L. Rubio - Nociones Básicas de Gramatica

March 22, 2018 | Author: Marta | Category: Sentence (Linguistics), Adverb, Word, Verb, Subject (Grammar)
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Lisardo Rubio - Nociones básicas de gramática...

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LISARDO

RUBIO

Nociones básicas

de gramática

(El estudio de la gramática convertido en juego de mesa)

~

-----

.Ediciones del Orto

íNDICE

Prólo go .... . .... . .. . . . .......................................... IX

Nom enclatura gramatical .. . . ... .. . ........................... . ... 1

La nomen clatura de tu s libros de texto . .......................... 4

Partícu las de subordin ación y oraciones subordinadas . . . ......... 6

Recapitulación general. ....... . ..................... .. .... . ... .. 26

Vistas panorámicas de la leng ua ................................ 34

Co mentarios y reglas de juego .................................. 36

Conclusión . ..... . ... . .. .. . . . . .. . .... . .......................... 50

Po st scriptu m ..... , ........ . .. . . . . . . , . . . .. . ...... ............... 51

VII

A modo de prólogo

Como viejo profesor universitario y autor de manuales ("Introduc­ ción a la Sintaxis estructural del Latín", 1966; "Nueva Gramática La­ tina", 1985), frecuentemente reeditados y bastante manejados en la especialidad por los estudiosos a quienes iban dirigidos, pido perdón por cambiar de ambiente (¡"turista de la 3ª edad"!) y meterme en un terreno que no está registrado legalmente a mi nombre y puede perte­ necer más bien a mis colindantes, los maestros en gramática española. Cambio, momentáneamente, de zona y de público sin ceder un ápice en mi modo de pensar como lingüista y siguiendo el rumbo exacto marcado por mis publicaciones anteriores. Una niña, escolar de EGB, y sus libros de texto motivaron ahora mi cambio de tercio. La niña tuvo la oportunidad de comentar conmigo sus conocimientos gramaticales y los libros de texto que estaba estu­ diando: son los manuales de Vicens Vives sobre el lenguaje. Encontré en ellos, junto a muchas páginas impecables, otras ~on ciertas obscuri­ dades o incluso graves carencias en lecciones fundamentales; ante tal c'oyuntura reaccioné redactando para mi jovencísima alumna los apun­ tes que ahora ofrecemos a cualquier profesor o estudiante de lengua española.

IX

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Conservamos expresiones estilísticas (fonnas del verbo en impera­ tivo, léxico conversacional que pretende traducir la tenninología "consagrada" por tradición, algunas referencias dialogísticas de 1! a 2! persona, etc.), reflejos todavía de la exposición viva y oral, es decir, de las "clases particulares" que dieron origen a esta breve publicación.

Nomenclatura gramatical A) PREPOSICIÓN es la partícula que se antepone a un nombre para subordinarlo y hacer de él - ya sea un complemento de otro nombre (tipo N + de + N), es decir, un adjetivo funcional: casa del padre = casa paterna (adjetivo funcional, aunque no morfológico)

- ya sea un complemento circunstancial de un verbo: Hablar con serenidad - Hablar serenamente

Los llamados complementos circunstanciales son adverbios fun­ cionales (aunque no adverbios morfológicos). B) Las mal llamadas CONJUNCIONFS DE SUBORDINACIÓN no son conjunciones (porque no sirven para unir). Son partículas que se ante­ ponen al verbo para subordinarlo y hacer con él lo mismo que las preposiciones hacen con el nombre. Es decir, hacen del verbo (y todo lo que de él cuelgue) , - ya sea un complemento circunstancial, es decir, un adverbio funcional (aunque no morfológico). Se trata aquí de lo que siempre se han llamado oraciones subordinadas circunstan­

x

1

ciales o adverbiales. So~ a fin de cuentas, adverbios funcio­ nales (aunque no morfológicos). - ya sea lo que siempre se ha llamado una oración subordi­ nada completiva y que yo prefiero llamar sustantiva para apuntar a una función típicamente nominal, a saber, la de sujeto o complemento directo del verbo. La partícula subor­ dinante en este caso es QUE (ver los gráficos de nuestros ejemplos). Tales oraciones subordinadas son NOMBRES (= SUSTANTIVOS)funcionales (aunque no morfológicos).

En cambio, sí me gusta hablar de CONJUNCIONES, a secas, cuando me refiero a las CONJUNCIONES DE COORDINACIÓN como Y, O, NI. Estas conjunciones sí que sirven para conjuntar o unir, como su nom­ bre expresa, y 10 expresa tan claramente que incluso nos parece super­ fluo o pleonástico el añadido "de coordinación".

C) ORACIÓN INDEPENDIEN1E, ORACIÓN PRINCIPAL, ORACIÓN SUBORDI­ NADA. . Puesto

que una oración se define como unidad de sentido, es razonable hablar de oración independiente y oracion principal, ya que efectivamente constituyen una unidad de sentido. Pero es infundado hablar de oración subordinada, puesto que una "oración subordinada" precedida de la partícula (la "conjunción de su­ bordinación") que la introduce, pierde todo sentido por sí sola. Yo seguiré hablando de "o~ción subordinada", pero insistiendo en que 10 sustantivo de las dos palabras radica en la segunda (el adjetivo "subordinada"); la primera de las dos palabras, el nombre "oración", es un vocablo vaciado de contenido al añadírsele el adjetivo "subordina­ da". D) CONJUNOÓN. De 10 dicho se sigue que tampoco me satisface lla­ mar a las partículas subordinantes del verbo "conjunciones de subor­ dinación". No son conjunciones, es decir, elementos de unión o nexos (= "nudos"). Sin embargo, para no desorientar demasiado a mis lectores, diré in­ diferentemente PARTÍCULAS SUBORDINANTES DEL VERBO o CONJUN­ CIONES DE SUBORDINACIÓN. Pero, también aquí, 10 importante es "de subordinación", y no "conjunciones".

2

3

La nomenclatura de

tus libros de texto

unión o enlace) tanto a las conjunciones de coordinación como a las de subordinación. El nombre de "nexos" aplicado a las conjuncio­ nes de coordinación me parece perfecto (ver tu manual de 7º, pp.238ss). Pero llamar "nexos" igualmente (pp.226s.) a las conjuncio­ nes de subordinación es radicalmente inaceptable, porque no se trata de "unir" o "anudar" nada, sino de subordinar un verbo (y todo lo que de él cuelgue) para hacer de él un complemento del único verbo en función predicativa esencial, que es el verbo principal: la resultante del verbo subordinado se convertirá (por obra y gracia de la partícula subordinante) en un nombre funcional, un adjetivo funcional o un ad­ verbio funcional, como queda demostrado en nuestros análisis e ilus­ traciones gráficas que los acompañan.

(Se trataba de los manuales de Vicens Vives sobre ellenguaje)*

A) Llaman PROPOSICIONES a lo que generalmente llamamos en Es­ paña "oraciones"; y, como luego hablan de "proposiciones inde­ pendientes, principales y subordinadas" caen en el mismo vicio que hemos señalado en la nomenclatura tradicional de "oraciones inde­ pendientes, principales y subordinadas" (ver, poco antes, apartado C). Eso de llamar "proposiciones" a las "oraciones gramaticales" es un hecho habitual entre los gramáticos extranjeros. El cambio de nombre no tiene importancia. Lo que importa es definir los conceptos, como hemos intentado hacerlo en nuestro aludido apartado C. B) Tu Libro de Texto llama

NEXOS (=

C) En general, tus libros del lenguaje no captan el valor fundamen­ tal de ninguna partícula subordinante y ven por todas partes "nexos", incluso cuando no les dan ese nombre. Así, hablando de las PREPOSICIONES, se dice en tu libro de 62 (p.159) que las "preposiciones sirven. para unir...". ¿No te parece que si "sirven para unir" son nexos (aunque no se les dé tal nombre)? En el libro de 7º no he visto nada sobre las preposiciones. Así también, en el libro de 7º (p.70) leo que "los pronombres relati­ vos sirven para enlazar oraciones". Si enlazan, ¿no te parece que se trata de otro nuevo nexo? (lee 10 que yo te digo sobre el pronombre relativo y verás para qué sirve).

"nudos", es decir, medios de

* Con posterioridad, durante el proceso de impresión de este ensayo, una sugerencia de Alfonso Martínez, gramático él también y directivo de la Empresa Editorial, nos llevó a re­ visar el conjunto de los manuales escolares de lengua utilizados en nuestro país y hemos comprobado que la nomenclatura aquí criticada es la usual en todos ellos con sorprendente uniformidad. 4

5

verbos, esas piedras angulares ciertamente en todo edificio lingüístico. Esas dos palabras-reinas son movidas y trasladadas de sus posiciones básicas sobre el tablero del juego (o "cuadrilátero básico", cf. infra, pp.27-30 y 34) por las diminutas partículas que, con increíble agilidad, hacen cambiar de valor, a cada paso, tanto al nombre como al verbo. Esperamos que la importancia de las partículas brille con claridad

Partículas de subordinación

y oraciones subordinadas

A) Oraciones com~letivas-sustantivas : QUE .. .

