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LA MUJER ESPAÑOLA EN EL COMERCIO COLONAIL DEL SIGLO XVIII. LAS 4 CARGADORAS A INDIAS PORTUENSES EN EL CATASTRO DE ENSENADA (1.752). THE SPANISH WOMAN IN AMERICAN COMMERCE IN 18 th CENTURY. THE 4 FEMALE CARGADORES A INDIAS FROM EL PUERTO PRESENT IN THE CATASTRO OF ENSENADA (1752) Miguel Ángel Díaz Carlier *. Universidad de Sevilla.
RESUMEN La participación de la mujer en la Carrera de Indias no se circunscribió solo a acompañar a sus maridos al Nuevo Mundo. Muchas de ellas participaron activamente, con mayor o menor suerte, en el comercio transoceánico. La presencia de 4 Cargadoras a Indias en el Catastro de Ensenada de El Puerto de Santa María es buena prueba de ello. PALABRAS CLAVE Comercio colonial, siglo XVIII, El Puerto de Sana María, Mujeres, Cargadores a Indias. Women's participation in the CarreraABSTRACT de Indias was not limited only to accompanying accompanying their husbands to the New World. Many of them actively participated, with more or less luck, in the transoceanic trade. The presence of 4 Cargadoras a Indias in the Ensenada Catastro of El Puerto de Santa María is good proof of this.
KEYWORDS Colonial trade, 18 Century, El Puerto de Santa María, Women, Cargadrores a Indias. th
1. INTRODUCCIÓN. 1.1.
El Puerto de Santa María y América.
A menudo suele olvidarse que las ciudades más próximas a Sevilla y Cádiz, centros neurálgicos del comercio con las Indias, jugaron un papel decisivo en el mismo. En el marco de la Bahía de Cádiz, localidades como El Puerto de Santa María – escenario del presente estudio-, Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda tuvieron un especial protagonismo, sin olvidar por ello al resto de municipios1. La relevancia de El Puerto de Santa María viene marcada, indudablemente, por su estratégica localización geográfica2. Situada en la desembocadura del río Guadalete, * 1
[email protected] Cabe mencionar la Isla
de León, actual San Fernando, esencial centro de construcción naval en el contexto de la nueva política naval de los Borbones.
que vierte sus aguas en la Bahía de Cádiz, supo aprovechar desde mediados del siglo XVII su cercanía con Cádiz – «al «al Mediodía en distancia de dos leguas de mar» 3-, para transportar en una y otra dirección directamente por mar, en lugar de tener que rodear la bahía por tierra, los productos destinados al comercio. En consecuencia, se erigió como lugar de paso tanto para los productos que se embarcaban en Cádiz con destino a América como para los que llegaban a la misma, procedentes de la Nuevo Mundo o del resto de Europa, y que debían llevarse al resto de la península, especialmente a Jerez de la Frontera4. Además, hay que tener en cuenta que la ciudad se benefició de múltiples privilegios como la participación en el Tercio de Frutos, la iintroducción ntroducción de géneros por el sistema de generalas y la l a exención de las alcabalas de frutos 5. En consecuencia, El Puerto fue convirtiéndose paulatinamente en la base de operaciones de numerosos hombres de negocios – españoles españoles y extranjeros- interesados en participar en el comercio con el Nuevo Mundo. Buena prueba de ello son las más de cuarenta casas comerciales radicadas en la ciudad en la ciudad en la primera mitad del siglo XVIII 6. La continuada presencia de esta élite mercantil derivó, en el aspecto urbanístico, en la construcción de numerosas casas-palacio conocida como La ciudad de los los Cien Palacios. que hace que, hoy día, El Puerto sea Así, llegados a mediados de siglo, ¿qué nos puede decir el Catastro de Ensenada acerca del comercio americano en El Puerto de Santa María? Antes que nada, hemos de reseñar que en las Respuestas Generales se nos informa que la ciudad tenía unos 3.700 vecinos 7, cifra a la que si le aplicamos el índice de reconversión normalmente aceptado para estos años -4’5- nos da 16.650 habitantes8. Juan José Iglesias Rodríguez, en su Una ciudad mercantil en el siglo XVIII: El Puerto de Santa María, calculó, en base a las Respuestas Generales de dicha ciudad, una población activa de 4.966 personas con una renta global de 7.416.456 reales de vellón9. Con estos datos en la mano, yéndonos a la Respuesta 31ª., se nos informa que en esos momentos había en El Puerto 24 Cargadores a Indias y 40 Navegantes a Indias con unas ganancias anuales de 1.002.000 y 476.000 reales de vellón, rrespectivamente espectivamente10.
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Este hecho también la benefició en el ámbito militar, convirtiéndose en los siglos XVI y XVII en invernadero de las galeras reales y sede de la Capitanía General del Mar Océano. 3 M. PACHECO ALBALATE y E. PÉREZ FERNÁNDEZ (1997), 11. 4 JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1991), 271-272. 5 JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1991), 261; JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1993), 321-323. 6 JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1991), 368-375; JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1993), (1993) , 325-326. 7 (A)rchivo (G)eneral de (S)imancas, Dirección General de Rentas, 1ª. remesa, Libro 562, fol. 939r. 8 9 JJ. JJ.
IGLESIAS IGLESIAS RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ (1991), (1991), 51; 683.JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1992), 29. 10 AGS, Dirección General de Rentas, 1ª. remesa, Lib. 562, fols. 964v-965r.
Numéricamente, 64 personas dedicadas al tráfico colonial -el 1’29% del total de la población activa- nos puede parecer poco; pero ateniéndonos a las ganancias, 1.478.000 reales de vellón, representan el 19’2% de las ga nancias totales. A esto hay que añadir que el Catastro consigna, además, a 4 personas que poseían navíos que utilizaban utilizaban para el tráfico a Indias -Juan Arnauz tenía el Tetis, de 481 toneladas; Guillermo Paule el Amable María, de 253 toneladas; Francisco Haedo, Navegante a Indias, el Esperanza, de 209 toneladas; y Jacinto de Barrios y San Juan, Cargador a Indias, poseía las cinco octavas partes de Oriente, de 467 toneladas 11- y que 12 les rendían un total de 448.448 reales de vellón . Centrándonos en la figura del Cargador a Indias, entre los 24 individuos encontramos a varios miembros de las familias más importantes en el siglo XVIII portuense: se encuentran los hermanos Diego y Clara María de Vizarrón y Polo, los también hermanos y parientes de los anteriores Bernardino María y Juan José de Vizarrón y Valdivieso, al Marqués de Villarreal y Purullena, a Jacinto de Barrios y San Juan, a Domingo López Carvajal – qquien uien posteriormente le sería concedido el título de Marqués de Atalaya Bermeja y fundaría la población gaditana de Algar-, a los hermanos Francisca Clemencia y Francisco Vicente de Winthuysen asociados a Bernardo de Voss, fundadores de una casa comercial, etc.13, y a los religiosos r eligiosos Lorenzo de Ceiza y a Nicolás 14 Ambrosio Quijada . Como se habrá podido entrever, he citado a 2 mujeres como Cargadoras a Indias. Mas no son las únicas que aparecen registradas en el Catastro ni, por asomo, las que a lo largo del siglo XVIII se dedicaron a comerciar con América.
1.2.
La situación legal de la mujer con respecto al comercio americano.
En este aspecto, hay que tener en cuenta varios condicionantes. En lo referente a la posibilidad a viajar a las Indias, las mujeres solo podían hacerlo en casos muy concretos: si eran solteras, solo podían pasar con licencia del rey; y si estaban casadas, solo si iban en compañía de sus maridos o si éstos las llamaban para que fueran15. Para el siglo XVIII, de hecho, solo he encontrado a 13 mujeres naturales y/o vecinas de El Puerto que iban a América a vivir con sus maridos, quienes ya las esperaban allí; a 1 que iba a reunirse con sus padres; y a otra que iba a encontrarse con su hermano.
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(A)rchivo (M)unicipal de (E)l (P)uerto de (S)anta (M)aría, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal ,, Tomo I, leg. 388, fols. 397-401r. 12 AGS, Dirección General de Rentas, 1ª. remesa, Lib. 562, fol. 993r. 13 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal, Tomo I, leg. 388, fols. 140r-150r. 14 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Índice de las clases que comprende el Libro de Industrial 10r-11r. perteneciente a eclesiásticos de la ciudad y gran Puerto de Santa María, Tomo I, leg. 388, fols. 15 Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, Lib. IX, Tít. XXVI, Leyes XXIV-XXVII.
Sin embargo, desde un punto de vista puramente mercantil, a pesar de las restricciones que podían encontrar en otras profesiones 16 y que, en caso de estar casadas, debían de contar con licencia del marido para firmar contratos 17, en absoluto tenían vedada su participación en los negocios indianos, aunque si bien había ciertos aspectos en los que no podían participar – como como revisar las mercancías de los navíos, la asistencia a subastas o a juntas de acreedores, etc.- que bien podían delegar en un hombre18. Por tanto, a pesar de las limitaciones y condicionantes, en ningún modo la mujer española tenía vedada el ejercicio mercantil con las Indias.
2. NUESTRAS PROTAGONISTAS. Como dije antes, Clara María de Vizarrón y Francisca Clemencia de Winthuysen – ccon on unas ganancias anuales de 50.000 reales cada una19- no son las únicas Cargadoras a Indias que aparecen en el Catastro: junto a ellas se encuentran María Fernández Calderón y Catalina Díaz de Redona, con unos beneficios anuales estimados en 10.000 y 6.000 reales, respectivamente20. Así pues, tomando sus ganancias en conjunto, 116.000 reales, vemos que representan el 11’58% del total asignado para los Cargadores en las Respuestas
Generales. Una cifra, en verdad, nada despreciable.
