La Lucha.Yribarren J.M

June 2, 2020 | Author: Anonymous | Category: Lucha profesional, Judo, Deportes, Deportes de combate, Artes (general)
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LA L U C H A

COLECCIÓN

HERAKLES

Biblioteca Enciclopédica de los Deportes

SERIE

T — TÉCNICAS

DEPORTIVAS

J. M. YRIBARREN DE ACHA Luchador. Miembro del Consejo Directivo de la Federación Levantina de Lucha. Diplomado en Judo y Defensa Personal

LA LUCHA

EDITORIAL HISPANO EUROPEA BARCELONA (ESPAÑA)

Es propiedad 1965 © Editorial Hispano Europea

Depósito Legal: B: 24173-1965 GRÁFICAS PÉREZ

Núm. de Registro. B. 336-65

- Calderón de la Barca, 3 -

BARCELONA

PREFACIO DEL AUTOR Es para mí una gran satisfacción poder dar a conocer a todos los lectores de habla española las diversas luchas que se practican en el mundo, refundidas en un solo libro en el cual he puesto toda mi ilusión. Hacía falta un libro como éste que enseñase a todos los aficionados a la lucha, no sólo las peculiaridades de su especialidad preferida sino las de tantas otras que forman una sola lucha con un solo ideal: vencer al contrario. Todos mis conocimientos sobre las luchas que en el mundo existen, sus pormenores, sus historias, sus técnicas, todo he procurado exponerlo de la forma más sencilla con la intención de lograr que cada día sean más y mejores quienes practiquen las luchas y para que se beneficien de las innumerables virtudes que éstas poseen. Pero este libro no hubiese visto la luz de no haber intervenido personas cuyos nombres no pueden quedar en el anonimato, quienes con su ayuda, su aliento y su desinteresada colaboración, tanto me han ayudado en mi trabajo. Mi agradecimiento en primer lugar al Director de Editorial Hispano-Europea, señor Prat, quien tan acertadamente me orientó en la realización de este libro. Igualmente, mis más sinceras gracias a don Ignacio Jiménez Balgañón, Vicepresidente de la Federación Española de Lucha, y fanático de todo lo relacionado con la lucha, al que tanto debe ésta en España. A don Juan A. Caparros Benavent, Presidente de la Federación Levantina de Lucha, por su entusiasta labor

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en este deporte, al que ha dado un auge como nunca había conocido. Estoy muy agradecido a don Miguel Jiménez, asesor técnico de la F.L.L., tercer dan del Kodokan, el hombre que se ha entregado por entero al judo — su deporte, su afición y su pasión —, una de las más destacadas figuras que tiene el judo español. Gracias, Vicente Pía, Secretario de la Federación Levantina de Lucha por tu gran colaboración. ¡Cuan agradable y fácil resulta trabajar con estos compañeros y verdaderos amigos! Finalmente, muchas gracias a luchadores, a judokas, a entrenadores, a todos, en suma. Y al estimado lector que, tal vez por afición, quizá por curiosidad, tiene en sus manos este libro, espero le enseñe muchas cosas y llegue a convertirle en un judoka más, un luchador más o un aficionado más. O simplemente, que su lectura le haga pasar un rato agradable. Por lo menos, ese es mi deseo. YRIBARREN DE ACHA

DEPORTES DE COMBATE: JUDO, CATCH, DEFENSA PERSONAL Y MUCHAS COSAS MAS En primer lugar, es necesario aclarar estos conceptos, ya que si el estimado lector no los comprende claramente, le va a resultar a veces difícil distinguirlos. Para el profesional de la lucha, con muchos años de gimnasio, quizá esto le parezca innecesario, pero la realidad es muy distinta. Existen numerosas personas que ni siquiera conocían el término «deportes de combate». Pues bien, deportes de combate son todos los que se refieren a luchas. Todos en uno. Deportes de combate. Así, cuando lean que a una persona le gustan los deportes de combate, entenderán que su afición preferida son las diversas clases de luchas. Aclarado este punto, paso a otro no menos importante. Algunos creen que el judo es un deporte brutal, por tener que enfrentarse dos personas. Nada más equivocado. El judo es el arte de la agilidad, de la suavidad. Sus practicantes emplean la suavidad frente a la violencia de su adversario, de ahí el que niños muy pequeños lo practiquen sin el menor daño. Sobre la lucha grecorromana y la lucha libre olímpica hay una serie de ideas equivocadas, pero no ya sólo por parte del profano de la lucha, sino también incluso por algunos que la conocen, o creen conocerla. Grecorromana, familiarmente llamada «greco», es una especialidad de la lucha en la que no se permiten presas más abajo de la cadera, ni torceduras, ni golpes en la cabeza, ni estrangulamientos; consiste en luchar cuerpo a cuerpo (nunca mejor aplicado este término), por lo tanto no es el catch ni nada parecido.

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En la libre olímpica, casi desconocida en España, se permiten toda clase de presas, pero sin las violencias del catch. Es una lucha bellísima, intermedia entre la «greco» y el catch, pero no es ninguna de las dos. Catch, lucha libre americana, etc., ¡cuánto se habla sobre ella y cuánta afición hay en todo el mundo! «Catch as catch can», su nombre completo, equivale en nuestro idioma a «libre profesional», es decir, una lucha en la que se puede coger donde se quiera, practicada por una serie de personas que viven de ella, convirtiéndola en profesional. La Federación Española de Lucha tiene englobados a estos luchadores en su sección «Profesional». Pero no tiene nada que ver con las demás luchas, como creen algunos que la identifican con la libre olímpica, u otros que la asimilan a la grecorromana. En este libro no he querido separar totalmente cada lucha en su sección correspondiente para que se puedan observar mejor las similitudes que entre ellas existen; así, al hablar de la historia de la lucha grecorromana cito nombres famosos en el mundo del catch, sencillamente porque antes lo habían sido en la lucha grecorromana. O al citar ejercicios de entrenamiento, equiparo algunos de catch con los de «greco», sencillamente porque son buenos para ambos. Del mismo modo juego con los términos «deportes de combate», «deportistas», «arte», «ciencia», etc., porque, aunque unas veces cite un nombre y poco después otro, ello se debe a fin de cuentas a que el judo, valga el ejemplo, es un arte, pero también una ciencia. Siendo asimismo un deporte, ¿cómo llamar a los que lo practican? Deportistas, creo que es lo mejor. Quede bien claro, por lo tanto, que todas las luchas son hijas de una misma madre (a la que llamaremos «deportes de combate»), pero todas son distintas (judo, catch, grecorromana, etc.) y se diferencian entre sí por sus reglamentos y sus normas, distintos y propios de cada una. El hecho de citar en primer lugar la lucha grecorromana y terminar por el «sumo» no quiere indicar orden de

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preferencia ni de creación histórica, se debe simplemente a la forma en que fue preparado este libro, estudiando primero las propiamente occidentales y teniendo en cuenta que se empieza practicando la «greco», luego la libre olímpica, para terminar con el catch. Le sigue la lucha canaria, ajena a las citadas anteriormente, la leonesa, la lucha al aceite, etc., pero sin indicar preferencias ni antelación histórica. Y finalizo el estudio con las orientales, como igualmente pude haber empezado por ellas. Por lo tanto, el libro queda constituido por tres bloques, en los que «tanto monta» el uno como el otro. Primeramente, el grupo formado por grecorromana, libre olímpica y catch. El segundo, por numerosas luchas que en el mundo existen, agrupando las regionales españolas federadas con otras de diversos países. Y el tercer grupo, formado por las dos luchas nacidas en Oriente, el judo y el sumo. Todas ellas tienen vida propia e independiente de las demás, todas persiguen un mismo fin — vencer al contrincante — y todas ellas pertenecen a una misma entidad deportiva, la Federación Española de Lucha. La sección de defensa personal es propia a todas ellas y, aunque no se trate de una lucha de competición, valga la frase, todos queremos saber cómo deshacernos de nuestro enemigo o defendernos de él, en alguna ocasión.

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LUCHA GRECORROMANA A) CONSIDERACIONES GENERALES HISTORIA DE LA LUCHA

La lucha es tan antigua como la existencia del hombre sobre la tierra. Si algún deporte ha de practicar el hombre, o ha de serle de más utilidad, sin duda alguna es la lucha. Desde los documentos más antiguos que se conservan vemos cómo el hombre lucha en la guerra, lucha para sobrevivir, lucha para poder alimentarse, lucha en fin por todo, porque a fin de cuentas la vida es lucha. Los griegos consideraban a Hércules como el maestro y Hermes era el dios de la lucha. La lucha griega fue introducida en Roma a finales del siglo xi antes de Jesucristo. Pero en esas luchas se permitían toda clase de presas; era una lucha sin reglamentar, luchar por luchar y sin atenerse a ninguna norma, venciendo el más fuerte o el que resistía más tiempo, se podía dar puñetazos, poner zancadillas, etc. Dos clases de luchas había que distinguir en aquella época: la lucha en pie, «palé orthé», en la cual se tenía que derribar al contrario, y la «culisis», en la que continuaba el combate cuando el contrario era derribado. Pero los métodos no comenzaron a suavizarse hasta la Edad Media. Un país, Gran Bretaña, y un rey, Enrique VIII, lograron que la lucha se propagase enormemente, hasta hacerla popular. Enrique VTII, que fue un gran luchador en su época, hizo, con su incondicional apoyo, que este de-

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porte se popularizase enormemente, hasta ser el más privilegiado en aquellos años. Más tarde sería Francia la gran meca de este deporte, y allí habrían de surgir las primeras salas de lucha. Así fue como nació la lucha grecorromana, mucho más suave que la antigua lucha anterior a la era cristiana, sin golpes más abajo de las caderas. Esta lucha alcanzó rápidamente gran popularidad en Francia, y en 1898 se celebraba en París el Primer Campeonato del Mundo de Lucha Grecorromana. Un hispanofrancés, Paúl Pons, fue el vencedor. Más tarde, esta invencible estrella de la lucha grecorromana fundó en París el «Gimnasio Pons», del que saldrían los mejores luchadores de aquella época. En España existía, en Barcelona, el gimnasio del Ateneo Enciclopédico Popular, que forjó en aquellos tiempos grandes luchadores. Pero a medida que pasaron los años, fue decreciendo la afición por aquella lucha que era la admiración de las enormes masas de gente que llenaban las salas en donde se celebraban los combates, a causa de una serie de personas desaprensivas que con sus malas artes viciaron y corrompieron lo que en un principio había sido una lucha noble que entusiasmaba al público. Por eso, desde entonces este maravilloso deporte que dignifica al hombre por recio y viril, ha quedado reducido al campo amateur, del que han seguido saliendo las figuras que luego suben al ring. Lucha grecorromana es la que acabo de citar, pero hay otras muchas, desde la oriental del judo, tan en boga en la actualidad en todo el mundo, hasta luchas regionales, de las que hay infinidad en la mayoría de los países. Dos existen en España: la lucha leonesa que, como su nombre indica, procede de León, y la canaria, de las islas Canarias. La lucha leonesa consiste en formar dos equipos o bandos de diez a veinte hombres cada uno. El combate comienza agarrándose al cinturón del adversario. Hay que

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derribarlo. Aplicando todas sus fuerzas, cada contendiente trata de derribar al contrario. La lucha es a tres caídas. La lucha canaria consiste en agarrar con la mano izquierda el calzón del adversario y poner la derecha en la espalda. Los combates son a tres o a cinco caídas. El gran maestro francés de la lucha, Louis Ballery, en su obra «Toute la lutte», al hablar de la lucha canaria dice textualmente: «...les indigénes de ees iles pratiquent une lutte qui ressemble á la lutte au calecon des suisses», o sea: «los nativos de estas islas practican una lucha que se parece a la lucha del calzón corto de los suizos». Esto demuestra claramente el gran número de luchas que existen en el mundo y el parecido que hay entre ellas, sobre todo en cuanto al fin que persiguen: vencer al contrario siguiendo ciertas reglas más o menos rigurosas, según la clase de iucha. Por último y a título de orientación para que el lector conozca, aunque sea muy estrictamente, el amplio campo que abarca la lucha, voy a citar el «catch as catch can», literalmente: «coger como se pueda», que es de origen inglés y que en todos los continentes atrae enormes masas de público a los recintos donde se practica. En ella están permitidas toda clase de presas, muy al contrario que en la grecorromana. Esta lucha es más espectacular que la grecorromana, al permitirse infinidad de trucos que en ésta se hallan terminantemente prohibidos. Pero todas las luchas, sea la que sea, dan al que la practica una seguridad en sí mismo, en su cuerpo, en sus propias fuerzas, que ningún otro deporte es capaz de lograr. HOMBRES FUERTES DEL MUNDO

Muchas han sido las figuras que con su potencia, sus impresionantes músculos y su agilidad han entusiasmado a los públicos de todo el mundo. Baste recordar aquellos

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nombres que hace más o menos años circulaban de boca en boca con un gesto de admiración. En todo libro de lucha grecorromana deberá citarse en primer lugar al «Gran Pons», que tanto ha hecho por ella. El fue el primer campeón mundial de esta lucha y era hispano-francés, motivo mayor aún para que su nombre destaque por encima de todos. Italia aportó a la lucha nombres tan famosos como los de Lancelotti y Bonetti; Bélgica a Le Marín y Le Boucher; Holanda a Van Der Berg; Rusia al hercúleo Georges Hackenschmidt, a Zaikine, Pytlasinsky, Padoubny, a Spoul, el hercúleo siberiano del Club de San Petersburgo. Citemos también al senegalés Anglio; al formidable norteamericano Tommy Gribson; a los hermanos suizos Deriaz; a los turcos, grandes luchadores en todos los tiempos, con Madrali, Ahmed, Mehmet, etc.; a los japoneses Takes Yanno y Yasniti Ono, considerados ídolos de su pueblo y condecorados por el emperador del Japón; el argentino АН Bargach; el alemán Cari Saft; el danés Jess Petersen, campeón del mundo; al hercúleo Tarkowsky, Mikailovicht y Rolland, campeones del mundo de pesas, como el canadiense Douglas Hepbourn y Charles Rigoleaut; el campeón mundial de lucha, Karadajian; el gran luchador y levantador de peso español, Hércules Cortés, etc. Nuestra patria también ha dado grandes figuras en el campo de la lucha, como Javier Ochoa «el León Navarro», José Salvado, Eladio Vidal, José Ardevol, los hermanos Huertas, etc. En la actualidad, la lucha se encuentra en nuestro país en un plano secundario, ya que no goza de esas figuras de categoría mundial que son imprescindibles para que un deporte se haga popular. Además, la juventud actual prefiere otros deportes más cómodos, más «bonitos», y sobre todo menos recios, ante el temor de una lesión más difícil de producirse de lo que la gente cree.

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E L LUCHADOR «NACE», PERO TAMBIÉN «SE HACE»

Nada más erróneo que esa creencia tan extendida entre la gente de que el luchador «nace», es decir, que ya desde muchacho apunta unas cualidades que le llevarán al éxito como luchador. Esto es cierto en una proporción muy pequeña. Un joven puede ser fuerte por naturaleza, incluso empezar a asistir al gimnasio para ver luchar a los demás, pero si no lleva dentro ese impulso que le atrae al ring no será nunca nada como luchador. Mis años de experiencia como deportista, no ya como luchador sino como deportista en general, me han enseñado que en el deporte, como en todas las actividades de la vida, lo primero que hace falta es la vocación. Nunca mejor que ahora para recordar unas palabras inmortales del tan llorado como admirado doctor Gregorio Marañón, gran médico, gran escritor, gran pensador y gran hombre. En un libro dedicado a los médicos españoles dice textualmente: «...todo lo que se hace sin vocación se marchita como una flor. Todo lo que se hace con vocación, aunque parezca insignificante, fructifica para siempre». Creo que con estas palabras está dicho todo. Puede haber luchadores que no sientan afición por lo que están haciendo, pero yo les invito a que abandonen la lucha y se dediquen a algo que les guste más, porque más pronto o más tarde fracasarán. Hay que tener afición, gran afición diría yo, para practicar un deporte tan bello, tan viril y tan recio, pero tan duro como es la lucha. ¿Qué duda cabe de que el mejor dotado tendrá ya desde pequeño más facilidad para triunfar que el débil? Pero todo consiste en proponérselo como me lo propuse yo. Os aseguro, y me dirijo ahora a los lectores que se asoman por curiosidad a estas páginas, que si sentís afición, si de verdad queréis ser fuertes, muy fuertes, acudid sin demora a cualquier gimnasio en donde se practique la lucha, pasad un año entrenándoos con tesón, y luego mirad los resultados; si no habéis conseguido potentes músculos, si no



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os sentís seguros de vosotros mismos, yo me atrevo a aseguraros que es porque no os habéis entrenado como debíais. No os quepa la menor duda. Pero si habéis conseguido lo que os habíais propuesto, seguid adelante, pensad que no habéis puesto más que la primera piedra, pero el edificio tiene muchas y con una sola no basta. Y os digo esto porque existen personas que «se lo creen». En efecto, hay tipos muy curiosos. Llegan muy callados el primer día al gimnasio, pasan los meses, el muchacho se va robusteciendo, los músculos se le empiezan a marcar y de repente hay una reacción en él, tan extraña como antideportiva. Se vuelve fanfarrón, retador, etcétera. No. No es eso. Ese tipo tampoco llegará muy lejos. Y ante todo, no es un verdadero deportista. El luchador tiene que demostrar que por encima de todo es un deportista. No sólo exterior sino también interiormente. El joven que aun no habiendo sido dotado por la naturaleza de esas cualidades necesarias para ser luchador desea serlo, debe seguir adelante sin desmayo, pero no crea que ha triunfado por haber logrado su primera victoria, o porque sus compañeros le alaban sus nuevos músculos. Que mire a las grandes figuras y se dará cuenta de lo lejos que está todavía de llegar a la meta soñada. Pero llegará. Querer es poder, y si no ha nacido con un cuerpo dotado para la lucha, pero él quiere conseguirlo, lo conseguirá. Tardará tal vez más años que el bien dotado por la naturaleza, pero llegará, e incluso puede que más lejos que los demás. Al que «nace» para la lucha sólo tengo que decirle que no desaproveche la oportunidad que le han puesto en sus manos, y al que quiere ser luchador, que haga un examen de conciencia y si de verdad quiere serlo que no pierda un día más, porque será un día más que ha malogrado para conseguir su meta. Pero los dos llegarán.

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Dos excelentes puestas de espaldas de las que sólo podrá zafarse el luchador caído haciendo «puente». No obstante, será muy difícil que pueda evitar la derrota a no ser que posea un poderoso cuello y aventaje en bastantes kilos a su contrincante, con lo que resistirá el «puente» el tiem. po recesario para poder escapar de eu comprometida situación. Cuando u n luchador se encuentra ya. cayendo de espaldas a la lona, como en estas fotografías, deberá intentar con todas sus fuerzas doblarse hacia un lado y agarrarse a su contrario; de esta manera evitará el ser «planchado».

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VERDADES Y MENTIRAS

¡Cuántas leyendas circulan por el mundo sobre la lucha! ¡Cuántas verdades, pero también cuántas mentiras! Por ejemplo, se dice que el luchador es un ser muy fuerte, un poderoso atleta. En efecto, es una gran verdad, pero no todo luchador ha de pesar cien kilos ni tener cara de «malo». Los hay bajos y delgados como corresponde a la categoría en que militan, ya sea ésta gallo, pluma, etc.; o de primera, segunda categoría, etc., como se llaman hoy en día. Se cree también que el luchador ha de tener cara de luchador. Yo nunca supe que había caras de luchador, supongo que entonces también las habrá de funcionario público, de bombero, de futbolista, etc. Y si por luchador se entiende tener tipo de bruto, nada más erróneo, porque el bruto tendrá mucha fuerza, pero nunca inteligencia para saber cómo y cuándo atacar o defenderse, salvo raras excepciones que no hacen más que confirmar la regla. Se dice también que los «intelectuales», entiéndase por ello a los estudiantes y profesiones de esta índole, no sirven para luchadores. Gran error, porque empezando por buenos compañeros y amigos míos que son estudiantes de medicina, leyes, comercio, etc., así como profesionales de la lucha que son excelentes hombres de negocios, y terminando por el autor de estas líneas que lleva su buen montón de años entre libros, todos demostramos que no es necesario ser leñador o cargador para poder ser luchador, ni tampoco «tener cara de luchador». Y entre «nosotros» tenemos desde un artista de cine hasta un locutor de radio; luego están equivocados quienes creen lo contrario. Tampoco es necesario emplear muchos años para llegar a ser un buen luchador, porque el que vale lo demostrará en seguida y lo mismo sucederá con el que no sirve; por lo tanto, el primero llegará pronto a su meta y el segundo no llegará nunca. 2

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Todo cuanto les he contado es para evitar malas lenguas de envidiosos y pobres de espíritu que sólo calumniando quedan satisfechos. Porque ni la lucha es violenta, ni peligrosa ni perjudicial para el cuerpo, sino todo lo contrario. Lo que ocurre es que esas personas que atacan por la espalda a la lucha tienen la enfermedad más dañina que existe y que ninguna medicina puede curar: la envidia. Yo les invito a ustedes, estimados lectores, a que vayan a un gimnasio en el que se practique la lucha, la prueben una temporada y luego den su opinión. Estoy seguro de que o se quedan para siempre como parte activa de este emocionante deporte, o se convierten en asiduos espectadores. Y si no quieren saber más de la lucha, sean sinceros consigo mismos y verán cómo lo que les ocurre es que han tenido «miedo» de subir a un ring. Pero ningún daño les ha hecho esa temporada pasada en el gimnasio. Lo que sucede en la actualidad es que la juventud se está haciendo cada día más cómoda ante las facilidades que el progreso está poniendo en nuestras manos: coches, escaleras mecánicas, ascensores, teléfono, radio, televisión, autoservicio, etc. El que más y el que menos apenas da un paso en todo el día, sentado en casa, sentado en el despacho, sentado en el cine, sentado siempre, y de ejercicio... nada. Ni un segundo al día dedican al ejercicio físico, y sus cuerpos se llenan de grasa, se hinchan, y algunos incluso se sienten orgullosos de su «barriga». Están matándose ellos mismos. Como puede observar, estimado lector, no estoy haciendo propaganda de la lucha; me refiero ahora al deporte en general, a sus beneficios infinitos; es la voz de la salud que llama a su puerta, pero usted será capaz de no escucharla. Es ya demasiado tarde, dirá, pero nada más lejos de la realidad, todo consiste en proponérselo. ¡Animo, pues nunca es demasiado tarde! Y ahora voy a hablar exclusivamente de la lucha grecorromana, pues dentro del maravilloso mundo del deporte se

