La Etica Del Consultor

February 5, 2019 | Author: Cristian Lopez | Category: Quality (Business), Morality, Customer, Confidentiality, Customer Service
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La Ética Del Consultor. La Ética Profesional se puede definir como la actividad personal puesta de una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio, a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana. Estas palabras no solo se identifican con las carreras universitarias; abarcan también los oficios y trabajos permanentes y remunerados, aunque no requieran un título universitario. La Ética es una condición inherente a toda persona que se desempeñe como Consultor y un elemento que incide directamente en su prestigio y en el de su organización. En virtud de su profesión, el Consultor ocupa una posición que le confiere deberes y derechos especiales que se detallan a continuación: La Vocación. Es la disposición que hace al Consultor especialmente apto para su actividad profesional. Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de su éxito en su trabajo. - La finalidad de la Profesión. La profesión de Consultor Consultor no debe convertirse en un medio de lucro, El Consultor debe capacitarse constantemente en función de un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad. La utilidad de la profesión: y no su beneficio personal. La mayoría de las profesiones entrañan determinados sacrificios que al final producen una satisfacción en el profesional. La capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer una preparación especial dirigida a fortalecer su capacidad intelectual y su capacidad moral. - La capacidad intelectual es en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, hacen al Consultor apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante la superación sistemática del profesional. - La capacidad moral es el valor del consultor como persona, lo cual proporciona integridad, seriedad y nobleza a su trabajo. Comprende no sólo la honestidad en el trato y en los negocios en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más amplio. - El secreto profesional que le impide divulgar información que que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor. Revelar confidencias ajenas es una obvia violación ética. Si alguien le pide al consultor que guarde información privada y él acepta, pero no lo hace, su comportamiento no es ético. - La solidaridad como uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad del nivel intelectual y moral de los especialistas.

Responsabilidad Jurídica y Profesional Los consultores de empresas, como cualquier otro asesor profesional, no son inmunes a ser tenidos jurídicamente por responsables en ciertos casos en los que se considere que su asesoramiento o recomendaciones han causado daños pecuniarios o pérdidas a sus clientes o, quizás, a otras personas en una relación con sus clientes. Por lo tanto, la responsabilidad jurídica se derivará, en principio y normalmente, sólo de una manifiesta práctica errónea en la forma de falta de profesionalismo que se coloca en el terreno de la negligencia flagrante o del fraude. Un código de la conducta debe resolver las necesidades básicas siguientes:   Credibilidad.   Profesionalismo. Calidad de servicios.   Confianza.

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Credibilidad. El consultor de la pequeña empresa debe ser reconocido como profesional creíble. Un objetivo de desarrollar el programa del entrenamiento y de la certificación de consultores de la pequeña empresa ha sido realzar esta credibilidad. El cliente de la pequeña empresa debe poder confiar en la credibilidad del consultor. Profesionalismo. El consultor de la pequeña empresa se debe calificar para proporcionar los servicios de asesoramiento requeridos por el cliente y para estar en la posición para recomendar el consejo profesional apropiado. El consultor debe ser reconocido por el cliente, otros consultores y la comunidad de negocio como profesional en la pequeña empresa que aconseja el sector. Calidad de servicios. El código de la ética y las reglas de conducta profesional que gobiernan a los consultores garantizan al sector de la pequeña empresa que los servicios proporcionados por el consultor estarán dentro del estándar profesional más alto. Confianza. Los usuarios de los servicios de los consultores profesionales de la pequeña empresa deben sentirse seguros de que los consultores se forman con un marco de la ética profesional que gobiernan la disposición de estos servicios. Los consultores deber ser conscientes, por lo menos en forma general, de la virtual responsabilidad a que pueden estar expuestos en la realización de sus contratos de consultoría y cobra mayor importancia si ejercen en varios países.

Código de Conducta El Consultor debe ser capaz de distinguir las necesidades y peculiaridades de cada Cliente aunque todos le soliciten el mismo tipo de servicio. Este aspecto también incide de manera determinante en la calidad de su trabajo. La confianza. La calidad del trabajo del Consultor, su credibilidad, su profesionalidad, su comunicación, la veracidad de sus análisis y su sistema de atención al Cliente son factores determinantes para ganarse la confianza de la organización donde presta el servicio. Su actitud ante el trabajo, los resultados alcanzados, la fidelización de sus Clientes a partir de su eficacia en los negocios, y su prestigio como Consultor, le permiten ganarse la confianza de su institución y comprometerla para una mejor gestión en su desarrollo profesional. La confidencialidad. Ante todo, un Consultor debe ser discreto, capaz de respetar la confidencialidad de los documentos, informaciones, datos o hechos a los que acceda como parte del trabajo que realiza en una organización así como también debe mantener discreción respecto a la información confidencial, proyectos en desarrollo, secretos industriales o comerciales, Know-how no autorizado a divulgarse o cualquier otra información relativa a la propiedad intelectual de su entidad. La integridad: La honradez, lealtad y honestidad son cualidades morales de un Consultor que conforman su ética como profesional de la información que tiene la responsabilidad de orientar al Cliente de manera objetiva. La objetividad: El Consultor debe ser imparcial en sus análisis, debe actuar con desinterés y ser justo en sus apreciaciones sin dejarse llevar por apreciaciones o influencias subjetivas. Debe fundar sus opiniones y decisiones en evidencias y hechos objetivos. - La competitividad: La inteligencia, el talento, los conocimientos, capacidad de trabajo, creatividad en las soluciones, habilidades para negociar y la experiencia de que disponga determinan la idoneidad del Consultor y su competencia como profesional.

La legalidad: El Consultor debe observar estrictamente las disposiciones normativas y actuar en consecuencia. Prestar sus servicios en correspondencia con las normas técnicas promulgadas por los diferentes organismos. La formación profesional: Mientras el Consultor se mantenga en activo, debe actualizar permanentemente sus conocimientos profesionales. Debe contribuir a su superación y desarrollo así como también a la formación de las nuevas generaciones de técnicos y empresarios.

Esa morra: http://www.betsime.disaic.cu/secciones/ger_ja_05.htm https://es.scribd.com/doc/56106844/40/Responsabilidad-juridica-y-profesional

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