La Iglesia Olvidada: La Teología de la Liberación en Valparaíso
May 9, 2017 | Author: Brignardello | Category: N/A
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ANDRÉS BRIGNARDELLO VALDIVIA
LA IGLESIA
O LV I D A D A LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
EN VALPARAÍSO Premio Especial del Jurado Concurso “Escrituras de la Memoria” 2009 Consejo Nacional del Libro y la Lectura
La Teología de la Liberación en Valparaíso
ANDRÉS BRIGNARDELLO VALDIVIA Premio Especial del Jurado Concurso “Escrituras de la Memoria” 2009 Consejo Nacional del Libro y la Lectura
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Editorial Punta Ángeles Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación Andrés Eduardo Brignardello Valdivia Registro Propiedad Intelectual: Nº 189.383 ISBN: Diseño de Arte: Jaime Garnham Diseño Gráfico y Diagramación: Jaime Morales Soto Fotografía Solapa: Jorge Villa Moreno Impreso en Valparaíso, Julio de 2010
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Para mamá por su compañía sin condiciones
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“Lo que se teme no es el marxismo. A quien teme la sociedad e incluso la misma Iglesia es a Dios. A este Dios que libera, que legitima la lucha de los oprimidos y les da el coraje para el sacrificio último.” Leonardo Boff.
En nuestras comunidades en medio del pueblo vamos aprendiendo y mostrando que la oración comunitaria y la reflexión común de la Palabra de Dios, nos libera de rutinas y fatalismos es fuente de amor grande al pueblo y fuerza incansable de lucha por la justicia. Ronaldo Muñoz
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Índice
Presentación ............................................................................. 9 Prólogo ................................................................................... 13 La Iglesia en Valparaíso: Origen y Lucha por la Hegemonía ......................21 Siglo XX y los Nuevos Escenarios Sociales y Políticos ............................. 27 La Teología de la Liberación en la Iglesia Chilena ................................ 34 La Iglesia del Pueblo en Valparaíso ................................................. 41 Los Sacerdotes Catalanes en Valparaíso ............................................ 50 Miguel Woodward y la comunidad de Los Placeres ............................... 81 Alfredo Hudson y La Iglesia del Pueblo en Ramaditas .......................... 102 Antonio Llidó y el compromiso con Dios, el Pueblo y la Revolución...........122 Ya No Basta con Rezar: La vida comprometida de Darío Marcotti..............134 El Sobreviviente: La Consecuente Vida de Pepo Gutiérrez ....................143 Los holandeses de la Nueva Aurora .................................................153 Epílogo ..................................................................................163 Fotografías ............................................................................. 167 Bibliografía .............................................................................179
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PRESENTACIÓN
Este libro, nace en el año 2006 cuando iniciaba los registros del documental "Una Vida Verdadera: El Sacrificio de Miguel Woodward". Junto a la información que levantaba sobre la figura del sacerdote muerto en el buque escuela "Esmeralda", fueron apareciendo historias paralelas, que configuraban una escena mucho más amplia sobre sacerdotes comprometidos políticamente con las ideas socialistas. No todas estas historias finalmente fueron exhibidas en la película documental. Las notas, entrevistas, fotografías y los escritos del guión que quedaron luego del estreno, me convencieron que era necesario ampliar la historia de la Iglesia liberadora en Valparaíso y de esta forma retratar las innumerables experiencias evangelizadoras surgidas en todos los rincones de la diócesis. Me propuse contar la historia de la Iglesia Olvidada en mi ciudad, aquella comprometida con los postulados latinoamericanistas de la libertad y de la opción por los pobres, y hacerlo, como un ejercicio de memoria que confronta a la realidad del olvido, a la cual está sometida desde los días posteriores del golpe militar de 1973. Este olvido, se presenta como una necesidad política para emprender un nuevo comienzo en el país y en la misma Iglesia. Incluso, para la historiografía oficial, el olvido es una condición natural de la memoria, necesaria para la vida saludable de una sociedad. Sin embargo, "¿qué se debe recordar y como?", son procesos desarrollados a través de la máquina del poder político y económico. La memoria, se convierte entonces, en un producto que pude estar al servicio de la dominación y no necesariamente de la liberación social de la humanidad. Este trabajo, surgido durante la incansable lucha de la familia Woodward por recuperar los restos del sacerdote y condenar a los culpables de su asesinato bajo torturas, tiene como objetivo difundir a las nuevas generaciones las experiencias religiosas desarrolladas en la ciudad de Valparaíso, en el marco de un proceso social de liberación a las 9
condiciones de desigualdad y marginalidad a la cual estuvo sometida una vasta población de la región. Las historias de este libro se extienden durante la década de los 60 en Valparaíso y sus zonas aledañas. Década prodigiosa en iniciativas sociales y comunitarias que trataron de romper los esquemas de una sociedad fundada en privilegios y organizada por una clase dominante que controlaba casi todas las dimensiones de la vida civil en Chile. El ascendente movimiento popular buscó en la Iglesia apoyo para sus demandas y las encontró en un grupo de sacerdotes comprometidos socialmente que se entregó por entero a colaborar con el proceso de liberación que una gran parte del pueblo chileno buscaba. De esas iniciativas surgieron la Iglesia Joven, la Iglesia del Pueblo, el Grupo de los 80 y posteriormente "los Cristianos por el Socialismo". En Valparaíso, escenario en que se sitúan las historias descritas en este libro, se vivió un proceso de trabajo social y comunitario basado en un cristianismo profético que inundó una gran parte de las parroquias y que provocó gran revuelo entre los feligreses. En 1968, un grupo de sacerdotes, organizados en la Pastoral Obrera de Valparaíso, se rebeló públicamente a la jerarquía del obispo Emilio Tagle y cuestionó su conducción pastoral, contraria a los vientos de cambio prometidos por el Concilio Vaticano II en la primera mitad de la década de los 60. De esa primera rebelión nació la llamada "Iglesia del Pueblo", organización de laicos que buscaban en la relación de cristianos y marxistas un nuevo camino para la construcción del socialismo y un nuevo rol para la iglesia liberadora en Chile y, particularmente, en Valparaíso. En la Diócesis de Valparaíso se generaron variadas iniciativas sociales que fueron enfrentadas desde un primer momento por el obispo más reaccionario del clero nacional, Emilio Tagle Covarrubias, famoso por su conservadurismo y su anticomunismo, quien, después del Golpe de Estado, no tardó en justificar los crímenes de la dictadura escudándose en una interpretación cristiana que ponía acento en lo espiritual, por sobre 10
los derechos humanos y las esperanzas del pueblo pobre. En la ciudad puerto surgió, a propósito de la experiencia liberadora de muchos sacerdotes, la única película chilena que ha abordado el tema de los compromisos sociales de los católicos en "Ya No Basta con Rezar" de Aldo Francia. En esta diócesis se ejecutaron dos de los más crueles crímenes de la dictadura contra sacerdotes: la muerte de Miguel Woodward y el secuestro y asesinato de Antonio Llidó. También en la ciudad de Valparaíso se estableció complicidad entre la Armada y la Iglesia, que juntas lograron destruir la rica experiencia comunitaria surgida en las comunidades cristianas de base en la región. Producto de esta situación, cientos de pobladores fueron detenidos debido al soplonaje de sacerdotes adeptos a los militares. Otros sacerdotes fueron exiliados y deportados por su condición de extranjeros. Este libro trata de escarbar en la memoria para recuperar esa iglesia: la de los universitarios de Ramaditas; del cerro Toro, con Darío Marcotti, y de Forestal, con Ignasi Pujadas. Asimismo, intenta rescatar las experiencias poblacionales de Francesc Puig, en Quilpué, o las de Theo Pieterse, en Nueva Aurora. Ahora que Chile desea recobrar la memoria y se fomenta gran cantidad de producción literaria y audiovisual que estudia nuestro pasado reciente, entrego este libro a los cientos de pobladores, trabajadores y estudiantes que construyeron su utopía de la mano de Jesús y el Evangelio. Este libro es un homenaje a los torturados y perseguidos, y es testimonio de fe para quienes, pese a los horribles días de la represión, no olvidaron su compromiso con los más pobres y supieron vencer el miedo para seguir trabajando por construir un mundo nuevo. Quisiera dedicar este libro a todos aquellos que entregaron su testimonio y apenas pudieron contener sus emociones cuando relataban la vida cristiana de aquellos años. Dedico este libro a los sacerdotes Ronaldo Muñoz, Miguel Woodward, Darío Marcotti, Theo Pieterse, Antonio Llidó, Alfredo Hudson, Joan Alsina, 11
Francesc Puig, Joseph Ribera, Joan Casañas, Joan Sanmartí, Patricio Guarda, Luis Duarte y, muy especialmente, a José Gutiérrez, nuestro querido "Cura Pepo", quien desde su estatura moral nos enseñó a ver que la vida puede y debe ser vivida desde el compromiso y la convicción de la justicia. Agradezco a quienes han hecho posible este trabajo, al Fondo de Creación Literaria del Consejo del Libro y la Lectura, a mis amigos: Nelson Cabrera, Oscar Dávila, Phillipe Gascón, Mario Garcés, Fred Bennet, Patricia Woodward, Jaime Contreras, Álvaro Ramis, Maritza Farlora, Raúl Sanhueza, Jaime Morales, Jaime Garnham, Toño Suzarte, Adolfo Tannembaum, Maribel Sánchez, Marta Fernández, Carlos Fernández, Pedro Carreño, Jorge Escalante, Álvaro Cristi, Eliana Vidal, Luis Guastavino, Carlos Recabarren y Álvaro Brignardello, los que siempre tuvieron el tiempo y la disposición para colaborar y aportar a este trabajo literario. Agradezco también a mi familia, a mi madre, hermanos y a mis hijos por el cariño que me entregan para poder desarrollar los proyectos que me impongo. Finalmente agradezco a mi compañera Massiel su apoyo claro y concreto en esta obra, por iluminar mi vida y llenarla de sentido y alegría.
Andrés Brignardello Valdivia Abril de 2010.
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PRÓLOGO
Andrés Brignardello nos invita en "La Iglesia Olvidada", a revisitar el proceso social, cultural y religioso que vivió América Latina entre los años 60 y 80. Y lo contextualiza en Valparaíso, como territorio que configura una de las más profundas experiencias que podemos analizar en Chile. Se trató de una forma emergente de "Iglesia Liberadora" que resultó trágicamente truncada por los efectos de la ruptura democrática de 1973. En ese instante, la emergente Iglesia liberadora fue impactada por la muerte de sacerdotes y la persecución contra religiosas y agentes pastorales que incluyó detención, tortura, y expulsión. Podemos recordar los nombres de los sacerdotes Juan Alsina en Santiago, Miguel Woodward en Valparaíso, Gerardo Poblete en Iquique, y Antonio Llidó, en Quillota. Y por supuesto los nombres de quienes sobrevivieron y conviven hasta hoy como una "nube de testigos" para testimoniar la memoria liberadora de una Iglesia que se ha buscado invisibilizar y silenciar para siempre. La olvidada Iglesia liberadora fue una de las propuestas eclesiales que surgió dentro de la situación de Latinoamérica en los años 60 y 70. Pero no fue la única respuesta elaborada en ese momento: en primer lugar emerge una "Iglesia conservadora", que sostendrá el tradicionalismo preconciliar y aliada a la derecha tradicional. También existió la respuesta de la "Iglesia modernizada", adecuada al marco conciliar y aliada a movimientos de reforma política como la Democracia Cristiana, y por último se desarrolla la respuesta de la "Iglesia Liberadora". Estas tres posibilidades compartieron un mismo marco institucional, pero con identidades diferenciadas. La peculiaridad de la Iglesia liberadora es que no sólo fue capaz de asumir los lineamientos del Concilio Vaticano II, cosa que también asumió la Iglesia modernizada, sino que fue capaz de replantear ese nuevo marco doctrinal en el contexto latinoamericano de un modo creativo. En esta línea, su relación con la modernidad secular, no es comprendida de la misma manera que la teología progresista europea, es decir, como una reconciliación con los nuevos tiempos, en su sentido científico, 13
tecnológico, y político-ideológico. Es una apertura a la realidad humana de dolor, de contradicción, de explotación y deshumanización que nace de esta circunstancia histórica. Por ello, el lugar de la Iglesia liberadora es entendido como el servicio a los pobres y oprimidos. En esa perspectiva, elabora una crítica a la modernidad que supone la "complicidad" ideológica y práctica de otras corrientes de pensamiento, en especial con el marxismo, aunque no en forma exclusiva. Este proceso, ubicará a la Iglesia Liberadora en una posición en conflicto político con el Estado, y en tensión permanente con la institucionalidad jerárquica de la Iglesia. Esta situación, se acrecentará en los últimos años de la década de los ochenta junto al declinar de la dictadura militar. Paradojalmente, este estado de conflicto permanente aumentó el protagonismo y singularidad de este movimiento, generando un marco que contribuyó a su visibilidad pública, en cuanto movimiento religioso, social y político. La experiencia de la Iglesia liberadora. se debe contextualizar más allá del ámbito nacional. Ello debe ser así porque el alcance que ha llegado a tener este movimiento se debe medir a una escala continental, y por qué no decirlo, mundial. Basta recordar el debate generado por los "Cristianos por el Socialismo" durante el gobierno de Salvador Allende, que repercutió en la discusión teológica europea y norteamericana. Pero también, se debe reseñar la influencia del cristianismo liberador en la Revolución Sandinista de Nicaragua; en los movimientos revolucionarios de El Salvador y Guatemala; en el nacimiento del Partido de los Trabajadores y del Movimiento de los Sin Tierra en Brasil; en la constitución de organizaciones indígenas en Ecuador (CONAIE); en la elección de J.B. Aristide como primer presidente democrático de Haití en 1990; en el trabajo de concientización y educación popular desarrollado por catequistas en Chiapas que antecede al alzamiento del EZLN en 1994; solo por nombrar algunas de las experiencias más publicitadas en la prensa. Y recientemente, en los gobiernos de presidentes como Lula da Silva en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay y Rafael Correa en Ecuador. Todas estas experiencias, revelan la importancia y trascendencia de este movimiento en la historia reciente de América Latina, y muestran, que es 14
imposible analizar el desarrollo de sus movimientos sociales y procesos políticos sin tener en cuenta su incidencia. Los diferentes cristianismos liberadores también han sido, tal vez sin darse cuenta, un factor dinamizador de los procesos de articulación "creativa" y no dogmática de diferentes movimientos sociales. Este aporte, tiene que ver con la capacidad de síntesis creativas que se han heredado de la Teología de la Liberación. Joao Pedro Stedile, dirigente del Movimiento de los trabajadores rurales Sin Tierra de Brasil, ha aportado claridad en este respecto al reflexionar sobre la influencia de la Teología de la Liberación en su movimiento: "Hay dos factores que influyeron sobre la trayectoria ideológica del Movimiento. Uno es consecuencia del hecho de estar siempre muy pegados a la realidad, al día a día, lo que nos obliga, en cierta forma, a desarrollar una especie de pragmatismo. No pragmatismo en las ideas, sino en las necesidades. Uno tiene que utilizar lo que funciona, no puede defender una idea por la idea en sí. El segundo factor que nos influenció vino de la Teología de la Liberación. La mayoría de los militantes más preparados del Movimiento, tuvo una formación progresista en seminarios de la Iglesia. Esa base cristiana no devino en una predilección por el catolicismo o por el clero. La contribución de la Teología de la Liberación fue la de mantener una apertura a ideas varias. Si tú haces un análisis crítico de la Teología de la Liberación, verás que es una especie de simbiosis de varias corrientes de doctrina. Mezcla el cristianismo con el marxismo y con el latinoamericanismo. No es por azar que nació en América latina. En resumen, de ella incorporamos la disposición a estar abiertos a todas las verdades y no solamente a una, porque esa única 1 puede no ser verdadera " En el Chile de hoy, este proceso es notoriamente menos visible que en las décadas anteriores. En nuestro país, el regreso a la democracia representativa en 1991 supuso una rápida dispersión en la identidad y fuerza de la Iglesia Liberadora. Se pueden constatar causas de este
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Entevista a Joao Pedro Stedille, en www.rebelión.org, Noviembre 2002.
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proceso, en la fuerte invectiva censuradora e involucionista que la jerarquía católica asume, tanto en Chile como en el continente en general. Como afirma David Fernández "dos factores explican la situación actual de la Iglesia de base chilena: el repliegue de la Iglesia oficial y el cansancio de las comunidades. La jerarquía Chilena, en la línea de la involución eclesiástica mundial, ha optado por reconducir las directrices pastorales hacia caminos menos problemáticos que las comunidades de base ". 2 Junto a ese aspecto, es necesario constatar la gran dependencia que la Iglesia liberadora tuvo de los "agentes ilustrados", (intelectuales, agentes pastorales, sacerdotes y teólogos) tanto en su surgimiento y desarrollo. Esta dependencia, es clave a la hora de explicar la facilidad de la dispersión y desmovilización promovida por los agentes de la jerarquía eclesial. Es necesario notar, junto a la causa anterior, un motivo más profundo que coincidió cronológicamente con el fin de la década de los ochenta e inicios de los noventa. Esta causa es una crisis de paradigmas ideológicos y políticos, originada en la crisis de los llamados "socialismos reales" de Europa del Este, y en América Latina, la derrota electoral sandinista, el aislamiento del modelo cubano, y la imposición de la nueva hegemonía neoliberal en el contexto geopolítico unipolar de la post guerra fría. En el plano nacional, se puede reseñar el impacto de los acuerdos y pactos políticos por los cuales las fuerzas políticas opositoras a la dictadura aceptaron mantener el status quo económico y político-constitucional, situación que se mantiene hasta el día de hoy. Este nuevo contexto, implicó una crisis epistemológica para la Teología de la Liberación clásica, elaborada desde el marco de las teorías de la dependencia, y del análisis marxista de los años sesenta. La nueva realidad, marcada por el advenimiento de un neoliberalismo triunfador y victorioso, que convierte a las comunidades en lo que Moulian ha llamado "ciudadanos credit card" es una avalancha que, recién 2
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Fernández, David. “La “Iglesia” que resistió a Pinochet” . Madrid. IEPALA, 1999. p. 336.
en estos últimos años, ha logrado ser explorada con algún acierto por los cientistas sociales chilenos. En ese sentido, las obras de autores disímiles, como son E. Tironi 3, T. Moulián4 , J. Larraín5 y M. Hopenhayn6, han contribuido a configurar el mapa conceptual del nuevo Chile que nace desde esta gran transformación capitalista. En ellos, las claves de interpretación de este nuevo Chile, radican en conceptos como: sociedad civil débil, despolitización, autoritarismo larvado, racismo oculto, legalismo, mediatización de la cultura, eclecticismo, ostentación del consumo, clientelismo de nuevo tipo, fatalismo, por indicar los más reiterados. En ese sentido, gran parte de los conceptos que lograron calar en la conciencia colectiva de la Iglesia Liberadora chilena, como la "opción por los pobres", pierden la capacidad movilizadora y concientizadora de antaño. Esta percepción, es en cierto sentido avalada por la subjetividad de la población, que asume una nueva auto-percepción económica, basada en el nuevo poder de consumo que han adquirido sectores empobrecidos, al acceder en la última década al crédito masivo de consumo y otras formas de "dinero plástico". En este contexto, los únicos que se auto-comprenden como pobres parecen ser los indigentes, aquellos que están en las últimas líneas de pobreza. Por ello hoy, es fácil entender que en ambientes eclesiales chilenos, hacer una opción por los pobres es interpretado como realizar obras de asistencialidad caritativa, incluso en ambientes poblacionales de antigua combatividad. En ese marco, nos podemos preguntar: ¿Donde está hoy esta Iglesia Liberadora, descrita por Andrés Brignardello? ¿Cómo explicar el nacimiento y evolución de este movimiento? ¿Por qué se ha producido su dispersión? ¿Qué debates están tras ese proceso? ¿Que proyecto de futuro puede surgir desde ese nuevo contexto? Estas preguntas, suponen buscar la continuidad y discontinuidad en este movimiento. La
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Tironi, Eugenio. “La irrupción de las masas y el malestar de las elites ” 1999. Santiago, Grijalbo,. Moulian, Tomás. “Chile actual, anatomía de un mito” 1997. Santiago, Lom. Larraín, Jorge. “Identidad Chilena” Santiago, Lom, 2001. Hopenhayn. M. “Ni apocalípticos ni integrados: aventuras de la modernidad en América Latina” 1994, Santiago, Fondo de Cultura Económica.
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constatación más clara, es que hoy es posible constatar que el "capital social variable"7, generado por estas experiencias eclesiales, sigue dando impulso a un sin número de iniciativas; dispersas, fragmentadas, desvinculadas, pero caracterizadas todas ellas por generar nuevas formas de organización social, en nuevos tipos de movimientos, no necesariamente institucionalizados y generalmente, de forma desvinculada de las Iglesias. Los repliegues de los movimientos sociales hacia los espacios socioculturales, hacia la micro-asociatividad, en donde aparentemente se renuncia a la fase política, se suele comprender como una etapa incompleta, carente de perspectivas estratégicas. Sin embargo, esa interpretación no logra descubrir que estas corrientes de historicidad colectiva buscan en esos repliegues la respuesta a sus derrotas y su reencuentro con la identidad popular que les originó. Por ello es posible plantear que su invisibilidad aparente puede albergar una gran fecundidad: "Los movimientos sociales pueden ser derrotados "físicamente", pero los flujos de historicidad que generan, no. Al contrario: a través de esos flujos tienden a adueñarse (nunca completamente) de los procesos históricos de mediano y largo plazo, sea por la aceptación tardía de sus demandas, por la obvia "acomodación" que producen en la oligarquía, o por la "modernización" que desatan en el sistema social o político "8 Esta interpretación, no pretende naturalizar los momentos de alzas y bajas de las iniciativas sociales. No es una apelación determinista al inevitable desarrollo de los procesos históricos. Todo lo contrario, es la constatación de lo impredecible que resultan las búsquedas populares, incapaces de ser contenidas en los estrechos parámetros de nuestra racionalidad.
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La expresión “capital social variable” es de Gabriel Salazar y se refiere a la “energía social” en estado libre o en estado de espontaneidad, sin hallarse acumulado en términos de tradición o precondición participativa. Cfr. Salazar, Gabriel “De la participación ciudadana: capital social constante y capital social variable” en Proposiciones n° 28, 1998. Santiago, Sur . Salazar, Gabriel. Pinto, Julio “Historia contemporánea de Chile I”. 1999. Santiago, LOM. p. 189.
En los años setenta, la idea de "Pueblo en Éxodo" fue la imagen bíblica que usó el cristianismo liberador para interpretar el proceso de romper la dependencia económica y política de Latinoamérica para alcanzar la liberación, comprendida tanto como desarrollo y socialismo. Se estaba ante un proyecto claro y evidente: organizar al pueblo para salir de Egipto, la tierra de la esclavitud, derrotando al Faraón. El centro del drama estaba en las condiciones de trabajo, en las "fordistas" industrias de la muerte, faraónicamente diseñadas para la gloria del capitalismo. Más tarde, al comenzar el ciclo de las dictaduras, esta imagen bíblica sirvió para iluminar las luchas por la democracia y el respeto por los derechos humanos. Por eso, el fin de las dictaduras militares y el inicio de los procesos democráticos parecían ser el fin de este largo camino por el desierto. Sin embargo, una vez más, al terminar el Éxodo, no estaba la Tierra Prometida. La post-dictadura, más bien se evidenció como el "Éxodo" en una nueva Babilonia, el lugar de la dispersión, de la polisemia discursiva, con mercados abarrotados por productos de todos los rincones del mundo. En este lugar, no hay un faraón al cual derribar de su trono, y las condiciones de la nueva esclavitud son muy diferentes, con trabajos flexibles, mecanismos de explotación ocultos en los ropajes de un 9 imperio "descentrado y desterritorializador" . Y lo más importante, parece no haber tierra prometida alguna a la cual volver, luego que ha caído "el templo de Jerusalén". Esta dispersión babilónica parece insuperable y aplastante, pero creemos que puede permitir la maduración de procesos no vividos anteriormente en la experiencia de la Iglesia Liberadora. Tal vez es el momento de globalizar los lenguajes, reelaborar los propios "mitos fundacionales", desconstruir las certezas y producir nuevos sincretismos. Porque el desafío de escapar de Babilonia, por imposible que parezca, puede
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“En contraste con el imperialismo, el imperio no establece ningún centro de poder y no se sustenta en fronteras o barreras fijas. Es un aparato descentrado y desterritorializador de dominio que progresivamente incorpora la totalidad del terreno global dentro de sus fronteras abiertas y en permanente expansión” Hardt, Michael y Negri, Antonio. “Imperio” 2002 Bs. As. Paidós, p. 14
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acontecer del modo más insólito e inesperado. Por ello, necesitamos abandonar las definiciones apriorísticas y las simplificaciones del paradigma del Éxodo, para asumir múltiples y creativas formas de acción colectiva, en el marco de diversos y simultáneos proyectos liberadores que nos ayuden a transitar más allá del Imperio. Esta obra, "La Iglesia Olvidada", que nos permite recordar a la Iglesia liberadora de Valparaíso puede ser un aporte invaluable en estos objetivos, ya que nos permite hacer de la memoria una semilla de futuro.
Alvaro Ramis Olivos Marzo de 2010
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La Iglesia en Valparaíso: Origen y lucha por la hegemonía
La bahía de Quintil vio nacer su primera iglesia durante 1559, veintitrés años después de que Juan de Saavedra recorriera sus costas como enviado militar de don Diego de Almagro. Para ese entonces, Valparaíso no era más que una caleta de pescadores changos y el refugio de un puñado de españoles al servicio del gobernador don Pedro de Valdivia, quien tomó la decisión de convertir el lugar en el puerto marítimo de Santiago y de utilizarlo además como punto militar en la perspectiva de un desarrollo estratégico de la naciente comunidad. La iglesia, construida con pobres materiales, prestaba servicio espiritual a los primeros habitantes y a los viajeros que utilizaban sus costas. No fue sino hasta mediados de 1627 que se inicia una progresiva instalación de congregaciones religiosas que, junto al crecimiento poblacional, comienzan a configurar las primeras señas de lo que ya para el siglo XVII se configura como una ciudad puerto, con salida y entrada de mercaderías y que rápidamente va ocupando tanto los arenales como las mesetas del territorio. La iglesia ubicada en el villorrio, inicialmente denominada "Nuestra Señora de las Mercedes", y más tardíamente llamada "Salvador del Mundo", ocupa un lugar central en la historia de Valparaíso. Ha sido escenario de los principales hechos sociales, culturales y políticos de los primeros siglos de vida de la ciudad. Popularmente conocida como "La Matriz", por su carácter fundacional de la cultura cristiana en Valparaíso, fue destruida y vuelta a levantar en varias ocasiones debido a innumerables terremotos, temporales, incendios y saqueos. De estos hechos quizá los más significativos fueron el ataque de Francis Drake en 1578 y de George Spilberg en 1646. En ambas ocasiones el ataque tuvo 10 como víctima principal el símbolo del imperio, la iglesia de La Matriz. 10
Luis Vildósola y otros, Valparaíso: Rutas Patrimoniales y Personajes Históricos. Edición Independiente. Fondart Regional 2003.
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Escritos de la época revelan la significativa relación de la comunidad con su iglesia y la influencia que ésta tenía sobre los ciudadanos. La presencia de la catolicidad en Valparaíso no rige solamente la espiritualidad de sus habitantes sino que acompaña las grandes decisiones políticas que van configurando poco a poco su urbanidad. En este contexto, las congregaciones van desarrollando su actividad con entusiasmo, instalando iglesias y conventos en distintos puntos de la ciudad. Por otra parte, para inicios del siglo XIX y luego del proceso de independencia, se consolida la actividad portuaria con un gran tráfico naviero y la consiguiente llegada de nuevas culturas y un crecimiento explosivo de la ciudad. Esto generó una situación especial respecto de las mentalidades y la vida espiritual de sus habitantes, trayendo renovación y crecimiento de la actividad religiosa porteña. La activa presencia de extranjeros hace que la sólida institución católica romana entre en cuestionamiento. Para 1820 se inicia una desenfrenada difusión del protestantismo que vino acompañada de pequeños triunfos urbanos, como la creación de un cementerio para los no católicos o disidentes. Hasta ese entonces, el culto protestante se había desarrollado preferentemente en los barcos anclados a puerto o en casas particulares, debido a que la Constitución Política prohibía su público ejercicio. El primer espacio para la práctica del culto protestante en la ciudad fue inaugurado en 1837, en un salón contiguo a la casa del empresario e ingeniero Joshua Waddington, pero no fue sino hasta 1856 cuando, gracias a una campaña de recolección de fondos entre los iglesias avecindadas y sociedades bíblicas establecidas en Gran Bretaña, se inicia la construcción del templo de St. Paul en el Cerro Alegre, gracias al 11 liderazgo del capellán Richard Dennett. Valparaíso, fiel a su espíritu aperturista y liberal, permitió entonces la convivencia de distintas expresiones del cristianismo. Sin embargo, el
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René Millar Carvacho. “Aspectos de la religiosidad Porteña. Valparaíso 1830 – 1930” Revista de Historia Nº 33 Universidad Católica de Chile. Santiago 2000. 69p.
dominio y la influencia del catolicismo no tuvieron parangón hasta la llegada, en 1845, del pastor David Trumbull. El pastor David Trumbull llegó a Chile como parte de un grupo de voluntarios convocados por la "Unión Evangélica Estratégica" para fundar misiones en Sudamérica. Había nacido en New Jersey en 1819, en el seno de una familia acomodada. Estudió en la Universidad de Yale y en el seminario presbiteriano de Princeton. Trumbull fundó, en septiembre de 1847, la iglesia "Unión Church", que en la actualidad aún funciona en la calle Condell, a un costado del edificio principal de la Municipalidad de Valparaíso. Para la tercera década del siglo XIX, Valparaíso contaba con una pequeña cantidad de sacerdotes, poco más de una decena, en una ciudad que contaba con cerca de 30.000 habitantes. No había capacidad de responder a las demandas de la población y, en algunos casos, el mal comportamiento de los sacerdotes desafiaba la moralidad y la integridad de sus hábitos, con el consecuente descrédito ante la población. Para mediados del siglo XIX y ante el crecimiento de la ciudad, la autoridad católica inicia la construcción de la iglesia de los Doce Apóstoles, cuyos límites serían los del sector denominado del Almendral. Esta medida coincide con la destinación de Mariano Casanova como vicario, quien años más tarde se convertirá en gobernador eclesiástico de Valparaíso. Casanova delinea una renovación en el catolicismo porteño del siglo XIX y sienta las bases para su desarrollo en el siglo XX. Enfrenta el crecimiento del protestantismo con medidas creativas y disciplinarias respecto de la organización de la Iglesia, sus parroquias y templos de las distintas congregaciones. A mediados del siglo XIX existían varias órdenes religiosas católicas en la ciudad, como los franciscanos, con un convento en el barrio puerto y otro en el cerro Barón; los mercedarios, con una iglesia en calle Victoria; los dominicos, con un convento en Playa Ancha; los jesuitas, en el sector del Estero de las Delicias, y los Sagrados Corazones, con una parroquia y un colegio anexo.
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La respuesta católica ante el crecimiento del protestantismo estuvo dirigida a la educación. Mariano Casanova fue un entusiasta promotor del catolicismo a través de instancias educativas, por una parte para vincular a más familias a la fe, como también para formar a jóvenes en la vocación sacerdotal. Esta ofensiva católica generó que Valparaíso fuera el escenario de acaloradas polémicas respecto a situaciones relacionadas con la vida privada de las personas. En septiembre de 1844, estaba abierta la demanda protestante sobre la ley de matrimonio, la cual reconocía en el párroco católico jurisdicción al investirlo como oficial civil. Cuando los matrimonios ocurrían entre un(a) católico(a) y un(a) protestante, éstos debían, para el reconocimiento oficial, obtener una dispensa del arzobispo y comprometerse por escritura pública a educar a los hijos en la religión católica. Este hecho provocó un intenso debate sobre la libertad de conciencia e inició un soterrado conflicto que alcanzó las más altas esferas de influencia en la ciudad.12 El carácter de los principales líderes religiosos de la ciudad de Valparaíso generó una época de conflictos y polémicas públicas. Por una parte, David Trumbull denunciaba la discriminación de la que eran víctimas los protestantes, y, por otro, Mariano Casanova se convertía en el vicario gobernador encargado de la mantención de los privilegios e influencias de los católicos. La comunidad protestante encabezada por David Trumbull responde cada una de las acusaciones con cartas a monseñor Casanova a través de la prensa, donde atacaba la práctica católica, en especial la de adorar a 13 santos, lo que era considerado una "idolatría". Pero el protestantismo no fue la única amenaza para Mariano Casanova en su calidad de gobernador eclesiástico. El avance de la masonería fue un frente complejo debido a la influencia que connotados ciudadanos tenían en la vida cultural y económica de Valparaíso.
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René Millar Carvacho. “Aspectos de la religiosidad Porteña. Valparaíso 1830 – 1930” Revista de Historia Nº 33 Universidad Católica de Chile. Santiago 2000. 69p.
La masonería se establece en 1850 en la ciudad encabezada, por Juan de Dios Arlegui, José Victorino Lastarria, Jacinto Chacón y Blas Cuevas. Todos eran destacados intelectuales y profesionales involucrados, además, en la vida política de Valparaíso. La promoción de la cultura y la educación era uno de los objetivos principales de los masones, y para ello llevaron adelante variadas iniciativas, como la constitución de la primera "Sociedad de Instrucción Primaria", la que funda en 1873 la "Escuela Sarmiento", que convoca a cerca de 200 niños bajo la calidad de establecimiento de carácter laico y gratuito. Luego vendría la fundación de la "Escuela Blas Cuevas", que funciona hasta hoy en el barrio puerto, además de una destacada participación e influencia en el profesorado del Liceo Fiscal de Valparaíso. Los masones fueron una real preocupación para la Iglesia Católica, la que, a través de diferentes artículos en diarios y revistas, denunciaba los peligros que estas instituciones provocaban en los fieles que inscribían a sus niños en ellas. Luego de la figura autoritaria de Mariano Casanova, viene a ejercer como gobernador eclesiástico de Valparaíso don Salvador Donoso, reconocido defensor de los intereses de la iglesia oligárquica, quien asume un papel activo en la relación de la jerarquía con el mundo empresarial y conservador. Salvador Donoso se destacó por su activa defensa de los intereses de la Iglesia y mantuvo una crítica permanente hacia las leyes laicas lo que le valió, en 1885, el veto del gobierno a su nombramiento como gobernador eclesiástico en la ciudad, debido a su combativa actitud ante la legislación de cementerios y el matrimonio civil. En 1891, Donoso jugó un importante papel en la crisis institucional que desembocó en la guerra civil. En este conflicto, fue un promotor de la sublevación de los sectores conservadores ante Balmaceda y mantuvo una estrecha relación con la Armada, siendo uno de los personajes que colaboró para que ésta se levantara contra el gobierno constitucional.
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Con habilidad condujo sediciosamente a algunos oficiales y se sumergió en la clandestinidad cuando fue perseguido por las autoridades del gobierno. Se ocultó en la casa de Juana Ross hasta que fue detenido y desterrado a Montevideo. El siglo XIX fue entonces un periodo de enfrentamiento entre las mentalidades presentes en Valparaíso. Tanto protestantes como masones y el naciente movimiento popular ven al catolicismo como uno de los factores de resistencia más importantes ante las nuevas ideas que avizoran al nuevo siglo. La unidad indivisible del Estado y la Iglesia Católica estaba por terminar, una nueva cultura se empezaba a manifestar en la sociedad y en esa idea se establecieron las coordenadas que impulsaron, casi medio siglo después, las reformas que permitieron una relación más saludable entre el catolicismo, el Estado, las personas y las restantes religiones.
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Siglo XX y los Nuevos Escenarios Sociales y Políticos
Durante casi dos siglos, la Iglesia Católica chilena construyó un especial estatus debido a su carácter de religión oficial del Estado. Y como éste era un Estado funcional a los intereses de la oligarquía, la Iglesia Católica mantuvo, durante los siglos XVIII y XIX una adhesión absoluta a los sectores conservadores y sus expresiones políticas. A inicios del siglo XX, ya existía un ánimo por parte del clero nacional de establecer en la zona la Diócesis de Valparaíso, la que sólo se constituye en 1925, meses después de que se promulgara la nueva Constitución Política que separó los poderes entre la Iglesia y el Estado. La nueva Constitución establecería la libertad de culto pero mantendría aún muchos privilegios de la Iglesia Católica en desmedro de otras iglesias. Aprovechándose de estas situaciones, los sectores católicos refuerzan su estrategia de promoción de su fe fundando numerosos colegios de carácter público y privado. Como hecho cúlmine, en 1925, gracias a una donación de Isabel Caces de Brown, y con el objetivo de contribuir "a la salvación de almas" a través de la enseñanza de profesiones, se funda la Universidad Católica de Valparaíso14 . Con esta institución, la Iglesia en Valparaíso vendría a coronar su estrategia de consolidar su mirada religiosa y conservadora en distintas dimensiones de la vida ciudadana, convirtiendo a la universidad en la principal maquinaria ideológica del territorio. Esta estrategia de difusión católica y de influencia social en Valparaíso se caracterizó por un marcado "Cristocentrismo" que, a través de expresiones religiosas ceremoniales para con el "Corazón de Jesús", organizó innumerables iniciativas que buscaban que tanto a nivel social, educacional y familiar se pudiera desarrollar la espiritualidad de los fieles. Se crearon en todas las parroquias de Valparaíso archicofradías del 14
María Inés Concha, Carlos Salinas y Fernando Vergara. Historia Religiosa de Valparaíso. Editorial Universitaria de Valparaíso. 2005.
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Santísimo Sacramento como espacios de apología a la relación Cristo Iglesia - Ciudad. Junto a ello, se desarrolló una importante devoción Mariana que se expresaba en numerosas cofradías y en el culto a las diversas advocaciones a la virgen. Un hecho característico de esta devoción era la celebración de la Virgen del Carmen, la que se preparaba a través de una novena iniciada en distintos templos de la ciudad y que terminaba en una imponente procesión por las principales calles de Valparaíso. Hasta la actualidad, la celebración del mes de María es una de las principales actividades de los católicos del puerto. Además de estas ceremonias oficiales, se desarrolló en la ciudad una religiosidad popular con importantes ritos católicos, como la romería popular al Santuario de Lo Vásquez, las celebraciones de las caletas de pescadores a San Pedro, más otras de carácter más pagano, como la quema del Judas y la instalación de animitas para honrar a los difuntos. Valparaíso, entonces, viene a consolidar a su Iglesia Católica como la principal influencia social, y la jerarquía se convierte en uno de los elementos de poder más importantes con la que contaban los sectores oligárquicos y conservadores para mantener una ciudad entrampada a un proyecto económico y social controlado por una minoría comercial y financiera en permanente lucha con las mentalidades que amenazaban sus privilegios. A fines del siglo XIX, Valparaíso vive y experimenta un periodo de crisis. Huelgas y movilizaciones sociales estremecen a la ciudad. Los sectores conservadores no tienen una explicación a los problemas y acusan a dirigentes obreros de revolucionarios y anarquistas, haciendo uso de la represión sin tomar en cuenta los problemas que sufren grandes sectores de la comunidad. Ante el inevitable curso de los hechos, la Iglesia Católica aborda la situación desde la perspectiva de la llamada "Cuestión Social" y para ello se emiten documentos y encíclicas papales para orientar el trabajo en las diócesis. En la obra del historiador Sergio Grez, la "cuestión social" "… es la totalidad de consecuencias sociales, laborales e ideológicas de la industrialización y urbanización nacientes: una nueva forma 28
dependiente del sistema de salarios, la aparición de problemas cada vez más complejos pertinentes a vivienda obrera, atención médica y salubridad; la constitución de organizaciones destinadas a defender los intereses del nuevo "proletariado"; huelgas y demostraciones callejeras, tal vez choques armados entre los trabajadores y la policía o los militares, y cierta popularidad de las ideas extremistas, con una consiguiente influencia sobre los dirigentes de los trabajadores". 15 Ya a fines del siglo XIX se venía sintiendo la presión del clero por desacreditar la llamada "cuestión social". Ni las encíclicas papales, ni la acción de algunos sacerdotes visionarios pudieron poner la atención de la jerarquía en las graves situaciones de miseria material que vivía una gran parte de Valparaíso; más bien se escandalizaron con las movilizaciones sociales de los trabajadores, lo que dio paso a una escalada de desprestigio hacia el naciente movimiento social: "…Inmediatamente después de la caída de Balmaceda, el clero denunció la acción "desquiciadora" del movimiento obrero "secularizado" (en 1892 la prensa obrera de Valparaíso acusa recibo de los ataques del clero porteño, en 1893 la Revista Católica constata el alejamiento de los trabajadores de las prácticas eclesiásticas). El sometimiento políticoreligioso de las clases subalternas se rompía así de un modo amenazante. El socialismo se convertía en el pecado supremo contra la Cristiandad, la 16 ofensa más grave a Dios y a la sociedad…" . Por otra parte, durante los primeros años del siglo XX, la Iglesia Católica percibió el poder de las fuerzas anticlericales que buscaban terminar con su influencia en la sociedad. Desde la promulgación de las primeras leyes laicas, fue creciente el interés de los sectores liberales por apartar a la iglesia del control del Estado. Por otra parte, la explosión de la llamada "cuestión social", con un movimiento obrero en alza, influenció a vastos sectores de la comunidad, desnudando la imagen de una Iglesia Católica
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James o. Morris, “Las Elites, los Intelectuales y el Consenso. Estudio de la Cuestión Social y el Sistema de las Relaciones Industriales en Chile.” (Santiago, Editorial del Pacífico 1967) citado por Sergio Grez Toso en su obra “la Cuestión Social en Chile, Ideas y Debates Precursores (1804 - 1902)” Ediciones de la Direcci6n de Bibliotecas, Archivos y Museos. Santiago 1995 página 9. Maximiliano Salinas C. “Historia del Pueblo de Dios en Chile”, Ediciones Rehue. Santiago de Chile, 1987.
