Konings, Johan - Espiritu y Mensaje de La Liturgia Dominical (Ciclo a)

August 11, 2018 | Author: chiriqui08 | Category: Liturgical Year, Mass (Liturgy), Jesus, Religious Behaviour And Experience, Bible
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Johan Konings ESPÍRITU Y fllEílSflJE DE III UTURGIfl

Dommicni uño II

SAN PABLO

Johan Konings

ESPÍRITU Y MENSAJE DE LA LITURGIA DOMINICAL AÑO "A"

Colección

Biblia y Pastoral ANUNCIAR EL EVANGELIO TODOS LOS DÍAS Segundo Galilea, 5a. ed.

EL TESORO DE LA IGLESIA Segundo Galilea, 2a. ed.

MANUAL DE PLANIFICACIÓN PASTORAL Autores Vanos

ESPÍRITU Y MENSAJE DE LA LITURGIA DOMINICAL AÑO "A" Johan Konings

SAN PABLO

Abreviaturas y siglas A,B,C, después del título del domingo o de la fiesta: año o años comentados. A (B,C): el año A es parcialmente distinto de B y C, cuyas partes diferentes se comentan en las páginas inmediatamente siguientes. Abreviaturas de las partes litúrgicas CtEnt

Canto de entrada

Sec

Secuencia

Orín latí

Oración inicial

Ev

Evangelio

Primera lectura

OrOf

Oración sobre

CtMed

Canto de meditación (salmo responsorial)

Pref CtCom

2aLt

Segunda lectura

OrFin

CtAcl

Aclamación evangelio

Resp

Responsorio

las ofrendas (secreta) Prefacio Canto de comunión Oración final (poscomunión) Posibilidades alternativas de canto o de lectura

Abreviaturas bíblicas

Título original Espirito e mensagem da liturgia dominical Traducción: Justiniano Beltrán © SAN PABLO 1993 Carrera 46 No. 22A-90 FAX (9-1) 2684288

© Editora Vozes, Ltda. Rúa Frei Luís, i 00 25600 Petrópolis, RJ - Brasil

Distribución: Departamento de Divulgación Calle 170 No. 23-31 A.A. 100383 - FAX (9-1) 6711278

Santafé de Bogotá, D.C. - Colombia ISBN: 958 - 607 - 602 - 4

Ab Ag Am Ap Ba !Co 2Co Col !Cro 2Cro Ct Dn Dt Ef Esd Est Ex Ez Flm Flp

Abdías Ageo Amos Apocalipsis Baruc Primera carta a los corintios Segunda carta a los corintios Carta a los colosenses Primer libro de las crónicas Segundo libro de las crónicas Cantar de los cantares Daniel Deuteronomio Carta a los efesios Esdras Ester Éxodo Ezequiel Carta a Filemón Carta a los filipenses

Ga Carta a los gálatas Gn Génesis Ha Habacuc Hb Carta a los hebreos Hch Hechos de los apóstoles Is Isaías Jb Job Je Jueces Jdt Judith Jl Joel Jn Juan Un Primera carta de san Juan 2Jn Segunda carta de san Juan 3Jn Tercera carta de san Juan Jon Jonás Jos Josué Jr Jeremías Judas Carta de san Judas Le Lucas Lm Lamentaciones

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Lv 1M 2M Me Mi MI Mt Na Ne Nm Os 1P 2P Pr Qo 1R 2R

Levítico Primer libro de los macabeos Segundo libro de los macabeos Marcos Miqueas Malaquías Mateo Nahún Nehemías Números Oseas Primera carta de san Pedro Segunda carta de san Pedro Proverbios Qohélet (Eclesiastés) Primer libro de los reyes Segundo libro de los reyes

Rm Rt 1S 2S Sal Sb Si So St Tb lTm 2Tm 1 Ts 2Ts Tt Za

Carta a los romanos Rut Primer libro de Samuel Segundo libro de Samuel Salmos Sabiduría Sirácida (Eclesiástico) Sofonías Carta de Santiago Tobías Primera carta a Timoteo Segunda carta a Timoteo Primera carta a los tesalonisenses Segunda carta a los tesalonisenses Carta a Tito Zacarías

Prefacio a la segunda edición

Muchos agentes de pastoral tienen dificultades para descubrir la idea central de los formularios litúrgicos dominicales y, más aún, la línea general que atraviesa un determinado período o año litúrgico. Me propongo ofrecer aquí una ayuda que facilite esa comprensión de la liturgia dominical, no solo en vista de la preparación de la celebración o de la catequesis litúrgica, sino también para el aprovechamiento espiritual personal, que es la condición fundamental para el trabajo litúrgico-catequético. Pues nadie puede transmitir lo que no ha asimilado. Por tanto, las presentes ayudas no sirven para aplicación inmediata. Sirven para preparar el espíritu del lector. Son reflexiones sobre el sentido central de los formularios dominicales y períodos litúrgicos presentados señalando los hechos litúrgicos y bíblicos, sin todavía mirar a una aplicación práctica determinada. Es un producto semiacabado, una lámina de acero hecha con el material de los hechos litúrgicos. Lo que se haga de esta lámina es cuestión que corresponde al agente de pastoral. Podrá servir para la preparación de las celebraciones y homilías, para círculos bíblicos, catequesis permanente, etc. Aunque se crea que la actual liturgia dominical es muy complicada para nuestro pueblo y se desee un leccionario simplificado para las celebraciones populares, yo creo que, aun con el leccionario actual, la liturgia dominical puede ser una verdadera escuela de fe para el pueblo. La liturgia dominical, bien preparada, cele6

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brada y participada, debería ser el círculo bíblico y la catcquesis permanente por excelencia. En cuanto a la valoración de la liturgia dominical como catcquesis permanente, quiero resaltar que el presente estudio muestra con claridad la viabilidad de dicho proyecto. La liturgia del año B teniendo como eje el evangelio de Marcos, concentra la atención en la persona y misión de Jesucristo. En el año C, Lucas, más práctico, presenta a Jesús como modelo del fiel. Mateo en el año A, presenta a Jesús como maestro y guía de la nueva asamblea de Dios, la Iglesia. Cristología, vida cristiana, eclesiología serían los títulos principales de esta catequesis. En los tres años, además, la meditación del misterio de la encarnación (navidad) y del misterio pascual manifestado en los escritos de san Juan, forma una constante, incluyendo los "tiempos de conversión" de la vida cristiana (adviento y cuaresma). El aprovechamiento de este rico material exige una hermenéutica, es decir, una articulación del sentido original, en el que se concibieron los textos, con el sentido nuevo (pleno), que pueden ganar con el contexto actual, determinado por su inserción en la liturgia, como también en el momento histórico que vivimos. Así, el presente trabajo es un intento de auscultar los testigos privilegiados del acontecimiento de Jesucristo, los autores del Nuevo Testamento (teniendo como telón de fondo el Antiguo), la tradición eclesial, que organizó sus testigos en la liturgia y los signos del tiempo y de la historia que se nos confía como don y tarea.

Introducción general

1. LA RENOVACIÓN LITÚRGICA Y SU IMPLANTACIÓN El primer documento promulgado por el papa Pablo VI y los padres del concilio Vaticano II, el 4 de diciembre de 1963, fue la constitución sobre la sagrada liturgia, "Sacrosanctum Concilium", prueba palpable de la prioridad que la Iglesia en su esfuerzo de "aggiornamento" proporcionó a la liturgia. Uno de los primeros tópicos del documento era un proyecto de total renovación de la liturgia (n 21), proyecto que suponía una revisión y una mayor evidencia de las lecturas bíblicas (n 24). "A fin de que la mesa de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los fíeles, ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia, de modo que, en un período determinado de años, se lean al pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura" (n 51). Pero este enriquecimiento solo tendría efecto si se restablecía la práctica de la homilía o predicación a partir de la propia lectura escriturística, por lo menos, en los días de participación general del pueblo (n 52). También, en oposición a la práctica popular vigente, que consideraba que la misa propiamente comenzaba solo "después del semón", la constitución insistía en la unidad de la liturgia de la palabra y de la liturgia eucarística (n 56). Poco a poco fueron surgiendo los resultados de este empeño de los pastores de la Iglesia universal para preparar más ri-

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camente la mesa de la palabra. Fueron publicadas las nuevas "perícopas" o lecturas bíblicas para la celebración de la misa, las nuevas oraciones y, en fin, el nuevo misal completo. Todo eso en la lengua vernácula, naturalmente, pues de lo cantrario no obtendría su objetivo. Podríamos decir que esta fue la gran realización de la renovación litúrgica "de arriba hacia abajo". Desafortunadamente no siempre correspondió al movimiento "de abajo hacia arriba". En algunos lugares las bases, impacientes, ya habían hecho su propia reforma, cuando finalmente llegaron los nuevos textos oficiales. En otros, se recibió el nuevo material con un espíritu antiguo —vino nuevo en odres viejos— y se continuó con un tipo de liturgia sin color ni sabor, solo despojada ahora de la antigua belleza artística del canto gregoriano... Observó el Celam (Medellín 1972 - Documento 2), entre otras cosas, que muchas celebraciones carecen de la debida preparación; que la liturgia de la palabra no se valoraba debidamente; que la parte de las técnicas acústicas dejaba mucho que desear; que los celebrantes no conocen las posibilidades de los libros litúrgicos; que se imponen las reformas sin la debida catequesis; que la celebración está divorciada de la vida, etc'. Según mi observación personal, añadiría tres factores que requieren una firme corrección, para que la renovación litúrgica produzca sus frutos: 1) que se renueve de manera creativa, el contacto con el material artístico (tanto en la música como en la poesía) del propio pueblo y de la secular tradición litúrgica; 2) que haya, por parte de los responsables litúrgicos, una mejor comprensión de la Sagrada Escritura; 3) que los responsables (celebrantes y equipos de preparación ) vuelvan a conocer, poseer y manosear creativamente las ediciones litúrgicas oficiales y no se basen en impresos ocasionales, destinados a servir de ayudas para el pueblo. Para este último fin será necesario que las conferencias episcopales traten de promover publicaciones adecuadas de los textos litúrgicos, como por ejemplo, un misal dominical completo con una buena traducción litúrgica de las po.-/~~.™ P l i c a s , así como desde hace años existen en otros idiomas. 1. Consejo Episcopal Latino-Americano. Departamento de Liturgia. Liturgia para América Latina: documentos y estudios. Sao Paulo: Ediciones Paulinas, 1977. pp 38-40; cf Documento 3, pp 76-83.

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2. LA ORGANIZACIÓN DE LA LITURGIA DOMINICAL RENOVADA Y SU CELEBRACIÓN La liturgia dominical renovada está organizada según un ciclo trienal, que comprende los años A, B y C, pero cada año es autónomo (el año B no presupone al año A, etc.). En principio, las lecturas son diferentes en cada uno de los tres años. Pero en las fiestas mayores sucede que todas las lecturas, o una parte de ellas, son idénticas en los tres años del ciclo, porque el tema de la fiesta exige la presencia de ciertos textos característicos (es el caso, especialmente, de navidad, pascua y pentecostés). También se sigue, en principio, un mismo evangelista para las lecturas evangélicas dentro del mismo año del ciclo (año A = Mt; año B = Me; año C = Le). En el ciclo navideño (con adviento), los evangelios hablan de la perspectiva escatológica, que marca el fin de la enseñanza de Jesús en los tres evangelios sinópticos; de la preparación inmediata de la venida del mesías (predicación de Juan Bautista), al comienzo de las mismas; y de los acontecimientos del nacimiento e infancia de Jesús (comienzo de Mt y de Le; porque Me no habla de esto, los evangelios tucanos de la infancia ocupan el espacio correspondiente también en el año B). En el ciclo pascual (con la cuaresma) poco se observa la lectura del "evangelista del año". En la cuaresma se leen los grandes episodios evangélicos que tratan de la conversión y de la catequesis bautismal. En los domingos después de la pascua (actualmente llamados "domingos de pascua", acentuándose así su unidad con la fiesta central de la liturgia), se lee sistemáticamente el evangelio de Juan, el evangelio del Cristo pascual, y esto, en los tres años del ciclo litúrgico. El "evangelio del año" se respeta en el domingo de ramos, en el que se lee la historia de la pasión de nuestro Señor según Mt (año A), según Me (año B) y según Le (año C). La historia de la pasión según san Juan se lee anualmente el viernes santo. Durante el tiempo ordinario (los domingos entre el ciclo navideño, que termina con la fiesta del bautismo de Jesús, y el ciclo pascual, que termina con pentecostés; y los domingos después de pentecostés, hasta el fin del año litúrgico), se sigue la "lectura continua" de los evangelios sinópticos (respectivamente Mt, Me, Le), desde el comienzo de la predicación de Jesús hasta la conclusión de la misma (de 11

modo que los temas escatológicos, que caracterizan el fin de la predicación de Jesús, coinciden en el fin del año litúrgico). Conviene observar que, en la organización del ciclo trienal, se consideraron no solo los domingos de los "tiempos fuertes" (navidad y pascua) y del tiempo ordinario, sino también las fiestas cuyo significado está directamente ligado con la dinámica del año litúrgico, dinámica que evoca, dentro de la moldadura de la primera y de la segunda venida del Señor, toda la historia de la salvación. Así, después de haber presentado, en el adviento, la expectativa mesiánica del mundo, desde la creación hasta

EL AÑO LITÚRGICO

la venida de Jesús, el mesías, la liturgia —instruida por el uso multisecular— celebra, dentro del ámbito de navidad, sea en los domingos siguientes, sea en los días de la semana (octava de navidad, 6 de enero), aspectos complementarios del misterio de la encarnación: la familia de Jesús, su santa madre, la epifanía, el bautismo de Jesús. En el ciclo pascual se añaden a los domingos de cuaresma: su anticipación en el miércoles de ceniza y las celebraciones del triduo sagrado; y a los domingos después de pascua: la fiesta de la ascención. Terminado ya el tiempo pascual con la fiesta de pentecostés, pero todavía en su "secuela", por así decir, y marcando el regreso del tiempo ordinario (su primera parte se celebra entre la epifanía y el miércoles de ceniza) encontramos las fiestas de la Santísima Trinidad, del Corpus Christi y del sagrado Corazón, participando de la variación trienal del ciclo de lecturas. Y lo mismo vale para la fiesta de Cristo Rey, cerrando en adelante el año litúrgico. Todas estas fiestas deben incluirse en los presentes comentarios de cada año del ciclo trienal. No es lo mismo para otras fiestas (de Cristo, de la Virgen, de los santos, etc.), que no tienen este lazo orgánico con la secuencia del año litúrgico: por eso dejamos los comentarios de estas fiestas para la cuarta sección de la presente obra, después de los comentarios de los tres años del ciclo trienal. Las primeras lecturas, en la liturgia dominical, por regla general se sacan del AT, en función del evangelio (o 3a lectura). Sirven de ilustración o prefiguración del tema del evangelio (¡tipología!). Pero en los domingos de pascua, las primeras lecturas se toman del libro de los Hechos de los apóstoles, evocando los primeros tiempos de la Iglesia, basada en el misterio de la resurrección y en el don del Espíritu del Señor resucitado. En cuaresma se nota también que las primeras lecturas no siempre corresponden claramente a las perícopas evangélicas, porque en cuaresma —tiempo de conversión y preparación bautismal— se quiere evocar los grandes momentos y temas de la pedagogía divina en el antiguo pueblo de la alianza. Las segundas lecturas son las que causan más problemas para captar el espíritu de cada celebración dominical. En el adviento y en la cuaresma, como también en las grandes fiestas y sus vigilias, normalmente se escogen en función del tema principal. Pero en los otros domingos, las segundas lecturas no

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están integradas en la temática común del evangelio y de la primera lectura, porque en ellas se sigue pura y simplemente, domingo tras domingo, la lectura continua de las cartas de los apóstoles y del Apocalipsis, sin preocupación sistemática de acompañar el tema principal, presente en el evangelio y la primera lectura; sin embargo, se constata, de vez en cuando, que el "recorte" de las perícopas de la segunda lectura se hizo con una cierta consideración de las otras lecturas, pero eso es solamente casual. Por no corresponder con la primera y la tercera lectura, puede ocurrir que la segunda lectura separe, a veces de modo perjudicial para la claridad de la liturgia, el tema principal (evangelio), de su ilustración o prefiguración (primera lectura). Parece que, en un primer proyecto de la reforma del leccionario de la misa, se quiso colocar la lectura de las cartas después de la lectura evangélica, precisamente para evitar esta separación (y también porque las lecturas de las cartas apostólicas son, generalmente, exhortaciones, que prepararían muy bien la profesión de la fe). Yo mismo, en el presente comentario del año litúrgico, sugerí, ocasionalmente, que se leyera la "segunda lectura" primero, o como exhortación inicial o final, para no oscurecer la coherencia entre la primera y la tercera lectura y para valorar mejor el carácter exhortativo de la segunda. Pero es evidente que dicha recomendación es de carácter extrictamente privado. En cuanto a las oraciones ("colecta" u oración inicial, "secreta" u oración sobre las ofrendas, y "poscomunión" u oración final), es necesario observar que ellas vienen de la antigua liturgia latina (pero no siempre del misal romano de Pío V). En las grandes fiestas y en los domingos de adviento y de cuaresma, su integración con el tema principal es, generalmente perfecta. Desafortunadamente no se puede decir lo mismo respecto de los otros domingos, por el hecho de que las oraciones son siempre las mismas en un determinado domingo, en los tres años del ciclo litúrgico, mientras las lecturas (y los temas) varían. En otros países ya existen nuevas colecciones de oraciones, adaptadas a cada año del ciclo, que opcionalmente pueden ser utiI:-.„J„„ „„ ,.^„ ¿g j a s an tiguas. Esta es una tarea más para la Comisión de liturgia de la Conferencia episcopal nacional. \nte esta situación, no me parece contrario al espíritu de la renovación litúrgica utilizar, oportunamente, alguna oración de otro formulario litúrgico, si esta oración combina mejor con la temática de las lecturas. 14

En cuanto a los cantos variables (canto de entrada, canto de meditación, aclamación al evangelio, canto de comunión), el problema es semejante. Son adecuados en las fiestas, en el adviento y en la cuaresma, pero no siempre en los otros domingos. Pero el canto de meditación (salmo responsorial) siempre está estrictamente escogido en función de la primera lectura. La aclamación al evangelio generalmente anticipa la lectura evangélica, sea por una frase tomada del evangelio (en las fiestas, principalmente), sea por una frase bíblica que prepara la escucha de la palabra de Dios. Inclusive, en los domingos ordinarios, se puede escoger la aclamación evangélica de entre aquellas que utiliza el conjunto del año litúrgico. (Como se nota, no hay canto que se refiera específicamente a la segunda lectura). Resumiendo, podemos decir que el canto de meditación y la aclamación evangélica, normalmente, están en función del tema central. Por tanto, hay que hacer un esfuerzo para darles valor a estos dos cantos como ocasión de participación del pueblo en la liturgia de la palabra, muchas veces monótona e intelectualizada o socializada. Vista la íntima ligación con el tema central, también debe desaconsejarse la costumbre, bastante divulgada, de cantar cualquier texto como canto de meditación, por más bonita que sea su melodía. Debe ser un texto específico. En este punto, el uso de folletos litúrgicos que traen el salmo responsorial en una representación gráfica permitiendo la recitación alternada (cf leccionario) podría restituir, en cierto sentido, el salterio al pueblo. La misma liturgia suguiere que se alterne la "estrofa" (recitada o cantada) con el "responsorio" (preferentemente cantado; cualquier músico religioso es capaz de inventar una melodía fácil para estos responsorios, que ocupan solamente una línea de texto; se puede aprender inmediatamente). En cuanto al canto de la comunión, obsérvese que, en los domingos ordinarios, se ofrecen siempre dos opciones, generalmente en vista de la temática de las lecturas en uno u otro año del ciclo. Esta posibilidad de opción invita a los responsables de la preparación litúrgica a verificar que el texto combine mejor con el tema y a no repetir eternamente los mismos cantos de comunión (que, a veces, no tiene nada de música litúrgica y son solamente "canciones religiosas", propias de reuniones de jóvenes o cosa parecida)2. La liturgia renovada no prevee un canto de las ofren2. Cf Konings, J. Canto litúrgico y canción religiosa. REB 39 (114): 284-9, junio 1979.

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das (el antiguo "ofertorio"), pero cuando se hace una procesión de las ofrendas es conveniente que haya tal canto. Hablando de esto, quiero llamar la atención sobre una sana creatividad de la celebración. El momento de la preparación de las ofrendas (ofertorio), marcando la transición entre la liturgia de la palabra y la oración eucarística (canon), se podría aprovechar para un momento contemplativo-artístico, para la ejecución de algún canto o música instrumental artística o, quién sabe, una antigua antífona gregoriana, dando espacio para el misterio que envuelve la celebración. En cuanto a los cantos ordinarios (kyrie, gloria, sanctus, agnus Dei), no hay nada que observar aquí, pues no dependen de la temática variable de los formularios litúrgicos. Sin embargo, no puedo ocultar mi decepción ante la poca atención que reciben estos cantos por parte de los artistas y de los mismos liturgistas. Teniendo letra fija (sea una traducción verbal del original griego o latino, sea una hermosa paráfrasis), serían los primeros cantos en ser conocidos y decorados por el pueblo. Ahora bien, en la realidad, si no son suprimidos, son, muchas veces, sustituidos por "arreglos" baratos de dudoso origen.

3. EL ESPÍRITU DE LA LITURGIA DOMINICAL RENOVADA La liturgia como "misterio" Aparece con frecuencia, en la liturgia, el término "misterio". Tiene su origen en el vocabulario de las primeras Iglesias helenísticas (cf sobre todo la Carta a los efesios) y es tomado de los cultos paganos, que pretenden realizar un contacto entre los "iniciados" (llamados mystoi) y las divinidades. Misterio, en el sentido cultual, significa, por tanto: participación de la divinidad. En este sentido, se aproxima mucho al término "sacramento", del cual, a veces, es sinónimo. Por tanto, debemos entender el misterio como participación, conocimiento (en el sentido vivencial) "por dentro", por experiencia, por la entrega de la fe, etc. Y diferente del conocimiento por teoría (observando "desde afuera", como en las ciencias). Podemos recordar aquí la distinción hecha por el filósofo Gabriel Marcel entre el misterio y el problema. Un misterio, la gente lo estudia como un objeto fuera de sí (= conocimiento objetivo). Un problema, la gente lo conoce por estar involucrada en él; no puede objetivarlo; por eso decimos que es "incomprensible": ¡No cabe en nuestra cabeza, pero nosotros sí cabemos en él! Toda vivencia litúrgica debe ser vivencia del misterio, participación de una realidad inefable que nos envuelve pero que no es una ilusión. El feto no ve el útero de la madre (no lo puede "objetivar"), pero ¿quién dirá que el útero es una ilusión para el feto? Así es el misterio de Dios: no lo podemos objetivar, pero estamos dentro de él. Y la religión es el camino específico del hombre para cultivar la conciencia del misterio. Digo, el camino específico: no puede ser sustituido por ningún otro (ciencia natural, sicología, sociología, cultura, ni siquiera por la moral). Por tanto, la liturgia debe cultivar y rendir culto al misterio, la realidad de Dios que nos envuelve y que no podemos reducir a una teoría. De ahí que es rechazable la teorización, intelectualización y verbalización exagerada de nuestras liturgias, transformadas últimamente en adoctrinamiento sociológico, en un estilo panfletario, sin arte, sin sensibilidad poética, sin elevación y sentido del misterio. La liturgia no sirve para hablar sobre la comunidad.

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17 2. Espíritu y mensaje de la liturgia dominical año A

Liturgia es ser comunidad, vivir comunidad, envuelta por el Espíritu de Dios. Liturgia es conocer la comunidad de Dios "por dentro". Es comunión. Por tanto, si en las páginas que siguen tengo que hablar de la liturgia como catequesis permanente, no se entienda esto en un sentido intelectualista. Si la liturgia es catequesis, instrucción cristiana, no lo es debido a algún esquema escolar, sino por su vivencia. Es un catecismo, no de preguntas y respuestas, sino un catecismo vivido por los que ya son iniciados en el misterio y deben penetrar más profundamente en él: la "mistagogia" de que hablan los santos padres. La enseñanza, en la liturgia, se hace mediante una vivencia global, que, por una parte, debe ser afectiva y contemplativa; pero, por otra parte, debe ser también efectiva y comprometedora. Hoy, fácilmente, se considera el lado místico de la liturgia como alienación. Con todo, parece que ya deberíamos estar convencidos de que ser cristiano significa comprometerse con la encarnación del amor de Dios en la historia de los hombres, para ahora, sin constreñimiento, poder redescubrir una riqueza que fue indebidamente despreciada: el sentido del misterio en la liturgia.

La liturgia como catequesis En parte, la liturgia cristiana tiene su origen en la catequesis, en la in^tr^ción religiosa. La liturgia de la palabra es la continuación del culto sinagogal del judaismo. En éste, se acostumbraba leer cada sábado un trozo de la "ley" y un texto profético que completaba la lectura de la ley. Como la ley y los profetas eran leídos en hebreo, ya en desuso como lengua vernácula, un comentarista traducía y parafraseaba la lectura en lengua aramea, lo que dio origen al "targum". Pues bien, este tipo de lectura se conservó en las primeras comunidades cristianas, que, como los otros judíos, frecuentaban las sinagogas (Hch 6,9) y el lenipiu (íicn 2,46). Aun después de la ruptura con el judaismo dominante (fariseo-rabínico), las Iglesias judeo-cristianas continuaron esta costumbre, aunque, muchas veces, utilizando la traducción griega del AT (de los "setenta") y aumentando no solo la interpretación cristiana de los textos, sino también lecturas de 18

los apóstoles y evangelistas cristianos. Es de suponerse que en las Iglesias se origen no judío, tal vez al principio se practicaba sólo la lectura de los apóstoles cristianos. Pero, de todos modos, pronto se llegó a un modelo común. Las cartas pastorales de Pablo y las cartas de Pedro insisten en la utilidad de leer toda la Escritura (cf más abajo). El evangelista heleno por excelencia, Lucas, insiste en la recapitulación de la ley, de los profetas, y de los otros escritos las tres categorías de la Biblia judía por Jesucristo resucitado, el Señor de la Iglesia (Le 24,27.44-45). El modelo común de la celebración cristiana no solo asumió la versión cistiana del culto sinagogal, sino que también unió ésta con la celebración de la cena eucarística en memoria del Señor muerto y resucitado. En esta unificación, se conservó la lectura del AT: Pedro y Pablo enseñan que "toda la Escritura es útil" para la edificación de la comunidad (2Tm 3,16; 2P 1,20). Y quien pretende lo contrario, es expulsado como hereje: es el caso de Marciano, que quiso eliminar las lecturas no solo del AT, sino de todo lo que, en nuestro actual NT, oliera demasiado al Antiguo (por ejemplo, ¡nada menos que los evangelios de Mt, Me y Jn!). Marciano, el sirio, no entendió el valor que el AT tenía para los cristianos. Era importantísimo conservar las antiguas Escrituras, pues los cristianos encontraban en ellas las promesas de Dios, que se cumplieron en Jesucristo. Rechazar el AT hubiera sido como cortar sus propias raíces. La primera teología cristiana fue la relectura de los textos del AT a luz del acontecimiento de Jesucristo. Sin el AT, no lograrían expresar lo que Jesús significa para ellos. Y sin el conocimiento del AT, tampoco entenderían lo que Jesús hizo de hecho. El mismo Cristo se transformaría en una figura ahistórica, "gnóstica", maleable según el gusto de cada "iluminado"... Sucede así que, hasta hoy, la primera parte de la liturgia dominical está concebida como una catequesis, una explicación de la fe, a partir de los escritos del AT y de los apóstoles (cartas y evangelios). Hasta la reforma litúrgica del concilo Vaticano II, esta parte se llamaba "misa de los catecúmenos". Participaban en ella los catecúmenos, los "alumnos del catecismo", candidatos para el bautismo (antiguamente, tenían que abandonar la asamblea después de esta parte; el "misterio" eucarístico estaba reservado a los ya iniciados, a los bautizados). Pero hay que tener en 19

cuenta que los bautizados también asistían a esta primera parte; de aquí nuestra convicción de que, desde sus orígenes, la Iglesia sintió la necesidad de una catequesis siempre renovada, permanente. La Iglesia siempre creyó necesario "reciclar" a los fieles. Nunca se adquiere la fe para siempre. Así surgió la catequesis "mistagógica" (orientación de los "iniciados" o mystoi y ya escribimos, en otro lugar, que el mismo evangelio de Juan puede tener esta característica1. Con el bautismo de los niños, la primera parte de la misa llegó a ser exclusivamente catequesis para personas ya bautizadas. Pero en el cristianismo medieval y tridentino, ya no cumplía su función catequética, porque los textos eran incomprensibles, pues se leían en latín y porque la predicación estaba desligada de los textos. Recordemos los directorios diocesanos o nacionales que ordenaban temas de predicación, no siguiendo la liturgia, sino el credo, los mandamientos o el catecismo, sin tener en cuenta mínimamente el hecho litúrgico. Y el fenómeno sigue, en folletos litúrgicos que hay entre nosotros, y que proponen temas eclesiales o de actualidad, sin ligación con las lecturas del domingo que se celebra. Ahora bien, es necesario entender bien la función catequética de la liturgia de la palabra. No se trata de un catecismo sistemático, como el catecismo romano promovido por el concilio de Trento. Se trata de dejarse enseñar por la conmemoración del acontecimiento salvífico en la palabra y en el rito sagrado. Se buscan en vano, en el "catecismo de la liturgia", ciertos tópicos que en el ^ t e c i s m o de Belarmino recibieron gran peso, por ejemplo, los temas relativos a la gracia santificante, el pecado original, las virtudes teologales y cardinales: nada de esto está "expresis verbis" en la liturgia. Lo que, por lo demás, es natural: las lecturas litúrgicas reflejan la teología, poco sistematizada, del NT, y no los catecismos de inspiración escolástica. (Para ser completo, hay que decir que las oraciones y los himnos reflejan, muchas veces, la teología patrística y moral, pero éstas están aún más cerca del NT que del escolasticismo). Ahora bien, ante este hecho, alguien puede preguntar si el "catecismo de la liturgia" será, entonces, suficientemente completo. Podemos estar seguros de que la catequesis bíblico-litúrgi3. Konings, J. Las funciones de la catequesis en el Nuevo Testamento y hoy, Convergencia. 10(105): 432-7, sep. 1977.

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ca nos habla de todas las realidades esenciales de la fe (aunque no tengamos un Suárez u otros escolásticos tardíos). No debemos juzgar la liturgia con el espíritu de aquella educadora, que juzgaba a todos los niños según una figurita prescribiendo que, con un año de edad, tenían que ser capaces de amontonar tres cubitos, descuidando completamente el hecho de que ciertos niños ya no se interesaban en este juego y hacían, con los tres cubitos, cosas mucho más divertidas. No debemos juzgar la catequesis que brota de la vida de las primeras comunidades cristianas a partir de criterios intelectual izados en función de seculares discuciones teológicas... La catequesis de la liturgia, basada en la auto-expresión de las primeras comunidades cristianas(NT) y su interpretación de las antiguas escrituras (AT) , es una verdadera "oboedientia fidei", auscultación de la fe, en su fuente más pura. Reconociendo el valor didáctico del catecismo sistemático, sea concebido según el credo, el sistema escolástico o la "historia de la salvación", sólo queremos evitar el peligro de encerrar la fe en el recipiente de esta sistematización conceptual. Nuestro instrumental conceptual, sacado del "organon" aristotélico o del pensamiento histórico-didáctico, siempre presentará solamente una segunda vía del original de la fe. También debemos escuchar a los testigos del desarrollo de la fe en sus palabras originales, haciendo, inclusive, un esfuerzo de comprensión histórica, tratando de situar y así entender el sentido que ellos quisieron expresar. Ahora bien, para esa comprensión es necesario que los responsables de la liturgia tengan la debida preparación, para que puedan, con palabras sencillas, hacer sintonizar al pueblo con el mensaje de los testigos privilegiados. Eso exigiría inclusive, una mayor accesibilidad de los instrumentos indispensables, como son los comentarios escriturísticos, etc. Hasta ahora, no hay ningún comentario completo de la Sagrada Escritura en nuestro territorio, y se sabe que las leyes de importación dificultan la adquisición de este material desde el exterior... Pero, de todos modos, téngase la convicción de que no es tiempo perdido escuchar historias antiguas; ellas son nuestra propia historia, los recuerdos más originales de la comunidad de fe que somos nosotros. Además, al escuchar estas historias antiguas, no escuchamos historias, sino testigos, personas, a las que tratamos de "entender", teniendo en consideración su tiempo 21

y ambiente, exactamente como cuando se trata de entender el mensaje de un amigo4. ¿En dónde queda entonces el tan repicado "valor actual", si queremos dislocarnos mentalmente del contexto de los primeros testigos? Al dislocarnos así, llevamos con nosotros todo nuestro ser y también los problemas y conflictos que vivimos hoy, aunque silenciándolos para escuchar mejor al testigo original. Pero, en la medida en que vivimos profundamente nuestros problemas y escuchemos profundamente al testigo original, no hay duda de que los dos elementos entrarán en un diálogo fecundo, en nosotros mismos y en nuestra comunidad. La catequesis por medio de la liturgia, por tanto, no parte directamente de nuestros asuntos de actualidad, aunque estén presentes y nos conduzcan hasta este encuentro de las fuentes. Antes, en el momento del encuentro, nos dejamos cuestionar por la experiencia inicial de la salvación manifestada en Jesucristo. Pero podemos tener la certeza de que eso proyectará una luz sobre nuestros asuntos actuales y, al mismo tiempo, tal vez, los revolucione... Ahora, puesto que la liturgia es misterio, es decir, participación, su enseñanza no se trasmitirá, si no hay experiencia de lo que se significa por la palabra. La catequesis litúrgica no nos enseñará nada, si no la practicamos o la vivimos en nuestra vida. El mensaje de la liturgia es una palabra comunitaria. Fue destinada a una comunidad, pero también concebida dentro de una comunidad Por eso, no se puede apropiar dentro de un hermético pietismo del corazón individual; más bien debe convertirse en medio de comunicación entre los hermanos. A partir de la liturgia, debemos crear un lenguaje, para comunicarnos entre nosotros esa experiencia original de la fe que solamente puede comunicar la celebración ministerial de las fuentes de la fe en la liturgia. Será un lenguaje "especial". ¿Y por qué no? Al fin de cuentas, respecto del fútbol nos comunicamos con el lenguaje del fútbol y no, por ejemplo con el lenguaje del enamoramiento... Ahora bien, para realizar todo esto, es necesario que descubramos el hilo conductor de la grande obra que es la liturgia, y

de cada uno de sus componentes (los "formularios" de las misas); es necesario que vivamos en sintonía con los grandes momentos litúrgicos, los tiempos fuertes, las fiestas... Todo este conjunto, con sus acentos específicos, sus júbilos y silencios, su mística y empeño práctico, forma el lenguaje que solo en su totalidad nos puede hablar de la salvación realizada por Dios en Jesucristo. De ahí nuestro deseo de ayudar a quien quiera descubrir la estructura fundamental del edificio litúrgico, al mismo tiempo que obtenemos una multitud de temas colaterales, capaces de iluminar (partiendo del espíritu central) múltiples facetas de la existencia del cristiano en la Iglesia y en el mundo. Ojalá este esfuerzo lleve a una liturgia en la que la proclamación de la palabra sea más que un gesto formal (tan solamente formal, a veces, que parece que nadie se preocupa por la inteligibilidad, ni por la audibilidad). ¡Sea realmente "sacramento", acción sagrada que, por su parte al menos, garantice lo que indica con palabras! Y eso no de manera mágica, sino con el empeño de las facultades humanas de la comprensión y la comunicación.

