helena sonríe, no estamos en un velorio… Helena no seas altanera” nunca le hice el menor caso y ahora… estoy traicionando todo en lo que creía vehementemente, nadie sospecha lo que realmente sucede conmigo, todos se ven complacidos, alguna vez Kurt Cobain dijo: “Si mi sonrisa mostrara el fondo de mi alma, mucha gente al verme sonreír lloraría conmigo", no podría estar más de acuerdo con él en estos momentos. Los músicos tocan la marcha nupcial, la novia se hace presente del brazo de su orgulloso padre, el novio le brillan los ojos al verla, yo por mi parte me niego hacerlo, no puedo con tanto, al igual que esa última noche con ella soy capaz de desconectarme, solo escucho las palabras del sacerdote al fondo, seguido de los votos de los novios, el beso, los aplausos de los asistentes, todo ha acabado, los novios marchan a la salida, seguido de las personas que lanzan arroz a su paso, Catalina se emociona con los novios y me escapo de todo, a paso rápido salgo de ahí, diviso el carro de Silvia que me está esperando en la esquina, golpeo la ventana, me ve con preocupación, quita el seguro de la puerta y me adentro, las emociones me sobrepasan, lágrimas rebeldes se hacen presentes, Silvia me habla pero no reconozco ni una palabra de lo que me dice, me abraza con fuerza y sus manos recorren mi espalda, el silencio reina. Estamos en el aeropuerto y estoy más calmada, me he cambiado de ropa en los baños públicos, el estúpido vestido fue a terminar a la basura, ya he realizado el check-in, solo espero para abordar, Silvia no suelta mi mano, creo que no está muy segura de que sea capaz de viajar, escucho en los altavoces del aeropuerto el llamado a abordaje, aprieto la mano de Silvia, es hora de despedirme, la abrazo y aspiro el dulce olor de su cabello. -Te llamo cuando llegue, no te preocupes más… voy a estar bien. -Ella asiente, beso su mejilla con ternura. -Por favor no lo olvides. -Me dice con tono de ruego. -Tranquila ya dije que no vas a librarte tan fácil de mí. -Nos separamos y camino a paso perezoso, doy vuelta y le lanzo un beso a Silvia con mis manos, hago los trámites pertinentes y tomo asiento, mi mirada está fija en la puerta del avión, como tonta espero lo imposible, aprieto fuerte mis puños… como les dije tanta película romántica me fritó la cabeza, en esta historia no va aparecer ella a detenerme, a decirme que me ama, no… nada de eso va a suceder, niego con la cabeza, idiota, me recrimino por todavía permitirme soñar con ella, suspiro fuerte, ya nada queda, es hora de enfrentar mi nueva realidad, Paris me espera. -¿Qué desea beber señorita? -La azafata interrumpe mis cavilaciones, me sonríe ampliamente atenta a mi respuesta. -Whiskey… doble, gracias. CONFESIONES

Es gracioso como siempre se me dificulta iniciar esta carta, a pesar que la he escrito tantas veces… tantas que he perdido la cuenta, un poco más de cuatro años desde tu partida, todo este tiempo escribiéndote casi a diario, como una dulce tortura que me libera y me encadena a la derrota de lo que no fuimos, todo ha sido tan gris desde que te fuiste. Siempre las mismas líneas, y siempre con el mismo dilema para iniciarla, ¿qué decir en estos casos?, un cómo estás… no, no le dices eso a la persona que amas, especialmente si eres la culpable de no tenerla a tu lado, Dios Lena si me hubieras dicho que te ibas, si tan solo hubiera escuchado, otra sería la historia, te hubiera seguido hasta el fin del mundo solo por estar a tu lado, de eso no tengo duda, debes odiarme y sabes… lo entiendo, a veces pienso que no merezco siquiera escribirte, nunca le has dado una oportunidad a alguna de mis cartas de saber lo que allí dicen, todas han regresado a mis manos… intactas, tristes viajeras que no cumplieron su función, todas son la prueba de mi estupidez, quise renunciar tantas veces y simplemente no pude… y ahora, tranquila esta es la última vez, estoy tan rota y perdida que ya no tengo fuerzas para hacerlo de nuevo, pero ante todo te debo la verdad… mi verdad. Te dejé ir sin saber mis sentimientos, partiste pensando que solo habías sido un impulso, un cuerpo que despertaba mi lujuria, solo sexo, Dios como duelen esas palabras… mis palabras, tan lejos están de la realidad, te amo… ¿tonto verdad?, decírtelo en una carta, decírtelo cuando ya no estás aquí, tanto tiempo y no te he dejado de amar ni un solo segundo, mi corazón lo dice a gritos, ¿desde cuándo? No sé, creo que desde que te vi, solo que al igual que tu no lo sabía, ahora entiendo que esa es la razón por la que te hablé desde el primer momento en que te vi, sentía una necesidad imperiosa por conocerte, por ser tu amiga, por estar a tu lado siempre, fuiste el primer beso que sacudió todo mi ser y luego… luego cuando pasamos esa delgada línea de la amistad… nada volvió a ser igual. No hablar de lo que sucedía entre nosotras fue el primer error de muchos, mi miedo, el tuyo… nunca tuvimos la valentía de enfrentar nuestros sentimientos, cuando me preguntaste que era el amor, mi corazón se aceleró a cada palabra que te decía, te estaba describiendo lo que me hacías sentir, y después… después miedo infinito de saber que me estaba enamorando de una mujer, de mi mejor amiga, de la persona que decía orgullosa que el amor no era para ella, te odié en ese momento sabes, me resigné a que no podía ser, tú nunca te ibas a enamorar. Y luego llegó él, te mentiría si te dijera que no lo quise, si, lo quise, fue un amor que se diluyó con el tiempo, aposté a lo seguro, toda mi vida esperé por un príncipe, de esos de cuento de hadas, costó mucho entender que no era un príncipe, era una princesa, ridículo, lo sé, pero me aferré como nunca antes, necesitaba reprimir mis sentimientos por ti, si nunca te ibas a enamorar, siempre sería tu amiga, pensé vanamente que las relaciones vienen y van, las amigas son para toda la vida. Tienes razón cuando me decías que me alejé, tenía que hacerlo si quería darle la oportunidad a Nicolás de enamorarme… de algún modo lo logró, necesitaba el tiempo y el espacio para aclarar mi corazón, y en medio de ese alejamiento te hice daño, si te hablaba constantemente de él no era para joderte, era para convencerme que él era el indicado, que estaba haciendo lo correcto, y en medio de ese tonto proceso de autoconvencimiento te di la espalda, dejé de ser la amiga que necesitabas y luego… luego llegó esa maldita

discusión en la cafetería, idiota… si eso fui al dejarme llevar por el miedo de lo que fueran a pensar los demás, el miedo logró paralizarme, fue más grande que mis sentimientos por ti, te merecías lo mejor de mí y no lo hice, me di cuenta que si no era capaz de defenderte como amiga, nunca estaría a la altura de ser algo más para ti, tú necesitabas a alguien que siempre tomara tu mano sin temor, y yo… quise dejarte ir, te juro que intenté no buscarte… pero esos días tristemente comprendí que no podía vivir sin ti. Y luego llegó su propuesta de matrimonio, todo tan romántico, todo parecía tan perfecto, Nicolás parecía el hombre ideal, mis padres lo adoraban, mis amigas me envidiaban, era el paso lógico, ¿por qué no hacerlo? Acepté, se suponía que tenía que estar feliz, pero no… nada llenaba el vacio de tu ausencia, estabas tan metida en mí que no pude seguir sin verte, por eso te busqué, te extrañaba demasiado, así solo fueras mi amiga, jamás había necesitado tanto de alguien y solo se me ocurrió esa estúpida excusa de nuestra promesa… todavía no entiendo cómo te orille a ser mi dama de honor, sigo sin comprender en qué demonios estaba pensando. Sabes ahora me tranquiliza pensar que Silvia estuvo a tu lado todo ese tiempo, ahora somos más cercanas, ¿gracioso cierto?, sé que no lo hubieras imaginado ni en el más loco de tus sueños, en ese entonces no la soportaba, menos a tu lado, todavía recuerdo como te reclamé aquella vez, Dios nunca había sentido tantos celos en mi vida, cuando me di cuenta que te habías acostado con ella, tuve miedo, Silvia podía darte lo que yo no podía, me descontrolé y en medio del ardor de la discusión nos dejamos llevar por el deseo de estar una vez más, hasta que vi esa marca… esa maldita marca, no soporté la idea que ella te hubiera mordido de esa manera si sabía muy bien que detestabas que dejaran huellas en tu piel, entonces… ¿Por qué con Silvia? ¿Por qué ella?, no, no podía seguir, mi cabeza dolía de la velocidad con las que mis pensamientos llegaban, se suponía que me iba a casar, que había superado lo que pensaba era solo un enamoramiento y yo… yo no podía ser infiel a tan solos unos días de casarme. Cuando llegaste a mi casa ebria y mojada diciendo que me amabas, no podía creer en tu buen juicio, ¿por qué el día anterior a mi boda? ¿Por qué no antes? Debías estar confundida, tus palabras solo eran producto de los tragos, no podías llegar a desestabilizarme, no cuando pensé que podía superar lo que sentía por ti, ¿acaso tú no eras la que nunca se iba enamorar?, mi despedida de soltera estuvo lejos de servir para despejar mi mente, al contrario, al no encontrar respuesta alguna a tu repentino comportamiento me embriagué como nunca antes, permití que el alcohol me diera el impulso de buscarte, me tenías que explicar de qué iba todo, no podía sentirme tan perdida antes de casarme, y de nuevo la discusión solo fue el pretexto para dejarnos llevar, quería sentirte una vez más, grabar en mi mente tu piel, Dios no te imaginas cómo descontrolas mis sentidos, pensé que esa sería nuestra última vez, nuestra despedida… No te das una idea de cómo he repasado esa noche en mi cabeza, una y otra vez sin lograr entender qué sucedió, jamás había sido tan insensible y tan idiota, no te merecías mis malos tratos, por mi estúpido afán de convencerte… convencerme que podíamos superarlo, que podíamos ser las de antes, las mejores amigas, ahora entiendo que los seres humanos

tenemos la capacidad de ser crueles con las personas que más amamos, me dejé llevar por la lujuria, por el placer y luego esa maldita necesidad de marcarte donde ella lo había hecho, ¿por qué?, no sé la respuesta todavía, todas las que se me han ocurrido son tan tontas que no valen la pena decirlas… Dios Lena tú nunca lloras, y esas lágrimas me duelen, me matan lentamente al recordarlas, te hice llorar, carajo, llorabas por mi culpa, descargaste todo tu dolor, tus reclamos me hicieron entender que te había fallado tanto que había arruinado todo. No sé como llegue a mi casa, ese día no podía conectar mi mente con mi cuerpo, tan solo vine a reaccionar en la iglesia, caminaba de un lado a otro intentando comprender como había arruinado mi vida de esta manera, no sabía qué hacer, solo quería salir corriendo, abandonar toda esa locura, hablé con mi madre y solo me decía que eran nervios por la boda, que me tranquilizara, nadie entendía que me sucedía. Dios cuando apareciste en la iglesia, con tu mirada decidida, ahí entendí que te había perdido, esa mirada la conozco muy bien, es la misma que le dabas a tus padres, a tus hermanos, a todo aquel al que alguna vez quisiste y te decepcionó, no ibas a volver a dejar que te viera vulnerable, me sacabas de tu vida, de tu corazón, así ya lo habías decidido, te marchabas sin ver atrás, quise detenerte, te rogué que no te fueras, nunca había sido tan egoísta, sabía que tu futuro profesional estaba en Paris, pero el pensar no verte me dolía tanto… tanto que podía desfallecer de dolor, intenté vanamente no enfrentar las consecuencias de mis errores, traté de que me prometieras volver y te negaste, todavía recuerdo tus palabras como si hubieran estado marcadas con fuego todo es tiempo “Las promesas que eran para ti se terminaron, no puedo prometer algo que no sé si puedo cumplir” mi mayor temor se hacía presente, Dios, no sabía cómo iba lograrlo, tenía que aceptar que debía dejarte ir, soltar tu mano ha sido una de las cosas más duras que he hecho alguna vez, ni siquiera permitiste un último beso, cuando cerraste la puerta me derrumbé, lloré amargamente, me amabas, correspondías mis sentimientos y yo… solo lo arruiné por mis estúpidos miedos. Cuando caminé hacia al altar intenté que me vieras una última vez, y de nuevo me negaste eso, solo podía ver tu sonrisa, Dios, sabía tus sentimientos y sin embargo ahí estabas con esa sonrisa, te estabas sacrificando por mí, ¿debía acaso intentar hacer lo mismo?, ¿debía corresponder a tu sacrificio? No sé como lo hice la verdad, solo me movía por inercia, tan solo era una actriz de un show montado, ese matrimonio fue otro de mis estúpidos errores… un error que le ha hecho daño a él, a ti… a mí. ¿Qué queda ahora?, muy poco la verdad, no existe un día en que no piense en ti, en que no anhele verte una vez más, estás presente en todos mis sueños, unos son tan reales que es tan triste despertar y darme cuenta que no estás a mi lado, no pierdo la esperanza de que vuelvas, tu padre y Silvia por lo menos no me dejan perderla, me dicen que harán que vuelvas, aunque eso vienen diciendo hace meses, sé que no te interesa volver, como me dijiste esa última vez, aquí ya no tienes nada. Debes preguntarte entonces ¿por qué no he ido a buscarte?, bueno muchas son las razones, todavía estoy casada, no he podido convencer a Nicolás para que me dé el divorcio, él no desiste en que podemos ser felices juntos, hemos tenido tantas terapias de

pareja que ya perdí la cuenta, aunque le he dejado claro que en más de una ocasión que no lo amo, y bueno, mi padre… él murió hace tan solo un mes, sabes muy bien la relación que tenia con él, mi padre era mi héroe y ya no está conmigo, ha sido un golpe muy duro, una enfermedad con la cual luchó en los últimos años finalmente lo venció, lo vi dar la pelea arduamente contra la muerte, que le ayudó a ser fuerte todo ese tiempo… mi madre y yo, si, la esperanza de que su hija única tenía el matrimonio perfecto, ¿quién era yo para quitarle esa felicidad?, nadie… pero debo decirte que antes de su partida le confesé mi amor por ti, no podía seguir ocultándolo, pensé mucho sobre su reacción, que me rechazaría, me alejaría, no sé tantos miedos, pero sucedió todo lo contario, supo entender mi situación y me pidió… no, me suplicó que te buscara, que fuera feliz, ese último momento con él me ayudó a tener la fuerza para luchar por ti, si todavía no he ido a buscarte es que porque debo reencontrarme, ser la mujer de la que te enamoraste, ser la Lina que recuerdas, no la persona triste en la que me he convertido, necesito volver a ser una mujer libre. No tengo dudas sobre mi amor por ti, los años solo han logrado hacerlo más fuerte, mi corazón me dice que es nuestro destino estar juntas, sé que ha pasado mucho tiempo, que tal vez me hayas olvidado, pero sabré luchar por ti, eres el amor de mi vida, si tengo la oportunidad de estar contigo tan solo una vez más no la voy a desaprovechar. Es por eso que si quiero ser fuerte para luchar por tu amor no puedo seguir escribiendo a diario y luego ver como la devuelves sin leerlas, es muy doloroso, esta mi última carta, necesito aclararme en este proceso, mi única conexión contigo serán las flores, eso simplemente no puedo evitarlo, en medio de todo este caos que se ha convertido mi vida es lo único que me hace feliz, Dios al igual que al inicio, terminar estas líneas no es tarea sencilla, dejémoslo en un te amo… Con todo mi amor; Lina XV

Intento vanamente abrir los ojos pero siento que mis parpados pesan toneladas, Dios!!! Ese maldito ruido me desespera, el teléfono repica insistentemente taladrando mi cerebro, no debí haber tomado tanto ayer, me recrimino inútilmente por mi malestar, sin embargo no puedo arrepentirme, sin quererlo se dibuja una sonrisa en mi rostro, disfrute al máximo la última noche en este lugar de ensueño, el ventilador en el techo zumba rítmicamente, volteo a ver a mi izquierda y disfruto ver ese hermoso cuerpo desnudo, ese cabello rubio abundante, su piel nívea y esa nalgas que provocan darles una mordida, es todo un espectáculo para la vista, paso mis manos por mi cabeza, ashhh ya no lo soporto más. -Si... diga. -Decido por fin atender el teléfono irritada por su insistencia. -Helena dime que esta despierta… -Sabía que era ella, mi asistente no iba a dejarme dormir más de la cuenta.

-Ajá… -Mi hermosa acompañante se despierta por el alboroto y me da los buenos días besando mi cuello recorriendo con sus manos todo mi cuerpo haciendo erizar mi piel a su paso. -No me digas que sigues dormida… Helena no pienso a volver a reprogramar tu vuelo, no sabes lo molesto que es... -Resopla fastidiada. -Puedes ser la socia fundadora de la empresa pero tienes responsabilidades que cumplir, Renee anda como loca preguntando a qué hora llegas. -Sus reclamos lejos de enojarme me divierten, la imagino bufando y mordiendo con insistencia el lápiz que por lo general reposa en el respaldo de su oreja. -Ya cálmate Brigitte no voy a perder el vuelo. -Busco mi reloj en la mesita de noche. -¿Se puede saber por qué me llamas a las seis de la mañana si el vuelo sale a las diez? -Me siento en el borde de la cama pasando mis manos por mi cabello, no he dormido dos horas seguidas, este ritmo me va a matar un buen día. -Porque te conozco bien, debes estar en el aeropuerto tres horas antes. -Está bien, dile a la neurótica que el lunes estaré presente en la reunión. -La hermosa rubia me abraza con sus piernas deslizando sus delicadas manos en mi entrepierna, terminando de despertar mis ganas, sus pechos en mi espalda mandan pequeñas cargas eléctricas a mi espina dorsal. -Te envío al correo los proyectos pendientes, revísalos. mientras intento no empezar a jadear por el teléfono.

Brigittehabla más calmada

-Ajá… dale un beso a Pierre de mi parte. -Cuelgo el teléfono y doy la vuelta lanzándola a la cama besando incesantemente esos labios carnosos, ella muerde levemente mi labio inferior escrutándome con sus sublimes ojos azules. -Y… ¿entonces tenemos tiempo? -Recorre sus manos por mi espalda besando mi cuello con insistencia. -Depende. -Paso mi boca por sus generosos pechos, son un espectáculo para la vista, como me encantan sus pezones rosados y obedientes a mi lengua, desciendo a su plano vientre, muerdo levemente el hueso de la cadera que se le marca de forma tan sexy, se retuerce ante eso, delineo con mis dedos ese pequeño tatuaje de libélula que tiene en su vientre bajo, me muevo a su centro dejando un rastro de besos por el camino despertando su piel y sus ganas. -¿Se puede saber de qué depende? -Me pregunta con una risa maliciosa mientras juega con mi cabello, levanto mi vista buscando su rostro que ya se encuentra rojo carmesí. -De si tomamos la ducha juntas. -Sonrió entre sus piernas, continuo presta con mi labor, su carcajada por mi respuesta casi se une al gemido provocado por mi sorpresiva penetración, sus jadeos son música para mis oídos, me encanta hacer sentir a esta mujer.

A duras penas llegamos a tiempo al aeropuerto, solo falta mi llamado a bordar, estoy en la tienda de recuerdos, necesito regalos de última hora, creo que no hay remedio para mí, esto debí hacerlo con anterioridad, en uno de los espejos del local se refleja como viene hacia mí con una sonrisa y unas latas de Red-Bull en sus manos, imagino que para despejar la cabeza, me da risa recordar cómo empezó todo, en mi mente puedo repasar sin temor a equivocarme nuestra primera conversación. Me encontraba en un bar de la zona turística, había llegado al paradisiaca Cocoa Island hace seis días a descansar, de vacaciones obligadas, había dejado mucho trabajo pendiente… al estar en uno de los escenarios naturales más hermosos del mundo fue demasiada tentación para no ir a buscar buenas fotografías, ya he dicho que somos animales de costumbres, en fin… estaba tratando de terminar el día relajadamente, sentada en la barra bebiendo una cerveza bien fría, tenía a mi lado mi cámara favorita viendo las noticias internacionales en el televisor del lugar, no había entablado conversación con nadie y no pensaba hacerlo en realidad, de pronto siento como alguien toma el lugar a mi derecha, al comienzo no me había percatado de quien era, cuando fui a tomar mi jarra por equivocación tomé la equivocada, me sentí una total idiota por mi torpeza, su delicada sonrisa me hizo voltear a verla, una hermosa rubia dueña de unos hermosos ojos azul profundo me robaron el aliento. -Tranquila no pasa nada. -Sonreí ante su respuesta, su dulce voz hizo que sobresaltara mi interior. -¿Qué clase de cámara traes ahí? -Pregunta curiosa por el desconocido artefacto. -Es una powershot G12 con zoom óptico angular 5x28 mm… -Coloca cara de no entender mucho de lo que digo, sacudo la cabeza un poco por mi torpeza. -Solo digamos que me sirve para tomar fotos geniales. -Decido no seguir hablando en lenguaje técnico. -Lo siento, no entiendo mucho de cámaras fotográficas. -Me dice en tono sincero mientras bebe de su jarra. -Tranquila no pasa nada. -Le contesto mientras no pierdo de vista como acomoda un mechón de su cabello con sus manos. -No eres de por aquí ¿cierto? -Pregunta interesada por mi acento desconocido, deslizo las yemas de mis dedos por mis cejas dibujando una sonrisa coqueta. -No… digamos que soy de muy lejos. -Su risa vuelve a estar presente, tiene una sonrisa preciosa, de esas que son difíciles pasar por alto. -Digamos que yo también… me llamo Svetlana. -Estrechamos las manos y nos quedamos más de la cuenta sin poder quitarnos los ojos de encima. -Svetlana me llamo Helena, pero puedes decirme Lena. -Termino de hablar mientras siento como pasa suavemente la cerveza fría por mi garganta refrescando a su paso el intenso calor que esta mujer despierta en mi ser con tan solo una mirada y una sonrisa.

-Lena… curioso pero me gusta. -Me ve de forma seductora.

Esa pequeña conversación en ese bar se convirtió en la antesala de una aventura apasionada, un amor de verano, de esos intensos y ardientes, sin compromisos ni ataduras, debe ser por eso que no hay temores de por medio y te entregas sin vacilaciones, pero sabiendo que cuando termine las vacaciones de paso se termina el romance, si bien no deja de ser real todo lo vivido. -¿Se puede saber en qué tanto piensas? -Me sobresalto al sentir la fría lata por mi espalda. -Créeme no quisieras saber. -Sonrió mientras termino de pagar por mi compra. -¿Conseguiste lo que necesitabas? -Recibo la lata y tomo un sorbo de ese dulce y burbujeante líquido. -No exactamente… pero para ser de última hora, ya sabes… no conté con tiempo suficiente. -Contesto alzando mis hombros despreocupadamente, ella me dibuja una mueca maliciosa. -Me estas culpando por ocupar tu tiempo… ¿te arrepientes? -Me dice cruzando los brazos fingiendo enojo. -Ni por un segundo. -Le contesto mientras la beso suavemente, nos comportamos como dos enamoradas que no pueden quitar sus manos de encima, algunas personas nos ven detenidamente, mientras otros simplemente nos ignoran, después de tanto tiempo aprendí a ser más libre, sus besos pueden ser adictivos y no soy de negarme, la alarma de mi tablet indica que Brigitte ya envío los proyectos, con desgano reviso los archivos. -Tu vida ya te solicita. -Pregunta mientras besa mi cuello, haciendo imposible concentrarme en el trabajo. -Si… pero que me espere un ratico mas. -Regreso mi tablet al bolso y la beso de nuevo, no puedo retirar mis manos de su trasero, esos pantaloncitos cortos pegaditos a su cuerpo me incitan a más no poder, los altavoces del aeropuerto avisan a los pasajeros del vuelo 354 abordar por la puerta 10B. -Es tu vuelo. -Me dice con tristeza por el inminente adiós. -Sí. -Contesto con simpleza, no puedo creer que ya deba volver a mi agitada vida en Paris, hace tiempo que no disfrutaba tanto mis vacaciones. -No sé que se dice en estos casos. -Voltea ver a un lado mientras lleva sus manos atrás.

-Yo tampoco… solo no compliquemos las cosas. -La acerco a mi cuerpo y la beso como si mi vida dependiera de ello, sus manos rodean mi cuello, me separo lentamente, sus labios están rojos y un poco hinchados por el beso, deslizo mi pulgar sobre ellos, sus ojos me ven con deseo, respiro profundo y me retiro a paso lento, volteo a verla por última vez y le guiño el ojo antes de perderme de su vista.

Detesto los viajes en avión, especialmente los largos y tediosos, esos que tu cuerpo resiente por estar en una misma posición por mucho tiempo, tampoco he podido dormir mucho que digamos, el bebé de adelante no deja de llorar angustiando a sus padres y de paso a los demás pasajeros, demonios!!! Me pone de malas, agarro mi puente nasal entre los dedos, mas de una persona en este avión se siente frustrado, carajo mejor utilizar el tiempo disponible, en la reunión ya debo tener claro de qué proyecto me voy hacer cargo, con apatía me levanto y busco en el compartimento mi bolso, saco la tablet, deslizo con parsimonia el lápiz digital buscando el que me interese… desde que fundé la empresa con Renee hace tres años tenemos mucho trabajo, somos uno de los estudios fotográficos más solicitados y mi nombre ya es reconocido en el mundo de la fotografía, desde que llegué a Paris no me he detenido en forjar una carrera exitosa, a veces puede ser difícil, pero con pasión, entrega y dedicación todo se logra. Llevo más de dos horas leyendo, siempre le pido a Brigitte que envíe la mayor información posible de cada proyecto, me encanta entender el contexto de cada uno, me facilita captar la particularidad necesaria para lograr las mejores fotos, he descartado los proyectos en los que ya he trabajado, quiero hacer algo diferente, pronto encuentro uno que llama mi atención: La revista A-1 Tenis requiere sesión fotográfica con la tenista Kelly Adler para su próxima edición. Kelly Adler, 24 años de edad, originaria de Canadá, adoptada a los seis años de edad, no existe información antes de su adopción, hija mayor del matrimonio compuesto por el militar retirado Daniel Adler y el profesor de historia Fernando Díaz, creció en Miami Florida, habla perfecto español y francés, ingresa a los Dieciocho años de edad en el programa de becas para deportistas consagrados del Reino Unido, egresada con honores de London Metropolitan University como licenciada en letras, reside actualmente en Londres. La tenista Kelly Adler ocupa el puesto dieciséis de la WTA, con tan solo dos años como tenista profesional ya ha ganado la US Open y ha logrado llegar a cuartos de final de Roland Garros, su carrera profesional se distingue de las demás por haber incursionado primero en la liga universitaria de Reino Unido adaptándose muy bien después en la liga profesional, sus entrenamientos son un total misterio, nadie ha obtenido material visual de su método de entreno. Su vida personal se ha visto envuelta en todo tipo de escándalos cuando hizo público su bisexualidad, se le ha visto salir con hombres y mujeres por igual, aun así las revistas del corazón no pierden interés en ella y siempre la tienen en sus listados como una de las solteras más cotizadas del mundo.

No puedo evitar sentir interés por esta mujer, no conozco su aspecto físico, Brigitte no envió ninguna imagen, no entiendo los motivos de estudiar algo tan diferente al tenis, pero me intriga saber cómo pudo equilibrar una cerrera profesional con el deporte de alto rendimiento, sé lo difícil que es hacer las dos cosas, bueno tan solo practiqué tenis en el colegio pero aun así fue difícil mantener el nivel competitivo y no descuidar los estudios, tampoco colaboro el tiempo que estuve fuera por el accidente, mi brazo derecho no volvió a funcionar igual, tuve que soportar muchos dolores, por eso decidí dejarlo, si el accidente no hubiera sucedido tal vez y solo tal vez hubiera seguido con el tenis, la verdad me apasionaba muchísimo, definitivamente escojo este proyecto. Me estiro lo suficiente para sentir que mi cuerpo despierta de su largo receso, por fin llegue a Paris, estoy terminando de recoger mis maletas en el aeropuerto, activo mi celular y veo las múltiples llamadas perdidas y correo de voz, la mayoría de Renee, ashhh esta mujer es insistente, por no decir que intensa, dibujo una sonrisa al ver que tengo un mensaje de voz de Silvia, desde los casi cinco años que estoy viviendo en Paris nuestra amistad se ha mantenido, la mayoría de las veces es difícil cuadrar nuestros compromisos profesionales para vernos, pero nos hemos juntados para algunas fiestas y cumpleaños, supongo que para eso llamó, muy pronto estaré celebrando mi cumpleaños 27, oh sí, el tiempo pasa y no perdona a nadie. -¿Se puede saber por qué no me habías dicho que te ibas de vacaciones? te llamé varias veces, me hubieras ahorrado la preocupación, solo hasta que me comuniqué con Brigitte me enteré de que andabas broceándote el culo en una isla exótica, idiota no invitas… bueno igual no hubiera podido ir, estoy en Las Vegas hasta el martes, además cuando regrese tengo mucho trabajo en el hospital, necesito hablar contigo, tengo muchas cosas que contarte, mmm bueno cuando puedas me llamas… te extraño muchísimo. Guardo el celular en mi bolso sonriendo por el mensaje de Silvia, no entiendo que estará haciendo en Las Vegas y que tendrá para contarme, supongo que el martes la llamaré para enterarme de todo, de pronto tropiezo de frente con una señora de avanzada edad que lucha inútilmente porque sus maletas más grandes que ella no den una vuelta más en la banda transportadora, como casi siempre pasa nadie le presta atención, nadie piensa en auxiliarla, claro si fuera una mujer joven y hermosa más de un baboso ya le hubiera prestado ayuda, a veces me sorprende lo superficiales que nos volvemos, decido ayudarla sin mediar palabra alguna, bajo las maletas y las dejo a su lado, me devuelve el gesto con una sonrisa. -Eres muy gentil. -Me dice con una sonrisa dulce. -No es nada. -Levanto mis hombros restando importancia. -Sabes que las cosas no pasan por error. -Frunzo el ceño ¿de dónde salió eso? -Eh… no. -Me interrumpe tomando mi mano derecha, acomoda sus grandes lentes y ve con detenimiento la palma de mi mano, delineando cada línea mientras murmura palabras sin sentido, volteo a ver todos lados, ¿acaso estoy en alguna cámara escondida?, no parece que no, todo el mundo pasa por el lado sin fijarse en nosotras.

-¿Qué hace señora? -Le pregunto ya molesta por la ridícula situación. -Tranquila… ummm interesante. -Retiro mi mano sin ser brusca, su avanzada edad impide que salga el diablo que llevo adentro, odio que se tomen atribuciones de esta clase conmigo. -Veo que te gusta huir de tu destino. -No entiendo lo que dice. -Ladeo mi cabeza intentando comprender qué trata dedecirme. -Sabes lo infinito que es el mundo e infinita las posibilidades, de todos los caminos a tomar el de cada persona es único… tú no eres la excepción. -Me señala con media sonrisa. -Te gusta ser solitaria, rebelde, osada, no permites que nadie se entere de tus sentimientos, una típica chica ruda. -No se pase señora. -Le recrimino por su atrevimiento. -Jajaja se me olvidó también decir que te molesta que te digan tus errores. -Ahora también se burla de mí, no puedo evitar rodar los ojos, ashhh ya no aguanto más. -Tengo afán, si me disculpa. -Doy media vuelta y me dispongo a retirarme del lugar, este encuentro solo sirvió para terminar mi día de la peor forma, ashhh estoy más que irritada. -Sus caminos se van a volver a cruzar. -La escucho seguirme, la ignoro, no quiero escuchar más. -Escucha lo que te digo porque solo hay verdad en mis palabras. -De dónde saca tantas tonterías. -No sigas huyendo de tu destino. -¿A qué se refiere está loca? eso me pasa por ayudar a desconocidos, golpeo mi frente reprochándome mentalmente. -Ella es tu destino. -Me detengo en seco, siento como si un rayo me hubiera partido en dos, todo pasa en cámara lenta a mi alrededor, no logro escuchar nada, solo mis pensamientos y mi corazón acelerado, volteo a verla, pero solo la veo caminar a paso lento producto de su avanzada edad jalando sus maletas en sentido opuesto al mío. -Helena!!! -Su voz por fin logra sacarme de mis abstracciones. -Aquí. -Sacudo la cabeza y diviso a Brigitte saltando y moviendo sus manos de un lado a otro tratando de llamar mi atención, se ve cansada, creo que venir a buscar a tu jefe altas horas de la noche no debe ser agradable para nadie, pero ella me recibe con una tierna sonrisa, pronto siento su abrazo fuerte acompañado de dos besos en las mejillas. -¿Cómo te fue? ¿Qué tal todo? el vuelo no se retraso, menos mal ya pensaba que me tenía que quedar más tiempo esperándote.- ¿Qué quiso decir con que ella es mi destino? que nuestros caminos se van a volver a cruzar, ¿a quién se refiere?, acaso puede ser…no, no puede ser, no ella, eso fue hace tanto tiempo, historia patria, niego con la cabeza, pronto siento como jalan mi brazo. -¿Helena me estás prestando atención? -Volteo a verla con el ceño fruncido, demonios mi eterna costumbre de perderme en mis cavilaciones.

-Eh… si. -Sacudo mi cabeza tratando de despejar mi mente. -¿Donde está Pierre? -Eso es todo lo que puedo preguntar, niego mentalmente ya sé la respuesta. -Donde crees… con mi madre, estás no son horas para que un niño pequeño esté despierto. -Contesta riendo por mi pregunta. -Sí… tienes razón. -Todavía no puedo remover de mi mente las palabras de esa mujer, ashhh no voy a sugestionarme por viejitas locas que leen las manos a extraños en los aeropuertos, quien sabe de dónde salió. -Te ves agotada. -Me ve detenidamente, debo ser la poseedora de tremendas ojeras, todo el cansancio acumulado ya deja huella y se supone que regreso de vacaciones, deberían ser para descansar, ¿no?, mmm claro Svetlana. -No te das idea, necesito una ducha y mi cama… solo eso, mañana vuelvo al trabajo. -No sabes cómo anda Renee, la próxima vez que salgas de vacaciones me concedes vacaciones también. -Me dice pestañeando varias veces con sus manos juntas suplicando dramáticamente, solo le hace falta arrodillarse. -No sé… -Tomo mi mentón con mi mano en posición de estar meditando seriamente la propuesta, sus ojos me siguen en todos mis movimientos, es divertido la verdad. -Déjame pensarlo. -Ella hace un tierno mohín. -Detente!!! Eso no te va ayudar siempre. -Le digo aparentando seriedad, ella levanta sus hombros, como intentando excusarse. -Bueno por lo menos tenía que intentarlo. -Empieza su risa que pronto me contagia, subimos las maletas al carro, menos mal que no son muchas, veo el reloj bostezando por todo el trajín, mmm tan solo tengo solo cuatro horas para descansar, espero sea suficiente, mañana será un largo día de trabajo, especialmente tengo que enfrentar a Renee, demonios va estar furiosa conmigo, ya imagino su discurso de las responsabilidades que tenemos con la empresa, tengo que encontrar la forma de evadirlo. -¿Ya sabes qué proyecto quieres? -Pregunta mientras conduce logrando sacudirme de mi monologo interno. -Sí… quiero el de A-1 Tenis. -Voltea verme descuidando por un leve momento el camino, peligroso si estás en una autopista de alta velocidad. -Tú nunca te has encargado de proyectos de ese estilo. -Se extraña de mi decisión, es cierto, sé que mañana más de una persona se va asombrar de mi decisión. -Exacto… es hora de probar algo nuevo… ya sabes, la rutina mata y estoy muy joven para eso. -No puedo evitar reír por mis ocurrencias, acomodo mi brazo en la cabecera del asiento mientras me estiro perezosamente, las luces de Paris me dan la bienvenida, como tiempo atrás lo hicieran por primera vez, mañana presiento va a ser un gran día.

XVI Entro sonriendo a paso tranquilo, a pesar de no haber tenido tiempo suficiente para dormir, hoy intuyo que va ser un gran día, por lo menos empecé bien, el café sabe delicioso, el sol brilla, Paris es preciosa en verano a pesar de las altas temperaturas, los empleados del estudio me saludan mientras intentan seguir con sus labores, todavía me parece increíble que sea dueña de la mitad de todo a mi alrededor, cuando inicié el proyecto con Renee nunca pensé el éxito que tendríamos, solo éramos dos soñadoras, aunque ella siempre me garantizó que así sería, ella es el cerebro directivo detrás de todo esto, yo soy como decirlo, la fuerza creativa, la que trata de imponer un sello distintivo, jamás me gustó tomar decisiones financieras así que Renee es la que se hace cargo de todos esos asuntos y de paso pone mis pies sobre la tierra, yo soy la encargada de que ella no convierta todo en un producto en serie, sin alma, del montón, la clave del éxito es que nos equilibramos a la perfección. Pronto veo a Brigitte bostezar mientras bebe de su taza con grandes letras rojas que reza “La mejor mamá del mundo”, si la hubiera conocido tiempo atrás esa taza se hubiera convertido en tema de bromas repetitivas por mi parte, pero no ahora, no conociendo de cerca a esta grandiosa mujer, Brigitte empezó en nuestra empresa desde sus inicios, era nuestra pasante, encargándose de hacer más fáciles las cosas, cuando nos dio la noticia de su embarazo nos sorprendió muchísimo, ella tan solo tenía diecinueve años por Dios!!! su novio la abandonó a penas se enteró de la noticia, huyó como un cobarde negando hijo alguno ¿cómo iba lograrlo sola?... pero nos dejó callados a todos con su tenacidad, no se dio por vencida por las adversidades, por azares de la vida me tocó llevarla al hospital cuando el pequeño Pierre decidió adelantar su nacimiento dos meses, casi muero de los nervios, qué iba a saber yo de bebés, de biberones, leches de formula, de partos… al no tener ningún familiar cercano en ese instante, era yo la elegida para estar a su lado en ese crucial momento, jajaja casi parte mi mano con su fuerte agarre, después de tres horas de trabajo, de sudor, de lágrimas y porque no decirlo de más de una palabrota por parte de Brigitte, un hermoso bebé vio el mundo por primera vez, en ese momento tuve una epifanía, deseo ser madre, el milagro de la vida es algo tan hermoso, tan sublime y tan jodidamente perfecto que no quiero perdérmelo, si, Helena Devía desea ser madre, aunque más de uno no lo crea. -Qué bueno que llegaste… -La beso en las mejillas como de costumbre, a Brigitte se le hace difícil no bostezar de nuevo quitando delicadamente una lágrima por el sueño. -Renee te está esperando en la oficina. -Me dice con voz somnolienta señalando la oficina del fondo. -Deséame suerte con solecito. -Casi escupe el café, todavía no se acostumbre que la llame de ese modo totalmente sarcástico, deja la taza en el escritorio y me levanta los pulgares dándome ánimo. Camino a paso seguro, muchas de mis fotografías adornan el lugar, todas evocan un momento especial para mí, todas me recuerdan que he hecho bien las cosas, especialmente la del actual presidente de esta nación que me acogió, esa fotografía marcaria una pauta importante en mi carrera, cuando me enviaron a fotografiar al solo entonces candidato presidencial las encuestas no le favorecían, hablé ampliamente con él, buen tipo, con ideas brillantes, pero su posición rígida no era una buena imagen para los votantes, cuando me

habló de sus tiempos como boxeador en la universidad le pedí que me mostrara algunos de sus ágiles movimientos, sonreía alegremente contándome anécdotas de sus triunfos, en ese momento empecé a disparar la cámara, casi me mata por fotografiarlo descuidado y falto poco para que las fotos no vieran nunca la luz pública, conclusión, una grandiosa foto donde se le veía relajado, a raíz de esa imagen emblemática las encuestas cambiaron radicalmente y el resto ya es historia, todavía me llama para fotografiarlo. Golpeo la puerta tranquilamente tomando aire, sé que Renee está furiosa, las vacaciones eran de tan solo una semana y me quedé dos, mi vuelo lo tuvieron que reprogramar tres veces, pero Svetlana valió la semana adicional, se delinea una leve sonrisa en mi rostro al recordar los días junto a esa hermosa mujer. -Siga. -La veo de espaldas, viendo entretenidamente la vista privilegiada que tiene desde el gran ventanal con el que cuenta su oficina, tiene los brazos cruzados, esa no es buena señal, se ve divina con ese traje de ejecutiva, cuando viste así me pone mal, les he dicho alguna vez que me encanta las mujeres así, se ven tan serias, profesionales, pero en la cama… es otra historia, Renee está con su cabello castaño recogido delicadamente, no puedo evitar verla con deseo, especialmente porque Renee es una mujer preciosa, con un cuerpazo y de castigo unos hermosos ojos azul celeste, me acerco sigilosamente y la abrazo desde atrás, acomodando mi cabeza en sus hombros. -¿Que dice el solecito más brillante de Paris? -La aprieto suavemente con mi cuerpo, sé que no me la va a dejar fácil, ya la siento tensarse entre mis brazos, pero no rechaza mis atenciones, todavía hay esperanza. -¿Se puede saber por qué tus vacaciones se extendieron más de la cuenta?... no sabes cómo ha preguntado Dómine por ti, se rehúsa a que otra persona haga las fotos de su nueva colección. -Me reclama mientras mi respiración se estrella en su cuello erizando su piel, sé que es su punto débil, el que hace perder su voluntad. -Ajá...-Le contesto concentrada en mi labor de distraerla de sus reclamos, no les recomiendo a esta mujer cuando esta de mal humor, le doy un suave beso en su cuello estremeciéndose levemente. -Ya Helena… contesta!!!. -Me recrimina sabe muy bien cuáles son mis intenciones, la suelto y me coloco frente a ella con una sonrisa amplia. -Porque me la estaba pasando genial… siento haber dejado tirado el trabajo una semana, pero sabes que hace tiempo no tomaba vacaciones. -Termino de hablar con un tierno puchero como escudo de sus reclamos. -Lo sé, casi te obligué a que la tomaras... -Coloca la mano por su nuca caminando hacia una de las sillas. -Pero sabes muy bien que tenemos mucho trabajo. -Me señala completamente seria jajaja lo logré, ya está de mejor humor.

-Bueno ya estoy aquí. -Me acomodo en el sofá mientras agarro una de las pelotas anti estrés que tiene por el lugar lanzándola en el aire despreocupadamente y volviéndola a agarrar. -Me gusta tu bronceado. -Me dice de la nada logrando que casi pierda la pelota entre las manos. -Lo que me recuerda que debo apartar cita para la cama bronceadora. -Sonrío de medio lado llamando su atención, ella trata de no cambiar su postura elegante de piernas cruzadas mientras me ve detenidamente. -Suerte con eso. -Río mientras sigo jugando con la pelota. -Para tener esta piel tostada se debe nacer con ella. -Pronto recibo un cojín en la cara, cuando volteo a verla tiene la ceja enarcada al mejor estilo de Renee. -Ya deja esa cara…Dios Renee tienes que cambiar ese mal humor. -No mal entiendan, ella no suele ser así, bueno no todo el tiempo, ahora está pasando una situación difícil, hace nueve meses se separó de Gerard, hasta hace muy poco su gran amor, una mañana llegó a su casa más temprano de lo usual y lo encontró en la cama con una estúpida masajista pelirroja en esa posición sexual que tiene como nombre un numero que a más de uno hace sonrojar, si esa, ustedes saben muy bien cual, digamos que desde entonces se ha convertido en un ogro, sus cambios de ánimo tiene los nervios de punta a más de una persona en la oficina. -Ya sé. -Suspira pesadamente, su mirada se pierde en un punto fijo inexistente. -Lo que tú necesitas en una buena sesión de sexo. -Voltea verme sonrojada, levanto mis hombros. -Tú sabes que si… dime hace cuanto que no… -Hago ademanes para que comprenda que quiero decirle. -Helena… no vuelvas a lo mismo. -Me contesta cansinamente, últimamente se ha vuelto tema de conversación entre nosotras. -Te conozco, cuando estas con esos cambios de humor es porque te hace falta calorcito humano. -Le digo en tono jocoso. -Si hablas de aquella vez, eso solo fue mmm casi nada. -Me contesta sonrojada, los recuerdos le llegaron como un trago doble de tequila. -Jajaja y bien que lo disfrutaste, hasta sonreías todo el día. -Y sí que lo sé muy bien, Renee fue la primera persona que conocí cuando llegué a Paris, con ella compartí habitación en el campus de la universidad, por no haber llegado antes como Claude muy bien me lo recomendó, la habitación 303 era la única disponible, nadie pensaba que pudiera convivir con Renee Dubois, llevaba diez compañeras de habitación que huyeron en tan solo dos años, cuando me contaron todas esas historias trague saliva me imaginaba tremenda bruja con verruga y todo, pero tenía problemas más importante en esos momentos que una simple compañera de habitación conflictiva, cuando pase el umbral de la puerta me topé con ella, me pareció muy linda, pronto me di cuenta porque nadie se la aguanta, era una loca compulsiva por el orden, todo tenía que estar como ella quería, como mi única intención era

estudiar hice todo lo que me pidió, aunque de vez en cuando me reclamada porque no colocaba portavasos para la taza con la que tomaba café a diario, o porque las cosas del baño no estaban organizadas en el orden especifico que me había dicho, casi enloquezco, pero sobrellevé la situación por seis meses, digamos que era llevable la vida con ella, casi como un matrimonio de años. Cuando peleó con su entonces solo novio Gerard enloqueció, sus cambios de humor eran insoportables, un buen día llegué cansada de las practicas y me reclamaba por algo que ya ni recuerdo bien, el caso fue que no sé qué pasó por mi cabeza, la besé en un impulso de pasión, sus ojos casi salen de su puesto, le dije que si seguía haciéndome reclamos de esos la iba a besar, eso se convirtió en un juego en el que ella buscaba pelea solo para incitarme, una buena noche la besé en un lugar especifico de su cuello y las cosas se salieron de control, esa noche tuve sexo por primera vez con otra persona que no fuera ella, si ustedes ya saben de quien hablo, digamos entonces que Renee cambió radicalmente, me mostró una parte desconocida de su personalidad, era dulce, amable, las peleas se acabaron, no creo que tuviera mucha energía después de estar haciéndolo día y noche, aunque fueron solo tres semanas las disfruté, todo terminó cuando ella se reconcilió con Gerard y se casó tiempo después con él, por mi parte no hubo ningún problema, no desarrollé sentimientos por Renee, solo quería saber si podía sentir, cuando llegué a Paris me sentía como un juguete roto, no sabía siquiera si era capaz de estar con otra persona que no fuera ella, Renee me demostró que sí, de toda esa locura quedó una buena amistad que luego se convirtió en una buena relación de negocios, la quiero mucho aunque me enloquezca a ratos. Pronto escucho como Renee hace sonar sus dedos llamando mi atención. -Me asustas cuando te pierdes de esa manera. -Me ve un poco preocupada por mis episodios de concentración. -Ah… ¿Qué? -A eso exactamente, que te pierdo cuando piensas en que sabe qué. -Me dice cansada de que siempre me extravíe en mis pensamientos y la deje hablando sola. -Lo que digas… y entonces me vas hacer caso. -Contesto sonriendo socarronamente. -Ahhh ya sé, no es que no quiera, es que no me siento preparada para tener una relación en estos momentos. -Empieza a morder sus uñas, ya le he dicho que es una manía muy fea, pero no hace caso. -¿Quién habló de una relación?, yo te dije muy claro se-xo, solo eso, ya sé que no estás preparada para una relación, pero para sexo si, tu cuerpo lo pide a gritos… ¿si quieres te ayudo? -Vuelvo a sentir un cojín en el rostro, no puedo parar de reír. -Ya deja de tirarme cojines. -Sigo con mi risa nerviosa, que les puedo decir, esa parte de mi personalidad no ha cambiado.

-Está bien, acepto que necesito lo que tú muy bien llamas calorcito humano, pero entonces acepta que lo que tú necesitas es amor. -Frunzo el ceño, ¿y ahora que bicho le picó para que me salga con eso? -No me veas así… es verdad, desde que te conozco no has tenido pareja alguna, ni una, solo tienes sexo ocasional sin comprometerte con nadie. -Ashhh Raneé no de nuevo, ya te he dicho que no he encontrado a nadie. -Llegó mi turno de recibir discursos de cómo manejar mi vida, eso me pasa por provocarla. -¿No la has encontrado o no quieres encontrarla? -Me dice alzando su ceja y con los brazos cruzados. -Qué!!! -Sí Helena, no le das la oportunidad a nadie, todos hemos tratado de presentarte personas pero nada. -Es cierto, en cada cumpleaños me presentan una persona nueva, una cita a ciegas que por lo general termina en desastre. -No es mi culpa que todas las citas que me traen para mi cumpleaños sean un completo fiasco… por cierto no lo hagan más, en serio es frustrante. -Junto mis manos suplicando. -Lo que digas Helena, si quieres seguir negando que le ves defectos inexistentes a las personas, para no darles una oportunidad, allá tú. -Hagamos un trato, voy a intentar darle una oportunidad a la persona que sea interesante para mi, si de ahí nace una relación perfecto, ¿ok? y tú me prometes que vas a buscar a alguien que te dé una buena noche… ¿trato? -Trato… -Me ve con una sonrisa de satisfacción, ¿por qué presiento que soy víctima de mis propios inventos? -Ahora vamos a la sala de reuniones, ¿ya sabes de qué proyecto vas a encargarte? -Sí y necesito tu apoyo. -Me ve con cara de espanto. -¿Qué? -Miedo das… cuando pides apoyo es por una locura en mente. -Jajaja no es locura solo te pido respaldo. -Está bien, ve siguiendo ya te alcanzó. -De pronto siento como me da una nalgada, volteo a verla confundida. -¿Y eso? -¿Qué? solo sigo tu consejo.

-Jajaja y lo disfrutaste ¿cierto? -Ya no sigas. La sala de reuniones se llena de risas y de bromas, siempre hemos tratado de crear un ambiente relajado donde todos pueden expresar sus opiniones, la reunión de asignación de proyectos se realiza una vez a la semana, todos toman atenta nota de qué se desea lograr, con Renee tratamos de tener una visión clara de cada proyecto y discutirla con la persona que se haga cargo, cuando Renee habla del proyecto de A-1 Tenis dos personas levantan la mano al tiempo, volteo a ver quién es la otra persona, sonrío al darme cuenta de que se trata de Sean, un apuesto castaño británico de ojos verdes que contrastan tan bien con su blanca dentadura, me regala una amplia sonrisa, desde que entró a trabajar en la empresa, primero intentó inútilmente seducirme, después fracasó proponiendo un trío, cuando aceptó que era una misión perdida empezamos una competencia por todo, por trabajo y mujeres especialmente, aunque hemos construido una amistad esa parte de nuestra relación ha sido imposible abandonarla. -Veo que tenemos dos personas interesadas. -Renee habla mientras desliza sus dedos en la nuca, cuando estamos en posición competitiva no puede evitar colocarse nerviosa. -No entiendo, a ti no te gusta fotografiar deportistas, ¿qué ha cambiado ahora? -Me dice Sean con una vasta sonrisa, es cierto, no me gusta fotografiarlos, especialmente los futbolistas, es difícil manejarles el ego y tratar de tomar fotos a quien yo considero tan solo un mortal, pero ellos en cambio no quieren bajarse del estatus de dioses, me choca, evité por mucho tiempo esta clase de proyectos. -Jajaja lo sé, pero este proyecto es diferente, siento que puedo darle una perspectiva diferente. -Mmm y que sabes tú de deportes, acaso sabes quién es Kelly Adler, apuesto que no sabias de ella antes de conocer de este proyecto. -Tienes razón no sabía nada de Kelly Adler, pero sí sé de tenis, lo practiqué en el colegio, fui cuatro veces campeona nacional en individual y dos veces en dobles. -Todos voltean a verme con el ceño fruncido como si hubiera revelado un secreto inimaginable, nadie quiere ceder en verme, ruedo los ojos por la desesperación que me provoca. -¿Qué? -¿En serio qué pasa?, no entiendo la reacción de todos en la sala. -Bueno desde que te conocemos no hablas nunca de tu vida antes de llegar a Paris, es normal sorprendernos. -Renee es quien finalmente decide hablar, suspiro pesadamente, es cierto, desde que llegué aquí no hablo nada de mi anterior vida, me prometí empezar de nuevo y lo he venido cumpliendo, es por eso que nadie sabe por ejemplo que me gustaba que me llamaran Lena, ella quedo atrás junto con todos mis recuerdos, mi única conexión con mi pasado es Silvia y bueno mi padre con él cual hablo regularmente por teléfono, siempre insistiendo en que vuelva al país aunque le explique todas la veces que es caso perdido.

-Bueno es que mi vida antes no era interesante. -Levanto los hombros restándole importancia a la situación. -Está bien… para decidir quién se queda con el proyecto cada uno me va a decir por qué lo quiere… -Raneé nos ve con su pose de ejecutiva seria. -Empecemos con Sean. -Bueno tengo la experiencia, siempre me he encargado de los deportistas, conozco del tema y bueno… sé que ella es mi alma gemela. -Termina de decir con una risita de bobo hablando de su gran amor, inmediatamente recibe más de una bola de papel en la cara… Sean siempre dice lo mismo con alguien que le interesa, todas son su alma gemela, claro antes de acostarse con ellas y no llamarlas después, Renee lo ve con una mueca de fastidio, inmediatamente posa su mirada en mí, haciendo un ademan indicando que es mi turno de hablar. -Sé la seriedad de la revista, si quieren a Kelly Adler es porque lo vale, cuando estás tan metida en tanto escándalo mediático las personas tienden a obviar tus logros deportivos, a restarles importancia, su historia me interesa, no entiendo por qué no empezó directamente en la liga profesional, ¿por qué estudiar Letras?, es una total intriga, además que sus logros deportivos como profesional me impresionan, presiento que puedo descubrirlo y mostrarlo al público. -Renee me ve con un gesto de aprobación al igual que todos en la sala, Sean por su parte tiene la cabeza baja, sabe que gané esta vez, no crean que es solo un mujeriego empedernido, es bueno en su trabajo, solo que a veces piensa con la cabeza equivocada, ustedes ya saben a qué me refiero. -Creo que ya sabemos quién se queda con el proyecto… -Todos asienten. -Bueno y ¿qué necesitas? -Bueno quiero ir personalmente a Londres, deseo tomar fotos en su lugar de entreno, eso nunca se ha logrado, quiero verla cuando se esfuerza, cuando suda y se entrega a su deporte, no quiero la típica foto con el uniforme impecablemente blanco. -Perfecto… entonces que Brigitte se encargue de todo. -Otra cosa, quiero que Brigitte me acompañe, ya es hora que me asista en estos viajes. Renee se queda un momento pensativa meditando lo que pido, pero finalmente asiente dando su visto bueno. Cuando salimos de la sala de reuniones camino a paso seguro al escritorio de Brigitte, tengo en mi rostro una sonrisa de picardía, ella se queda viéndome confundida, voltea a ver atrás a cerciorándose si es para ella la sonrisa. -Te vas conmigo a Londres, prepara todo para fotografiar a Kelly Adler en su sesión de entrenamiento. -Sé que lo dije rápido y sin dejar mi sonrisa en ningún momento. -Espera vamos por partes. -Se queda analizando pieza por pieza de información, la noticia fue como un baldado de agua fría, lo sé. -Como así que me voy contigo y ¿Pierre?

-Que se quede con tu madre, solo son unos días. -No se Helena… él todavía es muy pequeño. -Como toda madre primeriza se le es difícil separarse de su hijo, el niño va a estar bien, es solo que ella lo va extrañar mucho y es más fácil escudarse en esa excusa. -Está bien, si quieres te quedas con Renee. -Le digo ladeando levemente mi cabeza. -No!!! El niño va a estar bien. -Jajaja nada que un poco de presión no pueda hacer. -Pero Helena sabes muy bien que a Kelly Adler nunca se le ha fotografiado entrenando, es un total misterio. -Bueno haz las llamadas pertinentes, además ella no tiene que saber que la vamos a fotografiar.-Levanto mi ceja dibujando una mueca maliciosa. -Dios Helena… -Sus ojos se mueven de un lado a otro, sé que es un trabajo difícil el que le he puesto pero sé que ella puede lograrlo. -Está bien, ya empiezo a trabajar en eso. -Toma el teléfono colocándose presta a trabajar, la dejo tranquila para que siga con la llamada. Sean se acerca a mi lado, ¿por qué presiento que no se va a conformar con la decisión que tomó Renee? -Helena cariño por qué estas tan empecinada en Kelly, ¿acaso tienes otro interés que no sea profesional?-Me rodea con sus brazos, para los que no conozcan nuestra historia pensaría que somos un par de enamorados, la confianza nos da para tener esta clase de atribuciones. -Cariño… -Paso mis brazos por su cuello viéndolo de forma seductora. -Primero que todo deja llamarme así, sabes que nunca me ha gustado. -Paso sutilmente la punta de mis dedos por su musculoso pecho. -Segundo ni siquiera la conozco, tú mismo lo dijiste en la sala de reuniones, no conozco su aspecto, solo me interesa su historia. -Me ve asombrado por mi revelación, lentamente utilizo mi mano para separarme de él. -No puedo creer que no sepas lo hermosa que es esta mujer. -Levanto mis hombros, la verdad no me interesa el aspecto físico de las personas que pasan por mi lente, solo la historia que tengan para contar, Sean desliza ágilmente sus dedos sobre su tablet totalmente concentrado en las imágenes que el dispositivo trasmite. -Ves… ella es la hermosa Kelly Adler, la futura madre de mis hijos. -Lo veo con el ceño fruncido, a veces puede ser muy molesto esa clase de afirmaciones, especialmente cuando sabes muy bien que no es cierto… paso entonces mis ojos sobre la imagen que sostiene en sus manos, quedo sin palabras, está guapísima, con razón su insistencia, Kelly es dueña de un cabello rubio cobrizo, piel blanca y unos precioso ojos grises, sus facciones delicadas le dan un look entre niña y mujer, todo en ella parece perfecto, demonios!!!

-¿No lo ves?, nuestros hijos serían preciosos. -Ruedo los ojos, me desespera este hombre a veces. -Ya déjalo Sean, no voy a cambiar de opinión, pero si quieres le mando saludos de tu parte. -Le guiño el ojo, él contesta negando con la cabeza y con una sonrisa en su rostro, le doy la espalda para continuar con mi rutina. Estoy en la oficina trabajando, revisando los archivos atrasados por la semana adicional de vacaciones, paso mis manos por mi nuca, estoy muy tensa, no he parado de trabajar desde que llegué, todo es silencio en el estudio, Brigitte se despidió hace una hora, creo que soy la única persona aquí, todo está oscuro, paso mis dedos por mi puente nasal, ya es hora de descansar, apago el computador, alisto perezosamente mis cosas para salir, de pronto escucho como golpean la puerta, no entiendo, pensé que estaba sola. -Siga. -Renee entra tímidamente, no fija su vista en ningún lugar en específico, parece nerviosa, no comprendo por qué esta así. -Renee pensé que ya te habías ido. -Frunzo el ceño mientras me cercioro que todo quede en orden. -No… mmm Helena…yo. -Renee se enreda con sus palabras. -Sí… dime. -Renee se acerca decididamente y me besa con urgencia, me lleva al sofá, yo solo quedo congelada, a pesar de que bromeo con ella nunca pensé en ir más lejos, no de nuevo. -Necesito olvidar todo por un momento. -Me habla al oído con un nudo en su garganta, la tomo suave de sus hombros y me separo un poco para verla. -Renee yo… yo no sé si soy la indicada para… ya sabes. -La vida me enseñó a golpes que pasar los límites de la amistad no es siempre buena idea, puedes salir lastimada y no volver a ser lo mismo, no quiero arriesgar la relación con Renee… ella suspira fuerte. -Perdóname… no debí… -La abrazo fuerte, ella quiere irse pero no voy a permitirlo, finalmente se rinde y solloza suavemente en mi hombro. -Tranquila…tranquila. -Paso suavemente mis manos por su espalda, esperando que se calme. -No sabes cómo me siento, cómo me duele todo… su traición… mi confianza como mujer no es la misma Helena, ¿por qué me engañó?, ¿qué tenía ella que yo no?, ¿qué faltó? -A pesar de sus palabras cargadas de dolor se niega a llorar, en eso nos parecemos bastante. -Mírame bien Renee, eres una mujer hermosa, Dios!!! Tus ojos, tu cabello, mmm tu trasero firme, tus pechos siempre dispuestos. -Renee se sonroja, paso mis dedos dulcemente por su rostro apartando pequeñas lágrimas rebeldes. -Renee cualquier hombre sería tan afortunado con tan solo una mirada tuya. -Ella sacude la cabeza negando mis afirmaciones, nunca la había visto así, tan frágil, tan triste, la beso apasionadamente

tomando su rostro en mis manos, enredando su lengua con la mía en una danza de reconocimiento, nos quedamos sin aliento, descanso mi cabeza en su hombro. -Solo… que no soy la persona indicada, eres mi amiga… amistad con sexo no siempre es bueno, las persona salen lastimadas, créeme ya he pasado por eso… duele mucho y la relación no vuelve a ser igual. -Me separo lentamente,ella me ve con el ceño fruncido, nunca he hablado con nadie de el dolor que fue amarla, ni con Silvia, está tan dentro de mí, su recuerdo duerme en mi subconsciente, en una parte tan profunda que nadie ha logrado sacarlo. -No pretendo cometer errores del pasado… -Ella me ve confundida por mis palabras. -¿Hablas de Lina la de las flores? -Asiento mientras dibujo una sonrisa triste. -Sí es ella… por eso no soy yo la persona adecuada para lo que necesitas… -Empiezo a reír fuerte llamando su atención. -¿No entiendo por qué no le pediste a Sean una noche loca? -Ella golpea mi brazo, paso mi mano sobando mientras me quejo dramáticamente. -Como crees, para que mañana todos se enteren en la oficina… ni hablar… -Suspira fuerte mientras pasa sus manos por su rostro. -Te lo pedí porque eres una buena persona, una buena amiga, eres leal y te preocupas por las personas, creí que estaría bien. -Alza sus hombros. -Ya estuve contigo y… -Se sonroja violentamente, sin temor a equivocarme sus mejillas deben arder en estos momentos. -Estuvo bien. -Finalmente expulsa el aire contenido en sus pulmones. -¿Cómo que bien?, fue genial. -Reímos a carcajadas. -Bueno la verdad es que cuando llegué aquí ni siquiera pensé que pudiera estar con alguien, para mí fue una gran revelación… pero en esa época solo éramos compañeras de habitación, por cierto no sé cómo te soporté… pero ahora somos amigas y socias, es distinto. -Lo sé… así que por eso que no le das permiso a las personas a entrar a tu vida, ¿tienes miedo de volver a sufrir? -Supongo que sí, todos tenemos demonios… bueno ese es el mío. -Helena eres una mujer maravillosa, le estás negando la oportunidad a alguien de conocerte… hagamos algo, vamos a vencer nuestros demonios juntas, yo por mi parte voy a volver a forjar mi confianza de mujer y tú… tú vas a permitirte sentir. -Está bien. -Contesto resignada, ya no tengo más donde huir, es hora de volver a sentir vulnerabilidad, eso es lo que más miedo me da del amor, sentirte frágil, que tu bienestar dependa de alguien más, pero es un sentimiento necesario para que la vida valga la pena, creo que es hora de volver a enamorarme.

XVII

Llego a mi apartamento completamente agotada, la conversación con Renee aunque reveladora me dejó exhausta, expresar mis sentimientos definitivamente no es lo mío, empiezo mi rutina religiosamente, quito holgadamente mis zapatos, me dirijo al baño a quitarme el maquillaje y a cepillar mis dientes, me coloco la pijama y directo a la cama, Dios se siente tan bien… Brigitte consiguió que mañana estemos presentes en el entrenamiento de Kelly, aunque ellos piensen que es solo para hablar y acordar detalles para la sesión fotográfica, debo levantarme temprano, bostezo de cansancio, bueno creo que mañana llamaré a Silvia, me pregunto que tendrá que decirme, hace tanto que no la veo, desde que celebramos juntas el año nuevo, toda una aventura de película, vuelvo a bostezar, el sueño lentamente me transporta, toma mi mano y me lleva.

La música retumba por todo el lugar, las luces golpean mis ojos directamente haciendo difícil ver, Silvia se mueve seductoramente, se acerca a mi cuerpo, su calor, el mío, el del lugar, todo hace que mis sentidos estén alertas, nos dejamos llevar por el ambiente. -No debimos tomar tequila… no debí hacerte caso. -Le digo a Silvia en su oído mientras ella sigue bailando dándome su espalda, paso mi manos por su cadera juntándola con la mía, sincronizando nuestros movimientos, marcando mis dedos en el recorrido, ella voltea a verme con una risa coqueta mientras enredas sus manos en mi cuello. -Tienes que probar cosas nuevas. -Me dice cerca a mi oído alcanzando a percibir como el aire caliente rebota en mi piel, seguimos moviéndonos, sabemos que estamos en un juego peligroso, pero lejos de detenernos estamos cada vez más cerca de caer, el sudor baja por nuestros cuerpos como reacción de la actividad física intensa, la garganta está seca por la deshidratación, ella toma mi mano y nos dirigimos a la barra, le hacemos señas al bartender y regresa con dos tragos de tequila, limón y sal, como los anteriores siento como quema ferozmente mi garganta a su paso, demonios no estoy acostumbrada, todo da vueltas, nota mental “El tequila no es bueno para mí” -Creo que no más tequila por esta noche… -Ella voltea a verme divertida por mi estado, aunque ella no está lejos de estar peor que yo, si bien Silvia intenta aparentar serenidad que no engaña a nadie, ella no está acostumbrada al alcohol, lo sé muy bien. -Lena disfruta la noche… Dios llevamos tiempo sin vernos, cada vez es más difícil… porque no solo te dejas llevar. -Toma mi mano y me conduce de nuevo a la pista, volvemos al juego previo, hace tanto que no me divertía tanto con Silvia, ella parece pensar lo mismo, de pronto tropezamos con otra pareja, un par de rubias que bailan tan juntas que casi no existe espacio entre ellas, con Silvia quedamos de piedra al comprobar que son gemelas, cada una parece el reflejo de la otra, creo que babeamos al verlas, ¿qué juego es ese? están seduciéndose en la pista, bailando como si no hubiera un mañana. -¿Tú estás viendo lo mismo que yo o solo es el tequila que me juega una broma? -Le pregunto a Silvia mientras seguimos bailando, no detenemos nuestros movimientos por nada.

-No es el tequila… -Se aparta de mi lado y se mete en medio de las imponentes rubias, quedo fuera de base, y ¿ahora?, bailan sugerentemente, rozando sus cuerpos y ya siento un cosquilleo en mi centro con solo verlas, hablan entre ellas y Silvia extiende su mano invitándome a seguirla, la tomo y pronto el ambiente se torna más caliente de lo que estaba, cada vez es más difícil no tocarnos, ellas hablan poco inglés, solo sabemos que son bailarinas rusas y están en este lugar de vacaciones, no nos dicen ni sus nombres, todo parece prohibido pero tan jodidamente excitante, nos invitan al lugar donde se están quedando, una casa cerca a la playa, solo asentimos como bobas mientras las seguimos. Cuando hablaron de una casa no pensé que fuera una puta mansión, todo el lugar refleja lujo extremo, creo que se dan cuenta de nuestro asombro burlándose en ruso, nos guían a la sala, Silvia se sienta en el sofá como si conociera el lugar de tiempo atrás, yo solo la sigo, abren una botella de vodka, no soy de hacer mezcla de licores, eso es una mala, pero malísima idea, creo que mi cerebro no me asiste en el momento porque solo accedo, ellas hablan en su idioma riéndose de la situación. -¿Dime cómo terminamos aquí?-Le pregunto a Silvia que solo tiene cara de tonta viendo a las gemelas, acerco el vaso a mi boca y dejo que el vodka acaricie mi garganta, la reacción es inmediata en mi cuerpo. -Te dije que hay que probar cosas nuevas… dime ¿lo has hecho con gemelas? -Qué!!! No, no soy tan pervertida como crees. -Volteo a verla confundida por su pregunta, creo que está más ebria que yo. -Quieres no protestar y solo dejarte llevar o me vas a negar que lo estas disfrutando. -Las rubias nos ven de forma lasciva, robando toda nuestra atención, se empiezan a tocar entre ellas, eso me pone a mil, cuando se besan mi cerebro solo me deja, el muy maldito, trago saliva, no doy crédito a lo que veo, ellas se separan y nos indican que es nuestro turno, yo volteo a ver a Silvia con el ceño fruncido no estoy muy segura de hacerlo, pero Silvia tiene otros planes, me besa sin alcanzar a protestar, siento la urgencia de su beso, el roce de su lengua con la mía hace acelerar mis latidos, nos separamos lentamente y ellas ríen, ¿de qué va todo esto?, se levantan y se acercan a nosotras, nos toman de las manos y nos jalan obligándonos a seguirlas al segundo piso, llegamos al final del pasillo, hablan entre ellas, y la de la izquierda empieza a besarme intensamente, eso me indica que es con ella con quien me voy, cuando me separo me doy cuenta que Silvia se perdió en una de las habitaciones. -¿Dónde se metió Silvia? -Digo solo para mí, se que ella no entiende nada de lo que hablo, la rubia vuelve a besarme indicándome con señas que siga y me siente en un silla que está en la habitación, solo obedezco como autómata. La rubia entra a paso seguro, coloca música en el estéreo que realmente no reconozco, se suelta el cabello empezando a moverse al ritmo que la canción le marca, desliza sus dedos por todo su cuerpo mientras se desnuda seductoramente, sus grandes ojos cafés no se apartan de mí, estudiándome, analizando como su baile me calienta, yo solo sigo sin creer nada, cuando se termina de desnudar tengo ante mí a una diosa, su cuerpo es perfecto, sus grandes senos con pezones paraditos, su pequeña cintura, sus largas piernas, demonios!!!

Se acerca a mí, pasando lentamente la punta de su lengua delineando atrevidamente sus labios, me quita la blusa y el brasier en un solo movimiento, pasa lentamente sus uñas por mis senos sin hacerme daño, solo me dejo hacer, quita la minifalda y abre mis piernas, juega con el elástico de mis bragas, habla en ruso yo solo asiento, se arrodilla y pasa su lengua por encima del trozo de tela, mis latidos se incrementan de golpe, quita las bragas con ayuda de sus blancos dientes mientras sus ojos no se apartan de los míos, me degusta suavemente, creo que no es la primera vez que lo hace, sabe muy bien cómo hacerlo, el morbo de imaginar que su hermana fue la primera mujer con la que ha estado no me favorece, deslizo mis manos enseñándole el movimiento, mis jadeos se pierden con la música a alto volumen, alcanzo a percibir como sonríe en mi entrepierna, siento una fuerte descarga eléctrica acompañados por ligeros espasmos en todo mi cuerpo, solo alcanzo a pasar saliva, todo mi ser vibra. Mi respiración es agitada, ella se levanta y desliza sus dedos por mi centro llevándoselos a lo boca mientras ríe como niña traviesa, la acerco para besarla, ella detiene el beso y rápidamente se sienta en mis piernas, me indica que las abra, todavía no entiendo que pretende, pronto siento como frota su trasero en mi centro, piedad!!! El sexo oral previo dejó mi entrepierna inflamada y sensible, se recuesta delicadamente en mi pecho, paso mis manos por su cuerpo, apretando suavemente sus senos, llevo mi mano a su centro, frotando mis dedos rítmicamente mientras beso su cuello, cuando siento que esta lista voy penetrándola suavemente, la hermosa rubia curva el cuerpo y comienza a cabalgar más rápido, impulsándose con las piernas, sin duda debe ser bailarina, se concentra en machacarme, en hacerme sentir su trasero, sus movimientos encajan con los míos, los jadeos de las dos recorren la habitación, estamos entregadas al placer, aprisiona mis dedos con sus paredes seguido de un fuerte gemido, no demoro mucho en acompañarla, estamos exhaustas, habla entrecortado palabras que no significan nada para mí. -Eso… estuvo…demonios!!!. -Beso su cuello, mientras siento como el sudor baja por todo mi cuerpo, no soy capaz de levantarme, me siento extenuada, no decimos nada, la música ha dejado de sonar tan solo unos instantes, solo se escucha nuestras respiraciones acompasadas, pronto la tranquilidad se ve afectada cuando su hermana irrumpe en la habitación con rostro de visible preocupación, hablan rápido en su idioma, se ven angustiadas y ella se levanta comenzando a vestirse precipitadamente. -What happened? -Ninguna me presta atención, se pierden de mi vista, solo escucho su conversación agitada, busco mi ropa y me la voy colocando sin perder tiempo, no veo por ningún lado a Silvia, es hora de ir a buscarla, la encuentro en la habitación del fondo acostada en la cama desnuda, tiene los ojos cerrados, no sé que tanto hizo con la otra rubia pero al parecer quedó exhausta. -¿Silvia qué sucede? -Paso mi mano por su rostro, ella abre los ojos y se sienta lentamente, abrazando sus piernas. -No sé nada, solo recibió una llamada a su celular, se levanto miró por la ventana y salió así. -Me hace señas con las manos, me dirijo a la ventana y veo camionetas que se acercan, hombres fuertemente armados van cubriendo el lugar, seguidos de dos hombres corpulentos

que hablan amenamente en ruso, no me gusta nada esto, busco las rubias que están como locas levantando las botellas y los vasos, mientras hablan agitadas entre ellas. -¿What´s wrong? -Ellas me ven angustiadas, solo me hacen señas que nos vayamos ya, no entiendo nada. -Hus…husband. -Qué!!! Por fin una de ella es capaz de hablar, carajo!!! Son casadas, mis ojos les falto poco para salirse de su sitio, demonios ahora entiendo todo, busco rápidamente a Silvia que todavía está en la cama desnuda. -Levántate y vístete ya!!! -Ella hace caso omiso de lo que le pido, sigue serena ajena de la situación que se avecina. -¿Qué? ¿Por qué? -Refunfuña sin cambiar de posición. -Son casadas y sus esposos acaban de llegar… Dios Silvia no deben andar en nada bueno, tienen muchos escoltas…creo que son de la mafia. -Camino de un lado a otro hablando desesperada con mis manos. -¿Qué? -Se levanta de golpe, creo que el licor se esfumo como por arte de magia con lo que le acabo de revelar. -Sí… ya vístete, que crees que nos harían si descubren que nos estábamos cogiendo a sus esposas… ¿quieres mover el culo? Dios no quiero morir así. -Silvia se viste en un santiamén, toma mi mano y salimos corriendo chocando de frente con las rubias, se escucha como abren la puerta principal acompañados de los pasos de los hombre cuando entran, maldición y ¿ahora qué? las miradas de las cuatro se cruzan sin decir media palabra, ellas nos jalan de las manos y nos llevan a una habitación donde se encuentra un gran balcón con vista a la playa, nos indican que debemos saltar, devuelvo miradas con Silvia, es muy alto, la adrenalina corre furiosa por mi sangre, las voces recias de los hombres se acercan cada vez más, tomo de la mano a Silvia y saltamos, caemos aparatosamente pero somos capaces de correr como alma que lleva el diablo.

-Hay que probar cosas nuevas Lena. -Hablo sarcásticamente mientras imito su voz, estamos caminando por la playa con los zapatos en las manos, no hay nadie cerca, solo nos acompaña la luz de la luna, las olas golpean furiosas, ella solo ríe como loca. -Demonios Silvia quieres parar de reír, casi nos matamos, no es gracioso. -Cruzo los brazos, ¿cómo es capaz de reír en una situación de estas?, no la entiendo. -Cómo que no es gracioso… bueno sí, casi nos metemos en la grande, pero la estábamos pasando del carajo, hace tanto que no me divertía tanto, la vida de un medico puede ser muy aburrida a veces. -Se sienta en la arena, llevamos tiempo caminando, creo que estamos perdidas, el susto fue el detonante para correr sin ver atrás, ya estamos agotadas, me siento a su lado, viendo el mar moverse continuamente.

-Yo lo que creo es que eres una pervertida sexual Silvia Bonnet, debí presentirlo, fuiste tú la que me iniciaste en el sexo. -La señaló entrecerrando los ojos. -Jajaja y bien que te divertías conmigo, ni te atrevas a negarlo. -Se acerca y deja un delicado beso en mi cuello. -Te gustaba que hiciera esto. -Vuelve a besar mi cuello, pasando lentamente la punta de su lengua. -Y esto. -Muerde levemente el lóbulo de mi oreja, me estremezco. -¿Qué haces? -Me calla con un suave beso que escasamente soy capaz de corresponder. -Nada… nada. -Se levanta de golpe y empieza a saltar como loca. -No sentí nada. -Celebra bailando, fuegos pirotécnicos deslumbran el cielo haciendo toda clase de figuras a su paso, nos indican que el año nuevo ya llegó. -¿Cómo que nada? -La veo confundida ¿qué quiere decir? -Que no sentí nada besándote, ya te superé. -Me ve con una gran sonrisa en su rostro volviendo a bailar. -¿Cómo?, todavía estabas enamorada de mí todo este tiempo.-Estoy confundida, yo pensé que todo estaba claro entre nosotras. -No exactamente… estaba enamorada de lo que me hacías sentir, de tu recuerdo, Dios!!! Helena fuiste mi primer amor, pero ahora besándote me doy cuenta que te he superado.Vuelve a sentarse a mi lado viendo al frente. -Y por eso debes hacer ese bailecito de triunfo tuyo, me recuerda cuando celebrabas ganando un partido de tenis. -Cada vez que ganaba celebraba así haciendo enojar a las contrincantes, más de una la odio por eso. -Quieres dejar de refunfuñar, solo disfruta el momento. -Nos recostamos en la arena, viendo en silencio del espectáculo, no nos movemos, simplemente no es necesario, ella aprieta suavemente mi mano llamando mi atención. -Feliz año. -Voltea a verme sonriendo. -Feliz año. -Le devuelvo la sonrisa, dejamos que lentamente el sueño nos venza en ese lugar, el alcohol y todo lo vivido nos reclama descanso. Abro los ojos desubicada de donde me encuentro, parpadeo un par de veces, la alarma suena incansablemente, manoteo el aparato dejando todo en silencio, paso mis manos por mi rostro, me doy cuenta que estoy en mi habitación, sonrío en medio de mis pensamientos, solo fue un sueño recordando todo lo que viví con Silvia la última vez que estuvimos juntas, todo fue tan real… levanto las sabanas y deslizo mis dedos por mi entrepierna, sí, muy real, Dios ya no soy una adolescente para tener sueños mojados, es mejor tomar una

ducha bien fría, debo alistar maletas para ir al aeropuerto y encontrarme con Brigitte en tres horas, Londres me espera.

Deslizo la maleta por el aeropuerto, busco con la vista a Brigitte pero no logro encontrarla, veo el reloj para cerciorarme que estoy a tiempo, después de tantos años de llegar tarde a casi todo, por fin superé mi impuntualidad, siento como unas pequeñas manos tapan mis ojos. -Brigitte no hagas eso, eres la única persona con la que me voy a encontrar. -Escucho como su sonrisa rebota en mi nuca. -Por lo menos podías seguirme el juego y preguntar. -Se posiciona delante de mí con una sonrisita de niña pequeña, a veces se me olvida que esta mujer tan tierna ya es madre. -Ya deja la tontería, ¿lista para Londres? -Sí… solo voy a extrañar a mi pequeño Pierre. -Hace un pequeño puchero mientras desliza sus manos por su cuello. -Dios Brigitte solo son tres días, cuando menos lo pienses ya vas a tener a tu chiquitín en brazos de nuevo. -Lo sé… solo, ya sabes. -Alza sus hombros mientras expulsa el aire contenido largamente en sus pulmones. -Sí, pero ya vas a ver cómo vamos a disfrutar estos días, vamos hacer historia con esas fotos. -Dibujo una sonrisa pícara y sin temor a equivocarme mis ojos deben brillar de la emoción, sé que voy tomar las fotos sin permiso, y eso solo hace que se inyecte adrenalina en mi torrente sanguíneo. -Lo que digas, ¿quieres café? -Me contesta restándole importancia a mis palabras así que cambia de tema tajantemente. -¿Cómo lo sabes? -Ya sé que eres adicta a la cafeína, no entiendo como aun tus dientes son tan blancos… Se acerca a verme detenidamente. -Bueno voy por uno, ya vengo. -Ok, yo voy hacer una llamada. -La veo alejarse a paso tranquilo desapareciendo entre la multitud que transita de un lugar a otro, saco mi celular del bolso y busco el numero de Silvia.

-Alo… Lena. -Su voz somnolienta me hacer caer en cuenta que la he despertado de su descanso, golpeo mi frente por la torpeza, todavía se me olvida que nos separa un océano completo. -Hola enana. -Helena Devía deja de decirme así, sabes muy bien que no me gusta. -Me contesta gruñona por el sobrenombre que tiempo atrás le coloqué. -Jajaja ya deja el mal humor. -Como quieres que no esté de mal humor, es de noche aquí, el descanso de un medico es sagrado. -Digo las últimas palabras al tiempo en el aire, sabía muy bien que me lo diría. -Huyyy bueno entonces llamo después, solo pensé que te alegraría escuchar mi dulce voz. Le contesto socarronamente. -Ya deja la payasada, sabes muy bien que me alegra escucharte. -La escucho bostezar varias veces.- ¿Se puede saber qué andabas haciendo en Cocoa Island? no avisas, me preocupé mucho cuando no contestabas. -Qué puedo decir, Renee me dio los tiquetes aéreos y prácticamente me echó de la empresa para que descansara. -¿Y descansaste? -Me dice aun con voz adormilada, que sueño tan pesado tiene esta mujer. -Más o menos. -Jajaja ese más o menos tiene tetas. -Sonrío al escuchar sus ocurrencias en este caso acertadas. -Ya deja de hablar así… y sí, una hermosa rubia.-Suspiro como boba al recordar a Svetlana. -Raro tú… tienes fijación por las rubias. -Frunzo el ceño si bien tiene razón, es imposible negarlo, son mi debilidad. -Hey!!! Si no mal recuerdo a ti también te gustan. -Utilizo mi tono acusador. -Un poco, no siempre… y que tal. -Se complica contestando sabe que la tengo ganada. -Bien, era rusa… -Me interrumpe con su risa. -Jajaja te quedaron gustando las rusitas no, jajaja será por las emociones fuertes, como las montañas rusas. -Ríe sin parar contagiándome, extrañaba hablar con ella, es la única con la que comparto ese original sentido del humor.

-Algo así, y si hablas de esa vez, ellas no eran una maldita montaña rusa… mmm eran una ruleta rusa, por poquito y no quedamos vivas para contar el cuento. -Volvemos a reír a carcajadas, mi sonora risa llama la atención de algunas personas. -Ni me lo recuerdes, me diste lata mucho tiempo por eso. -Por fin calma su respiración recuperando la compostura para hablar. -Yo sé… y bueno ¿ahora me vas a decir que hacías en Las Vegas y que es lo que tienes para contarme? -La escucho como suspira fuerte, no entiendo porque se le complica tanto responder, me está poniendo nerviosa. -Mmm Lena… yo… mmm me casé... -Empiezo a reír nerviosamente, debe estar bromeando, Silvia no es de casarse, o ¿sí? - Ya deja de reírte es en serio. -Me recrimina cansada de mi risa, oh no, creo que no es ninguna broma por su parte. -¿Qué?-Un momento me está hablando en serio, sigo sin creerlo. -Me casé en Las Vegas… no sabes lo feliz que soy, ella hace mi vida tan diferente, estoy muy enamorada y bueno… ¿no vas a decirme nada? -Habla rápido haciéndome difícil la tarea de procesar la noticia. -Solo… solo que soy feliz por ti, ella debe ser una mujer maravillosa, digo, si fue capaz de atraparte. -Silvia es una mujer fabulosa que tiene todo el derecho a ser feliz, de saber que puede contar con alguien que le corresponda sus sentimientos. -Lena!!! Y sí es maravillosa, debes conocerla… ¿cuando piensas volver? -Ashhh no otra vez con el mismo tema, me incomoda tener que responder. -No empecemos de nuevo, sabes bien que no quiero, porque no vienen y tienen en Paris una luna de miel, que sé yo, y me la presentas. -Trato inútilmente zafarme de regresar, en serio no quiero, me recuerda una vida que ya no es la mía, una persona que sinceramente no sé si todavía está en algún lado de mi psiquis y sin embargo Silvia y mi padre no desisten en hacer que vuelva. -Lena deja de posponerlo, sabes que debes volver algún día. -Lo sé, solo deja que piense mejor las cosas y organice mi trabajo, cuando menos lo esperes voy y te visito, ¿te parece? -Suspiro resignada, creo que tendré que pensar detenidamente en mi regreso. -Mejor, ya quiero que conozcas a Natalia. -Contesta alegre por mi respuesta. -¿Natalia? -Mi esposa, te va encantar.

-Está bien, te dejo, estoy en el aeropuerto, voy a Londres a tomar unas fotos a Kelly Adler. -Volteo a ver si Brigitte ya viene con mi café. -Qué!!! Kelly Adler, no me digas que las vas a conocer, Dios eres una maldita suertuda. Casi me deja sorda con el grito. -Jajaja ¿por qué esa mujer tiene la capacidad de lograr esa reacción en las personas?, Dios!!! -Soy su admiradora y además que es todo un bombón. -Creo más en lo último, no entiendo tanto escándalo. -Bonnet eres una mujer casada, deja la bobada, y si tanto la admiras voy a ver si puedo conseguirte un autógrafo, considéralo mi regalo de bodas. -De ahora en adelante va ser víctima de mis bromas. -Casada, no ciega y gracias. -Jajaja sí, no hay como las bromas de casada. -Te dejo dormir enana, te quiero, saludos a tu esposa. -Está bien y deja de decirme enana… te quiero adiós. -Regreso mi celular al bolso, me parece increíble como la vida de Silvia está cambiando y no estoy presente, la extraño, no puedo evitar pensar de que más me estaré perdiendo, todos parecen progresar con sus vidas… todos menos yo. -Ten tu cortado con dos de azúcar como te gusta.- Creo que soy muy predecible con mis gustos, Brigitte llega con el café para sacarme de mi nostalgia… oh si, nostalgia, sacudo la cabeza, vuelvo a suspirar pesadamente mientras tomo un sorbo a la bebida caliente, es mejor dejar de pensar en el pasado. -Gracias Brigitte eres la mejor. -Contesto con una sonrisa en mi rostro. -¿Ya hiciste tu llamada? -Asiento tranquilamente mientras sigo bebiendo mi cortado. -Sí… bueno creo que es hora de partir. -El pasado ya no existe, ni los tal vez, ni los y que tal si… no, es hora de seguir enfocada en lo importante, en mi carrera, en ser la mejor, es hora de asaltar Londres, Kelly Adler no se da una idea que voy en camino a moverla de su zona de confort, soy experta en lograrlo.

XVIII Estoy concentrada en todos sus movimientos, mi lente la sigue en todo momento, mis dedos se deslizan ligeros en el obturador tratando capturar su esfuerzo, sus acertados desplazamientos, todo su cuerpo se enfoca en el juego, parece una gacela al acecho, sus

ojos grises no pierden de vista la pelota, diablos ni transpirando esta mujer deja de verse hermosa, no me equivoqué con ella, sus logros no son gratis, es una de las mejores por su dedicación, no entiendo por qué no permite que la vean entrenando… estoy con Brigitte ubicada en un lugar de las gradas, estratégicamente premeditado para tener excelente visibilidad sin ser descubiertas, todo el equipo técnico está inocente de lo que hacemos allí. -Es muy buena. -Brigitte habla cerca de mi oído intentando pasar desapercibidas, para nada útil si estamos muy lejos para que alguien nos escuche. -Aja. -Siempre que te enfocas con tu cámara es inútil hablarte. -Se rinde conmigo, sé que es cierto, en estos momentos mis sentidos están volcados a ella. -Lo que digas. -El entrenamiento se detiene, el entrenador habla fuerte, casi gritando, sus manos se mueven de un lugar a otro llamando su atención, ella solo asiente a todo con su vista puesta en el suelo, a pesar de los gritos del entrenador no alcanzo a entender nada de lo que dice, todos parecen tomar un descanso… todos menos ella, sigue concentrada pegándole a la bola que rebota contra la pared, se exige al máximo, ¿es qué esta mujer no se agota? El entrenamiento se reanuda, ella escasamente tuvo tiempo de beber de su termo, me tiene cautivada su dedicación, en ningún segundo mi lente se aparta de su esbelta figura, cuando se detiene en seco y me señala furiosa con su raqueta una gota de sudor frío baja por mi espalda, retiro la cámara de mi rostro para verla directamente, sus ojos grises son como el cielo nublado justo antes de llover, mi risa nerviosa me traiciona de nuevo, solo puedo reír de haber sido descubierta como niña pequeña haciendo una travesura, ashhh ¿qué me sucede? no entiendo mi reacción, esta mujer me desestabiliza. -Helena para de reír, ¿qué vamos hacer? -Brigitte pregunta inquieta mientras se levanta y recoge su bolso parsimoniosamente. -Qué vamos, no… -Niego con la cabeza mientras sonrió ampliamente. -¿Qué vas hacer tú? ¿Para que crees que te traje?, habla con su manager e intenta darme tiempo, ¿sí? -Qué!!! -Brigitte tiene dilatados sus ojos, la noticia le cayó como un baldado de agua fría, creo que no esperaba que le diera semejante tarea. -Lo que oyes, necesito tiempo… ahora vamos a enfrentar el problema. -Bajamos las gradas, Brigitte lucha por bajar saliva pero sinceramente es una batalla que está perdiendo. -Brigitte necesito que te calmes. -Ella voltea a verme y asiente lentamente, su vista se clava en el horizonte, respira profundo y de algún modo parece que un interruptor se ha encendido en su interior, el de la confianza. -What the fuck? -Sus ojos parecen turbios de la rabia de haber sido observada. -Who the hell are you? -Esta mujer furiosa me parece aun más hermosa, haciéndome sonreír a pesar de la difícil situación en la que me encuentro, el cuerpo técnico se hace a un lado, parece no interesarles lo que se avecina.

-Helena Devía…soy la fotógrafa encargada de las fotos para A1 Tenis y me hablas en español que sé muy bien que lo hablas a la perfección. -Le digo con un tono de arrogancia y excesiva confianza qué sinceramente no sé de donde salió cuando solo siento mis piernas de gelatina. -¿Quién te crees para espiarme?… eh dime. -Me habla con su pose rígida y su cabello cobrizo perfectamente recogido, pasa suavemente la toalla por su frente retirando las gotas de sudor de su rostro. -Hey waitt a minute that’s not… -Un hombre elegantemente vestido que no había visto antes interrumpe la conversación, supongo que es su manager, inmediatamente Brigitte sabe que es el momento de entrar en acción. -Can we talk in private? -Brigitte toma del brazo al furioso hombre, su aspecto inocente y dulce hace que baje sus defensas, él asiente ligeramente y se alejan del lugar dejándonos a solas de nuevo. -Solo hago mi trabajo. -Levanto mis hombros holgadamente mientras guardo la cámara en mi bolso. -No lo haces bien, una fotógrafa que dice ser profesional no espía como un delincuente. Sus palabras despectivas me logran enfurecer, no soporto cuando la gente me dice qué hacer, especialmente mi trabajo. -No me digas como hacer mi trabajo, odio cuando la gente hace eso. -Enarco mi ceja y me acerco a ella, solo centímetros nos separan, el ambiente se siente eléctrico, tenemos prácticamente la misma estatura, sus ojos me escudriñan, en ningún momento se retira de su rostro el serio semblante, ladeo mi cabeza ligeramente. -Yo no te digo como hacer el tuyo… si lo hiciera te diría que debes mejorar tu revés, estás a destiempo, eso no te da la estabilidad suficiente para golpear la bola y que llegue donde realmente la necesitas. -Ella abre bien sus ojos, frunce el ceño, la dejé fuera de base, cuando intenta responder me adelanto. -Ten esta es mi tarjeta, me estoy hospedando en el hotel T-Chrome, cuando estés más calmada, me llamas y hablamos. -La dejo con la palabra en la boca. Me alejo del lugar, volteo a verla una última vez, estudia la tarjeta con detenimiento mientras se delinea una leve sonrisa, nunca una persona me había llevado por tantas emocionas tan rápido, paso mi mano por mi vientre, siento un ligero nudo producto de todo, Brigitte se acerca y toma mi brazo. -Dios Helena… eso estuvo tan cerca. -Volteo a verla, la pobre conserva la cara de susto. -Dime que lograste lo que te pedí. -Bueno no, bueno si… -Toma una gran bocanada de aire. -Thomas quería demandarnos por tantos cargos que ya ni recuerdo, solo conseguí que se calmara y que permitiera que Kelly hablé contigo y tome la última decisión y la promesa expresa de que las fotos no se publicaran sin su permiso. -Me señala preocupada.

-Perfecto, eres la mejor Brigitte, sabía que tenías que venir. -Dios Helena si nos demanda Renee nos mata. -Tranquila eso no va pasar, solo debes confiar un poco más en mí… tan solo pido un poquito de fe. -Brigitte mueve la cabeza arriba y abajo concediéndome el voto de confianza. -Está bien, ¿pero me quieres explicar cómo vas a lograr que ella cambie de opinión?, por lo que vi está furiosa. -Es verdad, no la conozco bien, pero su enojo era innegable. -No sé, pero algo se me ocurrirá. -Levanto mis hombros, mientras nos dirigimos a la salida, coloco mis lentes de sol y le hago señas a un taxi que nos lleve al hotel, es hora de descansar un poco, Dios que mujer Kelly Adler, Silvia no se equivocó, es un bombón y eso que no la ha visto en persona, es mucho más hermosa, si hubiera estado puedo asegurar que hubiera babeado por ella, jajaja pensar que ahora está casada y ya no tengo mi cómplice de conquista.

Paso todo el día con la ansiedad de su llamada, no he podido disfrutar de Londres por estar pendiente de mi celular, Dios!!! Nunca lo había hecho por nadie, me siento como adolescente esperando que su novia se acuerde de regalarle tan siquiera una llamada… no soporto más, reviso el reloj, es tarde, creo que hoy no va a llamar, no pienso seguir así, me voy a quitar esta ansiedad nadando en la piscina, me levanto y busco el vestido de baño en mi maleta, Brigitte me ve con el ceño fruncido por el abrupto movimiento en la habitación. -¿Se puede saber para dónde vas? -Brigitte me ve confundida por mi repentino arranque. -A donde crees… voy a la piscina a relajarme. -Contesto sin siquiera verla, camino rápidamente al baño a cambiarme. -¿A esta hora? -Alcanzo a escucharla desde la habitación, por la forma que pregunta me hace sentir que es una idea completamente descabellada, que hay de malo en nadar en la piscina de noche. -Sí… este cuerpo no se mantiene solo. -Me visto con un sensual vestido de baño negro de dos piezas, me veo en el espejo y apruebo lo que el reflejo me muestra. -¿Quieres venir? Ya sé la respuesta pero no está de más preguntar. -No gracias, prefiero descansar. -Como quieras, nos vemos más tarde. -Salgo del baño con mi sexy bikini puesto y mi actitud de me vale madres lo que piensen de mí.

No me había equivocado, la piscina es la mejor opción para relajarme, estoy sola, creo que nadie más en este hotel comparte la idea de nadar a estas horas de la noche, la verdad es mejor para mi propósito, sigue sin gustarme las personas, bueno solo los desconocidos, las habilidades sociales no son mi fuerte, el cansancio de moverme de un punto al otro me quita la incertidumbre de esperar su llamada, Dios si nos demanda, no… eso no va a suceder, solo debo pensar la forma de convencerla, nado a buen ritmo y me acerco a la escalera, camino lentamente a buscar mi reloj, solo dispongo de 30 minutos más, repentinamente un extraño sentimiento embarga mi mente, una incomodidad de no estar sola se adueña de todo mi ser, paso la pequeña toalla blanca por mis hombros. -Es desagradable ¿cierto? -Veo su figura recostada en la puerta principal, tiene esa risita de arrogancia de haber dado con el punto, Kelly Adler en persona se acerca con su suave caminar adueñándose del lugar. -¿No sé a qué te refieres? -Contesto aparentando indiferencia mientras camino a su encuentro, sus ojos me escanean, es difícil para ella no sonrojarse cuando se siente descubierta, lejos de molestarme me incita. -Que te espíen… es molesto. -Al fin habla, levanto mis hombros restando importancia. -Depende como lo veas… -Me acerco tanto que alcanzo a percibir como mi cercanía la coloca nerviosa, doy la vuelta y me siento en el borde de la piscina. -No entiendo cual es el problema que el público vea como te esfuerzas para ser la mejor… eso para mí es grandioso. -Ella se acerca a mi lado, sentada con sus piernas cruzadas, puedo percibir su dulce olor, esta preciosa con su pantalón de mezclilla azul ajustado a su cuerpo, blusa blanca y sus cómodos converse blancos, todo acompañado de su belleza arrasadora. -Es que no quiero que se vea el esfuerzo que tengo que hacer para lograr mantenerme entre las mejores, no entiendes… cuando estoy en la cancha todos tienen la imagen de que es muy sencillo… bueno no lo es. -Así que no quieres que los demás se enteren que lo tuyo no es talento innato. -No sabes lo competitivo que es, todos quieren verte fracasar… a veces no es ser sino parecer. -Entiendo… pero creo que eso no resta importancia a todo lo que has logrado… empezaste en la liga universitaria y apenas llevas dos años en la profesional y ya estás entre las mejores, eso para mí es admirable. -No sé… -Parece meditar la idea sin estar muy convencida del todo. -Además debo salir mal en esas fotos, no creo que sean presentables. -Primero que todo hey!!! Estás hablando con una profesional… y segundo Dios eres una mujer hermosa ni transpirando dejas de serlo. -Cuando termino de hablar me sonrojo por

no haber tenido filtro en mis palabras, me siento atrapa en una situación que yo misma provoqué. -Así que me consideras hermosa. -Eh bueno… si. -Mis nervios me traicionan, poniéndome en evidencia. -Gracias. -Me regala una bella sonrisa logrando tranquilizarme. -Hagamos un trato si gano en una sana competencia nadando ida y vuelta en esta piscina me permites utilizar las fotos. -Ladea levemente su cabeza mientras me ve intensamente. -¿Y si yo gano? -Si tú ganas se acaba el tema, las fotos no salen a la luz nunca. -Bueno es no es justo, sin mi permiso esas fotos no salen… hagamos algo, si yo gano vas hacer algo por mí. -¿Qué querrá esta mujer?, no contaba con su contrapropuesta, por lo menos no le parece tan descabellada la idea. -Está bien.-Contesto rápidamente, dejándola perpleja por un instante. -Ni sabes que voy a pedirte, ¿siempre eres así?-Ella parece no creer mi seguridad, arruga graciosamente su frente tratando de entender mi actitud. -No me interesa… no vas a ganar-Contesto confiada de que voy a lograrlo, francamente no quiero pensar en lo contrario. -Así de segura te sientes, estás hablando con una atleta de alto rendimiento.-Me causa gracia como nos parecemos tanto en ese aspecto, ella también es competitiva. -No acostumbro a perder.-Delineo una mueca de arrogancia, no, no he cambiado esa parte de mi personalidad, especialmente cuando hablamos de competir. -¿Y cómo sé que vas a cumplir? -Debes saber algo de mí… siempre cumplo lo que prometo. -Descuelgo suavemente mi cabeza a un lado. -¿Siempre?-Sonríe eclipsando mis sentidos. -Siempre… así que no te preocupes por eso. -Bueno luego me dices cuando lo hacemos.-La veo con claros signos de retirarse del lugar para dejarlo para otro día, no, no lo pienso permitir.

-Como que luego… ya mismo. -Qué!!! No tengo vestido de baño. -Cruza sus brazos dudando seriamente de mi salud mental. -¿Y? -¿Cómo qué y?… ¿cómo quieres que lo haga? -Supongo que tienes lencería puesta, o ¿no?-Se sonroja graciosamente por lo atrevido de mi pregunta. -Pues si… pero… -Pero nada, no seas cobarde. -Jajaja el recurso de retarla sé que me dará el resultado que busco, cuando eres competitiva no te echas para atrás con los retos. -No soy cobarde. -Se empieza a quitar prenda por prenda hasta quedar en ropa interior, piedad señor!!! Que hermosa que es esta mujer, no puedo apartar mis ojos de su cuerpo, tiene una sexy lencería de encaje blanco, escasamente bajo saliva. -Bueno como eres la de la idea, haz el honor de marcar el inicio. -Me dice en un tono soberbio mientras termina de posicionarse a mi lado. -Como quieras. -Nos acomodamos en el borde de la piscina, ella lentamente estira sus músculos preparando su cuerpo para la competencia. -¿Lista? -Pregunto con mi ceja enarcada y mi sonrisita burlona. -Desde que nací. -Me contesta socarronamente, jajaja esto va estar bueno. -A la cuenta de tres, ¿te parece? -Perfecto. -Uno… dos... tres!!! -Nos lanzamos al tiempo, sé que no soy atleta de tiempo completo, pero toda mi vida he hecho ejercicio, mi estado físico es muy bueno, estoy confiada de que voy a ganar, mis brazadas son continuas y coordinadas, mi cuerpo se desliza en el agua como si fuera mi ambiente natural, cuando llego a la orilla me impulso con las piernas para regresar a la línea final, me siento bien, en ningún momento despego mis vista de la meta, solo alcanzo percibir su presencia a mi lado, cuando solo falta unos pocos metros para llegar lo inimaginable sucede, los músculos de mi pierna derecha se resisten a funcionar, un terrible dolor se apodera de mi ser, me resisto inútilmente a rendirme sin luchar, cuando llego a la meta Kelly ya ha salido de la piscina celebrando, ashhh que irritante, esos bailecitos de triunfo me pueden, carajo!!! A pesar del dolor salgo de la piscina como si nada, ni siquiera muestro molestia alguna, solo queda felicitarla, demonios!!! Las fotos ya

no se van a publicar, el esfuerzo quedó en nada, Renee no le va a gustar la noticia. Bueno… felicitaciones. -Ella detiene momentáneamente su baile y ladea la cabeza. -Gracias. -Por su rostro de confusión creo que no esperaba que la felicitara por su triunfo. -Si me disculpas tengo que quitarme el cloro de encima… tranquila me avisas luego que quieres de mí. -Sin más la dejo sola y me dirijo lo más rápido posible a las duchas del hotel.

Mi pierna duele como un demonio, idiota, debí hacer estiramiento antes de empezar, es lo básico antes de cualquier ejercicio, sumado a que venía nadando sin descanso terminó agotando el músculo, solo queda esperar que el agua lo relaje, estaba tan cerca de ganar, no entiendo cómo me suceden estas cosas, de nuevo ese sentimiento de ser observada inunda mi mente, mi corazón se acelera, parezco protagonista de película de terror, esas en las que gritas en balde a la pantalla para que la chica salga corriendo y no la maten, cuando quiero cerciorarme que estoy sola siento como me abrazan desde atrás. -Ya sé que quiero. -Por Dios!!! Kelly me da la vuelta y me besa con ganas, su lengua roza la mía y mis piernas flaquean, hace tanto que no lograban eso con tan solo un beso, el agua sigue cayendo lenta sobre nuestros cuerpos, su ropa queda traslúcida mostrándome sus tiernos pechos, solo me dejo hacer, cuando la respiración falla, nos separamos momentáneamente, nuestros ojos luchan incesantemente por recorrer nuestros cuerpos, siento como un impulso toma el control de mis acciones y le doy la vuelta dejándola sin escapatoria contra la pared, la beso intensamente, sin darle ningún descanso a pensar o siquiera detenerme, esta mujer me fascina, todo en ella me impulsa a poseerla en ese lugar, tomo sus delicados senos entre mis manos, despertándolos, desafiándolos a que me respondan a mi toque, ella solo gime, mi boca ansiosa busca su cuello, mientras mis manos empiezan a buscar ese punto inhóspito, ese único lugar que mis manos curiosas desean llegar en estos instantes. -Así que eso deseas de mí. -Le digo mientras dejo cortos besos en su cuello que ya esta rosáceo por la actividad, ella no contesta nada, de pronto siento como da vuelta intercambiando rápidamente de posición, toma mis manos más arriba de mis rostro, me da un beso suave, delicado, cambiando el paradigma de la situación, quedo confundida no entiendo nada, me ve intensamente con sus hermosos ojos grises. -Lo que quiero es una cita. -Frunzo el ceño, que quiere qué!!! -¿Una cita? -Repito sin entender nada. -Sí ya sabes… una cita, conocerte mejor, tener una agradable charla, no sé, tal vez cena, baile, ya sabes… una cita. -No soy de citas.

-Lo siento pero es lo que quiero… lo prometiste, recuerda… siempre cumples lo que prometes. Yo… -No te preocupes, yo me encargo de todo. -Sin más suelta el agarre de mis manos y se aleja, dejándome en shock por todo, creo que mi cerebro no asimila lo que acaba de suceder, la sigo en una marcha autómata hasta que ella se detiene en el umbral de la puerta dando la vuelta, encontrándome de frente con su mirada. -Por cierto… puedes utilizar las fotos, ya me habías convencido antes que se te ocurriera desafiarme, no era necesario, pero sabes… fue lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. -Sin más se retira del lugar.

El trayecto de caminar hacia mi habitación no me ha dado mucho tiempo para pensar en todo, hace tanto que ninguna mujer me había hecho sentir así, y no solo es lo físico, sino alguien a quien le interesa realmente entrar en mi vida, conocerme para algo más que una noche y ahora solo no sé qué hacer, cuando por fin deslizo la tarjeta de la habitación encuentro a Brigitte en la misma posición en que la dejé, no sé qué cara tengo porque inmediatamente se da cuenta que algo sucede conmigo. -¿Estás bien? -Si… eso creo. -¿Eso crees? -Sí… ya tenemos el permiso de Kelly Adler para publicar las fotos, solo hace falta concretar la sesión para la fotos de la portada… mañana a primera hora contacta a su manager para cuadrar agenda. -Me dirijo al baño a quitarme el bikini y de paso estos sentimientos que no cesan en hacer arder mi pecho. -¿Cómo lo lograste?… eso es genial ¿no? -Brigitte parece que no pretende darme tregua con sus preguntas. -No preguntes cómo… supongo que sí… otra cosa, mañana mismo regresamos a Paris, no quiero estar un día más aquí, ¿entendido? -Pero pensé que nos íbamos a quedar tres días. -Ya no, solo por favor reprograma el viaje. -Contesto cansada, no quiero dar explicaciones. -Lo que digas. -Me confunde todo, necesito tiempo para asimilar lo que el huracán Adler ha hecho, sé que prometí ser más abierta a la posibilidad de darle una oportunidad a alguien

que me gusta de entrar en mi vida, y sí, tengo que admitir que esa mujer me gusta, pero tengo mucho miedo, miedo de volver a caer, miedo de no ser lo suficientemente buena, no, no estoy preparada, tengo mis ojos clavados en mi reflejo, teniendo una charla mental con esa imagen, es increíble que tras casi cinco años no pueda superarla, ashhh, no quiero llamarla con mis pensamientos, sacudo mi cabeza, no vale la pena, solo necesito una maldita señal de qué hacer, tanto tiempo estando en mi zona de confort y solo llega ella y me saca de patadas, ¿no se suponía que era yo la experta en eso?

XIX Primera Parte

-Estas fotos están geniales Helena. -Renee me dice complacida mientras elige mentalmente cuales se van a quedar, tiene una mano en su mentón y la otra en su cintura, con el cuerpo ligeramente inclinado para ver mejor las fotos que están esparcidas sobre el escritorio, ese ademán es muy de ella. -No sé como lo logras, pero eres la mejor. -Levanta la mirada para verme directamente con una sonrisa de satisfacción. -Lo sé. -Contesto perdida en los recuerdos fugaces de la protagonista de esas fotos, esa mujer llegó como un remolino de emociones, tantas que no pude lidiar con ellas. -¿Estás bien? -La veo con una tenue sonrisa, debo dejar de perderme tanto en el laberinto de mi cabeza, especialmente cada vez que estoy en compañía. -Sí claro. -Contesto con simpleza. -Bueno supongo que ya te estarás preparando para celebrar tu cumpleaños… -Me ve con una sonrisa sincera mientras sus ojos azules brillan, un momento, mmm hace tanto que sus ojos no mostraban tanta alegría, y ese brillo será que… -Estoy emocionada por tu cita de cumpleaños que te conseguimos para esta ocasión. -Pero ella no me ha dicho nada, un momento, qué!!! Sacudo mi cabeza torpemente. -Como que cita!!! Ya te había dicho que no más citas a ciegas el día de mi cumpleaños. Detengo mi charla mental acostumbrada, ashhh no más horribles citas que son un desastre y me dejan más deprimida, me resisto, por lo menos no este año. -Y también habías dicho que ibas a estar más abierta a conocer personas… lo siento, pero no veo que lo intentes. -Me ve acusadoramente, me siento como chiquilla en la oficina de la directora. -Pero Renee. -Delineo un mohín, no quiero, no más, no este año.

-Pero Renee nada, ya verás que esta si te va a gustar. -Me dice con una mueca que puede pasar por maquiavélica, mmm no me gusta lo que está tramando. -No vas a cambiar de parecer ¿cierto? -Juego mi última carta aunque ya sepa de antemano la respuesta. -No… así que deja esa cara y prepárate para celebrar tu cumpleaños a lo grande. -Asiento pesadamente, definitivamente no tengo escapatoria para esa jodida tradición que tienen los de la oficina conmigo, me siento como animal de exposición a la que cada año le presentan parejas para procrear… primero Sean que me trajo una loca que después de tener sexo pretendía irse a vivir conmigo… luego Renee me presentó una amiga suya que resultó ser una snob insufrible con la que ni siquiera congenié para tener una noche divertida… luego Brigitte llegó con una antigua amiga del colegio, una loca de ideas raras acerca del poliamor, no, eso si que no es lo mío, en eso soy a la antigüita, no estoy dispuesta a compartir mis afectos con nadie, demonios!!! ¿A quién me traerán este año?... otra chiflada para la colección supongo. -Está bien, lo que digas… me voy a trabajar, no más charlas motivacionales. -Camino pesadamente a la salida, sé que todos quieren lo mejor para mí, es solo… ashh es solo este maldito miedo que me paraliza, me detengo en el marco de la puerta y doy la vuelta para verla de frente. -Renee gracias… por cierto tenemos que hablar después de tu buen humor y ese brillo en los ojos, ni creas que no me he dado cuenta. -La señalo curiosa del saber el porqué, ella sonríe y asiente alegremente. No puedo creer que ya voy a cumplir 27 años, tomo aire y trato en vano mantenerlo el mayor tiempo posible, sí 27 años para ser exactos en dos días, expulso el aire retenido en mis pulmones, siempre que se acerca mi cumpleaños es lo mismo, para mi es difícil ese día en particular porque es la única conexión con ella, demonios!!! No entiendo cómo se puede filtrar su imagen en mi mente, ¿cómo será su vida? supongo que feliz con él, ¿hijos?, tal vez… lo más probable, ella siempre quiso ser madre, de familia numerosa de hecho, ser hija única la dejó con la idea de que no quería que un hijo suyo no tuviera hermanos y hermanas con quien jugar, yo que tuve dos hermanos no le vi la gran cosa la verdad, sacudo la cabeza mientras las imágenes del ordenador me fuerzan a dejarla ir, no quiero pensar en ella, Lina ya no pertenece a mi vida, es triste pero solo somos unas desconocidas… sí, desconocidas con recuerdos en común, pronto escucho ligeros golpes en la puerta. -Siga. Entra Brigitte con su sonrisa tierna y de la mano el hermoso Pierre, sus pequeños pasitos todavía no son estables. -Mira quien vino a visitarte. -Me levanto de la silla rápidamente y me hinco para recibir el abrazo del pequeño, Pierre despierta mi ternura haciendo florecer mi instinto de madre, aspiro un momento ese olor a bebé que su cabello desprende y le regalo un suave beso en su frente, si supiera su pequeña personita que llego en el momento que más lo necesitaba. -Que grande estás, no puedo despegar mis ojos unos días porque creces que da miedo. -El pequeño muestra sus recién adquiridos dientecitos, sus grandes ojos cafés es lo único que lo distingue de los ámbar de su madre, supongo que se los heredó al imbécil de su padre,

bueno… padre es una palabra muy grande para ese canalla, lo demás lo heredó de Brigitte, su cabello castaño con ligeras ondas, su piel blanca y esa ternura en sus gestos. -Pienso lo mismo… no deja de preguntar por ti, te quiere mucho. -Brigitte nos ve enternecida por la escena, el pequeño nos ve detenidamente, siguiendo cada movimiento de nuestra conversación. -Y yo a él. -Sacudo su cabello logrando despeinarlo un poco. -Bueno pequeño es hora de ir por un delicioso helado. -Le doy un pequeño toque con la yema de mis dedos en su nariz. -¿Y el trabajo? -Pregunta Brigitte preocupada, levanto los hombros. -Pues la verdad no me he podido concentrar mucho que digamos. -Hago caras graciosas para hacerlo reír, sus pequeñas carcajadas son muy tiernas. -Además este es el único hombre que puede gobernar mi vida. -Eso es verdad, ningún otro hombre esta siquiera cerca de lograrlo algún día. -Solo por favor no lo satures de helado, ya sabes que luego soy yo la que cargo con las consecuencias. -Me ve tratando de sonar severa, solo puedo delinear una sonrisa, asintiendo delicadamente. -Si tranquila. -Oye antes de irte, se fijó la sesión fotográfica con Kelly Adler para el próximo miércoles en la tarde. -Mmm ¿nada en especial? -Levanto al pequeño en brazos. -¿Cómo qué? -Me ve confundida por la pregunta, ashhh no pienso poner en evidencia mi curiosidad por saber si preguntó por mí. -No nada… olvídalo. -Supongo que ella desechó la idea de una cita conmigo, era de esperarse si prácticamente salí huyendo de Londres para venir a refugiarme aquí. -¿Bueno pequeño Pierre que te parece si salimos de juerga por ahí? -El pequeño mueve la cabecita con rápidos movimientos, todavía no habla y si lo hace son solo balbuceos, pero detrás de sus ojos puedo ver que entiende todo, solo no quiere hablar todavía. ·············· Entro al estudio con mi café en la mano como todos los días, pero hoy es diferente, hoy es mi cumpleaños y desde que llegue a Paris ella ha decidido crear un jardín para mí, flores por doquier adornan el lugar, hermosos arreglos florales de diferentes colores, su agradable olor sacude mi ser, no entiendo… ¿por qué lo hace? ¿Por qué quiere estar en mi vida de alguna forma? Lina siempre fue persistente, esta es solo una más de sus locuras, es por esta razón que Renee la llama “Lina la de las flores”, todavía me parece gracioso recordar como en mi primer cumpleaños en Paris la habitación se llenó de flores, tantas que no hubo

espacio para todas y las dejaron esparcidas en el pasillo, muchos curiosos no entendían que sucedía en la habitación 303, jajaja ni hablar como Renee casi enloquece, no había suficiente espacio para caminar, sin contar que le dio alergia, le toco asistir a clases con la nariz roja, ¿todavía no comprendo como hizo siempre para localizarme si mis datos no fueron suministrados a extraños?, solo Silvia y mi padre los conocen y la verdad no creo que ninguno de ellos se haya prestado para dárselos. Acerco mi nariz a una de las flores, todas tienen una tarjeta con letras doradas “Lena Feliz cumpleaños…Lina” deslizo las yemas de mis dedos sobre su nombre, es lo único que no he podido evadir, Lina se resistió a dejarme ir como lo hablamos ese día, como les dije mis datos son difíciles de conseguir, ningún número telefónico, e-mail, nunca fui amiga de las redes sociales, entonces a ella no se le ocurrió mejor idea que comunicarse conmigo por medio de cartas escritas de su puño y letra, casi a diario las recibí religiosamente, nunca fui capaz siquiera de abrir una y leerla, nunca estuve preparada para saber lo que allí decía, el solo ver mi nombre escrito por ella en el sobre era suficiente para dejarme mal, todas las devolví, fueron tantas que perdí la cuenta, tan solo unos meses atrás dejé de recibirlas, supongo que al fin se rindió conmigo, no sé… no sé la razón, ni siquiera le he preguntado a Silvia porque a nadie le permito hablarme de ella, supongo que no ha dejado de enviarme flores el día de mi cumpleaños porque por fuerza no puedo devolverlas, es una locura todo esto, debe costarle un ojo de la cara, las flores aquí no son nada económicas, menos estos arreglos tan hermosos, Dios!!! Ella siempre llevándome la contraria, si la dejé sin ver atrás era para que fuera feliz, no entiende que no fue sencillo para mí. -Como todos los años. -Renee se acerca a mi oído obligándome a soltar la tarjeta de mis manos. -Sí… como todos los años. -Deslizo mis dedos por los pétalos de las rosas rojas, son preciosas para ser honesta. -Feliz cumpleaños hermosa. -Me abraza fuerte y me regala dos besos en las mejillas. -Gracias. -Sigo perdida en la nostalgia que me produce recordarla, Renee lo nota, ladea sutilmente la cabeza y coloca su mano en mi hombro. -No sé su historia, pero hacer esto todos los años por ti… no sé, ella debe ser muy especial. -Vemos todas las flores, son tantas. -Lo es… es solo, que…ya sabes. -Me enredo contestando. -Tranquila, te entiendo… -Desliza su mano por mi espalda suavemente dándome ánimo. Bueno, después de trabajar nos vamos a celebrar tu cumpleaños, no sabes todo lo que te tengo preparado. -Me alza la ceja sonriendo pícaramente, no sé que se trae entre manos, hace días que la veo cuchicheando con Brigitte, esas dos unidas es de terror, cualquier cosa pueden estar tramando. -Miedo das… pero gracias.

-Bueno vamos a trabajar, ni siendo tu cumpleaños te salvas de cumplir con tus obligaciones. -Posiciona sus manos en mis hombros y me empuja llevándome a la oficina a paso forzado. -Ya sé… explotadora. -Le contesto socarronamente, cuando abro la puerta de mi oficina quedo sorprendida, un gran letrero con letras de colores brillantes cuelga al fondo “Feliz cumpleaños Helena”, hay globos y varios regalos esparcidos por el lugar, no lo esperaba, Renee me abraza desde atrás recostando delicadamente su cabeza en mi hombro. -Sé que no te gustan las celebraciones, pero todos en la oficina creemos que este es un día importante. -Gracias… yo no… -Sinceramente han logrado conmoverme, tanto tiempo sintiendo que no pertenecía a ningún lugar y ahora… -Ni termines esa frase, te mereces esto y más. -Sentencia intentando sonar severa. -Me puedo unir. -Brigitte entra con su tierna sonrisa estirando sus brazos y se une al abrazo grupal. -Feliz cumpleaños. -Ya basta… hora de trabajar. -Si seguimos así voy a terminar llorando y no quiero. -Está bien, ya te dejamos. -Me dice Renee sacando a Brigitte con ella. Me acomodo en la silla, no puedo creer todo esto, nunca fui de celebrar mi cumpleaños, a decir verdad mi familia solo hacia fiestas para afianzar sus lazos sociales, esas para mí no cuenta, solo Lina los hacía inolvidables, y bueno ahora… tengo en mi vida personas muy especiales, solo debo acostumbrarme. Uno de los regalos logra llamar mi atención, esta finamente envuelto con un gran moño violeta, la tarjeta la firma mi padre, desde que estoy aquí nuestra relación a pesar de ser a distancia se ha afianzado, tomo la caja tratando de adivinar qué es, lentamente voy deshaciendo el moño y el papel, mis ojos brillan de la emoción al ver que mi padre me regaló una cámara Agfa Synchro Box, no entiendo como la encontró si son tan difíciles de conseguir, incluso para los coleccionistas, hasta el momento este ha sido el mejor regalo que mi padre me ha dado, el teléfono de la oficina interrumpe la inspección de mi nueva adquisición. -Alo. -Feliz cumpleaños hija, espero que mi presente haya sido de tu agrado. -Su voz aunque alegre la siento distante. -Ni que lo digas, ¿como la conseguiste? -Todavía inspecciono la cámara.

-Bueno con unos viejos conocidos, sabes que en este negocio se conoce muchas personas. Como no saberlo, si todas las fiestas familiares se llenaba de “viejos conocidos”. -Lo sé… gracias, es lo mejor que me has dado. -Me alegra saberlo… -Su voz se apaga por un instante. -Helena quiero verte. -Percibo el tono de suplica en sus palabras, no entiendo tanta insistencia, todo sería más sencillo si fuera él que me visitara. -Papá… ya sabes, puedes venir cuando quieras. -Quisiera hacerlo, créeme es solo que… -No quiero escuchar sus excusas, así las siento cada vez que pone el trabajo de por medio. -Ya sé, el trabajo… hagamos algo, cuando me desocupe un poco de mis compromisos adquiridos empiezo a planear un viaje para visitarte, ¿te parece? -Haces feliz a un viejo, te quiero mucho hija… te dejo para que sigas trabajando. -Está bien, hablamos después. -Siento que cada vez más me orillan a volver, ¿por qué presiento que mi regreso está más cerca de lo que alguna vez pensé?, todavía no sé cómo enfrentarme a ella, ashhh por eso no quiero regresar, no todavía.

El lugar escogido este año para celebrar mis cumpleaños es el restaurante bar que queda cerca del estudio, el sitio está decorado para la ocasión, todos parecen contentos hablando de todo un poco, Sean se acerca con su risa coqueta y dos vasos en las manos. -Ya abriste mi regalo. -Me entrega el vaso. -Mmm Sean siempre me regalas lo mismo. -Contesto rodando los ojos, siempre es una nota que dice “Vale para una noche loca de pasión desenfrenada”. -Y entonces cuando lo vas a aceptar. -Enarco mi ceja mientras se dibuja una mueca burlona, él se divierte conmigo. -Déjame pensarlo… nunca. -Sonrío antes de beber. -Ummm haz roto mi corazón. -Coloca sus manos en el pecho fingiendo un dolor inexistente. -Cuál… si no tienes.-Hace ademanes de tristeza que son graciosos para mí. -Ya hablando en serio Sean deja de regalarme lo mismo.

-Está bien, supongo que me tengo que conformar con ser el padre de tus hijos. -No se alarmen, lo que sucede es queSean perdió una apuesta conmigo, todo empezó una noche en un bar, como siempre compitiendo por una mujer, en este caso una hermosa morena con cuerpo de muerte lenta, quien lograra llevársela esa noche tenía el derecho de pedir lo que quisiera al otro, yo sé, me arriesgue demasiado, no quiero imaginar lo que Sean me hubiera pedido, pero para mi buena suerte gané yo, él se sorprendió cuando le pedí que llegando el momento adecuado y me decidiera ser madre él sería el donante, que les puedo decir, me encanta sus ojos jade. -¿Cuántas veces tengo que decirte que no vas a ser el padre?, solo eres el donante.-Le doy un pequeño toque con mis dedos en la punta de su nariz. -Como sea… solo quiero que sepas que te quiero mucho, a pesar de nunca haberme acostado contigo. -Me ve directo a los ojos, son pocas las veces que puedo ver sinceridad en su persona, esta es una de esas pocas veces. -Supongo que eso va ser lo más tierno que voy a escuchar alguna vez de ti. -Veo como Brigitte se acerca a nosotros. -Helena me tengo que ir… ya sabes no puedo dejar mucho tiempo a Pierre. -Lo sé… tranquila, dale un beso de mi parte. -Feliz cumpleaños de nuevo. -Besa mis mejillas y me da un abrazo fuerte, se acerca un momento a mi oído. -Espero te guste tu cita. -La veo con una ligera arruga en mi frente producto de mi confusión. -¿Quién?… -No seas ansiosa ya la vas a conocer. -Se aleja con una risa de travesura, ya tengo curiosidad por conocerla la verdad así sea una insufrible, no entiendo el alboroto de Renee y Brigitte. -Quiero bailar con la cumpleañera así que te la voy a robar. -Renee aparece para llevarme a la pista, le entrego el vaso a Sean y la sigo, enreda sus manos en mi cuello y nos movemos al ritmo de la música. -¿Ahora si me vas a decir por qué andas de tan buen humor? -Siento como su risa golpea en mi cuello, se despega unos centímetros para verme a los ojos. -No me voy a escapar de contestar ¿cierto? -Niego con la cabeza mientras sigo con mi sonrisa. -Bueno pues… -Suspira profundo mientras aprieta su labio inferior con sus dientes. -He seguido tu consejo y… pues digamos que ya no tengo necesidad de calor humano como tú le dices. -Levanto mis cejas asombrada de que realmente Renee se haya atrevido. Aunque no pienso hacerlo muy seguido, no es lo mío, pero siento que es una etapa que necesito atravesar.

-No te das una idea de cuánto me alegra verte así… relajada, feliz. -No puedo creer que esta sea la misma mujer que vi días antes tan rota y frágil. -Lo sé, pero ahora te toca a ti, espero que le des una oportunidad. -Frunzo el ceño, ya no me está gustando esas palabras, la veo detenidamente intentando descubrir que trama, ¿así de loca será la de este año? -¿Qué se traen tu y Brigitte? -Nada malo... -La veo como le hace señas a alguien a mi espalda, oh no… no otra vez esa rara sensación de tener un nudo en el estomago, solo atino a bajar saliva, tengo ese presentimiento de que algo inminente va a ocurrir para mover mi mundo, miedo… si y mucho, escasamente respiro, todo me da vueltas. -Ya llegó tu cita. -Volteo a ver a Renee, ella toma mi mano y me da la vuelta para llevarme a conocer mi cita de cumpleaños, Dios no lo puedo creer, ¿qué hace ella aquí?…

XIX Segunda Parte

No entiendo la verdad como mi cuerpo es capaz de responder, solo soy un maniquí con movimiento, no puedo creer que ella esté aquí, ¿Cómo?... ashhh ya entiendo las risitas de Renee y Brigitte todo este tiempo, con que esto era lo que se traían entre manos… está hermosa con su vestido negro ceñido al cuerpo, su cabello cobrizo suelto, esos ojos grises que pueden helarte al instante y esa sonrisa que te deslumbra, toda ella es una sinfonía sublime… sí, Kelly Adler está en mi fiesta como mi cita de cumpleaños, demonios!!! Su presencia tiene el poder de apoderarse del lugar, tiene esa energía de atracción que solo algunas persona poseen, mis nervios están en su pico más alto, no sé cómo comportarme, ¿qué decir?, ¿cómo explicar mi repentina huida?… sinceramente no sé cómo voy a controlar mi ansiedad y tenerla bajo control, esta situación me puede. -¿No piensas decir nada? -Renee me da un leve codazo trayéndome de regreso, ashhh está con su risita burlona disfrutando de la situación… de mi situación en realidad. -Hola. -En serio eso es lo único que puedo decir, idiota!!! Bajo saliva y me esfuerzo por delinear una sonrisa que honestamente no sé cómo se verá en estos momentos de estrés. -Hola. -Me sonríe pasando un mechón de su hermoso cabello detrás de la oreja, esa sonrisa me tranquiliza un poco, igual que aquella vez.

