La investigación sobre las experiencias cercanas a la muerte

April 20, 2018 | Author: FélixFernándezPalacio | Category: Death, Testimony, Author, Psychology & Cognitive Science, Psychological Concepts
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LA INVESTIGACIÓN SOBRE LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE Por Félix Fernández Palacio

1ª ed, marzo 2013

Vía de contacto: Para comentarios y comunicaciones escribir a la dirección de e-mail siguiente: [email protected]

Portada: La Escalera de Jacob, William Blake

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ABREVIATURAS Y SIGLAS FRECUENTEMENTE UTILIZADAS Anabiosis: Anabiosis: The journal for near-death studies. ECM: Experiencia cercana a la muerte. Traducción de NDE. EEC: Experiencia extracorporal. Traducción de OBE. IANDS: International Association for Near Death Studies. JNDS: Journal of Near Death Studies. NDE: Near death experience. OBE: Out of body experience. OMEGA: OMEGA. Journal of death and dying.

VOCABULARIO La palabra inglesa “experiencer” tiene un uso constante en la investigación sobre ECMs. En español la traducción más adecuada tal vez sea la de “experimentador”, de raro uso en este idioma, pero aún así, aunque sea una palabra poco utilizada, será la que se utilice en este trabajo al ser considerada como la más aproximada a la palabra inglesa. La palabra inglesa “after-effect” también se usa con mucha frecuencia en la investigación sobre ECMs. Se suele traducir de diversas maneras: efecto, consecuencia, efecto secundario, etc. La traducción literal más adecuada al español tal vez sea la de “post-efecto”, indicando con el “post” que se trata de un efecto posterior, no inmediato.

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ÍNDICE SIGLAS VOCABULARIO INTRODUCCIÓN ESTRUCTURA DEL LIBRO

1ª PARTE: LA ECM 1ª SECCIÓN: CARÁCTER GENERAL DE LAS ECMS 1ª subsección: Carácter cualitativo general. La definición de ECM Capítulo 1: Algunas definiciones de ECM. 1.1. Según Raymond Moody. 1.2. Según Bruce Greyson. 1.3. Según Michael Sabom. 1.4. Según Scott Rogo. 1.5. Según David Lorimer. 1.6. Según Cherie Sutherland. 1.7. Según Gracia Fay Ellwood. 1.8. Según van Lommel. 1.9. Según Atwater. 1.10. Según Jefrey Long. 1.11. Según la IANDS. 1.12. Definición sociológica de Kellehear. 1.13. Definiciones de acuerdo a elementos fenoménicos frecuentes. Capítulo 2: Definición de ECM. 2.1. Experiencia. 2.2. Cercanía. 2.3. Muerte. 2.4. Síntesis. 2ª subsección: Carácter cuantitativo general. Frecuencia de las ECMs Capítulo 3: Frecuencia de las ECMs. 3.1. Frecuencia según varias investigaciones. 3.2. Tablas comparativas de frecuencia de ECMs. 3.2.1. Tabla de prevalencias. 3.2.1. Tabla de incidencias. 3.3. Falsos positivos y falsos negativos. 3.4. Síntesis y conclusión: Problemas para hallar una frecuencia.

2ª SECCIÓN: CARÁCTER FRECUENTE DE LAS ECMS 1ª subsección: Fenomenología frecuente de las ECMs Capítulo 4: Tipología fenomenológica de las ECMs: 4.1. Interioridad y exterioridad. 4.2. Mundanas y ultramundanas. 4.2.1. Experiencias mundanas y extracorporales. 4.2.2. Autoscópicas y trascendentales. 4.3. Agradables y desagradables. 4.4. ECMs más o menos detalladas. 4.5. Otras tipologías. 4.5.1. Experiencia nuclear y no nuclear. 4.5.2. Tipología de Greyson. 4.5.3. Tipología de Atwater.

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Capítulo 5: Elementos fenoménicos frecuentes de las ECMs. Con anterioridad a Moody. Según Moody. Según Ring. Según Sabom. Según Greyson. Según Grey. Según Atwater. Según Morse. Según Fenwick. Según Rommer. Según Long. Capítulo 6: Descripción de los elementos fenoménicos frecuentes de las ECMs agradables-neutrales. 6.1. Experiencia mundana:  6.1.1. Aspectos internos: Aspectos perceptuales. Aspectos emocionales. Actitud hacia el propio cuerpo físico. Conciencia amplificada.  6.1.2. Aspectos externos: Características externas del ser consciente extracorporal. Otro cuerpo. Iluminación y colorido. Encuentro con seres personales. Interacción con el exterior. Retorno al cuerpo. 6.2. Experiencia ultramundana:  6.2.1. Aspectos internos: Aspectos emocionales. Percepción. Sentido del cuerpo. Sentido del tiempo. Pensamiento durante la ECM. Creencias y pensamientos específicos. Aspectos cognoscitivos.  6.2.2. Aspectos externos: Ámbitos oscuros y vacíos. El túnel. La luz. Ámbitos paradisiacos y celestiales. Encuentros con seres personales. Animales. Sonidos. Retrocognición y precognición. Límite. Retorno al cuerpo físico. 6.3. ECMs con pocos detalles Capítulo 7: ECMs desagradables. 7.1. Definición de ECM desagradable. 7.2. Tipología y temática de las ECMs desagradables. 7.3. ECMs desagradables similares a las ECMs agradables-neutrales. 7.4. ECMs nihilistas. 7.5. ECMs infernales. 7.6. ECMs desagradables de otro tipo. Capítulo 8: ECMs agradables y desagradables. Capítulo 9: ECMs extrañas Capítulo 10: Conexión y secuenciación entre los elementos fenoménicos de la ECM. 10.1. Patrones de secuenciación. 10.2. Patrón hipotético. Capítulo 11: Ponderación fenomenológica de las ECMs. 11. 1. Índice de Kenneth Ring. 11.2. Escala ECM de Greyson. 11.3. Críticas de las escalas de ECM Capítulo 12: Frecuencia de los elementos fenoménicos. 12.1. Frecuencias según los estudios más relevantes. Estudios de Kenneth Ring. Estudios de Bruce Greyson. Estudio de Recollections of death. Encuesta Gallup. Estudio de Return from death. Estudio de Holden sobre las EECs. Estudio chino sobre supervivientes de terremoto. Estudio de Arvin Gibson. Estudio de The truth in the light. Estudio de Kelly sobre encuentros con fallecidos. Estudio alemán de Knoblauch et al. Estudio de Southampton. Estudio holandés de van Lommel. Estudio de Schwaninger et al. Estudio de Nelson et al. Estudio taiwanés con enfermos en diálisis. Estudio de Migliore. Encuesta NDERF. 12.2. Frecuencia de las ECMs desagradables. 12.3. Síntesis y conclusión.

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2ª subsección: Carácter de los episodios de casi-muerte Capítulo 13: Estudios relevantes. Estudio de Rosen sobre suicidas. Estudios de Bruce Greyson. Estudios de Kenneth Ring. Estudios de Michael Sabom. Estudio de Twemlow y Gabbard. Estudio de Seattle de Morse. Estudio chino sobre supervivientes de terremoto. Estudio de Fenwick. Estudio holandés de van Lommel. Estudio taiwanés de Lai et al. Estudio de Migliore. Capítulo 14: Cercanía amenazante y subjetiva a la muerte. Capítulo 15: Síntesis y conclusión.

2ª PARTE: INDIVIDUO 1ª SECCIÓN: CARACTERÍSTICAS PERSONALES EXPERIMENTADORES ANTERIORES A LA ECM

DE

LOS

Capítulo 16: Estudios relevantes. Estudios de Ring. Estudios de Bruce Greyson. Estudios de Michael Sabom. Encuesta Gallup. Estudio de Twemlow y Gabbard. Estudio de Serdahely y Walker sobre un experimentador con cuadriplejia espástica. Estudio chino sobre supervivientes de terremoto. Estudio de Arvin Gibson. Estudio de Peter Fenwick. Estudio holandés de van Lommel. Estudio de Schwaninger et al. Estudio taiwanés de Lai et al. Estudio de Migliore. Capítulo 17: ECMs infantiles. 17.1. Estudios de Melvin Morse. 17.2. Estudio de Cherie Sutherland. 17.3. Estudio de Atwater. 17.4. Edad de los niños que tienen ECMs. 17.5. Semejanzas y diferencias entre las ECMs infantiles y adultas. 17.6. ECMs desagradables en niños. 17.7. Embellecimiento de los recuerdos y testimonios de ECMs infantiles. Capítulo 18: ECMs en ciegos. 18.1. Estudio de Ring y Cooper. 18.2. Conclusiones. Capítulo 19: Síntesis y conclusiones. La frecuencia de ECMs. Aspectos particulares personales.

2ª SECCIÓN: CARACTERÍSTICAS EXPERIMENTADORES TRAS LA ECM

PERSONALES

DE

LOS

Capítulo 20: Posibles efectos negativos de las ECMs. Capítulo 21: Estudios relevantes sobre los posibles efectos positivos. 2.1. Raymond Moody. 21.2. Estudios de Kenneth Ring. 21.3. Estudios de Michael Sabom. 21.4. Estudios de Bruce Greyson. 21.5. Estudio de Margot Grey. 21.6. Estudio de Flynn. 21.7. Estudios de Melvin Morse. 21.8. Estudio de Cherie Sutherland. 21.9. Estudio de Arvin Gibson. 21.10. Estudio de Peter Fenwick. 21.11. Estudio de Liester sobre comunicaciones internas. 21.12. Estudio de Bonenfant sobre visitaciones. 21.13. Estudio holandés de van Lommel. 21.14. Estudio de Schwaninger et al. 21.15. Estudio taiwanés de Lai et al. Estudio de Migliore. 5

Capítulo 22: Posibles efectos de las ECMs desagradables. 22.1. Estudio de Rommer. 22.2. Estudio de Bush. Capítulo 23: Síntesis y conclusiones. 23.1. Cambios personales y de valores. 23.2. Cambios religiosos y espirituales. 23.3. Cambios de actitud hacia la muerte. 23.4. Capacidades psíquicas. 23.5. Relaciones entre los cambios personales de los experimentadores y los elementos fenoménicos. 23.6. El fenómeno más transformador de la ECM.

3ª PARTE: SOCIEDAD Capítulo 24: Relaciones familiares y de pareja. 24.1. Estudio de Mori Insinger. 24.2. Estudio de Cherie Sutherland. 24.3. Estudio de Sandra Rozan Christian. Capítulo 25: Cambios personales de los no experimentadores influenciados por las ECMs. Kenneth Ring. Charles Flynn. Capítulo 26: Interculturalidad de las ECMs. 26.1. África. Zambia 26.2. Asia. China. India. Israel. Tailandia. Taiwán. 26.3. Europa. Alemania. España. Holanda. Reino Unido. 26.4. Norteamérica. Nativa. 26.5. Oceanía. Australia. Melanesia. Polinesia. 26.6. Sudamérica. Mapuches.26.7. Síntesis y conclusiones.

4ª PARTE: EXPLICACIONES Capítulo 27: Fisiológicas. 27.1. Niveles de gases en a sangre. Anoxia e hipoxia. Hipercarbia. 27.2. Neurotransmisores. Endorfinas. Glutamato y NMDA. 27.3. Neuroanatómicas. Lóbulo temporal. 27.4. Sueños. Intrusión REM. 27.5. Drogas. Anestesia. 27.6. Argumentos analógicos. 27.8. Conclusiones. Capítulo 28: Psicológicas. 281. Personalidad propensa a la ECM. 28.2 Disociación. 28.3. Despersonalización y mecanismo de defensa. 28.4. Desorden de personalidad múltiple. 28.5. Reconstrucciones ficticias y falsos recuerdos. 28.6. Expectativas. Capítulo 29: Explicaciones supervivencialistas empíricas. 29.1. Actividad mental sin actividad cerebral. 29.2. EECs reales. 29.3. Contacto con fallecidos. 29.4. Justificación por varios factores. Capítulo 30: ECMs y el problema mente-cerebro. 30.1. Metafísica. 30.2. Teorías mente-cerebro. 30.3. Conclusión.

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ANEXOS Anexo 1: Definición de muerte. Anexo 2: Casos célebres de ECMs. George Ritchie. Anexo 3: Breve historia de la investigación sobre ECMs.

DOCUMENTACIÓN Recursos bibliográficos sobre ECMs. Documentación sobre ECMs Documentación temática sobre ECMs Otra documentación utilizada. Webgrafía sobre ECMs.

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INTRODUCCIÓN El objetivo principal de este libro consiste en dar al lector una perspectiva de conjunto, introductoria pero amplia y lo más rigurosa posible, sobre lo que ha sido la investigación de las ECMs, desde mediados de los años setenta hasta la actualidad. Tras leer este escrito, el lector podrá saber cuáles han sido hasta el momento las principales temáticas de investigación y lo que los diversos investigadores han aportado a dichas temáticas. Es necesario advertir que aunque el libro versa sobre las ECMs tal vez sería algo más apropiado decir que versa sobre los testimonios de ECMs, o mejor dicho, sobre la investigación de las ECMs basándose en los testimonios sobre éstas. La investigación de las ECMs no puede, al menos hoy por hoy, llevarse a cabo de manera directa; sino que se realiza indirectamente por medio de los testimonios que se dan de estas experiencias.1 Tras un testimonio recogido por un investigador, hay el recuerdo de una ECM, y tras ese recuerdo hay la experiencia; pero puede ocurrir que haya un testimonio sin recuerdo (un falso testimonio), o un recuerdo sin experiencia (un falso recuerdo). Por esta razón, es importante indicar siempre cual es la entidad que se está estudiando, el testimonio, el recuerdo, o la experiencia; algo que es necesario advertir porque en muchas investigaciones los autores hablan directamente de las ECMs y no de los testimonios de las ECMs, presuponiendo que tras cada testimonio existe una experiencia real, lo cual, sin lugar a dudas, es mucho suponer. En este texto se ha intentado hablar siempre con propiedad de la entidad precisa de la que se está tratando; lo que no excluye de que tal vez, en algunas partes, pueda haber errores a este respecto, que espero que el lector pueda subsanar fácilmente remitiéndose al contexto de lo que esté leyendo. Tengo que advertir que yo personalmente no conozco la validez de los testimonios que aparecerán en muchas partes del escrito. No puedo justificar adecuadamente la fiabilidad de los narradores y sus narraciones, ni la de los recolectores o investigadores de estos testimonios.2 Pero hay que recordar que este escrito versa principalmente sobre la investigación y tratamiento de las ECMs, más que de las ECMs en sí mismas; es decir, no se trata tanto de decir que es la ECM, como de decir que es lo que los investigadores han dicho que es la ECM. Se ha realizado una exposición bastante detallada de los campos más trabajados en la investigación sobre ECMs (como se puede observar tanto en el índice de este libro como en la estructura del mismo a continuación de esta introducción). Pero no se han tratado en este texto otros campos más secundarios; considerados así, no porque quizás sean menos importantes, sino porque cuantitativamente no han recibido tanta atención como los otros. Las temáticas secundarias más importantes que se encuentran ausentes en este texto son: Las semejanzas entre ECMs y otros tipos de experiencias, 1

Pero aunque no haya un acceso directo a las ECMs, solo mediado por los testimonios, no se puede dudar de su existencia, la cual está más que justificada de manera general; especialmente por razones cuantitativas, la gran cantidad de testimonios que se encuentran registrados a lo largo de toda la historia, además de cualitativa, la semejanza entre estos testimonios. Que la existencia en general de las ECMs esté justificada no implica que todo testimonio tenga que ser verdadero; hay que darse cuenta que existen variadas razones por las que alguien puede inventarse un testimonio de ECM, por ejemplo, monetarias, recordemos que en EE.UU. varios testimonios de ECM se convirtieron en bestsellers. 2 Salvo mediante métodos racionales, específicamente, comprobando que hay consistencia, semejanza, con otros testimonios pertenecientes a otros estudios. Pero el método de la comprobación por semejanza tiene el problema de excluir testimonios raros de posibles ECMs.

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tales como: experiencias religiosas, espirituales y místicas de diversa índole; las experiencias extra-corporales producidas en un contexto de no cercanía a la muerte; revisiones vitales producidas en un contexto de no cercanía a la muerte; otras experiencias anómalas sí producidas en un contexto de cercanía a la muerte, como la visiones en el lecho mortuorio; experiencias de quirófano; alucinaciones; experiencias oníricas; experiencias psicotrópicas; experiencias de abducidos; etc. Implicaciones de la investigación de las ECMs, tales como: científicas, especialmente en el ámbito de la neurociencia y la psicología; biomédicas, psiquiátricas y psicoterapéuticas; religiosas; etc. Análisis filosófico de acuerdo a varias disciplinas, tales como: metafísica y filosofía de la mente; epistemología, tanto de las ECMs como de la investigación realizada sobre ellas; ética; filosofía de la religión; etc.1 Y por último, hermenéutica de la fenomenología de las ECMs. El libro tiene más un carácter reproductivo que productivo o creativo; es decir, se reproduce resumidamente la investigación relevante sobre ECMs, más que exponer una investigación original realizada por el propio autor. De todas maneras, tengo que advertir que hay ciertas cosas de mi propia cosecha: estructuras, muchas definiciones, algunas tipologías, muchos comentarios y críticas (normalmente localizados en las notas a pie de página para evitar que se confundan con la investigación expuesta), y la mayoría de las síntesis y conclusiones. El trabajo está completamente referenciado, por lo que el lector podrá saber en cada momento cuando algo pertenece al que escribe esto o pertenece a otro autor diferente. En este sentido, se ha intentado recoger un gran número de referencias a la obra fundadora de Raymond Moody, para que el lector pueda comparar como se ha desarrollado el campo de las ECMs en relación a la obra de este autor.2 El mejor libro de características similares a éste es The handbook of near-death experiences.3 Este manual y mi texto se asemejan en muchos aspectos, la bibliografía y la investigación realizada son las que son, por lo tanto los textos recopilatorios de conjunto acabarán siendo muy semejantes; aunque también se diferencian en las aportaciones personales, y en diversas temáticas que no son tratadas en una u otra obra. También el hecho de que mi texto esté escrito por una sola persona ayuda a dar más unidad y consistencia al escrito. Pero lo más importante es que con este texto los lectores en español podrán disponer de una obra introductoria extensa a la investigación sobre ECMs, sin necesidad de tener que acudir a literatura escrita en otros idiomas. En español no hay casi literatura sobre ECMs, algunas traducciones de bestsellers, como Moody o Morse, y de otras obras divulgativas. Y peor aún está el panorama sobre la creación de literatura sobre ECMs en este idioma, que es prácticamente inexistente.4 1

Este es mi campo particular de estudio y en el que ahora estoy trabajando, con la esperanza de llegar a obtener resultados en el futuro, sobre todo en relación a cuestiones metafísicas y de filosofía de la mente vinculadas a las ECMs. 2 Aunque me abstengo en este escrito, por no ser cometido del mismo, de tratar la cuestión de la influencia, si es que la hay, de Moody, tanto en la investigación como en los testimonios, recuerdos o experiencias de los experimentadores. 3 Holden & Greyson & James (ed.) (2009). También en Perera et al. (ed.) (2012) se puede encontrar una introducción de conjunto bastante aceptable, aunque no tan buena como la de Holden & Greyson & James (ed.) (2009). Aunque ha habido otras obras que han adoptado una perspectiva de conjunto recopilatoria de la investigación sobre ECMs, éstas son deficientes por diversas razones; o son demasiado introductorias y poco rigurosas, como Atwater (2007), o no son más que recolecciones de artículos referidos a diversas temáticas, como Lundahl (ed.) (1982), Greyson & Flynn (ed.) (1984), o Bayley & Yates (ed.) (1996), que además fueron publicados hace tiempo y no incorporan las investigaciones recientes. 4 Con la salvedad del libro de Vila (2010), el de León (2010) sobre darwinismo y ECMs, y el de Gaona (2012) que es una obra de conjunto pero de tipo divulgativo.

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ESTRUCTURA DEL LIBRO El libro está dividido en cuatro partes: ECM, individuo, sociedad y explicaciones.

LA PRIMERA PARTE: CARÁCTER GENÉRICO Y ESPECÍFICO DE LAS ECMS La generalidad/especificidad tiene diferentes niveles, desde lo más genérico hasta lo más específico o individual, pasando por niveles semi-genéricos o semi-específicos. Estos niveles también los podemos ver en el ámbito de las ECMs. Desde este punto de vista, pueden establecerse una serie de niveles de generalidad/especificidad en función al carácter de las ECMs: 1) Carácter genérico de las ECMs. 2) Tipos de experiencias, y tipos de casi-muertes. 3) Elementos fenoménicos frecuentes de las ECMs. 4) ECMs individuales. En el apartado sobre el carácter genérico de las ECMs, se dará una caracterización genérica o definición de ECM; es decir, se considerará cual es el carácter propio de las ECMs (que solo poseen como tal las ECMs) que todas comparten entre sí. Después, se pasará a los siguientes niveles de generalidad/especificidad. Aquí se dividirá el tratamiento de las ECMs en dos subsecciones: a) Fenomenológica. Que se dedicará a estudiar el carácter semi-general de la experiencia, incluyendo también casos individuales. b) Tanatológica y circunstancial. Que se dedicará a estudiar el carácter semi-general y específico de la casi-muerte y las circunstancias en las que se da la experiencia.

LA SEGUNDA Y TERCERA PARTES: CARÁCTER PERSONAL Y SOCIAL DE LAS ECMS Las ECMs se dan en personas y las personas, a su vez, se dan en sociedades. La ECM es una parte del individuo, y éste es una parte de la sociedad; lo que implica, que la ECM puede mantener relaciones de algún tipo con otras partes de la persona o de la sociedad de las que forma parte. En estas partes se expondrán los caracteres personales y sociales que han podido estar en estrecha relación con las ECMs, según las investigaciones más relevantes a este respecto. El carácter personal y social se puede considerar en función a dos tiempos: a) Carácter de la persona o la sociedad anterior a, o durante, la ECM. b) Carácter de la persona o la sociedad posterior a la ECM.

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LA CUARTA PARTE: EXPLICACIONES DE LAS ECMS La cuarta parte está dedicada a las principales explicaciones que la investigación ha dado de las ECMs. Se exponen cuatro áreas de explicación: fisiológicas, psicológicas, supervivencialistas y de la filosofía de la mente.

OTRAS CONSIDERACIONES ESTRUCTURALES Caracterización y cuantificación. La caracterización o cualificación de las ECMs, o de aspectos individuales o sociales, irá acompañada en numerosas partes por una cuantificación de tal caracterización. Como verá el lector, hay muchos apartados en este texto en el que se presentan sucesiones resumidas de estudios tratando un tema más o menos común. El orden de exposición de estos estudios será cronológico, pero al mismo tiempo éstos estarán agrupados por autor, es decir, primero se presentará el estudio más antiguo seguido de los estudios de ese mismo autor, aunque no sean los más antiguos comparados con los de otros autores, para después pasar al estudio más antiguo perteneciente a otro autor, y así sucesivamente.

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1ª PARTE: LA ECM

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1ª SECCIÓN: CARÁCTER GENERAL DE LAS ECMS 1ª SUBSECCIÓN: LA DEFINICIÓN DE ECM CAPÍTULO 1: ALGUNAS DEFINICIONES DE ECM La definición de ECM es uno de los temas que más han solido traer de cabeza a los investigadores; hasta hoy en día no se ha logrado establecer un acuerdo común entre éstos sobre la definición de ECM.1 Esta falta de acuerdo sobre la definición tiene claras implicaciones negativas. Una de las más evidentes es la dificultad para comparar la información perteneciente a diferentes investigadores, ya que al poseer diferentes definiciones, o poseer definiciones mal construidas, no está claro el que se esté tratando del mismo asunto en los diversos estudios.2 A continuación se podrán observar algunas definiciones dadas en la literatura de ECMs. Ninguna de estas definiciones es, a mi juicio, válida, como se podrá observar en los comentarios realizados al respecto, por lo que en el siguiente capítulo se ofrecerá una definición de ECM de propia construcción que, en principio, parece superar muchas de las deficiencias de las otras definiciones aquí recogidas.

1.1. SEGÚN RAYMOND MOODY La expresión “near-death experience” (“experiencia cercana a la muerte”) fue acuñada por Moody en Life after life.3 En Reflections on life after life, Moody define la ECM como “cualquier experiencia perceptual consciente [conscious perceptual experience] que tenga lugar en una situación de proximidad a la muerte.”4 Define proximidad a la muerte “como un

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Greyson (1999), p. 7; French (2005), p. 353; Kelly & Greyson & Kelly (2007), p. 369; Long & Perry (2010), p. 5. 2 Greyson (1999), p. 7. 3 Moody (1975), pp. 36-37. 4 Moody (1977), p. 142. Ahora bien, ¿solamente las experiencias perceptuales pueden constituirse como ECM?, ¿qué ocurre con otro tipo de experiencias, como las emocionales, cognoscitivas, etc.? A no ser que Moody entienda algo muy genérico por experiencia perceptual, resulta evidente que esta definición

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acontecimiento en que una persona podría fácilmente morir o ser muerta –llegando incluso a creérsela o a considerársela como clínicamente muerta-, pero de la que sobrevive, continuando su vida física.”1 Hace una tipología de estas situaciones de casi muerte:2 a) Situación en la que el sujeto cree que va a morir pero sale ileso del trance. b) Situación en la que el sujeto se encuentra en estado grave y desahuciado por los médicos pero sin llegar a producirse una muerte clínica, y del cual llega a recobrarse. c) Situación de muerte clínica a la que el sujeto sobrevive por reanimación sin que se haya dictaminado fallecimiento. d) Situación de muerte clínica en la que en un primer momento las técnicas de reanimación no funcionan, se dictamina fallecimiento, pero luego se reintenta la reanimación y en este caso sí funcionan. e) Situación de muerte clínica en la que ni siquiera se realizan técnicas de reanimación, se dictamina fallecimiento, aunque luego se aplica reanimación y esta surte efecto. f) Situación de muerte clínica de la cual el sujeto sobrevive sin que intervengan técnicas de reanimación. Moody nos dice que ha recopilado testimonios correspondientes a todos los tipos de situaciones salvo el “f”, o reanimación espontánea.3 Más adelante, diría Moody que nunca había estado completamente satisfecho con la expresión “near death experience” (experiencia cercana a la muerte). Y propuso sustituirla por la de “paranormal death experience”.4 Como indica Kastenbaum,5 el problema con esta expresión es que no está muy clara la diferencia entre una experiencia normal de muerte y una paranormal; entre otras cosas, porque ni siquiera se sabe que es una experiencia normal de muerte.

1.2. SEGÚN BRUCE GREYSON En los escritos de Greyson se pueden encontrar, según la época, varias definiciones de ECM. En un artículo de Greyson y Stevenson, se da la siguiente definición, centrándose en la noción de evento subjetivo: “eventos subjetivos profundos experimentados en el umbral de la muerte”; o, “eventos subjetivos profundos frecuentemente reportados por individuos que han estado cerca de la muerte”.6 En otro artículo un poco posterior, de 1983, se define la ECM como un evento profundamente trascendental cercano a la muerte.7 Más adelante, define las ECMs como “experiencias místicas durante

no es válida, ya que en lo que puede considerarse como ECM pueden entrar en juego muchos tipos de experiencia, no solamente las perceptuales. 1 Moody (1977), p. 142. 2 Moody (1977), pp. 143-144. 3 Aunque Moody no hubiera recogido por aquella época ningún testimonio a este respecto, no sé si más tarde daría con alguno, sí que existen. Véase por ejemplo el testimonio recogido en Gibson (1992), pp. 23 y ss., en el que un camionero parece que consigue reanimarse sin intervención médica. 4 Kastenbaum (1995). 5 Kastenbaum (1996), p. 249. 6 Greyson & Stevenson (1980), p. 1193; Greyson (1985), p. 967; y Greyson (1993), p. 390. El problema aquí reside en la ambiguedad de la expression subjetividad profunda. 7 Greyson (1983). El problema reside en la ambiguedad de la expresión evento transcendental.

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encuentros con la muerte”.1 O centrándose en la noción de experiencia inusual, “experiencias inusuales en la aproximación a la muerte”; y en otra parte: “no hay un acuerdo universal sobre las definición de las ECMs, pero generalmente se entienden como experiencias inusuales, frecuentemente vívidas y realistas, y algunas veces profundamente transformadoras de la vida, que les ocurren a personas que han estado o fisiológicamente cerca de la muerte, como en un paro cardiaco o otras condiciones de amenaza vital, o psicológicamente cerca de la muerte, como en accidentes o enfermedades en los que temieron que morirían.”; y más adelante: “generalmente se entiende que las ECMs son las experiencias inusuales, frecuentemente realistas, y algunas veces profundamente transformadoras, que les ocurren a la gente que han estado fisiológicamente cerca de la muerte, […], o psicológicamente cerca de la muerte, […].”2

1.3. SEGÚN MICHAEL SABOM En Recollections of death, define la situación de casi-muerte (“near-death event”) como “cualquier enfermedad o episodio en el que el paciente haya estado inconsciente y físicamente cerca de la muerte”; o “como cualquier estado corporal causa de inconsciencia física y del que razonablemente sería de esperar que terminara en una muerte biológica irreversible a no ser que fuera dada una atención médica urgente”; o también, “definimos la situación crítica de casi-muerte como cualquier episodio de inconsciencia asociado con la casi-muerte física”. Define inconsciencia como “cualquier periodo específico de tiempo durante el cual la persona pierde toda conciencia subjetiva del entorno y de sí mismo.” Define casi-muerte física como “cualquier estado corporal resultado de una catástrofe fisiológica extrema, accidental o no, del que razonablemente sería de esperar que acabase, en la mayoría de los casos, en una muerte biológica irreversible, y que demanda una atención médica urgente.”3 En su obra Light & death, Sabom dice haberse encontrado muy sorprendido y desorientado a raíz de un caso, el de Pam Reynolds, en el que la definición usual de muerte (irreversible) no parecía ser aplicable. Como indica Sabom, él consideraba anteriormente que las ECMs eran eso, experiencias cercanas a la muerte y no experiencias posteriores a la muerte (“after-death experiences”); estar cerca de la muerte, no importa cuánto, siempre sería diferente de estar muerto. Hasta que se encontró con el caso de Pam Reynolds. La intervención quirúrgica de esta mujer está plenamente documentada y registrada; entre otras cosas, había que producirle un paro cerebral. Si hoy en día, el máximo criterio médico para considerar que una persona está muerta es el de muerte encefálica o cerebral, entonces, parece que esta mujer realmente estuvo muerta. Como indica Sabom, el electroencefalograma no mostraba actividad cerebral, tampoco había registros sonoros de actividad cerebral, y tampoco llegaba sangre a su cerebro, que son criterios clínicos habituales para establecer la muerte de

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Greyson (2003)b, p. 1649. Ambiguedad con la noción de misticismo. Greyson (2003), p. 269; Kelly & Greyson & Kelly (2007), p. 369; Greyson & Kelly & Kelly (2009), p. 213. Ambiguedad con la noción de inusual y definición insuficientemente general. 3 Sabom (1982), pp. 7, 63, 56, 7, y 9. El problema de esta definición es la caracterización de la ECM como un estado inconsciente, lo cual implica una contradicción, si no hay conciencia no hay experiencia. Habría que especificar qué tipo de conciencia o de estado de consciencia es el que se pierde, a saber, el de vigilia, pero dejando la posibilidad a que se den otros estados de conciencia. 2

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una persona.1 Sabom concluye esta consideración considerando la muerte como un proceso y no como algo que ocurre en un momento determinado.2

1.4. SEGÚN SCOTT ROGO “[…] el término [ECM] sólo se utilizará para describir aquellas experiencias que cumplan dos criterios básicos: 1. El testigo debe estar o bien cerca de la muerte física, amenazado por la muerte, o percibirse en un peligro semejante. 2. La persona debe tener o bien una experiencia extracorpórea durante algún momento del episodio, o sus observaciones deben dar a entender que está funcionando en semejante estado.”3 Un poco más arriba, parece que se aclara un poco que se entiende por experiencia extracorpórea: “Experimentar la sensación de dejar el cuerpo y funcionar de pronto fuera de él”, o, “entrar en un lugar físico, pero trascendental, evidentemente separado del mundo normal.”4

1.5. SEGÚN DAVID LORIMER “La experiencia cercana a la muerte puede ser definida como la secuencia de experiencia consciente que continúa a pesar del hecho de que el sujeto no enseñe signos externos de vida en términos de resistencia de la piel, respiración, latidos cardiacos y, ocasionalmente, una EEG plana.”5

1.6. SEGÚN CHERIE SUTHERLAND “Se dice que la experiencia cercana a la muerte ocurre cuando una persona está cerca de la muerte (o en muchos casos de hecho clínicamente muerta), pero aun así es resucitada o de alguna manera sobrevive para relatar una experiencia intensa, profundamente llena de significado.”6 Según Sutherland, la ECM se define en función al contenido y la circunstancia; el contenido son los elementos fenoménicos, y la circunstancia es que la persona debe estar físicamente cerca de la muerte, y no tan solo psicológicamente esperando la muerte. La cercanía física a la muerte frecuentemente es concebida por los observadores como uno o más episodios de aparente inconsciencia, como resultado de un trauma físico; “en general, puede ser dicho que una persona ha estado cerca de la muerte si pudiera haber muerto, y si ha sido tomada por muerta o de hecho se la ha declarado clínicamente muerta, y se ha recuperado.”7

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Sabom (1998), pp. 35, 47, y 49. Sabom (1998), pp. 50-51. 3 Rogo (1989), p. 20. 4 Rogo (1989), p. 20. 5 Lorimer (1989), p. 256. El problema de esta definición es que se está presuponiendo la supervivencia y además utiliza la noción de conciencia en un sentido demasiado genérico. 6 Sutherland (1992)b, p. 3. Esta caracterización de la experiencia como intensa y muy significativa es demasiado genérica, una gran cantidad de experiencias podrían ser definidas así que no se considerarían como ECMs. 7 Sutherland (1992)b, pp. 43 y 44. 2

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1.7. SEGÚN GRACIA FAY ELLWOOD “Una ECM es un evento en el cual una persona está amenazada de muerte inminente, o percibe algo como tal amenaza, o está clínicamente muerta; bastante abruptamente entra en un estado alterado de conciencia; y finalmente retorna (relativamente) a la conciencia normal cuando ella o él reviven o la amenaza se aleja.”1

1.8. SEGÚN VAN LOMMEL “Definimos la ECM como el testimonio del recuerdo de todas las impresiones tenidas durante un estado especial de conciencia, incluyendo elementos específicos tales como la experiencia fuera-del-cuerpo, sentimientos placenteros, y ver un túnel, una luz, familiares fallecidos, o una revisión vital. Definimos muerte clínica como un periodo de inconsciencia causado por un suministro insuficiente de sangre al cerebro por una inadecuada circulación de la sangre, respiración, o ambas. Si, en esta situación, la RCP no comenzó en 5-10 minutos, daños irreparables se producirán en el cerebro y el paciente morirá.”2 Y en Consciousness beyond life, “una ECM es un estado especial de conciencia que se da ante una inminente muerte física, psicológica o emocional.”3

1.9. SEGÚN ATWATER “La experiencia cercana a la muerte (ECM) es un intenso estado de conciencia, una sensación, o una experiencia de “ultra-mundaneidad”, agradable o desagradable, que le ocurre a la gente que se encuentra al borde de la muerte.”4

1.10. SEGÚN JEFFREY LONG “No hay una definición extensamente aceptada de experiencia cercana a la muerte. El estudio NDERF siguió el enfoque de definir la experiencia cercana a la muerte mediante la casi-muerte y los componentes de la experiencia. Consideré que los individuos estaban “cerca de la muerte” si estaban tan físicamente comprometidos que morirían a no ser que su condición mejorase. Los ECMrs estudiados estaban generalmente inconscientes y con frecuencia y en apariencia muertos clínicamente, con ausencia de latidos y respiración. La “experiencia” tenía que ocurrir en el momento en el que ellos

1

Ellwood (2001), p. 9. Ambiguedad con la noción de estado alterado de conciencia. Van Lommel et al. (2001), p. 2040. La ECM no es, por definición, el testimonio, sino la experiencia. Ambigüedad con la noción de estado especial de conciencia. 3 Van Lommel (2007), p. viii. 4 Atwater (2007), p. 7. Con esta definición el problema reside en la caracterización de la experiencia como ultramundana. Nadie diría que las EECs que se dan durante una ECM no forman parte de ésta, pero a éstas no se les puede calificar de ultramundanas, ya que se desarrollan en éste mundo. 2

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estuvieran cerca de la muerte. También, la experiencia tenía que ser lúcida, para excluir descripciones únicamente fragmentarias y memorias desorganizadas.”1 Y en la página web de la NDERF, nos dice: “La experiencia cercana a la muerte (ECM) podría ser definida como "una experiencia lúcida asociada con la conciencia percibida al margen del cuerpo que se da en el momento actual o durante la amenaza de muerte inminente"” “Hay alguna controversia sobre cómo definir una ECM. Los investigadores no han alcanzado el consenso sobre cómo definir la ECM.” A lo que añade, que su definición es muy similar a la que se daba en una carta enviada por la IANDS a los profesionales de la salud, la cual había sido desarrollaba por consenso de la junta de esta agrupación.2

1.11. SEGÚN LA IANDS La definición que se puede encontrar en la página web de la IANDS:3 “Una experiencia cercana a la muerte, o ECM, es un profundo evento psicológico que podría ocurrirle a una persona cercana a la muerte o que no está próximo a la muerte pero sí en una situación de crisis física o emocional. Estar en una situación de amenaza-vital no constituye, por sí mismo, una experiencia cercana a la muerte. Es el patrón de percepciones, dado como un evento reconocible en su conjunto, lo que ha sido denominado experiencia cercana a la muerte.”

1.12. DEFINICIÓN SOCIOLÓGICA DE KELLEHEAR El sociólogo Allan Kellehear ha criticado el tipo de descripción de ECMs que él denomina “ECM clínica” (“clinical NDE”), una descripción de tipo médico o psicológico que excluye los aspectos sociales de las ECMs.4 En contraposición a esto, este investigador desarrolla una caracterización de la ECM como “estatus social”. Kellehear considera que la ECM clínica es un tipo de experiencia cercana a la muerte entre otros, como pueden serlo los de derrumbamientos mineros, las experiencias de naufragio, o las caídas de montañeros; y que por consiguiente no debería definirse al margen del resto de estos tipos.5 1

Long & Perry (2010), p. 5. No es correcto, como se puede leer más abajo, definir la algo genérico por algo específico. 2 http://www.ECMrf.org/Media%20WriteUp.htm. El problema con la definición de Long, tal vez sea el restringir la ECM a los casos de experiencia lúcida; cuando experiencias fragmentarias también pueden aportar datos interesantes para la investigación. 3 http://www.iands.org/ECM_iECMx/ECMs/what_is_a_near-death_experience.html. Ambiguedad con la noción de evento profundo. 4 Kellehear (1996), pp. 10-11 y 44. La crítica de Kellehear es correcta en gran medida, es cierto que se ha desarrollado poca sociología de las ECMs, pero esto es una cuestión diferente a la de como se debe entender lo que es la ECM. Evidentemente es necesario desarrollar sociología de las ECMs, pero también biología, psicología, filosofía, etc.; por lo que, no se trata de adoptar una posición disciplinaria reduccionista, sino adoptar una posición interdisciplinar y complementarista que abarque todos los aspectos de la ECM. 5 Kellehear (1996), pp. 47-51. Pero tengo que objetar que cuando se trata la ECM clínica, siguiendo la terminología de este autor, se hace con ciertas intenciones cognoscitivas, hay un interés de fondo, que suele ser el demostrar o refutar el supervivencialismo, no se investiga por investigar, sin ningún objetivo; si el resto de experiencias a las que se refiere Kellehear puede ofrecer las mismas posibilidades de tratamiento, entonces tal vez sí que debieran ser tenidas en cuenta, pero esto no es así, no puede haber el

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Este autor identifica tres características básicas de tipo social en las ECMs:1 1. Separación repentina e inesperada del grupo social. 2. Periodo de transición definido por la expectación ante la muerte. 3. Retorno repentino al grupo social original. Estas tres características se pueden considerar como un “cambio de estatus” (“status passage”) social;2 una transición desde una parte del sistema social a otra, como la madurez, el matrimonio, el avance profesional, etc. Según Glaser y Strauss, la muerte puede ser vista como un cambio de estatus con sus especiales características, es algo no anticipado, no hay una conducta social prescrita al respecto, suele ser algo indeseado e involuntario, el morir no siempre es un proceso claro, y el control sobre el proceso suele ser problemático. Kellehear considera que estas características pueden ser aplicadas, con alguna modificación, al caso de las ECMs. También se encuentra una característica similar entre la ECM y el morir como cambio de estatus, en el hecho de lo poco que se suele hablar sobre estos temas entre la gente; aunque en el caso de la muerte se ha avanzado bastante desde Glaser y Strauss, especialmente con el avance de la tanatología, con respecto a las ECMs ha solido haber un rechazo a tratar y hablar del tema. También hay que destacar otro rasgo especial de las ECMs, a diferencia de la mayor parte de los cambios de estatus social, que están regulados y controlados de alguna manera, las ECMs se instalan más allá de ese control, constituyéndose como algo con una elevada capacidad de crítica social.3

1.13. DEFINICIONES DE ACUERDO A ELEMENTOS FENOMÉNICOS FRECUENTES A veces, se pueden encontrar definiciones de ECM que no son más que enumeraciones de elementos fenoménicos frecuentes;4 es decir, se considera que una ECM es algo que posee todos o alguno de los elementos frecuentes de ECM. 5 Pero estas “definiciones” no lo son en sentido estricto, ya que hay una contradicción en la intención de dar un carácter genérico de algo a partir de otra cosa que no es genérica, ya que frecuencia y generalidad son nociones diferentes; si los elementos frecuentes no fueran frecuentes, sino universales, entonces sí que se estaría dando algo genérico de la ECM, algo en función a lo que sí se podría definir la ECM, pero el caso es que no es así, por eso tales elementos son frecuentes y no absolutamente genéricos.

mismo control científico en una UCI que en el monte Everest o en el naufragio del Titanic. De todas maneras, la ECM se refiere al hecho de vivir una experiencia en estado de inconsciencia física cuando casi se ha muerto o incluso se ha muerto reversiblemente; pero no se especifica si esto debe de ocurrir por un accidente, una enfermedad o por la caída desde una montaña con consecuencias casi fatales o el ahogamiento en un naufragio; éstas son variables que como tales, no son características generales de las ECMs, y por consiguiente no pueden formar parte de su definición. 1 Kellehear (1996), p. 45. 2 Kellehear se basa a este respecto, como él mismo indica, en la obra de los sociólogos B. G. Glaser y A. L. Strauss. 3 Kellehear (1996), pp. 45-47. La deficiencia en la definición de Kellehear, y posiblemente de cualquier otra definición sociológica, es decir, que considere el carácter social como algo común a toda ECM, es precisamente esa, que es sociológica; y resulta dudoso que el carácter social sea algo común a todas las ECM, al menos como posibilidad no es así; por ejemplo, podríamos pensar en un “niño lobo” que haya tenido una ECM. 4 Greyson (1999), p. 11. 5 Por ejemplo Moody dice que “es la presencia de una o más de estas características la que define a la ECM”; Moody (1988), p. 19.