La liturgia como arte Como consecuencia de lo que acabamos de decir, hay que considerar con la mayor atención todo el empeño de la expresión creativa, de la comunicación verbal y no-verbal, del arte como poiésis (creatividad), en la obra litúrgica. Los textos y los gestos litúrgicos necesitan ser animados y esto solo es posible por medio de alguien que se anime por ellos. De ahí que el misal no se puede considerar como una camisa de fuerza. Más bien es una riqueza que depende de una presentación creativa, hecha con sensibilidad y "tino", adecuada a las circunstancias. Esta es la tarea de los equipos litúrgicos, que, al mismo tiempo que sirven al pueblo, representan su sensibilidad. Los integrantes de estos equipos traten de imaginar lo que se requiere para que el lenguaje de la liturgia les hable, a ellos y a sus hermanos del pueblo, con mayor comunicabilidad.

4. Cf Konings. J. y Schmidt, J.B. Abra la Biblia, indicaciones para una iniciación bíblica. Sao Paulo: Ediciones Paulinas, 1978. pp 6-8.

En primer lugar, debe haber buenos lectores, no "para ser vistos por los hombres", sino para ser escuchados y entendidos por ellos. Debe haber una buena elección j ejecución de los can-

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tos, variando discretamente según el tiempo litúrgico (y con el tiempo suficiente para que el pueblo los aprenda), etc. No pretendo escribir aquí un curso sobre este asunto. No es el caso aquí, y tampoco es cosa que se enseñe por escrito. Es un arte, que exige sensibilidad y amor por la causa, a más de una sólida educación litúrgico-artística (nótese la unidad de los dos términos. No arte y liturgia, sino arte en la liturgia). Desafortunadamente, en la formación del clero, para no hablar de la de los laicos, es raro encontrar este tipo de educación, hoy en día.

4. LITURGIA Y VIDA Una saturación devocional causó en muchos cristianos más comprometidos en la realidad de la vida, por reacción, el alejamiento de la preocupación litúrgica. Un caso extremo, que me llegó al oído, es el de agentes pastorales de comunidades de base, que afirmaban que hacía años no paticipaban en una misa. Sin aprobarlos, los entiendo, si ellos conocían solo el modo alienado con que, muchas veces, se celebraba la liturgia —dejando de ser "liturgia", pues este término significa "obra del pueblo", empeño del pueblo de Dios por alabarlo y celebrar su misterio en Jesucristo. ¿Cómo es posible dicho empeño, cuando no existe contacto con la vida del pueblo? Pero, por otra parte, debemos desconfiar de los intentos extremos de "actualización de la liturgia, que llegan a sustituir los textos bíblicos con documentos sociales, pontificios o no... Pues la liturgia es un estar a la escucha de la experiencia más original del misterio de Dios en Jesucristo: la experiencia de los testigos privilegiados de la primera hora, los autores del Nuevo Testamento y su comunidad. Es una representación o presentificación del desarrollo de la fe en Jesucristo. Debe existir una tensión fecunda entre la actualidad de la vida comunitaria y personal de hoy, y el pasado "fundador", que está representado en la liturgia. No podemos eliminar esta tensión de modo prematuro, suprimiendo uno de los dos térmic o . L Jv^.nos hacer que se fecunden mutuamente. Podríamos decir que hay un camino de la vida hacia la liturgia, y un camino de la liturgia hacia la vida. Llevamos nuestra vida hacia la liturgia y traemos el misterio que celebramos de regreso hacia nuestra vida. 24

De la vida hacia la liturgia La liturgia no puede ser una fuga de la vida. El sacrificio "adecuado" (Rm 12,1) es nuestra vida. Dios no quiso víctimas y holocaustos; por eso, su siervo dijo: "Heme aquí"' (Hb 10,6). En la actuación y predicación de Jesús no encontramos nada de pietismo y ritualismo, todo lo contrario (Me 2,18-19. 23-28; 3,16; 7,1-23, etc.). Por otra parte, testimonia una permanente proximidad de la vida cotidiana de su pueblo, en la "compasión" con su sufrimiento (curaciones y otros signos), en las parábolas sacadas de la vida campestre y comercial, en los comentarios sobre hechos sociales y políticos (Le 13,1-5). No se podrá celebrar la memoria de Jesucristo, haciendo lo contrario: desinteresándose de la actualidad humana. Por eso, la misma liturgia eucarística prevé, antes de comenzar la oblación de los dones, las preces de los fieles, para expresar la actualidad vital del pueblo de Dios y colocarla confiadamente en las manos de aquel a quien Jesús llamó —y nos enseñó a llamarlo— Padre. Pues, en la confianza, la gente reparte todo, inclusive sus más íntimas preocupaciones. Esta vida, que llevamos hacia la liturgia, no solo es la vida individual, sino la del pueblo de Dios todo y de todos los hombres, en medio de los cuales el pueblo de Dios ejerce su misión de testimonio. Por eso, las preces de los fíeles tienen una forma litúrgica comunitaria. El misal podría haber previsto un tiempo de silencio, y nada impide observar un breve silencio ahí, pero de hecho que el misal sugiere una plegaria participada por todos mediante una invocación comunitaria. ¿No se podría dar una mayor expresión a la actualidad vital, que no fuera solo la de la preces de los fieles? Nada impide la celebración de misas especiales para determinadas ocasiones, como también la constitución de un formulario litúrgico propio, con lecturas escogidas según el tema de actualidad. Es una práctica bastante general. Sin embargo, debe hacerse con buen sentido. ¡ Así como antiguamente se podía escuchar casi diariamente la lectura de la "mujer fuerte" (a saber, en todas las fiestas de santas mujeres no vírgenes...), hoy puede suceder que, en cada celebración que la gente presencie, se escuchen las invectivas de Amos o de Santiago contra los ricos! Ahora bien, la exageración es contraproducente. A más de esto, dichas celebraciones espe25

cíales solo pueden suplantar la liturgia dominical o la de las "solemnidades" (grandes fiestas) en casos excepcionales. Entonces me parece que el mejor modo de llevar la vida presente a la liturgia es el de tenerla profundamente arraigada en el corazón. La liturgia puede ser un momento de conscientización, debe ser un momento de conversión (para eso sirve el rito de penitencia), da oportunidad para explicación de la actualidad (en la homilía y en las preces), pero no es un análisis sistemático del momento actual. Este análisis se debe hacer en otras circunstancias y crear raíces tan profundas en el corazón de los fieles, que sea santificada con ellos en la celebración . Sobre todo la liturgia dominical, que, normalmente, está destinada a la comunidad en su globalidad, debe tocar las cuerdas que producen el "bajo continuo" de la existencia cristiana, llegando a todas las dimensiones fundamentales del compromiso cristiano. Hay que evitar la unidimensionalidad y la superficialidad. Y, obtenido este nivel más fundamental, cada uno, dentro del conjunto de la comunidad, puede hacer la aplicación para su compromiso personal. Quedará por fuera solamante el que no tenga ningún compromiso, el que no quiera nada de nada... Podemos decir que esta presencia del tema más fundamental de la actualidad vivida, en la liturgia dominical, ayuda a la autenticidad. Solo un ejemplo: es fácil, ante una asamblea de agentes de comunidades populares, criticar a "la burguesía". También es fácil, en una iglesia de ciudad, enseñar las virtudes de la clase media a los que pueden practicarlas así como se las presentan. Pero es más difícil decir al mismo tiempo a los patronos y a sus empleados lo que deben hacer, en nombre de Jesucristo. Los primeros cristianos hicieron esta experiencia. Por eso, el NT trae ejemplos de esa predicación, que corta por dos lados (Le 3,1014; 6,20-26; ICo 7,17-24; Col 3,22; 4,1; etc.).

los. Pero también un poco de lo que ellos dicen. A primera vista, no todas las palabras escriturísticas parecen igualmente significativas. La razón de esta impresión puede ser, muchas veces, nuestra incapacidad de ver el testigo originario en su conjunto. No somos bastante versados en la Escritura, para ver en la idea de la parusía —en la que los primeros cristianos creían firmemente— la expresión del señorío de Cristo. "Parusía" parece ya no decirnos nada. En una reflexión inmediatista, podemos ser tentados de mandar todas estas lecturas al archivo... Pero ¿no será auténtica virtud cristiana (y el cristianismo solo se aprende practicándolo con actitudes) el esforzarnos para entender lo que nuestros hermanos más antiguos, con su vivencia privilegiada, tratan de expresar? En otras palabras, quien está dispuesto a escuchar a su hermano pobre de hoy, ¿no estará listo también para escuchar pacientemente a un pescador galileo que trata de decir, en términos que ya no son nuestros, la cosa extraordinaria que él vivió con Jesús de Nazaret? Sobre todo si este mismo pescador galileo nos enseña a escuchar a nuestro hermano pobre, en nombre de aquella misma vivencia. Claro está que puede ser necesario algún intérprete en este difícil diálogo. Para ello hay que recurrir a alguien que estudió: el sacerdote (o diácono, o religioso, o agente de pastoral) formado en teología y capaz de hacer una interpretación ("hermenéutica" se dice hoy) de ese interlocutor un poco pasado de moda, pero ¡no por ello menos importante! Infortunadamente, parece que estos intérpretes no siempre se actualizan para su oficio. Solo se interesan por uno de los términos que constituye su trabajo: la actualidad; pero descuidan el otro término: el árido estudio histórico de la vivencia de veinte siglos atrás. Es como un traductor-intérprete del inglés que solo quiere hablar un español muy bonito, pero descuida estudiar la gramática y la literatura inglesa.

dislocamos, ¿qué encontramos en nuestra historia personal y comunitaria, para el mundo evocado por la liturgia? Nuestros hermanos más antiguos en la fe, expresando su experiencia de Dios en Jesús de Nazaret. Ellos hablan de esta experiencia. ¿Será que pueden decir algo significativo para nosotros? Eso depende un poco de nuestra voluntad de escuchar-

¿Qué descubrimos llevando nuestra vida a la liturgia? Una comunidad de personas que vivieron, antes de nosotros, lo que nosotros estamos llamados a vivir en nuestra vida. Expresaron su vivencia en los más diversos géneros literarios. Pablo prefería el testimonio de su actividad evangelizadora, la explicación de su preocupación por los hijos en la fe (que no son sus hijos, sino los de Dios), la exhortación para la vida comunitaria y ética. Santiago casi solo hizo esta última cosa. La Carta a los hebreos prefiere una comparación teológica entre la nueva y la antigua alian-

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De la liturgia a la vida

za. Los evangelistas prefieren mostrar la vida de Jesús de Nazaret y colorean esta muestra, sobre todo en Juan, con la experiencia del encuentro con el resucitado. Todos ellos se refieren constantemente a su "religión" antigua, el judaismo. Por eso, es necesario que leamos también continuamente el Antiguo Testamento. Y ahí estamos nosotros, pensando en obreros que no saben si mañana tendrán todavía empleo; pensando en los que emigran del campo, recién llegados a la periferia de la ciudad, sobreviviendo con el viento y tal vez otras cosas, que la gente prefiere no imaginar; pensando en madres que no saben qué hacer para sostener un número exagerado de hijos. Pensando también en médicos que no se saben curar a sí mismos de su absorción en un sistema explotador; en administradores públicos que empezaron bien, pero que después se dejaron llevar por la corrupción generalizada; en militares que querían trabajar por el orden, pero solo están protegiendo el desorden sistematizado... ¿Será que Santiago, Pablo y Juan nos dan alguna respuesta a estos interrogantes que llenan nuestras cabezas? En términos directos, no mucha cosa. La limitación de la natalidad (llamémosla "paternidad responsable", si queremos) no era problema para ellos. Sin embargo, si aprendemos a escuchar el "bajo continuo" de nuestra existencia, veremos el significado de su testimonio para nosotros. Aprenderemos a conocerlos como "fundamentos" de nuestra fe (cf prefacio de los apóstoles II), como nuestros hermanos más íntimos, y seremos capaces de imaginar cómo ellos, transformados ñor el encuentro con el hombre de Nazaret, sentirían lo que nosotros sentimos. A través de ellos, sentiremos lo que Jesús sintió, lo que Jesús siente respecto de aquella madre con demasiados hijos, o respecto de aquel director de escuela religiosa, que no sabe si entregar la escuela al estado y dedicarse a la vanguardia evangélica o mantener el patrimonio de su congregación. Y así volvemos de la liturgia a nuestra vida.

sobre todo por preocupaciones de estructura interna de la Iglesia (mujer en la liturgia, laicos, cuestiones sobre el sacerdocio, etc.). En América Latina, parece que la actuación de la Iglesia en la sociedad "se apoderó" de la tribuna litúrgica. Por más evangélica que sea esta actuación, no impide que su invasión en la liturgia, muchas veces, haya sido de modo "eclesiocéntrico", es decir, se habla de lo que la Iglesia hace o trata de hacer, pero no se lleva al encuentro con el hombre de Nazaret y sus compañeros, en el sentimiento de que hablamos en el parágrafo anterior. La liturgia no debe ser eclesiocéntrica, sino cristocéntrica. Tal vez alguien responda que Cristo hoy es la Iglesia concreta, aquí y ahora. Es exactamente lo que quiero impugnar. La Iglesia puede ser "cuerpo" de Cristo, en su encarnación concreta, pero él sigue siendo la cabeza. La Iglesia es sacramento de Cristo, presentificación . Pero la finalidad de esta presentificación es Jesucristo (y el Padre en él). La Iglesia no es fin a sí misma. Baste esto como refutación a dichas tendencias eclesiocéntricas. Ahora las consecuencias prácticas: la liturgia no debe tematizar de modo unilateral o exagerado la actuación de la iglesia de hoy. Admito, es bueno que esta actuación sea considerada en la liturgia, llevada ante el misterio de Dios en Jesucristo, fuente de la misma vida eclesial. Es bueno que, en la liturgia, la praxis eclesial sea confrontada con el misterio que la originó. Pero no se hace liturgia para justificar o exaltar la praxis eclesial o una actuación eclesial concreta. La liturgia no está solamente al servicio de fines pastorales. Ella tiene su propia razón de ser. Como ya dijimos respecto de la dimensión catequética de la liturgia, que ella tiene un momento catequético, pero que no es mera catequesis y sí misterio, así también debemos decir respecto de la actuación de la Iglesia en el mundo: esta actuación puede y debe estar presente en cierto modo, en la liturgia, pero la liturgia no es un mero instrumento de esta actuación .

Después de las reflexiones anteriores, podemos considerar el lugar que se le puede dar a la praxis de la Iglesia hoy, en la liturgia. Asistimos a un cierto "eclesiocentrismo" en la liturgia. En la Europa pos-Vaticano II, este eclesiocentrisnio estaba marcado

Quiero aplicar esto a la praxis liberadora de la Iglesia en América Latina. Apoyo plenamente esta praxis, pues ella es encarnación y signo de salvación, cuyas dimensiones solo Dios conoce. Pero, cuando se celebra liturgia, en donde se hace presente esta praxis, la preocupación no debe ser la de tematizar esta praxis, menos aún, adoctrinar en su favor. La preocupación debe ser: encontrarse, como cristiano liberador, con la fuente última de la praxis liberadora cristiana, en la presentificación

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T o n^vit

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lilúipi.i de l.i pi.uis s;ilvífica por excelencia, el misterio de la vida, muerte y ivMiucirión de Jesucristo, testimoniado por los testigos originarios, fundamentos de nuestra fe y también de nuestra praxis. De allí que es impropia la ideologización de la liturgia en función de opciones concretas como mediaciones de la praxis liberadora de los cristianos, pues, cuando esto sucede, el centro de la liturgia ya no es el acontecimiento de Jesucristo y sí la opción práctica de la Iglesia o de un grupo de sus miembros. Hay que distinguir entre hacer presente la preocupación por la praxis y querer imponer una (en sí justa) opción práctica, mediante un recurso litúrgico. En el segundo caso, se traicionan el espíritu de la liturgia y también el valor de la opción, pues ésta debe ser sustentada, no por algún olfato litúrgico sino por la coherencia con la situación actual, crítica y evangélicamente analizada. Una opción válida para la encarnación histórica del evangelio no necesita agua bendita. Pero es bueno que sea hecha presente en el momento del encuentro con el misterio de Dios en Jesucristo. Lo que ejemplifiqué en relación con la praxis liberadora, vale naturalmente también en relación con otras actuaciones de la Iglesia, por ejemplo, la actuación misionera, la actuación vocacional, etc. No puedo aprobar casos que presencié, en los que toda la liturgia del "mes vocacional" quedó subyugada a un determinado esquema de propaganda por la actual estructuración pastoral de la Iglesia. Incluso se cambian los evangelios, sacando la secuencia de las lecturas dominicales, etc. ¡Como si Cristo hubiera venido en función del "mes vocacional" y no lo contrario! Pero no quiero polemizar más, cayendo en la sospecha de también estar promoviendo alguna ideología propia... Sólo quiero decir que el acontecimiento de Jesucristo debe ser el centro He In liturgia. El uso de temas de actualidad en la liturgia expuestos ios principios, podemos ahora pensar en corno organizar la "discreta presencia" de los temas de actualidad en la liturgia.

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1. En general Para hacer presente la vida en el misterio eucarístico, es útil integrar en la celebración litúrgica temas que hablan sobre la actualidad vivida por el pueblo. El mismo misal tiene un buen número de formularios litúrgicos, o por lo menos oraciones y conmemoraciones, dedicados a temas especiales. Pero no siempre es posible celebrar "misas temáticas". Precisamente en los domingos y solemnidades es, normalmente, prohibido. De ahí que se recurra, muchas veces, a introducción de un tema de actualidad dentro de una liturgia dominical, que ya tiene otro tema propio. Por tanto, distingamos dos categorías: 1) Celebraciones temáticas, con un formulario concebido en función del tema que se quiere destacar, de manera que el tema de actualidad es el tema propio de la liturgia. 2) Celebraciones con inclusión de un tema de actualidad en la liturgia que ya tiene otro tema propio. La primera categoría se puede volver problemática, principalmente: a) Cuando las celebraciones temáticas son utilizadas indiscriminadamente, interrumpiendo y hasta sustituyendo la secuencia normal del año litúrgico y su dinámica propia. b) Cuando los formularios, sobre todo las lecturas, corresponden solo artificialmente al tema de actualidad. c) Cuando se repiten siempre los mismos temas o lecturas. Mayores problemas surgen también en relación con la segunda categoría, principalmente: a) Cuando el tema incluido en otro formulario se mezcla artificialmente con el tema propio (por ejemplo, vimos un folleto litúrgico que colocó en las introducciones de las lecturas del 4S domingo del tiempo ordinario /C —tema del profeta rechazado— ¡El tema de nuestra Señora de los navegantes, por celebrarse estafiestael día anterior a aquel domingo!).

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b) Cuando el tema incluido no deja espacio para la necesaria explicación del tema propio, haciendo que su presencia sea meramente formal (porque "está en el misal"). c) Cuando el tema incluido —muchas veces un tema de la "realidad secular"— se enfoca bajo un ángulo meramente profano o inmediatista, sin la debida sensibilidad por su dimensión teologal (que es, con todo, la única razón para incluirlo en la liturgia). De ahí las siguientes sugerencias: 1. Cuando se utiliza, oportunamente, una liturgia temática, verifiqúese la real correspondencia del formulario con la temática vista. 2. Cuando se incluye un tema de actualidad en una liturgia con tema propio (por ejemplo, el día de las madres en un domingo del tiempo pascual), sea la tendencia la de no mezclar los dos temas, sino tratarlos en momentos distintos. El tema propio sea tratado en la continuidad inmediata de las lecturas que lo expresan. El tema de actualidad podrá entrar en la "aplicación " de la homilía, en las preces de los fieles, en el saludo final, o en otro momento adecuado. 2. Campaña de la fraternidad o de la comunión de bienes5 El problema que tocamos es especialmente agudo en relación con la campaña de la fraternidad o de la comunión de bienes porque ella exige el desarrolo sistemático de un tema mayor de actualidad socio-pastoral, pero coincide con un tema litúrgico riquísimo en temas propios, además, fundamentales: la cuaresma. Es muy difícil encontrar la justa articulación, haciendo que el tema de la campaña de la fraternidad o de la comunión ¿^ '„! „ ..o sofoque sino que realmente "encarne" los temas propios del tiempo cuaresmal, que no pueden dejarse de un lado

(la fe, el bautismo, la conversión, la unión con Cristo sufriente, la resurrección, etc, etc.). Admitiendo que el tema propio (por ejemplo, la fe) lleva al interés por el tema socio-pastoral (por ejemplo la solidaridad con los emigrantes), debemos observar que el tema socio-pastoral exige más que esto: exige una explicación didáctica, casi como en un salón de clase, sobre todo porque su contenido es, muchas veces, desconocido o erróneamente conocido por auditorio. Ante esto, sugerimos que se distingan dos momentos en la liturgia de la palabra. El primero sirva para escuchar el mensaje litúrgico-bíblico propio. Para ello, una persona calificada (¿por qué no el mismo celebrante?) puede explicar las lecturas antes de pronunciarlas: así se gana tiempo, atención y comprensión, y pueden dispensarse la introducciones a veces poco adecuadas que ofrecen algunos folletos litúrgicos. Después del evangelio puede surgir una consideración sintética, para rematar este primer momento, que puede terminar en una evocación de un espíritu de fe y de conversión. De ahí se puede pasar al segundo momento: la explicación, con la adecuada didáctica informativa y crítica (incluso con medios audiovisuales), del tema socio-pastoral. Este segundo momento culminará normalmente en la profesión de fe y en las preces de los fieles, que expresan el compromiso en la fe de la actualidad de la comunidad cristiana y de cada uno de sus miembros. Es evidente que la parte socio-pastoral puede también situarse en otro momento, por ejemplo, después de la comunión, antes de la despedida. Pero debido a su importancia, en el caso de la campaña de la fraternidad o de la comunión de bienes, es bueno que esté presente en el momento de las preces o de la oración eucarística. Lo importante es que se evite mezclar dos asuntos y, muchas veces, dos lenguajes, dos niveles de conciencia de la fe, como sucede frecuentemente, hoy en día, en la así llamada "retórica religiosa de la liberación", y como sucedía, antiguamente, con otros temas (por ejemplo, sico-religiosos, afectivos, etc.).

5. El autor se refiere a la "Campaña de la fraternidad", organizada por el Episcopado de Brasil. Colombia tiene organizada la misma campaña con el nombre de "Comunión de bienes" (N. del E.).

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CONCLUSIÓN Tratamos de mostrar, mediante una consideración de la génesis y desarrollo de la actual liturgia de la misa, como también mediante la discusión de algunos puntos prácticos, cuál es el espíritu general de la liturgia renovada y el modo de realización más adecuado para el mejor provecho de su mensaje. Es evidente que no se pueden dar, para ello, reglas matemáticas. Solamente un progresivo conocimiento del mundo de la liturgia renovada hará posible una celebración más adecuada, más rica en mensaje y participación del misterio de Dios en Jesucristo. Lo importante es lo que me gustaría llamar "el corazón de discípulo" (cf Is 50,4), la docilidad, no en el sentido de una mera pasividad, sino de un querer aprender. Si la liturgia de la misa es, esencialmente, representación del acontecimiento de Jesucristo, no debemos, en primer lugar, estar preocupados de que él sirva para nuestros fines eclesiásticos o ideológicos, sino teniendo en el corazón la solicitud por nuestro momento histórico, tratar de hacer presente el momento fundador de nuestra fe y participar de él. Solamente esta actitud de escucha y participación nos transformará en portadores del mensaje que emana de este misterio.

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AÑO "A"

Visión global del año "A"l

1. CICLO NAVIDEÑO En el adviento del año A, llama nuestra atención la presencia, en la liturgia, de las "utopías mesiánicas" de Is (c 2,11 y 35). Estas se relacionan con la esperanza de la "justicia que viene de Dios" (y no del juego oportunista del poder y de la política humanos). Ahora bien, las lecturas evangélicas, tomadas de Mt, el "evangelista del año", tienen como tema fundamental exactamente la realización de esta justicia que viene de Dios. La justicia de Dios, para Mt, se realiza en dos sentidos fundamentales: en la ejecución del plan divino de salvación, inaugurado ya en los tiempos antiguos y confirmado por las Escrituras; y en la actuación ética del hombre, según la voluntad de Dios. Así, las primeras lecturas (de Is) se presentan como una proyección escatológica de lo que debe suceder en el hombre mediante la conversión (cf sobre todo el segundo domingo). De la interacción de la "utopía" con la conversión brota la alegría y esperanza por la venida de Cristo (tercer domingo), bn el cuarto domingo, punto culminante, tanto la lectura de Is como el evangelio de Mt, que se refiere a ella, miran a la salvación personalizada. La salvación que viene de Dios no es una utopía "en general", sino su misma presencia, manifestada en su Hün nnp involucra a los hombres que se adhieren a ella por medio de la conversión.

Podemos decir que esta primera fase del ciclo navideño va de Is a Mt; nos lleva a celebrar, con Mt, el cumplimiento de la esperanza mesiánica, de la que Is es el intéprete más fascinante. Termina con la figura del Emmanuel, Dios con nosotros, que nos trae la justicia de Dios y exige nuestra participación en la misma (Is 7,10ss;Mt l,18ss). Navidad y las fiestas conexas —la segunda fase del ciclo navideño— no tiene lecturas específicas para cada año del ciclo trienal. Cada año se repiten las mismas lecturas. Presentan los conocidos temas de navidad: la luz en las tinieblas, que transforma al hombre por la manifestación de la gracia de Dios; la palabra de Dios, que se vuelve "carne", es decir, existencia humana; el mensaje de Dios, dirigido en primer lugar a los humildes; el lugar central de la "sierva del Señor", María, la virgen-madre, flor del pueblo de Israel, integrando al hijo de Dios en la humanidad, en un pueblo y en una historia concretos; y, finalmente, la manifestación de la salvación al mundo, en la celebración del homenaje de los magos de oriente (tema universalista, que le gusta a Mt) y del bautismo de Jesús (interpretado por Mt como una epifanía).

2. CICLO PASCUAL

1. Para comprender mejor esta introducción al año A, ver la "Sinopsis litúrgicocatequética", al final de esta "visión global".

En los tres años del ciclo dominical, los dos primeros domingos del ciclo pascual (primero y segundo domingos de cuaresma) recuerdan la tentación de Jesús en el desierto y su glorificación en el Tabor (este año, en la versión de Mt). Son temas que presentan a Jesús como vencedor del mal y por lo cual es glorificado por Dios, antes de que la liturgia pase a celebrar su sufrimiento, en la "hora de las tinieblas". Paralelamente, las primeras lecturas narran los orígenes de la historia de la salvación, en el Génesis. En este año, los primeros domingos de cuaresma traen los episodios del pecado de Adán y la vocación de Abrahán, mostrando ambos un germen de salvación que brotará en la victoria final de Cristo. En el tercer y cuarto domingo de cuaresma encontramos las grandes "catequesis bautismales" de Juan (ce 4 y 9), en el quinto domingo, el episodio de Lázaro (Jn 11), prefigurando ya la resurrección de Cristo y nuestra vida eterna. En estos domingos, las primeras lecturas, siempre escogidas en los grandes episodios de la historia de la salvación antes de Cristo, combinan, en parte, con los evangelios (el agua del Horeb con Jn 4; los huesos revivificados con Jn 11). Las segundas lecturas, no respondiendo a una lectura continua, como en el resto del año litúrgico, demuestran generalmente

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un cierto nexo con las primeras lecturas y/o los evangelios (el comentario de Pablo sobre el pecado de Adán, el don del amor de Dios en Jesucristo, el espíritu vivificador). Pero parecen escogidas más por su gran valor intrínseco; son pasajes de gran densidad teológica, "clásicos del NT", por así decir. Las fiestas de la semana santa y pascua tienen una liturgia invariable, excepto en lo relativo a la historia de la pasión, en el domingo de ramos, que está tomada cada vez del evangelista del año. Los temas son bastante conocidos, por lo que podemos omitir aquí su presentación. Más introducción exige el tiempo después de pascua, en el que las primeras lecturas se toman de la primera parte del libro de los Hechos, que habla de la Iglesia inmediatamente después de la pascua (el orden no es cronológico, pues vuelve a los primeros capítulos al aproximarse la fiesta de Pentecostés). Como el tiempo pascual es el tiempo bautismal por exelencia, el año A toma las segundas lecturas de la homilía pascual y bautismal que es la 1P. En todos los años, los evangelios en este período se toman del evangelio de Jn (menos los discípulos de Emaús, en el tercer domingo de pascua, y el evangelio de la ascensión). La razón es conocida: Juan es el evangelista que presenta de manera más clara al Cristo pascual, glorioso (aun en los episodios que se refieren a su actividad antes de la muerte y resurrección). La riqueza de todos estos textos podría hacernos perder de vista su relativa unidad. Es importante volver siempre a la idea bautismal, presente antes y después de la pascua: participamos de la muerte y resurrección de Cristo, en una existencia convertida y renovada; y cuanto más la vivamos, tanto más seremos capaces de contemplar la presencia de Cristo glorioso en esta existencia nuestra y en nuestra comunidad de fe.

3. TIEMPO ORDINARIO Al considerar el tiempo ordinario, es bueno tener presente que los primeros domingos se sitúan en la secuela del tiempo de navidad, los otros después de pentecostés. Debido a la variación de la fecha de la pascua, puede haber más o menos domingos en ambas r..-'.-.. --'. iL.apo ordinario. En realidad, la separación de las dos partes se sitúa siempre entre el 6 y el 11 domingo, y cada año se suprimen dos o tres domingos situados en este período.

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Los evangelios (Mt) Sobre todo en el tiempo ordinario es cuando se vuelve significativo el "evangelista del año". Por eso, queremos llamar la atención sobre el carácter propio que este año recibe de la presencia del evangelio de Mt en las lecturas evangélicas, especialmente en los domingos del tiempo ordinario. En la medida en que la liturgia es catequesis, se puede decir que pasamos un año a la escuela de Mateo, el más didáctico de los evangelistas, como demuestra su organización de los dichos de Jesús en cinco grandes discursos: el sermón de la montaña (Mt 5-7), el sermón misionero (Mt 10), el sermón de las parábolas (Mt 13), el sermón comunitario (Mt 18) y el sermón escatológico (Mt 24-25). El más característico, en la catequesis de Mateo, nos parece sea el espíritu de renovación y gratuidad. Renovación, en el sentido de que el nuevo pueblo de Dios no se debe apegar al formalismo antiguo. Y gratuidad, en el sentido de que el factor decisivo en la salvación no es nuestra autosuficiencia, sino la gracia de Dios acogida en la fe. La Iglesia para la que Mateo escribió su opúsculo, como, "libro de la comunidad", era oriunda del judaismo; la formaban judíos que se habían adherido al movimiento de Jesucristo. A esa comunidad (judío-cristiana) se le dirigió la carta de Santiago. El gran problema de estas comunidades judío-cristianas era la relación con el judaismo antiguo. Al principio, los "judío-judíos" y los "judío-cristianos" frecuentaban el mismo templo, las mismas sinagogas. Los judíos tradicionales consideraban a los seguidores del movimiento de Jesús solo como otra forma de fe judía. Sin embargo, poco a poco, la tendencia dominante de la fe judía, el fariseísmo, ganó fuerza y, después de la destrucción del templo y de la hegemonía de los saduceos (la aristocracia sacerdotal), en el año 70 dC, el fariseísmo se impuso como judaismo oficial. El judaismo fariseo había transformado la tradición de Israel en, un sistema seguro, casi impermeable, de leyes y leyecitas. Como siempre, una religión bien ordenada y segura atrae muchas personas que tienen miedo de reflexionar personalmente. Dentro de este contexto de religiosidad bien estructurada, atrayente porque segura, los cristianos tenían que testimoniar a Jesús de Nazaret, un "fuera de la ley", que murió en una cruz; tenían que probar que él fue el mesías, y que su doctrina era superior a la de los escribas y fariseos. A los que decían: "Nosotros somos los hijos de Abrahán, 39

nosotros tenemos la ley, la alianza, la circuncisión y el sábado", los cristianos tenían que demostrar la necesidad de una conversión radical, una nueva alianza, una circuncisión del corazón, misericordia en vez de sacrificios, como había dicho Jesús. También había un problema político. En la segunda mitad del primer siglo, se intensificaron los movimientos mesiánicos, movimientos de liberación nacional (contra los romanos, contra la supremacía de la cultura helenística). Muchos judíos fariseos miraban con simpatía estos movimientos y algunos, incluso, participaban en ellos (aunque la mayoría prefería la seguridad nacional de la "Pax romana"). Ahora bien, para los cristianos el mesías ya había venido: fue Jesús de Nazaret. Estaban esperando su prometido regreso. No participaban de la efervecencia nacional. Esta fue una razón más para entrar en conflicto con otras tendencias del judaismo. Así, la comunidad mateana es un pequeño grupo de fieles, oprimidos y finalmente excluidos de la sinagoga por los mismos hermanos de sangre, debido al testimonio de Cristo. El evangelio de Mt quiso presentar, a estos "pequeños", argumentos para que permanecieran firmes y defendieran su testimonio. De ahí la grande importancia que este evangelio da a las citas escriturístic'as: ellas demuestran que, lo que sucedió con Jesús de Nazaret, ya estaba prefigurado en la Sagrada Escritura del AT y, por tanto, era parte del modo de obrar de Dios (es decir, de su "justicia", de su voluntad salvífica). Por otra parte, denuncia el formulismo del judaismo fariseo, la autosuficiencia de estos "buenos", que creían que ya no había nada que mejorar en su relación con Dios y sus prójimos. De ahí la apasionada ironía que caracteriza a muchos de estos textos (por ejemplo, Mt 23). Complementariamente, Mateo insiste en que la salvación no vici^ Jcl uiuecimiento auto-suficiente (estudio y observancia de la ley), sino de la gratuita bondad de Dios, su gracia y misericordia, que, inclusive, debemos imitar en nuestra vida. Y así, llega a desarrollar toda una ética del amor gratuito. Lo que hace n, \/íot„~ —„, —-nejante a las cartas de Pablo.

seguidores de Cristo están, muchas veces, en la misma situación en la que se encontraban los antiguos judío-cristianos en medio de sus hermanos de sangre. El gran mensaje de Mateo para sus contemporáneos era: también los "hijos de Abrahán" necesitan conversión y renovación, mediante la gracia de Dios manifestada en el amor radical de Jesús de Nazaret y en el triunfo de su resurrección. Para nosotros, hoy, basta sustituir "hijos de Abrahán" por "buenos cristianos", para ver la actualidad de este evangelio. Digo esto, no para acusar a alguien de fariseísmo, sino para expresar que el mismo impacto que causó la palabra de Mateo en su ambiente pueda también renovarse en nuestro ambiente: la salvación nunca es un derecho adquirido; fe no es seguridad, sino confianza: ¡Una forma de amor! El evangelio de Mateo nos demuestra que los verdaderos seguidores de Cristo tendrán, de algún modo, que ser "pequeños" en este mundo. Da más oportunidades a los que están fuera de la ley que a los bien instalados. Proclama la felicidad escatológica de los pobres, de los que todavía no son capaces de recibir. Y, en la última enseñanza de Jesús que tiene este evangelio, él presenta "gente insignificante" como representantes de Cristo en nuestras relaciones humanas (Mt 25,31-46). Para quien sabe leer los signos de los tiempos, no necesitamos explicar más la actualidad de este evangelio. No perderemos el tiempo colocándonos durante un año en su escuela, escuchándolo en una auténtica "obediencia de la fe". Será un año de catequesis a los pies de Mateo, no según los esquemas de nuestro catecismo de infancia, sino esforzándonos por imaginar el contexto en el que resonó por primera vez esta palabra, encontraremos un gran maestro de fe como entrega a la gracia de Dios, fructificando en obras de verdadero y gratuito amor.

