La Fronda Aristocrática en Chile
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La Fronda Aristocrática en Chile, es una historia de constantes conflictos con las autoridades de los gobiernos. . Esta ...
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La Fronda Aristocrática en Chile, es una historia de constantes confictos con las autoridades de los gobiernos. Esta Fronda, no tuvo sus comienzos como las de Europa en derrocados señores eudales, sino más bien esta ormada por una aristocracia mita, en las cuales podemos identi!car amilias de con"uistadores # encomenderos "ue se mezclaron con chilenos algo mas ilustrados, estas uniones de amilias, dieron origen a un dominio econ$mico por parte de ellas, el mercantilismo de la %poca a#udo en ello. A"uellos hombres dominaban socialmente el pa&s debido a su ormaci$n, sus hábitos, su infuencia # poder. Este poder se hizo notar cuando 'apole$n (onaparte, toma prisionero al )e# Fernando *++, la Elite Criolla, reacciona ante las untas -españolas "ue se ormaban como consecuencia de la detenci$n del )e#, #a "ue esta sent&a el derecho de participar de las untas al igual "ue los españoles. /ientras iban pasando los d&as la elite criolla paso de ser moderada a ealtada, en una primera instancia buscaban resguardar los intereses del re#, sin embargo trabaaban para lograr la independencia. 0esde entonces eistir&a una lucha de clases, "ue se ver&a refeada en una guerra civil. Los grandes # poderosos 1eñores Chilenos #a eran una clase pol&tica # no pod&an dear pasar la oportunidad, es as& como el 23 de septiembre de 2324 se re5nen en laprimera 6unta 'acional de 7obierno 7obierno # como dice el autor desde a"uella echa Chile tubo todos los caracteres de una Fronda Aristocrática. 8a 8a hab&a pasado pasado un año, desde desde "ue se conoce conoce la primera primera unta, donde donde se hace alusi$n a la independencia de chile, cuando aparece el personae de 6os% /iguel Carrera, el caudillo militar "ue eerci$ el poder de orma absoluta. El hizo del pa&s una Fronda revolucionaria, mientras "ue por otro lado 0iego 9ortales -otro importante actor # a "uien el autor hace alusi$n de orma reiterativa en el teto "uien reestableci$ la tradici$n de Estado "ue seg5n a!rma el autor se hab&a perdido mientras se organizaba el pa&s. A medida "ue el pa&s iba progresando, naci$ una clase media conormada por comerciantes, uncionarios, magistrados, sin embargo el gobierno no se vio aludido por ello # en ning5n caso su poder ue disminuido, desde entonces esta clase se convirti$ en el arma secreta de /anuel /ontt, luego de (almaceda # más tarde de todos los gobiernos del pa&s. La evoluci$n del pa&s, cuenta a demás con la creaci$n del congreso, donde /anuel Camilo *ial, tuvo una gran participaci$n participaci$n # tambi%n su amilia, donde algunos nombres "uedan olvidados causando una gran reacci$n por parte de /anuel /ontt, -9ortaliano en estas elecciones logran triunar a"uellos liberales como 7allo, 7arc&a )e#es, :ocornal entre otros, parael 7obierno era una tragedia, este hito marco el verdadero hecho revolucionario, las acciones hab&an desaparecido desaparecido para dar origen a los partidos pol&ticos. El conservadurismo nace tras la prolongada anar"u&a, seg5n Ed;ards a"uellos hombres eran tipos ordenados na conclu#ente prueba de esto es el intento de descripci$n de la evoluci$neperimentada, en los 5ltimos siglos, por lo "ue cali!ca como Ialma de la cultura europeaIBN, en la cual le atribu#e al tiempo presente, "ue tipi!ca como la tercera Y# pen5ltimaZ etapa de cuatro, en las cuales Iel alma colectiva de la sociedad se ha ido transormando o demoliendoI, las mismas caracter&sticas "ue descubre en el Chile de comienzos del siglo 0emocracia religiosa 0ios identi!cado con la universalidad de las cosas o con la humanidad -pante&smo # positivismoK !loso&a eperimental, negaci$n de la meta&sicaK culto de la ciencia, divorcio absoluto de la religi$n # del Estado democracia pol&tica, la soberan&a reside en toda la naci$n -pante&smo socialK la idea de patria identi!cada con el pueblo paci!smo deensivoK la