La Integración Sensorial. Valeria Isaac. Docx
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La Integración Sensorial / Definición de Conceptos Básicos. por : María Valeria Isaac García Terapeuta Ocupacional U de...
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La Integración Sensorial / Definición de Conceptos Básicos. por : María Valeria Isaac García Terapeuta Ocupacional U de Chile. Especialización Clínica en Integración Sensorial University Southern California. Certificada en el SIPT por WPS California. Septiembre 2005 "Integración" es una forma de organización. Integrar es unir y asociar incontables pedazos de información en un todo significativo. Las "sensaciones" son energías que activan células nerviosas e inician procesos neurales. El estímulo sensorial activa a los receptores que luego envían la información a ser procesada en el cerebro. La "integración sensorial" se define como la organización de sensaciones para su uso (Jean Ayres 1979). Los sentidos nos informan acerca de la condición física de nuestro cuerpo y del ambiente alrededor. El cerebro debe organizar todas estas sensaciones para que una persona pueda moverse y comportarse normalmente. El cerebro localiza, reparte y ordena sensaciones. Cuando las sensaciones fluyen de manera organizada o integrada, el cerebro puede utilizar estas sensaciones para formar percepciones, y generar comportamiento y aprendizaje. La integración sensorial es un tipo de procesamiento sensorial. La cual transforma la sensación en percepción. El mayor desarrollo de la integración sensorial ocurre durante una "respuesta adaptativa". Una respuesta adaptativa se define como una respuesta hacia una experiencia sensorial. Una respuesta con propósito y dirigida a cumplir un objetivo. La formación de una respuesta adaptativa ayuda al cerebro a desarrollarse y organizarse a si mismo. Genera aprendizaje. Cuando la capacidad "sensorio-integrativa" de un niño es suficiente para alcanzar las demandas del ambiente, la respuesta del niño será eficiente, creativa y satisfactoria. El ser humano esta diseñado para disfrutar de actividades que promueven el desarrollo de su cerebro. Por lo tanto busca sensaciones que organizan a su cerebro, y lo llevan a realizar respuestas adaptativas para generar aprendizaje. DEFICIT EN PROCESOS DE INTEGRACION SENSORIAL Déficit en procesos de integración sensorial significa de que el cerebro no esta procesando la información sensorial (del ambiente y de sí mismo) en forma precisa y ordenada. Si el cerebro integra sensaciones pobremente, habrá más esfuerzo y dificultad en realizar actividades, y menos éxito y satisfacción.
En los niños, déficit en funciones sensorio-integrativas, provocan torpeza motora, retrasos en el lenguaje, dificultad con el desarrollo de la motricidad fina… problemas en la mayoría de las áreas de desarrollo. El niño con problemas de integración sensorial no se puede adaptar eficazmente a las demandas del ambiente.
TRATAMIENTO EN INTEGRACION SENSORIAL 1. Es necesario crear un ambiente especializado, enriquecido con oportunidades que provean experiencias sensoriales esenciales para el desarrollo del niño. 2. Las interacciones del niño con este ambiente, deben ser guiadas por un especialista. 3. El objetivo del terapeuta es facilitar de que el niño genere espontáneamente respuestas adaptativas e integre aquellas sensaciones experimentadas. Que el niño aprenda a través de experiencias exitosas. 4. El terapeuta preparará (a través de estímulos sensoriales específicos) el cerebro del niño para que procese de manera más eficiente la información sensorial. 5. Se busca lograr el funcionamiento óptimo del cerebro del niño, para que este integre correctamente la información desde sus sentidos y logre generar respuestas exitosas a sus objetivos. ..." La integración sensorial ocurre cuando un niño espontáneamente planea y ejecuta una respuesta adaptativa exitosa a una experiencia sensorial"....
