LA EXISTENCIA Y EL INFINITO - 2012 - 03 - dia 19
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La existencia y el infinito
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Herrman Wais
Dedicatoria Dedico este libro a mis afectos personales: A Dios como principal autor de la obra a través de mí, si es que existe. A mi madre, mis hijos, mi hermano, mi padre, mis amigos y Luis Ferreira, el inestimable editor, por todo el afecto, apoyo emocional y ayuda que me brindaron. A mi esposa por partida doble, como alguien que me apoyó emocionalmente y colaboró de manera insustituible en la corrección de la obra a través de sugerencias inmejorables. A los lectores por animarse a esta aventura del pensamiento, sabiendo que como toda aventura implica riesgos, exige esfuerzos y proporciona el enorme placer de llegar a lugares ignotos del pensamiento. También le dedico a las siguientes personas: el ex presidente Irigoyen, el ex-presidente Illia, Eva Duarte de Perón, ex presidente Alfonsín, Favaloro y en forma muy especial al matrimonio Kirchner. La última dedicatoria amerita una explicación. Considero que los ex -presidentes mencionados, Favaloro y Eva Duarte dieron su vida por lograr que la Argentina sea un país justo y con gente feliz. Quisieron denodadamente el bien común. Principalmente el presidente Néstor Kirchner. Para mí todos fueron ejemplos de vida y alimentaron mi fe en la humanidad. En referencia a la actual presidenta, Cristina Fernández. Le brindo esta dedicatoria como homenaje, dándole las gracias a quien creo sinceramente que se está sacrificando por todos nosotros y no me gustaría que se la reconozca tarde como a la mayoría de los nombrados. Es deber de quienes nos sentimos privilegiados por ser testigos de la gestión de una de las más grandes estadistas de todos los tiempos y de este país, hacerle el reconocimiento en tiempo y forma. Ser agradecido es simplemente un acto de justicia y de buena gente. Gracias a todos, nuevamente. Herrman Wais
Índice Dedicatoria........................................................................................... III Prólogo.................................................................................................. IX Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad.............................................. ¿Qué es la filosofía?.................................................................... ¿Qué es filosofar?....................................................................... Filosofía académica................................................................... Objetivos de la filosofía............................................................. ¿Porqué y para qué filosofar hoy en día?................................ Las grandes preguntas............................................................... Condiciones que debe tener el filósofo para preguntar y responder................................................................................. Las ciencias y la filosofía........................................................... Científicos vs. intelectuales....................................................... El futuro de los filósofos y de la filosofía................................ Advertencia sobre los filósofos a tener en cuenta................. Tipos de filosofía y tipos de filósofos...................................... Métodos de la filosofía..............................................................
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Capítulo 2: La Existencia y el Infinito............................................. Primer gran pregunta, ¿Qué es el ser?.................................... ¿Qué es entonces existir?.......................................................... Verdad vs. Apariencia, Verdad vs. Realidad.......................... La Subjetividad vs. la Objetividad........................................... La dimensión de la creencia..................................................... Lo absoluto vs. lo relativo......................................................... La existencia como forma........................................................ La alienación como fondo de la existencia para los existencialistas...........................................................................
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La existencia como realidad virtual del gran ordenador: El Cosmos................................................................................... Aspectos cuantitativo y cualitativo de la existencia.............. La existencia como información.............................................. La realidad como representación............................................. La existencia como realidad electromagnética...................... La organización, los niveles de organización, niveles de existencia y niveles de conciencia............................................ Lo multi-dimensional o lo multi-verso................................... Realidades posibles, equivalentes y algunas de ellas incomprobables......................................................................... El tiempo desde la filosofía o la cuarta dimensión............... Las teorías sobre el espacio-tiempo........................................ Idealismo vs. realismo / materialismo vs. realismo.............. La realidad del lenguaje y la realidad de la imagen.............. La existencia humana como ser simbólico............................. El sujeto, el objeto y una historia de anécdotas..................... Cosmos vs. Caos........................................................................ Estructuralismo y súper estructuralismo de la existencia... La realidad de la realidad.......................................................... El conocimiento y los criterios de veradicidad como elementos de juicio para la ciencia y la filosofía.................... La verdad construida / la verdad señalada............................. El conocimiento, inteligencia e intuición............................. El pensamiento........................................................................... La diosa Razón........................................................................... La naturaleza de la lógica.......................................................... Las paradojas.............................................................................. La conciencia.............................................................................. El instinto de conservación...................................................... El sentido de las cosas...............................................................
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Ontología o estudio de la identidad de las cosas o el ser de cada cosa..................................................................... La perfección.............................................................................. La voluntad y la existencia como voluntad............................ La libertad y el libre albedrío como modo de existir del hombre.................................................................................. El problema del infinito matemático....................................... Concepción e imaginación del infinito................................... La eternidad como infinito del tiempo................................... El problema de los infinitésimos. Paradojas de Zenón........
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Refutación de la primera paradoja........................................... 268 Refutación de la segunda paradoja........................................... 271 Refutación de la tercera paradoja............................................. 272
Refutación de la cuarta paradoja............................................. 273
La paradoja de la paradoja de Zenón...................................... La paradoja del diario de Bertrand Russell............................ La paradoja del hotel infinito de Hilbert................................ La clasificación de los alephs para distinguir los tipos de infinitos........................................................................ ¿Por qué no se cuestionó la postura de Cantor sobre el infinito?.........................................................................
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Conclusión............................................................................................ En lo que concierne a la filosofía............................................. En lo que concierne al mundo; lo ontológico, sus límites y lo metafísico......................................................... En lo que concierne al conocimiento; o sea lo Gnoseológico................................................................ En lo que concierne al infinito matemático...........................
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Prólogo
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n el libro Qumran de Eliette Abecassis se puede leer el siguiente texto extraído del Talmud de Babilonia: “Quienquiera que nunca haya llegado a especular / sobre estas cuatro cosas: / ¿Que hay encima? / ¿Qué hay debajo? / ¿Qué había antes del mundo?/ ¿Qué habrá después/ más le hubiera valido no haber nacido.” En mi opinión este extraordinario epígrafe revela que el núcleo de la esencia del hombre es la razón humana. Y que a su vez esta encuentra la máxima expresión de su propia razón de ser en el intento de resolución de los enigmas de la existencia. El hombre es esencialmente un ser pensante y como tal, está destinado a resolver el mayor número de enigmas que le es posible a fin de lograr su máxima perfección en su propio modo de ser.
Obviamente los enigmas de la existencia no se agotan en estas pocas cuestiones, la lista es inmensamente más larga y siempre se puede incrementar. Pero como mínimo debe contener interpelaciones que se hace todo ser pensante en su condición de tal como: ¿Qué es el Ser?, ¿Existe un Ser último?, ¿Qué somos?, ¿Qué es la existencia?, ¿Cómo es la existencia?, ¿Existe un sentido para la existencia?, ¿Hay un fin definitivo para la existencia, para la vida, para la conciencia?, ¿Existe una realidad fuera de la mente?, ¿Para qué existo yo en particular?, ¿Existo? ¿Qué existe?, ¿Hubo un origen para la existencia?, ¿Existo solo?, ¿Existe la totalidad en la realidad?, ¿Todo lo que existe es local y transitorio?, ¿Es infinita la existencia?, ¿Son infinitas las dimensiones de la existencia?, ¿Son infinitos los niveles de existencia, los niveles de conocimiento y los niveles de conciencia?, ¿Existe el infinito?, ¿Cómo es el infinito?, ¿Qué es la verdad?, ¿Existe una verdad última?, ¿Existe una verdad que pueda ser sostenida como tal de modo absoluto?, ¿Para qué sirve el saber?, ¿Cómo puedo saber lo que sé?, ¿Para qué saber?, ¿Qué puedo, hasta dónde y cómo puedo saber de la existencia?, ¿Qué es la razón?, ¿La existencia es racional o irracional?, ¿Qué es el pensamiento?, ¿Qué es el conocimiento?, ¿Qué es el sentimiento?, ¿Qué es la inteligencia?, ¿Lo esencial es forma o es materia?, ¿Existe la materia?, ¿Qué es la vida?, ¿Cuál es el sentido de la vida?, ¿Qué es la felicidad?, ¿Qué es la muerte?, ¿Por qué existe la muerte?, ¿Existe Dios?, ¿Si existe como saberlo con certeza?, ¿Cómo es?, ¿Qué quiere?, ¿Existe la certeza?, ¿Todo es causal o casual?, ¿Qué es el tiempo?, ¿Qué es la moral?, ¿Existen los valores y en caso de existir, cuales serian?, ¿Son relativos o absolutos?, ¿ El bien y el mal
son categorías universales o relativas?, ¿Existe lo absoluto?, ¿Existe la libertad?, ¿Qué es la justicia?, ¿Existe la perfección?, ¿La realidad es ininteligible o inimaginable?, ¿Qué es y de dónde procede el instinto de conservación?, ¿Qué es el poder?, y aun algunas mas1. Estas cuestiones y otras similares giran en torno a la conciencia del hombre que ha superado la mera preocupación por la subsistencia, y aun cuando las arroje lo más lejos posible, retornan una y otra vez al centro del pensamiento reclamando una respuesta. Por eso se los llama enigmas. Sin embargo no todos están de acuerdo sobre la importancia de estos tópicos. Algunas mentes pragmáticas – utilitaristas las consideran solo pérdidas de tiempo, es decir cuestiones improductivas. Inclusive, según Ortega y Gasset, el Yankee2 ha llevado su pragmatismo al grado de enunciar que “no hay más verdad que el buen éxito en el trato de las cosas”. Entendiendo por cosas al dinero, exclusivamente. Estas opiniones utilitaristas o pseudo- pragmáticas corresponden a las perspectivas de “los que son meros animales acopiadores de recursos”. El problema de estas mentes utilitaristas es que no alcanzan a vislumbrar el beneficio que significa las dilucidaciones de estos temas para la conservación tanto de la especie como del individuo. O lo que 1 Estas otras preguntas tal vez requieran de cierta gimnasia en los problemas históricos de la filosofía académica y son: ¿Idealismo o materialismo?, ¿Subjetivismo u objetivismo?, ¿Absolutismo o relativismo?, ¿Inmanentismo o trascendentismo?, ¿La existencia precede ontológicamente al ser o es al revés? ¿Qué es el sujeto?, ¿Existe el sujeto de conocimiento?, ¿Qué es el objeto?, ¿Existe el objeto?, ¿Existe el sujeto centralizado y separado del objeto o este se disuelve en los objetos con los que se relaciona?, ¿El arte es un mejor camino que la razón para describir la realidad?, ¿El objetivo de la filosofía se limita a establecer los límites del lenguaje o se puede expedir sobre la existencia de las cosas?, ¿Existen las leyes en el universo o solo es una interpretación?, ¿El conocimiento de la existencia está limitado por el lenguaje?, ¿Qué legitima un saber? 2 El prototipo del Enfant Terrible, adorador monoteísta del Dios- capital. Ese Homus Económicus unidimensional nacido en el capitalismo y exclusivamente para el capitalismo obsceno.
es peor, no les importa porque sus intereses terminan en lo inmediato, restringidos a lo que saben usar de sus existencias. Estas posturas son los que están llevando al suicidio colectivo a toda la humanidad en la actualidad. Por ello coincido totalmente con Heidegger, cuando infiere que quien no se cuestiona sobre este tipo de cosas, hablando metafóricamente, tiene velados los ojos del alma, mira pero no ve, vive pero no existe plenamente porque no es consciente de su existencia, entiende pero no comprende. Pero difiero con su postura cuando sostiene que la filosofía es un tipo de saber con el cual esencialmente no se puede hacer nada. Por el contrario es una herramienta imprescindible para la supervivencia de la especie en un futuro inmediato, y para que el individuo a través de una mejor comprensión de su propia existencia alcance el equilibrio emocional anhelado. Por otra parte ignorar estas preguntas es suprimir la parte más relevante del don de pensar, es desperdiciar la inteligencia y traicionarse a sí mismo como ser pensante, y por supuesto que al despreciar el don de la razón se termina siendo un despropósito de su propia naturaleza. Interpretar, preguntar, entender, comprender y también inventar son cosas propias de ser hombre, que cuando las hace se hace a sí mismo. Mi propósito en este libro es responder de la forma más acertada posible al día de hoy, en algo, algunas de estas cuestiones esenciales y trataré de hacerlo a través de una conjetura orgánica del mundo, una teoría integral de la existencia que no excluya a las ciencias, sino se base en ellas. Tal como lo intentaron hacer los presocráticos. Esta colección de ensayos o tratado, puede ser visto como la gran
reivindicación de la existencia3, porque con espíritu crítico se intentó corregir los errores históricos de la filosofía. El mayor de todos fue sin lugar a dudas el haber colocado en el centro de toda discusión al Ser, cuando debió ser la existencia misma. Defiendo esta cuestión porque creo que es la madre de todas las cuestiones, la que abarca el Todo y su reverso, la Nada. La existencia es el supremo enigma a dilucidar, el que genera a todos los demás. En consecuencia, propuse una penetración arqueológica sobre este tema que no niega la continuidad4, para desenmascarar aquellos prejuicios que gozan de la falsa publicidad de ser verdades indiscutibles. Verdades que en realidad son meros modismos pseudo- autoevidentes u opciones filosóficas encubiertas de deducciones sin más sustento que los arquetipos de buena apariencia. El desarrollo de la mayoría de los temas se hace desde un enfoque fenomenológico, porque se basa en datos sensibles de la realidad, pero no se niega una realidad que va más allá de la percepción, fundamentalmente porque la historia ha demostrado suficientemente hasta nuestros días que no todo se percibe, por ende no todo es demostrable en la actualidad. Mucho depende del umbral de sensibilidad de nuestros sentidos y de la tecnología que se encarga de amplificar las señales5. Por lo tanto, todo conocimiento construido basándose en el mundo 3 El existencialismo que se propone aquí no es el clásico de Sartre, el del nihilismo militante, sino el de la esencia formal por niveles. Es un formalismo esencial trascendente al infinito y a la vez inmanente. 4 Admito que existen capas que aparentemente se suceden abruptamente como las discontinuidades de Foucault. Pero considero que esto ocurre soló en apariencia, porque en realidad una capa origina a la otra según determinadas relaciones de continuidad, tal como ocurre en la física con los cambios de fase. 5 Precisamente el mundo de los microbios o el quántico, o el relativismo del tiempo son cosas que debieron esperar a que se mejoren los instrumentos científicos para que se dé cuenta de ellos dentro del mundo sensible
fenomenológico es incompleto y provisorio, y no da derecho a considerarlo acabado ni a negar posibles explicaciones que aun no se hallen contenidos totalmente en la suma algebraica de las experiencias dadas. Lo extraordinario de la filosofía, es que a través del pensamiento especulativo se puede revelar alternativas lógicas posibles que aparecen como patrones ocultos y pueden explicar la realidad en un nivel más profundo que el que se conoce en la actualidad. Pero esto no debe interpretarse como una objeción total al positivismo y por ende como un aval para cualquier hipótesis, la intuición intelectual basado en premisas lógicas debe jugar un papel esencial en la construcción del conocimiento a partir de conocimientos previos para evitar las contradicciones entre lo lógico y lo percibido comúnmente, o sea las paradojas En resumen, busqué en todo momento representar la realidad tal como se presento a mi razón, en forma de niveles transparentes, cada nivel dejando ver a los otros más profundos en un conocimiento estratificado y entrelazado en superficies de nivel. Y como la existencia abarca todo, porque tiene sentido hablar de lo que existe o puede existir, y aun de aquello que existe como no existencia, no de lo imposible, no pude evitar recorrer la inmensa extensión de lo más extenso que “existe” como tema. La obra se divide en dos capítulos: El primero es un análisis crítico de la misma disciplina filosófica. El segundo es una revisión metafísica, ontológica y gnoseológica, o sea trata del Ser, la pluralidad de la existencia, la existencia en sí y el conocimiento. Es aquí donde se trata de establecer la prioridad de la
Existencia ante el Ser, de modo contundente y no a modo de disculpa como lo hacen Sartre o Heidegger. También se ahonda en el infinito y la forma en que se presenta la existencia. Finalmente hay una conclusión con una síntesis de las principales ideas. Importante Consejo del autor: Debido a la complejidad de los temas a tratar, es conveniente leer primero la conclusión, para tener un hilo conductor de la comprensión. Además, gracias a los subtítulos, se puede seleccionar y leer la mayoría de los temas a gusto y en forma independiente.
Capítulo 1
La Filosofía y su Utilidad
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
¿Qué es la filosofía?
A
caso peco de poco original al comenzar con esta pregunta tan común a todos los tiempos? Comenzaré con ella, justificado por una verdadera necesidad, ya que creo que es el modo correcto de impedir que los prejuicios minen todo análisis desde el principio. Lo apropiado entonces es proceder como lo hizo Descartes, dudando de todo, inclusive de la verdadera naturaleza intencional de la disciplina misma. ¿Es la filosofía un amor puro a la sabiduría y/o al saber, por la sabiduría y/o el saber en sí mismo?, ¿Es una entrega desinteresada, en tiempo y esfuerzo, a entender los signos inocuos que nos muestra la existencia?, ¿hace feliz el acto de filosofar? La definición etimológica resulta insoportablemente cándida para cualquier espíritu crítico de nuestro tiempo, por ende insuficiente para satisfacer una mínima aspiración intelectual. La realidad es que todas las pasiones del hombre nacieron de su instinto de conservación, y esta no es una excepción. Las pasiones son la fuente de energía para luchar contra la muerte o el fin. El hombre ama a la sabiduría en tanto y en cuanto tenerla le asegura poder y este a su vez satisface el instinto de conservación. Filosofía es poder, o por lo menos como toda actividad de un ser vivo debería procurarlo. Antiguamente el poder provenía del lugar que le reservaba en la sociedad la capacidad de previsión, de la solvencia para
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enfrentar problemas, del manejo de información con ventaja respecto a los demás, del aura de misterio que los envolvía por saber cosas comparadas con la magia por lo inaccesible para el vulgo. La fama de sabio ciertamente daba poder. Y como es sabido, el poder despierta respeto y admiración, sentimientos que propiamente infundían esos sabios. En definitiva la filosofía es otro amor más al poder, a ese poder que se logra con la posesión de lo que los demás creen que es la verdad, “saber es poder” diría Foucault. Pero también hay que tener en cuenta un segundo camino por el que se satisface el instinto de conservación. Si alimentamos la creencia de que tenemos una mayor conciencia del mundo que nos rodea y de nosotros mismos, se produce consecuentemente una sensación de aumento de la existencia y esto genera una satisfacción al instinto de conservación. A mayor conciencia hay una sensación de mayor existencia, por lo tanto la filosofía como creadora de conciencia produce un placer indescriptible a quien la desarrolla como actividad. Nos hace sentir que crece nuestro ser como humano, aumenta la autoestima y por ende la felicidad. Esto se vió a través de la historia; la filosofía como conciencia del cosmos en los presocráticos (el saber cómo es el universo y cuáles son sus primeras y últimas causas), luego como conciencia del hombre y camino a la felicidad (Sócrates y los áticos), y por ultimo como conciencia de los prejuicios y remedio contra las angustias, como lo vieron desde Spinoza hasta Jasper.
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
La filosofía como pensamiento aplicado a las cosas que no dependen de las necesidades diarias inmediatas aparece inevitablemente cuando el hombre empieza a sentirse seguro y tiende a desaparecer de igual modo cuando el hombre, falsamente, ya se siente totalmente seguro, tal como ocurre hoy día. Esa pequeña ventana de circunstancias que permite a un ser pensar en la existencia y pensarse a sí mismo en la existencia es tan estrecha que debe aprovecharse al máximo, porque es en ese intervalo donde podrá percatarse de que la filosofía no es un mero lujo, es un despertar absolutamente necesario para la preservación de la existencia. En todo caso el lujo de pensar la existencia esta en el conjunto de circunstancias que lo permite. La filosofía analiza la existencia, buscando saber de qué se trata, como conservarla y cuáles son las condiciones necesarias para conservarla con la identidad que más se puede desear conservar. Cierta emoción y grado de razón en los instintos son comunes a todos los seres vivos superiores, pero el pensamiento elaborado, la abstracción compleja, es patrimonio del hombre y posiblemente, no lo sabemos, de otros seres que no sean terrestres pero que dispongan de algún tipo de inteligencia equivalente o superior. Una cuestión fundamental es, ¿porque la filosofía debería sobrevivir? ¿La necesitamos o es un lujo banal inventado por el hombre para ocupar su tiempo con ínfula de inteligencia y acceder a cierta forma de poder sobre otros hombres y que
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hoy día no cumple ni la una ni la otra de sus finalidades? Para contestar primero intentaremos definir la filosofía por su propia acción, es decir por lo que hace realmente y sus limitaciones en la actualidad.
¿Qué es filosofar?
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etafóricamente filosofar es excavar hasta lo más profundo en la realidad usando como mano o excavadora a la propia mente. Por lo tanto es el arte de preguntar sobre las cosas que están detrás de las cosas que son evidentes. Pero si solo se tratara de preguntar se convertiría en un cúmulo de cuestiones sin resolver, también se trata de arribar a respuestas. Y ahí nos encontramos con su parte más débil, con su talón de Aquiles. Por lo general la filosofía no llega a conclusiones definitivas, completas, seguras y claras, sino a otras preguntas igualmente dificultosas, como si fuera el monstruo de Hidra que por cada cabeza que se le corta aparecen varias. Esta aparente impotencia la encasilla en un protagonismo indigno, el de ser muy buena preguntando y muy mala respondiendo. ¿A qué se debe esto? En principio a una cuestión sicológica del filósofo. Todo filósofo impone límites a su ambición inquisidora porque teme que su propia respuesta, si esta es muy sincera, de alguna manera pueda afectar a su identidad. Toda respuesta
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
novedosa destruye algún prejuicio valioso que esta como puntal de la estructura emocional. Es muy improbable que haya una cuestión totalmente indiferente, donde no este involucrado la autoestima, entonces con juegos de palabras o complejas metáforas elude o sublima la verdad. Muchas veces este proceso es inconsciente, en otras es de adrede. Como dijo Carpio, “es en el fondo del mismo hombre donde la filosofía encuentra sus limitaciones”. En este sentido el maestro del camuflaje de la verdad, sin lugar a dudas, fue Nietzsche, a pesar de la opinión de los que lo defienden, y sin que esto signifique que no tuvo un aporte genial a la filosofía. El otro motivo por el cual las cuestiones quedan inconclusas es que el terreno donde se aventura el filosofo esta mas allá de todo conocimiento posible de verificar de modo experimental, solo cabe la posibilidad de demostrar con la lógica y la intuición, pero a diferencia de las matemáticas donde abundan los objetos primitivos, axiomas y teoremas, acá escasean, por lo tanto lo que se hace es dilucidar las posibilidades en juego. Este hacer sin terminar, esta ineficiencia para concluir en una sentencia y no en múltiples opciones es lo que devaluó a la filosofía ante las ciencias, las que por el contrario avanzan sin pausa en un mundo concreto de conocimientos acompañada de su hija portentosa e irresistible, la subyugante tecnología. Entonces de este modo la filosofía queda solo como el arte de preguntar y la ciencia como el arte de responder a las grandes preguntas.
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Filosofía académica
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ecir que algo es académico o no se ha convertido en un modo de discriminar1 lo que es serio de lo que no lo es en cuanto al trabajo filosófico. Pero muchos de los trabajos considerados como brillantes por los académicos actuales fueron valuados como “no académicos” en sus respectivas épocas. ¿Que nos indica la experiencia entonces? Nos indica que los académicos por lo general son pésimos jueces para evaluar los trabajos filosóficos. Solo han demostrado de manera clara que tienen la capacidad para evaluar si algún trabajo tiene o no un formato académico pero no si es serio, o profundo o acertado. La filosofía de cada quien debería ser evaluada solo por la razón critica de cada uno2, y no es condición necesaria ni suficiente para ser jueces idóneos la erudición sino el uso sutil e intenso de nuestro principal atributo como especie, la inteligencia. Por otra parte desde Sócrates, la filosofía se transformo en un discursos esencialmente antropológico, hasta llegar al grado extremo en Hegel de suponer que la sustancia del ser es la 1 Lo que Foucault diría, un modo de establecer una relación de poder para que no puedan surgir nuevos paradigmas que contradicen la normalidad establecida por los grupos de poder anquilosados en las estructuras académicas. 2 Los filósofos deberían discutir ideas en sí mismas al margen del formato en que se presentan.
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historia de las ideas3. Como consecuencia desaparecieron o fueron muy escasos los filósofos fisicalistas, tales como Spinoza, perdiéndose una de las perspectivas más rica de la filosofía. Casi todos los filósofos contemporáneos son antropológicos en forma exclusiva.
Objetivos de la filosofía
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lo largo del tiempo se le ha asignado distintos objetivos a la filosofía. Para los presocráticos era descubrir la verdadera naturaleza de la realidad, para Sócrates y Platón era entender al hombre y descubrir cuál era el mejor modo de construir una sociedad a fin de ser felices, para los estoicos y epicúreos era saber cómo lograr la mejor forma de vida personal para la perfección, para Descartes era eliminar toda duda en la búsqueda de la verdad, para Nietzsche era imponer la verdad por parte de los veraces, para Kierkegaard era hallar el modo de resolver el problema de la muerte, para Marx era no solo entender el mundo sino cambiarlo para mejorarlo, para Wittgenstein era clarificar el pensamiento por medio de un análisis del lenguaje, para Heidegger redescubrir y cuidar al Ser. Para casi todos, el objetivo de la filosofía ha sido constituirse 3 Humanas por supuesto. Inclusive con Heidegger se llega al extremo de suponer que el universo se hizo para que la inteligencia del hombre lo contemplara. Esto hizo perder la perspectiva cosmológica, fisicalista y naturalista de los presocráticos, donde el hombre se insertaba en el conjunto como un elemento más. Perspectiva legitima con la cual nació la filosofía.
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en una terapia para las angustias existenciales de la vida. Se podría decir que la mayoría tuvo razón, y en base a ello se podría establecer los siguientes objetivos a cumplir por la filosofía: 1) Proveer las posibles explicaciones de la existencia de las cosas (los seres) en el mundo para después ser comprobadas por la ciencia. Es decir generar las hipótesis que serán científicas a futuro, tal como propusieron los Presocráticos4 a excepción de Parménides y Heráclito que pensaron el Ser de los seres. 2) Pensar el Ser de los seres como totalidad o forma de la existencia primordial como propusieron Parménides, Heráclito y Heidegger 3) Mitigar las angustias existenciales debido a las impotencias del individuo finito ante lo infinito de la existencia. 4) Proveer de ideas para una conservación estable de la sociedad5 . Es decir elaborar consejos para gobernantes a fin de fijar objetivos racionales para la sociedad. 5) Proveer ideas guías para la conservación de la identidad del individuo. Lo que se llamaría Filosofía de Vida. 6) Poner en evidencia los abusos y la manipulación que hacen los poderes sobre el ciudadano común. Entendiendo por poderes no solo a los 4 Como en el caso de Demócrito que propuso la existencia del átomo, para que 26 siglos después se descubrieran partículas como los quarks que se asemejan a los átomos de su teoría. 5 Como propusieron Sócrates, Platón y Aristóteles.
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
que corresponden al estado sino también a las corporaciones industriales, financieras, de los medios de comunicación, e instituciones religiosas. A priori, debe clasificar, ubicar los centros de poder y evaluar cual es la gravitación de cada uno de ellos en el conjunto. 7) Purificar el lenguaje para evitar equívocos. 8) Generar las preguntas necesarias para las ciencias. 9) Detectar los errores epistemológicos de las ciencias. 10) Comprender en un todo coherente a la casi totalidad del conocimiento científico. 11) Generar nuevas lógicas. 12) Traducir la experiencia a un discurso lógico. 13) Poner en evidencia los prejuicios que condicionan la vida de los individuos y sociedades para luego mantenerlos vigente si así se los considera benéficos para la conservación o eliminarlos en caso contrario. 14) Definir la identidad de lo que es ser Humano y su relación con el universo. La filosofía por eso no puede morir, aún le queda demasiado por hacer. Y siempre que el hombre desee no solo entender, sino comprender a la existencia, la filosofía tendrá un papel esencial. Los filósofos que anunciaron su muerte, lo hicieron solo porque no vieron más que uno de sus tantos objetivos y lo creyeron ya cumplido o imposible de intentar. Posiblemente la filosofía desaparezca en forma transitoria o definitiva en casos de caos generalizado, sociedades con dictaduras extremas, sociedades al borde de la extinción
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por autodestrucción, o cuando la humanidad deje de ser tal debido a un materialismo trans-humante6.
¿Porqué y para qué filosofar hoy en día?
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lguien dijo que hay una mayor separación en cuanto a evolución mental entre un hombre moderno y Sócrates, que entre el Homus Habilis y Sócrates. Porque actualmente se suspendió el desarrollo del espíritu de hombre, es decir de ser pensante y critico de su propio pensamiento. Se cree que hubo un retroceso a un estadio muy anterior al de los pensadores presocráticos para dejarse llevar por el vértigo del consumismo. Pero esa es una apreciación errónea, si bien es cierto que la inmensa mayoría de los seres humanos actualmente dejan que el tiempo transcurra entre la distracción del juego, el hedonismo y la inercia mental, existe en la actualidad, como en los tiempos de Heráclito, una elite que avanza profundamente en el conocimiento de sí mismo y el mundo que le rodea. Por eso, en lo personal, filosofo para escapar de la rutina diaria de sobrevivir en un mundo vulgar y no convertirme en una máquina estúpida de consumo. 6 Término que significaría una transformación de la identidad humana o persona a otra identidad sin los valores humanitarios, donde solo prevalecen los valores del bien material traducido a dinero.
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Es un modo de ver la existencia sintiéndome un ser doblemente privilegiado, uno porque la vida me ha dado la facultad de razonar sobre mi existencia y por otro lado porque me ha dado la oportunidad de ejercer el derecho a hacerlo. Eso me hace un hombre con la sensación de tener mucho grado de libertad en el uso de la razón y no ser una marioneta de la sociedad de consumo como el común de mis congéneres post- modernos. Se podría decir que satisface honorablemente mi vanidad y en cierto modo como ya se dijo, representa una forma de poder, en la actualidad el poder de no ser manipulado. También tiene un fin general y práctico, encontrar un rumbo que no sea autodestructivo tanto para la existencia individual como para la especie toda. Ambas cosas son buenas para el supremo instinto de conservación, para el cual y por el cual vivimos. Un hombre que no filosofa es por lo general alguien que va por la vida sin un proyecto trascendental, un ser fácil de manipular por la falta de autocrítica, y por sobre todo, casi seguro, supersticioso. Un ser in-auténtico según palabras de Heidegger, trata de sentirse superior rindiendo culto y santificando ciertos rituales sociales. Endiosa frases como “que un hombre es culto si sabe que vino va con cada comida y cuál es la temperatura a la cual debe estar” o “el hombre evoluciono gracias a la ciencia” o “la ciencia evoluciono gracias a la guerra”. En pocas palabras se cree cualquier frase que suene medianamente inteligente sin hacer un análisis con
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profundidad, lo que lo hace vulnerable a la manipulación. Un filósofo autentico está afuera de la adicción por la tecnología, el confort y la moda, por lo tanto tiene más probabilidades de ser más estable desde lo emocional, y por ende menos insatisfecho. En definitiva, filosofar es saludable para el individuo, ¿pero lo es también para la sociedad?, ¿es una cura para la sociedad? ¿Puede ser una guía para la praxis social? Para responder recurro a Platón, quien decía que al Estado Ideal no se llegaría “a no ser que los filósofos gobiernen…o los gobernantes filosofen…no habrá tregua para los males ciudadanos...” A modo de ejemplo podríamos referirnos a los Estados Unidos en la actualidad, cuya sociedad es un sistema de una complejidad y tecnología sorprendentes, sin embargo la gente vive ansiosa y neurótica, y por sobre todo prisionera de una trampa feroz, la cual es la confusión de significados. Esta sociedad confunde lo que significa felicidad con solo placer, libertad con solo la libertad de poseer, y democracia con solo el modo de vida americano. Eso la hace vulnerable a la manipulación política por parte de su gobierno, quien por otra parte ve a su pueblo como un mercado de votantes. En un pueblo así, convertido en un hato de consumidores la democracia se transforma en una superstición, en un estandarte vacío de contenido. Solo le cabe esperar un futuro, el que profetizó la película “La guerra de las Galaxias”. Es decir, una sociedad maniqueísta, súper desarrollada en tecnología, pero
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infra -desarrollada en las demás áreas del saber y el pensar. Queda entonces, esta sociedad, reducida a un paupérrimo mundo, no en lo material sino en lo cultural. Un pueblo tecnócrata y anestesiado por la droga del confort, que ya fue previsto por Heidegger como una inevitable consecuencia del abandono por parte del hombre de su ser en sí mismo y su sumisión a la cosa tecnológica. En este mundo, quienes7 osan denunciar la falsedad de la tan promocionada libertad de mercado se convierten automáticamente en terroristas. Quienes no aceptan las leyes de ese supuesto “mercado libre” son rotulados de “herejes” porque atentan en contra de los hipotéticos sagrados fundamentos neoliberales. Irónicamente, en este contexto neoliberal, solo se admite la violación de estos principios cuando proviene del poder del capital mismo, por reconocerle un origen casi divino. Todo esto es realimentado continuamente a través de una publicidad persuasiva dirigida por los que gozan de los beneficios de este estado de cosas. Esta es una sociedad que confunde cultura desarrollada con culto a la tecnología alienante. El destino de su población es la de ser unos idiotas tecnológicos. Ávidos de consumir lo que se le ocurra al stablishment producir y ponerle delante de sus narices. Si solo ellos sufrieran las consecuencias de no tener un espíritu crítico no sería nada, lo lamentable es que se trata de la primera potencia del mundo en lo económico y en lo 7 Noam Chomsky, Michael Moore y otros.
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militar. Posición privilegiada que no es mérito de los que gobiernan, ni de la mayoría indolente que no vota ni de los que votan irresponsablemente, sino de la minoría de científicos e intelectuales que por lo general no votan a los que llegan al gobierno. Por lo tanto la irresponsabilidad de este país es enorme. Toda sociedad que no filosofa puede caer en esta situación, la de ser manipulada alevosamente sin que tenga una mínima capacidad de reacción. Un físico-filósofo ruso propuso en base a una intuición lógica, que en nuestro universo se pueden desarrollar tres tipos de civilizaciones, a saber: Civilización tipo 1) Una donde el desarrollo tecnológico supera en mucho al cuerpo de conocimientos de la filosofía. Este tipo de sociedad está condenado a la autodestrucción porque termina manejando armas de destrucción total y altas energías sin tener el criterio racional que da la filosofía para controlar el ímpetu violento de usarlos ni contrarrestar los fanatismos propios de la combinación de tecnología híper-desarrollada e ignorancia. Civilización tipo 2) Una donde predomina la filosofía sobre la ciencia aplicada. Es vulnerable a la fuerza devastadora de la naturaleza y por lo general víctima del aniquilamiento por parte de las civilizaciones del primen tipo. Esta civilización está condenada a la destrucción desde fuera de ella debido a que no desarrolla una tecnología suficiente como para enfrentar los peligros del mundo.
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
Civilización tipo 3) En esta el desarrollo tecnológico es coherente con el filosófico. Sus miembros equilibran los avances tecnológicos con una evolución mental de criterios y valores que les permiten disponer de estrategias de desarrollo sostenible y compatible con la auto-conservación. Lamentablemente, nuestra civilización parece enmarcarse hasta ahora más bien en el primer tipo que en el tercero, por lo cual su destino, aparentemente, tarde o temprano será la autodestrucción. Lo que nos puede salvar es la propuesta de Heidegger, reconciliarnos como personas con la tecnología, para lo cual tenemos que retornar bruscamente al pensamiento crítico de la filosofía. Reconciliarse con la tecnología significa usarla como objeto sin transformarse en un objeto de uso en si de la misma, es decir no vaciar la persona humana con sus notas esenciales de explorador de la existencia para transformarse en un vicioso usuario- dependiente del confort y la moda tecnológica.
Las grandes preguntas
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e dijo que la filosofía era el arte de preguntar, pero no cualquier pregunta es filosófica, sino solo aquella cuya respuesta pueda explicar algo que abarca todo, en el espacio y el tiempo, algo universal o por lo menos lo más común. La filosofía debe tratar de explicar la existencia misma.
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Como individuos conscientes de su propia existencia nos planteamos cuestiones que de algún modo apuntan en la dirección de este gran enigma que es la existencia, ya sea preguntándonos por Dios, el Ser, la vida, el tiempo, el espacio, la muerte, la conciencia, el origen y fin del Cosmos, la verdad, la realidad, el conocimiento, el Universo y las que se derivan de nuestra existencia en sociedad, como la Justicia, el bien, los valores, el amor, y la felicidad. Preguntar por sus causas, sentido y en qué consisten es tratar de desvelar ese fundamental enigma, ya sea a nivel individual o general. Para las grandes preguntas se requieren respuestas breves, económicas pero potentes, respuestas capaces de sintetizar el todo, en otras palabras cada gran enigma se resuelve por lo general con un gran aforismo.
Condiciones que debe tener el filósofo para preguntar y responder
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i el filósofo pretende llegar hasta la raíz de una cuestión trascendental, debe manejar no solo la historia de la filosofía y de sus ideas8, sino los fundamentos generales de las ciencias como la física, las matemáticas, la biología, el lenguaje, la psicología, entre otras. Esto lo entendieron bien los griegos y por eso llegaron muy lejos. Obviamente muchos se rasgaran las vestiduras alegando que 8 Que para algunos como Hegel es la filosofía misma.
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es materialmente imposible abarcar el cúmulo de conceptos al que se llegó en la actualidad. Sin embargo sostengo, que de lo contrario no es posible avanzar en filosofía hasta una profundidad respetable. Basta recordar que muchos de los temas que fueron objeto de análisis de la filosofía porque estaban en las fronteras de lo verificable, hoy la ciencia ya los sobrepasó e introdujo nuevas fronteras para el análisis. Como ejemplo, existen nuevas perspectivas aportadas por la ciencia en la concepción del tiempo, el infinito y la relatividad. Y como nuevas fronteras a explorar por la filosofía: estan; la quántica, la evolución, la teoría de la información, la existencia multidimensional o el origen del universo. Por lo tanto, el filósofo debe ser prácticamente amoral, o sea, que debe asegurarse hasta el extremo de lo posible de no estar limitado por prejuicios altamente condicionantes para sus afirmaciones. No obstante debería conservar convenientemente aquellos prejuicios que beneficien la conservación individual y de la especie. Lo que debe mantenerse, siempre que no afecte a la autoconservación, es la sinceridad en la descripción de la realidad que experimenta. El filósofo no puede limitarse solo al análisis del lenguaje, porque el lenguaje tiene significados referidos a una realidad fáctica, la cual responde a leyes que son estudiadas y definidas por las ciencias. Por lo tanto el filosofo no puede ignorarlas porque sino ignoraría de lo que está hablando. El filósofo no puede ni debe reemplazar la observación de la realidad por el uso exclusivo del análisis de las ideas ya
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elaboradas por otros. Eso solo lo conduciría a la necedad. Creo que está vigente como nunca la frase de Platón escrita a las puertas de la academia: “El que no sabe de matemáticas, que no entre”. Le agregaría por supuesto física, química, astronomía, biología, psicología, historia, informática, lógica y economía. Por otro lado no puede faltar en el filósofo el compromiso absoluto con lo que cree que es la verdad. Debe tener la sinceridad intelectual suficiente como para destruir sin contemplaciones las supuestas verdades que le preceden, si se quiere impiedad intelectual. Aunque estas verdades formen parte del conjunto de prejuicios necesarios para ser feliz o sostener su identidad personal. Inclusive si implica destruir la autoridad de algún referente que representa un ídolo del pensamiento social o personal. No se puede ser blando y negociar con las ideas de la filosofía, ni siquiera un poco. Esto también significa que no se debe reemplazar el objetivo de descubrir algo tal como es realmente por lo que se desea que sea. Esta no negociación de las ideas filosóficas también implica que se debe denunciar las injusticias sociales, y las falsedades políticas, religiosas, filosóficas o científicas imperantes en el tiempo y espacio que le toca vivir al filósofo, a menos que la vida personal o de alguien más esté en juego9. El filósofo debe tener en cuenta que hay cosas que se mantienen tenazmente ocultas a los ojos de la razón y la 9 Esto es un límite personal, por supuesto.
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percepción. Unas, porque tienen una oscuridad tan densa que devora toda luz de razón que intenta penetrarlas, a las que llamamos enigmas; otras porque han sido tan develadas, hasta tal profundidad y en tantos sucesivos niveles que se han vuelto transparentes a la luz de la razón. La razón ya no se inmuta al atravesarlas y las llamamos obviedades. Precisamente los enigmas permanecen más oscuros cuando más ignoramos las cosas obvias. El filósofo debe proceder entonces en este orden, primero descubrir lo obvio que paso desapercibido y segundo, con lo descubierto revelar los enigmas. Por otro lado, el filósofo habrá de permanecer abierto a las nuevas ideas, porque no existe una última verdad. Ideas que deberán ser sometidas con todo rigor a todo tipo de análisis, dado que para poder proseguir el camino hasta la próxima verdad, tendrá que eliminar en lo posible las contradicciones aparentes.
Las ciencias y la filosofía
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rnesto Sábato en su libro “Apologías y Rechazos” denuncia el ataque a principios del siglo XX del positivismo científico hacia la filosofía. Según Sabato, su profesor Richard Gans,10 hacia la siguiente apología de las ciencias: “en el comienzo de los tiempos todos los conocimientos estaban en un gran tonel. Vino un día 10 Su cátedra fue contratada por la Universidad de la Plata.
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alguien, puso las manos y saco las matemáticas, otro día alguien extrajo la física, mas tarde se extrajeron la geografía, la zoología, la botánica, y así durante un tiempo. Hasta que llegó quién, metiendo la mano... sin encontrar nada más. Eso que extrajo es la filosofía”. Teniendo en cuenta que la filosofía no es la suma algebraica de las ciencias, mantengo la postura que las ciencias son fundamentales para la filosofía ya que ellas permiten elaborar nuevas preguntas y hallar respuestas para las que aun no han sido resueltas. La filosofía surge precisamente por la relación de los conocimientos de todas las ciencias, es el todo mayor que las partes. Obviamente si negamos a todas las ciencias la relación posible entre ellas, relación que permite un saber más totalizador, la filosofía desaparecerá. Precisamente porque no es una estricta suma algebraica de las ciencias, sino porque es el producto de la coexistencia de las mismas. Es un saber holístico. Es menester aclarar que los científicos, cuando aplican el método, actúan en primera instancia como filósofos. En el planteo del problema, el científico debe pensar de modo filosófico, es decir escrutando en las causas más profundas que van más allá de lo observado, aunque sea de manera provisoria. Interpreta las señales de la naturaleza por la intuición y el contexto de justificación disponible. Solo cuando realiza el experimento y toma mediciones procede estrictamente como positivista. Prueba de ello es que los
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grandes avances de la ciencia teórica lo hicieron científicos que se preguntaron cómo filósofos, y el avance de la filosofía se hizo tomando los nuevos paradigmas de la ciencia. Si hacemos una analogía para graficar la situación, las ciencias serian los sentidos que permiten recibir la información de la realidad y la filosofía el cerebro que la interpreta. Ambos se necesitan. La ciencia saca a la filosofía del autismo en que se sume cuando pretende analizar solo el lenguaje y las ideas previas, y la filosofía le da al científico una visión general, superando la visión monotemática del positivismo a ultranza. El descubrimiento helio-centrista de Copérnico, la teoría de la evolución de Darwin, el psicoanálisis de Freud, la teoría de la relatividad de Einstein, el casualismo de la Teoría Quántica, el infinito en la Teoría de Conjuntos, el Big Bang como teoría origen del universo, la existencia de la antimateria, la teoría de los multi-versos, la genética, la teoría del conocimiento a partir de la teoría computacional e informática, son algunos de los estudios de la naturaleza que han movilizado nuevas concepciones de la realidad y que por su profundidad han modificado radicalmente la percepción filosófica. Mientras las ciencias conforman el ojo que busca el brillo en el mito de la objetividad de las causas y el arte es el otro ojo que busca deslumbrar con la inteligencia de los fines, la filosofía es el genio que busca enhebrar a ambos en la realidad, es la que nos da la visión estereoscópica para que
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podamos ver en profundidad. La existencia es un espectáculo, y como todo espectáculo tiene a los especialistas que manejan los conocimientos técnicos específicos y que ven al detalle. En el espectáculo está el guionista, el camarógrafo, el iluminador, el escenógrafo y el maquillador. En cambio en la realidad, los técnicos específicos serian los científicos, los teólogos y expertos. Todos ven una parcela del todo. Solo el filósofo intenta ver a la escena en su totalidad, como lo hace el director de la obra. Debe saber de todo un poco, y abarcar lo máximo de la totalidad. Por eso para entender están las ciencias y la filosofía para comprender. Esta es la razón por la cual el científico no puede sustituir al filósofo. Siempre hará falta alguien que amalgame todo el conocimiento disperso para darle coherencia al saber. Se dice que tanto las ciencias como la filosofía se ocupan de investigar las causas de las cosas, pero difieren en que las primeras son específicas en sus objetos de estudios y tienen métodos suficientes de comprobación, en tanto la segunda es general y solo dispone como herramientas para su credibilidad de la lógica y de la intuición. La intuición es una lógica más grosera y rápida. Pero en realidad lo que llamamos causas son solo estados intermedios de las transformaciones de la existencia, y lo que desvelamos en realidad son mecanismos, o sea que siempre descubrimos el “como” ocurren y lo interpretamos como el “porque”. La identificación de una determinada etapa del proceso
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como “causa” y otra como “efecto”, obedece a las necesidades del instinto de conservación. Seguramente aquella parte del proceso, al que llamamos causa o efecto, durante mucho tiempo debió servir como señal para cambiar nuestra conducta, o sea cambiar la estrategia de supervivencia. A fin ilustrativo podemos tomar como ejemplo la idea de que el día se origina por la aparición del sol en el horizonte. Se lo interpreta como todo un evento causal, pero la posición relativa del astro luminoso varia las veinticuatro horas como producto de la rotación continua de la tierra, por lo tanto lo que identificamos como causa es solo parte de un proceso, un “como” aparece la luz del sol y traducimos como un “porque” aparece la luz del sol. En el ejemplo, era necesario distinguir los horarios diurnos de los nocturnos porque las estrategias para sobrevivir no pueden ser las mismas durante el día que durante la noche. De la misma manera al fenómeno de la lluvia se le atribuye como causa la formación de las nubes porque la humanidad desde tiempos remotos ha identificado a la lluvia como elemento necesario para los cultivos, pero bien podríamos invertir la relación causa- efecto diciendo que las nubes existen gracias a la lluvia, dado que ambos son fases del ciclo del agua. Esta inversión en la relación causa y efecto no lo hacemos, porque la presencia de nubes no es determinante para la producción de alimentos pero si la lluvia. En resumen, la explicación de las causas de los fenómenos
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es siempre una descripción procedimental y no causal en el sentido estricto del término. Cuando se dice que la filosofía y/o la ciencia buscan las primeras causas, lo correcto sería decir que a partir de algún punto, busca la secuencia de procesos que originaron el actual proceso. Por otro lado hay que olvidarse de la idea de que la filosofía busca un saber universal de absoluta absolutez. Si la realidad se trata de infinitos niveles de existencia, la conciencia de la misma tendrá también infinitos niveles de saberes, por lo tanto la filosofía deberá buscar definir lo mejor posible cuáles son esos niveles y sus límites borrosos. Dado que la existencia y la conciencia existen en infinitos niveles, a medida que profundizamos los conocimientos filosóficos nos alejamos cada vez mas de las interpretaciones relacionadas con las percepciones cotidianas, porque en el ejercicio de traducir la realidad externa, los hechos relacionados con los niveles más hondos de la misma se dan en condiciones de laboratorios. En estas esferas los fenómenos se convierten en hechos científicos y su interpretación inteligible se dará dentro del formalismo abstracto de las ciencias. Ahora bien, en la actualidad, al tratar temas tradicionalmente filosóficos como el origen del universo, la naturaleza de la realidad o de las percepciones, la muerte o la vida, la causalidad o el tiempo, la felicidad y la conciencia entre otros, no podemos dejar de considerar los últimos
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descubrimientos de las ciencias. Descubrimientos que se encuentran expresados en su forma más natural y completa en lenguaje no coloquial. Finalmente, intentar desvincular a las ciencias de la filosofía es una patética necedad.
