La Impotencia Del Exiliado en "A Los Hombres Futuros" de Bertolt Brecht

September 14, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Duván Duque La impotencia del exiliado en A los los ho hom mbre ress fut futuro uross de Bertolt Brecht

En  A los hombres futuros encontramos futuros  encontramos un ejemplo paradigmático de muchos de los elementos de la obra de Bertolt Brecht. Escrito en 1938 durante su exilio en Dinamarca, el poema evidencia el gran cambio que estaba sufriendo la poesía (o el arte en general) después de la Primera Guerra Mundial, cambio en el que Brecht tuvo un  papel protagonista. En el arte del mundo de entreguerras no es posible ya el hedonismo estético y la exaltación romàntica. Hablar de los temas que durante siglos habían  protagonizado la lírica es ahora inmoral, prácticamente un ‘crimen’, ya que hacerlo es ocultar los horrores reales de la existencia humana. El arte debe perder su excesiva tendencia a la decoración para cumplir fines cada vez más políticos, convirtiéndose en un medio de protesta y lucha. Sin embargo, si bien todo esto está presente en el poema, el tono no es el de un joven revolucionario que busca el cambio y la exaltación social  por medio de sus palabras, sino más bien el de un hombre impotente y derrotado, un hombre sin fé en el efecto de sus palabras, un hombre que no puede hacer más que sobrevivir y avergonzarse por ello, anhelando el cambio en un futuro lejano, mucho más allá de su muerte. El poema está dividido en tres partes. La primera parte es especialmente interesante para el estudio de la obra de Brecht, ya que en ella el poeta explica su manera de ver la escritura poética en su tiempo: Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos. Verdaderamente, Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa revela insensibilidad. El que ríe es que no ha oído aún la noticia terrible, aún no le ha llegado. ¡Qué tiempos éstos en que hablar sobre árboles es casi un crimen  porque supone callar callar sobre tantas tantas alevosías! alevosías!1 

Esto es un claro rechazo de lo que había sido la corriente principal de la lírica tradicional y romàntica. La visión romàntica de la naturaleza no tiene cabida en el mundo que ha vivido los horrores de la guerra. Ya no es posible hablar de árboles. Ya no es posible vivir riendo. Tampoco es posible recurrir a los adornos de la forma lírica; la poesía de Brecht intenta limpiarse de estos, acercándose al lenguaje coloquial y frío. De esta manera Brecht se anticipa a lo que será la teoría estética de Adorno tras la segunda guerra mundial. Los versos anteriores parecen inspirar las palabras de Adorno,  para quien “Escribir después de Auschwitz es un acto de barbarie”2.

1

 Bertolt Brecht, Poemas Brecht,  Poemas y Canciones, Canciones, trad. Jesús Lopez Pacheco y Vicente Romano, 1968, Madrid, Alianza, p. 97. 2  T. W. Adorno, Prismas Adorno, Prismas,, 1962, Barcelona, p. 23.  

 

¿Cómo es posible que se haya llegado a este giro tan dramático? Es curioso que sea la consciencia de vivir en un mundo lleno de horrores lo que haga que muchos artistas de las vanguardias se alejen de la idealización, el hedonismo estético y la fantasía, especialmente si tenemos en cuenta que gran parte de la crítica coincide en que son precisamente las duras condiciones de la existencia humana del hombre medieval lo que lo lleva a refugiarse en un arte fantasioso y lleno de decoro y fantasía, provocando la casi inexistencia del realismo en sus producciones literarias. Para que se lleve a cabo este giro es necesaria una reconceptualización del arte y su propósito. En la lucha ideológica, política y militar de la Europa de principios de siglo, cada parte de la sociedad adquiere una posición y una función en cuanto a la guerra. El arte, como prácticamente todo lo demás, se militariza. El arte se convierte en un arma de ataque, o mejor, en la mayoría de los casos, de contraataque. Para el poeta de Augsburg fascinado por las ideas comunistas, la poesía y el teatro se convierten en medios de lucha contra los nazis. Es por esto que podemos entender que hablar de los temas románticos sea ahora criminal. Lejos de la contemplación pasiva del romántico o del sabio, el poeta del nuevo mundo, el artista vanguardista de los ‘tiempos sombríos’, es un agente activo, inquieto y violento: Me gustaría ser sabio también. Los viejos libros explican la sabiduría: apartarse de las luchas del mundo y transcurrir sin inquietudes nuestro breve tiempo. ti empo. Librarse de la violencia. dar bien por mal, no satisfacer los deseos y hasta olvidarlos: tal es la sabiduría. Pero yo no puedo hacer nada de esto: 3 verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.  

¿Por qué no hacer esto ahora que puede, ahora que está en el exilio? Tanto la vergüenza de haber huido, dejando a otros muchos en el sufrimiento, como la labor combatiente del poeta marxista, lo hacen imposible: “¿Cómo puedo comer y beber4 / si al hambriento le quito lo que como y mi vaso de agua le hace falta al sediento?”  Sin embargo, el poeta no puede dejar de pensar de  pensar en su supervivencia y por lo tanto: “Y, sin 5 embargo, como y bebo.”   Y, sin embargo, come y bebe. La supervivencia salvaje parece ser la norma en el mundo que describe Brecht en la segunda parte de su poema. Ahora los verbos hablan de su pasado (en la primera parte se referían al presente). presente) . El ‘yo poético’ parece situarse más allá de su propia muerte repitiendo, al final de cada estrofa: “Así pasé el tiempo que

3

 Bertolt Brecht, Poemas Brecht, Poemas y Canciones, Canciones, trad. Jesús Lopez Pacheco y Vicente Romano, 1968, Madrid,

Alianza, p. 98. 

4

 Ibidem.   Ibidem.

5

 

me fue concedido en la tierra” 6. En su descripción de lo que fue su vida, las constantes referencias a la civilización urbana e ilustrada junto a descripciones de estados más  propios de una existencia salvaje, bárbara y despiadad, nos dan una idea de el evidente fracaso que había tenido el proyecto civilizador de la Ilustración, al menos a los ojos del  poeta. Los versos “Llegue a las ciudades en tiempo de desorden”7 y “En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos” 8  ilustran magistralmente esta idea. La supuesta ascención lineal del proyecto civilizador los había llevado a la guerra, no solo significando un retorno a la barbarie sino probablemente a un estado aún más ‘bajo’, “cuando el hambre reinaba/ Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía”, un tiempo donde el pan se come “entre batalla y batalla”, y donde, una vez más, el hombre nos dice que “contempló la naturaleza con impaciencia” 9 (por si no nos había quedado claro que este no era tiempo tie mpo para románticos y sabios). El poeta, por tanto, hace lo que puede por su supervivencia, uniéndose a la lucha y a la rebelión. ¿Consigue algo con su poesía? Esta pregunta debió haber estado  presente en Brecht durante sus años de exilio. En este poema no vemos la vigorosa voz de un revolucionario. Se intuye un ‘yo poético’ cansado, rendido, impotente: “Escasas eran las fuerzas/ La meta estaba muy lejos aún/ ya se podía ver claramente, aunque para mi fuera casi inalcanzable.” inalcanzable.”10 Con este mismo tono de hombre impotente y derrotado, incapaz de lograr cambio alguna o de si quiera soñar con verlo en su propia vida, el ‘yo  poético’ se dirige a sus futuros fu turos lectores en la tercera parte del poema. poema . A “Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido” la voz parece pedir  perdón por haber tenido que hacer poesía de esta manera, ya que “También la ira contra la injusticia pone ronca la l a voz”11. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre,  pensad en nosotros nosotros 12 con indulgencia.  

Con esta fé en un futuro utópico, donde tanto la ilusión marxista como el paraíso cristiano se hagan realidad, termina el poema. El lector de hoy se ve forzado a considerar si es él el hombre ‘futuro’ al que va dirigido el poema. ¿Es su mundo un mundo en que el hombre es amigo del hombre? ¿Ha llegado el fin de las guerras para dar paso a la utopía con la que soñaba Brecht? El efecto, por tanto, no es el que Brecht hubiera deseado. El lector de hoy se ve forzado a aceptar que no es él el destinatario del  poema, y no puede más que anhelar, como Brecht, que algún otro, en algún futuro,  pueda tomar el poema como dirigido a él. 6

 Bertolt Brecht, Poemas Brecht, Poemas y Canciones, Canciones, trad. Jesús Lopez Pacheco y Vicente Romano, 1968, Madrid, Alianza, p. 98.  7  Ibidem. 8  Ibid., p. 99. 9

 Ibidem.

10 11 Ibidem. 

 Ibid. p. 100.

12

 Ibidem. 

 

Bibliografía Bertolt Brecht,  Poemas y Canciones, Canciones, trad. Jesús Lopez Pacheco y Vicente Romano, 1968, Madrid, Alianza. 

Philip Thomson, ‘Brecht’s Poetry’, in: The Cambridge Companion to Brecht , ed. Philip Thomson, 2007, Cambridge University Press. Theodore F. Rippey, Rippey, ‘Brecht ‘Brecht and Exile: Poetry after Weimar, Poetics during Blitzkrieg’, Blitzkrieg ’, in:  Monatshefte  Monatshefte,, Volumen 101, Numero 1, Spring 2009, pp. 37-55 (Artículo). T. W. Adorno, Prismas Adorno, Prismas,, 1962, Barcelona, Ariel. 

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