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encuentra la lucha grecorromana, con su virilidad, su reciedumbre, su valentía. La lucha grecorromana es un deporte muy reglamentado hoy en día; el lesionarse es más difícil de lo que parece, y más difícil todavía si se está bien preparado físicamente. Da al que la practica una seguridad en sí mismo que sólo los deportes de combate pueden dar, porque enfrenta al hombre con el hombre, sin defensas, a la fuerza contra la fuerza, a la agilidad contra la agilidad, al valor contra el valor. Pero yo no quiero que me tachen de fanático de este deporte, ni de favoritismos, y menos aún que desconfíen de mis palabras tachándome de «exagerado». No. Ni una línea más que pueda considerarse propaganda. Les invito a que acudan a un gimnasio, observen, y luego den su opinión, pero que ésta sea sincera. Nada más. B) ELEMENTOS NECESARIOS PARA PRACTICAR LA LUCHA Voy a citar a continuación cada uno de los elementos sin los cuales no se puede practicar la lucha grecorromana como manda el reglamento vigente. Son estos elementos los siguientes: A) INDUMENTARIA. — Los concursantes deberán presentarse en público con maillot de una sola pieza y llevar, debajo, un slip de suspensión (art. 6.°). Está permitido llevar rodilleras ligeras; pañuelo (uso recomendado por el reglamento). Está prohibido añadir cualquier otra cosa a esta indumentaria; emplear calzado con tacones o suelas con clavos; embadurnarse el cuerpo con materias grasas o pegajosas (sistema tan usado por ciertos países cuyos nombres es mejor no recordar); estar sudoroso (el reglamento indica claramente a los arbitros tener gran cuidado para que los

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contendientes no estén materialmente bañados en sudor, lo que dificulta muchísimo la realización de las presas); usar muñequeras y demás artículos semejantes; llevar sortijas, pulseras, zapatos con hebillas; llevar calzado, calcetines o cordones de color verde, rojo, o parecido. B) TAPIZ. — Téngase en cuenta que en la lucha grecorromana se llama tapiz y no ring, como vulgarmente se conoce, al lugar donde se desarrollan los combates. El tapiz deberá medir seis por seis metros de lado como mínimo y tener diez centímetros de grueso en los encuentros internacionales. En los Campeonatos del Mundo y competiciones olímpicas el tapiz deberá medir ocho por ocho metros de lado. Para evitar todo accidente, deberá dejarse un margen de dos metros alrededor del tapiz, formado por un reborde del mismo grueso que éste. Las esquinas del tapiz se marcarán con los colores rojo y verde. En el centro del tapiz deberá trazarse un círculo de un metro de diámetro interior y de un ancho de diez centímetros en su circunferencia. El tapiz deberá ser montado sobre una plataforma elevada (postes y cuerdas como en los rings de boxeo, están prohibidos). La altura de la plataforma no deberá exceder de Г10 metros (artículo 7.°). C) SERVICIO MÉDICO. — Deberá funcionar durante toda la competición para estar dispuesto a intervenir en caso de accidente. En caso de litigio sobre el diagnóstico médico, la decisión definitiva será tomada por el médico jefe o por el consejo de los tres médicos, si éste se ha constituido. En este último caso, deberá figurar el médico del equipo del luchador en cuestión (artículo 8.°). D) EL ARBITRO, LOS JUECES Y EL JURADO. — En todas las competiciones internacionales, los directivos de cada match

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estarán compuestos por un presidente de tapiz, un arbitro, tres jueces y tres miembros del jurado (artículo 10). Está prohibido cambiar de jueces y de jurado durante el match. La indumentaria del arbitro y de los jueces deberá ser blanca y llevar la insignia de su nación. E)

EL COMBATE Y LA DURACIÓN DE LOS COMBATES. — La

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ración del match es de diez minutos, establecida en dos períodos de cinco minutos cada uno. Después del primer período de cinco minutos de combate, se dará un descanso de un minuto (artículo 11). Únicamente el arbitro puede, según su propia convicción, parar el cronometrador y detener el combate. Todo combate debe durar hasta la derrota del adversario. F) VICTORIA. — Puede ser por puntos, cuando después del tiempo reglamentario no ha habido un vencido; entonces se procede al recuento de puntos y el que más tenga ha vencido; o bien por puesta de espaldas (tocado, para no confundir con la lucha libre), que consiste en tocar el tapiz simultáneamente con los dos hombros y que el arbitro haya contado previamente hasta dos. Después de haber contado hasta dos, el arbitro levanta la mano para indicar que el «tocado» controlado ha sido comprobado. Así reza actualmente el reglamento en su artículo 31, ya que hasta ese momento no eran necesarios los dos segundos para dar por terminado el combate; con tocar el tapiz con ambos hombros al mismo tiempo era suficiente. Este artículo modificado es importantísimo tenerlo en cuenta, ya que de ahora en adelante, según mi opinión, revoluciona en parte el plan de ataque y defensa en los combates de lucha grecorromana. El luchador sobre el tapiz podrá zafarse de su contrario dando rapidísimamente una vuelta sobre su espalda, con tal que no quede retenido por su rival durante esos dos fatídicos segundos que le supondrían la derrota.

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Considero esta modificación del artículo 31 un gran acierto, ya que en adelante se evitarán ciertas victorias «casuales», pues ha habido casos de luchadores a los que, por un error de su contrario o por pura casualidad, se les ha servido la victoria «en bandeja». A partir de ahora, el luchador «casi vencedor» deberá «retener» dos segundos a su rival con los hombros sobre el tapiz, y desde estas sencillas páginas me atrevo a proponer una posterior revisión de ese mismo párrafo del artículo 31, en el sentido de que tendría que aumentarse en tres segundos más, o sea hasta un total de cinco segundos, el tiempo que el luchador debería permanecer sobre el tapiz para considerar «tocado». Ello supondría un rotundo triunfo para el luchador que lo consiguiese sobre su contrincante, ya que si durante cinco segundos éste no ha sido capaz de zafarse de la presa a que se le ha sometido, se demuestra rotundamente la superioridad indiscutible del adversario, quien se anotará un buen tanto en su palmares particular, algo así como el K.O. en el boxeo. Los boxeadores no dicen nunca las victorias que han obtenido globalmente sino que destacan las que han obtenido por K.O. Creo que sería un acierto, pero quede bien claro que ésta no es más que una opinión muy particular de un aficionado entusiasta de la lucha. Y mientras no se diga lo contrario, no hay que olvidar que para considerar «tocado» el arbitro deberá contar hasta dos. G) GONG. — Campana que anuncia el principio y final de cada asalto. H) CUIDADORES O SEGUNDOS. — Las personas que atienden a los luchadores al final de cada asalto. PESOS O CATEGORÍAS

Hasta hace pocos años se dividían en pesos, al igual que en la lucha libre, el boxeo, etc., pero en la actualidad

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se h a introducido u n a modificación y se emplean categorías: primera categoría, segunda categoría, etc. A continuación expongo los pesos que se encuentran comprendidos dentro de cada categoría: Primera categoría: Segunda categoría: Tercera categoría: Cuarta categoría: Quinta categoría: Sexta categoría: Séptima categoría: Octava categoría:

Hasta » » » » » » Más de

52 57 63 70 78 87 97 97

kilos » » » » » » »

Sólo a título comparativo y para orientación de los lectores a quienes suponga u n a complicación el uso de «categorías», en vez de pesos como en los demás deportes, expongo seguidamente los «pesos» en catch: Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso

pluma: Hasta 56 kilos. gallo: De 56 a 61 kilos. ligero: De 61 a 66 kilos. semimedio: De 66 a 72 kilos. medio: De 72 a 79 kilos. semipesado: De 79 a 88 kilos. pesado: Más de 88 kilos.

Como puede observarse, en catch existen siete pesos, mientras en lucha grecorromana hay ocho categorías o pesos. Esto se debe a que el peso pesado del catch abarca dos de las «categorías» de la lucha grecorromana (la séptima y la octava); por lo tanto, el peso pesado, que en el catch se inicia en los 88 kilos, sigue limitado h a s t a los 97 kilos en la «greco», quedando libertad de este peso en adelante (más de 97 kilos). ESTATUTOS DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LUCHA

(Extracto) Todo edificio debe tener bien afirmados sus cimientos o de lo contrario se derrumbará pronto o tarde; del mismo

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modo es absurdo pretender llegar a destacar en un deporte si no se conoce éste a fondo, no sólo en lo que se refiere a ejercicios y preparación física, sino también los reglamentos, estatutos y normas por los que se gobierna. Sólo con un conocimiento total se llegará al triunfo definitivo. Por dicha razón, voy a exponer a continuación los Estatutos de la Federación Española de Lucha y más tarde explicaré aquellos artículos más importantes del Reglamento vigente. Empiezo por los Estatutos. ¿De qué le serviría al luchador saber realizar perfectamente las presas, si no está al corriente de las que han sido eliminadas del reglamento, ni de las que han sido prohibidas, ni de los derechos y deberes que tiene para con su entrenador o para con su Federación? En primer lugar, téngase en cuenta que la Federación Española de Lucha abarca las siguientes modalidades de la lucha: Grecorromana Libre olímpica Libre profesional Canaria Leonesa Judo y además aquellas otras especialidades que pudieran surgir y que serían incorporadas previo estudio, reglamentación y aprobación de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. Corresponde también a la Federación Española de Lucha el crear e intervenir en la formación de personal docente en materia de lucha, y en las designaciones de los que hayan de ocuparse de enseñar este deporte. Gran labor, acertadísima y muy competente, la que la Federación está realizando en este aspecto, gracias a la cual el deporte de la lucha en España aumenta día a día su número de practicantes. La Federación Española de Lucha está formada por: —Un Consejo Directivo (con sus distintos departamentos).

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—Las Federaciones Regionales. —La Asamblea o Pleno. El Consejo Directivo está compuesto por: 1." 2.° 3.° 4.° 5.° 6.°

El Presidente de la Federación Española de Lucha. El Asesor Técnico. Los Vicepresidentes. El Secretario General. El Tesorero-Contador. Los Vocales.

Las Federaciones Regionales, por delegación de la Federación Española de Lucha, regirán en su demarcación las distintas modalidades de lucha, teniendo como principal misión el desarrollo, fomento y elevación de las mismas. Estarán compuestas por: —Un Presidente. —Un Vicepresidente. —Un Secretario. —Un Tesorero. —Los Vocales. Muy importantes son las incompatibilidades que imponen los Estatutos. Dicen textualmente: «...Ningún miembro del Consejo Directivo de la Federación Española de Lucha ni de sus Federaciones Regionales podrá ser a la vez directivo de un club de lucha o jefe de la sección de lucha de alguna sociedad o club.»

REGLAMENTO INTERNACIONAL DE LUCHA GRECORROMANA

(Extracto) La lucha grecorromana es actualmente un deporte amateur, y fue precisamente cuando dejó de serlo, hace ya muchos años, cuando tan viril deporte se echó a perder con las malas artes de algunos desaprensivos; en el amateurismo,

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y sólo en él, tiene su puesto la lucha grecorromana, practicada por unos deportistas fuertes y nobles como sus normas lo exigen. El Comité Olímpico Internacional ha descrito así al deportista amateur: «...Es amateur quien participa y siempre ha participado en los deportes, sin ganancias materiales. Para calificarse como amateur es necesario reunir las siguientes condiciones: A) Tener una ocupación normal que le asegure su presente y futura existencia. B) No haber recibido nunca cantidad alguna por participar en cualquier competición deportiva. C) No salirse del Reglamento de la Delegación Internacional del deporte que practique. D) No salirse de la interpretación oficial de sus Reglamentos.» Respecto al pesaje, éste deberá empezar el primer día del campeonato, de cuatro horas a tres horas antes del primer combate. Los demás días deberá empezar dos horas antes y acabar una hora antes del primer combate. El pesaje deberá efectuarse sin ropas y los luchadores serán examinados antes del mismo por los médicos, quienes podrán rehusar a todos los que puedan provocar alguna contaminación. Las uñas deberán estar muy bien cortadas. Durante el combate, en ningún momento podrá el luchador abandonar la pelea. Únicamente el entrenador y un directivo del equipo pueden asistir y ayudar en los cuidados dados por el médico. Respecto a los jueces y el arbitro, éstos asumen todas las funciones previstas en los reglamentos. Para cada juez hacen falta: 4 paletas rojas, con nada, 1, 2, 3. 4 paletas verdes, con dada, 1, 2, 3. 1 paleta blanca.

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Voy a exponer a continuación las presas consideradas ilegales en lucha grecorromana. Son éstas: 1. Tirar de los pelos o de las orejas, pellizcarse, golpear las partes genitales o tirar del «maillot». 2. La torsión de los dedos de los pies. 3. Pelearse, darse patadas, estrangularse, realizar o provocar presas que puedan poner en neligro la vida del adversario o provocar una fractura o luxación de los miembros. 4. Las presas que tienen por objeto torturar al adversario o hacerle sufrir para obligarle a abandonar. 5. Pisar al adversario. 6. Tocar al adversario entre las cejas y la línea de la boca. 7. La presa de garganta. 8. Levantar al adversario que está en puente y volverle a lanzar luego sobre el tapiz. 9. Retorcer los brazos a más de 90°. 10. La presa de cabeza con las dos manos. 11. Hundir el codo o la rodilla en el vientre o en el estómago del adversario. 12. La corbata. 13. Hablar los luchadores entre sí durante el combate. 14. Sujetar al adversario por debajo de las caderas o apretarlo con las piernas. 15. Todos los empujes, presiones o salidas por contacto de las piernas sobre cualquier parte del cuerpo del adversario. 16. Finalmente, está prohibido, por ejemplo, en el ataque durante la lucha en tierra, levantar al adversario por la entrepierna con la rodilla y el muslo, para provocar su caída. Trata a continuación el Reglamento de las amonestaciones. Dice textualmente el artículo 24: «...El arbitro puede hacer una amonestación al luchador que comete una falta, con el consentimiento de dos jueces o por mayo-

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ría de votos, teniendo en cuenta los votos de los miembros del jurado en el momento de la votación.» Y señala el citado artículo los casos en que se deberá aplicar la amonestación: A) B) C) D)

Pasividad. Presas ilegales. Infracción de la disciplina en el trascurso del match. Violación de las reglas.

El deber del arbitro hacia el luchador que comete una irregularidad es el siguiente: A) B) C) D)

Hacer cesar la irregularidad. Hacer soltar la presa si ésta es peligrosa. Solicitar una amonestación. El luchador que comete una falta puede ser declarado vencido.

Finalmente, voy a tratar de la puntuación, tan importante en este deporte, ya que numerosos combates finalizan su tiempo reglamentario sin vencedor ni vencido sobre el tapiz, por lo que se ha de recurrir a los puntos que los jueces han ido anotando durante el desarrollo del combate. Se pueden conceder uno, dos o tres puntos ateniéndose a lo que señala el Reglamento. UN PUNTO: El luchador que pone y mantiene a su adversario en tierra, pasando por detrás de él. El luchador que sobrepasa y mantiene al adversario. El luchador que realiza una presa correcta y que hace tocar el tapiz a su adversario, con el hombro o con la cabeza, durante la ejecución. La amonestación contará un punto para el adversario. Si un luchador se echa a tierra voluntariamente, bien porque esté agotado o porque su idiosincrasia de lucha sea ésta, hay que anotar un punto a su contrario. Dos PUNTOS: El luchador que realiza una presa correcta y que pone momentáneamente en peligro a su adversa-

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rio (menos de cinco segundos). Los luchadores que toquen instantáneamente el tapiz con los dos hombros deben ser penalizados con dos puntos. TRES PUNTOS: El luchador que mantiene a su adversario en peligro (ángulo de los hombros con el tapiz menor de 90°) durante cinco segundos. En este caso será el arbitro quien cuente los segundos. VIDA DEL LUCHADOR

Ante todo el luchador debe ser un deportista, un verdadero deportista en el sentido más amplio de esta palabra. Deportista en el modo de vivir, de trabajar, de expresarse, deportista en el modo de acatar las órdenes o las decisiones de sus superiores, sean éstos entrenadores, arbitros, etc. Una vida sin desórdenes de ninguna clase, sin vicios. El deportista debe hacer vida al aire libre, ser un enamorado de la Naturaleza, no de las tabernas, de los tugurios y demás lugares que sólo servirán para que con el tiempo pierda su categoría de tal. Quede por tanto bien claro que no considero deportista al vicioso, al trasnochador y al pendenciero. Aquí me dirijo sólo al que desea ser el mejor, física y moralmente, al que esté dispuesto a sacrificarse en muchos momentos por el deporte, por su deporte, porque todo lo bueno cuesta. Vaya para él mi más sincera felicitación, porque ha escogido el buen camino. VIDA

SOCIAL

Ante todo, el deportista — se llame luchador, gimnasta o atleta —, debe tener un dominio absoluto sobre sí mismo. Sí, ya sé que eso no es nada fácil, pero lo podéis y lo debéis conseguir, de lo contrario, causaréis vuestra ruina física y moral.

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Una disciplina rígida en grado sumo es necesaria. Sin titubeos, sin vacilaciones, hay que dominar nuestros actos y nuestros pensamientos. El deportista, en general, está más expuesto que ningún otro ser humano a las debilidades terrenas, a placeres y distracciones que sólo conseguirán desviarle del verdadero objetivo, del único objetivo que debe perseguir todo deportista: el triunfo deportivo, pero también el triunfo sobre nuestros instintos, a veces mucho más difícil de conseguir que el primero. El deporte es el fenómeno del siglo xx; hoy en día se habla de deporte, se discute de deporte, se practica deporte, pero hay muy pocos deportistas. Porque no todos los que practican un deporte merecen llamarse deportistas; los hay que sólo saben vanagloriarse de sus propios triunfos, los hay que al lograr su primer triunfo se erigen en figuras aunque después se pierdan en el anonimato, los hay en fin que presumen de ser más poderosos que los demás, de ser el mejor, el más fuerte. ¡Cuántos han hecho el ridículo! Por encima de todo, el deportista debe ser modesto. Se le debe admirar dentro y fuera del recinto deportivo. Dentro, por sus triunfos logrados en buena lid ante sus adversarios; fuera, por su vida sencilla, modesta, propia del ser humano que es. El deportista, el luchador, hace vida en sociedad, alterna con otras personas y debe saber comportarse. Ante todo, nunca debe presumir de sus poderosos brazos o de sus grandes victorias; ya saldrá a la conversación sin que él lo adelante. Debe ser educado, fino, galante; pero nunca grosero, arisco, donjuanesco. Ha de procurar que su presencia y su conversación agraden a los demás, y debe evitar discusiones y peleas; los demás ya saben que es luchador, no es necesario que lo demuestre. Porque arme el gran escándalo y salga vencedor nadie le va a considerar mejor luchador, sino simplemente un fanfarrón. Un punto muy importante es la personalidad. Todo ser humano debe tener su personalidad propia, prescindiendo

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de imitaciones como hoy se ha puesto tan de moda al pretender imitar a ésta o aquella figura de actualidad. ¡Qué sensación de pobreza de espíritu dan esas personas! ¿Es que no están orgullosas de lo que son? No. Tienen que recurrir a imitar a quien sea. Es absurdo. Tened vuestra personalidad, vuestro modo peculiar de andar, de alternar, de vestir, etc. Además, hay que ordenar actividades e ideas. Nada de improvisaciones. De dejarlo todo para última hora. Emplear para cada acto el tiempo que sea necesario, sólo el necesario, ni más ni menos. No hacerlo rápidamente, ni perder el tiempo repasándolo una y otra vez. Dominio en cualquier circunstancia, en cualquier situación. Ante un accidente o ante cualquier otro espectáculo que pueda ser desagradable no retroceder nunca, pero tampoco querer curiosearlo todo. Ayudar. Colaborar. Y que cuando os pregunten vuestra identidad, una vez pasados los primeros momentos del desastre, cuando se os vaya a agradecer de la forma que sea vuestra desinteresada colaboración, podáis decir con la frente muy alta: soy fulano de tal, luchador, Así. Sin más. Es suficiente. Otro punto que creo conveniente tratar es la postura que se debe adoptar al andar. Al andar, la postura no debe ser encorvada, como queriendo demostrar modestia, o quizá tal vez pasar inadvertido, ¿por qué? Pero tampoco hay que mostrarse arrogante o incluso arrollador, pretendiendo que se postren a vuestros pies los demás. Hay algunos que parecen querer dominar el mundo con su forma de andar. No. Ni lo uno ni lo otro. Andad erguidos, firmes, con la cabeza levantada, viriles, orgullosos de ese cuerpo fuerte y sano que tantos sacrificios os ha costado lograr, pero sin fanfarronear, sin arrollar. Sed modestos, sencillos, se os admirará más todavía. Os lo aseguro. Quiero tratar ahora de ciertos peligros que, como ya indiqué al principio de este capítulo, no lo son más que de una manera esporádica.

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Ante todo, las mujeres; sí, tal como lo estáis leyendo. No voy a aconsejaros que huyáis de las mujeres, nada más absurdo ni antinatural, ni que os dediquéis a la sencilla y peligrosa profesión de conquistadores femeninos. No. Os voy a aconsejar que tratéis a la mujer como se debe y como se merece. La mujer es un ser delicado e inferior a vosotros; sed finos, amables, educados; en una palabra, sed hombres. Me refiero, claro está, a vuestras relaciones con mujeres, no con esos desperdicios humanos de vida fácil, que sólo pretenden robar la salud y el dinero. Ahuyentad de vuestra mente todo pensamiento nocivo que en nada os ayudará, sino en preocuparos y en desviaros de vuestro único ideal, el triunfo deportivo. Casaos Jóvenes; es muy recomendable, ello evitará un sinfín de tentaciones y al mismo tiempo ordenará vuestro organismo. Nunca se os ocurra ir a ciertas «casas» donde sólo infecciones, enfermedades y miseria podréis obtener. Os hablo no como moralista, ni como sacerdote, porque ninguna de las dos cosas soy, sino como compañero vuestro de gimnasio y de entrenamientos. Es un consejo, en vosotros está el tomarlo. Mi felicitación para los que no se hagan los sordos. En mi vida como deportista, he observado que no sólo los luchadores y los deportistas en general toman a veces calmantes, sino que son los propios entrenadores los que los obligan a tomar. Yo he sido objeto en su día, hace ya años, de esa orden, porque no se puede llamar de otra manera. Es una barbaridad y quienes los toman u ordenan tomar, sólo demuestran con ello, sean deportistas o entrenadores, su incompetencia. Estos calmantes, bromuro principalmente, ejercen sobre el organismo una acción calmante pasajera, pero luego hace reaccionar mucho más violentamente al que los ha tomado, con lo que a la larga saldrá perjudicado.

Salida de un «souplesse». El luchador que lo ha

ejecutado

es el que queda en este caso debajo momentáneamente, ya que su propio impulso le h a r á rodar, por lo que al Anal de la presa las posiciones deben quedar invertidas a lai; de la

fotografía.

El luchador lanzado sufrirá en esta presa un duro castigo, ya que será su cuerpo el que cargue con todo el peso en la caída, aunque la fotografía parezca demostrar lo contrario.

I

'

José Panizo. Seis años campeón de España. Peso pesado. Perteneciente a la Federación Castellana-Centro.

Dos momentos distintos del «souplesse», presa decisiva en Lucha Grecorromana, ya que se requiere u n a gran habilidad p a r a poder salvarse de ella sin ser derrotado. Técnica, valor y perfecta ejecución. Obsérvese cómo el luchador que la realiza se a p o y a con la cabeza en el ring, por lo q u e es sumamente importante el entrenamiento del cuello. P r e s e de gran mérito y belleza. No h a y q u e huir de esta presa. Algunos luchadores van dando vuelt a s a la lona continuamente para que no los lancen, aunque tampoco se deberá permitir cuando nosotros no podamos responder con las mismas a r m a s , y a que el «souplesse» s u m a unos puntos que pueden ser decisivos si no ее contrarrestan.

El luchador de la derecha de la fotografía está materialmente derrotado por la perfecta presa a que le tiene sometido su contrincante. Si su rival no comete a l g ú n error técnico, pocos segundos podrá resistir en esa posición tan a p u r a d a , de la que saldrá vencido al agotarse y tocar con los hombros el tapiz. H a y que evitar en todos los casos q u e d a r en esta situación, de la que es materialmente imposible salir, sobre todo si el contrincante le бирега en peso.

