Kantor Resumen Adolescencias Juventudes
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Débora Kantor 1 - Rasgos de las nuevas adolescencias y juventudes Pág. 16 Débora dice que las adolescencias y las juventudes siempre fueron “nuevas”. Así, cada época tuvo a sus nuevas n uevas adolescencias y juventudes. Por nuevo entiende a la brecha cultural entre generaciones contemporáneas y sus consecuencias. Estas categorías son usadas para interpelar diferentes situaciones. Pág. 18 •
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Cuando la escuela media busca transformar su propuesta para sintonizar más y mejor con lo que se supone que los alumnos esperan, necesitan o reclaman, la referencia a las culturas juveniles parece insoslayable. Cuando interpelar y acompañar a la escuela en la construcción de una cultura institucional más acogedora y respetuosa de los alumnos, se promueven programas en los cuales la consideración de lo joven es el foco, el propósito y el parámetro. Cuando desde diferentes marcos de análisis o de intervención en el ámbito educativo se pretende dar lugar en la escuela a aquello que los estudiantes secundarios son y hacen cuando n o ofician de alumnos, o no son mirados como tales, surge la necesidad de interpelarlos y convocarlos en tanto jóvenes tanto jóvenes Cuando se pretende apelar a lo que buscan, lo que eligen o lo que crean chicos y chicas que ya no son niños/as, se alude con frecuencia y naturalidad creciente a los consumos y producciones culturales de los jóvenes. jóvenes.
a) Lo que que omite omite el discurs discurso o centrado centrado en lo joven Pág. 19 La adolescencia esta desplazada del discurso y ahora van tras los jóvenes. Kantor se pregunta el porqué ahora los jóvenes, diciendo al respecto que la adolescencia remite a unas instituciones y unos sujetos de otros tiempos, mientras que juventud que juventud habla de la sociedad de hoy y de la escuela que hay que construir, enfatizando de este modo que la escuela media ya no es lo que era y tampoco lo que debería ser.
Pág. 20 Esta caída de la adolescencia a favor de la juventud expresa el reconocimiento de la asociación entre escuela media y adolescencia, ya que a la hora de crear dispositivos que procuran dinamizar, abrir, cambiar el adentro escolar, juventud viene a representar claramente el afuera, mientras que adolescencia significa escuela. En otros términos, juventud representa lo extraescolar, lo que se valora, lo que se pretende considerar, mientras que adolescencia se asocia a la escuela, lo que se cuestiona, lo que se interpela. Para ejemplificar esto la autora muestra una reflexión de Zizek sobre la suspensión del término trabajador, veamos que dice al respecto: “Casi como una convención la palabra trabajador ha desaparecido del vocabulario, sustituida u obliterada por inmigrantes o trabajadores inmigrantes: argelinos en Francia, turcos en Alemania, mexicanos en EEUU; de este modo, la problemática clasista de la explotación de los trabajadores se transforma en la problemática multiculturalista de la –intolerancia de la Otredad-, etc., y la excesiva pasión de los liberales multiculturalistas en proteger los derechos étnicos de los inmigrantes surge claramente de la dimensión –reprimida- de clase.” Pág. 21 Esta “dimensión reprimida” se puede observar en los términos que Débora está utilizando, en este caso es la particular posición adulta que requiere la adolescencia como momento de construcción de la identidad, de reapropiación del espacio subjetivo, del proceso emancipatorio. Es lo concerniente al lugar del adulto-educador lo que queda diluido en ese desplazamiento. La excesiva pasión de los educadores multiculturalistas en colocar las discusiones acerca de los alumnos de escuelas medias en términos de reconocimiento y protección de los derechos de la juventud sur ge posiblemente d la especificidad de la adolescencia en tanto dimensión “reprimida” y de la consecuente dilución de la responsabilidad adulta frente a ella. Pág. 23 b) Los sentidos del plural En este apartado va a discutir el término “los jóvenes”, para ello utiliza un extracto de Reguillo Cruz:
“Los jóvenes han sido convertidos en relato expiatorio y en el “enemigo” del orden social; en gran medida por la acción de los medios de comunicación, que han venido satanizando a los jóvenes, pero no a los jóvenes como categoría social (que no existe), sino a ciertos jóvenes, a los jóvenes pobres en concreto. Ocurre que en una sociedad devastada, fragmentada y temerosa, la estigmatización, la demonización, la victimización, aunados a la descalificación de ciertos grupos sociales, se sostienen en la necesidad de encontrar explicaciones plausible a lo que sucede.” En el caso de los sectores sociales medios o acomodados, la asociación entre adolescentes o jóvenes y riesgo o amenaza viene a señalar, en cambio, no tanto la peligrosidad potencial que conllevan, sino la necesidad de evitarles “caídas” o “desvíos” que no se entienden ni se justifican para ellos/as, mientras que se perciben como naturales y esperables para sus coetáneos de otros sectores. Pág. 24 Este plural viene a decir que no hay expresión singular capaz de albergar semejantes desigualdad. Y que las diferencias aluden, más que a la diversidad cultural, a la magnitud de la injusticia y a la profundidad de sus marcas. c) De estigmatizados a sujetos de derecho Pág. 26 La idea de derechos remite a la noción de construcción de ciudadanía. La ciudadanía aparta al individuo de un rol pasivo, asimétrico, de receptor de ayuda en virtud de la compasión pública o privada. Lo reubica como su jeto de derecho y, si se encuentra privado de la provisión de los mismo, en sujeto de demanda.