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comprometida con los sectores patronales y con los políticos conservadores de la política parlamentaria. En este cuadro de tensiones entre el Estado y la Iglesia, el primer gran evento del siglo fue la separación entre éstos, consagrada en la Carta Fundamental de 1925. Esta separación, que rompe con casi cuatro siglos de relación, no tuvo mayores traumas y conflictos públicos, pues se realizó con la venia de la jerarquía en una figura legislativa que incluso mantuvo algunos de sus privilegios, como exenciones tributarias y aspectos vinculados a la educación y a la difusión de las ideas cristianas. Incluso, el Estado, en los primeros cinco años indemnizó a la Iglesia y pagó de manera anual cerca de $2.500.000.- pesos de la época. Con el correr del nuevo siglo, el mundo vivió profundas transformaciones culturales, comunicacionales y geopolíticas. Un siglo de guerras, de enfrentamientos ideológicos, de avances técnicos y nuevas acepciones para el ser humano, perfilaron al Dios Cristiano como parte de una compleja trama intelectual que permitía el abuso, la discriminación y la injusticia social. Pese a publicaciones, encíclicas y variados documentos, el Vaticano apenas rozaba parte de un mundo ciudadano que deseaba el cambio y luchaba en forma creciente por ello. El siglo XX fue el siglo de la clase obrera chilena, el despertar de un vasto sector de la población hundida en la miseria y que tuvo durante siglos a los sectores católicos y cristianos como meros espectadores de su realidad, hasta que sacerdotes como Fernando Vives o Alberto Hurtado empujaran la responsabilidad social de una Iglesia demasiado identificada con los sectores oligárquicos. " …en ese tiempo muchos sacerdotes, hermanas religiosas y laicos empezamos a descubrir el mundo de los pobres , no son solo los pobres que tienen privaciones, necesidades y carencias sino que también tienen historia, tienen valores , tienen sueños de un mundo justo, tienen derechos que les han sido sistemáticamente desconocidos, la iglesia no solo tiene que seguir dando a los pobres sino aprender de ellos, ponerse de su lado en una realidad social político muy desigual y cada vez más conflictiva, todo eso fue afectando la forma de entender la fe, de leer el 30
evangelio de descubrir la figura de Jesús , no solamente como el enviado del padre que viene a enseñarnos las verdades eternas, sino como un hombre de pueblo sencillo que solidariza con los marginados y que viene a devolver la dignidad al pueblo secularmente oprimido no solamente despreciado por la autoridad política sino también por las autoridades religiosas…" .17 Esta sensibilidad naciente sobre las temáticas relacionadas con la pobreza de vastos sectores sociales genera en las filas del catolicismo una fuerte reacción ante la influencia de los sectores laicos, y por sobre todo socialistas, en el movimiento obrero nacional. Surge a propósito de ello, durante 1938, la Acción Católica, movimiento que promueve la participación de los laicos en el apostolado jerárquico de la Iglesia. Crece fundamentalmente en el seno del Partido Conservador, donde cientos de jóvenes sienten el llamado a involucrarse en las necesidades de los pobres, generando polos de acción diversos vinculados al nacimiento de una nueva cristiandad, la de los pobres que requieren una pronta atención, colaboración y apoyo. En el marco de las acciones políticas se produce el quiebre del Partido Conservador, que da paso a la "Falange" y luego a la Democracia Cristiana, y en el polo de la acción social se fundan el "Hogar de Cristo" y una línea de asistencialidad que dura hasta nuestros días. Cuando Juan XXIII convoca al Concilio Vaticano II, lo hace meses después del estallido de la Revolución Cubana. Para América Latina, el impacto de estos dos eventos no se hizo esperar. Miles de jóvenes vieron las posibilidades que se abrían para un continente diezmado por siglos de colonización y explotación, donde sus iglesias no se comprometían ni se sumaban a sus reclamos y, por el contrario, se hacían parte de los mecanismos de dominación existentes. "…el Concilio significó intelectualmente mucho, por primera vez nos sentíamos que el mundo era el sitio de nuestro trabajo y de nuestro servicio, antes celebrábamos misa de espaldas al pueblo , ahora había 17
Ronaldo Muñoz, sacerdote de los SSCC, teólogo, escritor y sacerdote obrero quien desde la humildad de su vida en la comuna de Lo Espejo en Santiago convino una entrevista con el autor en enero de 2007.
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permiso para dar vuelta el altar, - no es difícil dar vuelta el altar; lo que es difícil es dar vuelta a las personas-. El slogan típico era la Iglesia no se mete en política, lo que en realidad era falso, la Iglesia siempre se había metido en política; el problema es de que lado se mete… las razones de porqué asesinaron a Jesús eran políticas, el pudo haber enseñado con más prudencia, tal vez habría terminado a los 80 años en la mejor clínica de Jerusalén, pero ese proceso se fue dando de a poco , como todo proceso que es largo, para unos más rápidamente que para otros…" .18 Las normas conciliares vinieron a estremecer las estructuras de una Iglesia arraigada en el conservadurismo cultural y rompe con la distancia existente entre Iglesia y sociedad, asumiendo la realidad tal y como es: como un espacio único donde convocar al pueblo de Dios a la misión profética del cristianismo. Para Chile, ese concilio significó una Iglesia más acorde con el mundo en que se vivía, puso los cimientos de una nueva identidad eclesial más dialogante con la sociedad y su cultura. Una Iglesia de corte más humanista y evangélica, promotora de justicia social, y con un papel más relevante para el laicismo. La nueva generación de sacerdotes surgidos en la inspiración de las conclusiones del Concilio Vaticano II mira desde otra perspectiva a la Iglesia, ya no solo como institución rectora de la fe sino como pueblo de Dios en la historia; con ecumenismo y renovación litúrgica. La esperanza del movimiento cristiano y católico de Chile se vio fortalecida por las palabras de Juan XXIII en la jornada inaugural del concilio, cuando dice: "… la Iglesia se presenta, para los países subdesarrollados, tal como es y quiere ser: como la Iglesia de todos y 19 particularmente, Ia iglesia de los pobres…" Para lograr la inclusión, se produce un cambio en los ritos de la misa, como la de dirigir las ceremonias de espaldas al pueblo y habladas en latín. Parte importante de los dogmas y costumbres en los cuales los sectores cristianos más conservadores creían ver un estatus se debía a 18 19
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José Gutiérrez, el “Cura Pepo” sacerdote diocesano miembro de la generación de los sacerdotes comprometidos con el cambio social. Entrevista con el autor realizada en Valparaíso en noviembre del año 2006. Maximiliano Salinas C. “Historia del Pueblo de Dios en Chile” Ediciones Rehue. Santiago de Chile 1987.
una práctica ritual sostenida por la concepción europeizante que atrapó a la Iglesia continental y que se forjaba desde los primeros años de formación de sacerdotes en los seminarios pontificios. El Concilio Vaticano II se clausuró en 1965, con la esperanza de una nueva Iglesia moderna e incluyente. Desde el corazón mismo del Vaticano se reconocía que la iglesia era de todos y que debía estar al servicio del ser humano sin discriminaciones y, por sobre todo, colaborando en la construcción de un mundo más justo y solidario.
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La Teología de la Liberación en la Iglesia Chilena
En América Latina, la década de los sesenta es la época de la revolución. La triunfante Cuba de Fidel Castro despierta a miles de jóvenes en el continente y los empuja a buscar respuestas a los profundos problemas sociales del continente. Desde el diagnóstico de la miseria, surge la teoría del capitalismo atrasado, aquel que produce subdesarrollo y pobreza, el que se enfrenta a la teoría de la dependencia que reafirma la necesidad de destruir la máquina de desigualdades que funciona en el tercer mundo, especialmente en América Latina. Según esta última teoría, la miseria no se explica solamente por el subdesarrollo del aparato productivo, sino como consecuencia de la dependencia que durante siglos han sufrido los pueblos americanos por parte de los imperios coloniales y neocoloniales 20 como España, Portugal, Inglaterra y los Estados Unidos. Las relaciones económicas entre el norte y el sur implican la compra a bajo costo de las materias primas, las que son procesadas y manufacturadas en alta tecnología. Esto produce mayores procesos de empobrecimiento de los países y sus trabajadores, los que se ven obligados a buscar mecanismos de liberación para romper con el sistema de dependencia que no les permite alcanzar un pleno desarrollo. En este marco, la conferencia de obispos efectuada en la ciudad colombiana de Medellín, en 1968, ve la injusticia en la institucionalidad política y cultural del continente. La conferencia episcopal observa una situación de violencia instalada en el continente, una situación de pecado social que requiere la acción de una iglesia comprometida y profética que promueva una teología liberadora para los cristianos. Al decir del teólogo Lucio Gera: "…ser cristianos hoy día en América Latina consiste en vivir en una óptica de fe el proceso que va de la dependencia a la liberación de nuestros pueblos…" .21 20 21
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Michael Lowy. “El Marxismo en América Latina” LOM Ediciones 2007. Lucio Gera. “Religiosidad Popular, dependencia, liberación” Centro Editorial Dehoniano, Bolonia 1978, citado por Sergio Vuskovic en Cristianos y Marxistas en América Latina Revista Araucaria Nº 37, 1987.
En 1971, el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez publica el libro "Teología de la Liberación, Perspectivas", donde recoge el trabajo y la experiencia de muchos sacerdotes, laicos y religiosos que habían establecido una nueva relación entre evangelio y comunidad. La Teología de la Liberación de Gutiérrez es profundamente bíblica, hace una lectura bíblica desde la fe de la Iglesia y desde las preocupaciones del pueblo. Accede a Dios desde el evangelio y lo redescubre revelado en la historia y en un sentido individual y comunitario. Se acerca a un Cristo que camina desde un pueblo pobre y dependiente, que tiene como misión central promover el Reino de Dios como un momento utópico de fraternidad y paz entre los humanos. La Teología de la Liberación se hace cargo de uno de los principales desafíos de la Conferencia Episcopal de Medellín: la construcción de una iglesia con una opción preferente por los pobres. Esta nueva forma de vivir la Iglesia se estructura a partir de las comunidades cristianas de base, con un claro propósito de dar seguimiento del camino histórico de Jesús en nuestro mundo y la necesidad de ser su voz profética frente a las situaciones de injusticia y opresión: "…la fe ayuda a entender los procesos sociales más allá de las apariencias. Estos procesos no sólo se desarrollan en un nivel económico, político o cultural. A la luz de la fe se percibe más profundamente la presencia o la ausencia de Dios. La Teología de la Liberación reflexiona desde el contexto histórico e impulsa a transformar la realidad de pecado en proyecto Reino de Dios…" .22 La vida de esta teología abarca fundamentalmente los años 1959 a 1985, con un desarrollo permanente y creciente, reafirmada por las diferentes Conferencias Episcopales que ha vivido durante esos años América Latina (Medellín y Puebla) y por la huella que sus mártires han dejado en este compromiso con los pobres y por un Cristo liberador. El desarrollo de las comunidades cristianas en el mundo de los pobres, a partir de las nuevas dimensiones teológicas, genera un nuevo impulso 22
Sergio Torres. “La Teología de la Liberación en Chile” en “Crónicas de una Iglesia Liberadora” Editorial LOM Santiago de Chile, Mayo de 2000.
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político y social en el movimiento popular. Surge entonces un acercamiento natural al marxismo, que había sido a partir de la década del 20, el principal elemento teórico de los líderes sociales. El marxismo había impulsado con fuerza una política de acción social en todos los niveles de la sociedad. En el mundo obrero, principal conductor de las ideas de transformación social, había una influencia casi absoluta y cada vez más creciente de las ideas socialistas, las que se expresaban con fuerza en el mundo laico con un fuerte contenido anticlerical. En Chile, la Teología de la Liberación alcanza su desarrollo durante los años 1971 y 1972. En aquellos años se consolida un movimiento que se había hecho visible en la Iglesia durante 1968 con la bullada toma de la catedral de Santiago y las acciones de rebeldía de sacerdotes en Valparaíso. Sin embargo, la historia de la iglesia liberadora en Chile data de varias décadas atrás, con el trabajo social del sacerdote jesuita Alberto Hurtado Cruchaga. La acción social de la Iglesia que promovió Hurtado produjo un gran impacto en la elite cuando advierte al mundo católico que se requiere una nueva mirada para vincular lo espiritual con lo social en el Chile del siglo XX. La constatación de la realidad nacional que realizó Hurtado fue impactante y se convirtió en el sustento de las posiciones más progresistas de la época: "…la miseria que vive nuestro país es grande. Los salarios no bastan para llenar en muchas industrias y zonas agrícolas las necesidades de un individuo, menos de la familia, en forma humana. En 1938 se estimó en Santiago el salario mínimo individual de $16,37. El Salario medio pagado en la industria manufacturera en 1937 fue de 14,40 y nótese que estas industrias son las que pagan mejor salario, pero sus jornales no llegan al mínimo. La Inspección general del Trabajo estimaba a fines de 1938 en 828.000 el número de obreros que ganaban menos de diez pesos diarios, de los cuales 476.000, en su totalidad campesinos, tenían un salario inferior a cinco pesos diarios…". 23 23
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Alberto Hurtado C. “ ¿Es Chile un País Católico?” en Obras Completas del Padre Hurtado citado por Carlos Huneeus en “La Guerra Fría Chilena” Ramdon House Mondadori Santiago de Chile 2009.
El trabajo del Padre Hurtado además permitió aumentar la influencia de la Iglesia en el mundo de los pobres a pesar que el clero tenía una postura concreta de alianzas con las clases altas de la sociedad chilena. El movimiento social católico impulsado por Alberto Hurtado está basado en una experiencia y una formación vinculada al medio oligárquico, donde el trabajo intelectual y operativo está desarrollado en espacios de poder como la Universidad Católica o en Colegios Jesuitas de la clase acomodada: "…Culturalmente así, el movimiento católico social nace como un movimiento "universitario" de "intelectuales" neotomistas seguidores, 24 lectores, del filósofo francés Jacques Maritain…". El trabajo de la Juventud Acción Católica liderado por Hurtado tendrá gran influencia en la convicción democrática de los sectores católicos intelectuales, especialmente juveniles, quienes fundan la "Falange Nacional" y posteriormente la Democracia Cristiana, con una visión anticapitalista donde destacarían dirigentes como Eduardo Frei Montalva, Bernardo Leighton, Radomiro Tomic y Rafael Agustín Gumucio. Con la experiencia exitosa de la Acción Católica entre la década del 40 y 50, se inicia un destacado contrato y vinculo con el mundo popular. Este se expresó a través de liderazgos sociales como el de Clotario Blest, quien como líder de los trabajadores había ayudado a formar la principal central obrera de Chile, la CUT, donde además habían participado comunistas y socialistas en la directiva y en su originaria constitución.25 La Democracia Cristiana se funda en 1957, por un destacado grupo de miembros de la Acción Católica, y se había convertido en la expresión política de la Doctrina Social de la Iglesia, impulsando, según su declaración de principios, el ascenso de las fuerzas populares tendiente a transformar las estructuras de la sociedad de nuestro tiempo. El Vaticano expresó su admiración y condescendencia con el proceso chileno luego del triunfo de Frei en 1964. La Iglesia Católica había comenzado a aceptar 24 25
Maximiliano Salinas C. “Historia del Pueblo de Dios en Chile” Ediciones Rehue. Santiago de Chile 1987. Luis Vitale. “Interpretación Marxista de la Historia de Chile” Tomo VI Editorial LOM Santiago de Chile 1998.
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al movimiento popular como un nuevo socio, pero no tranzaría en sus concepciones conservadoras provocando, a través del gobierno, una desaceleración del proceso en la mitad del gobierno de la Democracia Cristiana, específicamente en 1966, cuando se empezarán a mostrar evidentes señales de crisis, tanto a nivel de gobierno como en el mismo seno de la Iglesia. A mediados de los años 60 comienza un dialogo entre los sectores cristianos y marxistas, fruto de las nuevas condiciones culturales, sociales y políticas que vivía el país. Con esto se recoge la dura experiencia surgida tanto en la Segunda Guerra Mundial en Europa, como la establecida en el marco de la distensión de la guerra fría tras la muerte de Pío XII y de Stalin. En Chile, sectores cristianos constituyen el MIR junto a socialistas y anarquistas, donde uno de sus principales fundadores fue el sindicalista cristiano Clotario Blest. A partir de 1968, las concepciones de la Iglesia Liberadora tensionan al principal soporte político de la Iglesia, la Democracia Cristiana, que, estando en el poder, se resistía a avanzar hacia una verdadera transformación social que solicitaban los sectores más humildes de la población. Esta situación provocó que en 1968 se produjera la primera ruptura del PDC cuando se constituye un nuevo movimiento sustentado en los principales dirigentes de la juventud demócrata cristiana, su nombre fue Movimiento de Acción Popular Unitario, MAPU, que se definió como un partido de izquierda con inspiración cristiana cuyo objeto era la transformación radical de las estructuras. Los partidos de izquierda constituidos en la Unidad Popular pudieron decir luego de este hecho que su arco de influencia abarcaba todos los sectores y sensibilidades presentes en el país, incluso ahora formalmente, al mundo cristiano.26 En la Iglesia Católica, a su vez, se produjeron profundos cambios que también radicalizaron posiciones. El triunfo de Allende y de la Unidad Popular habían conmovido a Chile y también a sus Iglesias. El desafío establecido por el gobierno de construir el socialismo no ofrecía muchas 26
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Sofía Correa, Consuelo Figueroa y otros. “Historia del Siglo XX Chileno” Editorial Sudamericana. Santiago de Chile 2001.
alternativas al mundo católico, una gran mayoría de cristianos tomó distancia del proceso, mientras que en muchos lugares fueron los mismos sacerdotes quienes entusiasmaron a sus comunidades para participar desde un cristianismo liberador y profético. En abril de 1971, un grupo de 80 sacerdotes se reúne para reflexionar sobre la contingencia y su participación en el trabajo social y político en el Chile de Allende. Surge "La Declaración de los 80", donde se justificaba la cooperación de los cristianos en la construcción del socialismo. Este hecho tuvo gran repercusión en el país, y tanto la jerarquía de la Iglesia Católica como la prensa internacional destacaron el hecho, dando una 27 significación distinta al proceso revolucionario que se vivía. Luego de realizarse innumerables jornadas, seminarios y encuentros, en que el grupo de los 80 fue creciendo e involucrando no sólo a sacerdotes y religiosas sino también a laicos y cristianos de base, el 1º de septiembre de 1971 se constituirá en Santiago de Chile el Movimiento Cristianos por el Socialismo. La constitución de este movimiento generó un proceso de internacionalización nunca antes visto de un hecho desarrollado y generado por la Iglesia en el país. En distintos lugares de América Latina y de Europa surgieron grupos que se vincularon con la expresión nacional, muchos de los cuales sobreviven hasta el día de hoy. Los Cristianos por el Socialismo desarrollan a lo menos dos iniciativas significativas en el proceso de construcción del socialismo en el país. En primer lugar, el encuentro que sostuvieran con el Comandante Fidel Castro en su visita al país, el 29 de noviembre de 1971, y, en segundo lugar, el Primer Encuentro Internacional de Cristianos por el Socialismo, donde se destaca la presencia de 300 delegados internacionales, quienes reflexionaron profundamente sobre concepciones teológicas y la trascendencia política del mensaje cristiano. Paralelamente con el surgimiento y desarrollo del grupo de los 80 y
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Mario Amorós, “La Iglesia que Nace del Pueblo: Relevancia Histórica del Movimiento Cristianos por el Socialismo” en “Cuando Hicimos Historia” Editorial LOM 2005.
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Cristianos por el Socialismo, otra iniciativa similar surge en el seno de la Iglesia Católica. Se le denomina el Grupo de los 200, y a diferencia de los grupos anteriormente señalados, no tenía como objetivo el apoyo político al gobierno de la Unidad Popular ni la construcción del socialismo, sino que desarrollan una línea eclesial y pastoral más acorde a los tiempos que se vivían en nuestro país. La iniciativa del Grupo de los 200 había nacido en la diócesis de Talca por el interés de Sergio Torres, Alejandro Jiménez y Tomás Maney, y luego se les unirían en Santiago Ronaldo Muñoz y otros sacerdotes con intereses similares y preocupaciones por seguir apoyando los cambios que requería la Iglesia. Quienes estaban detrás del grupo de los 200 definían su trabajo como: "… reuniones que no tienen carácter oficial. Jornadas privadas de reflexión y estudio de sacerdotes que no pretenden representar a 28 nadie…". En las jornadas de trabajo impulsadas por el grupo de los 200 surgieron iniciativas y propuestas como, por ejemplo, la no obligatoriedad del celibato de los presbíteros, la existencia de un clero célibe y otro casado; la recomendación del sacerdocio obrero, iniciativas que fueron aprobadas por los sacerdotes y religiosas participantes y que fueron presentadas para ser enviadas al Vaticano como solicitud de sacerdotes chilenos. En dichas jornadas y asambleas además participaban destacados obispos como Monseñor Carlos González, Bernardino Piñera y Fernando Ariztía. El trabajo del grupo de los 200 se desarrolló hasta 1973 como una fecunda elaboración teórica respecto a las líneas sacerdotales y su misión histórica en el proceso chileno. Esta coordinación fue fundamental a la hora del Golpe Militar, al establecer, ya no en términos teóricos, una visión del trabajo cristiano que implicaba vivir la fe a partir de la defensa de la vida y la libertad ante el sistemático abuso a los derechos humanos de miles de compatriotas. 28
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Roberto Bolton. “Los 200” del libro “Crónicas de una Iglesia Liberadora” Editorial LOM Santiago de Chile 2000.
La Iglesia del Pueblo en Valparaíso
Viene a ser la Segunda Conferencia Episcopal de América Latina, celebrada en la ciudad colombiana de Medellín, la que empujará hacia posiciones de avanzada a los cristianos de todo el continente. La Conferencia se celebró entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1968 y fue una lectura de las conclusiones del Concilio Vaticano al calor de las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales en América Latina. "…después del concilio vino la Segunda Conferencia Episcopal de América Latina, y en ésa tuvo gran influencia algo que había nacido hacía poco, que era la Teología de la Liberación. El nombre está indicando muchas cosas: liberación de una forma institucional, liberación de una forma de enseñar, liberación de una forma de vivir, con un acento muy importante hacia el mundo popular, es redescubrir al Cristo pobre, es redescubrir al Cristo que nació en un pesebre , que toda su vida fue pobre y que tuvo predilección por ellos. Todo su servicio fue hacia los más pobres y desprotegidos y en una identificación por ellos. Ahí se va armando una teología, ya no tan rigurosa en lo conceptuosa sino que más rigurosa en lo existencial…".29 Las condiciones de miseria hacían urgente una coordinación sacerdotal que promoviera mensajes sin contradicción entre la función de la iglesia y el evangelio. En Valparaíso se vivían, desde hace años, experiencias interesantes de construcción de comunidades cristianas. Las comunidades de Forestal Alto, del Cerro Toro, de Placeres, de Quilpué y Calera, por nombrar algunas, tuvieron con la conferencia de Medellín el respaldo necesario para avanzar consecuentemente en el trabajo de construir una nueva Iglesia. Estas experiencias de base correspondían a un nuevo acercamiento de la Iglesia con el mundo popular y donde se trabajaba una práctica pastoral cada vez más vinculada a las necesidades y anhelos del pueblo pobre 29
José Gutiérrez, el “Cura Pepo”. Entrevista con el autor realizada en Valparaíso en noviembre del año 2006.
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marginado de la economía y el desarrollo. "…Vivimos también en la Iglesia chilena una renovación como parte del proceso europeo que desembocó en el Concilio Vaticano II. Los sectores dirigentes de la Iglesia, curas, religiosas, laicos que pertenecían a la Acción Católica tuvieron que romper muchas barreras. Se vivió una nueva visión desde la Iglesia de la realidad social, política, cultural; aparecieron temas como la mentalidad democrática o el tema de los derechos humanos, que eran realidades que estaban en el horizonte de la 30 Iglesia pero donde la Iglesia no estaba metida en esos temas…". Las experiencias sacerdotales que surgieron en el contexto de esta revolución en la Iglesia Católica tuvieron distintos matices, pero todas tuvieron la cuota de pasión propia como para que fueran desencadenadoras de muchos hechos de transformación comunitaria en los barrios de Valparaíso y en ciudades aledañas. La riqueza de esta historia está en la praxis de vivir un cristianismo más cercano a la gente y comprometido con el cambio en las condiciones de vida de los pobladores y pobladoras de barrios populares. En la década de los 60, Valparaíso empezó a mostrar signos de inconformidad social. Uno de los principales hechos fue la crisis en la Universidad Católica de Valparaíso y la Reforma Universitaria. El 21 de junio de 1967, cerca de 300 estudiantes se toman la casa central de la UCV en apoyo al deseo de reforma que se había manifestado en el seno del consejo universitario y que había sido acogido por el vicerrector de dicha casa de estudios, Fernando Molina. Fiel a su conducta conservadora, el obispo Tagle rechaza el proceso y destituye a los profesores y directivos que habían votado por las propuestas de cambio hechos por la Federación de Estudiantes. Estos acusan a la universidad de: "…Tener una manifiesta formación profesionalizante, al no priorizar una relación del estudiantado con el mundo real, dejando su formación humana y social incompleta, estos se sumaban a que la universidad era 30
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Ronaldo Muñoz, entrevista con el autor, enero de 2007.
vista por los estudiantes como una torre de marfil; que estaba por sobre el mundo real…". 31 La visión que la sociedad tenía de la Universidad era la de un enclave católico, reflejo de una jerarquía aliada a una minoría privilegiada donde sólo había cabida para estudiantes del sector acomodado en desmedro de aquellos que venían de las comunidades pobres. Fue tal el impacto del conflicto que rápidamente otras universidades se plegaron con sus propias demandas, logrando poner en jaque el tradicional sistema de la academia en Chile. Finalmente, el Consejo Directivo y el gran canciller Tagle entrarán en diálogo con los estudiantes luego de duras jornadas de movilizaciones, para lo cual se firmó un protocolo en que se acordó formar una comisión que estaría encargada de estudiar y redactar un nuevo reglamento, a la vez de definir el procedimiento de elección del rector y nuevas instancias de trabajo académico en la UCV. Este conflicto tuvo un gran actor que terminó por radicalizar aún más sus posiciones. Este fue Emilio Tagle Covarrubias, obispo de Valparaíso, quien mostró a la comunidad el rostro de la jerarquía católica en un momento histórico concreto. "… la figura de Tagle en el ámbito estudiantil, fue considerada como retrograda, más preocupada del principio de autoridad que de las reformas efectivas y de la participación democrática…". 32 La Iglesia Católica de Valparaíso interactúa de manera contradictoria con la sociedad. No avanza de manera real con las necesidades sociales y culturales de la población, asimilando lentamente las nuevas orientaciones pastorales surgidas luego del Concilio Vaticano II y reaccionando de manera confusa frente a conflictos universitarios y a situaciones que se iban gestando en parroquias de la diócesis donde la experiencia de sacerdotes progresistas desarrollan nuevas formas de participación en las comunidades parroquiales. 31-32
Maribel Sánchez. “Sacerdotes Rebeldes en Valparaíso 1968 – 1973” Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de Valparaíso 2008.
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Durante 1965, el obispo Emilio Tagle empezó a tener las primeras diferencias con un grupo de sacerdotes organizados en un "Equipo de Pastoral Obrera", quienes se habían planteado, a partir de experiencias en sus respectivas parroquias, reflexionar colectivamente y buscar estrategias pastorales efectivas en los sectores populares. Estos sacerdotes estaban profundamente influenciados por el Concilio Vaticano II y entusiasmados con el cambio que este ofrecía en la relación sacerdote-comunidad. En el grupo de sacerdotes existía molestia con la forma de actuar del obispo, al que reconocían como un hombre muy bondadoso pero extremadamente conservador y anticomunista. El Equipo de Pastoral Obrera se reunía una vez al mes en distintas parroquias de la diócesis y las sesiones consideraban exposiciones de algún tema determinado o simplemente el análisis de alguna situación 33 acaecida en algún territorio. Este equipo trabajó sigilosamente durante, a lo menos, dos años reuniéndose en forma permanente y enriqueciendo su reflexión con aportes intelectuales provenientes de la nueva teología liberadora que empezaba a manifestarse poco a poco en el país. Si bien en un comienzo la presencia de Emilio Tagle había despertado esperanzas en una gestión más cercana a los problemas de los pobres y los más necesitados, a poco andar se fue retrayendo hasta convertirse en uno de los obispos más conservadores del clero nacional, iniciando una solapada represión contra el Equipo de Pastoral Obrera, que concluyó cuando caducó dos contratos de sacerdotes españoles, lo que provocó la radicalización de las posiciones ideológicas y pastorales, lo que condujo a un conflicto publico en la ciudad. El 12 de agosto de 1968, un día después de la toma de la catedral de Santiago por parte de la denominada "Iglesia Joven", una carta firmada por veintitrés sacerdotes hacía pública su renuncia a los cargos eclesiásticos que ocupaban dentro de la diócesis de Valparaíso. La causa era el despido arbitrario de dos sacerdotes catalanes. Sin embargo, el 33
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José Gutiérrez. Entrevista con el autor año 2006.
problema era más profundo y tenía que ver con la forma de entender el evangelio en un tiempo de cambios, sumado al conservadurismo extremo del obispo de Valparaíso frente a temas culturales, sociales y políticos. El Equipo Pastoral Obrera buscó en reiteradas ocasiones el diálogo para resolver los conflictos, pero el obispo se negó a exponer sus puntos de vista y razones aludiendo al principio de autoridad. Los integrantes del Equipo de Pastoral Obrera eran los siguientes: "dos sacerdotes de la Matriz, Jean Marmiere y Pierre Dupois, de origen Francés; Alfredo Hudson, asesor de la Pastoral Universitaria en la Universidad Santa María; Darío Marcotti, de la parroquia del cerro Toro; Patricio Guarda, de los Placeres; Ignacio Pujadas, de Forestal Alto; Luis Duarte del cerro Cordillera; Salvador Eltit, José Gutiérrez, Francesc Puig, de Quilpué; Joan Casañas, asesor de la Pastoral Universitaria en la Universidad Católica; Miguel Woodward, Hernán Mejías, Juan Eduardo Rivera, Juan Jeanneret, Juan Matteusen, John Ruther, Francisco García, Enrique González, Fernando Ugarte, Eusebio Estadella, Luis Licilla y Juan 34 Leal. En Valparaíso, el conflicto vino a fortalecer el movimiento de laicos conocido como "La Iglesia del Pueblo", movimiento similar al que se había constituido en Santiago y que buscaba profundizar el aporte de los cristianos en los procesos políticos que se vivían en el país. Los sacerdotes rebeldes y la Iglesia del Pueblo coincidían en sus objetivos y demandas, pero no existía una coordinación real, salvo la que se dieron en el apoyo incondicional cuando se hicieron efectivas las renuncias. La "Iglesia del Pueblo" surge en Valparaíso de la mano de grupos universitarios católicos que se habían empapado de las doctrinas cristianas de orientación socialista que algunos intelectuales ya empezaban a manifestar públicamente y que en el continente producían impacto, como la muerte del cura guerrillero Camilo Torres. La primera aparición pública de este movimiento se aprecia en las manifestaciones de apoyo a la renuncia de los 23 sacerdotes del Equipo de Pastoral Obrera. 34
Maribel Sánchez. Obra Citada.
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Entre los principales dirigentes de la "Iglesia del Pueblo" de Valparaíso se encontraban Jorge Gray, Eliana Cielo, Francisco Vio Grossi y Víctor Bernal. Ellos pertenecían a las comunidades cristianas de muchos de los sacerdotes que cuestionaban la conducción del obispo de Valparaíso en temas pastorales y políticos. 35 Durante el conflicto, el sacerdote Darío Marcotti, del cerro Cordillera, fue el vínculo entre los sacerdotes renunciados y los representantes de la Iglesia del Pueblo. Este informaba acerca de las situaciones y permitía el acompañamiento de la comunidad durante el proceso de conversaciones y reflexiones. El 16 de agosto, mientras se realizaba una asamblea con todos los sacerdotes de la diócesis en el aula magna del obispado, en avenida Pedro Montt, en las afueras, la "Iglesia del Pueblo" convocó a cientos de personas, estudiantes y comunidades en general a apoyar al grupo de sacerdotes renunciados. Ese día se entregó una declaración de apoyo que planteaba lo siguiente: "…los laicos comprometidos con la reforma estamos con ustedes. Creemos que el momento que vive la Iglesia es demasiado valioso para desperdiciarlo. La lucha que ustedes dan también es nuestra, confiamos en ustedes... Comprendemos lo que arriesgan en esto, pero estamos convencidos que el riesgo vale la pena. Este es el momento histórico que todos nosotros esperábamos. Estábamos en la frontera de la Iglesia. En la clandestinidad vivíamos nuestra fe y creíamos que ya definitivamente no sería posible vivir nuestra fe en la Iglesia. Ahora se nos abre un futuro riquísimo y no queremos cometer nuevamente el pecado de omisión por temores o por respetos falsos, que no son otra cosa que un disfraz del miedo o del egoísmo. Confiamos en que ustedes tampoco cometerán ese pecado contra el Evangelio, contra el pueblo de Dios y la Historia. Por eso les pedimos claridad, unidad y decisión. Más aun, se la exigimos, con el respeto que nos merecen sus personas. Claridad en los objetivos, unidad 36 en la acción, decisión en este momento histórico…".
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Diario La Estrella de Valparaíso 18 de Agosto de 1968. Maribel Sánchez. Obra Citada.
El ánimo y la tensión dentro del aula magna eran crecientes con los cánticos de protesta que provenían de la calle: "…Los gritos eran ensordecedores y podían enervar los nervios del más flemático. Quien no pudo resistir su indignación fue un anciano de unos 85 años, alto, flaco de contextura, el que se paro con energía, nos apuntó con su dedo índice y exclamó con voz estentórea: que descienda el ángel San Miguel con su espada de fuego y aniquile a estos rebeldes a la voz de 37 la Iglesia…". La asamblea terminó con un comunicado de prensa que planteaba la apertura de la Iglesia porteña a cambios pastorales inspirados en el Concilio Vaticano II, donde se especificaba: "…en una reunión franca y sencilla y fraternal de más de 200 sacerdotes, presidida por el obispo diocesano, monseñor Emilio Tagle Covarrubias, que se efectuó en el Aula Magna del Obispado se llegó a los siguientes acuerdos positivos: -La actitud de los sacerdotes que han renunciado a sus cargos pastorales nada tiene que ver con el movimiento de Santiago - No se ha puesto en tela de juicio por parte de nadie la obediencia a la autoridad del obispo. - Las divergencias de planteamientos pastorales serán conversados en estrecho diálogo con nuestro Obispo. - Los 23 sacerdotes renunciantes fueron recibidos por el Obispo…".38 La renuncia de los veintitrés se hizo efectiva el día 20 de agosto cuando se agotaron las conversaciones, la que se materializó en una declaración pública que decía lo siguiente: "…nos causa impacto descubrir la dificultad que sienten muchos hombres de hoy de sentirse interpretados por la Iglesia, así mismo constatamos que muchos hombres comprometidos con Cristo, a medida que se van 37-38
Luis Duarte. “rebelión Clerical” Revista de Estudios Historiográficos, año 1 Nº 1 Universidad de Valparaíso, Facultad de Humanidades, Instituto de Historia y Ciencias Sociales, EDEVAL , Valparaíso Chile 2002.
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entregando a las tareas de desarrollo social y progreso humano se van sintiendo más extraños a la Iglesia. Pero hay un signo esperanzador: estos mismos hombres al descubrir el Evangelio vívido y auténtico, reaccionan y quienes entran a participar en la renovación de la Iglesia como algo propio. Nosotros, sacerdotes, lo hemos podido constatar, diariamente en nuestra labor como pastores. Hemos descubierto las vivencias del pueblo de Dios y los grandes deseos de participación que palpitan en muchos de sus miembros. Y hemos ido dando respuesta a estos deseos según nos lo dictaba la realidad e iluminada por el Evangelio, y en consonancia con el gran movimiento de renovación de la Iglesia universal. Y es así donde ha surgido nuestro conflicto, de conciencia. Sabemos que nosotros, como sacerdotes, somos colaboradores del obispo, y que debemos estar en profunda comunión con él. Pero lentamente hemos ido descubriendo que nuestro Obispo tenía una forma distinta de encarar nuestro común servicio al Pueblo de Dios. Y es en función de este servicio cuando han surgido las discrepancias. En un principio creímos que estas discrepancias se podrían superar. Pero a medida que ha pasado el tiempo, estas se han ido acentuando, hasta el punto de creer que, por lealtad, debíamos renunciar a nuestros cargos. Es lo que hicimos el lunes 12 de agosto. Desde aquella fecha, hemos iniciado amplias conversaciones con el Obispo, con el ánimo y la esperanza de aunar nuestros puntos de vista. Pero después de un largo y sincero diagnóstico hemos descubierto que esto no ha sido posible. En consecuencia, por fidelidad a nuestra conciencia y con el afán de no desautorizar las directivas emanadas del Obispado para el gobierno de la diócesis, trabajando de forma distinta a la por él deseada, hemos creído que debíamos hacer efectiva nuestra renuncia, como le hemos notificado el día de hoy, 20 de agosto. Esta decisión tal vez se pueda discutir y muchos podrán rechazarla. Pero tras un maduro examen nos ha parecido que era ineludible. Queremos, desde estas líneas, hacer un llamado para que este gesto que quiere ser limpio y honesto por parte nuestra no sea interpretado torcidamente. Queremos reconocer la autoridad del obispo, y lo confesamos eje fundamental de nuestra Iglesia de Valparaíso. Por honradez y en la esperanza de una renovación hemos procedido de esta forma. Pedimos la oración por nosotros, por los demás sacerdotes, por el Obispo, y por todos aquellos 48
que no llegarán a comprender nuestro gesto. Finalmente pedimos a todos aquellos que nos comprenderán, que muestren su adhesión no a nuestras personas, sino a la Iglesia de Cristo, a la única que queremos servir…". 39 Finalmente el conflicto se zanjó con compromisos mutuos el día 24 de agosto. Después de intensas conversaciones los veintitrés sacerdotes retiraron sus renuncias reasumiendo sus labores, y el obispo incluyó a uno de ellos en el consejo de gobierno de la diócesis con la cual se aseguraba que las iniciativas pastorales progresistas tendrían cabida y no serían hostigadas desde el obispado. La Iglesia de Valparaíso tuvo innumerables conflictos a partir de 1968 luego de la renuncia de los sacerdotes del Equipo de Pastoral Obrera. Los diálogos cristiano-marxistas con la participación de sacerdotes, el apoyo público a la campaña presidencial de Salvador Allende por parte de algunos extranjeros, como Pujadas, Dupois o Llidó; la película de 1971 Ya No Basta con Rezar; las declaraciones públicas a favor de la izquierda, el apoyo a conflictos laborales y estudiantes por parte de los sacerdotes progresistas; la participación en partidos políticos de algunos, como Miguel Woodward, hicieron que las posiciones de la jerarquía se hicieran radicalmente de derecha y la relación se quebrara con muchos religiosos. Cuando en 1971 se publicaba el libro "Teología de la Liberación", del peruano Gustavo Gutiérrez, habían pasado seis años desde que en Valparaíso la opción por los pobres se había hecho efectiva a través del compromiso de sacerdotes, religiosas y laicos. Tendría que llegar el 11 de septiembre con su estela de muerte para que la luz de un evangelio comprometido con la transformación social desapareciera por completo de Valparaíso teniendo al obispo Tagle Covarrubias como el aliado para justificar la barbarie en contra de quienes vieron en Cristo un camino redentor y libertario.