Son sustantivos funcionales

B) Oraciones circunstanciales oadverbiales : 1. Oraciones causales:

Las preposiciones y las conjunciones de subordinación son, como ya dijimos (p.I), PARTÍCULAS SUBORDINANTES respectivamente del

2. Oraciones concesivas: 3. Oraciones condicionales:

nombre y del verbo. Tales partículas son la gran clave para entender el sutil juego del lenguaje y, lamentablemente, las páginas que les de­ dican los libros de texto suelen ser las más deficientes en los manua­ les escolares de todos los niveles. Una persona de cultura media puede creerse suficientemente docta en gramática porque sabe distinguir entre un nombre, un verbo, un ad­ jetivo y un adverbio. Probablamente también cree saber lo que es una preposición y hasta una conjunción. No obstante, suele reconocer que no ve el valor de esas "palabritas" con tanta claridad como el de las cuatro primeras, pero se consuela pensando que "son muy pocas y de menor importancia" . Sin embargo, ¿cómo puede menospreciarlas si, de hecho, resultan imprescindibles y hasta más rentables que cualquier nombre o ver­ bo... ? Diremos más: quien no conozca el papel de las partículas subordi­ nantes, tampoco entenderá demasiado el juego de los nombres y los

4. Oraciones temporales:

5. Oraciones comparativas: 6. Oraciones finales: 7. Oraciones consecutivas:

C) Oraciones (de subordinac ión) relativas: (int ro ducid as por el pron om bre re lativ o) QUE.. "------­

6

PORQUE... PUESTO QUE.. AUNQUE.. S/.. . CON TAL QUE... CUANDO... ANTES QUE.. HASTA QUE.. DESPUÉS QUE... TAN PRONTO COMO... COMO... COMOS/.. . PARA QUE... AF/N DE QUE .. QUE.. DE TAL MODO QUE..

-~-

Son adverbios funcionales

So n adjetivos funcionales -- ­

7

en nuestra recapitulación ulterior ... Ahora, como introducción al tema, tratemos de exponer el meca­ nismo operativo de las partículas subordinantes del verbo. Adelante­ mos que es un mecanismo paralelo y muy similar al de las partículas subordinantes del nombre.

Ahí tenemos una oración normal, perfectamente comprensible:

cantas c.directo

su jeto

adverbio

(tú)

bien

jota

A) Oraciones CO MP LETIVAS-SUSTANTIVAS: partícula subordinante QUE Cuando decimos que una conjunción de subordinación "rebaja" el VERBO a la categoría del NOMBRE o del ADVERBIO, fíjate en que, al "rebajar" el verbo propiamente dicho ("el núcleo verbal"), rebajará todo el grupo verbal, es decir, el verbo con todo lo que ese verbo lleve colgando de él. Empecemos por ver cómo opera la partícula QUE. Nota.- Pero,

I adj etivo esa Pongámosle un QUE delante: que cantas bien esa jota. Toda la oración ha quedado estropeada; ya no es un mensaje inteligible; seria frase de un demente. Pero ese organismo ahora muerto y sin vida, lo podemos transplantar o injertar en otro organismo mayor en el que re­ cobrará vida y desempeñará una importantísima función:

antes, una observación previa, marginal y un tanto personal.

Veo que cantas bien esa jota

Yo me siento atraído por la tentación de llamar a esta partícula subordinante la "reina de las conjunciones de subordinación" por dos razones:

Veo

1) porque "rebaja" la oración subordinada encabelllda por ella a la categolÍa NOMl­ sujeto

NAL para fimcionar como un NOMBRE sujeto o complemento directo; y ya sabes lo

importantes que son el sujeto y el complemento directo en cualquier omción; 2) porque ese QUE aparece como elemento básico en la mayoría de las demás

(Yó)

conjunciones de subordinación: porque, puesto que, aunque, con tal que, an­ tes que, hasta que, etc. Este grupo de conjunciones de subordinación son las que rebajan el verbo (con todas sus dependencias) a la categoría del ADVER­ ~IO

(con las funciones circunstanciales propias del adverbio).

Veamos ya cómo opera el QUE. Ejemplo:

Cantas bien esa jota

8

que............cantas

sujeto

(tú)

c. directo

............

adve rbio

bien

jota adjeti vo

esa

9

¿Qué hace, pues, el QUE? 1) Destruye la razonable predicación verbal que antes tenía­ mos en "cantas bien esa jota" (operación comparable a la que efectúa cierta tecla de los ordenadores para borrar lo que había escrito antes y sustituirlo por un nuevo texto). 2) Habilita ese verbo "cantas" (juntamente con sus dependen­ cias) para funcionar como un NOMBRE en oficio de comple­ mento directo. El grupo verbal queda así convertido en un nombre funcional.

QUE serán, unas, sujeto, y otras, complemento directo. Aparecerán con mu­ cWsirna mayor frecuencia las subordinadas compl. directo que las subordina­

das sujeto.

La oración analizada y dibujada antes era complemento directo. He aquí ahora otra completiva-sustantiva que hará de sujeto: No me gusta que vengáis tan pronto

gusta adve rbi o

c.i ndi recto

Nota 1.- A ese QUE suelen llamarlo los gramáticos "conjunción de subordi­ que vengáis me (= ami) no nación completiva", porque, dicen, la oración subordinada que introduce adverbio "completa el sentido del verbo principal del que pasa a depender cuando se pronto produce la degradación causada por el QUE " . No nos satisface la denomina­ adverbio ción, pues, por la misma razón, todas las conjunciones de subordinación de­ bieran calificarse de "completivas", porque todas degradan a un verbo (y lo tan que de él cuelga) para colocarlo bajo la dependencia del verbo principal y completar su sentido de alguna manera. Lo cierto es que, aunque todas las conjunciones de subordinación introducen un complemento al verbo principal y por lo tanto todas podrían calificarse de "completivas", el QUE es la conjunción completiva por excelencia (o la más completiva de todas), porque suministra los dos complementos más esencia­ B) Oraciones ADVERBIALES. les requeridos por un verbo, a saber, el sujeto y el complemento directo. Y el QUE es la partícula subordinante que convierte una oración entera en el sus­ tantivo funcional que nos suministra ya sea el sujeto, ya sea el complemento

1) ORACIONES CA U SALES directo requeridos por el verbo principal.

Operemos con otra partícula subordinante, la causal PORQUE. Nos gustaría llamar a tal QUE "conjunción de subordinación" completiva-sus­

He aquí dos oraciones sencillas, independientes entre sí, cada tantiva para apuntar con tal denominación a las previsibles funciones de esas

una con sentido propio: oraciones subordinadas llamadas, demasiado simplemente, "completivas" .

I

I

~

Nota 2.- Como

10

queda dicho, las oraciones subordinadas introducidas por

Cayó una gran nevada. No pudimos emprender el viaje

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2) ORACIONES CONCES/VAS: AUNQUE

1a

2a

Cayó

pudimos

~c.directo

sujeto

sUJe o y t adverbio

una nevada

(nosotros)

no

adjetivo

emprender c.di recto

gran(de)

el viaje

La mayoría de los siete calificativos que se dan respectivamente a las siete subordinadas adverbiales no sorprenden a los escolares. Les parece natural que se hable de oraciones "causales" al oir "porque" llueve ...

de oraciones"condicionales" al oir "si" quieres...

etc. Tan sólo les cuesta asimilar dos de los siete calificativos que van a encontrar en este apartado. Si a la 1ª oración le anteponemos la partícula causal PORQUE, pier­ de su independencia y vida propia. Sólo recobrará sentido si la apoya­ mos o injertamos como un miembro más de la segunda:

pudimos adverbiu fu nci on;¡1

porquecayó sujeto

una nevada adjetivo

conceder o dar un permiso conceder o dar la razón

c.directo

..............

(nosotros)

no

El primero es el de "(oraciones) concesivas" (el segundo será el de "consecutivas"; lo comentaremos a su hora). El adjetivo "concesivo / a" y el sustantivo "concesión" derivan de "conceder" = "dar":

emprender c.directo

En una discusión o argumentación una persona puede conceder parcialmente la razón al adversario: tal persona sabe hacer "concesio­ nes", no es intransigente, es "concesiva". En este sentido se dice que es concesiva una oración gramatical: "aunque ... " = "admito, concedo que ... " (caiga el general).

el viaje Aunque caiga el general en el combate, seguiremos luchando sin tregua

gran(de)

12

13

4) ORACIONES

Partícula CUANDO:

ad verbio funcional

aunque caiga

TEMPORALES

Cuando calienta el sol, aquí, en Lo Pagán, bajamos a la playa

(nosotros)

luchando

sin tregua

bajamos

adverbi o fu ncional

sujeto

el general

adverbio funcion al

en el combate

cuando calienta

adverbi o fu ncional

(nosotros) aquf

en Lo Pagán

adverbio funcional

a la playa

sujeto

3) ORACIONES CONDICIONALES: SI

el sol

Si tú no vienes, no vamos.