2- Puntuaciones sobre consumos y producciones culturales de adolescentes y jóvenes Este apartado va a hablar de la importancia que adquieren las industrias culturales en tanto factores claves en la construcción de identidades individuales y colectivas Pág. 34
Consumos y producciones no suponen, respectivamente, pasividad y actividad, aunque si predominancias; esto es: consumos no remite a actitudes y posiciones siempre o solo pasivas, opuestas a posiciones activas, ubicadas siempre y solamente en el terreno de las producciones. Consumos culturales refiere al proceso de apropiación activa de los bienes materiales y simbólicos disponibles socialmente; bienes que, por lo mismo, no constituyen meras mercancías, sino que representa posibilidades de inscripción y reconocimiento, tanto individual como colectivo. En este marco, sujetos y grupos, y sobre todo adolescentes y jóvenes, se encuentran y se crean a si mismos en torno a ciertos bienes que, a su vez, resignifican en dicho proceso, de apropiación. Las producciones culturales implican, por su parte, mayor protagonismo, en la medida en que suponen u n movimiento de salida con lo propio a la esfera publica, exposición, creación de algo que hasta ese momento no existía y que porta claramente la marca de su/s autor/es. Consumos y producciones culturales se refiere al universo cultural de los pibes (así es, así lo dice en el texto, shocking no? Bueno esta palabrita la usa unas 32 veces…), que configuran también el territorio en y desde el cual reciben nuestras propuestas, las auscultan, las rechazan o las transforman.
Pág. 35 a) El acceso desigual Preadolescentes, adolescentes y jóvenes conforman un segmento altamente rentable para la industria discográfica, de indumentaria, los medios y la tecnología (El mercado teen). Es así que chicos y chicas, de diferentes sectores sociales, viven atravesados por el ideal del acceso y la ilusión de estar incluidos en un mercado que tiende a homologarlos a la hora de suscitar aspiraciones y deseos, y que diferencia, incluye y excluye a la hora del acceso.
Entonces, tenemos por un lado la existencia de una oferta cultural diversificada, dinámica y unas condiciones materiales favorables para el acceso a casi todo lo disponible; por el otro lado hay un a oferta cultural estrecha y precaria, y condiciones de vida acuciantes que restringen el mundo y las experiencias posibles. Por una parte: consumos y producciones inscriptos en paradigmas convencionales, donde lo nuevo se asienta en una hegemonía que perdura y, a su vez, la refuerza; por otra parte: producciones simbólicas derivadas de posiciones sociales de exclusión que irrumpen en el mercado cultural con practicas y significados también nuevos, también cambiantes, inscriptos en una subalteridad que se profundiza. Por un lado: la posibilidad de entrar en contacto, de conocer, de optar, de experimentar; la libertad posible dentro de los condicionamientos del sistema y del mercado. Por otro lado: el acceso a las posibilidades que se ofrecen o que se generan desde los bordes, o bien el aislamiento y la exclusión lisa y llana en contextos de pobreza extrema. Pág. 37 D-bora hace un paralelismo entre pueblo urbano/pueblo rural refiriéndose a los accesos y restricciones hacia la cultura de consumo. Estas restricciones se plantean en términos de aislamiento o en la mayor parte de los casos el aislamiento agudiza las desigualdades entre estos dos contextos. En numerosos pueblos y en contextos rurales, chicos y adultos estructuran sus vidas y sus intercambios de acuerdo a otras lógicas: no viven al compas de las industrias culturales ni suelen padecer el secuestro mediático que soportan o disfrutan sus congéneres urbanos. Pág. 38 b) Identidad y consumo El impacto que el consumo de bienes materiales y simbólicos tiene sobre la construcción identitaria de adolescentes y jóvenes no refiere solamente a identidades individuales o de pequeños grupos de pertenencia, remite también a identidades de segmentos poblacionales más amplios, a la conformación de comunidades locales, nacionales y transnacionales. Es posible advertir que las redes sociales, culturales y de consumo que propician adscripción y reconocimiento no se definen exclusivamente en relación con coordenadas físicas y geográficas. Esta inversión de la noción afuera-adentro, en virtud de la cual lo global es el interior y lo local el exterior. Pág. 39
Los bienes culturales no son solamente vehículos para la expresión de las identidades juveniles, sino una dimensión constitutiva de ellas. Esto supone que el mercado es un lugar donde acontecen interacciones socioculturales complejas. Y el consumo es visto no solo como la posesión individual de objetos aislados, sino como apropiación colectiva, en relaciones de solidaridad con unos y distinción con otros, de bienes que dan satisfacción de muy distinto tipo, que tienen un a gran potencia no solo mercantil, sino también simbólica y que sirven para enviar y recibir mensajes. Pág. 42 c) Pantallas, información, comunicación Este apartado es largo y aburrido, habla de que los pibes (ups, se me escapo, salió el didáctico de adentro…) están re enchufados con la pc, el celular y todo lo que tenga “pantalla, información y comunicación”. Y como lo impersonal o la falta de contacto con otra persona es reforzada por una multired de comunicaciones en cuestión de segundos. (uno puede mantener conversaciones con gente a km de distancia..) Pág. 47 “La alteración de las nociones de proximidad y distancia, la yuxtaposición o el desplazamiento de lo físico a lo virtual, las mutaciones en la idea y la percepción de la localización en el espacio (afueraadentro) forman parte de este escenario en transformación en el cual emergen las nuevas sensibilidades” Pág. 49 d) Música, identidades y referencias La música es un lugar para el despliegue, la identificación y la expresión de lo adolescente y lo joven. La misma categoría juventud está estrechamente ligada con la industria de la música a partir de la posguerra, a mediados del siglo XX. Los grupos giran en torno a ciertas actividades, valores y territorios que, asociados a objetos, atuendos y accesorios, contribuyen a configurar una estética y, a menudo, un modo de vida que distingue lo propio de lo ajeno. Así, la música es emblema, recurso de autoafirmación, producto y expresión de estilos, ámbito de resignificacion de las propuestas de la industria cultural y, a su vez, elemento a menudo cooptado por el sistema.