-Espero te sientas a gusto. -Renee interviene en esta conversación, como decirlo, mmm tan simple. -Gracias. -Como hace para que todo se vea tan perfecto, demonios!!! No voy por buen camino. -Las dejo para que puedan hablar tranquilas…de nuevo Kelly bienvenida. -Renee la ve con una sonrisa sincera y se aleja de nosotras, no puedo creer que me haya dejado sola, y ¿ahora? -Yo… -Estoy en blanco, en serio qué carajos digo, mmm vamos piensa rápido, ella me ve con una ligera cara de preocupación. -No te inquietes… -Aspiro aire profundamente, ¿cómo se dio cuenta que no estaba bien?, claro soy muy evidente, demonios!!! -Vamos por un trago… ¿te parece? -Asiento levemente, por lo menos la capacidad de moverme no la he perdido todavía. -Sí claro. -Respondo con simpleza y le hago un ademan para que siga primero, no puedo negar que se ve preciosa esta noche y pensar que se arreglo para mí sube mi ego… y mucho Nos acercamos a la barra, le hago señas al bartender para que nos atienda, todos voltean a verla, que les puedo decir, no creo que sea por mí, es ella que atrae todas las miradas, tanto de hombres como mujeres por igual, el magnetismo de esta mujer es innegable. -Whiskey puro. -La joven con un piercing en la ceja asiente mientras la ve a ella esperando por su pedido, le está sonriendo, ashhh no entiendo, todos quieren coquetearle a esta mujer. -Cerveza rubia. -¿Alguna en particular? -Pero que le pasa a la babosa esta. -No, cualquiera está bien. -Le hago señas a la estúpida esa para que se retire, ashhh me estoy poniendo territorial, me calmo antes de verla no quiero que se dé cuenta, frunzo el ceño por el desconcierto de su pedido, nunca pensé que esta mujer fuera de cerveza y no ha pedido de las ligeras, me agrada, no puedo evitarlo, sonrió por su peculiar decisión. -¿Qué? -Pregunta curiosa por mi actitud, la bartender regresa con las bebidas, parece que ha captado la indirecta porque ya no se detiene a verla. -No nada… solo que no pensé que fueras de cerveza. -Le señalo la botella mientras tomo un largo sorbo de whiskey para tranquilizar mis nervios. -No sé cómo responder a eso, es lo que acostumbro tomar y la verdad si hablamos de eso, nunca pensé que fueras de Whiskey. -Me ve de forma coqueta, Dios no hagas eso, estoy jodida, lo presiento, esta mujer me gana.

-Qué te puedo decir, creo que es un gusto adquirido de mi madre, siempre la vi tomar lo mismo y bueno… me quedó gustando. -Veo como se acerca rápidamente Sean, tiene ojos de acechador, Dios este hombre no se rinde, se me había olvidado su pequeña obsesión con Kelly, bueno esto va a ser interesante de ver. -No piensas presentar. -Sean la ve detenidamente con esa pose de hombre encantador, quiero presenciar como Kelly maneja su coqueteo profesional. -Claro discúlpame, Kelly él es Sean J. Parker… Sean te presento a la hermosa Kelly Adler. -Ella solo sonríe dejando de lado la botella. -Un placer. -Kelly le extiende la mano y Sean la estrecha suavemente con su toque seductor que conozco muy bien, rozando ligeramente sus dedos en el dorso de su mano antes de soltarla, ashhh tan típico de él, sigo diciendo los hombres son tan predecibles. -Créeme el placer es todo mío. -Ella solo sonríe amablemente, jajaja ya sabía que iba a decir eso, en todo este tiempo es poco lo que cambia su parlamento. -Sabes… soy tu más grande admirador, el juego de la final de la US Open contra Andrea Thyssen fue épico, el cuarto set estuvo memorable, ambas aferradas al servicio, tu acabaste con 20 directos y ella con 11, ninguna daba su brazo a torcer…. estuviste genial esa vez. -El tonto de Sean escasamente respira cuando termina de hablar, ella solo lo ve detenidamente asintiendo levemente a sus palabras. -Gracias. -Ella bebe de su botella, sé que está incomoda, sus ojos la delatan, cuando eres fotógrafa aprendes a leer hasta lo más pequeños gestos, aunque no entiendo el porqué, pero en estos momentos solo soy una observadora de su conversación. -Y a ti ¿qué tal te pareció? -Me pregunta mientras me ve detenidamente, termino de beber mi whiskey, oh oh, creo que estoy en problemas. -Yo… -Me atrapó, no he visto ningún de sus juegos, es más, hace años que no estoy pendiente de de la liga profesional, mi trabajo ha absorbido la mayor parte de mi tiempo. -¿Acaso Helena no te ha dicho que no sabía nada de ti antes de las fotos? -Ella me ve con un ligero toque de confusión en su rostro sin dejar atrás su sonrisa, maldito Sean, este es solo uno más de sus trucos para dejarme fuera de juego. -¿En serio? -Sonríe mientras me ve curiosamente, no entiendo qué se trae conmigo. -No… -Mejor decir la verdad de una buena vez. -Sean tiene razón, no sabía de tu existencia antes de estar a cargo de las fotos, no he visto ninguno de tus juegos, no he leído de ti más que la información que mi asistente recopilo para mí. -No puedo creer que haya dicho todo eso, Demonios!!! ¿Es qué con esta mujer no tengo filtro en mis palabras?, tan solo salen sin poder detenerlas.

-No entiendo, si no me conocías… ¿por qué decidiste hacerte cargo de las fotos? -Sigue viéndome detenidamente, tratando de captar hasta el más pequeño movimientos de mi rostro. -Eh… por la misma razón que te las tomé sin permiso. -Por fin hablo bajando el rostro para luego fijar mi vista en otro lugar, esto es muy incomodo para mí. -Mmm veo… -Ella bebe nuevamente de su botella y la descarga suavemente en la barra, no puedo descifrar su rostro, no sé qué pasa por su cabeza en estos momentos, estará furiosa, decepcionada, ¿qué? -Si me disculpan. -Se retira con su elegante caminar hasta desaparecer de mi vista, ahora si ya me sacó de mis casillas este idiota. -¿Se puede saber qué pretendes? -Le recrimino furiosa a Sean, qué le pasa por la cabeza a este tarado, no sé como lo soporto a veces, siempre es lo mismo cuando quiere dejarme a un lado. -Nada… solo sacándote del mapa. -Me ve con esa sonrisa socarrona, pero que imbécil es en estos momentos. -Además a ti no te interesa o ¿me equivoco? -Ladea la cabeza esperando atentamente a mi respuesta, a veces esta es una relación amor-odio, en estos momentos más la segunda que la primera. -No… pero… -No me da tregua, no quiere ceder ni un milímetro de su ofensiva. -Pero nada, déjame conquistarla, eso sería un desperdicio… digo si a ti no te gusta ¿por qué no te haces a un lado? -Nuestras miradas se cruzan incesantemente, desafiándonos, no, no le voy a permitir que Kelly sea una más de sus conquistas. -Es hora de bailar. -Su voz nos saca de nuestra batalla de miradas, parece no darse cuenta lo que estaba sucediendo hace unos segundos. -Cuando quieras preciosa. -Sean se adelanta rápidamente y le ofrece su mano para sacarla a bailar, yo solo estoy perdida con todo. -No Sean… en estos momentos deseo bailar con la homenajeada. -Rechaza tomar su mano, él se ve incomodo con su rechazo, Kelly se acerca a mí con una sonrisa preciosa, yo solo quedo hecha piedra, no comprendo ¿por qué desea bailar conmigo? -¿Conmigo? … yo no creo que… -Ella toma mi mano y me jala suavemente a la pista, solo puedo atinar a seguirla, volteo a ver un instante a Sean, jajaja su cara de decepción no tiene precio, solo por eso vale la pena bailar, Kelly le hace una señal al D.J y empieza a sonar unos suaves acordes de guitarra, ¿quiere bailar un lento conmigo? no entiendo, pensé que estaría furiosa por aceptar que no sabía nada de ella, ¿acaso no está ofendida? posiciona sus manos en mi cintura, ah no, eso sí que no. -Espera… no me gustan que me lleven en el baile. -En serio, nunca lo he hecho, siempre que bailo con mujeres soy yo quien las guía, y bueno nunca he bailado con un hombre

excepción de mi padre en pocas ocasiones, como mis quince, en fin, que me guíen en el baile para mí sería muy raro la verdad. -Lo siento… lo vas hacer esta vez porque si no me equivoco fui yo la que te saqué a bailar. -Solo puedo asentir pesadamente, ashhh ¿por qué no me negué? rodeo mis brazos en su cuello, la voz de Adam Levine se adueña del lugar, la canción que Kelly escogió para bailar conmigo es Secret, me confunde todo esto, ¿por qué esa canción? -Sabes que me tienes confundía con todo esto, ¿cierto? -Me acerco sutilmente a su oído. -No… ¿Por qué? -Ella contesta divertida por mi confesión, siento como me acerca un poco más a su cuerpo, estoy jodida lo sé, me encanta como me toma en sus brazos, se siente tan jodidamente bien. -Bueno para empezar, ¿por qué esa canción?, no entiendo pensé que estarías furiosa conmigo, no dispuesta a bailar y menos una canción lenta. -Me da una vuelta quedando justo detrás mío sin dejar de movernos, demonios!!! Siento como mi temperatura sube considerablemente, ella hace estragos conmigo. -Está bien permíteme responder en orden. -Sus palabras colisionan en mi cuello erizando mi piel a su paso. -Me gusta mucho esa canción, además que Adam Levine es tan sexy!!! Me incomoda su respuesta, ella vuelve a darme la vuelta quedando de nuevo de frente. -Jah!!! -En serio, ashhh ¿por qué me dice eso? -Sabes… eso es lo que no me gusta de las bisexuales, dicen que le gustan mujeres y hombres por igual… lo siento pero a veces no puedo entenderlo, para mí ustedes solo experimentan con nosotras, nunca nos toman en serio. -Ella a pesar de lo ruda de mi respuesta no cambia su buena cara. -Y yo nunca pensé que fueras tan cerrada… a ver, para mí no es un experimento, mi sexualidad es un asunto muy serio, mis padres me enseñaron a ser más abierta, nunca lo haría solo para probar. -Bajo mi rostro, idiota!!! Como es que soy tan torpe con ella, sus padres son gay, como no va a ser abierta y lo peor de todo es que me contesta sin enojo en sus palabras terminando de hacerme sentir como lo peor. -Lo siento, es solo que… -Maldita sea porque estas heridas emocionales me estropean la noche, siempre que pienso que están cicatrizadas me traicionan, ella pasa su mano por mi rostro tomando con delicadeza mi mentón logrando que la vea directamente. -Tranquila… no sé qué sucedió alguna vez contigo, pero soy diferente. -¿Cómo es que puede leerme de esa forma?, ¿acaso me salen letreros en la frente y nunca me he dado cuenta?, ashhh ella parece descifrarme con facilidad, eso me hace sentir mmm no sé, frágil. -Está bien. -Contesto mientras parpadeo varias veces. -Ahora déjame ver cuál es la siguiente duda… ah sí, no estoy furiosa contigo, al contrario me intrigas, sabes… muchas persona se acercan a mí por diferentes razones… unos por mi

carrera, otros por mi éxito y algunos por mi belleza… a nadie le interesa realmente saber que hay detrás de todo eso… el hecho que hayas intentado descubrirlo para mí fue refrescante. -Me ve con esos ojos grises que quitan el aliento. -No debe ser fácil. -Contesto con simpleza, no puedo evitar estar identificada con ella, a veces las personas no quieren conocerte, solo les interesa una parte de ti. -No… no lo es, tal como hace un rato con tu amigo, nunca puedes estar segura que intenciones tienen contigo. -Así que fue por eso, puedo entenderla, es difícil confiar en las personas, especialmente cuando se trata de tus sentimientos. -Sí… me di cuenta que Sean te colocó incomoda aunque no sabía muy bien porqué. -Y bueno qué te puedo decir, me interesas… y mucho. -Me congelo en ese momento, por un leve instante mi cuerpo se detuvo y no sigo la canción, ¿por qué siempre me sale con esa clase de cosas cambiándome el ritmo de lo que hacemos? -Siempre eres así de directa. -Por fin mis neuronas funcionaron coordinadas para realizar sinapsis y ser capaz de responder. -Siempre. -Me responde con su ceja enarcada y con una sonrisa coqueta. -No entiendo por qué te intereso la verdad. -Eso sonó tan ashhh, demonios de nuevo dónde está el filtro de mis palabras. -Porque eres la primera persona que no se siente atraída a mí. -La veo con el ceño fruncido, ella se da cuenta de cómo sonó eso e intenta arreglar las cosas. -Es decir… siento que por más que intento acercarme a ti, más te alejas, no sé cuál es la razón, nunca antes me había sucedido con nadie. -Roza suavemente sus dedos por mi espalda, logrando tensarme a su toque, sé que no la hace inocentemente. -Ves… ¿eso no te debería decir algo? -Le devuelvo el gesto deslizando mis dedos por su nuca, jugando con su cabello, ella se coloca nerviosa y se sonroja, se ve tan dulce en estos momentos. -Sí… que eres alguien que vale la pena. -Me ve coquetamente aferrando sus dientes a su labio inferior, se acerca a mi oído. -I know… I don’t know you, but I want you, so bad. Su dulce voz se une al coro de la canción, eso logra estremecer mis sentidos, es que esta mujer es perfecta en todo, inclusive cantando, solo atino a aférrame más fuerte a su cuello, ella se separa un momento para verme, sabe muy bien lo que acaba de hacer conmigo, Demonios!!! Esta mujer tiene la capacidad de sacarme de mi zona segura, la canción termina, solo puedo tragar saliva, ladeo un poco la cabeza y alcanzo a ver como Sean viene con urgencia hacia nosotras, no sé qué cables se me cruzan en este momento, solo tomo su mano y nos alejamos rápido del lugar. -¿Qué sucede? -Pregunta sin dejar a un lado su sonrisa.

-Sean, eso sucede, no quiero que tengas una noche insufrible… no lo conoces, cuando se fija en alguien es persistente en límite de lo odioso. -Ella me ve riendo por lo que acabo de decir, es en serio lo he visto muchas veces.

Llevamos varios minutos caminando sin rumbo fijo, solo disfrutando de la noche, todo parece sacado de una película romántica, a veces olvido que vivo en Paris, el lugar que muchos llaman la ciudad del amor, bueno es por algo, de vez en cuando nuestras miradas se cruzan, nos detenemos en un pequeño puente viendo como todo se mueve a nuestro alrededor, todo… menos nosotras, nos recostamos ligeramente para descansar. -Me gustó mucho haber venido. -Ella decide acabar con el silencio que nos envolvía. -Me alegra. -Sus ojos brillan con mi respuesta. -Eso es genial, cuando tengamos nuestra cita no te vas a arrepentir. -Empieza mi risa nerviosa, demonios!!! -¿Por qué te ríes? -Ashhh no de nuevo, debo hacer algo para controlarme. -Bueno creo que ya la tuvimos. -Al fin puedo calmar mi risa, ella me ve confundida. -No entiendo… ¿creí que siempre cumplías tus promesas? -Me ve con una graciosa arruga en su frente producto de la confusión, no comprende lo que trato de decir. -Y lo hago… eres mi cita de cumpleaños. -Si ya sé, ya sé, estoy evadiendo mi promesa, en realidad es la primera vez que lo hago en mi vida. -¿Tu qué? -Sus hermosos ojos grises lucharon por no salirse de su puesto. -Mi cita de cumpleaños… todos los años los de la oficina me traen a alguien para conocer… bueno este año eres tú, y creo que cumplí con mucho de lo que habías dicho que querías en una cita… tuvimos una charla agradable, nos conocimos mejor… inclusive bailamos, eso para mí es cumplir con lo prometido. -Eso no es justo, estás acomodando las cosas a tu conveniencia, además yo no sabía nada, a mí solo me invitaron a tu fiesta de cumpleaños. -Me causa gracia sus quejas, en estos instantes ella es una perfecta combinación de niña-mujer, logrando verse hermosa a mis ojos. -Bueno, eso es solo un tecnicismo que pienso utilizar a mi favor. -Alzo mi ceja mientras se delinea una media sonrisa, me encanta verla así. -¿Entonces no piensas darme una oportunidad de salir de nuevo contigo? -Me ve con su rostro triste, por un instante dudo de lo que estoy haciendo.

-Mmm hagamos algo… vuelvo a salir contigo cuando… los cerdos vuelen. -Ella me ve como no creyendo lo que acabo de decir, no puedo evitar disfrutar su rostro de desconcierto, al fin y al cabo ella lo hace conmigo cada vez que puede. -No me veas así… digamos que has sido la mejor cita que he tenido alguna vez. -Beso suavemente la comisura de sus labios, son tan suaves, demonios!!! Ella me ve con un leve sonrojo, me alejo lentamente, doy la vuelta y me marcho de ahí, ¿qué acabo de hacer? Dios!!! Como siempre, siento que no puedo manejar lo que esta mujer hace en mí. XX

Estoy caminando de un lado para otro, siempre el mismo camino que puedo trazar en mi oficina, falta poco para empezar a formarse una zanja profunda por mi insistencia, así como en las caricaturas, ya casi llego a China ¿por qué estoy así? Ah sí, es miércoles en la tarde y voy a ver de nuevo a Kelly, ashhh esa mujer me mueve el piso, para que lo niego, es solo que no sé cómo comportarme, hace tanto que nadie me gustaba tanto, las relaciones para mí no son asunto sencillo, diría mejor que es materia completamente desconocida para mí, nunca he tenido nada estable, sencillamente no se me da, si solo fuera sexo ocasional todo sería más fácil, mi cuerpo sabría hacerlo, pero no, ella no quiere eso conmigo y la verdad en este punto yo tampoco, ella me ha mostrado una faceta que ni yo conocía, si, Kelly Adler me gusta tanto… tanto como para intentar enamorarme una vez más, unos golpes ligeros en la puerta me distraen de mis abstracciones. -Siga. -Mis pies no se detienen, ¿qué le digo?, ¿cómo actúo? Ashhh. -Helena… Kelly ya está aquí. -Brigitte entra interrumpiendo mi manía nerviosa. -Ajá… ¿todo está listo en el set? -Sigo moviéndome por todo el lugar sin siquiera detenerme por un instante, demonios!!! -Sí todo está como lo pediste. -Me ve con sus ojos ámbar y esa risita burlona, su esfuerzo por no reírse libremente está siendo inútil, sí, se está divirtiendo a costa mía ashhh esto es irritante, decido detenerme. -Bueno… dame quince minutos ya salgo, por favor hazte cargo para que la preparen, vestuario, maquillaje… ya sabes. -Le hablo sin verla directamente y moviendo mis manos para hacerme entender, patético, no puedo ocultar mis crecientes nervios con Brigitte. -Sí tranquila, todo va salir perfecto. -Sin más que agregar se retira dejándome de nuevo sola.

Todo el set esta como lo visualicé días atrás, los asistentes se encuentran organizando los últimos retoques en la iluminación, trato de mantenerme serena, deslizo mis manos por la cámara escogida, revisando que todo esté en orden, pronto siento ese nudo en mi estomago y sé que ella está aquí, siempre tiene el mismo efecto sobre mí, trago saliva y me encuentro de frente con su mirada, sus ojos grises se ven más hermosos con el maquillaje escogido, pedí precisamente que se resaltara y la verdad lo lograron, el atuendo destaca sus largas piernas, no hay dudas que la hace lucir hermosa, ella baja la mirada… está ocupada con su celular leyendo lo que imagino es un mensaje de texto, la sigo detenidamente con la vista, el rápido movimiento de sus dedos sobre las teclas con esa pequeña mueca de confusión que me parece tan tierna, ella tiene ese equilibrio perfecto entre la dulzura de una niña y la sensualidad de una mujer, vuelve a verme detenidamente unos segundos, sé que se ha percatado que mis ojos no la han abandonado, sería gracioso si ella también tuviera ese nudo en el estomago, ladea un segundo su cabeza para luego seguir concentrada en el artefacto que tiene en las manos, no puedo evitar sentir una punzada en el pecho, parece ser que el bendito aparato ese es más importante en estos momentos, diablos!!! Qué puedo esperar si prácticamente no le he dado oportunidad alguna conmigo, me imagino que se cansó y sinceramente le doy la razón, soy una insufrible. -Se ve realmente hermosa. -Sean logra sobresaltarme al hablarme cerca del oído, se posiciona a mi lado con una taza en sus manos, volteo a verlo con mi ceja alzada, él solo sonríe mostrando su perfecta dentadura, parece ser que está de buen ánimo a pesar de haberle arruinado su intento de conquistar a Kelly la noche de mi cumpleaños, supongo que ya pasó la página, ya debió encontrar su nueva “alma gemela”. -Lo sé… ella es preciosa. -No puedo creer que haya dicho eso, menos con Sean, hasta puedo afirmar que suspire como tonta, él me divertido por lo que acabo de decir, da un sorbo a la bebida caliente, si no me equivoco de té Samovar, es lo que suele tomar en horas de la tarde, él y su rutina. -Tranquila, ya sé que no tengo oportunidad con ella… tal vez si me hubiera conocido primero. -Alza sus hombros holgadamente, supongo que es muy posible, he visto más de una mujer caer rendida a sus pies, tal vez es su acento… ashhh, no sé para que me miento, él es un hombre muy atractivo, sería realmente encantador si pudiera dejar de ser tan idiota. -La historia sería diferente, ¿no crees? -Niego mientras la veo una vez más, solo puedo estar agradecida que la historia haya sido otra. -Puede ser, pero nunca lo sabremos. -Sigo revisando que todo esté en orden, me gusta ser meticulosa en mi trabajo, no me agrada las equivocaciones y menos aceptaría errores con ella. -Sí… creo que tienes razón. -Tomo una gran bocanada de aire. -Helena quiero que sepas que si lo de ustedes no funciona, lo volveré a intentar, nunca se sabe. -Delinea una media sonrisa, es la primera vez que se retira sin luchar, esa nueva actitud me tiene desconcertada. -No tenemos nada. -Le replico rápidamente.

-No digas tonterías, se supone que él que las hace soy yo… solo no lo arruines. -Asiento lentamente, me parece increíble que me dé un consejo de esa clase, debe ser por eso que todavía es mi amigo, muy en el fondo sé que es buena persona, solo que debes tener paciencia y mucha para llegar a entenderlo. -Te dejo… estar cerca de ella no es buena idea, tal vez se enamoré perdidamente de mí y arruine tu oportunidad, no queremos eso ¿cierto? -Solo alcanzo a escuchar su risa enérgica por el pasillo, se retira sin siquiera saludarla… mmm extraño viviendo de él, tal vez lo que sentía por ella era diferente, jamás lo había visto así por nadie, ni por una modelo de Victoria´s secret con la que salió en varias oportunidades. -¿Ya está lista la iluminación? -Los asistentes me dan visto bueno, me acerco a ella lentamente, sigue concentrada en ese bendito celular que no se percata de mi presencia hasta que prácticamente estoy a centímetros de ella. -Hola. -Intento que me ponga un poquito de atención, pareciera que estoy compitiendo con su celular en estos momentos. -Hola. -Le entrega el dispositivo a una joven mujer que sospecho es su asistente personal. Me mantienes informada. -La joven asiente mientras se ubica diligentemente en la parte de atrás. -¿Estás lista? -Le pregunto emocionada de volverla a ver, sí, mi estomago siente el vértigo de su cercanía. -Nunca lo estoy para las fotos, sabes, soy tenista… no modelo, pero aquí me tienes. -La siento extraña, distante, es chocante su respuesta, puedo notar que su mente no está en este lugar, ¿por qué se está comportando así? -Tranquila… solo relájate y yo me encargo del resto, ¿te parece? -Trato de que tenga una actitud relajada para las fotos, es mi trabajo que se sienta cómoda. -¿Y entonces que tengo qué hacer? -Se mueve hasta posicionarse en el fondo sin fin. -Sigue mis indicaciones… solo eso. -Le regalo mi mejor sonrisa. -Está bien. -Me contesta sin estar muy convencida.

Llevamos 25 minutos en los que he intentado que ella se tranquilice pero nada parece funcionar, aunque la cámara la adora sus ojos se ven distantes, no creo que haya logrado el material necesario para la portada, ella de vez en cuando voltea a ver a su asistente, no comprendo qué sucede, bajo la cámara y la veo con el ceño fruncido, ella por fin se percata que he detenido la sesión.

-Descanso de diez minutos!!! -Me acerco lentamente a ella con la cabeza ligeramente ladeada. -Necesito que te concentres por favor, requiero que durante los siguientes minutos esto sea lo más importante. -Ella desvía la mirada, parece muy incómoda con lo que le acabo de pedir, sé que no es modelo, pero si no se concentra esto va a terminar en un fiasco. -Es qué no sabes… -No la dejo terminar de hablar, me da miedo escuchar de sus labios la razón de su excesiva preocupación. -Hagamos algo, dame lo que pido y tendrás todo el tiempo para ocuparte de tu asunto, ¿te parece? -Está bien. -Asiente holgadamente. -Dime algo… ¿cuál es tu sueño profesional? -No sé… ser la mejor. -Contesta con la vista perdida. -Sí… pero dime cual sería el primer paso para lograrlo. -Sonrío tranquilizando el ambiente. -No sé… ganar un grand slam este año. -Levanta los hombros parsimoniosamente. -Ok y cuál te gustaría ganar. -Replico rápidamente, necesito conectarme con ella, necesito que esto no se convierta en un completo desastre. -Wimbledon. -Sus ojos brillan con la respuesta, ese brillo es el que quiero para las fotos, empiezo a tomar fotos de diferentes ángulos. -Necesito que tengas la imagen mental de que has ganado Wimbledon. -Mis dedos se deslizan rápidos por el obturador. -Sí… así, ahora estas levantando el premio la gente aplaude y tu corazón se infla de emoción. -Está relajada y entregada a mis indicaciones. Eso es… ahora levanta la mirada, así… Estoy terminado de ver las imágenes en el ordenador con Renee que se ve complacida con el resultado, Kelly está cambiándose de ropa en los vestuarios, la sesión nos dio las fotos perfectas para la portada. -Yo creo que contamos con el material necesario. -Levanto la vista y aparece su figura, habla detenidamente con su asistente, no puedo dejar de verla. -¿Por qué no hablas con ella? -Renee coloca su mano en mi hombro llamando mi atención. -Eh… no sé si sea buena idea. -Niego con mi cabeza para volver a concentrarme en la pantalla.

-Ya sabes… creo que te gusta. -Sí definitivamente soy muy obvia. -No lo sé. -Frunzo el ceño, como estar segura sí parece que ya no está interesada en mí, la verdad es que no puedo evitar sentir una ligera punzada en el pecho de solo pensarlo. -Deja de darle tantas vueltas al asunto -Me dice con una sonrisa en su rostro, bajo la mirada, no es fácil para mí. -No sé Renee… ella está extraña… como si ya no le interesara. -El tono de mi voz es triste, simplemente esto me está ganando. -Eso no lo sabes… solo inténtalo. -Renee me da un leve empujón, obligándome a caminar hacia ella, todos los temores en mi cabeza hacen que me dé mareo. -Hola… solo quería decirte que las fotos están geniales y que no es necesario otra sesión. Ella sonríe y luego vuelve a fijar su vista en el celular, carajo!!! Me está poniendo de malas. -Helena te necesitamos afuera!!! -Ashhh que le sucede a Brigitte, jamás había sido tan imprudente, volteo a verla con mi mirada asesina. -¿Qué? -En serio, que bicho le picó a Brigitte. -Ya!!! -Responde sacándome de quicio, ¿qué le pasa hoy?, no entiendo nada, todos en el estudio empiezan a salir susurrando, todo es tan extraño y bizarro, ¿de qué me estoy perdiendo? -Creo que deberías salir. -Me dice Kelly antes de colocar el celular en su oreja, eso es todo, no le importo, ya debo aceptarlo… camino furiosa afuera para ver cuál es el alboroto que tienen todos, cuando mi vista se fija en el cielo no doy crédito a lo que veo, globos, sí, globos de diferentes colores y formas adornan el lugar, no entiendo nada, ¿de dónde salieron? Todos parecen divertidos con el espectáculo, incluso Sean, sin decir que todo el lugar es un caos, nadie pretende moverse, pronto siento como golpean levemente mi hombro, doy la vuelta y la encuentro frente a mí con una gran sonrisa, en su mano lleva una cuerda que evita que una canasta se eleve por los aires impulsada por el gran globo del cual se sujeta, qué carajos sucede!!! El chillido de un animal llama mi atención… de un cerdo en realidad. -¿Lista para nuestra cita? -Me ve sonriendo por mi confusión. -¿Qué? -No puedo evitar reír con todo el espectáculo, mis ojos se fijan en el cielo. -El cerdo vuela. -Me dice señalando el pobre animal que debe estar asustado por la situación en la que se encuentra, no lo envidio la verdad. -No… no vuela, está suspendido en el aire gracias al globo. -Contesto riendo a carcajadas, no puedo creer todo esto.

-Ese es un tecnicismo que pienso utilizar a mi favor. -Achico los ojos mientras cruzo mis brazos sonriendo por la forma en que utiliza mis propias palabras para su beneficio. -Está bien. -Ella jala de la cuerda bajando la canasta de a poco, cuando por fin el cesto de mimbre está en tierra veo a un pobre cerdito con un pequeño casco y unos lentes de aviador antiguos, que loco!!! El animalito está sujeto con un pequeño arnés de seguridad muy bien pensado para su cuerpo, Kelly lo zafa delicadamente y el cerdito sale corriendo despavorido. -¿Por eso te estabas comportando extraño? -Rápidamente su asistente se hace cargo de la canasta y se retira dejándonos a solas. -Debía cerciorarme que todo estuviera en orden. -Contesta con una tierna sonrisa. -Gracias… ya sabes, yo... -Me calla con un dulce beso en mis labios, mi corazón se acelera con ese leve roce. -Es hora de irnos. -Me ve entusiasmada de haber logrado su cometido. -¿Ya?… es que no sé, tengo mucho trabajo. -Deslizo mis manos por mi cuello pensando en todos los compromisos laborales que tengo. -Nada de eso, vete ya. -Renee interviene con una amplia sonrisa, tiene el pobre cerdito en brazos. -¿Segura? -Si ya vete, no pienso volver a repetirlo. -Renee sostiene al cerdito con una sola mano mientras con la otra me señala sonriente. -Ya escuchaste. -Kelly me ofrece su mano, la tomo suavemente, sé que es lo correcto, se siente bien.

Hemos tenido una tarde especial, caminamos por ahí como simples turistas por las calles de Paris, nada parece forzado entre nosotras, hemos hablado de todo y de nada, cuando su estomago rugió furioso no pude controlar mi risa, le pregunté que se le antojaba, contestó como chiquilla que deseaba darle un buen mordisco a una hamburguesa, en ese momento supe donde llevarla… ahora estamos en un pequeño restaurante reconocido en el sector por sus hamburguesas, yo soy más de pizza, pero quería complacerla, disfruto de verla comer, no es de esas mujeres que cuando salen en una cita piden ensalada, no, no ella. -¿Se puede saber en qué piensas? -Pregunta por mi silencio. -Nada en especial… solo tonterías. -Me ve detenidamente intentando entender mis palabras. -Eh. -Contesta mientras se lleva una papa frita a su boca.

-No me pongas cuidado, suelo perderme en mis cosas. -Me gustan tus ojos. -La veo con el ceño fruncido, creo que no me voy a acostumbrar a esa clase de cumplidos por parte de ella, imagino que estoy levemente sonrojada, la verdad no es la primera persona que me lo dice, pero viniendo de ella hace que sea especial -¿Qué? Pregunta riendo por mi sofoco. -Nada… solo que es un gran halago viniendo de la dueña de unos ojos grises preciosos. Ella se sonroja mientras sigue comiendo.

Ya estamos en camino a mi apartamento, lo hacemos a paso lento, disfrutando el momento, me siento cómoda, aunque abrumada con todo lo sucedido hoy, no es muy común que todos los días te pidan una cita de forma tan original, nadie había intentando conquistarme y menos de esta forma, y ahora… ella solo llega y cambia las cosas, debo relajarme y dejarme llevar. -Entonces tienes dos hermanos. -Volteo a verla mientras asiento apaciblemente. -Sí, Eduardo y Sofía, aunque nuestra relación de hermanos es hipotética… llevo mucho tiempo sin verlos, sin siquiera hablar por teléfono, no sé nada de sus vidas. -Desde que vine a Paris no he tenido noticias de ellos, por lo menos cuando estaba en mi país sabía algo por los rumores que circulaban por ahí, la verdad después de tanto tiempo quisiera saber algo de mis hermanos, pero tenemos los mismo genes, el mismo orgullo, eso simplemente no va suceder. -También tengo dos hermanos, Akari y Dereck… -Sus ojos brillan, me gusta verla así, saca su celular y me muestra orgullosa fotos de ellos, son graciosas la verdad, se ven felices. Akari es de personalidad alegre, siempre la vas a ver sonriendo, se está iniciando en el mundo de la moda, sabes, es una diseñadora talentosa, utilizó mucho de sus modelos para promocionarla y bueno Dereck todavía está en la universidad estudiando arquitectura, es un buen chico aunque se esfuerza demasiado por ser el mejor, le digo que es bueno divertirse de vez en cuando, está muy joven para ser un amargado… los quiero mucho. -Se emociona cuando habla de su familia, se ve que son muy unidos, nada que ver cuando describo mi relación familiar, es inevitable para mí pensar que para formar una familia no es necesario los lazos de sangre, solo crear ese vínculo que ella tiene con ellos y que jamás conocí. -Si no vivieras en Paris, ¿dónde te gustaría hacerlo? -Pregunta de la nada cambiando de tema, ella parece que tiene la capacidad de desconcertarme. -New York, sin duda alguna. -Contesto con simpleza, la verdad es algo a lo que le he venido dando vueltas en los últimos meses, me gusta esa ciudad, solo fui allí una vez y me la pasé genial, el lugar tiene algo que te atrapa, te inspira, te mueve, no sé cuando, pero algún día viviré allí, hasta he pensado proponerle a Renee abrir un estudio allí. -¿En serio? -Pregunta emocionada, se le marcan dos hoyuelos en sus mejillas, se ve tan hermosa así.

-Sí ¿por qué? -No… es solo que también me gustaría vivir en New York algún día. -Contesta con una gran sonrisa y su vista puesta al frente.

Cuando menos lo pienso estamos frente a la puerta del edificio de mi apartamento, ella insistió en acompañarme hasta la puerta para cerciorase que llegue sana y salva, ¿pueden creerlo? se puede decir que en ella he encontrado el perfecto caballero de armadura reluciente, si ya sé, puedo ser muy cursi a veces, malditas películas románticas, no puedo evitar sentir ansiedad, ¿qué se hace en estos casos?, yo no soy precisamente una damisela en apuros ashhh. -Gracias por todo… ya sabes. -Respiro profundo intentando calmarme. La pasé muy bien. -Termino de hablar bajando saliva. -No tienes nada que agradecer… también la pasé muy bien contigo… -Me dice con esa voz tan dulce que logra relajarme. -Helena me gustaría volver a salir contigo. -Sí… a mí también. -Ella sonríe como no creyendo mi respuesta. -¿Qué? -No entiendo su confusión, ¿acaso no fue ella la que me pidió que saliéramos una vez más? -Bueno no pensé que fueras a decir que sí… digo sin poner tantas barreras… ya hasta estaba pensando en cómo convencerte para que aceptaras… no sé, un flashmob quizá… solo tenía que hacer unas cuantas llamadas, cobrar uno que otro favor aquí y allá, pero lo hubiera hecho. -Me sonrojo, no puedo creer lo que hubiera estado dispuesta hacer por mí. -Tranquila no soy tan difícil como crees… y lo del flashmob sería una idea genial. -Reímos al tiempo, empiezo a jugar con mis llaves por la ansiedad, no sé como despedirme, ¿debo besarla?, ¿es propio hacerlo?, sí, lo deseo, quiero probar sus labios una vez más, bajo saliva, ella se acerca lentamente viéndome con esos ojos que me encantan y yo instintivamente cierro los míos, cuando siento el toque de sus labios en mi mejilla los abro de golpe, eso fue muy tonto, ella se aleja lentamente sonrojada. -Eh… creo que es hora de irme, ya sabes… yo te llamo cuando vuelva a Paris. -Si claro. -Todo es incomodo, me siento como una idiota al pensar que me iba a besar, ella se aleja sin volver su vista atrás… cuando ya no la veo golpeo mi frente, que idiota soy, no sé como cerré los ojos, jamás lo había hecho antes, empiezo a meter las llaves en el cerrojo completamente irritada, cuando siento que me dan vuelta, todo sucede tan rápido que escasamente reacciono, toma mi rostro y sus labios se apoderan de los míos, es un beso intenso, apasionado, el roce de su lengua hace que mis piernas flaqueen por un momento, me deja sin aliento. -Tienes razón… esta tarde fue tan especial que un simple beso en la mejilla no es suficiente. -Me sonríe pícaramente, me fascina como roba mis besos. -Ahora si me puedo ir tranquila. -Dios es un hecho, esta mujer me encanta, sé reconocer que cuando mis piernas

flaquean con un beso, no me sucedía desde… sí, desde Lina, aunque ahora es diferente, ella es diferente, es hora de volver a sentir.

XXI Vul-ne-ra-bi-li-dad, repito una vez más esa palabra tratando vanamente de entenderla… sí, vulnerabilidad es lo que siento cada vez que estoy con ella, aunque no puedo negar que me gusta, no… Kelly Adler me encanta, solo que me siento torpe, no puedo dejar de pensar si estoy haciendo lo correcto… cada vez que nos despedimos y me roba besos me deja sin aliento, mi cuerpo flaquea incesante, deseando entrar en su piel, pero después… el miedo se hace presente invadiendo mis pensamientos, todavía no he descubierto cómo manejar lo que Kelly hace con mi ser, parece un huracán que me lleva por tantas emociones que luego… ¿cómo demonios se maneja algo así? -Se puede saber que te hizo el pobre lápiz. Renee me devuelve a la realidad, cuando veo mis manos me doy cuenta que acabo de quebrar el lápiz que tenía intacto hace tan solo segundos atrás, me pongo de pie y lo boto a la cesta de la basura. -Nada. -Vuelvo al sentarme con desgano, cruzo los brazos disgustada por no saber controlar mis emociones. -Me vas a decir que tienes… digo, entras a mi oficina te sientas en el sofá y no dices nada, solo te quedas como en piloto automático. -Me habla haciendo ademanes exagerados con las manos, sé que está preocupada por mí, cualquiera lo estaría si se comportara como yo lo hago. -Llevo saliendo con Kelly un mes. -Replico rápidamente con la vista fija al ventanal, la ciudad se ve hermosa desde aquí, ashhh ¿por qué todo es tan complicado?, en qué momento me volví tan patética… -Si ya sé, me tienes asombrada la verdad. -Me dice con un tono burlón, ¿no entiendo por qué mi situación es graciosa para lo demás? ¿A ver cuántos valientes dan un paso al frente para estar en mis zapatos? -En todo este tiempo… ya sabes… nosotras no… -Ella no me permite terminar de hablar, parece muy asombrada con mi revelación. -Espera, tú todo este tiempo… ya sabes… no has tenido sexo con ella… -Me ve con sus ojos casi fuera de su sitio. -Oh! eso si es extraño. -Levanta sus cejas mientras sus ojos se concentran en un punto inexistente. -Hey!!! ¿Qué me quieres decir? -Frunzo el ceño y tuerzo levemente mis labios molesta, ese es precisamente el miedo que tengo con Kelly, demonios!!!

-Nada es solo que... -Renee se ve sorprendida por mi reacción. -Esa… esa es la razón. -La señalo irritada sin dejarla hablar. -Todos tienen esa imagen y yo… solo no quiero arruinar las cosas, ya sabes… en serio me gusta. -Contesto molesta, sí… tétrico, no ser capaz de controlar este maldito miedo de que las cosas se vuelvan a salir de control y quede con el corazón más roto, es difícil dejar entrar alguien a tu vida que puede tener la capacidad de dejarte expuesta, si tan solo fuera sexo… todo sería más simple. -Lo siento, tienes razón… discúlpame, pero creo que estás pensando mucho las cosas… Helena, un mes es suficiente para conocerse y pasar al siguiente nivel. -El tono suave de sus palabras hace que baje mis defensas. -Lo sé, es solo que no sabes cómo ha sido las cosas entre nosotras. -Te escucho. -Ladea la cabeza en claro signo que es hora de que le cuente todo lo que llevo adentro, tomo una gran bocanada de aire inflando mi pecho momentáneamente, lo expulso mientras pienso como empezar. -Bueno no me has preguntado nunca como es que conseguí el permiso para las fotos. -No me digas que tú… -Me ve con los ojos bien abiertos y su dedo apuntándome acusadoramente, ashhh ¿por qué saca conclusiones tan rápido? -No es lo que estás pensando… -Contesto irritada, respiro pesadamente intentado calmarme para continuar. -Apostamos una competencia en la piscina del hotel donde me hospedaba en Londres, si ella ganaba podía pedirme cualquier cosa y si yo ganaba podía sacar a la luz las fotos. -Ella me ve con el ceño fruncido mientras vuelve a cruzar sus piernas elegantemente. -Bueno, perdí y ella se acercó cuando estaba en las duchas del hotel y me besó apasionadamente y yo pensé que ella ya sabes… te das una idea que cuando me besan así me pongo mmm como decirlo… caliente, quería estar con ella en ese mismo lugar, es que no te das una idea de los estragos que provoca con tan solo un beso… pero no, ella tenía ya tenía planes diferentes, fue cuando me dijo que quería una cita y bueno. -Tomo una de las pelotas antiestrés de Renee y la aprieto tan fuerte hasta sentir que la mano lentamente se adormece. -No quiero forzar las cosas de nuevo, no es mi intención arruinar lo que hasta el momento hemos construido, ahora… ¿te das una idea de mi situación? -Le pregunto esperando una respuesta que me saque de este dilema, carajo no es que no quiera, es que no sé si está bien. -¿Quieres mi opinión? -Muevo mi cabeza arriba y abajo dándole mi aprobación para que prosiga, mientras aprieto y suelto la pelota en movimientos rápidos. -Debes relajarte, estás haciendo bien llevando las cosas con calma, pero creo que es hora de no pensar tanto, además no creo que ella se enoje… sé que eres muy buena en hacer sentir muy bien a una mujer. -Renee se sonroja considerablemente, imagino sin temor a equivocaciones que sus mejillas arden en estos momentos, detengo mis movimientos con la pelota y la vuelvo a dejar donde la encontré.

-¿Eso crees? -Pregunto de forma coqueta haciendo que todo su rostro se torne de un rojo carmesí, si fuera caricatura ya estaría echando humo, jajaja ya era hora de burlarme de ella. -Sí y déjalo así. -Me dice señalándome seria. -Está bien… -Me levanto del sofá de forma decidida y le doy una suave beso en las mejillas sonrojadas de Renee. -Gracias… eres una buena amiga. -Deslizo con suavidad las yemas de mis dedos por sus sienes, ella sonríe tímidamente, me dirijo a la salida, ya se está haciendo tarde y quedé de salir con Kelly esta noche, es hora tomar el control de la situación, no más miedos. ··············

Como se ha vuelto costumbre entre nosotras cada vez que salimos caminamos por la calle de Paris sin rumbo fijo, hablamos tranquilamente, conociéndonos, no puedo negar que se ve hermosa esta noche, con su vestido estampado de flores, su cabello suelto, toda una muñeca si me lo preguntan. -Entonces nunca has estado con un hombre… ¿ni siquiera un beso? Me pregunta divertida, niego suavemente con la cabeza. -No… la verdad es que tuve una etapa, como decirlo… oscura en la que me deprimí bastante por la muerte de mi nana cuando apenas estaba entrando a la adolescencia, no quería estar con nadie la verdad y para ser honesta nunca me había planteado mi sexualidad… hasta que llegó una compañera del colegio y me besó de la nada, sin estar buscándolo, algo se encendió dentro de mí, me hizo sentir algo que jamás hubiera imaginado, todo era emocionante y prohibido, ella fue la que me hizo ver que me gustan las mujeres y bueno, nunca se presentó la oportunidad con algún chico, sabes… estudiaba en un colegio femenino y después pensar en la sola idea de besar a un hombre me fastidiaba. -Termino de hablar con una mueca de desagrado que a ella le hace gracia. -Mmm… interesante. -Coloca la mano en su mentón de forma burlona y su ceja levantada, me saca una risa. -¿Y qué hay de ti? -Bueno siempre tuve novios, debo confesar que ese nunca fue un problema, era algo así como popular en mi colegio, nunca imaginé que me pudieran gustaran las mujeres también, hasta que… -Su voz se apaga al igual que sus ojos, como si le costará hablar del tema. -Si no me quieres contar no hay problema, no quiero a presionarte a algo que no quieras. Coloco mi mano en su hombro, quiero darle su espacio, no forzarla en nada, tal como ella ha hecho conmigo.

-No… no hay problema… -Ella respira profundamente mientras mueve sus labios como si pensara cuidadosamente sus palabras. -Cuando estaba en el colegio tuve la gran oportunidad de entrenar con Kozlov, él es uno de los entrenadores más famosos que hay en el mundo, una leyenda viviente, todo hacía parte de la propuesta de un posible representante que quería que ingresara a la liga profesional desde temprana edad, sabes mis padres siempre me han apoyado en todo sin presionarme a nada, las decisiones las tomábamos en familia, así que entrenar con Kozlov era por unos meses para probar si era la mejor decisión… -Está concentrada contando su historia, trayendo a su mente los recuerdos que tenía guardados en una parte muy profunda durante tanto tiempo, su vista se pierde a veces en el horizonte, yo solo la sigo con la mirada sin perder detalle de sus gestos. -En el entrenamiento la conocí… ella era realmente hermosa, tan solo dos años mayor, contaba con una personalidad arrolladora, también era entrenada por Kozlov pero ella ya había ingresado en la liga profesional… desde el comienzo me sentí diferente con ella, no la veía como a las demás, lejos estaba de verla cómo una amiga, teníamos una química especial… un día me besó y todo se sintió como una increíble explosión de juegos pirotécnicos en mi pecho, empezamos una relación, todo era apasionado, loco, era la primera vez que me enamoraba, sabes… era realmente feliz a su lado, me decía que me amaba, todo parecía de ensueño… hasta que la encontré teniendo relaciones con otra chica en las duchas… eso me partió el corazón, no volví a entrenar, estaba realmente mal, rechacé la propuesta, le conté todo a mis padres y me apoyaron, aunque era una oportunidad grandiosa el solo pensar en volver a verla me dolía, ella intentó pedirme perdón, pero no se lo permití, mis padres hicieron todo lo posible para que no nos encontráramos, fue cuando llegó la propuesta de estudiar a Londres becada y bueno la tomé sin pensarlo dos veces. -Todavía puede ver la tristeza en sus ojos al recordarla, ella también conoce el dolor del desamor, como te jode cuando esa persona no quiere entender que todos sus malditos errores duelen y lastiman. -¿Por eso decidiste estudiar licenciatura en letras? -Bueno… sé que debes pensar que salí huyendo como una cobarde para refugiarme en un continente diferente, pero necesitaba cambiar de ambiente. -No, no pienso eso, sabes… te entiendo, a nadie le gusta estar cerca de lo que te causa dolor, eso no es cobardía, es instinto de sobrevivencia. -Claro que lo sé, también pasé por lo mismo, no es para nada gracioso sentir que tu corazón se parte tanto que sientes que nunca lograrás superarlo. -Y lo de estudiar licenciatura en letras es porque algún día pienso escribir un libro, me gusta, escribo desde hace algún tiempo, como una terapia que me relaja y me transporta a lugares maravillosos… es un buen escape de la cotidianidad, aunque no sé cuándo podré publicar algunos de mis escritos… menos con mi agenda. -Su voz es alegre, cambia de ánimo con solo hablar de su otra pasión, me gusta ese equilibrio que tiene en su vida, ella no es solo tenis. -Sabes, quiero ser la primera en leer algo tuyo… bueno si me lo permites. -Muerdo levemente mi labio inferior, sé que sus escritos deben ser algo especial, sería genial conocer su esencia a través de sus escritos.

-Dalo por hecho. -Me regala una sonrisa amplia. -¿Y has hablado con ella de nuevo? -Sí claro, de hecho he vuelto jugar con ella, ahora es una de las mejores del circuito, pensé que sería incomodo, ya sabes, pero me he dado cuenta que ya no me afecta, tanto huir que cuando volví a verla… simplemente lo supe, ya lo superé. -Esas últimas palabras me dejan pensando, nunca he hecho ese proceso con ella, no he cerrado el capítulo, no sé qué pasaría si volviera a verla, debo confesar que la sola idea me aterra, ¿acaso sería posible ser simplemente amigas?... de pronto veo que estamos cerca de una lugar que conozco muy bien, tomo su mano y prácticamente la llevo arrastras sin decirle nada, ella solo me ve con una risa por mi repentino comportamiento, parece divertirle mis arranques, me sigue sin preguntar siquiera mis intenciones, pronto estamos frente a la entrada principal de un gimnasio comunal que conozco muy bien, fue el primer trabajo que realicé como pasante, tomé fotos de sus instalaciones durante una semana, todo como parte de una campaña promocional y sé que cuenta con una amplia piscina, además hice amistad con el vigilante, un amable señor de edad que no será problema evadir, sé que es una locura lo que pienso hacer, pero siento que es correcto, quiero hacerlo con ella. -Quiero nadar. -Ella me ve sin creer lo que le acabo de decir, su rostro de desconcierto me encanta. -¿Qué? -Pregunta entre risas. -Que quiero nadar contigo. -Replico decidida. -Pero está cerrado… además eso ya lo hemos hecho. -Me dice en tono divertido como si fuera lo más obvio del mundo mientras cruza sus brazos, me fascina tenerla así, creo que ya era hora que tomara las riendas de la situación. -Sé como entrar… y sí, ya lo hemos hecho… pero nunca desnudas. -Ella sonríe nerviosamente, sé que nunca se esperó semejante propuesta de mi parte. -Nos podemos meter en problemas. -Me dice viendo para todos lados, supongo que ser una figura pública pesa más en una decisión de este tipo. -Cobarde… te vas a perder la oportunidad de verme desnuda. -De nuevo utilizo el recurso de retarla, ella me ve detenidamente sin decidirse todavía, yo me retiro mi blazer y se lo lanzo a sus brazos, camino hasta la parte de atrás donde sé que la puerta se puede forzar fácilmente, alguna vez escuché como lo hacían algunas personas, lo intento un par de veces y funciona, celebro internamente como loca por lograrlo, cuando volteo a ver atrás la encuentro con el blazer en las manos, sin decir nada, me retiro mi blusa, su rostro enrojece con mi acción osada, sus ojos se fijan en mis pechos como dictaminado por un fuerte magnetismo. -Te espero adentro, no te demores. -Me dirijo a paso seguro, no sé qué carajos estoy haciendo, pero solo me estoy dejando llevar por lo que he estado reprimiendo todos estos días, llego a la piscina, me termino de desnudar y me lanzo al agua, el contacto hace

que se erice mi piel, en estos momento muchas son mi dudas y miedos, y ¿si ella no viene?, idiota, sigo nadando con los ojos cerrados, intentando relajarme, pronto escucho como se sumerge, el movimiento del agua me indica que se acerca a mí lado. -Por nada del mundo me perdería esto. -Me dice con una evidente expresión de deseo, solo nos cobija la luz de la luna que entra victoriosa por el gran ventanal, estamos de frente, nuestros ojos no pueden apartarse de nuestros cuerpos, todo es tan jodidamente excitante, se ve hermosa con su cuerpo cubierto por el agua, sus largas pestañas resaltan como una obra de arte con las gotas de agua que sostienen. -Te espero en la orilla. -Le lanzo agua y nado hasta llegar a la esquina de la piscina, pronto la siento a mi espalda. -Dios no sabes cómo me tienes ahora. -Le doy la vuelta y la posiciono contra el borde de la piscina, me alcanzo a sostener con mis brazos posicionándolos con firmeza en la orilla, está atrapada entre la pared y mi cuerpo, Kelly me abraza con sus piernas mientras enreda sus brazos en mi cuello, nuestros senos chocan lentamente, cuando nuestras bocas se encuentran es una dulce sinfonía que nos transporta, estamos totalmente entregadas a sentirnos, sin aliento nos vemos un leve momento y reímos por todo, sabemos que es una locura pero no queremos detenernos, ya es demasiado tarde para eso, la levanto un poco más y me apodero de sus senos, el calor de mi lengua hace que sus pezones reaccionen, se ponen duros al tacto, lentamente los delineo con mi boca, ella empieza a jadear, estoy que no puedo más, me encanta su cuerpo, de pronto escuchamos pasos aproximarse. -Qui est là? -Quedamos de piedra, solo alcanzo a bajar saliva, ¿por qué me sucede estas cosas? -Oh oh. -Solo eso alcanzo a decir, mi corazón palpita como un loco, todo esta situación se puede salir de control, no contaba que hubieran cambiado al vigilante, el señor que recuerdo era de avanzada edad, escasamente hacía rondas de vigilancia. -Como que oh oh, ¿qué sucede? -Ella me ve preocupada por todo, Dios que te vean desnuda, en la posición en la que estamos, no es una buena visión de lo que te gustaría que sucediera. -Ese no es Paul. -Trato de ver quien es mientras la bajo para quedar a nivel del agua y no ser visibles para el vigilante, solo alcanzo a ver las luces de la linterna. -¿Quién? -Pregunta tan suave que sus palabras son casi imperceptibles, volteo a verla y tiene cara de susto por todo, siento que es mi culpa haberla orillado a todo esto. -El vigilante que conocía… ven nos tenemos que ir. -Salimos rápidamente de la piscina, recogemos nuestra ropa que estaba a un lado, tomo su mano y la jalo a los vestidores que están cerca, menos mal todavía puedo acordarme donde están las cosas, ruedo la perilla y para nuestra suerte está sin seguro, entro con ella cerrando la puerta con suma delicadeza sin hacer el menor ruido, la llevo a la pared y la abrazo tiernamente, alcanzo a percibir los

latidos de su corazón rebotando en mi pecho, está muy asustada, la beso lentamente para tranquilizarla, nuestros cuerpos desnudos reaccionan, el beso se vuelve intenso, nos estamos dejando llevar de nuevo, sus manos se posan en mis pechos, ella los toma con sutileza, baja su boca y los empieza a chupar, estoy perdida, me encanta lo que su boca está haciendo, ahogo mis gemidos con mi mano, no podemos volver a llamar la atención, se incorpora a mi altura y nuestras lenguas se encuentran, bajo mi mano a su entrepierna y suavemente separo los labios de su sexo, recorriéndola sin afanes, ella imita mi acción, sin decir palabra alguna somos capaces de ponernos de acuerdo, empezamos lentamente a movernos, voy introduciendo delicadamente mis dedos en su interior, ella ahoga su gemido en mi cuello, pronto siento como sus hábiles dedos exploran mi intimidad, nuestros cuerpos se acoplan como si se conocieran de tiempo atrás, empezamos a abalanzarnos más fuerte, más rápido, el goce invade cada célula como una increíble explosión en cadena, las caderas chocan incesantes con nuestras manos, una intensa sensación de placer nos cubre al tiempo, escasamente percibo los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos, nuestras respiraciones son testigos de lo que acaba de suceder. -Vístete… rá… rápido, nos tenemos que ir antes que… nos encuentre.-Le digo entrecortadamente cerca a su oído, ella me ve confundida por mi cambio abrupto de actitud. -¿Qué sucede?… ¿hice algo mal? -En ese momento siento una fuerte molestia en el pecho, sus ojos muestran angustia, tomo su rostro en mis manos y le doy un suave beso para tranquilizarla. -No has hecho nada mal… solo que te necesito… quiero estar contigo toda la noche, hacerte sentir una y otra vez y escuchar tus gemidos por toda la habitación sin que te reprimas… y aquí no puedo hacerlo. -Ella, la mujer que segundos antes me había hecho ver el cielo, se sonroja ante mi atrevida declaración, su rostro se ve aun más tierno de esa forma, vuelvo a besarla, tan solo un roce de sus suaves labios, Kelly asiente con una hermosa sonrisa en su rostro y rápidamente empezamos a vestirnos para abandonar el lugar lo más pronto posible sin ser descubiertas, caminamos cautelosamente evitando hacer ruidos bruscos, parece funcionar porque no volvemos a escuchar al vigilante, la suerte nos acompaña esta noche, encontramos la salida y marchamos invictas de nuestra hazaña.

El viaje en el taxi es una dulce tortura, nuestras manos no pueden despegarse de nuestros cuerpos, sus dedos dibujan figuras en mi muslo mientras su mirada se pierde en la mía, el taxista parece no importarle lo que sucede en la parte de atrás de su vehículo o tal vez solo intenta darnos privacidad, su piel tan suave me fascina, me invita a explorarla, me muero de ganas de llegar a mi apartamento para cubrirla de besos y atenciones, mi cuerpo arde de ganas, beso con insistencia su cuello, ella me ve con deseo, sí, ella también lo desea con urgencia, sus manos siguen subiendo por mi muslo hasta llegar a mi centro de paso lo hace incrementando de súbito mi temperatura, ella muerde levemente su labio inferior. -Si sigues así no voy alcanzar a llegar al apartamento. -Ella hace caso omiso de mi advertencia, solo me dejo hacer, deslizo mis manos a su centro haciendo una leve presión, su cuerpo se estremece.

-On arrivee. -El taxista nos avisa que se terminó el recorrido sin hacer contacto visual con nosotras, me acerco a su oído. -Te has salvado. -Ella sonríe pícaramente, pago la cuenta al hombre que me ve con cara morbosa, intento no poner mucho cuidado, imagino que tuvo unos minutos de diversión con nosotras, por lo menos fue discreto y no tuvo en ningún momento un comentario fuera de lugar, solo por eso no pienso decirle nada.. tomo su mano y nos dirigimos al ascensor, la abrazo con firmeza desde atrás, envolviendo su cintura con mis brazos, cuando la puerta se cierra paso descaradamente mi mano en su entrepierna, jugando con el elástico de sus bragas, no puedo detenerme, lo que sucedió en la piscina solo fue el inicio de esta pasión descontrolada por su piel, sé que no hay marcha atrás, mis besos recorren su cuello, ella solo lo estira dándome más espacio, su cuerpo se serpentea colisionando deliciosamente con el mío, escasamente llegamos a la puerta del apartamento, busco mis llaves en mi bolso desesperada, ella aprovecha el tiempo para introducir sus manos en mi blusa, solo alcanzo a escuchar como desbrocha mi brasier, su risa roza mi nuca erizándome, por fin puedo abrir la puerta, la jalo contra mi cuerpo, nos besamos con lujuria, con desenfreno, tropezamos torpemente con todo a nuestro paso, la levanto y ella abraza sus piernas a mi cintura, sí, nuestros cuerpos se necesitaban desde hace mucho tiempo, en este punto pasamos a otro nivel, uno más físico sin dejar la compenetración emocional que nos une, somos dos personas que han pasado por muchas caídas, que conocen de cerca el dolor que produce que te desgarren el corazón, somos dos almas que se encuentran para darse una oportunidad, no, esto no es sexo pervertido, es solo una manifestación más de lo que estamos sintiendo. XXII

Una suave ola de calor invade mi interior, el sueño es lentamente vencido por el movimiento que se está originando en mi entrepierna, leves caricias acompañadas con delicadas lamidas despiertan mi lujuria, solo atino abrir mis ojos, poco a poco mis sentidos van reaccionando, estoy en mi habitación, rayos de sol se filtran tímidamente por las cortinas de mi ventana, mi piel se está erizando por las delicadas descargas eléctricas que la recorren, mis pezones están erguidos y listos para dar batalla, levanto las sabanas y su esbelta figura aparece, está concentrada en su labor, deslizo mis dedos por su cabello cobrizo. -Buenos días. -Ella levanta un instante su rostro, delineando una sonrisa traviesa. -Buenos días. -Sigue presta a recorrer mi centro, su lengua curiosa no se detiene un segundo en explorarme. -¿Se puede saber qué haces? -Solo siento como su risa choca con mi sexo sobreexcitado por la actividad de su boca. -¿Qué crees?... -Vuelve acariciarme lentamente con la punta de su lengua, se escapa un gemido rebelde. -Intenté llamarte varias veces para que me lleves al aeropuerto pero nada

parecía funcionar. -A pesar que solo llevamos 20 días que nuestros cuerpos se conocieron íntimamente ella se está convirtiendo en una experta en hacerme sentir, sé que no voy a durar mucho tiempo en alcanzar mi orgasmo. -Aja… ok, ahhh esta forma me… me encanta, demonios!!! Si sigues así… solo, solo así me vas a despertar. -No puedo hablar fluidamente, mi respiración está agitada, ella lo hace tan jodidamente difícil. -Jajaja eres una aprovechada. -Vuelvo a sentir el cambio de temperatura cuando las palabras que salen de su boca se deslizan juguetonas por mi centro. -Lo que digas… pero no te detengas. -Coloco mis manos en su cabeza ejerciendo presión, su lengua avanza profundo, una descarga eléctrica baja por mi espina dorsal y se aloja en mi pecho, el placer arropa mi cuerpo, leves replicas sacuden mi ser, ella vuelve a reír por haber logrado hacerme llegar, yo solo intento respirar pausadamente, se posiciona a horcajadas sobre mí, pasa lentamente sus dedos por sus labios y los chupa… piedad, esta mujer me va matar un buen día. -Ya que estás despierta, necesito que te duches y me lleves al aeropuerto, si seguimos en la cama voy a perder mi vuelo. -Besos sus rosados pezones, sus pechos no son muy grandes, pero a mí me encantan, están hechos para mi boca, ella hace presión en mi cabeza. -Por favor… no me tientes, se me hace tarde. -Detengo mi labor, la veo con una falsa mueca de molestia en mi rostro. -Está bien, tú ganas, pero… nos duchamos juntas. -Ríe sonoramente mientras besa mi cuello. -Jajaja ya sé que quieres y no tenemos tiempo. -Muerde levemente el lóbulo de mi oreja, sabe que me encanta ese cosquilleo que me genera. -¿Pero acaso no sabes que las mujeres podemos hacer más de una cosa a la vez?… es la ventaja de estar con una. -Ella sonríe con una ceja levantada retándome a demostrárselo, me incorporo para levantarme, la tomo entre mis brazos y la llevo alzada a la ducha. -Ya verás cómo nos alcanza el tiempo… -La beso apasionadamente hasta dejarle los labios hinchados. -Eso lo quiero ver.

Entro al estudio con una sonrisa de oreja a oreja, saludo alegremente a todos los empleados que me ven curiosos por mi extraño comportamiento, cómo no estar de buen humor cuando tienes una buena dosis de sexo matutino, hace poco dejé a Kelly en el aeropuerto, prometí ir a Londres el fin de semana, aunque no estamos en el mismo país hacemos grandes esfuerzos para vernos, es un poco complicado pero vale la pena, me siento bien, plena, aunque no podía quejarme de mi vida antes de ella, Kelly ha llegado para hacerla especial,

me hace feliz, si, esa es la palabra, felicidad y bueno no puedo evitar repartir un poco de ella a las personas que me rodean. -¿Se puede saber por qué estás como un caramelito el día de hoy? -Renee se acerca y me saluda con besos en las mejillas, niego con mi cabeza. -Kelly… eso pasa conmigo. -No sabes lo feliz que me hace verte así… yo sabía que lo que necesitabas era amor. -Me señala con una amplia sonrisa. -¿Amor? -No me vengas ahora con que no la amas. -Me ve arrugando finamente su frente tratando de verse seria. -Es muy pronto para decir algo tan serio Renee… pero sí me estoy enamorando de ella, eso si no te lo niego, además no hemos formalizado nada, por partes… vamos por partes. -Me enredo con mis palabras, la verdad no había pensado en nada de eso, solo estoy dejando que las cosas fluyan. -Como sea… me gusta verte así… con ese brillo en tus ojos. -Toma un mechón de mi cabello y lo pasa atrás de mi oreja. -Gracias… supongo, bueno es hora de trabajar. -Ella me ve confundida por lo general es ella la que siempre antepone el trabajo. -A tu oficina señorita. -Le señalo que es hora que allí se dirija. -Y luego dices que la explotadora soy yo. -Me dice en un tono irónico mientras camina a paso elegante por el lugar, no puedo negar que parece modelo que pasa por una pasarela imaginaria y ese sexy trasero, niego con la cabeza, debo dejar de pensar así de mis amigas, aunque sean preciosas como ella.

Estoy concentrada en la información que envío Dómine de su próxima colección, debo hacer fotos que hagan memorable sus nuevos diseños, pensar que años atrás éramos tan solo un par de desconocidos, cuando me asignaron la tarea de fotografiar el desfile de modas de los estudiantes de diseño de un prestigioso colegio de Paris me pareció de lo más aburrido, no era adicta a la moda mucho que digamos, no me interesaba si no lo estrictamente necesario, solo me concentraba en que la ropa que usara me gustara y punto… pero tenía que hacerlo, tan solo era una pasante, no se podía escoger los trabajos que te interesaran, allí conocí a Dómine, él era un joven nervioso que caminaba de un sitio a otro, él pobre se iba a desmayar en cualquier momento, no sé todavía que me movió a hablarle pero hasta el día de hoy no me arrepiento, me explicó el porqué de sus nervios, en qué consistía su propuesta, todo sus sueños dependían de ese desfile, solo le di ánimo y le

prometí que las fotos de su desfile le colocaría especial interés, me abrazó tan fuerte que pensé que me dejaría sin aire, desde esa vez siempre me llama para que haga las fotos de sus colecciones, ahora es un diseñador reconocido a nivel mundial y con orgullo puedo decir que también es mi amigo, gracias a él mi forma de vestir ha cambiado, mi ropa la confecciona él personalmente, soy la envidia de más de una mujer de Paris y por qué no decirlo, del mundo, es por esa razón que estas fotos no son un trabajo más, es un compromiso de nuestra amistad… el incesante repicar del teléfono me desconcentra del monitor, es difícil lograr concentrarme con ese maldito ruido, con apatía contesto. -Alo. Sigo con la vista fija a la pantalla. -Alo hija. -La voz de mi padre se escucha suave, sin energía. -Hola papá, ¿cómo estás?… te escucho extraño. -Estoy bien no te preocupes… es solo un resfrío que me tiene un poco ronco pero nada más. -Respira pausadamente. -Ok… cuídate por favor, ya no estás joven… y esa vida de mujeres que te cargas no es recomendable. -Digo lo último riendo, sé que le molesta que le insinúe la edad, él siempre ha sido un hombre que rebosa energía y bueno lo de las mujeres es en serio, una mujer diferente cada semana, mmm no creo que ese ritmo de vida le traiga nada bueno. -Ya déjate de tonterías si tu padre es un roble. -Escucho su sonora risa que rebota en el auricular, me tranquiliza su buen humor. -Dime que ya tienes fecha para tu regreso… te extraño hija. -Carajo había olvidado por completo el compromiso con mi padre, y justo ahora que tengo tanto trabajo, las fotos de Dómine y… bueno ahora está Kelly, mmm, no, este no es el mejor momento para volver. -Papá… no sé todavía. -Suspiro pesadamente intentando ordenar mis pensamientos, no puedo seguir postergando mi viaje. -Tal vez en un mes, o dos no sé… algo así. -Trato de darme tiempo suficiente para organizar mis asuntos y volver. -¿Tanto?… ¿no puede ser antes? -El ruego de mi padre constriñe mi pecho, llevo tanto tiempo sin verlo, tantas excusas de parte y parte… y ahora, demonios!!! -Quisiera… pero no puedo, en serio, tengo muchos compromisos. -Sé que suena a pretexto, lejos está de serlo, espero él lo comprenda. -Está bien… lo entiendo. -La tristeza en la voz de mi padre me conmueve, ¿no sé qué hacer? -Hija quiero que sepas que estoy muy orgullosos de ti, de tus decisiones, eres… Dios… -Su voz se quiebra, ¿acaso mi papá está llorando?... no él nunca lo hace, ¿cierto? Lo has hecho bien, eres una gran mujer. -Papá… ¿seguro estás bien? -Siento mi pecho arder, sus palabras me suenan como una cruel despedida, carajo!!! ¿Qué sucede?

-Sí… no pongas cuidado a las tonterías de tu viejo. -Escucho su risa débil, sé que lo está haciendo por parecer fuerte, típico de los Devía. -Viejo… pero que dices, si eres un roble, ¿acaso lo olvidas? -Le sigo el juego, sé que él lo agradece. -No, tienes razón, eso soy, un roble… te dejo trabajar… no quiero ser de esos padres empalagosos que no le dejan paz a sus hijos. -Suspiro profundo, un extraño silencio se apodera del momento. -Te amo Helena… solo no lo olvides. -Jamás… yo también te amo. -Sus palabras calan fuerte, solo contesto como autómata, sin dejar de ser sincera, amo a mi padre a pesar de los momentos difíciles. -Gracias hija… adiós. -Descargo pesadamente el auricular, las emociones se agolpan en mi ser como una avalancha que aplasta y no permite respirar bien, lágrimas salen sin control, desde que era una niña mi padre no me había dicho que me amaba, vuelvo a ser esa niña pequeña que espera ansiosa el cariño de su padre, Dios, puedes crecer, madurar, salir a conocer al mundo, pero siempre serás esa pequeña niña que espera ansiosa esas tres palabras de tu padre para sentirse amada. ··············

Estoy buscándola con la mirada, el viaje en avión me dejó agotada, solo deseo dormir, veo el reloj, no puedo creer lo tarde que es, estiro los brazos intentando relajar mis músculos, pronto siento unos brazos que me rodean y ese inconfundible aroma a frutas. -Te extrañé. -Doy la vuelta y sus labios se encuentran con los míos en un beso dulce y delicado, nuestras miradas se cruzan sin cesar, se ve adorable con ese saco de capota gris con su pantalón de mezclilla azul oscuro, parece que quiere pasar desapercibida. -Solo fueron tres días…y yo también te extrañé. -Termino confesándole, mis mejillas arden, no es fácil para mí decirlo, ella sonríe mientras desliza su pulgar por mi pómulo. -Ven vamos rápido, no quiero paparazis chismosos que nos dañen el rato. -Voltea a ver a todos lados cerciorándose de que nadie esté cerca con cámaras en las manos, ahora entiendo su actitud cortante con los fotógrafos, especialmente los que le toman fotos sin su permiso. -Está bien. -Asiento mientras tomo mi maleta, su mano se entrelaza con la mía, le devuelvo el gesto con una sonrisa, pronto llegamos a su auto, un hermoso Mercedes convertible último modelo, quedo muda, no pensé que tuviera semejante carro… ah sí que le gusta la velocidad, no lo esperaba de ella que parece tan tierna y apacible.

-Tienes buen gusto. -le digo mientras me acomodo en el asiento del copiloto, ella voltea a verme con esa mueca de presunción que a veces tiene. -Siempre. -Me replica con su ceja enarcada, enciende el motor que ruge al accionar del acelerador. -Para los carros. -Contesto inmediatamente. -Y las mujeres. -Ella no piensa ceder, me gusta ese contrapunteo que a veces tenemos. -Jah!!! Solo puede confirmar lo segundo conmigo, no puedo decir lo mismo de las otras. -jajaja en serio me hacías falta. -Me dice mientras su vista se concentra en la vía. Pronto estamos en su apartamento, es amplio y está decorado con un estilo moderno, se ve que pone un gran esfuerzo por tener un buen lugar que se compenetre con su personalidad, me lleva de la mano mostrándome todo el sitio emocionada de tenerme a su lado, cuando finalmente llegamos a la habitación principal empieza a seducirme con sus besos, nunca he sido de negarme, a pesar de mi cansancio me dejo llevar por sus ganas.

-Puedo preguntarte algo. -Sus manos hacen cortos recorridos en mi vientre, su cabeza esta acomodada en mi pecho, solo nos cubre una sabana, hace tanto no disfrutaba de esta clase de intimidad después del placer, no puedo negar que una parte de mí extrañaba ese tipo de contacto y no el vacío que sientes cuando es solo una necesidad de satisfacción. -Si claro… pregunta lo que quieras. -¿Qué piensas de las relaciones serias?… ya sabes. -Mi respiración se detiene un momento. -Pues no sé… nunca he tenido una. -Ella se tensa ante mi respuesta, levanta un poco su rostro para encontrase con el mío. -Nunca… ¿no has tenido siquiera una novia en el colegio? -Dios!!! Sabía que más tarde que temprano tenía que decirle esta parte de mi vida. -No… nunca he tenido una novia. -Vuelve a descargar su cabeza en mi pecho. -Es decir que nunca te has enamorado. -No dije eso. -Replico rápidamente. -Quieres explicarme… no estoy entendiendo… solo si quieres. -Se detiene el andar de sus dedos.

-No, no hay problema… -Creo que es hora de contarle de ella. -Empiezo diciendo que eres de las pocas personas con quien hablo de esto… -Tomo una gran bocanada de aire. -No sé por dónde comenzar… supongo que diciendo que éramos amigas, nunca la vi de esa forma, como mujer, ya sabes, no era precisamente mi tipo, nunca tuve siquiera un mal pensamiento con ella, solo mi amiga perfectamente heterosexual, una noche simplemente sucedió, intentamos olvidarlo por todos los medios, mandarlo a una parte tan profunda de nuestras mentes, pensamos que tal vez solo había sido un impulso del momento, sus ganas de experimentar algo nuevo y las mías de probar su piel, pero volvió a ocurrir una y otra vez, antes de ella ni siquiera era capaz de compartir una cama con alguien, para mi después del sexo no había nada más, ya sabes, solo era algo así como una actividad física que me proporcionaba placer, nada más, pero no sucedía lo mismo con ella, nunca hablamos de lo que pasaba entre nosotras, supongo que era más fácil para las dos, yo me enamoré con locura pero era muy cobarde para decírselo, cuando por fin tuve el valor suficiente para ser honesta con mis sentimientos lamentablemente no eran correspondidos… sabes, eso fue tan jodidamente doloroso, por mucho tiempo pensé que ella si sintió algo por mí, lo quise creer con toda el alma, pero debí aceptar que solo yo me enamoré, para ella solo fui una fase, no sé… un experimentar, no fui lo suficientemente buena para darme siquiera una oportunidad. -Por primera vez en mucho tiempo no es tan difícil hablar de Lina con alguien, no puedo negar que me gusta hablar de su recuerdo sin tanto dolor en mi pecho y con las lágrimas a punto de brotar sin siquiera poder controlarlas. -¿Todavía la amas? -No… eso fue hace mucho tiempo. -Es imposible seguir amando a alguien con tanto tiempo y distancia de por medio, ¿cierto? -¿Por eso estás siempre tan prevenida?, ¿te da miedo que vuelva a sucederte algo parecido? -Suspiro fuerte mientras paso mis dedos por su cabello. -Supongo, sabes… nunca he sido fácil, lo sé. -Termino de hablar pesadamente. -No digas eso, eres una mujer de la cual vale la pena enamorarse. -Se incorpora sobre mi cuerpo, sus ojos me ven con dulzura. -Si tú lo dices. -Deslizo mis dedos por su rostro. -Sí, te lo digo yo. -Me calla con un beso que se torna apasionado, de nuevo caigo presa de sus ganas, el calor vuelve a inundar la habitación acompañado de nuestros gemidos producto del placer que encontramos en nuestros cuerpos.

Lentamente abro mis ojos, la luminosidad de la habitación no permite que siga durmiendo, duro unos segundos tomando conciencia del lugar donde me encuentro, sonrío al escuchar su suave respiración a mi lado, es una agradable visión verla desnuda, es realmente hermosa, me recuesto de medio lado para verla mejor, sus pechos suben y baja

rítmicamente, no puedo evitar pasar la punta de mis dedos por sus labios, ella se mueve al contacto rascándose graciosamente, parece una niña pequeña a la que le están interrumpiendo el sueño, decido no despertarla y me levanto, necesito café, ando desnuda por el lugar, no me incomoda hacerlo la verdad, me dirijo a la cocina y busco la cafetera, pero no la encuentro por ningún lado, igual no tiene café, maldición!!! Solo hay té, supongo que debo conformarme, coloco la tetera y espero paciente que el agua burbujee, pronto siento como sus brazos me rodean mientras descansa su cabeza en mi hombro. -Te encontré!!!… ¿se puede saber qué hace una hermosa mujer desnuda en mi cocina? Me dice con una ternura que es casi imposible de creer que sea la misma mujer que tenía entre mis brazos anoche. -Preparando té, te veías adorable durmiendo, no quise despertarte. -Mmm me hubieras levantado como a ti te gusta. -Me dice coqueta mientras me aprieta aun más con su cuerpo. -Lo tendré en cuenta para la próxima. -Doy la vuelta y la beso suavemente, ella también anda desnuda, su cabello está alborotado, parece un tierno león de fuego. -Me provocas. - Me dice en un tono ronco cerca a mi oído. -Lo sé. -La levanto a la encimera y la veo seductoramente, paso suavemente mis dedos por su muslo, separo sus piernas y me adentro con mi boca ansiosa a su entrepierna, esta mujer me puede, me encanta hacerla sentir, sus gemidos son el aliciente para hacerlo con urgencia, estoy en el dulce encanto de su cuerpo, de sus ganas, de Kelly Adler. Es mi último día con ella, ya casi debo partir de nuevo para Paris, estamos viendo películas en el sofá mientras comemos comida china, es genial encontrar con ella gustos en común, como la afición por las películas de Tarantino, solo dos locas como nosotras ven Kill Bill mientras comen en medio de escenas tan sangrientas como si nada, ella se mueve ansiosa, no sé que le sucede. -¿No vas a ver que dice tu galleta de la fortuna? -Eh… no, no creo en esas cosas. -Volteo a verla un pequeño instante para de nuevo poner mi atención en la pantalla. -Anda… solo por diversión. -Me da una pequeña sacudida a mi brazo. -Está bien. -Vuelvo trizas la galleta con mis dedos y desenvuelvo la pequeña tira de papel, parpadeo varias veces verificando que lo que estoy leyendo es correcto, acaso dice “¿Quieres ser mi novia?” volteoa verla Kelly parece ansiosa por mi respuesta. -Sí… -La beso apasionadamente. -Pero te advierto que no soy nada fácil. -Eso ya lo sé… y es lo que más me gusta. -Besa mi cuello. -Entonces… ¿soy la primera novia de Helena Devía?

-Sí lo eres. -Genial. -La callo rápidamente con otro beso mientras me posiciono encima, mis manos ágiles zafan el botón de su pantalón, mi deseo se incrementa, su cuerpo me busca incansable por ese roce que hace delirar de pasión, mi celular empieza a sonar continuamente arruinando el ambiente, es difícil ignorarlo, ella detiene mis manos. -Mejor contesta. -Me dice con sus labios un poco inflamados. -Está bien. -Contesto con desgano, no sé quien me necesita con tanta urgencia. -Alo. -Lena soy yo. -La voz de Silvia se escucha preocupada. -Hola enana este no es buen momento, ¿puedo llamarte más tarde? -Empiezo a masajear los pechos de Kelly, mientras ella intenta apartarlas con una sonrisa pilla. -No, no puede ser después… Lena necesito que me escuches… esto es urgente. -Detengo lo que estaba haciendo. -¿Qué sucede?… por favor dilo rápido, me estás preocupando. -Vuelvo a sentarme esperando que por fin hable. -Es tu padre... -Un mal presentimiento se apodera de mi ser, temo lo peor, mi cuerpo empieza a temblar sin poder controlarme. -¿Qué pasa con él? -Dios estoy defraudando la confianza de muchas personas… -Me impacienta su silencio. -Quieres hablar de una buena vez. -Soy un manojo de nervios, Kelly pasa sus manos por mi espalda intentado darme un poco de tranquilidad, Silvia suspira profundo. -Lena tu padre está muy enfermo… solo le queda poco tiempo de vida. -Mis ojos se aguan, me duele todo, lo sabía, esas palabras eran una cruel despedida, ¿por qué me tiene que pasar esto ahora? -¿Qué? -Mi voz se quiebra, no, no puede ser, esto es solo un mal sueño del cual muy pronto despertare. -Es necesario que vengas lo más rápido posible. -Suelto el celular, mi llanto es incontrolable, Kelly atrapa el celular, cruza unas palabras con Silvia y luego me abraza fuerte, me dejo acunar en sus brazos, todo parece irreal, esto no puede estar pasando, es solo una muy mala broma del destino, ¿acaso no tengo derecho a ser feliz?... no, solo soy un maldito títere que es controlado por fuerzas más allá de su compresión, debí hacer algo

muy malo en mi anterior vida para que siempre la felicidad se me escape de las manos sin poder hacer nada para revertir la situación.

XXIII Vuelvo a llamar a la azafata para pedirle que me dé otro trago de whiskey, mis nervios no me dan tregua, son tantas las emociones que inundan mi pecho, demonios!!! Siento que el destino se comporta como un niño cruel que me escupe en la cara cada vez que quiere, no importa cuánto luche por ser feliz se presenta algo para desbaratarlo, ¿acaso no tengo derecho a que me vida sea plena?, digo, en lo laboral no puedo quejarme, pero en lo personal, es otra historia, todo parece desvanecerse con tan solo una leve brisa. -Señorita este es el último, no puedo permitir que se embriague. -La joven azafata me habla en un tono dulce, supongo que espera que me tranquilice, si tan solo supiera como estoy, seguro se pondría a tomar conmigo hasta desfallecer. -Está bien… no hay problema. -Asiento levemente mientras tomo de golpe el whiskey, diablos!!! Tanto tiempo tomando lo mismo ha creado inmunidad en mi cuerpo, tal vez sea hora de pensar en otra bebida, niego ante esa idea, no, no podría acostumbrarme a beber otra cosa que no sea whiskey, bueno por lo menos soy capaz de pensar en algo diferente por unos segundos, estos dos últimos días han sido por lejos lo más duros desde que estoy viviendo en Paris… sí, organizar mi vida en dos días para este viaje de regreso no fue nada fácil. Primero explicarle a Kelly lo que sucedía, situación difícil, como le explicas a tu nueva y única novia en toda tu patética vida tu situación familiar sin que se asuste más de la cuenta, no sé cómo no ha salido corriendo, soy un desastre andante, pero ella no quiere renunciar a mí, a lo nuestro, realmente le gusto, en medio de este caos ella me da tranquilidad, prometió visitarme lo más pronto posible, aunque lo dudo, ya se viene Wimbledon y sé que no va a tener tiempo suficiente, pero debo creer que va hacer todo lo posible. Después regresar a Paris y hablar con Renee, pensé que iba a pegar el grito en el cielo, pero no, realmente se portó muy bien conmigo, fue comprensiva con mi nueva situación, me confesó que si es como es con el trabajo es porque no desea fracasar y decepcionarme, ¿pueden imaginarlo?... pero la entiendo, si empezamos la empresa fue porque me convenció de hacerlo, de soñar en grande, siente el peso del futuro del estudio en sus hombros, es grandioso saber que tengo personas tan maravillosa como ella en mi vida, te hace sentir que haces parte de algo especial y bueno ni que decir de Brigitte, lloró como niña por mi partida y eso que le prometí que iba a volver, esto es solo una situación temporal, cuando esta crisis terminé volveré, no es de mi gusto radicarme de nuevo en mi país, siento que ese ya no es mi lugar, no pertenezco allí, Dios, tantas cosas, tantas personas, no, no puedo fallarles.

Ni que decir del trabajo, muchos clientes no quedaron satisfechos con los proyectos que dejé pospuestos, solo pocos entendieron, pero qué le vamos hacer, no escoges situaciones como estas para evadir tus responsabilidades, menos mal que el proyecto más importante quedó en buenas manos, si, Dómine entendió mi situación y permitió que Sean tomará las fotos, es buen fotógrafo, solo ruego que no se enrede con alguna modelo, no sin antes terminar las fotos, después que haga lo que quiera y bueno esa es la razón por la que no he dormido estos últimos días, el estrés de saber que mi padre está tan enfermo y no le queda mucho tiempo de vida sumado a organizar este viaje de última hora me tiene con la tensión en su más alta expresión, soy un caos y no tengo derecho a más whiskey, demonios!!! Si tan solo pudiera dormir un momento, cerrar los ojos y descansar, desconectarme de esta maldita locura, tomo el puente de mi nariz entre mis dedos, estoy tan frustrada en estos momentos.

-Como puede ver todo está como lo solicitó, se realizó labores de mantenimiento en todos los muebles, las cajas se dejaron organizadas en las habitaciones, solo está disponible la principal, como ve todo se encuentra en orden para su utilización. -El hombre no depara en atenciones, ya estoy en mi antiguo departamento, solo tuve que llamar a la inmobiliaria para que me hicieran entrega de las llaves, hace tiempo que decidí no alquilarlo más y la verdad tampoco podía venderlo, me le heredó mi vieja por todos los cielos, ¿cómo te desprendes de algo así? y bueno la inmobiliaria se hizo cargo todo. -Sí… todo está como lo pedí, han hecho un buen trabajo. -No puedo evitar que los recuerdos se agolpen en mi mente, si, ella está presente en la mayoría, especialmente en el maldito sofá donde todo comenzó, con tanto estrés no he pensado en volver a verla, ni sé donde está ahora, tal vez ni siquiera está en el país, suspiro fuerte, el hombre de la inmobiliaria me ve extrañado, pero como todo un profesional me ignora y sigue con su trabajo, saca de su maletín las formas que supongo debo firmar. -Solo requiero que firme aquí… aquí y aquí, le hago entrega de sus llaves, las guardas fueron cambiadas el día anterior por seguridad. -Solo me dispongo a firmar, necesito ir lo más rápido posible al hospital donde tienen a mi padre, Silvia se encargó de darme todos los datos, solo por él estoy aquí. -Gracias… -El hombre revisa que todo esté en orden y me sonríe complacido. -Bueno eso es todo, gracias a usted por contratar nuestros servicios, le dejo mi tarjeta, por favor llame si tiene alguna duda o requiere nuestros servicios de nuevo. -Estrechamos las manos y lo acompaño a la salida, debo por lo menos ducharme, ni siquiera he probado comida, odio la maldita comida de los aviones, tengo la loca teoría que te enferma y bueno la verdad tampoco tengo mucho apetito, supongo que después de verlo comeré algo. Ando ansiosa por los pasillos del hospital La misericordia, Dios las emociones se acumulan furiosas en mi corazón, no sé cómo manejar todo esto, empezando que le tengo fobia a los hospitales, desde mi accidente ningún médico me ha puesto un dedo encima, bueno, jajaja solo Silvia, y ahora el solo hecho de estar aquí me enferma, me siento atrapada y sin

respiración, busco lentamente la habitación 504s, las enfermeras me ven con desconfianza, debe ser por mi paso nervioso, sin contar que muchos de mis pensamientos salen de mi boca sin poder detenerlo, carajo!!! Paso repetidamente mis manos por la nuca, ya encontré la habitación y ni siquiera tengo el valor para entrar, respiro pausadamente intentando calmarme, aprieto fuerte los puños y golpeo ligeramente la puerta… lo veo en la cama, está sentado de espaldas viendo apaciblemente la vista de la ciudad, se ve muy delgado y su cabellera ha mermado considerablemente, respira con dificultad, Dios verlo así me parte el alma, todo el tiempo que pensé en el avión como enfrentar la enfermedad de mi padre no sirvió para nada. -No esperaba que llegaras tan temprano… -Intenta respirar mejor, no se ha dado la vuelta, no sé a quién estará esperando. -Me gusta mucho tu puntualidad… ¿dime has traído los documentos que debo firmar? -Papá… -Da la vuelta como si un resorte hubiera guiado su movimiento, me encuentro de frente con su mirada, está demacrado, sus ojos se aguan, los míos igual. -¿Helena qué haces aquí? -¿Se puede saber por qué me tengo que enterar por terceros de que estás enfermo?, Dios, ni siquiera merezco que me lo digas tú. -Mis nervios colapsan, estoy alterada por todo, sé que he elevado el tono de mi voz, simplemente reacciono sin pensar, Dios!!! -Helena… -Baja la mirada, traga saliva, aprieta la sabana con fuerza moviendo sus ojos de izquierda a derecha rápidamente, levanta lentamente su rostro, su mirada cristalina se encuentra con la mía. -Porque no tienes ningún deber conmigo, esas fueron tus palabras la última vez que nos vimos y tienes razón, esta situación no es fácil, no he sido el padre ejemplar que merecías tener, no quería arrástrate ahora que estás en tu mejor momento, solo si volvías por voluntad propia te enterarías, entiéndeme por favor… -Su voz suplicante me mata por dentro, ahora comprendo, ¿por qué no puedo dejar de ser tan idiota? -Lo siento… yo simplemente… no sé cómo hacerlo. -Me acerco a su lado, sus brazos me acunan, vuelvo a ser una pequeña, lloro sin ser capaz siquiera de detenerme, desliza sus manos por mi espalda, no sé cómo ser fuerte con esto, desde la muerte de mi nana manejar la partida de un ser querido es un tema sin resolver, creo que para todos es así, ¿acaso quién está preparado para ver morir a quien amas? -Tranquila… yo tampoco sé cómo hacerlo… -Desliza su mano en mi mejilla, poco a poco me tranquilizo. -¿Qué tal si lo descubrimos juntos? -Empieza su risa contagiosa, ahora me doy cuenta a quien le heredé esa cualidad, me uno también retirando con el dorso de mi mano las lágrimas que todavía tengo en el rostro. -Disculpen… Señor Devía ¿qué tal estamos el día de hoy? -Rápidamente una doctora se acerca a mi padre a auscultarlo, me retiro para darle espacio, me siento como una extraña, no sé qué hacer en estos casos, decido recorrer la habitación, con tanto estrés de por medio no había visto que la habitación está decorada de forma especial, me imagino que fue idea de mi padre, sus colores combinan perfectamente, tiene un pequeño librero y un televisor pantalla plana que está en la pared, no creo que sea parte de las instalaciones del hospital, niego con la cabeza mientras sonrío, definitivamente ni estos casos mi padre deja de ejercer

su autoridad, me acerco a observar con detenimiento los libros, deslizo mis dedos sobre cada uno, mi padre tiene mi libro de fotografías, es más, en el revistero veo muchas de las fotos que realicé, por lo que veo mi padre ha seguido mi carrera, Dios, nunca lo sospeché. -Es hora de hacerle los exámenes de rutina. -Cuando volteo a ver dos enfermeras se llevan a mi padre, la doctora no me quita los ojos de encima, en su bata puedo leer el apellido Osorio, debo admitir que es una mujer atractiva, buen cuerpo que alcanzo a entrever bajo su uniforme y bata, cabello castaño claro, ojos como los de un amanecer profundo, sí, en definitiva es hermosa, imagino que no se ha salvado del flirteo de mi padre. -¿Y usted es? Me pregunta con su cabeza ligeramente inclinada a un lado y su mano en la cintura. -Helena Devía… un gusto. -Contesto amablemente. -Así que tú eres Helena Devía… necesito hablar con usted después, ¿si no es problema? Pero que grosera, ni siquiera se presentó como es debido, solo asiento ligeramente, se retira de la habitación dejándome sola, ashhhh ya me cae mal esa doctora, me siento en el borde de la cama de mi padre y me dispongo a sacar la tablet del bolso, debo ver que ha enviado Brigitte, de algún modo no puedo desprenderme del trabajo, deslizo el lápiz para leer los correos, me alegra ver que todos me han escrito. -Lena… ¿eres tú? -La tablet le falta poco para caérseme de las manos, trago saliva, esa voz, no, no, no entiendo qué hace aquí, mi respiración falla, paso la mano por mi pecho tratando de controlar el dolor que es producido por las fuertes palpitaciones, como si mis movimientos fueran dictaminados por una fuerza extraña que no me permite moverme a velocidad normal doy la vuelta para ver de frente a mi interlocutora lentamente, Demonios!!! Hermosa, sus ojos como fuego verde, se ve más mujer, sus curvas resaltan con ese traje de ejecutiva, ashhh que estoy pensando, estoy paralizada, solo atino a ponerme de pie. -Dios eres tú. -Suelta el portafolio y se acerca rápidamente abrazándome, me siento como una muñeca sin voluntad propia, sus brazos me rodean con fuerza, como si intentara que no escapara de su lado, su cuerpo me aprisiona, no soy capaz de moverme, su olor a vainilla todavía está en ella, su calor, ese calorcito que siempre me gustó, mi corazón se acelera tan rápido que duele, no entiendo cómo todavía tiene ese efecto en mí. -Pensé que no ibas a volver. -Su voz se quiebra, ¿acaso está llorando? Correspondo el abrazo, deslizo mis dedos por su espalda para que se calme, carajo!!! Tantos años lejos, sin verla, sin saber nada de ella y ahora solo parecemos las mismas, no, niego con la cabeza, me resisto esa idea, es imposible ser las mismas, no con toda la historia que tenemos ella y yo. -Más suave Lina que necesito respirar… -Desprende lentamente su rostro de mi pecho, sus ojos están aguados y con el ceño ligeramente fruncido. -Dicen que respirar es bueno para la salud. -Levanto los hombros y me retiro un poco para verla mejor, por lo que veo todavía conserva mi medalla de la virgen de Fátima. -Como ves no soy una aparición… solo soy la misma Helena de siempre. -¿Helena? -Pregunta sin entender. -Veo que ya estás hablando con mi abogada, la licenciada Rangel. -Mi padre entra alegre en la silla de ruedas escoltado por la enfermera… un momento, ¿acaso dijo licenciada

Rangel?, no entiendo, busco su mano y veo que todavía mantiene su anillo de bodas, eso quiere decir que sigue casada, entonces ¿por qué conservó su apellido de soltera? no comprendo nada, ella es de pensamiento tradicional, ya saben, tomar el apellido de su esposo siempre fue una de sus ideas fijas. -Sí… solo que no sabía que era tu abogada, ¿cómo sucedió? -Dejo de ver directamente a Lina y paso mis ojos a mi padre que nos ve detenidamente, ¿ahora qué se trae? -Bueno eso es una larga historia. -Contesta mi padre mientras es acomodado en la cama por la enfermera. -Santiago traje conmigo los documentos, solo revísalos y me dices si se tiene que cambiar algo. -¿Santiago? De cuando acá tanta familiaridad, ¿dónde quedo el señor Devía?, estoy mareada con tanto cambio, Lina saca los documentos y los coloca a un lado de su cama y lo besa en su mejilla. -Está bien… oye deberías llevar a Helena a comer, la conozco bien, esta es la hora que no ha probado comida y no come la de los aviones porque según ella la enferma. -Mis mejillas arden furiosamente, ¿por qué mi padre me hace esto?, ella voltea a verme con una sonrisa de oreja a oreja. -Claro no hay problema… sé exactamente donde llevarla. -Ay no, ¿por qué? -Sí…creo que comer es buena idea. -Solo puedo decir eso, idiota!!! -Es hora que se retiren, el paciente debe descansar. -La enfermera habla severamente, ni modo, quedé sin respuestas por el día de hoy. -Está bien. -Contestamos al tiempo, jajaja mi risa irónica sacude toda mi cabeza, en serio, todavía nos sucede eso, ashhh, le indico que salga primero, me acerco para despedirme de mi padre, lo beso en la mejilla y me acerco a su oído. -Mañana me debes muchas explicaciones… otra cosa no vuelvas hacerme esto. -El sonríe como niño pequeño y asiente ligeramente, cuando salgo de la habitación me encuentro de frente con la doctora, había olvidado que quiere hablar conmigo, intercambian saludos con Lina y me ve intensamente, ¿qué pretende? -Debemos hablar. -Me dice seria, Lina se hace a un lado. -No sé realmente la relación que tienes con tu padre y sabes qué… no me interesa en lo más mínimo, pero si quiero pedirte que no lo vayas a sofocar con tus problemas inconclusos de hija con complejo de mi papi no me quiere, es mi deber su bienestar. -Su tono, demonios!!! A mí nadie me dice que hacer, qué le pasa a esta idiota, no voy a permitir que me trate de esa manera. -Mire no sé cuál es su jodido problema conmigo, desde que llegué noto su mala vibra y sabe qué… no me interesa, usted solo encárguese de que mi padre esté bien y punto, jamás en la vida se le ocurra volverme a decir qué hacer… ¿entendido? -Me acerco

decididamente, solo centímetros no separan, ella es más baja que yo, utilizo eso a mi favor para intimidarla, ella solo me ve con una gran sonrisa, ¿pero qué demonios? -Así que no te aguantaste las ganas. -Esa voz a mi espalda, maldita enana, ¿qué sucede aquí? -No amor… lo siento, la tentación fue muy grande, y tienes razón, se ofusca cada vez que le dicen qué hacer. -Doy la vuelta y me encuentro a Silvia con los brazos cruzados, corro a su encuentro y la levanto dándole vueltas por el aire, la abrazo fuerte y le doy un suave beso en su mejilla, tomo su rostro en mis manos, me parece increíble volver a verla. -¿Estás intentando seducirme Lena?… sabes muy bien que ahora soy una mujer felizmente casada. -Me dice socarronamente, jajaja no cambia. -Jajaja idiota, ya sabía yo que esta situación era bien extraña, solo a ti se te pudo ocurrir hacerme una broma de este tipo, me la vas a pagar y lo sabes. -Ella sonríe alegremente. -Y no… no te estoy seduciendo enana, primero eres mi amiga, segundo como tu bien los has dicho estás casada y jamás me metería con una mujer casada, y tercero tu esposa podría matarme… claro eso solo puede intentarlo en sueños. -Reímos al tiempo, regresamos a donde se encuentra su esposa y Lina, Silvia se acerca a Lina y la saluda de un beso en la mejilla, pero qué carajos!!! Me siento ridícula con todo esto, sin entender nada, hola!!! Alguien por ahí que me pueda explicar de qué va todo. -Lena déjame presentarte a mi esposa la doctora Natalia Osorio. -Me acerco a ella y le doy un abrazo y un beso en la mejilla, ¿Osorio? Parece que la moda por estos lados es conservar el apellido de soltera. -Por fin nos presentamos como es debido. -Silvia se posiciona detrás de ella rodeándola con sus brazos, le da suaves besos en su cuello, nunca la había visto tan cariñosa con nadie. -Sí… y lo siento, Silvia habla tanto de ti, que simplemente no aguante las ganas de ver si lo que decía de ti era cierto. -Ella desliza sus manos sobre las de Silvia, no puedo negar que ven bien juntas. -Está bien… solo no vuelvas hacer algo parecido. -Ella sonríe mientras asiente, Silvia no le quita las manos de encima, ruedo los ojos. -Ya Silvia… consíguele un cuarto. -Jajaja para que un cuarto si hay tantas habitaciones disponibles en este hospital. Contesta Silvia con esa cara de pervertida subiendo y bajando las cejas rápidamente, sí, definitivamente no cambia. -Amor quedamos que eso no lo volvíamos hacer, recuerda como el doctor Herrera casi nos encuentra la última vez. -Mmm ya veo que ella le sigue el ritmo.

-Ni modo. -Silvia alza los hombros resignada con la respuesta. -Debemos encontrarnos para hablar de todo, tanto tiempo y de paso me cuentas cómo es eso que se casaron en Las Vegas. -Le digo a Silvia, ella solo sonríe. -Por supuesto que sí… de mí no te salvas Lena. -Silvia contesta burlonamente. -Bueno, nosotras las dejamos, debo llevar a esta señorita a comer, Silvia, Natalia un gusto verte de nuevo. -Sin más nos despedimos de las dos, no entiendo nada, ¿Silvia y Lina amigas?, y también conoce a su esposa, ¿de qué tanto me he perdido en estos años? No puedo negar que estaba hambrienta, estoy prácticamente devorando la comida cual cavernícola, Lina me ha traído a un restaurante de comida típica, tiene ese saborcito a casa que tanto se extraña cuando te encuentras lejos, ella no deja de verme en ningún momento, me pone nerviosa, carajo!!! ¿Qué me pasa? Ella sostiene su rostro con una de sus manos, casi no ha tocado su comida. -Deja de verme así por favor, sabes bien que no me gusta que me vean tanto. -Lo siento… es solo que todavía no creo que estés aquí… te ves hermosa. -Detengo el movimiento de la cuchara, ¿me acaba de hacer un cumplido?, no entiendo nada, bajo forzadamente la comida por mi garganta. -Gracias… supongo. -Reanudo mi movimiento con la cuchara, mientras intento no pensar tanto en su comportamiento. -Lena… yo quisiera hablar de todo lo que pasó… lo siento, fui tan estúpida y… -La interrumpo haciéndolo un ademan con mi mano para que se detenga, no sé para qué quiere hablar de eso, no es de mi interés revivir momentos difíciles, momentos que pensé que la vida sin ella no valía la pena. -No hay nada para pedir perdón, es más que puedo perdonarte… que no me amaras, eso no fue tu culpa, ni mía, de nadie, solo por favor no hablemos del tema, ¿sí? -Ella asiente y baja la cabeza mientras mueve insistentemente el tenedor jugando con su comida. -Estoy orgullosa de ti… no sabes cuánto, he seguido de cerca tu carrera, tantos logros, has viajado por todo el mundo, te codeas con personas importantes, Dios… eres la mejor. Coloca su mano sobre la mía, la retiro suavemente. -Lo siento… no quiero incomodarte. Ella me ve triste y avergonzada, ashhh todavía no soporto verla así y menos por mi culpa, su celular empieza a sonar repetidamente, ella lo ve de reojo y lo aparta a un lado de la mesa. -No es eso Lina, si has seguido mi carrera entonces sabrás que soy una mujer abiertamente gay, y tú… tú eres una mujer casada, no quiero meterte en problemas, entiende. -Sí, salí del closet, bueno nunca estuve allí realmente, nunca negué quien era, simplemente le dije al mundo que me gustan las mujeres, jajaja y no de cualquier manera, las revistas empezaron a acosarme, según ellos yo era la rockstar de la fotografía, la mujer que ponía en su sitio a

más de una modelo y no permitía idioteces de nadie, no sé en qué momento empecé a llamar la atención de tanta gente, me inventaban amoríos con más de un hombre ya estaba agotándome con tantos rumores, hasta se atrevieron a vincularme con Sean, eso sí fue la gota que rebasó el vaso, entonces un día me estaban haciendo una entrevista, acepté con la condición que no se hablara de mi vida privada, pero el maldito periodista incumplió y preguntó por mi supuesta relación amorosa con Sean… solo contesté que no entendía la fascinación por saber con quién me acostaba, ese solo era mi problema, pero ya que preguntaba solo debía saber que allí jamás encontrarían a un hombre, di por terminada la entrevista, mmm digamos que fue escándalo total, pero después de unos meses todo el mundo pareció olvidarlo… ella me ve incomoda, su celular no cesa de sonar. -Puedes contestar por favor… es molesto. -Ella asiente pesadamente tomando el celular. -¿Qué quieres?… no, no estoy en la oficina… no, estoy con un cliente… -Se levanta de la mesa y se aleja, está incomoda respondiendo, imagino que es él, siento una molestia en el pecho, ella está negando que está conmigo, eso es todo, nada ha cambiado, ella no debe estar mintiendo por mi culpa, me retiro sin que se dé cuenta, pago en la caja y me voy, para qué seguir negando que simplemente en su vida nunca voy a encajar.

Estoy en el apartamento, tratando de abrir algunas cajas para buscar elementos de cocina, no tengo nada con que cocinar, Dios!!! Debo ir al mercado por provisiones, lo primero en la lista es café, sí, acepto que soy adicta a la cafeína, el timbre suena, no entiendo, nadie sabe que estoy aquí, supongo que deben estar buscando a los antiguos inquilinos, abro la puerta y la veo con una sonrisa hermosa en el rostro, lleva en sus manos una bolsas. -¿Cómo sabías dónde encontrarme? -Le pregunto con los brazos cruzados. -Donde más estarías si no es en el apartamento de tu nana… ¿no me vas a dejar entrar? Pregunta tímidamente. -Dame una buena razón. -Tengo cheesecake con dulce de mora del hotel… tu favorito, y además traje todo lo necesario para preparar café, porque imagino que todavía no has salido a comprar provisiones o ¿me equivoco? -Me ve sonriendo, niego con la cabeza. -Sabías que eres demasiado persistente. -Mmm cómo olvidar esa parte de su personalidad. -Lo sé… antes te gustaba. -Antes… ahora puedes pasar por una acosadora… eso no es bueno. -Ella ríe por mis palabras, le doy espacio para que entre. -Sigue. La escucho suspirar profundo, no dice más, solo caminamos a la cocina.

Estoy terminando de servir el café, le indico que sigamos a la sala, ella toma la taza y bebe un gran sorbo, me adelanto a colocar portavasos en la mesita central, ella me ve divertida por el movimiento. -¿Desde cuándo te fijas en esas cosas? -Pregunta curiosa detrás de la taza de café. -Renee… ella hizo que me fijara en todas esas cosas. -Frunce el ceño totalmente confundida, claro ella no sabe nada de mi vida en estos últimos años. -¿Quién? -Renee, es mi amiga y socia… la conocí en la universidad, compartimos habitación y bueno… ella es ama del orden y creo que algo se me pegó. -Jajaja antes todo me valía madres, de algún modo Renee ha influido mucho en mi vida solo que no había notado cuanto. -¿Puedo saber por qué te fuiste de esa manera? -Sabía que en cualquier momento iba a sacar el tema a colación pero no tan rápido. -Lina… sabes, no quiero meterte en problemas, sigo sin encajar en tu vida perfecta, entiéndeme… te vi incomoda respondiendo esa llamada a tu esposo y por favor no vayas a negar que era él, mentías de con quién estabas realmente, puede pasar el tiempo pero eso no ha cambiado. -¿Tú crees que mi vida es perfecta?… Lena por Dios!!! Mi padre murió hace una año, me estoy divorciando de Nicolás pero ha sido difícil porque no quiere entender que se acabó, si le mentí de con quien estaba no es porque me avergüences, es porque ya no soporto sus celos, me siento perdida la mayor parte del tiempo y... -Toma aire, sus ojos brillan por las lágrimas que se niega a derramar. -Mi vida no es perfecta porque no estás tú. -Mi corazón se detiene por un segundo, se niega a funcionar bien, quedo paralizada, ¿por qué me dice eso? ashhh, reacciona, vamos reacciona. -Lo siento… no sabía por todo lo que has pasado. -¿En serio?, solo eso puedo decir, demonios!!! Ella amaba a su padre, él era como decirlo… su héroe, si eso era y lo perdió y bueno por más dolor que sentí verla casar con Nicolás esperaba que fuera feliz a su lado, no puedo creer que el idiota no le dé el divorcio, creo que todos no son tan valientes para aceptar que no puede ser y hacerte a un lado cuando es necesario. -Yo solo quiero estar en ti vida de nuevo, permíteme tan solo eso… por favor dame una oportunidad. -Sus ojos me ven intensamente, ¿por qué lo hace?, no sé si estoy preparada para eso. -No sé qué quieres de mí Lina… yo no voy a estar mucho tiempo aquí, sabes… mi vida está en Paris o en cualquier otro lugar.

-Solo… por favor no me vuelvas a sacar de tu vida. -Me parte el corazón, ha pasado por mucho y se ve frágil, no soy capaz de verla así, maldita sea!!! ¿Por qué ella sigue siendo mi debilidad? -Está bien… solo por favor no hablemos del pasado, ya sabes… no me interesa. -¿Nunca? -Me ve confundida por mi pedido. -Nunca. -Está bien. -Decide concederme lo que pido, Dios no sé si estaré haciendo lo correcto pero nunca fui capaz de negarle nada, y ahora… ashhh no sé cómo comportarme, me siento perdida con todo, tal vez solo necesite tiempo para adaptarme, por Dios!!! Un día, solo eso llevo aquí, un día, en ningún momento pensé que volver fuera fácil, pero no imaginé que tendría que pasar por todo esto hoy.

XXIV

-¿Entonces ya lo visitaste en la clínica? -Mi novia pregunta inquieta, sé que le gustaría estar a mi lado en estos momentos. -Sí… no ha sido nada fácil, está muy demacrado, no es el mismo, no sabes él… él era un hombre lleno de energía, adicto al trabajo, a estar siempre haciendo algo, nunca se quedaba quieto por mucho tiempo, atractivo, las mujeres nunca le faltaron y ahora… Dios. -Mi voz se quiebra, hablar sigue sin ser mi fuerte. -Lo sé amor… solo intenta darle ánimo… -Suspira profundo. -No sabes cómo quisiera estar ahí para ti. -Tranquila lo sé… dime mejor como van tus entrenamientos. -No quiero involucrarla con el melodrama que se ha convertido mi vida. -Bien, ya sabes cómo es, mi entrenador es un verdadero dolor de pelotas. -Escucho su sonrisa que tanto me encanta. -Me estoy exigiendo al máximo para lograr entrar el cuadro principal, estoy enfocada en conseguirlo.

-Lo harás bien… eres la mejor, tan solo no lo dudes. -Te extraño tanto, lo sabes ¿cierto? -Dios solo llevamos unos días como novias y ya me hace falta. -Yo también. -Amor me tengo que ir, dale saludos a tu viejo de mi parte… bueno si le hablas de mí. Dice lo último tan suave, dudando si fue correcto decirlo. -Lo pienso hacer, eres parte de mi vida… ahora ve a patear traseros. -Le contesto divertida. -No lo dudes, te dedico mi próximo partido, te dejo amor, me necesitan. -Se despide con un sonoro beso, coloco mi celular en mi pecho, no sé cómo enfrentar este día, tantas emociones con que lidiar, debo ser fuerte, no puedo dejar que las circunstancias me dominen. Estoy repasando en mi mente como debo comportarme con mi padre, de que temas hablar, de tratar de animarlo tal como Kelly me aconsejó, no quiero cometer errores y que por mi culpa se ponga mal… escucho voces en la habitación, tal parece que tiene visita, dudo si entrar o no, pero al fin y al cabo si estoy aquí es por él y solo por él… abro la puerta lentamente y casi doy un paso atrás, pero qué demonios!!! Reunión familiar, mis hermanos y mi madre están con él, todos tienen los ojos bien abiertos, supongo que igual que yo estamos sorprendidos de estar en la misma habitación después de tanto tiempo, quedo paralizada. -Helena… -Mi madre rápidamente se acerca y me abraza tan fuerte que siento que el aire se escapa de mis pulmones, no ha cambiado mucho todo este tiempo, se conserva muy bien, es una mujer muy guapa. -Dios, te ves hermosa… tanto tiempo. -Sigo sin poder moverme, desliza sus manos por mi rostro, alcanzo a ver como mi padre se conmueve con la escena. -Hola. -La retiro suavemente, no sé cómo reaccionar ante sus muestras de cariño, nuestra relación era un desastre, ella me presionaba a ser alguien que no podía ser, discutiendo por todo, siempre fui la mala, la oveja negra y ahora me recibí así, ashhh. -Pero si es mi hermanita, la famosa fotógrafa. -Sofía me abraza fuerte, en serio aire, lo necesito para seguir viviendo, me da un sonoro beso en la mejilla y empieza a revisarme detalladamente de pies a cabeza. -No puedo creer que estés aquí, yo siempre hablo de ti, que soy tu hermana, aunque más de uno no me crea, Dios Helena tu ropa es genial, ¿es verdad que Dómine te la confecciona personalmente?, wow cuando desfilaste esa única vez en la pasarela de Barcelona fue épico, dime, ¿algún día lo me presentarás? -Esta mujer no respira para hablar, ella siempre tan metida en su mundo y yo en el mío, tan opuestas una de la otra, dudé tantas veces que tuviéramos los mismos genes, pero debo confesar que aunque no habláramos mucho ella jamás me juzgó, por lo menos cuando le dije mi orientación sexual no pegó el grito en cielo.

-Cállate un momento por favor Sofía… me mareas. -La veo con una mueca de fastidio fingido, mientras deslizo mis dedos por mis sienes, ella solo sonríe, mi padre parece divertido con la situación. -Ya sé, ya sé, pero Helena tengo años sin verte, cómo no estar emocionada. -Vuelve a abrazarme y se sienta en el sillón, volteo a ver a mi hermano, no puedo negar el gran parecido con mi padre, Eduardo está serio, en esa pose de indiferencia que siempre tiene conmigo, no dice nada, solo atino a moverme sigilosamente al centro de la habitación, no sé si culparlo realmente por la relación que tenemos, nunca fue sencillo tratarlo, cuando años atrás trajo su novia Valeria Espinoza a casa para presentársela a mis padres, según él la indicada, no me gustó desde el comienzo, demasiado amable y melosa, tratando de gustarle a mis padres a como diera lugar… digamos entonces que la tipa esta me vio besándome con Silvia en una de nuestras escapadas, craso error, un día de fiesta en la casa se acercó para chantajearme e intentó seducirme a la vez, por Dios solo tenía dieciséis años con tragos en la cabeza, empezó a besarme, quise alejarla sin éxito alguno, cuando mi hermano nos encontró, todo se salió de control, él estaba dolido y me dijo cosas muy fuertes, terminé golpeándolo con un fuerte derechazo, mis padres al ver el escándalo me castigaron un mes completo sin salir, el encierro casi me mata, y bueno él a pesar de todo nunca dijo nada de lo que realmente sucedió, pero desde entonces siempre es lo mismo, me ignora, como si no fuera nada en su vida, nunca me perdonó algo que no fue mi culpa. -Así que la hija prodiga vuelve. -Me dice en tono sarcástico, se acerca lentamente hasta quedar a centímetros de mí. -No vine por ti, solo por mi padre, así que supéralo, porque no me voy a ir solo porque a ti no te gusta. -Levanto el tono de mi voz. -Deja a tu hermana en paz. -Mi padre interviene, a pesar de su enfermedad no deja su tono autoritario, los dos volteamos a verlo, como chiquillos nos separamos al acto. -Claro, ahora es tu favorita, nosotros que hemos estado siempre ya no importamos, solo ella verdad. -Mi hermano está dolido, no entiendo por qué reacciona así, mi padre solo retira su vista a un lado. -Ya no más, no ves como colocas a tu padre con esos reclamos, hazle caso, deja en paz a tu hermana… lo mejor es irnos, es hora que ellos tenga su espacio. -Él la ve extrañado por su reacción, solo atina hacerle caso, mis hermanos y mi madre toman sus cosas y se van, la habitación vuelve aquedar en silencio. -Lo siento… no era mi intención. -Le digo a mi padre que tiene la vista fija en la ventana. -No te hagas lio… solo quiero que sepas que… -Respira pausadamente, bajando saliva para volver hablar. -Helena debes arreglar las cosas con tu mamá y tus hermanos, no cometas el error de dejarlos fuera de tu vida, sé que no soy el más indicado para decírtelo, pero la familia es la familia, no la escoges, es cierto, pero son tu sangre, solo dales una oportunidad… ten tú esa oportunidad. -Sus ojos se ven tristes.

-No sé como contestar a eso… no prometo nada… solo que voy a intentarlo. -Mi padre sonríe triste y asiente. -Puedes prender el televisor por favor… quiero ver los deportes. -Sonrió mientras busco el control, paso canal por canal hasta encontrar la sesión de deportes. -Te sigue gustando los deportes, no cambias. -Qué puedo decir… somos animales de costumbres. -Volteo a verlo con una sonrisa en mi rostro. -¿Qué? -Nada… solo que a veces me sorprende lo mucho que nos parecemos. -Su voz hace que mi atención se concentre en el televisor, se ve hermosa, siempre con esa tierna sonrisa contestando animada las preguntas del periodista. -Es hermosa y buena tenista, aunque la tiene difícil, además Wimbledon nunca ha sido su fuerte, ya sabes, le va mejor en cancha de polvo de ladrillo, sin contar que Andrea Thyssen está en su mejor momento, ese partido es imperdible, las dos tienen un estilo muy similar… debe ser porque las entrenó Koslov. -Andrea Thyssen… me queda sonando ese nombre, sé que lo he escuchado antes, cuando volteo a ver a mi padre está concentrado en las respuesta de Kelly, niego con la cabeza mientras empiezo a reír, él me ve extrañado por mi comportamiento. -¿qué? -Pregunta por mi repentina risa sin razón aparente. -Nada… solo que había olvidado que Kelly Adler te manda saludos. -Jajaja si claro. -Contesta sarcástico. -Es en serio. -Volteo a verlo directamente intentando que me crea. -¿La conoces? -Sí… ella es mi novia. -Sé que me sonrojé, carajos todavía no me acostumbro. -Mmm es muy bonita… dime ¿La amas? -Pregunta con una expresión seria, tanto que no sé exactamente a dónde quiere llegar. -Llevamos poco tiempo… no estoy preparada para decir algo así, pero sabes… es una gran mujer, me gusta mucho. -Bueno eso es lo importante, si eres feliz yo también. -Sus ojos no me dicen lo mismo, sé reconocer cuando no me dicen la verdad. -¿Seguro?, pareces, no sé… no muy convencido.

-No, no es eso… es solo que pensé que terminarías con otra persona… no me pongas atención. -No, no pienso quedarme con la duda que me genera su comportamiento, quiero saber realmente a que se refiere, cuando me dispongo a preguntar la puerta se abre, mostrando dos mujeres en bata. -Buenos días señor Devía, ¿qué tal estamos hoy? -Rápidamente Natalia ausculta a mi padre, Silvia se recarga en el marco de la puerta con los brazos cruzados, está molesta, la conozco, resopla con la vista puesta en el suelo, ni siquiera me ha saludado. -Hey enana ya no saludas. -Hola… lo siento, hoy no es un buen día. -Se acerca y me da un suave beso en la mejilla, por lo que veo hay problemas en el paraíso. -Sabes… es hora de un café, ¿vamos? -Me ve con el ceño ligeramente fruncido mientras asiente pesadamente. -Sí creo que un café no me vendría mal. Estamos en una cafetería cerca del hospital, la mayoría de los clientes son médicos, me siento minoría aquí, por donde pase mi vista solo veo batas blancas, la mesera llega diligente con el pedido. -¿Se puede saber por qué estás así? -Decido terminar con el silencio que dominaba la mesa. -Sabes lo difícil que es tener una mujer a la que le sobran los pretendientes… -Pero qué demonios le sucede, dónde me dejaron a la mujer que no le teme a los retos. -Silvia no me vengas con eso, tú eres una mujer muy segura, ¿qué ocurre? -Ella baja el rostro, deslizando las yemas de los dedos por el borde de la taza. -Es que… Natalia es bisexual sabes… -Entiendo eso… -Tomo un sorbo largo de café. -Después te explicó, solo sigue. -Le hago ademanes para que prosiga. -Ella siempre tuvo hombres y mujeres tras de ella, sabes… nos conocemos desde las practicas, al comienzo no la soportaba, siempre peleando por tonterías, ni en el más loco de mis sueños pensé que tendríamos algo, cuando empezamos a salir pensé que iba a ser algo de una sola noche a lo sumo… ella me volvía loca. -Sonríe recordando, sus ojos brillan de forma natural, se nota que la ama. -Pero ella tenía planes diferentes para mí, siempre lograba hacerme caer, pensé que solo era sexo, ya sabes, un capricho de sus ganas… un día me propuso tener una relación seria, no creía en sus palabras, lograba evadir el tema todas las veces. -No entiendo… ¿cómo es que terminaste casada con ella?

-Eso… bueno, cuando me convenció de ser su novia pensé que eso era todo… me equivoqué de nuevo, ella quería todo conmigo, que nos casáramos, tener familia, una casa grande, todo el paquete… me reía de la idea, a ella no le pareció gracioso, le dije que solo me casaría si estaba ebria hasta los huesos y vestida solo con lencería… -Jajaja cómo pudiste decir eso, en qué demonios estabas pensando. -Fue algo del momento, pude haber dicho que solo me casaría vestida de Elvis y hubiera significado lo mismo, simplemente no lo pensé mucho. -Contesta cansinamente mientras bebe de su taza humeante. -De Elvis, jajaja no te quedaría mal el trajecito de luces y el gran peinado. -Me lanza una mirada asesina reprobando que la interrumpa, hago ademanes para que siga, pero que genio. -Puedes creer que lo que pensé solo era una convención de medicina alternativa en Las Vegas resultó ser solo parte de su loco plan de llevarme al altar, me embriagó hasta que casi pierdo el conocimiento, cuando desperté desnuda en la cama con ella no sospechaba nada, todo me daba vueltas, tú sabes que el alcohol no es lo mío, en fin… solo quería ir al baño, tome el vaso para beber agua y me di cuenta del anillo en mi mano casi levanto medio hotel con el grito que di, mi boda solo la conozco por video… y sí, estaba vestida con solo lencería. -No puedo para de reír cuando termina de hablar, me duele el estomago de los espasmos. -Eso es muy loco… ella deber estar mal de la cabeza para ser algo así. -Retiro una pequeña lágrima producto de la incontrolable risa. -Ya deja de reírte, estás hablando de mi esposa. -Me dice apretando los dientes, lentamente detengo mi risa. -Ok… ¿Entonces te arrepientes? -Ni un solo segundo, la amo aunque me vuelva loca, es más le agradezco que por sus locuras ahora sea su esposa, la verdad es que con el miedo que le tenía al matrimonio dudo mucho que lo hubiera hecho de otra forma… es solo que ashhh, es ese maldito doctor Ayala con ojitos de cordero degollado y sus coqueteos lo que me mata de celos, el estúpido no entiende que ahora es mi esposa, sé que ha estado enamorado de ella todo este tiempo y no pierde oportunidad de acercarse con el pretexto de ser solo su amigo. -Aprieta con fuerza la taza, mientras su mirada se pierde en el horizonte. -¿Ella le hace caso? -Me dolería pensar que Natalia esté haciendo sufrir a Silvia. -No… no es eso, es solo… este miedo de perderla y siempre termino haciendo una escena de celos injustificados. -Termina de hablar con un tono de voz suave, celos, ese maldito sentimiento no debería existir.

-Por qué no se lo dices y ya, sabes… ustedes están casadas, ¿acaso el dialogo no es un pilar del matrimonio? -Sí, supongo que es lo mejor… creo que eso haré. -Termina de hablar resignada. Gracias… me hacías falta. -Pasa su mano sobre la mía. -Tú también. -Ahora explícame tú como es eso de que entiendes… ya sabes tener una relación con una mujer bisexual. -Bueno… mmm Kelly Adler es mi novia y ya sabes que… -Silvia escupe el sorbo de café que estaba bebiendo, por poco y me salpica. -¿Cómo? -Hey enana con cuidado. -Paso la servilleta molesta tratando de limpiar el café. -Lo siento… no te creo, me estás jodiendo ¿cierto?, ¿dime era ella la que habló conmigo esa vez que te di la noticia de tu padre? -Sí, era ella, no entiendo ¿por qué no me crees? -Hago una mueca de falsa molestia mientras cruzo los brazos. -Pues no sé qué decir… supongo que te felicito, espero me la presentes algún día. -Se dibuja en su rostro una sonrisa que no logro descifrar, ¿qué le sucede a mi padre y a Silvia? Cada vez que hablo de ella no parecen ser honestos con sus buenos deseos. -Eso ya lo veremos. -Eso quiere decir que ya has superado a Carolina, ¿ya no sientes nada por ella? -Termina de hablar con sus ojos clavados en los míos esperando que responda con la verdad. -Silvia… Lina siempre será importante, ella fue mi mejor amiga, la persona que mejor me conocía y la única que me entendía, la mujer de la que me enamoré con locura… pero lo arruinamos, lo sabes muy bien, tú estabas ahí, ella no me correspondió y ahora está casada… ha pasado mucho tiempo, Kelly está en mi vida, ella ha quitado de a poco la tristeza, me ha hecho sonreír de nuevo, ¿entiendes eso? -No quiero que te tenses, lo siento, pero debía preguntarlo y bueno… me alegra que tengas a alguien que te haga sonreír, con lo gruñona que eres a veces ella es una bendición para que no envejezcas antes de tiempo. -Niego mientras sonrío tenuemente, teniendo a Silvia frente a mí me doy cuenta de lo mucho que la extrañaba, de sus locuras, su ternura, de su extraño sentido del humor, de su preocupación por mí, esos detalles que la hacen ser tan única y al mismo tiempo me duele pensar lo mucho que la extrañaré cuando regrese a Paris.

Entramos al hospital hablando amenamente, compartiendo anécdotas, tratando de recuperar el tiempo que no estuvimos juntas, tantos recuerdos, la veo más tranquila, definitivamente salir por ese café fue una excelente idea, pronto vemos a Natalia, sus ojos nos estudia detenidamente con su ceja enarcada, baja su rostro rápidamente, todavía se le ve tensa, se nota por la fuerza que imprime para escribir los formularios en la recepción. -Ve y habla con ella… no dejes las cosas así. -Coloco mi mano en su hombro tratando de darle ánimo. -Sí… -Se despide con un beso en la mejilla. -Gracias. -Camina a paso decidido hacia su esposa, espero que pronto solucionen sus diferencias. Cuando regreso a la habitación de mi padre lo encuentro en la misma posición, viendo entretenidamente televisión con sus brazos cruzados, aunque su rostro me indica que está más relajado, voltea a verme con una sonrisa mientras señala el televisor. -Sabes que tu novia ganó el partido, estuvo muy intenso pero logró salir a flote. -Me dice emocionado. -No, no vi el partido… pero sabía que lo lograría. -Contesto orgullosa. -Sabes… hace poco fue la rueda de prensa, si vieras la cara de Thyssen, todo un poema, cada vez que contestaba las pregunta apretaba los dientes para responder, y sabes que fue lo mejor… -Niego con la cabeza con el ceño ligeramente fruncido. -Cuando el periodista le preguntó por la motivación para ganar el partido… -Mi padre sonríe alegremente. -Que tal vez la felicidad de tener novia le daba el impulso para ser la mejor. -No puedo creer que haya dicho eso, mi corazón late rápido, mis mejillas arden, deslizo mis dedos por mis cejas con una sonrisa tímida, parece que para mi padre no pasa desapercibido lo que Kelly logra en mí. -Sabes… me alegra verte así, la verdad no la conozco, pero no hay nada más importante en la vida que el amor, si ella es tu… como decirlo, alma gemela, la indicada, lucha por ser feliz, no cometas mis errores. -No creo en eso… ya sabes en un alma gemela, ni en el destino… simplemente no es lo mío, y bueno con Kelly solo intento que fluyan las cosas sin presionar nada. -Dime que nunca has sentido que tu corazón se detiene con solo verla… -Eso solo lo he sentido con… ashhh no entiendo la necesidad de confundirme, qué sabe él de lo que habla si se acostaba con cualquier cosa que se moviera y tuviera faldas. -No entiendo… -Dejo caer lentamente mi cabeza a un lado mientras frunzo el ceño, no comprendo que me quiere decir, ¿mi padre hablando de amor de esa forma tan cursi? si desde que tengo conciencia vi como le fue infiel a mi madre una y otra vez, nunca le importó sus lágrimas, sus ruegos, nada, o ¿acaso está hablando de otra mujer?, él me hace señas para que me siente en el sofá cerca a su cama.

