La Hormiguita Cantora y El Duende Melodía

October 2, 2017 | Author: Angelina Bugueño | Category: Plants, Botany, Horticulture And Gardening, Nature
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Descripción: cuento...

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La Hormiguita Cantora y el Duende Melodía Al,1c1· a M. ore.l

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ÍNDICE

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Impreso por RR Donnellcy, Antnruo Esacobar Wíllíems 590 Cerrillos Santiago de Chile.

l..,\ l'SCU¡:.J .ITA f>EJ. f)t.;ENDE J¡.1ELODÍA

Ilustraciones de

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13 21 29

37

ELENA POlRlER. Delfln de Color LS.B.N. · 956- ! 2-0964-0

E l. CU�-ll'!I:.A}JOS l..,\

Obras EscogIdas IS B.N.. 956-12· 1324-9. :!9' edición: mayo de 2ú07.

E1 ·r

•C 1973 por Alicia Morcl Chaigneaux Inscripción N' ·l ! .61 S. Santiago de 011le Derechos exclusrvos ele edición rcaervadcs por

SA

Empresa Edrtora Zig-Zag. S.A. Los Conquistadores 1700 Piso I O. Providencia Teléfono fil074t)O fax lllú7-155 E ruaíl. t.1g1.3gl[1!.21gz,.�g. et Snntiago ele Chile.

DE LA REiN."<

l..A SE�.e-qe tierra y pelusas, saludó a la Hormiguita, con

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Al ver a la Hormiguita y al Duende tan pensativos, les preguntó en qué podía ayudarlos . -Ayúdanos a pensar en un regalo para Ja Reiaa de las Hormigas, (U)'O cumpleaños se. acerca -pidio el Duende. -Eso es muy fácil -contesró la Mosquita-; a mí se me ocurre que uno de Iós maravillosos tejidos de la señora Araña le gustará .mucho a la Reina. -No n o 1l · p n s r l

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sii:rue-grfa'de siempre: -Buenos días, Hormiguita Cantora. ¿Qué te trae



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nos cuesta 111uy caro;

la señora· Araña

por aquí? La Hormiguita le explicó que necesitaba hacerle un regalo a la Reina para su cumpleaños. El Duende · se pusé un dedo enla nariz, para pensar mejor, -La Reina, ¿tiene pañuelos'? -preguntó. -Sí, tiene -contestó la Hormiguita. -t1'iene perfumes? -Sí, tiene; -Y... ¿polvos para la cara? -También nene, -Bueno, bueno -dijo el Dueude-: .difíoil será entonces encontrarle un regalo. Losdos se-sentaron en el suelo a pensar. Una, retorciéndose las-anteuas; el otro; pellizcándose la nariz. l!n esto pasó frente al hongo una Mosquita de

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uene un geuio raro,

y puede comernos

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en un gesto avaro. .

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-cóntesto la Hormiguita, estrenteciéndosé rcnsibl�! ,¿Dónde voy a dormir esta noche'?". Pero corno no sacaba nada con. quejarse, Duende decidió buscar un hueco abrigado donde pasar la noche. AI día siguiente podría ver el modo de echar a la rerrible.Cuncuna de su casa. Miré

o

el

o peto no había ningún sitio vacío, por la sencilla razón

dé queeran muchos los.grillos y cucarachas que andaban por el bosque. Yasí fue que el Duende Melodía no tuvo más remedio que dormir bajo una hoja seca, como cualquier vagabundo sin casa. Apenas aclaró, el airecillo helado del alba despertó al Duende. ces, al verseen tan tris. te situación, se Enton. pusoa llorar; Habría.llorado codo el día, sin.parar, sí no. hubiera pensado que con lágrimas nada se -arrcgla. Sentndo bajo la hoja seca, decidió tomar.las cosas del mejor modo posible, y sedispuso a cerner raíces dulces de desayuno. Estaba.enesto cuando.oyóel canto de la Hormigu ita.Cnnlora, que salfa t1. trabajar; El Duende sintió que

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a

su

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o o alrededor. o

le abría.el corazón, y la llamó ton voz afligida: -illeinni·gutta. Hormiguita! ¡ Vén, estoy en un apuro! $�'

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---· LaHormiguita acudió inmediatamente y se extraiió mucho de cnconirar a su amigo sentado bajo una hoja seca, El Duende le explicó su diffcil suuación, contándole. de 'qué manera la Cuncuna le había robado su casa. La Hormiguita levantó cuatro patitas ¡¡J cielo, con espanto: pero consoló al Duende, diciéndole que. ella lo .ayudaría para que pronto volviera a

ser el.dueño absoluto de su hongo, Sin añadir 111ús, la

-¡C6rno es posible! ¿Cu'ál es .el nombre de ese

¡

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Hormiguita partió en dirección ol hormiguero, pensando, pensando...

Apenas llegó a su casa, pidió audiencia a la Reina, quien la hizo pasar Je inmediato a la sala del trono. La Reina de las Hormigas estaba sentada en una silla de oro: .A.J ver a la Hormíguira; la saludó bonda- dosamente. -Buenos días, Hormíguita Cantora. ¡;Qué deseas? La Hormiguita le explicó la desgracia del Duende; con la mejor voz-desu garganta: -Scñora Reina, vengo a decir que a nuestro Duende, . . bueno y zenti 1 . º· . ., un bicho 'feo y ajo· de.la camita del Duende. por la sencilla razón de tl� la punterfa, L1 Cuncuna, viendo que nadie venía �n su ayuda; asomo por la chimenea una bandera blanca, gritando: --¡l'vle doy por vencida! ¡ Pero déjenme ir al bosque, no me niaten, por favor! La Mayordoma, feliz con el éxito de su misión, le contestó con voz aguda; -¡Sale, bicho feo, que· no te haremos nada! Pero si vuelves por estos lados a quitar casas a los

46 no cabía. Entonces.se escondió· debajo de la silla de paja, que· apenas le tapaba la cara. 1.AlS hormigas fueron llegando y rodeando el hongo. La Cuncuna oía pertecramcnte la voz puuda de la

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1

Mayordoma, que ordenaba la formación: -Un, dos, tres, rompan filas; un, dos, lJCS, rodeen el hongo; un, dos. tres, preparen la lanceta... .1\1 oír de la lancera, la Cuncuna lanzó un chillido de.espanto: -¡Ay, socorro, socorro, señora Araña! ¡Venga en

vecinos

miayuda!

Pero a la Araña tampoco le gustaba aquel bata(

] Ión bien armado de hormigas soldados, asf es que se

!

guardó muy bien de ir en. ayuda de la Cuncuna. .tv1erida en' el fondo de su casa, se lengüeteaba las patns y se hacía la sorda, La Mayordoma, entretanto, había ordenado hacer

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pacíficos, ¡te clavaremos las lancetas y_ te comeremos fritn!

Detrás de la bandera blanca, salió por la ehlmenea la asustada Cuncuna, tiritando, moviéndose como uh acordeón, Con toda la ligereza de su cuerpo sin patas, huyó al bosque, jurando no volver nunca ma's a aque- lla región inhospitalaria. Sin embargo, apesar de este jurarncnto, la señora Cuncuna volvió al poco tiempo, pero convertida en una bella mariposa. que nada tenía que ver con el bicho antipático que antes fuera. El Duende Melodía pudo volver a su casa, con gran alegría de todos sus vecinos, menos de la Araña, Fue tal la felicidad del Duende al verse de· nuevo· en el hongo, que saltó un día entero en un solo ple. Y esa

noche, junto con dar gracias.a Di�)S, prometió no desoír nunca c::1 sabio consejo de la Hormiguita Cantora.



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.M IS'fERlOSA

.E1 Invlcrno se alarga en el bosque.

La lluvia y la nieve van humedeciendo la tierra bajo los árboles. Entonces un musgo verde, suave como algodón, va cubriendo las piedras, las raíces: sube por 1 :>s troncos y llega hasta las mismas ramas, igual que una maíua para defenderse del frío. En el bosque vivía una f{anita, que estaba 1nu:-,� contenta con e] largo invierno ..>\ ella Je parecía muy bien que todo estuviera húmedo y cubierto de 1nus:go. En cualquier parte donde pusiera su baca, podía beber agua en abundancia. Su piel 'lucía verde y brillante co1110 una esmeralda. Mientras 1

sallaba de al)á :Pa.ra acá, 1 a Ranita decía: ·-¡ Qué lindo es vivir: Estoy contenta de tener mi casa en el bosque. Dicen que en la ciudad vive gente 111\IY 1nala, que se come a las-ranitas. Eil uno de $\IS saltos, la Ranita-cayó sobreuua piedrtt;redonda, que tenía, conro todas, un sóti1brerit.ude musgo. })C.\'.(f t10 bien las patas de la.Ranita se a.,')Q. yaron en ella; s.liltió algo así corno iu10s·g91pes. en t•l interior de la piedra,

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-¡ ()l'h qué divertido; siento que alguien golpea c1�.111ro de la piedra! ¿Q'ué será? La Ranitaera muy.curíosa y mirti la piedra por to-

rro, muy elegante, ,1 la que le habían crecido una-, fh,· res, l .a·•Ran11:1 rascó h1 puerta con ii,�licai:lt:7t1. pura nn .asustar ni Grillo, y le dij«:

dos lados. te puso el oído por arriba, por la izquierda y H1 derecha, pero úada pudo.descubrir. Muy pensativ:a.'ta .

Ran.

-l\111igo, yo, la Ranita, quiero prei�ü111nrtc una

ita . di�jo:

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-No.se vé nada por ningún lado. Por fuera, parece up�1 ;Riet\r�1 cerno cualquier otra, aunque ésta es bien .redondita, Sin embargo, si acerco el oído, escucho algo c.o.n.19 u11tá�; tac, allá adentro... Largo rato, la Ranita oyó los misteriosos golpes, hasta que sele ocurrió dar a ella también unos golpecítos por fuera de la piedra. Con asombro, sintió entonces que los.golpes, .adentro, se detenían, y luego contestaban a los que ella.habfa dado.



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cosa.

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l�I Grillo n:,01110r obscuros cofrédores.. y luego, sin vacilar, -trepó una escalera.jporque-sas

ojos veían pérféctamcrüc én plena .ri"0c,hc. 'Lleg�r:qí;l U una buhardilla que tenía una ventana en ;,ei -teebo, de modo que la luna iluminaba :;1JaV�ruenl_;� l���Jp;t y los rincones Juanizo dorriiía.con cara oe''a.i'.i'g.�J.> Duende no se decidía a tirarle !E orejas-a uñ,mp:o:i!e

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rostro

tan

dolor

y ¿41 susto.

idesp ertªri

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dulce: pero de-pronto deseubríé ·gq�;en'f-s un remolina en la coronilla. -¡ Ah, en este remofino está la n1ald�fd·dé.Jtianité:i!' -gritó-. ;Se lo sac.aré! Con tedassus fúerzas, que uo e�ri.'p\icr.,s"�t �il�.nde tiró el remolino del niño.:y.:J11añilo ilib tfo.igúfto-·;de· senráudoseen la,G�ma,

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El 't>ucnd'e ..

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salió cerrieódo y monto sobreel lqqio pe�au��afe:.. Pero, aunque Cttcu111t�J1iff0· ..con b.ás.fa'nle ·�_ge.reza. J unn ito alcanzp. ai\)1t: Rlpeq,�eti9..honiorecitc:rrtiot1:tado do-.,Hace::Vári ás: nochesque te esp�ro. . :--Y� llCY me ói_Vio.0 :dQ;· in.is 1?ro·111J�s.as;��O�itest9 el. •

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Bllende---.:Be ·veitj�P'ai tír�t-léJí·,s.órejñs.�,JU'ai1Hi:i, por·q:qc ,s�· 1.0 tf�i1� biéll, merécido. .,, . .

en.el lomo delGato: �4ás ,que:üg�1:o¡"s;_�ó·�� l_.\('a.m�

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iíg.il y v�uJ'n�ÍS q�(;:·e;l¡.niifr.. t, O.SÍ,CS que·.n,:}1JlS· tl,p cü ·a&npare.�er'eiitre l;is· n1ata.',;:s.u1..c..�1ru· �i:.:rl't�. 'El CJ:a·1.ná.-;

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-� y canto, canto, canto, cu buena y en mala hora . -íOh! ¡Qué cosa tan extraordinarial =gritci.Juanito.

niño volvié a su cama, sobándose la coronilla, que todavía le.dolía con el tirón. Le costó mucho dormirse • pensando en. el curioso hombrecito. Apenas amaneció, Juanito bajó a la cocina ..Cucufate estaba junto al fogón, corno si nada hubiera pasado. El niño le paso la.mano ppr el torno y le preguntó dónde se había escondldo elhombrecito que eu la noche le había tirado el .pelo, Pero el Gato, corno única y lógica respuesta, le:=c'oi1(�stó.: ·�Ñau'·'. fue bosque y revolvió enue las Juanitoal matas,Muchos.días por si encontraba rastros del Duende; sus búsque-

-Agáchate. Iuaniro, agáchate ligero; y sígueme corriendo, por el primer sendero.

1

! das fueron inútiles. Hasta que una mañana, cansado de •

un chincol descendió frente a él, piando y saltando, "Este pajarito tiene hambre", pensó .el niño. Y ernpezó a echar miguitas en el .suelo. Corno si hubiera sido una señal, miles de pajaritos bajaron de los árboles,

donde estaban escondidos, y en un santiamén se co-

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te a él, era de su mismo iarnaño. -Vamos 1i.c::,erito vamos corriendo, querido Juanito,

.

buscar, se sentó en una piedra a comerse un pan que re nía en el bolsillo; no bien había mordido un pedazo. cuando

Juanito, muy asombrado. se agacho. se agachó, hasta que las hierbas 'que le rodeaban- parecieron un bosque a su alrededor, y la. Hormiguita Cantora.. fren-

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Y después de cantar esto. la Hormig uita se· fue co-

rriendo entre. las hierbas. Iuaniro, para no perderse, la

siguió, moviendo lo más ligero que podía las pequeñas piernas. N1:i tardaren en oír una alegre musiquilla, que parecía saltar en el aire, Dieron vuelta a una raíz. mieron todoel pan de Juanito. Pero a éste no le nnpor-

t6;·aunque tenía mucha hambre también, Pe pronto, el niño-simió.un brusco dolor en la coronilla: era la bondad que le :e$ta.ba crccicudo len. tame..n. .te. . Estaba ya por irse.cuando algo le pieóen un pie. Seiriclinó,a1nirar Y

vio.a una bormiguita, que alzando las antenas éan�ú: -Yo soy, yo.soy, yo soy la. Hormiguita Cantora;

Y ante los maravillados o,jos del niño ap.

areció el hon-

go del Duende.Melodía. con sus ventanas, su puerta y su chimenea. El Duende estaba sentado junto al hongo, tocando su nauta. -¡Oh, ohl; buenos días, Ju,ut.ilo-dijo-. Te convido a entrar a mi casa. Con10 en suenos. Juanito entró en el honxo e:-:: Duende, mirando todo con ojos que y a se le : -.u.11.,,IL

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LA Ho:u.uCl\JlTA CNllORA Y EL Du1:�0E 1',1uoolA •

.. El Duende abrió una pequeña alacena y sacó ele ·. allí un riquísimo pan de nueces, La Hormiguita, a su ' vez, trajo, en una hoja verde, una dorada gota de miel,l 1

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Todo esto se lo ofrecieron al niño, con sonrisas y reverencias. El Duende dijo: -Perdóname que te haya tirado el pelo la otra noche; tuve que hacerlo, para sacarte la maldad. Corno YJ:\ estás-aprendiendo a querer a los animales, te he convidado a mí casa. Por favor, siéntate en mi sillita de paja y come este pan que yo mismo he amasado. Juanito cogió el pan, y la Hormiguita le acercó a la boca la gota de miel, que el niño saboreó largamente. -Estu miel es tan suave y olorosa, que parece que me hubiera tragado una flor -dijo Juanito, -1\sf es, esta miel

es laurel; y• es de rosas y clavel -cantó la Hormiguita, muy complacida. -Juanitoempezóa dar pequeños mordiscos al pan de nueces, y sintió· que su hambre se calmaba corno por encanto, Estaba en esto, cuando de pronto sintió un brusco estirón que le hizo caer de In silla. -11\y, Juanito estás creciendo! -gríté el Duende-. 'Tienes que salir inmedlaramente de la casa, porque después nó: vas a caber por la puerta.

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Juanito estaba durmiendo, .muy abrigado en su -cama, cuando el Duende Meledia llegó aconvidarlo a la fiestade San Juan, que-esa noche sé celebraba en el bosque, A toda prisa; J uanito se vistió, y en el apuro y la obscuridad se puso la camisa al revés')' los pantalones de atrás para adelante Por supuesto, nó alcaazó a abrocharse los zapatos, El Duende Melodía paruó montando en el gato Cucufate y Juanito corrió derrrís de .ellos, sintiendo

que los cordones de sus zapatos le daban pequeñosa:?otes en las piernas. De pronto... , ¡paf! ..., Juaniro se enredó y cayó de golpe. Dio un grito , . H oit,uG\.JlTA CANTORA y l\1ELOOL\

Et Dui;Noé

Estos pensamientos lo pusieron muy alegre, y sa- cando una flauta de su bolsillo, se puso a tocar una vieja melodía que tenía tres notas. De pronto, el Duende oyó un gran ruido que se venía acercando, acercando, co.mo si un ejército avanzara. El ruido se detuvo justo frente a su puerta, -¿Quiénes son? -preguutó, pensando muy satisfe- cho que afuera debían estar parados varios clientes. Se,ápresuró a abrir. Con gran sorpresa, encontró a un 'solo.cliente, parecido a un largo gusano, pero con muéhos'plés, calzados con duros zapatos. ..,,Yo.. soy,.señor Duende, yo soy el Ciempiés -dijo el éxtraño visitante con voz ronca. -[-..,Podrí� .decirme qué se le ofrece? -pregunró el DueÍl1�• .ameblememe. .-Qi,iíero. qLie. roe arregle los zapatos. -¿Cuán.tos ares? �siguió preguntando el Duende, . p. mientras miraba los numerosos zapatos que calzaba su cliente.

I..A f lr,R�l!Gtrff,1 CA�·fOHA Y

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Et. Du1::Nti1? �.-lf:l;

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para no resfriarme ··dijo el Cien1piés,·désca:lzándose la (i II i m« p:.11:1 ,'\l ver aquel cerro de zapatos, el Duende protestar, muy nfligrdo:

trató ae'

-Pero es que me demoraré lo menos un me� ... -Eso c;f que no. señor Duende; me los tiene que tener listos de aquí a tres días. porque puede llover de repente. ¿Qué haría yo andando descalzo? -;Tenér:-elos listos en tres días! ¡Es imposible: ... -gritó el Duende, con desesperación, . S -. 1 no me los uene hsios e11 tres días más, sabrá de qué manera el Ciempiés apura a la gente.. Y luego de lanzar al Duende una mirada amenaza- dora. el Ciemprés se alcJÓ. esta vez sin ruido, porque iba descalzo.

.

Muy afligido, el Duende

suardo su

-flauta

v sacó

-

martillo, clavos y el pie de cabra, Luego de .de.spejar

-QÍiiero que me arregletodos los zapatos, los cin�_uent� pares, ni más. ni menos. óicien'.dp.�stó, eJ CJempi�. comenzó a sacarse los

su puerta, se puso a trabajar.

, �pa:t,9s y..·a· am¡jntóiiarlos·frente a la puerta del hongo. -:iCltj�.u�nta,:p·ares de zapatos! ¡Qué horror!

Al llegar In noche. sólo tenía terminados diez pa- res de zapatos. Cogiéndose la cabeza a dos manos, el pobre Duende gimió:

-gritó

�f ·.ou�_ride.,:v'.efd�de�ente·. espantado. ,

.

\.

�¿�úé ,.culpa'.' f�11�0 �,o de .tener tantos pies?

Se ac.e.rc.a..el -.iñvic·�10: Y. ite�1;gique estar bien preparado

-Tcngo diez pares listos-y me faltan cuarenta. ¡,Qué voy a hacer? Tendré que trabajar de noche, y lo único que tengo para alumbrarme es un pedacito de 111,,de- m ... [Ah, ya sé! Le pediré a la señora Luciérnaga que me preste su farolito. Es la

única solución.

El-, Duende

se puso un abrigufto y salió-para el bos-

que, El vien1o·dela noche suspiraba y gemía entre las que se oía crecer las . . -amas:. . El silcncio,era-Langrande . D �spüés de caminar un buen rato, llegó a un hierbas. tr.oncci:vi�jo,(,londe vivían las· luciérnagas. Trepó muy apurado-y seacercé a unaLucíérnaga algo vieja, que téh{a un-hermose-y brillantefarol,

-Buenas noches; señora Luciérnaga -saludó el . " D.ue1idc·ai:riab.l�1nehte. -Buenas noches. ¡,Qué se leofrece? -,\(engo· a-próponerle-un negocio. -¡¡l).iY 11:egecio?.,¡,Qué s·erá? .-Rféstem� su farolito por tres días y en cambio yo

le, dar&una,nliez.· -fiP.restarl�:mi farolito a un.desconocido? [lmpesible!:�·d�n1á�. andeibuscnndo casapara pasar el inviertJ'ó'\y·t�ñgo::qüe·\·�:rJa•pí�n J>;irá que no renga- goteras;

�Fero,...,gimió. �!: Duende-, ¿J si le :doy tres nueces? ,. . :�i,a·c�unbio,de diez, porque he de advertirle que las· nueces-no-me gustan,

Di cie nd o est o.J a.s eñ oea Lu cié ma ga

se me tió en . un

hueco del iírbol, v.iejo y-examlnó.prolijaménte s}1S paredes; alzandoiel .codiciado farolito; Cuando terminé su c�_amen1){l\l�9·s!'iñi:i:en�Ip: °""Es(�'l;luceQ,:es �.xattá'rhente-Ao q�c necesito. l)eja;l'.�·¡i9urrnffa.rofito·.co:mo,.scfiál¡,111i°cnlros··.v'oy. a buscar ••

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llegó a su

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El ÜUIJIIUC'IUVO entonces un mal pensar1'iie. n��,�gµe.. . : .;ij. . no rechazó: apenas la Luciérnaga le dio la :�al.a.���· apoderó del farolito y partió corriendo·:�i11,.·tjl!�'·f.lé10i� se.diera cuenta de su mala acción. No.paró hasta que



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una msolencia venir a decínnelo en mi propia caral ¡Salga de aquí! -gritó el Duende, tratando de disnnular su espanto. '{a me voy. pero tenga mucho cuidado -sentencié el Prcchcudor, mientras se alejaba moviendo la cabeza.

del farolito. Cuando el Duende lo vio, dio un respingo

c.11 vn vrllita Je paja y ca1116 111:ís fuerte que nunca; --AJÍ, a¡
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