La Granja de Fausto

2 Número de palabras: 368 2

Olga la oruga

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La granja de Fausto

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¿Dónde está Gustavo?

por Myka-Lynne Sokoloff ilustrado por Carol Koeller

Lecturas niveladas

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por Myka-Lynne Sokoloff ilustrado por Carol Koeller

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—¡Vamos a la granja de Don Fausto! —cantaban los niños de la clase de la señorita Gómez. Los niños iban a visitar una granja de verdad. —¿Qué veremos en la granja? —preguntó la señorita Gómez.

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—Las mentes de los niños reventaban de ideas. —Vamos a ver vacas —dijo Diana. —Vamos a ver pollos —dijo Alex. —¡Ovejas! ¡Cerdos! ¡Cabras! —dijeron los demás niños.

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Al poco tiempo, la clase llegó a la granja. Los estudiantes de la señorita Gómez vieron muchos animales asombrosos. Alex observó un perro salchicha oler la tierra. Toño observó una tarántula andar por su pecera.

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Diana observó una iguana tomar sol sobre una roca. Samuel notó unas huellas en el lodo. Sin aviso, los otros niños trataron de identificar los animales que habían dejado las huellas.

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Los niños dieron las gracias al granjero Fausto cuando llegó la hora de irse. —La pasamos muy bien —dijeron—. Queremos regresar el año que viene. —No estoy seguro si estará abierta la granja —dijo el granjero Fausto—. Necesito dinero para cuidar a los animales. No tengo el dinero suficiente.

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Los niños se subieron al autobús y se quedaron tranquilos, sin decir una palabra. —¿Cómo podremos ayudar al granjero Fausto? —preguntó la señorita Gómez—. ¿Quién tiene una idea que quiera compartir? —Podremos grabar los ruidos de los animales y vender discos compactos —dijo Toño. —¡Podremos vender camisetas! —dijo Samuel. Los niños decidieron que vender camisetas era la mejor idea.

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Cada niño hizo una camiseta con las huellas de uno de los animales de la granja. Diana hizo una camiseta con las huellas del perro salchicha. Alex hizo una camiseta con las huellas de la iguana. Toño hizo una camiseta con muchas curvas curiosas. —Son huellas de la cola de una iguana —dijo.

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Samuel hizo una camiseta con puntitos pequeños. —¿Qué son esos puntitos? —preguntó una niña. —Son las huellas de una tarántula bailando tap —dijo. —¡Maravilloso, Samuel! —dijo la señorita Gómez.

9

La gente compró todas las camisetas. Luego, visitaron la granja y les contaron a sus amigos. Y sus amigos les contaron a sus amigos. Más y más personas visitaron la granja. Y así fue como la granja de Fausto llegó a ser la famosa granja de Fausto.

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La granja de Fausto

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¿Dónde está Gustavo?

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