La Concepción de La Vida Según Séneca Final

September 21, 2017 | Author: mlorita5693 | Category: Seneca The Younger, Stoicism, Knowledge, Metaphysics, Happiness & Self-Help
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INTRODUCCIÓN El trabajo monográfico se titula La concepción de la vida según Séneca1. Séneca es un retorico, se destacó por la retórica y su pasión por la filosofía y adquirió la filosofía estoica. Responde a las cuestiones como: ¿Cuál es la visión metafísica sobre la concepción de la vida según Séneca? ¿Por qué la verdadera vida se encuentra en la búsqueda del conocimiento? ¿Qué importancia tiene el tiempo es su visión de la realidad? ¿Qué relación tiene con Dios su pensamiento? ¿Cuáles son los problemas morales con los que se enfrenta y cómo responde a ellos? Séneca con su filosofía dio respuestas a su época, y este trabajo pretende exponer estas respuestas y sacar conclusiones que permitan comprender con más claridad nuestra realidad y la concepción de la vida. A través de este trabajo se verá reflejado el centro de la filosofía de Séneca que es hacer reflexionar sobre el despilfarro inútil de la vida en vanas y vacías ocupaciones que no llevan a nada y mostrarles lo importante que es la búsqueda del conocimiento en la vida. La felicidad se encuentra en el conocimiento, en controlar sus pasiones, mediante regulación de los sentidos donde el libertinaje, la obscenidad y la lucha política imperaban, la vida parecía vacía de sentido. Este trabajo estudia la identidad de la concepción de la vida en la filosofía de Séneca, y la descripción de la concepción de la vida que se tiene hoy y como la verdadera vida se encuentra en la búsqueda del conocimiento. La vida para Séneca se solventa en una razón por la cual ésta merecía ser vivida, hoy la vida parece apoyarse sobre cosas que no están bien cimentados. Es por eso que es necesario profundizar sobre la concepción que tenía Séneca sobre la 1

Lucio Anneo Séneca, hijo de un rico provincial de la clase de los caballeros, nació en córdoba en torno al año 4 d.C. Pronto marchó a Roma donde recibió una buena formación con los mejores maestros, oradores, juristas y filósofos. Creció en Roma, formado de joven en el pitagorismo. Después de dedicarse a la vida forense abrazo la vida estoica. Ejerció la abogacía, destacando por sus dotes de orador. Sufrió las represalias de Claudio y Mesalina, que lo mantienen desterrado en la isla de Córcega durante ocho años, hasta que Agripina, la nueva esposa del emperador , lo hace regresar y le encarga la educación de su hijo, que más tarde, con el nombre de Nerón, alcanza el poder. Durante el mandato de éste, Séneca controla la política romana intentando dar juego al Senado y repartiendo cargos entre gente fiel a sus proyectos. Poco a poco, Nerón se emancipa de las influencias de la madre(a la que hace asesinar) y del viejo maestro, al que, tras haber sido revelado su nombre como participante de un complot político, se le envía la orden de suicidarse. La muerte se muestra esquiva al condenado y sólo llega después abrirse las venas de brazos y piernas, tomar la cicuta y sofocarse con los humos de unos baños (65 d.C.). Séneca compuso tragedias (a imitación de los clásicos atenienses), tratados filosóficos (algunos de ellos llamados Diálogo en recuerdo de Platón), Consolaciones, y las Epístolas morales a Lucilio, sin duda, su obra más conocida.

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vida y la concepción de vida que tenemos hoy. Para esto se inicia indagando en los conceptos de Séneca con respecto a la concepción de vida para hallar información adecuada al tema, siempre comparando el entorno social de Séneca con el de hoy en día. Luego se determinar la importancia y la comprensión de la filosofía de la vida para Séneca. Finalmente se define cual es la importancia que tiene la vida para Séneca. Ahora bien, en un mundo inmerso en el sedentarismo y el permisivismo, dónde el placer y la riqueza se han convertido en valores máximos prácticamente indiscutibles, resulta un poco difícil exponer la filosofía de los últimos estoicos romanos. Sin embargo, resulta bastante apropiado si uno tiene en cuenta que estos filósofos vivieron y escribieron en un mundo que, en muchos sentidos, resultaba muy similar al nuestro. Efectivamente, Séneca fue testigos del mismo hedonismo y de la misma relajación moral que observamos hoy por casi todas partes. Por eso el presente trabajo plantea dar una reflexión analítica sobre la concepción de vida en la filosofía de Séneca, por eso se tratara de describir de manera sencilla la concepción de vida que se tiene hoy en día y de especificar porque para Séneca la verdadera vida se encuentra en la búsqueda del conocimiento. Esto es posible porque el contorno social de Seneca es muy similar al actual, determinante en la moral de Séneca y su posible actualización. El problema metafísico que Séneca saca a la luz, en sus tratados, el aporte sobre el problema de Dios en su pensamiento. El Logos relacionado con la divinidad y el ser humano como el centro de la búsqueda del conocimiento. El trabajo se realiza a través de una investigación descriptiva y de comentarios porque se intenta describir el planteamiento de la concepción de la vida de Séneca y es un trabajo de investigación teórico en los que se usa recopilación de datos, libros manuales, fotocopias como fuentes de información que se utiliza los métodos analítico y deductivo. Para explicar a lo referente de la concepción del mundo, se presentará una comparación con la actualidad de nuestra sociedad para dar un aporte reflexivo. Este trabajo utiliza de la recopilación de documentos y fotocopias para es profundizar y

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proceder a través de ella al descubrimiento de elementos que pueden contribuir a nuevos aportes. Para esto se hará uso del método deductivo a través de los textos, documentos, libros de filosofía antigua, las cartas de Séneca y diccionarios filosóficos. En esta investigación se hará uso de algunas técnicas, como fichas y resúmenes, que sea sencilla de comprender con el objetivo de utilizarlas en el trabajo para que nos lleve a la idea central y poder así, desarrollar el tema.

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LA CONCEPCIÓN DE LA VIDA SEGÚN SÉNECA CAPÍTULO I LA VIDA EN LA FILOSOFIA DE SÉNECA Para Lucio Anneo Séneca la vida propiamente dicha constituía un arte, el arte de saber vivir porque la situación es enteramente diferente a lo que vemos, de modo que estamos en un camino a la perfección de la vida diaria. La vida es un arte, no consiste en dedicarse a existir, simplemente sobrevivir o vivirla como sea, sino en dar un sentido que motive vivirla y llevarla a la perfección. Séneca vivió en un tiempo en el que el despilfarro y el libertinaje propio de los emperadores de la gran Roma influenciaban al modo de concebir la vida. Calígula (12-41 d.C.) y Nerón (37-68 d.C.) fueron un gran ejemplo del exceso y las atrocidades cometidas en esos tiempos que muestran el vivir sin control y el entender la libertad como la capacidad de hacer lo que quieran2. El conocimiento quedo callado frente a la locura y al desenfreno de los emperadores; Séneca, frente a esta actitud, analizaba y buscaba hallar alguna respuesta. Esto y otras muchas cosas más motivaron a Séneca a escribir varios tratados y sus famosas obras entre ellas destacan las Cuestiones Naturales (54 d.C.), la Epístola a Lucilio (63-64), la serenidad mental y el retiro filosófico (55-56). Sus diálogos y tratados morales son más humanos y persuasivos que dogmáticos. De la brevedad de la vida obra en la cual el denunciara los errores en los que se cae a causa del desmedido e insulso gasto de la vida en cosas inútiles y es lo que en Séneca repercute para poder empezar a escribir su filosofía de la vida. La filosofía de Séneca no se basa en abstracciones, sino en la experiencia de la vida. «Su obra más conocida para sus contemporáneos fue De Clementia del 54 d. C. en la que sostiene que cuanto mayor es el poder de una persona, mayor es su capacidad de ejercitar clemencia proponiendo un modo distinto de manifestar el poder. Todas las 2

Fue exiliado por el emperador Claudio bajo sospecha de adulterio, estuvo allí ocho años en los que se dedicó a los estudios de la filosofía y donde compuso parte de sus obras. Volvió a Roma el 49 d.C. y fue el preceptor del emperador Nerón.

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producciones de tragedia de Séneca buscan dar consejos. También el De ira muestra que la enfermedad de los tiranos son los ataques de ira que se pueden vencer cuando en un acto de autodominio se lo guarda en lo más profundo del corazón y se la impide que se la arrastre a perder el control3. Era un esfuerzo constante por resistir a las presiones del mal, por asimilar partículas del bien: esfuerzo de perfeccionamiento moral, tanto más apreciable cuanto que debía luchar con circunstancias en extremo adversas, en medio de lazos inextricables en un mundo oscuro y preñado de insidias. Su filosofía no era un patrimonio de nociones, sino era la filosofía como amor a la sabiduría concebida como finalidad suprema de la vida, a la cual todos los otros intereses debían someterse.4 Por eso el hombre está llamado a perfeccionarse, es lo que Séneca llama la verdadera vida, es esta búsqueda del conocimiento a lo que quiere llegar y es lo máximo, el culmen de sus escritos. El poder controlar los sentimientos es algo que trata con mucho cuidado y lo lleva a una postura radical. Séneca práctica el estoicismo5 radical hasta su muerte, manteniéndose fiel a su doctrina, así intentó manifestar otro tipo de vida. Este trabajo aclara los puntos que Séneca expone sobre la vida: del hombre sabio que encuentra la felicidad, llega a la paz y tranquilidad del ánima; y también como se la administra en respuesta a la sociedad de Séneca. Ciertamente, la filosofía para Séneca constituye fundamentalmente asunto práctico, es decir, asunto encaminado primordialmente al buen vivir. Séneca descubre el valor de la interioridad que es como una barrera de protección contra un mundo disipado: «somos todos esclavos del destino alguno está atado con una larga cadena de oro, otros con otra corta y de vil metal. Pero qué importancia tiene ¿La misma presión encierra a todos? Toda la vida es una esclavitud»6. No es alcanzar goces o placeres, sino alcanzar la verdadera felicidad, la cual es paz y tranquilidad del ánimo. Estas tienen que ser permanentes para que tengan un valor, pero a tal efecto, es menester que el hombre se contente con lo que tiene a mano, ad manum, sin buscar lo externo. Cierto que Séneca no rechaza siempre las cosas externas, lo externo tiene valor pero

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Cf. SÉNECA, Tratados filosóficos, Porrúa S.A., México, 1975, De Ira. SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, Cartas a Lucilio IX. 5 En la Roma imperial del primer siglo la filosofía dominante fue el estoicismo que fue una reflexión posterior al rigorismo iniciada por Panecio. 6 SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, La tranquilidad del alma 17. 4

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solo en tanto que estas cosas puedan contribuir a dicho buen vivir. Cuando tal cosa no ocurre es mejor prescindir de ellas y atenerse a lo que uno tiene en sí mismo. Las cosas externas no son solamente los bienes materiales, sino también los conocimientos que contribuyan a la paz de ánimo. Conocer es fundamentalmente realizar el bien y el único sentido de la filosofía radica en su función docente, es decir, en ser o poder ser una enseñanza para la vida humana y, a través de ello, un remedio y un consuelo7. Séneca busca cómo llegar al conocimiento, la verdad y a la felicidad porque siempre nos buscamos a nosotros mismos y miramos solo a un lado, y no tenemos en cuenta a lo que está en nuestro alrededor. Séneca tiene una nueva visión de la sociedad, él contesta la esclavitud afirmando que la única esclavitud es aquella voluntaria a la cual incurre uno a través del vicio. Aunque nunca propuso abolir la esclavitud, Séneca defiende el principio de igualdad entre todos los hombres afirmando que un esclavo tiene plena dignidad humana. «Son esclavos. No son hombres. Son esclavos, no viven en tu misma casa. Son esclavos, no humildes amigos. Son esclavos, no compañeros de esclavitud, si piensas que el destino tiene igual poder sobre nosotros que sobre ellos».8 Séneca meditaba estos principios cada día, se los repetía a sí mismo para superar la pesadumbre y los grababa en los tratados morales que escribió en aquellos años9. En la obra de Séneca se encuentra una razón para vivir, lo suficientemente fuerte como para mantenerse firme con el paso del tiempo: el conocimiento. Está abierto a toda la reflexión filosófica: «suelo también visitar el campamento militar de los otros, no como desertor sino como explorador»10. Descarta una ortodoxia de escuela, aun siendo estoico reconoce que las otras filosofías pueden enseñarnos: «los filósofos del pasado no son nuestros patrones, sino nuestras guías; el que acepta pasivamente el pensamiento de otro ni encuentra ni busca algo nuevo»11. La vida se ha estado malgastando en cosas inútiles, si no se la

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J. FERRATER MORA, Diccionario de filosofía, Ariel S.A., Barcelona, 2009, 3223. SÉNECA, Tratados filosóficos, Porrúa S.A., México, 1975, Cartas a Lucilio XLVII. 9 Ibíd., XIV. 10 Ibíd., II 11 Ibíd., VXXXIV 8

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vive para adquirir el conocimiento; «el tiempo que tenemos no es corto pero perdiendo mucho de él hacemos que lo sea»12. En todo caso, Séneca más que filósofo es un consejero, un predicador y director de espíritus, y sus obras se sitúan muy acertadamente en la línea de la afrenta clásica. Su ética se aproxima con frecuencia a las cimas que alcanzará el Cristianismo y en este aspecto, la relación del cordobés con la moral cristiana debe investigarse teniendo en cuenta principalmente su enorme influencia en los autores de ésta, que se extiende no sólo al pensamiento, sino al estilo. Séneca alternó, a lo largo de casi toda su existencia, pero particularmente en los últimos años, amargados por las desilusiones políticas, una no desdeñable producción poética con la reflexión sobre temas filosóficos o científicos, que constituye su más frecuente y normal actividad espiritual.13 1.1 El Hombre realmente Sabio Para Séneca el hombre sabio es aquel que no se deja esclavizar por los afectos. El sabio reflexiona frente a los afectos y entiende que con ellos no logren nada, mas aún, sepárenle los afectos del camino virtuoso y quieto. Relacionado con esta concepción se encuentra el ideal antiguo del sabio, que no es solamente el hombre que sabe, sino el hombre de experiencia. El sabio es «el que posee todas las condiciones necesarias para pronunciar juicios reflexivos y maduros, sustraídos tanto a la pasión como a la precipitación»14. Por eso el sabio es llamado también el hombre prudente, el juicioso por excelencia. Así pues, la sabiduría del sabio no es meramente intelectual, pero si una de sus notas esenciales. El ideal de la sabiduría en esa época se halla «basado en la función de lo teórico con lo práctico o mejor dicho, en el supuesto de que el saber y la virtud son una misma cosa»15. Este hombre que alcanza esta sabiduría es uno, que como decíamos, tiene dominio de sí mismo, pero ¿cómo lo consigue? Séneca propone la práctica de un estoicismo riguroso y la búsqueda de la vida. El conocimiento vendría a ser un acto virtuoso del

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SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, Tratados Morales, V, 1. Cf. SÉNECA, Cartas a Lucilio XXVI. 14 J. FERRATER MORA, Diccionario de filosofía, Ariel S.A., Barcelona, 2009, 3143. 15 Ib. 13

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hombre, porque el sabio es quien domina sus propios afectos y en este dominar sus afectos son constantes, es decir, está en perpetua lucha. El hombre se afana en todo y eso hace que busque algún modo de escapar de la realidad, el hombre por naturaleza es afectivo y se deja llevar por ello, es de carne y hueso. También es importante lo que Séneca dice en sus obras de tener un concepto claro de la búsqueda de la vida, porque en ese tiempo la sociedad era muy diferente, los emperadores influenciaban en la sociedad de Roma. El hombre se refugia en los afectos buscando la felicidad, allí es donde Séneca entra con su doctrina de dar al hombre una manera de vivir, de esto hablan sus documentos. Por eso la voluntad del hombre es libre en cuanto es posible tener esa libertad, según Séneca el hombre esta corrompido por los sentimientos porque se deja llevar por los afectos que lo convierten en esclavo de ellos, por ir buscando su felicidad. Los afectos no desaparecen, ni por mucho dominio se rinden. Ellos pelean y atacan en lo más débil del hombre: el cuerpo. El hombre no es ni puede ser de piedra, el hombre siente, admira, goza, llora, siente dolor y pena, alegría pero todo esto debe ser doblegado ante la razón que nos dice que la virtud no está en estas cosas, ni menos la quietud que el alma tanto necesita. Séneca dice «que los demás sabios son como los médicos domésticos y caseros, que aplican a los cuerpos medicamentos suaves y blandos, no curando como conviene, sino como les es permitido».16 Aquí Séneca ve a los hombres que no están bien anímicamente de su alma, por eso es complicado al hombre que sea constante en la búsqueda del conocimiento. El sabio tiene una manera de tener el dominio de sus emociones como dice Séneca: El que llega a ser un hombre sabio es el que tiene dominio de sí mismo. Yo llamaré varón fuerte aquel a quien no rinde las guerras ni le atemorizan las levantadas armas de su enemigo, y al modo que hay algunas cosas que no se consumen con el fuego, antes conservan su vigor y naturaleza en medio de las llamas; y al modo que los altos escollos quebrantan la furia del mar, sin que ellos se vean indicios de la crueldad con que son azotados de las olas; de esta misma suerte, el ánimo del varón sabio, estando firme y sólido y prevenido de sus fuerzas, estará seguro de sus injurias, como las cosas que hemos referido17

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SÉNECA, Cartas a Lucilio 81 Ibíd. 82-83.

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En cierto modo, Séneca habla de cómo el hombre tiene esa opción de perfeccionarse, Séneca lo hizo con mucho trabajo utilizando también la filosofía estoica que lo resurge de un problema que tiene la sociedad donde vive. 1.2 Administrar la Vida18 El hombre sabio es el que administra con moderación y rectitud su vida. No se entrega a la exageración de la libertad carnal. Modera sus deseos dándole al cuerpo lo suficiente para subsistir. No concibe la ambigüedad ni la dejadez en sus deberes, guía su vida conforme a lo coherente y recto. Pero también Séneca hablara de la vida que es corta19 la vida es breve; el arte largo. De ahí también aquella sentenciosa exclamación del príncipe de los médicos: la vida es breve; el arte largo. De ahí también aquella acusación indigna de un hombre sabio que a la Naturaleza hizo Aristóteles: «que sólo a los animales les otorgo vida con mano tan larga, que la prolongan por cinco o diez siglos y que al hombre, en trueque, engendrado para tantas y tan grandes cosas, la circunscribió hacia aquende en términos tan angosto»20. La vida para Séneca es corta si es que se la vive por vivir 21, como si se les escapara de los dedos y también los animales son los que tienen más para vivir como dice Aristóteles, la naturaleza es la que se beneficia y el hombre es quien corta su existencia en la forma que vive. «La vida es el punto en el cuál se resuelve o se vanifica la existencia humana»22. La vida corresponde en llegar a adquirir conocimiento y practicar la virtud de la forma que Séneca dice en sus tratados, analizando qué es administrar la vida. También administrar bien el tiempo hace al hombre sabio, porque permite que su vida no se le escape, sino mantenerse ocupados para adquirir el conocimiento y practicar la virtud que hacen del hombre perfecto. 18

La concepción de la vida de los estoicos parte de la revalorización del tiempo como una energía dinámica y que fluye en modo perenne, así el tiempo con su recorrido le da un valor ético a la vida y hace de la existencia una búsqueda existencial para evitar que el hombre ocupado en las simples ocupaciones terrenas pierda la capacidad de vivir una vida con sentido. 19 Séneca habla sobre la cantidad y la calidad como criterios para evaluar la vida. El hombre común usa su vida en ocupaciones dispersivas, mientras que el sabio posee solo un instrumento, el tiempo. Gracias a este instrumento busca alcanzar en su vida la perfección moral y la sabiduría. 20 SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, De la brevedad de la vida, 27. 21 Séneca reflexiona sobre como escapar de la implacabilidad del tiempo y de la precariedad de las cosas humanas: «la vida es como un río que no se puede parar: la vida irá por el camino que se recorre y no volverá atrás ni detendrá su recorrido, no se puede alargar por un edicto del rey y nunca tiene paradas, jamás se detiene» Ibíd., VIII, 8. 22 SÉNECA, Cartas a Lucilio XLIX, 3.

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Tantos hay que se jactan de administrar empresas y grandes negocios rentables y de tener a su dirección mucha gente, siendo ellos los más esclavos pues siendo más diestros administradores la vida se les escapa entre los dedos, sin saber qué hacer ni dónde acudir, por lo que Séneca ve en un verdadero hombre quien sabe ocupar el tiempo de su vida, y no solamente en adquirir conocimiento, sino por encontrarse así mismo al ver que su vida es una importante búsqueda de la verdad23.

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El antídoto al fluir de la vida sin conquistar la inmortalidad se obtiene evadiendo el presente; el sabio es capaz de dominar con su pensamiento todas las edades que le han precedido y entrar en comunión con los grandes espíritus del pasado: «solo los desencantados dedicamos nuestro tiempo a la sabiduría, solo nosotros vivimos. El sabio no solo custodia su propia vida sino la de cada edad. Todos los años que quedan a su espalda han sido por el conquistados, no somos excluidos de ningún siglo y a cada uno tenemos libre acceso» Ibíd. XIV, 1.

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CAPÍTULO II LA VERDADERA VIDA PARA SÉNECA La vida no puede ser ocupada en otras cosas que no sea la búsqueda del conocimiento. El conocimiento fundamenta la vida y es la vida en sí. Afirma en su tratado sobre la felicidad que «del conocimiento de la verdad

un gozo grande

e inmutable, y la afabilidad y efusión del ánimo bienes, sino como frutos de su propio bien»24. Entonces, dedicar nuestra existencia a ocupaciones inútiles es desperdiciar la vida, es vaciarla; esta existencia al ser vaciada deja de ser vida porque no se la empleo en la búsqueda del conocimiento. En sus escritos Séneca desarrolla el ideal de la atemporalidad del sabio, el sabio usa el tiempo para salir del tiempo y lo hace conquistando valores que no necesitan ni dependen de la temporalidad: «quien cada día da a su vida el sentido último, no necesita del tiempo; del tiempo dependen los que viven en el temor, es su bramosia de futuro que les consume el alma porque el que está en poder del futuro es aquel para el cual el presente es vano»25. Efectivamente, Séneca dispone que esta verdadera vida sea buscar este conocimiento que te lleve a la verdad, a la plenitud de involucrarte en ésta búsqueda del conocimiento. Donde las cosas que nos esclavizan, como los vicios, hacen que nos encerremos en nosotros mismos, como en las cartas a Lucilio donde se postula: «haz que mueran tus vicios antes que tú; arráncate esos placeres tempestuosos que tan caros cuestan, que tan funestos son después como antes del goce. Aspira más bien a una felicidad constante»26. Es evidente que al escribir sus cartas, se preocupa en las virtudes de alcanzar la felicidad de deshacerse de los goces del cuerpo, siguiendo así la doctrina estoica que él pone en práctica. Esta verdadera vida, esta búsqueda se organiza en una época en que la sociedad de Séneca estaba perdida27, y la búsqueda del conocimiento supremo, de entrar en la 24

SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, Sobre la felicidad V. SÉNECA, Cartas a Lucilio CI, 8-9 26 Ibíd., XXVII. 27 Hay una distinción grande entre el Carpe Diem de Horacio (Cf. Oda I 11, 7-8) que busca simplemente el vivir intensamente cada momento de la existencia humana. Actitud que para Séneca 25

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vida plena de la sabiduría; como él también dice: la verdadera nobleza está en la filosofía. Sin embargo, una y otra te han puesto por encima del nivel vulgar y permiten aspirar a la suprema ventura. «Hay una gran diferencia entre el no querer y el no saber pecar»28 La filosofía, y este es su mérito principal, no repara la nobleza29, por eso Séneca afirma que entrar en la filosofía es adentrarse en la nobleza que no busca el bien propio, sino en reflexionar sobre lo que está sucediendo en nuestro entorno, por lo que se busca la armonía con lo externo. El autor busca así dar un camino de conducta al ser humano, donde se degrada su imagen30 y busca que se perfeccione, en medida que este proceso permite tener un orden. 2.1. El Conocimiento Sobre lo que se refiere el conocimiento, la verdadera vida para Séneca, consiste en el dominio de sí mismo que debe ser doblegado ante la razón. La razón está para equilibrar los sentimientos y afectos. Entonces para vivir verdaderamente es necesario comprender la vida, detenerse y comenzar adquirir el conocimiento. La vida no consiste en mantenerse ocupado, pues esto es despilfarrar nuestro tiempo en actividades que no te llevan a nada. Sino que la vida está sometida al tiempo y este así como aparece, desaparece en nosotros. Por esto mismo la vida es el periodo de tiempo en el que uno debe preocuparse por adquirir la sabiduría. De nada ayuda vivir la vida con prisa porque se desvía de su finalidad31, la cual cuando el tiempo ya este extinguiéndose no se habría cumplido y «trae a la memoria si tuviste algún día de firme determinación y si lo pasaste en aquello que le habías destinado»32. El ocupar la vida en los vicios y placeres como en la política, en la adquisición de riquezas, poder, diversiones y demás cosas son inútiles desperdicio. es una perdición, no basta capitalizar la alegría y el placer. La vida para Séneca es vivir cada día como si fuera el último en el sentido de llevar a la práctica una filosofía que busca conquistar la sabiduría y así combate contra el tiempo que pasa implacablemente. 28 Ibíd. XC. 29 Cf. Ibíd. XLIV. 30 «que cosa miserable es la humanidad si no se sabe elevar más allá de lo simplemente humano» SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, Naturales cuestiones XXIII, 2 31 « ¿Dónde nos lleva la muerte? Nos lleva hacia aquella paz en la que fuimos antes de nacer. La muerte es el No-Ser: es lo que precede la existencia. Después de mi será aquello que ha sido antes de mí. Todo lo que fue antes de nosotros es muerte, no hay diferencia entre el no nacer y el morir pues el efecto es siempre el mismo: No-Ser» SÉNECA, Tratados morales IV. 32 SÉNECA, De la brevedad de la vida I.

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El encontrarse a sí mismo, en mediación serena y fecunda, es más importante que toda posible integración pública. Esta no es apta para la vida perfecta. La madurez del hombre implica, en cuanto a grandeza, un esfuerzo supremo, superior a toda actividad: el esfuerzo de la contemplación de sí mismo33

Únicamente aquel que reflexiona sobre las cuestiones apoyándose en la razón y la moral, sabe de materias sencillas y las desarrolla también las complejas. El hombre juicioso es el que se ha entregado a la quietud y al conocimiento. Su concepto y juicio son fiables porque son fruto de una profunda reflexión y son ideas al azar. Sus verdades son incuestionables pues se confían en su sabiduría, no tanto por lo que dice sino por su vida misma que es testimonio de coherencia sobriedad y rectitud. Pues lo que Séneca concibe por organizar el tiempo que tiene en su vida, tienen el propósito de conducirse hacia el buen conocimiento, teniendo los valores conectados con la vida diaria. En efecto, la virtud es disposición y principio rector del alma; además de ser el fin que la naturaleza ha fijado para el hombre. « ¿Preguntaste misma»34. Por ello en el desarrollo del hombre la virtud da pautas sobre el comportamiento apropiado en tanto alcance el conocimiento, la disposición del alma, la sabiduría práctica, justicia, moderación y coraje.35 El hombre al encontrarse consigo mismo, puede fallar a causa de sus deseos que lo lleven por otra parte,36 y no tenga la suficiente capacidad para buscar y alcanzar su perfección en la vida. Por lo tanto, el saber de un hombre juicioso es aprehendido por su intelecto, pero sin olvidar la percepción sensorial. Es fundamental para conocer el bien un principio de conducta que satisfaga la idea general de conformidad con la naturaleza, formada por inducción e introspección, así como los hechos particulares de la naturaleza humana que el hombre. El ser racional tiene la capacidad de entender y comprender las actividades universales de la naturaleza. Séneca nos dirá que la virtud es el único 33

G. USCATESCU. Séneca nuestro contemporáneo, 21. SÉNECA, tratados morales, II, 9. 35 J. I. CRUZ «Hombre-Naturaleza: Búsqueda del bien (lectura desde el estoicismo de Séneca)» jurid. Manizales 6,2 (2009) 140-146. 36 Séneca considera parte de la sabiduría el erradicar el mal desde dentro del corazón del hombre para que este no lo conduzca al fracaso: «ante todo será siempre más fácil rechazar el mal que gobernarlo, no acogerlo que moderarlo pues cuando se toma posesión del alma humana se hace más fuerte que aquel que debería gobernarlo» SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, Diálogos IV, 23 34

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bien, que hay bien posible sin virtud, y que la virtud reside en la parte más noble de nuestro ser, es decir, en la sustancia razonable. No es algo innato ni tampoco se llega por azar. Entonces, el conocimiento moral tiene como antecedentes la observación y comparación de casos repetidos37. Al adquirir este comportamiento de que se llama el conocer, en la búsqueda del conocimiento, la virtud lleva al buen conocimiento perfeccionando al hombre porque en medida que la virtud ayude a los asuntos humanos es beneficiosa a causa del conocimiento. Así para poseer ese conocimiento o el saber que pertenece a la virtud, es menester poseer el conocimiento constitutivo de la virtud como un todo38. Conduce a la búsqueda del conocimiento y a la perfección que inclinan hacia la verdadera felicidad39 que además, no limita sino que trae una nueva vida liberadora de la situación del hombre en las circunstancias de las que no puede salir. 2.2. El Logos Finalmente el problema del logos40, el problema que presenta de Dios en el pensamiento de Séneca y el aporte filosófico de Séneca. Para eso es antecedente hablar de dos tipos de logos: primeramente el Logos Divino y en segundo lugar el Logos humano. Séneca concibe al logos divino y humano, seria al de Dios y al del hombre. Para Séneca la presencia Divina es providente, es decir, que hay un plano divino detrás de la belleza y el orden del universo y que no existe la casualidad. Desarrolla

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Ibíd. 145 Ib. 39 En la concepción antropológica de Séneca, la felicidad plena coincide con un estado de vida nunca una posesión, para Séneca el camino de la sabiduría trasforma al hombre en un ser libre que ya no depende del mundo exterior para sentirse realizado: «La verdadera felicidad es no tener necesidad de buscar felicidad» SÉNECA, Tratados Morales III. Además dirá que «nadie es infeliz sino por culpa suya» I, 7. 40 Él termino se traduce por palabra, expresión, pensamiento, concepto, discurso, habla, razón, inteligencia. A esta multitud de significaciones se han agregado otras, o derivadas de ellas, o combinando algunas de ellas; ha sido usado mismo para significar ley, principio, norma. Además de un decir (y especialmente un decir inteligible y razonado) se ha entendido por logos el principio inteligible del decir, la razón en cuanto razón universal, que es al mismo tiempo la ley de todas las cosas. Con el logos se engendra un ámbito inteligible que hace posible el decir y el hablar de algo, pero a la vez este ámbito puede ser resultado de la inteligibilidad de lo que es en cuanto logos. Cf. J. FERRATER MORA, Diccionario de filosofía, Ariel S.A., Barcelona, 2009, 87-88. 38