Científicos vs. intelectuales
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n los últimos tiempos los filósofos o intelectuales y los científicos se han reprochado mutuamente la condición de ignorante. El intelectual critica al científico, porque este ignora la naturaleza epistemológica de su conocimiento. Para el intelectual, el científico no piensa sus saberes. Sostiene con mucho acierto que el científico no aplica su capacidad deductiva para ver porque surgen y para que se utilizaran los saberes que genera. Además que emplea términos sacados de la filosofía tales como Cosmos, caos, tiempo, vida, muerte, infinito y otros dándole meramente el significado de variables para sus fórmulas, o sea desnaturalizando sus significados originales y genuinos que son más completos. Acusa al científico de un criterio reduccionista de la realidad. En tanto el científico acusa al intelectual en general de pretender expedirse sobre la realidad sin mirarla, o sea sin analizar las leyes o limites naturales que regulan su visión. El científico critica al intelectual por su analfabetismo
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científico11 y que este último, a pesar de ello opine sobre la ciencia y sobre la realidad. Lamentablemente, en mi opinión, ambos tienen razón. El reduccionismo científico se ha hecho palpable precisamente en la interpretación del tiempo. Cuando surgió la teoría del Big Bang los científicos hablaban con total desparpajo sobre el origen del tiempo en el Big Bang. En realidad lo único que podían afirmar legítimamente era que se podía tomar un instante cero para explicar la actual distribución de energía y materia en base a las pocas leyes que se conocen, que no es lo mismo que el origen del tiempo. La evidencia de semejante impostura surge de la misma física, ya que la teoría de membranas, como ya lo hacia el pensamiento filosófico, prevé un tiempo anterior al Big Bang. En cuanto a la ignorancia del científico de cómo se utilizarán sus conocimientos ni porque determinados factores de poder lo manipulan para que los genere es bastante cierto. Pero hay un componente de esa ignorancia que es inevitable y otro que se debe al interés del científico por satisfacer su egolatría al precio que sea o satisfacer su deseo de dinero o fama al precio que le ofrecen. La parte inevitable no lo pueden entender los filósofos alejados de las ciencias puesto que no saben que cualquier descubrimiento teórico en las ciencias tiene miles de posibles aplicaciones, y muchos de ellas insospechadas. Por ejemplo las consecuencias del descubrimiento de la formula É = m. c2, de la teoría restringida de la relatividad 11 Sokal enfatiza esta crítica en su libro “Imposturas Intelectuales”.
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en principio no generaba la idea de servir para la fabricación de una bomba, porque todo indicaba de que se necesitaría invertir más energía que la que podría generar. Pero otros descubrimientos posteriores permitieron la generación de dicha bomba. Lo mismo ocurrió con el algebra de los números complejos. En un principio se lo vio como un inútil ejercicio abstracto, pero hoy día es imprescindible para la electrónica, la relatividad o la quántica. En definitiva, a los científicos no se les puede pedir que predigan todas las consecuencias de sus descubrimientos a largo o mediano plazo, pero sí que asuman por lo menos un cálculo estimativo y responsable del uso obvio e inmediato que le darán a estos conocimientos. Los científicos tienen la responsabilidad ética de darse cuenta si están siendo manipulados o no por el poder de turno para fines contrarios al interés general o si están sirviendo al bien común. En cuanto al analfabetismo científico de los intelectuales o filósofos, como ya se menciono en párrafos anteriores, impide que vean la realidad tal como se le presenta y asuman actitudes y verborragias de mucha necedad. Solo queda por decir que las ciencias deberán volver como hijas pródigas al seno de su madre y la filosofía obligadamente deberá aceptarlas en su seno para que el conocimiento humano vuelva a encausarse. No en un pensamiento tecnológico como temía Heidegger, sino en la sabiduría de cómo la humanidad puede sobrevivir con dignidad.
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El futuro de los filósofos y de la filosofía
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o existe parangón en la necedad de aquellos filósofos que quieren deslindar la filosofía de las ciencias. Estos se cavaron su propia fosa cuando intentaron recluir totalmente la filosofía a las oscuras y manipulables profundidades de la metafísica. La metafísica es altamente manipulable precisamente porque es inaccesible a cualquier verificación, en última instancia su credibilidad depende de los propósitos que persiguen los sujetos cognoscentes, o sea de sus prejuicios necesarios para ser felices. Las leyes de la naturaleza llevados a modelos físicosmatemáticos, conforman un cuerpo de conocimientos que se puede confirmar a través de la repetición y la predicción en el tiempo y el espacio, y no existe ningún motivo válido, fuera de una especulación intencional y prejuiciosa, para suponer que en el substrato de la realidad existan argumentaciones sobrenaturales que violen estas leyes. Por culpa de los filósofos segregacioncitas de la ciencia, la Filosofía perdió su atractivo y a la vez su credibilidad para las mentes poderosas. La Filosofía se desnaturalizó con la desnaturalización de la realidad. Si un pensador de la Grecia Clásica supiera de esta pretensión malsana, de cortar el cordón umbilical que une a las ciencias al seno de su madre, simplemente lo verían como un sacrilegio con justa razón. Entonces el futuro de los filósofos depende fundamentalmente
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de los filósofos. Es decir del grado de capacidad que adquieran para tratar los nuevos paradigmas que ofrecen las ciencias, de la eficiencia en generar respuestas para las grandes preguntas o en su defecto alternativas, de la idoneidad que pongan de manifiesto para asesorar al resto de la sociedad en fijar objetivos de bien común y conservación. Si esta capacitación no se hace, la sociedad los marginara como algo inútil y serán considerados un lastre. Su lugar lo ocuparan totalmente los técnicos, científicos experimentales y políticos. Pero los perjudicados no serán solo los filósofos, la sociedad perderá el espíritu autocrítico, y se transformará en una sociedad autodestructiva, tecnócrata, superficial hasta la crueldad y patéticamente supersticiosa. Hay que recordar que los filósofos fueron desde siempre los destructores por excelencia de mitos y supersticiones. Entonces la escala de valores estará determinada exclusivamente por el consumo y el confort, y la ley más respetada será la de la oferta y la demanda. Así será el futuro sin futuro de una sociedad sin filósofos.
Advertencia sobre los filósofos a tener en cuenta
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recisamente hoy, cuando el peligro de autodestrucción colectiva del hombre parece inevitable, es cuando la sociedad necesita más que nunca de los filósofos. A pesar de
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que la humanidad en su arrojo suicida no se percate de ello. Y aunque la actividad filosófica para algunos parezca encontrar su sitio más natural lejos del ámbito contaminante del poder, como sostuvieron Sócrates y Platón debe estar lo más cerca posible de él para influenciarlo positivamente en vista de la auto-conservación de la especie. ¡Los filósofos al poder!, seria la consigna más saludable para la humanidad. Y es por eso que no se debe bajar la guardia cuando se indaga sobre sus ideas, más aún si se trata de un gran escritor o de un buen orador. La inteligencia no discrimina, puede estar al servicio de la revelación tanto como del engaño. Lo más interesante que puede ocurrirnos cuando leemos a alguien es que, en algún punto determinado de la lectura, nos llame la atención la hermenéutica de la realidad fenomenológica para rebatir a la hermenéutica de las ideas expuestas. En ese punto hemos entendido muy bien al escritor, porque hemos detectado su error, negar la realidad que se experimenta o introducir irracionalidad donde no la hay. En los filósofos existe una reiterada manía de inventar lo que no se ve, ni se oye, ni se huele, ni se intuye arguyendo una “sensibilidad espiritual”, que en realidad no deja de ser una estrategia para suplir las deficiencias de las argumentaciones que buscan que el mundo sea como uno quiere que sea. Suelen usar grandes verdades como grandes arietes. Saben que el daño de una mentira es mucho más profundo y devastador, si entra detrás de una verdad, porque la verdad le sirve de escudo y de punta a la vez.
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Esta malsana técnica, muy usada por una gran parte de los políticos también, consiste en desenterrar sin miramientos verdades (grandes verdades) sepultadas bajo pesados montículos de prejuicios históricos. La demostración de valor y fuerza “exhibida” en esa tarea le acredita las condiciones de ser un pensador en serio, sincero, confiable, un valiente que va al rescate de la oculta verdad. La revelación es la primera fase, luego viene la segunda, la perjudicial. Primero se cura al enfermo y a continuación se introduce una nueva enfermedad. El daño es tremendo, porque el paciente recién curado, aun debilitado, se siente insuflado de una falsa fortaleza, de un exceso de confianza. Esto lo hace más vulnerable porque se vuelve imprudente ante cualquier nueva enfermedad. Cuando se está disfrutando del descubrimiento del engaño y el prejuicio yace destruido a los pies, aún bajo los efectos soporíferos del éxtasis de la victoria del pensamiento, el filósofo malintencionado o irresponsable introduce sin advertencias la nueva enfermedad, o sea su propio prejuicio. La historia termina con un fanatismo superior al que se combatió al principio, con un ciego que se cree más iluminado por la nueva oscuridad. Así Descartes luego de exponer su genial método basado en la duda cae en la ilusión del ego dado e inmutable, Freud luego de su magistral análisis de la psiquis ofreció su terapia Psicoanalista como la mejor pócima, Karl Marx luego de
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su genial denuncia de la lucha de clases como genealogía de la cultura se despacho con su defectuoso Socialismo Científico, Nietzsche con sus revelaciones sobre la falsedad del absolutismo de la moral propone su propia moral de niño engreído y petulante, Wittgenstein luego de revelar el papel fundamental del lenguaje para la visión del mundo se despacha con un reduccionismo a una lógica deficiente e incompleta. Por lo general todos son genios para revelar la falsedad, pero resultan falsos al proponer sus soluciones, tal como los adolescentes que denuncian la hipocresía de los adultos y las reemplazan por las hipocresías aun más crueles y grotescas de los adolescentes. En definitiva, la razón principal por lo que la filosofía no pudo avanzar como un todo coherente a lo largo de la historia es que, debido a que no tiene un método seguro de comprobación como la ciencia para dilucidar toda polémica a la larga o a la corta, se convirtió en un campo de argumentaciones para justificar el modo de ser de cada filosofo y no en un laboratorio mental de búsqueda de la real forma de la existencia. La filosofía tuvo dos momentos donde se generaron los mayores desvaríos, uno con el Ser de Parménides, el otro con el maldito nihilismo. El Ser de Parménides creó un mito que relegó la importancia del fenómeno dentro de la reflexión filosófica, o peor aún, lo expulsó fuera de ella, y en consecuencia produjo el divorcio entre el saber científico y el especulativo. La nada de los
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nihilistas como aparición final del Ser, el absurdo como consecuencia de su hallazgo y la nausea provocada por este absurdo son el resultado lamentable de la mala praxis de la filosofía existencial12 que espanta toda esperanza de la filosofía. El error consiste en pretender hallar un soporte estructural de la existencia. El Ser de cada cosa es la forma de la existencia, y no existe una forma final, siempre habrá un siguiente nivel, y por ende un siguiente Ser de la misma cosa. Hay un ser legítimo para cada respectivo nivel. Al contrario de que todo sea absurdo como proponen los nihilistas, de este modo nada es absurdo. Todo es demasiado racional. Tan racional que la existencia prescinde de los fines subsidiarios de las pretensiones humanas y nunca se toca fondo en la búsqueda. El existencialista, o seudo- existencialista, con su inteligencia miope es quien ha atacado a la existencia. Tal vez sería más propio llamarlo anti- existencialista. De este tipo de práctica de la reflexión filosófica es de lo que nos debemos cuidar.
Tipos de filosofía y tipos de filósofos
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l filosofar es una condición necesaria aunque no suficiente para evitar vicios de autodestrucción tanto
12 Tal vez por ese motivo en un acto de sinceridad intelectual, Sartre se negaba a ser identificado como existencialista.
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en el individuo como en la sociedad. Así también, dota de algún sentido racional a la existencia individual como a la social, sin que esto implique que dicho sentido no sea nada más que un prejuicio ficticio pero necesario. La filosofía tiene entonces como una de sus funciones principales la grandiosa y penosa misión de encontrar, y si es preciso inventar, algún sentido al posible sinsentido de la existencia. Aunque el filosofo sepa en el fondo que todo sentido es provisorio e incompleto. Pero esta función puede no llegar a satisfacer totalmente nuestra necesidad de llenar el vacío existencial que nos dejan las impotencias cósmicas y la finitud, a lo sumo puede rellenarlo en forma parcial al conferir una difusa comprensión intelectual de cómo es la existencia, aun cuando no podamos aclarar el porqué es así la misma. Desde el punto de vista del comienzo histórico- geográfico debemos reconocer con justicia que hubo dos corrientes filosóficas notorias, la oriental y la occidental. La primera fue ignorada en occidente por muchos siglos, pero su influencia irrumpió con fuerza en el pensamiento de renombrados filósofos occidentales13. Tales como Hume, Schopenhauer, Hegel, Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger y Wittgenstein e inclusive físicos como Heisemberg y Bohrs. La filosofía oriental con su carga de misticismo vino de la mano de las religiones filosóficas sin dioses tales como el Taoísmo, Budismo y Zen. Esta filosofía introdujo dos cuestiones fundamentales: 13 Así ocurrió con las matemáticas hasta el siglo XVI.
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1) La idea de que la palabra o cualquier sistema de símbolos no puede ser tomada como una completa y fiel representación de una realidad objetiva. 2) Que no se puede dividir el sujeto y el objeto en el proceso de conocimiento. Por otro lado, la corriente occidental nacida en Grecia, desde su origen ha sido escenario de posturas antagónicas susceptibles de agruparse en bandos generales o clases de equivalencia por compartir cierto espíritu en común. Estos bandos son: Los antropológicos-sociales-históricospolíticos versus los naturalistas o físicalistas14, los egoemotivistas-subjetivistas versus los impersonalistaslógicos, los Nominalistas-particularistas versus los conceptualistas-Realistas-generalizadores, los caóticos versus los racionalistas, los racionalistas-idealistas versus los empiristas-fenomenistas, los religiosos-absolutistastrascendentitas (por lo general idealistas y racionalistas) versus los cientificistas-relativistas-inmanentitas (por lo general realistas y empiristas), los estéticos versus éticos, Dionisiacos versus Apolíneos, idealistas y solípistas versus realistas-materialistas, ius-naturalistas versus positivistas, subjetivistas versus objetivistas y los nihilistas -existencialistas versus trascendentistas, los esencialistas versus los existencialistas. 14 Sócrates inaugura a los antropologistas que ponen en el centro de su filosofía al hombre como por fuera del resto de la naturaleza siendo Descartes su mayor continuador y luego los existencialistas. En cambio los naturalistas ubican al hombre dentro de la naturaleza, como un ente más.
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En general, a lo largo de la historia, los filósofos se adscribieron a distintas mezclas de estas antípodas. Sócrates, por ejemplo, podría encolumnarse como: antropologista, impersonalista, conceptualista, racionalista, cientificista, ético, apolíneo, objetivista, sustancialista, pero no sé si está bien definirlo como idealista o realista o una mezcla de ambos. Si bien hablaba de la felicidad como objetivo fundamental de cada filósofo, inclusive postulaba que el valor fundamental de la verdad radica en la liberación del sufrimiento que infringe la ignorancia en el hombre, no dejaba de ver al hombre genérico. La felicidad no era para él un reclamo desde el individuo aislado del resto del mundo, sino como parte del Bien Común, como un ser que se siente integrado a su especie y no como el Ser que ve todo desde la soledad de su individualismo a ultranza. Por el contrario Nietzsche estaría en el otro bando, impulsivo, intuitivo, irracionalista, estético, dionisíaco, nihilista, subjetivista, determinista y negador del sujeto libre. Sin embargo no se lo puede definir con certeza como cientificista porque oscilo entre un apoyo y un rechazo a las ciencias a lo largo de su vida. Tampoco a Nietzsche lo podemos clasificar como vitalista, porque él le da prioridad a las pulsiones y no a la vida misma. La vida no se trata solo de impulsos, sino de estrategias de supervivencia, y ahora la racionalidad es la estrategia más novedosa para sobrevivir y es propia de la evolución.
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Precisamente el egoísmo a ultranza de Nietzsche aparecerá de la mano de los pseudo-existencialistas nihilistas, quienes pretenden hacer una filosofía de interés general con sus cuitas personales. Estos filósofos son como niños engreídos que buscan convencernos de que la filosofía debe tratar sus cuestiones personales, suponiendo que las mismas afectan a todos, pero a la vez se niegan a generalizar. Esta filosofía de la catarsis existencial sirve para quienes son egoístas y viven para verse todo el tiempo en el espejo de su Yo-ismo, como es el caso de Kierkegaard, Cioran, Unamuno y en menor grado Nietzsche y Jean Paul Sartre. Es verdad que la conciencia de la existencia es individual, coincido con Schopenhauer en este punto. La mayor certeza de lo que ocurre en todo el universo reside en la experiencia personal, pero la coherencia del conocimiento no se da en la subjetividad individual, sino en la inter-subjetividad compartida, o sea en el llamado objetivismo. No todos queremos caer en alguna forma de solipsismo. A muchos nos interesa la naturaleza de las relaciones entre los individuos y el todo, pretendemos una visión general del universo, por ende menos personalista. La paradoja es que quienes intentan solucionar sus angustias personalísimas a través de la filosofía, solo logran aumentarla, porque de tanto contemplarse sus ombligos terminan cayendo en las terribles tenazas del sentimiento de la infinita soledad, ineludible final si entornamos la mirada exclusivamente hacia nosotros mismos. Bien lo decía Siddhartha Gautama, la felicidad no consiste en gozar
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los placeres de los sentidos o en saturar los reclamos de los instintos, sino en prescindir de las pseudo- necesidades para disfrutar del equilibrio espiritual. La felicidad es aceptarse y quererse a uno mismo, para poder aceptar a la vida. En el caso de los filósofos nihilistas, la sensación de alienación aumenta proporcionalmente con su perspectiva egocentrista. Perspectiva que aumenta su soledad e impotencia ante las cosas imposibles de cambiar en un mundo personal cuando se es parte de un mundo impersonal. Finalmente sienten a la vida como una enfermedad que se cura con la muerte. Por eso terminan haciendo una apología del suicidio15. Podríamos decir entonces que en la filosofía hay dos modos o estilos de filosofar, y por lo tanto dos tipos de filósofos. Por un lado el que busca solucionar las angustias que provoca ser finito en una perspectiva infinita, y por el otro, el que gusta de verse a sí mismo como un aventurero inmerso en un asombroso juego de leyes ingeniosas por descubrir. Este segundo tipo estudia a los representantes de las clases de equivalencia, a las especies, a lo genérico, a los universales, y en base a ello puede descender cuando quiera a lo particular. Paralelamente a estas dos posturas e inherente a ellas están los racionalistas versus los irracionalistas. Los primeros se encolumnan detrás de los generalistas y los segundos detrás de los nihilistas. 15 Al mejor estilo de Cioran y Camus.
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
Una forma de racionalismo cree que es posible encontrar relaciones mentales traducidos al lenguaje que representen cada vez mejor al conjunto de fenómenos de la realidad16, conocimientos cada vez más afines al objeto de estudio que llegan al nivel de verdad, representaciones progresivamente más fieles al objeto que nacen como modelos merced a la lógica y la intuición intelectual. La otra forma de racionalismo es más extremista, no solo cree que la realidad es explicable con argumentaciones lógicas de causa y efecto sino que el universo se comporta persiguiendo fines lógicos según la perspectiva humana17. Esta segunda postura es en realidad irracional puesto que presupone sin fundamentos que todo el cosmos tiene un solo tipo de inteligencia, la humana. La palabra explicación solo tiene sentido en el lenguaje ya que nace y se desarrolla con los signos y significados del mismo, por lo tanto la racionalidad es un intento de reflejar en símbolos lingüísticos la sensación de la supuesta ocurrencia de los hechos y de crear una representación orgánica del supuesto hecho y sus vínculos fácticos a través de modelos o patrones. La explicación tiene como fin comunicar y conservar información. Esta capacidad de 16 Que la realidad sea racional y racionalizable no significa que el hombre pueda razonarla en su totalidad, puesto que para ello haría falta manejar infinitas variables, lo cual sería imposible. Lo que significa es que tiene la propiedad de ser analizada como algo coherente, aunque el hombre materialmente no lo pueda hacer por no manejar infinitos recursos. Esta propiedad se infiere porque la tendencia, a lo largo de la historia es que se la puede describir cada vez más en niveles más profundos. 17 El principio antrópico.
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portación y transporte de la información permitió el avance de la inteligencia como arma para la conservación de la especie. En cambio los irracionalistas creen en el poder irreductible de la realidad al entendimiento, inclusive a un mínimo nivel. La realidad para ellos es in-entendible e in-comprensible en todo nivel para la mente, solo se la puede aceptar o rechazar. Por el contrario, para los racionalistas, los hechos del mundo pueden ser explicados a través de la razón en forma progresiva, aún cuando no la entendamos en forma completa debido a la extrema complejidad que presentan en los niveles más profundos. Los racionalistas admiten que la realidad pueda ser inaceptable para nuestra ética o estética, pero creen que es progresivamente reductible a un lenguaje que la represente. Para los irracionalistas el mundo es una sinrazón. Las cosas ocurren porque ocurren o por una voluntad imposible de determinar en forma causal. Arbitrariedad irreducible de las causas. Para los irracionalistas creyentes como Kierkegaard el origen de este absurdo de la realidad está en la trascendencia de Dios, y para los que no creen en Dios como Nietzsche simplemente es parte de la naturaleza ultima de la realidad. Por el contrario, para un racional todo obedece a un encadenamiento o enmallado de eventos que se puede dar en distintos grados y órdenes. No es la relación causal lo que caracteriza a la racionalidad de la realidad, sino la
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
regularidad en la secuencia de aparición de eventos próximos en el tiempo y en el espacio18. Sin saber si un evento causa al otro, la aparición con una alta frecuencia del par ordenado induce a creer en el vínculo que se llama causa y efecto. Me refiero a los racionalistas “razonables”, no los que creen que la racionalidad se expresa en la ética o que la racionalidad indica un mundo sin sobresaltos, desequilibrios, crueldades o injusticias. El verdadero ser “racional” admite que estas categorías en su mayoría son arbitrarias y perspectivistas. La presencia de sobresaltos, desequilibrios, crueldades e injusticias no están negadas a la realidad sino por el contrario, es inevitable de que existan ya que no se trata más que de formas alternativas de existencias. La racionalidad reside en hallar las relaciones más frecuentes en cuanto a las apariciones de hechos y en el orden que se da en el mundo. Entonces hasta una obra de arte es racional, aunque a primera vista no lo parezca. Es racional porque tiene un discurso que envía un mensaje elaborado racionalmente para producir una emoción intelectual. Otro paralelismo a señalar se da entre los racionalistas y los apolíneos. Tanto los unos como los otros creen en la necesidad de una moral normativa relacionada a una escala de valores del bien y el mal para ordenar la existencia. En contraste, los irracionalistas son dionisiacos. Reniegan a todo control moral de sus instintos. Rechazan al conjunto de 18 Esta regularidad se puede expresar por una ley evolutiva en el espaciotiempo o por un patrón de forma o por una relación de recurrencia de valores en coordenadas próximas.
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normas impuestas para condicionar su libertad y voluntad de poder. No es de extrañar que esto se haya dado en las religiones. Como es el caso de la Judea Cristiana, que es eminentemente racional. Fue una de las primeras que convergió al monoteísmo en un gigantesco acto de abstracción. En contraposición, la religión Hinduista, eminentemente Dionisiaca, hace prevalecer la sensualidad y la satisfacción de los impulsos vitales. También se dio esta antinomia en la física del siglo XX. Hubo dos escuelas irreconciliables para interpretar la teoría quántica. Por un lado la de Einstein- Podolski- Rossen que era racionalista,19y por el otro la de La Escuela de Copenhague, liderada por Bohr, junto a Schrodinger. Estos ultimos defendían una concepción donde la causalidad es reemplazada por la casualidad y se genera entonces la imposibilidad de conocer la realidad por ley determinista. No está demás aclarar que ambas posturas fueron influenciadas por corrientes místicas diferentes. Einstein se había imbuido profundamente del Judaísmo, la religión de sus ancestros como reacción contra el racismo nazi. He ahí su sesgo racionalista. Mientras que Bohr se había consustanciado más con el Taoísmo y el hinduismo. Razón por la cual se hizo más proclive a la idea de dualidad y de imprevisibilidad de las cosas. Aquí se puede observar la potente influencia del contexto 19 Remitiéndonos a la frase de Einstein que “Dios no Juega a los dados”.
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
(contexto de descubrimiento) en la concepción de las ideas. Personalmente creo que la posición irracional se niega sí misma. Si la existencia es irracional, ¿como pretenden usar la razón como instrumento para explicar la irracionalidad de la realidad? Por otro lado creo que los irracionalistas adolecen de la capacidad de ordenar el caos y les resulta más cómodo someterse al mismo, ya que no tienen la fortaleza mental necesaria para manejar o emplear una lógica compleja. La gran mayoría son pocos conocedores de las ciencias llamadas duras, entonces optan por descalificarlas20. Y casi todos se han decepcionado del uso que ha hecho el hombre de la ciencia aplicada. Esto último ha sido quizás el mayor impulso para que estos pensadores descreyeran radicalmente de la ciencia y la razón, y en algunos casos hasta se transformaran en anticientificistas. La ciencia no solo no tiene la culpa sino que sigue siendo la mayor garantía del conocimiento objetivo gracias a su espíritu de autocrítica y ese espíritu esta sazonado por la inquisidora filosofía que no se deja amedrentar por el positivismo. En definitiva, lo que proponen los existencialistas irracionales es abandonar la razón por la demencia. Acá cabe preguntarse: ¿para qué y por qué?, ¿En aras de que debo abandonar la racionalidad cuando es lo único que hasta hoy día asumió la responsabilidad de responder por sus dichos? 20 “Las uvas están verdes”, justifica el mono al que le resulta imposible llegar hasta las ramas más altas y frágiles donde se encuentra el racimo, según Freud.
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¿Solo por la impotencia de algunos en manejar la razón o por la irresponsabilidad de otros en la práctica de la ciencia con respecto a la existencia? No, no los veo como motivos validos. Pero nadie debe engañarse, el mundo que nos puede ofrecer la irracionalidad es infinitamente más decepcionante. A la larga solo puede ofrecer el infierno del caos. Lo paradójico para aquellos que han abandonado la razón por desilusión, es que se volverán a desilusionar aun más con la irracionalidad, o sea que están condenados a la desilusión. Me parece indudable un sesgo del Taoísmo en las concepciones de los pseudo-existencialistas. Schopenhauer, Nietzsche, Unamuno y otros tantos cultores de la simulación, esa Pléyada de malos existencialistas y excelentes escritores, dicen que el arte es mejor instrumento que la lógica para la filosofía. También se vio monos que pueden pintar con cierto grado de arte, dado que tienen cierto grado de inteligencia, pero en referencia a un pensamiento más elaborado o profundo como el que se requiere en la búsqueda de la verdad, ¿Por qué no existe ninguna escuela o teoría filosófica hecha por los monos? La explicación es que los pseudo-existencialistas nunca dejaron la poesía por la filosofía, fueron artistas de la palabra que usurparon el rol de filósofos. Nihilistas que hacen solo poesía y la disfrazan de filosofía. En este sentido no se debe divagar en la incoherencia. El
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arte diseña cosméticos y ropajes de belleza para vestir a la realidad, la filosofía diseña solventes y tijeras para rasgar sus vestiduras y ver desnuda a la realidad. Por eso es incompatible que actúen juntos ocupándose del mismo asunto sin diferenciar sus respectivos propósitos. El arte en la filosofía a lo sumo puede contribuir en la pregunta existencial, donde el rigor aun no es necesario. Para responder, debe hacerse a un costado y dejar pasar a la razón pura. Además, se puede decir que la intuición intelectual tiene también su propio arte, que consiste en el ingenio de armonizar la combinación de pensamientos para arribar a la respuesta. Pero esa estética surge sola, por la necesidad de economizar energía psíquica y, en general, se sintetiza como un aforismo. Si invertimos todo, dada una existencia surrealista, el mundo sería solo arte. Los sueños serian la realidad racional y la realidad seria el sueño de los sueños. Se presenta otra dialéctica entre los trascendentistas y los inmanentistas. Los primeros creen que hay una realidad más allá de lo natural, mientras que los segundos creen que toda la realidad esta in-herida en la naturaleza21. La corriente iusnaturalista teológica de Santo Tomas de Aquino, representa a los trascendentistas, y la corriente del Ius-naturalismo 21 En realidad hay un problema de vaguedad en el uso de estos dos términos en cuestión, introducido innecesariamente por los filósofos de la Edad Media, tal como Santo Tomas de Aquino. Trascender no significa pasar de lo natural a lo metafísico, sino traspasar un nivel, por lo tanto, si la realidad consiste en infinitos niveles de realidad uno pude suponer una trascendencia infinita entre los diferentes niveles de lo natural sin suponer lo metafísico.
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Racional se asimila a los segundos. En paralelo a la mencionada dialéctica se presentan Los absolutistas y los relativistas. Los absolutistas son los que creen en las verdades absolutas y emergen como consecuencia directa de ser trascendentistas. Los trascendentistas, es decir los aristotelicos tomistas o peripateticos emplean razonamientos muy laberinticos que llegado a un punto, terminamos por olvidar de dónde venimos y hacia dónde vamos y sin poder recabar sobre el camino recorrido. De ese modo no podemos identificar las pistas falsas, si es que las hay ni donde pueden estar, lo que evita dilucidar si su verdadera naturaleza es la de ser un invento humano. Por eso son irritantemente vuelteros y confusos. Por el contrario Los relativistas nos proponen llegar inmediatamente al punto en cuestión, de forma absolutamente directa y solamente siguiendo el camino natural de la naturaleza. El razonamiento de un relativista es fácil de poner en evidencia o directamente imposible de contradecir. Nos propone una terrible herejía, observar el mundo y describirlo en forma simple y coherente. Pero nada es gratis, para eso hay que renunciar a la fantasía del mundo mágico, al néctar que tan laboriosamente nos elabora el absolutismo, hay que renunciar a la quimera de la última verdad. Un relativista aclara en un párrafo lo que un absolutista tarda toneladas de libros en oscurecer. A lo absoluto y al Ser los veo semejantes al movimiento
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absoluto y el papel del Éter en la física. El Éter era el medio de propagación necesario para las ondas electromagnéticas, a la vez que se lo usaba para justificar el movimiento absoluto. A medida que se lo usaba para explicar los fenómenos había que inventar propiedades cada vez más complejas, para justificar lo injustificable. Hasta que la relatividad de Einstein lo suprimió y con ello se aniquilo al movimiento absoluto simplificando toda comprensión de la realidad.
Métodos de la filosofía
L
a filosofía occidental, históricamente, vislumbró dos caminos posibles para llegar al conocimiento. Uno el de hacer una hermenéutica de las ideas que le anteceden en el tratamiento de la cuestión; el otro consiste en la reflexión de la realidad con la que se interacciona directamente. A este segundo lo considero imprescindible porque corrige los desvíos del primero. No obstante, en el primer tercio del siglo veinte apareció una tercera alternativa propuesta por Wittgenstein que consiste en la depuración del lenguaje en detrimento del planteo de cuestiones metafísicas y de sus consiguientes resoluciones. Esta nueva alternativa propone, en mi opinión, un limita injustificado a la filosofía. Volviendo al primer método, o sea interpretar y comprender las corrientes e ideas filosóficas, se encuentran los valiosos avances previos de la filosofía. Es un invaluable capital
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acumulado a través del tiempo donde está el esfuerzo de la enorme inteligencia de filósofos anteriores. Hay que confesar que casi todos los pensadores, aun aquellos con quienes podemos disentir profundamente en puntos esenciales, han hecho un hermoso proceso de des- ocultamiento de la verdad a través del tiempo, o sea que hubo un alto grado de honestidad intelectual. Pero a la vez, contradictoriamente, se pone de manifiesto una clara tendencia a fabular, a ocultar, a enceguecer con el deslumbramiento de fuegos de artificios. Esto no es una cuestión accidental de la psicología del Filósofo pues obedece a su necesidad de salvaguardar su identidad histórica, su Dasein. Para arrancar de raíz este mal hábito de ocultar se debe tomar una primera gran decisión capital, de madurez, esta es si se seguirá merodeando alrededor del vacío del ser o se penetrara definitivamente en la profundidad de la existencia. Para ello se tendrá que aplicar el segundo camino, vale decir el análisis de la existencia a traves de la observación de la misma. Hasta ahora la mayor parte los filósofos han escuchado el rumor del mar dentro de la cavidad del caracol y con eso han inferido que el mar entero está moviéndose en su interior. Han supuesto que el ser es un principio constitutivo, como materia prima de la existencia y no una identidad, o sea una configuración, tal como lo es el eco dentro del caracol. Por eso se ha dado prioridad a la idea del Ser sobre la existencia, pero la Existencia precede al Ser y no viceversa.
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Porque primero hay que existir para ser y luego se existe en cuanto se Es. Siempre se existe, aun cuando se es un Ser en tránsito de formarse otro Ser. En este camino se debe tener mucho cuidado, pues al construir una nueva perspectiva de la realidad sobre la base de la destrucción de otra que ya ha echado sus raíces, en el sentir y en la razón de muchos filósofos, muchas veces ya sea, por cobardía o por convicción, se entierra prematuramente aquellas cosas que aparecen como potencial peligro al avance hacia el conocimiento. El apresuramiento ocurre porque a la vez se lo siente como un peligro para la identidad, entonces se mezclan argumentos del miedo personal con la refutación racional, y con esto solo se consigue aumentar la inmunidad o transmutarlo. Entre esas cosas que se han sepultado apresuradamente, Nietzsche, se esmeró en enterrar definitivamente la idea de Dios, Heidegger a la filosofía, Sartre al Ser, Marx a la Religión, Pitágoras a los Números Irracionales y Hegel a la Historia. En definitiva, esos epitafios apresurados solo sirvieron como expresiones de deseos personales frustrados. La supervivencia de estos muertos-vivos es la evidencia de la impotencia del filosofo para concebir una realidad que no avale su estructura sicológica. La filosofía no ha muerto y no se agota en la metafísica porque no se trata de la búsqueda del ser absoluto sino de la comprensión de la existencia. Tampoco nadie está en condición de suprimir con idoneidad la idea de Dios o el Ser o la religiosidad. Afortunadamente esto es así, porque no se justifica eliminar toda una idea por
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la falsedad de algún aspecto de la misma. Se debe proceder como un exquisito cirujano que se maneja con la máxima precisión y extirpa solo la zona afectada por la corrupción de la enfermedad. Enfermedad que en este caso sería la falsedad. La verdad tiene su camino, pero más que una meta es el camino mismo. Es un proceso de autorrealización infinito como la existencia y sus niveles. Esto exige que se combine con sabiduría ambos métodos, el de la filosofía como su propia historia según las palabras de Hegel y el del análisis de la realidad en sus distintos niveles a través de la razón y la observación directa. Tal como lo hacían los antiguos griegos. Hay que consumar la hazaña de superponer una antología del pensamiento sobre un hilo conductor que mantenga la racionalidad entre lo que se experimenta y lo que se abstrae. Esto es hallar un sentido, pero no necesariamente un sentido de “para algo” o de “finalidad” como lo veía Aristóteles en su concepción teleológica de la existencia, sino de sentido en cuanto a coherencia, de lo no absurdo. Lo considero factible a pesar de los prejuicios inevitables con que los pensadores intentaron proteger sus respectivas estructuras mentales de sus propios descubrimientos. Lo que debe quedar de la filosofía como su propia historia es un camino limpio, donde la observación y la razón desnudan a la existencia.
Capítulo 1: La Filosofía y su Utilidad
Entonces el problema central, es y ha sido en verdad, decidir si se va a deducir la Existencia a través del Ser bajo la presunción de la presencia metafísica del Ser, o como propongo deducir el ser de las cosas a través de la Existencia.
Capítulo 2
La Existencia y el Infinito
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
Primer gran pregunta, ¿Qué es el ser?
E
s la pregunta fundamental que se debe hacer el hombre para encontrar su propio sentido según Heidegger, pero en realidad fue la que produjo el mayor extravío de la mente a lo largo de la historia de la filosofía. Desde ya aclaro que no afirmo la inexistencia del Ser. Es más, la pregunta no es irrelevante pero no la considero prioritaria. Lo desacertado es la respuesta que se esgrimió hasta ahora. Además sostengo, que es mucho más importante preguntar sobre la existencia misma que preguntar sobre el Ser. El problema no es el ocultamiento del Ser sino la ignorancia de la existencia.
¡El Ser no es lo que dicen!
El Ser de todas las cosas no existe como algo que da existencia metafísica a todos los entes del Universo. He ahí la inmadurez de la filosofía. ¡El Ser no tiene que ver con la metafísica sino con la física de la existencia! El Ser no es la existencia fundamental, pues la existencia fundamental por ser infinita no tiene límites y por ende no
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tiene forma, ergo no tiene identidad definida1. Según Heidegger, el Ser no es un ente, ni siquiera es el mayor de todos. Se trata de algo que contiene la existencia de todos los entes posibles y es mayor a la suma de todos ellos. La intención clara de Heidegger era hallar el significado del Ser fuera de la ontología, es decir significarlo solo en la metafísica. Desde mi perspectiva el Ser de cada cosa es la identidad formal y diferencial de la cosa, su configuración esencial y contingente en el espacio tiempo2, u en otras dimensiones3. Es para cada nivel, la superficialidad conformacional y suficientemente persistente, más no eterna, que nos permite definir lo que es la cosa. Es decir que al afirmar que el Ser es la forma esencial con la cual identificamos algo dentro del lenguaje, reconocemos que es mutable en el tiempo y que sus límites son borrosos, ya que la identificación depende de lo que es sensible 1 El Ser necesita del lenguaje y de un Dasein, la existencia no necesita nada de eso. La existencia puede quedar en un plano de percepción, el ser necesita de la razón. Por eso los animales se pueden percatar de lo existente, mas no de lo que se es. Para expresar una idea o concepto a través del lenguaje se necesita circunscribir a la existencia, o sea tomar una porción de la realidad en base a restricciones. La entidad debe tener contorno o forma en un sentido amplio. Los tipos de restricciones son las categorías del Ser expuestas por Aristóteles o categorías mentales del objeto expuestas por Kant. La existencia al ser infinita no puede tener esas restricciones en el lenguaje, lo que lo hace indefinible. En definitiva una infinitud no puede tener una identidad definida. A lo sumo se puede decir que la existencia es el infinito conjunto de todas las posibilidades de existencia. Llamarlo Ser a eso es un despropósito. Considerando que solo existe el ser de los entes, la distinción entre Ser en mayúsculas y ser en minúscula se hace innecesario. Lo usare solo para distinguir el ser como infinitivo y el Ser como sustantivo. 2 El ser ontológico es una mascara (verdad) de su existencia para cada nivel. 3 Los seres pueden existir en infinitas dimensiones, más allá de las cuatros dimensiones del espacio tiempo.
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para nosotros en el objeto. Condición que se puede modificar temporalmente. Es además una construcción lingüística realizada en función de la relación utilitaria4 que a su vez responde a necesidades de nuestro instinto de conservación. Esta conformación esencial es básicamente funcional, como lo sostuvo Heidegger, o sea que identificamos algo en primer lugar por su función en referencia a la utilidad que le damos. La conformación estructural es una consecuencia de la función que cumple5. Con lo dicho, estamos infiriendo que lo que llamamos Ser de cada cosa exige una forma más o menos definida, sin embargo la totalidad de la existencia carece absolutamente de la misma. Por lo tanto el termino Ser, para su uso correcto, se debería aplicar solo a los entes limitados, en cierto sentido con tendencia a ser finitos en su percepción, y no a la existencia fundamental total que es ilimitada y por lo tanto amorfa. Con este enunciado vamos más allá que Aristóteles, ya que en esta afirmación, la forma no solo gobierna a la materia sino que es la materia misma. Por ende la realidad consiste en una serie infinita de formas de otras formas, donde unas sirven de substrato material de otras indefinidamente. También nos aleja de la idea de Jean Paúl Sartre, la que 4 Es “ser a la mano” como dice Heidegger. 5 La forma es una adaptación a la función. Esto se ve fundamentalmente en la evolución de los seres vivos. Por lo tanto la forma estructural es una estrategia para la persistencia en el tiempo. Por otro lado las cosas son nombradas de acuerdo a su uso, una meza es meza porque lo usamos como tal y su forma se adapta a la finalidad de su uso.
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afirma de que hay un Ser del Fenómeno y un Fenómeno del Ser, llegando a que este último es un no-Ser, una ausencia. En todo caso Sartre llegó a la insustancialidad material del Ser que no es sinónimo de la Nada. Queda siempre para cada nivel su esencia fundamental que es la esencia formal o forma esencial. El Ser como totalidad aparece como el resultado de la racionalización de la interrelación entre todos los entes y sus propiedades, por lo tanto el fenómeno del Ser se reduce a la conformación de la interconexión de todos los seres, y en todo caso sería una forma de Inter -relación, lo que podríamos decir una fuerza vinculante en analogía con la física. El Tao para los orientales. En consecuencia, en tanto es forma identificatoria de la existencia se transforma en pura exterioridad para un nivel dado y en interioridad en un nivel más profundo, y en supra -exterioridad en un nivel exterior. El Ser debido a su dinámica es devenir porque continuamente se trans-forma, y mientras muta de una forma a otra es Ser en tránsito. El Ser es un ser al modo de Heráclito, en tanto la existencia fundamental es al modo de Parménides. No hay Ser absoluto – final, pero es absoluto sin ser final cuando se lo refiere a un nivel dado. Como el Ser es la forma de la relación identificadora de la existencia, por ser forma es descriptible, o sea que puede ser representado a través de una construcción lingüística,
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aunque no en un estadio completo ni definitivo. Entonces admite una primera traducción inteligible del Ser, la cual es la descripción de la apariencia. Esta deviene de la sensación visual- sonora - olorosa- táctil – gustativa. Por lo general es poco probable que resulte falsa en el nivel de la interpretación de los sentidos a menos que enunciemos lo que no sentimos. Existe una segunda traducción o segunda racionalización, cuya interpretación es más susceptible de ser errónea ya que es más compleja y utiliza juicios previos. De aquí surge el concepto como identidad literaria- inteligible. Esta concepción elimina gran parte de las contradicciones en la filosofía, pero nos limita a aceptar lo provisoriedad de todo conocimiento hasta el infinito. Inclusive deja abierta la posibilidad de realidades inimaginables a la conocida, en niveles tan alejados como ajenos a nuestra realidad inmediata. También se hace inevitable la existencia de infinitos universos separados por las formas predominantes de sus interacciones, aunque pueden mezclarse en bajos niveles .de intensidad. Entonces la realidad de los fenómenos apunta a que el “Ser” lejos de ser un fundamento del tipo sustancia –finalesencia- sostén de la forma, se constituye en una substancia –esencial-intermedia- formal- transitoria. El Ser se deviene en la configuración propia que da la identidad a cada cosa, es un software que termina siendo hardware para niveles más externos de la realidad. Para
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demostrarlo daré algunos ejemplos. Una manzana es un ente porque se puede predicar que es, pero constitutivamente una manzana tiene las mismas sustancias orgánicas e inorgánicas que comparte con todos los demás seres vivos, inclusive nosotros. Estas sustancias son los hidratos de carbono, ácidos nucleicos, proteínas, lípidos, agua, gases, sales y minerales. ¿Qué la hace ser manzana y no otra cosa? Simplemente la distribución y configuración de su estructura física y química. Porque a nivel químico contiene todas las sustancias orgánicas e inorgánicas que millones de otros entes biológicos. Pero los genes, que no son más que mensajes en código químico para fabricar determinadas proteínas, en proporciones específicas ubicadas en distribuciones definidas son una forma de distribuir de modo distinto las mismas bases nitrogenadas de todos los seres vivos, o sea que la diferencia está en la configuración particular que adoptan las bases nitrogenadas. Lo que hace que sea manzana y no naranja. En definitiva el Ser no es algo que “da la existencia a las cosas”, sino el Ser de cada cosa es su forma propia según su género y su individualidad dentro del género al que pertenece. Llegamos así a esta idea de la forma esencial6, es decir la forma que identifica cada cosa, sin embargo la idea de que hay un substrato de material esencial desaparece porque el material del que está formado es común a infinidad de seres distintos. La esencia de un ente es su forma esencial y no una sustancia 6 Esta forma esencial no es atemporal, sino se genera continuamente y se transforma del mismo modo. Es eminentemente temporal.
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material esencial. Lo que debe analizarse con profundidad no es por lo tanto el Ser sino el existir, o sea más que Metafísica u Ontología se debería practicar la Existenciologia, que sería la disciplina más auténtica para estudiar la realidad. Por lo tanto analizando el anémico y confuso estado actual de la filosofía me pregunto: ¿Qué han hecho los “filósofos” por la filosofía hasta hoy día? Mencionamos que en el principio de la civilización racional, los presocráticos han tratado de entender de qué se trataba la existencia. Exploraban la realidad que les rodeaba y trataban de entender racionalmente los fenómenos. Luego al querer comprender esa realidad como un todo debieron relacionar las cosas, entonces se percataron de que toda relación se basa en una naturaleza compartida. Solo lo semejante en cuanto semejante se relaciona, aún para ser opuestos deben tener un substrato subyacente de semejanza porque de lo contrario no se los podría comparar. En consecuencia buscaron un principio constitutivo y de origen de todas las cosas, el Arjé y posteriormente el Ser. Para los primeros presocráticos el objeto de estudio era la existencia, mientras que para los últimos presocráticos, el objeto de estudio paso a ser el Ser. De deducir el Ser a partir de la existencia se paso a deducir la existencia a través del Ser. Esta inversión del sentido fue la razón del fracaso de la filosofía. Buscar una razón ontológica final de todos los entes en un ser metafísico se transformó en la mayor quimera filosófica de la historia.
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Aunque el error no solo se limitó a la inversión del sentido en la fundamentación sino también a una falacia esencial., que es concluir en la singularidad del Ser. Cuando Parménides realiza la siguiente deducción como teorema lógico sobre la características del Ser, deduce que el Ser existe en cuanto es, por lo tanto la existencia es su nota esencial, por ende fuera del Ser estaría el No Ser, que tendría la nota esencial de la no existencia y no se puede decir que algo existe por no existir. Esto le sirvió para demostrar que la nada es un absurdo, y que el Ser no admite a nada fuera de él, por lo tanto hay un solo Ser. La falla consiste en hablar desde el principio del Ser. Impuso desde el vamos la singularidad del Ser, y su monopolio de la existencia. Si reemplazamos en el enunciado el articulo “el” por su plural, “los”, se diría “los Seres existen en tanto son, por lo tanto la existencia es la nota esencial de los mismos, por ende fuera de los Seres estarían los no Seres, que tendrían la nota esencial de la no existencia y no se puede decir que existen por no existir”. Hasta allí se sigue demostrando el absurdo de la nada, pero ya no la unicidad del Ser. En todo caso, el Ser es la serie infinita de los niveles de la existencia, porque esa totalidad es única e inmodificable ya que contiene todas las posibilidades de existencia. Si así fuera, el Ser sería lo que sostiene el Taoísmo, el recipiente de todas las formas que no tiene ninguna forma definida por tener todas las formas en su seno. A esta altura, en el avance del conocimiento de la humanidad
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creo que se puede resolver la pregunta clave. ¿Quién precede a quien entre el Ser y la existencia como fundamento? Su respuesta indubitable para mi es que efectivamente el Ser debería ser visto como sustantivo y como una condición consecuente de la existencia. Lo contrario no es más que una invención humana. Actualmente, la manera de explicar la existencia fundado en el Ser se agotó y condujo a un fondo ficticio. Pero gracias a las ciencias se puede atacar el problema desde otro lugar, no por el Ser sino por el fenómeno mismo. Se hace necesario un nuevo planteo y se debe buscar unificar la visión del filósofo con la del conocimiento científico. El mundo de Parménides no es nuestro mundo, contamos con más información. Por lo tanto a él se le podría disculpar, pero a nosotros ya no. “El Ser de cada cosa” no debe quedar más que como una denominación de la existencia cuando le reconocemos una forma definida, cuando inteligimos una identidad, la realidad de uno no es, existe; y en cuanto existe con una forma, es. Por lo tanto se puede concluir que la pregunta más importante de la filosofía ya no es que es el Ser, sino qué es y cómo es la existencia.
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¿Qué es entonces existir?
