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August 9, 2017 | Author: Guillermo Velazco | Category: Orgasm, Sexual Intercourse, Vagina, Love, Human Sexuality
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El Kamasutra Peruano

El Kamasutra Peruano

© calato © Elkamasutra peruano

Pablo Castro

ISBN978-603-45068-1-7 Hecho en el depósito legalen la Biblioteca Nacional del Perú 2008-02394 Primera edición:Febrero 2008 Tiraje:1001 ejemplares

Dirección editorial: Álvaro Lasso Díaz Editor: Santiago Caballero Cuidado de edición: José Miguel Herbozo Corrección:Antonio Tuya Semental: José Vera Visagel Diagramación:Rodolfo Loyola Portada:Christian Bendayán Ilustraciones: Luis Calixtro

© calato editores Mz.K Lote 10, urb. Reducto, Lima 34, Perú calatoeditores.blogspot.com [email protected] teléfonos (511)99585111 -(511)91722932

Índice

9 Prólogo 13 Introducción 16 Encuestas sobre su conocimiento y relación con la sexualidad

19 Conceptos preliminares de las relaciones sexuales 19 a. Recomendaciones para un placer compartido 20 b. Las posiciones en el acto sexual 22 c. Actitudes tradicionales de las mujeres 24 d. La autosatisfacción sexual femenina 26 e. Pautas para los jóvenes 27 f. Relaciones sexuales responsables 32 g. Recomendaciones para los adultos mayores 39 Algunas técnicas conocidas de motivación 43 Acciones previas y durante el acto sexual 43 a. Juegos sexuales 47 b. Acciones previas a las 72 posiciones sexuales 51 72 Posiciones sexuales. Una descripción 131 Algunos conceptos complementarios de las relaciones sexuales

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No corras, no te dejes llevar por el huracán, porque sólo el amor debe marchar delante. A esta meta soñada nuestras almas han de llegar juntas si es que quieres, amante, gozar todala dicha y toda la fortuna, reunidas al fin las dos almas en una. Havelock Ellis

Alcanza proporciones increíbles, en la mayoría de los hombres, el desconocimiento de la psicología femenina.

Quienes no utilizan su imaginación para hacer el amor, simplemente no saben gozar.

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Agradecimientos A todas las personas que solidariamente vertieron sus experiencias a lo largo de 13 años, y confiaron al autor sus casos y problemas sexuales, individualmente o en parejas; pues han servido para la elaboración de este ensayo, cuyo propósito es pedagógico y absolutamente elevado.

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Prólogo

En la actualidad, el tema de la sexualidad es una materia de la cual

se habla a media voz, en el mejor de los casos, o simplemente no se habla. Se nos ha impuesto un código de conducta según el cual el sexo es una cosa implícita y no explícita.

Los hombres, por lo general, tocan el asunto a la broma. Cuando alguien lo quiere abordar seriamente, casi siempre es derivado al plano anecdótico y jocoso. Las mujeres, en cambio, hablan del tema entre sí cuando la sexualidad no funciona con su pareja, tratando de buscar una explicación. Lamentablemente, son muy pocos los casos en que llegan a expresar los detalles fallidos de su relación en la alcoba. Este ensayo trata, de manera abierta, el tema de la sexualidad entre las parejas heterosexuales, buscando la plenitud de su disfrute y el placer muchas veces negado, pero no imposible de alcanzar. No hay que dejar de tener presente que, en muchos casos, la insatisfacción sexual se convierte en un serio agente de crisis en las parejas, pues lleva inexorablemente a la ruptura, cuando no genera lamentables consecuencias emocionales.

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Hace falta, entonces, empezar a introducir en la vida diaria una cultura de la sexualidad que incentive y promueva una mejor convivencia entre las parejas y un saludable desarrollo personal. Es ese precisamente el objetivo de esta obra, que describe sin reservas una serie de aspectos de la vida sexual, basados en la experiencia de muchas parejas que, inequívocamente, han llegado al disfrute pleno de su sexualidad. Para ello, hemos enfrentado el tema de forma valiente y sin ambigüedades, de manera cruda, muy descriptiva y con el corte erótico que se requiere. Este libro es el fruto de muchos años de experiencia, de una permanente actitud en pro de las parejas, de haber recibido innumerables testimonios de clientes, amigos y conocidos en general, quienes, en forma directa o indirecta, de forma desinhibida y con total franqueza, manifestaron sus experiencias sexuales o la de terceros, experiencias felices en unos casos, y de frustración y desencanto en otros. Asimismo, este trabajo ha requerido de una paciente investigación por averiguar qué, cuánto y cómo siente una pareja ideal durante el acto sexual. Esta investigación tuvo varios ángulos. Uno de ellos fue un conjunto de encuestas elaboradas especialmente para determinar el grado de insatisfacción sexual de las mujeres. Otro punto determinante fue el grado de desinformación en torno a la sexualidad que tienen tanto hombres como mujeres, especialmente quienes se encuentran en plena actividad sexual. También se han considerado otros aspectos con la finalidad de mostrar una diversidad de tendencias en el comportamiento sexual. En esta guía sexual no hay ningún secreto para hacer el amor de manera perfecta. Lo que usted encontrará con total seguridad son pautas para que el complejo proceso de un acto sexual colosal se vuelva sencillo y alcanzable.

Este trabajo pretende despertar la creatividad, curiosidad e imaginación de los lectores, no solo en los conceptos preliminares para una relación sexual, sino sobre todo en la descripción de las posiciones mediante el uso de nombres fáciles de recordar que lleven un componente de picardía y alegría a la práctica sexual. De esta manera, cambiar de posición durante el acto sexual será divertido y cargado de erotismo. Léalo detenidamente, que estamos seguros de que cambiará su vida y la de su pareja.

El autor

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Introducción

El fin supremo de este ensayo apunta a estimular el goce sexual

responsable y sin inhibiciones de quienes verdaderamente se aman, promoviendo una sexualidad plena entre las parejas mediante prácticas amatorias que estimulen vivamente el disfrute sexual, elemento sustancial en la vida humana.

Cuando en la entrega mutua existe amor, no tiene por qué haber restricciones, temores o vergüenza alguna. Es ahí en donde encaja el uso de múltiples posiciones sexuales. Es importante precisar que la descripción de las posiciones resulta muy fácil de seguir por la explicación detallada que se hace de cada una de ellas, permitiendo que, con una pequeña dosis de imaginación, se obtenga una envidiable capacidad para hacer el amor. En el desarrollo y explicación de cada una de las 72 formas de hacer el amor, iremos sugiriendo las más apropiadas para los jóvenes que recién empiezan, y también para las parejas que por razón de su volumen corporal, se adaptarían mejor. Asimismo, se detallan posiciones que requieren de mayor agilidad o son más complejas: estas han sido pensadas para las parejas que tienen un grado mayor de comprensión y experiencia, de esta manera gozarán mucho más tomando las posiciones «difíciles» de realizar. Para las mujeres de

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menor estatura hay un buen número de poses; con ellas, la facilidad para cambiar de posición será mayor. Por último, las posturas de fantasía se han propuesto para quienes dominan plenamente el acto sexual y pueden prolongar una cópula muy variada, con un altísimo grado de control sobre la eyaculación. Este compendio de experiencias dirige el relato hacía la posibilidad de revolucionar ese concepto caduco, antiguo e inútil de no tratar el tema sexual cotidianamente, de no intercambiar con las amistades o familiares de confianza las vivencias, las prácticas, las costumbres o hábitos sexuales de pareja, porque ello podría hacer perder la privacidad natural del acto. Nada más falso y retrógrado. Hay que dejar de lado esa turbación que produce el tema sexual. Hay que intentarlo para que estos intercambios de experiencias nos den la posibilidad de enriquecer nuestro conocimiento con la finalidad de ser felices en una larga convivencia. No sólo hay que pensar en las primeras décadas de unión, sino en que esta se vea incentivada por un aliciente sexual que cada uno promueva como una llama de amor que se aviva día a día.

