KGB (Vive La Historia)

 

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DENTRO DE DE LA LA

KGB Operando en las sombras de la Guerra Fría, la KGB soviética creció hasta convertirse en el servicio de seguridad estatal más grande del mundo Escrito por Matt Robinson

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Sangre en el escudo

Manifestantes reciben al ex jefe de la KGB Alexander Shelepin cuando visitó Londres en 1975

n año después de la caída de la Unión Soviética, un ex oficial de la KGB llamado Vasili Mitrokhin entró en la embajada británica en Letonia. No era raro que aparecieran desertores ofreciendo documentos secretos soviéticos. Pero había algo en Mitrokhin, en su desaliño y en su historia, que llamó la atención del personal de turno de la embajada. Le ofrecieron una taza de té y él abrió una maleta llena de ropa sucia y documentos document os c lasificados. Como archivero principal de la KGB, Mitrokhin tenía un acceso sin precedentes a los registros de la organización. En 1972 se le encargó trasladar todo el archivo desde la sede de Lubyanka, cada vez más atestada, a una nueva instalación en el distrito de Yasenevo, en Moscú. Esta tarea le ocuparía 12 años. Mitrokhin estaba muy desencantado con el régimen. Empezó a tomar detalladas notas manuscritas de los documentos que se llevó a su dacha ocultos en sus zapatos, donde las escondió  bajo unas tablas del suelo. En los meses que siguieron a su visita a la embajada británica, Mitrokhin transfirió al Servicio Secreto de Inteligencia británico (MI6) más de 20.000 páginas de información secreta con datos desde 1918. Estas revelaciones, recogidas en dos libros publicados antes de su muerte, ofrecen una visión incomparable de las actividades de una de las organizaciones más opacas de la historia y exponen, según sus propias palabras, lo fino que era el hilo de la paz durante la Guerra Fría. Durante su recopilación de datos, Mitrokhin debía ser consciente del enorme riesgo que asumía. El KGB tenía una oscura historia en el trato de aquellos que traicionaban la causa. Los traidores eran ejecutados en la sede de la KGB de Lubyanka y, después, enterrados boca abajo en tumbas anónimas.

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La KGB de la Guerra Fría tiene su origen en la primera organización soviética de Seguridad del Estado, la Checa, o Cheka, creada el 20 de diciembre de 1917, después de la revolución bolchevique. La Checa era dirigida por el antiguo aristócrata polaco Félix Dzerzhinsky, apodado Félix de Hierro. Cuando los bolcheviques se embarcaron en su gran experimento comunista, los dirigentes políticos se dieron cuenta de que concentrar los medios de producción en manos del Estado requeriría el apoyo de un aparato de seguridad siempre vigilante, que se dedicara a deshacerse de los enemigos del pueblo y, más concretamente, del partido. El sistema soviético tenía que protegerse de los restos del viejo orden y de los «agentes del imperialismo» que aspiraban a destruir el nuevo régimen. El método más eficaz de la Checa contra los opositores era el terror: amplias detenciones arbitrarias, ejecuciones sumarias sin  juicio y rebuscados métodos de tortura. Pese a las sangrientas actividades de su organización, Dzerzhinsky definía al chequista como “un hombre de corazón caliente, cabeza fría y manos limpias”. Esta definición se convertiría en el eslogan de los manuales de entrenamiento de la KGB. Los oficiales se referirían con orgullo a sí mismos como chequistas. Recibían su sueldo el día 20 de cada mes, una fecha que conmemoraba la fundación de la Checa. El 20 de diciembre sigue siendo fiesta en el calendario laboral ruso: el día de los trabajadores del servicio de seguridad nacional. Fue Dzerzhinsky quien escogió el emblema, y el símbolo de la espada y el escudo se convirtió en la insignia de la KGB: el escudo representa la defensa del estado y la espada el ataque a los enemigos. Hasta 1991, había una estatua de hierro del jefe de la Cheka frente a la sede de la KGB en Moscú, la antigua sede

Felix de Hierro (Felix Dzerzhinsky) era un antiguo aristócrata fundador de la Cheka

 

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Un rojo en tu cama

La KGB usó una pistola paraguas para asesinar al disidente Georgi Markov en plena calle. Londres, 1978