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Luis Duarte. “rebelión Clerical” Revista de Estudios Historiográficos, año 1 Nº 1 Universidad de Valparaíso, Facultad de Humanidades, Instituto de Historia y Ciencias Sociales, EDEVAL , Valparaíso Chile 2002.
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Los Sacerdotes Catalanes en Valparaíso
La emoción los inunda cuando asoman las primeras viviendas y comienzan a ver por primera vez el lugar que sería su hogar por los próximos 10 años. Son cinco jóvenes, iniciales sacerdotes catalanes, que entran en un viejo furgón Volkswagen a la ciudad de Valparaíso en abril de 1963. En un viaje a la Santa Sede, el obispo de Valparaíso Emilio Tagle Covarrubias, de paso por Barcelona, solicitó expresamente apoyo para su diócesis por parte del Agermanament, programa misionero que buscaba hermanar la diócesis de Barcelona con las de Chile y Camerún, con el claro propósito de apoyar a las comunidades del tercer mundo ante la falta de sacerdotes y laicos en la misión de promover el evangelio. "…el obispo de Valparaíso Emilio Tagle Covarrubias pasó por Barcelona y nos propuso formar un equipo de pastoral obrera, con lo cual nos entusiasmó, era lo que nosotros queríamos, trabajar con la gente más pobre, más sencilla, y así aparecimos en Valparaíso el año 1963. Nosotros a este programa le llamábamos Agermanament, hermanamiento entre países, hermanamiento entre iglesias, hermanamiento entre cristianos..." . 40 Hasta entonces el programa había apoyado a las diócesis de Antofagasta y Santiago. Desde ese momento, Valparaíso pasó a ser punto de llegada de estos jóvenes sacerdotes que vieron en las desigualdades sociales, el analfabetismo y la desnutrición infantil, el campo donde realizar su misión evangelizadora progresista, que instalaba al hombre como un actor gravitante para su propia salvación, ya no solamente del pecado, sino también de la opresión a la que una sociedad capitalista lo condenaba. La idea de misionar en un país como Chile era atractiva para los jóvenes sacerdotes. Les entusiasmaban las contradicciones entre el país que dejaban y al que llegaban. Significaba pasar de una dictadura férrea y 40
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Francesc Puig i Busquet. Entrevista realizada en Quilpué enero de 2007.
victoriosa en una guerra civil, a un país con una democracia estable, donde los preceptos morales, teológicos y políticos se desarrollaban en un marco institucional que había permitido el fortalecimiento de un movimiento obrero abierto y participante de manera amplia en la vida nacional. Los cinco catalanes son enviados a distintas localidades de la provincia: Joan Sanmartí y Francesc Puig a la ciudad de Quilpué; Ignasi Pujadas a un sector vecinal de Viña del Mar, la población Forestal Alto; Joseph Ribera lo hacía en Forestal Bajo, y Joan Casañas, apoyando la vida universitaria como consiliario de los estudiantes y como profesor en la Universidad Católica de Valparaíso. "Un grupo importante de sacerdotes catalanes había iniciado, algunos años antes, un trabajo en el norte del país, en la ciudad de Calama, provincia de Antofagasta. Este segundo grupo de cinco catalanes que trabajarían en Valparaíso, habían sido compañeros en el seminario y ordenados sacerdotes el 17 de Septiembre de 1961 en la Iglesia 41 Parroquial de Santa María de Cornellá". Chile era un país por descubrir para estos jóvenes formados en los seminarios de Barcelona y Gerona. Cataluña era un territorio excepcional en la España franquista. Lo era desde un plano cultural y político, por su resistencia a la dictadura franquista, y con un sello de permanente aspiración autonomista. La formación sacerdotal en la Cataluña de la posguerra civil estuvo fuertemente influida por la llamada nueva teología francesa que buscaba superar el análisis del "neotomismo", para adentrarse en la realidad del hombre, su tiempo y la vida terrenal. La búsqueda de una nueva interpretación del evangelio a partir de un replanteamiento de aquellos elementos doctrinarios, considerados inmutables y categóricos, era un camino novedoso en la reflexión teórica de las revelaciones y dogmas de la fe. 41
Frances Puig i Busquet. “Que m'ha passat? En la Fe, en la política en l'amor” Editorial Mediterranea. Barcelona 2004.
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Pensadores católicos franceses como Maritain, Focault, Cheng, Congar y René Voillaume, se convirtieron en lecturas que ayudaron a contextualizar la opción por los más pobres, que poco a poco fue instando al sacerdote en una tarea misionera radical y promotora de una nueva realidad, que no busca solo la salvación del hombre y su acceso al "reino de los cielos", sino también la liberación y dignificación en tanto pueblo de Dios. En la Cataluña de los años 50, se desarrolla un fuerte movimiento progresista que se vive en la Iglesia desde congregaciones como el grupo Front Universitari de Catalunya, la Juventud Obrera Católica y la Hermandad Obrera de Acción Católica. Este movimiento lleno de idealismos se ve fortalecido con los cambios introducidos por el Papa Juan XXIII, en el marco del Concilio Vaticano II, que permitió un desarrollo sin mayor represión por parte del franquismo y la Iglesia Oficial. A este fenómeno teológico se le suma una actividad misionera que buscó atraer hacia la Iglesia a aquellas comunidades alejadas e imbuidas por grupos con una marcada postura anticlerical. "… cuando se habla de la iglesia conservadora o progresista, estas son palabras abstractas. En España, en los años posteriores a la guerra civil, generalmente habría que hablar de una iglesia franquista; pero nunca fue así tan monolítica, siempre hubo núcleos, lugares y obispos que fueron progresistas antifranquistas, y en los años 60 el franquismo había generado ya mucha oposición y en Cataluña más que en otras partes de España. Cataluña siempre ha sido una región, una autonomía de España, más progresista que el resto porque es la zona más industrial, más próspera, con una clase obrera más luchadora, no como el resto de España que era más agrícola y con otra mentalidad…". 42 Los primeros sacerdotes catalanes del programa del Agermanament arribaron a Chile en las postrimerías de 1958. Había triunfado en las recientes elecciones Jorge Alessandri Rodríguez, un hombre de la derecha empresarial que se había impuesto a los fuertes movimientos del centro político y la izquierda, que de manera ascendente iban imponiendo las 42
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Francesc Puig, entrevista con el autor, enero de 2007.
nuevas ideas de orden social que, producto de los vertiginosos cambios sociales y culturales, pedía la sociedad chilena. La década de los 50 en Chile se vio marcada por reformas políticas que permitieron la participación de vastos grupos sociales hasta entonces apartados de la vida institucional. La conciencia política fortalecida por décadas de luchas obreras y sociales, la fuerte migración campo-ciudad y el crecimiento explosivo de la población permitieron la ampliación del universo electoral con el consecuente impacto en la representación social y política de los movimientos y partidos de izquierda. Valparaíso era una ciudad más de un Chile que iniciaba transformaciones radicales, y su Iglesia , institución fundacional de la ciudad, tenía una impronta más bien conservadora, debido a la fuerte influencia que ejercían las capas altas de la sociedad. Una gran masa obrera y pobladora de sus cerros practicaba su religión en pequeñas capillas instaladas en la población, o en ramadas donde improvisaban altares y se practicaba la misa compartiendo el vino y el pan de los trabajadores. Luego de la partida de quien fuera obispo de Valparaíso, don Raúl Silva Henríquez, asume la diócesis el año 1961 don Emilio Tagle Covarrubias, quien desde posturas progresistas, y compartiendo los lineamientos de apertura del Concilio Vaticano II, inicia una travesía personal hasta posiciones ultra conservadoras, debido a una paranoica posición respecto al marxismo y sus expresiones políticas y sociales. El grupo de catalanes se mantiene unido durante los primeros meses reflexionando y evaluando la instalación en sus respectivas comunidades. La misión de establecer lugares de avanzada en los barrios populares que crecen rápidamente en Valparaíso, se logra sin mayores problemas apoyándose en la apertura de la Iglesia, fundamentalmente, a través de la constitución de las comunidades cristianas de base, la organización de grupos juveniles, grupos scout y equipos de trabajo social en barrios con carencias de servicios básicos como luz, agua, alcantarillado y transporte. La época de cambios sociales golpea a la Iglesia con inusitada fuerza. Los
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catalanes entienden la necesidad de cambio que requiere la práctica católica. Se sienten atrapados frente al avance de las iglesias evangélicas en los barrios más pobres de la ciudad. Su actividad espiritual asociada a una actitud más vital y directa frente a los misterios de Dios los hace atractivos entre los más humildes. Por otra parte, los partidos marxistas tienen un crecimiento importante e interpretan a una parte importante de la población. En ese contexto la apertura que otorga la Iglesia Católica luego del Concilio Vaticano II es un aliciente para el trabajo misionero de los sacerdotes. Durante 1964, cambian la sotana por una vestimenta más cercana a sus pobladores. Las misas comenzaron a ser en castellano, dando fin al "rito latino" que tanto les separaba de sus comunidades. Los nuevos estilos pastorales comienzan a horizontalizar las relaciones entre el sacerdote y los feligreses. Los catalanes, más que cualquier otra congregación o grupo de sacerdotes diocesanos, comienzan a construir un nuevo tipo de vínculo con la comunidad que se sostiene en la confianza de un líder espiritual que debe apoyar sus aspiraciones. "…mi vida actual es ir visitando, conversando, hacerme presente en la vida de la gente… En una palabra "amarlos" por ellos mismos, ni tan solo para ganar el precio de ser cristianos, sino esperar desinteresadamente "la hora" que Dios les tenga preparada a cada persona, una por una. Muchas veces conversando entre nosotros, decimos que actualmente más que la eficacia, hemos de buscar el testimonio de nuestras vidas. Testimonio de Amor. Sobre todo damos mucha importancia a la pobreza y no por táctica apostólica, sino porque: tenía hambre y me alimentasteis… No sólo servimos a Cristo en el pobre, sino que Cristo es el 43 pobre y nosotros hemos de ser Cristo….". Durante los años 1965 y 1966 los catalanes están consolidados en sus respectivas comunidades. El programa del "Agermanament" fortalece sus vínculos con sus sacerdotes y envía apoyo para sus iniciativas sociales y pastorales. La década de los años 60 fue significativamente importante para el mundo 43
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Frances Puig i Busquet. “Que m'ha passat? En la Fe, en la política en l'amor” Editorial Mediterranea. Barcelona 2004.
católico. El Concilio Vaticano II había logrado colocar en el centro de sus preocupaciones la vinculación de la iglesia con las grandes mayorías nacionales, identificadas éstas con las capas medias y los sectores obreros. Durante casi medio siglo, la Iglesia Católica había sentido los embates del ascendente mundo obrero, el que criticaba la permanente identificación de la Iglesia con los sectores oligárquicos y aristocráticos de la sociedad. No fue sino en 1968 cuando la tensión dentro de la iglesia se manifestó en Chile con la toma de la catedral el día 11 de agosto por parte de 9 sacerdotes, 3 religiosos y 200 laicos. Los ocupantes colgaron un lienzo gigante con la leyenda: "Por una Iglesia junto al Pueblo y su lucha". La protesta buscaba remecer a la Iglesia respecto de las nuevas sensibilidades que nacían en su seno y que demandaban más atención a los problemas concretos y terrenales de las comunidades más pobres por sobre el trabajo espiritual y místico al que la Iglesia chilena estaba acostumbrada. En Valparaíso, 23 sacerdotes renuncian a sus responsabilidades diocesanas por diferencias doctrinarias con el obispo de Valparaíso. Este vivía una regresión intelectual abrazando posiciones ultraconservadoras, convirtiéndose en un baluarte de la oligarquía porteña. Los catalanes participan activamente de esta manifestación y promueven que el movimiento se denomine "Iglesia del Pueblo", distanciándose a nivel local del que se desarrolla en Santiago. En la provincia de Valparaíso, el impacto de dichas acciones golpea todos los rincones de la Iglesia y conmueve a los miembros de las comunidades cristianas de base quienes adhieren al movimiento gracias al trabajo previo realizado por los catalanes en sus localidades: "…Los jóvenes del Centro Juvenil de Forestal acompañaban al cura Nacho a una marcha que se había organizado en apoyo al movimiento de la iglesia Joven. Recuerdo que fuimos a Valparaíso con un gran lienzo que llevaba la misma consigna que los católicos de izquierda levantaban por todos lados, "Por una Iglesia junto al Pueblo y su lucha…". 44 44
Marta Fernández, Miembro de la Juventud Cristiana del sector de Forestal, conoció a Ignasi Pujades en el año 1965.
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Estas acciones se realizaban semanas antes de que el Papa Paulo VI llegara a Colombia a inaugurar el Congreso de Medellín, donde se manifestaron de manera explícita los graves y urgentes problemas que la población del continente vivía por consecuencia de una economía dependiente y al servicio de los intereses de las clases dirigentes de los países latinoamericanos. El Congreso de Medellín reafirma y aporta al fortalecimiento de la "Iglesia Joven Chilena" y de la "iglesia del Pueblo de Valparaíso" debido al desarrollo de una nueva conciencia respecto de los problemas sociales y políticos. La "Iglesia del Pueblo" denuncia la violencia como instrumento de control social por parte de las minorías poderosas. La violencia es el mecanismo por el cual son sometidos grandes grupos humanos en actividades productivas que los obligan a producir bienes y servicios sin recibir remuneraciones acordes, sin respeto a sus derechos, a sus tiempos de descanso y sin condiciones higiénicas básicas. Medellín se transforma en el pilar donde se sostienen teológicamente las iniciativas sociales de la Iglesia Católica en América Latina. Los catalanes simpatizaban con el PDC de mediados de los 60. Sin embargo tienden poco a poco a decepcionarse cuando el gobierno de Frei abandona su sensibilidad social y deja a la izquierda la responsabilidad de conducir los cambios que la ciudadanía reclamaba. No cabe duda de que la crisis que vive la Iglesia golpea al Partido Demócrata Cristiano en el poder. Su relación natural con el mundo católico amenaza con involucrar a sus principales líderes en dos proyectos irreconciliables para enfrentar la campaña de 1970: uno es la alianza con la izquierda y el otro el "Camino Propio". La junta nacional del PDC discute las opciones de continuidad y, en un clima de polarización, desecha cualquier posibilidad de alianza con la izquierda y establece una política de corte derechista en el partido. Como un síntoma de aquella decisión partidaria se produce la separación del PDC de un grupo importante de dirigentes y parlamentarios disconformes con la dirección y la actitud que toma la Junta Nacional. El 18 de mayo de 1969 nace el MAPU (Movimiento de Acción Popular 56
Unitario) como un partido nuevo, donde el marxismo y el cristianismo pueden convivir y trabajar para sentar las bases de un proceso revolucionario que permita la conquista del Estado por el pueblo y así construir una sociedad socialista y comunitaria. En Valparaíso, el impacto de la crisis de la Iglesia tiene un componente especial. Tanto los catalanes como otros sacerdotes de claro compromiso social son hostigados por el obispo Tagle y su vicario Bosagna. La región de Valparaíso hacía noticia nacional por las actividades de su obispo. Este promovía la excomunión de las feligreses que se atrevan a usar "bikini" durante sus días de playa. Monseñor Tagle iniciaba por entonces una cruzada contra la libertad y a todo lo que se viera como influencia de la izquierda. Entra en un combate frontal contra quienes dentro de la Iglesia asumieron posturas progresistas, por lo que los sacerdotes catalanes fueron de los primeros en ser llamados por el obispo para dar explicaciones por su trabajo social y político en las poblaciones. Los catalanes sumergidos en las tareas cotidianas se apoyan en el Agermanament, que envía nuevos sacerdotes y profesionales que la Iglesia de Valparaíso se negaba a entregar en los barrios donde desarrollaban su trabajo. El Gobierno demócrata cristiano de Eduardo Frei comienza a manifestar un tibio giro a la derecha frente a la arremetida de los sectores marxistas y su creciente ascendencia entre los trabajadores. La reflexión de muchas comunidades cristianas fue no quedarse al margen de los conflictos que se generaban a su alrededor. Poco a poco, la política se fue convirtiendo en parte de la reflexión pastoral y en no pocos casos provocó una compleja posición de los sacerdotes frente a su comunidad. Como es natural en los grupos humanos, no todos los sacerdotes catalanes vivieron el proceso chileno de la misma forma. En un comienzo sus relaciones con la jerarquía eran óptimas y bastantes personales, al extremo que en un viaje del obispo de Valparaíso, Emilio Tagle Covarrubias a Roma, éste hizo escala en Barcelona, donde fue alojado en la casa de uno de los sacerdotes del intercambio, Francesc Puig. Al cabo de unos años, la tensión se apodera del vínculo entre la jerarquía y los catalanes. 57
Ignasi Pujadas Domingo había sentido desde muy joven el llamado de Dios. Nacido en Barcelona en 1938, ingresó al seminario con una clara vocación misionera. Fue destinado al barrio de Forestal, que era uno de los más antiguos de Viña del Mar De composición fundamentalmente obrera, debido a su cercanía con importantes industrias en la ciudad desde la última década del siglo XIX, contaba con aproximadamente 30.000 habitantes a la llegada del padre Ignasi. Su lugar de llegada fue la iglesia de Fátima, construida en piedra y enclavada a los pies del cerro. Debido al acelerado poblamiento, esta se situaba cada vez más lejos de las comunidades que se instalaban en los altos del barrio. Pujades sintió de inmediato que su lugar estaba en los sectores más populares de la localidad, alejado de las actividades de la liturgia y la ceremonia, y más cercano con su misión de mensajero de Jesús entre los más pobres. "…De quedarnos definitivamente en la Parroquia de Fátima, nuestra actividad habría sido la de administrar sacramentos a la inmensa comunidad católica. Esta tenía la costumbre de no olvidar ninguno: bautizo, confirmación, comunión, matrimonio, extremaunción, funeral, y desde el punto de vista apostólico, queríamos imitar los modelos europeos e implantar el mayor número posible de grupos de juventud obrera católica, porque era nuestra misión y nuestra esperanza evangelizar el resto de la clase obrera de aquel lugar. Al cabo de ocho meses, exactamente el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre de 1963, subimos a Forestal Alto, donde arrendamos media caseta de material ligero con una sola habitación, pero con un terreno exterior, donde podíamos lavar, cocinar y satisfacer el resto de nuestras necesidades…".45 En Forestal, Ignasi Pujadas vive en un pequeño cuarto construido en el sector del paradero 6 del barrio. Su trabajo consiste en preparar a la iglesia a los desafíos que se viven en las nuevas localidades de carácter popular, constituidas por trabajadores de las industrias cercanas, como la Compañía Refinadora de Azúcar, Textil Viña, Tricolor, CIMSA y otras. Los mayores logros de su estadía extendida durante 9 años fue la constitución de la capilla "Jesús de Nazareth" en la población "El Esfuerzo" y "San José 45
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Ignasi Pujadas Domingo. “ Vida comiat i mort de Joan Alsina” Editorial Proa. Barcelona 2001.
Obrero" en el sector de "Las Torres". En dichos lugares, Pujadas vivió la transformación urbana del sector con un fuerte proceso de autoconstrucción, que además permitió el crecimiento de las aspiraciones de su comunidad por una mejor calidad de vida. El proceso de concientización fue generalizado entre la década de los 50 y 60 en todo Chile. Ante la movilización popular, la organización de los trabajadores y el crecimiento de los partidos de izquierda, una gran parte del país, constituida por obreros, estudiantes y algunos sectores de las capas medias, vivió en un permanente proceso de lucha por instalar en el país estándares ideológicos que interpretarán la necesidad de mayor igualdad y oportunidades para los ciudadanos. Los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende Gossen promovieron e impulsaron importantes cambios sociales y económicos, que lejos de calmar las ansias del pueblo, confirmaron el deseo de que el "socialismo" fuera una alternativa de real progreso y justicia para Chile. En ese proceso Pujadas vivió su propia transformación. Sus comunidades le pedían y exigían mayor protagonismo en su calidad de pastor. A sus iniciativas sociales se incorporan importantes grupos de vecinos y vecinas que en muchos casos no pertenecían a sus comunidades y que se encontraban vinculados a movimientos socialistas y de izquierda. Desde su llegada a Forestal Alto, Pujadas, había tenido como objetivo pastoral la constitución de comunidades cristianas donde se viviera la palabra de Jesús a través de sus acciones. En ese contexto, él sabía que el trabajo con la juventud era fundamental para el desarrollo de una nueva conciencia cristiana, una que tiene como misión principal establecer más y mejores condiciones de vida, con menos desigualdades y con mayores oportunidades para los mas desposeídos. Su trabajo partió organizando actividades novedosas, de alta participación comunitaria y de impacto social: "… la acción católica estaba haciendo furor, llegó el Padre Ignacio, y el padre Pepe, empezaron a hacer el Vía Crucis, donde era muy bonito. Primero se preparaban sus 15 días, siempre haciéndolo en la calle Blanca Vergara. 59
(El recorrido) lo hacían del Paradero 8 al 6, asistía bastante gente porque era bonito como lo hacían antes… el que hacía de Jesucristo era Juan... lo hacía muy bien…. iba vestido como Jesucristo, y llevaba la cruz y no sé como aguantaba este niño, lo amarraban, pero hacía frío en la noche y él así y se mantenía, como lo encontraron tan bonito... lo hicieron en el Teatro Municipal y se llenó ese teatro…". 46 El vía crucis organizado por la comunidad, y asesorado por los sacerdotes catalanes, era de una concepción metodológica nueva, donde la comunidad en su conjunto vive la palabra y las enseñanzas de Cristo desde una dimensión profética distinta, en que el sacerdote es uno más de la comunidad y acompaña desde su formación a una comunidad a encontrar su destino como pueblo de Dios. En ese marco, la experiencia de vivir las fiestas cristianas con alegría, dieron un sello de legitimidad a la acción pastoral de los nuevos sacerdotes avecindados en el barrio: "…lo más divertido es que cuando hicimos la pasión los buscamos a todos... faltaba Jesús, yo andaba con el padre Ignacio buscándole... y me dejaron metido y tuve que hacerlo. Partimos haciendo la semana de la junta de vecinos, población El Esfuerzo, Las Palmeras... después íbamos al... último paradero y arriba en Las Torres... hasta ahí no más había población. Era pura tierra...yo iba de Cristo… después íbamos más arriba... con palmeras, caminaba... andaba... El cura nos esperaba allá arriba y tomábamos vino... y decía hasta aquí no más llegamos... y yo andaba con túnica. Al año siguiente estuve en el Teatro Municipal. El obispo Emilio Tagle Covarrubias llegó a la función, no quería irse, si nunca había visto algo así... Es que todas las tardes lo ensayábamos, en la Avda. Blanca Vergara, paseábamos al caballero…". 47 Formar a las nuevas generaciones bajo las nuevos preceptos cristianos elaborados a partir de las orientaciones del Concilio Vaticano II y la
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Honorio Bazaes. Entrevista citada en el libro “La Memoria de los Barrios” de Andrés Brignardello y Héctor Santibáñez. Editorial Taller. Viña del Mar 2000. Juan Petterson. Entrevista realizada en el libro “La Memoria de los Barrios” de Andrés Brignardello y Héctor Santibáñez. Editorial Taller. Viña del Mar 2000.
Conferencia de Medellín se convertirían en el eje central de su trabajo. Ignasi y Joseph diseñan una estrategia para insertarse en el barrio. Lo hacen desde la experiencia comunitaria de una localidad en crecimiento, con precariedades, pero con una identidad obrera que le permite alcanzar de manera plena la mística para surgir desde su pobreza material: "…Con mi compañero Joseph Ribera nos dividimos el trabajo en la comunidad: él se dedicaría preferentemente al mundo adulto y a las juntas de vecinos, había veintidós federadas en una entidad jurídica superior, y yo me dedicaría sobre todo al mundo de la juventud. Así nacería el primer centro juvenil de Forestal Alto, que reunió a más de un centenar de jóvenes, con una media de asistencia de treinta o cuarenta a las reuniones. Este no era una institución confesional sino cultural, que tenía directiva propia y que en poco tiempo se convertiría en columna vertebral de una buena parte del movimiento juvenil del barrio. Tanto fue así que surgió la idea de construir una Casa de la Juventud con el aporte técnico de instituciones chilenas y la contribución financiera de entidades catalanas…". 48 Nacen bajo su alero tres importantes organizaciones de jóvenes a mediados de la década de los 60: El grupo Juvenil de Forestal, el Grupo Scout Cruz del Sur, en el sector alto de las poblaciones "El Esfuerzo" y "Buenos Amigos", y "Luz del Alba" en la Parroquia de Fátima. Pujadas era un entusiasta del movimiento scout. Veía en este tipo de organizaciones un espacio ideal para la formación cristiana de los jóvenes, en un ideario de trabajo solidario de toma de conciencia, además de vivir una formación con una clara vinculación con la naturaleza y el medio ambiente: "…La primera vez que vi a Ignacio Pujadas fue en el año 1963. Tendrían unos pocos meses en el país estos jóvenes sacerdotes catalanes y los conocimos al calor de un campamento organizado por la Federación de Scout Católicos en Punta de Tralca en la Provincia de San Antonio, era un
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Ignasi Pujades Op cit.
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entusiasta de este movimiento y conocía la experiencia de su desarrollo en Europa…". 49 Durante su permanencia en Forestal Alto, Pujadas comprometió mucho de su tiempo a la formación de los jóvenes scout. A tanto llegó su interés que no trepidó en promover a uno de los suyos como Presidente de la Federación a nivel local: "… Durante 1969, Ignasi trabajó codo a codo con nosotros para ganar la elección de la Federación Scout de Viña del Mar. Esta vez la organización no solo se identificó con los Scout Católicos sino con todos los otros grupos. Había una suerte de tensión con los demás Scout de la comuna, esto se daba por una influencia fuerte de la masonería que rechazaba toda orientación religiosa y católica en el Scoutismo, pero por sobre todo la de una orientación religiosa con tendencias de izquierda como la que tenían nuestros grupos…". 50 Al poco tiempo, los propios scout católicos se vieron aislados debido a su conducta rupturista y promotora de cambio social, lo que lleva a muchos de sus miembros a desertar del movimiento para involucrarse en el trabajo político que iba ganando espacio en una gran cantidad de líderes juveniles de las organizaciones populares del sector de Forestal. El trabajo sacerdotal de Pujadas se hacía en paralelo de sus inquietudes intelectuales, para lo cual colaboraba con revistas católicas y con centros de enseñanzas e iniciativas surgidas desde otras comunidades y donde acudía con entusiasmo para reflexionar sobre los desafíos de la Iglesia post Concilio Vaticano. Uno de los temas que debatía con más pasión eran las características de la nueva iglesia latinoamericana. Por ello, durante 1967, escribió un artículo para una revista católica, donde reflexionó sobre el sacerdocio y sus limitaciones, haciendo una crítica intelectual a temas como sus posiciones políticas y el celibato, entre otras. Ello no pasó desapercibido para la jerarquía, que montó en cólera contra el joven sacerdote catalán:
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Carlos Fernández Ramírez. Dirigente Juvenil del sector de Forestal durante la década de los 60, participó en la organización de grupos juveniles en el barrio y se vinculó al MAPU a fines de 1969.
"…Tanto el artículo como la campaña de difusión me provocaron dificultades insospechadas. Aprovechando un viaje relámpago a Barcelona, durante los meses de noviembre y diciembre del 67, para presentar el proyecto de la Casa de la Juventud, el obispo de Valparaíso va a rescindir unilateralmente mi contrato con la diócesis. A pesar de que antes de marchar me había despedido con toda cordialidad. El obispo Tagle era un hombre de cuerpo pequeño y nervioso, pero a la vez, profundamente apacible y acogedor. Tres días antes de volver a Chile recibí una carta suya y que yo interpreté como una felicitación de Navidad, en que comunicaba su decisión. Absolutamente afligido y desesperado voy conversar con el otro protagonista del contrato, mi obispo de Barcelona Don Marcelo González Martín, el cual, a pesar de las pocas simpatías que tenía entre el clero catalán, se llevó conmigo con toda corrección y me dijo que podía volver a Valparaíso, con una carta suya de apoyo. La cara de estupefacción que puso el obispo Tagle al verme llegar a su casa sólo es comparable a la que había puesto yo al leer su carta. El dilema del obispo era irresoluble: no me podía facturar nuevamente en Barcelona y no tenía más remedio que mantenerme en su diócesis. Finalmente, después de meses de silencio, para muy dolorosos, el obispo Tagle sentenció que podía permanecer en la diócesis, pero con la condición de no escribir artículos, ni reunirme con sacerdotes, ni hacer 51 ningún tipo de actividad pública fuera de los límites de Forestal…". Para 1968, Pujadas manifestaba públicamente su compromiso con las ideas de izquierda, compartía los fundamentos de quienes meses atrás se habían tomado la Catedral para formar "La Iglesia Joven" y, además, había participado en las manifestaciones de resistencia ante el conservadurismo del obispo Tagle renunciando junto a otros 22 sacerdotes, exigiendo un compromiso más vital de la Iglesia Católica para con su pueblo: "…las comunidades populares de Valparaíso organizaron "La Iglesia del
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Ignasi Pujades Domingo. Op. Cit.
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Pueblo" movimiento que dio soporte a los sacerdotes renunciados y realizaron una gran manifestación frente al obispado de Valparaíso el 28 de agosto de 1968 - el mismo día que los tanques soviéticos entraron a Checoslovaquia -. La manifestación estuvo presidida por una gran pancarta que proclamaba el porqué de nuestra acción: "Por una Iglesia pobre, sacerdotes junto al pueblo". Solo de Forestal Alto bajaron cerca de cuatro (buses) "Pegasos" repletos de gente… Entre la revuelta de Santiago y la de Valparaíso existían objetivos comunes: Manifestar la necesidad de unir a los cristianos con las otras fuerzas de izquierda para así enfrentar al sistema 52 imperante y crear una nueva sociedad…". Sobre la actividad política de Pujadas y Ribera, ésta se hace en función de las necesidades de sus comunidades y no de los partidos políticos. La relación que se establece en Forestal Alto entre la Iglesia Católica y los partidos de izquierda es excepcional. Dejando siempre un halo de misterio frente a la actividad militante de los catalanes: "…No podría decir si la transformación de Pujadas tenía origen en su formación sacerdotal o se generó de manera espontánea en la etapa histórica que vivió en nuestra ciudad, lo que sí podría decir es que para inicios de 1970, Ignasi estaba vinculado con el movimiento político MAPU, si era de manera orgánica o por simple simpatía, no tiene importancia debido al fuerte compromiso que él tenía con los protagonistas de la revolución chilena en marcha". 53 Para 1970 y 1971, las estructuras partidarias del MAPU se habían establecido en las organizaciones juveniles de Forestal y la actividad política se hacía sin temores por parte de los movimientos políticos de la Unidad Popular. Pujadas era identificado más allá de los límites del barrio como uno de los sacerdotes revolucionarios, y sus vínculos con los sectores marxistas eran públicos y aceptados. A fines de la década de los 60, Joseph Ribera, uno de los cinco sacerdotes 52 53
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Ignasi Pujades Domingo. Op. Cit. Carlos Fernández Ramírez. Entrevista con el autor enero de 2007.
catalanes, regresa a Barcelona para hacerse cargo del programa del Agermanament. En su reemplazo llega Joan Miró, quien se establece con Pujadas en Forestal y se convierte en su colaborador: "…Con respecto a mí, la convivencia diaria en Forestal Alto me hacía patente una realidad que no la habían enseñado en el seminario. Constataba que, en muchos casos, "los comunistas" de la vecindad, los reales de "carne y hueso", eran justamente los pobladores más dados y preocupados por el barrio, los verdaderos "hombres de buena voluntad". Observaba también, que pese al gran número de vecinos que daban apoyo a la candidatura de Salvador Allende, no por eso dejaban de proclamar ser católicos ni de continuar pidiendo los sacramentos de la Iglesia: 54 Bautizos, casamientos, funerales, etc…". A tanto llegó su actividad en la región que, incluso, fue invitado a formar parte en la mesa directiva de "Cristianos por el Socialismo", movimiento surgido a partir de la "Iglesia Joven" de Santiago y de la firma de 80 religiosos y religiosas de un documento que propiciaba el compromiso del mundo cristiano con la izquierda chilena. En esa calidad, forma parte de la organización de una reunión con Fidel Castro que había sido profusamente difundida por los medios de prensa durante 1971. Esa experiencia lo marcaría profundamente. Meses después, realiza un viaje a La Habana, donde observa por sus propios ojos la experiencia de la Revolución Cubana, lo que radicaliza aun más sus posiciones dentro de la Iglesia. A su regreso, Pujadas promueve la creación de una comunidad cristiana revolucionaria, denominada "Néstor Paz" en homenaje a un revolucionario latinoamericano. Esta nace el 17 de octubre de 1971 en Forestal Alto y tenía como objetivo vivir la fe en Cristo desde el seno de la revolución. Para participar de esta comunidad se pedía el compromiso expreso de ser cristiano y ser revolucionario. Esta comunidad declara estar abierta a los cristianos comprometidos con el socialismo y manifiesta su voluntad de participar en la revolución
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Ignasi Pujadas Domingo. Op. Cit.
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chilena de manera más activa construyendo un nuevo orden social, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Entre 1971 y 1972 da un paso decisivo en su vocación cristiana y revolucionaria, siguiendo el ejemplo de otros sacerdotes de esta nueva iglesia, como Pierre Depuy, Darío Marcotti y Michael Woodward, decide no solamente entregarse como cristiano al apoyo del mundo obrero, sino que además quiere vivir como uno más, por lo que empieza a trabajar en la industria CIMSA, fábrica traspasada al área social que construía módulos de madera para la construcción de casas y que se ubicaba en el sector de El Salto, en Viña del Mar. Diariamente, Pujadas vive el mundo del trabajo. Convive con los trabajadores y sigue como sacerdote impulsando los cambios sociales que le tienen comprometido. "…Trabajo en CIMSA, una industria de casas pre-fabricadas que pertenece al área mixta, el Estado posee el 52% de las acciones y el resto sus antiguos dueños. Se tiene la perspectiva de adquirir la totalidad de las acciones para así conseguir mayores y mejores puestos de trabajos. A esta decisión han contribuido otros factores, como el deseo de desarrollarme a través de un sueldo propio, y la necesidad de salir algunas horas del barrio porque me estaba poniendo mal la cantidad de tensiones y temía por mi equilibrio psíquico. Hasta el momento la experiencia es positiva. Pensaba que me costaría más adaptarme. El trabajo manual relaja los nervios y he establecido una buena relación con los demás trabajadores, no he tenido ninguna dificultad para que me acepten como parte de su comunidad. Puedo decir que siento una nueva y verdadera realización cristiana personal muy parecida a la que sentí ocho años atrás, cuando comencé a vivir en el 55 barrio como un poblador más…" La actividad sacerdotal y política de Pujadas traspasa las fronteras del barrio causando impacto entre los grupos de izquierda en la región. El cineasta Aldo Francia conoce la experiencia comunitaria de la capilla "Jesús de Nazareth" y se inspira en ella para el rodaje de su película "Ya no
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Ignasi Pujadas Domingo. Op. Cit.
Basta con Rezar", del año 1971. Fue tanto el entusiasmo de Pujadas y de su comunidad que varias escenas de la película fueron filmadas tanto en la pequeña capilla como en la vivienda del sacerdote Catalán. "Volví a Chile e ingresé a un grupo de estudios que trataba de conciliar el cristianismo con el marxismo. Éramos varios, algunos cristianos, inclusive algunos sacerdotes; otros comunistas, y yo que desde hacía varios años me definía como cristiano marxista. Allí conocí algunas experiencias sacerdotales, tales como la del párroco de Forestal Ignacio Pujadas; y el del Cerro Cordillera Darío Marcotti… Asistí numerosas veces a la misa de la capillita de Forestal Alto, fabricada con el esfuerzo del curita llegado de España. Vi el fervor de la gente, tan diferente a aquella de las iglesias tradicionales. En realidad, sentía que allí estaban los cristianos; y no entre los que van a misa como si fuera una fiesta social y que realizan obras benéficas para acumular puntos, destinados a asegurarse la entrada a las puertas de cielo…". 56 La presión de la jerarquía no se hizo esperar y se amonesta en reiteradas oportunidades a Pujadas por sus actividades y posiciones políticas. Se llegó a ejercer una suerte de espionaje por parte de enviados del obispo que interrogaban a los jóvenes de las comunidades sobre las actividades y la vida personal del sacerdote. La actividad permanente de Pujadas de compromiso político y social no pudo ser tolerada más por las autoridades de la jerarquía, que lo destituyen como párroco del sector a fines de 1972. Este aprovecha la situación y regresa por unos meses a Barcelona con el fin de descansar, buscar algunos recursos y poder regresar a Chile a continuar con el proceso de profundización revolucionaria. Francesc Puig, el cura "Pancho" como le llamaban los vecinos y amigos, nace en Barcelona en 1937 y con 26 años llegó a instalarse en un rancho de la población Las Rosas, en el alto de Quilpué. Llegó acompañado de Joan Sanmartí, otro miembro del grupo que se instaló en el sector de población Valencia. La primera impresión de "Pancho" fue la notoria diferencia 56
Aldo Francia Boido. “Nuevo Cine Latinoamericano en Viña del Mar” CESOC Ediciones 1990.
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social que vivía la ciudad. El llano era dominado por la torre de su iglesia principal y por casas de la clase media pudiente que llegaban incluso a ser pequeñas parcelas, muy alejadas de la vida de los pobladores en los sectores altos, donde los servicios básicos no llegaban, ni agua, ni luz, ni transporte público y con calles de tierra, polvorientas en veranos y convertidas en barrial durante los inviernos. "… era muy claro el plan y los cerros. Cuando llegué a Las Rosas éste era un barrio casi, casi "callampa" y la población El Esfuerzo estaba naciendo, eran todos obreros de Carozzi. Lo que teníamos claro al llegar es que no veníamos a trabajar en una Parroquia como la Del Rosario (Parroquia Principal de Quilpué), nosotros queríamos trabajar en barrios populares, con gente popular, con gente obrera y sub-obrera porque muchos eran cesantes y otros vivían de "pololos", de trabajos esporádicos, por lo tanto la parroquia Del Rosario nosotros la veíamos como una iglesia , que no era nuestra iglesia, una iglesia de lujo, de gente más adinerada, con mucha liturgia, con mucho culto, pero muy poco profética, que llega muy poco a los problemas reales de la comunidad, la familia, el alcohol y la pobreza real de la gente…". 57 Los catalanes de Quilpué iniciaron una metodología de exploración durante las primeras semanas. Lo primero que hicieron fue salir a recorrer los barrios, a conocer y conversar con la gente, no les interesaba tener capilla, porque celebraban la misa y las ceremonias en las casas u otros espacios abiertos, de improviso y de manera muy sencilla. "lo que nosotros queríamos eran comunidades vivas de hombres y mujeres, que compartieran, que fueran solidarios, que afrontaran los problemas del barrio, por eso lo primero fue ponernos en contacto con juntas de vecinos, con clubes juveniles, clubes deportivos, y encontrar al poblador real, con sus problemas reales y ser uno más…". 58 En la ciudad de Quilpué, la actividad pastoral de Francesc Puig lo ubica en una posición de enfrentamiento con los grupos sociales acomodados. Desde su trabajo como Gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito "El 57 58
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Francesc Puig i Busquet. Op. Cit. Francesc Puig i Busquet. Entrevista con el autor enero de 2007.