Numerosos testimonios confirman que el acto sexual tiene que ser diferente, ameno y atractivo cada vez que se realiza; que en cada ocasión su pareja sea una posibilidad de conquista nueva ; que tanto el inicio como el desarrollo mismodel acto contengan innovaciones o sugerencias novedosas para que esta unión sexual sea deleitante, y al término de la misma quede encendido el fuego de la pasión hasta el siguiente encuentro. Es realmente muy ambicioso pretender que estas páginas se conviertan en un instrumento de felicidad para las parejas, porque el mensaje permanente del libro radica en que cada uno desarrolle una capacidad amatoria ilimitada cargada de deseo, de sensualidad, de entrega y solidaridad con su pareja para entregar y recibir amor convertido en pasión. De esta manera, pretendemos evitar que se

produzcan tantas e innumerables rupturas de pareja, que empiezan, entre otras razones, por la insatisfacción sexual.

Una sólida, permanente y placentera relación sexual ayudará a superar muchos escollos de la vida diaria, pues un ser enamorado tiene una fuerza emocional adicional, que es capaz de vencer y allanar los problemas uno a uno. El amor es capaz de soslayar los mayores inconvenientes y es capaz de solucionarlos. Así, la posibilidad de seguir amando a la pareja se convierte en un objetivo diario. Contra lo que no podrá combatir exitosamente el amor es contra cualquier forma de sometimiento, de resignación. Cualquier estado de dependencia emocional o mal ánimo mata lentamente el amor. Este concepto, aplicado por igual a los hombres y mujeres, debe llevarlos a ser auténticos y rebeldes defensores de sus gustos, de sus ideas y convicciones, para que siempre se produzca innovación y renovación de acciones, sobre todo en una práctica sexual amparada por un mutuo sentimiento de amor. Es importante reiterar que esta obra precisamente busca promover un mensaje de comunicación, respeto y admiración por la pareja fundado en el amor.

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Encuestas sobre su conocimiento y relación con la sexualidad Sexo Edad/Rango

F[ ] M [ ] 15/18 19/25 26/35 36/50 51/70

Nacionalidad

Peruana Sudamericano Norteamericano Europeo Resto del mundo

[ [ [ [ [

] ] ] ] ]

Encuesta 1: Su experiencia de la relación sexual 1. ¿Es usted feliz cuando tiene un acto sexual? A) Sí B) No C) A veces sí D) Casi nunca 2. ¿Es usted desinhibido(a) para expresarse sobre sexo? A) Sí B) No C) Un poco D) Casi nada 3. Cuando hace el amor con su pareja, ¿tiene sexo oral? A) Sí B) No C) Un poco D) Casi nada 4. ¿Sabe usted si su pareja lo(a) ama verdaderamente? A) Sí B) No C) No estoy seguro(a) D) No totalmente 5. ¿Conoce usted sus zonas erógenas y las de su pareja? A) Sí B) No C) Conozco las mías D) Conozco poco 6. En toda su actividad sexual, ¿ha llegado a experimentar orgasmos? A) Sí B) No C) Pocas veces D) Casi nunca

7. ¿Usted tiene vergüenza de desvestirse frente a su pareja? A) No B) Sí C) Lo hago de a pocos D) No lo hago siempre 8. ¿Reconoce usted cuando su pareja ha llegado al orgasmo? A) Sí B) No C) A veces D) No conozco mucho 9. Si su pareja finge un orgasmo o un acto gozoso, ¿usted se da cuenta de ello? A) Sí B) No C) A veces D) Es muy difícil 10. ¿Le gusta a usted tener un acto sexual prolongado (más de 30 minutos)? A) Sí B) No C) A veces lo consigo D) Me canso de hacerlo