propiedad, unci$n social utilitaria, no es #a un derecho natural -socialismoK el matrimonio no es #a indisoluble -divorcio, etc.IB. 9ero siendo claro "ue Ed;ards ve nuestra evoluci$n hist$rica como una orma paralela e inserta en la de Dccidente, lo "ue revela, una vez más, una gran infuencia de 1pengler, no resulta igualmente convincente "ue el intento sea adecuado a partir del pensamiento del propio 1pengler. Es probable "ue el pensador alemán hubiese puesto en duda el solo hecho de "ue Chile perteneciera a la cultura occidental, IáusticaI, con lo "ue cual"uier analog&a estricta con nuestra evoluci$n nacional estar&a uera de lugar. 9ara terminar con el problema de la infuencia de m%todo de estudiar la historia spengleriana en Ed;ards, es necesario recalcar "ue de los treselementos anotados, el de la IormaI es el 5nico "ue puede ser considerado como una transerencia intelectual neta del alemán al chileno. En relaci$n a los otros dos, intuici$n # analog&a, más "ue una traserencia de 1pengler a Ed;ards, se aprecia en este 5ltimo una rea!rmaci$n # enri"uecimiento de los mismos a ra&z de la lectura de La decadencia de Dccidente. E AL7>'D1 CD'CE9:D1 E +0EA1 0E 19E'7LE) [>E >1A AL(E):D E0SA)01 *. +ntentaremos ahora analizar algunos conceptos, categor&as o simplemente
ideas de 1pengler "ue en la obra de Alberto Ed;ards La ronda aristocrática son undamentales. Como se verá, la infuencia del alemán sobre el chileno, dependiendo del caso, var&a considerablemente. Algunos conceptos o categor&as "ue utiliza Ed;ards son de indudable paternidad spengleriana, en tanto otros, en los "ue el chileno # el germano coinciden, o bien son ruto de la refei$n de Ed;ards o bien responden a una infuencia "ue no es la de 1pengler. Entre uno # otro etremo se da el caso más recuente la infuencia del pensador alemán ha venido a rea!rmar # clari!car algo "ue el chileno #a intu&a más o menos vagamente. Los conceptos, categor&as o ideas spenglerianas escogidos para ser utilizados en esta segunda parte son los siguientes 2 Alma cultural -social, nacional, hist$rica, colectiva, en Ed;ards. Estar en orma -estado en orma, en Ed;ards. @ Fronda. G La idea de la historia como proceso "ue sigue una secuencia necesaria # atal. N El sino como motor de la historia. Los suetos de lahistoria -culturas para 1penglerK sociedades, naciones, para Ed;ards. B 0ecadencia. 2 Alma cultural 9ara 1pengler Iuna cultura nace cuando un alma grande despierta de su estado primario # se desprende del eterno inantilismo humanoK cuando una orma surge de lo inormeK cuando algo ilimitado # e&mero surge de lo ilimitado # perdurable, forece entonces sobre el suelo de una comarca a la cual permanece adherida como planta. >na cultura muere cuando esa alma ha realizado la suma de sus posibilidades en orma de pueblos, lenguas, dogmas, artes, estados, ciencias # torna a sumergirse en la espiritualidad primitivaIBB. Alma cultural, es, para 1pengler, lo "ue se está realizandoI. 0ice Ialma es lo "ue se está realizando, mundo lo realizado, vida la realizaci$nIB3. As&, un momento hist$ricoHcultural determinado en el devenir de una cultura es simplemente Iel conunto de s&mbolos de un almaIB?. 0esde la apariencia corporal rostro, estatura, gesto, condici$n de los individuos, de las clases sociales, de los pueblos, hasta las ormas de conocimiento matemático # &sico, "ue, erradamente, se supone eternas # universales, todo es s&mbolo, todo mani!esta la eistencia de un alma determinada con eclusi$n de cual"uier otra34. Esta idea de alma "ue nos entrega 1pengler es consecuente con la condici$n de ser viviente "ue atribu#e a las culturas. As& como los actos de una persona ser&an el refeo de su alma 5nica, piensa "ue una realidad hist$rica determinada es el conunto de epresiones de su alma cultura, tambi%n 5nica.:ambi%n Alberto Ed;ards, en La ronda aristocrática, se re!ere recuentemente a los conceptos de alma nacional, alma hist$rica, alma cultura, alma social, etc.32. 9ero el contenido "ue da a estos conceptos, "ue usa indistintamente, es similar al "ue 1pengler entiende por alma de una cultura.