Esfuerzo", organización creada para apoyar el emprendimiento de los más pobres, y con su apoyo permanente ante el drama de la cesantía de los obreros de la industria Carozzi, Puig se gana la confianza del mundo obrero y poblacional de Quilpué y también el descrédito de los sectores acomodados y medios donde se le tacha de activista y de no respetar sus hábitos religiosos. A fines de los años 60, luego de un tiempo importante de trabajo en Quilpué, y siempre en vinculación con parte de sus compañeros catalanes, empieza a participar de las acciones de quienes exigen mayor participación de los católicos en los procesos políticos nacionales. Renuncia, junto a 23 sacerdotes a las responsabilidades diocesanas en respuesta al conservadurismo del obispo Tagle y entra en coordinación con los sacerdotes chilenos y extranjeros de Valparaíso que responden a la nueva teología de la liberación expresada en la provincia a través de la "Iglesia del Pueblo". La comuna de Quilpué tiene una importante presencia de sectores medios, de sectores navales y militares, pero a la vez de una gruesa capa obrera, donde "Pancho" recibe el fin del gobierno de Eduardo Frei con temor ante el avance de los sectores de la izquierda chilena. "…por aquellos años a mí me asustaba el marxismo, yo había sido educado, pese a que la iglesia de Barcelona era muy progresista, en que el marxismo y el comunismo era como algo diabólico. Pero claro, las cosas se fueron radicalizando, las cosas se fueron poniendo al final del período de Frei y cuando se dan las elecciones y ese período entre el triunfo de Allende y cuando Allende es confirmado por el Parlamento, hubo unos meses que fueron de una intensidad brutal, entonces llega un momento en que uno dice: "aquí no hay grises, hay blanco y negro, hay derechas e izquierdas", a uno le gustaría siempre encontrar los matices entre la derecha y la izquierda, en esa época yo buscaba alternativas así, hasta cierto punto tenía miedo de la Unidad Popular, pero ese miedo no me impidió optar, y opté por la izquierda…". 59
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Francesc Puig. Op. Cit.
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Los hechos que marcaron en la localidad de Quilpué la identidad de "Pancho" respecto a sus posiciones políticas e ideológicas se dieron a partir de algunas situaciones que envolvieron a muchos obreros y trabajadores que participaban de sus comunidades cristianas o que vivían en los barrios donde le correspondía su sacerdocio. Un momento decisivo fue la gran huelga de la empresa Carozzi, donde "Pancho" no trepida en tomar partido por los trabajadores, asistiéndolos en los aspectos espirituales y humanos, trabajando en sus ollas comunes e intercediendo ante los ejecutivos y gerentes en busca de justicia laboral para sus feligreses. Es allí donde la comunidad de Quilpué reconoce su labor política y se da cuenta que abraza las nuevas ideas dentro de la Iglesia. Se gana la admiración de la izquierda y el odio de los sectores medios y acomodados. "…la población El Esfuerzo eran todos "carozzinos", porque fue una cooperativa a partir de obreros de Carozzi. En la población Peyronet vivían bastantes "carozzinos", un poco más abajo había una población llamada población Carozzi, era propiedad de la fábrica y estaba en arriendo a los obreros que allí laboraban. Después se construyó la población Enrique Vieggan que eran todos "carozzinos". ¿Qué quiero decir con esto? Que en mi parroquia, la de Las Rosas, el 70 % eran carozzinos, por lo tanto mi compromiso con la gente que yo compartía la vida, que era su amigo, con los que comía en sus casas, personas que me confiaban sus problemas y en los que trataba yo de colaborar y de preparar a los niños en sus clubes juveniles venían de familias donde sus padres trabajaban en dicha empresa. Entonces, un problema de Carozzi era mi problema, y no era mi problema personal, era un problema de la comunidad cristiana, por lo tanto no se trataba de decir misas, y de decir: "Dios Mío resuelve el problema de Carozzi", sino que junto con eso había que estar codo a codo con ellos. Entonces, desde el primer día de la huelga estuve a su lado, y como lo que pedían era justo, mi deber como sacerdote y como cristiano era defender la justicia y estar del lado de los 60 que estaban por la justicia…" .
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Francesc Puig i Busquet. Entrevista con el autor en la ciudad de Quilpué. Enero de 2007.
No se puede decir que por aquellos años estos sacerdotes catalanes estuvieran influenciados por la teología de la liberación, idea pastoral y doctrinaria que recién empezaba por aquella época a tornarse el centro de acción de los católicos por la revolución. La actitud de los catalanes tenía su base en su formación sacerdotal progresista, en una desigualdad social muy marcada en el Chile de los años 60 y en un alza al movimiento popular. Durante 1970, el país se convulsiona con la victoria de Salvador Allende y el conglomerado de partidos conocido como la Unidad Popular. En Valparaíso, desde hace ya un tiempo esta era una victoria anunciada. La presencia de regidores y parlamentarios comunistas y socialistas había permitido el fortalecimiento de una base social expectante y militante amplia y combativa. Desde algunos sectores institucionales que habían sido reducto de los sectores conservadores en Valparaíso, se establecían acciones que promovían la unidad del progresismo de la época y en especial de los sectores cristianos católicos proclives al socialismo. Una de estas instituciones fue la Universidad Católica de Valparaíso, cuya principal autoridad, el Gran Canciller, era el obispo de Valparaíso, don Emilio Tagle Covarrubias. Un movimiento estudiantil, apoyado por el profesorado, impuso una ola de reformas que permitió la apertura social y cultural de la universidad. Pese a los esfuerzos de don Emilio Tagle por impedir el avance de los sectores más progresistas, la Santa Sede aceptó, entre 1967 y 1968, una nueva universidad, más abierta y más libre respecto de su pensamiento y misión. El catalán Joan Casañas había nacido el 27 de julio de 1936, en Sabadell, provincia de Barcelona. Había llegado en 1963 en el equipo de catalanes destinado a la provincia de Valparaíso y fue enviado inicialmente a la comuna de Quilpué, donde se había vinculado a los sacerdotes de los "Padres Franceses", que tenían un convento en el sector de Los Perales, cerca de Colliguay. Más tarde, y con la llegada de Francesc Puig a la ciudad, fue destinado como profesor de teología a la Universidad Católica de Valparaíso:
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"…Más o menos a los 6 meses en la UCV faltaba un profesor de Cultura Religiosa. Dado que yo tenía el título de licenciado en teología -entonces era título escaso- se decidió que viniera de Barcelona Pancho, que ya se estaba preparando también para ir a Chile, con una cierta celeridad, para suplirme en Quilpué y yo pasé a ser profesor del Departamento de Cultura Religiosa de la UCV y asesor en la Asociación de Universitarios Católicos…". 61 A mediados de la década de los 60, se realizaron importantes encuentros intelectuales sobre "Marxismo y Cristianismo" en la Universidad Católica de Valparaíso, institución que fue pionera en estas iniciativas, lo que permitió el avance del movimiento de cristianos de izquierda incluso en zonas alejadas de la provincia, debido a la influencia universitaria. Cuando se produce la constitución del MAPU, partido marxista-cristiano, la Universidad Católica de Valparaíso vive un importante cisma, casi la totalidad de la Juventud Demócrata Cristiana de esta casa de estudios ingresa a este nuevo partido, otorgando un espacio de gran prestigio para el desarrollo de las ideas de izquierda en la ciudad. Gran parte de los procesos políticos de inicios de la década del 70 se iniciaron en la Universidad Católica local, que establece vínculos con el mundo obrero de gran fuerza, como las recordadas escuelas de verano para trabajadores y la formación del CESCLA, programa de formación universitaria para obreros en diferentes áreas. Es ahí donde Casañas, en su acompañamiento al mundo estudiantil, vive su proceso de radicalización política: "…Digamos que allí empezó, muy lentamente -casi me avergüenzo de mi conservadurismo, cuadratura y poca audacia de entonces, mi "maduración" social y política hacia la izquierda. Supongo que fue el aspecto de atención a la clase obrera y a las clases populares en general, que ya llevaba desde Barcelona e iba creciendo, el que me hizo poner atención a todo lo que era política en favor de los más aplastados por un capitalismo que en sus esquemas básicos no cedía ni un ápice, incluso con 61
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Joan Casañas. Carta enviada al autor durante marzo de 2007.
el gobierno de la DC, etc., etc., fui cambiando, y gracias a algunas personas muy determinadas, mujeres algunas, y, dando un gran salto en esta "narración", recuerdo muy bien que estoy en el gimnasio de la UCV, cuando ya la UP llevaba tiempo en el poder, cuando ya se presentía algo raro y un poco trágico, hablando en una gran asamblea de alumnos, profesores y más, aclarando que no hablaba como director del Instituto de Teología -había subido de "grado" el anterior Departamento de Cultura Religiosa- sino a título estrictamente personal, y definiéndome claramente por la UP, dando la motivación de estar del lado de los más maltratados por la sociedad. Allí quedé claramente "marcado" y en las listas que después del Golpe sirvieron para buscar gente…". 62 A poco andar, y junto a la constitución de Cristianos por el Socialismo, se produce el paso fundamental de estos tres catalanes en Chile, donde funden su rol y su fe, en una nueva interpretación del evangelio. La Iglesia de la liberación se constituye en Valparaíso, con el esfuerzo y el entusiasmo de los jóvenes sacerdotes de Cataluña. Para 1971, los tres sacerdotes catalanes no sólo habían participado en la fundación de "Cristianos por el Socialismo" sino que habían manifestado en forma pública su compromiso con los cambios revolucionarios en la conocida "Declaración de los 80", donde un grupo de 80 sacerdotes y religiosos adherían al ideario de la construcción del socialismo en el país. Ignasi Pujadas había sido elegido para participar en el secretariado nacional de "Cristianos por el Socialismo" y los tres, Pujadas, Puig y Casañas, desde esa posición, habían participado del encuentro con el líder cubano Comandante Fidel Castro. La polarización y la violencia se toman Chile por asalto. La violenta oposición no trepida en boicotear al gobierno y enlodar a sus líderes y militantes. El odio empieza a reinar en Chile. Durante las protestas organizadas por la derecha y la Democracia Cristiana, Casañas hace pública una respuesta a través de los medios de comunicación como sacerdote y miembro de la comunidad universitaria
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Joan Casañas. Carta enviada al autor durante marzo de 2007.
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ante la ola de jornadas de "caceroleos" convocada en Viña del Mar y Valparaíso por parte de grupos de mujeres de sectores acomodados ante la escasez de mercaderías en las tiendas y negocios de la ciudad: "…Ollas que siempre han estado llenas y que nunca les habíamos oído sonar a favor de los que hace años pasan hambre, ahora levantan su ruidosa voz porque se les quita algo de lo que estaban acostumbrados a tener. Los otros, los verdaderos pobres, los que desde hace años comen carne muy de vez en cuando, los que pasan días enteros con pan y té, familias que viven con sueldos bajísimos y con la amenaza constante de la cesantía, los que nada han perdido y algo esperan ganar con él régimen actual, éstos, nadie gritaba por ellos ni en favor de ellos el sábado y el domingo en avenida San Martín y en otras calles de Viña. El clamor de los realmente oprimidos queda ahogado por la inquietud de los que bastante tienen y no quieren renunciar a nada. Así, el problema actual de Chile queda muy desenfocado; ya no se sabe quien es el que realmente sufre y merece atención en nuestro país; los pobres de veras tienen que seguir escuchando los problemas de los ricos…". 63 La vida chilena de los catalanes había iniciado su proceso final a mediados de 1972. Hacía ya cerca de cuatro años de la partida de Joseph Ribera a Barcelona para hacerse cargo del programa del "Agermanament". Este había sido sustituido por Francesc Miró, también catalán, y por otro sacerdote de Zaragoza, el padre Nicolás, en Forestal Alto. Ignasi en tanto, en su calidad de miembro del secretariado de Cristianos por el Socialismo, recibe una invitación del gobierno cubano para visitar la isla y observar de primera fuente la revolución. Solicita permiso en la industria donde labora como obrero y recibe un encargo por parte de ella para conocer experiencias similares en la construcción de paneles para casa pre-fabricadas. Sin embargo la invitación trae consigo una 63
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Declaración Pública de las Comunidades Cristianas Universitarias. Octubre de 1971. Firman los sacerdotes Joan Casañas, José Gutiérrez y Rodolfo Valenzuela. Citado por Ignasi Pujadas en el libro “Vida , Comiat i Mort de Joan Alsina” Editorial Proa. Barcelona 2001.
consecuencia más dura. El obispo Emilio Tagle Covarrubias exige su dimisión y renuncia irrevocable a la comunidad cristiana de Forestal Alto, con la excusa de haber aceptado el viaje a Cuba sin autorización de la jerarquía y por diferencias irreconciliables con el obispado por la forma de ejercer la actividad pastoral en su jurisdicción: "…Don Emilio me llamó ayer sábado, a las 12 del mediodía, y me comunicó que estaba despedido de la diócesis de manera irrevocable. Hacía seis días que había llamado a otro capellán, el valenciano Antonio Llidó, y le había dicho la misma cosa. Él le inquirió: "¿Y si no me voy?". "Suspensión a divinis, y si continúas ejerciendo, excomunión". Yo, pues, no voy a necesitar preguntarle nada, porque ya conozco la respuesta. Al llegar al barrio fui a comunicarlo a la comunidad de Cristianos Revolucionarios, quienes se cuadraron conmigo como un solo hombre, y a los dirigentes de la comunidad tradicional, que también se cuadraron conmigo sin excepciones. No pude resolver el dilema de irme del país o ser suspendido del ministerio. Podría haber una nueva movilización del pueblo para tratar de revocar la decisión del obispo, pero ahora no confío tanto en la victoria como el año 1968. Las cosas han cambiado mucho a nivel de adhesión del pueblo de Forestal. A causa de mi opción por el socialismo, las masas democristianas preferirán que me marche. Sin embargo, como novedad, los que me apoyarán lo harán de una manera más madura que en 1968: por fidelidad a los principios, hoy mucho más concientes. Tendría una nueva base, los trabajadores de CIMSA, que me apoyarán -supongo- de forma incondicional. Y tal vez los cristianos de izquierda que participan en partidos políticos, al ver que la acción del obispo es limpiamente política…". 64 Luego del viaje a Cuba, y después de nueve años compartiendo la vida en las barriadas de Forestal Alto de Viña del Mar, Ignasi Pujadas Domingo, el
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Ignasi Pujadas en el libro “Vida, Comiat i Mort de Joan Alsina” Editorial Proa. Barcelona 2001.
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cura obrero, toma vuelo a Barcelona el 20 de mayo de 1972 con la esperanza de un pronto retorno luego de pasada las vacaciones catalanas y en espera de una reconsideración del obispado ante una solicitud de reposición en su cargo. El Golpe de Estado se encargará de dar una respuesta a su solicitud. Pujadas no volvió a Chile hasta 1990, al regreso de la democracia. Su primer encuentro fue con los jóvenes de Forestal Alto, luego de más de 18 años de separación. Por su parte, Joan Casañas debe enfrentar las grandes movilizaciones que los estudiantes gremialistas realizan en la Universidad Católica de Valparaíso y que produce muchos trastornos a la vida académica. Incluso, la casa de estudios fue violentamente tomada en varias ocasiones por parte de jóvenes vinculados al grupo de ultraderecha "Patria y Libertad". Decide, entonces, en el contexto de violencia generalizada y convulsión social, hacer un viaje a España por motivos personales y de gestión laboral para el Instituto de Teología de la universidad. Además, busca un poco de descanso para recuperar fuerzas y regresar a su labor académica y pastoral: "…en julio de 1973 vine a mi tierra porque tocaba ya el fin de mi segundo período de 5 años en Chile, porque mi mamá estaba ya muy viejita, porque había que buscar becas, ayudas, explicar lo que pasaba... La idea era regresar a los 6 meses, afrontando la prohibición que había formulado claramente el obispo E. Tagle. Volvería, y junto con un buen grupo de laicos, laicas, sacerdotes y alguna religiosa, plantaríamos cara a Don Emilio y yo me quedaré en Chile y en Valparaíso por mi cuenta. Tenía ya un lugar de profesor en la UCV ganado por méritos propios y de allí no podría echarme. A los dos meses, Pinochet le dio la tarea hecha a Don Emilio…". 65 Casañas no pudo regresar más a Chile. Desde Barcelona, donde aún vive como sacerdote, sigue vinculado a organizaciones de cooperación y de Derechos Humanos para el tercer mundo. El caso de Francesc Puig fue distinto a los anteriores. Se encontraba en
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Joan Casañas. Carta dirigida al autor fechado en Barcelona marzo de 2007.
Chile para el Golpe Militar y sufrió las consecuencias de su actividad pastoral y política. Durante los días posteriores al "golpe" trabajó protegiendo y escondiendo a dirigentes políticos y sociales de Quilpué y Villa Alemana. Gestionó la colaboración de su embajada para con otros españoles en problemas, hasta que fue detenido por la Policía de Investigaciones y entregado a las fuerzas navales el día 5 de octubre de 1973. Puig recibe todo el tratamiento militar sin importar su investidura. Fue golpeado, torturado con electricidad, con simulacros de fusilamiento, tortura psicológica, arrestado sin comida y con interrogatorios extenuantes que le impedían dormir. Pasó por la Base Aeronaval de El Belloto, la Academia de Guerra Naval y finalmente el barco particular "Lebu", donde permaneció largas semanas. "…sentí una sensación de mucha fortaleza interior mientras recibía las patadas, los golpes de culata, los insultos… y mientras me autoprotegía físicamente, interiormente me sentía fuerte. Durante los interrogatorios, pasados los cinco o diez primeros minutos, me entraba mucha fuerza y experimentaba una sensación de absurdo, ya que mi vida durante los diez años en Quilpué había sido muy pública y conocida por todos los de las barriadas, de tal manera que, en diferentes momentos, recuerdo expresamente que vinieron a la memoria, del Evangelio, aquellas palabras de Jesús cuando era interrogado por Anás y Caifás: "yo he hablado al mundo abiertamente… nunca he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me preguntáis a mí? Preguntad a los que escuchaban lo que yo decía; ellos saben que cosas he dicho" (Juan 18,20-21), y también aquellas otras delante del Sanedrín y de Pilatos, al ver el absurdo de las acusaciones: "Pero Jesús callaba" (Mateo 26,63 y 27, 12-13) A repetidas preguntas absurdas como las referentes a las armas, no podía sentir más que pena por la miseria moral de unos hombres obsesionados por acusarme sin ningún fundamento. Entonces yo callaba…". 66 Francesc Puig fue dejado en libertad por gestiones del obispo, quien
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Frances Puig i Busquet. Op.Cit.
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encomendó a su vicario Jorge Bosagna negociar con la Armada su libertad bajo el compromiso que abandonaría de inmediato el país. Bosagna, hombre vinculado a la derecha, está comprometido con la muerte de Miguel Woodward y se sospecha que pudo haber participado de algunos interrogatorios a los sacerdotes detenidos que se identificaban con la Teología de la Liberación. Emilio Tagle fue un incondicional de la dictadura, su compromiso se establece desde el silencio frente a los vejámenes sufridos por sus sacerdotes detenidos torturados, asesinados, desaparecidos y humillados por una propaganda destinada a desprestigiar su trabajo con los más pobres. El 27 de octubre de 1973, el cura "Pancho", el sacerdote comprometido con los trabajadores y pobladores de Quilpué, abandona Chile con destino a Barcelona después de una dura experiencia represiva como consecuencia de su vocación misionera y liberadora. Años después abandonaría el sacerdocio y terminaría sus estudios de Medicina para ejercer en su natal Barcelona. Su corazón nunca abandonó Chile y menos Quilpué. Vinculado a la ONG Liga de los Derechos de los Pueblos, fundada por Ribera y Pujadas en 1977, financió y colaboró en varios proyectos sociales durante la dictadura en la provincia de Valparaíso. Ha vuelto a Quilpué en varias ocasiones durante los últimos 15 años. Joan Sanmartí ejerció el sacerdocio en Chile hasta unos meses después del Golpe Militar. Si bien compartía la concepción doctrinaria y metodológica de sus compañeros, no se involucro en política debido a su temperamento y falta de interés. Trabajó duramente en los sectores poblacionales de Valencia y Pompeya, en Quilpué. En la actualidad, vive en Sabadell, Barcelona, ejerciendo el sacerdocio. Joseph Ribera dirige en la actualidad el CIDOB, uno de los centros de investigación más importantes de Barcelona. Abandonó el sacerdocio durante la década de los 70 y se ha destacado en temas vinculados a la cooperación con el tercer mundo. A fines del año 2006, fue distinguido por el ayuntamiento de Barcelona como hijo ilustre debido a su infatigable 78
labor por la justicia y la democracia en el mundo. Pujades abandonó el sacerdocio en 1975. Su vida está en la actualidad dedicada a la literatura, escribió en 1975 el libro "Joan Alsina: Con Chile en el Corazón", que obtuvo el premio Aedos en la Feria del libro de Barcelona en 1976. Obtuvo luego una licenciatura en filología catalana y ha escrito, entre otros trabajos: "La recerca secreta de Joseph. Mercader. Vida d'un Jove català que va afrontar el repte de la sida" en 1992 y en 1999 el primer volumen de la biografía del poeta catalán Miquel Martí i Pol. Regresó por única vez a Chile en 1990. El reencuentro con sus comunidades fue altamente emotivo. Después de 18 años de distancia obligada, Forestal Alto lo recibió como uno de los suyos. La experiencia de casi 10 años de trabajo pastoral en las comunidades pobres de Valparaíso por parte de los catalanes del Agermanament permanece sutilmente oculta en la memoria de nuestras ciudades. La Iglesia apenas permite que la experiencia comunitaria de la década de 1963 -1973 en Valparaíso se releve como una historia de conflictos y aciertos. Sin embargo, enraizados en la memoria de las poblaciones se encuentran aquellos años de trabajo incansable de las comunidades por buscar su destino, de solucionar sus precariedades materiales y de establecer condiciones mínimas y dignas de vida. En una atmósfera cargada de ansias de cambio, los catalanes conocieron en el rostro de sus pobladores a Jesús, el carpintero y obrero de Nazareth, y siguieron a su pueblo cristiano sin importar las restricciones que impusieran quienes ven a la Iglesia solamente como el lugar de las limosnas y la liturgia. Lideraron una época de transformaciones culturales en un país lanzado a conquistar la justicia social, donde parte de la Iglesia Católica se comprometió con el sueño de una revolución que aún representa el intento más serio por construir un país para todos. En una carta fechada en 1974, desde Barcelona, luego de un año del Golpe Militar, Ignasi Pujadas realiza una cruda reflexión que quizá resume el sentimiento ante el desastroso final de la experiencia sacerdotal de los 79
jóvenes catalanes: "… la catástrofe de Chile significó para mí -como me imagino, para miles de militantes de todo el mundo- un choque brutal; mucho más que un golpe de estado, hay tantos cada día… fue la derrota de una cierta concepción del hombre, de un empuje de la humanidad hacia delante, de un acceso al socialismo, a una sociedad nueva, que nos comprometió a todos hasta lo más profundo de nuestro ser. Nueve años en Chile no pasan en vano y el inmenso cariño que vosotros, los chilenos, supisteis suscitar en mí, me llevó a modelarme por entero en función de algo muy grande hacia delante y de una manera muy concreta de conseguirlo. Todo eso, que es muy difícil, precisamente porque está debajo de los comportamientos concretos, se vino al suelo el 11 de septiembre de 1973. La crisis fue tremenda; una amargura en relación al hombre, un desengaño en relación a la humanidad, que ha durado todo el año. Se puede decir que he trabajado más maquinalmente que por convicción profunda, solamente por inercia, como cuando se corta la cola a una lagartija, y ésta sigue moviéndose-retorciéndose- durante un largo rato gracias a los reflejos. Algo así me ha ocurrido a mí, aunque movido por una convicción ciega, 67 que no por ciega deja de ser convicción…".
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Ignasi Pujades Domingo. Op. Cit.
Miguel Woodward y la comunidad de Los Placeres
En el espacio que hoy se considera un prado, en el Cementerio Público Nº 3 de Valparaíso, fue enterrado clandestinamente, una noche de septiembre de 1973, el sacerdote chileno-inglés Miguel Woodward Iriberry. En ese sector contiguo a los acantilados del sector de Playa Ancha, se ubicaba hace 30 años la "fosa común", lugar donde se depositaban los restos mortales de todos aquellos a los que nadie reclamaba, cuerpos anónimos abrazados entre sí compartiendo soledad y pobreza. Un entierro clandestino, realizado por miembros de la Armada, fue el final de un martirio iniciado con su detención desde su casa en el cerro Los Placeres y la sesión de torturas que terminó con su muerte, según testigos, en la cubierta del buque escuela Esmeralda. Pero la historia familiar de Miguel Woodward comienza mucho antes, cuando en Valparaíso la presencia de extranjeros era una de las características principales de su impronta portuaria, comercial y financiera. Entre las colonias residentes, la inglesa se destacaba por su control de los negocios más relevantes de la ciudad. Además de la posesión de bancos, agencias de aduanas y empresas navieras, se le sumaban tiendas de importaciones, salones de belleza, hoteles, restaurantes y otros pequeños negocios que daban a la localidad una imagen de ciudad europea instalada en el sur del mundo. Valparaíso era una ciudad de contradicciones. Al sector acomodado formado por miembros de la oligarquía nacional, del Estado y las colonias extranjeras dueñas de la actividad productiva y de servicios, se le sumaba, una presencia obrera creciente, constituida por obreros portuarios, de ferrocarriles, de las maestranzas, el artesanado y un peonaje que comenzaba a habitar los cerros y las quebradas contiguas al mar. La década de 1920 tiene a Valparaíso sumido en una etapa de
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transformaciones y es el lugar donde el joven británico Edgard Gerard Woodward fue destinado como ejecutivo de la empresa British American Tobacco Company. "…Mi padre era inglés, completamente inglés y vino a Chile de joven y conoció a mi madre en el año 31 y en el año 32 nació Miguel. Mi padre trabajaba en una multinacional, la British American Tobacco Company, él estuvo primero en Argentina, luego vino a Chile y más tarde le destinarían a Brasil y fue cuando la familia se fragmentó y nos 68 separamos…". Woodward contrajo matrimonio en abril de 1931 con la hija de un próspero empresario de origen vasco llamada Mary Iriberry. De esta relación nace, el 25 de enero de 1932, Miguel, el mayor de cinco hijos. Su infancia transcurre en Viña del Mar para luego vivir en calidad de interno en el exclusivo Grange School de Santiago. Miguel es el prototipo del niño acomodado de familia extranjera que estudia en colegios exclusivos y cuyo idioma familiar es el inglés. Desde su infancia es guiado por un estricto padre que controla todos los espacios de la vida social y es con él que empieza a formarse en la disciplina, el sacrificio y el esfuerzo, además de construir una fuerte espiritualidad que proviene de la influencia materna, que sin lugar a dudas es la base de su fe. Luego de terminados sus estudios en Santiago, a mediados de 1947, Miguel y su hermano John son enviados a Londres a estudiar como internos en el prestigioso colegio privado "Downside", de propiedad de sacerdotes benedictinos. El vigor académico del colegio estaba basado en el liderazgo que ejercía en la liga académica respecto del alto porcentaje de alumnos que lograban ingresar a las Universidades de Oxford y Londres. El camino de Miguel prosiguió a partir de 1950 en el King's College de Londres, donde estudió ingeniería y donde por primera vez empieza a exteriorizar sus reflexiones acerca de una vocación religiosa: 68
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Entrevista a Patricia Woodward noviembre de 2006, Valparaíso
"… Miguel tenía muchos afanes, le gustaba mucho la música, la música clásica, la fotografía, era buen fotógrafo, la natación y sobre todo las excursiones, subir a la Campana y ese tipo de cosas que requerían bastante esfuerzo y valentía. Durante su infancia Miguel fue una persona completamente normal, muy serio y aplicado y no había ninguna señal que se iba a inclinar por una vida religiosa pero esto sucedió en Inglaterra estando en un colegio interno. Tampoco tenía muy claro si ir a África o sea ser misionero o finalmente pensó en Chile porque dijo es mi patria nací allí, tengo un deber hacia Chile. Todo el mundo respetó lo que Miguel quería ser y nadie le dijo va a ser muy tremendo, piénsalo. Bueno, lo pensó y luego mi padre le exigió que hiciera una carrera y en Londres hizo una carrera de tres años de ingeniería civil, pero siempre estuvo pensando que iba a ser sacerdote…". 69 A su regreso a Chile durante 1954, en el mes de marzo, Miguel Woodward ingresa al Seminario Pontificio de Santiago. La vida en aquel recinto fue intensa, no solamente por la carga académica que recibían los internos en materias como filosofía y teología, sino además porque la generación de Miguel fue excepcional, de alumnos con mucho talento, un grupo importante de ellos tenían terminadas carreras previas. Miguel fue un seminarista atento, siempre vestido impecablemente de sotana, estudioso y riguroso en guardar las reglas del silencio. La vida en el seminario estaba desconectada del mundo exterior. Los internos solamente podían salir el fin de semana a casa de familiares y a realizar trabajo pastoral. Cuando ello ocurría, solía pasar los fines de semana en Viña del Mar, en la casa de su abuela. Su núcleo familiar vivía en Brasil, donde su padre fue destinado como ejecutivo de la empresa Británica de Tabaco. Para 1962, con la muerte de su abuela, Miguel quedó solo en Chile, con algunos tíos y algunos primos que casi no frecuentaba. El plan de estudios que seguía en el seminario era tradicional, con ramos de filosofía escolástica y teología moral, estudios del antiguo y nuevo testamento, latín y ley canónica. Algunos alumnos, incluyendo a Miguel, consideraban que la enseñanza no era satisfactoria: 69
Patricia Woodward, entrevista diciembre de 2006.
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"… la realidad era tan distinta a las interrogantes que planteaba la doctrina que nos enseñaban con unas categorías filosóficas que por ser válidas ya nadie las usaba. Se estudiaba latín y griego, el latín era el idioma oficial y universal de la Iglesia y pensábamos que lo único universal que tenía era que nadie lo entendía…". 70 A mediados de la década del 50, Chile vive profundas transformaciones. Fuertes oleadas migratorias campo-ciudad, empiezan a generar barrios marginales, en especial en Santiago y Valparaíso. La Iglesia, no pudiendo escapar a los impactos de esta situación, empieza a vivir en una espiritualidad de encarnación de Cristo en los pobres. Particularmente en el Seminario Pontificio Mayor, la influencia de Alberto Rencoret, su rector, y de Manuel Larraín, entre otros, como obispo de Talca, calaban hondo en los internos y en especial en Miguel. Se empieza a mirar más hacia afuera, a preocuparse por sobre todo de las capas más bajas de la sociedad chilena y a no limitarse a una existencia meramente eclesiástica o litúrgica. La formación sacerdotal de Miguel fue compleja. Existía una presión por actuar de acuerdo a los modelos establecidos por la jerarquía, sin considerar las particularidades de los futuros sacerdotes, como por ejemplo con Miguel, quien tenía dificultades con el idioma y pensaba en inglés. Durante su estadía en el seminario, Miguel tuvo algunos problemas de ambientación, lo que se manifestó en serios problemas para dormir durante extensas temporadas. En febrero de 1961, Miguel Woodward fue ordenado sacerdote en la Catedral de Valparaíso, donde su familia percibe por primera vez el vínculo que se empezaba a manifestar entre Miguel y la gente de poblaciones de Valparaíso, la que repletó la Catedral para estar con el joven diácono que habían conocido en un trabajo pastoral previo. Durante septiembre de 1961, viaja a Europa y realiza un curso para 70
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José Gutiérrez, entrevista con el autor, noviembre de 2006, Valparaíso
posgraduados en el Instituto Superieure de Catechetique. Allí se establece con los Misioneros Franciscanos de María y se concentra en estudios de Catequesis. La mentalidad abierta de Miguel le permitirá conocer las nuevas miradas a la función sacerdotal. De hecho, abandona la sotana y la cambia por chaqueta de cuero y pantalón. Es ahí donde conoce las primeras ideas de la que luego se llamaría "La Teología de la Liberación". Si bien ideológicamente se mantiene dentro de las normas institucionales de la Iglesia, es a su regreso a Chile, durante 1963, cuando se aprecia una nueva disposición que dejaba atrás la escolástica aprendida en el seminario y que lo encaminaba hacia una relación distinta que deseaba establecer en su calidad de pastor para con su comunidad. La primera destinación importante de Miguel fue en la localidad de Peñablanca, una pequeña ciudad ubicada al nordeste de Valparaíso, camino a la Cordillera. Era una localidad de clase media sin grandes centros urbanos ni sectores industriales y en su periferia existían vastos sectores rurales. Esta primera destinación fue de gran aprendizaje pastoral para Miguel quien desde un primer momento rechazó el modelo de párroco-funcionario detrás de un escritorio, esperando que vinieran los feligreses a verle. Por el contrario, en una moto Vespa, recorrió los distintos puntos de la localidad, realizando preparación para los sacramentos de primera comunión y confirmación, especialmente con los más jóvenes: "… Miguel para todos nosotros, llegó en el año 66 más menos, yo recuerdo haber estado en segundo de humanidades de esa época, octavo básico actual, y lo que impactó a la gente que era adolescente y que teníamos una cercanía con la iglesia y yo viviendo al frente, uno vivía jugando en los peldaños de la Iglesia antigua, nos impactó su actitud que tenía especialmente con los jóvenes y con la gente más modesta, y además su pobreza que él traía consigo. Llegó acá con una caja con libros y una maleta de ropa vieja y nada más, incluso la gente tuvo que hacerle una cama porque como era muy largo, en la cama estándar que había en la iglesia no cupo, le quedaban los pies afuera y ahí unos feligreses le hicieron una cama especial para que cupiera dentro de la cama. Bueno 85
desde que llegó Miguel su primera preocupación fue acercarse a los jóvenes, y por esa misma razón iba entonces al Club Peñablanca, era muy llamativo verlo incluso algunos días sábados con los jóvenes que iban a jugar a la pelota o a tomar cerveza, lo otro que llamaba la atención era que acá tenía una motoneta Vespa, las famosas Vespa de la época, la iglesia tenía una para que los curitas hicieran sus actividades sacramentales en la periferia porque aquí está lleno de parcelas hacia arriba y los curas tenían que ir para allá. Era muy llamativo porque no se subía a la Vespa se la ponía debajo porque como era tan alto…". 71 Es durante sus días en Peñablanca que la Iglesia vive los trascendentales cambios en la liturgia que siguieron a las reformas del Concilio Vaticano II. Esto produjo angustia y conflicto en toda la Iglesia Católica, donde el rito romano era norma. Es el inicio de las misas en castellano, canciones folclóricas con guitarras, con un sacerdote enfrentando a los participantes de la misa y estableciendo otro diálogo con la comunidad: "…Miguel fue uno de los primeros que incorporó música en las misas, lo hizo como una forma de convertir esa ceremonia en un espacio de mayor diálogo. El ya estaba influenciando con un evangelio más vinculado con lo 72 social, con lo que se llamaría más tarde teología de la Liberación…". Durante su permanencia en Peñablanca, Miguel se caracterizó por su énfasis en el trabajo con los jóvenes, lo que dio a lugar a las primeras acusaciones en su contra de hacer política con los grupos juveniles y de relativizar la práctica católica, en especial la referida a las obligaciones de los creyentes de asistir a misa, la sexualidad juvenil y cuestiones relativas a las nuevas formas culturales de los adolescentes. Miguel se ausentó del país en abril de 1969. Viajó a Europa a visitar a sus padres y hermanos y realizó en París algunos cursos de teología. Para esos años, ya se veían los radicales cambios que Chile enfrentaría con la victoria de Salvador Allende. Miguel ya no regresaría a Peñablanca. Su regreso a Chile estaría marcado por una nueva decisión, que marcaría su vida y también su muerte. A fines de 1969, opta por vivir en el cerro Los 71-71
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Roberto Johnson, entrevista diciembre de 2006.