-No sé por dónde comenzar, supongo que toda historia tiene su inicio… la conocí en una fiesta en la universidad, una mujer preciosa se movía al ritmo de la música, quedé hipnotizado por su belleza, puedo jurar y sin temor a equivocarme que mi corazón se paralizó un leve momento, por un instante el tiempo detuvo su andar, jamás me había sucedido algo similar con nadie, intenté seducirla como a todas las mujeres, pero ella no cedía ante mis encantos, eso me dejó desconcertado, a veces solo tenía que decir mi apellido para que se rindieran a mis pies, bueno ella nunca había oído hablar de mí, eso solo logró que me gustará más, me volví un completo acosador, quería saber absolutamente todo de ella, supe por ejemplo que estudiaba economía gracias a una beca, que le encantaba el baile y la música, tocar el piano la hacía sentir libre, fueron meses, meses en los que me dediqué a conquistarla, finalmente me dio la oportunidad de ser su novio, nunca había sido tan feliz. -Su rostro se relaja trayendo a su mente los recuerdos que lo hicieron tan feliz alguna vez. -Teníamos una relación sin convencionalismos, solo disfrutábamos de estar el uno con el otro, pero mi madre me presionó para casarnos, a veces siento que tomamos la decisión errada guiados por el afán de agradarle a mi familia, Dios!!! Todo cambió, ella cambió, mi madre logró lavarle el cerebro con ese comportamiento de las mujeres de sociedad que jamás me gustó, dejó de ser la mujer libre de la que me había enamorado, dejé de luchar, me rendí, me sentía atrapado en una relación que no me hacia feliz, y bueno… el resto no me enorgullece la verdad, la culpé tantas veces por mi infelicidad siendo el único culpable, solo cuando se divorció de mí entendí que había arruinado lo único bueno en mi vida, le di la espalda a la felicidad, intenté tantas veces que volviéramos pero ya era demasiado tarde. -Eres un idiota lo sabías. -Le contestó molesta elevando el tono de mi voz. -Si lo sé. -Su voz se pierde en la habitación. -Ella sufrió mucho con tus engaños, se hacia la fuerte, como si no le doliera, pero su corazón se fue quebrando tanto que luego solo quedó un cascaron vacio. -Sus continuas infidelidades y el sufrimiento la fueron orillando a la bebida muy bien encubierta detrás del café que tomaba a diario, ella nunca quiso aceptar que tenía un problema, muchas veces discutimos por lo mismo. -Hija no tienes que decirme mis errores, créeme los conozco muy bien, por eso te digo que no sigas mis pasos, soy el ejemplo de que no llevan a ningún lado. -Mi padre toma mi mano entre las suyas de forma delicada. -Helena pueda que no creas en el destino y sabes qué, no es necesario, pero por fuerza si ella es la indicada todos los caminos conducirán a que estén juntas, no importa lo difícil que se ponga la situación si estás con el amor de tu vida tendrás la esperanza de que todo es posible a su lado, solo no le des la espalda a la felicidad como yo lo hice alguna vez. -Termina de hablar viéndome fijamente. -No sé qué decir… -En serio qué se debe responder en estos casos, parece ser que mi padre tiene esos episodios de honestidad que no son comunes en él y yo simplemente estoy en blanco.

-Tranquila… sé que harás lo correcto, tengo fe que sí. -Suspiro pesadamente. -Sabes… luces cansada, dime ¿hace cuánto no duermes bien? -Pasa sus manos por mi rostro, solo puedo reír de su preocupación. -No sé, hace tanto que no duermo siquiera lo razonable. -Descansa… intenta dormir, no te hará mal un poco de sueño, no te preocupes por mí, no me iré a ningún lado. -Solo puedo sonreír con sus ocurrencias. -Está bien… supongo que es buena idea. -Me acomodo en el sofá, intentando lograr una posición cómoda que me permita descansar. -Helena… no olvides que te amo. -Asiento perezosamente, siempre que tengo esta clase de conversaciones quedo exhausta, solo me dejó vencer lentamente, tantas emociones me piden descanso, mi respiración se acompasa y mis músculos se relajan, bienvenido sea el sueño.

Solo alcanzo escuchar sus voces al fondo, pero mis parpados pesan tanto, como si fueran del más pesado metal que simplemente no responden a mi orden. -¿Estás seguro de esto? -Reconozco su voz, es ella, ¿qué hace aquí? -Sí… sé que no me entenderán, pero es lo mejor, debo confiar que así es. -Está bien… supongo que sabes lo que haces. -Escucho el sonido del movimiento de los papeles acomodarse en su maletín. -¿Hace cuánto que está dormida? -Creo que hace más de dos horas, sabes… me parece verla de pequeña con su osito de peluche envuelto en sus brazos, se ve tan pacifica así. -Sí… -Ya se acaba la hora de visita, deberías llamarla y llevarla a su casa, todavía no tiene transporte propio. -Si claro… -Sus pasos se acercan diligentes, siento ese calorcito de sus manos recorrer mi rostro lentamente delineando con suavidad el contorno de mis cejas, sin prisas aparta un mechón de mi cabello. -Lena… despierta es hora de ir a casa.

XXV

-No puedo creer ese nivel tan bajo Helena… debería darte vergüenza. -Lo miro apretando los dientes, no me gusta que se burle de mí, hace tanto que no hago esto, él solo sonríe socarronamente, llevo años sin jugar ajedrez, solo lo jugaba con él en pocas ocasiones cuando era tan solo una niña y nuestra relación no estaba tan rota por las constantes discusiones y ahora… no puedo creer que solo le interese jugar conmigo de nuevo, las manecillas de reloj avanzan sin piedad, cada vez que escucho su sonido es como si pudiera taladrarme el cerebro, pronto acaba la hora de visitas, si quiero terminar este juego debo pensar más rápido, no le voy a dar el gusto de verme tan perdida. -No sé qué quieres que responda… -Deslizo mis dedos sobre mi alfil, mis ojos se mueven de un lado a otro sin siquiera saber dónde colocarlo sin convertir mi situación más humillante de lo que ya está, demonios, maldito viejo, él se da cuenta y se ríe silenciosamente con sus dedos en sus labios, ladeo la cabeza mientras lo veo intensamente, su semblante se vuelve a poner serio. -Helena tienes que aprender a ver más allá de lo inmediato. -Tiene su mano en el rostro intentando sostener la vista en el tablero. -Jajaja mi vida la vivo al día, no me interesa el pasado ni el futuro, solo el presente… debe ser por eso que no soy muy buena jugando ajedrez. -Termino de colocar mi alfil, cuando levanto mi rostro y lo veo con su sonrisa altiva sé que estoy jodida, demonios!!! Maldita sea, maldito ajedrez. -Jaque mate… -Chasquea sus dedos. -El presente es muy importante tienes razón, pero la vida es mucho más… es aprender a valorar todo lo que te ha hecho llegar hasta dónde estás y al mismo tiempo preguntarte donde te gustaría estar más adelante. -Toma mi mano sobre la mesa, lo veo muy débil, sé que intenta hacerse el fuerte pero su arrítmica respiración me dice lo contrario, intento no dejarme amilanar por su estado y ser fuerte para él. -Creo que tienes razón. -Contesto con desgano, no me gusta perder, menos con él. Las gotas de lluvia descienden bruscamente por el paraguas que mi mano sostiene, estoy desconectada de la situación, mi cerebro no puede ponerse de acuerdo con mis sentidos, los recuerdos van y vienen sin poder siquiera controlarlos, solo escucho el incesante ruido que provoca la lluvia al caer, mi vista está puesta en el suelo, viendo las figuras que se forma cuando el agua choca aparatosamente con el piso, el suave envolver de su mano con la mía y ese calor que nadie más tiene me hace volver a la realidad, solo parpadeo un par de veces, Lina me abraza fuerte, su calor me hace tan bien en estos momentos, mi corazón se contrae, me duele mucho su partida, desde la muerte de mi nana no sentía lo frágil que es la vida, es difícil aceptar que en este mundo solo estamos de paso. -Lena yo… sé que es muy difícil todo esto, perder a un ser querido jamás será fácil, pero quiero decirte que aquí estoy. -Me dice recostando su cabeza en mi hombro, supongo que sabe de lo que habla, tan solo un año atrás ella estaba en mi posición y me duele pensar que no estuve allí con ella, sé que con mi distancia le he fallado, Lina se separa lentamente y

vuelve a posicionarse a mi lado sin soltar mi mano en ningún momento, por un instante volvemos a ser las de antes, esas mismas chiquillas que jamás sueltan sus manos. -Creo que no… -El cura sigue hablando de cómo debemos aceptar los designios de Dios y refugiarnos en él para hallar calma en medio de la tristeza de la partida de un ser amado, la verdad son palabras vacías para mí, la religión está lejos de ayudarme a lidiar con este dolor. -Solo quiero irme. -Finalmente mi capacidad del habla vuelve, nunca me gustó el dolor, ¿por qué debería ser diferente ahora?, solo quiere marcharme lejos donde esto no pueda alcanzarme. -Si quieres te llevo a tu casa. -Voltea verme con sus ojos tristes, niego con mi cabeza. -No… no entiendes, quiero volver pronto a Paris. -Ella frunce el ceño y coloca su vista al frente. -Lena… sé que te duele, pero no debes tomar decisiones así de apresurada. -¿Es que nadie me entiende? Mi regreso era solo temporal. -Solo volví por él… y ya no está. -Lena… no voy a insistirte más. -Suspira profundo y aprieta levemente mi mano. -Necesito que esperes una semana más, debes estar presente en la lectura del testamento de tu padre. -No me interesa saber que dejó el viejo, nunca me importó la verdad. -Levanto mis hombros holgadamente. -No es eso Lena… es la voluntad de tu padre, solo… solo honra su último deseo, te lo ruego. -Está bien… supongo que luego me dirás donde debo estar. -Maldito viejo, hasta después de su muerte termino cediendo a sus deseos. -Sí… no te preocupes.

-Si quieres podemos salir por un café o vamos por una porción del postre que tanto te gusta. -Lina me pregunta titubeando, no está segura de que sea correcto, sé que ella lo intenta pero es tan jodidamente difícil hacer como si nada hubiera sucedido, como si no me hubiera roto el corazón de la forma tan cruel como lo hizo. -No gracias, la verdad es que quiero estar un rato más con mi padre. -Mi viejo sigue la conversación con la mirada, la verdad es que cada vez que estamos a solas Lina parece empecinada en hacerme sentir nerviosa, mi padre no parece muy convencido con mi respuesta.

-Eh… si claro, bueno yo los dejo… -Contesta un poco confundida por mi negativa, se acerca a mi padre y se despide con suave beso en su frente, inclina su cuerpo y le dice algo en el oído que no alcanzo escuchar, no entiendo tanto misterio, la verdad es que no me gusta, se acerca y me da un delicado beso en mi mejilla, el contacto lo siento tan lento que en el momento en que se retira mi piel resiente el abandono con un leve cosquilleo, ella toma su portafolio y se marcha dejando tras su paso ese olor a vainilla que su cuerpo despide. -Creo que todavía me debes la explicación de cómo es que Lina terminó siendo tu abogada. -Volteo a ver a mi padre con mi semblante serio, no pienso seguir sin saber la respuesta. -Helena si no te conociera diría que estás celosa… -Me ve con su risita burlona, yo solo frunzo el ceño, me choca que haga eso. -Verás… cuando llegué a este hospital compartí habitación con su padre durante un tiempo, nos volvimos amigos cercanos, era un gran tipo, él estaba muy enfermo y ella venía a visitarlo a diario, de algún modo Carolina se fue convirtiendo como una hija más y bueno… siempre me ha parecido buena chica, además de que es muy decidida cuando se trata de defender lo que le parece justo. -No entiendo. -¿En serio la quiere como a una hija más? mi padre el que es adicto a tener sexo con mujeres jóvenes. -Cuando te fuiste de casa… -No, cuando gentilmente me pediste que me fuera. - Le interrumpo de inmediato, sé que utilicé mi tono más sarcástico, ashhh no puedo evitarlo, son muchas cicatrices sin sanar, él tuerce levemente los labios avergonzado por lo sucedido años atrás. -Está bien… cuando te eché de casa Lina apareció al día siguiente en mi oficina reclamándome por haberlo hecho, la hubieras visto, era toda un fiera y me di cuenta que a pesar de su apariencia frágil y delicada es una mujer de armas tomar y eso en un abogado me gusta, necesito confiar que ella sabrá defender mis decisiones. -Lina jamás me contó que había hecho eso y yo que creí que nos decíamos todo. -No sabía eso… -Hay muchas cosas que desconoces Helena.

Cuando levanto la vista diviso a la mamá de Lina, la señora Lorena viuda de Rangel anda elegantemente por el lugar del brazo de Nicolás, él no ha cambiado mucho la verdad, tan solo unos kilos de más, sus miradas reflejan incomodidad de que nuestras manos estén tomadas, sobre todo él, sí, Nicolás Martelo no está muy contento que su esposa esté conmigo.

-Tu madre y tu esposo están aquí, creo que deberías ir con ellos. -Suelto su mano, es chocante el cambio de temperatura, todo se vuelve a sentir frío. -Lena yo… -Sé que ella no me entiende, pero no puedo evitar tratar de protegerla, sí me comporto como lo hago es por siempre evitarle problemas, no me gusta verla sufrir, sé que su madre nunca aprobó nuestra amistad, no quiero que discuta con ella y bueno ya todos deben saber que me gustan las mujeres, no, no quiero que Lina tenga que lidiar con la mente cerrada de esta ciudad. -Tranquila, voy a estar bien. -Volteo a verla con una sonrisa triste, ella solo asiente y se aparta de mi lado, saluda de beso a su madre, él intenta besarla en los labios pero Lina voltea su rostro rápidamente logrando que finalmente el beso termine en su mejilla, los tres se retiran del lugar, niego con la cabeza, no debe interesarme más de la cuenta su situación, ese no es mi problema, su llanto desconsolado hace que mi vista se pose en ella. -Mamá. -Ella levanta el rostro, sus ojos están hinchados de llorar, no puedo siquiera pretender imaginar el dolor que en estos momentos está sintiendo, sé que amó a mi papá con locura, él era su gran amor, el padre de sus hijos, el hombre al cual perdonó tantas veces, Dios!!! Todo esto es una locura, ella me abraza fuerte, suelto el paraguas y la acuno en mis brazos, su llanto choca en mi pecho, las gotas de lluvia nos abrigan. -Intenta ser fuerte, solo un poco más, sé que a él no le hubiera gustado verte así… por favor. -Ella levanta su rostro y asiente lentamente. -Tienes razón… solo debo ser fuerte un poco más. -Recupero mi paraguas, la lluvia no tiene intenciones de cesar en su cometido, deslizo mis dedos retirando gotas de lluvia de mi rostro, sin mediar palabra abrazo a mi hermana, debía calmarla, sus sollozos ya lograban llamar la atención de los presentes, paso mis dedos por su espalda, no decimos nada, la voz del cura nos regresa a la realidad, la ceremonia religiosa ha terminado, pronto veo la figura de mi hermano, al igual que yo su vista se mantiene fija sin mostrar lo que realmente siente, en eso somos muy parecidos, pronto me percato que lleva de la mano a dos hermosa niñas, no las había visto antes. -¿Con quién está Eduardo? -Le pregunto a mi madre sin siquiera apartar mi vista de los tres, Eduardo toma sus manos con firmeza pero sin llegar a ser brusco, las niñas parecen inocentes a la situación, ajenas al dolor que rodea el lugar. -Tus sobrinas… -Mi madre responde más calmada, así que soy tía, me pregunto qué clase de relación llegaron a tener con mi padre, si llegó a ser un buen abuelo, Dios, hay tanto que ignoro. -Yo… no sabía que era tía. -No se puede negar que son Devía, son preciosas las dos. -Helena te has perdido de muchas cosas. -Lo sé… sabes, deberías ir con Eduardo, él te necesita en estos momentos, no es bueno que esté solo.

-Ustedes se parecen mucho, intentando ocultar lo que sienten, no sé a quién intentan engañar, solo son un par de sensibles que tratan protegerse del mundo. -Mi madre termina de hablar con una sonrisa triste en sus labios. -Supongo que tienes razón. -Levanto lentamente los hombros mientras veo a mi hermano saludar a algunas personas, supongo que están presentando sus respetos, mi madre toma la mano de Sofía y marchan a su encuentro, las niñas se lanzan a los brazos de mi madre, Sofía abraza fuerte a Eduardo, ¿por qué todo tiene que ser tan jodidamente doloroso? -¿Sabes qué es lo que más amé de tu madre? -Pregunta de la nada mientras mueve su torre, últimamente está clase conversaciones es común entre nosotros mientras jugamos, tal vez mi padre sepa que es la única forma en que mi cerebro tratando de estar concentrado en el ajedrez me deje un poco de libertad para que sea el corazón el que atienda, yo por mi parte solo intento no volver a perder tan humillantemente como lo he venido haciendo, así no me guste el ajedrez, debo intentar ganar, levanto la vista y niego con la cabeza, sus ojos brillan. -Que haya luchado por ti como lo hizo. ¿De dónde saca eso? -No entiendo. -Verás, cuando tu madre me dio la noticia de tu embarazo debo confesar que no fui el padre más feliz… -Mmm esa historia sí la conozco. -Ya lo sé… tranquilo, sé que no fui deseada. -Contesto como si fuera tan normal aceptar que tu origen no estaba planeado y por si fuera poco fue pauta de insistentes altercados entre tus padres. -Helena, yo… ¿cómo lo sabes? -Desliza su mano por la nuca, no está cómodo con lo que le acabo de revelar, descuida a su reina, es momento de montar la jugada, no pienso dejar que siga ganándome como la ha venido haciendo. -Cómo crees… sus gritos siempre lograban despertarme. -Creo que le acabo de revelar porqué terminaba durmiendo detrás de la cocina. -Lo siento. -Me dice en un tono afligido, muevo mi alfil, por fin creo que puedo ganarle, levanto los hombros restando importancia, la verdad fue hace tanto que ya no me afecta como antes o eso quiero creer. -Ya lo que fue… fue. -Él se rasca la cabeza, creo que está confundido por mi último movimiento. -Como venía diciendo, por eso amé aun más a tu madre, era la primera vez desde que nos casamos que me llevó la contraria, yo no estaba preparado para un hijo más, pero tu madre siguió adelante, no le importó mi opinión ni la de tu abuela y ya sabes cómo era. Umm claro Eleonor, vieja loca con ínfulas de superioridad solo por llevar el apellido Devía, por su culpa es que me jode cualquier actitud elitista en las personas.

-Supongo que sí… -Termino de mover mi ficha, ya no hay marcha atrás. -Helena… ella te ama, solo que igual que yo… -Respira pausadamente, intentando que no se le vaya el aliento para seguir. -Nos equivocamos tanto contigo, con tus hermanos… solo por favor intenta arreglar las cosas con ella. -Definitivamente no está concentrado en el juego, vuelve a errar en su jugada. -Supongo que lo haré… algún día. -No entiendo su constante insistencia que me vuelva a radicar aquí, aunque triste solo estoy aquí mientras él siga con vida. -Te vas a ir de aquí tan pronto muera ¿cierto? -Abro muy bien mis ojos, cómo es posible que me diga eso de forma tan cruda. -Papá yo… -Tranquila, ya sé la respuesta. -Me contesta con una sonrisa triste, cuando coloca su vista en el tablero se da cuenta que acaba de perder. -Jaque mate. -Le digo orgullosa de por fin ganarle en este estúpido juego. -Jajaja has mejorado mucho.

-Helena ya es hora. -Silvia toma mi mano intentando que la acompañe a la salida, levanto la vista y diviso muchas personas en el lugar, unos los conozco, como empleados de los hoteles y para desgracia de mi madre una que otra amante de mi padre, y otros sencillamente nunca los he visto, todos empiezan a salir lentamente, supongo que ya no tienen más que hacer aquí, eso es todo, Silvia tiene al lado a su esposa, las dos tienen la mirada triste, imagino que el tiempo que mi padre estuvo en el hospital fue suficiente para encariñarse con él, suspiro pesadamente, mi aliento al chocar con el aire frio forma una pequeña niebla que pronto desaparece. -Quiero quedarme un poco más… -Finalmente hablo, Silvia no está muy convencida de lo que pretendo. -Lena… no te hace bien. -Silvia intenta detenerme en mi absurdo. -Tranquila… solo necesito estar a solas un momento con él… -Suelta mi mano sin dejar de escudriñarme con sus ojos avellana. -Está bien, solo quiero que sepas que aquí estamos… para lo que necesites. -Sonrío, en medio de tanta tristeza me alegra saber que cuento con ella y bueno ahora vienen por dos. -Helena… -Natalia se acerca y coloca su mano sobre mi hombro. -Sé que nos conocemos hace tan solo unos días, pero quiero que sepas que tu padre fue más que un paciente, él era

un gran tipo con un sentido del humor único y bueno, eres amiga de mi esposa y quiero decirte que cuentas con mi amistad también. -Gracias… ya sé que vio la enana en ti y también debes saber que puedes considerarme una amiga más, pero ahora solo necesito un momento a solas. -Ella asiente lentamente y vuelve a posicionarse al lado de Silvia. -Ya sabes que puedes llamarme cuando quieras, total… ya me acostumbré a que me llamaras a cualquier hora, nunca respetas mis horas de sueño… y ya sabes que el descanso un médico es sagrado. -Terminamos de hablar al tiempo, reímos tenuemente, Silvia logra arrancar de mi frágil ser una sonrisa con sus ocurrencias, nos despedimos sin afanes, sus figuras desaparecen bajo la lluvia, pronto vuelvo a quedar sola… bueno sola con él. Una lapida en ningún momento puede resumir la vida de una persona, nunca entendí entonces por qué esculpirla, realmente a quién beneficia, no creo que a él o a nosotros, la verdad no concibo que su alma esté aquí, jajaja pero qué sé yo de esto, para saberlo se debe atravesar esa delgada línea que separa la vida de la muerte, lo mío solo son especulaciones de una mente perturbada por el dolor. -¿Por qué tenias que irte así?…eh dime. -Sonrío, acaso él va a contestar, no…no va a suceder. -Tantos años esperando por tu cariño, por tu respaldo, por unas palabras de aliento, de un consejo y vienes a dármelo antes de morir, sabes, eres cruel… sí, eso eres, todo esto sería más fácil si no hubieras insistido en arreglar las cosas. -Mi llanto se hace presente, las lágrimas se cofunden con la lluvia. Carajo!!! Tantos años en los que solo me diste la espalda, nunca mis intentos por agradarte funcionaron, sabes… empecé a jugar tenis pensando que tendríamos algo en común, pero no, no asististe a ninguno de mis juegos, solo veías en mí un problema, jamás fui suficiente… -Aprieto con fuerza mis puños hasta el punto del adormecimiento. -Y ahora… después de tantos años vienes y me dices que me amas y que estás orgulloso de mí para luego irte y dejarme sola con todo esto… -Me duele tanto su partida, no soporto la idea de no volver a verlo, me acostumbré a su presencia, a reírme como loca viendo como coqueteaba con las enfermeras hasta colocarlas rojas de la vergüenza, hasta los malditos juegos de ajedrez que utilizaba para aconsejarme… pronto sus brazos me rodean, me aprisiona fuerte con su cuerpo, solo dejo que me acune. -Tranquila ya estoy aquí. -Mi novia me abriga con suaves besos, deslizo mis manos por su espalda, intentando que no exista espacio entre nosotras. -Pensé que no podías venir. -Había hablado con ella apenas me enteré de su muerte, sabía que tenía compromisos adquiridos y le era casi imposible zafarse de sus obligaciones, pero ella prometió que haría todo por venir, solo no creí que pudiera cumplir. -No puedo pensar estar en otro lugar que no sea aquí… contigo. -Desliza sus pulgares por mi rostro. -Mucha gente no debe estar contenta. -Mi sonrisa se estrella en su cuello, en estos momentos no debo ser la persona favorita de su manager, sí, Thomas debe estar furioso.

-Quieres por favor no pensar en eso… -Solo no me dejes… por favor no me sueltes… -Mis suplicas son correspondidas por su abrazo fuerte, en ningún momento me libera de su firme agarre. -Nunca. -Toma mi rostro y me besa delicadamente, me aferro aun más a ella, en medio de tanto dolor que estoy sintiendo en este momento sus besos logran calmarme, sí, ella es mi oasis en medio del desierto.

XXVI -¿Entonces cuánto tiempo te quedas? -Natalia me pregunta mientras le da un gran sorbo a su café, decidí hablar con Silvia de todo lo que está sucediendo y bueno estaba con Natalia, así que resolví invitarlas a las dos, aunque aun es extraño para mí tener esta clase de conversación teniendo tan poco tiempo de conocidas. -Lina me dice que un año o dos. -Contesto con simpleza mientras deslizo mis dedos por el borde de la taza. -Es que no entiendo Lena, todo esto es muy confuso, jalados de los pelos, de chiflados, como quieras decirle. -Silvia aun no cree que me quede a vivir un tiempo en el país y menos de esta forma, si ellas no me creen imaginen como estoy, sigo en proceso de asimilar como mi vida dio un giro de 180 grados. -Lo sé… que te puedo decir, el viejo sigue haciendo de las suyas aun después de muerto. Contesto fastidiada, no entiendo cómo pudo hacerme esto, que manía de querer controlarlo todo. -¿Y el trabajo en Paris? -Natalia pregunta por la vida que estoy dejando atrás. -Eso fue lo único fácil a decir verdad… Renee se encargará de dirigir el estudio y bueno no pienso dejar de tomar fotos, solo que ahora debo equilibrarlo con toda esta locura que mi padre muy amablemente me metió. -Me duele pensar que debo dejar todo botado, voy a extrañarla mucho y a Brigitte, incluso a Sean. -¿Cómo lo tomó tu familia? -Silvia coloca su mano sobre la mía llamando mi atención. -Bueno eso…

-Sé que no me van a entender, sé que voy a decepcionar a más de uno, y finalmente sé que los voy a colocar en una situación incómoda, pero es mi última voluntad, confío en que sabrán respetarla… -Lina toma aire antes de proseguir, ve detenidamente a cada

uno de los presentes, todos estamos expectantes, esas palabras iniciales no son un buen augurio, sé cómo era mi padre, cuando algo se le metía a la cabeza no había poder humano para hacerlo cambiar de opinión. -Isabel, sé que nuestro divorcio no fue el más equitativo ni el más justo, nunca debí someterte a firmar capitulaciones, nadie en el mundo me amó como tú y sé que el dinero no refleja en ningún momento el amor que sentí por ti, pero quiero irme tranquilo sabiendo que no tendrás preocupaciones de dinero, por ese motivo te dejo el 30 por ciento de mis bienes. -Lina hace una pausa, mi madre tiene los ojos cristalinos, la verdad todos parecemos estar de acuerdo y eso en nosotros es un acontecimiento. -El restante de mis bienes quedarán repartidos de la siguiente forma: Helena con el 50 por ciento de ellos, Eduardo y Sofía con un diez por ciento cada uno, mi abogada la licenciada Rangel procederá a su repartición siguiendo mis explícitas indicaciones. -Empiezo a reír como loca, mis carcajadas se escuchan por toda la oficina, Lina me ve con el ceño fruncido y ellos, bueno mi madre me ve preocupada por mi salud mental, Sofía no parece mostrar ninguna emoción y él… Eduardo se ve dolido por la decisión de papá, en serio, ¿esto es real?, el viejo me está dejando la mitad de sus bienes, demonios eso es mucho dinero, jajaja ahora soy una maldita millonaria y solo puedo reírme, Lina carraspea su garganta intentando llamar mi atención y que logre calmarme, le hago señas que prosiga mientras tomo agua incesantemente para tranquilizarme, ella retoma la lectura del testamento. Eduardo, eres mi hijo mayor y quiero que sepas que siempre te voy amar, pero nunca estuve de acuerdo con las decisiones que has tomado últimamente, no puedo permitir que sigas así, hijo no vas por buen camino, no quiero mis errores reflejados en ti, quiero que por favor comprendas mi decisión…. Sofía, hija te amo y lo sabes, de los tres eres a la que más se lo hice saber y por eso sé que lo vas a entender. -Todos en la sala estamos en shock, en serio ¿esto está sucediendo?, paso repetidamente las yemas de mis dedos por mis cejas con la vista perdida. -Helena, no solo te estoy dejando la mayoría de mis bienes, sino que además te dejo al frente de los hoteles, tienes que hacerte cargo de su reestructuración, tengo fe que sabrás escoger a las personas adecuadas en cada uno, lo harás bien no te preocupes, ¿por qué lo sé? bueno has sido capaz de valerte por ti misma todo este tiempo, sin mi apoyo has creado una carrera exitosa y además has fundado tu propia empresa, tienes el don de ver más allá de lo visible, te necesito… Eduardo, no te relevo de tu puesto, seguirás encargándote del Hotel San Ignacio, solo que tendrás que rendirle cuentas a tu hermana. – -Qué!!! -Chillan al tiempo logrando darme jaqueca, las personas cercanas voltean a ver al tiempo hacia nuestra mesa, ellas hacen caras de pedir disculpas por su abrupta reacción. -Sí… todo esto es de locos. -Suspiro profundo mientras tomo con fuerza la taza en mis manos. -¿Como lo tomó tu hermano? -Silvia todavía con cara de absoluta confusión se atreve a preguntar por su reacción, ella sabe por todo lo que hemos pasado, niego con la cabeza mientras empiezo a reír recordando. -Jajaja él…

-Ya deja de reírte idiota. -Mi hermano se pone de pie y se acerca hasta donde estoy con sus ojos desbordados por la rabia. -Hey donde está el amor de hermano mayor. -Le contesto burlándome de todo, ni yo me entiendo en estos momentos, solo puedo reír. -Es que no te das cuenta, te dejó la mayoría y además te dejó al frente de los hoteles, qué sabes tú de la empresa, solo lo hizo por lástima, porque se sentía mal por haberte echado de patadas de la casa. -Mi risa lentamente se va evaporando para dar paso a la rabia, ashhh. -No sé nada tienes razón y a pesar de eso confió más en mí, qué te dice eso. -Sé que le di donde más le duele, no debió hacerme enojar. -Que no estaba bien de la cabeza. -Me contesta irónico mientras se sienta de nuevo. -Puede ser, y tú no vas decir nada, no estás enojada por solo dejarte el diez por ciento. Volteo a ver a Sofía que parece que su mente no está en la oficina, eso es raro en ella que habla hasta por los codos y ahora solo está callada, expectante, me extraña esa actitud. -No… -Levanta los hombros tratando de quitar tensión al ambiente. -Sabes, ya tengo mucho dinero, Robert se encargó de que no tuviera preocupaciones por mucho tiempo, además sé que si así dejó su testamento es porque pensó que era lo mejor y lo respeto. Contesta con simpleza dejándome sin palabras, así que ya no está con el anciano ese. -Bueno me alegra que te quedes por aquí un tiempo, sé que no son las mejores condiciones, pero sabes que te extraño. -Silvia me ve con un tierno puchero que se me hace una lindura en estos momentos. -Qué puedo decir, mi padre tuvo razón en dejar a Lina a cargo de todo, persistencia es su segundo nombre. -Oh sí, debemos trabajar juntas en toda esta locura, ella va a estar a mi lado comprobando que los designios de mi padre se cumplan al pie de la letra. -¿Por qué lo dices? -Silvia no parece entender nada. -Bueno, no quería aceptar semejante responsabilidad, es más, salí corriendo de esa oficina. -¿Y entonces qué pasó? -Me replica rápidamente, que impaciente. -Lina…

-¿Se puede saber por qué saliste corriendo de esa forma? -Se acomoda a un lado de la banca, la brisa fría golpea mi rostro adormeciendo mi piel por ratos. -No quiero aceptar nada de lo que dejó. -Contesto sin voltear a verla, solo me concentro en la paz que me brinda el ambiente del parque. -Lena, no entiendes… él se fue pensando que podías hacerlo. -Esa es mucha presión, ¿por qué quiere manejar mi vida aun después de muerto?, mi vida está en Paris, no aquí. -Coloco mis manos en mi cabeza mientras deslizo mi cuerpo por la banca. -Lo sé, pero si no aceptas… bueno, él dejó especificado que se liquidara los hoteles, muchas personas perderían su trabajo. -¿Qué? -En serio, volteo a verla incrédula de todo, eso es chantaje, carajo!!! Él sabe que muchos de los empleados eran mis cómplices cuando tan solo era una niña. -Sí, y muy a mi pesar debo hacer cumplir su voluntad. -Lina termina de sentenciar, con razón la escogió como su abogada, ella no son las de las que dan su brazo a torcer. -Dios, que carajos estaba pensando para hacer algo así.-Cruzo los brazos bufando. -Lena… sé que esto no estaba en tus planes, pero por favor acepta. -Toma mi mano entre las suyas, sus ojos me suplican que acepte, demonios!!! -Está bien…-Tomo una bocanada de aire, intentando aceptar la loca aventura que mi papá propuso, no soy capaz de dejar sin trabajo a tantas personas. -¿Se puede saber cómo me encontraste? -Sabía que ibas a venir a este parque, siempre que las cosas se salen de control o solo quieres un poco de paz vienes aquí. -Me contesta con una dulce sonrisa.

-No sé qué decirte Lena. -Silvia pasa su mano por su nuca con una ligera arruga en su frente, vuelvo a decir, si ella no lo cree, como se supone que debo estar. -¿Y cómo lo tomó Kelly? -Me pregunta de la nada, haciendo que mi corazón se contraiga por un instante. -No sé… está muy rara, cuando le di la noticia no dijo nada y me tiene los nervios de punta no saber que está pensando, sé que esto no era lo que habíamos hablado, antes de irse de aquí acordamos que viviría en Paris para afianzar nuestra relación, y ahora… ahora se presenta esto y me cambia la vida, sé que debe pensar que no la tomo en cuenta para mis decisiones pero debía aceptar, no puedo dejar sin empleo a tantas personas. -Tranquila, ella lo va a entender. - Mi celular suena, logrando asustarme por un momento.

-Alo. -Se dibuja una leve sonrisa en mi rostro. -Te vine a buscar a tu apartamento y no estás, necesito entregarte unos documentos para adelantarte en tu trabajo. -Silvia y Natalia se dan tiernos besos mientras se hablan cerca, no alcanzo a escuchar nada de su conversación, no puedo negar que hacen una linda pareja. -Estoy en la cafetería de la esquina cerca del hospital, no estás lejos, ¿puedes venir? -Sí tranquila, en diez minutos estoy ahí. -Ok. -Termino de colocar mi celular en mi bolso, ellas no se detienen en expresar su amor, aclaro la garganta para ver si me ponen atención, las dos sonríen al tiempo. -¿Sabes lo que necesitas? -Me dice Silvia con una mueca de travesura. -¿Según tú qué? -Acompañarnos a la cena de egresadas del colegio este viernes. -Me dice con ilusión en sus ojos, nunca se ha perdido una de esas elegantes cenas y puedo afirmar que las disfruta como niña pequeña. -Qué!!! -Escasamente eso puedo contestar la risa no me permite más. -No te rías es en serio. -Me dice cruzando los brazos con su semblante seco. -¿Por qué esa sería para mí una propuesta interesante? -Bueno… por un lado hace tiempo que no vas, más de una ya pregunta por ti. -Mi voz sarcástica recorre todas las partes de mi cerebro diciendo “Sí claro”, a ver quién puede preguntar por mí si pasé el colegio desapercibida, bueno solo Lina y Silvia me conocieron de cerca. -Segundo, no quiero que te pierdas como llevo a mi esposa y más de una se muera de la envidia. -Le da un beso casto a Natalia. -Espera un momento… ¿cómo así que Natalia te acompaña?, no entiendo, estudiamos en un colegio católico no imagino a sor Patricia dándoles la bendición. -Contesto sarcásticamente mientras les hago la señal de la cruz. -No como crees, verás Lina se hizo cargo de todo, ¿sabes que nunca ha perdido un caso? En serio esto es bizarro, ¿Lina y Silvia amigas? Sacudo mi cabeza, simplemente no encaja. -Sigo sin entender, Lina puede ser muy buena abogada pero la religión es la religión y tú sabes que ellos no entiende de esto. -Sí, pero resulta que el colegio no es responsable de la cena de egresadas, eso lo organiza un grupo de ex alumnas para promocionar el colegio, ellas son autónomas del comité directivo, así que la religión no tiene nada que ver y bueno Lina las convenció de que

lidiar con una demanda de mi parte no era buena idea, además soy una de las más importante cirujanas del país y mi esposa aquí presente es una de las más solicitadas oncólogas, es decir nos necesitan para promocionarse. -Termina de hablar orgullosa mientras toma la mano de su esposa que solo la ve con una cara de enamorada. -Mmm veo, pero volvemos al punto, no estoy segura si de ir a un evento de esos, ya sabes que la muerte de mi padre fue hace tan solo dos semana, sin contar que no estoy de ánimo con el reciente alejamiento de Kelly. -Mi semblante es triste, estoy pasando por muchas cosas y no quiero que mi relación se acabe, es lo más estable que he tenido. -Ya sé que la muerte de tu padre es reciente pero tu vida no se detiene y además es muy importante para mí que estés ahí apoyándome, por favor. -Me suplica juntando sus manos, es gracioso verla suplicar, eso solo lo vas a ver en ella muy pocas veces, parece increíble que ella, la mujer que ocultaba su inclinación detrás de una falsa relación ahora tome la mano de su esposa con tanto orgullo, la verdad es que la admiro mucho, ladeo ligeramente mi cabeza y veo como viene Lina a paso rápido con su portafolio, no puedo negar que se ve hermosa así, niego con la cabeza mientras tomo un gran sorbo de café, ¿qué carajos estoy pensando? -Hola… no sabía que estaban todas reunidas. -Nos saluda a cada una con un beso en la mejilla, saca de su portafolio unos papeles y los coloca encima de la mesa. -Ten, léelos atentamente y me dices si tienes dudas, tu oficina ya la estamos acondicionando en el Hotel San Ignacio, tu hermano ya lo sabe así que no te preocupes. -Toma asiento a mi lado y hace señas para que le sirvan un café. -Todavía no entiendo como lo convenciste de esto. -Mi hermano no renunció y se va a someter a los deseos de mi padre y a mis órdenes, definitivamente Lina me tiene asombrada. -Ya sabes no hay nada que con paciencia e insistencia no se puede lograr. -Me dice con una dulzura que es difícil de creer. -Entonces tú eres la indicada para convencerla de ir a la cena de egresadas. -Natalia la señala con una risita burlona, oh oh, me siento atrapada. -Deberías ir, hace tanto que no vas. -Me dice mientras desliza su mano tenuemente sobre la mía, ese solo toque me hace estremecer. -No sé qué quieren que diga. -Contesto cansada de tanta insistencia. -Que vas a ir. -Contesta burlona Silvia. -Está bien, voy a ir, en serio que intensas. -Levanto mis manos en signo de rendición, todas reímos al tiempo.

“The person you are trying to call is not available; please leave a message after the beep.” -Sabes lo triste que es hablar con tu contestadora… sé que la cosas han cambiado pero no lo que siento, Dios Kelly necesito saber de qué va todo esto, solo por favor dime si todavía tengo novia… -Suspiro profundo apretando con fuerza el celular, no soy de hacer estas cosas. -El viernes en la noche tengo la cena de graduadas, un estúpido evento de reunión con ex compañeras del colegio… nada me haría más feliz que tenerte como mi pareja, devuélveme la llamada para saber si puedo contar contigo. Termino de dar vuelta en mi cama, me frustra esta situación, boto el celular al piso, desde que empezamos jamás hemos discutido, de por sí que solo llevamos unas semanas, pero ella me da tranquilidad y eso es lo que más me hace falta en estos momentos de incertidumbre, solo quisiera saber que está pensando Kelly. ··············

Estoy sentada en la encimera del tocador del baño bebiendo lentamente el whiskey que generosamente me sirvió el bartender antes de huir, cerré con llave la puerta, no quiero escuchar más idioteces esta noche, no puedo creer que me haya dejado convencer de esas locas, ahora resulta que me salieron una cantidad de amigas que ni idea, desde que entramos no se han detenido en hablarme, todas con preguntas estúpidas, cómo que es lo que más me gusta fotografiar, que sí conozco a tal modelo de paso se han atrevido a preguntarme si me he acostado con ella, ashhh que horror, Silvia y Natalia no han parado de divertirse con mi situación, carajo!!! Kelly no devuelve mis llamadas y eso termina por dejarme más triste y con poca paciencia, hasta que no aguanté más, simplemente me retiré sin decir nada, necesitaba un poco de silencio, y ahora estoy encerrada en el baño escapando de todo, el ruido del agua bajar en uno de los sanitarios me indica que no estoy sola, se abre lentamente la puerta haciéndose presente su figura, se ve preciosa con ese vestido verde que resalta sus hermosos ojos. -¿Se puede saber qué haces ahí? -Pregunta con una sonrisita mientras lava sus manos con parsimonia, vuelvo a tomar un gran sorbo de whiskey. -Tú qué crees, escondiéndome… Dios Lina esto es fastidioso. -Bufo antes de volver a tomar el último sorbo del vaso. -Ya deja de renegar, debes entender que ahora eres una celebridad. -Me extiende su mano con una hermosa sonrisa, solo atino a estrecharla y dejarme llevar por ella. -Deja de esconderte por favor -Cómo es posible que no pueda decirle que no. -Es que no sabes, no paran de hablarme, de preguntarme, me siento acosada. -Nunca me gustó ser el centro de atención y ahora solo… ashhh, definitivamente estoy irritada.

-Jajaja sabes esto ya lo hemos vivido antes. -¿Qué? -¿De qué está hablando? -Tú y yo, entrando tomadas de las manos a este mismo lugar y esas mismas personas que vienen a paso rápido hacia nosotras. -Volteo a ver y diviso las personas que dice Lina, suspiro profundo, tonta número uno y tonta número dos vienen con esa risita hipócrita que me puede, demonios!!! -Ya sé… tus fans. -Ella voltea a verme divertida, ashhh ¿por qué todos disfrutan conmigo esta noche? -No son mis fans, diría que ahora son tus fans. -Me señala detrás de una risita burlona. -Ay no te las regalo. -Le contesto socarronamente. -Ya déjalo así. -Contesta riendo. -Helena que bien te ves, imagino que ese hermoso vestido es de Dómine, ¿cierto? -Tonta número uno me ve detenidamente. -Mmm sí. -Te luce, eres la mejor vestida esta noche. -Tonta número dos habla mientras sostiene su copa de champagne. -Eh… gracias. -Ellas no deparan en verme intensamente, no, categóricamente no me las aguanto, aprieto levemente la mano de Lina en un intento de suplica. -Lena…mmm ¿vamos a bailar? -Me pregunta completamente roja de la pena, las tontas quedan con la boca abierta, no puedo creer que Lina haya hecho eso. -Sí claro. -Les hago señas que luego seguimos charlando, jajaja si claro, Lina se cuelga suavemente a mi cuello y empezamos a movernos. -¿Dime como es qué me dejé convencer para venir esta noche? -Ya deja de quejarte, sabes muy bien que todos te extrañamos mucho, solo ten un poco de paciencia. -Me dedica con una tierna sonrisa. -Sabes… no bailábamos desde que te enseñé… -Ella baja la cabeza mientras niega alegremente, como olvidarlo.-Llegaste a mi casa preocupada porque no sabías bailar y Teo Vásquez te había invitado y no sabías qué hacer. -Todavía puedo recordarla caminar de un lado a otro emocionada y asustada por su primera cita, me burlé de ella tanto que sus ojos se pusieron cristalinos, terminé enseñándole a bailar solo para verla sonreír de nuevo.

-Como olvidarlo. -Debes agradecer que mi madre siempre me obligó a tomar clases. -De hecho mis hermanos y yo somos buenos bailarines, modestia aparte. -Sabes que hace poco hablé de nuevo con él…bueno en realidad Silvia fue la que arregló todo. -¿En serio? -No me imagino esa conversación la verdad. -Sí… ella quería reparar las cosas con Teo, y bueno Silvia me llamó y nos encontramos para hablar de todo… ya sabes, tratamos de perdonar nuestros errores. -Jajaja ahora si tengo una imagen mental como si fuera un grupo de esos de autoayuda, algo así como mi nombre es Silvia y te fui infiel con una mujer antes de casarnos y ellos responde, hola Silvia, jajaja. -Las vueltas que da la vida, ustedes que peleaban tanto por él. -Y por ti... no me gustaba como te trataba en el colegio. -Me sonrojo, como olvidar sus peleas en el colegio por lo rumores que Silvia inventaba sobre mí, Lina me defendió a capa y espada, sin ella simplemente no hubiera podido graduarme ese año. -Eh… y bueno que es de la vida de Teo. -Intento desviar el rumbo de la conversación. -Bien, ahora es arquitecto, vive en Seattle, está casado y hace poco fue papá de gemelos. -Wow vuelvo a decir, la vida da muchas vueltas. -Ni que lo digas… si un mes atrás me hubieran dicho que estaríamos bailando de nuevo tal vez no le hubiera creído y míranos ahora. -Sí… -La canción termina y le hago señas para que nos sentemos en la mesa donde Silvia Y Natalia hablan amenamente. -¿Se puede saber qué tanto hablan? -De cómo han cambiado nuestras vidas. -Contesta alegremente Silvia mientras besa la mano de su esposa. -Sí, Silvia me estaba contando como no se soportaba con Carolina y peleaban por todo. Natalia contesta divertida señalándolas. -Ah esa época. -Lina toma una gran bocanada de aire y todas empezamos a reír, el ambiente es relajado, hablando placenteramente, por un momento me aparto de toda la locura que estoy pasando, las anécdotas van y vienen, Natalia no para de reír con todo lo que decimos, todavía es increíble para mí ver como Silvia y Lina se han acercado, cuando levanto mi vista y lo veo mi cuerpo se contrae, mi humor cambia inmediatamente, no entiendo ¿qué hace aquí?

-Lina… -Muevo suavemente su brazo y le hago señas indicándole que Nicolás está aquí, él parece buscarla desesperadamente por el lugar, ella tuerce levemente los labios incomoda por la situación. -Sí me disculpan. -Se levanta de la mesa y va en su encuentro, él parece molesto, ella lo lleva a un lugar apartado, aunque me desagrade la situación no puedo hacer nada, así son las cosas, Silvia parece percatarse de mi molestia. -Saben… es hora de bailar. -Las dos se levanta de la mesa y me jalan de las manos, no estoy de humor, pero ellas no aceptan una negativa, de pronto Silvia recibe una llamada a su celular y nos hace señas para que sigamos sin ella, Natalia envuelve sus manos en mi cuello y nos movemos lentamente al ritmo de la música, ella me ve detenidamente. -Me alegra que hayas decidido venir, Silvia está muy feliz de tenerte aquí. -Lo sé, ella siempre disfruto venir a estas reuniones. -Y tú no, ¿cierto? -Pregunta mientras intenta descubrir la respuesta a través de mis ojos. -No mucho la verdad, digamos que el colegio no fue una buena etapa para mí. -Termino de hablar con un tono de aburrimiento. -Sabes… tampoco disfrute mucho mi época del colegio, pero ahora creo que no cambiaría esa parte de mi vida por nada del mundo, mi pasado ha contribuido a la persona que soy hoy en día. -Me queda sonando lo que acaba de decir, si no hubiera estudiado en este colegio no hubiera conocido a Lina y a Silvia, tantas historias, definitivamente ellas significan mucho en mi vida, si, Natalia tiene razón. -Creo que estás en lo cierto. -La música se ha detenido y Silvia se acerca a nosotras con una gran sonrisa, lentamente nos separamos, Natalia recibe a su esposa con un casto beso en la boca, cuando los acordes de la guitarra empiezan a sonar y esa melodía que muy bien conozco recorre el lugar siento esa molestia en el pecho, Secret suena fuerte por todo el sitio. -¿No quieres seguir bailando? -Me pregunta Silvia con una leve arruga en la frente. -La verdad no. -Esa canción solo la bailaría con Kelly. -Ni siquiera conmigo. -Su voz en mi espalda hace que mi cuerpo se estremezca, no puedo creer que haya venido. -Dios qué haces aquí. -Volteo a verla mientras la abrazo con fuerza, nos besamos lentamente, la extrañaba muchísimo, se ve preciosa como siempre. -Me permites. -Kelly me extiende la mano para bailar, me adelanto y la tomo de la cintura.

-Vas a tener que acostumbrarte a que te lleve en el baile. -Su sonrisa rebota en mi cuello, me encanta tenerla así. -Está bien, tú ganas. -Contesta mientras nuestros cuerpos se armonizan. -Las dejamos, disfruten el baile. -Natalia nos dice suavemente mientras es jalada por Silvia para bailar. -No imaginé que vinieras esta noche. -Le hablo cerca a su oído, su piel se eriza al roce de mi voz. -Bueno, la verdad es que solo puedo quedarme dos días, pero no podía perderme ser tu pareja ¿no crees? -Asiento alegremente y no decimos más, solo disfrutamos de la música, nos movemos lentamente, completamente compenetradas, cuando levanto la mirada y me encuentro con sus ojos verdes siento una punzada en el pecho, tiene los brazos cruzados mientras Nicolás no para de hablarle al oído, no sé cómo interpretar la forma como me ve, me perturba, simplemente aparto la mirada, no me siento bien, mi cuerpo se tensa y Kelly se separa un momento y me ve detenidamente. -¿Estás bien? -Me pregunta suavemente, asiento mientras me aferro aun más a ella. -Sí… solo… -Sus delicados labios se juntan con los míos interrumpiéndome, me dejo llevar por su beso hasta quedarnos sin aliento, recuesto levemente mi frente a la suya mientras sonreímos tenuemente, la canción ha terminado, ella toma mi mano y nos dirigimos a la mesa, no veo por ningún lado a Lina, Silvia y Natalia nos esperan, cuando veo a Silvia tiene esa cara que pone la gente cuando conoce a alguien que admira. -Silvia, Natalia, les presento a Kelly Adler… mi novia. -Ella le extiende la mano, pero rápidamente Silvia la estrecha y la besa en la mejilla, Natalia hace lo mismo, creo Kelly no está acostumbrada a esa clase de saludo. -Cuando me llamaste para pedir las indicaciones de cómo llegar, no creía que eras tú. -Eh… yo. -Kelly termina por sonrojarse, desliza sus manos por la nuca, Natalia aprieta levemente la mano a Silvia llamándole la atención, jajaja, no sé puede negar que ella sabe controlarla. -Bueno, ya ves. -Tomo la mano de Kelly, el suave olor a vainilla me dice que está cerca, su semblante es serio, Nicolás no camina bien, eso y el fuerte olor a alcohol revela que está ebrio. -¿Se puede saber qué hace Kelly Adler aquí? -Pregunta Nicolás arrastrando las palabras. -Yo… -Kelly se incomoda con la presencia de Nicolás, él la ve descaradamente y de paso me está haciendo enojar.

-Está aquí por mí. -Contesto harta de su descaro, Lina me ve con una ligera arruga en su frente. -Lo siento, no nos han presentado. -Lina interviene, el ambiente se tensa, todas parecen notarlo. -Tienes razón, mucho gusto Kelly Adler. -Ella le extiende la mano con su sonrisa tierna y Lina la estrecha viéndola de reojo. -Carolina Rangel. -Nicolás no luce contento que Lina no haya utilizado su apellido. -Nicolás Martelo, su esposo. -Nicolás señala a Lina mientras estrecha la mano de Kelly con esa sonrisa idiota, ¿cuánto habrá tomado este hombre? -Y entonces dime ¿qué hace una estrella del deporte en este humilde evento? -Es mi novia y vino como mi pareja. -Le contesto altiva mientras lo veo fijamente. -¿Tu novia? -Lina pregunta con el ceño fruncido, se ve incomoda, no entiendo por qué reacciona así. -Sí, mi novia. -Contesto rápidamente. -Así que era cierto. -Nicolás habla con un toque entre soberbio y confundido. -Mi esposo y yo tenemos que hablar en privado, si nos disculpan. -Lina jala del brazo a Nicolás hasta que se pierden de nuestra vista. -Bueno ¿Kelly que te ha parecido todo por aquí? -Pregunta amablemente Natalia tratando que todo se vuelva a relajar. -Pues la verdad aunque no es la primera vez que vengo no he tenido la oportunidad de salir y conocer la ciudad. -Es cierto, con todo lo que pasado no he tenido el chance de hacerlo. -Amor eso se puede arreglar, mañana te hago un tour. -Estrecho su mano mientras la beso suavemente. -Como en Paris. -Contesta alegremente. -Sí, como en Paris. -Kelly me besa mientras toma mi rostro en sus manos. -Jajaja ahora quienes son las que tienen que buscar una habitación. -Silvia empieza a reírse mientras me señala. -Idiota. -Inmediatamente le lanzo una servilleta, todas en la mesa ríen al tiempo, el ambiente vuelve a relajarse, pedimos bebidas mientras hablamos de todo un poco, Lina no

vuelve a la mesa, supongo que es muy importante lo que debe hablar con su esposo, el evento ha llegado a su fin, lentamente salimos del lugar hacia el parqueadero, sigo sin tener transporte, así que Silvia se encargará de llevarnos a mi apartamento. -Amor se quedó mi cartera en la mesa. -Kelly me dice con un tierno puchero, niego con la cabeza, ya sé que me toca devolverme. -Está bien, ya vengo. -Le doy un suave beso mientras me retiro. -Dominada. -Me grita Silvia divertida, entrecierro los ojos y le hago señas que después me las paga, ella solo ríe, pronto diviso la cartera y me dispongo a volver, en un lugar apartado escucho sus voces, me posiciono cerca sin interrumpir, trato por todos los medio controlarme, me conozco cuando la rabia me domina y no quiero cometer una imprudencia. -Dime ¿por qué quieres terminar todo?, es por ella ¿cierto? -Nicolás grita descontrolado, no entiendo de que hablan. -No digas estupideces Nicolás, entiende… no te amo. -Lina contesta cansinamente. -Crees que ella sí, Dios Carolina yo te amo. -Ya no más Nicolás, no podemos seguir haciéndonos daño. -No puedo creer que la prefieras… eres una maldita enferma igual que ella. -Él la toma violentamente arrinconándola contra la pared frotando su cuerpo con movimientos obscenos, aprietos los puños al igual que mi mandíbula, mi respiración se agita y sé que estoy muy cerca del mi límite, por lo que veo Nicolás no sabe cómo tratar a una mujer y si no se detiene me va a encontrar. -Suéltame Nicolás, me haces daño. -No puedo permitir que esto siga así, debo intervenir. -¿Todo bien aquí? -Pregunto entrando en escena con los pensamientos llegando a una velocidad impresionante. -Sí… tranquila. -Lina aparta a Nicolás con sus manos bruscamente. -Pero mira quien llegó. -Él se acerca decididamente a mí, no sé a quien intenta intimidar, les aseguro que a mí no. -¿Segura? -Le pregunto a Lina ignorándolo, él me vale madres, solo me interesa su bienestar. -No entiendo por qué volviste, siempre fuiste una maldita sombra en nuestro matrimonio, ella siempre te nombraba, Lena esto, Lena aquello… cómo si fueras la gran cosa. -Habla con sus ojos desbordados por la rabia, su aliento a alcohol me desagrada.

-Amor ¿por qué te demoras?, Silvia está impaciente en el auto. -Kelly aparece de la nada, pero qué demonios!!! -Ahora todas te prefieren, hasta la maldita Kelly Adler. -Se acerca a ella tambaleándose. Dime preciosa… ¿por qué eliges a una mujer si solo un hombre te puede hacer gemir como a una perra en la cama? -La toma del brazo, Kelly se queda inmóvil sin poder reaccionar, me desconecto con la razón. -Suéltala!!! -Le grito llena de rabia, él no hace caso. -Sí quisieras la podríamos pasar tan bien, este amiguito puede hacer que se te quite el gusto por las mujeres. -Le habla lascivamente mientras se toca su entrepierna, le doy la vuelta y le propino un golpe directo a su nariz con mi puño derecho, intenta atacarme torpemente por su estado de ebriedad, bloqueo su ataque golpeando sus costillas con todas mis fuerzas acompañada de una certera patada a su entrepierna, él cae retorciéndose de dolor al suelo con su nariz sangrando, Nicolás pasa sus manos por su rostro desconcertado, creo que no tenía ni puta idea que me sé defender muy bien, practico boxeo, savate y sé algo de taekwondo, imbécil no es cuestión de fuerza, es cuestión de técnica. -Ni se te vuelva ocurrir tratarla sí de nuevo idiota, ella merece respeto y si no sabes cómo hacerlo con mucho gusto te enseño. -Le grito mientras lo señalo. -Imbécil me rompiste el tabique, esto te va salir caro, ya lo vas a ver, a mí nadie me hace esto. -Pasa constantemente sus manos tratando de retirar la sangre. -Tú no vas hacer nada. -Lina se acerca a él ayudándolo a levantarse, mi sangre corre furiosa, no entiendo su actitud corriendo en su auxilio. -Dime… ¿serías capaz de contarle a tus amigos jueces que una mujer te dejó así?… -Él la ve incrédulo mientras intenta reponerse al impacto. -Lo ves, no lo creo, además ella solo defendió a su novia, no te atacó precipitadamente, todas somos testigo de eso. -Idiota. -Vuelvo a gritarle mientras me acerco con los puños cerrados. -Ya no más Lena. -Lina se interpone entre los dos colocando sus manos en mis hombros tratando calmarme, ella ha visto de cerca como soy cuando estoy fuera de mis casillas. -¿Lo defiendes? -Le pregunto furiosa. -No lo estoy defendiendo… solo déjame arreglar esto a mí, por favor. -Me habla mientras coloca sus manos en mi rostro. -Haz lo que quieras. -Le retiro sus manos cansada de su actitud, de verdad que no la entiendo cómo es que todavía lo protege, me retiro del lugar, Kelly toma mi mano. -¿Se puede saber qué fue todo eso?

-Ahora no Kelly. -Contesto apretando los dientes. -¿Por qué se demoraron tanto? -Silvia pregunta mientras subimos al carro. -Es que no encontramos la cartera en la mesa, menos mal uno de los meseros la halló y muy amablemente nos la entrego. -Kelly interviene, en estos momentos le agradezco que haya mentido, sino esto solo hubiera sido un maldito interrogatorio. -A bueno. -Contesta Silvia restándole importancia a la demora, me desconecto del resto de la conversación, simplemente no vuelvo hablar en todo el trayecto, intento calmarme pero es difícil, tantas emociones juntas, solo me vuelvo a conectar con la realidad cuando el carro se detiene, nos despedimos de Silvia y Natalia, estrecho la mano de Kelly, debe estar furiosa conmigo por mi comportamiento, no sé cómo explicarle todo lo que sucedió, no sé si contarle que la persona de la que me enamoré con locura es Lina, cuando cierro la puerta no me da tregua, su boca busca la mía, nos besamos con pasión, con ganas, sus manos rápidamente arrancan mi vestido llevada por su lujuria, caigo presa de su arranque, la arrincono contra la pared mientras la desvisto, beso con furia su cuello mientras mis manos buscan ansiosas su entrepierna. -Sabes que nunca me habían defendido así… no sabía siquiera que pudieras hacer eso. Kelly me habla cerca de mi oído, siento una punzada en el pecho, la verdad es que no sé a quién defendí realmente, ella me devuelve a la realidad colocando su mano en mi centro rozando sus dedos una y otra vez logrando que me humedezca, no quiero pensar más, me dejo arrastrar por la pasión, por sus ganas, por su piel.

XXVII -No sabía que te gustaba la violencia. -Sigo sin entender su reacción, solo me dejé llevar por sus ganas, el suave andar de sus dedos en mi vientre me relaja, su cabeza descansa en mi hombro, nuestra desnudes solo es cubierta por una delgada sábana. -No es eso… verás, no sabes lo difícil que es cuando eres tan sola una niña y los demás se burlan de ti por tener dos padres, no importa si vives en una ciudad que supuestamente es abierta a las familias diferentes, la ignorancia siempre está en todas partes… se suponía que tenía que ser la mayor y defender a mis hermanos pero nunca tuve el valor… solo aprendimos a correr intentando huir no solo de las burlas sino de las abusos de los niños más grandes… cuando me defendiste de esa forma… no sé, una parte de mi niñez se activó. -Nunca imaginé esa parte de su vida, así que de eso trataba. -Entiendo… bueno la verdad aprendí a defenderme a temprana edad, siempre tuve la necesidad de hacerlo, no me gusta sentirme vulnerable e impotente ante una amenaza, ya pasé por eso una vez y juré no volverme a sentirme igual, y… bueno solo me descontrolé,

no me gusta la violencia en realidad. -Especialmente porque me metí en muchos problemas por dejarme llevar por la rabia, hacía tanto que no peleaba con nadie, pero Nicolás me llevó a mi límite, maldito infeliz, no puedo creer que la haya tratado de esa forma… tal vez si yo hubiera estado aquí… no, no puedo pensar en eso ahora a estas alturas de mi vida. -Pues para no gustarte lo hiciste muy bien. -Me dice burlona mientras se acomoda encima de mi cuerpo, besa el valle de mis senos. -Lo sé… - Deslizo mis manos por su espalda, me encanta tenerla así. -Ahora me puedes decir ¿por que estabas tan distante? -Helena… Dios intento llevarte el ritmo pero es difícil. -Se baja de mi cuerpo acomodándose de medio lado mientras su mano sostiene su cabeza. -Sé que mi vida es un desastre, pero entiéndeme no podía dejar sin empleo a tantas personas. -Imito su posición para verla de frente. -Lo sé y eso solo hace que me gustes más, es solo que… soy tu primera novia, nunca has tenido una relación seria y habíamos decidido vivir en la misma ciudad para fortalecer lo nuestro, Dios!!! No llevamos ni un mes. -Sé que lo que dice es cierto, pero presiento que hay algo más que no ha dicho aun. -¿Qué te preocupa en realidad? -Deslizo mis dedos por su rostro. -Tú sabes que sufrí mucho por culpa de su infidelidad. -Suspiro profundo, ahora entiendo, ella también tiene cicatrices por culpa de alguien más. -¿Tienes miedo que te sea infiel? -No puedo evitar sentirme triste, me duele que dude de mí, aunque puedo entender el porqué. -Sí… lo siento, pero para mí es difícil, siento que la distancia solo va hacer que en un momento de debilidad te dejes llevar. -Entonces ¿por qué viniste? no entiendo. -Contesto triste, no quiero que lo único estable que he tenido alguna vez se acabé sin siquiera darle una oportunidad de ser, no sé qué futuro podríamos tener pero quiero por lo menos intentarlo. -Lo pensé mucho… Helena esto todavía vale la pena, tú lo vales, cuando recibí ese mensaje mi corazón se contrajo, no podía dejarte ir, no puedo. -Me apodero de su boca acomodándome encima mientras mis dedos recorren por su cuerpo. -Mira, sé que esto no va ser fácil, no tengo el mejor historial en relaciones, pero escúchame bien, tuve que ver como mi padre le era infiel a mi madre una y otra vez, la vi sufrir mucho, por nada del mundo le haría eso a alguien que quiero, nunca sería capaz de serte infiel. -Dejo suaves besos en su cuello.

-Te creo. -Me detengo para verla directamente a los ojos, es sincera, lo sé. -Ahora que te parece si mañana salimos a conocer la ciudad. -Sus manos empiezan a recorrer mi espalda dejándolas con firmeza en mi trasero. -Sabes… voy a venir seguido… eso lo podemos hacer después, ahora se me antoja otra cosa. -Me dice mientras sus manos traviesas buscan mi centro. -Mmm un día de estos me vas a matar. ··············

Lunes en la mañana, todavía no asimilo que estoy entrando al hotel en mi primer día de trabajo en este lugar, no sé por dónde comenzar, solo alcancé a leer los documentos que Lina me dejó. -Llegas temprano… extraño viniendo de ti. -La voz de mi hermano logra sacudirme, como siempre está elegantemente vestido. -Ya ves, las personas pueden cambiar, ahora dime ¿cómo es que no renunciaste? -Mi padre dejó claro que si no aceptaba los hoteles desaparecerían, no quiero que el patrimonio de la familia se esfume. -Jajaja veo que él también fue chantajeado por mi padre, maldito viejo sigue haciendo de las suyas. -Mmm veo, ¿me puedes decir dónde está mi oficina? -Al final del pasillo a la derecha. -Me señala el lugar que se convertirá en mi infierno personal, cuando me dispongo a caminar mi hermano toma mi brazo. -Solo no lo arruines. Me dice completamente serio. -Gracias por tu apoyo. -Contesto sarcásticamente mientras me suelto de su agarre. Cuando abro la puerta me encuentro con una elegante oficina, recorro el espacio y no sé qué hacer, demonios!!! Yo no soy experta en manejar hoteles, soy fotógrafa, no entiendo como mi padre pudo pensar que podía hacerlo, aprieto con fuerza los puños… solo debo relajarme, el fallar no es opcional, mi hermano tiene razón, estos hoteles son el patrimonio de la familia, hora de concentrarme.

Llevo dos horas tratando de colocar en orden mis ideas, son tantos hoteles, todos con necesidades diferentes, lo primero que debe hacerse es un cronograma de visitas para empezar a trazar un plan de negocios en cada uno, el ligero golpeteo en la puerta logra

distraerme. -Siga. -Mis ojos no se desprende de los documentos, solo quiero cerrarle la boca a mi hermano… infantil, lo sé, pero cuando se trata de tus hermanos siempre serás infantil, de algún modo nunca superas esa etapa de tu vida con ellos. -Veo que ya te acomodaste. -Lina entra con su semblante serio. -Sí… ya sabes, no hay que perder tiempo, de hecho, necesitaba hablar contigo, debo cuadrar muchos asuntos y necesito que me ayudes, deberíamos empezar a delinear un cronograma de visitas a los hoteles, ¿no te parece? -No quiero discutir el primer día de trabajo con ella, solo quiero trabajar y supongo que no debe estar muy contenta que le haya partido la madre a Nicolás, ella odia las confrontaciones físicas. -¿Tenías que golpearlo de esa manera?… Dios Helena tiene dos costillas rotas, su tabique fracturado y varios hematomas. -No funcionó, no me voy a escapar de sus reclamos, ni siquiera ha descargado su portafolio. -Se lo merecía, no te entiendo… solo intentaba defenderte, defenderla. -Contesto con simpleza mientras me levanto y camino al centro de la oficina. -Te dejaste llevar por la rabia no lo niegues, no querías detenerlo, querías hacerle daño. Ay no es para tanto o ¿sí? -Sabes me estoy cansando que lo defiendas. -Le contesto cansinamente. -No lo defiendo, te estoy protegiendo que es diferente… entiende, si él quería podía demandarte y en estos momentos estarías en la cárcel… eso no podía permitirlo. -Ya Lina no me vengas con eso. -Ruedo los ojos. -Allá tú si no me crees. -Me retira la mirada y la coloca en un punto inexistente en la pared. -No hablemos más de ese asunto, no quiero discutir, por favor… ahora dime ¿me vas ayudar con el cronograma? -Intento calmar el ambiente y enfocarnos en lo importante. -No va a poder ser. -¿Por qué? -Trato de seguir en calma pero ella no me colabora. -Debo ausentarme dos días, después empezamos con lo que necesites. -Supongo que sí. -No la entiendo, se suponía que me iba ayudar en todo esto. -¿Por qué no me habías dicho que tenías novia? -En serio, ¿Quién se cree para reclamarme? -¿Perdón?

-Sí… dime, ¿por qué me tuve que enterar en la cena de graduadas?, llevas semanas viviendo aquí y no me lo habías dicho antes. -¿Acaso tenía qué hacerlo?, me jode sus reclamos. -Dios eres frustrante!!! -Me grita de la nada, ¿qué le pasa? -Que novedad, para ti siempre soy frustrante… -Hablo sarcásticamente mientras camino de un punto a otro hablando con las manos. -Dime… ¿qué somos? -Le pregunto elevando el tono de mi voz y señalándola con mi semblante serio. -¿Qué? -No esperaba esa pregunta. -Sí… dime que somos, ¿por qué me reclamas? -Me acerco decididamente a ella, está sin palabras. -Ves, dime si esto no es extraño, tú y yo… primero fuimos las mejores amigas, luego creo que amantes, luego fui la estúpida que se enamora de su mejor amiga aun sabiendo que no le va a corresponder porque ella es una mujer perfectamente heterosexual y jamás sería capaz de tener algo más allá de la comodidad de una habitación, luego fui la idiota que tuvo el valor de decírtelo teniendo la leve esperanza que por lo menos ibas a entenderme, sí ya sé, estúpido error pero ya ves… y después fui la imbécil que fue capaz de ser la dama de honor de tu boda de ensueño ignorando mi dolor desgarrador hasta convertirlo en un grito ausente y ahora… ¿qué somos? ¿En dónde estamos? -Por lo que veo ella no se esperaba esa reacción por parte mía, siempre le mostré la mejor versión de mí, siempre le tuve paciencia cuando no es mi fuerte, pero ya no soy la misma, esa Lena ella se encargó de matarla de a poco. -¿Quieres que conteste por ti? -No pienso ceder, no esta vez. -Por favor. -Por fin puede contestar. -No te lo dije porque no sé cómo comportarme contigo, lo siento pero es verdad, no somos las mismas de antes, intentar negarlo es una estupidez, no podemos pretender que nada sucedió, demonios, fueron cinco años, cinco largos años que no supe de tu vida y tú no sabes nada de la mía, sabes que somos… solo dos desconocidas que compartieron un pasado. -Termino de hablar con mi corazón desbordado, ella me ve sin creer lo que le acabo de decir. -Así que eso soy para ti… una desconocida. -Contesta con su voz quebrada y sus profundos ojos verdes clavados en los míos. -Es bueno saberlo. -Sale rápidamente de la oficina dando un portazo tras de ella. -Carajo!!! -Grito con desesperación.

Mi concentración está en cualquier parte menos en el trabajo, Lina como siempre me quiebra los nervios con facilidad, paso mis dedos repetidamente por mis sienes, ya tengo jaqueca, dos horas desde que se fue y no he podido seguir con la maldita restructuración de los hoteles, debo salir de aquí.

-Sabes que me gusta verte, pero llevarnos diez minutos y no dices nada, ¿qué sucede? -Es cierto, prácticamente la saqué del hospital a la cafetería, no sé cómo aguanta mis arranques. -Lina… eso sucede. -Decido hablar de una vez. -Ustedes sin son dramáticas, demonios ¿no se cansan? -Frunzo el ceño, ¿qué me quiere decir? -No me veas así, es cierto, es hora de dejar atrás el pasado, no es bueno para ninguna de las dos. -Díselo a ella. -Contesto rodando los ojos. -No seas dura, no sabes lo difícil que han sido las cosas para ella. -Ahora Silvia está de su lado, lo que faltaba. -¿Qué me quieres decir? -Que no solo tú sufres en el mundo. -Resoplo con los brazos cruzados. -Supongo que tienes razón. -Respiro pausado. -Bueno ya que me hiciste el honor de visitarme y me ahorraste la llamada, te invito mañana a celebrar el ascenso de Natalia. -Silvia no sé si sea buena idea, no creo ser la mejor compañía. -Lena no me salgas con eso, por favor, te necesito, van a estar todos sus colegas y ya sabes que no soporto al maldito doctor Ayala. -Termina de hablar apretando los dientes. -Todavía sigues con eso. -Solo no me dejes sola. -Toma mi mano por encima de la mesa, no, no soy capaz de dejarla sola, Silvia ha sido una amiga leal. -Está bien, supongo que salir no me hará daño. -Gracias. -Contesta con una gran sonrisa. ··············

La música se escucha fuerte por el lugar haciendo vibrar todo a su paso, la celebración decidieron realizarla en el VIP de un reconocido bar de la ciudad, cuando ingreso solo escucho risas, todos parecen estarla pasando bien, Silvia no para de bailar, cuando me ve se lanza a mis brazos. -Llegaste!!! -Mmm esta mujer y el alcohol no son buena combinación, se cuelga de mi cuello mientras me besa en la mejilla.

-Sí… dime ¿cuánto has tomado? -Sus ojos no tienen la capacidad de estar mucho tiempo en un mismo sitio. -No mucho en realidad. -Se ríe por mi pregunta. -Lena, me alegra verte. -Natalia me saluda de beso, aprovecho la cercanía para hablarle cerca a su oído. -¿Cuánto ha tomado Silvia? -No mucho, es solo que el tequila le hace mal. -Ahora entiendo porque está así. -No debiste dejarla tomar tequila. -Le digo completamente seria, Silvia solo sigue la conversación con la mirada. -Ya sé, pero no hubo manera de detenerla. -Me dice apenada por su estado. -Ya dejen de hablar como si no estuviera aquí. -Silvia decide interrumpir la conversación fastidiada que la estemos ignorando. -Natalia… ¿quieres bailar? -Un hombre le pregunta a Natalia de forma coqueta, sospecho que esté es el famosos doctor Ayala. -Sí…mmm, claro. -Le contesta dudando de si es buena idea, Silvia no está muy contenta. -Ven, ayúdame a conseguir un whiskey. -Busco distraerla de la situación. -Dios debes de dejar de beber lo mismo. -Me dice socarronamente, nunca fue partidaria a mi gusto por esa bebida. -¿Qué?… ¿quieres que pruebe cosas nuevas? -Utilizo mi tono más sensual, sé que se acuerda perfectamente de esas palabras logrando sonrojarla, no puedo evitar disfrutar el espectáculo. -Eh… mejor vamos por tu whiskey. -Jajaja épico no hay duda… todo parece fluir bien, Natalia no se ha despegado de Silvia, no hay duda que se aman, no entiendo la insistencia de ese hombre en dañar algo que es perfecto, sí, cuando las veo juntas es lo único que veo, no hay duda que Natalia es la mujer ideal para Silvia. -Ya vengo, voy al baño. -Silvia se pone de pie tratando de equilibrarse. -Voy contigo amor. -Le dice Natalia mientras estrecha su mano. -Tranquila voy a estar bien, no dejes sola a Lena. -Le toma su rostro y le da un suave beso en sus labios, vuelvo a decir, se ven muy bien juntas. -¿Quieres bailar? -Natalia toma mi brazo.

-Si claro. -Nos dejamos llevar por el ritmo de la música. -Sabes… hace mucho tiempo quería conocerte. -La veo incrédula, supongo que Silvia le habló mucho de mí. -Quería conocer de quien estuvo enamorada por tanto tiempo Silvia. El bajar saliva es algo que no puedo hacer, ¿cómo lo supo?, ¿Silvia le contó? ¿Por qué no me previno? Ashhh. -¿Qué? -Tranquila, no quiero hacerte una escena, sé que me ama, pero tuve que luchar mucho tiempo con tu recuerdo. -Me pone nerviosa tener esta conversación con ella. -Yo… -Hey ya puedes respirar. -Me dice divertida por mi estado. -Ella te ama. -Le digo con firmeza finalmente. -Lo sé. -Me contesta con una amplia sonrisa. -Entonces no deberías dejar que los demás se interpongan en su relación. -¿Por qué lo dices? -Frunce el ceño esperando que le responda. -Por él. -Señalo en dirección del hombre que está haciendo sufrir a Silvia -Así que te contó… no la engaño, nunca lo haría, ¿por qué hacerlo si tengo a la mujer de mis sueños?… pero no puedo dejar de tratarlo solo porque ella no puede manejarlo. -Y no es lo que te estoy diciendo, lo que te digo es que le demuestres que la amas, que no haya espacio para que sienta miedo de perderte… Natalia, Silvia no es una mujer que se deje manejar por los celos, es solo que tú eres muy importante para ella y le da miedo que un día pueda existir alguien mejor en tu vida. -Eso jamás podría suceder. -Suena sincera, sé que es verdad, se nota por la forma que ve a Silvia, eso simplemente no se puede actuar. -Entonces házselo saber. -Le digo delicadamente. -Tienes razón, sabes… eres una gran amiga. -No tanto como Silvia, la quiero muchísimo, claro cómo amiga. -Me sonrojo, pero es verdad, adoro a Silvia pero solo como amiga. -Tranquila. -Intenta calmarme, la verdad se lo agradezco.

-Aquí está mi esposa. -Silvia llega a nuestro encuentro. -Deberían bailar, yo voy a tomar un poco de aire. -Me desprendo de Natalia, Silvia la estrecha entre sus brazos, decido bajar a la primera planta, es difícil caminar, el lugar está atestado de personas. -Que no quiero… déjame en paz. -Esa voz, ¿qué hace ella aquí?, la busco con la mirada hasta encontrarla en la barra, por la forma enredada que habla está ebria hasta los huesos, un hombre la acosa insistentemente, demonios!!! -Ya escuchaste. -Él me ve por un leve momento y vuelve acercarse a ella ignorándome. -Preciosa podríamos pasarla tan bien. -Desliza su mano repetitivamente por la espalda de Lina. -Que parte no entiendes… que la dejes en paz!!! -Lo empujo apartándolo de ella. -¿Y tú quien eres? -El muy idiota todavía no capta. -Una desconocida… pero yo de ti le haría caso no quiero que termines en el hospital. -Le contesta Lina detrás de mí, me duele que me diga que soy una desconocida, carajo!!! Como me atreví a decirle algo así. -Ashhh no estás tan bonita, no vales la pena. -El estúpido da la vuelta y se retira a molestar a otro lado, doy la vuelta para verla de frente. -¿Se puede saber qué haces aquí y en ese estado? -Le pregunto a Lina que lucha por sostenerse en la banca. -A ti que te importa… solo soy una maldita desconocida para ti, que más te da. Demonios!!! -Ven vámonos de aquí, ya has llegado a tu límite. -La ayudo a levantarse. -Antes de irse, debe pagar la cuenta. -Uno de los meseros del lugar detiene el paso. -Sí claro. -El hombre me pasa la cuenta, no puedo creerlo, esto es mucho dinero en alcohol. -Qué!!! No creo que ella se haya tomado todo esto. -Por supuesto que no, pero ha invitado cinco veces tragos a todos para celebrar su divorcio. -El mesero contesta despreocupadamente, ay Lina, me duele verla así, entonces todo esto es porque se divorció. -Sí… tragos para todos, soy una mujer libre!!!. -Grita a todo pulmón mientras levanta el vaso, todos gritan al tiempo, la cuenta se acaba de incrementar.

-Ya deja de hacer eso. -Le quito el vaso, ella me ve con ojitos de cachorrito regañado. Ten, págalo de aquí. -Le paso una de mis tarjetas, la desliza y pronto la cuenta está saldada, la ayudo a caminar al segundo piso, debo despedirme de Silvia y Natalia. -¿A dónde me llevas? -Lina pregunta arrastrando sus palabras. -Ya vas a ver. -Las busco con la mirada, todavía siguen bailando, llevo prácticamente a arrastras a Lina. -Silvia, Natalia me voy, necesito sacarla de aquí. -Ellas detienen sus movimientos. -Silvia, te he dicho que eres mi persona favorita. -Lina se lanza a los brazos de Silvia, carajo lo que faltaba. -Y tú la mía, te quiero. -Silvia abraza con fuerza a Lina, no sé cómo no se han caído. -Nos vamos también, Silvia está muy mal, ¿sí quieres las llevo? -Natalia ve con preocupación la escena. -Sí gracias. -Sabes que ya soy soltera. -Lina habla fuerte. -Hey eso hay que celebrarlo. -Veo a Silvia en claro signo de seguir bebiendo. -Ya no más!!! -Les hablo fuerte, no puedo permitir que sigan pateando su hígado de esa forma. -Sí mamá. -Contesta irónica Silvia haciendo ademanes con las manos. -Es insufrible cuando se pone en ese plan. -Termina de hablar Lina, no hay nada peor que lidiar con ebrios, especialmente cuando estás tan sobria, si hubiera tomado hasta sería gracioso, con Natalia las llevamos al carro, decidimos dejarlas en la parte de atrás, que sigan con su parloteo de borrachinas, termino de acomodarme en el puesto de copiloto. -Hasta que por fin lograste sacudirte a Nicolás. -Silvia le dice a Lina, sino fuera porque tienen bien ajustados los cinturones de seguridad ya estarían rodando por el suelo. -Sí… tanto esfuerzo y ahora… ya ni sé qué hacer. -Contesta desganada Lina, con Natalia solo nos dedicamos a escucharlas. -Pues divertirte. -Habla Silvia riendo incesantemente como si fuera lo más obvio. -Supongo que tienes razón, quien diría que ahora nos llevemos bien, tantos años peleando por Teo.

-Que va… a Teo solo te lo quité porque acaparabas el tiempo de Lena y no podía escaparme con ella como siempre para hacer cositas. -Ay no, quiero morir, nunca le dije a Lina quien era la mujer con la que anduve en el colegio, como decirle que Silvia la persona que más odiaba era con la que me acostaba cada vez que podía. -Qué tiempos aquellos… Mi rostro arde al punto que lastima, no soy capaz de voltear a ver a mi izquierda y encontrarme con la cara de Natalia. -Así que ustedes andaban desde el colegio, debí sospecharlo, yo que pensé que solo se habían acostado la vez que le llevaste el desayuno a la cama. -Debo tener un hermoso color rojo tomate, carajo!!! Natalia solo atina a reír, por lo menos le parece gracioso. -Ya no más, silencio por favor. -Les digo cansada de escuchar como hablan de mí. -Huyyy ¿por qué está de mal humor? -Le pregunta Silvia a Lina en un intento fallido de ser disimulada. -No sé. -Lina contesta con simpleza, doy gracias cuando se quedan dormidas, ya no soportaba escuchar más infidencias sacadas a la luz por culpa de esas dos, nunca se me había hecho tan largo el camino a mi apartamento como esta vez, ayudo a bajar a Lina, no sé donde vive ahora y no sé si esté en condiciones de decirnos para llevarla, así que por esta noche va a tener que quedarse en mi apartamento. -Gracias por todo… creo que no te he felicitado por tu ascenso…bueno, pues felicitaciones. -Natalia me ve divertida, demonios!!! -Gracias por acompañarnos y no te preocupes… yo no escuche nada. -Sí… no podía dejarlo pasar. -Eh… las llamo mañana. -Contesto mientras sostengo a Lina, terminamos de despedirnos y la llevo al ascensor, como pesa, después de luchar porque no se caiga por la sala, la guio hasta mi cama, solo dispongo de está, lo mejor es que ella duerma aquí mientras yo me acomodo en el sofá, le busco que ponerse para que duerma mejor, la sacudo ligeramente para que despierte y se coloque la pijama. -Lina, despierta…- Abre sus hermosos ojos verdes pero está desubicada. -Ven colócate la pijama. -Sí claro. -Se levanta rápido y pierde el equilibrio, menos mal alcanzo atraparla, ella ríe por todo, no, definitivamente no va a poder sola, decido ayudarla, la guio al borde de la cama y empiezo quitándole los zapatos. -Ven ponte de pie, tengo que quitarte el vestido. -No puedo creer que esté haciendo esto, ella me ve entrecerrando los ojos.

-Tranquila no voy a ver… ves, así. -Bajo la cremallera del vestido sin despegar mis ojos de los suyos, esto es bizarro, desprendo la ropa lentamente, ella se sostiene colocando sus manos en mis hombros. -Dime cómo pudiste olvidarme, yo no pude, todos los días pensé en ti, en cómo era tu vida en Paris, preguntándome si me extrañabas como yo lo hacía, sí seguías durmiendo como bolita cuando tenías frío a pesar de que al otro día te doliera la espalda, sí seguías bebiendo hasta perder el conocimiento cada 25 de abril recordando a tu nana, sí, siempre pensé en ti, hasta en los más pequeños detalles y tú solo… me sacaste de tu vida tan fácil, como si no hubiera sido nada, ni siquiera merecí que contestaras una de las miles de cartas que escribí a diario para ti. -Le ayudo a colocarse la ropa de descanso, primero el pantalón largo y luego la camisa, ¿por qué quiere revivir el pasado? -No sigas Lina, por favor. -Le suplico que no lo haga, mi corazón duele de solo recordar. -Así de poco me amabas ¿cierto? la verdad dudo que alguna vez lo hayas hecho. -Como puede decir eso, no creo que él la haya amado como yo lo hice. -No más… puedes decir cualquier cosa de mí, pero no pongas en duda que te amé, porque lo hice con locura, pero como siempre para ti nunca es suficiente ¿cierto?… si no me confundo con mis sentimientos entonces nunca existieron, ¿quién te crees para saber lo que siento aquí? -Coloco mis manos en mi pecho. -Yo… -No quiero escucharla, es hora que ella me escuche a mí. -¿Sabes por qué no contesté ninguna de tus cartas?, ¿incluso nunca fui capaz de abrir alguna de ellas… porque me dolía demasiado?, carajo Lina y si me decías que eras feliz, que ya tenías hijos, que sé yo… no hubiera podido seguir con mi vida, Lina te adoraba y por un tiempo pensé que tu también sentías algo por mí, pero tuve que desechar esa idea, acaso ¿cuándo habías demostrado lo contario?, solo me trataste como un maldito objeto. -Lena yo sí… -No lo digas. -Coloco mis dedos en sus labios. -No quiero volver al pasado, dime que lo que sea que me vayas a decir va compensar las noches que lloré por ti pensando porque no fuiste capaz siquiera de darme una oportunidad de demostrarte que podía hacerte feliz, porque estaba segura que podía hacerlo, tenía tanto para darte, no te das una idea ¿cierto?, ni sabía si podía estar con otra persona que no fueras tú… ¿quieres saber por qué me fue tan bien en mi carrera?… -Ella no dice nada, sus ojos están cristalinos, tomo su rostro y recuesto mi frente en la suya sintiendo su entrecortada respiración por el llanto, cierro mis ojos con fuerza. -Porque trabajé hasta el cansancio, tu ausencia la llené con mi trabajo, pero las noches era diferente, me quedaba sola con este dolor en mi pecho que no me permitía siquiera respirar bien… negué volver a enamorarme, sabes… esta no es la única cicatriz que dejaste… -Deslizo a un lado la tira del vestido y le muestro mi hombro derecho, el tiempo no borró que alguna vez quiso marcarme como si fuera de su propiedad, sus ojos recorren la cicatriz, tomo sus manos y las coloco en mi pecho. -Aquí me dejaste muy mal, solo era capaz de tener sexo, al fin y al cabo eso es lo que todas buscan

conmigo… pero llegó ella, y sabes… es la única que no me ha tratado como un pedazo de carne, se tomó el tiempo de acercarse y conocerme, no sé la dejé fácil, pero sabes qué, no se rindió conmigo, y ahora estoy con ella, su trato dulce me hace feliz, solo intento eso, como todos, lo merezco, Lina merezco la oportunidad de buscar mi felicidad y lo siento por ser tan dura, pero yo no puedo volver al pasado y revivir el dolor, entiéndeme por favor. -Lo siento… lo siento tanto. -Su voz se quiebra, lágrimas bajan por su rostro sin control. -No sigas pidiendo perdón, no tiene sentido, sabes… si te dejé atrás era para que fueras feliz con él, con la persona que decías era el indicado, porque así de grande era mi amor por ti, si a mi lado no ibas a ser feliz entonces que fuera Nicolás el encargado de darte lo que no encontraste conmigo, lamento si no salió como querías, la única que debía sufrir era yo, no tú… -Retiro con mis dedos las lágrimas de su rostro. -Ahora solo intenta descansar por favor. -Sin más que decir me retiro cerrando la puerta, descargo el peso de mi cuerpo en el sofá, ni tuve tiempo de cambiarme y buscar una manta para el frío, demonios no la entiendo, ¿por qué quiere que reviva todo, ella solo piensa que fue fácil intentar vivir sin ella, lloro, mis ojos arden, me aferro abrazando mi cuerpo y dejó salir todo, el sueño como un gran alivio me envuelve.

Cuando despierto noto que tengo una manta, supongo que se compadeció de mí, me levanto perezosamente, la casa se inunda con el olor del café recién preparado, Lina se tomó la molestia de hacerlo sabiendo que es lo primero que busco al empezar el día, voy a la cocina y me sirvo una taza, la busco por todos lados sin éxito, no hay rastro de ella, la cama está tendida impecablemente como si no hubiera dormido en ella, deslizo mis dedos por la almohada, me recuesto y su olor a vainilla atrapa mis sentidos, al igual que en mi vida, puede parecer que ella nunca estuvo, pero las apariencias engañan, ella siempre va estar en mi corazón, eso simplemente no puedo evitarlo, ashh todo esto fue un error, yo fui la que me enamoré, Lina no tiene la culpa de no haberme correspondido, ella tiene razón, la que confundió amistad con amor fui yo, debo hallar la forma de solucionar toda esta locura, no podemos seguir haciéndonos daño. XVIII

“En casa de tu madre el sábado al medio día… Carolina” Ese simple mensaje de texto me tiene pensando desde ayer que llegó a mi celular, han pasado dos días desde que estuvo en mi casa, no he vuelto a saber de ella, ni una llamada, nada… y ahora ese mensaje es la única prueba de que todavía existe, ¿Carolina?... no nos hemos tratado así desde que nos conocimos en el colegio, diablos!!! Ya no sé si todavía pueda existir alguna relación entre nosotras pero Silvia tiene razón, debemos desprendernos del pasado, de lo que nos hace daño.

No entiendo la razón de ir a la casa de mi madre, ¿por qué precisamente debemos encontramos en ese lugar? desde que mi padre me echó no he vuelto, no sé todavía como relacionarme con mi madre, no puedo solo llegar y tratarla como si las peleas y diferencias nunca hubieran sucedido, sé que se lo prometí a papá, pero al igual que con él, ella deberá tener paciencia… recorro el lugar sin prisas, el jardín ha vuelto a resplandecer, parece ser que alguien se ha vuelto ocupar de que todo reverdezca, las flores se ven hermosas, las yemas de mis dedos las acarician tenuemente, la casa parece inmune al tiempo, bueno yo le digo casa, pero la verdad es que es una de las mansiones más elegantes del sector, no entiendo como mi madre sigue viviendo aquí, tantas habitaciones vacías… los empleados me reciben amablemente. -Señorita Helena hace tanto que no venia usted por aquí, ya le aviso a su madre. -La señora Inés me recibe con una amplia sonrisa, desde que tengo uso de razón trabaja en la casa, su cabello canoso da muestra de los años que ha pasado en este lugar. -No, yo puedo ir a buscarla. -Le contesto con una leve sonrisa, mis ojos escanean el lugar, parece que mi madre remodeló hace poco, se nota su buen gusto. -¿Se le ofrece algo de beber? -Inmediatamente pienso en whiskey para calmar los nervios de volver a ver a Lina pero no es buena idea con mi madre en el mismo sitio. -No… gracias. -Subo tranquilamente las escaleras, tantos recuerdos, abro lentamente las puertas de las habitaciones de mis hermanos, todo parece estar intacto, ni el polvo se atreve estar en este sitio, imagino que mi madre tiene mucho que ver en que todo siga igual, finalmente giro la perilla de la puerta de mi habitación, para mi sorpresa todo está incólume, por un momento lo dudé, pensé que todo había desparecido después de que me fui de casa pero no, los trofeos de los campeonatos de tenis siguen ahí, las fotos del colegio que me tomaba con Lina, mi raqueta de la suerte, la tomo en mis manos y hago leves movimientos en el aire, la vuelvo a descargar donde la encontré, decido revisar el closet, no puedo creer que todavía esté mi uniforme de saco rojo y falda escocesa, jajaja demonios!!! Las imágenes vienen velozmente a mi cabeza. -No permití que se cambiara nada. -La voz de mi madre me hace salir de los recuerdos, está recostada en el marco de la puerta, todavía sigue usando ropa negra guardando luto por la muerte de mi padre. -Eso veo. -Termino de cerrar el closet. -¿Lo dudabas? -Entra tímidamente, como esperando mi aprobación. -Sí… Pensé que era alguien que debía desaparecer solo por no ser como los demás. -Los recuerdos no se hacen esperar, todo fue gritos, llanto, mi padre furioso echándome de casa si no me retractaba, mi madre con lágrimas en los ojos solo hablando de que como afectaría las habladurías el apellido de la familia, mi hermana tratando de que todo no se saliera de control diciendo que era algo normal y mis padres con cara de no creer semejante cosa… decirle a mi familia que me gustaban las mujeres no fue un asunto sencillo. -Helena, no… -Frunce el ceño, no quiero escuchar ahora que no fue así.

-¿Qué?... ¿ahora me vas a decir que no tienes problema con que me guste las mujeres? Cruzo los brazos. -No tengo problema con eso, es más nunca lo tuve… solo era miedo que sufrieras por culpa de los demás, y sé que por ese miedo fuimos nosotros los que más te lastimamos. -En serio me va decir eso, ahora que me ha tocado recorrer el camino sola, sin nadie que me aconsejara, esto es inútil. -No tengo problema con tu sexualidad, en serio… -Bufo sin creerle ni una sola palabra. -Es más cuando estuve en la universidad debo confesar que con una amiga una noche de tragos… -No!!! lalalalala -Tapo mis oídos con mis manos, ah no, que ahora no me salga con cuentos de experimentación en la universidad, ashhh que horror a quien le gustaría tener imágenes mentales de tus padres teniendo sexo, ella me ve divertida por mi reacción infantil, tomo aire lentamente y la expulso sin afanes. -Entonces… ¿por qué permitiste que mi padre me echara de casa de esa forma? de ti solo recibí silencio, jamás me has apoyado en nada. -Lo sé, siempre permití que tu padre tomara las decisiones, se suponía que así debía ser, o eso consentí que tu abuela me impusiera. -Esa vieja loca, jamás entendí por qué todos le tenían miedo. -Mi madre siempre hacia lo que ella quería, mi padre igual, mi hermano mayor era su consentido por ser el mayor y ser hombre, Sofía era la nieta que ella aprobaba y yo… el error, la oveja negra, siempre me gritaba, pero no dejaba que por ningún motivo me intimidara, mi nana me daba el valor de no permitir que me rebajara por nada ni por nadie, la vieja Eleonor no aprobaba que mi nana fuera tan importante en mi vida, no consentía que un Devía se relacionara de esa forma con la servidumbre. -No sé que tenía ella para temerle tanto… pero tú no, eras la única que no se dejaba manipular… desde pequeña siempre has mostrado independencia, por eso era tan difícil tratar contigo, me recordabas lo que fui alguna vez y por agradar a tu abuela permití cambiar. -Mi padre siempre decía eso… que nos parecíamos mucho, aunque la verdad nunca le di la razón, jamás conocí una faceta distinta a la de mujer aferrada al qué dirán, todo lo opuesto a lo que soy. -Hablo irónica, sus ojos están tristes por mis palabras. -Helena, sé que he cometido tantos errores contigo que no alcanzaría el día para pedirte perdón, pero soy tu madre, me duele que estemos alejadas, te amo tal cual eres, estoy orgullosa de ti, y solo necesito que me des una oportunidad de ser la mamá que mereces, solo eso. -Sus ojos se inyectan de sangre y mi pecho se contrae, sé que es sincera y de algún modo a mi vida le hace falta ese calor de familia que siempre sentí que me fue negado. -Solo… con calma, no soy fácil… son muchas cosas. -Contesto con la vista puesta en el suelo.

-Será como tú digas, solo quiero intentarlo. -Toma mi barbilla con suavidad para verla a los ojos, me abraza con calma, sí, no puedo negar que me hacía falta mi madre. -Está bien, dime… ¿sigues sobria? -Sé que este tema para ella no es sencillo, pero necesito saberlo, siempre me preocupé por ella, se retira un poco para ver mi rostro. -Sí… no ha sido fácil, especialmente estos últimos días con la perdida de tu padre, todo sería más sencillo si pudiera evadir la realidad tan solo un instante con el alcohol, pero prometí dejarlo, no pienso caer de nuevo. -Lo estás haciendo bien. -Deslizo mi pulgar por su pómulo mientras se delinea una sonrisa triste en su rostro. -Llegas temprano, es bueno saber que ya superaste tu impuntualidad. -¿Temprano? Acaso ella sabía de mi visita. -¿Estabas al tanto que venía? -Le pregunto con la cabeza ligeramente ladeada. -Sí, Carolina me avisó. -Ahora sí estoy más confundida, ¿qué planea Lina? ahora mi madre y Lina también se hablan, si digamos que cuando vivía aquí ellas no eran que tuvieran la mejor relación, Lina no le gustaba los tratos de mi familia. -¿Entonces tú sabes para qué me necesita? -Me levanto y empiezo a caminar por la habitación, no me gusta desconocer que está a punto de ocurrir, sí, ya sé, soy un poco obsesiva con el control, supongo que en eso me parezco a mi padre. -Mmm sí… pero ya lo vas a ver, solo te adelanto que te va a gustar. -Me contesta con una sonrisa intrigante, cualquier cosa puedo esperar, camino lentamente a la ventana, Lina aparece con su lento caminar, sin afanes y su portafolio que ya parece una extensión de su cuerpo, reviso el reloj, sí ella sigue siendo puntual. -Ya… -Contesto distraída, mi madre se coloca a mi lado. -No la ha tenido fácil. -Me dice mientras la vemos ingresar a la casa. -¿De qué hablas? -De Carolina… primero la enfermedad de su padre, su posterior muerte, la presión de su madre por conservar su matrimonio, el divorcio con Nicolás. -Todos parecen saber de primera mano la vida de Lina menos yo. -¿Cómo sabes que ya se divorció? -Hace tan solo unos días que sucedió, me asombra como corren los rumores aquí. -Todo se sabe en esta ciudad, la verdad dudé que lo lograra… -Coloca su mano en mi hombro llamando mi atención. -¿Sabías que en la familia Martelo nunca un miembro se

había divorciado?... Nicolás no se daba a la idea de ser el primero, sin contar que su hermana Catalina no se ha detenido en hacerle la vida miserable. -Me tenso solo escuchando su nombre. -¿Qué le ha hecho? -Volteo a ver a mi madre con el ceño fruncido. -Ha levantado toda clase de rumores, se atrevido a humillarla en público, ha presionado para que muchos de sus clientes prescindan de sus servicios… verás, su esposo es un importante empresario con mucho poder y ella ha sabido usar su influencia, se cree intocable, una total pesadilla. -Imbécil, aprieto los puños con fuerza, cómo se atreve, ya sabía yo que se terminaría casando con un hombre, una reprimida que no le importa joder la vida de los demás solo porque no aguanta el resentimiento que siente por ella misma. -La señorita Rangel se encuentra en la sala. -Una joven irrumpe en la habitación avisando su llegada. -Dile que ya bajamos. -Mi madre habla suavemente, la joven asiente antes de retirarse con prisa. -Vamos. -Me dice haciendo señas para que siga primero, cuando llegamos a la sala Lina no me ve directamente a los ojos, evita por todos los medios sostenerme la mirada. -Isabel, Helena, por favor síganme. -¿Helena? Solo atino a seguirla, ¿cómo que Helena?... cuando llegamos a la cochera mis ojos se iluminan, mi padre fue un gran coleccionista de automóviles y motocicletas clásicas, por un tiempo fueron mi obsesión, pero él nunca permitió que manejara nada de lo que aquí está, según mi padre no era correcto que una mujer manejara estas hermosa máquinas, siempre dijo que su hijo mayor sería el único que se quedaría con todo esto, pero Eduardo siempre prefirió lo moderno, lo odie por despreciarlas. -Tú padre te heredó su colección de automóviles y motocicletas… decía que solo tú podías valorarlas. -Estoy en shock, siempre tuve que tomar prestado sin su permiso mucho de lo que aquí está para poder disfrutarlas, y ahora, soy la dueña de todo esto, demonios!!! No sé por dónde empezar, el Mercury Cougar, el jaguar del 56 descapotado, el Ford mustang del 64, el Chevrolet camaro del 67, la BMW R7, ay Dios, algo me va a dar, a ver despacio, soy… la… dueña… de… todo… esto, maldito viejo si solo me hubiera dejado su colección hubiera sido tan feliz, el dinero solo sobra. -¿Tienes espacio dónde tener tus nuevos juguetes? -Mi madre pregunta alegre por mi reacción. -La verdad no… pero si no es problema puedo dejarlas aquí y venir cada vez que necesite sacar algo, mmm de paso ya sabes te visito y hablamos, ¿no crees? -Por supuesto que sí, nada me haría más feliz. -Sus ojos se iluminan, me alegra verla así después de la muerte de mi padre, cuando la veo en la esquina completamente reluciente, como invitándome a que me acerque, mis ojos brillan de emoción, la Triumph Tiger T110 negra reluce como una obra de arte, me acerco rápidamente a la bonita.

-Bonita. -Paso mis manos por el tanque, esta moto es mi adoración con ella me escapé tantas veces, ponía a mis padres con los nervios de punta cuando desaparecía, fue la fiel compañera que no me abandonaba. -¿Bonita? -Lina me ve con el ceño fruncido mientras mi madre ríe sonoramente, ella sabe que esta moto significa mucho para mí. -Sí… no me veas así… si la sintieras rugir en el asfalto sabrías porque es bonita, toda una armonía en la vía. -Me posiciono, tomo el manubrio, sí, extrañaba esta moto. -Como sea… tu padre la restauró después de tu accidente. -Oh sí, el accidente, jajaja solo recuerdo la cara de la señora Méndez. -Dime algo… -Lina me indica que prosiga. -¿Confías en mí? -Le extiendo mi mano, ella no entiende lo que quiero decir. -¿Qué? -¿Confías en mí? -Vuelvo a preguntarle sin bajar mi mano, ella asiente lentamente y estrecha mi mano con la suya, la jalo hacia el puesto de atrás, ella solo se deja llevar acomodándose tímidamente en la moto. -Ponte el casco, primero la seguridad… necesito que te muevas conmigo, ya sabes en los giros, simplemente imita mis movimientos. -Hablo con propiedad mientras me coloco el casco y subo el cierre de mi chamarra. -¿Algo más? -Pregunta asustada a mi espalda, sonrió por su preocupación. -Sí… disfrútalo. -Le regalo mi mejor sonrisa, ella niega mientras se termina de colocar el casco que mi madre le alcanza, enciendo esta belleza y nos deslizamos en el pavimento, acelero el motor, me encanta la vibración que el motor produce, sé a dónde llevarla, sus brazos en la curvas me aprisionan fuerte, sé que para ella esto no es fácil, los paisajes se presentan como magnificas obras antes nuestros ojos, esto era lo que me fascinaba de escaparme, la libertad, la brisa golpear tu cuerpo, tus problemas desaparecen, por un instante solo eres tú y la carretera, sé que ella necesitaba un escape a todo. -¿Para qué me trajiste aquí? -Lina pregunta viendo el horizonte, un hermoso lago nos da la bienvenida, descubrí este lugar en una de las tantas escapadas que hice cuando las peleas con mis padres me abrumaban, es un sitio que te da mucha paz. -Quiero tregua. -Contesto contemplando como los rayos del sol chocan con el espejo de agua. -¿No entiendo? -Lina se posiciona en frente intentando averiguar mis intenciones.

-Quiero disculparme…Dios Lina jamás serás una desconocida, eres mucho más que eso y lo sabes muy bien, lamento haber dicho semejante cosa en un momento de rabia… -Lina me ve tratando de entender lo que digo, no responde, se queda inmóvil, tomo una gran bocanada de aire para seguir. -No quiero más peleas, ni reclamos, ni gritos, no más daño, sé que no podemos ser las de antes… -Tomo su mano suavemente sintiendo como vibra entre las mías. -Pero podemos intentarlo, volver al punto donde esto funcionaba. -¿Qué quieres decir exactamente? -Lina te ofrezco mi amistad sincera, prometo que siempre tomaré tu mano cuando lo necesites, que estaré a tu lado cuando las cosas se pongan feas y disfrutaré contigo tus alegrías, que no te dejaré caer, lucharé a tu lado para que vuelvas a encontrar tu camino. -¿Quieres ser mi amiga?, ¿Por qué?... no entiendo. -Se suelta del agarre de mi mano y se mueve de un lado a otro con su manía de los dedos, sacudo la cabeza, hace tanto que no la veía así. -Después de todo, eso quieres… ¿ser mi amiga? -Me ve intensamente, el verde de sus ojos brillan con los rayos del sol, asiento mientras me acerco. -Sí, porque me necesitas, en estos momentos lo que realmente necesitas es una amiga sincera, Lina… cuando se presentaron dificultades en mi vida tú siempre me apoyaste, no me permitiste decaer, no pretendo fallarte ahora que me necesitas. -Me posiciono a un paso de ella, coloco mis manos en sus hombros para que se detenga, ya me está mareando, tomo su barbilla y la levanto para que me vea. -Yo… yo, no sé qué decir. -Me ve con sus ojos resplandecientes, solo bajo saliva, no pensé que esto fuera a ser tan difícil. -Solo di que sí… por favor. -La veo con el corazón palpitando tan fuerte que hace que mi pecho vibre a cada latido, no sé el porqué de esta maldita necesidad de tenerla en mi vida, Lina asiente lentamente, y vuelvo a respirar bien, la traigo a mi cuerpo y la abrazo con fuerza, no sabía lo mucho que la extrañaba, nunca pude evitar este sentimiento de siempre querer protegerla, de no permitir que el sufrimiento la agobie y ahora… solo pienso cuidarla. -No vuelvas a decirme Helena… ¿entendido? -La siento moverse producto de la risa. -Jamás lo prometo. -Su respuesta choca en mi pecho, su calorcito me envuelve. -Dime… ¿ya almorzaste? -Le pregunto separándome un momento de su cuerpo. -No. -Contesta sin soltarse de mis brazos. -Perfecto, no sabes el exquisito almuerzo que preparan aquí. -Estrecho su mano y la guio a un pequeño restaurante que conozco bien. -Te creo.

-Hace tanto que no venias. -La amable señora irrumpe en la mesa con una gran sonrisa, no puedo creer que no me haya olvidado, tanto tiempo sin venir. -¿Te acuerdas de mí? -Pregunto con el ceño fruncido, que memoria!! -Sí claro, la chica de mirada triste. -Ladeo levemente mi cabeza mientras Lina intenta no atorarse por la risa. -Eh… yo. -Aunque no hay rastros de tristeza en tus ojos sería difícil olvidarte… ¿qué tal todo? Toma mi mentón ligeramente como si fuera una chiquilla para finalmente colocar su mano en mi hombro. -Delicioso como siempre. -Ella asiente alegremente antes de retirarse. -Por lo que veo ya te conocen aquí. -Lina sigue con esa sonrisa electrizante. -Sí… ya sabes, cuando me escapaba de la casa, este era uno de mis lugares favoritos. -Como olvidarlo, me dejabas en ascuas cuando andabas en esa moto y luego tu accidente… Lena no fue fácil verte en el hospital. -Imagino que esa no fue una visión agradable con mi cuerpo vendado y sin recuerdos. -Tranquila, eso ya pasó, ahora dime… ¿cómo así que tienes problemas con Catalina Martelo? -Ella detiene el movimiento de los cubiertos, los aparta y me ve intensamente. -¿Cómo te enteraste de eso? -No importa cómo… solo habla. -La señalo con el tenedor para que empiece hablar, ella suspira pesadamente soltando su cuerpo de la rigidez que últimamente acostumbra tener. -No sé… supongo que nunca aceptó que el matrimonio con su hermano fue un error… primero me presionó para no pedir el divorcio y como no le hice caso amenazó con hacer de mi vida un infierno… lo ha venido cumpliendo. -Su mirada triste se pierde en su plato. -¿Nicolás tiene que ver algo con todo esto? -Pregunto antes de llevar un bocado a mi boca. -No… sé que no tienes la mejor imagen de él, pero no es tan malo como piensas… un poco celoso, pero no ruin, solo que lo nuestro no podía seguir. -Vuelve a retomar su almuerzo, nunca comprenderé el porqué de sentirse culpable por el fracaso de ese matrimonio. -¿Cómo lograste el divorcio? -Sé que con tanta presión no debió ser nada sencillo.

-Bueno, cuando pasó lo que pasó la noche de graduadas, lo llevé al hospital, eso me permitió hablar tranquilamente, sin sus hermanas ni mi madre presentes abogando para seguir en un matrimonio sin amor, solo por guardar apariencias… Nicolás reconoció que llegó muy lejos, él nunca había hecho algo semejante y accedió a firmar el divorcio, solo lamento haberle hecho daño con mi equivocación. -Tantas personas involucrándose cuando era un asunto de dos, por lo menos de algo sirvió la golpiza que le propiné, pero eso no es algo de lo cual sentirme orgullosa. -Sabes… deja esa cara triste, ahora tienes mucho que hacer… debes reconstruir tu vida. Deslizo mis dedos por su rostro. -¿Lina te has dado cuenta que es la primera vez que tendrás que enfrentar todo por tu cuenta?, empezando con que nunca has vivido sola. -Sí, eso… ni siquiera he amoblado el apartamento que alquilé hace poco… no sé por dónde empezar. -Habla desganada por su situación actual. -Yo te ayudo con eso, además también debo remodelar mi apartamento, pienso convertir las habitaciones auxiliares en un cuarto oscuro y un estudio, no pienso dejar la fotografía. -Eso es genial. -Ella sonríe alegremente. -Lo sé… ya verás como todo se soluciona, hasta podría predecir que Catalina te pedirá disculpas públicas. -Su risa se escucha por todo el lugar, los dueños sonríen desde la barra intentando descubrir nuestra conversación, creo que Lina no se esperaba que le dijera algo así. -Jajaja Lena, eso es imposible. -Finalmente se recompone para hablar. -No dudes de los milagros, en teoría parecen imposibles pero suceden. -Ella ríe negando semejante escenario, sí, es hora de visitar a Catalina Martelo y ajustar cuentas.

-Enana, dime que mañana es tu día libre. -Mi sonrisa es audible al otro lado de la línea. -Deja de decirme así… carajo Lena por qué no respetas mi hora de sueño ya sabes que… Que repetitiva. -Detente, pareces disco rayado… solo contesta. -La escucho resoplar enfadada por despertarla. -Sí, es mi día libre… por Dios ya has visto la hora. -Jajaja no es para tanto. -¿Qué sabes de Catalina Martelo? -¿Qué con ella? -Contesta bostezando, que sueño tan pesado.

-No me hagas repetir la pregunta. -Replico sin darle tregua, la necesito con los sentidos enfocados. -No mucho, solo que ahora es Catalina Granados, esposa de uno de los empresarios más importantes del país, pasa la mayor parte del tiempo en el club Palmera Real dándose la gran vida. -Que novedad, tanto tiempo libre la vuelve ociosa. -Tú tienes acciones en ese lugar, ¿cierto? -Sí… ¿por qué? -Porque mañana me vas a llevar a ese club. -Termino de hablar con mi risa traviesa. -Ay no Lena, solo quiero descansar, dormir todo el día y no salir de la cama. -Protesta intentando zafarse de mi propuesta. -Silvia no me dejes en esta, por favor. -Ruego como chiquilla, en serio la necesito para llevar a cabo lo que tengo planeado. -Demonios!!!! Mañana pasó por ti. -Jajaja funcionó. -Gracias, te he dicho que te quiero. -Ya déjalo así… adiós. -Que gruñona y luego dice que soy yo. -Adiós. -Mañana va a ser un gran día, Catalina, Catalina, es hora de ponerte en tu sitio. ··············

-¿Dime qué estamos haciendo aquí? -Silvia pregunta agotada de mi silencio, estamos en la piscina del club sentadas cerca de donde está Catalina y un par de amigas hablando animadamente, todas son el prototipo de mujer trofeo, cuerpos exuberantes que a leguas se ve que pasaron por un bisturí y con la cabeza hueca. -Ayudando a Lina. -Contesto sin perder de vista mi objetivo, cuando Catalina se levanta de la mesa y camina rumbo a las duchas sé que es mi momento. -¿A dónde vas? -No permitas que ellas se levanten de esa mesa. -Las señalo y me coloco de pie. -¿Cómo pretendes que logre eso? -Silvia me ve con el ceño fruncido mientras habla con sus manos.

-Sé que lo harás bien. -Contesto sin detenerme, me cercioro que nadie venga, escucho el agua caer, estoy de suerte, solo estamos las dos, cierro con seguro la puerta y camino sigilosamente, mi corazón late como loco, la adrenalina recorre todo mi ser, abro la puerta de la ducha y la veo desnuda, jajaja diablos!!! No puedo negar que es hermosa, es una lástima que sea una imbécil, por un momento dudo de lo que estoy a punto de hacer pero la imagen de Lina golpea mi cabeza, no, debo hacerlo por ella, me acerco y la atrapo con mi cuerpo, ella se queda inmóvil y de pronto se deja hacer, se mueve serpenteando su cuerpo. -Brenda ahora no, alguien nos puede ver. -¿Brenda? Catalina habla con su voz ronca por la excitación, Jajaja todo empieza a encajar en mi cabeza, muevo mi boca a su oreja, presiono delicadamente mis dientes en su lóbulo, Catalina se retuerce, es hora de mostrar mis cartas. -Buuu… -Ella se congela en el acto, si no se empieza a mover rápido voy a pensar que se infartó, los segundos pasan lentos, Catalina coloca las manos en la pared como intentando sostenerse para dar la vuelta, sus movimientos los sigo sin perder detalle, finalmente me ve de frente, sus ojos están desbordados de la impresión. -¿Qué carajos haces aquí? -Finalmente habla. -Saludando, ya sabes… la ultima vez no pudimos divertirnos. -Contesto sarcásticamente saliendo de la ducha, maldita sea estoy con mi ropa empapada. -Idiota. -Sale con una toalla que cubre su piel, innecesario pero práctico… no me interesa seguir conociendo desnudez. -Que humor… dime ¿quién es Brenda?... ¿la morena que estaba contigo en la mesa? -Me siento en la banca, siguiéndola con mis ojos. -Eso no te importa. -Catalina habla con rabia, si las miradas mataran ya estaría muerta en este lugar. -Jajaja Catalina eres tan predecible, sabía que esto iba a pasar… ya sabes, casarte con un hombre solo para guardar las apariencias, llevando una doble vida, ocultando quien eres y repartiendo el odio que sientes por ti misma a todos lo demás, solo eres una maldita reprimida. -Utilizo el tono de voz más hiriente que podría utilizar alguna vez con alguien. -Que putas quieres!!! -Su quijada intenta desencajarse cuando termina de hablar. -Cuida tu lenguaje…verás, no me interesa con quien te acuestas, pero no puedo permitir que le jodas la vida a Lina, deja de repartir rumores de ella, no vuelvas a interferir en su carrera y lo más importante debes disculparte públicamente con ella. -Vete a la mierda, jamás haría eso. -Cruza los brazos enarcando su ceja. -Baja la voz… no te conviene que se den cuenta que estamos las dos solas en las duchas, ya sabes lo fácil que empiezan los rumores, me gustaría verte explicando está situación. -

Hablo mordaz con mis dedos en mis labios, descuelgo mi cabeza levemente a un lado esperando su respuesta. -Si por eso has venido puedes marcharte por el mismo lugar que entraste, Carolina es solo una maldita perra que ha convertido mi hermano en un pelele… Nicolás es solo la burla de este lugar, no puedo creer que el idiota le haya dado el divorcio, el apellido Martelo quedó enlodado por los arranques de tu amiguita. -Aprieto los dientes, no voy a permitir que siga hablando de Lina de esa manera. -No, no me estas entendiendo, o lo haces o simplemente abro mi boca y no sé, digo que nos hemos entendido íntimamente. -Qué!!! -Sí, ya sabes, soy una mujer abiertamente gay, mundialmente reconocida, solo tendría que hacer una llamada a una de las tantas revistas que me conocen para dar una entrevista y luego todo sería una maldita locura mediática… tú decides. -Es ahora o nunca, no me gusta hacer esto, pero no voy a dejar que siga trapeando el piso con Lina. -¿Me estás chantajeando? -Sonríe irónicamente sin despegar su vista de la mía en ningún momento. -Yo prefería llamarlo negociación. -Utilizo el ademan de las comillas en el aire. -Haz lo que quieras. -Eleva el tono de la voz, está furiosa. -¿Segura? creo que no entiendes, imagina a todos hablando a tu espalda, a tus amigas evadiéndote como si tu vieras una maldita enfermedad contagiosa y a tu esposo con muchas dudas, imagino que su vida sexual debe ser muy aburrida y rutinaria, siempre haciéndolo en posición de misionero y tú con los ojos cerrados para evitar las arcadas que te da cada vez que te toca… dime si un escándalo de estos no le haría pensar por qué su esposa siempre busca la forma de evitarlo cuando quiere coger, eso de tener jaqueca no siempre va a funcionar. -Retira la vista a un lado, sé que esta imaginado el escenario que le estoy delineando, sus ojos se mueven de un sitio al otro, no tiene escapatoria. -Todavía la amas ¿cierto?... por eso haces todo esto, nunca pudiste olvidarla. -Vuelve a verme, intenta escudriñar mi interior. -Solo somos amigas, siempre lo hemos sido, pero claro eso es algo que jamás entenderás y sabes ¿Por qué?… porque no puedes tener una amistad sincera si no muestras realmente tu persona y tú no puedes ser honesta ni contigo misma. -Me levanto y camino hasta estar a centímetros de ella. -Eres una maldita. -Escupe sus palabras con desprecio, delineo una mueca de fastidio.

-Puede ser, pero no tanto como tú. -Ladeo la cabeza a un lado sin apartar mi vista de Catalina. -Está bien, haré todo lo que has pedido… pero ahora solo lárgate y no vuelvas. -Baja la cabeza y habla pausado, nada que ver con toda la agitación que se vivió minutos antes, doy media vuelta y camino a la puerta, tomo la perilla y giro para verla por última vez. -Espero cumplas con todo. -La señalo antes de irme, Catalina asiente fastidiada, camino por el lugar, más de una persona me ve detenidamente, supongo que debo ser un espectáculo con la ropa pegada a mi cuerpo casi transparente por el agua, busco a Silvia que habla con las amigas de Catalina, llego sin afanes a su encuentro. -Nos vamos. -Deslizo mi mano en su hombro llamando su atención, me ve detenidamente, escaneando las fachas que me gasto, cuando levanto la mirada veo que todas en la mesa tiene la misma atención sobre mí. -Bueno… un placer hablar con ustedes. -Sin más, Silvia se levanta de la mesa y camina a mi lado, los murmullos no se hacen esperar, a pesar de que mi apariencia no es la mejor ella no me ataca con preguntas, nos dirigimos al parqueadero y tan pronto me posiciono en el puesto de copiloto empieza hablar como loca, creo que debo dar gracias por haberse contenido tanto tiempo. -¿Se puede saber qué fue todo eso?, es mi maldito día libre y solo estoy como lela siguiéndote, no entiendo cómo es que termino haciendo todo lo que me pides, no te imaginas los maldito minutos que mi hiciste sufrir con esas idiotas, exijo que me cuentes todo. -Está bien, relájate, pero primero dime ¿de qué hablaban? -Hablo socarronamente. -¿De qué crees? -Contesta sarcástica, no tengo ni idea así que me quedo en silencio, ella decide sacarme de la duda. -Cirugía plástica, solo eso les interesa, casi muero contestando sus múltiples preguntas, no sé cómo les siguen practicando cirugías, están mal de la cabeza y ¿bien? -Eso es una larga historia, ¿te acuerdas del día de la boda de Lina? -Le pregunto mientras enciendo la calefacción, la ropa mojada no colabora con mi temperatura corporal y francamente tener las manos moradas no es buen síntoma. -Sí… ¿Por qué? -Voltea verme descuidando un momento la vía, tomo aire, nunca le conté a Silvia lo que sucedió con Catalina ese día, sé que le va a costar creerme, solo espero que toda esta locura valga la pena, como siempre, no puedo evitar proteger a Lina, pero sé que es lo correcto, ella me necesita y no le voy a fallar. XXIX

-¿No entiendo cómo esto puede ayudarme a empezar una nueva vida? -Lina se queja trágicamente mientras el rodillo sube y baja por la pared revistiéndola de un nuevo color, ya ha pasado una semana desde que decidimos intentar reconstruir nuestra amistad y todo parece marchar bien, la verdad es que no sabía lo mucho que extrañaba tenerla en mi vida. -No es lo mismo que tú lo hagas a que lo mandes hacer, tienes que procurar que tu nuevo apartamento proyecte lo que quieres ser y eso solo tú lo sabes, además no entiendo de qué te quejas si te estoy ayudando. -Le digo levantando mi ceja de forma divertida, ella sonríe al acto, me gusta verla así, no ha cambiado esa sonrisa sincera que hace sus ojos brillar. -Lo sé… -Deja a un lado el rodillo y se acerca volviendo a recoger su sedoso cabello en una delicada coleta, por un momento veo duda en sus ojos, finalmente desliza sus manos en mis hombros. -No sé cómo comenzar a darte las gracias, has estado apoyándome en todo este proceso y… ni creas que me como el cuento que el repentino cambio de Catalina es solo un milagro, sé que tuviste que ver algo en eso ¿cierto? -Bajo saliva, no sé que responder, hace tres días Catalina le pidió disculpas en el club de forma pública y cumplió con todo lo que le exigí al pie de la letra y por si acaso se curó en salud yéndose de viaje al mediterráneo con su esposo y algunos amigos, sí, adivinaron, la tal Brenda fue con ellos, y ¿ahora? si digo que sí, me matará a preguntas hasta llegar a la verdad de como lo logré, y no quiero que se entere como Catalina cedió, la verdad no me enorgullece y no quiero decirle que no y mentirle, ella siempre notó cuando mentía, diablos!!! -Yo no… -Balbuceo entrecerrando los ojos, ¿cómo me zafo de esto? -No intentes negarlo… solo gracias. -Me interrumpe sin siquiera contestar coherentemente, recorre mis pómulos con sus pulgares mientras me ve intensamente, se retira para volver a retomar el trabajo, vuelvo a respirar normalmente, menos mal no le dio por preguntar más. -¿Sabes qué hace falta para motivarnos? -Ella voltea verme con cara de saber qué. -¿Qué? -Pregunta sonriendo curiosa de qué pueda proponerle. -Una buena dosis de música… dime ¿tu playlist o el mío? -Qué tal si combinamos. -Contesta entusiasmada, la verdad es que a pesar de tener personalidades tan distintas y a primera vista no tener nada en común, la música es lo único que nos une de forma misteriosa, digo misteriosa porque no he logrado entender como Lina, la niña que perteneció toda su vida al coro de la iglesia le gustará el rock, el indie, el grunge y un gusto especial por los Rolling stones, nuestra tardes la pasábamos escuchando música a alto volumen dejándonos llevar por la voz de Kurt Cobain y Eddie Vedder, prefería esas tardes a cualquier cosa, incluso me negaba a escaparme para tener sexo desenfrenado con Silvia solo por estar con ella dejando que la música nos transportara, me preguntó si todavía tenemos ese mismo gusto musical.

-Perfecto!!! -Sonreímos al tiempo, como olvidar esas tardes de música que lograron levantarme el ánimo tantas veces…

La canción Smells like teen spirit suena a todo volumen en mi habitación, estamos recostadas en el suelo con las cabezas juntas y las piernas apuntando a lados contrarios, no sé cuando esa posición se convirtió en un ritual entre nosotras. -Lina… quiero dejar el colegio, no sé si pueda seguir. -Silvia me está haciendo la vida de cuadritos, ella no quiere entender que se acabó, fue divertido pero tenía que arruinarlo metiéndose con Teo, todavía está fresco el recuerdo de cuando todo se supo y Lina lloró desconsolada, no soporto verla llorar, hace que me duela todo, a diario tengo que enfrentar altercados por los diferentes rumores que Silvia levanta sobre mí y ya me siento tan agotada, Lina voltea a verme detenidamente como analizando si estoy hablando en serio. -Lena… eso no va suceder, no voy a permitir que renuncies a graduarte este año conmigo solo porque a ella se le metió en la cabeza que puede pasar por encima de las personas. -Lina termina de hablar apaciblemente, ella ha estado a mi lado todo este tiempo, en más de una ocasión se ha enfrentado a Silvia por mí, Lina no sabe cuál es la causa real de la rabia de Silvia y no soy capaz de decirle que tuve algo con ella, todavía no estoy segura de lo que fue, sí me gustan las mujeres o solo fue una fase, y no quiero que ella siga en el medio y algo le pasé algo por mi culpa, no me lo perdonaría. -Esto se puede poner feo, Lina no quiero involucrarte más, entiende… si ella te ataca físicamente me voy a descontrolar y lo sabes, además no creo que esté muy contenta por tu última broma. -Como olvidarlo, Lina le pareció divertido agregarle agua oxigenada a su champú mientras practicábamos tenis, jajaja cuando minutos después la vimos salir histérica de la ducha con su cabello zanahoria, jajaja fue épico, intentó culparme, pero lógico, todos me vieron con ella en esos momentos en la cancha, no puedo creer que Lina haya hecho eso por mí, su risa me devuelve a la realidad. -Está bien, prometo no volverle hacer bromas, aunque debes aceptar que fue muy divertido… pero no pienso dejarte ir, si estamos juntas no existe nada que no podamos superar. -Recuesta su cabeza en su mano mientras sopla haciendo que los mechones de mi cabello se muevan juguetones. -Lina, no te preocupes por mí, me graduaré el año entrante y… -Coloca sus dedos en mis labios para que no continúe. -No sigas, Lena no voy a dejarte, eres mi mejor amiga, no, eres mi única amiga y vamos salir de esta, ya vas a ver cómo nos graduamos este año. -Me regala una tierna sonrisa que solo hace que me resigne. -No vas a cambiar de opinión ¿cierto?

-No… así que silencio que viene mi parte favorita… “And I forget just why I taste, oh, yeah, I guess it makes me smile , I found it hard, it's hard to find , oh well, whatever, never mind ” -Sonrío, su voz me encanta, logra relajarme y hacer olvidar los problemas, a veces no sé que haría sin ella.

La idea fue excelente, curiosamente a pesar del tiempo y la distancia seguimos escuchando la misma música, salvo pequeñas excepciones, todavía no entiendo ¿qué hace escuchando a Adele y Rolling in the Deep? Muy depresiva para mi gusto… ya casi terminamos, solo estamos dando los últimos retoques, está quedando muy bien, Lina está relajada cantando a todo pulmón, una parte de mi mente me transporta a esas épocas del colegio, cuando todo era más sencillo, creo que todos alguna vez quisiéramos volver a esa parte de la vida en la que no tenías tantas preocupaciones y la cotidianidad no te agobiaba como una pesada carga, cuando los altavoces reproducen fuerte la voz de Mike Jagger cantando Doom and Gloom Lina se transforma, se suelta el cabello y empieza cantar exigiendo su voz al máximo con sus ojos cerrados y la brocha tomada como si de un micrófono se tratara, me hace alucinar. -“Aaaaall I hear is doooom and gloom, but when those drums go boom boom boom …” -A Lina solo logro compararla con un ensueño, no puedo evitar sacar mi cámara que siempre cargo a mano y empiezo a tomarle fotos sin que se percate, mi vista no se aparta de ella, me muevo intentando tener diferentes ángulos, ella fue mi primera inspiración, la que me impulsó a tomar el camino de la fotografía, cuando abre sus ojos y me ve con la cámara en las manos baja la brocha y empieza a reír intentando tapar su rostro con sus manos. -¿Qué haces?… Lena no voy a salir bien, tengo pintura hasta en el cabello. -Sale corriendo al baño despavorida, ni que fuera de esas persona que creyeron que las fotos robaban el alma. -¿Qué crees? Sabes que siempre me gustó fotografiarte, además sales bien, deja el escándalo. -Intento alcanzarla en el baño, toma agua con sus manos y las desliza por su cabello intentando retirar la pintura, recuesto mi cuerpo en el marco de la puerta con los brazos cruzados negando sin siquiera percatarme que mis ojos jamás la abandonan. -No soy escandalosa… soy realista que es diferente. -Voltea a verme con su ceja enarcada y una dulce sonrisa. -Sabes… creo que eso es todo por hoy… hora de pedir algo de comer. -Sí, tienes razón. -Estiro mi brazo y compruebo en mi reloj que Lina está en lo cierto. ¿Qué tal pizza napolitana con coca-cola? -Terminamos de hablar al tiempo, la risa nos contagia, simplemente hay cosas que nunca cambian, su figura se pierde en busca del teléfono, me dedico a ver todo a mi alrededor, me acerco a una esquina, algo ha llamado mi atención, una expresión triste se delinea en mi rostro, es la fotografía que le regalé para su cumpleaños, paso mis dedos por su sonrisa con el globo en la mano, no pensé que todavía la conservara. -En quince minutos llega… -Sus pasos se hacen más lentos, reposa sus manos en mi hombro. -Es el mejor regalo que me has dado y al mismo tiempo es…

-Ya sé… siento lo mismo. -Tomo sus manos y las retiro suavemente, me pongo de pie, se necesita tan poco para que el ambiente se torne tan extraño entre nosotras, nos vemos de forma incomoda, el timbre de mi celular me devuelve a la realidad, contesto sin siquiera ver la pantalla, el timbre reproduce Secret y esa canción solo le pertenece a ella. -Alo. -Intenté darte una sorpresa y salió mal, sé que debí avisarte y ahora estoy en la puerta de tu apartamento con mis maletas como compañeras. -La voz triste de Kelly mueve mi ser. -Amor… en menos de nada estoy allí, no te muevas por favor. -Mi sonrisa vuelve, levanto mi rostro y me encuentro con sus ojos verdes intensos, daría cualquier cosa por saber qué está pensando en estos momentos. -¿Imagino que no alcanzas a esperar la pizza? -Niego con la cabeza sin ser capaz de agregar algo más. -Tranquila… gracias por todo. -Se acerca y me da un dulce beso en la mejilla y un rápido abrazo. -Te llamo después. -Lina asiente ligeramente, tomo mis cosas con parsimonia y me retiro, no puedo permitir que las cosas se vuelvan a sentirse raras con ella, Lina no merece esa ambivalencia de mi parte, no es su culpa que mi corazón haya confundido las cosas, me duele no poder evitar esa clase de recuerdos que nos hacen daño.

