La Adolescencia en La Posmodernidad

October 8, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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La adolescencia en la posmodernidad

Si definimos la adolescencia como fenómeno no psicosocial, psi cosocial, podemos decir que los cambios que se producen en ellos están interrelacionados con la época histórica y las pautas culturales donde se desarrollan. La adolescencia como la conocemos hoy en día no existió siempre en todos lados y de la misma manera. Durante mucho tiempo los niños comenzaban a trabajar muy tempranamente y muy pocos eran los que estudiaban después de los siete años. En la revolución industrial del siglo XIX se produjeron cambios significativos en la sociedad, ya que para entrar al mercado laboral se necesito mas capacitación, estudio y formación. Aunque solo los niños de la clase media alta permanecieron más ttiempo iempo dentro del sistema educativo. Recién cuando mejoraron las condiciones de vida, los hijos de los o obreros breros también pudieron mejorar su educación. Todo esto significo el reconocimiento y la prolongación de la adolescencia a la vez que se atraso su entrada a la madurez. Al describir características de la adolescencia la primera p rimera dificultad que surge es poder establecer con claridad el límite entre el comienzo y el fin de esta etapa. Diferentes autores que escribieron sobre el tema la dan por finalizada cuando el joven adquiere status de adulto y se incorpora productivamente a la sociedad. Sabemos que el pasaje de un estadio a otro se sucede por un estadio de crisis que para superarlo hay que dejar de lado lo conocido. El dolor que provoca esta pérdida va acompañado de un duelo, cuya elaboración es primordial para comenzar una nueva etapa de la vida. Como ya hemos visto, Arminda Aberastury distinguió disti nguió tres duelos básicos: El duelo por el cuerpo de niño, el duelo por la pérdida de la identidad de niño y el duelo por los padres de la infancia.  

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Duelo por el cuerpo infantil: aquí los cambios corporales afectan al psiquismo, se sienten extraños y suelen perder la coordinación y la destreza. Estos cambios a veces se manifiestan en su forma de vestir y responden según el modelo social, el cual puede provocar provo car sentimiento de sobrestima y narcisismo o de minusvalía e inseguridad. En E n la actualidad el cuerpo del adolescente ocupa un lugar preferencial y su posesión esta idealizada i dealizada socialmente. Duelo por la pérdida de la identidad de niño: los primeros años de la adolescencia, se creen capaz de realizaciones en su mayoría imposibles. Como su yo es el centro del universo, se sienten capaces de hacer todo pero el ingreso al mundo extrafamiliar es el que lo va a hacer reconocer el lugar del otro y el esfuerzo que se necesita para conseguir lo que se quiere. A All comprenderlo que lo rodea constituye el Ideal de Yo, que es lo que aspira a llegar a ser y forma parte de sus valores. En la adolescencia, al igual que la primera infancia, el joven está acostumbrado a pedir y recibir de manera inmediata, no soporta la espera pero tampoco hacen el esfuerzo para conseguirlo y pueden recurrir a conductas extremas como fugarse del hogar, las drogas, la delincuencia y hasta el suicidio, si no consiguen lo que quieren. Además la adicción a los medios y al consumo fomentan una personalidad demandante, centrada en el yo y narcisista al extremo. Si continúan viviendo en la casa de los padres y se le suma la dificultad para independizarse económicamente, se prolonga la adolescencia y se vuelven insensibles y fastidiosos. Duelo por la pérdida de los padres de la infancia: los padres son para los hijos una fuente de seguridad, protección y contención, pero en la adolescencia comienza una etapa de desidealizacion. En este momento tienen un conocimiento más realista de sus padres y comienzan a ver sus errores y ya no los sienten omnipotentes. Lo más común para salir de la confusión que le causa a los jóvenes

el crecimiento son los mecanismos esquizoides y de proyección (mecanismos de defensa de Ana

 

Freud). En su identificación proyectiva, a las personas u objetos se le atribuye intensiones o motivaciones que son propias pero que el sujeto s ujeto no conoce. Otra cosa que notamos hoy en día, es que muchos padres intentan rivalizar con sus hijos o siguen tratándolos como niños como manera para evitar el paso del tiempo, adoptando similares vestimentas, léxicos y modales y juegan el papel de compinches (esto también es descripto por Obiols y Di Segni Obiols). En cambio si los padres han sido criados de manera rígida intentan ser más permisivos con sus hijos y pueden llegar a no ejercer la autoridad, sintiéndose más cerca de la adolescencia que de la adultez. Como decía Ana Freud, “en la adolescencia toda conmoción de este periodo de la vida debe ser estimada como normal, señalando además que sería anormal la presencia de un equilibrio estable durante el p proceso roceso adolescente”.   adolescente”. Para Cecilia Barone, cierto grado de conflicto es inevitable y resulta necesario para el despegue familiar del  joven. Para que los adolescentes adquieran nuevos modelos necesitan del duelo, cuya elaboración permite aceptar lo que fue y estar expectante de lo que vendrá. Esta Est a elaboración implica directamente la proyección del fututo. Por otro lado Peyré y Hazaki comentan las perturbaciones que derivan de la crisis evolutiva: A- 

Duelos patológicos: la tardía adolescencia presenta puntos de vulnerabilidad e inestabilidad

psicológica. Algunas de las maneras en la que emerge la imposibilidad de soportar los cambios que impone el camino hacia la adultez, son la regresión patológica, el aislamiento, la crisis de angustia aguda, la depresión, la anorexia y el suicidio.  B-  Pseudo autonomía: para evitar la madurez los adolescentes pueden utilizar dentro de una modalidad regresiva, la capacidad de tener conciencia de sus propios deseos. Esto puede llevar al establecimiento de conductas patológicas como la drogadicción, la promiscuidad, p romiscuidad, la delincuencia, la vagancia y el alcoholismo. Hoy en día creció creció de gran manera el número de chicos con perturbaciones por no poder elaborar de manera correcta sus pérdidas.  Lo importante para cambiar las cosas es un verdadero compromiso social para lograr cambiar las reglas del  juego y evitar incrementar las dificultades y nuevos disfraces para ocultarse. La palabra vacía del adolescente

Mediante la palabra podemos compartir lo que somos y tendemos un puente hacia el otro por el cual puede acceder a nuestro pensar, a nuestro sentir. Las personas somos los únicos capaces de crear símbolos y la palabra es el principal símbolo que estructura la comunicación. Cuando hablamos nos responsabilizamos y comprometemos de y con lo que decimos. Nuestra libertad ra radica dica en decirnos y desdecirnos. Si nombramos los sentimientos mediante la palabra, estamos transmitiendo más que una información solamente sino que además le da poder al otro. Comunicarnos con los adolescentes a través de las palabras expresando nuestras experiencias es permitirles acceder al verdadero uso del lenguaje. Para establecer una profunda profu nda comunicación hay que acotar la distancia entre nuestro centro afectivo y nuestro intelecto.

 

Hace varios años vemos en las aulas y las calles las dificultades para expresarse oral y escritamente que poseen los adolescentes. Estas dificultades son reconocidas por los jóvenes pero no la consideran importante ya que lo consideran importante ya que lo creen un aspecto simplemente formal y valorizan mas lo espontaneo. Uno de los motivos en la falla de la adquisición y el uso del lenguaje es que el pensamiento sin mediar el concepto, pone en acción a la persona sujetándola a un lenguaje básico y concreto en el cual no están implicadas las emociones. Pasan del sentir a la acción sin pasar por el pensar. Rojas y Sternbach acuñaron el término ALEXITIMIA para referirse a los pacientes que no pueden nombrar las emociones. Esta ausencia de mundo emocional provoca un empobrecimiento del lenguaje que toma carácter formal y desafectivo. Se produce así la vacuidad la palabra. Este procedimiento empobrece la comunicación interpersonal porque recurre a lo pre verbal y a lo gestual antes que recurrir a lo verbal. El autor teatral Carlos Gorostiza dice que “los jóvenes están cansados de oír palabras huecas, repetidas, huidizas y muchas veces con doble sentido. Entonces renuncian al lenguaje hablado y privilegian el movimiento de sus cuerpos y de las imágenes. Para Par a que el lenguaje hablado vuelva a ser utilizado, la palabra tendría que recuperar valor ético, casi de documento, que solía tener”. Como sabemos, la lengua constituye social s ocial y colectivamente y tiene como función comunicar. Cuando le ponemos nombre a las cosas reconocemos el mundo y la propia identidad. La intromisión de los medios de comunicación en los lugares íntimos como los comedores, salas y habitaciones del hogar, no deja demasiado lugar para el uso de las palabras en los diálogos. Otra cosa que refleja es el mayor tiempo que los niños permanecen solos desde muy pequeños. Además, cuando el tiempo compartido no es dialogal, no se puede valorar el sentido de la palabra. Otra cosa que esta saciada pero es anterior a la palabra es la mirada del otro. Cuando uno mira al otro se encuentra en el centro de la expresión de lo que se tiene enfrente, lo reconoce y se reconoce a si mismo. En el caso del niño, la primera mirada con la que se encuentra es la de la madre, que le abre las puertas al mundo y es la que le debe inspirar confianza. Hay miradas llenas de sentido pueden ser inquisitivas, petitorias, receptivas, superficiales y que intentan llegar al alma. La mirada es la preparadora de la palabra. Si miramos décadas atrás, vemos que los adolescentes se manifestaban con encendidas polémicas y defendiendo a sus ideales, eran capaces de enfrentar a sus profesores y padres. Confrontando Confronta ndo verbalmente de esta manera se reconocía su propio lugar del mundo. Hoy en día, la hostilidad abierta y verbal casi desapareció y fue reemplazada por la indiferencia y la incomunicación que pueden comprenderse como una manifestación de vacio afectivo, señal de que les falta algo. La palabra tiene un valor vocativo (invoca, llama, nombra), expresivo (manifiesta un sentimiento u opinión) y nominativo (referida al sujeto), porque a partir de ella se llama al otro y se expresa algo nombrándolo. Basándonos en Sastre, vemos que la palabra llena a quien la pronuncia ya que de esta manera puede darle nombre a la realidad, en la que influyen la fuerza con la que se dicen las cosas, la convicción y él como se dice. Se puede decir que quien habla demanda compañía. La palabra implica la presencia directa, en la cual se pueden cambiar, en cualquier momento adaptándolo según la condición de cada interlocutor. La prisa en la que vivimos en la actualidad no nos permite encuentros para hablar y escuchar y casi nunca se tiene tiempo para dialogar. Por el contrario, muchos les preocupa la incontinencia verbal (confundiendoParece verborragia libertad de expresión) y el abusoa de los superlativos (súper, bárbaro, genial, impresionante). que secon

 

nos obliga a hablar, a emitir opiniones, inclusive si es algo que se ignora, ignora , no se nos permite contestar “no lo sé”. sé”. Es como si no se nos permite no saber algo. Es normal encontrar muchas veces lleno se sentido el silencio de los alumnos cuando no quieren emitir opiniones. Otra cosa importante y notable es la pobreza de vocabulario que tienen los varones respecto a las chicas (en un estudio realizado en México, se comprobó que los jóvenes usan entre 300 y 1500 palabras para comunicarse, cuando en el caso de los hablantes cultos estos vocablos llegan a 5, aunque su conocimiento pasivo llega a 10 mil o 12 mil palabras). Tal vez tenga que ver en esto la educación que obtienen en la casa, en donde a las niñas se les permite mayor demostración demostración de sentimientos, en cambio los varones de deben ben ser “duros”, no se les permite llorar. llorar . Los jóvenes que se encuentran en situación de d e riesgo como los que viven en la calle, las que tienen familias desorganizadas, los que no pueden estudiar ni trabajar, los que se drogan o tienen sida, se perfilan así un vacio que los pone vulnerables y al b orde de la exclusión. En este caso se puede decir que no tienen el poder de usar la palabra, porque no se los reconoce ya que es como si no existieran (esto coincidiría con la teoría del lingüista Benveniste, que es en y por el lenguaje que uno se construye como sujeto). Los adolescentes de hoy han reemplazado las palabras vacías por otro lenguaje que prefieren más que es la música y las imágenes. La música posee los lenguaje verbal yescuchan la melodía puede manifestar afectos las palabras. manera de no evasión, adolescentes música a gran volumen paramejores evitar laque realidad. Lo queComo los  jóvenes no pueden gritar con las palabras lo dicen con la música a todo volumen. Otra manera de tener presencia es la participación masiva de los jóvenes en marchas de silencio. Esta es una manera de demostrar como la palabra es reemplazada por la presencia y el compromiso. Similitudes entre Cecilia Barone y otros autores  