Placeres y no depender del dinero de la Iglesia. El barrio Los Placeres era un lugar eminentemente obrero. Está situado al norte de la ciudad de Valparaíso y su población se asienta en la parte baja a partir de los primeros años del siglo XX y a comienzos de los 50 en el sector alto, el lugar de las barriadas. Miguel se instaló en el sector de la población Progreso, un lugar donde desarrollaba su trabajo el sacerdote Patricio Guarda, uno de los sacerdotes rebeldes que en 1968 se había levantado contra las posiciones conservadoras del obispo de Valparaíso. Patricio había desarrollado un importante trabajo de acercamiento hacia el mundo obrero compartiendo con los más pobres y comprometiéndose con las reivindicaciones más sentidas de la comunidad. Patricio Guarda Elgart, había nacido en Valparaíso el 9 de octubre de 1928. Su padre, Oscar Guarda Bierwith, fue ejecutivo del Banco de Chile y su madre, Magdalena Elgart Campbell, dueña de casa. Sus estudios primarios los realizó en la escuela Giffin'School de Viña del Mar. Los secundarios, en el Liceo de Hombres de Viña del Mar y en el Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso. Se tituló de Ingeniero Civil Eléctrico en la Universidad Federico Santa María en 1951 y ejerció profesionalmente entre 1952 y 1954, en el Departamento de Ingeniería de Distribución de la Compañía Chilena de Electricidad en Valparaíso. En el mismo año 1954, y luego de una profunda reflexión personal que arrastraba hace varios años, decidió iniciar el camino del sacerdocio e ingresó al Seminario Pontificio Mayor de Santiago al tiempo de proseguir estudios paralelos en la Faculta de Teología de la Universidad Católica de Chile. Patricio Guarda, se recibió de sacerdote el 30 de octubre de 1960, y se integró de inmediato a la diócesis de Valparaíso donde desarrolló un importante trabajo al alero del Instituto de Educación Popular del obispado, además de responsable de la acción pastoral en varias poblaciones de la comuna. Se estableció en el cerro Los Placeres, y desarrolló desde allí un importante proceso de promoción popular basado en la constitución de 87
organizaciones sociales. En un comienzo, imbuido en las orientaciones pastorales de incorporarse plenamente a la comunidad donde residía, arrendó una pequeña casa desde donde ejerció un papel profético y misionero en la localidad: "…Hubo un periodo en que vivía en una mediagua con pulgas como los pobladores que lo rodeaban. Compartía con ellos la pobreza para ser solidario con ellos en la dignidad. Allí creó lazos de amistad auténticos y fuertes en las lomas. Participaba en la junta de vecinos; y los centros de madres. Creo un jardín infantil en la Población Maria Eilers, terreno que el mismo regalo a ese fin. Consiguió además, otorgar títulos de 73 propiedad a los grupos responsables de tomas de terreno ilegales…" Se destacó además, por dar gran importancia a la educación y debido a ello, fue nombrado director del Colegio San Pío X ubicado en el mismo cerro Placeres entre 1968 y 1970. Su papel de pastor carismático fue impactando poco a poco, hasta que un gran movimiento social fue sostenido por la Iglesia del barrio: "…Construyó con la gente del barrio, y un arquitecto amigo, la casa de las monjas y un galpón capilla para reuniones. Me acuerdo las misas de Patricio en el galpón capilla, era la verdadera comunidad humana cristiana; todos se conocían. Patricio leía el evangelio y daba dos palabras de explicación para luego entregar la palabra a los asistían lo que se hacía con mucho orden. Muchos exponían sus experiencias, sus sufrimientos o sus alegrías a la luz del evangelio. Era impactante esa vida de solidaridad cristiana. Me imagino que era como en los primeros tiempos de la cristiandad…" 74 La llegada de su amigo Miguel Woodward al barrio lo llenó de alegría y le permitió saber que él sabría asumir los desafíos que vendrían para la comunidad. En 1970, Patricio Guarda definió su camino de vida, y apenas solicitó la dispensa de "Roma" para su reducción al estado laical y poder contraer matrimonio con Marie Claire Medard, enfermera belga, residente en la comunidad de Placeres como voluntaria de las
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Carta de Marie Claire Medard viuda de Guarda, al autor 21 de mayo de 2008.
organizaciones religiosa que allí operaban. Patricio, estaba convencido de que el matrimonio era otro camino para seguir sirviendo a Dios, en lo que él llamaba la libertad de Dios. Entre 1970 y 1974, trabajó en la oficina regional Concepción del Servicio de Cooperación Técnica. Luego del golpe militar, desarrolla su formación de ingeniero en la empresa privada hasta 1978, cuando debido a la situación del país, decide vivir en Europa y trabajar en instituciones de educación y protección para la infancia y la juventud. Falleció en Bruselas el año 2003, a la edad de 81 años, producto de un infarto cerebral. El matrimonio de Patricio marca profundamente a Miguel, quien reconoce la valentía de su amigo sacerdote de abandonar sus votos sin dejar de amar a Jesús y a vivir un compromiso cristiano desde la vida ciudadana, sin caretas de ningún tipo. Después de este alejamiento de Patricio, Miguel decide convertirse en un obrero. Miguel tenía prevista la posibilidad de un compromiso más fuerte con el mundo de los pobres debido a que los nuevos vientos progresistas del Concilio Vaticano II habían golpeado a la Iglesia empujándola al torbellino de cambios que el mundo sufría en las décadas del 60 y 70. Un primer propósito de Miguel fue hacer uso de su título de ingeniero obtenido en Londres y para ello preparó varios currículos, los que envío a diversas empresas e instituciones. A fines de 1969, empezó a trabajar como obrero en el astillero Las Habas, en el sector de Playa Ancha. El astillero funcionaba ininterrumpidamente, para lo cual los trabajadores se establecían en sistema de turnos. Miguel empezó a trabajar en el sector del torno, fabricando tornillos, los que eran usados en la reparación de barcos. Era un trabajo especializado que lo exponía a heridas y magulladuras en sus manos, las que, a juicio de sus amistades y miembros de la comunidad, fueron las primeras huellas de su trabajo obrero. La alegría de Miguel en su nueva actividad fue especialmente notoria y centro de la atención de sus compañeros de trabajo, hombres duros acostumbrados a los trabajos pesados, con una fuerte herencia marítimo89
portuaria, los que vieron en aquel joven inglés, a un sujeto extraño, transparente e, incluso, ingenuo, que no calzaba con la cultura de los trabajadores y que al poco tiempo empezó a ser blanco de bromas, lo que para Miguel pareció ser una forma de aceptación por parte de aquellos por los que él sentía una gran admiración y cariño. En un comienzo, la vida sacerdotal de Miguel pasó inadvertida para sus compañeros. Cuando el rumor se extendió en la fábrica de que aquel joven gigante era un sacerdote, poco a poco la cultura católica-cristiana de los trabajadores fue imponiendo una cercanía especial con él. Muchos iniciaron una especial relación con él, acercándose para pedir consejos o para, simplemente, contarle sus problemas. "…él llegó como un simple trabajador a la fabrica… al astillero… pero luego de un tiempo nos dimos cuenta de que no era un simple trabajador sino que era cura. Eso nos llamó la atención, además que tenía la forma de hablar de un cura… era un tipo muy conciliador, un tipo al que no le gustaban las grandes discusiones, tenía su posición, era muy claro, pero no le gustaba cuando entrábamos a discutir, a veces muy vehementemente era muy conciliador porque en la sección donde él trabajaba, que era la sección automotriz, había una cantidad importante de militantes del Partido Comunista y él siempre tuvo una posición , una 75 postura algo más conciliadora…". La vida poblacional en el cerro Los Placeres y el trabajo de obrero en el astillero tenían a Miguel viviendo su apostolado en tiempos de gran convulsión social. La Unidad Popular, alianza de gobierno liderada por Salvador Allende, había llegado al poder incrementando de manera significativa los movimientos sociales, tanto de estudiantes, de trabajadores como de pobladores. La actividad social de Miguel poco a poco fue aumentando a inicios de la década de los 70, llegando a representar a sus compañeros de trabajo en comisiones obreras de carácter gremial y de discusión sobre la propiedad de la empresa, la que fue finalmente traspasada al área social a fines del año 71. 75
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Entrevista a Pedro Uribe, noviembre de 2006.
Woodward, junto a sus colegas y amigos, inicia una reflexión acerca de sus niveles de compromiso con las radicales reformas que se anuncian para Chile. En su calidad de sacerdote obrero y poblador, siente la necesidad de aumentar su compromiso asumiendo una militancia, tal como ya lo habían hecho otros sacerdotes de su generación. A poco andar y de acuerdo a sus afinidades y su convicción religiosa, decide ingresar al MAPU, un partido de origen cristiano, de élite y que cobijaba una gran cantidad de profesionales y técnicos, a diferencia de otros partidos de izquierda compuestos fundamentalmente de masa obrera. "…el MAPU surgió como una experiencia de una visión que se tenía de la universidad que se venía elaborando desde hace mucho tiempo y, en general, de una concepción que se tenía de la sociedad que no alcanzaba a ser cobijada por los partidos de esos tiempos, había que pensar que era un Chile muy distinto al que hay hoy día, un Chile y de una América Latina que venían saliendo de una situación de conflictos que venían de la Segunda Guerra, donde había conflictos en Vietnam y donde había una cierta expresión de disconformidad con lo que estaba ocurriendo en el mundo, y desde esa perspectiva el MAPU se inspira en una condición que surge de un rompimiento de la Democracia Cristiana de aquella época que estaba en el gobierno y yo diría que su principal aporte fue la de no solamente ampliar lo que eran las fuerzas progresistas de ese tiempo, sino la de expresar una manera de relación de la política con la gente distinta, a nosotros nos interesaba mucho que la política no fuera superestructural, que pudiera, en el caso de la universidad, llegar la 76 universidad a la gente…". Junto con la decisión de militar en política y en coordinación con sus nuevos compañeros, Miguel recibe una oferta de incorporarse a un proyecto universitario revolucionario: un programa de estudios dirigido a obreros, quienes a través de un proceso de formación de alto nivel podrían capacitarse de manera formal y certificada en el ámbito universitario.
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Entrevista con Gabriel Aldoney, noviembre de 2006.
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Para Miguel fue todo un descubrimiento la posibilidad de trabajar desde un espacio que estaba destinado solamente a las clases privilegiadas, por lo que se sumó al proyecto desarrollando su trabajo como docente en localidades de Valparaíso, Calera y Quillota. Si bien, a impresión de sus amigos y colegas, Miguel no era un hombre de ambiciones políticas y vinculado al poder, lograba construir una profunda cercanía con sus semejantes, lo que le comprometía con el proceso social y político que Chile vivía. Los niveles de compromiso de Miguel y su entusiasmo por participar de una nueva verdad cristiana tuvieron un frente especial: el de pertenecer a una comunidad en crecimiento y llena de necesidades, como la población El Progreso, de Los Placeres. Miguel se había vinculado al Grupo de Acción Política de Progreso que trabajaba en función de cooperar a las familias pobladoras en cuanto a la lucha permanente por mejorar su calidad de vida. Desde julio de 1971, este grupo había estado estrechamente vinculado a varios movimientos de tomas de terreno por parte de familias damnificadas por el terremoto que asoló la provincia ese año. "…Aparte de la JAP, yo creo que Miguel militaba en una célula del partido, en la población. Después del terremoto del año 71, en la casa nuestra con Miguel, planeamos la toma de los terrenos, plan que en un primer momento fracasó, porque los primeros que se tomaron el terreno fueron rápidamente desalojados por los carabineros, entonces hubo que tomarse por segunda y por tercera vez los terrenos. Entonces planeamos esta toma, con cartulina y plumón en mano, en el living de esta casa de Miguel. Y después no era cosa solamente de tomar, sino que había la necesidad de comida, necesidad de salud, de casas, de baños, de protección de los terrenos tomados. Entonces, ciertamente que Miguel participó muchas veces de reuniones de pobladores que estaban enfrentando estas necesidades inmediatas de comida, salud, vivienda. Y después seguramente fue más individual la ayuda a muchos pobladores determinados…". 77 77
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Entrevista a Jaime Contreras realizada en septiembre del año 2007.
Los trabajos en la población que Miguel vivió a través del Grupo de Acción Política de Progreso estuvieron vinculados a la asistencia sanitaria organizada a través de operativos médicos con jóvenes estudiantes de medicina, actividades culturales y otras de seguridad, como las relacionadas con el control de los incendios forestales y de los temporales en invierno. De pronto Miguel se vio dentro de un espiral de tareas y compromisos, hacer clases y ser directivo del programa de educación de trabajadores de la UCV, ser dirigente en su barrio, militar en el MAPU y prepararse para conducir y educar a las comunidades de los barrios pobres, hizo que su trabajo pastoral, que nunca se vio sobrepasado por sus actividades, tuviera un certero ataque por parte de la oficialidad y la jerarquía católica de Valparaíso, la que ordenó, a mediados de 1972, que no se le autorizaba a ejercer el ministerio sacerdotal y se decretó, a partir del 8 de agosto de 1972, su reducción al estado laical, quedando obligado al rezo del oficio divino y al celibato. Sin embargo, Miguel ya había manifestado el interés de apartarse del camino del sacerdocio y asumir un compromiso matrimonial sin siquiera tener una pareja en mente. A fines de 1972, entabla una relación sentimental con una profesora y catequista con la cual se proyecta en una nueva faceta de su vida. Empieza a pensar en contraer matrimonio. Hay quienes afirman que Miguel continuó celebrando eucaristía hasta momentos antes del Golpe Militar. Pensaba y exteriorizaba que el compromiso que había asumido con Dios era hasta la muerte. Nunca dejaría de ser cura. La vida matrimonial era otra forma de acercarse y trabajar para Dios. La relación sentimental poco a poco empieza a desarrollarse en el mínimo tiempo que tiene Miguel para sí mismo. Entre las tareas militantes y compromisos laborales, se da tiempo para salir de excursión, pasear, ir al cine. La relación con su enamorada estaba enmarcada en rígidos códigos morales que se establecían en la forma en que Miguel asumía los compromisos. A una amiga había manifestado que nunca dormiría con una mujer que no fuera su esposa y que para que fuera su esposa debería amarla.
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Los sucesos políticos se agravaban cada día en el país y en especial en Valparaíso, donde los sectores de derecha desarrollaban manifestaciones y atentados en contra del gobierno. La universidad, el lugar de trabajo de Miguel, fue tomada por sectores de la oposición, quienes aprovechaban su estratégico emplazamiento para generar revueltas y alterar las comunicaciones. Durante aquellos días, empiezan a aparecer bandas paramilitares en las calles. La seguridad de los militantes de izquierda y de figuras conocidas en los ambientes poblacionales empieza a tornarse peligrosa. La escasez de alimentos inicia el periodo más duro de la oposición. El desabastecimiento requiere desarrollar iniciativas de organización para ordenar la demanda de alimentos frente a las reducidas mercancías que se logran transportar desde distintos puntos del país. Para ello, el gobierno promueve la constitución de las Juntas de Abastecimiento Popular, JAP, las que fueron ideadas para proporcionar un sistema, con base local, de racionamiento y justa distribución de aquellos productos básicos que se incluían en lo que se llamaba "la canasta familiar". En el barrio de Los Placeres, en el sector de la población Progreso, la JAP atendía a 570 personas. Desde su inicio, la JAP del barrio tuvo problemas de organización y coordinación sobre las necesidades y los productos disponibles. Por ejemplo, la carne era escasa y pocas veces había suficiente para todos. La situación era caótica en la JAP hasta que Miguel, a solicitud de los vecinos, asume su conducción y a costa de su propio sacrifico normaliza en poco tiempo la situación. Se empieza a levantar a las cinco de la mañana para poder tener mejor oportunidad en los centros de distribución. Las raciones para la población comienzan a mejorar. Pero el desarrollo de estas organizaciones no estuvo exento de conflictos. Por su carácter democrático, las JAP eran elegidas por las Juntas de Vecinos, por lo cual a veces hasta vecinos de oposición eran llamados a la organización, generándose desconfianzas que fueron minando las redes de trabajo y comunicación dentro de la misma población. Pese a su buen y desinteresado trabajo en la distribución de alimentos, Miguel se hizo de enemigos, sobre todo entre los comerciantes locales a quienes fustigaba 94
cuando descubría acaparamiento o mercado negro. El 11 de septiembre de 1973 Valparaíso amaneció con una niebla que dio la atmósfera necesaria para los escenarios de muerte que un sector de la marinería preparó durante meses. La Armada, en su permanente presión contra las autoridades nacionales, construyó un plan de control que se cumplió perfectamente y que consistió en el copamiento del centro de la ciudad y de sus espacios estratégicos, tanto a nivel de borde costero como de infraestructura industrial. Se cerraron todos los pasos desde los cerros y se ordenó a la ciudadanía permanecer en sus hogares. Se instauró de inmediato un toque de queda. Desde un primer momento se inició la persecución en contra de los militantes y dirigentes de izquierda. Se habilitaron decenas de lugares de detención, desde estadios y liceos, hasta gimnasios y barcos anclados al puerto de Valparaíso. La primera decisión de Miguel fue ausentarse de su casa y esconderse. Sentía que tenía enemigos entre los comerciantes locales. Pensó que tal vez querrían cobrar cuentas pendientes con el hombre que los había denunciado como explotadores. La humanidad de Miguel es sometida a prueba cuando busca ayuda entre sus amigos cercanos y se aloja durante algunos días en un barrio residencial de Viña del Mar. Es allí donde reflexiona sobre su rol como hombre de Dios y la necesidad de amparar a quienes, al igual que él, son perseguidos. "… Una vez estábamos aquí nosotros y Miguel apareció un día en la noche, siempre con las salchichas y los huevos, entonces la Delfina se levantó y le preparó. Le dijimos - "¡Miguel tienes que esconderte! ¡cómo se te ocurre andar en el barrio!"…pero me dijo lo siguiente: - "A ti te han visto en la calle y si a ti no te han tomado preso, porqué me van a tomar preso a mí, si yo no he hecho nada malo". No pudimos convencerlo, y esa noche se fue a dormir a la casa. Los comerciantes y los vecinos lo vieron y lo denunciaron y lo tomaron preso…". 78
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Entrevista a Manuel Rojas 21 de septiembre de 2007.
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Miguel fue detenido por una patrulla naval advertida de su presencia en la casa, dirigida por el entonces teniente Luis Holley de la Maza. Este oficial era parte del destacamento de la Armada que ocupaba las dependencias de la Universidad Técnica Federico Santa María y que tenía la misión de controlar los cerros Esperanza, Placeres y Barón. "…Quien tuvo más contacto con el sacerdote en esas horas fue el entonces teniente y actual capitán de navío en retiro Luis Holley de la Maza, que en la noche del 20 de septiembre de 1973 comandó la patrulla que lo detuvo en su casa del cerro Los Placeres y lo trasladó hasta el centro de detención. Además de comandar su detención y propiciar los golpes de arribo, Holley de la Maza condujo el grupo de custodios que llevó a 79 Woodward hasta la piscina donde se inició la sesión de tortura…". Desde meses antes del Golpe Militar, el Servicio de Inteligencia de la Armada había diseñado un sofisticado sistema de represión para el control de las ciudades costeras. Dentro del Servicio de Inteligencia se encontraba una unidad especializada en el trabajo de las comunidades cristianas. Esta unidad realizó infiltraciones y seguimientos a sacerdotes de izquierda en la ciudad con el propósito de recabar información para la posterior detención, para lo cual además, contó con la colaboración del obispado. "…durante el pronunciamiento militar del 11 de septiembre 1973, yo me desempeñaba en la Dirección General de Personal y el día 20 de ese mes recibí la orden de trasbordo a la primera zona naval, siendo enviado al SICAJSI, quedando como Director de Operaciones Sicológicas que funcionaba en la Escuela Naval antigua, donde hoy funciona el museo naval… No recuerdo la fecha precisa que realicé un curso en Uruguay relacionado con la materia… En el Departamento de Operaciones Sicológicas yo trabajaba con dos personas a mi cargo que eran marineros y además prestaba servicios un sovietólogo, dos filósofos, varios periodistas y un grupo de alumnos del último curso de Sociología, siendo la política del 79
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Jorge Escalante, “Woodward Murió en la Esmeralda”, La Nación Domingo, septiembre de 2008.
departamento la de resaltar los valores de nuestra Cultura Cristiana Occidental que habían sido trastocados por el marxismo… en ese tiempo lo único que recuerdo es que había cierta preocupación en relación a los diálogos cristianos marxistas que impartía el sacerdote Pepo Gutiérrez…". 80 Algunos funcionarios de la Unidad Popular detenidos por los marinos recuerdan el interés de ellos por ubicar y detener al sacerdote de Placeres que ellos acusaban de guerrillero: "…En la madrugada del 13 me llevaron vendado y desnudo al castillo de proa, a la cámara de oficiales. Me sacaron la venda y me prestaron una manta. Había nueve oficiales de los servicios combinados de inteligencia, más un sujeto bajo, cabezón, rubio, macizo y con unas manos descomunales. De sus preguntas deduje que él estaba a cargo de la policía política. Tenían todo el material de mi oficina. Me pidieron aclaración sobre diligencias en los sumarios. No había problema. Se trataba de procesos contra nazis. El tipo rubio y bajo trató de sacarme información sobre el paradero del estudiante cubano que el 11.7.73 había desaparecido y el presidente me encargó ubicarlo. En el motel de Reñaca, donde vivía, sólo encontramos cartas personales y la pesquisa no dio resultado positivo alguno; así informé al presidente. El sujeto rubio también quería que declarara que estaba en el cerro Los Placeres con 81 unos sacerdotes guerrilleros…". La detención de Miguel fue considerada toda una victoria para la unidad acantonada en la Universidad Santa María. Durante días lo habían estado buscando sin éxito y su llegada causó un grado de excitación en los encargados de los interrogatorios que no demoraron en organizar un recibimiento para uno de los más importantes detenidos: "…A Woodward lo ingresaron a ese recinto en horas de la noche, por una puerta secundaria. Los integrantes de la Escuela de Operaciones de la Armada, que dirigía el capitán Víctor Valverde Steinlein, lo obligaron a 80 81
Declaración Judicial del Vicealmirante ® Juan Guillermo Mackay Barriga (fojas 2583 y siguientes, fecha 18 de julio de 2007) Testimonio de Luis Vega, es abogado de la Intendencia en el Gobierno de Salvador Allende, Preso Político y exiliado en Israel lugar donde murió.
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transitar por el conocido "callejón oscuro", es decir, caminar entre dos columnas formadas por marinos que lo insultaban y golpeaban al pasar. Fue la particular forma de darle la bienvenida y celebrar su arresto, pues lo habían buscado desde las primeras horas de producido el alzamiento militar. Luego de este recibimiento, al detenido lo condujeron hasta la guardia de ingreso, donde también fue maltratado físicamente por un segundo equipo de turno esa noche. Allí, Woodward no sólo fue golpeado, sino también torturado y sumergido colgando en la piscina universitaria. Así lo indica el testimonio del suboficial de infantería de Marina, José Manuel García Reyes, quien en sus declaraciones relató cómo el religioso fue reiteradamente hundido en la piscina hasta que su cuerpo mostraba signos de ahogamiento…". 82 Casi desfalleciente, Miguel es llevado a la Academia de Guerra Naval lugar donde el Servicio de Inteligencia había instalado su centro de operaciones y donde cientos de militantes de izquierda fueron salvajemente torturados en los interrogatorios inhumanos que allí se llevaron a cabo. En el lugar, un equipo combinado de miembros de la Armada, Carabineros y del Ejército definen la suerte de quienes son detenidos sobre todo a quienes se les considera altos miembros de los partidos de la Unidad Popular: "…fue sacado de Los Placeres cerca de las ocho de la mañana, aún mojado, con rumbo a la Academia de Guerra Naval (AGN), en Playa Ancha. Allí las torturas continuaron y se volvieron aún más duras. "Al ingresar lo vi vestido de civil, encapuchado, sentado en una silla y con las manos amarradas, y frente a él, el principal interrogador, Jaime Román Figueroa, junto a otros oficiales de la Armada. Le daban golpes. Estuve como una hora presenciando tales hechos", relató judicialmente el oficial retirado de Carabineros, Nelson López Cofré, que también fue parte de los equipos que operaron en algunos centros de detención y tormentos de la Armada. En esta sesión de torturas aplicadas al sacerdote en la Academia de Guerra estuvieron presentes algunos de los procesados en esta causa, que habrían formado parte de un equipo torturador que se movía entre este recinto, el cercano Cuartel Silva 82
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Palma y el buque escuela Esmeralda: Juan Mackay Barriga y Ricardo Riesco Cornejo, entre otros…". 83 Los interrogadores se ensañaron con Miguel quien, ya maltrecho por los golpes, la electricidad y las humillaciones, empieza a mostrar evidentes señales de desfallecimiento. Deciden enviarlo al Buque Escuela Esmeralda, nave de instrucción de los jóvenes oficiales navales utilizada por aquellos días como centro de detención y torturas. En su interior se encontraba un pequeño hospital de campaña en el cual se esperaba atender al detenido pero la situación empeora en el traslado y Miguel expira sobre la cubierta de la Esmeralda pese a los intentos de reanimación realizados por miembros de la tripulación: "…El arribo de Woodward al barco ocurre, según la bitácora que la Armada entregó a la jueza, a las 11:30 del día 22 de septiembre de 1973. Una vez fallecido, su salida ocurrió, según la misma bitácor,a a las 12:30 horas. Sin embargo, el certificado de defunción que extendió el oficial médico del Hospital Naval, Carlos Costa Canessa, una vez que el cuerpo llegó a ese recinto hospitalario, sitúa la hora de muerte a las 12 horas. Esto constituye otro antecedente que inequívocamente sitúa el deceso 84 del religioso a bordo del barco prisión…". No había sido fácil ingresar a la Esmeralda; uno de los comandantes de la nave se había resistido a ello debido a la deteriorada situación que presentaba. Los marinos que trasladaban al detenido tenían órdenes precisas que cumplir, las que fueron finalmente aceptadas por el Comandante Sabugo, en aquel momento a cargo del buque escuela: "…el segundo comandante del barco, Eduardo Barison Roberts, lo reconoció claramente en el proceso que instruye la magistrada Eliana Quezada. "El intento de reanimar al sacerdote Miguel Woodward duró bastante. Los enfermeros lo asistieron tratando de revivirlo, pero falleció en el mismo recinto. Lo habían ingresado en una camilla por el portalón a la enfermería. Informé del deceso inmediatamente al comandante Sabugo", sostiene Barison, quien en ese momento estaba bajo el mando del comandante de la Esmeralda, el capitán de navío Jorge 83-84
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Sabugo Silva. Barison sostiene que el religioso se encontraba "agónico, porque venía con gran cantidad de hematomas en el rostro. Su estado era inconsciente y no pronunció palabra". El autor del testimonio asegura que durante el proceso de reanimación salió varias veces de la enfermería para informar a su comandante de lo que sucedía con Woodward, y culmina su relato judicial admitiendo que tras fallecer, el sacerdote fue trasladado hasta el Hospital Naval, ubicado entonces en el cerro Playa Ancha, a un costado del Regimiento Maipo…". 85 Enterado el mando naval de lo ocurrido en la Esmeralda, ordenó una operación de ocultamiento de las evidencias del crimen en colusión con las autoridades eclesiásticas de la época. El cuerpo de Miguel Woodward Iriberry fue llevado en horas del toque de queda hasta el Cementerio Nº 3 de Playa Ancha donde fue sepultado en la fosa común, se presume junto a otras víctimas de la represión de aquellos días. Por más de 35 años, quienes asesinaron al sacerdote del cerro Los Placeres han guardado un estricto silencio de lo ocurrido tanto en la Academia de Guerra Naval, la Esmeralda, la Universidad Santa María y otros lugares de detención. Sin embargo, poco a poco, el grupo de criminales se ha quebrado ante el rigor del trabajo investigativo llevado adelante por la Jueza de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Eliana Quezada. Durante el año 2008, se ha realizado una serie de diligencias y ordenado detenciones de los principales responsables de la muerte del religioso. La nómina sorprende por la calidad de los detenidos, un gran número de oficiales navales, quienes desarrollaron, posterior a los hechos, una brillante carrera profesional, llegando incluso algunos de ellos al alto mando naval o designados como agregados navales en embajadas europeas. Para la justicia, los responsables de la muerte de Miguel Woodward son los siguientes oficiales: Guillermo Aldoney Hansen (vicealmirante R.) Juan Mackay Barriga (vicealmirante R.) Ricardo Riesco Cornejo (capitán de navío R.) 85
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Adolfo Walbaum Weiber (vicealmirante R.) Sergio Barra Von Kretschman (capitán de navío R.) Carlos Costa Canessa (teniente primero R.) Víctor Valverde Steilein (capitán navío retiro) Luis Holley de la Maza (capitán navío R) José Yánez Riveros (capitán fragata R) Marcos Silva Bravo (capitán fragata R) José García Reyes (suboficial Infantería Marina R) Alfredo Mondaca Salamanca (suboficial Infantería Marina R) Luis Pinda Figueroa (suboficial Infantería Marina R) Carlos Miño Muñoz (suboficial Infantería Marina R) José Rojas Araya (suboficial Infantería Marina R) Pedro Vidal Miranda (suboficial Infantería Marina R) Héctor Palomino López (suboficial Infantería Marina R) Guillermo Inostroza Opazo (suboficial Infantería Marina R) Claudio Cerezo Valencia (suboficial Infantería Marina R) El cuerpo de Miguel no ha sido aún encontrado. Se presume que hacia los años finales de la dictadura militar, sus restos y el de otros desaparecidos fueron lanzados al mar frente a las costas de Valparaíso. Sin embargo, no es solo la materialidad de su vida la que nos da la esperanza de verdad y justicia, sino su ejemplo, su compromiso y sacrificio. Su vida, nos entrega una potente señal en este nuevo milenio que comienza. Nos dice que no importa el miedo, no importa el dolor ni la muerte cuando se trata de enfrentar la vida y su inminente llamado a la felicidad, esa felicidad que Miguel Woodward encontró en el mundo de los pobres y con los cuales se comprometió hasta el último hálito de su existencia.
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Alfredo Hudson y La Iglesia del Pueblo en Ramaditas El cerro "Ramaditas" es parte de un conjunto poblacional conocido en Valparaíso como "Barrio O'Higgins". Su nombre proviene de la denominación que se le hacía cuando era mirada desde la avenida de Las Delicias -actual avenida Argentina- y se observaban sus modestas casas, de material ligero y con techos de ramas de árbol, que desde la distancia se convertían en un grupo de "ramaditas" sujetas al cerro. Colinda con los cerros "Rocuant" y "San Roque" en la antigua zona conocida como Las Zorras, donde en la actualidad se ubica el camino a Santiago. Durante siglos Ramaditas fue el principal acceso a la ciudad de los viajeros que llegaban desde la capital, para ello se ocupaba el "camino de las cuestas", hoy conocido como Cuesta Colorada. Estos barrios son tan antiguos como la ciudad misma, porque se poblaron a propósito de la ruta que continuaba para quienes llegaban en barco a Chile y se dirigían a la ciudad de Santiago. A fines del siglo XIX y comienzos del XX, el poblamiento masivo de "Ramaditas" es producto del asentamiento de sectores profesionales que buscan escapar del hacinamiento del centro de la ciudad. Estos sectores eran fundamentalmente mandos medios de industrias destacadas de Valparaíso, como la American Tobacco Company, Hucke, Pacific Steam Navegation Company, Fabrica Costa, que se ubicaba en Santa Elena, y otras de carácter textil y artesanal que empiezan a instalarse en el centro de Valparaíso. Respecto a la presencia católica en los barrios, éstos estuvieron en un comienzo vinculados a las parroquias ubicadas en la Avenida de Las Delicias, actual Avenida Argentina, especialmente a la de Los Doce Apóstoles, la que, según el Obispado de Valparaíso, tenía autoridad sobre los territorios del llamado Barrio O'Higgins. A principios del siglo XX, se construye la primera parroquia del sector, la parroquia San Bernardo, que en 1914 pasa a convertirse en Parroquia de Nuestra Señora de Andacollo, nombre que lleva hasta el día de hoy. 86 86
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René Millar Carvacho.” Aspectos de la religiosidad porteña. Valparaíso 1830-1930”. Historia (Santiago), 2000, vol.33, p.297-368. ISSN 0717-7194.
Durante las décadas del 30 y 40, el movimiento poblacional iba convirtiendo tanto a "Ramaditas" como a "San Roque" y "Rocuant" en un sector populoso, empujando a las autoridades de la Iglesia a dar nacimiento a numerosas capillas en lugares como "Cuesta Dorada", "Villa Esperanza", capilla "Perpetuo Socorro" en Rocuant o en el sector de La Isla. No fue hasta 1969 y luego de que una gran cantidad de sacerdotes se mantenían por poco tiempo en la parroquia, que el obispo Emilio Tagle designa al que hasta hacía poco era un sacerdote de la Parroquia de Viña del Mar y capellán de la Universidad Técnica Federico Santa María, el padre Alfredo Hudson Tillmanns, como nuevo párroco, hecho que sería uno de los más significativos para el proceso de asentamiento de las nuevas ideas pastorales de liberación y acompañamiento de los más pobres en los cerros de Valparaíso, de un nuevo cristianismo, de una opción por los pobres que impactaría por más de tres décadas la vida de los grupos y sectores más progresistas de la región. Alfredo Hudson Tillmanns nació en Valparaíso el 4 de enero de 1932. Hijo de una distinguida familia de origen británico, su padre, Dennis Hudson, era empleado administrativo de la fábrica de Distribución Eléctrica de Valparaíso. Su madre, Emma Tillmanns, era dueña de casa y lo crió bajo una fuerte influencia católica, la que junto a las periódicas visitas de un sacerdote amigo de la familia a la casa familiar despertaron tempranamente en Alfredo el deseo de consagrar su vida a Jesucristo. Tal era la influencia cristiana que algunos de sus amigos y familiares recuerdan que incluso en su infancia y entre juegos infantiles Alfredo 87 jugaba a que era sacerdote. Su infancia transcurre con tranquilidad acompañado de sus hermanos Dennis, Emma y Patricio en su casa de cerro Alegre, y no fue sino hasta 1944, a la muerte de su padre, que la tranquila vida familiar dio paso a años de estrechez económica y separación familiar. La muerte de Dennis Hudson padre fue un golpe devastador para la familia que pese a su buen pasar, no era gente de fortuna, por lo que una de las primeras medidas 87
Entrevista a su sobrino Alfredo Hudson Soto, noviembre de 2007.
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familiares fue la del ingreso al mundo del trabajo de Dennos, con apenas 14 años. Emma, la madre, ingresa a trabajar como funcionaria al municipio de Valparaíso en un trabajo administrativo que permitía en parte alimentar a la familia. La familia siempre desarrolló vínculos y redes con la comunidad británica de la ciudad. Los primeros trabajos del hermano mayor, luego de la muerte del padre, fueron conseguidos por británicos o familias de origen británico que siempre reconocieron en los Hudson un núcleo de origen inmigrante que era parte de una colonia destacada y poderosa de la ciudad. El amparo a los hijos de la familia se mantuvo durante décadas. Para Alfredo, la muerte del padre constituyó un primer paso en el camino a una vida religiosa. La oportunidad de matricularlo en una institución del tipo internado, como era el Seminario San Rafael, era una ayuda a la precaria situación económica que sufría la familia. Esta institución fue una de las primeras iniciativas católicas en el campo de la educación en Valparaíso dirigida a los sectores de la clase media. Sus inicios datan de 1870 en el barrio de Santa Elena, a los pies del cerro Ramaditas y en la parte final de la avenida de Las Delicias. Sin embargo, la institución tenía un internado llamado Seminario Pontificio Menor, ubicado en el cerro Alegre, y fue allí donde Alfredo Hudson fue enviado, a la edad de 12 años, para ser educado e iniciar su camino al sacerdocio. La primera destinación como sacerdote ocurre en 1960, siendo designado capellán del Colegio Seminario San Rafael, el que ya había cambiado de local para alojarse en la calle Santa Elena, a los pies del Barrio O'Higgins, ubicación que tiene hasta el día de hoy. Entre los años 1960 y 1965, Alfredo Hudson acompañó a varias generaciones de jóvenes estudiantes en su vida docente. Se dedicó preferentemente a la extensión, promoviendo y apoyando el movimiento scout y la disciplina del atletismo del establecimiento. Su acercamiento a los jóvenes como consejero espiritual lo hizo muy popular. Una revista escolar de la época hace mención a un grupo juvenil dentro del colegio, denominado The Hudson's Boy, en abierta alusión al liderazgo que ejercía el joven sacerdote scout en ellos. 104
En las aulas del seminario sólo hay palabras nobles para el recuerdo de Hudson sobre su período como asesor espiritual escolar: "…el Padre Alfredo hizo un trabajo muy bonito y destacado con los jóvenes estudiantes haciendo un acompañamiento espiritual de mucho compromiso, además de su entusiasmo por levantar el movimiento Scout 88 en los niños…". Durante la segunda mitad de la década de los sesenta, Alfredo Hudson deja sus responsabilidades en el Seminario San Rafael asumiendo como sacerdote en la Parroquia de Viña del Mar y como Capellán de la U.T.F.S.M. En la universidad asume el rol de consejero espiritual entre los estudiantes, quienes en un número importante se encontraban vinculados a la AUC, Asociación de Universitarios Católicos, organización que agrupaba a los principales liderazgos universitarios en especial la UCV y la USM. "…Alfredo se vinculaba con la universidad a través de pequeños grupos de estudiantes organizados en la red de la AUC. Allí asesoraba a los dirigentes que ocupaban los puestos directivos de la Federación de Estudiantes y en algunas ocasiones acompañó a estos a movilizaciones sociales en distintos puntos de la ciudad de Valparaíso…". 89 Los convulsionados años 60 en el terreno estudiantil no dejan a nadie indiferente dentro de la comunidad universitaria, como la actitud solidaria de Alfredo Hudson en un temprano conflicto estudiantil en la UCV con el obispo Emilio Tagle. "…en el marco de una huelga estudiantil de 53 días durante 1967 se desarrolló una disputa con el clero y en especial con el obispo Tagle acerca de la misión de la Universidad Católica y su apertura a la sociedad. Las posiciones de la Iglesia eran ultra conservadoras respecto a la función social de la universidad por lo que hicimos una declaración pública que fue rápidamente contestada por el obispo y respaldada por un grupo de
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Padre Cromacio Díaz de Alda Urzúa, profesor del Seminario San Rafael entrevista telefónica diciembre de 2007 en Valparaíso. Adolfo Tannembaum, entrevista realizada en Viña del Mar diciembre de 2007.
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20 sacerdotes vinculados a AUC. Alfredo Hudson apareció firmando la carta. Prontamente asume su error y enfrenta a los dirigentes como Sergio Allard explicando su falta de comprensión del problema en el contexto donde se desarrollan estos conflictos. Rápidamente Alfredo reconsidera sus posiciones y actitudes asumiendo como asesor de AUC en la Universidad Santa María con un ánimo más constructivo y solidario con los estudiantes movilizados…". 90 Sin embargo, durante 1967, otra actitud tomaría el sacerdote ante una huelga estudiantil que tendría durante más de 150 días tomada la UTFSM. En esta toma se buscaba una nueva universidad alejada del mundo patronal y abierta a la sociedad. "…El liderazgo de la toma del año 67 en la universidad es fundamentalmente en su gran mayoría gente vinculada a la AUC y es ahí donde se produce una natural vinculación con Alfredo Hudson que se convierte a poco andar de esta movilización en uno de los asesores fundamentales que permite sostenerla durante tanto tiempo. El se convierte en un ayudista que va más allá de la sola asistencia espiritual que requería el estudiantado que era presionado desde varios frentes como las de las esferas de influencia de la familia Edwards con sus medios 91 de comunicación y sus redes sociales e institucionales…". La huelga estudiantil en la universidad fue un hecho fundamental para la consolidación del movimiento estudiantil de la USM. Hasta esa época la universidad técnica más importante de la región estaba sometida a los intereses de un pequeño grupo de industriales quienes bajo el amparo de las familias Edwards, mantenían un control no solamente sobre la docencia y las actividades académicas, sino también en el campo de la investigación y la experimentación de productos del ámbito comercial. La organización de la toma se produce a partir de los centros de alumnos liderados por estudiantes vinculados a la AUC. En este espacio, las
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Entrevista con Eliana Vidal ex dirigenta de la federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Valparaíso durante los años 1966 -1967. Realizada en Valparaíso junio de 2008. Entrevista con José Bonifaz ex dirigente de USM y uno de los estudiantes de AUC que vivió con Alfredo Hudson en Ramaditas. Realizada en Valparaíso julio de 2008.
posiciones progresistas comienzan a ganar cada día más dirigentes. Esto se da en el marco de una situación nacional compleja donde el gobierno de Eduardo Frei sufre las contradicciones del tiempo en que gobierna, desde las políticas de promoción popular y el marco jurídico que permiten la constitución legal de los movimientos vecinales, de mujeres y jóvenes. Los centros de alumnos y la AUC definen la acción en la USM como una profundización del ascendente movimiento estudiantil y como factor de cambio en las instituciones de educación. Como capellán de la universidad, Alfredo inicia un sostenido apoyo a los estudiantes y se convierte en su principal soporte. Durante 1968, el obispado de Valparaíso vive la rebelión de 23 sacerdotes que enfrentan las conservadoras posiciones del obispo Emilio Tagle. En aquel conflicto, Alfredo Hudson estuvo de manera periférica debido a su dedicación con el movimiento de estudiantes en la universidad. A fines de 1968, Hudson manifiesta a un grupo cercano de la AUC: "… parece que el obispo me quiere apartar de mis funciones como asesor de universitarios, parece que ya empiezo a incomodar con mis posiciones. Pero bueno tal vez no todo sea malo y sea una posibilidad de hacer cosas nuevas en un lugar nuevo con ustedes estudiantes comprometidos con un mundo más justo…". 92 En 1969, Alfredo Hudson fue designado párroco de la Iglesia “Nuestra Señora Andacollo”, en el cerro Ramaditas. Durante los primeros meses de su nuevo ministerio, y como una forma de instalar en el territorio una pastoral más vinculada a la nueva Teología de la Liberación, con un especial acento en las ideas de transformación social y la opción preferente por los pobres, promueve y convoca a grupos de estudiantes cristianos de la USM a vivir en Ramaditas con la idea de conformar una comunidad cristiana de estudiantes que permita, en parte, vivir un cristianismo profético en un barrio popular y desarrollar en su interior, mejores niveles de organización social, preparación y promoción para el
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Entrevista con José Bonifaz, ex dirigente de USM y uno de los estudiantes de AUC que vivió con Alfredo Hudson en Ramaditas.
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cambio, así como también una experiencia vital para quienes la sociedad les permitió adquirir conocimientos y formación universitaria y estar encaminados a compartir espacios de poder en la sociedad. La vida en un barrio popular como Ramaditas se vio rápidamente alterada por lo nuevos vecinos. Los jóvenes organizaron de inmediato las actividades de la iglesia y difundieron en el barrio una nueva pastoral, más social y aliada de quienes desean transformar la realidad. Una de las primeras acciones importantes que nacieron del grupo de jóvenes es la organización de un trabajo voluntario de alfabetización en el barrio de Rocuant. Entre los jóvenes que aceptan la invitación de Alfredo están los estudiantes Fernando Doñas, Lautaro Guerra, Odette Moras, Mario Calvo, José Bonifaz, Gastón Agüero, Francisco Cerda, Raúl Mena y el estudiante boliviano Manuel Soto. En un primer momento, se instalan en la casa parroquial ubicada en un costado de la iglesia "Nuestra Señora de Andacollo", compartiendo las distintas habitaciones tanto en parejas como en piezas de hombres y mujeres. El inicio de la comunidad estuvo marcado por la decisión de Hudson por reformular la estructura de participación cristiana en la comunidad de la Iglesia, la cultura establecida era pre-conciliar, y se había establecido con mucha fuerza durante la estadía de Jorge Bosagna, quien fuera párroco de la localidad entre 1960 y 1966. "…Se produjo un quiebre inmediato en la comunidad cristiana cuando llegó Alfredo Hudson porque la iglesia siempre estuvo controlada por un grupo de personas que se alzaron como dirigentes y que incluso servían y mantenían a los sacerdotes que llegaban, pero Alfredo rompe con esa tradición que venía de mucho tiempo atrás, y se genera un quiebre muy profundo dentro de la iglesia y sus organizaciones…". 93 La comunidad estaba dominada por mujeres y hombres mayores, muy conservadores en su forma de entender la relación de la parroquia con sus
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Entrevista con Osvaldo Muñoz dirigente del Grupo Juvenil de Ramaditas 1969 realizada en Valparaíso noviembre de 2007.
feligreses, de marcada tendencia derechista o demócrata cristiana, y veían con desconfianza la apertura que promovía el nuevo sacerdote. " …Se inicio una parroquia nueva con el Alfredo, y los jóvenes que se constituyen como comunidad tienen un compromiso social con los pobres, y nosotros que éramos del barrio y que éramos jóvenes pobres empezamos con ese trabajo a tomar conciencia de quiénes éramos en realidad, aprendimos a valorarnos, a conocernos y a reconocernos en lo que éramos, en el fondo yo creo que esa es la gran primicia que nos trae Alfredo Hudson, no es importante a mi juicio la comunidad que trabajó 94 con él, sino la conciencia que adquirimos nosotros…". Los universitarios que llegaron invitados por Hudson tuvieron como primeras tareas la creación y tutoría del grupo juvenil de la Iglesia, organizaron talleres de estudio y reforzamiento de tareas, así como acciones tendientes a irradiar un nuevo estilo pastoral, donde los jóvenes promovían y acompañaban al sacerdote en su función evangelizadora y a la vez trabajaban de manera voluntaria para que la comunidad incorporara dentro de su práctica religiosa la tarea social, la de superar la pobreza material a través de participación, opinión, educación política y movilización social reivindicativa. Es así como se logra desarrollar, con ayuda del grupo juvenil y del vínculo con la Federación de Estudiantes de la Universidad Santa María, un trabajo voluntario de alfabetización y acción comunitaria que movilizó a cientos de jóvenes en los sectores de Ramaditas y Rocuant. Por un lado, fue un aliciente para el trabajo de base que se desarrollaba por parte de núcleos de izquierda de larga data en el barrio, y por otro, fue una señal a los sectores conservadores de la comunidad que se venían tiempos distintos y que la Iglesia del Pueblo, que tanta difusión había tenido durante 1968 no era tema terminado sino que crecía de manera soterrada ya no en las cuadras cercanas al obispado y la Catedral de Valparaíso, sino que se expandía a los cerros, los barrios obreros y populares, donde se requería una nueva Iglesia que acompañará al creciente mundo social que
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Entrevista con Osvaldo Muñoz dirigente del Grupo Juvenil de Ramaditas 1969 realizada en Valparaíso noviembre de 2007.
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poco a poco se acercaba al poder a través de sus partidos políticos y liderados por el dirigente Salvador Allende. Vino entonces 1970 y el triunfo de la Unidad Popular. La comunidad de Ramaditas, como de todos los rincones de Chile, se vio estremecida por este hecho. Las prédicas de Alfredo Hudson se fueron radicalizando poco a poco, hasta que una buena parte de los tradicionales feligreses de Ramaditas dejaron de asistir a misa del domingo y a frecuentar al sacerdote. Vecinos del sector empiezan a dirigirse al obispado denunciando la práctica del párroco, quien trata de mantener la unidad a través de iniciativas comunitarias abiertas y tradicionales, como celebraciones religiosas de carácter popular, fiestas de navidad y celebraciones de distintas festividades religiosas o el desarrollo de actividades dirigidas a la subsistencia, como las instalaciones de un taller laboral. Incluso una buena parte de los estudiantes universitarios se distanciaron del trabajo social debido a que el grupo sufrió signos de polarización entre los jóvenes de vinculación democratacristiana y los vinculados al MAPU, MIR o Izquierda Cristiana. Hasta que llegó el día en que Alfredo Hudson decidió hacer valer su prédica en su propia vida y junto a un grupo de estudiantes de izquierda decide emigrar de la casa parroquial y establecerse en la parte más alta del cerro Rocuant, lugar donde adquirieron, a través de planes de vivienda del gobierno popular, unas casas pre-fabricadas y las levantaron en el sector conocido como Las Torres, debido a su cercanía con las torres de alta tensión que abastecían de electricidad a la ciudad de Valparaíso. "…La participación estudiantil era extensa y abocada a un fuerte vínculo con la sociedad, hacíamos trabajo de todo tipo desde las federaciones de estudiantes hacia los campesinos, los pobladores o los obreros. Es en esta historia donde Alfredo Hudson que estaba vinculado a los estudiantes de la Santa María, ve una gran cantidad de gente dispuesta a trabajar y les plantea la posibilidad de armar una comunidad en Rocuant y la mayoría de nosotros estábamos emparejados y visitábamos mucho Ramaditas y de repente alguno dijo: "Me voy a casar", a lo que el cura planteó la 110
posibilidad de comprar una casa prefabricada y establecerse en Rocuant. Todos éramos estudiantes y no teníamos muchos recursos, pero era una buena propuesta. Por su parte, el cura ya estaba levantando su casa en Rocuant, una casa de esas que vendía el Refugio de Cristo95, que eran súper bonitas y que algunos ricachones compraban para colocar en la playa. Entonces instalado el cura en Rocuant, se casa la primera pareja, que no recuerdo cuál fue, pero el paso previo a la instalación era vivir en la casa del cura, que tenía varios dormitorios, mientras se construía la casa de la nueva pareja. Íbamos todos los amigos, como en Minga a construirla, así fue como se instala el primer matrimonio en Las Torres de Rocuant que, si mal no recuerdo, fue Mario Calvo con Ximena Cerda…". 96 Este sector poblado en su mayoría por incipientes y silenciosas tomas de terreno estaba desprovisto de luz eléctrica, agua potable y transporte público. No estaba urbanizado, por lo que la tierra y el barro en invierno hacían sufrir a los pobladores que subían y bajaban a pie al centro de la ciudad para estudiar o trabajar. "…nosotros teníamos que subir una pendiente, donde habían puras casas que como que se caían, ni siquiera eran mediaguas sino que las construían como con cualquier cosa, el camino era obviamente de tierra hasta llegar al sector que se llamaba Las Torres donde Alfredo compró unos terrenos con la idea de construir una comunidad…".97 La experiencia de vida es dura. El grupo de estudiantes junto al párroco viven una experiencia cristiana de altas exigencias, no solo acompañando a los pobres sino que compartiendo las penurias como una prueba más de una ideología mas radical para asumir los compromisos políticos y cristianos de izquierda. La mayoría de los estudiantes en Rocuant siguen realizando su vida laboral y estudiantil de manera normal, se han constituido en familias, pues el grupo se distingue de quienes se quedan en Ramaditas por haber contraído matrimonio o vivir en pareja y con hijos. 95 96 97
El Refugio de Cristo es una organización creada por la iglesia de Valparaíso para ir en ayuda a través de la caridad a niños , niñas o adulto mayor con situación de pobreza Entrevista con Sonia Núñez, miembro de la comunidad de Rocuant y del grupo católico de Alfredo Hudson. Entrevista con Osvaldo Muñoz, ex miembro del grupo juvenil de Ramaditas.
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"Aparte de vivir ahí, que era una opción de vida, estudiábamos y trabajábamos. La mayoría estábamos terminando los estudios y además estábamos criando. Por ejemplo, yo tuve guagua casi altiro después de casarme, el Pineda también, el Mario Calvo también, había tres niños. Yo era profesora en la Escuela Barros Luco, mi ex Ettienne Le Franc trabajaba en Astillero Las Habas, tenía un puesto de confianza del gobierno a sus apenas 23 años. Teníamos todos quienes decidimos vivir, siendo profesionales, en la población un compromiso más político que espiritual. El sacrificio era bastante grande, no teníamos agua, no teníamos baños, pese a que teníamos los artefactos éstos no funcionaban porque no había agua. La idea era apoyar a la comunidad, trabajábamos con los jóvenes, con las mujeres y trabajábamos con la Junta de Vecinos fundamentalmente. Fomentábamos la organización, el desarrollo comunitario, la autoconstrucción con mejores materiales porque la 98 mayoría ni siquiera alcanzaba para mediaguas sino que eran chozas…". Sobre los compromisos políticos del párroco y del grupo de estudiantes, no hay mayor claridad que la que arroja ser firmes partidarios del gobierno de Allende. Alguno son miembros del MAPU, como Gonzalo Pineda, o de la Juventud Demócrata Cristiana y más tarde miembro de la Izquierda Cristiana, como José Bonifaz. Para algunos, Alfredo Hudson estuvo vinculado al MAPU; para otros, al MIR. Sin embargo, sólo varios años después del golpe se hizo más conocida su estrecha vinculación con la bandera roja y negra. "… la participación de Alfredo en política o en el proceso de la Unidad Popular no estuvo gatillada por alguna aproximación a los clásicos marxistas o a intereses concretos de alguna determinada tienda partidaria, sino más bien a su irrestricto apego a las líneas doctrinarias de la Iglesia y entonces las conclusiones de Medellín, sumado al proceso social y cultural que vivía Chile, lo hicieron comprometerse con un proceso político que no era más que la prolongación comunitaria de su 99 vocación de pastor y seguidor de Jesucristo…". 98 99
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Entrevista con Sonia Núñez miembro de la comunidad de Rocuant y del grupo católico de Alfredo Hudson, octubre de 2007. Entrevista a Mario Calvo, socio de Hudson en “Cerro Mar”, Ingeniero de la Universidad Santa María que vivió en Ramaditas y Rocuant en la comunidad cristiana que dirigía Alfredo.
Dentro de las múltiples iniciativas desarrolladas por Alfredo Hudson y los universitarios en el sector destaca la creación de una empresa de muebles llamada "Cerro Mar", que tenía como objetivo convertirse en una cooperativa de trabajadores que permitiera la subsistencia de jefes de hogar con precaria educación y capacitación académica. "…en realidad "Cerro Mar" era una empresa de responsabilidad limitada cuyos socios eran Luis Valenzuela, Alfredo Hudson, Mario Calvo y Paulette Cáceres. Funcionaba internamente con la figura de una cooperativa, y externamente como una sociedad tradicional. Su principal labor productiva era el diseño y construcción de muebles lacados, los que eran puestos en el mercado gracias a la dedicación y esfuerzo de Cecilia y Paulette que eran de profesión diseñadoras. Funcionaba en un terreno de propiedad de la familia Valenzuela donde se levantaba un galpón construido gracias a un crédito CORFO y dio trabajo a muchas personas del barrio, siendo tal vez el más destacado Juan Ramírez, que en la época era solo un muchacho y que al final sostuvo con su esfuerzo la empresa hasta su desaparición luego del Golpe Militar de 1973…" 100 El proyecto de Alfredo era iniciar un proceso más sustentable de desarrollo para la localidad. Para ello el esfuerzo y la preparación de los jóvenes universitarios era esencial, sobre todo por las profundas convicciones cristianas que compartían, pues lo que realmente movía a los muchachos era compartir las orientaciones de una Iglesia más cercana al pueblo y sus necesidades. "…la creatividad llegó a extremos de promover y gestionar innovadores artículos para la comunidad y la calidad de vida. Meses antes del golpe se realizaba un esfuerzo de gestión ante las autoridades de vivienda para desarrollar el prototipo de un mueble modular que fuera entregado a las familias que accedían a casa que tuviera bajo costo y que a la vez fuera muy útil para la precaria materialidad que existía en la vivienda social de aquellos años…" 101
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Entrevista a Mario Calvo, socio de Hudson en “Cerro Mar”, Ingeniero de la Universidad Santa María que vivió en Ramaditas y Rocuant en la comunidad cristiana que dirigía Alfredo. 101 Entrevista con Mario Calvo Flores, abril de 2008
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El entusiasmo crecía entre los jóvenes universitarios y en la comunidad. Ramaditas era un sector poblacional de alta participación social donde el liderazgo de los cristianos era clave. Durante los primeros meses de 1973, los servicios de inteligencia ya tenían en observación el trabajo de Hudson y la comunidad y corría el rumor de un posible allanamiento por parte de fuerzas navales, bajo el pretexto del control de armas y explosivos.102 La experiencia de las comunidades tiene un final el 11 de septiembre de 1973. En aquel día fatídico, aun cuando las informaciones son confusas, Ramaditas será uno de los primeros lugares en ser allanados por los militares. Sonia Núñez recuerda: "…Fuimos levantados por miembros del comité de vigilancia de la población avisando que se había iniciado el Golpe ese día martes. Todos nosotros días antes habíamos tratado de limpiar bien nuestras casas pues estaba anunciado un allanamiento al sector por una acusación de que ahí funcionaba una escuela de guerrillas que dirigía Alfredo Hudson. De todas maneras iniciamos esa mañana una nueva limpieza de las casas por un eventual allanamiento y sacamos papeles, documentos, incluso mi marido tenía unos planos que eran parte de un trabajo que estaba haciendo para los marinos en su calidad de ingeniero. Empezamos a quemar en el horno de la casa todos los papeles que pudieran comprometernos. Como a eso de las siete de la mañana vimos el primer camión de marinos subiendo. Estábamos cada uno en nuestras casas, salvo Gonzalo Pineda que apenas supo lo del Golpe se fue del lugar; quizá por responsabilidades comprometidas de antemano en la eventualidad de un golpe. Estaba Etienne, estaba Mario Calvo, el cura estaba en su casa sentado, tomando café convencido de que era el primero en ser requerido por los marinos que poco a poco avanzaban hacia nuestras casas. Cuando llegan los uniformados éstos se reparten por todas las casas, golpean a nuestra puerta y nos ordenan salir y ponernos contra la pared. En ese momento me doy cuenta que el marino que realiza el allanamiento era el vecino de mi madre en Playa Ancha. Nos encañonaron y pensamos que nos iban a fusilar, el tipo sale de nuestra casa y nos 102
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Entrevista con Sonia Núñez miembro de la comunidad de Rocuant y del grupo católico de Alfredo Hudson, octubre de 2007.
ordena entrar y no volver a salir, pensamos que la suerte nos acompañaba...".103 Alfredo no es detenido en este primer allanamiento, y logra sortear la situación con mucho ingenio, pero sin cobardía; solamente hizo uso de su intelecto para despistar a los oficiales que no supieron distinguirlo entre el grupo de pobladores que fue allanado y detenido en las primeras horas de la mañana. Una sola baja se contó ese día en el sector de Las Torres; se trataba de un joven estudiante que había alojado en la casa de Alfredo y que fue detenido por no poder probar su identidad ante el grupo de marinos. Para Sonia Núñez, este hecho, junto al descubrimiento de un transmisor de radio profesional en la casa de Gonzalo Pineda, la hizo dimensionar esa mañana sobre las tareas políticas y de inteligencia que tenían algunos compañeros de la comunidad donde vivía. Años después, supo que Alfredo Hudson colaboraba con actividades del MIR, y que el joven era un dirigente clandestino y que la radio de Pineda era parte de un plan de seguridad para defender las torres de alta tensión de posibles atentados por parte de grupos paramilitares de extrema derecha. A eso de las 11 de la mañana, un grupo de cincuenta estudiantes, en su mayoría de la Universidad Santa María, se dan cita en los altos de Rocuant en busca de instrucciones para un plan de autodefensa del gobierno popular. La mayoría había recorrido y bordeado a pie muchos cerros para llegar a este punto de reunión establecido con anterioridad. Sin embargo, nada ocurrió y sólo se trató de un acto voluntarista como los cientos que en distintos puntos de Chile tuvieron los militantes de la UP y los simpatizantes de Allende hasta enfrentarse con la tragedia de la indefensión y la comedia absurda de ver derrumbarse un sueño y no poder hacer nada para detenerlo. La reunión sólo duro algunos minutos, puesto que un nuevo contingente de marinos y soldados enfiló hacia la cumbre del cerro. La confusión se apodera de los estudiantes, quienes debieron escapar hacia los bosques que bordean la ruta 68 y los altos de Valparaíso. Alfredo Hudson no es detenido en aquel día, pese a que es intensamente buscado. Recorre, talvez orientado por un plan previo, varios lugares y 103 Entrevista con Sonia Núñez miembro de la comunidad de Rocuant y del grupo católico de Alfredo Hudson.
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aloja en casa de otros sacerdotes. Bonifaz recuerda que si bien era conocida la posición política de Alfredo, había una situación anexa que más lo comprometía ante las autoridades golpistas: "… en el proceso que le siguieron a Altamirano y a Carretón por la infiltración en la Armada, al grupo que pillaron, marinos y unos militantes del PS con algunas personas del MAPU andaban en una citroneta que les había prestado el flaco Pineda, y el flaco Pineda, siendo el principal dirigente provincial del MAPU, se la había comprado al Alfredo, pero nunca hicieron la transferencia. En agosto del 73, un muchacho que vive en Ramaditas Alto, cerca de Cuesta Colorada, me llama y me dice: "Quiero hablar contigo, yo trabajo en ASMAR. A mí me detuvieron los marinos, me torturaron por tener lazos personales con el sargento Cárdenas que vive cerca mío y me preguntaban por ti, y me preguntaban por Alfredo". No fue raro que la misma mañana del 11 buscaran con tanta violencia al Alfredo entonces. Ya estaba dirigida una operación contra él y contra el barrio y la experiencia cristiana de base…". 104 Al cabo de unas semanas decide entregarse a las autoridades navales y es acompañado por su amigo "Fito García", capellán naval. Esta entrega se hizo en las dependencias del Obispado y desde donde Alfredo fue sacado para ser llevado directamente a los centros de tortura dispuestos por la Armada. Hudson sufrió todo el rigor de la represión. Es torturado e interrogado de manera cruel por efectivos de la Armada. Pese a ello, mantuvo su compromiso y sus valores incluso cuando permaneció durante semanas preso en las bodegas del carguero "LEBU" anclado en el puerto de Valparaíso y facilitado por Luis Gubler, a la fecha presidente de Compañía Naviera Sudamericana de Vapores. Durante los días de encierro, Alfredo Hudson Tillmanns se convirtió en un puente entre Dios y los hombres que sufrían entre el metal duro y oscuro de la prisión. Acompañó espiritualmente a sus hermanos presos y reflejó 104 Entrevista con José Bonifaz , ex miembro de la USM y colaborador de Hudson en Ramaditas
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la esperanza, con su conductor, que tanto se necesitaba en aquella oscuridad. "… en la bodega del Lebu había tres curas, Alfredo Hudson de Valparaíso y dos curas europeos. Estos últimos estaban muy deprimidos por el asesinato de uno de ellos en el Buque Escuela Esmeralda (…) A Hudso,n una noche, un sargento lo llamó para preguntarle: "¿Que día es mañana? "Domingo", fue la respuesta del cura. "Yo pregunto por la festividad del Mes de María, predíqueles algo a esa manga de ateos que tiene a su lado". El cura se paró en el centro de la bodega y dijo algo más o menos así: "Nosotros adoramos a María como la madre de nuestro señor por decisión divina; sin embargo, María es reconocida por nuestra Iglesia como símbolo de madre buena. Aquella que apoya a su hijo en su trabajo, en sus buenas ideas, en la entrega a sus semejantes. Cristo siempre encontró en ella la comprensión y el apoyo que como ser humano necesitaba; cuando fue apresado e injustamente torturado y obligado cargar la cruz para ser asesinado, siempre marchó a su lado y sufrió como hoy muchas madres sufren por sus hijos puesto que los fariseos de ayer existen hoy en este mundo y muchos de los que siguen principios cristianos han sido asesinados por querer un mundo mejor para sus semejantes".¡Pare la prédica, cura! ¡Este no es choclón político. Buenas 105 noches!...". La estadía en el buque de la Sudamericana de Vapores estuvo precedida de duras jornadas de torturas e interrogatorios en la Academia de Guerra Naval. En esas circunstancias de dolor y desesperanza, la mayor de las tristezas era la confirmación de que en el bando de los vencedores no sólo actuaron los uniformados, sean marinos o militares, sino que muchos sacerdotes conservadores o de derecha colaboraron, fueron cómplices o testigos de las violaciones de los derechos humanos de los detenidos. "… era el segundo o tercer día en el Lebu, cuando fui llamado a cubierta. Me encontré con mi amigo y compañero Alfredo Hudson, que ya llevaba detenido algunos días en otra de las bodegas del buque. Nos esperaba el 105 Guillermo Pulgar Silva. “Cara y Sello de un Golpe de Estado”, Editorial Artigraff , Agosto 2003 Valparaíso
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capitán, quien muy amablemente se presentó y nos dijo que era muy católico, y que sentía mucho tener dos sacerdotes detenidos bajo su custodia. Nos ofreció un libro del Nuevo Testamento a cada uno por si nos pudiera ayudar en aquellos momentos y también nos dijo que el barco tenía un capellán que nos recibiría en su camarote (…) Al otro día por la mañana, me llaman a subir a cubierta y nos encontramos Alfredo y yo, con seis o siete soldados apuntándonos con las metralletas y nosotros de pie y obligados a estar con las manos en la nuca. Se presentó Fito (García) revestido de estola sobre el uniforme militar y, en esta posición, nos dice que abramos la boca y nos da la comunión. Enseguida nos hacen bajar a las bodegas. A la mañana siguiente se repite la misma ceremonia. Al tercer día, con las manos en la nuca y de pie en cubierta, Alfredo y yo nos miramos y nos negamos a comulgar...". 106 La muerte de Miguel Woodward por torturas en el Buque Escuela Esmeralda fue una señal de aviso a la jerarquía porteña encabezada por Emilio Tagle. Pese a su condescendencia y solidaridad con los organismos regresivos, se vio obligado a negociar con la Armada la libertad de los sacerdotes presos y envió a su brazo derecho, Jorge Bosagna, a las sesiones de interrogatorios y tortura para, por un lado, deshacerse de quienes estaban comprometidos con la Unidad Popular o adherían a la Teología de la Liberación, y por otro, recoger información sobre las comunidades cristianas y también cerciorarse que los militares no terminaron con la vida de más sacerdotes. Durante noviembre de 1973, Bosagna comunicó a Hudson que sería liberado, pero que le enviarían relegado a la Isla de Chiloé. Está era una medida tomada por la Iglesia y ofrecida a las autoridades militares como una forma de actuar sobre el gran número de sacerdotes y laicos comprometidos con la Teología de la Liberación y la izquierda política. Esta medida fue aceptada por Alfredo y la vivió con humildad y con la fidelidad propia de quien ha sido formado en la rigurosa disciplina sacerdotal católica. Esta relegación duraría cerca de dos años. En una operación especial y 106 ¿Qué me ha pasado? En la fe, en la política, en el amor. Francesc Puig. Editorial Mediterránea, Barcelona, diciembre 2004.
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debido a diversos problemas de salud surgidos a causa de las torturas sufridas durante los días en el "Lebu", algunos estudiantes universitarios, ex dirigentes de la UTFSM, fueron a buscarlo a Chiloé y llevado hasta una reunión de la Conferencia Episcopal de Chile en la ciudad de Santiago, lugar en que será acogido y protegido por un grupo de obispos. La vida post golpe de Estado de Alfredo Hudson fue más o menos similar a la de una gran cantidad de sacerdotes comprometidos con las posiciones de la Teología de la Liberación en Valparaíso. El Obispado se preocupó de sacarlos del país, relegarlos y durante años no entregarles protagonismo en ninguna iglesia o capilla dentro de la diócesis. Es así que algunos derechamente tuvieron que trabajar o se dedicaron a colaborar con la comunidad a través de la cooperación internacional. En el caso de Alfredo, la actividad política siguió presente ayudando y colaborando a la resistencia desde diversas acciones. Un miembro de la dirección de la resistencia recuerda que en muchas ocasiones le tocó asistir a reuniones donde participaba Alfredo, entre los años 1979 y 1980. Si el sacerdote militaba formalmente o no en el MIR, para "Diego" no tiene mayor importancia. Alfredo Hudson se identificaba con la izquierda no comunista, la que promovía comunidades y militancia cristiana, consecuente con la doctrina de opción por los más pobres, de base joven y popular. Para él lo importante era desarrollar conciencia social y política en las personas. "… una vez tratando de sacar de la cárcel a un importante compañero de la dirección del MIR, debido al rumor del hostigamiento sostenido por parte de la inteligencia naval, fuimos a nombre de la dirección del MIR a hablar con Alfredo para solicitar un apoyo de 20.000 dólares que serviría para sobornar a miembros de la fiscalía naval por intermedio de dos hermanos miembros del régimen, uno abogado y el otro capitán de fragata. Alfredo manejaba recursos, recursos que estaban disponibles para defender a compañeros y para enfrentar la dictadura. Obtuvimos los recursos y a los pocos días el compañero fue dejado en libertad…".107 107 Entrevista a “Diego” chapa de quien fuera dirigente del MIR en la clandestinidad en la región de Valparaíso.
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No fue sino a hasta que Emilio Tagle Covarrubias dejara la dirección del obispado que los aires nuevos traídos por el obispo Borja Valenzuela permitieron que algunos sacerdotes apartados de las responsabilidades parroquiales tuvieran una oportunidad en el nuevo tiempo que la década de los 80 traía para la Iglesia. En ese marco, Alfredo Hudson asumió la parroquia Asunción de María, en el paradero 12 de Achupallas. Fue secundado por otro sacerdote marginado y perseguido: José "Pepo" Gutiérrez. Activaron la vida cristiana de la población al calor de nuevas orientaciones pastorales consecuentes con las convicciones de Alfredo forjadas en los agitados días de la década de los 60. En Achupallas, Alfredo levantó el área social de la parroquia junto a un grupo de estudiantes de la Universidad Católica de Valparaíso. Se realizó reparto de alimentos (miles de kilos de harina, aceite, porotos negros, leche y otros), se construyó un comedor popular, una amasandería y un taller de carpintería. Destaca en este período el enorme esfuerzo que significó el programa "Achupallas Ayuda a Achupallas", que dejó no sólo la construcción de 100 viviendas sociales, sino que también el impulso de variados grupos que participan en la comunidad. Nació la Coordinadora Juvenil de Achupallas, que tuvo una larga y destacada participación hasta fines de 1980. La variedad y la masividad que alcanzaron sus iniciativas (festival, campamentos, encuentros con niños, etc.) la ubican dentro de las organizaciones relevantes de la comuna, durante gran parte de los 80. Surgió la Pastoral Juvenil dentro de la estructura parroquial, dando nuevo impulso a un sector que necesitaba de espacios de participación.108 En marzo del año 2008 se cumplieron 50 años desde que se ordenara sacerdote e iniciara el brillante camino que recorrió como pastor. Hoy, convaleciente y postrado en una silla de ruedas producto de un accidente vascular y del evidente deterioro físico desarrollado por la enfermedades y la vejez, Alfredo Hudson observa los cerros de Valparaíso, en especial Ramaditas y Rocuant, sabiendo que hay una deuda con esos sectores que la sociedad de Valparaíso aún no paga. El sector poblacional, en su parte alta, aún no tiene agua potable, todavía carece de transporte urbano de 108
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Breve Historia de Achupallas. WEB EKOSOL 2007.
calidad, es víctima de gigantescos incendios forestales, sus calles aún son de tierra, y después de más de 35 años se mantienen las condiciones que llevaron a Alfredo a denunciar y a actuar sobre la pobreza, como una causa cristiana única que lo ha cautivado y a la que se ha entregado durante toda su vida.
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Antonio Llidó y el compromiso con Dios, el Pueblo y la Revolución
Antonio Llidó Mengual nació en Xabia, Alicante, el 29 de abril de 1936, hijo de Antonio y Mariana, trabajadores que vivieron de manera humilde la post guerra civil de España. Antonio fue un niño muy sociable que, gracias al tesón de su madre, tuvo el aliciente para estudiar y poder acceder a una beca que le permitió cursar el bachillerato e ingresar en la Escuela Normal de Alicante, para ser profesor. La influencia católica de la madre fue fundamental para que luego, recibido de maestro en 1957 y a los 21 años, decidiera ser sacerdote e ingresara al seminario de Moncada, en Valencia. Su formación sacerdotal coincidió con un extraño oportunismo en una sociedad reglada por un conservadurismo tácito y corporativista. Antonio aprovechó el mundo intelectual que ofrecía el seminario, llegando incluso a acceder a libros y reflexionar abierto a temas no cristianos e, incluso, a ver películas neorrealistas italianas que agudizaban la conciencia que en él se iba formando. Antonio, junto con cursar los estudios teológicos, incluyó entre sus ramos el idioma francés con el cual pudo viajar a Francia a perfeccionarse en el Instituto Católico de París. Luego de siete años de estudios, Antonio Llidó fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1963 y destinado al pueblo Quatretondela, en las montañas cerca de Alcoy. En la localidad, promovió la educación, para que permitiera romper el círculo de una pobreza que condenaba a los niños a trabajar desde muy temprana edad: "…Apenas algunos meses después de su llegada, convenció al joven maestro de Quatretondela, Vicente Mora, para emprender un proyecto educativo que terminó transformando la vida de aquel pueblo e impulsaron sendas aulas de Audición Colectivo para el Bachillerato Radiófono, mientras los profesores se encargaron de seleccionar a los
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alumnos que habían finalizando la educación primaria y deseaban iniciar estudios medios, él se ocupó de persuadir a sus padres de que su modesta economía no se viera afectada, puesto que incluso él mismo sustituiría a los muchachos en el campo cuando fuera necesario…". 109 Junto con su trabajo parroquial y sus iniciativas en el campo de la educación, Antonio inició una reflexión sobre la realidad social que le rodeaba y empezó a hacer pública su oposición a la dictadura franquista que gobernaba España. En 1966, se negó a participar del referéndum para aprobar la Ley Orgánica del Estado, por considerarlo un fraude. Desde ese momento, comenzó a tener problemas con la policía. Pero la jerarquía católica manejada por el franquismo no dejó pasar el desafío que hizo Antonio a la dictadura y lo envió a las filas de la Armada, sirviendo en el hogar naval de El Ferrol a partir del 7 de octubre de 1967, como capellán. La experiencia estuvo llena de conflictos hasta que finalmente fue cesado de sus funciones en la Armada Española en diciembre del mismo año. A través de la Organización de Cooperación Sacerdotal Hispano Americana, Llidó fue enviado a Chile en junio de 1969. Carlos Camus, que en la época era obispo de Copiapó, conoció a Antonio y lo reclutó para venir al país: "…en aquel viaje conocí personalmente a Antonio Llidó, quien había tenido problemas como capellán de Ejército, pero, pese a ello, su obispo lo autorizó a salir y le invitó a Chile. Logré que cuatro sacerdotes valencianos vinieran a Copiapó, pero como Emilio Tapia también había pedido sacerdotes a don Rafael, éste nos dijo que nos pusiéramos de 110 acuerdo…". Así, Antonio Llidó llegó a Chile el 15 de julio de 1969, incorporándose a la diócesis de Quillota, donde ya había dos amigos suyos, los valencianos Enrique Cogollos y Antonio Sampere. 109 110
“Antonio Llidó, Un Sacerdote Revolucionario”. Mario Amorós. Ediciones de la Universidad de Valencia. 2007. Entrevista a Carlos Camus, publicada en el Libro de Mario Amorós “Antonio Llidó: Un Sacerdote Revolucionario. Ediciones de la Universidad de Valencia. 2007.
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El Chile al que llegó Antonio estaba imbuido de anhelos de cambio. Los sectores cristianos se involucraban con más fuerza en la lucha de los trabajadores y el movimiento popular se fundía en el cuerpo de los estudiantes, campesinos, indígenas y pobladores. La institucionalidad chilena aparentaba fortaleza para sostener el desarrollado avance de las fuerzas de izquierda y su inminente llegada al poder a través de una alianza estratégica entre los principales partidos obreros, el Partido Comunista y el Partido Socialista, además de otros sectores más pequeños. El obispo Emilio Tagle envía a Antonio a la ciudad de Quillota, a la parroquia de Nuestra Señora de Los Desamparados, como vicario cooperador. El vicario titular era René Pienovi, hombre muy conservador y muy influyente en la región debido a la posibilidad de tener acceso a la televisión a través de comentarios que realizaba en el canal de la Universidad Católica de Valparaíso. "…Antonio llegó entonces a revolucionar el ambiente laboral. Él renunció al dinero del Obispado y trabajó como profesor de francés, él se ganaba la plata con eso, andaba vestido de jeans comunes y corrientes y, si era necesario, se levantaba a las 2 ó 3 de la mañana a poner inyecciones a cualquier señora que lo necesitara. Partía a Pueblo de Indios y agarraba su bicicleta destartalada y partía, nunca tenía plata porque siempre 111 andaba comprando cosas a los más necesitados…". La adaptación a la realidad rural de Quillota por parte de Antonio no tuvo mayores problemas. Su personalidad abierta lo hizo acercarse inmediatamente a la gente sencilla, desarrollando redes que permitieran compatibilizar su labor pastoral con la función social de su sacerdocio. A los quillotanos les llamó la atención la humildad y la fortaleza de Antonio para con las tareas que se comprometía. Además, su buen humor lo hacía accesible a cualquiera que deseara comunicarse con él: "…Su viveza, su franqueza, su alegría… eso es lo que vimos desde un 111
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Noemí Pacheco, vecina y amiga de Antonio. Entrevista realizada en la ciudad de Quillota. 23 de septiembre de 2007.
comienzo. Cuando nos casamos, él celebró la ceremonia (…) Después de eso viene una relación más íntima, empezamos a tener contacto con él y empezamos a conocernos mucho más como personas (…) y ahí fueron apareciendo estas características tan propias de Antonio. Una de las que más nos impactó era la preocupación por las personas necesitadas. Ahí supimos, por ejemplo, que en el verano trabajaba en la cosecha de tomates, de alcachofas, porotos... ese dinero lo empleaba en pagar los estudios universitarios de algunos niños que conocía…" . 112 El análisis de la realidad que hace en Quillota lleva a Antonio a reflexionar acerca de los problemas de fondo que tiene la población. Surge una decepción del gobierno demócrata cristiano, el que no se compromete a cambiar las estructuras económicas que someten a la gente del campo a una permanente explotación por parte de quienes son dueños de la tierra. "…Antonio venía con otra percepción, por los curas obreros franceses. Antonio venía con la corriente de la Teología de la Liberación, o mejor dicho la Teología de la Liberación se adapta perfectamente a Antonio. A él, en España, lo mandaron castigado a la Marina, haciendo el servicio militar, ya que los sacerdotes no hacían el servicio; sin embargo, él metió sus ideas con la gente que estaba en la Marina, también trabajó en Balones y Quatretondeta. Él tenía una fijación con la educación de los jóvenes y los niños. Pensaba que sólo la educación iba a servir para 113 surgir…". Antonio también rechazaba los privilegios del pequeño grupo acomodado de Quillota y tiene su primer enfrentamiento público con ellos en diciembre de 1969, cuando critica la construcción e inauguración de un gimnasio en el Instituto Rafael Ariztía porque sólo beneficia a los hijos de la burguesía local. La consigna que promueve Antonio a través de carteles que levanta frente al colegio es "Gimnasio para los ricos, hambre para los pobres". En la ocasión, Antonio es agredido por apoderados del colegio y sus superiores empiezan a descubrir el pensamiento y compromiso del valenciano por los más pobres e inician un hostigamiento hacia su 112 113
Entrevista realizada a Waldo Silva vecino y amigo de Antonio en Quillota en el documental sobre la vida de Llidó dirigido por Andreu Zurriaga “Queridos Todos”. Noemí Pacheco, vecina y amiga de Antonio, entrevista realizada en la ciudad de Quillota. 23 de Septiembre de 2007.
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persona. Las relaciones con la izquierda de la región comienzan a establecerse para Antonio y él se suma a las iniciativas que permiten ayudar, educar y potenciar la fuerza de los trabajadores y campesinos. Es así como en 1970 colabora con estudiantes y profesores de la Universidad Católica de Valparaíso en la localidad de Cerro Mayaca en Quillota. Esta experiencia marcará el paso de Antonio hacia compromisos políticos cada vez más fuertes. Para 1970, Llidó decidió apoyar al candidato de la Unidad Popular, Salvador Allende, tal como lo hacían otros dentro de la diócesis. En una de las concentraciones a favor de Allende, Antonio conoció a Ricardo Frodden, un joven ingeniero que era secretario regional del MIR y a través de él conoció a la organización política a la cual ingresaría a militar y a conducir en la zona de Quillota y sus alrededores. "…Antonio Llidó tiene que haber entrado al MIR entre 1970 y 1971. El padre venía claro, por su experiencia en España, y conocía la brutal represión de los organismos del Estado. Cuando yo estaba en la empresa Rayón Said, el padre comienza a contactarse con dirigentes del regional de Valparaíso del MIR, miembros del comité central. Se crea una discusión, y se sintió que él representaba las políticas del partido, ingresando de a poco. Se le conocía porque con la gente cristiana se tomaron la Catedral de Quillota, en protesta por las actitudes que tenía el arzobispado principal. Se veía que era un hombre activo y se sabía que había participado en la lucha con los españoles en la Guerra Civil. Entonces, tenía antecedentes claros de lo que era esta persona, más 114 cuando empezó a participar…". En abril de 1971, Antonio participa en las "Jornadas sobre la Participación de los Cristianos en la Construcción del Socialismo", un debate político que permitió hacer pública la simpatía de muchos sacerdotes y religiosos por los movimientos de izquierda y el gobierno de Allende, y sus planes por trabajar para los más pobres de Chile. 114
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Juan Contreras, dirigente del MIR y amigo de Antonio, entrevista realizada en la ciudad de Viña del Mar, 2 de octubre de 2007.
"…Yo creo que a través de su experiencia, planteaba que la solución de los problemas sociales consideraba distintas visiones, como la teología o visión cristiana por los pobres, o la visión política. Pensaba que uniéndolas podían resolver el tema de la exclusión, miseria, pobreza, y la desigualdad social. Yo creo que Antonio no era un estudioso del tema, sino que iba a lo práctico, no era un teórico, pero sí un lector. Él hacia la síntesis con la literatura marxista y cristiana, era un proceso de convencimiento. Y veía 115 muchas semejanzas entre ambos…". En julio de 1971, un terremoto sacude la zona central de Chile y deja miles de damnificados. Uno de ellos fue Antonio, quien abandonó la casa parroquial para vivir en un cuarto de la Población O'Higgins y de paso acaba con la vigilancia que de él hacían Pienovi y Mercader. El 29 de noviembre de 1971, en el marco de la visita de Estado que realizó el comandante Fidel Castro a Chile, Antonio participa en un encuentro organizado por el movimiento Cristianos por el Socialismo con la presencia del comandante en los jardines de la Embajada de Cuba: "…el acontecimiento nacional de las últimas dos semanas ha sido la visita de Fidel Castro. Es un personaje de tal manera fabuloso que todo Chile ha girado en torno suyo durante su prolongada estancia con nosotros. Enfervorizados admiradores se han enfrentado con enfervorizados detractores. Sus discursos, cargados de sentido y dichos con gran maestría pedagógica, se han discutido a todos los niveles. Yo tuve la suerte de ser invitado a la Embajada de Cuba con un grupo de curas que están a favor del socialismo. Estuvimos dos horas conversando con Fidel. Fue una experiencia inolvidable. Nos atendió maravillosamente, nos hizo reír continuamente - tiene gran sentido del humor - y nos dijo gran cantidad de cosas sobre la Revolución Cubana. Nosotros quedamos encantados, aprendimos un montón de cosas y a él parece que le quedó gustando pues nos invitó a Cuba e hizo referencia a la entrevista en todos los discursos que pronunció posteriormente…".116 115 116
Eduardo Ulloa, amigo y compañero de Antonio en Quillota, entrevista realizada en septiembre de 2007. Carta de Antonio a su familia en Valencia, fechada el 4 de diciembre de 1971. Antonio Llidó, Epistolario de un Compromiso. Tandem Ediciones, Valencia, España, 1999.
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La simpatía de Antonio por un camino verdaderamente revolucionario lo hacía criticar la conducción política del gobierno de la Unidad Popular, a la vez que se sentía muy atraído por el Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR. Es en ese proceso de acercamiento al movimiento cuando se involucró en la toma de la empresa Rayón Said por parte de los obreros, los que exigían que fuera traspasada al área social de la economía a través de una intervención del Estado. Rayón Said era una industria importante, pieza clave en la producción textil nacional y con una importante influencia en la misma ciudad de Quillota. Antonio estimula la participación y dirección de los obreros en la industria y para ello los asesoraba. El triunfo de los obreros de Rayón Said estimula aún más la participación de Antonio en el MIR. Se involucra en el desarrollo territorial del partido en la zona interior de Valparaíso, compartiendo no sólo la inspiración marxista-leninista, sino además la estrategia militar de aquella época. "…En un primer momento, era un militante más, que estaba encargado de bases, como bases poblacionales o estudiantiles. Como él hacia clases en el liceo, había muchos alumnos que pertenecían al F.E.R. Esta organización era un brazo más del MIR, como el FTR, que éramos los trabajadores, el F.E.R. eran los estudiantes que tenían principios revolucionarios en esa época. Antonio era como un profesor de filosofía, ya que educaba políticamente. Sin embargo, los estudiantes ya venían concientizados. De esta manera, Antonio los educaba más y los preparaba para los cuadros, ya que éstos van cambiando, tal es el caso de la función 117 campesina, estudiantil y trabajadora…". A los pocos meses, la organización lo designa encargado de agitación y propaganda en la zona interior. Desde allí estructuró su vinculación ya no sólo a nivel poblacional o industrial, sino que además estrechó sus vínculos con el mundo campesino.
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Marcelino Bugueño, compañero de Antonio en el MIR, entrevista realizada en la ciudad de Quillota, en septiembre de 2007.
En abril de 1972, Emilio Tagle decidió separar de su cargo a Antonio en la comuna de Quillota. Quien hizo efectiva esta decisión fue el vicario René Pienovi, lo que generó una polarización entre los sectores que apoyaban y los que rechazaban a Llidó. El conflicto lo puso de protagonista ante la opinión pública, situación que lo incomodó debido a su humildad. Sin embargo, las muestras de solidaridad que recibió fueron incesantes. Los pobladores de las localidades de La Tetera, Pueblo Indio, San Isidro, y especialmente, los de Población O'Higgins se movilizaron exigiendo a Pienovi y a Tagle que reconsideraran la medida. Incluso, en la madrugada del 5 de mayo de 1972, una muchedumbre se tomó la capilla "Medalla Milagrosa" de la Población O'Higgins como señal de protesta por la medida eclesiástica. Una madre de la localidad manifiesta su sentimiento ante la suspensión de funciones de Antonio: "…los cristianos formamos la Iglesia, es el pueblo cristiano quien decide sobre sus autoridades espirituales y hemos decidido todos que el padre Toño se quede junto a nosotros…" . 118 Dentro de los sacerdotes comprometidos socialmente también existió solidaridad: El lunes 8 de mayo de 1972, Antonio se reunió en la UCV con los sacerdotes Miguel Woodward, Ignasi Pujades, José Gutiérrez y Joan Casañas para estudiar alguna estrategia que sirviera para revertir la decisión de Tagle. Para el 14 de mayo, se decidió hacer una manifestación pública de apoyo a Llidó. En la ocasión, cientos de personas realizaron una marcha desde la Población O'Higgins hasta el centro de Quillota para ocupar la Parroquia San Martín de Tours, la principal de la ciudad, y que era dirigida por René Pienovi. En la jornada, acompañaron a Antonio, además de los pobladores, cuatro sacerdotes: el chileno José Gutiérrez (Pepo), el catalán Juan Casañas y los holandeses Francisco Waijmer y Enrique Dielis.
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Entrevista aparecida en el Diario La Unión de Valparaíso 7 de mayo de 1972. Citado por Amorós en Antonio Llidó un Sacerdote Revolucionario.
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"…Enrique y yo fuimos al barrio donde vivía Antonio. Frente a la capilla se habían reunido unas 200 personas, gente del barrio y mucha juventud. Formamos filas y empezamos a marchar hacia el centro. Empezó a oscurecer y toda esta marcha tenía mezcla de rabia, tristeza, pues no íbamos a cambiar nada. En un ambiente muy tenso la gente gritó consignas a favor de la Iglesia de los pobres (…) llegamos a la plaza y entramos en la iglesia de Pienovi. Allí empezó una confusión bastante grande. Primero el horror de algunos feligreses y beatas frente al asalto, después la inseguridad de la gente, pues no sabían que hacer en ese templo inmenso…". 119 Luego de algunos forcejeos y discursos de apoyo, fueron obligados a desalojar la iglesia bajo amenaza de llamar a la fuerza pública. Pese a ello, no se registraron mayores incidentes. Sin embargo, la reacción de los sectores conservadores se plasmó en los medios de comunicación locales, donde se denunció la toma de la parroquia como un hecho bárbaro realizado por grupos comunistas al mando del cura Toño. Para mediados de 1972, Antonio Llidó constituyó la Comunidad de Cristianos por el Socialismo de Quillota. Esa actividad duró hasta julio de 1973 y tuvo un objetivo principal: enfrentar la desinformación que promovía René Pienovi y los sectores conservadores a los cristianos y católicos sobre el gobierno de Allende y las políticas que el gobierno popular desarrollaba. Antonio compatibilizó su rol de sacerdote con el de dirigente revolucionario sin aspavientos y con mucha humildad. Su esfuerzo principal se centró en desarrollar y expandir el área de influencia del MIR, fundamentalmente en las fábricas de la zona interior de la región de Valparaíso. Estableció una coordinación entre las bases y los liderazgos sociales, otorgando una orgánica particular a un partido nuevo y semiclandestino. Organizó una red de ayudistas que aportaban con infraestructura para reuniones y acciones de propaganda.
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Sacerdote Francisco Weijmer, entrevista aparecida en “Antonio Llidó : Un Sacerdote Revolucionario” de Mario Amorós.
"…Antonio iba preparando cuadros nuevos, iba preparando campesinos, uniendo el campesinado con el de la construcción. Estas funciones son tomadas en cuenta en los miembros del partido. Antonio se daba el tiempo para todos, si había que preparar niños para el catecismo lo hacía, si había que casar gente los casaba. Pero cuando el obispo de Valparaíso le quitó los poderes, allí comienza sus funciones más fuertes con el MIR…". 120 1973 sorprende a Antonio como jefe político del MIR en la zona interior de la región. A su vez, continúa con su trabajo en "Cristianos por el Socialismo" y en una destacada vida vecinal en la Población O'Higgins, donde dirige la revista "Adelante Pobladores" y era miembro de la Junta de Abastecimiento y Precios (JAP) de la Unidad Vecinal Nº 15, que integraban 110 familias. En esa unidad vecinal, sería elegido presidente de la junta de vecinos cuando se presenta como candidato integrando una lista de izquierda durante 1973. La derecha en Quillota, coordinada para la desestabilización del Gobierno Popular, lo acusa de "predicar el odio", para lo cual se organiza una estrategia de desprestigio que alcanza notoriedad cuando se hace a través de los medios escritos de la ciudad. Pero fue en junio de 1973, en las horas posteriores al "Tanquetazo", alzamiento militar contra Allende que fue abortado por el general Prats, en un extraña situación, fue detenido Antonio en el centro de Quillota por una patrulla militar, acusado de mantener armas y explosivos. La situación fue profusamente difundida por diarios locales y queda marcado como el más conocido activista revolucionario de la zona. El 11 de septiembre, Quillota fue tomada por los militares pertenecientes a los dos regimientos presentes en la ciudad. Con ello se desató una persecución implacable contra los principales dirigentes de izquierda de la zona de Quillota y en especial contra Antonio Llidó. Muchos de los detenidos cuentan que en sus interrogatorios los militares preguntaban por Antonio y sus actividades. Dentro de los bandos militares publicados 120
Marcelino Bugueño compañero de Antonio en el MIR, entrevista realizada en la ciudad de Quillota en septiembre de 2007.
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en los medios de comunicación se le instaba a entregarse de forma perentoria a la Gobernación Militar. "…el mismo 11 de septiembre se fue a la fábrica Rayón Said y estuvo con los trabajadores. Él se comprometió hasta el último, tuvo la oportunidad de irse de Chile y dijo que no, porque su deber estaba acá, con el pueblo chileno. Él tenía más que claro lo que iba a pasar, mi mamá lo sacó de Quillota hacia Valparaíso, estuvo allí unos días en casa de mis abuelos y tíos, después se fue a Santiago y ahí retomó contacto con el MIR durante un año hasta el momento de su detención…". 121 Antonio salió de Quillota a fines de septiembre del 73 y vivió la clandestinidad en Valparaíso y Viña del Mar, hasta que finalmente se refugió en Santiago en una operación que buscaba rearticular el MIR para organizar la resistencia a la dictadura. Casi un año y medio se mantuvo Antonio Llidó en la clandestinidad. Fue buscado incesantemente por los militares en Valparaíso y Santiago, hasta que el 1 de octubre de 1974 fue detenido en las cercanías del Parque Forestal por efectivos de la DINA. Antonio fue torturado sin compasión por la DINA en sus centros operativos de José Domingo Cañas y Villa Grimaldi. Testimonios de prisioneros destacan su entereza moral para enfrentarse a situaciones límites como la tortura: "…Gran parte de la tortura era para que entregara a los dueños de una parcela donde había estado escondido. Sé que esas personas no cayeron. Recuerdo haber oído a los torturadores exasperados torturándole y preguntándole: "¿y por que no hablai, cura maricón?" Y les gritaba a esos tipos "¡Por mis principios! ¡Por mis principios!" (…) nunca escuché a alguien que estuviera ese estado de poder hablarle de principios a esos 122 orangutanes…" 121 Eduardo Ulloa, amigo y compañero de Antonio en Quillota, entrevista realizada en septiembre de 2007. 122 Edmundo Lebretch en entrevista con Andreu Zurriaga para el documental sobre Antonio Llidó “Queridos Todos” 1998.
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Semanas antes de su detención había escrito una última carta a su familiares en Valencia. Cerraba con aquella carta un ciclo epistolar que se había extendido por toda su estadía en Chile. En aquella carta premonitoria entregaba la razón de su existencia comprometida a la lucha por un mundo mejor. Desde la clandestinidad escribió: "… Siguen cayendo compañeros todos los días, pero hasta ahora yo me he podido librar. Ojalá la suerte me siga acompañando (es decir, ojalá siga observando estrictamente las normas de seguridad). No quiero ponerme dramático, pero alguna vez hay que decirlo. Si algo malo me ocurriera, quiero que tengan claro que mi compromiso con esto que hago ha sido libremente contraído, con la alegría de saber que esto es exactamente lo que me corresponde hacer en este momento. Despójenlo, en lo posible, de todo signo romántico o heroico. La tarea diaria carece, por suerte, de ambas cosas. Es un trabajo metódico, científico en lo posible, peligroso si se quiere, pero con las características de cualquier otro trabajo, o sea, monótono hasta cierto punto, sin éxitos espectaculares, disciplinado. El miedo está presente en todo momento y en cada uno de nosotros, porque ninguno somos héroes de película. Lo que ocurre simplemente es que todos nos negamos a aceptar que ese sentimiento sea condicionante y nos impida realizar aquello que, con la cabeza fría y el corazón caliente, entendemos debe ser hecho…". 123 Antonio Llidó forma parte de un gran grupo de detenidos desaparecidos en Chile. Su vida estuvo guiada bajo el influjo de Jesús y el Evangelio. Su compromiso con los más pobres y por un mundo más justo ilumina el futuro de Chile y nos devuelve, con su ejemplo, la esperanzas de un mañana mejor.
123 Carta de Antonio a su familia en Valencia, fechada en septiembre de 1974. “Antonio Llidó Epistolario de un Compromiso”. Tandem Ediciones, Valencia, España, 1999
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Ya No Basta con Rezar: La vida comprometida de Darío Marcotti.
En la breve filmografía del cineasta porteño Aldo Francia Bodio destaca su película "Ya no Basta con Rezar", del año 1972. Francia, médico cirujano de profesión estaba conmovido por la influencia de los cristianos en la izquierda chilena y por el trabajo de algunos sacerdotes en barrios populares, especialmente en Valparaíso, donde esta experiencia chocaba con el conservadurismo del obispo Emilio Tagle y de los sectores acomodados vinculados a las Fuerzas Armadas. En la película, Jaime, un joven sacerdote, es responsable de una parroquia en un cerro de Valparaíso. Allí se relaciona con un sector acomodado del barrio vinculado a negocios portuarios. Desde esa posición también conoce la situación de los trabajadores, quienes tienen un conflicto laboral con los empresarios amigos de la Iglesia. El sacerdote comprende que su comunidad muestra dos realidades y decide adentrarse en aquella contradicción. En un primer momento trata de mediar y hacer comprender a ambos bandos la necesidad de un diálogo, pero ello no es aceptado, ni por los empresarios ni por los trabajadores, los que se encuentran en una huelga dentro de la misma empresa. La película muestra entonces la decisión del padre Jaime de construir una capilla en el sector más humilde del cerro, y en esa construcción se va erigiendo una nueva mentalidad y una opción por los más pobres. El padre Jaime inicia un camino de acercamiento con los sectores populares y poco a poco se va uniendo a sus reivindicaciones y movilizaciones. La película termina cuando el padre Jaime se desprende de un grupo que protesta frente a los tribunales de justicia y responde a la represión levantando una piedra y arrojándola a los policías en una clara muestra de mostrar el límite entre un cristianismo de lucha y un cristianismo conformista y conservador. La ficción de Aldo Francia está basada en la vida y obra del sacerdote Gastón Darío Marcotti Llanos, quien aparece en los créditos del film como coautor del guión. El hecho es que Aldo Francia había conocido de su 134
experiencia en el cerro Toro y le había solicitado su ayuda para desarrollar la película, pero poco a poco el trabajo fílmico fue rememorando la propia historia de Marcotti y su transformación como párroco de un popular sector de Valparaíso que opta por los más pobres y que se suma al movimiento popular que busca conducir su destino. Marcotti había nacido en la ciudad de Quillota en 1934 y luego de estudiar Ingeniería Química en la Universidad Católica de Valparaíso ingresa al Seminario Mayor de Santiago durante 1958, para ser ordenado sacerdote en 1963. El servicio sacerdotal de Marcotti estuvo marcado por una permanente polémica debido a su estilo progresista y una vocación de servicio que lo había caracterizado como cura obrero ante sus feligreses. "…Es un servicio a la comunidad. Consiste en que yo pueda estar metido en ella como vecino o amigo para entregarle el evangelio. Lo importante es que yo comparta el mundo con ellos, (...) tengo las mismas estrecheces de presupuesto que los demás -dice- pero me sirve para saber como se vive. Muchas veces me falta para locomoción, para libros o revistas que es preciso comprar, pero para comer nunca. Puedo llegar cuando quiera a cualquier hogar del barrio y todos me reciben en su seno. Afortunadamente esto no lo hago a menudo porque tampoco es justo que se viva a costa de los demás…". 124 La experiencia pastoral del párroco de la iglesia "Nuestra Señora de Puerto Claro", del cerro Toro de Valparaíso, deslumbró al director de cine. A partir de esa experiencia se construye un guión que muestra la vida de un sacerdote de pensamiento conservador que, instalado en un medio pobre, poco a poco va comprendiendo el sufrimiento de los pobladores y se compromete en un proyecto liberador que lo lleva a distanciarse de la jerarquía y a tomar partido junto a jóvenes revolucionarios. "…Marcotti, cura del Cerro Toro había ocultado los Santos del Altar colocando en su lugar un gran mapa de América Latina, que simbolizaba
124 Diario La Estrella, octubre de 1968.
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para él la idea-fuerza de su predicación: la liberación de este continente postergado…". 125 Marcotti recibió fuertes influencias progresistas en sus estudios post sacerdotales en Paris, donde vivió y trabajó dos años en parroquias y conoció la experiencia del “sacerdote obrero”. A su regreso a Chile formó parte del equipo de Pastoral Obrera y fue ordenado Párroco del Cerro Cordillera en Valparaíso. En dicha parroquia desarrolló un especial trabajo pastoral con marcado acento en lo social y trabajando como profesor y carpintero para poder subsistir sin necesidad de recibir estipendios de la curia porteña. "…para reafirmar su postura popular trabajaba como carpintero junto a un grupo de jóvenes del sector. Ideológicamente se ubicaba a sí mismo en el extremo izquierdo del abanico ideológico. Se autodefinía como marxista cristiano. Creía en la filosofía cristiana y en la praxis 126 marxista…". Marcotti se relacionó de manera muy estrecha con los jóvenes de la Asociación de Universitarios Católicos y con las Federaciones de Estudiantes de Valparaíso. De esas organizaciones salieron los principales cuadros cristianos que más tarde organizaran "La Iglesia del Pueblo" y constituirían el MAPU y la Izquierda Cristiana en la zona. Con ellos participó en iniciativas universitarias para abrir las aulas al mundo de los trabajadores. "…Nos habíamos hecho bastante amigos con el Marcotti. Él tenía su proceso en aquellos momentos. Por el 65 había empezado a hacer unas clases chicas, con algunos estudiantes de las escuelas técnicas de electricidad y de electrónica a trabajadores. Esa escuela se empieza a agrandar, nos empezamos a meter otra gente, especialmente la gente de la juventud rebelde demócrata cristiana y se forma lo que se llamó la ECO, la Escuela de Capacitación Obrera, que después pasa a llamarse
125-126 Luis Duarte. “Rebelión Clerical” Revista de Estudios Historiográficos, año 1 Nº 1 Universidad de Valparaíso, Facultad de Humanidades, Instituto de Historia y Ciencias Sociales, EDEVAL , Valparaíso Chile 2002
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Instituto Laboral, uno de los directores no me acuerdo si primero fue Gabriel Aldoney o Darío Marcotti o al revés, pero fueron los últimos directores porque después pasó a llamarse CESCLA que fue dirigido por Rodrigo González…". 127 Junto a su apertura social y política, mantenía, una estrecha relación con sectores estudiantiles y juveniles con los cuales buscó, inclusive dentro del continente, otras experiencias para recoger ideas que pudieran aplicarse en la comunidad del cerro Toro. "…llegamos a Brasil el 69. Fuimos a Brasil, Argentina, Uruguay y Perú. Fuimos Jorge Rojas, el Marcotti y yo. Nuestra búsqueda tenía que ver con el diálogo marxista cristiano, y nos conseguimos con Raúl Allard, que era rector de la Universidad Católica, una representación para poder llegar a algunas instituciones y alojarnos y cosas por el estilo. Fuimos a Argentina donde unos curas amigos de Marcotti que trabajaban con los Montoneros. Estuvimos en la CGT, la central obrera argentina. Desde allí pasamos a Uruguay y luego a Olinda y Recife en Brasil donde inclusive pudimos conversar con Helder Cámara, el obispo rojo…" 128 Desde muy temprano, Marcotti manifestó sus posiciones de izquierda dentro del Equipo de Pastoral Obrera, más conocido como el "Grupo de los 23", quienes sumaban un grupo de 23 sacerdotes vinculados a movimientos sociales de pobladores y trabajadores en la diócesis de Valparaíso. Allí no tuvo temores en manifestarse por Salvador Allende en su campaña presidencial de 1970 junto a su compañero de labores Pierre Depuy, quien incluso habló en una concentración política de la izquierda, siendo desautorizado por jerarquía. "…en el grupo de los veintitrés era un francotirador, pues su postura no era comprendida por el resto. Por su parte se tenía la presunción de que, por propia iniciativa y muy reservadamente, era el puente entre los veintitrés y los movimientos de izquierda surgidos al interior de la Iglesia, como el movimiento Iglesia del Pueblo en Valparaíso y el movimiento Iglesia Joven de Santiago y posteriormente con Cristianos 127-128
Entrevista con Eliana Vidal en Valparaíso. Agosto 2007.
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por el Socialismo…".
Marcotti tenía una concepción del trabajo sacerdotal muy vinculado a su fe. Buscaba en la reflexión diaria y cotidiana respuestas a las interrogantes que presentaba el tiempo convulsionado que vivía con su comunidad. La política no era parte de su actividad diaria. La contingencia, más que desarrollar en él activismo, generaba intromisión que permitía en su entorno discutir, conversar, pero desde la perspectiva del evangelio, cuáles son las tareas a los cuales cada uno está llamado. "…Me siento identificado totalmente con la Iglesia del Pueblo. Creo que interpreta las aspiraciones de las grandes mayorías con las que la Iglesia debe comprometerse. El pueblo aún no tiene conciencia de su estado. Cristo viene a dar la libertad a los oprimidos, queremos por lo tanto, que la Iglesia represente sus necesidades. Lo que nuestro pueblo siente y quiere. Creemos que esta sociedad capitalista es injusta. La Iglesia no ha sido todo lo valiente como para denunciar esta injusticia y comprometerse en la creación de estructuras más humanas…". 130 Marcotti se relacionó con la izquierda porteña abiertamente y promovió la participación de la cristiandad en la construcción del socialismo. Poco a poco se fue desentendiendo de su labor de pastor para iniciar un proceso de militancia política en el Partido Comunista. "…recuerdo perfectamente a Darío Marcotti, fue un sacerdote comprometido con el proceso de la Unidad Popular y que tuvo una gran confianza en el pueblo. Siempre estuvo cercano al Partido Comunista pero a nadie se le ocurriría invitarlo a participar o hacerlo ingresar a las filas. No fue sino hasta 1973, a inicios de ese año, que en una reunión a la que fui invitado a una ceremonia del partido en la ciudad de Quillota me encontré a Darío y supe en ese momento que él era un compañero 131 comunista…".
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Luis Duarte. “Rebelión Clerical” Revista de Estudios Historiográficos, año 1 Nº 1 Universidad de Valparaíso, Facultad de Humanidades, Instituto de Historia y Ciencias Sociales, EDEVAL , Valparaíso Chile 2002 130 Darío Marcotti. Entrevista del Diario La Estrella de Valparaíso. Octubre de 1968. 131 Entrevista con Luis Guastavino, ex diputado del Partido Comunista. Viña del Mar diciembre de 2007.
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Al igual que a muchos de sus compañeros sacerdotes, lo que pareció algo pintoresco para el "diario La Estrella de Valparaíso" - un reportaje sobre el cura obrero- pasó a ser un problema cuando el diario de tendencia de derecha polemizó con él a propósito de sus diferencias con el cardenal. En una jornada realizada en la Universidad de Concepción, Darío Marcotti hizo fuertes críticas al cardenal Silva Henríquez a propósito de una visión de la Iglesia más comprometida con las estructuras de poder que con los intereses del pueblo. El diario reproduce la nota publicada originalmente por el vespertino "Crónica" ,de la Octava Región, bajo el título "Cura allendista atacó al Cardenal": "…la jerarquía es representativa de una Iglesia comprometida en una estructura pequeño burguesa. Y es por esa razón que existe un Cardenal que no reconoce lo que el pueblo conquistó. Yo lamento esa actitud del Cardenal, y eso nos muestra lo lejos que está del pueblo justamente. Eso demuestra que no comprendió este proceso popular, precisamente porque él no estaba con el pueblo…". 132 Marcotti se muestra como es, sin caretas. Es quizá el sacerdote de izquierda más conocido de la región, quien abiertamente se muestra como un actor político social y que reivindica gran parte del discurso marxista de la izquierda chilena. Contextualiza su trabajo pastoral en un paradigma distinto, donde se cruzan las concepciones socialistas con el evangelio y las doctrinas de la iglesia liberadora. Durante fines de la década de los 60 y comienzos de los 70, el diario La Estrella de Valparaíso dio un importante espacio a los conflictos que se vivían en Valparaíso dentro de la Iglesia Católica. En una entrevista desarrolló un cuestionario a Marcotti que es interesante de exhibir porque refleja las concepciones de mundo que existían en los sacerdotes comprometidos con el mundo obrero y popular, y especialmente en él: -¿Dios? - Padre de todos sin distinción. 132 Sacerdote porteño ataca al Cardenal. Crónica del Diario La Estrella de Valparaíso sobre una charla ofrecida en Concepción por Darío Marcotti y que causó gran revuelo en los medios de prensa, noviembre 1970.
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-¿María? - Mujer decidida, valiente, sencilla, como las mamás de nuestro pueblo. -¿Una Parroquia? -Comunidad de todos los que en una población creen en Cristo. Aquí en Valparaíso ninguna aún, ni siquiera la mía. -¿Camilo Torres? - Un hombre extraordinario que dio grandes esperanzas a los hombres de Latinoamérica que veían a la iglesia lejana y ahora la ven más cerca. -¿El Celibato? - Una Vocación Personal. -¿Un Santo del Siglo XX? - Dos, Juan XXIII y Martin Luther King. -¿La Misa a Go Go? -No la conozco -¿La Píldora? - Un problema que no existe en mi comunidad. La población tiene problemas más grandes como comer todos los días. -¿El Infierno? -¿No cree que los misioneros antiguos exageraron hablando mucho de él? -¿El Sexo? -Una función humana al servicio del amor. ¿Un Ideal para la Iglesia? Servir a la liberación y la unidad de los hombres.
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133 Darío Marcotti Llanos. Entrevista en Diario La Estrella de Valparaíso, octubre de 1968.
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El diario La Estrella del 5 de septiembre de 1970 destaca que en las celebraciones del triunfo de Allende se encontraban las principales figuras de la izquierda de Valparaíso en el escenario de Av. Pedro Montt, y entre ellos el párroco de cerro Toro, Darío Marcotti. Durante 1971 y luego de la agudización del hostigamiento por parte del obispado a los sacerdotes de izquierda y a su creciente descontento con la Iglesia respecto de sus compromisos sociales, Darío Marcotti renuncia al sacerdocio e inicia una vida de pareja. Encuentra un empleo como profesor en la Escuela de Educación en el Pedagógico de la Universidad de Chile y desarrolla una labor docente en la educación de adultos y trabajadores. "…para el 72, Marcotti está retirado de sacerdote, trabajando en la Universidad de Chile y visitando las minas de la localidad de Petorca y Cabildo para ver una posibilidad de educación para los mineros, lo que era muy difícil por la forma de trabajar de los mineros. En ese tiempo él 134 vivía con su esposa Tatiana, a la que había conocido en Concepción.…". El 11 de septiembre lo encuentra en actividades profesionales alejadas de la política activa aunque vinculado como militante del Partido Socialista, al que había ingresado meses antes, debido a su renuncia al Partido Comunista por diferencias ideológicas. Su figuración en el tiempo anterior al triunfo de Allende lo persigue, y se ve obligado a viajar a Santiago donde permanece oculto algunos meses hasta que debe exiliarse en Francia. Mientras tanto, su mujer Tatiana, se había quedado en Villa Alemana donde fue detenida, enviada al barco prisión Lebu y luego a la cárcel El Buen Pastor, desde donde la embajada de Francia la rescata y le ofrece asilo junto a su marido en dicho país. Su espíritu revolucionario lo hizo en un primer momento liderar variadas campañas de solidaridad con Chile, para lo cual incluso hace un viaje a América durante 1975 apoyado por sus contactos logrados en sus años de sacerdocio. En dicho viaje logra ayudar a numerosos chilenos que se encontraban mal en Argentina y logra para ellos asilos en Francia. 134 Eliana Vidal. Entrevista con el autor en agosto del 2007.
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A comienzo de los 80, y luego del triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua, opta por trabajar en el proceso revolucionario de dicho país aportando su experiencia educativa y de desarrollo social. La muerte la encontró en aquel lugar en un accidente mientras manejaba su moto. Darío Marcotti, fue un consecuente y fiel servidor de Jesús, de los obreros y los pobres de Valparaíso. Su recuerdo vivirá para siempre en los porteños y su ejemplo de vida seguirá plasmado en una película señera del cine nacional.
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El Sobreviviente: La Consecuente Vida de Pepo Gutiérrez
Una mañana de octubre de 2006, en una de las salas del Departamento de Extensión de la Universidad de Valparaíso, se realizan las grabaciones del documental "Una Vida Verdadera: El Sacrificio de Miguel Woodward". El set se encuentra organizado, las luces encendidas, las cámaras dispuestas cuando hace su entrada José León Gutiérrez, más conocido como el "Cura Pepo", que pese a su edad y los problemas físicos asociados, llega sin compañía y un poco temeroso por la situación. Advierte que está disponible para hablar de Miguel, de quien fue un gran amigo, pero no para atacar a la Iglesia. Cuando se inicia la grabación y las preguntas evocan la memoria de los años recorridos, la cara del sacerdote se ilumina y su voz serena nos hace presente que estamos siendo testigos de un momento especial, que estamos frente a un sobreviviente, un fiel representante de una generación de religiosos comprometidos socialmente y convencidos de que la fe en Dios se refleja en una convicción profunda por la paz y la justicia. El silencio en la sala es absoluto, el equipo de producción del documental está conmovido por la presencia de "Pepo". José León Gutiérrez Asenjo nació en Viña del Mar el 1º de marzo de 1930. Su padre y su abuelo fueron destacados abogados de la ciudad, mientras que su madre, dueña de casa, se dedicó a la vida familiar y a la crianza de los hijos. Su educación primaria la cursó en un colegio inglés llamado "Hyslop's School for Boys and Girls" ubicado en calle Montaña, junto al fundo de la familia Vergara, hoy conocida como Quinta Vergara. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio de los Sagrados Corazones, desde donde egresó en 1946: "…desde chico me decían Pepo, mucho antes de Condorito. Fui un buen alumno, estaba entre los primeros del curso, además practiqué atletismo
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y era bueno para las fiestas también…".
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En 1947, ingresó a la Universidad Católica de Valparaíso a estudiar Ingeniería Química, donde estudiante se involucró en la dirigencia participando en la Federación de Estudiantes a la par de desarrollar un incesante trabajo en la Asociación de Universitarios Católicos donde conoció, entre otros a Carlos Camus que, al igual que él, llegó al sacerdocio siendo Obispo de Linares y un gran defensor de los derechos humanos durante la dictadura militar: "…la actividad universitaria en aquella época estaba muy vinculada con la labor social y gremial, y es allí, en ese medio, que nace mi vocación para servir a Dios y a la gente…". 136 Ingresó al Seminario Mayor de Santiago en 1952 y compartió con una generación destacada por su compromiso social años después. Muchos de sus compañeros de curso eran, al igual que él, profesionales como Miguel Woodward, que era ingeniero, o Mariano Puga, que era arquitecto.. "…los seminaristas éramos todos buenos compañeros y amigos, recuerdo que íbamos al convento de Los Perales, que estaba en Quilpué arriba, que era de los Sagrados Corazones y jugábamos fútbol y compartíamos como estudiantes reflexiones y otros intereses intelectuales…". 137 La generación seminarista de Pepo era pre-conciliar, pero ya manifestaban interés por aquellos temas que fueron luego decantados en las discusiones del Concilio Vaticano Segundo y que tenían relación con una práctica sacerdotal mucho más cercana a la gente y a sus necesidades: "…la realidad era tan distinta a las interrogantes que planteaba la doctrina que nos enseñaban, con una categorías filosóficas que por ser validas, ya nadie las usaba. Dábamos exámenes en latín, da cuenta eso de que lo manejábamos bastante bien, era el idioma oficial y universal de la Iglesia, y pensábamos que lo único universal que tenía era que nadie lo entendía…". 138 135-136-137 138
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Entrevista con el autor, Viña del Mar, mayo 2008. Entrevista con el autor, noviembre de 2006, Valparaíso
Pepo fue ordenado sacerdote en 1960 en una ceremonia presidida por el obispo de Valparaíso Raúl Silva Henríquez. Su primera opción de trabajo fue trasladarse a Santiago y desarrollar su labor pastoral en laguna comunidad o en alguna institución de educación. Incluso, durante un tiempo, estuvo a cargo de las misas que se realizaban en Santuario del Cerro San Cristóbal, lugar al que llegaba en una motocicleta sorteando el peligroso y serpenteante camino hacia la cumbre. Al cabo de un tiempo, volvió a Valparaíso, donde trabajó como secretario del Obispo Emilio Tagle Covarrubias, implementando en la diócesis las principales reformas surgidas luego del Concilio Vaticano II. Junto a ello, realizó una fecunda labor en el movimiento familiar cristiano que dirigió entre 1964 y 1968. Fue en esos años cuando empezó a tener las primeras diferencias con el Obispo Tagle y con la curia oficial a propósito de su relación con la gente y su respeto por las nuevas conductas sociales en boga: "…en ese tiempo, en el 67 o el 68 se publicó una encíclica donde se hacía mención a la píldora anticonceptiva, y yo estaba a cargo del movimiento familiar cristiano, donde me tocó promover el cuestionamiento de la iglesia, entonces me tocó ver a una gran mayoría de la gente del movimiento que usaba la píldora, y por supuesto me puse al lado de ellos. Nunca acepté que me pidieran permiso como sacerdote para usarla, pues 139 me relacionaba con ellos como seres adultos y responsables…". Junto a su postura de respeto y cercanía con la comunidad cristiana, decidió enviar una carta al Papa, donde exponía sus puntos de vista frente al control de la natalidad, en especial en las familias pobres, donde sugería que había confirmación técnica y médica de que el fármaco no contradecía las creencias ni las concepciones teológicas. La carta la envío con copia al Obispo Tagle, provocando la indignación de este, lo que inició un progresivo alejamiento entre ellos. Al cabo de un tiempo Pepo Gutiérrez se hizo cargo del Instituto de teología de la Universidad Católica de Valparaíso en el que organizó y dictó cursos obligatorios de religión católica que debían cumplir los estudiantes en cada una de las carreras 139 Entrevista con el autor, mayo de 2008.
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que cursaban. En la Universidad vivió cercanamente el conflicto de la reforma Universitaria, pero, debido a su trabajo como docente, lo hizo con un bajo perfil, sin protagonizar ninguna de las polémicas ahí surgidas. Un año después se sumó a un grupo de 23 sacerdotes que constituyeron el Equipo de Pastoral Obrera que, en una ofensiva doctrinal ante el obispo Tagle, renunciaron a sus cargos en clara crítica a la conducción conservadora que surgía desde la jerarquía local: "…en 1968, en el equipo de Pastoral Obrera nos organizamos y en una conversación entre todos dijimos "¡estamos puro leseando!", porque el obispo estaba convencido que hacíamos cosas que no hacíamos y nosotros estábamos convencidos de cosas que el obispo no quería que hiciéramos, así que por lealtad decidimos renunciar…". 140 El conflicto logró superarse y Pepo fue designado como el representante de los 23 en una coordinación diocesana que aseguraba la normalidad del trabajo, sin hostigamientos para los que realizaban labor social activa. Si bien Pepo, a diferencia de otros sacerdotes, no se involucró en actividades vinculadas a la política, siempre fue muy respetuoso y solidario con los que quisieron tomar acciones más directas en la participación política o comunitaria. Cuando el hostigamiento para con los sacerdotes comprometidos socialmente se hizo insostenible, Pepo protagonizó la denuncia de injusticia y de defensa para las opciones de sus hermanos curas. Cuando el Vicario René Pienovi solicitó la expulsión del sacerdote español Antonio Llidó de la ciudad de Quillota por su compromiso social y político, se realizó una marcha de las comunidades cristianas de apoyo encabezadas por sacerdotes del Equipo de la Pastoral Obrera, entre los que destacaba Pepo: "…decidimos hacer una marcha hacia la Iglesia principal para manifestar nuestra pena y pedir que la medida de expulsión no se llevará a efecto. Al
140 Entrevista con el autor, mayo de 2008.
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llegar a la Iglesia entramos y esperamos que empezara la misa para rezar por Antonio, pero llegaron Carabineros para que nos echaran porque nos habíamos tomado la parroquia, cosa que era mentira, nunca existió ese ánimo y nos echaron con carabineros y todo, y dijimos: "¿Qué hacemos entonces, tenemos que explicarle a la gente la situación?" Y nos fuimos a la plaza y dijeron: "¡Alguien tiene que hablar!" Y el único chileno de los sacerdotes era yo, porque Miguel no pasaba por chileno ni menos los holandeses, así que hablé en la plaza esa noche al pueblo que se había congregado…" 141 Todo ese proceso fue una vorágine de acontecimientos que acompañaron todo el proceso de la Unidad Popular, con sus enfrentamientos y sus conflictos, pero también con un enriquecedor proceso de maduración teológica que llevó a Pepo a dictar una cátedra sobre la Teología de la Liberación en las aulas de la Universidad Católica. Este proceso fue interrumpido por el Golpe Militar el día 11 de septiembre de 1973. Pepo fue expulsado de la Universidad y alejado de las responsabilidades sacerdotales en la diócesis. Los sacerdotes del Equipo de la Pastoral Obrera fueron perseguidos, muchos expulsados de Chile, otros encarcelados y algunos asesinados, entre ellos su amigo de juventud Miguel Woodward, para quien Pepo guarda un especial cariño y que cumplió con creces la misión profética de servir a Dios entre los hombres. Tuvieron que pasar algunas semanas para que la mano de la represión cayera sobre Pepo , uno de los sacerdotes más conocidos del grupo de los sacerdotes considerados rebeldes por la jerarquía y las Fuerzas Armadas. El relato de su detención es elocuente al responsabilizar al Obispo Tagle y a sus asesores en la política represiva que destruyó el ala progresista de la Iglesia Católica en Valparaíso. "…A fines de octubre de 1973, no menos de 17 marinos armados cerraron una calle del puerto para detener al sacerdote que vivía en el lugar. Era alrededor de las 02:00 horas cuando los uniformados -con las caras tiznadas- golpearon la puerta de la casa. El sacerdote José Gutiérrez se asomó a la ventana y preguntó voz en cuello qué pasaba. El oficial a 141 Entrevista con el autor, Valparaíso mayo de 2009.
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cargo, sin distintivos, le respondió que deseaba hablar con él. Después de vestirse, Gutiérrez bajó a la primera planta de la casa y flanqueó la entrada al marino: Me dijo que tenían que interrogarme esa noche y que al día siguiente estaría en la casa. Pero el padre Gutiérrez no regresaría sino hasta cuatro días después. Lo llevaron a la Academia de Guerra Naval y lo encerraron en un cuarto donde había unos 40 a 50 detenidos, entre hombres y mujeres. -Pregunté varias veces cuando me iban a interrogar, pero me decían "hay una persona que lo va a interrogar, que no ha venido; usted necesita un interrogador especial que no ha llegado todavía". El turno del padre Gutiérrez se cumplió. Un Infante de marina entró al cuarto a buscarlo. "En el momento en que me iban a vendar los ojos, vi que llevaba una tableta con el nombre de los presos que llamaban al interrogatorio. Al lado de mi nombre estaba el del Vicario general Jorge Bosagna y el de un oficial de Marina que yo conocía". Ya vendado, el padre Gutiérrez fue conducido a una sala amplia que estaba dividida con delgados tabiques de madera prensada. En todos ellos se estaba interrogando simultáneamente a otros detenidos y se sentían los gritos a raíz de la aplicación de golpes de corriente eléctrica. El interrogatorio del padre Gutiérrez -al que asistieron cuatro personascomenzó con dos preguntas capciosas: la primera, sobre donde escondía las armas; la segunda, si conocía a Guastavino. "De las armas, yo no tenía ni idea. A Guastavino lo conocía solo por televisión". El resto del interrogatorio giró en torno a temas eclesiásticos: que opina del obispo; porque no celebra misa como otros sacerdotes; que opina del celibato; que opina de la doctrina social de la iglesia; etc…". 142 Para Pepo Gutiérrez, según el relato, no había duda de que el Vicario General del Obispo había estado presente en el interrogatorio, y se lo hizo 142 Chile la Memoria Prohibida, Tomo III, Eugenio Ahumada y otros. Editorial Pehuen Santiago de Chile 1989.