Si quieres la paz, prepara la guerra.

Partícula HASTA QUE: Hasta que me digas que vienes connúgo a Madrid, te mantendré prisionera

prepara adve rbio fu nci onal

sUjeto

vamos

/1""

adverbio fun cional

c.di recto

su jeto I

/

si quieres

/\dir"IO (tú)

la paz

(tú)

mantendré

adverbio

la guerra

si vienes

(nosotros)

hasta que... digas

no sujeto

/



~iO no

(tú)

c. in directo

te (= a tí) nombre (fun cional) _____ c. directo

me (= ami)

quevienes adve rbio funcion al

conmigo

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adjetivo pred icativo

prisionera adverbio uncion al

aMadrid

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Como llovía, no pudimos venir

Nota.-

Esta oración subordinada temporal ("basta que me digas") nos pre­ senta una complicación no vista hasta ahora, a saber, que ella misma lleva

pudimos

bajo su dependencia una nueva oración subordinada como complemento di­ recto de "digas"; esta subordinada de la subordinada es, pues, la subordinada adverbio funcion al

comp/.etiva-sustantiva que hemos estudiado en el apartado A). La oración intermedia "basta que ..digas" es subordinada con relación a "man­ tendré"; y es principal con relación a "que vienes".

(= subordinada causal)

c.directo

su jeto

venir

no

(nosotros)

comollovía 5) ORACIONES COMPARATIVAS: COMO

Como te dijimos en nuestra carta, venimos a visitarte 6) ORA C IONES FINALES: PARA QUE

venimos

-------1

a~~~~b~~1 f~ como dijimos

sujeto

(nosotros)

Te compré una casera para que sacies tu sed

a visitarc. directo

adve rbio

funcional

adverbio funcional

suj eto , c. in di recto

nosotros

te (= a tr)

en carta

te (= a tí)

adjetivo

(yo)

te (= a tí)

c. directo

una casera

para que sacies c. directo

sed

nuestra adjetivo

Nota.-

¿Es comparativo el siguiente "como"? ¿Te gustaría ponerlo en otro apartado? (Observa que parece equivalente a "porque" o "puesto que").

16

tu

17

7) ORA C IONES CONSECUTIVAS

SUDlicó Su partícula introouctora es QUE, como lo es para las subordinadas completivas-sustantivas (cf. supra, apartado A), y lo será para las su­ sujeto bordinadas relativas (cf. infra, apartado C). ¡Cuidado, pues, cuando nos encontremos con un QUE, ese elemento "rey" de la subordina­ ción, como dijimos más arriba! (ella) Luego veremos cómo se puede distinguir entre el QUE pronom­ bre relativo y el QUE conjunción subordinante completiva-sustanti­ va. Ahora veamos cómo se puede reconocer y distinguir el QUE consecutivo, frente a los otros dos valores. El Q UE consecutivo siempre aparece en la secuencia lineal ligado a otras palabras que lo arrastran (por estar ligado a ellas). He aquí algunos ejemplos:

c.di recto

me

adverbi o func io nal

coninsistencia ad jeti vo

tanta adve rbio fu nci onal

que ... pude

Esta chi ca es tan guapa / que atrae todas las miradas

La perspicacia de esta niña es tal/que no le puedes dar gato p or liebre

sujeto

ad ve rbio

"'- c. di recto

La muchacha estaba enfurecida de tal modo / que no atendía a razones Me suplicó con tanta _insistencia / que no p ude negarme Te quiero tanto / qu e por tí haré cualquier sa crificio

(yo)

no

negarc. di recto

I me

Obsérvense las expresiones: tan (guapa) / que

tal/que

C) Oraciones subordinadas de RELA TIVO

tanta (insisten c ia) / qu e tanto / qu e

La oración subordinada consecutiva empieza con Q UE: es una consecuencia arrastrada por los términos tan, tal, tanto, etc. de la oración principal, términos que forman con el QUE subordinante co­ rrelaciones mutuas, de tal modo que resulta prácticamente inconcebi­ ble un término sin su compañero de correlación.

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1. Tratemos de distinguir entre el QUE pronombre relativo (que encabeza las oraciones subordinadas de relativo), y el QUE partícula subordinante que, como ya sabemos, encabeza las-subordinadas com­ p,letivas-sustantivas.

2. El pronombre relativo y la subordinación relativa a que da lugar

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ha hecho correr mucha tinta en las gramáticas de divetsas lenguas (no faltan incluso para varias de ellas voluminosas y sabias monografías consagradas al tema). Al pronombre relativo español no se ha prestado demasiada aten­ ción, aunque sea quizás más problemático que el de otras lenguas de nuestro entorno lingüístico. 3. He aquí una serie de oraciones subordinadas de relativo: El niño que estudia aprueba .

como tal, ha de tener, como todo pronombre, una función nominal: la de sujeto o complemento directo, indirecto o circunstancial del mismo verbo al que simultáneamente subordina. 5.- Para distinguir el QUE pronombre relativo del QUE partícu­ la subordinante completiva-sustantiva, aconsejan nuestros gramáticos intentar sustituirlo por un claro pronombre como el cual I la cual II los cuales I las cuales. Si la sustitución es posible, el QUE será pro­ nombre relativo: El niño que (= el cual) estudia aprueba.

La niña que estudia aprueba.

La niña que (= la cual) estudia aprueba.

Los niños que estudian aprueban .

Los niños que (= los cuales) estudian aprueban.

Las niñas que estudian aprueban.

Las niñas que (=las cuales) estudian aprueban .

A ese QUE se le llama pronombre por representar a un nombre sin repetirlo. El nombre en este caso es niño I a II niños I as. A tal pro­ nombre se le añade la calificación de relativo ("pronombre relativo"), porque hace referencia al nombre que le precede en la secuencia li­ neal. Dicho nombre recibe la-denominación de antecedente (palabra que signifi~a "que va delante"). Fijémonos en que, efectivamente, niño I a // niños I as están delante del QUE. 4. Salta a la vista la originalidad de las oraciones subordinadas re­ lativas frente a las demás oraciones subordinadas. Hasta aquí (aparta­ dos A y B), siempre hemos visto una partícula subordinante con el co­ metido único y exclusivo de subordinar un nucleo verbal con todo lo que de él cuelgue, es decir, en suma, toda la oración introducida por la partícula subordinante. Ahora resulta que nuestro QUE relativo presenta una primera cara y oficio de partícula subordinante del verbo, como otra partícula su­ bordinante cualquiera de las que hemos visto; pero, además, presenta (¡extrañísimo producto htbrido!) una segunda cara pronominal. Y,

20

6. Si ahora nos ponemos a representar gráficamente el esquema sintáctico de estas oraciones subordinadas relativas, como hemos he­ cho con todas las demás subordinadas, nos vamos a ver ante un gran aprieto, debido a la "doble cara" del pronombre relativo: su cara de subordinante, nos invita a colocarlo junto al verbo que va a subordi­ nar (posición que hemos dado a todas las conjunciones de subordina­ ción en nuestros esquemas precedentes). a) Empecemos por colocarlo ahí:

a) aprueba

b) aprueba .­ eI nlno

1

1

el niño

/

que (el cual) estudia

/

. que (el cual) estudia \. \

qué (el cual)

21

1II

b) Pero ¿cuál es ahora el sujeto de "estudia"? "niño" es el sujeto del verbo principal: el niño .. . aprueba

El sujeto de "estudia" no es "niño", sino el pronombre que 10 repre­ senta: QUE ("el cual"). Entonces esta 2a cara del QUE requiere el puesto nonnal del nom­ bre (o pronombre) que sea sujeto de "estudia". No vemos más solu­ ción al problema que la de colocarlo dos veces: -

una primera vez atendiendo a su la cara (de subordinan­ te), y

-

una segunda vez atendiendo a su 2a cara de pronombre (sujeto, como aquí, o, en otros textos, complemento direc­ to, indirecto o circunstancial). Nota Marginal.- La subordinación mediante el pronombre relativo es un fenómeno único en el campo de la subordinación. No era tan extraño en la prehistoria de nuestra lengua, es decir, en latín. En la lengua madre del espa­ ñol el pronombre relati'{o no era invariable como lo es ahora nuestro QUE,

de subordinación completiva-sustantiva: la posible sustitución por el cual I la cual II los cuales I las cuales. Tal sustitución no parece demasiado cómoda a las mentalidades juveniles; les parece un tanto artificial y forzada; comprendemos su actitud: ni a los jóvenes ni a los que pasamos por maestros de la asignatura, se nos ocurrirá en un texto acudir a la aludida sustitución prescindiendo del comodí­ simo QUE en las oraciones propuestas como ejemplos de sustitu­ ción. Sin embargo, reconoceremos valor a la prueba de la sustitución, si comprobamos que dicha sustitución es radicalmente inconcebible con el QUE partícula completiva-sustantiva; recordemos los ejem­ plos analizados antes: Ve o que cantas bien esa jota

