La Dramatizaciòn Tipos y Etapas

November 13, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download La Dramatizaciòn Tipos y Etapas...

Description

 

La dramatización. Distintos tipos de representación Cuando un niño dice “vamos a jugar”, entra de lleno en el mundo de la fantasía, penetra en el

espejo, recrea personajes y situaciones. En inglés se utiliza la misma palabra, el verbo top play, para dos acciones distintas en castellano: jugar y representar. Con el verbo top play los ingleses expresan esa profunda necesidad de juego interpretativo que existe en el niño. El niño tiene una gran capacidad para poder vivir la ficción. Desde que se b ebé y hace “los lobitos” con los dedos de la mano, el niño entra en un mundo mágico, estrena su posibilidad de dramatizar. Con su imaginación puede convertirse en rey cuando se viste con una colcha vieja, puede convertir el palo de una escoba en un caballo trotador, vuela como un avión haciendo hélice con los brazos. El juego es teatro y en los orígenes del teatro encontramos la primera pasión lúdica del hombre. El juego espontáneo del niño adopta formas teatrales que pueden ser muy complejas. Cuando  juega a los mayores y se viste con los trajes de su padre, imitando sus gestos y conversaciones, el niño dramatiza situaciones reales, que en ese momento él vive. Otras veces el juego es absolutamente libre y el niño crea los personajes sin necesidad de referencias previas, de tipos a quien imitar. El niño puede, por ejemplo, saltar y galopar, moviendo rítmicamente los brazos y al preguntarle qué hace, puede explicarlo muy bien: “juego a que era un caballo que tenía forma de pájaro”. Tanto en el caso de la imitación (jugar a los papás)

como en el de la creación pura (jugar a caballo con alas) el niño está dramatizando. El educador preescolar puede utilizar esta rica fuente de energía para estimular la imaginación y reforzar el poder del niño. Al mismo tiempo puede canalizar el poder creador del niño. Asimismo puede canalizar hacia metas concretas (el aprendizaje de alguna nueva actividad) la fácil disposición imitadora del niño. Lo mismo que cuando pinta, el niño juega de un modo creador, para expresar su mundo interno  – lo que él siente y desea- y también para expresar su iidea dea del mundo exterior y de llos os personajes y situaciones que se desenvuelven en ese mundo exterior. El juego del niño responde a una necesidad de incorporar a su yo todo lo que observa, a una necesidad de asimilar lo que le rodea, lo cual es una forma de dominio. Cuando él hace de padre o de profesor, en estos papeles se crece, se iguala al adulto y trata de entenderle y de interpretarle. Dice Michel Small, especialista en expresión dramática infan til: La expresión corporal

Cada niño tiene tendencia a expresar corporalmente su manera de ser. En su cuerpo y en sus actitudes corporales, se refleja su carácter. El tímido se encoge sobre sí mismo. Es fácil, observándole en la escuela, ver como suele estar con los brazos muy cruzados y la cabeza inclinada, las piernas encogidas, como si quisiera protegerse de los ataques del mundo exterior. Su retraimiento, su temor a enfrentarse con las situaciones, se refleja en su encogimiento físico. El inquieto, el revoltoso, el decidido, el impulsivo, se agita corporalmente, dispara sus brazos y sus piernas, salta, revolotea, quiere tocarlo todo, llega a todo.

 

Esta expresión corporal espontánea se convierte en arte cuando se expresa corporalmente un personaje de ficción, una situación irreal que se convierte en real por obra del gesto corporal. Si la voz no interviene y la expresión se reduce a movimientos corporales se produce la pantomima o el mimodrama. La expresión corporal puede constituir pues, por sí misma, un arte dramático mediante el cual el niño sale de sí mismo, se libera de tensiones internas, crea por medio de su fantasía todavía libre y sin trabas. Y al mismo tiempo, la técnica de la pantomima y de mimodrama obliga al niño a un control muscular y a la vez afectivo, puesto que sus reacciones han de producirse de modo equilibrado y reflexivo. Los ejercicios de expresión corporal tienen una finalidad física y una creativa. Los movimientos que hace el niño, subir, bajar, levantarse, caerse, coger flores, alcanzar una fruta de un árbol, botar como un balón, escuchar un ruido que se acerca, etc.; todos estos movimientos obligan al niño a una disciplina, a un control cuidadoso para no quedarse corto o pasarse en la expresividad corporal. Distintos tipos de dramatización

La dramatización puede ser espontánea o dirigida. En la dramatización espontánea, el niño, por sí mismo y libremente, juega a imitar lo que ve: a mamás, a tiendas, a colegios, a vaqueros. En todos estos juegos, ya hemos dicho que hay un comienzo de expresión teatral. En la dramatización dirigida, otra persona inicia el juego dramático, impulsa a los niños a seguirle y los niños juegan a realizar una serie de movimientos, por ejemplo: galopar como el caballo, andar como el oso, saltar como la rana, volar como un pájaro, planchar, lavar ropas, nadar, remar, bailar, coger flores, patinar, barrer, etc. Estos juegos imitativos dirigidos pueden ser inventados por el adulto  –la maestra en el caso de la clase preescolar- para que el niño los copie copi e o pueden ser creados por los niños solos a petición del profesor/a. En cualquier caso, éste debe intervenir si ve que decae el interés o que algún niño se queda rezagado o tímido. A veces no se trata de imitar un solo personaje, persona o animal, sino que la situación se convierte en más compleja y se propone a los niños que mimeticen una situación con muchos personajes. El profesor puede sugerir esta situación o pedir a los niños que colaboren en la intervención. Por ejemplo, la visita a un circo. En este caso, cada niño participará mimetizando un personaje distinto: unos serán payasos, otros trapecistas, otros equilibristas, otros malabaristas, otros acróbatas, algunos caballitos o perros amaestrados, etc. La forma última y más perfeccionada de la dramatización es la representación formal de un cuento o de una historia en la que cada personaje tiene su carácter determinado y en el que las situaciones se suceden. Esta es la forma más parecida a una forma de teatro adulto. Para llegar a ella hay que atravesar antes distintas etapas de entrenamiento.

 

Etapas de dramatización

Para llegar a la última forma de dramatización (escenificación de un cuento o una historia completa, con principio, desarrollo y fin) hay que ir pasando por diferentes momentos. JUEGOS DE EXPRESION CORPORAL Primera etapa

En primer lugar, los ejercicios que se hagan con los niños irán encaminados a estimular la expresión corporal, serán juegos de expresión corporal para ir controlando el gesto y dominando los movimientos de todo el cuerpo en función d e lo que se quiere expresar. Entran aquí los juegos de relajación, respiración, equilibrio, flexibilidad. Veamos algunos ejemplos de cada clase. a)  Juego de relajación: inflar, desinflar, el muñeco de trapo, el perezoso, el gato dormilón, etc.   b)  Juegos de respiración: el niño cansado de correr, el que levanta un peso, cuerpos de cristal

(tensos), de goma (fláccidos).  c)  Juegos de equilibrio: el tentetieso, caminar con el brazo extendido y un objeto en la palma de

la mano, sentarse y levantarse sin ayuda de las manos, fingir que se sienta en una silla dura, fingir que se sienta en un sofá sof á blando.  d)  Ejercicios de flexibilidad: remar, el prisionero (haciendo esfuerzos para soltarse las ataduras). a taduras).  

MIMODRAMA Segunda etapa

Los juegos de la etapa anterior entrenaban al niño físicamente en la expresión corporal, disciplinando determinados aspectos del movimiento corporal. La segunda es más compleja. El niño tiene que controlar el gesto corporal para expresar sentimientos, tiene que comprender psíquicamente al personaje que va a interpretar. En esta etapa se pasa desde las sensaciones: frío, calor, dolor de cabeza, de estómago, buen, olor, mal olor, hasta las emociones: pena, alegría, preocupación, miedo. Estas sensaciones y emociones se plasman en la interpretación de un personaje: niño alegre, anciano enfadado, perro dolorido. A continuación el niño tiene que hacer moverse a ese personaje en un ambiente determinado y tiene que desarrollar una pequeña acción con el personaje: una acción que empiece y termine. Estamos ya en el mimodrama. Por ejemplo: el niño alegre mimetiza su alegría dando saltos, girando sobre sí mismo, levantando los brazos y la cabeza al cielo. De pronto encuentra una mariposa, la persigue, la mariposa se esconde, la busca, ya la tiene, se escapa, el niño avanza suavemente, coge la mariposa, la tiene en su mano, está alegre, la mira, baila con ella escondida en sus manos, al fin la suelta y la sigue con la mirada, cerrando su ciclo de alegría, su anécdota agotada.

 

REPRESENTACION FORMAL Tercera etapa 

El niño ya está listo para la tercera etapa: la representación de una historia que puede estar ya inventada o que puede inventarse sobre la marcha por los l os niños. Deben utilizarse historias cortas que el niño comprenda porque tratan de temas que están dentro de su experiencia. Cuando se trata de cuentos conocidos no es necesario dramatizar el cuento completo sino las partes más interesantes y vivas de él. El niño tiene una gran capacidad de identificación con la historia y con los personajes y pueden vivir las partes más brillantes de una obrita sin necesidad de seguir el hilo total de ella que, por otra parte, puede hacerse en forma de narración por la misma maestra. Cuando se dramatizan cuentos hay que buscar cuentos muy conocidos de los niños. Esto les facilitará la compenetración con los personajes que van a interpretar, puesto que ya existe entre ellos lazos anteriores imaginativos. Cuentos del tipo de Pulgarcito, los siete cabritillos, los tres ositos, el flautista de Hamelín, etc….., que suelen ser popula res entre los niños, son muy

adecuados. Si los niños inventan el cuento, se puede partir de una situación muy familiar, por ejemplo un viaje en autobús o en tren, alguna escena de la vida familiar, para, desde este punto, crear un pequeño argumento. También se les puede dar una historia iniciada para que ellos la continúen. Por ejemplo: unos niños juegan en un parque y se encuentran un perrito abandonado entre unos arbustos. A partir de ahí, los pequeños tienen que continuar la historia. Las posibilidades de imaginación, de creación e incluso de proyección de sus propios problemas y preocupaciones son así numerosísimas. Aquí el niño, ya entrenado en la expresión corporal, en el gesto, en el mismo, dramatiza sin dificultad la historia. Es el momento de introducir la palabra pero sin descuidar la gran fuerza e importancia que en la dramatización tiene el cuerpo. Aunque el niño diga frases cortas en relación con el cuento o la historia representada, tiene que expresarla sobre todo con sus gestos, con sus movimientos, es entonces cuando la dramatización cobra verdadera importancia y tiene un valor educativo completo.

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF