LA PRENSA SENSACIONALISTA EN EL PERÚ

April 17, 2019 | Author: Sandy Eleny Fabian Calero | Category: Publishing, Peru, Journalism, Lima, Truth
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MONOGRAFÍA: LA PRENSA SENSACIONALISTA EN EL PERÚ ESCUELA ACADÉMICO-PROFESIONAL DE INGENIERIA INDUSTRIAL Presentada por:

CICLO II ANÁLISIS Y PRODUCCIÓN DE DISCURSOS EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVOS Y ALTERNATIVOS LIMA, AGOSTO DE 2011

“Una prensa libre puede ser buena o mala,  pero sin libertad, la prensa nunca nunca será otra cosa que mala”.

II

A nuestros padres y amigos,  por su apoyo y motivación en nuestras labores.

III

Expresamos nuestro agradecimiento a la Lic. Cecilia Brener   por orientarnos en nuestro trabajo.

IV

ÍNDICE  pág. Epígrafe

II

Dedicatoria

III

Agradecimiento

IV

Introducción

VII

CAPÍTULO 1 CONCEPTOS GENERALES 1.1

1.2

1.3

El periodismo

2

1.1.1

Concepto

2

1.1.2

Finalidad

2

Géneros periodísticos

3

1.2.1

Informativo

3

1.2.2

Interpretativo

4

1.2.3

Opinión

Sensacionalismo y entretenimiento

4

1.3.1

Concepto de sensacionalismo

4

1.3.2

Características

4

1.3.3

Clasificación

4

V

CAPÍTULO 2 PRENSA SENSACIONALISTA 2.1

Antecedentes de la prensa sensacionalista

5

2.2

Prensa sensacionalista

6

2.2.1 2.3

Prensa amarilla

7

La prensa sensacionalista en el Perú: prensa chicha

8

2.3.1

La cultura chicha

9

2.3.2

Orígenes de la prensa chicha

2.3.3

Definición y características de la prensa chicha

11

2.3.4

La prensa chicha en la actualidad

13

CAPÍTULO 3 REALIDAD Y VERDAD DE LA PRENSA SENSACIONALISTA 3.1

La ética contra el sensacionalismo

16

3.2

Repercusiones de la prensa sensacionalista en el Perú

17

3.2.1

Ámbito político

18

3.2.2

Ámbito social

19

3.2.3

Ámbito educativo

20

Conclusiones

21

Referencias bibliográficas

23

Anexos

25

VI

Introducción

Los medios de comunicación, a lo largo de su evolución, se han ido presentando de distintas maneras buscando satisfacer las demandas de un público consumidor tan cosmopolita y diverso. Es así, que en esa lucha incesante por ser una ventana poderosa de comunicación e información con la gente, se entrelaza “el poder y la prensa” originando cambios sustanciales en el tratamiento de la información. La prensa sensacionalista nace en ese proceso, avalándose de una característica muy común en las noticias: el sensacionalismo, pero con un concepto tergiversado y que falsea la información, resalta el morbo, incentiva la violencia y banaliza la vida social. Por ello, el fenómeno de la prensa amarilla ya ha sido ampliamente descrito desde su dimensión  periodística; sin embargo, como fenómeno comunicativo y cultural, esta plantea una serie de interrogantes que a lo largo de este trabajo de investigación conoceremos. En el Perú, la prensa sensacionalista, denominada “chicha”, involucra aspectos culturales  provenientes de un nuevo rostro que se origina en el proceso de migración hacia la capital, cambiando las preferencias y demandas de un nuevo público lector y aliada a un contexto  político.  Nuestro objeto de investigación implica conocer los aspectos evolutivos de la prensa sensacionalista y su repercusión en los diversos ámbitos de nuestro país, no dejando de vista el verdadero rol del periodismo como mediador entre la sociedad y el poder. Finalmente, en la presente monografía presentaremos en el capítulo I los conceptos generales de periodismo y sensacionalismo, el siguiente capítulo refiere a la prensa sensacionalista y el capítulo III muestra los aspectos sobre la realidad y verdad de la prensa sensacionalista.