Si aquí sustituimos el QUE por el cual o la cual nos queda un sinsentido radical e inimaginable. El resultado de la hipotética sustitución en el segundo ejemplo propuesto sería un enigma de la misma envergadura que el ante­ n or.

sino que era muy variable (con una treintena de formas), de modo que.era posible distinguir y separar un elemento invariable, QU- (que todavía conser­ vamos tal cual) y unos cuantos morfemas variables (reducidos todos a nues­ tra pobre e insignificante e fmal). Esos morfemas cambiantes indicaban claramente el valor pronominal y las funciones (pro)nominales de sujeto, complemento directo, indirecto o circunstancial. Así resultaba factible dividir la palabra en dos segmentos y asignar, en la representación gráfica, un puesto al segmento del relativo responsable de la subordinación y otro puesto al seg­ mento responsable del valor pronominal. No nos veíamos obligados a situar en dos puntos distintos una misma palabra como ocurre con nuestro indivisi­ ble QUE.

7.1. Hemos referido, líneas más arriba, la receta tradicional para reconocer el Q UE pronombre relativo, frente al QUE partícula 22

7.2. Aunque damos, pues, por aceptable el consejo tradicional de la sustitución, proponemos, además, otro que corrobora el anterior y resulta quizás más expeditivo: la consideración de las secuencias en que aparecen ya sea el pronombre, ya la partícula subordinante. El QUE pronombre relativo, va precedido del NOMBRE que le sirve de ANTECEDENTE (recuérdese que "nombre anteceden­ te" significa "nombre que va delante"); y, en cambio, el QUE partícula completiva-sustantiva, va precedido de un VERBO al que le aporta el SUSTANTIVO funcional que dicho verbo necesite ya sea como sujeto, ya como complemento directo: los dos hue­ cos primarios que han de rellenarse ante una predicación cual ­ quiera.

23

Me encanta verte a gusto "con los que estudian en serio"

8. Aludamos, por último, a la función de la oración subordinada de relativo. Ahí tienes la muñeca ·por la que tanto interés mostrabas"

Si tenemos en cuenta que toda oración de relativo determina a un Sigo en el colegio en (el) que nos conoc imos"

NOMBRE ANTECEDENTE, está claro que la oración de relativo es un b) y puede, con la ayuda del verbo auxiliar SER, constlturrse ADJETIVO FUNCIONAL. La función adjetiva de la oración de relati­ en el predicado NOMINAL, como otro nombre cualquiera: vo es tan evidente que siempre ha sido reconocida como tal. Este mensajero "es el que me trajo la gran noticia ". Véase qué fácil sería comprobar en los ejemplos propuestos la po­ sible sustitución de las oraciones de relativo por adjetivos morfológi­ cos equivalentes: El niño "estudioso" aprueba La niña "estudiosa" aprueba

etc. '1

1) Tal ADJETIVO FUNCIONAL, como cualquier adjetivo morfoló­ gico, puede SUSTANTIV ARSE mediante el artículo: "El que estudia" aprueba

2) Y, ya sustantivado, a) puede ir precedido, como cualquier nombre, de una prepo­ sición que lo trasladará, como a otro nombre cualquiera, a la categoría del ADVERBIO (¡O lo devolverá a su categoría previa de adjetivo funcional!). Nota.-

Para entender lo que aquí se dice ha de tenerse en cuenta el cuadro de la pág. 34 Y lo que se explica después, en "Reglas del Juego Lingüístico", apartados 4) Y 5).

Empecemos por ejemplificar el paréntesis: Me gusta verte en compañía "de los que estudian en serio ".

El grueso de la flotilla de transporte "verde" trasladará los SUST ANTIVOS FUNCIONALES materializados en oraciones de relativo a la categoría ADVERBIAL:

24

25

demás, el VERBO y el NOMBRE. Forman la línea más com­ pacta y cerrada en el frente del lenguaje. Sólo con nombres y verbos ya podríamos mantener algo de comunicación con nuestros semejantes: Pedro duerme Pedro come pan

Recapi tulación general 1. Iniciamos nuestro cursillo de gramática con el (imaginario) des­ piece de un diccionario cuyas palabras recortamos en papeletas y ar­ chivamos en 9 secciones (una para cada clase de palabras consignadas en el diccionario).

2. Hubo bastante sorpresa al comprobar la colosal desproporción en el número de pal~bras que habían ido a parar a cada sección de nues­ tro improvisado fichero. Cayeron miles de palabras en las secciones reservadas tanto al NOMBRE como al VERBO. Resultaron mucho menos cargadas las cajas reservadas al ADJETI­ VO Y al ADVERBIO. y las restantes cinco cajas (las del ARTÍCULO, el PRONOMBRE, la PREPOSICIÓN, la CONJUNCIÓN y la INTERJECCIÓN) resultaron tan se­ mivaCÍas que hubiéramos podido escribir en un solo folio todo el con­ tenido de las cinco cajas juntas. 3. Con el juego del despiece pudimos apreciar claramente varias realidades: a) Que, entre las nueve clases de palabras registradas en nuestro diccionario, destacan, a grandísima distancia de las

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Pedro busca amigos

etc. b) Vienen, luego, como clases numéricamente dominantes, aunque a gran distancia del verbo y del nombre ( y también de las ya aludidas cinco clases minoritarias) la del ADJETI­ VO Y la del ADVERBIO. Con estas dos nuevas clases de palabras ya podemos ampliar un poco nuestras posibilidades de comunicación: Pedro duerme bien Pedro come pan blanco Pedro busca afanosamente buenos amigos

etc. 4 . Las cuatro clases de palabras que hemos utilizado hasta aquí en nuestros primeros balbuceos de hablantes constituyen el cuadrilátero básico en que se mueven nuestras lenguas. De ese cuadrilátero básico saldrán, como de una cantera, las pie­ dras de construcción para construir cualquier mensaje lingüístico. Analicemos el último y más completo de los seis mensajes que he­ mos referido en las líneas anteriores. Así empezaremos a bucear hasta el fondo de tal mensaje: Pedro busca afanosamente buenos amigos

27

Las cinco palabras que ahí vemos nos salieron en orden alfabético en el despiece de nuestro diccionario. Pero, ni antes en el diccionario ni después en sus respectivas cajas de clasificación, nos transmitieron ningún mensaje. No constituirán un mensaje hasta que no las conecte la mente del emisor primero, y, después, la del receptor, en determina­ da estructura sintáctica. Representamos esquemáticamente tal estruc­ tura (con las debidas conexiones entre las cinco palabras en cuestión):

busca

Pedro

afanosamente

am igos

buenos Cada palabra tiene su oficio o función en el mensaje (u "oración gramatical"). La palabra clave es siempre el VERBO, cuya función primaria es la de predicar (= "decir") algo de alguien o de algo. Aquí se dice que la acción expresada por "busca" tiene su soporte o SUJETO GRAMATICAL en alguien cuyo NOMBRE es "Pedro". La tercera palabra "afanosamente" es un ADVERBIO: palabra cuya función normal es la de determinar o, como término consagrado, "modificar" (= expresar modalidades, modos o matices en la forma de actuar del sujeto) al VERBO (y, ocasionalmente, también al ADJETIVO y hasta a otro ADVERBIO, como tendremos la oportunidad de ver). La quinta palabra, "amigos", vuelve a ser otro NOMBRE: si el pri­ mero, "Pedro", desempeñaba la función de sujeto (en respuesta a la

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cuestión "¿quién busca?"), el segundo desempeña lafunción de com­ plemento directo (en respuesta a la cuestión"¿qué busca Pedro?"). Sólo nos falta aludir al ADJETIVO, "buenos": es una determinación de "amigos"; la concordancia gramatical en género y número nos indi­ ca inequívocamente que la cualidad expresada por el adjetivo ha de recaer sobre el nombre que atrae a tal adjetivo sobre sí imponiéndole necesariamente su género y número. La función propia de un adjetivo es la de determinar a un nombre, como la función propia de un adverbio es la de determinar (o "modifi­ car") a un verbo: el adjetivo es al NOMBRE lo que el adverbio es al VERBO. 5. En un organismo animal debe distinguirse entre"órganos" y sus "funciones", por ejemplo, entre "pulmones" y "función respiratoria", entre "estómago" y "función digestiva", etc. Identificar aquí "órganos" y "funciones" sería una equivocación, pero, quizás, sin graves consecuencias: ¡van tan ligados uno al otro! Sin pulmones no habrá respiración, sin estómago no habrá digestión ... En una "oración gramatical" sería nefasto identificar una clase de palabras con sus respectivas funciones. Hemos hablado aquí del VERBO, el NOMBRE, el ADJETIVO y el AD­ VERBIO; Y paralelamente hemos señalado las funciones propias de cada una de esas 4 clases de palabras. No identifiquemos, sin embargo, como igualdades las siguientes desigualdades de conceptos: VERBO *- función predicativa (con relación al sujeto). NOMBRE *- función nominal (de sujeto I c. directo). ADJETIVO *- función adjetival (como determinante del nombre). ADVERBIO*- función adverbial (como determinante del verbo).

