La Inteligencia Contra Si Misma
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La inteligencia contra sí misma (Isabel Luzuriaga) Capítulo 1: El no aprender como proceso activo. activo. Toda neurosis implica un ataque hecho contra la capacidad intelectual de la persona que la padece, es un intento de autoengaño y de impedir que ella funcione “normalmente” tanto cuando se dirige hacia afuera, como hacia adentro. Los casos traídos para curar específicamente dificultades en el campo intelectual, en general se trata de niños de edad escolar, aunque sea evidente que la neurosis existía anteriormente en ellos, solo se detecta el problema al llegar a la escuela. La escuela cumple la función de detectar problemas neuróticos sumamente graves. El niño en el colegio debe demostrar su capacidad de adaptación a la vida real. Sin embargo el sistema escolar vigente, pone énfasis en fomentar conductas intelectuales obsesivas, en el cual un niño considerado buen alumno y sano puede presentar un bloqueo intelectual. Gran número de consultas llegan al tratamiento por “derrumbes” psicológicos, entre los que antes eran los primeros alumnos de la clase. Estos niños llegan al tratamiento traído por los padres, quienes presentan una manifiesta angustia por temor a que el niño sea tonto. Podemos entonces comenzar una búsqueda de qué es aquello por lo cual el proceso ha quedado detenido. Cuando una vez iniciado el tratamiento vemos al niño traer los conflictos que le aquejan y las defensas que constituyen su neurosis, podemos interpretarle sus dificultades en el pensar, adoptando el criterio que existe una detención del funcionar mental. El enfoque propuesto por el autor consiste en poner énfasis no en la detención de la función intelectual que esté en juego, sino más bien en el hecho de que existe un activísimo funcionar en contra ella, que implica algo así como la existencia de una contra-inteligencia orgánica y fértil en recursos, que actúa sin cesar, dejando a veces al niño exhausto. La inteligencia es vida: su esencia es la afirmación. Ser inteligente es siempre afirmar la realidad. La misma se esfuerza por unirse a otras formas vitales, con la finalidad de crear nuevos seres, nuevas ideas o pensamientos nuevas combinaciones vitales. El instinto de vida es movimiento, impulso hacia el otro, para conocerle y fundirse con él en diferentes grados. La contrainteligencia tiene como esencia la negación, la no comprensión, la desconexión de vínculos significativos. Es la separación por lo tanto la muerte. El instinto de muerte para Freud es todo aquello que evita evita la unión y de toda combinación que ponga en movimiento la creación de formas vitales muevas ya sean biológicas o mentales. Las motivaciones que llevan a ellos son muchas; pero todas suponen manifestaciones más o menos encubiertas hacia el aislamiento, el aniquilamiento de alguna facultad vital, el abandono de partes del ser humano que va “dejándose estar”. Desistir de intentar llegar a la plenitud, puede significar entregarse a esta fuerza autoaniquiladora. El instinto de vida puede a veces utilizar la actividad de desconexión, para con ello preservar y posibilitar funciones de unión más importantes, que quedarían dañadas si se llevaran a cabo todas las funciones de conexión capaces de ser puestas en marcha simultáneamente. Señalamos pues, al niño que tras su aparente apatía existe un constante actuar, cuya finalidad es la de mantenerse quieto, y que, aunque parezca paradójico, debe poseer una buena dosis de inteligencia para lograr no ser inteligente. Este proceso de autoaniquilamiento intelectual funciona, como lo hace todo mecanismo de defensa, en forma totalmente inconsciente, de manera que el niño sólo conoce el resultado de sus defensas pero no su existencia. Dada además la gran valoración que nuestra cultura atribuye al intelecto, un fracaso de este tiende a ser vivido en forma especialmente persecutoria y deprimente. La angustia así vivenciada, crea un circulo vicioso, paro verse tonto, finge más y más su visión y hasta llega a hacer una jactancia de su fracaso, adoptando poses y actitudes de payaso, de cretino, etc.
Capítulo 2: La inteligencia: Definición y funciones. La inteligencia está definida por lo general como la capacidad de comprender. Claparede define a la inteligencia como “la capacidad para resolver por el pensamiento problemas nuevos”. Wiliam Stern dice que es “la capacidad de adaptarse a las condiciones nuevas”. Thorndike “la capacidad para reaccionar correctamente desde el punto de vista de la la verdad de los hechos”.
Stoddard “la Stoddard “la habilidad para aprender aprende r ciertos actos, o para ejecutar otros nuevos que sean funcionalmente útiles”. Calvin “la capacidad para adaptarse al ambiente de uno”. Terman “la capaciada para pensar abstractamente”. Por lo general todos los autores consideran que la vida intelectual es aquella que se refiera a los objetivos para conocerlos, para saber cómo son y cómo es su estructura y cada individuo lo ace con un grado determinado y con un determinado rigor. Las funciones comprendidas son: 1. La adquisición de datos de la realidad , para el acopio de datos de la realidad, es llevada a cabo preferentemente por los sentidos, por las funciones perceptivas. 2. La conservación de datos, es mantener y reproducir los datos cuando sea deseable por la memoria y por el establecimiento de los hábitos. 3. La elaboración, consiste en la transformación, combinación y recreación de los datos para formar un universo de ideas, por el pensamiento, el cual a su vez tiene tres funciones primordiales: conceptuar , enjuiciar y razonar. Por lo general, se llama inteligencia al pensamiento propiamente dicho que que acabamos de caracterizar, ya ya que las actividades anteriores son previas al pensar. Rapaport, ha desarrollado las ideas de Freud, propone que la finalidad del pensamiento, y aun aun su mismo origen, en un plano inconsciente, es la re-creación de un objeto necesario pero ausente, y que todas las actividades de análisis y síntesis se encuentran para este fin. Más detalladamente podríamos decir que la función de la madre para el lactante es esencial para poder sobrevivir y poder compartir con ella los estímulos psíquicos que su psiquismo inmaduro no puede tolerar aún solo y obtener una carga de afectos cariños que neutralicen la sensación de muerte experimentada en los momentos de carencia y pánico. En cambió, cuando la madre no está o no acude en forma empática al encuentro de la necesidad de su hijo. Se produce un sentimiento de angustia que lleva al niño a poner en marcha mecanismos de defensa prematuramente. Uno de estos puede ser el fraccionarse la mente, atacando sus funciones cognitivas, en el intento de no sentir nada. El niño, ante la carencia de su madre trata de recuperarla en un primer estadio de desarrollo alucinándola. Pero este pasaje de la alucinación (normal en los primeros meses de vida, muy patológico posteriormente, ya que caracteriza a la psicosis) hasta llegar al pensamiento abstracto, supone un largo y doloroso proceso de maduración. El bebé debe poder tolerar el conocimiento de varias cosas: primero que el objeto amado y tan necesitad, su madre- pecho, no está, que no sebe cuándo ni cómo volverá; segundo que él lo puede crear temporariamente mediante su alucinación, pero que tarde o temprano la realidad se le impone y la alusión le fracasa, dejándole de nuevo solo y con el conocimiento de que su mente no es omnipotente y de que no controla el ir y venir de los objetos objetos externos y por último que sólo la la puede retener como recuerdo, cosa que puede prestar un consuelo momentáneo no suple al objeto en sí. En suma, debe aprender a estar solo y a tolerarse a sí mismo dentro de su mismidad; a soportar dentro de sí, sin depositar en ninguna parte, su propio acontecer psíquico cargado de mil fantasías y emociones, conformándose con la representación mental de la madre amada pero ausente. Según Melanie Klein, esta madurez se adquiere a los seis meses de vida, en la etapa que denomina posición maníaco- depresiva.
Capítulo 3: La Contrainteligencia A-Contra A-Contra la adquisición de datos de la realidad. 1.
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La adquisición de datos de la realidad se hace preferentemente mediante la percepción sensorial de los mismos, la contrainteligencia debe atacar ante todo los funciones sensoriales, inhibiendo así la capacidad de ver, oír, sentí, gustar, etc., con lo cual logramos hacer desaparecer al objeto perturbador, al no tomar conciencia de su existencia. Entre los objetos de la realidad externa capaces de crear conflicto, se encuentra el propio cuerpo y para negar este dato la contrainteligencia recurre a inhibir las funciones kinestesicas.
3.
Otra manera de perder el contacto con los conocimientos, es separándose de la realidad y ello puede hacerse mediante el desinterés, la falta de atención y el aburrimiento. El aburrimiento es descripto por Finichel: la persona aburrida, siente una necesidad de cumplir una actividad psicológica; pero al mismo tiempo siente que le falta el estímulo necesario para ponerla en marcha, o que existiendo un estímulo necesario para ponerla en marcha se siente incapaz de ser estimulada. El aburrimiento puede ser resultado del fracaso de una búsqueda de un objeto, pero también puede constituir la defensa contra el encontrarlo para no llegar al conflicto. M. Klein ha señalado que el primer objeto de interés del niño es siempre el cuerpo de la madre, este cuerpo es donde el niño saca saca sus primeras gratificaciones. Más adelante este interés es desplazado hacia otros objetos, ampliando el mundo de interés del niño. De esta manera, un libro que hay que estudiar, puede llegar a representar a un cuerpo vaciado por el hambre, para el inconsciente del niño sigue siendo comer lo que hay dentro de ese continente, y el libro- vientre puede actuar de igual manera, por proyección de impulsos voraces, comiéndose al lector, así se manifiesta en forma de angustia que lleva a un rechazo a la concentración, a huidas hacia la distracción, etc. La falta de atención está estrechamente ligada con este problema. 4. Los mecanismos de proyección, llevan a la formación de imágenes de objetos demasiado idealizadas, constituyen el medio psicológico fundamental para no ver a éstos con sus verdaderas características. La proyección puede ser tan intensa que modifique la visión sensorial de los rasgos físicos del mismo. El caso extremo constituye la alucinación, que es la creación de un objeto donde éste no existe, para con ello negar la existencia de otro objeto ausente, para el inconsciente malo. 5. La inhibición de las funciones motrices también sirve a la contrainteligencia para negar la existencia de los datos de la realidad. Nos impide la ejecución de una acción vivida como peligrosa y además que nos veamos a nosotros mismos proyectados en la acción. 6. Otra de las formas en que la inteligencia se vence a sí misma es mediante una actividad desmedida de búsqueda, que termina en una angustia y agotamiento tales, que finalmente alejan al sujeto de de su fin. La búsqueda compulsiva de datos que sirvan para aplacar ciertos tipos de angustia muy aguda, constituye a adelantarse a los hechos en vez de permitir que éstos nos toquen con sus cualidades, porque se temen justamente estas cualidades, y las vivencias o ideas que puedan provocar. O puede ser tan ávida la búsqueda que no nos detengamos a ver realmente sus cualidades. Las intelectualizaciones, el adelantarse a las consecuencias de un hecho o de un razonamiento, el “ya saberlo todo y explicarlo todo”, sin esperar a que el objeto se manifieste de por sí, son formas que toma este mecanismo.
B- Contra la conservación de los datos de la realidad. La contrainteligencia tiene aquí un mecanismo principal: el olvido, olvido, llevado tanto al campo mental como al corporal o al afectivo. El olvido, la represión consiste en apartar del campo perceptivo, haciéndolo totalmente incognoscible por quedar inconsciente, los contenidos que nos producen sentimientos conflictivos. Estos contenidos pugnan por alcanzar de nuevo el campo de la conciencia, debiendo gastar una enorme carga de energía, dicho desgaste psíquico trae aparejado que el sujeto no quede con suficiente carga energético libre como para usarla para ponerse en contacto con otros datos de la realidad. Estos contenidos inconscientes finalmente surgen venciendo la censura moral que los llevó a la represión, en forma de síntomas, disfrazados de tal manera que el enfermo reconoce que le pasa algo no usual, pero no sabe realmente de qué se trata, aunque intenta darse mil explicaciones. Cabe destacar la importancia del olvido de los hábitos. El hábito es una disposición adquirida por el ejercicio para la realización de determinados actos. Se constituyen de forma automática e inconsciente. Podríamos decir que es un conocimiento a nivel corporal, disociado en gran parte de su concomitante psíquico. Pero cuando en un momento determinado el sentido que inicialmente tenía cobra caracteres peligrosos la función ejecutada puede ser un indicio por cadena asociativa y la contrainteligencia se ve obligada a interrumpir en su ejecución, dificultándola del todo.
Pero la función de conservar datos, puede perturbarse por un acopio demasiado intenso e indiscriminado de ellos. Las causas pueden ser múltiples y sobrevenir como consecuencia de defensas anteriores más bien que como puntos iniciales de defensas determinadas. Hay que tener presente que recordar implica recordar adecuadamente. Podemos con esto utilizar vivencias de gran utilidad, como vivencias triviales o nocivas, que repetimos movidos por diferentes tipos de motivaciones masoquistas. La compulsión a la repetición, el actuar para no recordar, el recordar muchos datos indiscriminados, la memorización excesiva para no comprender lo que sabemos en profundidad.
C- Contra la elaboración de los datos. En el pensar están las funciones de conceptualizar, juzgar y razonar. El concepto es la posesión mental o intencional de un objeto y el conceptuar implica conceptuar implica dos funciones: primero aislar mentalmente un factor o aspecto esencial a un número indefinido de objetos; supone aislar mediante la abstracción y generalizar hasta llegar a la formulación de ideas generales. Melanie Klein habla de la incorporación del pecho como constituyente del núcleo del yo del niño, tanto mental como corporal. En el proceso de mamar, el lactante se encuentra sumido, al nacer, en una confusión de sensaciones desordenadas y difusas, internas y externas, que él no sabe dónde provienen, ya que se le presentan sin límites e indiferenciadas. Luego en las próximas mamadas hacen que se empiecen a formar cadenas asociativas: el olor viene siempre acompañado del mismo gusto, del mismo murmullo y de la misma suavidad táctil. Y allí yace algo cálido y bueno porque ha aplacado el dolor de hambre y la angustia que lo acompaña. Con cada nueva experiencia esta configuración constante de sensaciones se va haciendo más y más consciente, y se va diferenciando del resto de estímulos más lejanos. Bajo la atención consciente del niño, surge una primera figura, el primer objeto, el pecho, siempre idéntico a sí mismo, integradas sus partes, olfato, gusto, calor, etc., en un todo ya indisoluble. Luego el bebé empieza a conocer su propio cuerpo, su propio límite corporal, adquiere la noción de que tiene algo adentro, separado del afuera, que él introduce y guarda, ya que a partir de esta sensación diferenciada e integrada de su vientre, la sensibilidad se va extendiendo hacia el resto de su cuerpo. El acto de incorporación (introyección) se torna cada vez más dirigido, consciente y preciso y el bebé siente ya, que se le ha introducido un objeto adentro, sino que él mismo, movido por su hambre, es capaz de tomar hacia sí el mundo, el mundo de su conocimiento y luego de retenerlo. Estos niveles corporales y mentales se van enriqueciendo a través del mimo proceso y forman el primer dato del conocimiento. Después, cualquier buena experiencia y todo bienestar representan para el inconsciente una buena relación con la madre- pecho bueno. Todo displacer será el símbolo de su ausencia. De esta generalización surge la noción de lo bueno y lo malo. Se lleva así a cabo la primera abstracción, y la primera función sintética fundamento del pensamiento abstracto y maduro. maduro . Más tarde las nociones “pecho” y “yo“, se generalizan buscando nuevos objetos concretos donde aplicarse, que van constituyendo fuentes superiores de placer y de gozo. La esquizofrenia sería, el resultado del quehacer de un yo, el cual, debido a una serie de causas, tanto internas como externas cede ante un cúmulo de estímulos que no puede absorber y se fragmenta en mil pedazos, para destruir tanto la visión de la realidad externa como la de la realidad interna. El yo renuncia a su capacidad de síntesis, y se esfuerza por llegar a un fraccionamiento de sí y de lo percibido. Por tanto estas defensas de la contrainteligencia tienen su base en este primer estadio, en que se lleva normalmente a cabo la función intelectual del conceptuar, la toma de posesión mental de los objetos, en cuanto a universales. Contra la función del juzgar del juzgar también también tiene la contra inteligencia sus métodos de defensa. El juicio es una relación que establecemos entre nosotros y las cosas y lo peculiar de él reside en que afirmamos o negamos esta relación que hemos establecido. Juzgamos sobre la base de una creencia originaria en las cosas, la contrainteligencia puede ya intervenir, perjudicando esta acción, al negar la existencia de las mismas.
Freud dice a este respecto que el juicio es el resultado resultado del pensamiento adaptado al principio de realidad en vez de al principio de placer. En un desarrollo normal madura hasta el punto de poder soportar conocimientos dolorosos y comparando los datos nuevos con otros establecidos antes en forma de recuerdos, afirma, aunque la afirmación duela. El pensamiento primitivo, en cambio en vez de afirma en forma de juicio inventa realidades no existentes bajo la forma de alucinación o de fantasías compensatorias. Las defensas son múltiples. La contrainteligencia puede recurrir a racionalizaciones, negación de relaciones, aislamiento de conceptos que se encuentran unidos entre sí. Para Freud la defensa mayor contra el juicio es la negación. Un juicio negativo es el sustituto intelectual de la represión. Otra defensa puede ser establecía incrementando y poniendo el énfasis en un juicio determinado, borrar otros que coexisten pero que se encuentran en conflicto. Esto es lo que hacemos cuando nos aferramos a un juicio de realidad psíquica y aumentando la carencia en él, negamos la existencia de otra realidad a juzgar. Apelamos entonces al valor lógico del juicio donde no existe la contradicción. La mejor arma que tiene la contrainteligencia es la utilización de su fuerza para establecer y razonar ciertas relaciones y negar la existencia de otras. El razonar consiste razonar consiste en enlazar una serie de juicios, de tal modo que el último derive de los anteriores. El razonar no es simple, se basa en la conciencia relacionante y consiste en afirmar la relación de antecedente y conclusión que enlaza a varios juicios. Es pues elaborar un juicio nuevo que une los dos términos de una relación. Es llegar a una conclusión. Son conocidos tres tipos de razonamiento: Por analogía: consiste en pasar de un hecho o de una serie limitada de hechos, a otro análogo. Parte de la simple observación de algunas semejanzas, case siempre superficiales, y tiene un valor lógico escaso. La inducción: conduce de los hechos particulares a las relaciones generales, marchando de una experiencia particular a un resultado general. La deducción: es el razonamiento que conduce de un conocimiento general a otro particular. Se basa en ciertos supuestos de carácter intelectual, basándose en postulados o leyes de noción general. Razonar adecuadamente es a veces un extremo doloroso, mediante esta función llegamos a cadenas causales o nexos causales de nuestro propio comportamiento o del comportamiento de los otros, que pueden pueden hacer surgir sentimientos penosos o difíciles de soportar. Y para evitar esto la contrainteligencia usa otra de sus propias potencias para atacar la capacidad que tiene de comprender. Las cargas que operan en el terreno afectivo entre los instintos de vida y muerte, donde una misma energía puede ser utilizada por cada uno de los dos instintos alternativamente. La potencia intelectual es usada tanto para conectarse con la realidad (vida) como para desconectarse de ella (muerte).
Capítulo 4: Angustia ante el conocer inteligente. La contrainteligencia despierta contenidos vividos como peligrosos resumiéndolos a todos bajo la denominación de ansiedades depresivas y paranoides. La ansiedad paranoide es aquella que siente el yo cuando se cree amenazado dese afuera hacia adentro, debido a que ha proyectado en los otros la agresión que no tuvo el coraje de vivenciar como propia. Con este mecanismo el yo intenta cambiar el peligro interno por uno externo, del cual es más fácil huir y además evitarse sentirse culpable por ser malo, ya que ahora él es la víctima y no el responsable de la maldad. La ansiedad depresiva supone la existencia de un yo más maduro que ya no hace tanto uso de este mecanismo de disociación. El yo sabe que tanto él como los objetos de su conocimiento, son tanto buenos como malos al mismo tiempo y capaces de amar y odiar simultáneamente. Al hacerse responsable de sí mismo el yo teme la pérdida de sus objetos. Los matices de la persecución, como de la persecución como de la culpa y la pérdida pueden ser muchos. 1. La rivalidad: Es causa frecuentemente de dificultades en el uso de la la inteligencia para aprender. Estudiar significa aceptar que alguien, representado por el libro, sabe más que uno. Si no se estudia, no se aprende esta situación depresiva. Se rechaza pues el libro, paro no enterarse de ello. No se quiere conocer el propio tamaño. No se puede soportar ser enseñado.