VII

CAPÍTULO 1 CONCEPTOS GENERALES

CAPÍTULO 2 PRENSA SENSACIONALISTA

2.1 Antecedentes de la prensa sensacionalista

El sensacionalismo es más antiguo que la imprenta. En el Medievo, los trovadores y  juglares narraban sucesos sangrientos que despertaban el interés de las personas; en la colonia, los pasquines difundieron los escándalos de la nobleza. Por ello, el sensacionalismo siempre ha sido polémico y ha causado preocupación en las naciones. Las investigaciones realizadas sobre el sensacionalismo indican que este resalta la violencia, el morbo y distorsiona la información; pero, lamentablemente, no van más allá del análisis de sus textos y de la estructura de este tipo de prensa (Instituto Prisma, 2009,  pp. 2-3). El sensacionalismo no es un tema actual, pues siempre ha estado presente en la sociedad y, sobre todo, en las notas periodísticas llamadas populares. Sin embargo, los estudios existentes solo realizan una amplia caracterización del sensacionalismo, ya que la  preocupación sobre este asunto solo se encarga de enfatizar lo negativo buscando su castigo, pero no esclarecen cómo se suscitan. No debe hacerse una opinión a priori sobre este tipo de prensa y entender que esta, aún con sus limitaciones, cumple una función: informar. Al explicar este fenómeno, Acuña (1999) manifiesta que: […] hay que remontarse al siglo XIX para comprender el nacimiento del amarillismo en la  prensa. Éste [sic] surge en la prensa norteamericana, en la particular guerra entre The New York World, propiedad de Joseph Pulitzer (1847-1911), y el The New York Journal,  propiedad de William Randolph Hearst (1863-1951). […] se produce por la feroz competencia entre los mencionados diarios por establecer e instaurar sus imperios de prensa después de la guerra civil americana (1861-1865). El término recibe el nombre de una  popular tira cómica, "El pilluelo amarillo" o sensacionalista, que a menudo proporcionaba informaciones falsas para atraer al público lector. (p. 1)

Además, su finalidad, más que informar, se centraba en la supremacía de sus ventas  por medio de noticias, que en muchos casos, eran ficticias. De acuerdo con lo que manifiesta  Muladar News ( s.f.), este tipo de prensa ha evolucionado, ya que no prioriza las noticias internacionales o de la realeza sino, más bien, personas anónimas, como albañi5

les, profesores, vendedores ambulantes, cobradores de microbuses quienes transitan en sus  páginas, entre las notas exageradas y distorsionadas; ello ha permitido su popularización y masificación. 2.2 Prensa sensacionalista 2.2.1 Prensa amarilla Se considera prensa amarilla o amarillista aquella que consigna en sus titulares fotos, gráficos y datos puntuales sobre accidentes, crímenes, infidelidades y problemas  políticos (“La prensa amarilla”, s.f, ¶ 1). Es importante reconocer que la prensa amarilla busca el consumo masivo de sus  periódicos y para ello utiliza titulares, noticias escandalosas, trágicas y exageradas, que en algunos casos son inventadas o descontextualizadas; así mismo apela al morbo del consumidor. Pese a esto, no podemos ignorar que este tipo de prensa, nos guste o no, es una de las preferidas por los sectores C y D nivel sociocultural bajo, como lo afirma el  periodista Rojas en su blog, cuya nota fue publicada el 27 de mayo del presente año. Acuña (2002) amplía la definición: Con el término amarillo se pretende reflejar todas aquellas formas de presentar la información que no se ajustan de forma seria, contrastada y veraz a los hechos y a la realidad distorsionarla. En la prensa, es fácil detectar fisuras en la presentación de la información, es decir, todo lo que no se ciñe a lo estrictamente periodístico, informativo, que abuse de la ingenuidad, la ignorancia o desconocimiento de un tema  por parte del lector. O bien, y lo que es más grave, subestime su capacidad o su inteligencia. (p. 3)

Entendemos entonces que el término amarillo es utilizado para calificar aquella  prensa que utiliza información poco confiable o, en su defecto, distorsionada. Con respecto a este tema, Grebe (2003) afirma: “Los periódicos, a diferencia de los demás