El luchador que se encuentra arriba está descansando completamente por lo que, si el combate no le es favorable, no se le deberá permitir que permanezca en esa posición, ya que en ella se recuperará y p o d r á a continuación a t a c a r de forma contundente. El luchador que se encuentra debajo deberá esperar el movimiento de su contrincante p a r a zafarse rapidísimemente, ya que de lo contrario de la posición de la fotografía podría pasar a otra en la que vería acabar el combate. L a agilidad y el ataque en el momento oportuno es le mejor a r m a centra este presa.

LUCHA GRECORROMANA

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Dos aspectos más quiero tocar en este capítulo: el tabaco y la bebida. Voy con el primero. El tabaco. Yo no fumo. Pero no creáis que tengo nada contra el tabaco. No. Yo sólo os doy un consejo, en vosotros está el aceptarlo o no. Considero peligroso el fumar; perjudica los pulmones, fatiga antes al fumador. La nicotina es un veneno para el deportista. No fuméis. Y la bebida. Espectáculo lamentable el que dan los bebedores cuando pierden el control de sus facultades. No es que os considere en ese grado de bebedores, una copa hoy y otra mañana irán minando el organismo. Yo no bebo. No. Seguro que alguno de vosotros ya me está llamando anticuado, ñoño, ridículo... y otras cosas que me callo. No. Yo no bebo porque soy un enamorado del deporte, pero del deporte puro, sin artimañas, sin negocios misteriosos, y sin dinero. Sobre todo eso: sin dinero. Practico deportes, he practicado casi todos los que existen, y me gustan todos. Cada uno tiene un «algo» que agrada, cautiva y distrae. Hay deportes que no exigen plenitud de facultades para practicarlos, pero aquí me dirijo a luchadores, y esos deportes de lucha en general exigen mucho del cuerpo, yo diría que una entrega total, constancia, mucho entrenamiento, plena forma física, ¿creéis que en la taberna vais a encontrarla? Dejad esas copitas, hoy una, mañana otra. Un poco de vino en las comidas no hace daño, cerveza de acuerdo, coñac para cuando estéis resfriados (pero no he dicho tomarlo para no resfriaros, no nos engañemos), y nada más. Refrescos los que queráis, a pesar de que hoy están apareciendo algunos que casi me van a obligar a retractarme de lo anteriormente dicho. Porque ese limón, naranja, etc., que tanto destacan a la hora de hacer la publicidad del producto, cuando llega el momento de consumirlo no se ve ni se nota por ningún lado. Resumiendo: ni tabaco, ni bebidas alcohólicas; es un consejo de un deportista a los deportistas. i

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LA

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VIDA DEPORTIVA

El luchador deberá hacer vida al aire libre, ello es muy beneficioso para su forma física. Existen deportes que le ayudarán no sólo a mantener su forma física sino incluso a mejorarla. Son éstos: Levantamiento de peso (Halterofilia). — La potencia, dureza de golpe y potente musculatura que da el levantamiento, le ayudarán a la hora de enfrentarse con un rival. Existen ciertos ejercicios de levantamiento que cuando los domine le servirán de mucho en el ring, en el tapiz o en el tatami. Atletismo. — Dentro de este deporte, los saltos y los lanzamientos le darán la agilidad necesaria; es éste un deporte que se puede practicar en todas partes. Peso y disco, estos dos lanzamientos los podrá hacer en la playa o en el campo; no se persigue que supere ningún récord, sino simplemente la distracción mientras toma el sol, luego no es necesario que tengan lugar en una pista de atletismo. El salto de altura y el de longitud también pueden hacerse en cualquier lugar. Se busca con estos ejercicios la distracción y el mantenimiento en forma. Las carreras, alternando larga y corta distancia, rápida y lenta, darán el fondo del que tan necesitado está el luchador que con tanto ring, tanta pesa, tanto gimnasio en suma, llega a olvidarse un poco del entrenamiento atlético, concretamente de la carrera, tan adecuado para adquirir fondo. Gimnasia de aparatos. — Es muy beneficiosa, aunque quizás al peso pesado o semipesado le cueste demasiado colgarse de la barra fija o hacer el «cristo» en las paralelas. La considero excelente por los potentes hombros que proporciona, por la cintura ágil y de hierro, por esos abdominales a toda prueba, etc. Un poco de paralelas, de anillas, o de barra, servirán de mucho al luchador. Los an-

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teriormente citados pesos pesados y semipesados deben probar; observen que digo probar y hacer lo que buenamente puedan, porque comprendo lo difícil que es colgarse materialmente de unas anillas con sus 80, 90 o 100 kilos, y hacer el «cristo» como si se tratase de gimnastas consagrados de 50 kilos solamente. Remo. — Es un deporte excelente por la fortaleza que da a toda la musculatura de la espalda y preferentemente a los ríñones, tan castigados por los «souplesses», tan bellos y espectaculares, como difíciles y peligrosos para el que es proyectado sobre el tapiz. Es uno de los deportes más completos que existen, porque pone en juego todos los músculos del cuerpo. Natación. — Excelente como descongestionante de los músculos y para adquirir fondo. Muy peligroso cuando se acerca una competición, ya que el desgaste del agua, más el sol y el desgaste propio de todo ejercicio, darán al luchador una fatiga que le destrozaría sus energías cuando más necesitase de ellas. Ablanda en exceso los músculos, por lo que a los luchadores de pesos ligeros no les conviene practicarla. Fuera de temporada de competiciones es muy saludable, aunque sin llegar a la fatiga total. Juegos con balón (balonmano, fútbol, baloncesto, balonvolea, etc.). — Dan flexibilidad, sirven para mantener en forma cuando faltan días (pocos) para los combates; sin llegar a la fatiga, distraen y conservan en buena forma. Camping. — Sana distracción para aquel que, tras una semana de taller u oficina, busca en el mar o la montaña la «limpieza» de toxinas almacenadas en su organismo durante toda la semana. Muy sano y económico y al alcance de cualquier bolsillo, en España la gente no ha sabido sacar el máximo provecho a esta distracción-deporte que tanta salud aporta a nuestro organismo oculto toda la semana bajo gruesas ropas que no dejan filtrarse un solo rayo de sol.

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TRABAJO

Sin duda, el trabajo habitual que realiza el luchador diariamente tiene que influir, a la hora de sus entrenamientos, en la forma como ha de enfocarlos. Dejando aparte a los profesionales de la lucha libre, un luchador de grecorromana que sea cargador estará mejor dotado para la lucha que un estudiante, y no necesitará tanta preparación como el segundo, cuyas sesiones de entrenamiento habrán de ser durísimas si quiere igualar y superar al primero. Yo divido los trabajos u ocupaciones habituales de los luchadores de grecorromana en tres grandes grupos: A) Trabajos intelectuales, en los cuales incluyo a los estudiantes, periodistas, oficinistas, y demás oficios en que no se permanezca largo rato de pie o que no requieran gran esfuerzo muscular para ejecutarlos. Estos trabajadores deberán entrenarse todos los días de la semana, alternando una sesión fuerte con otra suave, pero haciendo ejercicio físico todos los días, pues de lo contrario sus músculos no resistirán la potencia de sus rivales, cuyo trabajo habitual suponga un complemento a sus entrenamientos. El estar sentado largos períodos de tiempo no favorece en nada al organismo, sino al contrario. Proporcionará unos kilos de grasa alrededor de la cintura que le desorientarán a la hora de pesarse y que nunca supondrán más fuerza, sino menos agilidad. B) Trabajos «manuales», o sea aquellos en los que el obrero o técnico necesita a menudo de sus fuerzas para resolver sus tareas. Sin querer, este hombre se está entrenando a toda hora, ya que sus músculos se mueven. Se incluyen en este grupo los obreros, mecánicos, herreros, cargadores, mozos de almacén, etc. Depende de la mayor o menor actividad física que desarrollen si deberán forzar o no sus entrenamientos. Un he-

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rrero deberá entrenar sobre todo su cintura, hacerla más ligera. Un dependiente apenas someterá sus músculos a esfuerzo aunque los mantendrá en continua tensión. Reposo. En el gimnasio necesita adquirir, sobre todo, potencia. Y en todos los casos, mucho ring. Es muy necesario. C) Deportistas. Llamo así a los que son entrenadores, profesores de gimnasia, a los que son dueños de un gimnasio, a los que practican además otro deporte. Nada nuevo habré de decirles a éstos, porque ellos mismos son sus propios entrenadores y conocen mejor que nadie lo que necesitan. El poseer o tener facilidades para entrenarse a toda hora les da grandes ventajas sobre sus rivales deportivos. Con estas tres categorías se abarca a todos los que practican la lucha grecorromana. Queda, por lo tanto, bien claro que a más actividad física habitual menos esfuerzo en el gimnasio, y a menos actividad física en el trabajo habitual, más peso en el gimnasio. Pero yo creo también que esto no es decisivo ni se llega a confirmar de un modo rotundo a la hora de subir al tapiz. Es sólo una opinión y un consejo muy particular. Valor y constancia son los que darán al luchador la verdadera medida de sus posibilidades. La cuestión de las profesiones no es más que un accesorio, aunque consideré oportuno citarlo. HIGIENE Y MEDICINA

Hablaré muy por encima de las más elementales nociones sobre los cuidados que el individuo requiere físicamente. Voy a tratar primeramente de la higiene. Un deportista deberá tener gran cuidado con su cuerpo y con su aseo personal. Todos los días, tras el consabido entrenamiento más o menos largo deberá ducharse con agua templada y al final con agua fría para que el cuerpo reaccione y se cierren sus poros para evitar todo resfriado, peligro nú-

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mero uno de todo deportista ya que disminuye enormemente sus facultades. El resfriado es muy molesto, retrasa la puesta a punto y puede llegar a hacer perder un combate por la debilidad que a todos los músculos del cuerpo proporciona. Tras la ducha, un buen automasaje con colonia o alcohol le devolverá el vigor perdido tras el sudor del entrenamiento, y descansará sus músculos. Evitar entrenarse en el tapiz con compañeros que tengan granos en su cuerpo. Es muy fácil un contagio, con todas sus molestias, aparte de que en poco tiempo casi todo el gimnasio ofrecería un lamentable aspecto. La limpieza es muy necesaria en este deporte, ya que al estar tanto tiempo en contacto ambos cuerpos y al abundante sudor de éstos, todos los poros serán como aspiradores que atraerán fácilmente todos los microbios El arbitro deberá observar cuidadosamente a los contendientes antes de la pelea, así como el ring, ya que un simple grano de mal aspecto podría convertirse en epidemia para todos en pocos días. Creo que se da poca importancia a este punto, confiando demasiado en la buena voluntad de los participantes. Grave error. He conocido casos de luchadores que han estado imposibilitados hasta tres meses por lo que al principio pareció un vulgar grano como tantos otros que había tenido. Las uñas deberán estar siempre bien cortadas; este punto lo trata ya el reglamento, y observo que los arbitros lo vigilan un poco por rutina, y otro poco porque así lo manda el reglamento. No debería ser asi. Otro punto que debo señalar es el de los baños de pies. No. No se trata de higiene personal, sino de cuidado deportivo. Un buen baño de pies antes de un combate o después de una dura sesión de footing obra resultados magníficos. Los boxeadores prestan gran atención a este punto, ¿por qué no prestarla también los luchadores? En la ducha, ante todo, se han de mojar los brazos, luego los hombros, pecho, espalda y piernas por este orden, para facilitar la circulación de la sangre tras el entrena-

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miento y evitar un choque violento del agua sobre el cuello, pongo por ejemplo. Permanecer sólo el tiempo indispensable en la ducha, no olvidar nunca que el agua debilita y desgasta, y que el luchador necesita todas sus fuerzas para vencer a su rival. Respecto a la medicina, cada luchador deberá tener su médico particular además del propio de la Federación a que pertenezca, ya que este último no podrá atender en cualquier momento al luchador que se hava lesionado. El médico no sólo podrá ayudar a ia hora de curar una lesión o una enfermedad, sino también para resolver problemas físicos que se puedan plantear. No confundir nunca la misión del médico con la del entrenador o la del sacerdote. El médico cura el cuerpo, el entrenador cuida el cuerpo, el sacerdote cura el alma. Por lo tanto, cada problema debe ser expuesto a quien corresponda resolverlo. Normalmente, el luchador es un hombre sano de cuerpo, pero puede estar enfermo como otro ser humano cualquiera; por eso necesita al médico. No os inclinéis ante la mayor o menor verborrea del primer médico que encontréis; elegid antes de decidiros por el que deba ser el vuestro particular, porque hay muchos y muy buenos. Tened en cuenta que los médicos demuestran sus aptitudes con hechos, nunca con palabras, pues esto queda nara los vendedores. ALIMENTACIÓN

Y VITAMINAS

Esta parte del libro es una más que, junto al masaje, deportes complementarios y la posterior, sobre los entrenamientos, son básicas y constituyen los pilares sobre los que se apoyará el luchador para lograr el tan ansiado como costoso triunfo deportivo. No es necesario destacar las cualidades de una alimentación sana y bien regulada, adaptada a cada individuo en particular. Pero yo voy a hacer algo más, voy a sepa-

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rar en tres partes este pequeño estudio sobre regímenes alimenticios. La primera tratará de los diversos alimentos y su valor en calorías. La segunda tratará de las vitaminas. Y la tercera de los medicamentos-alimentos. En realidad, son una sola cosa pero vista bajo tres puntos distintos. Y vamos con la primera. Los alimentos y sus calorías. Los alimentos se deben tomar lentamente, pero ni tan lentamente que hagan perder el apetito, ni tan rápidamente que hagan dificultosa su digestión. Esta es la causa de tantos enfermos del estómago, esas auténticas bolas de comida sin digerir, que trastornan todo el organismo, con molestias cuya resolución es de lo más sencillo. Hay que comer lentamente. Masticar bien los alimentos. Ensalivar bien esos alimentos. La alimentación debe estar proporcionada a la persona que los va a tomar y guardar proporción con sus necesidades. He observado la prisa que tienen algunos por hacerse «fuertes». Quieren poco menos que un milagro. Aquí no hacemos milagros. Algunos quieren ser fuertes de la noche a la mañana. No. Hacen falta años de entrenamiento para poder levantar ciertos pesos y para poder soportar cierta alimentación. Si una persona cualquiera tomase en un día la alimentación de un luchador veterano, moriría de indigestión. Y ellos comen así todos los días y no les pasa nada. ¿Por qué? Muy sencillo. Están preparados. Lo necesitan y lo soportan. Hay que establecer el régimen propio en proporción al entrenamiento. Durante períodos de descanso, la alimentación será más pobre que durante la temporada de competiciones. Cada cual deberá ser su propio dietético. El luchador, como todo deportista, aparte de su propio entrenador, médico, masajista, etc., deberá ser él mismo quien se vigile, quien se diga: «No, yo no tomo esto porque me puede sentar mal». Existe una verdadera guerra sin cuartel entre los carnívoros y los vegetarianos. El luchador debe estar ajeno a esa lucha porque necesita de los dos, casi podría indicar

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que debe proclamarse neutral y tomar lo que más le interese de ambos, porque de los dos necesita. Los vegetarianos dicen que la carne es tóxica. Los carnívoros dicen que... Yo no me voy a meter en ese asunto. A cada cual lo suyo, y al luchador un poco de los dos. Existen unos alimentos que por su valor nutritivo son básicos para el luchador y para el deportista en general. Voy a citar sólo algunos y su valor en calorías por cien gramos: Leche. — Es excelente para todo el organismo, de fácil digestión y gran riqueza en calorías. Un vaso normal viene a tener unas 300 calorías. Azúcar. — Una cucharada pequeña supone unas 50 calorías. Gran complemento durante los entrenamientos. Hay que masticarla antes de tragarla, pues es muy perjudicial tragarla entera. Acompañada de leche es un gran complemento. Miel. — Unas 100 calorías. Existe una papilla, que os recomiendo si queréis engordar, a base de leche, copos de avena y miel. Hervir la leche y añadir los copos de avena, luego se mezcla miel y os aseguro que engordaréis a gusto cuanto deseéis. Chocolate. — Al igual que el azúcar se pueden tomar pequeños trozos durante las sesiones de entrenamiento. Unos 100 gramos vienen a tener 200 calorías. Limón. — Yo soy un fanático del limón. Lo tomo en cualquier momento. No sólo es alimenticio, sino también curativo. La cura de limón es excelente para los enfermos del hígado. Tomar de 3 a 5 limones antes de cada comida, triturados con corteza y todo. Es la llamada cura de limón integral. Como es sabido, el limón era esencial para los antiguos navegantes, pues con él evitaban el terrible escorbuto. Tengo en mi biblioteca un pequeño librito sobre el li-

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món, sus infinitas aplicaciones y virtudes. Es formidable. Ojalá pudiera copiar aunque fuese un poco de lo mucho y bueno que contiene ese libro, pero este trabajo no me permite extenderme en estos conceptos. Sólo os diré que sirve como alimento, condimento, bebida, medicamento natural, adelgazamiento, etc. Un vaso de vino tinto. — Tiene 75 calorías. En las comidas puede tomarse, pero sin abusar, recordando que el alcohol es peligroso y el vino lo contiene. La sal no se debe tomar en cantidad; con la que poseen los alimentos naturales es más que suficiente para las necesidades humanas. Existen personas que echan gran cantidad de sal en las comidas. Ello es muy peligroso, pues las comidas deben ser más bien sosas. Es preferible. Aceite. — Excelente. Gran valor alimenticio. Unas 850 calorías por cien gramos. La mantequilla posee casi tanto valor nutritivo como el aceite. Costillas de cerdo. '•— Tiene 450 calorías por cien gramos. Un buen plato de costillas de cerdo antes de disputar un combate dará grandes energías al luchador. Las costillas de buey tienen un valor alimenticio algo menor. Leche concentrada. — 355 calorías. Téngase en cuenta que al estar ya azucarada aumenta su valor alimenticio. A continuación voy a exponer un cuadro que he trazado acerca del valor alimenticio en calorías que necesita cada persona. Según la talla, cada cual sabrá el peso ideal y las calorías que requiere. Sin más preámbulos, paso a exponerlo. Por lo tanto, si se trata de un luchador cuya actividad habitual es la de obrero en una empresa, de 1'55 de estatura y de 19 años de edad, necesitará al día:

CUADRO

DE

CALORÍAS EDAD

TALLA

Peso ideal

TRABAJO de 35 a 45

Oficinas

Obreros

Deportistas

m.

50

1.500

375

300

225

150

300

450

m.

55

1.750

438

350

263

175

350

525

1'60

m.

60'5

2.025

506

405

304

203

405

608

Г65

m.

66'5

2.325

581

465

349

233

465

698

1'70

m.

73

2.650

663

530

398

265

530

795

1'75

m.

80

3.000

750

600

450

300

600

900

1'80

m.

87'5

3.375

844

675

506

338

675

1.013

95'5

3.775

944

755

576

378

755

1.133

4.200

1.050

840

660

420

840

1.260

m. m.

.

de 25 e 95

Г50

1'90

.

de 15 a 25

1'55

1'85

.

Calorías base

104

Este cuadro ha sido creado por el autor.

-f- 25 c/c

+ 20 % + 15 % + 10 % + 20 % + 30 %

44

LA

LUCHA

1.750 calorías por su estatura 438 » por su edad 350 » por su trabajo habitual Total: 2.538 525

» »

diarias, a las que hay que añadir: por ser luchador

3.063

Es decir, que ese muchacho va a necesitar consumir al día 3.0&3 calorías, sin el menor peligro de indigestión, para superar día a día su forma física. De lo contrario, su rendimiento será muy pobre, pues su cuerpo no podría soportar tanto ejercicio con tan «poca» alimentación. Es como una máquina a la que hay que echar carbón según las necesidades; si funciona intensamente y durante mucho tiempo necesitará una gran cantidad de carbón, sin el menor peligro de reventar la caldera, pero si va despacio y recorre un trayecto corto, con muy poco carbón será suficiente. Por lo tanto, ya sabe cada luchador las calorías que necesitará para rendir al máximo. «Buscaros» vosotros mismos en el esquema anteriormente expuesto y sabréis la cantidad de calorías que necesitáis al día. Y para mayor claridad, aún voy a exponer unos cuantos ejemplos más. Los alimentos en los que podéis encontrar esas calorías serán detallados más tarde. Un joven de 24 años, de Г80 metros de estatura, que practique la lucha grecorromana y cuyo trabajo habitual sea el de estudiante, necesitará diariamente: 3.375 calorías por su estatura 844 » por su edad 338 » por su trabajo habitual Total: 4.557 1.013

» »

al día, a las que hay que añadir: por ser luchador

5.570

Por lo tanto, ese estudiante necesitará al día 5.570 calorías sin el menor peligro para su cuerpo.

45

LUCHA GRECORROMANA

Un oficinista de 27 años, de Г70 metros de estatura, que practique la lucha grecorromana, necesitará diariamente : 2.650 calorías por su estatura 530 » por su edad 265 » por su trabajo habitual Total: 3.445 795

» »

diarias, a las que hay que añadir: por ser luchador

4.240

Es decir, este oficinista va a consumir diariamente 4.240 calorías para lograr la forma física deseada. Como habréis podido observar, según la estatura, cada uno tiene, siempre siguiendo una línea horizontal, unas calorías base ya determinadas, a las que habrá de añadir las que le correspondan según edad y trabajo, más las que le correspondan como luchador. Estas cifras se han hallado siguiendo unos tantos por ciento determinados que van en aumento o disminución según edad y trabajo, ya según que el cuerpo humano se encuentre en período de desarrollo o ya adolescente necesitará un número determinado de calorías. De igual modo, si es oficinista necesitará menos calorías suplementarias que si es obrero, ya que su esfuerzo físico es muy inferior al del segundo. Mas como luchador tendrá una cifra muy elevada de calorías y sumadas todas se obtendrá la cantidad total que se debe proporcionar al cuerpo. Si a esto añadimos ocho horas seguidas de sueño como mínimo y nueve como máximo por las noches, y una preparación óptima en el gimnasio, si no llega más pronto o más tarde a ser un buen luchador es que no sirve. Y ahora paso a exponer los alimentos donde se encontrarán esas calorías que el cuerpo necesita. Quede bien claro que el número de calorías se considera siempre por cien gramos; por lo tanto, a mayor ración alimenticia mayor número de calorías se aportan al organismo.

46

LA

LUCHA

Algunos dicen que no progresan físicamente. Nunca se debe atribuir a los malos alimentos porque los alimentos no tienen la culpa. Si un sujeto sabe el valor alimenticio de cada uno y toma la cantidad necesaria para no engordar o para superar su propio peso y no lo logra, es por causa de enfermedad, infección, mala vida o sobreentrenamiento, pero nunca se puede culpar de ello a la alimentación. En estos casos, se ha de confiar en el médico para descubrir el motivo, nunca tratemos de descubrirlo por nuestra cuenta o de autodiagnosticarnos un aumento de alimentación porque no conseguiremos más que dañarnos nosotros mismos. Calorías por 100 gramos; Aceite . Mantequilla . . Avellanas . Costillas de cerdo Costillas de buey . Roquefort . . Gruyere . . Costillas de corder o . Leche concentrada . Harina de trigo . Lentejas . Miel. . . . Pescados . P a n blanco . . Judías . Plátanos. . P a t a t a s hervidas Huevos (50 gramos cada pieza) . .