Encuesta 2. ¿Cuánto ha aprendido y sabe sobre sexualidad? 1. ¿Conoce cómo excitar bien a su pareja? A) No B) Conozco muy poco C) Algo logro hacer D) Sí 2. ¿Sabe tener control sobre sus impulsos sexuales? A) No B) Me descontrolo rápido C) Estoy lográndolo D) Sí 3. ¿Tiene conocimiento de lo que le gusta sexualmente a su pareja? A) No B) Algo supongo C) Le pregunto para saber D) Sí 4. ¿Se coloca usted en la misma posición siempre la hacer el amor? A) Sí B) Casi siempre C) Busco variar D) No, cambio siempre 5. ¿Le gusta realizar poses más elaboradas, más de movimiento? A) No B) Poco C) Intento algunas D) Sí las hago

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6. ¿Cree que puede realizar un coito anal placentero? A) No puedo B) Es difícil para mí C) Lo intentaré D) Sí puedo 7. ¿Cuánto tiempo cree usted que ha sido su mejor acto sexual? A) 2 minutos B) 5 minutos C) 10 minutos D) 45 minutos 8. Cuando tiene un acto sexual, ¿después desea volver a tenerlo? A) No B) No creo C) A veces lo tuve D) Sí deseo 9. ¿Cree usted que su pareja es la responsable de su satisfacción o insatisfacción sexual? A) Sí creo B) A veces es mi pareja C) A veces soy yo D) No, somos los dos 10. Cuando empieza a hacer el amor, ¿besa usted los genitales de su pareja prolongadamente? A) No B) Muy poco C) A veces lo hago D) Sí, siempre

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Conceptos preliminares de lasrelaciones sexuales

A. Recomendaciones para un placer compartido

Es sumamente importante que las mujeres aprendan a tener el

control en el acto sexual y que los hombres dejen de ser machistas al creer que saben todo. ¿Cómo? Por ejemplo, logrando prolongar los juegos preliminares el mayor tiempo posible, guiando a su pareja hacia sus zonas erógenas y más excitables en todo el cuerpo para que éstas reciban la mayor cantidad de besos y caricias. Simultáneamente, la lubricación de la vagina se incrementará rápidamente; a su vez, esta lubricación se puede volver abundante y de flujo continuo si el clítoris recibe besos prolongados, succiones, y se logra dimensionar (crecer) por la excitación y la fricción ya sea con la lengua, los labios y/o los dedos, todo esto antes de que se produzca la penetración. Incluso después de ello, no debe ser el hombre quien mantenga la iniciativa de las posiciones a adoptar. Esto es muy importante, ya que de esto depende el poder aumentar la intensidad del orgasmo a tal punto que podrán alcanzar un grado de excitación suficiente para repetir el acto sexual. ¿Qué significa esto? Pues, en la mujer, que el placer le lleve a conseguir la sensación de clímax, que se pone de manifiesto,

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principalmente, en la presencia de un flujo o líquido espeso que desciende de la vagina, este líquidoes equivalente a la eyaculación del hombre. Evidentemente, este es el objetivo supremo, pero sólo se logrará con mayor frecuencia en la medida que el amor supere al egoísmo, y cada uno deponga actitudes en pro de la satisfacción de su pareja. Este probablemente sea el punto más neurálgico de las relaciones sexuales en pareja, ya que lo mal aprendido en años

anteriores o en relaciones pasadas muchas veces se repite como si fuera el mejor comportamiento sexual. En realidad, lo adecuado es lograr que se adapten las acciones a la nueva unión, sin tratar de imponer gustos, hábitos o creencias.

