La Meditacion (Max Heindel)

January 10, 2017 | Author: alexis | Category: N/A
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LA MEDITACIÓN Cuando el aspirante espiritual ha practicado la concentración durante algún tiempo; enfocando la mente sobre un mismo objeto, construye un pensamiento-forma (Imagen mental tomada de la región del pensamiento o de la mente concreta) viviente por medio de la facultad imaginativa proveniente del Espíritu de Vida o Búdico. Y es mediante la meditación, cuando se aprende todo lo referente al objeto así creado. Suponiendo que el aspirante espiritual haya evocado por medio de la concentración; la imagen de Cristo, le será muy fácil reproducir meditativamente todos los incidentes de la vida de Cristo con Sus enseñanzas, sufrimientos y resurrección. Pero mucho más allá de todo eso, está lo que se puede aprender de la meditación; cuyo conocimiento jamás soñado fluirá en el Alma, llenándola de gloriosa luz. Sin embargo; algo que carezca de interés y no sugiera por sí mismo nada atrayente o maravilloso, es mejor dejarlo a la práctica. Como por ejemplo, tratar de descubrir todo lo referente a un fósforo o a una mesa. Cuando la imagen de la mesa se ha formado claramente en la mente; procuremos pensar de qué clase de madera fue construida, y de dónde proviene. Retrocedamos hasta el tiempo en el que; como pequeña y delicada simiente, el árbol de cuya madera está elaborada la mesa, emergió por primera vez en la tierra del bosque. Lo observamos año tras año, cubierto por las nieves del invierno o calentado por el Sol estival, creciendo continuamente mientras sus raíces, constantemente penetran la tierra. Primeramente es un tierno y pequeño vástago mecido por la brisa; luego se convierte un arbolito que gradualmente va creciendo cada vez más alto, dirigiendo su copa al aire y hacia los rayos del Sol. Conforme los años pasan, la fronda y el tronco del árbol se van haciendo cada vez más grandes; hasta que por último viene el leñador con el hacha o la sierra, que brillan bajo los rayo del Sol. Cae el árbol, y queda despojado de sus ramas dejando sólo el gran tronco; el cual luego es cortado en troncos más pequeños que son arrastrados hasta el río donde tendrán que esperar hasta la primavera, para que la nieve derretida no obstaculice la corriente del río. Más tarde se hace un gran atado con los tablones; entre los cuales, están los de aquel árbol. Conocemos todas las pequeñas peculiaridades del árbol; y lo reconoceremos instantáneamente entre millares de otros, ¡tan claramente lo hemos observado mentalmente en la meditación! Seguimos a la balsa en su curso por la corriente del río, observando los paisajes por los que pasamos; y familiarizándonos con los hombres que cuidan y conducen la balsa, y que duermen sobre pequeñas hamacas sobre los tablones.

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Por último, llegamos a un aserradero. Uno por uno, los tablones son tomados por una cadena sin fin y extraídos fuera del agua. Aquí viene uno de nuestros tablones, cuya parte más ancha servirá de tarima a nuestra mesa. Se saca del agua para llevarla al galpón. Oímos el ansioso chirrido de las grandes sierras circulares, que giran tan rápidamente que parecen torbellinos borrosos. Nuestro tablón queda colocado sobre un carro que lo lleva a una de esas sierras, la que en un momento muerde con sus dientes a la madera y la divide en tableros y planchas. Algunas tablas se apartan para formar parte de algún edificio; pero las mejores son llevadas a las fábricas de muebles, donde se meten en una estufa para que queden secas por el vapor, y no se tuerzan después de que se ha hecho el mueble. Entonces, se las mete en una gran máquina plana, provista de muchas cuchillas afiladas que las suavizan. Después, las distintas tablas quedan cortadas en pedazos de diversos tamaños, para formar los tableros de la mesa. Las patas de la mesa se sacan de los troncos más finos; y se colocan en la armazón que soporta la tarima, siendo nuevamente pulido todo el mueble con papel de lija, barnizado y suavizado, quedando así completa la mesa en todos sus detalles. Luego, la mesa se envía a otra mueblería para que quede en existencia hasta su venta; y nosotros la seguimos hasta ese lugar en el que la compramos y la llevamos a casa, dejándola en el comedor. De ésta manera; por medio de la meditación, nos hemos familiarizado con varias ramas de la industria maderera, necesarias para convertir un árbol del bosque en una pieza de moblaje. Hemos visto todas las máquinas, personal y hemos observado las peculiaridades de los diferentes lugares visitados. Además, se ha seguido el proceso de la vida por el cual surgió el árbol de la delicada semilla y se ha aprendido que tras toda apariencia; por común que sea, hay una historia interesante en sumo grado. Un alfiler, el fósforo con el que encendemos el gas; el gas mismo y la habitación en la que encendemos ese gas, todos tienen historias muy interesantes que bien vale la pena aprender mediante la meditación. La concentración ayuda a dar vida mental a la forma y coadyuva a enseñarnos a dominar nuestra mente concreta, la meditación nos aporta todos los detalles de dicha forma, la contemplación nos proporciona la parte del Universo a la que corresponde la forma; y la adoración es la que lleva al Ego o al Espíritu hasta Dios, para indicarle la razón de vida de la forma. Por lo que sólo mediante la concentración, meditación, contemplación y la adoración, podemos alcanzar conocer todos los detalles (Desde su origen, con sus causas y efectos), de un objeto o una determinada situación. 2

El aspirante a la vida espiritual, necesariamente requiere controlar su mente concreta a través de la concentración (Con las ideas que aporte el Espíritu Humano o la mente causal), para realizar la unión entre las naturalezas superior e inferior a través de la meditación (Con el Espíritu de Vida o Búdico), sobre asuntos elevados. Tal unión, después queda más cimentada por la contemplación (Con el Espíritu Divino o Átmico); para que ambos estados (La meditación y la contemplación) sean trascendidos por la adoración (Con el Espíritu Monádico la Chispa Divina o Mónada), que es la que guía al Espíritu o al Ego hacia Dios. Cuando el aspirante al conocimiento directo ha practicado los ejercicios de la concentración y la meditación durante algún tiempo; y ha alcanzado cierto provecho en ellos, debe dar un paso más hacia la contemplación para finalmente llegar, hasta la adoración. Información extraída e interpretada del Concepto Rosacruz Del Cosmos, de Max Heindel, Capítulo XVII, Método Para Adquirir El Conocimiento Directo, Meditación, en: http://www.rosicrucian.com/foreign/rcc/rccspa00.htm

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