La Práctica de la Animación Sociocultural

August 31, 2017 | Author: Francisco Criado | Category: Knowledge, Social Work, Society, Sports, Budget
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La Práctica de la Animación Sociocultural y el Léxico del Animador - Resumen (Ezequiel Ander Egg)

Prólogo El Perú es un país con un escenario complejo de problemas sociales, que en los últimos años se ha visto agudizado con las reformas estructurales y la globalización. Esta última, junto a los avances tecnológicos y de comunicación, ha impactado en la cultura y calidad de vida, modificando la demanda de productos y servicios, y exigiendo a la vez un mayor desarrollo del capital humano que esté acorde a las nuevas realidades. Los programas de bienestar y servicio social también se incluyen dentro de las exigencias, con un personal idóneo y una nueva organización, algo que ya se ha venido dando desde los 90’. Reformas orientadas a una atención de calidad con gran cobertura, descentralización de servicios, autogeneración de ingresos y una administración moderna. Organismos como el Banco Mundial, el BID, la Iglesia Católica, el Ministerio de la Mujer y diversas ONG’s se han venido ocupando de ejecutar proyectos de promoción social y similares. El desarrollo humano constituye uno de los elementos esenciales a mejorar, concediendo en ello importancia a la educación y a la tecnología. En el primer caso, no basta con incrementar los conocimientos, sino darles una aplicación práctica, es decir, recrear lo social. El Trabajo Social no debe quedarse atrás, debiendo adaptarse a todos los cambios que ocurren en los albores del siglo XXI, respondiendo a la demanda social y de mercado. Los profesionales de esta materia deben estar preparados para adecuarse no sólo en el mercado laboral, sino para ampliar sus campos de acción, con una formación integral teórica y articulada por el componente ético. Todo ello es un reto dados los grandes cambios: se debe desarrollar un proceso de recreación e innovación paralelo al soporte ético de la carrera. La animación sociocultural es, por tanto, una línea de especialidad que contribuirá a que el trabajador social diversifique sus oportunidades dentro del cada vez más competitivo mercado laboral. Así como el Trabajo Social tiene como fin impulsar el desarrollo humano potenciando las capacidades de las personas, fortaleciendo procesos educativos, creando espacios de participación, revalorando la cultura y haciendo buen uso del tiempo libre, la animación sociocultural representa el estímulo mental, físico y emotivo que, en un sector determinado, motiva a la gente a iniciar un conjunto de experiencias que le permita crecer personalmente y desarrollar su sentido de integridad dentro de una comunidad sobre la que pueda influir. Observaciones Preliminares Debe quedar claro que no hay una metodología de la animación, sino diversas propuestas, pero que de todas formas debe ser participativa y dialogante en todos sus momentos y acciones. Asimismo, debe ser flexible y adaptable a cada aplicación concreta, de acuerdo a la intervención de las personas y a los cambios de la realidad objetiva. Empero, no existe la metodología ideal, sino varias de acuerdo a circunstancias determinadas.

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PARTE I ESTUDIO Y PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES SOCIOCULTURALES CAPÍTULO 1: ESTUDIO-I NVESTIGACIÓN Y DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN SOCIOCULTURAL Para realizar programas de animación sociocultural, debemos estudiar la situación de la realidad sobre la que se actuará, diagnosticando necesidades y problemas. No debe verse todo exhaustivamente, sino centrándonos en la situación-problema motivo de estudio. Como guía para la investigación y diagnóstico, se propone el estudio de los siguientes aspectos: 1. Referencia a la situación global en la que se enmarcan las actividades socioculturales Todo debe ser estudiado y analizado en su contexto, porque ningún proyecto se lleva a cabo en el vacío. De allí que resulte substancial disponer de información relativa a la sociedad sobre la que se realizará la acción sociocultural, con énfasis en la realidad demográfica, económica, política, social y psicosocial. Además, no basta con saber qué ocurre, sino cómo se fundamenta dicha situación, de forma que se puede tener una idea aproximada del futuro. El estudio no debe ser muy amplio, porque entonces lo principal se perdería en un universo inmenso; tampoco insuficiente, porque sino cada cuestión estará aislada la una de la otra, sin armonía. 2. Caracterización de la situación cultural Para estudiar la situación cultural de la sociedad sobre la que se trabajará deben tomarse en cuenta diversos puntos relacionados a las actividades que se desarrollan, al nivel de participación, a los agentes que participan, a los gustos y preferencias, a los destinatarios, tradiciones y cosas así. Se debe incluir la infraestructura y equipamiento cultural, las organizaciones que promueven la cultura, así como los modelos y valores culturales propios. 3. Estudio de las necesidades culturales Es difícil definir qué son las necesidades culturales, pero en términos generales son aquéllas relacionadas a los procesos de autorrealización y de expresión creativa. Se nutren de las actividades que sirven para adquirir conocimientos, desarrollar el uso de la razón, permitir el acceso a determinados bienes, favorecer la expresión para el desarrollo de lenguajes creativos, de manifestaciones lúdicas y de la creación de ámbitos de vida asociativa. Empero, estos conceptos son muy abstractos y la verdad es que las necesidades culturales deben definirse en la práctica, al momento de implementar el proyecto. Por otro lado, éste puede darse en tres tipos de ámbitos: grupo, organización o área territorial. a) Grupo: Acá es todo más sencillo por tratarse de un universo reducido. El trabajo en sí puede ser la materia prima para definir necesidades, al tiempo que se estudia la demanda cultural. Una reunión puede ser suficiente para insertarse en la realidad del grupo. b) Organización: Acá todo diferirá dependiendo de la institución y del alcance de las actividades culturales dentro de la misma, así como su frecuencia y el tipo. Se requiere conocer la demanda de los miembros de la institución; ello puede darse evaluando actividades pasadas, por observación o entrevistas. Naturalmente, debe ponerse énfasis en el estudio de las necesidades del área en cuestión. c) Área (barrio, pueblo o ciudad): Acá todo es más complicado por la amplitud del universo y la heterogeneidad de los actores. Esto último es el principal problema, por lo que es preciso estudiar las necesidades siguiendo criterios como las características individuales, los grupos específicos (organizaciones o informales), la ubicación geográfica (urbana o rural, accesos a servicios, etc.) y la existencia de áreas policulturales o poliétnicas. 4. Estudio de la demanda cultural Acá tomamos en cuenta gustos y preferencias, siempre considerando el ámbito de operación. A más amplio el ámbito, más diversa y compleja la demanda, pero advirtiendo que ésta no contempla bienes no ofrecidos y que está sujeta a cambios de ocurrir una nueva oferta. En