La adscripción identitaria es un proceso multifacético y cambiante: puede haber rockers y wachiturros al mismo tiempo y uno puede ser un rolinga y después un emo. Pág. 51 Con la reestructuración socioeconómica y su correlato de exclusión y marginalidad que tuvo lugar en nuestro país durante el menemismo, aparece también la posibilidad de adquirir la tecnología y el equipamiento necesario para la producción musical. Es allí cuando comienza a advertirse la proliferación de grupos y bandas que abonaron el surgimiento del denominado rock chabón. Pág. 55 e) Propuestas, producciones y sentidos En este escenario, donde adolescentes y jóvenes están inmersos en una pluralidad de prácticas, ofertas y producciones culturales, donde los signos de época aparecen en estilos y códigos comunes y en diferencias derivadas de la fragmentación social, las propuestas culturales, artísticas y expresivas suelen estar presentes en los múltiples ámbitos de trabajo con ellos/as. Estos múltiples ámbitos de trabajo se expresa en propuestas para que experimenten los púberes (sea artes plásticas, música o cualquier otra gansada), son estos lugares donde pueden “jugar”: jugar a ser lo que no son, a hacer cosas diferentes de las que suelen hacer, suspender momentáneamente el vínculo que mantienen con la realidad y transformarlo a partir de nuevas experiencias Pág. 56 Otro punto importante es cuando estas propuestas se destinan a chamacos (como bien dije antes la autora utiliza el término “pibe” como slogan, así que tratare de sustituirlo por otro sinónimo para que al querer acordarse de lo que dice el texto no les venga a la cabeza solamente la palabra “pibe” (como a mí me paso)) que viven en situaciones complejas y en contextos de precariedad. En estos casos, los recursos expresivos suelen ponerse al ser vicio de algo que se considera particularmente necesario, esto es: que las reflejen, que las presenten y se presenten a través de ellas, que las resignifiquen. (se entendió? No? Parecido a cuando Hilary Swank es una profesora y dibuja una línea en el medio del aula para hacer una puesta en escena con cosas que los chavales puedan resignificar…No la viste? De seguro que si pero pensaste que era Matt Damon)
Pág. 59 Esta preocupación por generar propuestas que guarden relación con los deseos y con el universo de los guaguas, y que, a su vez, representen un aporte valioso para su formación no se resu elve necesariamente, por ejemplo, transformando en taller lo que emerge de las descripciones de “estilos juveniles” o diseñando actividades basadas en los análisis de las practicas de “tribus urbanas” Pag.60 Además parece necesario reconocer que lo propio de los jóvenes constituye algo de lo propio de la cultura contemporánea y su educación compromete la tarea de repensar(nos) (en) la cultura más que la de pensar en términos de estrategias y de brechas que deben ser zanjadas.
Pág. 65 3 – Adultos en jaque Este capítulo pretende mostrar la necesidad de repensar el lugar que ocupan los responsables de proyectos y actividades concebidos como escenario de procesos complejos vinculados con la educación de las jóvenes generaciones. Pero..ojo al piojo, jaque no es jaque mate; es la posibilidad y el desafío de estudiar detenidamente el tablero, de mover las piezas de cierta manera para poder seguir jugando; la otra opción es darse por vencido y abandonar la partida. Pág. 66 Aquí se juega un tema “el drama del hombre guía” el referente del adolescente, el problema no es que no hay referentes, sino que hay muchos, demasiados. A la hora de pensar la educación de las nuevas generaciones, dos cuestiones aparecen como necesarias y convergentes: la presencia de adultos “bien parados” como condición de posibilidad de procesos formativos relevantes y la refundación de la mirada adulta sobre los jóvenes, es decir, del lugar desde el cual entramos en dialogo con ellos y construimos discursos y prácticas que habilitan experiencias educativas fundantes.
El termino adulto no remite a una posición en relación con los adolescentes y jóvenes configurada por el lugar desde el cual se establece vinculo con ellos/as, por el modo en que dicho vin culo se sostiene, por el significado que este adquiere para su formación y por los contenidos que se ponen en juego. En este sentido, la edad, la “distancia”, es una variable importante, pero no siempre definitoria. Pág. 67 A menudo se prefiere a gente joven porque esta mas en touch con los adolescentes . Pero cuando se trata de asumir responsabilidad frente a la educación de adolescentes y jóvenes, ser joven no garantiza constituirse en referente y (sin embargo) puede no ser incompatible con la adopción de una perspectiva adulta. Por otra parte, no ser (tan) joven, en el sentido de proximidad y semejanza, no garantiza una mirada adulta, responsable, valiosa y (o pero) tampoco es obstáculo para establecer vínculos significativos con ellos/as. a) La asimetría que permite educar La autoridad adulta, devaluada por la mala praxis y sitiada por la “mala prensa” bajo una supuesta incompatibilidad con principios democráticos o participativos, requiere nuevas miradas y construcciones que permitan reinscribir su sentido junto a la responsabilidad que implica educar. Educar en torno a la confianza, en dirección a la emancipación, remite a la necesidad de adultos que tienen los niños, los adolescentes y los jóvenes para incluirse en el mundo, para apropiarse de él y para transformarlo. A continuación hay un pequeño fragmento de Arendt (2003:286,291 y 301) que es re dulce la manera en que se expresa: El pequeño requiere una protección y un cuidado especiales para que el mundo no proyecte sobre el nada destructivo. Pero también el mundo necesita protección para que no resulte invadido y destruido por la embestida de los nuevos que caen sobre él con cada nueva generación. […] La educación es el punto en el que decidimos si amamos al mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina que, de no ser por la renovación, de no ser por la llegada de los nuevos y los jóvenes, sería inevitable. También mediante la educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante como para arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de las manos la oportunidad de emprender algo nuevo, algo que nosotros no imaginamos, lo