B. Las posiciones en el acto sexual

Antes del desarrollo de las 75 formas de hacer el amor, es imprescindible precisar algunos conceptos que traban las relaciones de pareja, que no permiten —tanto a la mujer como al hombre— desenvolverse con naturalidad y dejar aflorar sus sentimientos, cargados de deseo, por la otra persona. Hay posiciones que generan un mayor grado de excitación en el hombre, y son aquellas en las cuales el miembro del hombre es el que se desplaza en el interior de la vagina y realiza la mayor actividad, tanto alrededor de los labios vaginales como, en general, en todo el cuerpo de la mujer. La excitación producida por este juego intenso, es, en la mayoría de los casos, un factor de doble filo para el hombre, ya que lo coloca en el riesgo de acortar la relación sexual. Por ello, no debo dejar de mencionar como factor clave el hecho de que la concentración mental sea determinante para que su pareja se satisfaga plenamente. Suele

decirse que el 90% del acto sexual es mental y el 10%físico; de esta manera, al hombre le cabe la mayor responsabilidad de lograr el control en el incremento de su excitación, pero a su vez retardar al máximo su eyaculación. Este juego simultáneo de sensaciones, unas en incremento lógico de la excitación y otras tratando de retardar el proceso de culminación del acto sexual, son un reto en la actividad sexual: la experiencia es la piedra angular del objetivo. Esta variedad tan amplia de posiciones, le permitirá a la pareja jugar y gozar simultáneamente, porque es absolutamente necesario para que la excitación de la mujer alcance a la del hombre, debido a que los hombres se excitan muy rápido (empieza visualmente) y esto crea un desbalance en el coito. Hay que añadir también un dato físico, sumamente importante para ayudar a comprender el porqué de la diferencia en la velocidad de excitación entre el hombre y la mujer: el pene sólo necesita

5 cm3 aproximadamente de sangre, para quedar totalmente erecto, mientras que las mujeres necesitan aproximadamente 500 cm3 para que todo su aparato genital se excite plenamente.

El compendio de posiciones descritas más adelante pretende ayudar, en especial a los jóvenes, a tener una relación sexual activa pero metódica, sin prisa, y a las parejas en general —sin límite de edad— a consolidar su relación, para que gocen apelando a la variedad de posiciones, sin timidez ni bochorno, ensayando, sobre todo las mujeres, frases no usuales como: ¿Por qué no lo hacemos de esta forma?, ¡Intentémoslo de esta manera!, o acaso decir ¡Esto me gusta más! Es un reto pronunciarlas en medio del acto sexual, en especial cuando las mujeres son muy jóvenes.

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C. Actitudes tradicionales de las mujeres

Aquí, hay que mencionar la dificultad que tienen las mujeres para manifestar lo que más les agrada durante el coito y también para rechazar, de la mejor manera, lo que no les excita o le es indiferente. Es casi imposible escucharles sugerir la posición que prefieren o la que mejor se adapta a su estructura física o, peor aún, desarrollar su imaginación para lograr una relación intensa, efusiva y placentera.

La mayor parte de las mujeres sienten vergüenza de expresar sus fantasías sexuales porque suponen que su pareja va a pensar mal de ellas. Este es el primer error para no alcanzar el orgasmo deseado. La falta de confianza sexual impide que se pueda dialogar sobre lo más placentero para ella. Hay que superar esa barrera y comunicarse a plenitud para gozar sin limitaciones. Liberarse sexualmente implica ser gestoras de la iniciativa, sugerir e imaginar posiciones como las que se describen en este libro. Liberarse sexualmente también es que las mujeres pongan la pausa durante el acto sexual o que busquen incrementar su excitación friccionando su clítoris en todos los ángulos posibles, y no deben de perder el ritmosostenido de excitación, para seguir bombeando un flujo sanguíneo a sus genitales, e ir incrementando el grado de lubricación vaginal, que juega un papel determinante para el momento de alcanzar el clímax. Este tema del grado de lubricación es absolutamente importante, sobre todo en algunas mujeres que pasan largamente los 40 años y que no sostienen un nivel adecuado de lubricación. Evidentemente, llegar a este grado de comunicación y de acciones físicas no es fácil, pero la continuidad y el deseo de realizarse sexualmente permiten alcanzarlo.