:ambi%n es similar la relaci$n "ue ven el chileno # el alemán entre alma # realidad hist$rica. Escribe Ed;ards Ilos sucesos hist$ricos se derivan de algo inmaterial # pensante, de un alma "ue vive # se transormaI3. 8 agrega Ipor"ue las colectividades tienen un alma # como los individuos cuando enveecen no vuelven a ser $venesI3@. Con ser la anteriores citas bastante conclu#entes, eiste a5n otra en "ue Ed;ards no dea lugar a dudas acerca de lo "ue a!rmo IEl alma colectiva de la sociedad se ha ido transormando o demoliendoK las reormas pol&ticas o civiles no son sino eectos de esa honda revoluci$n moral. 'o se trata a"u& de luchas más o menos accidentales, entre intereses de castas de principios divergentes en la t%cnica constitucional, lo "ue vemos es la rebeld&a del alma, de la cultura contra su pasado, esto es un en$meno de carácter universal "ue se dea sentir en todos los esp&ritus consciente o inconscientementeK el ignorante lo eperimenta como el sabio, el grande como el pe"ueñoI3G. [uedando clara la similitud 1penglerHEd;ards en cuanto al concepto IalmaI, llama la atenci$n una contradicci$n en "ue cae el autor chileno. 1i la evoluci$n del IalmaI se dea sentir en todos los esp&ritus, la eperimentan Ielignorante como el sabio, el grande como el pe"ueñoI, no se comprende por "u% el devenir de nuestra alma nacional se eprese solamente en la orientaci$n "ue ue dando a nuestra vida pol&tica una cantidad relativamente mu# pe"ueña de nuestra poblaci$n los notables de 1antiago. La inmensa ma#or&a de los habitantes del pa&s -los ignorantes # pe"ueños "ue, como vimos, Ed;ards cali!ca de Iganado humanoI, para dar a entender su imposibilidad de participar activamente en la vida nacional, no parece haber seguido el ritmo "ue habr&a señalado el alma nacional. QEra esa ma#or&a aena al alma nacionalR Estar en orma -1pengler, estado en orma -Ed;ards Dtro concepto "ue usa Alberto Ed;ards, cu#a paternidad es de 1pengler, es el de Iestado en ormaI. Esto se encarga de aclararlo el mismo Ed;ards cuando dice Ila vigorosa epresi$n de 1pengler Westado en ormaX tiene un signi!cado mucho más hondo "ue lo "ue a primera vista aparece ella implica no solo la sucesi$n regular del gobierno conorme a un orden ur&dico e hist$rico, sino la eistencia en la sociedad de sentimientos hereditarios, de uerzas espirituales superiores "ue constitu#e el estado en un ser viviente, orgánico, provisto de un alma colectivaI3N. Aun cuando la paternidad spengleriana del concepto es indudable, la de todas la connotaciones "ue le asigna Ed;ards no lo es tanto. 9ara el pensador alemán no es el IestadoI el "ue posee un alma, sino las culturas o pueblos, verdaderos protagonistas de la historia mundial. IEstadoI es solo una condici$n "ue puedead"uirir un pueblo. 9ara 1pengler el concepto Iestar en ormaI es aplicable a cual"uier ser vivo, entre otros, un pueblo, el "ue Iestá en ormaI cuando constitu#e un IestadoI. Estar en orma es para 1pengler lo siguiente IEn orma está una cuadra de caballos de carrera, cuando, seguros de sus articulaciones, saltan los potros con !no empue las vallas # se mueven con igual ritmo por la llanura. WEn
ormaX están los luchadores, los esgrimidores, los utbolistas, cuando obran las ma#ores audacias con naturalidad # ligereza. WEn ormaX está una %poca del arte cuando ha convertido la tradici$n en naturaleza, como el contrapunto en (ach. WEn ormaX se ha#a un e%rcito como el de 'apole$n en Austerlitz # el de /oltUe en 1edan. -J toda diplomacia triunante, toda táctica, toda estrategia, no solo de los Estados, sino de clases # partidos, todo proviene de unidades vivientes "ue se hallaban Wen ormaXI3. 1pengler de!ne as& la dimensi$n pol&tica de estar en orma. I1ucede en pol&tica lo "ue en todo arte grande # llegado a la madurez los %itos presuponen "ue la eistencia se ha#a perectamente Wen ormaX, "ue el gran tesoro de eperiencias remotas se ha convertido en instinto, en un instinto tan inconsciente como evidenteI3B. 8a vimos "ue, seg5n 1pengler, para un pueblo esto signi!ca constituir un IestadoI. As&, lo "ue para Ed;ards es Ila vigorosa epresi$n de 1pengler Iestado en ormaI, responde a lo "ue el alemán considera simplemente como IestadoI. 