bastante como para prepararlos con tiempo para la tarea de renovar el mundo. […] En la educación, esa responsabilidad con respecto al mundo adopta la forma de autoridad. Pág. 68 Lo que se ha debilitado, alterado o caído es un modelo que otorgaba cheques en blanco a educadores y adultos portadores de certezas, capacidad, posibilidad y credibilidad para transmitirlas o para imponerlas. Certezas relativas, pero que al parecer resultaban tanto más convincentes que aquellas que disponemos hoy en día. El par permitido/prohibido ha sido reemplazado por el posible/imposible Pág. 69 La asimetría radical del adulto y el monopolio de la autoridad por parte de padres y maestros, aquello que demandaba y sostenía ciertos modos de ser adultos frente a niños, adolescentes y jóvenes, se encuentran puestos en jaque por esta alteración de las posiciones. La fragilidad, la vulnerabilidad, la heteronomia, han mutado. Pág. 70 El sociólogo y psicólogo francés Jean-Yves Rochex propone pensar a los adultos como aquello contra lo cual los adolescentes y los jóvenes se constituyen como sujetos, utilizando la expresión contra en la doble acepción que puede tener: de sostén ( apoyarse contra) y de confrontación (ir contra). a) Prohibiciones, consensos, transgresiones, construcciones Pág. 72 Confrontar con los jóvenes es una señal de valoración y de respeto: nadie discute con nadie si no toma en cuenta a su interlocutor, si no cree que los motivos del otro merecen y requieren contraargumentos, si no cree que los propios argumentos deben poder validarse frente al otro, si no desea ofrecerle al otro su perspectiva sobre la base de la certeza o de la sospecha de que podrá servirle de algo. Cuando la confrontación es alentada o sostenida por el adulto, representa más una oclusión que una apertura y una oportunidad para enseñar algo. Cuando son los chavos los que la sostienen, expresa más una negativa o una dificultad para mantener un diálogo fructífero con el mundo que un componente necesario en el trabajo de fortalecerse y aprender.
Pág. 73 Para exponer un ejemplo de prohibición y contra, la autora nos muestra un capítulo de la vida de Edipo. El fornicador de madres, mu cho antes de recibir ese apodo, navegaba siempre por las costas cercanas, pero Polibio (el rey en ese momento) le dice que debía emprender recorridos más distantes y exigentes, entonces se embarca nada menos que en el navío de Nestíades, el capitán más famoso de Creta. Una vez que llegaron a Cnosos, Edipo pidió al rey que le diera autorización para visitar el Laberinto y enfrentar al Minotauro que habitaba en el, lo cual le fue negado. Desde ese momento en lo único que pensaba el joven era en romper esa prohibición..(eso debe haberle pasado con la madre, le dijeron que no podía estar con ella y en lo único que pensaba después era en violarla…violar la prohibición claro está..). Entonces fue con Nestiades y este le dice que no era el rey quien prohíbe el Laberinto, sino la dificultad para salir de ahí. Para que, Edipo con más ansias quería entrar, en ese momento odiaba a Nestiades. Pero a la larga Edipo entro al laberinto pero Nestiades lo acompaño. Explicación de la historia: aparte de tener una trisomia en el par de cromosomas 21, el joven se aferra a querer hacer algo que tiene prohibido, el adulto al que respetaba y quería también se lo prohíbe y en ese momento lo odia; decide ir al Laberinto pero Nestiades lo acompaña ¿Por qué acompañar al pelotudo este? Porque Nestiades es un adulto responsable que debe acompañar al joven tome el camino correcto o incorrecto para ayudarlo, y que lo ayuda a salir del Laberinto. Pág. 74 La posición adulta no se jugó, no se juega, solo en el momento de la prohibición: se desplego y se despliega, con la misma firmeza, a la hora de cambiar, acompañar y habilitar. Es preciso estar cerca de los adolescentes y los jóvenes para que puedan alejarse, para que puedan soltar amarras, construir la distancia y apropiarse de ella. Pág. 75 Si algún papel vinculado a la construcción de normas y a la apropiación de lo permitidos y lo prohibido desempeñamos en la educación de adolescentes y jóvenes, es el de orientarlos en el camino de descubrir los motivos que sustentan ciertas normas, las tensiones o las contradicciones que suponen otras que nos gobiernan, de cuyo valor y sentido muchas veces dudamos o desconfiamos, la importancia de establecer reglas y de respetarlas allí donde es posible advertir la necesidad de esa construcción.
Pág. 76 Dejando atrás la historia de Edipo nos adentran ahora a una novela de John Irving (1996). El Dr. Wilbur Larch dirige un orfanato, buscando un hogar para los jóvenes antes de llegar a la adolescencia, ya que deben ser adoptados antes de esta etapa para ser amados y tener a quien amar antes de embarcarse en esa fase indispensable de la adolescencia, concretamente el fraude. Homer Wells, un ya adolescente huérfano por el que Larch siente un gran afecto, le encuentra una foto porno debajo de la cama. Lejos de deslumbrarse por la imagen, Larch dice que la foto estaba oculta ¿Oculta de quien? Estaba oculta porque había huérfanos más pequeños, punto a favor de Homer pero también estaba oculta al Sr. Larch, en ese momento el Doc se dio cuenta de que el señorito Wells lo concebía como un padre por lo que Larch debía comportarse en adelante como tal siendo responsable del desarrollo posterior de Homer, quien ahora lo veía como un adulto a quien tenía más responsabilidades que antes, punto en contra para Homer, ahora tiene que cortar el pasto. Pág. 77 Transgredir la norma explícita o implícita, supuesta o conocida, no sostener lo acordado, ocultar no es siempre ni solamente respuestas que se apartan del buen camino, también son recodos del camino. Los mocosos actúan de ese modo cuando saben que tienen delante personas que les señalaran las normas –aun cuando hagan todo lo posible para no ser descubiertos-, cuando no lo saben pero lo necesitan –aun cuando rechacen el señalamiento- y cuando perciben o confían en que ser descubiertos no significara una hecatombe, sino u na nueva oportunidad. Pág. 78 Preocupados como estamos muchas veces por instalar prohibiciones y velar por lo correcto, desconocemos que, cuanto y como están ensayando, y aprendiendo, a través de las transgresiones. Y también que, cuanto y como logramos transmitir sobre lo que genuinamente, responsablemente, procuramos enseñarles o evitarles sosteniendo ciertas normas que refieren a cuestiones que no admiten ensayos ni transgresiones. Es en este escenario que se recorta el adulto como figura de institución de prohibiciones fundantes toda vez que la ley, las prohibiciones, constituye una dimensión significativa de la construcción subjetiva: no hay sujeto sin ley, sin discurso sobre lo prohibido. Al inscribir a los
nuevos en un orden normativo, los adultos los habilitan como sujetos en tanto sujetos de la ley. La ley, aquí, lejos de obturar, permite habitar el mundo, evita quedar fuera de él o en los bordes de los social en tanto lo común. Instituir significa; entones, ser portador de leyes que estructuran; una condición básica para educar, para formar, un punto de partida para los procesos emancipatorios. La diferencia entre impartir órdenes y comunicar decisiones, cuando no hay espacio para argumentos ni consensos, puede remitir meramente al tono, al clima, a la estrategia utilizada, o bien expresar posiciones diferentes en términos de vínculo que se establece con adolescentes y jóvenes, del lugar que se ocupa, de la autoridad que se da a conocer y que es reconocida. Puede ser el uso de la jerarquía per se, o bien el ejercicio de la responsabilidad y de la asimetría que permiten educar. El adulto-educador enfrenta el problema de no poder ocupar, con la misma claridad que en otros tiempos, el lugar de la ley que demanda la formación de los nuevos. Pág. 79 Aun así se siguen moviendo las fichas del tablero, generando una zona en la cual la responsabilidad de los límites que educan no discute la posibilidad ni la importancia de promover la participación de los pendejos. Y, complementariamente, un espacio en el cual el protagonismo creciente de adolescentes y jóvenes no socava la presencia ni la autoridad adulta. Fin Nota 1: A lo largo del texto he utilizado sinónimos de la palabra pibe (chavo, chamaco, guagua, chaval, pendejo, mocoso, ..) acuérdense de sustituir estas palabras. Nota 2: Después de leer el texto y entender un poco la didáctica me di cuenta que hablaban de este pibe!
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