Cuando llego a mi apartamento mil emociones golpean mi pecho al verla dormida abrazada a sus maletas, recorro su rostro con la punta de mis dedos, su nariz se arruga de forma tierna, me pongo de pie y abro la puerta, retiro delicadamente las maletas y las descargo adentro, dejo suaves besos en su piel, se mueve perezosamente finalmente abriendo los ojos, enreda sus manos en mi cuello y la levanto del suelo. -Te demoraste… el sueño me venció. -Habla en medio de bostezos, creo que de verdad me demoré más de la cuenta. -Lo siento… me entretuve en el camino. -Le digo con simpleza, ella abre sus ojos de golpe, el sueño se evaporó. -¿Y me lo dices así de tranquila? -Enarca su ceja, jajaja jamás la había visto así, la descargo suavemente en mi cama. -Jajaja amor, me entretuve con esto. -Saco del bolsillo de mi blazer un juego de llaves que rápidamente le paso a sus manos, Kelly me ve incrédula. -Este es el peor regalo que le puedes hacer a una novia. -Creo que no ha entendido nada. -¿Segura? -Pregunto con mi ceja levantada y mi sonrisita burlona. -¿Qué voy yo hacer con esto? -Toma las llaves una por una con desdén.

-Entrar cuando quieras. -Levanta su rostro y me ve intensamente con sus hermosos ojos grises. -Espera… ¿estas son las llaves de tu apartamento? -Pregunta apaciblemente. -Sí. -Se lanza a mis brazos y besa mi rostro y cuello, no esperaba esa reacción. -¿Amor sabes qué significa esto?… -Niego con la cabeza, yo solo quería que no tuviera que volver a esperarme en la puerta, solo eso… ¿acaso significa algo más? maldita sea por qué presiento que estoy metida en medio de un jodido código de las relaciones que desconozco. -Es la primera vez que eres tú la que da el siguiente paso en esta relación. -Así que era eso, sus besos no me dejan pensar mucho. -Bueno yo solo… -Me interrumpe cuando levanta su blusa y sus pechos quedan a la vista, adiós cerebro, toma mis manos y enredamos nuestros cuerpos en la cama. ··············

Estoy sentada cómodamente leyendo en mi tablet los correos que Lina envió, ya terminamos de diseñar el cronograma de visitas a los hoteles dando prioridad a los que tiene mayor necesidad de hacer cambios para su optimo funcionamiento, debo reconocer que Lina es una mujer muy organizada y eficiente, trabajar con ella es muy fácil, vuelvo a pasar la pequeña cuchara por el pote de arequipe, es domingo por la mañana y me levanté con ese antojo, bebo lentamente de mi vaso de leche, Kelly sigue dormida, no soy capaz de levantarla, se ve preciosa cuando duerme, debido a sus crecientes triunfos va a ser muy difícil tenerla aquí seguido, así que concertó unos días de descanso antes de su tour por las mejores canchas del mundo… sus pies descalzos y esa gigante camisa de Mickey Mouse que le llega a las rodillas me saca una sonrisa, pasa sus dedos por su cabello cobrizo terminándolo de revolver, Kelly entra a la cocina como si fuera un venado recién nacido dando tumbos con todo lo que se le atraviesa, lleva una semana aquí y su cabeza por las mañanas le juega la mala jugada de desconocer su entorno, abre torpemente la puerta de la nevera. -¿Se puede saber qué buscas? -Pregunto suavemente en un intento fallido por no asustarla, da un pequeño brinco al sonido de mi voz y camina a mi encuentro. -Leche para el cereal… no te había visto. -Se sienta deslizando una pierna a cada lado de mi cadera. -Como me vas a ver si estás en una marcha de muerta viviente… -Recorro las yemas de mis dedos por su muslo hasta llegar a su trasero, Kelly gime cuando lo aprieto. -¿Se puede saber por qué no tienes nada debajo? -Mis dedos se deleitan explorándola sin prisa, sus pezones se endurecen al contacto intentando traspasar el trozo de tela, Kelly se mueve lentamente mientras besa mi cuello con insistencia.

-Porque a mi novia le gusta así. -Me dice en su tono más seductor mientras muerde levemente el lóbulo de mi oreja. -Tienes razón… dime ¿has probado el arequipe? -Se ríe de la pregunta en un momento como estos, le quito la camisa infantil dejando su cuerpo a mi disposición, Dios con ella es así, me pasa de un estado de ternura a desearla con desespero, mi lengua delinea el contorno de sus pechos, su respiración se va agitando. -No… -La interrumpo colocando mi dedo untado del dulce en su boca, ella pasa su lengua por toda mi falange, sus ojos libidinosos chocan con los míos, el deseo carnal vuelve a tomar mi mente, coloco un poco de arequipe en su pecho para luego apoderarme con ímpetu de sus senos con mi boca, Kelly entierra sus uñas en mi espalda, el odioso timbre de el apartamento empieza a arruinar el ambiente, es imposible ignorarlo, carajo!!! No hay nada más terrible que quedarte con ganas. -Demonios!!! -Grito frustrada, tomo una gran bocanada de aire. -¿No puedo creer que te hayas comprometido con Natalia a enseñarle a jugar tenis? -Sí, desde que ella llegó han hecho buena amistad, supongo que es refrescante encontrar una persona que no le interese hablar de tenis. -Amor… no te enojes. -Me habla en tono conciliador mientras pasa suavemente sus dedos por mi cabello. -No pude negarme, no entiendo como Silvia le dijo que jamás jugaría con ella en el torneo que realiza los de hospital. -Debe ser porque no sabe jugar. -Contesto con simpleza levantando los hombros. -No puedo creer que hayas dicho eso. -Se tensa con mi respuesta, y ¿ahora que hice? -Hey, no te enojes… no quiero que nos involucrarnos en sus problemas y que luego nos enojemos. -Hago un tierno puchero para relajar el momento. -Tienes razón…pero por ahora abre esa puerta, me duele los oídos con su persistencia. Esas dos no soltaron el botón del timbre en todo el tiempo. -Voy… pero vístete, esa desnudez es solo para mí. -Le doy una nalgada que ella regresa con su ceja enarcada. -Ya voy!!! -Refunfuño caminado irritada por el pasillo. -¿Por qué tanta demora? estábamos interrumpiendo algo, mmm con razón esa cara. Tomo el puente de mi nariz con mis dedos, no puedo creer que Silvia esté así de pesada a esta hora de la mañana, por Dios es domingo. -Demonios Silvia has visto la hora. -Kelly me abraza desde atrás intentando calmarme. -Lo sé, pero si no salimos temprano las canchas se ocupan con facilidad, no puedo dejar de entrenar ahora...

-Claro la señora no puede por ningún motivo perder. -Natalia le recrimina con los brazos cruzados. -Amor ahora no. -Silvia le hace ademanes que no es el momento ni el lugar. -Saben que… sigan, se calman y ahora nos esperan, vamos a tomar la ducha. -Decido hablar, lentamente entramos y les señalo el sofá. -Veo que has hecho cambios aquí. -Sí… era hora de deshacerme de muchas cosas y renovar el lugar, intente combinar varios estilos que fluyeran armoniosamente, aunque todavía no tengo listo el estudio y el cuarto oscuro, pero en los próximos días todo estará terminado. -En serio estoy hablando de decoración, pero que aburrida me he vuelto. -Me gusta la decoración. -Sí, confirmado… me estoy volviendo aburrida. -Gracias… ahora si nos disculpan. -Tomo a Kelly de la mano y la llevo casi a arrastras a la ducha y terminar lo que dejamos iniciado, no, no pienso quedarme con las ganas. -Lena por favor no te demores. -Escucho la petición de Silvia a mi espalda.

Estoy exigiéndome al máximo, sabía que hacia un gran esfuerzo por seguir practicando pero no pensé que hablara en serio, es medico por Dios, ¿qué tiempo tienen ellos?, Silvia me tiene jugando para ella, pero me niego a perder, el sol brilla atenuando las perlas de sudor que son visibles en nuestros rostros, en estos momentos estamos jugando muerte súbita, solo un punto nos separa de la victoria, cuando hago uso de mi revés a una mano marcó el punto de la victoria, jajaja la cara de Silvia son de esas cosas que el dinero no puede comprar, siempre fue mala perdedora, creo que por eso es que no juega en dobles con Natalia, su vena competitiva no se lo permite. -Demonios… se me olvidaba ese revés. -Nos dirigimos a descansar y beber un poco de agua. -Me tenías acorralada Silvia, no creí que todavía conservaras ese ritmo. -Le digo señalándola con el termo, mi respiración es entrecortada, ella me dejó exhausta. -Lo intento pero cada vez es más difícil, no quiero imaginar cuando lleguen los niños. Casi escupo el agua que estaba bebiendo, ¿acaso escuche bien? -¿Los niños? -Sí… sabes lo hemos hablado y las dos no quisiéramos esperar mucho para empezar a tener familia. -Contesta con sus ojos llenos de ilusión.

-Wow, yo solo… estoy feliz por ti. -La veo con una amplia sonrisa, a veces no puedo creer que está sea la misma mujer que no quería compromisos en su vida y ahora no solo está casada sino que además quiere formar familia, totalmente loco. -Lo sé… ¿no crees que deberíamos ir a ver cómo van? -Me señala con la cabeza el lugar que las dejamos hace tres horas. -Tienes razón. -Cuando llegamos quedamos con la boca abierta, no pareciera que Natalia hace tan solo tres horas hubiera aprendido a jugar, cuando mi novia me ve sonríe alegremente deteniendo el juego. -¿Creo que ya está lista para jugar dobles contigo no lo crees? -Kelly le pregunta con pose seria a Silvia que solo balbucea sin capaz de decir algo coherente. -Déjalo así. -Natalia se adelanta sin siquiera dejar que Silvia responda. -Y tú, ¿no tienes nada que decir? -Levanto las manos en son de paz. -Que te ves hermosa cuando juegas amor. -Contesto rápido. -Buena respuesta. -Silvia me da un codazo. -No crees en mi trabajo ¿cierto? -En serio me va reclamar por algo que no hice. -Pero no he dicho nada. -Me quejo de sus suposiciones. -Pero lo estás pensando. -Me ve acusadoramente, y ahora que bicho le picó, ashhh por eso no me gusta involucrarme en problemas ajenos. -¿Qué tal si jugamos dobles?, tú y Silvia contra Natalia y yo. -¿Segura qué quieres hacer eso? -Si quería competencia conmigo ya la tiene. -¿Qué… te da miedo? -Me pregunta altiva sin dejarme de ver un momento, no entiendo su actitud. -Para nada… es más, que tal si lo volvemos interesante y apostamos. -Abre sus ojos y mueve su cabeza estudiando mi propuesta. -Hey no creen que se están pasando. -Silvia nos interrumpe, volteo a verla irritada. -Ahora no Silvia. -Ella levanta las manos y da un paso atrás. -Si ganamos cada una hará lo que nosotras pidamos. -Kelly se siente muy segura de que ganará, no, no esta vez.

-No creo que eso sea buena idea. -Silvia vuelve a interrumpir, la veo de reojo y me hace señas que no vuelve abrir la boca. -Le entro. -Natalia habla alegremente mientras ve de forma intensa a Silvia. -Aceptamos. -Contesto estirando la mano que rápidamente Kelly estrecha antes de retirarse con Natalia, hablan suave para que no escuchemos lo que supongo será su estrategia de juego. -Pero qué demonios se te pasa por la cabeza, Lena ella es profesional, vamos a perder… no sabes en qué me has metido. -Silvia se queja sin darme tregua, si sigue así no me va a dejar pensar con claridad, cuando jugábamos juntas por lo general era yo la que plantaba la estrategia de juego, nos resultaba genial, en la cancha éramos la pareja perfecta, nos entendíamos sin siquiera hablar o vernos, espero que esa química no se haya perdido. -No vamos a perder, además no creo que sea tan malo lo que Natalia te pida. -Ladeo levemente la cabeza. -Lena, siempre me dices que soy una pervertida sexual ¿cierto? -Asiento despreocupadamente. -Bueno es porque no conoces a Natalia y sus ideas raras. -Abro bien los ojos, ya sabía yo que si había logrado atraparla era por algo. -¿Espera qué te ha pedido? -Oh craso error, no termino de hablar cuando ya sé que me equivoqué. -Bueno en esencia es sencillo, solo… -Empieza hacer gestos raros con sus manos, no, no quiero saber más. -No, mejor déjalo así. -La interrumpo colocando mi mano en su brazo. -No, pero es que es sencillo, solo quiere que yo… -Coloco mis manos en mis oídos. -Y luego ella hace esa posición mientras… -No!!! Lalalala en serio quieres darme una imagen mental de tú y tu esposa teniendo sexo depravado. -Grito fuerte, hasta ellas voltean a ver sin entender mi reacción, ella duda un momento como si la idea no fuera tan mala. -No quiero saber, además no te apures, ella no sabe que hemos jugado juntas en el colegio y por si se te olvida éramos las mejores, campeonas nacionales dos veces consecutivas. -Supongo que tienes razón. -Contestas expulsando el aire pesadamente. -¿Algo qué decir antes de empezar? -Me pregunta preocupada. -Sí… fuerza su revés, incomoda el juego haciéndola correr para golpear la bola. -Sé que de algún modo estoy acomodando todo para ganar, pero que le vamos hacer, ella fue la de

la idea, además es hora de que se dé cuenta que no siempre me va a ganar, Silvia es la elegida para hacer el saque inicial.

-Demonios!!! -Kelly está irritada por perder, Silvia empieza su acostumbrado bailecito de triunfo y no soy capaz de resistirme a secundarla, ellas solo nos ven entrecerrando los ojos con sus brazos cruzados. -Ya párenle. -Natalia habla seria, Silvia para en seco, y se acerca a ella hasta quedar a centímetros de Natalia. -Es hora de que me pagues. -Silvia la ve intensamente, Natalia no tiene buena cara. -¿Qué quieres? -Natalia le contesta cansinamente, y ¿ahora qué le pedirá Silvia? -Que perdones a tu esposa por ser tan tonta. -Silvia hace un tierno puchero haciendo que Natalia baje sus defensas, se abrazan dándose mimos como si no hubieran peleado nunca, se ven muy tiernas así. -Y tú, ¿qué me vas a pedir? -Kelly me pregunta torciendo levemente los labios, jajaja ya sabía yo que a ella no le iba a gustar perder. -Que no volvamos a involucrarnos en problemas ajenos, ¿no crees que existe mejores cosas en que pasar el tiempo? -La envuelvo en mis brazos descansando mi cabeza en su hombro. -Tienes razón… lo siento. -Me besa tiernamente. -Ahora dime ¿cómo es que resultaste tan buena en el tenis?, no me dejaste bien parada. -Me ve tiernamente, vuelve a ser esa combinación de niña-mujer que tanto me gusta. -A eso… bueno verás… -Le cuento a Kelly esa parte de mi vida, ella me ve achicando los ojos, creo que se dio cuenta que le oculté información para sacar provecho, pero al final no se lo tomó tan mal, no sé nada de relaciones, ¿qué voy a saber si nunca tuve una?, pero quiero aprender en el camino, cuando veo a Silvia Y Natalia sé que eso es exactamente lo que necesito en mi vida, ¿acaso no todos venimos a este mundo intentando ser felices? XXX

La vista es sorprendente, aproveche estar en este sitio para levantarme de madrugada y llegar aquí cuando los primeros rayos del sol repuntan en el horizonte rozando tímidamente las montañas que se erigen orgullosas, el olor a naturaleza embriaga mis sentidos, enfoco

el lente y el sonido del obturador es emocionante haciendo acelerar los latidos de mi corazón, que les puedo decir, esta es mi pasión, Renee llamó días atrás para comentarme de un proyecto para tomar fotografías a escenarios naturales de mi país, una de las revistas más afamadas del mundo se ha interesado en mostrarle al mundo en imágenes la belleza que aquí se exhibe, acepté emocionada, además de hacer lo que me gusta estoy llevando publicidad a los hoteles… la casi inexistente línea divisoria del cielo con el suelo es impresionante, las montañas poseen un característico color azul, por un momento da la impresión de que fuese el mar, haber estado tan lejos de mi país ha hecho que valore más esta clase de espectáculos naturales, para muchos algo del montón, para mí una oportunidad única de captar una imagen espectacular… bajo la cámara, algo ha llamado mi atención, el pueblo se ve hermoso desde aquí, decido montar la moto y dirigirme allí, regreso la cámara a mi bolso y enciendo el motor de mi rieju tango 250 negra.

La moto no está en buen estado, el tanque tiene una gran abolladura producto del choque, mi cuerpo duele, trato de pasar inadvertida por el hotel, descargo la moto en el parqueadero y camino con dificultad, no puedo creer que haya pensado que quitarme el casco por el calor era buena idea, es que no comprendo cómo para mi mala suerte en una curva la arena hiciera que perdiera el control para terminar finalmente contra un gran árbol, escasamente logré controlar el impacto pero no del todo, el suave recorrido del liquido viscoso por mi rostro me hace estremecer, no puedo permitir que nadie me vea así, no me gusta los hospitales. -Lena, menos mal llegas, tenemos reunión con el personal del hotel… -La voz de Lina a mi espalda hace que en medio del dolor una gota de sudor frio baje logrando tensar todo mi cuerpo, quedo inmóvil, Lina al no encontrar repuesta inmediata por mi parte decide ponerse al frente mío. -¿Qué te sucedió? -Lina se acerca rápidamente viéndome intensamente, es notable su preocupación. -Carajo Lena déjame llevarte al hospital. -Su rostro de desasosiego me dice que no debo verme nada bien, Lina desliza sus pulgares por mi rostro con suma delicadeza quedando manchados de sangre a su paso. -No, eso no… sabes que no me gusta los hospitales… además solo es un pequeño rasguño. -Desde mi accidente quedé con miedo a los médicos, a las agujas… no, no quiero ir al hospital, escasamente he permitido que Silvia me cure una que otra herida pero hasta ahí y bueno antes de ella solo a Lina se lo permitía. -Vamos… debo curarte eso. -Lina sabe que no va a convencerme de ir a uno de esos malditos hospitales que tanto detesto así que decide curarme ella, asiento pesadamente, extiende su mano y la estrecho lentamente, la verdad me duele mucho las costillas. -Está bien. -Camino a su lado con dificultad, ella en ningún momento me ve, supongo que está reprimiendo su sermón para más adelante.

Lina me ha traído a su habitación, se mueve de un lado a otro diligentemente buscando lo necesario para empezar, en ningún momento me ve a los ojos, está enojada conmigo, lo sé,

está no sería la primera vez que tenga que prestarme primeros auxilios por alguna locura en la moto…

Apago la moto una cuadra antes de su casa, no quiero que sus padres se despierten con el ruido del motor, camino zigzagueando, doy la vuelta a la casa hasta posicionarme al frente de su ventana, estoy de suerte, tiene la luz prendida, supongo que está estudiando para un examen, es la única explicación para que siga despierta a pesar de la hora, pierdo momentáneamente el equilibrio y caigo al suelo, sonrío sola por mi torpeza, tomo pequeñas piedras y me impulso para ponerme de pie, a pesar de mi estado le atino a su ventana, pronto asoma su cabeza, le hago señas que me abra la puerta trasera. -¿Se puede saber qué haces aquí a esta hora y con esa peste a alcohol? Sonrío antes de besar su mejilla, ella bate su mano en al aire fastidiada con el fuerte olor. -En tu habitación te cuento todo. -Debido a la oscuridad no se ha dado cuenta de mi estado tan lamentable, es difícil caminar en mi condición pero me doy maña de subir las escaleras sin hacer ruido. -Y ¿bien? -Con la luminosidad de su cuarto se da cuenta de mis heridas, se acerca rápidamente revisándome detenidamente. -¿Se puede saber qué te pasó?... Dios, no me digas que estabas manejando esa maldita moto en esas condiciones. -Me reprocha por mi irresponsabilidad, me quito dolorosamente la chamarra de cuero y la blusa negra, sonrío al ver los feos hematomas. -Creo que será la última vez que lo haga, mi padre me echó de casa, así que ya no puedo tomar más la moto sin permiso. -Levanto los hombros, mis ojos se empiezan a aguar, Lina ladea la cabeza… son tan pocas las veces que me ha visto así. -Espera traigo el botiquín. -Me hace señas que me retire el pantalón, lo hago lentamente y quedo prácticamente en ropa interior, Lina Empieza esparciendo el antiséptico con el algodón sobre las raspaduras. -¿Qué sucedió? -Sus movimientos son firmes. -Les conté todo… que me gustan las mujeres, que pienso dejar administración para estudiar fotografía y ¿qué crees?… me trataron como una maldita enferma, como un fenómeno, una abominación que no merece llevar el apellido Devía, como la ves. -Mis lágrimas empiezan su caída libre por mi rostro, ella detiene sus movimientos para tomar un mechón de mi cabello y pasarlo detrás de mi oreja, toma mi rostro suavemente retirando las lágrimas con las yemas de sus dedos. -Lena, primero que todo, no, no eres un fenómeno, el hecho que te gusten las mujeres no significa que Dios te haya dejado de amar, tu familia en algún momento lo va a entender, como lo hice yo, pero ahora… ¿qué vas hacer?, ¿dónde vas a vivir? -Me ve preocupada por mi no alentador futuro, demonios ¿en qué momento pensé que era buena idea decirles todo de golpe? Y en medio de todo no puedo evitar pensar que

ella, la mujer que tiene fuertes creencias religiosas fue capaz de aceptarme y mi familia, mi propia sangre, que no creen en esas estupideces lograron hacerme sentir como una basura, las ironías de la vida. -Jajaja eso es lo único que tengo resuelto, te acuerdas que te conté alguna vez que mi nana me heredó sus bienes… pues resulta que entre eso está un bonito apartamento en el centro y una pequeña cantidad de dinero que no había pensado utilizar porque sinceramente jamás imaginé tener la necesidad… me siento tan sola y tan jodidamente perdida. -Desliza sus pulgares en mi rostro, el calor que despide alcanza a tocar mi alma, me ve detenidamente antes de dejar un suave beso en mi mejilla para volver a verme intensamente, su respiración choca en mi rostro. -No estás sola, yo estoy contigo en las buenas y las malas, ya vas a ver como todo se soluciona… ¿de qué te ríes? -Siempre que algo me pone nerviosa la risa sale sin control, jajaja esto es extraño… yo, en ropa interior, ebria, en el cuarto de una mujer, específicamente en su cama y que no sea el inicio de una buena dosis de sexo. -Que no me duele nada, sino fuera por el whiskey estaría quejándome del dolor. -Todas las veces que me ha curado me ha hecho doler al punto de las lágrimas, pero ahora solo siento adormecido el cuerpo. -No es gracioso. -Me señala seria antes de retomar la curación. Después de tanto tiempo sigo sintiéndome como una chiquilla a su lado quien sabe que pronto sentirá las consecuencias de su irresponsabilidad, primero pasa el algodón empapado de antiséptico retirando la sangre seca, sus ojos están ausentes, sus movimientos en algunos momentos los siento rudos. -Duele!!! Lina con cuidado. -Su semblante serio no se conmueve con mis ruegos, está furiosa conmigo, por eso no le gusta las motos y menos que yo las maneje, esta era de las pocas cosas con las que se mostraba protectora conmigo al punto de siempre discutir por lo mismo, no podía dejar de montarlas, las motocicletas me producen una adrenalina que simplemente no pienso abandonar. -¿Acaso no era solo un rasguño?… ahora te aguantas. -Sigue dedicada haciendo limpieza de la herida en mi ceja izquierda, no fue necesario ir al hospital para tomar puntos, lo que sucede es que la sangre es muy escandalosa, solo me molesta la actitud de Lina, da la impresión que quisiera hacerme pagar mi imprudencia. -Parece que lo haces con intención de hacerme daño. -Replico dolida por su actitud, ella detiene los movimientos para verme directamente a los ojos. -No… ¿cómo se te ocurre decir eso? -Deja el algodón empapado a un lado, se coloca de pie y empieza a caminar con su manía de los dedos que siempre logra ponerme más nerviosa que ella. -Carajo Lena… Dios, cómo se te pasa por la cabeza andar en esas malditas

motos sin casco. -Voltea verme con sus brazos cruzados, sus ojos están cristalinos, no esperaba que le afectara tanto, como siempre no mido las consecuencias. -Tranquila… -Me levanto y la tomo en mis brazos, me aprieta fuerte logrando hacerme doler las costillas, trato de no quejarme y deslizar con delicadeza las yemas de mis dedos por su espalda en un intento de calmarla. -No entiendes ¿cierto? Olvidas que tuve que verte en ese maldito hospital toda vendada y sin recuerdos, parece que no aprendes… sé que no soy nadie en tu vida para decirte qué hacer, pero eso no quita el hecho de que siempre me preocupe por ti. -Termina de hablar con su voz quebrada por el inminente llanto, ahora entiendo, Lina todavía no sabe cómo comportarse conmigo, se siente como una extraña y al mismo tiempo no puede reprimir la preocupación por mi bienestar. -Ya... -Sigo deslizando mis dedos por su espalda, su sollozo lentamente va cediendo, puede pasar el tiempo con distancia de por medio y seguimos teniendo esta maldita necesidad de cuidarnos, de protegernos, es como una maldita conexión que no tengo con nadie más. -No… entiende, ¿dime qué hago si algo te sucede? -Me ve con tristeza esperando que le responda, solo atino a tomar su rostro entre mis manos. -Nada me va a suceder… mala hierba nunca muere. -Termino de hablar con una mueca divertida que ella no entiende porque pronto siento como me da una palmada en el brazo y se retira de mi lado, deslizo mi mano quejándome pero ella no quiere ceder. -Eso no es gracioso. -Me dice señalándome seria, solo puedo reír. -Ven… no puedo prometerte que dejaré las motos… simplemente no puedo, me gustan mucho, pero prometo cuidarme más, jamás volveré a quitarme el casco. -Termino de hablar volviéndola a cercar a mi cuerpo, su calor me envuelve igual que una manta en una noche fría, lentamente se relaja al igual que su respiración. -Solo cuídate. -Me vuelve apretar con fuerza, muerdo mi labio inferior intentando por todos los medios no gritar del dolor, si se da cuenta así sea arrastras me lleva al hospital. -Ahora termina de curarme… pero suave por favor. -Junto mis manos y coloco mi cara de cachorrito ella me ve entrecerrando los ojos y asiente mientras me señala que tome asiento de nuevo.

Existe muchas cosas que pueden sacarme de casillas con facilidad, dos de ellas son las excusas y la mediocridad, exactamente lo que veo cuando observo con calma al hombre que intenta por todos los medios andar por las ramas sin decirme de una puta vez el porqué de que este hotel esté tan mal… mi irritación solo es visible por el constante movimientos de mis dedos sobre la mesa de reuniones, el sonido hace que él continuamente vea de reojo

mi mano y por instantes se inquiete, Lina pasa suavemente su mano por mi hombro llamando mi atención para que me detenga, decido concedérselo, tomo una gran bocanada de aire, entonces coloco mi vista en los presentes, todos están callados y algo inquietos, solo su asistente muestra una actitud diferente, una joven mujer con la vista puesta en la mesa aprieta con fuerza el lápiz que tiene en sus manos, algo interesante de ver en medio de todo. -Como le venía diciendo el hotel San José desde hace cinco años no es el mismo, los turistas no están interesados en venir aquí, este es un pueblo que no tiene nada que mostrar, muchas veces hablé con el señor Devía de todo esto y… -Deténgase por favor, me está mareando diciéndome lo que perfectamente puedo leer en el informe que usted mismo preparó, no necesito que me diga los problemas, dígame la solución. -Yo… -El robusto hombre que pasa su pañuelo por su rostro no puede creer que le haya hablado de esa forma, tampoco los presentes, solo su asistente se atreve a delinear una sonrisa de satisfacción. -Permítame decirle que la solución la tengo… una importante multinacional hotelera está interesada en comprar el hotel… -Así que de esto se trataba, el muy idiota ha hecho todo lo posible para que el hotel no prospere y venderlo al mejor postor, imagino que existe comisión de por medio, no puedo creer que exista personas como estas, levanto mi mano en clara muestra que se detenga, él lentamente se queda mudo esperando que hable. -Esa no es una solución viable… que usted se atreva a decirme que este pueblo no tiene nada que mostrar me indigna, es que acaso no ha visto los alrededores, los paisajes, las callecitas empedradas y las personas amables que siempre están dispuestas a atender a los turistas, no, creo que no… dígame que tiene un plan de negocios para este hotel que contemple todo lo que acabo de decir. -A mí nadie me hable en ese tono, ¿quién se cree? -El color rojo tomate y las gotas de sudor que bajan libremente por su rostro solo demuestran el estado de indignación, ¿pero hasta dónde piensa llegar? -La dueña de todo esto y le hablo como una persona que no le gusta para nada la mediocridad y eso señor Rojas es lo que usted es, un mediocre, o qué cree, que no me he dado cuenta que solo está detrás de la comisión de la venta de este hotel… pues lo siento eso no va a pasar, así que si pensaba recibir ese dinero próximamente le recomiendo que lo descarte, ahora ¿alguien aquí tiene una idea mejor que presentar? -Todos están estupefactos con la boca abierta sin creer que alguien se haya atrevido hablarle a su jefe en el tono en el que lo hice, el señor Rojas se sienta con sus ojos llenos de rabia, todos le temen, nadie parece querer hablar -Tú… ¿cómo te llamas? -La señalo, ella se inquieta y baja saliva lentamente, no esperaba que la apuntara para hablar. -Luciana Dumar. -El quiebre de su voz indica su temor, el señor Rojas la ve detenidamente intentando intimidarla -Dime que tienes una mejor idea. -La veo tratando de darle la confianza necesaria.

-Pues yo... sí… -Mueve sus manos rápidamente, sé que está nerviosa, toma una gran bocanada de aire para que le de la fuerza suficiente para empezar. -Verá señorita Devía este pueblo es reconocido por sus artesanías únicas, los paisajes que usted muy bien dijo son fantásticos, especiales para senderismo y actividades que coloquen al huésped en contacto con la naturaleza… -No había errado con ella, se nota que ama el lugar y es una mujer preparada que sabe lo que habla, Lina mueve mi mano llamando mi atención, está complacida por todo, cuando Luciana termina de hablar le pido que pase un proyecto detallado de como impulsar el hotel, de paso remuevo del cargo al señor Rojas y la coloco como gerente, sé que suelo tomar decisiones apresuradas pero presiento que estoy en el camino correcto. -Ahora entiendo a tu padre. -Lina me ve intensamente colocándome nerviosa. -¿Sobre qué? -Estamos regresando a la ciudad, utilicé el jaguar del 56 que mi padre me dejó, creo que por ahora nada de motos. -Sabes ver más allá de lo visible, siempre me repetía lo mismo y ahora lo entiendo. -La vía está semi desierta a esta hora, el atardecer es precioso en el horizonte, la brisa pasa rozando nuestros rostros, el suave andar del motor logra relajarme después de este largo día. -Yo… solo soy una fotógrafa que aprendió a leer muy bien el leguaje corporal, eso es todo. -Levanto mis hombros restando importancia, ella sonríe al acto. -No… eres intuitiva, inteligente y especialmente… eres una gran mujer. -Me sonrojo ante eso, no puedo acostúmbrame a sus halagos. -Ya deja esa cara… solo estoy diciendo la verdad. -Bueno… ya que soy todo eso, dime que me vas hacer un favor. -Lina entrecierra sus ojos esperando que le diga cuál es el pedido. -¿Qué? -Necesito irme por tres días, así que por favor aplaza la próxima visita. -No sé Lena, tenemos que hacer muchas visitas… -Lina desliza su mano por la nuca intentado zafarse de mi pedido, sé que la agenda está muy apretada. -Por favor. -Le ruego con mi voz lastimera. -Está bien… dime ¿para que los necesitas? -Finalmente cede, sé que la he puesto en una posición difícil, todas las visitas están fijadas con semanas de anticipación. -Quiero visitar a Kelly de sorpresa, va a disputarse la copa Sony en Miami y bueno… le dije que no podía ir y se puso triste, solo quiero… ya sabes, ser una buena novia. -Como olvidar esa conversación por skipe, aunque no me reclamo que es ella la que siempre me

visita, sé que es muy importante que también coloque de mi parte en esta relación, tan solo quiero que todo siga marchando tan bien como hasta ahora. -Ya… no te preocupes me encargo de todo… y eres una buena novia, no lo dudes… ella es una mujer muy afortunada. -Coloca su cálida mano en mi hombro, todavía me siento extraña con esta nueva relación de amistad que estamos intentando. -Gracias. ·············· Se ve preciosa cuando juega, me encanta verla así, llevando su cuerpo al máximo, está disputándose la final con Andrea Thyssen, por lo que he escuchado en las gradas la número dos de la WTA, no puedo negar que es hermosa, piel nívea, ojos ligeramente violetas y una cabellera negra abundante que llega a su cintura, Kelly le ha ganado en los últimos encuentros, eso ha hecho por un lado que Andrea todavía no alcance el primer lugar y por el otro que Kelly suba en el ranking… por lo que veo ella está disfrutando como nunca tenerla bajo presión, es Andrea la que ha tenido que correr para sostenerle el ritmo de juego, la multitud la adora, no han parado de apoyarla, cuando el juego termina y obtiene la victoria todos aplauden complacidos, ella se ve feliz de haber ganado en su ciudad natal, por otro lado la perdedora está muy incómoda, creo que perder no es de su gusto… la premiación se acerca, el encargado de dar los codiciados premios es el mismísimo Kozlov, un hombre de avanzada edad el cual se le dificultad mucho caminar, el público se pone de pie. -¿Puedes creer que esté aquí? -El hombre de adelante habla tan fuerte que para mí es difícil no seguir su conversación. -Bueno, ellas son sus mejores alumnas y aquí empezó la carrera de las dos. -Su amigo de al lado responde igual de fuerte, no me gusta ser entrometida pero están hablando de mi novia, creo que es normal poner cuidado. -Sí… pensé que Kozlov no le hablaba a Kelly Adler desde que ella renunció a su entrenamiento para irse a Londres. -Parece que está olvidado. -Todo da vueltas, acaso Andrea es… la multitud estalla en gritos y aplausos, es complicado hilar pensamientos con todo este alboroto, Kelly levanta el premio complacida… verla así hace olvidar todo.

-Solo dime que sí… sabes que esta es una oportunidad única. -Andrea toma las manos de Kelly, no se percatan de mi presencia, tuve que evadir la seguridad del lugar para poder verla, están en las canchas más lejanas donde supongo no quieren encontrarse con fanáticos, periodistas, chismosos, diablos!!! No me gusta lo que veo.

-No presiones… sabes muy bien que no me gusta, ahora debo irme. -Kelly se suelta de su agarre. -¿Por qué no celebramos?… ya sabes que nadie celebra como lo hago yo -Ella vuelve a insistir pero Kelly le hace un ademán para que no siga, se ve tensa con la situación. -No, ya tengo planes con mi familia, no insistas. -Andrea aprieta la mandíbula. -Como quieras. -Se cruza de brazos torciendo los labios, cuando levanta la vista y me ve se pone incomoda y a la defensiva. -¿Qué haces aquí? vete, nada de entrevistas ni fotos. -Veo la cámara que tengo en las manos, ahora entiendo su confusión, rápidamente la vuelvo a colocar en mi bolso, Kelly da la vuelta encontrándome de frente, sus ojos se iluminan y corre a mi encuentro, se lanza a mis brazos enredando sus piernas a mi cadera, carajo!!! Todavía me duele el cuerpo por el choque, Kelly me besa intensamente haciendo olvidar todo, incluso el dolor. -¿Por qué no me habías dicho que venias?… hubiera cuadrado todo para que no tuvieras problemas para entrar. -Besa mi cuello haciéndome ligeras cosquillas. -Quería darte la sorpresa. -Finalmente me da tregua para contestar, la descargo suavemente al suelo, agarra con fuerza mi chamarra de cuero dejándome sin escapatoria, retiro mis lentes de sol para verla directamente. -¿Qué te paso? -Toma mi rostro en sus manos pasando con delicadeza la yema de sus dedos por la pequeña herida. -Nada... solo un pequeño accidente en la moto, nada con importancia. -Levanto los hombros despreocupadamente… Andrea nos ve de reojo. -No sabía que te gustaban las motos. -Kelly me habla de forma coqueta mientras desliza sus dedos por mi cuero cabelludo haciéndome estremecer. -Mmm eso… cuando quieras damos una vuelta por ahí. -Le doy un suave beso en sus labios. -Amor ven te presento… ella es Andrea Thyssen número dos de la WTA… Andrea te presento a Helena… mi novia. -Nos vemos como dos fieras que están reconociendo el enemigo, la muy idiota dibuja una mueca de menosprecio que no paso por alto. -Un placer. -Ella extiende su mano sin dejar de verme por un instante, solo atino a estrecharla con firmeza. -Igual… -Kelly parece no notar la tensión que se palpa en el ambiente. -Bueno si me disculpan voy por mis cosas. -Kelly vuelve a besarme castamente y se retira del lugar dejándonos a solas.

-Aquí te espero. -Le contesto con simpleza. -¿Así que tú eres la persona que tiene tan inspirada a Kelly? -Andrea se acerca con la cabeza ligeramente ladeada, su estatura es ligeramente mayor a la mía. -Supongo que sí. -¿Qué pretendes con ella? -Pregunta de forma decidida, ¿quién es ella para hacer este tipo de preguntas? -¿Perdón? -Descuelgo la cabeza delicadamente, no sé qué busca de mí. -¿Por qué estás con ella? -No piensa ceder, su mirada choca con la mía. -¿Quién te crees para preguntar algo así acabando de conocernos? -No evadas la pregunta, dime… -Replica inmediatamente. -Estoy con ella porque es una mujer espectacular, dulce, amable… -Levanta su mano interrumpiéndome, estoy más que irritada, debo hacer fuerza de autocontrol para no permitir que la rabia me controle. -Ajá… como sea, creo que no eres la persona adecuada para estar a su lado… dime, ¿cuántas veces la has acompañado a sus juegos?, ¿qué clase de apoyo eres para su carrera? -Kelly es mucho más que todo esto… y sí la apoyo aunque no pueda estar todas las veces. -Te equivocas… esto es todo lo que somos, lo que hemos luchado desde que éramos unas niñas, tú no lo entiendes, solo le tomas fotos en su entrenamiento para que la competencia pueda verla débil. -Déjala en paz Andrea, no estamos en los tiempos de Kozlov, y esas fotos solo han hecho que todos me tomen en serio, además… ¿acaso no te he derrotado las últimas veces siendo tú la número dos? -Kelly llega con su bolso deportivo en su hombro derecho colocándose en medio de las dos, ve a Andrea de forma decidida dándome el tiempo suficiente para respirar con calma y tranquilizarme. -Como sea… solo dame una respuesta rápido, no puedo esperar mucho tiempo. -Toma del suelo su bolso deportivo y lo posiciona en su hombro. -No presiones, debo estudiarlo… el lunes te doy la definitiva. -Kelly le habla de forma tosca logrando que Andrea se rinda ante la obtención de una respuesta. -Ok -Se retira sin más.

-Espero no te haya incomodado mucho… por favor no te enojes, ella es así porque Kozlov es solo un detestable que no permitía que nos vieran débiles en ningún momento, según él, esa no era una opción viable… ella no ha tenido una vida fácil, sabes… sus padres eran unos malditos que la golpeaban, a la edad de catorce años se emancipó y se ha forjado una carrera a punta de esfuerzo, detrás de esa pose de chica ruda se esconde alguien que no ha permitido que las adversidades la derrumben. -Sé que Kelly no quiera que me indisponga más con Andrea por sus reclamos, pero no es eso lo que me molesta en estos momentos, sé que ella no es solo una compañera más, no… estoy convencida que Andrea es la persona que le partió el corazón y por sus palabras Kelly sigue admirándola, ¿celos? Sí y muchos, además por lo que veo Andrea no quiere rendirse con volver a estar a su lado. -¿Qué es lo que te ha pedido? -Esa es una excelente noticia… verás me ha pedido ser su pareja en dobles, es una grandiosa oportunidad para mi carrera, si logramos tener buena química en la cancha lo más probable es que representemos a los Estados Unidos en las olimpiadas, eso sería… Dios, no existe palabras para describirlo, sencillamente el logro más importante al que podría aspirar. -Qué!!! Ahora van a tener que estar más tiempo juntas, bajo saliva de mala gana, Kelly envuelve sus brazos en mi cuello. -Sí lo es, entonces ¿por qué no le diste respuesta inmediata? -Hablo cansinamente. -Porque si le digo rápidamente que sí va a pensar que me está haciendo un favor, y no es así. -Empieza a besarme en el cuello cambiando mi humor rápidamente. -Veo… -Deslizo mis manos a su cintura acercándola más mi cuerpo. -No hablemos más de tenis, solo quiero disfrutar tenerte aquí conmigo… me haces tan feliz. -Me besa apasionadamente, el suave roce de su lengua con la mía hace estragos. -¿Ahh sí? -Pregunto mientras paso descaradamente mis manos por su culote blanco, deslizo atrevidamente mis dedos por su centro, beso su cuello con insistencia, Kelly se aferra con más fuerza a mi cuello ejerciendo presión en mi mano con su cuerpo. -Dios no hagas eso, no sabes cómo me pones. -Su voz ronca acompañada de su respiración entrecortada me incita a seguir mis movimientos firme. -¿Cómo? -Le pregunto cerca a su oído, rozando la punta de mi lengua por el borde de su lóbulo. -Helena… no vamos hacerlo aquí, así que mejor nos vamos. -Retira mis manos de forma suave, delineo un mohín pero es inútil, cuando vamos a los parqueaderos vemos de nuevo a Andrea terminando de acomodar su bolso en su espectacular Ferrari rojo, voltea a verme de reojo, la tensión vuelve, estoy en un dilema, no sé si debo preguntar de una buena vez a Kelly quien es realmente Andrea en su vida o confiar en ella de la misma forma que le pedí semanas atrás que creyera en mí.

-No le pongas cuidado… ven, ya es hora de irnos, tengo reunión familiar. -Sacudo torpemente la cabeza, no sé si sea una buena idea acompañarla, digamos que dar una buena impresión a los padres no es lo mío. -¿Qué? -Volteo a verla con el ceño fruncido, ella solo ríe graciosamente por mi posición. -Sí… tranquila, ellos no comen mujeres asustadas. -Sus tiernas facciones me dan serenidad, decido confiar en ella, Kelly nunca me fallado, en sus brazos he encontrado tranquilidad, estabilidad, amor… -Está bien. -Estrecho su mano con suavidad mientras caminamos con lentitud, los últimos rayos de sol nos rozan cálidamente, debo confiar en que Kelly sabrá valorar mi corazón, mis sentimientos, estoy entendiendo que las relaciones implican una cuota de fe y la nuestra no es una excepción. XXXI

-Escuché que has despedido a Rojas del hotel San José. -La voz de mi hermano me detiene en el hall del hotel, tan temprano y tener que lidiar con sus reclamos, quejas y burlas no es de mi agrado para empezar el día, lo sé, no maduramos, parecemos niños pequeños. -Sí… ¿algún problema con eso? -Doy media vuelta para verlo de frente con mi ceja alzada, se acerca a paso tranquilo con su risita burlona. -No… al contrario, no pensé que tuvieras las agallas para hacerlo… el tipo era una molestia, el viejo ya sospechaba de sus intenciones pero ya sabes que él no le gustaba despedir personal, los japoneses le metieron ideas anticuadas de cómo administrar. -Mi padre no despedía a nadie a menos que hubiera cometido alguna falta muy grave, consideraba a sus empleados el alma de los hoteles, en todos los años que llevó las riendas solo diez personas fueron despedidas y yo no llevo ni un mes y ya despedí al primero. -No son del todo anticuadas… contar con el personal adecuado es muy importante, si despedí a Rojas es porque era un mal elemento. -Solo recordarlo me da coraje. -No puedo creer que me hables como todo una administradora… nada mal hermanita, parece que lo llevas en la sangre. -Me dice en tono socarrón, yo solo ruedo los ojos, ¿qué se trae ahora? -¿Es un cumplido? -Ladeo la cabeza con mi ceja enarcada, él parece disfrutar mi confusión, ashhh que molesto.

-Puede ser. -Se balancea levemente adelante y atrás sin soltar su portafolio, sí, disfruta conmigo, pero después de tantos años sin hablarnos salvo para discutir, está es la conversación más agradable que hemos tenido. -Papá!!! -Sus dulces voces nos sorprenden, las niñas se lanzan a cada pierna de Eduardo, no entiendo como no cayeron todos al suelo, desde el funeral no las había visto, sus largas cabelleras negras y su hermosa piel morena no da lugar a dudas de su apellido, esto es lo más cerca que he estado de ellas y no puedo evitar sentir una fuerte emoción en mi pecho, sus risas traviesas me conmueven, calculo que tienen alrededor de ocho o nueve años, tanto tiempo ignorando su existencia, sin tan solo la relación con mi hermano no se hubiera roto de forma absurda ellas serían mi perdición. -¿Qué hacen aquí? ¿Dónde está mamá? -Eduardo está desubicado, toma en brazos a las niñas y les da suaves besos en sus mejillas, ellas pasan sus manitas por su rostro debido a la picazón que la naciente barba de mi hermano les produce en medio de risas. -¿Por qué las traes aquí?... estoy trabajando. -Hace presencia una hermosa mujer con elegante caminar que no despega de sus manos el celular de última generación, no entiendo, ¿qué pasó con Karen? -No llegaste por ellas el fin de semana… deben pasar tiempo con su padre y precisamente hoy no tienen clase, si la única forma que tienen de verte es mientras trabajas, así será. Ay Dios!!! Esa voz medio chillona, carajo es Karen, ¿pero que le pasó?, si la última vez que la vi no era así, bueno para que decir mentiras ella era una mujer descuidada con su imagen, muchos pensaron que mi hermano se casaba con ella por su dinero, incluyéndome. -Karen. -Por fin hablo interviniendo en la situación, ella que no se había percatado de mi presencia voltea a verme retirando de su rostro sus elegantes lentes de sol, sus ojos verdes con los bordes ligeramente amarillos no me dejan dudas, es ella. -Helena, wow tiempo sin verte, desde el matrimonio… Dios eras solo una adolescente la última vez que te vi y ahora…te ves hermosa. -¿Qué? en serio, si hablamos de cambios ella me deja atrás por una larga diferencia, demonios!!! Sé que no me entienden, haber permítanme ponerlos en perspectiva, Karen Díaz era la novia menos agraciada que mi hermano haya llevado alguna vez a casa… su cabello grasoso, su piel afectada por el acné, sus grandes gafas y ni hablar de su ropa anticuada, dejó a toda la familia en shock cuando anunciaron su compromiso y ahora tengo frente a mí a una persona completamente diferente, su piel es como porcelana, su cabello castaño rojizo en ondas que se ve perfectamente cuidado, sin gafas de bibliotecaria, parece modelo, toda ella es solo… hermosa. -Y tú… estás preciosa… casi no te reconozco. -Ella sonríe alegremente por mi declaración, mi hermano alza su ceja totalmente serio, las niñas jalan sus manos tratando de llamar su atención. -Gracias… creo que el estar divorciándome de tu hermano me ha sentado bien, ¿no crees? -Así que se están separando, ¿pero de qué va todo esto?

-¿Se están divorciando? -Pregunto frunciendo el ceño, mmm me he perdido de muchas cosas definitivamente. -Veo que tu hermano no te ha contado… -Ella voltea a verlo con desdén, definitivamente necesito un mapa con urgencia que me ponga en camino de entender esta situación. -Karen… Dios delante de las niñas no. -Mi hermano ruega para que sus problemas no sean sacados a la luz delante de las niñas, en parte lo entiendo, cuando eres un niño las peleas de tus padres pueden afectarte muchísimo, créanme, sé de eso. -Tienes razón… las recojo en la tarde. -Karen decide concederle su petición, se hinca para ver las niñas de frente, desliza sus manos por sus rostros. -Pórtense bien, mami las quiere y las recoge en la tarde, no olviden la tarea y nada de llenarse de dulces, ¿entendido? -Les da besos en sus frentes antes de volver a ponerse en pie. -Sí. -Las niñas contestan al tiempo con sus manitas atrás, si la genética no falla están haciendo cruces para no cumplir sus promesas, se delinea una sonrisa en mi rostro de solo imaginarlo. -Espero verte pronto Helena. -Karen se acerca y se despide de beso en la mejilla. -Eduardo nada de llenarlas de dulces y por favor que hagan la tarea. -Lo señala completamente seria. -Ya te escuche… -Mi hermano contesta cansinamente viendo el suelo, toma una gran bocanada de aire y agarra su brazo tratando de apartarla para hablar sin público presente. ¿Por qué no cenamos está noche?, ya sabes… hablamos. -Ella no permite que él la siga tomando del brazo. -No Eduardo, el tiempo de hablar se acabó… -Se alejan y ya su conversación no es audible, las niñas me ven con una sonrisa de oreja a oreja. -¿Tú eres mi tía Helena? -La niña más grande me habla tiernamente, por lo que veo ella es mas extrovertida, la menor agacha su cabecita sin soltar de sus manos una libreta de dibujo. -Sí princesa. -Contesto pasando delicadamente mis dedos por su rostro, ella no deja de sonreír. -Yo soy Giselle… tu sobrina y ella es mi hermanita Helena, se llama igual que tú, sabes que mi papi le colocó tu nombre porque dijo que se parecían mucho, igual de rebeldes, calladas, solitarias y con vena artística, ¿sabías que le gusta dibujar? -Mi pequeña sobrina me ve de reojo sin hablarme. -Mi papi nos ha hablado mucho de ti, que eres una fotógrafa famosa, que has recorrido el mundo. -Giselle señala cada una de las cosas que mi hermano habló de mí con sus dedos, jajaja así que le colocó mi nombre, ahora sí estoy

sorprendida, esa sí no la vi venir, debió entonces ponerle a Giselle el nombre de Sofía, se parecen, hablan sin detenerse a respirar, no puedo negar que son tiernas las dos. -Wow. -Digo con una amplia sonrisa, todas las fibras de mi ser están enternecidas con su presencia. -Niñas ¿ahora qué hago con ustedes? -Mi hermano llega con las manos en su cabeza, ve para todos lados sin saber muy bien qué hacer. -Deja te ayudo… ya sabes, es hora de conocerlas, ¿no crees? -Me ve incrédulo por lo que acabo de decir, ve su reloj sin contestarme aun. -No sé Helena… -Vuelve a tomar aire pasudamente, las niñas se secretean con sus risitas de picardía llamando nuestra atención, ¿de qué tanto hablarán? -Deja… tranquilo, es hora de saber que tan cierto es que me parezco a tu princesita. -La señalo guiñándole el ojo a la niña que sonríe escondiéndose detrás de su hermana. -¿Te contó? -Mi hermano habla pesadamente, sé que se siente descubierto. -Sí… así que me quieres… ya lo sospechaba, di que me quieres. -Le hablo socarronamente mientras me acerco y le hago cosquillas, él intenta no reírse sin mucho éxito la verdad. -No presiones… -Finalmente alza su mano para que me detenga, extrañaba esto, no exista forma alguna que pueda negarlo, las niñas se divierten con el espectáculo. -Jajaja ya sabía que me admirabas en silencio, solo eres un fan más. -Sigo burlándome de él, mi hermano solo niega sin verme a los ojos. -No más!!! Me voy a la oficina, me avisas si necesitas algo con las niñas. -Habla en su tono más serio acomodándose su corbata. -Está bien, además tienes mucho trabajo, pronto tienes que presentarme tu plan de negocios, ni creas que te salvas por ser mi hermano. -Me ve fingiendo enojo con la cabeza ligeramente ladeada. -Lo disfrutas ¿cierto? -No te das una idea. -Le contesto socarronamente.

Esto debí pensarlo más detenidamente, me estoy volviendo loca, nunca imaginé que mis sobrinas fueran un terremoto, mi oficina está completamente desordenada, pareciera que

una fuerza de la naturaleza hubiera arrasado con todo a su paso, Giselle no para de hablar y preguntarme sobre cualquier cosa, en un descuido agarró una de mis cámaras más preciadas, faltó poco para darme un ataque cardiaco, Helena es más callada, creo que todavía no tiene la confianza para hablarme y la entiendo, le doy su espacio, ella está en el suelo dibujando con todos los colores regados a su lado, coloco mis manos en mis oídos, ¿en qué me metí? -Lena, discúlpame por entrar así, pero no contestabas… -Lina entra dudando sus pasos, levanto la vista y sonrío alegremente, ya necesitaba hablar con un adulto, las niñas la ven y se lanzan a sus brazos. -Carolina!!! -Lina se hinca para abrazarlas, mmm no saber qué sucede ya no es nada extraño para mí. -Niñas, ¿qué hacen aquí? -Lina desliza sus manos por sus pequeños rostros, se ve tan bien con las niñas, sacudo la cabeza, ¿en qué demonios estoy pensando? -Visitando a mi tía… ¿sabías que es fotógrafa? -Giselle toma el rostro de Lina entre sus manitas para que le ponga atención. -Sí peque, tu tía y yo somos amigas. -Giselle voltea verme con una gran sonrisa. -Así que ya se conocen. -Lina se coloca de pie y se acerca para saludarme de beso en la mejilla y de paso desliza las yemas de sus dedos cerciorándose que la herida de la ceja ya es cosa del pasado. -¿No crees que eso debería preguntártelo yo? -Ella me ve divertida por mi confusión. -Bueno… verás, nos conocimos en el hospital cuando visitaban a su abuelo… -Sí, Carolina le buscaba el café como al abue le gustaba, las enfermeras no lo dejaban tomarlo así que lo llevaba a escondidas. -Giselle la interrumpe terminando de hablar con una pequeña mueca fingiendo desaprobación. -Yo… -Jajaja Lina se puso más roja que un tomate. -Tranquila… gracias. -Coloco mi mano en su hombro, ella solo asiente mientras toma una gran bocanada de aire, la verdad estoy entendiendo porqué mi padre la apreciaba tanto, me reconforta saber que ella estuvo ahí para él cuando yo no lo hice. -¿Qué tal si vamos por un postre?... necesito despejarme un poco y que ustedes se entretengan con algo. -Señalo divertida a las niñas que se les ilumina el rostro con la noticia. -Sí!!! -Las niñas gritan emocionadas, tomo sus manos y salimos a paso tranquilo, decido ir directamente a la cocina, desde que era una niña no visitaba la cocina del hotel, creo que ya es hora de saludar a José y robarle una buena porción de cheesecake… entramos a la cocina tratando de no tropezar con nada, todos parecen hormiguitas trabajando sin notar nuestra presencia, busco con la mirada a José sin éxito hasta el momento, las niñas se me

desprenden de las manos y empiezan a corretear por el lugar, con Lina intentamos alcanzarlas pero son muy escurridizas. -Helena… ¿eres tú? -Uno de los chef se retira el gorro y se acerca rápidamente con una gran sonrisa. -Mmm sí… -No termino de hablar cuando ya me está elevando por el aire en un gran abrazo, y ¿este loco quién es? -Sabía qué eras tú… Dios eres toda una muñeca preciosa. -Intento reconocerlo pero no doy, él hombre castaño de cabello rizado y ojos de cachorrito me ve detenidamente. -Eh… ya dime quien eres antes que te dé una buena abofeteada por atrevido. -En todo el tiempo no me ha soltado de su agarre, ya me siento incomoda, hace tanto que un hombre no me tomaba de esa forma… bueno solo Sean, pero eso es otra historia. -No me reconoces… a ver, tú eras una princesa y yo era tu fiel sirviente y escudero en innumerables aventuras por el reino mágico de Moguer. -Qué!!! Pero si es Carlitos el nieto de José, los dos jugábamos por todos lados, éramos inseparables, luego sus papás se mudaron de ciudad y jamás volví a saber de él. -Carlitos!!! -Pasó mis manos por sus fuertes brazos, pensar que cuando era un niño su físico era escuálido, creo que ya no es el mismo Carlitos. -Pero si estás muy cambiado, claro que torpe… éramos chiquillos la última vez que nos vimos, dime ¿dónde está tu abuelo?, lo estoy buscando. -Sigo con la vista buscándolo inútilmente. -Helena, mi abuelo ya no trabaja aquí, se pensionó hace tres años y ahora yo soy el chef pastelero del hotel. -Lina llega con las niñas carraspeando su garganta tratando de llamar la atención, rápidamente me desprendo del agarre de Carlos, Helena viene a mi lado y jala mi mano, Lina permanece con la mirada distante. -Tía. -Volteo a ver a mi sobrinita, me hace señas que me acerque para decirme algo al oído, increíble, es la primera vez que quiere hablarme, bajo a su altura y me posiciono. -Sí princesa. -La veo con una gran sonrisa. -Tía ¿por qué no le dices que a ti no te gusta los niños? -Me dice bajito, solo bajo saliva, en serio, ¿no me habla en todo el día y lo hace para decirme eso? -¿Cómo sabes eso? -Le pregunto con los ojos casi desbordados, no sé cómo manejar estas situaciones con los niños, levanto la mirada Carlos y Lina hablan sin colocarnos cuidado. -Mi papi nos dijo que a ti te gustan las niñas, no los niños. -Mi hermano qué!!! Y ¿ahora? -Y… ¿qué piensas de eso? -Seguimos hablando en voz baja para no llamar la atención.

-No sé, a mí tampoco me gustan… especialmente John. -La pequeña Helena levanta los hombros despreocupada, Giselle que no se pierde nada interviene en la conversación. -Sí, es muy tonto… -Giselle frunce el ceño y se cruza de brazos. -¿Qué sucede con ese tal John? -Les pregunto preocupada por su respuesta. -Se burló de Helena porque mis papás se están separando, así que… -Helena no la deja terminar de hablar. -Le pegó con la sombrilla tan duro que le sacó un chichón, jajaja lloró llamando a su mamá, nos sacaron una semana de la escuela, por eso no tenemos clases. -Termina de hablar Helena, ahora entiendo, es difícil una separación, sí lo fue para mí y ya no vivía con mis padres ahora ellas que son apenas una niñas, pero no puedo negar que me divierten este par con sus ocurrencias. -Jajaja ya decía yo que la sangre no se niega. -Me río tan fuerte que cuando me doy cuenta Carlos y Lina me ven detenidamente. -Lo que su tía quiere decir es que está bien que cuides a tu hermana, pero pelear no es la solución, ¿cierto? -Lina me reprende por mi actitud irresponsable, solo atino a asentir sin chistar. -Mmm sí. -Bueno ya que las veo con ganas de comer algo dulce y la verdad aquí todo es un desorden por la convención, ¿por qué no hacen ustedes un rico postre? con eso se distraen y satisfacen el antojo. -Carlos termina de hablar con una gran sonrisa, me parece genial, la verdad necesito distraerlas de todo, y de pasó quemo tiempo sin enloquecer por sus ocurrencias. -Buena idea… ¿pero dónde? -Termino de preguntar viendo a todos lado, en verdad todo es un desorden, las personas pasan rápidamente sin detenerse en ningún momento. -Vengan conmigo, la parte de atrás tiene todo lo necesario. -Carlos nos dirige al lugar, cuando abre la puerta vemos una pequeña cocina con todos los elementos necesarios, él termina despidiéndose de un beso en la mejilla que descaradamente se acerca a la comisura de mis labios, en serio debo hablar con Carlos antes que siga con esa clase de movimientos, Lina me ve con su ceja levantada, yo solo niego riendo, en serio hace tanto que un hombre no tenía esas actitudes conmigo, intento relajar el ambiente. -Mmm ¿qué tal si preparamos brownies? -Hablo entusiasmada con las manos juntas y una gran sonrisa, las niñas parecen encantadas con la idea, por otro lado Lina sigue con su pose rígida.

-¿Vas a preparar brownies? -Me pregunta con la cabeza ligeramente descolgada y sus brazos cruzados. -Jajaja Lina ya sabes que solo preparo café… no, tú vas a preparar tus famosos brownies especiales. -La señalo divertida, parece funcionar porque sonríe negando con la cabeza. -Brownies especiales… a la Lina. -Cuando termina de hablar se da cuenta de lo que acaba de desencadenar, se ruboriza al acto e intenta no fijar la vista en nada, demonios!!! Los recuerdos luchan por salir a flote. -Eh…

-Explícame… ¿cómo terminamos así? -Estamos desnudas en el suelo de la cocina de mi apartamento, Lina pregunta escrutándome con sus hermosos ojos verdes mientras toma mi rostro pasando suavemente sus pulgares por mis pómulos, nos encontramos sentadas con nuestras piernas entrelazadas de tal forma que la calidez de nuestros centros se percibe de forma deliciosa, nuestras respiraciones colisionan dejando en alerta nuestra piel, somos un completo desastre untadas de chocolate y harina de trigo. -Bueno tú empezaste arrojándome harina a la cara… te respondí con un ataque de cobertura de chocolate, una cosa llevó a la otra y terminamos haciéndolo en el suelo. Termino de hablar como si fuera los más elemental, reímos al tiempo, deslizo mis manos por su espalda logrando que se arquee a mi toque, Lina es todo un espectáculo para mí, todavía no me acostumbro a verla de esta forma, hace tan solo dos semanas que empezamos esto que ni nombre tiene, cada vez que decimos que no volverá a pasar terminamos desnudas y jadeando por más, presiento que se volverá adictivo. -Mmm no sé como terminamos siempre así, la masa se perdió, ya no podemos hacer brownies especiales… ¿de qué te ríes? -Mi risa la interrumpe, no son especiales, es la misma receta que aprendió en el colegio en una de esas estúpidas clases que nos hacían ver las monjas, empiezo a besar su cuello mientras mis manos juguetonas buscan incrementar su temperatura, sus jadeos me ponen mal. -Puede ser, pero podemos hacer brownies especiales… a la Lina. -Termino de hablar frotando con movimientos firmes su entrepierna, su respiración entrecortada es el aliciente para seguir, la recuesto con delicadeza y me posiciono encima de su cuerpo trayendo el tazón de jarabe de chocolate. -¿Cómo? -Me pregunta de forma coqueta mientras juega con mi cabello suelto, cuando siente el primer toque de chocolate en sus pezones erectos enarca su ceja por mi atrevimiento, rápidamente mi lengua retira el dulce, sin dejar de verla, me encanta como el verde de sus ojos se hace más intenso a medida que logro excitarla, cierra los ojos y sus manos se aferran a mi rostro, me apodero con necesidad de su pecho, sus

gemidos se escuchan por toda la cocina, cuando termino de retirar el chocolate decido esparcir el liquido viscoso por todo su cuerpo creando un contraste hermoso en su piel nívea, se ve tan… apetecible en estos momentos, cuando la golosina se mezcla con su humedad se me hace el sabor más delicioso del mundo, chupo todo sin dejar nada, me encanta como sus manos guían mis movimientos y ejerce presión para llegar más profundo. -Dios Lena… -Cada vez ejerce más presión, no entiendo cómo podemos hacer esto si antes solo éramos amigas, parecemos amantes que se conocen de tiempo atrás. -¿Me detengo? -Levanto mi rostro para encontrar el suyo, sus hermosos ojos verdes se ven oscuros, me jala hacia su rostro y me besa apasionadamente, somos un desastre. -Ni se te ocurra. -Sentencia al mismo tiempo que me hace devolver al lugar que hacer hervir mi sangre. -Tía ¿por qué estás tan roja?, pareces un tomatico. -Las manos de mi sobrina me devuelve a la realidad, Giselle me ve frunciendo el ceño esperando respuesta. -Yo… -Jajaja y tú estás igual. -Voltea a ver a Lina que parece que tuvo su propio encuentro con el pasado, ¿cómo es que puede suceder esto?, ¿no se supone que todo está más que olvidado?, demonios!!! -Saben qué… mejor manos a la obra… Lina dinos qué hacer. -Intento que el ambiente no siga más extraño de lo que ya está. -¿Lina? ¿Por qué la llamas así? -La pequeña Helena pregunta sin entender nuestra forma única de llamarnos. -Bueno… esa la forma en que nos llamamos de niñas, ella es Lina y yo Lena. -Le contesto con simpleza, ella coloca su manita en la barbilla como procesando lo que acabo de decir. -Mmm… ¿a mí también me pueden llamar así? -Pregunta de forma inocente. -Sí quieres, pero todo sería más confuso. -Tía. -Vuelve hacerme señas para hablar secretamente, diligentemente me acerco a su lado. -Dime pequeña. -¿Ella es una princesa? -Señala a Lina, volteo a verla con una sonrisa.

-Yo creería que sí… -Tantas veces pensé que ella era una hermosa princesa, siempre con ese halo que lograba poner tu imaginación a correr, por lo que veo no soy la única que lo nota. -¿Ella puede ser tu novia? -Sacudo la cabeza, ¿qué? estas niñas logran dejarme perpleja a cada rato, estas nuevas generaciones vienen adelantadas definitivamente. -Qué!!!… no, yo ya tengo novia. -Ella me ve con una leve mueca de descontento que rápidamente cambia levantando los hombros. -Mmm lástima, se ven bien juntas. -Ay Dios!!! Y yo pensando en tener hijos. -¿Qué tanto se secretean ustedes? -Lina nos ve inquisidoramente con el delantal puesto. -Créeme no te gustaría saber… Estamos las cuatro sentadas en una de las mesas del restaurante, los brownies fue todo un éxito, me ayudo a pasar tiempo de calidad con mis sobrinas y bueno ahora estamos con Lina ayudándoles hacer sus tareas mientras comemos nuestro postre con una buena porción de helado de vainilla, sacudo la cabeza, demonios!!! Yo que pensé que los fraccionarios eran algo con lo que no volvería a toparme nunca más y heme aquí. -¿Dónde se habían metido? llevo un buen rato buscándolas, su madre no demora en llegar… ¿dime que terminaron sus tareas? -Mi hermano llega hablando sin darme espacio para contestar, sé ve tenso, saludas a las niñas de besos en sus frentes y toma asiento a nuestro lado. -Hola, sí, ya casi terminan y de nada. -Le hablo de forma sarcástica, él levanta las cejas, sé ha dado cuenta que ni las gracias me ha dado por cuidarlas. -Lo siento, hoy fue un día extenuante, con eso que mi jefe me tiene trabajando duro. Contesta burlón haciéndome reír con sus ocurrencias. -Jajaja deja el drama que a ti no te queda. -Reímos al tiempo, Lina nos ve expectante, sé que no cree que estemos de buenas pulgas. -Papi ¿quieres brownie?… nosotras los preparamos. -Giselle habla orgullosa del postre sacando el pecho y pensar que solo la colocamos a pasarnos los ingredientes, jajaja me matan estas niñas. -En serio, entonces sí. -Contesta mi hermano contento, rápidamente le sirvo una buena porción. -No puedo creer que le hayas dado brownie, ahora no van a dormir. -Karen habla cerca a nuestras espaldas logrando asustarnos por la forma abrupta con la que llegó.

-Yo… -Mi hermano intenta hablar con rastros de chocolate en su boca, parece chiquillo que lo acaban de encontrar haciendo una travesura, jajaja esa imagen me va hacer reír por mucho tiempo. -Es mi culpa… discúlpame por favor, es solo que teníamos antojo y ya sabes, terminamos preparándolos ¿quieres? -Intervengo con una vocecita de niña que no parte ni un plato, Lina se ríe por lo bajo de mi actitud, Karen baja sus defensas y coloca un asiento más en la mesa que solo fue diseñado para cuatro personas, las niñas lucen felices de tenernos a todos reunidos como familia. -Está bien, pero por favor no les des dulces a estas horas, no sabes lo difíciles que son para que duerman a tiempo. -Las niñas bajan las cabezas, me lo imagino, si así nomás fueron un terremoto, considero a Karen. -Bueno yo me retiro, es hora irme. -Lina se levanta de la mesa despidiéndose de cada uno, decido acompañarla y de paso le doy un momento a mi hermano para que disfrute un momento de paz con ellas. -Te acompaño a la salida. -Me levanto y le hago señas para que siga primero, cuando estamos a la salida del hotel decido hablar. -Gracias por todo, sé que debes tener tantas cosas por hacer y yo quintándote tiempo. -Lina sonríe viéndome detenidamente. -No creas… verás desde que Catalina se empeñó en retirarme clientes con sus múltiples artimañas, cuento con mucho tiempo libre y bueno para ser honesta tu padre era mi mejor cliente, así que él me pagó para estar disponible siempre que fuera necesario para sus asuntos. -Viejo loco, le agradezco que lo haya hecho. -De todas formas muchas gracias. -Coloco mi mano en su hombro, ella posiciona su mano encima de la mía. -Te ves bien con niños al lado… serás una gran madre. -Quedo con cara de ¿me estás hablando en serio? -No me veas así, no niegues que lo has pensando alguna vez. -No lo niego, es solo que… ¿cómo sabes que seré una buena madre?, ni yo estoy segura de eso. -Solo lo sé. -Replica rápidamente dejándome sin palabras. -Nos vemos mañana, ya reprogramé las citas… -Lina… dime ¿por qué no tienes tu oficina aquí? digo, todo sería más sencillo. -La interrumpo, al fin y al cabo está dedicando la mayoría de su tiempo a la restructuración.

-No quiero incomodar. -Contesta Lina con sus manos en el cuello, sé que la tomé por sorpresa. -No lo haces, además aquí hay mucho espacio. -Está bien, será como tú digas, nos vemos mañana. -Me da un suave beso en la mejilla que me deja con un cosquilleo placentero en la piel. -Ok. -La veo alejarse en su carro, tomo una gran bocanada de aire. Cuando regreso mi hermano se despide de las niñas, se ve la tristeza en sus ojos, Karen intenta no fijarse en la escena que está delante de ella, se ve que le duele también todo esto, no entiendo como mi hermano permitió que todo se le salieran de las manos de esta forma, terminan de irse a paso lento, decido entonces que es hora de acercarme a mi hermano. -Dime… ¿cómo es que tu familia se desbarató de esta forma? -Le pregunto sin apartar mi vista de las figuras de mis sobrinas. -No quiero hablar de eso… es muy difícil. -Se nota el dolor en su voz, debió ser algo fuerte, Karen adoraba a mi hermano. -No te voy a juzgar, solo quiero escucharte. -Coloco mi mano en su hombro llamando su atención, el asiente pesadamente volviendo a colocar su vista al frente. -No seguimos siendo familia por mi culpa, he cometido tantos errores que lo único que logro es lastimarlas más, soy un maldito desastre… papá tenía razón, mi vida no va bien. Volteo a verlo con una leve arruga en mi frente, sigo sin entender nada. -¿Qué pasó? -Mi hermano toma una gran bocanada de aire apretando los puños con fuerza. -Sé que todos pensaron que me casé con Karen por su dinero…eso no es cierto, ella era una mujer dulce, inteligente capaz de amarme por lo que soy, me enamoré de ella como nunca antes lo había hecho, su fortuna no era de mi interés, empezando que firmé capitulaciones ordenadas por mi suegro antes de casarnos, yo era el maldito afortunado que Karen se fijara en mí, no por mi apellido, ni por mi físico o mi dinero, cuando las niñas llegaron fui el hombre más feliz del mundo, me sentía pleno, lo tenía todo. Pero a veces no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, la rutina de a poco fue calando fuerte en mi vida, me sentía aburrido, supongo que le llaman la crisis de la mediana edad, nada de sorpresas o emoción. Hasta que llegó ella, Sara, mi nueva asistente… una hermosa mujer de curvas peligrosas y mirada coqueta, hace un año fui infiel con ella, me dejé llevar por la pasión descontrolada que esa mujer me producía y Karen nos encontró teniendo relaciones en mi oficina, la lastimé mucho, pero estaba bajo el embrujo de su cuerpo, no me importó, me fui a vivir con Sara, solo un mes bastó para darme cuenta que todo era una maldita ilusión y que estaba perdiendo el amor de mi vida.

Entonces ella decidió cambiar, se convirtió en la mujer que ahora ves, sé que se ve hermosa, pero yo siempre la vi así, y ahora… tiene más de un pretendiente y eso no es todo, ya sabes que ella estudiaba periodismo pero jamás ejerció por estar al cuidado de las niñas, ahora es una famosa presentadora de noticias, más de un maldito en la ciudad quiere conquistarla, sé que ella tiene derecho a ser feliz, pero no estoy seguro de que todos esos babosos la vean del modo que yo lo hago, no fui por la niñas por desobligado, cuando llegué a mi antigua casa la vi besándose con un maldito idiota que trabaja con mi suegro y que él adora y apoya para ocupar mi puesto, no fui capaz de seguir ahí, me fui, y ahora… no hay día que no le ruegue que vuelva conmigo pero ella no me escucha, simplemente no le interesa y yo estoy muriendo en vida, nada tiene sentido, ellas son mi felicidad. -Sé que está reteniendo el llanto a como dé lugar. -Sé que prometí no juzgarte… pero eres un maldito idiota. -Le hablo de forma brusca, como es posible que no aprendiera del ejemplo de nuestros padres, ¿por qué tenía que ser tan cabezón? -Helena… -La tenue voz de mi hermano se pierde en el aire. -Lo siento, sé que no soy nadie para juzgarte… te equivocaste, pero tienes derecho a ser feliz, a luchar por una nueva oportunidad, pero debes dejar ese maldito orgullo que de nada nos ha servido, primero no debes rendirte con ella, sé romántico, demuéstrale que eres mejor hombre, sé el mejor padre, mejor amigo, apóyala en su carrera. -Voltea verme sin creer mucho en lo último, a veces olvido el machismo con el que la abuela lo trastornó. -No me veas así, ella también tiene derecho a superarse en su carrera, olvida los malditos consejos de la abuela Eleonor, no estás en posición de comportarte como un machista idiota, esas ideas son anticuadas, si tienes que arrodillarte por tan solo una oportunidad de salir de nuevo lo haces sin chistar, ellas lo valen, es hora de que luches sin tregua ni cuartel. -No puedo creer que me des consejos de esos, digo, ¿acaso tú no eres mi hermana menor? -Me regala una sonrisa triste. -Qué te puedo decir, parece que siempre fui más madura que tú. -Lo señalo tratando se sonar graciosa y subirle el ánimo. -Jajaja deja de mentir, siempre serás una chiquilla para mí… me alegra tenerte de nuevo en mi vida, te extrañaba mucho, lo siento por ser tan idiota contigo también, pero entiende que no fue fácil ver como la supuesta novia que decía amarme con locura estuviera detrás de mi hermanita menor. -Tan fácil que puede dañarse una relación. -Yo también lo siento, pero debes saber que eso no fue mi culpa, pero a pesar de todo fue lo mejor, lo más probable es que nunca te hubieras enamorado de Karen… los dos cometimos muchos errores. -Ya era hora de volver a tener lazos familiares y no me arrepiento, mis sobrinas son dos encantadoras pequeñas que han logrado robarme el corazón, mi padre tenía razón, dándole una nueva oportunidad a mi familia me la estoy dando también.

XXXII Seattle fue la ciudad escogida para realizar la selección de los tenistas que desean disputarse las plazas vacantes para representar a Estados Unidos en los próximos juegos olímpicos, muchos quedaron desconcertados por tal decisión siendo está ciudad poco conocida por su afición al deporte, muchos protestaron por ser tan apresurada la convocatoria sin haber tenido aviso previo, entre ellas mi novia que tenía planeado visitarme esta semana, pero el comité no quiso ceder ni con la fecha ni con la ciudad, así que decidí trasladarme a Seattle para verla, para mí este lugar tiene un significado especial por tener dos de las cosas que más me gustan… primero es la ciudad donde nació el grunge y por otro lado tenemos su gusto por el café, mmm ya saben que soy adicta a esa bebida, conclusión, para mí no había problema en visitarla aquí, es más me agradaba la idea, ahora voy rumbo al Seattle Tennis Club a ver su entreno, en dos días será a puerta cerrada, nadie ajeno al comité o los deportistas pueden estar presentes. Andrea ya tiene su cupo asegurado en individual pero debe pasar la prueba de selección en dobles junto a Kelly, a pesar de ser una pareja nueva han logrado ganar tres abiertos seguidos lo cual las coloca como seguras ganadoras por la segunda plaza, parece que los entrenos han rendido frutos, no puedo negar que se mueven muy bien en la cancha, las dos son un dúo explosivo, en cada golpe de sus raquetas se ve la fuerza que imprimen, su técnica es muy similar, tienen a sus contrincantes acorraladas, se nota que la que más disfruta es Andrea, sus ojos brillan cada vez que consiguen un punto, verlas así me hace sentir incomoda, como una extraña que a fuerza quiere estar en un lugar que no es el suyo, no sé hasta qué punto Andrea tenga razón y yo no sea la persona indicada para ella… El juego ha terminado, Andrea se regodea en el triunfo viendo de forma arrogante a las perdedoras, su caminar altivo con su perfecta coleta destila soberbia, ella es el retrato perfecto del porqué nunca me gustó fotografiar deportistas, me jode esa actitud de ser superior, no soporto esa clase de comportamiento, no va conmigo, pero ella… Kelly es diferente, se acerca a sus competidoras a felicitarlas por el gran juego, en ningún momento imita a su compañera, no, Andrea se equivoca, ella es diferente, es imposible no enamorarse de Kelly Adler, toma liquido de su termo plateado mientras pasa delicadamente la toalla blanca por su rostro retirando con cuidado las gotas de sudor por el fuerte entrenamiento, arruga su frente de forma graciosa, sé que ha dado cuenta que alguien la observa, levanta su mirada y se conecta de inmediato con la mía, sus ojos brillan de alegría, deja a un lado su termo y sale corriendo a mi encuentro -Amor!!! -Sus besos saladitos me encantan, la abrazo fuerte, llevaba dos largas semanas sin verla, la distancia no es asunto sencillo. -Lo siento, estoy tan transpirada como un cerdito. -Se retira de mis brazos con un tierno puchero que me mata, la verdad es que no me importa, solo ella. -Pero no sabes… me encantan los cerditos. -Vuelvo a traerla a mi cuerpo atrapando su camiseta y suavemente dejo besos por la extensión de su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja que fácilmente cae presa del agarre de mis dientes, su cuerpo se estremece, sí, ella también me ha extrañado.

-Kelly no es momento para descansos, la gloria no da espera. -Andrea interrumpe bufando fastidiada, de paso hace que el ambiente se tense con su llegada, Kelly se suelta de mis brazos resoplando y da la vuelta para verla de frente. -No… es todo por hoy, el descanso también es necesario y lo sabes muy bien… o dime ¿quieres agotarte y no rendir en la selección? -Kelly habla firme, sosteniendo la mirada de forma desafiante, nunca la había visto así, parece que ella le saca su mal humor con facilidad, Kelly en estos momentos está lejos de ser la chica dulce que muy bien conozco. -Como quieras. -Sus ojos violeta relucen con la rabia que está sintiendo en estos momentos, creo que no está acostumbrada a que las personas no hagan lo que a ella se le antoja. -Si quieres espero a que terminen no hay problema. -Kelly sigue tensionada por la respuesta seca de Andrea, yo no quiero ser una molestia en su entrenamiento, sé que para ella es muy importante, así tenga que soportar a la idiota de Thyssen deseo apoyarla en su carrera, Andrea finalmente se rinde y da media vuelta sin siquiera saludar o despedirse, hay cosas que no soporto, la mala educación es una de ellas, ya sé, llámenme anticuada, pero que les puedo decir, mi nana me dejó muchas de sus actitudes. -No te preocupes, a veces Andrea es un molesto dolor de cabeza. -Aprieta suavemente mi mano tratando de llamar mi atención, asiento dándole la razón. -Me esperas, me ducho y salimos ¿te perece? -Me habla de forma coqueta mientras muy atrevidamente coloca su mano en mi trasero, solo puedo reír por su descaro, asiento y la veo marcharse corriendo de forma graciosa. Llevo más de 30 minutos esperando a que Kelly salga, la verdad es que esperar sigue sin ser uno de mis fuertes, estiro perezosamente los músculos intentando relajarme, ya está oscureciendo y el lugar parece desértico, ese inconfundible aroma a frutas que su cabello desprende me avisa de su presencia, rápidamente doy la vuelta dejándola al descubierto, por lo visto pretendía espantarme, la traigo a mis brazos con un beso apasionado, sus labios piden piedad al sentir como mis dientes se aferran dejándolos un poco inflamados, un merecido castigo por su intento de asustarme. -Y dime… ¿me has extrañado? -Le pregunto viendo como desliza sus dedos por su lastimado labio inferior, nunca había hecho eso antes pero no pude frenarme con tanto tiempo sin sentirla y la suavidad de sus labios son una tentación difícil de resistir. -No te das una idea, tanto entrenamiento me tiene agotada, solo quiero mimos de mi novia y un buen descanso. -Me dice como chiquilla, la verdad es que también tengo ansias locas de estar con ella -Mmm creo que puedo ayudarte con eso. -Le doy un suave beso en sus labios y tomo su mano para marcharnos del lugar. -No lo dudo. -Me replica rápidamente mientras levanta y baja las cejas de forma graciosa, me encanta estos instantes que suelo compartir con ella, caminamos sin prisa, de un momento a otro se queda paralizada haciendo que la marcha se detenga, su mirada se mueve escaneando todo el lugar, me está asustando su cambio tan brusco. -¿Qué sucede? -Ella me ve con el ceño fruncido.

-No estamos solas. -Vuelve a ver a todo lado buscando algo o alguien, imito su movimiento pero no encuentro que es lo que la tiene así de alterada, su respiración se empieza agitar sin control. -No veo a nadie… solo tú y yo. -Termino de hablarle en tono calmado intentado transmitirle que todo está bien pero es en vano. -Créeme, no estamos solas, lo sé. -Me dice convencida de su creciente miedo, ladeo mi cabeza intentando entenderla, cuando quiero hablar una voz me interrumpe dejando mis palabras en el aire. -Katherine… -La voz de un hombre a nuestras espaldas hace que rápidamente Kelly apriete mi mano al punto de hacer detener el flujo de sangre a mi extremidad, doy la vuelta para verlo de frente, un hombre de complexión delgada y de apariencia descuidada tiene la vista fija en mi novia que no se ha movido por la impresión, el hombre decide rodearnos hasta quedar de frente con Kelly, no me gusta para donde va esto. -Señor creo que está equivocado. -Le replico al hombre que decide ignorarme, sus ojos dilatados e inyectados de sangre no se apartan de la figura de Kelly, él está logrando ponerme en alerta máxima. -No… es ella. -Habla con propiedad mientras da un paso al frente, me interpongo entre ellos, intento mover a Kelly a mi espalda pero es difícil cuando ella está hecha piedra. -Te has convertido en una mujer hermosa… tienes sus ojos, eres su viva imagen. -Señor la está confundiendo, por favor retírese. -Coloco mis manos en alto intentando que entienda de una buena vez. -No, usted no entiende… Katherine no sabes todo lo que te he buscado pequeña. -El hombre intenta acercarse y lo empujo haciendo que caiga aparatosamente, él decide por fin verme, sus ojos están llenos de furia. -Se lo advierto si vuelve intentar acercar a ella se atiene a las consecuencias. -Lo señalo con una mano mientras con la otra estrecho a Kelly a mi espalda, ella parece ausente a todo, jamás la había visto así, es igual que cuando te enfrentas a algo que te produce fobia, tu mente se desconecta porque sencillamente no sabe enfrentar el miedo. -Usted no sabe nada, ella es mía. -Saca de la parte de atrás de su pantalón una navaja, mi adrenalina se dispara al ver el brillante objeto, nunca me había enfrentado a una situación de este tipo, jamás había sentido la muerte tan cerca haciendo estremecer mi ser al percibir como la brisa fría hiela mi sangre, mis sentidos están alertas estudiando a que me estoy enfrentando, todo parece moverse lento pero es solo producto de mi cerebro que funciona a toda su capacidad, cuando lanza el primer ataque me adelanto cortando el espacio, bloqueo su brazo apalancando su extremidad hasta que producto del dolor suelta la navaja, ataco con un golpe certero a su garganta cortando el flujo de aire, cae al suelo intentando respirar, en ese momento llega la policía, todo sucede rápido, mi corazón duele por la forma brusca

con la que trabaja, volteo a ver a Kelly que está en el mismo lugar que la dejé, la única diferencia son sus ojos llorosos fijos en el pavimento, Andrea interviene gesticulando de forma exagerada, el sentido de la escucha parece no estar disponible, solo percibo un agudo chillido que hace doler la cabeza, de pronto uno de los policías se acerca tomando mi brazo tratando de llamar mi atención, solo veo como sus labios se mueven pero sigo sin entender nada. -¿Está bien señorita?... ¿está herida? -El policía de apariencia robusta me revisa detenidamente tratando de cerciorase que no esté lastimada. -Sí, estoy bien. -Veo como el atacante es sometido y esposado, solo puedo sentir tranquilidad al saber que las autoridades se van hacer cargo de él. -Fue muy valiente y estúpido lo que hizo, pudo haberla matado. -El policía me habla sacándome de mis cavilaciones, solo asiento pesadamente, sé que tiene razón, siempre mis impulsos terminan ganándome, pero en este caso siento que fue lo más acertado, dudo mucho que ellos hubieran llegado a tiempo. -¿Quién es él? -Lo llevan a una de las patrullas, las luces rojas y azules resplandecen por todo el lugar. -Por los documentos que encontramos en su pantalón es Liam O´connor, de nacionalidad canadiense, está aquí ilegalmente, necesitamos que usted y la señorita Adler rinda declaración en la estación. -¿Canadiense? Mi mente trabaja rápidamente colocando las piezas de este rompecabezas que pronto me da una imagen que hace estremecer mi cuerpo, ¿acaso él es padre biológico de Kelly? Su voz exigiéndose al máximo hace sacudir mi cabeza y salir del enredijo mental en el que suelo caer con facilidad, Andrea le habla fuerte a Kelly tomándola de sus hombros sacudiéndola como si fuera una muñeca de trapo, la rabia pronto se apodera de mí. -Te dije que llevaras escolta, pero no!!!... no entiendes, esto puede suceder cuando eres una persona conocida. -La retiro de su lado de forma brusca, ya es hora que Andrea conozca mi lado no tan amable. -Cállate de una puta vez, déjala en paz, no ves como está. -Le digo furiosa, su rostro de desconcierto rápidamente se convierte en coraje, está totalmente roja. -A mí no me hablas así. -Se acerca decidida intentando intimidarme, idiota. -Te hablo como se me da la gana si te metes con ella. -Ahora soy yo la que doy el paso adelante con mi mirada fija en ella. -No peleen más… por favor. -Su voz con ese tono de tristeza que hace desgarrar el alma nos hace detener en seco, las dos cedemos, Kelly no está bien, ella no necesita más peleas que la terminen de trastornar, me alejo de Andrea y me acerco atrapándola en mis brazos, su llanto empieza y yo solo la acuno dejando suaves besos en su cabeza.

El día no pudo haber sido más difícil, rendir declaración en la estación de la policía no fue una experiencia agradable, me enteré que el muy maldito la venía acosando desde hace una año, enviaba cientos de cartas amenazantes a la casa de sus padres en la Florida exigiendo encontrarse con Kelly, Andrea estaba al tanto de la situación y ya le había recomendado que llevara escolta pero ella no se veía detrás de hombres musculosos, esa fue la razón de que la policía reaccionara tan rápido, Andrea siempre estaba al pendiente de ella hasta verla ir de los eventos en los que se encontraba juntas, ahora entiendo porque siempre la encontrábamos en los parqueaderos, el desgraciado tiene una severa obsesión por ella, siempre acosándola, esperando la oportunidad para acercarse, pero lo más aterrador fue confirmar que efectivamente Liam es el hombre que la engendró, eso terminó de quebrarme los nervios, ahora entiendo que desconozco muchos aspectos de la vida de Kelly. No ha dicho mayor cosa desde que abandonamos la estación, está ausente, me mata verla en ese estado, ella es una mujer tan dulce, no merece estar sufriendo de esta manera, cuando llegamos a la habitación del hotel termino de descargar su maleta deportiva, pronto me sobresalto al sentir sus brazos rodearme y guiarme contra la pared de forma brusca, sus besos son urgidos y algo torpes por la voracidad que la consume, sus manos atrapan con firmeza mi rostro sin dejarme tiempo siquiera respirar, no entiendo nada, esto no es normal. -No me dejes pensar… te lo ruego. -Su súplica me cala fuerte en el pecho, ahora entiendo, sé que es utilizar el sexo como escape de lo que no eres capaz de enfrentar, pasé muchas veces por lo mismo pero jamás había estado al otro lado, nunca fui la persona escogida para silenciar la tristeza con placer, sus ojos grises me ruegan que no la deje y no soy capaz de contradecirla, apoyo mis manos en su cadera y la beso con ansias, sus manos rápidamente me desvisten con ferocidad, los botones salen volando, la levanto entre mis brazos, sus manos se agarran de mi cabello con fuerza generando que la sangre llegue rápidamente a mi cuero cabelludo, la llevo a la cama y hago lo propio con su ropa, me abalanzo con premura a su cuerpo, sus uñas se entierra en mi espalda logrando que me retuerza, acomodo su pierna derecha encima de mi cadera logrando que el contacto sea excitante, los jadeos nos impulsan a entregarnos sin reparos, nos movemos erráticamente y con frenesí, sus manos se mueven a mi trasero ejerciendo toda la presión posible, muy pronto siento el orgasmo llegar fuerte, nos movemos más lento disfrutando de las suaves replicas en nuestros cuerpos, pienso ingenuamente que eso es todo, Kelly me da la vuelta y se reanuda el roce frenético, esto solo acabará cuando ella lo decida.

La abrazo desde atrás, su cuerpo y el mío parecen uno solo, su respiración es lenta, hace poco se rindió y finalmente se quedó dormida, no he podido seguirla, son tantas dudas las que me carcomen que hace difícil que pueda descansar, todavía no termino de comprender todo, dejo delicados besos en su cuello aspirando su dulce olor a frutas, me desprendo suavemente y mis ojos se fijan en el techo, tengo un mal presentimiento de todo esto.

La luz entra lánguida por la ventana, es poco lo que he dormido, ella estuvo inquieta toda la noche, deslizo suavemente las yemas de mis dedos por su espalda desnuda, se empieza a mover erráticamente, sus quejidos son angustiantes. -Mamá… emmm… no lo hagas, no!!! -Kelly despierta en medio de gritos, está desubicada, la acomodo en medio de mis piernas y la abrazo intentando calmarla. -Tranquila…shhhh… -Beso sus hombros y cuello, el silencio solo es profanado por su suave sollozo. -Lo siento… lo siento tanto, pudo haberte matado y no hice nada. -Su lamento me conmueve. -Pero no pasó nada… estoy bien… estamos bien. -Descuelgo mi cabeza en su hombro. -No… no lo estoy, estoy agotada de ser tan débil, de que siempre tengan que protegerme, de permitir que me gane la impotencia, solo quisiera… -A mí me gusta protegerte. -Replico rápidamente intentando en vano que deje de culparse de algo que no fue su culpa. -Sabes… hay personas que nunca deberían traer hijos al mundo… alguna vez te dije que escribir era como una terapia para mí… bueno así empezó, era la única forma de calmar mis pesadillas y por mucho tiempo sirvió pero ahora… solo escuchar ese maldito nombre y todo se derrumba, ni siquiera es mío, es el de ella. -¿Tu madre? -Hablo suavemente esperando que sea ella la que marque el rumbo de esta conversación. -Ese título no le queda, nunca fue una, tengo pocos recuerdos y todos son malos, lo mejor que pudo haber hecho Katherine fue terminar su patética vida en la bañera… -Mi corazón se niega a funcionar correctamente, las pulsaciones arrítmicas no es buena señal, el silencio inunda la habitación haciendo evidente el malestar en al ambiente, Kelly respira pausadamente y se separa de mi agarre. -¿A dónde vas? -Estoy desconcertada tratando en vano de entender lo que acaba de decirme, nunca había hablado así de nadie y escucharla hacerlo de la mujer que la trajo a la vida es… aterrador. -A entrenar… mañana debo estar lista para darlo todo. -¿Qué le sucede?... no entiendo. -No estás bien, no has descansado y… -Ella voltea verme con una sonrisa débil. -Solo acompáñame… es hora de dejar de esconderme, de ser tan frágil, eso se acabó. -Se acerca y me regala un suave beso en mis labios para luego dirigirse a la ducha, solo cuando

escucho el agua caer reacciono, ella siempre ha sido como un huracán que me lleva por tantas emociones y ahora… solo no sé cómo seguirla. ··············

Esta es por lejos una de las espera más frustrantes por la que he tenido que pasar, estoy en el parqueadero del Seattle Tennis Club, decidí alquilar un carro para movilizarme por la ciudad, fue poco lo que realmente disfruté, escasamente tomé algunas fotos tratando de relajarme, Kelly sigue comportándose como si nada hubiera sucedido, ayer solo entrenó como si su vida dependiese de ello, Andrea estaba complacida por su dedicación, pero yo… no sé, en ningún momento la vi disfrutar el juego como siempre lo hace… sus risas me hacen volver a la realidad, me bajo del carro y camino lentamente a su encuentro. -Fuimos imparables, la cara de todos… hace tanto que no jugabas de esa forma, tan precisa, sin titubear. -Andrea tiene en su rostro esa mirada altiva que me jode. -Sí… solo mejora tu saque y todo estará bien. -Contesta Kelly con simpleza dejando a Andrea con la boca abierta. -Qué!!! -Se detiene en seco tomando su brazo obligándola a que la vea de frente. -Lo que escuchaste… -Kelly la ve decidida, ni siquiera se han dado cuenta que estoy a unos pasos, ellas parecen estar en una burbuja la cual nadie puede pretender irrumpir. -¿Sabes hace cuanto no veía ese brillo en tus ojos?… en verdad deseas esto. -Andrea se le acerca al límite de solo separarlas unos cuantos centímetros, no puedo creer lo que estoy viendo. -Acaso lo dudabas… -Kelly levanta su ceja mientras ladea su cabeza ligeramente, empiezo a carraspear la garganta tratando de llamar su atención, mi novia voltea a verme y se lanza a mis brazos, y la duda, esa maldita duda empieza a trabajar sin descanso en mi cabeza, si no hubiera estado ahí en ese preciso momento ¿Qué hubiera sucedido? -Preciosa, no sabía que estabas aquí, te dije que me esperaras en el hotel, con esta gente nunca se sabe cuándo termina. -Sé que mi mirada es ausente, ¿qué carajos le sucede? ¿Por qué se comporta como una copia barata de Andrea? -Celebremos entonces, ya saben… -La voz de Andrea hace que inevitablemente mi vista se fije en ella, no he sido capaz de pronunciar palabra, simplemente no puedo, todo da vueltas. -Sí… genial, recógenos a eso de las ocho… -Kelly le responde alegremente, creo que he dicho infinidad de veces que los malditos celos no deberían existir, y hoy… ahora mismo lo reafirmo, sí, me matan los celos, no me gusta nada que Andrea esté tan cerca de ella, es

difícil aceptar que yo, una mujer que se considera segura de sí, pueda sentirse amenazada, Thyssen asienta con su risita burlona y se aleja despidiéndose con la mano. -¿Celebración? -Sacudo la cabeza con torpeza logrando llamar la atención de Kelly que me ve con esos hermosos ojos grises que se tornan más claros con la luz del sol. -Sí amor, ganamos la plaza. -Habla emocionada para inmediatamente besarme de forma lenta, probando mis labios y esa deliciosa sensación que te da cuando las lenguas se rozan que logra sacudirte todo lo que tu mente maquina. -Solo quiero disfrutar con mi novia. -Me dice de forma suave, por un momento vuelve a ser ella, la mujer de la que me enamoré, su mano estrecha la mía y caminamos hasta el carro, antes de abrirle la puerta la tomo entre mis brazos con firmeza, ella solo atina a enredar sus manos en mi cuello. -¿Eso quieres? -Le pregunto mientras la veo intensamente. -Sí… así que ponte algo bonito porque no te das una idea como celebra Andrea. -Contesta antes de que nuestros labios se vuelven a encontrar en un beso apasionado. Kelly tenía razón, todo el VIP del mejor bar de la ciudad fue reservado por ella, no conozco a nadie, escasamente reconozco a una que otra persona del equipo técnico de Kelly, todos parecen estar pasándola bien, las copas con la bebida rosada adorna todo el sitio, sí, las botellas de Nuvo son servidas sin parar, la música electrónica suena haciendo vibrar todo, y en medio de la pista está Andrea bailando sugerentemente con un hombre rubio de penetrantes ojos azules, todo su cuerpo marcado dice a gritos que pasa más tiempo en el gimnasio que en otro lugar, él desliza descaradamente las manos por su trasero agarrándolo con rudeza a lo que ella responde acercándose a su oído susurrando palabras que hace que el hombre reaccione con su agarre más enérgico, las risas de los dos es apenas audible con todo el ruido, desvío la mirada cuando mi novia empieza a moverse sensualmente al ritmo de la música, su cuerpo se fricciona con el mío logrando despertar mi piel, coloco mis manos en su cadera terminándola de acercar, se ve preciosa esta noche, empieza a besar mi cuello de una forma que fácilmente me hace jadear, a fuerza de voluntad la retiro suavemente, ella me ve incrédula, creo que jamás desde que empezamos me he negado a sus ganas. -Amor… ¿seguro te sientes bien con todo lo que pasó? y ahora… -Le pregunto preocupada por su reciente comportamiento, tengo miedo de lo que ese maldito suceso pudo haber desencadenado en su mente. -No te preocupes más por mí… solo disfrutemos el momento. -Me ve de forma dulce mientras me rodea con sus brazos, siento el suave latir de su pecho en el mío y vuelvo hacer un voto de fe en ella… en lo nuestro, nos movemos lentamente, solo disfrutando del momento como ella lo pidió, mis ojos cerrados me permiten escaparme de toda esta locura, cuando los abro la imagen que sucede al frente me deja perpleja, Andrea se besa con todos a su alrededor profundizando cada beso de forma intensa, las lenguas se rozan cadenciosamente dejando a su paso una delgada línea de saliva, mujeres y hombres pasan por su boca, ella solo parece divertirse con todos.

-¿Ella es…? -Pregunto balbuceando tratando de comprender la escena que estoy observando, Kelly voltea a ver al mismo lugar y levanta los hombros tranquilamente. -No le pongas atención, Andrea es así… solo es diversión para ella, no importa si es hombre o mujer, solo vive el momento al máximo sin culpas ni ataduras. -Andrea hace sonar su copa con el anillo muy llamativo que sostiene su mano derecha, todos se van acercando, rápidamente los meseros se encargan de servir la bebida rosada a los presentes. -Brindemos… porque muy pronto tendré en mi estante más de una medalla olímpica y el primer lugar del ranking mundial. -Ella y su arrogante tono de voz es interrumpido por el ágil movimiento con el que mi novia le retira la copa antes de que todos pudieran contestar el brindis, Andrea queda pasmada con la boca entreabierta y el ceño fruncido sin siquiera tener la capacidad de pronunciar palabra alguna. -No cuentes con eso… no si te lo permito, solo existe un puesto para la mejor… y es mío. Kelly finalmente habla y todos quedamos sin saber cómo reaccionar ante ese atrevimiento de su parte, prácticamente le está declarando la guerra en el deporte que las dos aman. -Jajaja ya sabía yo que algún día ibas a reaccionar sacando ese deseo de no dejarte joder de nadie, incluso de mí… ¿y tú estás de acuerdo? ¿Estás lista para apoyarla? -Voltea a verme esperando que ahora sea yo la que responda, Kelly no deja de verla desafiante no parece percatarse que soy yo la debo responder, trago en seco y bajo el rostro un momento tratando de pensar en que me estoy metiendo, aprieto la copa y elevo la vista para encontrarme de frente con sus ojos grises que me ven intensamente. -Siempre. -La simpleza de mi respuesta es recompensada por la voracidad de su beso, sus manos toman mi rostro profundizando el beso. -Salud!!! -Andrea levanta la copa y todos contestan al tiempo, no sé en qué me estoy metiendo.

Todos parecen estar felices y en medio de todo estoy yo con esta maldita incomodidad, las dudas de ese momento en el parqueadero me asaltan sin darme tregua, cuando la veo alejarse para tomar aire sé que es mi oportunidad para salir de dudas de una buena vez, mientras Kelly habla entretenida camino decidida a su encuentro, tomo Andrea de la mano y prácticamente la llevo arrastras hasta el baño, cierro con llave, la muy idiota parece disfrutar con la situación. -Ya era hora de que dejaras de comportarte como una santurrona, no sabes lo aburrida que eres. -Me dice en tono burlón mientras una mueca de fastidio se dibuja en su rostro. -Jah!!! ¿Se puede saber qué pretendes con ella? -Me acerco con la decisión en el pecho.

-¿Tú qué crees?, ella merece algo mejor y dudo que seas esa persona. -Me dice mientras descuelga su cabeza a un lado, respirar bien es tarea difícil con toda esta rabia que se apodera de mí. -Alguien mejor… cómo quien, ¿Cómo tu? Lo dudo, Kelly no volvería contigo para ver cómo te coges a cualquiera solo porque se te antoja. -Sonrío de medio lado, Andrea empieza a reírse como idiota, me descola esta mujer. -Te contó, jajaja a pesar de todo no me olvida… sé que cometí un error, pero era joven e inmadura, mi carrera a penas despegaba y era tan fácil caer, no sabía lo que tenía hasta que lo perdí, pero sabes… sé que ella volverá conmigo, eso es algo inevitable, tú solo estorbas… sé que muy pronto cometerás un error al igual que yo y ahí estaré. -Esto es guerra, y no, no pienso perder. -Tú no la amas y no la mereces, solo te aprovechas de la situación, no te interesa su bienestar, Kelly no está bien y lo sabes. -Te equivocas, lo está, ella por fin está tomando las riendas de su vida, solo que a ti te gusta débil y desamparada para siempre hacerte la heroína con ella. -Me dice de forma cínica, pero que idiota, aprieto con fuerza los puños, ella está llevándome a un lugar oscuro de mi alma. -Imbécil. -Espeto con furia, ella parece divertida con hacerme perder la razón. -Tendrás que hacer algo mejor para alejarme de ella. -Me dice mientras me empuja con su dedo, trago saliva de mala manera, vuelvo a tomar aire pesadamente. -No pienso hacerlo, confío en ella. -Hablo con firmeza, sé que Kelly jamás me cambiaría por ella. -Eres una idiota que piensa que por hacer las cosas bien tendrás lo mismo devuelta, ilusa, así no funciona el mundo. -Vuelve a empujarme y pierdo los estribos, la lanzo contra la pared, y la aprisiono con mi cuerpo, mis ojos están desbordado de rabia. -Vamos, pégame, lo deseas, lo sé. -Me dice de forma insinuante, esa clara invitación hace que reaccione, no pienso darle gusto, jamás le he pegado a una mujer y no pienso empezar hoy. -jajaja sería tan fácil hacerlo, pero no, no me gusta las fáciles. -Paso mis dedos por su rostro de forma sugerente y me alejo dejándola con las ganas de verme descontrolada, no hay duda, Andrea representa todo lo que odio, camino con calma siguiendo la música, la veo seguir la conversación alegremente, inocente de que acabo de enfrentar a su ex, diablos!!! No sé si nuestra relación pueda soportar más distancia y una persona empeñada en meterse donde nadie la ha llamado, pero de nuevo la única opción es confiar, ella no es de mi propiedad para prohibirle que deje de verla, sé que no me fallará, cuando regreso a su lado se lanza a mis brazos, su fuerte agarre hace que todo vuelva a la normalidad, Andrea nos ve de reojo, sí, esto es lo mejor, debo creerlo.

XXXIII Brigitte me ve nerviosa moviendo sus labios de forma graciosa esperando impaciente que de mi boca empiece a salir aunque sea un remedo de palabra, estamos sentadas en mi oficina con una taza de café en las manos, tratando que la cafeína haga lo propio y despierte el cerebro para empezar el día como es debido, yo solo espero inquieta a la persona que sé puede sacarnos de esta dificultad, sigo sin entender cómo es que Renee permitió que las cosas llegaran hasta este punto y no me llamara para pedir ayuda, no… Renee solo llamó para avisarme la hora de llegada del vuelo que traería a Brigitte y al pequeño Pierre a mi país y ahora estamos aquí viéndonos sin decir nada, aguardando a que ella llegue, los rítmicos golpeteos en la puerta tan característicos de su personalidad sacuden el silencio, como indicándome que es su ser y nadie más la que está al otro lado de la puerta logrando arrancarme un suspiro y una sonrisa que rápidamente Brigitte nota frunciendo el ceño sin apartar su vista de la mía. -Siga. -Lina entra con su falda gris ajustada y esa blusa blanca traslúcida que me deja ver ese cuerpo que alguna vez fue tan adictivo para mí, demonios!!! Concéntrate Lena, llevo tres largas semanas sin ver a Kelly, eso ya está haciendo estragos en mi mente y cuerpo, especialmente el último que no está acostumbrado a la abstinencia, sé que parte de mi promesa de apoyar a Kelly en su carrera es tener que ser yo la que la visite en los lugares donde juega y no quejarme por no vernos tan seguido, pero últimamente ha sido imposible verla con la apretada agenda de visitas a los hoteles sumado a su afán de convertirse en la número uno, sé que todo esto es solo obra de lo que sucedió en Seattle, pero ella no quiere hablar del tema. -Buenos días, ¿se puede saber para que me necesitas con tanta urgencia?… perdón, no sabía que tenías compañía. -Lina entra con esa alegría a la que me tiene acostumbrada en la mañana, se acerca y me da un suave beso en mi mejilla dejando mi olfato embriagado con su dulce aroma a vainilla, se coloca a un lado del escritorio meciéndose adelante y atrás esperando a que la presente como es debido.

-Ah sí disculpa… Brigitte te presento a la licenciada Rangel, la persona de la que te hablé, Lina ella es Brigitte, creo que ya te había hablado de ella. -Sí claro, mucho gusto Carolina Rangel. -Lina le extiende la mano con una gran sonrisa que tímidamente Brigitte estrecha, en medio de su creciente nerviosismo es lo único que se atreve hacer, otra fuera la situación le estaría dando dos besos en las mejillas y hablándole como si la conociera de tiempo atrás, pero este… este no es el caso. -Mucho gusto Brigitte Devoeu. -Ella la ve detenidamente, como estudiando si esta persona realmente podrá sacarla del apuro en el que se encuentra, Lina nos repara como esperando a que alguien le explique la situación.

-Toma asiento por favor, primero que todo gracias por venir tan temprano… verás, te he hablado de Brigitte y de su pequeño Pierre que con orgullo puedo decir que es mi ahijado. -Ella asiente turnando la mirada a Brigitte y ocasionalmente a mi persona. -Desde que conocí la mujer que tienes al frente solo he sentido admiración por ella, es una grandiosa madre que a punta de esfuerzos está sacando a su hijo adelante sin ninguna ayuda a excepción de su mamá… ella como muchas mujeres es madre soltera, el remedo de hombre que engendró a Pierre la abandonó apenas se enteró de la existencia del niño, no contento con esa cobardía se atrevió a sugerirle vilmente que abortara dándole el dinero y la recomendación del sitio exacto donde se podría hacer el procedimiento de forma discreta, y después simplemente desapareció del mapa. -Lamento todo esto pero sigo sin entender para que me necesitas. -Lina frunce el ceño sin entender el porqué de su presencia en mi oficina. -No seas tan impaciente por favor. -Le replico con mi ceja levemente elevada. -Lo siento, tienes razón. -Se excusa haciendo un ademan con su mano para que continúe. -Bueno como te venía diciendo, todo este tiempo nunca se tuvo noticias del idiota en cuestión hasta hace tan solo dos meses cuando Serge D´antuan apareció en el estudio en busca de Brigitte averiguando si realmente ella había abortado, y ¿qué crees?… ahora quiere al niño en su vida como si no hubiera sucedido nada. -termino de hablar sarcásticamente completamente fastidiada con el comportamiento del malnacido, algo no anda bien con ese repentino amor paternal, solo debo averiguar que se trae entre manos… -Eso no podía permitirlo, Pierre es todo lo que tengo, no creo en sus intenciones, él es un hombre acaudalado que cree que todo se compra con dinero y contactos, acostumbrado a tener siempre lo que desea, soy prueba de ello, no puedo negar que es muy hábil para seducir… sé que cometí el error de creer en sus palabras de amor pero no quiero exponer a Pierre a una mala influencia, además apenas le negué ver al niño amenazó con quitármelo y le creo, sé que es capaz, media Paris conoce a su familia, tenía mucho miedo de perderlo, solo podía huir y tratar de ordenar mis ideas y bueno aquí estoy… no tenía a quien más acudir. -En medio de toda la preocupación, de carrera fue opacada por la fluidez con la que Brigitte habló español, sí me había dicho que lo había aprendido en el colegio pero no pensé que lo hablara así de bien. -Hiciste bien, todo se va a solucionar ya lo vas a ver. -Le extiendo mi mano por encima del escritorio, ella hace un tierno puchero mientras desliza su mano sobre la mía. -Te entiendo, verás no estoy muy empapada de las leyes francesas en estos casos y no sé si sea la persona indicada en ayudarte. -Lina la ve con una mueca triste sin saber que más decirle para no inquietarla más de lo que está. -Lena desde que estaba en la universidad no he tenido contacto con el derecho internacional pero si puedo decirte que huir no es un buen precedente. -Me ve intensamente, siente que la he metido en una incómoda situación. -¿Quién dijo? “Existe una gran diferencia entre la verdad real y la verdad procesal” Lina me ve con cara de no creer lo que acabo de decir. -Lina no puedo exponerlos a que la

verdad sea tergiversada a favor de Serge solo porque tiene dinero. -Me levanto y me acomodo encima del escritorio viéndola detenidamente, sé que no se esperaba que precisamente utilizara ese recurso para convencerla. -El licenciado Simón Donoso la dijo en la primera clase que tuvimos en la escuela de leyes… ¿en serio de eso precisamente te acuerdas?, si tan solo estuviste un año y digamos que las clases era lo último en tu lista de prioridades. -Sonrío echando mi cabeza atrás, de verdad siempre me sacará en cara que me la pasaba buscando mujeres y no atenta en clases, pero que puedo decir, fue una época en la que estaba reafirmando mi sexualidad, necesitaba saber si lo de Silvia no había sido solamente algo pasajero y bueno si a eso le sumamos unas hormonas muy inquietas, digamos entonces que fue una época muy movida de mi vida sin lugar a dudas… -Te digo que va caer un buen día de estos. -Lina me ve negando con la cabeza, Paulina se había vuelto una obsesión hasta el punto de ser insana, sus expresivos ojos celestes y esa larga cabellera negra que contrastaba con su piel me podía, sí… no daba con la hora de tenerla en mi cama, últimamente era lo mismo, yo viéndola intensamente sin reparos y ella inmediatamente reaccionaba besándose con su novio desenfrenadamente, no podía negar que el reto de coger con mujeres que decían ser perfectamente heterosexuales se estaba convirtiendo en un juego peligrosamente adictivo para mí.

-Deja de hablar así… todavía no me acostumbro a la idea de que te gusten las mujeres, deberías poner más atención a clases, no siempre puedo estar cubriéndote. -Tan solo unos meses atrás me atreví a decírselo temiendo perder a la única amiga que he tenido, pero ella no me abandonó a pesar de sus creencias tan marcadas, Lina me sigue sorprendiendo. -Lo siento… -Bajo la cabeza, a veces olvido que Lina no es cualquier persona en mi vida, la verdad no sé qué pasaría si perdiera su amistad. -Déjalo, es que… carajo Lena meses atrás eras tan solo tú y ahora… solo hablas de las mujeres como si fuera un deporte, solo las ves como un reto a superar, apenas lo logras… ya dejan de interesarte. -Me ve reprochando mi comportamiento, la verdad no se debería preocupar tanto, tengo todo bajo control. -No es así… lo siento ok, pero con quien más hablo si no es contigo. -Termino de hablar con un puchero con el cual ella siempre termina perdonándome. -Y puedes seguir haciéndolo… es solo que me preocupa como llevas las cosas, además ya deja de insistir con Paulina, ella tiene novio y no quiero perder contacto con una de las mejores estudiantes de la escuela, Lena a mí sí me interesa esto.

-No seas dramática, nada malo va a pasar, además ella no es la mejor… esa eres tú. Toco levemente la punta de su nariz logrando sacarle una risa. -Jajaja cada vez que quieres desviar el tema me halagas y lo peor es que funciona.

-Que te puedo decir algo se quedó en mi cerebro… -Levanto los hombros y me hinco frente a ella tomando sus manos. -Sé que no eres una experta, pero si te llamé es porque confío en ti, no solo por tus destrezas en los estrados sino que además confío en tu persistencia, en tu forma de comprometerte en lo que crees es justo y créeme esto es algo justo, Lina no me dejes en esta, necesito a la abogada que nunca ha perdido un caso, la que no se rinde a pesar de las adversidades, sé que puedes lograrlo, tan solo no me dejes. -Utilizo el tono más sincero en esta suplica, sé que podría contratar a cualquier abogado, pero no, la quiero a ella, la necesito. -Está bien… -Sus ojos se mueven en rápidos movimientos intentando tener un panorama de lo que se está metiendo. -Tengo que llamar a un experto que me asesore en esto, no prometo nada solo que me voy a entregar a este caso…

-Eso lo único que me importa. -La interrumpo sin permitir que termine de hablar ladeo a ver a Brigitte que tiene sus ojos aguados fijos en el suelo, me levanto y la abrazo fuerte, su suave sollozo lentamente se va calmando. -¿Quieres conocer la razón de esta lucha? -Le pregunto a Lina mientras mis brazos siguen acunando a Brigitte. -¿Está aquí en el hotel? -Claro, donde más. -Contesto con simpleza, sin afanes nos ponemos en pie. -Gracias por tomar el caso… -Brigitte se acerca a Lina abrazándola fuerte, sé que la tomó por sorpresa, pero es tan difícil no caer presa de la ternura de Brigitte. -No te preocupes, no voy a permitir que pierdas a tu hijo, no sé cómo, pero vamos a salir bien de esta. -Lina se separa un poco y la ve directamente con una sonrisa sincera, Brigitte asiente y abre la puerta para salir, Lina voltea verme con cierto brillo en los ojos, no voy a mentir, ella me inquieta con tan sola una mirada de esas, sacudo la cabeza, no es bueno pensar en eso. -¿Qué? -Me ánimo finalmente a preguntarle. -Nada es solo que… eres una gran persona. -De nuevo ese brillo en los ojos, ¿Por qué me ve así?

-Ya déjalo. -Intento restarle importancia, bajamos las escaleras y vemos a mi madre completamente entretenida con Pierre dándole de comer con una sonrisa enternecida, cuando nos ve se hace a un lado abriendo campo, levanto al niño en mis brazos haciéndole muecas para escuchar sus carcajadas que logran hacer que el sol brille por más tormenta que se avecine. -Este es Pierre, la razón por la cual vale la pena luchar en este caso. -Lina se acerca y toma una de sus manitas, tímidamente deja un suave beso en su frente deslizando inmediatamente las yemas de sus dedos, el niño parece caerle bien porque sonríe mostrando sus dientecitos, Pierre levanta sus bracitos en busca de su madre quien rápidamente lo alza, decidimos sentarnos. -Es un amor, no pone problema para nada… tan opuesto a mis hijos y nietas, que por cierto la última vez que estuvieron en casa faltó poco para que Giselle lanzara a Helena por la ventana del segundo piso amarrada con una escueta sabana a la cintura, según ellas habían visto por televisión como se lanza la gente al vacio amarrados por una cuerda y les pareció muy divertido intentarlo, esas dos salieron más locas que su padre y sus tías. Cuando mi madre termina de hablar no podemos parar de reír, la verdad es que no fuimos fáciles, todos inquietos e hiperactivos y ni que decir de mis sobrinas que por encima se nota que heredaron toda esa energía.

-¿Cuánto crees que se demore todo este proceso? -Brigitte pregunta preocupada mientras carga al niño en sus piernas. -No sabría decirte con exactitud, soy honesta, estos casos no son sencillos. -Lina contesta dubitativa con una ligera mueca en sus labios. -¿Qué te preocupa en realidad? -Tomo el brazo de Brigitte llamando su atención. -Helena, nunca había estado tan desubicada y menos con un niño a mi cargo en un lugar que no conozco. -Lo sé, perdona mi torpeza, pero no te preocupes… verás ya tienes casa y trabajo, porque ni creas que te salvas de mí, necesito mucha ayuda aquí y créeme que no vendrías a mal. Ya lo había hablado con Lina, necesitaba a alguien que me asistiera, prácticamente la tenía a ella cumpliendo esa labor cuando no era su oficio, ya no podía abusar más de su tiempo y paciencia y bueno, que mejor persona para ser mi asistente que Brigitte que ya ha desempeñado ese cargo y me conoce tan bien. -Claro que sí, sabes que cuentas conmigo… pero Helena no quiero incomodar más, tu apartamento… -Le hago un ademan para que me deje terminar de explicarle. -Ya sé, tampoco quiero dormir más en el sofá, mi espalda está más que resentida, pero la casa de mi madre es grande y con muchas habitaciones disponibles… ¿cierto? -Volteo a

ver a mi madre, sé que no se lo he consultado antes y no sé hasta qué punto este de acuerdo con mi pedido. -No como crees!!! -Brigitte habla fuerte apenada por todo. -Ni se te ocurra decir que no. -Mi madre la señala completamente seria haciendo uso de ese tono autoritario de madre logrando que Brigitte se comporte como chiquilla. -La verdad es que Helena tiene razón, es una casa muy grande y en el momento solo la habito yo con algunos empleados y muero de ganas que vuelva a escucharse las risas de un niño… desde el divorcio de Eduardo mis nietas van muy poco a visitarme y me siento sola, así que como yo lo veo me estarías haciendo un favor. -Mi madre habla con un dejo de tristeza en su voz, no sabía hasta que punto a ella también la estaba afectando el divorcio de mi hermano. -No sé cómo empezar agradecer todo esto… -Brigitte tiene los ojos cristalinos. -Pues como más mujer… trabajando duro como siempre, además para que estamos las amigas. -Levanto los hombros con una sonrisa en mi rostro que Brigitte acompaña asintiendo. -Gracias… -Bueno no se diga más, hoy te instalas en la casa de mi madre y yo finalmente voy a dormir a mis anchas. -Estiro mis brazos perezosamente, sí, esta situación no es la mejor, pero no puedo evitar sentir alegría de volver a tener a Brigitte y Pierre en mi vida. ··············

Voy rumbo al trabajo, como siempre esta ciudad está atestada de carros a esta hora haciendo difícil movilizarse, la música a alto volumen es el único escape para el estrés, carajo ya voy tarde, aprieto con rabia el volante, a ver, 1… 2… 3… 4… 5… sí, respirar pausado empieza a funcionar, hasta el tráfico mejora, el timbre de mi celular reproduce a toda su capacidad Anybody seen my baby, sé que es ella, no me pregunten el porqué de asignarle ese timbre a Lina porque sencillamente no sé la respuesta, la insistencia de su llamada hace que por momentos pierda la concentración en la vía, en un semáforo aprovecho para contestar, la conozco, no va a dejar de insistir hasta que le conteste.

-Ya sé que voy tarde pero en diez llego. -Acomodo el manos libres para seguir hablando sin descuidar el volante. -No es eso, es que ya conseguí que me atendiera la persona ideal para asesorarme en el caso de Brigitte…

-Eso es genial ¿no? -La interrumpo, en verdad esa es una buena noticia, Lina me había dicho que estaba empezando a contactar a la mejor abogada en derecho internacional del país, pero que su apretada agenda le estaba haciendo difícil conseguir una cita para hablarle del caso y ver si a ella le interesaba asesorarla. -Sí, el asunto es que logré citarla aquí para charlar del caso y… -Espera un momento… hey idiota las direccionales no son de adorno!!! -En serio no sé cómo hay personas que les dan permiso para conducir. -Ya estoy cerca, por favor llévala a mi oficina y hablamos allá con calma. -Si no me concentro en la vía voy a terminar mal. -Lena espera es que la persona es Pa… -Lina si quieres que llegue completa es mejor que cuelgue y hablemos en mi oficina. -La interrumpo, esta ciudad puede convertirse fácilmente en una selva y no me gusta la idea de ser el último eslabón de la cadena alimenticia. -Pero… -Decido terminar la llamada.

Entro a paso apurado, hacia tanto tiempo no llegaba tarde y ahora por ese maldito tráfico del demonio vuelvo a recaer en la impuntualidad, abro la puerta de mi oficina y rápidamente Lina me ve con cara de preocupación, no, no puede ser cierto, ¿qué hace Paulina Duarte aquí? entro tímidamente, descargo a un lado el portafolio y me acerco a ellas, beso en la mejilla a Lina, no puedo creer que Paulina la causante que tuviera uno de los momentos más atemorizantes de mi vida, la razón por la que dejé la escuela de leyes esté aquí, no la había vuelto a ver desde que… sí, desde que abandoné su cama… Estoy terminando tomar apuntes completamente fastidiada, soy la única en el salón, hace unos minutos la clase acabó, su figura aparece por la puerta caminando con el ceño fruncido, decido seguir en lo mío sin ponerle atención, había decidido cambiar de estrategia con ella y empezar a ignorarla, desde hace unos días la empezaba a notar inquieta pero sin atreverse a nada, Paulina termina de acercarse y sin reparos toma mi rostro y me besa. -Espera… ¿qué haces?, ¿acaso no tienes novio? -La separo viéndola con una sonrisa arrogante, la verdad es que sabía que más tarde que temprano esto iba a suceder y pienso disfrutarlo al máximo. -Ya no… solo quiero, ya sabes. -Se sonroja fijando sus ojos en el suelo, aprovecho y me dispongo a cerrar con seguro la puerta, doy la vuelta y me acerco hasta estar a centímetros de ella, expectante, sin hacer nada. -Dilo. -Le replico, la mujer que me tenía loca de deseo todo este tiempo está a punto de satisfacer mis ganas.

-Quiero acostarme contigo, nunca he estado con una mujer y no sé si me guste, pero quiero intentarlo. -Vuelvo a delinear mi sonrisa de jactancia, la jalo de su blusa y la termino de acercar a mi cuerpo. -Mmm, no decías hace unos días que no había nada mejor que un hombre para calmar las ganas. -Paso las yemas de mis dedos por sus generosos pechos que al tacto de la tenue caricia despiertan ávidos de atención. -Estoy cansada de quedar insatisfecha y que él piense que me está haciendo un favor, además el muy idiota se atrevió a montarme los cuernos. -Jajaja así que por eso es, imagino que hace un buen tiempo no la satisface y además esta despechada, solo por eso me buscó, por mí está bien. -Veo… solo quiero dejarte algo en claro, quiero coger, nada de arrumacos, ni charlas aburridas mientras nos abrazamos. -Beso su cuello mientras mi mano ejerce presión en su centro, su cuerpo responde moviéndose al ritmo de mi mano empujando con el peso de su cuerpo. -Pensé que te gustaba. -Habla entrecortada.

-Me gustas, pero es lo único que vas a lograr conmigo, no me interesa nada más. -Se detiene para verme detenidamente -¿Siempre eres así? -Solo atino a sonreír, siempre me dicen lo mismo, yo prefiero ser honesta con mis intenciones, además a ella no le interesa nada más conmigo, no la veo siquiera tomando mi mano en público, entonces ¿cuál es el problema? -Que tiene de malo, las relaciones solo sirven para que las personas se aburran y dejen de ser honestas, empiezan los celos, las infidelidades, no, el drama no me interesa. -No tengo el primer ejemplo de que el amor sea real, la verdad es que dudo que exista, solo es cuestión de química cerebral que te hace idiota, ¿quién quiere eso? -Como quieras, este sábado estoy sola en mi casa, mis padres se van de viaje y podemos estar tranquilas. -Jajaja Paulina no está ni levemente preparada para lo que se le vecina conmigo, mi mano en ningún momento ha dejado de moverse, su cuerpo se contrae ejerciendo mayor presión hasta finalmente quedarse quieta esperando que el calor pase, sonrío en su cuello. -Perfecto… algo más, nada de esto a nadie. -Tanto tiempo Helena, pensé que jamás volvería a verte. -Me ve coqueta detrás de sus lentes antes de saludarme de beso en la mejilla.

-Yo igual, pero siempre he dicho que la vida da muchas vueltas. -Termino de hablar suavemente, les hago señas para que tomen asiento, Lina nota el malestar que ocasiona su presencia. -Verás Lena, Paulina es la mejor abogada en derecho internacional del país, sin contar que tiene una gran experiencia en esta clase de casos, así que a pesar de ser una de las abogadas más solicitadas ha aceptado tomar el caso conmigo. -Sé que si Lina la escogió fue pensando que era la mejor decisión, ahora entiendo su insistencia en decirme por teléfono quien era antes de llegar, carajo!!! -Sí, la verdad llamó mucho mi atención y quise darle una mano a Carolina, así que lo mejor es que empecemos hablando con la mamá del menor. -Paulina no ha tenido reparos en verme con deseo a pesar del tono profesional con el que habla. -Ella no está aquí el día de hoy, así que puedes hablar conmigo, sé todos los detalles del caso. -Le di permiso a Brigitte para que fuera con mi madre a conseguir guardería para Pierre muy a pesar de que mi madre le rogó dejarlo a su cuidado, pero Brigitte se negó argumentado no querer dar más molestias, además que él necesita socializar con otros niños de su edad. -Perfecto. -Paulina contesta ladeando el rostro.

-Pero antes un café. -Trato de desviar la conversación, carajo esa forma de verme me está colocando nerviosa, Paulina vuelve a cruzar sus largas piernas lentamente, demonios!!! No sé qué pretende Paulina con esas miradas cargadas de deseo, solo sé que me inquieta revivir una parte de mi vida que he pretendido dejar en el pasado, verán, efectivamente después de tanta insistencia finalmente ese sábado sacié la obsesión por su piel, toda la noche la hice gemir, al otro día la dejé en su cama sin despedidas incomodas, como siempre lo hice, pero entonces días después en medio de una acalorada discusión con su ex novio en la cafetería de la universidad a ella no se le ocurrió mejor forma de desquitarse diciéndole en su cara que se había acostado conmigo y no contenta con eso se atrevió a decirle que yo era mucho mejor en la cama que él, oh sí, el jugador de rugby me buscó en el estacionamiento para apalearme, gritaba furioso que me había cogido a su mujer, estaba aturdida, intenté negarlo por todos los medios, pero él me dejó claro que eso sería pérdida de tiempo, Paulina le dio todos los detalles, me empujó y lanzó un golpe que hundió la puerta del carro de algún inocente, no entiendo como logré salir ilesa de esa la verdad, por más que sabía defenderme él era más grande y fuerte, esa pelea era una locura, nunca había estado tan asustada en toda mi vida, solo atiné a salir corriendo, ahí juré que jamás volvería a sentirme tan indefensa, después de eso la escuela de leyes ya no era un lugar seguro para mí, tuve que renunciar a seguir estudiando, mi padre puso el grito en cielo por mi abrupta decisión pero finalmente accedió cuando acepté estudiar administración de negocios como él quería desde el principio y lo demás… lo demás es historia.

Después del café empezamos hablar del caso, según consejo de Paulina debíamos tener un primer acercamiento con Serge para ver qué pretendía realmente y después crear la estrategia a seguir, he tratado de no caer en su juego ignorando sus continuos coqueteos y los roces de su pie debajo del escritorio, no sé qué le pasa conmigo, cuando damos por terminada la reunión las acompaño a la salida de mi oficina y en ese preciso instante a mi hermano no se le ocurre mejor momento para llevarse a Lina dejándome a solas con ella, Paulina aprovecha y prácticamente me empuja de nuevo a mi oficina cerrando con seguro. No te das una idea de lo que deseaba estar a solas contigo. -Se acerca y cuelga sus manos en mi cuello.

-Se puede saber qué te ocurre. -Intento separarla sin ser brusca pero es imposible para mí no mostrarme fastidiada con la situación. -Nada… solo que no imaginas lo mucho que me gustas y quiero repetir lo de esa noche… siempre la recuerdo. -Me dice cerca de mi oído para seguidamente besar mi cuello delicadamente haciendo rebotar su aliento en el mismo lugar que antes estuvieron sus labios logrando que mi piel reaccione, no puedo negar que su cercanía es embriagante y esta maldita abstinencia me tiene mal.

-No va a poder ser, tengo novia… -La separo y camino para sentarme pero ella me abraza desde atrás antes de llegar al escritorio. -Y qué, no soy celosa. -Se mueve lentamente haciéndome sentir sus erectos pezones en mi espalda, doy la vuelta tratando de huir, esto no va por buen camino, mi cerebro primitivo que controla mis bajas pasiones se rebela e intenta tomar control de mí. -No es eso, la quiero y no estoy interesada en serle infiel. -Sí, aunque nunca había practicado la monogamia estoy dispuesta a ser leal a mi promesa, a ella. -¿Tú… en una relación seria?, no lo creo, si lo que quieres es que ella no se entere, no te preocupes, solo será cuestión de una noche, nadie tiene que saberlo. -Me ve seductoramente mientras muerde levemente su labio inferior, a fuerza trago saliva. -No gracias, igual que la última vez. -Hablo sarcásticamente, por su culpa casi me parten la cara. -Sé que cometí un error, era joven… pero lo que dije era cierto, nadie me había hecho sentir más mujer que tú. -Pasa la yema de sus dedos por mi pecho.

-Ya déjalo, en serio no vas a conseguir nada conmigo, solo necesito que lleves el caso lo mejor posible, nada más. -Retiro el andar de sus dedos viéndola fijamente, se muestra decepcionada de que ya no sea esa misma mujer que caía fácilmente en el deseo. -Como quieras, pero si cambias de parecer aquí tienes mi tarjeta con mi número personal, la propuesta sigue en pie. -Me da un suave beso en la comisura de mis labios mientras descuelga sus brazos en mi cuello, estoy paralizada. -¿Qué sucede? -Lina entra resuelta a la oficina con cara de pocos amigos, cruza sus brazos mientras enarca la ceja, hace tanto no la veía así, Paulina tuerce los labios por verse descubierta. -Nada colega, ya me iba… Helena espero tu llamada. -Paulina se retira dejándome con su tarjeta en mis manos, cuando la puerta se cierra vuelvo a respirar con normalidad, sé que sería tan sencillo caer teniendo tanta distancia de por medio, pero no quiero, de verdad valoro lo que tengo con Kelly, deslizo mis dedos por la cartulina con letras doradas, es imposible negar que es una propuesta que me intriga y me tienta. -¿Qué sucedió? -Lina se acerca lentamente y toma mi hombro llamando mi atención, ella parece enojada. -Nada. -Contesto sin siquiera creérmelo.

-Sabes que no puedes mentirme. -Me replica rápidamente, como siempre ella no va rendirse hasta dar con el punto de todo, maldición!!! -Paulina intentó seducirme con la propuesta de acostarme con ella sin que nadie supiera, incluso mi novia. -Le contesto viéndola directamente. -Qué!!! -Su rostro se pone rojo y empieza a caminar con una mano detrás de su cintura y la otra en su nuca, no pensé que fuera a reaccionar de esa forma. -Sí… es más, me dejó su tarjeta. -Se la muestro y eso termina por alterarla, si no la conociera tan bien diría que está celosa… jajaja no, eso no es posible, desecho rápidamente la idea. -No puedo creer lo poco profesional que es esta mujer, pero qué demonios le pasa por la cabeza, lo mejor es que lo dejemos hasta aquí, puedo conseguir alguien más, no sé, solo es cuestión de volver a buscar… -Lina habla furiosa por toda la oficina, casi está hiperventilando. -No, tú sabes que ella es la mejor opción para ganar el caso, Paulina no va a lograr nada conmigo. -Le replico segura de mi posición.

-Lamento haberte metido en esto, debí imaginar que algo así podía suceder, carajo!!! Es que siento el peso de ganar este caso a como dé lugar, en serio no quiero defraudarte… ni a Brigitte. -Me acerco y la tomo de sus hombros, su caminadera me pone más inquieta de lo que estoy, la abrazo y paso mis dedos por su espalda, eso siempre la calma. -Tranquila, sé que jamás me defraudarías, eres la mejor, ¿lo olvidas? -Toco la punta de su nariz logrando que se termine de relajar. -Sé que nadie cree que he cambiado, pero así es, no voy a ser infiel ni con ella ni con otra. -Termino de hablar rompiendo la tarjeta y botándola a la cesta de la basura, Lina me ve en todo momento, sí, es un hecho, las personas pueden cambiar, soy el mejor ejemplo, está es la primera vez que se pone a prueba mi lealtad y sé que no será la última, pero debo confiar en que no caeré en los errores de mi padre, no, Paulina Duarte ni ninguna otra va hacer que falte a mi promesa.

XXXIV ¿Por qué no puedo dejar de verla?... su delicado cuerpo alongándose en posiciones que a la vista parecen muy fáciles de imitar por la fluidez con las que la realiza, lejos está de serlo, soy como una maldita adolescente que no es capaz de retirar los ojos del objeto de sus deseos, vuelvo a esconderme detrás del árbol, mi corazón palpita furioso, ¿cómo es posible que una salida a trotar por el bosque que circunda el hotel haya terminado en espiar a Lina mientras hace yoga en la terraza?... pero es imposible para mí no hacerlo, es la primera vez que veo bien su torneado cuerpo, sí, desde esa vez antes de su boda con Nicolás no había visto hasta el cansancio su silueta, puedo notar los cambios, a pesar de siempre tener un cuerpo de muerte lenta ahora lo tiene más tonificado, supongo que es gracias al yoga, son hipnóticos sus movimientos, demonios!!! Recuesto mis brazos y cabeza tratando en vano de resistirme, ¿Qué se supone que estoy haciendo? Nunca he sido de espiar a alguien, me desconozco, mi puño golpea fuerte el gran árbol logrando que el dolor calme un poco esta ansiedad que me está consumiendo, es hora de abandonar esta absurda tarea de curiosear su cuerpo, decido salir de mi escondite y caminar hacia el hotel fingiendo serenidad. -Por lo que veo sigues trotando en las mañanas. -La voz de Lina me hace detener en seco, temo que me haya visto cuando la observaba, me estremezco ante la idea, sinceramente no estaría preparada para explicarle el porqué, coloco mi mano por encima de mis ojos para que los rayos del sol no me deslumbren, Lina está sentada sobre los talones con sus brazos arriba y los dedos entrelazados apuntando al techo, empuja el abdomen hacia adentro y hacia fuera, es alucinante verla así, no sé cuánto tiempo quedé sin habla, solo sé que en algún momento parpadee y mis sentidos por fin atendieron mi orden. -Eh… sí… y tú, ¿desde cuándo andas en la onda yoga? -Le contesto desde abajo ladeando la cabeza a un lado a la espera de su respuesta. -Desde que descubrí que me ayudaba a sobrellevar las cargas de la vida y de paso lograba mantenerme en forma… ¿por qué no subes y te muestro? -Bajo saliva, no sé qué tan buena idea sea estar tan cerca de ella, pero obviando lo que el cerebro me dice a gritos que no haga, es lo opuesto a lo que mi cuerpo desea con desespero tomando el control, asiento mientras me dispongo a ir a su encuentro… cuando abro lentamente la puerta del pequeño

gimnasio privado mis ojos la escanean, su pantalón de licra negro a la altura de las rodillas, su top rojo y saco de igual color sin cerrar que muestra triunfante su abdomen plano, Lina me recibe con una dulce sonrisa en su rostro y su cabello recogido en una trenza que hacia tanto no le veía, desde la época del colegio creo. -Quítate los zapatos y la chaqueta por favor… además recógete bien el cabello, quiero que estés cómoda. -Me señala despreocupada mientras organiza todo. -¿Qué? -Pensé que está solo era un oportunidad de verla de cerca, la verdad es que el yoga no es lo mío, me gusta más las actividades físicas que me dejan extenuada y al mismo tiempo bien despierta para enfrentar el día. -No creerás que te invité para que solo vieras, no piensas que eso sería… -Tuerce los labios y sus ojos apuntan arriba buscando la palabra indicada. -Un poco extraño, ya sabes… solo observar a alguien practicar yoga. -Me termina de hablar en un tono entre acusador y coqueto que logra inquietarme. -Yo… -Se acerca hasta quedar a tan solo unos pasos de distancia, sus ojos verdes me acechan en búsqueda de una respuesta. -Ya hazme caso… no te recordaba tan rogada. -Termina sentenciando en forma decidida, asiento pesadamente mientras empiezo a desabrochar mi chaqueta negra, al igual que ella mi pantalón deportivo me llega a las rodillas, retiro parsimoniosamente mis zapatillas hasta quedar en igualdad de condiciones, sus ojos se clavan inmediatamente en mi vientre, una parte de mi sonríe al saber que todavía le gusta esa parte de mi cuerpo. -Te digo de una vez que dudo mucho que pueda relajarme con esto. -Vuelvo a recoger mi cabello en una alta coleta atendiendo todos sus pedidos. -Jajaja solo déjate llevar, puedo notar lo tensionada que andas últimamente. -Pasa sus manos sobre mis hombros, ladeo la cabeza y frunzo el ceño. -¿Qué? -¿De dónde saca que estoy tensionada?… tal vez si esté un poco estresada, la distancia con Kelly me duele a veces, no es fácil y… ella anda muy rara últimamente, solo hablamos de sus partidos y poco de lo nuestro, no sé, algo se siente extraño, eso solo logra confundirme. -Te conozco, sé que cuando haces tanto ejercicio es porque necesitas despejarte de todo, solo quiero que intentes algo nuevo. -Coloca los mat y señala mi lugar detrás del suyo, solo asiento y me acomodo. Debo confesar que esta no es la primera vez que hago esto, hace unos años viajé a India, país maravilloso, de contrastes impresionantes y cultura que logra atraparte, una revista había solicitado fotos de uno de los rituales más antiguos y en cierto modo más tabú, la incineraciones en Benarés era algo propio de mostrar al mundo, fotografiar el ritual era totalmente prohibido, como siempre no mido las consecuencias, simplemente acepté el reto,

así que allí me encontraba con mi cámara apuntando rápidamente sabiendo que cada segundo contaba, apenas logré lo que quería una hermosa morena con dreads hasta la cintura y largas pestañas estaba dándome ligeros golpes en mi hombro llamando mi atención, pensé que me acusaría y sinceramente no quería imaginar lo que me harían, pero no, Gabrielle una joven francesa tenía otros planes para mí, le conté la razón de las fotos y decidió que lo que estaba haciendo no era tan malo, su espíritu libre logró cautivarme y se convirtió en mi guía por la ciudad, me llevó a lugares preciosos y terminé practicando yoga con ella después de tanta insistencia de su parte y por si caso se lo están preguntando, no, no tuve sexo con ella. Estoy en la posición de arquero pero me siento inestable y es difícil mantener la postura, Lina decide corregir mi posición colocando sus manos en mi vientre y espalda logrando enderezarme, respiro pausado, mi tranquilidad es interrumpida por el andar de sus dedos en mi cadera, caigo al suelo doblada de la risa. -Jajaja sabes muy bien que soy muy sensible en esa parte. -Lina se sonroja, ella sabe que cualquier roce en esa área logra erizarme, un día lo descubrió en nuestras sesiones de sexo desenfrenado en las que nos enfrascábamos tratando de explorar juntas puntos de placer que nos hicieran perder la cabeza y sí que sacó provecho cuando descubrió esa en particular… sus ojos se fijan en la imagen de la mariposa azul que mi piel exhibe, así que le dio curiosidad mi tatuaje, claro ella no lo había visto antes, a veces olvido que han pasado cinco años desde la última vez que me vio desnuda. -Lo siento… es hermoso, ¿puedo? -Lina pregunta tímidamente sin dejar atrás el rubor en sus mejillas. -Sí… -¿Por qué nunca me puedo negar con ella? Demonios!!! -Parece una mariposa que se posa en tu cadera, se ven tan real. -El suave andar de sus dedos envía pequeñas descargas eléctricas a mi espina dorsal que se replican por mi piel, mi respiración se agita. -Mmm sí… esa era la idea. -Trago saliva, ella sigue teniendo ese maldito efecto de desestabilizarme con tan sola una caricia. -¿Desde cuándo lo tienes? -Es un alivio cuando decide retirar sus dedos de y se posiciona al frente acercando el mat. -Hace tres años… en un viaje a New York, ya venía con la idea y bueno simplemente lo hice. -No es toda la historia, realmente fue en la época que dejé de llorar con su recuerdo, así que para mí era señal de liberación, por eso decidí tatuarme una mariposa, para mi representa libertad y el inicio de una nueva etapa exhibiendo la belleza que se ocultaba siendo tiempo atrás tan solo una oruga. -Es momento de relajación, acomódate boca arriba con tus manos a los costados y respira lentamente. -Nuestras cabezas están cerca con nuestros pies apuntando a lados opuestos, el

silencio solo se interrumpe por nuestras respiraciones lánguidas. -Esta no es la primera vez que practicas yoga ¿cierto? -Mis ojos de abren de golpe, volteo a mi derecha y me encuentro con sus ojos verdes que me ven intensamente. -¿Cómo sabes? -Sonrío mientras frunzo el ceño. -No sé, solo es una corazonada y ¿bien? -Levanta los hombros y eleva su ceja esperando que responda. -Bueno a decir verdad solo fue una vez en India. -Dios… siempre quise ir allí y practicarlo, es un sueño que no he podido cumplir. -Termina de hablar con un deje de tristeza en su voz. -¿Qué te ha detenido?, digo, sé que querías viajar y conocer el mundo. -Su cuerpo se tensa, no sé por qué es difícil el tema. -Bueno a Nicolás no le agradaba la idea de ausentarnos del país y abandonar su trabajo, luego se presentó la enfermedad de mi padre y… -El silencio se hace presente en ella, sus ojos se pierden apuntando al techo. -¿Qué? -Replico sin dejarle espacio para escabullirse y no responder, no puedo creer que se haya conformado, ella quería recorrer el mundo, me choca pensar que ese matrimonio solo le haya servido para aplacar su espíritu. -Tú padre… él solicitó mis servicios y bueno… no fui capaz de abandonarlo. -Así que eso era, ahora entiendo muchas cosas, como el porqué del amor fraternal que mi padre decía profesarle, ella se convirtió en la hija que él necesitaba cuando no estuve a su lado. -Yo no sabía… -Me siento estúpida, no debí presionar su respuesta. -No te hagas lio, la verdad es que no me arrepiento, él era un gran tipo y bueno, mejor dime… ¿Cuáles son tus sueños? -Su dulce sonrisa logra relajar el ambiente, le correspondo antes de apuntar mis ojos al techo. -A ver, pues no sé, mis sueños cambian constantemente, ahora por ejemplo quiero tomar fotos en el parque natural de San Martín, hace poco hablé con Dómine y me explicó su próxima colección de invierno y sé que los colores que piensa utilizar se verían muy bien allí. -Muevo mis manos tratando de delinear en el aire la imagen que me tiene soñando. Hasta puedo imaginarme la escena con la nieve cayendo, simplemente mi mente no ha dejado de pensar en ello, con Brigitte hemos contactado el gobierno local pero ellos no quieren ceder con los permisos, así que por ahora está en veremos y bueno… -Dime. -De nuevo ese brillo especial en sus ojos, ese resplandor que me hace estremecer, quisiera saber qué piensa cuando me ve así.

-Quiero remodelar los hoteles… sé que todos son joyas arquitectónicas, pero requieren ser modernizadas, así que mi sueño es poder hacerlo sin arruinar la estructura y su belleza colonial, y sé que sí mi padre estuviera vivo le daría un infarto con la sola idea, pero algo me dice que es lo correcto, además deseo que sean más ecológicos… quiero algo que haga enorgullecerlo… -Suspiro profundamente, la verdad es que dudo que eso se pueda hacer, siento tanta presión de no defraudarlo. -Para poder hacerlo requiero un ingeniero, restaurador y ambientalista, dudo que pueda conseguir alguien así… tu turno. -La señalo indicando que es hora de que me diga sus sueños. -La verdad si tengo un sueño… uno que me llena de ilusión, uno que hace que mi pecho se infle y mi corazón palpite de solo consentirlo en mi mente, el que hace levantarme esperanzada todas la mañanas… existe momentos que lo veo tan lejano que duele y a veces pienso que es mejor dejarlo ir, que tal vez no es para mí… pero hay días que lo creo posible, como hoy y por días como hoy es que no pierdo la esperanza de que pueda realizarlo, es lo que me motiva a seguir, a no desfallecer a pesar de que todo se vea tan gris… -No puedo dejar de verla, todo parece paralizarse, la forma que habla pareciera un mensaje encriptado que solo mi corazón entiende, siento fuerte las palpitaciones en mi pecho, nuestras respiraciones chocan suavemente en nuestros rostros, mis labios se sientes tan secos que rápidamente mi lengua se desliza humedeciéndolos y ahí estamos de nuevo, en esa burbuja invisible que parece envolvernos, su boca se abre lentamente como si… -Helena, Carolina, en media hora tenemos la reunión con el personal, no puedo creer que no estén listas. -Brigitte irrumpe sin percatarse de lo que estaba ocurriendo, ¿pero qué era lo que estaba ocurriendo? Nos separamos al acto, la burbuja desaparece. -¿Acaso qué hora es? -Me levanto rápidamente en busca de mis zapatillas. -Las nueve y media de la mañana. -Brigitte extiende su brazo mostrándome la hora en el reloj. -Qué!!! Pero si hace tan solo unos minutos eran las siete, no puedo creerlo. -Me muevo con prisa, no dispongo de mucho tiempo para estar puntual en la reunión. -Créelo, es el poder del yoga. -Lina habla mientras recoge todo y lo vuelve a colocar en su sitio. -Las espero en la sala de reuniones, tengo que cerciórame que todo esté en orden, los informes ya están listos, apresúrense por favor. -Así como entró, salió. -¿Ella siempre es así? -Lina me ve divertida por la forma diligente en la que se mueve Brigitte cuando se trata de trabajo, ella es la única que hace poner mis pies sobre la tierra. -Siempre… mejor acostúmbrate.

No puedo estar más que complacida, la reunión fue un éxito y me ha dejado el tiempo suficiente para entregarme a la fotografía, mi padre fue un visionario en su momento, la mayoría de los hoteles están ubicados cerca de la naturaleza, son sitios hermosos que te dan un escape de la cotidianidad y el estrés que se maneja en la ciudad, me pierdo con el sonido del obturador dispararse capturando un momento que perdurará en el tiempo, increíble como tan fácilmente se logra la perpetuidad. -Así que sigues esperando el momento exacto antes de disparar el obturador. -Esa voz hace que mi corazón salte de alegría, inmediatamente se delinea una sonrisa en mi rostro. -Claro, lo aprendí de la mejor. -Doy media vuelta y me encuentro de frente con la mujer que le dio el impulso a mi carrera, me acerco y la abrazo fuerte, la señorita Ortega me saluda con un suave beso en la mejilla. -No puedo creer que estés aquí. -Me ve detenidamente, supongo que viendo los cambios desde la última vez nos vimos. -Lo sé, lo siento, mi vida ha dado tantas vueltas que ya ni sé qué esperar. -Contesto con simpleza mientras levanto los hombros despreocupadamente, ella se ve muy diferente, verán, la señorita Ortega era una mujer que se escondía detrás de su apariencia seria, sus lentes y su ropa eran acordes con lo que se espera de una profesora seria a pesar de ser muy joven, pero ahora se ve más sensual, y realmente es difícil para mi verla de esa forma. -Ven, vamos a tomar algo al bar y me cuentas todo. -Asiento alegremente, la verdad no me caería nada mal. El bar del hotel está concurrido a esta hora, muchos turistas británicos beben alegremente celebrando los resultados del partido de fútbol, así que sus ruidosos cantos animan el lugar, la señorita Ortega escucha atenta todos los pormenores de mis últimos cinco años de vida mientras bebe de su jarra de cerveza, cuando extiende su mano para descargar la jarra mis ojos se clavan en su anillo de bodas, no sabía que ya era casada, así que ya no es la señorita Ortega. -Así que tu padre falleció y te dejó a cargo de los hoteles. -Sacudo la cabeza torpemente, nunca voy a cambiar. -Sí… -La verdad es que nunca te imaginé administrando y menos la cadena hotelera de tu padre, si no mal recuerdo su relación no era la mejor. -Como olvidar que ella muchas veces me escuchó cuando necesité desahogarme por todas las dificultades que pasé por su falta de apoyo. -Sí, pero cuando se enteró de mi beca aquella noche del homenaje se empeñó en acercarse de nuevo y mejorar nuestra relación, a pesar de la distancia lo logramos y no sé qué idea rara se le metió en la cabeza para dejarme a cargo de todo… solo sé aquí estoy. -Sonrío antes de beber de mi jarra de cerveza.

-¿Y tu estudio fotográfico en Paris? -Mi socia se quedó a cargo, sigo tomando fotografías, pero nada relevante en realidad, solo algo para algunas revistas y pues estoy pensando en volver a publicar un libro de fotografías pero sin tiempo es muy difícil. -Pues me alegra que en medio de todo no hayas dejado a un lado la fotografía. -Jajaja eso jamás, lo necesito como el aire para vivir. -Bueno, pues me alegra muchísimo verte y… Helena, sé que tu tiempo es valioso pero quisiera pedirte algo. -Me ve detenidamente esperando que responda. -Claro, sabes que te debo mucho. -No quiero imaginar que estaría haciendo ahora si ella no hubiera sido mi mentora. -No digas eso. -Se ruboriza ante mi declaración. -Verás… en una semana se realizará la convocatoria donde se escoge a los mejores fotógrafos para la exposición de nuevos artistas. -Genial que todavía exista esa exposición. -Ella sonríe y pasa su mano por la nuca nerviosamente. -Helena lo que quiero pedirte es que seas parte del jurado. -No puedo creer que me pida eso, como no hacerlo si gracias a eso conseguí la beca que me llevó a Paris. -En serio… vaya eso sería una gran honor para mí, cuenta conmigo. -Espléndido!!! -Pasa su mano sobre la mía con una gran sonrisa, ladea su cabeza a un lado y frunce el ceño. -Discúlpame un momento. -Se levanta un poco mareada, creo que no está acostumbrada al alcohol. -Sí claro. -La veo desaparecer por el atestado lugar… su figura resalta en medio de todos, inevitablemente mis ojos se clavan en ella, coloca su mano en su oreja tratando seguir la conversación que sostiene por su celular, finalmente termina con una sonrisa, decido entonces acercarme sigilosamente hasta estar a un paso de distancia de ella. -¿Se puede saber qué te tiene con esa sonrisa? -Da un pequeño brinco sobresaltada por la forma abrupta con la que le hablé cerca de su oído. -Me asustaste. -Me reprocha mientras desliza su mano por su pecho, solo puedo sonreír por mi diablura. -¿Y bien? -Levanto mi ceja con una risita socarrona.

-Estaba hablando con alguien que creo será la persona indicada para llevar a cabo tu proyecto de remodelación. -No puedo creer que ella le haya importado mi sueño, la verdad es que estoy cautivada por su interés. -¿Me hablas en serio? -Parpadeo un par de veces sin terminar de creerlo. -Sí… ¿por qué no me crees? -Me ve con una tierna sonrisa que finalmente termina en un puchero, ay Dios ¿por qué hace eso? -No es eso, es que… -Toma delicadamente mi rostro levantando mi mentón para que nuestros ojos se encuentren, estoy sin saber muy bien qué hacer. -Lena, la verdad es que quiero prometerte que siempre te voy ayudar a que todos tus sueños se cumplan, no importa las circunstancias, yo quiero estar ahí para ti. -Mi corazón se detiene un instante para luego palpitar frenético, solo bajo saliva. -Lina yo… -Sigo sin saber que responder, sus ojos brillan y eso termina por ponerme más nerviosa. -Hey, pero si es la aparición del salón abandonado. -Las dos volteamos a ver a la señorita Ortega completamente rojas, no sabía que ella se había dado cuenta de nuestras andadas… Lina me lleva con los ojos vendados, no sé qué trama ahora, solo me dijo que sabía que me iba a gustar, va guiando mis movimientos, me deja un momento sola, alcanzo escuchar como cierra la puerta, se posiciona a mi espalda y recarga su cabeza en mi hombro, empieza a besar mi cuello logrando erizarme, sonrío nerviosa por su extraño comportamiento pero me fascina como lleva el ritmo de mis ganas. -¿Cuándo se supone que me vas a quitar la venda? -Su risa se estrella en mi cuello a la vez que sus manos inquietas desabrochan el botón de mi pantalón. -¿Y bien? -No contesta, sus manos no se detienen en ningún momento, lentamente va desprendiendo botón por botón de mi blusa dejando al descubierto mi pecho. -Shhh no sabía que eras tan ansiosa. -Sus dedos frotan firmemente mi entrepierna empezando a subir mi temperatura, mi cuerpo responde moviéndose a su toque, mi respiración se acelera al igual que el palpitar de mi corazón, esta mujer es una cajita de sorpresas. -Lina… ahhh… espera, por favor ya quítame la venda. -Vuelvo a escuchar su risa mientras lentamente retira el trozo de tela que me impedía ver, cuando por fin mis ojos son liberados de la tortura no puedo creer lo que estoy viendo, dudo un momento de donde estoy, paso mi vista por la ventana y confirmo que estoy en la parte antigua del campus de la universidad, Lina se mueve al centro donde veo una colchoneta, una lámpara, almohadas y unas cuantas mantas. -¿Y bien? -Pregunta mordiendo su labio inferior mientras sus ojos verdes brillan, se ve tan apetecible cuando hace eso, es como si me incitara a que la haga mía.

-¿Qué es todo esto? -Termino de quitar mi blusa blanca, Lina solo sigue todos mis movimientos como si fuese imposible dejar de hacerlo, me encanta la idea que me desee tanto, aunque dudo que se compare a mi deseo por ella. -Nuestro lugar secreto, ya no podemos seguir así, necesitábamos un sitio donde estar a gusto sin afanes y especialmente que sea conveniente con nuestros horarios… -Su madre no ve con buenos ojos que se quede muy seguido en mi apartamento, y bueno… nunca pensé que ella pudiera hacer algo así por mí, por estar conmigo, sé en el fondo de mi alma que esto no es solo sexo para mí, pero sigo sin descifrar en que me estoy metiendo. -Ven aquí. - Lina me ve intensamente, no puedo resistirme cuando me ve con esa mirada cargada de deseo, se acerca mientras baja el broche de su vestido quedando con una sexy lencería de encaje, retiro lentamente mi jean, en el momento en que nuestros cuerpos se encuentran mis manos se posiciona en su trasero haciendo que no exista espacio entre nosotras, las lenguas se rozan furiosas, no, es imposible no rendirme ante ella. -No te das una idea de cómo me pone ver el deseo en tus ojos… ¿así que te gusta hacerlo en sitios donde pueden encontrarnos?, no es mi estilo pero contigo… es jodidamente excitante. -La conduzco hasta la colchoneta, nuestros cuerpos se enredan y las respiraciones agitadas acompañadas de gemidos de placer suenan por aquel lugar lúgubre, jamás me cansaré al sonido de sus jadeos cuando el orgasmo la sacude.

-Jah… ¿Qué? -En medio de balbuceos es lo único entendible que sale de mi boca, la señorita Ortega parece disfrutar con la situación, volteo a ver a Lina que sigue sin pronunciar palabra alguna por el creciente bochorno. -¿Creen que nunca me di cuenta de lo que pasaba en ese salón? -Nos señala inquisidoramente, no puedo creer que me esté haciendo esto, demonios!!! -Deja a las chicas en paz, si no fuera por ese salón tú y yo no hubiéramos terminado juntos. -Un elegante hombre se acerca a nosotras y estrecha entre sus brazos a la señorita Ortega y le da un suave beso, eso para nosotras es un descanso de las para nada placenteras aseveraciones que nos tenían al borde de un colapso. -Tienes razón amor. -Voltea a vernos con una gran sonrisa. -Les presento a mi esposo Alejandro Duran. -Un gusto en conocerlas… -Nos ve con una gran sonrisa. -Me alegra mucho que todavía sigan juntas, se les ve el amor en los ojos. -Ahí estoy de nuevo con el calor en mi rostro al punto que siento mi piel arder, volteo a ver a Lina que parece totalmente ausente, lo único que me da señales que una parte de ella sigue ahí son sus mejillas sonrojadas. -Nosotras no… -Lina por fin habla.

-Solo somos amigas… además yo tengo novia. -Demonios!!! Cuando giro mi cabeza para verla su semblante ha cambiado, se ve incomoda. -Lo siento, jajaja no suelo equivocarme en estas cosas. -La risa de Alejandro me devuelve a la realidad. -No tranquilo, la verdad es que nos conocemos de mucho tiempo y bueno… supongo que nos tenemos mucha confianza… -¿A quien intento engañar?... la verdad es que no sé que más decir. -Eso debe ser. -Alejandro replica rápidamente. -Y entonces eres el esposo de la señorita Ortega, disculpen, de Patricia. -Que les puedo decir, siempre la llame señorita Ortega. -Sí… verás, cuando esa vez te sorprendí saliendo del salón y te hice entender de forma indirecta que no podías seguir con esos juegos, bueno yo… -Jajaja ahora es ella la que se sonroja, ya era hora. -Nosotros aprovechamos el lugar, la verdad tenía lo necesario y después de unos meses de disfrutar de la comodidad de ese sitio le propuse matrimonio y ahora estamos aquí celebrando nuestro aniversario. -Termina de hablar su esposo estrechando su mano. -Me alegro por ustedes. -Gracias y bueno, si nos disculpan, yo venía buscando a mi bella esposa para llevarla a cenar. -Alejandro la besa dulcemente. -Claro, me agradó verlos. -Helena, no olvides lo que te pedí. -Me dice sería, niego con la cabeza. -No para nada, el lunes pasó por la universidad y ya me dirás. -Nos despedimos de los dos y los vemos marcharse en medio de cariños, se siente el amor en el aire y ahí estamos de nuevo, Lina parece no querer hablar, así que estrecho su mano, ella levanta la mirada y me ve detenidamente esperando que diga algo, solo le hago señas de que me acompañe, caminamos sin decir nada hasta llegar al jardín, no quiero seguir hablando con tanto ruido y en un lugar tan impersonal, nos detenemos y aprieto levemente su mano. Lina yo quería darte las gracias por todo, la verdad es que no sé cómo decirte lo especial que me haces sentir cuando te preocupas por mí de esa forma… -Tranquila, para eso están las amigas. -El tono de su voz se siente tan… triste, ¿por qué está así? -Lina, no sé cuál es ese sueño que te hace ilusión y está bien si no me quieres decir… solo quiero que sepas que no está bien que renuncies a tus sueños, jamás te conformes, te ruego

que no lo hagas, cuando abandonas tus ilusiones te resignas a una vida sin magia, sin sorpresas y créeme no deseo eso para ti, ¿me entiendes? -La tomo de sus hombros esperando que diga algo, Lina asiente y se dibuja una media sonrisa. -Sí, gracias. -La estrecho entre mis brazos y su calor logra recorrer todo mi cuerpo, no sé que me está pasando últimamente con Lina, solo sé que no puedo detenerme, juro que está más allá de mi control, sus detalles, su ternura, estos jodidos recuerdos que vienen y van en mi cabeza, todo en ella me hace bien aunque sea una maldita locura… Dios necesito tanto una señal de qué hacer con todo esto que está empezando a trastornar mi cabeza, solo sé que no puedo hacerle daño con mis confusiones, no puedo volver a fallarle a nuestra amistad.

XXXV -Pero que tiernas se ven. -Mi hermano utiliza el tono más meloso posible, no puedo creer que haya caído tan bajo, solo soy capaz de colocar mis manos tapando mis oídos tratando de ejercer presión para que no entre sonido alguno, después de tanta insistencia solo logré el adormecimiento de mis orejas. -Lo mismo le digo pero es muy gruñona para aceptar que la pasó muy bien. -Sofía me ve guiñando un ojo con una sonrisa de oreja a oreja… sí, los dos son unos pesados, ellos siempre se aprovecharon de su estatus de hermanos mayores para convertirme en objeto de sus burlas y ahora… no ha cambiado nada. -Mira sus caritas de emoción. -Mi hermano desliza sus dedos sobre el smartphone de Sofía completamente embelesado con las caritas sonrientes de sus niñas, me puedo identificar completamente, ellas son un tesoro. -Ya!!! Denme un respiro, en serio que pasados. -Los señalo completamente seria, mi hermano retira unas pequeñas lágrimas producto de la risa, vuelvo y me pregunto ¿Cómo caí tan bajo? Sé que nadie entiende lo que sucede en esta mesa, permítanme ilustrarlos… días atrás entró mi hermano a mi oficina pidiéndome un favor de vida o muerte, pensé en ese momento muchas cosas, desde que necesitaba un trasplante de medula ósea hasta dinero para pagar una deuda de juego, cualquier cosa menos que acompañara a Sofía y a las niñas a un concierto de Justin Bieber, resulta que por su corta edad solo el concierto en el Valley View Casino de San Diego California se permitía que entraran con adultos a su cargo, casi caigo al suelo de la risa que me dio en ese momento, después de tantas suplicas de su parte y hasta la utilización de su último recurso que consistió en manipularme emocionalmente al recordarme que no estuve presente en gran parte de sus vidas terminé aceptando, no fue una experiencia cualquiera, pensé que solo las acompañaría y sería un sujeto pasivo a la situación, pues no… primero, mis inquietas sobrinas sumado a la hiperactividad de Sofía hicieron del viaje en avión algo inolvidable, segundo, Sofía se sabía todas las benditas canciones y tuve que escucharla cantar a todo pulmón cerca de mi oído, tercero, las niñas casi se desmayan al ver al objeto de sus sueños moverse y cantar por todo

el escenario y después tuve que escucharlas como se peleaban por “su novio”, no, esa experiencia solo podía haberla sufrido por ellas. -Y dime, ¿sirvió haberlos dejado solos? -Mi hermano asiente alegremente, toda esta aventura tenía la misión de permitirle a Eduardo tener una cita con Karen a solas para reconquistarla, se ha portado muy bien a decir verdad, de apoco ha ido cambiando su posición machista, pasa más tiempo con las niñas, es atento con Karen y la ha apoyado en su carrera, eso ha logrado llamar la atención de Karen, por el bien de mis sobrinas espero que ellos lo logren. -Pues creo que bien… -Frunce el ceño mientras coloca sus manos en la nuca. -¿Cómo que crees? -Sofía le pregunta curiosa, la verdad es que él no es muy claro. -Pues verán… la invité a cenar a mi apartamento, le cociné paella que es su plato favorito... ¿qué?... ya no se burlen o nos les cuento. -La risa de las dos no lo deja seguir hablando, él nos ve entrecerrando los ojos, ¿mi hermano cocinando? Jajaja que espectáculo, si ni siquiera se servía un vaso de agua cuando estaba en la casa porque mi abuela lo tenía mal acostumbrado, según ella había muchas mujeres en la casa apara atenderlo, que horror lo sé y ahora nos dice que trató de cocinar, pobre Karen eso debió ser de todo menos comestible, las risas de las dos no parecen ceder, Eduardo se está impacientando así que hace amagues de levantarse y dejarnos solas, Sofía es quien finalmente intenta hablar dándome un codazo para que me detenga. -Jajaja ya… jajaja está bien, sigue… -Sofía coloca una mano en el estomago y con la otra le hace señas de que por favor continúe, yo tomo agua tratando que la risa no me vuelva a jugar una mala jugada. -Pues la paella no me quedó muy bien que digamos, no soy buen cocinero a decir verdad, pero ella valoró el esfuerzo, después tuvimos una buena platica acompañado de un buen vino y pues eso fue todo, la llevé hasta su casa y me despidió con un tierno beso en la mejilla, no sé… me da miedo que el idiota de Sergio haya avanzado más terreno que yo y solo me convierta en su amigable ex esposo. -Termina de hablar preocupado, ahora entiendo todo, Eduardo siente el miedo de saber que el amor de su vida puede encontrar en otro lo que él no fue capaz de darle y saber que si no regresan todo va ser su culpa, la verdad no quiero nunca enfrentar una situación similar. -Tranquilo, vas bien, creo que no puedes presionar nada, ella tiene que volver a confiar en ti y eso solo se logra con tiempo y paciencia. -Le digo viéndolo fijamente mientras deslizo mi mano por encima de la mesa hasta encontrar la suya apretándola con firmeza en esfuerzo de transmitirle seguridad. -Ella tiene razón. -Sofía se une al agarre de manos, por un momento me distraigo, no puedo creer que después de tantos años, peleas y altercados ahora estemos así, una parte de mi se estremece al reconocer que necesitaba tanto sentir que pertenezco a una familia.

-Ves… mejor cambiemos de tema… dime ¿ya tienes listo el informe de mercadeo y publicidad del hotel? -Decido cambiar de tema, me conozco si sigo así terminaré en una escena sentimental, y no estoy preparada para mostrar todo lo que llevo por dentro. -Eh…yo. -Eduardo no sabe cómo reaccionar a mi cambio tan brusco, lo sé, soy difícil. -Eduardo, sabes que eso es urgente, no puedo creer que no lo tengas preparado. -Le hablo seria, él sacude la cabeza tratando de concentrarse, Sofía sigue la conversación sin saber qué hacer. -No es eso, si tengo varias ideas pero necesito alguien que me ayude, Helena este es el hotel más importante y lo sabes, mi padre le tenía un cariño especial y siento que a veces las cosas se me salen de las manos. -Termina de hablar pausadamente, sé que los últimos días lo he forzado bastante, la verdad es que yo también tengo miedo de fallar y eso hace que presione a todos a mí alrededor. -A ver qué ideas tienes. -Le digo en tono conciliador, lo que menos quiero es discutir con él y menos por trabajo. -Pues estaba pensando promocionar al hotel por medio de revistas especializadas, tal vez hacer acuerdos con empresas de turismo, no sé, algo de radio y… -Sofía abre bien los ojos desconcertada, nunca la había visto así. -Estás loco!!! Pero que aburrido eres Eduardo. -Sofía sentencia completamente seria y nosotros quedamos atónitos por su actitud. -¿Perdón? -Eduardo ladea ligeramente la cabeza, su tono no es de pelea, es de absoluta confusión. -Creo que no sabías el porqué de las fiestas de mi padre. -Lo ve detenidamente esperando una respuesta que Eduardo sinceramente no se ve en condiciones de proporcionar. -Bueno mi padre era un visionario, las fiestas no solo eran para estrechar lazos comerciales, eran la mejor forma de tener el hotel de boca en boca, solo imagina esto… una gran fiesta, el mejor dj, invitados de lujo, algo de lo que hablen por días, sin contar que se puede utilizar las redes sociales para lograr un impacto mayor, pero por Dios no vayan a colocar el hotel en radio o revistas, le van a quitar categoría. -Nunca la había escuchado hablar apasionadamente por algo como ahora y entiendo… cuando mi padre hacia las benditas fiestas era ella la más emocionada en ayudarle a que fuera inolvidables, entonces el viejo no era un fiestero, todo hacia parte de su estrategia de negocios y por lo que veo es ella la que más sabe del tema. -¿Sofía a que te estás dedicando por estos días? -Le pregunto tranquilamente, alcanzo a ver como a mi hermano se le delinea una sonrisa, apuesto a que él si sospecha mis intenciones. -Pues a nada en realidad, ya te dije que Robert me dejó sin problemas de dinero. -El día del concierto tuve por primera vez la oportunidad de acercarme más a ella, hablamos por un

largo rato y me contó como hace dos años Robert Nardi murió heredándole una buena cantidad de dinero, claro, muchos hablaron de ella tratándola de viuda negra, pero más lejos de la realidad, Sofía realmente lo amó, Robert fue el único que la trató como ella merecía, ahora entiendo que los tres solo nos casaríamos por amor, increíble con nuestros antecedentes. -Quiero tenerte como relacionista pública de los hoteles… ¿crees que puedas organizar esa fiesta? -Sofía ladea la cabeza como tratando de entender si mis palabras son ciertas, ella sigue sin contestar, levanto las cejas para que por fin hable. -Como crees… tal vez yo no sea la persona indicada, sabes muy bien que nunca terminé la carrera de relaciones internacionales. -No puedo creer que Sofía no confíe en ella, es mi deber hacerle entender que no hay nadie mejor para ese puesto, además que necesitamos a alguien con urgencia. -Lo eres, solo lo sé… deberías intentarlo. -Paso mi mano por su hombro, por un momento pienso si mi padre no quería esto desde el comienzo, si solo estoy develando sus intenciones, niego con la cabeza, eso es algo que nunca sabré. -Está bien… déjame pensarlo, pero si acepto tienes que prometerme que me vas a dejar manejar las cosas a mi manera. -Asiento alegremente, sé que va a aceptar, mi hermano nos ve complacido. -Acepto. -Le contesto con simpleza, no sé qué fuerzas me hace girar la vista a mi derecha para ver algo que no me gusta para nada, un hombre elegantemente vestido camina al lado de Lina, los dos hablan amenamente, se ven a gusto, ella sonríe despreocupada, ¿quién es él?, ¿por qué a ella parece agradarle su compañía? -¿Quién es el caramelo delicioso con el que viene Carolina? -Mi hermana se percató a donde apuntaba mis ojos, una incontrolable molestia crece en mi pecho y me asusta la idea que pueda volver a sentir celos de las personas que se le acercan a Lina, ¿acaso ella no es solo mi amiga? ¿Qué carajos me está pasando? -No sé… -Lina desliza su mano por los fuertes brazos del hombre de ojos celestes tratando de controlar la risa, parece que su conversación es muy interesante, él está encantado con su belleza, reconozco la forma como la ve, está interesado en Lina, sus ojos muchas veces se fijan en sus labios y eso solo demuestra deseo de besarlos, ella parece no notarlo, pero yo sí, qué demonios!!! -Pues está bien guapo la verdad. -Mi hermana me replica rápidamente, volteo a ver a Sofía que parece seguir embelesada por él, ¿qué tiene ese idiota para llamar tanto la atención? -Qué quieres que conteste… se te olvida que los hombres no me gustan. -Contesto cansinamente, ya sé que es guapo, no me gustan pero sé reconocer cuando se ven bien y él parece un maldito actor de cine, me preocupa su presencia tan cercana a ella… Lina parece

contestarle a todo con su sonrisa encantadora, no, no me gusta nada esto y menos lo que estoy empezando a sentir. -Ya lo sé tonta, pero debes aceptar que es muy apuesto. -Termina sentenciando, es que nadie entiende que esta conversación me incomoda. -Déjalo así, bueno me tengo que ir, tú ve a trabajar y tú a pensar lo que te propuse, espero me tengas una respuesta pronto sabes que detesto esperar. -Me levanto abruptamente de la mesa, parece que él único que se da cuenta de mi malestar es mi hermano que me ve fijamente. -Jajaja se nos creció la enana. -Sofía me dice en tono jocoso, cuando era pequeña así me decían hasta hacerme llorar y pensar que la que se quedó enana es ella. -Enana tú que me llegas al hombro. -Le digo con una mueca de arrogancia a lo que ella solo contesta riendo, termino de despedirme, debo ir a mi antigua universidad a cumplir mi promesa y alejarme en estos momentos es lo mejor, sé que estos sentimientos encontrados no van para ningún lado.

Recorro el lugar sin prisas, no tengo afán de volver al hotel a decir verdad, no quiero tropezarme con Lina y su nuevo ¿amigo?, resoplo fastidiada, algunos se percatan de mi lucha interna viéndome de reojo, creo que es muy evidente, decido que es hora de calmarme, mis pasos son pausados dándome tiempo para recordar mi tiempo aquí, todo parece familiar y al mismo tiempo los cambios son notorios, los estudiantes caminan despreocupados hablando de sus clases, de la rutina, de la próxima fiesta, del chisme de la semana y no puedo evitar tener nostalgia de esa época… Patricia ahora es la decana de la facultad, así que por un momento me pierdo encontrando su nueva oficina y ni de riesgos pregunto, lo más probable es que termine en sentido contrario… después de varios minutos logro llegar, doy ligeros golpes a la puerta con el gran letrero que dice “Patricia Duran decana de facultad de arte y fotografía” -Siga. -Abro lentamente la puerta y allí la encuentro concentrada en varias fotografías esparcidas en el escritorio, levanta su vista recibiéndome con una amplia sonrisa. -Me alegra saber que todavía cumples lo que prometes. -Se levanta de su silla y me da un suave beso en la mejilla junto con un abrazo, me indica que tome siente, por un momento se queda dubitativa con la punta de los dedos en la comisura de sus labios para finalmente extenderme las fotos que segundos antes estaba estudiando. -Dime qué piensas de ellas. -Las tomo una por una, delineo con las yemas de mis dedos las siluetas tratando de entender que tratan captar y solo siento una fuerte contradicción. -¿Quién las tomo? -Levanto un momento la vista para encontrarme con la suya, ella descuelga su cabeza lentamente a un lado.

-Alguien que me recuerda mucho a ti. -Niego mientras mi risa empieza. -Jajaja te puede recordar a mí, pero sabes muy bien que como yo no hay dos. -Sí, todavía soy un poco arrogante, que le vamos hacer, algún error tenía que tener. -Jajaja lo sé, pero es que… mejor dime ¿qué piensas? -Vuelve a preguntarme esperando atenta mi respuesta. -Ella, no preguntes cómo, pero sé que es mujer, es buena pero conformista, tiene talento de eso no hay duda, pero puede ser mejor, no se esfuerza quedando todo a medias y ¿bien?… ¿Cómo voy? -Levanto mi ceja de forma altiva, ella se ríe al acto. -Impresionante, sí, efectivamente es mujer, su nombre es Manuela Villegas, tiene talento tú muy bien lo has dicho, pero no he logrado motivarla a que se esfuerce, se la pasa de fiesta en fiesta y temo que su futuro no llegue más allá de ser fotógrafa de revistas. -Villegas, me suena. -Mi mente se esfuerza tratando de recordar donde he escuchado ese apellido. -Te suena porque es hija de Salomón Villegas el famoso pintor y fotógrafo, ese es el problema en realidad, ella vive a la sombra de su padre, sé que todos la comparan esperando que Manuela imite su estilo y eso la mantiene encasillada, ella no parece entender que eso solo va a cambiar cuando demuestre que puede hacer algo diferente. -Veo y… me cuentas todo esto ¿por?... -Hago ademanes con la mano para que me saque de dudas de una vez por todas. -Quiero que hables con ella hoy, necesito que Manuela escuche a alguien a quien admira, y ella… -Se ríe mientras me ve detenidamente. -Es tu gran seguidora, siempre te nombra y bueno, quien mejor que tú para hacerla reaccionar. -No puedo creer que alguien me admire tanto, la verdad nunca lo busqué, solo hago lo que me gusta. -Yo no sé si sea la indicada, sabes que no tengo paciencia. -Solo inténtalo, y ahora mejor nos vamos para el salón de eventos, allí todo ya está preparado, espero que te guste el nuevo talento de la universidad, quien sabe si uno de ellos sea la nueva estrella de la fotografía.

Uno a uno han ido pasando, todos con propuestas diferentes, muchos se llevaron una gran sorpresa al verme dentro del jurado, nadie sabía de mi presencia el día de hoy, no tenía ni idea que era una leyenda por aquí, la verdad extrañaba tener conversaciones de lo que me apasiona, es un buen distractor de las presiones diarias del hotel, la siguiente es Manuela, la verdad tengo curiosidad en conocerla, sé que Patricia tiene un ojo para descubrir talento… una joven mujer de mejillas sonrosadas, tez blanca y cabello castaño a la altura de sus

hombros entra segura de sí misma, sus grandes ojos caramelo recorre el lugar organizando sus ideas, habla de su propuesta despreocupadamente, ahora entiendo, ella no le pone el alma a esto, sus fotos son buenas eso no puedo negarlo, pero les falta ese toque de más para hacerlas únicas, de un momento a otro sus ojos se encuentran con los míos, se pone nerviosa al instante y casi no puede terminar su presentación, se le da las gracias y se le indica el día en el que se va a publicar los resultados, ella solo asiente nerviosamente, me coloco en pie y antes de que se retire la alcanzo en el umbral de la puerta, por su cara de desconcierto no esperaba que la abordara de esta forma. -Necesito hablar con usted más tarde, por favor espéreme en la oficina de la decana Duran. -La tomo delicadamente del brazo, ella solo asiente. -Sí… claro. -Camino tranquilamente de nuevo a mi lugar, cuando tomo asiento Patricia me ve confundida por mi comportamiento. -¿Qué has hecho? -Me pregunta suave acerca de mi oído para que nadie más escuche. -Lo que me pediste, por cierto necesito tu oficina si no te importa. -Está bien, pero por favor no vuelvas a interrumpir la muestra. -Asiento y todo vuelve a la normalidad, los estudiantes siguen ingresando haciendo sus debidas presentaciones.

Parsimoniosamente abro la puerta de la oficina, efectivamente ella me está esperando con las piernas cruzadas mientras ojea una revista, me identifico con su forma de vestir, ya veo el cierto parecido que Patricia parece haber encontrado en nosotras, cuando me ve deja la revista a un lado, su mirada, mmm no me gusta que me vea tan intensamente, ella parece querer comerme con los ojos, tomo el asiento que está a su lado y lo acomodo hasta quedar al frente. -Gracias por esperarme Manuela. -Trato de manejar el tono más profesional posible, al fin y al cabo solo eso busco aquí. -Puedes decirme Manu. -Me dice de forma coqueta, me desconcierta pero no muestro emoción alguna, no puedo permitir que ella lo note. -No lo creo… ¿dime Manuela por qué decidiste estudiar fotografía? -Ella se descola por la pregunta, no sé qué estaba pensando que le iba a preguntar o de qué rayos íbamos hablar. -No sé, es lo que me gusta y… -Su forma indecisa de contestar me molesta. -No parece, sé que esas fotografías pudieron ser mejores pero imagino que tenías mejores cosas que hacer, alguna fiesta ¿cierto? -Le pregunto de forma decisiva, ella se sonroja, así que eso era. -Yo…

-Sé que puedes hacerlo mejor, quiero decirte que tienes el cupo asegurado en la exposición y como ya sabes allí tendrás la oportunidad de conseguir una beca para estudiar en el exterior, y aquí es donde comienza el problema… verás estás acostumbrada a que sin esforzarte mucho consigues buenas fotos, pero creo que no estás preparada para enfrentarte al mundo real, allí no tienes que solo ser buena, tienes que ser excelente si deseas tener una carrera y eso solo se logra arriesgándote, mostrando algo único, siendo diferente. -Ella abre bien los ojos, se nota que está incomoda por lo que le estoy diciendo, por lo menos es bueno verle una reacción que no sea tan pasiva y conformista. -Para donde va todo esto, si no le gusta mis fotografías no tiene por… -No interrumpas… no es eso lo que te estoy diciendo, lo que quiero decirte es que sí, efectivamente me gustan tus fotos pero sé que pueden ser mejores… tanto como para proponerte que si logras esa beca para estudiar en L’ecole Saint Germain te aseguro tus practicas en mi estudio fotográfico en Paris, pero primero debes replantear tu muestra, demuestra que puedes, solo así podrás pasar una semana con Renee Dubois, ella te va a presionar tanto que en muchas ocasiones te vas a preguntar qué carajos estás haciendo, pero créeme, valdrá la pena. -Sé de que hablo, Renee realmente puede ser un verdadero dolor de pelotas pero hace que siempre mejores, sé que ella la hará perfeccionar y bueno a decir verdad necesitamos a alguien con urgencia, Sean pidió un año para dedicarse a la publicación de su nuevo libro de fotografías y Renee necesita fotógrafos para cumplir con los compromisos. -Eso sería grandioso… no entiendo, ¿por qué lo haces? -Ella sonríe con la propuesta, creo que no se lo esperaba después de tanto sermón de mi parte. -Necesito nuevo talento y bueno… sé que lo tienes, de ti depende lo demás. -Contesto con simpleza. -Gracias… prometo no decepcionarte, no te das una idea de lo que te admiro ¿cierto? Eres la mejor. -Sus ojos se fijan en los míos. -No sigas por favor. -Nunca me gustó que me dijeran esa clase de cosas, y creo que nunca lo haré. -Está bien, gracias de nuevo… sé que es un poco apresurado, pero no está de más tomarse el riego… no sé si algún día aceptarías tomar algo conmigo y no sé, tal vez hablar... -Mi sonrisa se pierde en el aire, no puedo creer que me esté invitando a salir. -Esa no es buena idea, pero gracias, espero esas fotos pronto. -Le contesto suavemente, escondiendo la ansiedad detrás de esta pose seria, su mirar intenso me logra desconcertar, otras fueran las circunstancias… -Bueno, no puedes culparme por intentarlo. -Levanta sus hombros holgadamente, se acerca tímidamente y de la nada besa mi mejilla, solo atino a tratar de respirar pausadamente, toma

sus cosas y se retira, no puedo creer que ahora que tengo novia he tenido que escabullirme de esta clase de situaciones.

Entro al hotel, fue buena idea haber escapado por un día de toda esta locura que mi padre me encargó y a decir verdad de ella, de estos estúpidos sentimientos que están empezando a surgir cada vez que nuestras miradas se cruzan, me siento como una maldita polilla que no puede escaparse del encanto de la luz y eso exactamente es lo que me ocurre con solo ver la puerta de su oficina, aprieto con fuerza los puños, dudo un momento de mi lucidez, después de una lucha con mis deseos, decido entrar a saludar, ¿Qué hay de malo en un hola? muchas emociones se acumulan sin control, no puedo creer que tenga tanta ansiedad de verla y hablarle, respiro pausadamente tratando de normalizar el pulso. -Hola. -Sus ojos se desprenden de los documentos y me hace señas que tome asiento, las hermosas rosas rojas llaman mi atención, ella siempre acostumbra a tener flores, pero Lina solo le gustan las amarillas, no pregunten el porqué, todo hace parte de sus rarezas, es decir que esas rosas rojas definitivamente no las compró ella, no me gusta eso. -No sé donde te habías metido pero necesitaba hablar contigo urgentemente. -Me dice con una sonrisa mientras acomoda los documentos a un lado, ella parece no percatarse de mi malestar. -Lo siento, tenía el asunto de mi antigua universidad, pero dejé a Brigitte encargada de cualquier cosa, espero te haya asistido en lo que necesitabas. -Sí lo sé, pero no es lo mismo. -Por un momento me pierdo en el verde de sus ojos, no soy capaz de seguirla viendo, aparto la vista a un lado, no puedo controlarme, diablos!!! -Dime… que es eso tan urgente. -Trato de conservar la calma pero su dulce aroma es embriagante. -Bueno, es que ya te había dicho que tenía a la persona ideal para la remodelación, hoy tuve una entrevista personal con él y está interesado en el proyecto, verás… él es uno de los mejores arquitectos, si vieras sus obras me darías la razón, se ha encargado de remodelar muchas obras alrededor del mundo y lo mejor de todo es que es un ferviente ambientalista, no te das una idea de las propuestas tan innovadoras que quiere plantear para los hoteles, en resumidas cuentas, es perfecto para el cargo. -La forma que habla de él me molesta, es la misma forma que hablaba de Nicolás, con tanta admiración y entusiasmo, aprieto los dientes, esto es solo un maldito déjà vu. -¿Quién es? Acaso es el hombre que entró esta mañana a tu oficina. -No pude evitar usar un tono molesto, ella ladea la cabeza confundida por mi actitud. -Sí ¿cómo lo sabes? pensé que hoy no habías venido en todo el día. -Ella frunce el ceño esperando a que le responda.

-Solo estuve esta mañana desayunando con mis hermanos y ¿bien? -No quiero darle tregua, todo esto me confunde y me recuerda a una época en la que sufrí porque ella no se fijaba en el daño que me hacía. -Sí era él, Gonzalo Vásquez, hablamos largo rato y si no tienes inconvenientes quiere empezar con el hotel de playa Santa Clarita, lo mejor es que nos quedemos allí unos días para que él nos muestre sus ideas y de paso descansamos un poco, es más, se me ocurre que podríamos invitar a Silvia y a Natalia, hablé ayer con ellas y estaban agotadas con el ritmo del hospital ¿qué te parece? -No sé qué contestar, no me agrada la idea que el tal Gonzalo este muy cerca de ella, de nosotras, esas rosas tuvo que habérselas traído él, de eso estoy segura. -Lena, debes confiar en mí, créeme es el mejor. -Toma mi mano por encima del escritorio haciéndome reaccionar con su calor, delineo una media sonrisa. -Siempre he confiado en tus decisiones y si dices que es el mejor es porque así es, y bueno… creo que necesitamos un descanso de todo esto, tienes razón un poco de sol no nos haría daño. -Dios, he pensado en todo menos en mi novia, yo con todo estos sentimientos encontrados y Kelly que cada vez la veo menos, no es justo con ella tener este desorden en mi mente. -Perfecto. -Contesta alegremente, en medio de tantas cosas el apellido Vásquez da vueltas generándome un cosquilleo en la parte de atrás de mi cabeza. -Gonzalo Vásquez, acaso es… -Lina sonríe con mi confusión. -Sí, es el hermano mayor de Teo. -Ay no, ahora recuerdo todo, cuando Teo la llevó a su casa para presentarle a su familia Lina llegó toda emocionada hablando del apuesto hermano mayor de su novio que ya estaba en la universidad y ahora Lina va a tener la oportunidad de revivir su leve enamoramiento por él, que gracioso es el destino conmigo, deslizo mis dedos por mis cejas, mi mente no me da descanso, Lina aprieta mi mano regresando a la realidad. -Me hiciste falta. -Mi corazón se acelera con ese toque y esas sencillas palabras que dicen tanto. -¿En serio? -Pregunto mientras detengo el andar de mis dedos. -Bueno… es que ya me acostumbré a verte con solo pasar al otro lado de esta puerta. -Se enreda contestando. -Lo sé, tú también. -Le devuelvo la sonrisa, todo esto es una locura, ¿qué me está pasando?, yo no puedo volver a confundirme con ella y arruinarlo otra vez, cuando voy a entender que para ella yo solo soy su amiga, ya una vez pensé que sus detalles eran algo más que una amistad para estrellarme dolorosamente con la realidad, no, no puedo permitirlo, además Kelly ahora está en mi vida, no puedo fallarle, por mi bien esto tiene que acabar.

XXXVI Los inclementes rayos de sol solo son detenidos por mis Ray-Ban negros, las olas del mar se mueven grácilmente logrando crear un ambiente que invita a la relajación, algo que realmente mi cuerpo y mi mente piden a gritos, he trabajado sin descanso los últimos ocho meses, sí, ese es el tiempo que ha transcurrido desde que tomé el control de los hoteles, el suave roce de sus labios en mi mejilla me libra de mis abstracciones. -Esto es hermoso amor y más contigo. -Estrecha mi mano e inevitablemente un pensamiento cruza mi mente, ella no tiene ese calorcito que me gusta, sé que soy de lo peor por compararla pero es algo más grande que yo… no, no puedo fallarle, no voy a permitir que se vuelva a escapar la felicidad de mis manos solo por mis estúpidas confusiones. -Espero que de verdad descanses, llevas un ritmo de locos, Kelly solo deseo que… -La beso suavemente tratando de quitarme toda esta maldita ansiedad que no me lleva a nada bueno, ahora ella es lo importante. -Ya deja de preocuparte, solo disfrutemos estos días, ¿te parece? -Kelly me interrumpe volviendo a besarme, la batalla de su lengua con la mía por fin logra darle tregua a mi cerebro. -Está bien. -Descanso mi frente en la suya y me pierdo en el gris de sus ojos, deslizo mis dedos por su cabello cobrizo, ella hace lo mismo viendo detenidamente las ondas que se forman al final, algo extraño si me pregunta, solo cuando estoy en un clima como este se forman naturalmente, aprendí con los años a no luchar y manejarlas con una buena crema para las puntas, igual me da un look despreocupado totalmente acertado para la playa. -Esto es genial, en verdad necesitaba sol, estoy de un horroroso color blanco, igual que las paredes del hospital. -Silvia se acerca a nosotras quejándose dramáticamente, me saca una risa, Natalia le besa el cuello desde atrás logrando estremecerla. -Que exagerada Bonnet. -Le contesto socarronamente y le saco la lengua. -Bonnet-Osorio. -Natalia rápidamente interviene corrigiéndome con un falso aire de molestia. -Así que han decidido compartir el apellido. -Esa opción me parece genial, las dos se ven muy enamoradas, me alegra mucho por Silvia, tal parece que los problemas que el doctor Ayala pretendía ocasionar solo son cosas del pasado. -Sí, es lo más justo y de paso nos hace sentir que nos pertenecemos. -Silvia me replica antes de enfrascarse en una lucha de besos con su esposa, estas dos si se acercan a un diabético lo matan. -Que cursis, mejor vamos a cambiarnos y disfrutar del sol. -Les señalo sus habitaciones, estamos en una de las partes más exclusivas del hotel, más que una habitación es un

pequeño apartamento con todo lo necesario, además estas dos están conectadas por el gran balcón con vista al mar.

El agua es de un bello color turquesa, la brisa juguetona acaricia mi piel, lentamente acomodamos las cosas en las elegantes sillas, mi novia habla amenamente con Natalia y Silvia se dedica a ver el mar extasiada por su belleza al igual que yo, el hotel cuenta con playa privada así que tenemos toda esta extensión prácticamente a nuestra disposición, su risa me hace estremecer, es como una invitación a que mis ojos la vean, una invitación a la cual no me puedo negar… se ve hermosa en su bikini de escote halter verde esmeralda que hace que sus ojos se vean más intensos, sí, ella está entretenida hablando con Gonzalo, esto es surrealista, se suponía que todo esto me tenía que ayudar a despejarme no a dejarme más jodida de lo que estoy, me siento al borde de un maldito precipicio, cualquier paso en falso y solo me espera una trágica caída… sus voces de colegiales enamoradas me hacen volver a la realidad. -Está bien guapo, no crees que tiene un aire a Daniel Craig. -Kelly habla embobada viendo a Gonzalo, ¿pero qué carajos le está pasando a todas las mujeres?, ashhh, estoy irritada. -Sí, tienes razón. -Natalia la secunda, las dos están botando las babas por él, Silvia frunce el ceño, ellas simplemente nos ignoran por estar viéndolo, no entiendo tanto escándalo. -¿Puedes creerlo? -Silvia pasa su mano por mi hombro tratando de llamar mi atención, ella también está irritada. -¿Por qué me preguntas a mí?, yo nunca he estado con uno. -Cuando termino de hablar sé que me he equivocado. -Hey no te desquites conmigo, estamos en el mismo equipo. -Me dice de forma dulce haciendo que incremente mi malestar por mi estupidez. -Lo siento tienes razón, pero es que ya me está cansando que ese tipo con su sola presencia haga enloquecer a las mujeres a su paso. -Lina solo parece sonreír por su conversación, mi novia y Natalia siguen comiéndoselo con la mirada, ya no aguanto más, estoy en mi límite. -Quítate la ropa y quédate en traje de baño. -Silvia me dice completamente seria, casi en un tono autoritario descolándome. -Jajaja ¿Qué? -Me cruzo de brazos sin entender que pretende. -No es lo que piensas. -Me dice rodando los ojos.

-Está bien. -Levanto las manos rindiéndome, lentamente me retiro el pantalón corto negro y mi blusa blanca hasta quedar en mi bikini negro, que les puedo decir, me encanta ese color, Silvia me ve detenidamente con una mueca de aprobación que es difícil pasar por alto. -¿Cómo haces para seguir teniendo ese cuerpo?... ya olvidaba lo bien que te veías. -Enarco mis cejas y sí, estoy un poco sonrojada debo aceptarlo, pensar que fue ella la primera en mi vida. -Ajá. -Es lo único que contesto, ella rápidamente queda en igualdad de condiciones, toma el bloqueador y ya sé sus intenciones, pasa generosamente el liquido blanco por mi cuerpo, pronto dejamos de escuchar su conversación, ladeo la cabeza y me hago la desentendida, jajaja las dos están viéndonos de forma fija. -Jajaja lo siento, sabes que siempre me gusto tu cuerpo y este huesito de la cadera es… algo digno de ver. -Me estremezco a su toque, esa parte es sensible al igual que la parte baja de mi espalda, Silvia se ríe, sigo viendo por el rabillo del ojo como esas dos no están muy cómodas con la situación. -Amor ven ayúdame con el bloqueador. -Natalia es la que finalmente decide hablar, Silvia voltea a verla sin despegar sus manos de mi cuerpo. -Espera un momento que estoy con Lena. -Le contesta con simpleza, jajaja la cara de Natalia es un poema. -Con que eso buscabas. -Le digo suavemente a Silvia, ella está más que divertida con darle celos a su esposa. -Sí, esto es mejor estrategia que discutir. -Me da el bloqueador, ahora es mi turno, tomo un poco en mis manos y lentamente lo voy esparciendo por su cuerpo, debo reconocer que ella se ve preciosa, vuelvo a decir, pensar que ella fue la primera. -Estoy viendo que te estás convirtiendo en una experta en esto de las relaciones. -Kelly es ahora la que ve la escena con una cara de celos, jajaja jamás la había visto así. -No tanto como eso pero sí lo suficiente para saber escoger mis batallas. -Hemos terminado, damos la vuelta y Natalia prácticamente se lanza a los brazos de Silvia y le da un beso de esos que quitan el aliento, solo puedo negar con una sonrisa, Kelly se acerca tímidamente enredando sus brazos en mi cuello, sus ojos grises me ven intensamente, después de unos segundos finalmente me besa sin prisa, recuesto mi frente en la suya y con calma me despego de sus brazos. -Ya vengo, voy a saludar. -Ella frunce el ceño confundida, tomo su mentón suavemente. -Sí quieres puedes seguir tu interesante conversación con Natalia. -Ella abre su boca y me adelanto dejándola sin siquiera hablar, camino con una gran sonrisa por haberla dejado sin palabras, respiro pesadamente, la arena hace que mi marcha sea lenta… es hora de enfrentar de una buena vez está situación, camino con el corazón en la mano, cuando estoy a unos

cuantos pasos finalmente nuestras miradas se cruzan incesantes. -Hola. -Me acerco sin saber muy bien que estoy haciendo, la beso suavemente en su mejilla y ese aroma a vainilla logra embrujarme y a pesar que él está ahí fácilmente desaparece entre nosotras, sus ojos, los míos, mi fuerte palpitar y esta ansiedad que me carcome, solo existimos en el pequeño espacio que siempre logramos crear. -Hola, ¿qué tal el viaje? -Ella llegó hace dos días junto con Brigitte que por cierto la he visto muy abstraída cada vez que le solicito algo en la oficina así que la invité para que se despejara un poco, ellas dos llegaron primero, yo por mi parte decidí esperar a que Kelly llegará de Toronto y que finalmente el hospital le diera vacaciones a Silvia y Natalia para venir, ¿en qué momento pensé que este viaje sería buena idea? -Bien, el vuelo no tuvo retrasos. -Contesto con simpleza, nuestras miradas luchan sin descanso y sé que él también siente la tensión que es provocada cuando solo eres un espectador. -Lena creo que no te he presentado, él es el famoso arquitecto Gonzalo Vásquez. Finalmente Lina decide acabar con la burbuja que nos envolvía, sonrío de medio de lado y dirijo mi mirada a Gonzalo mientras extiendo la mano amablemente. -Un gusto Helena Devía. -Estrecha mi mano de forma firme, mientras su perfecta sonrisa sale a relucir, viéndolo de cerca entiendo lo que Kelly quiso decir con que se parece a Daniel Craig, rubio con el cabello corto y un poco desordenado, ojos celestes, cuerpo atlético que escasamente cubre la camisa blanca de lino. -El placer es mío, debo confesar que soy un gran admirador de tu trabajo… tus fotos son maravillosas, dedicaste un espacio de tu último libro para fotografiar obras arquitectónicas y esas en especial son mis favoritas, es bueno conocer personas talentosas así que cuando Carolina me comentó todo lo que quieres hacer en los hoteles me dije que tenía que trabajar en este proyecto, espero que las ideas que quiero mostrarles mañana sean de su agrado. -Siempre he dicho que en los ojos de las persona se puede ver sus intenciones, anhelos y esa parte que se deseas ocultar a los demás y Gonzalo muy a mi pesar se ve sincero, demonios!!! ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? -¿Mañana? -No sabía nada de esto, no entiendo ¿Por qué Lina no me dijo nada antes de venir? Volteo a verla confundida. -Sí, Gonzalo quiere llevarnos a una pequeña isla que queda a media hora de aquí para mostrarnos la belleza natural del sitio y cómo podemos ayudar a protegerla desde el hotel, ya sabes que debemos ser responsables con la conservación de este bello lugar. -Su dulce voz me hace bajar las defensas. -Eso suena bien. -Solo eso atino a contestar antes de dibujar una tenue sonrisa. -Bueno yo las dejo, debo trabajar, las recojo mañana en el muelle a las nueve de la mañana ¿les parece? -Gonzalo pregunta amablemente.

-Eh… sí. -Lina contesta nerviosa antes de verme, él se despide con la mano dejándonos solas. -Es agradable… ya veo porqué te tiene sonriendo. -No puedo evitar que suene a reproche, diablos!!! Es más grande que yo y para colmo él se ve buen tipo, otras fueras las circunstancias hasta me caería bien. -Sí… es buen conversador a decir verdad. -Contesta cordialmente, inocente a mi reclamo ¿Por qué lo hace? ¿Por qué no se enoja conmigo? desearía tanto que lo hiciera, que me reprochara como antes, por lo menos en medio de la rabia podría desahogar todo lo que llevo en mi pecho… empezamos a caminar por la playa percibiendo el mar a nuestra derecha, me concentro en el movimiento de mis pies. -¿Dónde está Brigitte? -Llamando a tu madre para saber cómo está Pierre. -Y ahí está de nuevo esta maldita incomodidad combinada con ansiedad, de qué hablar, mi mente es un enredo. -Mmm bueno, yo… ¿qué vas hacer? -Mis dedos se deslizan por mis cejas, esto es más confuso de lo que pensé. -Tomar el sol, la verdad es que hace tanto que no tenía vacaciones que solo quiero descansar. -Caminamos lentamente, solo escucho el suave ir y venir del agua, levanto la vista y veo a Kelly aparecer alegremente, solo puedo describir lo que siento en una palabra “agitación” -Hola… Carolina ¿cierto? Perdona mi cabeza pero no te veía desde… esa noche. -Kelly le habla a Lina de forma amistosa antes de colgarse de mi cuello, mis manos sudan sin control y les aseguro que no es por el clima. -Sí… lamento todo lo que pasó esa noche, yo… -Lina está incomoda, creo que esa fue una noche para olvidar. -No te hagas lio, nada de eso fue tu culpa, Helena me contó que ya te separaste, bueno… es increíble y tal vez poco común decir felicitaciones en estos casos, pero… enhorabuena. Ella como siempre con esa ternura que me mata, Dios no quiero estar aquí. -Gracias… -Lina pasa su vista de un sitio al otro, tratando de sonreír, sus ojos se fijan en Brigitte que está terminando de organizar las cosas para broncearse. -Amor, ven vamos a jugar vóley playa, haz equipo conmigo. -Me dice tiernamente y solo quisiera desaparecer, sigo sin contestar, los segundos pasan lentos, muy lentos, reacciona, di algo, carajo!!!

-Yo las dejo, voy a tomar el sol con Brigitte. -Lina hace que vuelva a la realidad, no sé qué me pasa cada vez que estoy con ellas al tiempo, simplemente mi cerebro se desconecta, sacudo la cabeza y Kelly sigue esperando respuesta. -Así que quieres hacer equipo conmigo ¿segura? -Le digo de forma acusadora, todavía no olvido como minutos antes estaba embelesada por Gonzalo. -Sí… ven, es hora de ganarles. -Me da suaves besos en el cuello y estrecha mi mano logrando que olvide todo un poco, Silvia y Natalia ya están listas esperando para empezar, este deporte no me gusta, cada vez que lo juego termino con los antebrazos rojos y detesto las marcas en mi piel, pero decido darle gusto, quiero que disfrute la estancia aquí y no piense en tenis y en esa maldita obsesión que tiene últimamente con ser la número uno en el ranking… el juego inicia, las risas son una constante, por primera vez Natalia tiene que hacer uso de su paciencia con su esposa, resulta que es muy buena jugando y Silvia por más que intenta no puede seguirle el ritmo y si conozco bien a la enana no demora en rendirse, perder no es su gusto, cuando tropieza torpemente tratando de golpear la pelota es el detonante para reír como loca, levanta su cara llena de arena y simplemente tengo que colocar fuerte las manos en mi estomago para que no duela tanto, intento calmarme inútilmente, levanto la vista y ahí está ella con su cuerpo brillante recibiendo los rayos del sol hablando con Brigitte alegremente, saludo con la mano y las dos me responden, bajo saliva, no me gusta perderme en ella con facilidad. -Yo me retiro, esto no es lo mío definitivamente. -La voz de chiquilla que utiliza Silvia me obliga a que desista de mi misión de seguir observándola, carajo!!! Debo controlarme, la enana se retira del juego tratando de sacudirse la arena de encima refunfuñando graciosamente. -Sí yo también, lo siento amor pero este deporte no me gusta, ves… -Le muestro mis antebrazos rojos, mi piel siempre ha sido muy sensible, ella me hace pucheros tratando de convencerme pero esta vez no pienso ceder, le doy un suave beso en los labios y jalo a Silvia al mar, necesito un break de todo esto. -Está bien, solo necesitamos nuevas jugadores y ya sé a quién acudir. -La escucho hablar a mi espalda y sé que está pensando, no, no me agrada nada la idea, sumerjo mi cabeza rápidamente huyendo, contengo la respiración hasta que mis pulmones resienten la falta de oxigeno presionando a mi instinto de supervivencia a salir a tomar aire, cuando por fin salgo veo Silvia que está quieta con los brazos cruzados, escasamente la mueve las olas del mar, me acerco lentamente y dirijo mi mirada al sitio que la tiene así… quedo echa piedra, Kelly y Lina juegan juntas contra Natalia y Brigitte, cada vez que anotan celebran juntando las manos alegremente como si fueran grandes amigas y eso termina de joderme por dentro, todo es una extraña contradicción de emociones. -Esto sí es extraño. -Silvia decide por fin hablar. -¿Qué? -No puedo creerlo, esto es algo que jamás pensé ver en la vida.

-Tus mujeres. -Volteo a verla tan rápido que mi cuello duele, mis ojos están bien abiertos, no puedo creer que me diga algo así. -Por Dios no vuelvas a decir eso. -Arrugo la frente. -Lo siento, tienes razón. -Sí Silvia supiera que solo ayuda a confundirme más, estos malditos sentimientos no quieren ceder y estoy agotada de luchar con ellos, es como nadar contra la corriente, me siento estúpida. ··············

En qué momento dejé que todo se complicara de esta forma, soy un desastre y no sé qué rumbo tomar, cada vez que estamos así termino confundiéndome más, realmente no sé que siento por ella, ¿acaso he dejado de querer a Kelly?, no, la sigo queriendo a pesar de que ahora esté más concentrada en su carrera y que últimamente me haga sentir como una extraña en su vida, como hoy que prefirió irse de compras con Natalia todo el día y no acompañarme a navegar a la isla que nos invitó Gonzalo, no sé qué nos pasa, ni siquiera me ha permitido tocar el tema de Seattle y sé que ella no lo ha superado, cada vez la siento más distante en el plano emocional, es difícil sentir que nos separa una fuerte barrera que ella se ha ido encargando poco a poco de construir. -Apuesto a que hace mucho tiempo no te tomas el tiempo de ver el cielo y contemplar las estrellas… imagino que en Paris es difícil verlas con tanta luz de por medio. -Kelly seguía tan enfrascada discutiendo con Thomas por skipe sobre su próximo contrato que solo me marché de la habitación, necesitaba aire así que salí a dar una vuelta y la encontré deambulando igual que yo, ella parece notar cuando algo no está bien conmigo, solo tomó mi mano… así que aquí estamos, en la cima de una pequeña colina a ver las estrellas sin decir mayor cosa, estamos recostadas en el césped, con la mirada fija en el cielo estrellado. -Sí… tienes razón. -Mi voz se apaga, Lina voltea a verme mientras estrecha su mano con la mía logrando sacudirme. -No sé qué te tiene así, solo quiero que sepas que lo solucionaras, siempre lo haces. -Si tan solo ella supiera. -¿Todavía puedes leer mis silencios? -Desde que murió mi nana ella era la única que tenía la capacidad de saber que sucedía conmigo sin siquiera hablar, eso logró cautivarme, ahí fue que entendí que ella no era cualquier persona, después de tantos psicólogos y especialistas tratando de averiguar mi psiquis, Lina con tan solo verme lograba saberlo. -No sé… hace tanto que no lo hago. -Lina frunce el ceño sin apartar sus ojos verdes de los míos. -¿Puedes intentarlo? -Lina asiente sin dejar de verme… como explicarte que mi confusión eres tú, que no sé que es esto que tenemos, cómo decirte que cada vez que te veo mi

corazón se acelera y que sé que soy una egoísta por pretender tenerte solo para mí y por más que me diga que solo soy tu amiga sé que no es así, pero ya pasé por esto una vez, ya me hiciste sentir que flotaba con solo una mirada y pensé que podíamos tener algo más y no fue así, tú solo me veías como tu amiga, no quiero volver a pasar por lo mismo, fue muy doloroso aceptar que te casabas con él a pesar de que lo nuestro era perfecto, sí, todavía lo creo así, pero… dime entonces ¿qué hago con todo esto?, ¿cómo sigo adelante?, y ahora está ella… se supone que debería ser feliz por tener a alguien tan maravilloso en mi vida como Kelly, y a veces así lo siento, como cuando tiene esos detalles que hacen enamorar a cualquiera y otras veces no tanto… como estos días en los que ha sido más importante tener largas conferencias por skype con su manager o con su equipo técnico sin siquiera darme un momento, pero entonces… dime, dime tú ¿qué hago?, debo seguir luchando por conservar a Kelly en mi vida y tratar de ser feliz o… solo conformarme con ser tu amiga sabiendo que solo eso puedo llegar a ser en tu vida muy a mi pesar que daría lo que fuera por ser algo más… -Sé que sabrás resolver ese dilema, solo debes dejar de pensar tanto, ese siempre ha sido tu problema… no te rías. -¿Cómo es que sigue viendo a través de mí? Si tan solo pudiera hacer lo mismo con ella, desearía tanto saber qué piensa, qué sueña, qué siente… sus manos se han colocado frías y me preocupa que se resfríe. -Es que a pesar del tiempo sigues viendo en mí sin tener que hablar… ven vámonos está bajando la temperatura y ya tienes las manos frías… ten. -Me quito el suéter azul que me coloqué sabiendo que las noches aquí pueden ser heladas, se lo paso impregnado con mi calor, Lina sonríe y se lo coloca parsimoniosamente. -No quiero que tu calor se apague. Lina me ve confundida por mis palabras, cómo explicarle que ese calorcito me fascina, creo que nunca se lo dije y decirlo ahora sería muy tonto, abandonamos ese pequeño lugar que por un momento nos perteneció, no decimos más, caminamos de regreso y nos despedimos suavemente, es hora de volver a la realidad.

Las luces están apagadas, supongo que Kelly está durmiendo, descargo las llaves en la mesita central, decido entonces no encenderlas para no despertarla, pronto la siento moverse detrás mío, coloca una venda en mis ojos, y ¿ahora qué? -Pensé que dormías. -Va guiando mis pasos, mis sentidos se agudizan, el suave olor a fresas y canela me gusta, me acomoda en la orilla de la cama y se sienta acomodando sus piernas a cada lado de mi cadera, deslizo mis dedos hasta llegar a su espalda baja, la suave textura del encaje me da una idea de lo que lleva puesto, coloca una fresa con chocolate en mi boca y lentamente la voy degustando, sus dedos retiran el chocolate restante de mis labios. -Solo quiero agradecerte la paciencia que has tenido conmigo, sé que no he sido fácil estos últimos meses, pero sabes que eres alguien importante para mí y solo quiero… que tan solo no lo olvides. -Kelly me besa delicadamente para luego bajarse de mí, la siento moverse por todo el lugar y yo sigo sin ver, tratando de tener paciencia, el calor del lugar se incrementa y estoy ansiosa, ella parece notarlo porque pronto me retira la venda y veo todo lo que tenía preparado, la habitación está llena de pétalos de rosas, velas aromáticas, champaña, fresas

con chocolate, y ella en la mitad de todo en un sexy liguero rojo con negro, quedo sin aliento. -Todo se ve hermoso amor… te ves preciosa. -Lo compré hoy y necesitaba que salieras para organizar todo y sé que no te gusta cuando hablo por skype así que… -Ahora entiendo todo, ella está de pie, viéndome detenidamente detrás de sus ojos grises, todo esto termina por quebrarme los nervios. -Lo hiciste a propósito. -Replico rápidamente, ella asiente con una gran sonrisa. -Sí lo siento… ahora ven aquí. -Me dice mientras me incita a que la bese, estoy tan agotada de luchar con mis pensamientos que decido darme tregua, la beso con deseo, sus manos apresuradas retiran mi ropa, su piel tersa hace reaccionar la mía con suaves impulsos eléctricos, sus tenues gemidos en mi oído mientras mis manos la recorren me hacen abandonar todo pensamiento, ahora solo somos ella y yo, mis sentidos están embriagados, sus piernas se enredan en mi cadera y la llevo a la cama, me da vuelta y ahora es ella la que lleva el control de todo, se posiciona encima de mi cadera y me aferro fuerte, mis latidos furiosos por la excitación bombea sangre a toda marcha, es hora de dejarme ir, su boca trastorna mi mente, ella en estos momentos es tan jodidamente excitante, su cuerpo se mueve cadenciosamente encima del mío logrando que ya nada importe y esa descarga eléctrica tan conocida por mí se mueve por toda mi espina dorsal liberando el placer contenido.

Abro lentamente los ojos, mi garganta se siente seca, lentamente los parpados responden a mi llamado, con desgano busco el reloj en la mesa de noche, no puedo creer que ya sean las diez de la mañana, hacía tanto que no me levantaba tan tarde, los rayos del sol luchan por entrar a la habitación detrás de la cortina, solo escucho el sonido del mar, tengo esa sensación que tienes cuando bebes sin control y al otro día sabes que no debiste hacerlo, no lo entiendo en realidad, el andar de sus dedos en mi vientre me hace estremecer, giro mi cabeza y ahí está ella con una gran sonrisa y esos ojos grises que me ven dulcemente. -Me gustaría saber en qué piensas tan temprano, cuando te metes en tu mundo frunces el ceño y pareciera que llevas una lucha en tu interior. -Desliza sus dedos por mi rostro, sonrío de medio lado y me posiciono encima de su cuerpo mientras dejo besos en su cuello. -¿Temprano? Parece que no has visto la hora… -Deslizo mis dedos retirando los mechones de cabello de su rostro, su vista se fija en mí. -¿Eres feliz? -Ella abre los ojos, creo que quedó descolada por la pregunta tan existencialista a esta hora de la mañana. -¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? -Me hace cambiar de posición quedando de medio lado.

-Contesta por favor, casi no hablamos últimamente y no sé qué sucede contigo… conmigo. -Recorro mis dedos por su vientre, es hora de hablar, de saber que siente ella y tratar de desenredar mi mente. -¿Realmente quieres hablar de eso a esta hora de la mañana? -Ella no está cómoda hablando, pero realmente lo necesito y sé que ella también, no es normal su fijación de ser la mejor y no detenerse un momento a pensar si lo hace por las razones correctas. -Si no es ahora ¿Cuándo?... Kelly casi no nos vemos y si lo hacemos no hablamos, ni siquiera hemos vuelto hablar de lo que sucedió en Seattle. -Ella retira la vista a un lado. -Y no lo haremos, entiende… no es sencillo lo que pretendes, no te comprendo, yo jamás te presiono hablar algo de lo que no quieres. -Contesta fastidiada y sé que no es momento de seguir forzándola ¿Por qué es tan difícil sacar lo que lleva adentro? -Está bien, no hablemos de eso, pero entonces dime… ¿eres feliz? -Replico, no, en eso no pienso ceder, paso mi mano por su barbilla tratando que me vea a los ojos. -Helena… no sé, esa es la respuesta, últimamente me siento vacía y sola. -Termina de hablar suavemente, sin energía, si se siente así ¿por qué quiere demostrar lo contrario?, la beso tratando de calmar el ambiente. -¿Por qué? -Acomoda la cabeza en mi hombro y pasa su mano a mi vientre, deslizo mis dedos por su cabello. -No sé… supongo que la vida de una tenista es muy solitaria, todo se resume a hoteles, campeonatos, entrevistas, sesiones fotográficas, más cuartos de hotel… pero no puedo detenerme, no ahora que estoy tan cerca de ser la mejor… -Si no eres feliz ¿por qué no te das un tiempo de la canchas?, no sé, retomas la escritura y te pasas un tiempo conmigo, el tenis puede esperar. -Se tensa ante mi propuesta. -No… no puedo, entiende, estoy cansada de sentirme débil, quiero ser fuerte, el mundo ya está lleno de fracasados y yo no pretendo eso para mí, solo necesito tiempo para acostumbrarme… no sé. -Pasa sin afanes sus dedos por mi piel. -Cuando llegues a ser la número uno ¿qué? ¿Dime qué vas hacer después? ¿Acaso crees que eso te hará feliz? -Su cuerpo se contrae, sé que ella no ha querido contestarse esa pregunta porque le da mucho miedo. -No hablemos más, ya deja de preocuparte por mí, mejor nos damos una ducha y salimos a comer, solo disfrutemos el ultimo día aquí. -La veo fijamente, no entiendo su aversión hablar de todo.

-Solo quiero decirte que si descubres que puede hacerte feliz… solo dímelo. -Le digo con la voz débil, no sé que más hacer, ella sonríe tenuemente y me besa en los labios para inmediatamente ponerse de pie, el sonido de la ducha me hace reaccionar. -Te estoy esperando. -Sacudo la cabeza con torpeza, eso es todo.

El bar del hotel está a reventar, es noche de Karaoke y prácticamente me han traído a rastras, pretenden que cante pero yo he sido enfática en que no lo haré, no canto ni en la ducha y eso que no podría pasar un día de mi vida sin música, Silvia y Natalia parece que han disfrutado de las vacaciones al máximo y andan de luna de miel, las cosas con Kelly siguen igual, ya no quiero insistir más en el tema aunque eso me entristezca, pedimos bebidas y pronto el sabor del whiskey me hace ligeras cosquillas en el paladar. -Amor voy a cantar para ti… -Me besa dulcemente antes de rozar mi nariz con la suya de forma graciosa, camina hasta el escenario, escoge la canción y toma el micrófono en las manos sin dejar de verme, los sonidos electrónicos hacen que la gente se anime alrededor, su voz se compenetra con la canción dejando a todos con la boca abierta, creo que más de uno la ha reconocido, pero su melodiosa voz es lo que lo que ha logrado cautivarlos, mi novia está cantando We found love de Rihanna mientras sus ojos se fijan en los míos. -No sabía que también cantaba. -Silvia me habla sorprendida, después de mucho tiempo la veo relajada, está disfrutando el momento y ella logra mover todo lo que hizo darme una oportunidad con ella, las dos nos sentíamos perdidas y sin esperanza y en medio de todo, nos encontramos, ¿Por qué todo no vuelve a ser como antes? -Sí… tiene una voz hermosa. -Termino de hablar con mil emociones en el pecho, finalmente la canción termina y ella baja del escenario con una tierna sonrisa, la beso suavemente e intento ahogar lo que me está jodiendo por dentro. -Bueno, nuestro turno. -Natalia se levanta y prácticamente lleva a rastras a Silvia que no está muy convencida de hacerlo, pero la emoción de su esposa la hace ceder, solo puedo reír con la escena, Natalia empieza cantando con el amor en la garganta, lo sé, cursi, pero así es el amor, el timbre del celular de Kelly logra arruinar el ambiente, alcanzo a ver que es Andrea, me da un sonoro beso en la mejilla y se marcha a contestar la llamada, vuelvo a beber de mi vaso fastidiada, cuando el suave andar de su mano hace contacto con mi cuello logra estremecerme y sin verla sé que es ella. -Se ven bien juntas. -Lina aparece con su hermosa sonrisa. -Sí… siempre he dicho que ellas dos son perfectas. -Las señalo antes de volver a beber, Lina descuelga la cabeza a un lado mientras se pierde en sus pensamientos. -¿Por qué no nos acompañas? -Deslizo mi mano por su brazo regresándola a la realidad, se ve tensa por la propuesta.

-No sé… es que no vine sola. -Pasa su mano por la nuca viendo atrás. -Mi compañera de vóley, siéntate con nosotras. -Kelly llega de la nada y ahí estoy de nuevo con esta maldita agitación que me da cada vez que las tengo al tiempo. -Es que no sé si sea buena idea, le estaba diciendo a Lena que no vengo sola. -Lina sigue sin estar segura, ladeo el rostro y lo veo, así que eso es, ya veo que Gonzalo no pierde el tiempo con ella. -Veo, pues invítalo. -Kelly insiste dejando sin más disculpas a Lina, ella voltea a verme como esperando a que diga algo. -Sí… hay espacio para todos. -¿Sí por qué no? Qué más da, terminemos de convertir esta mesa en un maldito circo, Lina le hace señas para que nos acompañe. -No sabía que estaban todas aquí reunidas. -Gonzalo llega con una amplia sonrisa, pronto les damos espacio para que los dos se acomoden. -¿No crees que se ven bien juntos? -Kelly me pregunta en el oído y la volteo a ver sin saber que decir, solo asiento como autómata sin siquiera pensar lo que hago, Silvia y Natalia se unen y sé que para Silvia todavía no es sencillo tratar a Gonzalo, pero a medida que continúa la noche todo parece marchar como se supondría es solo una noche de copas entre amigos. -Amor deberías cantar, quiero escuchar tu voz. -Kelly utiliza su tono más dulce tratando de convencerme, no, no esta vez. -No… yo no canto ni en la ducha. -Le contesto algo tosca antes de beber de mi vaso. -Lena tiene razón, no la hemos escuchado siquiera silbar alguna vez. -Silvia finalmente llega a mi auxilio. -Ves… cantar no es lo mío. -Replico suavemente tratando de que desista de la idea. -Nadie se anima, esto no es divertido, para eso son las noches de karaoke. -Kelly termina de hablar con un puchero y no me resisto a darle un leve beso en los labios tratando de que abandone la idea. -Yo voy… se me antoja cantar. -Lina termina de hablar y se coloca de pie decidida, sube al escenario y sonríe hacia la mesa antes de empezar, todos quedamos expectantes, los acordes de la guitarra acompañados de su voz deja a todos sin poder separar los ojos de su silueta. -“Today is gonna be the day that they're gonna to throw it back to you” -Todas las fibras de mi ser le pertenecen a ella en estos momentos, la melodía continua y Lina no despega los ojos de la mesa y por un momento pareciera que esas letras fueran para mí, ¿por qué no puedo dejar de ser estúpida? debo renunciar a esa idea.-“I don´t believe that anybody feels the way I do, about you now”, todo se diluye y solo existimos las dos en ese

instante, como una delicada gota de agua que desafía las leyes de la física al desistir destruirse, ¿Por qué me sucede esto solo con Lina? -“I say maybe you’re gonna be the one that saves me? and after all you're my wonderwall” -Su mano estrecha la mía con firmeza en el límite de la rudeza… han sentido esa rara sensación que te da cuando te despiertan abruptamente y tu mente niega a dejar el sueño y tu corazón da un brinco, bueno eso es lo que siento cuando después de parpadear un par de veces me encuentro con la mirada intensa de mi novia, solo atino a bajar saliva, la canción ha terminado y todos aplauden al tiempo como la inesperada precipitación del agua al caer en una tarde calurosa, pronto Lina llega con una amplia sonrisa, sigo sin saber cómo comportarme, no sé el porqué de sentirme culpable de algo o por lo menos Kelly así me está haciendo sentir. -Que buena voz, no la recordaba así en el coro de la misa. -La voz de Silvia logra sacudirme de la molestia que se apodera de mi mente, Lina sigue de pie sin sentarse y Kelly me besa con ganas, coloca sus manos en mi rostro y profundiza el beso, solo la sigo sin saber qué más hacer, antes de que el aire falte entre nostras Kelly decide deliberadamente aferrase con firmeza de mi labio inferior logrando dejarme sin sensibilidad donde sus dientes estuvieron, inmediatamente paso mis dedos confundida. -Yo… yo estoy agotada y mañana debo viajar, lo mejor es retirarme a descansar. -Volteo a verla y sus ojos se ven tristes y eso es como una estocada directa al corazón, no entiendo nada de lo qué sucede. -Sí… creo que es hora de descansar, te acompaño, un placer haber pasado un rato tan agradable con todas ustedes. -Gonzalo rápidamente se levanta de la mesa escoltándola como todo un caballero, solo los sigo con la mirada, quiero gritar, hacer algo pero no puedo, estoy paralizada, cuando se retiran mis ojos chocan con los de Kelly y no sé qué pensar, todo da vueltas, ella sigue viéndome fijamente, estudiándome, no puedo más, bajo la vista y me levanto sin decir nada, llego al tocador del baño y con prisa expongo mi rostro al agua fría, trato de despejarme con mi cabeza gacha y los puños apretados, quiero comprender qué carajos fue lo que pasó hace unos minutos, solo despabilo cuando escucho la puerta cerrarse con el sonido del seguro, levanto la vista y Silvia está a unos pasos con la mirada seria. -¿Se puede saber qué fue todo eso? -Silvia se cruza de brazos sin dejar de verme en ningún momento. -¿Qué? -No quiero hablar con nadie en estos momentos, solo tratar de entender esta maldita necesidad de salir corriendo. -No te hagas la idiota, lo sabes muy bien, crees que no me he dado cuenta la forma como se ven, esas risas que comparten o esos momentos en los que los demás sobramos porque ustedes se pierden en su mundo. -Silvia no piensa ceder en su cometido, esto solo acabará cuando obtenga respuestas de mi parte. -No sé de qué hablas. -Intento de nuevo zafarme de esta conversación que sé puede terminar de romperme.

-Demonios!!!… esto va a terminar muy mal Lena, sabes, esto me resulta familiar, claro… muy parecido a cuando Carolina estaba con Nicolás y al mismo tiempo pretendía tenerte ahí a su lado de forma egoísta detrás de una falsa amistad. -Termina de hablar subiendo el tono de la voz mientras se acerca quedando a unos pasos de mí. -No sabes de qué hablas… no sigas por favor. -La aparto con mi mano intentando salir, pero ella toma mi mano obligándome a quedarme. -Carajo Lena, en las cosas del corazón no puede haber más de dos porque alguien siempre sale sufriendo. -Sé que está preocupada por mí, por ella, por todas, pero yo no escogí esto, ¿por qué no lo entiende? -Ya déjalo, solos somos amigas. -¿En serio?, no lo creo, o por lo menos Carolina no te ve así, es que no lo entiendes, ella te ama. -Abro los ojos con su revelación, ¿acaso Silvia sabe algo que yo desconozco? -No sigas, ¿ella te ha dicho algo? -Le pregunto viéndola fijamente, Silvia agacha la mirada un momento para finalmente negar moviendo su cabeza, eso termina de fastidiarme. Entonces no sabes nada de sus sentimientos, no pretendas saberlo porque alguna vez así lo quise creer y sabes muy bien lo que pasó… solo somos amigas. -Subo el tono de mi voz, mi corazón palpita furioso, Silvia me ve tratando de entender mis palabras, de un momento a otro se lanza a mis labios y me besa intensamente dejándome sin reacción, no muevo un solo musculo de mi cuerpo. -Dime… ¿sentiste algo? -Suelta sus manos de mi rostro esperando a que responda. -No. -Mi voz se apaga. -Y si hubiera sido Carolina la que te hubiera besado, eh dime… -¿Por qué tenía que llegar a este punto? Demonios!!! -Tengo novia. -Esa respuesta en algún momento te va a quedar muy corta Lena, entiende, no quiero que ninguna salga lastimada y presiento que va a ser así. -Silvia coloca sus manos en mis hombros terminando de hablar pausadamente. -Que quieres que responda… -Me suelto y empiezo a caminar de un lado a otro como león enjaulado. -No, nunca la superé, por más que lo intenté jamás pude, ella siempre está aquí. -Le señalo mi pecho y las lágrimas salen sin poder detenerlas. -Pero yo no puedo seguir detrás de un sueño, porque eso es, un sueño, ella jamás me va a amar, ella no va ser capaz de aceptar que puedo ser algo más, para ella solo soy su mejor amiga, no sabes nada de nosotras y ahora está Kelly en mi vida lo que termina de complicarme todo, sé que soy una egoísta por pretender tenerlas a las dos en mi vida, por tratar de llenar un vacío que sinceramente ninguna de ellas está en la capacidad de ocupar completamente, en Lina

encuentro a la amiga, a la persona que mejor me entiende, incluso sabe de mí sin decirle nada, y en Kelly la mujer que se arriesgó por mí, que logró que por primera vez me atreviera estar en una relación seria y estable pero que cada vez la siento más lejos, ella se niega a hablar conmigo… sí, tienes toda la maldita razón Silvia, no estoy bien, todo esto me jode y la verdad no ayudas en nada. -Mi voz se termina de quebrar y todo me duele, por eso no hablo, por eso me niego a llorar, siempre termino hecha polvo. -Lena… -Silvia se acerca e intenta abrazarme pero no se lo permito, estoy enojada con ella como hace tanto no lo hacía, ¿por qué tenía que obligarme hablar? -No me toques, déjame sola, si lo que querías era que sacara lo que tengo metido entre pecho y espalda, pues ahí lo tienes, satisfecha, ya no me jodas más. -Aprieto los puños e intento retirar las lágrimas de mi rostro. -¿Están bien? ¿Ocurre algo?... -La voz de Natalia al otro lado de la puerta nos regresa a la realidad. -Ve con tu esposa. -Le digo señalando la salida, ella vuelve a intentar a cercarse pero no se lo permito. -No… solo déjame sola. -Silvia asiente con los ojos cristalinos y se retira, el sonido de la puerta al cerrarse es el detonante para caer al suelo, apretó las piernas contra mi pecho, me siento tan sola y perdida, nadie puede ayudarme, solo yo puedo terminar con esto.

XXXVII -Espero no haber interrumpido tu sueño. -Como siempre nunca veo el reloj antes de llamar y para colmo es domingo. -No, la verdad es que últimamente con tanto trabajo acumulado dormir es lo que menos ocupa mi tiempo. -Escuchar su dulce voz me hace bien en estos momentos de incertidumbre. -Lo siento… yo solo te dejé sola con toda la responsabilidad del estudio encima. -Pensar que mi vida era más sencilla cuando vivía allí. -No te hagas lio, es solo que te extraño mucho y a Brigitte, este lugar no es el mismo desde que ustedes se fueron, y ahora que Sean decidió también hacer según sus palabras “El viaje de su vida para encontrar un nuevo Sean” siento que quedé estancada aquí. -Nosotras también te extrañamos y tranquila ya me estoy encargando de conseguirte alguien que puede darle un nuevo aire al estudio. -Manuela ha mejorado bastante, cada vez que puedo la asesoro con la muestra, sé que ella será perfecta para el estudio, aunque deba prácticamente escabullirme de sus insinuaciones.

-Confío en tu buen juicio, tienes buen ojo para descubrir talento, al igual que con Brigitte, recuerdo que yo no quería contratarla porque me parecía muy joven para el cargo, pero insististe tanto… tenías razón con ella, por cierto ¿cómo va su caso? Hace tanto que no hablo con ninguna de las dos -Sonrío, precisamente ese el asunto a tratar. -Bueno para eso te llamaba. -¿Qué sucede? -Renee pregunta preocupada, si la conozco tan bien como creo conocerla ya se debe estar imaginando el peor escenario. -Nada malo… bueno, nada que no se pueda solucionar. -¿Y bien? -Que impaciente… -Reímos al tiempo. -Las abogadas que llevan el caso me dicen que Serge presentó una versión completamente diferente a la de Brigitte, en la que él es un pobre padre abnegado al que se le está negando el derecho a ejercer su paternidad y en la cual Brigitte está quedando como una secuestradora de menores al haber traído al niño al país sin consultarle. -Hace unos días tuvimos una reunión con Paulina y Lina para hablar del caso, ninguna tenía buena cara, Brigitte estaba como ida con la noticia. -Qué!!! -Sí, lo sé, el problema es demostrar que él renunció a su paternidad en el momento que no reconoció a Pierre y además exigió que Brigitte abortara. -Maldito, sé que sus intenciones no son loables, algo debe traerse entre manos, lo malo es que su historia es tan válida como la de Brigitte. -Pero eso se puede demostrar. -Replica inmediatamente. -Lo sé, pero la pobre anda tan enamorada últimamente que en el momento de pensar con cabeza fría simplemente se bloqueó. -¿Enamorada? -Pregunta curiosa, creo que Brigitte todavía no le ha contado. -Sí…

-Tenemos que hablar. -Brigitte entra decidida a mi oficina, su forma abrupta me hace gracia, ella siempre es delicada, dulce y ahora solo es un manojo de nervios. -Sí claro… puedes esperar un momento… -Estoy terminando de revisar todos los requerimientos que Sofía envió para la fiesta de máscaras, sí, mi hermana aceptó el empleo y ahora tiene a más de uno en el hotel corriendo, ella se convirtió en una loca apasionada de convertir esta en una fiesta memorable que tenga al hotel en boca de

toda la ciudad por un buen tiempo, Brigitte carraspea la garganta exigiendo que sea ya. -Ok, dime. -Me rindo con ella, no sé que la tiene así. -Estoy enamorada como nunca antes y tenía que sacarlo de aquí antes de que me dé algo. -Habla tan rápido que escasamente proceso la información. -Jajaja espera, por partes, ¿Quién es el afortunado? -Me pongo de pie para acomodarme en una esquina del escritorio. -Alguien que conoces muy bien… -Sigo sin entender a quien se refiere. -Es Carlos. -Mi risa empieza, muchas cosas empiezan a encajar, con razón últimamente ha estado tan distraída. -No te rías. -Me dice mordiéndose las uñas. -Lo siento, es que ahora entiendo tu entusiasmo por ir personalmente por mi postre… Brigitte nadie merece ser más feliz en este mundo que tú. -La tomo del rostro tratando de tranquilizarla, finalmente me regala una sonrisa, decido abrazarla fuerte, soy tan feliz por ella. -Gracias… ¿no estás enojada? -No entiendo el porqué de su pregunta. -¿Qué? ¿Por qué debería estarlo? -La separo para verla a los ojos. -Bueno es que él me contó que tuvo una especie de enamoramiento por ti… -Ah eso. -Deja mujer, tú sabes que los hombres no me gustan y bueno, solo lamento que mi porción de postre ya no va a ser tan generoso. -Golpea con fuerza mi brazo. -Tonta.

-¿Es buen hombre?, ¿quiere a Pierre? -Ahí esta ella de nuevo con sus preocupaciones. -Sí tranquila, Carlos la ama, se ven bien juntos y mi ahijado lo adora, claro que en parte es por los dulces que le da y como comprenderás nuestra pequeña no se enamoraba desde ya sabes… el idiota, así que todo se le olvida con facilidad, pero en medio de todo el estrés en el que ando estos días logré acordarme de lo que sé muy bien tú también te acuerdas y puede acabar con el teatro que pretende montar Serge. -Eres un genio. -Sí lo soy… -Mi voz se apaga, demonios!!! -¿Estás bien? -Sí…

-Sabes… no te creo. -Renee se escucha preocupada por mi bienestar. -Larga historia. -Contesto desganada. -Sí quieres puedes contármela, ya te dije que no estoy durmiendo. -Me replica suavemente intentando darme confianza para desahogarme. -No sé cómo comenzar, son tantas cosas… -En estos momentos no encuentro a alguien mejor con quien sacar todo esto que me atormenta. -Como todas… por el comienzo, bueno, el tuyo en este caso. -Renee me anima a hablar de una buena vez. -Soy un desastre Renee, tengo tantos sentimientos encontrados que finalmente han logrado derrumbarme, estoy en casa enferma… -Sí, tanto estrés logró derribar mi buena salud, no tengo memoria de cuándo fue la última vez que sufrí siquiera un resfriado. -Espera, tú nunca te enfermas. -Lo sé, pero… -Es ella ¿cierto? -Renee ha atinado con una parte del problema. -Sí… tú más que nadie sabes lo difícil que fueron los primeros días en Paris, como intentaba saturar mi día para tratar que el cansancio venciera el sufrimiento de pensar en ella. -Lo sé, muchas noches te escuchaba llorar hasta que te quedabas dormida. -No pensé que ella me escuchara, siempre esperaba a que ella durmiera. -Así que te dabas cuentas. -Claro, imposible no hacerlo, pero no éramos precisamente amigas y bueno tú no eras una persona abierta a mostrar tus emociones… Lena no entiendo si tienes a Silvia ¿por qué no hablas con ella? -No habló con Silvia desde que discutimos, de eso ya tres largas semanas que no hemos siquiera hablado por teléfono. -Discutimos… ella ahora también es su amiga y… -Y no entiende lo difícil que fue todo cuando estabas aquí. -Menos mal Renee entiende rápido todo. -Sí… -Tranquila, dime qué sucede con ella.

-Los sentimientos que pensé superados volvieron y ahora más fuertes, estar cerca de ella cada vez es más complicado, seguir pretendiendo que solo la quiero como amiga es una tarea titánica que exige mi autocontrol… ya no puedo más. -Cada vez que estamos solas en lo único en lo que pienso es en cómo se volvería a sentir sus labios con los míos, ella parece inocente de que me derrito cada vez que la siento cerca, tortura si me lo preguntan, más sabiendo que entre nosotras no va existir nada más que una amistad. -¿Y Kelly? -Esa es la otra parte del problema. -Ella… con Kelly cada vez estamos peor…

-Dime ¿desde cuándo se están acostando? -Desde que dejamos el hotel es lo mismo, en cada llamada termina acusándome de algo que no he hecho. -No puedo hacer esto por teléfono Kelly. -Contesto agotada, cada vez sus reclamos son peores logrando que mi ánimo termine en el suelo. -Dime… ¿desde cuándo? -Está ebria, lo sé por la forma tan enredada como habla, no entiendo que hace bebiendo, supongo que celebrando su reciente éxito en las canchas, Kelly anda en círculo vicioso, a cada triunfo le sigue la soledad, sé que ya tiene problemas con su familia también, hace unos días hablé con Akari y todos están preocupados por ella, el problema es que no permite que nadie le ayude. -Sí estás tan segura de que te engaño ¿por qué quieres seguir con esto? No deberías estar conmigo si solo sufres pensado en las noches en las que te soy infiel, esto no puede seguir así Kelly, nos estamos haciendo mucho daño, lo mejor es que... -Mi voz es triste, esto me está ganando. -Perdón… lo siento, lo siento tanto, soy una idiota. -Termina llorando y eso me deja con los nervios de punta. -Ya… hablamos cuando estés mejor. -Lo más sano es terminar esta llamada que a nada nos lleva. -Te amo… te amo tanto, no quiero perderte, entiéndeme. -Es la primera vez que una mujer me lo dice y lo siento tan… vacío, algo no está bien con ese “te amo” -Kelly yo… -Se corta la llamada, eso es todo, demonios!!!

-Así de mal, Helena debes solucionar esto pronto, la falta de confianza no es nada bueno en una relación.

-Sí… y cuando todo se ve perdido con ella, al otro día mi oficina se llena de globos y en la mitad una canasta con un lindo cerdito de felpa que sostiene un letrero que dice “Lo siento” y eso… hace que ya no sepa en dónde estamos, Kelly sigue siendo un huracán de emociones que no puedo controlar. -Helena eso… no sé qué decirte, solo que si sientes que algo anda mal intenta obtener respuestas, te aseguro que dejar que las cosas sigan así no conlleva a nada bueno. -Lo sé, solo estoy esperando a que venga a la fiesta de máscaras para hablar personalmente y saber de una buena vez de qué va todo. -En eso quedamos la última vez, me niego a seguir discutiendo por un teléfono. -Tranquila, todo se solucionará, por lo pronto me encargo de hacerte llegar lo que necesitas para el caso de Brigitte… Helena eres una buena mujer, no lo pases por alto, muchas personas ya hubieran caído y no lo has hecho, te has mantenido firme y eso es admirable cuando lo que sientes no es solo una atracción física… mereces ser feliz, tan solo no olvides eso. -Sus palabras logran subirme el ánimo, definitivamente lo que más necesitaba era una voz amiga que me escuchara sin juzgarme. -Dios… me haces tanta falta. -Coloco mi mano en la frente, apretando con fuerza el teléfono. -Tú igual, no te das una idea. -Su voz se llena de nostalgia. -¿Qué sucede? ¿Cómo se llama? -Se ríe al otro lado de la línea… así que di con el punto. -Dios!!! No se te escapa nada… -¿Y bien? -Le replico rápidamente antes de que se arrepienta, la conozco. -Se llama Philipe Landry, es periodista gráfico, viaja por el mundo cubriendo noticias y es el hombre más guapo que he visto alguna vez. -Su voz melosa hablando de él me dice que realmente le gusta, hace tanto que no la escuchaba hablar así de alguien. -Ajá, ¿Cuál es el problema? -Lo conocí en el mercado, jajaja nunca pensé conocer un hombre allí, pero ya ves… tú sabes que estaba en una fase de no involucrarme sentimentalmente, así que desde el comienzo esa parte la dejamos clara, pero ahora… -Quieres algo más, pero eso sería romper con lo que se había hablado desde el comienzo. En parte eso es mi culpa, solo quería sacarla del estado de tristeza en la que andaba esos días. -Sí… es solo que realmente me gusta mucho.

-Renee, sé que es comenzar así y luego darte cuenta que quieres algo más, sé que da miedo enfrentar el hecho que tal vez él no quiera lo mismo, pero seguir así no es bueno, créeme sé de que hablo, debes decírselo, sí es para ti genial, sino sabrás a qué atenerte y tal vez al comienzo duela pero al final es lo mejor, además eres por lejos una de la mujeres más bellas de Paris, eres inteligente, interesante, buena en la cama y no creo que exista en el mundo alguien tan idiota para no darse cuenta de todo eso. -Se ríe con lo último, creo que las dos necesitábamos sacar lo que nos estaba atormentado. -Gracias, ahora intenta descansar lo necesitas si quieres recuperarte. -Ese tono tan protector de Renee logra darme un poco de paz en medio de todo este caos. -Está bien… adiós. -Dejo el teléfono a un lado, reviso por última vez el reloj, 1: 40 am, demonios!!! Debo descansar, empiezo el ritual de encontrar la posición perfecta en la cama, hora de dormir, de darle pausa a todo.

El timbre no cesa de sonar, todos los músculos duelen y protestan al movimiento, mi cuerpo está bañado con una capa fina de sudor, mis mejillas arden y estoy arrastrando los pies hasta llegar a paso lento a la puerta, cuando abro solo atino a tratar de organizar mi cabello desordenado, no debo ser una belleza en estos momentos precisamente, Lina me ve detenidamente, lleva varias bolsas en las manos, las descarga en el suelo mientras ladea levemente el rostro. -Ho…la, Lena. -Coloca inmediatamente su mano en mi frente y frunce el ceño. -Ven… a la cama ahora mismo, traje sopa de pollo, pero creo que lo mejor es llamar a Silvia y preguntarle que debo comprar en la farmacia para esa fiebre. -Tranquila… ya se me pasará. -Intento restarle importancia al malestar. -No bromees con tu salud, no eres invencible. -Me dice mientras soy conducida a la cama por ella. -Está bien. -No tengo fuerzas para negarme. -Así me gusta, sin protestar. -Me ayuda acomodarme en la cama, me arropa y vuelve a pasar su mano por mi rostro retirando el cabello, sonrío ante esas muestras de cariño, quisiera volver al tiempo exacto donde para mí solo representaba amistad… poco a poco los parpados empiezan a pesar y el sueño llega como remedio al malestar.

Escucho los movimientos en la habitación, el peso del colchón ceder ante el peso, sus suaves manos retirando el sudor y el objeto extraño entrar en mi boca.

-Lo siento, debo revisar tu temperatura cada hora. -Lina me ve preocupada, creo que desde que nos conocemos nunca me había enfermado. -Ten, tómate estas, son para la fiebre y el dolor. -Me pasa dos pastillas blancas y el vaso de agua. -Silvia me dijo que si mejoras no es necesario llevarte al hospital, pero si la fiebre continua debo hacerlo y créeme, así tenga que sedarte para lograrlo lo haré. -¿Eso te dijo Silvia?… -No puedo creer que haya dejado las cosas así entre nosotras, Silvia es mi amiga, no debo desquitarme con ella por todo esto. -No sé qué pasó entre ustedes en ese viaje, pero ella te extraña Lena, deberían arreglar las cosas. -Me dice levantando mi mentón para verla, asiento mientras tomo su mano. -Tranquila, lo haré, cuando pueda levantarme de esta cama. -Le regalo una sonrisa que supongo no se verá muy bien. -Lina…gracias, no deberías tomarte tantas molestias. Termino de beber del vaso, la verdad es que me desperté sedienta. -No te preocupes por eso ahora, ya vengo, voy a calentar la sopa. -Asiento lentamente, Lina se retira, doy un vistazo por la habitación y veo que trajo la oficina a casa, el portátil está a un lado de la cama, varios documentos, su portafolio… ella no deja de ser una mujer comprometida con sus responsabilidades. Como empezar a explicarle que me mata con esos detalles, que siento que me derrito por dentro cuando se acerca, ¿por qué debía enamorarme precisamente de ella? No sé, nunca supe la respuesta a esa pregunta, solo sé que mi corazón le gusta llevarme la contraria siempre y lo más triste de todo es que nunca seré para ella más que una amiga, ella seguirá esperando a su príncipe azul de cuento de hadas, ese que ha soñado desde que éramos niñas y lamentablemente para ocupar ese puesto debería volver a nacer… -Ten, sopla con cuidado, está caliente. -Me trae la sopa en la pequeña mesa plegable, se ha esmerado tanto por cuidarme, me acomodo con dificultad, Lina rápidamente coloca almohadas en mi espalda. -Gracias. -Lentamente empiezo la tarea de alimentarme, está deliciosa, ella siempre fue buena cocinera, Lina no deja de verme, supongo que está esperando mi opinión. -No me veas así, está deliciosa, si no le dije antes es porque estaba entretenida saboreando. -Me alegra que te guste. -Me dice con una tierna sonrisa, sigo cuchareando hasta que pronto he terminado. -¿Por qué la vida es tan complicada? No he podido resolver como no permitir que las circunstancias me venzan como si fuera tan solo una bolsa de papel que el viento mueve a su antojo. -Estoy tan agotada de todo esto. -¿Qué sucede Lena? -Coloca suavemente su mano en mi hombro. -Sabes lo fácil que sería cometer los errores de mis padres… esa es la razón por la que siempre huí de las relaciones, ¿para qué hacerme daño y hacérselo a otra persona?

Siempre fui honesta con todas, no me interesaba nada más allá de una noche, pero entonces quise intentarlo, debía madurar, crecer, no podía estar toda la vida huyendo de algo que es inevitable, y créeme que he luchado por mantenerme firme en el compromiso de mi relación… -Lo estás haciendo bien, lo he visto. -Me replica rápidamente sin dejarme terminar de hablar, sacude un poco mi hombro para que la vea a los ojos. -Sí… pero me he dado cuenta que evadir una noche de placer ha sido fácil, pero es muy distinto huir cuando existe sentimientos de por medio, y yo… yo no sé cuánto tiempo pueda seguir así… ¿me entiendes? -La veo con los ojos cristalinos. -No quiero equivocarme, no quiero cometer los errores de mi papá. -Tranquila, no lo vas hacer… confío en ti. -Retira la mesa y me abraza fuerte y me dejo llevar por todo, no pienso permitir que esta situación siga así, siempre he sido una mujer fuerte o eso quiero creer de mí, no voy a dejar que esto sea más grande, es hora de tomar decisiones.



··············

Mi hermana se ha lucido, se ve que esto le apasiona, todo el lugar es un espectáculo para la vista, las luces, la cabina del dj en la parta más alta, la decoración, las estatuas de hielo, los invitados elegantemente vestidos para la ocasión, por donde se pase la vista las máscaras y antifaces finamente elaborados intentan ocultar la identidad de los presentes, todo es fantasía alrededor invitando a disfrutar al máximo y no voy a negarme a eso esta noche, me siento hermosa, este vestido blanco se adapta muy bien a mi cuerpo, es perfecto, los apliques brillantes en forma de cisnes contrasta muy bien con el tono de mi piel, Dómine lo envió hace tres días, no sé qué haría sin él, mi hermana sonríe viendo el resultado de su esfuerzo, no sé como hizo para hacer algo así de impresionante en tan poco tiempo, debo reconocer que alcancé a dudar de su buen juicio, pero me alegra mi equivocación. -No podría estar más orgullosa de ti. -Sofía voltea a verme, detrás de su máscara violeta puedo ver sus ojos brillantes, muy parecidos a los míos. -¿En serio? -Por supuesto que sí, sabía que podías hacerlo, pero… esto ha superado mis expectativas, papá estaría de acuerdo conmigo. -Sofía sonríe alegremente, es tan jodidamente bueno para el alma hacer felices a las personas que amas. -Helena… gracias. -Estrecho su mano.

-No entiendo que me agradeces… -Ella sonríe mientras sus ojos se clavan en un elegante caballero de ojos azules. -Si tanto te gusta deberías hacer algo al respecto. -Ella responde con una sonrisa. -Lo sé, pero sabes… aprendí que se debe esperar cuando es el momento adecuado para eso, además él solo tiene ojos para Carolina, aun que sé que ella no le corresponde porque ella ya tiene su propio crush. -¿Qué quiere decir con eso? ¿De qué me estoy perdiendo? -¿Qué? ¿Cómo sabes eso? -Ella sonríe alegremente por mi confusión. -Dios Helena para ser mujer eres igual de despistada a un hombre. -Hey!!! Voy a ignorar eso…ven, es hora de tomar por asalto el lugar. -Sí, estoy cansada de verme como una víctima de las circunstancias, es hora de volver hacer la de antes, es hora de tomar el control, la música suena fuerte y las personas empiezan a moverse al ritmo que marca, Sofía jala mi mano llamando mi atención, dos enamorados demuestran su amor. Pero miren a quién tenemos aquí. -Les hablo cerca logrando asustarlos por un momento, mi hermano da la vuelta y sonríe al acto, Karen parece un poco intimidada con las miradas y risitas acusatorias que tenemos, me alegra tanto que mi hermano haya encontrado el camino de nuevo. -Parecen que están disfrutando la fiesta. -Sofía utiliza su tono más travieso, Karen se sonroja pero mi hermano estrecha su mano y la besa como todo un caballero. -Todo está impresionante, cuando trabajan en equipo son… perfectos. -Karen por fin recupera el habla, creo que mis sobrinas deben estar que no se cambian por nadie, ya era hora de que sus padres volvieran a estar juntos. -Mmm creo que tienes razón. -Replico rápidamente, su presencia allana mis sentidos, Lina siempre logra verse como una princesa de cuentos de hadas, la reconocería en cualquier lugar, quiero soñar un instante, tratar de rozar con mis dedos la loca ilusión de que puedo ser ese alguien que la hace sonreír y soñar, lo necesito antes de acabar con toda esta locura que tanto me duele, sé que es momento de dejarla ir… se ve preciosa con su vestido azul celeste y su antifaz plata brillante, me desprendo de la mano de Sofía y lentamente me acerco hasta quedar a tan solo centímetros de su piel. -Te ves preciosa. -Da un pequeño brinco, la saludo con un suave beso en la mejilla. -No tanto como tú… no pareciera que has sobrevivido a un resfriado. -Sus cuidados lograron recuperarme, y lo de verme hermosa le creo. -Lo que no te mata te hace más fuerte. -Lina sonríe. -¿Has venido sola? -Le pregunto mientras juego con su cabello suelto. -No… vine con alguien que quiere hablar contigo. -Frunzo el ceño y cuando estoy a punto de preguntar soy interrumpida por su voz a mi espalda.

-Necesitamos hablar. -Silvia viene elegantemente vestida para la ocasión con un hermoso vestido verde intenso, Silvia esta noche es poseedora de una belleza que la hace lucir fuera de este mundo, sus ojos ámbar brillan de forma especial, está de la mano de Natalia quien me ve de reojo detrás de su antifaz azul intenso a juego con su vestido, asiento y le hago señas de hablar en privado, caminamos hasta llegar al balcón que nos recibe con una vista preciosa de la ciudad. -Lena per… -No la dejo terminar de hablar, la abrazo fuerte, la extrañaba tanto. -No lo digas, no es necesario. -Le digo sin despegarme de ella. -Te extrañé. -Silvia se aferra más fuerte. -Yo también. -¿A pesar de que te haga llorar? -Me separo para verla, tiene los ojos ligeramente cristalinos. -Tú no me hiciste llorar, la única culpable de eso he sido yo. -No sé lo diferente que le veo esta noche, pero tiene cierto brillo, todo en ella... -Te ves hermosa, no sé, algo tienes que hace tus ojos deslumbrar. -Se dibuja una dulce sonrisa en su rostro, muerde levemente su labio inferior dejando la vista fija en la ciudad. -¿Qué sucede? -Me causa curiosidad su comportamiento. -Es muy pronto para saberlo, pero… estoy embarazada, lo sé. -Quedo hecha piedra, sabía que con Natalia deseaban empezar familia pero no tan rápido. -¿Qué?... ¿cómo? -Es lo único que soy capaz de preguntar en medio de la impresión. -Esas últimas noches en el hotel Natalia preparó todo para unas espectaculares noches románticas que incluía lo necesario para empezar el primer intento de quedar embarazada… Lena ni siquiera he sido capaz de hacerme el examen y me da miedo equivocarme, pero siento que… aquí hay una personita. -Desliza sus manos por el vientre, uno mis manos a la suyas. -Dios… te felicito, las felicito, no temas, vas a ser buena madre Silvia. -La abrazo esta vez no tan fuerte tratando de ser delicada con ella y ese pequeño ser. -Te he extrañado tanto, tengo las emociones a flor de piel y cuando supe que estabas enferma, Lena no quiero volver a discutir. -Me habla con la cabeza apoyada en mi hombro. -Tranquila… ahora vamos, creo que solo debes disfrutar esta noche con tu esposa. -La tomo del mentón para verla directamente y estrecho su mano, volvemos a la fiesta, Lina y Natalia hablan amenamente. -¿Has pensado qué vas hacer? -Sacude mi mano, volteo a verla con una mueca de no saberlo todavía.

-Solo sé que tienes razón, esto tiene que solucionarse de alguna forma, no quiero hacerle daño a nadie con mis dudas. -Cuando llegamos las dos tiene los ojos fijos en nosotras, expectantes a que hablemos. -¿Y bien?... -Lina finalmente deja la pregunta en el aire, las dos sonreímos al tiempo. -Todo superado, nada que una amistad no pueda soportar. -Natalia recibe a Silvia con un beso casto en los labios, intentamos pasar un buen rato, hablamos sin parar de reír y eso permite darle un descanso a la batalla que se libra en mi interior, la música nos obliga a movernos con las manos arriba disfrutando como el ritmo se apodera de nosotras, hace tanto que no bailaba de esta forma, solo dejándome llevar, unas manos fuertes toman mi cadera, doy la vuelta y unos ojos jade me reciben, por un momento estoy aturdida tratando de reconocerlo, se ve tan diferente, la barba crecida y un poco descuidada es lo que ha hecho confundirme, sonrío y descuelgo mis brazos en su cuello, ellas parecen incomodas por la situación de no saber qué sucede, creo que nunca me habían visto tan cómoda con un hombre, después de un fuerte abrazo le golpeo el brazo. -Idiota, no vuelvas aparecer de esa forma. -Sean sonríe alegre a pesar del golpe, no puedo creer que esté esta noche aquí. -No podía perderme esta fiesta, no puedo creer que ahora estés administrando una cadena hotelera eso es como sí… no sé, me convirtiera en odontólogo el día de mañana. -Tonto… ven te presento… -Damos la vuelta, todas están en silencio. -A Silvia ya la conocías, ella es Natalia Osorio su esposa. -Sean las saluda a las dos no sin antes articular en el aire “esposa”, se escapa una risa de mi ser, pensar que Sean también intentó seducir a Silvia cuando estuvo de visita en Paris, con ella pretendía que hiciéramos un trío, jajaja eso jamás. -Y ella es Carolina Rangel. -Lina extiende su mano amablemente. -Ya sabía yo que tenías amigas hermosas pero no tanto, permítame decirles que están todas preciosas esta noche. -No entiendo cómo sabía Sean de esta fiesta, cómo supo llegar, estoy a punto de preguntarle cuando alguien se adelanta a mi espalda. -No sé cómo acercarme sin recibir también un golpe. -Esa voz hace que casi muerda mi lengua, no puedo creerlo, doy lentamente la vuelta hasta encontrarme de frente con ella. -Renee. -Me lanzo a sus brazos me aferro con fuerza, mi corazón brinca de alegría, la extrañaba tanto. -¿Qué haces aquí? -Tomo su rostro entre mis manos, si ella supiera el bien que hizo con esas palabras aquella vez, Renee sonríe alegremente. -Bueno… tenía que enviar un documento importante del cual depende el futuro de alguien muy especial para mí, así que me dije… lo mejor es llevarlo personalmente y bueno, arrastré a Sean conmigo. -No puedo creer que la esté viendo en estos momentos, se ve preciosa como siempre. -Gracias… ya sabes… -Se dibuja una leve sonrisa en su rostro. -Eso no tienes que agradecerlo. -Suspiro pesadamente, Renee juega con mi cabello suelto.

