September 5, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
La Encarnación mística 1906-2006 http://www.familiadelacruz.org/centenarioem.htm
Fichas de trabajo México, D.F., 2005 Concepción Cabrera de Armida San Luis Potosí, S.L.P., 1862 México, D.F., 1937 –
Me dijo el Señor: Aquí estoy, quiero encarnar en tu corazón místicamente. Yo cumplo lo que ofrezco; he venido preparándote de mil modos, y ha llegado el momento de cumplir mi promesa, recíbeme. Tomo posesión de tu corazón; me encarno místicamente en él, para no separarme jamás. Concepción Cabrera de Armida
Presentación A quienes viven la Espiritualidad de la Cruz. A quienes lean estas fichas: Concepción Cabrera de Armida, depositaria, transmisora y madre de la Espiritualidad de la Cruz, en el proceso de su vida espiritual, recibe un don de Dios que se ha llamado Encarnación mística. Esta gracia la recibió el 25 de marzo de 1906, fiesta de la Encarnación. Dado que el año 2006 será centenario de este don, nos es grato poner hoy en tus manos estas fichas, para ayudarte a reflexionar en esta gracia. El don regalado a Conchita tiene repercusiones eclesiales, ya que ella lo vive a semejanza de la Iglesia y de María, por lo que es una gracia de fecundidad de la que dimana su ser maternal para todos los hombres, los sacerdotes y quienes viven la Espiritualidad de la Cruz.
Por ello, con cariño y gratitud a Dios y a ella celebramos este aniversario dando a conocer el don del que todos/a participamos. Son 5 fichas de estudio: • La Encarnación del Verbo y la Iglesia. • Aspecto histórico de la Encarnación mística. • La encarnación mística en la Iglesia. • Aspecto antropológico de la Encarnación mística. • La Encarnación mística hoy… ¿en mí?
Pueden ser estudiadas de manera diversa, pero tienen una metodología semejante: • • • • •
Objetivo de la Ficha Dinámica para realizar el estudio de la ficha Contenido o desarrollo de la ficha Aplicación a la vida Oración conclusiva
Deseamos que el entendimiento de la gracia suscite en ti el deseo de asemejarte más a Jesús, conocer más la Espiritualidad de la Cruz y la persona de Conchita y vivir con más conciencia tu sacerdocio bautismal. Cristo vive en ti y quiere salvar a través de ti. Comisión permanente de la Obra de la Cruz
Ficha 1 La Encarnación del Verbo y la Iglesia •
Objetivo de esta ficha
Hacer ver que la Encarnación Mística es un don de Dios, que está en íntima relación con la Encarnación del Verbo en María y su proyección en la Iglesia. •
Dinámica
• Antes de leer el texto anota, qué significa para ti ser cristiano/a. Compártelo con
los demás miembros del grupo. • Lee el texto y coméntalo con los demás.
• A partir de lo reflexionado en esta ficha, ¿cuáles elementos de la vida cristiana
te invita el Espíritu Santo a enfatizar? •
Contenido
Concepción Cabrera de Armida, en el proceso de su vida espiritual, recibe un don de Dios que se ha llamado Encarnación Mística. Esta gracia la recibió el 25 de marzo de 1906, fiesta de la Encarnación. Dado que el año 2006 será el centésimo aniversario de este don, queremos estudiar, en cinco fichas, cuáles son las características generales de esta gracia, las repercusiones en su vida y las consecuencias para la Espiritualidad de la Cruz y lógicamente para quienes formamos las Obras y Familia de la Cruz. Este don que fue llamado Encarnación Mística, está en íntima relación con la Encarnación del Verbo en María. •
La Encarnación misterio de unidad entre Dios y la humanidad
La plenitud de la revelación de Dios al mundo se da con la encarnación, a la que se le puede llamar «encarnación redentora», uniendo así los dos momentos del acto único por el que Dios, a través de Jesucristo, Verbo encarnado, salva al mundo. En primer lugar haciendo suya nuestra carne, y luego pacificando todas las cosas por la sangre de su cruz (Col 1,20). Recordemos lo que recitamos cada domingo en nuestro credo: que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen Con la encarnación, por el hecho de ser Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, comienza Cristo a reconciliar a Dios con el hombre y al hombre con Dios. San Agustín dice: «era preciso que el mediador entre el cielo y la tierra tuviera semejanza con Dios y semejanza con los hombres» . El misterio de la encarnación está constantemente presente en los escritos de los Padres de la San Iglesia . Segúnresume su pensamiento, Dios se ha hecho hombre par para a divinizarnos. Atanasio la obra de la salvación en el misterio de la encarnación del Verbo: «En adelante, la carne no es ya algo terreno; se ha hecho Verbo, por el Verbo de Dios que se ha hecho carne por nosotros». Haciendo hablar a la naturaleza humana dice: «Sí estoy hecha de tierra y soy mortal por naturaleza; pero me he convertido en la carne del Verbo» . Más adelante escribe él mismo: «de la misma manera que el Señor, habiendo revestido un cuerpo, se ha hecho hombre, así nosotros los hombres, hemos quedado divinizados en el Verbo, habiendo sido asumidos a través de su carne, y nos hemos convertido de esta manera en herederos de la vida eterna» . Además escribe: escr ibe: «En él ha sido creada y adoptada como hija toda la creación» . Por el hecho de encarnarse en una naturaleza humana individual, el Verbo llamaba a toda la naturaleza humana a unirse a sí, con una unión real, íntima y misteriosa.