Pero, ni que decir tiene, que nuestras protagonistas no fueron las únicas mujeres, naturales y/o avecindadas en El Puerto, que participaron del tráfico a Indias: Baptistina Gallo – madre madre de Francisca Clemencia-, Leonor María de Vizarrón, Ana Valois, Isabel Geraldino, Ana Josefa Lincoln, María Bousemart Perry, Clara Boneo y Ángela Bretón, entre otras, dan buena prueba de ello 21. Para el estudio de las féminas de mi ponencia, me he centrado más en sus rasgos socioeconómicos socioeconó micos -quiénes fueron, cómo invirtieron sus fortunas, etc.- que en el ejercicio de su profesión. A fin de llevar a buen puerto este cometido, aparte del trabajo meramente bibliográfico, he buceado en los diversos libros del Catastro del Archivo Municipal de El Puerto de Santa María y, cuando la información que me aportaban eran insuficiente, he acudido a los protocolos notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz. 16 Por
ejemplo, las solteras y casadas no podían pesar ni cortar la carne y el pescado en las carnicerías y pescaderías - Nov. Rec., Lib. III, Tít. XVII, Ley II-; debían con 40 años o más para poder guisar en las Nov. Rec. , Lib. III, Tít. XVII, Ley XIII-; no podían ejercer de boticarias - Nov. Rec., Lib. VIII, tabernas - Nov. Tít. XII, Ley III-; etc. 17 Si bien es cierto que podían conseguir esta licencia de manos de un juez si su marido se hallaba ausente o, incluso, el mismo marido podía ratificar todo contrato que hubiese hecho su mujer sin su consentimiento -Leyes 55, 56, 57 y 58 de Toro ( Nov. Rec., Lib. X, tít. I)-. 18 M. GAMERO ROJAS (2014), 199. 19 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal , Tomo I, leg. 388, fols. 140r-141r y 143v-144v. 20 Íbid Íbid
.,., fols. 148r y 149. R. SÁNCHEZ GONZÁLEZ (2000, 2), 208-221.
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Como de Clara María de Vizarrón y Francisca Clemencia de Winthuysen he encontrado bastante información en el Catastro, a la par que existe una abundante bibliografía sobre ambas, les he dedicado a ambas sendos epígrafes; en cambio, a Micaela Díaz de Redona y María Fernández Calderón las he agrupado en un solo epígrafe, dado que el Catastro es parco en palabras en sus casos. En este sentido, acudiré a los testamentos que he encontrado en el Histórico Provincial.
2.1.
Clara María de Vizarrón y Polo.
Clara María de Vizarrón y Polo (El Puerto de Santa María, 3/III/1697 – El Puerto de Santa María, 7/IV/1764) nació en el seno de una familia oriunda de Navarra: los Vizarrón. Como otros tantos navarros que emigraron a El Puerto 22, los primeros Vizarrón que llegaron a la ciudad fueron los hermanos Juan – padre de nuestra protagonista-, Gregorio y León de Vizarrón y Araníbar 23, y el tío de ellos, Pablo de Vizarrón y Alzueta, a lo largo de la década de 1670 y principios de la siguiente24. Todos ellos se dedicarían con éxito al comercio con las Indias, actividad continuada por sus descendientes en el siglo XVIII y compaginada con el ejercicio del poder político en el cabildo portuense po poralalacompra div ersas regidurías y escriba escribanías nías después de la incorporación dertuense El Puerto Corona de en diversas 1729. En el caso del padre de Clara María, tras servir brevemente como soldado, pasó a dedicarse de lleno al mundo mercantil desde la década de 1680 hasta entrada de la de 1730, ya fuera como Cargador – viajando viajando en numerosas ocasiones a América-, prestamista a particulares particulares e instituciones y propietario de barcos. Además, supo invertir las ganancias generadas por el comercio en propiedades urbanas y rústicas: En la Contribución de 1705 aparece como propietario de diversas viviendas -que le reportaban unos 1.410 reales en concepto de alquiler- y de 340 aranzadas de tierra25, cuyos frutos utilizaría para sus negocios transatlánticos. Todos estos esfuerzos se vieron coronados por dos hechos de gran importancia: En 1686 sería investido con el hábito de caballero de la orden de Alcántara 26 y, en los años 1729 y 1730, su magnífica casa-palacio de la Plaza del Polvorista acogería sirvió de alojamiento de Felipe V en la doble estancia estival que hizo en la ciudad.
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J.M. GONZÁLEZ BELTRÁN (1991); JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1991), 145. Su tío materno era Juan de Araníbar Alberro, quien vivía en El Puerto y ejercía de caballerizo del Duque de Medinaceli y de regidor en la ciudad (MONGUIÓ, 1974, 773). 24 I. ARENAS y P. CASTAÑEDA (1991), 23-46. 25 AMEPSM, Papeles Antiguos, leg. 1659, Nº. 1034. 26 (A)rchivo (H)istórico (N)acional,OM-CABALLEROS_ALCANTARA,Exp.1648. (N)acional,OM-CABALLEROS_ALCANTARA,Exp.1648. A este nombramiento habría que sumársele la ejecutoria de hidalguía concedida a los Vizarrón en 1680.
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Además, de su tío Alcántara Pablo y su hermano León serían nombrados caballeros, de la orden en 1686 y igualmente de la de Calatrava en respectivamente, 1687 (AHN,OMCABALLEROS_ALCANTARA,Exp.1647; AHN,OM-CABALLEROS_CALATRAVA,Exp.2846).