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Hemos vistó, al analizar la oración "Pedro busca afanosamente buenos amigos", que, efectivamente: - el verbo es órgano de la función predicativa; - el nombre es órgano de la función nominal; - el adjetivo es órgano de la función adjetival; y - el adverbio es órgano de función adverbial. En la aludida oración tenemos, pues, la primera y más natural rea­ lización de cada una de las 4 funciones gramaticales; y no hay más, nunca aparecerán más que esas cuatro. Pero el concepto de "función sintáctica" no queda reducido y liga­ do en exclusiva a un órgano único (entiéndase a una única clase de palabras); puede haber: - función predicativa sin verbos morfológicos; - función nominal sin nombres morfológicos; - función adjetival sin adjetivos morfológicos; y - función adverbial sin adverbios morfológicos.

riamos si pretendiéramos jugar a hablar con sólo nombres, verbos, ad­ jetivos y adverbios, sin poder echar mano de artículos, pronombres, preposiciones ni conjunciones! Nota.- No nombro aquí la novena clase de palabras, la INTERJECCIÓN, por­ que el prescindir de interjecciones no supondría ninguna dificultad ni empo­

brecería demasiado nuestra capacidad de conversar (cf. infra, p.39).

Dejando, pues, de lado las intetjecciones, nos quedan cuatro clases de pala­

bras, breves todas ellas y pocas en número para cada clase, pero más renta­

bles e imprescindibles que otras muchas en cualquiera de las cuatro clases

constituyentes del cuadrilátero básico.

7. Consideremos pues las fichas de esas palabritas que no parecen hacer referencia a nada concreto. Se puede expresar por palabras o por gestos lo que significa un ver­ bo (como "bailar" o "comer", etc.), un nombre (como "gato", "agua", etc.), un adjetivo (como "azul", "redondo", etc.), un adverbio (como "bien", "alegremente" , etc.). En cambio, las palabritas que nos quedan por ver sólo tienen un valor gramatical y abstracto, ni fácil de captar ni representable por gestos escénicos. 7.1. El ARTÍCULO.

Es la palabra que acompaña al NOMBRE para presentarlo como"de­

En resumen: aunque las funciones sintácticas nunca serán más que las cuatro mencionadas, existen múltiples posibles realizaciones mor­ fológicas para cada una de ellas. Más adelante sintetizaremos en un cuadro el listado de esas posi­ bles realizaciones (p.35).

fInido"/ "indefmido".

Tiene dos formas:

la forma: EL, con sus variantes EL/ LA // LOS / LAS. A dicha forma le dan los gramáticos varios calificativos igualmente aceptables:

6. Hemos visto, poco ha, que, con las cuatro clases de palabras de nuestro cuadrilátero básico, ya podíamos alcanzar un cierto nivel de comunicación a través del lenguaje. Pero, ¡qué poca altura alcanzaría ese nivel! ¡Qué trabados nos ve-

a) "determinante" ( "determinar" significa señalar o po­ ner un término para delimitar algo);

30

b) "defInido": "defInir", según su etimología latina (de

31

finis, "frontera"), es "delimitar", "señalar fronteras". En suma, las dos calificaciones del artículo resultan sinóni­ mas. El artículo EL, efectivamente, separa, precisa o indivi­ dualiza una de las personas o cosas entre todas aquellas que lleven el mismo nombre; por ejemplo, si yo digo a alguien: Dame e l ti bro

es porque mi oyente y yo sabemos de qué libro concreto se trata y el destinatario de mi mensaje no puede confonnarse con danne un libro cualquiera. 2a forma:

UN(O),

con sus variantes:

UN(O) lUNA

II

UNOS

I

UNAS.

A dicha forma le dan los gramáticos los calificativos opuestos a los que atribuyeron a la primera forma: "inde­ terminante" o "indefinido": "un libro" ya no sería un libro concreto sino un libro cualquiera.

al papel de esa partícula, papel que consiste nada menos que en habi­ litar al NOMBRE para que éste se desplace de su base y vaya a de ­ sempeñar funciones no nominales sino funciones adjetivales o adverbiales (cf. supra p.l.A, y la vista panorámica que vamos a dar del conjunto de la morfología).

7.4. La CONJUNCIÓN. Así como la preposición quedó defmida simplemente por su "colo­ cación" en la secuencia lineal, el término conjunción sí alude a una función sintáctica: la de "conjuntar", "enlazar" o "unir" algo a algo. Pero también aquí la denominación ha sido nefasta, porque no todas las llamadas conjunciones unen o enlazan; unas sí (y entonces es afor­ tunadísimo el ténnino "conjunción") y otras, no. No las metamos a to­ das en el mismo saco (cf. supra, p.l.B). 8. He aquí ahora un esquema gráfico de las clases de palabras en conjunto, o, dicho de otro modo, una visión panorámica de la MORFO­ LOGÍA.

7.2. El PRONOMBRE. Ha de considerarse también como algo cercano al NOMBRE: el "pro-nombre" (= "en lugar de-nombre") es un "sustituto del nombre" para evitar su repetición; y, como cualquier sustituto, debe tener todas las atribuciones del titular sustituído. Su función será pues NOMINAL a todos los efectos.

A esta panorámica de la morfología enfrentamos otra panorámica de la SINTAXIS.

7.3. La PREPOSICIÓN. Debe su nombre (pre-posición) al hecho que siempre va colocada ("posición") delante ("pre", del latín prae = "delante") del nombre. El término no alude para nada a su importantísima función. Y nuestras gramáticas en uso tampoco prestan la debida atención

32

33

1. Vista panorám ica de la MORFOLOGíA (y sintaxis)

Partículas Subordinantes

COMODíN

11 auténtica

(de reiteración

CONJUNCIÓN

homofuncional)

....

-1 c'oA,p

~-1~

~be

SUS REALIZACIONES MORFOLÓGICAS

Función VERBAL (predicado)

Y.EREill (el predicado más normal), y, como predicado

Función NOMINAL (sujeto / c. directo)

SujJ c. directo de

I

Realizaciones ·oracionales • ,

~

I

..:

NOMINAL, cualquier realización de la serie de elementos en función nominal Realizaciones según clases de palabras

~

...E

_

FUNCIONES SINTÁCTICAS

.

~

ARTIcULO

11. Vista panorámica de la SINTAXIS (y morfologfa)

..:

I

COMODíN

(de irrupción

a) NOMBRE b) Pronombre c) Adjetivo sustantivado d) Infinitivo

Función ADJETIVAL (satélite en torno al NOMBRE)

a) ADJETIVO b) Nombre precedido de de c) Nombre ·adjetivado· en aposición

Función ADVERBIAL (satélite en torno al VERBO)

a) ADVERBIO b) Nombre, pronombre o adjetivo sustantivado con preposición

emocional)

a) Oraciones completivas sustantivas b) Oración pronominal n~lgtiva ~usta[]ti~gdg

Oración pro[]ominal antecedente)

~ (con

a) Oraciones ~ubQ[di[]gdg~ gd~e[big l e~

b) Or. ·[elªti~ª~" de IUQª[ c) Oraciones "[elgtjvas" ~u~tª[]tivadª~ y. ~Q[] p[epQsició[]

L

sus respectivas funciones específicas, hemos de representarlas con fichas distintas y asignarles en el

La interjección es ajena al sistema de las 4 funciones sintácticas consignadas en nuestra panorámica. La INTERJECCIÓN, como el verbo en IMPERATIVO y el nombre en el llamado "caso VOCATIVO", son inserciones marginales en el orga­ nismo sintáctico y constituyen el coto reservado a la Sintaxis impresi­

Tablero de Juego distinto asentamiento como punto de partida.

va~xpresiva.