Ya san Pablo en su carta a los Romanos (8,29) nos dice que aquellos a quienes ha conocido de antemano, los ha predestinado Dios a reproducir la imagen de su Hijo, a fin de que sea el Primogénito entre muchos hermanos . •
Cristo se desposa con la humanidad en la Iglesia
Con la encarnación, Cristo se desposa con toda la humanidad. Toda ella está invitada a asistir a las nupcias. Pero sólo en la medida en que responde a la invitación y se consuman las nupcias con Cristo, se convierte verdaderamente la humanidad en Esposa, llega a ser Iglesia. Así nos lo dice el autor de la carta a los Efesios, cuando explica la relación de Cristo con su Iglesia comparándola con la relación existente entre el marido y su esposa: el que ama a su mujer a sí mismo se ama, y nadie aborrece jamás su propia carne, sino que la alimenta y la cuida como Cristo ama a su Iglesia, pues somos miembros de su cuerpo (Ef 5,28-30) Así pues, Cristo está unido a su Iglesia como un solo cuerpo; por eso se puede hablar también de desposorios de Cristo con su Iglesia. Estas figuras parten del gran misterio de la Encarnación y se concluyen con el misterio de la muerte y resurrección de Cristo. El Nuevo Testamento nos dice que la Iglesia no forma más que una sola cosa con Cristo, que ha sido hecha a semejanza de Él, que la ama y la cuida como a su propio cuerpo, pues, se puede decir lo mismo de cada cristiano. •
Por el bautismo Cristo vive en el e l interior de cada Cristiano
Las enseñanzas de Pablo sobre el tema de la Iglesia y de la vida de Cristo en nosotros parten de la experiencia fundamental del apóstol en el camino de Damasco, cuando, con gran celo religioso, perseguía a los cristianos. El mismo Cristo se le manifiesta (Hch 9,3-5) Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le envolvió una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» Él preguntó: «¿Quién eres, él: «Yo soy está Jesús, a quien tú persigues» . Jesús le hace ver que en cadaSeñor?» cristianoY perseguido Él mismo. Pablo en la carta a los Gálatas (2,20) nos habla de una vida de Cristo en él: Yo vivo, más no yo, sino que Cristo viven en mí . mí . Está explicándonos la vida cristiana en su realidad profunda de bautizados, pues por el bautismo somos miembros del cuerpo de Cristo, y por lo tanto, Cristo está presente en el interior de cada cristiano. Las siguientes expresiones manifiestan igualmente la comunicación de la vida divina al cristiano hecha por Cristo: Cristo está en vosotros (Rm 8,10) y en 2Cor 13,5: ¿No reconocéis que Cristo está en vosotros? Con esto se ve claramente que la vida cristiana por la fe, en virtud del bautismo, nos hace partícipes de la vida de Cristo Jesús. San Pablo ha desarrollado esta idea. El cristiano por su bautismo, está injertado en Cristo, y bajo la eficacia de la vida de Cristo que vive en él, es una criatura
nueva. Todo cristiano es como un mismo y único hombre renovado por la vida de Cristo, por lo que se suprimen de una vez y para siempre todas las diferencias de raza, condición y género, sólo se tiene a Cristo, de quien el cristiano está revestido: Ya no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer; pues todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Gal 3,28) El sentido profundo del bautismo para Pablo es como una consagración, precisamente este bautismo en la muerte de Cristo nos vincula a una esfera religiosa definida por este mismo acontecimiento, en el que Dios está presente. Según la tradición primitiva, como en el bautismo de Jesús actúa el Espíritu, así también en cada bautismo cristiano el Espíritu se hace presente para dar vida a Cristo en nosotros: Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu (1Cor 12,13). •
Conclusión
La «Encarnación redentora», esto es, la Encarnación con sus consecuencias, de entrega en la Cruz y resurrección, son la máxima expresión de la unidad de Dios con el hombre en Cristo. Esta encarnación se realizo por obra del Espíritu Santo, una sola vez y para siempre, en María, y se prolonga en la Iglesia, nacida de Él en la Cruz. En el bautismo, por la acción del Espíritu Santo, Cristo es engendrado en el interior de cada cristiano. De esta manera el cristiano entra a formar parte de la Iglesia, cuerpo de Cristo, para que cada cristiano, como miembro de la Iglesia continúe la obra redentora y salvadora de Cristo en la humanidad. De una manera en extremo especial, Concepción Cabrera de Armida recibe, a imagen de María, en la Encarnación Mística la participación en este misterio de la Encarnación. A partir de ahí comenzará ella a ser más consciente de la vida de Cristo en ella. Aprenderá a llamarle a Jesús, está presente ellaa y a sentir que lo lleva adondequiera que«hijo» va. Misterio deque la mística, don de en Dios algunos, pero realidad en la Iglesia cuerpo de Cristo. •
Aplicación a la vida
Buscar en la lectura del texto o en el diálogo cuáles son las consecuencias para mi vida eclesial, en grupo, en la sociedad. Puesto que somos un solo Cuerpo en Cristo. •
Oración
Tomar alguno de los textos bíblicos presentados, hacer con él una oración y recitarla cada uno.
Ficha 2 Aspecto histórico de la Encarnación mística •
Objetivo de esta ficha
Mirar la preparación de Dios a Conchita para darle el don de la encarnación mística y ver la evolución de la gracia en ella. En el desierto Yaveh te llevaba como un hombre lleva a su hijo, a todo lo largo del camino que has recorrido hasta llegar a este lugar (Dt 1,31). •
Dinámica
Retomar las distintas etapas por grupos y explicarlas sucesivamente completando entre todos el desarrollo de la gracia en Conchita. El/la coordinador/a explicará más ampliamente la nota de Aplicación a la Vida. •
Contenido
Aclaramos que al decir «aspecto histórico» no nos referimos al contexto histórico de la gracia, sino a la historia de ésta. Es decir, trataremos de dar una visión panorámica del inicio, preparación, desarrollo y culmen de la gracia de la Encarnación Mística, anotando las fechas en las Concepción Cabrera de Armida vive con mayor intensidad ese aspecto. Es interesante cómo Dios la va enseñando a vivir poco a poco todos los horizontes de esta gracia, aunque, ya estén desde el principio presentes. 1894 El inicio u origen de esta gracia es la mirada fecunda del padre a Conchita. El Padre cuando mira engendra a Jesús en el cristiano. «Te mira el Padre» palabras que vibraron en mi alma haciéndome estremecer de admiración y de amor. Dicen ahora que en esa Mirada del Divino Padre, quedó en mi alma el germen de la encarnación mística (CC 64,14: octubre 1935). •
Preparación 1894 1906 –
La encarnación mística es una gracia de orden místico que le es prometida por Dios, subrayándose así el aspecto de la gratuidad. Sin embargo Dios prepara la capacidad de recepción de Conchita y delinea con maestría y belleza la unidad de
las gracias que le ha ido concediendo. En este breve espacio no es posible detallarlo con los nombres técnicos de la teología mística, simplemente citaremos algunos textos. Estando en la oración después de comulgar, me dijo así: Prepárate para el día que la Iglesia celebra la Encarnación del Divino Verbo; en ese día bajé a unirme con María tomando carne en su purísimo seno, para salvar al mundo. Ese día quiero unirme espiritualmente con tu alma y darte una nueva vida, vida divina e inmortal, en el tiempo y en la eternidad... Prepárate, purifícate, límpiate, porque es muy grande, muy grande el beneficio que se te prepara. (CC 9,33-35: 17 febrero 1897) Al encarnar el Verbo en las almas, la Trinidad antes las llena de gracias sobre gracias, de luces sobre luces, de amor y de dolor . dolor . ( CC 23,172-180: 23 julio 1906) Para esta clase tan subida de gracias, Yo antes hago pasar al alma por mil crisoles; y bañándola con la superabundancia de mis gracias, la preparo a esta altísima unión en que la Pureza, no puede unirse con lo manchado . (CC 24,61-68: agosto 1906)
1906 Encarnación mística , esta gracia lleva dentro de sí un dinamismo salvífico. Se irá desarrollando, explicitando en toda su riqueza, para llevar así a Conchita a la vivencia plena del don. Conozcamos la narración de ella: Antes de la Misa, postrada ante el Sagrario, me me humillé cuanto pude, delante de mi Jesús; le pedí perdón, renové mis votos: le ofrecí no llenar mi corazón así de tierra como hasta aquí y así, VACIA, lo recibí en la Comunión . Conque, en los primeros «mementos» de d e la Misa, voy sintiendo la presencia de mi Jesús junto de mí, y escuchando su divina voz que me dijo : - «Aquí estoy» (me dijo el Señor), «quiero encarnar en tu corazón místicamente. Yo cumplo lo que ofrezco; he venido preparándote de mil modos, y ha llegado el momento de cumplir mi promesa, RECÍBEME». (Y yo sentí un gozo con vergüenza indecible. Pensé que ya lo había recibido en la Comunión, pero Él, como adivinándome, continuó). - No es así; de otro modo, además, hoy me has recibido. Tomo posesión de tu corazón; me encarno místicamente en él, para no separarme jamás.