En el plano personal, en 1686 contraería matrimonio con Ana Catalina Polo, hija del maestre de campo Diego Polo, con la que tendría 5 hijos de los que solo 3 llegaron a la vida adulta: Diego, Catalina Petronila27 y Clara María. Serán precisamente el primogénito y la última de sus hijas, Diego y Clara María, los que continuarían de forma conjunta con los negocios paternos, quien fallecería en 1737. Centrándonos en Clara María, aparte de colaborar con su hermano, baste reseñar que heredó de su padre el interés i nterés por el préstamo: En 1737 prestó 20.000 pesos al duque de Monteleón a un 8% de interés a satisfacer en dos años. Sin embargo, eran tantas las deudas del duque que solo pudo pagar los intereses. A tal efecto, en 1740, nuestra protagonista renovó renovó la obligación bajo bajo las mismas ccondiciones. ondiciones. En 1742, tras la incapacidad del duque para pagar lo que le debía, Clara inició un pleito para recuperar lo que era suyo. Y en 1757 lo ganaría, obteniendo lo que había invertido más los intereses acumulados de 1740 a 1757, que ascendieron a la friolera cantidad de 147.726 reales de plata28. Paralelamente, y en otro orden de cosas, en 1749 recibiría 986 pesos y un cajón que contenía varias alhajas de plata, si bien desconozco los negocios por los que 29
adquirió tan jugosa recompensa. Por su parte, su hermano Diego, ya fuera en solitario como en asociación con Clara María, participó en las flotas de 1717, 1729 y 1735, según los datos que he podido recabar 30 Cabe preguntarse ahora de qué forma repercutieron los negocios que emprendió en su patrimonio. A los referidos 170.000 reales de vellón de beneficios anuales percibidos como Cargadores que les asignan como Cargadores, de los que 50.000 le corresponderían a ella, el Libro de lo Personal e Industrial del Catastro es aún más esclarecedor dado que hace una relación de todo el personal que tenían a su servicio: 6 sirvientes y 6 sirvientas, sir vientas, 1 mayordomo, 2 pajes, 1 cocinero, 3 sirvientes de librea y 3 sirvientes de campo.31 En cuanto a las diferentes propiedades de Clara María, tanto urbanas como rústicas, el Libro de fincas de vecinos y hacendados seglares nos revela el verdadero alcance de su riqueza: Por una parte, Clara María poseía a su nombre unas casas en la Calle de San Bartolomé que le reportaban un arrendamiento anual de 900 reales32; y, por otra, tanto al suyo como al de su hermano, poseían un total de 17 casas – que que incluían casas, casas con Pablo Miguel de Vizarrón, hijo de Pablo de Vizarrón y Alzueta 28 I. ARENAS y P. CASTAÑEDA (1991), 43-44. 29 Íbid Íbid .,., 43. 30 JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1991); R. SÁNCHEZ GONZÁLEZ (2000). 31 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y 27 Contraería
, , Tomo Gran Puerto deContribuciones, Santa María, y Catastro utilidadesdedeEnsenada, lo Industrial y Personal I, leg. 388, fols. 140r-141r. 32 AMEPSM, Libro de Fincas de Vecinos y Hacendados Seglares,
leg. 362, fols. 399v-400v.
bodegas, 13 bodegas, 3 graneros y 1 molino de aceite- que les generaban 26.410 reales, 20 suertes de tierras que suman 813’25 aranzadas y que les daban unos rendimientos de 82.577 reales de vellón y 120’5 maravedís, 7 censos a su favor que les reportaban 3.594
reales y 17 maravedíes, y 1.780 cabezas de ganado lanar con 15.308 reales y 19 maravedíes de ganancias33. Por tanto, podemos comprobar con total claridad la buena marcha de los negocios de ambos hermanos, ya que a nivel patrimonial no solo conservaron la herencia de su padre sino que supieron incrementarla considerableme considerablemente. nte. En el plano personal, Clara María casó en 1729 con el hidalgo 34 y caballero de la orden de Calatrava35 de origen cántabro Francisco González de Quijano, quien probablemente también se dedicó al comercio colonial como se desprende de su testamento y del expediente como pasajero a Indias expedido en 1723 con dirección a Tierra Firme.36 De esta unión nacieron Micaela y Ana González de Quijano y Vizarrón, quien contrajeron nupcias respectivamente con Ventura Antonio Fernández de Pinedo y Velasco, II Marqués de Perales del Río, y con Miguel Andrés Panés y Pavón, IV Marqués de Villapanés37. la herederos muerte de aDiego 1762, Clara María viviría unosMaría años ymás, hasta 1768,y dejandoTras como su hijaenMicaela y a sus nietos Miguel Adelfa Panés González de Quijano38.
2.2.
Francisca Clemencia de Winthuysen y Gallo.
Francisca Clemencia de Winthuysen y Gallo (El Puerto de Santa María, 2/Mayo/1681 - El Puerto de Santa María 19/Enero/1768) sobresale por encima del de las demás por el hecho de ser una de las fundadoras de Winthuysen, de Voss y Compañía, una de las tantas casas comerciales radicadas en El Puerto. Indudablemente, Francisca Clemencia heredó el interés por el comercio de sus padres. Roberto Winthuysen, natural de Maastricht, emigró de su Flandes natal a El Puerto de Santa María, a donde pronto le seguirían sus hermanos Matías y Dionisio, sumándose a la ya nutrida comunidad portuense de flamencos 39, donde pronto revelaría su vocación mercantil dedicándose a la importación de productos textiles procedentes de diversas ciudades europeas – holandesas, holandesas, alemanas y francesas- para su posterior exportación y venta en tierras americanas40. 33 Íbid Íbid .,.,
fols. 460r-495r. Fue recibido como tal por el cabildo portuense en 1733 (AMEPSM, Papeles Antiguos, leg. 1639, Exp. 7. 35 AHN,OM-CABALLEROS_CALATRAVA,Exp.1098BIS. 36 (A)rchivo (G)eneral de (I)ndias,CONTRATACION,5473,N.1,R.155; (A)rchivo (H)istórico (P)rovincial de (C)ádiz, prot. not. de Cádiz, leg. 2404, fols. 346-351r. 37 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 671, fols. 29-32 34
38 Íbid Íbid . 39 JJ. IGLESIAS
RODRÍGUEZ (1991), 156. A. GUTIÉRREZ RUIZ (2017), 37-38.
40
En 1682 contrajo matrimonio con la portuense Baptistina Gallo, procedente de una familia de clara vocación militar. Producto de este enlace tendrían 5 hijos: Crisanto, Francisca Clemencia, Pedro José, Francisco Vicente y Juan Bautista. Revelador del éxito de sus negocios del patriarca, aportó a su matrimonio un capital de 6.000 ducados y, en el momento de testar, prometió 2.000 reales de plata a cada uno de sus hijos mayores, m ayores, Crisanto y Francisca Clemencia41. A su muerte, acaecida entre finales del siglo XVII o principios del XVIII, su mujer Baptistina se haría cargo de continuar con los negocios de su marido, revelándose como una excelente mujer de negocios que, con el discurrir de los años, aumentaría el patrimonio heredado heredado de su espo esposo. so. Como corolario a la buena marcha de los negocios familiares, la matriarca, Francisca Clemencia y sus hermanos serían recibidos como hidalgos por el cabildo en 172942. Paralelamente, Francisca Clemencia contraería matrimonio en 1705 43 con Gerónimo Hernández, teniente general y comandante de artillería de las costas y ejércitos de Andalucía, y con quien tendría 2 hijos: Francisco Javier, quien fallecería en Panamá descendencia, Gerónima Baptistina, quien a su casaríaAntonio con el flamencosin Pedro Francisco dey Voss, quienes tendrían por único hijovez a Vicente de Voss, quien sería recibido como hidalgo en 175944. Un momento decisivo para nuestra protagonista fue la muerte de su madre Baptistina, acaecida en 1732, cuya partición de bienes nos la muestra como una gran propietaria tanto de bienes inmuebles valorados en 495.071 reales como de 250 aranzadas de tierra, además de poseer 166.390 reales y 11 maravedíes en efectivo 45, siendo sus herederos a partes iguales tanto ella como su hermano Juan Bautista, que fueron a partes iguales al recibir 642.552 reales y 9 maravedís cada uno46. Será a partir de entonces cuando la carrera profesional de Francisca Clemencia cobre impulso. Por un lado, el 30 de diciembre de 1734 fundó junto a su hermano Juan Bautista, su primo Matías Fernando de Winthuysen y Porro y los hermanos flamencos Bernardo Francisco y Pedro Francisco de Voss, este último yerno de Francisca Clemencia, la ya mencionada Winthuysen, de Voss y Compañía47, casa comercial dedicada a la exportación de mercancías a América durante más de 35 años. El primer director de la compañía fue Pedro Francisco de Voss hasta 1750, sucediéndole entonces entonces su hijo Vicente Antonio 48. 41
AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 505, fol. 353r-353v. Papeles Antiguos, leg. 1639, Exp. 5. 43 A. RUIZ GUTIÉRREZ (2017), 46. 44 AMEPSM, Papeles Antiguos, leg. 1641, Exp. 2. 45 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 563, fols. 54-145 42 AMEPSM,
46 Íd Íd . 47 AHPC,
prot. not. de El Puerto, leg. 655, fols. 242-269. JJ. IGLESIAS RODRÍGUEZ (1991), 368.
48
Por el otro, junto a su hermano Francisco Vicente, destacaría como Carga Cargadora dora en las flotas de 1735 y 1757 y en los registros sueltos de 1748, en las que cargaría 7.592 palmos, 724 arrobas arrobas de vino, 818 medias piez piezas as de crudo, 573 quintales quintales de hierro, 1.043 arrobas de cera y 71 quintales de clavazón, entre otros productos.49 Además, a estos grandilocuentes datos hay que sumarle el hecho de que el 3 de noviembre de 1734 compraría la casa donde viviría muchos años, sita en la calle Manga del Gabán, por un valor de 90.933 reales de plata de a 16 cuartos cada uno, mudándose a ella con su nieto Vicente Antonio y su socio Bernardo de Voss, y a la que con los años iría mejorándola por el friolero montante de 103.971 reales de plata y 6 maravedíes50. Conociendo todos estos datos, que la fortuna de Francisca Clemencia era considerable en la época del Catastro. En el Catastro, aparece asociada con su nieto Vicente Antonio de Voss y su socio Bernardo de Voss, con unas ganancias conjuntas de 50.000 reales de vellón, teniendo a su vez un servicio doméstico nada despreciable: 6 sirvientas, 1 cocinero, 2 cocheros, 1 lacayo y 3 cajeros.51 Por su parte, Francisca Clemencia aparece como propietaria como propietaria de 5rendimiento fincas urbanas que sereales han de 1 molino de aceite-, un anual-adelas7.490 de añadir vellón 521; bodega y de 5 ysuertes de tierras que con hacían 218’75 aranzadas con unos rendimientos de 31.712 reales de vellón y medio
maravedís53.
Sin embargo, los años del Catastro serían el momento álgido de Francisca Clemencia, ya que Winthuysen, de Voss y Compañía quebraría en 1760. El 6 de junio de ese año tuvo lugar la primera junta de acreedores, decidiéndose poner la compañía en en manos de Enrique Popp Poppee y Felipe Smith «conce «concediéndoles diéndoles facultad para liquidar las dependencias y formar un estado y balance a presencia de los l os libros y 54 papeles de los libros de dicha casa y compañía» compañía» . Será dos meses después, el 9 de agosto, cuando se presentó el balance: la quiebra ascendía a la escalofriante cantidad de 695.288 reales de plata 55. Dicha cifra en sí no nos dice nada, pero si se desglosa el conjunto a activos y pasivos de la compañía podre podremos mos entender a qué nivel operó la misma.
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M. GARCÍA-MAURIÑO MUNDI (1999), 274. prot. not. de El Puerto, leg. 655, fol. 271r-272r. 51 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal , , Tomo I, leg. 388, fols. 143v-144v. 52 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Libro de Fincas de Vecinos y Hacendados Seglares, leg. 362, fols. 749v-753r. 50 AHPC,
53 Íbid Íbid .,., fols. 753r-761r. 54 AHPC, prot. not. de El 55 Íbid Íbid
.,., fol. 251r.
Puerto, leg. 655, fol. 243r.
En cuanto al pasivo, encontramos en primer lugar a 78 acreedores de las más diversas procedencias (españoles, franceses, flamencos, holandeses, alemanes y polacos) a los que se debía uunn total de 1.853 1.853.838 .838 reales de plata y 9 maravedíes maravedíes56. Además, se tenían 3 escrituras en contra por un valor de 212.945 reales de plata . Por tanto, el pasivo ascendía a 2.066.783 reales de plata y 9 maravedíes. 57
Por el contrario, entre los activos encontramos a 18 personas que adeudaban a Winthuysen, de Voss… una suma de 152.950 reales de plata y 27 maravedíes 58, varias propiedades y efectos que Francisca Clemencia se vio obligada a dar – y de los que luego hablaré- por valor de 594.114 reales de plata y 23 maravedíes59, diversos efectos en América por valor de 48.087 reales de plata y 15 maravedíes 60, etc., que hacían un total de 1.3471.495 reales de plata y 9 maravedíes. Acabado el balance, y finalizada la junta de acreedores adoptándose diversas medidas que facilitaban el cobro de lo adeudado 61, cabe preguntarnos qué efectos tuvo que poner Francisca Clemencia para hacer frente a la quiebra. Como única de las fundadoras que vivía en 1760, lógicamente tuvo que hacer frente a la quiebra con sus bienes, que enumera en un protocolo notarial aparte: diversas propiedades urbanas, urbanas, entre las que ssee encontraba su ccasa asa de la Manga del Gabán, junto a dos cajasreales de coche, cortinaje de damasco, y ropa de cama meda,214 valoradas en 301.447 de plata y 23 maravedíes y 8plata suertes de tierras, queyhacían aranzadas y media, que ascendían la cantidad cedida por Francisca Clemencia a 594.114 reales de plata y 23 maravedíes maravedíes62. En este caso, la suerte le fue adversa finalmente a esta Cargadora, quien fallecería el 19 de enero de 1768 dejando como único heredero a su nieto Vicente Antonio.
2.3.
Micaela Díaz de Redona y María Fernández Calderón.
A diferencia de las Cargadoras a Indias ya estudiadas, el Catastro apenas ofrece datos de María Fernández Calderón y Micaela Díaz de Redona63. Como dije en su momento, el libro de lo Personal e Industrial les consigna unas ganancias anuales de 10.000 y 6.000 reales de vellón, respectivamente 64. Además, de María Fernández nos informa que es de estado honesto, es decir, soltera, y que está 56 Íbid Íbid .,.,
fols. 244-247 .,., fols. 249v-250r. 58 Íbid .,., fols. 248r-249r Íbid 59 Íbid Íbid .,., fol. 250r-250v. 60 Íbid Íbid .,., fol. 249r-249v. 61 Íbid Íbid .,., fols. 251-269. 62 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 655, fols. 270-286. 63 En el Archivo Municipal, el apellido Díaz de Redona aparece consignado como Díaz. En cambio, en el Histórico Provincial aparece como Díez; así como también en PARES, su padre aparece como Miguel Díez de Redona. Aun así, para evitar confusiones, lo dejaré tal y como aparece en el Catastro de El Puerto. 57 Íbid Íbid
64 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal , , Tomo I, leg. 388, fols. 148r y 149r149v.
«comprehendida en la del registro de Don Francisco José Polo y Trujillo, Teniente de Contador del Público, y Fiel de Carnicerías por esta Ciudad» 65; y, de Micaela Díaz de Redona, que es viuda y con una sirvienta a su servicio66. Sin embargo, sus magros ingresos no deben, en modo alguno, llevarnos a ningún equívoco, ya que los protocolos notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz son bien reveladores.
2.3.1.
Micaela Díaz de Redona.
Nada más comenzar a leer su testamento, fechado en El Puerto de Santa María a 1 de febrero de 1768 67, la propia Cargadora nos informa que es natural y vecina de El Puerto, hija de Miguel Díez de Redona68 e Isabel Franco y viuda de Pedro Tomás de Palacios69, hidalgo de origen cántabro 70. Entre los numerosos datos que aporta dicho protocolo, quizá el que más llama la atención son las múltiples referencias a sus sobrinos José Claudio y José Pablo Álvarez Pimentel, regidor y presbítero, hermanos e hijos de José Álvarez Pimentel, quien también aparece consignado en el Catastro como Cargador a Indias con unas ganancias de 6.000 reales, además de Abogado de los Reales Consejos y Administrador de las Rentas del XI Duque de Medinaceli71. Por tanto, Micaela y José Álvarez Pimentel eran cuñados por el matrimonio de este último con Augustina Álvarez Pimentel, una de las hermanas de Micaela 72. En lo referente a las posesiones de Micaela, nos informa que posee la casa donde vive – en en la Plaza de la Iglesia, actual Plaza España- y la mitad de la propiedad de otra en la Calle del Pozuelo, cada una de ellas con sus respectivos censos73. En cuanto al reparto de su fortuna, tras repartir 5.700 reales entre diversas instituciones, familiares y conocidos -el Monasterio de Santo Domingo, el Hospital de la Divina Providencia, sus sobrinas políticas74, al ya citado José Claudio Álvarez Pimentel, etc.-, y nombrar a José Claudio y José Pablo como albaceas, declaró a José Pablo como su único y universal heredero75. 65
Íbid Íbid .,., fol. 148r. Íbid . fol. 149r-149v. Íbid 67 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 689, fols. 12-15. 68 En la Contribución 1705 de El Puerto, declaró vivir en la calle del Pozuelo y tener 11’5 aranzadas de tierra calma (AMEPSM, Papeles Antiguos, leg. 1659, Nº. 145. 69 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. leg . 689, fol. 12r. 70 Recibido como tal por el cabildo portuense el 22 de julio de 1734, en la ejecutoria de hidalguía se nos dice que contrajeron matrimonio el 1 de febrero de 1723 (AMEPSM, Papeles Antiguos, leg. 1640, Exp. 1). 71 AMPS. Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal, Tomo I, leg. 388, fols. 3v-4r y 71r-71v. 72 Testamento recíproco de José Claudio y José Pablo Álvarez Pimentel (AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 676, fol. ileg.). 73 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 689, fol. 13v. 74 En un codicilo que suscribió el 6 de febrero de 1768 anuló la cláusula por la que repartía 1.500 reales
66
entre sus sobrinas políticas, políticas, hijas del hermano de su difunto marido (AHPC, (AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 689, fol. 16). 75 AHPC, prot. not. de El Puerto, Puer to, leg. 689, fols. 12v-15v.
Sobre su entierro, su deseo era ser enterrada en la bóveda de la Capilla y Cofradía de Nuestra Señora del Rosario del Monasterio de Santo Domingo con el hábito de Santo Domingo, dejando constancia que debían decirse por su alma 600 misas rezadas a razón de una limosna de 4 reales por cada una – lo lo que significaba un desembolso de 2.400 reales- y la distribución de 60 reales, en monedas de cobre, a los pobres el día que que su cadáv cadáver er estuviese de cuerpo prese presente nte76. Cabe mencionar que quería instaurar una memoria perpetua por la que se debía celebrar en cada aniversario de su muerte, en el Monasterio de Santo Domingo, una misa cantada y responso por una limosna de 33 reales anuales con un capital de 1.100 reales de vellón, que debían invertirse en una finca para su posterior arrendamiento para conseguir dicha limosna77. En una anotación en el margen del primer y segundo folio, se dice que dicha cantidad se depositó el 19 de febrero de 1768 78. Por último, aunque no he logrado conocer su fecha de nacimiento, en dicho testamento se nos dice en una anotación al margen que murió el 11 de febrero de 1768, diez días después de formalizar este testamento.
2.3.2.
María Fernández Calderón.