A medida que la KGB pasaba de las técnicas brutales de la Checa a métodos menos violentos, la inteligencia soviética tuvo que revisar sus tácticas. El uso del chantaje mediante material comprometedor, conocido en ruso como Kompromat, se convirtió en una de las armas más eficaces de la KGB para la gestión de la política interna. En los Hoteles Insturist había habitaciones especiales donde la KGB recopilaba información embarazosa de contactos con prostitutas, que se usaban para doblegar las voluntades. Un caso clásico ocurrió en 1957. John Vassall, joven Agregado Naval Británico, fue fotografiado junto a varios hombres en posición comprometida durante una borrachera en Perdigón envenenado usado para asesinar a Georgi Markov

una fiesta en Moscú. Fue chantajeado y acabó trabajando para la KGB, proporcionando miles de documentos clasificados a la inteligencia

de la All-Russian Insurance Company, fundada en 1917. La KGB, al igual que su predecesora, no surgió para proteger a los ciudadanos de los excesos del Estado, sino para proteger la pervivencia del propio Estado y su ideología de amenazas extranjeras y nacionales. Sin embargo, no siempre fue conocido como KGB: el servicio de inteligencia soviético tuvo siete nombres antes de que estas famosas siglas se adoptaran definitivamente en marzo de 1954. KGB significa Komitet Gosudarstvennoy Bezopasnosti, (Comité para la Seguridad del Estado). Igual que la “dictadura del proletariado” de Lenin dio paso al culto a la personalidad de Stalin, el celo revolucionario del aparato de seguridad creció con cada cambio de nombre. Las técnicas inquisitoriales, los juicios públicos y las purgas arbitrarias eran los rasgos distintivos del gobierno estalinista. Los órganos del partido fueron eliminados, siendo igualmente purgados de forma  brutal los leales al partido y los disidentes. Había un chiste muy popular en la época: el servicio de seguridad entra en una casa de madrugada, y allí les dicen “Se han equivocado de dirección. Los comunistas viven en la puerta de al lado.” En 1937, Joseph Stalin, en una fiesta de celebración de la revolu revolución ción bolchevique, resumió en pocas palabras la pesadilla de la estrategia de los servicios de inteligencia soviéticos: “Destruiremos sin piedad a cualquiera que con sus hechos o sus pensamientos amenace la unidad del Estado socialista”. Como destacó Lenin:” La confianza es  buena, el control es mejor” mejor”.. El miedo inspiraría la obediencia y el aparato de seguridad del Estado sería la principal herramienta del miedo para asegurar el orden y destruir a los enemigos, tanto reales como imaginarios, juzgando sus acciones y sus pensamientos.

Deshielo de Nikita Kruschev

Después de la muerte de Stalin en 1953, Kruschev se convirtió en líder de la Unión Soviética. Utilizando sus habilidades como político, denunció el papel de los servicios de seguridad en los excesos

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soviética que contribuyeron al desarrolla de la Armada Roja. En la Rusia moderna, el Kompromat fue usado para destruir la carrera del Fiscal General, Yury Skuratov, que en 1999 estaba investigando la corrupción en la Administración de Boris Yeltsin. Cuando oportunamente se difundió un borroso video de alguien parecido a Skuratov con dos mujeres jóvenes en la cama, muchos vieron detrás la mano de los servicios de inteligencia. El encargado de verificar el video en la televisión era el jefe del FSB y futuro presidente ruso Vladimir Putin. John Vassall, Agregado Naval Británico

Semyon Tsvigun fue primer vicepresidente de la KGB. Escribía novelas de espías

políticos del pasado, cuando la doctrina oficial del partido se alejó de la ortodoxia feroz del régimen  bolchevique y esta linista. La KGB se estableció en 1954, coincidiendo con la campaña de reformas sociales y de liberalización de Kruschev. Se levantó la prohibición a algunos artistas, se rehabilitó a presos políticos y se mejoraron las relaciones internacionales. La denuncia a Stalin en 1956, en un discurso ante los Delegados en el XX Congreso del Partido en Moscú, se convirtió en un emblema del llamado “Deshielo de Kruschev”. La liberalización y la desestalinización tendrían un impacto negativo en el estatus de los órganos de seguridad en la época de Kruschev. El primer Presidente de la KGB, en 1954, fue Iván Serov, que había organizado deportaciones en Ucrania y en los países bálticos y colaboró en la creación de la policía secreta de Alemania Oriental, la Stasi. Al igual que Kruschev, Serov pertenecía a la antigua escuela estalinista. Se jactaba de que podía