9ero más "ue para hacer notar la tautolog&a en la epresi$n del chileno,la "ue Ed;ards pudo realizar, "uizá intencionalmente con el !n de recalcar la idea de ondo, las consideraciones precedentes sirven para mostrarnos c$mo Ed;ards aplic$ la $rmula spengleriana para eplicar el %ito pol&tico de la obra de 9ortales. )e!ri%ndose a esta, Ed;ards a!rma Ila idea maestuosamente simple "ue inspir$ a don 0iego 9ortales, era realizable # capaz de organizar un poder duradero # Ien ormaI, por"ue ella reposaba en una uerza espiritual orgánica "ue hab&a sobrevivido al tiempo de la independencia el sentimiento # el hábito de obedecer a un gobierno leg&timamente establecidoI33. 0e modo "ue para 1pengler el Iestar en ormaI pol&ticamente presupone "ue Ilas eperiencias remotas se han convertido en instinto, en un instinto tan inconsciente como evidenteI. 1olo as& es posible el %ito. 9ara Ed;ards, la obra de 9ortales consisti$ en Iorganizar el poder duradero # Wen ormaX, haci%ndolo reposar en Wuna uerza espiritual orgánicaX "ue hab&a sobrevivido al tiempo de la independencia el sentimiento # el hábito, etc.I, de all& su %ito. La infuencia del alemán en el chileno parece clara. 1in embargo, como en el caso de algunos puntos #a estudiados no se puede concluir de analizar el concepto de Ed;ards Iestado en ormaI sin señalar "ue es posible encontrar el germen de esta idea en algunos de sus escritos anteriores a su conocimiento de La decadencia de Dccidente. As&, en La organizaci$n pol&tica de Chile, re!ri%ndose al panorama de la pol&tica chilena durante el per&odo pipiolo, a!rma IEn cuanto alos elementos o uerzas sociales "ue entre nosotros eist&an, por mu# capaces "ue ueran de poder transormarse en un poder pol&tico, se encontraban entonces, como era natural, inormes # sin organizaci$n. -J 0on 0iego 9ortales, diez años más tarde, sin haber le&do un libro, supo comprender cuál era la uerza "ue el pa&s dispon&a para constituirse en orma de!nitiva, etcI3?. Aun"ue Ed;ards al decir Ien orma de!nitivaI no emplea el t%rmino en su connotaci$n spengleriana -no pod&a hacerlo, está indicando "ue, a su uicio, eist&a un tipo de organizaci$n "ue nos era natural. Esta idea se aproima a lo "ue despu%s en La ronda llamará Iestado en ormaI.
@ Fronda Fronda es para 1pengler lo siguiente ICuanto más se aproima un estado a su orma pura, cuanto más absoluto se hace, cuanto más se desentiende de cual"uier otro ideal ormal, tanto más peso ad"uiere el concepto de naci$n rente al de claseK # llega el momento en "ue la naci$n es gobernada como tal naci$n, # las clases no representan sino dierencias sociales. Contra esta evoluci$n, "ue es una de las necesidades de la cultura, subl%vanse una vez más las anteriores uerzas, nobleza # sacerdocio. 9ara estas está en uego todo el hero&smo, la santidad, el vieo derecho, la erar"u&a, la sangre, etc%tera. -J esta lucha de las clases primordiales contra el poder del Estado toma en Dccidente la orma de ILa FrondaI?4. Dbservemos ahora "u% signi!ca ronda para Ed;ards. 0ice ILa historia pol&tica de Chile independiente es la de una ronda aristocrática casisiempre hostil a las autoridades de los gobiernos # a veces en abierta rebeli$n contra ellos. Esa ronda derrib$ a la monar"u&a en 2324, a DXMiggins en 23@, puso, años más tarde, al decenio de /ontt al borde de la ruina, # desde entonces hasta 23?2, en tiempos de paz como de borrasca, ue poco a poco demoliendo lo "ue hab&a sobrevivido de la obra organizadora de 23@@. Entonces, dueña absoluta del campo, se transorm$ en Woligar"u&aX. Como se puede apreciar, el concepto de IrondaI en el autor alemán # en el chileno son parecidos. 9ara 1pengler, ronda es la lucha de las clases primordiales contra el poder del Estado. 