El testamento de MaríadelFernández Calderón, falta de losdedatos sobre sus posesiones y sus rendimientos Catastro, nos da ideaaaproximada su posición, ya 79 que está fechado el 11 de diciembre de 1753 . Al igual que en el caso de Catalina Díaz de Redona, podemos rastrear su genealogía: hija de Juan Fernández Calderón y Quiteira Polo, es cuñada de Francisco José Polo y Trujillo, Teniente de Contador del Público y Fiel de Carnicerías 80 -por el matrimonio de éste en primeras nupcias con Ana Fernández Calderón, hermana de María81- a la par que sobrina y prima de los regidores del cabildo portuense Manuel y Miguel de Rosales y Velasco, respectivamente – padre e hijo, el primero compró una regiduría en 1731, cargo que ejerció hasta su fallecimiento en 1747, fecha en que le sucedió en el cargo su hijo Miguel-82. Tras hacer constar su voluntad de ser enterrada en la capilla de Nuestra Señora de los Milagros de la Iglesia Mayor Prioral amortajada con el hábito de Santo Domingo, que se dijera una misa cantada de cuerpo presente el día de su muerte o al siguiente y de que se dijesen sesenta misas rezadas por su alma por una limosna de tres reales cada una, empezamos a vislumbrar su patrimonio: Para empezar, declara ser la poseedora del vínculo que fundó Sebastián Díaz Calderón en Santillana de las Montañas – pariente materno sin especificar-, que de la 76 Íbid Íbid
.,., fol. 12v. fols. 13v-14v 78 Íbid Íbid ..,, fols. 12v-13r 79 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 630, fols. ilegs. 80 AMEPSM, Contribuciones, Catastro de Ensenada, Registro de los vecinos seculares de esta Ciudad y Gran Puerto de Santa María, y utilidades de lo Industrial y Personal , , Tomo I, leg. 388, fol. 148r. 77 Íbid Íbid .,.,
81 AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 630, fols. ilegs. 82 Lamentablemente, no he podido dilucidar si estaban
emparentados por vía paterna o materna porque no he encontrado ninguna conexión en los protocolos que he consultado.
partición de bienes de su hermano José realizada el 1 de octubre de 1753 le tocaron 5.858 reales y 10 maravedíes además de toda una serie de muebles - y el arrendamiento de dos accesorias en la zona de la ribera que heredó de una tal Juana de los Santos Amoros, además de una deuda a su favor de 460 reales que tienen contraída los herederos de Manuel de Rosales83. Recordemos que vivía con su cuñado Francisco Polo, así que es lógico l ógico que no mencione la vivienda principal. En cuanto al dinero repartido entre diversos conocidos, destacan los 100 ducados otorgados a sus sobrinos políticos Manuel y Josefa Polo – hijos hijos de su cuñado fruto de su segundo patrimonio- y otros 100, además de los muebles de la partición de bienes de su hermano, a Paula González, a quien crió desde que ésta era una niña 84. Por otra parte, además de legar 10 pesos a Isabel de León e Inés García – probablemente conocidas suyas, al mencionar que son vecinas de El Puerto-, desea que se le reporte a su cuñado el dinero que pudiera haberse gastado en su manutención durante el tiempo de su convalecenc convalecencia ia85. Este último dato es revelador, ya que al principio del testamento se nos dice que se halla enferma en cama, así que probablemente la razón de vivir con su cuñado y la familia de éste sea que se haya, efectivamente, enferma. acabar, declara a susucuñado sobrino AnaMiguel como albaceas, y a su sobrinaPara Joaquina Polo -hija de cuñadoyy asusuhermana como heredera universal, quien en el momento de testar es menor de edad86 y que se encuentra como seglar en el Convento de la Encarnación de Arcos de la Frontera – CádizCádiz-87. Dada esta casuística, María estima oportuno que sea Francisco José quien se haga cargo de la herencia, pasándole a su hija una asignación mensual de 2 pesos hasta que el montante final se acabase. Y, en caso de que finalmente Joaquina decidiese no tomar los votos, su padre estaba obligado a traspasarle lo que quedase de herencia 88.
3. CONCLUSIONES. Las 4 Cargadoras a Indias de El Puerto de Santa María presentes en el Catastro de Ensenada bien pueden considerarse como el arquetipo de la típica mujer que participaba en el el comercio colonial eenn el siglo XVIII. Es de constatar que las dos mujeres que con más ganancias, Clara María de Vizarrón y Francisca Clemencia de Winthuysen, aparecen asociadas con hombres. Y no solo eso, si no que estos eran familiares suyos: En el primer caso, Diego de Vizarrón era hermano de Clara María, mientras que Francisco Vicente de Winthuysen y Bernardo Francisco de Voss eran hermano y hermano del yerno de Francisca Clemencia.
83 AHPC,
prot. not. de El Puerto, leg. 630, fols. ilegs.
84
Íbid Íbid . 85 Íbid Íbid .
86 87 Recordemos
que la mayoría de edad en el siglo XVIII se encontraba en los 25 años. AHPC, prot. not. de El Puerto, leg. 630, fols. ilegs. 88 Íbid Íbid .
También es de reseñar que, en los dos casos mencionados, ambas mujeres siguieron con la tradición comercial de sus familias. Es más, siguiendo con la tradición inversionista tan característica de la Edad Moderna, parte de sus ingresos los destinaron a la compra tanto de fincas urbanas -para su posterior arrendamiento- y de tierras, cuya parte de su producción producción indudablemente indudablemente destinarían al come comercio rcio con América, so sobre bre todo en el caso de Clara María. Por otra parte, es de destacar las redes de parentesco establecidas por nuestras protagonistas: Clara María casó a sus hijas con sendos nobles; la hija de Francisca Clemencia contraería matrimonio con el hermano de uno de sus socios, así como su único nieto desposó en dos ocasiones, la primera con Rosalía Tirry – hermana hermana del III Marqués de la Cañada; Micaela Díaz de Redona era cuñada del Cargador a Indias José Álvarez Pimentel; y María Fernández Calderón era sobrina y prima de Manuel y Miguel Rosales de Velasco, regidores del cabido de El Puerto.
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