La Fenomenología de Husserl
November 23, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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65. LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL. ÍNDICE.
Introducción. Consideraciones generales sobre la fenomenología de Husserl. Fenomenología descriptiva. La fenomenología descriptiva. o Conciencia intencional. o Noesis-noema. Antipsicologismo. o Fenomenología trascendental. La fenomenología trascendental. o o Epojé. Grados de epojé. Fenomenología constitutiva. o La fenomenología constitutiva. El ego puro como ego constitutivo. El mundo de la vida, alteridad e intersubjetividad. o La crisis de las ciencias europeas y fenomenología trascendental . Conclusión: importancia de la fenomenología. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN.
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL. La palabra “fenomenología” no fue inventada por H, como es bien sabido (como mínimo esta palabra ya se utilizaba en el siglo XVIII, por Lambert). Pero solo con H esta noción adquiere una importancia relevante, constituyéndose como el carácter central de una filosofía que se declara a sí misma como fenomenología. Suele dividirse la biografía intelectual de Husserl en tres fases; aunque puede verse un carácter común a todas las fases 1. Estas tres fases son: a) Fenomenología descriptiva. 1887-1901. Fase fundacional de la fenomenología. Investigación eidética, análisis de esencias. En las Investigaciones las Investigaciones el el tema central es la crítica al psicologismo. b) Fenomenología trascendental. c) Fenomenología egológica, genética, constitutiva. Proyecto de fenomenología trascendental como filosofía universal. Aunque la obra de H se divida en tres fases, lo cierto es que hay un carácter básico que subyace a toda la filosofía de éste autor: la intención de establecer unos fundamentos firmes para el conocimiento (incluyendo la ciencia). Esta fundamentación viene dada por la filosofía, concretamente por la fenomenología, que es la filosofía rigurosa o científica, la filosofía sensu stricto. Por ello la fenomenología es considerada filosofía o ciencia primeras. Exención de supuestos y prejuicios. La fenomenología es una ciencia primera, ya que su objeto es el primero, por lo que no puede tener presupuestos de ningún tipo; la fenomenología debe anteceder a toda otra ciencia, no puede recibir presupuestos de ninguna ciencia de hechos, como la física o la psicología (disciplina ésta que sería muy tentadora de ser utilizada para investigar lo fenomenológico) ni siquiera la metafísica.
La obra de Husserl tiene dos aspectos centrales 2: a) Crítico con su tiempo, con la crisis de la razón, especialmente en relación a la situación del conocimiento. b) Resolutivo, propuesta de solución de la crisis.
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Según Sáez (2001), pg. 31-31, 31-31, hay una “unidad de intención en todo su decurso” que consiste en un proyecto de hacer frente fre nte a la actual crisis de la razón; parar la destrascendentalización (relativización y naturalización) de la razón, tanto en un sentido epistemológico (crisis del saber) como en otros sentidos, sobretodo práctico (crisis del humanismo). Esta opinión también es compartida por Gómez Romero (1986). 2 Gómez Romero (1986), pg. 73.
FENOMENOLOGÍA DESCRIPTIVA. La primera etapa filosófica de H es en la que desarrolla su fenomenología descriptiva, es un periodo que culmina en las I nvest nvestii gaciones gaciones ló l óg i cas cas.
LA FENOMENOLOGÍA DESCRIPTIVA. En esta etapa la fenomenología se considera “psicología descriptiva”. Aunque ya no se realiza una psicología psicologista, se sigue manteniendo una posición psicológica. Las verdades universales e ideales (ej.: de la lógica y las matemáticas) ya no son reducidas a meros hechos psíquicos, sino que se defiende su universalidad e idealidad; pero estas verdades se siguen estudiando psicológicamente, es decir, de acuerdo a la descripción de cómo se dan en un sujeto concreto. La fenomenología descriptiva busca describir sin prejuicios lo que los actos de la conciencia muestran como tales en cuanto fenómenos.
CONCIENCIA INTENCIONAL. De Brentano3 H obtiene la noción de intencionalidad, que luego reformulará de acuerdo a su filosofía . La conciencia es intencional, siempre es conciencia de; toda vivencia de la conciencia es “intención referida”. La intencionalidad es el carácter esencial de la conciencia. Cuando las cosas se muestran lo hacen como vivencias o fenómenos ante una conciencia que se dirige a ellas. Toda vivencia es un “ego cogito cogitatum”, donde el cogito es el acto de conciencia, y el cogitatum aquello a lo que se dirige la conciencia. Por lo que la conciencia no se reduce al cogito independiente cartesiano, siempre es un cogito unido a un cogitatum. La intencionalidad de la conciencia implica que ésta está siempre “fuera de sí misma”, referida a algo que es externo a ella. Esto aleja a H del idealismo, la conciencia necesita de un objeto externo a ella al cual dirigirse; la conciencia no produce los objetos de su intención. Husserl diferencia entre la conciencia y el objeto al que se dirige la conciencia. Según las diversas maneras que tiene la conciencia de dirigirse al objeto, los sentidos intencionales serán diferentes; éstos, por lo tanto, son variables, pero el objeto o la materia del acto intencional no es variable, siempre es el mismo.