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su visión en su tratado De Providentia. Inicia su obra afirmando que Dios se interesa por nosotros y que su providencia preside el universo41. De Dios hemos recibido todo y el hombre tiene dos dones que le hacen superior a todo lo creado y le permiten dominarlo: La ratio (Logos en griego) y la sociedad. El hombre no posee en si la inmortalidad pero si la razón (El Logos humanos). Cierto es que la metafísica de Séneca no es totalmente original, y hay que encuadrarla dentro del esquema de la filosofía estoica, pero no puede reducirse a aquella, su exposición explica el problema de Dios en relación con su filosofía y adopta una postura crítica al respecto42. El estudio sobre el ser y su metafísica se encuentran en la carta LVIII a Lucilio. Allí hace un análisis de la realidad en la búsqueda del género universal que comprenda a todo y cree encontrarlo en primer lugar en el Logos griego, que traduce por aquello que es, expresión que no podemos hacer equivalentes por esencia, palabra que Séneca reserva para traducir la griega ousía, como la cosa necesaria, la naturaleza que contiene el fundamento de toda cosa y que hoy sería en nuestra concepción equivalente a substancia. El logos es para Séneca, en principio, aquel primer género del cual dependen las otras especies, del cual nace toda división y en el cual la universidad de las cosas está comprendida. Para alcanzarlo Séneca asciende a partir del hombre, «si comenzamos a retroceder y a buscar en él su ser primitivo; así retrocediendo, llegamos al primero»43. Y buscando el origen de las cosas, el ser donde empieza todo esto, inicia en el hombre. Cuando se pregunta ¿Cuál es este ser que existe por excelencia? Y él mismo se contesta: «es Dios, mayor y más poderosos que todos».44 Por lo que Séneca dice que Dios es el origen del ser, el principio que produce un Logos activo capaz de mover a 41

SÉNECA, Op. Cit., Porrúa S.A., México, 1975, De providentia I,2. Cf. J. F. ORTEGA MUÑOZ, «La metafísica y el problema de Dios en la filosofía de Séneca», Analecta Malacitana, 6 (1983) 301-317. 43 Ibíd. 303-304 44 Ibíd. 305. En la metafísica de Séneca la presencia de Dios es origen y garante de la sabiduría en lo creado, Dios no es simplemente un motor sino aquel que con su diseño da coherencia al universo. En él la casualidad es una realidad inexistente en la esfera divina, a diferencia de otras filosofías de su tiempo, la divinidad y solo ella, da la explicación final del universo: «Un orden tal no puede pertenecer a una materia que se agita casualmente. El encuentro de elementos carentes de un plan no podrían poseer este equilibrio ni estarían dispuestos de un modo tan sabio. El universo no puede ser ni existir sin Dios» SÉNECA, Tratados morales XIX. 42

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los demás, como en los padres griegos el Logos, como una potencia que está en continuo movimiento, es activo más potencia y más perfecto. «Un Logos de Dios viviente, activo y creador, como tampoco el que el propio Logos no difiera, por naturaleza, de Aquel de quien procede»45. Una filosofía de la dualidad de principios, de origen oriental, estaba en boga en la época de Séneca y es parte de la influencia del imperio decadente, aunque bien es cierto que esta influencia está presente incluso en la filosofía griega y más aún, es coincidente con el nacimiento de la filosofía misma y testimonio de ello es la filosofía pitagórica. Para el estoicismo todo ser es resultado de dos principios: «un principio activo, que es razón de su unidad, y un principio pasivo, materia inerte, sobre la que se ejerce la actividad del agente»46. Esto en la filosofía de Séneca es la causa y la materia. A través de esto se llega al logos divino en la búsqueda del ser por excelencia. Séneca por su aporte a la filosofía mediante las cartas que hace a Lucilio llega a decir que el logos humano concurre con el logos Divino, hay una relación de lo humano con lo Divino47. Séneca al no ser cristiano podía haber oído las frases de Jesucristo que eran pensamientos de un verdadero sabio, y así también, por las cartas de San pablo.

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GREGORIO DE NISA, La Gran Catequesis, Ciudad Nueva, Madrid, 1994, I, 10. J. F. ORTEGA MUÑOZ, «La metafísica y el problema de Dios en la filosofía de Séneca», Analecta Malacitana, 6 (1983) 306. 47 No obstante la providencia divina y el deseo de colaborar del sabio con su Dios, en el mundo suceden desgracias a todos los hombres, este es un punto interesante por el cual Dios no es simplemente una Divinidad, sino en su esencia es un Logos, es decir, que aún en la incoherencia aparente hay una lógica divina que es benéfica para el hombre. Dios pone a prueba a los mejores para fortalecerles para que sean ejemplo a los otros: «Si Dios disturba a los mejores con inconvenientes es precisamente por esto, porque son los mejores, mientras que conserva flácidos aquellos destinados por su necedad a la desgracia» SÉNECA, Naturales Cuestiones IV, 7. 46

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CAPÍTULO III LA VERDADERA VIDA Y LA FALSA VIDA 3.1. Las Verdaderas Ocupaciones En lo que se refiere a la verdadera y la falsa vida, son relevantes las actividades que el ser humano realiza día a día en su vida. En consecuencia, Séneca hace referencia a los ocupados, solo ellos pueden adquirir la sabiduría por no estar derrochando el tiempo. Ellos son sabios pues no malgastan su tiempo en cosas inútiles y viles, sino que se apoyan en el conocer. Solo ellos están detenidos en verdaderas ocupaciones y son quienes viven y viven de verdad ocupados en lo que vale y sirve. Las verdaderas ocupaciones que Séneca se refiere es a la que el relata en sus cartas a Lucilio: «es que me presto a los negocios, no me entrego a ellos; ni busco las ocasiones de mal emplear mí tiempo. En cualquier sitio en que esté, dirijo mis pensamientos según mi voluntad y medito sobre algún objeto útil»48. Aquí Séneca ocupa su tiempo en meditar sobre algo que sea útil, con la necesidad de poder organizar su tiempo y buscar nuevas ocupaciones en las que constituya su modo de vivir, por lo que pone en manifiesto su perfeccionamiento en el alma. Como en sus cartas pronuncia la manera de que a Lucilio le iba inculcando: «Obra así, querido Lucilio: reivindica para ti la posesión de ti mismo y el tiempo que hasta ahora se te arrebataba, se te sustraía o se te escaba, recupéralo y consérvalo. Persuádete de que esto es así tal como escribo: unos tiempos se nos arrebatan, otros se nos sustraen y otros se nos escapan. Sin embargo, la más reprensible es la perdida, que se produce por la negligencia. Y si quieres poner atención, te darás cuenta de que una gran parte de la existencia se nos escapa obrando mal, la mayor parte estando inactivos, toda ella obrando cosas distintas de las que debemos de obrar». Séneca lo que quiere es ir al problema que hay en el ser humano que la mayor parte de la vida obra lo que él quiere siguiendo su instinto impulsivo de conducta humana. Como dice Séneca « ¡Acógete a estas ocupaciones más altas! ¿Crees tú que eso de vigilar que el grano sea ensilado en los alholíes sin disminución por fraude o 48

SÉNECA, Cartas a Lucilio LXIII.

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negligencia de los acemileros, que no lo vicie la humedad o lo recaliente, que responda al peso y a la medida, admite parangón con aquel acercarse el alma a estas ocupaciones?».49 Con este fragmento Séneca encuentra las ocupaciones que el alma debe tener en lo profundo del ser, la voluntad de encontrar el conocimiento en consecuencia de la realidad del ser humano. Por esto es que no temen a la muerte sino que han vivido el bien. No les importa las ofensas pues atenderlas es malgastar el tiempo, nada les quiebra, están seguros en sí mismos. La sabiduría lleva al bien, nunca al mal, sus ocupaciones serán en torno al bien50. Esto es norma para alcanzar la felicidad del alma, teniendo en cuenta la búsqueda del conocimiento y las buenas ocupaciones que no desperdician el tiempo en que se vive. 3.2 El Hombre Juicioso El hombre juicioso busca el conocimiento de la realidad en que está contenida la sabiduría. Porque únicamente aquel que reflexiona apoyándose en la razón y la moral sabe de materias sencillas y desarrolla también las complejas. Este es el hombre juicioso, quien se ha entregado a la quietud y al conocimiento. Así también muchos varones de la mayor categoría, habiendo dejado los estorbos y renunciado a las riquezas, cargos y placeres, pueden poseer la ciencia de la vida.51 En consecuencia, el hombre tiene esa relación con la naturaleza porque está dotado por ella con la capacidad de comprender los sucesos cósmicos y de promover la racionalidad de la naturaleza con su propio esfuerzo, pero de igual modo tiene la capacidad de obrar de manera tal que deje de conformarse con la voluntad de la naturaleza. Esto hace del hombre un agente moral52. Un hombre juicioso no es el que va criticando por ahí a todo el mundo, sino es quien tiene discernimiento sobre las cosas naturales y puede conseguir anular sus críticas que hieren a las otras personas, y más aún ayudar en conducir al buen camino. Bajo es este fundamento, Séneca propone que el hombre puede ser bueno en su ignorancia: 49

Ibíd. XIX. 55-56 Cf. G. USCATESCU, Séneca nuestro contemporáneo, 66. 51 Cf. SÉNECA, Cartas a Lucilio VII. 36 52 J. I. CRUZ «Hombre-Naturaleza: Búsqueda del bien (lectura desde el estoicismo de Séneca)» jurid. Manizales 6,2 (2009) 141-142. 50

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¿Ya te ha persuadido ese individuo de que él es un hombre bueno? Pero un hombre bueno ni puede hacerse, ni comprobarse tan presto. ¿Sabes a quién calificaría yo ahora de hombre bueno? A ese, que lo es de segunda categoría; por el otro quizá (se refiere al que es bueno y grande en la sociedad de los individuos del mundo), como el fénix, nazca una vez cada quinientos años. Y no es sorprendente que las cosas grandes se produzcan a intervalos: lo mediocre y destinado al uso corriente la fortuna lo produce con frecuencia, más lo eximio ella avala por su escasez. Sin embargo, ese tal todavía está muy lejos de lo que declara ser y sí él supiera que es un hombre bueno, toda vía no creería aún que lo es, quizás hasta desconfiaría de poder serlo. Pero él juzga mal de los malos. Esto también lo hacen los malos y no existe un castigo mayor para la maldad que el descontento que tiene de sí misma y de los suyos, pero odia a los que usan despóticamente de un repentino poder, el hará otro tanto cuanto tuviese el mismo poder.53

El hombre no comprende la importancia que tiene de entrar en la quietud y el conocimiento. Su concepto u juicio son fiables porque son fruto de una profunda reflexión y no así son ideas al azar. Son verdades incuestionables porque se confía en la sabiduría, y no tanto por lo que se dice, ya que su vida misma es testimonio de coherencia, sobriedad y rectitud.54 3.3. Los Ocupados La vida de los ocupados es breve porque sus intereses están en la búsqueda de las riquezas y los bienes. Los absorben de tal modo que se olvidan de sí mismo y olvidan que el tiempo corre. Sólo reaccionan cuando está cerca la muerte y entonces es tarde. En efecto, los ocupados son los que pierden su tiempo, sin saber lo que están viviendo, como adormilados que pierden la búsqueda del conocimiento. El hombre agobiado de quehaceres sólo se ocupa en la ciencia de vivir que es la más difícil.55 El hombre metido en su mundo está como encerrado, cumpliendo lo que debe hacer para subsistir, más el hombre no vive y sólo se preocupa por las cosas que el mundo le encierra, es esclavo de todo lo que lo rodea sin darse cuenta. Por eso concepción de la vida es que existe el hombre agobiado que se harta de la vida y busca otra alternativa para escapar de la realidad. Entonces, estar ocupado es pensar que la vida es muy breve y hay que aprovecharla. Sin embargo, la manera apropiada de hacerlo es buscando el conocimiento divino con las virtudes que llevan al ser humano a la perfección. 53

SÉNECA, «algunas-cartas-de-Séneca-a-Lucilio», http://es.scribd.com/doc/22535614/algunascartas-de-Séneca-a-Lucilio (19-10-2014). 54 Cf. G. USCATESCU. Séneca nuestro contemporáneo, p. 66 55 SÉNECA, Carta a Lucilio VII. 35

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El hombre que está desocupado dice Séneca: «ese tal no es un desocupado, dale otro nombre: es un enfermo, más todavía, un muerto».56 Los que se creen que están ocupados hablando de los demás, pierden el tiempo y por lo tanto los denomina desocupados. Los ocupados ponen grandes esfuerzos en recordar el pasado, pues están tan ajetreados en la vida que la distracción les impide analizar y reflexionar sobre su presente, además viven el presente pensando en el futuro.57 3.4. El Placer Los que no están en el conocimiento no viven de verdad. Entonces ocurre que existen diversas ocupaciones en las cuales la vida se va vaciando, consumiendo hasta secarla. El vino, las fiestas y los placeres entorpecen el conocimiento y nos desvían poco a poco de la existencia real. Con esto la vida va distorsionándose hasta dejar de ser. Quien dedica su vida a los placeres momentáneos, a la búsqueda de la satisfacción individual, entra en un círculo vicioso que aparenta una falsa sensación de vida. Como Séneca en su escrito dice: «entre los primeros, cuento a aquellos que a ninguna otra cosa se dedican sino al vino y al placer; nadie hay tan vergonzosamente ocupado como ellos».58 Donde los hombres se dan al libre albedrio, sus ocupaciones se encaminan hacia la perdición, lo que es reprochable. «Todos pecan con una virilidad mayor; pero de los que se sumieron en la glotonería o en la lujuria, la mancilla es deshonrosa».59 Pero Séneca como pone un conjunto de condiciones como el conocer que es lo que apetecemos. Llénese de todo aquello que suele deleitar los sentidos; ponga después los ojos en las cosas pasadas y acordándose de los antiguos entretenimientos, alégrese de ellos, acérquese a los futuros, disponga sus esperanzas; y mientras su cuerpo está enviciado en la golosina presente, ponga los pensamientos en lo que espera, que con sólo esto lo juzgo por el más desdichado, siendo frenesí abrazar los males en lugar de los bienes.60

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Cf. Ibíd. 35 Cf. USCATESCU George. Séneca nuestro contemporáneo, p. 66 58 SÉNECA, Carta a Lucilio VII 35. 59 Ib. 60 SÉNECA, Tratados morales, I,12-13 57

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Entonces, los vicios son una debilidad por las que el hombre resulta encadenado, muchas veces ocultos, y cuando éstos adquieren confianza en sus fuerzas, serán tan audaces como aquellos vicios que por su pujanza son ya patentes.61 Nadie existe entre los imprudentes a quien deba dejarse librado a sí mismo; es entonces que agitan los malos propósitos, que tejen tramas de futuros peligros para otros o para sí mismos, que ímprobos ardores se alistan; que todo lo que el ánimo por miedo o por pudor encubría, ahora expone, aguzando la temeridad, excitando la concupiscencia, instigando la iracundia. Y con dejadez el cuerpo quiere lo que la carne lo hace débil: Los apetitos del cuerpo se reducen a bien poco; no pide otra cosa el cuerpo que resguardase del frio, de la sed, del hambre. Fuera de esto, cualquiera otro deseo es un vicio, es un capricho, nunca una necesidad.62 Por esto, el ser humano procura olvidar lo que es la realidad y se refugia en la embriaguez: Un alma encadenada por la embriaguez no es dueña de sí. El hombre que se embriaga divulga sus cosas y las ajenas. Es falso razonamiento empleado respecto a la proposición, «no se confían secretos a un hombre que tiene el vicio de embriagarse».63 Con esto la vida dedicada a los vicios busca la sensación de bienestar momentáneo. Muchos por llegar a encontrar esta sensación se sumergirán en el exceso y este exceso llevara al hombre a su deterioro de forma gradual. Adormecer la vida es la única función del placer, pues en su búsqueda obsesionada es donde la vida pasa a transformarse en dependiente. Cuando no se encuentra el placer en la vida esta se torna oscura y miserable. Los afectos entendidos como deseos del cuerpo son los que enferman el alma. Al dejarse llevar por los afectos, alimentamos los apetitos del cuerpo y lo fortalece, tanto que el cuerpo quiere llegar a dominar al alma y termina ahogándola. Con esto quiere decir Séneca que en si la maldad son cuerpos, la virtud es lo contrario porque alienta el alma y subordina el cuerpo; entonces, dependiendo cuál

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SÉNECA, «algunas-cartas-de-Séneca-a-Lucilio», http://es.scribd.com/doc/22535614/algunascartas-de-Séneca-a-Lucilio (19-10-2014). 62 Cf. SÉNECA, tratados filosóficos, Porrúa S.A., México, 1975, 60. 63 SÉNECA, Carta a Lucilio LXXXIII.

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cultivas más, ese será el dominante. Más importante es el alma, ya que a ella se debe alimentar, pues a ella le corresponde las virtudes. 3.5. La Vanidad Uno de los peores desgastes de la vida radica en la auto admiración de la belleza. Los valiosos segundos de la vida se van perdiendo como si pudieran recuperarse en horas de maquillaje y costosos peinados. La obsesión por la estética lleva al hombre a un constante cambio y a transformaciones que llegan a la exageración. La auto contemplación excesiva hace al hombre estar estático en una ocupación tan vacía que te va quitando muchos momentos importantes. La vanidad nos puede esclavizar porque encierra al hombre en sí mismo, entendiendo que lo más importante somos nosotros y nadie más, como un esclavo. «Uno es esclavo de la lujuria, otro de la avaricia, otro de los honores; todos esclavos de la esperanza, todos del temor».64 La vanidad para Séneca es una pérdida de tiempo, quita el tiempo de vivir e introduce en una agonía que adormece la mente. Se define como un tipo de arrogancia, engreimiento, una percepción exagerada de la soberbia. De acuerdo a la teología cristiana clásica, la vanidad hace que el hombre no necesite de Dios. Es considerado como el vicio maestro. No lleva a ninguna parte al hombre, solo a su egoísmo, solo se ostenta por su vanidad. Está también falto de contenido de conocimiento, vacío en la realidad como si estuviera viviendo una fantasía; Es hueco, inútil, infructuoso y sin efecto, esa persona llega a ser un arrogante y un presuntuoso. Un vicio que el ser humano lo va adquiriendo, también un vicio que de tanta contemplación de uno mismo hace un egoísta que vive para el mismo, sin necesidad de ayuda de nadie. En conclusión, para la vanidad no interesa la búsqueda del conocimiento, se pierde de vista este objetivo y se encamina a la admiración de sí mismo dejando a lo que está en su alrededor a un lado, y encerrándose en sí mismo. Y por tanto, una pérdida de tiempo al buscar la verdad, adquirir este conocimiento mediante las virtudes. Sin

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SÉNECA, Tratados Morales.

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embargo, la belleza en sí es muy buena porque es la creación de Dios, pero como dice Séneca, si su vida solo es eso y nada más, no llegará a nada porque el cuerpo físico es pasajero y se va deteriorando mientras que pasa el tiempo. Más aún, lo importante es el alma del hombre, por la cual se encuentra el verdadero conocimiento, la felicidad y ese encuentro con los verdaderos sabios.

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CAPÍTULO IV LOS PROBLEMAS DE HOY EN DIA 4.1. La Ciencia El pensamiento de Séneca se guiaba por la búsqueda de la verdad a través de la razón llegando a concluir casi siempre en la existencia de una realidad sobrenatural a la que el mundo está sujeto. Hoy la ciencia se ha encargado de desplazar y hacer a un lado lo sobrenatural y dedicarse solamente al mundo objetivo y su explicación: en esta área se ha avanzado mucho y se han llegado a acallar antiguas creencias y dogmas. Por estas causas el conocimiento ha llegado a limitarse solo al campo científico y el hombre, como consecuencia lógica comienza a vivir sujetándose a lo material y olvidando lo trascendental. La novedad de estos cambios, a diferencia de los ocurridos en otras épocas, es que tiene un alcance global que, con diferencias y matrices, afectar al mundo entero. Habitualmente, se los caracteriza como el fenómeno de la globalización. Un factor determinante de estos cambios es la ciencia y la tecnología, con su capacidad de manipular genéticamente la vida misma de los seres vivos y con su capacidad de crear una red de comunicaciones de alcance mundial, tanto pública como privada, para interactuar en tiempo real, es decir, con simultaneidad, no obstante las distancias geográficas. Como suele decirse, la historia se ha acelerado y los cambios mismos se vuelven vertiginosos, puesto que se comunican con gran velocidad a todos los rincones del planeta.65 La globalización es un complejo que posee diversas dimensiones (económicas, políticas, culturales, comunicacionales, etc.) Para su justa valoración, es necesaria una comprensión analítica y diferenciada que permita detectar tanto sus aspectos positivos como negativos. Lamentablemente, la cara más exitosa de la globalización es su dimensión económica, que sobrepone y condiciona las otras dimensiones de la vida humana. En la globalización, la dinámica de mercado se absolutiza facilidad la eficacia y la productividad como valores reguladores de todas relaciones humanas. Este peculiar carácter hace de la globalización un proceso promotor de inequidades e injusticias múltiples. La globalización, tal como está configurada actualmente, no es capaz de interpretar y reaccionar en función de los valores objetivos que se encuentran más allá del mercado y que constituyen lo más importante de la vida humana: la verdad, la verdad, el amor, y muy especialmente, la dignidad y los derechos de todos aun de aquellos que viven al margen del mercado.66

El documento de Aparecida evidencia que el hombre deja de lado la vida espiritual y se aboca más al campo científico, buscando respuesta a lo que el ser humano quiere. La filosofía no difiere de la ciencia más que por constituir un estado primitivo (o 65

CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, (Aparecida 2006), «Documento – Conclusiones», en CELAM, Conferencias Generales de Aparecida, 2006, 96. 66 Ibíd. 26

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preliminar) de la actividad científica. La filosofía es una ciencia igual a las otras en cuanto a la estructura de sus teorías, métodos usados y propósitos que la mueven. Hay una filosofía que no puede llamarse ciencia, porque no es más que expresión poética o concepción del mundo, pero que por ello no puede tampoco calificarse seriamente de filosofía; la filosofía que merece tal nombre es una ciencia que se ocupa de ciertos problemas principalmente lógicos, el análisis de los cuales constituye un auxilio indispensable para el desarrollo de las demás ciencias.67 En esto vemos que la ciencia convoca a diferentes épocas del hombre y con un propósito marcado a un objetivo, la filosofía es una ciencia que también ha revolucionado con el pasar de los años, pero que ha ido apartando al hombre de lo que Séneca estudia, buscar la verdadera ciencia en el conocimiento El poder de la ciencia surge del matrimonio entre la atrevida conjetura y la evidencia experimental y los procesos que impulsan a los científicos a hacer su trabajo son más complejos que la simple determinación de descubrir la verdad; el investigador puede sentirse motivado por un deseo de tener éxito y también puede desear refutar algunas conjeturas por razones personales.68 Sin embargo, el científico procura tener éxito y personalmente buscarse así mismo, encerrando sus teorías en conceptos sobre la búsqueda de la verdad, y entonces, queda excluido del conocimiento. 4.2. El Éxito Hoy en día el hombre busca perfeccionarse buscando los medios adecuados para este fin. Triunfar se ha vuelto la principal ocupación, pues hoy en día vivimos en un mundo de competencia, en un mundo donde no hay cabida para los perdedores y solo el que triunfa encuentra oportunidades. Las oportunidades para el ser humano se redujeron y muchos optamos por la supervivencia en donde la velocidad del cambio es más rápida que la luz. Para poder ser felices tenemos que hacer que el otro pierda entrando así en un individualismo. Optamos por ganar solo nosotros y alegrarnos de ello. El obtener honores y galardones nos transforma es seres importantes a los ojos de algunos y empezaremos 67 68

Cf. J. FERRATER MORA, Diccionario de filosofía, Ariel S.A., Barcelona, 2009, 491. D. PAPINEAU, Filosofía, Blume, Barcelona, 2009, 99.

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a depender de halagos. Al buscar solo ser halagados nos transformamos en aquellos sofistas que despreciaba tanto Sócrates porque se desviaban de la verdad y la mercantilizaban. El hombre en la sociedad vive para trabajar, contrario a trabajar para vivir: esta recidumbre de espíritu es poco apto para la vida bienaventurada y «piensa que tu temprana edad, cultivada con toda suerte de estudios nobles, no auguró precisamente que se te hubiese de encomendar el cuidado de muchos miles de fanegas de trigo; cosa mayor y más alta prometiste. No faltaran para esos menesteres hombres de escrupulosas exactitud y de amor al trabajo».69 Por eso el hombre busca la atención de los demás, que lo alaben, que lo consideren, pero hay seres humanos que con la fortuna se las ganan a las personas, como los sofistas que la sabiduría que ellos tenían la vendían a un precio. El ser humano está determinado por el éxito, un buen resultado, de obras o cosas que las personas aceptan con agrado. Todo ser humano quiere tener éxito en la vida, pero muchas veces tiene atropellar para conseguirlo, muchas veces es para acumular más fortuna y no para un bien propio. Sin eso el hombre no se siente realizado, tiene como objetivo de llegar a lo más alto sin importar como sea porque en la sociedad el que no tiene éxito no es buen ciudadano y es rechazado por la sociedad. Es por eso que llegara a ser el primero el que tiene éxito, y el otro que está en blanco, al contrario, será rechazado por que su pensamiento no es válido. El hombre busca el éxito para su beneficio personal, y no le importa a quien destruir por conseguirlo, la usa para él mismo y se convierte en un individualista y egoísta que mira desde lo alto a los demás con desprecio. Es por eso que Séneca en su documento, en la brevedad de la vida dice sobre el aburrimiento del rico: Es muy corta y desasosegada la vida de aquellos que olvidan las cosas pasadas, descuidan las presentes, abrigan temores del porvenir; cuando llegan al final, comprenden tarde los pobres cuanto tiempo han estado ocupados en no hacer nada. Y no hay razón para que creas demostrar que ellos que viven una vida larga según el argumento ese de que de vez en cuando llaman a la muerte; los atormenta la imprevisión en medio de pasiones vagas y

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SÉNECA, Carta a Lucilio XVIII, 54-55

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que desembocan en lo mismo que más temen; desean a menudo la muerte justamente porque la temen.70

Consiguen trabajosamente lo que quieren, retienen angustiados lo que consiguieron entretanto no echan cuenta ninguna de un tiempo que no ha de volver jamás. Nuevas ocupaciones suplantan a las antiguas, una esperanza suscita otra esperanza, una ambición otra nueva ambición. No se busca el final de las desgracias, sino que se cambia su trama. Que nuestros cargos ya nos han torturado: «más tiempo nos roban los ajenos. Que dejamos ya de sufrir como candidatos: empezamos a hacerlo como votantes. Que nos quitamos de encima el fastidio de presentar acusaciones: nos empeñamos en participar en juicios. Que uno dejó de ser jurado: es presidente. Que envejeció administrando a sueldo bienes ajenos: ahora está cogido por sus propios caudales».71 Vemos que para Séneca el éxito es para ser más que los demás, poderosos e inalcanzables, pero también, los poderosos sufren lo mismo que las demás personas y su vida se hace insoportable porque ocuparon toda su vida en hacerse muy exitosos y olvidaron de vivir, aprovecharla en la búsqueda del conocimiento. 4.3. La Libertad Sexual Sobre la libertad sexual, el desenfreno de los jóvenes por buscar placer ha hecho necesario en el hombre refugiarse en la sexualidad para encontrar en ella la satisfacción. La permisibilidad llega al externo de cometer locuras, todo por el espíritu de aventura más que todo en él hombre y en lo referente a la sexualidad a causa del desenfreno de encontrar palco en las relaciones sexuales sin responsabilidad. La pedofilia, zoofilia, el homosexualismo, bisexualismo y la pornografía infantil, son los casos más extremos a los que ha llegado el hombre por vivir una vida solamente guiada por el culto a la satisfacción. Los afectos entendidos como deseos del cuerpo son los que enferman al alma. Al dejarse llevar por los afectos, alimentados los apetitos del cuerpo y lo fortalece, tanto que el cuerpo quiera llegar a dominar al alma. Estos afectos que son cuerpos, a la vez corrompen el alma y la ahogan. 70 71

SÉNECA, De la brevedad de la vida XVI, 45. Ibíd. XVII, 48.

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Con esto quiere decir Séneca que en sí la maldad son cuerpos. Ante estos cuerpos las virtudes son sus contrarios. Las virtudes alientan el alma y subordinan el cuerpo dependiendo cual cultivas más, ese será el dominante. Lo más importante es el alma, a ella se debe alimentar, a ella le corresponde las virtudes y eso hay que alimentar. Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios; aquí está precisamente el gran error ú …Q x D h z f sifica el concepto de la realidad y solo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas. Surge hoy, con gran fuerza, unas sobrevaloración de la subjetividad individual. Independientemente de su forma, la libertad y la dignidad de la persona son reconocidas. El individualismo debilita los vínculos comunitarios y propone una radical transformación del tiempo y del espacio, dando un papel primordial a la imaginación. Los fenómenos sociales, económicos y tecnológicos están en la base de la profunda vivencia del tiempo, al que se le concibe fijado en el tiempo presente, trayendo concepciones de inconsistencia e inestabilidad. Se deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos de los individuos a la creación de nuevos y muchas veces arbitrarios derechos individuales a los problemas de la sexualidad, las enfermedades y la muerte.72

Vemos que en este documento que en el individualismo se allá reflejado el egoísmo del hombre, en querer usar todo para conseguir su objetivo, utilizando a las personas no importando sus sufrimientos con llegar a una meta. El ser humano busca su propia satisfacción, y para ello, puede convertirse en un animal: «pues con todo esto es un animal imprudente y si no se le arrima alguna ciencia y mucha erudición, es una fiera, que no sabe enfrenar sus deseos».73 Después Séneca habla de aquellas ciudades que están cerradas por sus desenfrenos y no acogen a nadie por su libertinaje: « ¡Cuántos medio dormidos y mustios de la juerga de la noche pasada, al nombre de aquellos infelices que rompieron su sueño por esperar el de otro, a aquel nombre susurrado mil veces a medio labio responderán con un bostezo insolentísimo!»74 Pero lo que Séneca alude es que no hay que preocuparse de los placeres de este mundo sino en encontrar el principio del conocimiento: «los mismos placeres que te demoran y retienen los has agotados; ninguno hay que sea nuevo para ti, ninguno que no te lo haya hecho odioso la propia sociedad».75 Es esto lo que Séneca rechaza, esta forma de alienación y darse tiempo para los placeres y de vivir una vida libre: «En primer lugar, sin embargo, pongo en 72

CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, (Aparecida 2006), «Documento – Conclusiones», en CELAM, Conferencias Generales de Aparecida, 2006, 21. 73 SÉNECA, Carta a Lucilio XIV, 89. 74 SÉNECA, Carta a Lucilio XIV, 49. 75 SÉNECA, «algunas-cartas-de-Séneca-a-Lucilio», http://es.scribd.com/doc/22535614/algunascartas-de-Séneca-a-Lucilio (19-10-2014).

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la lista a aquellos que no tienen tiempo para ninguna cosa que sea el vino y la lascivia».76 Así Séneca como se dijo antes, el hombre gasta su vida y deja llevar por el placer de la carne y se va el hombre destruyendo por el individualismo y egoísmo que reina en el corazón del hombre, y que arrastra a las demás personas también destruyéndolas.

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SÉNECA, De la brevedad de la vida VII, 21.

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CONCLUCIÓN Para Lucio A. Séneca la vida propiamente dicha constituye un arte, el arte de saber vivir porque la situación es enteramente diferente a lo que vemos, de modo que estamos en un camino a la perfección de la vida diariamente. La vida como arte no consiste en existir o sobrevivir, en que hay que vivirla como sea, sino que se le tiene que dar un sentido, algo que motive vivirla y así llevarla a la perfección. Séneca vivió en un tiempo en el que despilfarro la vida y, el libertinaje propio de los emperadores de Roma influenciaban, en un desorden total se vivía. Calígula y Nerón fueron un gran ejemplo del exceso y las atrocidades cometidas en esos tiempos que no se controlaba nada. Séneca vio muy de cerca estas cosas que analizaba y buscaba hallar algunas respuestas a esto y otras muchas cosas más motivaron a Séneca a escribir varios tratados y sus famosas obras como por ejemplo: «de la brevedad de la vida» obra en la cual el denunciará los errores en los que se está cayendo a causa del desmedido e insulso gasto de la vida en cosas inútiles y es lo que en Séneca repercute para poder empezar a escribir su filosofía de la vida. La filosofía de Séneca no se basa en abstracciones, sino en la experiencia de la vida. Su filosofía era amor a la sabiduría concebida como finalidad suprema de la vida, al que todos los otros intereses debían someterse. Por eso el hombre está llamado a perfeccionarse, es lo que Séneca llama: la verdadera vida, en esa búsqueda del conocimiento; esto de poder controlar los sentimientos es algo que lo trata con mucho cuidado y lo lleva a una radical postura. Donde el estoicismo lo practica rigurosamente hasta su muerte, manteniendo fielmente a su doctrina que lo que hizo es manifestar otro tipo de vida. Sobre el hombre sabio, este hombre realmente encuentra esta felicidad, de llegar a la paz y tranquilidad del ánimo; la sociedad en la que vive Séneca, la vida es vivida fugazmente, sin sentido de vivirla en la carne. La filosofía es, pues, para Séneca fundamentalmente asunto práctico, es decir, asunto encaminado primordialmente al bien vivir, no el alcanzar goces o placeres, sino la verdadera felicidad, la cual es paz y tranquilidad del ánimo. Esta paz y tranquilidad tienen que ser permanentes para que tengan un valor. Cierto que Séneca no rechaza las cosas externas, pero ello es

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solo en tanto que estas cosas pueden contribuir a dicho bien vivir. Las cosas externas en este caso son no solamente los bienes materiales, sino también los conocimientos que no contribuyan a la paz de ánimo. Conocer es fundamentalmente conocer y realizar el bien. Bien, vimos que Séneca como llegar al conocimiento y la verdad o la felicidad, porque siempre nos buscamos a nosotros mismos y miramos a un solo lado, y no tenemos en cuenta a lo que está en nuestro alrededor. En la obra de Séneca se encuentra una razón para vivir lo suficiente fuerte como para mantenerse firme con el paso del tiempo: el conocimiento. La vida se ha estado malgastando en cosas inútiles, si se ha vivido buscando este conocimiento, el tiempo que tenemos no es corto. Para Séneca el hombre sabio es aquel que no se deja esclavizar por los afectos. El sabio reflexiona frente a los afecto y entiende que con ellos no logra nada. El sabio es el que posee todas las condiciones necesarias para pronunciar juicios reflexivos y maduros, sustraídos tanto a la pasión como a la precipitación. Por eso el sabio es llamado también el hombre prudente. Así, la sabiduría del sabio, cuando menos en la época a la cual nos referimos, no es sabiduría meramente intelectual, pero abarca así mismo el saber intelectual como una de sus notas esenciales. Este hombre, tiene dominio de sí mismo pero ¿cómo lo consigue? Mediante la práctica de un estoicismo riguroso y la búsqueda de vida y el conocimiento que eso vendría hacer un acto virtuoso del hombre, que implica una perpetua lucha. Por eso la voluntad del hombre es libre en cuanto es posible tener esa libertad, el hombre esta corrompido por los sentimientos porque se deja llevar por los afectos, se hace esclavo de ellos, buscando su felicidad. Ellos pelean y atacan en lo más débil del hombre: el cuerpo. El hombre no es ni puede ser de piedra, el hombre siente, admira, goza, llora, siente dolor y pena, alegría pero todo esto debe ser doblegado por la virtud, pues no está en estas cosas ni menos la quietud que el alma tanto necesita. Séneca habla de cómo el hombre tiene la opción de perfeccionarse. El hombre sabio es el que administra con moderación y rectitud su vida. No se entrega a la exageración de la libertad carnal. Modera sus deseos dándole al cuerpo lo suficiente para subsistir; la vida es breve. La vida para Séneca es corta si es que se

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la vive por vivir, por la forma que vive. Séneca ve a un verdadero hombre que sabe ocupar su tiempo en su vida, no solamente de adquirir conocimiento, sino de encontrarse así mismo y ver que su vida es importante como búsqueda de la verdad. La vida no puede ser ocupada en otras cosas que no sea la búsqueda del conocimiento. El conocimiento fundamenta la vida y es la vida en sí. Dedicar nuestra existencia a ocupaciones inútiles es desperdiciar la vida; la verdadera vida es buscar este conocimiento que lleva a la verdad, a la plenitud del conocimiento. Para vivir de verdad es necesario comprender la vida, detenerse y comenzar adquirir el conocimiento. La virtud es el único bien, y que no hay bien posible sin virtud, y que la virtud reside en la parte más noble de nuestro ser, es decir, en la sustancia razonable. Siguiendo con el tema; el conocer, así para poseer ese conocimiento o el saber pertenece a la virtud. En lo que se describe esta conducta de que el valor entra en la búsqueda del conocimiento. Pero lo que se quiere tratar es el problema que tiene Séneca, el logos, con lo que el conocimiento va en relación. Este problema del logos, para esto se habló de dos tipos de logos: el logos Divino y el logos humano, de Dios y del hombre. El estudio sobre el ser lo encontramos en la carta LVIII a Lucilio. Allí hace un análisis de la realidad en la búsqueda del género universal que comprenda a todo y cree encontrarlo en primer lugar en el Logos griego, que traduce por aquello que es, expresión que no podemos hacer equivalentes por esencia, palabra que Séneca reserva para traducir la griega ousía, como la cosa necesaria, la naturaleza que contiene el fundamento de toda cosa y que hoy sería en nuestra concepción equivalente a substancia. El logos es para Séneca, aquel primer género del cual dependen las otras especies, del cual nace toda división y en el cual la universidad de las cosas; así retrocediendo, llegamos al principio. ¿Cuál es este ser que existe por excelencia? Es Dios, mayor y más poderosos que todos, es lo que existe por excelencia, el origen del ser en que él está, esto produce que haya un logos activo que haga mover a los demás, por que como lo vieron los padres griegos el logos, como una potencia, que está en continuo movimiento, es activo, más potencia, más perfecto. Pero para el estoicismo todo ser el resultado de dos principios: «un

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principio activo, que es la razón de su unidad, y un principio pasivo, materia inerte, b

…C

información de esta materia por un agente que la penetra y que mantiene unidas sus partes, pero Séneca se expresa así: como sabes, dicen nuestros estoicos que hay en la naturaleza dos cosas de las cuales se produce todo: la causa y la materia». Séneca hace este su aporte a la filosofía, el más importante; hace esto para enfocar en el logos divino, hay algo muy importante que lo caracteriza, esa búsqueda del ser por excelencia. Que el logos humano concurre con el logos Divino, hay una relación de lo humano con lo Divino. Esta es su visión metafísica que tiene y pronuncia Séneca en su filosofía. En lo que se refiere a la verdadera vida y la falsa vida, entran las cosas que al ser humano hace día a día en su vida; solo los ocupados en adquirir la sabiduría no están derrochando el tiempo. Ellos son sabios pues no malgastan su tiempo en cosas inútiles y viles sino que se apoyan en lo máximo que la vida puede ofrecer; el conocer. Aquí Séneca ocupa su tiempo en meditar sobre algo que sea útil, con la necesidad de poder organizar su tiempo y buscar nuevas ocupaciones en las que constituya su modo de vivir, por lo que pone en manifiesto su perfeccionamiento en el alma. El hombre juicioso es el que se ha entregado a la quietud y al conocimiento. Pues el hombre está dotado por naturaleza con la capacidad de comprender los sucesos cósmicos y de promover la racionalidad de la naturaleza con su propio esfuerzo, pero de igual modo tiene la capacidad de obrar de manera que deje de conformarse con la voluntad de la naturaleza, estos puntos son los que hacen al hombre un agente moral. Con esto un hombre juicioso no es que va criticando por ahí a todo el mundo, sino es que tiene ese discernimiento de las cosas naturales y porque consigue anular sus críticas que hieren a la otra persona, sino en ayudarla en conducir su camino. Lo que Séneca ve es que lo que son ocupados son los que pierden su tiempo, sin saber lo que están viviendo como adormilados y pierden la búsqueda del conocimiento. El hombre agobiado de quehaceres se ocupa menos en que en vivir, el hombre metido en su mundo está como encerrado, cumpliendo lo que debe hacer para subsistir, hay hombres que se hartan de la vida y buscan otra alternativa para

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escapar de la realidad. El hombre que está desocupado dice Séneca: es un enfermo, más todavía, un muerto. Con esto la crítica de Séneca a los que se creen que están ocupados, aquellos que están en el barbero hablando de los demás, pierden el tiempo y por lo tanto los denomina desocupados. Con esto se va comprendiendo a que se refiere a los ocupados más claramente, sin embargo su filosofía en muy rigurosa. También Séneca hay tres tiempos que se divide la vida. En el presente, en el pasado, y el futuro. De estos Séneca concluye que el presente es vivísimo, el pasado dudoso y el futuro nulo. Los ocupados ponen grandes esfuerzos en recordar el pasado, pues en tan ajetreados en la vida, la distracción les impide analizar y reflexionar su presente. Viven el presente pensando en el futuro, si llegan a recordar esta memoria es desabrida. El vino, las fiestas y los placeres entorpecen el conocimiento y nos desvían poco apoco de la existencia real. Con esto la vida va distorsionándose hasta dejar de ser. Quien dedica su vida a los placeres momentáneos, a la búsqueda de la satisfacción individual entra en un círculo vicioso que aparenta una falsa sensación de vida; a aquellos que a ninguna otra cosa se dedican sino al vino y al placer; nadie hay tan vergonzosamente ocupados como ellos. Donde los hombres se dan al libre albedrio, sus ocupaciones se encaminan hacia la perdición. Por esto ser humano procura olvidar lo que es la realidad, que también se refugia en la embriaguez: Un alma encadenada por la embriaguez no es dueña de sí. El hombre que se embriaga divulga sus cosas y las ajenas. Adormecer la vida es la única función del placer; cuando no se encuentra el placer en la vida esta se torna oscura y miserable. Lo más importante es el alma, a ella se debe alimentar, a ella le corresponde las virtudes y eso hay que alimentar. Hablando de la vanidad entendemos que unos de los peores desgastes de la vida residen en dedicar el tiempo al auto admiración de la belleza. Los valiosos segundos de la vida se van perdiendo como si pudieran recuperarse en horas de maquillaje y costosos peinados. La obsesión por la estética lleva al hombre a un constante cambio a transformaciones que llegan a la exageración. La auto contemplación con excesiva hace al hombre estar estático en una ocupación tan vacía que te va quitando muchos momentos importantes, vanidad nos puede esclavizar, en todo caso nos encierra en

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nosotros mismos, entendiendo que lo más importantes somos nosotros y nadie más. La vanidad para Séneca, es una pérdida de tiempo que quita el tiempo de vivir y entra en una agonía que adormece la mente. La vanidad se define como un tipo de arrogancia, engreimiento, una percepción exagerada de la soberbia. De acuerdo a la teología cristiana clásica, la vanidad hace que el hombre no necesite de Dios. La belleza es muy buena, es la creación de Dios pero como dice Séneca si su vida solo es eso no llegará a nada porque el cuerpo físico, es pasajero el cuerpo se va deteriorando mientras que pasa el tiempo porque para Séneca lo importante es el alma del hombre, que encuentre con la verdadero conocimiento, la felicidad y ese encuentro con los verdaderos sabios. Del capítulo VI: los problemas de hoy en día, Séneca se guiaba por la búsqueda de la verdad a través de la razón. Hoy la ciencia se ha encargado de desplazar y hacer un lado lo sobrenatural y dedicarse solamente al mundo objetivo y su explicación: en esta área se ha avanzado mucho y se han llegado a acallar antiguas creencias y dogmas. Por estas causas el conocimiento ha llegado a limitarse solo al campo científico y el hombre, como consecuencia lógica comienza a vivir sujetándose a lo que aquí y olvidando lo trascendental. Lo que el científico busca es buscarse a sí mismo y hoy en día el hombre busca perfeccionarse buscando los medios adecuados para este fin. Triunfar se ha vuelto la principal ocupación, pues hoy en día vivimos en un mundo de competencia, en un mundo donde no hay cabida para los perdedores, un mundo donde solo el que triunfa encuentra oportunidades. Para poder ser felices tenemos que hacer que el otro pierda entrando así en un individualismo. Optamos por ganar solo nosotros y alegrarnos de ello. El obtener honores y galardones nos transforma es seres importantes a los ojos de algunos y empezaremos a depender de halagos. El hombre en hoy en día busca el éxito para su beneficio personal, y no le importa a quien destruir por conseguirla, la usa para él mismo y se vuelve un individualista y egoísta que mira desde lo alto a los demás con desprecio. En esto se resume la vida para estos: se hacen insoportable que no quieren vivir y se ocuparon toda su vida en hacerse muy exitosos y se olvidaron de vivir y aprovecharla en la búsqueda del conocimiento.

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Ahora determinamos sobre de la libertad sexual: el desenfreno de los jóvenes por buscar placer ha hecho necesario en el hombre refugiarse en la sexualidad para encontrar en ella la satisfacción, causa del desenfreno de encontrar palco en las relaciones sexuales sin responsabilidad. La pedofilia, zoofilia, el homosexualismo, bisexualismo y la pornografía infantil, son los casos más extremos a los que ha llegado el hombre por vivir una vida solamente guiada por el culto a la satisfacción. Estos afectos son los que corrompen el alma y la ahogan. Lo que el ser humano busca es su propia satisfacción y como consecuencia puede convertirse en un animal: pues con todo esto es un animal imprudente y si no se le arrima alguna ciencia y mucha erudición, es una fiera, que no sabe frenar sus deseos. Así Séneca como se dijo antes, el hombre gasta su vida y se deja llevar por el placer de la carne y se va el hombre destruyendo por el individualismo y egoísmo que reina en su corazón, y que arrastra a las demás personas, también destruyéndolas.

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BIBLIOGRAFÍA CONFERENCIA

GENERAL

DEL

EPISCOPADO

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(Aparecida 2006), «Documento – Conclusiones», en CELAM, Conferencias Generales de Aparecida, 2006, 96. CRUZ J. Iván, «Hombre-Naturaleza: Búsqueda del bien (lectura desde el estoicismo de Séneca)» jurid. Manizales 6-2 (2009). FERRATER MORA José, Diccionario de filosofía, Ariel S.A., Barcelona, 2009. GREGORIO DE NISA, La Gran Catequesis, Ciudad Nueva, Madrid, 1994. ORTEGA MUÑOZ J. F., «La metafísica y el problema de Dios en la filosofía de Séneca», Analecta Malacitana, 6 (1983) 301-317. PAPINEAU David, Filosofía, Blume, Barcelona, 2009. SÉNECA, Tratados filosóficos - Tratados Morales, Porrúa S.A., México, 1975. ________,

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________, Tratados filosóficos - Naturales cuestiones, Porrúa S.A., México, 1975. ________, Tratados filosóficos - Sobre la felicidad, Porrúa S.A., México, 1975.

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ANEXOS

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PROYECTO DE INVESTIGACION Tema: La concepción de la vida según Séneca Problemática: ¿Cuál es la visión metafísica sobre la concepción de la vida según Séneca? Objetivo General: Comparar la concepción de la vida de Séneca y la concepción de vida de hoy en día. Objetivos Específicos: *Describir la concepción de vida de Séneca. *Explicar porque para Séneca la verdadera vida se encuentra en la búsqueda del conocimiento. *Indagar en los conceptos de Séneca con respecto a la concepción de vida para hallar información adecuada al tema. *Comparar el entorno social de Séneca con el de hoy en día. *Determinar la importancia y la comprensión de la filosofía de Séneca. *Definir la importancia que tiene la vida para Séneca. JUSTIFICACIÓN: En la actualidad la mayoría de las personas viven sin poder entender casi nada en el mundo, dedicamos muy poco tiempo a la reflexión de nuestra vida y muchas veces buscamos ser felices pero no sabemos ni que es ser felices, ni donde está la felicidad, ahora en este tema lo que dice Séneca, que la felicidad se encuentra en el conocimiento, en controlar sus pasiones, mediante regulación de los sentidos donde el libertinaje, la obscenidad y la lucha política imperaban, la vida parecía vacía de sentido. En este trabajo lo que se va hacer es estudiar e investigar la identidad de la concepción de la vida en la filosofía de Séneca, y la descripción de la concepción de la vida que se tiene hoy y como la verdadera vida se encuentra en la búsqueda del

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conocimiento. La vida para Séneca se solventaba en una razón por la cual ésta merecía ser vivida, hoy la vida parece apoyarse sobre cosas que no están bien cimentada. Es por eso necesario profundizar sobre la concepción que tenía Séneca sobre la vida y la concepción de vida que tenemos hoy. Esta investigación busca identificar la concepción de vida en la filosofía de Séneca y ayudara también a poder ver el punto de vista de Séneca mediante una óptica filosófica y en los tiempos de hoy. Séneca con su filosofía dio respuesta a su tiempo como lo está haciendo hoy ahora y con esta investigación se busca también dar respuestas y sacar conclusiones que permitan comprender con más claridad nuestra realidad y concepción de vida. También este trabajo busca hacer reflexionar a toda persona sobre el despilfarro inútil de vidas en vanas y vacías ocupaciones que no llevan a nada y mostrar lo importante que es la búsqueda del conocimiento en la vida. METODOLOGÍA: Todo esto a través de una investigación descriptiva y de comentarios porque se intenta describir el planteamiento de la concepción de la vida de Séneca y es un trabajo de investigación teórico en los que se usa recopilación de datos, libros manuales, fotocopias como fuentes de información que se utiliza los métodos analítico y deductivo. TIPOS DE ESTUDIOS: Para explicar a lo referente de la concepción del mundo de Séneca también para dar un aporte reflexivo, este trabajo se utiliza la investigación fundamental ya que es considerada trabajo de investigación teórica, en la recopilación de documentos y fotocopias que el investigador procede a su tratamiento teórico, en el sentido de que de objeto de estudio trata sobre una teoría y lo que se pretende es profundizar y proceder a través de documentación al descubrimiento de elementos que pueden contribuir a nuevos aportes.

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MÉTODO: El método que se usara en el presente trabajo es de textos, documentos, libros de filosofía antigua, un poco de las cartas de Séneca algunos fragmentos y atlas filosóficos. TÉCNICAS DE ESTUDIO: Las técnicas a utilizar en este trabajo son textos, resúmenes, bibliografías, fichas, comentarios, elaboración de esquemas y recopilación de textos bibliográficos. ESQUEMA LOGICO APRIORISTICO INTRODUCCIÓN 1. LA VIDA EN LA FILOSIFIA DE SENECA 1.1.

El hombre realmente sabio

1.2.

Administrar la vida

2. LA VERDADERA VIDA PARA SENECA 2.1.

El conocimiento

2.2.

El logos

3. LA FALSA VIDA 3.1.

Las verdaderas ocupaciones

3.2.

El hombre juicioso

3.3.

Los ocupados

3.4.

El placer

3.5.

La vanidad

4. LOS PREOBLEMAS DE HOY EN DIA 4.1.

La ciencia

4.2.

El éxito

4.3.

La libertad sexual

CONCLUSION BIBLIOGRAFIA ANEXOS

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ÍNDICE INTRODUCCIÓN

3

1.

6

La vida en la filosofía de Séneca

1.1. El hombre realmente sabio

9

1.2. Administrar la vida

11

2. La verdadera vida para Séneca

13

2.1. El conocimiento

14

2.2. El Logos

16

3. La falsa vida

19

3.1. Las verdaderas ocupaciones

19

3.2. El hombre juicioso

20

3.3. Los ocupados

21

3.4. El placer

22

3.5. La vanidad

24

4.

26

Los problemas de hoy en día

4.1. La ciencia

26

4.2. El éxito

27

4.3. La libertad sexual

29

CONCLUSION

32

BIBLIOGRAFIA

39

ANEXOS

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