845 790 635 450 430 420 400 380 355 350 335 320 250 250 115 100 95

Azúcar . . . . Alcachofas . C i r u e l a s . . . . Leche n a t u r a l . Melocotones. Vino (un vaso) . Cerveza (un vaso). L i m o n e s . . . . Pollo Yoghourt Tomates L e c h u g a . . . . N a r a n j a . . . . Uva Manzana Cerezas . . . .

405 75 75 70 65 60 55 45 205 140 90 120 20 20 50 20 60 80

160

Respecto a las vitaminas voy a indicar las principales características de cada una de ellas, aunque sea muy por encima: Vitamina A. — Favorece el desarrollo, protege la piel y la vista.

LUCHA GRECORROMANA

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Los alimentos que contienen mayor cantidad de ella son los guisantes, la mantequilla, el queso y el aceite de hígado. Vitamina B^ —Su ausencia aumenta los estados de fatiga; es muy importante para el luchador. Los principales alimentos son la leche, las lentejas y los tomates. Vitamina B2. — Es la vitamina de la longevidad. Su carencia retrasa el crecimiento. Los principales alimentos son la leche y el queso. Vitamina C. — Su carencia causa una enfermedad llamada escorbuto, padecida antiguamente por los navegantes. Provoca una gran debilidad y hemorragias intensas. El alimento básico para combatirla es el limón. Vitamina D. — Llamada antirraquítica. Provoca la tuberculosis. Más que alimentos es mejor recomendar baños de sol. Vitamina E. — Es la vitamina del equilibrio sexual. Su carencia provoca la atrofia muscular. Los principales alimentos para combatirla son la leche y la lechuga. Vitamina K. — Su falta provoca hemorragias. Tomates y espinacas son los alimentos más indicados. Vitamina P. — Su ausencia provoca enfermedades del hígado. Limón, la ya indicada cura de limón integral. Vitamina P P. — O antipelagrosa. Sobre todo alimentación a base de hígado, levadura y leche. Y por último voy a hablar de los alimentos-medicamentos. El luchador en concreto, el deportista en general, consume tal cantidad de calorías al día que quizás algunas veces encuentre difícil lograr tal cantidad en la alimen-

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LUCHA

tación natural, en las comidas que hace todos los días. Por eso existen estos alimentos que podríamos llamar «de farmacia» y que son el complemento ideal. Pero no debemos abusar de ellos; no es que exista ningún peligro, al contrario, son excelentes, pero más vale no abusar ni acostumbrarnos a ellos. Además, antes de consumirlos debemos consultar a una persona competente en la materia que nos indicará su utilidad, su dosis y precauciones a adoptar. En Estados Unidos, por ejemplo, existen infinidad de ellos, excelentes en su mayoría, pero hay que tener en cuenta que es un país muy aficionado al deporte y en particular a los deportes de pesas, que son los que más hacen trabajar todas las regiones del cuerpo y, por lo tanto, los que más ayuda necesitarán por todos los medios. Pero no voy a citar productos norteamericanos ni es necesario hacerlo, porque en Europa tenemos y muy buenos. En la Alemania de Hitler, por ejemplo, el Ejército era cuidadosamente vigilado en este aspecto y se proporcionaba estos alimentos-medicinales a los soldados para mantenerlos más en forma. Hoy en día, todo país que se considere en vanguardia debe tener estos productos en sus farmacias, pues ha llegado ya el día en que no es propio de enfermos el acudir a la farmacia, ni el darse sesiones de masaje, ni el cuidar el cuerpo mediante el ejercicio. No. El tipo embrutecido tiende a desaparecer; el atleta anacrónico que no cuidaba su cuerpo, ha pasado a segundo plano con sus marcas anticuadas para dejar paso a un tipo de atleta mucho más completo y mucho mejor desarrollado. Los récords han sido superados y en algunos casos doblados, el desarrollo actual supera en medidas y en estética al del hombre de antes, y todo ello gracias a los nuevos sistemas de entrenamiento mucho más completos que los antiguos, a la preparación rigurosa y la alimentación cuidada. En España existen productos excelentes en farmacias y en tiendas especializadas. Voy a citar tan sólo unos cuantos que en ningún caso sustituirán a los alimentos

Panizo, el gran campeón español con barba por exigencias cinematográficas, hace uso de su gran fuerza para doblar el cuerpo de su contrario y ponerlo de espaldas. Sólo si se tiene u n a g r a n fuerza es recomendable este movimiento, pues de lo contrario puede ponerse uno mismo en posición m u y comprometida, si el rival sabe aprovechar nuestro propio impulso. El cuello juega u n importante papel en esta posición, ya q u e , si es potente, cuando nuestro atacante intente ponernos de espaldas 6e podrá hacer «puente» en espera de mejor ocasión para salir definitivamente de la apurada posición.

i .

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--*

Tras la posición de castigo, el luohador situado arriba obliga a doblar u n brazo e su contrario, con lo que inevitablemente caerá sobre uno de t u s costados pudiendo entonces ser objeto de nuevas presas que le hag a n caer de espaldas a la lona.

En este bello «souplesse», el luchador lanzado «cae» bien y sólo una g r a n m a l a suerte podiía hacerle perder el combate

Un excelente «puente» en el que podrá resistí. - el tiempo que precise p a r a poder zafarse de su contrario. Un giro de cuello, en el momento oportuno, del luchador en «puente» podrá cambiar el rumbo del combate.

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LUCHA GRECORROMANA

naturales, limitándose a ser complementos de la alimentación en períodos determinados. Para casos de fatiga o carencia de vitamina С es muy indicado el «Calcium Sandoz + Vitamina C», tomando una pastilla disuelta en medio vaso de agua antes de la comida. Con una pastilla diaria es suficiente, a no ser que su necesidad fuese muy urgente, en cuyo caso se po­ dría aumentar la dosis sin peligro alguno. Para casos de aumento de vitaminas en general por estar en período de sobreentrenamientos es muy indicado «Viterra», pastillas que contienen todas las vitaminas. La casa Nestlé fabricaba unas pastillas de sabor a chocolate llamadas «Nestrovit», pero que en ciudades de excesivo calor se derretían fácilmente, por lo que, al parecer, muchas farmacias las han rechazado. Son muy agradables de tomar, pero vuelvo a repetir que hace tiempo que no sé nada de ellas, por lo menos en lugares calurosos. Existen productos, como «Milo», por ejemplo, de la casa Nestlé, que es muy recomendable; como él existen numerosos en las farmacias, podéis consultar antes de comprarlo. Hay alimentos que proporcionarán peso a discreción a quien lo necesite ,y que se venden en tiendas dedicadas a esta especialidad. Son éstos principalmente el germen de trigo, los copos de avena, el pan integral, la levadura, etc. Todo cuanto he dicho no son más que opiniones particulares para casos muy generales, pero cuando se trate de un caso determinado, de falta de vitaminas, por ejemplo, o de debilidad en ciertas partes del cuerpo, un médico mejor que nadie podrá daros la receta concreta y más óptima. C) ENTRENAMIENTOS, TÉCNICA, TÁCTICA Y MASAJE ENTRENAMIENTOS

Llegamos aquí a la parte más importante y sin la cual nada conseguiría el luchador, pues por muy bien alimen4

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LA

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tado que estuviese, por muy buen masajista que tuviese, por muy buena vida que se diese, si no se entrenara, si no tuviese un entrenador que le enseñase técnica y táctica, si no contase con unos compañeros con los que perfeccionar lo que le han enseñado sus maestros en el gimnasio, no llegaría a nada. Es necesario entrenamiento, entrenamiento, entrenamiento; la improvisación juega un papel muy secundario en este deporte. Es necesario entrenarse y entrenarse bien; voy a exponer métodos, sistemas y consejos, pero en un deporte en el que se actúa individualmente, cada luchador debe tener su sistema propio, y el entrenador deberá preparar a cada cual individualmente. Aunque estén concentrados, aunque tenga que entrenar a varios a la vez en el gimnasio, nunca deberá decir: «¡A hacerlo todos!» No. Cada cual lo hará de una forma distinta y algunos será mejor que no lo hagan. Ese será el buen entrenador, el que cuide a cada cual en particular, aunque se encuentren reunidos. Esto no quiere decir que los tenga separados siempre y totalmente, ya que entonces haría falta un entrenador para cada luchador, lo cual resultaría complicadísimo y costosísimo, sino que atienda a cada cual en particular. Sin embargo, no hay duda de que se pueden hacer numerosos ejercicios en grupo; el footing, pongo por ejemplo, se debe realizar cuando estén concentrados, en grupo, pero el entrenador deberá vigilar a cada cual por separado y nunca pretender comparar el rendimiento de varios en conjunto. Por lo tanto, entrenamientos individuales aunque estén realizándolos en conjunto, siempre individualizar, nunca comparar preparaciones de pesos de distintas categorías; hay que tener en cuenta que según su peso, estatura, categoría en que milite, edad, etc., cada individuo necesitará determinados ejercicios y el que resulte satisfactorio para uno puede ser peligroso para otro. Pretender que un peso pesado corra cien metros en el mismo tiempo que un peso pluma, es tan absurdo y peligroso como que en el gimnasio ese mismo peso pluma haga un souplesse a un peso pesado.

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Considero una barbaridad que en una concentración se obligue a someterse a baños de sauna (mejor sería llamarlos baños de sudor) a un peso ligero, igual que a un peso pesado, pues el sistema nervioso del primero es mucho más excitable que el del segundo. No hay que olvidar nunca que «cada cual tiene su entrenamiento y que existe un entrenamiento para cada cual». ENTRENAMIENTO PARA EL PRINCIPIANTE

El que por vez primera entra en un gimnasio con la intención de practicar la lucha grecorromana, sea joven o adulto, no deberá dirigirse directamente al ring, como queriendo lograr un rápido aprendizaje para muy pronto emular las glorias deportivas de sus ídolos. No. A veces son los entrenadores los que tienen esa mala costumbre, pensando que cuanto antes suba al ring antes será luchador. No. El principiante, sea de la edad que sea, deberá pasar ante todo un reconocimiento médico, ya que no todos sirven para la lucha. Luego deberá aprender un poco de técnica del deporte que desea practicar, sólo en teoría y nada de práctica, y comenzar a entrenarse con pesas ligeras, muy ligeras, que se irán haciendo cada vez más pesadas a medida que su desarrollo y edad lo necesiten. Solamente deberá subir al ring para realizar ejercicios de ligereza, de agilidad, pero no debe practicar presas ni ejercicios de cuello, ya que corre el peligro de lesionarse. Nadie, fuera de la lucha, entrena su cuello, por lo que éste resultaría tan vulnerable como el de los demás seres humanos. Lesiones y fuertes dolores son incidentes al orden del día. Muchos ejercicios de agilidad, flexiones, saltos, salto de cuerda, posturas gimnásticas, ejercicios de soltura, gimnasia sueca, etc., constituyen la actividad recomendada. Footing, tanto en circuito (es decir, dando vueltas a

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paso gimnástico alrededor del ring) como al aire libre, siempre que tenga oportunidad. El principiante no debe creer en milagros de breves semanas de preparación, en bíceps voluminosos como aparecen en las revistas con sólo diez minutos diarios, ni en fuerza hercúlea con sólo adquirir un poco de técnica de la lucha. La preparación deberá ser muy suave al principio, y al decir principio no me refiero a los primeros días ni siquiera a las primeras semanas, sino a los primeros meses; ello depende de las fuerzas naturales de cada principiante. Puede oscilar entre los tres y cinco meses. Hay algunos entrenadores — lo he observado con mis propios ojos — que pretenden enseñar desde el primer día de entrenamiento todas las presas al principiante, y conseguir que éste las haga como si de un veterano se tratase. Exigir un souplesse a un principiante es pedir un milagro, porque el pobre muchacho se asustará al primer revolcón por tierra, cobrará miedo a todo y a todos, y lo más seguro es que no vuelva a aparecer por el gimnasio. Imagine el lector que pretenda llegar a campeón de saltos de palanca, y que el primer día le ordenen que suba al trampolín para aprender a saltar. Si una vez arriba le tiran al agua de un empujón, lo más probable es que el susto y la caída le hagan cobrar aversión al agua durante una larga temporada. Usted necesitará un adiestramiento, una preparación; primero tirarse desde la orilla, luego aprender a caer, hará unos ejercicios de cintura para flexionarse mejor y luego se tirará con sumo cuidado hasta que vaya adquiriendo soltura y perdiendo el lógico respeto que aquéllo le infundía hasta el momento. Lo mismo ocurre en la lucha grecorromana. Gran preparación física, enseñanza teórica y práctica (sin violencias ni riesgos absurdos), y cuando uno se considere apto para realizarlo, habrá llegado su oportunidad. En caso de ser un adolescente el principiante, podrá

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practicar algunos ejercicios de cuello con precaución. Si es un muchacho, no. Las poleas son muy aconsejables, ya que ejercitan todo el cuerpo con sus múltiples ejercicios y dan un nervio enorme. En la preparación con pesas no hay que intentar nunca levantamientos máximos, ni realizar muchas repeticiones de cada ejercicio, ya que se trata de principiantes. Completamente distinto sería si se tratase de expertos, en los que el único ideal debe ser aumentar la fuerza, cosa que sólo se conseguirá ejercitándose siempre con pesos máximos, aunque sólo puedan hacerse unas cuantas repeticiones. Pero a los principiantes, repito, pocas repeticiones y poco peso, «soltura antes que fuerza», y «agilidad antes que exceso de peso». Ya llegará todo a su debido tiempo. Pasado el primer mes de aprendizaje, tanto si se trata de un muchacho como de un adulto, y después de la debida observación por parte del preparador, podrá ir penetrando en los secretos de la lucha, aunque siempre lentamente. Pocos ejercicios de ring pero bien hechos, pues mientras no sepa hacer perfectamente un salto no podrá aprender una caída, y así sucesivamente. Sus facultades y sus músculos serán su mejor consejero, ellos mejor que nadie le dirán cuándo y con qué intensidad deberá entrenarse. Mientras su cuerpo no le pida más peso, no lo ponga. Al cabo de unos meses, el que el primer día no era más que un novato se habrá convertido en un excelente alumno. Observad que he dicho alumno, no luchador, lo cual quiere decir que aún le queda mucho por aprender. Recalco en esta parte de los entrenamientos lo de ir despacio y con paso firme, porque considero que el peor defecto de casi todos los principiantes es pretender ser una figura a las veinticuatro horas. Todo llegará. Esa ilusión por llegar es muy loable pero no hay que malgastarla en unos cuantos días o semanas de entrenamiento. Debe ser administrada proporcionalmente durante

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unos años, y se habrá logrado un nuevo campeón del que se sentirán orgullosos tanto los que fueron sus maestros como los que fueron sus alumnos.

Fie. 1. En el suelo, inspirar al agacharse y espirar al subir hasta quedarse en la posición indicada. Hacer varias series de 10 a 15 repeticiones cada una. Es excelente para los hombros, pectorales y brazos. Acostumbrarse a hacerlo en adelante siempre.

FIG. 2. Ejercicio respiratorio. Inspirar al subir los brazos y espirar al bajarlos. Hacer dos serie6 de 10 repeticiones después de cada ejercicio. No se deben subir los brazos más arriba de la altura de los hombros. Las palmas de las manos mirando al suelo.

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F I G . 3. Salto de comba. Se h a r á siempre al mismo ritmo. Es m á s importante s a l t a r mucho tiempo a saltar m u y rápido. I n s p i r a r y espirar acompasadamente durante todo el ejercicio. Mal hecho este ejercicio puede traer malas consecuencias y si por el contrario se hace bien se fortalecerán las piernas y se logrará una g r a n capacidad pulmonar.

F I G . 4. Con las piernas j u n t a s y las m a n o s en las caderas, doblarse hacia adelante. Puede hacerse también hacia los lados. Inspirar al comenzar el ejercicio p a r a expulsar el aire al a g a charse. Inspirar al subir y espirar al terminar el ejercicio. Hacer cinco series de 10 repeticiones.

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ENTRENAMIENTO PARA EL DEPORTISTA EN GENERAL

Quien ha practicado о practica otro deporte que no sea la lucha tendrá innumerables ventajas sobre el que por vez primera pisa un gimnasio para ser luchador. Existen deportes que dan una preparación física completísima. Pues bien, el comienzo deberá ser suave. Pocas pesas y nada de ring las primeras semanas. Luego «hará cuello» y aumentará de peso las barras. Su entrenador le irá enseñando teóricamente una a una las presas, que también verá hacer a sus compañeros, y cuando se crea listo para intentarlo podrá hacerlas él mismo. Luego sólo será cuestión de repetir una y otra vez. Cuando haya pasado un tiempo prudencial, deberá ir imitando (aunque con mucho menos peso en sus barras) los ejercicios de los «veteranos». Se debe prestar gran atención a la preparación del cuello. La potencia que vaya adquiriendo en el cuello será el termómetro que marcará su verdadero progreso, puesto que en los momentos decisivos de un combate habrá de ser única y exclusivamente la fuerza de su cuello la que le salve de la derrota, que de otro modo será segura e inevitable. En realidad, la preparación que deberá seguir este deportista dependerá más que nada de su entrenador y de él mismo, ya que ellos dos son los únicos que saben si en verdad está preparado o no para hacer tal o cual ejercicio.

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FIG. 5. Flexiones en les paralelas. Hacer cuantas sea posible en cuatro series. Hacerlas lentamente. Inspirar al agacharse para expulsar el aire al subir.

FIG. 6. Ejercicio puro de fuerza. Elevar desde la altura de los hombros la barra cargada, pero que nos permita hacer como mínimo cinco repeticiones. Hacer cinco series. Toda la íuerza debe salir de los brazos y hombros. Es muy importante acostumbrarse a hacer este ejercicio, pues se adquiere gran potencia.

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FIG. 7. Con las piernas separadas inclinar el cuerpo hacia los lados. Hacer cuatro series de diez repeticiones.

FIG. 8. En el suelo, apoyados con el cuello y los pies, elevar desde detrás de la cabeza una pesa, que irá aumentando а medida que se pueda, hasta la cintura. Hacer muchas series, pero sólo cinco repeticiones en cada una. Antes de este ejercicio acostumbrar el cuello al tapiz con flexiones suaves sin peso.

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ENTRENAMIENTO PARA EL LUCHADOR EXCLUSIVAMENTE

Llego ahora al punto más importante del libro, aquel sin el cual estas páginas perderían todo o casi todo su valor, porque no se puede concebir un libro de lucha grecorromana sin decir qué es lo que hay que hacer para ser luchador. Porque por más hechos históricos que se cuenten, por más anécdotas que se refieran, si no se dice cómo hacerlo igual e incluso mejor que los personajes de sus páginas, este libro no tendría el menor interés como obra de divulgación ni como obra de enseñanza. Ya he explicado la preparación que debe seguir el principiante e incluso la que debe seguir la persona que ha practicado ya algún deporte que no sea la lucha. Imaginemos ahora que esa persona está ya «a punto» para luchar. Sus brazos son ya potentes, sus hombros resistentes, su cintura ágil, su cuello «de acero», y se dispone a subir al ring. Todo cuanto haya hecho hasta ese momento le parecerá poco al observar a sus rivales; nunca ha de mirarlos como enemigos, sino como rivales deportivos. Si su preparación ha sido la adecuada dará ahora sus frutos, de lo contrario habrá perdido lamentablemente su tiempo. El luchador principiante ha ganado pocos minutos después su primer combate. Un gesto de alegría invade su rostro, es la satisfacción del triunfo. Pero no vayamos tan aprisa, porque la realidad es que ese combate ha sido un sueño. Mi deseo es que estos ejercicios sirvan para «hacer» nuevas figuras de la lucha. Ahora, vosotros tenéis la palabra. Me baso en la creencia de que este luchador imaginariD tiene una ocupación habitual y que dedica a la lucha sus horas libres solamente. Si el lector es un profesional de la lucha que desea aplicar algunos de estos ejercicios y que goza de tiempo suficiente para ello, mejor aún. Por lo tanto, divido las sesiones durante los períodos

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de entrenamiento en dos partes. Una de madrugada, al aire libre; y la segunda, por las tarde, en el gimnasio. El «footing» de madrugada es excelente para lograr ese fondo que tanto echan de menos algunos luchadores. Da pena ver cómo se pierden combates por carencia de fondo. Mucha grasa, mucha fuerza, pero nada de fondo. Y todo por no hacer unos minutos diarios de «footing». Es muy sencillo. Os abrigáis bien según la estación del año que sea, y a correr un poco por el espacio con vegetación más cercano. Ni que decir tiene que es mucho mejor el hacerlo en la playa o en el monte, mejor en este último por la carencia de humedad que tanto deprime en el mar. Un jardín o un solarium es suficiente. La cuestión es correr, saltar, respirar aire puro, ensanchar los pulmones. Deberá hacerse alternando carreras de velocidad y de fondo. Correr, por ejemplo, 50 metros a toda velocidad para, sin parar, correr 100 metros lentamente, a paso gimnástico, y volver a correr 50 metros a toda marcha para volver a correr 100 metros lentamente. Así varias veces. Luego, 100 metros andando para descansar. Y vuelta a empezar. Alternándolo con ejercicios de soltura, esto dará a vuestro cuerpo una resistencia fantástica, aunque los primeros días no opinéis lo mismo. Todo esto puede resumirse de la siguiente forma: hacer muchos metros alternando rápido y lento; y hacerlo siempre al aire libre. Pensad que el resto del día lo vais a pasar bajo techo en la mayoría de los casos, pues tanto vuestro trabajo habitual como el entrenamiento en el gimnasio no os permitirán respirar aire puro. Respecto a los ejercicios propiamente dichos, voy a dividirlos en tres clases: gimnasia sueca, gimnasia de pesas y ring. Vamos con lo primero: gimnasia sueca. Al llegar al gimnasio, el cuerpo, la circulación de la sangre y el corazón no marchan al mismo ritmo de unos minutos después, cuando hayáis levantado grandes pesos. Conviene, por lo tanto, ir acostumbrándolos, nunca someterlos a un cambio brusco. Para conseguirlo, podéis hacer

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unas flexiones en las poleas y ejercicios de cintura, flexiones, saltos, etcétera. Las flexiones hacia delante y hacia los lados, los saltos estirándose mucho al saltar para extender totalmente los músculos, relajación total con pequeños saltos a continuación, descanso unos segundos, y ya podéis comenzar en serio la parte más importante del entrenamiento. El trabajo con pesas os aconsejo hacerlo por zonas, o sea, por grupos musculares, pero nunca alocadamente, sin deteneros a meditar sobre los músculos que están trabajando en ese momento. Podéis comenzar por los bíceps. Músculo «delantero» del brazo. Flexionar los brazos con la barra larga en posición de pie, inspirando al extender los brazos, o sea al bajarlos, y espirar (expulsar el aire) al flexionar los brazos. (Ver figura 9.)

FIG.

9

FIG.

10

De la misma manera podéis hacerlo con dos barras cortas y también acostado en la banqueta. (Ver figura 10.) Hacer de cada ejercicio cuatro series de seis (como mínimo) a doce (como máximo) repeticiones, con pesos máximos.

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A continuación, entrenar vuestros tríceps (músculo posterior de los brazos). Echados en la banqueta, coger la barra larga y flexionar los brazos desde la altura de la cabeza hacia atrás, con las palmas de las manos bastante juntas y hacia arriba. (Ver figura 11.)