Stone y Church: Al igual que Barone, estos autores resaltan la faltante de la adolescencia en las personas de siglos anteriores. También dicen que la adolescencia que hoy conocemos no es igual a la de hace algunos años, además de que varia también según la cultura y el contexto socio-político en el que se encuentra cada uno.

Otra similitud es la forma en que cada uno describe las actitudes de los padres hacia los hijos. Por último, lo más importante que comparten es la opinión de que la adolescencia ha sido institucionalizada por los medios masivos de comunicación estos últimos años, y como estos influyen de sobremanera en los jóvenes.  

Ana Freud: en este caso, Barone toma t oma tres de los mecanismos de defensa de Ana Freud que son característicos en la adolescencia. Estos son: regresión, proyección y aislamiento.   Arminda Aberastury: lo que comparten en este caso es que Cecilia Barone se basa para dar una explicación, en los tres duelos que atraviesan los adolescentes para lograr su iidentidad. dentidad.   Guillermo Obiols y Silvia Di Segni Obiols: Estos autores toman los tres duelos de Aberastury y los enfoca hacia la posmodernidad, tema que toma t oma Barone.

Para Obiols a pesar de estar en una época donde se quiere una vida soft, hay lugar para los duelos, dejando en claro que son primordiales en el pasaje de la adolescencia.

 

A-  Duelo por el cuerpo de niño: él cree que en la modernidad los jóvenes sufrían al perder ese cuerpo de niño idealizado que tenían. Sin embargo ahora, los adolescentes no sufren esta pérdida ya que este cambio para ellos significa conseguir el cuerpo ideal. B-  Duelo por los padres de la infancia: el sostiene que la imagen que posee el niño de los padres es un mecanismo de defensa hacia el mundo que lo rodea. En este caso el cree que los padres de la actualidad, debido a la época en que se criaron, buscan como obj objeto eto ser jóvenes mayor desdibujando el papel de adulto que se tenía en la modernidad. Debido a esto el joven va creciendo con una imagen de adulto que no está bien diferenciada y que al llegar a la adolescencia se siente más cerca que nunca de él, hasta por momentos idealizándolo. De esta manera casi no hay duelo y el niño fomenta más la dependencia que la independencia de sus padres. C-  Duelo por el rol y la identidad infantil: de pequeños los niños tienen el YO IDEAL, que es el que ve a los padres omnipotentes, para sentirse seguros y cuidados. En la adolescencia esto empieza a cambiar y se transforma transfo rma en IDEAL DEL YO, que es el saber que se quiere ser, cuáles son sus valores, etc. Lo malo en esta época es que los valores del yo ideal que divulgan los medios no es muchas veces la recomendada, y los valores que terminan adoptando los  jóvenes en varias ocasiones son nocivos.   Elsa Cartolano: las similitudes que tiene Cecilia Barone con esta autora son que Cartolano destaca el discurso social que empieza en esta etapa y como el ideal del yo, el encuentro con el otro y la interacción de los discursos y todas las prácticas sociales permite el vinculo entre si y la posibilidad de nuevas experiencias con el fin de recorrer los caminos que conducen al reconocimiento de uno mismo.

 

Escuela Normal “Republica Oriental del Uruguay” 

Trabajo Práctico n° 3 Profesorado de Lengua y Literatura

Espacio curricular: Psicología y Cultura del alumno de nivel 

Alumno: Lara, Soledad 

Curso: Segundo Año 

Ciclo lectivo: 2012

 

Actividad: 1-  Realizar la encuesta. 2-  Lectura y análisis del capítulo 4 y 5 de Cecilia Barone, del libro “Los   vínculos del adolescente en la era post moderna”.  Fecha de entrega: Octubre. Trabajo hasta tres personas.

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