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Aquí expongo, para evitar repeticiones, la doctrina que sobre la intencionalidad mantuvo H a lo largo de su filosofía.
De una manera más técnica (y dejando atrás el realismo de su primera etapa), diferencia entre: a) Hilético, es lo material de la vivencia, las sensaciones sin más. b) Noético, es lo formal de la vivencia, lo intencional, lo que da sentido s entido a la vivencia, a la materia de ésta. Las vivencias (del tipo que sean) concretas no varían en su aspecto material, pero sí puede variar el sentido o la interpretación que se les da, es decir, puede variar el carácter carácte r formal o noético de la vivencia; ej.: puedo ver algo e interpretarlo como un árbol, pero después puedo cambiar de parecer y eso mismo interpretarlo interpretar lo como un perro.
Noesis-noema. H abandona la posición de que los objetos no podían formar parte de las descripciones fenomenológicas, y adopta una posición completamente opuesta. El objeto formará parte de la fenomenología entendido como noema o correlato de la noesis. Diferencia entre: a) Noesis. Es Es la “intentio” o acto intencional que se dirige al noema. b) Noema. Es el estado de cosas al que se dirige la noesis. El noema es el objeto de la noesis sin ser noesis él mismo. La noesis y el noema son correlatos, en cuanto que la conciencia es intencional se dirige a algo, tiene algo intencionado, su correlato, el noema. La noesis puede ser de diferentes maneras: creer, juzgar, valorar, etc. Según sea de una manera o de otra el sujeto tomará consciencia de un sentido u otro del objeto al que se dirige su intención. Este sentido del objeto alumbrado por la noesis es el noema, que por lo tanto será de diferentes tipos según la noesis.
ANTIPSICOLOGISMO. Husserl mantuvo ciertas posiciones psicologistas en la Filosofía de la aritmética, aritmética, obra en la que defiende la reducción del número al proceso psíquico psí quico de contar o calcular. Frege criticó duramente esta obra tachándola de psicologista y defendiendo la objetividad de las matemáticas frente al reduccionismo subjetivista de éstas. H admite la crítica de Frege (y también admite el antipsicologismo de la lógica de Bolzano y del neokantismo de Natorp) y en las Investigaciones Investigaciones ya puede verse una crítica al psicologismo. La lógica y su validez no dependen de la psicología; sino fuera así se caería en un círculo en el que para fundamentar la psicología, ésta necesitaría de la lógica, que es producto de ella. Pero además, si la lógica dependiera de la psicología se caería en el relativismo, en el hecho de que la lógica variase según la variedad de mentalidades. El psicologismo es un tipo de reduccionismo que pretende reducir todo a fenómenos psicológicos. El psicologismo no diferencia entre, por una parte, la idealidad trascendental y universal y, por otra parte, la subjetividad individual; reduce la primera a la segunda. s egunda. La lógica posee un carácter universal a priori, cosa que no podría ser si no fuera más que un hecho psíquico descubierto inductivamente por la psicología.
FENOMENOLOGÍA TRASCENDENTAL. La fenomenología trascendental, que caracteriza la segunda etapa de H, ya se puede ver perfilada en el escrito La filosofía como ciencia estricta estricta encontrando su mayor desarrollo en Ideas en Ideas..
LA FENOMENOLOGÍA TRASCENDENTAL. H abandona la idea de una fenomenología como psicología descriptiva. Seguirá manteniendo logros alcanzados anteriormente, como el antipsicologismo, la idealidad de la verdad y el estudio desde la conciencia de esta verdad, pero ya no será una conciencia concreta como un hecho de este mundo, sino que ahora se tratará de la conciencia en general. La fenomenología pasa a estudiar ahora la vivencia en general, dejando al margen su posible pertenencia al mundo. Ya no es suficiente el estudio descriptivo de la conciencia en su carácter natural, se necesita llegar a su carácter trascendental. Se pasa del yo empírico al yo trascendental o puro; este paso se realiza básicamente mediante la epojé, que se convierte en el método central de la fenomenología. Husserl, como Kant, diferencia entre trascendental y trascendente, pero no entiende estas nociones igual que Kant. Mientras que Kant entendía trascendental como el conocimiento sobre lo a priori, es decir, al conocimiento sobre las condiciones a priori del conocimiento; H entiende esta noción como la conciencia al margen de sus contenidos mundanos. Mientras que Kant entendía trascendente como la cosa en sí, algo más allá de toda posible experiencia; H entiende esta noción como los objetos externos a los que se dirige la conciencia. Pero hay que tener en cuenta que H entiende las nociones trascendencia/inmanencia de una manera muy relativa.