9ara Ed;ards, la historia de Chile republicano sigue el ritmo de los aanes de nuestra Ironda aristocráticaI en su pugna contra el Iestado en ormaI. Ed;ards usa la palabra IrondaI, pero al agregarle el t%rmino aristocrática, cae nuevamente en una tautolog&a, pues toda ronda, por de!nici$n, es aristocrática. Es un galicismo no aceptado, en la acepci$n "ue nos interesa, por el 0iccionario de la Lengua de la )eal Academia Española. [ue Ed;ards no maneaba adecuadamente el concepto de IrondaI "ueda a5n más claro cuando dice ILo "ue se ha llamado la Fronda Aristocrática, es decir, la lucha, casi constantemente pac&!ca de nuestra oligar"u&a burguesa # eudal contra el poder absoluto de los presidentes, lucha "ue se inici$ en 23G? # tuvo su desenlace en 23?2, es un en$meno id%ntico al "ue en Europa transorm$, sobre todo a partir de 23G3, las antiguas monar"u&as de derecho divino en gobiernosparlamentarios, dominados por la plutocracia burguesaI?2. Este párrao, sin duda uno de los menos elices de Ed;ards, introduce considerable conusi$n. En primer lugar, cuando siguiendo la t$nica general de la obra, e"uipara acontecimientos nacionales con europeos de la %poca, esto lo hace orzando la realidad. I'uestra oligar"u&a burguesa # eudalI poco ten&a "ue ver con la burgues&a europea posterior a 23G3. En segundo, es un error mu# grueso el atribuir caracter&sticas de IrondaI a la actitud de la burgues&a europea en el debilitamiento de sus monar"u&as despu%s de23G3. Fronda, en Europa ue la lucha de la nobleza, sacerdocio -# temprana burgues&a contra las monar"u&as absolutas -en particular en Francia en el siglo *++. 9or lo demás Hcomo vimosH lo dice 1pengler. As&, si Ed;ards utiliz$ el concepto ronda seg5n lo de!ne el alemán, ca#$ en contradicci$n. 1i lo sucedido en la vida pol&tica de Chile a partir de 23G? ue
una ronda aristocrática, el en$meno no es Iid%nticoI a lo sucedido en Europa en la misma %poca. 8 si ue Iid%nticoI no se trat$ de una ronda.. QEs "ue Ed;ards utiliza un concepto de ronda dierente al de 1penglerR 9uede ser. 9ero en ese caso no solo estar&a en contradicci$n con 1pengler, sino tambi%n con una gran n5mero -casi la unanimidad de los historiadores del absolutismo europeo, "ue están de acuerdo en "ue la IrondaI se dio en el siglo *++ # tuvo, en general. Las caracter&sticas "ue le atribu#e el autor alemán. G La historia como un Iproceso atalI Memos visto "ue para 1pengler lahistoria constitu#e un proceso atal. 0ice I:oda cultura, toda %poca primitiva, todo forecimiento, toda decadencia # cada una de sus ases # per&odos necesarios, posee una duraci$n !a, siempre la misma # "ue siempre se repite con la insistencia de un s&mboloI?. Ed;ards tambi%n ve la historia como un proceso atal, #a vimos "ue pensaba "ue la derrota de (almaceda era casi un accidente, pues el transcurrir de la historia de Chile habr&a tomada necesariamente el mismo rumbo incluso de salir victorioso -cita @@. En el ep&logo de La ronda aristocrática Ed;ards reconoce abiertamente su visi$n atalista de la historia Ise "ue me acusan de atalismo Ha!rmaH. Alguien ha dicho "ue en este trabao estuve siempre por el hecho consumado. 0udo "ue el historiador pueda hacer otra cosa. Q1abe alguien distinguir con entera precisi$n lo "ue ha# de !siol$gico # lo "ue ha# de patol$gico en los acontecimientos humanosRI?@. )esulta evidente "ue tanto 1pengler como Ed;ards ven la historia como un proceso atal. 1in embargo, en este caso, eisten evidencias ine"u&vocas "ue el chileno #a pose&a la visi$n de la historia como proceso atal antes de leer al alemán. En La organizaci$n pol&tica de Chile dice I>no tras otros los caudillos del pipiolismo desde 9into hasta Freire, hab&an ido obedeciendo, sin darse ellos mismos perecta cuenta del inevitable movimiento "ue llevaba a la )ep5blica a organizarse pol&ticamente de acuerdo con sus estructura social # su tendencia hist$ricaI?G. Con todo, se observa "ue el atalismo de Ed;ards en Laronda se undamenta en una analog&a "ue hace entre historia # !siolog&a. Este concepto organicistaHvitalista del acontecer hist$rico es de indudable origen spengleriano. )ecordemos "ue el alemán a!rma Ilas culturas son organismo, la historia universal es su biogra&aI?N. En resumen La idea de la historia como un proceso atal #a la pose&a Ed;ards, antes de leer a 1penglerK no nos atrevemos a decir de "ui%n pudo haberla tomado o si ue ruto de un refei$n propia. 9ero el undamentar ese atalismo, como lo hace en La ronda, en una concepci$n organicistaH vitalista de la historia, es algo "ue mu# probablemente lo tom$ del pensador alemán. N El IsinoI -destino como uerza "ue mueve la historia 1pengler sostiene "ue los grandes procesos hist$ricos -como los ciclos "ue
viven las culturas siguen el ritmo "ue les dicta el IsinoI o destino, hadoK Isentimiento primario de la eistencia vivaI?. 8 contin5a IEste sentimiento del sino, despierta conuso # angustioso en el hombre primitivo, luego permanece claro # reducido a la orma de una concepci$n de mundo en las culturas superiores, aun cuando solo es comunicable por medio del arte. Etc. -J la historia real tiene un sino # no le#esI?B. Al atribuir al sino esta unci$n directriz del devenir hist$rico, 1pengler elimina la importancia "ue, como uerza "ue mueve la historia, pueden tener los acontecimientos aislados. Estos pueden ser consecuencia de la historia pero no causa. La causalidad en la historia no eiste. Ed;ards, por su parte, reconoce "ue Ielhistoriador ve principalmente lo "ue es posible, lo "ue podr&amos llamar el IsinoI de las cosasI?3. 0e modo "ue IsinoI para Ed;ards es lo "ue es posible en la historia. 9ero como en la historia todo lo "ue se da es posible -no puede darse lo imposible, es preciso concluir "ue us$ el termino IposibleI para reerirse a lo "ue resulta natural, adecuado, propio, certero, en un momento hist$rico. >n eemplo de la acci$n del sino sobre la historia lo da cuando se re!ere a 9ortales # su obra. Este intu#$ genialmente el IsinoI de Chile, de all& su %ito perdurable como estadista. 9or otra parte, el desprecio de Ed;ards por el principio de causalidad como m%todo para eplicar el devenir hist$rico resulta patente. 0ice I'o interesa a la alta historia el detalle de los sucesos, el desenlace pac&!co o brutal de las evoluciones sociales. Aun la )evoluci$n Francesa puede ser considerada como un accidente. Con o sin ella se habr&a producido el triuno del esp&ritu # las ormas burguesasI??. Llegar a una conclusi$n clara sobre cuánto pes$ el pensamiento de 1pengler sobre Ed;ards en relaci$n en cuanto al uso "ue hace este 5ltimo del concepto IsinoI en relaci$n a la historia, es di&cil. 8a hemos visto "ue Ed;ards cre&a en lo IatalI, en una Icerteza &ntimaI de lo posible en el devenir hist$rico antes de leer a 1pengler. Además, el concepto IsinoI no está claramente de!nido por este, "uien reconoce "ue es casi inde!nible244. En todo caso, el hecho de "ue Ed;ards, en La ronda, se re!era al IsinoI usando esa precisa palabra, lo "ue nohace antes, debe ser considerado una infuencia de 1pengler. Los suetos de la historia como organismo vivos 8a hemos visto "ue para 1pengler los suetos de la historia por ecelencia, las culturas, son organismo vivos "ue pasan por los mismos estadios de un individuo niñez, uventud, virilidad, veez # muerte. :ambi%n "ue las culturas poseen un IalmaI # están regidas por el sino. El s&mil vida humanaH evoluci$n hist$rica de una cultura es para 1pengler tan grande "ue llega a a!rmar ICada uno de nosotros, hombres de Dccidente, revive de niño, en los ensueños despiertos # en los uegos inantiles, su %poca g$tica, su catedral, su castillo, su le#enda heroica, el 0ieu le *eut de la Cruzadas # el dolor del mozo 9arsial. :odos los muchachos griegos tuvieron su edad hom%rica # su marat$n, etc.242. Asimismo hemos observado "ue para Ed;ards los sucesos hist$ricos derivan de un Ialma "ue vive # se transormaI # "ue Iel Estado es un ser
vivienteI, etc. 'o ha# duda "ue el chileno como el alemán consideran a los entes hist$ricos como organismos vivos. En relaci$n al problema de saber si Ed;ards ten&a #a la idea del carácter orgánicoHvital de determinados entes sociales -en concreto, la naci$n chilena antes de leer a 1pengler, solo caben presunciones. Memos visto "ue Ed;ards vislumbraba, antes de leer a 1pengler, algunos de los elementos "ue para este caracterizan a los entes hist$ricos como seres vivos. Q9ero cre&a en esto 5ltimoR 'o se puede dar una respuesta categ$rica. B 0ecadencia :anto 1pengler como Ed;ardsven el momento "ue les toca vivir como de decadencia. El libro de 1pengler naci$ como un intento por mostrar # eplicar la decadencia de Dccidente. A!rma 1pengler, re!ri%ndose a su libro Iaun cuando se trata de una !loso&a general de la historia, constitu#e, sin embargo, un comentario, en sentido proundo, de la gran %poca