LA DINÁMICA POLITICA

December 12, 2018 | Author: Prinzz Yánac Sosa | Category: Society, Politics, Behavior, Institution, Government
Share Embed Donate


Short Description

Download LA DINÁMICA POLITICA...

Description

LA DINÁMICA POLITICA

"Digamos primero que hay dos maneras de combatir: una con las leyes; otra, con la fuerza", N. Maquiavelo, El Príncipe, Capítulo XVIII Cuando las relaciones de poder en una sociedad no se contemplan de manera estática y sujeta a un modelo, sino, funcionando activamente dentro de la interacción humana, estamos en la dinámica política. Esta puede verse bajo dos ángulos distintos: el antagonismo, el desacuerdo y la lucha por una parte, y por la otra, la identificación, el acuerdo y la integración. En el primer caso, lo que vale es la libertad individual que juega para participar en la elección política y para influir en el Poder público. En el segundo, lo que cuenta es el orden social que debe sostenerse por encima de las discrepancias individuales. La libertad, considerada políticamente, no es sino la independencia de la voluntad humana frente a otras voluntades. El orden, por el contrario, es la dependencia de nuestra voluntad a otra voluntad que representa la convivencia social. Cada sociedad y cada cultura, en función de sus valores, tienen un modo particular de combinar la libertad y el orden. Y como ya anotamos, las distintas dosis de libertad dentro del orden social, es lo que nos permite distinguir a las diversas ideologías y a los sistemas políticos. Dentro de la dinámica política, los antagonismos y la libertad explican a los partidos políticos y a los ciudadanos en la contienda para obtener el poder y participar en él. La integración y el orden justifican al Gobierno para imponer su autoridad, porque sólo así  pueden conducirse distintas voluntades a la obtención de fines comunes. Dentro de esta misma dinámica, el ciudadano y el gobierno sufren la influencia de la opinión pública y de los grupos de presión. Los ciudadanos, el Gobierno, los partidos políticos y los grupos de presión, a su vez, utilizan la propaganda para influir en los demás y orientar su conducta en un sentido, o en otro. La contienda por el poder, en fin, es el primer aspecto de un proceso que culmina en el Gobierno. Pero el Gobierno genera nuevamente antagonismos porque el poder tiene la tendencia a permanecer y extenderse, vulnerando así las libertades humanas más elementales y el progreso de la colectividad, de la misma manera que la libertad tiende a degenerar en libertinaje, haciendo imposible toda convivencia social. La vida política se inscribe así en el devenir histórico como una sucesión de la libertad y el orden. LOS GRUPOS DE PRESIÓN Los grupos de presión son un capítulo importante de la Política. Para diferenciarlos, se Ies acostumbra oponer a los partidos políticos: Mientras éstos son instituciones netamente políticas, los grupos de presión son instituciones económicas, sociales, religiosas, artísticas o de cualquier otro tipo, que actúan sobre el Poder para inclinarlo, en beneficio propio, pero nunca pretenden adueñarse de dicho poder para ejercerlo directamente. De aquí que los

grupos de presión no forman parte de la estructura política y sí de la dinámica de nuestra ciencia. Otra de sus características consiste en que los grupos de presión representan siempre intereses particulares, frente a los intereses generales que encarnan los partidos políticos y el Gobierno. Podemos decir entonces que los grupos de presión son cualquier organización o forma social que persigue fines distintos al de obtener el Poder, pero que en un momento determinado quieren influir sobre él para facilitar el logro de sus propios intereses. Los grupos de presión pueden figurar en las catego¬rías siguientes: a) industria, comercio y agricultura; b) trabajo; c) profesionales: d) religiosas y éticas; e) sociales; f) recreativas; g) educativas y culturales; h) cívicas e, i) corporaciones extranjeras. La presión de estos grupos se puede producir de ma¬nera directa, actuando sobre los funcionarlos, legislado¬res o jueces. Algunos países, como los Estados Unidos, se valen de oficinas técnicas especializadas que manejan agentes que actúan cerca de los legisladores aconseján¬dolos y proporcionándoles información. A este procedimiento se le conoce en política como la técnica del lo¬bismo. La presión es indirecta, cuando se trata de influir sobre el Gobierno por conducto de la opinión pública. Entonces se utilizan los medios masivos de comunicación como agentes de la presión: la radio, el cine, la televisión, las revistas y los periódicos. La presión puede ser también abierta y oculta. En la presión abierta, figuran los compromisos que sé reclaman a los candidatos durante la campaña electoral, así como el envío de delegaciones y peticiones a los funcionarios. En la presión oculta, que algunos llaman discreta, caben todos los recursos de la corrupción como la compra de votos, el financiamiento de las elecciones, la ayuda material que se otorga a los partidos políticos y los obsequios que se hacen llegar a los funcionarios públicos en forma de cheques, invitaciones, vales y regalos. Todo esto suele disfrazarse de relaciones públicas y amistosas para hacer más efectiva la presión. Por otra parte, la presión puede exteriorizarse en formas violentas y agresivas: Las manifestaciones públicas de protesta, las huelgas, el terrorismo y los secuestros. Cuando el grupo de presión puede movilizar amplios sec¬tores de la población como, puede ser el caso, de los sin¬dicatos y de las asociaciones de profesionistas o cívicas, es más fácil que recurra a la manifestación pública y a la huelga. En cambio, cuando pueden movilizarse vastos recursos económicos el procedimiento que se escoge son los secuestros y el terrorismo. En los países latinoameri¬canos, en donde los partidos políticos no se han fortale¬cido, los grupos de presión se convierten en factores reales de poder ellos influyen más en las decisiones guber¬namentales que los propios partidos y, sin embargo, no son responsables:

no responden de su conducta política porque la actuación que han asumido de influir en el Poder, la Constitución la reserva a los partidos políticos. En México, los grupos de presión más importantes son las asociaciones de banqueros, industriales y comerciantes: los sindicatos la Iglesia católica; las asociaciones de profesionistas; Y las embajadas de las grandes potencias. La presión se ha producido cuando alguna o varias de estas agrupaciones sienten que el Gobierno le¬siona sus intereses particulares. En ocasiones, el Gobierno se somete a la presión; en otras, resiste o reprime o actúa a su vez, en contra de la presión: todo depende de su fuerza y de la extensión o beligerancia que hayan alcanzado los grupos. LA OPINION PÚBLICA Si los grupos de presión, como tales, son organizaciones imprecisas y de conducta política irresponsable, la opinión pública es un tema que peca de vaguedad e indeterminación. Además, podemos advertir que los grupos de presión y la opinión pública se acercan bajo el aspecto de que los dos pretenden influir sobre el Poder, si bien esta pretensión nace en formas e instituciones que no teniendo el Poder como fin de sus actividades es, sin embargo, el centro de la política misma. En la vida de los hombres, en la familia y en todas sus demás relaciones sociales, se forma la opinión sin propósito concreto de producirse. En un momento dado, esta opinión no es tan solo una manera de pensar par¬ticular: expresa un pensamiento colectivo, y basta este solo hecho para que cobre fuerza y se difunda por la sociedad entera. Sus órganos principales son las reuniones sociales, las asociaciones, el congreso, el teatro, la radio, la televisi6n y la prensa. Por lo tanto, la opinión Pública es una forma de pensar que se exterioriza y que vive en la publicidad. La opinión pública, está condicionada por la libertad política y el bien común. Es claro que si es gobierno monopoliza el poder como sucede en las dictaduras y en las monarquías absolutas, los ciudadanos y la masa de la poblaci6n no tienen que ocuparse de los asuntos del Estado y, por lo mismo, en estos sistemas se persigue y se castiga cualquier manifestación de la opinión pública que gire alrededor de las cuestiones políticas. Aparece la censura oficial, se cierran imprentas, se secuestran ediciones de periódicos, se amenaza y se encarcela a los escritores. La palabra hablada y escrita se convierte así en el mas peligroso enemigo de los Poderes públicos y en el medio mas eficaz para. Subvertir el orden. Por el contrario, en los Estados liberales y democráticos, los Gobiernos necesitan de la opinión pública para actuar y sostenerse, como necesitaron de ella para constituirse y organizarse. En efecto, cuando se elabora una Constitución democrática o liberal, es la opinión pública la que organiza al Estado y la que atribuye y limita el Poder. Las poderosas diferencias de los individuos y de los grupos se funden en un todo de carácter público en el que coincide lo que a todos interesa y beneficia.

Cuando se propone una ley, que por su trascendencia importa a todos, no es raro que el Congreso establezca audiencias públicas y que, a través de ellas, de la prensa hablada y escrita, de las manifestaciones artísticas y sociales, se exteriorice la opinión pública, o sea, la estimación en que coincide la generalidad de las personas acerca de un asunto determinado. La opinión pública, por otro lado, vigila al Gobierno en cada uno de sus actos, para aprobarlo o condenarlo, lógicamente, siempre será más fácil tener éxito en la gobernación de un país, si los funcionarios atienden y escuchan a la opinión. Bien difícil ha sido lo contrario, y a la postre, algunos Gobiernos se han caído o han tenido que modificar su conducta. Por último diremos que la opinión pública alcanza a todo, y todos pueden participar de ella, lo mismo pacíficamente que a través de convulsiones o guerras. La opinión pública es, en fin, el origen de la costumbre y de casi todas las normas e instituciones sociales. LA PROPAGANDA. Mientras que la opinión pública es una fuerza social que, por lo general, se enfrenta al gobierno, la propaganda es una fuerza política que ordinariamente resienten los gobernados. Se entiende por propaganda todo, recurso oral o impreso, que se utiliza de manera sistemática para inclinar la conducta de grandes masas de la población en determinado sentido. Siendo función del Gobierno mantener el orden y la seguridad dentro de la convivencia humana, así como la de conducir a esta convivencia a la obtención de fines comunes, es parte de la gobernación de un país, fomentar todo aquello que contribuye a la integración social. En este sentido se justifica la educación y la propaganda como instrumentos del Gobierno. Valiéndose, como la opinión pública, de todos los medios masivos de comunicación: el cine, el teatro, los periódicos, las revistas, la radio, los folletos, la televisión, los libros, los volantes, los actos y las ceremonias públicas; contratando escritores, reporteros, locutores y artistas, los funcionarios públicos buscan por medio de la propaganda, el apoyo de la población para la política del Gobierno. Recurrirán a los sentimientos cívicos y a las tendencias comunitarias del hombre. Combatirán en el egoísmo y el individualismo, y ocultarán, en cambio, todos aquellos actos o fenómenos que lleven a la desintegración social. Apoyándose en actitudes psicológicas, que se han explorado profundamente, la propaganda se mezclará, además, con el fomento de todas aquellas actividades que educan socialmente: las artísticas, las deportivas, las religiosas, las militares y las patrióticas. De aquí que se hable de propaganda directa e indirecta. El Gobierno, para darle contenido a su propaganda, echará mano de las ideologías y de los mitos, igual que de sus aciertos en su obra administrativa y política. La propaganda, desde luego, variará según el régimen político de que se trate:

