Kar Kinos
August 19, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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KARKINOS de Xésar Tena
Dramatis Personae
ALDO 32 años ANA 14 años ROBERTO 60 años MARÍA 45 años Escena única
Entran por izquierda tres personas al escenario –ANA, MARÍA, ALDO- se quitan los zapatos, hacen un nudo a las agujetas para unirlos y los lanzan hacia un cable * que está suspendido, suspendido, cruzando el escenario. Lo intent cruzando intentan an varias veces hasta hasta que lo logra logran n y conform conforme e lo hacen se sientan sient an en su respec respectivo tivo sillón, sillón, donde a su vez se conectan sonda sondass en el brazo. Cuando los tres están listos inicia una música de melodía suave acompañada de una voz. VOZ OFF: Bienvenidos. Gracias por venir una vez más a su sesión “químiolvidedeperdonar”. Usted está aquí por haber cubierto satisfactoriamente el programa de recuperación básico “químistapasando” y el nivel uno “químistaninyectando”. Ahora relájese y disfrute del maravilloso cocktail que hemos preparado para usted. Cancerteza le podemos decir que ¡usted está mejorando! Buenos días. MARÍA saca un libro, ALDO un ipod y ANA una laptop. Entra ROBERTO con un papel en la mano. ROBERTO: ¿Aquí es la quimio fase dos? ANA: ¿Te ¿Te enviaron a “químiolvidedeperdonar”? ROBERTO: Sí. ANA: ¡Es aquí! Bienvenido. *En México hay una frase popular que reza “colgó los zapatos” para decir que alguien murió. Entre otros significados, se cuelgan los zapatos de un difunto en los cables del exterior para honrar su memoria.
ROBERTO: Hola. Buen día. Con permiso. (Va hacia el único sillón disponible a sentarse) ANA: ¡No! ROBERTO: ¿Perdón? ANA señala con el dedo los tres pares de zapatos colgando ROBERTO: Válgame dios. (Se quita sus zapatos de mala gana y por fin se sienta y se conecta a la sonda, se coloca además unos tapones para los oídos y un antifaz para dormir) ANA se pone a chatear. chatear. Se ríe. Se acomoda y reacomoda de la emoción. V Voltea oltea a ver a los demás. Comienza una video llamada. Ana: ¡Hey! ¡Hola! Sí, sigo viva, ¿cómo ves? Bueno termina de contarme. (…) ¿En serio? ¿Y fue beso de lengüita? ¡Guácala qué rico! (Ríe) ¿Y qué pasó con el otro, el que tocaba la guitarra? (…) Sí, a mí también me parecía medio menso, pero bueno, capaz que era mejor niño que el emo de tres piercings en la lengua. MARÍA: (A ANA) Perdona… ANA) Perdona… niña, perdona. ANA: Espera un momento. (A MARÍA) ¿Sí? MARÍA) ¿Sí? MARÍA: ¿Podrías bajar el volumen? volu men? Estoy intentando leer. ANA: Si yo por mí estaría en starbucks y usted en una biblioteca biblioteca pero tenemos que acoplarnos a estar juntas un rato ¿no cree? MARÍA: Sí, pero mi actividad no interfiere con la tuya, luego no tienes nada que reprocharme y sí mucho que respetarme, bien podría ser tu madre. ANA: ¡Ay no! ¿En serio va empezar con ese discurso? Sabe qué, amor y paz. Deme un segundo. (A la pantalla) ¿Amiga? Tengo que colgar, ya sabía que no sería buena idea, pero pantalla) ¿Amiga? Tengo bueno, lo intenté. ¿Vas a estar un rato más? Podemos seguir en el chat… ¡Bueno, pero me cuentas eh! Besos. Ciao. (A MARÍA) ¿Contenta? MARÍA) ¿Contenta? MARÍA: Gracias. Pausa (ALDO abre los ojos, mira su ipod, lo presiona un par de veces)
ALDO: Otra vez, pinche batería. (Se quita los auriculares fastidiado) ANA: ¿Traes tu cable? ALDO: ¿Cómo? ANA: Que si de casualidad traes tu cable, yo te lo puedo cargar un rato en la compu. Con conectarlo una hora te aguanta. ALDO: Ah, no gracias. Digo, no lo traigo. Pero ya está fall fallando ando mucho. Estos juguetitos son una maravilla, pero todos están diseñados para ser desechables. ANA: ¿Quieres que ponga música? (Mira a MARÍA) Bueno, MARÍA) Bueno, olvídalo. ALDO: Gracias estoy bien. Total, Total, ya estoy acostumbrado a aburrirme. ¿A ti te queda mucha batería? ANA: Dos horas, pero a veces miente. ALDO: Así es la tecnología, una perra que no tiene palabra de honor honor.. MARÍA: Podrías moderar tu vocabu… ALDO: Ay no empieces, María. Si quieres santa paz, haz como el señor, compra tus tapones y unas cosas de esas de los caballos para enfocarte en tu lectura, o ve a tratarte a la montaña. Hay humanidad, hay interacción, es básico y hay que sobrellevarlo, punto. Pausa. Silencio. MARÍA sigue leyendo y comienza a respirar agitada, aprieta el libro en sus manos, lo avienta lejos y se lleva las manos al rostro. ALDO y ANA se miran. ROBERTO se levanta el antifaz y ve el libro en el suelo. ANA:¿Estás bien? (Al público) La Todo el público) La quimio es como una terapia de grupo empírica. Todo mundo saca lo mejor y lo peor de sí cuando se sienta en estos sillones. Hay personas con las que te encariñas pero sabes que no debe ser demasiado, porque siempre duele perder a alguien que estimas. Los adultos dicen que soy más madura que las niñas de mi edad porque las pruebas difíciles te hacen crecer más rápido. Eso no quiere decir que a veces no me mientan para “protegerme”. A mí me gusta conocer a la gente, saber sus historias porque todas son diferentes. Este grupo es nuevo para mí, pero parece que el joven y la señora se conocen. ALDO: ¿Estás bien?
MARÍA: ¡¿Suicidio disfrazado?! ¿Sabes que ese imbécil (Señala el libro) dice libro) dice que vivimos un suicidio disfrazado? ¿Cómo puede ser posible que se publique tanta mierda? Es que no tiene idea de lo que habla. ALDO: Déjalo ahí. Si no te ayuda, déjalo ahí. MARÍA: No puedo. No puedo. Me da mucha rabia porque nunca puedo dejar un libro sin terminar. Ni un libro, ni una película, ni una comida… ni siquiera en mis peores acostones he sido capaz de fingir un orgasmo para terminar antes. (Mira a ANA y ROBERTO) Perdón. ROBERTO) Perdón. ANA: Sé lo que es el sexo, aunque obviamente nunca lo he practicado. Pero ahora tus quejas interfieren con mi actividad, me debes una. ALDO: (A MARÍA) Entonces eres algo obsesiva. (MARÍA asiente) Bueno, se te nota un poco pero tampoco es grave. Toma. (Le da un pañuelo). ROBERTO se levanta con trabajo. Arrastra el sillón tras de sí. Recoge el libro. ROBERTO: ¿Me permite? MARÍA: Sí. ROBERTO: ¡Ah! ¡Este libro! MARÍA: ¿Lo conoce? ROBERTO: De pies a cabeza. MARÍA: ¿Por qué? ROBERTO: El editor es amigo mío. Le ayudé a revisarlo un par de veces. MARÍA: ¿Y le gustó? ROBERTO: La verdad es que nunca le presté mucha atención al contenido. Es decir, casi nunca me detuve a reflexionar sobre las ideas que se exponen. Estaba pendiente de la ortografía y el estilo. MARÍA: ¿Pero no le parece una ofensa? ROBERTO: En general, me parece una ofensa toda la sobrevaloración que tiene el campo subjetivo de las emociones y anexos del “new age” en cualquier lugar que mete las narices. ALDO: Eso digo yo. Como que siempre exageran todo. Muchas alternativas pero de poca consistencia. Pero también estoy de acuerdo con María. Me parece una idiotez decir que es un suicidio disfrazado o un resentimiento enterrado cuando hay niños de dos años con tumores malignos en el cerebro. ¿Con quién están resentidos? ¿Con su madre que no les dio cinco minutos más el pecho?
ROBERTO: Según Freud, sí. ALDO: Tonterías. Tonterías. Hemos enfermado como sociedad por ese psicologismo individualista, por eso no lograremos sobrevivir como manada. De este siglo no pasamos. Lo tengo claro. ROBERTO: ¿Antropólogo? ALDO: Sociólogo. Me llamo Aldo. ROBERTO: Roberto, mucho gusto. MARÍA: Odio el suicidio. Cuando era pequeña mi hermana mayor decidió matarse. Crecí traumada y estigmatizada. A la fecha nunca lo he comprendido del todo. Si queremos ser fatalistas, digamos que vivir es caminar hacia la muerte. Es una concepción cierta pero mediocre, incompleta, elemental. Vivir se parece más a resistir la invitación continua de la muerte y nunca mejor que en ésta, nuestra circunstancia, uno puede definir su modo de resistencia. ANA: Ay no… otra vez este fuckin’ virus. ¡Agh! Lo odio… ALDO: ¿Todo ¿Todo bien? ANA: Tendré Tendré que actualizar el antivirus, pero tarda… no tienes idea. Paso de esperar. ¿Me puedo unir a su conversación de adultos? ROBERTO: ¿Cuáles? ANA: ¿De qué hablaban? MARÍA: De new age. ROBERTO: De suicidio. ALDO: De libros. ANA: Ah… yo casi no leo libros, sólo e-books. ALDO: ¿No se te cansan los ojos? ANA: Sí, pero prefiero traer diez libros por el mismo peso que uno. MARÍA: ¿Te aburres? ANA: Obvio. ROBERTO: Tengo Tengo una hija de tu edad. ANA: Entonces te caigo bien, de entrada. ROBERTO: No dije que tuviera buena relación con ella. ANA: Pues deberías. ROBERTO: ¿Ah sí? ANA: Podrías arrepentirte. ROBERTO: No lo acostumbro.
MARÍA: ¿Tener ¿Tener buena relación con tus h hijos? ijos? ROBERTO: Lo segundo. ANA: Nunca piensas en que quizás mañana… ROBERTO: Quizás mañana. MARÍA: ¿Eres separado? ROBERTO: ¿Tanto se me nota? MARÍA: Algo. ANA: ¿Nadie te cuida? ROBERTO: No hace falta. ANA: ¿Y si hiciera? ROBERTO: Lo pediría. Además, a pesar de lo que diga el joven, para mí la soledad es una opción reconfortante. ALDO: Que quede claro que no estoy obsesionado con la colectividad y también disfruto mucho la soledad. Me decidí por sociología porque detesto el egoísmo que nos caracteriza como sociedad moderna. Simplemente hay que mirar cómo llegamos: laptop, libro, mp3, tapones… Sabemos que no venimos a una sesión privada y sin embargo cada quien busca la manera de aislarse. ¿Y cuando no existía toda esta mierda? ¿Qué hacía la gente? ROBERTO: Conversaba. ALDO: ¡Exacto! Inventamos el lenguaje de una forma brillante, potente, basta. Había desesperación por comunicarnos porque no había otra cosa que deseo de contener el mundo en palabras. Y actualmente nos dedicamos a olvidar más cada día. ¿No les parece? MARÍA: Bueno, es un asunto asun to de practicidad. T Todo odo se vuelve más rápido, más pr preciso, eciso, se busca ahorrar en todo, por qué habría de escapar el lenguaje. ROBERTO: Lástima que el cuerpo no olvide desde hace dos mil años palabras como cáncer. Silencio. ROBERTO: Me da risa como entre nosotros mismos sigue produciendo un ligero espasmo la palabra prohibida. Cáncer. Como si pronunciarla mucho la fortaleciera. Cáncer: mi signo del zodiaco. Cáncer: un trópico caduco. Cáncer: la planta -cuscuta campestres-. Cáncer: una variedad de ariete. ANA: ¿Qué es un ariete? ¡Eh! Ya Ya terminó el antivirus, qué bueno. ROBERTO: Un arma que se usaba para derribar puertas.
ANA: Bueno, es normal que se olviden palabras que sólo se usan para describir cosas que ya no existen. ¿No? Desaparece la cosa, desaparece la palabra. MARÍA: Por esa regla de tres, desaparecería la historia. ¿Para qué conservar la memoria de lo que ya fue, de quienes ya no existen? ALDO: Ese es nuestro miedo, ¿cierto? El miedo a la muerte es en realidad un miedo al olvido. A que desaparezca nuestro nombre de la memoria de nuestros seres queridos. ANA: ¿Yo ¿Yo me pregunto qué pasará con mi cuenta de facebook? ¿La gente podrá escribir en mi muro hasta la eternidad, o alguna vez se darán cuenta y la cancelarán por inactividad? ROBERTO: Es probable, pero también puedes encomendarle a alguien la tarea de desactivarla. ANA: ¿Tienes face? ROBERTO: Ahora es más vital que una tarjeta de presentación, pero todavía no lo entiendo mucho. ANA: ¿Te ¿Te puedo agregar? ROBERTO: Roberto Guerra. ANA: (Teclea) (Teclea) A A ver… Uy hay como treinta. ¡Ah ya te vi! ¡Órale, ¡ Órale, qué joven! ROBERTO: La escogió mi hija, contra toda mi voluntad. ANA: Esta bien, es buena foto de perfil. No se te olvide aceptarme. ¿Y ustedes? MARÍA: Yo Yo ya la cancelé. Lo ssiento. iento. ALDO: Yo Yo no uso, lo siento, pero nos tienes en persona. ANA: Bueno… pero ya sabes. Esto es para seguir en touch en touch.. MARÍA: Al menos tenemos tema de conversación, Aldo ¿no era lo que querías? ALDO: Bueno sí, tampoco es una obligación. Simplemente estaba dando mi punto de vista. ANA: Yo Yo por eso cargo mi compu, voy a lo seguro. Si nadie quiere platicar conmigo, siempre encuentro alguien disponible en línea. MARÍA: Mi base es el libro. ALDO: Bueno, obvio la mía es la música. Miran a Roberto ROBERTO: ¿Qué? Yo Yo sólo tenía sueño. Iba ver si podía dormir, pero casi nunca lo logro en estos sillones.
Música ambiental VOZ EN OFF: Gracias por continuar en nuestro programa de recuperación. Atendiendo a la vanguardia en tratamientos alternativos vamos a comenzar nuestra sesión de “Yoga-né la lucha contra el cáncer”. Escuche con atención. Póngase cómodo. Respire profundo tres veces. Inhale… suficiente. Vayamos a la práctica. Suba sus piernas y crúcelas hasta adoptar la posición de loto. (Todos (Todos van siguiendo las instrucciones, excepto ALDO) Muy bien. Iniciamos con pranayana. Ahora levante sus brazos y tome su codo izquierdo con la mano derecha y tire hacia abajo al momento que exhala. Excelente. Repita con el brazo contrario. Ahora vamos a levantarnos un momento de esos comodísimos asientos para que nadie nos demande por escaras. Y vamos a estirarnos un poquito con la favorita de todos Dandayamanabibhaktapada-janushirasana, o sea ponga la frente en la rodilla derecha. Estupendo. Lo está haciendo muy bien. Ahora dandayamanabiloqueyadije pero del lado izquierdo. ¡Increíble! Y vamos a finalizar con algo que hará descansar sus lumbares, colóquese cómodamente sobre sus rodillas, apoye la frente sobre el suelo y extienda sus brazos hacia atrás, usted está disfrutando los beneficios de la postura sasangasana-sana colita de rana. Inhale en dicha postura tres veces y listo. Puede regresar a su asiento. Si desea otra sesión presione el botón que se encuentra al lado derecho del sillón. Aparecerá un módulo donde podrá pasar su tarjeta de crédito y lo trasladaremos a nuestra sala con Wiifit. Recuerde mantener una actitud positiva, si siente algún mareo o efecto contraproducente repítase fervientemente: Cancerlado, cancerlado, cancerlado. Hasta pronto. Se van incorporando con dificultad. Enredados en la sonda. ANA: ¡Me encantó! ¿Y a ustedes? ALDO: ¡No sé qué es peor! La estúpida que lo grabó o nosotros que le hacemos caso. María: (A Aldo) Amaneciste Aldo) Amaneciste más apático que de costumbre. ALDO: Sí, estoy algo harto de sus ridículos programas que cambian cada semana. Somos sus conejillos de indias. ROBERTO: Para mí que nunca me muevo, no está mal intentarlo, pero con esto, lo que yoga-né fue un dolor de espalda que me tendrá quieto por lo menos tres días. MARÍA: Bueno, habrá que reponerse. ANA: No hagan tanto drama, eres joven si te sientes joven. MARÍA: Es fácil decirlo con catorce años. Mucha filosofía poca experiencia. Pero bueno…
eres “muy madura”. ANA: Pues prefiero conservar y contagiar una actitud positiva, que sólo crecer envejeciendo por sentirme miserable. MARÍA: Ahora que te observo bien, tu cara y voz me resultan familiares, pero no sé de dónde. ANA: No me gusta presumir, presumir, pero tal vez me viste en la tele. ALDO: ¿En la tele? ¿Eres famosa? ANA: Más o menos. Salí en una entrevista en Sábado Gigante. Don Francisco me conectó con la fundación “Pide un deseo” y de ahí obtuvimos las donaciones más importantes. Incluso Rihana me mandó un saludo en un canal de paga. MARÍA: ¿Obtuvimos? ¿Tú y quiénes? ANA: Mi madre y yo. Estamos solas en esto. Ella fue la que me llevó al programa y dijo que era lo mejor para poder salir adelante. Al principio estaba muy enojada porque dijo que tengo una enfermedad de ricos. ALDO: Bueno, tiene razón en parte. Pero da la impresión, con todo respeto, que te te convirtió en un producto de marketing que sacó partido de la compasión de la gente. ANA: Me lo han dicho varias veces, pero era eso o morir y yo no podría hacerle eso a mi madre. MARÍA: No es una enfermedad de ricos. ALDO: Uy, Uy, perdón si tocamos una fibra sensible. MARÍA: No voy a caer en tu provocación otra vez, querido. ALDO: No es ninguna provocación María. Sabes que no tengo nada contra ustedes. A cada uno nos tocó lo que nos tocó y listo. En mi caso, como no tengo seguro, mi familia ya hipotecó la casa, y no existe patrimonio ni expectativas reales de que yo viva 30 años más para pagarles. Y por otro lado casos como el tuyo donde gracias a tu marido, no tienes que exhibirte en televisión y estás en la tranquilidad de que te vas a sobreponer del tercero. ANA: ¡¿Tercero?! ¡¿Tercero?! MARÍA: Sí. Colón, matriz… y senos. ROBERTO: A mi hermana le pasó algo muy gracioso, por cierto, ella toda la vida fue plana y al año que se puso las tetas, le quitaron los implantes y el poco busto que tenía por un cáncer (Ríe) (Ríe).. MARÍA se queda pasmada, ALDO lo mira fijamente, ANA baja la cabeza.
ROBERTO: Ah, perdón. Veo que no fue la única. Discúlpeme María, no quise… ANA: Bueno, no te pongas triste, María. Sigues siendo una mujer atractiva. MARÍA: ¿Te lo parece? (Se quita la peluca) o mejor que me lo diga un caballero. (A ROBERTO) ¿Le ROBERTO) ¿Le podría resultar atractiva? ROBERTO: No, a decir verdad no, pero yo siempre fui muy superficial. MARÍA: No se culpe, es el género masculino. (Se pone la peluca de nuevo) ANA: ¿Y usted Roberto? ¿También ¿También tiene problemas financieros? ROBERTO: Casi todos tenemos problemas financieros, querida. En estos días es difícil ser rico y honesto al mismo tiempo, (A MARÍA) con todo respeto para su marido. MARÍA: Efectivamente, son pocos. ROBERTO: Si tu pregunta es quién paga estas cuentas, la respuesta es el seguro social. Pero si querías saber qué hago para sobrevivir entonces debo decir que me dedico al mundo editorial, pero afortunadamente moriré pronto como para ver el cambio a tu mundo digital de los e-woks y todas esas cosas. ANA: ¿Eres escritor? ROBERTO: Frustrado, sí. Escribí mucho, publiqué nada. Mi peor error fue la casualidad. ALDO: ¿Cómo? ROBERTO: Siempre escogía títulos que sin saberlo, ya existían. En otros países, en otros tiempos ya se habían hecho cosas con los nombres e incluso a veces contenidos de lo que yo creaba. ALDO: ¡Pero eso es normal! Les ha pasado incluso a gente de ciencia que patentaron su invento el mismo día en distintas partes del mundo. ¿De quién es el mérito? De ambos. ROBERTO: Sí, pero mi editor y otros colegas sospechaban de plagio. La lógica es muy sencilla: si alguien es famoso antes que tú, tú te conviertes en el plagiario. Mi problema es que nunca pude llegar antes. ANA: ¡Qué injusto! Pero no te puedes quedar así. ¿Por qué no publicas tus libros por Internet? Todo Todo mundo lo hace. ROBERTO: ¿Para qué? Las ansias de éxito se me esfumaron a los treinta. ALDO: Pero Ana tiene razón, no lo puedes dejar así en el olvido. T Tus us historias servirán de faro, tanto como los autores que te inspiraron a ti mismo a escribir. ROBERTO: Puede ser. Lo que quiero decir es que ya no tengo metas, sólo metástasis.
(Música ambiental) VOZ OFF: ¡Hola nuevamente! Gracias por seguir con nosotros. Gracias por seguir con vida. Ahora daremos un resumen informativo de las noticias más importantes del acontecer mundial: Estados unidos ha desaparecido prácticamente del mapa después de sufrir uno de los terremotos más grandes en la historia. Los especialistas dicen que lo tenían merecido, por su creciente contribución al calentamiento global y a la cultura de guerra. En otras noticias, un pato llamado “Wacky” rescató a su amigo “Bugy” el cerdo, luego de que éste cayera por accidente en un río de petróleo, al sur de Kazajstán. Los científicos y psicólogos del comportamiento animal, han descrito el evento como un gesto de verdadera humanidad, que abrirá todo un campo de estudio en las interacciones sociales-animales. Y por último, en economía el dólar ha caído estrepitosamente frente… frente a todas las monedas ya que con el terremoto, también desapareció wall street. Hasta aquí el panorama mundial. Ahora vamos con los horóscopos. Tauro: Tauro: Estás en el mejor momento de tu vida sexual. Si no tienes pareja es momento para que salgas a cortar rabos. La luna en acuario permitirá crear un ambiente húmedo para tus encuentros amorosos. Géminis: Por fin encontraste a tu gemelo malvado. No te molestes si algunos atrevidos lo llaman espejo. Cuídate de Leo que estará rugiendo por tu atención durante la semana. Cáncer: Usted puede sentirse atacado por la comunidad científica, pero esto no debe afectar a sus proyectos personales de conquistar el mundo. Recuerde que todo tirano ha sido condenando por sus contemporáneos pero canonizado por la historia. Los demás signos en el próximo bloque. Siga disfrutando de su estancia. ALDO: Estoy hasta acá, de sus estúpidos segmentos. ROBERTO: Tómelo con humor. Nunca está de más reírse de lo que nos pasa. ANA: Es cierto. Pero a la gente le da miedo miedo contar chistes que supuestamente hieren nuestros sentimientos, pero yo me los sé todos. ALDO: A ver. Dam Dame e tu mejor tiro. ANA: ¿Cuál es la diferencia entre un carpintero y tú? ALDO: No sé. ANA: Que tu morirás de cáncer y él no. Pausa. ROBERTO ríe a carcajadas. Después se suma ALDO.
ROBERTO: ¿Saben qué es lo bueno de saber que vas a morir? ALDO: ¿Qué? ROBERTO: Dejar de pagar impuestos. ALDO: Pues ya entrados en gastos… yo sigo buscando al hijo de puta que me mando un correo que decía, “si no mandas esto a 10 contactos en 5 minutos, te va dar cáncer” ALDO: ¿También ¿También les llegó? ANA: A mí sí. ROBERTO: Mi mujer me dijo en la noche de bodas “Haz de mi lo que quieras” ¡Y la convertí en mi enfermera! Ríen. MARÍA: A mí no me hace tanta gra gracia. cia. ROBERTO: Es porque no has aceptado del todo la posibilidad de morir. Lo dice el libro. MARÍA: Entonces sí le pusiste atención. ROBERTO: Bueno, tampoco tiene mucha ciencia. ALDO: (A MARÍA) ¿Te MARÍA) ¿Te acuerdas cuando vinieron los de la terapia de la risa? Unos tipos que intentaban hacerle al payaso con unos chistes… ahora sí que más malos que el cáncer. ROBERTO: Eso no es nada. ¿Nunca les tocó que entraran los testigos de Jehová? Increíble. Esa sí es una mafia bien organizada. Vale gorro a dónde te mudes, un domingo por la mañana te van despertar para regalarte “la palabra de dios”. ALDO: ¿Y qué hicieron? ¿Daban revistas? ROBERTO: Ojalá fuera sólo eso. Una señora hablaba con cada uno. Nos decía que dios nos enviaba este castigo para purificar nuestros pecados. MARÍA: La burla y el juicio también son una forma de discriminación. ROBERTO: Difiero rotundamente. Discriminar es dar trato de inferioridad por diferencia diferencia de raza, territorio o religión y transgredir esa diferencia. Es juzgarte equivocado y “por amor” a tu salvaje y satánica ignorancia, “encausarte al bien”. Eso es discriminar. Evangelizar o decir “yo tengo la razón” es lo mismo. MARÍA: ¡Vaya! ¡Vaya! ¡Le apasiona el temita! ROBERTO: Tiene razón. Disculpen, me encend encendíí como adolescente. (A ANA) Sin ANA) Sin ofender. ANA: No me ofendes. De hecho, yo quiero irme a vivir a Francia o al lugar que promueva mayores y mejores libertades en todo sentido. ¿Sabías que en las calles de parís está
prohibido rezar? Es muy interesante, porque no prohíben el culto pero sí las prácticas públicas que pueden ser una forma de… de… ROBERTO: Proselitismo. ANA: ¡Eso! ROBERTO: Pues me voy contigo. Que ya estoy un poco harto de nuestros milagros cotidianos. La señora del departamento de al lado de donde vivo, tiene humedad en el techo y no lo arregla porque “se le apareció la virgen” en forma de humedad. Santas mamadas. ALDO: Es parte de nuestra idiosincrasia, Roberto. Eso también tiene sus lados positivos. ROBERTO: Dime uno. ALDO: No se me ocurre ninguno ahora. ROBERTO: Pues ya está “liberté, égalité, fraternité”. MARÍA: (A ROBERTO) ¿T ambién sabe idiomas? ROBERTO) ¿También ROBERTO: ¡No, qué va! Son frases hechas. Pregúntale a Ana, seguro la escuchó hace poco en la escuela. ANA: No. No lo recuerdo. Pero me gusta aprender esas cosas. Frases o palabras difíciles, que nadie más sepa. Enséñanos una Roberto. ROBERTO: No se me ocurre ninguna. Pero acabas de aprender “proselitismo”. ANA: No, esa ya la sabía, pero como ya dijimos, si no la usas, se olvida. ALDO: ¿Cuántos años tienes, Ana? ANA: Catorce y mi regalo de quince será precisamente un viaje a Francia. MARÍA: ¿En serio? ¿Y ése te lo regaló chabelo? ANA: No. Mamá y yo hemos ahorrado. ¿Alguna vez han volado en avión? Con frecuencia cierro mis ojos y adelanto el viaje. Me veo volando. Me gusta sentir el viento en mi cara, como cuando voy en bicicleta. Ver la ciudad como en los mapas. Apenas percibir personas como microbios. Autos como pulgas. De repente hacer un movimiento rápido para esquivar una enorme mancha blanca. Pero es inevitable. Me veo atrapada por el mar de nubes. Tengo cabello. Largo, tan largo que llega a tierra. Por ahí suben osos y koalas para hacerme compañía. También un mono capuchino que le gusta hacer saltos mortales de nube en nube. Por fin vuelvo a emprender mi vuelo y cruzo el atlántico. Comienzo a sobrevolar Portugal, España y por fin ahí a lo lejos, una gran torre iluminada. Sobrevuelo a baja altura las mismas calles que recorrió Amelié. La música, el olor de la frutería… todo se vuelve tan colorido y tan romántico, que por un instante me siento doblemente viva. Hasta que alguien me despierta de mi sueño con un amable…
ROBERTO: Bonjour, mademoiselle. ANA: Bonjour. ROBERTO: ¿Voulez ¿Voulez vous gâteau d’anniversaire? ANA: ¡Si grande comme l’tour! Merci. MARÍA: ¡Qué lindo sueño! De corazón espero que disfrutes tu añorado viaje. ANA: Gracias. Lo haré. ¿Y tú, tú, María? ¿Sueñas despierta? MARÍA: No mucho querida. ANA: ¿Y por qué no? Si es gratis. MARÍA: Pero inútil. ALDO: (A ANA) Pues ANA) Pues yo estoy seguro de que harás ese viaje, tanto, que voy a estar esperando una postal del Louvre. ¿Me la mandarías? ANA: Por supuesto. ¿Pero qué es eso? ALDO: Un museo, que por cierto deberías incluirlo en tus planes. ANA: Ay bueno. Si no tengo remedio, lo visitaré. ROBERTO: ¿No les encanta su tierna ingenuidad? MARÍA: A mí por momentos me de desespera. sespera. Pero sí, es una niña muy linda. ALDO: Creo que la diferencia entre Ana y nosotros es que parece que ella vive como si no tuviera cáncer. MARÍA: Le está permitido por su edad. ALDO: ¿Tú crees? ¿Y qué cambiaría en tu día día a día el hecho de no tener cáncer? MARÍA: Haría un montón de cosas. ALDO: ¿Cómo qué? MARÍA: No sé… supongo que como ella, haría planes, tendría ilusiones, sería más apasionada en todo, (Comienza a sollozar) sollozar) iría a lla a peluquería. ALDO: Pero se supone que es al revés. Porque sabes que probablemente vas a morir, deberías procurarte las cosas que más deseas, no dejar de hacerlas. ANA: Vivir a medias es como matarse antes de tiempo. tiempo. ROBERTO: “No te salves” decía Benedetti. Entonces no estaba tan errado el libro. MARÍA: Hace tres años, me sentía diez veces más joven. Salía a caminar al parque o iba de compras y sentía que los jóvenes todavía me miraban. Sé que es una mierda superficial tragarse la idea de que “sin tetas no hay paraíso” pero cómo te abren puertas. Los cajeros son más amables. Te vuelves capaz de perdonar la lascivia de los hombres porque te sientes deseada. Mi auto era descapotable. Solía ponerme mis gafas y salir a tomar el sol mientras
conducía. Iba tan distraída que un día choqué por detrás a un agente de tránsito. Se bajó muy molesto. Y me dijo: ROBERTO: ¿Papeles? MARÍA: Con gusto señor agente. Como no tenía ganas de perder mi tiempo, me acomodé el escote ante sus ojos y le dije: Juguemos una carrera. Si le gano, nos olvidamos de la asunto, pero si usted me gana, le puedo enseñar lo que quiera. ROBERTO: Bueno, eso no es la forma de… está bien. MARÍA: Y se subió a la patrulla. Cuando se puso a mi lado, le hice un guiño con el ojo y arranqué antes. Cuando me emparejó, me saqué el sostén y se lo aventé por la ventanilla… (Ríe) El (Ríe) El pobre hombre comenzó a derrapar como loco y terminó subiéndose a la acera. Yo seguí de largo, me di el lujo de saltarme el semáforo que marcaba la meta… y sentí que ya nada podría detenerme. Hasta ahora. ALDO: Lo que hacen los encantos, María. Pero ya ves que no todo se soluciona con una sonrisa y mucha personalidad. ROBERTO: ¿Usted es casado? ALDO: Efectivamente. ROBERTO: ¿Hijos? ALDO: Hemos decidido no tenerlos. ROBERTO: Buena decisión. ALDO: Gracias. Pero todavía es muy incomprendida. ROBERTO: Claro. El matrimonio se piensa destinado para procrear. Sin embargo cada vez son más parejas que deciden retardar la decisión o adoptar si se les pasa el momento. ALDO: Esa opción me gusta más. ROBERTO: Lo imaginaba. ALDO: ¡Claro! Pero nos cuesta tanto renunciar al egoísmo triunfal que contienen frases como “es mi sangre”, que siguen fundamentando la procreación en la propiedad privada de los tiempos feudales. ANA: Feudales ja, ja. ALDO: ¿Qué? ANA: No sé. Dijiste feudales. Ja, ja. ¿Quieres competir con Roberto a ver quién dice esta mañana la palabra más extravagante, o qué? ALDO: Se refiere a los señores… ANA: Ay no, ni me lo expliques. No me voy a enterar. Pero quiero que Roberto me enseñe
una palabra, pero se hace tonto. Tiene cara de saber palabras rarísimas, ¿o no? MARÍA: Que buen eufemismo para decirte que tienes cara de aburrido. ANA: ¿Eufe-quién? Ay no Roberto, ponte las pilas, todo mundo está diciendo cosas raras, pero yo sé que tú has leído más que todos aquí. ROBERTO: Bueno, es mi trabajo. ANA: Pero da igual, debes saber palabras loquísimas. ROBERTO: Déjame pensar… no tengo ni idea que palabra “rara” te podría gustar. Y yo bajo presión me pongo nervioso. Mientras la pienso, sígame contando Aldo, entonces, son sólo usted y su señora. ALDO: Juntos hasta el final. ROBERTO: ¿Los dos trabajan, no? ALDO: Yo Yo por ahora no. ROBERTO: ¿Por…? MARÍA: Aquí vamos de nuevo. ALDO se gira hacia MARÍA y comienzan a representar una escena que ALDO ya le ha contado antes. MARÍA: Ay Ay pero qué calor. ¿No quiere quitarse su boina? ALDO: No, gracias, estoy bien. MARÍA: Bueno, ¿Así que es egresado de la UNAM? ALDO: Sí, señora, me gradué entre los cinco promedios más altos de mi generación. MARÍA: Excelente. ¿Vive sólo? ALDO: Con mi esposa. MARÍA: ¿Hijos? ALDO: Pensamos no tenerlos. MARÍA: Ay… es de esa gente extraña. ¿Le tiene miedo a los niños? ALDO: No señora, pero no todos nacimos con la vocación de la paternidad. Creo que es una decisión respetable. MARÍA: ¡No diga tonterías! Nadie nace aprendiendo. Pero la vida se lo enseñará. Usted tenga fe. Por cierto ¿Es creyente? ALDO: Ehh.. No señora. Soy Agnóstico. MARÍA: ¿Agnóstico? Es una de esas religiones exóticas como los veganos.
ALDO: Mm, no, no tienen tienen nada que ver señora y ser vegano no es tanto una religión como una dieta, en cambio el agnosticismo es una postura filosófica que… MARÍA: No, no gracias, no se moleste. Con que esté capacitado para el trabajo nos basta. Sólo nos resta ver el tema del seguro social. ¿Cuándo se le venció? ALDO: No, nunca tuve. No me había hecho falta. falta. Pero esperaba que aquí en el trabajo me pudieran ayudar a tramitarlo. MARÍA: Ah claro. Aquí le vamos ayudar con eso. Además es nuestra ob obligación ligación tenerlo asegurado. ¿Pero por qué dijo que nunca le había hecho falta? ALDO: Bueno, porque ahora creo que me sería de mucha ayuda ¿No cree? MARÍA: ¿Le pasa algo? ALDO: Tengo Tengo cáncer, señora. Pensé que era obvio. MARÍA: Ca.. ca… ¡cáncer! No, yo imaginé que tenía calvicie prematura. Bue… bue.. bueno… es algo que tendré que platicar con el director del campus. ALDO: Pero ¿Hay algún problema? MARÍA: Mire señor (lee) (lee) Aldo Aldo Rodríguez, le podemos permitir que sea ateo e impotente, pero entienda que es muy riesgoso para nosotros… usted comprende ¿no? ALDO: No señora. No comprendo y me gustaría que me diera una explicación clara y coherente. MARÍA: ¿Es que usted no se da cuenta de las implicaciones? Imagine que a usted le pasa algo. Sabe usted que la escuela pone una parte y ahora no podemos exponernos a derramas que no están contempladas en el presupuesto. ALDO: ¿O sea que mi capacidad ya no es tan rentable porque puedo morir de de un mometo a otro? MARÍA: Mas o menos, sí. ALDO: Esto es discriminación, lo sabe. MARÍA: Mire, yo le dije que lo iba a hablar con el director, usted fue quien me hizo hablar de más. ALDO: Me gusta que me hablen con claridad, señora. Ya Ya no tengo 20 años y para falsas esperanzas ya tengo a mis doctores. MARÍA: Bueno joven, cierre la puerta al salir. salir. Discúlpeme por favor. S Son on políticas. Y ya sabemos todos que la política siempre es un desastre. No lo tome personal. Que tenga un lindo día.
Termina la recreación recreación.. Vuelven a su sitio. ALDO: Y así, uno tras otro. ROBERTO: Una desgracia. Lo comprendo. Mire, no se entusiasme mucho pero justo ahora se está traduciendo del inglés la nueva obra de Zygmut Bauman y necesitan alguien que sepa del tema. Si usted está dispuesto yo puedo recomendarlo y ahí le puede caer un ingreso, aunque sea temporal. ALDO: Le agradecería muchísimo, Roberto. Además soy gran admirador del autor. Sería un excelente referente en mi currículo. ROBERTO: Bueno, pues tome mi tarjeta. (Se la extiende) Llámeme extiende) Llámeme el lunes y le tendré noticias. ANA: Pensé que con facebook bastaba. ALDO: Muchas gracias, de verdad, no sabe... ROBERTO: No es nada. Todos Todos pasamos por baches laborales. Y con esta crisis permanente lo único que podemos hacer es cuidarnos las espaldas y darnos una mano siempre que se pueda. ANA: (A ALDO) Deberías ALDO) Deberías reenviar una petición por mail para que todo el mundo la firmara y se enteraran también los medios, y así meterles presión por tratarnos de esa manera. ¿Quieres que empiece la cadena? ALDO: Pues… sí, si tú crees que podría funcionar, hazlo. ANA abre nuevamente su ordenador y comienza a teclear. Roberto: (A ANA) ¿Es ANA) ¿Es cierto que se hace de todo y se encuentra de todo ya en Internet, no? ANA: TODO. TODO. Es fabuloso, desde comprar música, artículos, pedir pizza o pagar cuentas. ¿Ven? Algo bueno debía tener la tecnología ¿no?, cada día hay más autos y contaminación pero al mismo tiempo cada vez sale menos gente de casa porque hay cosas que puede hacer en cinco minutos desde la compu. ALDO: ¡Hey! ¡Tienes mucha razón! Es un fenómeno fenómeno importantísimo. Tengo Tengo que escribir un ensayo sobre eso y tal vez hasta me pueda servir como tema para el doctorado. Internet reduce la contaminación, el tráfico y hasta el estrés que producen trámites como esperar una hora en el banco, pero al mismo tiempo aísla cada vez más al individuo en su morada,
volviéndolo un ser alienado cada vez más importante y activo en sus círculos virtuales pero cada vez más ausente y ajeno de sus grupos sociales. ¡Me gusta! ¡Gracias Ana! ANA: Eh.. de nada… sólo que yo no dije toda esa paranoia, eh. Pero sí se vuelve algo importante tu investigación, ¡me das el crédito! ALDO: ¡Con gusto! ANA: Bueno pero ¿por qué lo preguntabas, Roberto? ROBERTO: ¿Yo? ¿Yo? ¿Qué? ¡Ah! Sí, sí.. no, ssólo ólo era porque he tenido tentación de buscar algo, pero te decía que no le sé mover mucho y la verdad me da un poco de pereza conectarme. ANA: ¿Qué buscabas? ROBERTO: Una canción. ANA: ¡Ah eso es de lo más fácil! ¿Cuál querías? ROBERTO: Ahora verás… se llama… Mmm… ANA: UUy no si te vas a poner a meditarla como la palabra que no me has enseñado, mejor me escribes un inbox al facebook o me dices la próxima semana. ROBERTO: No, espera. Es de “los tres ases”. ¿Los conoces? MARÍA: Uy, Uy, los adoraba mi padre. ROBERTO: Gracias. MARÍA: ¡No! No lo dije por… ROBERTO: Es broma María, todo bien. ¡Ya me acordé! La canción se llama “Regálame e esta sta noche”. ALDO: ¡Qué cursi! ANA: ¿Quieres que te baje los discos? ROBERTO: Pues sí, me encantaría, pero ¿cómo me los llevo? ANA: ¿No cargas una usb contigo? ¿En las llaves o en tu cartera? ROBERTO: Me declaro culpable. ANA: Bueno, podemos quedar para dártelos. ROBERTO: Es una cita. ANA: ¡Mira, aquí está tú canción! Comienza a sonar la canción desde la computadora. ROBERTO: ¡Uy! ¡Cuántos años! Les suplico silencio.
ROBERTO se queda sumergido escuchando, más luego se levanta y se dirige hacía ANA. ROBERTO: ¿Me permite esta pieza, señorita? ANA: Ay no qué oso, ¿En serio quieres bailar? ROBERTO: Por favor. MARÍA: (A ANA) Venga ANA) Venga niña, para que se muevan tus pies y no solo tus deditos. ANA se levanta y comienzan a bailar con ROBERTO. ROBERTO. ROBERTO: (Durante el baile) Catasterismo. baile) Catasterismo. ANA: ¿Qué? ROBERTO: Ahí tienes tu palabra. ANA: ¿Y qué significa? ROBERTO: Es la transformación de una persona en una estrella. ANA: Aaay qué bonito Robert. Gracias. ROBERTO: A ti, por darme este capricho. Termina la canción, ROBERTO la toma de las manos y las besa. Vuelven a su lugar. VOZ EN OFF: Les recordamos que no está permitido utilizar aparatos ruidofónicos que puedan molestar a los demás usuarios, de igual manera, está prohibido bailar boleros sin la autorización previa del doctor en turno, pero sobre todo, les suplicamos abstenerse de establecer cualquier lazo emocional o afectivo con los otros moribundos. Por el día de hoy ha terminado su sesión. Los que deseen acompañarnos en nuestro quimioclub de cine los esperamos en el ala oeste para la proyección de “La quimio en vacaciones IV”. Los que deseen recoger vales de descuento en los productos “head & shoulders” pasen a ventanilla cinco. Gracias por su preferencia. Cancerve su buen humor y no desperdicie el oxígeno de su seres queridos, si desea un suicidio asistido, consulte nuestros paquetes en suiza. Hasta la próxima. ROBERTO: Bueno, María. Un placer. MARÍA: Encantada. Ha sido una muy grata compañía. ROBERTO: Ánimo. Si su marido es un hombre inteligente, seguirá con usted en esta
adversidad y las que vienen. Yo Yo lo haría. MARÍA: Gracias. ROBERTO: Aldo. ALDO: Te Te llamo el lunes sin falta. Gracias por todo. (Se abrazan) ANA: Hasta luego. Nos vemos. No olvides agregarme Robert. ROBERTO: Apenas llegue… lo prometo. (A ANA). ANA). ALDO: Nos vemos. MARÍA: Ciao. ROBERTO: Hasta pronto. Todos recogen sus zapatos, se los ponen y salen todos de escena, menos ANA. Se queda un rato mirando los sillones, recuerda recuer da el baile con ROBERTO y ríe. Apaga su ordenador. Lo deja sobre su sillón. Vuelve a volar en su imaginación. Se deja caer sobre el sillón de ROBERTO. ANA: Catasterismo… catasterismo… catasterismo. Pausa. Vuelven a entrar los personajes con el mismo ritual del incio. Culegan sus zapatos y se conectan pero nadie percibe a ANA que está brincando para alcanzar sus zapatos. Primero ROBERTO que se cubre los ojos y oidos y se pone a dormir. Luego MARÍA que saca su libro y comienza a leer. Finalmente ALDO, que al verlos tan ensimismados saca su mp3 y comienza a escuchar música. Se repite la bienvenida de la voz en off. ANA: Siempre debe apagarse una luz, para que pueda brillar otra. No siempre podemos decidir dónde brillar, pero sí con cuánta intensidad hacerlo. Hay quienes no tuvimos alternativa. (A MARÍA) Si el noventa por cierto de los cánceres son prevenibles ¿por qué te haces esto? (A ROBERTO) Tú ROBERTO) Tú tienes opción... y una hija, abrázalas. (A ALDO) Porque ALDO) Porque si yo la hubiera tenido, ya hubiera llegado a Francia. Sale caminando descalza por el lado opuesto a su entrada. entrada. FIN
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