Ésta es una gracia muy grande que te viene preparando mi bondad; humíllate y agradécela . (CC 22,167-177: 25 marzo 1906). •
Desarrollo
1907 1908 Lo primero que le enseña es: tienes a Jesús en tu corazón, o f r é c e l o al Padre por la salvación de los hombres y o f r é juntamente con El. c e t e juntamente –
Tienes contigo a la sacrosanta Víctima del Calvario y de la Eucaristía, la cual puedes ofrecer constantemente al Eterno Padre por la salvación del mundo. Éste es el fruto m ás prec ioso del grand e favor qu e he obrad o en ti al encarn ar en tu co razón razón . Te he dado lo más grande del cielo y de la tierra, a Mí mismo, con este fin. Tú nada tienes de ti misma, pero Conmigo lo tienes todo. ¿Ahora entiendes el porqué de la gracia pasada? Sí, mi Jesús adorado: ahora veo que para cumplir mi misión de salvar almas sólo teniéndote a Ti sólo ofreciéndote a Ti lo conseguiré. Ahora sí, mi sed de salvar almas se saciará, al menos estaré cierta de que con ese PRECIO sí se compran las gracias para ellas. (...) Ahora sí, que soy feliz en mi misma miseria, porque no soy yo la que compra, la que obra, la que vive, sino JESÚS EN MÍ... el VERBO EN MÍ... Dios haciéndolo TODO en su pobre criatura. ¡Bendito mil veces sea! (CC sea! (CC 22,408-416: 21 julio 1906) En mi unión o f r é c et e y o f r é c em e en cada instante al Eterno Padre con el fin tan noble de salvar a las almas, y darle gloria. ( CC 22,408-416: 21 julio 1906)
1909 El segundo paso es enseñarla a hacer este ofrecimiento identificándose, compenetrándose con El. Hija mía, me dijo. Quiero que digas a menudo, y sobre todo en tus dolores, estas palabras, con una voluntad amorosa, «este es m i cu erp o, esta es m i san gr e» , ofreciéndote al Eterno Padre en mi unión. ¿No recuerdas que eres hostia y que debes ser víctima? Mira, desde la encarnación mística, tu cuerpo es como mi Cuerpo y tu sangre como mi Sangre, porque Yo tengo la propiedad de transformar . transformar . (CC 32,119-126: 22 febrero 1909).
1917 El tercer paso es: todo esto hazlo en unión de María y con su mismo Corazón. Mar ía d esd e la En car nac ión , repetía al Eterno Padre, en un acto continuado de
amor, y refiriéndose a Mí en Ella, «Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre», clamando por la salvación del mundo. Que al repetir estas palabras, lo hagan en mi unión, sí, pero también pensando en mi Madre que me dio ese Cuerpo y esa
Sangre: en mi Madre que desde la Encarnación, se ofrecía y me ofrecía . (CC 41,355-359: 8 julio 1917).
1925 1927 En esta gracia de la encarnación mística el Espíritu Santo tiene un papel fundamental. –
Esa gracia de mi Encar nación en tu alma, Él (Espíritu Santo) fue quien la efectuó, es obr a suya. La Obra de la Encarnación, en cualquiera forma, es la obra del AMOR, y solo del AMOR; por eso el Esp íritu Santo la pr od uc e. El Espíritu Santo, en un acto de amor crecidísimo, engendra en el alma al Verbo... y entonces, hace verdaderamente de aquella alma sus delicias, habitando en ella y poseyéndola . (CC 23,35-45: 10 julio 1906) En estos años se le abre un nuevo horizonte neumatológico. Al transformarse Conchita en Jesús, por la encarnación mística, el Espíritu de Jesús viene a ser como su mismo espíritu. Y Ella amará con su mismo amor, es decir, con el Espíritu Santo. Al obrarse la transformación del alma en Jesús, (que para ayudar a esto es la encarnación mística) viene también a ser el Espíritu Santo, el espíritu de la criatura, en más o menos grados, según la intensidad y escala de la transformación, la cual, depende en mucho de la correspondencia del alma en las virtudes. Absorbiendo pues el Espíritu Santo al espíritu de la criatura en la transformación, la llena de ese amor purísimo que es Él y entonces, con ese amor mismo, ama la criatura al Divino Verbo, es decir, con el amor mismo con que lo ama y se ama el Padre, con la perfección del amor (CC amor (CC 45,206-208: 3 Julio 1925). Tu am or para co n las alm as t am bié n deb e ser el Esp íritu Santo , que es Amor;
y con Él, debes amarlas como a Mí; y con ese amor, amarme a Mí y a ellas, sin salir de Mí. Porque mi amor a las almas, es el mismo con que amo a mi Padre, y quiero que ese mismo amor sea el tuyo (CC 47,30-32: 18 julio 1926).
1927 1928 Fecundidad eclesial –
Si por la encarnación mística Conchita es madre de Jesús, consecuentemente, también es madre de su Cuerpo Místico, es decir, de la Iglesia. El siguiente aspecto que vive con más claridad e intensidad, es el de una profunda fecundidad eclesial. Ella debe llevar en su corazón materno a la Iglesia, especialmente a los sacerdotes y entregarse incondicionalmente en su favor. Por la derivación de la gracia de la encarnación mística, participas en cierto sentido también de la Fecundación de la Iglesia, que también es Madre (CC 49,386: 3 diciembre 1927)
En el corazón de una madre, con todo derecho deben repercutir los latidos del corazón del hijo. Debe repercutir en tu alma, mi pureza, mi humildad, mis virtudes, mis sacrificios, pero también, ¿sabes qué? mis dolores por las ingratitudes del mundo, mis hondas penas por los pecados de mis sacerdotes: esta sí que es alianza entre tu corazón y el mío, de mis amores y de mis dolores, la más estrecha de hijo a madre ( CC 48,248-249: 10 septiembre 1927) En esa mater nidad espir itual o aceptación plena de los sacerdotes, para inmolarte en su favor, deben entrar también desde el Papa, los cardenales, arzobispos y obispos, párrocos y sacerdotes. Porque toda la jerarquía eclesiástica forman un solo sacerdocio con el Sacerdote eterno. Pero no te espantes, pues que esto es sólo una manera de exteriorizar mis planes en ti, acentuándolos; pero al reci bir m e tú en la en car nac ión m íst ica en t u alm a, me rec ibis te a Míy Míy en Mía Mía la Iglesia Iglesia con todo s sus sacer dotes (CC 53,33-40: 29 noviembre 1928) •
Coronamiento 1935
Por último, coronando todo su itinerario espiritual, le pide que simplifique su vida en buscar sólo la gloria del Padre. Y ahora, sin quitarle un ápice a estas gracias, debes encaminarlo todo, a la glo ria de mi Padre amado. Que todo en ti, en tu cuerpo y en tu alma, tenga este santo fin: la gloria de mi Padre. Simplifica estos actos en un solo amor al ejecutarlos, con un solo colorido, de manera que, sin dejar de hacerlos, todos converjan a la unidad en su sustancia: ¡ ! (CC 64,94-95: 29 octubre 1935). la glor ia de mi Padr e ! (CC Por esto mismo, lo que ofrezcas en adelante para la gloria del Padre, vuelve a los sacerdotes, a quienes perteneces, convertido en gracias para sus almas. Aquí tienes cómo una cosa no impide la otra. Tú, olvidada de titi y transformada en Mí porde la mi Encarnación Mística, ofrecesesos todo,actos, lo sufres perdida en Mí, por la gloria Padre, y Yo mismolodorando mástodo, o menos vivos, intensos y ardorosos, los convierto en gracias para los sacerdotes y para las almas (CC 62,54-56: 23 octubre 1935). •
Aplicación a la vida
Es importante hacer notar que la aplicación a la vida no la debemos mirar como escalera, sino abocarnos a aquella que más nos significa y vivirla con intensidad en nuestra pequeñez; esa nos llevará poco a poco y sin sentir a vivir las otras desde el don de Dios. • Vive bajo la mirada del Padre • Cultiva una relación estrecha con Jesús
• Sé dócil a la acción del Espíritu Santo, déjate hacer • En unión con María ofrece a Jesús y ofrécete en su unión diciendo: este es mi
cuerpo, esta es mi sangre. • Ama con el Espíritu Santo • Ofrece tu vida en favor de los sacerdotes • Acrecienta tu sed de salvar almas, tu celo apostólico • Haz todo para la gloria del Padre •
Oración
Tomar alguno de los textos citados, hacer con él una oración y recitarla cada uno.
Ficha 3 La Encarnación mística en la Iglesia •
Objetivo de esta ficha
La Encarnación mística se da sólo en la Iglesia y al servicio de ella. •
Dinámica
• Lee el apartado 3.1 Cristo, la Iglesia y los cristianos . Comenta en el grupo qué
novedad da a tu participación en la Iglesia. • Lee el apartado 3.2 La Encarnación mística en la vida de la Iglesia . Dialoga en
grupo, cómo vivió Conchita esta pertenencia a la Iglesia. •
Contenido
•
Cristo, la Iglesia y los cristianos
a) Cristo cabeza de su cuerpo que es la Iglesia, ella la plenitud de Él (Ef 1,2223). El autor de la carta a los Efesios nos dice que Dios constituyó a Cristo Cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, la plenitud del que lo lleva todo a plenitud . Es Dios mismo, quien con su fuerza poderosa resucitó a Cristo de entre los muertos y lo ha puesto como Cabeza de su Iglesia, que es su cuerpo. Hasta aquí la acción de Dios Padre, de aquí en adelante el autor pone como sujeto de la acción en toda la carta a Cristo; quien, puesto pue sto como cabeza de su Iglesia, le comunica su plenitud. Siendo la Iglesia la plenitud del que lo llena todo en todo (1,23). Por lo que Cristo, además de ser cabeza de la Iglesia, le comunica a ella de su plenitud, es decir la lleva a la plenitud de Él.
b) La Iglesia, un solo hombre nuevo en el cuerpo de Cristo en la cruz. Cristo dando su vida en la cruz logra la unidad de la humanidad, como en una nueva creación, en un solo hombre nuevo haciendo la paz y reconciliando con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la Cruz, dando en sí mismo muerte a la (Ef 2,15-16) . Esto es, en el cuerpo crucificado de Cristo está ya enemistad (Ef enemistad presente la Iglesia, puesto que Jesucristo con su muerte ha dado vida a la Iglesia en sí mismo, en su mismo cuerpo. Por lo tanto, la Iglesia es el mismo cuerpo de Cristo que continua su obra en la historia po;r eso es la plenitud de Él. Esta relación de Cristo con su Iglesia es fruto de un amor redentor y creador, que origina una relación cabeza –cuerpo en una sola carne , ya que la creó en él mismo. c) Los cristianos colaboran al crecimiento del cuerpo hasta llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef 4,7-16). La carta a los Efesios, en el capítulo cuarto, hablando de la unidad de la Iglesia en un solo Cuerpo y un solo Espíritu… (4,4), introduce la pluralidad, misma que contribuirá con su actuar en la unidad; ya que a cada uno de los cristianos se nos ha concedido, desde nuestro bautismo, la gracia a la medida del don de Cristo (4,7) de manera que poniendo en obra los dones personales, todos los cristianos contribuimos a la edificación del Cuerpo de Cristo (4,12). Hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (4,13). El autor no habla en plural, de hombres perfectos, sino en singular hombre singular hombre perfecto , esto es, del mismo Cristo, el Hombre nuevo, al que tienen que reproducir todos los salvados. De manera que los cristianos, siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo (4,15). En una palabra, viviendo de tal manera en el amor lleguemos a la transformación en Cristo, que es precisamente uno de los frutos de la encarnación mística. d) La Iglesia, esposa de Cristo, recibe la vida de Él y existe sólo en total unión con Él (Ef 5,21-33). En el capítulo cinco el autor de Efesios hace una comparación entre la relación matrimonial del hombre y la mujer y la relación de Cristo Iglesia. del Fundamenta la relación en elCristo hechocrea de que Cristo con es elsusalvador cuerpo (5,23). Con suCristo-Iglesia muerte en cruz, la Iglesia (Ef 2,14-16) y la salva haciéndola su cuerpo, del que Él es la cabeza. La hace partícipe de su vida divina. Esta vida divina la recibimos cada uno en nuestro bautismo (Ef 5,26-27), sacramento en el que aceptamos el señorío de Cristo, y nuestra pertenencia a la Iglesia, como miembros de un mismo Cuerpo, el de Cristo. Formando un solo cuerpo en Cristo, él nos une a su muerte y a su vida celestial, de tal manera que en Él llegamos a ser un sacrificio agradable a Dios (5,2). •
La Encarnación mística en la vida de la Iglesia
Habiendo destacado el misterio de la unidad Iglesia –Cristo, expresada especialmente en tres formas: como Cuerpo de Cristo, como plenitud de Cristo y como esposa de Cristo, podemos ver la Encarnación mística como consecuencia
de una profunda y consciente participación del cristiano en la vida y misterio de la Iglesia. Sabemos que el Verbo eterno se encarnó, una única vez, por la acción del Espíritu Santo en María, para la salvación de la humanidad, realizando así el plan salvífico del Padre. Dentro de ese plan está la creación, en la Cruz de Cristo, de la Iglesia. Análogamente, la Iglesia Madre cada vez que bautiza, por la acción del Espíritu engendra a Cristo en cada cristiano. Esto entiende Concepción Cabrera de Armida en su oración el 31 de mayo de 1927: Al 1927: Al poner el sello del Espíritu Santo en tu alma el día de tu bautismo, le regalé la Encarnación Mística, y esta gracia fue desarrollándose, sin tú entenderlo, hasta llegar a su fin, recorriendo después mi vida en ti, y aclarándote el ideal que tenía en tu alma, transformándola en Mí y endiosándola (CC 48,149-150, T. 3143). Toda vida espiritual se desarrolla en la comunidad y en la Iglesia. Esta dimensión eclesial es piedra de toque de la mística cristiana. Por eso, la eclesialidad se convierte en la llave de entrada, comprensión compren sión e interpretación de la mística cristiana. En la vida del creyente, la espiritualidad cristiana es expresión de la teología y la práctica de su existencia. Esto es la participación, cada vez más íntima y manifiesta, de la vida de Cristo resucitado, comunicada a la Iglesia por p or el Espíritu Santo. Ya que el proceso de la vida cristiana es reproducir en nosotros la vida de Cristo, cuando una persona ha avanzado en este camino de transformación en Cristo, se puede observar que a cada paso ha ido actualizando en sí misma las riquezas del Misterio de la Iglesia en su relación a Cristo por la gracia. Lo dicho hasta aquí sobre la dimensión eclesial de la vida espiritual, coincide con lo que los antiguos decían de modo lapidario: cada alma es la Iglesia. En grado propio y en unión con todos los demás, el cristiano participa del Misterio de la Iglesia en su relación con Cristo. Cada cristiano participa y vive las riquezas del misterio de la Iglesia en la medida en que es más adulto en Cristo, cuanto más ligado está a la Iglesia. Ya en los Padres de la Iglesia aparece esta idea, Orígenes afirma: Todo lo que se dice del alma no le es atribuido más que en participación con la Iglesia. San Ambrosio de Milán dice: Cada alma fiel es también Esposa del Verbo de Dios, madre, hija y hermana de Cristo. Cada alma fiel debe decirse virgen y fecunda. Una misma cosa es, por consiguiente, dicha universalmente de la Iglesia, especialmente de María, y singularmente del alma fiel. Así el 24 de septiembre de 1927, Conchita captará en su oración, que debe ofrecerse como víctima por la Iglesia en unión con la Víctima: ¿No ves que eres suya [ de la Iglesia] porque Iglesia] porque eres Mía, y eres Mía, porque eres suya? Entonces, por la unión especial que tienes con mi Iglesia, tienes derecho a participar de sus amarguras (CC 49,27, T. 3172).
La maternidad espiritual, propia de la Encarnación Mística, es la participación en la maternidad espiritual de la Iglesia. En su Cuenta de Conciencia lo expresa Conchita así: Por la Encarnación Mística debes imitar a María, y tienes una fibra de fecundidad divina en tu alma, comunicada del Padre, reflejando en cierto sentido algo de María, igualmente y por concomitancia inmediata, o derivación de esta misma gracia, participas en cierto sentido también de la fecundidad de la Iglesia, que también es Madre (por el concurso de la Trinidad) que lleva en su amoroso seno al Verbo Divino, y que es fecunda por el Padre, siendo su alma, su movimiento y su vida el Espíritu Santo (CC 49,386, T. 3184: 3 de diciembre de 1927). Por lo tanto, el don de la Encarnación Mística hecho a Conchita es una participación de la maternidad de la Iglesia entera, por lo que el camino de Conchita será imitar a María: asimilándose a ella , siendo María su modelo , siendo madre con un reflejo de María y retrato lejano de María . Podemos decir que Cristo nos hace uno consigo y se identifica con nuestro nuevo yo. Pablo lo enuncia ya en Gal 2,20: vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien viven en mi; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí . mí . •
Aplicación a la vida
Como miembro de la Familia de la Cruz, cuál ha sido tu participación en la Iglesia, cuál podría ser en adelante, y cuál la participación del grupo. •
Oración
Toma uno de los textos de Conchita y escribe una oración con él. Compártela con los/as demás participantes en el grupo.
Ficha 4 Aspecto antropológico de la Encarnación mística •
Objetivo de esta ficha
Dios se revela al hombre y busca formas humanas de entrar en diálogo con él. Conchita es un ejemplo. •
Dinámica
Después de leer la ficha reflexiona estas preguntas y compártelas con un/a compañero/a del grupo y comparte también lo que entiendes por Encarnación mística ¿Qué te significa Acoger? ¿A quienes has acogido, de veras en tu corazón? Al acoger a una persona, ¿qué le das de ti? ¿Cómo acoges a Jesús en la Comunión? en la escucha de su Palabra, en la Oración, en los demás? • ¿Cómo das a Jesús a los demás? • Tú (como mujer o varón), ¿cómo podrías vivir hoy la gracia de la encarnación mística, a la que has sido llamada/o por Dios?
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Contenido
Un Dios que es amor, invita a la criatura humana a la comunión con Él. A través de la historia de la espiritualidad, Dios utiliza analogías, símbolos, formas diversas para introducir pedagógicamente al hombre en la comunión con Él e involucrarlo en su misión salvífica. Dios Padre nos entrega a su Hijo; Jesús es el Verbo que se encarna en María, se hace hombre por la fuerza del Espíritu Santo, es uno de nuestro linaje y vive nuestra misma vida. Desde su experiencia de vida de Nazaret nos explica su mensaje. Concepción Cabrera de Armida es una mujer, esposa y madre. Su experiencia mística se fundamentará en su experiencia humana de ser madre de familia. La gracia no anula la naturaleza, sino que la lleva a plenitud. Esta naturaleza femenina, este ser madre en Conchita, servirá de plataforma para abrirle horizontes, matices en su vivencia espiritual de comunión con Dios Trino. •
¿Qué es ser madre?
Ser madreesesun unmodo modopropio particular de ver, sentir, experimentar la vida. El modo femenino del ser imagen y semejanza de Dios. Debemos purificar una imagen errónea de maternidad, donde se confunden la posesividad y el egoísmo con el apoyo y cuidado de la vida. El ser madre implica dos movimientos correlativos: acogida y donación . Sólo la mujer que acoge es fecunda. La vida se genera en ella a través del recibir amoroso del otro. Pero la vida que está en ella no es para poseerla en sí misma sino para entregarla al mundo, darla a luz. No es una experiencia egocéntrica, sino que genera donación. Sólo desprendiéndose del don recibido, este don puede seguir con vida.
La maternidad también abarca el cuidado del hijo que se ha dado a luz; cuidar la vida para que se desarrolle y llegue a plenitud. •
Experiencia materna de Conchita
Conchita sabe bien lo que es ser madre. Cada hijo ha ido «forjando» su corazón materno en ese acoger y dar. Nos habla de cada uno de ellos, cada uno ocupa un lugar especial en su corazón, cada uno es acogido y entregado desinteresadamente: El amor más puro y grande que existe después del amor de Dios es el amor materno. Éste se afinó entonces en mi corazón, desbordándose en los afectos más tiernos. Este amor en su desinterés, en su grandeza, en la sublimidad que encierra, tiene alguna participación de Dios. El corazón de una madre se multiplica en cada hijo, sin menoscabarse el cariño del uno para con el otro (CC 5,42: 9 de marzo de 1895; 45,222: 3 de julio de 1925). Mis hijos: hago oración muchas veces al día por ellos, le digo a la Santísima Virgen: a todos mis hijos te los entrego por tuyos, cobíjalos con tu manto, consérvalos siempre puros, guárdalos, Madre, dentro del Corazón de tu Hijo (CC 31,166-168: 30 de octubre de 1908). En su Cuenta de Conciencia, Conchita escribe cerca de 110 veces que tiene un «corazón de madre», veamos algunos de ellos: No había podido volver a escribir por tener a un niño grave. Sigue su curso la enfermedad y este corazón de madre hace su oficio (CC 9,355: 7 de julio de 1897). Pancho y su familia viven aquí mientras se van. Tengo la espina de su partida pa rtida en mi corazón. Sufro mucho porque este corazón de madre está muy adherido a los cariños filiales (CC 40,37: 1 de marzo de 1915) El 26 fue la presentación de mi hija Lupe. Se casará el 15 próximo. El corazón de madre hace su oficio. Sufro mucho pero todo por Dios y para Él solo (CC 45,34: 28 de abril de 1924). •
La Encarnación mística
Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen (Lc 8,19-21). Como María y a su imitación, la Iglesia es virgen y Madre (LG 65).
Conchita es madre; sabe lo que esto es y lo que implica. Conoce por experiencia el dinamismo vital, lo que significa acoger al otro y dar vida . Su experiencia humana materna es soporte para su experiencia espiritual. Hablarle de «encarnación, de ser madre, de dar vida» es lenguaje conocido para ella. Desde hace varios años Conchita ha estado siendo preparada por Jesús mismo con la correspondencia de ella a esta gracia. Su vocación de salvar almas se ha ido dilatando con la gracia de la mirada del Padre a ella. Con una casi, podemos llamar, persecución del Verbo que se da en unas relaciones de intimidad y pertenencia, de alianza mutua. En 1906 Conchita es invitada a acoger misteriosamente a Jesús en su corazón: Aquí estoy, quiero encarnar en tu corazón místicamente, r ec íb em e (CC 22,167.177: 25 marzo de 1906). Jesús pide ser acogido por Conchita, ser recibido. La actitud de pasividad, de receptividad, de acogida, básica y necesaria en la vida espiritual, encuentra en Conchita una natural fluidez, como mujer la conoce bien, acoger dentro de sí la vida, recibir el don de Dios y ser fecunda. Jesús la invita a vivir en la unión estrechísima que existe entre una madre y un hijo . La encarnación mística es una compenetración . Encarn ar, vivir y crecer en tu poseerte Yo y poseerme tú como en una misma alm a sin salir de ella j am ás; poseerte sustancia (CC 22,167-177: 25 marzo de1906). Pero tendrá una característica particular . En la experiencia humana la madre comunica la vida al Hijo; en esta gracia mística será el Hijo Jesús quien comunique la vida a Conchita no dánd om e tú la vid a, sino Yo a tu alm a. Yo te doy una nueva vida, aspírala, es de pureza, es santa, es la vida de tu Jesús, es Él mismo que es la Vida, tu Verbo, que desde toda la eternidad te amaba y te preparaba este día (CC 22,167-177: 25 marzo de 1906). Así, este acogerena Jesús Jesús su en Hijo su corazón traelacomo consecuencia transformación quien almaterno darle vida, va asimilando a El. la La encarnación mística es una gracia transformativa, en el sentido de asimilar a la criatura con su Modelo, que soy Yo. Es gracia transformante, unitiva (CC 45,435: 11de diciembre de 1924) Es la experiencia de la fecundidad en el orden espiritual: La gracia de la encarnación mística es un precioso destello de la fecundidad del Padre, que el Espíritu Santo puso en su alma, para que usted cooperara a la mística formación de Jesús en su propia prop ia alma y en la de los demás. Es una un a gracia de divina fecundidad que tiene a Jesús por término (Luis M. Martínez a Conchita, CC 66,6466: 25 de octubre de 1936). La Encarnación mística del Verbo obrada en tu corazón, por el Espíritu Santo es fecundísima. ¿Y qué pasa con esto? Que las pocas almas que la reciben, por
virtud de esta gracia comunican vida espiritual a otras muchas que engendran en su alma para el cielo. Lo de Dios, así es, siempre participa de la fecundidad por esencia que es Él. Así es que una gotita, un rayito, una migaja de lo suyo que ponga en la criatura, una sola gracia, si cae en tierra buena, ésta se multiplica, multiplica, en razón de este proceder de quien vino, que es Dios..... Ya verás pues, si con ese ser de fecundidad comunicado por la encarnación mística tendrás que ser madre! ¿Te acuerdas que te dije hace muchos años que tu descendencia espiritual se multiplicaría? (CC 41,249-253: 13 junio de 1917). Acoger a Jesús dentro del corazón es el dinamismo propio de la encarnación mística. Pero si se acoge es para darlo . La vida tiende por naturaleza a reproducirse, multiplicarse. Acoger la vida dentro es para desbordarla. Su misión es ser madre; esto es, dar la vida, dar a Jesús. Este Jesús, formado por el Espíritu Santo pero con la misteriosa cooperación de usted, vive en su propia alma y vive en las almas de las que es usted madre (Mons. Martínez a Conchita, CC 64,66: 25 octubre de 1936) La experiencia humana y espiritual de ser madre lleva a Conchita a una plenitud como mujer. Diríamos que su experiencia humana, su ser femenino de ser madre, es purificado, enriquecido y plenificado por la experiencia de maternidad espiritual. ¿No le dio el Señor corazón de madre? ¿no se lo amplió y afinó y perfeccionó por la gracia de la encarnación mística? (Mons. Martínez a Conchita, CC 64,172: 14 de noviembre de 1935). La gracia de la Encarnación Mística es piedra angular en su itinerario espiritual: ser madre, en estas dos palabras se contienen todos los designios de Dios sobre usted (CC usted (CC 48,252:10 septiembre de 1927) Es importante subrayar que no se debe entender esta gracia en el sentido literal, material o físico sino situarla en el orden espiritual. Por la encarnación mística encarna, nace, crece y vive Jesús en ti, no en el sentido material se entiende, sino por la gracia santificante, unitiva y transformante ( CC 45,435: 11de diciembre de1924) La gracia de la encarnación mística no se queda en un poseer a Jesús y quedarse allí gozando estáticamente del don. Al vivir Jesús dentro de ella y comunicarle su propia vida, la identifica con él, hace del corazón de Conchita un eco de los amores y dolores de su Corazón. El impulso natural materno del buscar el bien del hijo, se amplía a las dimensiones salvíficas del Corazón de Jesús. Todo lo de Jesús es suyo… y por ellos está dispuesta a dar la vida. En Conchita crece y se fortalece el celo porque celo porque todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1Tim verdad (1Tim 2,4). La encarnación mística que Jesús le regala a Conchita nos viene a recordar que todos los hombres y mujeres estamos llamados a esa gracias por nuestro bautismo, si acogemos las gracias que el Espíritu Santo nos ha dado en este
sacramento, si como verdaderos discípulos de Cristo las hacemos crecer y nos abrimos cada día a su don, a hacer su voluntad (Cfr. LG 10). •
Aplicación a la vida
Acoger a Jesús dentro de nosotros (por la Comunión Eucarística, por la oración, por la escucha de la Palabra...) Palabr a...) para que nazca en ti, viva y crezca en ti transformándote en Él y lo ofrezcas o entregues a los otros para su salvación. Acoger la vida para dar vida . • Cultivar la relación profunda con Jesús = acoger • Dar de lo recibido a los que nos rodean, servir, entregarse = dar vida •
Oración
Toma uno de los textos, escribe una oración con él, compártela con los/as demás de tu grupo.
Ficha 5 La Encarnación mística hoy… hoy… ¿en mí? •
Objetivo de esta ficha
La Encarnación mística se puede dar en los miembros de la Familia de la Cruz
Dinámica • Lee el apartado 3.2 Consecuencias de la Encarnación mística en Conchita . Escribe cuál fue la novedad en la vida de Conchita. • Lee el apartado 3.4 La cadena en nosotros . Dialoga en grupo, cuál será tu forma de construir la Iglesia en el sacerdocio bautismal con la cadena de amor. •
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Contenido
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Nuestro recorrido
En estas fichas hemos reflexionado sobre la gracia de la Encarnación mística recibida por Conchita hace 100 años. Comenzamos con la Encarnación del Verbo y la Iglesia (Ficha 1). Ahí descubrimos que la Encarnación mística es un
don de Dios, que está en íntima relación con la Encarnación del Verbo en María y su proyección en la Iglesia . La «Encarnación redentora», la Encarnación con sus consecuencias, de entrega en la Cruz y resurrección, son la máxima expresión de la unidad de Dios con el hombre en Cristo. Esta encarnación se realizó por obra del Espíritu Santo en María, y se prolonga en la Iglesia, cuerpo de Cristo, nacido en la Cruz de Él. Este misterio de la vida cristiana se actualiza cada vez que alguien es bautizado, pues en ese momento la Iglesia engendra a Cristo en el interior de cada cristiano. En el segundo paso vimos el aspecto histórico de la encarnación mística (Ficha 2). El significado que para Conchita tuvo la Encarnación mística . Con lo cual logramos ya una visión panorámica del inicio , preparación, desarrollo y culmen de la gracia. Es interesante descubrir cómo Dios la va enseñando a vivir poco a poco todos los horizontes de esta gracia, aunque ya estén desde el principio presentes. Luego estudiamos la Encarnación mística en la Iglesia (Ficha 3), la Encarnación mística se da sólo en la Iglesia y al servicio de ella . Los cristianos solo podemos existir como miembros de la Iglesia y formamos parte del cuerpo de Cristo. Nuestra acción en la vida hace crecer el cuerpo de Cristo y según nuestras acciones nos vamos transformando cada vez más en él, es decir crecemos como un solo hombre nuevo hacia Cristo, nuestra cabeza. Aquí se sitúa la gracia de la Encarnación mística, como un proceso de unión transformante con Cristo. En la ficha 4 el aspecto antropológico de la Encarnación mística . Dios se revela al hombre y busca formas humanas de entrar en diálogo con él. Conchita es un ejemplo de esto. Dios se reveló en la historia a través de hombres y mujeres concretos, María y Jesús, quien es el culmen de su revelación. De forma análoga, Conchita, mujer, esposa y madre experimentará, precisamente desde su ser femenino y materno, la presencia de Dios y su obra en ella. Esta feminidad y maternidad de Conchita serán la plataforma para horizontes y matices nuevos en su vivencia espiritual de comunión con Dios trino. De ella brotará la Familia de la Cruz, marcada con el sacerdocio de Cristo y el de todos los cristianos. Consecuencias de la Encarnación mística en Conchita •
Retomando el itinerario de Conchita (ficha 2), vemos que las consecuencias de la Encarnación mística se manifestaron enseguida. Dos días después de es gracia, el 27 de marzo, aparece en sus escritos la Cadena de Amor, un camino especial por el que Dios la llevará a vivir su sacerdocio bautismal: Mira, vas a hacer UNA CADENA; cada hora de tu vida será un eslabón de oro, ofreciéndola con esa intención; quiero que no se corte hasta tu muerte y éste será tu examen particular. Verás si todas las horas las has ofrecido con esta santa intención, llenándolas por supuesto de actos relativos a ello. Date a las almas como Yo me di, pues debes asimilarte a Mí. (CC 22,203-205) .