EPOJÉ. Epojé es un término griego que significa suspensión del juicio, abstención. No debe confundirse la epojé fenomenológica con la de los escépticos griegos. Husserl, al igual que los escépticos antiguos, entiende la epojé como abstenerse de juzgar, poner entre paréntesis; pero mientras que para los escépticos la epojé era una conclusión, para Husserl era un medio o método. Tampoco hay que confundir la epojé husserliana con la duda metódica de Descartes, aunque posea ciertas semejanzas. La epojé es ante todo un acto de reflexión por medio del cual se pretende ir profundizando más y más en el carácter inmanente e intrínseco de la conciencia o subjetividad hasta llegar hasta su mayor pureza o trascendentalidad. Esto no supone ni una actitud idealista, negando la existencia del mundo extrasubjetivo, ni realista. Es un mero proceso metódico reflexivo por el cual la conciencia se dirige hacia sí misma, poniendo entre paréntesis, pero no negando su existencia, todo lo demás.
El proceso de reducción fenomenológica se frenará cuando se alcance una evidencia tal que no se pueda ir más allá de ella. Se trata de excluir todos aquellos elementos que no poseen una evidencia absolutamente necesaria, o sea toda la contingencia y especificidad de los hechos. Esta evidencia la encuentra H en la conciencia pura.
Grados de la epojé. La epojé puede tener varios grados: 1º. Reducción trascendental (no confundir con la egológica). Los sujetos viven inmersos en el mundo, ésta es su actitud natural, lo que no permite discriminar, diferenciar o separar la intencionalidad de la conciencia de lo mundano; por ello, la primera epojé es la abstención del supuesto “mundo”, es decir, ni se afirma ni se niega la pertenencia de la conciencia al mundo o la existencia de éste; es un poner entre paréntesis el mundo natural y cultural. Se obvia la vivencia mundana y originaria como tal para acceder a su carácter trascendental, es decir, desvinculada de su objeto trascendente y quedándose en la vivencia fenoménica (en el noema); la conciencia pone entre paréntesis su referencia al mundo y a los objetos para volverse sobre sí misma, para volverse sobre la intencionalidad inmanente sin tener en cuenta el objeto trascendente o externo intencionado, solo como se da tal cual en la conciencia, se accede a las condiciones trascendentales básicas que hacen posible la vivencia mundana. Aquí se inserta el famoso “volver a las cosas mismas” de H, su verdadero “positivismo”; contra las interpretaciones interpretaciones naturalistas (que son otro tipo de reducciones), se busca la cosa en su fenomenidad. Ej.: una cosa es percibir un árbol y otra es la conciencia sobre la percepción de un árbol. La reducción trascendental hace evidente algo, el fundamento trascendental, que en la actitud natural hacia el mundo no se puede dar; pero esto no quiere decir que ese fundamento trascendental sea una invención fenomenológica, tiene un correlato objetivo pero solo se hace evidente mediante la reducción hecha por la fenomenología. fenomenología. 2º. Reducción eidética. Reflexión de la reflexión primera. Por medio de esta epojé se obtiene la esencia, eidos, de las cosas poniendo entre paréntesis su individualidad o especificidad. En la primera reducción no se obviaba toda la mundanidad, quedaba el objeto en cuanto que fenómeno particular; ahora se pretende acabar con esta particularidad para llegar a la esencia o universalidad de lo fenoménico. Esta esencia o idea no hay que entenderla en sentido platónico, sino en sentido subjetivo-trascendental. H diferencia entre esencia y hecho. La esencia es como el universal de la tradición, mientras que el hecho es el darse específico de la esencia. La fenomenología busca la esencia de los hechos o fenómenos, su objetivo es describir la esencialidad o universalidad de lo fenoménico; ya que aquí es donde puede constituirse como filosofía científica o rigurosa, en la ciencia de las esencias. De esta manera pueden desarrollarse las ontologías o fenomenologías regionales, teorías de esencias específicas; ej.: la axiología o fenomenología de los valores (Scheler), la fenomenología de la religión que estudia la esencia de la religión entendida como lo sagrado (Rudolf Otto), etc.