bao cu#o signo se han ormado sus ideas directrices. El t&tulo, decidido desde 2?2, designa con estricta terminolog&a # correspondiendo a la decadencia u ocaso de la IAntig]edadI, una ase de la historia universal "ue comprende varios siglos # en cu#os comienzos nos encontramos en el presenteI24. Alberto Ed;ards tambi%n ve la %poca de la historia de Chile "ue le toca vivir como decadente. Esta decadencia habr&a sido consecuencia del rumbo atal tomado por la evoluci$n del Chile republicano # se traducir&a en un presente -2?B ab5lico, sin creatividad, en el "ue priman los valores materiales -dinero sobre los del esp&ritu, as& como una gran esterilidad pol&tica. 0ice Ed;ards Ila rep5blica parlamentaria Wen ormaX estaba muerta en su alma misma con los sentimientos erár"uicos hereditarios, el prestigio de la antigua sociedad # la tradici$n ur&dica de un siglo. La gran verdad de ondo era el des"uiciamiento de los vieos v&nculos espirituales "ue hab&an, por tanto tiempo, alentado el organismo socialI24@. 9ara Ed;ards, cu#a mirada se limitaba al estrecho horizonte de la actitud pol&tica de la oligar"u&a gobernante en Chile, la decadencia se ha dado solo a partir de 23?2, I>na vez derrotadoel poder presidencial, la oligar"u&a pudo dominar en paz # entregarse, sin temor a ser perturbada, a sus "ueridos uegos de diletantismo pol&ticoI24G. Las etapas anteriores de nuestra Irep5blica en ormaI las considera mu# positivamente, particularmente la "ue ue de 23@2 a 232. 8 a"u& esta el "uid del problema de la infuencia de 1pengler en Ed;ards. Este 5ltimo tom$ del pensador germano lo "ue le serv&a para apo#ar sus ideas autoritarias # conservadoras previas. En su versi$n de nuestra decadencia, Chile habr&a derivado en mu# corto tiempo -4, o si se "uiere, ?4 años desde un notable forecimiento nacional, consecuencia de "ue la realidad respond&a a los impulsos positivos de su IalmaI -amor al orden, erar"u&a, la sensatez # disciplina, etc. Hver supraH a uno en "ue respond&a a los negativos Iun esp&ritu casi selvático de libertad # rondaI. Ah& está para Ed;ards la eplicaci$n de la decadencia de Chile. QCuánto ha# de 1pengler en todo estoR En la periodi!caci$n "ue hace
Ed;ards en el cap&tulo + de La ronda sobre la desintegraci$n de lo "ue cali!ca del alma de la cultura europea, dea mu# en claro Hcomo vimosH "ue las maniestaciones hist$ricas de esta, en sus 5ltimas etapas, corresponden a las "ue atribu#e a Chile en el momento en "ue escribe, hacia 2?B. El triuno de la ronda # la desintegraci$n subsecuente del alma nacional eran sucesos atales, lo eran en todo Dccidente, al cual, ante sus oos, Chile pertenec&a. 9ero solo reerido a los estratos sociales superiores, imitadores de la cultura europea.As& habr&an revivido, cada uno de nuestros oligarcas chilenos Ide niño, en los ensueños despiertos # en los uegos inantiles, su %poca g$tica, su catedral, su castillo, su le#enda heroica, el 0ieu le *eut de la Cruzadas # el dolor del mozo 9arsialI, tal como dec&a 1pengler de los europeos. Q0ivagaci$n absurda o interpretaci$n genialR 6uzge el lector. /i opini$n es "ue si tomamos literalmente la Ihomolog&aI entre el momento de Dccidente # los avatares contemporáneos de la historia pol&tica de Chile, es lo primero. 9ero si aceptamos "ue Ed;ards aplic$ el es"uema de la historia universal de 1pengler de modo poco sistemático #, a veces, solo a modo de reerencia comparativa para meor eplicar su propio análisis de la historia de Chile, el asunto es dierente. Como dec&a en el art&culo #a mencionado, en su conunto, la obra de Ed;ards parece como Ifotar en el pensamiento de 1penglerI, moviendo a su ritmo, pero voluntaria o involuntariamente, guardando una ductilidad "ue trasciende la mera aplicaci$n mecánica de las categor&as del alemán, posiblemente, como hemos visto, por"ue Ed;ards ten&a algunas de estas ideas Hmutatis mutandisH previamente, de modo "ue, al !nal, resulta positivo lo poco sistemáticamente "ue aplica Ed;ards la categor&as spenglerianas. Estas sirven más bien de inspiraci$n "ue de modelo para su propia visi$n de la historia de Chile, la "ue se enri"ueci$ por esa causa. 1in embargo, de ser este 5ltimo el caso, tambi%n lo poco sistemático # diuso de la recepci$n del pensamiento de 1pengler por Ed;ardspresenta inconvenientes de peso. El !l$soo de la historia alemán, es un pensador cu#as morolog&a de la historia mundial, el m%todo # la ontolog&a "ue lleva impl&citos constitu#en un todo cerrado # orgánico. Como un rompecabezas gigante esta constituida por elementos "ue calzan los unos con los otros de manera eacta #, por lo tanto, deben emplearse de modo "ue ocupen un lugar preciso en el todo. 9or eemplo, si se eliminara o se diera otro signi!cado al concepto Iestar en ormaI, toda la construcci$n spengleriana caer&a como un castillo de naipes. 1pengler cre$ su morolog&a de la historia mundial como eplicaci$n del mundo de los seres vivos -mundo como historia. As& tambi%n su visi$n puede ser considerada como la descripci$n de seres vivos a los cuales no se les puede etirpar uno de sus $rganos o sistemas vitales a riesgo de perecer. El propio 1pengler de!ende la necesaria complementaci$n de todos los elementos de su interpretaci$n de la historia cuando dice IA mi entender este libro -La decadencia de Dccidente conten&a la $rmula de un pensamiento "ue una vez epuesto no pod&a ser atacadoI. :iene raz$nK su visi$n es orgánica hasta tal punto "ue solo puede ser rechazada o aceptada
en su conunto. QMasta "u% punto tienen pues valor las adaptaciones de la doctrina spengleriana "ue hace Ed;ards en su libroR A mi uicio, el ma#or valor "ue tuvo la infuencia de 1pengler sobre Ed;ards consisti$ en "ue Hcomo el propio chileno lo reconoceH le permiti$ aclarar Iobetos "ue antes solo ve&a conusamenteI. En cambio, todoa"uello espec&!camente spengleriano "ue Ed;ards introduce en La ronda, como, por eemplo, la periodi!caci$n de la evoluci$n reciente del Ialma de la cultura europeaI "ue hace en el cap&tulo +, resulta uera de lugar # pretencioso. E. CD'CL>1+^' 1ea cual sea la idea "ue nos ormemos de la interpretaci$n contenida en La ronda aristocrática, de lo "ue no puede "uedar duda es "ue su infuencia sobre la historiogra&a chilena posterior ha sido enorme. Esto es especialmente notorio entre los historiadores conservadores. 9ero no son los 5nicos "ue la han recibido. Entre los conservadores destaca Hcomo vimosH Francisco Antonio Encina, a pesar de "ue lo niega. 9ero escribe Encina Isi deamos de mano los hombres # los programas de los partidos # la palabrer&a hueca de los escritores pol&ticos, para mirar la realidad, resalta con gran uerza el hecho de "ue entre 23@4 # 23?2 hubo en Chile un solo r%gimen de gobierno. Las uerzas espirituales en "ue descansa el estado en orma, lo "ue hemos llamado el decálogo portaliano, la religi$n de gobierno, se sostuvieron activas durante los sesenta # un años, # como envi$n de un pasado muerto, treinta años másI24N. Esta es la misma periodi!caci$n # tesis central de Ed;ards en La ronda. Ahora bien, la Mistoria de Chile de Encina es la más diundida # vulgarizada de las historias generales de Chile -impresa hasta en asc&culos, más de una vez por lo "ue ha entregado la visi$n "ue el chileno medio tiene de su pasado. Dtro autor conservador, vastamente diundido, "ue, en lo esencial,comulga con las ideas de Ed;ards, es 6aime E#zaguirre. Esta estrecha conei$n entre las visiones hist$ricas de Ed;ards, Encina # E#zaguirre es reconocida por uno de los más aventaados disc&pulos del 5ltimo, Arturo Fontaine Aldunate. 0ice Fontaine IEl otro nacionalismo Hmucho menos llamativoH se dirige, bao la conducci$n de 6aime E#zaguirre, a eplorar el pasado chileno # encontrar lo "ue hemos llamado la continuidad de Chile. El historiador Alberto Ed;ards *ives hab&a de!nido la obra portaliana en su Fronda aristocrática -sic #, a trav%s de ese libro genial # del resto de su obra de historiador, rompi$ con los preuicios heredados de (arros Arana, etc.I24. 9or cierto "ue la idea de la historia de Chile propia de 6aime E#zaguirre no vienen solo de la infuencia de Alberto Ed;ards. Ardiente hispanista, su admiraci$n por el modelo portaliano basado en los moldes coloniales hispanos, sin duda estaba tambi%n mu# marcada por los hispanistas peninsulares # algunos americanos )amiro de /aeztu, *ás"uez de
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