FIG.

11

FIG.

12

En pie se hace partiendo de la posición de la figura 12 hasta la altura de la cabeza. También se puede hacer con barras cortas. Un ejercicio básico para los tríceps (que actúa también en hombros y pecho) son las flexiones en las paralelas. Hacer series ilimitadas, doblando hasta el máximo. Expeler el aire al subir. Con estos ejercicios básicos quedan suficientemente entrenados los brazos. Ahora les toca el turno a los antebrazos. Para ellos podéis utilizar los tensores de hierro. No es necesario contar las repeticiones, ya os avisarán vuestros propios antebrazos al sentir el cansancio. En caso de estar haciendo «footing», podéis usar dos esponjas (sí, no os asustéis: dos esponjas bien secas), apre-

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tándolas al máximo. Lo que al principio os parecerá una tontería os maravillará al poco tiempo cuando comprobéis la garra que tenéis en vuestras manos. Con pesas, podéis entrenarlos con la barra larga puesta a la altura de la cintura, brazos semiflexionados y poco peso, primero una serie con las palmas de la mano hacia arriba, y después hacia abajo. Y llegamos a una parte muy importante del entrenamiento, la preparación de los hombros y parte superior de la espalda.

FIG.

13

Echaros sobre una plancha inclinada (ver figura 13) y con dos barras cortas, los brazos estirados, bajarlos hasta los hombros y volver a subirlos. Inspirar al bajar y espirar al subir. Pesos fuertes, pero sin cargar a tope las barras. Luego, cargar la barra larga al máximo y hacer levantamientos olímpicos. Practicarlos todos. Rebajar peso, volver a cargar la barra y así varias veces. Os dará una fuerza impresionante. Hacer repeticiones del ejercicio de la figura 14, es decir, con la barra bastante cargada, hacer fie-

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xiones (4 series de 12 repeticiones cada una); si observáis que no podéis levantar el peso que habéis puesto, reducirlo hasta lograr hacer ese número de repeticiones. En las espalderas o en la escalera colgada hacer flexiones (4 como mínimo) varias veces.

FIG.

14

A los luchadores de grecorromana les recomiendo un levantamiento en especial. Arrancada estilo alemán (squat), es decir, levantar la barra muy cargada de un solo tirón desde el suelo hasta arriba haciendo al mismo tiempo una sentadilla. Mientras estáis levantando la barra os vais agachando con las piernas muy abiertas y flexionadas. Quedaréis con piernas y brazos abiertos, la barra sobre vosotros y los brazos extendidos. Esto dará gran potencia a toda vuestra espalda y parte trasera de los hombros, así como también a las piernas y ríñones. Para pectorales, observar la figura 15, apoyaros en dos sillas, banquetas, o incluso en el suelo, las manos separadas a la altura de los hombros, y poner los pies sobre otra banqueta u objeto a la misma altura o más que los anteriores. Flexionar los brazos y extenderlos. Inspirar al bajar. Con los brazos abiertos y distanciados de los hombros es

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ejercicio útil para los pectorales, y con las palmas de las manos juntas sirve para los tríceps (por eso lo he explicado al referirme a la parte superior del cuerpo).

FIG.

15

FIG.

16

Para los músculos dorsales, será muy útil que tengan polea de dorsales en vuestro gimnasio, con ella podréis practicar una serie de ejercicios a peso máximo que trabajarán completamente vuestro cuerpo. Hacerlos primero levantando el peso con los brazos abiertos y de frente a la polea, y luego de espaldas. 5

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En caso de carecer de esa polea, podéis entrenaros también satisfactoriamente con pesas. El primer ejercicio será cargar medianamente las barras cortas y, con el cuerpo doblado por la cintura, «lanzar» los brazos un poco flexionados hacia atrás. Al volver a su posición inicial, hacerlo lentamente. El otro ejercicio consiste en cargar el máximo la barra larga, pero solamente (mucha atención) de un lado (ver figura 16), acercarla y separarla de vuestro cuerpo. Varias

Fie. 17

series de 8 repeticiones cada una hasta sentir un ligero cansancio. No forzar al máximo pues os puede ocasionar una lesión de lumbago muy molesta y de lenta curación. Viene a continuación el entrenamiento de las piernas. Recomiendo en especial un ejercicio que, os lo aviso antes de comenzar, resulta pesado y antipático pero que obrará grandes beneficios en vuestro organismo. Dará fuerza a las piernas, y resistencia a los ríñones, facilitará vuestras actividades intestinales, etcétera. No olvidarlo, por pesado que os resulte, en vuestros entrenamientos. Colocar la barra larga muy cargada sobre vuestras espaldas (ver figura 17). Con los pies un poco separados, po-

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ñeros de puntillas para bajar, a continuación, a tope, y volver a quedar de pie (no de puntillas). Así 10 veces, descansar unos momentos, y otra serie. Así hasta tres series. Inspirar al poneros de puntillas y espirar al bajar. Inspirar al subir y espirar al quedar otra vez en pie. Por lo tanto, en cada ejercicio hay dos inspiraciones y dos espiraciones. Para los músculos abdominales, colgaros de la espaldera y doblar las piernas al máximo (ver figura 18) mientras espiráis, y bajarlas mientras inspiráis. Hacer tres series de 12 repeticiones.

FIG.

18

A continuación, coger las barras cortas medianamente cargadas y en posición de firmes, levantar los brazos hasta la altura de los hombros con las palmas hacia abajo; una vez en esa posición, colocar las palmas de las manos hacia arriba y levantar los brazos. Mientras hacéis este ejercicio inspirar, para espirar al bajar. Así recuperaréis la respiración normal un poco fatigada de tanto ejercicio. Este ejercicio servirá también de entrenamiento para vuestros hombros (ver figura 19).

G8

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Ejercicios para pectorales. — Echaros en la banqueta y con las mismas barras que habéis utilizado para el ejercicio anterior, e incluso con los mismos pesos, abrir y cerrar los brazos al máximo, inspirando al abrirlos y espirando al cerrarlos. Tres series de 12 repeticiones.

FIG.

19

Luego, echados también, con la barra larga en vuestra cintura y brazos abiertos, dejarla caer hacia atrás lentamente mientras inspiráis profundamente; es un ejercicio excelente para toda la caja torácica. A continuación volvéis la barra a la posición inicial, mientras espiráis. Tres series de 12 repeticiones. Seguidamente, podéis hacer el ejercicio de la figura 15 si lo preferís así. También se puede sustituir este ejercicio por flexiones echado con pesos máximos. O también, como en la figura 20, hacerlo en el suelo. Podéis alternar una temporada cada uno. La cintura y oblicuos están ya bastante entrenados con el ejercicio hecho en el ring al luchar y el trabajo de dorsales, abdominales, etc., pero si no os parece suficiente podéis hacer flexiones — sin peso — en posición de firmes con inclinaciones hacia delante y hacia los lados.

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Y llegamos al cuello, esos músculos de los que nadie se acuerda nunca y que tan importantes son para los luchadores. ¡Cuántas derrotas sufren infinidad de luchadores por no tener suficientemente entrenado su cuello! Podéis

Fia. 20

entrenaros sobre el mismo ring o sobre una colchoneta, o en cualquier otro lugar un poco blando en el que colocaréis una toalla, como medida preventiva. Observar la figura 21.

FIG.

21

Manos atrás, apoyados solamente por la cabeza y los pies en el suelo, balancearos hacia delante y hacia atrás. Muchas repeticiones. Luego con las manos delante (ver figura 22). Desde la posición de la figura 22, de la que debéis partir siempre, echaros hacia atrás. Vuestro cuerpo se debe

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acostumbrar a arquearse y entre tanto vuestro cuello irá aumentando cada día. Todo esto os habrá llevado poco más de una hora. Inmediatamente después al ring, si no estáis ya en él, y luchar, luchar sin parar, hasta sentiros agotados; después ducharos sin perder tiempo. Atención a los resfriados que tanto perjudican al deportista.

FIG.

22

La recomendación de luchar sin parar es para adquirir fondo. Todos los ejercicios con pesas deben hacerse en series entre 6 y 12 repeticiones. De 3 a 4 series. Lenta y totalmente cada repetición. En el ring practicaréis cada una de las presas en el imaginario combate con vuestro compañero; corregiréis defectos pero sin parar, como si de un durísimo combate se tratase. Una vez cansados y empapados en sudor hay que dar por terminada la sesión de entrenamiento. El descanso entre una serie y otra en el entrenamiento con pesas deberá ser muy breve, el suficiente para recuperar la respiración normal, pero nada de ponerse a charlar como he observado en algunos que alternan las flexiones con discusiones con sus compañeros. Así ni ellos se benefician, ni su organismo tampoco. Un entrenamiento completo, o sea, gimnasia sueca, pesas y ring, debe durar aproximadamente hora y media.

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Descansar al día siguiente para recuperar fuerzas es lo mejor. Así, con un entrenamiento alterno de gimnasio y «footing» diario llegaréis a donde deseáis. Luego una buena ducha, primero templada para finalizar con agua fría, breve sesión de automasaje y hasta mañana. A continuación paso a exponeros las diversas presas que existen en la lucha grecorromana. SOUPLESSE.

Es el deseo de todos los luchadores el poder hacer esta presa a su rival, ya que, además de puntuar favorablemente, le asegura el triunfo en la mayoría de los casos. Todos los ejercicios para desarrollar cuello que he indicado en páginas anteriores, sirven precisamente para poder zafarse de esta presa y, en último caso, resistir el ataque del contrario sin tocar con los hombros el tapiz. Consiste en que uno de los contendientes agarra fuertemente por la cintura, abrazándole materialmente, a su contrario uniendo las manos por detrás. Una vez bien sujeto por la cintura, doblándose por la cintura hacia atrás, se deja caer en la lona mientras lanza por encima suyo a su contrario que cae sobre los hombros y queda vencido. Requiere gran entrenamiento de cintura. Es muy fácil contraer algún ligero lumbago al principio, pero con el tiempo se adquirirán unos ríñones «de hierro». El souplesse se puede hacer de diversas formas, o mejor dicho, tiene diversas variantes, ya que no siempre se lanza al contrario exactamente por encima de uno, sino que puede lanzarse por uno de los costados. En dichos casos no se debe caer sobre el cuello, sino sobre los laterales de las piernas y antebrazos, de un lado o de otro, según los casos. En esta presa se centra toda la atención en los entrenamientos, ya que en cualquier momento puede uno, si es experto en ella, hacerla a su contrincante, pero también puede ocurrir lo contrario.

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La flexión de cintura hacia atrás debe hacerse sin titubeos, es cuestión de segundos. La menor vacilación puede costamos el poner en guardia al rival y que éste la evite, o caer mal nosotros pudiendo quedar lesionados. Esta presa se puede evitar juntando ambas manos, uniéndose al contrario con los brazos; o uniendo las manos y colocándolas debajo de su barbilla para empujar hacia atrás su cabeza. BRAZO A LA AMERICANA.

Consiste en coger el brazo del contrincante por la parte superior y, rápidamente, volverse de espaldas. Luego, con un fuerte tirón de ríñones se le hace perder el equilibrio y caer sobre el tapiz. Si no se alarga en seguida la pierna del lado en que nos han hecho la presa, para sostenernos sobre el costado, quedaremos derrotados. Lo mejor en estos casos es afirmar bien cabeza y pies sobre la lona y hacer el puente, que más tarde explicaré. CADERAS EN LA CINTURA.

Consiste en apoyar la cintura en la cadera del contrario, mientras con un brazo se le agarra por la cintura apretándole fuertemente y con el otro se le sujeta el suyo. A continuación, el atacante se inclina hacia delante con rapidez — siempre hay que evitar los reflejos del contrario que nos pueden hacer perder no sólo la presa, sino también el combate — y lo lanza, dándole casi una vuelta, sobre la lona. La manera de evitar esta presa es zafarse de ser apresados por las caderas, ya que en esa posición podemos ser lanzados sobre la lona por diversas presas.

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VUELTA DE CABEZA Y CADERAS.

Consiste en sujetar con la mano derecha la muñeca del contrincante, obligándole a apartar su brazo del cuerpo; se adelanta la pierna derecha afirmándose muy bien sobre los pies, y se le sujeta el cuello con el brazo izquierdo, levantándolo sobre la cadera derecha. Luego, mientras se dobla la pierna derecha, se lanza uno sobre el rival para impedir que se mueva en la lona. En esta presa hay que evitar ser levantados, sujetando al atacante cuando éste se vuelve. VUELTA DE CABEZA.

Nos debemos situar al lado del adversario y colocarle las manos detrás del cuello, empujándolo hacia la lona, bajándole la cabeza, y dejándose caer de rodillas. La única forma de impedir esta presa consiste en apoyarse en el cuerpo del contrario, evitando con ello que éste pueda agarrarnos. BRAZO RODADO.

Hay que evitar ser sorprendidos por el contrincante con esta presa, ya que si no se posee una fuerza hercúlea no podremos zafarnos de ella y al cabo de unos segundos no tendremos más remedio que ceder y tocar con los hombros en la lona. Si somos apresados, debemos apoyarnos en la espalda del contrario para separarnos de él. Si el contrario nos sujeta bien en esta presa quedaremos imposibilitados para cualquier movimiento que no sea revolvernos por el ring, para quedar más pronto o más tarde rendidos y derrotados. Nuestro rival sabe el valor de la presa y resistirá nuestros últimos esfuerzos, ya desesperados, porque sabe que tiene la victoria en sus manos. Ade-

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más, él estará mucho más «cómodo» que nosotros y por lo tanto sería absurdo pretender agotarlo con nuestros desesperados movimientos ya que seríamos nosotros mismos los perjudicados. Esta presa consiste en agarrar la muñeca derecha del adversario con nuestra mano izquierda, dar media vuelta para quedar de espaldas a él y tirar del brazo que tenemos sujeto. Con nuestro brazo derecho sujetamos la parte superior de su brazo libre y mediante un fuerte tirón, sincronizado con una inclinación sobre nuestra pierna derecha, lo lanzamos sobre la lona. Una vez en la lona, debemos hacer toda la fuerza posible con nuestras piernas para que ceda en el «puente», que no tiene otro remedio que hacer, mientras tenemos apoyada nuestra espalda sobre su pecho. Es decir, que materialmente nos hemos quedado encima de él y en ese momento nuestro único objetivo será hacer presión para «aplastar» su puente. Hay que tener sumo cuidado para que no se nos escape y seamos nosotros los que nos pongamos de espaldas. CINTURA POR DETRÁS.

Consiste en tirar del brazo con el cual el adversario haga menos fuerza, obligándole a dar media vuelta. Se le levanta sobre la cadera y se le sujeta la cabeza por el mismo lado en que lo tenemos apresado, para poder derribarlo sobre la lona y caer de costado sobre él. Para evitar que se nos haga la presa debemos coger siempre los brazos del adversario y echar la cabeza hacia atrás. PUENTE.

En realidad, el puente no es una presa, sino la manera de evitar que, en cualquier presa, seamos derrotados por tocar la lona con los hombros.

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Consiste en arquear todo lo posible nuestro cuerpo apoyándose en el tapiz únicamente con la cabeza y los pies y mantenernos en esta posición todo el tiempo necesario hasta poder zafarnos de la presa que nos haya hecho nuestro contrincante. De ahí el interés que todo luchador debe poner en entrenar su cuello, ya que continuamente se va a encontrar en esta situación y si su cuello es débil nada podrá hacer, y uno tras otro irá perdiendo los combates sin salvación posible. Es extraordinario el auténtico cuello «de hierro» aue tienen algunos luchadores y verlos apoyarse en él, segundo tras segundo, y permanecer inmóviles, mientras su contrario lucha desesperadamente por «hundir» el puente sin conseguirlo. A continuación, con un giro rápido de cuello, atacan al rival y lo colocan en la posición en que segundos antes ocupaban ellos. Son verdaderos exámenes de fuerza en el cuello. El luchador se suele distinguir a simple vista por las medidas poco corrientes de su cuello con respecto a los demás hombres. La medida de su cuello supera en la mayoría de los casos a la de sus brazos. Son años y años de entrenamiento continuo, de ejercicios muy duros destinados a desarrollar ese cuello que asombrará a todos. Si no conseguís un cuello a toda prueba no seréis nunca buenos luchadores. Ejercitad en todas las sesiones de entrenamiento vuestro cuello; aunque al principio sea muy desagradable, con el tiempo lo agradeceréis.

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HORARIO ACONSEJABLE EN PERÍODOS DE ENTRENAMIENTOS

8 h.: Levantarse. 8'15 h.: Desayuno. 8'45-9'45 h.: Footing al aire libre, ducha, automasaje. 10'15-1'15 h.: Lectura, trabajo. Г30 h.: Comida. 2 - 3 h.: Reposo sentado. 3 - 6'30 h.: Lectura, trabajo. 6'45-8'45 h.: Gimnasio, pesas, ring, ducha, masaje. 9'15-9'45 h.: Paseo. 10 h.: Cena. 10'30-11 h.: Reposo sentado. 11 h.: Acostarse. (Lectura y trabajo equivalen a las ocupaciones habi­ tuales, como estudiar y trabajar.) (Este horario debe amoldarse a las ocupaciones de ca­ da cual.) (El footing puede realizarse todos los días, a ser posible.) POSICIÓN DE PARTIDA DEL COMBATE:

Esta es la posición correcta a adoptar al dar la señal de comienzo del combate. Cuerpos flexionados, manos un

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poco abiertas, respirar de forma continuada antes de juntarse ambos cuerpos en la lucha, piernas abiertas, un poco flexionadas. Es necesario en todo momento estar muy bien apoyados sobre el tapiz.

AGARRE INICIAL:

Algunos luchadores prefieren coger de la cintura al adversario; creo que es un error, pues igual que quizá se le arroje al tapiz, también podemos ser nosotros los lanzados. Por lo tanto es preferible este agarre en el que ambos contendientes podrán medir su fuerza. TIRÓN DE BRAZO:

Cogiendo por el tríceps de uno de sus brazos, arrojarlo al tapiz, por el lado en que se le ha hecho la presa, mediante una vuelta de su cuerpo sobre sí mismo. Es verdaderamente un «tirón» de su brazo que le hará caer en posición muy comprometida.

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PROYECCIÓN DE ESPALDA:

El luchador que se encuentra debajo deberá dejar a su contrincante que se «suba» lo más posible sobre sus espaldas y en el momento preciso, con la fuerza de los ríñones en especial, de la espalda en general, se le proyectará a nuestro antojo. Si su peso es muy superior no se deberá hacer esto, sino zafarse cuanto antes para evitar que nos «planche».

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BARRIDO DE BRAZO:

El brazo del contrincante del lado en que nos encontremos servirá de apoyo para colocar el nuestro y elevar su cuerpo para que caiga de espaldas.

PROYECCIÓN DE CADERA:

Bien sujeto el contrincante por la axila y el hombro se le hará doblar poco a poco su cuerpo hasta girar y caer de espaldas o al menos de costado. Es necesario tener bien firmes los pies en la lona o de lo contrario giraremos nosotros también con él.

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COGIDA DE BRAZO Y CINTURA:

Posición típica de la lucha grecorromana, de defensa del caído en el tapiz y de castigo también. Si se está bien apoyado en el tapiz será difícil el «despegarlo» de allí. Hay que hacer fuerza continuada a la altura del codo hasta que doble el brazo, con lo que caerá de cara, lo que será el comienzo de nuevas presas.

COGIDA E N

TIJERA:

El luchador caído en la lona se verá imposibilitado para salirse de la presa.

El equipo de E s p a ñ a de L u c h a Grecorromana

durante su concen-

tración con motivo de los IV Juegos del Mediterráneo, celebrado* en Ñapóles recientemente. De izquierda a derecha: José Panizo, campeón de E s p a ñ a ;

Magaña, seleccionador nacional; el autor de este

Olmo, campeón

de España;

don

Ignacio

Jiménez

Balgañón,

libro; vice-

presidente de la Federación Española de Lucha; Rafael Bendicho, campeón de España; don Luis Blanco, tesorero de la Federación

Españo-

la y Rlcart, ex presidente de la Federación Levantina de L u c h a .

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Echados materialmente sobre él, aunque no apoyados, no le permitiremos zafarse y en el momento oportuno con una presa sobre sus hombros tocará la lona. Si nos aventaja en peso o posee un poderoso cuello se hará rápidamente esta presa antes de que intente hacer «puente». TÁCTICAS DE LUCHA

Al igual que en los demás deportes, en la lucha existen tácticas de ataque y de defensa, según las circunstancias, que igual valen para el grecorromanista que para el judoka, aunque en algunos casos se trata de pura psicología. Antes de comenzar el combate se deberá tener muy en cuenta el peso y la agilidad del contrincante. Por regla general, a mayor peso menor agilidad, pero cuando esta regla no se cumple en el rival, deberá poseer una técnica muy elevada para vencer. Si superamos a nuestro adversario en peso de varios kilos se deberá buscar la lucha cuerpo a cuerpo, ya que de esta forma saldrá perdiendo tanto en las presas como en las caídas. Si es él quien nos supera de forma destacada en peso, se hará lucha a distancia para atacar solamente cuando le tengamos apropiadamente para aplicarle la presa. Si nuestro adversario es un luchador de gran agilidad es preferible la lucha cuerpo a cuerpo sin permitirle un momento de descanso, para tratar de agotarlo, siendo nuestros desplazamientos los menos posibles. Nunca cometer la imprudencia de dejarle controlar el combate con sus ataques esporádicos y su gran movilidad sobre el cuadrilátero, ya que lograría poneros nerviosos al no tener la misma agilidad que él y no poder responder adecuadamente a sus ataques. Si se desconoce por completo la identidad de vuestro rival procurad en los primeros minutos «estudiarlo», ver cómo reacciona, intentando descubrir su «talón de Aquiles», para luego ir al ataque. б

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Si el desarrollo del combate es netamente favorable a nosotros por un gran margen de puntos, es preferible luchar a la defensiva, aun sabiendo que con ello vamos a perder algún punto, a seguir atacando y correr el riesgo de perder. Para ello dejaremos que nos ataquen, situándonos siempre a distancia del contrincante, para «ver venir su presa». Por inferior que se considere a nuestro adversario no por ello deberemos dar el combate por ganado. Siempre debemos estar bien atentos a nuestro rival, dándole en todo momento la cara y moviéndonos siempre preparados para defendernos o atacar. Nada ni nadie deberá distraernos durante el tiempo que dure el combate. Una lesión, por pequeña que sea, tiene una importancia decisiva en el combate. Nuestro rival se aprovechará de nuestro punto débil para lanzar todo su ataque a ese lado. Por ello es muy importante preparar el cuerpo antes del combate con unos ejercicios de calentamiento: unas flexiones de las diversas masas musculares será suficiente. Si el lugar del combate es muy frío o húmedo, la fase de calentamiento será más dura, y se permanecerá abrigado hasta el momento de subir al cuadrilátero. Si la lesión existe ya antes del combate y tiene poca importancia, será preferible no llevar venda o algo semejante, si dicha lesión lo permite, para no llamar la atención del contrincante, que no debe saber que tenemos un punto débil. Por regla general los combates tienen dos fases: una primera de estudio de las características del contrario, que dura los primeros minutos, a no ser que uno de ellos busque la victoria por la vía rápida, y una segunda de ataque mutuo, en la que aquel luchador que se considere teóricamente más fuerte, deberá marcar la pauta a seguir, mientras el teóricamente inferior tiene que aprovechar las oportunidades que los fallos de su rival le proporcionen. Siempre que nuestro rival muestre síntomas de cansancio, el ataque será ininterrumpido por nuestra parte para

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terminar el combate cuanto antes o para evitar que se recupere con una táctica defensiva. El conocimiento del Reglamento es fundamental para saber en todo momento aproximadamente la puntuación, favorable o no, y marcar de esta manera la pauta a seguir durante los próximos minutos. M A N T E N I M I E N T O Y CONSERVACIÓN

Los ejercicios que voy a citar a continuación de nada sirven para quien esté en el comienzo de este deporte. Son solamente para aquellos que ya son luchadores y que, por una lesión ya superada o por hallarse en un período de relativo reposo físico, en lugar de pasar horas enteras entrenándose realizan solamente aquellos ejercicios que no suponen una gran fatiga ni un cansancio igual al de sus habituales sesiones de entrenamiento. Repito una vez más que son ejercicios complementarios para luchadores, nunca para principiantes ni ajenos a este deporte. Aunque sin duda una persona corriente sentiría una total extenuación al hacerlos, cuando para un luchador apenas supone sudar unas gotas. Primeramente, cintura. Sesiones de cintura sin peso, flexiones, esto servirá como calentamiento previo. No descubro nada nuevo. Hacer los ejercicios normales. Los que hace todo el mundo. Que puedan descansar los ríñones de los esfuerzos del ring. Entrenamiento en paralelas, muchas flexiones en series de pocas repeticiones, no fatigar el músculo. Con estos ejercicios se debe pretender poner a punto el cuerpo, nunca agotarlo. Flexiones en la barra fija, pocas repeticiones, muchas series, excelente para los hombros. A continuación, en la escalera (horizontal e inclinada) hacer cuantos ejercicios sepáis para brazos, hombros, dorsales, etc. Nunca fatigaros. Adquirir elasticidad al mismo tiempo que potencia.

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Para poner a punto los músculos pectorales, hacer flexiones con los pies juntos sobre una silla y las manos abiertas bastante separadas en el suelo. Es suficiente con este ejercicio. Luego subir al ring y realizar saltos, diversos saltos, nada de combates, pero sí, en cambio, un poco de «footing» alrededor del ring, o sea corretear (porque no creo conveniente llamarlo correr) lentamente mientras dais vueltas sin esforzaros demasiado. Y por último, cuello. Hacer cada día lo que el propio cuello «os pida». El primer día sin pesas, luego usar las barras más ligeras del gimnasio. Es excelente, mientras estáis en posición de puente, lanzarlas más atrás de vuestra cabeza y volver a colocarla en la posición inicial, es decir, sobre vuestros hombros. Flexiones de cuello de delante hacia atrás y un poco de «footing» al aire libre harán el resto. No creo oportuno usar la cuerda para saltar, pues excita demasiado el corazón y no es conveniente en los primeros días de entrenamiento. No olvidar que estáis en fase de mantenimiento, no de preparación de torneo. Las vísperas de combate se debe guardar un reposo absoluto, ausencia total de pesas y casi nada de ring. En este momento, lo único que debe preocupar al luchador es su peso corporal, engordar o reducir según cada caso, para presentarse en las condiciones debidas. HORARIO ACONSEJABLE DURANTE EL PERÍODO DE MANTENIMIENTO

9 h.: Levantarse. 10- 11 h.: Footing al aire libre, ducha. 1Г30 - 12'30 h.: Reposo acostado, masaje. 1 h.: Comida. l'30-2'30 h.: Reposo sentado. 4'30-5'30 h.: Gimnasio, ring, ducha. 6-9 h.: Distracciones y paseo. 9 h.: Cena. 9'30-10'30 h.: Reposo sentado. 10'30 h.: Acostarse.

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(Válido para concentraciones y puesta a punto de competiciones.) HORARIO PARA VÍSPERA DE COMBATE

Libertad de horario, amoldándolo a la hora del combate. Sobrealimentación. Descanso sin límite. SOBREENTRENAMIENTO

Parece absurdo a simple vista que quien se entrega a un deporte pueda excederse en su entrenamiento y fatigarse mermando considerablemente sus facultades. Y ocurre muy a menudo. El deportista, el luchador en este caso, por exceso de ejercicio, por excesivos y prolongados esfuerzos, se siente agotado y rinde cada vez menos. Es como una curva ascendente al principio, a más ejercicio más rendimiento, pero de repente esa línea comienza a descender y el luchador se muestra cansado, distraído, aburrido y rinde menos. Ese es el punto de fatiga. Ahí debe dejar de entrenarse y tomarse un período de descanso, sin que por ello vea mermada su forma física, sino al contrario. Es un caso que se da con frecuencia en los principiantes. La ilusión de mejorar una marca, de ser «campeón» cuanto antes, les lleva a superarse a sí mismos, a hacer más y mejor que sus ídolos y pronto viene el desaliento. Ojalá sirvan estas líneas de aviso para esos inconscientes, porque lo que ellos buscan con ese esfuerzo en algunos casos ha provocado la muerte. Para que sirva de «termómetro» vuestro síntoma postentrenatorio, voy a daros unas aclaraciones sobre lo que es cada cosa, y así vosotros mismos sabréis cuando hay que parar y tomarse una temporada de descanso, la que necesitéis, sin regatear días. Pensad que un campeón no se hace

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en unas semanas ni en unos meses. Es labor de tiempo, de constancia, no de esporádicos impulsos. Fatiga. — Disminución del rendimiento habitual. Sensación de malestar. Decaimiento. Excesivo esfuerzo. Con un ligero descanso desaparece rápidamente. Surmenage. — Estado de fatiga continuo por no poder el cuerpo eliminar los desechos por el excesivo y prolongado esfuerzo. Es la fatiga llevada a sus últimas consecuencias. Período de reposo prolongado. Es un estado muy peligroso. Sobreentrenamiento crónico. — Cuando un individuo realiza un esfuerzo demasiado agotador (exceso de pesas o de ring, pongo por ejemplo) sin tener los períodos de reposo que necesita. Es muy grave. Provoca trastornos internos, nerviosos incluso. Disminución de peso sin causas aparentes. Falta de apetito. Mal color en la piel. Decaimiento agudo. Agotamiento. — Cuando al sobreentrenamiento hay que añadir una alimentación pobre, o sea carente de las calorías necesarias para ese organismo. Es gravísimo. Puede provocar enfermedades incurables o taras para el resto de su vida. El primer aviso que nos da nuestro organismo es una ligera sensación de malestar. Entonces quiere decir que hemos llegado al tope del entrenamiento. Todo cuanto hagamos a partir de ese momento se hará contra nosotros mismos y seremos los únicos perjudicados. Para evitar estos tropiezos voy a daros unos consejos cuyos resultados, buenos o malos, según los casos, yo conozco por experiencia. No entrenaros todos los días. Es preferible que lo hagáis cuatro o cinco días seguidos a la semana y descansar el resto. Practicar las pesas, pero sin llegar a agotaros. Pensad que si abusáis de ellas, a la hora de subir al ring vuestros músculos estarán demasiado rígidos y carecerán de esa grasa superflua que expulsaréis al sudar durante el combate.

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En América les da por entrenarse duramente dos o tres días seguidos, hasta el cansancio total, y luego descansan el resto de la semana. No me gusta ese sistema, ya que el músculo goza de demasiado tiempo de descanso. El método tal vez mejor es aquel que se practica alterno, dos horas o más; pero alterno, no olvidarlo, así el músculo que es sometido a un duro esfuerzo un día tiene todo el día siguiente para reponerse y al mismo tiempo no se descongestiona. Habréis observado que en ningún sistema se dice «entrenamiento diario». Tened en cuenta que el músculo necesita su descanso y si no se lo dais un día u otro se «quemará», es decir, lo destrozaréis. ¿Cuál es el mejor de todos los sistemas? Eso lo debe decir vuestro propio cuerpo. Unos necesitarán descansos de varios días para recuperarse. Muy bien. Entrenaros tres o cuatro días seguidos, sin llegar al agotamiento, y descansar el resto de la semana. Otros preferirán entrenarse a días altemos. Magnífico. Realizar sesiones de dos horas a días alternos. Y no olvidéis «dar vacaciones» a vuestro cuerpo cada dos meses, por lo menos una semana; o después de una competición que haya durado como mínimo tres días. ¿Cuál practico yo? Yo los he hecho todos y he llegado a la conclusión de que debe ser uno mismo quien se dicte su propio sistema, según responda su organismo, pero sin olvidar que más de cinco días a la semana, e incluso cinco, es excesivo. Además, no esperéis que con el entrenamiento vais a lograrlo todo. El gimnasio, el ring, no es más que una parte de un todo que está compuesto además de alimentación, baños de sol (¡qué gran fuente de salud es el sol!), reposo, masaje, vida metódica, ausencia absoluta de vicios, etc. Sólo así mereceréis ser llamados deportistas y llegaréis a ser lo que deseáis. No olvidéis nunca la célebre frase: «Mens sana in corpore sano». El deportista, en este caso el luchador, debe estar ajeno totalmente a toda preocupación de carácter fisiológico o moral.

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MASAJE

Es sumamente importante el masaje. Un buen masaje todas las semanas, dado por las manos de un experto, obra resultados altamente beneficiosos en el organismo. No hay que confundir masaje y automasaje. El primero lo debe dar un diplomado que tendrá grandes conocimientos de la materia; después de haberse sometido a esta sesión de masaje el luchador gozará de un optimismo y un relajamiento enormes. El automasaje nos lo damos nosotros mismos con nuestras propias manos después de cada sesión de entrenamiento. Con colonia o alcohol, como ya indiqué anteriormente, friccionaremos cada parte de nuestro cuerpo y con un suave amasado de abajo arriba enrojeceremos la piel; esto servirá como ayuda para recuperar las fuerzas perdidas en el entrenamiento. Muchas personas creen que el masaje se debe dar a los enfermos, nada más equivocado. Son las personas sanas las que también necesitan el masaje para superarse o para sobreponerse de un gran esfuerzo. El masaje a las personas sanas se llama masaje deportivo. Pero el masaje no es ninguna palabra nueva, en Egipto, China, India, etc., ya lo aplicaban los sacerdotes y mujeres adiestradas. Existen diversas clases de masaje: Estimulante. — Para poner en acción un músculo que se encuentre en reposo. Del reposo no puede, o mejor dicho no debe, pasar violentamente a la acción. Tonificante. — Cuando, a consecuencia de una lesión o de una inactividad prolongada, los músculos están atrofiados, una sesión de masaje enérgica les harán recuperar su «forma» perdida. Revulsivo. —• Por medio de un masaje prolongado sobre determinada parte del cuerpo se provoca un aflujo de sangre. Es enorme el bienestar que se obtiene con una fricción general.

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Eliminador. — Cuando el trabajo físico es muy intenso, la eliminación de los desechos no puede resistir su ritmo, por lo que quedan retenidos en el músculo hasta un día o dos después. Ello exige un período de reposo. Calmante. — Es un masaje suave sobre regiones doloridas para cortar el dolor. Para finalizar, quiero dar unas ideas, aunque sólo sean superficiales, sobre los diversos masajes. El sentido del masaje deberá ser de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. El masaje rápido es excitante y, por lo tanto, sirve para estimular y acelerar la circulación. El masaje lento es calmante. La duración depende del masaje que se aplique; en general, acciones lentas y cortas son calmantes, y acciones rápidas y cortas son estimulantes. Las acciones prolongadas son excitantes. Nunca deberá concentrarse el masaje en un área reducidísima del cuerpo, aunque sea un masaje local, ya que cuanto más se supere la zona a tratar más activo será. Por último, baste decir que el masaje es una de las partes necesarias e insustituibles en toda preparación deportiva por sus excelentes resultados.

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AUTOMASAJE Tanto antes como después de cada entrenamiento se debe dar el interesado una breve sesión para preparar los músculos, en el primer caso, y para ablandarlos en el segundo. Reproducimos a título de ilustración algunos movimientos básicos (1):

Amasar con ambas manos los dorsales

Presionar con ambas manos de abajo arriba

Cogerse los músculos amasándolos Aplicar los puños presionando para distenderlos de abajo arriba (l) De la obra «Régimen y Ejercicio», de M. Rouet, de esta misma colección.

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Coger con ambas manos estas rozas fácilmente invadidas por la grasa y amasarlas para eliminarla

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Aplicar siempre las manos ejerciendo presión sobre los músculos en movimiento de abajo arriba

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LUCHA UBRE

I. LUCHA LIBRE OLÍMPICA Se trata de una lucha bellísima que está adquiriendo gran número de adeptos en todo el mundo. Tiene una gran ventaja sobre la lucha grecorromana: el poder agarrar al adversario por debajo de las caderas, con lo cual se presta a hacer un mayor número de presas. Es muy parecida al popular catch, pero carece de ciertas presas más llamativas que prácticas que se utilizan en el catch. Para la práctica de la lucha libre olímpica se requieren unas facultades fantásticas; el hecho de utilizar todo el cuerpo y poder ser atacado en todo él obliga a poseer una agilidad felina, pues de lo contrario la derrota es inmediata. Su reglamento es muy parecido al de la lucha grecorromana. Ejemplo claro de ello es que los arbitros de «greco», como cariñosamente se llama a la lucha grecorromana, son los mismos que los de libre olímpica, ya que su única diferencia es una serie de presas que en greco están prohibidas. Según mi modesta opinión, guiándome por los combates que llevo vistos de grecorromana, libre olímpica y catch, y observando las reacciones del público, creo que a éste — que a fin de cuentas es quien manda, pues con sus aplausos o censuras llena los recintos deportivos con los consiguientes beneficios deportivos, morales y económicos — le atrae más el catch por lo que de violento tiene. Esos golpes tan espectaculares (y no tan dolorosos) hacen vibrar de emoción al público, y del mismo modo, en la libre olímpica, esa

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agilidad unida a la fuerza de los contendientes entusiasma a los públicos. Es lástima que actualmente en España apenas la conozcan unos cuantos, pero estoy seguro de que tendrá una rapidísima difusión con el impulso que la Federación Española de Lucha le va a dar en breve. Estos queridos compañeros en las tareas federativas sabrán darle el impulso debido para bien del deporte español. Ellos se lo merecen todo por su formidable trabajo, y la lucha libre olímpica alcanzará el puesto que le corresponde dentro del deporte español. Y siguiendo con la psicología de los públicos, continúo opinando que desean lo espectacular, tal vez porque la lucha, sea la que sea, es ante todo, junto con otros deportes, un deporte-espectáculo y la gente quiere aplaudir, silbar, emocionarse en suma, como lo hacen todos los públicos del mundo con esta clase de lucha. Ahí creo que radica el fallo de la lucha grecorromana y el motivo de que no sea lo popular que debiera después de tantos siglos de existencia: el hecho de ser tan lenta en algunos momentos del combate, el permanecer largo rato inmóviles o casi inmóviles los contendientes en una presa, lo cual demuestra la perfección con que ésta es ejecutada y es muy de admirar, pero al público eso no le gusta. Y al público hay que agradarle y ofrecerle lo que quiere. Y lo que quiere es catch, es libre olímpica, con su emoción, su rapidez, su tremenda acción. La lucha libre olímpica goza de grandes masas de aficionados en todo el mundo y estoy seguro de que muy pronto las tendrá también en España. Respecto a los pesos, véanse las páginas dedicadas a la «greco», junto con su Reglamento, figura también el de la libre olímpica; a fin de cuentas son muy parecidas, aunque no iguales. No voy ahora a citar indumentaria, tapiz, servicio médico, arbitro, jurado, duración de los combates, etc., porque sería repetir lo que he dicho en las páginas de la lucha grecorromana. Me limitaré a señalar las presas ilegales que se indican en la página 36 del Reglamento Interna-

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cional de Lucha Grecorromana y Libre Olímpica editado por la Federación Española de Lucha. Son éstas: «...la tijera con la pierna sobre la cabeza o sobre el cuerpo». «...no es necesario, en la ejecución de algunas presas con el pie, acompañar al adversario en el suelo». «...está prohibido agarrar al adversario por el maillot así como agarrarse al tapiz». A estas indicaciones del Reglamento de la Federación Española de Lucha hay que añadir cuantas indica el artículo 22 y que ya han sido señaladas en las páginas referentes a la lucha grecorromana al hablar de presas ilegales y citar sus diferentes apartados. Respecto a sus orígenes es difícil señalarlos con precisión. Ni desciende de la lucha grecorromana, ni tampoco del catch. Quizás no sea más que el puente de transición entre ambas luchas disminuyendo la dureza del catch para aumentar la acción de la «greco». En resumen, se trata de una lucha espectacular y bellísima que demuestra cómo la fuerza no está reñida con la agilidad. Sus musculosos practicantes, carentes de esos vientres voluminosos a que nos tiene acostumbrado el catch, son el ejemplo más claro de ello.

II. LUCHA LIBRE PROFESIONAL U N POCO DE HISTORIA

Las luchas han existido siempre. El ser humano, para subsistir, ha necesitado enfrentarse unas veces con los animales y otras con sus propios semejantes. Para ello era necesario una preparación, un adiestramiento que le permitiese afrontar esas situaciones con el mayor éxito. En los primeros tiempos, la propia naturaleza enseñó al hombre a medir sus fuerzas con las fieras más temibles.

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Pasaron los siglos, y los medios de vida más cómodos han ido transformando el cuerpo de aquellos primitivos seres humanos hasta llegar a la actualidad con todos sus adelantos, sus comodidades, su vida más fácil. Ello ha hecho que el hombre, por lo menos en una proporción bastante elevada, abandonase el cuidado de su cuerpo. Pero aunque siempre hayan existido luchas, aunque el hombre se haya enfrentado a lo largo de toda la historia contra el hombre, las luchas han tenido diversas raíces. La lucha en sí ha nacido con el hombre, pero cada lucha ha tenido su diferente cuna. La lucha libre profesional — el «catch», como se la conoce en todo el mundo — ha arrastrado consigo a enormes masas de público que gustan de admirar a esos colosos que sobre un ring hacen gala de su fantástica fuerza. En cierto libro sobre catch, de un autor muy famoso en el mundo de la lucha, he observado un error que, por considerarlo bastante generalizado, paso a aclarar seguidamente. Se dice en él que la lucha libre olímpica y el catch son lo mismo. No. Eso es un grave error. Las dos son libres, pero una es olímpica, amateur, con ciertas prohibiciones en cuanto a presas; la otra es el catch, profesional, agarrarse donde se pueda, libre absolutamente. Son muy parecidas, pero no son iguales. Existe un país — Brasil — donde se tiene verdadera admiración por el catch (y voy a llamarlo catch para evitar errores, además de que lo considero más fácil de asimilar para la mayoría de los lectores que la denominación de libre profesional, su verdadero nombre en España). En Brasil se le considera deporte nacional y hay una frase muy popular que dice: «En cada tres "cuadras" hay una academia de catch». Otros países de Sudamérica — Venezuela, por ejemplo — sienten también gran afición por el catch. Lo mismo ocurre en Estados Unidos — con su famoso Madison Square Garden de Nueva York, mudo testigo de tantas hazañas deportivas, donde se celebran importantísimas veladas de catch —; en Buenos Aires, con el Luna Park, etc.

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Dando un ligero repaso a la Historia, hallaremos muchos pueblos que destacaron en la lucha. Entre ellos figuran los egipcios, quienes ya en el año 1.800 a. de J. C, practicaban la lucha; los japoneses con su mundialmente famoso jiu-jitsu; los persas, reconocidos como luchadores excelentes a lo largo de muchos siglos. En Grecia existían innumerables gimnasios; la preocupación de los griegos por el cuerpo fue absoluta, continuamente se celebraban en público concursos de belleza masculinas y femeninas en los que se mostraban al público los cuerpos completamente desnudos de los atletas más destacados. A los doce años, los niños iban ya a entrenarse y Jenofonte creía que la gran astucia griega se debía a la práctica de la lucha. Y la lista sería interminable. Los países que más famosos luchadores han dado, no solamente al catch sino a la lucha en general, han sido Suiza, Japón, Inglaterra, Francia, Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, Suecia, Noruega, Turquía, Rusia y Persia.

VERDADES Y MENTIRAS SOBRE EL CATCH

Mucho se comenta sobre el catch o lucha libre profesional, pero muy pocos son los que en realidad podrían hablar de ello. Gran parte del público que acude a los recintos donde se celebran estos combates sólo sabe gritar y protestar, sin comprender muchas veces por qué lo hace ni saber lo que quiere. «¡Tongo!», grita la mayoría, como reclamando ese dinero que acaban de dejar en las taquillas, al observar lo que ellos consideran una estafa o algo parecido. Y yo les pregunto: ¿Qué entienden por «tongo»? Si creen que «tongo» es quejarse el luchador de un golpe que ha recibido, acaso ellos, estimado lector, se quejan de un simple arañazo, y eso no es «tongo»; en cambio, 7

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esos golpes que los luchadores se dan tienen que serlo. Si creen que «tongo» es retorcer un brazo o una pierna, acaso lo que muchos desean es que los luchadores se rompan en cada presa los brazos y las piernas. Si creen que «tongo» son esos golpes de antebrazo, tal vez ellos no se quejarían si les dieran uno de esos golpes con una décima parte de la fuerza con que los contendientes se lo dan. ¿O acaso lo que quieren es que se los den más fuertes, para poder paralizarle el corazón al contrincante? Si creen que son «tongo» esos golpes en la nuca, acaso ese público exigente desea que los golpes se los den con toda la fuerza que los luchadores tienen para que «mate» a su contrario. Resumiendo: ese público que grita «tongo» no va a ver una exhibición entre dos seres dotados por la naturaleza de una gran fuerza y admirar su fuerza y su agilidad. No, lo que quiere es ver romper brazos, piernas, partir la cabeza y morir sobre el ring. Eso es. Morir. Muchas muertes, cuantas más mejor, ¿no es cierto? Quien piensa así creo que ha nacido con varios siglos de retraso, porque en tiempos de los romanos, en aquellos circos donde los gladiadores morían por docenas mientras el entusiasmado público pedía a gritos su sangre, se hubiera sentido a sus anchas. Y si de lo que se queja es de que los luchadores hacen «tongo» al simular que les estrangulan o que no pueden ya doblar un brazo, es que desea que los estrangulen de verdad o les rompan el brazo. Estimado lector, cuando vaya a ver una demostración de catch, siéntase predispuesto a admirar fuerza, agilidad, destreza, presas, zafaduras, etcétera, pero no sangre y roturas de miembros, como el público a que me refiero. Hay que pensar que esos luchadores son también seres humanos, que probablemente tienen una familia, y que estas exhibiciones son su medio de ganarse la vida. Si de veras se rompiesen la cabeza en un combate, al cabo de pocos meses no quedarían luchadores en el mundo. ¿Qué haríamos en-

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tonces? ¿Ir a presenciar otro deporte para volver a gritar, y así eliminar uno a uno todos los deportes? Me parece una perspectiva muy macabra. La lucha, como todo deporte, tiene su reglamento, y en el catch lo que los luchadores quieren demostrar concretamente al público es su fuerza, su agilidad, su habilidad en las presas, y nada más. Pero, por favor, ¿no creen los que gritan «tongo» al ver que no se han roto un brazo o no le han partido el hígado al contrario, que sacan las cosas de su sitio...? Otra cosa es el verdadero espectáculo circense que se desarrolla alrededor de algunos luchadores de catch. Por ejemplo, los nombres. Conozco por dentro el mundo de la lucha, el del catch en este caso, y eso de que a un tal Ismael se le llame León o que el Tigre de X se llame Vicente, resulta ridículo. Al público sólo risa le causan esos nombres y esas melenas e indumentarias que exhiben en el ring algunos luchadores que, por lo general, a la hora de luchar suelen ser los peores. Cada uno tiene su nombre, su estilo de lucha, ¿para qué cambiarlo? Pero en esto, como en tantos otros aspectos de la vida, el que vale lo demuestra y así, quien es buen luchador gusta al público con disfraz o sin él, llamándose Pantera, Cosaco, Carlos o Manolo. Y quien no vale, aunque digan que viene de la India (pongo por ejemplo) o que es el mejor del mundo, el público se deja engañar el primer día pero ya no va más a verlo. De eso pueden estar seguros los organizadores. Sería mucho más interesante que cada cual airease su técnica, su verdadero nombre y su origen, y celebrar torneos regionales, nacionales e internacionales (con nativos, no con prefabricados). Al público le gustaría y le interesaría más. Defendería a «sus luchadores», a los de su región, sin caretas, sin ritos extraños, sin nombres misteriosos. Pero, en fin, el que es mal luchador necesita enmascararse para llamar la atención y lo seguirá haciendo. Menos mal que el que vale seguirá siendo el mejor, a fin de cuentas.