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Estas pretendidas definiciones por enumeración de elementos frecuentes suelen basarse en enumeraciones burdas y aleatorias de dichos elementos. En algunos casos se pueden atender a criterios sobre la frecuencia de dichos elementos. Y en otros casos se basan en las escalas e índices de ponderación que algunos autores han desarrollado;1 pero las escalas de ponderación son eso mismo, mediciones, no definiciones. El problema con las escalas de ponderación es que se han utilizado para considerar si algo era ECM o no.

CAPÍTULO 2: DEFINICIÓN DE ECM Tras haber visto varios ejemplos de definiciones de ECM ysus deficiencias se pasará, a continuación, al tratamiento de la definición aquí propuesta. Antes de nada, hay que advertir que a causa de la naturaleza tan compleja de la temática estudiada, y a causa de la no posesión actual de datos concluyentes sobre esta temática, parece que estamos abocados a generar definiciones que tengan un carácter abierto, es decir, definiciones que puedan ser revisadas y transformadas si el desarrollo de la investigación futura así lo exige. Una definición cerrada y acabada podría implicar que se excluyera material de estudio que no fuera acorde a la definición pero que sí debería ser estudiado como perteneciente al campo de la ECM. La definición de ECM tiene dos aspectos esenciales o necesarios: uno es la experiencia en sí misma, en su carácter fenoménico, y otro es la cercanía a la muerte, o la relación de la experiencia con la muerte. Estos dos aspectos son características necesarias de la ECM, es decir, si algo no tiene ambos aspectos no puede ser considerado como ECM.2 La definición de ECM se desarrollará en dos momentos: uno analítico o de descomposición y otro sintético o de composición. Es decir, primero se descompondrá la noción en sus partes componentes, a saber: experiencia, cercanía y muerte. Una vez que se haya definido cada parte en relación al todo al que pertenecen (la ECM) se pasará, a continuación, a conjuntarlas para obtener la definición del todo o la expresión ECM.

2.1. EXPERIENCIA La expresión “experiencia cercana a la muerte” posee un carácter demasiado genérico; no indica el carácter específico que tienen las experiencias a las que se refiere la expresión. A partir de esta expresión, sin más aclaraciones, una experiencia cercana a la muerte puede ser cualquier experiencia que se dé en la situación entendida como estar cerca de la muerte o encontrarse al borde de la muerte. Pero la investigación de las ECMs no es la investigación de toda o cualquier experiencia que se dé en tales circunstancias, sino la investigación de cierto tipo de experiencias que se dan en dichas 1

Véase cap. 10. Esto es un argumento analítico: experiencia cercana a la muerte es experiencia cercana a la muerte, o experiencia + cercanía a la muerte. 2

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circunstancias.1 La experiencia de la ECM no es, por ejemplo, la experiencia de malestar que se siente durante un estado febril al borde de la muerte, o el dolor que puede sentir una persona ante un traumatismo mortal. La cuestión relevante aquí es definir el tipo de experiencias que se dan ante la proximidad de la muerte y que constituyen el objeto de estudio de las investigaciones sobre ECMs. La investigación sobre ECMs es fundamentalmente una investigación sobre la experiencia del morir o de la muerte; pero no sobre cualquier experiencia de muerte. Tras esta investigación hay un claro interés por la cuestión de la supervivencia del alma o la conciencia, que en la mayoría de los autores se muestra explícitamente, ya sea en una dirección supervivencialista o anti-supervivencialista. Por lo tanto, lo que en última instancia busca la investigación de las ECMs es aclarar el misterio de la supervivencia o de la aniquilación. De aquí se deriva la solución al problema planteado, ¿cuáles son las experiencias que pueden constituirse como algo existente independientemente de, o superviviente a, un cuerpo físico o un cerebro?; es decir, interesan las experiencias que, como posibilidad, tal vez se den cuando el cuerpo o el cerebro estén muertos o casi muertos. Por esta razón, todas aquellas experiencias que un sujeto tenga vinculadas a su vida física, aunque se den en circunstancias de casi-muerte, no son objeto de estudio de la investigación sobre ECMs. Hay que diferenciar entre una conciencia física y una conciencia no física.2 Una conciencia física es una conciencia vinculada a un cuerpo físico; lo que significa que es una conciencia consciente, atenta o alerta, en algún grado, de lo físico, ya sea el exterior extra-corporal o ya sea su propio cuerpo físico; pero alerta mediante su propio cuerpo físico. Un sujeto es consciente físicamente cuando capta algo físico mediante su cuerpo físico. Hay que puntualizar que lo de estar consciente de lo físico mediante lo físico no es lo mismo que ser consciente de lo físico en general, ya que como posibilidad, podría darse el caso, tal vez, de que un sujeto sea consciente de lo físico por medios no físicos.3 A este estado se le suele denominar estado de vigilia o estar despierto; pero esta expresión es algo ambigua por su generalidad, ya que se podría decir, por ejemplo, que un sujeto durante un sueño está despierto, consciente, pero en otro estado de conciencia; por lo tanto, habría que especificar que se trata de un estar atento, despierto o vigilante del mundo físico, y no estar despierto a secas. Hay que aclarar que aunque un sujeto tenga su atención depositada en algo no físico, se considerará que sigue vinculado a su cuerpo físico si al mismo tiempo sigue manteniendo su atención, en algún grado, hacia lo físico; por ejemplo, una persona puede estar imaginando algo, y por lo tanto no estar dirigiendo su atención hacia lo físico, pero puede estar realizando este acto de imaginar mientras sigue físicamente despierto, por lo que se considerará que su conciencia sigue vinculada a lo físico.4 Este criterio, nos ayuda a descartar experiencias que no pueden considerarse como ECM; cualquier experiencia que se tenga en estado de vigilia física no se considerará como 1

Esta opinión también podemos verla en Greyson (1999), p. 9. Se entiende lo físico en un sentido ordinario, es decir, lo físico tal y como se experimenta normalmente por la mayoría de las personas; no se entiende lo físico en el sentido de la física o la química. 3 Este sería el caso de las EECs, en el que la conciencia de lo físico, subjetiva o fenomenológicamente (independientemente de que sean percepciones reales o no), se realiza por medios no físicos, en el sentido ordinario de la palabra, es decir, no se realiza mediante los medios físicos normales, los sentidos corporales usuales. 4 Sería diferente si el sujeto imaginase rompiendo con toda su atención sobre lo físico, como ocurre en esas experiencias denominadas “sueños lúcidos”, en este caso no se puede decir que su conciencia sea física. 2

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ECM, ya que se supone que es una prueba clara de que el sujeto no se ha separado de su físico. Esto posibilita que el sueño sí se pueda considerar como ECM, porque en un sueño, la atención claramente ya no está vinculada a lo físico; y gracias a esto, se deja abierta la posibilidad a que las ECMs sean sueños o algo parecido a estos. Lo más correcto sería dividir las experiencias cercanas a la muerte en dos tipos: a) Conciencia física cercana a la muerte. b) Conciencia no física cercana a la muerte. Pero el hecho es que, en la práctica, las ECMs solo se han identificado con el tipo “b”, que además es el tipo más relevante en relación al estudio de la cuestión de la supervivencia, como ya se indicó más arriba. Por lo que aquí, como ya se ha dicho, solo se entenderá la ECM como la conciencia no física o experiencia no física que se tiene al estar cerca de la muerte. Ya tenemos la definición de la experiencia: cualquier experiencia que no sea física, que no sea un estar atento, vigilante o despierto a lo físico mediante lo físico.

2.2. CERCANÍA La cercanía se puede entender de dos maneras: a) Estática. Estáticamente, que algo esté próximo a otra cosa no implica que necesariamente valla a pasar a esa otra cosa; ej.: si estamos en el segundo piso de un edificio entonces estamos próximos al primer y tercer pisos de ese edificio, pero esta proximidad no implica que tengamos que ir a alguno de esos pisos vecinos, podemos permanecer en el segundo piso. b) Dinámica. Dinámicamente, que una cosa esté cerca de otra, significa que hay un movimiento o dinámica por el cual una entidad se dirige hacia algo, y al estar cerca, le falta poco por recorrer para alcanzar eso cercano; independientemente del tiempo que le lleve ese proceso, más rápido o más lento; ej.: se está subiendo de un piso a otro de un edificio, cuando se esté llegando a ese piso, entonces se podrá decir que se está cerca dinámicamente de él. Como en toda dinámica, en la cercanía dinámica, es importante el tiempo, la velocidad con la que se desarrolla algo; por lo que hay que diferenciar entre: b.1. Velocidad rápida de acercamiento. b.2. Velocidad lenta de acercamiento. La cuestión que surge aquí es la siguiente: ¿se producen ECMs en ambos casos, es decir, en situaciones cercanas a la muerte tanto estáticas o estables como dinámicas o procesuales? Esta es una cuestión que la investigación debe responder. Aunque en principio parece que sí es así. Personas que han estado en una situación estable de coma por algún tiempo y que luego han recuperado la salud, han testimoniado ECM.1 Aunque, evidentemente, son más numerosos los casos de ECMs en situaciones dinámicas de proximidad a la muerte; ya que, conjeturando, parece que es más difícil que se produzca la situación en la que una persona se pone en estado de cercanía a la muerte y queda estable en ese estado, sin ir en una dirección o en otra.

1

Por ejemplo Alexander (2012).

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La cercanía a la muerte se puede entender de otras dos maneras (no dicotómica o excluyente): a) Vital o salud. Vital, en términos generales, aplicable a cualquier caso de vida/muerte; salud, en un sentido más específico, más referido a la vida/muerte física. La persona está en un estado vital cercano al de muerte o acercándose a la muerte; o, específicamente, la persona se encuentra en un estado de salud cercano a la muerte física.1 Esta noción de cercanía vital a la muerte solo es posible en función a una concepción gradual de la oposición vida/muerte; es decir, que se necesita un estado o grado intermedio entre los extremos vida/muerte que pueda ser considerado como más cercano al extremo muerte que al extremo vida. b) Amenaza. La persona está amenazada mortalmente; por lo que tiene una muerte cercana pero de forma amenazadora, independientemente de cómo sea su estado de salud. Ej.: si alguien va en un coche por una carretera a 200 km/h, e incrementando su velocidad, esa persona está amenazadora y dinámicamente cerca de la muerte, aunque su estado de salud en ese momento sea bueno; y si alguien está al borde de un precipicio sin moverse, se encuentra amenazadora y estáticamente al borde de la muerte. La cercanía a la muerte pude estar en función a la subjetividad y la objetividad (no excluyente): a) Subjetiva. Creer que se está cerca de la muerte, independientemente de que así sea objetivamente. b) Objetiva. Estar cerca de la muerte objetivamente, independientemente de que el sujeto lo crea así o no. Por ejemplo, en un accidente repentino e inesperado, el sujeto puede entrar en un estado de casi-muerte sin darse cuenta de lo que ha ocurrido o está ocurriendo. Dadas todas estas tipologías, lo que hay que preguntarse ahora es si todos los tipos mencionados, por si solos y combinados entre sí, definen o no la ECM. La situación de casi-muerte por excelencia es la de casi-muerte vital, estática o dinámica, objetiva; este es el tipo de casi-muerte, con sus variables, que principalmente debería tener en cuenta la investigación sobre ECMs. En función a la casi-muerte por amenaza, sin que en ese momento haya casi-muerte vital, y la casi-muerte subjetiva, sin que haya algo objetivo en esa casi-muerte, no está claro si deberían ser incluidas como casos de casi-muerte que puedan definir a la ECM. El problema reside en saber si las mismas experiencias que se producen en un caso vital de casi-muerte, también se pueden producir en un caso no vital pero amenazante, de casi muerte; y lo mismo con los casos subjetivos sin carácter objetivo. Ha habido bastante polémica a este respecto, especialmente con lo que respecta a las denominadas “experiencias de miedo a la muerte”.2 En el campo de la investigación de las ECMs se puede encontrar de todo, y como esta cuestión no está ni mucho menos resuelta, lo más prudente será considerar provisionalmente todos los tipos de casi-muerte como definidores de la ECM.3 Pero hay que recordar que aunque la cercanía a la muerte fuera 1

Cual sea ese estado de salud o momento cercano a la muerte es algo que, en su carácter específico, debe establecer la biomedicina. 2 Véase cap. 14. 3 En las investigaciones, se debería indicar siempre cual ha sido el tipo de casi-muerte bajo el que el sujeto ha tenido la experiencia, para poder diferenciar y llevar las comparaciones de rigor entre las diferentes situaciones; pero esto es algo que no se suele hacer.

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solamente amenazante o solamente subjetiva, tendría que producirse una pérdida de la consciencia física para que se dé una ECM; es decir, el mero hecho de creer que uno va a morir inminentemente, no es suficiente como condición de una ECM, si esta creencia es capaz de producir un estado de inconsciencia física y producir una consciencia no física, es otra cuestión que no se va a tratar aquí, pero tendría que ser así para que se pudiera hablar de ECM; obviamente, una mera pérdida de conciencia física ante una amenaza mortal, sin que haya una experiencia durante ese periodo de inconsciencia física, no puede ser considerado como experiencia cercana a la muerte, ya que no hay tal experiencia. Hay otro problema importante que versa sobre la diferencia entre estar cerca de la muerte y estar muerto reversiblemente (lo que a veces se denomina muerte clínica). La solución a este problema depende de cómo se defina la muerte, como algo irreversible o como algo reversible. En este escrito se va a utilizar, para evitar un exceso de términos, la expresión “cercanía a la muerte” con el sentido tanto de estar cerca de la muerte sin haber muerto reversiblemente, como en el sentido de muerte reversible o clínica, es decir, cerca de la muerte irreversible. Aunque en toda investigación rigurosa deba indicarse siempre cuando se está tratando de cada caso, es decir, de casi muerte (en el sentido estricto de la expresión) o de muerte reversible.

2.3. MUERTE Lo primero que hay que aclarar es que hay muchos tipos de vida/muerte;1 la definción de muerte que se va a utilizar aquí se elaborará en función a estos tipos. Entendiendo la vida/muerte como totalidad/parcialidad, la muerte en las ECMs se refiere a una muerte, en principio, parcial, la muerte de la parte física, independientemente de que esto implique también, o no, la muerte de la parte anímica. Entendiendo la vida/muerte como esencialidad/accidentalidad, la muerte en las ECMs se refiere a una muerte de una parte esencial del hombre, que, según la concepción actual, es el encéfalo, o alguna parte más esencial de éste. Es decir, que cuando se habla de muerte en relación a las ECMs se está hablando de la muerte encefálica. Entendiendo la muerte encefálica no como una inexistencia del encéfalo, sino como una inexistencia de algo del encéfalo, la actividad encefálica; es decir, la muerte se entenderá aquí como inactividad encefálica. Entendiendo la vida/muerte como reversibilidad/irreversibilidad, la muerte en las ECMs es una muerte que, al menos en algunos casos, es reversible. Es decir, que puede haber una parada de actividad encefálica y ésta retornar, por las causas que sean, tras un determinado lapso de tiempo. Como ya se indicó un poco más arriba, las expresiones de “cercanía a la muerte” y de “casi-muerte” se utilizarán con ambos sentidos, cercanía a la muerte sin más, y muerte reversible; en el sentido específico de cercanía a una parada encefálica o parada encefálica reversible.

1

Véase apéndice 1.

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Entendiendo la vida/muerte como dualidad y gradualidad, la muerte en relación a las ECMs es una muerte que se considera como el extremo de una oposición graduada entre vida/muerte. Esta graduación es lo que permite que haya grados intermedios entre los opuestos vida/muerte que estén o más cercanos a la vida o más cercanos a la muerte, y gracias a lo cual, la noción de cercanía a la muerte cobra sentido.

2.4. SÍNTESIS

ECM es toda experiencia que se da durante un estado de inconsciencia física, entendida la inconsciencia física como la no atención al mundo físico mediante el cuerpo físico, en una situación de cercanía a la muerte o de muerte reversible, entendida la muerte como inactividad encefálica.

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2ª SUBSECCIÓN: FRECUENCIA DE LAS ECMS CAPÍTULO 3: FRECUENCIA DE LAS ECMS Contar sin más cuantas ECMs, o testimonios de éstas, se han producido no es suficiente, obviamente, como investigación cuantitativa, se necesita estudiar la frecuencia con la que se dan o pueden dar las ECMs o testimonios de éstas. Como han indicado algunos autores,1 en el campo de la investigación de las ECMs no se ha solido diferenciar entre “prevalencia” e “incidencia”; nociones que suelen usarse habitualmente en el campo de la epidemiología para cuantificar la enfermedad dentro de una población. En general, la prevalencia y la incidencia son diferentes tipos de frecuencia, que pueden aplicarse a cualquier caso en el que pueda haber frecuencia; obviamente, su aplicación no se reduce a la medicina poblacional, por lo que se puede, y se debe, estudiar la prevalencia y la incidencia de las ECMs. La prevalencia de un determinado carácter se calcula dividiendo el número de entidades que actualmente tienen ese determinado carácter por la totalidad de las entidades que potencialmente pueden tener ese determinado carácter; es decir, si el carácter es haber vivido una ECM, recordar una ECM o testimoniar una ECM, ECM a secas, el número actual serán los individuos o casos en los que se ha dado una ECM, y el número potencial, será la totalidad de individuos o casos a considerar en los que potencialmente podría darse una ECM.2 Prevalencia ECM = nº actuales ECMs / nº potencial ECMs. El resultado se suele dar en porcentaje, es decir una proporción basada en el cien, o el número de casos actuales que se dan por cada cien potenciales. La incidencia de las ECMs es el número de nuevas ECMs que se dan dentro de un conjunto potencial de ECMs, independientemente del número de ECMs que se hayan dado en el pasado. La principal función de la incidencia es establecer el aumento/disminución de algo, comparando lo nuevo con lo pasado; y, a partir de esto, poder realizar predicciones sobre incidencia futura. Otro problema que se puede destacar con respecto al cálculo de la frecuencia de las ECMs es el de que no todos los investigadores tienen la misma noción de ECM, con lo que en los diversos estudios se podrían estar cuantificando cosas diferentes.3 Aunque a nivel general, casi todos los investigadores relevantes mantienen una noción de ECM más o menos parecida, a nivel específico esta noción puede diferir bastante, y en algunos casos mucho; el problema es que en muchos estudios se considera que algo es una ECM a partir de cierto carácter específico y no a partir del carácter genérico, más compartido entre los investigadores; los casos más importantes a este respecto son los del Índice Ring y la Escala Greyson, dependiendo de la puntuación mínima que sea

1

Greyson (1998); Zingrone & Alvarado (2009), pp. 29-36; Perera & Jayasuriya (2012). Específicamente hablando, una entidad potencial de ECM es una persona que ha estado al borde de la muerte o que ha fallecido reversiblemente. 3 Zingrone & Alvarado (2009), pp. 29-36. 2

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requerida para que algo sea considerado como ECM, el número de ECMs podrá variar considerablemente en función a que la ponderación sea más o menos exigente.

3.1. LA FRECUENCIA DE ECMS SEGÚN DIVERSAS INVESTIGACIONES En el Estudio de Conética se consideró a 208 personas como potencialmente candidatos para la investigación. Los criterios de la selección fueron: el paciente tiene que haber estado cercano a la muerte o haber muerto clínicamente y haber sido resucitado, como resultado de enfermedad grave, accidente o intento de suicidio; el paciente tiene que haberse recobrado lo suficiente de su casi muerte como para hablar de ello coherentemente; el paciente tiene que ser angloparlante; y, el paciente tiene que tener por lo menos dieciocho años. De los 208 posibles, finalmente acabaron participando en el estudio 102. Estos 102 provenían de ámbitos variados: 54 de varios hospitales de Conética y un hospital de Maine, 5 aportados por médicos y psiquiatras, 16 de ámbito no médico, 21 por anuncio en prensa local, y 6 aportados por el mismo Ring. Los casos de casi-muerte fueron: 52 enfermedad grave, 26 accidentados, 24 suicidas. De los 102 entrevistados se obtuvieron 104 testimonios. De esos 102 pacientes, 48 se consideraron experimentadores nucleares (de acuerdo al Índice de Ring) y el resto, 54, no.1 En el estudio de Recollections of death, Michael Sabom y Sarah Kreutziger recogieron datos entre mayo de 1976 y marzo de 1981, en el University Florida Hospitals: Shands y Veterans Administration. Se siguieron los criterios siguientes de selección: se excluyeron todos los pacientes con alguna conocida enfermedad psiquiátrica o discapacidad mental; y, los participantes tienen que adecuarse a la definición de ECM estipulada por Sabom.2 116 pacientes supervivientes de una situación crítica de casimuerte fueron entrevistados; de aquí se excluyeron 10 pacientes que estuvieron en situación de casi-muerte bajo anestesia general durante una operación de quirófano, con lo que habría 106 pacientes; de los 106 pacientes restantes, 78 fueron obtenidos prospectivamente3 (66 casos de paro cardiaco, 8 comas y 4 accidentados); de estos 78 pacientes, algunos estuvieron varias veces en situación de casi-muerte a lo largo de su vida, resultando de ello un número total de 156 casos de casi-muerte; de los 78 pacientes obtenidos prospectivamente, 34 testimoniaron ECM,4 un 43%;5 de estos 34 pacientes, algunos tuvieron varias ECMs a lo largo de su vida, arrojando un total de 42 ECMs; por lo que la frecuencia que se da a partir de este estudio es de: en un 27% de los casos de casi-muerte se produce una ECM (42 ECMs ocurridas durante 156 casos de casi-muerte).6

1

Ring (1980), pp. 27-28, 106, 191-192 y 271-274. Al ser un estudio retrospectivo, la prevalencia de esta investigación no tiene mucho valor indicativo de la frecuencia con la que se producen ECMs. 2 Para esta definición véase el cap. 1. 3 Tal y como Sabom entiende la noción de estudio prospectivo, véase Sabom (1982), p. 6. No queda muy claro el que Sabom utilice correctamente la noción de “prospectivo”, no queda claro si se delimitó correctamente el campo de recolección de datos, algo fundamental a la hora de llevar a cabo un estudio prospectivo. 4 En Sabom (1982), p. 57, dice que son 34, en la p. 202 dice que son 33. 5 Se supone que en el tiempo estudiado prospectivamente, aunque Sabom no deja claro este punto. 6 Sabom (1982), pp. 56-57 y apéndices. Tal vez el estudio realizado por Sabom se desarrolló rigurosamente, para saberlo con certeza habría que haber estado allí, pero la exposición que hace de estos resultados en su libro deja mucho que desear.

27

La encuesta realizada por Gallup. Encuesta sobre las creencias en la vida tras la muerte de los norteamericanos mayores de 18 años. La encuesta se realizó en un año y medio, desde el comienzo de 1980 hasta septiembre de 1981. El método consistió en una selección ejemplar de gente, a la que se le realizaban entrevistas cara a cara, consistentes en preguntas de contenido escatológico que después se ponían en relación con datos personales variados. Aunque la encuesta trataba sobre cuestiones escatológicas en general, se dio una importancia especial al tema de las experiencias cercanas a la muerte.1 Según la encuesta, un 15% de los encuestados dijeron haber tenido una ECM, un 85% respondieron negativamente, y un 2% no estuvieron seguros.2 Como indican los investigadores, si se proyectan sus hallazgos sobre el total de la población norteamericana, los resultados serían: 23 millones de personas habrían tenido una experiencia al borde de la muerte o de muerte temporal, y ocho millones habrían tenido algún tipo de encuentro místico vinculado al evento de muerte.3 Greyson realizó varios estudios retrospectivos con personal de la IANDS. Algunos ejemplos a este respecto: En un estudio sobre valores personales, de entre 264 participantes, 89 testimoniaron ECM y 175 no.4 En otro estudio sobre variedades de ECM, de entre 246 participantes, 186 (76%) testimoniaron ECM (según la Escala Greyson), y 59 (24%) declararon casi-muerte sin ECM.5 Llevó a cabo una investigación investigación retrospectiva sobre estrés postraumático en experimentadores de ECM.6 Los participantes eran personas que habían contactado con el investigador, no solicitados por éste. En el estudio participaron 194 personas que declararon casi-muerte, de las cuales, 148 (76%) testimoniaron ECM (según la Escala Greyson). Bruce Greyson dirigió un estudio sobre ECMs en enfermos cardiacos.7 En el estudio participaron todos los pacientes admitidos, en un periodo de treinta meses, en la UCI cardiaca o en la unidad de cardiología del University of Virginia Hospital; excluyendo a aquellos impedidos, por razones de salud física, mental o congénita, para realizar la entrevista. Se entrevistaron a 1595 pacientes, de los que 116 (7%) fueron admitidos como pacientes de paro cardiaco, 490 (31%) como infarto de miocardio, 624 (39%) como angina inestable, y los 365 (23%) restantes como pacientes con otros diagnósticos cardiacos; de los 1595, 27 (2%) puntuaron siete o más en la Escala Greyson, y constituyeron el grupo de experimentadores, el resto constituyeron el grupo de no experimentadores;8 el 10% de los pacientes de paro cardiaco testimoniaron ECM, mientras que en el resto de los grupos de enfermos cardiacos solo fue el 1% en cada uno, por lo que los testimonios de ECM son diez veces más habituales entre los pacientes de paro cardiaco que entre otros enfermos cardiacos.9 También indica

1

Gallup & Proctor (1982), pp. 1-4 y 221-222. Gallup & Proctor (1982), p. 198. 3 Gallup & Proctor (1982), p. 6. 4 Greyson (1983). Los problemas de esta prevalencia son varios. No se aclara que es un experimentador y que no lo es, Greyson todavía no había publicado su escala. Y el problema habitual de que es un estudio realizado sobre personal de la IANDS; aunque el mismo Greyson reconoce este problema, p. 619. 5 Greyson (1993). 6 Greyson (2001). 7 Greyson (2003). 8 81 pacientes más dijeron haber tenido una ECM en el pasado, pero no fueron incluidos en este estudio. 9 Lo que supone, según Greyson, que hay una correlación entre la cercanía a la muerte real (no mental) y la ECM, Greyson (2003), p. 273. 2

28

Greyson que 81 (5%) pacientes adicionales declararon haber tenido una ECM con anterioridad.1 En este estudio puede observarse un problema con la noción de ECM; de los 27 experimentadores, 17 declararon haber perdido la conciencia, 7 tener la conciencia disminuida, 3 estar normalmente conscientes,2 pero la definición más aceptada de ECM se caracteriza por una pérdida de la conciencia de vigilia (física), con lo que según esta noción de ECM, solamente 17 podrían ser realmente considerados como experimentadores. También hay un problema con la noción de cercanía a la muerte; para que haya ECM tiene que haber, obviamente, cercanía a la muerte o incluso muerte reversible o clínica, en el estudio de Greyson, médicamente hablando, en 7 experimentadores se constató ausencia de signos vitales, en 9 experimentadores se constató una progresión hacia toda ausencia de signos vitales, en 9 experimentadores se constató una condición grave pero no cercana a la muerte, y en 2 experimentadores la condición no era grave; pero en el artículo no aparecen los datos médicos sobre casimuerte de los 1568 no experimentadores, solo aparecen los datos subjetivos al respecto, 7 experimentadores consideraron que habían muerto frente a 30 no experimentadores, 14 experimentadores se consideraron cerca de la muerte frente a 232 no experimentadores, 3 experimentadores consideraron que no habían estado cerca de la muerte frente a 425 no experimentadores, y 3 experimentadores no supieron decir cuál fue su estado frente a 881 no experimentadores.3 En función a estos datos, se puede observar que la frecuencia de ECMs en personas que han muerto reversiblemente o que han estado casi muertos, se eleva en un porcentaje muy elevado. Un aspecto interesante, en función a ese escaso 2% de los enfermos cardiacos, es que la gente no es proclive a inventarse historias de ECMs. Greyson realizó un estudio retrospectivo con pacientes psiquiátricos externos pertenecientes a la clínica psiquiátrica de la Universidad de Conética.4 Se solicitó a todos los pacientes de la clínica, entre julio de 1994 y junio de 1995, que participasen en el estudio, con la obtención de 832 participantes; pero no se obtuvieron datos de cuantos pacientes de la clínica al que se les solicitó participar en el estudio, al final no participaron. De 832 participantes, 272 (33%) declararon haber estado cerca de la muerte, y de estos, 61 (22%, 7% del total de los participantes) testimoniaron ECM (según la Escala Greyson). Pero no hubo datos de cuanto pacientes de la clínica al que se les solicitó participar en el estudio, al final no participaron.

En una investigación realizada por Greyson y otros colaboradores para verificar las EECs, no se dio ningún testimonio de ECM entre 25 pacientes a los cuales se les había inducido 52 paradas cardiacas, con la finalidad de implantar un “marcapasos”. Los investigadores sugieren tres explicaciones hipotéticas de porque no se produjeron ECMs: Las expectativas de los pacientes de no sentirse en peligro; la breve duración de la parada cardiaca; o, el efecto de la anestesia.5

1

Greyson (2003), p. 271. Estos pacientes no fueron incluidos en este estudio, con lo que la investigación puede considerarse como prospectiva. 2 Greyson (2003), p. 272. 3 Greyson (2003), p. 272. 4 Greyson (2003)b. 5 Greyson et al. (2006).

29

Walker y Russell realizaron un estudio sobre el conocimiento que poseía un grupo de psicólogos sobre ECMs.1 De 117 participantes en el estudio, 8 (7%), declararon haber tenido una ECM, pero los investigadores indican que este dato puede estar hinchado, basándose en el contenido inadecuado de sus testimonios.2 De los 117 psicólogos, de los cuales un 81% eran psicólogos clínicos, el 19% declararon haber tenido pacientes que habían pasado por una ECM, y un 28% declararon haber tenido contacto personal con experimentadores. En el estudio chino sobre supervivientes del terremoto de Tangshan, realizado por Zhiying y Jian-xun, se encontró una elevada frecuencia de ECMs.3 Aunque se mencione aquí el estudio alemán de Knoblauch, Schmied y Schnettler,4 hay que advertir que esta investigación no posee una gran utilidad con respecto a la cuestión de la frecuencia de las ECMs, el problema reside en su ambigua noción de ECM, en la que incluyen personas, más de la mitad, que no han vivido un episodio de casi-muerte;5 pero no indican cuantos sí lo han vivido, dato que permitiría obtener una frecuencia. En el estudio de Parnia, Waller, Yeates y Fenwick se incluyó a todos los supervivientes de paro cardiaco que se dieron durante un año en el Southampton General Hospital; 63 supervivientes de paro cardiaco, de los cuales 7 (11,1%) testimoniaron haber tenido algún recuerdo vinculado a su episodio de inconsciencia. Aplicando la escala Greyson, y considerando una puntuación mínima de siete como ECM, 4 (6,3%) pacientes testimoniaron ECMs; los otros 3 no reunieron los criterios, según la escala Greyson, para que sus testimonios fueran considerados como de ECM, aunque de estos tres, dos pacientes si testimoniaron temas comunes de ECM, y el testimonio del restante no coincidía con los modelos usuales de ECM al respecto.6 En el estudio de van Lommel y su equipo desarrollado en Holanda, participaron 344 pacientes de diez hospitales holandeses, supervivientes de 509 paros cardiacos. De acuerdo al índice Ring de ponderación: 282 pacientes (82%) ponderaron 0, es decir, no tenían ningún recuerdo; 21 (6%) ponderaron 1-5; 18 (5%) ponderaron 6-9; 17 (5%) ponderaron 10-14; y, 6 (2%), ponderaron 15-19. O sea, 62 (18%) pacientes testimoniaron ECM, de los que 41 (12%) testimoniaron ECM nuclear (seis o más en el índice Ring); en el 12% de las 509 resucitaciones de paro cardiaco se dio ECM, o se testimonió ECM, el 8% fueron ECMs nucleares. Uno de los hospitales que estuvo colaborando con la investigación durante cuatro años y aportó 137 pacientes al estudio, indicó un porcentaje algo menor de ECMs, un 8%, y menos ECMs profundas, algo más en correlación con otro estudio similar;7 lo que hace suponer a van Lommel que en alguno de los hospitales que participaron del estudio pudo haber cierta selección de pacientes; por lo que supone que una estimación más ajustada sobre la incidencia de ECMs (o testimonios) en supervivientes de parada cardiaca puede estar entre un 10% y 1

Walker & Russell (1989). Walker & Russell (1989), p. 109. 3 Como se puede ver en la tabla más abajo; Zhi-ying & Jian-xun (1992). Para más datos sobre este estudio véase el cap. 26.2. 4 Para más detalles véase el cap. 26.3. 5 Knoblauch & Schmied & Schnettler (2001), p. 22. 6 Parnia et al (2001), p. 151. 7 Véase Parnia et al. (2001). 2

30

un 5% del total de resucitaciones. También indican la posibilidad de que la incidencia sea diferente en relación a otras situaciones de casi-muerte.1 Janet Schwaninger, Paul Eisenberg y Kenneth Schechtman realizaron un estudio sobre ECMs en supervivientes de paro cardiaco.2 Desde abril de 1991 hasta febrero de 1994, todos los supervivientes de paro cardiaco del Barnes-Jewish Hospital fueron incluidos en el estudio, exceptuando aquellos de la UCI quirúrgica, los que habían sufrido una sobredosis, los que presentaban inestabilidad psiquiátrica, o los que eran incapaces de realizar el estudio por razones médicas. Durante el periodo mencionado, 174 personas sufrieron un paro cardiaco, de las que 119 (68%) murieron; de los 55 pacientes supervivientes, 25 no fueron entrevistados, con lo que el total de los pacientes entrevistados fue de 30 personas; de acuerdo a la escala Greyson, 7 (23%) de estos 30 pacientes testimoniaron ECM (puntuando siete o más en dicha escala), pero otros 4 (13%) pacientes habían tenido una ECM en alguna situación previa de casi-muerte, por lo que en total el conjunto de los experimentadores fue de 11,3 aunque los investigadores indican en el artículo que tres pacientes más testimoniaron recuerdos pero que estos no tenían el carácter de ECM, aunque no dan más detalles a este respecto. En la investigación realizada en Taiwán por Lay et al., se encontró la frecuencia más elevada dada en un estudio de cierto rigor.4

Klemenc-ketis et al. llevaron a cabo un estudio prospectivo en superviventes de parada cardiaca sobre los efectos del dióxido de carbono en las ECMs. Se investigó a todos los supervivientes de parada cardiaca, correspondientes al periodo de enero del 2008 a junio del 2009, pertenecientes a tres grandes hospitales de Slovenia. De 52 pacientes 11 (21.2%) testimoniaron ECM según la escala Greyson.

1

van Lommel et al. (2001), pp. 2039-41 y 2043-44; van Lommel (2007), pp. 142-143. Schwaninger & Eisenberg & Schechtman (2002). 3 Con lo que el estudio ya no es plenamente prospectivo, al contrario de lo que indica el título de este artículo. 4 Véanse los detalles en cap. 26.2. 2

31

3.2. TABLAS COMPARATIVAS DE FRECUENCIA DE ECMS 3.2.1. TABLA DE PREVALENCIA DE EXPERIMENTADORES Y ECMS POBLACIÓN

Ring (1980)

Ring, Franklin (1981-82) Sabom (1982) Greyson (1983) Gallup, Proctor (1982) Walker, Russell (1989) Greyson (1993) Knoblauch, et al. (2001)

Greyson (2001) Schwaninger, et al. (2002) Greyson (2003) Greyson (2003)b Lai, et al. (2007)

NO EXP.

EXP.

Prevalencia

Enfermos Accidentados Suicidas Total

Total individuos 52 26 24 102

23 15 16 54

29 11 8 48

55% 42% 33% 47%

Suicidas

36

19

17#

47%

Paro cardiaco Coma Accidente Total Personal de la IANDS Encuesta amer. general Aplicación EE.UU.

66 8 4 78

40 3 2 45

26 5 2 33

39% 62% 50% 43%

264

175

89

33%

Circa150 mill.

Psicólogos

117

Personal de la IANDS Enc. alem. General Aplicación Alemania

CASIMUER.

ECMS

PRV.

156

42

27%

91

51@

56%

15% 23 mill.

15%

¿8?

7%

187@

76%

2044

¿82?

4%

82 mill.

3 mill.

4%

148@

76%

11@

36%

108

6%

246

Pacientes estrés postraumático

194

Paro cardiaco

30

¿? Enfermos psiquiátricos ¿Enfermos diálisis?

1595 8321

2722 70

59

46

1487 7713

2114 25

61 45@

7%

22% 64%

La primera prevalencia es la proporción de experimentadores en relación al total de individuos. La segunda prevalencia es la proporción de ECMs en relación al total de situaciones de casi muerte. @: Puntuación de 7 o más en la Escala Greyson. #: Puntuación de 6 o más en el Índice Ring. 1

Total de personas que declararon haber estado cerca de la muerte (con ECM y sin ella) y que no. Total de personas que declararon haber estado cerca de la muerte, incluyendo los que testimoniaron ECM y los que no. 3 Total de personas que no testimoniaron ECM, incluyendo los que declararon cercanía a la muerte y los que no. 4 Total de personas que no testimoniaron ECM pero sí cercanía a la muerte. 2

32

3.2.2. TABLA DE INCIDENCIA DE EXPERIMENTADORES Y ECMS

Zhi-ying, Jianxun (1992) Parnia et al. (2001) Van Lommel, et al. (2001) Schwaninger et al. (2002)

Greyson (2003)

Greyson et al. (2006) Klemenc-ketis (2010)

POBLACIÓN Heridos terremoto

Total individuos

NO EXP.

EXP. Incidencia

81

9

49

72

32@

88%

40%

Paro cardiaco

63

56

59

7

4@

11,1%

6,3%

Paro cardiaco

344

62

41#

18%

12%

Paro cardiaco Paro cardiaco Infr. miocar. Angina inesta. Otras enf. car. Total Inducción par. car.

30 116 490 624 365 1595

Paro cardiaco

1568

7@ 11@ 7@ 6@ 3@ 27@

23% 10% 1% 1% 1% 2%

25

0

0@

0%

52

41

11@

21.2%

CASI MUE.

INC. ECMS

509

52

0

0%

La primera incidencia es la proporción de experimentadores en relación al total de individuos. La segunda incidencia es la proporción de ECMs en relación al total de situaciones de casi muerte. @: Puntuación de 7 o más en la Escala Greyson. #: Puntuación de 6 o más en el Índice Ring.

3.3. FALSOS POSITIVOS Y FALSOS NEGATIVOS Greyson desarrolló una investigación sobre los “falsos positivos” y “falsos negativos” experimentadores;1 es decir, personas que dicen haber tenido una ECM sin que haya sido así, y personas que dicen no haber tenido una ECM habiéndola tenido. Se aplicó un cuestionario a dos grupos diferentes, un grupo estaba compuesto por 262 miembros de la IANDS, y el otro grupo estaba compuesto por 272 pacientes externos de una clínica psiquiátrica. En el cuestionario se preguntaba a los participantes si habían estado cerca de la muerte, y si era así si habían tenido una ECM; además, se les pidió que cumplimentaran la Escala Greyson, independientemente de que hubieran respondido que habían tenido o no una ECM. Se consideró que una puntuación de siete o más en la Escala Greyson indicaba ECM, con lo que comparando las respuestas de las primeras preguntas con los resultados en la escala, se podría establecer el porcentaje de falsos positivos y negativos.

1

Greyson (2005).

33

Los resultados fueron los siguientes:1

Participantes de la IANDS

ECM@ No ECM Total

Reclama ECM 178 92% 16 8% 194 100%

No reclama ECM 19 28% 49 72% 68 100%

Total 197 65 262

75% 25% 100%

@: Escala Greyson de 7 o más.

Participantes de la clínica psiquiátrica

ECM@ No ECM Total

Reclama ECM 41 53% 37 47% 78 100%

No reclama ECM 20 10% 174 90% 194 100%

Total 61 211 272

22% 78% 100%

@: Escala Greyson de 7 o más.

Resulta bastante dudoso el que este estudio en concreto pueda contribuir a clarificar la cuestión de la frecuencia de las ECMs; al margen de que, obviamente, sea importante investigar esta cuestión de los falsos positivos y negativos. Los dos grupos no son nada representativos de la población en general. El método no es nada fiable, independientemente de que se está a favor o en contra de que solamente pueda considerarse como ECM algo que puntúe siete en la Escala Greyson, alguien que diga falsamente, por las razones que sean, que ha tenido una ECM, también puede decir falsamente que ha vivido tales o cuales elementos de la Escala Greyson.

3.4. SÍNTESIS Y CONCLUSIÓN: PROBLEMAS PARA HALLAR UNA FRECUENCIA

La mayor consistencia entre estudios y fiabilidad de resultados se puede encontrar entre una serie de investigaciones de carácter muy parecido. Invesigaciones prospectivas realizadas en el ámbito hospitalario con pacientes de paro cardiaco.2 La incidencia de testimonios en estas investigaciones oscila entre el 6% y el 23%. Pero estos estudios de campo, aun siendo los más rigurosos que se han hecho en función a hayar una frecuencia de ECMs, no dejan de estar afectados de una gran cantidad de problemas, que hacen que tales incidencias deban ser tomadas con muchas reticencias, y como algo muy poco fiable. 1 2

Greyson (2005), p. 150. Parnia et al. (2001); van Lommel (2001); Schwaninger et al. (2002); Greyson (2003).

34

Los problemas para hayar una frecuencia de ECMs pueden ser principalmente de dos tipos: a) Con el objeto de estudio. b) Con el método de estudio.

PROBLEMAS CON EL OBJETO DE ESTUDIO Diferenciando entre el testimonio, el recuerdo, y la experiencia, hablando con rigor, las frecuencias que se dan en los estudios son frecuencias de testimonios de ECMs; más exactamente, son frecuencia de los testimonios que los investigadores han recogido, es decir, frecuencias de testimonios recolectados.1 Es posible que tras ese testimonio recolectado haya un recuerdo, y que tras ese recuerdo haya una experiencia cercana a la muerte, pero, ¿cómo se puede saber que esto es así? Hoy por hoy, los investigadores solo tienen acceso directo a los testimonios, no tienen acceso directo ni a los recuerdos, ni a las experiencias;2 por consiguiente, ¿cómo se puede establecer una frecuencia de experiencias a partir de los testimonios recolectados?3 En función al objeto de estudio, pueden distinguirse dos tipos principales de problemas, uno es con aquellos que no testimonian por alguna razón, y otro es con aquellos que testimonian erróneamente (falsamente o por confusión). Falta de testimonio. El hecho es que no todas las personas que han estado cerca de la muerte testimonian ECM. Esto se puede deber a tres razones principales: a) No tuvieron ECM, por lo tanto no la recuerdan, y por lo tanto no la testimonian. b) Tuvieron ECM, pero no la recuerdan, y por lo tanto no testimonian. c) Tuvieron ECM, la recuerdan, pero no la testimonian (por ejemplo, por miedo a que se les considere como locos). Puede haber una falsedad consciente y una falsedad inconsciente, es decir, el sujeto puede mentir a sabiendas, o puede estar mintiendo sin darse cuenta. Puede ocurrir que el sujeto tenga un recuerdo falso de una ECM, que crea haber vivido algo aunque realmente no haya sido así.4 Confusión con otros tipos de experiencia. También puede ocurrir que personas que no han estado cerca de la muerte testimonian ECM, o alguna experiencia similar, por dos razones principales: Puede ser que se crea que el experimentador ha estado cerca de la muerte sin que así haya sido; la mayoría de los estudios se basan en la declaraciones de casi-muerte de los propios experimentadores y no en informes médicos que establezcan con rigor que esa 1

Diferenciándolos de los testimonios que no han sido recolectados ni, por lo tanto, hechos públicos. Teniendo en cuenta que una persona puede testimoniar o estar dispuesto a testimoniar sin que su testimonio llege a un investigador que lo haga público. 2 A no ser que creamos que las denominadas ECMs compartidas o empáticas son reales, véase Moody & Perry (2010). También se pueden corroborar empíricamente las ECMs en función a las supuestas EECs verídicas. Véase cap. 29.2. 3 Esta es una difícil cuestión epistemológica que remite a otra cuestión más general sobre el acceso a la interioridad anímica de uno por parte de otros individuos. Este no es el lugar adecuado para profundizar en esta cuestión. 4 Véase cap. 28.5.

35

persona ha vivido un episodio de casi-muerte. Se ha comprobado que no tiene porque coincidir la declaración subjetiva de casi-muerte con el informe médico;1 es decir, hay personas que declaran haber estado cerca de la muerte, aunque los informes médicos lo niegen. Aunque hay que tener en cuenta que la medicina solo puede constatar la casimuerte de tipo vital y objetiva, no puede constatar otros tipos de casi-muerte, como la de tipo amenazante o la de tipo subjetiva no objetiva. La otra razón, es que aveces se consideran como ECM experiencias muy similares a aquellas pero que no se han producido en una situación de casi-muerte. Este problema es fácilmente subsanable, limitándose exclusivamente a los casos de casi-muerte y no entremezclándolos con otros tipos de experiencias. Sí que se puede garantaciar que el testimonio sea de ECM y no de otra cosa, aceptando tan solo aquellos testimonios en los que el experimentador declara explícitamente, para que no haya dudas al respecto, que su experiencia se produjo durante un periodo de inconsciencia física en una situación de casi-muerte. En la mayoría de los estudios no se encuentra una declaración explícita por parte de las personas que dan sus testimonios, o, como mínimo, indicaciones por parte del investigador de que todos los integrantes de su estudio entendían correctamente lo que es una ECM, y que, en función a esto, sus testimonios se referían estrictamente a ECMs. Por lo tanto, siempre queda la duda de si las personas que testimonian ECM están testimoniando ECM u otra cosa diferente. Hasta que no se resuelvan todos estos problemas difíclmente se podrá hayar una frecuencia fiable de ECMs. Algunos tienen fácil resolución, como el de la confusión de unas experiencias con ECMs, pero otros tienen más difícil resolución, como, por ejemplo, saber si tras un recuerdo de ECM hay una experiencia real.

PROBLEMAS METODOLÓGICOS Algunos de los problemas metodológicos ya se mencionaron al principio de este capítulo: la confusión entre prevalencia e incidencia, y la no existencia de una definción compartida de ECM. La mayoría de los estudios son metodológicamente muy deficientes con respecto a la obtención de frecuencias de ECM. A partir de sus métodos de obtebción de datos, sus métodos de campo, no se puede extraer ninguna frecuencia de testimonios mínimamente fiable; por ejemplo, muchos estudios recogen sus testimonios por carta o vía internet, sin realizar procesos de entrevistas personales (a partir de los cuales se puede profundizar en el testimonio), sin tener en cuenta otros datos además del propio testimonio (especialmente los informes médicos). La obtención de testimonios es una obtención puramente fortuita en este tipo de investigaciones, no hay ningún rigor, no hay ningún método sistemático de obtención de datos (como delimitar adecuadamente un ámbito de recolección de donde se estudia la totalidad del ámbito, la totalidad de potenciales experimentadores, por ejemplo, un hospital, o una región geográfica); en vez de eso, las frecuencias se suelen establecer sobre la cantidad de participantes del estudio con los que el investigador ha dado de manera fortuita, por ejemplo, a través de anuncios en los medios de comunicación, o por conocidos del propio investigador.

1

Greyson (2003).

36

Pero a diferencia de muchos de los problemas con el objeto de estudio, que son de muy difícil resolución, los problemas metodológicos sí que se pueden resolver; realizando investigaciones suficientemente rigurosas.

Como conclusión, hasta hoy día no se ha establecido una frecuencia fiable de ECMs. Las razones son, como se ha acabado de tratar, los problemas no resuletos con el propio objeto de estudio y los problemas metodológicos de las investigaciones.

37

2ª SECCIÓN: CARÁCTER FRECUENTE DE LAS ECMS 1ª SUBSECCIÓN: FENOMENOLOGÍA FRECUENTE DE LAS ECMS CAPÍTULO 4: TIPOLOGÍA DE LOS ELEMENTOS FENOMÉNICOS Las experiencias o fenómenos que se dan en las ECMs pueden clasificarse de acuerdo a muchos tipos. Los tipos de clasificación considerados en este estudio, de acuerdo, en su mayor parte, a su mayor presencia en las investigaciones, son: interioridad/exterioridad; mundaneidad/ultramundaneidad; agradables/desagradables; y detalladas y sin detalles.1 Las ECMs se componen necesariamente de la combinación de estos cuatro tipos; es decir, que toda experiencia es o interior o exterior, mundana o ultramundana, agradable o desagradable, y detallada o sin detalles. Pero teniendo en cuenta que una ECM, como un todo, tiene más o menos partes, y en función a esto, cada parte puede ser de un tipo u otro, pudiendo dar como totalidad una ECM compuesta de tipos contrapuestos, por ejemplo, una ECM con una parte agradable y otra desagradable.

4.1. INTERIORIDAD Y EXTERIORIDAD Aquí se entiende la interioridad y la exterioridad en un sentido fenomenológico, y no en un sentido realista. El interior es aquello que concibe la conciencia como propia de ella, y el exterior es aquello que concibe la conciencia como externo a ella. Por el contrario, desde una perspectiva realista, el interior y el exterior lo serían independientemente de que la conciencia así los concibiese. Cuando se habla del exterior no se habla de cómo sean las cosas en sí mismas más allá de una posible conciencia que las experimente. Es posible que incluso no exista nada externo a esa conciencia, que solo exista lo interno (como defienden algunas concepciones idealistas); si esto fuera así, las ECMs no serían más que meras alucinaciones. Ejemplos de interioridades son: las emociones, los pensamientos y creencias, las percepciones, voliciones, etc. Ejemplos de exterioridades son las entidades que la conciencia considera como externa a ella, los árboles, casas, coches, en un mundo físico, o los ángeles, ciudades celestiales, y jardines paradisiacos, en el otro mundo.

1

Estas tipologías están presentadas en una forma simple, como una dualidad de opuestos; pero esto no excluye el hecho de que se pudieran desarrollar de una manera más compleja, por ejemplo, como una graduación entre opuestos.

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4.2. MUNDANAS Y ULTRAMUNDANAS

La noción de mundo se entiende aquí como totalidad. La noción de mundo mundano se utiliza para referirse al mundo físico, es decir, la totalidad de lo físico; pero lo físico entendido en un sentido ordinario, fenomenológicamente, como la experiencia de lo físico normal y usual que posee la mayoría de la gente. El ultramundo es el mundo que no es físico, un mundo diferente del físico, más allá de lo mundano.1 Pero estos mundos no suelen estar bien definidos, completamente separados el uno del otro; a lo largo de la historia se han dado multitud de casos en los que personas experimentaban en este mundo entidades del otro, por ejemplo, los visionarios han visto seres numinosos localizados en el mundo físico, como en las apariciones marianas. También el ultramundo, descrito por los extáticos, suele tener un carácter muy familiar con el mundo físico. En el caso de las ECMs, por ejemplo, a veces, durante una EEC, pueden verse seres espirituales localizados en el mundo físico; o, aunque es más frecuente que la luz se dé en un ámbito ultramundano también puede aparecer en un ámbito mundano.2 Hay que recordar que seguimos dentro de una perspectiva fenomenológica; ponemos entre paréntesis la cuestión de si el mundo mundano y el ultramundo existen o no independientemente del sujeto, el mundo, en sentido fenomenológico, es lo que el sujeto cree que es el mundo. 4.2.1. Experiencias mundanas y extracorporales La noción de experiencia mundana se identificaría parcialmente con lo que usualmente se ha venido denominando como “experiencia extracorporal” o EEC. Pero la noción de experiencia extracorporal implica varios problemas que es mejor evitar. Un problema es que esta noción de extracorporeidad puede aplicarse también a las experiencias ultramundanas; fenomenológicamente, los experimentadores suelen sentirse “fuera” del cuerpo físico, tanto en la experiencia mundana como en la ultramundana.3 Otro problema es que la noción de experiencia mundana abarca más que la de experiencia extracorpórea. La experiencia extracorpórea puede ser un tipo de experiencia mundana, pero también puede haber otro tipo en el que el sujeto crea no haber abandonado su cuerpo físico, pero aun así viva una experiencia con el carácter suficiente como para ser considerada una ECM. Es decir, no toda experiencia mundana tiene porque ser una experiencia extracorporal; aunque sí es cierto, que la mayoría de los testimonios sobre experiencias mundanas son de tipo extracorporal; por ejemplo, ver una entidad angelical desde la cama del hospital, sin tener la sensación de haber abandonado el cuerpo, mientras, supuestamente, se ha perdido la conciencia física, y en un estado o proceso al borde de la muerte, podría considerarse como una ECM.4 Y otro problema más reside en el hecho de que con la expresión de “experiencia extracorporal” no se especifica el cuerpo que se ha abandonado, aunque se suponga que sea el físico. Pero de esta manera se cierra la posibilidad a que el abandono del cuerpo 1

Otras expresiones: ultramundo, transmundo, supramundo, altermundo, etc. Como en la ECM de George Ritchie; véase Ritchie & Sherrill (1978), p. 57. 3 Esta apreciación también la podemos ver en Sabom (1982), p. 27. 4 Obviamente este problema depende de cómo definamos la ECM. Por ejemplo, para Rogo, una experiencia mundana será considerada como una ECM solamente si es una experiencia extracorporal; Rogo (1989), p. 20. 2

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físico pueda implicar la existencia de otro tipo de cuerpo; es decir, que habría que aclarar si se trata de un abandono de todo cuerpo o vehículo del alma o la conciencia, o si se trata tan solo del abandono del cuerpo físico pero no necesariamente de otro posible cuerpo o cuerpos. De todas maneras, para evitar confusiones con el uso habitual de la expresión “experiencia extracorporal” o “experiencia fuera del cuerpo” (out-of-body experience), EEC, aquí se seguirá utilizando dicha expresión con su sentido común, es decir, abandono del cuerpo físico pero permaneciendo en el mundo físico (en el sentido vulgar de la palabra). Hay que repetir que esta expresión se utiliza con un sentido fenomenológico. Se pone entre paréntesis la cuestión de si durante una EEC se abandona o no realmente el cuerpo físico; a lo que se refiere la expresión es a que el experimentador tiene esa sensación de abandono del cuerpo físico, independientemente de que realmente se haya abandonado o no.

4.2.2. Autoscópicas y trascendentales En Recollections of death, Sabom diferencia entre ECMs autoscópicas, trascendentales y combinadas o mixtas. Una ECM autoscópica es, como indica la expresión, una autovisualización; es decir, una experiencia por la que percibimos, principalmente de manera visual, nuestro propio cuerpo desde una perspectiva externa a éste. Una ECM trascendental es aquella que “contiene descripciones de objetos y eventos que “trascienden” o sobrepasan nuestros límites terrenales.”1 Una ECM combinada o mixta es la que posee elementos autoscópicos como trascendentales.2 Esta distinción de Sabom entre autoscópico y trascendental se corresponde respectivamente, en gran medida, con la que aquí se maneja entre mundano y ultramundano. De todas maneras, la denominación de Sabom presenta problemas. La expresión de “autoscopia”, de por sí, no abarca tanto como la de experiencia mundana, aunque Sabom sí que meta todo lo propio de la experiencia mundana en su noción de experiencia autoscópica. La palabra “autoscopia”, o “doble fantasma”,3 ya lleva mucho tiempo utilizándose en el ámbito de la psicología y la psiquiatría; pero siempre con el sentido presupuesto de alucinación.4 Por lo que este término, además de ser deficiente en su intención de denominar adecuadamente todo un tipo de experiencia (la mundana), ya se encuentra ideológicamente viciado por el uso que se le ha dado por parte de cierto tipo de psicología.5

1

Sabom (1982), p. 41. Siguiendo esta distinción de Sabom también podemos encontrar la de Jourdan, que diferencia entre una “fase de descorporeización”, o experiencia fuera del cuerpo, y una “fase trascendental”; Jourdan (2006), p. 29. 3 Coleman (1934). 4 Digo presupuesto porque se presupone, desde una ideología materialista moderna, que las EECs no pueden ser reales, algo que no está rigurosamente justificado. 5 Opinión que también se puede encontrar en Rogo (1989), p. 24. Rogo plantea como alternativa a las expresiones “autoscopia” y “trascendental” las de experiencia “simple” y “escatológica”, pero esta distinción también es claramente confusa. 2

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Y la noción de trascendencia, sin más, es muy ambigua. Transmundano, ultramundano, ofrecen un sentido más claro y específico.

4.3. AGRADABLES, NEUTRALES Y DESAGRADABLES Durante los primeros años de investigación, desde mediados de los 70s hasta principios de los 80s, se consideraba que las ECMs desagradables eran prácticamente inexistentes. A finales de los 70s, el cardiólogo Maurice Rawlings había publicado algunos testimonios de ECMs desagradables,1 pero estos casos, y la interpretación que les dio este autor,2 fueron considerados con recelo por el resto de investigadores, a causa de ciertas inconsistencias encontradas, deficiencias metodológicas graves, una mala presentación del estudio, y del cristiano-fundamentalismo del que hacía gala Rawlings.3 En su obra de 1984 Heading toward Omega, Ring todavía decía: “según mi propia experiencia. Después de haber recopilado o escuchado los relatos de muchos cientos de ECM, no he topado nunca personalmente con una ECM completa que sea predominantemente negativa, aunque sí es cierto que he observado, en algunas ECM, momentos de incertidumbre, confusión o temor transitorio.”4 Incluso el índice (de Ring) y la escala (de Greyson), utilizados para identificar y medir la profundidad de una NDE, estaban ya preconcebidos para ser utilizados solamente con NDEs agradables, marginando posibles NDEs desagradables.5 Pero aun así, durante estos años, además de de Rawlings, fueron apareciendo datos que respaldaban la realidad de este tipo de ECMs.6 Así, con el tiempo se fueron recogiendo testimonios de este tipo de experiencias, y la posición general al respecto cambió y se pasó a la aceptación de este tipo de ECMs.7 Aun así, las estadísticas, aunque no sean del todo fiables, muestran que la mayoría de los testimonios de ECMs son de tipo agradable-neutral.8 1

Rawlings (1978). Según Rawlings, el hecho de que hasta aquel momento solo se hubieran recogido ECMs agradables era debido a que los experimentadores que habían tenido una ECM desagradable tendían a olvidarla rápidamente, como a veces ocurre con los hechos traumáticos; por lo que si se quería recoger ECMs desagradables había que entrevistar al paciente inmediatamente después de su resucitación, antes de que pudiera olvidar o reprimir el horrible recuerdo, como él mismo, supuestamente, había hecho con sus pacientes (algo que parece no haber sido así); véase Rawlings (1978), pp. 64-66; Rawlings (1993), pp. 3335. Lo que ocurre con esta conjetura es que Rawlings no ofrece ninguna justificación en estas obras al respecto, en estos libros no hay ninguna investigación rigurosa donde se confirme esta hipótesis, tan solo se dan anecdóticamente algunos testimonios agradables y desagradables. 3 Aquellos que no acepten a Jesús como el Señor y el Salvador irán al Infierno, tendrán un castigo eterno tras la muerte; Rawlings (1978), p. 117; Ring (2000), p. 239. Una de las críticas más fuertes contra Rawlings la realizó otro cardiólogo, Sabom; véase Sabom (1979), Sabom (1996) y Sabom (1998), cap. 9. 4 Ring (1984), p. 55. 5 Greyson & Bush (1992), p. 210. 6 Garfield (1979); Lindley & Bryan & Conley (1981); Gallup & Proctor (1982); Bush (1983); Grey (1985). 7 Puede verse un resumen al respecto en Bush (2009). Esta evolución de la constatación de las ECMs desagradables tiene sin lugar a dudas un gran interés psicológico y sociológico. ¿Ha existido una reticencia entre los investigadores a admitir ECMs desagradables?, o ¿es que realmente no se dieron testimonios de este tipo? A esta posible falta de disposición de muchos investigadores a estudiar este tipo de experiencias, hay que añadir la falta de disposición de muchos experimentadores a hablar de ellas. En una sociedad tan hedonista como la occidental el Infierno no está bien visto; pero lo curioso es que en otras tradiciones, los elementos desagradables suelen estar incorporados dentro de experiencias místicas consideradas positivas y buenas. 8 Véase cap. 11.2. 2

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La motivación principal a la hora de establecer esta distinción proviene, claramente, de las influencias derivadas de la tradición escatológica. Es decir, la distinción entre Cielo e Infierno. Si las ECMs pueden ser vislumbres del más allá, entonces también es posible que puedan aclarar la cuestión sobre si existe el Cielo, y por qué no, el Infierno. Uno de los problemas en relación a esta distinción reside en el uso de las expresiones adecuadas al respecto. Ha habido una gran formulación de expresiones: positivo/negativo, celestial/infernal, agradable/desagradable, etc. Con mucha frecuencia se utiliza la calificación de positivo/negativo para denominar a las experiencias agradables/desagradables. Pero no hay que confundir agrado/desagrado con positivo/negativo, algo puede ser agradable y negativo, ej.: una droga como la heroína que produce mucho placer pero que destruye la salud, o desagradable y positivo, ej.: una medicina con muy mal sabor o una operación de cirugía. Uno de los ejemplos más importantes a este respecto es a nivel biológico, normalmente, el dolor suele tener el aspecto positivo de indicarnos que algo no va bien en nuestro organismo, ej.: si nos estamos quemando la mano con fuego, el dolor nos da una indicación emocional e instintiva de que eso es dañino y que, por lo tanto, debemos retirar la mano del fuego; o el dolor que nos produce el hambre es una información positiva de que nuestro organismo necesita nutrientes; podrían multiplicarse los ejemplos incontablemente. Evidentemente, la otra combinación también es posible, o sea, puede haber algo agradable y positivo, y algo desagradable y negativo. Desde mi punto de vista, el hedonismo, es decir, la identificación de bien con placer y mal con dolor, es claramente erróneo; y desde luego, no es la que se seguirá aquí.1 Considerar que lo agradable o desagradable es el rasgo más esencial de éste tipo de ECMs parece lo más adecuado,2 al menos si queremos evitar suposiciones innecesarias sobre la positividad y negatividad de la experiencia. Desde un punto de vista fenomenológico, estas experiencias son, o deberían ser (según los criterios normales), consideradas agradables, neutrales o desagradables, porque el sujeto de la experiencia así las experimenta; es decir, el criterio es fenoménico o subjetivo, si una ECM es agradable o desagradable, lo es porque estas son las emociones que le producen al experimentador, es como se ha sentido durante la experiencia y el sentimiento que le produce cuando la evoca. Si la experiencia no es ni de su agrado, ni de su desagrado, entonces estaremos ante una ECM neutral. Hay un problema con el uso del criterio subjetivo sobre lo agradable, neutral y desagradable, a saber, el relativismo que conlleva. Si algo es agradable en función de que a un sujeto le parezca tal, si es agradable para ese sujeto también puede ocurrir que 1

A mi parecer, el placer y el dolor pueden ser buenos o malos según el caso, pero no se puede realizar una identificación entre esas emociones específicas y esos valores generales. Como comprenderá el lector, no podemos meternos en una discusión adecuada de filosofía moral sobre estos asuntos, lo que supondría alargar enormemente la extensión del escrito. Aunque sí que quiero hacer un breve apunte, de gran importancia, sobre la relación entre hedonismo y ciertas escatologías subyacentes a muchos testimonios de ECM, en los que aparece el Cielo como un lugar de placer, y el Infierno como un lugar de sufrimiento; hay una ideología, subyacente a estas escatologías, de tipo egoísta y hedonista a partir de la cual se concibe infantilmente el Cielo como una especie de Disneylandia, un lugar de colorines, luces y placeres diversos, que es la recompensa merecida, y de hecho tal vez sea así, para ciertos individuos que se autoconsideran así mismos muy beatos, ya sea en una línea evangelista, o en una línea new age, o cualquier otra, da igual, porque el fondo siempre es el mismo; obviamente, éste es un rasgo característico de la mentalidad norteamericana, y por consiguiente de la escatología infantiloide que se construye a partir de esta mentalidad, escatología ésta que tal vez se manifieste, realmente, en las ECMs o las determine de alguna manera. 2 Irwin, Bramwell (1988), p. 39.

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no lo sea para otro, que lo agradable para uno sea desagradable o neutral para otro. Por ejemplo, podría haber una persona, un sádico o un perturbado, al que una visión infernal le pareciera agradable; o podría haber un santo al que todos esos parajes celestiales ingenuos e infantiles le parecieran desagradables y hasta inmorales. El relativismo subjetivista se puede superar mediante un relativismo intersubjetivista o colectivista o social, según el cual, los criterios sobre lo agradable se establecen no a partir del parecer de un sujeto, sino a partir del parecer de la mayoría de los sujetos. Es decir, sería una sociedad determinada, en un tiempo determinado, la que establecería los criterios sobre lo que es agradable y desagradable. Este relativismo social será el que aquí se adopte para realizar la clasificación de las ECMs. Aunque de todas maneras, no me he topado con ningún testimonio que invirtiese la valoración normal o colectivamente aceptada; lo que no excluye que pueda haberlos o que de hecho los haya. Con respecto a unos posibles criterios absolutistas para establecer que sea lo agradable/desagradable más allá de toda relatividad, hay que decir que, hoy por hoy, no parecen viables. No conozco que pueda establecerse un fundamento absoluto a partir del cual decir que es lo que tiene que ser considerado agradable y que desagradable, que es la felicidad verdadera y cual es una falsa felicidad.

4.4. ECMS MÁS O MENOS DETALLADAS Hay ECMs, o partes de ellas, más o menos ricas o pobres en detalles. Cuando se habla de detalles se quiere decir características específicas. Una ECM rica en detalles es una que tiene muchas características específicas, un gran número de elementos específicos; una ECM pobre en detalles, será lo contrario. Por ejemplo, visualmente, una experiencia en la que se ve oscuridad y la luz, es una experiencia con muchos menos detalles que otra en la que la oscuridad puede adquirir formas, estar poblada de entidades, la luz tener muchos otros rasgos además de los que puede tener una luz sin más, por no hablar de esos lugares ultramundanos llenos de multitud de cosas diferentes, paisajes, ciudades, seres personales, etc. Hay incluso ECMs cuyos detalles son ínfimos. Por ejemplo, el sujeto se encuentra en un vacío en el que solo hay una gran sensación de paz, sin nada más. Desde una perspectiva valorativa, en principio, no hay nada que indique que las ECMs de un tipo, con detalles o sin ellos, sean mejor o peor que las del otro tipo. 1 En algunas tradiciones religiosas, a veces se ha querido ver una mayor excelencia y pureza en lo abstracto; considerando que el detallismo estaría muy cerca de la idolatría.

4.5. OTRAS TIPOLOGÍAS En este apartado mencionaremos algunas otras tipologías de investigadores importantes para que el lector tenga constancia de ellas; aunque en este escrito se utilizarán en menor medida en comparación con las que hemos tratado en los apartados precedentes.

1

La Escala Greyson y el Índice Ring presentan claros problemas sobre este aspecto, ya que puntúan en función a la riqueza de elementos fenoménicos, presuponiendo que son más profundas aquellas experiencias más ricas en detalles, cuando no tiene porque ser así.

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4.5.1. Experiencia nuclear y no nuclear La diferenciación entre ECMs nucleares y no nucleares es una construcción de Kennenth Ring, y se basa en su Índice de Ponderación. 1 Considero que esta distinción no es válida por diversas razones. Primero, no hay una fenomenología de las ECMs precisa a partir de la cual pueda decirse que es esencial y que no lo es. Y, segundo, por lo tanto, si se aplica esta escala, u otra cualquiera (como la Greyson), que son escalas, en parte preconcebidas y en parte obtenidas de testimonios previos, implica la exclusión, a priori, de posibles objetos de estudio que no encajen con dichas escalas; el mismo Ring reconoció, con respecto al Estudio de Connetica, que su índice había fallado al incorporar algunos testimonios que poseían elementos típicos del modelo de Moody.2

4.5.2 Tipología de Greyson En su artículo ,3 Greyson desarrolló una escala de dieciséis elementos a partir de la cual poder ponderar las ECMs. Estos elementos estaban clasificados en cuatro grupos: cognitivos, afectivos, paranormales y trascendentales.4 En un artículo posterior, ,5 Greyson reduce los cuatro tipos anteriores a tres: cognitivos, afectivos y trascendentales. Estos tres tipos los haya a partir de un estudio realizado con 89 ECMs provenientes de los archivos de la IANDS; las medias de puntuación, de acuerdo a la Escala Greyson, arrojaron los resultados siguientes: Experiencia Nº ECMs

Componente

Cognitivo Afectivo Paranormal Trascendental Media total

Trascendental 38 Media 1.71 4.92 3.47 5.18 15.29

Afectiva 37 Media 2.00 6.00 3.14 2.27 13.41

Cognitiva 14 Media 5.64 5.00 2.86 4.14 17.64

Según predomine un tipo de componente u otro se considera que la ECM es de ese tipo u otro. En este estudio, como se puede observar en la tabla, predominaron los componentes trascendentales, los afectivos y los cognitivos; por lo que Greyson considera que hay tres tipos de ECMs: trascendentales, afectivas y cognitivas.6

1

Véase cap. 10.1 Ring (1982), pp. 113-114. 3 Greyson (1983). Véase cap. 10.2. 4 El problema es que no queda muy claro porque se hace esta tipología y no otra; porque no se elige, por ejemplo, el tipo de los componentes perceptuales u otro tipo cualquiera. Tampoco está muy clara la clasificación que realiza de los dieciséis componentes de la escala; no parece que los conjuntos de componentes estén muy bien realizados. 5 Greyson (1985). 6 Pero en el artículo no dice nada sobre un posible tipo de ECM paranormal. Tampoco explica porque dice que el estudio se realizó sobre 89 casos y en la tabla solo aparecen 79. 2

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En otro artículo posterior, ;1 Greyson vuelve a hablar de los cuatro grupos de elementos. Greyson también desarrolló, junto con Nancy Evans Bush, una tipología de las ECMs desagradables.2

4.5.3. Tipología de Atwater Atwater diferencia entre cuatro tipos de ECM:3 a) Experiencia inicial. A veces denominada como “no-experiencia” (nonexperience). Experiencia que incluye pocos elementos. b) Experiencia desagradable o como-infernal (hell-like). c) Experiencia placentera o como-celestial (heaven-like). d) Experiencia trascendente. Tienen una gran trascendencia o importancia para el sujeto. Experiencias que pueden incluir algún tipo de revelación, que tienen profundas implicaciones para el experimentador, el cual desarrolla una actitud misionera de intentar cambiar el mundo. Estos tipos de experiencia no tienen por qué darse por separado, sino que pueden darse conjuntamente en la misma ECM y en diferentes combinaciones.4

CAPÍTULO 5: ELEMENTOS FENOMÉNICOS FRECUENTES DE LAS ECMS Una de las cuestiones más importantes sobre las ECMs es la de si hay semejanzas fenoménicas entre los diferentes casos. Es decir, si hay unos fenómenos que se repitan con cierta frecuencia en las experiencias concretas, o por lo menos en los testimonios sobre éstas. Hemos visto que todas las ECMs comparten un carácter genérico, o por lo menos esa es la intención al pretender establecer una definición genérica de ECM (al margen de que tal definición inamovible se logre o no). La cuestión ahora es saber si también comparten un carácter más específico o semi-genérico entre sí. Todos los principales investigadores han admitido algún grado de semejanza o la existencia de temas frecuentes en los testimonios de ECMs.5 A continuación veremos las aportaciones a este respecto de importantes investigadores en la materia; estas aportaciones se expondrán, en este capítulo, desde un punto de vista cualitativo, para que el lector se haga una idea preliminar de cuáles son las principales propuestas sobre este asunto. Pero la cuestión de la semejanza y de los elementos fenoménicos frecuentes solo se puede solucionar rigurosamente haciendo los pertinentes cálculos estadísticos.6 La cuestión sobre la semejanza fenoménica también se puede plantear en función a grupos diferenciados de testimonios o de ECMs. Hay muchos de estos posibles grupos 1

Greyson (1993). Véase cap. 7.2. 3 Atwater (2009), pp. 19-20; y Atwater (2007), p. 26. 4 Atwater (2009), p. 20. 5 Fenwick & Fenwick (1995), p. 217. 6 Véase cap. 11. 2

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de testimonios, los que más se han estudiado han sido: los grupos históricos, en función a los cuales se puede plantear la cuestión de si las ECMs o sus testimonios han sido parecidos a lo largo de la historia; grupos sociales, culturales, nacionales, etc., en función a los cuales surge la cuestión de la interculturalidad de las ECMs; grupos de edad, por ejemplo, adultos y niños, y la cuestión de si las ECMs son semejantes en los diferentes grupos de edad;1 etc. En este apartado se va a tratar sobre la semejanza de las ECMs dentro de un grupo occidental2 (o que haya mostrado un patrón fenoménico muy similar al que se da en occidente), adulto, y actual. Las cuestiones de la edad y de la interculturalidad de las ECMs se tratarán más adelante. Antes de pasar a la exposición de esta temática sería conveniente tener en cuenta unas advertencias al respecto. Que una ECM no se adecue al modelo no implica que no pueda ser real o que no deba ser considerada como ECM; la dogmatización o estandarización de un modelo de ECM puede tener muy malas consecuencias para la investigación.3 Y también hay que tener en cuenta una advertencia histórica. Hay que recordar que en los primeros años de investigación, prácticamente la totalidad de la atención se dirigió, por las razones que fueran, hacia las ECMs de tipo agradable-neutral; por lo que las semejanzas y frecuencias se buscaron y se establecieron solamente entre este tipo de ECMs. Por lo que aquí se van a tratar principalmente las semejanzas entre las ECMs agradables-neutrales, dejando la cuestión de las semejanzas entre las ECMs desagradables para otro capítulo. De todas maneras, se puede adelantar, como se verá en ese capítulo, que hay cierto tipo de ECMs desagradables que sí comparten semejanzas fenoménicas con las ECMs agradables, un tipo de ECMs desagradables que se caracteriza por tener la misma temática que el de las agradables, diferenciándose de éstas tan solo en el aspecto emocional, desagradable en vez de agradable.

CON ANTERIORIDAD A MOODY

Johann Hampe ya advirtió, en un libro publicado el mismo año que el Life after life de Moody, que en los testimonios de ECM había “ciertos elementos que recurrían persistentemente”. Este teólogo seleccionó tres de ellos:4 a) “La escapada o salida de uno mismo”. Lo que aquí se denomina experiencia mundana. Lo que se suele denominar EEC. La descripción coincide con lo que la investigación de Moody y posterior ha dicho sobre este fenómeno: posición elevada, autoscopia, etc.5 b) El “panorama vital”. Lo que se suele denominar revisión vital. c) “La expansión de sí mismo”. Lo que aquí se denomina experiencia ultramundana. Que incluye muchos de los elementos frecuentes mencionados por Moody y la 1

Blackmore (1993), p. 8. Principalmente estadounidense, ya que la mayoría de las investigaciones sobre ECMs se han realizado en este país. 3 Por ejemplo, como indica Atwater, algunos experimentadores pueden modificar su testimonio o incluso introducir elementos considerados como los más propios de una ECM con el fin de hacer su relato más genuino, Atwater (2007), p. 15; a lo mejor, sin más pretensiones de que tan solo se les tome en serio. 4 Hampe (1975), p. 32. 5 Hampe hace una caracterización resumida de este fenómeno en (1975), p. 39. 2

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investigación posterior: paz, felicidad, oscuridad, túnel, luz, colores, música, fallecidos, etc.

SEGÚN MOODY Uno de los grande logros de Moody fue el de reconocer cierta frecuencia de fenómenos en las ECMs; su descubrimiento no tuvo ningún carácter riguroso o científico, y así fue reconocido por él mismo, el rigor a su descubrimiento sería, más o menos, introducido poco después por otros investigadores (Ring, Stevenson, Greyson, Sabom, etc.); pero aunque no fue un descubrimiento justificado científicamente, sí que fue en gran medida acertado, y todavía hoy, todos los modelos fenomenológicos de ECM agradable derivan, en mayor o menor grado, del modelo de Moody. Para Moody hay una notable similitud entre los relatos de las experiencias1. Pero esta similitud no es absoluta; matiza:2 a) Ningún testimonio es idéntico a otro. b) No ha encontrado ningún testimonio que contenga los 15 temas modélicos.3 c) Ninguno de los temas modélicos es absolutamente universal, es decir, se ha dado en todos los testimonios recogidos. d) Ninguno de los temas modélicos es absolutamente individual, es decir, los temas modélicos han aparecido como mínimo en más de un testimonio. e) El orden de aparición de los temas no es siempre el mismo. No tienen porqué ser absolutamente universales, pero tampoco son absolutamente individuales, ni mucho menos. La afirmación de Moody de que hay una similitud parcial y diversificada entre los testimonios es algo que, posteriormente, muchos investigadores han comprobado en numerosas investigaciones, como ya se ha dicho.4

Elementos frecuentes según Moody Moody, en Life after life, identificó 15 temas recurrentes. A saber: 1) Inefabilidad. Dificultades para comunicar la experiencia. 2) Oír las noticias. Percepciones auditivas del entorno físico en el que se encuentra el paciente. 3) Sensaciones de paz y quietud. 4) El ruido. Percepciones auditivas, agradables (música, campanas) o desagradables (zumbidos, estallidos, chasquidos, etc.). 5) El túnel oscuro. No tiene porque ser un túnel en sentido estricto; otras palabras que utilizan los experimentadores son: cueva, pozo, hoyo, recinto, embudo, vacío, alcantarilla, hueco, valle, cilindro. 6) Fuera del cuerpo. OBE.

1

Moody (1975), pp. 38 y 43. Moody (1975), p. 45. 3 Más adelante Moody rectificaría este punto afirmando que sí habría un considerable número de testimonios que contendrían todos los temas frecuentes; véase Moody (1988), p. 19, y Moody (1999), p. 1. 4 Lo que trae a colación uno de los interrogantes más sorprendentes e inquietantes en relación a las ECMs: ¿por qué se repiten los fenómenos? 2

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7) Encuentro con otros. Encuentros con otros seres inteligentes conocidos o desconocidos por el experimentador. 8) El ser luminoso. 9) La revisión. Revisión de la propia vida pasada. 10) La frontera o límite. 11) El regreso. El regreso voluntario o no a la vida física. 12) Hablar con los otros. Comunicación a otros de la ECM. 13) Efectos sobre las vidas. Efectos posteriores de la ECM en la vida de los experimentadores. 14) Nuevas visiones de la muerte. Creencias sobre la muerte de los experimentadores. 15) Corroboración. Comprobación sobre la ECM. En lo que respecta a esta lista de Moody, hay que indicar que no todos los temas son intrínsecamente propios de la ECM (solamente del 2-11), sino que hay algunos que tienen un carácter extrínseco, es decir, aspectos en estrecha relación con la ECM en sí misma.1

Experiencia modelo de Moody A partir de los temas recurrentes, Moody construye una experiencia modelo: “Un hombre está muriendo y, cuando llega al punto de mayor agotamiento o dolor físico, oye que su doctor lo declara muerto. Comienza a escuchar un ruido desagradable, un zumbido chillón, y al mismo tiempo siente que se mueve rápidamente por un túnel largo y oscuro. A continuación, se encuentra de repente fuera de su cuerpo físico, pero todavía en el entorno inmediato, viendo su cuerpo desde fuera, como un espectador. Desde esa posición ventajosa observa un intento de resucitarlo y se encuentra en un estado de excitación nerviosa. Al rato se sosiega y se empieza a acostumbrar a su extraña condición. Se da cuenta de que sigue teniendo un «cuerpo», aunque es de diferente naturaleza y tiene unos poderes distintos a los del cuerpo físico que ha dejado atrás. Enseguida empieza a ocurrir algo. Otros vienen a recibirlo y ayudarlo. Ve los espíritus de parientes y amigos que ya habían muerto y aparece ante él un espíritu amoroso y cordial que nunca antes había visto -un ser luminoso-. Este ser, sin utilizar el lenguaje, le pide que evalúe su vida y le ayude mostrándole una panorámica instantánea de los acontecimientos más importantes. En determinado momento se encuentra aproximándose a una especie de barrera o frontera que parece representar el límite entre la vida terrena y la otra. Descubre que debe regresar a la tierra, que el momento de su muerte no ha llegado todavía. Se resiste, pues ha empezado a acostumbrarse a las experiencias de la otra vida y no quiere regresar. Está inundado de intensos sentimientos de alegría, amor y paz. A pesar de su actitud, se reúne con su cuerpo físico y vive. Trata posteriormente de hablar con los otros, pero le resulta problemático hacerlo, ya que no encuentra palabras humanas adecuadas para describir los episodios sobrenaturales. También tropieza con las burlas de los demás, por lo que deja de hablarles. Pero la experiencia afecta profundamente a su existencia, sobre todo a sus ideas sobre la muerte y a su relación con la vida.”2

1

Claramente, la lista de Moody está embarullada y desordenada, mezclando unos tipos de temáticas con otros tipos que deberían de encontrarse mejor clasificados. 2 Moody (1975), pp. 43-44.

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Más temas frecuentes En Reflections on life after life, Moody añade nuevos temas recurrentes; pero indica que aunque aparecen en más de un testimonio, no son tan frecuentes como los 15 temas recurrentes expuestos en Life after life.1 Los temas añadidos son: 1) La visión del conocimiento. Iluminación, omnisciencia. 2) Ciudades de luz. 3) Un reino de espíritus desconcertados. 4) Rescates sobrenaturales. Rescate de la muerte física por algún ser sobrenatural.

En escritos posteriores En un artículo de 1977, consideraba como elementos frecuentes los siguientes: 2 un ruido, un túnel, EEC, memoria panorámica, trascendencia (ultramundaneidad), estados místicos de conciencia, los post-efectos. En The light beyond, Moody reduce su lista de temas comunes a nueve: sensación de estar muerto; paz y dicha; experiencia extracorporal; túnel; seres de luz y ser de luz; revisión vital; rápida subida al cielo; negativa a regresar; alteración del tiempo y el espacio.3 Para terminar con este apartado sobre Moody, puede resultar interesante recordar la advertencia que este autor hizo en relación a este asunto: “Me gustaría que nadie tome la relación de elementos comunes que yo he elaborado como un modelo fijo y exhaustivo de cómo debe ser una experiencia de casi muerte. Existe una gama enormemente amplia de experiencias, con personas en las que se han dado sólo uno o dos de los factores, y otras en las que se han dado la mayoría. Anticipo que la lista por mí descubierta experimentará necesariamente aumentos, modificaciones y reformulaciones. No pretende ser nada más que un modelo teórico aproximado, y se debería evitar la tentación de transformarla en un ideal fijo e inamovible.” 4

SEGÚN RING Ring sigue más o menos los temas frecuentes de Moody; hay que recordar que una de las intenciones principales de Ring, y otros investigadores de aquella época, era corroborar rigurosamente los datos aportados por Moody. Los elementos de Moody configurarían lo que Ring denomina la experiencia nuclear (“core experience”); es decir, aquellos elementos nucleares o esenciales de una ECM.5 Estos elementos, modificados en cierta medida con relación a los de Moody, son los pertenecientes al Índice Ring.6 1

Moody (1977), pp. 31, 50. Moody (1977)b, pp. 218-219. 3 Moody (1988), pp. 19-28. 4 Moody (1977), pp. 106-107. 5 Ring (1980), p. 22. El problema que surge en relación a esta noción de experiencia nuclear es el de si realmente existe tal esencia de contenidos en las ECMs, y si existe una esencia, ¿coincide ésta con la descrita por Moody y otros que le han seguido en mayor o menor medida? 6 Véase cap. 10.1. 2

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La experiencia modelo de Ring El modelo de ECM desarrollado por Ring es una composición, como él mismo indica, sugerida a partir de la totalidad de los testimonios recogidos por él.1 “La experiencia comienza con un sentimiento de tranquila paz y una sensación de bienestar, que pronto culmina en una sensación de abrumador goce y felicidad. Este tono enfervorizado, aunque fluctuante en intensidad según el caso, tiende a persistir como una base emocional constante mientras que otras características de la experiencia empiezan a desarrollarse. En este punto, la persona se da cuenta de que no siente dolor ni de que tiene ninguna otra sensación corporal. Todo está en quietud. Estos indicios podrían sugerirle de que se encuentra en el proceso de morir o que ya ha “muerto”. Entonces, podría captar un zumbido transitorio o un sonido como de viento, pero, en cualquier caso, se encuentra a sí mismo mirando hacia abajo a su cuerpo físico, como si estuviera viéndolo desde algún punto externo ventajoso. En este momento, se da cuenta de que puede ver y oír perfectamente; en realidad, su visión y su oído tienden a ser más precisos de lo usual. Es consciente de los actos y conversaciones que tienen lugar en el entorno físico, en relación a lo cual se encuentra a sí mismo en el rol de un pasivo, marginado espectador. Todo esto parece muy real –incluso completamente natural- para él; esto no se parece en nada a un sueño o una alucinación. Su estado mental es de claridad y alerta. En este punto, podría encontrarse a sí mismo en un estado de conciencia dual. Mientras continúa siendo capaz de percibir la escena física en torno a él, podría también ser consciente de “otra realidad” y sentirse a sí mismo siendo arrastrado hacia ella. Deriva o se le hace pasar a un vacío oscuro o túnel y siente como si estuviera flotando a través de ello. Aunque podría sentirse solo por un tiempo, la experiencia aquí es predominantemente apacible y serena. Todo es extremadamente tranquilo y el individuo es solamente consciente de su mente y de la sensación de estar flotando. De repente, se vuelve sensible a, aunque no lo vea, una presencia. La presencia, la cual podría ser escuchada o en cambio podría meramente inducir pensamientos en la mente del individuo, le lleva a revisar su vida y le pregunta si prefiere vivir o morir. Este balance podría ser ofrecido por un rápido y vívido playback de episodios de la vida de la persona. En este estadio, él no es consciente ni del tiempo ni del espacio, y los conceptos en sí mismos no poseen significado. Ni más tiempo se identifica con su cuerpo. Solo la mente está presente y está ponderando –lógica y racionalmente- las alternativas que le enfrentan a él con el límite separador entre la vida y la muerte: ir más lejos en la experiencia o retornar a la vida terrenal. Normalmente el individuo decide retornar en base a, no por sus propias preferencias, las necesidades que percibe en sus amados, a los que por su muerte necesariamente dejaría atrás. Una vez que la decisión ha sido tomada, la experiencia tiende a ser abruptamente terminada. Algunas veces, sin embargo, la decisión crítica se da más tarde o está ausente, y el individuo va más lejos en la experiencia. Podría, por ejemplo, continuar flotando a través del vacío oscuro hasta una brillante luz dorada magnética, de la que emanan sentimientos de amor, calor, y total aceptación. O podría entrar en un “mundo de luz” y belleza preternatural, para reunirse (temporalmente) con amados fallecidos antes de que le sea dicho que no es todavía el momento y que tiene que retornar a la vida. En cualquier caso, ya sea que el individuo elige o se le mande volver a su cuerpo terrenal y compromisos mundanos, él retorna. Usualmente, sin embargo, no recuerda como ha 1

Ring (1980), p. 101.