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saber a Tagle, quien lo escuchó en forma indiferente una vez que recuperó su libertad. La zona estaba bajo estado de guerra, la Armada impone su presencia en todos los rincones con permanentes allanamientos en busca de dirigentes de izquierda. Las operaciones de desinformación e intimidación copan la agenda noticiosa a través de los principales medios de comunicación. Es en ese cuadro social, y pese a su detención y apremios sufridos por parte de sus interrogadores, que Pepo Gutiérrez se involucra en una importante red solidaria que protegía los derechos humanos de quienes eran perseguidos. Esta red es blanco de los agentes de los servicios de seguridad, quienes dan cuenta del rol que tenía Pepo en ella: "…el encargado por intermedio del Obispo Ariztía para llevar a la clandestinidad a todo tipo de personas es el padre Gutiérrez, que vive en la población Vergara, calle 1 oriente 215 de Viña. Tiene contacto con órganos revolucionarios y proporciona dinero a la gente que queda sin trabajo. El dinero lo recibe del médico que trabaja para las Fuerzas Armadas Aldo Francia de Valparaíso. Este lo recibe de un tercero que 143 tiene contactos en París…". La actividad solidaria no se detuvo solamente allí, sino que se hizo pública como un entusiasta miembro de las organizaciones de derechos humanos que nacieron al alero de las iglesias cristianas que se opusieron a la represión política de la dictadura militar del general Pinochet: "…el padre Gutiérrez comenzó a trabajar en el Comité por la Paz creando fuentes de trabajo para gente que al igual que él había sido exonerada. Al cerrarse el comité tuvo contacto de inmediato con FASIC una vez que este se fundó en Valparaíso. Y como él señala, se convirtió en capellán de la oficina pero también en amigo de las profesionales que allí 144 trabajaban…". El padre Pepo inició un camino nuevo acompañando a un pueblo pobre y 143 144
“Cuando la DINA Infiltró a la Iglesia” Jorge Escalante. La Nación Domingo, 11 de junio de 2006. Mario Garcés y Nancy NIcholls. “Para una historia de los Derechos Humanos en Chile. Historia institucional de la Fundación de Ayuda Social e la Iglesias Cristina” FASIC, 1975-1991. LOM Ediciones, Santiago de Chile. 2005
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reprimido. Lo hizo apoyando y organizando ollas comunes, consolando familias de prisioneros políticos y visitando organizaciones sociales en resistencia a la dictadura. "…Si bien durante la dictadura el Padre Gutiérrez no tuvo capilla donde ejercer su rol sacerdotal, realizó una constante actividad como teólogo. A su labor de apoyo a la organización popular, se sumó muchas veces la celebración de diferentes liturgias y a ello a su vez se agregó el hecho simple de escuchar y apoyar a quienes pasaban por momentos 145 difíciles…" De alguna manera, el padre Pepo empieza a entender que una cosa es enseñar teología de la Liberación en las aulas de una universidad y otra muy distinta es vivirla desde una cárcel, una olla común o desde un barrio reprimido tras una operación militar. Vivió el dolor del ser humano bajo la represión y la tortura. Se convirtió, gracias a su condición de sacerdote, en una pieza fundamental en la red de defensa de los derechos humanos en Valparaíso en los momentos más difíciles de la represión. "…ello porque provenía de una familia influyente en Valparaíso y Viña del Mar, su hermano por ejemplo había sido miembro de una de las comisiones legislativas de Pinochet, de tal manera que en momentos determinados, estos contactos resultaron ser valiosos para llevar a buen término una gestión de apoyo a los beneficiarios de los programas…". 146 La labor social del Padre Pepo se extendió por toda la dictadura y fue compatible con una vida laboral que bien podría definirse como "alternativa", pues se dedicó a ejercer su oficio de ingeniero a través de un empleo en una tienda de instalaciones eléctricas y de reparación de artículos electrónicos: "…me pasaron todos los datos y me pidieron un presupuesto. Yo pedí seis muchachos sin pega de la población para que me ayudaran a hacer la instalación y los materiales necesarios. No cobré en dinero y el trabajo duró aproximadamente tres meses. Yo era el Pepo, porque nadie sabía 145-146 Mario Garcés y Nancy NIcholls. “Para una historia de los Derechos Humanos en Chile. Historia institucional de la Fundación de Ayuda Social e la Iglesias Cristina” FASIC, 1975-1991. LOM Ediciones, Santiago de Chile. 2005
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que yo era cura. Fue una experiencia maravillosa, tuvimos un contacto muy horizontal con toda la gente. Un día lunes estaba esperándome toda la directiva de la población. Yo pensé altiro que me habían pillado de que no tenía permisos municipales para hacer la instalación, pero fue muy cómico porque estaban muy enojados y una me dijo: "¡Oye Gutiérrez, ¿tu soy cura?". Ante mi respuesta positiva, me explicó que uno de los jóvenes, apodado El Canario, me había visto haciendo misa. Me preguntó por qué no les había dicho y les respondí que ellos me habían contratado para hacer una instalación eléctrica. Estaban enojados porque nos habíamos huevoneado mucho. Yo les respondí que siguiéramos huevoneándonos igual pero que me dejaran trabajar porque yo quería terminar el trabajo. De ahí nos hicimos muy amigos y todos querían bautizar las guaguas, 147 todos querían casarse, etc. Me salió pega extra…". Luego de la salida de Emilio Tagle del Obispado de Valparaíso, Pepo pudo volver a labores pastorales. El Nuevo Obispo, Francisco de Borja Valenzuela, levanta el veto y le designó párroco asesor de la Iglesia Asunción de María del sector del paradero 10 de Achupallas en Viña del Mar, acompañando a Alfredo Hudson otro sacerdote considerado progresista y que había vivido experiencias similares a las de Pepo. En la localidad de Achupallas y Miraflores, Pepo levantó un trabajo poblacional de apoyo y amparo a las iniciativas de grupos democráticos, especialmente en los sectores de Granadilla y Villa Independencia, en esta última, asumió la conducción de la Capilla. Durante 1991, ya llegada la nueva democracia, el Obispo Borja, en señal de confianza y reconciliación, le ofrece la Parroquia de La Matriz, la primera iglesia de la ciudad de Valparaíso, ubicada en el casco histórico de la ciudad y donde se mezclaba lo patrimonial con la miseria propia de una ciudad que en su desarrollo económico va dejando una gran cantidad de personas marginada de sus frutos. Pepo, consecuente con su experiencia de vida, organiza un comedor para indigentes que congrega a 147
http://www.ucv.cl/site/prontus/p4_cegexa/pags/20021007132412.html
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cerca de 250 personas de lunes a viernes y cerca de 300 y hasta 350 los domingos. Durante el 2005 y luego de 14 años, deja sus labores en La Matriz con la satisfacción de la labor realizada por la Iglesia en la dignificación de los más pobres de Valparaíso. La iglesia que él dirige se ha abierto a quienes más necesitan de la ayuda del prójimo: las prostitutas, los alcohólicos, los niños y niñas que viven en las calles, los vagabundos, todos aquellos que la sociedad moderna desecha debido a sus debilidades y que nadie quiere ver en la idealizada ciudad patrimonial y turística. "…Yo tengo utopías, unos anhelos, unos sueños, que Jesús también los tuvo. Mi utopía es que todos los seres humanos puedan tener acceso a los bienes que Dios hizo para todos, y que hoy están en unas pocas manos que están demasiado llenas a costa de muchas manos que están muy mal…".148 José León Gutiérrez, el Cura Pepo, vive aún en su ciudad natal de Viña del Mar. De vez en cuando, se le ve caminando hacia alguna actividad comunitaria o de solidaridad. Con 80 años, es casi el único sobreviviente de un grupo de sacerdotes que hace 40 años levantó su voz para exigir y construir un verdadero país de hermanos y hermanas en Cristo.
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http://www.ucv.cl/site/prontus/p4_cegexa/pags/20021007132412.html
Los holandeses en la Nueva Aurora
En una nota periodística del Diario El Mercurio de Valparaíso del día viernes 12 de octubre de 1973, se anunciaba la detención de dos sacerdotes extranjeros acusados de instalar una supuesta clínica clandestina en una casa parroquial propiedad del Obispado de Valparaíso en el sector de Nueva Aurora en la ciudad de Viña del Mar. La acusación, se fundaba en la función militar de la supuesta clínica en la operación que llevarían adelante los partidos de la Unidad Popular para tomarse el poder total en Chile. La nota periodística, hacía hincapié en la utilidad de la atención a los revolucionarios que resultaran heridos en las supuestas escaramuzas guerrilleras de los militantes de izquierda: "…el operativo del Regimiento Coraceros, según se desprende de las informaciones dadas a los medios de comunicación por oficiales de esa unidad no ha hecho sino comprobar que los marxistas se estaban preparando intensamente para la sangrienta revolución, a fin de imponer a sangre y fuego un método de vida en base a ideologías extranjeras muy alejadas de nuestra idiosincrasia…". 149 Los sacerdotes Gilberto De Jong y Enrique Dielis, ambos holandeses, habían sido detenidos en la comuna de Quillota, siendo acusados además de ser marxistas, de montar la clínica y de operar con dispositivos de espionaje con claros fines guerrilleros. La nota de prensa, no dudó además en desacreditar la integridad moral de los sacerdotes: "…llama la atención un aparato eléctrico para masajes en caso de contusiones y un explosivo simulado, "estopín" como lo llaman los entendidos oculto en una especia de libro con sugestivo nombre "Erotic Lesson". Al abrirlo se accionaba una pila que lo hacía estallar con serios perjuicios físicos incluso la muerte para la persona que lo encontrase o a 150 quien fuese enviado…" La historia sobre estas situaciones, como tantas otras, no eran más que 149-150
Mercurio de Valparaíso, viernes 12 de octubre de 1973.
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montajes comunicacionales, construidos por la inteligencia militar para justificar los allanamientos y la represión sangrienta que se llevaba a cabo en los aciagos días de septiembre y octubre de 1973. La realidad sin embargo, era muy distinta a la señalada por los militares. Efectivamente, Gilberto De Jong y Enrique Dielis, eran dos sacerdotes de la Congregación del Corazón de Jesús conocidos como los Dehonianos, quienes realizaron una intensa labor social y pastoral en la comuna de La Calera, y que fueron parte de una gran delegación de sacerdotes europeos que simpatizaron con los alcances de la teologías de la liberación y del compromiso del mundo cristiano con el proyecto socialista que encabezó Salvador Allende en Chile. La Congregación Católica del Corazón de Jesús, fue fundada en 1878, en San Quintín (Francia) por el Padre León Dehon quien recibió la gracia y la misión de enriquecer la Iglesia con un nuevo instituto religioso apostólico. Las prioridades pastorales de los Dehonianos, están centradas en la formación de futuros religiosos y sacerdotes; en la enseñanza media y universitaria; evangelización, misiones; apostolado parroquial y diversas 151 obras sociales. La presencia de los Dehonianos en América latina, data de 1939, principalmente en Argentina. En Chile, se establecen desde 1950 de la mano del obispo Manuel Larraín en la localidad de Teno: "…La primera obra que fue aceptada, era la parroquia de Teno. El 5 de abril de 1950 el obispo Mons. Larraín presentó a los Padres Van de Homberg y Pouwels a los feligreses de Teno, y nombró a Padre Mateo van de Homberg como párroco. Un mes después llegó también el padre Arnoldo van der Meer. Al mismo tiempo avanzaron las conversaciones para aceptar un Colegio en Santiago. El párroco de la Parroquia San Ramón en Providencia estaba construyendo un colegio parroquial al lado 152 del templo y nos ofreció la dirección de este nuevo Colegio…". La llegada de un número importante de sacerdotes extranjeros era parte de una política de expansión de la Iglesia Católica chilena que no podía 151 Sacerdotes del Sagrado Corazón. www.dehonianos.com.ar 152 Pequeña Historia de los Dehonianos en Chile. P. Teodoro van Grieken B. www.dehonianos.cl
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sostenerse con la baja cantidad de sacerdotes nacionales. Los holandeses, vinculados a la Iglesia del Corazón de Jesús y conocidos como dehonianos, se vincularon preferentemente a pequeñas capillas de localidades apartadas y marginales, las que dieron la mística suficiente para que el número de holandeses fuera creciendo en el tiempo animados por su intenso trabajo social. "…los primeros 10 años de la Congregación en Chile fueron de un crecimiento favorable; en primer lugar, en cuanto al personal en febrero de 1950, había solamente 4 padres, pero ya a una década, el 1 de mayo 1960, el número se había aumentado a 37 de los cuales, 32 eran 153 sacerdotes y 5 eran hermanos…". A fines de 1966 llegaron los primeros sacerdotes holandeses a la comunidad de Nueva Aurora. Esta era una comunidad naciente de apenas un par de años de vida, y se ubicaba en el sector sur de la ciudad de Viña del Mar, en la entrada de la ruta 68 que une la ciudad con la capital, Santiago. Su loteo se da en las antiguas tierras de la familia Vergara, dueños de Viña del Mar a fines del siglo XIX. La comunidad está compuesta por pobladores jóvenes que en su mayoría provenían de los hacinados conventillos del centro de la ciudad. De composición eminentemente obrera, la comunidad inicia apenas se instala una fuerte lucha por la conquista de los servicios básicos como agua, luz y transporte colectivo. Los sacerdotes, junto a un grupo de religiosas dehonianas, además mantenían un local en el paradero 4 de la misma población donde tenían una posta de atención de enfermos y entregas de remedios a los más necesitados. Es este proyecto por el cual los militares se encontraron interesados, considerándolo parte de una red que pretendía organizar la lucha armada en la comunidad. Sin embargo, la vocación de trabajo y sacrificio de los sacerdotes del Corazón de Jesús buscaba, con el entusiasmo de la comunidad, colaborar en el desarrollo vecinal y desde ahí conquistar los espíritus y almas para servir de mejor manera a Dios. Theodoro Pieterse, sacerdote dehoniano de origen holandés, estaba a 153
Pequeña Historia de los Dehonianos en Chile. P. Teodoro van Grieken B. www.dehonianos.cl
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cargo de la Parroquia de San Rafael en el paradero dos de Nueva Aurora en la ciudad de Viña del Mar. Allí, se realizaba una rica vida social y espiritual que había llevado al sacerdote a un proceso de vinculación con los principales liderazgos sociales del barrio. Theo, como era conocido por los vecinos, había llegado a Valparaíso a mediados de 1968, su vida sacerdotal se inició en 1952 cuando ingresó al Seminario de Bergen-opZoom y y en ese lugar forja su misión en América Latina. En Chile, desarrolló trabajo pastoral al tiempo que promovió trabajo comunitario en el populoso cerro de Nueva Aurora. Además, Pieterse estudió a inicios de los 70, Trabajo Social en la Universidad Católica de Valparaíso, estudios que fueron complementados más adelante con Planificación Social en la Universidad de Nijmegen en Holanda. "…cuando yo llegué a Nueva Aurora compramos una casa en el paradero 4 y atendíamos a la gente junto a Juan Van Brussen otro sacerdote holandés, hacíamos la misa los sábados y domingo , nuestra tarea principal era formar grupos cristianos, llegamos a formar seis, y además hicimos asesorías a las juntas de vecinos. Las hermanas por su parte formaban grupos de mujeres de carácter laboral para la subsistencia y 154 además se hacían cargo del policlínico…" A inicios de los 70, la comunidad de Nueva Aurora estaba en pleno proceso de consolidación como comunidad. Se habían iniciado trabajos para abastecer de agua potable al barrio, por lo que la relación de los vecinos y sus organizaciones sociales era muy cercana, dando gran respaldo a sus dirigentes en las acciones que se emprendían. :"…en 1969, recibimos un dinero del Banco Interamericano de Desarrollo para la urbanización y el agua potable, este dinero fue de 5 millones de dólares. Para esto las 8 juntas de vecinos existentes en ese entonces debieron hacer un convenio con la Comisión Especial de Saneamiento C.E.S en donde cada poblador debía hacer la apertura y retape de la zanja frente a su vivienda, para así optar al beneficio de poner a deslinde de terreno el agua potable y el alcantarillado…". 155 154 Entrevista a Theodoro Pieterse, Santiago marzo de 2008. 155 Entrevista a Carlos Recabarren, dirigente vecinal de Nueva Aurora, agosto de 2008.
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Nueva Aurora, fue una de las primeras comunidades que amparadas en la legislación de organizaciones comunitarias dictadas en el gobierno del presidente Frei Montalva, unió a toda sus juntas vecinales en una Agrupación de Juntas de Vecinos. El sacerdote holandés fue su primer secretario, dando cuenta de la sintonía que los religiosos tenían con la comunidad y sus aspiraciones sociales: "…nosotros no nos metimos en política, pero sí apoyábamos cualquier idea que fuera justa, sin importar el partido, desde la Iglesia algunos nos miraron como de izquierda…, y éramos de izquierda, nos consideraron como marxistas pero no nos metimos con Marx. En las Juntas de vecinos había distintas corrientes y yo como secretario era conciliador. La población misma nos miró como de izquierda pero nunca lo declararon. Era muy típico, estaban todos muy ideologizados…" 156 Para Pieterse, la nueva iglesia que se construía en Chile trataba de renovar la relación de los fieles con la fe y la práctica cristiana, siendo el centro del mensaje espiritual la liberación del hombre del pecado, y de las condiciones de pobreza al que era sometido por el sistema capitalista que corrompía a la sociedad. El grupo de holandeses de la congregación de los dehonianos, ,compartía en su mayoría esta visión y se comprometía con una nueva forma de vivir la comunidad. Si bien esta forma de realizar la misión pastoral no permitía necesariamente una relación con la política, en más de alguna oportunidad se establecieron relaciones con las principales actorías comunitarias en pos de algún proyecto o iniciativa de trabajo en la base social: "…con la agrupación trabajamos entre los años 1970 y 1971 un denominado Plan Comunitario, frente a nuestra casa en el paradero 4. Ahora hay departamentos, en ese tiempo nada. Habíamos comprado un terreno grande en INVICA para una escuela, para una sede comunitaria, para bomberos, para un policlínico y una cancha de deportes. Hicimos con la Universidad Católica de Valparaíso, con la Escuela de Arquitectura, una maqueta. La agrupación se reunió con los estudiantes para decidir cómo, donde, con que materiales, lo que fue muy 156 Entrevista con Theodoro Pieterse , Santiago de Chile marzo de 2008
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enriquecedor no solamente para los dirigentes vecinales sino también para los estudiantes…" 157 La no intromisión de los sacerdotes holandeses de Nueva Aurora en el terreno militante de los partidos, no fue límite para mirar con interés el proceso que se vivía en la propia Iglesia Católica. Pieterse, conoció la iniciativa del Movimiento Cristianos por el Socialismo, y por invitación de su amigo, el sacerdote Alfredo Hudson, participó en varias jornadas de trabajo tanto en Santiago como en Valparaíso. "…cuando uno es progresista, y Cristianos por el Socialismo se presenta como progresista, uno se impacta, eran otros tiempos y fuimos inclusive a la casa de Allende en Tomás Moro a propósito de que el Cardenal recibió una carta del vaticano prohibiendo el movimiento y fuimos a hablar con Allende y conversamos sobre el tema. Además fui en una ocasión a Cuba a presentar el movimiento de Cristianos por el Socialismo y explicamos su 158 formación general y amplia de su constitución…" La Congregación del Corazón de Jesús, mantenía en la región otra parroquia en la localidad de La Calera. En aquel lugar, la industria del Cemento hegemonizaba casi todas las relaciones laborales, y fue el lugar donde se instaló Gilberto De Jong cuando el obispo de Valparaíso entregó a la Congregación Dehoniana la Parroquia de La Calera en 1965. Junto a él, trabajaban en la parroquia Enrique Dielis y Francisco Weijmer, este último, había llegado en 1970 y era parte de la generación de jóvenes sacerdotes que se había formado en una época de gran secularización, por lo que se mantenía abierto al trabajo social y cultural en la localidad donde estaba destinado. El trabajo en La Calera por parte de los sacerdotes holandeses, estuvo centrado en lo social y empapado con el espíritu del Concilio Vaticano II, y la opción por los más humildes. De Jong, como párroco, tuvo numerosos desencuentros con el Vicario René Pienovi, quien mantenía una actitud crítica con el trabajo social debido a las relaciones cada vez más fuertes que los holandeses iban teniendo con las organizaciones de trabajadores y pobladores: 157-158
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Entrevista con Theodoro Pieterse , Santiago de Chile marzo de 2008
"…decidimos partir la parroquia en zonas y cada uno de nosotros trabajaba en una de ellas, así profundizábamos el trabajo con la gente. En cambio, Pienovi, que iba una vez al mes a dar misa a una capilla construida por la industria El Melón, supo crear ahí un grupo de Opus Dei, y luego la dirigió otro cura español, de la línea del obispo, conservadora hasta el extremo. Crearon esta célula del Opus Dei para tener un punto de apoyo del obispo en la ciudad, ya que nuestra forma de trabajar y de llevar la pastoral, era bastante independiente…" 159 Para 1971, el compromiso de los holandeses con los sectores populares se desarrollaba en todos los frentes, su vínculo con la política, y con el proceso político y social que vivía el país, era llevado al calor de la reflexión que muchos sacerdotes tenían por aquellos días. De Jong, Dielis y Weijmer participaron en Santiago de las jornadas de abril de 1971 donde se constituyó el grupo "Cristianos por el Socialismo", y para noviembre del mismo año, participaron activamente en el encuentro, que un importante grupo de sacerdotes, sostuvieron con el comandante Fidel Castro. La conciencia desarrollada por el grupo de sacerdotes, se hacía al calor de las relaciones personales que iban construyendo con otros sacerdotes que realizaban sus mismas reflexiones teológicas. La relación que este grupo mantuvo con Antonio Llidó, sacerdote obrero de Quillota, con Pepo Gutiérrez o Miguel Woodward permitió que las ansias de colaborar con el proceso político se compartieran con su vocación sacerdotal, y no existieran vacíos en el sacrificio que cada uno mantenía en el acompañamiento de las comunidades a las que pertenecían. "… Hombres y mujeres se saludaban como "compañeros" y "compañeras", me sumergí en ese ambiente como en una piscina caliente. Pero lo hice como cura, en este leguaje típico: el imperialismo es un pecado estructural, la pobreza es un pecado estructural, la explotación, el hambre, la silicosis…son pecados. Era la expresión más clara de mi 160 dualismo: con un pie quería estar en la lucha y con el otro en el altar…" 159 Entrevista a Gilberto De Jong en “Antonio Llidó, un Sacerdote Revolucionario”. Mario Amorós 2007. Editorial Universidad de Valencia 160 Entrevista a Francisco Weijmer en “Antonio Llidó, un Sacerdote Revolucionario”. Mario Amorós 2007. Editorial Universidad de Valencia
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Con el Golpe de Estado en Chile, empieza a desmoronarse el trabajo social y comunitario de los sacerdotes holandeses. Tanto en La Calera como en Viña del Mar, se realizan operativos militares y se ocupan las residencias de los sacerdotes. En el caso de De Jong y Dielis, éstos fueron detenidos y Pieterse obligado a refugiarse en Santiago, lugar donde se encontraba debido a diligencias para liberar a sus compañeros de congregación detenidos. Fue en esos momentos, cuando fueron ocupadas las residencias del sector de Nueva Aurora y donde la inteligencia militar aprovechó la infraestructura del consultorio, atendido por las hermanas de la congregación, para montar las acusaciones de la supuesta clínica clandestina. "…personal del Regimiento Coraceros se encuentra clasificando el material encontrado a objeto de ser enviado a los organismos correspondientes. Se dijo además que con intervención de estos mismos curas se había reunido gran cantidad de material médico para otros tantos hospitales de campaña en La Calera y Valparaíso. Se estima por lo tanto que Dielis y De Jong estaban encargados del aspecto logístico médico del siniestro Plan Z…" . 161 La congregación, sufrió devastadores golpes represivos debido a su fuerte compromiso social en distintas localidades de país. Detenciones arbitrarias, difamación y expulsiones fueron la tónica de los meses que siguieron al golpe. "…Cinco hermanos fueron tomados presos: Gilberto de Jong, Enrique Dielis, Alejandro Bastiaanse, Julián Braun y el Superior P. Cornelio Wijfjes. El superior fue dejado en libertad después de cuatro días de detención y pudo quedarse en Chile. Los otros fueron expulsados del país. Los padres Santiago Thijssen, Juan van der Hulst, Hernan Leemrijse, Guillermo van Zeeland, Francisco Graffé y Teodoro Pieterse, se asilaron en algunas embajadas para poder salir del país. Ya el 11 de septiembre de 1973, catorce hermanos habían abandonado Chile. Esta drástica disminución de personal, obligó a larRegión, a que de inmediato
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Mercurio de Valparaíso, viernes 12 de octubre de 1973
se abandonara una serie de obras, entre estas: las parroquias en La Calera, Viña del Mar, más dos parroquias en Santiago y las poblaciones de La Victoria y Santa Adriana, siendo devueltas a sus respectivos obispados. También se disolvió la obra de La Portada en San Bernardo. Después siguieron las parroquias de La Ligua, La Pintana, y El Quisco…" 162 La Congregación del Sagrado Corazón, inició un proceso de debilitamiento debido a una fuerte declinación de sacerdotes en Holanda, lo que repercutió en la expansión mantenida durante las últimas décadas. El trabajo en la región de Valparaíso, desaparece manteniéndose en Chile comunidades en Curicó, San Bernardo y Santiago. Los Dehonianos, sintieron fuerte el golpe sufrido con la dictadura, muchos de sus sacerdotes que vivieron el cambio violento de Chile abandonaron los hábitos y continuaron una vida civil. Gilberto de Jong, Francisco Weijmer y Enrique Dielis viven en la actualidad en Holanda. Theodoro Pieterse, a su regreso a Holanda, dejó al poco tiempo el sacerdocio y trabajó para su gobierno en la recepción de refugiados de las dictaduras de América Latina. Luego, se desarrolló profesionalmente culminando sus estudios de trabajo social y planificación para luego trabajar en CEBEMO, la Agencia de Desarrollo Financiera de Holanda, donde se financiaron cientos de proyectos para las ONG's chilenas durante la dictadura. En la actualidad, luego de jubilar y de vivir la mayor parte de su vida entre Chile y Holanda, Pieterse se radicó en Santiago de Chile, donde aún apoya iniciativas de desarrollo social, y desde donde mira su pasado con la convicción de haber vivido un proceso cristiano, que le ha permitido colaborar con el desarrollo de muchas comunidades que buscan un cambio social que dignifique sus vidas.
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“Pequeña historia de los Dehonianos en Chile” Por P. Teodoro van Grieken B., scj. www.dehonianos.cl
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Epílogo
No se puede comprender la brutal represión ejercida por la Armada en Valparaíso, luego del Golpe Militar de 1973, contra el mundo cristiano progresista, sino fuera por el alto nivel de desarrollo alcanzado por éste en los distintos puntos de la zona. Cientos de personas adherentes de movimientos religiosos, de partidos políticos de inspiración cristiana fueron detenidas, torturadas y en algunos casos asesinadas por el sólo hecho de participar en movimientos que interpretaban el evangelio como una respuesta histórica a las problemáticas que el capitalismo generaba en las condiciones de vida de vastos sectores de la población. Si bien no se podría decir a ciencia cierta, que en Valparaíso existió un desarrollo de la Teología de la Liberación como doctrina pastoral, sí es efectivo que se desarrollaron procesos sociales a partir de una praxis de fe en el mundo de los trabajadores y pobladores. Por lo tanto es posible afirmar que las concepciones teológicas liberadoras estuvieron presentes en cientos de iniciativas desarrolladas por comunidades cristianas entre 1963 y 1973. Además, las características históricas de Valparaíso, en el campo sociopolítico permitieron el desarrollo de una intelectualidad progresista en el seno de la institucionalidad católica, en especial, la Universidad Católica de la ciudad, donde fue posible observar un proceso ideológico que se desarrolló a partir del estudio de las conclusiones del Concilio Vaticano II, que se conmovió con la irrupción de una nueva actoría estudiantil y la Reforma Universitaria de 1967 y que se consolidó con la experiencia de la Conferencia Episcopal de América Latina en 1968 desarrollada en Colombia. La Universidad Católica de Valparaíso, permitió una legítima reflexión teológica que logró establecer vínculos reales con el mundo social y comunitario. La universidad no sólo se convirtió en un centro de conocimientos y saberes, sino que además, en un faro que iluminó a las 163
pequeñas parroquias y capillas de su alrededor contaminándolas con los nuevos aires que se vivía en la Iglesia. Cada una de las experiencias vividas, entre los diez años de crecimiento de las ideas de esta nueva teología fueron vividas en Valparaíso de manera apasionada: con debates abiertos, rebeliones clericales, con movimientos sociales cristianos de avanzada, con producción artística y cultural y por sobre todo, con un trabajo de base que sólo la muerte y el miedo pudieron borrar del ojo público. La pregunta que surge luego de esta investigación es ¿Cuánto de esa experiencia comunitaria pudo sobrevivir a la dictadura? ¿Cuánto de ese cristianismo popular aún se esconde y vive en las pequeñas capillas de Valparaíso? Sin duda, la resistencia a la dictadura, la defensa de los derechos humanos, la actividad solidaria y la participación de la juventud responden en parte a esas preguntas. De la Iglesia solariega que conoció Valparaíso, a esta Iglesia del siglo XXI que se resiste a un mundo liberal e individualista, ha habido muchos cambios. Uno de ellos, es la pérdida de influencia del catolicismo en el mundo de los pobres, y el crecimiento explosivo del mundo evangélico. Por otra parte, la respuesta de la élite al proceso de la Teología de la Liberación y de la opción preferencial por los pobres ha llevado a los sectores acomodados a una radicalización de ultraderecha donde se han fortalecido congregaciones como Schonstat, Legionarios de Cristo, el Opus Dei, etc. La Iglesia comprometida con el cambio social, ha sido reemplazada por una Iglesia asistencialista, fundada en iniciativas como "Un Techo para Chile" o las vinculadas al "Hogar de Cristo", y en nuestra zona, por el "Refugio de Cristo" dirigido por Jorge Bosagna, el arquitecto de la represión a la Iglesia progresista y a quien se le responsabiliza de conducir al mundo católico incluso a posiciones pre conciliares. La Teología de la Liberación, por su parte, no tiene el protagonismo que alcanzó durante la década de los años 70. Pero las conclusiones de la Conferencia de Aparecida del año 2007 devuelven las esperanzas de un
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clero más cercano a las problemáticas sociales y postergaciones que aún tiene una gran población de América Latina. La nueva Teología de la Liberación es a decir de teólogos como Álvaro Ramis, una teología laical, con acentos feministas, indigenistas, con sabor de negritud y diversidad. Aún es la teología de lo político para mirar desde los ojos de Dios las luchas de los pobres. Si bien, Valparaíso ha sido conmovido por el esclarecimiento de crímenes como el del Padre Miguel Woodward, donde se ha comprobado la participación de altos oficiales de la Armada en su muerte y desaparición, el trasfondo de ese crimen aún no ha sido develado; y ese es el miedo que tuvo la élite de perder a Dios y con él, un orden social de 400 años establecido cuando un pequeño grupo de españoles llegó a estas tierras fértiles de Quintil, para hacer riqueza y construir poder.
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Fotografías
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Camilo Torres figura señera y emblemática de los cristianos de izquierda en Latinoamérica. Su muerte en combate despertó amplias simpatías de los cristianos comprometidos en el cambio social.
Afiche de la película Ya No Basta con Rezar del cineasta porteño Aldo Francia.
Ignacio Pujadas i Domingo en una de sus primeras intervenciones comunitarias en el barrio de Forestal en Viña del Mar año 1963.
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Recepción de los sacerdotes catalanes en el convento de Los perales año 1963. En la fotografía se observa a: Obispo Emilio Tagle, Francesc Puig, Ignasi Pujadas, Joan San Martí, Joseph Ribera y Patricio Guarda.
Francesc Puig , sacerdote catalán trabajando en la construcción de la Iglesia del sector de Las Rosas en Quilpué, año 1965.
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Patricio Guarda, primero a la izquierda, trabajando como obrero en una construcción del barrio de Placeres en Valparaíso en 1965.
Pepo Gutiérrez en una actividad social en la década de los 80 en Valparaíso.
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Misa de celebración de aniversario de sacerdocio de Francesc Puig en 1972. En la fotografía aparecen de izquierda a derecha: Joseph Ribera , Joan San Martí, Francesc Puig, Joan Casañas y Pepo Gutiérrez.
Alfredo Hudson en una fotografía de 1958 junto a sus hermana , su tía y su madre en Valparaíso.
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Darío Marcotti, párroco del cerro Toro, ejercía su labor de sacerdote junto con su trabajo de carpintero.
Los sacerdotes catalanes durante su llegada a Valparaíso en 1963. De izquierda a derecha: Joan Casañas, Ignasi Pujadas, Joseph Ribera, Joan Sanmartí y Francesc Puig.
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El Obispo Emilio Tagle junto al dictador Augusto Pinochet en una actividad oficial en Valparaíso.
Generación de 1954 en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago. En primera fila se puede observar a Pepo Gutiérrez, Miguel Woodward y Gonzalo Aguirre.
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Antonio Llidó en sus tiempos de párroco en España. Llegó a Chile en 1969 y desapareció en 1974.
Casa de Miguel Woodward en cerro Los Placeres de Valparaíso. La foto corresponde a un comedor popular instalado en el lugar luego de la muerte del sacerdote en 1973.
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Jóvenes miembros del centro juvenil de Forestal Alto en 1967. Este fue uno de los proyectos cristianos más emblemáticos llevados adelante por Ignasi Pujadas en su trabajo pastoral en Chile.
Marcha del partido de izquierda MAPU de la ciudad de Valparaíso. Este partido tenía una influencia muy importante en los sectores cristianos que apoyaban el gobierno de Salvador Allende.
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Marcha de grupos cristianos en apoyo al proceso socialista de l gobierno de la Unidad Popular. La figura del sacerdote colombiano Camilo Torres estuvo presente en todo el proceso.
Efectivos militares realizando labores de control y reresión en la ciudad de Valparaíso luego del golpe militar de 1973.
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José Gutiérrez “Pepo” sacerdote comprometido con la causa de los pobres y en la defensa de los derechos humanos. Foto del año 2006.
Miguel Woodward en una de sus últimas fotografías antes de su muerte. Agosto de 1973 en Valparaíso.
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Alfredo Hudsson en Achupallas durante la década de los 80.
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Entrevistas a:
Luis Duarte Duarte, realizada por Maribel Sánchez agosto de 2007. Leonardo Jeffs, realizada por Maribel Sánchez en octubre de 2007 Jaime Contreras, realizada por Maribel Sánchez diciembre de 2007. Juan Jeanneret, realizada por Maribel Sánchez 3 de abril de 2008. Salvador Eltit, realizada por Maribel Sánchez 18 de abril de 2008. Theodoro Pieterse, ex sacerdote holandés realizado por Maribel Sánchez en Santiago, marzo de 2008. Noemí Pacheco, vecina y amiga de Antonio Llidó, realizada por José Miguel Goldberg y Rossana Miranda en septiembre de 2007. Eduardo Ulloa, amigo y compañero de Antonio Llidó, realizada por José Miguel Goldberg y Rossana Miranda en septiembre de 2007. Marcelino Bugueño, compañero y amigo de Antonio Llidó en el MIR, realizada por José Miguel Goldberg y Rossana Miranda en septiembre de 2007. Adolfo Tannembaum, ex dirigente del MAPU y profesor de la UTFSM, realizada por Andrés Brignardello enero 2008. Ronaldo Muñoz, sacerdote obrero SSCC, realizada por Andrés Brignardello en enero de 2007. Luis Guastavino, ex parlamentario por Valparaíso realizada por Andrés Brignardello diciembre 2007. Eliana Vidal, realizada por Andrés Brignardello, año 2007. Osvaldo Muñoz, realizada por Andrés Brignardello, en el año 2007. José "Pepo" Gutiérrez, realizada por Andrés Brignardello, año 2006. Francesc Puig i Busquet, realizada por Andrés Brignardello en Quilpué, enero de 2007. 181
Marta Fernández, Miembro de la Juventud Cristiana del sector de Forestal año 1965. Entrevista realizada por Andrés Brignardello en Viña del Mar. Junio de 2007. Carlos Fernández Ramírez, Dirigente Juvenil del sector de Forestal durante la década de los 60. Entrevista realizada por Andrés Brignardello en Viña del Mar, enero de 2007. Patricia Woodward, realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso año 2006. David Toledo, realizada por Andrés Brignardello, en Valparaíso agosto 2008. Roberto Johnson, miembro de la comunidad juvenil de la Parroquia de Peña Blanca, amigo de Miguel Woodward, realizada por Andrés Brignardello en Peña Blanca octubre del año 2006. Pedro Uribe, compañero de trabajo en Astillero Las Habas de Miguel Woodward, realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso, noviembre de 2006. Gabriel Aldoney, ex Dirigente del MAPU y amigo de Miguel Woodward, realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso noviembre de 2006. Jaime Contreras, amigo de Miguel Woodward, realizada en Valparaíso septiembre de 2007. Manuel Rojas, amigo de Miguel Woodward , realizada en Valparaíso septiembre de 2007. Alfredo Hudson Soto, realizada en Valparaíso noviembre de 2007. Cromacio Díaz de Alda Urzúa, realizada por Andrés Brignardello vía telefónica en diciembre de 2007.Eliana Videla, ex dirigente de la federación de estudiantes de la UCV, realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso, en junio de 2008. José Bonifaz, ex dirigente estudiantil de la UTFSM, realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso julio de 2008.
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Osvaldo Muñoz, dirigente del Grupo Juvenil de Ramaditas año 1969, realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso noviembre de 2007. Sonia Núñez, miembro de la comunidad de Rocuant y del grupo juvenil católico de la Iglesia de Ramaditas, realizada en Valparaíso octubre 2008. Mario Calvo, Ingeniero de la UTFSM, socio de la empresa "Cerro Mar" de la comunidad Cristiana de Ramaditas, realizada por Andrés Brignardello vía telefónica en octubre de 2008. "Diego", chapa de dirigente clandestino del Movimiento de Izquierda Revolucionario MIR en la década de los 70 y 80. Entrevista realizada por Andrés Brignardello en Valparaíso octubre de 2008. Juan Contreras, amigo y compañero en el Mir de Antonio Llidó, realizada en Viña del Mar en octubre 2007. Carlos Recabarren Brito, ex Presidente de la Agrupación de Juntas de Vecinos de Nueva Aurora a inicios de la década del 70, compañero y amigo de Theodoro Pieterse, entrevista realizada en Viña del Mar agosto de 2008.
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Artículos Inéditos.
Duarte, Luís; Una Comunidad primitiva en el ambiente social de los años 60 en Valparaíso.
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Artículos de Revistas
Cabrera, Alejandro; Tres frentes y un solo estilo, en Revista Ercilla, Nº 1647. Duarte, Luis; Rebelión Clerical, Revista Estudios Historiográficos, año I, Nº 1. Universidad de Valparaíso, Facultad de Humanidades, Instituto de Historia Y Cs. Sociales, EDEVAL, Valparaíso Chile, 2002. Editorial, Revista Mensaje, mes de noviembre de 1964, Nº 134. Poblete Renato, s.j., Paulo VI en Bogotá, en Revista Mensaje, mes de octubre de 1968, Nº 173.
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Diarios.
Diario La Estrella de Valparaíso: 1965, 1966, 1967, 1968. Diario La Unión: 1965, 1966, 1967. Diario El Mercurio de Valparaíso, 1968.
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Otros documentos
Correspondencia entre Marie Claire de Guarda y el autor, Bruselas Valparaíso, mayo de 2008. Correspondencia entre Joan Casañas y el autor, Barcelona - Valparaíso, marzo 2007.
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