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 productos comerciales, carecen de garantía, razón por la cual no pueden ser sustituidos ni compensados de otra forma; por eso, el lector debe aceptar, de mejor o peor manera, las noticias y contenidos que unilateralmente le son proporcionados” (p. 14). Con respecto a la prensa amarilla, Acuña (2002) manifiesta que el amarillismo se sostiene en la posibilidad de crear historias, ya que es más entendible un cuento que responde a un hilo temático que un suceso real cuya interpretación y comprensión resulta confusa (p.2). Es importante resaltar que el amarillismo ha logrado la aceptación de las masas  populares, porque aborda la noticia de manera novelesca. Al respecto, el director del diario El País afirma que esta no solo se sostiene porque se alimenta de violencia y sexo; sino que en muchos momentos ha sido un instrumento muy activo de la lucha política. Este hecho ha sido corroborado en nuestro país en la década de los noventa, ya que los  periódicos chicha fueron comprados para sesgar la información o atacar a los enemigos  políticos del gobierno.

La prensa amarilla ha logrado enraizar su preferencia en los amplios sectores urbanos porque ofrece entretenimiento, situación que no sucede con el periodismo serio. Mario Vargas Llosa manifiesta que la prensa amarilla es un perverso hijastro de la cultura de la libertad. No se la puede suprimir sin infligirla; además, la medicina sería  peor que la enfermedad. Por ello hay que soportarla; por lo tanto, la única forma de contrarrestarla es a través de la cultura y la educación. Ahora al abordar el tema de la función de la prensa amarilla, Macassi (2003) manifiesta que: Esta prensa cumple una doble función, sirve tanto para ser comprada y consumida por sus lectores como para ser mirada en sus titulares. La práctica de ver los titulares es muy común; más del 50% de los consumidores limeños prestan atención a los titulares, es más, durante el proceso electoral peruano del 2000 muchos titulares no tenían interiores (no para que sirvieran como gancho para la compra) pues su objetivo era llegar al transeúnte, al que  pasa en el ómnibus, a la que observa desde su propio auto. Ciertamente, estos diarios

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estuvieron articulados al poder corrupto de Fujimori y Montesinos y fueron parte de los operativos psicosociales, pero también reflejan la velocidad de la vida cotidiana, donde lo audiovisual tiene su imperio y toda la diagramación periodística está organizada para ser  más vista que leída. (¶ 5)

Podemos entender, por lo expuesto, que la prensa amarilla tiene como finalidad captar la atención de las masas y ello ha sido utilizado por gobiernos corruptos con el único propósito de crear  “cortinas de humo” para que no sean conscientes de los  problemas urgentes que los aquejan. Lamentablemente, no podemos negar la gran influencia que ejercen los titulares de ciertos periódicos en nuestra sociedad; sin embargo, debemos ser conscientes del  propósito de estos para evaluar su veracidad. Al analizar este tipo de prensa, Grebe (2003) manifiesta que si la abordamos como un proceso comunicativo superaremos las intenciones comerciales y sensacionalistas con las que sus empresarios y periodistas utilizan la información, además podremos entender  la comunicación desde la perspectiva de sus consumidores.

2.3

La prensa sensacionalista en el Perú: prensa chicha 2.3.1

La cultura chicha La palabra chicha denomina la bebida de maíz, conocida desde la época

 prehispánica; sin embargo, según Hildebrandt, el término no es de procedencia quechua, sino un aporte de los nativos panameños. Fue con este calificativo que se  bautizó a la cumbia, cuyo origen es colombiano, pero con reminiscencias andinas  peruanas. Durante la década del 60, los migrantes y la presencia de innumerables representantes de la música vernacular hallaron los espacios adecuados en la capital, donde más tarde se gestaría la cultura chicha. Es así que adoptando nuevas influencias musicales, hacen su aparición algunos intérpretes nuevos, aunque con 8

cualidades propias. Poco después, aparece el término chicha, denominando la nueva corriente musical, que fue aceptado por unos y rechazado por otros. La presencia de los nuevos grupos musicales se hizo cada vez mayor y se reconoce en ellos características propias, a la vez que ampliaban sus propuestas. En las décadas siguientes, 80 y 90, los estilos se enriquecen: de la música amazónica que es cada vez mayor. Así la presencia de la música chicha cambia de denominación y pasa a llamarse tecnocumbia. Según Cachay, esencialmente la música chicha procede de dos vertientes básicas: la rural andina (huayno) y la urbana (cumbia colombiana), la que finalmente adquirió una nueva identidad al fusionarse con la música tropical amazónica y hoy está vigente. Por otro lado, el término chicha ha pasado a ser un adjetivo, aunque fundamentalmente de carácter peyorativo, puesto que califica a la persona de determinado sector social y la vincula con el tipo de música que prefiere (Gargurevich, 2002, pp. 245-247). Concordamos con lo expuesto en el texto leído sobre los orígenes de la cultura chicha y cómo ha evolucionado. Sin embargo, Luza (2007) apela a la polisemia del término y lo que representa culturalmente. Señala, entre otros aspectos, no únicamente el gusto musical, sino otros aspectos como el lenguaje vulgar y despectivo, pasando por el informalismo, hasta el mal gusto, manifiestos en todos los niveles de la sociedad peruana. Estas últimas características propias de un sector de la  prensa en nuestro país.

2.3.2 Orígenes de la prensa chicha Los orígenes de la prensa chicha tiene su explicación en las costumbres de los migrantes andinos, quienes siguen unidos a su música, comidas, fiestas, modos de vivir , de vestir y creencias que tienen muy arraigados y les es difícil adaptarse a las 9

costumbres de la capital. Son estas personas que prefieren los diarios de bajo precio y son adictos al sensacionalismo. Diestra (citado en De la Cruz, 2007), refiriéndose al origen de la prensa chicha, señala: El periodismo sensacionalista surge en el Perú, con enorme éxito, en 1950 con el diario vespertino “Última Hora”, fundado por Pedro Beltrán, logrando a fines de ese año las más altas ventas del periodismo peruano con el célebre titular “Chinos como cancha en el  paradero 38”. Última Hora había encontrado las condiciones ideales para su nacimiento como diario de gran venta, esto debido a que una incesante migración andina había convertido a Lima en una ciudad donde la vieja “cultura criolla” era arrinconada por una pujante y dinámica  presencia provinciana. Así se sentó las bases de una nueva mentalidad limeña popular, siendo su principal ingrediente el uso de la jerga y la replana. (¶ 7- 8)

Desde su aparición a mediados del siglo XX, la prensa chicha ha experimentado cambios hasta alcanzar los que actualmente conocemos. Es importante indicar que, de acuerdo con algunos autores, el sensacionalismo en el Perú se origina mucho antes (Gargurevich, 2002) y hace énfasis en el tratamiento notorio que se da sobre todo a los acontecimientos más impactantes que ocurrían en la capital. Sin duda, esta prensa  popular fue la precursora de la actual prensa chicha. En cuanto a la popularización y masificación de este tipo de prensa, Quiroz (s.f.) manifiesta que en la década de los noventa la capital se convierte en el eje cardinal de una novedosa clase de periodismo. Más adelante, el gusto por los diarios chicha se masifica en la capital, además se extiende a provincias, con características tan  peculiares que es fácil reconocerlos. Así también lo afirma Gargurevich (2008): “La  prensa chicha es, en síntesis, la versión peruana de la ya vieja prensa amarilla, sensacionalista y vulgar ” (¶1-2).

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2.3.3 Definición y características de la prensa chicha Según Gargurevich, los periódicos chicha son diarios cuya presentación es menor al estándar, por ejemplo  El Comercio, que presenta información llamativa, tanto por su abigarrado colorido como por la exposición gráfica de personajes de la farándula (2002, p.251). Aunque la definición que presenta el autor es bastante clara, debemos agregar  que el tratamiento que se le da a las noticias suele ser bastante subjetivo: no analiza, ni profundiza la trascendencia de los acontecimientos

y generalmente exagera

(Ohanis, 2009, p.3). Además, por la ambigüedad de sus titulares suelen generar  ciertas expectativas erróneas; ya que la mayoría de las veces se tergiversa el contenido de la noticia. Es preciso agregar que además de tratar asuntos relacionados al ámbito del espectáculo, abordan temas de carácter violento (accidentes, crímenes, suicidios, etc.) Por otro lado, es notable el uso del lenguaje, generalmente de mal gusto, de tipo lumpenesco, de nivel subestándar, que habitual y prejuiciosamente suele asociarse a los sectores populares. De acuerdo con Quiroz (s.f.) la prensa chicha tiene las siguientes características: El nombre: Los diarios chicha privilegiaron denominaciones que carecen de relación con el proceso comunicativo, además de optar por términos que no son propios de la norma estándar, por el contrario, aquellas de origen jergal y, en algunos casos, replanas. La finalidad -errónea por cierto- consistía en lograr su aceptación. Así surgieron  Ajá,  P·al micro, La Chuchi, El Palo De Susy, La Yuca, El Tío, El Chino. Primera página: Los diarios de formato tabloide usan en su portada letras de mayor  tamaño a comparación de los diarios serios. Los diarios chicha, además de eso, caen en un sensacionalismo exagerado y aplican en la impresión los colores fuertes o planos: amarillo, azul y rojo, con diferentes matices muy llamativos. Ello con la finalidad de captar la atención del lector, ante la pobreza de sus contenidos. Vedetismo: Los diarios chicha consignan fotografías de vedetes muy conocidas en el mundo del espectáculo, en el cual se busca hurgar en la vida íntima de estas. Las fotos que se presentan en primera plana son de mujeres por lo común semidesnudas en poses que les permiten mostrar sus nalgas a las que vulgarmente se les llama cucú. Casi en todos aparecen las mismas artistas y las mismas poses, en el peculiar caso del Trome reproduce fotos extraídas de revistas con inclinación sicalíptica.

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Uso de replana: Los diarios chicha están plagados de titulares en el cual se utiliza el nivel subestándar, sobretodo, la jerga de los delincuentes, llamada replana. Estos se  justifican porque afirman que de esa manera llegan a los sectores más bajos de la  población, además las presentan así ya que buscan el goce de sus consumidores. El sector juvenil de ese nivel cultural ha introducido muchas palabras que son empleadas frecuentemente. Bajo precio: Los diarios chicha tienen un costo de cincuenta céntimos por ejemplar. Estos no gozan de la preferencia de los anunciadores, por ello aseguran su subsistencia solo con la venta de sus ejemplares y la publicidad de ofertas sexuales, como la solución al supuesto “atraso menstrual”.(p.4)

La prensa chicha simboliza y moldea la cultura urbana, ya que establece un  bagaje conceptual y sensible que es parte del quehacer diario de más de un millón de limeños. Quienes la objetan manifiestan que representa un sector de nuestra sociedad carente de cultura, de sensibilidad y plagado de complejos. Los consumidores de este tipo de prensa son fieles, pues este medio los premia, además aborda temas amenos y educativos a bajo costo. Los protagonistas de los diarios chicha son los artistas, vedettes, futbolistas y gente relacionada a la farándula limeña. Esta se aprovecha de los escándalos amorosos para incrementar sus ventas. Reducir el costo del diario a cincuenta céntimos, en la década de los 90, permitió su masificación y centró su mercado en un sector no tomado en cuenta por la prensa tradicional. En la prensa chicha, se difunden conocimientos prácticos, noticias pasionales, chismes, culto al cuerpo y la supremacía de la imagen con respecto al texto escrito formal. Tanto la portada como las páginas centrales hacen referencia a la farándula, la farra interminable donde los protagonistas, muchas veces, son ridiculizados en su intento de ser íconos del momento. Otro ingrediente importante de estos diarios lo conforman los actos vandálicos y accidentes sangrientos. Este tipo de periódicos sabe que el lector promedio goza al enterarse de las vicisitudes y desgracias de los  protagonistas. Por ello, buscan destacar los amoríos, escándalos y vivencias de las vedettes y futbolistas (Velásquez, 2007, ¶ 5-6).

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En el Perú, el consumo de la prensa chicha se debe a que los protagonistas de la noticia son gente del espectáculo y el poblador de los barrios capitalinos se identifica con ellos; además aprovecha el morbo, presentando en sus titulares temas faranduleros, sexuales, crímenes pasionales, así como actos delictivos. Entonces, si se ha identificado cuáles son las razones del consumo de este tipo de prensa, es necesario que los diarios que pertenecen al sector culto, realicen innovaciones en sus titulares, claro está sin caer en los acostumbrados excesos de los otros, y estudiar la posibilidad de aminorar sus costos. De hecho que esto no será suficiente, pero podremos empezar por algo.

2.3.3 La prensa chicha en la actualidad En la actualidad, este fenómeno se ha extendido al punto que no es exclusivo de los sectores populares, ya que la preferencia por este tipo de prensa se está arraigando en los sectores B, así lo demuestra un estudio realizado por Macassi (2003): […] el gusto por esta prensa no son siempre los menos instruidos, ni los miembros de las clases sociales más bajas. En el estudio que realizamos encontramos que muchos miembros de las clases medias también son lectores asiduos. Estos suelen consumir otros diarios que usan para seguir la agenda política. En cambio, los diarios amarillistas son fuente de entretenimiento, de satisfacción de sus necesidades de  protagonismo y también de vouyerismo [sic] público. Por lo tanto, no estamos frente a un lector  de poca instrucción, ni desvinculado de la agenda política, no estamos frente al paradigma de la marginalidad, según el cual esta prensa se ocupa de los márgenes de la sociedad. Todo lo contrario, esta prensa resalta y apela a dimensiones que los otros diarios no se proponen, la función lúdica predominante. […] los lectores de estos diarios se articulan en torno a algunos factores:  





El gusto por el entretenimiento extremo por encima de la veracidad. Por los enfoques trasgresores, es decir, sin reparar en aspectos éticos, morales o de valores (de allí el gusto o la tolerancia frente a la crónica roja, el uso del cuerpo de la mujer como objeto y la escasa preocupación por la estricta veracidad de los hechos) Por la búsqueda de “horizontalidad social”, es decir  de espacios, rostros y lenguajes similares a los suyos. Finalmente, la preferencia por las narrativas de acción en desmedro de una actitud más analítica. ( ¶ 15)

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Las conclusiones de esta investigación son interesantes, ya que nos da a conocer que la preferencia por la prensa chicha no es propia de los sectores más  pobres y con menos instrucción, sino también de la clase media quien busca entretenimiento cotidiano. Por ello, el Estado debe promover segmentos en la prensa escrita, televisiva y radial donde el entretenimiento tenga la finalidad de culturizar y educar, y este sea gratuito o de precio accesible. Solo así se podrá captar y compartir al público consumidor de la prensa chicha. En el 2010, Arellano Marketing realizó un estudio en Lima y tres ciudades del interior con el que se determinó que el diario más leído es el Trome, cuyo porcentaje de lectores (44.2 %) es superior al de  El Comercio (24.1 %). De acuerdo con Rodríguez, esta preferencia se debe al tratamiento más lúdico, más ameno con el que un amplio sector de la población se identifica (El Comercio, 2010, mayo 24). Sin embargo, dicho estudio también señala que  El Comercio lidera la recordación de marcas de periódicos a nivel nacional. La encuesta, del mismo modo, confirma una notable segmentación socioeconómica en la población, particularmente la capitalina. Este resultado bien puede estar relacionado con el tratamiento que ambos diarios hacen de la noticia. Este informe se confirma con otro estudio, realizado por CPI (mayo-junio, 2010) sobre lectoría de diarios en Lima Metropolitana y cuyos resultados arrojaron resultados análogos (el Trome, 47,2 %;  El Comercio, 33.6 %). Al observar los resultados de ambos estudios, queda demostrado que la lectura de los diarios chicha en conjunto supera largamente la de los diarios serios. Sin embargo, consideramos que una variable importante en cuanto a este ranking es el costo de venta al público, que bien podía ser un factor determinante en las preferencias.

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CAPÍTULO 3 REALIDAD Y VERDAD DE LA PRENSA SENSACIONALISTA

CONCLUSIONES 1. Las noticias han dejado de ser un bien social y han perdido su verdadera función que es informar. La noticia se ha convertido en un artículo de consumo, un espectáculo, con el objetivo de impresionar y escandalizar. Este hecho, un tanto anecdótico, ocurre en todas las grandes ciudades. 2. En los últimos años, se está perdiendo el género periodístico interpretativo y con mayor  notoriedad el de opinión. Esto se debe a la proliferación del género informativo tergiversado, malicioso y sicalíptico que vendría a ser el sensacionalismo. 3. La importancia de los medios de comunicación en la actualidad es determinante en cualquier sociedad. La prensa escrita no puede estar alejada a esa realidad y la mejor  forma de llegar a esa masa, sobre todo si no cuenta con los recursos para pagar tres o cuatro soles por un diario, es a través del sensacionalismo. 4. El sensacionalismo no es ajeno de las empresas de comunicación serias, ya que son ellas mismas las que fundan estos tipos de diarios para llegar a esa población que no  puede acceder a su diario emblema. Por lo anterior, tenemos los ejemplos de El  Comercio con su hijo el Trome y La Prensa que crea a Última Hora. 5. Las repercusiones en el ámbito social y educativo de estas noticias con alto contenido de violencia generan un sentimiento de preocupación excesiva en las personas. Es decir, en algunas ocasiones, informar con una desmesurada apreciación del acontecimiento, pueden brindar elementos de juicio sobre un suicidio u homicidio. Esto es preocupante y estresante para el ciudadano común que cotidianamente lee estos artículos. 6. Un verdadero periodista debe ser capaz de realizar una profunda investigación respecto al tema de la entrevista, al entrevistado, y tener una apertura real para entender, dentro del contexto al que se le invita, lo que el entrevistado quiere explicar. Sin embargo, esta

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ética, propia de cada profesión, desaparece con el pasar del tiempo. Se da cuenta que la información, tal cual es, no es del interés para la población. Lamentablemente, ese  periodista llega a una conclusión: el escándalo vende.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS



ACUÑA Arias, Francisco. Clinton, Diana ¿Dónde se metieron los periódicos serios? Latina de Comunicación Social. [en línea]. Octubre 2002, n.º 22. [fecha de consulta: 9 de agosto 2011]. Disponible en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/a1999coc/36fcoarias.htm





¿CUÁLES son los diarios más recordados por los peruanos? El Comercio: Lima, Perú, 24 de mayo de 2010 (En sección: Economía)

GARGUREVICH R., Juan. La prensa sensacionalista en el Perú. Lima: Pontificia Universidad Católica, 2002, 315 pp. ISBN: 9972423522



INTELECTUALIDAD. Rojas Linares, Dante Enrique. Home Page. 27 de mayo 2010.





Instituto Prisma. 9 de agosto 2011 ˃

LA PRENSA amarilla. [en línea]. [fecha de consulta: 9 de agosto 2011]. Disponible en: http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/origen/1394-el-origen-dela-prensa-amarilla.html

23



MACASSI, Sandro. La prensa amarilla en Latinoamérica. Chasqui [en línea]. Marzo 2002, n. º 77. [fecha de consulta: 9 de agosto 2011]. Disponible en: C:\Documents and Settings\doc-forgral\Escritorio\LA PRENSA AMARILLA EN AMERICA LATINA.mht



QUIROZ Sánchez, Eduardo. ¿Prensa popular o chicha? [en línea]. [fecha de consulta: 9 de agosto 2011]. Disponible en: http://www.upao.edu.pe/WebArticulosDinamicos/Mantenimiento/DCTOS/ARTICU LOS/PRENSA_POPULAR_O_PRENSA_CHICHA.pdf 



VELÁSQUEZ Castro, Marcel. Prensa sensacionalista en el Perú. Terra Magazine [en línea]. Junio 2007 [fecha de consulta: 9 de agosto 2011]. Disponible en: http://www.pe.terra.com/terramagazine/interna/0,,OI1659554-EI8866,00.html



Zona Andina. De la Cruz Monzón, Taylor. 13 de octubre 2007.

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ANEXO 1

Leyenda: diarios más leídos en las principales ciudades del país.

Fuente: El Comercio, 24 de mayo de 2012

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ANEXO 2

Leyenda: Lectores de diarios clasificados por sector económico.

Fuente: C.P.I., Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Pública S.A.C.

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