En los Estados autoritarios, la propaganda será monopolio del Gobierno y frecuentemente hará alarde de la fuerza física en que se apoya, así como de sus aciertos administrativos. En los estados libres y democráticos la propaganda será utilizada no nada más por el Gobierno: Los partidos políticos usarán de ella para convencer a los electores y a la población acerca de su ideario, su programa y sus candidatos. Los grupos de presión, se valdrán de ella para ampliar su influencia en la opinión pública y en el Gobierno, y defender así mejor sus intereses. En estos casos, se produce una concurrencia de propagandas que se limitan mutuamente y cuyo acento está en los aciertos políticos, más que en los administrativos, puesto que por lo común gira alrededor de las libertades del hombre. No obstante, disponiendo el Gobierno de mayores recursos, la propaganda oficial tiene siempre mayor audiencia. LA OPOSICIÓN En nuestra ciencia, la oposición está constituida exclusivamente por los partidos políticos que no gobiernan. En esta circunstancia, la oposición vigila la actuación del Gobierno con el objeto de mantenerlo dentro de las atribuciones que le confiere la Constitución, censurándolo cuando se extralimita en sus poderes. Además, la oposición acostumbra señalar los errores y deficiencias políticas y administrativas de los funcionarios públicos, para inclinar a la opinión pública en favor del el programa y los candidatos de la propia oposición. Esta será una ventaja sobre el Gobierno que se medirá en las siguientes elecciones, en donde la oposición le disputará el Poder al partido que lo viene ejerciendo. En los sistemas políticos en donde se autoriza el funcionamiento de un solo partido, o en donde se prohíben todos, la oposición no existe o sólo existe en la clandestinidad, exponiéndose a graves peligros. Para los sistemas autoritarios, la oposición sólo representa a los intereses mezquinos e individualistas que atentan contra 'el bienestar común, cayendo incluso en la categoría de delito. Los sistemas liberales y democráticos ven la oposición de otra forma: la auspician y la desean como una crítica necesaria y basta indispensable para gobernar mejor. A ellos, que son los registrados en la Secretarla de Gobernación y por tanto, los legales, hasta el año 2000 el partido en el Poder fue el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que es el único Partido que gobierno prácticamente al país desde 1929 hasta el año 2000. La oposición, independientemente de su finalidad propia, tiene precisada ciertas obligaciones y derechos, lo mismo que el partido dominante, en nuestra legislación electoral. Son sus tareas: educar cívicamente al pueblo, orientarlo políticamente, concurrir a la formación de la voluntad política, compartir en los organismos electorales la responsabilidad del proceso electoral y vigilar que esto se ajuste a todas las disposiciones legales. Todos ellos deben prestar lealtad a nuestras instituciones políticas consagradas en la Constitución. Para cumplir sus propósitos, la oposición recurre a la propaganda y a los medios masivos de comunicación. Su eficacia, dependerá en buena parte de sus recursos financieros, del prestigio de sus hombres y de la inteligencia de su actuación. Puede darse el caso, por lo demás demasiado aislado, que uno de los partidos domine el Poder Ejecutivo y que otro domine el Poder Legislativo, como sucedió alguna vez en los Estados Unidos. Entonces, no puede hablarse de Oposición, refiri6ndose a alguno de ellos, puesto que los dos gobernaron al país, cada uno en una esfera especifica del Poder. La Oposición recavó

en ese caso, sólo en el minoritario Partido Comunista de muy escasa beligerancia en el país vecino. CULTURA POLITICA CONTENIDO HISTORICO Y METODOLOGICO A pesar de lo antigua que es la noción de cultura política, el concepto propiamente dicho fue acuñado por la ciencia política norteamericana a mediados de los años cincuenta del presente siglo, en cierta medida como alternativa al concepto de ideología dominante de la escuela marxista, y por lo tanto a su enfoque particular sobre la incidencia de las creencias, referentes simbólicos y actitudes sobre la Política Inscrita dentro de la corriente teórica conductista, que enfatizaba la necesidad de construir unidades de análisis referentes a la conducta humana que sirvieran de base común para diseñar ciencias especializadas, esta perspectiva analítica planteaba considerar y explicar las conductas políticas desde la óptica de una concreta forma de organización institucional. El objetivo último de la perspectiva conductista era elaborar teorías con fundamentación empírica que fueran capaces de explicar el porqué los seres humanos se comportan de determinada manera. El enfoque conductista inauguró la perspectiva sicocultural para el estudio de los fenómenos políticos. De acuerdo con los propulsores de la cultura política no sólo en cuanto concepto, sino en cuanto perspectiva analítica propiamente dicha, su importancia teórica radica en que permite penetrar en los supuestos fundamentales que gobiernan las conductas políticas. En este sentido, es un concepto enlace porque la cultura política es el patrón que surge de la distribución social de las visiones y orientaciones sobre la política y que se manifiesta exteriormente en las conductas o comportamientos políticos. Con el concepto de cultura política se intentó llenar el vacío entre la interpretación sicológica del comportamiento individual y la interpretación macrosociológica de la comunidad política en cuanto entidad colectiva, poniendo en relación las orientaciones sicológicas de los individuos su comportamiento propiamente dicho con el funcionamiento de las instituciones políticas. En cuanto enfoque de tipo conductista, el de la cultura política plantea que en toda sociedad existe una cultura política de tipo nacional en la que están enraizadas las instituciones políticas y que es un producto del desarrollo histórico, que se transmite de generación en generación, a través de instituciones sociales primarias como la familia, la iglesia, la escuela, y mediante un proceso denominado socialización. En cambio, para una perspectiva como la marxista, el conjunto de creencias, valores y actitudes que comparte la mayoría de una sociedad (ideología dominante) es producto del esfuerzo declarado de las clases dominantes por imponer sus códigos valorativos a través de medios formales de transmisión de los mismos, como los medios de comunicación o el sistema educativo, con el propósito de legitimar su poder económico y social. La transmisión de dichos códigos se denomina, en este caso, adoctrinamiento, porque subraya la intencionalidad del proceso y rechaza cualquier pretensión de una visión o interpretación neutral como la que sostiene el enfoque conductista. DEFINICION DE CULTURA Según: Franz Boas (1930) La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se van afectadas por las costumbres del grupo en que vive, y los productos de las actividades humanas en la medida que se van determinadas por dichas costumbres"