3º. Reducción egológica. Con la que se va más allá de la subjetividad trascendental, hasta al ego puro. El ego puro es a veces denominado conciencia trascendental, con lo que H cae en cierta ambigüedad; pero lo más correcto es diferenciar ambas nociones, el ego puro es el centro funcional (más que sustancial) que a partir de la subjetividad trascendental, entendida como las condiciones o fundamentos de toda conciencia, constituye o genera el yo mundano o empírico. Ya no se buscan tal o cual esencias, sino la esencia de la conciencia, la pureza de la conciencia. Se busca la absoluta pureza del ego, para lo que hay que poner entre paréntesis todo aquello con un carácter histórico-biográfico, y todo aquello que tenga una referencia al yo mundano (incluso la subjetividad trascendental).
FENOMENOLOGÍA CONSTITUTIVA. Textos importantes de esta época son los siguientes libros de Ideas Ideas,, las Meditaciones cartesianas y cartesianas y La La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental .
LA FENOMENOLOGÍA CONSTITUTIVA. El ego puro como ego constitutivo. Ya en el tercer grado de la epojé se adelantó algo sobre el eego go puro. El ego puro constituye o genera la unidad del yo empírico-mundano y del yo trascendental, y la experiencia constitutiva proporciona la unidad de la experiencia empírica con la experiencia trascendental. El ego puro tiene como función adecuar al yo empírico con el trascendental.
El mundo de la vida, alteridad e intersubjetividad. El producto de la acción constitutiva es el mundo de la vida (lebenswelt), que es mi mundo de la vida. H no cae en el solipsismo. Explícitamente dice que su idealismo fenomenológico no niega la existencia efectiva del mundo real, su cometido es ver el sentido que para el sujeto tiene este mundo real. Mi mundo de la vida posee una serie de elementos trascendentes (que no pertenecen a la inmanencia de la conciencia) Mi mundo propio solo puede obtener valor objetivo universal mediante el acuerdo general, mediante la intersubjetividad, es decir, trascendiendo el propio mundo y accediendo al mundo del otro o de los otros y buscando el acuerdo entre todos los sujetos. La constitución de mi mundo implica la constitución de los otros que están contenidos trascendentemente en mi mundo.
H rechaza la concepción tradicional del idealismo alemán sobre el sujeto como una abstracción sin contenido; nunca puedo estar presente ante mí mismo como una mera abstracción, sino como algo concreto localizado espacio-temporalmente, como perteneciente a mi mundo de la vida. Por lo tanto, el yo nunca es autopercibido como incorpóreo, sino que siempre se presenta asociado o apareado al cuerpo o a algo psicofísico, y a la vez trascendente. tra scendente. Por lo tanto, el cuerpo siempre se co-presenta co -presenta con el ego, que al contrario del cuerpo se presenta a sí mismo. El otro se me presenta como cuerpo en mi mundo, pero esto implica un co-presentación de un ego que se está asociado o apareado apareado a ese otro-cuerpo. De esta manera sé que el otro es también un ego. Y esto implica que yo también soy un alter-ego para ese ego.
LA CRISIS DE LAS CIENCIAS EUROPEAS Y LA FENOMENOLOGÍA TRASCENDENTAL . De esta que fue su última obra, en la cual estuvo trabajando hasta su muerte, quiero destacar el tema de la crisis (tema que ya había sido tratado con anterioridad en La filosofía como ciencia estricta). estricta). La crisis es una crisis fundamental del saber y del humanismo. La crisis está originada por el positivismo, sensu lato. El positivismo, como defensor de un conocimiento factualista o de hechos, socava con ello la posibilidad del conocimiento universal, provocando una crisis de la razón (que es el ámbito propio del conocimiento universal o episteme). El universalismo propio de la episteme nace con la filosofía griega y según Husserl es lo que caracteriza a la cultura europea, que se constituye por lo tanto como una cultura diferente de todas las demás, con posibilidades universales que vienen dadas por la filosofía. La salida de la crisis la ve Husserl en la fenomenología, especialmente tal y como se caracteriza en su última formulación.
CONCLUSIÓN: IMPORTANCIA DE LA FENOMENOLOGÍA. La importancia de la fenomenología durante el siglo XX para la filosofía (especialmente la denominada continental) y ciertos ámbitos científicos (especialmente sociales y humanos) ha sido enorme. Hoy en día se considera que de Husserl derivaron cuatro grandes escuelas fenomenológicas o afines: a) Realista. Caracterizada por la búsqueda de ciencias universales a partir de una fenomenología eidética; ej.: Pfänder, Scheler, Ingarden, etc. b) Constitutiva. Ej.: E. Fink, O. Becker, etc. c) Existencial. Ej.: Heidegger, Jaspers, Marcel, H. Arent, Merleau-Ponty, Sartre, Lévinas, etc. d) Hermenéutica. Partiendo de Heidegger ; ej. : Gadamer, Ricoeur, Vattimo, etc.
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