E
x-istir es salirse de sí mismo, es el salir de uno al mundo exterior para percibir y ser percibido. Existir es manifestarse, salir al mundo exterior y relacionarse con todo objeto. Cuando la exterioridad de un objeto, o sea su apariencia, se irradia al medio y modifica a un sujeto cognoscente se produce el conocimiento. No se puede existir si no se existe en el mundo y con el mundo, o sea solo se existe en relación con el mundo. Por lo tanto el conocimiento siempre se hace sobre lo que sale al exterior desde el ente, el existente, y por ende se conoce no lo que es en sí, sino sobre lo que sale de sí, lo que es para los demás. Como no es posible conocer lo que “es en sí sino lo que es para los demás”, la verdad es interpretar las relaciones sobre las sucesivas capas o niveles de realidad en las que el ente sale. “La cosa en sí”, el intro- ente, a lo sumo puede ser visto como una relación del ente consigo mismo, en consecuencia lo que puede interesarnos del ente como seres cognoscentes es aquello que nos puede afectar, aquello que nos puede modificar, o sea el existente. El conocimiento surge como la relación entre el sujeto cognoscente y el fenomeno que se conoce; lo que no nos afecta no puede ser conocido, por ende tampoco nos puede interesar. Tanto Kant como Hegel presuponen una verdad final
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
subyacente a todas las apariencias posibles de la realidad, un final del camino en la búsqueda de la verdad, un conocimiento último del objeto y no modificable. Por un lado, Kant deduce que es inaccesible esta última y definitiva verdad. El llamado Noúmeno, porque veía una relación material entre sujeto y objeto. El objeto, único elemento de conocimiento posible en la teoría Kantiana, es una construcción mental diferida de la cosa en sí pero diferente a ella, y se interpone entre el sujeto y el noúmeno. Hegel en cambio propone que es posible llegar a esta instancia dado que supone una relación de espíritu a espíritu, donde el espíritu se revela tal cual a sí mismo a través de la historia como una evolución del autoconocimiento. En realidad solo en una existencia por niveles como propongo, ambos tendrían algo de razón pero por motivos diferentes a lo que ellos argumentan. Entonces coincido con Kant en cuanto a que es imposible llegar a una última verdad porque no existe una última verdad en una cadena infinita de verdades. Coincido tangencialmente con Hegel en que es posible evolucionar en el conocimiento subyacente a la apariencia empleando técnicas de dialécticas o multilécticas7 combinadas con estrategias y tácticas locales. Difiero en suponer que se puede llegar a una última verdad porque considero la existencia de infinitos niveles de verdad. 7 La dialéctica supone reducir las alternativas en pugna solo a dos alternativas excluyentes, sin embargo la realidad parece ser mas al estilo de Foucault que de Hegel, es decir las alternativas constituyen un espectro multicolor, que luego de un tiempo relativamente largo exhibe comúnmente a dos predominantes pero sin suprimir totalmente a los demás.
La Existencia y el Infinito
Verdad vs. Apariencia, Verdad vs. Realidad
D
esde los principios de la filosofía hasta la actualidad, un punto central de análisis ha sido discernir dentro de la existencia lo que es el verdadero Ser y lo que es el falso Ser. La verdad y la apariencia se perfilaron desde entonces como antinomias por excelencia. Jean Paúl Sartre avanzó en el tratamiento del Ser y la existencia cuando planteó que la existencia se remite al fenómeno, y que una serie de apariciones puede converger en un centro de referencia común que identificamos como el fenómeno en sí. La construcción del conocimiento, según este autor, es el producto de la interacción entre el fenómeno y el cognoscente. Pero en realidad el conocimiento no es solo la interacción de Sujeto-Fenómeno, sino mas bien la posterior interpretación interna de esa interacción8. La interacción se hace según las leyes de la física, y la interpretación según nuestro “programa o software” psicológico interno. Los colores por ejemplo no existen tal como los sentimos, se tratan de ondas electromagnéticas “incoloras” por así decirlo que difieren en sus longitudes de ondas, el rojo es de 7000 Aº, en tanto el azul es de 4000 Aº. Esta diferencia hace que sean captados por diferentes conos, o sea células nerviosas fotosensibles que transforman la energía luminosa en energía eléctrica. La misma es transmitida por el nervio óptico hasta el centro
8 Que fue lo que supo ver Schopenhauer.
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visual del cerebro, donde se lo procesa (Interpreta) según el cono de procedencia. De esa manera se ve electrónicamente o se reconstruye con pulsos eléctricos en la mente, la imagen hecha por la trayectoria de fotones en la retina. Como vemos los colores son una interpretación de la energía de los fotones. El conocimiento es selectivo, pre-juicioso y nunca deja de ser condicionado por las preferencias del sujeto. Tenía razón Kant al decir que lo que conocemos es la apariencia pero no toda la realidad, el Ser para nosotros (fenómeno) y no el Ser en sí (El Ser de la cosa tal como es en su totalidad o Noúmeno). Pero la apariencia ya es un nivel de la realidad y nunca es falsa, solo su interpretación puede ser errónea. Se trata de un nivel primario o inmediato de interacción, y casi toda falsedad o engaño se deberá atribuir a un error de hipótesis en su análisis. Como ejemplo sencillo se podría citar el de una torta ornamentada de forma tal que nos parece muy rica. El juicio derivado de la intuición sensible en primera instancia es un producto de datos visuales y de los recuerdos de experiencias semejantes anteriores, las cuales nos dicen que cuando una torta está bien presentada por lo general es rica. Esto produce una inferencia inmediata: la indisoluble coexistencia de buena apariencia visual con buen sabor. En definitiva no se trata de un juicio sino de un prejuicio. El hecho de que algo se verifique la mayor parte de las veces no es garantía de que lo haga siempre. Es el mismo
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error que se comete cuando se generalizan los resultados de los experimentos científicos. Se tratan de conocimientos inductivos y su generalización irrestricta es ilegítima, por eso las excepciones que surgen con el tiempo terminan generando crisis en los paradigmas científicos. La percepción no termina con la captación de la señal analógica proveniente del fenómeno, sino con la transformación de la misma en impulsos eléctricos y su posterior interpretación o inferencia en el cerebro. En definitiva, la apariencia de un objeto nunca nos engaña como sostuvo Descartes. Nos engañamos nosotros mismos cuando en base a la percepción del fenómeno inferimos algunos prejuicios que se argumentan solo con generalizaciones ilegitimas o analogías no pertinentes. La percepción en última instancia es una representación del objeto, es una traducción de la revelación incompleta de su esencia, y en la medida que observamos con más detenimiento, mas veces, desde distintos ángulos, y con el agregado de instrumentos científicos para medir u observar, notamos cada vez mas detalles que habíamos pasado por alto la primera vez. Esto nos da la idea de que lo percibido y el objeto difieren en muchos datos, por lo tanto la percepción es incompleta y consecuentemente no se llega a una realidad definitiva, siempre hay otra realidad detrás de la realidad captada e interpretada previamente. No hay ninguna contradicción pues entre apariencia y realidad, si nos limitamos a deducir estrictamente en base a la información que nos provee la aparición, y toda apariencia
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siempre lleva bastante información del substrato de la cosa percibida. La verdad es precisamente esa realidad detrás de la realidad, esa realidad más completa y abarcativa que permite ver relaciones que no habían sido percibidas en instancias anteriores. Es el conocimiento del substrato o sea nivel más profundo de la realidad, por eso surge de la comprensión y no solo del entendimiento. Decir que la realidad es la única verdad no tiene sentido porque existen infinitos niveles de realidades y detrás de cada uno estará su correspondiente verdad. Como ejemplo podemos citar un apretón de manos. Es usual pensar que hubo contacto físico entre ambas, pero la física nos enseña de que en realidad ninguna molécula de una mano entra en contacto con alguna molécula de la otra. Son los campos de fuerzas electromagnéticas de las partículas que integran las manos las que interactúan produciendo desplazamientos. A su vez las neuronas sensitivas transmiten el hecho al cerebro donde interpretamos como contacto físico. Lo curioso es que hasta el siglo XVIII, se pensaba que la única fuerza que podía existir era la de contacto entre cuerpos, entonces Newton postula la acción a distancia en su Teoría de la Gravitación. Teoría que fue muy resistida en los ámbitos científicos de la época. Nadie podía concebir que si alguien no “tiraba” o “empujaba” con contacto físico pudiera ejercer fuerza alguna sobre un
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cuerpo. Hasta sonaba a herejía que se sostuviera que en el vacío pudiera propagarse una acción que modificara el estado de un cuerpo como si fueran fantasmas o genios invisibles empujando o atrayendo hacia sí las cosas. Pero hoy la situación es inversa, prácticamente no se conoce ningún caso de acción por contacto verdadero, todo se puede explicar cómo acción a distancia. En un problema de dos cuerpos, las colisiones se pueden tomar como eventos entre millones de partículas interaccionando con sus respectivos campos electromagnéticos promedios, o sea que se puede considerar un problema de valores medios de la mecánica estadística. Entonces la verdad que está detrás de la realidad de una acción por contacto en primera instancia es que se trata de una acción a distancia en una instancia más profunda. La verdad se va revelando de esa manera como una serie infinita de niveles de realidad, tal como las capas de una cebolla de radio infinito. Todo es apariencia de apariencia. Por consiguiente decir que la única verdad es la realidad es tan tonto como producir saliva para tomar agua. El mundo “material” y dinámico es por lo pronto espaciotiempo y energía. En consecuencia es vacío, inodoro, incoloro e insípido. Nuestro cerebro, órgano de entendimiento y comprensión, cabalga sobre nuestros hombros en la completa oscuridad y silencio, tratando de adivinar y representar un mundo exterior e interior por medio de símbolos, con la sola finalidad de preservar la conservación del sistema completo. Cosa que lo hace creando por medio de la representación e interpretación a los colores, los sonidos, la belleza, la fealdad,
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el dolor, el placer, la risa, el llanto, lo dulce, lo agrio, etc. Se trata de un juego dual de interpretaciones antagonistas que permita seleccionar como amigo- enemigo, beneficiosoperjudicial a todo objeto supuestamente ubicado en el exterior a fin de lograr la más eficaz estrategia para la supervivencia. En cuanto al sentido de la existencia o de la realidad, puede haber algún sentido o infinitos sentidos, si existen infinitos sentidos entonces no existe ninguno9.
La subjetividad vs. la Objetividad
E
n la evaluación de un conocimiento, una cuestión esencial es dilucidar cuando es subjetivo y cuando es objetivo. Sobre la base de esta discriminación se puede optar por uno de los dos standard usuales de confianza respecto al mismo. Si se trata del primer caso, la confiabilidad sobre su veracidad y precisión queda reducida a muy poco, en el segundo se presupone como “inobjetable” por cuanto no depende del observador. Este modo de operar de la mente se encarnó tan profundamente en el inconsciente colectivo que la dualidad positiva objetividad- verdad quedó indisoluble, a tal punto 9 No existe ninguno absoluto, por lo tanto es como si no existiera ninguno. Su prioridad seria meramente perspectivista. Serán relativos al nivel de existencia y del objetivo que persiga el ser cognoscente.
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que las ciencias naturales se aferraron a esto para cuestionar a las ciencias sociales. ¿Pero existe lo objetivo? En realidad, en la mayor parte de los casos lo objetivo no es más que una suma de muchas subjetividades coincidentes, y aunque se mitifique en ese papel a todo aquello que se basa en la coincidencia de un gran número de opiniones, observaciones, afirmaciones o testimonios, nunca se sale de la subjetividad de cada uno de los participantes. En este sentido, lo objetivo, rigurosamente no existe. Debemos aclarar entonces que la objetividad se da solo en el plano del lenguaje. Es una subjetividad consensuada donde el acuerdo se pone en las palabras. Yo digo que algo “es así”, y otros dicen lo mismo, por lo tanto esa afirmación se toma como objetiva. Las palabras son rótulos para experiencias subjetivas. Cuando varios presentes sienten algo supuestamente igual referido a una realidad exterior porque se señala un mismo objeto, se lo rotula con un nombre y se infiere erróneamente que se siente lo mismo10. Por otra parte la dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo es también una dialéctica diferida entre lo absoluto y lo relativo, ya que objetivizar un dato es equivalente a darle un valor absoluto al conocimiento en cuanto que no depende 10 No obstante, si los seres humanos biológicamente tenemos una
estructura semejante, se puede suponer que sentimos con cierto grado de semejanza.
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del sujeto, el cual es en sí mismo un sistema de referencia como receptor o gestor del conocimiento. El conocimiento es subjetivo porque es relativo a uno mismo como sistema de referencia, más no porque dependa de la voluntad o autodeterminación o de un libre arbitrio. Es subjetivo porque todo conocimiento es una interacción del sujeto con lo que le afecta supuestamente del exterior, lo cual significa que el conocimiento depende de la señal receptada, de las características previas del sujeto que recepta (entre ellas del código que este posee como producto de la evolución o por adquisición en el tiempo de vida y como adoctrinamiento del cual fue objeto para significar las cosas) y del medio según el cual recepcionó la información. El conocimiento como correlato de la realidad que existe o sea como verdad no se postula por obra exclusiva de la voluntad como sostenía Nietzsche o se descubre en forma exclusiva a base de la razón como sostenía Descartes, totalmente y en forma independiente, sino se postula y se descubre. Se postula porque hay una interpretación metafórica o transducción al lenguaje de nuestras impresiones y se descubre porque no podemos ser creadores a voluntad de la totalidad de las cosas que nos ocurren o de los objetos que supuestamente existen. Hay cosas fuera de nuestra voluntad que nos obligan a vivir la vida no como queremos sino como podemos. Somos arrojados al mundo y no digitadores absolutos de la realidad. Si la realidad se postulará a voluntad y existiéramos con
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otros que tienen la misma capacidad de postular su propia versión, viviríamos en un caos total. Cada uno estaría en las mismas condiciones de crearla tal como se le ocurriese11. Eso obviamente significaría distintos universos de acuerdo a las voluntades individuales y negaría la posibilidad de coexistir. Por otra parte, si la verdad fuera exclusivamente producto de descubrimientos no habría tantas discusiones sobre la misma. La verdad como expresión de la inteligencia tiene su componente hermenéutico. Erich Fromm en su libro “Psicoanálisis y Religión” explica cómo opera psicológicamente una información: “La existencia psicológica es subjetiva en cuanto una idea solo ocurre en un individuo. Pero es objetiva siempre que la establezca una sociedad, por un consensos gentium” Como ejemplo podemos citar el conocimiento de que todos los cuerpos caen con la misma aceleración. Esto es tomado como un conocimiento objetivo, independiente de quien sea el sujeto que realice el experimento para comprobarlo. Se trata de un acto de fe pura, ya que en realidad estamos confiando en los posibles resultados de experimentos individuales de quienes nos precedieron en el tema. Otro tanto ocurre con el concepto de mal o de bien, en las culturas Judeo- Cristianas. En ellas se toma como paradigma del mal a la fornicación12, pero en realidad se trata de un 11 Aún cuando se tratase de un pequeño grupo de veraces como afirmaba Nietzsche 12 Se considera como significado de fornicación al acto sexual fuera del matrimonio, aunque la palabra original en la biblia no tiene una traducción segura en tal sentido al día de hoy.
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acto que no produce más daño que comer, y en las culturas orientales por el contrario se le da un carácter sanitario para la mente y el cuerpo. Aun cuando tienen interpretaciones opuestas ambas son tomadas como objetivas en cada cultura. Por lo tanto la objetividad como conocimiento de un objeto por parte de un sujeto, independiente de la relación sujetoobjeto presente en el acto mismo del conocer es irreal. Lo real suele ser una subjetividad colectivizada en muchísimos individuos durante un tiempo suficientemente largo como para que quede impresa en la conciencia a modo de una verdad externa a cada uno, y muchas veces se transforma en un prejuicio solo sostenido por la creencia secular. No obstante nace como producto de ser una experiencia común. Por lo tanto adquiere cierta credibilidad en base a la ley estadística de los grandes números, la que sostiene que el promedio extraído de un número enorme de casos es lo más probable de ser cierto. ¿Pero qué ocurre cuando se sufre una sugestión colectiva? Como ocurre en la histeria de masas, en la convicción por demagogia, en hipnosis colectiva o en el adoctrinamiento de prejuicios sociales que realiza sistemáticamente toda sociedad de donde salen muchas pseudo-verdades relacionadas a los valores de la idiosincrasia de los pueblos. Ese conocimiento asumido por la mayoría como objetivo, por lo cual aparece como casi incuestionable, solo se transforma en un arma de sometimiento contra quien adopta un papel crítico. O sea que es un elemento coercitivo al servicio de
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la dictadura de la mayoría, normalmente impuesta con anterioridad por una minoría dominante en una época especifica. En resumen el análisis más objetivo me lleva hasta mi subjetivad más pura, porque solo puedo dar fe hasta cierto punto de lo que me pasa. Todo lo demás, aquello que dicen las otras personas, son datos que solo desde mí subjetividad puedo creer reconocerlos como ciertos o no. Cada uno puede dar fe de la experiencia pasada propia. La historia del resto de la humanidad nos llega como versiones de cosas que ocurrieron en el mundo sin tener la certeza. El otro significado de objetivo es que el conocimiento del objeto es independiente del observador, es un conocimiento no manipulable por el sujeto cognoscente. Tampoco esto es posible dado que el acto de conocer involucra una interacción, y toda interacción implica un intercambio energético entre el sujeto y el objeto a conocer, o sea una modificación mutua entre ambos. Si yo veo una cosa lo hago porque hay fotones que se reflejan en la misma, los cuales son los que traen la información de su color, forma, transparencia, etc. Los fotones que penetran en mi retina me modifican, o sea la presencia del objeto reflectante me cambio, el objeto observado modifico su estado por la absorción de fotones y su posterior emisión de algunos de ellos para que yo lo pueda ver. En definitiva en el acto de conocer siempre quedan alterados el sujeto cognoscente y el objeto conocido. Si el objeto es modificado en el acto, entonces no puede ser totalmente
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objetivo ningún conocimiento. Ahora si se lo puede manipular o no dependerá del grado de alteración que se le pueda infligir durante la observación. Existe un tercer significado de la palabra objetivo, como algo exterior independiente de mí, ¿Que me hace creer, que hay una realidad fuera de mi mismo, no creada por mi mismo? Autoanalizándome concluyo que la creencia en una realidad externa a mí, o sea no meramente subjetiva sino objetiva, como objeto fuera de mí, se basa en el hecho de que la realidad que percibo no la puedo manejar a mi antojo totalmente. De que hay cosas que no puedo controlar, de que los eventos no ocurren de acuerdo a mi entera voluntad. Además como en ese mundo exterior se dan ciertas regularidades cuantitativas y cualitativas13 me hace pensar que es una realidad objetiva y racionalizable. En definitiva, todo conocimiento del mundo exterior es una subjetividad que lo incorporo como una supuesta objetividad. A partir de allí, dicho conocimiento toma la forma de una mera creencia. De esta manera aparecen dos cuestiones importantes: 1) ¿Realmente se conoce o se cree conocer? 2) ¿El fin de conocer es el creer o el fin de creer es el conocer? En cuanto a la primera pregunta puedo inferir que se cree 13 A pesar de que existe la incertidumbre de toda medida y las excepciones a las reglas. Personalmente me adscribo como racionalista. Creo que vivimos en un Universo que es un conjunto de clases de equivalencias de leyes, pero como son infinitas estas clases podemos estar eternamente descubriéndolas. Por lo tanto cognitivamente será racional en forma parcial, potencialmente será una realidad racional en toda su integridad.
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conocer porque el conocimiento siempre es una sensación de creer algo como verdadero y nunca estamos en condición de afirmar un enunciado inobjetable. Por lo tanto está mal decir: “yo sé”, lo correcto es decir: “yo creo que se”. Y referido a la segunda cuestión, para los racionalistas el sentido correcto de la respuesta es la primera alternativa, y para los religiosos e irracionalistas vale más el segundo.
La dimensión de la creencia
S
i nos ponemos a analizar concienzudamente la realidad veremos que muchos de los conocimientos que circulan actualmente gozando de un prestigio absoluto pueden llegar a mostrar una faz insospechada, la de ser solapadamente una creencia infundada, arraigada en el imaginario popular o en el inconsciente colectivo. Estas creencias estarían justificadas en su existencia por la repetición frecuente bajo condiciones semejantes, y en la convención que realiza nuestro cerebro. Como diría Foucault, las creencias conforman una episteme, una especie de nivel de interpretación y aceptación. Por lo tanto para llegar al conocimiento que las sustenta hay que atravesarlas, superarlas. Algunas creencias provienen de la religión, la moral o la tradición, pero gran parte proceden de la ciencia convencional
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misma14. La creencia actúa con tal contundencia que normalmente usamos la razón a partir de ella, es decir tomándola como un dato confirmado de la realidad, y solo empleamos el espíritu crítico de la razón para desmenuzar sus consecuencias. Somos esclavos de nuestras creencias y amos de la manipulación de la cual nos servimos para justificar supuestas verdades objetivas. Por eso odiamos a quienes llegan como el pordiosero huérfano del pueblo a denunciar sin tapujos que “el rey está desnudo”. Debemos recordar al respecto que la felicidad, la tranquilidad espiritual, y la identidad están asentadas sobre la solidez de los prejuicios, los cuales son creencias necesarias para la vida. Si estas se destruyen sentimos que nos caemos al vacío, es decir que experimentamos una muerte sicológica. No solo de carne y huesos estamos hechos, también de símbolos y prejuicios. En este sentido, el antropólogo Ralph Linton15 explica: “…una tribu que trata de detener una epidemia… por medio de una cacería de brujas…actúa lógicamente de acuerdo con la creencia impuesta por su cultura, acerca de que las brujas son las responsables de la enfermedad. Por otro lado, cuando nosotros tratamos de lograr el mismo fin por medio de la vacuna, actuamos lógicamente 14 La creencia en la relación causa y efecto, la universalidad de los
principios físicos, la a-temporalidad de algunas leyes de la física, las formulas como verdaderas expresiones de la magnitudes físicas, la existencia de la materia como tal, la idea de que existe la creación y la racionalidad de los discursos científicos.
15 Extraido del libro “Cultura y Personalidad
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basándonos en el conocimiento, producto cultural, de que la enfermedad es causada por ciertas bacterias. La mayoría de los miembros de nuestra sociedad no ha visto jamás un germen, pero se les ha enseñado que existen y sin más demostración aceptan que existen…” Una de las ideas más arraigadas es la relación causa- efecto, que Hume con su teoría sicológica de asociación de ideas demostró fehacientemente que se trata de una relación que hace nuestra mente influenciado por la proximidad espaciotemporal y la regularidad de la sucesión en un orden dado entre los dos eventos, pero que de ninguna manera se percibe como una impresión real, o sea es una interpretación de nuestra psiquis y no un dato de la realidad. En la percepción de los fenómenos no se ve la génesis de uno respecto al otro. De igual manera está profundamente arraigada la creencia de que existe la creación. Es decir que las cosas pueden crearse. ¿Pero existe algún ejemplo en la naturaleza de autentica creación, definiendo al término como el surgir de algo totalmente original? , ¿Hay algún ejemplo de que algo salió de la nada? Lo que uno ve permanentemente gestarse es otro verbo, la transformación, o sea el cambio de formas. Crear no es más que copiar, cortar y pegar la realidad, o sea hacer un collage de la visión desde el punto de vista personal distorsionando todo lo que la valentía le permite a cada uno. Lo nuevo, o sea la supuesta creación, es reubicar en algún lugar distinto lo que ya estaba en otro lado u otro tiempo.
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Ya sea porque lo hemos experimentado en algún momento de la vida, o lo traemos como información en los genes. En el ámbito humano es usual atribuir el término de creación a una obra artística, por ejemplo, a una pintura, cuando esta es solo combinación de colores preexistentes en la naturaleza sobre formas también preexistentes. Lo mismo ocurre con una obra literaria, musical o arquitectónica, lo nuevo en todas es la combinación de lo que ya existía. De acuerdo al principio fundamental de la física de que la energía no se crea ni se destruye16, nada seria nuevo en el universo. Como la materia de la cual estaríamos formados es energía, nuestra esencia física sería tan vieja como el universo, o sea de aproximadamente 25.000 millones de años. Además, la mayor parte de las moléculas de nuestro cuerpo se formaron en las estrellas y en consecuencia tienen una antigüedad de por lo menos 4.500 millones de años, desde cuando se formo la Tierra. Entonces ¿por qué, aparento tener solo 45 años? Porque somos formas esenciales y no sustancias materiales esenciales. Mi edad cronológica es la que corresponde a una forma o sistema biológico de millones de moléculas que se unieron para formar un ser pluricelular llamado humano. La creación ha sido uno de los argumentos más fuertes para la creencia en un Dios, pero por lo que la experiencia nos dice, aparentemente el universo estuvo desde hace por lo menos 25000 millones de años, y si inferimos de los principios actuales, lo más lógico de pensar es que pudieron 16 Cuya universalidad también es una creencia.
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haber otros universos pre-existentes, y así sucesivamente, pero nada indica de que haya habido una creación. Otra creencia es la idea de que existe la unidad como partícula única, pero toda partícula hasta hoy conocida es en realidad un conjunto de otras más pequeñas, las moléculas son conjuntos de átomos, los átomos conjuntos de partículas atómicas (electrones, protones, neutrones) los protones y neutrones son conjuntos de Quarks, y los Quarks posiblemente de cuerdas. La creencia de que existe el punto como algo adimensional es falsa. Todo punto tiene un contorno formado por otros, tal como la unidad es siempre un conjunto de otras unidades. A modo de ejemplo, el ser humano estrictamente no es una unidad. En realidad es un “ser pluricelular”, es decir, que se trata de una colonia de millones de seres vivos maravillosamente conectados entre sí como si fuesen uno solo. Esta conexión dada por el sistema nervioso y el sistema endocrino nos confiere la ilusoria sensación de unidad. Si nos redujéramos al tamaño de una bacteria el cuerpo humano nos parecería un gran planeta poblado por todo tipo de bichos y no un individuo. Existe la idea de que cuando morimos el cuerpo se destruye y se desintegra en medio de la putrefacción. Sin embargo, todas las células de nuestro cuerpo a excepción de las neuronas ya han muerto por lo menos una vez desde que nacimos. Estas se destruyen en un plazo máximo de veinte años, eso quiere decir que a los cuarenta años ya hemos
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muerto corporalmente por lo menos dos veces. Lo trágico de la muerte está vinculado directamente con el culto al cuerpo17. Tenemos la creencia de que vivimos en el presente. Que somos capaces de captar lo que sucede en el instante en que sucede. Eso también es falaz. Todo fenómeno debe ser captado. Por lo tanto debe haber una señal que viaje desde el fenómeno hasta nosotros, trayéndonos la información del mismo, y como toda señal tiene una velocidad finita de transporte se demora un tiempo. Luego hay otra demora en el viaje de los impulsos eléctricos desde el órgano sensor hasta el cerebro. Por último hay una demora en procesar la información. Tomamos conciencia del fenómeno después de todas estas demoras, lo cual hace que la percepción se haga sobre hechos del pasado. Por supuesto que el intervalo es del orden de milésimas de segundo para las imágenes, y alguna fracción de milésima mas para el sonido. Por eso no notamos el desfasaje entre lo que sucede y lo que percibimos. El presente así es un pasado inmediato, en consecuencia vivimos en el pasado. Pero si miramos una noche estrellada la cosa es diferente. Como la distancia entre los astros y nosotros es mucho mayor, lo que se observa en el firmamento es un museo de estrellas cuyas imágenes datan de distintas épocas. Algunas 17 Por lo que se ve terminamos velando el segundo, el tercero o el cuarto cuerpo que habitamos durante nuestra existencia material.
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se ven como eran hace décadas y otras como eran hace centurias. En definitiva, para los fenómenos cotidianos, vivimos en un pasado inmediato, que es común a todos los que están próximos a nosotros, y por convención lo llamamos presente. Existe la creencia de que el conocimiento científico es atemporal, objetivo y universal, y que si un principio o ley de la ciencia es reemplazado por otro, se debe a que la nueva es más precisa que la primera. Es el llamado modelo acumulativo. Sin embargo lo que la ciencia fáctica hace es proveer de representaciones cuantitativas y/o cualitativas que sirven para explicar fenómenos pero que solo son verificadas por un numero finito de casos (experimentos o experiencias, o sea que es un conocimiento inductivo) en un dominio del espacio limitado, y en un intervalo de tiempo finito, lo que significa que el conocimiento que provee solo es de comprobación limitada y local, no universal, es producto de un cierto número de subjetividades, y es temporal porque corresponde a los intervalos de tiempo donde se hacen las mediciones. Todo lo contrario de lo que se pregona. Otro mito es que la naturaleza es sabia o tiene sentido, en realidad nosotros le inventamos el sentido para tener nuestro propio sentido y no enloquecernos. Por ejemplo, la evolución biológica aparentemente marca un sentido hacia lo más evolucionado como sinónimo de más perfecto, lo más apto para sobrevivir. Pero si por efecto
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de un cambio climático violento cambia la temperatura abruptamente en varios grados centígrados, los que van a sobrevivir serán las archeo- bacterias, los seres más primitivos en la llamada “escala evolutiva”. Otro tanto pasa si hay una contaminación ambiental por radiactividad, solo sobrevivirán los involucionados insectos gracias a su coraza de queratina, por lo que en esas condiciones deberán ser considerados como los más evolucionados. En definitiva, la evolución tanto como la perfección son conceptos relativos al contexto al que se refieren. El mayor prejuicio de todos los prejuicios es el prejuicio contra los prejuicios, ¿Por qué se cree que un prejuicio necesariamente debe estar siempre equivocado? Podemos acertar no por razonamiento meticuloso, por largas inferencias, sino por intuición o simplemente puro pálpito o por el azar. La fe es un prejuicio porque se sostiene en la fuerza de la creencia y no en demostraciones lógicas o experimentales pero eso no significa que sea falsa, por lo tanto la duda sobre su certeza es la que la hace poderosa en algún momento. Contrario a lo que se cree, para que sea posible el movimiento no es necesario que haya espacios absolutamente vacíos sino que haya espacios donde puedan existir partículas que interactúen con leyes que no impidan el recorrido del cuerpo. Por lo tanto el vacío absoluto no existe, siempre es un relleno. Lo que llamamos vacío son zonas donde las interacciones con nuestra naturaleza son tan bajas que
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creemos que en ellas no existe nada. De hecho en el existen las partículas virtuales, los neutrinos y fluctuaciones energéticas en abundancia. Inclusive dentro de los proyectos de viajes interplanetarios se estudia la posibilidad de aprovechar este mar de partículas y energía para autoabastecer a las naves en los largos viajes que le esperan. Cuando un cuerpo se mueve en una dirección determinada suponemos que todas las partículas del mismo lo hacen a la misma velocidad que el conjunto, pero en realidad la velocidad de un cuerpo es el valor medio de las velocidades de todas las partículas que lo componen. Esto también ocurre con todas las demás magnitudes. En el caso de la velocidad, los átomos y las moléculas se mueven en su mayoría erráticamente hasta cierto grado, pero con valores aproximados a un promedio y muchos de ellos lo hacen en otras direcciones y con otras velocidades a las del conjunto. Lo que ocurre es que nuestras sensaciones y percepciones se realizan no sobre individuos sino sobre el promedio de ingentes cantidades individuales, evaluamos a conjuntos a través de sus promedios. La percepción de cualquier individuo consiste en un conjunto de promedios, y tal vez ningún valor percibido corresponda a un valor real de alguna de sus partículas componentes, a la vez los valores de sus partículas no son más que promedios de los valores de las sub-partículas que lo componen y así sucesivamente. Vivimos percibiendo las irrealidades de los promedios
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porque no podemos percibir las realidades de los individuos, solo percibimos conjuntos. Pero como los individuos son abstracciones y los conjuntos son agrupaciones de individuos, toda la realidad se concreta a partir de abstracciones. Tenemos la errónea idea de que los procesos se detienen, vemos un péndulo oscilar y al cabo de un tiempo vemos que esta fijo, en realidad las oscilaciones continúan con una amplitud tan pequeña que ya no se percibe su movimiento. Todo factor amortiguante es un exponencial de exponente negativo real, lo que implica que aun cuando el tiempo sea incalculablemente grande seguirá, aunque sea una increíblemente pequeña e imperceptible oscilación. En definitiva después de todos estos ejemplos 18caemos en la cuenta de que lo que sostiene el poder de la creencia es que creemos que lo que creemos no lo creemos sino lo sabemos, y ahí radica la ignorancia, la falta de autocrítica, la superstición, la terquedad y la incomprensión. Pero también hay que tener en cuenta que los prejuicios no están porque sí. Son las puntas visibles del iceberg de la naturaleza humana. Antes de combatirlos hay que investigar sus raíces para saber porque los humanos son como son y 18 Otra creencia, ya popularizada, es el del arriba y el abajo. En realidad el abajo es el sentido que apunta hacia el centro de la tierra, que es hacia donde se dirige todo cuerpo que cae por efecto de la gravedad y el arriba es el sentido hacia afuera de la tierra, o sea el que se sigue para escapar de la acción gravitatoria. Para Estados Unidos el arriba es el abajo de un Chino, y para Argentina el arriba es el abajo de un Australiano. El valor de verdad de la frase de que siempre llueve de arriba hacia abajo es relativa a la ubicación del observador.
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analizar si su ausencia es más perjudicial que beneficiosa. La educación, los paradigmas, las escalas de valores y la religión son conjuntos de creencias que se asentaron generación tras generación sobre dogmas o principios que gozan de la inmunidad para la crítica. Desde este punto de vista se puede decir que las creencias ancestrales se adquieren como un continuo lavado de cerebro o programación. Si bien el término de “lavado cerebral” lo acuñó Edwar Hunster para una modificación violenta de la identidad previa, la imposición de una identidad aunque sea gota a gota se ajusta a la idea de un lavado de cerebro en baja intensidad, como análogo de la relación entre una tomografía computada y una radiografía convencional. Porque si la mayoría de los que nos rodean desde la tierna infancia nos enseñan y repiten los mismos prejuicios, cuando somos más vulnerables para incorporar las creencias, para nosotros es una comunicación absolutamente persuasiva y lo tomamos como verdades a priori indiscutibles. Haciendo un parangón con la frase de Tácito, un hombre siempre defiende sus creencias tanto o más de lo que defiende las murallas materiales de su ciudad, porque la verdadera ciudad que habita el hombre es el mundo de sus creencias. Como filosofar es arrojarse en caída libre al vacío de las sustancias soportes y al todo de las formas esenciales, la mayor parte de los filósofos no soportan el vértigo indefinidamente y luego de destruir muchos niveles de prejuicios terminan creando uno. Una creencia que les sirva
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
de suelo firme, de último soporte material para el resto de sus ideas. Sartre creó la creencia en la libertad, Schopenhauer en la voluntad universal, Descartes el Yo Cartesiano, Nietzsche el Instinto de Poder, Kant el imperativo Categórico, Parménides el Ser estático, Sócrates la verdad final. Personalmente creo que no hay un final, ese es mi prejuicio necesario. El filósofo no debe buscar experimentar el éxtasis por la llegada a la verdad última, sino el placer de recorrer el camino19 de las infinitas verdades que se ocultan una tras otra. Moraleja, si pretendemos explorar la existencia en profundidad, debemos vencer nuestras propias creencias sin autodestruirnos, soportando las verdades que nos erosionan, he ahí el verdadero desafió de la aventura del pensamiento. Como decía Nietzsche, toda verdad nos endurece.
Lo absoluto vs. lo relativo
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a principal objeción a lo absoluto es el estudio comparativo de los dogmas de cada civilización a través del tiempo y en los diferentes contextos geográficos, o sea la innumerable colección de pruebas sobre la diversidad de dogmas o llámense “principios fundamentales y absolutos” que ya ha realizado la antropología.
19 La idea del placer del caminante buscador de las verdades es propia del Taoísmo.
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Para ello basta con leer los trabajos de Levi Strauss y de otros antropólogos. Obviamente la idea de una Sindéresis20 universal, mónica, e invariable no puede explicar en “absoluto” esta diversidad, en tanto el relativismo si lo hace con holgura sin dejar de explicar a través de la psicología todo lo que puede explicar la concepción metafísica. Si la Sindéresis Judeo-cristiana o su gemela la Tomista Aristotélica son concepciones universales implantadas por Dios en las mentes de todos los hombres, resulta absurdo que tantos pueblos y a través de siglos la hayan contradecido. En conclusión, no existe ningún ejemplo de principios morales que sean validos para todas la épocas y para todos los pueblos. Por eso la Deontología no ha sido capaz de unificar criterios. Lo que para unos es moral para otros es inmoral, e inclusive dentro de una misma religión cambia con el tiempo. En consecuencia la Sindéresis, la famosa conciencia originaria inventada por Santo Tomas de Aquino, que nos da el mandato de “haz el bien y evita el mal”, no se sostiene ante la ambigüedad de lo que se concibe como el bien o el mal en las distintas culturas o circunstancias de la historia. El verdadero mandato de la Sindéresis parece ser más bien:” haz lo conveniente para la conservación del mundo, si no de la especie, si no lo puedes, hazlo para la conservación 20 Sindéresis: Según Santo Tomas de Aquino, es la facultad del sujeto teológico, o alma provista por el Supremo Creador en el acto de la creación, para ver el mandato del plan divino que conduce a la perfección del hombre como criatura de la mayor participación del Ser, o sea de Dios.
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de tu pueblo, si no lo puedes, hazlo para la conservación de tu clan, y si aun no puedes hazlo para la de tu familia y de última si nada de esto puedes hacerlo, solo hazlo para la tuya”. Se trata de puro instinto de conservación. En mi opinión, si el relativismo filosófico quiere tener visa de ser una teoría de la realidad no puede oponerse al realismo, como lo hace el escepticismo riguroso de Enrique Mari. El relativismo y el escepticismo no deben ser iguales ni parecerse, porque, en definitiva, lo que se aproxima más a lo absoluto es la solidez que impone el relativismo a la relación del conocimiento respecto al sistema de referencia. Cuando digo “relativo a tal sistema de referencia”, lo relativo se transforma cuantitativa y cualitativamente, en forma determinista, en lo absoluto. Una vez fijado el referencial lo relativo se transforma en absoluto, cosa que no ocurre con el escepticismo que niega la posibilidad de avanzar en cualquier forma de conocimiento. El relativismo es solo pluralismo en tanto no se fije el referencial. Entonces, ¿cómo se debería fijar el referencial? Bien desde el punto de vista gnoseológico o teórico puro todos los referenciales tienen más o menos idéntica prioridad, y la pluralidad es enriquecedora, pero desde el punto de vista de la praxis, lo que tiene mayor peso es aquel referencial o sistema propio del observador. Vale decir, el propio contexto histórico- cultural- coyuntural del sujeto en cuestión. Aunque siempre es posible una mezcla de
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soluciones con productos de otras culturas que sean afines. Lo que se dice una globalización de buenas soluciones y no de problemas. Precisamente por eso cabe la posibilidad de entender en forma somera la realidad en los diferentes contextos. Lo esencial, como en la física relativista es encontrar las leyes de transformación entre los sistemas. En el fondo de eso se trata el estructuralismo.
La existencia como forma
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l gran dilema que se impone en la ontología y en la metafísica es ¿se es para existir o se existe para ser? Opino que se existe para ser porque no se puede Ser si previamente no se aparece en la existencia. Lo contrario sería poner el carro delante del caballo. Por lo tanto el principal objeto de análisis de la filosofía debe ser la Existencia. Básicamente porque la realidad se trata de predicado y no de sujeto, es decir, lo que continuamente observamos es un devenir de fenómenos, modificaciones de estados o gradientes de magnitudes, las cuales a su vez son gradientes o divergencias de otras magnitudes. Toda aparición de un fenómeno implica transformación, consecuentemente la Existencia es prioritaria respecto al Ser, y el Ser es una consecuencia de esta y no viceversa. Esto nos lleva a una postura existencialista sin el fatalismo de la alienación que propone el nihilismo, o sea que sostiene que la Existencia es prioritaria al Ser pero no se llega al
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final del camino a un arrojo al vacío, sino que la substancia de todo ente no es una sustancia constitutiva, sino una substancia formal, y se trata de una cadena infinita de formas que sostienen otras formas. La metafísica se reduce a la Ontología, puesto que el Ser de cada cosa seria la identidad del Ente, pero a la vez esta identidad resulta ser consecuencia de transformaciones de otros entes preexistentes no en el tiempo sino como superposición de realidades. Por lo tanto no se niega una realidad más allá de los sentidos, puesto que la percepción de estas otras realidades es limitada y no es más que una cuestión de tiempo y de mejorar métodos e instrumentos de percepción, tal como lo ha demostrado la historia de la ciencia hasta hoy día. Una justa revisión del pensamiento filosófico exige la reivindicación de la doctrina de Heráclito, el Jonio. Al decir de Oswald Spengler, “El pensamiento con que Heráclito dió una nueva concepción del Cosmos, es de naturaleza energética, el de un acontecer puro (falto de sustancia) según las leyes. La distancia que separa esta idea de las opiniones de otros filósofos, sean ellos los Jonios, los eleatos o los atomistas, es extraordinaria. Heráclito se quedo totalmente solo con aquella concepción entre los griegos, no existe una segunda de esta categoría.” Lo más próximo a su asombrosa intuición lo podemos encontrar en el Génesis de la Biblia, capitulo 1, versículo 1, cuando dice, “En un principio era el verbo, y el verbo era Dios...”. Esta oración es lo más cercano a la idea de Heráclito, porque dice que Dios era pura acción y no sustancia, era
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verbo, o sea predicado y no sujeto sustancial. ¿Pero qué pasa con aquellos entes que aparentemente son esencialmente de una naturaleza sustancial-material, como la misma masa, las partículas atómicas, la energía vista como flujo de partículas e inclusive las fuerzas? En la mecánica clásica hubo intentos teóricos por parte de los científicos inductivistas-experimentales de eliminar estos entes materiales. En especial la masa, no por su supuesta naturaleza sustancial sino porque no constituye un observable. Es decir, por ser un ente que no puede ser percibido de forma directa a través de mediciones sino su existencia se deduce a partir de relacionar observables cinemáticos tales como la posición, la velocidad y la aceleración de una partícula. Al frente de estos científicos estuvo el prestigioso Ernst Mach, y continuaron en esta línea, Hermes, Simón y Eisenbud. Para ser preciso, en un movimiento lo único observable cinemático es la posición. El tiempo se deduce por comparación de posiciones tales como los de las agujas de un reloj, la velocidad se deduce como cociente incremental de posiciones y el tiempo transcurrido, y de la misma manera ocurre con la aceleración, que es el cociente incremental de la velocidad y el tiempo. Internamente para el observador, el proceso dentro del cerebro es el opuesto. Lo único que el cerebro mide son las demoras y la dirección de procedencia de los impulsos nerviosos, o sea el tiempo. Con anterioridad, Descartes y Leibniz sucesivamente
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intentaron reducir la totalidad de la física a la geometría. Pero fracasaron en sus respectivos intentos porque hacía falta una matemática mucho más potente, tal como la que dispuso muchos siglos después Einstein para arribar a su Teoría General De La Relatividad. Objetivamente la masa, de acuerdo al segundo principio de la dinámica de Newton es un factor de proporcionalidad entre la fuerza aplicada sobre un cuerpo y la aceleración imprimada a este. A diferencia de Mach, estrictamente y por ahora, dentro de la Mecánica Clásica, debemos concluir que la masa existe y lo hace como ente independiente de las magnitudes cinemáticas involucradas. Porque de lo contrario no podría ser de una cantidad definida en una partícula, tal como lo es una propiedad, sin importar las circunstancias de tiempo y lugar del movimiento21, tan solo la partícula misma. Es decir que la relación fuerza/ aceleración solo depende de la partícula, por lo tanto es una propiedad cuantitativa de la misma. Pero esto no avala la concepción de una naturaleza sustancial material. Por lo pronto es un ente relacional entre las dos magnitudes mencionadas dependiente de la distribución en el espacio tiempo. Como sostiene Ostwald en su obra, Energía Química,: “Logramos nuestro conocimiento del mundo exterior únicamente por el hecho que nuestros órganos de los sentidos son estimulados de determinada manera por los objetos de aquel, la calidad y la fuerza de estos estímulos los 21 Si depende del sistema de referencia según la relatividad restringida.
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adscribimos a las características de la materia. Sin embargo, si a los objetos los apartamos de aquellas características no nos queda nada que sea accesible a nuestras experiencias y la materia desaparece en la tentativa de imaginarla”. En cuanto a la fuerza, podemos decir que su existencia se manifiesta íntegramente en sus efectos, o sea como aceleración y/o deformación de un cuerpo. Parafraseando a Sartre, termina siendo un centro de imputación causal de una serie de apariciones de fenómenos. Entonces la fuerza que no es observable en forma directa es supuesta para explicar la presencia de otros fenómenos observables o mensurables. Esta creencia se fortalece en la posibilidad de que se sus efectos se puedan intercambiar entre sí respetando algún principio de conservación. Otro tanto sucede con las partículas cuyas existencias son atribuibles al carácter de fuentes de interacciones o al carácter de objetos de interacciones con otras en el espaciotiempo22. Pero las teorías de Súper- simetrías asignan a cada partícula una existencia solo restringida a la rotura de alguna simetría, tal como la temporal, o de carga, o de paridad. Estas permutan su carácter de esencia substancial por uno más abstracto y más matemático. En la Teoría de La Relatividad General la masa es una curvatura del Espacio-Tiempo y no cantidad de alguna de sustancia. Por lo que se ve, las teorías modernas despojan de toda sustancialidad “material” a la materia pero no niegan su existencia ni sostienen que sea un artificio de la mente. A lo sumo lo artificial es creer que 22 Al intercambio de fotones la atribuimos la fuente de interacción electromagnética, en tanto que a los electrones y protones el carácter de objetos de esas interacciones.
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se trata de sustancias corporales. En todo caso la sustancialidad material de las cosas se reduce al carácter de fuente de distorsión de alguna propiedad del Espacio-Tiempo. Esta concepción morfológica de la existencia explica en parte el porqué se da una especie de estructuralismo subyacente en distintos fenómenos de la naturaleza. Estructuralismo expresado matemáticamente por ecuaciones iso-morfas y consecuentemente soluciones iso-morfas. Soluciones que difieren en las variables (magnitudes) que contienen y las constantes que las acompañan. Digo estructuralismo en el sentido de que se forman sistemas de relaciones que presentan el mismo tipo de estructuras aunque se traten de ámbitos diferentes de la realidad. Si vemos por ejemplo la ecuación de desintegración radiactiva y su solución no se puede negar la similitud con la descarga de un capacitor o el descuento de capital a un régimen de descuento continuo, e inclusive con la probabilidad de un evento poco probable en un intervalo de tiempo según el modelo de Poisson. Esto queda explícitamente expresada en las situaciones fácticas cuando el análisis matemático agrupa a los fenómenos físicos en problemas de difusión (ecuaciones elípticas), problemas de ondas (ecuaciones parabólicas) o en problemas de potenciales (ecuaciones hiperbólicas) independizándose de que se trata particularmente. Las soluciones conservan las mismas formas entre los del mismo grupo solo diferenciándose en las constantes particulares de cada fenómeno involucrado.
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La alienación como fondo de la existencia para los existencialistas
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omo se dijo, el error capital del existencialismonihilista es confundir el vacío con la nada. El vacío no es la ausencia de todo, sino la presencia de opuestos que se cancelan23, o de formas que interactúan tan débil e imperceptiblemente con nosotros y con los entes que se relacionan con nosotros que no podemos notar su presencia. Desde esta perspectiva, el vacío esta re - lleno de cosas que ignoramos siquiera que existen. La existencia es como un papel al cual se le recorta figuras. Hay quienes interactúan con los recortes y en consecuencia los huecos aparecen como el vacío, otros interactúan con los huecos y el resto de papel se les aparece como el vacío. La existencia no tiene ausencias más que como percepción, así como las fronteras de los objetos o formas tienen límites definidos nada más que en la percepción. En una existencia de formas por niveles no existe la posibilidad de la nada, siempre habrá un nivel de formas que actuara como substrato y otro como realidad exterior. En definitiva, la nada es solo una apariencia de formas que no percibimos, por lo tanto es relativa, y cualquier discurso que promulgue algún arrojo hacia ella, sin entender que debajo de 23 El Efecto Casimir es el efecto más palpable de las fluctuaciones de energía que se produce en el vacío dentro de la física.
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esa aparente “nada” siempre hay algo en una superposición infinita de niveles de realidad, es una falacia absurda.
La existencia como realidad virtual del gran ordenador: El Cosmos
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racias a Heráclito24 estamos en condiciones de abordar el enfoque de Pitágoras de Samos: “Todas las cosas son números”. Como los números son cosas abstractas, esta afirmación en definitiva nos dice que el Cosmos tiene una existencia absolutamente virtual. Para entender el enfoque de Pitágoras tomemos de nuevo la teoría de fuerza central de la gravitación universal de Newton. Dado una masa M que esta a una distancia “d” de otra masa m, la fuerza de atracción formulada por Newton es la ley o Logos que gobierna el fenómeno, la cual es: F = G. M. m d2 Suponiendo que en la realidad existe solo la función matemática masa: ψ(x, y, z, t), que indica la distribución de valores de la supuesta masa en el espacio- tiempo. O sea que no existe ninguna sustancia en el sentido de materia en cantidad M o m sino propiedades del Espacio-tiempo. 24 Sin embargo, Heráclito fue uno de sus rivales intelectuales, inclusive Pitágoras lo catalogó como “padre de todas las patrañas” a pesar de reconocer que fue el hombre que supo como nadie entre todos los hombres de su época.