Las lecturas del AT

No hay duda de que esta catequesis de Mateo tiene algo que decirnos a nosotros, hoy. Pues, en el catolicismo tradicional en que vivimos, transformado en mera grandeza sociológica, identificada con el sistema socio-cultural de occidente, los verdaderos

Por la peculiaridad de ser el evangelio de Mateo una discusión con el judaismo, adquieren una importancia particular, en este año A, las lecturas del AT (primeras lecturas). Sirven exactamente para que el pueblo pueda imaginar, concretamente, el contexto en el que resonó el mensaje de Mateo. Posibilitan el "esfuerzo histórico", necesario para imaginar este otro lugar, otro tiempo, otros conceptos, en los que se sitúa el mensaje de

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Mateo relativo al acontecimiento de Jesucristo. Nos ayudan a imaginar "a lo vivo" los conceptos religiosos y culturales, las costumbres, las esperanzas, el mismo pueblo de Israel, del cual nació Jesús, y eso no solamente es "interesante" (como conocimiento enciclopédico), sino necesario para entender bien a Jesús y a sus testigos de primera hora, y para traducir bien su mensaje para el contexto de hoy. Por eso, sugerí en estos comentarios leer, de vez en cuando, la primera y tercera lectura en sucesión inmediata, separando la segunda para otro momento, para que la lectura del AT pueda ilustrar el evangelio sin que la atención se disperse por el tema, generalmente diferente, de la segunda lectura. De todos modos, de cualquier manera que se organice la liturgia, no se elimine la primera lectura "por razones pastorales": no se le quite al pueblo este mínimo de conocimiento del AT, pues, no sabiendo cómo fue el antiguo, no se entenderá en qué consiste la novedad del nuevo...

Las Cartas de san Pablo Pero la acentuación del evangelio y d e la primera lectura no puede suprimir la atención por la segunda lectura. En los domingos del tiempo ordinario de este a ñ o A escuchamos la lectura continua d e I C o , R m , Flp y l T s . El orden no es cronológico (pues l T s es el escrito m á s antiguo d e Pablo y del NT), sino aparentemente establecido en vista del desarrollo del evangelio. De hecho, la I C o , que opone la locura d e la cruz a los criterios de este mundo, coinciden más o menos con el sermón de la montaña, que también demuestra la distancia entre los criterios d e Jesús y los del judaismo oficial. Las lecturas de Rm, sobre la j u s tificación p o r la gracia, coinciden con el terna d e la e v a n g e lización y las parábolas del reino en Mt. La lectura de Flp no peimiLc a p i u \ i m a c i o n e s tan específicas con las lecturas evangélicas, pero l T s , presentando los temas escatológicos, combina bastante bien con la predicación escatológica de Jesús, presente en las lecturas d e M t en los últimos domingos del año. Ai «-:-« ; en cuanto a la contribución paulina en la liturgia del a ñ o A, se constata q u e el p e s o está principalmente en la Carta a los romanos. Es la ocasión d e demostrar que, contrariamente a lo que muchos dicen, el espíritu de Rm es m u y semejante al de Mt. Generalmente se dice que el mensaje central d e Rm es la justificación por la fe (o por la gracia de Cristo, acogi42

da en la fe), mientras M t (como Santiago) hacen m á s hincapié a "las obras". Dicha oposición es artificial e injusta. El evangelio de Mt, como vimos, va contra la auto-suficiencia del legalismo fariseo (lo que Pablo llama: las obras de la ley) y demuestra que solo la misericordia de Dios (que Pablo llama: gracia) nos puede salvar. Las críticas a la incredulidad, en Mt, corresponden a la acentuación d e la fe, en Pablo. Y, en cuanto a la insistencia en el comportamiento ético, las cartas de Pablo, con sus largas parénesis (exhortaciones morales), no se alejan d e Mt. D e modo q u e podemos decir que la Carta a los romanos nos ayuda a comprender mejor el espíritu del evangelio de Mt. L o que está implícito en Mt, muchas veces se encuentra explícito en Pablo. Además, Rm lucha, exactamente como Mt, con el problema de la relación con el judaismo. Pablo, en función de su trabajo con los gentiles, y Mt, en función de la oposición entre el judaismo fariseo y el (judío - cristianismo), llegan a la misma conclusión: ser "hijos de Abrahán" no sirve para nada, si la gente no se convierte; y, para realizar esta conversión, no es necesario ser "hijos d e Abrahán". A s í , a m b o s n o s enseñan a n o confiar en posiciones adquiridas, aunque altamente estimadas en círculos religiosos.

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SINOPSIS LITURGICO-CATEQUETICA DEL AÑO "A"

1- domingo de adviento: PERSPECTIVA CRISTIANA DEL TIEMPO Y DEL MUNDO Se prepara para el sentido definitivo de la existencia - alegría escatológica - la expectativa del AT y la esperanza del NT - las "utopías" de Dios.

2- domingo de adviento: CONVERSIÓN EN LA ALEGRÍA La conversión: condición necesaria para el reino - dejar que la gracia de Dios obre en nosotros desistir de la autosuficiencia- el mesías: lo que en nombre de Dios asume la causa del último de los hombres.

3S domingo de adviento: JESUCRISTO, CAUSA DE NUESTRA ALEGRÍA Alegría por la proximidad del Señor - el mesías como manifestación del "tierno amor" de Dios Jesús es quien corresponde a las más profundas aspiraciones humanas - la "paciencia escatológica".

4° domingo de adviento: EL HIJO DE MARÍA, DIOS CON NOSOTROS Misterio de las "nupcias" entre el cielo y la tierra - Jesús, obra de Dios en el mundo de los hombres, don de Dios a los hombres mediante la maternidad virginal de María - la autodonación de Dios - el "signo" de la Virgen-madre: Emmanuel, Dios con nosotros.

Vigilia de navidad: RETIRO DE PREPARACIÓN PARA LA NAVIDAD Limpieza del corazón en un mundo de violencia y falsos valores - las raices humanas de Jesucristo y su preparación en la historia de un pueblo - la inminencia de la venida del Señor.

Navidad: noche: LA LUZ EN LAS TINIEBLAS Jesús, luz en las tinieblas —divinización de la más humilde humanidad en la encarnación de Cristo— elección preferencial por los pobres como testimonio del misterio te navidad.

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Is 2, 1-5: Utopía mesiánica, camino de los hombres hacia el recinto de Dios, transformación a la luz de Dios que viene.

Rm 13, 11-14: La luz del día de Cristo: despertar del sueño: la salvación está llegando.

Mt 24, 37-44: La perspectiva escatológica: el vigilante amo de casa y la inesperada venida del Señor.

Is 11, 1-10: Otra utopía mesiánica; el rey mesiánico ("vastago de Jesé") asume la causa de los oprimidos ("justicia").

Rm 15, 4-9: Mutua aceptación por causa de la salvación universal, realizada en Jesucristo.

Mt 3, 1-12: La predicación de Juan Bautista: conversión para todos, preparar un camino al Señor.

Is 35, 1 -6a. 10: Una utopía mesiánica más: Dios hace todo bien: el hombre es curado, los desterrados vuelven, la naturaleza es transformada.

St 5, 7-10: Firmeza permanente y valentía: Dios, el justo juez, viene.

Mt 11, 2-11: Realización de la utopía de Is 35 en Jesús: él era el que tenía que venir; proclamación de la buenanoticia a los pobres.

Is 7, 10-14: A pesar de la incredulidad de Ajaz, Dios da una señal: el Emmanuel, Dios con nosotros.

Rm I, 1-7: Hijo de David según la carne, hijo de Dios según el espíritu.

Mt 1, 18-24: Realización plena de la señal del Emmanuel en el hijo de María, el verdadero "Dios con nosotros".

Is 62, 1-5: Dios vuelve a su pueblo: restauración de la amistad, "nupcias mesiánicas".

Hch 13, 16-17.22-25: Predicación de Pablo respecto de Jesucristo, hijo de David.

Mt 1, 1-25: Genealogía de Jesucristo, hijo de Abrahán, hijo de David; el nacimiento virginal (hijo de Dios).

Is 9, 1-3.5-6: Nacimiento de un hijo real: luz para el pueblo en las tinieblas; el rey de la paz.

Tt 2, 11-14: Se manifestó la gracia de Dios: llamamiento hacia una vida santa.

Le 2, 1-14: Nacimiento del salvador en un pesebre y anuncio de la buena-noticia, primero a los pobres (pastores).

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Navidad: aurora: TRANSFORMADOS POR LA LUZ La fe como aceptación de la manifestación de Dios en Jesucristo - las consecuencias prácticas de esto - la regeneración - proclamación de la alabanza de Dios, por Jesucristo.

Navidad: día: LA PALABRA DE DIOS SE HIZO CARNE Aspectos cristológicos: manifestación de la gloria de Dios en el despojo (kenosis) - significado de la "preexistencia" de Jesús - la divinización de la existencia humana y sus consecuencias.

Is 62,11-12: La buena-nueva anunciada a Sión: títulos de alegría y nombres gloriosos para la ciudad (el pueblo).

Tt 3, 4-7: Manifestación del cariño y amor de Dios para con los hombres: razón de esperanza.

L« 2,15-20: La adoración de los pobres (pastores) y la conservación de sus palabras en el corazón de María.

Is 52,7-10: Todos ven la salvación que viene de Dios: salvación universal y alegría por la buena-noticia.

Hb 1, 1-6: Las palabras provisionales de Dios, en el AT, y su palabra definitiva en Cristo.

J n 1, 1-18: La palabra de Dios se hizo "carne", existencia humana.

Si 3, 2-6.12-14: Reglas de la sabiduría judía para la vida familiar.

Col 2, 12-21: Reglas de la moral griega para la vida familiar, en una interpretación cristiana.

Mt 2, 13-15.19-23: Huida a Egipto, regreso e instalación del hogar de Jesús en Nazaret.

Nm 6, 22-27: Bendición del pueblo en el año nuevo.

Ga 4, 4-7: La integración de Jesús en la humanidad mediante el nacimiento de María, y en el pueblo mediante la ley.

Le 2, 16-21: Adoración de los pastores, circuncisión de Jesús e imposición del nombre de Jesús.

Is 60,1-6: Adoración universal en Jerusalén en el templo mesíanico; unión del pueblo, presentes de los pueblos lejanos.

Ef 3,2-3a.5-6: Salvación universal: los gentiles participan de la realización de las promesas, en Cristo.

Mt 2, 1-12: Los magos de oriente representan al mundo universal en la adoración al mesías; realización de la profecía de Isaías.

Is 42, 1-4.6-7: Primer canto del siervo de Dios ("al que doy todo mi afecto"); estar al servicio de la "justicia" de Dios.

Hch 10,34-38: El anuncio de Jesucristo por medio de los apóstoles: el comienzo de su obra a partir del bautismo por Juan.

Mt 3, 13-17: El bautismo de Jesús como cumplimiento del plan de Dios y la comunicación del Espíritu de Dios a Jesús.

Jl 2, 12-18: Rasgar los corazones y no las vestiduras: la penitencia interior, aceptada por Dios.

2Co 5, 20-6, 2: El tiempo propicio para la reconciliación con Dios.

Mt 6, 1-6.16-18: Obras auténticas de penitencia y misericordia: en lo escondido, ante la faz de Dios.

Gn 2, 7-9; 3,1-7: El pecado de Adán; la victoria del "tentador".

Rm 5, 12-19: Adán y pecado x Cristo y gracia; en donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.

Mt 4, 1-11: Jesús vence al "tentador"; solamente a Dios.

Sagrada familia: UN HOGAR PARA DIOS VIVIR La estructura familiar santificada por Cristo - el espíritu de Cristo en la familia - valores humanos asumidos por Cristo - participación de José y María en el acontecimiento de la salvación - hogares en donde puede vivir Dios.

Santa madre de Dios: NACIDO DE MUJER, NACIDO BAJO LA LEY La inserción histórica de Jesús en la humanidad (nacimiento en la "condición humana" y sumisión a la ley, o sea, a la estructura social) - el nombre de Jesús, bendición para la humanidad - el pueblo-testigo de Jesús: la Iglesia - la Iglesia "generadora" de Jesús - la "madre de Dios".

Epifanía: EN DONDE SE DETUVO LA ESTRELLA El centro del mundo: el pesebre (punto de inserción de Dios en nuestra historia) - el despojo de este "centro" y la riqueza de los dones de la humanidad universal (= los magos) - la universalidad en la limitación de la encarnación - la "comunidad-testimonio" - significado de los dones ofrecidos.

Bautismo del Señor: TU ERES MI HIJO Hijo y siervo de Dios: afición y servicio - Jesús asume el "movimiento del Bautista" (movimiento de conversión) en su propia misión - sentido de nuestro bautismo - nuestra filiación divina.

ATíVr/>n/^c Jo ceniza: PENITENCIA: DAR LUGAR A DIOS Sentido auténtico de la penitencia: dar lugar a Dios - el sentido de la autodeterminación y autolimitación en el mundo de hoy - "mortificación "; vivir menos para sí y más para los demás - penitencia, alegría, generosidad.

P domingo de cuaresma: PECADO Y RESTAURACIÓN Sentido profundo del pecado: orgullo, rechazar la adoración de Dios - victoria sobre el pecado, en la obediencia: Jesucristo - la superabundada de la gracia - culpa y gracia.

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29 domingo de cuaresma: POR LA CRUZ A LA GLORIA Vocación de Abrahán y vocación del cristiano - la transfiguración de Cristo: prototipo de nuestro camino - la realidad gloriosa escondida - el sentido de la elección de un pueblo-testigo.

3q domingo de cuaresma: EL DON DEL AGUA VIVA Catequesis bautismal en vista de la renovación del compromiso bautismal en la noche de pascua el contenido del simbolismo del agua bautismal - el don de Jesucristo a nosotros, por Dios.

4e domingo de cuaresma: LA LUZ DE CRISTO El bautismo como iluminación de nuestra existencia y de nuestro mundo - la cuaresma como preparación a la profesión de fe - la conversión como actualización del bautismo - la confesión pascual- el ejemplo del ciego de nacimiento: valentía y fidelidad.

5S domingo de cuaresma: RESURRECCIÓN Y VIDA Lázaro: prefiguración de la resurrección de Cristo y de nosostros - cuaresma y pascua: renovación de la vida divina - confesión pascual - el Espíritu vivificador - un Cristo que es amigo (de Lázaro y de nosotros).

Domingo de ramos: EL MESÍAS SUFRIENTE La estrategia de Dios: el sufrimiento del justo desarma la injusticia - homenaje al rey mesiánico humilde y sufriente (liturgia de la entrada en Jerusalén) - imitar al siervo del Señor - profesión de fe en el siervo aniquilado, Señor de la gloria.

Jueves santo: ACEITAR E IMITAR LA DONACIÓN DE CRISTO El lavatorio de los pies: fe y comunión con Cristo, entregado por nosotros - aceptar a quien se dona por nosotros - comunión; aceptar a Cristo entregado hasta el fin, y las consecuencias de esto sentido confiado y ético de la comunión con Cristo.

VL..^» ^nto: LA CRUZ GLORIOSA El abismo del sufrimiento humano de Jesús - el "siervo de Dios" - solidaridad con la humanidad oprimida - la gloria de Dios en el sufrimiento de Jesús: manifestación de amor sin fin.

Vigilia pascual: LA LUZ DE LA RESURRECCIÓN Simbolismo de la luz (de Cristo) y catequesis bautismal - simbolismo del agua (mar Rojo etc.) - el compromiso bautismal con el Señor resucitado: el hombre nuevo - simbolismo del cordero pascual (liberación).

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Gn 12, l-4a: El camino de Abrahán: vocación, bendición, promesa de descendencia.

2Tm 1, 8b-10: Nuestra santa vocación ; la victoria de Jesús sobre la muerte.

Mt 17, 1-9: Transfiguración de Jesús: confirmación de su vocación y anticipación de su victoria.

Ex 17, 3-7: Los israelitas piden agua en el desierto (Horeb); "¿Dios está, o no, con nosotros?".

Rm 5, 1-2.5-8: Dios nos amó, en Cristo, por pura gracia, sin mérito de nuestra parte.

Jn 4, 5-42: El verdadero don del "agua viva": Jesús, el salvador.

1S 16, lb.6-7.10-13a: La unción de David como rey; Dios no juzga por la apariencia, él ve en el corazón.

Ef 5, 8-14: "Levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo": el bautismo como iluminación por Cristo.

J n 9, 1-41: La "luz de los ojos" para el ciego de la piscina de Siloé: bautismo y luz, verdadera visión y ceguedad.

Ez 37, 12-14: Visión de los huesos revivificados por el espíritu de Dios.

Rm 8, 8-11: El espíritu de Cristo nos hace vivir por la justicia, da vida a nuestros cuerpos mortales.

Jn 11, 1-45: Jesucristo equivale a lo que se espera en la resurrección: el don supremo de Dios, la vida eterna ya.

Is 50, 4-7: Tercer canto del siervo de Dios: el discípulo perfecto, enfrentando oposición y persecución, pues Dios está con él.

Flp 2, 6-11: Jesús, el siervo aniquilado, pero glorificado por su obediencia hasta la muerte en la cruz.

Mt 26, 14-27, 66: Pasión de N. Señor según Mt: cumplimiento de la figura del siervo en el AT.

Ex 12, 1-8.11-14: La ley sobre el cordero y la cena pascual; conmemoración de la liberación de Egipto.

ICo 11, 23-26: Tradición paulina de la institución de la cena del Señor.

Jn 13, 1-15: El lavatorio de los pies, al comienzo de la última cena: signo de amor hasta el fin, que se debe aceptar.

Is 52, 13-53,12: 4S canto del siervo de Dios: el misterio de la eficacia del sufrimiento por los otros.

Hb 4, 14-16; 5, 7-9: La verdadera participación de Jesús en el sufrimiento humano, su sentido sacerdotal, su aceptación por Dios.

Jn 18,1-19,42: Pasión de N. Señor según Jn: la cruz de Cristo es su trono de gloria.

Lecturas del AT: Evocación de la historia de la salvación, comenzando por la creación y la liberación de la esclavitud; los "magnalia Dei".

Rm 6,3-11: Bautismo: morir y resucitar con Cristo; el hombre nue/o.

M t 28, 1-10: El sepulcro vacío, señal de la resurrección; el mensaje del ángel; la aparición a las mujeres; el anuncio de la resurrección.

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Pascua: día: LA VIDA VENCIÓ A LA MUERTE Manifestación de la victoria de Jesús - el camino del discípulo hasta la fe pascual - el entendimiento de las Escrituras (relectura pascual: reconocer la gloria en el sufrimiento del justo) - la renovación de la vida en Cristo.

2° domingo de pascua: LA FE APOSTÓLICA, QUE ES NUESTRA La trasmisión de la fe pascual, por la generación de los que vendrán a la generación de los que no vendrán: el sentido de los evangelios (Jn 20,30) - conocimiento de la primitiva comunidad cristiana - fe pascual testimoniada en la existencia del cristiano.

Hch 10, 34a.37-43: El anuncio de la resurrección en la Iglesia primitiva (kerygma).

Col 3, 1-4: Vivir desde ya junto al resucitado (existencia pascual). ICo 5, 6b-8: El nuevo pan sin fermento viejo.

Jn 20, 1-9: Para quien ama, al sepulcro vacío es signo para la fe. Le 24, 13-35: (por la tarde): los discípulos de Emaús.

Hch 2, 42-47: La vida "diferente" de la comunidad de los testigos de la resurrección: comunión en todo.

1P 1, 3-9: La nueva vida: ser "purificado como oro en el crisol": las primicias escatológicas.

Jn 20, 19-31: El encuentro con Cristo pascual: don de la paz y del Espíritu; creer por haber visto y creer sin haber visto.

Hch 2,14.22-23: Anuncio de la resurrección : victoria sobre la muerte.

1P 1, 17-21: La vida pascual en la fe y en la esperanza.

Le 24, 13-35: Los discípulos de Emaús reconocen a Jesús en las Escrituras y al partir el pan.

Hch 2,14a.36-41: Efecto del anuncio pascual: conversión y adhesión a Cristo; universalismo.

1P 2, 20b-25: Seguir los pasos de J.C., el pastor, también en la firmeza en el sufrimiento salvador.

Jn 10,1-10: Alegoría del pastor: primera aplicación : "Yo soy la puerta".

Hch 6, 1-7: Expansión de la Iglesia entre los helenistas; organización del servicio diaconal.

1P 2, 4-9: La Iglesia, templo de piedras vivas y Cristo, piedra angular y sacrificio espiritual (= verdadero).

J n 14, 1-12: Jesús, camino, verdad y vida, "retrato fiel" del Padre (Dios para nosotros).

Hch 8, 5-8.14-17: Expansión de la Iglesia en Samaría y don del Espíritu; imposición de las manos: signo de unidad.

1P 3, 15-18: Mostrar las razones de nuestra esperanza; la muerte de Cristo por amor y su vivificación por el Espíritu.

Jn 14, 15-21: Guardar la palabra en la ausencia de Cristo, por el don del Espíritu; unión de amor con Cristo y con el padre.

Hch 1, 1-11: Elevación de Jesús a la derecha del Padre, promesa del Espíritu y misión de la Iglesia.

Ef 1, 17-23: Cristo: la "cabeza" glorificada; la Iglesia, el "cuerpo" de su presencia en el mundo.

Mt 28, 16-20: Elevación de Cristo, misión de la Iglesia, presencia gloriosa de Cristo hasta el fin.

Hch 1,12-14: La comunidad de los apóstales antes de Pentecostés.

1P 4, 13-16: Que nuestro nombre de "cristiano" sea una honra para Dios; el realismo cristiano.

J n 17, 1-lla: La "hora" de Cristo: glorificación suya y del Padre, preservación de los suyos en santidad.

3S domingo de pascua: LA EXPERIENCIA DE EMAUS Reconocer a Cristo en las Escrituras - reconocerlo al partir el pan - acoger a Cristo incógnito comprensión de la misión de Cristo a la luz de la resurrección .

4e domingo de pascua: JESÚS, LA PUERTA DE PASTORES Y OVEJAS La "puerta" Jesús: solo vale el que viene por medio de él y lo que buscamos a través de él desvalor de liderazgos y valores incompatibles con Cristo - Cristo, puerta de acceso al Padre adhesión consciente a Cristo - conversión como consecuencia del anuncio pascual.

5S domingo de pascua: JESÚS, CAMINO, VERDAD Y VIDA La experiencia con Cristo como visión de Dios - ir a donde Jesús va - ser "gente de la casa" para Dios.

6- domingo de pascua: E\ PCDTDITIJ PLENITUD DE NUESTRO BAUTISMO La venida del Espíritu Santo como plenitud del bautismo (Espíritu, plenitud de la pascua) - el Espíritu y la praxis eclesial: guardar la palabra de Cristo - teología de la confirmación - unidad de la Iglesia particular - teología del martirio (1P).

A cranctéf '??! Señor: EXALTACIÓN Y SEÑORÍO DE CRISTO La vida gloriosa de Cristo ("en poder") y nuestra misión - participación de la gloria y misión en la tierra - la promesa del Espíritu.

uuin /ae pascua: PRESENCIA EN LA AUSENCIA La obra del amor hasta el fin: gloria de Jesús y del Padre (los dos son uno) - la gloria de los "crucificados por causa de la justicia" - la presencia gloriosa de Cristo en la participación de su misterio (participación sacramental y existencial).

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Vigilia de pentecostés: PLENITUD DE LA PASCUA Prefiguración del pentecostés cristiano en el AT - el deseo de recibir el Espíritu - relación orgánica del Espíritu con el sacrificio de Cristo: ("corazón traspasado") - preparación para el baulismo y la confirmación.

Pentecostés IGLESIA, SACRAMENTO DÉ LA UNIDAD Superación de las divisiones en el mundo (simbolizadas por la división de las lenguas); restauración de lo que se perdió en "Babel" - superación de la división intraeclesial - don de paz y perdón en el Espíritu.

Snta Trinidad: EL DIOS DE AMOR El Dios único en la existencia de Cristo, en la obra de la creación y liberación, y en el Espíritu de amor - la unidad en el amor.

Smo Sacramento: COMUNIÓN CON EL DON DE CRISTO Alimentarnos con la vida y muerte-por-amor de Jesús - unidad y comunión - fe y compromiso con el Cristo sacrificado.

Lecturas del AT: Telón de fondo del tema de pentecostés y del milagro de las lenguas.

Rm 8, 22-27: Tenemos las primicias del Espíritu, que viene en ayuda de nuestra debilidad.

Jn 7, 37-39: El corazón abierto de Cristo, fuente del Espíritu.

Hch 2, 1-11: El milagro de las lenguas; manifestación del Espíritu del resucitado.

ICo 12, 3b-7.12-13: Unidad del Espíritu en la diversidad de los dones; el cuerpo y los miembros.

Jn 20, 19-23: Comunicación del Espíritu por el resucitado; paz y perdón de los pecados.

Ex 34, 4b-6.8-9: Yavé se revela como Dios de misericordia y fidelidad.

2Co 13, 11-13: La gracia de Cristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo

Jn 3,16-18: El amor de Dios se revela en la autodonación, por amor, de su hijo.

Dt 8, 2-3.14b-16a: Dios alimentó a su pueblo en el desierto; tipología del maná.

ICo 10, 16-17: Unidad en el cáliz de la bendición y en el pan repartido; un solo pan, un solo cuerpo.

Jn 6, 51-58: Comer y beber el cuerpo y la sangre del Señor; el don de la vida de Jesús.

Dt 7, 6-11: Dios eligió a Israel no por sus cualidades, sino por su gracia y amor

Un 4, 7-16: Dios es amor; él nos amó primero, dándonos a su hijo.

Mt 11, 25-30: El mesías pacífico, el maestro humilde de corazón, el yugo suave.

Is 49, 3.5-6: 2° canto del siervo de Yavé: libertador de Israel y luz de las naciones (paganas).

ICo 1, 1-3: La vocación de Pablo al apostolado y nuestra vocación a vida santa.

Jn 1,29-34: Testimonio de J. Bautista sobre la misión de Jesús y el don del Espíritu.

Is 8, 23b-9,3: Desolación del pueblo galileo (deportación ) y esperanza: un hijo real, luz en las tinieblas.

ICo 1, 10-13.17: El apóstol es enviado a evangelizar y no a fundar partidos.

Mt 4,12-23: Comienzo de la predicación de Jesús en Galilea; realización de la profecía de Isaías.

So 2, 3; 3, 12-13: Los "pobres de Yavé": el pequeño y humilde resto de Israel es portador de salvación.

ICo 1, 26-31: Dios eligió al que es pobre y débil en este mundo.

Mt 5, l-12a: Las bienaventuranzas; las personas que le gustan a Dios.

Sgdo Corazón de Jesús: EL AMOR DE DIOS EN JESÚS Y NUESTRO AMOR La verdadera personalidad de Jesús - la humanidad del amor de Dios - la predilección por los débiles y humildes - cristianismo "cordial".

2° domingo del tiempo ordinario: VOCACIÓN DE HIJOS DE DIOS La vocación de Cristo (prefigurado por el siervo de Yavé) y nuestra vocación para el testimonio y la santidad - escuchar la voz de Dios - el "sentido religioso".

3° domingo del tiempo ordinario: LA LUZ DEL EVANGELIO La misión de evangelizar (de Cristo y de nosotros) - evangelizar como luz y liberación - el sentido de la "buena-nueva".

4q domingo del tiempo ordinario: OT™ * wr7xrrURADOS LOS POBRES La opción (de Dios y de nosotros) por los pobres - el espíritu de la verdadera pobreza - sentido global de las bienaventuranzas.

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5e domingo del tiempo ordinario: SAL DE LA TIERRA Y LUZ DEL MUNDO Nuestra actuación beneficia al mundo por el testimonio evangélico de nuestra vida - dar color y sabor al mundo - el falso brillo y el verdadero.

6e domingo deltiempoordinario: LA VERDADERA JUSTICIA Radicalidad en la búsqueda de conocer y ejecutar la voluntad benévola de Dios - condenación del formalismo y legalismo • ejemplos: desprecio, concupiscencia, divorcio, agresividad.

7- domingo deltiempoordinario: SER BUENO COMO DIOS: AMAR GRATUITAMENTE El verdadero amor es gratuito - amor a los enemigos - superar las divisiones por amor - "imitación de Dios" y "perfección".

8e domingo deltiempoordinario: MIRAD LOS LIRIOS DEL CAMPO La verdadera prioridad: el reino de Dios - simplificar la vida por una opción clara por la justicia de Dios - recuperar la bondad natural de la creación .

9- domingo deltiempoordinario: LA BASE DE NUESTRA VIDA: ESCUCHAR Y PRACTICAR Escuchar y practicar la palabra de Cristo, motivado por su amor - la fe y las obras - ortodoxia y orlopraxia - firmeza en Dios y en Cristo.

10* domingo del tiempo ordinario: JESÚS LLAMA A LOS PECADORES La misericordia como motivación y método en la pedagogía de Dios - misericordia como método evangélico en ¡\^..:._:, .uLiciunes - el escándalo de los "buenos cristianos" -fe y confianza.

11-domingo del tiempo ordinario: DIOS NECESITA GENTE Pueblo testigo y cooperador de Dios - realizar el anuncio y los signos de su reino - dignidad de ser cooperador de Dios - obreros para la mies.

12a- domingo del tiempo ordinario: INTRÉPIDA PROFESIÓN DE FE " „ ~...'"ie o convicción? - ¿avergonzarse de Jesucristo? - el mundo x los "santurrones" - confesar a Jesús por gratitud.

13°- domingo del tiempo ordinario: ACOGER A UN PROFETA El mensaje de Cristo logra mejor su finalidad cuando se lo presenta con humildad - conformidad del misionero con Cristo - pobreza de los medios de evangelización - acoger iquien viene de Dios.

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Is 58, 7-10: Practicar bondad y justicia es lo que hace brillar nuestra luz.

ICo 2, 1-5: La "sabiduría de la cruz" y la fuerza del evangelio, fuerza de Dios en la flaqueza humana.

Mt 5, 13-16: Parábolas de la sal de la tierra y de la luz del mundo; hacer brillar la justicia de Dios.

Si 15, 15-20: La capacidad moral del hombre: puede elegir el bien o el mal.

ICo 2, 6-10: La sabiduría de los poderosos y el misterio de Dios.

Mt 5, 17-37: La verdadera justicia: buscar lo que Dios desea (con ejemplos).

Lv 19, 1-2.17-18: No el odio, sino el amor (ley de la santidad: imitar la santidad de Dios).

ICo 3,16-23: No partidismo, sino pertenencia completa a Cristo y a Dios.

Mt 5, 38-48: Ser bueno como Dios: pagar el mal con el bien y amar incluso a los enemigos.

Is 49, 14-15: El amor cariñoso de Dios para con sus criaturas: esperanza de liberación.

ICo 4, 1-5: El apóstol justificado ante Dios, no ante los hombres.

Mt 6, 24-34: Entrega total a la causa de Dios y confianza: parábola de los lirios.

Dt 11, 18.26-28.32: Escuchar y practicar la ley, y la recompensa de esto.

Rm 3, 21-25a.28: La gracia de Dios, manifestada en Cristo, y la justificación por la fe.

Mt 7, 21-27: La casa edificada sobre roca: escuchar y practicar la palabra de Cristo.

Os 6, 3-6: Misericordia es lo que Dios quiere, no sacrificios vacíos.

Rm 4,18-25: Fe en la promesa de Dios, a ejemplo de Abrahán, eso es lo que salva.

Mt 9, 9-13: Jesús con los pecadores: misericordia por encima de formalismo (cf Os).

Ex 19, 2-6a: Alianza: Dios elige un pueblo para ser santificador de las naciones: pueblo sacerdotal.

Rm 5, 6-11: Dios nos amó primero, gratuitamente, cuando éramos enemigos; razón de confianza.

Mt 9,36-10, 8: Misión de los doce apóstoles como colaboradores de Cristo en la evangelización.

Jr 20, 10-13: Dios salva al profeta perseguido.

Rm 5, 12-15: Jesús restaura el daño de Adán; pecado y muerte x gracia y justificación.

Mt 10, 26-33: El fiel en la persecución: profesión de fe intrépida y confianza en Dios.

2R4, 8-ll,14-16a: Hospitalidad al profeta Eliseo y recompensa.

Rm 6, 3-4.8-11: Bautismo: morir con Cristo y resucitar con él a una vida nueva.

Mt 10, 37-42: Despojo del misionero cristiano y hospitalidad para con él.

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14- domingo del tiempo ordinario: EL MESÍAS HUMILDE Y NO-VIOLENTO La fuerza de la humildad y de la no-violencia - la insuficiencia de los criterios humanos habituales - el "yugo suave".

15° domingo del tiempo ordinario: LA SEMILLA DE LA PALABRA La eficacia de la palabra de Dios y el misterio de su acogida en la persona humana - la incredulidad - los obstáculos al crecimiento.

16° domingo del tiempo ordinario: LA PACIENCIA DE DIOS Dios da tiempo para que el pecado se trasforme en arrepentimiento - la separación escatológica de justicia y pecado - la convivencia del bien y del mal en el tiempo.

17° domingo del tiempo ordinario: INVERTIR EN EL REINO DE DIOS fnvertir todo en lo que es más importante - los pobres, tesoro de Dios - desprendimiento y empeño por el reino.

18° domingo del tiempo ordinario: EL DON DEL PADRE Significado mesiánico de la multiplicación de los panes - los signos materiales del amor de Dios prefiguración de la autodonación de Cristo - el cristiano y el hambre en el mundo.

19° domingo del tiempo ordinario: EL DIOS DE LA BRISA SUAVE Jesús manifiesta una cualidad divina: dominio sobre las fuerzas de la naturaleza (signo de su misión) - Dios no es de la violencia - el valor de la fe (episodio de Pedro).

20° domingo del tiempo ordinario: EL DON DE DIOS TAMBIÉN PARA LOS EXTRANJEROS El universalismo de la salvación - salvación que se compagina con la fe - verdadera "catolicidad" - fe fuera de la Iglesia - "semillas de la palabra" en oirás mundivisiones - salvación para y por nocrisiiüiiu.i.

21-domingo del tiempo ordinario: LA RESPONSABILIDAD DE PEDRO Pmlrn mmr, niii^n "responde" por la fe de la Iglesia-primacía e infalibilidad papal - la fe, fundamento de esta responsabilidad - el "poder de las llaves" - don carismático - liderazgo en la Iglesia.

22°domingo del tiempo ordinario: EL SEGUIMIENTO DE JESÚS Auto-realirnción y auto-sacrificio en el seguimientode Jesús - realizarse como cristiano significa arriesgarse - la difícil misión del profeta - profetismohoy.

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Za 9, 9-10: El rey mesiánico es humilde: instaura la paz alejando la violencia.

Rm 8, 9.11-13: "Carne" y muerte x "Espíritu" y vida; abrir la vida al Espíritu.

Mt 11, 25-30: La revelación a los humildes y la manifestación del mesías; realización de la profecía de Zacarías.

Is 55, 10-11: La palabra de Dios es eficaz como la lluvia que penetra en la tierra: hace dar fruto.

Rm 8, 18-23: El sufrimiento de la creación son los dolores de parto de la manifestación escatológica de la gloria de los hijos de Dios.

Mt 13, 1-23: Parábola del sembrador: acontecimientos en la predicación de la palabra.

Sb 12,13.16-19: El poder de Dios se demuestra en la capacidad de perdonar.

Rm 8, 26-27: El Espíritu asume nuestra flaqueza para nuestro crecimiento.

Mt 13, 24-43: Parábola de la cizaña y el trigo, y otras; paciencia de Dios.

IR 3 , 5.7-12: Salomón no pide riqueza material, sino el bien superior: sabiduría.

Rm 8,28-30: El plan de Dios y su ejecución : etapas de la salvación del hombre.

Mt 13, 44-52: El tesoro del reino de Dios vale todo; fin del sermón de las parábolas.

Is 55, 1-3: El banquete mesiánico, ofrecido por Dios, gratuitamente, no buscar salvación fuera de él.

Rm 8, 35.37-39: Nada nos puede separar del amor de Cristo.

Mt 14,13-21: Primera multiplicación de los panes.

IR 19, 9a.ll-13a: Elias irritado no encuentra a Dios en la tempestad, sino en la brisa suave.

Rm 9, 1-5: Preocupación y pasión de Pablo por su pueblo, Israel.

Mt 14,22-33: Jesús se revela caminando sobre las aguas y calmando la tempestad.

Is 56, 1.6-7: Universalismo del templo en el tiempo mesiánico.

Rm 11, 13-15.29-32: Los gentiles precederán a Israel, pero la vocación de Israel sigue firme.

Mt 15, 21-28: La mujer cananea; su gran fe y acceso a la salvación.

Is 22,19-23: Eliaquim recibe el poder de las llaves de la casa de David.

Rm 11,33-36: Himno a la insondable sabiduría de Dios, manifestada en Jesucristo.

Mt 16, 13-20: La profesión de fe de Pedro y el "poder de las llaves".

J r 20, 7-9: El profeta "seducido por Dios" para ura misión ingrata

Rm 12, 1-2: El verdadero culto a Dios: transformar su vida en ofrenda santa.

Mt 16, 21-27: El seguimiento de Cristo: tomar su cruz.

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23e domingo del tiempo ordinario: LA IGLESIA, COMUNIDAD DE SALVACIÓN Comunión eclesial - oración comunitaria - corrección fraterna - comunidad y sacramento de salvación.

24e domingo del tiempo ordinario: EL MISTERIO DEL PERDÓN La necesidad de perdonar - el perdón como comunión - perdón divino y humano - el sacramento del perdón.

25e domingo del tiempo ordinario: LOS OBREROS DE LA ULTIMA HORA La justicia de Dios es su bondad - todo el mundo necesita de la gracia - la difícil conversión de los "buenos cristianos" - el peso del pecado x la confianza en la gracia.

26q domingo del tiempo ordinario: LA VERDADERA OBEDIENCIA La conversión de los pecadores hacia la práctica de la justicia la inválida auto -justificación de los que dicen "sí" pero no hacen - la difícil conversión de los "buenos" - el sentido de la "obediencia" a Dios: amor.

27qdomingo del tiempo ordinario: LA VIÑA DE DIOS Historia de la viña de Dios, Israel: rechazo de Israel y vocación de los paganos - lo precario de nuestra "gerencia" de la "viña": la nueva alianza requiere confirmación continua - Jesús, "piedra angular" - "frutos de justicia".

28" domingo del tiempo ordinario: EL BANQUETE Y EL TRAJE

Ez 33, 7-9: El profeta "centinela": responsabilidad por la conversión del pecador.

Rm 13, 8-10: El amor, pleno cumplimiento de la ley.

Mt 18, 15-20: Corrección fraterna, penitencia y oración comunitaria.

Si 27, 30 - 28, 7: Insensatez del rencor; perdonar al hermano para ser perdonado por Dios.

Rm 14, 7-9: Ya vivamos, ya muramos, pertenecemos al Señor.

Mt 18, 21-35: Parábola del siervo cruel; quien no perdona, no puede recibir perdón.

Is 55, 6-9: Nunca es tarde para buscar nuevamente al Señor y convertirse.

Flp 1, 20c-24.27a: ¿Morir para estar con Cristo, o vivir para estar con los fieles? Amor del apóstol para con los fieles; identificación con Cristo.

Mt 20, l-16a: Parábola de los obreros de la hora undécima; conversión y don gratuito de Dios.

Ez 18, 25-28: Dios obra con seguridad, dando oportunidades para la conversión y castigando la confianza temeraria.

Flp 2, 1-11: Dar preferencia al prójimo, imitar el despojo del Señor.

Mt 21,28-32: Parábola de los dos hijos: hacer la voluntad del padre, aun después del rechazo, y no solo decir "sí".

Is 5, 1-7: El cántico de la viña - el pueblo de Israel que no produce frutos de justicia.

Flp 4, 6-9: Magnanimidad cristiana: receptividad para todo lo que es bueno.

Mt 21,33-43: Los viñadores homicidas: los líderes que se quieren apoderar de la viña y matan a los enviados.

Is 2 5 , 6-10a: El banquete mesiánico en el monte Sión.

Flp 4, 12-14.19-20: Todo lo puedo en aquel que me conforta.

Mt 22, 1-14: Parábola del banquete y del vestido nupcial; el rechazo del convite y la falta de espíritu adecuado.

Is 45, 1.4-6: El rey pagano Ciro, instrumento de liberación en las manos de Yavé, rey verdadero.

lTs 1, l-5b: Acción de gracias por la fe, esperanza y caridad de los fieles.

Mt 22, 15-21: La trampa de los herodianos; la respuesta de Jesús: dad a Dios lo que es de Dios.

Ex 22, 20-26: Ejemplos y reglas concretas para la caridad en la ley de Moisés.

lTs 1,5c-10: Felicitaciones a los tesalonicenses por su fe dinámica.

Mt 22,34-40: La pregunta de los escribas: el mayor mandamiento.

La aceptación al banquete mesiánico (en el tiempo de Cristo y hoy) - la condición de la fe (idem) universalismo del banquete.

29° domingo del tiempo ordinario: DAR A DIOS LO QUE ES DE DIOS Impertinencia del concepto de Dios como rival del cesar - relativización de los negocios del mundo ante lo absoluto de Dios - estar a disposición de Dios - Dios se sirve de los paganos - crítica evangélica al "cesar" y a su dominio.

30- dominso del tiempo ordinario: EL MANDAMIENTO MAS GRANDE El amor como espíritu de la ética -relación dialéctica del amoraDiosyal prójimo- la teoría ética de nuestra tradición religiosa - Dios defensor de los desprotegidos.

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37- domingo del tiempo ordinario: UNO SOLO ES VUESTRO PADRE La humildad en el liderazgo eclesial - fundamento: la ternura de Dios - Cristo, único maestro.

MI 1, 14b-2, 2b.8-10: Los sacerdotes indignos y el único Padre.

lTs 2, 7b-9.13: La ternura de Pablo para con los fieles y reconocimiento de su sentido de la fe.

Mt 23, 1-12: Advertencia sobre la humildad en el servicio de la comunidad.

Sb 6, 12-16: Prontitud para encontrar la sabiduría.

lTs 4, 13-18: Resurrección de los muertos en el último día.

Mt 25, 1-13: Parábola de las vírgenes; atención para el Señor y prontitud escatológica.

Pr 31, 10-13.19-20.30-31: La diligencia de la mujer virtuosa.

lTs 5, 1-6: Vivir como si fuera de día; el día del Señor viene como un ladrón...; vigilancia.

Mt 25, 14-30: Parábola de los talentos: aplicación del don de Dios.

Ez 34, 11-12.15-17: Al fin de los tiempos, Dios mismo será pastor del rebaño y establecerá la justicia.

ICo 15, 20-26a.28: Restauración de todo en Cristo y entrega de su reino al Padre.

Mt 25, 31-46: Parábola del juicio final: el juicio de Dios sobre nuestros actos de amor gratuito.

32s domingo del tiempo ordinario: ¡YA VIENE EL NOVIO! Vigilancia y prontitud escatológica - fundamento: amor, afecto para con el que esperamos - negligencia y formalismo es permanecer ajeno a Cristo.

33g domingo del tiempo ordinario: DILIGENCIA ESCATOLÓGICA Servir a Dios en las condiciones que tenemos, día por día, es vivir a la luz de su presencia definitiva - aplicación diligente de los talentos - el fin del tiempo: paz.

Cristo rey: CRISTO REY Y JUEZ El criterio decisivo de Cristo: el amor gratuito - el reino de justicia, de amor y de paz - señorío de Cristo - el reino de Cristo en este mundo.

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ler domingo de adviento

La en«f"!'"7a de este domingo viene tanto de la conjugación de los textos, cuanto de su posición al comienzo del año litúrgico, pues esboza la perspectiva global del "tiempo cristiano": la orientación hacia el Señor que viene. Desde la primera celebración de este año litúrgico se nos propone la perspectiva final, tradicionalmente conocida como el juicio final o la venida del hijo del hombre (Ev). Pero entenderíamos mal el espíritu de este domingo, si miráramos solamente la perícopa evangélica. Pues, mientras esta acentúa la inseguridad del hombre ante la repentina irrupción del día del hijo del hombre, el resto de la liturgia complementa esta visión con la idea de que Cristo ilumina nuestro camino como luz orientadora. La expectativa escatológica es fuente de confianza, alegría y esperanza, como lo evoca el maravilloso canto de entrada: "Ad te levavi animam meam".

Para entender bien el espíritu del adviento y de toda la escatología cristiana, es necesario ver la relación entre la esperanza mesiánica del AT y la expectativa cristiana. La antigua esperanza de la (primera) venida del mesías (o Cristo) sirve de figura para la actitud cristiana, que es siempre una actitud de espectativa del Señor que viene, no solo en la "segunda venida" al fin de los tiempos, sino cada día de nuevo, en el encuentro existencial de cada uno y de toda la comunidad cristiana con el Señor Jesús. Conmemorando y reviviendj la esperanza de los antiguos israelitas, creamos en nosof.os la actitud escatológica, que es: estar listos para encontrarnos con Jesús, el Señor de nuestra vida y de nuestra historia humana. Esto es lo que la Orín llama: "Correr al encuentro de tu Cristo, que viene". En este espíritu se sitúan la "utopías" del AT, que nos describen este y los próximos domingos. Son imágenes de lo que se espera de Dios, cuando venga el mesías. Según la laLt de hoy, el mesías implantará la paz mesiánica en el "monte santo". Y nosotros y todas las naciones estamos invitados a subir, a caminar alegremente hacia la casa del Señor. Debemos destacar aquí dos temas: l9, la utopía como tal, que todavía no se traspasa: si en Is 2 se habla de transformar lanzas en podaderas, nosotros podemos soñar hoy con la transformación de tanques de guerra en tractores... 25, el tema del caminar: el "camino" es un tema central en la liturgia de hoy. Significa nuestra participación en la salvación que viene de Dios. Nosotros caminamos al encuentro de la salvación, y ella viene a nuestro encuentro. Es un acontecimiento "bilateral". Con otra forma de imagen, el CtCom dice de la misma cosa. El CtMed medita sobre la laLt, cantando la alegría de subirá la casa de Dios, el templo; pues para los israelitas este era, como recinto de Dios, una prefiguración del escatológico reino mesiánico. La 2aLt ilustra muy bien otra idea, presente en la Orín: corremos al encuentro del Señor que viene, con nuestras buenas obras. Para caminar en la luz de Cristo, debemos despertarnos, salir de las tinieblas, vivir una vida "revestida de Cristo". Por tanto, nuestra participación que viene de Dios es una participación práctica, ética. Esta actitud ética es la expresión de la alegría que nos invade por poder participar de la salvación. Los dones que recibimos de Dios se transforman, así, en la anticipación de la realidad escatológica (OrOf), y nuestra vida, en un

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PERSPECTIVA CRISTIANA DEL TIEMPO Y DEL MUNDO CtEnt:

(Sal 24.1 -3) "A ti. Señor, levanto mi alma".

Orín:

Correr con nuestras buenas obras al encuentro de Cristo que viene.

laLt:

(!s 2. 1-5) La utopia mesiánica y el camino de los hombres al recinlo de Dios - Sión: el lugar de la presencia de Dios (cf Is 6. Iss). Allí subirán las naciones en el tiempo mesiánico. para buscar la palabra y la sabiduría de Dios. Profecía proclamada hacia el año 7(X) aC. El profeta ya no espera la salvación de la estrategia política y militar, sino del Dios de Sión y del universo. - 2. 1 -4 cf Mi 4, I -3; Jn 4. 22; Za 9. 9-10 - 2, 5 cf Is 60, I -3: Sal II8, 105. (Sal 121, 1-2.4-5.6-7.8-9) La alegría de subir a la casa del Señor.

CtMcd: 2aLt:

CtAcI: Ev:

OrOf: Pref:

(Rm 13, 11-14) Despertar del sueño, pues la salvación está cerca - Con la venida de Cristo, llega el "día" decisivo: la luz (cf laLt) del "día" brilla para todos los hombres. Desde nuestro nacimiento en el bautismo, vivimos para el día que ahora llegó: el día del encuentro con Cristo. Su luz orienta nuestra vida. - 13, 11-12 cf 2Co 6, 2: Ef 5, 8-16; 6, 12-20- 13, 13-I4cf Rm 12, 2; Ga 3, 27. (Sal 84, 8) Misericordia y salvación de Dios. (Mt 24, 37-44) El vigilante amo de casa: expectativa escatológica - El hijo del hombre vendrá a rematar la historia y a juzgar toda la existencia, pero nadie sabe la hora (Mt 24, 36). A pesar de los presagios, él viene de repente; ilustraciones: 1) los días de Noé (24, 37-39); 2) personas separadas conjuntamente en su trabajo (24, 40-41). Consecuencia: no calcular, sino estar listos (24, 42-44). Esto vale para nuestra vida aquí y ahora, como también para el fin de los tiempos. El Señor debe encontrarnos siempre "vigilantes", lo cual no quiere decir intranquilos, sino dedicados a su servicio en la práctica del amor a nuestro hermano (cf las parábolas de Mt 25). -cfLc 17,26-27.34-35: 12. 39-40; Gn 7, 11-22; ITs5,2-6. Ofrecimiento de los dones que Dios nos dio. petición de alimento para la salvación . (Adviento 1) La primera y la segunda venida del Señor.

CtCom:

(Sal 84, 13) Dios de la bendición, nosotros los frutos.

OrFin:

Caminando entre las cosas que pasan, abrazar las que no pasan.

caminar entre las cosas que pasan rumbo hacia las que no pasan (OrFin). Así volvemos a una idea del Ev: vivimos en lo provisional. Este mundo y su bienestar no son la última palabra de nuestra existencia y de nuestra historia. Pero pueden, si queremos, transformarse en camino hacia el sentido definitivo. Resumiendo podemos decir que este domingo nos enseña la perspectiva cristiana de la vida y del mundo. Reviviendo la siempre actual expectativa mesíanica, esto es, de la salvación que viene de Dios, nos animamos a asumir, como expresión de nuestra participación en la salvación que viene de Dios, una actitud ética renovadora, que nos transforma a nosotros mismos, a nuestra sociedad y al mundo. 2e domingo de adviento

CONVERSIÓN EN LA ALEGRÍA CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: ClCom OrFin

(cfis3(), 19.30) ¡El Señor viene! Correr libremente al encuentro del Señor. (Is 11, 1-10) El vastago de Jesé, el mesías-rey: justicia en favor de los pequeños; utopia mesiánica - Cuando la encina es derribada, queda el tronco, que puede brotar de nuevo. Is 11 habla en estos términos, tal vez directamente del nuevo Ezequías. pero, a largo plazo, de un "ungido" (mesías) escatológico, que brotará del tronco de Jesé (=el padre de David). Sus cualidades: sabiduría como Salomón, inteligencia y fortaleza como David, devoción como Moisés y Abrahán. Practicará la justicia de Dios, será un padre para ios pobres. La imagen utópica de los vv 6-8 debe aplicarse a los hombres y a las naciones: si reconocen el "derecho" establecido por Dios, tendrán la paz (mesiánica). - II. 1-2 cf Is 7. 14; 9, 5-6; 42. I; Mi 3. 16-1 I, 4 cf Sa!7l;2Ts2, 8: Ap 19. 15; 11, 6-9 cf Ez 34, 25; 37, 26; Ha 2, 14. uSai Ti, . 1.7 .S.Í2-13.17) ¡Dios, da tu justicia al rey! {Rm 15, 4-9) Mutua aceptación gracias a la salvación universal realizada por Cristo - La paz {cf laLt), en la situación concreta de la comunidad cristiana, está amenazada por la oposición de "fuertes" y "débiles" (liberales y escrupulosos) (15, 1). Probablemente se trata también de las tensiones entre judío-cristianos y gentiles convertidos. Dios los llamó a todos, por eso deben asumirse mutuamente. La razón y la norma de esto es Cristo mismo ñu*» i-into hizo y sufrió por nosotros. - 15, 4 cf ICo 10, 6; 2Tm 3, 16- 15, 5 cf Flp 2,2-3- 15, 8-9 cfMt 15,24; Hch 3, 25-26; Sal 17,50. (Le 3, 4.6) Preparar el camino al Señor. (Mt 3, 1-12) Predicación de Juan Bautista: conversión, preparar un camino al Sefior En Mt 3, 2, la predicación del Bautista está resumida en los mismos términos que la de Jesús en 4, 17. También hoy, en nuestras asambleas, debe resonar todavía esta predicación. Desde la venida de Jesús, se volvió más urgente todavía, porque Jesús ya inauguró el reino de Dios y, con ello, la decisión. De ahí el llamamiento a la conversión - cf Me 1, 1-8; Le 3, 1-18 - 3, 3 cf Is 40, 3; Jn 1, 23 - 3, 8-10 cf Am 5, 18-20; Jn 8, 37-40; Rm 9, 7-8 - 3 , 11-12 cf MI 3,2-3; Hch 1,5. Invocación de la misericordia de Dios, (adviento I) Jesús abrió el camino de la salvación. (Ba 5, 5; 4, 36) La alegría que viene de Dios. Evaluar los valores terrenos y esperar los bienes eternos.

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Si el domingo pasado acentuó la perspectiva cristiana del hombre y del mundo, este domingo acentúa una implicación fundamental de la misma: la conversión. Pues partic/par en la salvación que viene de Dios significa: desistir de ia autosuficiencia. En el evangelio, aparece el precursor de Jesucristo, Juan Bautista, como profeta de la conversión, semejante a Elias en el AT. Su mensaje es "apocalíptico", esto es, se sitúa en la fecunda imaginación del judaismo tardío en cuanto a la venida del mesías, del reino de Dios y del juicio. Detrás de esta fecunda imaginación, sin embargo, debemos ver de lo que se trata: no hay prerrogativa humana que quede en pie delante de Dios, si no nos convertimos; ni siquiera es una garantía ser hijo de Abrahán (Mt 3, 8). La necesidad de conversión queda más clara todavía al comparar el mundo como es, con el mundo como debería ser, es decir, la realidad con la utopía. Pues la lectura presenta más una utopía mesiánica (cf 1er domingo adviento), mostrando al león y al buey pastando juntos —ciertamente muy diferente de un mundo en el que cada uno se comporta como un lobo para con sus semejantes. El canto de meditación es el famoso salmo 71, que describe cómo debería ser la justicia ejercida por un rey según el corazón de Dios. Este canto comenta, sobre todo, la primera parte de la laLt: la figura del "vastago de Jesé", un rey de la casa de David, que tiene todos los atributos de un rey según el corazón de Dios, sobre todo: el don de gobernar en favor de los débiles y oprimidos. Se trata, probablemente, de "votos" que se hacían a un rey real, pero que más tarde, fueron interpretados como referentes al rey mesiánico, ideal. La laLt y el CtMed nos ayudan también a dar a la conversión una dimensión práctica, ética: esta se demuestra con "frutos" (y el árbol que no da estos frutos es quemado: Mt 3, 10, Ev). La 2a lectura tiene un tono diferente, pero completa el tema principal: es un reconocimiento agradecido de la realización de "todo lo que está escrito", es decir, del plan de Dios, en la obra reconciliadora de Jesucristo, cuyo fruto es la unidad de judíos y paganos, esto es, de todos. O, relacionando con las otras lecturas, podemos decir: en la obra salvífica de Cristo, ya comenzó la utopía. Y esto se demuestra con nuestra mutua acogida (Rm 15, 7). La realización de la justicia según el plan de Dios es solo 65

obra humana. Por eso, los antiguos esperaban que Dios enviara a su ejecutivo, el mesías, para realizarla —para juzgar, no según las apariencias, sino en favor de los pobres y los débiles. Por eso es tan importante la profunda conversión, que, de autosuficientes, nos convierte en verdaderos hijos de Dios. No podemos invocar nuestros méritos (OrOf), sino solo abrimos a la gracia de Dios "omnipotente y misericordioso" (Orín), para que nada nos impida correr hacia su Cristo: en esto consiste la verdadera conversión: dejar lo que nos impide e incomoda, y dirigimos al enviado de Dios. En este sentido debemos entender la tradicional sabiduría que consiste en avaluar con perspicacia el valor relativo de las cosas terrenas (como medios y no como fines) y adherir a los celestiales (la obra de Dios en Jesucristo) (OrFin). A pesar del acento puesto en la conversión y del tono amenazante del evangelio, la liturgia está marcada también, desde el comienzo, por la alegría debida al Señor que viene (CtEnt), el rey de justicia que instaurará la paz (laLt). Esto nos enseña que la conversión no es una cosa triste, sino más bien, el cambio que se obra en nosotros (¡mucho masque el fruto de nuestro esfuerzo!) gracias a una perspectiva nueva que nos anima. Es, realmente, un liberarse para correr al encuentro del Señor {Orín). Se impone, por tanto, en este 29 domingo de nuestro año litúrgico, una conscientización de la novedad que debemos dejar suceder en nosotros, para que el Señor pueda ser nuestro rey de justicia: conversión en la alegría. Para los pobres, entre nosotros, esta conversión podrá consistir en dejarse animar (de nuevo) para realizar más fraternidad entre sí. Para los ricos, en colaborar, con alegría y esperanza, con los pobres, creando estructuras de justicia y fraternidad para nuestro mundo. 3er domingo de adviento

A

JESUCRISTO, CAUSA. uciNUüSTRA ALEGRÍA CtEnt: Orín: laLt:

(FIp 4,4-5) "Alegraos... El Señor está cerca". Pedir la gracia de la salvación y celebrarlacon júbilo. (Is 35, l-6a.!0) El júbilo de la naturaleza, la curación de los enfermos, el regreso de los desterrados: anhelos de salvación (Comols 24-27, también Is 34-35 son textos apocalíp-

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CtMed: 2aLt:

ClAcI: Ev:

OrOf: Pref: CtCouu OrFin:

ticos tardíos). - La venida salvadora de Dios transforma el desierto en paraíso, cura . ios enfermos, vence la maldición del pecado de Adán (Gn 3). Libertad, alegría, felicidad: ¡La gente, hoy en día, quisiera verlas antes de creer que existen! Pero Dios da un nuevo modo de ver, oír y hablar (Is 35, 5-6: cf Ev). Recibimos nuevas capacidades para acatar la verdad y la realidad de Dios. Y esto es lo esencial de nuestra vida. - 35, 1-4 cf Is 41, 19-20; Hbl2, 12;Is40, 10- 35, 5-6acf Is29, 18-19; Mt 11,5; Hch 3, 8 - 35, 10cfls51, II; Sal 125. (Sal 145, 7.8-9a.9bc-10) Dios siempre es fiel y ejerce la justicia en favor de los débiles. (St 5, 7-10) Esperar sin desistir la venida del Señor - Después de la predicación escatológica a los ricos (St 5, 1-6), Santiago se dirige a sus hermanos, los pobres: ellos deben vivir constantemente en firmeza hasta la venida del Señor (5, 7-8). La fe del pobre es esperanza; el rico no puede esperar, porque el miedo lo oprime. La proximidad de la venida del Señor (5, 9) suscita una segunda amonestación: ante el juicio próximo se proscriben la mutua acusación y la riña. Santiago ilustra sus amonestaciones con ejemplos: I) el agricultor, que espera firmemente la cosecha (5, 7); 2) los profetas, que no se cansan de proclamar la palabra de Dios (5. 10); 3) la paciencia de Jb (5, 11: fuera de la presente lectura).-cf ICo 1, 8; Me 4, 26-29; Rm 2, 6-7; IP4.7.14; Mt 5, 11-12:7, 1. (Is 61, 1; cf Le 4, 18) "El Espíritu del Señor está sobre mí". (Mt 11,2-11) Jesús es el mismo a quien esperamos: cura a los enfermos, trae buena-noticia a los pobres- Mt 5-7 y 8-9 relatan las palabras y los hechos de Jesús. Los judíos se hacen la pregunta de si Jesús es "el que debe venir", el mesías, en quien la ley y los profetas llegan a la plenitud. Juan Bautista, después de haberlo anunciado como juez escalológico (3, 12), coloca ahora, como representante del AT, la pregunta decisiva: "¿Eres tú...?" - cf Le 7, 18-28- ll,2-6cfDt 18, 15; Jn 1, 21ss; Is 35, 5-6 - 11, 7-11 cf Mt 3, 1-6; Ex 23, 20; MI 3, I. La celebración, participación del misterio de la salvación. (adviento I) Las dos venidas de Cristo. Is (35,4) Dios salvará a su pueblo. Puriftcación y preparación para la fiesta de navidad.

El 3er domingo de adviento está, tradicionalmente, marcado por la alegría debida a la proximidad del Señor: "Gaudete", suena la maravillosa antífona de entrada del cantoral gregoriano. (Sugerimos que, en donde sea posible, un coro ejecute esta antífona, cuyo sentido no escapará al pueblo, a pesar del latín...). Las lecturas participan plenamente de esta idea: la laLt es una "utopía" más de Isaías (35), escogida en función del evangelio (Mt 11). Pues en este evangelio encontramos a Jesús respondiendo a Juan Bautista, que la utopía de Isaías se está realizando: él era el que tenía que venir. Por tanto, la primera y tercera lecturas expresan la alegría por el mesías que viene, la primera bajo el ángulo de la expectativa, la tercera bajo el ángulo de la realización. El CtMed canta la bondad de Dios que "abre los ojos a los ciegos", como fue anunciado en la utopía de Is 35 y señalado en la respuesta de Jesús al Bautista. El mesías aparece, en este conjunto, no tanto como un jefe militar, sino como el que viene a manifestar al mundo el tierno amor de Dios para con los hombres, especialmente los más débiles y abandonados. El mismo Juan Bautista parece no haber percibido bien esta característica. Por eso, necesitó preguntar... 67

Notemos además, en la utopía de Is 35, que también la naturaleza no humana participa de la transformación mesiánica. ¡La estepa florecerá de alegría! El evangelio permite algunas consideraciones más: podemos completar la respuesta de Jesús al Bautista, diciendo: "No necesitamos esperar a otro sino al mismo Jesús". No podemos decepcionarnos ("escandalizar") de él; a más de lo que nos trae él, no hay nada más que nos haga más felices. Por eso, el menor del reino de los cielos (=la realidad hecha presente por Jesús) está en una situación mejor que la mayor de los que vivieron antes (y el mayor de estos es Juan Bautista). En la 2aLt, la razón de la alegría es un poco diferente. Ya vimos que, en la liturgia, la esperanza mesiánica de los tiempos antiguos es la figura de nuestra propia esperanza escatológica; recordando la experiencia de la primera venida, nos preparamos para la segunda. Santiago nos enseña a perseverar hasta esta segunda venida, que los primeros cristianos esperaban en breve. Debemos esperarla con la paciente esperanza del labrador que espera la lluvia... Esta paciencia no es fatalismo. Es perseverancia y constancia. Aunque tal vez vivamos en una situación que, materialmente hablando, no causa envidia a nadie, tenemos ante los ojos una inefable proximidad del Señor que es nuestra alegría. En la Orín, el pueblo cristiano aparece como un pueblo que espera. Pide que la navidad sea un día de alegría: navidad se concibe como un recuerdo de la alegría del Bautista, cuando reconoció en Jesús al mesías, pero también como una anticipación —un aperitivo— de la alegría del encuentro definitivo. En el mismo sentido la OrFin pide la liberación del pecado, porque, como cada eucaristía, la próxima fiesta de navidad se concibe como la tiesta escatológica, en la presencia del Señor que viene. Resumiendo: puesto que Dios cumple su plan mesiánico y llevará su obra a plenitud, especialmente para el hombre débil, que pone en él su esperanza, nos llenamos de alegría, pero también de firmeza y constancia. La navidad ya realizada es la prenda de la navidad eterna. En la predicación, será necesario elaborar el fundamento cristocéntrico del espíritu de la liturgia de hoy. Será necesario 68

explicar por qué nos debemos alegrar, y no temblar, ante la perspectiva del cumplimiento del plan de Dios: porque la primera realización, manifestada en Jesucristo, es realmente una revelación del tierno amor de Dios, revelado por el profeta. Por eso, la perspectiva de la plena realización significa alegría. La vida concreta de Cristo, su buen mensaje a los pobres y abandonados, es la revelación de Dios que nos llama y viene a nosotros. También se puede insistir en los "signos de los tiempos": así como Jesús, por los milagros, demostró la presencia del reino, así también las transformaciones obradas en nuestra sociedad, bajo el impulso del Espíritu, en las comunidades de los pobres y oprimidos, demuestran que Dios se acerca cada día más. 49 domingo de adviento

\

HIJO DE MARÍA, DIOS CON NOSOTROS CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2a Lt:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Is 45, 8) "Cielos, dejad caer el rocío...". De la anunciación hasta la resurrección. (Is 7, 10-14): La señal del Emmanuel - Cuando, en el 735 aC, Isaías fue enviado al rey Ajaz, parecía que habían caducado la dinastía davídica y las promesas de Dios. Para animar al rey, se le ofrece una señal, pero éste la rechaza, porque quiere seguir sus propios proyectos. Pero Dios Je da una señal: nacerá un hijo, en Ja dinastía de David, en eJ que el nombre simbólico de Emmanuel ("Dios está con nosotros") se hará realidad. La condición para ello es la permanencia y la fecundidad de la familia real. El hijo de la parthenos (joven virgen) (Is 7, 14 LXX) es un indicio profético, que se realizará en el hijo de la Virgen María (Ev). - cf 9, 5-6; Mi 5, 2; Mt 1, 23. (Sal 23, l-2.34ab.5-6) El Señor, rey de la gloria, vendrá. (Rm 1, 1-7) Hijo de David, hijo de Dios - El saludo inicial de la Carta a los romanos resume todo el evangelio, por así decir. En vez de presentarse a sí mismo, Pablo presenta a Cristo, el hijo de Dios e hijo de David, el Señor glorioso, resucitado, presente en la comunidad; aquel en quien se cumplieron las profecías (Pablo piensa en textos como Sal 2, 7; cf Hch 13, 33; nosotros podemos pensaren Ja laLt). - 1, 1-2 cf Hch 9. 15; Ga i, Í5; Rm 16,25-26- l,3-4cf2S7, 1-17; Rm 9, 5.33 - !,5cfHch26, 16-18; Rm 6, 17; 16,26. (Mt 1, 23) Emmanuel, Dios con nosotros. (Mt 1, 18-24) El hijo de María, don del Espíritu Santo: Emmanuel, Dios con nosotros "Dios con nosotros" es el comienzo (1, 23) y en fin (28, 20) del evangelio de Mt, y el tema central de la lectura de hoy. Mt cita la señal de Ajaz (Is 7, 14; cf laLt) para indicar que el nacimiento de Jesús es actuación creadora y salvadora de Dios. - José era "justo". Según la ley, no podía recibir a María en su casa por haber quedado embarazada fuera de su relación matrimonial con ella. Resolvió abandonarla, pero como era bueno, lo hizo en secreto, para no difamarla. Pero Dios lo inicia en su misterio. Al contrario de Ajaz (Is 7, 12), él no rechaza, sino que asume la señal de Dios y la paternidad del hijo, al que da el nombre simbólico de Jesús ("Dios salva"). - 1, 18 cf Le 1, 27.35 - 1, 21 cf Le 1, 31; Sal 129,7-8; Hch4, 12- !,23cf Is7, 14. El Espíritu déla santificación. (adviento II) Al que los profetas anunciaron, la Virgen esperó, Juan señaló... (Is 7, 14) "Lavirgen concebirá...". Eucaristía, prenda de la redención: mayor compromiso para la celebración de navidad.

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Este domingo es el domingo del "Emmanuel", Dios con nosotros. Con un simbolismo casi mítico, la liturgia evoca el rocío que baja del cielo y hace brotar de la tierra de los hombres al salvador (CtEnt "Rorate"). Este salvador es Jesús de Nazaret, engendrado por el rocío del Espíritu Santo en el seno de María, realizando la señal dada al rey Ajaz: la joven concebirá un hijo y su nombre será Emmanuel, esto es, Dios con con nosotros (la y 3a lecturas). En la interpretación tradicional de la visión de Ajaz, la joven es virgen, lo cual refuerza más todavía la evocación de la actuación divina en la generación del salvador (véanse los comentarios exegéticos). La liturgia no teme crear un ambiente casi de "hierogamia", de nupcias entre el cielo y la tierra, para dar el último paso hasta la conmemoración del nacimiento del salvador. Quien recibe, como esposo, a la virgen, es José, de la casa de David (Mt 1, 20). En este sentido, quien de ella nace, es hijo de David. Pero el mensaje del ángel enseña a José y a nosotros que este hijo es, en realidad, "obra del Espíritu Santo" (Mt 1, 20), concebido según el plan de Dios (prueba: se cumple la visión de Ajaz). Es por tanto hijo de Dios. Esta doble filiación se encuentra en la introducción de la Carta a los romanos, que constituye la 2aLt de hoy. En Jesús se cumple el plan de Dios (las Escrituras). Según la carne (el modo humano de ver), él es hijo de David (el mesías, el nuevo príncipe davídico, que esperaban los judíos); según el Espíritu de santidad (el modo de obrar de Dios), es el hijo de Dios, como se puede ver en su instauración en la gloria, a parur de su resurrección de entre los muertos. Así, el acento central de la liturgia de hoy parece ser el maravilloso encuentro de lo divino y de lo humano en Jesucristo. En los domingos anteriores, las expectativas del AT eran la imagen de nuestra esperanza escatológica. Hoy, la liturgia entra más directamente en el misterio del "acontecimiento Jesucristo": es obra realizada por el mismo Dios, dentro de la realidad humana. Dios puso la mano en la masa. Jesús es Dios-coniiosouos, uios obrando en medio de nosotros. Pero no en un momento pasajero. El evangelio de Mateo empieza con la idea de Dios-con-nosotros (Mt 1, 23 E'vde hoy), pero también termina así (28, 20). Es una realidad permanente. Lo que comenzó en la virgen, no tiene fin. Por lo mismo, lo conmemoramos y repre70

sentamos como prenda y primicia de la salvación que viene siempre (OrFin). En este misterio, la Virgen-madre ocupa un lugar central. Este A- domingo de adviento, desde antiguamente, se concibe como una fiesta de María (la liturgia antigua repetía el mismo temario el miércoles de esta semana, en la "Missa áurea", en honra de la Santísima Virgen). Inclusive, la creación de este domingo acompaña también la antífona mariana "Alma redemptoris mater" y el saludo del ángel: el mensaje del ángel (a José, a María) es la primicia de toda la obra salvífica de Dios en Jesucristo, desde la anunciación hasta la resurrección (Orín). María aparece aquí como la joven elegida por Dios, como la esposa por el rey, para que en ella brote el fruto que, en su persona, es la señal que Dios está con nosotros. La virginidad de María significa la disponibilidad para la obra de Dios en ella. Es una virginidad fecunda, llena de salvación. A partir de la presente liturgia se podría elaborar una catcquesis sobre la Santísima Virgen, que sería una catequesis cristocéntrica, pues demostraría que la disponibilidad de María es, por así decir, la parte mejor de la humanidad, en donde Dios puede suscitar su hijo, que le pertenece plenamente y cumple todo su plan, hasta el punto que en él se realiza el misterioso título: Dios-con-nosotros. El es el gran don de Dios a la humanidad. El es plenamente de él y para nosotros: este es el significado del misterio de la concepción virginal. Pero una catequesis mariana, durante el ciclo navideño, cabe mejor en la fiesta de la madre de Dios. Por eso es mejor, hoy, enfocar la realidad significada por el título "Dios-con-nosotros", título que una vez sirvió de augurio para el descendiente del rey Ajaz, después fue interpretado como mirando al escatológico rey mesiánico, y finalmente encontró plena realización en Jesucristo. Pues en él Dios se da a sí mismo como don a la humanidad e instaura para siempre la presencia de su amor. En la predicación se puede sugerir también que esto trae consecuencias éticas: ¡Debemos ser gente con la que Dios puede andar!

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Vigilia de navidad

RETIRO DE PREPARACIÓN PARA LA NAVIDAD CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2aLf.

CtAcl: Ev:

A,B,C

(Ex 16, 6-7) "Hoy sabréis... mañana veréis". La alegría de navidad debe dar confianza para la 2a venida del Señor. (Is 62, 1 -5) Dios vuelve a su pueblo: nupcias mesiánicas - la lectura se sitúa en el tiempo después del destierro. El profeta desempeña el papel de intercesor y consolador. Dios parece callarse. Por eso. el profeta habla, recuerda a Dios la necesidad de su pueblo. Dios lo escuchará porque la Ciudad santa es su júbilo. El la reconstruirá, hará nuevas nupcias con ella. - 62, 2 cf Is 56, 5: Ap 2. 17 - 62, 4 cf Is 60, 15; Os 2, 25 - 62, 8 cf Dt 28, 30-33. (Sal 88, 4-5.16-17.27.29) Las promesas mesiánicas hechas a David. (Hch 13. 16-17.22-25) Predicación de Pablo; testimonio respecto del "hijo de David" Pablo, en su primer viaje, es invitado a hablar en la sinagoga de Antioquía de Pisidia. Resume la historia de la salvación, llegada a plenitud en Jesucristo, hijo de David, anunciado por Juan Bautista, que llamó al pueblo a la conversión -¡!o cual es siempre de actualidad! - 13, 17 cf Ex 1,7; 6,1; 12,51 - 13, 22 cf Sal 88, 21; IS 13, 14- 13, 23-25 cf2S 7, 12; Le I, 69.76; Mt 3. ll;Jn 1,20-27. "Mañana será borrado de la tierra el pecado...".

(Mt 1. 1-25Ó 1. 18-25): Genealogía de Jesucristo, hijo de David, fruto del Espíritu Santo - El hijo de Dios entra en el mundo como hijo de Abrahán y de David. Se encarna en el pueblo determinado por el patriarca Abrahán y el fundador de la dinastía. David. En él, este pueblo alcanza su fin. El viene para rescatara su pueblo y todas las naciones. - María, su madre, ya está revestida del resplandor del misterio de Dios: José, que contempla respetuosamente este misterio, es el pudre legal de Jesús (por eso la genealogía es la de José).- I. IScfLc 1.27-35- I. 2.3 cf Is 7, 14. La eucaristía anticipa el misterio de navidad. OrOf: Pref: (navidad I) Jesús, la luz / (navidad II) la restauración de todo en la encamación, ClCom: (cf Is 40, 5): "Toda carne verá la salvación que viene de Dios". OrFin: Súplica de renovación con ocasión de la navidad.

Ya desde los tiempos antiguos, a los israelitas les gustaba el cálculo. En la Biblia encontramos proverbios numéricos. Para expresar la nresencia permanente de Dios, ellos enumeraban los días: ''Hoy sabréis que viene el Señor y mañana veréis su gloria" (Ex 16, 6-7). Este es el tema de hoy. una preparación inmediata para celebrar la gloria permanente de Dios. Para disfrutar toda la alegría de una celebración, es necesario que la gente esté concentrada. Como los jugadores de fútbol, cuando antes de una partida decisiva, hacen un día de "retiro". Por eso, antiguamente, se preparaban las grandes fiestas litúrgicas con una víspera, una vigilia de ayuno y abstinencia, medios excelenics paia la concentración. Hoy en día, tal vez podríamos sustituir eso por una buena limpieza cerebral; limpiarnos del nerviosismo, del consumismo y de otras formas de polución mental. En vez de recorrer los negocios, podríamos compenetrarnos en la celebración de esta rica liturgia de la vigilia de navidad... 72

Las lecturas describen la preparación de la venida de Cristo en la historia de la salvación. La laLt recuerda la felicidad mesiánica del pueblo de Dios, en la época del regreso del destierro. El lenguaje escatológico de Isaías, en los tres primeros domingos de adviento, era un lenguaje de utopía. Hoy, utiliza otro lenguaje: el de las nupcias (mesiánicas) de Dios con su pueblo. Jerusalén recibe nombres cariñosos... Después de haber sido una (tierra) abandonada (durante el destierro babilónico), ahora será la preferida, la desposada. Esta era la alegría de Isabel la víspera del regreso del destierro. El mismo regreso del destierro era considerado como una "parusía", una "venida", una manifestación de la presencia de Dios. La laLt es la breve síntesis de la historia de la salvación del discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia. La manifestación de la presencia de Dios empezó con la liberación de Egipto. Mediante el linaje davídico, llegó a su plena realización en Jesús, anunciado por Juan Bautista. El evangelio, en fin, formaliza la idea de la preparación del acontecimiento salvífico del nacimiento de Jesús, presentando su genealogía. Es un álbum fotográfico de la historia de Israel, a juzgar por los nombres que aparecen: patriarcas, reyes (buenos y malos), figuras folclóricas como Rut, la prostituta Raab, la mujer de Urías, etc. ¡Todo eso sirvió para engendrar al salvador! Al final del evangelio se repite el anuncio del Emmanuel, Dios-con-nosotros (cf domingo pasado). Esta última parte del evangelio parece servir para explicar por qué la genealogía de Mt 1, 1-17, al final, de modo sorprendente, pasa de José hacia María. Pues, propiamente, es la genealogía de José, y no la de María: en Mt 1, 16 la gente esperaba: "... José, del cual nació...". En cambio, está: "... José, el esposo de María, de la cual nació...". Con los vv 18-25 entendemos el por qué de este paso: el hijo no es de José, sino de Dios, cuyo Espíritu lo engendró en la Virgen-madre. Pero se sobreentiende que la genealogía "davídica" de José vale también para María, porque, muchas veces, los israelitas se casaban dentro de la misma tribu. La oración inicial resume igualmente el espíritu de adviento: con alegría se vuelve nuevamente presente la venida del salvador, que es, al mismo tiempo, una preparación para el nuevo y definitivo encuentro, al final de los tiempos. 73

Con la oración cucarística, ya penetramos en el espíritu de navidad propiamente dicho. Comienza con uno de los prefacios propios de navidad; se sugiere el primero (Cristo como luz) o el segundo (restauración de todas las cosas en la encarnación de Cristo). La OrFin nos coloca en el espíritu adecuado para este retiro de preparación inmediata, pues pide la renovación de nuestro ser al celebrar —mañana— la fiesta de navidad. Esta misma idea podría ser un tema de reflexión: la renovación del hombre por la encarnación de Cristo (cf Prefacio de navidad II), renovación que se hace posible gracias a nuestro detenernos para recuperarnos. Nos detenemos un instante, en un mundo de agitación, para admirar nuevamente el misterio que nos envuelve y que será celebrado en los próximos días: el amor de Dios, haciéndose "carne", existencia humana, en Jesucristo. Navidad: misa de la noche

LA LUZ EN LAS TINIEBLAS CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

(Sal 2, 7) "Tú eres mi hijo, hoy te he engendrado". Luz en la noche, vislumbre del misterio. (ls 9, 1-3.5-6) Nacimiento de un principe, luz para el pueblo en las tinieblas - En tiempo de Isaías, en el 732 aC, el pueblo de la Galilea (norte) había sido deportado a Asiría: el profeta ve la tierra de Zabulón y Neftalí como el reino de las sombras de la muerte. Pero surge una luz: el nacimiento de un hijo real (cf laLt del 2° y 4- domingo adviento). El recibe títulos de inimaginable grandeza, expresando la confianza depositada en él. La Galilea oprimida se vuelve imagen de toda la humanidad, y aquel en quien ella pone su esperanza debe ser el liberador de toda la humanidad. - 9, 1-3 cf Mt4, 13-16: Jn 8, 12-9, 5-6clTs7, 14; Nm 24, 7.17: Za 9, 9-10. (Sal 95, I -2ab.3, I ] -12.13) "Cantad al Señor un cántico nuevo". (Tt 2, 11-14) Se manifestó la gracia de Dios - Entre la primera manifestación de la gracia de Dios en Jesús, y la segunda (al fin de los tiempos), se sitúa eJ tiempo de la iglesia y nuestra historia. A través de nosotros, el mundo experimentará algo del cariño de Dios. 2, 11-13 cfTt 3, 4; Un 2, 16; lTm l,ll;2Tm 1,10-2, 14cfSat 129, 8; Ex 19,5;Ez37, LS,

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

ir' l, y, j , 13.

(Sal 129, 8) Hoy os nació el salvador. (Le 2, 1-14) Nacimiento de Jesús y anuncio de los pastores - Las esperanzas mesiánicas del AT oscilaban entre un obrar de Dios y un nuevo rey davídico. En el niño de Belén se realizaban ambas expectativas: el hijo de David es el hijo de Dios. Lo adoran el cielo (ángeles) y la tierra (pastores). El es el "Señor", manifiesta la gloria de Dios y trae la paz v .;;aLi)-cf Is 10, 1; 16, 1-13; Mi 5, 1-4; Le 19,38. Cielos y tierra intercambian sus dones. (navidad I) El pueblo en las tinieblas vio una gran luz / (navidad 111) intercambio de ia divinidad y de la humanidad. (Jn 1, 14) "El verbo se hizo carne". De la navidad al banquete eterno.

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El espíritu de la misa de la noche de navidad, la "misa de gallo", es de misterio: la luz que brilla en la noche (Orín, laLt); el ángel que, durante la noche, aparece a los pastores (Ev); la alegría que ilumina a los tristes (laLt); el mensaje dirigido a los más humildes, a los pastores que pasan la noche junto a sus rebaños (Ev). Es la luz divina que brilla para la humanidad que, sin ella, quedaría envuelta en noche oscura. El drama mismo litúrgico debe sostener este simbolismo. ¡Tradicionalmente, este simbolismo se relaciona con el nacimiento de la nueva luz, en la noche más larga del año, en el hemisferio septentrional!1. Aquí, en el hemisferio del sur, se puede decir que es la noche más luminosa del año. Dentro de esta atmósfera de misterio, se desarrolla el anuncio de la navidad del mesías salvador, Jesús, hijo de María y José, pero, sobre todo, hijo de Dios. Se evoca un hecho de la historia antigua; el nacimiento de un príncipe, que significa esperanza para un pueblo agitado por las invasiones de los asirios en el s VII aC (laLt). El Sal 95 comenta que esos hechos son la prueba de que Dios gobierna el mundo con justicia y a los pueblos según su fidelidad. (CtMed). Después, escuchamos la interpretación de Pablo en cuanto al momento que estamos viviendo: es el tiempo en el que ya se manifestó la gracia de (bondad, misericordia) de Dios, y esta manifestación (o "epifanía") nos lleva a una vida renovada, conformándonos con el que se manifestó. O, en otras palabras, la salvación que viene de Dios no deja de transformar la noche en la que aparece (2aLt). El centro de la celebración es el evangelio, el anuncio del nacimiento del salvador. Lucas esboza la situación histórica: ocupación romana, censo, viaje de José y María a su ciudad de origen (Belén, la ciudad de David), en circunstancias difíciles (embarazo), el nacimiento del niño, que es colocado en un pesebre porque no había lugar en el albergue. La salvación se manifiesta allí en donde menos se la espera. Los primeros testigos, elegidos por el ángel de Dios, son los que, a los ojos de la gente de bien, viven una vida dudosa al margen de la sociedad, per1. La fecha de navidad, en la Iglesia occidental, fue elegida, según parece, para reemplazar la antigua fiesta pagana del nuevo sol. En la iglesia oriental, el nacimiento del Señor se celebra el día 6 de enero, antigua fiesta de la "epifanía" del Dios Dionisio (Baco); cf fiesta de epifanía.

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noctando con los animales en el campo y casi identificados socialmente con ellos: los pastores. Para ellos, resuena el saludo bíblico: "No temáis". Deben buscar al salvador, cuya señal de reconocimiento es su pobreza, que lo identifica con ellos: envuelto en pañales, en su pasebre. Y para dar fuerza a este mensaje, los coros celestiales se unen a su voz y entonan el majestuoso himno: "Gloria a Dios en las alturas, y paz a los hombres que Dios ama". En esta gloria envuelta en humildad se realiza la paz mesiánica (cf la Lt) No es sentimentalismo acentuar, en esta noche de navidad, la pobreza como "lugar de la salvación". Exegéticamente, está totalmente de acuerdo con el espíritu del evangelio de Lucas, el evangelio de la pobreza del hombre y de la misericordia de Dios. Este es el contraste que marca la liturgia en esta noche: Dios se manifiesta en las tinieblas de la existencia humana, mediante su representante, el mesías, que se asemeja a los más abandonados. Pues solamente así, Dios se puede acercar a toda su gente, comenzando por los más olvidados... Esto es lo que quiere decir la palabra inicial de la segunda lectura: "Se manifestó la gracia...". La gracia es lo contrario del cálculo, de la acepción de personas, de la estrategia política, publicitaria, populista. La gracia es interesarse por quien no tiene nada para retribuir. Esta gracia se manifestó "a todos los hombres" (Tt 2, 11). Para demostrar que no excluye a nadie, comienza por los últimos. Los últimos serán los primeros. "El pueblo que estaba en las tinieblas vio una gran luz...". (laLt; Prefacio navidad I).

miera, no solo la fina flor de la existencia humana, sino sus raíces más humildes, arraigadas en la oscuridad de la tierra. Navidad: misa de la aurora

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TRANSFORMADOS POR LA LUZ CtF.nt: Orín: laLt:

CtMed:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin;

(ls 9, 2.6; Le 1, 33) "Hoy surgió la luz para el mundo". La luz que invade nuestro corazón brille en nuestras acciones. (ls 62. 11-12) Mira que viene tu salvador - El profeta, como un heraldo, se dirige a la "hija de Sión", es decir, a los habitantes de Jerusalén, para anunciar la salvación de Dios; él volvió a adoptar a su pueblo, llamándolo de regreso del destierro (ls 62, 10-12). No porque el pueblo lo "mereció", sino porque Dios lo quiso así (62, 11). Los nombres que ahora recibe la ciudad sobrepasan su liberación política: solamente obtienen su pleno sentido en el nuevo pueblo de los redimidos, en la nueva y eterna alianza. - cf Mt 21, 5; Dt 7, 6;ls60, 14). (Sal 96. 1+6.11-12) "Apareció el cariño y amor de Dios ¡mra con los hombres" - cf 2aLt de la misa de la noche - En Jesús se manifestó la bondad de Dios, que hace ver ante Dios que nadie es bueno por sí mismo. ¡La autojustificación es auto-ilusión! Por eso Dios nos libera en Jesucristo. - 3, 4 cf Tt 2. 11 - 3,5 cf Ef 2, 8-9; Jn 3.5 - 3, 6-7 cf Rm 6, 4; 5,5; 3, 24. (Le 2, 14) "Gloria a Dios...". (Le 2, 15-20) "La adoración de los pastores" -Los pastores casi no cuentan en la sociedad. No son "ilustres" ni "cultos", ni "piadosos". Son insigniñeantes. Pero son los primeros en recibir la buena-nueva. Creen en la palabra, y reconocen en el pobre niño al salvador. María conserva sus palabras en su corazón, hasta el momento de entenderlas plenamente - cf Le 2, 51; Jn 17, 3. Los frutos de la tierra nos hacen partícipes de lo que es divino. (navidad I) Transformación del hombre por la luz de Cristo. (Za 9, 9) "Tu rey viene a ti". Celebrar de todo corazón y crecer en el amor.

No será necesario desarrollar más todavía la relación entre la temática de esta noche y la opción preferencial por los pobres, hecha por la Iglesia de América Latina en Puebla. Podemos también llamar la atención por la dimensión cristocéntrica de esta graciosa "aproximación de" de Dios: se realiza por la semejanza de Cristo con los que son llamados a ser su propia gente (Tt 2, 14). Para que seamos suyos, él se hace uno de nosotros, incluso en la pobreza, incluso en la muerte. Este es el "divino comercio" de esta noche, en la que el cielo y la tierra intercambian sus dones, para que podamos participar de la filiación divina de quien tan plena y profundamente asumió nuestra condición humana {OrOf; Prefacio navidad III). Para que fuera completo nuestro intercambio con la realidad divina, Dios quiso que su hijo asu-

La misa de la aurora de navidad es, sustancialmente, la continuación de la misa de la noche. Ya el canto de entrada retoma el tema de la luz en las tinieblas de ls 9, que era la laLt de la celebración nocturna. También la 2aLt de la misa matutina, tomada de Tt 3, se aproxima a la de la celebración anterior, y el evangelio es la continuación directa del de la "misa de gallo". Si, para nuestros antepasados, las dos celebraciones formaban una continuidad —las personas que podían, asistían a las tres liturgias navideñas—, nosotros, ante los cambios de costumbres, podemos considerar las dos primeras como alternativas, en cuanto a la participación. Inclusive, no sería imposible, con un poco de creatividad, fundir las dos celebraciones en una sola, prolongando, por ejemplo, la lectura del evangelio de modo que incluya toda la secuencia del nacimiento de Jesús según Le 2, 120. Hasta podría dramatizarse, como un "misterio" medieval, durante la celebración nocturna. (No se podría incluir en esa síntesis la misa del día: tiene un espíritu diferente).

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Ahora bien, al buscar el acento propio de la presente liturgia, nos parece que son la fe y la transformación interior las que reciben la atención. No solo la Orín y la OrFin hablan en este sentido, sino el mismo evangelio, mostrando la prontitud de los pastores para atender la invitación del ángel, nos lleva a una meditación sobre la fe. No la fe doctrinaria, sino la fe que consiste en tener confianza en el misterio que envuelve nuestra existencia con una luz inesperada — creer en una voz del ángel, adorar a un niño en un pesebre, constar que Dios es diferente, mucho más cerca de nosotros de lo que imaginábamos. La misma figura de María nos sirve aquí de ejemplo: ella guarda en su corazón y medita lo que los pastores le han contado. Homenaje a la fe de los sencillos, pues queda guardada en el corazón de la madre del salvador. En la segunda lectura se nos presenta el tema del "amor humano" de Dios, que se manifestó a nosotros. Es una variante de la gracia, de la misericordia, de la que hablaba la 2aLt de la liturgia nocturna. La idea es fundamentalmente la misma: Dios es movido por el amor por nosotros, no por nuestros méritos y obras. El siente por nosotros benignidad y ternura, como una madre por sus hijos. El nos justifica gratuitamente. Su única exigencia es que aceptemos su "benignidad y amor humano"; y esta aceptación es la fe fiducial, la confianza que nos lleva a dar pleno crédito a Dios. En este espíritu, la presente liturgia nos invita a aceptar radicalmente la incomprensible novedad que el amor de Dios realiza en Jesucristo, tal como el esposo que transforma a Jci abalen (al final del destierro) de desamparada en deseada {laLt: Is 62). A partir de ahí, podemos sacar algunas consecuencias prácticas. Pues esta fe nos transforma, y esta transformación se dc:r.uc3t.c CÚ nuestras acciones (cf Orín). Tendrá que ser un obrar que, al mismo tiempo, reconoce la obra de Dios (cf pastores) y, por tanto, se conforma según él; creyendo en la humildad y en la pobreza; — y, también, deja brillar en nosotros la luz que brilló para nosotros; por tanto, un obrar que llegue a los corazones. En ouiiuatae con la superficialidad de la ola comercial durante estas fiestas y ferias, tratemos de tener una actuación que, por su humilde condescendencia, actúe en las profundidades, llegue a las bases, tanto del individuo como de la sociedad, transformando tinieblas en luz, soledad en alegría mesiánica {cf laLt; CtCom). 78

Ir con los pobres al pesebre: ahí está la síntesis entre contemplación y acción social. La fría superioridad ideológica no cabe en este misterio de la gloria de Dios en medio de los pobres. Quien solo piensa en términos de eficiencia política, puede pasar delante del pobre sin saludarlo (a menos que sea en la campaña electoral). Pero Dios prefirió que saludaran a su hijo primero los pobres. Navidad: misa del día

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LA PALABRA DE DIOS SE HIZO CARNE ClEnt: Orín: laLt:

(Is 9, 6) "Un hijo se nos ha dado". Participar de la divinidad del hijo de Dios, que asumió nuestra humanidad. (Is 52. 7-10) Alearía de la buena-nueva: salvación universal -Los reyes de Israel no le trajeron la salvación a su pueblo, sino que lo abandonaron. Dios, por el contrario, no lo abandona. El lo reconduce y reconstruye la ciudad destruida. Ahora resuena la buenanueva: "Dios es rey", y no solo de Israel y Judá, sino de todos los pueblos. El les dará libertad y paz, si ellos quieren reconocer y aceptar su ofrecimiento - cf Rm 10, 15; Me 1, 15; 16, 15-16; Ez 43, 1-5; Sal 47-46, 3; 96, I. CtMed: (Sal 97, l.2-3ab.3cd-4.5-6) Dios demostró su bondad y fidelidad. 2aLt: (Hb I, 1-6) Las palabras provisionales y la palabra definitiva de Dios - En Cristo se harán plenas todas las manifestaciones de Dios. El venció la muerte y el pecado: la gloria de Dios se manifestó en él. La fe en su obra redentora y la glorificación jumo al Padre es la base de esperanza de nuestra salvación . - cf Sal 109, 1; 2, 7; 2S 7, 14; Sal 96, 7. CtAcl: "En nuestra tierra brilló una luz". Ev: (Jn 1, 1-18 ó 1, 1-5.9-14) La palabra de Dios se hizo vida humana -¡Jesús es todo loque es manifestación, "palabra" de Dios para nosotros, desde la palabra de la creación, y aun antes! Ahora esta manifestación de Dios, su palabra, es "carne" (I, 14), existencia humana mortal, viviendo entre nosotros - pero, en esta morada carnal, en esta existencia humana vivida hasta la muerte, se revela la gloria de Dios, como en su templo. Y para nosotros, esto significa decisión: adhesión o rechazo. - 1, 1-5 cf Gn I, 1-5; Un 1, 1-2; Col 1, 15-20; Jn8, 12- I,9-I4cf Jn 12,46; Un 3, 2; 5, 13.18; Ex 25, 8; Jn 17,5- I, 16-18 cf Col 2, 910; Jn 6, 46; Col I, 15. OrOf: La perfecta reconciliación Pref: (navidad II) "Engendrado antes del tiempo, entró en la historia de los hombres. CtCom: (Sal 97, 3) "El mundo entero vio al salvador...". OrFin: De la regeneración bautismal a la vida eterna.

Si en las dos celebraciones anteriores el acento caía en la humildad del mesías, en la misa del día se realza su eterna grandeza. Podríamos decir que la cristología de la misa nocturna y matutina es una cristología de la "kenosis", del despojo de Cristo, mientras la de la misa del día es una cristología de la gloria, del señorío de Cristo, anticipado en su "pre-existencia" divina. Ambos aspectos constituyen la "economía" de la encarnación: Jesús asumió nuestra condición humana (despojo), para que no79

sotros tengamos acceso a ser hijos de Dios (gloria). Sobre todo la Orín de esta celebración expresa esta teología, que, diariamente, es recordada en el momento de mezclar el vino con el agua. También la encontramos ya en las celebraciones anteriores. Las lecturas no expresan tanto la misteriosa transparencia de lo divino en la condición humana y pobre del niño de Belén, pero proclaman "sin velo" su gloria. "Tu Dios reina", suena ahora el grito que recuerda la alegría del regreso de los desterrados (laLt). "Cantad al Señor un cántico nuevo, pues él hizo maravillas", medita el salmo 97. Pero el tema de la manifestación de la gloria de Dios está concentrado, sobre todo, en el tema de la "palabra", presente en la 2a y 3a lecturas. Esto nos enseña también que la cristología de la exaltación y preexistencia, en su origen (Jn y Hb), no es una especulación sobre la "sustancia" (naturaleza) divina de Jesús en sí, sino más bien una cristología de la manifestación de Dios (cf también laLt: todos... verán...). Los primeros teólogos no se preocuparon por saber si hay que colocar a Jesús, en la clasificación de los seres, entre los terrestres o los celestiales. El los supera a todos (Hb 1, 4). Lo importante es que él muestra, en su vida terrestre, lo que el cielo nos dice. El es un acto de comunicación de Dios: su palabra. Para el autor de Hb, Jesús es la palabra definitiva de Dios, después de tantas palabras provisionales, que nos vinieron por medio de los profetas. Esta cristología de la manifestación de Dios, que la Carta a los hebreos formula balbuciente, el prólogo del evangelio de Juan (Ev) la proclama de manera grandiosa: en el principio (cf Gn 1, 1) existía la palabra (de la creación, Gn 1, 3ss), y esta palabra es aquél que vino al mundo, pero fue rechazado por él (Jn 1, 5.9-11), aquél que se hizo carne como nosotros (Jn 1, 14; cf Hb 4, 15), pero exactamente en esta su condición carnal, en su donación hasta la muerte carnal, se nos manifestó la gloria del mismo Dios (Jn 1, 14.16ss), su ser, que es amor (cf Jn 3, 16). Así se nos concedió una "entrevista" con el mismo Dios (1, 18). Todo lo que fue, es y será comunicación de Dios, Jesús lo es, desde el principio (1, 1-3).

parezca utilizar el lenguaje mitológico de una sustancia divina preexistente (cf la sabiduría divina en Pr 8, 22ss y Si 24, lss, textos que nítidamente inspiraron la formulación del prólogo de Juan), él no nos quiere narrar un cuento de hadas sobre un ser celestial que vio suspendido en los aires de nuestro planeta, una especie de astronauta divino. Tenemos que reaccionar contra dicha representación, bastante frecuente en nuestro pueblo. Juan quiere decir otra cosa muy distinta. El habla de un hombre concreto, de carne y huesos, Jesús de Nazaret, que vivió en medio de nosotros, y de este hombre él dice: todo lo que hizo y dijo fue palabra de Dios, y todo lo que Dios dijo e hizo, desde el principio, nosotros lo podemos ver en él. Si queremos ver a Dios, basta mirar a Jesús de Nazaret (Jn 1, 18; cf 14, 9). Su carne, su existencia humana, su muerte por amor, es como el templo, en donde Dios revela su gloria (1, 14; cf 2, 21). El es Dios(l, 1). Parece que, reflexionando en esta línea, es posible superar el dualismo de la cristología popular, que pone en una parte (muy pequeña) de Jesús su humanidad, y en otra su divinidad (y esa parte es la que más se valora: la omniscencia de Jesús, su conciencia divina, etc.). Entendiendo el prólogo de Juan como lo proponemos, queda un poquito más claro que el ser-Dios de Jesús está exactamente en su ser-carne: esto es lo que el versículo central, 1,14, expresa de manera insuperable: la palabra nació como carne, y contemplamos su gloria... Siendo esta la dimensión cristológica de la presente liturgia, no debemos olvidar que lo mismo se nos dice sobre nosotros: pues por la encarnación del ser divino, también nuestro ser es divinizado (Orín) y llamado a vida sin fin (OrFin). Por tanto, como Cristo, debemos vivir nuestra existencia humana "tal como Dios la viviera". El prefacio adecuado para esta celebración es el II de navidad, a menos que se rece el canon IV, que ya tiene prefacio propio, y que es muy indicado para esta solemnidad, puesto que resume toda la historia de la manifestación de Dios.

Con estas consideraciones queremos dar una "pista" para la catequesis sobre la preexistencia de Jesucristo. Aunque san Juan 80

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Fiesta de la sagrada familia

A /t> f~*\

UN HOGAR PARA VIVIR DIOS CíBnl: Orín: laLt:

CtMed: 2aLí:

CtAck Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Le 2, 16) Mana, José y los pastores en el pesebre. Ejemplo ele la sagrada familia; lazo de amor. (Si 3. 3-7.14-17a) Realas futra la vida familiar - Reglas sabiduría judía para la vida familiar. Prevalecen el respeto a los padres, la buena conducta y el buen sentido - cf Ex 20, 12; Tb 4, 3-21. El' 6. 1-3; Mt 15.4-6. (Sal 127. 1-2.3.4-5) Bendición de la familia del justo. (Col 3. 12-21) El amor de Cristo como fundamento de las normas de vida familiar Pablo cita brevemente las reglas de la buena familia helenista (Col 3. 18-21). Pero las normas de esas reglas no solo es la del "buen comportamiento", sino Cristo mismo. El quiere que los hombres vivan juntos en la paz y en el amor. Eso vale para la familia y para la comunidad. En donde se vive en paz, la palabra de Cristo encuentra acogida; allí también se descubre la alegría en la oración y en el trabajo común, cada día. - 3, 12-15 cf I P 2 , 9 ; E f 4 , 1-2.32; Mt 6, 14; Rm 13, 8-10; Flp 4, 7-3, 16-17 cf Ef 4, 4; 5, 19; ICo 10, 3 1 - 3 , 18-21 cf Ef5, 22.25; IP3, 1-7; Ef 6, 1-9. (Col 3. 15a. 16a) La paz de Cristo y su palabra habiten en ustedes. (Mi 2. 13-15.19-23) La huida de Egipto y la instalación del hogar en Nazaret - Las tres etapas de la infancia de Jesús; Belén, Egipto y Nazaret, no son mera casualidad. Dios lo conduce y sus padres lo protegen. Maleo quiere demostrar que, en eslas etapas, se realiza la venida de la salvación para Israel. Llega a plenitud la misión del pueblo que también salió un día de Egipto hacia la tierra prometida (Os 11,1) Jesús, el nuevo Moisés, creará, de judíos y paganos, el nuevo pueblo de Dios - cf Os II, I; Ex 4, 19-20: Mi 26, 71; Hch 2. 22. Dios sostiene las familias en su gracia y paz. (navidad III) Dignidad de la vida humana. (Ba 3, 38) Dios convivió con los hombres. Convivencia celestial.

El ciclo navideño da oportunidad para algunas catequesis más específicas, al margen del misterio central de la encarnación. Son, sobre todo, la fiesta de la sagrada familia y la de la madic cL Dios. La fiesta de la sagrada familia se inserta, teológicamente, en la línea de la misa de la noche de navidad; la contemplación de la condición humana de Jesús. Pero esta contemplación sirve para sugerir algunas actitudes concretas para la vida cutiana, específicamente, respecto de la vida en familia. La vida familiar de Jesús se propone, por así decir, como modelo de toda familia cristiana. Sin embargo, esto no nos debe llevar a una liturgia meramente moralista. Inclusive, una moralización directa partiendo de la familia de Nazaret sería, probablemente, poco adecuada para nuestra civilización urbana... Lo importante, es la conmemoración litúrgica, es presenciar el misterio de la familia de Nazaret, para, imbuidos de su espíritu, mirar nuestra propia situación.

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La laLt y 2aLt (repetidas en los tres años del ciclo litúrgico) presentan códigos morales para la vida familiar, tomados respectivamente de la sabiduría del AT y de la parénesis (exhortación moral) de san Pablo. El Ev es distinto en cada año del ciclo, narrando cada vez un episodio de los evangelios de la infancia de Jesús. En el año A, es la huida de Egipto (Mt 2, 13ss). El punto principal de esta narración es el cumplimiento de la palabra del profeta: "De Egipto llamé a mi hijo", palabra que se aplicaba antiguamente al pueblo de Israel (Os 11, 1), pero encuentra su plenitud en Jesucristo. Así como el pueblo de Israel atravesó el desierto para que se realizara la promesa de la tierra, así también Jesús, llevado por sus padres, atravesó el desierto, renovando de modo incomparable el cumplimiento de la promesa de la salvación. Pero, detrás de este contenido teológico, está toda una tragedia humana, en la que aparece el opresor Herodes, asesinando a los hijos de Belén, como el faraón de Egipto, en tiempo de los antiguos hebreos, trató de matar a los niños de este pueblo. Jesús, como un nuevo Moisés, escapa de la matanza, y rehace la peregrinación del pueblo de Israel para la salvación. Como Moisés fue educado, en la casa de la hija del faraón, por su propia madre (Ex 3, 7-9), en la historia de Jesús también sus padres desempeñaban un papel central. Este es exactamente el misterio que debemos celebrar hoy: el papel confiado a los padres de Jesús (también a José, como jefe de familia), en el desarrollo del acontecimiento salvífico (la historia de Jesús); y la fe y la dedicación con que José y María asumen la palabra que Dios les hace conocer. A partir de esta idea de la participación en el misterio divino, los textos moralizantes de las dos primeras lecturas adquieren una dimensión nueva. No enseñan solo "buen comportamiento", sino, sobre todo, participación del misterio de la humanidad de Dios. Entonces, si el texto de Si 3 parece todavía muy burgués (el fin de la lectura insiste bastante en la recompensa por el amor a los padres), el texto de Col 3 es eminentemente teologal: el amor entre padres e hijos es extensión y seguimiento del amor que Dios tiene por nosotros (Col 3, 12-15). Solamente después de haber colocado este fundamento, Pablo recuerda a sus lectores las buenas costumbres de la civilización (judío-helenística) en la que ellos viven. La lección para nosotros podría ser: tomando conciencia de que la vida familiar es 83

insertarse en el plan salvífico de Dios, valoremos positivamente las oportunidades que nos da la estructura familiar, para realizar algo del amor que Dios nos mostró, según la regla de Pablo: "Todo cuanto hagáis, de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús" (Col 3, 17). Los ejemplos que Pablo cita son: la sumisión (dedicación ) de la mujer a su marido, la ternura del marido para con su mujer, la obediencia de los hijos, el respeto de los padres por sus hijos. Es evidente que el modo concreto de vivir estas oportunidades de encarnar el amor de Cristo (pues así es como Ef 5, 22ss interpreta este pensamiento) es diferente de época a época. Inclusive, en vez de "sumisión" de la mujer es preferible decir dedicación, y la obediencia de los hijos se ejerce, hoy, en ciertas familias progresistas, a manera de "cooperación". Pero estas diferencias culturales no impiden que se realice el mismo espíritu: el espíritu del amor de Cristo. Así como la familia de Nazaret amparó al nuevo Moisés, así también la familia cristiana debe siempre amparar su espíritu, para que realice la salvación ofrecida por Dios. Así como la encarnación de Cristo eleva la naturaleza humana a ser "capax Dei" —capaz de contener a Dios—, así también su habitación en un hogar humano hace de este hogar una casa de Dios, lo cual es la vocación de todos los hogares: ser lugares de mucha bondad, que hasta el mismo Dios se sienta en casa. En este sentido, el Pref de navidad III puede subrayar la idea de la vocación divina de nuestra existencia y de sus estructuras (cuando se conformen con su espíritu). También en las oraciones encontramos la idea de que la familia cristiana es una anticipación de la convivencia escatológica —un pedacito de cielo en la tierra. wiontn ;~~ — estaba en el fuego. Después, se oyó el murmullo de una brisa ligera... entonces, Elias se cubrió el rostro y oyó la voz de Yavé (laLt).

que significa paz y refrigerio. Dentro de la suave brisa él confía a Elias una nueva misión, se manifiesta en la tempestad. La religiosidad mágica fácilmente cree que Dios se manifiesta en la tempestad (tanto los orixas africanos cuanto el Thor germánico o el Júpiter greco-romano). Pero Yavé se manifiesta calmando la tempestad. Así, él se manifestó en Cristo, a los ojos de los apóstoles, que estaban luchando contra el viento, en la barca del lago de Genesaret (Mt 14, 22-23). Detrás de esta narración está —es bueno saberlo— un mundo de mitología. El mar era el dominio del leviatán, el monstruo marino, considerado antiguamente como dios, pero después desmitologizado hasta en ángel o diablo. La tempestad era la fuerza del enemigo, así lo creían todavía los supersticiosos pescadores de Galilea. Ahora bien, después de la multiplicación de los panes (cf domingo pasado), Jesús había dejado que sus discípulos atravesaran solos el lago de Genesaret. Helos ahora enfrentados contra estas fuerzas, a las que ellos, como muchos pescadores en su superstición, les atribuían un origen malo (Ev). En esas circunstancias, Jesús se propone dar un paseo caminando sobre las olas. Simón Pedro (solamente el evangelio de Mt narra este detalle) se siente animado y quiere ir al encuentro de Jesús caminando sobre las olas. Pero de repente ve nuevamente ante sí el viento y las aguas y pierde la confianza en sí. Pero no en Jesús, pues grita "Señor, sálvame" (cf Tb CtMed), y Jesús lo ayuda, pero le llama la atención sobre su poca fe. Y entonces, con un gesto que revela toda su majestad, Jesús calma las olas. Ahora los discípulos lo reconocen como el Señor, el hijo de Dios, y lo adoran.

Dios no está necesariamente en las cosas grandiosas o violentas. A pesar de la violencia de los hombres, Dios está en lo

Al leer este evangelio nos vienen a la mente varios pensamientos. En primer lugar su valor como manifestación de Dios en Jesucristo. Al Dios de Jesucristo no le gusta la tempestad, sino la calma; él no es un leviatán, sino un Dios rico en misericordia y fidelidad (cf aquella otra manifestación en la montaña, Ex 34, 5-6). Lo que no quiere decir: un Dios de flojedad —pues él tiene más fuerza que la tempestad. Pero él quiere que no tengamos miedo. No es un Dios que reina a base de susto (y nótese que en la imagen que alguien se hace de Dios, siempre se reconoce también la tendencia del hombre),

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sino en la confianza y en la fe. Ahora bien —y esta es la segunda consideración — la fe debe ser más que un momento pasajero de entusiasmo. Si fuera solo eso, vamos inmediatamente, como Pedro, a ver surgir el leviatán por todas partes. Fe de fuego de paja es poca fe para Cristo1. Fue lo que le sucedió a Pedro. "Si eres tú, mándame ir a ti"... La frase condicional demuestra que él todavía estaba dividido en creer que era Jesús, manifestándose como hijo de Dios, o un fantasma (cf Mt 14, 26), algún leviatán. En la 2aLt comienza la segunda parte de la Carta a los romanos: en los capítulos 9-11 de esta carta, Pablo confiesa su pasión para con el pueblo de Israel -—del cual es miembro— aunque tenga que combatir contra el legalismo fariseo del mismo pueblo. Incluso le gustaría ser condenado si, con ello, sus hermanos judíos alcanzaran la salvación (Rm 9, 3). Palabra fuerte, pero que no era solo exageración: Pablo sabía que era imposible que ellos estuviesen totalmente perdidos. El plan de salvación vale también para los judíos, aunque aparentemente la aprovecharan antes los gentiles. ¿Cómo?, eso lo veremos en los próximos domingos. Pero, en todo caso, tanta confianza tiene Pablo en el plan de Dios, que puede decir: ¡si Israel es totalmente rechazado, también yo! Creemos en un Dios que salva (CtMed), que escucha nuestro clamor (CtEnt), un Dios de mansedumbre (laLt). Así él se da a conocer en Jesucristo (Ev). Pero para enterarnos de esto, necesitamos fe, no pasajera, sino constante (Ev, OrFin).

1. En el próximo domingo tendremos un ejemplo de "mucha fe"

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20-domingo del tiempo ordinario

EL DON DE DIOS TAMBIÉN PARA LOS EXTRANJEROS CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

(Sal 83, IO-ll)*'Vuelve tu mirada hacia nosotros". Los bienes que Dios preparó sobrepasan todo deseo. (Is 56, 1.6-7) Universalismo del templo en el tiempo mesiánico - (Is 56-66 tiene los oráculos de la escuela de Isaías pronunciados después del destierro (los más antiguos con Is 60 62, hacia el 530 aC). Estos capítulos se llaman el 'Tercer Isaías") - Inmediatamente después del destierro, todo está parado en Judea; reina el desorden social (cf 56, 9-12; 58, 1-5). En esta situación, se proclama la proximidad de la salvación (56, 1). Dios ayudará: él es justo; pero puede ayudar solamente si los hombres colaboran y también son justos con sus semejantes. A esta idea se añade un oráculo sobre la acogida de los extranjeros en el templo (56, 6-7). El criterio de la salvación ya no será la descendencia judía, sino la fidelidad a la ley. - 56, I cfls46, 13; 51,6.8-56, 6-7 cf IR 8,41-43; Me II, 17. (Sal 66, 2-3.5.6+8) Todos los pueblos alaban a Dios.

(Rm 11, 13-15.29-32) La vocación de Israel es irrevocable - Israel no correspondió a su elección y privilegios. Pero eso no significa que Dios desistió de sus promesas: l?, un resto de Israel ya se salvó (por ejemplo, el mismo Pablo); 29, Dios aplica una pedagogía "sui generis": incluye a todos en la desobediencia, para incluirlos también en su misericordia; 3 ? al ver a los paganos aceptar la misericordia de Dios, los judíos se llenaron de celos y lo acogieron también. Lo importante es que Israel se salve, no por sus "privilegios" (que solo tenían fines pedagógicos), sino por la misericordia de Dios, igual que los paganos II, 15 cf Le 15,24-32- 11, 29-32 cfNm 23, 19; Ez 18, 23; Rm 9, 6; Ga3, 22; ITm2, 4. CIAcl: (cf Mt 4, 23) Buena-nueva y curaciones de Jesús. Ev: (Mt 15, 21-28) La gran fe de la mujer pagana - Este evangelio está en plena "sección del pan" y trata también del pan. Como en la multiplicación del pan, aquí también los discípulos quieren dispersar a quien busca el pan ("¡Despídela!", 15, 23). Jesús pone a prueba la fe de esa persona - una pagana -. Con éxito, pues ella demuestra "mucha fe". También para los paganos hay lugar en !a mesa mesiánica. - cf Me 7, 24-30 - 15, 22 cf Mt 9, 27;20,3(); Me 10,47- 15, 24 cf Mi 10, 6 - 15, 28 cf Mt 8, 10.13. OrOf: Ofreciendo a Dios los dones que de él recibimos, entramos en comunión con él. Prtf: (ordinario I) Reunir todo en Cristo, paz para el mundo entero. CtCom: (Sal 129, 7) "Misericordia y redención copiosa" / (Jn 6, 51-52) "Yo soy el pan vivo". OrFin: Asemejarse a Cristo y participar con él.

En los recorridos de Jesús por su tierra natal, no solo dominó las fuerzas del mar. Hizo algo que, tal vez, era mucho más difícil: pasó más allá de las fronteras humanas, fronteras de raza, religión y prejuicios. La historia de la cananea, narrada en el evangelio de hoy (Mt 15, 21-28), está llena de detalles que nos hacen reflexionar. Jesús se encuentra en territorio pagano, cerca de Tiro y Sidón. Es normal encontrar allí una mujer "cananea", esto es, una habitante de la región, que no es de religión (ni de raza) israelita. Hay que tener presente todas las guerras de los israelitas contra los cananeos, sus eternos enemigos... Lo que sorprende es que esta mujer llama a Jesús "hijo de David", el título mesiánico por excelencia (¿y no fue David un grande enemigo de los cananeos?). ¡La mujer está tan profunda213

mente angustiada, que se humilla hasta invocar al mesías de los israelitas! Los discípulos no ven en esto nada digno, y quieren que Jesús la despida. Jesús, en una actitud pedagógica, de doble efecto, esto es, destinada tanto a los discípulos como a la mujer, insiste en su mesianismo israelita. "No fui enviado sino a las ovejas descarriadas de Israel" (Mt 15, 24). Y era verdad: Jesús no fue enviado para ser secretario general de las Naciones Unidas, ni para ocupar ningún puesto en el imperio romano. Fue enviado a un pequeño pueblo, a realizar una esperanza limitada en sus términos, pero ilimitada en su significado: fue lo que sucedió aquí. En otras palabras, él es el mesías de Israel. Fue lo que la mujer dijo. Por tanto, estableció una plataforma de conversación, a pesar de que no les gustara a los envidiosos discípulos. Entonces Jesús, en vez de rechazarla, como respuesta le da la razón ante los discípulos, pero, al mismo tiempo, la llama a una mayor confianza, pues ella no es israelita. Si hasta ahora ella expresó la conciencia de que Jesús es el mesías de Israel, ahora tendrá que dar un paso más. Y, con la irresistible sencillez de una madre preocupada, pregunta: "¿No comen los perritos las migajas que caen de la mesa de los amos?". Jesús la felicita por su gran fe y cura a su hija, pues hizo lo que Jesús quiso suscitar: derribó las fronteras del mesianismo nacionalista de Israel. Jesús quiso transgredir las fronteras de Israel. Pero antes era necesario que las personas transgredieran las fronteras que había dentro de su corazón y sus conceptos. Para ello usó una pedagogía divina, suscitando la fe total, sobrepasando los conceptos hechos y acabados. Que la salvación no podía estar reservada por Dios solamente a Israel (Dios creó todo el universo), ya lo habían sentido los profetas antiguos, por intuición. De manera balbuciente codifican, en sus escritos, los primeros trazos de universalismo. La laLt de hoy es un ejemplo de esto. Pero es todavía un universalismo en el que Jerusalén está en el centro: el templo será casa de oración para todos los pueblos. ¡A los extranjeros se les permite unirse a las costumbres de Israel! Para el tiempo en que fue proclamada esta profecía, esto ya era mucho; pues, normalmente, los israelitas, viviendo en el destierro, no debían desear la compañía de los extranjeros en su propio templo. Pero Jesús, aunque enviado concretamente a Israel, extendió su universalismo a donde hubiese fe, lejos de Jerusalén y de su templo. En el 214

corazón de cada uno está la "¡casa de oración para todos los pueblos!". En la 2aLt, casualmente, encontramos un tema análogo: no es la restricción de la salvación a Israel, sino la pregunta si Israel quedó ahora excluido de la salvación (cf domingo pasado). Pablo, en su firme fe de que Dios es fiel a su promesa, razona del modo siguiente: Dios no repudió a su pueblo, pero realizó su promesa en un pequeño resto (Rm 11, 1-7). Los otros israelitas tropezaron (8, 10). Pero no definitivamente, pues Dios fue astuto: dejó que los otros tropezaran para que, viendo que los paganos acogían la salvación, se llenasen de celos y se salvasen también (vv 11-15). Después, presenta la maravillosa alegoría del olivo selvático y el olivo doméstico. Este último es Israel. Algunas de sus ramas fueron cortadas para que fueran injertados ramos de un olivo selvático: los paganos. Se alimentan con la savia de una raíz buena, las promesas hechas a Israel. ¿Acaso no tiene Dios el poder de reinjertar las ramas originales en su propio tronco?... (vv 16-24). Concluye, por tanto (y esta es la lectura de hoy), que si sus lectores, paganos, una vez eran desobedientes y ahora obtuvieron gracia, los israelitas también, incentivados por la gracia recibida por los paganos, obtendrán misericordia: "Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos misericordia" (v 32); frase paradójica, que podemos traducir, también, diciendo que nadie puede apelar a su propia justicia delante de Dios: todo es gracia. Siendo el mensaje de hoy la universalidad de la salvación, debemos preguntar: 1) ¿No concebimos esta universalidad a la manera del AT, esperando u obligando a otros a adherirse a nues-tro sistema? 2) ¿Dejamos por lo menos algunas "migajas" para los no cristianos? 3) ¿Somos capaces de reconocer la realidad cristiana fuera de nuestro ambiente católico institucional? 4) ¿Creemos que Dios puede hacer obra salvífica fuera del ámbito cristiano, por ejemplo, en las revoluciones liberadoras, muchas veces llamadas ateas, de estos últimos siglos?

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Los fvnngelios sinópticos conocen uno de los puntos más altos de la vida de Jesús en la confesión de Pedro en Cesárea de Filipo. En Mt, este episodio se enriquece con la narración de la transferencia del "poder de las llaves" a Pedro, jefe de los apóstoles. El significado de esta atribución lo ilustra la laLt de hoy, que narra la misión de Isaías ante Sobná, prefecto del palacio (la ciudad-templo de Jerusalén), para deponerlo de su cargo e instalar en su lugar a Eiiaquín, hijo de Helcías, "pongo sobre sus hombros las llaves de la casa de David", esto es, la mayordomía aei palacio y, aparentemente también, la prefectura de la ciudad. Al mayordomo le correspondía la tarea de admitir o rechazar las personas ante el rey, como también la responsabilidad de su hospedaje; de ahí que se le llamara "padre de los habitantes de Jerusalén": él es quien dirige la casa.

En Mt 16, 13-20 (Ev), la atribución del "poder de las llaves" a Simón Pedro parece ser suscitada por su proclamación de fe mesiánica en Jesús, en nombre de los otros apóstoles. Simón puede ser el "papá" de la comunidad: él asume la responsabilidad. Jesús le da el nombre de Cefas, en griego Pedro, que significa roca. La Iglesia es comparada con una ciudad, contra la cual aquella otra (las "puertas", o sea, la ciudad del infierno), no podrá nada (cf san Agustín, Las dos ciudades). Y el prefecto de esta ciudad es el que se responsabilizó por su profesión de fe mesiánica, Simón. El tiene el poder de atar (= ordenar, obligar) y desatar (= dejar libre), por tanto, el don de gobierno; y este gobierno es ratificado por Dios (imagen: lo que el gobernandor hace aquí en la tierra, Dios lo ratifica en el cielo). Como los vv 17-19 son lo que Mt tiene de característico en este texto, y la laLt sirve de ilustración exactamente de estos versículos; y como en la liturgia no hay otro texto más adecuado para hablar del asunto, se puede considerar como tema especial de este domingo el poder de Pedro. En vez de poder —ya que hay mucho abuso de este término— será mejor decir "responsabilidad" (pues le fue conferido porque "respondió" en nombre de los otros). Conociendo el carácter eclesial del primer evangelio, no traicionaremos su espíritu, meditando aquí sobre la primacía de Pedro y de sus sucesores (Mt 14, 28-31; 16, 17-19). Pedro es quien responde por la fe de la Iglesia. Se prefigura aquí el carisma —pues no es una inspiración de "carne y sangre", sino del mismo Dios (v 17)— del Papa, de decir la palabra decisiva cuando hay que formular lo que la Iglesia indefectiblemente sume en su fe: la "infalibilidad papal" (cuyo objeto es la fe que la Iglesia quiere conservar y expresar, pero no la fórmula considerada solo de manera verbal y formal). El es quien tiene también la última palabra en el gobierno (disciplina), aunque no en su propio nombre, sino como mayordomo de la casa de Cristo. En este sentido es el "vicario", o lugarteniente de Cristo aquí en la tierra. El texto muestra también que Simón se vuelve jefe por iniciativa de Cristo (imposición del nuevo hombre, que significa jefe o roca). Ser jefe de la Iglesia no debe ser ambición personal de alguien: en la comunidad cristiana no hay lugar para tales ambiciones (cf Mt 18, 1-4; 20, 24-28). Solamente porque el único maestro y Señor así lo quiere, Pedro puede revestir esta responsabilidad; y sus sucesores también. De ahí que, desde el

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21- domingo del tiempo ordinario

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LA RESPONSABILIDAD DE PEDRO CtEnt: Orín: laLt:

(Sal 85, 1-3) Oración confiada a Dios. Poner el corazón en donde se encuentran las verdaderas alegrías. (Is 22, 19-23) Eiiaquín recibe "las llaves" de la casa de David - Los coleccionistas de las profecías de Isaías, colocaron entre los oráculos contra las naciones paganas, también los oráculos contra el prefecto del palacio, Sobná (cf Tb 22, 24-25). El tenía el poder de las llaves de la casa de David, es decir, la mayordomía de la dinastía real. Pero Yavé la pasará a Eiiaquín. - cf 2R 18, 18: Ap 3. 7; Jb 12, 14; Mt 16, 19. CtMed: (Sal 137, l-2a.2bc-3.6+8bc) Dios se fija en el humilde. 2aLt: (Rm 11, 33-36) Himno a la insondable sabiduría de Dios, manifestada en Jesucristo Los capítulos 9-11 de Rm muestran la consternación de Pablo ante el hecho de que las naciones paganas hayan encontrado primero la salvación por la fe, no Israel, pero también su convicción de que Israel seguirá, al final, el camino de las promesas, hechas a él en primer lugar. Considerando ahora el obrar de Dios en una mirada global, la consternación se transforma en admiración. - 11, 33 cf Is 55, 8; Sal 138, 6-11, 34-35, cf Is 40, 13; Jb 15, 8;Jr23, 18; !Co2, 16- II,36 cf Col I, 16-17. CtAcl: (Mt 16, 18) "Tú eres Pedro". Ev: (Mt 16. 13-20) Profesión de fe de Pedro y "poder de las llaves" - Jesús pregunta a los discípulos sobre su fe, que debe ser diferente de las opiniones del mundo ("los hombres" vs "y vosotros"). Muestra que ellos vislumbran su misión de mesías, de hijo de Dios (cf Mt 14, 33). Jesús confirma a Pedro en su función de portavoz de la fe eclesial. El será la roca, el fundamento firme de la Iglesia, hasta el tiempo de la parusía. La Iglesia tendrá que resistir muchos ataques (ya el contexto siguiente habla del sufrimiento, tanto del hijo de Dios como de la Iglesia). - cf Me 8, 27-30; Le 9, 18-21 - 16, 14 cf Me 6, 14-15; Le 9, 7-8- 16, 16 cf Mt 14. 33; 27, 54: Jn 1,49- 16, 17-19 cf Jn 1,42; Ef 2. 20; Mt 18, 18; Jn 20,23; ls 22, 22: Ap 3. 7. OrOf: La Iglesia, pueblo conquistado para Dios. Pref: (ordinario VI) Conquistar un pueblo santo / (apóstoles II) Iglesia contruída sobre el fundamento de los apóstoles. CtCom: (Sal 103, 13-15) Los dones de la creación para el bien del hombre / (Jn 6, 55) "Quien come mi carne...". OrFirt: Agradar a Dios en lodo.

comienzo, el Papa es elegido, bajo la invocación del Espíritu Santo —probablemente la más antigua tradición ininterrumpida de gobierno por elección que existe en el mundo. El CtMed subraya, además, que Dios se fija en los humildes al distribuir sus dones. La 2aLt de hoy es el himno con el cual Pablo concluye la parte doctrinal de la Carta a los romanos, habiendo tratado durante 11 capítulos sobre el misterio de la salvación y de la justificación gratuita por la gracia de Dios y la fe en Jesucristo: después de tanta meditación solo le resta exclamar la inconmensurable profundidad de este misterio de la gracia. Dios no queda debiendo a nadie. "¿Quién le dio primero, que tenga derecho a la recompensa?" (v 34). Este himno cabe en cualquier circunstancia de nuestra vida. Podría ser una adecuada conclusión final de la liturgia de hoy (ya que no cuadra bien con las otras lecturas). Las oraciones participan del mismo espíritu de misterio y discreta alegría de este himno. 22q domingo del tiempo ordinario

EL SEGUIMIENTO DE JESÚS CtEnl: Orín: laLt:

(Sal 85, 3.5) Clamor del pobre. Dios derrama su amor, para alimentar en nosotros lo que es bueno. (Jr 20. 7-9) El profeta "seducido" por Dios para un trabajo ingrato - Ya desde el comienzo a Jeremías no le gustó la vocación profética (cf 1, 6). Su temperamento sensible no era el de un luchador contra los abusos religiosos y sociales de su tiempo y, sobre todo, no servía para proclamar las catástrofes que vendrían sobre Judá. Además, la catástrofe se hncf ^"pnr, pero no el escarnio y la persecución contra el profeta. Así, el profeta llega a maldecir su propia existencia (cf 15, 10-21)- Pero siempre su rebelión lo reconduce de nuevo a su Señor.-cfJr i, 4-10; 17, 14-18; 23, 29; Am 3, 8; 1CO9, 16.

CtMed: 2aLt:

(Sal 62, 2.3-4.5-6.8-9) Petición de auxilio ante Dios. (Rm 12, 1-2) El verdadero cuito a Dios -"Delante de la misericordia de Dios" (12, l):esta misericordia es lo que está descrito en Rm 1-11: la salvación por la gracia de Dios y la fe del hombre. Ante esta realidad, Pablo saca las conclusiones prácticas (recomendaciones morales, Rm 12-14), que son "el culto adecuado a Dios". Se puede comparar la vida con un sacrificio: este es transformado; así también el cristiano: él ya no es como el mundo. El es crítico ante el mundo: asume en sí lo que es valioso en este, y rechaza lo que no lo es. Así, él encarna la acción salvífica de Cristo en el mundo. - 12, 1 cf Rm 1,9; 15, 16; 1P2, 5 - 12, 2cfRm8, 5; Ef 4, 22-24; 5, 10.17; Flp 1,9-10. (cf Ef 1, 17-18) Nuestra vocación. t^vn ib, ¿1-27) El seguimiento de Jesús: totnar su cruz- Con la profesión de fe mesiánica se relacionan, en los tres evangelios sinópticos, la predicción de la pasión y el tema del seguimiento de Jesús en el sufrimiento. Pedro se hace, otra vez, portavoz, pero, esta vez, de la incomprensión ante este misterio. Que el mesías y su Iglesia tienen que sufrir es una enseñanza que siempre tendrá que ser repetida y profundizada. - cf Me 8, 31-38; Le 9, 2226- 16, 21-23 cfMt 17, 22-23; 20, 17-19; Le 9, 44; 18, 31-33; 24, 7.44-46 cf Le 14,27; 17,33; Jn 12,25-26- 16,27 cf Mi 25, 31; 2Ts 1,7.

ClAcl: t,v.

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( M )f: I'icf: (M'iim: OrKIn:

La celebración y su plenitud. (domingo tiempo ordinario III) Salvación por la cruz de Cristo. (Sal 30, 20) La bondad de Dios para con quien lo venera / (Mt 5, 9-10) Bienaventuranza de los pacíficos y perseguidos. El alimento de la caridad.

Hoy hay muchos que envidian al profeta. Pero ser profeta no os fácil, y tampoco seguir a un profeta. Jeremías describe su vitla de profeta como una seducción (laLt). Desde el comienzo lúe bastante recalcitrante (Jr 1, 6). Incluso quiso hacer huelga (Ir 20, 9), pero la voz de Dios era como un fuego ardiente en su pecho. No lograba reprimirla... Esta es la suerte del profeta, ('liando tiene un mensaje desagradable y herir nuevamente los oídos, Dios no lo deja en paz.

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También Jesús sabía que este era su camino (Ev). Sabía que su visión de Dios y del mundo no concordaba con lo que el pueblo, sobre todo los jefes, esperaban. Pues la diferencia entre una religión que sirve para obtener el cielo con seguridad por medio de piadosas prácticas, y una religión que sirve para buscar la voluntad de Dios incansablemente (su incansable amor por los hombres), es grande; es irreconciliable. Quien no quiere convertirse de una falsa seguridad, no puede tolerar la presencia del incómodo profeta de Nazaret. Sucede todavía hoy... Ahora bien, Simón Pedro, el mismo que, poco antes, proclamara la fe en Jesús como mesías y, por eso, se convirtió en el responsable de sus hermanos, este mismo Pedro todavía no entendía la suerte del profeta. Todavía pensaba en términos de éxito, no en términos de cruz. Como lo haría la mayoría de nosotros. En fin, ¿no es mucho más agradable tener iglesias llenas, obras funcionando bien, entrevistas por televisión, etc.? l'cro quien cree eso más importante que la fidelidad a la palabra de Dios —mensaje amargo que hay que proclamar hasta el final— no es digno de Jesucristo. Es su adversario (lo que, en hebreo, se llama: satanás). Para seguir a Jesús, es necesario senlir lo que Dios siente y no lo que los hombres creen... Ahí siguen las palabras sobre el seguimiento de Jesús. Seguir a Jesús es renunciar a sí mismo, es decir, a sus propios conceptos hechos y concluidos. Es tomar su cruz, es decir, la condenación humana, la degradación total... Ante la exigencia de la misión profética, querer salvarse es perderse; es dejar de 219

realizarse en la misión de Dios. Y perderse (a los ojos de los hombres) es realizarse como enviado, como "hijo" de Dios. La fidelidad al mensaje de Dios, una vez que la gente ve de qué se trata, nos coloca ante una elección: garantizar el éxito humano (ganar el mundo entero) o ganar "su alma", es decir, el centro interior de la existencia. Tenemos que elegir entre una realización superficial y una realización radical de nuestra vida. Ahora bien, ¿qué podemos dar en cambio de esta realización radical, la que será sancionada por Jesús mismo, a partir de su gloria, en base a lo que hemos puesto en práctica? Este evangelio no pregona el desprecio de la vida (corporal) en favor de un espiritualismo mórbido ("salvar el alma"). El alma, según el pensamiento bíblico, es exactamente sinónimo de vida total, es el principio, la médula de la vida. Se trata de realizar su vida, de realizarse auténticamente. Ahora bien, el que descubre la visión de Dios sobre una serie de cosas muy concretas en nuestro mundo (puede ser la estructura religiosa, puede ser la estructura socio-económica, puede ser el abuso ecológico, el derroche de los bienes vitales, el cinismo de la guerra, la usurpación de los derechos humanos, el desprecio de la verdad — cualquier cosa con la que Dios ciertamente no está de acuerdo) queda, por así decir, asombrado con este mensaje; solo logra deshacerse de ella proclamándola (y corriendo el riesgo del rechazo), o sofocando su propia alma (y entonces, la pierde...). Hay personas que entienden la predicación de la pasión de Jesús, al comienzo del evangelio, como señal de que él dominaba la situación, sufrió por quererlo así ( y lo quiso porque tenía que "pagar sangre" en lugar nuestro). Es un concepto bastante simplista. Ciertamente, Jesús sufrió porque lo quiso; pero no porque íe gustaba sufrir (no era enfermo), sino porque la fidelidad a la palabra del Padre lo llevaba a este fin. ¡Si los hombres se hubieran convertido a su palabra, ciertamente no habría tenido que sufrir! (cf Mt 26, 39-42 y par). Pero él tuvo M ^ v.muiiiar el orgullo congénito del hombre hasta el fin.

secuente de la voluntad de Dios: ser plenamente suyos, su pueblo, sus hijos, sus profetas, no conformándonos con este mundo, sino buscando conformidad con la voluntad de Dios. Una bella exhortación para cerrar la liturgia de hoy. Llamamos una vez más la atención sobre el mensaje de las oraciones: Dios alimenta, con su amor (sacramentado en la eucaristía) lo que es bueno en nosotros, nuestra donación, nuestro amor (Orín, OrFirí). 23e domingo del tiempo ordinario

LA IGLESIA, COMUNIDAD DE SALVACIÓN ClEnt: Orín: laLt:

(Sal 1 i 8, 137.124) Justicia y misericordia de Dios. Libertad y herencia de los hijos de Dios. (Ez 33, 7-9) Responsabilidad por la conversión del pecador: "Centinela de Israel" - Los profetas eran centinelas en Israel; debían dar alerta y lo hacían. Pero el pueblo no prestó atención. Vino la catástrofe (destierro). Queda un pequeño reslo. Aun así, necesita centinela, alguien que le avise para cambiar su camino. Y ay de que el centinela no cumpla su deber: es responsable de la pérdida del hermano. - cf Ez 3, 17-21; 33, 11; Jr6, 17; 25, 3-4; Mt 18, 15. CtMed: (Sal 94, 1-2.6-7.8-9) Conversión delante de Dios. 2aLl: (Rm 13, 8-10) El amor, pleno cumplimiento de la ley - En su justicia, Dios da a todos lo que necesitan: fundamentalmente, su amor de Padre. Nosotros, para ser justos, debemos también darnos mutuamente este don, aunque siempre quedemos debiendo. Toda la justicia está incluida en esto. - 13, 8cf Jn 13, 34;Ga5, 14- 13, 9-10 cf Ex 20, 13-14; Dt 5, 17; Lv 19, 18; ICo 13,4-7. CtAcl: (2Co 5, 19) Reconciliación en Cristo. Ev: (Mi 18. 15-20) Corrección fraterna, penitencia y oración comunitaria - La Iglesia es al mismo tiempo santa y pecadora. En la santidad de hijos de Dios, somos hermanos, responsables los unos de los otros, aun y sobre todo, cuando el pecado esté destruyendo esta santidad. Solamente en última instancia, cuando la preocupación del cristiano individual o de la cumunidad nada resuelven, la comunidad puede excluir al pecador, para que tome conciencia de que él ya no está participando de la santa comunión eclesial. - En ios vv 19-20. como en todo el c 18 de Mt, leñemos otras centencias de Jesús relativas a la vida de la comunidad: en el caso, la oración comunitaria. - 18, I5-18cfLv 19, 17; Le 17, 3;Dt 19, 15; Mt 16, 19; Jn 20, 2 3 - 18, 19-20 cf Mt 7, 7; Jn 15, 7.16; Mt 28, 20. OrOf: La eucaristía, fuente de mutua amistad. Pref: (domingo tiempo ordinario IV) Salvación en Cristo / (ordinario V) Unión fraterna. CtCom: (Sal 41, 2-3) "Como la cierva desea las fuentes..." / (Jn 8, 12) "Yo soy la luz del mundo". OrFin: Unión de vida con Cristo para siempre.

La 2aU, comienzo de las exhortaciones finales de la Carta a los romanos (muy ricas), recibe una luz particular del evangelio de hoy: ofrecerse como hostia viva a Dios, entonces, no es despreciarse, sino el "culto razonable", el cultivo coherente y con-

El profeta es el hombre que ve, mejor que los demás, lo que es, en último análisis, cierto o errado (la voluntad de Dios). El ve el lado interior de las cosas (por eso Balaán cerraba los ojos para ver mejor: Nm 24, 3). El es un centinela que debe dar alerta si ve algo sospechoso. Pero su visión es una responsablidad. Por ejemplo: si ve que alguien está equivocado y se calla, no

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A.

dice nada, deja que su hermano se pierda, y se pierde con él. Pero si le trasmite el recado, la responsabilidad es del otro, y el profeta se salva (Ez 33, 7-9; laLt). La Iglesia es un pueblo profetice A partir de nuestra unción bautismal y crismal, todos participamos de la vocación profética de Cristo, que quedó como legado para la Iglesia, (Ev). Somos centinelas, que debemos dar alerta ante cualquier sospecha. Cuando vemos que nuestro hermano no va por el camino recto, debemos alertarlo. Y no nos podemos contentar con una sola vez (como en el texto de Ez). Debemos agotar todos los medios. Avisarlo una segunda vez, ante testigos (que podamos ver si no estamos engañados), o, en fin, recurriendo al testimonio de la comunidad, la asamblea de la Iglesia. Si todavía no quiere escuchar, sea "como gentil o publicano", una expresión judía tradicional para decir: que no tiene lugar en nuestra asamblea1. A esta altura, el poder de atar y desatar, confiado representativamente a Pedro (cf 21 e domingo ordinario) se le confía a toda la Iglesia. Pues toda ella es responsable del camino de la salvación de todos. Recurrir a Pedro o a sus sucesores sucede en casos extremos. Normalmente, todos debemos hacer lo que sea necesario para dirigir a nuestros hermanos por el camino seguro. El c 18 de Mt se llama el sermón eclesial. Habla de la importancia de la comunidad eclesial. Esta aparece aun en la palabra de Jesús sobre la oración comunitaria (Mt 18, 19 s): cuando estamos reunidos en el nombre de Jesús y unánimes dirigimos nuestras peticiones a Dios, él nos escuchará como si fuésemos Jesús mismo: pues Jesús está entre nosotros. Realizamos a Jesús en nuestra comunión. Entonces, la Iglesia se presenta, en la liturgia de hoy, como comunidad de salvación, en el sentido sacramental: ella representa, hace presente al salvador, que nos une con Dios. ¿Cómo se explica esto? Precisamente, por la comunión eclesial. Pues la misión de Cristo era, fundamentalmente, la de realizar la comunión de todos los que son hijos del mismo Padre. El vino a realizar el amor del Padre entre nosotros. Donde nosotros, en 1. Nótese aquí, que el evangelio de Mt habla el lenguaje de los judío-cristianos, incluso cuando éste tiene algunos preconceptos. Para la comunidad judía tradicional, publícanos y gentiles eran igualmente "intratables".

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comunión fraterna, realizamos esto, ahí realizamos al mismo Cristo. La verdadera comunidad eclesial es el sacramento de Cristo y de Dios. Por tanto, el texto del evangelio de hoy no se debe entender en un sentido jurídico, sino en un sentido eclesial y comunitario. Por ejemplo, respecto de la corrección fraterna, Jesús no quiere decir, formalmente, que basta llamar a alguien ante dos testigos y después ante una comisión de la Iglesia (llena de esclerosis...), para finalmente excomulgarlo (pues es muy probable que no se convierta ante tal asamblea). Jesús no enseña a colocar, proféticamente, a los que yerran ante la comunidad que brotó del amor de Cristo. Entonces, si aun ante este testigo la palabra profética no "pega", ya no podemos hacer nada más. En la 2aLt escuchamos cómo Pablo, en sus exhortaciones finales a los romanos, resume la práctica de la vida cristiana: no quedarles debiendo nada a los demás, sino la caridad, que es siempre insuficiente (lo que no significa que no tengamos que hacer lo posible...) Pues la caridad es el resumen de todo. Si nos esforzamos por ella, saldamos automáticamente todas las demás obligaciones. "El amor es el pleno cumplimiento de la ley" (Rm 13,8-10). Pablo comenta aquí, a su manera, una palabra del Señor Jesús (cf Mt 22, 34 ss = Me 12, 28 ss = Le 10, 25 ss). Además, no es la única vez (cf Ga 5, 14). Y siendo pocas las palabras de Jesús que Pablo cita así, significa que él la considera como algo central en el mensaje cristiano. También Santiago la cita en su carta (St 2, 8). Y san Juan no hace sino comentar este "precepto único" del amor al prójimo. Estos autores (Pablo, Santiago, Juan) ni siquiera mencionan el "amor a Dios", pues nadie puede amar a Dios sin amar al prójimo, (Un 4, 20) y solo se ama bien al prójimo cuando se ama a Dios. Pues amar a Dios, buscar a Dios significa buscar la última palabra sobre lo que es cierto o errado, escuchando la voz absoluta de quien ama a nuestro hermano como nosotros lo deberíamos amar también. Así, aunque los textos tengan una temática diferente, el espíritu de la liturgia de hoy hace evidente la comunión y la caridad fraterna en la comunidad eclesial, no solo en la mutua amistad (cf OrOf), sino también en la oración (Ev) y en la caritativa advertencia (laLt, CtMed y Ev). En esto la Iglesia rea223

liza la unión con Cristo para siempre (OrFin) y se convierte en comunidad y sacramento de salvación. 24q domingo del tiempo ordinario

EL MISTERIO DEL PERDÓN Ct Ent: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Si 36, 18.21 -22) "Da paz a los que esperan en li". Sentir la acción del amor de Dios en nosotros, sirviéndolo con lodo el corazón. (Si 27, 33 - 28,9) Perdonar para ser perdonad/). - Si 27 y 28 tienen una serie de enseñanzas sobre lo que no se debe hacer a los demás, por ejemplo, odiar. Sin embargo, el sabio que escribió este libro sigue fiel al pensamiento vetero -testamentario en cuanto a la venganza: algún día el mal tiene que pagarse. Por eso, se nos hace más raro todavía su prohibición de la ira: "Solamente el pecador se agarra de ella" (27, 33), precisamente este pecador es el que quiere que Dios lo perdone (28, 5). Así, poniendo la vida en la perspectiva del altísimo y su alianza (28, 9), el Eclesiástico descubre que hay que romper con la venganza, superarla. Dios es el Dios de la paciencia, como lo demuestra la historia de la alianza.-cfEx 21,24; Lv 24, 19-20; Mt 5. 23-24; 6, 12.14-15:7, l:Lv 19, 17-18. (Sal 102, 1-2.3-4.9-10.11-12) Dioses clemente, compasivo y misericordioso. (Rm 14. 7-9) "Sea que vivamos, sea que muramos, somos del Señor" - Pablo está tratando el problema de los "débiles" (escrupulosos, ligados a prácticas secundarias, tal vez de origen judío) y de los "fuertes" (liberales). Aunque él mismo se considera liberal (15, I), no condena a los conservadores, pero dice que en el amor de Cristo no hay lugar para la discordia por cosas secundarias. En nuestra diversidad, debemos pertenecer completamente a Cristo y vivir por nuestros hermanos en Cristo. - cf Rm 6, 8-11; Ga 2. 19; 2Co 5, 15:5, IO;Hch 10,42. (Jn 13, 34) El mandamiento nuevo. (Mt 18. 21-35) El perdón: parábola del administrador cruel - La última parte del "sermón eclesial" (Mt 18) está totalmente dedicado al perdón: I) la regla del perdón sin fin (18, 21-22); 2) la parábola de quien quiere recibir perdón, pero no sabe perdonar (18, 2335). Todos nosotros vivimos porque Dios constantemente nos perdona de todo corazón (cf 18, 35). Perdonar es imitar a Dios, es dar oportunidad a la vida. Quien no perdona, no tiene comunión con Dios. El padrenuestro nos enseña a perdonar como Dios perdona. 18,21-22 cf Le l7,3-4;Mt6, 12.14-15; 2Co 5, 18-20; Col 3, 13:Gn4,24. El don de cada uno para la salvación de todos. írr.ü-.'.rio (II) Dios rescató al hombre castigado justamente. (Sal 35, 8) Abrigo a la sombra de las alas de Dios / (cf ICo 10, 16) Comunión en el cáliz y en el pan. No movemos por nuestros impulsos, sino por la gracia de Dios.

Fl c 18 de Mt, cuya lectura comenzó el domingo pasado, se llama el "sermón eclesial". Después de habernos mostrado la importancia de la comunión eclesial como sacramento del amor de Dios, la liturgia nos muestra, hoy, las palabras sobre el perdón (Ev). El perdón es una de las tareas primordiales de la comunidad eclesial. En el evangelio de Jn, el perdón es el contenido específico del don del Espíritu Santo por Jesús, después de su resurrección (Jn 20, 19-23; cf 2- domingo de pascua y Pentecostés). En la lectura de hoy, Mt nos trae el episodio de Pedro —portavoz de la comunidad eclesial—- preguntando a 224

Jesús hasta dónde tiene que ir nuestro perdón. Entre los judíos, el que perdonaba siete veces ya se lo consideraba como un santo (cf Mt 18, 21). Jesús multiplica este número por setenta; no hay que entender esto matemáticamente; como siete es un número perfecto, setenta veces siete significa: un número sin fin. Y narra una parábola, inspirada en Si 28, 1-5 (laLt): un funcionario, con una deuda enorme (mil talentos: un talento equivale a 60 Kg de oro...) obtiene de su Señor el perdón total de la deuda; pero él mismo va a buscar a un colega y lo hace poner preso por una deuda de cien denarios —unos tres salarios mínimos. Entonces el señor se arrepiente y hace echar a la prisión al primer funcionario hasta que pague el último centavo. Debemos ser misericordiosos como nuestro Padre celestial es misericordioso (Le 6, 26; cf Mt 5, 48). O, en otras palabras, si no tenemos misericordia y no perdonamos, tampoco Dios tiene misericordia de nosotros y no nos perdona, auque él está dispuesto a perdonarnos las faltas por más graves que sean (cf la parábola del hijo pródigo, Le 15, 8ss). Pues el perdón no es un mandamiento que hay que cumplir formalmente, sino una actitud fundamental del hombre, por la cual se hace semejante a Dios, hijo de Dios. Es comunión con Dios y con nuestros hermanos, es unión de vida. Esta comunión es ilimitada. Por otra parte, en donde no hay esta unión de vida (como en el caso del funcionario, que se demostró ajeno al corazón misericordioso de su señor), tampoco puede haber perdón. Si 28, 9 (laLt) menciona la alianza de Dios como fundamento del perdón. El misterio del perdón se basa en la comunión con Dios, en el hecho de que "todo lo mío es tuyo", para quien entra en el amor del Padre: la deuda no tiene razón de ser, porque todo es propiedad común. Y este es el modelo del perdón cristiano. Consciente de que mi hermano vive la misma vida divina que yo, de que él es hijo del mismo Padre y que todos nuestros "intereses" convergen hacia la misma plenitud divina, no le puedo negar el perdón que él pide, dentro del lazo del amor. Como ya lo demostramos con algunas alusiones a la laLt, el AT tenía una cierta conciencia de esta realidad; sirve de aperitivo al evangelio. Esto se revela también en el CtMed, el confiado Sal 102: "El perdona todos tus errores". La misericordia de Dios es infinita.

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Por tanto, cabe hoy meditar sobre la esencia del perdón cristiano: es un "sacramento" del amor del Padre. En este sentido es como se debe interpretar el sacramento de la penitencia: es hacer brotar, en el pecador, la comunión del Padre, mediante la plena reintegración en la comunión eclesial, de la que el pecado lo había apartado. Y este alejamiento sucede más porque se siente constreñido, que por una expresa exclusión por parte de la comunidad. La exclusión expresa ocurre solamente por la excomunión, que, precisamente, sirve para hacer sentir al pecador que él ya no pertenece a la comunión eclesial. El perdón cristiano tiene lugar no solo en el "sacramento del regreso", sino también en la vida diaria. El cristiano debe ser un hombre de perdón permanente, porque sufre al ver que su hermano está en el error (cf domingo pasado); por medio del perdón, trata de restaurar la comunión y eliminar el constreñimiento. Así, es una alegría tanto el perdonar como el ser perdonado. La laLt subraya el espíritu de comunión que se nos reveló en la consideración del pasaje evangélico. Sea que vivamos, sea que muramos, pertenecemos al Señor Jesús. Si nuestra vida ya no nos pertenece, sino a él, ¿cómo podemos rechazar la comunión a nuestro hermano pecador? Pues Jesús dio su vida por nosotros, pecadores. En el CtCom (opción I) encontramos una imagen, tal vez extraña, pero sumamente rica, de la infinita misericordia de Dios: la gallina que reúne a sus pollitos a la sombra de sus alas. Jesús mismo usa esta imagen, obligado por la falta de conversión de Jerusalén (Le 13, 34). ¿Cuándo tendremos un canto muy nuestro para cantar este tierno amor de Dios? La Orín y la OrFin encuadran la liturgia de hoy, llamando nuestra atención sobre la acción del amor de Dios en nosotros. Sobre todo cuando perdonamos, experimentamos que ya no somos movidos por nuestros propios impulsos, sino por una Liunuau ^cativa, que "sobrepasa nuestra competencia", pues endereza un mal que en la persona perjudicada alcanzó a toda la familia de Dios. Esta bondad creativa se llama gracia de Dios.

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2Sq domingo del tiempo ordinario

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LOS OBREROS DE LA ULTIMA HORA CtEnt: Orín: laLt:

CtMed:

"Yo soy la salvación del pueblo". Amar a Dios y al prójimo, camino de la vida eterna. (Is 55, 6-9) He aquí el tiempo de la conversión - Is 55 está puesto como conclusión del "Libro de la consolación" (Is 40 - 55. el 2- Isaías); es una exhortación a los judíos desterrados para no buscar su consuelo en los dioses de Babilonia, sino cerca del único Dios verdadero. Yavé, fuente de toda la sabiduría y de la vida. Con palabras que recuerdan a Ez 18, 21-23. el profeta insiste en que ni siquiera el pecado es un obstáculo para participar de esta fuente de vida: por el contrario, la invitación es la ocasión para convertirse, volver a Yavé y su justicia, vivida en la ley judía. No adhiere a la intolerancia de los que solo dan oportunidad a ios "impecables". - El pueblo está para regresar a su tierra, gracias al decreto del rey Ciro. Pero este regreso no resuelve nada, sin el regreso a Yavé, el Dios que perdona y no piensa como los hombres (55, 9 cf Ez 18, 25-32). - 55, 6-7 cf Sal 144, 18; Jr 29, 13; Jn 7, 34; Za 1, 3-4; Le 15, 20-55. 8-9 cf IS 16,7; Mi 4, 12; Sal 102, 10-12. (Sal 144, 2-3.8-9.17-18) Dioses misericordioso y rico en gracia.

2aLt:

(Flp 1, 20c-24.27a) ¿Morir para estar con Cristo, o vivir para estar con los fieles? - Pablo está en prisión y ya cuenta con la muerte, que lo unirá completamente a Cristo..., pero siente el dilema: ¿estar con Cristo, o trabajar por él permaneciendo con su comunidad? El dilema es solo aparente; es un modo de expresar su impaciente deseo de estar definitivamente unido con Cristo y, al mismo tiempo, su apasionado amor por la comunidad (de f¡lipos). También su vivir es Cristo. Vivirá en favor de la comunidad, para que ella también viva según el evangelio de Cristo (l, 27a). - 1. 20-22 cf IP4. 16; ICo 6, 20; Ga 2, 20; Col 3,3-4- l,23-24cf2Co5,6-9;Rm 14,8- !,27cfEf4, l;Col i, 10; ITs 2, 12.

OAcU Ev:

(cf Hcb. 16,14b) Dios abva. nuestro corazón a Va palabra. (Mt 20, 1 -16a) Los obreros de la última hora - Para la enseñanza de Jesús según Mt (ce 19 - 25) se refuerzan los temas del juicio y de la gratuidad como también la paradoja de que "los primeros serán los últimos y los últimos los primeros" (19, 30; 20, 16). Como en el caso del hijo pródigo, el "buen hijo" critica la bondad del padre (cf Le 15), también en la parábola de hoy los buenos critican al Señor que es bueno con los "últimos" (se puede pensar en los pecadores que preceden a los "buenos" en el reino, Mt 21, 31; o en los gentiles que preceden al judaismo escleroso en la aceptación de la salvación). La justicia de Dios no es mezquina como la nuestra (cf Is 55, 9 laLt). Ella es: su amor gratuito en obra. -20,8cfLv 19, 13;Dt24, 14-15-20, !3-14cfLc 17, 10; Rm 9, 19-21 -20, I6cf Mt 19, 30; Me 10, 31; Le 13,30. Conseguir con el sacramento lo que proclamamos por la fe. (domingo tiempo ordinario II) La obra de la salvación.

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Sal 118.4-5) Cumplir la voluntad de Dios / (Jn 10, 14) "Yo soy el buen pastor". Acoger los frutos de la redención en la liturgia y en la vida.

Nosotros creemos que la justicia es pagar algo con su precio equivalente. Pero para Dios, justo es el que es bueno. Como una tapa es justa cuando encaja perfectamente. Dios, en su justicia, "ajusta" todo lo que hace (Sal 145, 17; CtMed). Así, la justicia de Dios no es contraria a su bondad. Es idéntica. En el libro de Ez (18, 25; cf próximo domingo), Dios se defiende de la acusación de ser injusto, cuando perdona al pecador que se convierte. Dios no está interesado en el pago, sino en la vida: "No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva" (Ez 18, 23). La laLt de hoy, Is 55, 6-9, trae 227

el mismo mensaje, invitación para el tiempo mesiánico, que es también el tiempo de la plena revelación de la extraña justicia de Dios, que sobrepasa la nuestra tanto como el cielo trasciende a la tierra (cf domingo pasado, CtMed). En esta perspectiva, la parábola que Jesús narra en el evangelio de hoy no es solo una lección para hacernos reflexionar sobre la naturaleza de la justicia de Dios, sino también una proclamación de que llegó el reino de Dios, la realidad mesíanica: ¡buscad al Señor, es el momento! (cf Is 55, 6) Entonces ¿cómo es este tiempo mesiánico, este reino de Dios, este acontecimiento de su voluntad sin restricción? Es como un "padre de familia" (observe el término; Mt 20, 1) que contrata obreros para su viña, en varios momentos del día, contrata con ellos el sueldo y los manda a trabajar. Hacia las cinco de la tarde (la hora undécima judía) encuentra a algunos que todavía no han sido contratados (detalle importante) y también los envía a la viña. A las seis se les paga a todos. Para escándalos de los "buenos", que trabajaron desde la mañana temprano, el padre comienza a pagar comenzando por los últimos y les paga lo del día completo, igual que a los primeros... Con nuestros cálculos de retribución, no logramos entender este comportamiento. Pero Dios no está retribuyendo, está haciendo lo mejor que puede: "¿Me miras con mal ojo porque soy bueno?". Los primeros recibieron todo lo que necesitaban: trabajo, seguridad y sueldo. Los últimos sufrieron la inseguridad, pero también ellos tiene que vivir; por tanto, conviene pagarles el día completo también a ellos. Esto lo entendemos solamente cuando tenemos una mentalidad de comunión y no de negociante. Todo es de Dios. No importa que yo reciba menos o más que el otro; lo importante es que todos tengan lo necesario. Y, si depende úe Dios, podemos estar seguros de que eso suceda, pues "él acierta en todas sus obras" (Sal 144, 17).

En la última hora, Dios encontró a los que todavía no habían sido invitados, a los gentiles, y estos precedieron a los israelitas autosuficientes en el reino. Inclusive, eso puede servir a los israelitas como ocasión para cambiar la idea y abrirse al espíritu de participación y gratuidad, que es el espíritu del reino. La gracia no se paga; se recibe. Hoy podemos revisar nuestra vida, pues generalmente las personas "muy de Iglesia" caen en el peligro del fariseísmo, de creer que merecen el cielo. Un regalo no se merece. Ser buen cristiano no es merecer el cielo: es estar siempre listo a recibir la gracia. Y, sobre todo, no tener envidia a los que reciben esta oportunidad al último momento. Pensemos en Pablo, que escribe a los fílipenses (2aU) que no sabe qué escoger; vivir para un fructuoso trabajo o morir para estar con Cristo. Seguir trabajando no tenía para él el sentido de ganar el cielo; solo lo deseaba porque sería bueno para los fílipenses. Pero lo que desea es participar plenamente de la proximidad del Señor Jesús. Para él vivir es: Cristo. Una vida animada por la amistad con Cristo, no por el cálculo... En la misma carta dirá que su espíritu de merecimiento, sus ventajas según los criterios fariseos, él los considera como pérdida, como estiércol (Flp 3, 7-8) Solo la gracia, la gratuita bondad que Dios le manifestó en Jesucristo, lo impulsa todavía. Es difícil para el cristiano tradicional adherirse a este espíritu. ¡Debe convertirse de la preocupación de hacer todo muy bien para ganar el cielo! Pues debe saber que siempre quedará debiendo (cf 69 domingo del tiempo ordinario) y tendrá que contar con la gratuita bondad de Dios igual que los pecadores, que, muchas veces, comprenden mejor la necesidad de la gracia.

También dijo Jesús: "Los últimos serán los primeros, y los primeros últimos". Dios desafía la justicia calcualdora, autosunciente... Si creemos que podemos colocarnos en primera fila, para hacer nuestras cuentas con él, estamos engañados. Los israelitas fueron llamados primeros y se gloriaban de eso, creyendo que, por ser hijos de Abrahán, por circuncidarse, observar la ley y la tradición, podían reclamar el cielo de Dios. 228

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26- domingo del tiempo ordinario

LA VERDADERA OBEDIENCIA CtEnt: Orín laLl

CIMed: 2aU:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom OrFin:

(Dn 3.31.29.30.43.42) "Tú obraste bien con nosotros. Señor". Dios muestra su poder perdonando. (Ez 18, 25-28) Dios obra infaliblemente, dando oportunidad para la conversión y castigando la confianza temeraria - Había en Israel la idea de que el pecado marcaba para siempre al pecador, e incluso a su descendencia (18, 2). Como portavoz, de Dios.. Ezequie! rechaza esta idea: Dios no castiga a los padres en los hijos, pero castiga ai justo que abandona su camino y acoge al pecador que se convierte. Dios juzga al hombre según loque es y no lo que tal vez haya sido (18. 21-29). Es una exhortación para lodos: vale la pena convertirse (18. 30-32).-cfEz 33. 11-13; Os I I , 9 : Mi 4, 17. (Sal 24, 4bc-5.6-7.8-9) El Señor es siempre bueno y justo. (Flp 2, 1-11 o 2. 1-5) Imitar el despojo de Cristo - Vivir según el evangelio de Cristo (1, 27; cf domingo pasado.) significa: tener la mentalidad de Cristo (2, 5), dar más importancia a su hermano que a sí mismo (2, 3). En esto Cristo mismo sirve de ejemplo. En este sentido Pablo cita un himno a Cristo, siervo hasta la muerte, despojándose por nosotros (cf el siervo sufriente de Is 53): Flp 2, 6-11. Este siervo es aclamado con el título divino de "Señor" (traducción del nombre de Yavé para los judío-helenistas). - 2. 1-4 cf ICo I. IO:Ga5, 26-2.6-7 cfjn 1, 1-2; 17. 5; Col I, 15-20; Hb I, 3-4; 2Co 8.9: Is 53; Rm 8. 3 2. 8-9 cf Rm5. 19: Hb 5. 8; Jn 10. 17-18; Rm I, 4; Ef I, 20-23 - 2. 10-11 cf Is 45, 23: Ap 5. 3;Rm 10.9; ICo 12,3. (Jn 10. 27) Escuchar y seguir al pastor. (Mt 21. 28-32) Los dos hijos: decir y hacer - El lema de los "buenos" que desconocen la gracia de Dios, ya presente en la parábola de los obreros (domingo pasado) lo desarrolla Mt en tres parábolas contra el judaismo escleroso de su tiempo (sobre todo en la tendencia farisea): los dos hijos (21, 28-32), los viñadores homicidas (21, 33-43) y los invitados al banquete (22. 1 -10). - La parábola de los dos hijos termina con una pregunta, dejando la conclusión al oyente: lo que importa no es decir: "Sí" (formalismo), sino hacer: "Sí" (conversión, entrar en el "camino de la justicia", como los publícanos y las prostitutas que se convirtieron). - cf Le 15. 11-32; 7, 29-30; 18. 9-14; 19, 1-12; 3, 12. Abrir para nosotros la fuente de toda bendición, (domingo tiempo ordinario Vil) Obediencia salvadora de Cristo. (Sal 118. 49-50) La palabra de Dios da esperanza y consuelo / (1 Jn 3, 16) El amor de Dios en Jesucristo. Plena participación en el misterio de Cristo.

lo que su padre desea? El último. Entonces, este es el "justo", el que está bien con Dios. Y para explicar una vez más que "los últimos serán los primeros", Jesús enseña a los "buenos" (los fariseos) que los publícanos y las prostitutas los precederán en el reino. Pues estos creyeron en la predicación de penitencia de Juan Bautista, y se convirtieron. Ellos no (Ev). Fijémonos primero en el caso del primer hijo: es un desafío para los "buenos cristianos". Pues, una de las claves para entender bien el evangelio de Mt, que continuamente opone la gracia del reino al cálculo autosuficiente de los fariseos, es colocarse en el pellejo de los que se deben convertir, los fariseos. Pues si creemos que ya estamos convertidos, estamos perdidos. Por eso, conviene identificarnos con los fariseos y dejar que repiquen en nuestros oídos las palabras que Jesús les dirige. Estamos acostumbrados a decir "sí, señor" a Dios y a todo el mundo. Ya fuimos bautizados sin saberlo, y contamos con que hacemos todo lo que dice la Iglesia, etc. El Papa manda, y nosotros obedecemos. Pero cuando es muy difícil, y nadie cobra, damos un rodeo... decimos "sí", pero hacemos lo que queremos. Mientras tanto, hay prostitutas que se prostituyeron porque tenían que vivir y los "buenos" aprovecharon para usarlas. Hay publícanos que viven del soborno, porque hay "buenos" que usan sus servicios. Pero entre los publícanos y las prostitutas hay quienes, algún día, descubren que pueden ir por otros caminos y ser también hijos de Dios. Entonces dejan la bebida, por ejemplo, y se vuelven buenos padres de familia y hasta predicadores en la asamblea de Dios...

También hoy, conversión y gracia son los temas de la liturgia, que poco a poco se acerca al final del año litúrgico, diseñando cada vez con más nitidez la perspectiva final. En Ez 18, 25-28 (laLt), Dios se defiende de la acusación de injusticia. Acusación, por dos razones: cuando un "justo" se desvía, se puede perder ("Yo he hecho tanto por la Iglesia, que Dios no me puede castigar..."); y cuando un malvado se convierte, se salva ("¡Qué injusticia, este sinvergüenza entra en el cielo!"). Ahora bien, la lección de este texto, Jesús la expone una vez más en forma de una parábola, propia de Mt (como la del domingo anterior): la parábola de los dos hijos del agricultor. El de "sí, señor", que no hace lo que promete, y el del "no", que se arrepiente y hace, a pesar de haberse negado. ¿Cuál de los dos hace

Jesús reprende a los "buenos", porque no se convirtieron. ¿Será que, actualmente, alguien está predicando la conversión de los "buenos"? Puede ser que los profetas no estén hablando bastante fuerte. Incluso los que optaron por los pobres y marginados, a veces huyen del ámbito de los buenos cristianos para no tener que enfrentar ese público. Esto también es cobardía. Pero, aun así, "la voz del Bautista" tovadía no ha enmudecido. Pues ¿quién puede leer la introducción del documento de Puebla sin sentir un profundo apremio ante el injusto bienestar? ¿Quién puede escuchar cada domingo el mensaje de amor y comunión y, al mismo tiempo, seguir sin apremio siguiendo egoísta en su propio hogar?

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Los buenos son los que más necesitan que se les insista en su propia conversión. Pues para ellos es más difícil convertirse que para los pecadores reconocidos. Convertirse significa que antes no se estaba tan bien como parecía. Ahora bien, para quien ya perdió la vergüenza, es relativamente fácil reconocer esto. Pero dejar una posición de estima significa entrar en la incertidumbre... eso no es fácil para los "buenos", no. ¡Pero que por lo menos lo experimenten! El caso del segundo hijo es aplicable a los pecadores convictos. Ellos dicen "no" a Dios. Pero muchos de ellos —tal vez por una cierta sencillez de corazón, porque no tienen la costumbre de rodearse de falsas justificaciones— son alcanzados por la bondad de Dios y el deseo de corresponderle. La 2aLt incita a una profunda conversión, a recibir en nosotros el espíritu de Jesucristo que, en auténtica obediencia al plan de amor del Padre, se despojó por nosotros, tomando la figura de esclavo, del último de los hombres. El texto ya fue meditado en el domingo de ramos; pero sirve para todos los días. Si Jesús se despojó de su justa grandeza, la gloria divina, ¿por qué no despojarnos de una grandeza engañosa, la justicia que nos atribuimos a nuestros propios ojos? ¿O de cualquier otra grandeza pasajera (bienes materiales, honra, etc.), para entregarnos completamente a nuestros hermanos? En armonía con la 2aLt, se puede elegir el prefacio del domingo del tiempo ordinario VII (la obediencia de Cristo).

27e domingo deltiempoordinario

LA VIÑA DE DIOS CtEnt: Orín: laLt:

(Est 13,9.10-11) "Señor, todoestáen tu poder". Dios nos concede más de lo que merecemos o nos atrevemos a pedir. (Is 5. I -7) El canto de la viña - Una poesía de las más bellas de la Biblia, que asume aires de una canción de amor, pero en vez de describir una persona querida, describe una viña, querida pero ingrata. La descripción se convierte en amenaza (5. 5-6) y solo al final se revela la identidad de la simbólica viña: es Israel (cf la novia infiel. Os 10, 1; Jr 2, 21; Ez 15, 1-8). Israel no hizo fructificar los cuidados que Dios le dedicó, no produjo justicia. En su desorden social y desprecio de derecho, renegó de la alianza con Yavé. - 5. 1-2 cf Is 27,2-5; Mt2l,33;Jn 15. 1-2 - 5,4-7 cf Jr 5, 10-11; Sal 79; Ez 19, 10-14; Is 3, 14. CtMed: (Sal 80(79), 9+12.13-14.15-16.19-20) La viña de Israel amenazada. 2aLt: (Flp 4, 6-9) Frutos de la justicia - La presente lectura está bajo la luz del v 5. "El Señor está cerca". En esta certeza, los cuidados naturales se vuelven secundarios; el gran cuidado debe ser la venida del Señor. Preparándonos para su venida gozaremos de su paz y brillará nuestra alegría. Entonces, las ocupaciones de este mundo estarán exactamente en su debido lugar; los valores y virtudes naturales serán transformados y elevados por nuestra comunión con Cristo. - 4, 6-7 cf Mt 6, 25-34; 1P 5, 7; Col 4, 2; 3. 15; Jn 14, 27 - 4, 9 cf ITs2, 13; ICo 11,1. CtAcl: (cf Jn 15, 16) Producir frutos en Cristo. Ev: (Mt 21, 33-43) Los viñadores homicidas - (segunda de las tres parábolas antifariseas; cf domingo pasado) - En Is 5, Israel era la viña de Dios. Aquí, la viña es el reino de Dios (21, 43). Se la quita a los arrendatarios criminales y se da al pueblo que produce fruto (los gentiles, los pecadores convertidos). Pero los nuevos arrendatarios estarán bajo la misma exigencia que los antiguos: producir frutos de justicia, es decir, hacer que se haga la voluntad de Dios. En la parábola se describe toda la historia de los profetas rechazados, de Cristo y de los apóstoles cristianos. - cf Me 12, 1-12; Le 20,9-19 - 21, 33-41 cf Is 5; Jr 7, 24-26; Mt 23. 34-36; Jn 3. 16-17-21, 42-43 cf Sal 117, 22-23; Hch 4, ll;Is28, 16; IP2,4-7;Rm II, II. OrOf: "Completa ia santificación de los que salvaste". Pref: (domingo tiempo ordinario VIII) "Unidos de nuevo". CtCom: (Lm 3, 25) "El Señor es bueno para con quien confía en él" / (I Co 10, 17) "Aunque seamos muchos, formamos un solo cuerpo". Orfín: ¡Transformarnos en el que recibimos!

Para resumir el espíritu de la liturgia de hoy, podríamos recurrir al término "obediencia". El término no es bien visto, en un mundo en donde "revolución" es la marca preferida. Sin embargo, si la sumisión a la usurpación es rechazable, "obediencia", dar "audiencia" a quien lo merece, es sabiduría y justicia v más que eso: si sabemos que Dios nos señala un camino incomparable (en Jesucristo), entonces, obedecerle es lo mejor que podemos hacer para nosotros mismos y para nuestros hermanos: entonces, se obedece por amor. En esta hipótesis, la obediencia ya no puede ser solamente formal, como decir "sí, señor". Será un movimiento desde lo profundo de nuestro corazón, se mezclará con nuestro íntimo, exactamente como le sucedió al hijo que, primero, no quiso, pero después sintió la injusticia que estaba cometiendo en relación con el "Padre de la bondad", e hizo lo que se le había pedido.

Uno de los textos más populares de la literatura profética era el Cántico de la viña, una alegoría del profeta Isaías, que canta la ingratitud de la viña elegida por Dios y rodeada por él con todos los cuidados posibles y que, sin embargo, no produjo frutos. La viña es Israel que, en vez de producir la justicia —el bien que Dios desea para todos los hombres — institucionalizó el derramamiento de sangre y la opresión. Esta es la laLt de hoy. Hace pensar en América Latina: era un continente paradisíaco (aún hoy queda algo de eso), fue dado a los cristianos de Europa, incentivados por indulgencias y privilegios pontificios para "propagar la fe..." Pero el fruto fue la violencia institucionalizada. Tal vez parezca esta exégesis demasiado actualizada, pero ya Jesús en su tiempo hizo así una exégesis actualizada

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del Cántico de la viña. Solo que él no acusa a la viña, como Isaías, sino a los viñadores. Si el "señor de la viña" nunca vio los frutos, no fue porque la viña no los producía, sino porque los arrendatarios los desviaban... Inclusive, maltrataban a los enviados del dueño (los profetas), y cuando envió a su propio hijo, el heredero, quisieron quedarse con la viña y mataron al heredero. Es la historia de Jesús, enviado al pueblo de Israel para reclamar frutos de justicia; pero "fue sacado fuera de la viña" (el calvario, fuera de los muros de Jerusalén) y muerto. El resultado fue que la viña les fue quitada y confiada a quien entregase la producción: a los paganos, que acogieron la predicación de los apóstoles antes que los judíos. Y el texto añade que esto mismo es "proyecto de Dios", pues realiza una lógica que ya estaba en la Sagrada Escritura: la piedra desechada por los constructores se convirtió en piedra angular del edificio (Sal 117, 22ss). Esta es la lógica de la muerte y resurrección de Jesús, en la que está basado el nuevo pueblo de Dios (cf2, 33; 1P2, 7). Esta parábola tiene dos lecciones: 1) Dios esperaba justicia de Israel, pero tuvo que poner nuevos administradores para coger el fruto de su viña. Ahora bien, el "fruto de justicia" de que se trata es la fe (actuante en la práctica de la vida, entiéndase bien). Pues justicia es lo que está conforme a la voluntad de Dios, y esta es, ante todo, que escuchemos a Jesucristo (cf Mt 17, 5 y par). Pero "fruto de justicia" es también lo que produce esta obediencia a la palabra de Cristo: amor sin fingimiento, unión fraterna, mutua donación, etc. 2) La grandeza de la obra de Dios: no hay mal que por bien no venga. El rechazo de Cristo fue la prueba de la injusticia de los arrendatarios, la abolición de sus privilegios, la transferencia de la viña a los gentiles que se convirtieran y produjeran fruto: la resurrección de Cristo en un nuevo pueblo. Una observación: no leamos esta parábola con ojos triunfalistas. Pues la historia se repite siempre. La nueva alianza, en la qu^ t,i aiiúguo pueblo de Dios, ingrato, da lugar al nuevo pueblo universal de Dios, es una realidad escatológica, es decir, ya comenzó, pero todavía no está definitivamente establecida; o, en otras palabras, ¡en cualquier momento podemos quedar por fuera! Cuando nos apropiamos de los frutos, hacemos del 234

pueblo de Dios nuestro propio negocio con todas sus vicisitudes (piénsese en la cristiandad que ensangrentó a América Latina...), entonces, ya no somos administradores de la viña. Como ya lo dije: para entender bien el evangelio de Mt, ¡debemos pensar siempre en que los fariseos podemos ser nosotros mismos! Somos el nuevo pueblo de Dios, edificado en Cristo resucitado, solo si entregamos a Dios los frutos de justicia. La 2aü, sacada del final de la Carta a los filipenses, nos muestra un poco lo que son los frutos de justicia: todo lo que sea verdadero, noble, recto, puro, amable, honrado, todo lo que sea virtuoso y digno de alabanza... Pablo no da una lista de buenas acciones, de cosas por hacer. El tiene confianza en la conciencia del bien que Dios puso en la gente. No se necesita ser bautizado para saber lo que es honesto y lo que no lo es. Basta ser persona. ¡Seamos personas, en nombre de Cristo Jesús: entonces sí produciremos frutos de justicia! Y el Dios de la paz (el don mesiánico por excelencia) estará con nosotros. La segunda parte de la celebración, la liturgia eucarística, está marcada por la idea de la unidad del nuevo pueblo de Dios (sobre todo el CtCom, opción II). En la misma línea se puede rezar el prefacio domingo tiempo ordinario VIII. En la OrFin se expresa el fundamento de esta unidad: la eucaristía nos debe transformar en lo que recibimos. Recurriendo a los signos eucarísticos, podemos decir: somos el cuerpo de Cristo, la viña del Padre. 289 domingo del tiempo ordinario

A

EL BANQUETE Y EL TRAJE CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

(Sal 129, 3-4) "Si consideras nuestras faltas, nadie podrá subsistir". Nos preceda y acompañe la gracia de Dios. (Is 25, 6-10a) El banquete mesiánico - Is 24, 27 es un "apocalipsis", de fecha más reciente que el resto del libro. Después del juicio sobre las fuerzas celestes y terrestres (24, 21), Dios revela su gloria a los elegidos y reúne a todos los pueblos para el banquete de su toma de posesión (cf Ev de hoy). Se elimina la ceguera espiritual (25,7); la muerte queda vencida. No el juicio, sino la alegría es la última palabra de Dios sobre el mundo (cf Ap21). -cfMtS, 11;Jn6,51.54;Os 13, 14; ICo 15, 26.54-55; Ap 7, 17; 21, 4; Is 35, 10. (Sal 22, l-3a.3b-4.5-6) Dios es el pastor que nos lleva a los pastos. (Flp 4, 12-14.19-20) Con Dios, todo lo puedo - Pablo, que se preocupaba por sostenerse con su propio trabajo, aceptó en la prisión donaciones de los fieles de Filipos; pero no por eso pierde su libertad: sabe que puede todo por Dios y con Dios. En las donaciones, acogió a los filipenses como partícipes de su sufrimiento. Ahora comparte con ellos el misterio que los sustenta de verdad: "Mi Dios" (4, 19).-cfHb 13, 5; 2Co 12, 9-10; Col 1,29.

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CtAcl: Ev:

(cfEf I, 17-18) Dios ilumine la mirada de nuestro corazón. (Mt 22, 1 - I 4 O 2 2 , 1-10) La parábola del banquete - Parábola con dos significados: 1) los primeros invitados son sustituidos por otros, llamados de manera universal; 2) es eliminado el que no tiene el traje adecuado. Aparece otra vez la figura del "hijo" (cf parábola anterior, domingo pasado). Esta vez el rey no pide frutos, sino solamente la aceptación de su invitación; en vano. La parábola menciona, como castigo, la destrucción de Jerusalén (70 dC) (22, 7). En vez del judaismo oficial viene ahora el nuevo pueblo de Dios, formado por todas las naciones. Pero no por ello todos son elegidos; los invitados deben participar en el banquete; hacer la voluntad de Dios (el traje festivo; justicia).- cf Le 14, 16-24; Pr9, 1-6; Mt 8, 11-12; 21, 34-35; Ap 19, 7-9. OrOf: "Recibe... con estas ofrendas, las plegarias de tus fieles". Pref: (Eucaristía II) El banquete del Señor. CtCom: (Sal 33, 1) A los que buscan al Señor nada les falta / (Un 3, 2) "Cuando Cristo aparezca...". OrFin: Participar de la vida de Dios alimentándonos con Cristo.

Nos acercamos al final del año litúrgico. Se abre cada vez más la perspectiva final. Dios nos espera para el banquete escatológico, con el que ya soñaba el profeta Isaías siete siglos antes de Cristo (laU). Para un pueblo que conoce el hambre (por tanto, también para la gran mayoría de nuestro pueblo), comida y bebida en cantidad es una imagen capaz de evocar el bienestar total, aunque siga siendo una imagen... Nuestra imaginación no logra concebir lo que Dios prepara para sus amigos, sus hijos (cf Un 3, 2). El Ev de hoy tiene dos ideas, relacionadas con la imagen del banquete escatológico. La primera habla de la invitación y de la actitud de los invitados (rechazo de los invitados oficiales e invitación a todos). La segunda se refiere a las condiciones personales para participar en el banquete (el vestido). CUIIMJUemos primero el asunto de los invitados. 1) Mirando hacia el pasado: Dios hizo varias invitaciones oficiales para el banquete de bodas de su hijo (las bodas mesiánicas de que hablan los profetas); los invitados oficiales eran ei pueblo de Israel. Pero tenían otras ocupaciones; estaban satisfechos con sus asuntos personales y no les interesaba la invitación. Incluso, agarraron, maltrataron y mataron a los mensajeros (= los profetas y apóstoles). Se preocupaban por el ^_,^..^, i.i¡ontras tenían que festejar (cf Mt 9, 14ss y par). Por eso, fueron invitados todos los que quisieran, los que eran despreciados precisamente por los primeros invitados: los publícanos y las prostitutas (cf Mt 21, 28-32; Ev 269 del tiempo ordinario), los paganos (cf domingo pasado), etc. Y también no-

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sotros, que somos los descendientes de estos paganos. Naturalmente, aun así, la gente no se puede presentar sin el traje nupcial de la fe (última parte del Ev: vv 11-14). Pues, si todos son llamados, los elegidos son solo los que realmente creen. 2) Miremos el presente: los primeros invitados son los parroquianos de costumbre, los buenos cristianos. Ellos reciben constantemente la invitación a participar de las nupcias mesiánicas, es decir, a entrar en la alegría de la verdadera fraternidad de Dios, que se alegra con su gente. Pero llueven las disculpas. Soy sacerdote, tengo que rezar mi breviario. Soy médico, tengo que mantener mi "status". Soy ingeniero, tengo que terminar aquella obra pública... "por favor, Dios, déjame en paz, tengo mucho que hacer". Y cada uno sigue en su lugarcito. Inclusive, entre los invitados oficiales algunos ni les prestan la cara a los mensajeros, en los que les parece leer la lección. Hasta los matan, en nombre de la Iglesia católica, apostólica y romana... Entonces, los mensajeros van a las plazas, a las encrucijadas y mandan a la fiesta al pueblito, que es muy humilde para sentir que le está faltando alguna cosa. Entonces pregunto: ¿los "primeros invitados", finalmente rechazados, son los judíos del tiempo de Jesús, o nosotros mismos? ¡Son los unos y los otros! Considerando ahora el segundo aspecto de la parábola (el asunto del traje), podemos hacer una pregunta semejante: ¿los que no tienen el vestido de fiesta son los que, por alguna razón, entraron en la Iglesia del primer siglo sin tener la verdadera fe, o somos nosotros que estamos dentro de la sala del banquete, pero sin una fe que nos trasforme en cristianos radiantes de novedad nupcial? En ambos modos de leer, la frase "muchos son los llamados y pocos los escogidos" no tiene nada que ver con las tristes especulaciones calvinistas sobre la "masa condenada", pero es una pregunta relacionada con la autenticidad de nuestra fe y de nuestra entrega a la fiesta que Dios, en Cristo, preparó para todos sus hijos. ¿No somos nosotros de estos llamados (fuimos encaminados hacia la Iglesia desde pequeños) pero que no podrán ser escogidos (queridos por Dios), porque nuestro corazón le está cerrado (lo que generalmente se revela en el cierre para con nuestros hermanos, especialmente, los más pobres)? En función del texto del evangelio, que tiene nítidas resonancias eucarísticas, se puede elegir el prefacio de la Eucaristía 237

II (unidad en la caridad alrededor de la cena). El CtCom puede ser la primera opción. La 2aLt, hoy, poco contribuye a la comprensión del tema central. Pero es hermosa. Tiene las frases más características del agradecimiento final de la Carta a los filipenses. Agradecimiento a los filipenses, porque ayudaron mucho a Pablo, aunque él hubiese soportado también la necesidad, si fuese el caso. El no exigió nada, pero fue muy bueno que ellos hubiesen hecho todo eso por él (Flp 4, 10-14: gratitud de la bondad fraterna). Es un agradecimiento a Dios por estos fieles tan delicados y dedicados (Flp 4, 19-20; cf 1, 3-5). Es un ejemplo para llevar a casa, después de la misa. 29g domingo del tiempo ordinario

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DAD A DIOS LO QUE ES DE DIOS

Al final de su predicación, Jesús entró en abierto conflicto con las autoridades judías (cf los evangelios de los dos domingos anteriores). Por eso, quisieron armarle una celada, para que cayera en alguna palabra contraria a la ley. Creyeron haber encontrado la oportunidad en el problema del impuesto que había que pagar al emperador romano, el cesar (Ev). Si Jesús se declaraba en favor de pagar el tributo a este extranjero, negaba la grandeza del pueblo mesiánico. Si se declaraba en contra, incitaba la rebelión contra el dueño del país... La respuesta de Jesús se convirtió en un proverbio: "Dad al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios". Por tanto, Jesús distingue dos niveles. Pero deja que el oyente aplique la distinción. Algunos interpretan como si aquí hubiese una división de tareas: el cesar para el dominio de este mundo (la ciudad terrestre), Dios para el dominio sobrenatural (la ciudad celestial): es la teoría de los "dos reinos", que permitió muchas veces al cesar soltar sus demonios, mientras los responsables de la Iglesia se ocupaban en cosas piadosas, diciéndose apolíticos. La controvertida frase de Cristo podría significar:

CtEnt: Orín: laLt:

(Sal 16. 6-8) "Guárdame como la pupila de los ojos". Estar a disposición de Dios y servirlo de todo corazón. (Is 45. 1.4-6): El rey panano Ciro, instrumento de salvación en las manos de Yavé. el rey verdadero - Is 44. 24 - 45. 13 habla del rey Ciro, el pagano que hizo regresar del destierro a los judíos. Aunque él conozca a Dios solo por lo que ha oído decir (45, 4.5), Dios lo conoce, lo toma de la mano; el profeta lo llama, incluso, "ungido", el título de la dinastía davídica: pues actúa en favor de Israel. El es un instrumento en las manos de Yavé, para hacer conocer su nombre, su fama de ser un Dios que salva. - cf Is 41, 1-5; Sal 104, 6: Ex 15, I l ; l s 4 4 , 6;2S7. 22.

(Sal 95. 1+3.4-5.7-8.9-10a+c) Alabanza universal a Yavé, el único rey. (I Ts 1. 1 -5b) Acción de gracias por la fe. esperanza y caridad de los fieles - I Ts es la más antigua carta de Pablo que poseemos y. por tanto, el documento más antiguo del NT (hacia el 50dC). - Pablo tiene razones para esta acción de gracias; trabajó pocas semanas en Tesalónica, tuvo que partir de prisa, pero la fe creció, la fuerza de Dios obró: ellos son "elegidos" (ITs 1, 4). Toda la carta es el recuerdo agradecido y espera de la venida del Señor.- I, l-3cfHch 17, 1-9: Flp 1,3; ICo 13, 13- 1, 5 cf 1 C O 2 , 4 . CtAcl: (Flp 2, I5d-16a) Portadores de la palabra de Dios. E . . (Mi 22, i 5-21) Dad a Dios lo que es de Dios - Quien pregunta algo a Jesús, puede recibir una respuesta que sobrepasa lo pedido. Los herodianos y fariseos hacen una pregunta "políticamente explosiva" y reciben una respuesta que, a más de enseñarles coherencia en las cosas políticas, les recuerda que están olvidando lo más importante: las exigencias de Dios. Dios no pide impuestos; pide la persona. - cf 12, 13-17; Le 20, 20-26; Me 3, 6; Jr 18, 18; Le 11, 53-54; Rm 13, 1-7. nw~»F. i i c r ins dones de Dios, sirviéndolo con libertad. Pref: (domingo tiempo ordinario I) Pueblo del Señor. CtCom: (Sal 32, 18-19) El Señor vela para salvar y alimentar a quien lo necesita / (Me 10, 45) "El hijo del hombre vino para dar su vida...". OrFin: Ayudados por los bienes terrenos, conocer los celestiales.

CtMed: 2aLt:

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1) "Los sacerdotes deben quedarse en la sacristía..." (negocio es negocio, la Iglesia a un lado). 2) "Lo que es bueno para el cesar es bueno para Dios...". 3) "Dad al cesar lo que le pertenece en justicia (y no lo que no le pertenece); y a Dios también...". 4) "Dad al cesar lo que es del cesar, dando primero a Dios lo que es de Dios", es decir, "buscad primero el reino de Dios y su justicia" (Mt 6, 33), y entonces sabréis atender con justicia las exigencias del orden político. Esta última interpretación nos parece más de acuerdo con el espíritu del evangelio, y es la que adoptamos. Jesús admite las exigencias de orden político, pero las relativiza, subordinándolas a las exigencias de Dios. Sea como sea, lo que era del cesar, en el caso narrado en el evangelio de hoy, era una moneda, instrumento del poder económico del imperio romano. Tratándose de eso, los interrogadores tenían que sacar las consecuencias: quien quiera negociar en el imperio romano, también tiene que alimentar el tesoro 239

romano... Pero dejando la moneda a un lado, debemos decir que todo el peso recae sobre la última parte de la frase: "Dad a Dios lo que es de Dios". Quien oye esto, tiene la impresión de que Jesús está diciendo a sus interlocutores: "Me importunan con problemas del cesar —bien, sed consecuentes en estos asuntos— pero lo que yo debo recordaros son las cuestiones de Dios". Ahora bien, los asuntos de Dios (que no son necesariamente los de la religión) deben ser la preocupación, antes que cualquier otra cosa (cf Mt 6, 24ss; 89 domingo del tiempo ordinario). Sin dar a Dios lo que es de Dios (en el fondo, todo), tampoco podemos hacer nada seguro en los negocios humanos. La laLt nos narra, incluso, un caso en el que Dios se sirvió de un "cesar", el emperador Ciro, de Persia, para realizar su plan de salvación para el pueblo israelita. Pues Ciro, en su perspicacia de déspota iluminado, creyó que era mejor que los israelitas desterrados cuidaran su propia tierra en vez de crear un gueto allí, en Babilonia. Puso fin al destierro babilónico. Así, la sabiduría administrativa de un rey pagano sirvió para realizar la bondad de Dios. El caso no es imaginario. Cuando Dios tiene la última palabra, los negocios del cesar le sirven también. Por eso, si fuere necesario, debemos poner al cesar y sus proyectos por buen rumbo... La frase de Jesús no nos enseña indiferencia para con lo que el cesar hace, por el contrario: nos enseña a someter los negocios del cesar (la ocupación "mundana" en general) al criterio de la justicia "para con" Dios; pues, en último análisis, él es el único rey (Sal 95 CtMed).

30e domingo del tiempo ordinario

EL MAYOR MANDAMIENTO CtEnl: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Sal 104, 3-4) Buscar continuamente a Dios. Amar io que Dios manda. (Ex 22, 20-26) Rentas concretas para practicar el amor al prójimo - Ex 20, 22-23, 33 es una antigua colección de normas concretas, colocadas bajo el signo de la alianza ("Código de la alianza"). 22. 20 - 23, 9 trata de la prolección a los pobres. Hasta los trabajadores migrantes ("extranjeros") son considerados (20, 20). Estas leyes muestran cómo, en una sociedad sencilla, predominantemente rural, se encarna la alianza con Yavé. que da prolección a su pueblo y espera de él justicia. Quien desprecia a los pobres, está lejos de Dios. - 22, 20-23 cf Ex 23, 9; Lv 19, 33-34; Di 10, 18-19; 24, 17-22; 27, 19; Sal 145, 9; Is 1, 17 - 22, 24-26 cf Lv 25, 35-38; Dt 23, 20-21; 24, 10-13.17. (Sal 17,2-3a.3bc-4.47+5lab) "Yo te amo. Señor". (lTs I,5c-I0) "Os hiciste imitadores nuestros y del Señar" - Felicitaciones a los tesalonicenses por haberse convertido al Dios vivo: el Dios que obra, habla y es escuchado (en oposición a los dioses que se dejan manipular, que no son escuchados: los ídolos). Para estos primeros cristianos, convertirse a Dios y a Jesucristo significaba también esperar ardientemente la parusía (1. 10), la presencia gloriosa de Jesús como Señor. Ya saben que están libres de condenación. - I, 6-7 cf 2Ts 3, 7-8; Hch 17. 5-9 - 1, 9-10 cf Hch 14, 15; 17, 31;Ga4,8-9;2Ts l,6-8;Tt2, 13; ITs 5. 9. (Jn 14, 23) Amar a Cristo y ser amado por el Padre. (Mt 22, 34-40) El mayor mandamiento - Mt 22, 15-40 narra tres discursos con el judaismo, respectivamente con los herodianos, con los saduceos y con los escribas fariseos. Estos últimos quieren ver cómo Jesús resume la ley (que tenía, según los rabinos, 248 mandamientos y 365 prohibiciones, y les atribuían igual peso a todos). Pero )a respuesta de Jesús es clara e incontestable: sin el amor a Dios y al prójimo, los otros mandamientos quedan vacíos. El doble mandamiento principal es como los goznes que sostienen la puerta de la ley. Jesús revela la unidad de los dos mandamientos que. en el AT. estaban muy distantes (Dt 6 y Lv 19): el judaismo, por la cantidad de los árboles, no veía la floresta... cfMc 12, 28-31; Le 10, 25-28; Di 6, 5; Lv 19, 18; Jn 13, 34-35; Mt 5,43. Celebración para la gloria de Dios. (ordinario V) Unidos en la caridad. (Sal 19. 6) Engrandecidos en el Señor / (Ef 5, 2) El amor de Cristo por nosotros. Sentido escatológico de la celebración eucarística.

La Orín y la OrOfse insertan bien en el tema central: estar a disposición del supremo Señor. En la misma línea, se puede rezar el primer prefacio de los domingos del tiempo ordinario (el pueblo que pertenece a Dios).

El pueblo de Israel estaba muy bien educado. En comparación con otras religiones, la de Israel le daba una importancia notable a la ética. La laLt de hoy muestra, con un texto antiquísimo (tiempo de los jueces, s XI aC), cómo se invitaba constantemente al pueblo a juzgar con delicadeza lo que convenía en el obrar cotidiano. No oprimir a los extranjeros (práctica común en aquel tiempo y aún hoy: explotar a los migrantes), pues ellos también fueron extranjeros. No explotar a las viudas y a los huérfanos. No exigir interés por el dinero prestado a un pobre (otra cosa es el dinero abonado a un rico para especular... nuestra sociedad, nuestros bancos y corporaciones financieras todavía no conocen esta distinción). Quien recibe un manto en empeño, tiene que devolverlo antes de la noche,

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En estos últimos domingos del año litúrgico, la 2aLt está tomada de las Cartas a los tesalonicenses, fuertemente marcada por el asunto de la proximidad de la parusía. Hoy escuchamos el comienzo de la primera carta. Es un saludo, que menciona como caraterísticas básicas de estos tesalonicenses: su fe actuante, su caridad abundante, y su esperanza perseverante. Es un saludo que debería poder repetirse al pueblo de nuestras iglesias. Los fieles son llamados ¡hermanos de Dios! Sugerimos una meditación ue este texto en la hora de la comunión.

para que el pobrecito no pase la noche fría sin con qué cubrirse. Ante esa pedagogía divina, el salmista, en el CtMed, puede con justicia exclamar que Dios es su defensa y salvación. ¡Este Dios merece ser amado! Los escribas de Jerusalén estaban impresionados ante la sabiduría de Jesús, de la que vimos una muestra en el domingo pasado. Entonces querían saber cómo él resumía la ley. Pues, en medio del legalismo fariseo, que multiplicaba las reglas y sus interpretaciones, algunos, como el liberal rabino Hilel, creían que había llegado el momento de simplificar un poco la ley y buscarle un principio central, una clave de interpretación. Esa clave de interpretación, mirando al espíritu más profundo de la ley, Jesús la encontró en el mandamiento que todos los judíos sabían que era el primero (es el comienzo de la muy respetable lista de Dt 6, 4ss, el "escucha Israel"): amar a Dios sobre todas las cosas. Pero, añade Jesús, este no es el único: hay un segundo de igual peso: amar al prójimo. En estos dos mandamientos, como una puerta en sus goznes, reposa toda la ley (Ev). Por tanto, Jesús resumió el espíritu de la ley, que quiere ser la expresión de la voluntad de Dios, en el amor a Dios y al prójimo'. Así nos lo narran los evangelios sinópticos (Mt 22, 34-40 y paralelo); Pablo, Santiago y Juan hablan solo del amor fraterno (cf Rm 13, 8-10; Ga 5, 14; St 2, 8; Jn 13, 34, etc.). Esta diferencia no es fundamental, no permite decir que solamente el amor fraterno es suficiente para hacer la voluntad de Dios, pues no se puede amar bien al hermano sino se ama a Dios, es decir, si no se está siempre buscando conocer su voluntad absoluta respecto de nuestro hermano. Pues se sabe que el hombre, cuando no admite a Dios en su vida, se coloca a sí inisiiiu como Dios para los otros; y entonces, no ama al hermano. Claro está que no es necesario que el hombre exprese su fe en Dios con las palabras de nuestro credo. Pero tiene que admitir alguna instancia absoluta para amar al hermano como zz:.-.zz::z y no según las veleidades de su subjetividad (pues

hay muchos que se aman a sí mismos en el hermano: madres "lechuzas", revolucionarios ambiciosos, bienhechores aspaventeros, apóstoles que buscan afirmación personal, etc.). También conviene considerar la unidad de los dos mandamientos en otro sentido: no se puede amar a Dios sin amar al hermano (cf Un 4, 20). Ya en el AT notamos que Dios se coloca como protector y defensor de los más débiles entre nuestros hermanos. ¿Cómo podríamos estar bien con él, si oprimimos a nuestro hermano? ¿Cómo podríamos ser amigos del padre sin amar a sus hijos? Sirva de ilustración la historia de la muerte de Absalón, hijo rebelde de David: cuando los mensajeros quisieron con alegría comunicar a David la "buena" noticia de la muerte de su hijo rebelde, éste lloró, y la victoria se transformó en luto (2S 18-19). Conviene ser conscientes de que Dios es el defensor de los débiles. ¿Cómo podrán los cristianos vivir el evangelio sin optar por los débiles y desprotegidos? La 2aLt pone a los tesalonicenses como ejemplo de generosa fe, en la perspectiva del nuevo encuentro con el Señor resucitado (vv 9-10). Este ejemplo se transforma para nosotros en exhortación al acercarse el final del año litúrgico, acentuándose las perspectiva final. Merece atención la frase "os hicisteis imitadores nuestros y del Señor". ¿Cuántos evangelizadores podrían decir esto con la sencillez de Pablo? Bastaría que sus "evangelizados" los imitasen, para ser imitadores del Señor... La Orín ofrece un pensamiento digno de meditación: "Concédenos amar lo que mandas". Generalmente, nos gustaría que él nos mandara lo que amamos. Pero reconocemos que su criterio es mejor que el nuestro (también en el amar al prójimo: cf más arriba).

1. El amor es más que un resumen. Ciertamente, no es un "mínimo" de la ley. Por el contrario, debemos pensar que los mandamientos de la ley no dicen todo lo que Dios quiere. Por eso, hay que buscar un "resorte propulsor", su íntima motivación: el amor. El amor es el "espíritu" de la ley, del comportamiento ético. Sin él, el resto es letra muerta, formalismo.

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31-domingo del tiempo ordinario

UNO SOLO ES VUESTRO PADRE CtEnI: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

ClAcl: Ev

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Sal 37, 22-23) "No me abandones jamás. Señor". Servir a Dios y correr libremente al encuentro de sus promesas. (MI 1, 14b - 2. 2b.8-10) Los sacerdotes indianos y el único Padre - En tiempo de Malaquías. el templo estaba restaurado, pero el culto era una vergüenza. MI 1, 6 - 2, 9 critica estos abusos (censuras a los sacerdotes). El recuerda la alianza levítica, es decir, el compromiso sacerdotal, que exige servicio dedicado y fiel: si los sacerdotes se vuelven indignos, ¿qué será entonces del pueblo? - cf Sal 101, 16; Os 4, 6; Dt28. 15; Mi 23, 3.13; Ef 4, 6. (Sal 130, 1.2.3) Sencillez y amparo en el Señor. (I Ts 2, 7b-9.13) Ternura del apóstol [tara con los fieles y sentido de la fe - La palabra de la predicación es palabra de Dios, actuante en los fieles (2, 13). No es palabra humana. Pero para que sea reconocida como palabra de Dios, es importantísimo el empeño de su portavoz, inspirado por el mismo amor que la palabra prodama. El empeño del apóstol debe mostrar las cualidades de su mensaje. Pablo da el ejemplo de sí mismo (2, 7b-9). - cf ICo3, 2;Ga4, 19; 2, 20; !Ts4, ll;Hch 18, 3; 2Ts 3. 7-9; Rm 1, 16. (Mt 23, 9b. 10b) Un solo Padre, un solo maestro y señor. (Mt 23, 1-12) Advertencia sobre la humildad en el servicio a la comunidad - A la sombra del gran sermón del judío (Mt 24-25). Mt 23 reúne las críticas contra el fariseísmo legalista e hipócrita (la "falsa justicia", en oposición a la verdadera, del sermón de la montaña), terminando con 7 maldiciones. A las primeras críticas (23. 1-7) se añaden algunas amonestaciones para los verdaderos "servidores" de la comunidad, los apóstoles cristianos (23, 8-12). La crítica fundamental a los fariseos es la "hipocresía" (= esconder su cara, como sucedía en los teatros enmascarados); dicen una cosa y hacen otra; o hacen solo para ser vistos. Si Mt, medio siglo después de Cristo, cree necesario insistir tanto, es señal de que el peligro de la falsa piedad es. probablemente, una constante también en la Iglesia. - 23. 1-7 cf Le 11. 46; Mt 6, 1-18; Me 12, 37-40; Le 20, 45-47; Ex 13, 9; Nm 15, 3839; Le 11.43; 14. 7 - 23, 8-l2cf Jn 13. 13; Mt 20, 26-27; Le 14, II; 1,52-53. Ofrenda perfecta y fuente de misericordia. (domingo tiempo ordinario Vil) Humanidad de Cristo. (Sal 15, II) Alegría en la presencia de Dios / (Jn 6, 58) "Quien come mi carne vivirá por mf\ Recibir lo que prometen los sacramentos.

La idea central de hoy es la sencillez en el liderazgo de la comunidad religiosa, puesto que Dios es nuestro único Padre (MI 2, 9; Mt 23, 9). A partir de esta idea, se desarrolla la enseñanza de Jesús, formulada aquí con los acentos característico., dü Mt (Ev). La Iglesia mateana nació del judaismo y sufrió la persecución de la sinagoga, es decir, de sus propios parientes, hermanos, padres e hijos. De ahí que el conflicto con la sinagoga ocupe tan amplio espacio en el evangelio de Mateo. Mientras en los otros evangelios se encuentran esporádicamente censuras al judaismo, Mt reúne, en un largo capítulo (Mt 23), un gran número de críticas a los escribas y fariseos. Su crítica es, fundamentalmente, la acusación de "hipocresía", engaño, falsedad, 244

formalismo religioso y social. Los escribas y fariseos se habían apoderado de la cátedra de Moisés. En la medida en que ellos enseñan la ley, conviene hacer lo que dicen. Pero no se debe imitar lo que hacen. Complican la vida ajena con su interpretación perfeccionista de la ley, pero inventan subterfugios para sí mismos (algo así como aquellos sacerdotes que, viviendo bien protegidos, complican por futilidades la vida de los hombres sencillos). Lo que hacen, lo hacen para ser vistos por los hombres. Incluso se visten de manera llamativa para lo mismo. Les gustan los primeros puestos y otras formas de precedencia (como aquellos sacerdotes que quieren siempre alguna excepción, algún abatimiento, etc.). Les gusta que se les llame "rabí" (maestro). Pero entre los cristianos no debe ser así ("Pero vosotros...", vv 8ss). Los líderes cristianos no necesitan imponerse como maestro, doctor o "padre": solamente Cristo es maestro, doctor y Dios, Padre; los fieles son todos hermanos. Debemos descubrir el espíritu que inspiró las críticas de Jesús, reunidas aquí por Mt. Está en las últimas palabras: ser grande es ser servidor (cf Mt 20, 24-28). "Rabí" significa, literalmente, "grande". El cristiano solamente es grande en el servicio. Si él enseña, no es para colocarse por encima de los demás, sino para servir. Si gobierna, también. Si sirve, no es para volverse importante, sino para volverse superfluo (por eso, sirve lo mejor posible). Quien se hace grande, será abajado, y quien se abaja será engrandecido: el ejemplo por excelencia es Jesucristo. Por tanto, conviene hablar hoy del servicio de la Iglesia. "Ministerio" significa servicio, ¡por increíble que parezca! Los líderes, en la Iglesia, son "ministros", siervos (aunque la palabra esté desvirtuada...). Y servicio significa: hacerse instrumento del otro, del verdadero bien del otro; por tanto, servicio a Dios en los hermanos (pues sin Dios, el otro puede querer veleidades y, a estas, no se debe servir). Una actitud que exige mucha delicadeza de alma y solo la puede asumir bien quien está continuamente atento a la voluntad de Dios, el único Padre. Es lo mismo que en la caridad, (cf domingo pasado). Además, es solo una aplicación particular de la caridad. La laLt muestra que Jesús puede inspirarse en los profetas, para sus críticas. Generalmente Jesús recurre al lenguaje del AT 245

(por eso, la liturgia trata siempre de acercar el Ev a la lectura del AT). Lo hace, porque de lo contrario las personas no lo entenderían: hablaría un lenguaje extraño a ellas. Así reconocen la actualidad de los oráculos de Malaquías contra los sacerdotes. La historia se repite. Malaquías, que es uno de los precursores del movimiento fariseo, critica a los jefes del judaismo, que, en su tiempo, no eran los fariseos, sino los sacerdotes (los fariseos son laicos). Jesús, fundador del cristianismo, critica a los fariseos, por las mismas razones. Y ahora, ¿no se debería criticar a los cristianos, por las mismas razones? La 2aLt forma un nítido contraste con las duras críticas de las otras. Muestra, precisamente, la abundante ternura que el apóstol cristiano siente en relación con sus discípulos: "Quisiéramos daros no solo el evangelio, sino nuestra propia vida" (lTs 2, 8). Es una actitud fuertemente contrastante con la de los jefes de la sinagoga. Esta 2aLt puede completar oportunamente una reflexión sobre el ministerio en la comunidad cristiana. Es la actitud de Cristo mismo. También llama la atención, en esta 2aü, lo que Pablo dice sobre la recepción que conoció su ministerio: fue acogido no como palabra humana, sino como palabra de Dios — lo que también era en la realidad. Para llegar a esta recta acogida, se requiere una actitud segura tanto del mensajero cuanto de los oyentes. Y, ciertamente, también la presencia del espíritu de Dios. Por tanto, tenemos bastante material para reflexionar sobre la evangeiización y el liderazgo en la comunidad. El salmo de meditación, a primera vista fuera del conjunto, nos recuerda una verdad fundamental en este sentido: no desear lo que es muy grande, sino sentirse amparado por la ternura maternal de Dios: estr. es la condición para ser un líder que solo quiere servir y no autoafirmarse. Pues Dios es quien lo afirma en su amistad.

32Q domingo del tiempo ordinario

¡LLEGA EL NOVIO! CtEnt: Orín: lal.t:

CtMed: 2aLI:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Sal 87, 3) "Llegue a ti mi súplica". Dedicarnos, totalmente disponibles, al servicio del Señor, (Sb 6, 12-16) El deseo de la sabiduría - La sabiduría, don divino, no es inalcanzable al hombre (aunque los hombres den la impresión de lo contrario...). La sabiduría les gusta a los hombres (1. 6). En lodo lo que el hombre sincera y lúcidamente indaga y piensa, descubre la sabiduría; ella está en el fundamento de la creación. - 6, 12-14 cf Jr 29, 13-14; Pr 8. 17; Si 6. 27.36;-6. 15-I6cf Pr I, 20-21; 8, 2-3; Si 15, 2: Is 65, 1-2.24; ICol,30;Col 2. 2-3. (Sal 62, 2.3-4.5-6.7-8) Sed de Dios. (lTs 4. 13-18) Los muertas en el último día - Los primeros cristianos esperaban laparusía en breve tiempo (creían que sería la segunda etapa de la "venida", de la que la predicación de Cristo fue la primera). Sería el "día del Señor", "aquel día". Imaginaban muchas cosas fantasiosas respecto de esto (estilo apocalíptico). Por eso, Pablo tiene que moderar estas imaginaciones, aunque utilice el mismo género literario. Una cosa debe quedar clara: en cuanto a los "muertos en Cristo" (cristianos muertos), no hay problema: Cristo estuvo muerto y resucitó; cuando él venga, los que "murieron en él" resucitarán e incluso precederán en el reino a los que todavía vivan (entre los cuales se cuenta también Pablo. 4, 17). Esta es la esperanza cristiana, que los demás no conocen (I, 13). - 4, 13-14 cfEf2. 12: Col 1. 27; Rm 1,4: 8, 11: 10,9; 1 C O 1 5 - 4 , 15-17 cf Mt 24, 30-31; 2Ts 1,78;Jn 14,2-3; 17,24. (Mt 24, 42-44) ¡Vigilancia! (Mt 25, 1-13) Las vírgenes del cortejo nupcial - El fina.1 del sermón escatológico de Mi (24 -25) y de la enseñanza de Jesús en Mt está constituido por tres parábolas escatológicas; las vírgenes, los talentos y el juicio final (domingos siguientes). En la parábola de las vírgenes, las amigas de la novia están, cerca de la casa de ella, esperando el novio, que llevará a su novia en cortejo hasta su casa. Pero el "esposo" (el Cristo de la parusía) demora. Ahora bien, el espíritu con que ellas pasan el tiernpo de espera se revela en \aprevidente preocupación, o en la negligencia; las que no tienen la mente dirigida a la venida del esposo serán desconocidas por él. - cf Le 12, 35-38; Mt 7, 22-23; Le 13, 25; Mt 24, 42: Me 13,33-37. "... una mirada de perdón y de paz". (domingo tiempo ordinario VI) Peregrinación en este mundo. (Sal 22. 1-2) "El Señor es mi pastor" I (Le 24, 36) Los discípulos reconocieron a Jesús al partir el pan. Perseverar en la sinceridad del amor divino.

Los tres últimos domingos del año litúrgico están marcados por la idea del fin: la venida del Señor Jesús en su gloria —al mismo tiempo, el destino final del hombre y del mundo. Las lecturas evangélicas están tomadas del "sermón escatológico" de Mt (ce 24-25). En el capítulo 24, él sigue la tradición de Me 13 (ver año B). En el capítulo 25 trae tres parábolas típicas de su propia tradición. Hoy escuchamos la primera: las doncellas esperando al esposo, en una fiesta de bodas (Ev). En la Palestina del tiempo de Jesús, con ocasión de un matrimonio, el novio salía con sus compañeros de su casa, en dirección a la casa de la novia, en donde ella lo esperaba con sus

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compañeras (las doncellas); después, en un cortejo, alegremente iluminado con las antorchas de las doncellas, toda la comitiva se dirigía de regreso a la casa del novio, que, al introducir a la novia, la hacía su esposa. Seguía luego una gran fiesta popular, con danzas y banquete. Esta escena de la vida de su pueblo le sirvió a Jesús de inspiración para hablar de la perspectiva final de nuestra existencia. "Tened los lomos ceñidos y las lámparas encendidas" era una sentencia en este mismo sentido (Le 12, 35). En la parábola de las diez doncellas está elaborada más ampliamente esta idea. Ellas deben tener sus lámparas listas para cuando llegue el novio. Ahora bien, en el AT, Dios mismo está representado como el novio o esposo que, "en aquel día", tomará nuevamente a Israel como esposa (Is 54, 4-8 etc.). Estar listos para las nupcias escatológicas — de esto se trata. Estar listos es ser previdente, pensar en el novio que viene: exige, por tanto, afectuosa atención, amor, esperanza. Lo contrario es ser imprevidente, no preocuparse por el momento importante que se está viviendo. No fue por un poco de aceite por lo que las cinco insensatas quedaron excluidas de la fiesta. Ellas no tenían su corazón cerca del novio que tenía que venir. Por eso, se volvieron extrañas para él. No las reconoció (Mt 25, 11-13); lo mismo le sucede a los que no buscan realmente la voluntad de Dios, sino que se quedan en solo formalismo, de dientes para afuera (Mt 7, 22-23). Quedar esperando a alguien, sin realmente pensar en él y alistar lo que es necesario, es formalismo; demuestra que se esperaba solo exteriormente, sin convicción interior; esta fue la falta de las muchachas imprevidentes. La parábola sirve para exhortarnos a la vigilancia escatológica. Vigilancia escatológica es algo más que quedarse calculando el día del último juicio, como algunos hacen todavía hoy (en 2000 años ya hubieran debido aprender que eso es inútil). Vigilancia escatológica es: tener su corazón junto al que se espera, empeñado en los que él espera de nosotros; es amor. Amor de muchachas felices de servirle de compañeras. Amor de la doméstica que se dedica al cuidado de la casa (Le 12, 35-38; ML 2", 45-47). Para prepararnos al encuentro con Cristo glorioso —tanto para el fin de los tiempos cuanto para el fin de nuestra vida— basta tener amor a su causa, hacer nuestra su causa. Y, en el fondo, eso ya es una anticipación del encuentro; nos da, ya anticipadamente, un poco de su alegría. ¿Quién no 248

nota la discreta alegría en el rostro de la enamorada que está esperando que llegue su novio? Así también, la prontitud escatológica no es un escrupuloso cálculo para estar "al día", sino la alegría de quien, desde ya, en la esperanza, vive la presencia de su Señor, y así tampoco tendrá dificultad para pasar una eternidad con él. Hacer nuestra la causa de Cristo, que es la causa de Dios y de sus hijos, especialmente los más débiles (cf 33 9 domingo); servir a sus siervos, no por miedo, sino por amor diligente, esta es la existencia escatológica en la alegría y dedicación cotidiana. En cada instante, nuestra actuación debería ser digna de la presencia eterna junto a Dios. La existencia definitiva no comienza en el imprevisible momento del fin del mundo o de la muerte, sino ahora. La hora actual es la hora de Dios. Cristo viene siempre (cf 339 domingo). La laLt habla de la búsqueda de la sabiduría. Para encontrarla, es necesario, precisamente, esta inteligente aplicación. El CtMed habla del deseo de ver a Dios. Son temas que nos colocan en el espíritu de la lectura evangélica. La 2aLt es una respuesta de Pablo a los problemas que le plantearon los tesalonicenses respecto del último día. Tenían un concepto muy material e inmediato de la parusía, de la venida de Cristo. Creían que los que ya habían muerto —ya que la parusía comenzaba a tardar— ya no podrían ir al encuentro del Señor. Pablo les asegura que no es así. En la hora determinada, los que "durmieron en él" (murieron con la fe en él), serán resucitados y precederán a los que todavía estén con vida1. Entre las oraciones, señaladas la Orín, que subraya bien el tema evangélico (disponibilidad), y la OrFin (perseverar). Pero también la OrOf merece atención por su delicada formulación. En cuanto al prefacio, llegó el momento de utilizar el n VI de los domingos del tiempo ordinario (la perspectiva escatológica).

1. Naturalmente Pablo no quiere describir aquí, en sus mínimos detalles, cómo sucederá eso. Solo quiere decir que morir antes del regreso de Cristo no nos aparta de él. Nuestra resurrección significa precisamente esto: que aun muertos, viviremos con Cristo. ¡Pues todo y todos tendrán que ser transformados: vida y muerte serán otra cosa!

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33e domingo deltiempoordinario

DILIGENCIA ESCATOLOGICA CtEnt: Orín: laLt:

CtMed: 2aLt:

CtAcl: Ev:

OrOf: Pref: CtCom: OrFin:

(Jr29, 11.12.14) "Mis pensamientos son de paz y no de aflicción". Solo tendremos felicidad completa sirviendo a Dios.
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