TEORÍA DE INTEGRACIÓN SENSORIAL
En resumidas cuentas, se puede decir que la integración sensorial “es la organización de sensaciones para su uso” (Jean Ayres, 1979). El cerebro es el que “integra,” es decir, localiza, reparte y ordena sensaciones. Cuando estas sensaciones fluyen de manera organizada o integrada, el cerebro puede utilizar esta “información sensorial” para formar percepciones, comportamiento y aprendizaje. Podemos entender qué sucede a nuestro alrededor, qué necesitamos hacer y cómo planeamos estas acciones, para responder a las demandas ambientales. Nuestro cuerpo responde con acciones, y esto genera un feedback que vuelve a entrar por nuestros sentidos hacia el cerebro, creando la posibilidad de aprendizaje. “Capacidad que posee S.N.C. de interpretar y organizar informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo, las cuales son analizadas y utilizadas para permitirnos entrar en contacto con nuestro ambiente y responder adecuadamente”. Jean Ayres, PhD, OTR Para comprender que es la integración sensorial, primero debemos conocer los diferentes sentidos de nuestro cuerpo. Se nos ha ensenado acerca de 5 sentidos existentes en nuestro organismo (visión, audición, gusto, olfato y tacto), pero en realidad a estos se le suman otros 2 sentidos de gran importancia para nuestra capacidad de adaptación y funcionamiento en el mundo. Uno de ellos es el sentido de la propiocepción, el cual nos proporciona información acerca de la posición de las diferentes partes del cuerpo a través de receptores en los músculos, tendones y ligamentos. El otro es el sentido vestibular, el cual tiene diversas funciones. Este sentido nos permite mantener nuestro equilibrio y postura, coordinar el uso de ambos lados del cuerpo, así como también coordinar funciones óculo-motoras (movimientos de ojo y mano).
Sistema Táctil: Reflejos primitivos y Desarrollo Emocional Esquema Corporal, Destrezas orales, motoras y manuales Protección de estímulos riesgosos. Sistema Propioceptivo: Alineamiento Postural, Fluidez y precisión de movimientos. Sistema Vestibular: Control postural contra la gravedad, Reacciones de Equilibrio Coordinación motriz bilateral, estabilidad de campo visual
En resumidas cuentas, se puede decir que la integración sensorial “es la organización de sensaciones para su uso” (Jean Ayres, 1979). El cerebro es el que “integra,” es decir, localiza, reparte y ordena sensaciones. Cuando estas sensaciones fluyen de manera organizada o integrada, el cerebro puede utilizar esta “información sensorial” para formar percepciones, comportamiento y aprendizaje. Podemos entender qué sucede a nuestro alrededor, qué necesitamos hacer y cómo planeamos estas acciones, para responder a las demandas ambientales. Nuestro cuerpo responde con acciones, y esto genera un feedback que vuelve a entrar por nuestros sentidos hacia el cerebro, creando la posibilidad de aprendizaje.
¿QUE ES UNA DISFUNCION EN INTEGRACION SENSORIAL?
La disfunción en integración sensorial está relacionada a la forma en la que el sistema nervioso procesa la información sensorial. Una disfunción en procesos de integración sensorial significa que el cerebro no está procesando la información sensorial (del ambiente y del propio cuerpo) en forma precisa y ordenada. Cuando esta información sensorial le llega al niño de una manera confusa, sobre-estimulante, o distorsionada, es difícil poner atención, aprender y ejecutar acciones con cierto grado de habilidad. El niño con dificultades de integración sensorial se frustra fácilmente al realizar tareas simples y cotidianas. Si el cerebro integra sensaciones pobremente, habrá más esfuerzo y dificultad en realizar actividades, y menos éxito y satisfacción. Ya que aprendemos y adquirimos experiencia acerca del mundo a través de nuestros sentidos, al haber problemas de integración sensorial, un niño no será capaz de procesar apropiadamente esta información proveniente de los sentidos, presentando como consecuencia dificultades en el aprendizaje. Trastornos de procesos de integración sensorial, provocan disminución en la capacidad de atención y concentración, problemas de planeamiento motor y coordinación corporal, dificultad para seguir instrucciones, problemas para mantener posturas y permanecer sentados en una silla, baja autoestima