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Entonces M y m resultan ser valores particulares de dicha función en coordenadas definidas. Una vez hecha esta asignación, la fórmula F nos indica cual es el valor de la fuerza en cada punto. En este contexto se va manifestar la fuerza tal como si existieran M y m materialmente, en los puntos considerados, cuando en realidad solo existen como valores particulares de una función matemática escalar distribuida en el espacio tiempo. Esta sustitución de la materia como sustancia material por una función matemática nos da un Universo virtual enteramente equivalente al materialsustancial. La misma sustitución vale para la energía y para el resto de la Pléyada de partículas materiales o energéticas, donde todo se reduce a un universo de relaciones y/o funciones matemáticas. Esto es lo más próximo a la idea de que todo se trata de números y nos indica el carácter eminentemente cuantitativo del universo. Entonces el Logos u orden del cosmos seria el conjunto de leyes universales, o locales y temporales, que permiten la métrica de los fenómenos, los cuales serian eventos matemáticos en un espacio matemático. Este espacio puede ser de cuatro dimensiones o de infinitas dimensiones. En definitiva el universo seria en su totalidad un conjunto de infinitas relaciones matemáticas, y cuando descubrimos una ley solo descubrimos una de las tantas que relaciona puntos de un sistema de referencia. En definitiva la existencia seria una realidad virtual y no material en el sentido de que no existen sustancias materiales sino relaciones matemáticas. Estas relaciones matemáticas normalmente se expresan en
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formulas como un Logos25. En conclusión, la naturaleza no necesita de la “materia sustancial” para existir, sino de funciones o relaciones matemáticas en una completa virtualidad26. Lo más próximo a esto es la teoría de cuerdas, la que nos dice que cada partícula de materia o de intercambio (partícula energética) es un modo de vibración de entes híper microscópicos llamados cuerdas, que a su vez son partes de membranas o branas que se mueven en determinadas coordenadas independientes o dimensiones. Los científicos no explican la naturaleza material de las branas. Inclusive se las puede interpretar como fluctuaciones de las variables dimensionales. Esta forma de interpretar nos lleva a que la naturaleza se trata de relaciones matemáticas y no de otra cosa. En el Génesis se refleja esta idea en la siguiente frase: “En un principio era el caos y del caos se hizo el cosmos.”, como indicando que el universo consiste en solo orden, orden reflejado en el poder explicativo inherente de las formulas o series infinitas. Lo que llamamos percepción o intuición es una relación siempre cuantificable, por lo tanto es una relación matemática, y toda realidad desde el punto de vista gnoseológico es en principio el conjunto de percepciones e 25 Este paradigma de la ciencia deberá ser sustituido por series infinitas para que se refleje la verdadera naturaleza indeterminada de la naturaleza. 26 Esta concepción no debe confundirse con la propuesta por la película Matrix. Lo que acá se afirma es que la realidad virtual del Universo no es el producto de una invención de una especie robótica avanzada, la realidad virtual del universo es la verdadera realidad desde que el universo es universo y que se debe que la existencia formal es necesaria y suficiente para suplir la existencia material.
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intuiciones, más las relaciones lógicas y/o emocionales que hacemos con las mismas. Por lo tanto la realidad como conocimiento es un conjunto de valores particulares de relaciones matemáticas.
Aspectos cuantitativo y cualitativo de la existencia
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a existencia en nuestro universo se presenta bajo dos aspectos, uno cualitativo y otro cuantitativo. Es muy probable de que en realidad uno de ellos solo sea una expresión imprecisa del otro. El aspecto cualitativo es aquel que nos permite agrupar en clases de equivalencia, o bien clasificar por sus notas esenciales comunes. Dichas clases de equivalencias serian las especies. Las cualidades son intensivas y se presentan en distintos tipos. Como propiedades organolépticas (color, sabor, olor, forma), como constantes físicas (punto de fusión, calor especifico, peso específico o concentración), como escalas de valores éticos y/o estético (bueno, malo, bello, feo), como morfológicas tales como forma, estructura, etc. y finalmente como emocionales- racionales (amor, odio, inteligencia). El aspecto cuantitativo se refiere al carácter extensivo o
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integral, o sea la cantidad de alguna magnitud en la totalidad que abarca. Por ejemplo la masa, la capacidad calórica, la altura, cantidad de partículas, volumen, cantidad de amor o cantidad de perfume. Tomando el ejemplo de una simple manzana podemos aplicar el análisis de los dos aspectos mencionados. Referido al aspecto cualitativo; las características organolépticas son el color rojo y su sabor ácido; la característica morfología consiste en la redondez, las constantes físicas lo encontramos en su conductividad eléctrica y sus propiedades químicas y en sus bondades desde el punto de vista de la salud. En suma, el aspecto cualitativo nos permite identificarlo como manzana. Su aspecto cuantitativo es su tamaño, peso, cantidad de pigmento. Pero si nos detenemos a analizar más minuciosamente descubrimos que el aspecto cualitativo en realidad es derivado del aspecto cuantitativo. Las cualidades son productos de la relación de cantidades con su distribución en el tiempo o en el espacio, o sea concentraciones características en el espacio y/o el tiempo. La cualidad del color es la frecuencia de la luz (frecuencia es la “cantidad” de ondas por unidad de tiempo que pasa por un punto), el color de la piel o de los ojos depende de la concentración de melanoncitos “negros”, la calidad de un perfume depende de la concentración de sustancias, la conductibilidad depende de la distribución de iones y moléculas de agua en el espacio. En definitiva las cualidades no existen como tales. Son
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consecuencias de la distribución de cantidades en relación al espacio y tiempo. Entonces la realidad se reduce a un solo aspecto, el cuantitativo. Ahora bien, ¿porque la realidad es eminentemente cuantitativa? Porque solo se trata de relaciones matemáticas. Es más, la sensación, el amor, el odio, la depresión, la felicidad son fenómenos químicos cuantificables, como fenómenos químicos tienen un substrato físico, y como fenómenos físicos son enteramente expresables matemáticamente27. Lo cual constituyen transformaciones o relaciones entre variables, o sea por ultimo todo es matemática28.
La existencia como información
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odo lo que existe, existe porque puede percibir o puede ser percibido” sostenía Berkeley en su tesis de que todo es espíritu. En cuanto perciben son espíritus conscientes, en cuanto son percibidos son objetos espirituales. En última instancia, la realidad termina realizándose en la conciencia. Esta afirmación no solo niega la materia, sino implícitamente enuncia que la existencia se basa en la relación. Es decir que 27 Ecuaciones, series infinitas o relaciones de recurrencia. 28 Si el universo es un juego de infinitas relaciones matemáticas entre coordenadas, se hace obvio reconocer que es lógico pensar que si existe un Dios, su idioma será el de las matemáticas.
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una partícula indivisible de lo que sea no puede existir en la absoluta soledad, en la estricta singularidad, porque no podría percibir nada y no podría ser percibido por nadie. La existencia es relación, requiere de por lo menos dos entes o de dos partes de un mismo ente. El contenido semántico de lo dicho revela que la conciencia es fruto de la percepción, sin ella no hay noción del “ser en mí”, ni del “ser ahí”, y al no haber conocimiento de la cosa, la cosa no existe. Alguien en algún lugar debe percibir y además ser percibido para cosificarse. Si de pronto a alguna persona se le suprime todos los sentidos, se lo aísla del mundo sensible, tanto de estímulos exteriores como de interiores de su cuerpo, no sentiría su cuerpo y no tardaría en no sentir su existencia en general. Agotaría sus recuerdos y luego iría dejando de pensar para sumirse en una muerte mental. De esa manera la realidad aparece como información, y debería enmarcarse en una teoría de la información mucho más amplia que la que postulo el ingeniero Shannon29. Para el estudio de la realidad hace falta una teoría de la comunicación más completa, nacida de la filosofía, y de ciencias tales como la física. Tanto la teoría de la relatividad restringida como la quántica deben ser vistas como formalismos que permiten cuantificarla, ya sea como función de un sistema de referencia inercial en un caso o 29 Esta teoría se refiere sólo a las condiciones técnicas que permiten la transmisión de mensajes. A posteriori el sociólogo Warren Weaver destaco las bondades de esta propuesta, y de la síntesis de ambas propuestas se produjo una concepción duradera en el campo de la comunicación. Lo habitual es que se aluda al modelo como de Shannon y Weaver o como la teoría de la información.
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como función de la relación objeto cognoscente y objeto conocido en el otro.
En resumen todos somos información, en este contexto de interpretación, los seres vivos al existir consistimos en mensajes de código químico (paquetes de genes) enviados al futuro.
La realidad como representación
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a realidad sicológica es la representación de la realidad. Nuestro cerebro hace un dibujo o esquema del mundo que supuestamente existe fuera o dentro de nosotros. Se trata de una transducción. Esa representación, es una sensación interna, y está íntegramente condicionada del “como se hace la interacción” con el supuesto mundo exterior, por lo tanto “el porque de las cosas” más bien se reduce “al como interpretamos lo que sentimos de las cosas”. Por eso podemos objetar en parte el realismo filosófico de J. Balmes, expuesta en “El Criterio”. Nunca se llegara a conocer
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la cosa en sí, porque esta tiene una existencia en infinitos niveles de realidades, pero si podemos convenir en que la verdad es la realidad totalizadora subyacente a cada nivel que nos permite relacionar la existencia mas como un todo. Por lo tanto podemos inferir que estamos en el camino correcto de llegar a ciertas verdades posibles si aumenta nuestra comprensión del todo, si el nuevo conocimiento no lo hace, significa que el mismo es erróneo y hemos pensado mal. La realidad se entiende, la verdad se comprende. Desde el punto de vista gnoseológico la realidad a la que podemos acceder es una mezcla de percepción pura, intuición (razonamiento económico e inmediato) y conclusiones simples. Por otra parte la verdad es deducción mediata, racionalización pura y totalizadora de la realidad accedida. Toda representación obedece a una interpretación de símbolos, y para ello hace falta un protocolo sobre los signos. Este protocolo esta dado por el uso convencional y usual de dichos signos, en el lenguaje escrito o hablado por lo que llamamos el significado de cada término, significado que tiene dos referentes, el absoluto y el relativo. El relativo es aquel que permite elegir entre todos los significados absolutos según el contexto donde se ubica el término, digamos que depende del conjunto de términos que lo acompañan en la frase o en todo el texto, es lo que permite eliminar la ambigüedad Sin embargo a lo largo del tiempo hubo como un descuido en el ponerse de acuerdo con la asignación de significados
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a los términos, lo que llevo a discusiones estériles en la filosofía, y permitió a la Escuela de Viena a sostener que los problemas filosóficos son desacuerdos del uso del lenguaje y en consecuencia a pretender resolver los enigmas filosóficos con el solo uso de la lógica del lenguaje. El hecho de que existan los desacuerdos en la extensión o interpretación clara y distinta del significado no avala de no existan los dilemas referidos a la existencia, o sea que la filosofía pierda su objeto de discusión.
La existencia como realidad electromagnética
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a Existencia en tanto que existe, se realiza en sí misma, pero ¿cómo existe? En los párrafos anteriores habíamos dicho que ontológicamente la Existencia existe como forma, y posiblemente como relación matemática o realidad virtual. En la conciencia (realidad psicológica) existe como información que se propaga hacia el futuro. Y si la existencia es manifestación en sí, ¿no estará generando otro modo de ser? Por otra parte, si es información, no deberíamos preguntarnos ¿cómo ésta se transmite en el espacio tiempo? Para responder a esto debemos relacionar la física con el mecanismo de la percepción. En nuestro Universo se manifiestan cuatro tipos de fuerzas, como clases de equivalencias con sus respectivas energías,
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reconocidas hasta la actualidad30: La electromagnética, la gravitacional, la nuclear débil, y la nuclear fuerte. Para saber de qué manera estas influyen en nuestra vida cotidiana se tiene en cuenta dos parámetros indicativos, una es la constante que caracteriza a cada una y la otra es el alcance. El alcance se refiere a como la fuerza disminuye con la distancia desde la fuente. De las cuatro la más fuerte es la Nuclear Fuerte, por tener la constante más grande. Para tener una idea es un millón de veces más fuerte que la Electromagnética, pero su alcance es extremadamente más corto, de tal manera que apenas llega a los límites del núcleo del átomo, por lo que pasa desapercibida en nuestra vida cotidiana. Lo mismo ocurre con la Nuclear Débil. La gravitacional tiene el mismo alcance que la electromagnética pero su constante es mucho menor, en consecuencia es mucho más débil en nuestra vida cotidiana. De esto se deduce que la fuerza predominante de modo absoluto en los fenómenos cotidianos e inmediatos es la electromagnética. Todo evento cotidiano ocurre como una interacción electromagnética y según las leyes que rigen los campos de este tipo. En consecuencia todo fenómeno relacionado con la percepción de la realidad como el tacto, la audición o la visión se da en este marco condicionante, que a su vez nos condiciona de modo absoluto la concepción 30 La Nuclear Débil también tiene corto alcance y la gravitacional es 1020 veces menor que la electrostática (la constante universal de la gravitación es 6,67x1011 , en cambio la constante electrostática de Coulomb para la electricidad es 9x10 9 en el mismo sistema de unidades MKS).
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de lo que llamamos verdad31. Esta es la razón por la cual nuestra percepción y concepción del mundo se limita a las cuatro dimensiones conocidas. Tres espaciales y una temporal. Es el resultado directo de que la propagación del campo electromagnético, el elemento fundamental de toda interacción está perfectamente definida, fáctica y formalmente en un espacio tetra-dimensional, y constituye el vehículo de toda información. Posiblemente en el mundo de lo extremadamente pequeño, donde compiten otras fuerzas con la del campo electromagnético, la configuración de la realidad ya no se circunscriba a un marco tetra-dimensional, y tal vez sea una de las razones de la incomprensión de los fenómenos que se dan en ese ámbito.
La organización, los niveles de organización, niveles de existencia y niveles de conciencia
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uando decimos que un sistema es más evolucionado que otro, en realidad nos referimos a que tiene un
31 Haciendo una descripción del modo en que actúan los sentidos tenemos que: 1) El contacto entre cuerpos no existe, es una mera ilusión de campos de fuerza electrostático, 2) El sonido es una vibración debido a interacciones intermoleculares entre moléculas de un medio elástico de la misma naturaleza que el contacto entre cuerpos, 3) La luz, portador de toda imagen es una onda electromagnética cuya frecuencia se encuentra comprendida en el espectro visible
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mayor nivel de organización, funciones más versátiles que le permite adaptarse o imponer su propio modo de existir al medio, y una mayor conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea. Pero estas tres características a veces no se complementan mutuamente, sino actúan en franca oposición entre sí. Por ejemplo los insectos en virtud de su mayor capacidad de adaptación al medio han sobrevivido y soportado los cambios climáticos mejor que los dinosaurios e inclusive que los mamíferos, pero a los dinosaurios y mamíferos se los podría considerar más evolucionados en cuanto a complejidad del sistema nervioso y capacidad cognoscitiva. De la misma manera cuando se analiza las sociedades humanas, vemos que los griegos parecían más evolucionados en cuanto a poseer mayor nivel de conciencia filosófica que los romanos pero sucumbieron ante ellos32. Esto se debió a que los romanos tenían más capacidad para la destrucción aunque fueran culturalmente inferiores. En definitiva, vemos que los niveles de conciencia no siempre van de la mano con la capacidad para sobrevivir, pero lo que si vemos, que a la larga aquellas civilizaciones que no han desarrollado un nivel de conocimiento y de conciencia acorde con su nivel de existencia, indefectiblemente se autodestruyen. Por otro lado cuando se aumenta el nivel de conciencia y conocimiento, se logra un mayor nivel de organización, y además se vuelve menos metafísico y más naturalista. Se 32 Tal como los egipcios ante los hicsos, o los chinos ante los mongoles de Gengis Kan.
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percibe a la existencia como natural, aunque las leyes de la naturaleza se vuelven más complejas de entender. La razón en su afán de comprender une puntos semejantes y especula una forma o estructura, tanto en el espacio como en el tiempo, y cuando logra desarrollar una gran parte de esas relaciones por medio de formulas conforma un nivel de comprensión sobre un nivel de la realidad, y entonces logra aplicar su poder reduccionista en la creación de ciertos modelo representativos de la realidad. Pero siempre existen excepciones, fenómenos raros que no pueden ser explicados dentro del paradigma vigente debido a que hay otro nivel de leyes subyacente al explicado, que está haciendo presión desde la profundidad de su existencia. Entonces se debe descender a este nuevo nivel de realidad aumentando la complejidad del modelo (haciéndolo más realista), amplificando la visión, y descubriendo a la postre otro nivel de realidad que implica a su vez otro nivel de conciencia. Sin embargo no se trasciende del mundo natural. El camino de la conciencia es explorar un nivel más profundo de la realidad y transformarse en un nivel más profundo de conciencia con un nuevo paradigma. Paradigma que produce un reduccionismo generalizador y luego penetrar nuevamente a otro nivel, produciéndose otra nueva ampliación de la conciencia en un proceso sin final alguno. En cierta manera, de esto fue lo que hablo Kuhn en su obra.
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
Lo multi-dimensional o lo multi-verso
¿C
ómo interpretar o imaginarse gráficamente un Universo de cuatro dimensiones? En las matemáticas se hace constante una de las dimensiones y se obtiene superficies de nivel. O sea una proyección en tres dimensiones de un evento de cuatro dimensiones. Es como aplastar un cuerpo sobre un plano manteniendo la forma que se ve desde arriba, solo que se “aplasta” algo de cuatro dimensiones en un volumen. Por ejemplo: sea un bi-cono, o un hiperboloide de revolución en cuatro dimensiones (híper-cono o híper-hiperboloide), siendo una de ellas el eje de números imaginarios, se puede transformar en una esfera o elipsoide de revolución de tres dimensiones cuando se hace constante la variable del eje imaginario. Si el eje imaginario es el tiempo como ocurre en el espacio tetra-dimensional de Minkowski.
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La esfera33 o elipsoide corresponde a puntos del espacio físico. Pero si hace constante una variable real, continua siendo un hiperboloide de revolución o un bi- cono. Si tenemos más dimensiones, el grado de dificultad para proyectarlo geométricamente en tres dimensiones aumenta exponencialmente, y ya no lo podemos imaginar. Siguiendo el proceso inverso es más difícil imaginar algo en cuatro o más dimensiones teniendo como dato la figura aplastada de tres dimensiones. Por otra parte podría dar muchos resultados posibles. Esta es la dificultad para concebir un Universo de infinitas dimensiones. El modelo34 del espacio tetra-dimensional está basado en la famosa formula de longitud de un suceso, dado por Einstein en su primer Teoría de la Relatividad35. Representa 33 Esfera si los coeficientes de las tres variables tienen el mismo valor, como en el caso de la mecánica newtoniana, o cuando el sistema está en reposo respecto al observador, o elipsoide cuando una de las dimensiones está afectado por la velocidad como en la relatividad einsteniana. 34 La longitud de un suceso es el teorema de Pitágoras aplicado a un espacio de cuatro dimensiones donde una de ellas es imaginaria y representa al tiempo medido en unidades de luz. Al igualarse a la constante S2, el cual es una distancia al origen del sistema, se ajusta por un lado a la definición del doble cono invertido y por otro a la de una esfera. Eso significa que el doble cono invertido del espacio-tiempo donde esta contenido el universo es otra versión de la esfera tal como suponía Aristóteles (con un eje imaginario) o en todo caso un elipsoide, pero no con la forma redondeada como se ve en tres dimensiones, sino con la forma de” bi cono invertido de un reloj de arena”. 35 X12 +X22 + X32 + X42 = S2. Esta es la definición pitagórica de distancia euclidiana, donde si S2 es constante y los coeficientes de los términos son iguales en signo y valor, se trata de una esfera en cuatro dimensiones reales. Si uno de los términos tiene un coeficiente con diferente signo se trata del doble cono invertido, lo cual lo haría equivalente a una híper- esfera con un eje imaginario por definición de esfera. 4 sería una dimensión i. c. t.
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el modulo al cuadrado del vector posición. Actualmente este modelo proyectado en tres dimensiones es el límite de la capacidad humana para poder concebir en la imaginación y a lo sumo podemos extrapolar al espacio – tiempo de cuatro dimensiones haciendo el proceso inverso de la proyección mencionada al principio. Eso porque la naturaleza de nuestra percepción es electromagnética. Sin embargo no existe objeción física alguna a una existencia con infinitas dimensiones más allá del límite impuesto por nuestra percepción. Pero si coexisten tantas variables de posición ¿porque no aparecen ordinariamente más eventos impredecibles debidos a interacciones que se propaguen en esas otras coordenadas? El efecto que explica esto es el principio de funcionamiento del sintonizador de una radio o televisión. En el éter existen infinidades de señales provenientes de sus respectivas estaciones con sus respectivas frecuencias de portadoras características. Cuando sintonizamos una estación en particular se configura un circuito resonante, tanto para la captación de las señales como en las etapas de amplificación de audiofrecuencia. Entonces entran todas las estaciones con sus señales, pero la seleccionada entra con toda su potencia mientras las demás son amortiguadas, luego en la etapa de amplificación también se potencia la seleccionada y a las demás no. Esto hace que escuchemos todas, pero la escogida tiene una potencia tan predominante que tapa a las demás como si no existieran.
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Lo mismo puede ocurrir con nuestro Universo, pueden coexistir infinitos Universos con otras leyes de interacción, pero solo percibimos el nuestro porque la fuerza electromagnética sobre la materia supera ampliamente a todas las interacciones restantes tapándolas en su percepción como fenómeno sensible. Por ejemplo, los neutrinos, partículas que son producto de las desintegraciones beta positiva en el núcleo atómico, interactúan muy débilmente con la materia, y existen modelos de partículas que sostienen de que existen en una cantidad que supera inclusive a la misma materia. Independientemente de que esto fuera cierto, solo a modo de ejemplo, se podría suponer que hay otro universo de neutrinos superpuesto al nuestro, y un dinosaurio de neutrino podría estar literalmente atravesándonos sin que una sola neurona lo sintiera. En definitiva el Universo puede ser Multi -verso36, y cada uno puede tener un número determinado de dimensiones susceptibles de ser captados, dependiendo de cuál es la fuerza predominante y en cuantas se manifiesta casi totalmente. Lo diverso de cada cosmos se unifica por la interacción dominante en un Universo.
36 Esta concepción de multi-verso no es el propuesto por la teoría de Branas actual. Estos infinitos universos a los que hago referencia se pueden dar en una misma brana y no tratarse de universos creados en distintos eventos como los que propone dicha teoría. No obstante cada brana constituiría un universo más del multi-verso general.
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Realidades posibles, equivalentes y algunas de ellas incomprobables
N
o solo es posible y hasta natural el multi-verso, sino que además existe la posibilidad de realidades que no pueden ser demostradas en su existencia o inexistencia, por ser casi enteramente equivalentes a la que aceptamos como verdadera. Lo que sostengo en base al mundo fenomenológico que experimentamos es que el universo es un multi-verso de infinitos niveles de existencias y probablemente de infinitos niveles de conciencias. Pero al margen de esta concepción, trataremos de enumerar en forma de alternativas binarias algunas de las posibles formas equivalentes de concebir al universo que percibimos: 1) Universo que transcurre en una línea continua de tiempo versus una serie de universos que se destruyen a cada instante y se crean en el siguiente como consecuencia del anterior: Esto fue lo que planteo a nivel quántico Paúl Dirac con su operador creación y destrucción, y por ende si ocurre con sus partículas puede ocurrir con todo el conjunto del universo.
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2) Universo que tiene una historia real de eventos ocurridos. O sea un pasado versus universo de un solo instante que contiene la memoria de todo el pasado tal como si hubiese ocurrido: No habría modo de diferenciarlo porque lo único certero de la existencia del pasado es que existe como memoria. El futuro quedaría como posible proyección del presente siguiendo la tendencia que nos marca la memoria. 3) Universo que consta de un solo instante (foto) que contiene la memoria de todo el pasado versus universo de infinitos instantes (infinitas fotos): Instantes que tienen su respectiva batería de memoria del pasado tal como si hubiesen ocurrido. En conclusión, puede que solo exista un instante, una especie de foto con memoria implantada, al que percibimos como presente, o puede que existan permanentemente los infinitos instantes. Infinitas fotos con memoria vinculadas entre sí, y en cada uno existe la sensación del transcurso del tiempo solo en base a la memoria que se tiene del supuesto pasado en cada uno. Sería lo más próximo a la idea de Nietzsche, de la eternidad de cada instante y como cada instante es eterno, según como lo vivimos seria el paraíso tan deseado o el infierno tan temido, o algo intermedio. Si a esta concepción le agregamos que puede haber “fotos” del universo que sean iguales pero con distintas memorias de su respectivo y supuesto pasado, tendremos un modelo de eventos superpuestos como
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productos de distintos caminos de Feinmann. Tal como se puede interpretar a la física quántica37. 4) Universo estático donde están todas las posibilidades de existencia versus el dinámico que suponemos como el nuestro: El movimiento seria generado por un viaje de la conciencia a través de los escenarios de realidades posibles, lo cual daría la sensación de viajar por el tiempo y el espacio. Cada vez que un ente consciente se enfrente a un nodo de alternativas posibles no se producirán universos paralelos, sino la conciencia se distribuirá por las posibilidades con distintas intensidades generando los caminos de Feinmann y recreando un universo semejante al que propone la mecánica quántica. 5) Universo de una sola conciencia versus el de múltiples conciencias como suponemos que es el nuestro: Es posible que todas las conciencias sean una sola, que recorre todos los caminos en forma sucesiva dándonos la sensación de ser distintos seres con distintas vidas cuando en realidad se trata de uno solo. En alguna medida es una posible interpretación del budismo. 6) Universo de una sola conciencia donde las demás sean solo sean parte de la trama de la única que existe versus el de múltiples conciencias como suponemos que es el nuestro: Este universo se limitaría a lo que percibe a cada instante la única conciencia existente, y todo el resto 37 Como se puede ver en un juego de Dama China, una configuración de piezas a la cual se puede llegar por distintos caminos.
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del universo seria un supuesto necesario para la coherencia del entorno percibido. Esta fue tal vez la idea inicial de Berkeley, solo que después, debido a su formación religiosa, impelido a explicar la existencia de Dios, supuso la realidad del resto del universo como la imaginación del mismo. 7) Universo de Berkeley versus el de realidades no oníricas como suponemos que es el nuestro: Puede ser que Berkeley tenga absoluta razón, somos la imaginación o el sueño de un ser todo- poderoso llamado Dios. 8) Universo sin leyes racionales de percepción racional versus universo con leyes racionales: Pueden existir infinitos Universos, pero los seres racionales solo percibimos los lógicos porque la mente es un dispositivo capaz de percibir solo aquello que puede ser analizado en forma racional. Pensamos con palabras e imaginamos con recuerdos de entes preclasificados en situaciones preclasificadas. Como dice el Taoísmo y el positivismo lógico de Wittgenstein. La racionalidad seria la capacidad de vincular distintos puntos de la existencia a través de leyes, tal como los de la lógica en el lenguaje o en la secuencia de imágenes. 9) Existencia donde los entes pueden existir en varios universos a la vez versus existencia donde cada ente solo existe en un universo por vez: Podemos ser parte de entes que existen en varios universos a la vez, separados por el conjunto de
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interacciones predominantes. Por ejemplo, cuando se generan un electrón y un positrón a partir de un fotón, estas dos partículas separadas muchas veces por grandes distancias se siguen comportando como si fueran una sola. Esto parece indicar que en otro dominio de la existencia, en otras dimensiones con otras interacciones, no están separadas. Lo mismo ocurre cuando se divide un fotón en dos gemelos por un divisor de fotones. Como consecuencia de lo dicho, una serie de partículas separadas en nuestro universo, en otro podría tratarse de una sola interactuando desde un solo centro de coordenadas. Este tipo de universo se asemeja a superficies de nivel de distintos colores que se cruzan entre sí, que vistos desde arriba son como puntos de distintos colores, donde solo se dan predominantemente relaciones monocromáticas. 10) Un universo virtual versus un universo material: Un Cosmos que se trata exclusivamente de relaciones matemáticas (leyes) entre sus infinitas coordenadas, lo cual es enteramente equivalente a un Universo de partículas y ondas que trata la física actual. Dentro de esta concepción cabe la posibilidad de un Universo de universos encajados unos dentro de otros, lo cual sería un universo dado en fractales. En este, cada estructura está formada a su vez por otras estructuras donde todas las estructuras son formas
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que responden a expresiones matemáticas. 11) Universos paralelos y Oblicuos que se cortan en nodos: Por eso la realidad se presenta como una superposición de universos donde unos predominan sobre otros para cada realidad, pero todos ocurren para infinitos individuos posibles. Es una interpretación de la teoría quántica. 12) Un universo de cuatro dimensiones que no depende en forma sustancial de otras, versus otro de cuatro dimensiones que es un reflejo de otro de mas dimensiones: De las infinitas dimensiones que pueden generar infinitos universos con sus respectivas interacciones predominantes, las dimensiones que aparecen visibles en realidad son un reflejo de las leyes que están en dimensiones superiores. Tal es el caso de la teoría de Membranas, que sostiene un universo de 11 dimensiones que es responsable por filtración de sus interacciones del universo de cuatro dimensiones que podemos observar y medir con las teorías gravitatorias de la Relatividad General y la teoría electromagnético de las ecuaciones de Maxwell. Todas estas posibles realidades de la posible realidad son casi imposibles de refutar al día de hoy, y tal vez por ser equivalentes todas son reales. 13) Universo donde existen solo las dimensiones versus un universo material: Puede que exista un Universo donde solo están las dimensiones, en tanto las partículas materiales y de intercambios son meras perturbaciones o rupturas de
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simetrías en estas dimensiones. La teoría de cuerdas y su derivado de membranas no se expiden sobre la naturaleza de las cuerdas o membranas, solo las presenta como vibraciones. Pero cabe la pregunta filosófica, ¿vibraciones de qué? La respuesta provisoria e inmediata tal vez sea de coordenadas como las de espacio tiempo. En este caso estaríamos en lo más próximo de la hipótesis de los pitagóricos. El universo seria una elegante configuración de relaciones matemáticas, casi como decir, un hermoso juego armonía de números en armonía cósmica. Aclaración: También es posible combinar entre algunas de las diferentes alternativas expuestas.
El tiempo desde la filosofía o la cuarta dimensión
P
ara los seres humanos todo sucede en el espacio y en el tiempo. La esencia fundamental de la existencia es el tiempo. Es más, según Heidegger somos más que nada tiempo. Sin embargo el mismo filosofo sostuvo que no es correcto preguntarse ¿Qué es el tiempo?, porque sería considerar al mismo como un ser y este no se puede adecuar a un enfoque intencional.
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Esta proscripción semántica tiene algún justificativo válido solo dentro de una filosofía que depende de la perspectiva de la intencionalidad38. Pero si consideramos el ser de cada cosa como el modo de existir o manifestarse algo o como la manifestación misma en cuanto conforma una identidad definida en la conciencia, el tiempo puede existir como duración, o intervalo de coordenadas imaginarias, o como secuencia de eventos exclusivamente en la memoria o también fuera de ella. Por lo tanto se trata de un ente del cual se puede predicar a través del verbo durar, así como del espacio también se puede predicar con el verbo extender. Entonces asumo que si es lícito y legítimo preguntarse desde el punto de vista matemático y ontológico “por lo que es”39. Las primeras cuestiones en esta línea serian: ¿Qué son el tiempo y el espacio? ¿Puede ser que lo único que exista sea el tiempo y el espacio, y todo lo demás sean perturbaciones de los mismos, ilusiones producidas por dichas perturbaciones? ¿Tendrán infinitas dimensiones? El tiempo tiene una captación externa indirecta y una interna directa, además de un solo sentido y ser puntual, todo lo contrario del espacio. Externamente la captación del tiempo es indirecta porque su medición se hace en función de desplazamientos 38 Es propio de la línea que sigue Heidegger como alumno de Husserl. 39 En principio lo puedo considerar como un tipo de coordenada y ente de ubicación de lo existente respectivamente.
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secuenciales en el espacio, como la rotación graduada de las agujas de un reloj. Internamente es directa porque a nuestras neuronas le llegan secuencias de señales y estas se van acomodando de acuerdo a un orden de llegada, lo que da idea del antes y el después. En cambio para la captación del espacio, la distancia es un cálculo interno del cerebro hecho en base a la tardanza de llegada de los impulsos eléctricos. La diferencia en el tiempo de llegada nos informa también sobre profundidades y alturas40. Nuestro cerebro trata de agrupar las señales que provienen de un ángulo sólido determinado y tienen características comunes en cuanto a frecuencia e intensidad, lo cual nos permite identificar cuerpos o unidades. Las otras diferencias palpables entre espacio y tiempo son: que el espacio puede ser visto directamente como una extensión, lo podemos recorrer con la mirada (abarcar muchos puntos simultáneamente) y percibirlo inmediatamente sin la necesidad de movimientos. En cambio el tiempo solo es detectado puntualmente (un instante a la vez.), mediado por los cambios, o sea por el movimiento. Podríamos decir en consecuencia de que somos seres espaciales, porque podemos ver en un instante un gran espacio, pero no temporales, porque no podemos ver grandes tiempos en un punto del espacio. Por otro lado el tiempo hasta hoy día se mantiene como uno de los más inescrutables misterios de la existencia. Prueba 40 La altura puede interpretarse como más lejos en una figura plana.
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de ello es que en la reunión de Huelva de 199441 no se pudo siquiera llegar a un acuerdo sobre su naturaleza. Confunde por las siguientes razones: 1) No se sabe si es una variable primaria de posición equiparable a las coordenadas espaciales o si se deriva de otras dado que no se presenta como reversible. 2) No se sabe si es una superposición de otras variables o es una sola. 3) No se sabe si tiene un sentido único (del pasado al futuro) o admite viajes al pasado. 4) No se sabe si es una ilusión o una realidad,. 5) No se sabe si es continuo o discontinuo. 6) No se sabe si admite un mínimo elemental, algo así como un quantum de tiempo, o no. 7) No se sabe si realmente transcurre o nuestra conciencia se mueve a través de la existencia como un viento recorriendo la figura congelada de la eternidad. Decir que es duración, tan solo, como lo hace Mario Bunge no aporta mucho por lo pronto a una comprensión integral. En definitiva se sabe tan poco de este tema que es terreno propicio para todo tipo de especulaciones. El tiempo es un producto del movimiento a la vez que la condición necesaria para el mismo. Como se pregunta Lee Smolin “¿transcurriría el tiempo si todo se detuviera?” Ya que la comprensión de la naturaleza del tiempo es 41 Conferencia que convocó a los 40 cerebros más lúcidos de la física actual.
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tremendamente complicada, resulta más fácil tratar la dirección del mismo, que esta simbolizada en una flecha. La dirección consiste en el sentido de avance de los acontecimientos. Lo que convencionalmente llamamos ir de las causas a los efectos o del pasado al futuro. Los filósofos y científicos afirmen que hay tres tipos de flecha del tiempo. El psicológico, el termodinámico y el cosmológico. En realidad solo hay uno, el cosmológico. Los otros dos son solo derivados del último. Sin embargo las leyes de la mecánica clásica y las del electromagnetismo presentan fórmulas tales que si se les cambia el signo al tiempo, estas se mantienen con las mismas formas esenciales. Es decir que son co-variantes. Aparentemente en ellas no se revela ningún sentido. No existe la flecha del tiempo en estos campos. En cambio en la realidad cotidiana todo el mundo recuerda lo que pasó. Identifica el pasado y espera el futuro, distinguiendo claramente uno del otro. Hay una noción clara de secuencia o sentido de los acontecimientos que es común a todas las conciencias, por lo cual podríamos tomarlo como un conocimiento objetivo. Esa es la flecha sicológica. Las reacciones químicas y procesos mecánicos macroscópicos son predecibles porque siguen un orden, y este orden esta dado por la flecha de tiempo termodinámica. La flecha termodinámica impone un sentido a la ocurrencia de cualquier par de eventos tal que la secuencia signifique un aumento el desorden del cosmos. O sea que restringe de los dos posibles pares ordenados de hechos a aquel cuya
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secuencia asegura que la entropía global experimente un aumento. Como desorden o grado de entropía se entiende desde el punto de vista físico- matemático al des- orden o ausencia de orden. En física es sinónimo de equivalencia, vale decir distribución pareja de la energía en el espacio42. La flecha cosmológica está dada por la expansión del universo. El universo va desde un punto concentrado (pasado) hacia la máxima expansión posible (futuro). La flecha sicológica no es más que una asociación de ideas en base a como se ordenan en la memoria los eventos según lo percibimos. Por tanto será una consecuencia directa del sentido en que se dan los eventos en el mundo sensible o macroscópico. El sentido de los eventos está determinado por la flecha termodinámica. Ergo, la flecha psicológica es un derivado de la segunda ley de la termodinámica. Esta indica que todo proceso se dará en aquel sentido donde aumente la entropía del universo, o sea la distribución de energía del mismo. El cosmos será cada vez más desordenado, en consecuencia más homogéneo. Ahora, es lógico pensar que la expansión del universo hace que la energía disponga de más espacio para distribuirse, o sea que a mayor expansión mayor distribución, por ende mas entropía, y esto significa que la flecha cosmológica define unívocamente la flecha termodinámica. Llegamos entonces a la conclusión de que la flecha cosmo42 Si la distribución es pareja, no existe un orden de mayor a menor concentración de energía.
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lógica da sentido a la termodinámica, la termodinámica crea la psicológica, por lo tanto, en definitiva hay solo una, la cosmológica. Por el contrario si estuviéramos en un Universo en contracción, la entropía disminuiría (habría contracción progresiva), la sucesión de eventos se daría en reversa y la memoria estaría invertida (se recordaría como pasado los eventos que hoy identificamos con el futuro). Es decir que la flecha psicológica tendría un sentido opuesto. En este contexto sería lógico que alguien muriera para poder nacer o que el dolor anteceda al golpe. Hasta el momento se analizó la flecha del tiempo. Pero ¿qué es el tiempo propiamente dicho? Si decimos que el tiempo es una coordenada imaginaria y el espacio se trata de tres coordenadas reales, entonces aseguramos la ortogonalidad del tiempo y el espacio porque todo lo imaginario es perpendicular a lo real. Pero aun no sabemos porque podemos desplazarnos con cierto grado de libertad en las llamadas coordenadas reales y estamos obligados a hacerlo en un solo sentido en la coordenada imaginaria, del pasado al futuro. No obstante podemos hacer algunas observaciones notables. Existen magnitudes esencialmente espaciales como las vectoriales y magnitudes esencialmente temporales como las escalares. Por otro lado se puede especular, arriesgadamente, que el viaje hacia el futuro se debe a una fuerza del tipo temporal. Algo así como la fuerza de gravedad que atrae los cuerpos hacia un centro. Esta fuerza temporal haría que la
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existencia vaya hacia el futuro. Si el tiempo y el espacio son entes, o continentes, o la naturaleza de los entes es una cuestión que se debe resolver de modo indisoluble como un todo, o sea como el Espacio – Tiempo. Dado que toda transformación o fenómeno involucra a ambos a la vez. Por lo tanto la pregunta siguiente seria: ¿Qué es el espacio-tiempo?
Las teorías sobre el espacio-tiempo
S
egún Mario Bunge las principales concepciones filosóficas del espacio-tiempo se pueden agrupar en tres tipos, 1) la del continente, 2) la de materia prima, y 3) la relacional. 1) La del continente es la concepción clásica de Newton y Kant, un espacio- tiempo absoluto y universal que contiene a los eventos. Para Newton el tiempo era absoluto y externo al hombre y fue colocado por Dios al momento de la creación para darle un sentido al universo. Para Kant era una propiedad innata, absoluta e interna de la mente mediante la cual el sujeto ubica y da forma al objeto al percibirlo. Las teorías de la Relatividad General y Restringida echaron por la borda este modelo. A partir de estas teorías el espacio- tiempo no es universal, dado que
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es modificable por la distribución de la materia y depende del sistema de referencia. 2) La concepción como materia prima que engendraría a todos los objetos físicos indica que toda sustancia material o partícula energética es una propiedad del espacio- tiempo. La critica que hace Mario Bunge respecto a este enfoque es que se reemplaza la significación semántica de las cosas por definiciones y se borra la frontera entre ciencia formal y factual. Además se reduce el punto de vista ontológico porque traduce todos los tipos de sustancias a una cuestión de formas y distribución de las propiedades del Espacio- Tiempo. Al contrario de Bunge, sostengo que esta segunda postura puede ser acertada. Es más la Teoría Relacional está en total acuerdo con la postura de materia prima, si a la materia prima se la entiende como el conjunto de relaciones que surgen de las distribuciones de las propiedades físicas. En absoluto reduce el punto de vista ontológico, porque no impide dar cuenta de la diversidad de las partículas, ya que estas no serian más que la expresión de relaciones matemáticas entre determinadas propiedades en el espacio tiempo. El hecho de que se borre la frontera entre lo fáctico y lo formal no es una objeción en sí, sino significa que lo fáctico se convierte en una interpretación de la realidad formal.
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3) La Teoría Relacional sostiene que el espacio-tiempo no es objeto auto existente, sino un entramado de relaciones entre cosas y eventos43. Es el orden de todas las cosas posibles. Solo que no de cosas sustanciales sino de propiedades que afectan a nuestros sentidos como si fueran cosas del tipo materiales o energéticas.
Idealismo vs. realismo / materialismo vs. realismo
L
a división entre idealistas y realistas subyace en las siguientes preguntas: ¿El mundo existe dentro de nuestra mente o fuera de ella? ¿Y si existe fuera es posible reflejarla fielmente dentro de la mente por medio de la razón aun cuando los sentidos puedan producir engaños? ¿La realidad se agota en la representación mental como una verdadera realidad? ¿O la realidad es producto de la objetiva percepción de objetos extra-mentales? Los primeros se abstienen a lo que es seguro, el mundo se presenta en nuestra conciencia como conocimiento, y este es una operación psíquica interna de cada individuo. El Yo
43 Según palabras de Bunge.
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es el sujeto del conocimiento44, y el conocimiento representa un supuesto objeto externo. Este objeto de conocimiento puede ser en algunos casos diferente y separado del Yo y en otros (auto-conocimiento) como parte de nuestro Yo. Pero fuera del conocimiento no existe evidencia de la existencia de los objetos, por lo tanto estamos seguros de conocer algo que creemos que es un objeto que suponemos que existe o no fuera de nosotros. El primer gran idealista fue Platón, quien afirmó que la real existencia de las cosas se da como ideas perfectas de los objetos, y que la vida es un mal sueño hecho de recuerdos sobre lo que percibimos en la vigilia real del prenacimiento. En palabras de Kant podemos vislumbrar una definición muy explícita del idealismo: “El idealismo es la teoría que declara que la existencia de los objetos en el espacio es simplemente dudosa e inadmisible o falsa o imposible: el primero es el idealismo problemático de Descartes que declara indubitable solo una afirmación empírica, o sea, yo soy; el segundo es el idealismo dogmático de Berkeley que considera el espacio con todas las cosas a las cuales se adhiere como condiciones imprescindibles , como algo en si mismo imposible y declara por tanto, que las cosas en el espacio son simple imaginación.”. 44 Este Yo o ego no debe ser necesariamente uno solo. Para la conciencia de un conocimiento determinado hay un Yo, pero en un mismo ser humano no se puede negar que puede haber múltiples egos o personalidades, cada uno tendrá un aspecto diferente de ese conocimiento.
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Para Schopenhauer el conocimiento y su posterior reflexión no parte del mundo exterior sino del Yo, en el ejercicio de la representación de algo que aceptamos como el mundo exterior. Esta postura no es totalmente idealista, porque no se expide sobre la cuestión de fondo. Es decir si existe o no existe el objeto del mundo exterior que es representado. Los segundos, los realistas, presuponen de que existe un mundo externo que es el que provoca la sensación en nuestras facultades cognoscitivas. La evidencia de que hay un mundo real extra-mental radica en que el conocimiento necesita una causa. En realidad hasta cierto punto la discusión entre idealistas y realistas no es relevante. Porque si el mundo en que vivimos esta fuera o solo dentro de nuestra mente no hace la diferencia. Lo importante es que la realidad sea aceptablemente predecible, inteligible y manejable para no enloquecernos. Además que nos permita compartir la realidad con otros sujetos que supuestamente existen para no sucumbir ante una infinita soledad y un caos insoportable. Esta cuestión es similar a la disyuntiva de que si existimos en un sueño o en la vigilia. Si ese sueño es tan coherente como la realidad que se nos presenta, y en el sentimos, pensamos, vivimos y morimos, es enteramente equivalente a una realidad que no sea sueño. Por el contrario, si la vida no es un sueño pero las leyes cambian continuamente, el porvenir es absolutamente impredecible y no estamos seguros de
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nada, esa realidad sí que es una verdadera pesadilla y vamos a preferir existir en el sueño mencionado anteriormente. El temor de que la vida sea un ser y estar onírico no radica en la insustancialidad del sueño, sino que usualmente en la trama onírica las cosas son desproporcionadas, inconstantes, irregulares e imprevisibles. En suma es una realidad altamente caótica, sin leyes más o menos seguras, o sea un imperio de la inseguridad. Tampoco tiene demasiada importancia si el Universo aparece y desaparece continuamente, como sostiene Paúl Dirac que ocurre con las partículas en la Mecánica Quántica mediante el operador creación y aniquilación, siempre y cuando tengamos la sensación de que existe la continuidad, o sea que cada instante parezca tener toda una historia detrás que dé cuenta de su presente. Precisamente para un ser humano, la locura no sería vivir en un mundo creado exclusivamente por una mente individual, sino que ese mundo como conocimiento no sea compartido por los demás individuos que supuestamente pertenecen al universo percibido, de modo coherente y concordante, o sea que no se trate de una subjetividad compartida. Cuando la subjetividad es colectiva nos da la sensación de ser objetiva, y nos hace creer que no estamos locos45. 45 De ahí que no sepamos si todos los locos se ven como tales a sí mismos o no, porque no sabemos si su mundo se les aparece como compartido por los demás o no, y también ignoramos si nosotros somos percibidos como locos en el mundo de otros.
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Entre idealistas y realistas existe la antinomia que confronta la hipótesis de la existencia de dos mundos con la que sostiene la existencia de uno solo. La primera de las posturas fue propuesta por Platón y con posterioridad por el cristianismo. Esta sostiene que hay un mundo de lo perfecto (mundo de las ideas o los ideales) y otro de lo imperfecto (mundo de las percepciones o de los sentidos). La idealista parte del prejuicio de que existe lo perfecto porque supuestamente se lo puede concebir aunque no percibirlo, y que el mundo de lo sensible es engañoso porque no se ajusta a lo que creemos concebir como perfecto, pero en realidad como se tratara mas adelante la supuesta concepción no es tal, sino simplemente se limita a la invocación de su nombre. En cuanto a la antinomia Idealismo versus Materialismo, el enfrentamiento de las concepciones de Descartes-Kant con respecto a Marx es intrascendente en el fondo, dado que son realidades equivalentes desde el punto de vista gnoseológico. Si las necesidades que experimenta la conciencia son producidas por la propia mente que crea ideas o por un mundo material externo al hombre da lo mismo desde el punto de vista gnoseológico, en tanto y en cuanto estas necesidades sean incontrolables por la voluntad consiente de quien la experimenta. El límite para considerar que una existencia sea aceptable
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o no radica en la posibilidad de control por parte de la voluntad consiente o en la existencia de leyes versus caos.
La realidad del lenguaje y la realidad de la imagen
E
l hombre a lo largo de su existencia, ha desarrollado de modo alternativo en distintas épocas, dos áreas de su cerebro. Un área relacionada a la concepción de la realidad en imágenes (de la visión y pensamiento visual, zona frontal y occipital del cerebro) y otra área relacionada a la referencia de la realidad a través de palabras, o sea la abstracción (del lenguaje y de la audición, zona temporal y parietal del cerebro). Es una lucha “histórica” entre las marcas (palabras) y las máscaras (verdad por percepción directa o sea las imágenes), entre la abstracción y la percepción directa. Esa lucha está presente desde los primeros tiempos de la filosofía. El Tao tomó partido por la imagen, y desde el siglo pasado se retoma esta postura con Husserl, Wittgenstein, Heidegger y la cultura visual imperante en el mundo contemporáneo. Para el hombre primitivo, la palabra hablada empezó a reemplazar a las imágenes a fin de economizar esfuerzos
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mentales. Dado que transmitir imágenes era a veces imposible o bien involucraba un mayor número de conexiones neuronales e inversión de energía que transmitir un fonema representativo. Fue una sustitución débil, pues venía acompañada de gestos, que son visuales. Más tarde se incorporó el uso de dibujos representativos, o sea iconos rudimentarios que insinuaban ser palabras. Estos debieron ser aprendidos por la comunidad, o sea ser reconocidas y aceptadas convencionalmente. El hombre se convierte en un ser cultural con el uso de herramientas y cuando logra construir un protocolo de comunicación con algo que no existía de antemano en la naturaleza, es decir la palabra. La palabra hablada representaba las cosas (objetos, cualidades, acciones y nexos), está posteriormente es representada por iconos, luego por signos abstractos que eran menos complejos y requerían menos arte para su confección, por ende más económicos como vehículo de información. En los momentos en que se suspendió la captación de la realidad por medio de los sentidos en beneficio del uso de la razón, la ciencia avanzó. Esa suspensión hace posible, a través de la abstracción de los signos, comunicar en el espacio y el tiempo la información de las relaciones halladas. El lenguaje de la mente se estructuró con la matemática, la geometría, el arte y la lógica, los cuales crearon un nivel
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
de relación coherente entre los eventos del mundo que permitió la comprensión y la predicción de una gran parte de la realidad. La primera parte de la cultura se hizo con el manejo de las palabras, lo que se puede denominar cultura de la palabra, mientras que la segunda, la actual, tiene un predominio del lenguaje de las imágenes, es decir la cultura de la imagen. ¿A qué se debe esta nueva realidad? Se debe a que hoy es más económico transmitir información por medio de imágenes gracias a la fotografía, televisión, informática con multimedia, transmisión satelital, hologramas, entre otros. Entonces el hombre vuelve a priorizar la imagen por sobre la palabra. En consecuencia se está produciendo un profundo cambio en el modo de ver, aceptar y emocionarse con la realidad. Las palabras ya no estimulan tanto a las nuevas generaciones. La juventud lee cada vez menos y los conceptos se debilitan ante la cruda presencia de una imagen. Por otro lado, esto nos impulsa cuestionar la idealización de conceptos como la idea de justicia, perfección, la recta ideal, o el punto ya que no existen imágenes correspondientes a sus definiciones. Bajo el imperio de la imagen, la palabra es cuestionada. Debido a la intensidad del flujo de imágenes en la comunicación, es lógico pensar que el cerebro debe estar desarrollándose más en las áreas occipitales y frontales con
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el fin de aumentar su capacidad de procesamiento de las complejas informaciones que vienen en imágenes. Por ello, es posible que el hombre desarrolle un nuevo lenguaje más iconográfico que abstracto. De cualquier manera, tanto la percepción como la razón organizan la información en nuestro cerebro. Lo que no sabemos con certeza es si el mundo está organizado tal como lo vemos o tal como lo pensamos debido a convenciones creadas en nuestro historial evolutivo46. Las neurociencias plantean que ambos modos de organizar la realidad son aproximaciones de como nos afecta el mundo y no como es. La percepción ya no se toma como un camino ascendente de la señal recibida, sino como un camino de doble vía, de ida y vuelta. Ya no solo es un primer elemento, sino también termina siendo el último. La mente hace una selección de lo que puede llegar a la conciencia o no, en base a ideas previas elaboradas luego de nuestra experiencia perceptiva. Lo mismo ocurre con el pensamiento, pensamos de acuerdo a nuestro campo perceptivo, el cual es regulado por las ideas que tenemos sobre lo posible o imposible de la realidad.
46 Lo más probable es que el protocolo de conocimiento de la realidad sea una opción estratégica definida a lo largo de nuestra evolución biológica, lo que implicaría que otros seres racionales en otros planetas puedan tener una forma sustancialmente diferente a la nuestra de ver el mundo.
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La existencia humana como ser simbólico
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l hombre existe de un modo particular porque no solo tiene conciencia de su existencia actual, también lo tiene de su pasado como experiencia y de su futuro como proyecto47. En cambio, el resto de los animales puede recordar solo de modo remanente y permanente los aconteceres que le producen un profundo impacto en su instinto de conservación48. Entonces su capacidad de proyección hacia el futuro se reduce a lo ínfimo. Sin embargo el ser humano puede convivir con los tres tiempos como vivencias de idéntica intensidad, por lo que su noción de la existencia se hace con un ensamblaje concatenado de los mismos. Por otro lado la existencia del hombre es simbólica49. Los símbolos ocupan un lugar equiparable a los fenómenos que percibe porque presupone que hay otra existencia detrás de las cosas, los símbolos se transforman en cosas que no son de la misma naturaleza sino puramente espirituales. Basándose en estas dos características y la capacidad de relacionar, surge un ser cultural, alguien que puede vivir en 47 Gracias al desarrollo de su lóbulo frontal, que permite las funciones ejecutivas. 48 Hasta los reptiles tienen desarrollado el cerebro límbico, desde los mamíferos aparecen funciones más complejas en forma notoria. 49 Esta idea ya lo propuso Cassirer de un modo semejante pero no igual en su libro “Antropología Filosófica”.
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un ambiente artificial, no solo por lo creado por la tecnología en el mundo material sino también por lo simbólico. Su inteligencia está hecha esencialmente de símbolos, significados y protocolos entre los mismos. Es decir que fuera de lo biológico, la causa material y formal de la inteligencia es un sistema de signos y un conjunto de relaciones entre los mismos, o sea un lenguaje que sirve para generar, transmitir y conservar a todo conocimiento adquirido. Si bien esto es artificial no es arbitrario porque aun cuando puede crear significados y sentidos muchas veces ausentes del mundo fenomenológico, lo hace por causas bien definidas y en la mayor parte de los casos determinables, es decir que actúa como respuesta a su entorno y a lo que percibe de la existencia, y por sobre todo a los temores sobre la inexistencia. El símbolo no solo sirve al que lo ve, también al que lo construye porque le permite transferir poder a través del espacio y el tiempo. El poder está dado por la creencia en su significado, por su capacidad de enviar mensajes, de generar temores, sumisión y atracción. A esta altura de la historia se hace difícil discriminar la importancia de lo artificial, que es lo natural creado por el hombre como ser cultural, de lo que es natural-biológico en la identidad del hombre. En algunos casos es probable que necesitemos más de los prejuicios de origen cultural que de algunas necesidades de origen biológico para mantener la voluntad de vivir. Para entender la importancia de los símbolos podemos tomar
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como ejemplo el conjunto de signos que forma el lenguaje. Las palabras y los números con sus operadores actúan como verdaderas llaves a mundos de sensaciones y pensamientos. Basta con leer un poema, ver una ecuación, o leer una novela para experimentar las más variadas sensaciones. Las palabras proyectan emociones sobre individuos, cosas, razas e inclusive pueden cambiar nuestra visión del mundo. Ni que hablar de los que creen en el poder oculto detrás de las palabras, tales como los que realizan invocaciones, oran a su Dios, emiten maldiciones, o realizan rituales mágicos. En todos ellos existe la creencia de que detrás de un símbolo existe un mundo de extrañas e impredecibles fuerzas que solo es gobernable por medio de las leyes que rigen a los símbolos. La certeza que se siente por ese mundo simbólico traspasa e inunda el de los fenómenos naturales y ya no es posible distinguir uno del otro. El mundo simbólico envuelve y cubre al fenomenológico. En definitiva, debido a su libertad de interpretación, a su capacidad de relación indiscriminada, a sus temores no resueltos, a su ambición de poder, a su habilidad para manipular, a su ignorancia, a la naturaleza ambigua del lenguaje, a la inventiva en el arte, al deseo de discriminar y a su arte para disfrazar las cosas tras el ropaje de misterio, el hombre es un ser esencialmente simbólico. Por otra parte el simbolismo creó una realidad sicológica infinitamente más rica que la realidad de los fenómenos naturales, la realidad del arte, la realidad del lenguaje, la
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realidad de los mitos, la realidad de las religiones, la realidad de la magia, la realidad de los prejuicios consuetudinarios, la realidad de prejuicios nacionalistas y racistas, etc. El mono desnudo, según Desmond Morris, es una variedad mas del resto de los primates, pero que por un afortunado y muy extraño accidente de la naturaleza, que llamamos evolución adquirió una función adicional en su cerebro, la abstracción, la facultad de separar mentalmente imágenes y sonidos de un objeto percibido. Esos trozos de imágenes y sonidos, separados del todo al que pertenecían, quedaban disponibles en su extraordinaria memoria (comparada con la de otros animales) para combinarlos, de acuerdo al azar primero y luego con técnicas. Cuando el hombre descubrió que podía reproducirlos como dibujos, pinturas, sonidos con huesos, sonidos guturales y luego palabras hasta llegar a la escritura lo aprovechó al máximo para comunicarse a través del espacio y el tiempo. Pero el juego de la abstracción no podía parar. Se logró superar a si misma, abstraer lo abstracto y fue cuando nació el verdadero simbolismo con la fuerza de la mística. Y tal vez ahí apareció el hombre, ya no como el mono desnudo, ese dotado ser biológico, sino como un Dios en miniatura. El hombre simbólico capaz de modificar radicalmente y hasta tal vez destruir su propio mundo. Si le sumamos al simbolismo secular del hombre su embrutecimiento debido al híper-desarrollo de la tecnología,
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más la ambición inescrupulosa de poder a cualquier precio tenemos al hombre moderno. Un ignorante supersticioso tecnológico megalómano, con altas tendencias a caer en cualquier esquizofrenia colectiva, una verdadera amenaza para la conservación del planeta. Para el filósofo, el interés principal radica en estudiar el mundo simbólico como fenómeno psicológico, dado que esté constituye una fantástica realidad fenomenológica en sí misma. Porque indudablemente el simbolismo entre otras cosas ha creado un contexto de justificación tanto a religiones como a movimientos sectarios como el nazismo, mitos ancestrales o mitos urbanos, a movimientos anárquicos como a sectas religiosas. El hombre lee los signos del cielo y la tierra, signos que tal vez no conformen ninguna lectura fuera de la mente sino solo garabatos del azar.
El sujeto, el objeto y una historia de anédoctas
¿Q
ué es el sujeto? Para Descartes el término es una contradicción porque es libre y no “sujeto” a las influencias de su medio ni a su historia. Es un “sujeto” de conocimiento “des- sujeto” por medio de una libertad metafísica. Es un sujeto con el poder de revelar la realidad por medio de su voluntad y con libertad. Para evitar este tipo de confusiones en el significado del
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término se debería definir con mayor precisión lo que es el Sujeto antes de discutir si existe o no, y como existe en todo caso. En mi opinión, el sujeto en tanto individuo, capaz de reconocerse a sí mismo como separado del mundo, con un Yo des –sujeto del mundo50, o sea con una identidad final definida por su contenido de notas esenciales y su razón, es una quimera irracional y metafísica51. Ese tipo de sujeto no existe, por el contrario, el sujeto como identidad y producido por su experiencia histórica, medio ambiente y genética, si existe El sujeto en realidad según mi concepción es una identidad mutante en sí misma52, y la identidad del sujeto es la suma de sus relaciones. Eso le da la esencia formal que lo define. Entre esas relaciones están los recuerdos conscientes e inconscientes de su vida en particular, la información de su pasado como miembro de su especie y como ser vivo (información genética), su contexto actual que es una herencia de otros contextos anteriores, y la configuración que emerge del choque de contextos que fluyen continuamente 50 El sujeto de Descartes es el alma racional, libre de elegir entre lo bueno y lo malo, y con la capacidad innata de llegar a la verdad del mundo sin la intervención de los sentidos. Descartes introduce la racionalidad pero sin despegarse del Ius-naturalismo del alma al modo Judeo – Cristiano, o sea de la irracionalidad metafísica. 51 Es metafísica porque presupone que el sujeto no se transforma cuando interacciona con el mundo, o más bien, solo acciona pero no interacciona, como ocurre con todo lo conocido como físico. Lo cual es infundado. 52 Es el Ser ontológico o ente que se auto- conoce y conoce su identidad, pero que se muta con el tiempo aunque mantiene la ilusión de ser el mismo en el tiempo. En este sentido una persona puede tener varios sujetos si tiene identidades múltiples.
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en su entorno inmediato y mediato. Por eso el sujeto tiene infinitos niveles de interacciones que lo sostienen y a la vez es base de infinitos niveles de interacciones que se sostienen de su propio nivel. Lo cual nos indica que el sujeto no es meramente constitucional como sostenía Kant, ni exclusivamente racional como pretendía Descartes, ni mucho menos ideal como fantaseaba Hegel. El sujeto es relacional- instintivoemocional y racional. Es una mixtura de todos los sujetos enunciados y aun más. El Ser Humano o sujeto como persona es una conformación de conformaciones. Siendo su esencia material otra conformación de conformaciones preexistentes. Es una porción de universo que define sus límites en función de las relaciones que establece con una identidad proyectada hacia su exterior (Ser Centrífugo o Ser Para Los Demás) y hacia un hipotético centro en un interior aparente (Ser Centrípeto O Ser Para Si Mismo) con su razón al servicio del instinto de conservación. El sujeto es denso y a la vez transparente, su existencia trasciende hacia su interioridad y hacia su exterioridad en forma amortiguada pero sin fin. Es denso si vamos teniendo en cuenta cada uno de los infinitos niveles en que se define como identidad, y es transparente porque todas las identidades pueden ser superadas sin que ninguna pueda reclamar la prioridad absoluta. Por lo tanto la dilución del sujeto en sus relaciones no hace que el sujeto desaparezca, hace al sujeto en sí mismo, siempre y cuando esa dilución no le haga perder su identidad como
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centro de referencia de todas las relaciones. El ser trasciende a través de su conciencia dado que al percibir los distintos niveles de la existencia y ser percibido, existe cuantitativamente y cualitativamente. La idea de que se rompe la continuidad del sujeto por las colisiones de acontecimientos que cambian el rumbo de algún sentido histórico que se perfila en algún momento histórico es una barrabasada. Es producto de las mentes pseudo- filosóficas que se alejaron de ciencias naturales tal como la física, y por ello no tienen una imagen referencial de la realidad. El concepto de continuidad que considero es que nada emerge de la nada total. Todo emergente está relacionado con su entorno en el tiempo y el espacio. Eso involucra al pasado del sujeto. Todo es consecuencia de su pasado y de las configuraciones espaciales que lo afectan por proximidad. El acontecimiento aunque sea algo abrupto, es el resultado de la colisión de hechos que no fueron previstos no por imprevisibles sino por una natural ignorancia de la totalidad del todo. Como ocurre en nuestras vidas diarias, los accidentes no pueden ser previstos porque sino no serian tales. Cuando en física se habla de impactos ni se sueña con una discontinuidad, por el contrario en nombre de las continuidades se establecen las nuevas condiciones de fronteras y las iníciales que permiten resolver el problema hacia el futuro. En la física, cada partícula tiene un determinado sentido,
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que aparentemente se rompe con la colisión. Pero si se tiene los datos completos de la realidad previa se puede inferir cual será el rumbo futuro de cada partícula en base a los datos del pasado53. Ahora bien, en el estudio de la realidad humana esto no es posible, ni será posible con la misma precisión que en la física. Básicamente porque la cantidad de variables interdependientes es inconmensurable. Sin embargo, si se puede predecir acontecimientos sociales a grosso modo. Vale como ejemplo la caída del muro de Berlín. Es mentira que nadie lo previó. Algunos ya lo habíamos pronosticado54 fundamentados en que el sistema comunista era rígido y no se adaptaba a las nuevas tecnologías como si lo hace el capitalismo. Además el hombre actual privilegia lo lúdico y placentero a expensas de las necesidades biológicas. Sumado a esto la corrupción es mas tolerada en un sistema capitalista que en el comunista porque no cultiva una imagen de sociedad justa. Estos factores debilitaron al sistema rígido y centralizado del Polit-buro del Kremlin. Entonces solo era cuestión tiempo y de que existiera un detonante para que cayera el muro. Ese detonante fue Chernóbil. Una catástrofe ecológica, económica, política y propagandística de todo el régimen comunista. También algunos pronosticamos en forma inmediata la irrupción de un capitalismo salvaje que destruiría las 53 Si se trata de partículas atómicas, lo que se prevé es el futuro de la onda de probabilidades. 54 Entre ellos, los neo marxistas de la Escuela Crítica De Frankfurt.
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economías estatales a favor de las privadas. Hecho que ocurrió y ocurre con el neoliberalismo a partir de los 9055. En este contexto de capitalismo salvaje, la actual crisis financiera del mundo es una consecuencia inevitable del avance de las des-regulaciones. Desregulaciones que favorecen la especulación y la corrupción a favor de las corporaciones financieras y en contra del hombre común y de los modelos productivos de los estados. Hoy es fácil pronosticar que en un futuro no muy lejano, si las cosas siguen el curso actual, las mafias u organizaciones corruptas tomaran el poder político de casi todos los países del mundo, a menos que ocurra una catástrofe global56. Y esto se debe a que las mafias desde hace años se han dado cuenta de que el acceso a los gobiernos es un objetivo estratégico necesario para lograr el poder absoluto al cual aspiran. En caso de que esto ocurriese, este texto será suficiente prueba de que es posible predecir con bastante aproximación el futuro. El sujeto centralizado de conocimiento no tiene que ver en forma esencial con la racionalidad, ni con la falta de densidad del ser, ni con la falta de sentido. En este sentido se están mezclando innecesariamente demasiadas cosas, que en definitiva confunde los significados y el uso de los términos. 55 Se inicio en estas décadas en América Latina, África y Asia y en la actualidad se da con total virulencia en Europa. 56 Tales como la caída de un meteorito gigante, una pandemia o una guerra mundial.
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El sujeto es auto-creado como parte de la estrategia del instinto de conservación, no en forma consciente sino como parte de la estructura del mundo. Este sujeto, ya genialmente postulado por Hume debe acumular poder, y para ello expansiona su área de influencia. En esta etapa el sujeto dispersa o difumina su Ser o identidad en la periferia. Esta globalización del sujeto se traduce a la idea de propiedad o pertenencia. Luego para afianzar su dominio debe centralizarse en su propia identidad nuevamente y predomina el Ser centralizado. Por otro lado el objeto, en tanto que está frente a mí y se me antepone como un obstáculo, no está como tal fuera de mí. Su presencia esta dentro de mi conciencia pero referido a una presencia supuesta como externa a ella. La percepción esta dibujada en mi mente por mí, su forma depende de cómo llega a mis órganos sensoriales, de mis atributos personales y mi bagaje de pre-acondicionamiento57 para traducir los estímulos eléctricos que llegan a mi cerebro. Por lo tanto el objeto es subjetivo por sobre todo. De ese modo la historia es continua y tiene sentido 58en cuanto a que los hechos son consecuencias de otros hechos, aun cuando nuestras inteligencias traten con interpretaciones y no con los hechos mismos. A pesar de que los acontecimientos en la historia aparezcan imprevistos, 57 Son las categorías de Kant para el objeto 58 El término sentido en el que se usa aquí no es el de significación, sino de tendencia.
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no dejan de tener pasados que dan cuenta de ellos59. La historia no es entonces una historia de anécdotas desacopladas o acontecimientos in-causados, sino una continua colisión de historias continuas y con sus propios sentidos, aunque estos fueran ignorados previamente. La animalidad irracional tan defendida por Nietzsche y los post-modernos era el estado predominante que teníamos antes de ser humanos. La racionalidad nos hizo humanos y la híper-racionalidad nos hará trascender lo humano. La autoconciencia en un ego individual de un ego colectivo es directamente proporcional a la evolución mental, en tanto la disolución de la conciencia en forma descentralizada es un retroceso en la búsqueda del súper-hombre. El súper-hombre tendrá que ser híper-racional o de lo contrario no será un súper-hombre sino un Infra-hombre, súper-estúpido y súper-fuerte, sin capacidad de imponer su voluntad racional a sus instintos más primitivos. El sujeto, aunque sea artificial porque es su único modo de existir, siempre será el producto de la racionalidad guiada por la emotividad y la emotividad guiada por el instinto de conservación. La inteligencia indefectiblemente tiene una raíz emocional. 59 Pasados que ignoramos muchas veces como ocurre en un accidente de tránsito. Cada uno de los participantes del accidente viene con una historia detrás, historia que los otros no conocen, pero cuando convergen en un mismo sitio y ocurre el siniestro, todos infieren que no era previsible. Esto es cierto, no porque no hubiera continuidad en cada una de las vidas particulares, sino por la ignorancia que tenemos unos con respecto a los otros.
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Cosmos vs. Caos
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n primer lugar hay que definir los términos según sus modos de usos en los distintos ámbitos para evitar la confusión producida por la ambigüedad. Desde el punto de vista ordinario o vulgar, el orden indica una forma regular o definida, o algo que no sufre cambios imprevistos y violentos, o algo sobre lo cual se puede establecer una previsión de su comportamiento o estado a futuro en base a leyes (sistema legalista). Desde el punto de vista termodinámico el orden es muy diferente, se trata de una redistribución con gradientes de valores de energías o masas. Esta idea se adoptó del algebra de conjuntos, que se basa en establecer un orden indubitable de mayor a menor. En termodinámica el orden esta dado por las diferencias de concentración. El caos en este caso, sería una distribución perfectamente equidistante, lo contrario al uso vulgar del término. A modo de ejemplo citamos la siguiente situación: una habitación donde toda la ropa, los muebles, adornos y artefactos están acumulados en diferentes partes formando montículos. Desde el punto de vista termodinámico esta ordenado, sin embargo para una ama de casa seria un desastroso caos. En cambio para la mecánica, la idea de orden está más relacionado con la existencia de leyes que dan previsibilidad, o sea que su concepción es más próxima al sentido común de la gente lega en ciencias formales.
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Comenzaremos a tratar al antónimo orden- caos desde el punto de vista de la mecánica, la cual como dijimos es semejante a la vulgar. El caos entonces sería el indeterminismo, la imposibilidad de establecer una ley causalística de los fenómenos. Pero ahora hay que aclarar si se trata solo de un problema de impotencia gnoseológica o de una naturaleza inmanente a la realidad. A su vez, si es una impotencia de conocimiento se debe dilucidar si esta condición es irreducible. Vale decir, si se trata de una ley matemática asociada a toda observación que es imposible de reducir de ciertos límites como ocurre con el principio de incertidumbre en la quántica o de una falta de conocimientos de variables ocultas que si seria acotable en el tiempo. En tal sentido tenemos que distinguir dos ámbitos según el tamaño de las partículas con las que interactuamos, el mundo macroscópico y el microscópico. En consecuencia surgen las siguientes cuestiones: ¿Por qué en el orden macroscópico hay bastante orden y no el absoluto caos60?, ¿Por qué en la mecánica a escala microscópica desaparece gran parte de este poder predictivo del determinismo? e inclusive ¿Por qué en sistemas deterministas macroscópicos sometidos a determinadas excitaciones periódicas o afectados de determinados modos, sus parámetros muestran comportamientos también impredecibles? ¿En el aparente orden de la realidad existe una naturaleza caótica o en el aparente caos existe un orden implícito solo que mucho más complejo de lo usual? Algo así como un 60 Con frecuencia existen fórmulas que predicen el comportamiento de los sistemas.
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orden del tipo fractal. Si fuera así, el caos aparente resultaría exclusivamente de la complejidad pero no de un caos ontologico esencial. Tal vez por eso, desde la gnoseología estas preguntas tengan una respuesta Salomónica. Y en tal caso el orden y el caos serian solo estados alternativos del conocimiento. En un nivel de existencia dado, presuponiendo una existencia dada por niveles, es probable de que se puedan resolver gran parte de los problemas mecánicos correspondientes. Pero siempre se revelara otro nivel subyacente donde los fenómenos se presentaran en una forma caótica, y así sucesivamente. En aquellos niveles donde predomina el caos, el sujeto cognoscente tiene los limites gnoseológicos dados por las variables ocultas ya mencionadas por Einstein. Las incertidumbres serian provisorias y se deberían a la ignorancia del sujeto cognoscente sobre los niveles más profundos y no a la naturaleza o modo de ser de la realidad misma. Este caos sería estrictamente gnoseológico61. Desde un ángulo totalmente diferente, también es posible sospechar del éxito experimental que los científicos le atribuyen a sus principios y leyes. Suponiendo que se han complotados en publicar falsos resultados positivos amparados en la impotencia del lego en ciencias para repetir la experiencia o para manejar las formalidades metodológicas. Hay un modo sencillo de comprobar que 61 La naturaleza censuraría el conocimiento provisionalmente en algunos niveles.
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esto no es así. Basta con que se mida el tiempo de caída de un objeto en función de la altura para de asombrarse por el grado de precisión que se obtiene con respecto al que predice la fórmula de caída libre. Lo mismo ocurre si alguien comprueba las leyes de Kirchhoff62, en circuitos más o menos complicados. De paso puede observar la maravillosa utilidad de la matemática en la vida real. Este empecinamiento de la naturaleza por respetar a rasgos generales las formulas y leyes es lo que le da un aparente orden, y ese orden tiene una explicación. Posiblemente la existencia en su totalidad sea una mezcla de infinitos universos con sus respetivos conjuntos de infinitas leyes. Pero la noción de la realidad se hace por universos separados. Esta separación no se da necesariamente en todas sus coordenadas físicas, sino como objeto de percepción por el conjunto de fuerzas predominantes. La percepción actúa así porque se rige por las mismas leyes que el resto de la naturaleza. En la naturaleza basta con dejar cualquier sistema material que interactué por sí solo durante un tiempo suficientemente largo para ver que hay un acomodamiento de tal manera que quedan determinados dominios configurados según interacciones predominantes. A eso lo llamamos Dominios de la naturaleza. Cada dominio seria un Universo del multiverso. En el caso nuestro corresponde a nuestro universo de la materia y las cargas eléctricas. La fuerza electromagnética 62 Leyes de los circuitos eléctricos que hace un balance de cargas y energía aplicando el principio de conservación de las cargas y la energía.
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es la predominante para los pequeños cuerpos y la gravedad rige para el orden cosmológico. En consecuencia puede haber infinitos universos coexistiendo con el nuestro que los ignoramos porque no tienen la fuerza suficiente para hacerse notar. Prirogine en su libro: “¿Tan Solo Una Ilusión?”, nos informa que también los sistemas macroscópicos son caóticos en las proximidades de sus puntos críticos en las gráficas de potenciales de energía. En algunos casos, es allí donde se generan cambios de fases. Una fase por lo general sería un estado donde tienen validez un conjunto de propiedades o leyes, y si varían lo hacen con un buen comportamiento o sea, siguiendo un ritmo que permite predecir sus valores en el tiempo. Dentro de la fase usualmente no hay cambios tan abruptos como para que dejen de valer las propiedades y leyes que venían rigiendo en un punto próximo anterior en el tiempo o en el espacio. Todo lo contrario ocurre en un cambio de fase. Existen valores que varían alocadamente mientras otros se mantienen. Es como si se atravesara una barrera donde las leyes en general ya no son las mismas. Inclusive muchos presentan varios puntos críticos próximos o “barreras” próximas. Lo cual puede generar múltiples caminos y todo se hace aún más caótico. Otros son muy sensibles a las condiciones iníciales, basta un pequeño cambio para desviarse totalmente de lo previsto. Estos sistemas son comunes en la naturaleza.
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Por lo que se ve, entonces el caos está presente en la vida cotidiana continuamente. Antes de Galileo Galilei cualquier deducción se hacía con un modelo físico del fenómeno hecho en base a analogías obtenidas de la experiencia. Este modelo cualitativo y mecánico no contenía un modelo equivalente matemático por lo tanto no hacía previsiones más o menos precisas. Se podría decir que la realidad gnoseológica era caótica en extremo. Galileo y Newton introdujeron la fórmula como modelo cuantitativo, lo que permitía predecir el resultado en el tiempo y el espacio de un experimento con un alto grado de precisión. Parecía que el fantasma de la imprevisibilidad había desaparecido. Hasta que la mejora en la precisión de los instrumentos de medición, la aparición de la física quántica y los trabajos con modelos inestables en la termodinámica vuelven a introducir el caos en la ciencia. Actualmente hay que contemplar la posibilidad de que las fórmulas no sean las expresiones apropiadas para dimensionar una magnitud, sino que lo correcto fuera expresarlas por series infinitas donde cada término contenga una magnitud en su valor inicial. Dicho de otra manera, las fórmulas deben ser reemplazadas por las series de Taylor en función del tiempo, o por desarrollos multi-polares en
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el espacio, amortiguados por exponenciales negativos63. Sus infinitos términos discretos significan el aporte de los valores iníciales de infinitas magnitudes en juego. Pero para considerar de esta manera la física hay que invertir la forma clásica de ver las cosas64. Hay que considerar que todo fenómeno natural es gnoseológicamente indeterminado por la ineludible presencia del infinito en su expresión formal.
Estructuralismo y súper estructuralismo de la existencia
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l estructuralismo tiene significado ambiguo. Se puede señalar por lo menos cuatro interpretaciones del término estructura: 1) Es una red donde lo particular no tiene una esencia individual sino se trata de una perturbación de la misma. Definición del estructuralismo sociológico derivado de las ideas de Foucault. 2) Es un trasfondo común que sirve de base para realidades más externas. Termina determinándolas. Definición arquitectónica y Marxista. 63 Para normalizar la serie. Es decir, evitar que la serie explote cuando se calcula en puntos muy alejados del elegido para hallar las constantes. Como se hace en las ondas de probabilidad en la mecánica quántica. 64 Tal como se hace en el tratamiento de magnitudes por medio de la teoría de las perturbaciones.
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3) Es un conjunto de formas esenciales en ámbitos diferentes, que tienen respuestas semejantes y que solo difieren en determinadas constantes. Definición en concordancia con la teoría de la existencia dada por esencias formales en infinitos niveles. 4) Es un molde creado por el lenguaje para interpretar la realidad. Definición estructuralista-lingüística. Para la primera opción, la existencia seria determinista puesto que toda acción humana seria un hecho 65externo a la voluntad humana. El sujeto no tendría libre albedrio, sino seria parte del engranaje determinista de la estructura. La segunda y la tercera se dan en niveles superpuestos y presenta estructuras o formas esenciales. En la segunda, y desde el punto de vista marxista, la forma de producción es una superestructura para la economía, y la economía es la estructura en la cual se desenvuelve la historia del hombre. La tercera a diferencia de la segunda concibe estructuras tipos sin importar de que fenómeno especifico estamos hablando. A estructuras semejantes le corresponden soluciones semejantes. Además estas estructuras pueden pertenecer a una superestructura (esencia formal inferior, pero dominante, de cada nivel de realidad) que agrupa en clases de equivalencia generando una serie infinita. Esta forma de existir se refleja en la física cuando se traducen los fenómenos a sus modelos matemáticos. Constituye un modo de existencia, modelo de tipo fractal que se observa en la distribución de galaxias, cúmulos y super-cúmulos en el espacio cósmico, en los diseños naturales de alas, contornos 65 Una vibración de la red de acontecimientos y /o hechos donde el sujeto se encuentra totalmente sujetado.
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de las riberas o el crecimiento de una uña. Existen estructuras dominantes sobre las demás, que serian los códigos para los niveles que se asientan sobre ellas. Tal es el caso del modelo de fuerzas Coulumbianas que genera una forma elíptica o en su defecto una esférica en casi todos los objetos y trayectorias, tanto en los átomos como en los cuerpos celestes. Este modelo también se observa en la economía que modela el orden jurídico, o el instinto de conservación que gobierna la psicología animal y humana. En este tercer significado de estructura las ecuaciones diferenciales son modelos matemáticos representativos de los fenómenos físicos y se pueden agrupar en tipos. Por ejemplo las ecuaciones diferenciales de segundo orden en derivadas parciales, se agrupan en parabólicas, hiperbólicas y elípticas, las cuales actúan como modelos para diferentes problemas donde las soluciones tienen la misma forma. Este agrupamiento permite incluir en clases de equivalencia diversos fenómenos de tal manera que la solución para una onda mecánica termina siendo iso-mórfica con la solución de distribución de electrones en un átomo, o con la tensión eléctrica alterna en un conductor o con la luz. Edward Wilson, biólogo de prestigio extraordinario, fue el fundador de la socio-biología. Su desarrollo de la teoría del super-organismo es una expresión del estructuralismo biológico. En ella se sostiene que una colonia de hormigas actúa como una unidad orgánica. En esta analogía la división
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del trabajo es equivalente a las funciones de los tejidos en un organismo pluricelular, pero para que esta equivalencia sea válida es necesario que se comuniquen los “símiles de células”, o sea cada insecto, como lo haría un organismo pluricelular. Pues bien, esta comunicación se da a través de las feromonas, lo que mantiene el carácter global más allá de lo individual, tal como lo hace el sistema endocrino y el sistema nervioso en un organismo pluricelular. Una colonia de insectos tiene una estructura con alto grado de semejanza con un organismo pluricelular, sería como un cuerpo que no tiene una forma definida dado que sus partes se pueden desplazar a-morficamente por el espacio, pero mantiene una conciencia colectiva tan fuerte que le da una sensación de unidad como si fueran parte de un cuerpo. Este comportamiento evidencia una superestructura en el comportamiento y la organización de seres vivos que pertenecen a diferentes niveles de organización biológica. En el futuro seguramente se ahondará más en la clasificación de estas estructuras y superestructuras para tratar los problemas, aprovechando la propiedad de que a estructuras semejantes le corresponden soluciones semejantes. Apelando a la interpretación de la realidad como información se puede comparar las estructuras a las ondas de radiofrecuencias que son portadoras de la información y la superestructura como la señal de audiofrecuencia que modula y modela a las primeras en periodos más largos. En definitiva en el tiempo siempre queda la superestructura.
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La superestructura que gobierna a las demás a escala astronómica es la fuerza de gravedad, a escala macroscópica pero del orden de los fenómenos cotidianos es el campo electromagnético, la que gobierna el devenir social en la historia según Karl Marx y Engels es la economía, para Freud el sexo gobierna la psicología del hombre, para Nietzsche es el instinto de poder, y para quien escribe este texto, ese papel le corresponde al instinto de conservación. No obstante debo aclarar que los términos de estructuralismo y súper-estructuralismo son usados en este texto para significar: “aquellos sistemas que tienen una forma o estructura donde se pueden emplear como instrumentos de inteligibilidad la construcción de modelos, y como ley a grupos de transformación que gobiernen la equivalencia entre los mismos y presidan sus encajamientos”, (Claude Levi Strauss, “Antrophlogie Estructúrale”). Si bien el estructuralismo no es una corriente fácil de encorsetar tiene como común denominador la jerarquización de modelos de estructura por sobre la naturaleza propia de cada situación sosteniendo que el devenir es una respuesta a las causas formales que actúan modelando. Entonces para comprender el fluir del tiempo hay que reconocer cual es la súper-estructura que contiene las relaciones y en consecuencia las soluciones son repuestas sistemáticas. El hombre sería el engranaje más complejo de la evolución
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y respondería como el resto de la naturaleza. Por eso elimina el Yo cartesiano y lo incluye en el cosmos como parte indivisible del mismo. La sincronía es la estructura del conjunto de relaciones que traducidas y transformadas en lenguaje de símbolos conforman el ámbito. En cambio la diacronía es el reajuste en particular de la lengua, quedando supeditado y subordinado a la sincronía. En términos escolásticos el devenir causado por alguna cosa eficiente es modelado, contenido y subordinado por la causa formal. Respecto a la cuarta acepción del término estructura se puede decir que en este los estructuralistas intentaron reducir toda la realidad al lenguaje66. Se podría decir que la concepción de la realidad se hace en estas tres etapas: 1) Conocimiento intuitivo, o sea la percepción a través de los sentidos, de estímulos analógicos que son transportados en pulsos eléctricos con un protocolo programado y que el cerebro lo descodifica convirtiéndolo en una representación. Esta se guarda en la memoria. 2) Para una manipulación económica de la información en cuanto a energía psíquica, la mente traduce la representación a un lenguaje ensamble y luego pone nombre a cada parte de la representación 66 Es el aporte que hace Saussure y que continúa con Leví Strauss y otros estructuralistas antropológicos.
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y opera con la lógica estructural del lenguaje. A esta parte le llamamos precisamente lenguaje, y consiste en términos que nombran acciones (verbos), sujetos o entes (sustantivos), y propiedades (adjetivos), todos interconectados por nexos deónticos u ontológicos. 3) A partir de las palabras que reemplazan las representaciones visuales se generan las ideas, los conceptos y la comunicación del saber adquirido. Solo en contadas ocasiones se recurre a la representación original, porque por lo general se trata al conocimiento como si fuera un discurso. El problema surge en el proceso de abstracción cuando la palabra que reemplaza al objeto de discusión se despega del mismo y no se corresponde con lo que representa. Deja de ser una marca del mismo. Creemos que porque decimos “la Nada”, nos la estamos imaginando o de alguna manera la contenemos en la mente como una representación. ¡Falso de absoluta falsedad! Estamos reemplazando la representación digital del cerebro por un nombre, por una palabra, por un discurso y nada más. En realidad el mundo de las palabras reemplaza tanto al mundo de las representaciones, y por carácter transitivo al de los entes, que la realidad aceptada termina siendo la que se genera por el leguaje en el discurso oficial. En esto tienen razón los estructuralistas, y es lo que configura la
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“Verdad Social”, la cual es una verdad convencional, pero el filósofo debe hurgar precisamente debajo de este barniz para describir el autentico fenómeno de la existencia. Aunque se debe reconocer, que debido a la estructura mental dada por la “educación”, aún para el filósofo existen límites muy difíciles de sobrepasar para reconocer los prejuicios infundados. El hecho de que existan estructuras determinantes del tipo de realidad significa que existe continuidad y que es falsa la delgadez del ser pretendida por algunos estructuralistas. En un sistema de infinitos niveles de realidades, no existe una última verdad que sirva de soporte a todas las demás.
La realidad de la realidad
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n primer lugar debemos darnos cuenta de algo fundamental. Nada se puede ver tal como es porque nuestra mente únicamente tiene acceso a los pulsos eléctricos que provienen de nuestros sentidos, que a su vez se produjeron por estímulos de los cuales no podemos tener idea de cómo son realmente67. Todo contacto con la realidad termina en la piel, en nuestras retinas, en nuestras pupilas. El resto es un juego de códigos, que intenta interpretar la realidad analógica del exterior a nosotros por medio de una representación. Ver las cosas tal como son es ver que no se puede ver nada tal como es. 67 Esto ya lo sostuvieron los Estoicos.
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La idea de la realidad es un relato en palabras unido a modo de hipervínculos con las sensaciones originales, es un relato que no es la realidad sino una interpretación de supuestos. El objeto es una inferencia. El protocolo creado por la mente para interpretar los pulsos eléctricos es mérito exclusivo del trabajo del instinto de conservación. Instinto que fue moldeando a nuestro organismo pluricelular durante millones de años de la mejor manera posible para lograr la mejor respuesta a lo desconocido que hay “afuera”, a fin de conservar nuestra conciencia colectiva del Yo. Pero a no confundir. Esto no es una defensa del escepticismo. Porque el escepticismo sostiene la imposibilidad de aumentar el grado de conocimiento de lo que hay afuera de nosotros, en tanto lo que digo es que hay que resignarse a no llegar nunca al conocimiento total de nada de lo que es el todo.
El conocimiento y los criterios de veradicidad como elementos de juicio para la ciencia y la filosofía
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ada se puede dilucidar sobre la realidad si no se aclara primero cuales son los reales y usuales criterios que
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se utilizan para reconocer y aceptar lo que es verdadero y lo que es falso, e inclusive como se produce el conocimiento confiable. Esto es sumamente importante, porque de esos criterios se puede deducir cual es el grado de confiabilidad de diferentes argumentos teleológicos o deontológicos. La episteme tomado como lo hace Foucault es una forma política68 y convencional en gran medida. Esto no significa que “toda verdad hallada” sea arbitraria o totalmente espuria, significa que debemos mantenernos alerta sobre la veracidad de los datos científicos o de las afirmaciones a-priori de la filosofía. Nada debe ser tomado como indiscutible y objetivo en su totalidad. Por otro lado se debe aceptar que en toda interpretación de la realidad es casi imposible eludir los prejuicios dados por la educación, las limitaciones del lenguaje, las estrategias de reconocimiento limitada por mecanismos biológicos y los dogmas impuestos por los factores de poder. En suma, esto forma parte del contexto de justificación o de interpretación o ámbito de posibles significados. Los paradigmas en la ciencia y la epísteme aceptada por una sociedad deben ser también objeto de crítica para corregir continuamente el rumbo en la búsqueda del trasfondo de las cosas. Sin lugar a dudas, las cuestiones a que dilucidar son: ¿cuáles son las verdades que legitiman a las verdades?, ¿cuántas verdades quedan sepultadas en el olvido por 68 Porque tiene al poder como objetivo. Es una manera de discriminar la verdad o falsedad de los discursos.
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el solo hecho de no convenir al poder de turno?, ¿cómo identificar los prejuicios disfrazados de principios sólidos enquistados en las ciencias oficiales?, ¿Por qué toleramos tantas contradicciones dentro del saber oficial? La existencia de distintos sentidos69 en un texto que intenta describir la realidad socio-cultural no certifica de ningún modo que esas significaciones puedan ponerse en pie de igualdad como proclama a secas Derrida. Se debe interpretar desde la perspectiva de la relatividad. Es decir, que puedan existir diversas verdades según diferentes sistemas de referencia, pero de todas ellas se debe priorizar la más apropiada en relación al contexto. En cuanto al conocimiento, en mi opinión, es un recurso para la lucha por la supervivencia y a su vez es alimento de la conciencia y autoconciencia. Por lo tanto es principio y fin del instinto de conservación. El conocimiento actúa como información de entrada y a la vez de salida para la auto-conservación. Como entrada porque forma parte y modela la conciencia. Y de salida porque aumenta los recursos para la lucha de la supervivencia. Es una retroalimentación. Por ello debemos redefinir el concepto de objeto de conocimiento como fenómeno mental y diferenciar del supuesto “objeto externo y real” como fenómeno extra69 Textualidad.
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mental70. La fenomenología de Husserl en este sentido es incompleta71 mientras que la fenomenología de los estoicos es más profunda y completa, porque en ella se prevé que nada es objetivo ni genuino ni externo, ni siquiera la intuición del fenómeno exterior. Nosotros somos un sistema informático natural, tal vez muy diferente o tal vez muy semejante pero inmensamente más complejo que el artificial. En ese sentido nos hacemos eco de la certera frase de Einstein cuando dijo “vemos el mundo por medios especulativos… nunca podemos alcanzar el conocimiento absoluto”. Ahondarla más aún. Inclusive, cuando creemos que vemos el mundo estamos especulando y cuando creemos que estamos especulando lo que hacemos es ver la realidad. Lo externo, o sea el objeto real es una suposición del cognoscente, tanto como la interpretación de la naturaleza de la sensación. El conocimiento por consiguiente sigue aproximadamente este camino: Sensación superficial (sensación analógica en el sensor) transducción
a pulsos eléctricostransmisión de pulsos eléctricos al cerebroreconocimiento según procedencia en diferentes clases de equivalencia (archivo o base de datos) 70 Como se dijo, el objeto de conocimiento siempre es una clasificación mental de nuestra propia sensación. No es el conjunto de características del fenómeno externo sino una interpretación del fenómeno de percepción o transducción y su posterior transformación en representaciones del fenómeno externo supuesto, lo que se da en sucesivos y complementarios niveles. 71 Al considerar que la percepción es objetiva.
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clasificación
general en varios niveles con ordenación en escalas de ponderaciones (entendimiento)asignación de signo representativo (significante con significados referidos por marcas a hipervínculos)transformaciones a signos del lenguaje por relaciones con otros conocimientos previos (comprensión)deformación de acuerdo a consideraciones previas del instinto de conservaciónconstrucción del objeto lingüístico y para lingüístico en la memoriatransmisión del objeto de conocimiento a otros sujetos de conocimiento en forma de signos lingüísticosconvenio de denominación por consenso o imposiciónobjeto de conocimiento ínter subjetivo nominalista. El lenguaje y las ciencias como lenguaje de la mente, constituye una metafísica tal como lo dijo Einstein. No porque presuponga un mundo espiritual independiente de las leyes físicas sino porque presupone leyes físicas y objetos diferentes a los que causan las sensaciones que supuestamente explican. No obstante, las sensaciones no son arbitrarias sino durante millones de años de evolución conformaron un código de transducción y representación acorde con el instinto de conservación. El hecho de que los seres vivos vean en colores dentro y alrededor del espectro que va desde los 4000Aº a 7000 Aº, la llamada ventana de la vida, no es arbitraria. Estas longitudes de onda corresponden a fenómenos que
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nos afectan cotidianamente como la salida del sol o la presencia de estrellas cercanas o de la luna, por lo tanto transportan información valiosa para que el cerebro actué en consecuencia previendo los peligros y buscando los recursos necesarios para la vida. Por el contrario, si percibiéramos en la banda de las longitudes de microondas, debido a la radiación de fondo veríamos un cielo homogéneamente luminiscente, sin percibir los astros cercanos y no apreciando información cotidiana necesaria para la supervivencia. O bien si percibiéramos las ultra frecuencias como los rayos X o radiación gamma, como corresponden a fenómenos fortuitos o cataclismos cósmicos, pasarían desapercibidos la mayor parte de los fenómenos cotidianos que nos afectan. En definitiva, captamos el mundo o la realidad según lo que nuestro cerebro considera relevante. Creamos un protocolo y un sistema de descodificación en función de la vida, sin saber cómo realmente es el fenómeno a lo largo de millones de años de evolución, probando distintas estrategias. Por otro lado se debe aceptar que es casi imposible que en toda interpretación de la realidad no se lo haga con prejuicios de previos adoctrinamientos y educación, limitaciones del lenguaje y dogmática impuesta por centros de poder como estrategia para mantener el poder, independientemente de su valor de verdad o falsedad intrínsecas.
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La verdad construida / la verdad señalada
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esta altura debemos distinguir cuatro tipos de verdades a los cuales tenemos acceso: 1) La verdad de los objetos naturales, 2) La verdad de objetos formales, 3) La verdad de los objetos sociales y 4) La verdad de los objetos metafísicos. La verdad de los objetos naturales es externo al sujeto cognoscente en cuanto a identidad cultural. No afecta a su Yo social, y su revelación se dice objetiva. Se verifica experimentalmente. La verdad de los objetos formales72 también es externa a la identidad social del sujeto cognoscente, y se verifica por demostración en base a reglas fijas de alguna lógica. En cambio, la verdad de los objetos sociales, o ciencias humanas73, como las llama Foucault, es autorreferente. En ella el sujeto expresa la verdad sobre sí mismo. Al enunciarla lo afecta como sujeto veraz, en consecuencia el grado de manipulación es muy elevado. Cuando se señala una verdad en este campo, casi siempre se lo hace para generar un privilegio para la clase social que lo hace. Es una forma de crear poder de dominio. Según Derrida en estos tipos de enunciados hay un perspectivismo intencional, por
72 La verdad matemática. 73 A esta verdad debería ser la que se refiere Nietzsche.
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lo tanto es susceptible de una textualidad74. En definitiva la realidad de los objetos sociales son verdades construidas o señaladas, en cambio las otras dos verdades anteriores, son por lo general verdades develadas o descubiertas75. En cuanto a los objetos metafísicos, estos no son ni verificables, ni demostrables de modo intersubjetivo. Se los acepta o se los niega o se los pone en duda, porque a ellos se llega por medio de la creencia personal. Lo metafísico también hace a la identidad del sujeto, por eso están dentro de la verdad señalada.
El conocimiento, inteligencia e intuición
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egún Aristóteles; el hombre cuando conoce, conoce siempre Ser. Según los epicúreos y estoicos conocemos nuestras propias sensaciones que no tienen porque ser reflejos exactos de los estímulos, o sea conocemos nuestras impresiones. El conocimiento no está organizado tal como está organizada la realidad en su totalidad, sino como se categorizan76 en la mente las interacciones que generan el conocer según 74 La textualidad es la presencia de un juego semántico o de interpretaciones en sentidos opuestos debido a la ambigüedad del lenguaje en general. 75 Esto no impide que también se quiera sacar provecho político en la interpretación de estas verdades. 76 Se construye el objeto en palabras de Kant.
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la fuerza y la secuencia con que aparecen los estímulos. El orden cognoscitivo no implica necesariamente el mismo orden ontológico. Para Heidegger conocer, incluye entender, comprender, situarse e identificarse con el proyecto existencial del cognoscente. Es abrir paso al supuesto universo exterior e interior hacia adentro de uno mismo. Ese conocimiento se acumula y se transmite en proposiciones aceptadas socialmente como representante de la realidad objetiva. Adquiere así el rango de información donde predomina el carácter explicativo, y/o descriptivo. La explicación según Hegel es: “hacer comprensible lo singular por ley general”, y es propio de las teorías teleológicas implícitas en el discurso totalizante desde Aristóteles hasta la dialéctica hegeliana. En tanto la descripción emerge en la postura fenomenológica-subjetivista de Husserl y en cierto modo en las genealogías de Nietzsche. Ahora ¿De qué le sirve al instinto de conservación saber lo que es el Ser de cada cosa? Le sirve para saber que puede esperar de su relación con el sujeto-objeto que tiene ante sí (el nombre de la cosa lleva implícito en si el conjunto de relaciones posibles) y de esa manera actuar para la conservación. No solo de su relación con el sujeto-objeto ante sí, sino de todo el conjunto de sujetos-objetos que le rodea como su entorno para provecho de su supervivencia. La fortaleza del conocimiento entonces radica en su capa-
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cidad de predecir realidades en su aspecto cualitativo, y mejor aún, si lo hace rigurosamente en su aspecto cuantitativo, en el tiempo y en el espacio con la mayor precisión posible. He ahí la causa por la que el conocimiento científico aparece como superior ante otros tipos de saberes La predicción confirma el valor de verdad de una información, lo hace aceptable. En realidad no significa que sepamos cómo son u ocurren las cosas del mundo fuera de nosotros, sino que podemos esperar experimentar con las mismas. El conocimiento cumple la función de prever lo que experimentaremos, no lo que ocurrirá como evento externo a nosotros, y lo traducimos como que el conocimiento se confirma al prever lo que ocurre externamente. La inteligibilidad de la realidad es la creencia de que es posible traducir a símbolos de un modo coherente (sean proposiciones, o narraciones o formulas o esquemas o gráficos o dibujos) lo que ocurre en el mundo, y que este guarda una correspondencia con lo que se siente. Sostiene que se puede pensar la realidad y que el pensamiento es una traducción fiel de la realidad. El entendimiento y la comprensión serían las representaciones integrales de las sensaciones y se presupone que las sensaciones ya son traducciones adecuadas de lo que afuera está generando al estimulo. La regularidad de los estímulos es la base de la inteligibilidad. Proceso que si se logra,
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supuestamente demuestra la racionalidad de la realidad. Entender es entonces una traducción del mundo externo a representaciones internas, pero si consideramos una existencia de infinitos niveles, en tanto los conocimientos son representaciones, no necesitan ser absolutamente fieles, sino perfectibles en cuanto a su fidelidad para considerarlas racionales. Estas traducciones dejan sus huellas como “conocimientos en la memoria”, y el valor de estos “conocimientos” radica en el grado de adecuación entre la representación y lo representado. Dado que el proceso es perfectible el conocimiento es acumulativo y su valor aumenta con el tiempo. El conocimiento nace como modelo o metáfora, pero la metáfora no es en este caso un intento de falsear la verdad, sino como una aproximación a ella desde la ignorancia de la misma. Los sentidos actúan como transductores, y la mente como un MODEM, que es un decodificador de señales. Sin embargo, como los transductores del mismo tipo son fabricados de modo análogo, y tienen respuestas semejantes podemos presuponer que las traducciones de señales son semejantes. En consecuencia las percepciones son más o menos semejantes en casi todos los humanos. El genoma humano nos hace compartir la mayoría de los conocimientos a priori dados como conocimientos genéticos o instintivos.
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Históricamente el conocimiento nació como mito, donde la causa de los fenómenos naturales radicaba en la voluntad caprichosa y emocional de los dioses o seres mitológicos. El mito debió dar lugar al episteme por asociación de ideas, o sea el conocimiento fabuloso dió lugar al racional y más tarde aun al verificable por la experiencia. Ambos tienen su valor, uno como prejuicio necesario para la estructura emocional, y el otro como instrumento para modificar el mundo o comprenderlo y así prever lo conveniente para la supervivencia. De cualquier modo quien tenga el conocimiento tendrá el poder, porque el saber significa disponer de las tácticas y las estrategias apropiadas para manejar los recursos existentes. También significa conocer lo que los demás conocen y desconocen, o sea la posibilidad de manipular con engaños aprovechando la ignorancia y debilidades de los demás. El conocimiento es información y la información es poder. Este conocimiento está en la mente de dos formas: como recuerdo de realidades sustantivas–adjetivas es decir conceptos, definiciones, imágenes de objetos y como realidades procesales, a saber: métodos, acciones, relaciones dinámicas, procesos. Ahora, ese saber esta acumulado también de dos formas, una económica y otra completa pero costosa desde el punto de vista de energía psíquica. La económica es en forma de palabras, que por medio de relaciones lógicas semánticas
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y sintácticas reemplazan enormes representaciones multimedia de la realidad, la otra son las representaciones mismas. Finalmente amparados en la libertad de combinar generamos términos que definen supuestos entes que pueden o no tener correlato ontológico en la existencia. Algunas palabras designan entes que caen en un absurdo en sí mismos, tales como: la justicia, la libertad total, la nada, lo absoluto universal, la perfección, el Ser Ultimo, la ultima verdad. Como así también, hay otros nombres cuyos objetos pueden existir en la naturaleza pero no pueden imaginarse porque implican una capacidad gnoseológica absurda, tales como el infinito, o el vacío total. Se tratan de extremos imposibles que a lo sumo sirven de referencias u objetivos imaginarios y falsos. Razón por la cual nunca se los puede sistematizar en una concepción, entendiendo al término concebir como el acto de contener el modo de representación sensorial en la mente a una realidad y no a la manipulación de nombres o signos, que es un juego de la abstracción en la libertad de combinar. Recuerdo que en el verano del 81 aprovechando el receso estival de la universidad, mi hermano y yo, en el ejercicio del puro ocio creativo, recostados sobre una terraza, filosofábamos animados por la fantástica visión cósmica del firmamento. Yo sostenía que desde la química y la genética,
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el hombre lograría una auto-transformación de su cuerpo y su mente hacia un superhombre, una nueva especie en la escala de la evolución como consecuencia del avance de la ingeniería genética, farmacológica y de los materiales. Por el contrario, mi hermano sostenía que la cibernética era el camino más probable para implantar en los seres humanos partes electrónicas y mecánicas hasta reemplazar los órganos convencionales por otros mecánicos, o al revés, implantar órganos en ingenios mecánicos para llegar al superhombre. El tiempo en cierto modo fue salomónico y repartió la razón entre los dos. En la actualidad se siguen ambos caminos y es posible que en algún punto se encuentren. El avance más prodigioso se concreto en la creación de una mente artificial equiparable al de un insecto en cuanto a la capacidad de tomar decisiones autónomas y con una memoria inmediata muchas veces superior. Si el hombre ha sido capaz de crear software suficiente para imitar la conducta de seres muy primitivos ¿Se puede inferir que la mente se trata de un programa informático? ¿Asimo y Pensamiento Profundo demuestran qué es posible crear un software capaz de pensar?, ¿Se superará el test de Turing? Precisamente, el Test de Alan Turing, en 1950, fue una propuesta de este gran lógico matemático que serviría para discriminar si un autómata puede ser considerado como inteligente o no, en términos semejantes al de un ser humano. Concibió el siguiente experimento, por ahora mental, dada una habitación, hay un grupo de personas que es
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capacitada para ser un jurado idóneo en el tema de evaluar la competencia intelectual, en una habitación contigua esta una persona y en otra, sin contacto con la primera, la máquina que se evaluará como pensante o no. El jurado hará preguntas sin contacto alguno con los que están en las otras habitaciones, las repuestas vendrán en tarjetas de manera que no se puede saber quien respondió a no ser por la evaluación de la calidad de las respuestas. Cuando el jurado no pueda discernir entre las respuestas de los humanos y las de la maquina, es porque la maquina ya piensa como el humano. El problema que se presenta con el método se resume en dos preguntas: ¿Puede existir algún conjunto de preguntas idóneas que nos asegure poner en evidencia, dentro de toda duda razonable, las diferencias entre las respuestas digitales de software avanzados y respuestas humanas?, ¿ese conjunto de repuestas no pueden ser programadas en forma mecánica? Con respecto a la segunda pregunta se cuenta con la objeción de Yohn Searle, filosofo de la universidad de Berkeley, quien propone un contra-experimento al de Turing. Supongamos que la experiencia se hace con una persona en una habitación, esta recibe por una ranura papeles escritos en escritura china, la cual no conoce. Pero en la habitación hay un manual con instrucciones que indican exactamente como responder ante un determinado papel con determinados símbolos chinos, el resultado será
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que responderemos de acuerdo a lo que se espera que se responda pero sin entender lo que estamos haciendo. Sin embargo con el tiempo cuando veamos que la secuencia de determinadas notas se repiten con ciertas relaciones entre ellas podremos crear algún modelo de la realidad que hay afuera, o sea una representación del mundo exterior, que mientras las relaciones establecidas no cambien las llamaremos de causa y efecto o leyes. Entonces: ¿qué se demuestra con este contra-experimento?, ¿es posible programar un sistema que responda como un humano pero careciendo por completo del entendimiento de lo que se hace? No, lo que en realidad estamos descubriendo es que el entendimiento es eso o sea no entender en el sentido estricto y tradicional de la palabra, sino establecer relaciones por medio de algún software entre mensajes que llegan de afuera, hacer un modelo interno y llamar a esa representación entendimiento, sin saber a ciencia cierta si se corresponde exactamente con el mundo exterior. De lo que estamos seguros es que nuestra respuesta produce el mismo efecto cuando las señales son las mismas y con eso creemos entender. Prueba de esto, es la visión artificial que se está logrando en ciegos por medio del flash de las reacciones fósforiladas donde el paciente es enseñado a interpretar esos estímulos con la ayuda del tacto y aprenden a representar esos impulsos eléctricos. En forma muy primitiva pero sabiendo del carácter acumulativo y estructural del conocimiento su perfeccionamiento se logrará solo con tiempo y su refinamiento inclusive podrá
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superar nuestro nivel. En cuanto al instinto de conservación, se puede considerar como un software. Programa diseñado para indicar que ante un estimulo que indica tal tipo de peligro se debe proceder de tal forma para que mantenga la integridad del sistema y que además pueda generar rutinas y subrutinas siguiendo ese mismo criterio, o sea la capacidad de autoprogramarse. En forma muy rudimentaria, el instinto se trata, trata de algo así como la complejidad de los algoritmos destinados a la seguridad automática de robots exploradores, edificios vehículos e inteligentes, inteligentes . En este sentido ya se ha dado los primeros pasos en la creación de este instinto en la inteligencia artificial. Dada la capacidad de autoprogramarse que tienen, cabe esperar que estos sistemas aprendan de la “experiencia” y se constituyan en potenciales pensadores con instinto de conservación. En el fondo, es absurda la resistencia que presentan algunos pensadores actuales ante la idea de que el hombre, un ser racional, pueda fabricar un artefacto eléctrico capaz de pensar. Absurda postura ya que el cerebro humano es un vivo ejemplo de un artefacto eléctrico, solo que fabricado por la naturaleza supuestamente irracional. La inteligencia artificial tal vez no se la pueda considerar una inteligencia humana, pero nada indica que solo puede existir la humana, pueden existir infinidades de inteligencias o modos de inteligir la realidad, inclusive con capacidades
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cognoscitivas que no tiene el hombre. Ahora, si esta nueva forma de vida, la de los autómatas conscientes, en base a la consciencia de su existencia desarrolla su propio instinto de conservación, ¿cómo podría convivir con su antecesor el humano sabiendo lo inestable que este es y del peligro potencial que el mismo significa para su existencia? De hecho se hace impensable dicha convivencia, y no sería de extrañar que en consecuencia, esta nueva especie considere seriamente la posibilidad del exterminio del hombre. De alguna manera como hizo el hombre con muchas de las especies del planeta, a las que considero un peligro para su existencia. Por otra parte la intuición es un razonamiento rápido, inconsciente, reflejo y con pocos elementos basado en la experiencia. Fue desarrollado como una eficaz arma del instinto de conservación y lo vamos perdiendo a medida que la reemplazamos por la razón metódica y consciente, o sea por culpa del lenguaje, la maduración y los conceptos.
El pensamiento
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xiste la idea generalizada entre los filósofos de que para generar un pensamiento hay que suspender los sentidos. La mente debe dejar de concentrarse en la percepción para concentrarse en la abstracción, lo cual puede llevar al falso presupuesto de que para llegar a una verdad inteligible
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hay que prescindir de los sentidos, y cuando más tiempo suspendamos los sentidos llegaremos a una verdad más profunda. Es falsa la premisa, propio de los idealistas como Descartes, porque debemos entender que no existe una aproximación a la verdad si no se continúa con recopilación de nuevos datos que permitan llegar a nuevos niveles de realidad. Inclusive las matemáticas no pueden llegar a nuevos niveles de conocimientos si no se apoya en algunos datos de la realidad. Por ejemplo el acto de contar es producto de una percepción a nivel de partículas, lo cual no es válido para una percepción a nivel de ondas. Por otro lado, el acto de pensar no está comprobado de que sea privativo de la conciencia. La intuición puede ser una forma de pensar no totalmente consciente, o sea de relacionar datos y de categorizar en forma más rápida y no totalmente consciente. Ahora, sería interesante definir de cuantas maneras se puede pensar. En mi opinión existen por lo menos seis formas cuando menos, 1) Por palabras y significados, 2) Por sensaciones de imágenes, sonidos, etc. 3) Por procesos lógicos, 4) Por intuiciones, 5) Por tácticas y estrategias 6) Por fantasías, y 7) Por combinaciones de todas. Cuando soñamos o nos imaginamos aparecen todas.
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La diosa razón
¿Q
ué es la razón? Aunque todos creemos saber que es, hasta ahora no se ha dado una buena definición clara y única de lo que es la razón. Podríamos citar sus diversos significados: a) Se la puede interpretar como sinónimo de análisis, o sea el ejercicio intelectual de descomponer o dividir una situación en sus partes para así poder explicarla (teoría atomista o Cartesiana). Debemos recordar que la palabra razón significa división. b) Se la podría establecer como una cadena de causas sin aludir a cuestiones sobrenaturales (reducción naturalista) c) Se la puede definir como la capacidad de explicar procesos, basado en leyes de la lógica y datos verificados o verificables (Teoría funcionalista o logicista) d) Tal vez otra opción sería la capacidad de percibir regularidades en el caos de información que nos llega de la realidad (visión holística) e) Finalmente tal vez todas estas definiciones sean cuasiequivalentes entre sí y complementaria para una definición de la razón. Tampoco la epistemología de la sicología ha podido establecer si siempre ha de ser consciente (teoría del Gestalt) o si se puede hablar de una razón fuera de la conciencia, solo fisiológica (teoría asocianista). Hay una definición esgrimida por Walter Benjamin y Horkheimer en la Dialéctica del Iluminismo que se corresponde con una de sus variantes, la llamada Razón
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Instrumental. Esta se refiere en modo particular a la organización burocrática de determinados procesos sociales. Es decir, toda gestión administrativa que sirve de medio para llegar a un fin. En relación a este tipo de razón ¿es condición suficiente para calificar de racionales a las organizaciones sociales que la aplican? ¿No debe existir racionalidad también en las motivaciones, en los fines y en los métodos para considerar que existió racionalidad en determinados procesos burocráticos sociales? Horkheimer nos indica que así debe ser. Nos dice que la razón instrumental por sí sola no constituye la racionalidad en una sociedad. De ser así es totalmente injusto endilgar a la racionalidad la culpa por fenómenos como el colonialismo brutal o la mal llamada solución final del holocausto. Auschwitz no es producto del modernismo ni del racionalismo, sino de la banalidad irracional del dolor ajeno y del culto a la destrucción. Tiene más que ver con la parte irracional de la voluntad de poder enaltecida por Nietzsche. El exterminio del pueblo judío en manos de los Nazis fue irracional en casi todo, excepto en la burocratización de la matanza y el hurto sistematizado. Que alguien ocupe alta tecnología o un elevado nivel de organización para la destrucción no hace que esta última se convierta en un acto racional. Grupos analfabetos de África en su ignorancia e irracionalidad ocuparon las armas más modernas que pudo comprar el dinero del contrabando de diamantes. Todo instrumento aun cuando sea producto de la ciencia puede ser usado de modo irracional y con fines irracionales lo cual convierte a
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todo el proceso en irracional en grado extremo. Del mismo modo, el hecho de que se busque un sistema que optimice los resultados no implica que los motivos y los fines se vuelvan racionales. En definitiva, el Nazismo se baso en el culto a símbolos falsos, practico el oscurantismo o superstición, siguió a un líder que era paranoico y que solo pretendía apoderarse del mundo o su destrucción. Destruyó su ciencia básica en nombre de la técnica, se opuso, en nombre de la ciencia aria, a ideas fundamentales de la ciencia básica como la Relatividad y la Quántica por tener un origen Judío. No contempló siquiera el modo de mantenerse en el poder si ganaba. Todos sus fines y motivos eran irracionales y autodestructivos. Por lo tanto Auschwitz como obra emblemática del Nazismo debe ser tomado como el síntoma de una irracionalidad extrema. Por el contrario la racionalidad es la que piensa y planifica el futuro sin autodestrucción. Es la que busca el equilibrio ecológico, el crecimiento sustentable, la distribución de los beneficios del progreso, clasifica las cosas, compara los beneficios y perjuicios de tal o cual acto a largo plazo, o tal o cual posesión de bienes y la que juzga si la estrategia individualista debe prevalecer a la del bien común en una determinada circunstancia. En definitiva, lo que creo evidente es que la razón es el arma más poderosa y novedosa de la naturaleza para la supervivencia, que inauguró en su nivel más elevado el hombre.
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
La razón no solo se refiere a la explicación de situaciones, sino también a diseños de estrategias y tácticas en el mundo de la imaginación y en la teoría de juegos e inclusive a argumentaciones de asuntos aparentemente irracionales como el arte o las emociones. No solo explica sino también inventa cosas que se sabe que son irreales pero cuyos significados persiguen una trama lógica. Lo cual implicaría que los sueños son altamente racionales. Estos tienen argumentos armados con experiencias que no tenían relación alguna antes de ser constituidos en sueños, lo cual exige una compaginación de altísimo nivel de racionalidad a pesar de que el producto contenga desproporciones poco realistas o situaciones más o menos absurdas. El sueño es en definitiva un collage de cosas inconexas con un alto grado de conexión y eso es racionalidad. Como decía Ilya Prirogine, la razón no debe ser considerada exclusivamente como fuente de certezas sino también como fuente de análisis de probabilidades, dado que en ambos casos se puede establecer una relación de antecedentes y consecuentes en distintos grados de dependencia. Por eso la teoría quántica aparenta desmoronar la relación del tipo causa -efecto sin caer en la irracionalidad, porque mantiene la relación causal dentro del ámbito de las ondas de probabilidades. Se sigue tratando de un discurso de antecedentes y consecuentes. Podríamos entonces suponer que la racionalidad de la realidad es una relación causal o casual o de coexistencia entre las cosas que existen de modo que la relación en si es
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expresable a través de un relato lingüístico o de símbolos, tal como las formulas. Como sea, todo parece evolucionar a que las cosas se puedan expresar tarde o temprano por algún tipo de representación, de correlación formal. Aunque no sean con modelos de la vida cotidiana inmediata, sino con signos cada vez más abstractos. Esto se debe a que continuamente se comprueban las regularidades en lo que percibimos de la existencia, o sea que los patrones existen. Las cosas son racionalizables, de lo contrario no podríamos ni siquiera comunicarnos ni preveer nada del futuro o de otros lugares. Inclusive la intuición en cierto modo aplica los pasos de la razón, ya que esta se basa en la analogía o contradicción con situaciones semejantes. Solo que trata de obviar detalles y se centra en promedios y consideraciones a grosso modo. Entonces la discusión entre racionalidad e irracionalidad es un ejemplo de lo que sostenía Wittgenstein. Es un problema de malas definiciones o falta de consenso en las mismas. Disiento en que la racionalidad busca esencias en formas estáticas, finales y muertas. Eso fue un desacierto de Parménides y Platón. La verdadera racionalidad debe admitir como Heráclito que todo es flujo y cambio, y lo que podemos deducir con las operaciones mentales son formas temporales, locales, y correspondiente a un nivel de interpretación y modelaje. Eso si es racional porque no contradice lo que se experimenta en la realidad.
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Por lo tanto disiento con Nietzsche en cuanto a que la razón va en contra de la vida por conducirnos a lo inerte, que el pensamiento objetivo se opone a la existencia. Y que las pulsiones y los instintos van a favor de la vida porque nos estimulan en mayor medida. Creo que la razón nos puede dar tantas o mas imponderables emociones, del tipo intelectual, que las que nos dan las puramente románticas o las sexuales. Por ejemplo es incomparable la felicidad de un matemático o físico cuando descubre una nueva ley o formula, o la de un inventor que crea un nuevo artefacto o método que le permite algo increíble. Emoción que solo puede reconocer otra persona que está en la misma actividad. Por supuesto que la mayoría de los poetas77 y existencialistas no van a sentir la misma emoción ante una formula o una teoría racional, porque están sumidos al placer que le da la apariencia de irracionalidad. En principio para comprender a la razón cabalmente debemos entender primero la naturaleza de su Alma Mater: la lógica.
La naturaleza de la lógica
L
a naturaleza de la lógica fue concebida como un espejo de la naturaleza ordenada de la sicología del hombre, por la mayoría de los filósofos desde siempre.
77 Borges es uno de los pocos poetas que disfruta de la razón en un poema. Como ejemplo podemos ver su poema El Ajedrez.
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La lógica, según esta concepción, muestra cómo funciona la mente del ser humano y no como funciona la naturaleza de las cosas. Si esto fuera cierto, la lógica seria un vacío hecho de formalidades que no puede ser modificada por la percepción de la realidad sensible. Además da pie a que los absurdos existan, o sea las paradojas sin solución explicativa. Dado que podría darse que ninguna lógica podría coincidir con alguna realidad o con la intuición de algo de lo real. Sin embargo, se puede demostrar que algunas de las tantas lógicas posibles son productos de la experiencia en su totalidad. O sea que se tratan de una interpretación de sensaciones sobre la realidad externa e interna con una regularidad en apariencia inalterable. Además como pensaba Russell, ningún argumento puede justificarse a si mismo porque el argumento seria circular, por lo tanto los principios de la lógica no pueden ser demostrados desde la lógica misma, sino desde un ámbito ajeno, y el único ámbito ajeno a la abstracción es el ámbito de lo fáctico. Lo que ocurre es que la mente tiende a tomar como principio lógico aquello que se repite siempre según la memoria78, cosas tales como el principio de causalidad (ya interpretada por Hume como una asociación de ideas), el de no-contradicción, el de superposición de los efectos, el de universalidad en el tiempo y el espacio, etc. Tratare de demostrar cómo cada uno de ellos son generados por la experiencia y no están implícitos en el pensamiento por 78 Tal como lo sostiene Spinoza. Lo extremadamente común se interpreta como una ley necesaria
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algún decreto misterioso de auto evidencia metafísica. Los tradicionales principios fundamentales de la lógica son tres y cada uno tiene una formulación doble, una ontológica referida a la realidad de las cosas y otra formal referida a las leyes lógicas de las proposiciones. Los tres principios lógicos heredados de Parménides son: 1) Principio de Identidad: En su formulación ontológica dice que “toda cosa es idéntica a sí misma”. La palabra identidad se refiere a que dos entes o expresiones tienen igual forma esencial por lo cual clasificamos como tal. Es obvio que hemos visto a lo largo de nuestras vidas que cada cosa tiene una forma esencial en tanto sea esa cosa, y si cambia su forma esencial deja de ser lo que era. Esto nos dice que lo que estamos afirmando es algo que sale de la experiencia continua, no la extraemos de nuestra mente sino de los recuerdos de lo empírico. Podríamos citar una historia que en apariencia viola este principio en el credo cristiano y que se ha aceptado con cierta naturalidad. Se cuenta que Cristo, luego de resucitado, se dirige a Capernaum, y en el camino se encuentra con dos de sus seguidores y que estos no lo reconocen. ¿Por qué no lo reconocen? Porque él no se aparece como idéntico a sí mismo. ¿Es ilógico? No, porque según la interpretación doctrinaria del cristianismo, se ha transformado externamente. Ha pasado a tener un cuerpo purificado y perfecto pero
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ha conservado toda su esencia espiritual, la cual no es visible a los ojos de los mortales, con lo cual queda imperturbable la identidad esencial. Obviamente esto no es común en la vida cotidiana, pero como se trata de un milagro, pasa a ser aceptado como posible. En cuanto a la expresión formal de una identidad, se trata de toda formulación analítica. Es decir de aquella proposición donde el predicado es idéntico al sujeto o está contenido en el concepto del sujeto. Es decir, que es una tautología o una ecuación. Por ejemplo “el hombre es un animal”. Nuevamente es un producto empírico porque el concepto es una clasificación hecha en base a la experiencia, y si afirmamos que algo es un elemento que pertenece a un conjunto que hemos definido por comprensión en base a las propiedades esenciales que tiene el elemento, indefectiblemente la afirmación será una tautología. Se trata de un razonamiento cíclico pero producto de la experiencia. Es menester aclarar que formalmente este principio se presente bajo seis aspectos: a) f(x) = f(x) para todo valor de x, o f(a)= f(a) para un valor particular de a. Se da cuando se iguala algo a sí mismo, presentado en la misma forma, lo cual no nos aporta ningún dato. Pues se trata de poner ambas expresiones iguales a ambos miembros de la igualdad.
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b) f(x) = h(x), para todo valor de x del dominio considerado, siendo f y h operadores de distintas formas pero de la misma naturaleza. Se trata de una misma fórmula expresada de distintas maneras, expresión denominada identidad. Tampoco nos aporta ninguna información nueva, más que el reconocimiento de que existen dos formas equivalentes en las que se puede presentar lo mismo. c) f(x) = h(x) para algunos valores de x del dominio considerado, siendo f y h de la misma naturaleza con distintas formas. A esta expresión se las denomina ecuación. Los valores de x que satisfacen la igualdad se denominan raíces. d) f(x) = H(x), para algunos valores correlacionados, siendo f y H operadores de distintas naturalezas. Ejemplos de estos son por un lado las denominadas ecuaciones de Auto-valores y auto- vectores y por otro las operaciones involutivas. Una operación involutiva es la integral de una función exponencial del tipo ex, que me da ex. e) f(x) = f(x +y), siendo “y” un término que no altera el valor de la imagen por tratarse de un periodo en fenómenos cíclicos, o bien, de un isomorfismo donde f (y) es nulo como en el caso las ecuaciones de aforo.
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f) a= limite de una sumatoria infinita de f(n) con n tendiendo a infinito, como es el caso de los valores de las constantes irracionales de la matemática. Esto último es de una veracidad dudosa, porque la definición de limite no puede ser reducido estrictamente al valor que toma una función o una constante79. A la identidad no hay que confundir con la simetría o imagen especular. La imagen que nos devuelve un espejo es simétrica pero no idéntica, dado que lo izquierdo en el original se vuelve derecho en la imagen. 2) Principio de No–Contradicción: En su formulación ontológica nos dice que: “es imposible que una cosa sea y no sea simultáneamente y bajo el mismo respecto”. Ser y no ser en las mismas coordenadas de la existencia nunca ha sido parte de la experiencia de nadie, es un hecho empírico. A tal punto es así que cuando aparecieron en la mecánica quántica fenómenos donde determinados entes se comportaban a veces como ondas y otras como partículas, causo consternación porque se pensó que se violaba esta ley lógica. Pero al establecerse que distintos tipos de experimentos establecía distintos respectos entonces la ley lógica quedaba 79 Es el error que se comete en la demostración del teorema de Euler de los números gemelos.
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in-expugnable nuevamente. La ley nace del hecho de que nadie experimento jamás un caso contrario al principio de contradicción y siempre se nos enseño el mismo. Si sumamos la experiencia propia y la educación en el mismo sentido, nos parece lógico este principio. La formulación lógica nos dice que “dos proposiciones contradictorias80 no pueden ser simultáneamente falsas o simultáneamente verdaderas”. La formulación nos parece nuevamente obvia solo porque la experiencia nos enseñó inexorablemente de que siempre se cumple y no por otra razón. La demostración esta exclusivamente en el campo fáctico. Sin embargo debemos aclarar de que existen pseudocontradicciones o contradicciones falsas o aparentes paradojas lógicas. Por ejemplo, en el siguiente enunciado. P: “Esta frase tiene cinco palabras.” Una simple inspección nos lleva a la conclusión de que semánticamente es verdadera. Su aparente negación semántica seria: “Esta frase no tiene cinco palabras.” Nuevamente un simple conteo nos lleva a la conclusión de que esta segunda frase también es verdadera, pero ¿cómo es posible esto? El principio en cuestión niega la posibilidad de que un enunciado y su negación puedan ser verdaderos ambos a la vez. 80 Contradictorias serian si una afirma lo contrario a la otra en un espacio de probabilidades con alternativas binarias.
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Lo que ocurre es que estos son enunciados de la metamatemática. Se auto-refieren aparentemente denotando propiedades de sí mismas como si se trataran de un mismo sujeto, pero no es así81. La primera se auto-refiere como primera frase y es distinta a la segunda que lo hace como segunda, por lo tanto no se contradicen entre sí. Otro ejemplo factico más obvio en el mismo sentido podría ser el de la siguiente situación. Una persona ciega dice mientras esta en esa condición: “Estoy ciego”. Lo cual es verdadero. Luego recupera la vista y dice: “No estoy ciego”. Lo cual también es verdadero. Si juntamos ambas frases como una serie simultánea, sería aparentemente una contradicción, pero como los objetos a los cuales se refieren ya no son los mismos, entonces deja de serlo. En definitiva, el principio de contradicción permanece indemne. 3) Principio De Tercero Excluido: En su formulación ontológica nos dice que: “una cosa o bien tiene una propiedad o bien no la tiene, y no hay una tercera posibilidad”. 81 La negación de una auto- referencia, si el enunciado afecta a la estructura de sí misma como tal, cambia el sujeto al que se refiere y deja de ser una negación al enunciado afirmativo. Se puede salvar esto por medio de la asignación de un rotulo como lo hace Godel.
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Obviamente este enunciado también debe tener la acotación de “referido al mismo respecto o coordenadas de existencia “como en el primer principio, puesto que, por ejemplo, algo puede ser transparente para un observador y opaco para otro solo porque captan diferentes frecuencias de ondas electromagnéticas o porque se encuentran en diferentes sistemas de referencias inerciales82. Nuevamente esto es producto de la experiencia, y por eso ahora, en los últimos tiempos se hace necesaria la acotación mencionada, porque con el avance de la ciencia se supo que las propiedades dependen del sistema de referencia. Este tercer principio, en cuanto a la propiedad de ser verdadero o falso genera a los otras dos y viceversa, dado que si una proposición es verdadera o falsa de modo excluyente no se puede dar la contradicción consigo misma y no puede dejar de ser idéntica a sí misma. Todo esto demuestra que los principios lógicos son en última instancia de origen empírico, y que si de golpe existiera un aluvión de hechos que los contradigan mayoritariamente83, sin dudas, cambiaremos el formalismo proposicional y nos volverá a parecer lógico el nuevo conjunto de principios 82 Si un cuerpo viaja en una nave transparente a una velocidad de 0,999 veces la velocidad de la luz hacia una fuente de ondas electromagnéticas que solo produce el espectro visible , un observador en la tierra lo verá transparente porque todos los rayos son ultravioletas para el cuerpo y lo atravesaran debido al efecto Doppler. En tanto para un observador dentro de dicha nave y detrás suyo lo seguirá viendo opaco si lo ilumina. 83 Una hecatombe de paradojas.
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lógicos. Es decir que lo lógico no es obvio, sino nos parece obvio o auto- evidente en tanto no cambie la realidad fáctica que experimentamos y lo avala. ¿Cómo afecta a las matemáticas esta afirmación? Para responder a esta pregunta nos remitiremos a Bertrand Russell. Bertrand Russell intentó fundamentar las matemáticas con los principios de la lógica, pero si la lógica encuentra su fundamento en la realidad fáctica entonces la matemática también. Por ejemplo que 2+2 = 4, es aparentemente una verdad universal tan evidente que nos parece trivial. Pero en realidad se trata de una identidad nominal surgida del agrupamiento en clases de equivalencias, y por ser una identidad es una tautología, por ende es inevitablemente verdadera. De hecho, esta identidad es válida solo para un mundo de partículas, porque en un mundo exclusivamente de ondas, la individualidad no tendría una existencia definida y esta verdad carecería de sentido. Lo cual demuestra la dependencia de estas supuestas verdades absolutas al marco referencial del ámbito fáctico. Por ejemplo en un mundo de ondas ocurriría que 2 ondas más otras 2 ondas no me darían 4 ondas, sino una. Lo que se obtendría es una superposición de ondas, por lo tanto el álgebra de conteo tan obvio para las partículas carecería de todo sentido y ni siquiera lo pensaríamos. Precisamente esta es la razón por la cual el mundo de lo minúsculo es tan paradójico, porque se trata de la realidad
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quántica, una realidad donde predominan las ondas. Por ende las verdades matemáticas no son verdades universales, sino dependen de qué realidades sensibles estemos hablando. Lo que si podemos intuir es que la naturaleza esta codificada en cada nivel de interacción por alguna determinada lógica. Lo que permite hallar sus patrones de conducta y poder describirla con cierto grado de aproximación. De lo contrario todo seria imprevisible. Cuando se habla de lógica y sistemas axiomáticos no se puede dejar de mencionar a Godel. Este matemático introdujo una piedra en el zapato de los lógicos-axiomáticos-conjuntistas84 a ultranza en el campo de las matemáticas. Supuestamente85 demostró que un sistema axiomático, recursivo, sin contradicciones, de infinitos enunciados en su área, si tiene la capacidad suficiente de poder expresar todas las fórmulas del campo de la aritmética, es incompleto indefectiblemente. Vale decir que contendrá enunciados, cuya veracidad se puede dar cuenta en un metalenguaje, pero que no se puede demostrar en un número finito de pasos en el sistema axiomático al cual pertenece. Contiene enunciados indecidibles86. 84 Russell, Hilbert, Weisstrass, Han Hass, Frege, etc. 85 Digo supuestamente, porque el autor de estas líneas tiene una demostración semántica que nos dice que el teorema no es correcto, aunque lo que sostiene pueda ser cierto. 86 En esto se asemeja a la indecibilidad planteada en la textualidad por Derrida.
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En realidad no es un ataque a la lógica en general, solo sostiene que hay sistemas lógicos esencialmente insuficientes como sistema para explicar el porqué de determinados objetos que existen en su propio campo axiomático. La explicación existe en otro nivel de existencia. Es algo semejante a decir que en el universo magnético existen fenómenos cuyas causas no se encuentran en el mundo magnético, sino en el mundo eléctrico87. No por eso se cuestiona la racionalidad de las leyes físicas. En definitiva el Teorema de Incompletitud De Godel no cuestiona a la lógica ni a la razón, más bien nos induce a pensar que existen múltiples niveles lógicos, y que las explicaciones a veces se encuentran con un salto de nivel. Por lo tanto terminamos por considerar que la lógica no es un mero reflejo de la mente del hombre, como un fenómeno sicológico aislado respecto de la realidad fáctica que experimentamos. Por lo menos se inició como un modelo de la interacción de la mente del hombre con el mundo fenomenológico. Luego se pudo generar otras lógicas que no se ven en forma patente en el mundo factico gracias a la capacidad de abstraer que la imaginación puede hacer con la experiencia. Debido a que existen lógicas o sistemas axiomáticos que aparentemente no se corresponden con la realidad fáctica, tenemos las siguientes posibilidades: a) Existen otros universos u otros niveles de realidad donde se pueden 87 El ejemplo es la ley de Faraday, que nos enuncia que se puede originar un campo eléctrico haciendo variar un campo magnético en el tiempo.
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aplicar algunas de estas lógicas88 y algunas otras lógicas existen solo como formas abstractas89 sin necesidad de que tengan que existir más que como tales, b) Todas las lógicas se corresponden con algún nivel de la realidad fáctica, aunque muchos de estos niveles interactúen tan débilmente con nosotros que no los percibimos y en consecuencia la creemos inexistentes.
Las paradojas
C
uando la lógica se fractura aparece la paradoja. Es una forma curiosa de eventos fenomenológicos que no respetan la lógica o de contradicciones dentro de la misma lógica que no se pueden subsanar. Trasciende cualquier doxa u opinión razonable como una enfermedad que destruye el patrón ya aceptado. A lo largo de la historia este término se aplico a cinco formas diferentes de conflicto con la lógica. a) EL ABSURDO: Cuando en un sistema axiomático, una proposición alterna cíclicamente su valor de verdad y falsedad. Es decir, que si es verdadero entonces significa que se vuelve falso y viceversa. Son ejemplos de este tipo las paradojas de Russell y la de Epimenides. Tienen la forma simbólica de 88 Como el sistema axiomático de Riemann, alternativo a la geometría de Euclides, que se puede aplicar a la Teoría General De La Relatividad. 89 Lógicas que existen solo en sí mismas.
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P: “P => - P”. Aparecen como auto- referencias autonegadoras en tanto se auto- confirman., por ello son pseudoproposiciones. El problema de estos enunciados es que se des -construyen a sí mismos a medida que se va completando su enunciación. b) LA FALACIA: Es una incorrecta aplicación de la lógica en la interpretación de un hecho. El razonamiento formal contradice a la interpretación usual del hecho por una mala aplicación del sentido común o incorrecto razonamiento. Son ejemplos de este tipo las supuestas paradojas de: Zenón, la teoría de la Relatividad Restringida, la Teoría de Cantor sobre el infinito, e inclusive se lo podría incluir al Teorema de Godel. Es muy común en los discursos políticos y en las campañas publicitarias. En este caso se podría hablar de una paradoja provisoria O pseudo paradoja, porque en cuanto se aclara el error en la opinión pública, o sea el prejuicio, o la mala praxis lógica, la paradoja desaparece. c) PARADOJA DE ELECCIÓN: Se plantea en casos donde en apariencia una elección desventajosa resulta ser en realidad la más ventajosa luego de un cálculo apropiado. También se trata de una pseudo-paradoja o paradoja provisoria. d) PARADOJA ETICA: Supone una contradicción entre lo real y lo justo. Por ejemplo que Gandhi, luego de haber defendido la paz, haya muerto por la violencia. Obviamente es otra pseudo- paradoja porque se sostiene sobre la idea de
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que el mundo debe ser justo, lo cual es un prejuicio. e) PARADOJAS HISTORICAS: Son aquellas que contradicen supuestamente el curso necesario y lógico del devenir histórico. Por ejemplo que el marxismo se halla dado en un país poco industrializado como Rusia cuando se esperaba que se dé en Inglaterra. Falacia Hegeliana que parte del prejuicio de que la historia se desarrolla en el marco de una evolución social lineal, o sea de que existe una necesidad lógica en las leyes sociales. Estas contradicciones son siempre muy ingeniosas y se constituyen verdaderos desafíos para la inteligencia, he ahí su enorme atractivo. Las paradojas son verdaderos juegos mentales. En definitiva, estructuralmente la única paradoja permanente o autentica es el absurdo. Por eso Russell pretende eliminar del campo proposicional a aquellos enunciados90 que lo generan.
La conciencia
P
ara Husserl es algo que no es. Lo cual es una fragante contradicción al principio lógico de no-contradicción enunciada por Parménides, como hizo notar en cierta medida Heidegger. Husserl sostenía que no tenía entidad, o sea que era una nada porque resaltaba en la presencia del mundo debido a que todo lo demás se hacía presencia en uno.
90 Enunciados imposibles.
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La conciencia o autoconciencia es una consecuencia de la presencia del mundo en forma mental en uno mismo. El hecho de tratarse de un lugar de convergencia no invalida la existencia de la conciencia. Las cosas existen como identidades y ese es su ser. La conciencia surge precisamente como identidad referente, o sea como el punto de intersección de todas las sensaciones del mundo que tiene el sujeto. Eso es suficiente para existir y para ser. Entonces se puede ver a la conciencia como el conjunto de sensibilidades convergentes que tiene forma de unidad. Sin embargo el término conciencia posee varios análogos semánticos: a) Como estado de lucidez o vigilia, b) Como juez interior de la conducta y c) Como sinónimo de alma. a) Para la Neurofisiología y psicología la conciencia vigil es un estado normal de vigilancia y atención espontánea mediante el cual es posible la elaboración de las sensaciones y percepciones sensibles. Para Sartre es el “Ser Para Si” que termina en la percepción de la “nada”. Esa nada que habita en la profundidad final del interior humano. Esta es la perspectiva del existencialismo: la visión de la conciencia como un vacío existencial con absoluta libertad para elegir como construir su ser a partir del absurdo de la existencia humana. Neurológicamente el estar consciente o lúcido es una condición que depende del funcionamiento del Sistema
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Activador Reticular Ascendente, ubicado en el centro del Encéfalo. Para el filosofo la conciencia vigil significa la representación actual de la existencia basado en la percepción que dan los sentidos, donde está el mundo exterior y la proyección de la identidad del sujeto cognoscente en el mismo. Es una caja negra donde se reinventa la apariencia de la supuesta exterioridad y lo que creemos que somos para el mundo exterior. Por lo tanto hay una conciencia del aparente mundo externo (el ser de las cosas en mi), del Yo –El Ser en mí -(autoconciencia), y de la identidad personal proyectada en el contexto (representación del Yo sobre la representación del mundo exterior/el Ser de mi en los otros/ Ser en los demás)91. A su vez la conciencia vigil, como percepción de la existencia, se divide en tres: 1) La conciencia del mundo externo, 2) La conciencia de la propia existencia y 3) La conciencia del Ser en Los Demás. Entre los dos primeros se encuentra la conciencia del cuerpo. Es intermedia porque se trata de un elemento externo a la profunda intimidad Psíquica del Yo como sistema de referencia central, y es un poco de autoconciencia porque es la imagen concreta de la proyección de nuestro Yo hacia el mundo externo. 91 Pero también puede haber en menor grado una conciencia de esas tres conciencias, es decir “el cómo se que se lo que se”, y así sucesivamente hasta que las intensidades se hacen imperceptibles. Tal como ocurre con las imágenes en dos espejos planos que forman un ángulo entre sí, llega un momento que estas se superponen y queda un numero finito de ellas dada por una fórmula que no viene al caso.
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Los seres conscientes existen en tanto son conciencias de sí mismos y del universo al que pertenecen, los inconscientes porque pertenecen a la conciencia de los conscientes. Pero todo el universo tiene conciencia de sí mismo en diferentes grados o niveles, de lo contrario nada se relacionaría con nada. La conciencia desarrolla indefectiblemente el instinto de conservación92 o de continuidad. Esta es su vocación natural, el sentido de su existencia. La cuna de su origen está en la comunicación entre sus partes. Es decir que cuando se forma un sistema y se logra un estado de comunicación compleja y superior, aparece un estado de alerta que permite la “idea” por así decirlo de creerse una unidad. Un cuerpo que funciona orgánicamente, y como sistema consciente de su unidad busca la conservación. La pregunta en este caso es, ¿tanto la conciencia como la inteligencia son símiles de un programa informático? Y en caso de serlo ¿cómo se lograría la conciencia en un robot? Según Christof Koch y el premio Nóbel Francis Crack, codescubridor de la estructura del ADN, la conciencia es el mecanismo por el cual se sincronizan las actividades de la percepción y se genera una respuesta adecuada a la situación. Si esto fuese cierto se hace posible de que un sistema informático, merced al aumento de la complejidad de los programas de procesamiento de datos desarrolle una especie de percepción y adquiera una conciencia semejante a la humana, o tal vez distinta. Lo que no debemos hacer es limitarnos a pensar que la única 92 En casos de autismo severo, la persona se puede estar quemando y no reacciona para alejarse del fuego. Tiene anulado el instinto de conservación.
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conciencia posible es la humana93 ya que no tenemos suficientes elementos para afirmar esto último. b) Como juez interno de nuestros actos no es más que el Súper- Yo. Un controlador que intenta mantenernos en el mejor estado posible para la supervivencia de nuestra identidad y de la identidad que proyecta sobre nosotros el grupo social al que pertenecemos. Por eso nos exige que cumplamos con el deber de fortificarnos en nuestro rol. Su Imperativo Categórico se alimenta de valores (prejuicios) que apuntan a un obrar en el sentido dado por el instinto de conservación social. c) En relación al tercer significado, el de la conciencia como sinónimo de alma, vemos que se entra al campo metafísico. En este campo, todo lo que se diga es in-verificable desde la lógica y desde la prueba experimental inter-subjetiva. Por lo tanto requiere un enfoque teológico que no es el de este libro.
El instinto de conservación
E
l origen del instinto de conservación es uno de los mayores enigmas para la mente, junto a la existencia de la conciencia. Aún mayor al de la vida o la muerte. 93 Es el mismo error que se comete al pensar que las únicas formas de vida son las que son posibles en la tierra.
La Existencia y el Infinito
De algún modo a la vida y a la muerte se los puede concebir como transformaciones inevitables de una existencia dinámica94. Pero las raíces de la conciencia y, en mayor grado, del instinto de conservación son francamente más inconcebibles por la razón. A su vez por ese motivo se transforman en los mejores candidatos causales para principios que permiten explicar la mayor parte de los fenómenos de la realidad. El instinto de conservación o Conatus para Spinoza, es lo que dota de sentido a los acontecimientos en todo ser vivo, y tal vez al universo mismo. Tanto Nietzsche como Schopenhauer sostenían que el hombre se mueve solo por el instinto o voluntad de poder y Freud sostuvo que la motivación era el instinto sexual, pero ninguno le dio suficiente atención a lo que estaba más atrás. El instinto que les precede y sostiene a todos. El de conservación o de existencia o de continuidad. No puede haber voluntad ni ejercicio del poder si primero no se existe y se es consciente de ello, y el sexo no es más que una estrategia para la conservación. El llamado instinto de conservación va más allá de los seres vivos. En forma general abarca todo sistema constituido por algún tipo de señalización interna, y no sé si esto último es la definición más elemental de conciencia. Se presenta como principio de conservación, realimentación negativa o positiva, principio de continuidad, ley de Faraday, 94 Teoría de Spinoza.
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instinto, reproducción y elasticidad. De esta manera se lo puede interpretar como la inercia de un sistema a conservar su identidad formal, que en los sistemas más complejos como los biológicos se lo puede llamar instinto de conservación propiamente dicho. En todos ellos existe la misma consigna, mantener un sistema con la misma forma o crear un mecanismo de compensación para recuperarla. Según Schopenhauer la voluntad de poder sirve como motor de la existencia. Si tomamos al instinto de conservación como voluntad de poder, podría tener sentido la teoría de Schopenhauer. Pero bajo ningún punto de vista se llegaría al conocimiento de la voluntad de poder ni de los instintos desde la supuesta irracionalidad del arte, sino todo lo contrario. Para la comprensión de su existencia inconsciente se hace necesaria la lógica consciente más estricta. No es necesario ni útil identificar al instinto de conservación con la voluntad de poder de Schopenhauer. ¿Cuál es la relación entre placer e instinto de conservación? El instinto genera representaciones que se basan en la dualidad premio/castigo, placer/displacer para que el metabolismo genere y distribuya la energía a fin de preservar el sistema. Se trata de una especie de banco de energía psíquica95 del metabolismo que origina una disponibilidad energética cuantiosa para aquellas cosas y acciones que se interpretan como buenas para la preservación y reproducción de nuestro código genético. Esa liberación de energía se interpreta como placer. Esto explica las ganas de hacer algo cuando es 95 Voluntad.
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placentero. El instinto de conservación puede ser individual o colectivo. Los seres vivos han desplegado uno u otro de modo dominante como estrategia de supervivencia. Cuando más grande y evolucionado parece predominar el primero. Así tenemos a los mamíferos como ultra individualistas y los insectos ultra colectivos. Asumiendo que la creación no se trata más que de transformación y esta consiste en la formación a partir de la deformación de lo que ya estaba formado, o sea se basa en la destrucción de formas, el principio de conservación seria un principio de anti-creación. En consecuencia su acción es contraria a la posibilidad de creación y anula la transformación que da origen a lo nuevo.
El sentido de las cosas
U
n conjunto de eventos relacionados por cierta proximidad espacio-temporal entre sí nos lleva a suponer un sentido, una razón y un fin, pero en realidad puede que no haya un sentido que concatene al conjunto de eventos. El sentido puede ser una desesperada interpretación de los eventos que nos hace suponer un comienzo y un fin premeditados, cuando en realidad puede tratarse de puntos arbitrarios en una sucesión in- interrumpida de acontecimientos que no comenzó ni “por un porque” ni
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“para un para que”. A medida que el hombre avanza en el conocimiento de la existencia parece percatarse de que saber el “porque de las cosas” es enteramente equivalente a saber el “como de las cosas”. En el fondo las causas no son más que modos de ocurrencia, las explicaciones son recetas que describen secuencias de eventos y no los llamados porqués. Al sentido metafísico de la existencia no se llega por deducción pura sino por una pseudo-elección96 que hace el sujeto a partir de los valores religiosos- éticos adquiridos. Pero desde una perspectiva física el sentido de la existencia es un orden de ocurrencia dado por la flecha del tiempo (sicológico, termodinámico y cósmico). Foucault y Derrida, hablaron de la realidad como un tejido de múltiples entramados de hilos con diferentes colores, que debido a condicionamientos del lenguaje y a la historia personal de cada individuo o grupo social cada cual elige alguna una punta del hilo que sobresale y en base a ello construye un discurso de la realidad. Entonces ver una perspectiva de la realidad sería equivalente a desenrollar un color en cuestión.
96 Me refiero a pseudo- elección en la intención de reflejar el hecho de que el sujeto inmerso en una doctrina religiosa, sea por temor al castigo, o por estar dogmatizado no puede elegir con libertad otra interpretación del sentido de la existencia.
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Ontología o estudio de la identidad de las cosas o el ser de cada cosa
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n el libro tercero de las Eneadas de Plotino, haciéndome eco de Borges en su “Historia de la Eternidad” se lee: “…la materia es irreal; es una mera y hueca pasividad que recibe las formas universales como las recibiría un espejo; estas la agitan y la pueblan sin alterarla. Su plenitud es precisamente la de un espejo, que simula estar lleno y está vacío, es un fantasma que ni siquiera desaparece, porque no tiene la capacidad de cesar. Lo fundamental son las formas.” Este párrafo lleno de poesía no tiene un ápice de inexactitud. Sintetiza la realidad. Ya Aristóteles afirmó que era la forma quien gobernaba. A pesar de no negar la materia, pues lo consideraba como un soporte para las propiedades esenciales de los entes. Pero a esta altura ya estamos legitimados para sostener que materia es solo forma de otra forma que se encuentra como un substrato más profundo en los niveles de realidad. En consecuencia cada ente es su identidad o conformación esencial o forma y la ontología seria entonces el estudio de las configuraciones. No debemos confundir esta teoría de las formas con el Platonismo. El Platonismo también consideraba a las formas como última instancia de la realidad, o sea como
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verdad, y no a la materia. Pero su mundo ideal era una colección de arquetipos estáticos de la perfección, sin las variedades propia de las individualidades, Mientras que la teoría propuesta es de un mundo de formas en continuas transformaciones, sin considerarlas como ideales. Es un mundo dinámico y cambiante. Platón cometió el atrevimiento de suponer la existencia de la perfección sin siquiera haber definido de modo inobjetable en qué consistía la perfección, tema que trataremos más adelante. Debe entenderse entonces que este mundo de formas no es un reflejo de ningún otro mundo de formas más perfectas, Platónicas. Este segundo mundo o mundo de las ideas preconizado por Platón, y realimentado por filósofos contemporáneos de la talla de Schopenhauer donde todo es perfecto no existe. Es una creación de nuestra psicología en la pretensión de que la realidad se adapte a nosotros.
La perfección
¡L
a perfección! Es una palabra que a lo largo de la historia ha sido continuamente manipulada a conveniencia y a la vez muy poca entendida, porque como se verá en definitiva, puede tratarse tan solo de la proyección de nuestros deseos de Superhombre y en ese caso terminara siendo una perfecta imperfección. En definitiva, la perfección también es una versión del
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infinito, la versión de atributos positivos infinitos. Para Parménides era una fortaleza infinita, que impedía que lo perfecto se modificara porque solo podía ir hacia abajo, o sea hacia la imperfección, lo cual revelaría que nunca fue perfecto. Para Heráclito era lo opuesto, la adaptabilidad a todo, la infinita elasticidad o sea el cambio que se adapta a todo. Sicológicamente revela dos modos de ser del hombre, aquel que quiere la seguridad de lo establecido y firme, y aquel otro que sueña con la aventura del cambio. Cada uno proyecto su propio deseo de superhombre. En cualquiera de los dos casos en nuestro universo imperfecto no lo podríamos ni percibir ni nos podría percibir, en uno porque sería una fuente infinita a la cual no podríamos ni añadir nada ni sacarle nada debido a su fortaleza y consecuente rigidez al cambio, y en el segundo porque se adaptaría tanto a todo que sería como si no estuviera. Por otra parte la concepción Judeo- Cristiana concibe a la perfección del Ser como una personificación antropomórfica encarnada en un hombre súper-poderoso, con sus virtudes potenciadas al infinito. Pero también con algunos de sus defectos, (el deseo de venganza o encabezando ejércitos entre tantas otras escenas de la Biblia). Lo cual contradice toda idea de perfección. La famosa y renombrada perfección de la naturaleza es un sofisma. Basta con los siguientes ejemplos: 1) Se sabe que la fiebre es un mecanismo para inhibir la reproducción de las bacterias y los virus, al aumentar la temperatura
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corporal disminuye la población de estas. Pero en algunas enfermedades virosicas y de enfermedades bacterianas auto -inmunes este mecanismo de defensa produce más daño que beneficio. 2) Las células cancerosas de un tejido son más grandes, viven más, se reproducen más rápido, sin límites, y por lo general son más indestructibles. A primera vista la suma de estas cualidades las haría más perfectas, pero terminan destruyendo su entorno trayendo la muerte de todo el sistema. Obviamente al morir el organismo que los contiene el tejido canceroso también lo hace. En este sentido el ser humano parece ajustarse “perfectamente” a la definición de “cáncer del planeta tierra”. Lo cual revela lo relativo del término. De cualquier manera la idea de perfección no es arbitraria porque depende de la cultura y personalidad de quien lo concibe, lo cual demuestra a su vez que es absolutamente convencional, y por ende artificial. Tampoco es inofensiva, habilita entre otras cosas la discriminación, el autoritarismo y hasta determinadas purgas raciales. La perfección es un caballo de Troya, en su interior están sigilosos los prejuicios de todo tipo de tiranía para tomar por asalto al espíritu crítico sobre los valores-privilegios instalados en la sociedad. O sea que se trata de un mito que justifica teleológicamente la elección de poner patas para arribas o patas para abajo cualquier escala de valores. Por todo lo predicho su relativismo es temporal y local. Muchas veces lo que fue perfecto ayer hoy dejo de serlo. La mujer perfecta
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físicamente en la antigüedad era la obesa porque era más apta para amamantar a sus bebes y por ende para la supervivencia de la especie. Sin embargo en la actualidad ante la sensación de que la supervivencia esta mas asegurada es sinónimo de perfección la estilización de la figura. En cuanto a lo local, uno de los motivos por lo cual Dios es perfecto para la Biblia es porque es perfectamente justo e interviene continuamente en la vida del hombre en ese sentido. Para el Taoísmo por el contrario el Tao es perfecto porque no juzga al hombre, por ser amoral. Además si existiera la perfección en alguna forma como algo absoluto no podría co-existir con la imperfección, puesto que la primera no toleraría siquiera un instante a la segunda.
La voluntad y la existencia como voluntad
E
l acto voluntario en la consideración usual presupone la conciencia y la intencionalidad del mismo. Sin embargo la voluntad entendida como una energía psíquica que alimenta al Libre Albedrío dentro de la conciencia y que a su vez nace en el mismo es absolutamente improbable. Es como que exista algo así como una capacidad auto-creada que merece premio. De hecho podemos tener conciencia del acto, y sentir que tenemos la intención de realizarlo, pero eso no implica que seamos soberanos al ejecutarlo ni que el origen de la voluntad esté en el consciente.
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La voluntad es una energía psíquica dada fisiológicamente por el metabolismo en parte como innato por la naturaleza y en otra parte por la modificación de nuestra naturaleza a través de la experiencia. Su abundancia es un atributo, como son los talentos, por el cual no merecemos ningún crédito moral. De lo contrario estaríamos hablando de algo in-causado. Esta energía, como toda energía, no puede ser generada de la nada dentro del actor sin ser parte de una cadena de sucesos previos de carácter determinista. Sin una historia que la explique digamos. No aparece como algo innatural. La idea de la voluntad soberana como tesis no explica nada en el ser humano, más bien vela toda explicación posible. Schopenhauer entendía a la voluntad de un modo distinto. Como algo puramente inconsciente, objetivo y que se caracteriza por no pertenecer al mundo de las representaciones. El conocimiento según él es pura respuesta a los impulsos vitales, a la voluntad. Hay entonces una intuición volitiva que revela la existencia del Ser, una fuerza universal independiente del ser cognoscente que nos impulsa a la realidad existencial del objeto. Tal vez por eso, arguye que para llegar al verdadero objeto del conocimiento la ciencia y la filosofía son deficitarias, están contaminadas por la lógica que no permite ver el trasfondo de la fuerza que impulsa la existencia. No lógica permite descubrir la verdadera razón de la voluntad. Tan solo el arte puede cumplir con esa misión porque esta liberada de las ataduras de las relaciones causales. Por ende el arte no crea
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aleatoriamente sino sigue el curso de la voluntad universal. Evidentemente Schopenhauer, debido a las influencias orientales reemplazó la deducción por la metáfora. Poético tal vez, pero absolutamente fantasioso y embaucador. No puede citar ejemplos válidos de la experiencia para convalidar su postura porque el arte no sirve para explicar algo sino para sugerir una idea que se quiere transmitir. Lo que percibimos de la voluntad es que tiene un carácter consciente y a la vez componentes subconscientes e inconscientes. La parte consciente es la representación o fin racional que persigue. La parte subconsciente e inconsciente es la motivación que lo impulsa. Motivación que podemos llamar libertad o gusto o deseo. En definitiva, lo que motiva a la voluntad es promover algún objetivo del instinto de conservación. Para lo cual, la fisiología de cualquier parte del sistema genera la energía (voluntad) necesaria para lograr dicho objetivo. La parte consciente es la representación racional lúcida y formal de la intuición, y la intuición, en este caso, es una racionalización automática y rápida de lo que pretende el instinto de conservación, que se manifiesta a nivel consciente como gusto, deseo, elección o libre albedrio. La ventaja de la intuición es que como todos los actos automáticos (arco reflejo, por ejemplo) son de respuesta rápida, de menor consumo de energía y efectiva para todo aquello que es repetitivo en nuestra experiencia, algo así como el proceso de compactación que tiene lugar en los programas informáticos
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para ganar espacio y ahorrar Bits. Convengamos entonces que la voluntad es una energía psíquica que proviene, como todas las disponibles y potenciales, para satisfacer el instinto de conservación Su abundancia depende del criterio con que se distribuye ese conjunto de energías, lo cual se hace en la intuición al servicio de la conservación del ser, y luego pasa al mundo de representaciones en base a asociaciones. En esto influye el medio ambiente y el estado de nuestro cuerpo. La voluntad en condiciones de altas temperaturas y luego de trabajos extraordinarios se encuentra sensiblemente disminuida para impulsarnos a nada, a menos que hubiera la sensación en nuestra conciencia de un peligro inmediato y cierto. Schopenhauer afirmaba lo contrario, le atribuía el sentido último del acto del hombre. Identificaba a la voluntad como una fuerza que nace antes de cualquier interpretación del cerebro, como una fuerza universal, omnipresente, inmodificable y eterna. En definitiva el Ser universal hecho voluntad. A partir de esta concepción la representación del mundo seria consecuencia del gobierno de la voluntad sobre todas las cosas, las cosas no harían más que seguir esta suprema voluntad, que objetiviza todo acto del cuerpo y el cual por analogía no sería más que el Ser de Parménides. Estamos de nuevo ante un fraude del pensamiento o sea un nuevo intento de explicar con lo que se desea pero no con lo que se percibe. Es una fantasía infundada porque no solo no explica nada
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de la conducta del hombre, sino que oculta lo que la ciencia viene demostrando continuamente, que la voluntad es maleable, y que siempre está enfocada a la conservación del sistema o a su identidad. Confirma esta concepción que los actos que más ponen en evidencia a la voluntad son los de guerra o de situaciones extremas de supervivencia, en estas la mente representa el peligro y saca toda la energía posible (voluntad) para lograr salir airoso de la situación. En la ausencia total de peligro ocurre lo contrario, la voluntad se adormece sustancialmente. Fisiológicamente se explica por la presencia en abundancia de determinados neurotransmisores, tales como la adrenalina y la acetilcolina, poderosos energizantes disponibles para la lucha o la fuga. Por lo tanto afirmo que la voluntad no es más que energía psico- somática disponible para cometer actos conscientes, y está regulada por la interpretación que hace la intuición en relación al instinto de conservación en el subconsciente. Pero no se trata solo de conservación de la vida, sino de conservación de la identidad sicológica, y en esto entra la enorme fuerza de voluntad involucrada en la defensa de símbolos, clanes, como en el patriotismo, racismo o en el fanatismo religioso. Tanto las ideas de libre albedrío y de voluntad son consecuencias del mito que sostiene que existe la creación, que en el hombre se puede crear de la nada algo. También disiento que el dolor y el placer no sean representaciones derivadas de la identificación con el peligro o la ventaja para la supervivencia, basta mencionar que
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el azúcar (glúcidos) es la principal fuente de energía para el cerebro, su principal consumidor. Entonces el cerebro diseña órganos sensibles para detectarlos, (las membranas del paladar y de la lengua), que producen a su vez una sensación de placer, es decir una representación agradable para incentivar su consumo. De la misma manera es sabido que una de las voluntades más fuertes en los animales es la involucrada en la búsqueda del sexo opuesto, ya que esto aseguraría la procreación y por consiguiente la supervivencia de la especie. El dolor es el sistema de alerta del cuerpo cuando existe infección, deterioro, o sea que nos protege de las agresiones contra el cuerpo, por lo tanto es una representación negativa de algo de lo cual debemos escapar. La motivación por el contrario es una representación positiva elaborada para generar una mayor disponibilidad de energía psíquica para la realización de determinados actos, para tal fin la motivación promete beneficios para la conservación. Podemos identificar inclusive a la voluntad con el instinto de conservación en el acto de suicidio, porque la conservación en realidad no es de la vida, sino de la identidad. En todo caso la vida es el soporte fundamental para esta última, pero no el único y en situaciones extraordinarias ni siquiera la más fundamental.
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La libertad y el libre albedrío como modo de existir del hombre
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l hombre no solo ha idolatrado a lo largo de su historia cultural a monumentos, símbolos, dioses, líderes, o ideologías, sino también ha rendido culto incondicional y desmesurado a determinadas palabras. Tal vez una de la más venerada entre ellas sea la palabra “libertad”, que como todo culto es acrítico, y termina transformando a su objeto de pleitesía en una serie de contradicciones. Como medida preventiva contra cualquier prejuicio previo, podemos tomar la definición dada por la física que tiene el mérito de ser clara y distinta .La libertad se la define como la falta de vínculos. Pues cuando menos vínculos existan hay un mayor grado de libertad. Se puede inferir de su concepto que ella es buena desde el punto de vista estético, pero en lo ético su bondad sin condicionamientos es solo un acto de demagogia que resurgió con fuerza durante el iluminismo. El capitalismo necesitaba justificar el valor ético del derecho a la propiedad sobre cualquier idea de justicia social o de solidaridad que se le pudiera oponer. Para ello
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debía revitalizar algún valor que le permitiera salvar las apariencias al derecho de propiedad, que por sí solo parece demasiado materialista y basado fundamentalmente en el poder. El término libertad97 parecía apropiada para tal fin, e investida con cierto halo de espiritualidad. Máxime que la felicidad del hombre se nos ocurre impensable sin ella. Al punto se quería idealizar al vocablo y se tuvo que inventar el término libertinaje para salvar su apariencia inmaculada. En definitiva, libertad es una locución, que repito aún a riesgo de ser reiterativo, fue excesivamente venerada ya que no es en sí símbolo de lo bueno o de lo malo, sino solo de la falta de vínculos. Schopenhauer en su ensayo “Sobre El Libre Albedrío” del ser humano, discurre sobre la libertad de los seres consientes, y distingue tres tipos constituyendo el modo propio del hombre. Estas son: la libertad física, la libertad intelectual y la libertad moral. También sostiene que el concepto inmediato de libertad para el común de la gente consiste en“el poder de hacer lo que uno quiera”. El problema de fondo no es si uno puede hacer o no lo que quiera, sino si uno puede querer lo que quiera. Es decir, si uno puede elegir libremente el objeto y el modo de querer. En realidad tanto los gustos como las preferencias ya están predeterminados por las circunstancias de la educación, la experiencia, los instintos, la genética y los prejuicios adquiridos. La voluntad no es libre porque uno solo quiere lo que la vida le hace querer. Esto fue lo que 97 Término cuyo significado se acentuó respecto a la libertad de poseer, acumular, gozar de nuestros bienes materiales y negociar
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no vió Sartre, el confundió como la mayoría a la sensación de libertad con la libertad misma. El asesino que es enviado a matar por el grupo de pertenencia, en el momento de cometer el acto aún cuando esté solo ante su posible víctima, no tendrá la libertad de decidir, solo tendrá la sensación de que es libre de elegir pero hará lo que ya estaba previamente determinado por su pasado como en cierto modo o sostenía Heidegger. Volviendo a su valor ético, una sociedad debe administrarla en su justa medida, para que sea beneficiosa para el conjunto en su mayoría. Su falta o su exceso mas allá de la medida que le es propia a las circunstancias redundara directamente en beneficios para algunos y perjuicios para otros. Por lo tanto la libertad no puede ser total, y no es conveniente darle un valor sentimental positivo de modo incondicional, sino debe ser un producto de compromiso entre deberes y derechos. Es menester entonces tener bien en claro, para la preservación de una sociedad, la libertad no es un valor superior a la justicia ni al bien común, por el contrario es un instrumento para lograr este último, pero en cada circunstancia debe ser medida con bastante precisión el grado necesario a fin de que cumpla su objetivo. El libre albedrío es una forma de este término, aplicado directamente a un ser consciente, específicamente al ser humano. La pregunta sería sí puede existir o no en la naturaleza humana. La importancia de definir su existencia radica en que se pretende que sea la base moral de todo
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juzgamiento .Si la definición correcta de la libertad es la capacidad de elegir opciones, implica que habrá consecuencias morales a partir de su ejercicio. Supongamos que existe el libre albedrío y estamos ante una situación hipotética, vamos por un sendero y llegamos a una bifurcación del mismo dividido en sendos caminos. Ambos son idénticos y no poseemos ninguna información respeto a lo que existe más allá de la bifurcación. En principio es una situación de equis-probabilidad, cualquiera de las alternativas puede ser igualmente escogida, y el hombre para engañar a su destino puede amagar elegir uno y luego otro en un juego vertiginoso hasta finalmente quedarse con uno. ¿Podemos inferir que el resultado fue indeterminado previamente, o sea netamente azaroso?, ¿tuvo éxito en engañar al destino?, ¿no es más lógico pensar que cada una de las alternancias ya estaba predeterminado por las leyes de la física?, por lo tanto ¿puede decirse que el hombre es libre o por el contrario, está determinado? Anicio Boecio se preocupó por el tema en un momento muy especial de su vida, cuando aguardaba la muerte en una prisión. Quiso realizar el proyecto de Sócrates: lograr que un rey se haga filósofo para que construyera el estado ideal, sin embargo fue condenado a muerte por el emperador ostrogodo Teodorico. Éste inició una persecución contra los cristianos y acusó a Boecio de traición y de prácticas mágicas. En la prisión, a la espera de su ejecución, escribió su obra póstuma: “Consolación De La Filosofía”. El supuso que todo acontecimiento emanaba de una causa, o sea
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negaba rotundamente la posibilidad de la in-causalidad en los fenómenos naturales. Nada nace de la nada, todo es parte como sostenía Aristóteles de una cadena de causas. Lo azaroso solo puede estar en la ignorancia del hombre sobre el futuro y de todas las fuerzas que entran en juego en un evento. Decía en su libro: “la concurrencia de las causas y su mutua concatenación proceden del orden inflexible del universo, que teniendo su origen en la Providencia, determina el lugar y el tiempo de cada cosa”. ¿Pero cómo puede darse el libre albedrío, o sea la libertad de acción si todo está predeterminado? Para superar esta fragante contradicción, Boecio sostiene que existe esta predestinación en todos los hechos naturales, pero cuando se trata de actos voluntarios existe la libertad. Obviamente esta separación entre hechos voluntarios y naturales es un artificio enmarañado. Las experiencias de laboratorio llevados a cabo por la CIA sobre lavados de cerebros o conductas modificadas, según los archivos decodificados después de la Guerra Fría demuestran el alto grado de dependencia de la voluntad de decisión de una persona respecto a la inducción proveniente del exterior, inclusive en actos extremadamente reñidos con la moral, tales como los asesinatos. Una muestra actual de ello es que en los países modernos como Dinamarca y Holanda, se puede controlar los impulsos asesinos y de violación con la inoculación de determinados mensajeros químicos (castración química). En los
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laboratorios de Estados Unidos se aisló la onda cerebral, o sea la frecuencia, de lo que generaría el impulso asesino incontrolable. Su denominación es por el contrario bastante fría, la onda NP500. También se sabe que un daño en las amígdalas, región cerebral relacionada con las emociones, puede generar una conducta violenta descontrolada o asesina. Por lo tanto la conducta, y el acto de elección no pueden separase de los fenómenos naturales, es parte de ellos y en consecuencia también debe ser predestinado. Si es predeterminado por el mundo y sus circunstancias, no puede ser juzgado exclusivamente desde la moralidad, puesto que el hombre solo seria parte de un engranaje inmodificable por él. Una víctima de la fatalidad que le toco vivir, y su destino ya estaría absolutamente definido de modo inevitable. Si se lo juzgara con una condena, no se estaría haciendo más que agregar un dolor injustamente gratuito a quien es solo un convidado de piedra en el juego de los acontecimientos, una marioneta del destino. Pero por otra parte si existiera de algún modo el libre albedrío, este solo podría ser in-causado, y como es in-causado. Uno no puede ser parte de una causa que no existe, por eso es in-causado, tampoco sería culpable dado que el juzgado en cuestión no intervino en absoluto para que se produzca un hecho que provino de la nada. En apariencia llegamos a una conclusión simple en cuanto a que si alguien puede ser juzgado o no. Tanto si existe el libre albedrío como si no existe, moralmente nadie puede ser juzgado por sus actos, dado que no existe la culpabilidad.
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La libertad real de elegir estaría relacionado, en todo caso, directamente con la in-causalidad, esto con el caos y no con la conciencia racional. Esto significa que la sociedad juzga como modo de controlar el orden público, pues de otro modo se caería en un caos. La ley se aplica para evitar la autodestrucción de la sociedad tal como se encuentra, no porque tenga en el fondo una legitimidad moral absoluta. Sin embargo muchos han querido ver en la Teoría Quántica el último bastión donde se podría refugiar el Libre Albedrío, pero la misma habla de una incertidumbre en el conocimiento del futuro por la relación sujeto cognoscente y objeto conocido, no de una indeterminación del futuro. Habla más bien de ignorancia de conocimiento simultáneo de variables no conmutativas, que de indefinición del destino. Esto significa que la teoría quántica hasta donde se sabe no tiene relación con el libre albedrío. En definitiva, la libertad responsable en el hombre parece más bien un invento, ya sea para reprimir con justificación moral por parte de iusnaturalistas (inútilmente, porque la represión legal se justifica con la necesidad de un orden para la convivencia social98, no con otra cosa, y la legitimidad de la misma con el respeto de la voluntad consensuada), o para satisfacer el ego con el supuesto mérito moral de nuestros actos en los existencialistas como Sartre. En todo caso la duda es lo más parecido al ejercicio de la libertad del alma, 98 Aunque siendo sincero, lo que realmente da forma a las normas represivas es el interés de los grupos sociales poderosos para mantener el status quo, o sea el estado de dominio sobre las clases dominadas y a eso le llaman orden social).
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por eso se la debe defender como un derecho innegociable en el hombre. Y aun si la libertad es un absurdo como todas las quimeras humanas, creer en ella es una necesidad sicológica para lograr la felicidad, por lo tanto como tantos prejuicios necesarios hagamos como que existe y continuemos con nuestras vidas. Sostener que la libertad es una esencia del ser humano y que en ella se debe reconocer el valor supremo y absoluto con respecto al cual todos los demás valores se tornan relativos como sostuvo Sartre es una sandez, porque presupone que uno es libre de elegir lo que puede querer, lo cual es un mito porque uno quiere solo lo que puede querer. Y presuponer que la ausencia del libre albedrío en la conciencia denota una libertad moral con responsabilidad moral como propuso Schopenhauer es una sandez, algo que no provocamos está lejos de condenarnos moralmente, aunque si jurídicamente como una necesidad de mantener el orden para la conservación social. En definitiva, debemos dejar de ser hipócritas, la condena jurídica no es un acto de justicia, es una necesidad social y nada más. Jesús, tal como Sócrates, dijo, “la verdad os hará libres” y Spinoza muy sabiamente aclaró que no existe la libertad, pero saber la verdad nos da una ilusión muy parecida a la sensación de libertad ya que nos desliga de las obligaciones que nos imponen los prejuicios y de las injusticias generadas por los mismos.
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Debo aclarar que lo antes sostenido no es un aval para la alienación de la voluntad en el destino. El hombre, en mi opinión, como no conoce las fuerzas que desencadenan los eventos debe actuar como si existiera el libre albedrio, en la suposición de que esto constituye una fuerza determinante, puesto que posiblemente los que actúan de esta manera , logran realizar sus propósitos porque es así efectivamente en la mayor parte de los casos.
El problema del infinito matemático
“¡E
l infinito! Ningún otro problema ha conmovido tan profundamente al hombre”. Lo dijo David Hilbert y con toda razón. Porque está presente en casi todos los problemas filosóficos y nunca se lo comprendió cabalmente, a lo sumo se trato de definirlo matemáticamente desde el punto de vista de conjunto, pero a la luz de un tímido razonamiento critico queda como un frustrante intento de atrapar todo el cielo con la mano. Entre los años 1871 y 1884 Georg Cantor creó la teoría de conjuntos mediante la cual pretendía analizar formal y sistemáticamente el infinito. Sin embargo Zenón, el eleático fue el primero, quien se enfrentó con este problema de un modo formal y lógico. Defendió la postura de su maestro, Parménides en cuanto
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a la concepción de un Ser infinito, eterno e inmutable. Se enfrentó con sus armas: las paradojas. De ahí surgieron las célebres paradojas de la tortuga y Aquiles o la flecha de Aquiles. Más precisamente fue con los infinitésimos o sea con la subdivisión infinita del tiempo y el espacio en intervalos que tienden a desaparecer por lo infinitamente pequeños, y eso le valió ser llamado el padre de la matemática del infinito. Si bien plasmó situaciones hipotéticas con brillante sencillez; no dió con las soluciones sino mas bien con las preguntas claves que hasta hoy día debemos hacerla, por ejemplo, ¿el tiempo y el espacio se pueden subdividir indefinidamente o existe un límite, y en ese caso estamos ante una cuantificación discreta no solo de la energía sino del espacio- tiempo también? ¿No existe la continuidad? Volviendo a Cantor, según este matemático - lógico un conjunto es transfinito, o sea que la cantidad de elementos que contiene es infinita, cuando alguno o varios de todos los subconjuntos suyo, también transfinitos, tiene la misma cardinalidad o cantidad de elementos que el conjunto que lo contiene. Lo paradójico de este concepto se transforma en absurdo cuando transferimos esto a conjuntos finitos, por ejemplo equivale a decir que un brazo tiene la misma cantidad de células que todo el cuerpo al que pertenece. Como se verá a continuación, esta paradoja en realidad no existe como tal, solo se trata del grosso error de atribuir bi-yectividad a relaciones entre conjuntos infinitos sin una
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base legítima ni legal para ello, que inexplicablemente se propago sin la suficiente autocrítica entre matemáticos y filósofos de la talla de Bertrand Rusell, Cantor, Weisstrass y Hans Hahn. Para demostrar esta afirmación expondré las siguientes argumentaciones que creo suficientes para refutar esta impostura: 1º Argumento: Por ejemplo, la igualdad de la cardinalidad entre los conjuntos de los pares enteros y el de los naturales, sabiendo que los pares ya están contenidos en los naturales, es propuesta por Leibnitz con mucha anterioridad, como una supuesta paradoja por medio del siguiente razonamiento: Presuponemos, en base al sentido común, que el conjunto de los naturales, ya debe tener una cantidad aunque indeterminada de elementos, y este incluye a los números pares, pero si a todos los naturales lo multiplicamos por dos, todos se transforman en pares dándonos el conjunto de pares. Dice Leibnitz que en esta operación no debió alterarse la cardinalidad porque no existe motivo lógico para que eso ocurra, dado que no se agregaron ni se quitaron elementos en los naturales, sino a los que ya estaban se los transformo en pares. Por ende se concluye que los pares y los naturales tienen la misma cantidad de términos. Pero veamos qué pasa cuando hacemos lo mismo con conjuntos finitos. Supongamos que tenemos un intervalo natural hasta los ocho primeros términos, entonces su
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cardinalidad será 8 y su rango también será de 8. Debe entenderse como rango a la amplitud entre el mayor valor y el menor de la colección de valores con que se trata para un número de elementos de la serie. Ahora si multiplicamos por dos a todos y cada uno de los números de la serie, todos se harán pares y su cardinalidad no se modifica, pero su rango pasa a 16. Si quisiera volver al rango del conjunto original entonces solo puedo tomar los cuatro primeros elementos para llegar a 8, pero la cardinalidad se me reduce a la mitad. Por lo tanto si mantengo la cardinalidad respecto al conjunto original no se mantiene el rango, y viceversa, si mantengo el rango cambia la cardinalidad. Se puede argüir que no tiene sentido hablar de rango en un conjunto transfinito ya que este no tiene limite o supremo, pero de igual manera no tendría sentido hablar de cardinalidad ya que su valor es infinito y ese número no existe como numero definido. En base a lo predicho para el ejemplo de los conjuntos finitos, ya sabemos que al multiplicar a los elementos de los naturales por un factor distinto de uno hay un cambio sí o sí. Por lo tanto si definimos que el rango de los naturales es igual al de los pares, o sea ∞, indefectiblemente la cardinalidad deberá ser 2. ∞. Alguien podría objetar que se realice la operación algebraica en cuestión dado que infinito no es un número o cantidad sino un objeto matemático abstracto, por ende no tendría “sentido” multiplicarlo por dos. Pues bien, la expresión “2. ∞ “no se trata de duplicar una cantidad, sino expresa la duplicación de dicho objeto. Precisamente por
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esa razón cuando sumamos dos infinitos del mismo orden como objetos no se puede igualar meramente a un solo ∞, porque de lo contrario estaríamos presuponiendo cosas que no conocemos del objeto. Que se trate de un objeto matemático distinto a lo que es un número y en consecuencia una cantidad definida no significa que le podamos atribuir propiedades sacadas de la nada99. Conclusión: El rango de los pares será el doble del de los naturales a igualdad de cardinalidad, o la cardinalidad de los naturales es el doble del de los pares a igualdad de rango. Lo que sí se puede decir es que no son equivalentes, ni afirmar que tienen la misma cardinalidad. Lo cierto es que no puede haber una relación biunívoca entre ambos porque no coincide el número de elementos para un mismo rango de valores o no coincide el rango para una cardinalidad dada. Todo lo predicho nos lleva a la conclusión de que la relación estrictamente biunívoca entre conjuntos infinitos exige que se tenga en cuenta las dos cosas a la vez, la igualdad de cardinalidad y la equivalencia de rangos cuando un conjunto está incluido en otro. Si no se cumple alguna de las dos condiciones entre los conjuntos, no se tiene una estricta relación biunívoca, o sea no son equivalentes en un sentido estricto. 2º Argumento: Por otra parte, la falla también está en algunos casos en promulgar una relación biunívoca entre 99 Cantor atribuyó una serie de propiedades al infinito como objeto matemático que nunca justifico fehacientemente. Por ejemplo que ∞ + ∞ = ∞ o ∞* ∞ = ∞; lo cual condiciono todo el tratamiento ulterior del tema.
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conjuntos transfinitos sin asegurarse de haber agotado todos los modos posibles de relacionarlos100. Por ejemplo, con esta premisa se puede demostrar porque los naturales no pueden tener la misma cantidad de números que los enteros en general. El sentido común comprende sin ninguna dificultad que, sin lugar a dudas, en los naturales quedan excluidos los enteros negativos y el cero, y que estos tienen una cardinalidad no nula, y que en caso de unirse a los naturales para formar los enteros se debería adicionar las mismas al determinar la cardinalidad de lo enteros en general., por lo cual no pueden ser jamás equivalentes los conjuntos de los Enteros y los Naturales. 3º Argumento: También sabemos que si a dos conjuntos de igual cardinalidad se le extrae un subconjunto común a ambos conjuntos, de lo que queda de ambos debe mantener la igualdad de las cardinalidades ya que se les extrajo la misma cantidad. Por lo tanto si a los enteros se le extraen los naturales debe quedar un conjunto con la misma cardinalidad que el conjunto natural al que se le extrajo todos lo naturales, pero este segundo caso se trata de un conjunto vacío, o sea de cardinalidad nula, en tanto el primero se trata del cero y de los enteros negativos, cuya cardinalidad es infinita, ergo, es una contradicción.
100 El número de funciones biyectivas posibles en cualquier conjunto finito de n elementos es el factorial de n, para un conjunto trans-finito será el factorial de infinito, que lógicamente será otro infinito superior.
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Ahora supongamos que establecemos la relación biunívoca entre enteros y naturales, y lo hago uniendo uno a uno, secuencialmente, desde el principio, los enteros negativos a los naturales, tomando como conjunto de partida a los enteros. Como todos los enteros positivos son todos los naturales, ambos seguirán relacionándose entre sí, elemento a elemento, por siempre. Consecuentemente quedaran en el conjunto de partida, el cero y los enteros negativos sin su correspondiente imagen, lo cual significa que ¡no hay función! En estas condiciones, no se cumple la condición de Existencia, la cual es absolutamente necesaria para ser función, mucho menos se puede hablar de relación biunívoca. A esto me refiero, a que hay que agotar todos los modos de relacionarse, cuando se tratan de conjuntos transfinitos, antes de hablar de funciones biyectivas entre los mismos. 4º Argumento: Bertrand Russell, en “Principia Mathemática” reafirma la definición de Cantor al afirmar que si se puede establecer una correlación biunívoca entre dos conjuntos transfinitos entonces ambos tienen la misma cardinalidad o sea igual cantidad de términos. En primer lugar, en párrafos anteriores se refutóesta tesis porque presupone la posibilidad de poder garantizar una relación biunívoca entre conjuntos infinitos, lo cual como se dijo, el actual álgebra de conjunto, salvo excepciones, no está en condiciones de hacerlo. Y a modo de ejemplo nos plantea la siguiente ilustración: damos una función definida en RxR: Y =1+2.X y otra
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definida en el mismo campo, pero de la siguiente manera: Y = 2+ X, y asumiendo valores de X entre 0 y 1. Entonces para cada valor de X habrá, uno y solo uno de cada función, por ende tendrá la misma cantidad de pares ordenados, o sea la misma cantidad de puntos considerados. Esta conclusión es errónea y revela la falacia en la aplicación del concepto de bi-unicidad entre conjuntos infinitos. Si analizamos con detenimiento observamos que en el conjunto de llegada de la primer función por cada valor que aumenta X, Y también aumenta en uno, pero en la segunda aumenta en dos, lo cual significa que para un recorrido del dominio idéntico del modo estricto la segunda da zancadas que son el doble de la primera, y no se puede afirmar que hacen el mismo recorrido en el conjunto imagen aun cuando lo hagan en el conjunto dominio. Si se fija el recorrido en el conjunto imagen no coincidirán en el número de puntos, por el contrario si se fija la cantidad de puntos en el conjunto imagen no coincidirá el recorrido. En definitiva, la explicación tanto para la paradoja como para el ejemplo de Russell es que no hay una relación biunívoca entre ambos conjuntos planteados en las respectivas circunstancias mencionadas. Cambiando el ángulo de enfoque, tenemos otra forma de encarar el problema, y es a través del análisis de la cardinalidad en conjuntos disjuntos. 5º Argumento: En el álgebra de conjuntos aplicado a conjuntos finitos, se acepta de que la cardinalidad de dos
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conjuntos disjuntos cuando estos se unen es la suma de ambos, ¿Por qué habría de ser diferente para los conjuntos infinitos, como en el caso de la unión de los naturales, los enteros negativos y el cero? 6º Argumento: Tratando de avalar la postura de Cantor y Weisstrass, Paúl Davies en su libro “La Frontera Del Infinito” pretende demostrar que un segmento de dos centímetros tiene el mismo número de puntos que otro segmento de un centímetro. Esta demostración incurre en el error al confundir el concepto de continuidad. Podríamos usar el siguiente ejemplo, si el segmento mas largo entre los dos se inclina un ángulo de 60º respecto al más corto, se pueden proyectar todos los puntos del inclinado sobre el otro multiplicando por el coseno del ángulo mencionado y se relacionarían totalmente ambas longitudes en su totalidad. Parecería que con esto se demuestra la hipótesis de Davies. Bien no es así, en un segmento real (no superponible bi-unívocamente a ninguna porción de la recta real), al multiplicar por un escalar o proyectar cada elemento del conjunto de puntos por un factor se produce la separación o el acercamiento entre los mismos, aumentando o disminuyendo el rango de los valores (en este caso la elongación del segmento), según el factor sea mayor o menor a la unidad respectivamente. En este caso el segmento proyectado es más corto pero más denso y en ningún caso se trata de conjuntos infinitos, los cuales son imposibles de trazar y por ende de aplicárseles
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ningún teorema verificable por construcciones y posteriores mediciones. A fin de evitar estas paradojas introducidas por la metafísica de la geometría euclidiana en los problemas de la continuidad y del infinito podríamos tener en cuenta los siguientes postulados básicos de realismo, validos para la relación entre lo ideal y lo real en la geometría: 1) La “Recta Real” definida según la geometría es ontológicamente imposible, más que como un enunciado. Es un concepto inimaginable e inconstruible, o sea en un Ideal no real. 2) La “Recta Real” y el “segmento”, definidos según la geometría euclidiana no se pueden comprimir ni elongar debido a sus continuidades ideales dado que no dejan huecos entre los puntos. En consecuencia no pueden verificar aquellos teoremas realistas y verificables que necesitan que los segmentos se compriman tales como el de Pitágoras, de Tales, o las relaciones trigonométricas. 3) Esto se hace extensible a los planos y espacios geométricos. 4) Un segmento ideal, o sea perteneciente a la “Recta Real” según la geometría euclidiana, si se proyecta sobre una dirección diferente a la que pertenece, puede generar solo otro segmento ideal (perteneciente a la “Recta Real”) de la misma longitud, por ende si se unen ambas por sus
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5)
6)
7) 8)
extremos solo podrán generar un triangulo isósceles (hipotéticamente porque por lo dicho previamente no se pueden representar). Un segmento real, no euclidiano, si se proyecta sobre una dirección diferente a la que pertenece, puede generar otro segmento real de diferente longitud gracias a su compresibilidad, por ende si se unen ambas por sus extremos podrán generar todo tipo de triángulos reales. Todo segmento o recta no ideal, o sea no formada por una sucesión infinita y continua de puntos sin dimensiones se puede comprimir o elongar. Solo se pueden construir segmentos, rectas y planos que no son euclidianos. La definición axiomática euclidiana de punto genera una incompatibilidad con el concepto de continuidad. Si un punto tiene radio cero entonces no puede tener frontera, por ende no puede tener límites, en consecuencia no puede haber nada contiguo y mucho menos se puede construir una sucesión de puntos contiguos. A lo sumo, en estas condiciones si se aproximan infinitos puntos para lograr la continuidad se terminará en una superposición de los infinitos puntos en un solo punto de radio cero.
Entonces ¿por qué aceptamos sin cuestionamientos estas definiciones abstractas como correlatos de la realidad? Porque permanentemente extrapolamos la imaginación
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de lo real hacia las ideas puras y luego reemplazamos lo percibido por estas “ideas puras”. Nos imaginamos con las mismas limitaciones que tiene la percepción y presuponemos por el contrario que las cosas imaginadas cumplen con las condiciones ilimitadas que imponen los conceptos. Profanamos la realidad con lo ideal y he ahí la génesis de las paradojas. Ese transmutar ilícito de lo real por lo ideal hace que se superponga lo finito sobre lo infinito, lo discontinuo sobre lo continuo y se conforme el absurdo. El absurdo de solapar dos cosas incongruentes y pretender que se ajusten101. Esto es lo que hicieron Euclides y Descartes cuando elaboraron sus definiciones en sus respectivas geometrías y es lo que podría llamarse la metafísica de la geometría. Sin embargo cuando hicieron sus demostraciones siguieron otro camino, lo hicieron con una geometría de la realidad, por lo tanto fueron coherentes y lógicas. Por ejemplo nos imaginamos un punto con un contorno y una dimensión definida y decimos que nos imaginamos un ente sin dimensiones. Nos imaginamos un segmento tal como percibimos y todo lo percibido en la forma de segmento está formado por una sucesión limitada de puntos cuya continuidad se da solo por nuestra falta de apreciación de las distancias muy pequeñas. Sin embargo sostenemos que nos imaginamos un conjunto infinito de 101 Esto fue lo que con justa razón denuncio permanentemente Nietzsche.
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puntos perfectamente alineados en una sucesión continua. Es una falacia porque por lo dicho previamente el infinito es inimaginable. Este vicio de atribuir propiedades a nuestra imaginación que no las tiene es la responsable de la convicción de la realidad de cosas irreales, es una legalización ilegitima de nuestros inventos que después terminan tornándose en absurdos y para disimularlas las llamamos venialmente paradojas. Llevamos impreso en nuestras mentes el error y los limites, pero por decreto los censuramos nominalmente y terminamos creyendo que podemos imaginar cosas perfectas, puras o infinitas. La mejor imaginación no supera a la mejor combinación racional de las mejores percepciones, al resto le corresponde la fantasía y por ende la contradicción con la realidad. En esta mitificación de las ideas está incluida la continuidad, cuando es entendida como la sucesión de algo de modo in-interrumpido en el espacio y/o tiempo. Tal como ocurriría con los infinitos puntos de un segmento. Es un mito que nace de la impotencia de apreciar la discontinuidad subyacente en toda la naturaleza y que impidió durante siglos la búsqueda de la “existencia densa pero separada” que a la postre llevaría a la concepción del átomo y sus partículas. Pero la otra interpretación de la continuidad, la que se traduce como “la continuación más allá de su aparente fin” es diferente, esta es inevitablemente real. Ambas visiones suscitan diferentes problemas filosóficos que tienen implicancias tanto en la física como en la matemática.
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Quien trata a la primera concepción mencionada como un análisis del lenguaje desde la lógica es Bertrand Russell, y estrictamente desde el álgebra es Weisstrass. Para poder dilucidar la naturaleza de esta primera forma de interpretar el continuo, se debe “purgar” al tema de los prejuicios que entorpecen el tratamiento y demostrar como el problema está íntimamente ligado al infinito. El primer obstáculo es la definición matemática de punto, a éste se lo define como un elemento primitivo que no tiene dimensiones. Se cae en una abstracción absurda ya que no es aplicable a nada existente y por ende carece de algún propósito práctico que lo justifique. En este universo si algo no tiene longitud no existe, y no puede ser usado para construir otros elementos tales como un segmento o una recta en el mundo real dado que la unión de infinitos puntos sin longitud no puede dar ningún ente que tenga longitud. El mérito de esta idea se reduce a contribuir a la confusión general. Hubiese bastado definirlo como un conjunto de puntos agrupados cuyo radio es despreciable. El hecho de que algo pueda ser determinado como un conjunto de entes del mismo tipo no tiene porque producir el mínimo escozor. Esto también eliminaría la tontería irreal de que no pueda girar alrededor de su propio eje. Por otra parte nadie puede trazar una recta continua. Todo trazo es una sucesión de puntos aislados, todo contorno real consiste en una sucesión de partículas separadas. Lo que las hace continua a la vista es que no tenemos el poder separador
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suficiente para apreciar la separación. Si alguien pudiera dibujar tan solo un breve tramo de una línea continua, esta se integraría por infinitos puntos y cada punto lleva una masa de tinta, implicaría el insumo de una masa infinita de tinta. Por lo tanto todo grafico de una curva es una cantidad finita de puntos, una “sucesión densa” de los mismos, y es muy probable, visto en la mecánica quántica, que lo infinito ni siquiera se dé en la sucesión de puntos del espacio que pueda contenerla. A lo sumo podríamos decir que el mundo real está formado por infinitos niveles de mundos finitos, y que la geometría real a lo sumo puede intentar tender hasta cierto punto al infinito universo de la geometría abstracta. Al decir que una recta es una sucesión continua de infinitos puntos a dimensionales y que es infinita en su longitud estamos diciendo en realidad que la unión de “infinitas nadas” me da algo que no tiene fin, o sea que infinitos entes que no miden nada individualmente, unidos me dan una medida infinita. Este absurdo no solamente no sirve para comprender algo del mundo sino lo entorpece y conduce a las pseudo- paradojas irresolubles del infinito. Utilizo el prefijo “pseudo” porque en realidad no existen como tales, son solo sofismas derivados de nuestros vicios de razonamiento. La continuidad y la infinitud en estos sentidos no tienen cabida en la realidad. Lo mismo ocurre con la definición abstracta de segmento, de plano o espacio. Como la distancia entre puntos en la Recta Real (que en realidad
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es ideal y no real) es cero, esta no se puede comprimir y si se lo expande dejaría de ser continuo. Sin embargo las rectas verdaderamente reales siempre tienen huecos y si se los puede expandir o contraer debido a dichos espacios libres. Por ende se los puede proyectar conservando la cardinalidad como conjuntos. Esto sirve de suficiente demostración para todos los teoremas mencionados. Asimismo cuando un cuerpo describe una trayectoria, la misma tampoco es continua. Todo movimiento es una ocupación de puntos separados, lo que hace que ante una aparente igualdad de trayectorias en la realidad nunca se pueda dar estrictamente la misma. El concepto de distancia pierde sentido si estamos trabajando con entes que no tienen dimensiones, puesto que su radio sería nulo y en consecuencia imposible de localizarlo y representarlo, esto implica que la definición de punto como un ente sin dimensiones, sin radio, es inhábil para una geometría demostrable por medio de gráficos. Entonces un segmento verdaderamente real tiene dimensión finita, un espesor mensurable y está formado supuestamente por puntos (no digamos ya por infinitos puntos continuos, lo cual es irreal por doble partida). Desde esta perspectiva la continuidad es la ilusión generada por nuestra impotencia de apreciar lo demasiado pequeño, como lo es la idea de que alguna magnitud pueda ser constante tanto en el espacio como en el tiempo por causa de no percibir las variaciones de pequeñas amplitudes que siempre se dan.
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La otra continuidad es diferente, se refiere a que todo continua (en forma discontinua en el primer sentido) indefinidamente porque nada puede terminar abruptamente, y a este sentido, lo avala el presupuesto de la mecánica quántica de que todos somos paquetes de ondas, o sea el resultado de la superposición de ondas. Las ondas no tienen un final absoluto, sino a lo sumo se amortiguan en el tiempo y la distancia, pero no desaparecen totalmente. De hecho si estamos formados por materia, y esta ejerce su efecto gravitacional en el espacio sin que se “corte”, nuestra influencia gravitatoria llegará a los confines del universo, tal vez debilitada casi imperceptible, pero llegará. Lo mismo ocurre con las interacciones electromagnéticas que se originan en nuestro cuerpo, por consecuencia nuestra existencia es ilimitada, o a lo sumo está limitada por los confines del universo. De la misma manera están llegando a nosotros las ondas electromagnéticas y gravitatorias de las cosas más lejanas del cosmos, solo que el umbral de sensibilidad para percibirlas esta por sobre esas señales y no lo podemos hacer consciente. No obstante, cuando la realidad se trata como relaciones matemáticas, la imagen de estas relaciones es discontinua, a lo sumo denso como los números irracionales, porque la continuidad es un absurdo insoportable para la realidad fáctica, mas no para la formal. 7º Argumento: La extraemos de una demostración hecha por Adrian Paenza en su programa televisivo.
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El propone que imaginemos que tenemos una barra absolutamente transparente que se ilumina punto a punto desde una lámpara en el techo, cuidando que los rayos más externos del cono de luz lleguen exactamente a los extremos de la barra. Y además que tenemos una segunda barra centrada con la primera de manera que a ella lleguen los mismos rayos que atravesaron a la primera. Si esta segunda es iluminada totalmente es porque llegan los mismos rayos que en la primera, entonces deduce que la cantidad de puntos de la segunda barra es igual al que corresponde a la primera, por ende tienen la misma cardinalidad. El error reside en presuponer que los rayos van punto a punto con la longitud de cada barra, en realidad los rayos se abren y dejan muchos puntos sin cubrir aunque el poder separador de nuestra vista no lo note. Prueba de ello es la ley de la inversa del cuadrado de la intensidad con la distancia. La intensidad disminuye con el cuadrado de la distancia porque a medidas que los rayos se abren van dejando huecos de puntos por donde no pasa. 8º Argumento: La mayoría de las demostraciones a favor de la postura de Cantor se hacen por medio de un apareamiento sucesivo y discreto de elementos, de uno y otro conjunto, lo cual es incorrecto porque el infinito no se puede obtener inductivamente. Solo puede ser generado como dado de una sola vez como lo sostuvo Borges en su momento. Porque si
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al infinito se puede llegar por un proceso inductivo significa que nunca fue infinito, dado que al llegar significa que siempre fue finito. Las consecuencias de estas afirmaciones son revolucionarias, es más los tipos de infinitos ya no se limitan a la clasificación ortodoxa de Cantor dada por los Alephs, sino dentro de cada Aleph puede haber un infinito de mayor cardinalidad respecto a otro, como los enteros respecto a los naturales. A la vez esta nueva concepción permitiría explicar coherentemente el porqué pueden haber infinitos encajados unos dentro de otros, y la verdadera razón del porque se pueden eliminar las indeterminaciones en los casos de limites indeterminados. 9ª Argumento: No se puede demostrar la relación biunívoca entre conjuntos transfinitos como lo hace Cantor, haciendo un solo modo de relación por el siguiente ejemplo: Supongamos que tenemos dos conjuntos que tienen la misma cardinalidad pero son infinitos. Si le agrego elementos a uno de ellos ¿se puede detectar el agregado en la cardinalidad procediendo inductivamente? La respuesta es no. Porque estará eternamente relacionando elementos que ya estaban y no se tendrá jamás la oportunidad de llegar a los nuevos elementos como para notar que la relación ya no es biyectiva, o sea el cambio de cardinalidad. Por ejemplo cuando aplico la suposición de relación biunívoca entre los enteros y los naturales, entre otros ejemplos. 10ª Argumento: Cuando se tratan los infinitésimos que
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no son otra cosa que lo infinitamente pequeño, se definen órdenes. Los de mayor orden son los que más velozmente tienden a cero. Esta ordenación no depende de que sistema numérico se trate, sino si se multiplican o se elevan a alguna potencia dentro del mismo conjunto numérico. Como generalmente se tratan de infinitos que actúan de denominadores, significa que la misma clasificación le debe corresponder a los infinitos. Si “n” tiende a infinito, n2 tiende más velozmente a infinito, lo cual implica que n2 es un infinito de mayor orden. En el caso de la cardinalidad si un infinito tiende más rápido que otro no se puede tomar como que son iguales. 11° Argumento: El teorema de Godel y el programa Hilbert para manipular con reglas lógicas los conjuntos infinitos contemplan la invalidez del método de Cantor para demostrar la biyectividad enunciada entre los naturales y los enteros por ejemplo. Como sostiene Guillermo Martínez en su libro “Godel Para Todos”, el significado de que se verifica una propiedad para todo elemento x, u objeto matemático x, es equivalente a la conjunción de varios enunciados particulares por medio de la palabra “y” involucrando a toda la población de los “x” en cuestión. En el caso de que la población tenga una cardinalidad infinita, implicaría conjunciones lógicas infinitas, lo cual no es posible de realizarse inductivamente. Martínez sostiene:”Y si la afirmación: para todo x se verifica la propiedad A no es válida, no siempre es posible probar
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que hay un objeto con la propiedad de que no verifica A. En la demostración del Teorema de Godel veremos que puede exhibirse una formula de la aritmética E(x) tal que E(1) es demostrable, E(2) es demostrable y… E(n) también es demostrable para cualquier n, pero el enunciado para todo x no es demostrable. Creo que esto es suficiente para considerar de que no basta la asociación de flechas que hace Cantor para unir los naturales con los enteros y afirmar la biyectividad y la consecuente igualdad de cardinalidad entre ambos conjuntos ya que se trata de un método inductivo. Tal vez la inyectividad es posible afirmar con seguridad, mas la sobreyectividad no es posible en un método inductivo cuando se tratan de conjuntos transfinitos. 12° Argumento: El error de Cantor. Si aplicamos el método de la diagonalización a los naturales como a los reales también nos da de que se trata de conjuntos no numerables, lo cual obviamente no es cierto demostrando la falibilidad del método en sí. 13° Argumento: El error de la paradoja de Galileo relacionado a los cuadrados perfectos. Galileo sostiene que a cada natural se lo puede elevar al cuadrado, por ende, habrá tantos cuadrados perfectos como naturales aunque estos se encuentren cada vez más separados e incluido en los mencionados. El argumento para refutar es el mismo que para la igualdad de cardinalidad entre los naturales y los pares o los múltiplos de un número distinto de uno y los naturales. Por lo tanto omito en repetir la demostración.
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Concepción e imaginación del infinito
H
emos visto que el tratamiento matemático del infinito adolece de una falla. El error de promulgar una relación biunívoca entre conjuntos transfinitos sin asegurarse de haber agotado todos los modos posibles de relacionarlos. Este, casi inexplicablemente, se propago sin la suficiente autocrítica entre matemáticos y filósofos de la talla de Bertrand Rusell, Cantor, Weierstrass y Hans Hahn. Sin embargo si puede ser explicado sicológicamente si atendemos a la extraordinaria dificultad adicional en el tema, la imposibilidad de imaginarlo. Se lo puede enunciar pero no representarlo en la mente. Máxime que el mismo Cantor establece que una de las diferencias con los conjuntos finitos es que no se puede hacer demostraciones consistentes aplicando el método inductivo. Esto es evidente en Hans Hahn cuando para justificar que la cardinalidad de un conjunto transfinito es igual a la cardinalidad de un subconjunto, diciendo “el todo puede ser igual a una de sus partes… el uso de las palabras todo, parte, igual…no corresponde con el uso del lenguaje vulgar ni con el científico… Obsérvese también que en el mismo lenguaje corriente tiene sentido decir que el todo puede ser igual a una parte… como, por ejemplo, con respecto al color…; entonces porque no nos está permitido decir que el todo puede ser igual a una de sus partes.”
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Con el respeto que se merece el autor de estas sentencias, no se trata más que de una sucesión lamentable de incoherencias para justificar lo injustificable. En primer lugar los significados de los términos: todo, parte e igual, no pueden salir de modo absoluto del uso en algunas formas del saber, porque de lo contrario no servirían como términos para una discusión. O sea, por ejemplo “todo” debe tener el significado matemático de la definición por comprensión cuando menos, o el significado de las ciencias fácticas como abarcar el total de los elementos constitutivos, o el significado lógico y a la vez vulgar de agrupar y no dejar afuera nada que pertenezca a algo. De cualquier manera se comprende sin ninguna dificultad que fuera de los elementos del conjunto de los Naturales, quedan sin lugar a dudas todos los elementos enteros negativos, por lo cual no pueden ser jamás equivalentes los conjuntos de los Enteros y los Naturales. En cuanto a aludir al color como una propiedad de la cual puede decirse que el todo puede ser igual a una de sus partes, simplemente es patético. Debemos recordarle que todas las propiedades cualitativas, por ser cualitativas son extensivas al todo como a una parte, por ejemplo el punto de ebullición es el mismo en cada parte de un Sistema Material Homogéneo, pero por definición misma y por ende no genera ningún conflicto lógico la afirmación en cuestión. Por lo tanto siempre es igual el todo a una de sus partes en cuanto a propiedades cualitativas referidas a un Sistema Material Homogéneo. Pero justamente la propiedad cuantitativa
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como la cantidad de átomos de un cuerpo humano no puede ser igual a la cantidad de átomos de un brazo arrancado al mismo cuerpo. Esto es porque “todo” o “parte” son términos universalistas y existencialistas respectivamente, que cuantitativamente definen por comprensión situaciones de propiedades cuantitativas absolutamente distintas, a menos que se trate del caso particular de un conjunto donde se incluye a sí mismo. Pero reitero, estrictamente, aun así solo coinciden en su aplicación cuando se trata de un conjunto que se incluye a sí mismo como elemento y donde no está en juego la dimensión cuantitativa. Si queremos comparar el grado de absurdo haciendo referencia con una propiedad cualitativa, la comparación válida sería que un sistema homogéneo presenta colores distintos en algunas de sus partes, sin cambiar ninguna condición en esa parte respecto al todo. Pero volviendo a la capacidad de la mente de concebir el infinito debemos por un lado basarnos en la definición de Descartes del infinito, como que su Ser consiste en la esencia de ser no- finito, o sea en que su extensión no termina nunca, tanto puede ser en la cantidad de elementos que lo constituyen, como en la falta de límites en su extensión, como en la in-abarcabilidad en su percepción, en la inexistencia de fronteras o en todas ellas a la vez. De cualquier modo, esta definición lleva implícita la imposibilidad de representarlo mentalmente, porque para hacerlo nuestra mente tendría que establecer una
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relación biunívoca elemento a elemento, punto a punto para lo cual debería ser infinito también, o poder hacer una representación sin contornos abarcando mas allá de lo que se puede abarcar para que no quede finito. Por lo tanto el infinito es inimaginable, ¿Pero existe lo infinito en la realidad fáctica? Posiblemente sea lo único que existe, o sea se podría dar una paradoja, que todo lo que existe podría ser infinito pero nuestra mente no puede concebirlo visualmente, a lo sumo nombrarlo, definirlo, poseerlo como idea pero no imaginarlo. También podría darse que todo o casi todo sea finito, pero que la cantidad de cosas distintas que existan sea infinita. ¿Por qué sostengo que es más probable que exista lo infinito que lo totalmente finito? Porque, ¿Que es más absurdo, lo finito total que tiene la arbitrariedad de una frontera absoluta, el de aparecer y desaparecer en algún punto toda existencia, o lo infinito que solo aparece sin desparecer o bien solo desaparece sin aparecer? Además por la siguiente deducción. En tanto no se llegue a un estadio final en la estructura de un cuerpo, podremos decir por ejemplo que un ente determinado está formado por tantas moléculas, estas a su vez por tantos átomos, estos a su vez por tantas partículas atómicas, estas a su vez por tantos Quarks y Leptones, y estos a su vez por tantas cuerdas y así sucesivamente y aún cuando en cada nivel existan un número finito de constituyentes, si este es el modo de existir,
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es decir que no haya un substrato final, habrá infinitos elementos que constituyeran cada ente y por ende cada ente seria infinito en cuanto a niveles de existencia. Debido a que casi toda señal tiene una velocidad finita, puede ser finito cada ente en su extensión, pero todo ente es continuado por otros en una continuidad infinita. En la matemática, los números irracionales son infinitos en cuanto a que su cantidad de cifras no termina nunca, al igual que los números periódicos, sin embargo se supone que se los puede representar en la recta numérica, y entre dos reales hay infinitos racionales aun cuando se supone que estos se pueden representar como un segmento, aparentemente finito. ¿Qué significa esto?, ¿que continuamente estamos observando conjuntos infinitos o medidas infinitas sin darnos cuenta de que son tales? En realidad no se puede representar ningún segmento según la definición euclidiana, ni ningún numero periódico, o numero irracional, lo que representamos u observamos son siempre finitos. Nuestra mente falsamente los extrapola al infinito porque confundimos una definición ideal con una representación real como se demostrara más adelante. Tal vez el espacio que contiene a nuestras representaciones pueda ajustarse a estas definiciones, pero este espacio es inobservable de modo integro, por lo tanto no lo sabemos. Estos entes ideales, mas no sabemos si reales, se tratarían de infinitos limitados o acotados, o sea que en el interior del
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intervalo hay infinitos in- observables hacia adentro. Otra forma de infinito seria posiblemente el del universo, el de un conjunto abierto, con límites pero sin fronteras, uno podría viajar indefinidamente pero nunca dejar de tener contacto con infinitos puntos interiores. Así como el infinito entendido como existencia sin límites resulta imposible imaginarlo por no tener un marco donde contenerlo y por ende concebirlo mentalmente, también el infinito como inexistencia infinita resulta imposible de imaginar, o sea la nada es inimaginable. Toda imagen requiere de espacio y tiempo para contenerla, inclusive tenemos el hábito de ponerle claridad porque se trata de visión. Pero la nada consiste en sacar todo, sin exceptuar siquiera el marco, eso es absolutamente imposible. La nada resulta ser un término como algunos otros que podemos nombrarlo pero no imaginarnos como cosa, tal como el infinito, la eternidad, la perfección, el punto a -dimensional, el Todo o un ente no tridimensional. Una cantidad puede ser infinita por lo grande, o porque como en los casos de números decimales periódicos tiene infinitas cifras que cada tanto se repiten en el mismo orden aunque este sea pequeño, o como en el caso de los irracionales que tienen infinitas cifras pero que no se repitan periódicamente. De igual manera una serie puede ser infinita porque tiene infinitos términos aunque su suma tienda a un valor finito, o porque sus términos son infinitos, o porque tiene
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infinitos términos y su suma tiende a infinito. También un conjunto puede ser infinito en su cardinalidad o cantidad de elementos, o por el rango de valores que contiene o por ambos a la vez. En geometría, un segmento es infinito por la cantidad de puntos que lo forma aunque tenga extensión finita, una recta por la cantidad de puntos que lo forma y su extensión es infinita. Por otro lado un intervalo puede ser finito en su extensión e infinito por contener infinitos intervalos encajados (infinito en profundidad), como en el caso de los intervalos reales o racionales, o por su extensión infinita. En fin, se presentan innumerables casos que no son iguales pero que nos obligan a tener cierta consideración sobre cuestiones tales como la cardinalidad, el rango, la potencia, el orden y los tipos de los infinitos. Por ejemplo habíamos dicho si entre los conjuntos de pares enteros y los naturales intentamos sostener la igualdad de cardinalidad solo será a expensas del rango, el rango de los pares será el doble del de los naturales. Lo mismo ocurre con la sucesión de naturales en potencia de ocho y naturales en potencia de dos. En cambio si mantenemos el rango de los valores, lo que será diferente es la cardinalidad, por lo tanto, lo cierto es que no puede haber una relación biunívoca entre ambos porque no coincide el número de elementos para un mismo rango de valores o no coincide el rango para una cardinalidad dada. Debe entenderse como rango a la amplitud entre el mayor valor y el menor de la colección de valores con que se trata para un número de elementos de la serie.
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Todo nos lleva a la conclusión de que la relación estrictamente biunívoca entre conjuntos infinitos exige que se tenga en cuenta las dos cosas a la vez, la igualdad de cardinalidad y la equivalencia de rangos. Si no se cumple alguna de los dos los conjuntos no se tiene una estricta relación biunívoca, o sea no son equivalentes en un sentido estricto. Un infinito puede darse en una región finita sin frontera tal como en una “bola” en el campo de los reales en tres dimensiones (como se presenta el espacio físico), si consideramos que su radio es menor a 2, la zona en cuestión puede aproximarse indefinidamente a sus límites pero nunca llegar, es decir que habrá infinitos puntos antes de dos, tales como 1,99, 1,999999, o bien 1,9. Este podría ser el caso de nuestro universo, que se supone que tiene un radio de 1,5 x 10 10 Km. También existe el infinito hacia adentro, es decir un encaje infinito de sub-intervalos tal como ocurre con los racionales, entre dos racionales hay otro racional que define un nuevo intervalo con el origen del intervalo anterior, a su vez entre estos dos nuevos racionales se define otro subintervalo que también contendrá otro racional intermedio, así sucesivamente sin límites lo cual define una sucesión de infinitos sub-intervalos encajados unos con otros con el punto inicial del primer intervalo en común para todos. Si se comprendiera mejor el infinito, también se aumentaría la comprensión en un tema tabú de las matemáticas, la división por cero. Hasta ahora se trató de una operación prohibida
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porque carecía de sentido, pero en realidad su censura epistemológica se parece a la proscripción que hacían los Pitagóricos respecto a los números irracionales, se decreta la abstención del tema por temor a lo no comprendido. En el fondo la división por cero en combinación con el algoritmo de la división reafirma la idea de que existen infinitos mayores y menores dentro de un mismo Aleph. Si bien se sostiene que al dividir cualquier número por cero, el resultado es infinito, no se pueden tratar de infinitos del mismo tamaño, ya que si así fuera, al aplicar el algoritmo de la división nos daría que todos los números serian de igual valor. Lo cual por supuesto anularía la existencia de todos los conjuntos numéricos y de la matemática misma. Ahora, suponiendo en base a lo dicho de que existieran dos infinitos de diferentes cardinalidades dentro de un mismo Aleph, pero se estableciera algún modo de relacionar a los elementos entre ambos conjuntos que no dejará huecos (no generara falta de sur-yectividad o de in-yectividad local entre ambos), falsamente se induciría la idea de que tendrían la misma cardinalidad, porque se podría relacionar bi.unívocamente en forma inductiva como si fuera un proceso de conteo. El proceso de conteo en conjuntos infinitos no es válido porque siempre es una comprobación local, solo válido para conjuntos finitos. Un conjunto transfinito no se puede obtener contando sus elementos, porque de poder hacerlo seria finito. El infinito como dijo Borges debe ser dado de una vez y desde un principio “como dado”.
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La eternidad como infinito del tiempo
B
orges describe en “La Historia de la Eternidad” los distintos tipos de eternidad. La eternidad sería la versión del infinito en el tiempo. En esa obra hace referencia al infinito circular, es decir una sucesión de eventos que aparece como un círculo perfecto donde todo punto tiene su antecesor y su predecesor y todo punto es el último de todos y a la vez el primero en la sucesión. Es el eterno retorno sostenido por la secta de los pitagóricos, por Platón en el Timeo, por Nietzsche en “Así hablo Zaratustra” y tantos otros. Otro tipo de infinito en el tiempo puede ser la versión del Aleph de Borges, se trata de un instante donde se dan todos los sucesos de la eternidad en un punto del espacio por un colapso traslúcido, como si pudiéramos verlos a todos superpuestos y a la vez conservamos la lucidez de distinguirlos claramente a cada uno. Existe otra versión de infinito como una zona sin frontera que se puede dar tanto en el espacio como en el tiempo. Como ejemplo supongamos que una hormiga tenga siempre una velocidad que le permitirá cubrir la mitad del espacio que le falta recorrer para llegar a su meta. O sea una velocidad en función del espacio que le falta recorrer. En estas condiciones, la hormiga jamás llegaría a la meta aunque se mueva eternamente, porque se haría infinitamente más lenta sin detenerse, de tal manera que no alcanzaría jamás a
Capítulo 2: La Existencia y el Infinito
cancelar la distancia que la separa de la meta. Esto constituye un proceso que tiende a salir de una zona pero que jamás llega hasta la frontera.
El problema de los infinitésimos. Paradojas de Zenón
E
l problema de los infinitésimos es el problema de lo infinitamente pequeño, o sea es otra versión del infinito. Posiblemente el discípulo predilecto de Parménides, Zenón de Elea inauguró su tratamiento sin saberlo cuando intento hacer la apología de su maestro creando a través de experimentos mentales una serie de cuatro paradojas, con los cuales supuestamente se demostrarían el absurdo de la idea de cambio y movimiento. Este modo de plantear el problema, fue un ejemplo del ejercicio de la dialéctica (reconocido como el precursor de la Dialéctica por el mismo Platón) además de utilizar magistralmente el método del absurdo para demostrar la validez de un argumento contrario. Estoy en un completo acuerdo con Bertrand Russell al sostener que este filósofo no fue un sofista, eso sería degradarlo injustamente. Por el contrario, sus argumentaciones no
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eran meros artilugios del lenguaje sino construcciones inconmensurablemente ingeniosas y sutiles que pusieron al descubierto problemas esenciales en la concepción del infinito, la continuidad, el espacio y el tiempo. Parménides había postulado un tipo de Ser absolutamente opuesto al de Heráclito, un Ser estático, eterno, perfecto, infinito, necesario que daba el ser a los entes contingentes, inalterable, omnipresente, único, accesible solo parcialmente por medio de la razón, etc. Entonces el movimiento, la pluralidad y el cambio debían ser solamente falsas percepciones de los sentidos, engaños del mundo sensible puesto que no participaban del Ser. Para demostrar esta postura Zenón planteo cuatro paradojas, o sea situaciones donde se contradicen la experiencia de la realidad con la razón. Estas cuatro situaciones contradictorias se plantean con ejemplos imaginativos de mucho poder de persuasión en contra del movimiento, a saber: 1) No puede haber movimiento porque significa recorrer una trayectoria, y la trayectoria puede ser dividida en infinitas partes, por lo cual se infiere que deberá ocupar infinitas posiciones y por ser infinito las partes y de velocidad finita para recorrer cada una de ellas, como su definición lo dice nunca terminaría de hacerlo (no se puede llegar al fin de lo que no tiene fin). Según traducción de M. Noel, en sus palabras afirma:”no existe movimiento porque todo lo que se mueve debe alcanzar la mitad de su curso antes de llegar al final”
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O sea que todo intervalo tiene un punto medio, y entre este y el final se define otro intervalo que también lo tiene y siempre será posible hallar alguno entre dos puntos, por lo que siempre estará en un punto medio de alguno de los infinitos intervalos que se genera y nunca llegara al final. Esto es consecuencia directa del teorema matemático que afirma que entre dos racionales siempre hay otro, en este caso el punto medio, por lo tanto entre los extremos de un segmento habrá infinitos segmentos encasillados unos con otros compartiendo el extremo final. 2) En una hipotética carrera entre el más veloz de los veloces, Aquiles, y uno de lo más lento entre los animales terrestres, la tortuga, si el segundo parte con una ventaja posicional, el primero por mas rápido que se mueva no podrá alcanzar al segundo Como hay una ventaja entre Aquiles y la tortuga, cada vez que avanza el héroe de la IIíada para ocupar las posiciones de la tortuga, ésta que no está en reposo se aleja un poco más, y como el tiempo se puede subdividir infinitamente, haciendo cada vez más pequeños los intervalos temporales tendremos que “el corredor por sus pies” siempre ocupará puntos detrás de la posición de la tortuga. 3) Una flecha que es disparada esta en reposo, porque estar en un lugar significa ocupar ese punto, y ser en ese punto, por lo tanto estar en él quieto. Y como hay infinitas posiciones en una trayectoria, la saeta no se mueve.
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4) Dos cuerpos que se mueven en sentidos contrarios lo hacen con una velocidad respecto a los cuerpos que están en reposo, pero cuando se cruzan entre si lo hacen con velocidades distintas. Visto de este modo y ateniéndonos a que no se han cometido razonamientos incorrectos en las cuatro aporías se podría interpretar que Parménides tenía razón, el movimiento es irracional y si nos atenemos al principio de identidad entre pensar y ser, postulado por el mismo, o sea todo lo que es, es porque es posible serlo y solo es posible cuando se lo puede pensar en forma lógica. Como esto no ocurre con el movimiento de acuerdo al planteo del eleata, ergo el movimiento es un imposible y en consecuencia no existe. Al margen de que sea verdadero este principio de identidad entre el ser y el pensar procederemos a refutar cada una de las paradojas desde la racionalidad. Sin embargo es necesario agregar que el principio de identidad entre Ser y pensar merece una aclaración subsidiaria. Todo lo que se piensa de hecho “es” un ente en sí mismo, no necesariamente como cosa material o externa al pensamiento sino como pensamiento, porque no se puede negar que el pensamiento en general ya es algo existente como tal. El problema radica en suponer gratuitamente que porque existe como idea, deba existir indefectiblemente como fenómeno externo al pensante o ente extramental. Esto último ya es una extrapolación injustificada.
Refutación de la primera paradoja: La cuestión es dilucidar en primer lugar que pasa con el
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tiempo. Si el móvil ocupa los puntos medios sucesivos de los intervalos cada vez más pequeños que quedan entre el extremo final y cada uno de los extremos que va recorriendo implica que el tiempo sucesivo que le lleva hacerlo es cada vez más reducido. Es exactamente igual a la mitad si se desplaza a velocidad constante. El tiempo tiende a cero al igual que los espacios recorridos, o sea que se van transformando en infinitésimos. Por lo tanto la suma de las amplitudes de los intervalos temporales constituye una serie de términos en progresión geométrica de razón igual a ½. Ahora, si se trata de una serie geométrica de este tipo el tiempo total que le llevará para hacer todo el recorrido será: (∆t) total = lim Σ (∆t). (1/2)i = (∆t). Σ (1/2)i. De donde cada término es la mitad del anterior. Se puede demostrar que la sumatoria es convergente y converge precisamente a 2. Por consiguiente como ∆t (el factor común de la sumatoria) es la mitad del tiempo que le llevaría al rezagado recorrer toda la distancia de separación entre ambos corredores sin subdividir el tiempo por ser el primero de los intervalos, nos da como tiempo total el tiempo que se prevé sin considerar las infinitas subdivisiones del tiempo. Es decir que partiendo de la hipótesis de Zenón, solo en una incorrecta deducción se puede concluir de que por la suma de infinitos intervalos de tiempo siempre se arriba a una duración también infinita. Por el contrario, aplicando el cálculo de límite de series infinitas se arriba a lo que se ve en la experiencia, a una amplitud finita de tiempo para que Aquiles alcance a la
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tortuga. Por ende el movimiento es posible. Esto se basa en la idea de la existencia de límite de series infinitas que son convergentes como en este caso. Vale decir que en el límite con n tendiendo a infinito los intervalos tienden a cero (infinitésimos) y su contribución a la sumatoria esta acotada. De esta manera el límite actúa como una cota o frontera inexpugnable cuyo valor no se puede pasar con el proceso acumulativo de la adición. Pero si esto no lo aceptamos haciendo caso a las objeciones del Obispo Berkeley respecto al análisis infinitesimal clásico y nos encuadramos en el cálculo infinitesimalno Standard, nos encontraremos con una cuestión de naturaleza física a considerar. Se debe dilucidar si el tiempo y el espacio están cuantificados o no. En todo caso, el principio de incertidumbre de Heisemberg102 nos puede ofrecer una respuesta afirmativa a un límite de pequeñez en la subdivisión de ambas magnitudes. Este límite en la pequeñez del tiempo o del espacio aparece como necesario dado que ambos son co-factores de la energía y de la de la cantidad de movimiento respectivamente en la inecuación de dicho principio103. Como en cada producto no se puede superar el valor de h : 2π, entonces una cota superior en lo grande que pueden ser el total de la energía o la cantidad de movimiento del universo respectivamente exigiría una 102 Se puede objetar la aplicación de este principio a la totalidad del universo dado que es propio del mundo microscópico. Pero tampoco se trata de una objeción absoluta si consideramos que en el Big Bang el universo fue microscópico y debio regir desde entonces esta cuantificación. 103 El Principio de Incertidumbre de Heisemberg puede expresarse formalmente como: 1) Δx . Δp ≥ h : 2π, o 2) ΔE . Δt ≥h : 2π
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cota inferior o quantum en los valores de sus co-factores correspondientes, o sea en el tiempo y el espacio. Por lo tanto las implicaciones del análisis de las aporías de Zenón son increíblemente cruciales en la concepción física del cosmos. Cabe mencionar que también está la demostración lógica esgrimida por Bertrand Russell en el sentido de que se trata de una regresión admisible, o sea de un caso de intervalos reales encajados unos en otros y se encuadra en una regresión innocua. Vale decir de que es una relación de proposiciones generando otra que no necesita una enumeración de cada uno de sus términos (en este caso definir la duración de cada uno de los infinitos intervalos que lo componen para definir la duración de todo el intervalo del movimiento donde se alcanza a la tortuga) para arribar a una definición del intervalo total. Por eso pierde su efecto nocivo la enumeración de particiones que hace Zenón.
Refutación de la segunda paradoja: En definitiva en este tópico, en el mejor de los casos para Zenón, solo podría tener razón si se puede probar que en un movimiento, con las posiciones sucesivas de un móvil se puede establecer una relación biunívoca con el conjunto de los reales. Precisamente con anterioridad hemos dicho que entre conjuntos infinitos es por lo general imposible, salvo honrosas excepciones. Y es imposible directamente en el caso de que el tiempo y el espacio estén cuantificados. O sea que se debe establecer si el movimiento es continuo,
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denso o discreto, en analogía a los conjuntos numéricos que se pueden representar por puntos. Es decir si al movernos sobre una trayectoria dada el móvil ocupa todos y cada uno de los puntos de la línea continua de números reales que supuestamente es la trayectoria o lo hace a “zancadas” salteando algunos puntos matemáticos. En caso de ocurrir esto último pierde sentido el presupuesto de Zenón, el que sostiene que Aquiles deberá ocupar los puntos que ocupó la tortuga, en consecuencia deja de estar obligado a permanecer por detrás. En otras palabras para un mismo recorrido integral puede haber diferentes valores puntuales de posición en ambos corredores. Lo que sabemos es que la trayectoria de una partícula física es en realidad un promedio de movimientos aleatorios alrededor de una curva teórica que es la que representamos, y si nos remitimos a un cuerpo formado por millones de partículas se trata de los promedios de los promedios teóricos de las millones de partículas. Todo lo cual hace improcedente la idea de que un cuerpo pueda ocupar los mismos puntos que otro que le antecede en un movimiento. Esto fue demostrado por el cuarto argumento (refutación a Bertrand Russell) en contra de la definición de Cantor respecto a conjuntos trans -finitos.
Refutación de la tercera paradoja: Esta aporía se basa en la definición de reposo, aplicado a modo de ejemplo a una flecha. Este estado según Zenón corresponde al de un cuerpo que ocupa un espacio igual a su longitud o tamaño en un momento determinado.
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Esta definición en si es una falacia, porque enunciar que un cuerpo ocupa en un instante dado un espacio igual a su tamaño constituye una tautológica de la cual no puede inferirse ninguna conclusión nueva tal como que está en reposo propiamente dicho o se está desplazando. La definición de tamaño es que se trata de un espacio que ocupa un cuerpo sin que sobre nada del cuerpo y sin que sobre espacio. Obviamente no sirve para dilucidar si un cuerpo está en reposo propiamente dicho o en movimiento. Precisamente, si uno quiere, el movimiento se podría definir como una sucesión de estados de reposo en el tiempo, y no debería surgir ningún conflicto en ello. Solo habría que distinguir aquellos estados donde el estado de reposo se refiere a un mismo espacio en distintos tiempos sucesivos (estado de reposo propiamente dicho) o estados de “reposo” ocupando espacios distintos en tiempos sucesivos (estado de movimiento). En consecuencia no se produce ninguna dicotomía entre la idea de movimiento y la realidad.
Refutación de la cuarta paradoja: Este se dio en llamar el de la medida. Ataca fundamentalmente la teoría del continuo desde un punto de vista, según Bertrand Russell, pero sobre todo creo yo, revela la ignorancia que se tenia del relativismo Galileano, ya ni decir del Einsteniano. Es decir independientemente del problema de contraponer lo discreto y lo continuo, más bien presupone que la velocidad debe ser la misma en todos los sistemas de referencia, por eso toma como un absurdo que hubiera un valor de velocidad
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respecto a los puntos en reposo que rodean a las dos flechas y otro, precisamente entre ellas. Hoy día se “sabe” que esta magnitud es relativa al sistema de referencia por eso puede admitir los dos valores sin ninguna objeción, ergo me exime de mayores explicaciones sobre el tema. Conclusión: Al plantear como una persecución, Zenón circunscribió todo el movimiento al tiempo en alcanzar / distancia en que tarda/separa a Aquiles y la tortuga, subdividiendo al mismo en intervalos progresivamente cada vez más pequeños. Así planteado era inevitable que no lo alcance y en realidad lo que en todo caso se demuestra es que entre intervalos de longitud finita de tiempo/espacio se pueden generar infinitos sub. -intervalos gracias a la continuidad de los números reales.
La paradoja de la paradoja de Zenón
L
a paradoja de Zenón genera otra paradoja como un reflejo de sí misma. Si es verdad que el movimiento es aparente y no transcurre el tiempo, y todo es inalterable ¿cómo se puede generar la ilusión de movimiento? ¿Acaso en un mundo de absoluto reposo se puede generar apariencia de algo distinto al reposo si no hay nada que cambie? Lo quieto no puede aparentar moverse porque en el intento de aparentar tendría que mutarse, lo que supondría algún tipo de movimiento y eso le esta negado por su definición
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misma, es como pretender que una fotografía que permanece quieta ante un espectador en absoluto reposo se muestre como una película animada de movimiento. Por otro lado la misma sensación implica un cambio al menos en el que siente, por lo que Zenón no podía negar el movimiento afirmando el movimiento de conocer, o sea la variabilidad en el cognoscente. En resumen en una existencia basada en el Ser de Parménides, donde el Ser es absolutamente estático, los entes permanecerían incomunicados, no habría percepción y no podría existir la ilusión del movimiento ni del cambio y resultaría lo más parecido a la nada. Queda entonces que la postura de Zenón y Parménides es absurda, la falsa apariencia que defendían como argumento, es movimiento y variación en sí misma, por lo que se cae en una fragante contradicción con la hipótesis. Fue el presupuesto del Ser inalterable de Parménides lo que hizo recaer inevitablemente en la tesis de que el movimiento es solo una ilusión. Y como lo vimos esto parece imposible. Sin embargo podrían caber dos soluciones posibles, una pseudo solución y otra solución verdadera. La pseudo-solución para un universo en reposo absoluto seria que la conciencia viajara a través del tiempo y el espacio (desde los escenarios del pasado hacia los escenarios del futuro, como cuando se pasan los fotogramas de una película y sentimos la sensación del movimiento),
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pero sería una solución que admite por lo menos el movimiento de la conciencia, por lo que se incurriría en una contradicción hablar de absoluto reposo. Además seria enteramente equivalente a un Universo en movimiento, por lo tanto es trivial además de in-comprobable y como se dijo seguiría implicando por lo menos un movimiento, el de la conciencia. La solución posible como verdadera en el sentido planteado por Zenón, pero también in - comprobable es semejante a la anterior, pero sin considerar a los eventos como fotos que se apagan o se encienden debido a un recorrido de la conciencia, sino como si cada instante fuera una foto permanentemente encendida. La existencia consistiría en infinitos instantes eternos y estáticos de universos que contienen la memoria de todos sus supuestos respectivos pasados, tal como si hubiesen ocurrido. En este caso no transcurriría el tiempo pero si tendríamos la sensación de su transcurso debido a la memoria mencionada. No habría modo de diferenciarlo con un universo donde existe el movimiento porque lo único certero de la existencia del pasado es que existe como memoria. El futuro quedaría como posible proyección del presente siguiendo la tendencia que nos marca la memoria. En conclusión, puede ser que solo existan especies de fotos estáticas (instantes), que percibimos como presentes, en
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cada uno de los cuales existe la sensación del transcurso del tiempo solo en base a la memoria que se tiene del supuesto pasado en cada uno. Sería lo más próximo a la idea de Nietzsche, de la eternidad de cada instante. Por un lado queda entonces que la postura de Parménides y Zenón puede ser absurda, la falsa apariencia que defendían como argumento, es en realidad movimiento y variación en sí misma, o bien se debería aceptar la idea de los fotogramas permanentemente encendidos a los cuales podríamos llamar instantes eternos. Lo que sí es evidente es que su postura fue de una metafísica que se opone rotundamente a la interpretación clásica de la realidad que nos informan los sentidos, o sea de que el tiempo transcurre.
La paradoja del diario de Bertrand Russell
R
ussell cuenta una historia para reflejar la perplejidad que produce la concepción del infinito. La historia es así: “Un hombre empieza a escribir su biografía. Al cabo de un año, con gran esfuerzo concluye un relato minucioso de su primer día de vida. Pasa otro año, durante el cual logra completar la narración de su segundo día. Entonces comprende que su labor es inútil, pues cuando su vida acabe la biografía apenas abarcará unos cuantos días, a lo sumo uno o dos meses. Pero si este hombre viviese
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infinitamente podría llevar a cabo su empresa con gran facilidad de la siguiente manera: El primer año escribe el primer día. El segundo año escribe el segundo día. El tercer año escribe el tercer día. Así sucesivamente, va escribiendo cada uno de los días de su vida.“ Lamentablemente la conclusión es errónea y para demostrarlo haremos una ingeniería lógica inversa. Es decir que no tendremos en cuenta como avanza con su biografía escrita sino como avanza su retraso en la construcción de la misma. El primer año se retrasa 364 días. El segundo año se retrasa 728 días. El tercer año se retrasa 1.092 días. Así sucesivamente, en la eternidad le faltará infinito días para escribir en forma completa su biografía. Su retraso tenderá a infinito más rápido que la velocidad con que completa su autobiografía.
La paradoja del hotel infinito de Hilbert
H
ilbert plantea la siguiente paradoja para demostrar lo extraño que resulta la concepción del infinito. En un hotel de infinitas habitaciones hay infinitos huéspedes
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alojados respectivamente uno en cada una. Llega un nuevo cliente para rentar una habitación y el conserje le explica que es imposible porque todas están ocupadas. A lo que el cliente le responde de que si puede y el tiene la solución. Le propone cambiar al cliente de la habitación uno a la habitación dos, el de la dos a la tres y así sucesivamente. Como hay infinitas habitaciones se podrán desplazar a todos los clientes. Esta paradoja tiene un error garrafal, el cual es que en una secuencia inductiva jamás se llega al infinito como se explico previamente. Por lo tanto en todo tiempo, o sea desde el comienzo hasta la eternidad, habrá una habitación con dos huéspedes o un huésped en tránsito, o sea fuera de cualquier habitación. Ergo no soluciono el problema. Si son 20, los huéspedes recién llegados, ocurrirá lo mismo con los veinte huéspedes.
La clasificación de los alephs para distinguir los tipos de infinitos
E
l infinito no tiene fin, lo cual por supuesto no es una novedad, pero induce a pensar a que ningún infinito puede ser menor que otro. ¿Cómo se puede superar algo que no acaba nunca como para poder ser superado? Este
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razonamiento es propio de nuestro mecanismo inductivo, lo cual carece de entidad si los infinitos se tratan de infinitos dados. Supuestamente por medio de un análisis matricial, Cantor descubre que los reales no se pueden aparear uno a uno con los naturales, o sea con los infinitos numerables o contables. Por otro camino, el de los intervalos mitad en una serie infinita, demuestra lo mismo. Es decir que si uso los términos de la serie (1/2i) para cubrir cada numero de la recta real, y le asigno un numero natural haciendo una relación biunívoca con el conjunto correspondiente, al terminar la adición de los intervalos en forma consecutiva a lo sumo cubriría el intervalo que va de cero a uno, y no la recta completa. Esta segunda demostración no es válida porque el mismo demuestra que ese intervalo tiene la misma cantidad de puntos que toda la recta. Entonces por ende los naturales tendrían la misma cardinalidad que los reales. En esta demostración Cantor incurre en un problema de persecución al estilo de Zenón, o bien de aproximación asintótica a una cota. Por lo tanto, su método en realidad sirve para demostrar que los racionales no son del mismo Aleph que los naturales. Es decir que si consideramos como intervalos de números racionales a los elementos de la serie mencionada anteriormente y a cada uno le asignamos un numero natural como indicador de orden, sabiendo que hay infinitos racionales del tipo 1/2i entre cero y uno, los números
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naturales se agotarían en dicho intervalo y no podrían establecer una relación biunívoca con los racionales fuera del intervalo. Ergo no tienen la misma cardinalidad los naturales y los racionales. Una segunda demostración seria que se pueden agotar en una relación biunívoca los naturales y racionales colocando como numerador siempre al uno y simplemente cambiando el denominador, lo cual también dejaría fuera de la relación a todos los demás racionales donde se varía el numerador y no se puede simplificar hasta llegar a la unidad en el numerador. Lo más probable es que se pueda demostrar que los racionales se tratan de un Aleph intermedio entre los reales y los enteros, y los enteros serian intermedios entre los naturales y los racionales.
¿Por qué no se cuestionó la postura de Cantor sobre el infinito?
A
hora, si es verdad que la teoría de Cantor respecto al infinito esta tan errada, caben las siguientes preguntas: 1) ¿Porqué tantas mentes brillantes de la matemática hasta hoy día no se han percatado de semejante descuido epistemológico?, 2) ¿Cómo aún se enseña en todos los centros educativos la relación biyectiva entre conjuntos
La Existencia y el Infinito
infinitos si eso es incorrecto? 1) Creo yo, que la miopía de tantas mentes brillantes solo puede ser explicada sicológicamente por la “infinita” dificultad de imaginar el infinito. Se lo puede enunciar pero no representarlo en la mente. 2) Por otro lado Heidegger sostiene que el Dasein como Res existencial (cosa existencial) es pensado por el mundo donde esta arrojado. Mundo donde los Otros (los veraces según Nietzsche) tienen el poder de imponer su visión. ¿Quién puede dudar que los grandes matemáticos – lógicos como Cantor, Russell, Hilbert y tantos otros veraces impusieran la visión de Cantor en este tema? Razón por la cual tantos centros académicos aun enseñan estas imposturas matemáticas sin escozor alguno. Pero como enseño Heidegger, nadie debe resignar su propia visión a menos que se le pueda demostrar sin duda de que la razón de los Popper de cualquier ciencia sea la más correcta. Otra cuestión por las cual puede producirse esta inercia en la malsana concepción del infinito seria unas supuestas consecuencias en el cálculo infinitesimal, y en la geometría proyectiva que produciría la concepción alternativa. Se podría alegar que las integrales que permiten calcular el volumen o la superficie necesitan un soporte continuo. Es decir que solo se pueden realizar como una sumatoria en curvas continuas. Sin embargo por tratarse la integral de un
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límite de sumatorias en realidad la integral solo exige que el incremento de la variable independiente tienda a cero, o sea de que se trate de un incremento que tenga la tendencia a ser despreciable. Lo suficiente para que se nos aparezca como continúo en el límite. La integral no es más que una aproximación, por ende no necesita de una continuidad estricta. En cuanto a la geometría proyectiva, esta no exige a priori ninguna continuidad estricta para ninguna de sus demostraciones, solo de una secuencia densa entre los puntos. Debido a las paradojas que planteaba la teoría de Cantor respecto al infinito y la percepción cotidiana de la realidad, su contemporáneo, el matemático francés Henri Poincaré dijo que la teoría de números transfinitos era una “enfermedad”, de la que algún día llegarían las matemáticas a curarse. Pues bien, creo que ese día llegó.
Conclusión
Conclusión
L
a visión expuesta en este libro, sin ser escéptica, es contraria a todo dogmatismo. Porque sostiene que no existe un último Ser ni una última verdad. La existencia ontológicamente es un continuo trascenderse a sí mismo en infinitos niveles y da como correlato gnoseológico, un continuo trascender en infinitos niveles de conocimiento y de conciencia. Por lo tanto a lo único que se puede aspirar desde el punto de vista gnoseológico es a tener una visión de los niveles inmediatos de la realidad. Se hizo una apología de la razón para explicar la existencia, lo que se transforma a su vez en una apología de la existencia ante la idea del ser. Es lo que considero un autentico existencialismo en contraposición al que usurpa actualmente dicha denominación. Defiendo a la razón sin pretender que esta sea una herramienta mágica, es decir que tenga la omnipotencia de revelar todo. Su utilidad siempre ha de limitarse a una imprescindible brújula en la travesía por lo desconocido entre niveles inmediatos. Esto nos permite una visión integrada y coherente de la existencia sin contradicciones con las ciencias, ni la experiencia humana. Además implica la abolición del absurdo en la filosofía como una posibilidad ontológica. A grandes rasgos creo que se pudieron fundamentar convincentemente las siguientes conjeturas que se anastomosan en una sola visión.
En lo que concierne a la filosofía: 1) Filosofar es un suicidio-renacimiento intelectual. El filósofo mata muchas cosas que ya eran una parte de su vida emocional y mental (creencias) para construir una versión más creíble sobre la cual se vuelve a establecer nuevos lazos emocionales. Es rescatar el ego de las cenizas del propio holocausto. O como insinúa Feinmann, es un asesinato en
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serie de prejuicios. 2) La filosofía es imprescindible, no solo útil, para la supervivencia del individuo y de la sociedad. 3) La filosofía sin las ciencias es vacua. Las ciencias sin la filosofía van a la deriva.
En lo que concierne al mundo; lo ontológico, sus límites y lo metafísico: 1) El Ser de cada cosa consiste en su esencia formal y a la vez se lo percibe por su modo de interactuar. Lo que sería la forma de existir o manifestarse hacia fuera de las coordenadas en el espacio de infinitas dimensiones de su ubicación. Las leyes o regularidades contempladas en modelos, seria la racionalización que hace la inteligencia de estas formas. 2) Existen infinitos universos o Dominios de la existencia separados por el predominio de determinadas interacciones sobre las demás. En el caso de nuestro universo, tenemos noción de solo cuatro dimensiones, porque la interacción predominante en el nivel de la vida cotidiana es la fuerza electromagnética, la cual para todos los eventos percibidos en dicho nivel se expresa totalmente en esas cuatro coordenadas. La especulación de que existen infinitos universos (multi-versos) es una consecuencia inevitable de comprender a la existencia desde la perspectiva de la física y la matemática. La reducción de todos los universos a solo uno se debe fundamentalmente a que limitamos nuestra aceptación de la realidad a lo que podemos percibir cotidianamente, lo que significa que
Conclusión
es arbitraria y fundada en nuestra ignorancia ego-centrista. La ciencia por el contrario tiene accesos a fenómenos más excepcionales que le permite ampliar su criterio y a admitir de modo natural multi-versos de infinitas dimensiones. 3) Es inevitable que la existencia sea infinita ya que el fin absoluto es una arbitrariedad y por lo tanto un absurdo. La verdad última o primera haría que la realidad sea finita en su profundidad. Nos ofrecería la ilusión de poder llegar a un extremo en nuestra búsqueda pero nos limitaría a una existencia de espesor arbitrario, lo cual sería absurdo. Sin embargo el infinito, a pesar de ser necesario en la realidad para evitar el absurdo, no es concebible. Solo nombrable. Debido a que la existencia es infinita, estemos donde estemos, estaremos en el centro de la existencia. 4) La existencia es una superposición de infinitos niveles de realidad, o sea que la existencia existe en infinitos niveles ontológicos. El Ser de toda la existencia es a lo sumo una colección entramada en el sentido de Foucault, superpuesta y solapada de todas las formas de existir que se puedan dar. 5) En cuanto a lo que se es: Todo se trata de formas de formas. La materialidad o causa material Aristotélica es una forma-soporte de otras formas. Esto se da en infinitos y sucesivos niveles ontologicos. La forma tiene la virtud de la identidad y la identidad tiene la virtud del Ser. La diferencia entre las esencias de las cosas se da por la variabilidad de formas en diferentes estratos. 6) Lo trascendental no es un último peldaño de existencia metafísica o de un saber, es solo el nivel próximo en profundidad. Trascender significa
La existencia y el infinito
pasar de un nivel a otro, pero de ningún modo es llegar a un final. 7) No existe el átomo de ninguna cosa en el sentido literal, o sea algo indivisible y absolutamente individual. Todo es un conjunto de otros “algos” y siempre se actúa como conjunto. Lo que percibimos o medimos se trata de valores medios. Por otro lado, la frontera de los individuos percibida como una in- homogeneidad respecto a su entorno es un fenómeno cognoscitivo debido a que determinadas zonas del espaciotiempo afectan con mayor intensidad a nuestra sensibilidad y no así su entorno. El hombre como sujeto cognoscente tampoco es un individuo en el estricto sentido literal. Es un sistema multitudinario de seres cognoscentes, que como todo sistema actúa con dispositivos de entradas y salida para comunicarse con el universo y consigo mismo. Es decir que es un conjunto con una aparente identidad de individuo. 8) La realidad presenta estructuras y superestructuras que obedecen a identidades formales. Por ello existen respuestas idénticas a problemas diferentes a condición de que sean análogos sus modelos formales. 9) La libertad en general y el libre albedrio en particular, son ilusiones. A menos de que exista lo in-causado, por ende lo absurdo. 10) La voluntad humana es una energía psíquica y siempre es voluntad de existencia de identidad. La desmotivación puede anularla y la fatiga es su pérdida como reserva.
Conclusión
En lo que concierne al conocimiento; o sea lo Gnoseológico: 1) La matemática en tanto expresión formal es el lenguaje más preciso para representar la existencia. Como el conocimiento del ser de cada cosa es producto de la forma de interactuar, y esta es eminentemente cuantitativa, el aspecto cualitativo puede quedar totalmente contenido en un discurso cuantitativo. 2) Todo conocimiento es información o sea transporte de datos de las formas y su posterior interpretación y representación en la mente. 3) Gnoseológicamente el ser de cada cosa es su identidad (forma esencial) traducido a un cierto nivel de lenguaje. 4) La paradoja como tal no existe. Es una consecuencia de un mal razonamiento. El absurdo es la única pseudo- paradoja permanente, pero se debe a un problema del lenguaje. Si eliminamos las expresiones imposibles, el absurdo desaparece. En tanto se trata de una falla hermenéutica y no ontológica, la realidad no parece contenerlo como ente, o sea que no hay nada que sea absurdo fuera del lenguaje. Solo existen interpretaciones erradas que ven lo absurdo donde no existe. Se reducen a incapacidades de los filósofos. 5) Solo la voluntad racional puede descubrir el ser de las cosas. El instinto de conservación creo la voluntad como banco de energía.
La existencia y el infinito
En lo que concierne al infinito matemático: 1) Se demuestra que la concepción formal de Cantor del infinito es errónea, por lo cual las paradojas a las cuales conduce son irreales. 2) Se establece que muchas definiciones de objetos primitivos en la geometría Euclidiana, tales como el punto, la recta y el segmento, que sirven de soporte para muchas pseudo-demostraciones de la teoría de Cantor, constituyen una mera metafísica de la geometría real. En consecuencia, se tratan de abstracciones innecesarias y perjudiciales para los principales teoremas que se pueden demostrar gráficamente. 3) Si bien se demuestra que las paradojas de Zenón son refutables, estas pueden conducir a la idea de que el espacio y el tiempo están cuantificados. Finalmente todo lo expuesto debe ser visto como una teoría de la realidad, y como tal es provisoria. Se trata de una nueva penúltima versión más de la realidad infinita a través de la apología de la existencia.
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