Nota Importante.-

Bajo el título de "Partículas Subordinantes", al flanco de las Preposi­

ciones, sólo pueden enfrentarse las roalllamadas "conjunciones de subordinación". El juego de las "auténticas conjunciones" es tan distinto del juego de las "pseudo conjunciones" que, de acuerdo con

34

35

1

1.1

--1'

~

-L!J

y nuestra panorámica de la Sintaxis es ya una visión claramente

sintáctica (columna de las FUNCIONES), pero, a la vez, señalamos su apoyo orgánico, es decir, el material morfológico (¡conside­ rablemente variable!) que da lugar a cada una de las cuatro funciones abstractas de la Sintaxis. 2. La gran utilidad de nuestra visión panorámica de la Sintaxis radi­ ca en la presentación sintética y organizada de datos que andan desperdi­ gados y sueltos a lo largo de todo libro de texto; y, como consecuencia, el alumno se encuentra media docena de lecciones a lo largo del curso en que se aludirá a la misma función sintáctica sin percatarse de la unicidad de la función bajo formas morfológicas tan diversas.

Comen tarios

y Reglas de juego

3. Empecemos por prestar atención a los "comodines" de nuestro juego. Son factores discrecionales (no esenciales) en la comunicación. Aludimos con nuestros "comodines" a las CONJUNCIONES (¡de co­ ordinación!) ya las INTERJECCIONES.

1. Recordando lo dicho más arriba sobre los conceptos de "órgano" y "función orgánica", ya sabemos que no han de confundirse las dos realidades, aunque anden inseparablemente unidas. En gramática es usual distinguir y separar Morfología y Sintaxis. La Morfología estudia las "formas" (del griego morphé = "forma"), es decir, "los órganos", y la Sintaxis estudia el funcionamiento de esas formas, es decir, sus "funciones". Pero nos condenaríamos a la cegue­ ra, si pretendiéramos ver aisladamente, por un lado, .las formas (sin preguntar ni preguntarnos para qué siIven), y, por otro lado, la función (desligándola del órgano que la soporta y pone en funcionamiento). Morfología y Sintaxis resultan así prácticamente inseparables. Difícil dilema, el de estudiarlas en tratados aparte: andan siempre unidas. Nuestra visión panorámica de la Morfología, con el cuadrilátero básico como fondo, pone en primer plano, la Morfología, las clases de palabras; pero, a la vez, señalamos con flechas adonde apuntan sus funciones.

a) El error tradicional más grave, y de más nefastas conse­ cuencias en el estudio de la gramática, es quizás el de ha­ ber aplicado la misma denominación a dos realidades tan distintas como son conjunciones de coordinación y las de subordinación. Nosotros nos vemos obligados a desglosar el concepto tra­ dicional, separando "pseudo conjunciones" y "auténticas conjunciones" . Éstas siIven para unir elementos de cualquier categoría (oraciones o partes de oración) con tal que tengan la misma función: una conjunción sólo puede enla­ zar elementos homofuncionales (sin subordinar unos a otros, sin rebajar el nivel sintáctico de ninguno de ellos). El comodín de "reiteración homofuncional" (y, o, ni) acu­

36

37 ~

b) La INTERJECCIÓN O comodín-válvula de escape en estado de alta tensión emocional, es una súbita irrupción del "yo" hablante que se permite interrumpir el relato para saltar, personalmente, al primer plano de la comunicación, y, de­ jando de lado la "objetividad" del narrador imparcial, ex­ playa -parentéticamente y entre signos de admiración (¡ ... ! )- , los sentimientos que lo embargan; prorrumpe entonces en exclamaciones de alegría o dolor, de felicita­ ción o reprobación, de protesta o amenza, de saludo cordial o rencoroso, etc.

mula varias realizaciones que comparten la misma función sintáctica. Dos nombres en función de sujeto: Me encantan la músi ca y la poesía

Dos adjetivos en su función normal de determinación del nombre: conocido a una mujer guapa y honrada

Dos determinaciones adjetivales, aunque la segunda está realizada mediante un adjetivo funcional y no morfológico como la primera:

Como los comodines de reiteración homofuncional, tam­ bién las interjecciones son comodines siempre disponibles y utilizables a discreción en cualquier momento del juego lingüístico.

He conocido a una mujer honrada y de extraordinaria belleza

Dos complementos circunstanciales, es decir, con la misma función adverbial:

4) ¿Cómo utilizar o leer nuestros esquemas?

Son legibles e interpretables leídos independientemente uno y otro.

También pueden leerse paralelamente y por partes, buscando, paso a

paso, la coincidencia y concordancia en el contenido de ambas versiones.

Me golpeó a puñetazos ·y patadas

Dos inftnitivos, es decir, dos sustantivos verbales con la misma función de complemento directo: Quiero comer y beber

a) Por ejemplo: partamos, en el tablero morfológico, de la partícula subordinante del verbo. Vemos que la flecha nos lleva al verbo del que se apodera para trasladarlo de lugar; en determinado punto del traslado la ruta se ramiftca en tres direcciones; sigamos, por ejem­ plo, la que efectúa el traslado a la categoría del NOMBRE Y convierte el nucleo verbal (con todo lo que de él pueda col­ gar) en un NOMBRE FUNCIONAL. De la categoría del NOMBRE (sea éste morfológico o, como aquí y ahora, funcional) no tenemos más salida que la de sujeto I complemento directo: estamos pues ante una ora­ ción completiva-sustantiva del verbo (verbo que, por cier­

Dos oraciones independientes: Juan duerme y su hermano traba¡a

Dos oraciones subordinadas causales, o sea, dos adverbios funcionales: Ayer no vine a e/ase porque estaba algo resfriado y nevaba

Dos oraciones subordinadas sustantivas en función nomi­ nal de compl. directo de "dijo": Dijo que quería cerveza y que la quería bien fría

Etc.

38

39 ', -""

to, no será el que hemos anulado en el traslado, imponién­ dole con nuestra "tecla" (cf. supra, p.10) de la partícula una función sustantiva; tiene que ser, entonces, el verbo de la ora­ ción principal que acoge al trasladado bajo su dependencia). En resumen: hemos partido de una fonna morfológica y hemos llegado al fmal del recorrido a una función sintácti­ ca nominal. b) También podemos recorrer el mismo camino en sentido inverso. Utilicemos el segundo esquema, el de las FUNCIO­ NES Y sus REALIZACIONES MORFOLÓGICAS. En la colum­ na de las FUNCIONES, nos situamos en la casilla de la FUNCIÓN NOMINAL Y ... topamos en frente con la "Oración completiva-sustantiva" (que es una de sus posibles realiza­ ciones); pero, naturalmente, decir "oración subordinada completiva-sustantiva" es decir implícitamente VERBO y PARTÍCULA que 10 subordina. En suma, la misma carretera en ambas direcciones: Ruta en la opción a): Partícula - Verbo - Func. nominal. Ruta en la opción b): Función nominal- Verbo - Partícula. 5.1. En el juego de las Partículas Subordinantes se habla de "tras­ lados" y "rutas", como si se tratara de dos grandes empresas de trans­ porte: cada una de ellas tendría alrededor de una docena o docena y media de vehículos en servicio.

La "empresa verde" (PREPOSICIONES): a, ante, bajo, c on , contra, de, desde . . .

La "empresa roja" (conjunciones de SUBORDINACIÓN): porque, aunque, si, cuando, como, para que . . .

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Son empresas que prestan ya sean servicios regulares, para los que disponen de amplias vías (líneas de trazo grueso en nuestro dibujo), ya sean servicios discrecionales por simples caminos vecinales (líneas de trazo fino en nuestro dibujo). 5.2. Dicho esto, y con el esquema a la vista se advierte: 1º que el grueso de las PREPOSICIONES tienen por misión trasladar o rebajar el NOMBRE a la categoría del ADVERBIO (= Función ADVERBIAL), o, en ténninos más tradicionales, convertir al NOMBRE en complemento circunstancial. 2º que el grueso de las CONJUNCIONES de SUBORDINACIÓN hacen exactamente lo mismo con el VERBO: lo trasladan o rebajan a la categoría del ADVERBIO (= Función ADVER­ BIAL). Son las numerosísimas subordinadas llamadas tra­ dicionalmente "circunstanciales" o "adverbiales", de las que nos hemos ocupado detenidamente antes (pp.10-18). ¡Qué sorpresa! En el cuadrilátero básico del verbo, nom­ bre, adjetivo y adverbio, hemos señalado la categoría del adverbio mediante un círculo de radio inferior al del verbo y el nombre, porque, en el despiece del diccionario (cf. su­ pra, pp.26-27), nos había salido una colección de papeletas muy inferior en volumen al de las papeletas correspondien­ tes al verbo y al nombre. Ahora resulta que, con la aportación de esas honniguitas (¡las partículas subordinantes!) en febril actividad transpor­ tando los pesos pesados de los nombres y los verbos a la categoría del ADVERBIO, a la vez que revelan su propio e importantísimo papel en el juego lingüístico, enriquecen el acervo de la categoría adverbial con las más variadas e im­ previsibles fonnas de adverbios "funcionales": suma de los

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"complementos circunstanciales" (aportados por el acarreo de las preposiciones) y de las "oraciones subordinadas cir­ cunstanciales (aportadas por el acarreo de las conj. de su­ bordinación); véase, como ejemplo, el texto "cuando calienta el sol...", analizado en p.15; en su gráfico corres­ pondiente se verá que, de los cinco miembros que arropan el predicado verbal, sólo uno no es adverbio.

con la espada por la espalda contra la pared

etc. Son los tradicionales "complementos circunstanciales" del verbo. b) También en la línea roja sólo una unidad de la flotilla de las conjunciones subordinantes, la completiva QUE, se en­ carga de llevar el VERBO a la categoría del NOMBRE, para convertir ese verbo en NOMBRE FUNCIONAL (véase supra, pp.8-11).