La cultura política es un conjunto de valores, concepciones y actitudes que se orientan hacia el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de elementos que configuran la percepción subjetiva que tiene una población respecto al poder24. Dentro de los factores de cultura política que más se encuentran en la literatura, que influyen en la legitimidad de la democracia, son los factores históricos, tales como: los anteriores gobiernos autoritarios, los procesos de transición y los efectos económicos provenidos de los regímenes de facto. CULTURA POLITICA, LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES: Toda sociedad construye una forma de representarse al mundo y de explicarse los distintos fenómenos tanto naturales como aquellos en los que interviene el hombre. La cultura es el conjunto de símbolos, normas creencias, ideales, costumbres, mitos y rituales que se transmite de generación en generación, otorgando identidad a los miembros de una comunidad y que orienta, guía y da significado a sus distintos quehaceres sociales. La cultura da consistencia a una sociedad en la medida en que ella se halla condenadas herencias, imágenes compartidas y experiencias colectivas que dan a la población su sentido de pertenencia, pues es a través de ella que se reconoce a sí mismo en lo que es propio. La política es el ámbito de la sociedad relativo a la organización del poder. Es el espacio donde se adoptan decisiones que tienen proyección social, es decir donde se define cómo se distribuyen los bienes de una sociedad, o sea, que le toca a cada quien como y cuándo. Los valores, concepciones y actitudes que se orientan hacia el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de elementos que configuran la percepción subjetiva que tiene una población respecto del poder, se denomina cultura política. La noción de cultura política es tan antigua como la reflexión misma sobre la vida política de una comunidad. Para referirse a lo que hoy llamamos cultura política, se ha hablado de personalidad, temperamento, costumbres, carácter nacional o conciencia colectiva, abarcando siempre las dimensiones subjetivas de los fenómenos sociales y políticos. Dicho de otra manera, desde los orígenes de la civilización occidental ha existido una preocupación por comprender de que forma la población organiza y procesa sus creencias, imágenes y percepciones sobre su entorno político y de que manera éstas influyen tanto en la construcción de las instituciones organizaciones políticas de una sociedad como en el mantenimiento de las mismas y los procesos de cambio. La cultura política de una nación es la distribución particular de patrones de orientación sicológica hacia un conjunto específico de objetos sociales  – los propiamente políticosentre los miembros de dicha nación. Es el sistema político internalizado en creencias, concepciones, sentimientos y evaluaciones por una población o por la mayoría de ella. En ultima instancia, el referente central de la cultura política es el conjunto de relaciones de dominación y de sujeción, esto es, las relaciones de poder y de autoridad que son los ejes alrededor de los cuales se estructura la vida política. Es el imaginario colectivo construido en toro a los asuntos de poder, la influencia, la autoridad y su contraparte, la sujeción el sometimiento, la obediencia y por supuesto, la resistencia y la rebelión. Así, la pregunta sobre la cultura política pretende indagar como percibe una población el universo de relaciones que tienen que ver con el ejercicio del mandato y la obediencia, y como las asume, que tipo de actitudes, reacciones y expectativas provoca, y de que manera éstas tienen un impacto sobre el universo político. Ese código subjetivo que conforma la cultura política abarca desde las creencias, convicciones y concepciones sobre la situación de la vida política hasta los valores relativos

a los fines deseables de la misma, y las inclinaciones y actitudes hacia el sistema político, o si alguno de sus actores, procesos o fenómenos políticos específicos. El termino cultura política ha pasado a formar parte del lenguaje cotidiano en las sociedades contemporáneas. En la prensa en los medios electrónicos de comunicación y hasta en conversaciones informales, con frecuencia se hace referencia a la cultura política para explicar las actitudes, reacciones o incluso el comportamiento en general de una población. Cuando no se encuentran elementos que puedan explicar diferencias entre sociedades, suele recurrirse a la noción de cultura política. Empero, la frecuencia con que se utiliza el término y lo familiarizada que está la opinión pública con él no implica que se comprenda cabalmente el significado. En la medida en que un concepto que pretende ser una herramienta de conocimiento, es decir, que persigue designar y aprehender con precisión algún fenómeno de la realidad, se va utilizando cada vez más y en forma más amplia, va adquiriendo implicaciones y sufriendo ajustes, de suerte que no es raro que al popularizarse su empleo vaya diluyéndose su significado original, perdiendo sustancia y eventualmente, capacidad explicativa. Esto le resta potencialidades analíticas y lo convierte en una categoría residual, es decir en una categoría que se emplea para explicar prácticamente cualquier cosa. En cierta manera, esto ha sucedido con el concepto de cultura política porque es fácil de usar y tiene una productividad la generalización. La cultura política se diferencia de otros conceptos igualmente referidos a elementos subjetivos que guían la interacción de los actores sociales en el campo de relaciones de poder por su alcance y perdurabilidad. No se confunde, por ejemplo, con el concepto de ideología política, porque éste se refiere a una formulación esencialmente doctrinaria e internamente consistente que grupos más o menos pequeños de militantes o seguidores abrazan o adoptan y hasta promueven conscientemente (ideologías, liberal, fascista, conservadora etc). La ideología política se refiere más a un sector acotado y diferenciado de la población que ésta en su conjunto, como lo hace la cultura política, que tiene una pretensión general y nacional. De ahí que se hable de la cultura política del francés del norteamericano del mexicano etc, aunque se reconoce la existencia de subculturas que conviven dentro de la gran cultura política. A diferencia de la actitud política, que también es una variable intermedia entre una opinión (comportamientos verbal) y una conducta (comportamiento activo) y que es una respuesta a una situación dada, la cultura política alude a pautas consolidadas, arraigadas, menos expuestas a coyunturas y movimientos específicos por los que atraviesa regularmente una sociedad. En cambio, la actitud política es una disposición mental, una inclinación, organizada en función de asuntos políticos particulares que cambian a menudo. Las actitudes políticas son un componente de la cultura política pero ésta no se reduce a aquellas. Dado que es un concepto esencialmente psicológico, la cultura política también se diferencia claramente del comportamiento político. Éste último se refiere a la conducta objetiva que de alguna manera es expresión de la cultura política. Y es que la cultura política es un comportamiento básico del juego político porque filtra percepciones, determina actitudes o influye en las modalidades de la actuación en el comportamiento político. Con el propósito de rescatar la dimensión real del concepto de cultura política, es importante interrogarse acerca del contexto histórico en el que surgió como de la tradición en que se inscribió y los objetivos que persiguió. EL PAPEL QUE JUEGA LA CULTURA POLITICA EN LA SOCIEDAD

Toda sociedad construye una forma de representarse en el mundo y de explicarse los distintos fenómenos tantos naturales como aquellos en los que interviene el hombre. La participación cívica del ciudadano es, en sí misma, un bien o fin intrínseco sin el cual la vida humana quedaría incompleta. Los ciudadanos más educados tienden a valorar cada vez más la democracia y cultivan un estilo más tolerante, moderado, limitado y racional en el terreno político con sus adversarios. La cultura se forma a partir de la forma en la que la comunicación ocurra entre los sujetos que la crean. La cultura entonces denota todas las manifestaciones materiales e inmateriales de la comunicación que existe en la vida social al haber una interacción entre los individuos que la conforman. Dicha interacción se va haciendo más compleja al ser cada vez más compartida, que toma vida propia y se crea la sociedad. La sociedad aún cuando tiene vida propia no es independiente del pueblo, quien la creó, por lo que está a merced de una gran diversidad de intereses de muchos grupos. El pueblo necesita, para consolidarse como fuerza constructora de la cultura que es, dentro de un espacio y tiempo delimitado; un modo de representación de los intereses individuales y grupales para que la política ejercida en la sociedad sea la voluntad de sus intereses. De ésta manera, la cultura guardaría relación, entre otras dimensiones, con la política. La Política, es el proceso y actividad, orientada ideológicamente, de toma de decisión de un grupo para la consecución de unos objetivos. Estos objetivos deben de ir acorde a los intereses compartidos del pueblo. La noción de cultura política aborda una pluralidad enorme y compleja de fenómenos. La cultura política son los antecedentes de la sociedad y su respuesta a ello; es decir, es el resultado de procesos históricos, y es a su vez la respuesta a los acontecimientos pasados. La cultura política es la forma en que se manejen estos acontecimientos y qué se elija para proceder a la acción a nivel grupal. El estudio de cada uno de los fenómenos sociales que conforman la cultura política demanda igualmente diversas aproximaciones, diferentes confluencias interdisciplinarias, así como distintos enfoques metodológicos, a las múltiples disciplinas que concurren al estudio de la cultura política o las culturas políticas: historia de la cultura, sociología política, semiología, antropología política, psicología social, ciencia política, lingüística y los estudios de comunicación de masas. La cultura política se transmite de generación en generación gracias a la socialización, y en especial a la socialización política. Esta la llevan a cabo numerosos agentes pero entre ellos destacan: •

La familia: aunque no siempre es de forma directa, la familia mediante su estatus, la

educación etc. Inculca involuntariamente valores políticos al niño en la adquisición del conocimiento. •

La escuela: Realiza también un trabajo, bien sea directa o indirectamente, que hace que

el retoño acepte como suyos determinados valores que le son instruidos. • Los medios de comunicación: aunque en principio no se les dio importancia, hoy en día es innegable el hecho de que continuamente están en nuestras vidas, y por ello influyen, y no solo en la infancia, en la conciencia de los individuos. Al adoptar en la socialización los valores tradicionales, estos se modifican, lo que provoca la evolución de la cultura a lo largo de los años. Haciendo que esta no muera. CULTURA POLÍTICA Y FUTURO

La humanidad se encuentra en una encrucijada acerca de su propia existencia vital, de su propia salvación, por lo que la visión de futuro incluye la posible no existencia de la civilización humana. La destrucción y el dominio han pautado las actuales relaciones de los hombres con la naturaleza; aparece el cuestionamiento sobre la supervivencia biológica de nuestra especie, dado el deterioro ambiental, el agotamiento de sus propias condiciones de vida. La naturaleza nos envía múltiples avisos en la actualidad, pero aún no nos hallamos preparados para una escucha inteligente. El culto a la desigualdad y sus consecuencias se ha tornado un paradigma de la época presente, la existencia de un modelo de hombre, persona, impuesto por los centros actuales de poder, tanto desde una óptica económica, como cultural e ideológica priva a la diversidad de su valor y convierte a una parte de la humanidad en seres de inferior categoría, incapaces de tributar a la construcción social en la que cada ser humano participa. La cultura se asocia, por lo general, a los productos de la actividad humana, tanto de naturaleza material como espiritual, a la existencia de hábitos, tradiciones de cierta durabilidad, que por su significación social se conservan en el espacio y en el tiempo y, con los cuales, los hombres adquieren determinado grado de identificación emocional, cognoscitiva y valorativa, tendiendo a la formación de lo que conocemos como identidad cultural. Esta identidad incluye una tendencia positiva a la conservación de lo creado, a su mejoramiento y perfeccionamiento, así como a la potenciación de sus valores en el discurso político. La esencia de la cultura no puede ser aplicada sin tener en cuenta la esencia de lo humano. El ser humano encuentra el fundamento de su ser allí donde comienza la fuente de su vida, en la producción social, actividad de la cual no puede prescindir, su modo de existencia. A través de esa forma peculiar de actividad, en la cual crea los medios materiales indispensables para su vida, el hombre va estableciendo simultáneamente relaciones sociales en las que asienta hábitos, experiencia, conocimientos, técnicas, habilidades, instrumentos y maneras de concebir su relación con el mundo, de ahí que no puede ser entendida en sentido lírico, sólo como cultura espiritual, ya que es resultado vivo de la creación de valores humanos, tanto materiales como espirituales; actividad en la cual el hombre reproduce en todas sus gradaciones y manifestaciones la fuerza de lo humano. ESPECIFICIDAD DE LA CULTURA POLÍTICA El papel de la cultura en la producción de sentido, en la conceptualización de la vida social, especialmente de las estructuras y mecanismos establecidos para el ejercicio del poder, así  como de las relaciones que de ellos se derivan, se acentúa al tratarse de la cultura política, ya que esta, además de ser entre otras cosas un producto del desenvolvimiento de esos objetos específicamente políticos, es contentiva de significados especialmente valiosos, que actúan como condicionantes y sostienen a los órganos concebidos para la toma de decisiones al nivel macrosocial. Al referirnos por tanto, a la producción de sentido, partimos del supuesto de que las sociedades necesitan de un conjunto de valores, normas, emociones, conocimientos, valoraciones y creencias que reflejen y respalden a sus instituciones políticas, legitimen sus procesos, aporten unidad y cualidad distintiva a la comunidad en su conjunto y permitan su adaptación a las exigencias de conservación y perfeccionamiento del sistema político. En el ámbito de la cultura política, adquiere especial significación la teoría que concibe la cultura como un sistema de producción, ya que por una parte la inserta en todo el conjunto

de la actividad humana creadora en su relación con las estructuras materiales de la sociedad, y supera la concepción que la califica como producto exclusivamente ideal y por otra parte, destaca lo que a nuestro juicio es vital para comprender la esencia de la cultura política; o sea, que está en proceso de constante construcción, en una dinámica que produce la renovación instantánea de algunos de sus componentes, promoviendo al escenario político, además de los acontecimientos que se suceden vertiginosamente; elementos que, por ser emergentes, no se apartan de su función contextual respecto a las instituciones políticas. Desde este ángulo, la cultura política deviene un resultado, entre otros factores, de los procesos de socialización política estratégicamente configurados desde el poder, que se encaminan a formarla a propósito de las necesidades del propio sistema político. Esto no significa negar la existencia de una cultura política que puede ser contestataria respecto al sistema político, respecto a sus estrategias de socialización y, de hecho, va a ser resultado de otras influencias que han recibido los sujetos a lo largo de su existencia, como pueden ser las políticas de otros estados dirigidas a subvertir el orden establecido o de la no congruencia entre sus intereses y las políticas emanadas del sistema. A pesar de ello en cualquier caso tiene lugar el ejercicio de un poder cultural sobre la sociedad, que impone las normas que adaptan a los miembros de la misma a su estructura económica y política, la legítima y hace que los sujetos la perciban como la forma natural de organización social. Para ello es decisivo el rol del Estado, en tanto su sistema de órganos aparece como representante pleno de toda la sociedad y hace extensiva cada vez más su organización y control a todas las esferas. Esta función expresa, a su vez, las necesidades de socialización que experimentan los hombres en tanto individuos miembros de grupos y comunidades humanas. La idea de la cultura política está asociada estrechamente a la existencia del poder político, del estado y de la llamada clase dominante cuyos intereses se vuelven preeminentes en condiciones específicas, de ahí que no es posible soslayar la influencia de estos factores en su conformación. Ella no resulta un producto más o menos espontáneo de la intervención de los hombres en la vida política, independientemente de que los ciudadanos con su actuación cotidiana reflejan el grado en que las políticas públicas intervienen en sus proyectos de vida, los modifican, y conducen a asumir posturas y actitudes diversas y cambiantes. La influencia de la conducta de la élite política, el discurso y las políticas especialmente dirigidas a la socialización política juegan un rol esencial en la conformación de la cultura política que no es desdeñable y tiene un peso mayor en la conformación de esta área de la cultura respecto a otras. El entorno socio cultural en cada época, etapa o momento histórico, el poder ejercido y su propia actividad política afecta, de manera particular, a los distintos estratos de la sociedad. Ello eleva a planos superiores unos u otros componentes de su cultura política, en dependencia de los significados que cada uno de esos entes le atribuye a los objetos y relaciones políticos en la medida en que son o no coherentes con sus intereses. Las características de la vida política tienen una alta responsabilidad en esta relación entre cultura y tiempo futuro, propiamente: la política tiende a pretender modificar los comportamientos presentes de los sujetos en función de construir un status futuro que conserve un poder; se trata de una contradicción permanente entre el pasado, lo existente, los intereses que están presentes en los que se hallan en la esfera de la adopción de

decisiones y la necesidad, también perenne de modificación de dicha vida, o sea, de construcción del futuro, para que el poder se conserve en las mismas manos. La forma en que el ciudadano común asimila y valora los problemas de la vida cotidiana, tiene relación con el tratamiento que se le ha dado, desde el sistema político, a esos asuntos. Los procesos de socialización que se generan a partir de los intereses generales de la sociedad y del sistema político en especial, determinan la designación de agentes socializadores, así como la definición de sus funciones y la orientación de su influencia sobre los componentes de la cultura política. Todo ese conjunto de factores condiciona la conservación y el cambio de la misma, al tener una expresión en el tiempo. De ahí que la proyección hacia el futuro pueda ser lo mismo estimulada que cuestionada desde el presente inmediato. Actualmente, el problema de la concepción del futuro desde la cultura política pasa por la evaluación de la relación entre poder hegemónico y cultura de masas; la construcción del mañana requiere de un pensamiento alternativo y una actividad creadora orientada a nuevos productos. El sistema político, sus aspectos constitutivos y funcionales, así como las representaciones y acciones políticas, conforman la parte de la vida social que aporta contenidos a cada uno de los componentes de la cultura política. Esto no significa imposibilidad en el cambio de los sedimentos culturales, ni en su rol estabilizador al interior de la cultura política; sin embargo, catalogar a esta como una de las variables explicativas de la política, implica reconocer la persistencia de ciertas actitudes fundamentales durante un período significativo, que imponen importantes restricciones a un cambio cultural y estructural efectivo, y modifican con relativa frecuencia las decisiones societales que se adoptan. Concebir el futuro desde la cultura política implica descubrir las posibilidades del cambio en los propios sedimentos culturales a fin de estimular su construcción desde los procesos socializadores que los dirigentes políticos más progresistas pueden vertebrar. VALORES POLITICOS Al concebir la cultura política como un elemento movilizador de una proyección integral de los sujetos hacia las estructuras del sistema, los sujetos dirigentes y los productos de la actividad política, es imposible dejar de considerar el papel de los valores que orientan la intervención en la vida política, aunque su abordaje sea tan complejo como el de la propia cultura política en su conjunto. Los valores se mueven a la vez en los planos espiritual y material de la actividad humana; se forman a partir de cualesquiera de las áreas de la misma y tienden a convertirse en un contenido relativamente estable de la cultura general. A pesar de esto, suelen ser identificados con los valores morales que nos permiten "experimentar una preferencia, sentido del deber u obligación hacia las relaciones o acciones buenas, correctas o justas y aversión hacia sus manifestaciones contrarias." Esto viene dado en primer término por la amplia penetración de la moral en las restantes esferas del desenvolvimiento humano y el contenido normativo de ciertos parámetros provenientes de la experiencia histórico social, en aras del buen funcionamiento de las comunidades. Por otro lado, el carácter totalizador de la política, la incidencia de la integración del sistema político en el establecimiento de relaciones entre todos los elementos de la sociedad, convierte los valores que se forman en cualquier esfera, en aspectos significativos para el desenvolvimiento político de la sociedad. Es por eso que los valores condicionan la

proyección integral de los sujetos hacia el sistema político y constituyen en sí mismos un componente de la cultura política. En el ámbito de la cultura política, el valor implica la asignación consensuada de significados vitales a los objetos políticos, a las normas y pautas comportamentales que se derivan de su funcionamiento, a la actuación de los actores políticos, (ya sean personas, instituciones u organizaciones) en relación con las necesidades societales, grupales, socioclasistas o individuales. Así, los objetos políticos y sus derivaciones devienen medios para la realización práctica de un conjunto de cualidades o virtudes que deben ser preservadas en aras del bien común. Con la palabra cultura se indica, en sentido general, todo aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales procurando someter el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo hace más humana la vida social, tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones; finalmente, a través del tiempo expresa, comunica y conserva en sus obras, grandes experiencias espirituales y aspiraciones para que sirvan de provecho a muchos e, incluso, a todo el género humano. De aquí se sigue que la cultura humana presenta necesariamente un aspecto histórico y social y que la palabra cultura asume con frecuencia un sentido sociológico y etnológico. En este sentido se habla de la pluralidad de culturas. Estilos de vida común diversos y escala de valor diferentes, encuentran su origen en la distinta manera de servirse de las cosas, de trabajar, de expresarse, de practicar la religión, de comportarse, de establecer leyes e instituciones jurídicas, de desarrollar las ciencias, las artes y de cultivar la belleza. Así, las costumbres recibidas forman el patrimonio propio de cada comunidad humana. Así  también es como se constituye un medio histórico determinado, en el cual se inserta el hombre de cada nación o tiempo y del que recibe los valores para promover la civilización humana. La comprensión de la cultura y sus valores permite un acercamiento y posibilita un diálogo basado en el respeto entre distintas sociedades. La cultura de un país o grupo se puede ver como un flujo continuo, con energías creativas de nuevos talentos contribuyendo al cambio. En un momento determinado, la cultura es una compleja amalgama de glorias pasadas y de tendencias de vanguardia. La cultura es, como todos lo sabemos, aquel núcleo en donde están comprendidos como válidos una serie de valores tanto éticos como estéticos, de un conjunto de seres humanos donde hay consenso en las creencias religiosas o metafísicas, en la forma de reproducir la vida material, en la concepción que se tiene de lo bello y de lo bueno. En general, la actitud que se tiene hacia la existencia y la realidad. Esa cosmovisión aceptada como cierta y que de ella se derivan valores para la vida es aquello que se convierte en una forma cultural. La variedad de expresiones culturales obedece a las distintas cosmovisiones que diferentes grupos humanos guardan, las diferencias existen tanto en el tiempo como en el espacio. A partir del Renacimiento y con él de la aparición de la Edad Moderna, se amplió y fue posible la apelación a la diferenciación que existe entre los seres humanos; esta tendencia, un poco ficticia en la realidad de la práctica concreta de la vida, ha logrado que en nuestra sociedad posmoderna surja un fenómeno de expresión antes desconocido por la sociedad humana: el fenómeno de la subcultura. Así encontramos de un lado a la "Cultura Oficial" y en contraparte a las diversas "Subculturas" dentro de un mismo tiempo y espacio. La cultura se tiene en cuenta asimismo en los debates sobre los conflictos étnicos. Por ejemplo, los planteados entre hutus y tutsis (en Ruanda), entre bosnios y serbios (en los

Balcanes), entre tamiles y cingaleses (en Sri Lanka) se describen en todos los caos como conflictos enraizados en diferencias culturales seculares. La cultura se convierte en un modo de explicar (casi de justificar) la violencia étnica y los conflictos actuales. Inmersos en una contradicción es importante comprender que el concepto de cultura se desarrolló en un contexto histórico específico (nacionalismo), en el cual se catalogó como una fuerza homogeneizadora y unificadora que, en última instancia, servía de apoyo al Estado. Tal y como se formuló en Alemania en el siglo XIX, dicho concepto implicaba la búsqueda de una identidad unificadora de la clase media, privada de derechos y fragmentada políticamente. Para Barth, "hablar de etnicidad en relación con un grupo y su cultura equivale a intentar aplaudir con una sola mano. La diferencia entre "nosotros" y "los demás" está enraizada en la organización de la etnicidad: se trata de la propia alteridad de los otros". CULTURA VS. CIVILIZACIÓN Ha habido una tendencia (aunque no constante y universal) a oponer el término «Cultura» (subjetiva) al término «Civilización», reservando aquél para referirse a la cultura subjetiva (o bien objetiva particular) y éste para la cultura objetiva, siempre que, a su vez, esta cultura objetiva lleve asociada, de algún modo (principalmente a través de la consideración de la confluencia de varias culturas), la nota de universalidad (asociación que, en los siglos XVIII y XIX, se establecía por la mediación de la «Idea de Progreso»). El estudio de la cultura es el estudio de todos los aspectos de una sociedad: su lenguaje, conocimientos, leyes, costumbres, etc. que otorgan a esa sociedad un carácter distintivo y su personalidad. En el contexto del comportamiento del consumidor, se define a la cultura, como la suma de creencias, valores y costumbres adquiridas y transmitidas de generación en generación, que sirven para regular el comportamiento de una determinada sociedad. El impacto de su cultura en la sociedad es tan natural y tan enraizado que su influencia en el comportamiento es notable. La cultura ofrece orden, dirección y guía a los miembros de una sociedad en todas las fases de su resolución de problemas humanos. La cultura es dinámica y gradual, y continuamente se transforma para adecuarse a las necesidades de la sociedad. La cultura se aprende como parte de la experiencia social. Desde niño se adquiere en el entorno una serie de creencias, valores y costumbres que contribuyen a su cultura. Ellos se adquieren a través del aprendizaje formal, informal y técnico. La publicidad mejora el aprendizaje formal mediante el refuerzo de modelos deseables de comportamiento o de expectativas y mejora el aprendizaje informal proveyendo modelos de comportamiento. Debido a que la mente humana tiene la capacidad de absorber y procesar la comunicación simbólica, la comercialización puede promover exitosamente productos tangibles e intangibles y conceptos de productos a través de medios masivos. Los elementos de la cultura se transmiten por tres instituciones: • • •

La familia, La religión, y La escuela.