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conclusión, el estudio de la demanda requiere reconocer a los usuarios habituales, los potenciales y los no usuarios, quienes revisten interés especial porque es a ellos a los que se quiere “animar”. Pero en todos los casos se debe incidir en la variedad de gustos para cada grupo o tipo de población, e indicando que a veces la demanda no coincide con los intereses reales de cada individuo o conjunto. De allí que no sea la regla de oro para programar las actividades culturales, pero sí el punto de partida de una estrategia de acción, al expresar un nivel de conciencia, de centros de interés y de expectativas. 5. Jerarquización de necesidades y problemas Una vez que se tiene la nista de necesidades y problemas que surgen con los estudios previos, deben ordenarse según su importancia, ya sea por criterios ideológico-políticos (la filosofía del programa) o técnico-operativos, los cuales siempre están entrelazados. Debe estudiarse qué necesidades son las más urgentes de satisfacer, y atacar por ese lado con más medios y más intensidad. La urgencia puede depender la de inexistencia de satisfacción, del efecto multiplicador de esa satisfacción, de contar con más recursos para la satisfacción en ese momento, etc. Finalmente, la jerarquización de necesidades constituye una gran ayuda para la determinación de prioridades. 6. Inventario de los recursos disponibles Para todo programa o actividad sociocultural debe contarse con un mínimo de recursos que pueden clasificarse en cuatro tipos: a) Materiales: incluye la infraestructura y los equipamientos, relacionados básicamente a los locales; en segundo lugar, el utilaje o instrumentos que canalizan y dinamizan la participación de la gente (proyectores, carteles, tv, pizarras, etc.). b) Financieros: es el presupuesto, los medios de financiamiento, subvenciones y las alternativas de una permanente entrega de recursos en caso el programa se alargue. c) Técnicos: son los procedimientos operativos y el instrumental estrictamente técnico. d) Humanos: especialistas en cada elemento del programa. 7. Algunas pautas para elaborar el diagnóstico de la situación sociocultural El diagnóstico no se completa sólo con el estudio-investigación, sino que debe organizarse de forma que sirva para las tareas de programación y la estrategia de acción, además de incluir otros aspectos. El ensamblaje puede ser el siguiente: a) Descripción de la situación estudiada y los factores que conllevaron a ella, a fin de poder preveer el futuro a partir de tendencias y saber cómo afectaría un cambio. b) Prognosis, basada justamente en la predicción, pero siempre recordando que un hecho irrelevante del presente podría no serlo en el futuro, y viceversa. c) Juicio de la situación: es la comprensión analítica de la realidad según lo anterior, estudiando necesidades y problemas, y jerárquizándolos. d) Factores que influyen: se trata de identificar a los beneficiarios del programa y de prever su conducta frente al mismo, sin menospreciar a los agentes anexos. Estos 4 niveles de análisis deben informar en conjunto sobre los 4 aspectos principales del diagnóstico: antecedentes, problema en sí, tendencias a futuro y contexto. En conclusión, el diagnóstico debe incluir problemas y necesidades, pero también saber con qué se cuenta para atender tales necesidades y para proceder a la resolución de los problemas.

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CAPÍTULO 2: PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES SOCIOCULTURALES 1. ¿Qué es programar? Programar consiste en prever un mejor futuro y definir los medios para alcanzarlo, partiendo del diagnóstico previo. De allí que se debe tener muy clara la situación inicial y la situación de llegada o de objetivo. Entre ambas se producen los cambios, los cuales se dan dependiendo de los medios con los que se dispone y de las situaciones contextuales. Así, la programación, más que ser una prefiguración exacta de la realización propiamente dicha, consiste en establecer líneas orientativas que direccionen a un conjunto de actividades y operaciones para lograr la situación objetivo. 2. Principales criterios para la elaboración de planes, programas o proyectos a) Definir y enunciar objetivos y metas. Se especifica lo que se quiere hacer a través del programa. Los objetivos responden a las preguntas de qué se desea lograr y hacer, y a dónde se quiere llegar (relacionado a la situación objetivo). Las metas son la traducción cuantitativa de los objetivos; cuánto, dónde y cuándo se quiere hacer. En la práctica de los programas de animación sociocultural, objetivos y metas se establecen por confrontación de los objetivos de los 3 agentes que intervienen: la gente (sus necesidades y problemas cuando no hay visualización directa), los técnicos animadores (su diagnóstico), la autoridad. Si hay desacuerdo entre los objetivos de todos ellos, debe buscarse una combinación racional de puntos de vista. b) Proponer objetivos y metas realistas. Se debe considerar la viabilidad, pertinencia y aceptabilidad del proyecto, de acuerdo a los medios con los que se cuenta al contexto en el que se plantea. Por ello, debe haber una voluntad de la autoridad política para ejecutarlo, debe ser rentable, debe haber financiamiento, deben existir las instituciones y los técnicos capaces de realizarlo, y no deben existir barreras socioculturales, es decir, sin ausencia de consenso social. c) Establecer prioridades para el logro de objetivos. Dado que no es posible resolver todos los problemas al mismo tiempo, debe formularse un orden de prioridades, de acuerdo a lo visto en el estudio previo al diagnóstico. d) Hacer elecciones compatibles y complementarias entre los objetivos. Los objetivos pueden ser excluyentes, complementarios o independientes. En los dos primeros casos puede haber problemas de índole política, por lo que las prioridades y las posibilidades técnicas influyen bastante en la decisión. e) Articular coherentemente los diferentes aspectos. Debe existir articulación entre todos los aspectos del diagnóstico y la programación, así como dentro de la misma, adecuación de los medios a los fines. Esto último se refiere sobre todo a los insumos disponibles, los recursos humanos (capacitación y productividad) y recursos financieros (previsiones precisas). f) Asignar y usar los recursos en cantidad y tiempo oportunos, para cada fase del proyecto. g) Determinar los instrumentos y medios adecuados a los fines. Estos instrumentos y medios deben ser suficientes, potentes (capacidad de atacar el problema y sortear obstáculos), eficientes (conseguir las metas propuestas) y eficaces o idóneos con relación a los objetivos. Se recomienda el uso de medios que promuevan la participación de la gente. h) Establecer el tiempo y ritmo del programa. Se trata de establecer un calendario de actividades, dependiendo del carácter de los objetivos y metas, las características de la gente (nivel de organización, asimilación de cambios, etc.), el respaldo político y los intereses de agentes ajenos al programa. En el calendario debe establecerse el tiempo para cada actividad y la flexibilidad del mismo para cada caso, así como tomar en cuenta compatibilidades entre cada tarea, haciendo mención de los recursos que se disponen para cada una, a fin de que se evidencia una trayectoria armoniosa.

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3. Instrumentos metodológicos de la planificación a) Teórico-conceptuales: incluyen opciones de carácter ideológico, político y teórico, que dan el verdadero sentido a la tarea del planificador. Los supuestos antropológicos, al contemplar las acciones racionales e irracionales de los seres humanos, forman parte crucial en este rubro. b) Mecanismos político-administrativos: disposiciones legales y administrativas para poner en marcha el proyecto. En este aspecto es preciso separar entre organismos planificadores y aquéllos que toman las decisiones. c) Metodológicos: existen los que son estrictamente para la programación, como indicadores sociales, modelos dinámicos, demografía cuantitativa, proyecciones, contabilidad nacional. 4. Comenzar por organizar la mente Se trata de abirir la mente a un plano general como un punto de partida, respondiendo a diez cuestiones acerca del proyecto: naturaleza, fundamento, objetivos, metas, localización, tareas, cronograma, beneficiarios, recursos humanos y materiales. 5. Diseño para la elaboración de proyectos No existe un diseño definitivo, sino un conjunto de pautas que pueden flexibilizarse de acuerdo a las distintas características del proyecto o programa. a) Denominación del proyecto: implica poner un título explicando de qué se trata y qué organismo lo ejecuta y lo patrocina. Si forma parte de un programa, también indicarlo. b) Naturaleza del proyecto: se debe desarrollar qué tipo de proyecto se desea hacer, el porqué (fundamentos técnicos y políticos), los objetivos (principal y específicos, que pueden ser de carácter intermedio), las metas y la localización. Esta última se da a nivel macro dentro de un área geográfica; y un nivel micro, donde se indica el lugar específico. c) Determinación de las actividades y tareas a realizar: mencionarlas y ordenarlas de acuerdo al cronograma de trabajo, además de sugerirse los recursos a usar en cada una. d) Metodología y técnicas a utilizar: explicarla bien y en el caso de la animación sociocultural, describir de qué forma facilita la participación de la gente. e) Determinación de plazos o calendario: se suele usar el diagrama de avance o de Gantt, pero dada su sencillez, pueden aplicarse gráficos más complejos como matrices o redes. f) Determinación de los recursos: implica subrayar materiales, técnicos, financieros y humanos. En el caso de los últimos, precisar el grado de cualificación requerido o si es necesaria una capacitación adicional. Con los financieros, señalar todos los aspectos posibles para que pueda haber una constante revisión y nivelación de gastos e ingresos. g) Elaboración del presupuesto: Los costos deben ser desagregados y en lo posible, asignar un monto determinado para cada actividad. Los costos pueden ser clasificados como directos o indirectos (complementarios al proyecto); también como fijos (no varían en el corto plazo), variables, de capital (inversión) o corrientes. 6. Guía para programar actividades Esta guía se da cuando la situación no requiere de la existencia de un proyecto, pero que de todas formas demanda una programación de actividades. Puede elaborarse de distintos modos, pero siempre sujeta a futuros ajustes. 7. Decisión racional y acción racional Entendiendo racionalidad como la aplicación de los principios de coherencia a los datos que nos proporciona la experiencia, no podemos dar por hecho que la toma de una decisión racional

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derive necesariamente en una acción racional. Ello implica que un plan, por más bien hecho que esté, no se traducirá en una ejecución asegurada, sencillamente porque al producirse la acción aparecen elementos imprediscibles. La eficiencia creativa viene representada por una serie de cualidades que valen para integrar la acción y la decisión racional: habilidad para percibir y tratar problemas, flexibilidad, fluencia (aprovechamiento de emergentes), capacidad de análisis y de síntesis. En todo caso, se trata de hallar una respuesta viable e inédita, considerando que ninguna situación es repetible. La creatividad es una manera de usar un conocimiento y aplicarlo para obtener un resultado.

PARTE II LA PRÁCTICA DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Una vez superadas las etapas de diagnóstico y programación, entramos de lleno a la ejecución. Acá, más importante que lo que se hace, es cómo se hace, es decir, la actitud con que se llevan a cabo las actividades. No se trata tanto de llevar la cultura al pueblo como objetivo substancial, sino descubrir y desarrollar formas prácticas que faciliten a los sectores populares la forma de apropiarse y elaborar un saber instrumental que les permita expresar, estructurar y dinamizar sus experiencias. En la animación sociocultural, se pretende encontrar formas que animen a los ciudadanos a participar en actividades culturales y sociales. CAPÍTULO 3: ASPECTOS O MOMENTOS DE LAS TAREAS DE ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Son cuatro los momentos principales en las tareas de animación sociocultural, los cuales no son lineales ni siguen una secuencia lógica; pueden ser simultáneos y forman parte de un proceso. 1. Fase de sensibilidad/motivación, para crear un clima de interés Todo parte del hecho que en sociedades como la peruana, gran parte de la población se siente ajena a la cultura, la cual es percibida como algo deshechable o en el mejor de los casos, como un adorno en tiempos de ocio. La animación no tiene como fin servir de puente entre el mundo de la cultura y la inmensa mayoría sumida en la cotidianidad, sino que lo cultural se exprese como preocupación en la rutina diaria y configure un estilo de pensar, ser y actuar más humanizado. La animación debe buscar entonces desatar ese deseo sincero de todo ser humano de ser útil a la sociedad. La primera fase consiste entonces en crear una valoración positiva de lo cultural y poner fin a la apatía, enseñando a la gente que es crucial vivir en sociedad y que ello requiere acciones solidarias para poder situarse en el mundo. Para que esta fase se concrete, es necesario que la gente se informe de la realidad en la que vive, luego se sitúe comprendiendo su entorno y finalmente tome posición dentro de esa realidad. Se trata de conocer para poder transformar la realidad, pasando de una vida pasiva a una asumida. Sin embargo, para que esta acción tenga efecto, se debe conectar a la gente con sus necesidades reales, intereses espontáneos y las acciones posibles teniendo en cuenta su conciencia real. De no existir esta conexión, la gente objetivo puede percibir la sensibilización como una invasión cultural, con efectos totalmente perjudiciales. Igualmente, cualquier animación cultural debe estar ligada a lo social, sin prescindir de las necesidades y aspiraciones ligadas estrechamente a la situación socioeconómica del grupo objetivo. 2. Detección de las minorías activas o grupos de incidencia Estas minorías son importantes porque inciden significativamente en los procesos y en la vida social y cultural de un sector social. Una vez detectados se debe tomar contacto con ellos, ya sea mediante entrevistas, convocatorias abiertas o recurriendo a un fichero institucional. Las propuestas a presentar deben ser flexibles y negociadas como un borrador, puesto que debe evitarse que esta gente perciba al animador como un manipulador.

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3. Capacitación de animadores voluntarios Detectados los grupos de incidencia, debe procederse a formar a aquellos que desean ser animadores voluntarios, a aquellos capaces de movilizar a los sectores no activos en la vida comunitaria. La capacitación técnica implica proporcionar instrumentos necesarios para cumplir su función de promoción de la participación, aunque también estos animadores deben disponer de cierto acervo cultural que les permita tratar con solvencia algunas situaciones que requieran mayor conocimiento de causa. En cuanto a las técnicas instrumentales, éstas tienen como fin favorecer una una actividad sociocultural autónoma, acorde con sus necesidades concretas; éstas pueden ser técnicas de trabajo en grupo, comunicación social, estudio y conocimiento de la realidad, comnunicación oral y organización y administración. A ello debe añadirse el ya mencionado acervo, una sensibilidad que le permita captar los problemas que bullen en cada momento histórico, con información seria en mente. No es necesario que sea un erudito, sino que tenga criterios para interpretar la sociedad en la que vive y pueda así desempeñar la vocación de libertad, factor vital en el desarrollo de la animación sociocultural. 4. Promover la organización y la puesta en marcha de actividades socioculturales con la participación de la gente Al emprender la tarea de promover, organizar y desarrollar estas actividades, hay que tomar en cuenta los siguientes aspectos: Contacto directo con la realidad en la que se trabajará. Necesidad de articular los programas con las organizaciones de base, porque de esta manera se promoverá la participación directa de la población objetivo, considerando sus intereses particulares. Elaborar propuestas específicas para cada situación y no estandarizadas. No superponer proyectos y considerar que existen otras organizaciones que trabajan en lo mismo; se perdería además una oportunidad de complementación. Debe meditarse en transferir gradualmente el programa a las organizaciones de base, de forma que la participación popular ya avance por sí misma. A ello se añade la transferencia de conocimientos técnicos, porque a largo plazo se busca la desaparición del animador con la dinamización total de la gente. Al final, lo que se desea es que la gente se involucre más en las organizaciones existentes, o en todo caso que se creen otras, aunque muchas veces estas metas fracasen. En suma, la participación que se pretende es aquélla en la que el individuo intervenga directamente en el proceso de decisiones dentro de sus propias organizaciones, abriendo a su vez más espacios de participación y nuevos canales de expresión de los sectores populares. Por otra parte, los animadores pueden seguir prestando servicios en determinados servicios o asumir un rol protagónico como portavoces de los sectores populares, aunque en este caso debe ser sólo una actitud temporal. Finalmente, es preciso señalar algunas cuestiones relativas a la participación: Es un objetivo estratégico, que sucede a un camino por el cual una persona se transforma de espectador a actor. La plena participación debe ser el objetivo final, promoviendo iniciativas populares y fomentando el surgimiento y consolidación de organizaciones autónomas. Debe tomarse en cuenta que las organizaciones pueden dinamizarse o estancarse, dependiendo de factores externos o internos. A veces las organizaciones de base no representan los intereses del pueblo, algo que debe ser notificado a las mismas por los animadores. En conclusión, la animación, mediante el estímulo de la creatividad, tiene como fin desatar todo ese potencial de participación y expresión de la gente respecto a su visión del mundo. Participación y rol protagónico son los pilares de la animación sociocultural, para la cual la neutralidad no es más que símbolo de apatía, indiferencia e insolidaridad.

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CAPÍTULO 4: PROBLEMAS OPERATIVOS DE LA PRÁCTICA DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Siempre deben solucionarse cuestiones prácticas dentro de la metodología de la animación. Se consideran normalmente que hay seis problemas principales. 1. Las personas implicadas Es el componente más importante y se diferencia entre los destinatarios y los animadores, pero ya hemos visto que dicha disparidad debe tender a desaparecer con la transferencia de tareas. a) Los destinatarios: son quienes no están animados social ni culturalmente, pero es un sector muy complejo y variado, lo que requiere accciones y tratamiento diferenciados de acuerdo a sus necesidades. De allí la necesidad de informarse y conocer la realidad de los destinatarios, en temas como edad, género, condición socio-económica, religión, posición política, estudios, intereses, expectativas, grados de participación, profesión, etc. b) Responsables de la animación: junto a los animadores en sí, deben considerarse a los investigadores responsables del estudio previo y a los administradores de los recursos. Los animadores se clasifican de acuerdo a lo que privilegian, que puede ser lo estético-artístico, lo educativo, la acción social (vida asociativa) o las actividades culturales de expresión. 2. Lugares en donde se realizan las acvtividades Se trata de los equipamientos y los espacios, que dependen de la índole de la actividad, el tipo de destinatario y si éste es un grupo o una colectividad. Para su elección hay que seguir algunas pautas: Necesidad de realizar la acción en un lugar cercano de donde se desarrolla la vida de la gente, puntos clave de la vida social. Lugares que favorezcan la participación y dinamización. Que no tengan connotaciones que puedan parecer excluyentes de algún sector. En general, es preciso utilizar como espacios lugares específicos en donde sean posibles los encuentros personales y donde la cultura pueda expresarse, ya sea por acción colectiva o participación grupal. Ellos pueden ser bibliotecas, salas de teatro/cine, museos, parques, centros culturales, monumentos, centros sociales, colegios, etc. La elección ya dependerá del equipamiento y de la adaptación del lugar a lo que se quiere hacer. Por ello, debe encontrarse un sitio que pueda acondicionarse para múltiples usos y donde puedan integrarse distintos equipamientos, a los que siempre hay que darles vida. 3. Cuándo realizar las actividades A pesar que no se trata de excluir trabajo de cultura, es preferible, a fin de favorecer la participación, realizar las actividades en el tiempo libre de la gente. Naturalmente, debe encontrarse el momento adecuado en el cual se llegue a todos los destinatarios y ello implica elegir entre eventos que duren una o más jornadas, días sucesivos, un fin de semana o un tiempo de vacaciones. 4. Las actividades específicas (siguiente capítulo) 5. Métodos y técnicas a utilizar Para los procedimientos pueden destacarse una serie de técnicas, las mismas que no son excluyentes y pueden usarse de forma combinada: a) Técnicas grupales: Éstas pueden ser de iniciación (creación de condiciones para que el grupo exista como tal), cohesión (consolidar y mantener la fuerza integradora), producción grupal (facilitan las tareas y el debate grupal) y medición (dan a conocer las características de la interacción grupal y su funcionamiento).

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b) Técnicas de información-comunicación: pueden ser orales mediante charlas discursos o conferencias; exposiciones (con muestras visuales); y sociales, cuando la información se da gráficamente en un texto escrito, aunque puede ser también una grabación o elementos audiovisuales. c) Técnicas para la realización de espectáculos artísticos: En este caso deben preverse que la actividad esté vinculada a la vida colectiva del destinatario, a fin de reafirmar su memoria histórica y sensibilizarlo con relación a sus problemas y necesidades. De allí la importancia de definir el objetivo de la actividad y a partir de este punto, elegir el lugar adecuado. A continuación sobreviene todo el aspecto técnico del espectáculo o guión (tema, elenco, equipo técnico y directivo, recursos, género, tiempo, fecha, etc.). Finalmente, llegamos al montaje, en el que se incluye la conformación del libro de dirección con toda la planificación y diseño del espectáculo, las sesiones de trabajo con los técnicos, los ensayos, la inclusión de elementos complementarios (escenografía, vestuario, música), que también deben ser probados. Por último, la presentación de la obra. d) Técnicas para realizar actividades lúdicas: Estrictamente, cuando estas técnicas se utilizan dentro de programas de animación, deben reunir una condición formativa, participativa y festiva. Como siempre, deben tomarse en cuenta los intereses de la gente, el desarrollo de la expresión y comunicación en un contexto de vida grupal para alentar el desarrollo personal. 6. Los medios o instrumentos técnicos Una vez más, para la elección del utilaje deben considerarse todos los aspectos de la realidad donde se efectuará la animación y las características de la misma. La gama de medios es enorme, pero se puede clasificar en elementos gráficos, visuales, orales y audio-visuales. Más allá de ello, el animador debe tomar en cuenta los problemas técnicos, es decir, saber manejar correctamente los equipos para no ser absorvido por esta cuestión; y los problemas económicos (rentabilidad). Finalmente, lo técnico nunca debe convertirse en un fin y siempre ser un complemento y auxilio para el animador, sin olvidar que en su trabajo hay una instancia humana que ninguna tecnología puede reemplazar.

CAPÍTULO 5: ACTIVIDADES ESPECÍFICAS PARA REALIZAR ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Debe quedar claro que todas las actividades a mencionar pueden ser o no animación, dependiendo de cómo se realicen. 1. Actividades de formación En la actualidad se vive en un mundo de explosión informativa que ha disminuido la importancia relativa del sistema escolar. Empero, estos nuevos canales no brindan siempre la información necesaria y muchas veces tienden a deformar. Incluso, en la educación formal predomina la pedagogía de la respuesta, que se centra en cuestiones que quizá nadie se pregunta y que no ayudan mucho a entender la realidad. La animación considera entonces la pedagogía de la pregunta, a fin de que los educandos tengan respuesta a sus problemas, y asimismo, tiene como fin que la gente esté motivcada a aprender permanentemente dentro de un contexto globalizado con tantos cambios como lo es el actual. En cuanto a las actividades de formación, debe tenerse en cuenta las modalidades (talleres, cursos, conferencias, debates, círculos, etc.); los temas, que son muy amplios y dependen exclusivamente de los destinatarios; y la pedagogía a utilizar. En este último punto, de lo que se trata es de favorecer la participación, el sentido crítico, la reflexión y el diálogo a lo largo de toda la actividad, la cual a su vez debe ser alegre y animada. Así, no sólo se tratra de brindar conocimientos, sino de fomentar la duda respecto a los mismos y así, patrocinar la opinión de cada participante, quien podrá profundizar mejor el tema frente a su realidad vivencial. En suma, se buscará modificar las condiciones concretas de existencia, ayudar a la formación de la conciencia social y estimular la acción solidaria y participativa.

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2. Actividades de difusión cultural Cuando la difusión cultural se enmarca con un programa de animación sociocultural, ya no sólo se trata de dar a conocer el patrimonio y acervo cultural de un pueblo, sino también de transformarlo en cultura actual que inspira el quehacer en la actualidad para la resolución de problemas. Así, además de enseñar a la gente a apreciar lo pasado y tradicional, se le enseña a afirmar la propia identidad cultural. El elemento más importante dentro de estas actividades es el Museo. Más que ser un centro de acopio de patrimonio histórico y cultural, debe ser convertido en centro dinámico de vida cultural, trayendo a la vida el pasado para concientizar a la gente en el presente, inspirando a la acción y la reflexión. Es elemento de contacto con las raíces culturales, y por tanto, elemento vital para la adquisición de conciencia cultural y memoria histórica. Puede deducirse entonces que en un Museo pueden realizarse las siguientes actividades como foco de animación Enseñar a ver la obra artística iniciando a la gente en el análisis y comprensión de obras, ya sean con visitas guiadas (pero interactuadas) o exposiciones didácticas. Exposiciones circulantes con reproducciones y obras originales. Desarrollo de actividades lúdicas y artísticas para niños y jóvenes en torno a determinadas secciones del Museo. Una vez más puntualizamos para que estas actividades de difusión sean de animación, debe fomentarse la participación, el diálogo y la incoroporación a la vida y práctica cotidiana; contextualizar el pasado para que sirva de inspiración a la mayor cantidad de gente posible. Tampoco hay que descuidar la transmisión de la cultura viva del presente que prefigura el futuro, por más que sea muy complicado encontrarla por hallarse en tantos ámbitos de la vida, y enmarcarla para presentarla a los destinatarios. 3. Actividades de expresión artística no profesional El arte no debe ser visto como un privilegio o lujo, sino como una forma de expresión de ideas y sentimientos a la que todos tienen derecho y que inconscientemente se desea, por lo que es preciso estimular. Más que difundir cultura, se trata de desarrollar la sensibilidad y habilidad de comunicación y expresión artística de la gente; es decir, su participación en la acción cultural a partir de la realización por ellos mismos de actividades artísticas no profesionales (un tema que anteriormente fueron subestimadas). Empero, se requiere de algunas formas de estímulo: Programas de enseñanza artística para cultivar cualidades artísticas según la aptitud de cada persona. Crear ámbitos que posibiliten el desarrollo de estas actividades. Conceder subvenciones para fomentar iniciativas para artistas aficionados. Concursos públicos de diversas ramas del arte. Organización de grupos corales, musicales o teatrales. Decoración de establecimientos, con pintura y murales, registrando todo lo que tiene significado en la vida de una comunidad. Organización de jornadas culturales para promover la participación artística. Con todo, el objetivo de la animación sociocultural en este aspecto es que cada uno exprese sus propias interpretaciones, valores, intereses y concepciones acerca de la vida, liberándose de la cultura impuesta y mediatizada. Estas actividades constituyen la manifestación colectiva de las condiciones de existencia de un grupo y su forma de ver la realidad. Es la libertad plena lo que importa, la posibilidad de que cada persona pueda desarrollar su capacidad creativa, y no con la mera intención de formar artistas, sino de encontrar soluciones a algún problema o inventar algo que no existía. Veamos a continuación algunas consideraciones sobre el significado de ciertas actividades artísticas no profesionales. a) La expresión corporal. Sirve de base para otras manifestaciones y quizás sea la más necesaria como forma de entrenamiento de animadores, porque tiene como fin romper con la rigidez y favorecer la flexibilidad, tan demandada en una época de continuos cambios. La expresión corporal ofrece un camino hacia el encuentro de uno mismo comunicando ideas, sentimientos,