-Ven, es hora de divertirnos. -La llevo a donde están los demás, hago las respectivas presentaciones, decidimos ubicarnos en la parte reservada que mi hermana organizó, según ella, las personas sueñan con un trato especial, así que organizar estos lugares logra la ilusión de alcanzarlo, algo así como un VIP, todos la están pasando bien, las anécdotas van y vienen, estoy relajada, Lina por ratos es un poco cortante con Renee aunque no entiendo la verdad cuál es la razón, yo solo quiero disfrutar como nunca antes y nada va a arruinarlo, ni siquiera cuando aparece Gonzalo para invitar a Lina a bailar lo logra, simplemente estoy feliz… ella aparece entre la multitud, su vestido rojo escarlata ceñido al cuerpo con su delicado antifaz del mismo color que hace resaltar sus ojos grises, su cabello está recogido en un elegante moño, camina como dudando sus pasos, y no sé qué sentir, qué pensar, o qué hacer, son tantas cosas las que me dan vueltas, finalmente llega hasta quedar a uno pasos de mí. -Hola. -Es lo único que logra decirme después de semanas de alejamiento y constantes peleas por el teléfono, tomo aire pesadamente y bajo la vista. -Hola. -Sí, nada original lo sé, la tomo de la mano y camino con ella a un lugar apartado del ruido, solo se escucha como al fondo suena Sex on fiere, buscamos el balcón más cercano, la brisa fría hace adormecer la piel, me retiro el antifaz, la insto a que haga lo mismo, esta conversación es muy importante como para esconder el rostro, Kelly me ve con el ceño fruncido. -Lena, yo… ni siquiera sé cómo empezar, estar así me duele, te necesito tanto. -Se nota que a ella también la lastima esta situación, trato de conservar la calma. -¿Qué pretendes acusándome de algo que no he hecho? Estoy tan cansada de estar defendiéndome y no pienso seguir así, sé que soy nueva en todo esto de las relaciones, pero lo que sí sé es que se suponen que deben existir para ser feliz y yo… me he pasado los últimos meses con incertidumbre, sí… no me veas así, esto está mal desde hace mucho tiempo, desde que has decidido deliberadamente sacarme de tu vida y no permitirme entrar y a pesar de que me haces sentir sola no te he sido infiel, ¿entiendes eso? -Descargo toda la frustración que llevaba en el pecho, Kelly tiene los ojos aguados y me duele, no me gusta verla así. -Lo siento, lamento ser tan estúpida. -Finalmente dice con la voz quebrada. -No te disculpes, nunca he podido entender para que hacerlo, simplemente… -Suspiro pesadamente, no sé cómo resolver esto. -Está bien, sin disculpas… me preguntaste si era feliz y no supe que responder, Helena, esta distancia me tiene mal, sé que esto todavía puede funcionar, tan solo necesito de ti, démosle una oportunidad a esta relación, nos lo debemos. -Se acerca lo suficiente para sentir su respiración chocar con mi rostro, cierro los ojos instintivamente, nunca he entendido el porqué de reaccionar así con ella, cuando pienso que me va a besar como siempre lo hace ella hace sonar un llavero para que abra los ojos. -Traje esto para ti…. -Me lo entrega, quedó desubicada, ¿qué intenta hacer?

-¿De qué se trata? -Le señalo las llaves intentando que me saque de dudas de una buena vez. -Quiero que nuestros sueños se cumplan, hace mucho tiempo me dijiste que te gustaría vivir en New York, quiero hacerlo realidad para ti, para nosotras… quiero que nos vayamos a vivir juntas, hace una semana lo compré, está ubicado en Upper west side, quiero que sea nuestro lugar, un nuevo comienzo, tú y yo… solas. -Estoy sin palabras, escasamente puedo bajar saliva, no pensé que ella fuera hacer todo esto. -Yo no sé que responder. -Las palabras salen sin pensarlas, tan solo estoy en shock. -Solo dime que sí. -Toma mi rostro en sus manos y solo veo sus ojos grises, regreso al mismo dilema, por un lado tengo a una mujer que dice amarme, que está dispuesta a irse a vivir conmigo y hacerme feliz… por el otro está ella, la que hace latir tan fuerte el corazón que duele, pero que solo puede ser mi amiga y sé que lo mejor es dejar de soñar con ella, es hora de renunciar a Lina. -Está bien, pero sin reclamos, celos, o… -Me calla con sus labios en los míos, mi respiración falla y lentamente me suelta, ese extraño estremecimiento en mi pecho me hace ladear la cabeza y la veo con su mirada fija en nosotras, está parada en la puerta, sus ojos verdes no pretenden dar muestras de rendirse, esto no puede estar pasando, ¿desde cuándo está ahí? Lina se retira rápidamente antes de poder hacer algo, estoy paralizada, solo quiero ir tras ella. -Mejor entremos, la noche está fría. -Kelly asiente y estrecha mi mano, la música vuelve sacudiendo mi cuerpo, las risas de todos se sienten lejanas, la busco con la mirada y no la encuentro, todos nos reciben con la alegría propia de una fiesta, Sean se acerca tímidamente a saludar, después de los intercambios de saludos me siento ansiosa, debo hablar con ella. -¿Me permites? -Sean le pregunta a Kelly y sé que es muy bajo, pero la propuesta de Sean me da el tiempo para ir a buscarla. -Dale, creo que se lo debes. -Kelly asiente y toma su mano, me retiro a toda marcha, siento que estoy en una maldita cuenta regresiva, parece que desapareció de la fiesta, no sé donde más buscarla y en medio de todo tengo un momento de lucidez, rápidamente mis pasos acortan la distancia, está de espaldas, sabía que estaría en el jardín. -¿Por qué te has retirado de esa forma? -Le pregunto temiendo la respuesta, Lina se da la vuelta, no sé cómo interpretar su forma de verme. -Así que te vas… -Solo cuando termine lo de la restructuración, no te preocupes, no pienso dejar botado el trabajo. -No sé la razón de verme en la forma en que lo hace, solo sé que me duele. -Quiero que me contestes algo. -Lina se acerca sin dejar de verme en ningún momento. -Dime. -Mi corazón palpita rápido.

-¿Eres feliz con ella? -No puedo creer que me pregunte eso. -¿Qué? -Quisiera zafarme de responderle, pero sé que ella no son de las que se rinden. -Tan solo… por favor contesta como siempre lo has hecho, con la verdad. -Bajo saliva. ¿Eres feliz con ella? Dime… -Y ahí estoy con la duda en el alma, de todo lo que podía preguntarme Lina da con el punto de todo esto, Kelly representa muchas cosas en mi vida, pero después de meses de relación no estoy preparada para decir que la amo y no sé con certeza que pueda encontrar con ella esa felicidad que se me ha ido tantas veces de la mano, solo sé que debo intentarlo, Lina sigue con la vista fija esperando mi respuesta, solo atino a asentir como autómata, sin siquiera terminar de cavilarlo, ella baja la mirada. -Eso es lo único que importa. -Cuando pienso que eso es todo, que aquí se acaba la obsesión por ella, por volver a sentir su piel y esos besos que me trastornaron tantas veces, Lina levanta la vista y en un movimiento rápido junta sus labios con los míos, todo se congela, sé que ese ligero roce de labios no dura mucho, pero mi cerebro logra alargar ese instante, me suelta y se va, quedo paralizada, ese beso se sintió a despedida y me duele, me duele tanto que no soy capaz de hacer nada, mis piernas no responden para ir tras ella, solo la veo desaparecer de mi vista y quiero llorar y ni eso puedo, aprieto fuerte los puños y grito, grito fuerte… nada sucede, mi voz se pierde con la música, camino lentamente siguiendo el rastro de regreso con el corazón hecho añicos. -Helena, solo quería despedirme, esta fiesta es de lo mejor pero Carolina está agotada y voy a llevarla a su casa. -Gonzalo aparece con su sonrisa de comercial. -¿Qué sientes por ella?, ¿cuáles son tus intenciones con Lina? -Gonzalo no esperaba esas preguntas, yo solo lo veo fijamente, él no parece querer responder. -¿Por qué me preguntas eso? -Tan solo dime. -Le replico sin darle tregua. -Me gusta… creo que desde que era la novia de mi hermano, pero en ese momento eso era un imposible, luego me casé y bueno… desde que murió Victoria ella ha sido la única mujer que ha logrado interesarme, pero eso de nada sirve, ella no me hace caso, por más que lo intento… debe ser que ya estoy oxidado en esto. -En ningún momento veo malicia en su respuesta, es sincero, y en medio del dolor quiero que ella sea feliz, Lina merece tener una nueva oportunidad de buscar su felicidad, Silvia tiene razón, no puedo pretender que esté a mi lado en una falsa amistad sin rehacer su vida. -Es porque lo haces mal, deja de darle rosas rojas, eso es muy trillado y ella no es cualquier mujer… regálale solo amarillas, preferiblemente girasoles, le encanta como buscan el sol, no la invites a comer a restaurantes, le gusta que le cocinen, te recomiendo comida de mar y… le encanta los eventos al aire libre. -Mi voz se apaga, ojala que él sea lo que ella necesita para que vuelva a sonreír.

-¿Por qué me dices todo esto? -Gonzalo ladea levemente la cabeza, está confundido por mi extraño comportamiento. -Porque daría cualquier cosa por verla feliz, por eso te digo que si llegas hacerla sufrir te juro que te parto la cara y no, no es una broma, puedo hacerlo. -Lo señalo decidida y espero que él se enoje, que me grite, algo que me indique que esto es un error. -Está bien, no te preocupes, mis intenciones son buenas, Carolina realmente me interesa y si puedo hacerla feliz lo haré. -Está hecho, todo se acabó, yo me iré a vivir con Kelly y ella… Lina tendrá al hombre que la hará feliz, sí todo esto parece lo correcto, ¿Por qué me siento tan mal? ¿Por qué mi corazón duele de esta forma?

XXXVIII Me pierdo en este día lluvioso, las gotas se desploman impetuosas haciendo que el ruido por momentos sea ensordecedor, la ventana se empaña y mis dedos dibujan figuras sin sentido dictados por alguna parte de mi mente que no está bajo mi control, la textura lisa y resbalosa del vidrio es agradable al tacto, desde niña me gustó hacerlo, esa tierna época en la que era feliz con tan poco, a medida que creces todo se complica… demonios!!! Se supone que estoy haciendo lo correcto, pero llevo tres días y nada parece decirme que tengo la razón, sigo teniendo este tremendo vacío que incrementa mi ansiedad y es ese no saber lo que me jode, vuelvo a beber de mi taza de café parsimoniosamente saboreando la suavidad, veo el reloj y me cercioro que es una hora razonable para llamar, sí, ¿por qué no?, solo quiero saber qué fue ese beso, ¿por qué me dolió tanto?, me siento igual a ese día en la iglesia, como si estuviera renunciando a ella, pero ¿cómo puedo renunciar a algo que nunca ha sido mío?... porque así siempre ha sido, he tenido su amistad, su piel, sus ganas, pero nunca su corazón, no comprendo qué impulsó a Lina a besarme, si tan solo ella supiera cómo logra desestabilizarme, ashhh no, debo detenerme, no es bueno agitar más mi pobre alma, se supone que tomé una decisión, debo ser consistente. -Amor ven a la cama. - Me dice con voz somnolienta, sus ojos a medio cerrar esperan mi respuesta, asiento mientras dejo la taza en la mesita de noche, levanto las cobijas y me adentro, coloco una mano en el respaldo de mi cabeza mientras mis ojos apuntan al techo. -¿Estás bien? -Volteo a verla y dibujo una pequeña sonrisa, lo suficiente para que se tranquilice y no siga preguntando, descansa su cabeza en mi hombro y vuelve a quedarse dormida, solo debo tratar de calmar esta maldita ansiedad y todo estará bien.

-No entiendo tu afán de querer empacar ya te dije que solo puedo irme cuando termine de reestructurar lo hoteles… además tengo encima el proyecto de remodelar algunos y eso toma tiempo. -Desde que se levantó está como loca por todo el apartamento, buscando cajas y tratando de convencerme que no hay nada de malo con ir empacando, Kelly se comporta como si tuviera miedo de que me retractara, cómo sí el irnos a vivir a New York estuviera en riesgo, no comprendo sus miedos.

-Lo sé, pero… nada se pierde con ir guardando las cosas que ya no vas a necesitar. Contesta con una mano en la cintura y la otra en su mentón, ni siquiera me ve a los ojos, ya está asustándome, no la entiendo, sé que algo anda mal con ella, he intentado ignorarlo pero no sé hasta qué punto hacerlo es buena idea. -Ya sé, lo mejor es empezar con el estudio, total no creo que lo utilices muy seguido. -Me ve levantando las cejas, solo asiento pesadamente. -Está bien, será como tú digas… ya te alcanzo. -Le hago señas para que siga, me resigno, lo mejor es permitirle algo que calme su desasosiego, vuelvo a ver la hora, las manecillas siguen su curso normal pero me siento en una jodida cuenta regresiva, ¿de qué? no tengo la más mínima idea, de nuevo la ansiedad se apodera de mí, necesito escuchar su voz, solo eso, marco su número y me dirijo a la cocina buscando un sitio alejado que me permita un momento de calma con ella. -Hola. -Su voz se siente lejana. -Hola. -Sí ya sé, no puedo ser más torpe, pero es que todas las veces que pensé en esta llamada no dilucidé que decirle. -¿Cómo… cómo va todo por el hotel? -¿En serio? Carajo!!! -Bien, ya sabes… creo que lo de la fiesta fue buena idea… como siempre, has tomado la decisión correcta al contratar a tu hermana, es más ya está planeando la próxima. -Cierro los ojos y aprieto con fuerza el teléfono mientras mis dientes se aferran a mi labio inferior. -Eso es genial. -Y ¿ahora qué? de qué hablar, el maldito silencio rápidamente toma lugar, Lina suspira pesadamente al otro lado de la línea, por lo menos no es la única que se siente extraña con todo esto. -Sí… Lena yo… -Mi corazón se acelera, sé que para Lina es difícil lo que va a decir y eso solo significa que es muy importante, soy capaz de percibir duda en ella, tomo una bocanada de aire tratando de prepararme para lo que sea que tenga que decirme, me sobresalto cuando Kelly entra a la cocina de forma brusca, sus ojos se ven como si se avecinara tormenta en el cielo, estoy con la boca abierta sin atinar hacer algo. -¿Con quién hablas? -Me señala furiosa, estoy pasmada, empieza a caminar de un lado a otro con un sobre en la mano, hablando entre los diente, escasamente alcanzo a entender palabras no muy gentiles, ¿y a Kelly que bicho le picó? -¿Lena… sucede algo? -Su voz intranquila se pierde con lo que estoy viendo, no comprendo a Kelly, agita el sobre en el aire mientras sigue su monologo improvisado. -Te llamo después. -Termino la llamada, Kelly sigue caminando sin detenerse, me está poniendo nerviosa. -¿Sé puede saber qué te sucede? -La tomo de la mano para que se detenga.

-Hablabas con ella ¿cierto? -Abro bien los ojos y de nuevo esa sensación de que estoy haciendo algo malo. -¿De qué hablas? -Intento utilizar el tomo más tranquilo y conciliador posible. -De Carolina… no quiero que vuelvas a verla. -Qué!!! -¿De cuando acá me dices a quien ver o no? -Ah no, eso sí que no. -Desde que las vi… las vi besándose en el jardín. -Ay no, ¿por qué me sucede esto a mí?, trago saliva y bajo la mirada, ella no debió a ver visto eso, Kelly se impacienta con mi reacción, la veo mover las manos. -Y ahora esto… siempre ha sido ella, en todas aparece, siempre ha sido Carolina, dime, dime algo!!! -Me tira al rostro las fotografías que tenía guardadas en el estudio, son todos los recuerdos de momentos felices, de sonrisas, bromas, tonterías que disfrutábamos como locas, diablos!!! -No es lo que estás pensando. -Intento acercarme pero ella retira mis manos bruscamente. -Y que debería pensar, cómo te atreves a decir que no eres infiel, sabes qué… me voy, no puedo seguir así. -Sale de la cocina sin darme chance a nada, toma su chamarra y camina a paso rápido a la puerta, yo todavía estoy en pijama, intento alcanzarla pero ella es más rápida. -Espera, no conoces la ciudad. -Solo escucho el fuerte portazo. -Maldición!!! -Cuando salgo a la puerta ya no hay rastros de ella, golpeo con fuerza la pared, el dolor hace que se adormezca mi mano, vuelvo rápidamente a la habitación, tomo lo primero que encuentro y salgo del apartamento sin saber muy bien qué hacer, camino sin rumbo fijo, busco por los alrededores sin éxito alguno, decido ir hasta el parque más cercano esperando que ella este allí, pero nada, me siento terrible con todo este mal entendido, porque eso es, solo un maldito mal entendido que se hubiera podido evitar si hubiera sido honesta desde el principio, si las dos lo hubiéramos sido en realidad, al fin y al cabo ella tampoco ha sido capaz de decirme quien es Andrea Thyssen en su vida, ashhh, me siento en una banca completamente irritada, paso las manos por mi rostro terminando de deslizarlas por la nuca, la suave llovizna sigue ahí, lentamente mi ropa se humedece al contacto… el celular empieza a reproducir Anybody seen my baby, no, ahora no, me siento capaz de hablar con ella en estos momentos, pero sé cómo es Lina, ella jamás se rinde, una, dos, tres veces y no se va a detener, la conozco, suspiro pesadamente, decido contestar de una buena vez. -Alo. Trago saliva, por un instante mi mente se pierde en los juegos infantiles que la lluvia envuelve, intento por todos los medios no llorar, no quiero hacerlo. -Lena, ¿está todo bien? -Lina pregunta preocupada, algo debió escuchar de la discusión en la cocina. -No… Lina lo mejor es que te llame después. -La brisa fría se estrella en mi rostro adormeciéndolo, estoy temblando, mi resistencia al frio es muy mala.

-Espera!!! No cuelgues. -Cuando va a dejar de ser tan persistente, dudo de seguir la llamada, pero como siempre no soy capaz de negarme con ella. -¿Dime qué sucede? -Sé que hablar de esto con ella es tan… irreal, pero en estos momentos no tengo a nadie más. -Discutí con Kelly y salió del apartamento, ella no conoce la ciudad y no sé donde más buscar. -Contesto desganada, seguir buscándola es perdido, ¿cómo encontrarla en una ciudad tan grande? -Tranquila… ¿por qué discutieron? -Dios!!! Esto es bizarro. -Lina no quiero hablar de eso. -El nudo en la garganta lucha por ganarme la batalla, respiro pausadamente. -Dime… por favor. -Qué más da, de todas formas ella siempre consigue lo que quiere conmigo. -Nos vio en el jardín. -El silencio toma lugar, si no fuera por las respiraciones pausadas se podría pensar fácilmente que la llamada es inexistente, sé que se siente culpable por todo esto, es por eso que no quería decirle, pero la conozco, ella no se hubiera conformado hasta llegar al punto de todo. -No te preocupes, regresa al apartamento, si Kelly vuelve lo mejor es que te encuentre allí, yo la busco por ti… sé quién me puede ayudar. -Qué!!! Lina ayudándome a encontrar a Kelly, ahora sí que queda más que confirmado que mi vida es un circo. -Lina no creo que… -En serio no quiero involucrarla más en esto. -Solo hazme caso, no pierdes nada con confiar en mí, tengo contactos en la policía y en la fiscalía de cuando hice la judicatura, ellos son mejor opción a que sigas dando vueltas sin saber muy bien donde buscar. -Tomo aire lentamente, no sé que más hacer, al fin y al cabo ella tiene razón seguir buscándola sin tener un rumbo fijo no me va a llevar a ningún lado, decido confiar en Lina, supongo que sabe de lo que habla. -Está bien. -Se termina la llamada, guardo el celular en el bolsillo de la chamarra y camino sin afanes al apartamento… lo recorro con la leve esperanza que ella haya vuelto, esperanza que rápidamente se esfuma con su ausencia, solo espero que esto se solucione pronto, no puedo permitir que siempre que siento que puedo estabilizar mi vida algo sucede y se esfuma como si de una alucinación se tratara.

Estoy en la sala viendo fijamente el reloj de pared, ya ha pasado cinco horas y estoy al borde de un colapso, Lina no ha vuelto a llamar y no me siento capaz de ser yo la que llame, tomo el puente de la nariz ejerciendo presión, todo este tiempo de espera no me ha servido para pensar muy bien que decirle a Kelly cuando vuelva, cómo le explico que no pasa nada con Lina, bueno… nada físico, porque de sentimientos es otra cosa, no quiero

hacerle daño, me siento tan estúpida con todo esto, el timbre suena y prácticamente corro abrir, demonios!!! Lina sostiene a Kelly para que no caiga al suelo, parece que decidió ahogarse en alcohol. -¿Qué sucedió? -Recibo a Kelly en mis brazos y entre las dos la ayudamos a acomodarse en el sofá. -Jajaja qué pregunta, no es evidente…creo que tomé más de la cuenta, jajaja ahora que estamos todas juntas deberíamos hacer una fiesta. -Kelly habla enredado, empieza a reír sin control para luego quedar en silencio, carajo!!! Lina está irritada, sus ojos se ven intensos, ¿de qué me estoy perdiendo? -Yo me voy, creo que he terminado aquí. -Lina habla tosca, camina a la puerta sin siquiera despedirse, termino de acomodar a Kelly que al contacto de la suavidad del sofá cae profundamente dormida, camino rápidamente y la alcanzo antes de que tome el ascensor, Lina sigue enojada y termina de quebrar mis nervios sí es que eso es posible. -Espera, ¿Dónde la encontraste? -Le pregunto mientras prácticamente la dirijo contra la pared tratando de que me vea a los ojos. -Que te cuente ella. -Me dice casi escupiendo las palabras, tomo su rostro delicadamente, sus ojos se clavan en los mío y sé que está furiosa, solo quisiera saber qué la tiene así. -Lina, dime… ¿qué sucede?, algo anda mal, te conozco. -Le hablo suavemente tratando de calmar el ambiente -No me corresponde a mí, entiende. -Se suelta de mi agarre y delicadamente se parta de mi lado y vuelve a presionar el botón del ascensor, su respuesta me dice mucho aunque ella no lo crea. -Está bien… gracias. -La veo asentir antes de que la puerta se cierre, camino de nuevo al apartamento y ella sigue dormida, la dejo descansar un poco, igual necesito despejar la cabeza antes de hablar, no quiero confundir más esta situación, tengo muchas dudas que me están consumiendo y esta conversación tendrá que dejar todo aclarado de una buena vez.

La sala lentamente se inunda con el olor del café recién preparado, la sacudo con delicadeza para que despierte, sus ojos no se fijan en un lugar en especial, supongo que está desubicada, me pregunto cuánto habrá tomado para estar en ese estado, se sienta mientras desliza las manos por su cabeza, supongo que le está doliendo, le paso la taza con la bebida humeante. -Ten tómatelo con calma, está caliente. -Kelly asiente mientras bebe de a poco de la taza, sus muecas de desagrado me dicen que no está muy acostumbrada a tomar café tan cargado, pero la necesito con los sentidos despiertos, me acomodo al frente para verla directamente a los ojos. -¿Dónde estabas? -Ella levanta la vista, me ve fijamente unos instantes para luego bajar el rostro, decide no contestar. -¿Por qué Lina estaba así? Pregunto sin darle espacio para que intente zafarse de resolver mis dudas… el solo escuchar su nombre le disgusta.

-Debe ser porque me encontró en un bar con Andrea. -Contesta como si fuera algo tan sencillo de procesar, como si tuviera por fuerza que aceptar que no hay nada extraño en eso. -¿Qué hace Andrea aquí? -Ahora entiendo la actitud tan cortante de Lina, esto no se ve nada bien y ese mal presentimiento vuelve a tomar control de todo mi ser. -Eso no importa. -La rabia lentamente se apodera de mis ideas, estoy cansada de sentirme como una basura por no poder controlar lo que siento por Lina, pero eso no significa que Kelly puede seguir tratándome como lo ha venido haciendo, me levanto y empiezo a caminar de un lado a otro, Kelly ahora si decide verme, aprieto los dientes. -Sabes tengo esta mala sensación, este presentimiento de que todo está mal y he tratado de ignorarlo, de intentar seguir adelante cuando una parte de mi interior me grita que no lo haga, pero… a pesar de todo he querido confiar en ti, en lo nuestro, más de una vez he tenido que decidirlo y esa, esa ha sido siempre mi decisión, confiar en ti a pesar de que exija de toda mi convicción, pero ya me cansé, no creo poder seguir así. -La señalo furiosa, ella sigue viéndome con un poco de temor por mi reacción. -¿No piensas decir nada? -Me termina de impacientar su actitud pasiva, cómo sí… si fuera culpable de algo que no se atreve a decirme todavía. -Andrea solo vino para hablar conmigo. -Contesta suavemente, sacudo la cabeza antes de verla, sus ojos están fijos en sus pies. -¿Y se puede saber qué es eso tan urgente de lo que tienen que hablar que muy amablemente la ocupada tenista mundial Andrea Thyssen tuvo que venir hasta aquí? Estoy con el corazón en la garganta. -Primero tú, dime ¿desde cuándo se están acostando? -Ruedo los ojos mientras mis labios se tuercen, pero qué carajos le pasa, no quiere rendirse ante esa idea absurda. -Sabes… me tienes harta!!! Con Lina no sucede nada más allá de una amistad, nunca te he sido infiel, ese maldito beso fue solo una despedida, ella sabe que me voy contigo a New York, sabes… si hubiera querido muchas veces te hubiera puesto los cuernos sin que nadie siquiera lo sospechara y no precisamente con ella, pero no… me he mantenido firme en la promesa que te hice, pero parece que eso a ti no te importa o te satisface en lo más mínimo, solo te la pasas desconfiando de mí, si lo que querías era agotarme con tus acusaciones, felicitaciones!!! Lo has logrado… aclarada tu pregunta responde la mía, ¿por qué Andrea está aquí? -Se tensa y sé que estoy cerca de dar con algo pero todavía no entiendo qué. -Venga, seamos honestas, que quiere tu ex, ¿volver contigo? Terminar de convencerte que seguir conmigo es un error, que no soy suficiente para ti, que mereces algo mejor. -Sus ojos casi se salen de su sitio, se inquieta sin saber cómo acomodarse en el sofá. -¿Cómo lo sabes? -Finalmente habla, veo como se agita su pecho.

-¿Qué?, ¿Andrea no te lo dijo?... esa vez en el bar de Seattle me dejó claro que te quería de vuelta y no le importaría pasar por encima de lo nuestro. -Como olvidarlo, esa mujer no tiene escrúpulos. -¿Por qué no me lo habías dicho? -Es hora de sacar todo lo que ha estado molestándome, ya no hay vuelta atrás. -¿Por qué crees?... porque confié en ti, en que no pasaría nada entre ustedes a pesar de que te la pasas con ella la mayor parte del tiempo, porque pensé que llegaría el momento que tendrías el valor de decírmelo… pero creo que me equivoqué ¿cierto? -Sus ojos se ponen cristalinos y eso confirma lo que está presionando mi pecho. -Helena yo… -Intenta acercarse pero doy un paso atrás, mi respiración se acelera, todavía me niego a creerlo, esto debe ser una maldita broma, de nuevo el niño que mueve las cuerdas del destino me escupe en la cara, solo por diversión, el muy maldito le encanta joderme la vida. -¿Desde cuándo? ¿Cuántas veces ha pasado? -Grito llegando asustarla por mi reacción, ella no contesta y en un impulso la arrincono contra la pared con mis brazos a cada lado de su cuerpo dejándola sin salida, Kelly me ve con tristeza en los ojos, las respiraciones son erráticas, así que tenía razón, demonios!!! -Solo una vez… -Mi corazón se detiene y a pesar del dolor no pienso llorar, me niego a que vea el sufrimiento que está consumiendo mi pecho. -Pensé que te acostabas con ella, vi la forma en que la mirabas esa noche en el karaoke, te perdiste en ella, te hablé varias veces y no escuchabas nada, todos tus sentidos eran para Carolina, no te das una idea de cómo me sentí, solo era una maldita extraña en esos momentos… por días mi mente me torturó pensando en cómo te burlabas de mí, acababa de ganar en Australia, me sentía sola y me embriague, me dolía en el alma que ella pudiera tener ese poder sobre ti después de tanto tiempo, después de que creí teníamos algo que valía la pena, estaba cansada de que siempre me fueran infiel… -Así que al final se trata de eso, por eso no me gustaban las relaciones, no puedo creer que haya sido tan idiota con todo esto, cómo pudo hacerlo. -¿Te gustó? ¿Es mejor que yo en la cama? ¿Ella te hace sentir como lo hago yo? Dime!!! La aprisiono con mi cuerpo, mi cabeza descansa en su hombro, no soy capaz de verla. -No digas eso por favor, te lo ruego. -Su tono afligido está muy lejos de calmarme, muy por el contrario termina de llevarme al límite. -Solo fue un maldito error, uno que jamás se volverá a repetir… -Después de todo finalmente cediste, te dejaste llevar por los celos, y ella estaba ahí, como siempre, a tu lado, así que caíste, te fue fácil, sus besos y caricias te excitaron y lo demás fue sencillo, creíste que estabas pagándome con la misma moneda… pero después te sentiste vacía, imagino que ni siquiera fuiste capaz de verla a los ojos después de que lograste el orgasmo, te marchaste a tu habitación con un hueco en el alma, tranquila… conozco el sentimiento, así que agarraste el teléfono y volviste acusarme para que finalmente aceptara mi error, necesitabas un poco de paz contigo misma, algo que te

reafirmara que al fin y al cabo yo también lo había hecho, como no lo lograste empezó tu llanto y te sentiste culpable de haber cogido con Andrea y así de la nada tuviste el valor de decir que me amabas… -Me duele todo, jamás pensé que ella fuera hacerme esto. -Eso no es así, déjame hablar por favor, Helena yo sí… -No pienso permitirle que vuelva a mentirme en la cara, a decir que me ama. -Ni te atrevas, sabes… eras la primera persona que me lo decía y lo sentí tan… vacío, no sabía muy bien cuál era el motivo… es un alivio saberlo finalmente. -Idiota, eso soy, Andrea debe estar riéndose de mí, al final logró lo que quería. -Déjame explicarte por favor. -Toma mi rostro en sus manos, mi pecho se mueve ansioso. -¿Alguna vez creíste en mí? -Le pregunto viéndola fijamente, sus ojos llorosos dudan para contestar, me jode eso. -Sí… -Intenta hablar pero sus ojos me dicen otra cosa, esa maldita promesa me hizo cambiar y todo fue mentira, maldición!!! -No mientas… Kelly estás tan perdida, intenté, de veras lo intenté, en algún momento te darás cuenta que Andrea solo está tomando provecho de que no quieres enfrentar lo que pasó en Seattle y te aseguro que cuando te des cuenta vas a estar sola, conmigo ya no cuentas. -Me separo y la veo con el alma rota, intenté ser mejor, quería demostrarme que podía hacerlo y todo fue una mentira, ya no puedo más, su cercanía me lastima, retiro sus manos. -Perdón, podemos arreglarlo, te lo suplico esto sigue valiendo la pena, lo sé… -Camino a mi habitación, recojo mis cosas y termino de ponerme una chamarra, la escucho moverse al lado mío, su sollozo termina de joderme, no puedo seguir aquí. -Se acabó, recoge todas tus cosas por favor, cuando vuelva espero no tener que encontrarme con algo tuyo. -La señalo antes de ponerme en marcha, Kelly se interpone en el camino, sus ojos están rojos, sé que seguir con esta relación solo nos va hacer daño a las dos y en medio de esta rabia no quiero hacerla sufrir. -Espera, esto no puede acabar de esta forma, me equivoqué, solo soy un ser humano, todos alguna vez erramos, pero cuando estemos en New York todo va ser mejor, estaremos bien, te juro que no va a volver a pasar, Andrea será cosa del pasado, si quieres renunció al tenis, no me importa, solo tú. -Toma mis hombros tratando de que la vea, levanto la mirada. -¿Perdón? Igual al que le diste a ella cuando te hizo lo mismo… -Kelly abre la boca y sé que no esperaba que fuera a utilizar esa parte de su vida que tanto le dolió, pero necesito descargarme. -No me veas así, es igual… tienes razón, solo eres un ser humano, igual que yo y… estás pidiéndome demasiado, tan solo… si alguna vez me quisiste, no vuelvas a cruzarte en mi camino, yo no necesito más de ti, y tú necesitas más de mi… debes volver a encontrarte, espero lo logres. -Retiro sus manos, eso es todo, ella se hace a un lado y me

deja salir, al cerrar la puerta se termina lo que un día me hizo soñar con ser feliz finalmente… esto no debió terminar de esta forma, pero sus miedos, los míos, la distancia y la falta de comunicación fueron como una maldita bola de nieve que de a poco terminó siendo una avalancha que arrasó con todo a su paso.

Vuelvo a pedir que me llenen el vaso, mis ojos están fijos en el liquido que hace que mi garganta se resienta, decidí no beber whiskey, he comprobado que mi nivel de resistencia es alto y yo solo quiero perder la cabeza rápido, olvidar todo, y eso solo podía hacerlo con una bebida que me pusiera estúpida, así que el vodka es ahora mi compañera, los sonidos a mi alrededor se sienten lejanos, no entiendo cómo pude perderme de esta forma, porque dedo aceptar que también es mi culpa. -¿Puedo invitarte un trago? -Un hombre de mal aspecto y cabello desaliñado se acerca, lo que faltaba para terminar mi día. -No, no puedes, este no es buen momento así que hazme el favor de no joder. -Contesto cansinamente antes de volver a beber del vaso. -Hey yo solo quería invitarte un trago… perra. -El muy imbécil decide irse, sigo bebiendo tranquilamente, las palabras de Andrea esa noche en Seattle golpean mi cabeza sin darme descanso, “Eres una idiota que piensa que por hacer las cosas bien tendrás lo mismo devuelta, ilusa, así no funciona el mundo.” Parece que todo el tiempo tuvo razón, sacudo la cabeza… no puedo creer que Kelly se haya dejado manipular por ella, camino tambaleándome al baño, coloco mi rostro en contacto con el agua, sonrío en el aire, el sentir lástima por mí no me va a llevar a ningún lado. -Que no me toques!!! -La joven mujer de cabello oscuro como la noche intenta empujar al mismo hombre que minutos antes intentaba seducirme en la barra, el idiota está empecinado en arrinconarla contra la pared mientras intenta besarla a la fuerza. -No, suéltame, que alguien me ayude!!! -Sin pensarlo mucho toco su hombro antes de propinarle un derechazo directo en el rostro, el hombre queda en el suelo inconsciente. -Gracias… yo. -La beso sin darle espacio a nada, no sé la razón para hacerlo, yo solo quiero que mi mente me de tregua, nuestras lenguas se rozan logrando que la lujuria tome mi cuerpo, no pienso seguir lamentándome, es hora de un descanso, el aire falta y lentamente el beso se detiene, trato de recuperar el aliento. -Nunca me había besado una mujer antes… eso estuvo... -Sus ojos azabache no se quedan quietos en un mismo lugar mucho tiempo, sonrío ante eso, la veo de reojo, está hermosa en su vestido rojo ceñido al cuerpo, me retiro y sigo mi camino. -Espera…por lo menos dime tu nombre. -Toma mi brazo tratando de detenerme, vuelvo a besarla acorralándola contra la pared, mis manos buscan con urgencia su cuerpo, mi respiración vuelve agitarse, y tomamos aire viéndonos a los ojos, es una mujer atractiva ¿Por qué no?

-Dejemos esto en claro, tú quieres probar algo nuevo y yo solo quiero sexo, solo será cuestión de una noche, sin nada más. -Ella sonríe de medio lado, creo que no esperaba que fuera tan directa, duda un momento antes de contestar. -Está bien, ¿tu casa o la mía? -Me dice coquetamente, está hecho, hora de volver a un punto de mi vida en el que me valía madres todo, en estos momentos realmente lo necesito. -La tuya. -Respondo, ella toma mi mano y salimos del lugar con prisa, le hace señas a un taxi y rápidamente lo ocupamos, es momento de dejarme llevar, no quiero seguir pensando en ella, su traición duele demasiado.

XXXIX Golpeo con fuerza la bolsa de boxeo, las gotas de sudor se deslizan por mi rostro, sigo sin poder descifrar como terminé de esta forma, se suponía que estaba haciendo las cosas bien pero de nuevo las palabras de Andrea calan fuerte en mi pecho… no, me niego a pensar que para ser feliz se tiene que pasar por encima de las personas, que idiota!!! Vuelvo a conectar una serie de golpes coordinados, tomo aire profundamente tratando de que el ritmo cardiaco se normalice, paso entonces al maniquí de boxeo, hago uso de mis piernas con movimientos rápidos, quiero descargar toda esta rabia en la que me he sumergido estos últimos días, el gimnasio del hotel a esta hora está vacío, creo que no todo el mundo hace ejercicio a las cinco de la mañana, me gusta la soledad, solo mis jadeos producto del agotamiento irrumpen el silencio, demonios!!! Pensar que hace tan solo quince días tenía una novia con quien me iría a vivir a New York y ahora no tengo nada, ¿no podría ser más patética? Mis puños se estrellan con potencia en el maniquí. -No puedo creer que te haya enseñado a golpear de esa forma, mira que hasta yo he sentido la fuerza de ese derechazo tuyo. -Mi hermano se toca dramáticamente el rostro, me hace detener, sonrío al aire, él tiene razón, pensar que fue víctima de su propio invento, cuando éramos pequeños le pareció gracioso enseñarme, yo era algo así como el hermanito pequeño que nunca tuvo. -Sí… creo que estás en lo cierto. -Vuelvo a reanudar los puñetazos intercalándolos con patadas certeras al tronco y a la cabeza. -¿Dónde aprendiste hacer eso? -Mi hermano me ve sorprendido por mis movimientos. -En Paris con Sean, un amigo del estudio fotográfico, practicábamos Savate en un gimnasio cerca del trabajo. -Me sirvió para estar en forma y saber defenderme, de paso también se convirtió en una eterna disputa con Sean, extraño esas épocas donde competíamos por todo. -¿Se puede saber quién es el pobre infeliz quien imaginas antes de golpear?, no quisiera estar en sus zapatos…

-No es un él, es una ella. -Lo interrumpo tomando un poco de aire para luego volver a golpear con fuerza la cabeza del maniquí con los puños. -¿Qué? jajaja la verdad no puedo imaginarte golpeando una mujer. -Mi hermano me distrae con su risa, vuelvo a detenerme, hablar y seguir en este ritmo no es posible, mi fuerza abdominal ya no es tan buena como años atrás. -Y nunca lo verás, porque como tú bien has dicho, primero nunca sería capaz de golpear a una mujer y segundo porque sería muy difícil, creo que mi instinto de autoconservación no me lo permitiría. -Sonrió alegremente, mi hermano queda descolado con mi respuesta. -¿Cómo? -Me pregunta colocando su mano en mi hombro deteniéndome. -A quien realmente imagino antes de golpear es a mí misma. -Le contesto con simpleza, esa es la verdad, la rabia no es con ella, al fin y al cabo también tuve la culpa, no fui totalmente sincera con Kelly, mi corazón tenía muchas dudas antes de que ella se acostara con Thyssen… Lina simplemente tiene la habilidad de colarse en mi mente y sentimientos muy a mi pesar. -Helena, no sé qué pasó entre ella y tú… pero debes hablarlo, no puedes seguir así, andas en un ritmo de trabajo en el que escasamente descansas, haces ejercicio sin parar y sé que no has dormido bien, en algún momento vas a tener que detenerte y hacerle frente. -Me dice en un tono de absoluta preocupación, a nadie le he dicho realmente porqué terminamos, simplemente les comuniqué a todos que habíamos roto, y no quise hablar más del tema, al igual que con Lina he intentado enterrar su recuerdo con tanta actividad como sea posible para que no me haga daño, de nuevo, ¿podría ser más patética? -Lo sé, pero mientras tanto esta es la única forma en la que puedo manejarlo, solo por favor… no me distraigas. -Termino de hablarle antes de volver con las patadas contundentes al maniquí, mi hermano me ve preocupado, suspira pesadamente como meditando lo que le acabo de decir. -Será como tú quieras, solo deseo que sepas que aquí estoy, cuando necesites a un amigo no dudes en buscarme. -Me dice antes de marcharse, sé que todos están preocupados pero simplemente no he descubierto como manejar mis sentimientos. -Gracias… -Contesto al aire, él ya no puede escucharme.

Veo cada foto detalladamente, tratando de captar la esencia en cada una, no puedo creer lo mucho que ha mejorado, bosquejo con parsimonia las siluetas, definitivamente es un buen trabajo, imagino que Renee estará complacida con mi nuevo descubrimiento, ella no se ha detenido en ver todas mis reacciones, sé que espera con ansiedad algún consejo o sugerencia, pero creo que ella ya ha conseguido su propio estilo y me alegra muchísimo, no hay nada mejor que encontrar el camino en lo que te apasiona, ella empieza a morder con

presteza sus uñas, ese es un mal habito, enarco mi ceja y ella retira de inmediato el dedo de su boca. -¿Y entonces? -Manuela por fin cae presa de la ansiedad. -Jajaja que impaciente… ya no me necesitas más, lo harás bien, has encontrado tu propio estilo, no volverán a compararte con tu padre. -Le digo descargando las fotos en el escritorio, he tratado de darle tutorías antes de que exponga, de paso termino de saturar mi día, ella me ve con una gran sonrisa. -¿Tú crees? -Que mujer, le acabó de decir que es buena pero sigue sin creerlo. -Sí, así es… solo sigue concentrada en lo importante. -La señalo tratando de sonar severa, pero fallo en el intento, Manuela sonríe, lentamente empieza a recoger sus cosas, decido acompañarla a la puerta, de pronto ella se detiene de improvisto. -Helena yo… ¿irás a la exposición? -Me pregunta dubitativa. -Sí… ahí estaré. -Abro la puerta, ella me ve un leve momento antes de besar la comisura de mis labios de forma dulce, simplemente un roce que me ha tomado por sorpresa. -Gracias por todo. -Me dice previamente de salir corriendo del lugar, antes de cerrar veo a Lina que está de pie en la puerta de su oficina, bajo saliva, las cosas entre nosotras se han terminado de tornar extrañas, casi no hemos hablado y sinceramente después de lo que pasó con Kelly necesitaba tiempo para procesar todo, saludo con la mano y ella responde igual antes de cerrar la puerta, sí, seguimos en una atmosfera extraña.

Es hora del almuerzo y estoy con mis hermanos que hablan entretenidos planeando la próxima fiesta, yo solo juego con mi comida, la verdad no tengo apetito… debería buscarla para hablar, no me gusta que estemos alejadas, no puedo evitar extrañarla en medio de todo este desorden que tengo por vida, dejo el plato a un lado levantándome sin decir nada, mis hermanos me ven extrañados, sonrío antes de retirarme… camino tratando de organizar mis ideas, la veo hablar con los empleados, todos asienten al tiempo, recogen rápidamente los periódicos del lugar, mmm eso es extraño, una de las empleadas pasa por mi lado con varios de ellos, la detengo. -Espera, ¿por qué recogen los periódicos? -La empleada me ve frunciendo el ceño. -No sé, son órdenes de la licenciada Rangel. -Levanta los hombros distraídamente, tomo uno de los periódicos y le permito retirarse, paso las paginas una por una, cuando llego a la sección de deportes mi rostro cambia radicalmente, en la parte central se ve como Andrea y Kelly se besan en los labios al final de un partido con un encabezado que dice “La nueva pareja del tenis celebra así su nuevo triunfo en las canchas, Kelly Adler logra llegar al primer puesto del ranking mundial” así que de eso se trataba, levanto la vista y Lina me

ve inquieta, intenta acercarse pero no puedo manejar esto ahora, no quiero hablarlo, solo ha pasado dos semanas y Kelly parece que ya me superó, salgo corriendo de ahí.

Doy vueltas en mi cama, no logro encontrar una posición que sea cómoda, aprieto con fuerza los puños, no me gusta sentirme así, esto es estúpido, no seré la primera persona en el mundo a la que le colocan los cuernos, sí ella pudo superarme ¿por qué yo no? Debo sacudirme todo esto, es hora de volver a salir, voy a la ducha esperando que el caer del agua sobre mi cuerpo me relaje. No puedo creer que no logre decidir que vestir, tantas opciones que no me satisfacen completamente, jajaja por lo menos ya estoy pensando en algo diferente, el timbre del apartamento logra sacudir mis cavilaciones, me coloco la bata y camino perezosamente a la puerta. -Espero que no tengas pensado salir a algún lado. -Lina está con varias bolsas en la mano, no pensé que apareciera de esta forma en mi apartamento después de llevar días sin hablar. -Pues yo… -Deslizo mi mano en la nuca sin fijar la vista en un lugar en especial. -Tienes que enfrentar esto como lo hacemos las mujeres usualmente. -Me dice sin dejar de verme en ningún momento. -¿Qué? -No entiendo que me quiere decir, ¿es qué acaso existe un manual de instrucciones para superar este tipo de situaciones?, y a mí que no me habían dicho nada. -Sí… Silvia me dijo que cuando estás despechada y con tragos en la cabeza te vuelves estúpida, así que me pidió que por ningún motivo te permitiera salir… ahora déjame entrar que el helado se va a derretir. -Me aparta con la mano y entra rápidamente a la cocina sin dejarme mucho tiempo para reaccionar, ¿qué pretende? -¿Silvia dijo eso? -La sigo en la espera de respuesta, no me gusta cuando me convierto en tema de conversación entre esas dos, a decir verdad son las mujeres que mejor me conocen… Lina saca de las bolsas el pote de helado, revisa las gavetas una por una hasta que encuentra las cucharas, se lleva dos y rápidamente se dirige a la sala para colocar a reproducir una de las películas que ha traído, así que de eso se trata, mmm hace tanto que no teníamos este plan de películas. -Solo espero que no traigas ahí NottingHill no creo ser capaz de volver a escuchar “Tan sólo soy una chica parada delante de un chico pidiéndole que la quiera”-Lina sonríe, gracias a ella y sus noche de películas rosas mi cerebro se echó a perder con la idea del amor y el final feliz. -No, esta vez traje unas que sé que te van a gustar, pero antes… ¿no crees que es mejor que te pongas algo de ropa? -Me señala logrando sonrojarme, se me había escapado ese detalle, prácticamente salgo corriendo a colocarme algo más decente.

No puedo creer que Lina haya traído I Can't Think Straight, de algún modo ha logrado relajarme al punto de hacer olvidar todo lo que hemos vivido y regresar donde estar en la posición en la que estamos era algo tan normal entre nosotras… mi cabeza descansa en sus piernas, mientras Lina se pierde en la historia de amor de Tala y Leyla, el delicado andar sus dedos en mi cabello alivia mis preocupaciones. -No puedo creer que no la haya visto antes, me gusta las historias de amor. -Lo sé, era fanática de las comedias románticas, solo que se me hace extraño que haya buscado precisamente películas románticas entre mujeres, mmm creo que pensó que no me apetece ver las mismas películas hétero de siempre. -Para las películas está bien. -Contesto suavemente, Lina detiene el andar de sus dedos por mi cabello. -Lena… no me gusta escucharte hablar así. -Ya sé, debo afrontar mis sentimientos, nunca ha sido fácil para mí y lo sabes… -Ya sé que no es muy sano pero qué puedo hacer, tomo una gran bocanada de aire, volteo mi rostro para verla antes de empezar. -¿Quieres que hable?... está bien, solo no digas nada por favor. -Lina asiente lentamente. -El amor para mí es un sueño que parece jamás va a estar a mi alcance, siempre renegué de sentirlo, solo buscaba placer sin detenerme a sentir algo más y cuando me enamoré de ti pensé ilusamente que podía ser, pero mi amor no fue suficiente y bueno ya sabemos cómo terminó eso y de nuevo me encerré, volví a ser la mujer que no permitía que nadie entrara tratando de evitar sentir dolor y apareció ella, quise darme una oportunidad de enamorarme, y sabes… Kelly llegó a mi vida para mostrarme que añoro una relación seria y estable, sé que puedo dar todo lo necesario, sé que puedo, pero de nuevo… no fue suficiente, nunca lo soy y me duele porque estoy en un punto de mi vida en que ya no sé qué hacer, no quiero volver a ser la que se escapa de la cama de una desconocida para no tener que hablarle al otro día… pero no sé si pueda intentarlo de nuevo, el amor no es para mí definitivamente. -No decimos más, las imágenes siguen transmitiéndose, el amor vence las adversidades, los prejuicios, los miedos… sí, solo pasa en las películas, lentamente me dejo vencer por el sueño y todo se convierte en oscuridad. La luz del televisor logra despertarme, dudo un momento tomando conciencia de donde estoy, me muevo y la veo dormir apaciblemente en la misma posición en la que la dejé antes de quedarme dormida, me retiro y me siento a su lado, no puedo creer que no me haya despertado, apago el televisor y con sumo cuidado deslizo mis manos por debajo de sus piernas para levantarla, ella se mueve entre mis brazos. -¿Qué haces? -Pregunta somnolienta. -Llevándote a la cama, debiste llamarme, estás fría. -La temperatura a esta hora de la madrugada es muy baja. -Llevabas días sin dormir bien, solo quise que descansaras. -Me dice con los ojos cerrados, me encanta cuando se preocupa por mí. -Bueno ahora es tu turno. -La descargo suavemente y levando las cobijas para arroparla.

-No te vayas por favor, quédate conmigo… tengo frío. -Sus manos se aferran a la mía, dudo un momento de si hacerlo es lo correcto, su agarre es firme, no… jamás podré negarme a ella, me acomodo a su lado, sin pensarlo pronto estamos haciendo cucharita, simplemente se dio así, su lento respirar me arrulla y nuevamente quedo dormida.

Tu piel reacciona al calor enviando suaves ondas de corriente que te dan placer, instintivamente te aferras y tu cadera se mueve lentamente sujetándose con firmeza, el agradable olor sacude tu ser y espontáneamente tu boca recorre la suave textura, tus labios se mueven rozando con parsimonia siguiendo ese dulce aroma a vainilla, tu cadera se empieza agitar intentando tener el mayor contacto posible con eso que te agrada, todo tu cuerpo se siente tan bien… mis ojos lentamente empiezan abrirse y de golpe me doy cuenta de lo que estaba haciendo, mis brazos rodean con firmeza su cuerpo y mis labios siguen en su cuello, mi corazón se detiene al igual que mi respiración, parpadeo un par de veces alejando mi rostro de su piel, Lina se mueve lentamente y solo quisiera desaparecer. -Ya era hora de que te despertaras… -Así que estuvo despierta todo este tiempo, ay no, me va a dar algo. -Yo…eh… -Solo titubeo sin atinar a decir algo coherente. -¿Me permites? -Inmediatamente la suelto de mi agarre, Lina se levanta y me regala una dulce sonrisa mientras recoge su sedoso cabello. -¿Quieres café? -Solo asiento y ella sale rápidamente, coloco la almohada encima de mi rostro y grito fuerte, ¿Qué parte de mi cerebro tomo control para hacer eso? Ahora sí que las cosas se van a terminar de poner extrañas entre nosotras, no soy capaz de levantarme y verla, cómo le explico que en todo momento estuve en un estado de letargo, no entiendo como en esa somnolencia prácticamente me sobrepasé con ella, ¿pero qué le pasa a mi subconsciente? -Espero te siga gustando con un toque de leche y dos de azúcar. -Retiro la almohada y la veo extendiéndome la taza, la tomo sin hacer mucho contacto visual, lentamente dejo que el café baje por mi garganta, todo es silencio, estoy tan avergonzada qué no sé cómo tratarla ahora. -Lina yo… -Vamos, di algo coherente, Lina frunce el ceño. -Sabes… me tengo que ir, nos vemos mañana en la oficina. -Se levanta y en menos de nada ya está lista para marcharse. -Sí claro. -Solo atino a acompañarla a la puerta, Lina no se detiene a nada, su mirada no se fija en algún sitio en particular, ni siquiera se despide antes de partir, solo veo como presiona el botón del ascensor y luego desaparece, sí, confirmado, se van a terminar de poner extrañas, ¿por qué no podemos ser normales? ··············

Sigo con el celular en la mano tratando de deslizar mis dedos para organizar un mensaje que explique todo a Lina, ella no ha venido en todo el día y no sé cómo hablarle después de lo que pasó en mi cama ayer, lo sé, soy cobarde… no, no puedo, debo enfrentarla, ella tendrá que entenderme, descargo el celular en el escritorio completamente fastidiada, mientras deslizo los dedos en el puente de la nariz ejerciendo presión. -Ya tuviste oportunidad de hablar y no te interrumpí, ahora te pido lo mismo. -Lina entra como un torbellino sin dejarme opción de hacer algo. -¿Qué? -Frunzo el ceño y ella sigue ahí de pie con la mirada decidida, solo bajo saliva, ella debe estar furiosa conmigo, solo me queda esperar a ver qué dice. -Está bien. -Sus ojos brillan y eso me pone más nerviosa de lo que ya estoy, camina y se hinca en medio de mis piernas, oh! esto no es lo que esperaba. -Quiero hablarte del sueño que hace mi corazón latir como un desesperado… Dios esto no es fácil. -Muerde la uña de su dedo pulgar, sus ojos se clavan en los míos, retira el dedo de su boca y sonríe dulcemente. -Lena mi sueño eres tú, te amo… te amo como nunca pensé amar a nadie, te amo de todas las formas posibles y ya no puedo seguir guardando este sentimiento, he tratado de darte espacio, de saber esperar el momento adecuado, pero cuando me dijiste que el amor no era para ti me sentí tan frustrada, Dios no puedo permitir que sigas diciendo que no eres suficiente, porque tú para mí lo eres todo, es que todavía no entiendo cómo es posible que no te des cuenta que eres la razón de que me levante todas las mañanas y venga a trabajar a este hotel. -Porcentaje de cerebro funcionando…información no disponible. -Sabes…me he dado cuenta que se puede amar cada día un poco más, porque yo Lena, me he enamorado un poco más de ti todos estos días si es que eso es posible, eres mi sueño y no pienso renunciar a ti… ahora si di algo por favor que estoy agonizando. -Mi corazón funciona erráticamente, es como si me hubiera pasado un tren por encima, los sentimientos se acumulan en mi pecho, ella sigue esperando respuesta y no sé qué decir, ¿acaso estoy soñando? -¿Lina de qué trata todo esto? -Juro que si es un maldito sueño me voy a morir cuando despierte, no podría creer que mi propia mente juegue de forma tan cruel con mis sentimientos. -Se trata de todo lo que siento por ti, de este amor que me está consumiendo, de ese ratico de felicidad que tuve al dormir contigo, no sabes hace cuanto no era feliz, sé que es mi culpa que te hayas marchado del país sin saber lo que sentía, pero he tratado de decírtelo y no me lo has permitido y tal vez me lo merecía por ser tan idiota, pero Lena creo que ya he pagado con creces mis errores. -Mis ojos se aguan y siento este nudo en la garganta ganando la batalla, todo esto parece una alucinación, tanto tiempo esperando a que algún día me dijera que me amaba como yo lo hago y ahora solo no sé qué hacer, ¿desde cuándo está guardando todo esto? -¿Eso… eso decían las carta? -Escasamente hilo esa pregunta, todo da vueltas. -Sí, en todas te decía como vivir sin ti era una tortura, lo mucho que te extrañaba, Dios Lena, no dejé de pensar en ti un solo día de mi vida, siempre te añoré, te amé con el dolor de tu ausencia y solo volví a sentirme viva cuando regresaste, no sé cómo pude vivir sin ti

tanto tiempo, esa la verdad… mi verdad. -Toma mi rostro en sus manos y solo siento su aliento acercarse al mío y estoy hecha una gelatina, todo mi cuerpo tiembla. -Dios Lina yo… ¿desde cuándo? -Besa delicadamente mi rostro, mi respiración se acelera. -Te amo desde la primera vez que te vi, solo que al igual que tú soy un poco lenta para aceptar que esto era más grande que yo… todavía puedo recordar como en el primer día de clases entraste por la puerta del colegio con esa mirada tan profunda que tienes y me cautivó la forma en la que intentabas ocultar que tenías miedo, y pensé que niña tan extraña es esa y desde ese primer momento intenté acercarme a ti a como diera lugar, te sentaste en el puesto de adelante, el destino así lo quiso, por eso te hablé como tonta sin parar y ya estaba por darme por vencida y algo me impulso hablar de tu medalla, esta misma que siempre porto y tú volteaste a verme con esa gran sonrisa y ahí, en ese momento entendí que siempre estaría a tu lado y haría hasta lo imposible con tal de verte sonreír. -No puedo evitar que una lágrima baje por mi rostro, me siento estúpida, si tan solo lo hubiera sabido nos hubiéramos evitado tanto dolor. -Siempre pensé que solo había sido una fase en tu vida, un experimentar, que jamás podría aspirar a ser algo más, que siempre verías en mí una amiga a pesar de que yo moría por ti… Dios Lina. -Mi llanto lucha por salir, Lina retira con delicadeza las lágrimas mientras besa mis labios tenuemente, cierro con fuerza mis ojos. -Lo lamento, sé que te hice mucho daño y no sabes cómo me ha dolido llevar aquí en el pecho ese sentimiento de derrota, cómo es sufrir con el dolor de saber que el amor de tu vida te amaba y por los estúpidos miedos y dudas se fue de tus manos, no te das una idea de cómo te jode eso la vida… Lena solo añoro el día en el que vuelvas a decir que me amas, que tus besos y caricias sean solo para mí, que vuelvas a ser mía, te necesito… como nunca pensé necesitar algo para vivir. -Abro lentamente los ojos y me estrello con los suyos, Lina también tiene los ojos cristalinos, este sentimiento es mayor a cualquier cosa. -Lina yo… -Vuelve a besarme y mis labios se mueven con los suyos, sé que en cualquier momento me va a dar algo. -Shhh tranquila, sé que todavía todo te duele, sé que ella dejó su huella, yo solo te pido una oportunidad de demostrarte que puedo hacerte feliz, que es nuestro destino estar juntas, tan solo te ruego un chance de volver a enamorarte, de que vuelvas amarme con la misma intensidad con la que lo hiciste, de ser la luz de tus ojos, la razón por la que sonrías, solo déjame estar ahí… -Pasa sus manos a mi pecho y se da cuenta que el ritmo está acelerado, trato de controlarme pero es imposible. -Te amo tanto, sé que no te alcanzas a dar una idea, te amo como amiga desde que éramos unas niñas, te amo como mujer desde el momento en el que tus labios tocaron los míos dejándome sin aliento y te amo con esta necesidad de sentir tu piel que me consume a diario, solo permíteme una oportunidad y te prometo que si no funciona te dejo ir, seré solo tu amiga, seré lo que necesites, pero por lo menos déjame intentarlo, solo te ruego que no me rechaces. -Dios, esto debe ser un sueño, ella me ve intensamente a la espera de una respuesta, mi cabeza lentamente se mueve arriba y abajo.

-¿Estás segura de esto Lina? ¿Estás segura de que quieres una relación conmigo? Porque entiende por favor, yo no puedo volver a la clandestinidad, a esconderme, a… -Nunca había estado tan segura de algo en toda mi vida y sí, contigo lo quiero todo, quiero más noches contigo a mi lado, ser la primera persona que veas en las mañanas, deseo tomar tu mano y decir con orgullo a todo el mundo que eres mía y yo soy tuya. -Me besa con necesidad tomando mi rostro en sus manos, su lengua pide permiso para entrar y en el momento en el que se encuentra con la mía se siente como miles de juegos pirotécnicos en mi pecho, estoy sin aliento, esto me puede, tanto tiempo creyendo que la única que estaba enamorada era yo y ahora… no sé como manejarlo. -Deja de besarme así por favor, estoy liada. -Me retiro lentamente, Lina sonríe chocando su aliento con el mío, si sigue besándome así lo más probable es que me desmaye en cualquier momento. -Está bien, lo siento, Lena no te estoy diciendo que sea ya, sé que necesitas tiempo para procesar todo esto, tiempo para superar el dolor, así que esperaré… esperaré con paciencia a que estés lista, mientras tanto déjame conquistarte. -La veo confundida, ella siempre ha sido la que enamoran, todos sus novios tuvieron que conquistarla con paciencia y ahora ¿Lina me está pidiendo una oportunidad de cortejarme? -Tú nunca lo has hecho. -Ella vuelve a sonreír, pasa delicadamente un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. -Lo sé, tal vez no te conquiste llenando de globos el cielo, pero déjame enamorarte con mi forma particular de quererte. -¿por qué me dice eso? -No te compares por favor. -Lo siento, tienes razón. -Vuelve a besarme intensamente y solo me dejo llevar. -Te había dicho que no más besos. -Por fin puedo reaccionar, Lina es como una droga, una adicción en la cual es muy fácil caer y eso causa pánico cuando lo piensas detenidamente. -Lo sé, pero lo necesitaba para aguantar, porque te conozco, me dejaras esperando un buen tiempo mientras piensas, así que ahora todo depende de ti… otra cosa, ve preparándote. -Me dice colocándose de pie, acomoda su falda y camina a la salida, intento ponerme en pie pero mis piernas siguen temblando y no responden a mi control, ella me giña el ojo antes de salir, en un impulso me coloco en pie y camino torpemente hasta la puerta, ya no la veo, siento que voy a desmayarme, todo da vueltas, pronto siento las fuertes manos de mi hermano ayudando a sostenerme. -¿Qué te sucede? ¿Estás bien? -Mi hermano pregunta preocupado. -Me dijo que me amaba. -Volteo a verlo con mi rostro de desconcierto.

-¿Quién?… ¿Carolina? -Asiento y el sonríe al acto. -Ya era hora, un poco más y vomita arcoíris cada vez que te ve. -¿En serio la única que no lo sabía era yo? Porque el mareo es producto de tratar de encajar muchas piezas y entre esas están las de mi padre y Silvia, ellos sabían todo esto, estoy segura de eso, ahora entiendo muchas cosas, me siento absolutamente torpe. -¿Qué? -Así que él también sabía. -Pregúntame cuántas veces Carolina ha pasado por mi oficina. -Lo veo sin saber que me quiere decir, el sonríe antes de seguir. -Ninguna por iniciativa de ella y a la tuya va cada vez que puede, con excusas distintas… así que eso es lo que te tiene así, ven vamos por un café, necesitas algo que te tranquilice los nervios. -Me ayuda a caminar hasta la cafetería, pedimos dos cafés y él sigue con su risita burlona por mi estado tan patético, que bien que sea el chiste del día, demonios!!! Todavía me niego a creerlo. -La amas desde el colegio, nunca entendí porque no estaban juntas, esto debió haber pasado hace mucho tiempo. Finalmente habla dejándome aturdida por su declaración. -¿Qué? cómo es qué… -Si a mí me tomó tanto tiempo saberlo, como es que él se dio cuenta, no entiendo nada. -¿Cómo lo sabía? -Asiento esperando a que hable de una buena vez. -Verás, desde que murió la nana tú te volviste una ermitaña emocional, hablar contigo era imposible y bueno, para hacerte el relato más corto seguía todos tus movimientos, primero noté lo especial que eras con Carolina, para ella eran las sonrisas, los detalles bonitos, todo… y bueno primero pensé que era normal, al fin y al cabo ella era tu única amiga, la única persona con la que hablabas, así que lo dejé pasar, luego te vi varias veces con Silvia, ustedes no eran discretas, no sé cómo nadie más se dio cuenta en la casa que se la pasaban haciéndolo como conejos cada vez que podían. -Me sonrojo como nunca antes, así que él sabía todo, diablos!!! -Sí, yo sabía que te gustaban las mujeres incluso antes del incidente de Valeria, y bueno luego vi como rechazabas a Silvia por estar con Carolina, incluso cuando entre ustedes no sucedía nada físico, y ahí, ahí me di cuenta que la amabas, por Dios con las hormonas que nos gastamos los Devía preferías estar con ella sin que eso implicara sexo, eso, eso es amor. -Quedo con la boca abierta con todo lo que mi hermano acaba de revelarme, no sé que más decir o hacer. -Gracias. -Mi hermano frunce el ceño. -¿Por qué? -Pregunta antes de beber de su taza humeante. -Por ser un gran hermano mayor. -Mi hermano sonríe alegremente. -Tonta. -Sí, es un hecho, en medio de la tormenta un rayo de sol se cuela, estoy ante algo que me sobrepasa, el sueño que creía imposible se vuelve realidad, solo debo tener la valentía de aceptarlo, Lina me ama, mis sentimientos son correspondidos, es momento de ser feliz.

XL -¿Ya puedes dejar de hacer eso? -Silvia me ve enarcando la ceja, qué puedo decirles… desde que es un hecho que está embarazada no puedo evitar tocarle la barriga y hablarle al bebé, no sé, para mí un niño es señal de esperanza, de cosas mejores para el futuro y cada vez que la tengo al lado ese sentimiento me embarga, sonrío y la dejo en paz, ya sé como son las hormonas en ese estado, sí, ese curso ya lo hice con Brigitte. -Está bien. -Levanto las manos en señal de rendición y vuelvo a sentarme, ella parece percatarse de la forma tosca con la que me habló. -Lo siento, eso solo que… -Suspira pesadamente mientras hace un mohín. -Desde que estoy embarazada todos parecen empeñados en tocarme la barriga y todos los días no estoy de humor para soportarlo. -De su estado solo sabemos su esposa, sus padres, los de Natalia, Lina y yo, así que no entiendo tanto drama, no quiero imaginarla en unos meses cuando sea algo difícil de ocultar. -Lo sé… es solo que estoy muy feliz por ti y por Natalia, saber que ustedes están construyendo una vida juntas tan… perfecta, me hace inevitablemente pensar que quiero lo mismo para mí. -Lo tendrás… solo debes encontrar el momento correcto y a la persona ideal. -Silvia termina de hablar con una dulce sonrisa. -Supongo que tienes razón… -Mi celular empieza a vibrar, lo tomo en mis manos y mi rostro se ilumina… es ella, esa mujer se ha empeñado en hacerme suspirar con cada pequeño detalle, como mi chocolate preferido en mi escritorio con una pequeña nota para empezar el día, o las veces que viene a mi oficina cuando llueve con ese helado de vainilla y jarabe de fresa que tanto me gusta, no sé porque siempre tengo ese antojo en días lluviosos, pero lo que me ha tenido al borde de lanzarme a sus brazos son esas veces que me canta al oído, escasamente respiro, su voz me hechiza … la verdad nunca imaginé estar en este plan, ella logra poner mi mundo de cabeza con su ternura y esa forma tan especial de amarme y yo… no sabría cómo empezar a explicarle que siempre la he amado, es solo que… ahora ha logrado cautivarme como nunca antes, me mantiene en estado de alerta, de ansiedad, de saber cuál es la sorpresa del día y soy feliz como nunca antes, como ahora con esas pocas palabras que hacen mover todo mi ser. “Te he extrañado todo el día :$” sí, no necesito nada más, si ella descifrara que cada segundo sin ella es un segundo que mi ser la anhela sin descanso, suspiro como lela… Silvia repara cada gesto que mi rostro delinea, este sentimiento definitivamente me traiciona, decido contestarle rápidamente. “Eso espero licenciada Rangel” no demora en volver a llegar otro mensaje. “¿Dónde encuentro el botón de silencio en tu hermana?” me hace reír, las dos están organizando un evento en donde se dará a conocer la remodelación de los hoteles, la considero, Sofía logra marear a cualquiera con tanta habladera. “Suerte con eso… nunca lo encontré” cuando levanto la vista Silvia me ve detenidamente con la ceja enarcada y su sonrisita burlona. -Veo que te tienen sonriendo, me alegra… sé que las cosas no terminaron del todo bien con Kelly… -Mi rostro cambia inmediatamente.

-¿Cómo sabes eso? -Le pregunto sin permitir que termine de hablar, no me gusta nada esto, se supone que nadie debería saber realmente lo que sucedió. -Bueno yo… -Silvia sabe que cometió un error, mi humor está cambiando. -¿Cómo? -Ella no sabe cómo zafarse de responder, mis ojos están clavados en los suyos a la espera de que por fin se decida a darme una respuesta. -Está bien… -Toma aire pesadamente, eso termina de joderme más, no me gusta esa reacción de su parte. -Kelly llamó a Natalia hace unos días, le contó algo de lo que sucedió entre ustedes, no sabemos toda la historia, solo imaginamos el resto… te conozco, sé la actitud que tomas cada vez que te decepcionan, Lena… ella solo está buscando la forma de hablar contigo, de acercarse, Kelly no quiere que las cosas sigan así de mal… -No puedo creerlo, no entiendo ¿por qué tenía que hacerlo? demonios!!! -Me levanto y empiezo a caminar por toda la oficina, ¿pero en qué estaba pensado?, ¿cómo se le ocurrió hacer algo así? además ella ya tiene a Thyssen, que sea feliz con su exitosa vida de tenista de elite, de premios y reconocimientos, ella no me necesita en su vida. -Cálmate Lena… -Silvia trata de utilizar su tono más suave, solo bajo saliva de mala gana. -No… tú no entiendes nada, ella no tiene derecho. -Silvia abre la boca pero se queda un momento en silencio, sé que ella no pensaba que me fuera afectar tanto, si tan solo supiera cómo se siente cuando te traicionan. -Lena… tranquila… -Silvia se levanta de la silla y toma mis manos. -No intentes entenderme, es solo que… es difícil aceptar el fracaso en una relación en la que en serio te esforzaste. -Esa es la verdad, mi seguridad quedó inestable después de Kelly, me siento tan estúpida con todo esto. -Lo siento. -Desliza sus pulgares por mi rostro, veo fijamente sus ojos y por fin logro calmarme, suspiro pesadamente, sé que en algún momento tendré que hacerle frente a todo. -No, yo lo siento, esto no es tu culpa, es solo que… todavía no estoy lista para hablarle, ¿me entiendes? -Silvia asiente, me hace señas de que volvamos a tomar asiento, sin afanes volvemos a nuestros puestos originales. -Sí, te entiendo… dejemos ese tema a un lado, no quiero que te enojes. -Respiro con calma, estas reacciones son las que me dan miedo, no sé si todavía estoy lista para empezar otra vez, no quiero hacerle daño a la Lina, eso jamás me lo perdonaría. -Solo hazle saber que no es buena idea que me busque, que no la odio si es que eso le preocupa, solo que… yo no necesito hablar más de lo que hablamos la última vez. -Silvia no sabe cómo reaccionar ante mi mensaje para ella, solo espero que Kelly logre

entenderme, no quiero lidiar más con todo el dolor en el que no pudimos evitar envolvernos. -Lena… está bien, le haré saber con Natalia. -Silvia fija la vista a un punto inexistente, creo que nunca entenderá mi forma de superar el dolor, suspira pesadamente y me ve fijamente, mueve los labios graciosamente, frunce el ceño mientras me escudriña con la mirada, no sé que espera encontrar, de pronto se forma una sonrisa en su rostro. -Mejor dime… ¿Quién te tiene suspirando y con cara de tonta? -Me pregunta en un tono dulce terminando de conciliar la situación, la verdad es que con Lina llevamos una situación extraña desde que hace tan solo tres semanas me dijo que me amaba, han sido tres semanas en las que me ha tratado con todo el cariño posible pero hasta el momento no ha sucedido nada mas allá que nos diga que estamos listas para empezar una relación, no quiero dar el siguiente paso hasta estar segura de que es lo mejor para las dos, levanto la vista y ella sigue viéndome fijamente. -Jajaja solo te aprovechas de que estás embarazada para decirme que tengo cara de tonta sin que te dé tu merecido por atrevida. -Le contesto socarronamente tratando de eludir el tener que responder, Silvia se percata de mi jugada y parece no querer rendirse. -Puede ser, y ¿bien? -Sí… no va a darse por vencida. -Cuando sea algo concreto serás la primera persona en saberlo. -Parece que es suficiente para que deje el asunto por la paz. -Está bien, ahora me tengo que ir, Natalia me está esperando para ver las casas que el agente de la inmobiliaria nos quiere mostrar, solo espero encontrar pronto un nuevo hogar para los tres. -Pasa sus manos por su vientre, se ve muy tierna la verdad. -Por cierto… dale saludos a Carolina de mi parte. -Silvia toma su bolso y se dispone a salir de mi oficina, se ve hermosa, su barriguita todavía no es prominente pero a mí me causa una ternura con sola verla mover con la delicadeza que últimamente lo hace. -Ok, ven te acompaño a la salida. -Deslizo mi mano por su espalda con suavidad y lentamente salimos de la oficina, se despide de un beso en la mejilla y pronto su figura desaparece de mi vista. -El vuelo está confirmado para mañana a las nueve de la mañana, los del hotel Santa Clarita ya están al tanto y las van a recibir en el aeropuerto. -Brigitte me regresa a la realidad, mañana tenemos con Lina la primera revisión de la remodelación del hotel, Gonzalo ha trabajado sin descanso en ese proyecto, no había pensado en él, todas estas semanas no lo hemos visto, debo enfrentar el hecho que tal vez ella al final de toda esta locura decida darle una oportunidad a Gonzalo, sacudo la cabeza intentando renunciar a esa idea, no quiero imaginar ese escenario, cuando levanto la vista veo que Brigitte ya comienza su marcha. -Hey!!! ¿Para dónde vas?… no creo que tu oficina sea la cocina del hotel. -Brigitte se detiene en seco, jamás la había visto así, me alegra que haya encontrado su hombre ideal pero sinceramente no puedo resistirme a bromear con su estado de enamoramiento.

-Bueno yo… -Da la vuelta completamente roja, jajaja sí… clásico. -Es broma, solo tráeme una buena porción de postre y dile a Carlos que sea doble. -Le digo señalándola, Brigitte sonríe antes de sacarme la lengua, me alegra que este así de relajada, pronto es la reunión con Serge y sus abogados, un último intento de no ir a los tribunales internacionales, estamos confiadas que este problema pronto se solucionará, el muy idiota no sabe que la tenemos ganada. -Aprovechada. -Da media vuelta y sigue su camino, sí… en este hotel el amor se respira en el aire.

··············

El susurro de tu nombre sacude mi alma preguntando tu ausencia cada mañana me persiguen intensos recuerdos de otros días, de risas, de ti noches que abrigan el sueño de desgastarnos la piel en besos, caricias, en esos pequeños roces que roban la calma.

Y he muerto, derrumbado, perdido, renacido… la esperanza surge en cada fibra… en cada rincón tiemblo, me estremezco mis labios ansiosos te esperan.

Aquí estoy… anhelando por ti incesante, inquebrantable el miedo desertó sin despididas hoy me atreveré a ser … tu sueño.

P.D. Unas poca líneas poco pueden expresar lo que siento, pero quise intentarlo, esta noche espero caminar por la playa contigo… ya sabes que es bueno ver las estrellas. Lina Nunca han sentido ese sobrecogimiento que te da cuando algo te toca tan profundo que logra sacudir hasta la última fibra de tu ser, cuando me pidió prepararme para su forma particular de amarme, jamás lo hice para esto… sus sentimientos, sus palabras, Dios nunca imaginé que ella pudiera escribir algo así para mí, vuelvo a pasar las yemas de mis dedos por cada letra, aspiro las hojas que están impregnadas con su olor a vainilla, creo que esta es la mejor forma de empezar el día, no tengo que pensar más, la amo y ella me ama, ¿qué carajos estoy esperando para buscarla? Yo no puedo esperar hasta la noche para verla, rápidamente me dirijo a la ducha, es hora de dejar de esconderme de la felicidad. -¿Ha visto a la licenciada Rangel? -La recepcionista sonríe por la forma tan aprisa con la que hablé, pero qué puedo decirle, simplemente la ansiedad me puede, no la encontré en su habitación y ya busqué en todo el hotel, así que ella es mi única esperanza de saber su paradero. -Salió muy temprano esta mañana en el velero con el arquitecto Vásquez. -Ruedo los ojos fastidiada, demonios!!! Sabía que él no se daría por vencido con ella y para colmo fui yo la que lo animé hacerlo, me da miedo de que se acerque a ella… no sé hasta qué punto Lina ceda ante sus encantos de perfecto caballero… debo tranquilizarme, no va pasar nada entre ellos, Lina me ama, carajo!!! -Gracias. -Doy media vuelta y me doy cuenta que tengo todo el maldito día libre, desde hace dos días que llegamos solo hemos trabajado sin descanso y hoy… nada y ella no está, mi cerebro no me va a dar tregua, lo sé, me siento como perro sin su dueña, patética no tienen necesidad de hacérmelo saber, pero así lo siento.

Regreso con desgano, este día ha sido uno de los más aburridos de toda mi vida, solo quiero descansar en la cama y esperar por ella, no entiendo tanta demora la verdad, supongo que fueron de nuevo a una isla cercana, suspiro pesadamente, antes de ingresar al hotel doy un último vistazo a la playa guiada por el sonido del mar, su continuo movimiento es hipnótico, mis ojos se deslizan por la extensión de agua hasta que tropiezo con algo que hace doler mi corazón, no puedo creer lo que estoy viendo, debe haber un error, sí, eso debe ser, camino lentamente hasta que soy capaz de corroborar que la escena romántica que está ocurriendo no es producto de mi imaginación retorcida, Lina está bailando alegremente con Gonzalo en la playa, ella solo sonríe despreocupada mientras pasa un mechón de su cabello atrás de su oreja, Gonzalo le habla embelesado cerca a su oído, los dos ríen al tiempo, Lina se ve feliz con él, demonios!!! No puedo creer que Gonzalo solo necesitó unas pocas indicaciones para que Lina le correspondiera, al final ella siempre va escoger el amor de un hombre, es más convencional que a una vida conmigo… así que el sueño se esfumó antes

de siquiera disfrutarlo, esos besos, esas palabras, ¿Qué fue? Nada… si tan solo… si tan solo lo hubiera sabido por lo menos, no, de nada sirve ahora las lamentaciones ahora, es mejor así, doy media vuelta y camino con el corazón roto, ¿cuándo dejaré de ser tan idiota?, no entiendo para qué quería ilusionarme.

-Señorita Helena… no sé cómo decirle esto. -El bartender pasa incesantemente la mano por su nuca viendo para todos lados, todo me da vueltas haciendo difícil fijar mi vista en él. -Es hora de cerrar y con todo respeto, creo que usted ya bebió demasiado… -Giro mi cabeza y veo que tiene razón, solo hay pocos empleados recogiendo todo, pero yo… no quiero volver a la habitación y estrellarme con la realidad, enfrentar la soledad no es fácil. -Descuide, solo está… solo está haciendo su trabajo, pero antes… dame la botella. -Le señalo la botella de Absolut, sí… me he dado cuenta que es lo que más rápido me embriaga. -No sé qué tan buena idea sea eso… -Ve mis serias intenciones de perder la conciencia. -No pienso repetirlo. -Replico sin dejarlo terminar de hablar, no necesito sermones ni que nadie se preocupe por mí, solo deseo… no pensar más, me duele demasiado, él suspira pesadamente y con desgano me entrega la botella, le doy un momento a mi cuerpo para que no me traicione y pueda salir de aquí con un poco de dignidad sí es que eso es posible, aprieto los puños y me impulso a caminar, no sé qué tal lo estaré haciendo, supongo que no muy bien, sonrío como estúpida, nadie parece percatarse de mi presencia o solo así lo quieren hacer parecer, creo que ver a tu jefe en estas deplorables condiciones debe ser tremendo espectáculo… llego a las sillas de la playa, la brisa se siente fría, pero como buen cosaco espero que sea el vodka el encargado de subir mi temperatura, el mar se mueve sin cesar, bebo de la botella lentamente permitiendo que queme mi garganta a su paso… -¿Qué haces aquí, te estuve buscando por todo el hotel? -Su voz hace que mi pecho arda, ¿Por qué no puedo escapar de ella? Maldito destino que se empeña en hacerla cruzar en mi camino. -Mira qué curioso. -Contesto fastidiada antes de reír estúpidamente, Lina se posiciona al frente, no puedo negar que se ve preciosa con ese vestido blanco, cruza los brazos y me ve intensamente, retiro la mirada volviendo a beber de la botella. -Estás ebria, mejor te llevo a tu habitación. -Extiende su mano. -No gracias, prefiero seguir aquí. -¿Qué pretende conmigo? ¿Acaso soy su juego favorito?, no quiero escuchar de sus labios que ahora está con Gonzalo. -Lena… por favor sin berrinches, no puedes estar tomando así delante de tus empleados, no es propio. -Su mano sigue extendida a la espera que la estreche, niego mientras resoplo irritada.

-Como quieras. -Me levanto y con dificultad doy los primeros pasos, Lina se incorpora a mi lado, no decimos nada, ¿qué decir?, ¿Acaso hablaremos de su cita de ensueño como buenas amigas?, resoplo de nuevo, Lina me ve frunciendo el ceño y ese olor, ese bendito olor a vainilla que puede enloquecerme me tiene al borde de un colapso, Lina decide entonces estrechar mi mano, estamos a unos pasos de la puerta de mi habitación, su calor me hace estremecer, volteo a verla y ahí está ella, con ese brillo en los ojos que la hace ver más bella, no aguanto más, la necesito, todo mi ser la anhela, la arrincono contra la pared, Lina me ve confundida, muerdo mi labio inferior, no decimos nada, ella abre levemente sus labios logrando que mis deseo ganen esta batalla besándola con desespero, con ansias reprimidas de tanto tiempo, sus labios suaves y carnosos me hacen vibrar, su dulce sabor hace que pierda la razón, ella toma mi rostro y profundiza el beso, no entiendo cómo aguanté tanto tiempo sin hacerlo, su lengua se enreda con la mía y una fuerte descarga de adrenalina recorre mi cuerpo, Lina empieza a respirar con dificultad, descanso mi frente en la suya, su cabello suelto cae por sus hombros, se ve hermosa, mis dedos se deslizan por su rostro, si tan solo ella supiera lo que hace en mí. -Lena que… -Vuelvo a besarla sin darle oportunidad a nada, abro la puerta de la habitación, nuestros labios en ningún momento se separan, entramos chocando con todo, sí solo soy un juego para ella pienso jugar una última vez, quiero soñar con la idea de que ella me ama, pronto nos estrellamos contra una de las paredes de la habitación, sus manos se cuelan por mi camiseta, pronto siento sus dedos deslizándose por mi espalda baja agitándome, la oscuridad de la habitación solo es vencida por la luz de la luna que se posiciona en la mitad de cielo estrellado, mis manos empiezan a recorrer sus piernas, la tersura de su piel me encanta, voy subiendo lentamente hasta el contorno de su centro, mis dedos juegan con sus bragas y el calor que allí despide me hace entender que me desea, Lina me desea, no a Gonzalo o a otro, a mí, su cuerpo empieza a moverse intentando rozarse con el mío, posiciono una pierna entre las suyas y Lina jadea al sentir la presión de mi cuerpo, se siente tan bien, la sangre corre furiosa dejando mis sentidos alertas. -Te he extrañado tanto, tu cuerpo, tus ganas, ¿tú no? -Lina ahoga su gemido en mi boca, me siento en el borde del placer. -Dime ¿él te hace sentir así?… -Beso su cuello con insistencia siguiendo los rastros de ese olor que me fascina, Lina no dice nada, supongo que no es agradable sentirse descubierta, mis dedos siguen jugando con los límites de su sexo, recorriéndolo sin afán, no deseo tocarla a menos que ella sea la que me lo pida, mi cabeza descansa en su hombro. -Dime si otra persona hace que pierdas la cabeza de esta forma. Lina está quieta, no dice nada y eso empieza asustarme, me desprendo lentamente para verla a los ojos, mi corazón se detiene cuando la veo con los ojos cristalinos, ¿Qué hice? ¿Por qué esta así? -No estás bien, lo mejor es que descanses, mañana hablamos… -Me empuja delicadamente, arregla su vestido y se va, la habitación vuelve a quedar en silencio, me siento estúpida, no debí decirle eso, ¿pero acaso no es la verdad? Ashhh, camino hasta la cama y sin moverme quedo dormida en esa posición.

El suave golpetear de la puerta logra sacudirme, abro los ojos con dificultad, los rayos del sol pegan directamente en mis ojos, paso mi mano por mi rostro tratando de despertar de una buena vez, el dolor de cabeza me tiene mal, demonios!!! Ella sigue insistiendo, sé que es Lina, solo ella golpea la puerta de esa forma, trato de tomar conciencia acomodándome en la orilla de la cama, no debí tomar tanto vodka, esa maldita cosa es mala para mí, parpadeo un par de veces, las imágenes de la noche anterior no demoran en golpear mi cabeza, y esa mala sensación que mi cuerpo resiente al revivir el momento exacto en que sus ojos cristalinos chocaron con los míos, ella me vio decepcionada, ¿por qué? maldita sea no debí tratarla así… su insistencia no me deja pensar más, supongo que es hora de enfrentar mis errores, de que ella me diga de una buena vez que ahora está con Gonzalo, deslizo mis manos por el desorden de cabello tratando de componerlo un poco y camino con desgano a la puerta. -Te traje esto para la jaqueca que supongo te está torturando. Ella se presenta con esa tierna sonrisa dejándome desubicada, en sus manos veo el pequeño frasco de aspirinas, si pretende volverme loca lo está logrando. -¿Me vas a dejar pasar? Me dice de forma suave y con un ligero toque de burla, asiento pesadamente y la dejo entrar. -Imagino que todo te debe dar vueltas, no debiste tomar de esa forma. -Sí, no hay nada mejor que los regaños para recuperarse de una fuerte resaca. -Lo sé… pero por favor sin reclamos tan temprano. -Paso mis dedos por las sienes tratando de aliviar un poco el dolor. -¿Temprano? Son las once de la mañana. -Me dice con la ceja enarcada, no puede ser. -Qué!!! -Voy hacia la mesita de noche y saco mi reloj, demonios!!! -No sabía que era tan tarde, lo mejor es ir a la ducha, en menos de tres horas debemos estar en el aeropuerto. Camino sin verla en ningún momento, voy al closet y tomo lo necesario. -Aquí te espero. -Me dice con simpleza, saco la cabeza del closet y veo que está hablando en serio, no, ella no piensa irse de esta habitación hasta aclarar todo. -Sí, no me veas así, sabes muy bien que debemos hablar. -Asiento fastidiada y me dirijo a la ducha, espero que el agua fría me quite este malestar. Regreso con la toalla en la cabeza terminando de secar mi cabello, Lina sigue en el mismo sitio, sonríe en el aire y se acerca con el vaso de agua y las aspirinas, las tomo sin decir nada, me hace señas de que tome asiento y me da miedo saber que me va a decir. -No sé qué te tenía así a noche, pero sabes… ahora entiendo cuando aquella vez me dijiste que te traté como un objeto… -Lina camina de un lado a otro sin verme, solo habla y mueve graciosamente las cejas tratando de organizar las ideas, así que por eso me detuvo, Demonios!!! -Lo siento… no debí hacerlo. -Replico rápidamente, ella sonríe, ahora si estoy más que perdida, ¿por qué sonríe tanto? ¿Acaso no está furiosa? -No interrumpas. -Me dice señalándome, asiento y espero a que termine de hablar. -Lena, no soy capaz de decirte que no, esa es la verdad, simplemente se sale de mi control, mi cuerpo me traiciona y es que… con nadie más me sucede esto, mi deseo se enciende con el tuyo, pero por favor no juegues conmigo de esa manera, te he dicho de distintas formas

que te amo, que muero por ti, pero parece que nada funciona contigo y bueno… sé que te dije que tendría paciencia y la seguiré teniendo solo… -¿Por qué sigue empeñada en decir que me ama cuando está con Gonzalo?, ¿quién juega realmente aquí? -Te vi… -Ella se detiene en seco. -Te vi a ayer bailando con Gonzalo en la playa, tú sonreías y yo… -Pensaste que estaba con él… así que eso es lo que te tenía así. -Se acerca rápidamente y me besa, quedo echa piedra. -Te amo, no vuelvas a dudarlo, él llevaba días invitándome a navegar en el velero y solo acepté porque me dijo que sería la última vez que insistiría, además debo admitir que siempre se ha portado conmigo como un perfecto caballero, sabía que no tendría problemas con él, y bueno, primero me recibió con unos hermosos girasoles, eso me descoló un poco, no entendía como sabía que eran mis favoritas cuando solo me ha regalado rosas rojas como todos los demás, así que me di cuenta que tú tenías que ver algo con eso, igual salimos, tuvimos una tarde maravillosa, sí, no me veas así, solo charlamos y luego me llevó a una isla donde intentó cocinar para mí, en una palabra…desastre, ese hombre no cocina ni porque su vida dependiera de ello, pero igual seguimos charlando amenamente, cuando regresamos finalmente decidió declararse, ¿y sabes que le dije? -Sus manos jamás se han apartado de mi rostro, niego esperando que continúe. -Que no podía ser porque estoy perdidamente enamorada de una hermosa mujer de ojos miel, así que él como buen caballero aceptó que solo podíamos ser amigos y me pidió que bailara con él como despedida, seguimos charlando y me dijo que debió haberlo sabido, que era afortunada, solo alguien que ama profundamente como tú está preparada para hacer hasta lo imposible por ver feliz a la persona que ama, sin egoísmos, con toda la generosidad que el corazón permite. -Así que le dijo que estaba enamorada de mí, mi corazón se acelera, pudo haberle dicho cualquier cosa, que le interesaba otro, pero no, le dijo que me ama, no puedo seguir dudando de ella, debo desprenderme de las dudas del pasado de una buena vez. -¿En serio le has dicho que me amas? -Asiente alegremente. -Sí… no entiendo por qué lo dudas. -Se retira y vuelve a caminar de un lado a otro con esa manía de los dedos, incesantemente sus índices pasan por encima de sus pulgares. -Dios Lena, yo solo te pido una oportunidad, solo eso. -En verdad ella no le importa decirle a todo el mundo que me ama. -Sí quiero. -Le digo tratando de que me coloque atención pero es en vano, ella está enfrascada en su monologo, sonrío como tonta. -Sé que puedo hacerte feliz, es nuestro destino estar juntas, así lo creo con toda mi alma, pero no te decides y me dejas en ascuas, si tan solo me dieras el sí que tanto necesito, sería tan sencillo, haría cualquier cosa por… -Sí quiero. -Vuelvo a interrumpirla pero nada funciona, ella solo sigue hablando y caminando de un lado para otro, me causa gracia verla así.

-No te das una idea de todo lo que haría por hacerte feliz… -Me levanto y posiciono mis manos en sus hombros deteniéndola, ella frunce el ceño esperando que le diga algo, sonrío antes de hablar. -Que sí quiero… quiero darme esa oportunidad contigo. -La beso suavemente, sin prisas ni afanes, Lina desliza sus manos por mi cuello, se separa un poco, toma aire y me ve detenidamente tratando de indagar si mi palabras son ciertas. -¿Sí quieres? -Pregunta con la respiración entrecortada, asiento, vuelve a besarme, Dios como extrañaba esto, ese beso que comienza dulce e inocente pronto con el roce de nuestras lenguas se hace apasionado, mis manos se enredan en su cintura y la acerco más, la conduzco a la cama, me fascina tenerla así, al contacto de su espalda con el colchón se da cuenta de lo que está a punto de pasar, llama mi atención colocando sus manos en mis hombros ejerciendo oposición. -Así no, esto no es lo que busco contigo. -Frunzo el ceño y me posiciono a su lado, no entiendo, pensé que me deseaba. -No quiero sexo, Lena… sé que entre nosotras todo ha sido tan extraño, pero entiende que no quiero cometer errores del pasado, tenías toda la razón cuando decías que fuimos las mejores amigas que se dejaron manejar por las ganas confundiendo todo, pero es que esta química que tenemos nos maneja con facilidad, a noche fue tan sencillo dejarme llevar por tus besos y… cuando me hablaste de esa manera. -Lo siento. -No quiero que me vuelva a ver de esa forma, en serio me dolió haberla decepcionado. -Tranquila, eso solo que... Lena a pesar de que hubiera sido tan fácil dejarme llevar, no quise, entendí que yo no quiero coger contigo solo por buscar placer, aunque me muera de ganas por estar contigo. -Se posiciona encima dejando delicados besos en mi cuello haciendo que me estremezca, estoy confundida, ¿qué quiere de mí? apretó con fuerza la sabana tratando de no descontrolarme. -Yo contigo quiero más, necesito escuchar de tus labios que me amas, que estás segura de esto, que estás conmigo por la razones correctas, necesito estar segura que has superado a Kelly, me dolería que solo estuvieras conmigo para desquitarte o porque te sientes sola. -Arrugo la frente, ella vuelve a besar mis labios tenuemente. -Lena yo necesito que te entregues sin miedo… sin temor. -Toma mi rostro viéndome fijamente, las palpitaciones furiosas se sienten por todo mi cuerpo, besa mi barbilla, mis mejillas y ahí estoy de nuevo completamente derretida, entregada a ella. -Yo quiero que me hagas el amor, sentirte, ¿entiendes eso? esta vez lo vamos hacer bien y no pienso conformarme con menos. -Hacer el amor… eso sería… Dios, ella sigue viéndome esperando a que diga algo. -Lina yo jamás te haría daño lo sabes muy bien, prefiero cualquier cosa a eso y está bien, acepto, será como tú digas. -Vuelvo a besarla, le doy la vuelta y me posiciono encima, sus labios son adictivos para mí, mi lengua, la suya, todo se congela cuando nos besamos de esta forma, es tan sencillo perder la cabeza con ella, el aire de a poco falta. -Ya te dije que para mí es muy difícil negarme, Lena vas a tener que ser tú la que controle esto. -me dice tratando de respirar bien, ¿escuché bien?

-¿Qué? pero si nunca he podido, cómo me pides eso. -Beso su cuello y se agita con el andar de mis labios. -Confío en ti, en que no te dejarás llevar, que sabrás valorar mis sentimientos. -Me dice deteniéndome. -Está bien… pero tienes que saber que va a ser muy difícil, no sabes lo que mueves en mí. Le digo bajándome de su cuerpo, en serio, jamás me he detenido, menos con ella… no sé como lo lograré, pero reconozco que es lo más sensato, ella merece la mejor versión de mí y no pienso fallarle. -Lo sé, me pasa igual. -Acomoda su cabeza en mi pecho mientras pasa sus manos por mi vientre lentamente. -Entonces… ¿podemos decir que este es el comienzo de una relación? -Sí. -Atrapo su mano y la beso dulcemente, ella sonríe por mi movimiento. -Te amo princesa. -Quedo sorprendida con eso, nadie me había llamado así antes. -¿Princesa? -Pregunto dudando si escuché bien. -Sí… tuve que aceptar que no era un príncipe azul el que estaba esperando, era una bella princesa, ahora entiendo porque todos se volvieron sapos. -Reímos al tiempo, no podría ser más feliz que ahora que la tengo en mis brazos diciendo que me ama, su forma de enamorar me tiene atrapada.

El viaje no pudo haber sido mejor, en el avión Lina se durmió en mis brazos, solo éramos dos mujeres enamoradas que le importaba un soberano pepino lo que los demás pensaran, ella me está demostrando que no tiene miedo esta vez, solo le interesa lo nuestro y yo… parezco que floto en una maldita nube, mi cuerpo se siente más liviano, las preocupaciones, miedos y sufrimiento se están diluyendo en este amor que me tiene trastornada, hace poco nos despedimos en el aeropuerto, no quiso que la acompañara a su apartamento, según ella debemos evitar situaciones que se nos escape de las manos, ya no hallo la hora de volver a verla, camino con esta gran sonrisa que por nada se me quita, sí, lo sé, parezco anormal con esta sonrisita, enamórense y ya veremos qué cara ponen, los reto, paso mis dedos por mis labios que todavía conservan el cosquilleo que Lina siempre logra dejar, cuando entro al edificio decido revisar antes el casillero del correo, encuentro un voluminoso sobre, mi corazón empieza a funcionar erráticamente cuando veo su letra, lo abro lentamente y una pequeña nota está en la parte de arriba de lo que sé es la copia de su escrito, así que se acordó.

Sé que prometí no volver a cruzar tu camino y muy a mi pesar pienso cumplir, solo la vida dirá si está destinado que pueda volver a verte y que en tus ojos no exista dolor y

resentimiento, me conformaré con un hola y que no me evadas como si trataras con una desconocida, ya me hiciste saber que no necesitas nada de mí y lo respeto, espero no te enojes con Natalia, no es su culpa que yo sea torpe cuando se trate de ti… cometí tantos errores que lograron hacer errar mi camino, lamento tanto que por ellos te haya lastimado, eso es algo con lo que he tenido que cargar todo este tiempo y no existe día que no me duela, tenías razón en todo, tuve que perderme para volverme a encontrar, ha sido un largo viaje, pero de a poco estoy logrando la estabilidad que tanto necesitaba. No sabes cómo añoro esos días en los que apareciste en mi vida para mostrarme que veías en mi algo más que una tenista, solo tú lo has hecho, ahora lo único que deseo es cumplir con lo que algún día te dije… pienso publicarlo anónimamente, así que en honor a esa promesa que alguna vez hice te lo hago llegar a ti primero, espero le des una oportunidad y que en esas palabras puedas ver un poco de mí alma, lamento no haberlo hecho cuando me lo pedías, no estaba preparada. Helena solo aguardo con todo mi corazón que en algún momento me recuerdes como algo bonito y no con el dolor que te causé, porque para mí siempre serás eso… la mejor persona que se ha cruzado en mi vida. Kelly Adler

Las lágrimas empiezan a recorrer mi rostro, no entiendo nada, pensé que ella era feliz con Thyssen, que ya me había superado, ¿de qué se trata todo esto? saco el voluminoso documento, demonios!!! Solo leyéndolo tendré la oportunidad de entenderla, retiro las lágrimas con el dorso de mi mano y camino a mi apartamento, debo leerlo, se lo debo.

XLI Mamá llora por todo el lugar, su sollozo es triste y desconsolado… todo está sucio, desordenado, el olor a moho y a humedad es desagradable, papá se fue hace poco después de discutir y golpearla, verla así me hace seguirla, mis ojos arden y no sé qué hacer, camino por la sala hasta llegar a una esquina y aprisiono mis piernitas con mi pecho, solo la veo moverse hasta la mesa central, sus manos tiemblan producto de sus nervios alterados, coloca con delicadeza el polvo blanco sobre la mesa, saca una tarjeta y organiza varias líneas, su cabeza se acerca a la mesa y la levanta de golpe, retira rastros de su nariz con sus dedos, su pecho sube y baja erráticamente tratando de controlar las lágrimas y la ansiedad de la discusión, voltea a verme con el rímel corrido, creo que hasta ahora se percata de mi presencia. -Hay personas que nunca deberían traer hijos al mundo. -Su vista se fija en el horizonte, su respiración se acompasa, tuerce sus labios y decide volver a verme. -Mi vida sería mejor si no hubieras nacido… hoy sería una gran cantante y no una fracasada… solo eres producto de una borrachera de graduación. -Me señala con desprecio, lloro intensamente, no entiendo mucho de lo que dice, ¿Cómo entender sus problemas cuando eres una pequeña niña?... yo solo sé que me duele, mi nariz se humedece y deslizo mis manitas tratando de respirar mejor, ella sigue ahí con la vista fija en mí. -Mi vida no debería

ser así, yo no escogí esto… solo puedo escoger como salir. -Me toma entre sus brazos y me lleva al baño, me retira la ropa mientras la tina se llena, el agua es cálida, ella me baña con ternura, es la primera vez que lo hace, me hace sentir amada y la veo tratando de buscar un gesto en ella, es perdido, parece una muñeca rota, me lleva a la habitación y me viste delicadamente, duda un momento. -No tengo mucho para decirte, veinte años de nada, ese es el resumen de mi vida… -Sonríe irónicamente mientras frunce el ceño. -Tan solo… aléjate de las mujeres, podemos llegar a ser unas verdaderas perras así que escoge muy bien a tu nueva mamá y desconfía de sus consejos, por nada del mundo sé débil, solo los fracasados lo son, como yo… espero que tú lo hagas mejor. Sus ojos se ponen cristalinos lo que me hace sentir triste, desliza sus pulgares por mis mejillas y besa mi frente. -No salgas de aquí… sé buena niña. -Toca la punta de mi nariz y se retira dejándome sola en mi habitación, no sé qué hacer, los minutos pasan lentos, solo escucho el agua de la tina y el tic tac del reloj de pared, camino dudando si contradecirla o no, pero no soy capaz de detenerme, la puerta está abierta, mis pequeños pasos de a poco se van acercando, el agua es roja y ella tiene los ojos entrecerrados, alcanza a verme una última vez e intenta hablar pero es en vano, sus ojos se cierran para siempre.

Abandono la lectura un momento, tomo el puente de mi nariz ejerciendo presión, saben… cuando la conocí jamás imaginé que alguien con su ternura tuvo que pasar por todo esto, ahora entiendo el porqué de no querer ser débil, su empeño en olvidar, en siempre ser la mejor… sí tan solo lo hubiera sabido, demonios!!! No fui capaz de ayudarla… es tan fácil compenetrarse con su historia, con esos recuerdos tan vividos que sus palabras transmiten, si de por si lo haces con un buen libro, ¿cómo no hacerlo cuando la conoces?... -Princesa ya casi es hora… -Lina entra con esa dulce sonrisa que me derrite, todavía no me acostumbro a que me llame así, pero eso soy para ella, su princesa. -¿Estás bien?… no sé, tienes tristeza en tus ojos. -Coloco la copia en el cajón y lo cierro antes de que le dé curiosidad mi lectura, no sé si ella pueda entenderlo… por lo menos no por el momento. -Tranquila, estoy bien… solo espero que todo esto termine hoy. -La reunión con Serge ya casi empieza, si todo sale según lo planeado la situación de Brigitte y Pierre se arregla hoy, Lina se acomoda en mis piernas deslizando sus brazos en mi cuello, su calorcito logra cautivar todo mi ser. -Así va a ser, no puedo creer que Brigitte todo este tiempo haya tenido la prueba para hundir la versión de Serge y lo haya pasado por alto…menos mal te tiene a ti. -Lina desliza sus dedos por mi rostro delineando mis cejas, la beso dulcemente tratando de sentir en cada roce ese suave cosquilleo que me pone tan mal, lentamente retiro mi rostro en busca de aire. -Que puedo decir… el amor te hace idiota. -Lina me ve con la ceja enarcada y ese falso aire de molestia, me encanta cuando hace eso, sí, ya sé, solo soy yo y este amor que me tiene trastornada. -Ya… estoy bromeando. -Reímos al tiempo antes de reiniciar el beso. -Sabes que me encanta la forma por la que te preocupas por los demás, cada vez me enamoras más Helena Devía. -Cuando quiero contestar ella me interrumpe con sus labios,

ese delicado movimiento de su lengua con la mía me desestabiliza, cada vez es más profundo, no sé cómo se supone que debo ser yo la encargada de saber en qué momento nos debemos detener, volvemos a quedarnos sin oxigeno, Lina besa mi cuello y barbilla, ya no tengo voluntad propia, mis ojos se cierran tratando de disfrutar al máximo, Lina se retira. -Quiero más… -Ruego sin siquiera abrir los ojos. -No… te necesito concentrada y con la cabeza fría, Paulina ya nos espera en la sala de reuniones. -Se levanta, abro los ojos inmediatamente, se organiza la falda mientras me ve con una sonrisita, ella sabe que me tiene como ella quiere, ay no, Paulina… -Jumm. -Protesto sin pensarlo, la había olvidado, espero no tener que lidiar una vez más con sus acosos, Lina se percata de mi molestia. -Ya le dejé en claro que si se te acerca con malas intenciones tendrá que arreglárselas conmigo. -Jajaja había olvidado lo celosa y territorial que es esta mujer, muchas veces la vi enojarse como nunca cuando uno de sus novios era muy cariñoso con otra y ahora… soy yo la que debo andar con sumo cuidado, pero saben que… por mí no hay problema, yo sé cómo tratarla. -¿Así que eso has hecho? -Me levanto y la tomo de su blusa trayéndola a mi cuerpo, Lina me ve confundida, alzo la ceja esperando a que me responda algo. -Sí… lo siento, pero no voy a permitir que… -Mis labios tocan los suyos haciendo imposible que siga hablando, estos dulces besos son adictivos, demonios!!! -Te amo tanto… pero en serio, concéntrate. -Me dice mientras desliza los dedos por sus labios, supongo que a ella también le queda ese cosquilleo. -Está bien. -Me alejo un paso atrás y le extiendo la mano, Lina la estrecha enredando sus dedos con los míos, se siente tan bien hacerlo, mostrarnos en público ya no es problema para Lina, es más, creo que le gusta que los demás vean lo enamoradas que estamos, cuando salimos de la oficina casi tropezamos de frente con Brigitte que camina ansiosa por todo el pasillo, Carlos intenta tranquilizarla pero no funciona, me suelto con delicadeza yendo hacia ella. -Tranquila pequeña, todo va salir bien. -Coloco mis manos en sus hombros para que se detenga, Brigitte tiene la vista perdida. -Hazle caso, ella sabe de lo que habla, no vas a perder a Pierre, ningún juez permitiría que se cometa una injusticia. -Brigitte parece no querer escuchar las razones de Carlos. -Sabes que cuentas con todos nosotros, no estás sola. -Lina le habla mientras pasa la mano por su hombro. -Chiquita, sé que todo saldrá bien y sabes que quisiera quedarme pero… -Carlos ve ansioso el reloj, pronto es su turno, el hotel cuenta con un gran evento que requiere de su servicio, así que muy a su pesar debe cumplir con su responsabilidad.

-Ve tranquilo, yo me encargo. -Carlos asiente antes de abrazarme y darme un sonoro beso en la mejilla, quedo estática por su abrupto movimiento. -Gracias. -Me dice antes de besar a Brigitte en los labios y marcharse, ya veo que ellos los dos son tal para cual, Brigitte sigue con cara de preocupación, me acerco y deslizo mis manos por sus hombros. -Hey… respira profundo, él no va a quedarse con Pierre. -Paso mi pulgar por su mejilla, Brigitte por primera vez me ve fijamente. -Lo sé. -Respira pesadamente. -Pero es que todavía no sé cómo enfrentarlo, tú no entiendes… -Así que eso es, supongo que el muy idiota dejó su huella. -Lo harás bien… para eso estamos aquí, para apoyarte y demostrarle a Serge que tú no estás sola. -Su voz firme nos interrumpe, no puedo creerlo, las dos volteamos a ver al tiempo hacia la procedencia de esa inconfundible voz. -Renee!!! -Brigitte la abraza como si no la hubiera visto en años. -Solecito. -Cuando Brigitte la suelta es mi turno de abrazar a Renee con fuerza, Dios, ella como siempre apareciendo en los momentos en que más se necesita, Renee desliza sus manos por mi rostro. -Me parece el colmo que nunca avises.-Le recrimino frunciendo el ceño. -Mmm no es mi estilo, además en que parte de tu cabezota creíste que no estaría aquí para respaldar a Brigitte y a mi ahijado. -Renee sacude mi cabeza logrando hacerme reír, la verdad es que es un alivio que esté aquí. -¿Ahijado? Pensé que Lena era la madrina de Pierre. -Lina termina de hablar cortante, mmm no sería la primera vez que ella es así con Renee la noche de la fiesta también lo fue, pero ¿por qué? acaso ella tiene celos de Renee… -En realidad las dos lo somos… larga historia. -Contesto mientras sigo con cara de confusión por su comportamiento, Renee parece un poco incomoda pero decide ignorarla, Lina sacude la cabeza y nos hace señas para que entremos… varios personajes perfectamente alineados con sus impecables trajes nos esperan… como lo suponía, Serge viene muy bien preparado con varios abogados, sospecho que intentan intimidarnos, sigo sin entender que le vio Brigitte, sé que es un hombre… sin rodeos, atractivo, pero ese maldito mirar altivo y esa pose de “estoy por encima de todos” me jode sobremanera, el desgraciado ve fijamente a Brigitte tratando de amedrentarla, Paulina está concentrada en los documentos sin fijarse en mí, veo que Lina la tiene a raya, mi novia… suspiro como lela, me encanta cuando me cela, demonios!!! Ya ando mal de la cabeza, sacudo esa idea, todos nos sentamos, es hora de acabar con esta farsa.

-Veo que has traído a tu propio ejército Brigitte… sabes muy bien que no va a funcionar. El muy idiota está inocente de lo que se le viene, toma agua mientras nos ve con menosprecio. -La señorita Devoeu solo tiene una opción y es permitir al señor D´antuan ejercer su paternidad legítimamente, de lo contrario será denunciada por secuestro de menores, un delito muy grave, no se lo recomiendo la verdad. -Unos de los abogados de Serge decide iniciar con su proceso de intimidación, creo que es difícil no mostrar nuestros rostros de arrogancia, sabemos que todo es cuestión de tiempo. -Abogado, no le de recomendaciones a mi cliente, vamos a dejar las cosas claras aquí… esta reunión es para darle la oportunidad a su cliente de no ser denunciado por difamación y calumnia… sé que no sería prudente para sus futuras aspiraciones políticas. -Paulina habla con propiedad, no puedo negar que es buena en lo suyo. -¿De qué demonios están hablando?, Brigitte no puedo creer lo idiota que eres, no sé qué pensaba cuando me fijé en ti. -El muy imbécil la interrumpe y ya siento la rabia tomando control. -Hey!!! Qué te pasa tarado. -Levanto la voz mientras lo señalo furiosa, Lina toma mi mano tratando de tranquilizarme, respiro pausado permitiendo que la rabie abandone mis pensamientos de lanzarme y ahorcarlo con mis propias manos, aprieto los dientes esperando a que sea mi turno de hundir al tarado. -Tranquilicémonos todos… esta reunión no es para insultarnos, es para evitar ir a tribunales internacionales y desgastarnos en un largo proceso, abogados controlen a su cliente o damos por terminada esta reunión y le aseguro que van a perder. -Lina les habla tranquilamente mientras se dibuja una media sonrisa en su rostro, los abogados se secretean entre ellos, ya se pusieron nerviosos, como adoro a esta mujer. -No vuelvas a tratarme de esa forma, ya no soy la misma tonta que enamoraste con falsas promesas de amor, te comportas o retiro mi oferta, tú decides. -Brigitte habla por primera vez, su voz es firme, ya no le teme, estoy orgullosa de ella. -¿De qué está hablando señorita Devoeu? -Unos de los abogados de Serge decide preguntar con un deje de temor, ya presienten que este es un caso perdido, Paulina rápidamente les da copia del papel que prueba nuestra versión, verán, cuando Serge dejó a Brigitte recomendándole el sitio discreto para abortar, el muy idiota lo hizo por medio de una carta, ella decidió usar esa carta como motivación para seguir adelante a pesar de las adversidades que se le presentaban siendo tan joven y con un bebé en camino, así que la mando a enmarcar y la tuvo por mucho tiempo en el escritorio… desde ese vez todos en la oficina respetaban a esa tierna jovencita, solo alguien con agallas como ella podía ser madre soltera, esa bendita carta la mirábamos todos los días sin saber que podía representar, cuando Serge llegó al estudio a buscarla y ella junto con Renee decidieron que lo mejor era que viajara a mi país buscando mi ayuda dejó todo intacto en el estudio… en el momento en el que se necesitaban pruebas de su versión tuve un instante de lucidez y recordé esa carta enmarcada que Brigitte tenía orgullosa encima de su escritorio, así que esas pocas

palabras son el fin de Serge… mis dedos se entrelazan sirviendo de soporte a mi barbilla, disfruto del espectáculo, los abogados leen preocupados mientras hablan entre ellos, la cara de Serge es de antología, jajaja ya soñaba con este momento. -Como ustedes saben la paternidad no es un deber, es un derecho y como tal se puede renunciar a ejercerlo, exactamente lo que aquí sucedió, el señor D´antuan renunció a su paternidad, así que las serias aseveraciones que su cliente pretendía impartir hacia mi cliente es un delito, además sugirió el aborto y como ustedes colegas deben saber mejor que yo eso es ilegal cuando la vida de la madre y de el bebé no estaba en riesgo, es decir que además su cliente instó a cometer una violación de la ley. -Paulina termina de hablar jactándose de la situación, todos quedamos en silencio. -No puedes hacerme esto. -Serge habla como cachorrito mientras afloja su corbata gris, Brigitte lo ignora sin mostrar emoción alguna. -Oh sí que puede, es mejor que renuncies a seguir y nunca intentes acercarte a ellos de nuevo. -Le hablo irritada, él voltea a verme con odio. -No lo pienso hacer, es mi hijo, mi primogénito. -Me replica apretando los dientes, sigue apegado a su versión de padre arrepentido. -Serge, creo que no has entendido, sabemos que esto solo lo haces porque necesitas un heredero que mostrar. -Renee decide hablar, Serge abre los ojos desconcertado, las dos sonreímos al tiempo viendo su reacción. -Sí, hablamos con tu padre, si no tienes un hijo en menos de un año al cual presentar a tu progenitor te quedarás sin un ver una migaja de esa fortuna, ya sabemos que tu esposa no puede tener hijos así que te esforzaste buscando entre tus múltiples exparejas ese niño que te sacara del apuro, lo que tu padre no sabe es que querías que Brigitte abortará… te imaginas si le contáramos a el ultraconservador Vincent D´antuan que su hijo sugirió semejante aberración que va en contra de las leyes de Dios. -Renee lo deja frío, sí, las dos sabíamos que debía traerse algo entre manos así que empezamos a investigar por nuestra cuenta y finalmente Renee logró hablar con Vincent, claro que el pobre nunca supo cuáles eran sus intenciones, él todavía piensa que fue una entrevista de trabajo para impulsar su pensamiento conservador como política empresarial que piensa plasmar en una campaña publicitaria. -Jajaja Serge, que bajo has caído, lo mejor es que te vayas con un poco de dignidad de aquí y no vuelvas. -Termino de enterrarlo, sí, estoy disfrutando el momento como nunca pensé hacerlo. -Ustedes quien se creen para entrometerse en esto, Brigitte nena, hablemos, esto podemos arreglarlo entre los dos… -Jajaja quien diría que Serge estaría rogando, todo por dinero y poder, patético. -Ellas pueden hacerlo cuando así lo crean necesario, son las madrinas de Pierre y tú y yo no tenemos nada de qué hablar, agradece la oportunidad que se te brinda y no vuelvas. Brigitte termina de sentenciar, él asiente fastidiado mientras aprieta los puños con fuerza, sabe que una demanda traería mala publicidad a las empresas de su padre y sería un total

desastre para sus aspiraciones en la política, él no se arriesgaría a que algo así se sepa por todo Paris, su comité se retira parsimoniosamente colocando los documentos en sus portafolios, sí, hemos vencido, esta pesadilla se ha terminado, Brigitte se levanta y nos abraza fuerte a todas, incluso Paulina que la tomó desprevenida, después de tanto esfuerzo hemos logrado que Serge sea solo cosa del pasado.

-Como puedes ver tiene mucho talento, de a poco está afianzando su propio estilo, es la mejor de su promoción y por eso ya fue electa para la beca en L’ecole Saint Germain y sé que sería perfecta para que realice prácticas en el estudio, tengo fe que sabrás pulirla. Renee ve detenidamente las fotos, sé que ella está de acuerdo conmigo, hace poco fue la exposición de nuevos artistas, Manuela logró brillar entre todos, estaba muy feliz con la noticia de la beca, también fue una buena noche para mí, Lina por primera vez me acompañó como mi novia, estábamos felices recordando viejos tiempos, inevitablemente un suspiro se escapa. -¿Sabes hace cuánto no te veía así de ilusionada?... es más, me atrevería a decir que jamás te había visto así. -Renee me ve con una sonrisita en su rostro, sé que me está analizando detenidamente aunque quisiera saber sobre qué, frunzo el ceño mientras mi cabeza se descuelga suavemente a un lado. -Eh… ¿de qué hablas? -Pregunto sonriendo, ella me señala repetidamente antes de hablar, como si ya supiera la respuesta a sus dudas. -Estás enamorada… así que Lina la de las flores lo consiguió. -Sonrío al acto mientras mi cabeza se echa para atrás, así que no lo pasó por alto, suspiro como tonta. -Sí… que te puedo decir, este sentimiento hace que camine entre nubes. -¿Cursi? Sí, culpable. -Me encanta escuchar eso, sé que nunca la superaste a pesar del tiempo, la distancia, el dolor… cuando te hice la misma pregunta en los inicios de tu relación con Kelly dudaste y en cambio ahora… ella es diferente ¿cierto? -Asiento mientras mi mente trae recuerdos. -Sí… la amo, siempre lo hice, es algo inevitable en mí, Lina logra cosas que no pensé hacer nunca en la vida… -Ahora pienso más allá del ahora… eso era algo que jamás había hecho antes, si mi padre me viera sé que estaría orgulloso. -No puedo creerlo, nunca te había oído hablar así, ya era hora de que encontraras el amor, de que te ilusionaras. -Renee desliza su mano por encima del escritorio, después de tantas vueltas creo que ya era hora de ser feliz. -Lo sé… hemos tratado de no cometer errores del pasado, esta vez es para siempre.

-¿Errores? -Renee pregunta confundida, a veces olvido que ella no sabes toda nuestra historia. -Sí… ella ha sido sincera conmigo, no más confusiones, nada de seguir escondiéndonos detrás de una amistad, así que estamos en una etapa en la que estamos reconectándonos… sin afanes, solo dejándonos llevar por este sentimiento. -Sí, en todo este tiempo nosotras solo nos hemos comido a besos, pensar que antes estaría desesperada por algo más, pero esta vez es diferente, ella logra llenar espacios vacíos de mi alma que nadie más puede siquiera intentar ocupar. -Estoy feliz por ti… -Veo la duda en sus ojos azules, tuerce un momento los labios como estudiando si hablar o no, finalmente decide hacerlo. -¿La has vuelto a ver? -Bajo el rostro, ya sé a quién se refiere, no he querido siquiera volver a ver noticias relacionada con ella, desistí a esa idea desde que vi su foto con Andrea. -No… eres la única que sabe que pasó realmente entre nosotras, no es fácil. -Necesitaba sacar ese dolor del pecho así que le conté todo, desde su fallido mensaje con Natalia hasta el envío de su libro anónimo, era la única que creía capaz de entenderme, al fin y al cabo ella pasó por una situación similar. -Helena a veces las cosas no son lo que parece, y créeme no es justo que la hagas cargar con la responsabilidad del fracaso de su relación, muy bien sabes que las dos tuvieron la culpa, ella merece saber la verdad, se lo debes. -No me gusta que me presionen aunque sé que tiene razón, demonios!!! -Renee. -Hablo en tono suave tratando de que entienda que no es momento para eso, ella está con Andrea, no veo para que Kelly necesitaría hablar conmigo. -Helena, tú sabes muy bien lo que sufrí cuando lo encontré con esa maldita pelirroja, pero… después de discutir por meses buscando el divorcio finalmente hablamos y entendí que yo de a poco conllevé a que eso se diera, yo sé que te acuerdas que trabajaba como loca, apenas empezábamos el estudio y no quería fracasar, no le dediqué tiempo a mi matrimonio, pasaban días sin vernos, sin siquiera tocarnos, él siempre me reclamaba por atención pero yo no quise entenderlo en su momento y eso hizo que él buscara en otro lado lo que no fui capaz de darle… -Estoy confundida con todo esto, no creí que ella lo justificara, ¿pero qué le pasa? Renee ve mi molestia. -No me veas así… Helena no lo estoy disculpando si es lo que estás pensando, una traición jamás es justificable, pero sí debo reconocer que en parte fue mi culpa, también me equivoqué… -Suspiro pesadamente, finalmente ha dado con el punto de esto, demonios!!! -Ya entendí tu punto, ok, solo necesito tiempo para organizar mis ideas, cuando me sienta preparada hablaré con ella. -Replico interrumpiéndola, Renee tiene razón, debo ser honesta con ella. -Eso está mejor, a veces eres muy terca pero así te quiero cabezona. -Renee decide por fin darme tregua, sonrío tenuemente para finalmente quedarnos en silencio, creo que es hora que ella me cuente a mí de su vida.

-Mejor hablemos de ti solecito, dime, ¿qué ha pasado con tu adorado tormento? -Le pregunto socarronamente, ella sonríe mientras vuelve a cruzar sus largas piernas con esa elegancia que la caracteriza, hay cosas que nunca cambian definitivamente. -No me libro ¿cierto? -Me contesta mientras mueve sus labios de izquierda a derecha con la vista fija en la ventana. -No… así que empieza. -La insto a que se sincere de una buena vez, se dibuja una sonrisa dubitativa en su rostro. -Pues no sé qué pensar, estoy confundida… seguí tu consejo, le dije lo que quería y bueno… él pidió tiempo para pensar, eso me asustó, pensé que eso era el fin… luego de unos días en los que casi enloquezco, Philipe me buscó, me dijo que a él le encantaría una relación seria conmigo pero que primero debía presentarme a alguien y después tomara la decisión de seguir o no. -Suspira pesadamente mientras sostiene su cabeza en la mano derecha. -No sé, me aterra saber quién es la dichosa persona que debo conocer primero, me he escabullido de la cita cada vez que puedo y bueno… ahora estoy aquí, supongo que cuando viaje a Paris de regreso sabré de una buena vez quien es la persona que debo conocer. -Así que eso la tiene nerviosa. -El mundo no es de cobardes… eso decía mi nana y creo que tenía razón, por mucho tiempo pensé que me decía eso para enfrentar los golpes de la vida, pero ahora creo que se trata de enfrentar nuestros sentimientos, esos temores que no permiten ser feliz, al fin y al cabo eso es más atemorizante… Renee no tengas miedo, tal vez no es nada grave y por tus dudas puedes estar perdiendo una oportunidad de encontrar la felicidad. -Estrecho su mano a lo que ella responde con una dulce sonrisa. -Dios!!! No sabes la falta que me haces, solo tú me aterrizas, aunque creo que eso es reciproco, ¿cierto? -Sí. -Contesto con un deje de nerviosismo, no entiendo para donde va esto, me asusta cuando se pone en el plan de sermonearme. -Helena, no sé cómo decirte esto… ¿hace cuanto que estás a cargo de los hoteles? -No sé, algo así como nueve meses. -Y lo está haciendo muy bien, debo reconocer que no pensé que fueras buena administradora teniendo en cuenta que jamás quisiste tomar decisiones de ese tipo con respecto al estudio. -Ya sabía yo que esto tenía pinta de ser sermón. -Pero… te estás estancando en tu profesión, no niego que las fotos que has hecho son buenas, pero no sé… falta ese algo, esa irreverencia tan tuya que acostumbras tener y creo que lo que te hace falta es estar en contacto con gente talentosa, que te aporten ideas, estar en una ciudad que te haga sentir su viveza, que sientas el vértigo de estar en un sitio donde puedes desbordar creatividad…

-¿A dónde quieres llegar con todo esto? -Estrecho mis manos y reposo mi mentón a la espera de que me diga de una buena vez a que se refiere. -Dómine quiere que estés en la semana de la moda de New York con él y creo que sería perfecto que te quedaras allí una semana más para que empieces tu libro, solo dices que lo quieres empezar pero no te veo que lo tomes en serio, Helena no quiero que sigas poniendo más excusas. -Dómine ya me lo había pedido la última vez que hablé con él, pero es que… con tanto trabajo de por medio y además no quiero alejarme tanto tiempo de Lina, no ahora que estamos tan bien, la verdad es que estoy organizando unos días románticos en la cabaña de la familia que tenemos cerca del parque San Martín, allí le diré que la amo, no estoy orgullosa de como se lo dije la primera vez a decir verdad, eso de decírselo ebria y un día antes de su boda me molesta, quiero que todo sea perfecto esta vez, su declaración fue lo mejor que me ha pasado en la vida y deseo hacer lo mismo por Lina, quiero hacer el amor en medio de un ambiente lleno de magia, será la primera vez que lo hagamos sin mentiras, sin esconder nuestros sentimientos detrás de una relación vacía y sí voy ahora a New York tendría que atrasar ese plan. -Renee no creo que eso sea buena idea, verás estamos en una etapa muy importante en la reconstrucción, muy pronto debo elegir al presidente de todos los hoteles, es decir mi reemplazo, además está lo de las remodelaciones… -Ella entra con unos documentos en sus manos sin detenerse por nada, Lina me ve escrutándome con sus ojos verdes que me derriten. -Debes ir, tomar fotos y empezar tu libro debe ser tu prioridad… yo te cubro. -Lina me habla con un semblante serio a pesar de que intenta delinear una sonrisa triste, la conozco también. -Ya sabía yo que me ibas a caer muy bien… -Lina la ve de reojo, los celos de esta mujer. ¿Qué?... ya deja de verme así, dejemos en claro las cosas, esto es muy incomodo, Helena es mi amiga, solo eso, la amo pero la verdad no pretendo nada con ella a excepción de una amistad, así que deja esos celos. -Renee le habla decidida, creo que dejó fuera de base a Lina, había olvidado la poca paciencia que se gasta Renee. -Yo… está bien, es solo que ustedes… no sé, pareciera que hubieran tenido algo más que una inocente amistad. -Trago saliva de mala manera, ¿cómo es posible que ella se diera cuenta? Es que solo soy un maldito libro abierto para Lina. -Nos tenemos mucha confianza, somos amigas, socias… pero nada más. -Renee le replica confiada de su respuesta, le agradezco la verdad, Lina no parece muy convencida pero decide dejarlo por la paz asintiendo con los brazos cruzados. -Bueno, habiendo resuelto esto voy a ver a mi ahijado y tú piénsalo, si te decides organizo todo desde Paris, solo te tendrías que preocupar por tomar excelentes fotos, por favor piénsalo y me avisas. -Renee me señala mientras se levanta componiéndose la falda, pronto se retira dejándonos a solas, sus ojos verdes no se despegan de los míos, me levanto y camino hacia ella, le retiro los documentos y los coloco encima del escritorio, tomo su rostro con delicadeza mientras la beso con calma, quiero quitarle esa idea de la cabeza, no quiero irme y posponer más tiempo todo lo que tengo planeado.