Una cuarta institución juega un rol mayor en la transmisión de la cultura, son los medios de comunicación, tanto a través de los contenidos editoriales como de la publicidad. Algunas manifestaciones de la cultura • •

Carácter nacional Subculturas

• •

Lenguaje no verbal: posturas, gestos, preferencia alimentarias. Importancia de los símbolos, tabúes, prohibiciones, actitudes rituales (ritos de

transición: la graduación, el matrimonio, la jubilación y la muerte) Este significado cultural se extrae del mismo mundo de la cultura y se transfiere a un bien de consumo a través de la publicidad y del sistema de modas. Luego se transfiere a esos bienes a la conducta del consumidor mediante ciertos rituales de consumo. Factores sociales en el comportamiento del consumidor a) Grupo primario: es aquel en el que las relaciones personales son cara a cara con cierta frecuencia y a un nivel íntimo y afectivo. En estos grupos se desarrollan normas y roles. La familia, los grupos de un trabajo, los amigos, son ejemplos de tales grupos. El grupo primario ejerce un control informal sobre sus miembros, un control no institucionalizado pero no por ello menos eficaz. b) Grupo secundario: aquí se incluyen todos aquellos grupos que no son primarios, tales como las agrupaciones políticas, las asociaciones de ayuda, comisiones vecinales, etc. En estos grupos el individuo no se interesa por los demás en cuanto a las personas sino como funcionarios que desempeñan un rol. Al contrario de los grupos primarios, el control que se aplica es formal es decir hay reglamentaciones que establecen normas y sanciones. c) Grupos De Referencia: Es el grupo al cual uno quiere pertenecer, puede definirse como un grupo de personas que influyen en las actividades, valores, conductas y pueden influir en la compra de un producto y/o en la elección de la marca. PARTICIPACION POLITICA La participación es un proceso que implica transformaciones sociales significativas referidas a: movilización, integración, distribución equitativa y justa del producto social, cambio de estructuras mentales y materiales. Se destaca también como una condición relevante para la implementación del proceso de participación, la organización de la población en sociedades intermedias. Se puede definir a la participación como: Un proceso social por medio del cual la población organizada accede conscientemente a la toma de decisiones en las cuales está involucrada, con miras al Bien Común. La participación así concebida, comprende: Un proceso, porque implica una acción en la historia, una sucesión de acciones en el tiempo y en el espacio. Social, porque se refiere a las relaciones reciprocas de los seres humanos. Dinámico, porque requiere movimiento, no es estático, tiene fuerza activa que se renueva continuamente. FORMAS DE PARTICIAPCION POLITICA - Voto. - Referéndum. Otorga a los ciudadanos el derecho a rechazar o ratificar las decisiones de los cuerpos legislativos. - Plebiscito. La ciudadanía responde mediante al voto a una consulta efectuada por el Gobierno sobre asuntos de estado que son de interés fundamental. Pueden ser cuestiones internas o de orden internacional. - Iniciativa popular. Es la proposición al Parlamento de proyectos de Leyes presentados directamente por los ciudadanos. - Recall o Revocatoria. Derecho de deponer funcionarios o anular sus decisiones por medio del voto popular. - Jurados. Los ciudadanos integran jurados populares, que es una forma de colaborar con el poder Judicial.

REPRESENTACION La representación es el acto mediante el cual un representante (sea este gobernante o legislador) actúa en nombre de un representado (elector en el caso de las democracias) para la satisfacción de sus intereses. El representado puede controlar y exigir que el gobernante cumpla con sus responsabilidades por medio de mecanismos electorales institucionalizados (castigar a su partido político en las siguientes elecciones, por ejemplo) La representación política consiste en hacer presentes las voces, opiniones y perspectivas de los ciudadanos en el proceso de elaboración de políticas públicas. La representación política ocurre cuando los actores políticos hablan, abogan y actúan en nombre de otros en la arena política. El concepto de representación política posee dimensiones múltiples debido a que puede involucrar concepciones diferentes y conflictivas sobre cómo los representantes políticos deben representar a sus electores. Los arreglos esenciales de la representación política Según Bernard Manin: 1) Quienes gobiernan y quienes resultan representantes son nombrados por elección periódica, con intervalos regulares 2) La toma de decisiones por los que gobiernan conserva un grado de independencia respecto a los deseos del electorado. 3) Los que son gobernados pueden expresar sus opiniones y deseos políticos sin estar sujetos al control de quienes los gobiernan. 4) Las decisiones públicas se someten a un proceso de debate CULTURA POLITICA La cultura política de una nación es la distribución particular de patrones de orientación sicológica hacia un conjunto específico de objetos sociales los propiamente políticos entre los miembros de dicha nación. Es el sistema político internalizado en creencias, concepciones, sentimientos y evaluaciones por una población, o por la mayoría de ella. La cultura política se diferencia de otros conceptos igualmente referidos a elementos subjetivos que guían la interacción de los actores sociales en el campo de las relaciones de poder por su alcance y perdurabilidad. No se confunde, por ejemplo, con el concepto de ideología política, porque éste se refiere a una formulación esencialmente doctrinaria e internamente consistente que grupos más o menos pequeños de militantes o seguidores abrazan o adoptan y hasta promueven conscientemente (ideologías liberales, fascista, conservadora, etc.). La ideología política se refiere más a un sector acotado y diferenciado de la población que a ésta en su conjunto, como lo hace la cultura política, que tiene una pretensión general y nacional. De ahí que se hable de la cultura política del francés, del norteamericano, del mexicano, etc., aunque se reconoce la existencia de subculturas que conviven dentro de la gran cultura Política. La cultura política es un conjunto de valores, concepciones y actitudes que se orientan hacia el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de elementos que configuran la percepción subjetiva que tiene una población respecto al poder. Según Inglehart, la cultura política es parte fundamental para que el desarrollo económico genere una democracia estable, ya que la democracia no depende únicamente del factor económica. http://www.slideshare.net/husai1991/dinamica-funciones-y-cultura-politica http://www.slideshare.net/husai1991/dinamica-funciones-y-cultura-politica

http://www.slideshare.net/bravomartinez/cultura-politica-7742682 http://www.slideshare.net/darkdenis1/la-cultura-poltica

1. Dinámica política 2. Cultura política. Forma de participación politica 3. Función política 

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF