La Celebración del Misterio Cristiano.

December 5, 2018 | Author: niolayjose | Category: Eucharist, Easter, Jesus, Priest, Christ (Title)
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JOSÉ ANTONIO ABAD IBÁÑEZ

LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO Segunda edición corregida y ampliada

eU]~{SA EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A. PAMPLONA

FACULTAD DE TEOLOGÍA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

Manuales de Teología,

n.O

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Primera edición: Marzo 1996 Segunda edición: Enero 2000 © Copyright 2000: José Antonio Abad Ibáñez Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA) ISBN: 84-313-1749-3 Depósito Legal: NA 3-2000 Nihil obstat: Ildefonso Adeva lmprimatur: José Luis Zugasti, Vicario general Pamplona, 7-VII1-1995 Fotocomposición:

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CAPÍTULO

VIII

LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO EUCARÍSTICO

«La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio del mismo SeñoD>(CEC 1322). Este proceso unitario de los sacramentos de la iniciación se conserva especialmente vivo en las iglesias orientales, en las que -según la legislación vigente- se confieren a los niños el Bautismo y la Confirmación y existe la posibilidad de darles incluso la primera Comunión, si así lo establece el derecho particular de cada iglesia (cfr. CICO, cc. 695 y 710) «La Iglesia latina, que reserva el aGcesoa la Sagrada Comunión a los que han alcanzado el uso de la razón, expresa cómo el Bautismo introduce a la Eucaristía acercando al altar al niño recién bautizado para la oració~ del Padre Nuestro» (CEC 1244). .

l.

LAS PREFIGURACIONES DE LA EUCARISTÍA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

El proyecto salvífico de Dios es una realidad unitaria y lineal que, en su revelación y realización, se ha llevado a cabo de forma progresiva y mirando siempre hacia la plenitud de los tiempos y, más en concreto, al Misterio Pascual de Cristo. Por eso, aunque la Eucaristía es una realidad radicalmente nueva y original, ha surgido en plena· armonía con la economía antigua, que es el marco adecuado para su plena comprensión. De ahí la conveniencia de estudiar las instituciones, . figuras y profecías del Antiguo Testamento, concretamente los sacrificios, la Pascua, la Alianza, el Siervo de Yahveh, y los tipos y profecías eucarísticas. 253

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1.1. Los sacrificios veterotestamentarios Los sacrificios ocuparon un lugar central en la historia de la salvación y en el culto de Israel. Eran actos cultuales con los que el pueblo expresaba la absoluta soberanía de Dios sobre todo lo creado y simbolizaba su donación personal, tratando de captar la amistad, la benevolencia o el perdón divinos; de ahí el cuidado con que se seleccionaban y, a la vez, se destruían los animales y frutos de la tierra que eran ofrecidos. Atendiendo a la materia, los sacrificios se agrupaban en dos grandes bloques: cruentos e incruentos, según se ofreciesen víctimas o frutos del campo .. Los sacrificios cruentos adoptaban la forma de holocaustos o comunión. Los holocaustos consistían en quemar completamente la víctima y se realizaban con un ritual muy sencillo (cfr. Lv 2, 9). En el período nómada tenían un sentido latréutico; después, expiatorio. Los sacrificios pacfficos tenían un carácter festivo y alegre (cfr. Jc 16, 23; 1 S 1,3 ss.; 9, 12.22 ss.; 11, 15; 1 R 1, 9). Era característico de ellos la participación tripartita en la víctima: Dios, el sacerdote y el oferente. Al comerlo en un lugar sagrado, los comensales se sentían lnvitados por Dios y entraban en «comunión» con la divinidad. El ritual de estos sacrificios -que se ofrecían para cumplir algún deseo, dar gracias u alcanzar algún favor- está descrito en el Levítico (cfr. Lv 3). A estos sacrificios hay que añadir los expiatorios, cuya finalidad era obtener el perdón de las faltas involuntarias, aunque sin excluir los demás pecados. En ellos desempeñaban Un papel importantísimo la sangre y la carne sacrificada (cfr. 2 S 24, 15-25; 2 R 3, 27; lb 42, 7 ss:). El más importante de todos era el Yom Kippur. Según el ritual descrito en el Levítico (cfr. Lv 16, 11-33), el Sumo Sacerdote entraba en el sancta sanctorum y ofrecía dos sacrificios: uno por él mismo y la casta. , sacerdotal, y otro por el pueblo; la sangre tenía un papel preponderante. () das, Las sobreconnotaciones todo a la luz de eucarísticas la carta a de los este Hebreos: sacrificio lo realizaba son muyel acusaSumo Sacerdote, con sangre, por los pecados, y obteniendo el perdón de los mismos. Je_s1l9.D.§to, §llm,º__ Sª.Q.~rdote,mediante su sangre derramada cruentamente en lacruz y ofrecida como expiación de todos·los pecados, restaura la Alianza rota por la infidelidad; y en el sacrificio eucarístico continúa derramando místicamente esa sangre «para el perdón de los pecados» de todos los hombres, especialmente los de su Pu~blo. En los sacrificios incruentos se ofrecían frutos del campo. El oferente llevaba la ofrenda a los sacerdotes -ministros oficiales del sa254

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crificio--, quienes la quemaban parcialmente sobre el altar «como memorial» (Lv 2,2), quedándose con el resto (cfr. Lv 2, 3). Cuando se ofrecían como complemento de los sacrificios cruentos, iban acompañados de una libación de vino (cfr. Lv 23, 13; Nm 15, 5-7). 1.1. La Pascua La Pascua d,elÉxodo. La Pascua era la principal fiesta judía desde los tiempos del Exodo, momento en el que Yahveh eligió a Israel como pueblo suyo y le hizo vivir unos acontecimientos que cambiaron radicalmente su historia: la salida y liberación de la esclavitud de Egipto, el paso del mar Rojo y la realización de la Alianza prometida en la falda del Sinaí. Esta intervención salvífi,ca especial de Dios estaba destinada a ser una realidad permanente: «Este será un memorial entre vosotros y lo celebrar:éis como fiesta en honor de Yahveh de generación en genera .. ción» (Ex 12, 14). Su descriRción aparece dos veces: una como mandato de Dios a Moisés (cfr. Ex 12, 1-4) Y otra como mandato divino transmitido por Moisés al pueblo (cfr. Ex 12, 21-27). En virtud del mandato divino, todos los años, el día 10 del mes de Nisán (Abib antes del exilio), cada familia separaba-del resto del i"-eba-.. ño un cordero o cabrito de un año y sin defecto. El día 14 lo inmolaba entre las dos luces. Luego rociaba con la sangre las jambas y el dintel de la puerta de la propia casa. Finalmente, entrada la noche cada familia -a veces varias familias reunidas- comía el cordero asado, con un ritual semejante al que usaban los pastores en la fiesta de primavera, pero con un significado completamente distinto, porque lo que ahora se conmemoraba era la intervención salvífica de Yahveh en favor de su pueblo. Así se explica que los elementos celebrativos fuesen fundamentalmente los mismos de la época nómada, pero con un sentido salvífico: la sangre del cordero simbolizaba la salvación concedida por Yahveh en el momento de su paso por Egipto; las hierbas amargas, la amargura de la esclavitud; los panes ácimos, la salida precipitada, que impidió su fermentación; y los vestidos puestos, la actitud de marcha. Al principio fue una fiesta exclusivamente familiar; pero desde que en tiempos de Josías (cfr. 2 R 23, 21-23) se convirtió enfiesta de peregrinación. se iniciaba en el Templo yse concluía.en casa.con la . cena pascua!. En ambos casos, sin embargo, te~a el mismo, sentido: reactualizar -no sólo recordar-los sucesos salvíficos del Exodo en un perpetuo «hoy» (memorial de la Pascua), de modo que los celebrantes experitp.entasen en sí mismos la presencia y acción liberadora de Dios (cfr. Ex 13, 3-10). Comiendo los alimentos pascuales, «los 255

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judíos podían revivir místicamente, sacramentalmente, los acontecimientos de la salvación, de la salida de Egipto. Se hacían contemporáneos de sus padres, estaban salvados como ellos. Había como una fusión de dos tiempos de la historia, el presente y la salida de Egipto, en el misterio de la comida pascual. El· acontecimiento se hacía presente, o; más bien cada uno se hacía contemporáneo del acontecimiento» 1. La Pascua posexílica. Después del exilio, la Pascua adquirió una nueva dimensión gracias sobre todo a lo,sprofetas, quienes contemplaron el futuro a la luz de los hechos del Exodo. El resultado fue la consideración de la historia de Israel·no ya como una acción pretérita, sino como una realidadjiltura, en la que Yahveh liberaría definitivamente a su Pueblo. La potencia salvífica desplegada por Dios en el pasado era la garantía de esa futur~ y definitiva liberación. La Pascua vino a ser no sólo un memorial del Exodo, sino una expectativa mesiánica. Cuando los Ácimos se fusionaron con ella, perdieron su pri}lligenio significado agrícola y se insertaron también en los hechos del Exodo o, lo que es lo mismo, en la historia de la salvación: esos panes se ~omen «por lo que hizo el·Señor por mí cuando me sacó de Egipto» (Ex 13, 18); de ahí que los panes simboliz,asen la rapidez de la salida de Egipto. La fusión de la Pascua y de los Acimos dio lugar a una fiesta pascua! que comenzaba el 14 de Nisán y se prolongaba siete días a partir del 15 de ese mes (cfr. Lv 23, 5-8). Los panes cobraron gran importancia, porque la cena pascua! comenzaba con el rito de partir el pan. Las connotaciones eucarísticas de la Pascua son muy importantes, pues Jesucristo instituyó la Eucaristía cuando menos en el contexto de la cena pascual judía, aunque la Pascua de la Nueva Alianza la supera radicalmente y la lleva a plenitud 2. 1.3. El sacrificio de la Alianza ~a acción liberadora de Israel concluyó con la Alianza del Sinaí (cfr. Ex 19, 3-6), que fue sellada con sangre (cfr. Ex 24, 3-11). 1. M. THURIAN, La eucaristia, memorial del Señor, Salamanca 1969, p. 31. 2. San luan (In 19.36) ha visto prefigurada la Muerte de Cristo en la inmolación de los corderos pascuales -al coincidir su muerte con la hora en que éstos eran inmolados- y la Muerte y Resurrección de Cristo en el hecho de que no le quebraran los huesos. Por otra parte, muchas expresiones neotestamentarias -«Cristo nuestra pascua, ha sido inmolado»--- encuentran su marco en el cordero pasc~1 judío. Así mismo. el hecho de que en la cena pascual sólo pudiesen participar los judíos de raza (Ex 12. 43-49) O' prosélito s circuncidados. prefigura la Eucaristía como sacrificio exclusivo de los bautizados, pero abierto a todos los que reciban la nueva circuncisión, es decir: el Bautismo. Finalmente. no se puede minusvalorar que Jesús, al instituir la Eucaristía bajo la especie de pan, usase pan ácimo o pascual.

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La sangre era para los hebreos signo de la vida. Al ser usada en la Alianza, significaba que en adelante existiría una comunión de vida total y permanente entre Yahveh y su pueblo: Dios se comprometía a intervenir siempre en favor de Israel y éste a serie fiel. Esta fidelidad comportaba: 1) evitar la idolatría (no tener otros dioses), la magia y la realización de alianzas políti9as con otros pueblos; 2) regular toda su ~ida según el Decálogo (cfr. Ex 20, 1-17), el código de la Alianza (cfr. Ex 20, 22-23), el código del Deuteronomio (cfr. Dt 12-26), el código de la santidad (cfr. Lv 1-16); y 3) observar las leyes relativas· al culto (cfr. Lv 1-16). . Cuando Moisés roció con sangre el altar -símbolo de la divinidad-, las doce estelas -símbolo de las doce tribus- y el pueblo, realizó un rito altamente significativo: Dios manifestaba a su pueblo que, además de un contrato bilateral (simbolismo contractual), tenía la voluntad de adoptar a Israel como hijo y hacerIe entrar en la órbita de su vida (simbolismo de comunión de vida), de modo que entre uno Y otro existiera una comunidad vital tan íntima como la que existe entre un padre y un hijo. Tal comunión de vida se expresa en las pala~ras «ésta es la sangre de Alianza que Yahveh ha hecho con vosotros» (Ex 12,8); palabras que Mt 26, 28 Y Mc 14, 23 ponen en labios de Jesús al instituir la Eucaristía. Al rito de la sangre siguió un banquete sacrificial (cfr~Éx 24, 911) entre Dios y los representantes del pueblo. Es un banquete de alianza, que originariamente (relato del Exodo) no tuvo el carácter expiatorio que le dieron posteriormente los rabinos y conservaba en tiempos de Jesucristo. Precisamente la Eucaristía fue instituida como un banquete de comunión de la propia carne de Cristo y en ella se da el binomio carne-sangre que aparece ya en el SinaÍ. 1.4. El sacrificio del «Siervo de Yahveh» En el proceso de profundización de la Alianza y dentro del contexto del destierro aparece en el profetismo la figura del «Siervo de Yahveh», el cual no sólo realizará la alianza, sino que será en sí mismo alianza entre Dios y su pueblo (cfr. Is 42, 6). A él se refieren los cuatro «cánticos del Siervo» de IsaÍas: Is 42, 1-7; 49, 1-6; 50, 4-9; 52, 1353, 12. Este «siervo» tiene tres notas características: l.a) su misión es semejante a la de los profetas; 2.a) pero es universal y mesiánica, y 3.a) será víctima expiatoria por los pecados de todos. Esta última. es la más típica e importante. El «Siervo», en efecto, es inocente y sin pecado, pero cargará con los pecados de todos (
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