y disminución en las interacciones sociales con sus pares. Interfiriendo en el desarrollo adecuado de ciertas habilidades. La disfunción en integración sensorial se da de manera muy distinta en los diferentes niños. No todos los niños con trastornos en integración sensorial presentan los mismos patrones de comportamiento y problemas. Además, muchas veces los problemas de integración sensorial co-existen junto a otros diagnósticos. Es importante diferenciar las dificultades que se deben a trastornos de integración sensorial a las que son provocadas por otras condiciones médicas o educacionales. Cuando decimos que existe un trastorno de integración sensorial, nos referimos a que existe una alteración a nivel de cómo el cerebro procesa la información sensorial. Los problemas de integración sensorial no son como los problemas asociados a un daño o trauma cerebral. En muchos casos, las estructuras del cerebro están intactas. El problema en los trastornos de integración sensorial está en las conexiones entre las diferentes partes del cerebro. Para poder integrar y procesar información, las diferentes partes del cerebro deben poder comunicarse de manera automática y fluida, para que los mensajes viajen rápido, claros y completos. Si esto no ocurre, vemos en el niño dificultades para adaptarse a cambios en el medio ambiente, torpeza en los movimientos, déficit en la atención y concentración, trastornos del aprendizaje, etc. Los niños con disfunción en integración sensorial necesitarán de una intervención que les ofrezca recurridas oportunidades para vivir experiencias sensoriales que ayudarán a sus sistemas nerviosos a interpretar información de forma más eficiente.
¿CUALES SON LOS SIGNOS DE UNA DISFUNCION EN INTEGRACION SENSORIAL?
EXTREMA SENSIBILIDAD A CIERTOS ESTÍMULOS Y SENSACIONES El niño tiende a evitar y protegerse de sensaciones táctiles que no perturban a los demás niños de su edad. Muestra un gran disgusto por sensaciones tales como pegajosas, húmedas, arenosas, incluso el contacto con otros niños. También presenta reacciones adversas a sensaciones táctiles durante el cambio de ropa (ciertas texturas de ropa o las etiquetas le molestan) y durante el lavado de mano y de cara.
Inusual temor al movimiento y a la altura que no se presenta en otros niños de su edad. Extremo temor y ansiedad a estar elevados del suelo, que se evidencia al no querer subirse a los ascensores, columpios, resbalines, etc. Extrema sensibilidad a sonidos en el ambiente. A veces el niño no es capaz de poner atención en clases debido a un déficit en la capacidad de filtrar sonidos ambientales, y se distrae fácilmente de lo que dice el profesor. También puede presentar extrema sensibilidad a ciertos olores, gustos o formas luminosas, cubriéndose los ojos con las luces, o haciendo arcadas con los olores.
BÚSQUEDA EXCESIVA DE SENSACIONES Y ESTÍMULOS
Constante búsqueda de movimiento. Incluso a veces pareciera no marearse con movimientos rotatorios excesivos. Necesidad constante de experimentar sensaciones de tacto y propiocepción, se apoya y empuja con el cuerpo a otros niños, y parece no notar sensaciones típicamente dolorosas.
DIFICULTAD EN PLANEAR Y EJECUTAR ACCIONES MOTORAS
El niño se muestra torpe motrizmente, a veces chocando con muebles u otros niños. Debido a esta torpeza y dificultad en la ejecución de movimientos, el niño se aparta de participar en juegos motores con sus pares. Presenta dificultades en planificar secuencias de movimientos o acciones para lograr sus objetivos (por ejemplo: al ponerse el delantal, o trepar estructuras de juego en el patio). Como le resulta difícil innovar y planificar en juegos nuevos, tiende a seleccionar los mismos juegos todos los días.
DIFICULTAD EN LA MANTENCIÓN DE POSTURAS Y COORDINACIÓN DE AMBOS LADOS DEL CUERPO
Le resulta difícil al niño mantener una postura adecuada en la silla durante las clases, tendiendo a “desplomarse” y apoyarse sobre el banco. El niño muestra gran dificultad en coordinar movimientos corporales. Le resulta difícil coordinar ambos lados del cuerpo durante actividades bilaterales (por ejemplo: andar en bicicleta, amarrarse los zapatos, recortar con tijeras tomando el papel con la otra mano). Fácilmente el niño pierde el equilibrio. Demuestra confusión en la orientación viso-espacial.