romperle todos los huesos a un hombre sin llegar a matarlo, y coordinó la sangrienta reacción soviética a la Revolución Húngara de 1956. Sin embargo, su mandato como presidente fue ensombrecido por  varias deserciones de oficiales de la KGB a occidente. La reputación de Serov pronto se convirtió en una  vergüenza diplomática para el reformador Kruschev. Kruschev tenía como objetivo mejorar la imagen de la Unión Soviética en el mundo. Para ello liberó a millones de prisioneros de los Gulag y cambió la manera en que los servicios de seguridad trataban la disidencia interna. La KGB era famosa por sus operaciones de inteligencia en el extranjero, pero también cumplía con una gran variedad de funciones en la seguridad interna, como la investigación de delitos políticos y económicos  y la supervisión de la censura y la propaganda estatal. Otras tareas de la KGB eran la protección de las fronteras terrestres y marítimas soviéticas (Directorio de Guardias Fronterizas), proporcionar proporcionar

 

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guardaespaldas a los funcionarios del Estado (Noveno Directorio) y el mantenimiento de los sistemas telefónicos y de radio utilizados por las agencias estatales (Decimosexto Directorio). Después de la destitución de Serov, el nuevo presidente, Alexander Shelepin, comenzó a presionar para crear un servicio de inteligencia más sofisticado, apartándose de la brutalidad del pasado.

Psiquiatría retorcida El humanitarismo que surge tras Stalin, en época de Kruschev, hizo que cayera el uso de la tortura

para conseguir confesiones. El temor a la censura internacional redujo el uso del asesinato como herramienta de control político. Sin embargo, los oficiales de la KGB temían parecer ineficaces en su lucha contra la disidencia interna. La solución era muy simple. Cualquier disidente sería diagnosticado de “esquizofrenia lentamente progresiva”,, un trastorno desarrollado por un progresiva” psiquiatra soviético que servía para etiquetar de enfermo mental a cualquiera que se opusiera al régimen soviético. Como observó el comentarista  británico Francis Wheen: “Si la conciencia e stá

“Cualquier muestra de disidencia era diagnosticada como esquizofrenia” Edificio Lubyanka en Moscú, sede original de la KGB

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León Trotsky

determinada, tal y como afirman los artículos de fe revolucionarios, entonces era imposible tener una conciencia antisocialista en una sociedad socialista. Cualquiera que cuestionara o criticara la política soviética debía mostrar síntomas de tal conciencia y, por tanto, debía estar loco.” Esta forma de esquizofrenia estaba caracterizada por una conducta desviada, y cualquier persona diagnosticada era despojada de sus derechos y enviada a un hospital psiquiátrico - conocidos como Psihushka. El presidente de la KGB, Yuri Andropov, institucionalizó plenamente la práctica en 1969 y miles de personas fueron recluidas en hospitales durante meses o incluso años. El premio Nobel  Alexander Solzhenitsyn describió esta psiquiatría punitiva como “asesinato espiritual”. Durante el cautiverio era inútil protestar, ya que cada queja registrada era una prueba añadida de la locura del paciente. El objetivo era romperlos física y mentalmente, mediante un tratamiento de drogas y descargas eléctricas. Las reformas sociales de Khrushchev durarían muy poco. En 1964 le sucedió el más prosaico Leonidas Brezhnev, y la mayoría es estas reformas serían revocadas. No obstante condicionarían en adelante la forma en que la KGB operaría internamente. Se desarrollaron nuevas técnicas más sofisticadas para reemplazar la brutalidad de la Checa original. Las políticas de liberalización de Kruschev trajeron cambios considerables a la sociedad soviética durante un período marcado por los levantamientos en los estados satélites: en 1953 en Alemania del Este y en 1956 en Polonia y Hungría, que fueron reprimidos violentamente violentamente por

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Georgi Markov

Stepan Bandera Presidente y Lev Rebet Hafizullah Amin El spray venenoso • 1957 y 1959

El paraguas asesino • 1978

Matanza de Kabul • 1979

El asesino de la KGB, Bogdan

El Gran Traidor • 1940

El escritor disidente Georgi Markov,

El líder afgano Hafizullah Amin fue

Stashinsky, acabó con ambos

El brutal asesinato del opositor más

era portav oz de la oposición búlgara a

asesinado cuando su palacio de Tajbeg

nacionalistas ucranianos disparándoles

odiado por Stalin en 1940 envió un

Todor Zhivkov. Recibió un disparo con

fue atacado por un equipo de asalto

en escaleras poco iluminadas con

mensaje muy claro a todos los críticos

un perdigón envenenado con ricino

liderado por fuerzas especiales de la

una pistola que disparaba una dosis

del mundo. Exiliado de la Unión

disparado con una pistola paraguas

KGB. Había sobrevivido a tres intentos

letal de cianuro. Su deserción a Berlín

Soviética en 1929, el ex jefe del Ejército

diseñada por la KGB, mientras

de asesinato soviéticos. Su muerte

Occidental y posterior juicio fueron tan

Rojo se estableció en la ciudad de

esperaba el autobús en Londres. Parte

coincidió con la llegada de fuerzas

vergonzosos para los soviéticos que

México. Allí fue asesinado con un piolet

del perdigón se disolvió y el veneno

soviéticas a la región y el inicio de casi

los asesinatos al otro lado del telón de

por un anarquista español.

entró en la sangre de Markov.

diez años de ocupación y guerra.

acero se hicieron menos frecuentes .

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las fuerzas soviéticas. Mantener la “integridad del socialismo internacional” y la hegemonía soviética en el bloque oriental se convirtió en una prioridad. Tras la invasión de Checoslovaquia en 1968, la KGB sería una herramienta esencial para hacer cumplir la conocida como “Doctrina Brézhnev”. Yuri Andropov era responsable de esa doctrina.

El emblema de la KGB con la espada y escudo, escogido por Dzerzhinsky

Vladimir Putin: el chequista eterno Vladimir Putin sirvió como oficial de la KGB durante 17 años. Se unió a los servicios de inteligencia en 1975, sirviendo en el Primer y Segundo Alto Directorio. Habla alemán con

Yuri Andropov y el “complejo húngaro”

fluidez, lo que le permitió trabajar de forma

Mientras servía como embajador soviético en Hungría en 1956, el futuro jefe de la KGB fue testigo de la rapidez con la que un estado comunista, podía ser derribado por un levantamiento popular. Esto le obsesionó el resto de su vida. Andropov fue el jefe de la KGB que más tiempo ocupo el cargo: 15 años,  y sólo lo dejó para suceder a Le onidas Brézhnev como líder soviético en 1982. Su experiencia en Hungría le había convencido de la importancia del ejército para lidiar con la disidencia en los estados satélites, y la necesidad de que la KGB operase fuera de la URSS para abortar cualquier disidencia que, de otro modo, podía extenderse a la Madre Patria. La KGB destinó muchos recursos y energía a sus operaciones en el extranjero, ya sea en los Estados satélites o contra las «potencias imperialistas», especialmente contra su “principal adversario”,, Estados Unidos. El asesinato político adversario” (que ellos llamaban Medidas Activas), la difusión de desinformación, la financiación de grupos terroristas, etc. se complementarían con la recolección rutinaria de información para intentar desacreditar a las democracias occidentales y desestabilizar el mundo a su favor. Desde la época de la Checa, la infiltración en las potencias extranjeras y la injerencia en sus los asuntos exteriores eran consideradas tácticas esenciales para defender la gran

del Este, desde 1985. Empezó como traductor

Gafas de suicidio americanas, capturadas por los rusos

Pintalabios pistola, conocido como el “beso de la muerte”

encubierta durante cinco años en Alemania y fue ascendiendo hasta Teniente Coronel. Aunque su pasado en la KGB se menciona frecuentemente en los medios, sus logros no parecen haber sido muy relevantes. Lo más notable es que Putin reivindica con orgullo su pasado chequista. Su paso por el servicio de inteligencia contribuyó a construir su reputación de gran patriota y le ayudó en su ascenso al poder. Después de ser un trabajador leal durante casi dos décadas, dimitió de la KGB el 20 de agosto de 1991, durante el intento de golpe de estado de Kryuchkov. Sin duda impresionó al entonces primer ministro Boris Yeltsin,

potencia proletaria. Las primeras operaciones extranjeras realizadas con éxito fueron esencialmente de espionaje industrial y, durante los años de Stalin, de espionaje nuclear a Estados Unidos. Los agentes legales que utilizaban la cobertura diplomática resultaron ser un recurso importante. Por ejemplo, en 1962, el agente legal de la KGB en Washington, Alexander Feklisov, que había sido oficial de los Espías Atómicos, ayudó a resolver la crisis de los misiles cubanos. No obstante, fue el programa de espías ilegales -agentes que viven bajo una cobertura en el extranjero - lo que le daría a la agencia su reputación en el arte del espionaje. Este programa estaba supervisado por la Dirección S, el departamento más secreto de la KGB. El uso de ilegales se convertiría en la principal herramienta de información en el extranjero. Incluso cuando perdían su cobertura, sus operaciones tenían efecto propagandístico propagandístico,,  ya que mostraban la férrea disciplina de los agentes en la lucha contra sus enemigos, que eran capaces de pasar años viviendo con nombres falsos y tapaderas convincentes. convincentes.  Antes de i niciar una operación, estos agentes durmientes juraban lealtad a la patria “con cada latido del corazón, cada día que pase”. La detención del espía soviético Rudolf Abel en 1957 condujo a uno de los episodios más conocidos de la Guerra Fría:  Abel f ue intercambiado por el piloto de U2 Gary Powers, derribado durante una misión secreta de la CIA sobre la URSS. La KGB conseguía grandes éxitos en sus operaciones en el extranjero, ya sea en Gran Bretaña con los Cinco de Cambridge, o en Estados Unidos. Pero no eran nada ante la creciente inestabilidad del país.

que apoyó el rápido ascenso de Putin a Director del Servicio Federal de Seguridad (FSB). Después de la dimisión de Yeltsin el 31 de diciembre de 1999, Putin fue nombrado presidente interino, confirmado al año siguiente. Su primera orden presidencial fue asegurar la inmunidad de Yeltsin por diversos cargos de corrupción. La lucha política en la Rusia post-soviética se ha librado principalmente entre los llamados siloviki (antiguos miembros de los servicios de seguridad) y los oligarcas (los nuevos ricos). Los siloviki debieron regocijarse con la llegada de Putin al poder. Un ex oficial de inteligencia, rodeado por sus antiguos colegas, es un poderoso aliado natural.

 

El amargo final Las traiciones eran algo común en maniobras políticas que marcaron la transición del poder en la Unión Soviética. Los servicios de seguridad y los miembros del Politburó conspiraban unos contra otros, y fueron igualmente purgados a medida que cambiaban los vientos políticos. En 1953, poco después de la muerte de Joseph Stalin, su jefe de seguridad Lavrenti Beria, que algunos apuntaban como su sucesor, fue destituido  y ejecutado, compartiendo el destino de sus predecesores, Yagoda y Yezhov. El sucesor de Stalin, Nikita Kruschev, se esforzaría por limitar el poder de la KGB. Lideró la conspiración contra Beria, temiendo que el jefe de seguridad estuviese afilando sus cuchillos. Numerosos presidentes de la KGB intentaron llegar a la Presidencia de la URRS, antes de que Yuri Andropov lo consiguiera en 1982. En 1991 el jefe de la KGB, Vladimir Kryuchkov, organizó un golpe de estado contra el régimen de Mijaíl Gorbachov en reacción a la liberalización de la sociedad. Proyectó su frustrado plan en una casa de baños de Moscú. Los comentaristas de la época  bromeaban diciendo que el comunismo en Rusia debía terminar, puesto que los bolcheviques ya ni sabían organizar un golpe de estado exitoso. La disidencia política eliminada con Brezhnev o Stalin, ahora tenía un nuevo espacio en la sociedad soviética de Mikhail Gorbachov. La transparencia, las reformas del mercado y la democratización contribuyeron a la liberaliización de la Europa del Este, mientras el control de Moscú sobre los estados satélites se relajaba. El día de Navidad en 1991, la bandera de la hoz y el martillo fue arriada por última vez sobre el Kremlin. Para la gente de la KGB, este período caótico reafirmó su creencia de

Con Putin en el poder, el espíritu chequista pervive en la Rusia moderna

“Para el KGB, este período caótico les reafirmó en la creencia de que había que suprimir la disidencia interna” suprimir la disidencia interna y preservar el orden establecido. Como resultado de su participación en el intento de golpe, la organización fue suprimida el 6 de diciembre de 1991. La KGB se segmentó en dos nuevas instituciones: la FSB, agencia de la policía secreta, y la SVR, la agencia de espionaje.  A mediados de los 90 la palabra “silovik ” se usaba en Rusia, para referirse a ex miembros de los servicios militares y de seguridad que

habían entrado en política. Creían en un sistema centralizado para la ley y el orden, y estaban preparados para usar la fuerza para restringir la libertad de prensa y silenciar las voces de la oposición. Los silovik se han vuelto muy influyentes en la configuración de la política del Kremlin, ocupando posiciones ministeriales en el gobierno. La espada y el escudo todavía proyectan una larga sombra sobre la Rusia moderna.

Krushchev denuncia a Stalin en el XX Congreso del Partido Comunista

Edicto que establecía la KGB en 1954

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