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emociones y muchas cosas más por medio del movimiento y la quietud. Uno toma conciencia vivencial del propio cuerpo, y a aprtir de ello, de uno mismo, logrando un equilibrio psicoemocional. Con ello, la persona se transforma en alguien capaz de dar ganas de vivir, llegando a ser un poeta corporal que es a la vez fuente de inspiración, instrumento e instrumentista. b) Artesanía. Forma muy natural de expresarse, puede distinguirse entre artesanía popular (transmitida de generación en generación), artística (acervo folclórico), utilitaria (artículos de necesidad pero con características especiales) y de servicios (sólo satisface determinadas necesidades). Pero para que pueda calificarse una actividad de artesanal, ésta debe tener carácter manual y cierto nivel estético. Dentro de la política cultural, la promoción de las actividades artesanales puede cumplir una serie de funciones: Rescatar la continuidad de prácticas casi desaparecidas y de este modo, revitalizar la memoria colectiva y asegurar la transmisión de esta creatividad, considerando que dichas pautas culturales definen el estilo de una comunidad. Organizar cursos de formación de oficio artesanal para asegurar la supervivencia del arte, lo que podría dañar la identidad cultural del pueblo en cuestión, el cual estaría en peligro de ser devorado por la revolución industrial y tecnológica. Promover la demanda de productos artesanales mediante la organización de mercados, campañas, concesión de premios, etc. (puede valer de ingreso complementario). Apoyar los gremios de artesanos para su mejor y eficiente desarrollo. c) Música. La música puede tener muchas acepciones, pero lo importante es que educa y gratifica simultáneamente, y cuando es adecuada a las circunstancias individuales o colectivas, contribuye a potenciar las capacidades intelectuales y sensibles, siendo fuente de energía y bienestar, medio de expresión de emociones, de la identidad cultural, de lucha. d) Teatro. Para la animación sociocultural, el teatro tiene una función individual al ayudar a las personas a, mejorar su expresión oral, desarrollar la personalidad y superar temores. En lo colectivo, es medio de sensibilización cultural y de encuentro. Para la animación, quizás se trate de retornar a los días del nacimiento del teatro, cuando era pueblo cantando al aire libre y participando directamente, antes que las clases dominantes establecieran la separación entre el que actúa y el que mira. El teatro popular, entonces, tiene como fin la participación de todos para hallar causas y soluciones a sus problemas, y aumentar el conocimiento del pueblo sobre su propia cultura. Se busca la crítica social, el desmontaje de mecanismos de dominación sociocultural, la movilizaciñon y la concientización. e) Arte producido por medio de computadoras. Éste es un arte relativamente novedoso, pero que ya puede considerarse como tal y ser utilizado dentro de la animación sociocultural, siempre que lo técnico no se convierta en fetichismo. Por otra parte, es tiempo que se rompa ese paradigma que ve una contraposición entre las humanidades y lo tecnológico, porque ambos pueden complementarse y en cierto modo, dependen el uno del otro. Si bien la creación digital no puede reemplazar la presencia creativa del artista, sí puede valer para fortalecer el segundo punto. 4. Actividades lúdicas: recreación, juegos, esparcimiento, fiestas y deportes El juego, lo lúdico, forma parte substancial del comportamiento cultural y no debe ser considerado antítesis de lo serio; incluso es más viejo y general que la cultura. El juego es una actividad libre, no forzosa, que se desarrolla dentro de sí misma con reglas especiales que lo convierten en un mundo aparte, y en él se da un elemento de tensión que pone a prueba las facultades de quien participa. Si tomamos ejemplos de todo el mundo, gran parte de juegos están cargados de plena significación cultural y constituyen parte del carácter de un pueblo, elemento indispensable dentro de la vida cultural. Y precisamente por su carácter alegre, generalmente es uno de los preferidos por la animación. Debe recordarse que el humor, siempre al lado de lo lúdico, es una necesidad humana a partir del cual se expresa la situación trágicomica de la vida, de las formalidades y solemnidades de la sociedad. Por otro lado, en la actualidad existe mucha manipulación de lo lúdico por parte de las autoridades para hacer

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olvidar al pueblo aspectos primordiales de su existir, pero no por ello se ha alejado de su dimensión cultural. Lo lúdico es buscar la aventura de lo imprevisible para escapar un momento de la rutina, y puede expresasre de distintos modos. a) Las fiestas populares. Desde la animación, las fiestas constituyen un espacio para que las personas se encuentren y dialoguen y reflexionen sobre su realidad; además, es la oportunidad de participar en eventos artísticos o cosas parecidas. Las fiestas populares pueden variar según el ámbito territorial, pero en todas se recuerda un acontecimiento colectivo y a través de ella se expresan tradiciones seculares y religiosas, y las personas asumen como experiencia propia hechos acaecidos mucho tiempo atrás. El problema radica que en la actualidad estas fiestas han sido reemplazadas por el espectáculo y han adquirido connotaciones turísticas y comerciales con fines más económicos que culturales (esto se da más a nivel urbano, donde lo privado prima sobre la colectividad). De allí que la animación sociocultural en ellas podría terminar beneficiando a los entes que quieren sacar sus pingües ganancias, en vez de fortalecer la identidad cultural. Por ello, es imprescindible la organización de la comunidad (en especial cuando el ámbito geográfico es mayor) para impedir esta “invasión comercial”. El animador, entonces, debe intervenir sólo cuando la fiesta sea una forma de integración y una forma de afirmación de la propia identidad. Y la animación debe realizarse como un modo alternativo a la fiesta estandarizada. b) El juego. La animación sociocultural debe intervenir con una oferta diferenciada de juegos, tomando en cuenta las diversas características de los destinatarios (en especial sexo y edad). Los objetivos y criterios son también importantes para la elección de los juegos, que pueden clasificarse en corporales, deportivos, musicales, de azar, verbales, plásticos, dramáticos y de iniciación a la ciencia (mecánica, zoología, botánica, matemáticas, computación, etc.). c) Recreación y esparcimiento. Son actividades necesarias para la salud física y mental, pero hay que diferenciar entre la pasiva y alienante, y aquélla en la que se emplea activamente el tiempo libre para ampliar el desarrollo personal. Las actividades recreacionales pueden incluir fiestas, juegos o deportes, y deben estar adaptadas a las características de los usuarios. Como algo estrictamente de esparcimiento, se recomienda el contacto con la naturaleza (campamentos, camping), ámbito educativo por excelencia al permitir desarrollar las capacidades atrofiadas por la vida urbana, beneficiando la realización personal y colectiva de muchas formas, sobre todo en el campo de la mística y el entedimiento ecológico. Esto último es substancial en tiempos que peligra el medio ambiente, de forma que la persona se identifica con los componentes extrahumanos del entorno. Finalmente, debe tomarse en cuenta el turismo, actividad cada vez más creciente, como fondo para introducir la animación sociocultural. d) Actividades deportivas. El deporte, como las fiestas, ha sufrido los perjuicios de la modernidad. El apoyo al deporte se convierte en apoyar el exitismo a toda costa. Ello lo alienta la prensa, a lo que se suma la tecnología que deshumaniza el deporte convirtiendo casi en máquinas a los deportistas y acentuando la separación entre éstos y los espectadores (no descontando la violencia de las barras). La politización y la comercialización son otros puntos negativos para el deporte. Por ello, la animación sociocultural sólo debe intervenir en las actividades deportivas cuando éstas son para un mejor empleo del tiempo libre, para mejorar las condiciones físicas y psíquicas de quienes lo practican, para estimular el sentido de la solidaridad y como prevención de problemas de salud, conducta y psíquicos. Para terminar, es preciso hacer hincapié en el hecho que el deporte ayuda a los niños y jóvenes a integrarse, alejarse de vicios y a aprender a través de la acción; a los mayores, les sirve para la salud y como terapia. Empero, es preciso mantener el cuerpo en buena salud para alcanzar la armonía con la mente, atacando los problemas de salud y hallando el equilibrio psicológico, elavando la capacidad de trabajo físico e intelectual, creando una mejor disposición con ánimo alegre y comunicativo, y ayudando a la formación de la voluntad y el carácter.

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5. Actividades sociales Con estas actividades se busca sacar del aislamiento a la persona, establecer formas de convivencia, promover lugares de encuentro en los que puedan discutirse y emprenderse tareas de mayor aliento, y fomentar la participación ciudadana. Estas actividades generalmente se asocian a las lúdicas, pero lo importante acá es su contribución al fortalecimiento de la sociedad civil, campo propio (pero no exclusivo) de la actividad y creatividad cultural al expresar los dinamismos sociales que nacen de la ciudadanía. Así, potenciar la consolidación de organizaciones como clubes, sociedades de fomento, juntas vecinales u otras asociaciones, representa un paso básico hacia la democracia cultural. Lo trascendental es crear condiciones para que cada persona se asuma como sujeto que hace la historia dentro del entorno donde trasncurre su cotidianidad. Así, el asociacionismo formal es una fuente para ello, sin desdeñar las relaciones informales de amistad y parentesco, que constituyen un accesorio indispensable para las anteriores. Pero las dos razones de ser de este asociacionismo son: Participar en la organización para satisfacer necesidades importantes. Buscar una sociacibilidad perdida o casi perdida, especialmente en las deshumanizadas grandes urbes, en donde incluso el estar a la defensiva se ha vuelto la norma.

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