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efectuado su “reentrada”, en este punto tiende a perder toda su conciencia. Muy ocasionalmente, sin embargo, el individuo podría recordar el retorno a su cuerpo como una sacudida o una sensación de agonizante desgarro. Podría incluso sospechar que ha reentrado a través de la cabeza.”1 Y a esto seguirían los efectos de la ECM. En la obra Heading toward Omega, Ring destaca los siguientes elementos frecuentes de la experiencia nuclear:2 “1) la increíble velocidad y la sensación de aceleración cuando uno se aproxima a 2) la luz que 3) brilla con un fulgor abrumador y, sin embargo, 4) no molesta a la vista. […] en presencia de esa luz, uno siente 5) un amor puro, 6) una total aceptación, 7) el perdón de los pecados, y 8) la sensación de estar en el hogar; que 9) la comunicación con la luz es instantánea y no verbal y que la luz 10) imparte un conocimiento de naturaleza universal al tiempo que 11) permite a uno ver o entender su vida entera de modo que 12) queda claro lo que realmente importa en la vida. […] la persona puede advertir 13) música trascendental, 14) un ambiente paradisiaco y 15) unas ciudades de luz cuando profundiza más en la experiencia. Y que, por último, 16) después de haber tenido un encuentro con la luz, la persona anhela permanecer con ella para siempre.”

SEGÚN SABOM Sabom examina los testimonios de acuerdo a una serie de temas frecuentes derivados, en gran medida, de la lista de Moody:3 1) Sensación subjetiva de estar muerto. 2) Contenido emocional predominante. 3) Sensación de separación corporal. 4) Observación de objetos y eventos físicos. Autoscopia. 5) Región oscura o vacío. 6) Revisión vital. 7) La luz. 8) Entrada en un ámbito trascendental. 9) Encuentros con otros. 10) Retorno.

SEGÚN GREYSON Los temas frecuentes según Greyson en su artículo son:4 a) Cognitivos. Aceleración del tiempo. Velocidad de pensamiento. Retorno de escenas del pasado de uno. Comprensión de todo. b) Afectivos. Sentimiento de paz o satisfacción. Sentimiento de gozo. Sensación de estar en harmonía o unidad con el universo. Ver una luz o sentirse rodeado por ella.

1

Ring (1980), pp. 101-103. Ring (1984), pp. 98-99. 3 Sabom (1982), p. 10-11. 4 Greyson (1983). 2

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c) Paranormales. Sentidos más vívidos de lo normal. Consciente de lo que ocurre en otra parte, como PES. Captación del futuro. Sensación de separación del cuerpo físico. d) Trascendentales. Entrada en otro mundo. Encuentro con una presencia mística. Visión de fallecidos y figuras religiosas. Llegada a un límite o punto de no retorno.

SEGÚN GREY Grey, siguiendo la división en cinco estadios de Ring, destaca veinticinco temas frecuentes.1

SEGÚN ATWATER Según Atwater:2Sensación de flotar fuera del cuerpo. Paso a través de un oscuro túnel o encontrarse en algún tipo de oscuridad. Dirigirse hacia y entrar en una luz al final de la oscuridad. Ser recibido por voces, gente o seres amistosos, quienes podrían ser extraños, gente querida, o figuras religiosas. Revisión vital. Un sentido diferente del tiempo y el espacio. Una resistencia a retornar al plano terrenal. Decepción al ser revivido. La mayoría de los testimonios contienen por lo menos la mitad de estos temas. Aunque lo más frecuentemente mencionado es la sensación de amor, paz perfecta y total aceptación, especialmente en relación a la luz.3

SEGÚN MORSE En Transformed by the light, Morse considera que son nueve los temas frecuentes de las ECMs:4 Sensación de estar muerto, paz y falta de dolor, EEC, túnel, personas de luz, ser de luz, revisión vital, rechazo al retorno, transformación de la personalidad.

SEGÚN FENWICK Los Fenwick destacan los siguientes temas: sentimientos de paz, fuera del cuerpo, dentro de un túnel, acercamiento a la luz, el ser de luz, la barrera, otro país, encuentro con familiares o personas cercanas, la revisión vital, la decisión, el retorno, las repercusiones o post-efectos.5

SEGÚN ROMMER Barbara Rommer confirma la repetición de temas indicados por Moody.6 1

Grey (1985), p. 31. Véase 11.1. Atwater (2009), pp. 8-9. 3 Atwater (2009), p. 11. 4 Morse & Perry (1992), pp. vi-x. El tema noveno no sería algo intrínseco a la ECM, sino algo extrínseco a ésta, posterior. 5 Fenwick & Fenwick (1995), pp. 14-16. 6 Rommer (2000), p. 8. 2

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SEGÚN LONG Considera que las ECMs suelen incluir uno o todos de los siguientes doce elementos, usualmente dados en un orden consistente:1 EEC. Sentidos amplificados. Sentimientos o emociones positivos intensos: sentimiento de paz y de gozo. El túnel. Encontrar una mística o brillante luz. Encontrar otros seres, o seres místicos o familiares y amigos fallecidos. Sensación de tiempo y espacio alterados. Revisión vital. Encontrar reinos celestiales. Aprender un conocimiento especial, omnisciencia. Un límite. Retorno al cuerpo, voluntario o no.

CAPÍTULO 6: DESCRIPCIÓN DE LOS ELEMENTOS FENOMÉNICOS FRECUENTES DE LAS ECMS AGRADABLES-NEUTRALES La selección de elementos frecuentes que se realiza aquí se basa en los principales estudios sobre el asunto, de acuerdo a aquello que los investigadores más relevantes han destacado en sus estudios, más que en una inducción o generalización sobre testimonios individuales realizada por el autor de este escrito, aunque también se han tenido encuenta una gran cantidad de testimonios para obtener estos elementos fenoménicos. Aunque los elementos fenoménicos están divididos de acuerdo a los tipos mundano y ultramundano, como se podrá observar, muchos de estos elementos se dan en ambos tipos de experiencia. La exposición de estos fenómenos se realizará de forma muy abreviada; hay que comprender que muchos de los fenómenos de los que aquí se habla podrían llenar, por si solos, un tratado completo sobre mística o experiencias anómalas, espirituales o similares.

1

Long & Perry (2010), pp. 6-17.

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6.1. EXPERIENCIA MUNDANA 6.1.1. ASPECTOS INTERNOS ASPECTOS PERCEPTUALES Los cinco sentidos típicos han sido testimoniados por los experimentadores.1 El tipo de percepción más habitual durante una ECM mundana es el visual, seguido del auditivo. Los testimonios en los que se hablan de olores y sabores son más raros.2 La percepción de la temperatura varía en los testimonios. En algunos casos se indica la no presencia de temperatura, mientras que en otros se indica una sensación de calidez.3 Falta de sensaciones de peso, movimiento y sentido de la posición.4

Percepción visual La visión durante la ECM mundana suele ser clara y diferenciada. En el estudio de Recollections of death, Sabom solo encontró tres testimonios en los que la visión fuera borrosa.5 En un estudio de Janice Miner Holden, esta investigadora encontró que, en la mayoría de los testimonios, la percepción visual durante la EEC era clara, sin distorsión, precisa y completa con el color, con un campo de visión completo, capaz de leer, y atenta.6 Incluso hay testimonios en los que personas con problemas de visión afirman haber visto perfectamente; como en el siguiente caso de una mujer sobre la ECM que testimonió en relación a unas complicaciones quirúrgicas que padeció:7 “¡Bang!, sentí que había muerto. A continuación percibí que estaba flotando junto al techo, y al mirar hacia abajo, vi esa cofia en su cabeza. Supe que era el anestesista por la cofia.8 (…) Era una imagen muy vívida. Yo soy muy miope, debo señalarlo, y ésa fue otra de las cosas asombrosas que sucedieron cuando abandoné mi cuerpo. Yo, a cinco metros, veo como ve una persona normal a cien metros (…) Me estaban conectando a una máquina que había detrás de mi cabeza, y mi primer pensamiento fue, “¡Señor, puedo ver! ¡Es increíble, puedo ver!” Podía distinguir los números de la máquina situada detrás de mí y me sentía muy excitada. Y pensé, “me han vuelto a poner las gafas”. […]”

En algunos testimonios, sorprende el detalle con el que se describe la experiencia visual. Por ejemplo, véase el siguiente testimonio de un hombre que testimonió una ECM tenida durante un paro cardiaco en la UCI:9

1

Long & Perry (2010), p. 64. Moody (1975), p. 66. 3 Moody (1975), p. 66. 4 Moody (1975), p. 62. 5 Sabom (1982), p. 28. 6 Véase cap. 11.1. 7 Ring (1984), p. 53. Además de los casos de ciegos que afirman haber visto durante su ECM; véase cap. 18. 8 El anestesista se solía poner una cofia amarilla con mariposas porque usualmente trabajaba con niños. 9 Sabom (1982), pp. 28-29. La manera de expresarse del narrador no es muy clara; parece como si intentara describir algo que percibió pero sin saber muy bien de que se trataba. 2

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“Era casi como si estuviera al margen de lo que pasaba, estando a un lado y observando todo lo que ocurría, sin estar participando en ello, como un observador desinteresado… Lo primero que hicieron fue poner una inyección en el IV, en la junta de goma que ellos tienen ahí para empujar. … Entonces me levantaron y me movieron a la tabla contrachapada. Fue cuando el Dr. A empezó a golpear el pecho… Me tenían oxigenado de antes, con uno de esos pequeños tubos nasales, lo quitaron y me pusieron en la cara una de esas máscaras que cubren la boca y la nariz. Era algo que presionaba… un tipo de máscara de plástico blando, color verde claro… Les recuerdo acercando el carro, el desfibrilador, la cosa con las paletas sobre ella… tenía un contador en la superficie… Era cuadrado y tenía dos agujas, una fija y otra en movimiento… [La aguja] parecía subir bastante lentamente, realmente. No subía como un amperímetro o un voltímetro o el registro de algo… La primera vez estaba entre 1/3 y un 1/2 de la escala. Y entonces lo hicieron otra vez, y esta vez subió por encima de 1/2, y la tercera vez estaba sobre 3/4… La aguja fija se movía cada vez que empujaban la cosa y alguien enredaba con ello. Y creo que ellos movían la aguja fija y ésta permanecía como estaba mientras la otra subía…

[El desfibrilador] tenían un montón de diales sobre él. Estaba sobre ruedas con unos pequeños raíles alrededor, y ellos tenían cosas sobre esto. Y ellos tenían las dos paletas atadas con cables… como un disco redondo con asas sobre ellos… Ellos sostenían uno en cada mano y los pusieron sobre my pecho… Me parecía que esto era como un asa con pequeños botones encima… Podía verme a mí mismo sacudido. (I-32)”.

Percepción auditiva Además de los aspectos visuales, muchas personas afirman poder escuchar durante la EEC. Aunque también hay casos en los que los experimentadores pueden ver pero no oyen nada. Veamos un ejemplo de un hombre que dijo no poder oír nada durante su ECM aunque sí cuando retornó al cuerpo:1 “Estaba en un especie de posición flotante… Me reconocí echado ahí. Me estaban moviendo para atrás y para adelante en la cama pero no podía ver que más estaban haciendo porque había muchos de ellos inclinados sobre mí… No podía oír nada. En algunos de esos artículos que se leen, la gente dice que pueden oírlo todo. Yo no pude oír nada… Volví a mi cuerpo y ocurrió… Entonces uno de ellos dijo, “no tiene presión sanguínea todavía”, y otro respondió, “tan pronto como esta atropina golpee su corazón tendrá”. Entonces me sentí sofocado y entonces ellos comenzaron a hablarme.(I-5)”

Según Moody, durante la EEC no hay sentido del oído sino una especie de telepatía que permite recoger los pensamientos de los demás.2 Como en el siguiente caso:3 “Podía ver a quienes me rodeaban y entender lo que estaban diciendo. No los oía como lo oigo a usted. Era más bien que sabía lo que estaban pensando, pero en mi mente, no en su vocabulario real. Lo sabía un segundo antes de que abrieran la boca para hablar.”

1

Sabom (1982), p. 32. Moody (1975), p. 67. Obviamente esto no es más que una conjetura de Moody. 3 Moody (1975), p. 67. 2

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ASPECTOS EMOCIONALES Emilio Tiberi ha indicado que las emociones tenidas durante una EEC son similares en naturaleza y función a las tenidas en un estado corporal.1 Sensaciones agradables Es habitual, como en las ECMs ultramundanas, encontrar en los testimonios referencias a sensaciones agradables. La más común es la de paz.2

Ausencia de dolor Es frecuente que se dé una ausencia de dolor aunque el cuerpo físico esté padeciendo graves agresiones.3 “Esto era lo que ocurría cuando el Dr. A empezó a presionar sobre el pecho, y no dolió aun cuando se rompió una costilla. No sentí dolor… [durante la desfibrilación] Podía verme a mí mismo sacudiéndome, pero de nuevo, esto no dolía como un shock eléctrico debería haberlo hecho. (I-32)”.4

Si se están sufriendo fuertes dolores estos desaparecen cuando se produce la EEC. Como en el siguiente testimonio:5 “Estaba exhausto y sentía que no podía resistir por más tiempo el dolor. Me caí hacia atrás sobre la almohada. Y entonces parecía que estaba mirándome a mí mismo desde arriba, podía verme completamente y mirando a través de la ventana podía ver a los niños jugando en el jardín. Era algo que no podía haber visto desde mi cama. Se veía tan apacible, no puedo describir el sentimiento maravilloso que sentía…”

Miedo En algunos casos el experimentador siente algo de miedo.6 En otros casos no sienten miedo en absoluto.7 Como en el siguiente ejemplo: “Estaba arriba en la esquina izquierda de la habitación, mirando abajo lo que estaba ocurriendo. (¿Podía ver claramente?) Podía ver claramente, sí, sí. Reconocí que aquello era yo. No tenía miedo en absoluto. Esto es algo completamente definitivo, que no tenía miedo. (25)”8

Soledad

1

Tiberi (1993). Ring (1980), p. 49. 3 Moody (1977), pp. 120-121; Sabom (1982), p. 31; Fenwick & Fenwick (1995), pp. 38-39. 4 Sabom (1982), p. 31. 5 Fenwick & Fenwick (1995), p. 38. 6 Moody (1975), pp. 56-57; Ring (1980), p. 49; van Lommel (2009), p. 19. 7 Según Fenwick, en su estudio nadie de los que tuvo una EEC durante su ECM se asustaron por la experiencia; Fenwick & Fenwick (1995), p. 58. 8 Ring (1980), pp. 46-47. 2

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En algunos testimonios se habla de un sentimiento de aislamiento y soledad; especialmente cuando se dan cuenta de que no pueden comunicarse con los demás y que son imperceptibles.1 “Era incapaz de tocar nada, de comunicarme con alguno de los que me rodeaban. Es una terrible sensación de soledad; te sientes completamente solo y eres consciente de ello.”2

ACTITUD HACIA EL PROPIO CUERPO FÍSICO Es muy frecuente que durante las ECMs mundanas los experimentadores tengan experiencias autoscópicas;3 en función a la cual, hay una escisión entre el sujeto o conciencia y el cuerpo físico observado. En todos los casos de EEC, especialmente de autoscopia, en principio sin excepción, el experimentador se identifica con el sujeto agente perceptor y experimentador de lo que está ocurriendo; este ser es realmente uno mismo, mientras que el cuerpo físico que yace en la cama o en el suelo o donde sea, tiene poco o nada que ver con uno mismo. Como dicen los Fenwick, “este sentimiento de que el yo ahí arriba y fuera del cuerpo es el yo real, infinitamente más real que el cuerpo dejado atrás, es mencionado una y una y otra vez.”4 En algunos casos el experimentador se encuentra durante la EEC completamente desvinculado de su cuerpo físico, indiferente a éste, como si no fuera suyo, un frío o desapegado observador;5 hay una despreocupación, como si todo lo que ocurriese fuera completamente natural. Como en el siguiente caso: “Podía ver mi cuerpo enredado en el coche entre todos los que se habían reunido alrededor, pero no sentía nada por él. Como si se tratase del de otra persona, o mejor, de un objeto... Sabía que era mi cuerpo, pero no me producía ninguna sensación.”6

Algunas veces, los experimentadores sienten rechazo y desagrado ante la visión de su propio cuerpo físico cuando tienen una experiencia autoscópica. Muchas veces, la imagen de su cuerpo es desagradable a causa de la situación en la que éste se encuentra. Pálido, sin vida. O herido, como en el siguiente caso: “Ahora sé que estaba tumbado en la cama, pero entonces veía la cama y al doctor ocupándose de mí. No podía entenderlo, veía mi propio cuerpo tumbado sobre la cama. Me sentí muy mal cuando lo vi tan desecho.”7

CONCIENCIA AMPLIFICADA A veces se habla en los testimonios de alguna forma de conciencia amplificada, ya sea perceptual, pensante, emocional, etc.8 Algunos de estos fenómenos son apuntados por 1

Moody (1975), p. 68. Moody (1975), p. 68. 3 Ring (1980), p.45; Sabom (1982); Sutherland (1992)b, p. 6. 4 Fenwick & Fenwick (1995), p. 37. 5 Moody (1975), pp. 57-59; Ring (1980), p. 49; Fenwick & Fenwick (1995), pp. 37-38. 6 Moody (1975), pp. 58-59. 7 Moody (1975), p. 57. 8 Moody (1975), pp. 66-67; Sabom (1982), p. 22; Grey (1985), p. 34; van Lommel (2007), p. 19. 2

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Gaona: visión esférica o de 360º,1 visión total de superficie o de las tres dimensiones (simultáneamente), visión del interior de las cosas, imagen espejo, y la bilocación de la consciencia.2 Un ejemplo de conciencia amplificada durante la EEC se puede ver en el testimonio del profesor de arte Howard Storm, que tras diez horas de lucha agonizante se dejó ir: “Así que cerré mis ojos y caí en el olvido. Es muy fácil de hacer, solo dejas que siga su curso y paras de respirar. Y paré de respirar y caí inconsciente. Entonces no estuve inconsciente por más tiempo. No solamente estaba consciente, sino que estaba más consciente de lo que nunca ante lo había estado en toda mi vida. Mi sentido de la vista, del gusto, del tacto, del oído, del calor y el frío, del olor, eran más grandiosos de lo que nunca antes habían sido. Y yo estaba completamente sorprendido de lo amplificados que estaban mis sentidos. Estaba levantado cerca de mi cama y podía sentir la textura de la flor en la parte inferior de mis pies tan intensamente que era casi envolvente. El sentido del tacto por el que podía sentir el aire de la habitación sobre mi piel. Podía olerme a mí mismo, podía oler a mi compañero de habitación, podía oler todos los olores de la habitación como nunca antes. Podía saborear mi boca –detestable, terrible, amarga, pasada. No había tenido nada en mi boca desde hacía 10 horas. Una de las cosas que noté, porque era muy interesante, era que yo tenía un enfoque completo, un campo completo de profundidad. Podía ver claramente todo lo que estaba cerca y lejos simultáneamente. También me di cuenta de que mi campo de visión era más grande de lo que nunca antes había sido. El campo de visión normal es de 160 grados y mi campo visual era de que manera más grande que eso. Y me preocupé por algo: ¿Por qué podía ver tan bien? Ahora [había] una cosa que estaba contrarrestando toda esta sensación positiva de hiper-vida. Estaba intentando comunicarme con mi esposa y mi compañero. Mi impresión era que estaban ignorándome; se negaban a responderme. Por supuesto, no podían verme, no podían oírme en absoluto. Ellos se daban cuenta de que el cuerpo estaba en la cama de lo que yo también me percataba, pero me negaba a creer que fuera yo, aunque reconocía que el cuerpo se me parecía.”3

6.1.2. ASPECTOS EXTERNOS CARACTERÍSTICAS EXTRACORPORAL

EXTERNAS

DEL

SER

CONSCIENTE

Fenomenológicamente hablando los sujetos se ven fuera del cuerpo. Pero ¿qué es eso que está fuera del cuerpo? Obviamente, en su aspecto más esencial, se trata de una conciencia, la conciencia se concibe a sí misma fuera del cuerpo físico.4 ¿Qué cualidades tiene ese ser consciente con respecto a su exterior (más allá de la mera conciencia, en un sentido fenomenológico)? En los testimonios suelen darse algunas características a este respecto. El ser extracorporal es imperceptible, tampoco tiene solidez,5 y suele ser ingrávido.6 Veamos un caso en el que se dan claramente la intangibilidad y la imperceptibilidad del experimentador: 1

Long & Perry (2010), p. 60. Gaona (2012), pp. 104-107. 3 Varghese (2010), p. 161. 4 Sabom (1982), p. 21. 5 Como indica George Ritchie en su testimonio. 6 Van Lommel (2007), p. 19. 2

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“Los doctores y enfermeras golpeaban mi cuerpo para reanimarlo y hacerme regresar, y yo no dejaba de repetirles: «Dejadme solo. Quiero que me dejéis solo. Cesad de golpearme.» No me oían. Por tanto, traté de cogerles las manos para que dejasen de golpearme, pero nada ocurría. Nada podía hacer. No sabía lo que ocurría, pero no podía moverles las manos. Trataba de mover y tocar sus manos; cuando las había golpeado, seguían allí. No sé si mis manos las traspasaban, las rodeaban o qué era lo que ocurría. No sentía ninguna presión en sus manos cuando trataba de moverlas.”1

En algunos testimonios se indica expresamente que este ser consciente no tiene forma;2 como en el siguiente testimonio: “Recuerdo haber vuelto en mí tras la anestesia y entonces encontrarme a mi misma fuera de mi cuerpo, sobre la cama mirando hacia abajo a mi carcasa. Era consciente de ser solamente un cerebro con ojos, no recuerdo haber tenido cuerpo. Lo próximo de lo que me di cuenta fue que no era ni mujer ni hombre, solo espíritu puro. Podía ver a los doctores y enfermeras alrededor de mi cama frenéticamente intentando darme una trasfusión de sangre. Tenían dificultades para encontrar la vena en mi brazo. Me divertía ver todo este jaleo que estaba montado con mi 3 cuerpo porque esto no me concernía en lo más mínimo.

OTRO CUERPO Fenomenológicamente hablando, ¿es la conciencia que tiene la EEC una conciencia descorporeizada o una conciencia inserta en un cuerpo diferente del físico? Será diferente el hablar de una experiencia totalmente extracorporal, en la cual la conciencia siente que no posee cuerpo alguno, sea del tipo que sea, de una experiencia parcialmente extracorporal, en la que la conciencia siente que ha abandonado algún cuerpo pero sigue inserta en otro(s). El tema del cuerpo implica una serie de problemas de difícil resolución; el problema principal se refiere a la experimentación del cuerpo, o al como se es consciente de poseer un cuerpo: ¿qué puede entenderse por experimentar un cuerpo?, ¿cómo somos conscientes de nuestro cuerpo? Más que una respuesta genérica a este problema, parece más apropiado buscar la solución de esta dificultad específicamente, de tal manera que cada experimentador explique qué entiende por sentir o no sentir su cuerpo. ¿Se sienten los experimentadores en un cuerpo diferente al que han abandonado?, o por el contrario, ¿sienten que no poseen cuerpo alguno? ¿Consideran que su conciencia se encuentra inserta en otro cuerpo o vehículo diferente del físico? En el estudio de Life after life, Moody dice que solo encontró uno o dos casos en los que los experimentadores no sentían cuerpo alguno; mientras que otros no recordaban si habían sentido un cuerpo o no. Pero la mayoría de los entrevistados decían haberse encontrado en otro cuerpo durante su experiencia extracorporal.4 Este cuerpo sería algo imperceptible para el resto de la gente presente en el lugar; sin solidez, pudiendo atravesar la materia; con formas diversas, algunas veces parecida a la de un cuerpo 1

Moody (1975), p. 61. Grey (1985), p. 35. 3 Grey (1985), p. 35. Es interesante la última frase, en la que se expresa con claridad esa falta de vinculación al cuerpo físico. 4 Moody (1975), p. 60. 2

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físico, otras veces como una nube esférica, etc.1 Al contrario de Moody, en el Estudio de Conética se dio con pocos testimonios en los que se hablase de un segundo cuerpo; solamente en dos casos se habló vagamente de la percepción de un segundo cuerpo.2 Toda esta cuestión del segundo cuerpo viene a colación porque a lo largo de la historia ha habido diversas corrientes de tipo religioso, místico, o similar, que han hablado de un vehículo del alma, además del vehículo físico.3

ILUMINACIÓN Y COLORIDO En el Estudio de Conética, se encuentran algunos testimonios en los que se apunta la intensa luminosidad y brillantez que hay en la escena experimentada por el experimentador.4 Como en el siguiente ejemplo:5 “Puedo recordar que estaba muy, muy brillante, muy brillante, y también un sentimiento muy, muy apacible, que yo tenía. (¿Provenía la brillantez de la iluminación de la habitación?) No, no lo creo, porque, como dije, era una habitación privada que solo tenía una ventana que daba a un edificio próximo a ella, así que no había mucha luz entrando dentro y no creo que la iluminación en la habitación a en ese momento fuera esa brillantez. Recuerdo que era muy brillante. Y, como dije, esto se daba en combinación con un sentimiento muy apacible. (95).”

En el siguiente testimonio se indica que hay bonitos colores además de una intensa brillantez: “De repente era consciente de todo lo que había a mi alrededor, aunque no me podía mover ni hablar. Entonces me di cuenta de que estaba mirando hacia abajo a mi cama y viéndome a mí mismo, un viejo hombre marchito, un ser lastimoso sin vida. Después fui consciente de colores indescriptiblemente bonitos y de la brillantez más intensa.”6

ENCUENTRO CON SERES PERSONALES Fallecidos Aunque el contacto con fallecidos suele considerarse como más vinculado a las experiencias ultramundanas, en testimonios de experiencias mundanas también puede

1

Moody (1975), pp. 61-63 y 65. Ring (1980), p. 52. 3 Denominado a veces cuerpo astral, cuerpo etéreo, periespíritu, etc. Véase, por ejemplo, García Bazán (1993), sobre el cuerpo astral en la tradición neoplatónica. Según Robert Croockall, este cuerpo astral estaría unido al cuerpo físico por un cordón plateado; Ring se refiere a este asunto, en el Estudio de Conética no se preguntó expresamente por la percepción de un cordón plateado, pero ninguno de los entrevistados mencionó haber percibido tal cosa, Ring (1980), p. 53. Otros, han creído que el alma tiene peso, como en los célebres experimentos, a principios del s. XX, de Duncan MacDougall; véase MacDougall (1907). 4 Esto también se puede observar en el testimonio de George Ritchie. Grey (1985), p. 34, también se refiere al tema de la luminosidad. 5 Ring (1980), p. 48. 6 Grey (1985), p. 36. En este testimonio también se puede observar el tema del desencanto con respecto al propio cuerpo físico. 2

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aparecer este tema. En el siguiente ejemplo, un soldado, que es herido en Vietnam, ve como otros soldados muertos abandonan sus cuerpos:1 “Fui herido por metralla y caí inconsciente sobre el barro. Mi cara estaba hacia abajo y empecé a ahogarme. Sabía lo que estaba ocurriendo. Estaba sangrando y aturdido (probablemente en shock) pero en vez de estar agonizando, en realidad me sentía muy apacible. Sentía una gran calma que, dada la lucha que se había desarrollado justo antes, resultaba sorprendente. Me sentí con mucha paz ahí en el barro. Entonces de repente estaba flotando fuera de mi cuerpo y mirándome a mí mismo. Podía ver las heridas de mi estómago, la sangre, mi pelo en mal estado, aunque no tenía que ver conmigo. Estaba preocupado por mi familia. No quería que me vieran de esa manera, lleno de sangre y en mal estado. Me sentía triste al pensar que mi madre podría verme así aunque no me concerniera demasiado, dada la situación. Por la esquina de mi ojo vi dos figuras. Eran tipos que conocía. También habían muerto aunque estaban fuera de sus cuerpos como yo. Empezaron a alejarse. Me indicaban que fuera con ellos pero me sentía triste por mi madre y sentí que no podía dejar mi cuerpo. Ellos asintieron con la cabeza. Parecían saber cómo me sentía y simplemente dijeron adiós. Entonces vi a un médico girar mi cabeza con lo que mi cara quedó descubierta. De repente estaba en mi cuerpo y respirando de nuevo.”

O en este otro caso: “Tuve esta experiencia cuando estaba teniendo un hijo. El parto fue difícil y perdí mucha sangre. El doctor dio el caso por perdido y dijo a mis parientes que estaba muriendo. Sin embargo, me daba cuenta de todo, y cuando le oí decir eso sentí que volvía en mí. Cuando lo hice, me di cuenta de la presencia de multitudes de ellos flotando por el techo de la habitación. A todos los había conocido en mi vida pasada y ya habían muerto. Reconocí a mi abuela y a una compañera de la escuela, así como a otros muchos parientes y amigos. Creo que, sobre todo, vi sus caras y sentí su presencia. Todos parecían complacidos. Era una ocasión de felicidad y sentí que habían venido para protegerme o guiarme. Era como si estuviera volviendo a casa y ellos se encontraran allí para darme la bienvenida. En ese tiempo tuve la sensación de que todo era luminoso y bello. Fue un momento glorioso.”2

Otras presencias personales En los testimonios de EECs no solamente aparecen fallecidos, sino que puede haber otros tipos de presencias o seres personales. Pueden aparecer presencias de tipo religioso,3 o espiritual.4 Margot Grey indica que en algunos testimonios los experimentadores perciben una voz que les manda volver a la vida física.5

1

Morse, Perry (1992), pp. 129-130. Lo interesante de este testimonio es que los fallecidos acaban de morir, al mismo tiempo que el experimentador. 2 Moody (1975), pp. 69-70. No está del todo claro el calificar este testimonio como ECM o como la visión en el lecho-mortuorio de un moribundo. 3 Como en el testimonio de Ritchie, en el cual aparece un ser luminoso, que el identificaba con Jesús, en la habitación en la que se encontraba su cadáver. 4 Como en el testimonio de Eadie (1992), p. 30, en el que aparecían, durante su experiencia mundana, tres hombres vestidos con túnicas blancas. 5 Grey (1985), pp. 38-39.

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INTERACCIÓN CON EL EXTERIOR Situación espacial del experimentador En muchos testimonios el experimentador aparece en una posición elevada. 1 En las experiencias mundanas, parece que la posición típica del experimentador que se encuentra en una habitación, suele estar en el techo o en una esquina superior de la habitación.2 O a una altura próxima a la del techo.3 Aunque los testimonios de EECs pueden referirse a una posición espacial mucho más elevada que la del techo de una simple habitación.4 Hay testimonios que muestran una extraña perspectiva visual de cercanía y lejanía simultánea; una extraña relación entre la posición espacial y la distancia de visión. Por una parte, el experimentador parece estar cerca de su cuerpo, pero por otra lo ve como muy lejano. Por ejemplo: “Incluso aunque estaba muy pegada, físicamente, a los doctores, ellos parecían estar muy lejos mientras los observaba operando sobre mí. (62).”5

Movimiento El movimiento durante la EEC puede ser como flotante o de vuelo, o también un movimiento aparentemente normal, caminando. En algunos testimonios se menciona el movimiento del experimentador de acuerdo al pensamiento o la voluntad; el sujeto se desplaza al lugar si así lo piensa o lo quiere.6 El desplazamiento puede ser instantáneo.7 instantáneo.7 Comunicación En algunas ocasiones, los experimentadores tratan de comunicarse con las personas que se encuentran en el lugar.8 Aunque parece que tal intento de comunicación no suele tener ningún resultado efectivo. Aunque hay casos en los que parece que sí se dio algún tipo de comunicación entre el experimentador y las personas que se encontraban en el lugar. Por ejemplo, tenemos el caso de un niño de seis años que durante su EEC gritó repetidas veces a su hermano, el cual le dijo a su madre, mientras se dirigían al hospital, que había oído como su hermano le llamaba en su cabeza, pero lo había ignorado al ver el cuerpo del chico tendido inconsciente sobre el pavimento; y el experimentador también intentó, durante su EEC, agarrar infructuosamente a su padre, atravesando el cuerpo de éste.9

1

Ring (1980), p. 48; Grey (1985), p. 34. Ring (1980), p. 46. 3 Sabom (1982), p. 27; Sutherland (1992)b, p. 6. 4 Como en los testimonios de George Ritchie y Carl Gustav Jung. Ring (1980), p. 48. 5 Ring (1980), p. 49. 6 Sabom (1982), p. 33. 7 Gaona (2012), p. 75. Por ejemplo en el testimonio de Ritchie. 8 Sabom (1982), p. 32. 9 Bonenfant (2001), p. 89. 2

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RETORNO AL CUERPO Frecuentemente, el retorno al cuerpo físico suele describirse como algo instantáneo, tras el cual, el sujeto o recobra la consciencia en su cuerpo físico o cae en un estado de inconsciencia1 (es decir, no recuerda lo que ocurrió después). Parece que a veces el retorno al cuerpo físico coincide con alguna técnica de reanimación, especialmente con los shocks eléctricos producidos por los desfibriladores. Un ejemplo de un hombre que sufrió un paro cardiaco:2 “Estaba sobre mí mismo, mirando hacia abajo. Ellos estaban ocupándose de mí, intentando traerme de vuelta… Les vi intentando traerme de vuelta con aquellas palas [el desfibrilador]. Pusieron algo en esas palas como un lubricante, se parecía, las frotaron juntas y las pusieron sobre mi cuerpo. Y entonces salté. Pero no pude sentirlo, incluso en ese momento. Las trajeron de vuelta y golpearon otra vez… En ese momento estaba pensando en mi familia y dije, “Maisie, mejor que vuelva.” Fue tan solo como si volviera y entrase en mi cuerpo… Esto ocurrió cuando ellos me trajeron de vuelta. (I-67).”

6.2. EXPERIENCIA ULTRAMUNDANA

6.2.1. ASPECTOS INTERNOS

ASPECTOS EMOCIONALES En este apartado vamos a tratar de las emociones que se suelen dar durante una ECM agradable. Como es obvio, en una ECM agradable la mayoría o todas las emociones serán agradables.3 Las expresiones usualmente utilizadas para referirse a estos estados emocionales son las siguientes, de acuerdo a dos grupos diferentes: a) Presencia de sentimientos agradables. Paz, calma, relax o relajación, quietud, tranquilidad, silencio. Felicidad, disfrute, euforia. Calor o calidez (en el sentido de afectividad, no de la temperatura). Belleza, hermosura. Libertad y liberación. b) Ausencia de sentimientos desagradables. Falta de miedo o temor. Falta de dolor. Falta de tristeza. Hay que advertir, que muchas de estas expresiones son casi sinónimas; por lo que tal vez puedan subyacer ciertos aspectos genéricos comunes a ellas. La ausencia de dolor durante la experiencia, aun cuando la persona puede haber estado padeciendo intenso sufrimiento en el estado de casi-muerte por el cual se encuentra en esa situación, es algo que aparece en muchos testimonios. Por ejemplo en la siguiente narración, perteneciente a una mujer reanimada tras un paro cardiaco:

1

Sabom (1982), p. 34. Sabom (1982), p. 35. 3 Hampe (1975), p. 70; Ring (1980), p. 39 y ss; Sabom (1982), p. 18; Fenwick & Fenwick (1995), p. 101. 2

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“Comencé a experimentar las más maravillosas sensaciones. Lo único que sentía era paz, comodidad: sólo quietud. Todos mis problemas habían desaparecido, y pensé: «Qué paz y quietud, nada me duele.»”1

Intensidad emocional Aunque se utilicen palabras y expresiones del lenguaje común, no hay que confundir los sentimientos que se tienen en la vida ordinaria con aquellos que dicen experimentar las personas durante una ECM. Por regla general, estos sentimientos tienen una intensidad muy elevada. Veamos, por ejemplo, el testimonio de un paciente al que se le hizo una operación de emergencia sin anestesia a corazón descubierto: “¡Fue el instante más hermoso del mundo entero cuando salí fuera de ese cuerpo!... ¡Todo lo que vi fue extremadamente agradable! No puedo imaginar nada en el mundo o fuera del mundo que pudiera de alguna manera comparársele. Incluso los más hermosos momentos de la vida no serían comparables a lo que estuve experimentando. (I-65)”2

O este otro testimonio: “El dolor fue remplazado por ese maravilloso sentimiento, en contraste con el dolor y el sufrimiento; estaba convencida de que ninguna persona viva podía experimentar tal gozo. La única manera en la que puedo explicar esto es pensar en el momento más feliz de tu vida, y cuando lo hagas, ese momento más feliz es horriblemente doloroso en comparación con lo que sientes, y lo maldecirás. Realmente quieres permanecer dónde estás, incluso aunque seas consciente de que algo ha cambiado o está cambiando. Estoy convencida de que solamente mi familia fue lo que realmente me trajo de vuelta. Si yo viviera durante mil años lo recordaría. Religión, no importa la denominación, no pinta nada en absoluto. Me gustaría animar a la gente a que no tenga miedo de la muerte. Tengo una actitud diferente hacia la vida tras la muerte después de mi experiencia.”3

Tras diez paros cardiacos, varias intervenciones médicas muy dolorosas, y el hecho de que casi se tome la decisión médica de dejarle morir, Darrell Pell le dijo a Sabom, tras su ECM, que aquella había sido la mejor semana de toda su vida.4

Inexpresividad Es frecuente encontrar en los testimonios referencias a la dificultad o imposibilidad de expresar adecuadamente el sentimiento experimentado durante la ECM. 5 Como en el siguiente testimonio: “…lo que nunca podría, absolutamente nunca, olvidar es el sentimiento absoluto de [pausa] paz [pausa] gozo, o algo… recuerdo el sentimiento. Solo recuerdo ese sentimiento de absoluta belleza. De paz… y ¡felicidad! ¡Oh! ¡Tanta felicidad!... La paz… la liberación [pausa] todo el miedo se había ido. No había dolor. No había nada. ¡Tan solo fue absolutamente hermoso! [dicho con el más fuerte énfasis]. No podría explicarlo ni en un millón de años. Fue un 1

Moody (1975), p. 49. Sabom (1982), p. 19. 3 Fenwick & Fenwick (1995), p. 104. 4 Sabom (1998), p. 31. 5 Grey (1985), p. 32. 2

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sentimiento con el que creo que todo el mundo sueña tener alguna vez. Llegando a un punto de ABSOLUTA [dicho lentamente y con gran énfasis] paz. Para mí paz es la mejor palabra que puedo expresar. (24)”1

PERCEPCIÓN ¿Qué tipo de percepciones se dan durante una ECM? Algunos investigadores han defendido que solamente se dan algunas de las percepciones semejantes a las denominadas sensibles: vista, oído, olfato, gusto, tacto, sentido de la temperatura, etc. En el Estudio de Conética, solo un dudoso testimonio dio constancia de experiencias olfativas y gustativas. Las percepciones corporales, tampoco se dan en las ECMs. Con lo que al final, nos quedaríamos con percepciones visuales y auditivas.2 Pero al contrario de lo que indica Ring, los Fenwick informan de varios casos en los que se daban olores y fragancias muy agradables, normalmente de flores.3

Sinestesia En algunos testimonios aparecen fenómenos de sinestesia.4 Un ejemplo de sinestesia:5 “El césped era tan verde que lastimaba al mirarlo, ¡me sentía tan bien! Incluso podía saborear el césped sintiéndolo, sabía a sandía. Caminar sobre el césped fue maravilloso –era un sentimiento increíble. La mejor manera en la que puedo describir esto es, “¡OH DDIOS MÍO!, ¡¡¡GUAU!!!” El sentido del olor no funcionaba con la nariz. Era más como si me impregnase a través de los pómulos por debajo de los ojos, como oler a través de los senos.”

SENTIDO DEL CUERPO Muchos experimentadores afirman no haber sentido su cuerpo físico durante la ECM, haberse sentido separados de éste, o por lo menos haber tenido una sensación alterada o anormal de éste. Esta sensación o creencia de no tener cuerpo puede originarse de muchas maneras. En una experiencia autoscópica, la persona ve su propio cuerpo tendido, sin vida aparente. O puede ocurrir que simplemente no se sienta el propio cuerpo. Véase el siguiente caso: “No había la sensación de ser, era más como ser un espíritu… si piensas sobre ello, puedes sentir tu ropa sobre tu piel. Pero no ocurría nada parecido a eso. No había un sentimiento sensible por lo que ser. (I-53)”6

Parece que son escasos los testimonios en los que el experimentador siente o percibe o cree poseer algún tipo de cuerpo o vehículo de su conciencia. 1

Ring (1980), p. 43. Ring (1980), p. 92. 3 Fenwick & Fenwick (1995), p. 129. 4 Hampe (1975), p. 68. 5 NDERF, caso #180(1), citado en Migliore (2009), p. 91. Hay que advertir sobre la poca fiabilidad que ofrecen los testimonios recogidos por internet, como ocurre en este caso. 6 Sabom (1982), p. 21. 2

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SENTIDO DEL TIEMPO Es frecuente que los experimentadores tengan el sentido del tiempo alterado de alguna manera; es decir, que su sentido temporal no se parezca al sentido temporal normal de la vida cotidiana.1 El tiempo que transcurre durante la ECM no suele corresponderse con el que transcurre en ese mismo momento con el tiempo normal del mundo físico. En algunos testimonios se muestra una total incertidumbre temporal, como en el siguiente caso: “No había medida del tiempo. No sé si fue un minuto o cinco o diez horas.” (I-3)2

PENSAMIENTO DURANTE LA ECM ¿Cómo suele ser el pensamiento en sus rasgos generales durante una ECM?

Claridad y agilidad de pensamiento En numerosos testimonios aparece explícita o implícitamente el tema de la claridad de pensamiento. Es decir, se apunta la frescura y agilidad con la que el experimentador desarrolla su pensamiento.3

Pensamiento racional Según Ring, los experimentadores poseen una actitud más lógica y racional que emocional, es decir, que toman las decisiones racionalmente, más que por motivaciones emocionales, o sea, que los pensamientos siguen un proceso lógico en vez de generarse por condiciones emocionales o pasionales.4 En el siguiente testimonio recogido por Ring, se observa con toda claridad esta preponderancia de la conducta racional sobre la emocional: “(¿Cuáles cree que son las razones de que volviera? ¿por qué elegiste volver?) No lo sé. Creo que es porque tenía dos niños pequeños. Y sentí que me necesitaban –¿más que “ahí arriba?” Y creo que subir ahí supondría my paz y gozo, pero supondría desdicha para mis niños. Creo que incluso entonces estuve pensando sobre esas cosas, graves cosas. No sentía ningún dolor ni tristeza ni nada, sino que pensaba calmada y racionalmente –elaborando una decisión, una decisión racional, una decisión lógica- sin emociones envueltas. ¿Sabes lo que quiero decir? Ser 1

Moody (1977), pp. 119-120; Ring (1980); Sabom (1982), pp. 15-16. Sabom (1982), p. 16. 3 Algo que, conjeturando, si fuera así, contradeciría la creencia de que una persona con un cerebro agonizante, en incluso inactivo, no puede tener mucha actividad mental, y menos aún, una intensa actividad mental. 4 Ring (1980), p. 91. Esta distinción parece referirse a la diferencia entre actuar meditadamente, después de haber pensado bien algo, o actuar impulsivamente. 2

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una madre, ella está gobernada la mayoría de las veces por emociones. Ser humano, tú estás la mayoría de las veces gobernado por emociones. No tomé esa decisión emocionalmente. La tomé lógicamente. Y la elección, ambas elecciones fueron –quiero decir, no tenía miedo de morir así que habría sido igual de fácil para mí. Pero la elección fue tomada lógicamente. Y estoy segura de que fue mía. Porque pensaba lógicamente. ¿Entiendes lo que quiero decir? (24).”1

CREENCIAS Y PENSAMIENTOS ESPECÍFICOS Hay una serie de pensamientos y creencias que el experimentador posee durante la ECM, los cuales tienen un gran interés para la investigación (especialmente la supervivencialista).

Creerse muriendo o muerto Hay experimentadores que durante la ECM piensan que se están muriendo o que ya han muerto y que se encuentran en el más allá.2 La creencia puede darse durante la ECM, como en el siguiente testimonio: “Me di cuenta de que estaba muerto… que había muerto. [Creo,] no sé si el doctor sabía esto o no, pero yo lo sabía. (I-60)”3

O puede darse después de la ECM, como en el siguiente testimonio: “Creo que estuve muerto por un tiempo. […]. Creo que mi espíritu abandonó mi cuerpo por un tiempo. Si esto es la muerte, no está mal. (I-63-1)”4

¿Cómo se genera esta creencia durante la ECM? Ring plantea cierta problemática sobre el tipo de origen de esta creencia: ¿tiene un origen racional o inferencial, o, es algún tipo de intuición (una percepción, alguna inspiración o iluminación, etc.)?5 La creencia puede generarse al escuchar al personal médico que está interviniendo al paciente, decir, o expresar de una manera u otra, que se está muriendo o que ha muerto. Esta percepción de lo que dice el personal médico puede darse, como posibilidad, de acuerdo a una percepción normal, o en función a algún tipo de percepción anormal (como la que se produce durante las EECs). Veamos un testimonio que ejemplifica esto: “[En la sala de emergencias ella dice para sí] me estoy hiendo. Adiós. Me siento a mi misma marchándome. Podía sentirme en una cámara [como en una caja de resonancia]; podía oírles que estaba en shock. Podía escuchar a las enfermeras decir, “no tiene pulso”. “No tiene respiración.” “Se ha ido”. Y podía oír a una enfermera diciendo, “infórmate sobre su”, pero todo era [resonante]… Mientras tanto… me sentía muy suelta y a gusto… era un, lo más apacible, momento feliz. [Poco después escuchó una voz diciendo que estaba siendo enviada de vuelta.](28)”6

1

Ring (1980), pp. 91-92. Ring (1980); Sabom (1982), p. 16. 3 Sabom (1982), p. 17. 4 Sabom (1982), p. 17. 5 Ring (1980), p. 88. 6 Ring (1980), p. 88. Aunque este testimonio se refiera a una experiencia mundana, se ha introducido aquí para ejemplificar esta cuestión específica. 2

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Y veamos también un testimonio donde esta cuestión no está muy clara: “Estuve pensando para mí misma: ¿Qué va mal con migo? Algo va mal, lo sé. Y entonces, de repente, pensé: Oh, me estoy muriendo, eso es lo que ocurre –y honestamente, me sentí feliz ante esto. Estaba realmente feliz con mi muerte. Y entonces la escuché [una enfermera] gritar, “Dios mío, se ha ido. Oh, y dijo que ella solo estaba hiendo a tener que sacar fuera sus amígdalas y se había ido. (I-41)”1

Creencia sobre la realidad de la experiencia Al igual que la creencia sobre la propia muerte, la creencia en la realidad de lo que se vive durante la ECM es algo que se puede dar durante la experiencia y, con muchísima frecuencia,2 después de ella. Los experimentadores tienen la sensación de que lo que están viviendo es plenamente real. Y este pensamiento suele persistir después de la ECM. “Es la realidad. Sé por mi mismo que no experimenté ninguna fantasía. No había ningún así llamado sueño ni nada. Esas cosas realmente me ocurrieron. Ocurrió. Lo sé. Pasé por ello.” (I15)3

En el estudio de Sabom, hubo un experimentador que incluso creía que el mundo de su ECM era más real que el más acá cotidiano: “Después de aquello el mundo parecía como una parodia de la vida real –una invención. Como si la gente estuviera jugando a juegos. Como si nos estuviéramos preparando para algo aunque no se para que. (I-5)”4

ASPECTOS COGNOSCITIVOS Ring habla de los tipos de conocimiento que suelen aparecer en los testimonios: principios universales generales; información que tiene una importancia personal directa; o, incluso, omnisciencia.5 A veces el conocimiento suele aparecer en los testimonios vinculado a lugares de conocimiento, que pueden ser ciudades dedicadas al conocimiento,6 bibliotecas, u otros espacios donde se almacena o se genera conocimiento.7 Este conocimiento puede conservarse, pero alterado, cuando se retorna a la vida física, como en el caso de Eben Alexander, que indica que seguía poseyendo el conocimiento adquirido durante su ECM pero limitado por su cuerpo físico y su cerebro.8 Conocimiento de Dios 1

Sabom (1982), p. 17. Aunque Sabom apunta que la conciencia de la propia muerte de la experimentadora precedió a la declaración de la enfermera. 2 Véanse las estadísticas más adelante. 3 Sabom (1982), p. 16. 4 Sabom (1982), p. 16. 5 Ring (1984), p. 99. 6 Como la ciudad de conocimiento que describe Ritchie en su testimonio. 7 Moody (1977), pp. 36-37; Sutherland (1993), p. 170. 8 Alexander (2012), p. 49.

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Según Ring, en Heading toward Omega, los experimentadores “han recibido una experiencia inmediata, innegable y absolutamente inolvidable de la existencia de Dios”;1 es decir, la experiencia de la luz, el “amor devastador”, el sentimiento de total aceptación, la sensación de conocimiento absoluto, son experiencias de Dios, o al menos de algún aspecto suyo; por lo que los experimentadores, tendrían un conocimiento experiencial de Dios.

Omnisciencia En algunos testimonios se dice que en algún momento de la ECM el experimentador obtuvo algún tipo de omnisciencia.2 Podría preguntarse lo siguiente: ¿se trata realmente de algo cognoscitivo, de la posesión de facto o de la capacidad para poseer un conocimiento,3 o más bien de una sensación de certidumbre? En el siguiente testimonio de Tom Sawyer se puede observar cierta omnisciencia basada en preguntas y respuestas:4 “La segunda experiencia más espléndida (…) es advertir que uno está, de pronto, en comunicación con el conocimiento absoluto y total. Es difícil describirlo (…) Se piensa una pregunta (…) y se conoce inmediatamente la respuesta. Así de sencillo. Y puede ser cualquier pregunta, sobre cualquier tema. Puede ser sobre un tema del que uno no sepa nada, que no se está en condiciones ni siquiera de entender, y la luz te ofrece la respuesta instantánea y correcta y te hace comprenderla. (…). No es necesario decir que yo tuve respuesta a muchas preguntas, y que me fueron entregados muchos retazos de información, algunos sobre asuntos muy personales, y otros de tipo religioso. (…) Una de las preguntas de tipo religioso fue respecto al más allá, y quedó contestada a lo largo de la propia experiencia. (…) No tengo la menor duda de que la respuesta es la luz. Al entrar en esa luz (…) la atmósfera, la energía, es una energía total y pura, un conocimiento total, un amor total y puro; todo lo que hay allí es claramente el más allá, si se quiere.”

Obviamente, una vez que han retornado a la vida física pierden esa facultad o estado cognoscitivos.5 Como se puede ver en el siguiente testimonio dado por una mujer:6 “Eso parece que ocurrió después de ver pasar mi vida ante mí. Era como si de repente tuviese conocimiento de todas las cosas, de todo lo que había comenzado desde el principio de los tiempos, de todo lo que seguiría durante toda la eternidad; durante un segundo me pareció conocer todos los secretos de todas las edades, todo el significado del 1

Ring (1984), p. 100. Fenwick & Fenwick (1995), p. 107. 3 Betty Eadie indica que tenía la capacidad para comprender los misterios del universo con solo reflexionar sobre ellos; Eadie (1992), p. 45. 4 Ring (1984), p. 72. 5 Al menos yo no he escuchado nada sobre que hubiera un ser omnisciente pululando por ahí. Esto recuerda a una de las principales escisiones que se dio en el budismo primitivo, entre el hinayana y el mahayana, a causa de que había muchos budistas que ante el gran número de arhats vivientes en aquel tiempo, no se explicaban cómo era posible que hubiera tantos seres omniscientes deambulando por ahí. Como indica Fenwick, “es perfectamente posible tener tales sentimientos de iluminación total y después retornar a una situación en la que estamos en la oscuridad de siempre”; Fenwick & Fenwick (1995), p. 108. 6 Moody (1977), pp. 32-33. 2

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universo, de las estrellas, de la luna..., de todo. Pero tras mi decisión de regresar, estos conocimientos se desvanecieron, y no recuerdo nada de ellos. Parece ser que cuando tomé esa decisión se me dijo que no retendría nada de ese conocimiento. Pero mis hijos me seguían pidiendo que regresara... Este todopoderoso conocimiento se abrió ante mí. Me decían, al parecer, que iba a seguir enferma durante bastante tiempo y que estaría en peligro de muerte otras veces; y, ciertamente, lo estuve en varias ocasiones posteriormente. Me dijeron que parte de esto sería para que se borrase ese todopoderoso conocimiento que había recogido..., que se me había otorgado el conocimiento de los secretos universales y que tendría que transcurrir algún tiempo para que olvidase ese conocimiento. Pero sí conservo el recuerdo de que una vez lo supe todo, de que eso ocurrió, pero que no era un don que conservaría si regresaba. Mas yo opté por regresar junto a mis hijos... El recuerdo de todas esas cosas que ocurrieron se ha conservado muy nítido, todo excepto aquel fugaz momento de conocimiento. Y también aquella sensación que tenía de conocerlo todo desapareció cuando retorné a mi cuerpo. ¡Parece una tontería! Sí, suena a tontería cuando lo dice una en voz alta..., o así me suena a mí, porque hasta ahora nunca había sido capaz de sentarme a hablarle a nadie de ello. No sé cómo explicarlo, pero yo sabía, conocía... Como dice la Biblia, “Todas las cosas os serán reveladas”. Durante un minuto no hubo pregunta que no tuviese respuesta. Cuánto tiempo tuve este conocimiento, eso no podría decirlo. En todo caso, no se trató de tiempo terrenal.”

6.2.2. ASPECTOS EXTERNOS ÁMBITOS OSCUROS Y VACÍOS Es muy habitual encontrar en los testimonios referencias a algún tipo de vivencia relacionada con un lugar oscuro o vacío en el que se encuentra el experimentador. Estos lugares pueden tener alguna forma o ser una oscuridad o vacíos informes. Moody da una lista de palabras, presentes en los testimonios recogidos por él, referidas a este ámbito oscuro o vacío: cueva, pozo, hoyo, recinto, túnel, embudo, vacío, hueco, alcantarilla, valle, cilindro.1 Un ejemplo de lugar vacío y oscuro lo tenemos en este testimonio: “Me di cuenta de que estaba observando un inmenso espacio, negro, envolvente… Observaba esta negritud con algún interés y noté que no había estrellas. No me sentí sofocada, como si este cinturón estuviera pegado a mí o fuera claustrofóbico. Tras my hombro izquierdo venía una apacible luz dorada (como las anticuadas lámparas de aceite)… Sabía que tenía que atravesar esa negrura y conocería un gozo inimaginable.”2

Aquí, el ámbito oscuro tiene forma de alcantarilla: “Lo primero que sentí fue un ruido rítmico parecido a brrrrrnnnng-brrrrrnnnng brrrrrnnnng. Luego comencé a moverme a través -pensará que es fantasía- de un largo espacio oscuro. Parecía una alcantarilla o algo semejante. Me movía y sentía todo el tiempo ese ruido zumbante.”3

En este testimonio el ámbito oscuro se describe como un valle:

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Moody (1975), p. 51. Fenwick & Fenwick (1995), p. 75. 3 Moody (1975), p. 51. 2

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“De repente, me encontré en un valle muy profundo y oscuro. Había un sendero, casi una carretera, por el valle, y yo descendía por él... Luego, cuando ya estaba bien, pensé: «Ahora sé a qué se refiere la Biblia cuando habla del "valle sombrío de la muerte", pues he estado allí.»” 1

En este ámbito oscuro, el experimentador puede estar quieto, como en suspensión, o en movimiento.2

Sentimientos vinculados a este ámbito Usualmente, durante la vida normal, la oscuridad suele provocar sentimiento de temor. Pero, curiosamente, esto no tiene porque ser así durante las ECMs. A veces se dan sentimientos ligeramente desagradables, principalmente de miedo o soledad, vinculados a este ámbito;3 pero en las ECMs agradables, el sentimiento vinculado a la oscuridad suele ser agradable.

EL TÚNEL El tema del túnel suele estar vinculado al de la oscuridad. Parece que en algunos casos, los experimentadores atraviesan la oscuridad vacía y en otros el túnel oscuro o alguna formación similar. En el siguiente testimonio, de un hombre que sufrió un accidente con un camión, se puede ver una descripción de cómo la oscuridad se transforma en un túnel:4 “Me desmayé por tercer vez. Pero ahora el dolor y la presión se habían ido y yo no estaba realmente seguro de lo que estaba pasando. Podía ver O.K. y me sentía bien, pero nada tenía sentido. Intenté mirar a mí alrededor ya que no estaba donde estaba realmente. Entonces todo se volvió oscuro. Esto fue como despertarse en el espacio exterior o en la oscuridad total. No tenía sensación de calor o frío; no puedo explicar cómo me sentía realmente, esto era una enorme vastedad de solamente nada. La próxima cosa que percibí fue una sensación de movimiento. Me estaba moviendo hacia adelante y la velocidad se iba incrementando. A media que iba más rápido y rápido la oscuridad iba cogiendo la forma de un túnel, como el interior de un tornado. La dimensión del túnel podía ser de miles de millas de ancho. A medida que te adentras más lejos en el túnel tienes la sensación de ir hacia el infinito. Tienes una sensación de caída libre pero no estás cayendo, es más una sensación de movimiento hacia adelante o de atravesar algo. Sentí como si fuera impulsado hacia adelante a la velocidad de la luz o más rápido, en línea recta.”

A veces se utiliza la palabra “túnel”, pero otras veces se utilizan palabras tales como: “tubería”, “tambor”, “espiral”. En el siguiente testimonio, se describe el túnel como una espiral: “Una sensación de profunda paz y quietud, sin miedo, tras la cual me sentí en un túnel; un túnel de círculos concéntricos. Poco después vi un programa de televisión, llamado El túnel del

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Moody (1975), p. 53. Es muy interesante la identificación que hace el narrador del ámbito oscuro con el pasaje bíblico. 2 Sabom (1982), p. 41. 3 Sabom (1982), p. 41. 4 Grey (1985), p. 43.

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tiempo, en el que los personajes viajan por ese túnel en espiral. Es lo más parecido a lo que yo sentí.”1

La dirección del movimiento por el túnel es casi siempre hacia adelante, muy raras veces hacia atrás, quizás en algún retorno al cuerpo físico.2 Y puede ser vertical, hacia arriba o abajo, u horizontal.3 Lo más corriente es que en los testimonios se hable de una especie de levitación, vuelo, flotación a lo largo del túnel. Aunque en algunos testimonios el experimentador atraviesa el túnel caminando: “Sentía como si abandonara mi cuerpo y fuera caminando hacia una luz blanca muy brillante que estaba al final de un largo túnel.”4

El movimiento por el túnel muy a menudo transcurre a gran velocidad,5 como en el siguiente testimonio: “Tuve una reacción alérgica a una anestesia local y dejé de respirar. Lo primero que ocurrió bastante rápido fue que pasaba a gran velocidad por un vacío oscuro y negro. Puede compararlo a un túnel. Era como si fuera montado en la montaña rusa de un parque de atracciones y pasara por ese túnel a gran velocidad.”6

El túnel suele ser oscuro, pero también hay testimonios en los que aparece luminoso. Como en el siguiente testimonio de un hombre que casi se ahoga en una inundación:7 “Supe que estaba muerto o que iba a morir. Pero entonces sucedió algo tan inmenso, tan poderoso, que dejé de luchar por sobrevivir, pues quise ver qué era. Quise adentrarme en aquella experiencia, que empezó como si fuera arrastrado hacia lo que sólo puedo describir como un largo túnel de luz. Pero no era únicamente una luz, era un protector pasaje de energía con un fulgor intenso al final; un fulgor que yo deseaba contemplar y tocar. No había sonido alguno de nada terrenal. Sólo el sonido de la serenidad, de una extraña música diferente a todo cuanto había oído. Una reconfortante sinfonía como jamás había escuchado, de belleza indescriptible, que se fundía con la luz a la que me aproximaba. No pugné por seguir con vida. Dejé la vida atrás por aquella sensación nueva y maravillosa. No deseaba volver a vivir, pues sentía que lo que tenía ante mí iba a ser tan hermoso y prodigioso que nada podría impedir que lo alcanzara. Cuando alcancé la fuente de luz pude ver más allá, pero no puedo describir en términos humanos la sensación que tuve ante lo que vi. Era un mundo inmenso, infinito, de paz y amor y energía y belleza. Era como si la vida humana no tuviera importancia en comparación con ello. Y, sin embargo, destacaba la importancia de la vida, al propio tiempo que señalaba la muerte como un medio de alcanzar otra vida mejor y diferente. Todo era belleza, existencia, sentido de esa existencia. Era toda la energía del universo eterno concentrada en un único lugar inconmensurable.

O en testimonios recogidos por los Fenwick, como el siguiente: “Me recuerdo flotando en un túnel muy brillante.”1 1

Moody (1975), p. 53. Fenwick & Fenwick (1995), p. 74. 3 El movimiento hacia abajo contradeciría la escatología tradicional occidental, en la que el Infierno suele situarse abajo. 4 Fenwick & Fenwick (1995), p. 75. 5 Fenwick & Fenwick (1995), p. 74. 6 Moody (1975), pp. 51-52. 7 Ring (1984), p. 67. 2

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Una cuestión que surge en relación al tema del túnel luminoso es si éste es luminoso por sí mismo o porque está iluminado por la luz (véase el siguiente punto), que normalmente se encuentra al final del túnel. Esto es lo que se puede inferir del siguiente testimonio:2 “Estaba en un largo túnel brillante. Estaba oscuro tras de mí y podía ver la luz en el otro extremo. Las paredes del túnel que me rodeaban completamente eran brillantes. Me parecía estar flotando, pero no podía seguir adelante ya que quería volver a ver a mis hijos y mi marido.”

LA LUZ Hay que diferenciar la luz, sin más, de entidades luminosas o iluminadas, por ejemplo, lugares con mucha luz o muy luminosos, como los testimonios recogidos por Moody en los que se habla de ciudades de luz. ¿Tiene alguna relación la luz con estas entidades luminosas? Posiblemente sí. En este apartado se va a tratar de la luz en sí misma, sin más, no de los objetos luminosos o iluminados. La luz es sin lugar a dudas el tema más destacado vinculado con las ECMs. No hace falta más que mirar la bibliografía existente, tanto la más o menos seria como la no tan seria, para ver la gran cantidad de menciones que hay de la luz en los títulos de los libros. Tampoco se puede dejar de apuntar la importancia de la luz en los contextos religiosos, místicos y espirituales. Las características más destacadas y usuales de la luz son las siguientes. La luz siempre es asociada por los experimentadores con algo positivo.3 Color: blanca, dorada,4 amarilla, anaranjada (amanecer u ocaso), y en algunas ocasiones se describe como transparente, roja,5 o azul6. Aunque sea muy brillante, nunca ciega, de hecho se la puede mirar directamente, ni vislumbra.7 Como dice George Ritchie en su testimonio: “Estaba contento de no tener ojos físicos en ese momento. Esta luz destruiría la retina en una décima de segundo.”; indicando que la luz no deslumbra porque no hay ojos que deslumbrar.8 Magnética, atrayente, amorosa, compasiva, aceptadora. 9 El experimentador siente un gran amor que emana de esta entidad. También se suele considerar que tiene una gran belleza, belleza inefable.10 La luz no es una cosa sino que tiene personalidad, es un ser personal,11 con el que el experimentador puede llegar a mantener algún tipo de comunicación. La comunicación, normalmente telepática, 12 con

1

Fenwick & Fenwick (1995), p. 88. Fenwick también recoge algún testimonio de un túnel de colores o caleidoscópico; Fenwick & Fenwick (1995), p. 82. 2 Grey (1985), p. 46. 3 Fenwick & Fenwick (1995), p. 85. 4 Ring (1980), p. 56; Grey (1985), p. 44; Fenwick & Fenwick (1995), p. 86. 5 Como en el testimonio de Alfred Ayer. 6 Grey (1985), pp. 46-47. 7 Moody (1975), p. 72; Ring (1980), p. 56; Grey (1985), p. 44; Fenwick & Fenwick (1995), p. 86; van Lommel (2007), p. 33. 8 Ritchie & Sherrill (1978), p. 57. 9 Moody (1975), p. 72; Ring (1980), p. 56; Fenwick & Fenwick (1995), p. 86; van Lommel (2007), p. 34. 10 Ring (1980), p. 56; Grey (1985), p. 44. 11 Moody (1975), p. 72. 12 Moody (1975), p. 73; Fenwick & Fenwick (1995), p. 136; van Lommel (2007), p. 34.

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la luz suele versar sobre la vida y la muerte, aspectos morales de la vida del experimentador y sobre la posibilidad de morir o de retornar a la vida física. Veamos unos testimonios en los que se recogen con claridad algunas de estas características: “Entré en la sala y fui a servirme una copa. En ese momento, como descubrieron más tarde, se me produjo el ataque de apendicitis. Me quedé muy débil y caí al suelo. Comencé a sentir que iba a la deriva, un movimiento de mi ser real dentro y fuera de mi cuerpo, y a oír una música muy bella. Floté por la sala y salí de ella hacia el porche. Allí casi tuve la impresión de que las nubes, en realidad una neblina rosada, comenzaba a reunirse a mi alrededor. Luego floté a través del techo, como si no existiese, hacia una luz transparente como el cristal puro, una luz blanca resplandeciente. Era muy hermosa y muy brillante, pero no me hacía daño en los ojos. No es posible describir aquí esa luz. No veía realmente a una persona en ella, pero tenía una identidad especial. Era una luz de comprensión y amor perfectos. A mi mente llegó el pensamiento: «¿Me amas?» No lo formuló exactamente como una pregunta, pero sospecho que la connotación de lo que la luz dijo fue: «Si me amas, regresa a la vida y completa lo que iniciaste en ella.» Durante todo el tiempo tenía la impresión de estar rodeado por un amor y una compasión irresistibles.”1

O este otro: “Sabía que me estaba muriendo y que nada podía hacerse, ya que nadie podía oírme... Estaba fuera de mi cuerpo; no me cabía la menor duda, pues podía verlo en la mesa de operaciones. ¡Mi alma estaba fuera! Todo ello hizo que al principio me sintiera muy mal, pero entonces vino esa luz brillante. Parecía un poco apagada al principio, hasta que se convirtió en ese enorme haz. Era una tremenda cantidad de luz; no un gran foco brillante, mucho más. Me daba calor y me invadió una cálida sensación. Era de un blanco brillante y amarillento...; predominaba el blanco. Tremendamente brillante, tanto que no puedo describirlo. Parecía cubrirlo todo y, al mismo tiempo, no me impedía ver cuánto me rodeaba: la mesa de operación, los doctores y enfermeras. Podía verlo todo porque no me cegaba. Al principio, cuando la luz llegó, no estaba muy seguro de lo que ocurría, pero luego me preguntó -bueno, fue algo parecido a una pregunta- si estaba listo para morir. Era como hablar con una persona, aunque no había allí ninguna. La luz hablaba conmigo, sonoramente. Pienso ahora que la luz que me hablaba comprendía que no estaba preparado para morir, que se trataba más de probarme que de otras cosa. Desde el momento en que la luz me habló me sentí muy bien, seguro y amado. No es posible imaginar ni describir el amor que llegaba hasta mí. Era agradable estar con esa persona. Y tenía también sentido del humor.”2

Un testimonio, de una mujer que supuestamente tuvo su ECM a raíz de un paro cardiaco durante una operación quirúrgica, donde se describe la gran brillantez de la luz:3 “Descendí por ese oscuro corredor. Era como si el viento y yo fuéramos lo mismo. ¿Has sentido alguna vez el viento sobre ti, o el viento soplando sobre tu pelo? Al final del corredor estaba la luz brillante. Más brillante que cualquier luz solar. Más brillante que cualquier estrella. Más brillante que cualquier otra cosa sobre la que puedas pensar. Lo penetraba todo. Todo era esa luz. Era tan clara. Mi espíritu sabía de alguna manera que aquello era el Cielo –era glorioso, era todas las cosas del paraíso, era Dios, lo era todo. Era vida y gozo y paz hasta lo más que puedas pensar y más que eso. Pero entonces estaba esa barrera. Intenté moverla con todas mis fuerzas pero no pude moverla. Podía ver a través de ella, pero no podía pasar a través de ella. 1

Moody (1975), p. 75. Moody (1975), pp. 75-76. 3 Sabom (1998), p. 64. 2

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Sabía que si tan solo pasase por encima de ella, podría permanecer en la luz para siempre.”

Un testimonio de una mujer que supuestamente tuvo una ECM a raíz de una serie de ataques cerebrales, en la que aparece la luz como fuente de amor:1 “No es el tipo de luz que tienes aquí; es más brillante que eso. Era una luz muy confortable, y me sentí a mi misma moviéndome hacia ella. No era consciente de tener un cuerpo físico, y estaba viajando hacia ella a una increíble velocidad. Tenía el sentimiento de que “a través de mí, vivirás eternamente.” Me di cuenta en esos segundos de que realmente no existe tal cosa como la muerte. La muerte en la que pensamos es la muerte del cuerpo físico. Tu parte interna nunca muerte; este espíritu, esta alma, sigue viviendo. Cuando llegué a la luz sentí la mayor cantidad de amor proveniente de la luz. Me sentí comprendida, me sentí perdonada, una multitud de cosas. El amor que sentí fue tal que si pudieras pensar en una persona de tu vida a la que amases más allá de cualquier otra cosa, incluso ese amor no se podría comparar a esto. Este amor fue tan total, tan completo, que no podía creerlo.”

O este testimonio de Tom Sawyer en el que se describe el amor que proviene de la luz: “Y, entonces, la luz se comunica con uno y, por primera vez en la vida (…) es una sensación de amor puro y auténtico. No puede compararse con el amor de la esposa, ni de los hijos. Hay personas que consideran amor una experiencia sexual muy intensa y que lo consideran el momento posiblemente más feliz de sus vidas; pues bien, tampoco con esto podría compararse. Todas estas emociones tan maravillosas juntas no podrían compararse en modo alguno a la sensación del verdadero amor. Si uno puede imaginarse lo que sería el amor puro, ésa sería la sensación que obtendría de esta brillante luz blanca.”

En algunos testimonios el experimentador se encuentra en frente de la luz, en otros se encuentra rodeado por, o dentro de, la luz. En el siguiente testimonio una mujer, que casi se muere durante un parto, se encontró envuelta por la luz:2 “Estaba descendiendo muy rápidamente por un túnel oscuro. Parecía estar flotando. Veía caras que venían e iban y que me observaban bondadosamente, pero no se comunicaban. No las reconocí. Cuando estuve cerca del final del túnel me pareció que era rodeada por una maravillosa luz cálida y brillante.”

Hay testimonios en los que se niega explícitamente el carácter personal de la luz. Como este de Tom Sawyer:3 “[…] Entonces advierte uno que está llegando al final de ese túnel y que la luz no es sólo un resplandor de lo que pueda haber al final del túnel: se trata de una luz extremadamente brillante. De un blanco puro. Tan brillante (…). Y, entonces, ante uno aparece esto… discúlpeme [hay una pausa aquí] esta luz blanca, o blanco-azulada, la más esplendorosa, magnífica, hermosa y brillante [otra pausa]. Es brillantísima, más que cualquier luz que le cegaría a uno instantáneamente, pero ésta no le causa a uno el menor dolor en los ojos. (…) Es muy brillante, inmensamente, y muy hermosa, pero no le daña en absoluto a uno los ojos. Y la siguiente serie de acontecimientos tiene lugar… en una fracción de segundo; sí, se producen casi al mismo tiempo aunque, por supuesto, al describirlos tendré que hacerlos uno después de otro. La siguiente sensación es la sensación tan maravillosa que da esa luz… Es casi como una persona. No es una persona, pero es un ser de alguna clase. Es una masa de energía. Tiene temperamento; no de la manera que eso se aplicaría a una persona, pero tiene temperamento en cuanto a que es 1

Flynn (1986), p. 11. Grey (1985), p. 44. 3 Ring (1984), p. 71. 2

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algo más que una mera cosa. Es algo a comunicar y a reconocer. Y también está el tamaño, que cubre por entero lo que aparece ante uno. Y engloba cualquier horizonte. (…)”

Interpretaciones que se dan de la luz Muchas veces el narrador no da ninguna interpretación sobre lo que pueda ser la luz.1 Por otra parte, son usuales las interpretaciones de tipo religioso. 2 En el ámbito cristiano se identifica a menudo la luz con Dios3 o Jesús;4 aunque también es frecuente que se identifique a la luz con un ángel. Un ejemplo en el que la narradora identifica a la luz con Cristo, incluso llegando a asociar esta luz con un pasaje bíblico, puede verse a continuación: “Oí a los doctores cuando dijeron que había muerto y comencé a sentir que estaba cayendo -en realidad era como si flotase- por aquella oscuridad, que era una especie de cápsula. Lo cierto es que no hay palabras para describirlo. Todo era muy negro salvo, a gran distancia, esa luz. Era muy brillante, aunque no muy grande al principio. Crecía conforme me iba acercando a ella. Trataba de llegar a esa luz, pues sentía que era Cristo. No era una experiencia atemorizadora. Al contrario, resultaba agradable hasta cierto punto. Inmediatamente conecté la luz con Cristo, quien dijo: «Yo soy la luz del mundo.» Me dije a mí misma: «Si es así, si voy a morir, ya sé lo que me espera al morir: esa luz.»”5

En el siguiente testimonio podemos ver como una figura, claramente identificable con Jesucristo, reside en el centro de la luz: “[…]. Lentamente floté hacia abajo por un túnel, sin nada de miedo esperando algo con ilusión. Cuando llegó estaba absolutamente en paz y hiendo hacia la más maravillosa luz; créeme, fue grandioso. En el centro de esta luz había una figura con el pelo hasta los hombros, vestida con una túnica de amplias mangas que llegaba hasta el suelo. Iba a preguntarle algo, pero otro ser entró en esa gloriosa luz y habló con él primero. Entonces se marchó así que estuve esperando – no quería abandonar a ese hombre. Quería permanecer con él y permanecer en ese maravilloso resplandor, pero lentamente agitó la mano hacia mí para indicarme la dirección, vete, vuelve, pero cuando él hizo esto sentí, oh no, no quiero marcharme, por favor no me envíes de vuelta, déjame estar contigo para siempre. Me desperté y me encontré conectado a la máquina cardiaca. Me fue dicho por el hombre de la cama de alado que hace poco las enfermeras habían estado muy preocupadas por mí y que había habido mucho jaleo alrededor de mi cama.”6

¿Es esta interpretación de la luz como Jesús subjetiva y bastante arbitraria?, o ¿hay razones en la experiencia para dar esa interpretación? Al respecto se puede apuntar un

1

Moody (1975), pp. 72-73. Moody (1975), p. 72; Ring (1980), p. 59; Sabom (1982), p. 44; Fenwick & Fenwick (1995), pp. 91-93; van Lommel (2007), p. 33; Vincent (1994). 3 Pam Reynolds preguntó durante su ECM si la luz era Dios, y le responideron que no, que era el aliento de Dios; véase el documental de la BBC, The day I dead (v. esp.: Estuve muerto). 4 En el testimonio de George Ritchie, también se identifica constantemente al ser de luz con Jesucristo. Y en el testimonio de Eadie (1992), pp. 40-42, la luz al final del túnel resulta ser, cuando se acerca a ella, una figura humana que irradia luz, a la cual identifica con Jesucristo. 5 Moody (1975), p. 74. 6 Fenwick & Fenwick (1995), p. 91. Pero hay que apuntar que en este testimonio no aparece la luz sin nada más, sino que la identificación con Jesús se hace en función a la figura que aparece en el centro de la luz 2

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dato relevante. Como dice Ring, “no recuerdo un solo caso en el que un ser de luz se haya identificado a sí mismo como Jesús.”1

ÁMBITOS PARADISIACOS Y CELESTIALES En muchos testimonios los experimentadores se encuentran en lugares que podríamos caracterizar como paradisiacos e incluso celestiales (al menos si nos atenemos a ciertas descripciones usuales del Cielo). Estos paraísos pueden ser de tipo natural, una naturaleza bucólica y muy hermosa, o pueden ser de tipo artificial, por ejemplo, ciudades maravillosas, o contener ambos aspectos, tanto naturales como artificiales.

Paraísos bucólicos Es muy frecuente en los testimonios de ECMs ultramundanas que aparezcan ámbitos de tipo bucólico.2 Según los Fenwick, hay una visión uniforme del Paraíso;3 se trataría de un ámbito campestre, bucólico, natural: prados verdes, cielo muy azul, flores y pájaros de muchos colores, etc.4 Véase el siguiente testimonio a este respecto: “Era un jardín inglés típico y pasado de moda con exuberante césped verde y aterciopelado, bordeado por orillas curveadas rebosantes de flores, cada flor reunida con las de su propio grupo familiar, cada grupo proclamando su presencia con un alboroto de color y fragancia como si estuviera bendecido por el rocío matinal. La entrada al jardín estaba señalada por un enrejado de madreselva tan cargado que tenías que agacharte para pasar por debajo mientras que en el otro extremo un portal rústico de jardín llevaba al exterior. Aquí fue donde terminó mi paseo, cuando fui suavemente conducido hasta el otro lado.”5

Veamos otro ejemplo de carácter bucólico: “Sufrí un fallo cardiaco y estuve clínicamente muerto... Lo recuerdo todo con absoluta claridad... De repente me sentí paralizado. Comencé a oír los sonidos como algo distantes... Estuve en todo momento perfectamente consciente de cuanto estaba ocurriendo. Escuché cómo se paraba el monitor del corazón. Vi cómo la enfermera entraba en la habitación, llamaba por teléfono, y también cómo entraban los médicos, las enfermeras y los ayudantes. Cuando las cosas comenzaron a desvanecerse se produjo un sonido que me resulta imposible describir; era como el batir de un tambor, muy rápido, un ruido arrollador, como el de un torrente al pasar por una garganta. Me incorporé y me encontré alzado unos cuantos centímetros mirando mi propio cuerpo. Allí estaba, con gente que me atendía. No sentí ningún miedo. Ningún dolor. Sólo paz. Al cabo de probablemente un segundo o dos, me pareció dar la vuelta y elevarme. Estaba oscuro, se le podía calificar de agujero o túnel, y había aquella luz brillante. Se hizo cada vez más y más brillante. Y me pareció atravesarla. De repente me 1

Ring (1984), p. 103. Ring (1980), pp. 60-61; belleza terrenal o pastoril, según Sabom (1982), p. 45; Grey (1985), p. 49. Por ejemplo en Alexander (2012), p. 38. 3 Fenwick & Fenwick (1995), p. 111. 4 Algo que recuerda demasiado sospechosamente a la campiña inglesa, tal vez idealizada; recordando que el estudio de los Fenwick se desarrolló principalmente en Inglaterra. La cuestión clave aquí es si estas visiones paradisiacas están condicionadas por el sujeto o no. ¿Una persona que en vida nunca haya visto una pradera verde, por ejemplo un tuareg del Sahara, también tendría esta visión del Paraíso? 5 Fenwick & Fenwick (1995), p. 112. 2

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encontré en otro lugar. Había una luz como dorada en todas partes. Hermosa. Pero no pude hallar la fuente en ningún lado. Simplemente me rodeaba, viniendo de todas partes. Se oía música. Me pareció encontrarme en el campo, con arroyos, hierba, árboles y montañas; pero cuando, por decirlo de alguna forma, miré a mi alrededor, vi que no había árboles ni ninguna de las cosas que conocemos. Lo que me resultó más extraño es que hubiese gente. No encarnada en una forma o cuerpo, tal como normalmente la conocemos; simplemente estaban allí. Había un sentimiento de paz y gozo perfectos; de amor. Era como si yo formase parte de ello. Esa experiencia pudo haber durado toda la noche o sólo un segundo... No lo sé.” 1

Ciudades de luz En su obra Life after life, Moody no consideraba como tema frecuente los lugares ultramundanos (sí otros fenómenos ultramundanos, como la luz), exceptuando el referido al de la oscuridad o vacío. Aunque en muchos de los testimonios recogidos por él aparecían descripciones de lugares o ámbitos ultramundanos, semejantes o no con el más acá. En concreto, dice no haber encontrado ninguna descripción de un ámbito celestial, al menos en su sentido convencional.2 Pero en Reflections on life after life, este parecer cambia y dice haber dado con testimonios en los que sí aparecen descripciones de tipo celestial; llamándole la atención el hecho de que en varios testimonios aparezca la expresión “ciudad de luz”.3 Aunque más que de ciudades de luz, habría que hablar en general de ámbitos luminosos, iluminados o embargados por la luz, como ya se indicó más arriba. Las ciudades de luz serían otro caso más de estas entidades luminosas. En el siguiente testimonio se usa explícitamente la expresión “ciudad de luz”: “Se produjo una especie de vibración que me rodeaba; estaba alrededor de todo mi cuerpo. Era como si el cuerpo vibrase, pero no sé de dónde procedía la vibración. Y, al vibrar, me disocié de mí misma. Entonces pude ver mi propio cuerpo... Me mantuve alejada durante un rato, contemplando a los médicos y a las enfermeras trabajando sobre mi cuerpo, preguntándome qué iba a pasar... Estaba en la cabecera de la cama, mirándoles a ellos y a mi cuerpo, y en un momento determinado una enfermera extendió el brazo para coger la cámara de oxígeno que había en la pared, encima de la cama, y al hacerlo, su brazo pasó a través de mi cuello... “Después me encontré flotando; atravesé aquel oscuro túnel... Entré en un túnel negro y salí a una luz deslumbrante... Un poco más tarde me encontraba allí con mis abuelos, mi padre y mi hermano, que estaban muertos... Alrededor había la luz más bella y resplandeciente que pueda describirse. Era un lugar muy hermoso, lleno de colores brillantes, no como los de aquí de la tierra, sino sencillamente indescriptibles. Y en aquel lugar había gente, gente feliz... Se hallaban por todas partes, algunos reunidos en grupos; otros estaban aprendiendo... A lo lejos, en la distancia..., pude ver una ciudad. Había edificios, edificios separados unos de otros. Resplandecientes, brillantes. La gente era feliz allí. Había agua centelleante, fuentes...; supongo que habría que describirla como una ciudad de luz... Era maravillosa. Sonaba una música hermosísima. Todo era resplandeciente, maravilloso... Pero creo que si llego a entrar 1

Moody (1977), pp. 38-39. Lo curioso de este testimonio en relación a lo que nos ocupa es lo que dice el narrador sobre que tenía la impresión de encontrarse en el campo, pero que cuando se fija con más atención, no encuentra ninguno de los motivos campestres usuales. ¿Será un ejemplo de cómo ese supuesto mundo imaginal es variable y mutable en este tipo de experiencias? 2 Moody (1977), p. 37. 3 También resulta interesante recordar que George Ritchie visitó, durante su célebre ECM, una ciudad de luz; Ritchie & Sherrill (1978), pp. 84-85.

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allí no hubiera vuelto nunca... Se me dijo que si iba allí no podría volver..., que la decisión era mía.”1

O el testimonio de Brinkley (con el pseudónimo de Darryl): “Me aproximé más a las luces y advertí que eran ciudades, y las ciudades estaban hechas de luz. Y en ese instante comprendí qué era aquello. (…) Habíamos llegado. Había cesado el flotar o viajar por aquel camino. Estaba en la plaza de una ciudad brillante y hermosa. Describiré la ciudad. El edificio en el que penetré era una catedral. Estaba construida como San Marcos o la Capilla Sixtina, pero los ladrillos o bloques parecían de plexiglás. Eran cuadrados y tenían dimensiones, pero podía verse a través de ellos y en el centro de cada uno había una luz dorada y plateada. Y podía verse el edificio, pero al mismo tiempo lo impedía el resplandor. (…) Y esta catedral estaba literalmente construida de conocimiento. Aquél era el lugar de aprendizaje al que había venido. Así lo sentía. Porque absolutamente toda la información… empezó a serme bombardeada en forma de datos. La información me llegaba de todas direcciones. Era casi como si tuviera la cabeza metida en una corriente de agua y cada gota fuera una información y fluyera a través de mí.”2

Lundahl y Widdison han publicado varios artículos describiendo ciertos aspectos de estas ciudades de luz. En un artículo dedicado a las posiciones sociales en las ciudades de luz,3 estos investigadores consideran que el ultramundo es un lugar donde la gente se dedica a numerosas actividades y hay numerosas posiciones sociales, que no difieren mucho de las que se pueden encontrar en el mundo terrenal; estas posiciones pueden ser de tipo sexual (hombres y mujeres), familiar (como en el mundo ordinario), amistoso, jerárquicas y de autoridad, de guía, de enseñanza y aprendizaje, etc.; Hay actividades peculiares como las de genealogista y misionero, y también se describen actividades mundanas, como construir casas, cocinar,4 pintar, cantar, tareas domésticas, etc. En otro artículo dedicado al “entorno físico” de las ciudades de luz,5 estos investigadores describen como es el paisaje y la arquitectura de este ámbito. El paisaje es muy parecido al terrestre pero mucho más hermoso; contiene montañas, colinas, valles, campos, arroyos, ríos, lagos, árboles y flores, etc., e incluso, en algunos casos, animales campestres. Sobre la arquitectura, ciudades y edificios completamente blancos o dorados, con calles, puentes, casas, anfiteatros, mausoleos, librerías y centros de educación, palacios, etc., todo ello muy hermoso y muy bien edificado.

Lugares con mucho colorido En algunos testimonios se apunta el carácter colorido de los ámbitos paradisiacos visitados.6 Un ejemplo de un testimonio en el que se realza el colorido del lugar paradisiaco: 1

Moody (1977), pp. 39-40. Ring (1984), p. 86; puede verse también: Brinkley & Perry (2008), p. 27. 3 Lundahl & Widdison (1993). Uno de los problemas de este artículo es que se basa solamente en testimonios mormones; aunque según los autores, los datos de estos testimonios concordarían con los recogidos por otros investigadores, p. 236. 4 ¿Hay que comer en el más allá? 5 Widdison & Lundahl (1993). 6 Ring (1980), p. 60; Grey (1985), pp. 48-49. 2

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“Durante el periodo que mi corazón se paró, tuve una hermosa experiencia. Después de que me fuera a dormir, cuando la enfermera me había dado la medicina, me encontré en el mundo espiritual. No era este mundo –era hermoso. Es difícil de describir… los colores, eran colores claros. Estaba caminando por un campo, y había árboles y flores como nunca había visto en mi vida. Todo era brillante, y las flores y árboles… Había visto algunos de los árboles en esta vida pero muchos eran diferentes de los de este mundo. Era muy colorido, más aun que en esta vida.”1

ENCUENTROS CON SERES PERSONALES En los testimonios se habla a veces de encuentros con seres o presencias que parecen tener personalidad o cualidades anímicas tales como inteligencia, voluntad, emotividad, etc. Pueden tener un carácter visual o no; es decir, que algunas veces se ven y otras se sienten, de alguna manera no visual, su presencia.2 En este testimonio, las presencias son invisibles y se comunican telepáticamente con el experimentador: “Mientras estuve muerto en aquel vacío hablé con gente; en realidad no puede decirse que hablase con gente corporal. Tenía la sensación de que había gente que me rodeaba. Podía sentir su presencia e incluso sus movimientos, pero no pude ver a nadie. De cuando en cuando hablaba con alguno de ellos, pero no podía verlos. Siempre que preguntaba qué era lo que ocurría recibía un pensamiento de alguno de ellos diciéndome que no pasaba nada, que estaba muriendo pero que sería hermoso. Por tanto, nunca me preocupé de mi condición. Siempre obtenía una respuesta a cada pregunta que hacía. No dejaron mi mente en la incertidumbre.”3

¿Dónde se encuentra a los seres personales? Aunque lo más habitual es que tales presencias aparezcan en los ámbitos ultramundanos, también pueden aparecer en el más acá, en un estado de EEC, como ya se vio más arriba. Por lo general, algunas de estas presencias tienen una actitud de ayuda, guía o protección. Otros tienen una actitud más de poder, de toma de decisiones, aunque sean benévolas.4 Por ejemplo, determinan si el experimentador debe retornar a la vida física. La comunicación suele ser de dos tipos: algo que podríamos llamar comunicación parecida a la sensible del mundo cotidiano, verbal, gestual, etc.; y otra de tipo telepático;5 según Fenwick, los casos de comunicación telepática, o algo similar, son numerosos.6 Otro rasgo interesante es el de la apariencia. Es frecuente que vallan vestidos con túnicas blancas o ropa blanca de algún tipo.7 También es frecuente que aparezcan como seres de luz;8 como en el siguiente testimonio:9

1

Gibson (1992), p. 31. Moody (1975), p. 71; Ring (1980), p. 67; Sabom (1982), p. 47; Grey (1985), p. 76. Como en el testimonio de Neal (2012), pp. 56-8. 3 Moody (1975), p. 71. 4 Gallup & Proctor (1982), p. 93. 5 Sabom (1982), p. 47; Grey (1985), p. 76. 6 Fenwick & Fenwick (1995), pp. 136-138. 7 Fenwick & Fenwick (1995), p. 121. 8 Como en el testimonio de Ritchie. 9 Ring (1984), p. 85. 2

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“(…) y cuando la luz se acercó a mí, resultó ser una persona, aunque no lo era. Era un ser que irradiaba luz. Y dentro de esa luz radiante y luminosa que tenía un tinte plateado –blanca, con un tono plateado- [había] algo que parecía un hombre. (…) Yo no sabía muy bien quién era, ¿entiende?, pero era la primera persona que aparecía y tuve la sensación de que cuanto más próxima estaba esa luz, más admirable y más puro era ese amor, esa sensación que llamaré amor.”

Presencias de tipo religioso Es frecuente que en los testimonios se hable de presencias que parecen, o son interpretadas por los narradores como, personajes religiosos; como Dios o Jesús.1 También como la Virgen María.2 El siguiente testimonio resulta interesante en cuanto que el experimentador le pregunta a la presencia con la que se está comunicando si es Dios o Jesús, y ésta responde que no:3 “Estaba echado en mi cama, y al minuto siguiente estaba fuera de mi cuerpo en aquella niebla, una niebla gris, avanzando hacia una luminosidad. Era una luz sin definición. Estaba definitivamente en un viaje a través de un recinto sin muros específicos. Al final, estaba en algún gran lugar. Tuve una comunicación no verbal con una entidad que probablemente era un guía. Seguiría intentando describir la forma de la entidad, en términos concretos, pero no podría. No era una persona. Creo que le pregunté si era Dios o Jesús, y la respuesta fue “no”. Ciertamente pensaba que era un ser bueno y omnisciente. Estaba consiguiendo respuestas a preguntas de ese guía, pero por extraño que parezca no recuerdo la mayoría de las respuestas. Una explicación estuvo clara, creo. Parecía haber una igualdad, un equilibrio equitativo, entre el bien y el mal. Mi educación me había llevado a creer que Dios era omnipotente, pero la respuesta que obtuve fue que cada uno puede elegir estar en el campo del bien o en el campo del mal. Estas dos fuerzas están constantemente en equilibrio una con la otra, con igual fuerza y poder. También recibí información acerca del “tercer ojo”. Desearía recordar más sobre esto. Lo que es extraño, es que incluso después de todos estos años, si cruzo mis piernas de determinada manera consigo un extraño sentimiento y recuerdo esas palabras “tercer ojo”. […]”4

A veces los contactos son con seres descritos como ángeles o guías espirituales.5 Según Según Lundahl, la apariencia de estos seres puede ser la de un ser luminoso, u otra de otro tipo, como la de un humano; y suelen tener tres principales funciones: guía (guía y explica cosas al experimentador), mensajero (lleva un mensaje al experimentador), o escolta (guardián o protector del experimentador).6

Encuentros con seres personales conocidos Lo más habitual es que los personajes conocidos con los que se encuentran los experimentadores sean familiares, aunque también pueden ser amigos u otros tipos de conocidos. 1

Ring (1980), pp. 78 y ss; Sabom (1982), p. 47; Grey (1985), p. 76. Como, por ejemplo, en dos testimonios infantiles recogidos en Serdahely (1987-88). 3 En este caso, la causa del estado de casi-muerte fue una sobredosis de drogas. Rommer (2000), p. 28. 4 Es interesante esa formulación de dualismo que se hace en el testimonio. 5 Moody (1975), p. 71. 6 Lundahl (1992). También habría que añadir una función consoladora, sobretodo de los sufrientes, como ha indicado Serdahely en varios artículos, (1987-88) y (1989-90). 2

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En el siguiente testimonio, el experimentador identifica las presencias con familiares fallecidos: “Llegué a algún lugar y ahí estaban todos mis parientes, mi abuela, mi abuelo, mi padre, mi tío que se había suicidado recientemente. Todos ellos vinieron hacia mí y me saludaron. … Mis abuelos estaban vestidos… completamente de blanco y tenían una capucha sobre sus cabezas… Se les veía mejor que la última vez que los había visto… muy, muy felices… Me di la mano con mi abuela… Parecía como si hubiera acabado de llegar hacia ellos y ellos hubieran alzado sus cabezas y estuvieran todos felices… Y repentinamente me dieron la espalda y se alejaron y mi abuela me miró sobre su hombro y dijo, “te veremos más tarde, pero no en este momento.” (I44)”1

Como indican los Fenwick y otros investigadores, los conocidos que aparecen en los testimonios de las ECMs suelen mostrar un aspecto joven, con una edad en torno a la treintena, y saludable, aunque éste no se corresponda con el aspecto que habían tenido en vida; pueden aparecer rejuvenecidos o curados de enfermedades que hubieran padecido en su vida terrenal.2 En este testimonio, el experimentador se encuentra con su madre fallecida y de aspecto rejuvenecido: “Miré hacia arriba y ups, estaba en una luminiscencia y a lo lejos había masas de gente riendo e invitándome a ir. Estaba todavía subiendo hacia ellos cuando vi a mi fallecida madre –no la madre que había conocido, aunque sabía que era mi madre, una madre joven. Ella me sonreía y tenía sus manos tendidas hacia mí. Yo era tan feliz. Estaba desesperado por alcanzarla. Tenía muy cerca sus manos cuando me sentí siendo alejado de ella. Me enfadé. Sentía que tenía como un largo, largo, largo camisón y que estaba siendo empujado hacia abajo. Estaba desolado cuando la gente y my mamá desaparecieron. Parecían tan felices y contentos. Encuentro difícil describir la felicidad de sus caras. Yo quería estar con ellos. Esto no fue una alucinación. ¿Cómo puedes alucinar sobre una madre a quien conociste y amaste y a quien no olvidaste cuando ella murió, y ves una chica llena de belleza y juventud, y cada uno sabe quién es el otro? No estoy triste por mi madre, sé que es feliz.”3

Curiosamente, las personas fallecidas durante su niñez pueden aparecer con aspecto de adulto. Como en el siguiente testimonio: “De repente reconocí a todos esos familiares. Todos tenían alrededor de los treinta y cinco años, incluido el pequeño hermano que nunca había conocido, porque él había muerto durante la guerra cuando tenía dos años, antes de que yo naciera. Él había crecido mucho. Mis padres estaban ahí también, y me sonreían, igual que los demás.”4

Según algunos investigadores los fallecidos suelen presentarse al experimentador para recordarle que todavía no ha llegado su momento y que debe retornar a la vida terrenal.5

1

Sabom (1982), p. 48. Fenwick & Fenwick (1995), p. 115. Es interesante el apunte que dan los Fenwick sobre el hecho de que para la mayoría de la gente la edad psicológica (la edad con la que uno se ve a sí mismo) se estanca en torno a los 35 años, aunque la edad cronológica sigua avanzando. Según Moody, muchos niños experimentadores se sienten adultos durante sus ECMs, Moody (1988), p. 64. 3 Fenwick & Fenwick (1995), p. 114. 4 Van Lommel (2007), p. 33. Con respecto a este testimonio, nos podemos preguntar como el experimentador pudo reconocer a su supuesto hermano de dos años con un aspecto de treinta y cinco. 2

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terrenal.1 Como en el siguiente testimonio de una mujer que supuestamente sufrió una ECM durante un paro cardiaco:2 “Dentro de la casa de campo encontré a mi madre y mi padre y mis abuelos. Mi hija que también había fallecido también estaba allí. Les pregunté que donde estaba y que estaba haciendo allí. Me dijeron que me encontraba en el mundo espiritual. Cuando pregunté si iba a quedarme ahí, mi padre dijo, “no es todavía el momento de que te reúnas con nosotros.””

Una cuestión que interesa aclarar aquí es si los experimentadores se encuentran en sus ECMs solamente con fallecidos o también con personas que están vivas.3

Encuentros con fallecidos desconocidos Hay testimonios en los que se afirma haberse encontrado con alguna persona desconocida de la que más tarde, después de la ECM, se confirma, de una manera u otra, que se trata de un ser ya fallecido, pariente o no. Veamos un ejemplo de esto: “Podía ver un muro y una puerta, como una entrada. Tras el muro pude ver a mis abuelos por parte de mi padre y un tío que murió antes de que yo naciera, pero la persona con quien parecía ser capaz de comunicarme no la reconocí. Él era alto de pelo rubio, y sus rasgos eran muy claros. Sentí que debía conocerle, pero no podía. Me preguntó si realmente quería estar ahí. Yo me sentía muy bien, no más dolor, y tan relajado como nunca antes me había sentido. Mi abuela extendió la mano para cogerme, pero el hombre me dijo que tenía mucho que dar y por lo que vivir. En este momento retorné a mi cuerpo y adoptando una posición de sentado. Otra vez estaba enfermo, expulsando más coágulos de sangre. En aquel momento tenía miedo de contárselo a alguien. Un tiempo después se lo conté a mi madre y mi padre. Mi madre identificó a el hombre como su padre, que había muerto cuando ella era joven, y puedo asegurar que yo en ningún momento había visto una fotografía de mi abuelo.”4

O estos otros dos testimonios: 5 “Durante mi ECM seguida de un paro cardiaco, vi a mi abuela fallecida y un hombre que me observaba amorosamente pero que yo no conocía. Unos diez años después mi madre me confió en su lecho de muerte que yo había nacido de un encuentro extramatrimonial; mi padre biológico era un hombre judío que había sido deportado y asesinado en la II Guerra Mundial. Mi madre me enseñó una fotografía. El hombre desconocido que yo había visto más de diez años atrás durante mi ECM resultaba ser mi padre biológico.” “A la edad de dieciséis tuve un accidente serio de moto. Estuve en coma durante casi tres semanas. Durante el coma tuve una experiencia extremadamente poderosa… y entonces llegué a una especie de valla de hierro. Tras ésta se encontraba el Sr. Van der G., el padre del mejor amigo de mis padres. Me dijo que no podía ir más lejos. Tenía que volver porque mi tiempo todavía no había llegado… Cuando se lo conté a mis padres después de despertarme, me dijeron que el Sr. Van der G. había muerto y había sido enterrado durante mi coma. Yo no podía haber sabido que estaba muerto.” 1

Ring (1980), p. 68; Grey (1985), p. 79; Fenwick & Fenwick (1995), p. 149. Grey (1985), p. 80. 3 Como ha indicado Melvin Morse, es habitual que en los testimonios de ECMs infantiles aparezcan personas vivas, como profesores o compañeros de clase. 4 Fenwick & Fenwick (1995), p. 116. 5 van Lommel (2007), p. 33. 2

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Encuentros con seres personales prenatales Craig Lundahl llamó la atención en un artículo sobre un tipo de encuentro con seres personales prenatales o nonatos,1 es decir, personas que todavía no habían nacido y estaban esperando para hacerlo. Este elemento fenoménico aparece poco frecuentemente en los testimonios,2 pero a partir de estos casos se puede extraer cierta caracterización general de este fenómeno: estas personas prenatales suelen tener la apariencia de niños, y suelen ser futuros miembros de la familia del experimentador. Según Lundahl, estos testimonios sugieren la posibilidad de una vida anterior al nacimiento.

ANIMALES Paro muchos investigadores es rara la aparición de animales, incluyendo las mascotas fallecidas,3 en los testimonios de ECMs.4 Betty Eadie contaba en su testimonio que mientras atravesaba la oscuridad se dio cuenta de que había personas y animales viajando con ella a cierta distancia.5 En los ámbitos paradisiacos bucólicos pueden aparecer pájaros, vacas, ovejas, e incluso caballos.6 En el paraíso bucólico de Alexander aparecía un perro y millones de mariposas.7

SONIDOS Incluimos los sonidos dentro del conjunto de los elementos externos, en cuanto que se consideran fenomenológicamente, al margen de cuestiones metafísicas sobre su exterioridad o interioridad, como algo que el sujeto concibe como externo. Moody consideró ciertos sonidos o ruidos que aparecen en muchos casos, según él, como un tema común o recurrente.8 Indica que en algunos casos se trata de sonidos desagradables: zumbidos, chasquidos, estallidos, o sonidos silbantes. Como en el testimonio siguiente: “[…] terrible zumbido que venía del interior de mi cabeza. Me hacía sentirme muy incómodo... Nunca lo olvidaré.”

1

Lundahl (1992)b. También en el testimonio de Eadie, a la que se le ha acusado a veces de cierta connivencia interesada con los mormones, se puede encontrar este elemento de las personas prenatales; Eadie (1992), pp. 89 y ss. 2 Lundahl (1992)b, p. 127, encontró solo ocho testimonios (provenientes de diversas publicaciones) en los que aparecía este elemento. 3 En Migliore (2010) se pueden ver algunos testimonios en los que aparecen mascotas. También puede consultarse, sin entrar en valoraciones por mí parte, http://www.near-death.com/animals.html. 4 Widdison & Lundahl (1993), p. 241; Fenwick & Fenwick (1995), pp. 113 y 172. La aparición de mascotas fallecidas se pueden encontrar en testimonios infantiles, como por ejemplo Serdahely (198990), p. 59. 5 Eadie (1992), p. 38. 6 Widdison & Lundahl (1993), p. 241. 7 Alexander (2012), pp. 39 y 40. 8 Moody (1975), p. 50.

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En otros casos se trataría de sonidos agradables, musical. Como en el siguiente testimonio: “Oí lo que me pareció un tintineo de campanas a mucha distancia, como si viniera impulsado por el viento. Parecían campanas de viento japonesas... Fue lo único que pude escuchar.”

Según Ring, el tema del sonido fuerte no es tan frecuente como Moody había indicado.1

Música Con anterioridad a Moody, algunos investigadores habían advertido, aunque de una manera no muy precisa, que algunas personas habían testimoniado haber escuchado música en situaciones en las que la muerte, propia o de otro, se encontraba cercana, incluyendo lo que más tarde se denominaría ECMs.2 Desde entonces, numerosos investigadores han encontrado el tema de la música en muchos testimonios recogidos por ellos.3 En el estudio de los Fenwick, en un amplio número de testimonios se dice haber escuchado música durante las ECMs; y en todos los casos se trataba de música muy hermosa, celestial, harmoniosa, no disonante, como música eclesiástica.4 Don Piper relata como lo que más le fascinó de su experiencia fue la música que escuchó en lo que él considera que era el Cielo:5 “Mi recuerdo más vívido del Cielo es lo que oí. Solo puedo describirlo como un santo sonido de aleteo. No obstante tendría que magnificar esto miles de veces para explicar el efecto del sonido en el cielo. Era el sonido más placentero y hermoso que haya oído jamás, y no cesaba. Como una canción que continúa eternamente. Me sentí lleno de asombro, y quería escuchar y nada más que escuchar. No es que oyera la música solamente. Era como si formara parte de la música, la cual resonaba en todo mi cuerpo. Permanecí quieto y me sentí envuelto en los sonidos. Aunque era consciente de los sonidos y melodías gozosas que llenaban el aire, esto no me distrajo. Sentía como si el concierto celestial penetrara en cada parte de mi ser, pero al mismo tiempo podía concentrarme en todo lo que había a mi alrededor. Nunca vi lo que producía el sonido. […] el sonido más asombroso era el de las alas de los ángeles. No los veía, pero el sonido era una bella y santa música con una cadencia que parecía nunca acabar. Este sonido de viento era como una alabanza interminable. […]. Y hay otro sonido que hasta hoy permanece como el recuerdo más vívido y único de toda mi experiencia celestial. Lo tengo que llamar música, pero no era como nada que haya oído o espere oír en la tierra. Las melodías de alabanza llenaban la atmósfera. Esa intensidad continua y la variedad infinita me sobrecogían. La alabanza nunca acababa, pero lo más notable para mí es que se cantaban cientos de canciones al mismo tiempo… todas adorando a Dios. […]. Cada sonido se mezclaba con el otro, y cada voz o instrumento realzaba a los demás. […].Ninguno de los himnos que llenaban el aire hablaban del sacrificio o la muerte de Jesús. No oí canciones tristes, e instintivamente supe que no hay canciones tristes en el Cielo. […]”

1

Ring (1980), p. 94. Ya Ernesto Bozzano había mencionado el caso de la música trascendental, vinculada a las visiones en el lecho mortuorio. Robert Croockall recogió, durante sus investigaciones sobre las EECs, testimonios de ECM en los que se mencionaba el haber escuchado música. Una investigación un poco más detallada se puede encontrar en Rogo (1970) y Rogo (1972), en la que se menciona en algunas partes los casos de ECMs musicales. Ellwood (2001), pp. 21-23. 3 Ring (1980), p. 60. Grey (1985), p. 49. 4 Fenwick & Fenwick (1995), p. 128. 5 Piper & Murphey (2004), pp. 29-32. 2

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RETROCOGNICIÓN Y PRECOGNICIÓN DURANTE LAS ECMS Hay una serie de fenómenos de tipo retrocognitivo y precognitivo que a veces aparecen en las ECMs. El más célebre es el de la revisión vital.

Revisión vital ¿Es algo interno o externo a la conciencia del experimentador? Dependerá de cómo se dé este fenómeno. Como algo que el experimentador percibe fuera de sí; ej.: como el visionado de una película o de una obra de teatro, una representación bidimensional o tridimensional. O como algo que ocurre en su propia conciencia, en el interior del experimentador; ej.: como una sucesión de recuerdos. El carácter o la forma de la revisión vital varía según los testimonios. Por lo que, en función a esto, en los diversos testimonios aparecen diferentes tipos de revisión vital. En este testimonio se describe la revisión vital como un pase de diapositivas: “Mientras servía en Vietnam recibí varias heridas, más tarde me consideraron «muerto» a causa de ellas, aunque en todo momento era consciente de lo que estaba ocurriendo. Recibí seis impactos de ametralladora, pero no me sentí preocupado. Reviví en mi mente el instante en que fui herido. No estaba atemorizado y me sentía muy a gusto. En el momento del impacto mi vida pasó frente a mí como una película, regresé al tiempo en que era un niño, desde donde las imágenes fueron progresando a través de toda la vida. Puedo recordarlo todo, pues era muy vívido. Pasaba con gran claridad frente a mí. En poco tiempo pasé de las primeras cosas que podía recordar hasta aquel momento. No era nada desagradable, y no me lamenté ni tuve sentimientos de culpa. Si he de hacer una comparación, lo mejor que encuentro es una serie de cuadros; como diapositivas. Es como si alguien estuviese pasándome diapositivas a gran velocidad.”1

Y en este otro testimonio, la revisión vital es una imagen tridimensional que surge de un gran libro: “Sobre una mesa sin fin estaba un enorme libro del tamaño de un periódico. Era el libro legendario de los archivos akásicos que existe para cada alma. Dentro de cada libro está dicho que sea registrado todo pensamiento, palabra, y acción del alma desde su principio y desde todas las existencias en este y otros mundos. Las páginas de mi libro pronto se abrieron por si solas, al revés de la dirección normal, para revelar cada detalle de toda mi vida cronológicamente en tres dimensiones en vivo color. Esto me fascinó, incluso allí, ya que observaba y observaba medio siglo de vida en tan solo diez segundos de tiempo terrestre equivalente. Mis negligencias fueron claramente decepcionantes en la revisión; más desalentador, sin embargo, fue la comprensión de que mi objetivo en este paseo terrestre no había sido realizado.”2

El contenido de las representaciones puede ser selectivo, los momentos más importantes de la vida de uno, o, al contrario, abarcar toda la vida, incluyendo los

1 2

Moody (1975), p. 81. Luciani (1993), p. 138.

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momentos más insignificantes. Este contenido puede estar ordenado cronológicamente o no.1 Según algunos investigadores, la revisión vital no transcurre en un tiempo normal; toda la vida puede pasar ante el experimentador en un instante.2 De hecho, es durante la revisión vital cuando con mucha claridad se ven las alteraciones del tiempo, o al menos la sensación de alteración, que se produce durante las ECMs, o en alguna de éstas. 3 Durante una operación quirúrgica: “[…] El lunes 6 de agosto la preparación para la cirugía fue rutinaria y perdí la conciencia a los pocos segundos de ser inyectado con un anestésico. Todo perfectamente normal. Aunque la manera en la que recuperé la consciencia fue cualquier cosa menos normal. En vez de volver en mí lentamente en un estado soñoliento y algo confundido en una sala de hospital me desperté como si saliera de un profundo y refrescante sueño y fui instantánea y extremadamente consciente de mi situación. Sin ninguna ansiedad ni angustia sabía que estaba muerto, o más bien que estaba recorriendo el proceso de morir y estaba ahora en un estado diferente de realidad. El lugar en el que estuve no puede ser descrito porque este era un estado de nulidad. No había nada que ver porque no había luz; no había nada que sentir porque no había sustancia. Aunque consideraba que ya no tenía un cuerpo físico, sin embargo me sentía como si estuviera flotando en un vasto espacio vacío, muy relajado y expectante. Entonces experimenté una revisión de mi vida que se extendía desde la temprana niñez e incluía muchos acontecimientos que había olvidado completamente. Mi vida pasó ante mí en un flash momentáneo pero completo, incluso estaban incluidos mis pensamientos. Algunos de los contenidos hicieron que me sintiera avergonzado pero hubo uno o dos que había olvidado sobre los que me sentí bastante satisfecho. Sabía que podía haber vivido una vida mucho mejor aunque podía haber sido mucho peor. Sea lo que fuere, sabía que todo esto ya había pasado y no había vuelta atrás. Hubo una característica muy peculiar de esta revisión vital y es muy difícil de describir, déjame solo explicarlo. Aunque llevó un instante completarla, literalmente un flash, había con todo tiempo para parar y preguntarse sobre incidentes separados. Este fue el primer caso de distorsión del tiempo que experimenté pero fue el origen de mi creencia en que las respuestas a muchas preguntas planteadas por las ECMs yacen en una mejor comprensión de la naturaleza del tiempo y de lo que denominamos realidad. Tras la revisión vital pasé algún tiempo considerando las implicaciones de lo que había ocurrido. No me sentí como si hubiera sido juzgado excepto por mí mismo. No hubo rechazo de los hechos porque todos ellos estaban allí, incluyendo mis más interiores pensamientos, emociones y motivos. Sabía que mi vida había terminado y que lo que viniera a continuación sería una consecuencia de no solo lo que había hecho en mi vida, sino de lo que había pensado y había sido mi sentir verdadero en cada momento. […]”4

En el siguiente testimonio, el narrador intenta decir como es el tiempo durante una revisión vital: “La revisión vital fue multidimensional. Lo sentí. Sentí el dolor y también el gozo. No hay uno sin el otro. Podía verlo todo y era totalmente alucinante que algo como esto pudiera ocurrir en microsegundos. Tu sentido del tiempo y del espacio está tan distorsionado. Tendemos a pensar en un tiempo lineal y cuanto tiempo le lleva a un coche chocar. Bien, sabes, la acción y el todo no transcurrió en más de cinco segundos (refiriéndose al impacto de su coche con un camión que causó el accidente y su muerte temporal). Reviví toda mi vida. Para una persona normal esto es imposible. Sí, es imposible si sueles usar términos terrestres. Déjame ver si puedo 1

Moody (1975), p. 76; Grey (1985), p. 81. Moody (1975), p. 76. 3 Moody (1975), p. 76. 4 Fenwick & Fenwick (1995), pp. 163-165. 2

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explicarte la diferencia entre el tiempo de aquí terrestre y el tiempo de ahí arriba. En una ocasión he hecho una copia de series de cintas que había realizado para la TV. Quería copias tanto de la parte de video como de la de audio. El chico dijo que no había ningún problema con la parte de audio porque podemos moverlos rápidamente, pero el video tiene que hacerse en “tiempo real”. Así si esto lleva doce horas, entonces llevará doce horas el copiarlo. ¡No es broma! Esta es la distinción entre tiempo real y tiempo de audio doblado. Así que cuando aplicas esto a lo que ocurrió coge sentido real. El tiempo en la tierra es medido en tiempo real, y el tiempo ahí arriba es como el tiempo doblado de audio. Así es como explicaría esto a alguien que no hubiera tenido una de estas experiencias.”1

En algunos testimonios, la revisión vital aparece vinculada a la luz,2 o a algún ser personal;3 como si fuera la luz o este ser los que causaran y controlaran la experiencia. A continuación puede verse un testimonio en el que la revisión vital aparece vinculada a la luz: “Cuando apareció la luz, lo primero que me dijo fue: «¿Qué tienes que enseñarme de lo que has hecho con tu vida?», o algo parecido. En ese momento comienzan las visiones retrospectivas. Me pregunté qué estaba sucediendo, pues de repente había regresado a mi infancia. A partir de ese instante fue como si pasara desde mi primera infancia, año a año, hasta aquel momento. Realmente es extraño en dónde empezó: cuando era una niña y jugaba en el riachuelo vecino. Hubo más escenas de esa época: experiencias que había tenido con mi hermana y con gentes de la vecindad y los lugares reales en los que había estado. De repente me encontré en el jardín de infancia y vi un juguete que me gustaba mucho en el momento en que lo rompí; y lloré durante mucho tiempo. Fue una experiencia realmente traumática. Las imágenes continuaron repasando mi vida y recordé cuando estaba en la escuela de niñas y fuimos al campo. Recordé muchas cosas sobre la escuela pública. Luego me encontré en la escuela superior, fue un gran honor ser elegida para el grupo de estudiantes avanzados, y recordé el momento de la elección. De allí pasé a otra escuela superior más avanzada, a la graduación y a los primeros años de universidad, en los que me encontraba en ese momento. Las visiones retrospectivas se producían en orden cronológico y eran muy vívidas. Las escenas eran idénticas a cuando las ves en realidad: tridimensionales y en color. Además, se movían. Por ejemplo, cuando me vi a mí misma rompiendo el juguete, pude ver todos los movimientos. No los estaba viendo siempre desde mi propia perspectiva. Es como si la niña que veía fuera alguien más, en una película, una niña más jugando entre otras. Sin embargo, era yo. Me vi haciendo cosas de niños, exactamente las mismas cosas que había hecho, pues las recordaba. Mientras observaba todo aquello no vi la luz. Desapareció nada más preguntarme lo que había hecho y comenzaron las visiones, pero sabía que seguía conmigo todo el tiempo, que me llevaba a través de las visiones, pues sentí su presencia y hacía comentarios. Trataba de enseñarme algo en cada uno de los episodios. No estaba tratando de ver lo que estaba haciendo -ya lo sabía-, sino que elegía determinados momentos de mi vida y los ponía frente a mí para que tuviera que recordarlos. A través de todos ellos seguía poniendo de relieve la importancia del amor. Los momentos en que me lo mostró mejor implicaban a mi hermana; siempre había estado muy cerca de ella. Vi algunos momentos en que había sido egoísta con ella, pero también otros en que la había amado y había compartido cosas. Me señaló que debía intentar hacer cosas para otras personas, que debía intentarlo al máximo. Sin embargo, no era una acusación ni nada que pudiera parecérsele. Cuando pasábamos por episodios en los que había sido egoísta, su actitud es que debía aprender también de ellos. Otra de las cosas que le interesaba mucho era el conocimiento. Me señaló las cosas que debía hacer con lo aprendido, y dijo que iba a continuar aprendiendo, y que cuando regresara pues en esos momentos ya me había dicho que iba a hacerlo- habría siempre una búsqueda de conocimiento. Dijo que es un proceso continuo, por lo que tuve la sensación de que prosigue 1

Rommer (2000), p. 12. Van Lommel (2007), p. 35. 3 Por ejemplo un ser luminoso, como en los testimonios de Ritchie, y de Brinkley & Perry (2008), p. 9. 2

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después de la muerte. Creo que mientras veíamos las escenas estaba tratando de enseñarme. Todo era realmente extraño. Yo estaba allí viendo las visiones retrospectivas; las revivía y todo era muy rápido. Sin embargo, la velocidad era suficiente para que pudiera aprehenderlas. No transcurrió mucho tiempo. La luz vino, tuve las visiones y se marchó. Debieron ser menos de cinco minutos y más de treinta segundos, pero no puedo decirlo con seguridad. Sólo me asustó enterarme de que no podía terminar todavía mi vida terrena. Con las visiones retrospectivas disfruté, era agradable. Había regresado a la niñez, casi la había revivido. Era una forma de regresar y ver que ordinariamente no puede hacerse.”1

En muchos testimonios se suele indicar que la revisión vital tiene algún carácter ético y valorativo, que intenta aleccionar al experimentador sobre lo que ha sido su vida;2 que es una experiencia educativa3. A veces aparece mencionado el aspecto empático, en función a ciertas revisiones vitales en las que no solamente se experimenta la vida pasada de uno, sino también la vida de aquellos a los que se ha afectado con las propias acciones.4 Dannion Brinkley, según él mismo, había llevado una vida violenta, tanto privada como profesionalmente (trabajando para el gobierno norteamericano). En los siguientes testimonios sobre la revisión vital que experimentó pueden verse los aspectos empáticos de este tipo de fenómeno: “Me vi a mí mismo azotando a un perro con un cinturón. Había descubierto a ese perro mordiendo la alfombra de nuestra sala de estar y había perdido los estribos. Me había sacado el cinturón y le había pegado sin intentar otra forma de disciplina menos agresiva. Reviviendo este incidente, sentí el amor del perro hacia mí y podía ver que no había tenido la intención de hacer lo que estaba haciendo. Sentí pesar y dolor.”5

Durante una operación en la que tenía que asesinar a un coronel: “Yo disparé la bala y sentí saltar el rifle. Un instante más tarde vi explotar su cabeza y colapsar su cuerpo delante de las impresionadas tropas. Eso es lo que vi cuando sucedió en aquel momento. Durante la revisión de mi vida, experimenté este incidente desde la perspectiva del coronel. No experimenté el dolor que él debe de haber sentido. En cambio, sentí su confusión cuando le volaron la cabeza y su tristeza cuando dejaba su cuerpo y se daba cuenta de que ya no regresaría a casa. Después sentí el resto de la reacción en cadena, los sentimientos de pesar de su familia cuando se dieron cuenta de que se quedaban sin su proveedor. Volví a vivir todos los asesinatos de exactamente la misma forma. Me vi a mí mismo matando y después sentí las horribles consecuencias.”6

Otro aspecto valorativo de la revisión vital que también aparece frecuentemente en los testimonios es el que se refiere a que este fenómeno no es un juicio; o por lo menos no se trataría de un juicio realizado por un juez externo al propio sujeto, sino más bien de una autoevaluación, o un juzgarse a sí mismo.7 1

Moody (1975), pp. 77-79. Por ejemplo en el testimonio de Ritchie. Grey (1985), p. 81. 3 Blackmore (1993), p. 185. 4 Van Lommel (2007), p. 35. 5 Brinkley & Perry (2008), p. 15. 6 Brinkley & Perry (2008), pp. 18-19. 7 Blackmore (1993), p. 185. 2

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Experiencias precognitivas En algunos testimonios aparecen experiencias de tipo precognitivo.1 Algunos investigadores han diferenciado entre diferentes tipos de experiencias precognitivas. En Heading toward Omega, Ring habla de un tipo de experiencia precognitiva a la que denomina “flashforward personal”. Suele producirse en el contexto de una valoración de la vida de la persona durante la ECM; normalmente a modo de previsión vital, es decir, una imagen o visión del futuro. Este futuro parece ser contingente, no necesario, una posibilidad entre otras, que se dará si la persona elige una vía u otra; por ejemplo, retornar a la vida, si retorna, así será la vida que lleve esa persona.2 Hay testimonios en los que se dice que tales destellos resultaron ser acertados, o que podrían haberlo sido si el sujeto no hubiera optado por otra vía que imposibilitó el cumplimiento de la previsión. Un ejemplo recogido por Ring lo tenemos a continuación, una mujer que tuvo una revisión vital seguida de una previsión vital:3 “Bien, me vi a mí misma en un coche, y éste se hundía. Se hundía en el agua. Y yo tenía grandes dificultades para salir. Y por fin lo conseguía, pero con muchos esfuerzos; realmente, tenía que luchar por salir del coche que se hundía en el agua.” Ring le preguntó si este “destello de futuro” tenía alguna relación con hechos que hubieran ocurrido realmente; la mujer respondió: “¡Oh, sí! ¡Sí! Hum… Yo estaba en Florida, visitando a mis padres, y tenía la intención de atravesar el Estado para tomar unas fotos del puente St. Petersburg-Tampa. Y durante tres mañanas consecutivas, la víspera de emprender la excursión, me despertaba y no podía respirar. Como si me estuviera ahogando. Ahogándome en el coche, en ese coche; y mi gato estaba atrapado bajo el asiento delantero. Yo lograba salir, pero el animal no. En consecuencia, decidí no hacer el viaje. Y la mañana que tenía previsto estar allí, me levanté de la cama y me enteré de que un barco había chocado contra el puente y numerosos coches y un autocar habían caído al agua.”

El problema, como indica Ring, es la corroboración de que ha habido una precognición y que además se ha cumplido.4 Pero según este autor, hay casos en los que esta corroboración se puede realizar. Hay un caso recogido por Ring en el que estuvo involucrada la familia Moody;5 una experimentadora tuvo una visión durante su ECM de Raymond Moody, le dieron el nombre y los apellidos de éste y le dijeron que se encontraría con él en el futuro, y así fue, en 1971 Moody y su familia se mudaron al mismo área residencial de ésta mujer, y en 1975, cuando todavía no se había publicado Life after life, la esposa de Moody y su hijo, durante la noche de Halloween, fueron a recoger caramelos por las casas del vecindario, entre ellas la de esta mujer, cuando la esposa de Moody y su hijo se encontraban en esta casa la mujer le preguntó el nombre

Es curioso que se mencione esta cuestión del juicio por que al contrario que en estos testimonios, en muchas escatologías el tema del juicio personal suele ser algo central; por ejemplo la pesada del alma (corazón) en El libro egipcio de los muertos, véase sobre todo el cap. 125, von Dassow (ed.) (1998). 1 Ring (1980), p. 67; Fenwick & Fenwick (1995), p. 173; van Lommel (2007), p. 38. 2 Ring (1984), pp. 214-216. Un tratamiento parecido, sino idéntico, de estas experiencias precognitivas también puede encontrarse en Grey (1985), pp. 117-122. 3 Ring (1984), pp. 219-220. El testimonio de esta mujer tuvo un carácter peculiar, según ella, la revisión vital se desarrolló en blanco y negro y cuando se llegó a la previsión vital las imágenes cogieron color. 4 Aunque esta no sea una cuestión propiamente fenomenológica se trata aquí a modo de algo que está en relación con esta cuestión y que presenta gran interés. 5 Ring (1984), pp. 222-224.

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al niño, que se llama igual que el padre, al obtener la respuesta se dio cuenta de que había dado con el hombre que buscaba.1 En Heading toward Omega, Ring estudia otro tipo de experiencia al que denomina “visión planetaria”.2 En la visión planetaria el experimentador recibe durante su ECM3 algún tipo de información, no sobre su vida personal e individual (como en el “destello de futuro”), sino sobre el conjunto del planeta. Una de las cosas que más le sorprendieron a Ring fue la semejanza entre los testimonios que contenían este tipo de fenómeno; de 16 personas que decían haber tenido una visión planetaria durante su ECM, Ring extrajo de sus testimonios un modelo con un alto grado de semejanza entre éstos (aunque no hubieran dos testimonios idénticos): sensación de conocimiento total sobre la Tierra, con una panorámica del futuro que no suele ir más allá de los principios del s. XXI; visión catastrofista (climática, geológica, económica, bélica); se supera esta etapa para llegar a una nueva era del amor universal; todo esto ocurrirá en torno a los años 80, con 1988 como la fecha más importante o culminante.4 Craig Lundahl diferencia entre cuatro tipos de experiencias precognitivas, tal y como se puede ver en la siguiente tabla:5

Nº casos Profundidad ECM Foco

Flashforward personal Pequeño Profunda Personal

Modo expresión Detalle Consistencia

Previsión vital Muy detallado Variable

Revelación personal Pequeño Profunda Personal Contado por alguien Muy detallado Variable

Visión profética Pequeño Profunda Mundial Previsión mundial Muy detallado Consistente6

Revelación profética Pequeño Profunda Mundial Contado por alguien Poco detallado Indeterminada

Según Lundahl, él ha identificado dos de estos tipos precognitivos, a los que denomina “revelación ultramundana del futuro personal”7 y “revelación profética”. Caracteriza la revelación personal del siguiente modo: “una persona que está cerca de la muerte […] se encuentra fuera de su cuerpo físico, tras lo cual entra en el otro mundo y se encuentra con otros que le relatan un evento futuro de la vida del experimentador […].8 La revelación profética es descrita como sigue: “Una persona que está cerca de la muerte se

1

Moody la entrevistó y su testimonio aparece en Reflections on life after life. Esta historia está confirmada por el mismo Moody en Moody (1988), pp. 33-34. 2 Un tipo de experiencia que Ring conoció, a finales de los 70s, gracias al sociólogo John Audette y a Raymond Moody; véase Ring (1984), pp. 226-228. Este tipo de fenómeno puede encontrarse en los testimonios de Ritchie (1991), y Brinkley & Perry (2008), cap. 5. 3 Aunque hay casos en los que se recibe la información tras la ECM. 4 Ring (1984), pp. 231-232. Un tratamiento parecido, sino idéntico, de estas experiencias precognitivas también puede encontrarse en Grey (1985), pp. 122-133. Como el mismo Ring comenta, se le preguntó en numerosas ocasiones si creía que en 1988 se iban a cumplir estas profecías; aclara que tales precogniciones deberían tomarse más como la expresión de un impulso de transformación colectiva que aparece en épocas de crisis; Ring (1988), p. 4. 5 Lundahl (2001), p. 237.. Mejor que flashforward se podría hablar de experiencias precognitivas o de precognición a secas. 6 Lundahl considera que las visiones proféticas son consistentes entre sí porque son bastante semejantes entre ellas, Lundahl (2001), p. 238. 7 Lundahl (1993). 8 Lundahl (1993), p. 178.

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encuentra en otro mundo y encuentra otros que le pronostican un evento futuro o eventos que van a ocurrir en la Tierra.”1

LÍMITE En algunos testimonios de ECMs aparece algo que posee el carácter de límite, es decir, una frontera a partir de la cual no hay vuelta atrás, un punto de no retorno, si el sujeto cruza ese punto no puede volver a su vida terrenal.2 Este límite puede ser algo externo, una frontera que el experimentador percibe en el exterior, o interno, el ser consciente de que si se va más allá luego no se podrá retornar. Moody recogió testimonios en los que se aprecian diferentes tipos de límite:3 una masa de agua, niebla gris, una puerta, un cercado, una línea. Y según Sabom: 4 una corriente de agua, una valla, la cima de una montaña, o unas manos que esperan ser estrechadas. O un hermoso vestíbulo (hall) en el testimonio de Mary C. Neal.5 En este testimonio, la narración recuerda mucho a la escatología griega sobre el barquero Caronte, que transportaba a los muertos al Hades a través de la laguna Estigia: “Esta experiencia tuvo lugar durante el nacimiento de mi primer hijo. Al octavo mes de embarazo enfermé de algo que mi doctor describió como condición tóxica y me pidió que ingresara en el hospital para tener el hijo. Nada más acabar el parto sufrí una grave hemorragia que tuvieron dificultades para controlar. Era consciente de lo que estaba pasando, ya que, como yo misma era enfermera, comprendía el peligro existente. En aquel momento perdí la conciencia y escuché un molesto zumbido. En la siguiente imagen que vi navegaba en una nave o una pequeña vasija hacia el otro lado de una masa de agua. En la otra orilla pude ver a los seres queridos que habían muerto: mi madre, mi padre, mi hermana, y otros. Podía verlos, incluso sus rostros, como los conocí en la tierra. Me llamaban y pedían que fuera allí, y mientras tanto yo les decía: «No, no. No estoy preparada para unirme a vosotros. No quiero morir. No estoy preparada para ir.». La experiencia fue muy extraña, pues durante todo el tiempo podía ver a los doctores y enfermeras trabajando con mi cuerpo, pero era más como si fuera una espectadora en lugar de la persona -el cuerpo- con la que estaban trabajando. Trataba desesperadamente de comunicarle al doctor que no iba a morirme, pero nadie podía escucharme. Todo -los médicos, las enfermeras, la sala de partos, la nave, el agua y la costa distante- formaba una especie de conglomerado. Todo estaba mezclado, como si una escena tuviera sobreimpresa la otra. La nave casi alcanzó la costa distante, pero cuando iba a hacerlo dio la vuelta y tomó la dirección opuesta. Finalmente, logré comunicar con el doctor y decirle: «No voy a morir.» Creo que fue en ese momento cuando volví a entrar en el cuerpo y el doctor explicó lo ocurrido. Había tenido una hemorragia posterior al parto y casi me muero, pero iba a ponerme bien.”6

En este testimonio el límite aparece como una cortina oscura:7 “Ante mí parecía haber una cortina oscura que sentí que se abriría en poco tiempo. Sabía que estaba en el umbral de una nueva y maravillosa experiencia. Miré hacia adelante con

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Lundahl (2001), p. 236. Fenwick & Fenwick (1995), pp. 139 y 159; van Lommel (2007), p. 39. 3 Moody (1975), p. 83. 4 Sabom (1982), p. 51. 5 Neal (2012), pp. 73-4. 6 Moody (1975), pp. 83-84. 7 Grey (1985), p. 76. 2

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expectación, sintiendo que apenas podía esperar a que comenzase. Entonces de repente estaba de vuelta en mi cuerpo. No sé cómo.”

¿Qué ocurre si se cruza ese límite? El caso es que no hay muchos testimonios en el que un sujeto cruce ese límite. Aquí presento una excepción: “Me hospitalizaron por una grave afección en los riñones y estuve en coma durante una semana. Los médicos no sabían si sobreviviría. Durante ese periodo de inconsciencia sentí que me elevaba, como si no tuviera cuerpo físico. Se me apareció una brillante luz blanca. Tenía tal resplandor que no podía ver a través de ella, pero estar en su presencia resultaba tranquilizador y maravilloso. En la vida física no existe ningunas experiencia semejante. Mientras estaba en su presencia llegaron a mi mente los siguientes pensamientos: «¿Quieres morir?» Contesté que no lo sabía, pues nada conocía de la muerte. Entonces la luz blanca me dijo: «Traspasa esa línea y lo aprenderás.» Sentí que era consciente de la línea que había frente a mí, aunque en realidad no podía verla. Cuando la crucé, me inundaron los más maravillosos sentimientos de paz y tranquilidad y desaparecieron todas mis preocupaciones.”1

RETORNO AL CUERPO FÍSICO El retorno puede darse sin previo aviso, incluso cortando una ECM que parece no haber finalizado aún. O puede estar anunciado de alguna manera, por ejemplo cuando una presencia personal indica al experimentador que va a retornar. En unos casos se retorna procesualmente, hay un viaje de vuelta por decirlo de alguna manera, y en otros espontáneamente,2 se termina la experiencia sin más o el experimentador recobra la conciencia física repentinamente, o casi, o ya no recuerda nada más hasta que se despierta en su cuerpo.

Causas del retorno Cuando se indica la posibilidad u obligación del retorno a veces se da también la causa de por qué se debe retornar. Ésta causa suele ser algún deber para con la vida terrenal, alguna tarea que se tiene que realizar en el mundo terrenal, o algo por el estilo; normalmente se trata de la preocupación por los seres queridos, especialmente familiares, y el deber de ocuparse de ellos, o el evitar la tristeza que la muerte de la persona les acarrearía.3 Por ejemplo, son muy habituales los testimonios en los que aparecen madres que desean volver a la vida física para ocuparse de sus hijos. Hay testimonios en los que ese sentido del deber está presente aunque específicamente no se sepa cual es: “Todo lo que sé era que estaba bajo el mandato de volver y completar una tarea no especificada. No tenía ni idea de que era esta tarea, pero sabía que en algún momento algo ocurriría y sabría lo que se requeriría de mí… con respecto a la tarea especial para la que fui enviado a hacer, a la edad de ochenta y ocho años todavía no sé con seguridad que es… Sin embargo, en 1974 [treinta años tras su ECM] en Australia fui testigo de un fenómeno

1

Moody (1975), pp. 84-85. Como indica Moody (1975), p. 87, casi todos afirman que no saben cómo regresaron. 3 Moody (1975), p. 87; Grey (1985), p. 83; Fenwick & Fenwick (1995), p. 152. 2

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atmosférico muy especial que había estado investigando durante los pasados veinte años… Creo que esa es la tarea que se me encomendó completar.”1

La elección y la decisión sobre el retorno al más acá o la permanencia en el más allá En algunas ECMs hay una elección entre retornar al mundo físico o permanecer en el más allá, en otros casos no hay tal elección;2 es decir, en el testimonio aparece el proceso de elección o la toma de una decisión sobre si la persona debe retornar a la vida terrenal o debe morir. Esta elección o decisión puede ser tomada por el moribundo o por otro ser presente. Aquí se plantea un dilema interesante, la correspondencia entre la decisión de retornar o no retornar y la resucitación o muerte físicas. En el siguiente testimonio parece que hay algún tipo de sincronía entre la experiencia de retornar y el acto de resucitación médica: “Pregunté al Señor, `¿Qué quieres que haga?´ y él solo dijo, `Vete´. ¡Bam! Sentí el shock [eléctrico] en ese momento. Volví derecho a la tierra muy rápido.”3

Hay casos en los que los sujetos desean permanecer en ese maravilloso mundo en el que se encuentran, no desean volver a su vida física;4 pero aún así son obligados a retornar,5 o retornan de todas maneras. Es frecuente que este deseo de permanecer en el otro mundo se dé en consonancia con el contacto con la luz, a causa del bienestar que el experimentador siente en contacto con ese ser.6 Cuando la ECM ha sido muy agradable es posible que al experimentador se le presente el duro dilema de si retornar al mundo terrenal o pasar definitivamente al otro mundo. Véase el siguiente testimonio:7 “De repente me paré [hiendo tras el ser luminoso] y me fue dada una elección, aunque esto no fue realmente una elección, ir o volver. Pasé por la agonía de tomar esa decisión retorciéndome mentalmente; lo más parecido a esto es si alguna vez has ido a pescar pones un gusano en un anzuelo y lo miras como se retuerce. Bien, eso era lo que mi espíritu estaba padeciendo. Estaba retorciéndome, estaba torturado, hiendo hacia adelante y hacia atrás. ¿Qué debía hacer? Bien, pensé en las cosas que no había hecho. Estaba preocupado por mi esposa teniéndose que ocupar de las cosas y decidí o me fue permitido regresar. Así que me retiré. […]. No supe nada hasta que abrí mis ojos y me encontré en la unidad de cuidados intensivos. Pero quería volver, me sentía engañado, estaba perdiendo todo ese amor.”

1

Fenwick & Fenwick (1995), p. 153. Moody (1975), p. 87; Ring (1980), p. 68. 3 Sabom (1998), p. 23. 4 Como en el testimonio de Neal (2012), pp. 73-74. Esta mujer indica como se sentía enfadada durante su ECM a causa de la insistencia que estaban poniendo en resucitarla cuando lo que quería era quedarse en el más allá. 5 Sabom (1998), pp. 62 y ss. Sabom, en el Estudio de Atlanta, plantea la teoría de que un mandato u orden enérgicos, con autoridad, de vivir pueden tener unos efectos positivos en la resucitación del individuo en estado de casi-muerte. Un mandato de estas características puede renovar la voluntad de vivir del paciente y devolverle de la muerte; Sabom (1998), pp. 69-77. 6 Moody (1975), pp. 86-87. 7 Grey (1985), pp. 83-84. 2

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6.3. ECMS CON POCOS DETALLES Veamos un ejemplo de testimonio poco detallista:1 “Entonces fue cuando experimenté… experimenté lo que denominamos una experiencia de casi muerte. Para mí, no había nada de “casi” en ella: era, sencillamente, la muerte. Fue una inmersión total en la luz, el fulgor, la calidez, la paz, la seguridad. No tuve experiencias extracorpóreas. No contemplé mi cuerpo ni vi a nadie a mi alrededor, sino que me encontré inmediatamente en esta hermosa luz resplandeciente. Resulta difícil de describir; de hecho, resulta imposible. La sensación no puede expresarse verbalmente. Es algo que se convierte en uno, y uno se convierte en eso. Incluso podría decir: “Yo era paz, yo era amor”. Yo era el fulgor, y éste era parte de mí… Sencillamente, uno lo advierte, lo sabe. Uno lo conoce todo, y todo forma parte de uno. Es… es… Es muy hermoso. Era la eternidad. Era como si hubiera estado allí siempre, y como si fuera a seguir allí para siempre. Como si mi existencia en la Tierra fuera apenas un breve instante.”

Ausencia de experiencias sensibles Hay experimentadores que afirman haberse encontrado en situaciones en las que no tenían ninguna experiencia denominada sensible (visual, auditiva,2 olfativa, gustativa o táctil). Como en el siguiente testimonio: “En el momento en el que estaba hablando con la persona, sentí paz… tenía una perfectamente clara comprensión de lo que estaba pasando, excepto de con quien estaba hablando… es como intentar explicar [pausa] oh, Dios. Puedes imaginarte flotando, suspendido en medio del aire, sin tocar nada, todavía eres consciente de cosas, pero no hay nada ahí de lo que ser consciente. No tienes sentido del tacto o de contacto, pero tienes pensamiento. La mente está trabajando, pero no hay nadie. Ninguna visión, pero la mente está trabajando. Y capaz de pensar. (68)”3

Veamos este testimonio enviado a los Fenwick por la persona que lo relata después de que ésta hubiera visto el programa de tv Glimpses of death:4 “[…]. Puedo recordar, sin embargo, un “estado”, no puedo decir cuánto tiempo duró, pero supongo que debió haber sido de poca duración. Este “estado” no puede realmente ser descrito, porque las palabras son inadecuadas. Es suficiente decir que nunca antes, o desde, he experimentado tal sentimiento de absoluta liberación. No vi ninguna cosa, ni fui consciente de ser de materia sólida, tener un cuerpo, manos, pies etc.; ni incluso pensamiento consciente: solo en retrospectiva puedo interpretarlo. Fue meramente, por no tener una palabra mejor, un sentimiento, una sensación de serenidad, atemporal, cálida y confortable en la total oscuridad, 1

Ring (1984), pp. 66-67. Según Long & Perry (2010), p. 63, la ausencia de sonido durante la ECM es un fenómeno más frecuente de lo que habitualmente se cree. 3 Ring (1980), p. 93. 4 Fenwick & Fenwick (1995), pp. 97-98. Fue un programa al que acudieron los Fenwick para hablar de las ECMs. La persona les envió su testimonio apuntando la diferencia de su experiencia con aquellas de las que se había hablado en el programa. Apunto este dato como ejemplo de la poca fiabilidad que supone el método de recogida de testimonios por correo. Este testimonio es muy interesante, pero ¿quién puede afirmar con seguridad de que no se trate de una invención realizada por esa persona a partir del visionado del programa de tv? 2

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flotando por encima de una distante cacofonía de voces indistinguibles, el sonido de pies, objetos metálicos cayéndose o siendo tirados. No tengo recuerdos del retorno; el siguiente recuerdo que tengo es de estar en una cama mirando hacia el techo.”

Y otro testimonio similar: “No vi persona o personas. No escuché música dulce o cantos. No vi jardines y paisajes magníficos etc. No vi abajo my propio cuerpo.” Como indican los Fenwick, lo verdaderamente memorable fue “la paz absoluta, la unidad, la completud.”1

CAPÍTULO 7: ECMS DESAGRADABLES 7.1. DEFINICIÓN DE ECM DESAGRADABLE Ha habido varias denominaciones, de diferentes autores, para este tipo de ECMs: Negativas, infernales, invertidas (“inverted”) por Ring, menos-que-positivas (“less-thanpositive”) por Rommer, dolorosas (Ellwood), angustiosas o desagradables (“distressing”) por Greyson y Bush. En este escrito se sigue la misma denominación para este tipo de ECMs que la de Greyson y Bush, es decir, ECMs desagradables; en palabras de Bush: “el término ECMs desagradables indica la categoría de experiencias dominadas por emociones perturbadoras”.2 Una definición parecida la encontramos de la mano de Rommer, que define este tipo de ECMs como sigue: “Una experiencia menos-que-positiva [less-than-positive], o LTP [iniciales en inglés], es aquella que el experimentador interpreta en parte o en su totalidad como aterradora, porque ésta provoca sentimientos de terror, desesperación, culpa, y/o abrumadora soledad.”3 Esta definición se corresponde, más o menos, con la que se maneja aquí, aunque el nombre, “menos-que-positiva”, no parece muy adecuado, ya que introduce ese elemento valorativo que aquí se pretende dejar al margen.

7.2. TIPOLOGÍA Y TEMÁTICA DE LAS ECMS DESAGRADABLES En Return from death, Margot Grey diferencia entre la experiencia negativa (“negative experience”), caracterizada principalmente por un sentimiento de miedo extremo, y la experiencia como-infernal (“hell-like experience”), caracterizada principalmente como la experiencia negativa pero aún más intensa. Las experiencias negativas se caracterizan principalmente por los sentimientos de miedo y pánico extremos; los experimentadores se sientes perdidos y desamparados; el ámbito es oscuro o estéril y hostil, también puede darse el tema del abismo, y el experimentador encontrarse al filo de éste. La 1

Fenwick & Fenwick (1995), p. 99. En este caso tenemos una experiencia puramente emocional de la que están excluidos aspectos pensantes y sensibles. 2 Bush (2009), p. 65. 3 Rommer (2000), p. 23.

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experiencia como-infernal se caracteriza principalmente por la misma emotividad terrorífica, pero aun más intensificada; el experimentador puede sentirse arrastrado por una fuerza maligna; o puede ser atacado por seres demoniacos o sin rostro o encapuchados; puede haber una fuerte sensación de frío o de calor; se pueden escuchar sonidos terribles, de almas condenadas o de bestias enloquecidas; y en ocasiones el ámbito se corresponde con el infierno estereotípico.1 Según Grey, hay cierto paralelismo entre estas experiencias desagradables y las agradables-neutrales; siguiendo los cinco estadios de Ring, Grey establece cinco estadios paralelos para las ECMs desagradables: miedo y pánico, EEC, entrada en un vacío oscuro, ver una fuerza maligna, entrar en un ámbito como-infernal.2 Bruce Greyson y Nancy Evans Bush desarrollaron la que aún hoy día debe seguir siendo la mejor tipología de este tipo de experiencias. Diferenciaron tres tipos de ECMs desagradables:3 1) ECMs con una fenomenología similar a la de las agradables pero vividas como algo desagradable. 2) Nihilistas. Experiencias de no-existencia o de vacío, de sin sentido. 3) Infernales. Experiencias infernales. A estos tres tipos, Rommer le añade un cuarto:4 4) La revisión vital desagradable. Aunque más que otro tipo diferente, la revisión vital desagradable podría considerarse mejor como un elemento perteneciente al tipo 1 de Greyson y Bush. Parece que estos tipos pueden darse en combinación. Limitar los tipos de ECMs desagradables a los mencionados por Greyson y Bush parece ser demasiada limitación. Como posibilidad y como hecho, hay o puede haber testimonios que no sean de ninguno de los tipos mencionados y que sin embargo posean un carácter desagradable. Por ello, habrá que considerar un tipo provisional, casi como un cajón de sastre, en el que entren el resto de ECMs desagradables. Experiencias desagradables que no tienen ni una temática común a la de las agradables-neutrales, ni un carácter nihilista, ni un carácter infernal o similar. En la encuesta Gallup, se recogieron testimonios de carácter desagradable. Algunos de los elementos desagradables de los testimonios eran los siguientes:5 Ausencia de rasgos distintivos, algunas veces faciales; seres que tan solo están presentes, pero son inquietantes; sensación de malestar, especialmente mental o emocional; confusión ante la experiencia; sentirse engañado y de ser llevado hacia la destrucción; miedo a lo que la muerte puede implicar. Como indican Gallup y Proctor, estos testimonios desagradables no son tan horrendos como las descripciones tradicionales del infierno, aunque no por ello no dejan de ser bastante terroríficas.6

1

Grey (1985), p. 58. Grey (1985), p. 72. Pero las generalizaciones de Grey tienen poca consistencia en cuanto que se basan en tan solo 5 o 6 casos (un 8%), que además no están nada claros en este libro, Grey (1985), pp. 59 y 72; expone algunos casos más extraídos principalmente de la, en entredicho, obra de Maurice Rawlings. 3 Greyson & Bush (1992), p. 209; y Bush (2009), pp. 71-72. 4 Rommer (2000), p. 34. 5 Gallup & Proctor (1982), p. 83. 6 Gallup & Proctor (1982), pp. 86-87. 2

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Gracia Fay Ellwood diferencia entre dos tipos de seres personales que se suelen dar en las ECMs desagradables:1 a) Seres necesitados. Infelices, enfermizos atados o esclavizados a algo, incapaces de liberarse a sí mismos. Pueden estar caracterizados por diversos rasgos: a.1. Pérdida de identidad. Seres confusos, que han perdido su identidad. a.2. Adictos. Seres que poseen alguna adicción a algo o alguien del mundo físico.2 a.3. Lugares encantados. Espíritus que encantan, en el sentido tradicional, algún lugar. b) Seres amenazantes. Pueden adoptar las formas de bestias, monstruos o humanoides grotescos.

7.3. ECMS DESGRADABLES SIMILARES A LAS AGRADABLESNEUTRALES Algunas ECMs desagradables tienen la misma temática que la frecuente de las agradables-neutrales, diferenciándose tan solo en las reacciones emocionales, de agrado o de desagrado, padecidas por el experimentador. Esta idea ha sido defendida por varios investigadores: Ring, Sabom, Grey, Greyson y Bush, Rommer, Ellwood,3 Atwater4, los Fenwick.5 Según Rommer, el rasgo principal de este tipo de ECMs desagradables es el de la pérdida de control y las emociones resultantes, especialmente miedo, ante esta situación.6 Este tipo de ECMs puede ser tan angustioso que hay personas que harán lo que sea para evitar vivirlas de nuevo, incluso poner su salud en riesgo. Rommer habla de un caso con estas características. Un hombre que padeció una muerte clínica se negó a que le practicasen, al día siguiente de su muerte clínica, la intervención para recibir un bypass de arteria coronaria, a causa de la ECM tan desagradable que había tenido; por lo que llamaron a la doctora Rommer para que hablara con él. El testimonio fue el siguiente: “Estaba tendido aquí y sentí comenzar este dolor. Entonces la primera cosa que sé, no tenía dolor y me desmayé. Vi esta gran cueva y estaba llena de nubes blancas. Me sentí a mi mismo empezando a caer a través de la cueva. Intentaba alcanzar los lados, intentando agarrarme a algo, y no podía. Grité para que alguien me ayudara. Dije: “¡estoy cayendo y no hay nadie que me ayude!” Así que caí, más bien floté hacia abajo, hacia ahí y la próxima cosa que sé es que había dos bonitas enfermeras, una a cada lado de mí diciendo: “¡Va a lograrlo. Le hemos traído de vuelta!”7

Muchos investigadores han recogido testimonios en los que se daban emociones desagradables dentro de una experiencia total considerable como agradable, salvo en

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Ellwood (2001), pp. 56-70. Como en el testimonio de Ritchie, en el que aparecía el espíritu de una adicta al tabaco intentando quitarles los cigarrillos a los vivos, los espíritus de alcohólicos atados a los bares y pubs. 3 Ellwood (2001), pp. 71-73. 4 Atwater (2009), pp. 40-41. 5 Fenwick & Fenwick (1995), p. 274. No indican que hayan obtenido esta idea del estudio de Greyson y Bush. 6 Rommer (2000), pp. 35 y 40. 7 Rommer (2000), p. 39. 2

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esas pequeñas partes; por ejemplo, Ring, Sabom, los Fenwick.1 Lo más habitual es que estas emociones sean de miedo, soledad, o tristeza. Según Sabom, a veces se dan sentimientos de tristeza durante la ECM cuando se piensa en las personas que se dejan atrás, normalmente familiares. Una mujer que desde el techo veía a su madre sentía lo siguiente: “La cosa más grande que recuerdo fue que me sentía muy triste porque no podía hacerla saber que estaba bien. De alguna manera sabía que estaba bien, pero no sabía cómo contárselo a ella. Solo observaba… [Pero] esto era muy tranquilo, sentimiento de paz… De hecho, fue un buen sentimiento. (I-28-1)”2

Veamos un testimonio en el que se expresa soledad y miedo: “Todo era oscuridad alrededor mío… todo lo que ves a tu alrededor es oscuridad. Si te mueves muy rápido, puedes sentir los bordes sobre tí… Me sentí solo y un poco asustado. (I-29)”3 Como ejemplo de EEC desagradable podemos leer el testimonio de una ECM tenida por una mujer a los treinta y cinco años, a causa de una reacción anafiláctica producida por las picaduras de moscas negras: “Fui llevada a emergencias a causa de la reacción alérgica severa a las picaduras de la mosca negra. Mis dos ojos estaban completamente hinchados, y tenía dificultades para respirar. Fui colocada sobre una mesa e inmediatamente se me dio una inyección de benadryl y un IV de adrenalina. Después de unos pocos minutos, mi cuerpo empezó a temblar violentamente. Entonces vi una clara imagen de mi misma tumbada en la mesa. Vi al doctor y a la enfermera, a quienes nunca había visto antes, y a mi marido estar alado de mi cuerpo. Me asusté y recuerdo sentir con fuerza que no me gustaba lo que estaba viendo y lo que estaba ocurriendo. Grité, “¡no me gusta esto!” pero no era oída por los de la habitación. Entonces empecé a respirar más fácilmente, y tras un momento un ojo se abrió un poco. Cuando miré alrededor, vi que la habitación y la gente eran exactamente a como yo los había visto durante mi sensación de estar flotando.”4

Puede verse un ejemplo en el que aparecen temas frecuentes como el túnel y el encuentro con seres personales, pero con un carácter desagradable:5 “Tuve una gastroplastía6 en 1980, durante el proceso, me tuvieron que extirpar el bazo. Me desangré sobre la mesa de operaciones, y el doctor me dijo que por tres veces creyó que me iba a perder. El primer día tras la cirugía necesitaba transfusiones. Durante una de las transfusiones me empecé a sentir realmente extraña. Sentí como si hubiera cerrado mis ojos y no pudiera abrirlos de nuevo. Llamé a una enfermera. Por supuesto, ella dijo que todo estaba en mi cabeza, y dejó la habitación. Recuerdo que justo cuando ella había salido de la habitación empecé a ser arrastrada a través de un túnel. Fue una experiencia terrible porque todo lo que podía ver era gente de mi pasado, gente que ya estaba muerta, que me había hecho o dicho algo que me había 1

Fenwick & Fenwick (1995), p. 275. Sabom (1982), p. 19. 3 Sabom (1982), p. 20. 4 Greyson & Bush (1992), pp. 214-215. 5 Atwater (2009), pp. 32-34. 6 Grapado de estómago. 2

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dañado de una manera u otra. Estaban riéndose y gritando, creía que no podría soportarlo. Rogué y rogué que se me permitiera volver. Pude ver una luz al final del túnel, pero nunca estuve realmente cerca de ella. Repentinamente estaba de vuelta en mi cama, dando gracias por no haber muerto.”

De acuerdo a Rommer, las revisiones vitales desagradables suelen tener un carácter de juicio; el experimentador se siente juzgado. De su estudio de trescientas ECMs, ésta investigadora encontró que solamente en las ECMs desagradables se daba el caso de que el experimentador se sintiera juzgado por otro ser, a diferencia de lo que ocurriría en las ECMs agradables, en las que el experimentador puede juzgarse a sí mismo pero no por otro ser.1

7.4. ECMS NIHILISTAS Según Greyson y Bush, este tipo de ECMs tienen pocos elementos en común con las ECMs agradables típicas.2 Se caracterizan por su sensación de irrealidad, nihilidad, no-existencia, vacío; todo es una broma, una ilusión; u sinsentido. Puede aparece algo que sugiera ateísmo o la no existencia de Dios. Puede tratarse de una sensación o pensamiento del experimentador; siente que nada tiene sentido, un vacío que lo angustia, etc.; o puede ser una información que se le comunica al experimentador por algo o por alguien, como algún ser burlesco que intenta trasmitirle una actitud nihilista. Este tipo de ECMs está muy en consonancia con ciertas escatologías tradicionales que hablan de lugares vacíos de vida, de limbos; como la escatología homérica en la Nekeia de la Odisea, o la escatología judía prepérsica y prehelénica. En sus Reflections on life after life, Moody recogía el tema de un “reino de espíritus desconcertados”.3 En el estudio de Rommer, ninguna de las ECMs de éste tipo derivó en una ECM agradable típica, pero algunas sí derivaron en ECMs infernales.4 Veamos el testimonio de un hombre que tenía treinta y seis años y llevaba una vida disipada cuando padeció la ECM siguiente: “Creo que alguien me pasó algún PCP [droga] y no sé que más estaba añadido a my bebida. Morí. Dejé mi cuerpo y entré en una oscuridad extrema y ésta era eterna. Esto era un vacío, increíblemente doloroso. Se sentía como si fuera para siempre. Sabía cuál era el significado del infierno, porque esto era el infierno. ¡Estaba en el infierno! Esto era la ausencia de todo: la ausencia de amor y de emociones, tan solo el vacío absoluto. Nunca olvidaré el dolor. Éste no era del todo físico. Esto es lo que era tan terrorífico. Era emocional, psicológico, y dolor espiritual. Mi espíritu había descendido a ese lugar. Estaba convencido de que nunca volvería. Vi mi vida en algún lugar a lo largo del trayecto. Fue muy breve. Sentí que todo era un juicio. Vi esto como un aviso. Rogué a Dios y fue por el poder de Dios y la misericordia de Dios el que se me permitiese volver. ¡Fue tan intenso! Creo que Dios controla todo lo que ocurre. Creo que esto fue un aviso de Dios diciendo: “Tú vas a acabar aquí”, es decir, si no me ocupo de mí mismo. No importa como de malo sea aquí, no se puede comparar con allí. La muerte es mucho peor que la vida si no ayudas a Dios. Creo que lo que ocurrió fue una bendición disfrazada. He 1

Rommer (2000), p. 89. Greyson & Bush (1992), p. 218. 3 Moody (1977), pp. 41 y ss. 4 Rommer (2000), p. 41. 2

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parado de drogarme, he vuelto a Florida, y ahora estoy en una escuela bíblica. Solía tener una actitud despreocupada sobre la muerte, pero ahora la temo más. La vida en la tierra es muy breve, pero la eternidad es para siempre. Así que, sí, esto fue un aviso. Me fue concedida otra oportunidad para cambiar mi conducta en la tierra. He cogido el miedo a la muerte y lo he traspasado a las escrituras. Pero todo el mundo debería saber que no es el fin con la muerte.”1

El siguiente caso se refiere a una ECM tenida por una mujer a los cincuenta y cinco años durante un ataque epiléptico. En este testimonio se expresa con toda rotundidad un vacío de sentido personal y existencial, especialmente referido a Dios: “Estaba en un lugar de vacío, total vacío. No había sentimiento. No había propósito para nada. My vida no tenía sentido. El cuidado de mi casa, mi decoración, y demás, nada tenía propósito. Esperaba que el Señor estuviera allí, pero Él no estaba. No había Dios. La experiencia realmente me asustó porque empecé a creer que quizás no había nada tras la muerte después de todo. Quizás tan solo lo había conjurado, y quizás mi creencia en el Señor y en este fuego que yo sentía, y las cosas que pensaba que el Señor había extraído de mí en el pasado, era tan solo algo en mi mente. Quizás todos los milagros no eran milagros. Quizás realmente no hay nada ahí. Acudí a Dios y Él no estaba ahí. Esto es lo que me asustó.”2

7.5. ECMS INFERNALES Igual que en el caso de las ECMs nihilistas, para Greyson y Bush, las ECMs infernales tienen pocos elementos en común con las ECMs agradables típicas.3 Un ejemplo de ECM infernal, mundana o de tipo EEC, lo tenemos en el siguiente testimonio de un leñador que se intentó suicidar a los cuarenta y ocho años tras haber perdido sus ahorros por conducir borracho: “Desde el tejado del cobertizo en mi patio trasero salté al suelo. Afortunadamente para mí olvidé la silla rota que estaba cerca del cobertizo. Mis pies golpearon la silla y se paró mi caída, o mi cuello se habría roto. Colgaba de la cuerda y me estrangulaba. Estaba fuera de mi cuerpo físico. Vi a mi cuerpo colgando de la cuerda; se veía horrible. Estaba aterrorizado, podía ver y oír, pero era diferente –difícil de explicar. Los demonios estaban alrededor mío; podía oírlos pero no verlos. Castañeteaban como mirlos. Era como si supieran que me tenían, y que tenían toda la eternidad para arrastrarme al infierno, para atormentarme. Habría sido el peor tipo de infierno, atrapado sin esperanza entre dos mundos, vagando perdido y confundido por una eternidad. Tenía que volver a mi cuerpo. Oh Dios mío, necesitaba ayuda. Corrí a la casa, atravesé la puerta sin abrirla, grité a mi esposa pero ella no podía oírme, así que entré justo en su cuerpo. Podía ver y oír con sus ojos y oídos. Entonces hice contacto, la escuché decir, “¡oh, Dios mío!” Ella agarró un cuchillo de la cocina y corrió a fuera a donde yo estaba colgando y se puso de pie sobre la vieja silla y me descolgó. No podía encontrar el pulso; ella era enfermera. Cuando el equipo de emergencias me atendió mi corazón se había parado: mi respiración también me había abandonado.”4

1

Rommer (2000), pp. 42-43. Rommer (2000), p. 53. 3 Greyson & Bush (1992), p. 223. 4 Greyson & Bush (1992), p. 223. Este, cuanto menos, sorprendente testimonio tiene el interés de poder ser corroborado por la mujer del narrador, que en alguna manera, paranormal, habría participado de la ECM de su marido; ¿cómo supo que su marido estaba colgando?, ¿sintió esa supuesta posesión del marido? Pero los autores del artículo no dicen nada sobre esta posible corroboración. 2

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Un ejemplo con mucha imaginería infernal tradicional lo encontramos en el siguiente testimonio de una ECM tenida por una mujer, a los veinte seis años, durante un intento de suicidio por sobredosis: “El doctor se inclinó muy cerca sobre mí y me dijo que me estaba muriendo. Los músculos de mi cuerpo comenzaron a sacudirse hacia arriba, fuera de control. No podía hablar por más tiempo, pero sabía lo que estaba ocurriendo. Aunque mi cuerpo se paraba, a mi alrededor la cosas se estaban acelerando. Entonces sentí mi cuerpo deslizarse hacia abajo, no en línea recta, sino en ángulo, como si resbalase. Estaba frío, oscuro, y húmedo. Cuando llegué abajo, me pareció ver la entrada de una cueva, con lo que parecían como redes colgando. El interior de la cuera era de color gris y marrón. Oí lloros, lamentos, gemidos, y el rechinar de dientes. Vi esos seres, que parecían humanos, con la forma de una cabeza y un cuerpo. Pero eran feos y grotescos. Recuerdo colores como el rojo, verde, y morado, pero no puedo recordar positivamente si estos eran los colores de los seres. Estaban asustados y sonaban como si estuvieran atormentados, en agonía. Ninguno me habló. Nunca fui al interior de la cueva, permanecí en la entrada. Recuerdo diciéndome, “no quiero continuar aquí.” Intenté levantarme a mí mismo como si intentase empujarme a mí mismo (mi espíritu) hacia arriba fuera de ese hoyo. Esta es la última cosa que recuerdo.”1

Otro ejemplo de testimonio con descripciones infernales tradicionales:2 “Esto realmente era como las imágenes que siempre había tenido del Infierno. Estaba siendo asado. Estaba envuelto en papel de aluminio, punzado y tostado. Ocasionalmente era pinchado por gente (demonios) con sus jeringuillas con grandes agujas en mi carne e inyectando en mi carne grasa candente. También era girado de un lado a otro con los largos tenedores que los “demonios” usaban para asegurarse de que estaba bien hecho y realmente asado. Quería gritar pero no salía ningún sonido, sentía como si mi cerebro o conciencia estuvieran profundamente enterrados dentro de mí y estuvieran demasiado incrustados para o escucharlos o incluso para hacerlos trabajar. Fui superado por el sentimiento de total condenación e impotencia.”

En el siguiente ejemplo, el narrador incluso llega a indicar el parecido que con las pinturas del Bosco tenían los demonios aparecidos durante la ECM:3 “Subí a las montañas para morir. Tomé 20 0 30 Quaaludes y varias latas de cerveza. Fue un intento de suicidio. Estaba completamente solo y me desmayé. Estaba en un lugar como el infierno. Era como un valle y la tierra había sido quemada. Había demonios como los de una pintura del Bosco. Había vapor surgiendo del suelo como humo. El cielo estaba cubierto de nubes grisáceas. Me sentía detestable –deprimido y miserable. Inaguantable. No tenía mi cuerpo. Esto fue peor que cualquier cosa que hubiera experimentado antes. Los demonios me hicieron pasar un mal rato, divirtiéndose con migo y golpeándome. Me caí muchas veces. Había un rayo de luz en el fondo y Dios me habló, no con voz sino como una voz diciendo, “podía haber tenido todo lo que hubieras querido –lo has desaprovechado.” Durante ese momento, el cielo se iluminó como atravesado por un rayo de calor cuando Dios habló. Pensé para mi mismo que podía haber sido cualquier cosa que hubiera querido ser. Y tan solo lo había destruido. Recuerdo empezar. Me arrojé sobre mis rodillas y recé, “Perdóname. Quiero vivir. Dios, por favor ayúdame.” De repente, rogué fuertemente y vomité los Quaaludes. Creo que mi espíritu dejó mi cuerpo. Estuve fuera de mi cuerpo y fui a una sala de espera. Esto fue real, no una pesadilla. Tengo una profunda creencia en Dios y que me ama y mira por mí.”

1

Greyson & Bush (1992), p. 225. Fenwick & Fenwick (1996), pp. 272-273. 3 Sabom (1998), p. 170. 2

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En los testimonios de ECMs infernales pueden aparecer todo tipo de seres animados; teniendo en común entre sí el hecho de ser terroríficos, de dar pavor ya sea por su aspecto, por sus actos o por lo que implican. En testimonios recogidos por Rommer podemos encontrar una gran variedad de seres animados: en un testimonio aparecía un gran gorila que el narrador identificaba con Satán;1 en otro testimonio aparecía un hombre tatuado, un gran perro y goblins;2 en otro un alto encapuchado con una túnica negra.3 En algunos testimonios aparecen grupos de gente alicaídos, apesadumbrados, desanimados o sin vida. También puede aparecer gente sufriendo de alguna manera, gritando.

7.6. ECMS DESAGRADABLES DE OTRO TIPO

Aquí se puede ver un testimonio interesante en la que parece darse una inversión entre los temas de la oscuridad y la luz:4 “Mi experiencia ocurrió durante el nacimiento de mi primer hijo. Durante muchos años culpé de esto a la anestesia. Tuve tres niños más sin dolor porque creía que si no había ningún dolor, no tendría porque recibir la anestesia que causase experiencias como ésta. Una prueba viva de la mente sobre la materia, ¿correcto?. Lo que ocurrió fue lo siguiente: Todo era amarillo brillante. Había un delgado punto negro en el centro de todo el amarillo. De alguna manera sabía que el punto era yo. El punto empezó a dividirse. Primero fueron dos, después cuatro, después ocho. Después de que hubiera habido suficientes divisiones, los puntos formaron una rueda y empezaron a girar. Como la rueda giraba, los puntos empezaron a juntarse de la misma manera que como cuando se habían dividido. Sabía que cuando fuera uno otra vez, estará muerta, así que empecé a luchar. Lo próximo que recuerdo es al doctor tratando de despertarme y sujetándome sobre la mesa de parto, porque me estaba levantando. […]”

1

Rommer (2000), p. 57. Rommer (2000), p. 59. 3 Rommer (2000), p. 62. 4 Atwater (2009), pp. 27-28. En este testimonio tal vez se podría ver cierto carácter nihilista en la posibilidad de la muerte considerada, quizás, como una extinción del individuo. 2

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CAPÍTULO 8: ECMS AGRADABLES Y DESAGRADABLES Hay testimonios de ECMs que tienen partes agradables y partes desagradables. Puede ocurrir que la experiencia comienze de una manera y termine de otra; hay testimonios que pueden empezar desagradablemente y terminar agradablemente,1 o, al revés, empezar agradablemente y terminar desagradablemente. También a veces se dan testimonios en los que la experiencia en su totalidad es mayoritariamente agradable, aunque puede contener elementos desagradables insertos en ella. Y también se pueden ver testimonios en los que hay múltiples partes agradables y desagradables a lo largo de toda la ECM.2 En este capítulo se expondrán algunos ejemplos de este tipo de ECMs combinadas. Harvey Irwin y Barbara Bramwell recogieron el testimonio de una mujer que tuvo una ECM que comenzó siendo agradable y se acabó tornando desagradable.3 Esta mujer tuvo un accidente de coche, y a continuación experimentó una EEC a partir de la cual podía ver lo que pasaba en el lugar del accidente; después llegó a un túnel, y tras ascender flotando por él, con un movimiento de espiral, llegó a un paraje bucólico lleno de luz, con un cielo muy azul, con árboles mu verdes; a la distancia vio una iglesia, llegó aquí y entró, estaba asustada, había bancos a los lados con gente encapuchada que vestían túnicas negras, se dirigió al altar y cuando llegó ahí apareció el demonio, éste le dijo que cogiera una de las copas de plata que había en el altar, el demonio cogió una jarra y empezó a verter fuego de ésta, gritó, arrojó la jarra y echó a correr, vio una valla, las puertas abiertas, y las atravesó, siguió corriendo y acabó despertándose en el hospital. Un ejemplo de ECM que comenzó desagradablemente y acabó agradablemente lo podemos ver en el caso de este enfermo de sida que testimonió una ECM a raíz de una grave crisis de salud:4 “Estaba en la cama del hospital, en fallo de riñón e hígado, y de repente había ese sonido estridente como si el tejado se estuviera moviendo. Entonces, de repente, estuve rodeado por humo, entocen las llamas comenzaron y estaba sumergido en las llamas. Podía oírme a mi mismo gritando y gritando. Entonces, sobre mí, vi ratas corriendo alrededor y suciedad volando por todas partes. ¡Fue lo más aterrador! ¡Tan real! Entonces, rápidamente, esto se fue y fui inmediatamente transportado a ese lugar tan apacible, relamente brillante y ahí había un ángel. Ella llevaba ropas tradicionales de ángel, un vestido blanco, y alas. Ella era bastante joven, en la treintena, con pelo marrón, medio largo. Sentí amor de ella. Sentí paz. Dijo: “queremos que vuelvas.” Le pregunté porque tenía que volver. Dije: “dime cual es mi propósito. ¿Cual es la razón de mi vida?” Ella que que era un profesor. Le dije que ya no lo era y ella dijo: “incluso aunque tú no seas más un profesor formal en la universidad, tú enseñaste, enseñas y vas a enseñar a mucha gente. Este es tu propósito. Vuelve y enseña y ama a la gente y tan solo se tú mismo.”[…]”

1

Por ejemplo Alexander (2012). Parece, según Greyson & Bush (1992), p. 216, que hay casos en los que la ECM desagradable se convierte en agradable cuando el experimentador acepta la experiencia y deja de resistirse a ella; idea ésta a la que se opone Atwater (2009), pp. 29-30. 2 Como en el testimonio de George Ritchie. 3 Irwin & Bramwell (1988). 4 Rommer (2000), pp. 75-76.