2.
Ser inteligente trae soledad: la soledad de la la madurez y de haber roto lazos infantiles de dependencia. 3. La contrainteligencia también ejerce su función para luchar contra temores tanto persecutorios como depresivos causados por la envidia, la cual constituye uno de lso sentimientos de mayor hostilidad que puede vivienciar el ser humano. Aprender de otro significa que el otro tiene algo valioso, de manera que no entender puede ayudar a negar ese contenido que daña como a desvalorizarlo, ya que es valioso pero ininteligible. El aburrimiento ante el saber de los otros otros es una forma de desprecio, el cual constituye una de las mejores armas utilizadas contra la envidia. Si logramos convencernos de que algo es despreciable, esto quiere decir que no vale, y por lo tanto no necesitamos envidiarlo. Por otra parte el ser potente intelectualmente puede provocar la envidia en los demás, cosa que inconscientemente se propone el sujeto. Al disminuir su capacidad intelectual, éste se hace tonto y querido y evita ser inteligente pero odiado. Pero también se puede incrementar la capacidad de comprensión y de crítica para vence la envidia. De tan inteligente, y crítica que es la inteligencia del sujeto, puede éste negar los valores de las propias palabras u en sus juicios, de manera de lograr a fuerza de saber, no saber nada más que lo que él mismo se dice, desconectándose de la belleza o del valor del objeto envidiado. 4. Entre los temores persecutorios que mas determinan la lucha contra el conocer se encuentra el temor a ver el contenido destrozado del objeto o del propio sujeto cognoscente. 5. Las dificultades orales por las que haya pasado pasado el estudiante en su primera infancia se ven a menudo claramente reflejadas en la actitud que luego asume ante la tarea de aprender. Si comer consiste en masticar, tragar y digerir hasta hacer de uno lo comido en el proceso de la asimilación y luego defecar lo no servible tras un trabajo selectivo de sustancias valiosas y no valiosas, aprender inteligentemente implica lo mismo para el inconsciente. Tragar equivale a dejar libre el paso a la comprensión de los hechos, sin angustias de ser invadido por cuerpos extraños que no rompan los esquemas mentales anteriores, o sin temor de que el conocimiento se adueñe de nosotros interiormente, tal como quizá nuestra avidez nos llevaría a tragarnos todo. Otras veces la desesperación por el monto de hambre que sufrimos nos dicta morir de inapetencia intelectual, ante la imposibilidad de una posesión total del mismo. Una vez en el estomago – estomago –cabeza cabeza la digestión donde se hacen los nexos necesarios con cada órgano, la discriminación entre lo que se retiene y lo que se elimina, olvidándolo. Quien estudia indiscriminadamente recuerda lo anecdótico o trivial, pero no guarda las esencia, no entiende orgánicamente la finalidad de los razonamientos, ni pone en perspectiva el valor relativo a cada uno de los enunciados que lee. La eliminación es el olvido, lo accesorio que debemos perder, para poder buscar contenidos nuevos, más ricos y vitales. Hay quienes se niegan a olvidar y hacen un estreñimiento intelectual que consiste en almacenar datos compulsivamente, quedando abarrotados. Otro significado de la materia fecal rica en valor es la exposición de lo conocido.
Capítulo 6: Técnica. La defensas contra la comprensión intelectual bajo su forma activa y organizada inteligentemente, esta dinámica de su propio acontecer es imprescindible que la vivencie el paciente. En las sesiones hay tres tipos de comunicación que marcan matices diferentes: Mostrar su pulsión instintiva cumplida. Mostrar temores (aunque sean inconscientes) que tiene sobre un tema. Mostrar su una situación totalmente gobernada por el yo, estando frente a una tarea de comprobación de la realidad, de aprendizaje. Estos tres tipos de matices convienen tenerlos en cuenta y darle al niño la riqueza de su propia persona, en lo que él nos está dando. Le mostramos su potencialidad tanto instintiva como intelectual y alentamos con ello en la tarea de lograr una diferenciación e independencia cada vez mayores. El material de un niño se puede interpretar de dos maneras: Mostrándole la fuente de donde nosotros lo hemos adquirido. Dándoselo ya como un producto hecho y terminado de nuestra propia elaboración mental.
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