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Y será a quien seguirá viendo y aplaudiendo el público, a pesar de llamarse José. ELEMENTOS NECESARIOS PARA PRACTICARLO

Simplemente, ese ring tan conocido de todos los aficionados a la lucha, como el del boxeo, con el suelo de lona y las «cuerdas» alrededor, sujetas en cuatro postes que hay en las cuatro esquinas, los «rincones» como se los llama. Por lo demás, un arbitro completamente uniformado de blanco. Los «segundos» o ayudantes de cada luchador, que le acompañan hasta el ring y le dan masaje durante los descansos de los asaltos. Y el locutor, que con su micrófono sube al ring a presentar a los luchadores y a dar el resultado final del combate. En la mesa directiva, el jurado, compuesto por el secretario, que lleva el control del combate y anota resultados e incidencias, etc.; el cronometrador, que con su cronómetro irá indicando el tiempo que transcurre; un miembro de la Federación, como representante de ésta en la velada; y un médico, para atender a los luchadores en cuanto lo precisen. El luchador deberá presentarse en el ring con las uñas de las manos bien recortadas y, como única indumentaria, un calzón corto bien ceñido al cuerpo y botas reglamentarias. El llevar careta, rodilleras, ir enmascarado, etcétera deberá ser observado por el arbitro antes del combate, por si hay alguna anormalidad que redunde en perjuicio del otro luchador, lo que en todo momento deberá indicar a la mesa del jurado. PESOS

Existen diversos pesos o categorías dentro de las cuales deberá amoldarse cada luchador. Antes de cada combate serán pesados los luchadores para saber en qué categoría pue-

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den luchar; no obstante, por ser el catch ante todo un espectáculo, muy a menudo los combates son «a pesos libres», es decir, que cada cual podrá luchar con el peso que tenga sin amoldarse a ninguna regla oficial. Pero dejando aparte el espectáclo en sí y limitándome a la parte puramente deportiva, voy a señalar los pesos que se aplican en las competiciones de carácter oficial. Son éstos: Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso

pluma: Hasta 56 kilos. gallo: De 56 a 61 kilos. ligero: De 61 a 66 kilos. semimedio: De 66 a 72 kilos. medio: De 72 a 79 kilos. semipesado: De 79 a 88 kilos. pesado: Más de 88 kilos.

VIDA DEL LUCHADOR DE CATCH

El profesional puede encontrarse en dos situaciones: que se dedique exclusivamente a luchar, o que además tenga un trabajo habitual como complemento y medio de vida. En cuanto a los primeros, los que únicamente se consagran a la lucha, esos tienen todas las ventajas con respecto a los segundos, ya que no hay nada que entorpezca su preparación y puesta a punto. Su vida deberá ser metódica, establecerse un plan ordenado de vida, dando preferencia a los entrenamientos, practicar algún deporte complementario como el levantamiento de pesos, remo, ciclismo, que servirán para darle fondo y potencia, que tanto le ayudarán luego en el ring, al mismo tiempo que le evitan la monotonía de unos entrenamientos siempre iguales. Mucha alimentación, con bastante grasa la anterior a los combates, descansar un mínimo de ocho horas diarias y, desde luego, entrenamiento, mucho entrenamiento. Después de una temporada larga de combates casi ininterrumpidos, un descanso absoluto de un mes, por ejemplo, convendrá al organismo.

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Los luchadores que aparte de sus compromisos oficiales tienen otros asuntos no deberán olvidar nunca su entrenamiento, por breve que éste sea; en todo deporte es necesario entrenarse, y más aún en un deporte-espectáculo como es el catch en que es necesaria una excelente forma física en todo momento. Si dos son sus actividades, la lucha y su otra ocupación, deberá repartir el tiempo entre las dos pero sin olvidar a ninguna de ellas ni dar preferencia a una sobre la otra. Por lo que a la lucha respecta, entrenamientos a base de mucho ring y muchas pesas.

ALIMENTACIÓN

Me remito ahora a repetir cuanto he indicado al hablar de la lucha grecorromana; en sus páginas correspondientes a alimentación y vitaminas se encuentran todos los datos necesarios sobre este aspecto de la preparación de un luchador. Recuerdo únicamente que el catcher necesitará por lo general más calorías en su alimentación que un luchador de grecorromana, que suele ser más joven. El luchador de catch deberá limitar el consumo de alimentos grasos a sus necesidades. Cuando está en vísperas de un combate, no debe preocuparse de la cantidad de grasas, que será ilimitada; en adelante deberá reducirla a medida que no desee aumentar de peso. Cuando el combate sea por pesos y uno de ellos se encuentre fuera del límite, hay que reducir esos gramos de exceso de peso mediante ejercicio, nunca eliminando alimentación, ya que en el ejercicio con descanso se recuperan las fuerzas perdidas, pero con reducción de alimentación se tendrá una sensación de decaimiento difícil de superar. El sol será en todo momento el complemento ideal de vuestra preparación; digo sol y no salitre, por lo tanto, unos

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baños de sol en la playa, sin excesos, no quiere decir darse largos baños en el mar que tanto agotan. Una preparación de «footing» en el monte es siempre más recomendable que en el mar. Los que vivan en lugares en que el sol no aparece con frecuencia para tomarlo en el mar o la montaña, deben hacer «footing» bien abrigados al aire libre; no importa la temperatura que haga, vosotros no tendréis frío con ese paso ligero y esa respiración exagerada que tanto bien reportarán a vuestro organismo. Rocky Marciano, el famoso campeón mundial de boxeo, llegó a entrenarse en el monte totalmente nevado y con bajísimas temperaturas equipado con un grueso jersey de cuello cerrado, recio pantalón de entrenamiento, y botas ligeras. Y como él, infinidad de casos en todos los deportes y en todos los países fríos del mundo. Más daño harán al organismo el salitre del mar y el baño de sol prolongado que el frío. ENTRENAMIENTOS

En este punto no podré seguir el método utilizado al hablar de la lucha grecorromana, en que indicaba métodos distintos para principiantes, para avanzados, para otra clase de deportistas, etcétera. Aquí ya todos saben más o menos de lucha, ya todos llevan su buena temporada, quizá muchos años, de lucha, y ya conocen lo que es. Por lo tanto, están preparados; han pasado al catch. Bienvenidos sean. Sólo me permitiré unas indicaciones generales que ellos estoy seguro ya conocerán y luego explicaré las presas. La práctica de las diversas presas será la que les convierta en buenos luchadores, lo demás es «llover sobre mojado», como vulgarmente se dice, porque nada les voy a enseñar repitiendo las series, pesos a emplear, etc., que indicaba al hablar de la «greco». Primeramente «footing» todos los días, a poder ser un poco y al aire libre, a primera hora de la mañana mejor.

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En segundo lugar, un poco de gimnasia diaria, primero sueca, luego pesas y después en el ring, corregir presas, perfeccionarlas, etcétera. Unos días durará más, otros apenas unos minutos, pero siempre algo. Y finalmente, ducha templada con impresión final fría y automasaje. Eso os mantendrá en forma estupenda en todo momento. Los luchadores de catch deberán amoldar sus entrenamientos a los combates a celebrar, cuanto más cerca esté el próximo combate más suave deberá ser su preparación En el lapso de tiempo en que no tengan ningún combate deberán forzar la preparación con fuertes ejercicios de pesas y mucho ring. La víspera de un combate nada de ring ni pesas, un buen paseo será suficiente. Por exceso de combates, viajes, entrenamientos, etcétera, el catcher sufrirá en algunos momentos un decaimiento o una delgadez, raros en él, y quizá le falten algunos combates por celebrar antes de acabar la temporada. Pues bien, deberá reducir al mínimo su preparación y una vez terminados sus compromisos profesionales tomarse un mes o más de descanso absoluto. Los kilos perdidos se recuperarán solos, e incluso algunos más que luego, al reanudar sus entrenamientos, irán desapareciendo. El exceso de entrenamiento, el sobreentrenamiento, puede ser gravísimo, y por lo tanto se le debe prestar la atención que se merece. Y paso seguidamente a exponer las diversas «llaves» que existen en catch: CABEZA ENTRADA CLÁSICA. — Situados los dos luchadores en el centro del ring, ambos tratan de sujetar a su contrario por el cuello pasándole las manos tras el mismo; uno de ellos colocará su antebrazo sobre el codo del contrario para hacer palanca hacia abajo y obligarle a soltar su cuello.

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TOMA DE CABEZA. — Entonces el luchador que ha hecho palanca con su antebrazo gira hacia dentro de forma que sujeta el cuello del adversario contra su costado, presionando fuertemente sobre la mandíbula para que el dolor le obligue a abandonar. DEFENSA DE LA TOMA DE CABEZA. — El luchador ha logrado coger la cabeza de su contrario, pero entonces éste, colocando su pie derecho tras el cuerpo del contrario, hace que éste se balancee aprovechando entonces para levantarle y derribarlo. SOUPLESSE. — Consiste en doblar la cabeza del contrario sujetándosela muy bien por el cuello y doblarle hasta que toque con ella contra el suelo, quedando atontado unos momentos que se aprovecharán para vencerlo. (No confundir con la presa que se aplica en la lucha grecorromana, que no se parece en nada a ésta.)

TIJERA DE CABEZA. — Normalmente, el luchador más ágil será quien la aplique sobre su rival. Este luchador saltará

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hasta apresar entre sus piernas el cuello de su contrario, haciendo gran presión sobre éste para asfixiarlo. Materialmente, se quedará colgado del cuello del luchador de mayor peso. COW-BOY. — También aquí suele ser el luchador más ágil el que rápidamente, para no dar tiempo a reaccionar a su contrario, cuando se encuentran de pie uno frente al otro, saltará para colocar sus pies sobre los muslos del luchador más pesado mientras se agarra al cuello de éste. Por el peso desnivelado caerán con ventaja para el que ha aplicado la presa. VUELTA MEDIO MUNDO. — Estando de pie, uno de ellos coge el brazo de su contrario y colocando por debajo el suyo hace palanca llegando hasta el cuello de su oponente, forzándole a dar media vuelta o giro para soltarse, pudiendo quedarse de espaldas.

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CUELLO ESTRANGULAMIENTO ATRÁS. — E s ЯШУ COnOCÍda РОГ tOdOS.

Consiste en situarse detrás del contrario y oprimir con todas

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sus fuerzas el cuello con el brazo que será sujetado por la muñeca о la mano por el otro brazo. ESTRANGULAMIENTO DE COSTADO. — Al pretender zafarse el luchador estrangulado, el contrario le oprimirá por el costado haciendo presión con la cabeza sobre la de su rival. ESTRANGULAMIENTO DELANTERO. — Lo mismo que los anteriores, pero por delante. Sujetar el cuello del contrario oprimiendo su cabeza contra el estómago propio, y el antagonista no se podrá mover. Aunque se sujete el cuello del contrario con un solo brazo, la otra mano deberá agarrar fuertemente a ésta para que no se suelte y para hacer presión.

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BRAZO SUJECIÓN TRASERA. — Girando rápidamente alrededor del contrario cogerle las manos y sujetárselas atrás fuertemente, entrelazándolas con las propias. CLÁSICA DE BRAZO. — Cogiendo por detrás el brazo del contrario hacer palanca con el propio hasta derribar a su

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rival a causa del dolor fortísimo y la zafadura imposible en esa postura.

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CLÁSICA CON ZANCADILLA. — Es la misma que la anterior, pero con la diferencia de que, p a r a asegurar la caída del contrario, se le zancadillea a la altura de la pantorrilla. VUELTA DE MUÑECA. — Muy popular, todo el mundo la sabe hacer e incluso casi sin darse cuenta la hacen. Consiste en retorcer el brazo del contrario simplemente manteniendo el brazo atacado estirado para que el fuerte dolor se concentre en el hombro. INMOVILIZACIÓN DE COLUMNA. — Sujetar, si se puede, por detrás esta vez, los dos brazos del contrario, manteniéndolos estirados y cuando la distancia de ambos luchadores lo permita, el situado detrás (o sea el atacante) colocará la planta del pie sobre la espalda del contrario con lo que éste no podrá hacer ya nada y se verá obligado a abandonar. PALANCA CON PRESIÓN DE HOMBRO. — Frente a frente ambos luchadores, se coloca bajo la axila propia el brazo del contrario, mientras se hace palanca con nuestro brazo apoyándose en su hombro. PALANCA CON PRESIÓN DE HOMBRO Y CODO. — Cargándose materialmente el brazo del contrario sobre nuestras espaldas, bien extendido, se le sujetará fuertemente a la altura de la muñeca y se h a r á palanca obligándole a abandonar ante el peligro de rotura del brazo. PALANCA INMOVILIZADA. — Plantándose ante el rival, se le coloca su brazo bajo nuestra axila, se le oprime fuertemente entre nuestro costado y nuestro brazo y se le r e tuerce un poco. HAMMER LOOK. — Estirando el brazo del contrario y situándonos tras su brazo estirado, se le sujeta con una mano (la más separada de su cuerpo) y con la otra se hace presión sobre su hombro.

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Ante el fuerte dolor el contrario se irá agachando, pudiendo entonces sustituir el brazo que hace presión sobre el hombro por una pierna. DOBLE NELSON. — Se le sujetan los brazos a la altura de los hombros por la espalda, colocando nuestros brazos entre sus ya estirados y levantados brazos y su cabeza. El contrario quedará inmóvil de pie y con los brazos en alto. RETENCIÓN DE CABEZA. — Derribado en el suelo el contrario, se le coloca una rodilla sobre su cuello mientras se le retiene un brazo, colocándole de espaldas. CONTRAGOLPE. — En esta llave el luchador apresado podrá doblar sus piernas y lanzarlas juntas contra la barbilla de su rival.

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AMERICANA. — El contrario se encuentra en el suelo. Entonces el otro luchador coge el brazo más cercano de su rival (el del lado donde se encuentre), lo aprieta contra sí mientras coloca sus pies en el costado y debajo de la oreja de su rival, estira su cuerpo y arrastra el brazo de su rival. Este queda inmóvil, de espaldas, e indefenso.

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HAMMER LOOK JAPONÉS. — Igual que la «americana», pero colocando las piernas sobre el cuello de su contrario. INSENSIBILIZADOR. — Siempre en la posición anterior, sobre la lona el contrario, el otro luchador se pone de rodillas sobre el brazo del contrario y sujetándole con las manos deja caer todo su peso sobre el bíceps y antebrazo anulando toda la potencia de este brazo.

CINTURA

VOLANTÍN FRANCÉS. — Tras sujetar el brazo del contrario colocado sobre la espalda del otro luchador, éste se inclinará mientras fuerza al contrario a caer sobre sus espaldas y a continuación al suelo, o sea dando una voltereta sobre la espalda del otro luchador para caer sobre el ring. VOLANTÍN FRANCÉS DE ESPALDA. — La misma que la anterior pero lanzando al contrario de espalda; es decir, su espalda se apoyará sobre la del otro luchador. Este caso es ya más difícil, pues requiere una gran fuerza y mala colocación del contrario.

PIERNA

CLÁSICA. — Con un luchador sobre la lona el otro lo aprovechará para cogerle una pierna y retorcérsela, colocando su propia pierna a la altura del muslo por detrás. CORBETTIANA. — Siempre teniendo en cuenta que un luchador está en la lona, el otro unirá sus piernas a la altura de la cintura por la pantorrilla, obligándole a abandonar. INDIANA: colocar una de las piernas del luchador caído por debajo de la otra, que estará semidoblada, y apretar la pierna semidoblada sobre su cuerpo.

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ZANCADILLA DE FRENTE. — El luchador más ágil, por lo general, aprovecha que su contrario tiene un poco abiertas las piernas para situarse bajo él mientras se sujeta a su cintura, con lo que éste pierde el equilibrio y cae hacia delante, momento que aprovecha su rival para sentarse sobre sus piernas y doblar las de su contrario. LANGOSTA. — Se aprovecha una mala postura de su contrario y le empuja, con lo que caerá al suelo; entonces su contrario saltará sobre él y le cogerá las piernas doblándoselas.

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PALANCA DE PIERNA. — Estando en la lona el contrario, consiste en pisarle un pie mientras se le coge la otra pierna y se abre y levanta apoyándose con todas sus fuerzas, repartiendo su peso entre ambas piernas que adquirirán un ángulo de 45 grados, con lo que el dolor será tan intenso que no tendrá otra posibilidad que abandonar. TACKLE EN PIE. — Excelente para el luchador más ágil, ya que el luchador pesado difícilmente podrá realizarla.

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Dos momentos de un combate de lucha (Fotos procedentes de la revista Lucha

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Un momento de un combate de lucha al aceite, disputado al aire libre por dos destacados luchadores turcos. (Foto procedente de la revista World Sports)

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Estando ambos luchadores en pie, el más ágil da un gran salto mientras con una pierna golpea el mentón de su contrario que si no queda fuera de combate sí al menos lo suficientemente atontado como para, aprovechándose de la situación, vencerle con otra presa. Esta magnífica presa es muy utilizada en la lucha Savate francesa, en Karaté también hay una muy parecida, y en el boxeo-lucha que se practica en Thailandia (golpes de pies y manos con guantes en las últimas y vendas en los pies) también tiene su analogía. CANDADO. — Con un luchador sobre la lona, el otro cogerá las piernas de éste, pero si el luchador en el suelo es rápido, podrá efectuar este «candado» abriendo ligeramente sus piernas, aprisionando la cabeza del atacante y estrangulándole, con lo que caerá de cabeza al suelo y abandonará o quedará de espaldas. AUSTRALIANA. — Un luchador sobre la lona, el otro semiarrodillado coloca el brazo del tendido en el suelo por debajo de su pierna semiflexionada, pasando su brazo derecho por debajo del antebrazo, y se sujetan las manos. Entonces el luchador semiarrodillado se lanza por encima del luchador caído, sin soltarlo, y gira sobre su cuerpo apoyándose en la lona con la cabeza, saliendo a continuación despedido el luchador que estaba caído en la lona, como si estuviese pegado a su rival. INDIANA (de pierna, no confundir con la otra del mismo nombre). — Un luchador caído, el otro de pie, éste coloca un pie entre los de su contrario caído, con el otro pie los presiona para castigar a su rival, y aprovecha la ocasión para cogerle los brazos y doblarle las muñecas.

Estas son las presas básicas del catch, ya sólo quedan variaciones de éstas, modificaciones que con el tiempo van apareciendo, como por ejemplo: A) Cuando un luchador está en la lona, en vez de le8

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vantarle una pierna mientras se le pisa la otra para que abandone ante el ángulo de 45 grados que tiene el cuerpo, se hace lo mismo, pero se le van separando las dos piernas en el suelo, mientras el que lo ejecuta en vez de estar en pie, está de rodillas. B) En la entrada clásica, al coger del cuello al contrario, se le dobla y al agacharse el contrincante se le da un golpe en la nuca. C) Al estar en pie uno frente al otro, el más fuerte oprime por la cintura al otro pretendiendo asfixiarlo. En fin, serían innumerables, pero los propios luchadores son quienes en definitiva dirán si son mejores o peores que las que ya sabían.

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VARIEDADES TÍPICAS

1. LUCHA CANARIA En las páginas de este libro en que estudio la lucha grecorromana he citado la lucha canaria. No obstante, voy a hablar algo más ahora de ella, lo que me permitan mis apuntes costosamente tomados de lo poco que hay escrito sobre la misma. En primer lugar, he de destacar que los numerosos canarios residentes en Venezuela, la más fuerte representación española en ese país hispanoamericano, se llevaron con ellos no sólo su esperanza de prosperidad, sino también sus costumbres y su lucha, la lucha canaria. Y allí se practica lo mismo que en las Islas Canarias. Los antecedentes de esta lucha son muy remotos. La Historia Canaria habla de una lucha cuerpo a cuerpo en la que los canarios llaman la atención por la habilidad que muestran en ella frente a los castellanos. En el Poema de Viana de finales del siglo xvi se habla también de esta lucha. Y la lucha canaria sigue en nuestros días apasionando en las Islas Canarias como hace cuatro o cinco siglos. Esta lucha consiste en agarrar con la mano izquierda el calzón del adversario mientras la mano derecha se pone en la espalda, juntos hombro con hombro. Los combates son a tres o cinco caídas. Significado de las principales palabras usadas en este deporte:

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Terrero: es el lugar donde se celebra el combate. Es un círculo de once metros de diámetro, cubierto de arena o serrín para aminorar las caídas. Equipos: son dos, cada uno de ellos formado por doce luchadores con un capitán al frente. El capitán de cada equipo es quien resolverá con el arbitro toda duda a lo largo del combate. Agarrada: es el tiempo que dura el combate (un máximo de tres minutos). Se luchan dos «agarradas» de tres minutos cada una, y si quedan empatados a uno se realiza una nueva «agarrada» hasta que uno de los luchadores es eliminado. Ropa de brega: está formada por: 1.—Una camisa de sport de manga corta, de 80 centímetros de largo, de tejido muy resistente, con las mangas muy anchas. 2.—Pantalones semicortos (hasta la rodilla), que luego serán arremangados hasta la ingle con una abertura de 75 mm. entre el muslo y la vuelta para que el contrincante pueda agarrarse debidamente. 3.—Pantalones de punto. 4.—Se deberá luchar completamente descalzo. Posición de partida: en primer lugar se dan la mano, como señal de amistad, en el centro del «terrero», haciendo a continuación los siguientes movimientos: 1.—Agarrar con la mano izquierda la doblez del pantalón del contrario (parte derecha). 2.—Dar un paso adelante con la pierna derecha, doblando un poco la rodilla. 3.—Inclinarse hacia delante por la cintura hasta coincidir con los hombros del rival, colocando la parte derecha de su cabeza en la derecha de su contrincante.

VARIEDADES

TÍPICAS

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4.—Unir las palmas de sus manos derechas h a s t a tocar el suelo con la p u n t a de sus dedos. 5.—Rápidamente colocar la mano derecha en la espalda del contrario (pasándola por debajo del sobaco izquierdo) y agarrarse fuertemente. 6.—El arbitro comprueba la posición de partida, hace sonar el silbato y el combate comienza. Si alguno de los contendientes no se encuentra en posición correcta de partida, se tiene que corregir y hasta que el arbitro no lo estime correcto no comenzará el combate, la «agarrada». Caso de que cayesen ambos luchadores al mismo tiempo al suelo, se consideraría nulo. Las principales «presas» de este tipo de lucha, la m a yoría de ellas de nombres indiscutiblemente canarios, son las siguientes: Cangos: Derecho, por dentro. Por dentro girado. Derecho por fuera. Izquierdo, por dentro. Por dentro girado. Chascón. Cogidas: De corva. De muslo. Tobillo derecho por dentro. Tobillo izquierdo por fuera. Tobillo derecho por fuera. De muslo y levantada. De muslo, levantada y remolino. Tobillo izquierdo por dentro con la mano izquierda. Virada. Atravesada. Chascona. Revoleadas. Luchas a lo zurdo.

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Según mis últimas noticias, parece ser que en Andalucía existen algunos aficionados que practican una lucha semejante, aunque no igual, a la lucha canaria. El citarlos dentro del estudio de la lucha canaria no quiere decir que practiquen la lucha canaria, sino simplemente a título anecdótico y como muestra de la semejanza, unas veces en los medios, otras veces en los fines, que los practicantes de la lucha, sea la que sea, tienen entre sí. La lucha canaria goza de buen número de practicantes en las Islas Canarias, que la están manteniendo cual fuego sagrado porque sencillamente se lo merece, por ser viril y muy noble.

2.—LUCHA LEONESA Se cree que nació en Riaño (León). Consiste en formar dos equipos de diez a veinte luchadores por cada parte. Primeramente se sortean los participantes para saber quienes han de luchar entre sí. Uno a uno se van eliminando hasta que queda uno solo, que es el vencedor. Esta lucha consiste en coger con las manos el cinturón del contrincante. Tiene que derribar a su contrario y se dará por vencedor a aquel que logre las dos mejores caídas de su contrario de las tres de que consta el combate. El único requisito de esta lucha es que se debe estar cogido con las manos al cinto del adversario; por lo demás se permite toda clase de medios para lograr derribar al contrario. La indumentaria de estos luchadores consiste en un pantalón corto y un cinturón de cuero de cinco centímetros de ancho lo suficientemente flojo para que el contrario pueda meter las manos y asirlo bien para derribarlo. Por lo demás, poco se conoce esta lucha fuera de sus límites regionales, como sucede con otras. No obstante, goza de gran afición entre los leoneses. Observando esta lucha

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le viene a uno a la memoria aquellas luchas de épocas remotas que entre los habitantes del reino asturiano-leonés se realizaban como distracción o como medio de resolver una disputa. Quizás allí se encuentre la verdadera cuna de esta lucha tan noble como curiosa.

3.—LUCHA AL ACEITE Esta lucha al aceite, completamente desconocida en nuestro país, goza de gran expectación en Turquía, donde miles de personas acuden al lugar del torneo para presenciarla. Todo buen aficionado a la lucha sabe que Turquía es un gran país de luchadores. En Turquía se practican todas las modalidades de la lucha, y en este caso la «lucha del aceite» es patrimonio de este pueblo de hombres fuertes. Durante muchos siglos los turcos se han reunido alrededor de unas grandes calderas de cobre llenas de aceite. En ellas se cubrían todo su cuerpo de este aceite que tan

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difícil hará lograr una buena presa por lo resbaladizo. Conviene recordar aquí la prohibición tajante que existe en la lucha grecorromana de untarse el cuerpo con cualquier sustancia, precisamente para evitar dificultades al sujetar al rival. El arbitro de la lucha grecorromana tiene orden contundente en este sentido: vigilar para que los luchadores estén siempre libres de grasa, sudor, etc. Pero ésta es una lucha diferente y precisamente lo que sus practicantes quieren es impedir el ser agarrados. Como indumentaria, torso desnudo y unos pantalones de piel de cabra hasta la pantorrilla, que también son untados de aceite. La lucha tiene lugar a pleno sol y en grandes extensiones de terreno. Los torneos duran tres días, pero aunque parezcan interminables no es así. Minuto tras minuto se van eliminando sobre la hierba hasta trescientos luchadores por parejas, de los cuales saldrá un vencedor, un verdadero «héroe». La gran cuna de donde salen los más grandes luchadores y soldados que Turquía tiene y ha tenido es Anatolia, esa vasta región de Asia Menor, donde la vida del cultivador, al aire y al sol, fuertemente alimentado a base de cordero, fruta y sobre todo de «Ayran», una especie de manteca líquida, hace de estos hombres formidables luchadores. A veces, la lucha no se desarrolla sobre la hierba, sino sobre esteras de cerda o de caucho. El que llega a ser un gran campeón, un día cualquiera se encuentra ante la tribuna, donde una bandera turca ondea al viento su color rojo, color de lucha y de sangre, y en esa tribuna es coronado como campeón nacional. El lugar se llama Edirna. Los testigos son millares de entusiasmados ciudadanos turcos. Estos luchadores se reúnen en las tabernas del país, donde los muchachos, que algún día llegarán a ser como sus ídolos de ahora, escuchan leyendas fabulosas de fantásticos luchadores de otros tiempos que se comieron una

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oveja entera en una comida o que arrastraron un buey por las calles. Pero en estas tabernas el luchador se abstendrá de probar el alcohol (cosa fundamental para todo buen deportista, y en este caso para los luchadores). Y el muchacho se hará mayor y llegará a ser luchador y asistirá como practicante, ya no como espectador, al campo del soldado, el «Ermeydani», donde más de cien mil personas le aplaudirán por su fuerza y su valor en la lucha. Y puede que resulte vencedor y entonces regresará a su tierra victorioso y será festejado como un ídolo. Sólo uno tendrá la dicha de ser el vencedor, pero otros lucirán medallas y también serán festejados. Y aun en el caso de salir derrotados, serán felicitados por los suyos, porque en el Campo del Soldado, el «Ermeydani», tan importante es luchar bien como ganar. He aquí la máxima que todo luchador debe tener siempre en su memoria. El verdadero deportista debe tener siempre presente que lo más importante es ser un digno contrincante, pero el resultado final es lo que menos le debe importar. No hay que olvidar nunca que el deporte no es más que un medio, no un fin. Pretende hacer hombres perfectos física y moralmente para la grandeza de su patria. Como lo hace este gran pueblo de verdaderos y grandes luchadores que es el turco. 4. LUCHA A LA CUERDA Esta vez, el mudo testigo del combate no será un ring ni un tatami, sino algo muy distinto a todo esto. Simplemente, cualquier espacio llano y largo donde dos equipos que se formarán entre los que deseen participar tirarán, cada equipo hacia su lado, de una larga cuerda, hasta que uno de ellos logre quedarse con ella. La cuerda, gruesa y resistente, deberá tener 10 centímetros de diámetro, y se dejará un espacio de cuerda libre en el centro de tres metros y medio. Cada jugador dispone de 1'20 metros para moverse. Con un esfuerzo continuado, los de un bando tratarán

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de agotar a los rivales para que éstos suelten la cuerda, así ellos irán recuperando la cuerda hasta que toda la cuerda haya pasado una línea que se pintará en el suelo dividiendo los dos campos. Se proclamará vencedor a aquel que de tres intentos gane dos. Es un juego muy saludable, practicado por numerosos pueblos, que no entraña ningún peligro y que hace aportar toda su potencia a los que lo practican.

5.—LUCHA ISLANDESA (GLIMA) Es muy parecida a la lucha suiza. En ella, agarrados los luchadores a los resistentes calzones de su contrincante, tratan de derribarse, echándose zancadillas, forcejeando, para poder ganar de esta manera el combate.

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LUCHAS ORIENTALES

DEPORTE, TÉCNICA Y ESTRATEGIA Los nombres bajo los cuales se las luchas orientales son muchos Por ello hemos querido iniciar este sinóptico, que permite diferenciar la técnica y las formas o modos.

explican entre nosotros e inducen a confusión. capítulo con un cuadro entre el deporte básico,

JIU-JITSU .. . Es el deporte básico y la/ Arte defensivo fuente del actual judo. AI-KIDO .... . Es un jiu-jitsu superior. Técnica de los desplazamien- \ NIT-JUTSU tos silenciosos. / JUDO TAI-JUTSU . Arte del cuerpo. TCHEN-SOü Técnica del puño. YAWARA .. .. Métodos de la flexibilidad. TORITE Presas de mano. . Lucha en que impera lal SUMO fuerza.

KENDO KYUDO KARATE KIAI

Arte del sable. Artes marciales Tiro con arco. Arte de golpear a mano desnuda sobre puntos vitales del^ cuerpo. Independientes Grito guerrero que produce! del judo un efecto sorprendente en el| contrincante.

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Las fuentes que forman el primer recuadro son las más importantes en que se basó Jigoro Kano para formar el actual deporte del judo, infinitamente más técnico y menos violento que ellos, que son milenarios. El judo es de muy reciente creación. Quede bien claro para los profanos en la materia que ni el judo es jiu-jitsu ni éste es aquél. El jiu-jitsu, al igual que el nit-jutsu, por ejemplo, han ofrecido la materia prima que debidamente ordenada y perfeccionada ha permitido formar el judo. El sumo, tratado más extensamente en sus páginas correspondientes, es una lucha de gigantes. Grandes masas humanas de pesos fabulosos se enfrentan para derribarse mutuamente. Violenta lucha que entusiasma a los japoneses. La acupuntura es la influencia china sobre el jiu-jitsu. Son golpes secos con la punta de los dedos o el canto de las manos con los que se puede llegar a matar a una persona. El kqnat-sou consiste en volver a la vida a personas desmayadas o estranguladas mediante presiones en ciertos puntos del cuerpo. El kwampo es el arte de volver en sí. Junto a éste hemos de mencionar los kuatsu, técnicas de reanimación que producen efectos casi instantáneos y realmente notables. El karaté es la modalidad que está «de moda» en la actualidad. En algunos países no se acepta su práctica. Sus golpes son mortales. Algunas leyendas remontan el karaté hasta el Bodhai-Dharma, fundador del budismo Zen. Esta palabra está compuesta de kara (vacía) y té (mano), es decir, combate con las manos vacías. Su práctica diaria hace a quien lo practique realmente temible. Los accesorios que utilizan para entrenarse son curiosísimos. El makiwara es una tabla de madera de la altura de una persona clavada en el suelo y almohadillada; en ella se practican cuantos golpes existen dados con pies y manos. El sunatawara es un saco parecido al que se utiliza en el boxeo para entrenar los brazos. Sunanokame es una bombona cuya abertura permite poder cogerla bien con la punta de los dedos. Sirve para fortalecer los dedos Také-maki es un manojo de bambú de la altura de un hombre para entrenar las puntas de los dedos, las muñecas y los antebrazos. Lo demás es igual a un gimnasio cualquiera del mundo. Tensores de goma para desarrollar fuerza muscular, poleas, pesas con barras cortas y largas, etc. El karaté es un arte de defensa personal de resultados contundentes, que impresiona a quien lo ve y que le mueve desde ese día a ser un karatéman más como sus compañeros.

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El tchen-sou, o técnica del puño, es el «boxeo» chino. Está muy extendido por el continente asiático, principalmente en China. El kyudo consiste en clavar una flecha en un blanco que se encuentra a sesenta metros del tirador. Pero lo curioso de esta práctica está en que no se debe lanzar la flecha con toda la fuerza sino que se debe lograr el centro del equilibrio y sólo así se dará en el blanco. Una vez logrado ese «punto» clave que nos permitirá acertar en el blanco todos los disparos, habremos llegado al Hará o centro de la fuerza y el equilibrio.

1. EL JUDO UN POCO DE HISTORIA

Según u n a leyenda japonesa, cierto japonés observó una vez a los árboles durante la tempestad. Y vio cómo los más resistentes, por lo menos los más fuertes en apariencia, caían destrozados ante la irresistible fuerza del viento. En cambio, comprobó cómo la flexibilidad del sauce hacía que éste se inclinase ante el viento para luego volver a su posición normal sin haber sufrido destrozo alguno. Esto le enseñó que no era precisamente con la fuerza como m e jor se combatía, sino todo lo contrario. El judo es, por lo tanto, el arte de la flexibilidad o de la agilidad. JU significa agilidad, y DO, arte. Este principio echó por tierra cuanto hasta entonces se creía. A la fuerza ya no se respondía con la fuerza, sino aprovechando esa misma fuerza. El débil ya no sería vencido por un Hércules si sabía aprovechar la fuerza de este Hércules en su favor. A lo largo de tantos años esta teoría h a «invadido» p a cíficamente el mundo porque era lógico que un deporte como éste, que sólo bien puede reportar al organismo h u mano, tuviese el éxito que h a tenido. Hoy en día, la gran mayoría de los países son ya practicantes apasionados de

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este medio de defensa, porque de varias formas se le puede llamar: deporte, medio de defensa, actividad, etc. Pero el judo no ha venido solo. Ha tenido numerosas ramificaciones que no me atrevo a considerar como descendientes del judo, ni siquiera como hermanas suyas. Quizás lo mejor sea considerarlas primas hermanas, pues todas han salido de un mismo tronco, todas son semejantes, pero todas son distintas. QUIÉN ES JIGORO KANO

Jigoro Kano es el hombre a quien el judo debe cuanto ha sido y es en la actualidad. Es el hombre que de aquel antiguo Jiu-Jitsu lleno de violencias y de brusquedades logró «crear» un arte, el judo, que se ha convertido en deporte, en arte de defensa personal. Jigoro Kano nació el año 1860 en Mikatsé, provincia de Hyogo, en el Japón. Procedía de una familia de funcionarios. Cursó sus estudios de Ciencias Políticas en la Universidad de Tokio, consagrándose más tarde a la enseñanza. Practicaba el Jiu-Jitsu pero quedó asombrado al observar que en los distintos lugares en que lo practicaba, en las ciudades donde residió, sus sistemas eran completamente diferentes, e intentó unificarlos. Esta labor, que sólo un gran hombre podía llevar a cabo, fue el comienzo de la vida del judo. En 1882 fundó el Kodokan, o escuela de Judo, hoy en día bellísimo edificio, verdadera Universidad del Judo mundial. Allí asisten los «avanzados» del mundo entero para progresar o para aprender lo que en sus países respectivos quizás ya nunca llegasen a alcanzar. El obtener un «Grado» en el Kodokan es la gran aspiración de todo judoka. Allí aprendería el gigantón holandés Geesink las enseñanzas que años después lograrían el milagro: conseguir para Europa lo que durante toda la historia había sido patrimonio exclusivo del Japón.

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Fines que Jigoro Kano señaló al Judo: «SEI RYOKU ZEN YO». (Mejor empleo de la energía o máximo rendimiento con mínimo esfuerzo.) «Ji ТА KYO EI». (Amistad y armonía entre todos los pueblos.) E L E M E N T O S NECESARIOS PARA PRACTICARLO

Tatami.—Es el lugar donde se practica este deporte. Es una especie de ring sobre el que se practican los diversos ejercicios, compuesto de una materia ni muy sólida ni muy blanda para que los judokas puedan caerse sin lesionarse. Sobre esa superficie acolchada va extendida una lona muy tensa. Sus dimensiones son 10 X 10 metros como máximo de superficie para luchar, o 6 X 8 metros como mínimo. Alrededor del tatami deberá haber unas colchonetas para evitar lesiones en caso de caerse fuera del tatami. Kimono.—Es el traje de una tela especial que se utiliza para ejercitarse en la práctica del judo. Consta de dos piezas: chaqueta cruzada por delante con mangas hasta los antebrazos, y pantalón hasta más abajo de la rodilla, sin botones ni nada semejante, que se ata con una cinta. Cinturón.—Indica la categoría de los contendientes según el color que tenga. Se ata cruzándolo por la espalda y anudándolo al frente de una forma muy especial. Pies.—Deberán ir descalzos. ORGANISMOS DEL JUDO

Existe la International Judo Federation, con sede en Tokio. La Unión Europea de Judo está domiciliada en París. En España existe un Departamento Nacional de Judo, afecto a la Federación Española de Lucha. Su sede está en Madrid.

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EXTRACTO DE LAS REGLAS INTERNACIONALES DE COMPETICIÓN DE LA UNION EUROPEA DE JUDO Artículo 1.° El lugar de competición (tatami) deberá ser una plataforma cuadrada de 10 por 10 metros de ancho recubierta de materias que amortigüen el golpe. Artículo 2.° El judoka deberá llevar como uniforme obligatorio el clásico judogui, con un cinturón del color que le corresponda según su graduación. Artículo 3.° Los competidores deberán llevar las uñas cortas y no podrán llevar ningún objeto metálico consigo. Artículo 4.° Los competidores deberán estar de pie o de rodillas, uno frente al otro en el tatami, se saludarán haciendo la inclinación correspondiente, y a la voz de «ayime» comenzarán el combate. Artículo 5.° Al terminar el combate, los luchadores deberán volver a su posición inicial y a las órdenes del arbitro saludarse de nuevo. Artículo 7.° El resultado del combate se decidirá según ippon (victoria por puntos). Artículo 10. El tiempo del combate deberá ser entre tres y veinte minutos, según se fije previamente a la celebración del mismo. Artículo 13. Se considera nula toda técnica aplicada cuando algún luchador se encuentre fuera de la superficie de combate. Artículo 14. Se considerará válida toda técnica aplicada mientras el luchador que la aplica esté dentro del tatami y más de la mitad del cuerpo de su contrario dentro también del tatami. Artículo 16. Las decisiones arbitrales son definitivas e inapelables. Artículo 17. Deberá haber un arbitro y dos jueces. No obstante, puede efectuarse el combate con el arbitro solo, o con éste y un juez. Artículo 26. La decisión final del arbitro prevalecerá sobre la de los demás. Artículo 28. El arbitro puede descalificar directamente al luchador en caso de Infracción muy grave.

Risei Kano, descendiente directo de Jigoro K a n o , creador del judo, en su despacho del Kodokan de Tokio, de donde es presidente.

H e aquí una fotocopia de uno de los diplomas que el Kodokan concede a quienes logran aprob a r el examen de capacitación para ascender de grado. Este es el que Risei Kano concedió a Miguel Jiménez, 'Лет Dan desde ese momento. Es curioso que el texto esté escrito e n j a p o n é s y en el idioma del judoka a q u i e n se le otorga, en este caso un español.

P a r t e de u n a de les salas del Kodokan de Tokio, dunde

judokas

de todo el mundo perfeccionan sus conocimientos. Estudiar en el Kodokan cz el -¿gran sueños de todo j u d o k a .

E n la foto superior, Kotan:, 9.и D a n , enseñando a uno de los alumnos del K o d o k a n . En la foto inferior, I n o k u m a , campeón del J a p ó n y uno de los mejores j u d o k a s del mundo en la actualidad, dando clase en el K o d o k a n ante la atenta m i r a d a de sus alumnos.

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REGLAMENTO INTERNO DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DE JUDO (Principales artículos) Artículo 1.° El Departamento Nacional de Judo dará cuenta de su actuación a la Federación Española de Lucha. El Departamento Nacional de Judo tendrá su domicilio en la Federación Española de Lucha. Artículo 2.° Son fines del Departamento Nacional de Judo como delegado de la Federación Española de Lucha: A) Dirigir técnica y administrativamente el judo en España. E) Fomentar, intervenir y disciplinar la práctica del judo para la formación de la juventud. K) Impulsar la práctica del judo por afición y prohibir toda actuación profesional. Artículo 4.° El jefe del Departamento Nacional de Judo será nombrado por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes a propuesta del presidente de la Federación Española de Lucha. Artículo 28. El Departamento Nacional de Judo resolverá las controversias y diferencias que surjan entre sociedades, clubs, gimnasios y judokas, siempre que se refieran al campo del judo; y en recurso de alzada la Federación Española de Lucha decidirá la cuestión. HIGIENE, MASAJE Y ALIMENTACIÓN DEL JUDOKA

Nada nuevo voy a decir aquí puesto que ya en las p á ginas en que hablo de la lucha grecorromana o en las de lucha libre, cito estos apartados con toda amplitud. Sólo debo destacar que el judoka, a diferencia del grecorromanista o del profesional de la lucha, no busca con su adiestramiento p a r a este deporte el obtener brazos musculosos o unas poderosas piernas, sino que su finalidad es muy distinta. Se t r a t a aquí de obtener flexibilidad y agilidad para, aprovechando la fuerza del contrario, lanzarlo sobre el tatami. Por lo tanto, respecto a la alimentación, no es necesa9

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rio que consuma las cantidades de vitaminas de un profesional de la lucha, puesto que, a la fuerza del contrario, repito una vez más, no opondrá su fuerza sino su agilidad o habilidad. Respecto a higiene y masaje, el necesario para cada situación, lo común y ordinario en todos los deportes, fase de calentamiento antes de actuar, mucha limpieza y automasaje después de la ducha.

Los CINTURONES

Los cintos, cinturones о grados — como se quieran lla­ mar— son numerosos en judo. El principiante será cinturón blanco, signo indudable de su grado de «novato» de este apasionante deporte. Así dará comienzo a una serie de estudios que le llevarán, después de varios años y de numerosos exámenes, al grado de cinturón negro, máxima aspiración de todo judoka. Incluso una vez en este nivel seguirá ascendiendo tras exámenes cada vez más exigentes dentro de esa escala de «Dan» que lleva desde el primer «Dan» hasta el décimo, la gran ilusión soñada por todos pero lograda por... ojalá sea por usted. En esta vida todo consiste en proponerse un objetivo. Fe en el triunfo, confianza en sí mismo y voluntad de hierro pueden obrar el milagro. Cuadro de graduaciones en judo: Cinturón blanco o Roko Kyu (principiante). Cinturón amarillo o Go Kyu. Cinturón naranja o Yo Kyu. Cinturón verde o San Kyu. Cinturón azul o Ni Kyu. Cinturón marrón o Ichi Kyu. Cinturón negro: Primer Dan: Sho Dan. Segundo Dan: Ni Dan. Tercer Dan: San Dan. Cuarto Dan: Si Dan.

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Quinto Dan: Go Dan. Sexto Dan: Roku Dan. Cinturón rojo y blanco: Séptimo Dan: Jichi Dan. Octavo Dan: Nichi Dan. Noveno Dan: Ku Dan. Cinturón rojo: Décimo Dan: Ju Dan. CATEGORÍAS Y PESOS

En reciente reunión de la Unión Europea de Judo, se h a acordado modificar las actuales categorías que existen en el judo que, a partir de la nueva temporada, serán como sigue: Pesos Pesos Pesos Pesos Pesos

ligeros: Menos de 63 kilos. semimedios: De 63 a 70 kilos. medios: De 70 a 80 kilos. pesados: De 80 a 93 kilos. superpesados: Más de 93 kilos. LAS TÉCNICAS EN EL JUDO

NAGE WAZA ( a r t e d a la p r o yección)

T A C H I WAZA (arte de la proyección en pie)

S U T E M I WAZA (arte de l a proyección t u m b a do) KATAME WAZA ( a r t e d e la inmovilización.

OSAE WAZA (art e de sujetar) SHTME WAZA (arte de e s t r a n •gular) К W A N S E TSU WAZA ( a r t e de torsión de las estrangulaciones)

T E WAZA (arte de las llaves de mano) K O S H I WAZA (arte de l a s llaves de c a d e r a ) A S H I WAZA ( a r t e de las llaves de pie) MA S U T E M I WAZA
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