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CAPÍTULO 9: ECMS EXTRAÑAS Hay testimonios de ECMs que presentan contenidos extraños en comparación con los testimonios que poseen contenidos más estereotípicos. En función a esto, a estas ECMs se las puede calificar como raras o extrañas. El que realmente haya ECMs raras o poco usuales es una cuestión que deberá aclarar la estad´sitica rigurosa basada en una fenomenología igualmente rigurosa. Ring, en el Estudio de Conética, obtuvo un testimonio en el que el experimentador dijo haber poseído un doble cuerpo.1 Rommer recoge un testimonio en el que una experimentadora dice haber sido un pájaro durante la ECM.2 En el Estudio de Southampton, se recogió el testimonio de un paciente que decía haber visto personas desconocidas saltando por una montaña; pero los autores del artículo no dan mucha más información sobre este caso.3

ENCUENTROS CON SERES PERSONALES EXTRAÑOS

En algunos testimonios aparecen presencias cuyo aspecto no se corresponde en demasía con el que se puede encontrar en los testimonios típicos. En el siguiente ejemplo una mujer tiene un encuentro con unas presencias de aspecto arábigo: “Cuando recobré la consciencia, no sabía lo cerca de la muerte que había estado, me sorprendí de ver a mi marido y tranquilamente le conté un sueño vívido. Estaba flotando en una total oscuridad cuando muy por delante de mí vi una entrada de hierro forjado –un alto portal con forma de ventana de iglesia –que estaba abierta. Tras el portal vi un grupo de tres figuras, aparentemente masculinas, totalmente vestidas con trajes ondeantes de estilo arábigo y con capuchas que parecían estar hechas de algún tipo de cota de malla. Las figuras estaban sobre una plataforma, al igual que los soportes de tipo olímpico, en el medio más elevado que en las dos caras. Las figuras y el portal parecían estar iluminados desde adentro –no del todo fluorescentes –pero a su alrededor estaba totalmente oscuro. Suavemente floté a través del portal, entonces la figura del medio me miró y lentamente sacudió su cabeza, dándome la impresión de que todavía no se me había dado permiso, aunque ninguna palabra fue hablada. Cuando me desperté me sentí con mucha paz. Desde entonces le he dicho a mi gente que no tengo miedo de la muerte. […]”4

En este otro testimonio un hombre se encuentra con, también, tres figuras pero esta vez de aspecto chino:

1

Ring (1980), p. 46. Rommer (2000), p. 116. 3 Parnia, et al. (2001), p. 153; Parnia (2008), p. 99. 4 Fenwick & Fenwick (1995), p. 118. 2

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“Me sentí flotando y entonces estaba en un túnel de luz.1 Al final me pareció estar en frente de tres viejos hombres chinos que tenían largas barbas blancas, y que iban vestidos con túnicas blancas. Ellos me miraban con agrado pero algo perplejos. Uno me dijo, “no deberías estar aquí, este no es el Año del Séptimo Caballo.” Recuerdo despertarme y sentirme tan bien que pedí un té. […]”2

Un testimonio realmente sorprendente es el de una mujer que dijo encontrarse con Elvis Presley durante su ECM. Este testimonio fue recogido por Moody en 1980, 3 y pertenecía a una mujer de cuarenta y cinco años, profesora, casada con un banquero, madre de dos hijos, y persona estable y responsable (según Moody). En 1979, durante una operación, esta mujer sufrió una parada cardiaca, “el doctor dijo que me había dado por muerta, pero otro doctor intentó estimular mi corazón y así salí de aquello.” Experimentó una EEC durante la cual pudo observar lo que ocurría en el quirófano; después entró en un tubo oscuro, salió de éste a una luz blanca y un lugar bucólico, un prado con plantas de colores y gente feliz; se encuentra con su padre y sus abuelos fallecidos, su padre le dice que no puede permanecer ahí; “justo cuando estaba lista para volver, y sentía como retrocedía, pude ver a Elvis Presley. Él también estaba en aquel lugar de intensa luz blanca brillante. Él vino hacia mí y puso su mano suavemente sobre la mía y dijo, “hola, Beverly, ¿me recuerdas?”. Muchos años atrás, cuando él estuvo dando un concierto cerca de donde yo vivía en aquel momento, me encontré con él brevemente y tuvimos una corta conversación. Hicimos buenas migas y creo que realmente le gusté porque le hablé como a una persona, como si fuera cualquiera. Le había gustado inmediatamente, y creo que realmente apreció que le tratase tan solo como a otro ser humano cualquiera. De cualquier manera, mientras ellos creían que yo había muerto, vi a Elvis en la luz. Cuando me saludó, dije, “sí, Elvis, te recuerdo, por supuesto. Y mucha gente por todo el mundo te recuerda y te ama, también.” Espero que entiendas que aunque estoy diciendo todo esto en palabras, de hecho, en el lugar de luz donde estaba, no hay palabras como las que tenemos aquí. Todo lo que está en tu corazón que quieras que otros comprendan es comprendido inmediatamente. Así tras este corto intercambio entre Elvis y yo, Elvis retrocedió hacia la luz y repentinamente mi padre estaba ahí conmigo otra vez y amablemente me dijo que tenía que volver para terminar mi vida y que volvería a ese hermoso lugar cuando muriera. Así que me sentí siendo arrastrada de vuelta rápidamente y la luz se alejó y entonces sentí un pum y supe que estaba de vuelta en mi cuerpo y que viviría. Esta experiencia cambió mi vida completamente. Desde aquel día en adelante, no he tenido miedo de la muerte, porque sé donde voy a ir cuando muera. Siempre me sentiré bendecida por haber tenido esa oportunidad de estar con mis abuelos y mi padre de nuevo, y con mi viejo amigo, Elvis Presley.” Tres años después, Moody le pidió a esta mujer que describiese como era el Elvis que había visto: “bien, sabes, se parecía mucho a como era en esta vida, la manera en la se le ve aquí. Aunque había algunas diferencias. Parecía lleno de luz, casi trasparente para nuestra manera de pensar. Así eran los otros que vi. Y a Elvis se le veía más joven que cuando murió. Muy vibrante. No sé que más decir. Todo esto es tan indescriptible. Si no has tenido una experiencia como ésta, suena muy extraño, lo sé, pero si la has tenido, es la cosa más natural del mundo. Tan solo espera y verás.”4 1

Véase que aquí se habla de un túnel de luz en vez de uno oscuro. Fenwick & Fenwick (1995), p. 120. 3 Moody (1987), pp. 64-70. 4 En principio, ver a Elvis durante una ECM puede sonar raro, pero valorando esto con cierto detenimiento no tiene porque serlo tanto; es posible, como conjetura, que los experimentadores tiendan a ver figuras muy significativas para ellos, normalmente familiares o seres religiosos, si para alguien la 2

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CAPÍTULO 10: CONEXIÓN Y SECUENCIACIÓN Hay una cuestión compleja de tipo temporal sobre la sincronicidad y la diacronicidad de las ECMs. Hay testimonios en los que se habla de ciertas alteraciones del tiempo, en el que los fenómenos se darían sincrónicamente, simultáneamente, más que diacrónicamente; especialmente en lo referente a algunos testimonios de revisión vital. No se pretende resolver aquí esta compleja cuestión sobre el tiempo en las ECMs; por lo que se pondrá entre paréntesis la cuestión de la sincronicidad, y se presupondrá que las diferentes partes de una ECM tienen una posición diacrónica, es decir, seguidas unas de otras, que hay algún tipo de secuenciación. A partir de esto, surgen dos interrogantes de gran importancia, referidos al patrón de secuenciación y a la conexión entre las diferentes secuencias. ¿Hay un patrón general de la posición diacrónica que debe tomar cada elemento de la experiencia? Y, ¿esas partes diferenciadas, o secuencias, están conectadas entre sí, o, al contrario, son independientes las unas de las otras? Las partes de una ECM pueden estar conectadas o desconectadas unas de otras, pero si están conectadas pueden estarlo de acuerdo a un patrón, un género de conectividad, o, al contrario, en cada ECM puede darse un orden de conexión diferente. Por lo que, en definitiva, las partes o secuencias de una diacronía o secuenciación pueden estar ordenadas/desordenadas (de acuerdo a un patrón general) y conectadas/desconectadas entre sí. El problema que hay añadido a los problemas que en sí mismos ya suponen estas cuestiones, es el referido a la publicación de los testimonios, la cual puede ser una publicación total o parcial. La exposición de un testimonio y su tratamiento puede hacerse desde dos enfoques: holista y particularista; se puede ver un testimonio en su totalidad y de manera continuada, sin partirlo en diferentes partes, o, al contrario, estudiar cada parte por separado. Por las razones que sean,1 en las publicaciones es raro ver testimonios completos; los autores suelen publicarlos fragmentados. La exposición de un testimonio de manera continuada y no fragmentariamente es algo fundamental para entender adecuadamente las ECMs; es una grave deficiencia que muchos investigadores presenten los testimonios por partes y no en su totalidad. Lo que no quiere decir que no se deba hacer también un estudio particularista de los testimonios. Y es que ambos enfoques son necesarios en una buena investigación. El particularismo tiene sus peligros, el más claro es el del criterio a partir del cual se hacen las particiones; este criterio suele venir impuesto por el investigador, lo que puede implicar que se dé una manipulación inconsciente e involuntaria, pero dañina, del material de estudio. Uno de los peligros del holismo reside en el creer que toda ECM es una unidad,2 cuando no tiene porque ser así, o por lo menos, hoy en día todavía no hay suficientes elementos de juicio como para mantener dicha concepción unitarista de las ECMs.

figura de Elvis tiene algún significado especial, no hay que descartar a priori que una persona pueda encontrarse un ser con ese aspecto durante su ECM. Otra cuestión diferente es la de si lo que se encuentra el experimentador es el propio espíritu de Elvis u otra cosa con su misma apariencia. 1 Tal vez editoriales (falta de espacio), tal vez se desee destacar algo específico, o tal vez haya una intención más maliciosa, a saber, mostrar lo que a uno le interesa mostrar y ocultar lo que no le interesa que se vea. 2 Como ha indicado Becker (1993), p. 78.

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10.1. PATRONES DE SECUENCIACIÓN Russell Noyes ya planteó una secuenciación de las partes de una ECM antes de que apareciese la obra de Moody.1 Para este psiquiatra, la ECM tenía tres partes secuenciales: resistencia, revisión vital y trascendencia. Pero advertía que no todos los testimonios tenían porque contener las tres partes, ni tampoco debían de llevar siempre el mismo orden secuencial. La etapa de resistencia se componía de elementos tales como reconocimiento del peligro, miedo, lucha, y finalmente aceptación de la muerte seguida de una sensación de paz y calma. La etapa de la revisión vital o de la “memoria panorámica” puede incluir una EEC además de la susodicha revisión. La etapa trascendente se caracteriza por la entrada del experimentador en una región o dimensión que encuentra extraña; aspectos de esta etapa son la inefabilidad, la alteridad temporal, el sentido de la verdad, y pérdida de control. Se ha hecho esta breve referencia a la obra de Noyes más con respecto a un interés histórico que con un interés cognoscitivo; y es que aunque en su momento esta investigación pudo aportar ideas interesantes a la cuestión de las ECMs, hoy en día ya se presentan un tanto desfasadas. Un problema que se observa se encuentra en la fase de resistencia, la cual parece darse en gran parte en estado de vigilia, algo que ha sido excluido mayoritariamente de la definición de ECM. Otro problema es que las fases planteadas por Noyes no están en mucha sintonía con lo que toda la investigación posterior ha hallado.

Dentro de la investigación que siguió a Moody, Ring fue el primero que se interesó con cierto rigor por la cuestión de la secuenciación y que desarrolló un patrón al respecto. Ring diferencia cinco estadios en una ECM:2 1) Componente afectivo. Paz y sensación de bienestar. 2) Separación del cuerpo. 3) Entrada en la oscuridad. 4) Ver la luz. 5) Entrar en la luz. “Entrada en un mundo en el cual la luz parece tener su origen”.3 Además de estos estadios, Ring indica que hay un punto en las ECMs en el que se plantea la cuestión del retorno. En este punto podrían estar incluidos temas tales como la revisión vital, el encuentro con una presencia, el encuentro con fallecidos queridos, y la decisión sobre el retorno.4 El orden en el que están colocados los estadios también indica la frecuencia decreciente con la que se dan estos en las ECMs. Según el Estudio de Conética, el estadio 1 tiene una incidencia del 60%, el 2 del 37%, el 3 del 23%, el 4 del 16%, y el 5 del 10%.5 Según Ring, cuando estos estadios se dan ordenadamente dentro de una ECM, puede decirse que hay un patrón coherente y con sentido.

1

Noyes (1972). Ring (1980), pp. 39 y ss. 3 Ring (1980), p. 60. 4 Ring (1980), pp. 67-68. 5 Ring (1980), p. 40. Similares porcentajes se encuentran en la obra de la discípula de Ring, Grey (1985), pp. 30-32. También se encuentra cierto apoyo a esta concepción de Ring en Sutherland (1992)b, p. 4. 2

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Con su concepción de los estadios de la ECM, Ring dio un enfoque más dinámico o procesual a esta cuestión. El interrogante que surge aquí es si esto es realmente así o no. ¿Hay ECMs que no respeten el orden procesual establecido por Ring?, ¿siguen los diferentes temas una secuenciación estricta dentro de la ECM? El mismo Ring habló de su experiencia nuclear modélica como una “composición”, un modelo al cual no se adecuaba exactamente casi ningún testimonio.

10.2. PATRÓN HIPOTÉTICO Estudiando los testimonios sobre ECMs sí que se pueden establecer ciertas regularidades de secuenciación y conexión entre las partes de una ECM. Estas regularidades pueden obtenerse inductivamente, buscando semejanzas entre los testimonios específicos, o de una manera más racional, estableciendo cual pueda ser el orden más coherente de las diferentes partes de una ECM. Hay que advertir que el patrón de secuenciación y conexión que se va a proponer aquí es meramente hipotético, aunque posiblemente bastante aceptable.

EEC Muchos testimonios comienzan con una EEC, o si la EEC es un elemento de la ECM, lo más frecuente es que ésta sea el primer elemento o de los primeros. Esto tiene claras implicaciones escatológicas; lo normal, si se va a ir a otro mundo, es que se comience abandonando el cuerpo físico. Pero es cierto que se pueden encontrar testimonios en los que la EEC se da al final de la experiencia. Un ejemplo a este respecto se puede observar a continuación:1 “Puedo recordar el estar flotando en un túnel muy oscuro con unba luz brillante al final. Cuando me acerqué a la luz grité, creo, “porfavor dejame morir rápidamente”. Me sentí tan enferma y tenía mucho demasiado dolor. Una voz profunda que parecía el eco del túnel dijo, “¿Quién eres tú para decidir cuando morir?” y me giré y floté alejándome de la luz. Entonces tuve ese sentimiento de estar mirando hacia abajo desde el techo, sabiendo que la gente estaba trabajando sobre mi cuerpo. Parecía que estaban levantando un párpado. Entonces una voz de hombre dijo, “que lo haga ahora”, o algo similar, y me di cuenta de que estaba viva, tan rápidamente arrojada, es la única manera en la que puedo describirlo, dentro de mi cuerpo en la cama.”

De la misma manera que es razonable que la EEC se de al principio de la ECM, también lo es que se de al final de la experiencia, en el sentido de que se espera que haya un retorno al cuerpo físico en forma de EEC. Pero en la mayoría de los testimonios el retorno, o es instantáneo, o el experimentador no recuerda como ha sido. Aun así, hay testimonios en los que la EEC aparece en medio de la ECM. Como en un testimonio recogido por Barbara Rommer en el que puede observarse como una EEC se da al principio de la ECM, le sigue una experiencia ultramundana, y a continuación se produce otra EEC, para volver, después, a la experiencia ultramundana.2 1 2

Fenwick & Fenwick (1995), pp. 38-39. Rommer (2000), pp. 1-3.

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La oscuridad y el túnel como ámbitos de tránsito En muchos testimonios la oscuridad o el túnel son partes que siguen a la EEC. Y suelen aparecer como ámbitos de tránsito o de paso, ámbitos por los cuales los experimentadores pasan para ir a otro lugar, normalmente la luz o un ámbito paradisiaco. La idea de un ámbito de tránsito está muy bien reflejada en el elemento del túnel; esta entidad es un espacio que sirve para cruzar de un lugar a otro, igual que los puentes y las escaleras (que aunque a veces a parecen en algunos testimonios, no son tan comunes como el túnel). Según Sabom, la entrada en un ámbito oscuro o vacío inicia la parte trascendental (es decir, ultramundana) de la ECM.1 Según Ring, estos ámbitos oscuros tienen un carácter de tránsito entre éste mundo y el más allá;2 Ring denomina a esta experiencia “entrada en la oscuridad”. Según Grey, los experimentadores atraviesan un periodo transitorio de oscuridad que parece ser un pasaje entre un estado del ser y otro.3 En el siguiente testimonio, se expresa claramente esa impresión de lugar de tránsito: “Me encontraba en un hueco oscuro y negro. Es difícil de explicar, pero me sentía como si me moviera en el vacío a través de aquella negrura. Era plenamente consciente y pensaba que estaba como en un cilindro carente de aire. Me sentía como en el limbo, a medio camino de aquí y a medio camino de algún otro lugar.”4

En algunos testimonios se da una continuidad entre la EEC y el ámbito oscuro.5 Como en este extraño testimonio, en el que una mujer observa la resucitación cardiaca que se le está practicando desde dentro de un túnel oscuro: “[Durante el paro] Había dejado mi cuerpo y estaba a un lado dentro de aquella especie de tubo. Estaba realmente oscuro ahí dentro, aunque podía ver lo que ellos estaban haciendo. Podía oírles. Les vi haciéndome todas aquellas cosas… Igual que si se pusiera un gran tubo a un lado de la cama, y yo tan solo me hubiera deslizado desde la cama hasta dentro del tubo, tan solo floté hacia ahí dentro… Pero alrededor de mi cuerpo había luz, al igual que en una habitación. Cualquiera que fuera el lugar donde yo estaba era oscuro, pero podía mirar afuera y verlo todo. (I-45-2)”6

En este testimonio también se puede observar cierta continuidad entre la EEC y el paso a esa región oscura: “El doctor ya había avisado a mi hermana y hermano para que me vieran por última vez. La enfermera me puso una inyección que me ayudara a morir mejor. Las cosas que me rodeaban en el hospital comenzaron a parecerme cada vez más lejanas. Mientras ellas retrocedían, entraba en 1

Sabom (1982), p. 41. Ring (1980), p. 53. 3 Grey (1985), p. 41. 4 Moody (1975), p. 52. Es interesante el uso en este testimonio de la palabra “limbo”, asociada a un ámbito intermedio o de tránsito entre el más acá y el más allá. 5 Como en el testimonio de Brinkley, que vio desde la ambulancia en el que le transportaban como se formaba un túnel; Brinkley & Perry (2008), p. 6. O como en el testimonio de Eadie (1992), p. 37, en el que la oscuridad empezó a rodearla mientras estaba viviendo una EEC. 6 Sabom (1982), p. 42. 2

110

un estrecho y oscurísimo pasadizo. Parecía encajar en su interior. Y comencé a deslizarme y a caer, caer, caer.”1

En el testimonio de Betty Eadie, la oscuridad va tomando la forma de un túnel, a través del cual viaja a gran velocidad en dirección a la luz.2 Hay que advertir que existen testimonios en los que el tránsito se desarrolla en un ámbito diferente al de la oscuridad o el túnel. Por ejemplo, en el testimonio de Marcy C. Neal, el tránsito se realiza por un camino que termina en un hall luminoso que ella identifica con la luz típica de las ECMs.3

La luz En muchos testimonios la luz aparece como el fin de la región oscura o vacía, o el final del túnel, el lugar al que se dirige el experimentador o por lo menos al que debe dirigirse.4 Esto recuerda a las populares expresiones de “la luz al final del túnel” o “una luz en la oscuridad”.5 Según los Fenwick, no hay ningún caso en el que la oscuridad o el el túnel no vallan acompañados de la luz; pero lo contrario sí es posible, es decir, se puede dar la luz sin que se dé la oscuridad.6 En el siguiente testimonio se puede apreciar con claridad cómo el experimentador pasa del túnel a la luz:7 “Entonces gradualmente te das cuenta del trayecto, lejos en la distancia, una inmensurable distancia, podrías estar alcanzando el final del túnel, ya que puedes ver una luz blanca, aunque esto esté muy lejano, solo puedo compararlo con mirar al cielo y ver en la distancia una única estrella, pero visualmente debes recordar que estarías mirando a través de un túnel y esta luz llenaría el final del túnel. Te concentras en este punto de luz porque como eres impulsado hacia adelante esperas alcanzar esta luz. Gradualmente viajas a través de esto a una velocidad extrema que gradualmente se va haciendo mayor y mayor. Reflexionando sobre ello la totalidad del proceso parece llevar solamente sobre un minuto. Como gradualmente te acercas a esta luz extremadamente brillante no hay una sensación de un final abrupto del túnel, sino más bien un emerger dentro de la luz. El túnel ya está tras de ti y ante ti está esta magnificente luz azulblanca. La brillantez es tan brillante, más brillante que una luz cegadora, pero sin dañar tus ojos en absoluto.”

La luz aparece a veces como un faro, un indicador para ir a un ámbito paradisiaco. Cuando el experimentador llega a la luz se le abre ante él, o accede a, un mundo ultramundano paradisiaco.

1

Moody (1975), p. 53. Eadie (1992), p. 40. 3 Neal (2012), p. 73. 4 Sabom (1982), p. 43. 5 Fenwick & Fenwick (1995), p. 72. 6 Fenwick & Fenwick (1995), p. 87. Pero esta afirmación parece demasiado precipitada, especialmente si tenemos en cuenta los testimonios de ECMs desagradables en los que precisamente se da un ámbito oscuro sin luz. 7 Grey (1995), p. 47. 2

111

Paraíso Algunos investigadores,1 consideran que a los ámbitos paradisiacos se llega cuando se atraviesa la luz, incluso indican que la luz tiene su origen en este lugar. La luz parece a veces, no el ser personal que describen algunos, sino una especie de umbral que cuando se cruza o al que se llega se abre un ámbito ultramundano de tipo paradisiaco, natural o artificial. En el ámbito paradisiaco, al igual que en el mundo terrestre, el espacio natural antecede al espacio artificial, cuando se dan ambos espacios en la misma ECM; es decir, primero se llega a un paraíso bucólico y luego a una ciudad de luz o una ciudad muy hermosa. Lo cual es muy razonable, normalmente los jardines suelen estar fuera de las casas, y no al revés.

Final Al final de la ECM se suelen encontrar elementos como el límite, la decisión sobre el retorno, y, como es lógico, el retorno en sí mismo. Pero desde un punto de vista de la conexión, el tema del retorno es el que más desconexión suele presentar. En la mayoría de los testimonios, los sujetos suelen encontrarse de repente en sus cuerpos físicos en estado de vigilia, sin que haya ninguna conexión con la secuencia anterior.

CAPÍTULO 11: PONDERACIÓN FENOMENOLÓGICA DE LAS ECMS La ponderación de las ECMs consiste en la adjudicación de valores numéricos a los elementos fenoménicos de las ECMs (de acuerdo a los testimonios), por lo que son ponderaciones de lo fenoménico o experiencial de una ECM; la suma de estos valores da un resultado que indica el grado de profundidad de la ECM. Con esto se trata de pasar de un método meramente cualitativo, dar cualidades de la experiencia, a un método cuantitativo, dar una cantidad sobre la experiencia; tal vez bajo la suposición de que el método de la ponderación sea más riguroso, y en principio puede que así sea.2

1

Ring (1980), p. 60; Grey (1985), p. 48. Por ejemplo, podemos hablar de la temperatura en términos de caliente, frío, templado, etc., o según una numeración, la celsius o la kelvin. Evidentemente, el método cuantificacional será mucho más preciso; al menos en lo que respecta a la temperatura. Véase Hempel (1952), III. 2

112

11.1. ÍNDICE DE KENNETH RING En Life at death1, Ring desarrolla un sistema de puntuación a partir del cual poder cuantificar el grado de profundidad de la ECM. Ring selecciona una serie de caracteres a partir de los cuales establecer, según su incidencia, si una ECM puede considerarse acorde a la experiencia nuclear y el grado de profundidad o peso que ésta posee. A esto lo denomina el índice de ponderación de la experiencia nuclear (“weighted core experience index”), o WCEI.2 Para ello coge, con algunas modificaciones, los temas recurrentes que Moody había expuesto en Life after life y les da un valor del peso que tienen dentro de una ECM. Aunque Ring advierte que hay cierta arbitrariedad en esta ponderación de los temas. Sensación de estar muerto: 1. Sentimientos de paz, placer, falta de dolor, etc.: 1 o 2 (sentimiento fuerte). Sensación de separación corporal: 1 o 2 (EEC clara). Sensación de entrada en una región oscura: 1 o 2 (acompañada de movimiento). Encontrar una presencia u oír una voz: 3. Hacer un balance de la propia vida: 3. Ver o ser envuelto por una luz: 2. Ver colores bonitos: 1. Entrar en la luz: 4. Encontrarse con espíritus visibles: 3. Según la puntuación otorgada a una ECM, se le considera, o que no está acorde con la experiencia nuclear, o si lo está, el grado de profundidad que posee (cuanta mayor puntuación, mayor profundidad se considera que posee la ECM). Para que una ECM se considere nuclear debe de puntuar 6 o más en el índice; una experiencia de 6-9 se considera como moderada, y una experiencia de 10 o más se considera profunda.3

11.2. ESCALA DE GREYSON Greyson acusa a Ring de arbitrariedad; su índice se basa en una selección de temas, supuestamente comunes, elegidos arbitrariamente a partir de la literatura precedente (Moody), y no en una metodología de obtención basada en la estadística y la contrastación.4 Esta crítica de Greyson resulta, a todas luces, acertada; el mismo Ring reconoció la arbitrariedad de su índice. En su célebre artículo de 1983: The near-death experience scale, Greyson expone su escala de medida de las ECMs. La escala Greyson se desarrolló a partir de una estadística obtenida de los cuestionarios enviados a 100 personas no seleccionadas y cumplimentados por 67, los cuales testimoniaron 74 ECMs. El procedimiento consistió en ir reduciendo el número de elementos que componían los cuestionarios, según lo común que fuera cada elemento; comenzando por un cuestionario de 80 elementos, éste se redujo a los 40 elementos más comunes identificados por los individuos, de aquí a 33 elementos, excluyendo algunos ambiguos o redundantes, y a partir de un coeficiente de correlación de Pearson, se eligió a aquellos que como mínimo tuvieran un índice de 1

Ring (1980), pp. 32 y ss. Ring (1980), pp. 32-33. 3 Ring (1980), p. 33. 4 Greyson (1983), p. 369. 2

113

correlación de 0.35 con el resto de los elementos, se llegó a los 16 elementos finales de la escala Greyson.1 En el artículo, también se examina, estadísticamente, la consistencia interna y la fiabilidad de la escala. Los dieciséis elementos de la escala Greyson con su puntuación son:2 e) Cognitivos. e.1. Aceleración del tiempo. Todo ocurre al mismo tiempo: 2. El tiempo transcurre más rápido de lo normal: 1. No: 0. e.2. Velocidad de pensamiento. Increíblemente rápido: 2. Más rápido de lo normal: 1. No: 0. e.3. Retorno de escenas del pasado de uno. Fuera de mi control: 2. Muchos eventos pasados: 1. No: 0 e.4. Comprensión de todo. Sobre el universo: 2. Sobre mi mismo u otros: 1. No: 0. f) Afectivos. f.1. Sentimiento de paz o satisfacción. Increíble paz o satisfacción: 2. Alivio o calma: 1. No: 0. f.2. Sentimiento de gozo. Increíble gozo: 2. Felicidad: 1. No: 0. f.3. Sensación de estar en harmonía o unidad con el universo. Uno con el universo: 2. No más tiempo en conflicto con la naturaleza: 1. No: 0. f.4. Ver una luz o sentirse rodeado por ella. Luz claramente ultramundana o mística: 2. Luz inusualmente brillante: 1. No: 0. g) Paranormales. g.1. Sentidos más vívidos de lo normal. Increíblemente mucho más: 2. Más de lo normal: 1. No: 0. g.2. Consciente de lo que ocurre en otra parte, como PES. Corroborado: 2. Sí pero sin corroboración: 1. No: 0. g.3. Captación del futuro. Del futuro del mundo: 2. Del futuro personal: 1. No: 0. g.4. Sensación de separación del cuerpo físico. Claramente abandona el cuerpo y existe fuera de él: 2. Pérdida del sentido del cuerpo: 1. No: 0. h) Trascendentales. h.1. Entrada en otro mundo. Claramente un mundo místico o no terrenal: 2. Lugar extraño o no familiar: 1. No: 0. h.2. Encuentro con una presencia mística. Una presencia claramente mística o ultramundana: 2. Voz sin identificación: 1. No: 0. h.3. Visión de fallecidos y figuras religiosas. Vistos: 2. Sentida su presencia: 1. No: 0. h.4. Llegada a un límite o punto de no retorno. No se le permitió cruzar o fue enviado de vuelta involuntariamente: 2. Decisión consciente de retornar a la vida. No: 0. Se suele considerar que una puntuación de siete o más es indicativa de que hay una ECM.

1 2

Greyson (1983), pp. 370-371. Greyson (1983), pp. 372-373.

114

11.3. CRÍTICA DE LAS ESCALAS DE ECM Las escalas de ponderación padecen un grave problema con relación a la cuestión de la definición de ECM. El problema es que no se utilizan tan solo para medir la profundidad de una ECM sino que también se utilizan para indicar si algo es ECM o no. A este respecto, pueden observarse varios aspectos conflictivos. Las escalas definen menos de lo que deberían. Es más que discutible que los elementos considerados por Ring y Greyson en sus escalas sean los únicos que se puedan considerar como propios de ECM, en función al carácter general de la ECM. Y tampoco tiene sentido, en función al carácter general de ECM, el considerar que todo aquello que puntúe por debajo de cierto valor preestablecido no es ECM; simplemente será una ECM con menor profundidad, pero una ECM a fin de cuentas. Las escalas definen más de lo que deberían. En el estudio de Transformed by the light, Morse y su equipo aplicaron la escala Greyson a seis grupos diferentes de personas.1 Con los resultados de que algunos de los grupos no caracterizados por la ECM habían obtenido altas puntuaciones de media en la escala Greyson: adultos con ECMs infantiles, 13,7; adultos con enfermedades graves durante la infancia pero sin ECM, 3,25; adultos con creencias espirituales y nueva era, 6,1; adultos que tuvieron una ECC independiente de ECM, 12,4; grupo de control, 2,9; adultos que de niños tuvieron una experiencia de la luz independientemente de una ECM, 18,1. Puntuación

1 13.7

2 3.25

3 6.1

4 12.4

5 2.9

6 18.1

Como indica Morse, estos resultados muestran que la Escala Greyson no sirve para distinguir entre ECM y otras experiencias espirituales o visionarias;2 tanto el grupo 4, de aquellos que han tenido EEC, como el grupo 6, aquellos que han tenido una visión de la luz, puntúan por encima de siete, el mínimo para considerar ECM según esta escala. Además la puntuación más elevada fue la del último grupo. Con lo que se demostraría que la escala Greyson, por si sola, no serviría para definir o identificar una posible ECM, y diferenciarla de otros tipos de experiencia.

1 2

Morse, Perry (1992), p. 222. Véase cap. 21.7. Morse & Perry (1992), p. 222.

115

CAPÍTULO 12: FRECUENCIAS DE LOS ELEMENTOS FENOMÉNICOS 12.1. FRECUENCIA SEGÚN LOS ESTUDIOS MÁS RELEVANTES ESTUDIOS DE KENNETH RING Estudio de Conética Número y porcentaje de experimentadores según el grado de ponderación de acuerdo al Índice Ring:1 Calificación

No exp.

Moderada

Profunda

Puntuación Nº %

0-6 53 52%

6-9 22 22%

≥ 10 27 26%

Total 102 100%

Porcentajes de experimentadores que testimoniaron alguno de los cinco estadios de Ring:2

%

Paz 60%

Separación corporal 37%

Entrada oscuridad 23%

Ver la luz 16%

Entrada luz 10%

Las diez emociones más comunes dadas durante la ECM según los testimonios de los experimentadores, y el porcentaje de aparición en los testimonios de los no experimentadores (nucleares, ≤ 6) que respondieron:3 Paz

No dolor

No miedo

Relax

Placer

Calma

Felicidad

Gozo

Quietud

Calidez

59%

49%

47%

29%

27%

20%

20%

20%

16%

16%

15%

13%

9%

4%

0%

6%

2%

0%

2%

0%

Exp. (nº= 49)

No ex. (nº = 53)

Todos los experimentadores, salvo uno, testimoniaron vivencias emocionales acaecidas durante su ECM. La gran mayoría fueron de carácter agradable, de 170 emociones nombradas por los experimentadores solamente 8 fueron de carácter desagradable, algún tipo de miedo dado al principio de la experiencia o tras finalizar ésta. El 66% de los no experimentadores testimoniaron no haber sentido nada durante su episodio de casi-muerte. Como indica Ring, el hecho de que algunos no experimentadores hayan testimoniado alguna emoción se debe al hecho de que la distinción entre experimentadores y no experimentadores viene determinada por el Índice Ring, con lo 1

Ring (1980), pp. 33-34. Véase cap. 9.1. 3 Ring (1980), pp. 43-44. 2

116

que alguien que hay personas que han podido tener alguna vivencia emocional pero no haber puntuado lo suficiente como para que sus experiencias se considerasen nucleares.1

Número de experimentadores y no experimentadores que creyeron estar muriendo o muertos durante su episodio:2

No creerse muriendo 11 21

Exp. No exp.

Creer estar muriendo 19 17

Creer estar muerto 10 0

Número y porcentaje de experimentadores en relación a su sentido del cuerpo durante su ECM:3

Nº %

Pesado 1 2%

Normal 0 0%

Ligero 13 27%

Ninguno 25 51%

Sin respuesta 10 20%

Número y porcentaje de experimentadores en relación a su sentido del tiempo durante su ECM:4

Nº %

Acelerado 1 2%

Normal 1 2%

Extendido 3 6%

Ninguno 32 65%

Sin respuesta 12 24%

Número y porcentaje de experimentadores en relación a su sentido del espacio durante su ECM:5

Nº %

Distorsionado 1 2%

Normal 3 6%

Extendido 1 2%

Infinito 6 12%

Ninguno 11 22%

Sin respuesta 27 55%

Otros elementos externos cuantificados por Ring según el número de experimentadores que los testimoniaron:6 1

Ring (1980), p. 44. Con lo que a mi parecer se puede observar una de las deficiencias fundamentales de estas escalas índices. 2 Ring (1980), pp. 87-88. 3 Ring (1980), p. 96. 4 Ring (1980), p. 96. 5 Ring (1980), p. 96. 6 Ring (1980), pp. 60, 67-68 y 99.

117

Nº exp.

Presencia 20

Fallecidos 8

Revisión vital 12

Flores 5

Música 4

Límite 131

Decisión retorno 282

Estudio de Ring y Franklin sobre suicidas La frecuencia de los temas fue: sentimiento de paz, 100%; OBE, 41%; oscuridad, 53%; luz, 24%; presencia, 24%; revisión vital, 24%; decisión de retorno, 35%; conciencia de “otro mundo”, 24%; contacto con seres amados, 24%; música, 12%. Hubo algo que sí se encontró un poco llamativo, tres patrones de ECM. Patrón I, OBE: 7 experimentadores testimoniaron EEC sin ningún otro tipo de experiencia más durante su ECM. Patrón II, oscuridad: 5 experimentadores testimoniaron la vivencia de la oscuridad, sin que se diera una experiencia EEC, y con, a veces, solo dos tipos de experiencias más añadidas, la revisión vital y la visión de una(s) luz(es) a lo lejos. Patrón III, experiencia ultramundana: 4 experimentadores testimoniaron haber tenido una experiencia ultramundana sin que se diera EEC. Todos los testimonios, menos uno, de los experimentadores pertenecían a uno de estos tres patrones de ECM. Este asunto de los tres patrones parece poner en entre dicho, como los mismos autores indican, la idea de los estadios progresivos de Ring.3

Estudio de Ring y Cooper con ciegos Frecuencia de diez elementos entre experimentadores ciegos:4

Nº = 21 %

Paz y amor

EEC5

Visión propio cuerpo

20 95%

14 67%

10 48%

Túnel o ámbito oscuro 8 38%

Encuentro con otros

Ver una luz radiante

Escuchar música o ruido

Revisión vital

Límite

Elección retorno

12 57%

8 38%

7 33%

4 19%

6 29%

10 48%

1

A la pregunta de si había sentido que se acercaba a un límite o punto de no retorno, 13 experimentadores respondieron que sí, 21 que no, 6 no estaban seguros, y a 9 no se les preguntó; Ring (1980), p. 99. 2 De estos 28 experimentadores, 16 testimoniaron que ellos eligieron, negociaron o decidieron regresar, 5 testimoniaron que sintieron que se les enviaba de vuelta, y 7 que experimentaron algún aspecto del proceso de la decisión del retorno pero en los que no está claro como fue este proceso; Ring (1980), p. 68. 3 Ring & Franklin (1981-82), p. 196. Para el tema de los estadios progresivos de Ring véase el cap. 9.1. 4 Ring & Cooper (2008), pp. 24-25. 5 Supuestamente los investigadores se refieren a la EEC con este elemento, y no a una sensación de estar separado del cuerpo en general; pero esto no está claro del todo en el libro.

118

ESTUDIOS DE BRUCE GREYSON Estudio de Greyson y Stevenson En un estudio realizado sobre 78 experimentadores.1 Un 75% testimonió haberse sentido o haberse visto fuera de su cuerpo; la salida del cuerpo fue descrita como fácil en un 96%, e instantánea en un 68%; en un 66% la impresión inicial de creerse fuera del cuerpo se derivó de ver el propio cuerpo desde otra posición en el espacio; el 95% se movieron durante su EEC, un 45% unos pocos metros en torno a su cuerpo; un 71% vieron u oyeron personas físicas presentes; la reentrada en el cuerpo fue fácil para un 79% e instantánea para un 71%. Un 58% creyeron tener algún cuerpo diferente del físico; descrito como más ligero que el físico en un 74%; de la misma media en un 68%; y de la misma edad en un 84%; un 67% declaró que este otro cuerpo tenía algún signo vital (pulso, respiración, etc.); un 28% consideró que este otro cuerpo estaba unido al físico de alguna manera; un 22% declaró que problemas del cuerpo físico no estaban presente en este otro cuerpo, para un 3% los defectos sí que continuaban en el otro cuerpo. Un 31% testimoniaron haber pasado por un túnel. Un 72% testimonió haber entrado en algún tipo de existencia no terrenal. Un 57% encontró un límite. Un 49% se encontró con seres personales no físicamente presentes; en un 27% era un ser de luz, en un 25% figuras religiosas, en un 16% fallecidos conocidos, en un 14% conocidos vivos, en un 26% extraños. Un 13% se sintieron juzgados. Visiones inusuales (luces, auras, etc.) fueron testimoniados por un 48%; sensaciones somáticas inusuales (calor, analgesia, etc.) fueron testimoniados por un 71%; audiciones inusuales (música, ruidos, etc.) por un 57%; sensaciones olfativas inusuales por un 25%; y sensaciones gustativas inusuales por un 10%. Distorsiones del sentido del tiempo fueron testimoniadas por un 79%, para un 54% el tiempo parecía transcurrir más lentamente. Un 27% testimoniaron revisión vital; en un 38% las memorias fueron simultáneas, más que secuenciales. Un 52% creyeron estar muriéndose durante la ECM.

1

Greyson & Stevenson (1980).

119

Sobre enfermos cardiacos Número y porcentaje de personas que testimoniaron haber experimentado los siguientes elementos de la Escala Greyson:1 Emparejados2 Exp.

Elementos cognitivos

Elementos Afectivos Elementos supuestamente paranormales Elementos aparentemente trascendentales

No exp.

Nº 27

%

Total participantes

Nº 23

Total no exp. % Nº % 1568

Sentido alterado del tiempo Proceso acelerado de pensamiento Revisión vital Sensación de comprensión repentina Sentimiento de paz Verse o sentirse rodeado por la luz Sentimiento de gozo Sentimiento de unidad cósmica Sentir que se está fuera del cuerpo Sensaciones preternaturalemtne vívidas Supuesta percepción extrasensorial Supuestas visiones precognitivas Percibir un entorno ultramundano Percibir espíritus de fallecidos o religiosos Percibir un límite o punto de no retorno Percibir una entidad mística

18 12 8 8 23 19 18 14 19 4 3 2 17 14 11 7

67 44 30 30 85 70 67 52 70 15 11 7 63 52 41 26

1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

4 4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

39 20 5 2 7 3 1 2 14 2 0 0 2 6 2 1

2 1 >; JNDS, vol. 6, nº1, fall 1987.  John C. Gibbs  Gibbs.  (1981). ; American Psychologist, 36, 11, 1457-58.  (1987). ; Anabiosis, 1987.  (1997). ; JNDS, vol. 15, nº 4, summer 1997.  (1999). >; JNDS, vol. 21, nº 4, summer 2003.  F. Gordon Greene & Stanley Krippner.  Greene & Krippner.  (1990). ; en Doore (ed.) (1990). [La visión panorámica especialmente en relación con las ECMs.]  Margot Grey  Grey.  (1985). Return from death: an exploration of near death experience; prólogo: Kenneth Ring; Arkana, Routledge & Paul, London, 1985.  Bruce Greyson  Greyson.  (1981). ; Suicide and Life-Threatening Behaviour, 11:10-16, 1981. También en: Greyson & Flynn (ed.) (1984).  (1981)b. ; Anabiosis 1:88103, 1981.  (1983). ; American Journal of Psychiatry 140, 5, 618-620, 1983  (1983)b. ; Journal of Nervous and Mental Disease, 171:369-375, 1983.  (1983)c. ; Journal of Nervous and Mental Disease, 6, pg. 376-81, 1983.  (1983). ; Theta, 11:2629, 1983.  (1985). ; AJP, 142, pp. 967-69, Aug. 1985.  (1986). ; Suicide and Life-Threatening Behaviour, 16:40-45, 1986.  (1989). ; JNDS, vol. 8, nº 2, winter 1989.  (1990). ; JNDS, vol. 8, nº 3, pp. 151-161, spring 1990.  (1991). ; JNDS, vol. 9, nº 3, pp. 183-188, spring1991.  (1991)b. ; Journal of Mind and Behaviour, 12:487-500, 1991.  (1992). >; Death Studies, 16:523-536, 1992.  (1992-93). ; Omega 26:81-89, 199293.  (1993). ; Journal of Religion and Health 32:277-290, 1993.  (1993). ; Psychiatry 56:390-399, 1993.  (1994). ; JNDS, vol. 13, nº 2, pp. 103108, winter 1994.  (1997). ; The Journal of Nervous and Mental Disease, vol. 185, pp. 327-334, May 1997.  (1998). ; Perspectives in Biology and Medicine. 42:14-32, 1998.  (1998)b. ; Medical Psychiatry, 1:92-99, 1998.  (1999). ; Mortality 4:7-19, 1999.  (2000). >; The Lancet, vol. 355, nº 9202, pg. 460-63, 5 Feb. 2000.  (2000)b. Editor´s foreword; JNDS, vol. 18, nº 4, summer 2000.  (2000)c. Editor´s foreword; JNDS, vol. 19, nº 1, fall 2000.  (2001). ; American Journal of Orthopsychiatry, 71, 3, pp. 368-373, July 2001  (2003). ; General Hospital Psychiatry, 25:269-276, 2003.  (2003)b. ; Psychiatric Services, 54:1649-1651, 2003.

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