5.3. Ocupémonos ahora de los ramales secundarios. a) En la línea verde sólo una preposición se encarga de llevar el NOMBRE a la categoría del adjetivo, para convertir el "de + N(ombre)" en ADJETIVO FUNCIONAL con relación a un nombre anterior en la cadena lineal. Así se da el frecuentí­ simo tipo "N + de + N": "casa - de - el padre"

"casa paterna"

Se dice tradicionalmente que "del padre" es complemento determinativo de "casa"; pero como el ADJETIVO es, por defmición, la complementación primaria de todo nombre, cualquier otra complementación del nombre será ADJETI­ VO FUNCIONAL (aunque no morfológico). En cambio, si un "de + N" se presenta precedido, no por otro nombre sino por un verbo, el grupo "de + N" ya no se desviará de la ruta general, sino que como "cualquier preposición + N" seguirá la gran vía que lleva a la categoría ADVERBIAL. He aquí un ejemplo con ambas alternativas: vengo de la tienda de ultramarinos

donde "de la tienda" es adverbio funcional, y "de ultrama­ rinos", adjetivo funcionaL Más ejemplos de adverbios funcionales:

42

Pero en el punto de la ramificación en que la completiva QUE deja la ruta general seguida por todas las demás conjunciones, sale otro ra­ mal que nos lleva a la categoría del ADJETIVO. Este ramal nos plantea un auténtico rompecabezas. La única oración subordinada con función ADJETIVA que siempre se ha reconocido y seguimos reconociendo como tal (ver Función AD­ JETIVA en el cuadro y columna de las Funciones sINTAcrICAS) es la oración subordinada de relativo, introducida por el pronombre relativo QUE.

Entonces, ¿hemos de situar este QUE en el paquete de las partículas subordinantes del verbo, como una más entre las conjunciones subor­ dinantes? O bien, ¿hemos de situarlo, como pronombre, en la clase de sus congéneres, sustitutos del nombre? 0, fmalmente, ¿tiene ese QUE derecho a figurar en las dos posicio­ nes? Nos hemos explicado detalladamente sobre el tema, supra, pp.19­ 25. Remitimos, pues, a esas páginas, donde el lector verá cómo hemos solucionado el rompecabezas.

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6.1. Y, como último comentario a nuestros esquemas, creemos con­ veniente clarificar algunos conceptos tan manoseados e importantes como son:

6. ¿Hay ahí algún predicado? .... s1 /)K) 8. ¿Cuál es el predicado? .......... ~ / duerme

NOMBRE / PREDICADO (nominal) / SUJETO

En el esquema morfológico se ve que el VERBO es órgano de PRE­ DICACIÓN, ("predicado") del SUJETO / NOMBRE. Y, en el esquema sintáctico de las funciones, se ve que la función de predicado tiene su soporte morfológico en VERBO / NOMBRE. He ahí una serie de alternancias un tanto confusas y que, probablemente, por su misma presentación en esta serie de alterna­ tivas formando conjuntos, aún se habrán vuelto más confusas ahora mismo en la mente de algún lector. Bueno es tener conciencia de una mala situación para buscar y po­ ner el remedio que haga falta. Vamos a plantear el problema en otros términos y en una situación práctica y concreta. Ésta podría ser la asistencia a un examen de un alumno listillo y es­ tudioso (de cualquier nivel desde EGB hasta la enseñanza superior de la Universidad). Supongamos que el profesor propone el siguiente tema de examen: "Analícese la oración Pedro duerme". El profesor entrega una cuartilla con preguntas y sus posibles respuestas para que el alumno conteste tachando lo que proceda: 1! fase (escrita) del examen: 1. ¿Hay ahí algún nombre? ....... s1 / Nó

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7. ¿Cuál es el verbo? ................. ~ / duerme

VERBO / PREDICADO

2. ¿Hay ahí algún sujeto? ......... SÍ / ~

5. ¿Hay ahí algún verbo? .......... s1 / ~



3. ¿Cuál es el nombre? ............. Pedro / ~



4. ¿Cuál es el sujeto? ................ Pedro / ~



2ª fase (oral) del examen: (el profesor): ¿Cómo a dos preguntas tan distintas como son la 3 y 4 contesta Vd. con la misma respuesta? Y 10 mismo ocurre con la 7 y 8: muy distintas, y misma respuesta. ¿Ve Vd. acaso como igualdades los siguientes conceptos: "nombre" = "sujeto" "verbo"

"predicado" ?

¿Cómo reaccionaría el estudiante ante esta serie de preguntas ora­ les? Probablemente, así como en la prueba escrita había contestado correctamente y seguro de sí mismo a todo el cuestionarío, ahora se sentiría trabado ... y probablemente no superaría la prueba. La situación de ese alumno sería la de quien vive tan tranquilo con­ fundiendo "órgano" y "función" (cf. supra, pp.29-30). La respuesta correcta sería: "Yo doy, efectivamente, la misma respuesta, «Pedro», a las preguntas 3 y 4, pero una vez (pregunta 3), porque miro a «Pedro» como forma morfológica o «clase de palabras»; y, otra vez (pregunta 4), porque su pregunta me sugiere que debo mirar a «Pedro» en el plano de la Sintaxis, o sea como elemento funcional en la estructura de la oración. La misma respuesta para las preguntas 7 y 8 tiene la misma explicación mutatis mutandis que acabo de dar en el caso anterior".

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o también (aunque será menos usual):

Creemos que con esta escena del examen habrá desaparecido el posible confusionismo planteado al comienzo del párrafo.

Canta bien la o p era mi primo

En distintas fechas y con variantes en la expresión hemos dado la misma información en las dos ocasiones; los mensajes han resultado equivalentes.

6.2. PREDICACIÓN VERBAL / PREDICACIÓN NOMINAL. La función predicativa se materializa, se realiza mediante un VERBO (morfológi­ camente verbo); el verbo es la primerísima realización de la función predicativa; el verbo es el predicado por antonomasia: PREDICACIÓN VERBAL. Pero existe en lengua otra realización -nada desdeñable y muy rentable- de la misma función predicativa: es la PREDICACIÓN NO­ MINAL, que conocen todos los manuales de lengua. Las realizaciones nominales son del tipo: "verbo SER + nombre o adjetivo (indistintamente)" Conviene notar aquí que se llama igualmente NOMINAL tanto a la predicación con nombre como a la predicación con adjetivo; no suele decirse "predicación nominal/predicación adjetival" (aunque sería legíti­ mo decirlo). Creemos aceptable la única y tradicional denominación, por­ que la categoría del nombre y la del adjetivo andan siempre muy próximas; podríamos extendernos en esta idea, pero nos limitaremos a recordar que, hasta hace relativamente poco tiempo, las gramáticas llamaban "nombre" tanto a lo que ahora seguimos llamando "nombre" como a lo que ahora llamamos "adjetivo"; se decía, no sin razón, que ha­ bía "nombres sustantivos" para designar las "sustancias" (personas, ani­ males y cosas) y "nombres adjetivos" para designar sus "cualidades".

a) Analicemos las unidades significativas que hay en toda PREDICACIÓN VERBAL: (mi primo) CANTA - CANT - A

El primer elemento o lexema CANT- nos dice de qué ac­

ción se trata; está muy claro y se puede explicar con pa­

labras o, sin palabras, con simples modulaciones de la

voz, con gestos, etc., 10 que hace el sujeto (cf. supra

p.3 1).

El segundo elemento () morfema es la desinencia A,

que añade a la acción aludida un conjunto de nociones

simultáneas (modo + tiempo + persona + número) que

ninguna otra clase de palabras puede ofrecer y constitu­

yen la esencia de la categoría verbal: su alma.

En suma: en el común de los verbos podemos distinguir

claramente dos componentes que nos llevan a comparar

el común de los verbos -por decirlo de alguna manera­

con la especie humana, compuesta ella también de dos ele­

mentos: un cuerpo visible y palpable, y un alma invisible

y... difícil de definir.

6.3. Fijémonos en lo que tienen de común y en lo que se diferen­ cian la predicación VERBAL y la predicación NOMINAL. Un día puedo decir:

b) Pasemos a analizar ahora la PREDICACIÓN NOMINAL: (mi primo) ES CANTOR

Mi primo es buen cantor de ópera

o CANTOR ES (mi primo)

y otro día: Mi primo canta bien la opera

47

46 ~

realizaciones de la función nominal que pueden entrar como elemen­ tos de una PREDICACIÓN NOMINAL. Nota.- Hemos puesto los dos elementos de la predicación nominal en el or­

También aquí hay dos unidades significativas, aunque ahora no se escriben en una sola palabra como en la predicaciót;t verbal. Una es el verbo SER ("es" en 3! pers. sg. de presente de indica­ tivo). ¡Qué verbo tan original! ¿Qué significa SER? No vemos aquí nada parecido a un lexema que señale algún sentido: aquí no caben palabras ni gestos para aclarar un sentido concreto ... En ese extra­ ño verbo "auxiliar" sí vemos las categorías verbales (modo + tiem­ po + persona + número) que constituyen la esencia del verbo: su alma. ¡Pero un alma sin cuerpo! El verbo "auxiliar" es un verbo puro, se parece a un "ángel", no a un hombre, como decíamos líneas más arri­ ba tratando de la predicación verbal. En "(mi primo) es... " no hay predicación: no se dice nada del pri­ mo; o, en todo caso y con la máxima benevolencia, diríamos que hay un principio de predicación, una predicación mutilada: le falta el im­ prescindible lexema que veíamos en la predicación verbal. La com­ plementación indispensable del lexema nos la da el NOMBRE: con "es + nombre" ya tenemos una predicación completa y perfectamen­ te comparable a la predicación verbal:

den "cantor es", en lugar del orden (más usual) "es cantor", para que así re­ sultara más clara la correspondencia, parte por parte, entre "cant-a" y "cantor-es", ya que , entre "canta" y "es cantor" se cruzarían las correspon­ dencias. También podría darse como ejemplo, quizás más evidente, "babia cantado" y "era cantor" donde aparecen las dos predicaciones, tanto la verbal como la nominal, con sus respectivos fonnantes en el mismo orden y escritos como palabras independientes en ambas realizaciones de la función predicativa.

cantor... es

como:

cant... ..... a

bail.... .... amos

com. .... .. es

etc.

En suma, el verbo SER es puro morfema verbal que necesita com­ pletarse con lexemas morfológicamente nominales o con elementos funcionalmente nominales. En la panorámica de las Funciones SIN­ TÁCTICAS y sus realizaciones morfológicas se consignan seis posibles

49

48 l-­

eon

e

1 u s i ón

Post scriptum

El análisis gramatical siempre se ha considerado como el mejor ter­ mómetro para medir el nivel de conocimientos que alcanzan nues­ tros alumnos en el estudio de la propia lengua como la traducción es la prueba más objetiva de sus conocimientos en una lengua ex­ tranjera. Quien logra superar brillantemente un examen de análisis gramati­ cal demuestra, en efecto, el dominio que tiene de su lengua tanto en morfología como en sintaxis.-Las deficiencias de conocimientos en gramática, que arrastran tantos fracasos escolares, se revelan, en subi­ da proporci6n, en las pruebas de análisis gramatical; y los ejercicios en esta materia son quizás una de las tareas menos atractivas y hasta más antipáticas entre las actividades del escolar. Si, con esta modesta aportación, hubiéramos logrado convertir el estudio de la gramática en un "Juego de Mesa", más o menos diverti­ do, evitaríamos, sin duda, muchos disgustos y habríamos conseguido el objetivo que nos habíamos propuesto.

1. Nos imaginamos que un lector atento tendrá buenas razones para anotar en este breve opúsculo ciertas deficiencias que podrían dar lu­ gar a un juicio como el siguiente: "el áutor de esas páginas cae en in­ coherencias como las que él condena en el estudiante que somete a examen en pp.44-45; además, malgasta tinta y papel en excesiva insis­ tencia sobre tan pocas novedades básicas de su nueva gramática". 2. Me reconozco culpable -mea culpa- y acepto la condena ... a condición de que me tire la primera piedra quien se considere libre de similares culpas. Adelantémonos a señalarlas. 3. Empecemos por las incoherencias. a) Generalmente actúo como un entusiasta de la sintaxis funcional (lo que realmente creo ser). Y, no pocas veces, parezco estar anclado en la morfología, incapaz de dar el salto al plano de la sintaxis. En la escena del examen que hemos presenciado, insinuamos que el alumno, en la segunda parte de su examen, difícilmente hubiera ob­ tenido un "aprobado" (por barajar promiscuamente los conceptos de ,"órgano" y "función"). Y ahora -post scriptum!- resulta que también nosotros hemos caído en el mismo error.

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Expliquémonos. En los esquemas sintácticos de los numerosos ejemplos que ponemos (pp.8ss.) para marcar las conexiones sintácti­ cas que debe establecer el hablante entre las distintas palabras que in­ tegran una oración, sobre las líneas de conexión escribimos generahnente el nombre adecuado a la función (sujeto, c. directo, etc.), como debe ser en un análisis sintáctico; pero, algunas veces, consignamos el nombre del "órgano"; sobre todo, aparecen sobre las líneas de conexión dos clases de palabras: "adjetivo" y "adverbio"; aquí está el "órgano", pero no su "función". Para ser coherentes debié­ ramos anotar la función. Como consta en el tablero de la p.34, debiera escribirse para ambas clases de palabras: "determina a" o "determi­ nante de". Pero, ¿cómo podíamos utilizar, ya 'de entrada, un lenguaje estricta­ mente "funcional" sin haber mencionado todavía el cuadrilátero bási­ co con sus cuatro clases de palabras básicas, sus correspondientes cuatro funciones igualmente básicas y la inmediata advertencia de que ya nunca aparecerían en la lengua nuevas funciones, pero que, en cambio, sí podríamos encon~, y encontraremos abundantemente, otros muchos e imprevisibles medios de realizarlas? Creímos conveniente expresarnos ante el lector en un lenguaje asequi­ ble al modo de pensar y expresarse que, nos imaginamos, es el suyo. Ahora, cuando, sobre las bases morfológicas (panorámica 1), he­ mos rematado nuestro edificio con la bóveda que sistematiza las fun­ ciones sintácticas (panorámica ll), podemos dominar en perspectiva única los puntos de apoyo de la cúpula y, entonces, nos daremos cuenta de que 10 que hemos llamado ADJETIVO y ADVERBIO forman todavía parte de la infraestructura (morfológica); no son todavía co­ lumnas, sino dos zócalos más, que, añadidos a los del NOMBRE y el VERBO, constituyen el cuadrilátero básico, de donde arrancan las cuatro columnas de las "funciones" que, definitivamente, rigen todo el juego lin­ güístico. Corríjase, pues, en buena hora nuestra ... "confusión" (?).

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b) y sigamos con la pesadilla de la reiterativa insistencia en "tan pocas novedades" de nuestra "nueva gramática". En este cursillo nos propusimos la tarea de construir el ,edificio de una nueva gramática, pero, simultáneamente teníamos que destruir los cimientos del edificio anterior: esta segunda tarea, al someternos a un contínuo vaivén entre posiciones, unas veces coincidentes, y, otras, muy distantes (para desechar piedras del edificio antiguo, o acoplarlas en la medida de 10 posible al nuevo), nos obligaba a luchar en doble frente y a recurrir al doble lenguaje: uno como traducción del otro. Algo similar a 10 que, mutatis mutandis, hacen con igual espontanei­ dad un hablante español y otro francés, cuando, para expresar la idea de "prestar atención", el primero dice "prestar oído", es decir, el senti­ do del oído, y el otro dice "preter l'oreille", o sea, "prestar la oreja" (= el órgano sensorial). De ahí que se repita por activa y por pasiva nuestro navegar entre alternativas como: PARTÍCULAS SUBORDINANTES DEL NOMBRE I PREPOSICIONES PARTÍCULAS SUBORDINANTES DEL VERBO

I Parte (¡sólo

parte!) de CONJUNCIONES ¡Qué aligerada quedaría la exposición de nuestras ideas si se impu­ sieran, generalizándose en los escritos gramaticales, el fondo y la ade­ cuada terminología que proponemos! En tal supuesto podríamos pre­ sentar una segunda redacción de nuestro trabajo con la misma doctri­ na en la mitad del espacio que ahora le hemos dedicado, y, sin duda, ganaríamos en sencillez y claridad.

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