El 21 de junio en su oración percibe que la Encarnación mística vivida como cadena de amor tiene amor tiene un sentido sacerdotal: Tú eres mi altar y serás también mi víctima; en mi unión ofrécete y ofréceme a cada instante al Eterno Padre, con el fin tan noble de salvar a las almas y darle gloria. Olvídate de todo, hasta de ti misma y que ésta sea tu ocupación constante. Tienes una misión sublime, la misión del Sacerdote y mira a mi bondad y agradécela, que sin saberlo tú te he dado lo que tanto has anhelado y aun más, el poder ser en cierta manera sacerdote, no teniéndome en tus manos, pero sí en tu corazón y sin apartarme jamás (CC 22,410-411). El 17 de julio siguiente escribe: Debes hacer el oficio de sacerdote, pero sacrificándote tú al mismo tiempo. Ese es el verdadero sacerdocio, ser víctima con la Víctima, como Yo lo soy (CC soy (CC 23,89-91). Podemos ver con esto, que en Conchita Co nchita la Encarnación mística, la Cadena de amor y el sacerdocio quedaron entrelazados en su proceso espiritual. Una nueva etapa de su vida ha iniciado, que se prolongará hasta su muerte. Los años sucesivos no serán siempre iguales, la gracia recibida tendrá acentos diversos, se irá desplegando en la vida de Conchita a la medida que pasa el tiempo. El 17 de junio de 1917 de entiende elladel en que su oración, algotodo queelesproceso como un programático este don, dependerá deresumen su vida interior, de su encuentro con Dios y de su proyección en la Iglesia: Mira, hija mía, lo primero que te dije a raíz de la Encarnación mística fue que me ofrecieras en el altar de tu corazón al Eterno Padre en favor del mundo, en expiación de los pecados como Víctima santa y tú en mi unión. Después te dije que reforzaras ese ofrecimiento por la unión y compenetración Conmigo diciendo en mi unión: «este es mi cuerpo, esta es mi sangre», ofreciéndome y ofreciéndote al Eterno Padre en favor del mundo y para alcanzar gracias. Y ahora te digo, que todo esto, lo hagas en unión de María y con su mismo corazón, que son las tres etapas que recorre la encarnación mística (CC 41,270). De este texto podemos descubrir tres etapas o pasos de irradiación de esta experiencia de Dios: • Una etapa sacerdotal, que consiste en ofrecer al Verbo y ofrecerse con Él (1906) • Una etapa eucarística, ella participará de manera especial en la eucaristía
repitiendo y viviendo con Jesús: este es mi cuerpo, esta es mi sangre (1909 y 1915-1916) • Una etapa mariana, en la que imitará a María en su maternidad, viviendo todo en unión a María, siendo como ella madre de Cristo (1917) Estas tres etapas tienen una sucesión temporal, aunque no totalmente separadas una de otra. La primera etapa, con la que inicia la cadena , está marcada por la vivencia del sacerdocio bautismal, ofreciendo al Verbo y ofreciéndose con él. •
Iluminación bíblica
El ofrecimiento sacerdotal en unión con Cristo puede iluminarse con un texto de la carta a los Colosenses: Ahora Colosenses: Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por
vosotros y completo lo que falta a la pasión de Cristo en mi carne, en favor de su cuerpo que es la Iglesia (1,24) El autor de la carta está presentando a sus oyentes el trabajo y el sufrimiento de Pablo por el anuncio del misterio a toda la humanidad. El misterio es que también ellos han participado en la reconciliación que Cristo ha llevado a cabo con su muerte, viniendo a ser santos en la presencia de Dios. Pablo se alegra de sufrir por la comunidad de Colosas, que representa a toda la Iglesia, según dirá al final del verso: en favor de su cuerpo que es la Iglesia . Esos sufrimientos son un bien concreto para la comunidad a la que Pablo ha predicado, pero el ámbito es más amplio en el pensamiento del autor. Lo que falta , lo que Pablo debe llevar a término, es su propio itinerario, lo llama la pasión de Cristo en mi carne, ésta reproduce la de Cristo, en su forma fo rma de vivir y de sufrir por el anuncio del evangelio y por la Iglesia. Cuando el autor pone en boca de Pablo: me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros no quiere decir que el apóstol aumente algo a la obra mediadora y salvadora de Cristo, ya que en toda la carta les ha recordado que existe un solo mediador, y que él se ha ofrecido y ha satisfecho plenamente por todos. Pero el sufre por de el bien de la Iglesia, para su por fortalecimiento, su crecimiento enapóstol el conocimiento los tesoros manifestados Dios en su Hijo. Todo lo que sufre es por ella, porque es el cuerpo de su Señor, y Pablo es su servidor (diacono). No es por masoquismo que Pablo se alegra en sus sufrimientos, sino porque lo que soporta ayuda a la Iglesia. Los padecimientos son un combate necesario para que todos los gentiles puedan comprender el Evangelio, creer y llegar a ser perfectos en Cristo. La Iglesia , aquí no se reduce sólo a la comunidad de Colosas, son todos los creyentes dispersos por el mundo, que forman el Cuerpo de Cristo. La Iglesia universal, no solo la de entonces, sino la que vendrá y subsistirá por los siglos. Esta Iglesia se define cristológicamente como el Cuerpo de Cristo y forma parte de la buena nueva del Evangelio. •
La cadena en nosotros
Como hijos/as de Conchita estamos llamados a vivir un camino semejante al suyo, seguir a Jesucristo sacerdote y víctima, siendo sacerdotes con Él. Como aplicación de esto recordemos lo dicho en la ficha 3 (3.1.3), A cada uno de los cristianos se nos ha concedido, desde nuestro bautismo, la gracia a la medida del don de Cristo (Ef 4,7) de manera que poniendo en obra los dones personales, todos contribuimos a la edificación del Cuerpo de Cristo (Ef 4,12). Hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef 4,13). Todo en nuestra vida, llevado en el nombre de Cristo y ofrecido en unión con él, contribuye al crecimiento de la Iglesia hacia el mismo Cristo, esto es, a la transformación de todos en Cristo, hasta que Cristo sea todo en todos (Col 3,11; cf. 1Cor 15,28). Esta es la vivencia concreta de la cadena de amor fruto amor fruto de la Encarnación mística, ésta será también la forma de «vivirnos» en Cristo como
miembros de la Familia de la Cruz, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor (Ef amor (Ef 4,16). •
Aplicación a la vida
¿Cómo vives la cadena de amor , amor , el ser sacerdote con Cristo, ofreciendo tu vida para el crecimiento de la Iglesia y salvación del mundo? •
Oración
Toma uno de los textos bíblicos, escribe una oración con él, compártela con los/as demás de tu grupo.
Para pedidos por mayoreo de las Fichas impresas, diríjase a: Religiosas de la Cruz - Editorial Cimiento Tel y fax: (55) 56-59-18-79 E-mail:
[email protected] Misioneros del Espíritu Santo Tel y fax: (55) 56-58-33-18 E-mail:
[email protected]
NOTAS: San Agustín ( Tagaste 354 – 430 Hipona, el más grande de los Padres latinos), Confesiones, 10,47,67. Se llama Padres de la Iglesia a todos aquellos cristianos que en los primeros siglos de la Iglesia ilustraron y defendieron por escrito el dogma cristiano. La época de los Padres va de los apóstoles hasta el año 734, algunos la extienden hasta el 1153. San Atanasio (Alejandría 296-373), III Contra Arrianos , 33. San Atanasio , III Contra Arrianos , 34. San Atanasio , III Contra Arrianos , 34. San Atanasio , III Contra Arrianos , 9. En esa época se acostumbraba recibir la comunión antes de la Misa. Mementos significa recuerdo . El Canon Romano o la Oración Eucarística I está estructurado en dos partes yuxtapuestas, el primer memento primer memento es para pedir por los vivos y el segundo es por los difuntos. Para esta segunda parte de la ficha me baso en el libro del P. Juan Gutiérrez. MSpS. Cruz de Jesús, I Vida Mística e Itinerario Espiritual , Espiritual , Editorial la Cruz de Jesús María, S.L.P. 1998, 465-473. Las citas de la CC a continuación, son anotadas también por el P. Juan Gutiérrez. CC 41,197-198, T. 2892: 10 Junio 1917 (la T. equivale a número de texto en la obra Cruz de Jesús ). CC 41,245, T. 2902: 13 Junio 1917. CC 50,176, T. 3199: 06 Enero 1928; 58,90-91, T. 3401: 07 Enero 1932.
CC 54,160, T. 3259: 25 Noviembre 1929.