-Sabes que debes ir, por favor acepta. -Me dice mientras toma mi rostro interrumpiendo el beso, delineo una mueca de desaliento, no comprendo su insistencia. -Lina no quiero irme y dejarte con la responsabilidad de todo, entiéndeme. -La acomodo encima del escritorio, Lina me ve fijamente tratando de entender mis palabras, sus manos en ningún momento se retiran de mi rostro. -Y no lo vas hacer, Lena… te amo y lo sabes, solo deseo que no te estanques como muy bien te dijo Renee, eso no podría permitirlo. -Ashhh Renee no debió haber hablado, ahora ella se siente culpable de algo en lo que no es su culpa. -Debo pensarlo detenidamente, son dos semanas, eso mucho tiempo. -No me siento capaz de dejarla por dos largas semanas, sé que me volvería loca sin sus besos. -Yo también te voy a extrañar. -Me dice con una sonrisa triste, no sé como hace para siempre leerme. -Dios Lina, no entiendo tu insistencia. -Contesto fastidiada mientras retiro la vista al suelo, ella pareciera no quererme cerca, Lina vuelve a tomar mi rostro para verme a los ojos. -Lena… sabes que siempre he intentado apoyarte en tu carrea, yo sabía que podías llegar muy lejos… -Desliza sus pulgares en mis mejillas -Pero también te fallé, no estuve el día de tu homenaje y no fui el apoyo que necesitabas la noche de tu exposición, eso todavía me duele. - Ella fue la que me impulso a ser fotógrafa, mi regalo de cumpleaños número dieciséis fue la primera cámara que tuve en mis manos, ella siempre me decía que tenía un don y no podía desaprovecharlo, respiro pesadamente, con que eso es… Dios, tenemos tanto pasado que resolver todavía. -Deja eso en el pasado, te lo ruego… -Coloca sus dedos en mis labios interrumpiéndome. -Sé que tu padre te dejó una pesada carga que has sabido llevar, él estaría orgulloso de ti, pero quiero que el mundo vea lo que yo veo en ti, quiero que empieces tu libro, que no dejes de tomar fotografías, sabes que esa es tu vocación, tu pasión, es momento de permitirte hacer lo que amas. -Deja suaves besos en mi cuello logrando erizarme, así es difícil cavilar bien. -Lo voy a pensar. -Mi voz se pierde en sus besos. -Como quieras, sé que al final harás lo correcto, siempre lo has hecho. -Termina de sentenciar viéndome fijamente con sus ojos verdes, asiento mientras la ayudo a bajarse, nunca pude comprender ese poder que tiene sobre mí, solo sé que siempre termino haciendo lo que me pide y esta… esta no será la salvedad. -Te voy a extrañar mucho, lo sabes ¿cierto? -Pregunto con un hilo de voz.

-Sí… yo también, pero sé que es lo mejor. -No puedo negar que Renee tiene razón, mi carrera se está estancando desde que tomé el control de los hoteles, y eso en este medio es la primera letra de mi lapida profesional, tan solo desearía no tener que seguir postergando decirle mis sentimientos. XLII

Abro los ojos tratando de ejercer resistencia a la fuerza que quiere obligarme a seguir durmiendo, es la eterna batalla de todas las mañanas, deslizo mis manos por mi cabello y después de varios intentos finalmente puedo sostener la vista chocando con sus ojos verdes que me ven sin reparos, sonríe al ver mi sorpresa, estamos de medio lado percibiendo el calorcito de las sabanas en nuestra piel, Lina desliza las yemas de sus dedos por mi brazo hasta llegar al cuello, me sobresalto a su toque, solo ella puede hacer eso. -Buenos días princesa. -Estar así con ella hace que mi corazón salte de alegría. -Buenos días… ¿hace cuanto estás despierta? -Levanto ligeramente la cabeza de la almohada tratando de tomar conciencia de mi alrededor, todo es desorden, ropa aquí y allá, maletas que todavía no están listas, demonios!!! -Sabes que eres la cosita más tierna cuando duermes. -Me dice con ese brillo en los ojos, ahora entiendo que significa, a veces no concibo lo tonta que fui al no comprender que era amor, sonríe mientras retira rastros de saliva de la comisura de mis labios, me sonrojo al acto, no debo ser un ensueño a esta hora de la mañana, solo ella me ve así. -Eh… -Frunzo el ceño mientras niego. -No lo creo, pero gracias. -Me posiciono encima de su cuerpo mientras mis labios recorren la extensión de su cuello, pronto la siento estremecerse, no sé cuánto tiempo pueda seguir conteniéndome. -Creo que… es hora de que te levantes, no quiero que pierdas el vuelo. -Me dice con su voz ronca, desliza sus dedos por mi cuero cabelludo y eso solo hace que termine de agitarme. -Cuando regrese tú y yo vamos a tener un tiempo a solas… -Me ve ladeando ligeramente el rostro, no le doy descanso, una lluvia de besos cubre su cuello, barbilla, ojos, nariz. -Te necesito, quiero besarte. -Mis labios se mueven a la comisura de los suyos. -Acariciarte hasta desgastarme en tu piel. -Mis dedos se mueven sin afanes por su torso, su respiración se vuelve agitar. -Sentirte cerca de aquí. -Deslizo mi mano lentamente a su pecho, sus latidos son visibles, sonrío al ver su reacción, después de tanto tiempo no hemos perdido este deseo por sentirnos, la beso perezosamente, degustando cada sensación de su lengua con la mía, en cada roce me siento más cerca de caer, sé que si pasamos el límite de nuestra pasión, estas ganas van a ser difíciles de controlar, esta química es explosiva sin lugar a dudas, mi cuerpo reacciona al suyo sin siquiera pensarlo, simplemente… es algo que no puedo describir, pero sé lo prometí, debo frenarme…

Corremos como chiquillas por las calles inundadas de la ciudad, ¿no entiendo cómo es que hago esto? Su risa saltando los charcos me responde, todo es por ella, por esta felicidad en cosas simples, hemos decido pasar todo el día juntas antes de mi viaje a New York, ella siempre logra que ceda ante sus deseos, la verdad es que no quería seguir postergando decirle que la amo… jala mi mano para saltar al tiempo, parecemos un par de locas, muchos nos ven desde la comodidad de un sitio seco, sé que dudan de nuestra cordura, las risas se alcanzan a percibir a pesar del sonido fuerte de la lluvia, pronto va a oscurecer y sé que si seguimos bajo el agua nos vamos a resfriar. -Ya estuvo bueno… ¿no crees? -Hace un tierno mohín antes de atraparme en sus brazos, a pesar de la inclemencia del clima su calor sigue ahí. -No quiero irme todavía, mañana te vas… -La beso interrumpiéndola, mis brazos se dirigen a su cintura, no quiero despedirme todavía, nos separamos lentamente, Lina descansa su cabeza en mi hombro. -Quédate conmigo esta noche. -Se separa bruscamente para verme de frente. -Lena, yo… -Ya sé que está pensando, cada vez es más difícil contenernos cuando estamos solas, ella sigue firme en que solo haremos el amor cuando esté segura de que la amo y que Kelly ya no está dando vueltas en mi cabeza y mi corazón, entiendo lo de Kelly, lo que no comprendo es cómo no se ha dado cuenta que muero por ella. -No va a suceder nada, te lo prometo… solo no quiero despedirme todavía. -Deslizo mi pulgar suavemente en su mejilla, Lina solo asiente levemente, extiendo mi mano y pronto siento como sus dedos se enredan con los míos, sí, se puede ser feliz con cosas simples.

-Ya es momento de ponerme en pie, New York me espera. -Recuesto mi frente en la suya, mi respiración errática se estrella en su rostro, con suavidad retiro un mechón de cabello que no me permite ver sus ojos verdes que me enamoran. -Lo sé… prometes que todos los días vamos a vernos por Skipe. -Me dice mientras sus dedos se deslizan por mi espalda, dejo un suave beso en su hombro ahogando un leve jadeo producto de la placentera carga eléctrica que recorre mi cuerpo. -Sabes que sí… todos los días, no importa que pasé, ni que tan agotada esté, prometo que haré que no me extrañes tanto. -Termino de hablar viéndola directamente, lentamente se dibuja una sonrisa triste en su rostro. -No creo que puedas, pero me gusta la idea que lo intentes. -Pasa sus manos en mi rostro antes de besarme.

A pesar de que el tiempo es justo nuestro caminar lento dice mucho, nunca será fácil despedirnos, su vista esta fija en el suelo, hace poco hice el check-in, solo falta que el llamado abordar nos diga que es momento de decir adiós, no sé cómo aguantaré dos semanas sin ella, lo único que me da fuerzas es que todo está arreglado para que a mi regreso pasemos unos días románticos en la cabaña, le diré que la amo con locura, que nunca he dejado de hacerlo a pesar de todo, ella no sospecha nada, solo sabe que debemos ir a visitar el hotel San Martin como parte de la agenda de visitas, no he querido decirle mayor cosa, es mi deseo que sea una sorpresa, ¿acaso es un error querer que esta vez todo sea perfecto?, mi mano es sacudida, me sobresalto ante sus ojos tristes. -Es hora… yo. -Su mirar nostálgico está haciendo difícil mi partida, me duele verla así. -Hey… sin llanto, dicen que es de mal agüero viajar llorando y si sigues así muy pronto seremos dos. -Era de las tantas cosas que me decía mi nana, “nada de lágrimas antes de partir” -Tú no crees en eso. -Me dice tratando de sonreír, la beso dulcemente. -No… pero no quiero que llores, sabes que si quieres no me voy, me quedo contigo. Termino de atraparla entre mis brazos, algunas personas nos ven detenidamente mientras otras deciden ignorarnos, no es muy común en esta ciudad ver dos mujeres profesando su amor. -Lena… está bien, no voy a llorar, solo… ve hacer lo que amas, cuando regreses aquí estaré, esperándote. -Termina de hablar con un gran suspiro, su sollozo se calma, la amo tanto. -¿Segura? -Mi pulgar se desliza tenuemente en sus labios. -Sí… te amo, pero sabes que es lo mejor. -No resisto irme sin besarla una vez más, Lina se separa dejándome con ganas y con los ojos cerrados. -Sabes que besas muy bien, pero ese último mmm no sé, bésame como si no me fueras a ver por dos semanas. -Los abro para encontrarla con la cabeza levemente descolgada a un lado tratando de entender mis palabras, solo pasa unos segundos antes de que se lance a mi boca y me bese como si su vida dependiera de ello, estoy sin aliento y con las piernas flaqueadas, escasamente puedo respirar. -Ve… no quiero que pierdas el vuelo. -Me dice señalando la puerta de entrada, asiento y camino con calma, entrego el billete de avión, doy la vuelta para verla una última vez, me lanza un beso al aire, esa es la imagen que necesito para sobrevivir sin ella todo este tiempo.

Está concentrado en todos los detalles, siempre fue así, solo su dedicación lo llevó al triunfo, a veces dudo que sea su amiga, no comprendo cómo lo somos siendo tan diferentes,

pero no puedo negar que lo amo, es una gran persona que entró a mi vida en un momento en el que apenas estaba mostrándome al mundo, sus cejas se enarcan cuando algo llama su atención, todas las personas a su alrededor buscan su aprobación incansablemente, esa es una de las razones por las que desconfía de quienes se le acercan, la verdad lo entiendo, aunque a veces es muy solitario, sí, se puede ser solitario a pesar de estar rodeado de tantas personas todos los días de tu vida, una de sus asistentes me ve antes de disparar el obturador, le giño el ojo y comprende mis intenciones, se hace a un lado sonriendo, Matilda me conoce de tiempo atrás, sabe que solo a mí me permitiría fotografiarlo descuidado, al escuchar el leve sonido aparta sus ojos de sus dibujos sonriendo, Dómine deja sus lápices y rápidamente me atrapa en sus brazos, a pesar de estar cambiando de look cada vez que puede sus ojos pardos no cambian, nos vemos detenidamente tratando de no perder detalle, tanto tiempo sin vernos… entrecierra levemente los ojos y ya sé que se viene, sin afanes coloca sus labios en los míos, pronto se separa riendo, me había advertido que sí pasaba más de un año sin verlo ese sería mi castigo, no sé cómo en medio de una borrachera le conté que jamás había besado un hombre. -¿Y qué se siente besar a un hombre? -Me dice socarronamente, echo mi cabeza atrás producto de la risa, cuando por fin me calmo le hago muecas de fastidio. -¿Qué se siente besar a una mujer? -Replico con mi ceja enarcada, tuerce sus labios antes de contestar. -Sigue sin gustarme, que puedo decirte, ni tú haces cambiar eso… ¿se puede saber por qué tengo que rogarte para que estés aquí conmigo? Sabes que muchos morirían por estar en tu lugar. -Sé que es cierto, sí mi camino no se hubiera desviado de regreso a mi país para manejar los hoteles la decisión de venir no hubiera sido tan difícil para mí. -Jajaja porque soy la mejor en lo que hago y… porque me amas. -Le contesto melosamente mientras mis manos se posan en su rostro, él saca la lengua. -Aprovechada, mejor dime que me traes una propuesta. -Me señala tratando de sonar severo, niego sonriendo, la verdad es que desbordo creatividad, creo que estar enamorada hace que las imágenes fluyan sin control. -Parece que no me conocieras… -Pronto nos enfrascamos en una intensa lluvia de ideas, el trabajo no se hace esperar, sé que estas semanas serán unas de las más movidas de mi vida, pero debo aceptar que lo extrañaba, estar en una oficina todo el día no es mi vocación precisamente. ··············

-No te ves bien. -Lina me ve preocupada, mi bostezo sale sin control, la verdad es que estos días han sido de locos, creí que después de terminar la semana de la moda tendría más tiempo, lejos de la realidad, he visitado galerías, he hablado con colegas, visto lugares preciosos, tomado fotos a todo lo que llama mi atención y siempre termino llegando tarde

de la noche al apartamento familiar, una propiedad más que heredé, a veces olvido la inmensa fortuna que ahora poseo, supongo que es porque no me interesa en lo absoluto. -Gracias por el cumplido… -Le contesto sarcásticamente mientras veo en la pantalla mis grandes ojeras, pues creo que si tiene razón. -Ya sabes que quiero decir, dime ¿cuánto has dormido? -Me replica de forma dulce, sonrío por su preocupación, estos días de distancia me han hecho comprender que ya no voy a poder vivir sin ella. -No mucho, pero hay tantas cosas que hacer antes de volver, tantos sitios que ir, creo que ya cuento con buen material para empezar mi nuevo libro, siento tanta energía que poco he dormido la verdad. -Contesto tratando de organizar mentalmente mi último día aquí. -Sabes que me enamoras cada vez que te escucho hablar así, sabía que tenías que ir. -Me dice mientras sostiene la cabeza en su mano mientras la otra toca la pantalla. -Sí, tenías razón, esta ciudad es mágica… solo necesito un estudio más grande cuando regrese… -¿Y el que tienes en el apartamento? -Me interrumpe con el ceño fruncido. -Es pequeño, necesito más espacio, lo más probable es que busque ayuda con Patricia, no sé… -Entiendo. -Contesta suavemente, nunca dejaré de ser tonta, solo hemos hablado de mi trabajo y no de nosotras, bajo la vista un momento mientras coloco un mecho de mi cabello atrás de la oreja, suspiro pesadamente. -Dime… ¿me has extrañado? -Pregunto con una sonrisa picara, sus ojos se iluminan al acto. -Todo el día te pienso, me haces mucha falta no doy con la hora de volver a tenerte aquí. Dios… es tan hermosa. -Ya casi, solo falta dos días para eso. -Mañana tomaré el avión que me regrese a ella. -No entiendo ¿por qué no quieres que te recoja en el aeropuerto? -Me muero por verla, pero no quiero que trasnoche por mi culpa, dentro de dos días debe encargarse de una reunión muy importante para los hoteles. -Porque voy a llegar muy tarde y tú tienes reunión temprano, además Brigitte me recogerá no te preocupes más por mí… por cierto ¿Cómo va todo con Gonzalo? -Pregunto despreocupadamente tratando que no suene a reproche, sí, han tenido que trabajar de cerca junto con mi hermana, la reunión es para mostrar a futuros inversionistas el plan de remodelación, así que Gonzalo muy a mi pesar ha tenido que estar junto a ella, no dudo de

su amor, pero haber sufrido una vez por traición te deja un sabor amargo, supongo que ahora comprendo mejor a Kelly cuando dudó de mí, es tan fácil hacerlo… -Supongo que bien… él no debería ser problema para ti. -Así que no lo paso por alto. -Eh… -Intento zafarme de sus acusaciones. -Creo que muy pronto será tu cuñado. -Me suelta de la nada, abro bien los ojos mientras acerco mi rostro a la pantalla tratando de ver de cerca si me está hablando en serio, ella sonríe por mi comportamiento. -Así que Sofía no pierde el tiempo. -Asiente con una gran sonrisa. -No… supongo que está en su adn ser irresistible, ya sabes, eso de ser un Devía… Alcanzo a escuchar los ligeros golpeteos en la puerta, supongo que el deber la llama. -Amor creo que tengo que irme, te amo. -Brigitte le habla desde la puerta, supongo que eso es todo por hoy, me manda un beso y la comunicación se pierde. -Igual… -Contesto al aire, dejo caer mi cuerpo en la cama mientras coloco una almohada en mi rostro, grito con fuerza que la amo, demonios!!! Muy pronto se lo diré, solo debo esperar el momento adecuado, con desgano me dirijo a la ducha, es hora de tomar fotos.

Se ve hermosa, su cabello rubio en suaves ondas está recogido en una coleta alta, su dulce voz es rápidamente acatada por sus hermosas estudiantes, todas son pequeñas niñas que no sobrepasan los diez años de edad, nunca pensé que el ballet se viera tan tierno como ahora, trato de no interrumpir la clase y tomar fotos captando la naturalidad del movimiento, las niñas siguen bailando como si se trataran de profesionales, simplemente no existo en el lugar, solo de vez en cuando sonríen cuando han terminado, estoy derretida por sus caritas alegres, me interesa las complicadas posiciones antes de saltar, quiero plasmar la complejidad del movimiento, en realidad creo será el tema principal en la mayoría de las fotos de mi libro. La clase ha terminado, las niñas se lanzan a los brazos de sus madres, creo que haber visitado uno de los centros de arte más famosos del centro de la ciudad fue una idea genial, mi cámara sigue de cerca a la hermosa profesora, la dulzura de sus gestos me tiene atrapada, sus ojos azules se iluminan con la llegada de una atractiva mujer morena, con calma se acerca y la besa tiernamente mientras sus manos se deslizan por el vientre prominente, verlas así me hace soñar, sí… puedo imaginarme a Lina en ese estado y eso hace acelerar mi corazón, desde hace unos días estoy pensando en un futuro con ella y los hijos hacen parte de esos sueños, la morena le canta a la barriguita mientras ella desliza los dedos por su cabello negro, mi cámara sigue toda la escena, en un momento el canto se detiene cuando ella me ve cruzando los brazos mientras enarca su ceja, creo que no es de su gusto que siga tomando fotos, la rubia de ojos azules toma su hombro tratando de calmarla.

-Yo de ti las dejaría en paz, esa latina puede llegar a tener un humor del demonio, no te la recomiendo. -Esa voz a mi lado derecho me hace estremecer, no puedo creer que ella esté aquí, suponía que estaba en algún lugar del mundo jugando, volteo a verla lentamente conservando mi cámara en las manos. -Kelly Adler… ¿se puede saber qué haces aquí? -Ella sonríe, se ve hermosa a decir verdad, más relajada, no como si en sus hombros se estuviera sosteniendo el mundo, su cabello cobrizo está corto a la altura de sus hombros, parece que todo en ella irradia tranquilidad. -Estoy visitando a mi editora… pero la pregunta correcta es ¿qué haces tú aquí? Te imaginaba en tu país manejando los hoteles. -Replica antes de sonreír, guardo la cámara en mi bolso. -Ya ves… sigo trasgrediendo la intimidad de las personas como una delincuente, parece que poco he cambiado. -Creo que no olvidó la primera vez que nos vimos, ese fue su trato cuando tomé fotos sin su permiso, su vista se pierde un momento, supongo que está recordando al igual que yo. -¿Podemos hablar? -Demonios!!! No sé qué tan buena idea sea eso, sé que se lo debo, nos lo debemos por la forma tan triste como terminamos nuestra relación, las palabras de Renee no demoran en hacer eco en mi conciencia. -No sé si eso sea buena idea… sabes. -Coloco mi mano en la nuca tratando de evadir la conversación, he terminado de leer su libro y sé que ese final feliz que le dio con “La pintora de mirar intenso” es el que buscaba conmigo, no quiero confundir las cosas ahora. -Mmm veo… tranquila. -Me contesta triste antes de retirarse dejándome con la palabra en la boca, supongo que eso es todo, una parte de mí duele, duele porque ella fue alguien importante, la quise, tal vez no la amé como a Lina pero si logró darle a mi vida muchos momentos buenos, solo lamento como todo terminó, mis pasos son lentos, la lucha interna es fuerte, decido seguir deambulando por el sitio tomando fotos, tal vez si la encuentre de nuevo hablaré con ella, que sea el destino el que decida esto. Supongo que no era nuestro momento, la busqué en todo el lugar y nada, aun no entiendo cómo piensa seguir su carrera de tenista de elite y escribir, tal vez ese sea su único libro, cuando salgo muchas personas están estacionadas completamente quietas, por un momento estoy desubicada, cuando la música empieza sus coordinados movimientos los siguen, Firework de katy Perry retumba por los parlantes, la busco por todos lados, solo a ella se le ocurriría algo así pero nada, sé que está en algún lugar viendo mis reacciones, niego mientras sonrío, así que se acordó del flashmob, saco mi cámara y tomo fotos del espectáculo, supongo que en su mayoría son bailarines profesionales, sus pasos son sorprendentes, el obturador hace click rápidamente tratando de captar todo, la canción termina y todos se van como si no hubiera sucedido nada, quedo en la mitad de todo completamente sola. -Y entonces… ¿podemos hablar? -Me dice a mi espalda, doy la vuelta hasta quedar de frente, ella me ve con una risita traviesa, muy parecida a aquella vez de los globos, ahuyento la idea negando.

-¿Por qué has hecho todo esto? No era necesario, yo… -Me acerco a su lado lentamente, como dudando de si hacerlo o no. -Con Helena Devía jamás la he tenido fácil… si no es grande y único no me das ni las más mínima oportunidad… yo solo quiero que hablemos, mostrarte esta increíble ciudad que jamás descansa, tal vez comer por ahí… -Yo… está bien, vamos a tener esa charla que nos debemos, pero quiero que tengas algo muy claro… -Ella espera impaciente a que termine de hablar. -No es una cita. -Será como tú digas.

Estamos comiendo en un pequeño local, estaba hambrienta a decir verdad, cuando estoy concentrada en la fotografía el día avanza sin que me dé cuenta, solo cuando mi estomago rugió decidí aceptar comer con ella, nunca imaginé poder hablar relajadamente sin el dolor presente de la última vez. -Me alegra que estés devuelta en la fotografía, eso sencillamente es lo tuyo. -Ella me ha acompañado a lugares donde nunca pensé en encontrar buenas tomas, como un pequeño parque donde algunos chicos practican parkour, hemos charlado de mi nuevo proyecto y ha logrado captar mi idea, debo aceptar que es buena guía. Sabes… deberías tomar las fotos para la portada de mi libro, necesito a alguien que sepa trasmitir mi idea y creo que serías perfecta. -No sé si pueda hacerlo en realidad, tengo muchos compromisos… pero me gustaría. Dudo un momento si hablar o no, pero es hora de resolver muchas cosas inconclusas de las dos. -¿Cómo piensas seguir en las canchas y escribir? -¿Acaso no sigues las noticias? -Pregunta confundida mientras lleva una papa frita a su boca. -Desde que te vi en primera plana besándote con Andrea renuncié a la idea. -Es inevitable que suene a reproche, la verdad es que me dolió lo rápido que me olvidó. -En serio que el destino es cruel, sabes… de todo tenías que precisamente ver eso. -Tuerce los labios, no entiendo nada. -Verás… tuviste razón todo el tiempo, después que terminamos entendí que jamás me habías engañado, tuve que revivir tu mirada de decepción una y otra vez, pasé días entrenando hasta el cansancio para no derrumbarme y bueno, Andrea venía insistiendo en tener algo pero yo no estaba segura siquiera de estar con alguien de nuevo, estaba muy triste para intentarlo, así que seguí empeñada en jugar y llegó lo que tanto esperé y al mismo tiempo temí, fui la número uno en el ranking… todo pasó rápido, Andrea me besó de la nada pillándome por sorpresa, así que ahí estaba, se suponía debía ser feliz, pero no, me sentía sola, hueca y comprendí todo lo que me decías, al día siguiente en rueda de prensa renuncié al tenis, ya no me divertía. -Una tenue sonrisa triste se dibuja en su rostro mientras coloca la vista en su plato, no sabía nada de su vida, solo me dejé llevar por la rabia. -Hubieras visto la reacción de Andrea… se le acabó el

amor que decía tener por mí, ella solo amaba una parte, la de tenista consagrada, así que quedé sola, bueno no sola, mi familia me ha apoyado en todo este proceso… ahora escribo, eso me hace feliz o por lo menos calma toda la amargura que me tenía en una parte oscura de mi ser. -Me alegra saber que estás más tranquila, sabes… puedes renegar de la familia pero al final, solo ellos te quedan. -Sus ojos se estrellan con los míos mientras ella asiente, tanto tiempo que renegué de la mía y ahora… mi padre tenía razón. -Sí, ahora me siento libre, no pienso en ser la mejor, solo en seguir en el camino de encontrarme y bueno, toda mi vida escribí, solo necesite retomarlo, pasé días y noches escribiendo el libro que te envíe… espero le hayas dado una oportunidad. -Bajo la mirada mientras mis dedos se deslizan por mis cejas, por un momento siento nerviosismo y no sé de qué. -Kelly yo leí tu libro, la verdad es que no pensé que me lo hicieras llegar pero agradezco que hayas decidido cumplir esa promesa, me permitiste ver tu alma en cada línea, ahora entiendo muchas cosas y eso me ha ayudado a comprender el porqué de querer olvidar todo lo que despertó la aparición de Liam, yo nunca descifré toda esa situación… lamento tanto no haber podido ayudarte, eso es algo que aun me duele. -Helena… -Toma mi mano encima de la mesa, la retiro como reflejo. -Lo siento, no quiero incomodarte. -De nuevo el nerviosismo me asalta. -Sigue por favor. -La insto para que continúe, ella asiente mientras busca las palabras en su mente. -Nadie podía hacerlo en realidad, él significa una parte que quise enterrar, no quería aceptar que amé a mi madre y al mismo tiempo la odié por haberme dejado sola, su decisión de suicidarse estando en casa… aun no lo comprendo, pero lo intento, solo sé que no puedo juzgarla y a decir verdad intento entenderlo a él también, solo es un hombre enfermo que nunca pudo olvidarla. -Quisiera decir que entiendo… siempre pensé que mi niñez no fue fácil y conociendo toda tu historia comprendí que a veces nos gusta quejarnos sin ver que los demás también sufren, la verdad es que te admiro, solo alguien tan valiosa como tú podría salir adelante, eres una gran mujer. -No digas eso por favor. -Es verdad… agradezco que hayas pasado por mi vida. -Soy sincera, ella estuvo en momentos difíciles, llenó mi vida de alegría, de ternura, no, no podría arrepentirme de haber sido su novia. -Yo… Helena quiero disculparme. -Frunzo el ceño incomoda, nunca me gusto el acto de pedir perdón, ver a mi padre hacerlo cada vez que engañaba a mi madre me hizo odiar ese

acto de constricción, la verdad es que prefiero que las personas cambien esa parte que lastima a los demás en lugar de estar pidiendo disculpas, se vuelve un acto vacío y sin sentido, ella ve mi molestia. -Ya sé que no te gusta, nunca entendí el porqué, pero esto es diferente, yo si te lo debo, te lastimé aunque esa nunca fue mi intención, me dejé llevar por los celos y terminé hiriéndote de la peor forma. -Kelly solo quiero que sepas que no te odio, nunca podría hacerlo en realidad, no guardo ningún resentimiento, las dos nos equivocamos, quisimos aferrarnos a una relación que dejó de funcionar por nuestros miedos, por no ser honestas… -Ella levanta levemente las cejas, sé que está confundida. -No me veas así, sabes que si no quisimos hablar de ellas era porque no queríamos renunciar a su recuerdo. -Sí, después de darle vueltas al asunto esa es mi deducción, para las dos era difícil decirle adiós a una parte de nuestras vidas que nos dio felicidad. -Supongo que tienes razón. -Contesta desganada mientras sus nudillos golpean suavemente la mesa, levanto la vista y veo que ya oscureció, es hora de volver. -Creo que es hora de irnos. -¿Me permites acompañarte?… ya sabes, por los viejos tiempos. -Pregunta suavemente, mis labios dibujan una tenue sonrisa, hay cosas que nunca cambian. -Está bien, supongo que no dejas tus actitudes de perfecto caballero. -Como olvidar que esa fue una de las tantas cosas que me enamoraron de ella, nadie antes me había tratado de esa forma, supongo que todas esperaron que ese fuera mi papel, como si la vida se tratara de interpretar roles, a veces el mundo es tan cuadriculado en la forma de pensar.

El camino es silencioso, solo unas pocas palabras de cosas triviales han irrumpido con la discreta marcha, del clima principalmente, supongo que eso es todo, de algún modo hemos encontrado tranquilidad en esa corta conversación aunque siento que algo falta, no sé qué… los pasos acortan la distancia, la puerta del edificio nos indica el final de este encuentro. Hemos llegado… -Me detengo un momento tratando de dilucidar como despedirme, ¿acaso cómo una amiga más?, no, no sé si todavía pueda verla de esa forma, ¿cómo una conocida?, eso es muy impersonal para todo lo que vivimos juntas, mmm, mi entrecejo se arruga levemente en búsqueda de una respuesta mientras mis manos juegan con las llaves, ella ve detenidamente mi extraño comportamiento y por un leve momento sonríe antes de que sus labios tomen por asalto los míos, quedo estática, no le correspondo pero no la separo al acto, sí, es un hecho, dejé de sentir esa extraña agitación cuando me besaba… yo solo deseo besar los labios de Lina, la separo colocando mis manos en su pecho parpadeando un par de veces. -Esto no está bien… yo. -Ladeo la cabeza levemente, esto no debió haber pasado, carajo!!! -Estás con ella ¿cierto? -Asiento tenuemente, sus ojos grises se entristecen.

-Sí, lamento no haberlo dejado claro desde el comienzo. -Torpe, torpe, torpe!!! -Discúlpame, pensé que así lo querías… no debí hacerlo sin tu permiso. -Se quiere ir y sé que no debo dejar las cosas así, la retengo en mis brazos mientras ella intenta poner resistencia. -Espera, no te vayas así… ¿puedo invitarte un café? -Me separo un momento para verla de frente. -Pensé que ya habíamos hablado todo. -Su voz es sombría. -No, todavía no… solo sígueme. -Tomo su mano y ella duda un momento pero finalmente decide estrecharla, sé que esto es lo mejor.

Coloco la cafetera a funcionar, estoy tratando de poner en orden mis ideas, ella sigue esperándome en la sala, creo que está un poco desconcertada con todo lo que ha sucedido, debí haberle dicho desde el comienzo que estaba con Lina, demonios!!! -Ten. -Le paso la taza humeando, ella la recibe amablemente. -Gracias. -Me acomodo a su lado, Kelly bebe lentamente de la taza. -Esto es incomodo, yo no debería estar aquí. -Dime algo… -Kelly hace un leve ademan para que prosiga. -¿Qué viste en mí?, digo… yo era todo lo que debías haber evitado. -Jumm, no sé… debo aceptar que al comienzo me dejaste intrigada con tu pose de chica ruda, supongo que esa ha sido siempre mi fijación con los hombres y las mujeres… admito entonces que eras mi tipo aunque pensé que iba hacer algo de un momento, como todos, pero… -Suspira pesadamente. -Pero después cuando hablamos en la piscina, no sé, algo hizo click, veías en mí algo diferente, algo que nadie había querido ver antes y cuando me propusiste esa descabellada competencia vi la oportunidad perfecta de conocerte más, sabes… descubrí que solo eras alguien con miedo, detrás de esa falsa arrogancia se escondía alguien que había sufrido y no quería volver a pasar por lo mismo, creo que me identifiqué, y me enamoré de ti… supongo que así sucedió para mí. -No puedo creer que todavía dudes que me enamoré de ti. -Levanto su mentón tratando de conectar su mirada con la mía. -Es difícil no enamorarse de ti Kelly Adler, quiero que por favor no dudes eso, solo que… -No me amabas… no como a ella. -Termina la oración con un tono amargo. -Sí, puedes querer a muchas personas en tu vida y solo amar a una, y ella es el amor de mi vida, Kelly quiero ser honesta contigo, te lo debo, nunca fui infiel pero de aquí. -Deslizo mis dedos por mi pecho. -Ella nunca salió, por más que lo intenté, en serio quise reprimir

ese sentimiento pero Lina me puede, yo no fui honesta con mis emociones, quise aferrarme a ti por las razones equivocadas, fui egoísta, Kelly, tú mereces alguien mejor que yo, alguien que te ame sin reparos, sin dudas y esa… esa no soy yo. -Ella me ve detenidamente analizando todo lo que acabo de revelarle. -No sé qué decir, solo que si querías hacer doler el alma lo has logrado. -No, no es eso, no quiero que te sigas culpando de nuestra separación, eso era inevitable, no quiero que te aferres a mi recuerdo, entiéndeme… dime, ¿alguna vez me viste en cámara lenta?… cómo si el tiempo se detuviera y te paralizas de miedo al sentir ese estremecimiento que te da darte cuenta que tu vida acaba de cambiar. -Lina es mi otra mitad, ahora comprendo mejor todo, las palabras de mi padre retumba en mi cabeza, siempre tuvo razón. -No… ¿me estás diciendo que no te amé? -Pregunta arrugando levemente la frente, suspiro pesadamente. -Kelly, afuera existe alguien para ti, alguien con quien vas a vivir todo eso y te va a dar miedo, créeme… no soy tu amor, solo te pido que no te escondas…te ruego que les des una oportunidad a ese alguien a pesar de que tal vez no era quien pensabas, lo mereces. -Nunca pensé hablar así contigo… gracias. ··············

Vuelvo a intentar comunicarme y nada, ella no responde, sé que la reunión era en una ciudad cercana pero Lina debería responder, diablos!!! Mis uñas rozan repetidamente mi nuca, ashhh la extraño demasiado. -Te puedes calmar, me tienes nervioso. -Mi hermano me recrimina, resoplo fastidiada, no he tenido contacto con Lina desde la última vez que nos vimos por Skipe. -No… ¿a qué hora terminaba la reunión? -Supongo que tuvieron algún inconveniente, no sé, estoy hecha un manojo de nervios. -Ella está haciendo algo importante, solo… ten paciencia. -Volteo a verlo rápidamente, mmm esto es sospechoso. -¿Qué sabes? -Le pregunto entrecerrando los ojos, él sonríe, ashhh ¿Por qué le parece divertido? -Que impaciente… ves ahí la tienes, las dejo par de tórtolas. -Se acerca y me da un sonoro beso en la frente, saluda alegremente a Lina antes de cerrar la puerta de mi oficina, mi corazón se acelera al verla… Dios se ve preciosa en su traje de mujer ejecutiva.

-Te extrañé tanto… me tenías en ascuas. -Me levanto de la silla y la beso con ansias, tanto tiempo sin verla, sin sentirla, no sé cómo aguanté. -Lo siento, estaba ocupada en algo. -Vuelvo a besarla mientras termino de traerla a mi cuerpo, su blusa queda arrugada por el atrape de mis manos, descanso mi frente en la suya, mi respiración es irregular al igual que los latidos de mi pecho. -¿Qué tal New York? -Me pregunta mientras sus manos se deslizan por mi rostro, su calorcito me hace tanto bien, mis ojos se cierran a su toque. -Genial, me la pasé de lujo, tengo tanto material, la presentación de Dómine fue la mejor, conocí gente talentosa, visité galerías, bueno ya sabes… te agradezco que me hayas hecho ir. -Sus besos en mi rostro me hacen estremecer. -Lo sé. -Abro los ojos, su tono de voz se sintió… extraño. -¿Por qué no contestabas mis llamadas? -Lina me ve intensamente. -Estaba ocupada ya te dije, pero creo que lo mejor es mostrarte en qué. -Me extiende su mano y no demoro en enredar sus dedos con los míos, estoy impaciente, no sé qué trama, me lleva a una parte del hotel poco transitada, me inquieta un poco el silencio, de pronto nuestra caminata llega a su fin, suelta mi mano para abrir lentamente una gran puerta que solo muestra oscuridad, el sonido del interruptor de la luz enseña una réplica casi exacta del estudio en Paris, escasamente bajo saliva. -Esto es… Dios estoy sin palabras. -Entro al lugar tratando de procesar la idea de que Lina, mi Lina ha hecho esto para mí, recorro todo el sitio como chiquilla. -Tu cumpleaños es muy pronto y quería darte una sorpresa, Renee y Brigitte me asesoraron, solo quiero que tengas un lugar donde puedas seguir mostrándole al mundo lo maravillosa que eres. -Volteo a verla con los ojos ligeramente cristalinos, mi pecho sube y baja rápidamente, Lina sigue ahí con el ceño fruncido. -Me estas matando. -No le doy tiempo a replicarme nada, la beso con deseo, con amor infinito que desbordo sin control, que la persona que amas haga esto por ti hace que todo tu ser se estremezca, ella se separa levemente con sus labios hinchados, y en medio de toda esta maravillosa escena veo mi fotografía junto con Dómine en la primera plana de unos periódicos que están encima de un pequeño escritorio. -¿Y esa pila de periódicos? -Me acerco y voy leyendo los encabezados, es un artículo de mi visita a New York. -Los recopile para ti, todos te nombran, creaste un caos total al tomarte por asalto las avenidas de New York para las sesiones fotográficas de Dómine. - Ella ha pensado en todo, tiene razón, llevaba mucho tiempo sin aparecer en escena que cuando lo hice, lo hice en grande, Lina está a mi lado viendo todas mis reacciones. -No puedo creerlo. -Son muchos, parece que siguieron todos mis pasos.

-Siempre fue ella ¿cierto? -Suelto el periódico al acto, volteo a verla y ella sigue ahí con su mirar intenso, no me gusta para donde va esto. -¿De qué hablas? -Pregunto tímidamente, ella saca de abajo uno de los periódicos y me lo pasa, deslizo mis ojos por el papel hasta toparme con una imagen que hace detener mi pulso, demonios!!! Malditos paparazzis del demonio, ¿cómo es posible que no los viera mientras estaba con Kelly?, -No es lo que estás pensando. -Trato de acercarme pero ella da un paso atrás, está decepcionada, lo sé, su mirar me está rompiendo el alma. -Tranquila… ya entiendo cuando decías que solo caerías con sentimientos de por medio. Maldita sea!!! Malditas palabras, mis ojos se aguan. -Lina por favor déjame hablar, te lo ruego. -Mis manos intentan rozar las suyas pero ella no lo permite, esto no puede estar pasando, trago saliva de mala manera, estoy paralizada, Lina se acerca y me besa, mi corazón se termina de romper. -No lo intentes más… fui muy egoísta al querer comprometerte a sentir algo que ya murió. -Mis lágrimas bajan como pequeños suicidas. -Gracias por la oportunidad. -Se va dejándome sola, sola con este dolor, le fallé, le prometí que nunca le haría daño y lo estropeé, soy una idiota, cierro con furia mis puños, retiro las lágrimas, no, me niego a perderla, ella es mi alma gemela, “¿qué quieres ser víctima o sobreviviente?”, no, no voy a volver a renunciar a Lina como una cobarde, si mi nana estuviera viva no me hubiera dejado desistir, Lina es mi otra mitad y es nuestro destino estar juntas, no voy a desfallecer solo por un mal entendido estúpido, es hora de demostrarle que la amo con todo mi ser, es hora de que sepa que solo con ella puedo ser feliz, ella va a tener que escucharme.

XLIII Nunca imaginé en mi vida estar bajo estas circunstancias, pero ella lo vale, sonrío mientras camino con el ramo de flores que preparé para Lina, sí, solo por ella me metería en jardines ajenos a robar flores amarillas a pesar de que he tenido que huir prácticamente por mi vida cuando perros rabiosos me persiguen, solo por hacerla sonreír aunque sea un poco haría un bouquet envuelto en una delicada hoja de seda junto a su dibujo, sí, no soy buena con las palabras como Lina pero dibujando es otra cosa, solo espero que ella me dé la oportunidad de hablar, solo pido eso… me niego a ser siempre tan débil con las cosas del corazón, estamos hablando de mi vida, de una vida junto a ella, no, a eso no pienso renunciar… levanto la vista y me encuentro a Silvia que me ve entrecerrando los ojos justo después de cerrar la puerta de la oficina de Lina, supongo que ella ya le contó todo. -No sigas, dale espacio. -Me dice al tiempo que me saluda de beso en la mejilla, su barriguita ya casi no nos deja acercarnos. -Tú no entiendes, no es lo que estás pensando, con Kelly no sucedió nada. -La veo directamente a los ojos para vea que mis palabras son ciertas, ella me estudia y finalmente asiente.

-Te creo… en serio que sí, pero comprende, esas fotos… -Maldición!!! Ese malintencionado periódico tomó fotos de todo, del flashmob, de nuestro recorrido por la ciudad, de ese maldito beso que no fue nada, no puedo creer que haya llamado tanto la atención, nunca entenderé el porqué de esa insana obsesión por saber de la vida de los demás. -Las fotos en manos irresponsables no muestran la verdad. -Silvia respira pausadamente, vuelve a asentir mientras tuerce sus labios pensando qué decir. -Carolina está dolida, ella piensa que Kelly es la indicada para ti, que solo ella puede hacerte feliz. -No puedo creer que piense eso, por Dios!!! Pero debo aceptar que eso es mi culpa, no le dije que la amaba, no le hice entender que solo ella es mi destino. -No!!! Ashhh si tan solo me dejara hablar. -Resoplo con desgano. -Te aseguro que si sigues presionando no vas a conseguir nada. -Me dice apretando mi mano, no sé que busca al intentar que desista de mi misión de estar junto a Lina. -Sé que siempre has querido lo mejor para las dos, pero comprende, no puedo vivir sin ella. -Ella sonríe, supongo que sabe de lo que hablo. -Está bien… solo no sigas haciendo estupideces. -Asiento mientras me despido… trato de controlar las emociones, golpeo ligeramente la puerta pero nadie responde, espero un momento y al no escuchar respuesta decido entrar de una buena vez, ella levanta la vista al sonido de la puerta abrirse, se ve preciosa, pero su mirar triste sigue ahí, bajo saliva y me acerco a su escritorio con las palpitaciones en la garganta. -Solo voy a dejar esto aquí y no me veas así, lo seguiré haciendo hasta que me dejes hablar. -Llevo cinco días trayéndole flores, la conozco, debo ser paciente aunque ese nunca haya sido mi fuerte, las primeras me las devolvió sin siquiera hablarme, solo aceptó finalmente las anteriores, en todas coloqué una pequeña nota pidiendo hablar, ella retira la mirada y me ignora, me duele estar así, pero decidí ser firme, luchar por ella y esta vez va a ser para siempre. -Será como tú quieras, esperaré paciente a que me dejes explicarte todo. Me retiro, eso es todo por hoy, por lo menos esta vez me vio, debo resistir sin desfallecer.

Estamos revisando con Brigitte que todo quede en orden para la sesión de fotos en el parque San Martin, Dómine aceptó mi propuesta de hacer allí las fotos, los permisos ya están listos, las modelos están contratadas, solo checamos que nada quede por fuera, el único inconveniente a resolver son las maquinas que hagan nieve artificial, sí, culpemos al cambio climático… Brigitte sigue concentrada en la pantalla, descanso la cabeza en mi mano derecha, solo necesito que Lina entienda que solo con ella puedo ser feliz… el suave golpetear nos hace detener, solo puede ser Lina. -Siga. -Ella entra con el ceño fruncido, nuestras miradas se conectan, todo se vuelve a diluir con tan solo una mirada, el carraspeo de Brigitte nos hace desistir de seguir.

-Yo las dejo, tengo cosas que hacer… -Brigitte se levanta llevándose el portátil y los documentos, escasamente puede con todo, ni siquiera voltea vernos una última vez, supongo que intuye que se avecina tormenta en esta oficina. -Eh… sí. -Contesto justo antes de que cierre la puerta, ignoro si me ha alcanzado a escuchar, Lina coloca una mano en su cintura mientras camina de un lado a otro, verla así hace que trague saliva. -¿Qué pretendes? -Pregunta con sus ojos oscuros, Dios, está enojada como pocas veces la he visto y a mi pesar esas veces ha sido por mí, trato de mantener la compostura. -Hablar, solo permíteme eso. -Le digo levantando las manos en señal que se detenga, me tiene mareada. -No… tú tuviste cinco años y un océano de por medio para olvidarme, para superar el daño que te hice y tú… tú no me has dado ni cinco días para hacerlo. -Me señala furiosa, mi corazón empieza a romperse, ¿acaso pretende olvidarme? -Yo no quiero que me olvides, entiéndeme. -Mi voz trata de quebrarse. -No, entiéndeme tú, me duele, verte hace que mi corazón se achique, no puedo más. -Sus ojos se aguan y los míos le siguen, Lina baja saliva antes de seguir. -Tan solo… no lo intentes más te lo ruego, prometí ser tu amiga sino funcionaba y te lo pienso cumplir, pero no sigas, me estás lastimando. -Eso es todo, mi corazón se acaba de quebrar en miles de pedazos, hubiera deseado que me reclamara, que mi hiriera con miles de agravios, pero no que hubiera dicho eso, acaba de enterrarme en vida, maldita sea!!! El ruido del portazo hace que reaccione, ella ha decido dejarme, abandonarme a mi suerte, tomo mi blazer y salgo, no hay nada que hacer aquí, mis ojos arden sin control. -Helena, Dómine acaba de llamar para… -Brigitte me estaba esperando afuera, no quiero saber de nada. -Cancela todo. -Ella me sigue, solo percibo sus pasos detrás mío. -Que!!! No estarás hablando en serio, las modelos ya confirmaron, las muestras no demoran en llegar, tú nunca has incumplido un contrato de trabajo… -Toma mi mano para que me detenga, volteo a verla con las lágrimas en el rostro, su cara de desconcierto lo dice todo. -Nada importa… para tomar fotos necesito mi alma y yo ya no la tengo. -Suelta mi mano y sigo mi camino, quiero desaparecer.

Cuando quiero huir recurro al alcohol, sé que es el peor mal para una depresión, pero en contra de toda razón la estupidez siempre prevalece, y yo… yo no soy la excepción, pido

que vuelvan a llenar el vaso, el bartender se acerca arrugando el entrecejo, sirve mientras supongo se pregunta cómo aguanto tanto, creo que soy su espectáculo particular, qué más da, nada importa… ella se sienta a mi lado completamente extrañada de mi apariencia, sus ojos miel iguales a los míos no pueden creer mi estado, me molesta que me vean fijamente, sí, no he podido cambiar eso. -¿Qué haces aquí? -Decido preguntar antes de beber de nuevo, me pregunto cómo me habrá encontrado. -¿Qué crees? Brigitte me dijo que te vio muy mal, así que te busqué por todos los bares de la ciudad hasta que te encontré… deja de beber de esa forma. -Intenta retirar el vaso y en medio de mi ebriedad conservo los buenos reflejos, no se lo permito. -No te metas en mi vida, esto no te incumbe. -Escupo las palabras, ella decide soportarme, para qué, ¿acaso que le importa si muero o no en whiskey? -Las cosas pueden mejorar, no pierdas la fe. -Me dice de forma dulce colocando su mano sobre la mía. -No sigas, solo déjame en paz Sofía. -Mi hermana suspira pesadamente, sí, ya la estoy sacando de casillas, me tenía extrañada su tolerancia, ese nunca ha sido su fuerte. -No, no pienso hacerlo. -Aprieta los dientes, solo deseo que me deje sola, mi bienestar no es su responsabilidad. -Que no me jodas!!! -Levanto la voz, ella se sobresalta a mi grito, extiende sus manos encima de la barra mientras descuelga la cabeza a un lado, sí, ya logré sacarla de casillas. -Está bien, está visto que no me vas a escuchar. -Se retira dejándome sola, vuelvo a pedir al bartender que llene mi vaso, el tipo parece divertido conmigo, sonrío cuando termina de servirme, idiota!!! Sofía vuelve a tomar asiento a mi derecha, frunzo el ceño mientras vuelvo a beber, suponía que estaba lejos, ella sonríe como tonta, ¿y está que se trae? -Helena María Devía levanta tu trasero que nos vamos. -Esa voz a mi espalda hace que por poco deje caer el vaso, Sofía se ríe socarronamente, así que eso era lo que tramaba, mi madre decide tomar asiento a mi izquierda, ve todo con desdén, supongo que no es propio de una mujer como mi madre estar en un bar de estos, ella era de las que preferían beber en la comodidad de su casa. -Mamá. -Hablo fastidiada, ella en ningún momento ha dejado de verme con su ceja enarcada dándome a entender que está hablando en serio, parezco una chiquilla regañada por su mami, ashh!!! -Mamá nada, no puedo creer que tenga que sacarte de un bar en esas condiciones. -Me señala seria, bajo la mirada. -No sigas, solo déjenme en paz. -Mi voz se apaga.

-No, como madre te he fallado tanto que ya no puedo contar las veces con los dedos de mis manos y me duele, pero más me duele verte así, sabes muy bien que no vas a encontrar la solución al final de un vaso de alcohol, eso te lo puedo asegurar. -Mi llanto empieza, ella me toma entre sus brazos, ¿por qué la vida tiene que ser tan difícil? -No quiere escucharme… le duele verme, ¿cómo se supone que le voy hacer entender que sin ella muero? -Mi voz se quiebra en cada palabra. -Ven, nos vamos a casa… -Levanto la mirada, no puede estar hablando en serio. -Sí, ni creas que te vas a quedar sola en ese apartamento, Sofía llama a tu hermano para que me ayude. -Mi hermana asiente mientras mi madre paga la cuenta, se queda un poco muda al ver la cantidad que he bebido, de un momento a otro siento los brazos de mi hermano que me envuelven para llevarme alzada, mi hermana y mi madre caminan a nuestro lado. -¿Por qué hacen esto? -Pregunto conmovida por todo. -Porque somos tu familia, te amamos y sabemos que vas a salir adelante, solo necesitas fe. -Mi hermano me ve seguro de sus palabras.

··············

-¿Ha preguntado por mi? -Llevo tres días en casa de mi madre, solo me he levantado de la cama para lo básico, no he querido hablar con Brigitte ni me he animado a jugar con Pierre, simplemente la depresión se apodera de mí ser, estamos en la mesa del jardín, mi madre insistió que tenía que tomar algo de aire, Eduardo me ve preocupado por mi aspecto. -A mí no, pero sí a Brigitte… en la oficina he dicho que estás enferma, que solo regresarás para la última visita en el hotel San Martin en dos días. -Termina de hablar para inmediatamente beber la soda que pidió apenas llegó. -¿Dos días? no… no puedo. -Ver como intenta olvidarme es un castigo muy cruel que no deseo seguir imponiéndome. -Vas a tener que hacerlo, yo no puedo ir y descuidar el hotel, además le has dejado todo el trabajo a ella… -Ya no le importo… -Lo interrumpo, supongo que para ella solo represento una obligación, una responsabilidad que cumplir. -No digas eso, se ve la tristeza en sus ojos, es solo que está dolida, es igual que cuando pasé por lo mismo con Karen, ¿Por qué no acoges el mismo consejo que me diste? -Volteo

a verlo con desgano, no es lo mismo, yo no fui infiel, eso solo fue una maldita serie de eventos en cadena que terminaron jodiendo todo. -¿Cómo hacerlo si ella no puede verme sin que la lastime? -No te rindas, ella te ama, lo sé. -Eduardo toma mi mano, la retiro suavemente para cruzar los brazos, tengo frío, es como si mi cuerpo se negara a producir calor, cómo si… cómo si estuviera muriendo. -No, ya nada tiene sentido. -Hazle caso a tu hermano, sé que ustedes van a estar juntas para tu cumpleaños. -Mi madre llega a la mesa, ¿acaso qué fecha es? -¿Cumpleaños? -Pregunto sin atinar a dilucidar la fecha exacta en la que estamos, así de mal estoy. -¿Acaso olvidaste tu propio cumpleaños? -Mi hermano me ve extrañado, supongo que piensa que he perdido la razón, no está muy lejos de la realidad. -No quiero celebraciones. -Me niego a celebrarlo, no hay nada porqué hacerlo. -Nada de eso, vamos a realizar una pequeña reunión en familia, ya invitamos a Silvia y a Natalia, así que más te vale que aquí llegues con Carolina agarradas de las manos, así como cuando estaban en el colegio. -Mi madre habla con propiedad, nadie entiende que están pidiendo demasiado. -No sé cómo quieren que haga eso. -Me levanto, esta conversación no va para ningún lado, sigo con frío, ya va anochecer, lo mejor es buscar algo de calor en las sabanas. -¿Para dónde vas? -Mi madre pregunta preocupada. -A la cama, no quiero pensar más. -Le contesto sin siquiera voltear a verla, no quiero más reproches, ni consejos, ni intentos vanos de subirme al ánimo, es agotador… doy vueltas apretando las piernas a mi pecho, sé que mi espalda va a doler mañana, pero debo subir mi temperatura, Dios, ¿en qué momento complicamos tanto las cosas?, nos amamos con locura y ni así hemos podido ser felices, supongo que es nuestra culpa, las complicadas somos nosotras, quisiera volver al punto donde todo era más sencillo… la oscuridad de mi habitación solo es irrumpida por la delgada línea de luz debajo de mi puerta, afuera todos intentan vivir y yo… yo solo lucho por no morir, ¿Cómo lo estará haciendo ella? Suspiro pesadamente mientras el suave andar de mis lágrimas me hace estremecer, si tan solo ella viera que me está matando… debo dormir, es lo mejor para escapar de mi realidad, sonrío al aire, es imposible hacerlo sin alcohol, mi madre se ha encargado de eso, así que solo queda dormir, soñar con momentos mejores, con momentos dulces, con ella…

Estamos en su cama sin decir nada, llegue hace tres horas, tres horas en las que solo hemos escuchado música en su habitación, solo ella me comprende, solo ella sabe disfrutar el silencio conmigo, nunca entenderé el porqué de sentirme tan a gusto con una persona que llevo poco de conocer, pero así es. -Supongo que tú familia te tienes así, ¿te han llevado de nuevo al psicólogo? -Volteo a verla y niego con la cabeza, vuelvo apuntar la vista al techo, mi familia me tiene harta, no entiendo tanto interés de que vuelva hablar, ¿para qué? en esa casa no le importo a nadie, a la única que le importaba se fue dejándome sola. -Sabes algo, los entiendo, el hecho que no quieras hablar es preocupante, sé que lo de tu nana te duele y lo que sucedió en el discurso no fue una experiencia agradable pero… -No quiero hablar con ellos, y si hablo… contigo. -Es verdad, me he vuelto una ermitaña, solo Lina puede sacarme de la cárcel emocional a la que yo misma me he condenado. -Lo sé, pero eso es porque te aguanto tu mal humor, eres una gruñona. -Frunzo el ceño, ella sonríe, creo que toma provecho de que me sienta tan a gusto, fuera otra persona ya la habría mandado al demonio. -No me digas así. -Le digo completamente seria, a Lina solo le causo más gracia cuando estoy en este estado de apatía. -Jajaja pero si lo eres, pero eso se cura con… cosquillas!!! -Se lanza encima mío tan rápido que no alcanzo a moverme, sus dedos pronto los siento por todo mi vientre, los espasmos no demoran en hacerse sentir, odio que me haga eso, solo a ella se lo permito, aunque no entiendo todavía el porqué. -No, ya deja… Lina, espera jajaja, me rindo jajaja ya!!! -Se detiene por fin. -Está bien. -Me dice sentándose encima de mi cuerpo, bajo saliva, desde aquella vez en la cima de la colina cuando nuestros labios se rozaron por accidente me siento extraña con ella, cada vez que estamos en esta clase de situaciones hace que sienta un hormigueo en mi cuerpo, no sé qué es, solo que me pone nerviosa. -Helena tu madre acaba de llamar, dice que no olvides el compromiso de las tres en punto, ni un minuto más ni uno menos. -La señora Lorena habla detrás de la puerta, no le agrado, lo sé ¿Qué pensaría de vernos así? -Gracias señora. -Contesto amablemente, pronto sus pasos indican que se ha retirado. -Tu madre no me quiere. -Lina me ve fijamente, sus ojos verdes estudian mis palabras, ladea levemente el rostro haciendo que su larga caballera caiga a ese lado. -Quisiera decir que no es cierto, pero… ¿por qué tenías que venir con esa camiseta?, ya sabes que piensa ella del metal. -Mis ojos se clavan en mi camiseta negra, siempre olvido que su familia piensa que el metal es música de Satanás y eso en esta casa no es bien visto. -No tenía más ropa limpia. -Contesto con simpleza mientras mi risa empieza.

-Jajaja eres una descuidada. -Las risas de las dos recorren la habitación, suspiro pesadamente, ya casi es hora de irme, solo espero que mi madre no me haya traído otro psicólogo, me tienen molesta con la misma maldita pregunta “¿y cómo te sientes al respecto?” Ashhh!!! -Ya deja esa cara, tal vez no sea un psicólogo nuevo. -Nunca entenderé cómo es que ve a través de mí, es aterrador y al mismo tiempo… -Eso espero, si lo es, juro que me escapo. -Ya lo he venido pensando, tomaré la bonita y que sea el camino mi nuevo compañero. -No digas tonterías. -Pellizca levemente mi costado, de nuevo el hormigueo y esa sensación de vacío en el estomago, no quiero ponerme más nerviosa. -No crees que es hora que te bajes. -Ella me ve desde arriba, supongo que le gusta verme así… indefensa, asustada, frágil. -Mmm no… de aquí no me bajo hasta que cantes la siguiente canción, quiero escuchar tu voz. -De todo lo que pudo haber pedido me sale con eso, pero si no me gusta cantar, la que canta es ella y que buena voz, es por lo único que voy a la dichosa misa. -Lina sabes que no canto. -Lo vas a tener que hacer, de lo contrario aquí me quedo. -Cruza los brazos mientras ejerce mayor presión de su cuerpo, bajo saliva, ella no debería estar haciendo esto. -Eres una aprovechada. -Puede ser, tú decides… ya casi son las tres, ya sabes cómo se pone tu madre cuando llegas tarde, debe ser por eso que siempre llegas a última hora a todo, te encanta llevar la contraria… ¿y bien? -No tengo salida, es cantar o seguir así. -Cantaré solo la que sigue… pero bájate. -Sonríe y se baja de mi cuerpo, vuelvo a respirar bien, me coloco en pie esperando impaciente a saber cuál es la canción elegida… jajaja de todas las que pudieron haber sonado en la emisora preciso una de The Rolling Stones, sí… Anybody seen my baby es la escogida, perfecto, por lo menos me gusta. -“She confessed her love to me, then she vanished on the breeze, trying to hold on to that was just impossible” -Lina sonríe, creo que no pensaba que fuera a ser capaz de hacerlo, ni yo lo creo todavía, ella se acerca cada vez más a mí logrando inquietarme. -“Close my eyes it's three in the afternoon, then I realized that she's really gone for good” -Las dos sonreímos, solo ella podría lograr que cantara, pero no puedo negar que me siento bien a pesar que es la primera vez que lo hago. -“Anybody seen my baby, anybody seen her around, love has gone and made me blind, I've looked but I just can't find, she has gotten lost in the crowd” -Terminamos al tiempo, ella decidió acompañarme en el coro indicándome con sus manos como manejar los tonos.

-Sabía que tenías una bella voz, no entiendo el porqué de no cantar, es bueno para el alma. -Me dice sonriendo, se ve… hermosa, cómo si no fuera de este mundo, quedo estática al contacto de sus manos en mi rostro. -Te amo… -Su rostro de desconcierto me aterra, ella sonríe con el ceño fruncido mientras da un paso atrás ¿Qué acabo de hacer? -Como amiga. -Quiero reparar lo que mi gran bocota ha hecho, todo se vuelve lento, ella vuelve a sonreír, si, se acaba de poner extraño, maldita sea!!! El timbre del teléfono logra sacudirme, supongo que es mi madre de nuevo, veo el reloj, ya son las tres. -Esa debe ser mi madre, debo irme. -Voy por mi chamarra de cuero encima de su cama y salgo huyendo de su habitación, al cerrar la puerta me encuentro de frente con la señora Rangel. -Es tu madre de nuevo… -Ella me ve con el entrecejo levemente arrugado, como si supiera que algo no anda bien, eso termina de asustarme, si ella se entera le va a prohibir verme y eso… eso no podría aceptarlo. -Gracias, ya me voy. -La interrumpo y salgo lo más rápido posible de esa casa, me subo con prisa a la moto, no debí hacerlo, ¿Por qué esas palabra salieron de mi? Eso no se le dice a las amigas, ahora va a pensar que soy un fenómeno, no va a querer seguir siendo mi amiga, maldición!!! Quisiera olvidar todo esto, daría lo que fuera por eso, en medio de todo el caos de mi mente solo atino a volver a la realidad cuando estoy frente a casa, apago la moto y me retiro el casco, un carro que desconozco está parqueado al frente, mi madre sale junto a mi padre, los dos me ven con desaire, reviso y doy con lo que los tiene así, mi ropa no es la adecuada, sé que los avergüenzo, desearían que vistiera vestidos como Sofía, pero a mí no me gustan, creo que mi jean roto, camisa negra de metal, chamarra de cuero y los converse no es buena combinación para ellos, según mi madre me visto como delincuente, ya ha intentado botar mis jeans, varias veces los he tenido que recuperar de la basura, camino a ellos arrugando el entrecejo, un hombre finamente vestido y con grandes lentes se acerca, lo reviso detenidamente y sé que es otro maldito psicólogo, lo han hecho de nuevo. -Helena quiero presentarte al doctor Trujillo, Psicólogo experto en manejo clínico del comportamiento… -Mi padre habla con autoridad, como siempre lo ha hecho, a él difícilmente se le puede llevar la contraria, no, no esta vez. -Me tienen harta!!! Si no hablo es porque no quiero, cuando van a entender que no hay nada malo conmigo. -Corro dejándolos con la palabra en la boca, me subo a la moto y veo como mi padre corre a detenerme, no se había dado cuenta que había vuelto a tomar la moto sin permiso, no alcanzo a colocarme el casco, solo acelero y me fugo del lugar, mis lagrimas son removidas por la brisa, acelero más, quiero irme lejos, no mido las consecuencias de la alta velocidad, doy vuelta a la esquina y la señora Méndez camina desprevenida con sus canes, no tengo espacio para seguir, trato de disminuir la velocidad y espero que ella se mueva a un lado, no sucede, ella y sus perros están aterrados ocupando toda la calle, volteo violentamente la cabrilla y el muro blanco me recibe, el dolor recorre mi cuerpo, todo es oscuridad…

Me levanto gritando, mi respiración es irregular, todo fue tan real… no, eso no fue un maldito sueño, reviví el día de mi accidente, llevaba años sin saber que ocurrió, mi madre entra aterrada a mi habitación impulsada por los gritos, me ve asustada mientras pasa su mano por mi frente, me levanto riendo de la cama. -¿Qué ropa llevaba el día de mi accidente? -Le pregunto mientras camino de un lado a otro con una sonrisa en mi rostro, mi madre me ve desconcertada. -¿Qué? -Vamos acuérdate, ese día llevaba la ropa de delincuente que tanto te disgustaba y ustedes querían presentarme a un nuevo psicólogo, un tal doctor Trujillo ¿cierto? -Me detengo en seco para verla de frente, mi madre asiente dudando de mi cordura. -Sí, pero que tiene que… -Mi risa la interrumpe, sí, ahora si va pensar que estoy loca y en parte está en lo cierto. -La amaba desde entonces, ya se lo había dicho, solo que quise olvidar, demonios!!! -Mi risa es audible más allá de mi habitación, sí, estoy loca, pero de amor. -Helena no estás bien. -Me replica preocupada. -No, estoy mejor que nunca. -Empiezo a organizar mi maleta, la ropa entra sin siquiera doblarla, solo quiero irme lo más pronto posible, Lina va a tener que entender que estamos destinadas a estar juntas, no importa cuántas veces deseemos no sentir del modo que sentimos, esa no es nuestra elección. -¿Qué haces? -Mi madre se pone en pie interrumpiendo mi paso. -Alistarme para ver al amor de mi vida, nos vemos el día de mi cumpleaños, y sí, te prometo que regresaré con ella. -Mi madre sonríe dándome permiso para seguir, tomo lo necesario y me dirijo a la ducha, es hora de luchar por Lina.

··············

No dejo de verla, a ella le perturba que mis ojos no se desprenda de su silueta, escasamente soy capaz de percibir la voz de los demás, se ve preciosa, cómo no amarla, es algo que no escogí, es de esas verdades absolutas de la vida, igual que la naturaleza de la misma, no es de explicaciones, es de vivirla. -Como puede ver en el informe señorita Devía los resultados del hotel San Martin son positivos, en los últimos años se ha incrementado el porcentaje de ocupación, somos líderes en la zona, nuestro equipo es el mejor preparado… -El joven administrador habla con orgullo, verán, a pesar de perderme con facilidad puedo retener la información de lo que me hablan cuando me lo propongo, no siempre, pero

puedo, y es por eso que a pesar de no colocar mucha atención a clases tenía notas excelentes, esa es la razón por la que al comienzo Silvia no entendía la razón de estudiar fotografía y no cualquier otra cosa que según ella requiriera mayor habilidad intelectual, con mis notas fácilmente hubiera podido ser lo que quisiera, pero ser fotógrafa era lo mío. -Tiene toda la razón, el equipo se va a conservar, no puedo pensar en mejores personas para manejarlo, solo vamos a remodelar ciertas partes del hotel modernizándolas sin arruinar el estilo antiguo, pero eso ya lo hablaremos cuando el arquitecto Vásquez nos acompañe en la próxima visita. -Todos sonríen complacidos, Lina sigue con la vista fija en el suelo sonriendo levemente, supongo que recuerda esa pequeña habilidad que muchas veces me sacó de apuros cuando un profesor intentaba ponerme en ridículo por no prestar atención. -Perfecto señorita Devía, pues creo que eso es todo… ¿le gustaría un tour por el lugar? Niego apaciblemente. -No, gracias, por el momento solo deseo descansar, ha sido un largo viaje. -Todos se retiran, Lina recoge sus documentos y se marcha con prisa, Brigitte toma mi mano deteniendo mi paso. -Helena debemos hablar, Dómine no ha parado de llamar y ya no sé que responderle… Lo había olvidado por completo, maldición!!! Ella sigue esperando una respuesta, la verdad no quiero lidiar con eso ahora, solo pienso en arreglar la situación con Lina de una buena vez. -Tranquila, ocúpate de eso, confío en ti. -Brigitte abre levemente la boca asustada con lo que acabo de pedirle. -Pero… -Pero nada, sé que no me defraudarás. -La interrumpo dejándola con la palabra en la boca, debo buscarla antes que se pierda por el hotel, camino rápido buscándola con la vista hasta que topo con su figura que camina apurada como si su alma dependiera de ello, corro hasta alcanzarla. -Espera!!! -Ella se detiene, voltea a verme lentamente. -¿Qué quieres? -Pregunta dubitativa. -Hablar. -Se queda pensativa, seguro imaginaba que me había dado por vencida con la idea. -Tranquila, sé que te preocupa que no volvamos a tratarnos, pero no va ser así, volveremos a ser amigas…

-No quiero, yo no puedo ser tu amiga, lo siento. -No pienso dejarla que siga con esa idea absurda. -Pero… -La beso, al diablo si es un beso robado, es una necesidad que me agobia, sus labios y los míos se sienten tan bien, los papeles que tenía caen al suelo al deslizar sus manos por mi cuello profundizando el beso, los pulmones exigen aire y lentamente nos separamos. -No tenías derecho. -Lina se da cuenta que acaba de fallar en su intento de superarme, me empuja para empezar a huir, trato de alcanzarla. -Corre, y si quieres luego corre más rápido, pero al final te cansarás de huir y te darás cuenta que yo soy el amor de tu vida!!! -Ella no detiene su marcha, mis labios conservan ese hormigueo que me encanta, sé que le gustó, sé que muy pronto estaremos juntas, solo es cuestión de tiempo, sonrío mientras deslizo mis dedos por mis labios… es hora de descansar un poco, el viaje en verdad fue largo, busco la cabaña familiar, los empleados que me recibieron en el aeropuerto me entregaron las llaves y se encargaron de mi equipaje llevándolo hasta allí, después de minutos de caminata finalmente llego, está igual a como la recordaba, es un hermoso chalet, abro la puerta y me choco de frente con todo lo que tenía planeado para nosotras, había olvidado decirles que ya no era necesario, la champaña esta en hielo, la cama esta cubierta de pétalos de rosas, demonios!!! No tengo opción, a descansar en medio de un lugar tan romántico y sin ella, con desgano dejo caer mi cuerpo en la cama mientras sacudo los pétalos.

-Helena despierta, no tenemos mucho tiempo. -La voz de Brigitte se siente lejana, me sacude pero no puedo reaccionar. -Mmm no, quiero dormir… -Gruño sin abrir los ojos. -Levántate, ya todo está listo, solo falta que llegues y hagas lo tuyo. -¿De qué habla? -Lena por favor, en serio no tenemos mucho tiempo. -Su voz hace que me levante al acto, abro los ojos y me estrello con los de ella, veo la ventana, el cielo no demora en mostrar los primeros rayos de sol. -Pero qué… -El timbre del celular de Brigitte me interrumpe, Lina se da cuenta que esta cabaña está preparada con todo lo necesario para el romance, toma unos de los pétalos en las manos y lentamente desliza el pulgar sintiendo la suavidad de la textura. -No, allí no se puede llegar en carro porque es un parque natural, consigan caballos y llévenlos…no, no me importa, o caminan o se suben a los caballos… Carolina, tengo que ocuparme de esto, haz que se aliste en menos de treinta minutos, nos vemos allí. -Brigitte habla con el celular en las manos, Lina asiente y Brigitte se retira dejándonos solas.

-Puedes empezar a alistarte, todo está listo para que tomes las fotos que soñabas, ya sabes… no importa que suceda quiero estar ahí para ver como se cumplen tus sueños. -Y luego todavía sigo de tonta preguntándome el porqué de este amor. -Lina, yo… -Tranquila, después de que termines hablamos, pero por favor… -Me replica sin dejarme terminar de hablar, sonrío, la esperanza sigue latente, ella me hace señas mostrándome el reloj, me levanto al acto. -Sí, ya sé… -Me quito la blusa de dormir, ella se sonroja, tantos años y no deja esa manía.

Es como alguna vez lo imaginé, mi inspiración se desborda, doy las indicaciones necesarias y todo se mueve a mi orden, no hemos tenido inconvenientes, todo es perfecto… su risa me hace perder la concentración un momento, volteo a verla, está jugando con el pequeño Pierre, supongo que es divertido jugar con la nieve falsa, solo falta unas tomas más y terminamos… su contagiosa risa me atrae sin control, el mundo se detiene cuando nos vemos, lo demás deja de existir, mi corazón palpita tan rápido que llega a doler. -Te dije que cuando ves el amor de tu vida el mundo se detiene. -La voz de mi padre hace que me sobresalte, sí, todo está congelado, volteo a ver a mi derecha y ahí está él con una gran sonrisa. -Ya perdí la razón ¿cierto? -Esto no es normal, aunque supongo que yo no lo soy. -No sé, dímelo tú. -Contesta sonriendo socarronamente, así que le parece divertido. -Un poco supongo, estar enamorado es perder la cordura, nadie que esté completamente cuerdo se enamora. -Después de tanto ir y venir de mi vida esa es mi brillante conclusión. -Exacto, ve por ella, no queda mucho tiempo. -La señala, todo sigue estático, su gran sonrisa antes de lanzar la bola de nieve la hacer ver… sí, fuera de este mundo. -Hazle caso a tu padre, deja de esconderte detrás del miedo, sé que no crie a una cobarde. -Sonrío antes de voltear a ver a mi izquierda, mi nana me recibe con una dulce sonrisa, Dios, como extrañaba a esta mujer, no reacciono de la impresión. -Yo de ti le haría caso, ya sabes el carácter que se gasta, además no demora en llover. Frunzo el ceño, veo el cielo y un sol brillante me dice que eso no va a pasar. -Pero está haciendo sol. -Replico haciendo notar lo obvio. -Helena, esto es un salto de fe, si la quieres devuelta tienes que confiar en mí, va a llover. Me dice tranquilamente, suspiro tratando de entender sus palabras, no, esto hay que entenderlo con el corazón, no con la cabeza.

-Muévete, no pierdas más el tiempo. -La voz de mi nana hace que el ensueño se termine, todo vuelve a la normalidad, las personas hablan entretenidas, los ayudantes esperan mi orden para recoger el equipo, ella sigue jugando con Pierre. -Ten, encárgate de llevar todo, va a llover. -Le entrego la cámara a Brigitte, ella me ve confundida. -¿De qué hablas? Está haciendo sol, además el centro meteorológico dijo que este sería un día soleado. -Sonrío, sí, esto es un salto de fe y los saltos de fe requieren de todo el corazón. -Ya hazme caso, no pienso repetirlo. -Ella asiente mientras termina de recibirme la cámara. -Como digas. -Su voz se escucha por todo el lugar, rápidamente todo se mueve a su orden, parecen hormiguitas guiadas por su reina, Lina queda sorprendida por el abrupto éxodo, Dios, solo no permitas que desfallezca, me acerco decidida con una gran sonrisa en mi rostro, unos pocos pasos no separan, Lina voltea a ver atrás confundida y en el momento que sus ojos me vuelven a encontrar la beso, sí, vuelvo a robarle un beso, solo yo puedo hacerlo, Lina queda en shock por mi atrevimiento, no dice nada, solo me ve con sus hermosos ojos verdes. -Te amo con locura infinita, te amo desde que era una niña y te lo dije esa primera vez después de que me obligaste a cantar… sí, lo recordé, te amo con necesidad, como se necesita el aire para vivir, te amo porque sé que no importa que suceda en nuestras vidas siempre estaremos juntas, así lo quiso el destino y así estaba escrito en las estrellas… no sé como lo llevas tú, pero yo no puedo seguir viviendo sin mi otra mitad, estoy muriendo sin ti, así que no tientes más a la suerte y acepta que somos almas gemelas. -Sus palpitaciones son visibles. -Repítelo. -Ladeo la cabeza. -¿Qué? -Repítelo… llevo mucho tiempo esperando este momento. -Así que eso era, suspiro profundamente. -Te amo Carolina Rangel, te amo como se ama solo una vez en la vida. -La beso y ella me corresponde cruzando sus manos en mi cuello, de nuevo el aire falta, si no fuéramos simples mortales nos besaríamos hasta desgatar los labios. -¿Estás segura? -¿Por qué duda de mí?... así, el salto de fe. -Te amo con la misma certeza que sé que va a llover. -Ella parece que no entiende nada, no la culpo.

-Pero sí el día está soleado… -La besó con locura, con ansias… las primeras gotas empiezan su caída libre chocando en nuestros cuerpos, Lina al contacto del agua se aferra aun más, sí, mi padre tenía razón, amar es un salto de fe, y nostras estamos listas para hacerlo juntas, como siempre debió haber sido, solo el destino pudo haberse encargado de juntarnos a pesar de ser tan tercas, de nuevo nos detenemos para respirar, Lina me ve con los ojos cristalinos preguntándose cómo sabía lo que iba a pasar, sonrío antes de volverla a besar, la lluvia se incrementa y me aferro a ella, a su calor, sí, se puede necesitar a alguien tanto como para saber que sin esa persona te puedes morir en vida y yo, yo estoy renaciendo ahora mismo, tomo su mano y caminamos como locas por el bosque, solo nos detenemos para seguir besándonos, cada vez más, con más pasión, y sí, esa necesidad que siempre nos embargo esta vez ha vuelto más fuerte, escasamente somos capaces de llegar a la cabaña, nuestra ropa está empapada y es evidente que nos sobra, la llevo hasta la pared, al sentir la ligera presión en nuestra entrepierna jadeamos al tiempo, Lina besa mi cuello y estoy al límite, retiro mi chamarra y le ayudo con la suya, todo es rápido, desesperado, vuelvo a besarla, Lina detiene el beso y me habla al oído. -Hazme… hazme el amor. -Su hablar entrecortado es testigo de todo, el afán se convierte en calma, asiento mientras nos desvestimos lentamente, el suave andar de sus dedos mientras retira mi ropa es electrizante, nuestras miradas se cruzan anhelantes, me estremezco al ver su desnudez, tanto tiempo soñando volver a verla así, se sonroja ante mis ojos, tal como la primera vez. -Eres lo más hermoso que he visto en mi vida. -Antes que me replique atrapo sus labios con los míos, con calma la dirijo a la cama, todo es tan… perfecto, mis dedos se mueven por su rostro, me deslizo por su cuello siguiendo ese delicioso olor a vainilla que su cabello húmedo despide, beso sus pechos con suavidad, pasando tenuemente la lengua por sus pezones dejándolos erguidos, despiertos, como extrañaba esos pezones rosados, sigo chupando con la devoción que este amor rebosa, sus manos se mueven por mi cuero cabelludo, ella sabe que siempre caigo presa de la ansiedad con ese tenue toque, las respiraciones se agitan, sus manos acarician mi espalda con esa lenta tortura que crea el anhelo de seguir sintiéndola, nuestras miradas vuelven a cruzarse antes de que mis labios creen un camino de besos por su vientre, a cada toque de mis labios le sigue su agitación, pronto llego a esa parte que emana ese suave sabor que me atrapó, mis manos separan sus piernas permitiendo mi entrada, Lina aprieta con fuerza las sabanas al sentir como mi lengua prueba su sabor, demonios!!! Sé que seguiré siendo adicta a ella toda mi vida, trato de sosegarme, Lina levanta el rostro ansiosa, me incorporo hasta llegar a su boca, las lenguas se mueven cadenciosas, nuestros centros se rozan plenamente al acomodar su pierna encima de mi cadera, los gemidos chocan en nuestra piel, suplicamos por más, el vaivén se vuelve intenso, ese roce logra hacernos perder, las miradas jamás se rinden en encontrarse, el placer nos llega al tiempo, la piel despierta a la propagación eléctrica, nuestros rostros delinean ese gesto de goce infinito de encontrar el orgasmo con la persona que amas, sí, he vuelto a nacer, las tenues replicas no se hacen esperar, el movimiento de nuestras caderas se va calmando terminando de disfrutar los rastros del clímax. -Te amo. Mis dedos recorren su rostro, estamos sin aliento, las respiraciones se acompasan. -¿Sabes cuánto soñé esto?, ¿te das una idea de cuánto te añore en silencio? -Me da la vuelta acomodándose lentamente, besa mi cuello succionando mi piel, me derrito. -Eres mi sueño. -Chupa mis pezones dejándolos ansiosos, provocando mi deseo nuevamente, tomo su rostro y me apodero de su lengua succionándola con presteza, hala fuerte de mi cabello

producto de la carga de adrenalina que eso le produce, termina de acomodarse y pronto su vaivén eleva mi desenfreno, alzo mi cadera para que nuestros sexos colisionen más fuerte, mis manos ansiosas se posiciona en su trasero logrando ejercer mayor presión, de nuevo estamos presas del deseo, sus arremetidas cada vez son más rápidas y en medio de esta necesidad beso su hombro con dulzura, nos entregamos sin medida, sin guardar nada y esa descarga de placer nos asalta con furia liberando nuestras almas, el ligero cosquilleo en la punta de los dedos nos regresa, falta poco para que el corazón se detenga, mis manos se aferran con firmeza en su espalda, el amor se desborda, tan solo somos dos cuerpos frágiles que no pueden contener tantos sentimientos juntos, se baja tratando de normalizar la respiración. -Te amo preciosa. -Hacer el amor con ella es una experiencia sublime, su cabeza descansa en mi hombro, su suave sollozo me desconcierta. -¿Qué sucede? ¿Hice algo mal? -No soporto sus lágrimas, beso su cabeza con ternura. -No… es solo que… ya había perdido la esperanza, pensé que no volvería a tenerte así y… -Sí, solo somos dos cuerpos que difícilmente pueden contener tanto amor, después de tantas vueltas de la vida, de tantos errores, de tanto dolor estamos juntas, la abrazo con fuerza tratando de contenerme. -No llores por favor… -La sigo, por primera vez lloro de alegría, algo que siempre dude que existiera, pero el cerebro poco puede hacer para procesar algo que va más allá de la razón y finalmente te rindes, sí, se puede llorar de felicidad.

XLIV El delicado andar de sus dedos en mi hombro izquierdo me despierta, sonrío, no existe nada mejor que levantarme a su lado, doy media vuelta para verla de frente, trata de acomodar su cabello alborotado, solo puedo pensar una cosa… es la mujer más hermosa del mundo, Lina me ve con esa sonrisa que siempre me derritió. -¿Se puede saber qué hacías? -Pregunto antes de besar su cuello, se estremece con el andar de mis labios.

-Delineando ese lunar nuevo en mi mapa mental de tu cuerpo. -Pasa las yemas de sus dedos por el pequeño punto en mi hombro, para mí algo insignificante, para ella algo nuevo acerca de mí, se ha empeñado en recuperar el tiempo perdido, estos tres días en la cabaña han sido algo mágico.

-Eh… ¿acaso has contado mis lunares?

-Sí, y no solo eso, los conozco todos, podría hacer un mapa con los ojos cerrados, como ese que tienes en tu omoplato derecho, de ahí le sigue otros dos que están a tres dedos de distancia en un ángulo de 45 grados y luego… ¿de qué te ríes? -Así que eso hacia siempre que dibujaba en mi espalda. -Es solo que ahora descubro lo que trazabas en mi espalda desnuda, me relajaba tanto y nunca pregunté de qué se trataba. -Sí, se puede recuperar el tiempo perdido, ella me lo está demostrando, vuelvo a besarla, mientras mis manos ansiosas se mueven por su cuerpo desnudo. -Te amo princesa. -No, jamás me agotaré de escucharla decir eso, sonrío como tonta. -Yo más… ven aquí. -La insto a que se siente ahorcajas sobre mi cadera, siento como disfruta el contacto de mi piel en su centro, se agita al roce y empieza a moverse adelante y atrás lentamente. -Te deseo. -Esa palabras dichas por ella son suficiente para encenderme, sí, ella es la dueña de mis ganas, muerdo con presteza mi labio inferior mientras mis manos se posicionan en su trasero trayéndola a mi rostro, ella sonríe dejándose llevar, al primer contacto de mi lengua en su entrepierna gime sin control, chupo con ganas, con necesidad, su cuerpo se deja caer tratando de alcanzar mayor contacto, sus jadeos me provocan a seguir, mis manos ejercen mayor presión, es fascinante hacerla sentir, y sí, soy adicta a esa sabor que emana cuando disfruta, es algo único, su cuerpo se contrae y mi lengua ansiosa no se detiene, sus manos se deslizan por mi cabello, levanto la vista y la veo con ese gesto que tiene cuando acaba de llegar al orgasmo. -No te das una puta idea de cómo te extrañé. -Por un breve instante me deja descolada, ella siempre es tan… dulce, pero parece que le saco esa parte oscura, esa parte la reserva solo para mí. -¿Cuánto? -Me incorporo recostando mi espalda en la cabecera de la cama, Lina sonríe con mi pregunta con esa sonrisa pervertida que me encanta, esa sonrisa es solo para mí, no contesta, lentamente se acomoda en mi cadera mientras descuelga su cabeza a un lado torciendo levemente sus labios. -Sabes… creo que jamás podré decirte eso en palabras, solo queda… demostrártelo. Pronto lleva sus dedos a su boca, los lame sin dejar de verme con sus ojos llenos de lujuria, me besa y sus dientes se aferran a mi labio inferior mientras empieza a penetrarme en esa posición, jadeo en su boca, mis manos terminan de acercarla, sus piernas se enredan en mi cadera, empiezo a moverme al compas de su penetración, respiramos con dificultad, necesito sentirla así que deslizo mis dedos a su boca, su lengua se mueve tan jodidamente bien, los retiro para inmediatamente introducirme en ella, demonios!!! Es tan sublime estar dentro de ella, Lina se agita mientras escucho sus jadeos en mi oído, cabalga mis dedos moviéndose deliciosamente mientras su penetración aumenta. -Más… dame más. -Sus deseos son órdenes para mí, acojo su pedido sumándole un dedo más, su espalda se arquea hacia atrás, chupo sus pezones fuerte, el compas de nuestra penetración es más rápido, gemimos sin control, pronto siento como mis dedos son aprisionados por sus paredes

tratando de retener un poco más el placer en su cuerpo. -Ahhh... Lena. -Estoy al borde, su mano no se detiene, sus dientes se clavan en mi hombro y esa delgada línea entre el dolor y el placer se confunde haciéndome llegar en un gran orgasmo. -Ahh demonios!!! -Lina desliza la punta de su lengua por el lugar donde antes estuvieron sus dientes, esa caricia me fascina incrementado el leve adormecimiento, trato de calmar mi respiración. -Lo siento, no sé qué me sucede contigo. -Me ve con un deje de temor por mi reacción. -Te gusta la sensación que te da cuando clavas tus dientes en mi piel o cuando decides chupar hasta dejar tu marca ¿cierto? -Sus ojos me dan la razón. -Sí… lo siento, te juro que… -La interrumpo colocando mis dedos en sus labios, pues para ser honesta yo tampoco sé que me pasa con ella, solo sé que me gusta que lo haga. -Shhh, tú solo sigue. -Tomo su rostro y lo dirijo a la marca, sus lamidas me fascinan. -Si no te detuve es porque me gustó. -Ella se detiene para verme de frente, está confundida por mi revelación. -No me veas así, te amo con todo y fijaciones y esa para mi sorpresa me gusta. -Pero… ¿estás segura? -Todavía no cree en mis palabras y la entiendo, jamás me gustaron los chupones y mucho menos los mordiscos en medio del placer, detestaba cualquier cosa que pudiera marcar mi piel, sí, lo acepto, soy vanidosa, pero es que hay que cuidar lo que más te gusta de tu cuerpo, Silvia fue la primera en intentarlo cuando andábamos en el colegio, dejé de acostarme con ella por un mes por su atrevimiento, no lo volvió a intentar hasta esa vez que nos volvimos a encontrar, pero con Lina es diferente. -Sí, sé que alguien normal no debería sentir placer en esto, pero tú y yo jamás hemos sido normales, además que aburrido ser como todos lo demás. -Reímos al tiempo, vuelvo a señalar su labor de hacerme sentir bien, su lengua se mueve por la perfecta huella de sus dientes. -Te amo princesa. -Deslizo mis dedos por su cabello, es tan relajante. -Quiero más. -No puedo creer la energía que tiene, debo aceptar que mi cuerpo ya duele. -No… ve a tu alrededor. -Lina me ve con el ceño fruncido, decide acatar mis palabras y su vista se mueve por todo el lugar, todo es desorden, no existe un solo punto de esta cabaña donde no lo hayamos hecho, solo nos hemos detenido para hablar, sí, no nos hemos guardado nada, yo le conté toda mi vida después de que me fui a Paris, lo que sucedió con Kelly y ella me contó todo lo que sucedió en su fallido matrimonio, leí la última carta que me envió y que siempre conserva, al comienzo no fue sencillo escuchar ciertas cosas, pero hemos querido empezar con la verdad y aunque un poco doloroso al comienzo ha sido lo mejor. -Llevamos tres días sin parar y sabes que me encantaría estar así contigo para siempre, pero es hora de volver a la realidad, hora de decirle a todos que estamos juntas ¿no crees? -Arquea levemente los labios meditándolo.

-Pero quiero más, llevaba mucho tiempo en abstinencia de ti. -Besa mi cuello chupando mi piel dulcemente, me agito ante eso. -Sí, pero mañana es mi cumpleaños y mi madre ha decidido hacer una pequeña reunión y prometí ir contigo. -La detengo antes de que sea demasiado tarde. -Ahh si… ¿tan segura estabas que iba a volver contigo? -Me dice con su tono coqueto. -Sí. -Le contesto con simpleza mientras mis manos se mueven por su espalda desnuda. -Eres una creída, pero tienes razón, no creo que pudiera vivir más tiempo separada de ti… voy preparando la tina. -Se baja de mi cuerpo y se pone en pie recogiendo su cabello, suspiro viendo su desnudez y esos hoyuelos sensuales que se le marcan en la espalda baja, eso es algo que jamás me cansaré de ver. -Ya sé que quieres y nos vamos a demorar. -Le digo mientras me coloco de medio lado. -Lo sé, pero lo vale, así que no tardes. -Me dice antes de desaparecer de mi vista, Dios, está mujer quiere acabar conmigo, pero tiene razón, lo vale.

Trato de meter la llave en el cerrojo pero Lina me lo hace jodidamente difícil, estamos en la puerta de su apartamento, Lina necesitaba entregarme algo que me dejó mi padre, según ella no daba espera, sus manos se cuelan entre mi pantalón y pronto siento como empiezan a moverlas sin control por mi centro, mi humedad la incita a seguir, sin siquiera poder evitarlo me muevo a su toque, su cuerpo se pega al mío y su cadera me empuja hacia adelante terminando de ejercer contacto con su mano. -Espera… ahhh Lina, no quiero… que tus vecinos nos vean así. -Trato de darle vuelta a la llave pero no me responde la mano para seguir. -Shhh 2330 días… o si prefirieres 76 meses y 20 días. -Su cadera se mueve pegada a mi trasero, está excitada con la idea de hacerme llegar en el pasillo. -¿Qué? -Trato de descifrar que quiere decir, pero mi cerebro se perdió en el momento en el que su mano se apoderó de mi sexo, ella sigue frotando de forma firme arriba y abajo intercalándolo con un ligero apretón en mi clítoris. -El tiempo que pasé sin sentirte de esta forma… eso mucho tiempo. -Estoy cerca, no puedo evitarlo, Lina me puede, me rindo, no puedo más.

-Dale… más duro. -Su sonrisa choca con mi nuca erizando mi piel y su mano fricciona mi sexo fuerte mientras que la otra se mete por debajo de mi brasier apretando mi pecho. Vamos, no te detengas… sé, sé que puedes hacerlo mejor. -Me penetra con ímpetu mientras chupa mi cuello, y eso hace que explote, demonios!!! Su cadera se sigue frotando con mi cuerpo. -Me encanta hacerte venir de esa forma. -Finalmente abro la puerta y en menos de nada la tengo contra la pared, ella sonríe mientras se lleva los dedos a la boca, sí, este deseo regresó y mucho más fuerte, ahora entiendo el porqué de solo hacerlo hasta estar segura de que era por las razones correctas, esto fácilmente se puede confundir con una mera obsesión sexual y créanme… esto es mucho más que eso. -Así que te encanta hacerme venir en lugares públicos… ahora es mi turno de hacerte sentir bien. -Retira los dedos de su boca mientras niega con la cabeza, ¿qué se trae entre manos ahora? -No… -Contesta socarronamente. -Quiero hacerte sentir una y otra vez. -Termina de desvestirme mientras me dirige a la sala con presteza, prácticamente me arranca la ropa, las prendas vuelan por todo el lugar, mi risa nerviosa me traiciona, ella sabe que me tiene como se le da la gana, me recuesta en el gran sillón de su sala, dibuja una media sonrisa mientras abre mis piernas, se arrodilla descolgando su cabeza a un lado. -Haré algo que sé te va encantar. -Vuelve a sonreír antes de pasar su lengua por mi entrepierna en una lenta lamida, sus ojos verdes no se despegan de los míos, ver al amor de tu vida entregada hacerte sentir placer es… excitante, chupa mi ya sobrexcitado clítoris mientras sus dedos me penetran lentamente, mi respiración es irregular, ella sigue lamiendo, sus dedos se mueven dentro haciéndome jadear, pronto siento ese toque con ese punto que hace enloquecer, así que eso buscaba, me estremezco a su estimulo, dudo que pueda seguir aguantando. -Demonios!!! Más… -Suplico antes de sentir esa fuerte descarga eléctrica recorrer mi cuerpo, mis mejillas arden, ¿Cuándo aprendió hacer eso? Mis ojos están fuertemente cerrados tratando de normalizar las palpitaciones de mi pecho, y ahí estoy, completamente rendida y ella terminando de llevarse los rastros de mi humedad… abro los ojos y mi corazón se detiene, debe ser una maldita broma, no, no puede ser, mi cerebro se resiste a procesar la imagen de la mamá de Lina de pie viéndonos con los ojos desbordados, pero que carajos!!! -Carolina Rangel Mejía ¿se puede saber qué haces? -Lina se queda quieta, escasamente parpadea con la vista perdida, y yo… el corazón ha decidido trasladarse a mi garganta y el cerebro ni idea donde quedó, supongo que muy cerca de mis bragas, por cierto ¿donde están? -Mamá, espera en la cocina, ya hablo contigo. -Lina le habla con firmeza sin darse la vuelta, ahora sí que me va a odiar de por vida, trato de cubrirme el pecho torpemente, Lorena camina hecha una furia hacia la cocina haciendo sonar rítmicamente el piso con sus zapatos de tacón.

-Yo… carajo!!! -Me levanto buscando mi ropa por todo el apartamento, empezando con mis bragas que terminaron encima de la lámpara de la sala, ¿Cómo llegaron ahí? Demonios!!! Reniego chasqueando los dientes, mis manos tiemblan sin control, esto es lo más vergonzoso por lo que he tenido que pasar alguna vez en mi vida, las mejillas arden al punto que duele, hablo incoherencias tratando de tranquilizarme pero es inútil, la risa de Lina empieza regresándome a la realidad, volteo a verla desconcertada, antes de que pueda hablar me da un leve beso en la boca, no entiendo su reacción. -Tranquila, todo va a estar bien. -Me dice con calma, tanta que me tiene confundida, intento imitarla pero las funciones básicas cerebrales parecen no estar disponibles para mí en estos momentos, la veo dar la vuelta para irse. -Espera, voy contigo. -Tomo su brazo impidiéndole que siga, lucho por terminar de colocarme el pantalón saltando como conejo. -No, esta es de esas cosas que tengo que hacer sola, espérame aquí. -Vuelve a besarme, solo asiento mientras paso mi mano por la nuca incesablemente, me siento en el sofá, solo eso me queda por hacer. -¿Se puede saber que haces aquí? Esas llaves te las di para casos de emergencia y para que te hicieras cargo de regar las plantas en mi ausencia, no tienes ningún derecho de invadir mi intimidad, sabías muy bien que hoy regresaba… ya no soy una niña. -El alto tono de su voz hace imposible que no escuche a pesar que nos separa las paredes, solo aprieto los nerviosamente. -A eso venía y a dejarte provisiones que necesitabas, tenías la nevera vacía y pensé que te gustaría el gesto… eres una descarada ¿por qué me atacas cuando la que debería estar dando explicaciones eres tú?... Así que los temores de Nicolás eran ciertos... ¿qué crees que hacías con ella? -Lorena está indignada con la nada agradable escena que estábamos dando en la sala, demonios!!! Mi corazón se agita -Tú qué crees… -Lina le contesta sarcástica, jamás pensé que fuera a contestarle así. -No me hables así, soy tu madre, ahora además de lesbiana eres irrespetuosa, si tu padre estuviera vivo estaría decep… -Orgulloso, él estaría orgulloso, mi padre ya sabía de mis sentimientos y que estuviera con Lena era su deseo, él sí anhelaba mi felicidad, tienes razón… eres mi madre, siempre lo serás y te amo, pero esta es mi vida, no puedo seguir viviendo pensando en el que dirán y siendo infeliz a causa del miedo… yo solo puedo tener una vida plena con Lena, esa es la verdad, una verdad que te has venido negando por años, no te hagas la sorprendida ahora, sé que te dabas cuenta de todo pero preferías ignorarlo, por eso no te gustaba nuestra amistad, lo siento si no puedes aceptar que amo a una mujer, lo mejor serás que olvides entonces que tienes una hija. -Estoy sin aliento, no puedo creer todo lo que acaba de decir, ella está enfrentando a su mamá sin siquiera titubear.

-Será como tú quieras… rezaré por ti y por tu alma perdida, espero que de verdad recapacites de esta locura que no te va a llevar a nada bueno. -Escucho el sonido seco de los tacones, Lorena me ve con desprecio antes de retirarse, el portazo es señal de que no piensa volver, Lina regresa lentamente y toma asiento a mi lado, la abrazo fuerte. -Lo siento. -Esto no debía pasar así. -¿Por qué? -Se desprende de mi abrazo para verme de frente, ella parece tan tranquila después de discutir con su madre, no entiendo nada. -No quiero que sufras el rechazo de tu madre. -Ella arruga el entrecejo. -Lena… yo ya estaba preparada para todo esto, en el momento en que decidí aceptar que no podía vivir sin ti esto ya estaba en mi panorama y si para estar contigo debo consentir la idea que tal vez ella jamás lo entienda, que así sea, te amo y soy feliz como nunca, no dudes eso, yo solo necesito de ti. -Suspiro lentamente… ¿cómo no amarla? -Te amo tanto y tienes razón… se puede amar cada vez más. -La beso dulcemente, nos recostamos en el sofá, mis brazos la rodean mientras su cabeza descansa en mi pecho, esta no era la forma en que quería que su madre se enterara de lo nuestro, diablos!!! -Mejor dame eso que me dejó mi padre. -Trato de cambiar de tema y no pensar más en lo que acaba de ocurrir. -No… mejor mañana, ahora es momento de descansar, este ha sido un día largo. -Asiento antes de besar sus labios suavemente, ella tiene razón, lo mejor es dejar que el sueño repare el cuerpo y la mente. ··············

Sus besos en mi nuca me estremecen, me encanta que me despierte así. -Buenos días anciana. -Me saca una risa, sí, después de tantos años nos seguimos diciendo lo mismo cuando cumplimos años, doy la vuelta y la encuentro con mi desayuno favorito a un lado de la cama, esos detalles son los que enamoran.

-Tonta… pero así me amas. -Levanto las cejas graciosamente. -Mmm. -Tuerce los labios mientras se acomoda a mi lado. -Hey!!! -Acerco la mesa plegable, primero el café, ella sabe cómo me gusta en las mañanas.

-Ya sabes que sí. -Besa mi cuello, no existe nada mejor que tenerla a mi lado, algo idílico tiempo atrás, hoy mi realidad, todo está delicioso, degusto cada sabor, Lina y su maratón de sexo me ha dejado hambrienta la verdad, ella no deja de ver mis reacciones. ¿Y bien? -Sí, no se aguantó preguntar. -Delicioso, como tú. -Sabes, puedo vernos así… despertando contigo cada mañana, con más desayunos en la cama, te amo y quiero pasar más cumpleaños a tu lado. -Quedo con la tostada en la boca, así que ella también puede ver un futuro conmigo. -Ya deja esa cara de susto… mejor ten. Me entrega un sobre, reconozco la letra de mi padre, así que era una carta. -¿Ya sabes de qué se trata? -Pregunto mientras la abro lentamente, retiro la mesa a un lado. -No, solo sé que la escribió el día después de que llegaste al hospital, ese fue el mismo día que cambió su testamento y decidió ponerte al frente, nunca supe que lo llevó a tomar esa decisión, me dijo que te la entregara solo si estaba segura de que estaríamos juntas para siempre, al comienzo no sabía que decir, nunca creí que él supiera lo nuestro, pero decidí aceptar. -Resuelvo leerla en voz alta, algo me dice que esta carta también es para ella.

Querida Helena: Sí lees esta carta es porque estás a su lado, y créeme, donde esté en estos momentos soy feliz por ti, por la dos, estar con la persona que es la indicada para ti es de esos milagros que la vida solo tiene guardado para unos pocos. Sé que fui muy torpe contigo, pero tuve que aceptar que el hecho de que pudieras enamorarte de una mujer te hacia un ser que era capaz de ver más allá de lo obvio, tú mi pequeña Helena te enamoras de pequeñas sutilezas, de gestos, de eso que hace únicas a las personas y no por convencionalismos sociales o porque así te dicen que debe ser como a veces solemos hacerlo los que nos decimos llamar personas “normales”. Sé que nunca entendiste mi mala reacción cuando tuviste el valor de decirme de frente que te gustaban las mujeres y creo que es justo contigo explicártelo… Cuando estudiaba en el internado militar al que mi padre me condenó según él porque allí “se hacían los verdaderos hombres” fui el estudiante más desdichado, todo era reglas y control, creo que la apatía por las normas lo has heredado de mí, pero en medio de ese mundo tan gris conocí a Martin, un joven de alma alegre que logró llenar mi vida de bromas, juegos y momentos buenos, era mi mejor amigo y después de tantos años creo que fue el único sincero, el día antes de graduarnos él tuvo el valor de decirme que estaba enamorado de mí y de sorpresa me besó… aun me duele mi reacción, los prejuicios que mi familia me inculcó pudieron más y terminé golpeándolo, lo traté de la peor forma posible, no podía permitir que mi “hombría” quedara entredicho… esa fue la última vez que lo vi, por años me arrepentí de eso pero nunca tuve el valor de buscarlo para pedirle perdón.

Cuando te convertías en mujer empezó mi seria preocupación de tu desinterés por conocer personas, solo con Carolina hablabas, tu personalidad distaba tanto de la de Sofía, por eso intenté hasta el cansancio que vieras especialistas, necesitaba ver que eras como cualquier niña de tu edad, pero ya sabes cómo terminó eso. Un día llegué más temprano de lo usual a casa y las vi… ustedes bailaban en su habitación, tú le enseñabas a moverse y vi el amor en tus ojos, en ese momento entendí todo, a pesar de tu corta edad la amabas, a una mujer, esa fue la razón de mi alejamiento, no quería aceptarlo, por mucho tiempo pensé que era un castigo por lo sucedido con Martin y cuando el momento llegó volví a reaccionar como un idiota echándote de casa, quería pensar que si te quitaba todo cambiarías de idea, pero muy por el contrario me demostraste lo que valías como persona y como mujer. Debes saber que Matías Rangel fue mi compañero de desventuras, unos días antes de morir me contó su historia, Carolina tuvo el valor de hacérselo saber, aunque sabía que la amabas nunca imaginé todo lo que había sucedido, sé que es cometer errores y querer una nueva oportunidad, me contó como Carolina trataba de encontrarte de nuevo, solo conocía tu dirección de tu habitación de L’ecole Saint Germain, ella te escribía a diario pero sin respuesta de tu parte, y después de que te restiraste habías cubierto muy bien tus huellas, tú no deseabas ser encontrada, ella solo quería que le dieras una oportunidad de por lo menos enviarte flores el día de tu cumpleaños, ese día le prometí a él que si en mis manos tenía la posibilidad de darles un chance lo haría sin dudarlo y decidí contratarla como mi abogada, venía casi a diario a verme, así que le dejaba ver tu dirección en algunos documentos aparentando ser una equivocación, Carolina nunca se dio cuenta que todo fue a propósito, esa era la única forma que encontré de ayudarla, ya te había prometido no decirle a nadie tu paradero, entonces digamos que fue un incumplimiento técnico de mi promesa, “nunca se lo dije” lamentablemente nada parecía funcionar contigo, eres terca, cualidad propia de nuestro apellido debo aceptar, tú no querías regresar y yo no era capaz de usar mi enfermedad para hacerte venir, ya sabes cómo somos de orgullosos, solo hasta el día de ayer que apareciste también lo hizo la esperanza de verlas juntas de nuevo, debo darle gracias a Silvia por eso, solo ella pudo haberlo hecho, tan solo no contaba que ya tenías a alguien en tu vida, esa es la razón por la que hoy cambié el testamento, sé que solo has venido a acompañarme en mis últimos días, después que parta te irás, y algo me dice que Kelly es una gran mujer, sé que la quieres, eso no lo dudo, pero también sé que ella no es tu alma gemela, lo vi en tus ojos, así que decidí intervenir, Carolina contaba con un año para enamorarte de nuevo, sabía que lo lograría. Ahora solo te queda tomar su mano y jamás soltarla, no te garantizo felicidad sin inconvenientes, la vida no se trata de eso, la vida se trata de enfrentarlos sin temor, de no dejarse vencer y si la tienes al lado todo será más fácil porque sabrás que todo es posible, eso no lo dudes… te amo, siempre serás mi pequeña. Con todo el amor de un padre;

Santiago Devía.

Mis lágrimas empiezan, ella me abraza fuerte, ahora entiendo todo, viejo loco, cuanto lo amo. -Shhh no llores. -Su agarre firme me hace sentir segura. -Es hora de ducharnos, tu madre nos espera y ya sabes que a ella no le gusta que llegues tarde. -Asiento y me dejo llevar por ella, Dios jamás imaginé el amor de mi padre.

Bajamos del carro, estamos un poco ansiosas, estrecho su mano y todo se vuelve calma, mi padre tiene razón, junto a ella todo es posible, caminamos con lentitud y los vemos a todos reunidos en el gran jardín, mi madre decidió que ese era el mejor lugar, cuando nos ven llegar todos sonríen al tiempo, sí, esa era la razón de la ansiedad, las niñas son las primeras que vienen a toda marcha, escasamente podemos estar en pie después de su ataque de cariño. -Tía!!! -Me hinco y las abrazo mientras su manitas toman mi rostro, las dos hablan al tiempo haciendo imposible escuchar algo coherente.

-Una a la vez. -Lina nos ve en silencio con una tierna sonrisa. -Te extrañamos mucho tía… feliz cumpleaños. -Sus besos me hacen reír, adoro a este par, Giselle toma la mano de Lina y la lleva a saludar a mi madre, la pequeña Helena se acerca a mi oído, no deja esa costumbre a pesar de que nadie puede escucharnos. -¿Ahora Carolina es tu novia? -Sí. -Ella pasa su manita por el mentón como analizando detenidamente la noticia, me hace gracia esos gestos que sé muy bien reconocer, ahora entiendo mejor la razón de que se llame igual a mí. -Mmm… ¿Cuándo tendremos primos? -Quedo con la boca abierta, no pensé que ahora me saliera con esa, en serio que los niños deberían venir con manual de instrucciones para no dejarnos fuera de base con preguntas como esas. -Sí, que sea pronto, estamos cansadas de no tener con quien jugar. -Giselle llega de la nada, supongo que mi madre la mandó aquí para poder hablar tranquilamente con Lina, espero no la esté atacando con preguntas… -Pero es muy rápido para eso, apenas tenemos unos días de novias, más adelante quizás…

-No sabía que eras una miedosa tía… pero aun así te queremos. -Vuelvo a quedar sin palabras, frunzo el ceño y eso solo les parece gracioso, ríen al tiempo antes de poder siquiera hilar respuesta. -Pero… -Sí, este par me dejaron con la palabra en la boca, salen corriendo por el lugar, niego mientras llego al encuentro de mi madre, abrazo desde atrás a mi novia. -Espero no volver a tener problema con ustedes. -Mi madre nos señala tratando de sonar severa. -No los habrá… esta vez es para siempre. -Le contesto terminando de dejar un suave beso en la mejilla de Lina. -Lo sé… se nota que han decidido estar siempre juntas y estoy muy feliz por las dos, ahora traten de pasar un buen rato, lo merecen. -Gracias mamá… te amo. -Beso su mejilla, volteo a ver a los invitados, en la mesa nos esperan mis hermanos, mis inquietas sobrinas, Karen, Silvia, Natalia, Brigitte, el pequeño Pierre… no sabía que la vida podía ser tan jodidamente buena. -¿Segura que aquí no nos encuentran? -Lina pregunta suavemente, después del almuerzo mis sobrinas decidieron que debíamos jugar con ellas a las escondidas y según sus reglas no podía ser en la casa, acepté y las coloqué a contar hasta cien, yo ya tenía claro donde escondernos, las amo pero ya quería un momento a solas con Lina, así que la traje a este lugar detrás de los arbustos, es un sitio que me sirvió por mucho tiempo para alejarme del mundo. -Sí, era mi escondite cuando no quería que nadie en la casa me viera, nunca me encontraron. -Estamos sentadas en la grama, la abrazo desde atrás mientras beso su cuello, Lina está callada mientras su vista se fija en la escena que alcanzamos a divisar por entre las ramas, Natalia besa la barriguita de Silvia mientras ella desliza los dedos por su cabellera, las dos son… perfectas. -Se ven muy bien… -La abrazo más fuerte. -Quiero estar igual… te imaginas sí aquí hubiera una personita. -Lina desliza sus manos por su vientre y eso hace que mi corazón palpite rápido, claro que puedo imaginarlo, sería la mujer más feliz del mundo. -Ya!!! Si tienes tanto miedo no lo vuelvo a decir. -Su reclamo me regresa a la realidad. -Y a ti quien te dijo que tenía miedo… solo lo estaba imaginándolo y… nada me haría más feliz, contigo se acabaron los miedos, ahora solo queda los sueños y ese es uno de los que más anhelo. -La jalo obligándola a acostarse en el suelo mientras me posiciono encima besándola con insistencia. -¿En serio? -Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro.

-Que sí y no solo quiero uno, quiero muchos… si quieres empezamos ya… -Vuelvo a besarla, no me cansaré nunca de sentir sus carnosos labios. -No… deja, las niñas nos pueden ver. -Trata de escaparse a mis besos, reímos como tontas. -Ya lo sé, no voy hacer nada triple x, solo quiero besarte y acariciarte… -Mis besos no la dejan cavilar respuesta, sus manos se cuelan debajo de mi blusa, mientras tratamos de respirar bien, el agua helada en mi espalda daña el momento, Lina se salva por estar debajo de mi cuerpo pero yo… estoy empapada, me coloco en pie y ayudo a Lina que sigue sin reacción en el suelo, mi madre nos ve con la ceja enarcada y el balde en la mano. -Mamá!!! -Protesto por su atrevimiento, Lina sale completamente roja de la pena dejándome sola con mi madre que sigue con el mismo gesto reprobatorio, no puedo creer que pensara que estábamos haciendo algo malo, ashhh!!! -Sé que están enamoradas pero estamos en familia, las niñas hubieran podido verlas. -Por fin habla. -No es lo que estás pensando, no iba a pasar nada… y si quieres saber acabas de arruinar la primera conversación de tus futuros nietos. -Me quejo dramáticamente mientras camino rápidamente. -¿Cómo?... espera. -Mi madre intenta alcanzarme, ella siempre anhelo ser abuela de muchos nietos y hasta el momento solo Eduardo se ha puesto en la tarea. -Sí y no sé cuando estemos de ánimo para volver a tratar el tema, tus futuros nietos quedaron en veremos. -Me detengo para contestarle, la cara de mi madre es un poema, retomo la caminata tratando de alejarme de ella, seguro que si la sigo viendo no aguanto la risa. -Lo siento, yo… -Mi madre me atrapa en la puerta de mi habitación finalmente, necesito cambiar esta ropa mojada. -Mamá te estoy jodiendo, pero en serio no vuelvas a echarme agua como si fuera un perro. -Decido quitarle el castigo, ella sonríe asintiendo mientras desliza sus dedos por mi cuello, sí, acaba de ver unos de los chupones que Lina me dejó. -Está bien. -Contesta mientras tuerce levemente los labios, a ella no le gusta nada esas marcas, creo que fue ella la que me inculcó que eso no era bien visto. -¿La amas tanto como para considerar dar ese paso con ella? -Me ve directamente analizando mi reacción. -Sí, antes ni siquiera me hubiera detenido hacerlo, pero ella… la amo, solo pienso en hacerla feliz, en protegerla siempre, yo… jamás había sentido así, de esta forma tan intensa, ¿me entiendes? -Solo desearía poder cambiar el mundo para que ella no conociera la maldad de las personas cuando temen a lo diferente.

-Sí, claro que entiendo, pero… ¿qué sucede? -Mi madre se ha percatado de mis dudas. -No sé si sea buena idea hablar esto contigo… -¿Cómo explicarle a tu madre que fuiste hallada por tu suegra mientras tu novia estaba en medio de tus piernas? -Soy tu madre, ya suéltalo. -Me señala sería, suspiro pesadamente antes de empezar hablar. -Su mamá se enteró de la peor forma, ella dice estar preparada para enfrentar todo, pero yo solo quiero hacerla feliz, y sé que ama su madre, ella es su familia… -¿Cómo se enteró?... no me digas que las encontró… pero es que no pueden contener las ganas -No, no se le escapa nada, ashhh!!! -Mamá!!!... Antes de que empieces con tu sermón solo déjame decirte que esa no fue nuestra intención, solo sucedió, ahora debo buscar a su madre y hablarle, no sé, tratar de razonar con ella, no quiero que Lina sufra el rechazo de su mamá. -Sé a qué te refieres, ¿Por qué no dejas que hable primero con ella? Soy madre, pasé por lo mismo contigo, tal vez sea de ayuda. -No puedo creer que mi madre esté dispuesta hacer eso por mí, por nosotras. -No sé mamá. -Esas dos… cruzo los brazos tratando de imaginarlo, digamos que las dos tienen puntos de vista diferentes de la vida, sé que siempre chocaban en las reuniones de padres, según mi madre ella era una mojigata que no era capaz de ver más allá de una biblia y según Lorena mi madre era una atea sin remedio ni salvación, aunque en realidad nunca fuimos ateos, simplemente no nos gustaba las imposiciones que todas las religiones parecen tener. -Nada pierdes con dejarme intentarlo… ahora cámbiate. -Asiento y doy media vuelta para entrar a mi habitación, una bolsa de regalo está encima de la cama. -¿Y eso? -Le pregunto mientras busco ropa en el closet. -Lo trajo Sofía esta mañana de tu apartamento. -Ellos pensaron en todo, nunca pensé recibir tanto cariño de su parte. -Gracias por todo lo que han hecho por mí, sin ustedes no hubiera podido salir adelante. Contar con una familia que te apoya es de esas cosas que no se pueden comprar, trato de adivinar quién pudo haber sido el responsable de ese regalo, me acerco a la cama y veo la tarjeta, mi rostro se ilumina al leer que es de Sean. -Tranquila, solo debes saber que te amamos, ahora cámbiate rápido que muy pronto debes soplar las velas… sí, sí lo harás así que deja de hacer caras. -No puedo creer que tenga que hacerlo, nunca me gustó y ahora a mis 28 años menos, pero decido concederles eso, mi madre se retira después de darme un sonoro beso en la frente, cierro la puerta y decido ver que me ha regalado Sean, no puedo creerlo, es su primer libro de fotografías, así que ya lo

publicó, las fotos están excelentes, totalmente diferente a lo que siempre mostró en el estudio, esto es más maduro, más equilibrado, en la mitad del libro encuentro el mismo vale de sexo descontrolado de siempre, no, tampoco se puede pedir tanto a Sean, sonrío por su insistencia, decido llamarlo para agradecerle, tomo el celular y busco el número telefónico que dejó en el dichoso vale, espero que conteste. -Hola cumpleañera. -Me dice alegremente, ¿Cómo supo que era yo? Supongo que nadie más conoce este número. -Hola idiota. -Le contesto socarronamente mientras me recuesto en la cama. -Veo que este nuevo año te ha vuelto más… tierna. -Me hace sonreír. -Tonto… te había dicho que no me volvieras a regalar más vales de esos. -Su risa es audible, es como estar viéndolo a pesar de la distancia. -Lo siento pero no me doy por vencido, además te regalé mi nuevo libro ¿qué tal? -Paso las paginas, la verdad es que ha evolucionado bastante en su estilo. -Está buenísimo, se ve que ese retiro te ha hecho bien. -Pues sí… mejor dime, que tal este cumpleaños. -Mejor no podía estar, tengo una familia que me ama, unos amigos geniales y una mujer que me adora… lo tengo todo. -Sí, esa es la verdad, ahora puedo decir que lo tengo todo para ser feliz, solo es mi turno de disfrutarlo. -Así que sigues con Kelly. -No puedo creer que él todavía no sepa de nuestra separación… claro, hace meses que está viajando alrededor del mundo, supongo ha decidido no enterarse de las noticias, ese tono… sí, es de recelo, así que nunca la olvidó, de verdad ella es su amor, eso solo hace confirmar que lo que estoy a punto de hacer es lo correcto. -¿Dónde carajos te has metido todo este tiempo? -Su risa vuelve, creo que no entiende nada. -Alejado del mundo, aquí y allá… tratando de encontrarme. -Mmm interesante, ahora todos parecen estar en el camino de encontrarse. -Sean es genial todo eso, pero te llamaba para que tomes un trabajo por mí, en serio te necesito. -Kelly llamó hace unos días y tuve que declinar su propuesta, no era buena idea que Lina tuviera dudas de nuestra naciente amistad, pero le prometí conseguirle al mejor fotógrafo que se hiciera cargo de las fotos de su libro y ese es Sean, es momento de arreglar el destino, es momento de darles una oportunidad.

-No lo creo Lena, ya te dije… -Sean ha estado renuente en volver al trabajo, ha rehusado regresar al estudio muy a pesar de la insistencia de Renee, pero realmente necesito que acepte, solo debo encontrar la forma en la que no pueda rechazarme. -Si lo tomas y no te gusta hago un trío contigo. -Sí, un poco loco, pero debo hacerlos encontrar, no siempre el amor es a primera vista. -¿Me estás jodiendo? -Pregunta confundido, creo que es la primera vez que le hago una propuesta tan descabellada, por lo general era Sean el de las apuestas atrevidas. -No… ya sabes que siempre cumplo lo que prometo, pero debes aceptar y si después me llamas y me dices honestamente que no te gustó, cumplo lo del trío. -Sé que eso no pasará, Kelly es su sueño, algo me dice que esos dos deben terminar juntos. -Sí así de segura estás… acepto. -Perfecto!!! -Los datos te los envía Brigitte mañana, Sean… tan solo no lo arruines te lo ruego. -Espero que ese retiro le haya servido para sentar cabeza. -¿Qué? ¿Cómo podría arruinarlo? -Jajaja pobre, sí le digo de que se trata se va a poner nervioso y va a terminar portándose como un idiota, es mejor que aprenda a mostrarse tal como es, y sé que es buen hombre, después de años de conocerlo sé que así es, solo que por lo general con Sean en la primera impresión lo odias o lo amas. -Tan solo no seas idiota… te quiero. -Igual… eres la hermana que nunca tuve. -Quedo impresionada con eso, jamás me había dicho algo así. -Menos mal, esos pensamientos incestuosos conmigo nos son buenos. -Reímos al tiempo. -Ves, intento no ser idiota y lo arruinas. -Ya perdón, lo sé, sé que me amas, mejor aprovecha esta nueva oportunidad con este proyecto, sé que luego me llamarás a darme las gracias. -¿Nueva? Ashhh!!! Sé que no me dirás más, como sea, adiós. -Termina refunfuñando, descargo el celular en mi pecho, ahora solo depende de ellos, ya tengo frío, debí cambiarme primero, el suave golpetear hace dirigir mis ojos a ella, Lina entra lentamente, creo que ha pasado muchos años en los que no ha entrado a esta habitación, me levanto y camino con una sonrisita en mi rostro hacia ella. -Tu madre me dijo que aquí estabas… te están esperando para la soplar la velas… ¿por qué tienes esa mirada? -Cierro con seguro la puerta mientras la dejo acorralada contra la pared, su rostro de desconcierto me puede, la beso enredando su lengua con la mía, deslizo mis manos por debajo de su blusa, gime al contacto de mi boca en su pecho, todo sucede

rápido, pienso amarla con el afán del día y hoy no será la excepción, las velas pueden esperar un poco más. -Shhh no hagas ruido. -Le hablo cerca al oído antes de retirarme la blusa, mi cuerpo requiere de su calor. -Lena… no, esto no está bien, estamos en casa de tu madre, afuera nos esperan y… -Traigo su rostro a mi pecho, ya no hay más protestas, mis senos son tiernamente succionados por su boca, el cambio de temperatura es inmediato haciendo mi piel reaccionar. -Tan solo no nos demoremos. -Asiento mientras la conduzco a la cama.

··············

Estoy en la oficina terminando de organizar el traspaso de mi puesto, creo que la opción es obvia, así debió ser desde el comienzo, mi hermano todavía no sabe nada, prefiero hablarlo primero con Karen, el día de mis cumpleaños anunciaron que esperaban un bebé, fue lo mejor de todo, por eso primero quiero consultarle… creo que este cargo es muy importante para mi hermano pero un hijo en camino requiere de tiempo… ella entra con esa sonrisa… ya sé a qué viene, cierra la puerta y con presteza se sienta en mi cadera levantando levemente la ajustada falda, demonios!!! -Eres una pervertida licenciada Rangel. -La sola presión de su cuerpo con el mío es suficiente para perder la batalla con ella, mis manos ansiosas se mueven por su cuerpo, me fascina esta mujer, no me cansaré nunca de esto. -Sí, ¿algún problema con eso? -Me dice con su ceja enarcada. -Ninguno, te amo preciosa. -Mis manos ya se colaron debajo de la falda y están jugando con el contorno de su sexo, Lina aprovecha y desabrocha los botones de su blusa dejando al descubierto su generoso pecho, retira a un lado el estorboso brasier y me lanzo a chupar con necesidad sus pezones, es inevitable para Lina no gemir, le encanta cuando mi boca trata de cubrir la mayor extensión posible. -No sabes cómo me pones cuando haces eso. -Mis dedos frotan con insistencia humedeciéndola, ella se mueve al contacto mientras su espalda se arquea, es todo un espectáculo verla así de entregada, estamos inmersas en este deseo que nos atrapa en cualquier lugar, tanto que no tenemos mayor reacción cuando la puerta se abre.

-Buenas tardes… -Ay no!!! Su madre está en la puerta elegantemente vestida.

-Mamá no te enseñaron a tocar primero antes de entrar. -Lina intenta acomodar su ropa, yo sigo cubriéndome con su cuerpo, por lo menos esta vez no me atraparon sin bragas. -Y yo a ti no te enseñé a colocar seguro en la puerta para no tener esta clase de incidentes. -Mi risa empieza sin poder controlarla no pensé que ella fuera a contestarle eso, ladeo la cabeza presta de la curiosidad y allí la veo completamente seria. -Necesito hablar contigo, pero primero retira las manos de mi hija aunque sea unos minutos, espero afuera y sí Carolina, voy a golpear antes de entrar. -La puerta se cierra y vuelvo a caer en mi risa nerviosa, Lina está más roja que un tomate, supongo porque fue esta vez ella la que estaba semidesnuda, me pregunto cómo hubiera reaccionado si su madre la hubiera encontrado encuerada igual que a mí. -Ya deja de reírte no es gracioso. -Termina de hablar para seguirme en la risa, esto es de locos, Lorena pareciera que tuviera un radar para siempre pillarnos en esta clase de situaciones, Lina calma la risa de a poco. -No crees que deberíamos ponerle un cascabel a tu madre, digo para saber cuando viene y que no nos encuentre siempre en estas. -Su rostro cambia para delinear un gesto serio mientras termina de abotonar su blusa. -Jaja graciosa. -Me dice sarcásticamente, lentamente nos acercamos para abrir la puerta, Lorena sigue de pie esperando para hablar conmigo. -Siga por favor. -Le hago señas para que entre, Lina sigue a mi lado. -Carolina tú no estás invitada a esta conversación, después hablo contigo a solas. -La señala y Lina no está muy convencida de acatar su pedido. -Yo no creo que… -Tranquila amor, ve a tu oficina. -La interrumpo con un suave beso en sus labios, lo suficiente para que ella confié en mí y lo suficientemente corto para no incomodar a su madre, sí, ya sé, algo estúpido después de que nos ha visto cogiendo dos veces. -Está bien. -Se retira cerrando la puerta, le señalo que tome asiento. -Veo que no pierdes el tiempo con mi hija. -Sí, esta va a ser una larga discusión y mi risa nerviosa aparece recordando todo, carajo!!! -Lo siento, cuando estoy nerviosa la risa sale sin controlarla, no es una falta de respeto se lo aseguro. -Trato de calmarle mientras ella me ve detenidamente. -¿Estás nerviosa? -Acomoda sus piernas elegantemente a un lado mientras sus manos se acomodan en su regazo, su postura es impecable pero incomoda.

-Un poco, debo aceptarlo, aunque supongo que esto debimos hacerlo hace mucho tiempo. Deslizo mis dedos por mis cejas tratando de pensar antes de hablar. -Señora sé que piensa que esta relación se basa en lo físico, en la tentación y el placer que se encuentra en lo prohibido pero… -¿Acaso no es así? Carolina nunca se había comportado de esta forma. -Me interrumpe casi escupiendo las palabras. -¿Cómo?... siendo sincera con sus deseos y queriendo satisfacerlos con la persona que ama, no le voy a negar que este amor fácilmente se confunde con pasión, y sí, es una parte de lo que tenemos, pero no lo es todo, a su hija la amo como nunca pensé que se pudiera amar a alguien, amo todo de ella, amo verla dormir, amo verla hacer ese tierno puchero para pedir algo, amo cuando canta y se deja llevar por la música, amo sus largas pestañas, amo que me abrace en las noches y no se despegue cuando tengo frío, amo su forma única de amarme, hasta amo que me haga cosquillas cuando no soporto que nadie más lo haga, y sí acepto, amo sus ganas, no puedo evitarlo. -Escasamente respiro después de hablar, tratar de decir las diferentes formas que amo a Lina me deja sin aliento, mi corazón palpita fuerte, ella ladea sutilmente la cabeza tratando de entender todo lo que acabo de decir. -¿Sí la amas tanto por qué no la dejas? Renuncia a ella, permite que un hombre… -Eso ya lo hice dos veces señora, la primera hasta fui su dama de honor a pesar que moría por dentro, la dejé para que buscara su felicidad con Nicolás y las dos sabemos que ella no fue feliz ni un solo minuto en ese matrimonio, y luego hasta le di consejos a un pretendiente digno de ella para que la conquistara y sabe qué, nos hicimos daño… -Respiro pausadamente tratando de organizar mis ideas, ella me ve en todo momento. -Su hija y yo nacimos para estar juntas, lamento que no sea lo que usted esperaba para ella, sé que nunca me quiso cerca de Lina, sé que nunca estaré a la altura de sus expectativas porque sencillamente soy mujer, pero señora déjeme decirle que yo por el contrario a usted si la amo… -Frunce el ceño, sé que la dejé fuera de base con eso. -No me vea así, es cierto, la amo por haber traído al mundo a la mujer más perfecta, solo por eso no me importa cuánto me odie o cuánto me aborrezca… solo por favor no le haga daño con su rechazo, ella es su única hija no permita que sus prejuicios le impidan estar cerca de ella. -Sus dedos se mueven incesantemente, ya veo a quien le heredó Lina su manía nerviosa. -Eres igual a tu madre, parecen siempre saber que decir… es solo que no me doy a la idea de no verla realizada, de no tener nietos, un hogar… -¿Quién le dijo que no podía tenerlo? -La interrumpo, sus dedos se quedan quietos. -No te veo establecida en un solo lugar, sacando a pasear al perro, llevando a tus hijos a la escuela ¿acaso lo harías por Carolina? -Sé que la imagen que tiene de mí difícilmente se le quitara, no comprendo que tengo para dar la impresión de que solo pretendo diversión para toda la vida, también puedo soñar con una vida más tradicional.

-Por su hija lo haría, solo por verla feliz. -Contesto suavemente con una tenue sonrisa. -Supongo que eso es todo por hoy, debo hablar con mi hija. -No pensé que fuera tan fácil, admito que mi madre supo abonar el terreno, nos ponemos en pie, me adelanto para abrir la puerta, ella sonríe por mi movimiento. -Si alguna vez le haces daño te juro que tendrás a una enemiga cruel. -Me dice completamente seria. -No hay necesidad de eso, pero creo que mis palabras poco valen, eso tendré que demostrárselo día a día. -Volteo a ver al frente y Lina nos ve ansiosa desde la puerta de su oficina, ya está mordiéndose las uñas. -Otra cosa… bienvenida a la familia. -Me dice cerca de mi oído antes de besar mi mejilla, escasamente bajo saliva. -Mamá por favor yo no espero que comprendas esto… -Lorena la interrumpe tomando su brazo. -Vamos a tu oficina para hablar en privado, esto de hablar en los pasillos no es bien visto. -Ya veo de dónde sacó la mayoría de sus cosas, Lina voltea a verme antes de cerrar la puerta, le mando un beso que ella intenta atrapar en el aire, que puedo decirles, nos amamos con locura, mi padre todo el tiempo tuvo la razón, cuando estás con el amor de tu vida todo es posible, solo necesitas que al final de tus dedos estén enredados los suyos.