POBREZA EN LA DISCRIMINACIÓN DE LOS DIFERENTES ESTÍMULOS
Le resulta difícil al niño ejecutar actividades de motricidad fina que requieren discriminación táctil y precisión en los movimientos (por ejemplo: abrochar botones, manipular objetos muy pequeños, tomar correctamente el lápiz). El niño no discrimina el nivel de presión que debe aplicar sobre el lápiz para escribir (aplica mucha presión o muy poca), al igual que cuánta presión o fuerza debe aplicar al manipular otros objetos (tiende a romper las cosas fácilmente). Presenta dificultad en diferenciar sonidos.
¿CUAL ES EL TRATAMIENTO PARA LOS TRASTORNOS EN INTEGRACION SENSORIAL? Si existen sospechas de una disfunción en integración sensorial en un niño, éste debe ser referido a un especialista en el área para ser evaluado. La mayoría de las veces este especialista será un terapeuta ocupacional; sin embargo, existen algunos kinesiólogos y fonoaudiólogos que también se han entrenado en esta área. El terapeuta reunirá información desde diversas formas de evaluación. Obtendrá importante información cualitativa observando al niño durante diferentes actividades; cómo responde a los estímulos y demandas ambientales, y cómo se desempeña en sus habilidades motoras. Luego complementará sus observaciones con tests específicos para medir alteraciones en funciones sensorio-integrativas. Las evaluaciones se acompañan de entrevistas a los padres y cuestionarios para reunir toda aquella información significativa para completar la evaluación. Luego el terapeuta podrá determinar si existe un problema y que tipo de intervención sería la más apropiada. El terapeuta utilizará la información recolectada a través de las evaluaciones para determinar cuáles son las áreas de mayor habilidad y destreza en el niño, y cuales presentan mayor desafío. El terapeuta también hará recomendaciones acerca de la necesidad de tratamiento y qué tipo de intervención sería la más beneficiosa para el niño. Además ofrecerá sugerencias de diferentes actividades para apoyar el tratamiento, y estrategias a ser incorporadas en la casa. Es favorable pesquisar estos trastornos a la más temprana edad posible. El desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso a temprana edad posee características de plasticidad, es decir, el cerebro es más moldeable y por lo tanto puede ser influenciado de
forma más significativa. La terapia dirigida a mejorar funciones básicas en el sistema nervioso es posible debido a esta característica de plasticidad cerebral. No existe un protocolo previamente establecido y descrito para la terapia dirigida a tratar funciones de integración sensorial. Los terapeutas que dominan conocimientos en el área crean un programa único y específico para cada niño. Seleccionando aquellas actividades que mejor puedan proporcionarle las experiencias sensoriales necesarias para progresar en su tratamiento. Un niño que disfruta lo que está haciendo estará más motivado y persistirá durante momentos de mayor desafió durante la terapia. Un ambiente de juego es la principal característica de este tipo de terapia.
¿QUE PUEDEN HACER LOS PADRES? Lo primero es informarse lo más posible acerca de la disfunción en integración sensorial para así ser capaces de asistir mejor al niño en todas las áreas. Cuando los padres se interesan en este tipo de problemas, y se preocupan de preguntar y averiguar acerca de la integración sensorial, ya han dado el paso más grande hacia delante para una intervención exitosa. Padres bien informados son capaces de reconocer cómo el niño aprende, y cómo la Disfunción en Integración Sensorial los afecta en su comportamiento, desarrollo de habilidades e interacciones sociales. Aparte de entender y apoyar a los hijos durante el proceso de terapia, es importante que los padres sean capaces de comprometerse a mantener una consistencia en el tratamiento, es decir, llevar al niño a todas sus sesiones. Este tipo de tratamiento generalmente requiere de varias sesiones ya que los objetivos son a largo plazo. Consistencia en la terapia es un elemento clave para ver resultados. Establecer una buena comunicación con el terapeuta es fundamental para progresar en la terapia. Cuando los padres y terapeutas trabajan en equipo ambos generan nuevas perspectivas hacia el funcionamiento del niño, lo cual conlleva a un mejor entendimiento y a una intervención más efectiva. Es importante también que los padres sepan identificar y potenciar las fortalezas del niño, procurando siempre que la posible existencia de dificultades en otras áreas de funcionamiento no interfieran con los demás procesos del desarrollo necesarios para alcanzar una vida productiva y satisfactoria (inteligencia, personalidad, temperamento y autoestima). ¿Qué es la integración sensorial? La integración sensorial es un proceso complejo que permite a una persona tomar, organizar e interpretar información que recibe de su cuerpo y del mundo externo. Este proceso neurobiológico innato permite al cerebro integrar e interpretar estímulos sensoriales. Toda la información que nos llega del ambiente la recibimos a través de nuestros sentidos sensoriales. Por ejemplo, para saber si la sopa esta fría o caliente, si nos duele la picadura de una abeja y también cosas como dónde están nuestros brazos y piernas y cómo acomodar nuestro cuerpo para sentarnos en una silla. Estos procesos sensoriales ocurren dentro del sistema nervioso a un nivel inconsciente. Si bien conocemos los sentidos del gusto, olfato, tacto, visión y audición,
muchos de nosotros desconocemos otras experiencias sensoriales que nuestro sistema nervioso también recibe e integra tales como el sentido del movimiento, la percepción corporal, y la fuerza gravitacional. El eficiente uso de información sensorial nos permite funcionar de una manera armónica y organizada en nuestra vida diaria. La mayoría de las personas naturalmente obtienen de sus experiencias diarias una adecuada "dieta sensorial" que nutre su sistema nervioso y les permite crear circuitos saludables. Los niños obtienen "alimento" para su cerebro, de experiencias cotidianas como hamacarse, trepar, amasar plastilina o jugar con arena. Sin embargo, aquellos niños con "disfunciones en la integración sensorial" malinterpretan los estímulos sensoriales que le llegan a través de sus sistemas sensoriales y a menudo reaccionan en forma desmedida o inadecuada. La teoría general de integración sensorial fue desarrollada por la Dra. Jean Ayres, de los Estados Unidos, quien después de obtener su licenciatura en Terapia Ocupacional y un doctorado en Psicología Educacional de la Universidad del Sur de California, comenzó trabajos de post-grado en el Instituto de Investigación Cerebral de la Universidad de California en Los Ángeles. Allí ella comenzó a formular su teoría de disfunción en integración sensorial, entre los años 1960 y 1970. Previo al hito marcado por el trabajo de investigación de la Dra. Ayres los niños que tenían disfunciones en integración sensorial sufrían de una disfunción que era malentendida y malinterpretada. A través de su investigación la Dra. Ayres logró descubrir que estos niños tenían un desorden neuronal que resultaba en una organización ineficiente de la recepción sensorial captada por el sistema nervioso. Ella desarrolló herramientas diagnósticas para identificar este desorden y propuso un acercamiento terapéutico que transformó a la Terapia Ocupacional pediátrica. En el año 1977 la Dra. Ayres abre su clínica en el sur de California, para la evaluación y tratamiento específico de estos niños así como para el entrenamiento de profesionales. La integración sensorial se centra primariamente en tres sentidos básicos: táctil, vestibular y propioceptivo. Estos tres sistemas empiezan a funcionar muy temprano en la vida incluso antes del nacimiento y continúan desarrollándose a medida que la persona madura e interactúa con su medio ambiente. Por ejemplo el sistema vestibular es uno de los primeros en desarrollarse y alcanza su madurez alrededor de las 28 semanas de gestación. Estos sentidos básicos están íntimamente conectados entre ellos y forman conexiones con otros sistemas del cerebro. A pesar de que estamos menos familiarizados con estos tres sistemas sensoriales que con la visión y la audición, estos son críticos para nuestra supervivencia y nuestro desarrollo armónico. La interrelación entre sentidos es compleja, pero básicamente nos permiten experimentar, interpretar y responder a diferentes estímulos del medio ambiente, de manera de interpretar una situación en forma correcta y poder emitir una repuesta apropiada. En general la disfunción dentro de estos tres sistemas se manifiesta de muchas maneras. Un niño puede tener una respuesta hiper o hipo-sensitiva al input sensorial. El nivel de actividad puede ser inusualmente alto o bajo, un niño puede estar en
movimiento constante o fatigarse fácilmente. Además, algunos niños pueden fluctuar entre estos extremos. En general, el niño tiene dificultades en el "filtrado" de la información que le llega de sus sentidos, para decidir a qué responder y qué estímulos ignorar y por lo tanto aparece desorganizado y fuera de sincronía con su medio ambiente. Los problemas en la coordinación motora gruesa y/o fina también son comunes cuando estos tres sistemas son disfuncionales y pueden observarse retrasos en el habla, el lenguaje y un bajo rendimiento escolar. En cuanto a la conducta, el niño puede tornarse impulsivo, distraerse fácilmente y mostrar una falta general de planeamiento en su conducta. Algunos niños pueden tener también dificultades para ajustarse a situaciones nuevas y pueden reaccionar con frustración, agresión, retraimiento o en forma estereotipada. La evaluación y tratamiento de las disfunciones de integración sensoriales son realizados por una Terapista Ocupacional entrenada específicamente en este campo. Los objetivos generales del terapista son: 1) Proveer al niño con información sensorial que lo ayude a organizar su sistema nervioso central. 2) Asistir al niño a inhibir o modular la información sensorial. 3) Asistir al niño a procesar una respuesta al estímulo sensorial más organizada. Cuando el tratamiento de integración sensorial es exitoso, la persona es capaz de procesar información sensorial compleja en una forma más efectiva. El mejoramiento se observa en una respuesta motora más coordinada y eficiente y una adecuada respuesta a experiencias sensoriales que antes provocaban una reacción desmesurada o ineficiente. Por ejemplo ahora el niño será capaz de tolerar que le corten el pelo o las uñas, sin llorar y/o replegarse aterrorizado. O podrá disfrutar de que le canten la canción del feliz cumpleaños sin taparse los oídos o parecer molesto y perturbado. Estos niños también podrán demostrar progresos en el desarrollo del lenguaje y en la escuela. Además se observará respuestas más apropiadas en relación al medio ambiente y esto llevará a un mejor ajuste emocional y a un incremento de las habilidades sociales y personales y/o mejoramiento de la confianza en sí mismo. Teóricamente cuando el sistema nervioso de una persona comienza a funcionar eficientemente, el individuo aparece mejor organizado y más seguro de sí mismo porque puede ahora interpretar al mundo externo apropiadamente y con exactitud.
(Extracto de Autor: Ma. Rosa Nico, TO http://www.ibeaudry.com/s5/integracion-sensorial/ La Teoría de la Integración Sensorial
La Teoría de la integración sensorial es una respuesta científica a múltiples y muy diversos problemas infantiles de aprendizaje, comportamiento, desarrollo y descoordinación motriz, tales como la hiperactividad, la mala inserción escolar, las disfunciones relacionadas con el autismo o las dificultades en el proceso de alimentación. Podemos definir la integración sensorial como la capacidad que posee el sistema nervioso central (S.N.C.) de interpretar y organizar las informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo. Dichas informaciones, recibidas por el cerebro, son analizadas y utilizadas para permitirnos entrar en contacto con nuestro ambiente y responder adecuadamente. La Teoría de la integración sensorial fue creada para abordar problemas de aprendizaje en los niños. Se trata, más que de una técnica específica, de un enfoque terapéutico. Su creadora fue la doctora Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense, que formuló dicha Teoría de la integración sensorial a partir de sus propias investigaciones y estableció también la evaluación y el tratamiento de las disfunciones de integración sensorial. Ayres se interesó, inicialmente, por los problemas perceptivos cuyo origen se encontraba en los traumatismos craneanos, los accidentes cerebro-vasculares y la parálisis cerebral. En los años sesenta del pasado siglo, después de haber completado estudios de doctorado y post-doctorado en Neurofisiología, comenzó a formular hipótesis sobre los procesos neurobiológicos susceptibles de ser asociados con los problemas de aprendizaje en los niños, y creó una evaluación sistemática para poder medir las funciones perceptivo-motrices. Sus primeros conceptos teóricos se basaron en estudios de neuroanatomía, neurobiología y neurofisiología. Durante más de veinte años realizó numerosas investigaciones clínicas tanto con niños normales como con niños afectados por problemas de aprendizaje, para las cuales utilizó las evaluaciones que había creado. Dichas evaluaciones fueron perfeccionadas por la propia Ayres a lo largo de sus investigaciones y en la actualidad sirven para medir los distintos procesos neurológicos que contribuyen a la capacidad de aprender. Los resultados de las evaluaciones de los niños normales permitieron la elaboración de escalas de actuación media según la edad. El análisis de estos resultados permitió que se identificaran varios tipos de disfunciones de integración sensorial. Jean Ayres estableció unos criterios muy rigurosos para la administración y el análisis de sus evaluaciones. Por ello, se necesita una formación específica para poder evaluar y tratar disfunciones de la integración sensorial. Los cursos de formación en evaluación y tratamiento de problemas de integración sensorial impartidos en todo el mundo están abiertos exclusivamente a terapeutas ocupacionales.
El proceso de la integración sensorial
La integración sensorial es un proceso neurológico y la teoría de Ayres establece la relación existente entre dicho proceso neurológico y el comportamiento. Ayres desarrolló su teoría de integración sensorial con el objetivo de describir, explicar y predecir las relaciones específicas entre el funcionamiento neurológico, el comportamiento sensorimotor y el aprendizaje académico. Esperaba poder identificar patrones de disfunción entre los niños con problemas de aprendizaje y poder desarrollar tratamientos específicos. Buscaba, ante todo, poder explicar las causas de estos problemas con el fin de determinar el tratamiento óptimo. Ayres define la disfunción de integración sensorial como un mal funcionamiento de la organización de la información dentro del S.N.C., el cual no consigue organizar los impulsos sensoriales para poder darle al individuo una información adecuada y precisa sobre él mismo y su ambiente. Esta disfunción suele reflejarse en el comportamiento y en la coordinación motora. Para entender esta definición, Ayres propone la siguiente analogía: el S.N.C. es como una ciudad y los impulsos nerviosos son como la circulación de los vehículos por sus calles. Un buen proceso de integración sensorial permite una circulación fluida y que todos lleguen a su destino rápidamente. Una disfunción de la integración sensorial es un tipo de atasco en el cerebro. En la disfunción de integración sensorial, parte de la información sensorial queda atrapada en el atasco y algunas partes del sistema nervioso no reciben la información que necesitan para poder realizar su trabajo. Es importante distinguir entre las disfunciones de integración sensorial y otras condiciones que pueden causar problemas de aprendizaje. Una disfunción de la integración sensorial es un mal funcionamiento y no una ausencia de función. Por ejemplo, la persona ciega no recibe información visual, lo cual es una ausencia de función. Una lesión en la parte del S.N.C. que dirige los músculos causa un problema neuro-muscular, lo cual no es una disfunción de integración sensorial. Las disfunciones de la integración sensorial no son siempre la causa de los problemas académicos existentes, que pueden deberse a múltiples motivos como, por ejemplo, a una vida afectiva perturbada. Según Ayres, las causas de disfunción de la integración sensorial podrían ser las siguientes: problemas durante el parto, factores hereditarios y químicos o bien una falta de estimulación sensorial. Los síntomas son la hiperactividad y la distracción, problemas de lenguaje, problemas de comportamiento, ligeros problemas de coordinación y de control postural y problemas de aprendizaje (lectura, escritura, matemáticas). Niños con problemas de aprendizaje y/o comportamiento debido a una mala integración sensorial Existen niños normales, incluso con niveles de inteligencia superiores a la media, pero que no perciben el mundo que les rodea como los demás. Tienen reacciones emotivas exageradas y no pueden soportar cambios en su rutina diaria. No son capaces de atender en clase, no comprenden bien lo que se les explica, parecen vagos, tienen graves problemas con la lecto-escritura y/o no pueden estar quietos ni un instante.
Son candidatos ideales al fracaso escolar y a caer en la pérdida de la autoestima. Los castigos o las clases particulares complementarias no surten mucho efecto. ¿Por qué todo esto? Padecen un problema de integración sensorial. La información que llega a su cerebro no es bien procesada y son víctimas de esa desorganización. Por supuesto, no todos los problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños se deben a una mala integración sensorial. Pero los expertos (Carte y otros, 1984. Developmental and Behavioral Pediatrics, 5 (4), pp.189194) consideran que un 70 por ciento de dichos problemas son causados, en modo más o menos directo, por disfunciones en la integración sensorial. La Teoría de la integración sensorial aplicada a niños que padecen este problema se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los relacionados con el movimiento), los propioceptivos (los relacionados con los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el sistema nervioso de estos pequeños de la misma manera que lo hace el sistema nervioso de la mayoría de los niños. Las deficiencias en el procesamiento sensorial se manifiestan frecuentemente en comportamientos de búsqueda de estímulos o de evitación de estímulos. En ambos casos, la consecuencia es que el niño se mueve mucho, lo cual interfiere tanto en su capacidad de prestar atención como en su comportamiento, que muchas veces no es el que los demás esperan de él. Asimismo, ese procesamiento sensorial anómalo provoca que al pequeño le resulte difícil filtrar, seleccionar los diversos estímulos sensoriales que recibe. Porque atiende en la misma medida a la sensación de la ropa sobre su piel, que al ruido de un camión en la calle o a la voz de la maestra en clase. Es decir, su cerebro no es capaz de inhibir las sensaciones sin relevancia para atender solamente a las que la tienen. Por ello, porque es una circunstancia que está fuera del control voluntario del individuo afectado, la política de castigos y recompensas -aunque puede ayudar a mejorar algo el comportamiento del niño- no soluciona el problema, que a menudo provoca una pérdida de autoestima y un aislamiento académico y del círculo de amigos habitual que, en demasiadas ocasiones, conducen finalmente a los muchachos afectados a la calle y a caer en la delincuencia. En Estados Unidos, donde más estudios existen sobre este problema, alrededor de un 50 por ciento de los delincuentes juveniles padeció en su niñez problemas de integración sensorial y fracaso escolar. En países como Australia, Canadá, Estados Unidos o Suecia, los tratamientos de integración sensorial son habituales desde hace varias décadas, tanto en el ámbito sanitario como en el escolar, para remediar estos problemas, pero por desgracia en España aún son muy pocos los niños que se benefician de dicho enfoque terapéutico. El País Vasco es la única comunidad autónoma española que ya ofrece a los escolares servicios de Terapia Ocupacional Pediátrica, dentro de los cuales se incluyen tratamientos basados en la teoría de la integración sensorial. En cuanto a publicaciones sobre esta especialidad, el mundo hispano acusa un notable retraso con respecto al mundo
anglosajón. Curiosa y desgraciadamente, frente a los numerosos libros existentes sobre el tema en inglés, hasta hace poco tiempo no existía ninguno escrito en español. Recientemente, y más de 30 años después de la aparición del primer libro sobre el tema, Sensory Integration and Learning Disorders, de la doctora Jean Ayres, ha sido publicado por Ediciones Nobel Problemas de aprendizaje en la infancia – La descoordinación motriz, la hiperactividad y las dificultades académicas desde el enfoque de la teoría de la integración sensorial, un libro de Isabelle Beaudry dirigido a los padres y a todos aquellos que tratan con niños, como son maestros, pediatras, fisioterapeutas, psicólogos o logopedas.
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