XLV PRIMERA PARTE

Trato de vencer el sueño, maldita lucha de todas las mañanas, bostezo sin siquiera poder abrir los ojos mientras me estiro perezosamente alongando los músculos tratando de sacudirme, un ligero espasmo me indica que ya es hora de despertar, sin afanes abro los ojos parpadeando ligeramente hasta sostener la vista, sus ojos acompañan la leve sonrisa que se dibuja en su rostro, siempre me encantó eso en ella, nadie parece sonreír con los ojos como ella, ¿desde cuándo estará despierta viéndome dormir? No he entendido la razón de gustarle tanto, no decimos nada, solo nos vemos cada una desde su posición de medio lado, no puedo negar que es la mujer más hermosa del mundo, su desnudez me fascina, desde que estamos juntas solo así dormimos, la tibieza de su piel es lo mejor para relajarme antes de dormir, a veces no concibo cómo pude vivir tanto tiempo sin ella… de un momento a otro se delinea ese gesto que he aprendido a conocer hasta el cansancio, sus dedos se mueven por mis brazos haciéndome erizar, ella parece divertida con mi reacción, su mano atrapa la mía llevando la punta de mis dedos a su boca, abro ligeramente la mía producto del contacto caliente y húmedo, no desistimos en ver todas nuestras reacciones, la retira para inmediatamente friccionarla en su entrepierna, mis sentidos se agudizan al contacto, sin soltar mi mano me posiciono encima no recostando mi peso, mis rodillas sostienen mi cuerpo mientras nuestros rostros solo lo separan centímetros, mi cabello suelto alcanza a

rozar su piel haciéndole cosquillas, las respiraciones chocan armonizadas, busco su mano e imito su movimiento, no sé cómo nos ponemos de acuerdo sin hablar, supongo que las palabras poco sirven aquí, ella ya sabe que quiero, los dedos se empiezan a agitar y van incursionando al tiempo, acomodo mi pierna entre las suyas dejando caer el peso de mi cuerpo haciendo más profunda la penetración, jadeamos al tiempo, nos tomamos un momento para acostumbrarnos, mi vaivén empieza logrando dibujar un tenue gesto de placer que ella responde besándome lentamente, su mano libre recorre mi espalda desnuda dejando una leve carga eléctrica, la mía recorre su rostro, el movimiento se agita penetrando más profundo, el mundo se diluye, solo existimos aquí y ahora, mi todo empieza en su piel, nos contraemos liberando el placer, el choque de las caderas es más suave, esa sensación agradable se replica nuevamente, no puedo creer que se pueda sentir tanto, solo respiramos profundamente, las miradas siguen conectadas, con suavidad retiramos los dedos, supongo que a ella también le hormiguea la mano producto de todo, parecemos chiquillas disfrutando hasta el final de su postre favorito al llevar los dedos a la boca golosamente, me retiro a un lado de la cama sin quitar mis dedos de la boca, su sabor es exquisito. -¿Cómo puede ser cada vez mejor? -Me pregunta mientras sus ojos apuntan al techo, sonrío con la pregunta. -Eso es fácil de responder… nos amamos, y cada día nos enamoramos más, por eso los orgasmos son mejores y más profundos. -Desde que empezamos no nos hemos vuelto a separar, las noches durmiendo a su costado han logrado que por fin concilie el sueño sin dar tantas vueltas, pero lo mejor es despertar a su lado, cada vez es diferente, es un eterno descubrir. -Interesante teoría, supongo que por eso solo contigo lo siento todas las veces. -Reímos al tiempo, doy media vuelta y sostengo mi cabeza en la almohada, ella copia mi posición escrutándome con sus hermosos ojos verdes, son más claros a esta hora de la mañana. -¿Nunca me has fingido? -Pregunto levantando levemente la ceja, sonríe con mi pregunta, me encanta estos momentos de paz con ella. -No… ¿tú? -Niego con la cabeza. -Nunca podría hacerlo. -Me acerco a besar su cuello, sus manos se deslizan por mi pecho. Que diría como era que se llamaba… mmm sí, Juan José si supiera que eres el perfecto antónimo de una mujer frígida. -Reímos al tiempo, idiota, pero gracias a él y a la total ignorancia de sus ganas no hubiéramos estado esa noche, a veces no sabemos cómo pequeñas cosas cambian el rumbo de tu historia. -No sé… supongo que su “amigo” no podría soportarlo. -Nos besamos lentamente, me fascina estos momentos en los que hablamos de todo y de nada, siento a Lina extraña últimamente, no me he atrevido a preguntarle la razón, solo sé que algunas veces cuando estamos juntas una parte de ella lo hace con cierto temor. -No puedo creer que te acuerdes de él, no duramos mucho tiempo a decir verdad. -Aparto la idea, ella no puede dudar lo que tenemos.

-Como no hacerlo, gracias a él te enseñé de lo que te perdías no explotando de placer en un buen orgasmo. -Un leve recuerdo se instala en mi cerebro, como no tener la imagen de su gemido ahogado mientras sus manos estaban en su entrepierna y yo totalmente roja viéndola en el sofá de mi apartamento, esa fue la primera vez que la desee como mujer, sí, todo con ella ha sido maravilloso. -Tonta… te amo. -La lluvia de besos en mi rostro me trae de vuelta a ella, mis ojos se vuelven a cerrar disfrutando de la suavidad de sus labios. -Yo más. - Le contesto sin siquiera abrir los ojos. -Mañana quiero salir a cenar por ahí, no sé, ¿qué te parece comida italiana? Conozco un nuevo lugar cerca del parque central, podría hacer la reservación. -Sé que merecemos una noche para las dos fuera de las paredes de una habitación, hemos trabajo sin descanso en el proceso de entregarle a mi hermano la dirección de los hoteles, sí, después de hablarlo con Karen y de una charla en familia él finalmente decidió tomar el cargo, y si a ese tedioso proceso le sumamos que he tratado de seguir adelante con la publicación de mi libro me ha dejado sin tiempo para tener una noche romántica en semanas con ella y que no implique domicilio de pizza en la cama. -Genial, me encantaría cenar contigo… solo debemos salir más temprano del hotel.Espero que el día alcance para todo lo que tengo que hacer mañana, no sé en qué momento mis días se volvieron tan atareados. -Te amo tanto. -De improvisto vuelvo a sentir esa agradable sensación cálida y húmeda de su lengua en mi centro, bajo saliva, demonios!!! Abro los ojos y levanto la vista, ya sé que viene, acomoda su cuerpo encima del mío dejando a mi disposición ese lugar que emana el sabor más exquisito, deslizo mis manos por sus muslos disfrutando la suavidad de su piel antes de seguirla, no, esta mujer es muchas cosas menos frígida. ··············

-Entonces ya empezaron a salir oficialmente. -Le pregunto a Sean tratando de sostener el celular entre mi hombro y mejilla, mis manos andan ocupadas organizando fotos y documentos necesarios para la primera reunión con la editorial interesada en publicar mi libro. -Sí… después de vernos como amigos por fin puedo decir que estamos saliendo oficialmente, ayer fue uno de los días más felices de mi vida cuando la besé por primera vez. -Ya lo sabía, Kelly me llamó entusiasmada por ese primer beso, sí, somos amigas, después de todo ella seguirá siendo alguien muy importante en mi vida, fue mi primera novia, Lina lo sabe y sé que hace un gran esfuerzo por entenderme.

-Eso es genial. -Termino de juntar todo lo que necesito, últimamente mis días se han convertido en carreras contrarreloj, seguir a cargo de los hoteles y continuar con la fotografía requiere mucho de mi tiempo. -Lo sé, solo espero que algún día pueda ser para Kelly aunque sea una parte de lo que ella es para mí. -Sé que es estar en su lugar, sin duda él la adora, tanto como para establecerse en New York, sé que todo es por estar a su lado, después de tanto tiempo comportándose como un idiota está sentando cabeza, ya sabía yo que solo ella podía hacer ese cambio en él, aunque eso nunca fue su culpa, el hecho de ser hijo único y haber perdido a sus padres a los diez años de edad lo devastó, y sí a eso le sumamos ser criado por su tío soltero y fiestero logró que el conocimiento de cómo tratar a una mujer fuera completamente errado. -Lo estás haciendo bien… es solo que ella no quiere apresurarse. -Mi bocota, diablos!!! -¿Te ha dicho algo de mí? -Ahora entiendo mejor a Silvia, ser la amiga de dos partes interesadas es difícil algunas veces. -Mmm sí… pero no puedo hablarlo contigo, lo siento. -Lo escucho respirar pesadamente, sé que daría lo que fuera por saber realmente que siente Kelly, pero es su misión averiguarlo, no debo intervenir más. -Tranquila, gracias por cruzarla en mi camino. -Termina de hablar embelesado, supongo que recordando el beso, sabía que era lo mejor, abro la puerta de la oficina tratando de agilizar tiempo. -Eso no se agradece, solo trátala como merece, ella lo vale. -Alcanzo a escuchar su leve sonrisa acompañada de una larga exhalación. -No lo dudes, eso lo supe desde el primer momento en que la vi, pero ya sabes… puedo ser muy estúpido cuando estoy nervioso… -Se escucha su respiración profunda. -Debo irme. Su dulce voz me confirma que ella llegó a su encuentro. -Igual, adiós. -Acomodo el celular en el bolsillo del blazer, debo verla antes de mi almuerzo de negocios, no he podido hacerlo antes y ya ando ansiosa, cuando me dispongo a golpear la puerta Brigitte me detiene. -Ya están los de la editorial esperándote en el restaurante. -Ella a veces más que mi asistente parece mi niñera, sé que Renee en medio de su inminente mudanza ha sacado tiempo para concertar esta cita, sí, se va a vivir con Phillipe, resulta que la persona que debía conocer era su pequeña niña, verán, él enviudó cuando su esposa murió en el parto, así que solo buscaba sexo ocasional sin pasar a tener algo más estable por miedo al rechazo de su pequeña, solo por Renee decidió intentarlo finalmente y bueno, las dos se llevaron bien desde el comienzo, así que la pequeña les dio su visto bueno y él no requirió mucho tiempo para pensarlo, Renee era la indicada para empezar de nuevo.

-Pero yo quiero ir saludarla, te prometo que no me demoro… tan solo un pequeño beso Necesito verla, termino mi ruego con un tierno puchero, imagino que Renee le dio indicaciones precisas de no dejarme llegar tarde, ya saben que los ingleses no soportan la impuntualidad. -Ya sé que andas enamorada pero el deber es primero, ella lo entenderá. -Finaliza seria ladeando la cabeza, esta cita es muy importante si realmente deseo que la publicación de mi libro sea un hecho, Renee desde Paris logró contactarlos y después de tanta insistencia ellos finalmente cedieron viniendo hasta mi país para empezar, los asuntos de los hoteles no me permitieron viajar… asiento resignada. -Sabes que algunas veces te odio. Ella sonríe con mi declaración mientras me toma del brazo guiando mis pasos, sí, parece mi niñera pero es la única con la personalidad suficiente para hacerme entrar en razón. -No, tú me amas, además ya la vas a ver más tarde, deja de ser tan dramática. -Hey!!! Eso no es cierto. -Ella solo ríe burlonamente.

Qué día tan largo, paso mi mano por el cuello mientras analizo las fotos que están esparcidas encima del escritorio, la reunión fue todo un éxito pero me dejó tantas cosas por hacer y tan poco tiempo, solo espero que el esfuerzo valga la pena y muy pronto mi nuevo libro esté en el mercado, de paso espero tener más tiempo para Lina, bebo la soda de naranja permitiendo que las burbujas choquen con mi paladar, el sonido del hielo hace que el silencio sea irrumpido momentáneamente… el eco de la puerta cerrase con seguro poco o nada me deja tiempo para reaccionar, me abraza desde atrás dejando besos en mi cuello, sus manos ansiosa se apoderan de mi cuerpo. -Sabes que es amar con esta necesidad de estar en tu piel, es algo que te consume a diario, estás hasta en el último rincón de mi mente… no te das una idea de lo que te extrañé. -Ya está logrando que pierda la cabeza, ella sabe que es la única con ese poder sobre mí y bien que sabe sacarle provecho. -Lina… espera, habíamos dicho que en la oficina no… -Estuvimos de suerte con su mamá aquella vez, no quiero imaginar si hubiera llegado unos minutos después… así que las dos decidimos no seguir tentando el destino sepultando la idea de hacerlo en la oficina, eso no era bueno para ninguna de las dos. -Ya sabes que poco o nada puedes hacer para detener esto, además ya no hay nadie en este piso, tus hermanos y Brigitte ya salieron. -Su cuerpo está pegado al mío disfrutando como me retuerzo a causa de sus agiles dedos que se adentran victoriosos. -Muchas veces tuve que reprimir el deseo de tenerte así porque tenías novia y ahora que puedo no pienso hacerlo. -Retiro con mis manos todo lo que está encima del escritorio, doy la vuelta y en un solo movimiento la acomodo encima, sus piernas atrapan con fuerza a mi cadera. -Te necesito aquí y ahora. -Sus dientes se aferran a su labio inferior, desabotono con prontitud mi blusa bajo su mirada intensa, sí, solo ella puede manejarme de esta forma.

-Te amo. -Estamos recostadas en el suelo de mi oficina, después de la intensidad llegó por fin la calma, su cabeza está recostada en mi pecho mientras sus dedos se mueven por mi costado. -No te vi en todo el día. -Después de varios segundos de silencio con esa frase decide acabarlo. -Lo siento, intenté verte antes de la cita con los de la editorial pero fui interceptada por Brigitte, ya sabes como es. -Beso su cabeza mientras aspiro el olor de su cabello. -¿Alguna vez te cansarás de mí? -Quedo estática con esa pregunta, ¿por qué pregunta eso? -¿Qué? -Retiro mi cabeza para poder ver su rostro, sus ojos están fijos en la nada. -Supongo que en algún momento lo harás así no sea esa tu intención. -Estoy descolada con todo esto, no sabía que tenía dudas acerca de mi amor, ¿de qué más me estoy perdiendo?, decido acomodarme a su lado sin soltarla de mis brazos tratando de que me vea directamente. -No vuelvas a decir eso… te amo, eres y siempre serás lo mejor en mi vida, tú me llenas de ilusiones, de anhelos, y jamás me cansaré de ti, eres todo lo que alguna vez soñé, tú Carolina Rangel Mejía lo eres todo para mí, ¿entiendes eso? -Por fin me ve directamente, sus ojos se clavan en los míos y finalmente asiente. -Sí. -La beso suavemente, nuestras lenguas se enredan después de batallar por tener el control, descanso mi frente en la suya finalmente rendida ante la falta de oxigeno. Perdimos la reservación. -Todo llega como un baldado de agua fría, idiota!!! -Lo siento, podemos ir después, te lo compensaré, lo prometo. -Mi día ajetreado lograron que pasara por alto nuestra cita, demonios!!! -Tranquila, no hace falta. -Se coloca en pie y sé que aunque no me reclame le fallé, imito su movimiento y empieza la rutina de vestirnos, cuando terminamos empieza a recoger las cosas del suelo, sí, hicimos un desastre… Lina se acerca y me besa tiernamente, escasamente un roce de sus carnosos labios. -Felices dos meses. -Quedo sin reacción, ella sigue recogiendo las cosas dejándolas en su puesto original restándole importancia a lo que acaba de decirme. -¿Cómo? -Finalmente pregunto acercándome a Lina y deteniéndola mientras levanta documentos que andaban regados por ahí. -Hoy cumplimos dos meses de estar juntas. -Ay no, después de eso quedo echa piedra, yo no estoy acostumbrada a esa clase de cosas, nunca las tomé en cuenta, ni con Kelly, supongo que debido a que nuestra relación fue a distancia, no sé cómo hacerlo, y ahora…

yo sé que para ella sí es importante. -Hey respira, no pasa nada, vamos a tu apartamento y pedimos un domicilio de pizza napolitana ¿te parece? -Descuelga sus brazos a mi cuello, yo sigo con la mirada gacha, soy muy torpe con ella, asiento finalmente y la abrazo fuerte, maldición!!! ··············

La nueva casa es genial para recibir al nuevo integrante de la familia, porque así lo siento, como un sobrino más, un bebé que llegará a alegrar la vida de sus orgullosas madres que lo esperan ansiosas… pensaron en todo, gran jardín, habitaciones amplias, buen vecindario que está cerca de las escuelas y de una gran parque… rápidamente Natalia me entrega la taza de café, son buenas anfitrionas, solo yo lo tomo, ellas optaron por un té. -Así que ya saben que es un niño. -Bebo de la taza antes de sentarme en el sofá, Silvia desliza su mano por su vientre. -Sí, Gabriel se dejó ver por fin. -Así que ya pensaron en el nombre. -Las felicito y a Gabriel, es un suertudo al tenerlas a las dos. -Ellas sonríen al tiempo y Natalia besa a su esposa. -Ya sé que te complace la noticia, pero… ¿a qué has venido? Te conozco. -Silvia me señala con su ceja enarcada, supongo que es momento de hablar. -Necesitaba hablar con alguien… y creo que ustedes son la mejor opción. -Sí, necesito un consejo y quien mejor que ellas que parecen que lo llevan muy bien, bajo la mirada mientras mis dedos delinean mis cejas tratando de organizar las ideas, esto jamás será fácil para mí… -Dispara de una buena vez. -Levanto la vista y las veo con sus ojos clavados en los míos y a la espera a que empiece. -No sé cómo comenzar… sé que ustedes saben que nos amamos con locura, tanto luchamos por estar juntas, tantos errores de parte y parte… -Hago una pausa mientras bebo de la taza. -Estar con ella ha sido lo más importante en mi vida, la amo como nunca pensé que se pudiera amar a alguien, pero… últimamente no he podido dedicarle mucho tiempo, sé que ustedes saben que todavía sigo a cargo de los hoteles y… -Suspiro largamente mientras aprieto la taza con fuerza. -Desde que estoy en el proceso de publicar mi libro el tiempo juntas ha disminuido bastante. -A veces solo compartimos las noches ya sea en su apartamento o en el mío. -Eso es normal, te lo decimos nosotras que a veces no coincidían nuestros turnos, el horario de un médico es muy difícil, pero todo depende de que el tiempo en el que estén juntas lo hagan valer, los pequeños detalles…

-Olvidé que cumplíamos meses de estar juntas. -Interrumpo a Natalia, ese en realidad creo que es el problema, no he hecho nada diferente a demostrarle con mi piel que la amo, con desgano dejo la taza en la mesa central mientras recuesto la espalda perezosamente. -¿Amor me colaboras? -Silvia le pregunta tiernamente a su esposa, ella solo asiente. -Sí mi vida. -Natalia sonríe después de besarla castamente. -Ouch!!! Y eso ¿por qué fue? -Natalia acaba de golpearme con un pequeño cojín. -Esas cosas no se olvidan, deja de ser torpe. -Silvia me señala seria, solo bajo la cabeza, la verdad es que con su embarazo su lado severo y protector de futura madre está más que activado, solo queda no contradecirla. -Pero es que yo no estoy acostumbrada entiéndanme, solo tuve una novia y bueno… para ser sincera con Kelly jamás los celebramos. -Me siento tan estúpida no sabiendo estás cosas a mi edad, hasta ahora entiendo que me perdí de mucho por mi etapa de desenfreno. -Entiendo, pero no vuelvas hacerlo, el amor también se alimenta de pequeños detalles, de celebrar esos momentos que son importantes, o ¿creías que el romanticismo es solo para la etapa de enamoramiento? -Silvia se detiene a verme, no sé qué decir, yo suponía que sí, en las películas no te dicen que hay después del final feliz, la pantalla simplemente se oscurece y piensas que todo seguirá bien, ¿Cómo se supone que lo tenía que saber? ashhh!!! Entreabro la boca pero no sale palabra alguna. -Eres una tonta, no sé cómo te aguanta. Me dice con un poco de burla. -Hey!!! Está bien, tienen razón, voy a ser más detallista, más romántica, la seguiré enamorando cada día más. -Seré la mujer que Lina merece, es hora de cambiar, no puedo seguir excusándome en mi apatía por expresar lo que siento, no quiero que ella empiece a dudar de que la amo con locura. -Mejor. -Finalmente me da tregua, respiro tratando de tomar el mayor aire posible hasta el punto en el que mis pulmones están exigidos a su máxima capacidad, lo expulso lentamente con la vista perdida. -Eso no es todo ¿cierto? -Natalia pregunta mientras bebe de su taza. -No, pues no sé cómo será para ustedes, pero hacer el amor con ella implica una forma única de conectarme con su ser y bueno… -Y bien que les gusta, ya sabes… eso de “estar conectadas” parecen conejos de energizer con una leve sobredosis de red bull. -Por un momento Silvia logra sonrojarme, pero es cierto, parecemos adolescentes que no pueden controlar las hormonas, a veces las ganas nos dan en sitios poco recomendables, pero sinceramente creo que eso no tiene nada de malo, no creo que debemos condenarnos a sexo aburrido solo porque ahora estamos juntas en una

relación estable, además… la verdad tener esta química intacta a pesar del tiempo es una dicha que muy pocos tienen. -De nuevo, hey!!! Además ustedes no se quedan atrás. -Sí, por fin puedo defenderme, ellas retiran la mirada mientras buscan una nueva posición en el sofá. -Y bien… me decías. -Silvia finalmente decide acabar con el silencio. -Que convenientes. -Las señalo con mi ceja enarcada, ellas solo sonríen haciendo que las siga. -Como les decía, hacer el amor con ella me permite estar en contacto con su ser de forma profunda y bueno, a veces la siento con temor, ayer ese temor se volvió realidad cuando me dijo que algún día me iba a cansar de ella así esa no fuera mi intención, traté de explicarle que eso no iba a pasar, pero sé que eso no sirvió de mucho… se suponía que ya las dudas habían quedado atrás. -Termino de hablar suavemente mientras cruzo mis brazos con la vista clavada en el jardín, no quiero que las cosas sigan así entre nosotras. -Mmm dime algo… ¿con cuantas mujeres has estado? -Silvia me pregunta dejándome desubicada con el rumbo de la conversación, descuelgo mi cabeza a un lado mientras mis ojos la ven directamente. -¿Qué? pero eso que tiene que ver. -No es fácil, ponte en su lugar, has estado con muchas… todas diferentes, y ella con la única mujer con la que ha estado es contigo, ¿y sí ellas eran mejores? ¿Y sí extrañas esas noches de placer sin ataduras? -Silvia me ve detenidamente, solo niego con la cabeza. -Pero eso no es posible, yo la amo, con todas ellas no sentí ninguna conexión, ninguna me dio ni remotamente lo que Lina me da, ella es única para mí. -Esa es la verdad, creo que en todas ellas solo trataba de buscarla, tantos cuerpos, tanto deseo que solo me dejaba más sola y vacía, siempre huyendo de su recuerdo pero anhelándola con todo mi ser… no, Lina solo hay una. -Sí, es tan sencillo decirlo, pero sabes que a veces no se trata solo de decirlo, debes quitarle las dudas con acciones mmm creo que ese gran consejo me lo dio una amiga unos meses atrás cuando pasaba una situación similar. -Natalia termina de hablar y todo queda en silencio, la verdad entiendo su punto. -Amor tengo antojo de croissant de chocolate, pero no cualquiera… quiero el especial de la panadería que queda en la esquina de mi antiguo apartamento. -Silvia termina de hacer su pedido suavemente, Natalia no está muy convencida de satisfacer ese antojo. -Pero eso queda lejos. -Jajaja la entiendo, de verdad queda muy lejos, Silvia hace un tierno puchero. -Jummm yo quiero y Gabriel también, ¿cierto bebé? -Pasa sus dedos por el vientre, Natalia baja saliva, sí, no tiene escapatoria para los antojos de su esposa y su futuro hijo.

-Está bien, ya voy. -La besa y se pone en pie con desgano, se ven adorables cuando se ponen en ese plan. -¿Donde está Carolina? -Sacudo la cabeza tenuemente. -Con Catalina, ya sabes que ahora Lina es su abogada… -Eso es algo que todavía no termino de procesar, resulta que en medio de su viaje por el Mediterráneo Catalina fue hallada por su esposo teniendo sexo con su “amiga”, en una sola palabra… escándalo, sí, todo se supo, pero por primera vez Catalina fue coherente con sus sentimientos y decidió arriesgarse por ella abandonando a su esposo, el problema es que el orgulloso hombre no le da el divorcio, Catalina hasta le ha ofrecido renunciar a la parte de sus bienes que por derecho le corresponde, pero nada funciona, él solo busca venganza y que ella vuelva a su lado humillada, así que después de ver a centenares de abogados y todos rechazar su caso aludiendo no estar dispuestos a sufrir una vida sin empleo finalmente acudió a mi novia, el reto es enfrentarse a todo el dinero y poder del industrial Enrique Granados, lo que no sabe es que Lina es una mujer de principios y de vocación hacia las causas que considera justas, sé que ella logrará ganar el caso, eso solo hace que la amé más, después de todas las ofensas por parte de Catalina ella no solo la ha perdonado sino que ha decidido apoyarla en esta nueva etapa de vida, algo que ni siquiera su propia familia ha hecho, sí, Elizabeth fue la primera en prácticamente negar que tiene hermana y bueno, Nicolás no aparece por ningún lado, desde hace un buen tiempo no se tiene noticias de él. -¿Qué sucede? -Silvia está con el ceño fruncido mientras ve un punto inexistente. -Nada es solo que… a veces pienso como hubiera sido mi vida si Teo no me hubiera encontrado con Fernanda, tal vez mi vida sería muy parecida a la de ella. -Así que ese el nombre de la enfermera, jamás le pregunté cómo pasó, sé que Silvia era una mujer cuidadosa de su imagen, nuestros encuentros fueron furtivos, fugaces, creo que lo que más le gustaba de mí era que en público ni le hablara, nadie sospechó nunca que fuimos amantes en el colegio a pesar de que muchas veces lo hacíamos en salones de clases. -¿Cómo ocurrió exactamente eso? -Ella sacude la cabeza, creo que no esperaba mi curiosidad por esa parte de su vida. -Ese día tenía cita con Teo para ver a la preparadora de bodas de moda en la ciudad, hacía dos semanas después de tanta insistencia de su parte había decidido aceptar su propuesta de matrimonio, pero ese día en particular se presentaron varios casos en el hospital que como estudiante no podía ni quería perderme, así que le dije que me recogiera una hora antes de la dichosa cita. -Su vista se pierden recordando, su hablar es suave y pausado. -Fernanda era una enfermera que era el sueño de muchos en el hospital, un día en que las dos teníamos turno nocturno hablamos, las miradas de deseo eran evidentes y una cosa llevó a la otra y terminamos teniendo un romance tórrido… no sé como describirte exactamente qué fue lo que me impulsó a ese momento de desenfreno, solo recuerdo que poco o nada me importó el sitio, la llevé a la habitación de descanso y me dejé llevar por un deseo descontrolado que solo cuando Teo abrió la puerta terminó inmediatamente, jamás volví a verla de nuevo.

-Mmm veo, Silvia sé que ahora piensas que no te diferencias mucho de Catalina, pero eso no es así. -Ella voltea a verme en un rápido movimiento, no esperaba esas palabras de mi parte. -¿Cómo lo sabes? Las dos nos escondimos en relaciones heterosexuales por miedo al qué dirán, lo único diferente es que a mí me atraparon antes de casarme y no después. -Lo sabía, eso es lo que le da vueltas, sonrío tenuemente mientras niego con la cabeza. -Dime algo… sí sabías que Teo venía por ti ¿por qué te acostaste con Fernanda en un sitio en el que fácilmente te podía encontrar? No crees que de algún modo sabías que esa boda no te convenía y tú inconscientemente lo estropeaste para no seguir adelante con esa locura. -Silvia arruga el entrecejo analizando lo que acabo de decirle. -No lo había pensado de esa forma… pero supongo que tienes razón, esa fue la única vez que fui descuidada… a pesar de todo creo fue lo mejor para los dos, ese matrimonio nos hubiera destrozado la vida. -Finalmente su rostro se ilumina, supongo que está más tranquila. -No te arrepientas de como pasaron las cosas, por el contrario debes sentirte orgullosa de lo que has hecho y de la familia que estás logrando formar junto a Natalia, no todo el mundo es tan valiente para hacerlo. -La verdad es que la envidio, pero es una envidia de la buena, de esas que te hace pensar que deseas luchar para tener algo así para ti, para tu vida. -Supongo que sí, este pequeño llegará a un hogar donde nunca le faltará amor, cierto mi pequeño Gabriel. -Ahora si me mató de dulzura al verla hablar a su bebé, la adoro, me acerco posicionándome a su lado, ella atrapa mi mano y todo mi ser se sacude cuando siento como Gabriel patea alegremente, las dos sonreímos al acto, sí, la envidio, levanto la vista y veo que muy pronto oscurecerá, reviso parsimoniosamente el reloj y sus manecillas me indican que Lina ya debe haber llegado a su apartamento, la extraño, increíble que no pueda pasar más que unas cuantas horas separada de ella sin que todo mi ser la anhele. -Creo que es hora de irme, me despides de Natalia. -Me levanto y voy por mi bolso, y una idea pasa por mi cabeza, sí, hoy la voy a sorprender con algo, creo que es justo que le regale algo por los meses cumplidos así no sea el día exacto, no sé, tal vez una botella de vino que tanto le gusta mmm bombones de chocolate, sales de baño para la tina, sí, ella merece la mejor versión de mí y estoy dispuesta a dárselo. -Está bien, te acompaño a la salida. -Silvia se incorpora y después de varios besos a su barriguita finalmente me despido. Subo al carro y mis manos aprieta con fuerza el volante, recuesto mi cabeza tratando de organizar las ideas que vienen rápidamente, sé que mis ojos brillan… sí, eso haré, saco mi tablet y rápidamente organizo un archivo al cual decido nombrar “Plan B” este empieza con una lista de las personas que necesito, Sofía es la primera junto a mi madre, sé que ellas me ayudarán, Dómine, Eduardo, Carlos, por supuesto Brigitte mmm quiero que todo sea perfecto, y al final de mi lista una persona que debe ser ahora la primera que tenga que ver, sí, quiero su aprobación para toda esta locura que mi mente maquina sin parar, descargo el

dispositivo en la silla del copiloto y rápidamente pongo en funcionamiento el motor, pero primero lo necesario para una noche romántica, no puedo llegar con las manos vacías… como si de una única y extraña conexión se tratara mi celular reproduce a todo volumen Anybody seen my baby, rápidamente el manoslibres conecta la llamada. -¿Dónde te has metido? Ya estoy en el apartamento. -Jajaja ya me extraña, esta mujer cada día me enamora más. -Hola amor, estoy en camino de comprar unas cosas, pero eso ya lo vas a ver. -No quiero adelantarle mucho a pesar de su curiosidad. -Mmm ¿qué te traes? -Pregunta con interés, sé que se muere por saberlo, pero no voy a ceder, ya la imagino mordiendo su labio inferior. -Nada… nos vemos más tarde. -Trato de sacudirme la idea, cada vez que hace eso por lo general terminamos desnudas. -¿Te demoras? -Que insistente, nunca va a cambiar. -Un poco, pero créeme, vale la pena, te amo preciosa pero ya sabes que conducir y hablar no es lo mío. -Está bien, te mando un beso. -El sonoro sonido reproduciendo su beso me hace estremecer, la llamada ha terminado haciendo que una gran sonrisa se forme en mi rostro, acelero tratando de llegar lo más pronto posible. Respiro profundamente tratando de encontrar en ese movimiento mecánico la calma necesaria, en un solo impulso presiono el timbre firmemente, los segundos pasan lentos hasta que ella finalmente abre la puerta, sus ojos verdes me ven extrañada, coloca su mano en el cuello y antes de que pronuncie palabra alguna me adelanto. -¿Podemos hablar? -Ella sonríe y me hace señas que siga, sí, es hora de ser mejor novia, debo demostrar que puedo serlo…

XLV SEGUNDA PARTE El leve sonido del obturador invade triunfante la calma de la habitación, ahora entiendo la fascinación de captar una imagen en el momento correcto, me muevo sigilosamente tratando de no perder detalle, ella siempre me pregunta por mi interés de verla dormir, bueno… ella es simplemente adorable, así que tomé su cámara y decidí mostrarle que es la cosita más linda cuando duerme, sonrío mientras bajo su powershot G12un momento, sí, he aprendido un poco de cámaras y fotografía a su lado, a veces es difícil creer que sea su novia. En el momento que acepté que amaba con locura a esa mujer que ahora descansa desnuda sobre mi cama tuve una fuerte contradicción entre el amor y mis principios religiosos que eran para mí verdades inamovibles, no fue nada fácil, debo aceptar que fue un largo proceso, pero ha valido la pena porque este tiempo a su lado he sido la mujer más feliz del mundo, sé que muchas me envidian por tenerla como mi novia, esa mujer logra sacarte más de un suspiro con ese mirar intenso de sus ojos miel. Todo empezó desde el momento que la conocí… no podía descifrar esa necesidad de estar a su lado a pesar de su comportamiento tan cortante, supongo que me cautivó su muy bien oculta dulzura que sus ojos trasmitían, era una atracción más allá de mi entendimiento, un sentimiento desconocido, algo que me asustaba y al mismo tiempo no quería renunciar a sentir… cuando estuvo tan triste no quise apartarme a pesar de que cualquiera hubiera desistido con su mal humor, así que finalmente tras mi agotadora insistencia me convertí en su persona favorita, eso me hacía sentir tan especial, solo a mí me permitía muchas cosas que los demás ni podían atreverse y sí, me acostumbré a eso, a ser la única que la conociera realmente. Mi primera contradicción con mis principios llegó con ese leve roce de labios cuando éramos unas niñas, mi corazón jamás había trabajado tan erráticamente con algo tan simple, pero decidí abandonar la tarea de pensar que mi primer beso había sido con ella, con mi mejor amiga, eso me daba miedo… cuando semanas después me dijo que me amaba en mi habitación entendí que ese era el sentimiento del que estaba tratando de huir, mi reacción fue de total sorpresa al punto de no saber que contestar, ese día en medio de mis oraciones pedí tanto una señal de qué hacer con todo lo que sentía cada vez que me veía o cada vez que me sonreía, sabía que eso no se siente por las amigas y llegó su accidente borrando su memoria, muchas veces le pregunté que recordaba y fue triste saber que ella solo olvidó nuestros momento mágicos así que lo tomé como un aviso de que debía hacer lo mismo, que dos mujeres sintieran de esa forma era un error, y empecé a salir con Teo, seguí mi vida como se suponía debía ser y ella siguió siendo la misma gruñona e introvertida, las ganas de que volviera a besarme y decirme que me amaba se esfumaron con el pasar de los días y de la cotidianidad de nuestra amistad. Cuando estábamos en el primer año de universidad ella tuvo el valor de decirme que le gustaban las mujeres, ese día estaba tan asustada por mi reacción, y de nuevo tuve una fuerte batalla entre mis creencias y ella, pero yo no era capaz de alejarme de su lado, así que decidí que algo no andaba del todo bien con mis credos, por ella empecé a pensar que es posible enamorarse de una persona sin importar su sexo a pesar de que la religión lo

considerara pecado, así que le di todo mi apoyo, eso me convirtió en la amiga que escucha pacientemente como se llevaba a más de una mujer a la cama, especialmente las que decían llamarse “perfectamente heteros” para Lena diversión, se le antojaba bastante trastornarle la cabeza a las mujeres cerradas, y algo empezó a gestarse en mi interior, ¿por qué yo no? sí, por mucho tiempo pensé que no era lo suficientemente atractiva para ella, jamás se atrevió a algo más conmigo, yo solo era su “amiga”, y de nuevo el miedo se apoderaba de mí por tener esos pensamientos con Lena cuando suponía que mi sexualidad estaba bien definida. La noche que Juan José, mi novio de entonces decidió terminar nuestra relación porque según sus palabras era una “frígida” esoacabó por mandar al suelo mi autoestima y terminé totalmente ebria, la llamé en ese estado lamentable, yo no podía presentarme en mi casa en esas condiciones, Lena me recogió a pesar de que lo más probable es que esa noche le hubiera dañado los planes con alguna mujer de turno, pero siempre fuimos las mejores amigas, de esas que no se daban la espalda, así que me llevó a su apartamento y en medio de una estúpida charla acerca del orgasmo femenino y de todo lo que me estaba perdiendo, terminamos haciéndolo, sí, todo fue loco, ni siquiera lo pensé mucho, por primera vez me dejé llevar y comprendí que nunca estuve ni remotamente cerca de haber sentido tanto placer, esa mañana la dejé sola en la cama, no podía enfrentarla, tenía demasiado miedo, ¿por qué fue tan perfecto si fue con una mujer? ¿Acaso siempre debió ser así? Volví a reprimirlo, en realidad las dos lo hicimos, pero esta vez no por mucho tiempo, entendimos que nos deseábamos, sí, yo era su adicción, y ella la mía, así que la batalla con mis creencias quedó pospuesta en alguna parte olvidada de mi mente, solo me dediqué a disfrutar de ese deseo incontrolable por hacerla sentir, solo ella sacaba esa parte que ni siquiera pensé tener, entendí que solo a su lado me sentía la mujer más sensual del mundo, tal vez por eso con mis novios era tan recatada y rígida, ellos no me hacían sentir deseada, pero ella… oh ella sí era diferente… todo era perfecto hasta que me dijo que jamás se enamoraría, que el amor no existía, de nuevo me tuve que enfrentar a lo que temía, mi batalla personal llegó para golpearme directamente en la cara, por amor valía la pena llevarle la contraria a todo aquel que pensara que estar con una mujer estaba mal, incluso ir en contra de mi religión, pero no por solo sexo, me encerré de nuevo en mis creencias, en mis prejuicios y volví a caer en la idea del amor con un hombre como única opción haciéndole mucho daño. Cuando decidió decirme que me amaba el día anterior a mi boda totalmente ebria no podía creerlo, ya había avanzado tanto mi relación con Nicolás como para echarme para atrás, ella no podía jugar con mi cabeza de esa forma, ¿acaso era un juego para ella?, la busqué ebria y echa una manojo de nervios, la lastimé de la peor forma para quitarle esa maldita idea, ella no podía llegar a decirme que me amaba desde hace mucho tiempo cuando me hizo creer que solo había sido una más en su cama y me comporté como una total idiota, discutimos como nunca lo habíamos hecho cuando me dijo que se iba, ¿Por qué me enfrentaba al peor miedo que podía tener? Su presencia era mi maldita necesidad… y a pesar de todo ella estaba allí como mi dama de honor el día de mi boda, la promesa de nunca darnos la espalda la cumplió a pesar de su dolor, ese mismo día la perdí, tenía que dejarla ir, ya no podía seguir reteniéndola solo porque para mí su presencia era un vicio,

hasta hora esa ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida, Lena se fue a estudiar a Paris dejándome sola. Sí, me sentía tan sola y abandonada, se suponía que debía empezar una nueva vida pero eso jamás fue posible, ese matrimonio solo sirvió para tener muchas noches en las que con múltiples disculpas me negaba a estar con él, yo no sentía nada, mi corazón estaba roto, le escribía a diario como una forma de catarsis de mi dolor, pero ella jamás contestó, me sentía tan perdida sin Lena, así que por primera vez pensé que tal vez siempre estuve equivocada y lo que necesitaba era estar con una mujer de nuevo para entender tanta tristeza, tonto lo sé, pero mi desesperación era grande, una noche salí a un bar reconocido de la ciudad, bebí en la barra hasta que se acercó una atractiva mujer que físicamente era parecida a ella, coqueteamos un rato y deseaba tanto que el alcohol hiciera lo demás, pero sus labios no eran los suyos, no pude, entendí que a mí no me gustan las mujeres, simplemente no sabía qué hacer con esa extraña, comprendí a la fuerza que a mí solamente me gusta una y es la que está en esa cama durmiendo apaciblemente, tuve que enfrentar mi miedo a amarla, así que por primera vez hablé de mi amor por ella con alguien más, y eso solo podía hacerlo con el hombre que más he amado, sí, mi padre supo entender mis sentimientos y en mi batalla interna por fin ganó el amor, mandé todos mis prejuicios al demonio, si amarla era pecado que así fuera, lo que intentaba vivir no era vida solo porque Lena no estaba en ella, debía luchar por volver a tener una oportunidad, tenía que luchar por su amor. En medio del caos por tratar de divórciame y de la terrible enfermedad de su padre ella por fin regresó y con ella mi deseo de vivir, solo bastó verla para volver a sentir la calidez de mi alma, pero no estaba preparada para tantos cambios, mi vida era un desastre y ella muy por el contrario había podido ser feliz sin mí, yo ya no era su persona especial, su apatía por los demás se acabó, Lena tenía muchos amigos y hasta regresó con novia, la noche que presentó orgullosa a Kelly mi mundo se derrumbó, me llené de rabia, de celos, ella me había superado, ella si pudo hacerlo, de nuevo me dejé manejar por el coraje y le reclamé como si todavía fuéramos las mismas de antes, como si siguiera siendo su persona favorita, oh sí, craso error… cuando me habló tan fuerte pero sin resentimiento en sus palabras perdí la esperanza, los errores que cometí regresaban a mí para hacerme pagar, el daño fue más grande de lo que recordaba o quería aceptar, Lena logró partirme el corazón como nunca, terminó de destrozar lo que quedaba de mí, me quedaría sola porque yo no podía amar a nadie más, eso ya lo había comprobado. Cuando me pidió ser su amiga de nuevo pude haberme negado, pero no, no puedo estar alejada de ella, acepté esa locura, repito, su presencia es mi maldita necesidad y me comí mis sentimientos, así logré entenderla mejor, supe que era no expresar lo que sientes, comprendí que era ver al amor de tu vida y no lanzarse a robarle un beso cuando en tu cabeza solo está esa idea torturándote, morir de celos cuando hablaba de ella, apretar el corazón con dolor sabiendo que esa debía ser yo… pero traté de ser mejor, traté de cambiar mi egoísmo, y terminé enamorándome más, ella simplemente mueve mi mundo, tenía que ser lo que ella necesitaba con la leve ilusión de que algún día volviera amarme, la mañana que me espío haciendo yoga logró darme un rayo del sol, algo me decía que no me había superado del todo como me dijo esa noche, así que me prometí no desistir a pesar de las difíciles circunstancias, acogería su propio consejo y no me permitiría vivir en un mundo

sin ella, y después de tantos tropiezos, de volver a renunciar a Lena cuando pensaba irse a New York con Kelly, todo valió la pena cuando me dijo que me amaba con locura, que era nuestro destino estar juntas, que éramos almas gemelas, acepté en ese momento que a este mundo tan cruel venimos a ser felices, lo demás, lo demás no vale nada. Ahora estamos en una relación estable, la amó cada día más, la amo con todo la cariño desde que era una niña y fue mi primer beso, debe ser por eso que me gusta tanto verla dormir, se ve tan… pacifica cuando su respiración es pausada, me recuerda la ternura del amor que le profeso, pero por otro lado… sí, también la amo con este deseo carnal que a veces me hace cometer locuras solo por percibir la suavidad de su piel sobre la mía, así que a los que juzgan a la ligera pensando que estamos mal por estar juntas siendo mujeres… solo les digo que se jodan, el camino ha sido muy largo para llegar a este punto y el amor es la fuerza más grande de nuestra naturaleza humana, no importa cómo, siempre terminas rindiéndote. El sonido de la alarma logra asustarme, descargo la cámara a un lado y sin afanes apago la fuente del fuerte ruido, ella sigue como si nada, siempre es igual, es muy dormilona, está con el rostro metido en la almohada y su boca a medio abrir, su cabello negro está suelto llegándole más abajo de sus omoplatos, no sabría decir que es lo que más me gusta de ella, pero su piel canela sería una de esas tantas cosas que me derriten, la punta de mis dedos se mueven por toda la extensión de su espalda recorriendo sus lunares, delineo ese tatuaje de mariposa azul que parece tan real y sigo mi recorrido hasta llegar a ese par de montículos que parecen diseñados por un genio de la ingeniería, mis labios la recorren antes de abalanzarme suavemente sobre ella, mis pezones erectos se estrellan en su piel desnuda… y ese bendito contacto en mi centro me hace arder. -Debes levantarte dormilona. -Le hablo cerca de su oído para inmediatamente morder levemente el lóbulo de su oreja, ella ni se inmuta, no entiendo como tiene el sueño tan pesado, decido levantarla como a mí me gusta, sigo besándola apartando suavemente sus piernas y en esa posición incómoda logro llegar con la punta de mi lengua a ese lugar que tanto me gusta, se retuerce, sonrío y la insto a que eleve su cadera, sigo lamiendo a medida que su cuerpo despierta.

-Buenos días. -Su voz adormilada contrasta con el despertar de su entrepierna. -Me encanta que siempre me despiertes de forma diferente, aunque me pongas en esta posición… tan comprometedora. -Sí, sus rodillas y manos sostienen su cuerpo mientras yo sigo en lo mío, cuando sé que está más que lista de nuevo me abalanzo obligándola a recostar su cuerpo en el colchón, y su trasero vuelve a quedar prisionero bajo de mi sexo. -¿por qué tan callada a esta hora de la mañana licenciada? -Pregunta socarronamente, suspiro pesadamente terminando de acomodarme. -Shhhh. -Sonríe en el aire antes de que atrape sus labios con los míos ejerciendo presión con mi centro. -Así que te gusta, mmm debí haberlo sabido antes, últimamente tus ojos caen a menudo ahí. -Sí, como no hacerlo cuando parece que fue creado para hacerme perder el control, solo contesto moviéndome lentamente haciéndola sentir todo lo que me produce, las respiraciones se agitan, la punta de mis dedos se mueven por debajo de su cuerpo hasta llegar a su entrepierna retorciéndose al movimiento firme, nos agitamos al

tiempo, ella se mueve a la presión de mi cuerpo sobre el suyo, estoy jodida, ella me hace perder la cabeza con facilidad. -Mue… muévete para mí. -Vuelve a sonreír y acoge mi pedido, sus movimientos son perfectos, esta mujer que se mueve sensualmente es mi novia y la amo con locura, solo disfruto de ver su cuerpo serpentearse y ya no puedo más, vuelvo a dejar caer mi peso y las dos nos descontrolamos hasta que nos llega el orgasmo de forma intensa, seguimos moviéndonos lentamente tratando de disfrutar las leves replicas que siempre logra dejarnos sin aliento, me retiro suavemente, no entiendo cómo se puede sentir tanto, Lena da la vuelta y me llena de besos, estar así con ella me encanta. -Eso estuvo… -Increíble, insuperable… único. -Me adelanto, ella sonríe ampliamente mientras su ceja se enarca. -Licenciada Rangel la arrogancia déjemela a mí… -Se acomoda encima con una risita soberbia mientras toma mi pierna derecha, desliza sus dedos haciéndome estremecer, no dice nada, solo me ve intensamente, hace colocar mi pierna casi tocando mi pecho, el dolor por el estiramiento me hace agitar. -Shhh quiero ver tu flexibilidad por el yoga licenciada. ¿Qué pretende? estoy en blanco, ella sigue ahí con esa risita altiva viendo como esta no es una posición cómoda, cuando lentamente se deja caer acomodando mi pierna en su hombro, nuestros centros se acoplan a la perfección haciéndome jadear, su movimiento hace que pronto estoy de nuevo presa de la necesidad de sentirla, sigue en ese vaivén mientras acerca su rostro a centímetros del mío. -Me encanta tenerte así a esta hora de la mañana. -Me besa lentamente, sigue moviéndose de una forma tan… jodidamente perfecta, cada vez que siento que mi orgasmo es inminente ella perece percatarse haciendo el movimiento lento, está jugando conmigo, solo sonrío y la dejo alargar el momento a su antojo, su cabello roza ligeramente mi rostro, sus ojos jamás me abandonan, no sé cuánto pueda aguantar, pero ella parece convencida de poder seguir un momento más, ni el leve hormigueo en mi pierna me molesta en realidad, solo el placer de sentirla. -¿Estás lista? -Pregunta burlonamente antes de besarme, solo me aferro a su labio y eso la agita logrando que por fin podamos explotar al tiempo, ahora entiendo porqué todo es tan perfecto, ella es mi otra mitad, me completa en partes de mi alma que nadie más podría, se baja mientras coloca sus manos detrás de su cabeza sirviéndole de soporte. -Eso Licenciada Rangel es… como decías, sí, increíble, insuperable, único. -Me lanzo encima dándole besos intercalados con leves mordiscos, solo reímos como tontas, sus ojos empiezan a cerrarse producto del cansancio, últimamente llega muy tarde, no sé cuál es el dichoso proyecto en el que trabaja, solo sé que la está matando de agotamiento.

-Debes levantarte. -Beso su pecho, nada parece hacerla abrir los ojos de nuevo. -Mmm una pestañita primero, tengo sueño. -Contesta adormilada.

-Antes de caer como una piedra anoche solo alcanzaste a mascullar “Levántame temprano, tengo que ver a Sofía” y luego te perdí en medio de ronquidos. -Se ríe y abre momentáneamente los ojos para encontrarse con los míos. -Yo no ronco mentirosa. -Habla en un tono fingido de molestia. -Sí lo haces… pero hasta eso te hace ver hermosa. -Sí, ya sé, eso no es sexy en nadie, pero para mí todo lo que ella hace es… perfecto. -Te amo… en un momento me levanto, pero primero café y bueno… si se te enreda el desayuno pues no me enojo. -Me dice conservando los ojos cerrados. -Eres una descarada, pensé que el estar con una mujer como mínimo tendría una comida decente de vez en cuando. -Beso su cuello succionándolo levemente, últimamente le recrimino que si no fuera por mí moriríamos de hambre. -Tantas quejas y tan temprano, ya sabes que yo no cocino… mmm, hagamos algo, tú me haces el desayuno y yo te pago en especie. -¿ahora qué se trae? Sus dedos se mueven por mi espalda a la espera de una respuesta a su propuesta. -Tonta, ¿cómo que en especie? -Pregunto sin entender a dónde quiere llegar exactamente, Lena sigue sin abrir los ojos. -Pues… para que dejes de quejarte por mis no existentes ronquidos y de paso te pago el desayuno, esta noche te haré el amor hasta que amanezca o hasta que tú te canses, lo que suceda primero. -Me hace detener en mis besos, así que eso era, supongo que no estaría mal hacerlo, al fin y al cabo hoy es un día especial, cumplimos seis meses juntas… -No creo que me canse. -Quedo en silencio un momento. -Mmm está bien, duerme mientras voy a la cocina. -Me retiro de su cuerpo mientras recojo mi cabello, cuando me levanto siento una fuerte nalgada. -Hey!!! -Protesto antes de reír. -Te ves hermosa desnuda, ahora sí, ve antes de que te retenga más tiempo en esta cama. Me dice antes de volver a cerrar los ojos, me coloco mi bata y camino a la cocina a preparar su desayuno favorito, al lado de la cafetera encuentro algo que llama mi atención, ella y sus detalles, ha hecho para mí un pequeño dibujo de mi rostro y abajo la palabras “Te amo preciosa.” esa mujer me tiene derretida, estos seis meses han sido algo único, especialmente los últimos, ella se ha encargado de enamorarme más, nunca pensé que fuera tan detallista, tan romántica, me hace pensar en ella todo el día… solo desearía que no trabajara tanto, sé que pido demasiado, pero quisiera que no llegara tan cansada, cuando el café está listo regreso a la habitación, quedo estática al verla descalza con su cabello húmedo, anda en un jean ajustado y un sexy sostén, busca impacientemente en mi cómoda desorganizando todo, suponía que dormía.

-Pensé que aprovecharías y descansarías un ratico más… ¿Se puede saber qué buscas? Me acerco y dejo un suave beso en su cuello que la hace estremecer, sí, no importa el tiempo que pase, seguimos sintiendo igual. -Algo que ponerme, no sabía que mi ropa estaba sucia, solo tengo lo que ves. -Ese en realidad es una de las cosas que me gustaría resolver hoy, ya sé que nunca le gusta que la presionen, pero creo que ya es hora de dar el siguiente paso y vivir juntas, he tratado de hacerle ver el tema pero ella sabe como eludirme todas las veces, no entiendo su actitud, supongo que no está lista o tal vez… ella solo espera que su hermano tome completamente el control de los hoteles para viajar, me ha preguntado constantemente sí me gustaría recorrer el mundo y de nuevo temo que este ya no sea su lugar como tantas veces me dijo a su regreso… -Ya sabes que eso se puede arreglar… -Ella detiene su búsqueda. -Sí, tienes razón, creo que esta noche dormiremos en mi apartamento. -Se da la vuelta y me besa, sí, lo ha hecho de nuevo, ashhh esta mujer me desespera con su filosofía de “dejar que todo fluya” puede que a ella le funcione pero no a mí, a mí me gusta la estabilidad, los compromisos… ella sigue buscando hasta que encuentra mi vieja camiseta de The Ramones sonríe y se la coloca al acto. -Antes de que sigas ahí de pie viendo todo lo que hago detenidamente y aunque solo contigo eso me encanta, creo deberías revisar detrás de tu cama. -Le entrego finalmente la taza de café, ella me señala con su mano el sitio exacto, camino lentamente y me encuentro con una gran bolsa, sí, me ha regalado un precioso vestido morado junto a unos zapatos de tacón del mismo color, hasta me regaló sexy lencería, no puedo negar que tiene buen gusto y me conoce muy bien. -Gracias pero... ¿por qué? -Le pregunto tratando de saber si se acordó de nuestra fecha especial, en realidad solo olvidó los dos primeros meses, y está vez en especial pidió que dejara todo en sus manos pero igual me gusta que me lo haga saber, termina de beber su café y descarga la taza encima de la cómoda. -Porque te amo, porque hoy es un día especial, porque me encantaría quitarte esa ropa esta noche. -Habla hasta quedar a centímetros de mi boca, sí, es endemoniadamente sexy. -Así que tú… -No, no lo olvidé, hoy le entregamos completamente el control de los hoteles a mi hermano… -Mi sonrisa boba se borra al acto, pensé que lo tenía presente. -Ya deja esa cara, felices seis meses preciosa. -Me besa lentamente, sí está mujer me enamora más, el sonido de su celular daña el momento, con desgano se retira y contesta. -Deja de ser tan intensa Sofía… sí, que sí… mmm eso tendremos que verlo hoy… ok, ya… en 40 minutos nos vemos allí, ¿Cómo que en 20 estás aquí? Está bien, como quieras. -No sé que tanto es lo que hace con su hermana, solo sé que ella es la principal responsable de que llegue tan agotada en las noches, Lena ya no está a cargo de los hoteles, así que se ha dedicada a sus proyectos particulares pero no ha querido decirme nada al respecto y a mí no

me gusta presionarla, supongo que ya me lo dirá. -¿Desayuno? -Ruedo los ojos, estrecho su mano y vamos a la mesa. Comemos disfrutando el momento, ella parece sonreír por todo mientras ve su tablet llevando una tostada con mermelada de fresa a la boca, tal parece que se levantó de buen humor, supongo que está viendo fotos de Gabriel, ese pequeño es ahora su consentido, de nuevo su celular perturba el ambiente vibrando sobre la mesa generando un sonido molesto, eso solo quiere decir que es un mensaje de texto, sin querer mis ojos alcanzan a leer que es de ella, de su exnovia, sé que Lena no siente nada pero… creo que todavía no es fácil verlas como amigas. -¿Sí quieres puedes leerlo? -¿Cómo se dio cuenta? ella me ve divertida por mi reacción, últimamente me he tenido que acostumbrar a que me desconcierte cuando parece que está metida en mi cabeza, me pasa el celular mientras sigue comiendo. -Lo lees en voz alta por favor. -Asiento fastidiada, no me gusta que juegue así conmigo, tuerzo mis labios mientras abro el pequeño mensaje, debo aceptar que la curiosidad me gana. -“Gracias por cruzarte en mi camino y mostrarme el verdadero amor.” -Termino de leer en voz alta completamente molesta, pero qué… ella parece divertirle mis celos, eso no es justo. -¿Se puede saber qué significa esto? -Le reclamo señalándola con el celular, creo que estoy en mi derecho. -¿Estás celosa? -No contesto, solo cruzo mis brazos y me levanto de la mesa, ella solo sonríe como tonta. -Sí lo estás… sabes lo extremadamente hermosa que te ves así… tus ojos son más verdes, no puedes negar lo que sientes, tus ojos siempre te delatarán cambiando de tono, me gusta eso de ti. -Ella se acerca lentamente, parece que en verdad le gusta verme así, besa mi cuello y ya empiezo a ceder, no… esta vez no. -Sigo esperando. -Le digo con mi cuerpo rígido. -Está bien… -Resopla resignada de que esta vez no vamos a solucionarlo con cariñitos como acostumbramos a resolver todo. -Te acuerdas que te conté toda la historia de cómo nos conocimos. -Sí, esos días en la cabaña nos contamos todo, asiento fastidiada sin saber a dónde quiere llegar. -Verás… siempre pensé que era mi destino conocerla… pero ser la primera en conocerla hizo que torciera levemente la historia, realmente el que debía conocerla primero para tomarle esas fotos era Sean. -Tu amigo atrevido. -Ella sonríe socarrona, ya sé que a ella no le gustan los hombres, pero igual, ellos si gustan de ella, esa son dos cosas diferentes, Lena me toma entre sus brazos suavemente. -Sí el mismo… Sean quería conocerla esa vez porque según él era su gran amor, pero no le creí en el momento porque siempre decía lo mismo, y por casualidades terminé siendo yo la escogida para esa sesión fotográfica, él a pesar de sus sentimientos siempre la espero y bueno… hice que se volvieran a encontrar cuando lo llamé para que tomara las fotos de su libro en New York y ahora están juntos, enamorados como nunca, así que por eso supongo me envío ese mensaje. -Así que de eso se trataba.

-¿Por qué lo hiciste? -Le pregunto aun sabiendo la respuesta, ella parece querer proteger a todo el que estima, esa es una de las tantas cosas que adoro en ella. -Creo que amarte de la forma en que lo hago me hace querer que todos conozcan el amor, sí, ya sé, me volví muy cursi desde que ando contigo, pero ellos lo merecían. -Me besa finalmente, yo solo cruzo los brazos en su cuello, la amo tanto, de nuevo el maldito celular, ella rueda los ojos fastidiada, ya sabemos quién puede ser tan insistente. -Sofía en serio bájale… como que ya estás aquí… sí ya salgo. -Termina la llamada molesta, vuelve a besarme. -Debo irme, te recojo en la oficina a las seis, esta noche vamos a celebrar nuestros seis primeros meses, ya tengo todo preparado, así que espero verte con esa ropa que te compré. -Yo todavía debo encargarme de que el traspaso de su puesto sea legal, así que hoy debo trabajar con su hermano. -Pero no sé si sea adecuada para la oficina… -Ella niega con la cabeza. -No me contradigas, te vas a ver hermosa, lo sé. -Roza la punta de mi nariz con sus dedos graciosamente. -Está bien. -Me besa tenuemente antes de terminar de alistarse, se coloca su blazer mientras camina por la habitación, todo lo hace con prisa, organiza sus cosas en el bolso y me deja un leve beso en mis labios. -Te amo. -Sonríe antes de salir del apartamento, sí, ella siempre me deja suspirando.

A veces no entiendo como pueden ser hermanos o si solo soy objeto de una broma pesada de su parte, no sería extraño, ahora comprendo bien a Lena cuando me contaba que sus hermanos podían llegar ser algo… sí, pesados, él no parece comprender nada de lo que le explico, no me ha permitido siquiera pedir algo de comer, debo aceptar que mi estomago ya protesta, pero debo ser paciente, esta es la última reunión para que tome el control de todo, a pesar de que el tiempo aquí fue gratificante este no es mi oficio, necesito de los estrados, de defender casos y no tratar de controlar las ganas de ahorcarlo por tonto… aprieto el lápiz mientras sonrío tenuemente cuando me pide que vuelva a explicarle. -Ya deja ese humor cuñadita, cada vez te pareces más en lo gruñona a mi hermana. -Eduardo sonríe ampliamente.

-Es que no comprendo cómo no entiendes si eres administrador y llevas años trabajando aquí. -Eduardo parece nervioso por mi acusación.

-Sí, pero… -Se queda un momento pensando que contestar. -Últimamente no estoy concentrado con todo el estrés que implica un nuevo bebé, ya sabes… he tenido que ser todo lo que Karen necesita y he tratado de contestarle todas las dudas de las niñas sobre el nuevo integrante de la familia, créeme, no es nada sencillo. -Supongo que puedo entender eso. -Está bien, de nuevo… -Vuelvo a enfrascarme en explicaciones, él asiente a todo, ya extraño a Lena, reviso disimuladamente el reloj, ya casi son las seis y si él sigue sin entender no podremos salir a tiempo, no sé que tenga preparado… vuelvo a revisar el reloj y veo que ella ya está retrasada, no entiendo, ella ya había superado esa manía, resoplo y como si la estuviera llamando con el pensamiento entra a la oficina, se ve hermosa en ese traje blanco ajustado perfectamente a su silueta, mis ojos se pierden en ella, le sienta tan bien ese color, demonios!!! Se acerca con una gran sonrisa y me da un suave beso en los labios, frunzo el ceño al notar cierto olor a… ¿condimentos? -Llegas tarde… ¿Dónde te habías metido? Hueles raro. -Ella solo sonríe negando, descarga su celular y tablet tomando asiento a mi lado, parece que sus dispositivos se han convertido en una extensión de su cuerpo. -Jajaja, no sé de qué hablas y lamento llegar tarde, pero ya sabes cómo son mis días últimamente. -Contesta con simpleza, sus ojos se pierden en mi escote, sí, no vamos a cambiar nunca. -Tortolitas, lo siento… pero debemos seguir trabajando. -Eduardo sacude la mano llamando la atención, ashhh!!! Yo ya no quiero más, solo deseo celebrar con mi novia. -Eduardo sí quieres dejamos esto para después… -Trato de zafarme, en serio ya me tiene agotada, ellos se ven directamente como si se estuvieran comunicando algo, ¿de qué me pierdo? -No amor… lo mejor es que terminen. -No puedo creer que ella me salga con esa, yo pensaba que también quería salir rápido. -Pero… -Sí, mejor ahora. -Eduardo me interrumpe y Lena solo asiente, eso no es justo, son dos contra uno, asiento fastidiada y de nuevo nos concentramos en los documentos, Lena mientras tanto parece muy interesada en su tablet, sus dedos se deslizan agiles, no entiendo tanto interés… la mesa alcanza a vibrar levemente con la llegada de un nuevo mensaje de su celular, Lena lo lee con una gran sonrisa, me desconcentro con la interrupción, levanta la vista y le asiente a Eduardo. -Bueno creo que eso es todo… -Eduardo cierra la carpeta en un rápido movimiento logrando estremecerme.

-¿Cómo? Pero si hasta hace unos minutos no entendías nada. -¿Qué sucede? ¿Acaso esto solo una maldita broma? -Amor nos vamos… es hora. -Lena coloca su mano sobre la mía. -¿Hora de qué? -No entiendo nada y eso a ellos parece divertirles. -Pues lo mejor es mostrártelo ¿no crees? -Lena desliza su pulgar en mi mejilla dulcemente, nos ponemos en pie, yo todavía sigo desconcertada. -Ten, vas a necesitar esto… por cierto, felicitaciones por sus primeros seis meses. -Eduardo me alcanza una botella de champaña, la recibo sin atinar a hacer algo con la situación desconocida a la que me enfrento. -Gracias… -Escasamente hilo esa respuesta, Lena toma la botella y me hace dar la vuelta. -No quiero que veas y por favor nada de hacer trampa. -Me venda los ojos, solo puedo sonreír nerviosamente, Lena descansa su cabeza en mi hombro y dirige mis pasos, sus besos ocasionales en mi mejilla logran tranquilizarme, la caminata por fin se detiene, me retira la venda y sinceramente duro unos segundos asimilando la imagen, estamos en una de las terraza del hotel, el lugar está bellamente decorado con luces, y antorchas, la mesa central con el fino mantel blanco contrasta perfectamente con las velas, flores amarrillas se ven por doquier, así que eso era, ella me hace señas de que tome asiento, se adelanta y me corre la silla, estoy perpleja y sin acertar a decir algo, ¿qué podría decir acaso? ella me da un dulce beso antes de dirigirse a la mesa que está al lado con lo que sospecho en nuestra cena, sirve todo con calma y coloca al frente Vieiras con jamón, estoy sorprendida por la impecable presentación, la verdad es que estoy con buen apetito, solo requiero una probada para caer rendida ante los sabores que degusto, ella me ve complacida por mi apetito. -¿Te gusta? -Pregunta mientras conservo mi boca ocupada, ella sonríe alegremente. -Sí, está riquísimo mis felicitaciones al chef. -Vuelve a tener ese gesto altivo mientras sostiene su cabeza en su mano izquierda. -De nada. -Retiro los cubiertos a un lado, mi risa empieza sin control. -Jajaja que graciosa, tú no cocinas, lo olvidas. -Sí sé cocinar, llevo viviendo por mi cuenta muchos años, ¿no crees que eso era algo obvio? Además he viajado por el mundo, en cada lugar aprendí una recta nueva, es solo que te hice creer que no sabía, debo aceptar humildemente que cocinar se me da muy bien, todo lo que cenemos esta noche lo he preparado para ti…

-¿Por qué no me habías dicho antes que sabías cocinar? -La interrumpo tratando de entender lo que acaba de decirme. -Quería sorprenderte, además sé que le sacarás el mayor provecho, solo tú lo sabes… Que eso no lo dude, llevo rogándole que por lo menos me haga café. -Oh créeme que sí, me debes muchos desayunos. -La señalo antes de seguir con la cena. -Será un placer cocinar para ti preciosa. -Sí, es un hecho, esta mujer es única. -Te amo. -Termino de hablar en un suspiro mientras deslizo mi mano por encima de la mesa hasta encontrar la suya, la cena sigue entre risas, besos inesperados y miradas tiernas, la música suave empieza al movimiento de su celular, parece un mago que con un solo movimiento logra actos maravillosos, ella se levanta de la mesa y me extiende su mano. -¿Me permites? -La estrecho y me toma entre sus brazos, siempre me encantó la forma que me lleva en el baile, se siente tan jodidamente bien, la primera vez que me enseñó no aprendí tan rápido por los nervios que me llegaba a producir su cercanía, nos movemos lentamente mientras descargo mi cabeza en su hombro, el mundo parece no existir, solo nosotras y soy tan feliz sintiendo como palpita su acelerado corazón en mi pecho, me gusta pensar que es por mí. -Definitivamente soy muy buena maestra. -Sonreímos al tiempo. -Eres una arrogante. -Lo sé, pero eso no quita el hecho de que sea cierto. -Solo niego con la cabeza, la música ha llegado a su fin, ella toma mi mano. -Ven, es hora de descansar un poco. -Me señala un lugar que se ilumina al toque de un interruptor que está al lado de una de las antorchas, no puedo creerlo. -Pensé que lo habías botado. -Lena trajo hasta aquí en el viejo sofá de su apartamento, ya lo extrañaba. -No, jamás, siempre me fue imposible botar las cosas y menos este sofá que fue testigo de tu primer orgasmo. -Sí, me hace sonrojar con algo tan tonto como eso, pero no me arrepiento de nada. -Tonta. -Le saco la lengua mientras nos sentamos al tiempo, ella me ve intensamente, tanto que logra ponerme nerviosa, en un rápido movimiento saca una guitarra que estaba recostada en la parte posterior del sofá, estoy estática, ella pasa lentamente sus dedos por la cuerdas haciéndome reaccionar. -Sé que nunca tendré oportunidad a tu lado, pero espero puedas valorar mi esfuerzo, créeme… esto no es nada fácil. -Solo bajo saliva, los suaves acordes me hacen estremecer, reconozco la canción, Lena ha decidido cantar The only exception de The Paramore. “When I was younger I saw my daddy cry and cursed at the wind” -El sentimiento se ha apoderado de su voz, las letras transmiten su historia, y yo… yo estoy conmovida y sin

aliento. -“And my momma swore that she would never let herself forget and that was the day I promised I´d never sing of love if it does not exist” -Tanto tiempo negándonos este sentimiento, paso las yemas de mis dedos retirando las lágrimas que salen lentamente… -Maybe I know somewhere deep in my soul that love never lasts and we've got to find other ways to make it alone or keep a straight face. -Desliza sus dedos por las cuerdas, sus ojos cristalinos me ven directamente. -'Cos none of it was ever worth the risk but... you are the only exception. -Sé que esa canción no fue fácil, ella solo se anima a mostrarse así de vulnerable cuando está conmigo. -Eso fue hermoso, amo tu voz, tu ternura yo… te amo. -Mis ojos arden, ella me mata con su voz, tanto tiempo sin escucharla cantar, pero valió la pena solo por escucharla una vez más. -Y yo te adoro, creo que es hora del postre, algo de dulce no vendría a mal. -Se aleja por un momento, sé que huye de llorar, nunca será sencillo, supongo que algún día estará cómoda con sus emociones, termino de retirar las lágrimas y de calmar mi agitado corazón, ella regresa con un delicioso postre de tiramisú descargándolo en la pequeña mesa que tenemos al frente, no puedo creer que ella haya preparado todo esto, las sorpresas parecen no terminar, Lena me está demostrando en estos gestos todo su amor, me entrega el postre acompañada de una suave caricia en mi rostro. -Esto está delicioso. -Comemos con calma, degustando su deliciosa creación, cuando terminamos ella parece nerviosa, su respiración es acelerada, casi está hiperventilando y cuando estoy a punto de hablar ella rápidamente se arrodilla. -¿Qué haces? -Lena parpadea varias veces, a caso será… mi respiración está fallando, los pulmones luchan por no quedarse sin oxigeno. -No soy buena con las palabras, nunca lo he sido en realidad, expresar lo que siento requiere que deje atrás la careta que siempre uso para enfrentar la crueldad mundo, por mucho tiempo me sirvió para seguir a pesar de los dolorosos golpes, pero tú… -Toma aire para seguir, pasa sus manos incesantemente por su muslo, quisiera moverme pero simplemente no puedo. -Contigo jamás fue necesario, siempre has tenido la cualidad de ver a través de mí sin tener que hablar y… de algún modo lo que has visto te ha enamorado, tú me amas por lo que soy, pero esta noche yo… solo quiero intentar expresar lo que eres en mi vida, no siempre se puede vivir con miedo de tratar de delinear un sentimiento en palabras. -Sus ojos miel me ven con ternura, mi ritmo cardiaco se acelera mientras intento bajar saliva, sé que estoy cerca de un suceso que cambiará mi vida para siempre. -Soy la mujer más afortunada del mundo, creo que no todos tienen la dicha de enamorase de su mejor amiga y que ella te corresponda, te amo tanto, eres mi inspiración, la ilusión que me embarga, la felicidad de despertarme todos los días y que sean tus ojos lo primero que vea, eres lo que me impulsa a ser mejor, a ser más grande, tú Carolina Rangel lo eres todo para mí y yo… yo no necesito pensar mucho para comprender que después de ti no hay nada, contigo quiero pasar todos los días de mi vida, quiero que mi mano siempre estreche la tuya, yo… solo quiero prometerte que haré hasta lo imposible por hacerte feliz, seguir enamorándote todos los días, hacerte el amor con locura, abrazarte cuando sientas que el mundo puede llegar a ser un lugar cruel, que no importa que llegue a pasar, siempre estaré para ti, así que… ay Dios, ya sé porque es tan difícil esto… -Saca de su blazer blanco una pequeña caja negra, la destapa con sus manos temblorosas, mis ojos se terminan

de colocar cristalinos al ver un reluciente anillo con una fina esmeralda, es hermoso. -¿Tú Carolina Rangel me harías el honor de ser mi esposa? -Mi corazón se detiene unas centésimas de segundo antes de empezar a funcionar a toda marcha, ella sigue viéndome con sus sublimes ojos miel a la espera de que responda. -Contesta algo por favor, no estoy respirando y no sé… -Sí, sí, y mil veces sí, te amo. -Me lanzo a besarla, no mido la fuerza y terminamos en el suelo, tratamos de normalizar la respiración. -No vuelvas a dejarme tanto tiempo así, casi me infartas. -Ella desliza el anillo por mi dedo anular, sonreímos al tiempo cuando termina de acomodarlo. -Lo siento, es solo que me has tomado por sorpresa. -Volvemos a sentarnos en el sofá, Lena saca una pequeña manta para abrigarnos, la brisa fría ya hace estragos y ella le encanta cuidarme, mis ojos recorren el hermoso anillo. -Todavía no puedo creerlo yo pensé que… -Le tenía miedo al compromiso, a dar el siguiente paso. -Ella termina mi oración, pero cómo es qué se dio cuenta. -¿Cómo lo sabía? -Ella me saca de mis cavilaciones, acaso me está leyendo de nuevo, solo asiento a la espera de que me resuelva de una buena vez todo. Bueno, siempre querías sacar el tema de irnos a vivir juntas, yo no quería hacerlo de esa forma, siempre creí eras de esas mujeres que merecen un compromiso más grande, así que traté de evadir el tema mientras planeaba como pedirte matrimonio… ya deja esa cara, ahora entiendo porque te gusta tanto desconcertarme cuando parecieras que lees mi mente, es jodidamente divertido. -Estoy con la boca abierta, está mujer me sorprende, se retira después de besarme tenuemente, regresa colocando las copas y destapa la botella que nos regaló Eduardo, el sonido del corcho salir expulsado le hace dar un brinco a mi pecho. -¿Cuánto tiempo llevas planeando esto? -Ella sonríe antes de pasarme la copa con el líquido burbujeante. -Mmm la celebración unas semanas atrás y mi propuesta de matrimonio cuatro meses, pero antes de contarte todo debo decirte que la boda debe ser en dos meses. -El último sorbo lucha por seguir su recorrido. -¿Dos meses? Eso es muy poco para planear una boda, yo no creo que… -Ella sonríe ampliamente con mis preocupaciones colocando sus dedos en mis labios. -Tú tranquila, ya todo está listo, tengo todo cubierto, solo debes escoger las posibilidades que hay con respecto al lugar, la música, el pastel, las flores… -¿Posibilidades? Pero si eso requiere mucho tiempo y dinero, no entiendo de qué hablas. De solo acordarme de todo lo que costó la boda con Nicolás me da mareo y ella me está diciendo que tiene múltiples opciones, ahora entiendo tanto agotamiento, ella se ha dedicado a nuestra boda en cuerpo y alma.

-El dinero no importa, solo quiero hacerte feliz… pero creo que lo mejor es mostrártelo, ten, revisa el archivo “Plan B” tan solo no veas el que dice “Vestido Lena” quiero que solo lo veas el día de la boda. -Ella resultó ser muy tradicional, así que eso era lo que tanto revisaba en su tablet, deslizo mis dedos por los archivos, esa mujer pensó en todo, hasta en el más pequeño detalle, la adoro. -Ahora entiendo tu cansancio, planear una boda no es asunto sencillo… sabes que te amo. -Descargo el dispositivo antes de besarla, su lengua con la mía, sí, me pone mal. -Sí, lo sé, ahora solo debemos planear nuestro futuro. -No puedo creer que muy pronto sea su esposa, pero no comprendo la prisa, está sería su primera boda, deseo que para ella sea algo único y dos meses… no sé si sea lo mejor. -¿Por qué tiene que ser en dos meses? -Sonríe antes de beber de su copa, la descarga un momento en la mesa. -Bueno… verás, tú madre… -¿Mi madre ya lo sabía? -La interrumpo sorprendida, de verdad que la única al parece sin saberlo era yo, porque supongo que su familia ya lo sabía y le estuvieron ayudando en todo. -Sí, le pedí tu mano, al comienzo no estaba tan convencida con la idea, duró pensándolo unos largos días y ella solo aceptaba si había un cura católico, le dije que eso no era posible, pero que si lo conseguía yo no me opondría, ya sé de donde viene tu persistencia, ella decidió encargarse de ese asunto, buscó por varios semanas hasta que encontró a alguien, viajó hasta Canadá a encontrarse con un cura que no tiene problemas con las relaciones entre parejas del mismo sexo y les da su bendición a las que decidan vivir juntas para toda la vida, claro no es legal, la iglesia no lo acepta, y es hasta clandestino, pero para ella era importante que no olvidaras tu fe, así que acepté todos sus requerimientos y prometí que haríamos el curso prematrimonial… por cierto no tendremos sexo hasta el día de día de la boda, así que esta noche es la última que dormiremos juntas, yo de ti la aprovecharía. -¿Qué? ¿Cómo aceptaste eso? -No, no sé si pueda dormir sin sentirla a mi lado, eso no es justo, sé que mis ojos están casi fuera de su sitio. -Jajaja que ansiosa, pero… piensa en esto, después de esta noche solo haremos el amor cuando estemos casadas. -Así que a pesar de que también es difícil para ella lo ha sabido aceptar solo porque la próxima vez compartiremos más que una cama, sí, este amor es más grande que todo.

-Está bien. -Ahora entiendo porque tan cercana la fecha, la verdad es que si se pudiera hacer antes mejor, la voy a extrañar demasiado. -Es hora de dar la noticia, sé que todo están ansiosos esperando mi llamada. -Empieza a marcar varios números y a dejarlos a todo en espera mientras organiza una breve conferencia, el bullicio de todos hablando al tiempo es gracioso, parece que estuvieran a nuestro lado. -Silencio todos… -Esperamos hasta que quedan callados a la espera de que Lena siga hablando. -Es para mí un gran placer anunciarles que la mujer que está aquí a mi lado ha aceptado casarse conmigo. -Solo se escucha un gran griterío, todos hablan emocionados, sonreímos como tontas antes de besarnos tenuemente, pero hay una voz que resalta entre todos, sí, Sofía sabe cómo hacerse notar. -Carolina debemos hablar, tenemos todavía muchas cosas que resolver, no sabes los diseños tan hermosos que tengo que mostrarte, tu vestido será de ensueño, mañana… Sospecho que es mi turno de lidiar con su intensidad, ahora seré yo la que duerma poco, giro mi rostro para ver a Lena con mi entrecejo arrugado y la boca abierta. -Ya Sofía por Dios déjala respirar, mañana no llames, nosotras te llamamos. -Ella llega a mi rescate. -Está bien, sé que puedo ser un poco intensa, pero es que estoy tan feliz por ti hermanita. Sí, ahora todos seremos una gran familia y los adoro a todos incluso con sus manías. -Lo sé, y por eso te amo, pero ahora es nuestro momento. -Lena estrecha mi mano con firmeza. -Bueno, traten de no trasnochar tanto, las quiero a las dos. -Sofía termina la llamada. -Ya que Sofía nos dejó intervenir debemos hablar con las dos muy seriamente. -Mi madre habla tratando de sonar severa. -Sí, así que las esperamos en mi casa a la una para almorzar y nada de llegar tarde Helena. -Isabel le sigue con la solemnidad, ya puedo adivinar de que se tratará ese almuerzo, las dos hacemos gestos de pereza, pero es algo que debemos hacer. -Sí mamá, adiós, las amamos. -Termina todas las llamadas al tiempo. -Así que en verdad nos vamos a casar en dos meses… ¿Dónde vamos a vivir? -No había pensado en eso. -Donde tú quieras, no importa el lugar siempre que sea contigo, así que te dejó esa decisión, además tendremos tiempo para eso, primero hablemos de nuestra luna de miel… ya tengo planeado todo, nos vamos a recorrer el mundo por una larga temporada, el primer lugar Benarés, Gabriele nos espera para practicar yoga. -Ella ya me había contado de su amiga, y de ese fantástico lugar, le dije que soñaba con ir algún día, por eso la amo, ella sabe como volver mis sueños sus sueños, nuestros sueños.

-¿En serio? Te amo. -Volvemos a besarnos con ganas, que forma de desestabilizarme tiene esta mujer. -¿Hijos? Yo quiero muchos. -Desde que su madre nos mojó con agua no habíamos vuelto a tocar el tema. -Mmm que tal nuestro propio equipo de futbol. -Me guiña el ojo coquetamente, solo niego con la cabeza. -Estás loca, no voy a tener seis o más. -Ella sonríe alegremente como si le hubiera contado un buen chiste. -Yo dije equipo de futbol y esos son once. -Por eso… ¿acaso pretendes que los tenga todos? -Mi risa empieza perdiéndose en la inmensidad del lugar. -Está bien, entonces un equipo de baloncesto. -Eso está mejor, yo tengo tres y tú dos. -Ella no sabe que negociando soy un peligro, vamos a ver si sigue con la idea de que los tenga sola, yo también muero por verla con una hermosa barriguita. -Jajaja eso ya lo iremos concertando Licenciada. -Me abraza fuerte haciéndome sentir las palpitaciones de su corazón contra mi pecho. -¿Mascotas? -Pregunto de la nada, ella voltea a verme analizando que responder, extraño si eso debería ser los más sencillo. -Mmm a mí me gustan los perros y a ti los gatos… no sé, ya veremos. -Frunce el entrecejo pensando. -Sabes… podría pasar toda la noche en esto, te amo y ahora no existe nada más emocionante que planear nuestro futuro juntas. -¿Por qué todo es tan perfecto con ella? Simple, es mi alma gemela, sonrío alegremente, solo a alguien como ella se le ocurriría todo esto, solo le faltó los juegos pirotécnicos como en las películas románticas que tanto me gustan y que a fuerza le hacía ver a mi lado. -¿De qué te ríes? -Pregunta mientras me sigue en la risa. -De que solo te faltó… -Ella mueve su mano y teclea rápidamente en su celular, ¿ahora qué? -Esto… -Los juegos pirotécnicos empiezan, ahora si estoy sin palabas. -Sabía que la noche no podía acabar si no había juegos pirotécnicos, sé que te recuerdan a tu padre y algo me dice que en algún lado está viéndonos. -Tiene razón, me recuerdan a esas charlas que teníamos padre e hija en las cuales me aconsejaba sin cesar, Dios, ella sabe cómo llegar hasta la parte más profunda de mi alma, sé que mi padre en algún lugar estaría orgulloso de mi largo camino, por fin estamos juntas y es para siempre, ella me abraza fuerte a su pecho, estoy conmovida hasta las lágrimas, me separo un poco para verla, sus ojos brillan con el

reflejo de las luces ¿Por qué habrá hecho todo esto? ella voltea a verme y sonríe tenuemente. -Porque te amo y porque daría hasta mi último aliento solo por verte sonreír. -Sí, esta mujer es mi otra mitad, solo ella podría hacer todo esto y decir las palabras exactas para que mi corazón se agite sin control, solo ella podría saber que pienso sin siquiera hablar, no es cuestión de un acto paranormal, es un acto de amor. -Yo también te amo… esto es para siempre princesa. -Sí, solo queda muchas cosas por delante, sueños por cumplir, metas por alcanzar, por fin estamos siguiendo nuestro destino, el cielo es todo un espectáculo, ahora entiendo la razón del sofá, es muy cómodo estar así. -Para siempre. -Me contesta mientras desliza su manos por mi rostro, nos quedamos en silencio contemplando el firmamento y las múltiples luces de colores danzar y colisionar en increíbles explosiones, nunca había sido tan feliz y sé que junto a ella vendrán muchas más alegrías, el camino ha sido largo, con muchas vueltas, lágrimas, risas, miradas cómplices, caricias cargadas de sentimientos… sí, no existe nada mejor que la certeza de saber que tienes a tu lado tu alma gemela, a la persona que te complementa, ahora solo queda luchar por nuestra felicidad, sé que no importa cuán grande sea el reto, solo sé que no puedo aguantar las ganas de superarlo a su lado.

EPILOGO Camino por el aeropuerto jalando la pesada maleta, las busco con la mirada y todavía no doy con ellas, eso me impacienta al punto del desespero, no entiendo donde se metieron ya deberían estar aquí, no comprendo tanto retraso, todas las personas a mi alrededor parecen encontrasen con sus seres queridos menos yo, me siento abandonada la verdad, bajo la vista mientras busco mi celular en el bolso con total desgano, cuando está en mis manos timbra fuertemente logrando que de un pequeño brinco mientras paso mi mano por el pecho, ruedo los ojos al ver en la pantalla quien es. -¿Dónde estás?... Gabriel bájate de ahí, no deberías estar jugando con mi estetoscopio favorito, no entiendo como tu abuelo le pareció buena idea decirte que lo heredarías algún día. -El pequeño refunfuña al fondo, no es de su agrado que su madre no le permita hacer de las suyas. -En el aeropuerto, no sé la razón por la cual mi esposa no ha venido a recogerme aun. Contesto con un deje de impaciencia, sé que para ella es difícil venir con las niñas o tal vez mi impaciencia es porque en el fondo extraño a Brigitte, hace unos meses que volvió a Paris con Pierre y Carlos, simplemente esa es su ciudad, su gente, y bueno… a pesar de que sabía que la extrañaría muchísimo decidí apoyarla en su decisión, la que no se cambia es Renee que ya tiene de nuevo a Brigitte en el estudio… pero no puedo dejar de sentirme nostálgica, cuando ella era la encargada de venir por mí jamás llegaba tarde a recogerme. -Mmm supongo que no demora, ten paciencia, el tráfico ha estado terrible por las obras de remodelación. -Trato de calmarle, admito que es esa es una gran posibilidad. -Supongo que es eso… -Deslizo mis manos por la nuca, vuelvo a buscarla con la esperanza de que esté por ahí buscándome, nada, reviso el reloj y me cercioro que ya van más de 30 minutos aquí, demonios!!! Sigo siendo impaciente. -¿Por qué estás con Gabriel? ¿Acaso no estás en el trabajo? -Trato de alejar mi mente un momento de la insoportable espera. -Sí… pero Natalia está en el pediatra con Dani, ya sabes… no puede con los dos a la vez. Daniel es su segundo hijo de ocho meses, Natalia junto a Silvia decidieron que ya era hora de que Gabriel tuviera un hermanito así que esta vez fue Natalia la que se embarazó, debo reconocer que a pesar de su corta edad ya es compañero de juegos de mi pequeña Sam y para nuestra sorpresa es el único que se aguanta su mal humor. -Entiendo. -Doy la vuelta completa en busca de ella, nada, demonios!!! Decido tomar asiento en la sala de espera estirando perezosamente las piernas. -¿Ya lo hiciste? -Silvia me regresa con esa pregunta, una sonrisa tonta se dibuja en mi rostro. -Sí… no lo he confirmado pero algo me dice que todo salió bien. -Mi humor logra cambiar de inmediato recordando la razón detrás mi viaje a New York. -No sabes lo emocionada que estoy con eso, Lina se va a morir cuando lo sepa. -De solo imaginarlo…

-Lo sé… -Suspiro como tonta mientras mi mano derecha delinea mis cejas, sí, existe manías difíciles de dejar. -Ya tranquila, no demora en llegar con tus hijas a recogerte, Gabriel no pienso repetirlo!!! -Se ve que mi sobrino sabe como desestabilizarla rápido. -Te dejo, no sabes lo inquieto que está, ¿me llamas cuando confirmes? -Sí enana, cuenta con eso. -La escucho resoplar fastidiada, podrán pasar años y no se acostumbra a que esa sea mi forma cariñosa de tratarla. -¿Cuándo dejarás de llamarme así? -Ya la imagino haciendo un tenue puchero mientras mueve impaciente sus dedos encima de su escritorio. -Nunca, acostúmbrate. -Mi risa empieza, tantos años y siempre tenemos la misma discusión tonta. -Te odio, adiós. -La llamada ha terminado, suspiro pesadamente mientras vuelvo a revisar la hora, decido calmarme y esperar un poco más siguiendo el consejo de Silvia, instintivamente empiezo a mover mis dedos sobre la pantalla táctil de mi celular viendo las fotos que mejor resumen estos años de vida, tantos buenos recuerdos, no sé que tiene las fotos familiares para conservar los instantes buenos, supongo que reservas tus mejores sonrisas para guardarlas en el tiempo y recordarte que la vida puede ser jodidamente buena, una de ellas me hace sonreír como tonta, nuestra boda no fue nada convencional, pero fue la imagen de lo que sentíamos debía ser, estaba tan jodidamente impaciente por casarme con esa mujer…

-¿Qué sabes? ¿Te ha llamado? Demonios ya deberían estar aquí. -Camino tres pasos hacia adelante y tres hacia atrás, no tengo mucho espacio la verdad y este vestido no está diseñado para actividad física extenuante, pero no puedo negar el gran trabajo de Dómine, sí, no quiso dejar que otro fuera el encargado, sé que me veo hermosa, espero que ella piense lo mismo. -Tuvieron un pequeño incidente con el carro, nada para preocuparse, Lorena ya llamó y vienen en camino. -Me detengo cuando mi madre termina de hablar, toma mi mano y me brinda una tenue sonrisa, respiro profundo mientras alzo la vista, todos están a la expectativa, muchos rostros conocidos me sonríen, mi hermano y Sean levanta sus pulgares alegremente, ¿y si no viene? Ay no!!! Trago saliva de mala manera y vuelvo a empezar mi corto recorrido. -Te puedes calmar. -Sofía me habla fastidiada, ¿es que nadie entiende? No lo hago de graciosa, cruzo mis cejas. -Eso lo dices tú porque no eres la que se casa. -Ella rueda los ojos como si hubiera dicho una calamidad.

-Y si sigues así no me das ánimo para volver hacerlo. -Pobre Gonzalo, creo que ella me gana en tener mal humor. -Por favor solo respira… ella no puede verte así. -Mi madre besa mi frente en un rápido movimiento, asiento dándole la razón, vuelvo a mi posición original, el sacerdote habla amenamente con el juez, supongo que de mis nervios quebrados, solo debo respirar, lentamente empiezo ese movimiento natural llenando de aire mis pulmones, todo está listo, el sitio se ve hermoso con las flores blancas y amarillas, sabían que le iba a gustar hacerlo en medio de la naturaleza, mi madre se encargó que todo se viera maravilloso, mis sobrinas andan por el lugar con sus hermosos vestidos listas a la orden de entregar los anillos, todo es perfecto… sí, respirar hace que mi mente me dé un poco de tregua, la suave música hace que mi vista se fije en el camino de flores, se ve preciosa en su vestido, su cabello recogido mostrando la medalla de mi nana, su tierna sonrisa junto a esos ojos verdes logra hacer que por un momento todo se vuelva lento, mi hermosa princesa de cuentos de hadas… -Respira. -La voz de mi madre a mi izquierda hace que regrese, tiene razón, dejé de hacerlo en el momento en que sus ojos se encontraron con los míos, alguna vez escuché que la vida no se trataba de respirar si no de los momentos en los que te roban en el aliento, ahora entiendo la verdad que se esconde detrás de esas palabras. -Es lo más hermoso que he visto alguna vez. -Mi corazón se agita al tenerla tan cerca, su mamá toma firmemente su brazo para entregarla, soy tan jodidamente feliz.

Sí, casi no podía respirar, ella tiene esa bendita habilidad de dejarme sin aliento… ese recuerdo en particular lo llevo grabado en mi mente, cada paso hasta llegar a mi lado, nuestros votos, las dos desde el comienzo decidimos hacerlos propios jajaja se nos quebró la voz más de una vez por la ansiedad...

-Te prometo besos robados, seguir tomando tu mano sin importar nada, ser tu cómplice en todo, la amiga que escucha pacientemente como ha sido tu día, ser el hombro en el que apoyes tu cabeza cuando todo se vea gris… Dios… prometo abrigar tus noches, te prometo mis risas, mis lágrimas, mi último aliento, yo, Carolina Rangel Mejía te prometo mi vida. -La argolla se desliza suavemente por su dedo, su mano tiembla al igual que la mía, trato de aguantar las lágrimas, ella se ve que no lo lleva mejor que yo, esto nos sobrepasa. -¿Por qué tenías que dejármela tan difícil? -Algunos ríen por nuestros nervios. -Aunque admito que siempre lo has hecho, ahora entiendo que no fue casualidad que un día bajo un árbol te hiciera prometer que siempre estrecharas mi mano, mi corazón ya entendía que eras tú, por eso yo te prometo Helena María Devía estar siempre… siempre tuya, ser la razón de tus sonrisas, la causante de tus alegrías, nunca dejar de ser tu mejor amiga,

te prometo mi eternidad. -El anillo lentamente termina de apropiarse del lugar al que siempre va a pertenecer, todos parecen estar conmovidos por la escena.

Después del típico ahora las uno en sagrado matrimonio, del suave beso que nos terminó de unir, de las firmas ante el notario para hacerlo legal, de caminar bajo una lluvia de pétalos de rosas, llegó nuestro primer baile, Dios!!! Cuando anunciaron nuestra canción y estreche su mano para bailar, en ese momento entendí que ese solo era el comienzo de todo… el sonido de los altavoces me hace volver a la realidad, reviso el reloj, ashhh!!! ¿Qué habrá pasado?, cuando estoy a punto de marcar las veo, todo mi ser sucumbe a lo que mis ojos perciben, mi esposa anda con la pequeña Samantha en brazos mientras mi madre y mi suegra tratan de seguirle el paso a Mariana y a Valentina que las halan por el lugar, deciden dejarlas correr a gusto, ellas ya saben que sigue… mi corazón se agita con la visión, Lina me señala y los ojos de Sam se iluminan, sus manitas se alzan en el aire a la espera de que la tome en brazos, y sí, sigo viéndola en cámara lenta, mi estomago se contrae y salta alegremente, deslizo mis manos por mi vientre… sé que me espera muchas explicaciones de porqué me demoré más de la cuenta en New York, suspiro profundamente mientras me pongo en pie y solo atino a no caer aparatosamente cuando siento como mis piernas son aprisionadas por las gemelas, cada una me tiene de una pierna haciendo que me detenga, siempre le gusta hacer eso, supongo que les parece divertido, mis manos se deslizan por sus largas cabelleras negras, ellas solo sonríen entrecerrando sus ojos verdes, las amo tanto, decido seguirles el juego, en realidad siempre se los sigo, ¿qué no daría por verlas felices?, después de luchar caminando como un zombi y que más de uno en esa sala de espera sonría viendo mi particular caminata por fin logro llegar hasta mi esposa, nos vemos un momento antes de besarnos tiernamente, un “Te amo” de parte de las dos queda en el aire, tomo en brazos a la pequeña Sam que me abraza con sus manitas mientras me ve fijamente, puede ser tan solo una bebé de diez meses, pero ella ya es una personita muy compleja, supongo que también me reclama a su manera que me haya demorado en mi viaje. -Te extrañamos mucho, no entiendo si era un viaje de tan solo una semana cómo terminó siendo de dos. Lina se queja apaciblemente, sí, no me puedo escapar a sus reclamos, las niñas siguen agarradas firmemente de mis piernas, no sé cómo me sostengo. -Lo siento, luego te explico… también te extrañé y a las niñas. -Las gemelas hablan un extraño lenguaje entre ellas, es algo que todavía nadie ha podido descifrar, mientras Sam mmm a ella no le gusta mucho hablar. -Sam ha estado muy irritada estos días, sé que es porque no estabas en casa. -Lina me hace salir de mis cavilaciones, desliza su mano por la espalda de Sam mientras sus ojos verdes me ven a la espera de que diga algo. -Sí lo sé, pero también es porque le duelen sus dientecitos, ¿cierto chiquita? -Ella solo me ve fijamente con sus pequeños ojos miel, sí, nos parecemos tanto, mi madre a veces se sorprende del gran parecido. -¿Cómo lo sabes? -Lina sonríe con el ceño fruncido, no sabría explicarle la verdad, supongo que con solo verla puedo saberlo.

-Solo lo sé… -Levanto holgadamente los hombros, Lina recibe de nuevo en brazos a Sam mientras le revisa los dientecitos cuidadosamente. -¿Por qué se demoraron tanto? Ya pensaba que tenía que buscar un taxi para llegar a casa. -Mi esposa voltea a ver a bajo seriamente, ya presiento que pudo haber sido. -¿Tú qué crees? A estas niñas les pareció que era gracioso esconderse en el baño… -Las señala repetidamente mientras ellas solo sonríen. -Qué tiene eso que ver… -La interrumpo, no veo como eso pudo demorarlas tanto. -De hombres, estaban escondidas en el baño de hombres… no sospechábamos que estaban en el último cubículo de ese feo lugar, faltó poco para que nos diera a todas un infarto, ni que decirte de la policía que ya iban a emitir alerta máxima por menores extraviados en un aeropuerto internacional. -Así que eso era, las niñas halan de mi pantalón mientras empiezan a balbucear palabras extrañas, ya hemos consultado a varios especialistas y según ellos eso es normal en gemelos, es su forma particular de comunicarse cuando no quieren que los demás se enteren de sus cosas, bajo la vista y ellas no parecen aludidas por el regaño de su madre. -¿Cuándo dejarán las travesuras? A veces no es gracioso. -Me hinco para besar sus tiernas mejillas, ellas me ven sin decir nada, no me gusta llamarles la atención, pero me preocupa su manía de esconderse. -Cuando llegue a casa hablamos señoritas y sí… les traje muchos regalos. -Las niñas levantan sus caritas al tiempo sonriendo, las dos parecen dos gotas de agua, a veces es difícil diferenciarlas, pero he aprendido a leer todos sus gestos para no caer en sus travesuras, deslizo mis dedos por sus mejillas antes de besar sus frentes, las amo con todo y locura. -Estás juntas son un terremoto… -Mi madre llega a nuestro lado, supongo que sabe de lo que habla, debo aceptar que sus abuelas son sus víctimas favoritas, y pensar que muy pronto solo cumplirán tres años, no quiero imaginar las travesuras más elaboradas a las que tendremos que enfrentarnos más adelante, me pongo en pie mientras les sacudo su cabello con mis manos. -Hola mamá… -La saludo con un beso en la mejilla y un gran abrazo, me separo y veo a Lorena que ve entretenida a Sam, supongo que Lina le está mostrando los dientes mientras recibe consejos de como aliviarle el dolor. -Hola suegra. -Ella tuerce los labios levemente, no les gusta que la llame de esa forma, no se ha dado a la idea y pensar que la primera vez se lo dije con los nervios quebrados por la ansiedad cuando me entregó a su hija en el altar, me parece todavía verla completamente seria diciéndome “Cuídala como tu mayor tesoro” y de todas las posibles respuestas que pudieron salir de mi boca en ese preciso instante solo una mi torpe cabeza pudo hilar, “Siempre suegra” ya sé, eso fue estúpido, pero entiendan queeso pasóen medio de mi estado de enamoramiento al ver a Lina en su vestido de bodas, estaba preciosa, menos mal que Lorena sonrió tenuemente aquella vez, supongo pensó que solo seria esa día, pero para mi propia sorpresa es algo que quedó en mí y creo que después de tanto tiempo se me es permitido ciertos privilegios, ¿acaso no soy la única que puede llamarla así?

-Que no me digas así. -Me recrimina mientras nos saludamos de beso en la mejilla, a veces no me acostumbro a que nos llevemos tan bien, pero bueno… la vida te puede hacer dar muchas vueltas hasta llegar al lugar al que siempre perteneciste. -No entiendo tu fascinación por llevarme la contraria, sabes que puede llamarme Lorena a secas. -Termina de hablar elevando su ceja derecha y con sus manos en la cintura. -Jajaja ya sabe que no lo haré. -Le doy mi mejor sonrisa a lo que ella responde igual, sí, ya sabe que es una lucha perdida conmigo. -Ella Siempre ha sido así, le gusta llevar la contraria, créeme, es mejor que te rindas. -Mi madre le habla colocando su mano sobre su hombro, ellas se han convertido en grandes amigas, creo que las dos lo necesitaban después de perder el amor de su vida. -Mejor ya vamos a casa… mi esposa debe estar agotada por el largo viaje. -Lina las interrumpe regalándome una tierna sonrisa seguida de un suave beso, el cosquilleo en mis labios no se hace esperar, después de cuatro años de matrimonio la magia sigue ahí, las abuelas se hacen cargo de las gemelas estrechando sus manos con firmeza, imagino que ya no quieren más sorpresas por el día de hoy. -No te das una idea, solo deseo mi cama en estos momentos. -Contesto con simpleza mientras arrastro la maleta, pronto empezamos la marcha hacía el parqueadero, es inevitable que un gran bostezo salga de mi boca, todavía tengo desfasado la rutina de sueño por la diferencia horaria, las niñas se acomodan en la camioneta con ayuda de sus abuelas y mi esposa me acompaña a subir la maleta en la parte posterior, mis manos se deslizan por la vehículo familiar, pensar que años atrás solo manejaba mis carros y motos de colección que eran mi adoración y ahora… he dejado todo eso atrás, ahora soy una mujer de familia que no puede darse ese lujo, espero que algún día ellas entiendan que ese ha sido un sacrificio que solo por ellas podía haberlo hecho. -Por cierto… mañana las abuelas cuidan a las niñas por un par de días. -Volteo a verla rápidamente, sí, tiene ese gesto que me fascina, mañana tendremos unos días solo para nosotras, de solo pensarlo siento mariposas en el estomago, sí, no pude dejar de ser tan cursi, termino de acomodar la maleta y la acerco a mi cuerpo enredando mis brazos en su cintura, nos besamos levemente viéndonos a los ojos fijamente, como tratando de recuperar esas dos semanas sin vernos… sin sentirnos. -Sabes que te amo Carolina de Devía. -Sí, ella decidió tomar mi apellido, Lina nunca dejará de sorprenderme, en el momento de planear nuestro futuro esa noche en la que le propuse matrimonio ella decidió que así sería. -Mmm creo que ya lo sospechaba. -Las dos reímos al tiempo como bobas hasta que el claxon del carro empieza a sonar sin cesar, gruño mientras ella estrecha su mano con la mía, su calorcito me hace volver a sonreír. ··············

-”She was more than beautiful, closer to ethereal, with a kind of down to earth flavor.” Estamos en la bañera de mi antiguo apartamento, sí, ahora es nuestro lugar cuando queremos escapar un poco de la rutina, es tan fascinante tenerla así, recostada a mi pecho mientras le canto al oído, disfrutando de la espuma como niñas pequeñas. -“Anybody seen my baby, anybody seen her around, love has gone and made me blind, I've looked but I just can't find, she has gotten lost in the crowd” -Termino aferrando mis dientes al lóbulo de su oreja a lo que ella responde estirando su cuello, estos momentos así son los que vale la pena vivir. -Me fascina que cantes, especialmente esa canción… simplemente logras dejarme sin aliento todas las veces. -Desliza su mano por mi nuca, no puedo creer que me diga eso cuando es ella la de increíble voz. -Sí querías sonrojarme lo has logrado. -Ella gira su cabeza tratando de ver mi rostro. -¿En serio? -Pregunta entre divertida y confundida, pero es cierto, asiento antes de recostar mi cabeza en su hombro con un tierno puchero. -Sí… te amo tanto, amo mis hijas, amo la vida que estamos construyendo, amo todos los momentos en los que todavía tienes la habilidad de hacer que mi mundo se detenga cuando me ves. -Nos besamos tenuemente antes de seguir en nuestras posiciones originales, es bueno un poco de calma después del remolino de emociones con la que entramos aquí, sí, las ganas siguen ahí, así que después de una cena maravillosa prácticamente llegamos arrancándonos la ropa y dejándonos llevar, repito, creo que tener este deseo intacto a pesar del tiempo es una dicha con la que pocos cuentan. -Lo sé, me pasa igual, tú y las niñas son mi vida… no te das una idea de cuánto te extrañamos, poco o nada pude dormir sin tenerte a mi lado con todo y ronquidos. -Suspira pesadamente, no puedo creer que siga insistiendo en que ronco, pero sé de qué habla, a mí me pasa igual, no sé cómo fue que desarrollamos esta necesidad de dormir juntas, pero eso es, una necesidad con la cual no hemos podido luchar. -Valentina y Mariana no dejaban de llamar la atención escondiéndose y Samantha… ella es una versión tuya, no pudimos quitarle su mal humor, incluso intenté hacerles cosquillas con besos en su barriguita y eso le molestó, creo que eso es en lo único en lo que no se parecen. -Ellas también me hicieron mucha falta, pero sé que esa semana de más era algo necesario. -Jajaja no debiste hacerlo. -Lina vuelve a girar su rostro confundida por mi risa, ya imagino a la pequeña Sam con las cejas cruzadas y completamente molesta. -¿Por qué? a ti te gusta que te haga cosquillas… -No amor, no me gusta las cosquillas, me gusta que solo tú lo hagas, ya Sam tendrá ese alguien con quien le gustará también. -De solo pensar que en unos años debemos dejarlas ir me inquieta, no quiero pensar que seré de esas madres sobreprotectoras. -Voy a tomarme un tiempo de la fotografía, no quiero viajar tan seguido y extrañarlas hasta el cansancio, eso no es sano para mí, ni para ti, ni para ellas. -Solo algo tan importante podía haberme retenido de más, trato que mis viajes sean cortos y no tan seguidos.

-¿Estás segura? Sé que amas la fotografía, es tu pasión, tu vocación, estás en el mejor momento de tu carrera… -Ella y sus preocupaciones, me encanta pensar que Lina es mi mayor admiradora, mis manos se deslizan por su vientre no dejando espacio entre nuestros cuerpos, puedo entender la razón de sus dudas. -Amo más a mi familia, amo los momentos con las niñas, jugar con ellas como si fuera una chiquilla construyendo castillos en la sala, los paseos interminables al zoológico en donde nos hacen leer sobre cada animal a pesar de que nos quedemos casi sin voz al final del día… pero especialmente amo como Mariana y Valentina llegan saltando y riendo a despertarnos los domingos en la mañanas a nuestra cama y yo voy por Sam y vemos todas en familia televisión… además la fotografía seguirá ahí cuando regrese. -Su cuerpo se relaja con mi respuesta, besa mi mejilla mientras respira pausadamente. -Dios… sabes que te apoyo en todas tus decisiones, y las niñas serían muy felices teniéndote más tiempo en casa. -Su cuerpo está rígido, algo no está del todo bien con ella. -¿Qué te inquieta? -Lina se mueve tratando de acomodar mejor su cuerpo. -Amo a mi familia, lo sabes, pero… -¿Pero? -La insto a que continúe mientras mis manos se mueven delicadamente por su cuello haciéndole un leve masaje, solo deseo que se relaje y le sea más fácil hablar. -Tú sabes que quiero una familia grande, prometimos que así sería… -Ya sospecho para donde va todo esto, sonrío de medio lado. -Y lo hemos venido cumpliendo, tres hijas en menos de cuatro años está por encima del promedio, ¿no crees? -Sí… pero quiero otro hijo y antes de que me digas que eso se puede arreglar deseo que esta vez seas tú la encargada. -Suspiro pesadamente mientras mis manos se detienen, no sé que responder en este momento, debía tener una respuesta preparada, esto era algo que tarde que temprano iba a salir, demonios!!! -Yo… -No sabes la ilusión que me embarga imaginándote así… solo te pido que lo pienses. -Ella no me deja terminar de hablar, la punta de sus dedos se mueven por la extensión de mis brazos. -Está bien… pero mejor salgamos, ya nos estamos arrugando como viejitas, no quiero quedarme así para siempre. -Una pequeña risa sale de su ser, les hemos hecho creer a las niñas la loca teoría de que si se quedan mucho tiempo en el agua se quedaran arrugaditas como viejitas para siempre, tonto lo sé, pero son pequeñas y es la única forma en las que no escuchamos tantas protestas de su parte.

Estamos en la cama terminando de disfrutar estos momentos de paz, la verdad es que a pesar que adoramos con locura a nuestras hijas a veces es necesario un momento de intimidad en donde el tiempo no importa o si estamos haciendo mucho ruido como para despertarlas. -Todavía no me has explicado la razón de quedarte una semana más en New York. -Mis labios se mueven por su cuello dejando besos perezosos, levanto la vista y ella está ahí con sus ojos clavados en los míos a la espera de que responda, mi rostro delinea una sonrisa traviesa, llevo todo este tiempo tratando de evadir esa pregunta. -Jajaja ya estaba esperando que volvieras a preguntarme. -Me bajo de su cuerpo y me acomodo a su lado colocando mis manos como soporte de mi cabeza. -¿Y entonces? -Da media vuelta para verme, giro el rostro y se ve que ella ya está cansada de tantos rodeos de mi parte, pasa su cabello suelto a un lado delicadamente y mis ojos no pueden despegarse de ella, se ve preciosa. -Bueno… como sabrás Sean no se cambia por nadie desde que Kelly quedó en embarazo y si a eso le sumamos que los trámites de adopción de Dylan están avanzados y en próximos días estará el pequeño en casa, así que como comprenderás el tiempo de Sean es limitado y pidió mi ayuda para varios proyectos. -Esa es la mitad de lo que realmente pasó, la verdad espero muy pronto decirle todo, quiero creer que fue lo mejor. -Ni que decir de los innumerables preparativos para los nuevos integrantes de la familia, Kelly me hizo acompañarla a escoger cosas para el bebé, terminaba siempre agotada. -Kelly tiene una hermosa barriguita que pensó nunca tendría, según sus médicos ella padecía infertilidad desconocida, es decir que por alguna extraña razón no podía concebir, así que ella junto a Sean no se amilanaron por la noticia y decidieron adoptar, al fin y al cabo Kelly sabe el bien que se le hace algún pequeño al llegar a un hogar donde le espera con mucho amor, tenían todo listo para la llegada de Dylan, un pequeño que los había cautivado con sus grandes ojos ámbar, la vida iba según lo planeado para ellos hasta que un pequeño retraso sumado a los constantes mareos matutinos de Kelly la hicieron hacerse un chequeo rutinario confirmando que una personita venía al mundo contra toda las predicciones de los médicos, y bueno… la decisión de adoptar no era contraria a la noticia, adoptar es un acto de amor y no por llenar un vacío en una casa. -Entiendo -Sus dedos se mueven lentamente por mi vientre haciéndome contraer constantemente, pensar que con un solo toque se puede sentir tanto. -Se ve hermosa… nunca la había visto tan ilusionada. -Sus dedos se detienen, giro mi rostro y la veo con su ceja enarcada. -¿Ah sí?… -Bajo saliva. -Lina… ya sabes a que me refiero. -Mi suave tono de voz la hace bajar las defensas, sí, ella no dejará de ser celosa, pero la entiendo, puede pasar el tiempo pero Kelly seguirá siendo mi primera novia y eso a ella no se le olvidará nunca, es igual que cuando apreció un buen día Nicolás en la puerta de nuestra casa, al comienzo dudamos que fuera él, verán…

después de años de no tener ninguna noticia suya él llega con su cabeza rapada y vestido con una llamativa túnica, resulta que en el viaje que decidió emprender después del divorcio terminó en el Templo de Hanshan en China y allí en medio de una epifanía resolvió convertirse en monje budista, hacía pocos días había regresado al país para ver a sus hermanas y decidió buscar a Lina para hablar, sí me preguntan no estuve muy contenta con eso, pero decidí no intervenir, ella parecía deslumbrada con su cambio y su recién adquirida “sabiduría”, así que sí, puedo entender la prevención de Lina. -Lo sé. -Su vista se fija en el techo mientras respira pausadamente, un suave suspiro me hace entender que alguna idea se ha establecido en su cabeza. -Mmm tal parece que debo demostrarte una vez más que solo tú eres la mujer de mi vida. Me incorporo encima, ella me ve divertida por el movimiento. -No lo estoy dudando. -Beso su cuello dulcemente. -De todas formas me encanta hacerlo. -Una sonrisa cómplice se forma en nuestros rostros,sin afanes empezamos de nuevo, las caricias se mueven deliciosamente mientras el deseo en cada poro surge como una avalancha de emociones, adoro los gemidos de esta mujer rogando por más, eso siempre es un espectáculo. Mis dedos siguen entrando y saliendo, su pierna está enredada en mi cintura ejerciendo presión, sí, después de todo este tiempo sigo pensando que estar dentro de ella es una vuelta al cielo, Lina se aferra más fuerte logrando agitarme. -Hazlo. -Escasamente tengo aire para esa petición, no sé como todavía somos capaces de enfrascarnos en esta lucha que por momentos parece interminable, perlas de sudor se forman en nuestros rostros, todo se siente tan… caliente, sí, esa es la mejor palabra para expresarlo, es como un fuego que arden con prisa por nuestros cuerpos, ella sonríe, le encanta hacerme esto, ella sabe que lo necesito. Por favor. -Me regala una última sonrisa antes de que sus dientes se aferren a mi piel hundiéndose firmemente, esa sensación que empieza en mi hombro rápidamente se replica por toda mi espina dorsal, el clímax hace que la punta de los dedos de los pies se adormezcan, disfruto de los rastros de esa sensación, reímos como tontas, nos besamos sin prisa hasta que el aire caliente nos hace tomar distancia, me incorporo sin prisa a su lado percibiendo los latidos de mi corazón en mis oídos. -Te amo. -Me dice estrechando mi mano, estoy como ida, como si no pudiera tomar consciencia de mi cuerpo. -Yo más. -Exhalo sonoramente mientras estiro mis músculos torpemente, ya el sueño quiere vencerme, mis parpados parecen pesar más de la cuenta. -¿Es por qué tienes miedo? -De pronto me sale con esa pregunta, sí, el sueño parece que se ha ido con tan solo eso. -¿Qué cosa? -Regreso la pregunta, ella no me ve en ningún momento, parece que su conversación fuera con ella misma y no conmigo.

-Aunque debí sospechar que tu miedo a los hospitales no estaba del todo superado… pero sabes que eso podemos superarlo juntas. -Ya sabía yo que ella nunca me creyó cuando le dije que ya no le temía a los hospitales ese episodio simplemente me perseguirá por siempre…

Estamos nerviosas y ansiosas por el primer ultrasonido del bebé, según la doctora Suarez lo más probable es que logre encontrar el lugar exacto para escuchar los latidos del bebé, Lina se ve preciosa con su vientre ligeramente prominente, ella se acomoda en la camilla según las indicaciones de la doctora, yo mientras me muevo nerviosamente, el temor a los hospitales no se ha ido, sé que puede sonar irracional pero siento que me falta el aire, trato de no ver los utensilios médicos, ese color cromado me inquieta, mis manos sudan y trato de limpiarlas con mi jean, cuando visitaba mi padre trataba de no pensar que estaba en un hospital y a decir verdad esa habitación daba la impresión de ser de un hotel, esa es la razón de que no saliera de allí una vez entraba, las enfermeras prácticamente me sacaban cuando era necesario, suspiro pesadamente tratando de relajarme, la doctora coloca el gel en el vientre de Lina, las dos voltean a verme y yo solo trato de sonreír, supongo que no se verá muy bien con el estrés que me gasto en estos momentos, pero debo ser fuerte, mi esposa estira su mano indicándome que la estreche, camino lentamente y la tomo entre la mías antes de besarla con ternura. -Mmm este bebé es un poco escurridizo. -La amable doctora trata de mover el doppler en busca de nuestra pequeñita, sí, Lina está segura que es una niña, ya le he dicho que eso no puede saberlo pero anda de mal humor, supongo que gracias a sus locas hormonas, así que decidí no contradecirla, cuando todo parece ser silencio un sonido como si se tratara del galope de un caballo desbocado retumba por el lugar, nos vemos con los ojos rojos y cristalinos, ese sonido hace que mi propio corazón trate de imitarlo en velocidad, beso su frente mientras mis ojos se clavan en ella, la doctora sonríe alegremente mientras ve su reloj, supongo que midiendo los latidos por minuto, todo marcha bien hasta que el sonido se replica y ahora son dos, supongo que Lina también está nerviosa. -¿Es lo que estoy pensando? -Lina me aparta con sus manos aparatosamente para ver a la doctora, no entiendo su comportamiento. -Sí, eso parece, creo que sus planes acaban de cambiar un poco. -Ella le sonríe y sigo sin entender. -¿Están bien los dos? -Pregunto tímidamente tratando de calmar la ansiedad. -Sí, nada de qué preocuparse por el momento. -Su respuesta hace que la intensidad de mi ritmo cardíaco baje un poco. -Todo está dentro del plan, tranquila preciosa. -Vuelvo a besar su frente, me despego un momento para verla mejor pero ella está con la boca entreabierta y con un inusual gesto en su rostro.

-Creo que no has entendido. -Me dice descolgando ligeramente su cabeza a un lado. -Claro que sí he entendido, tú estás bien, el bebé también, todo está dentro del plan. Después de huir de la idea de pensar a futuro ahora es lo único que hago, la habitación ya está asignada, ya compramos ropita y accesorios en medio de largas charlas planeando sus primeros años de vida. -Señora Devía creo que se equivoca. -La doctora me interrumpe con el ceño ligeramente fruncido. -No, el corazón del bebé suena bien al igual que el de mi esposa. -¿Acaso eso no fue lo que me dijo? de nuevo mi corazón se dispara y siento las fuertes oleadas de adrenalina recorrer mi sangre. -No… ese sonido no es el de su bebé y el de su esposa, es solo de los bebés. -Siento como si un gran peso se abalanzara sobre mí, trato de ponerme en pie y mis piernas tiemblan. -¿Bebés? -Eso no estaba dentro del plan, trago saliva de mala manera, deslizo mi mano por mi frente, solo esperamos uno, y ahora me dicen que son dos, trato de coordinar todo lo que debemos hacer y eso solo logra que termine de marearme. -Sí, felicitaciones, son gemelos. -Solo doy dos pasos y todo se vuelve oscuro.

Mis ojos se abren lentamente tomando conciencia, el dolor de cabeza no se hace esperar, estoy recostada en la camilla de la doctora Suarez, Lina está colocando una compresa fría en el lugar de dolor con una sonrisita, ¿se está burlando de mí? -No me gustan los hospitales. -Lina besa mi barbilla, me siento como niña pequeña que acaba de sufrir el susto de su vida. -¿Todavía le temes? -Me pregunta tratando de contener la risa. -No dije eso, solo que no me gustan. -Retiro la vista a un lado, ya quiero irme de este lugar, despertar en un hospital es de lo peor. -No vuelvas a darme un susto de esos. -Me dice de forma socarrona, frunzo el ceño, no me gusta que se burle, ella parece darle gracia mi estado tan patético, pero me relajo con sus besos tiernos, ella sabe que eso logra calmarme sobremanera.

Solo percibo sus palabras a lo lejos, sacudo la cabeza torpemente regresando. -Para un momento… -Ella me ve fijamente, muerdo mi labio inferior antes de girar mi rostro y verla

con mis ojos de cachorrito, he tratado de apartar mi miedo a los hospitales. -No le temo a los hospitales o bueno… ya no tanto… -Sé que sería un niño precioso. -Me interrumpe con una gran sonrisa. -¿Niño? -Pregunto dudando de si escuché bien. -Sí, un precioso niño. -Es como si pudiera verlo en su mente, sus ojos se pierden con la imagen que logra crear. -¿Pero cómo puedes saberlo? -Se dibuja una sonrisita tonta, ya debería estar acostumbrada a sus predicciones que debo aceptar siempre han sido acertadas. -¿Cuándo me he equivocado? -Me dice orgullosa sacando levemente el pecho. -Jajaja acuérdate que según tú esperábamos solo a Valentina. -Sí ese era el nombre escogido antes de saber que eran dos, nuestra pequeña valiente. -Solo me equivoqué en cuantas eran. -Me contesta burlonamente mientras empieza hacerme cosquillas, me sacudo torpemente debajo de su cuerpo, ella siempre tiene control de mí cuando hace eso. -Ya… me rindo… jajaja por favor no más. -Se sienta en mi cadera moviendo sus labios graciosamente, sabe que ha triunfado cuando suplico por piedad. -¿Entonces? -Vuelve a preguntarme mientras sus dedos se mueven por mi vientre con una sonrisita en sus labios. -Mejor llamemos a las niñas antes de seguir, no quiero imaginar lo que estarán haciéndole a sus abuelas. -En un solo movimiento me escabullo ágilmente a la puerta, ella se incorpora siguiendo mis pasos. -Lena!!! -Solo soy capaz de reír antes de marcar el numero de mi mamá, me acomodo en el sofá colocando mi cabeza en el cómodo soporte, Lina llega recogiendo su cabello, me encanta la forma delicada con las que hace esa tarea tan rutinaria, sus ojos me ven fijamente, ella sabe que huí como cobarde para no seguir hablando, pero decide dejarme un momento para hablar tranquilamente, supongo que ella también las extraña, no podemos negar que son nuestro mayor tesoro, Lina pide el teléfono para hablar acerca del dolor de dientes de Sam. -Gracias mamá… sí nosotras estamos bien, no… no es lo que estás pensando… mañana volvemos temprano, no, nada de dulces después de las tres de la tarde, que sí mamá, ya lo estamos discutiendo, adiós. -Lina termina la llamada, sus hermosos ojos verdes me ven con una ligera mueca de reproche. -¿Más tranquila? -Mmm sí. -Le extiendo los brazos y pronto su cabeza descansa en mi pecho, aspiro ese olor a vainilla que me fascina al igual que el movimiento de sus dedos por mi costado, es tan…

relajante. -Esas dos parecen llevarlo bien. -Confiamos solo en ellas para cuidarlas, lo sé, somos un poco protectoras pero difícil no serlo cuando amas tanto a tus hijas. -Sí, son muy buenas amigas hasta puedo afirmar que sean vuelto muy cercanas. -Lina arrastra la última palabra dejándome un poco confundida con lo que quiere decir. -¿A dónde quieres llegar? -Me separo un momento para verla a los ojos, ella muestra serenidad. -No sé… a veces parecen muy cercanas. -Hace el signo de comillas en el aire, sé que mi rostro ha perdido colores con eso. -No…eso no puede ser, ashhh ya no juegues conmigo. -Su risa contagiosa empieza separándose un momento producto de los espasmos de tanto reír. -Sabes que no es nada gracioso. -Cruzo los brazos fingiendo molestia, resoplo moviendo la cabeza de un lado a otro, eso solo hace que ella incremente su risa, después de unos minutos Lina retira unas pequeñas lágrimas de su rostro. -Sí lo es… hubieras visto tu cara, de antología. -Me señala repetidamente y finalmente me rindo, ella es la única que me hace esas bromas. -Ya deja, por poco y me lo creo. -Cómo vas a creer eso, ellas nunca serian capaces. -Mmm hora de mi pequeña venganza, mi mente rápidamente máquina las palabras. -Ah no… mmm lo dirás por tu madre, porque la mía no teme a experimentar. -Su rostro cambia abruptamente con lo último. -Ya déjalo, no voy a caer. -Sé que aunque lo niegue ha picado en mi trampa. -¿No me crees? Ve mis ojos. -Lina se reincorpora viéndome fijamente. -Mi madre ya ha besado a una mujer y no le disgustó. -Hablo lentamente, alargando cada palabra, ella niega con la cabeza y vuelve a verme detenidamente a ver si hay mentira en mis palabras, lamentablemente para ella yo no miento. -Tú madre no está tan mal. -No… pero… -Jajaja ya, te estoy jodiendo. -No aguanto su palidez, imagino que ella si se hizo una imagen mental de la situación, jajaja épico. -Debí saberlo, no puedo imaginarme a Isabel besando a una mujer. -Ni yo tampoco, pero así fue según sus palabras, una fase de locura en la universidad antes de conocer a mi padre. -Pues eso si es cierto, pero creo que su relación es de solo amistad, ya sabes que nuestros padres no están, eso es difícil de sobrellevar y que mejor que una persona que te hace

compañía y sabe por lo que pasas. -Sí, las dos han pasado por lo mismo y además ya somos familia, así que su amistad es algo que las termina de unir. -Ven aquí. -Ella vuelve a recostar su cabeza en mi pecho, mis brazos la rodean percibiendo ese calorcito que me mata, el cansancio no demora en pasarnos factura de cobro y las dos lentamente caemos en un profundo sueño.

Mis dedos se mueven sin tocarla solo percibiendo el calor de su cuerpo desnudo, ella parece inocente a mis inexistentes caricias, mi vientre se mueve alegremente, verla dormir es un placer que he ido adquiriendo. -Te amo cada día más, de formas diferentes, inimaginables, algunas un poco tontas debo aceptar… por ejemplo amo la forma en que mueves tu nariz cuando respiras profundo, pareces un tierno conejito, Dios, eres mi dulce ensueño… eso eres tú, mi eterno descubrir. -Ella pasa su mano por la nariz producto de las ligeras cosquillas. -Cuando te darás cuenta que no puedo decirte que no, que sé lo quieres incluso antes de pedirlo, que al igual que tú descubrí que puedo ver a través de ti, que no es nada sobrenatural, que es solo el resultado de ver con mi corazón hasta el más pequeño detalle. -Sí, ya sabía que deseaba tener un bebé, así que solo seguí mi corazón y esa promesa de dar hasta mi último aliento solo por verla sonreír, viajé a New York para cumplir con mi trabajo pero también fui a visitar la clínica donde siempre hemos hecho el procedimiento, así lo decidimos cuando Sean cumplió con la apuesta, menos mal tenía a esos dos a mi lado dándome apoyo y no permitiendo que palideciera estando en ese lugar y bueno… debía quedarme unos días para descansar y recibir todos los consejos de Kelly acerca de cómo lidiar con los mareos matutinos… Lina respira profundamente, su cabello suelto roza ligeramente su pecho, mi vientre se contrae, aunque no he hecho la prueba puedo saberlo. Mi pequeño Matías, sí, ya sé que estás ahí, lo sé por la forma en la que me haces estremecer cada vez que la veo, ella simplemente es adorable… sí, cuando la veas la vas amar igual que yo, sabrás que es sentir calidez cuando te abrace con firmeza, ella es tu mami. -Lina se sacude con el sonido de mi voz, mis dedos se deslizan por su rostro. -Sabes que te vamos a esperar con mucha ilusión, pronto estarás en una familia que desborda amor, tendrás tres hermanas que aunque un poco particulares serán tu soporte en momentos difíciles, solo trata de no sacarlas de quicio, son un poco… temperamentales, sí, debo confesar que eso lo han sacado de mí, pero también saben sonreír y abrazar en el momento justo, eso lo han sacado de tu madre. -Lina abre lentamente los ojos un poco desubicada del lugar, después de cerciorase que seguimos en el sofá voltea a verme. -Mmm ¿Con quién hablas? -Su voz adormilada me dice que sigue con sueño, sonrío al aire, es hora de decirle todo. -Con Matías. -Sé que es el nombre perfecto, un pequeño homenaje a su padre que tanto amó. -Espera ¿con quién?... -Sus ojos se abren entendiendo todo. -¿Por eso te demoraste en New York? -Baja saliva mientras sus manos se mueven por mi vientre.

-Debía comprobarlo antes de decirte y ese extraño estremecimiento en mi vientre es nuestro pequeño Matías que se alegra cada vez que escucha tu voz. -Es imposible no sentir como la vista se nubla con las lágrimas de felicidad. -Te amo. -Antes de responder sus labios atrapan los míos, nos besamos lentamente, ella se mueve delicadamente tratando de no ejercer presión. -Sí enloquezco al igual que tú y no permito que te acerques vas a tener paciencia, y espero que cumplas con todos nuestros antojos. -En los dos embarazos no permitía que me le arrimara, según ella mi olor le fastidiaba, tomaba duchas más de tres veces en el día solo para permitir que me acercara, sí, tuve que ser paciente, aunque admito que todo valió la pena, ella siempre se veía hermosa, no cambiaría nada de lo que hemos vivido juntas. -Lo que tú quieras princesa. -Sus dedos se entrelazan con los míos, la vida no es fácil, jamás lo será, no te prometo felicidad sin lucha y sacrificio, pero te prometo que vale la pena vivirla mi pequeño, todo se trata de encontrar esa persona con la que deseas superar todos los retos, esa que con una sola sonrisa logra iluminar tu día.

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