Esquema: Ciclo Óptimo de la Desinhibición Sexual de la Mujer

El derecho irrebatable de las mujeres a gozar sexualmente les da la misma posibilidad que los hombres a proponer, guiar y efectuar todo lo que su imaginación y deseo quiera durante el acto sexual, sin que pongan en juego su dignidad ni sean mal consideradas por manifestarse abiertamente.

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El peor enemigo del orgasmo es la pasividad que adoptan muchas mujeres al dejar que el hombre sea el único que lleve la iniciativa.

Esta actitud de dejar hacer al hombre todo lo que él quiera o se le ocurra es muy peligrosa, pues los hombres creen que conocen lo que a su mujer le gusta en la cama, y en la mayoría de los casos eso es falso. Por lo tanto, concluyen un acto sexual en el cual ella no ha experimentado mayor placer, mayor gozo, o en su defecto, recién empezaba a excitarse cuando su pareja se apura, se descontrola y eyacula, «dejándola con la miel en los labios», frustrada, insatisfecha y, una vez más, contrariada. ¡Cuántas mujeres jóvenes y maduras que están leyendo esta guía, dirán «este es mi caso»! Uno de los grandes desaciertos que cometen las mujeres al término del coito, es fingir a su pareja que están satisfechas con la relación concluida.

D. La autosatisfacción sexual femenina La primera afirmación que se puede hacer es la siguiente:

muchísimas más mujeres de lo que usted cree o está pensando se masturban usualmente ; esto en función de la edad, las experiencias sexuales ya iniciadas, los diversos y diferentes grados de excitación y de libido que tienen las mujeres, el grado de conocimiento e información que poseen, y al nivel de confianza y compenetración sexual que han alcanzado con su pareja, entre otras innumerables razones. Lo segundo que se desprende de esta normal y beneficiosa práctica sexual femenina es el haber explorado sus genitales y conocer de a pocos la dimensión de sus labios mayores y menores, externos e internos de la vagina, de la ubicación, tamaño y sensibilidad del clítoris,

de haber explorado con los dedos su cavidad vaginal y quizás también haber ubicado su punto G.

Satisfacerse sexualmente uno mismo no es una expresión de frustración sexual. Por el contrario, ésta representa la posibilidad de dar rienda suelta a su imaginación, sus deseos y fantasías sexuales. Las mujeres con inhibiciones, timidez, confusión, o turbación, reprimen sus instintos sexuales, sus impulsos, su imaginación, por temor, culpa o vergüenza cargando con un delito no cometido, que se traduce en frustración, irritabilidad, alta tensión y una falsa fatiga física durante el acto sexual, por lo tanto debemos apuntalar estos conceptos afirmando que la inhibición sexual es producto de muchos factores y su automática expresión es la disminución del deseo. Teniendo este parcial marco en torno a la autosatisfacción, podemos sostener que la masturbación es un tema que probablemente sea el más difícil de tratar abiertamente y sin bochornos inútiles, tanto para hombres comopara mujeres. Nadie o casi nadie quiere admitir que la masturbación es parte del desarrollo sexual individual, ya que esta sociedad es conservadora, tradicional y machista; y con ello asedia, corta el desarrollo y evolución sexual de las mujeres, no permitiéndoles expresarse con libertad en cuanto a su sexualidad, al punto de haber sido fustigada socialmente por siglos, y al extremo de ser satanizada y postergada sexualmente adrede por el machismo. Evidentemente, es muy delicado aceptarlo como algo normal en esta sociedad no desarrollada sexualmente, pero casi todos, en algún momento, hemos experimentado tal sensación con mayor o menor grado de satisfacción o placer, con represión o sin reservas. En el caso de los hombres, lo hemos practicado, mayormente de manera automática y usual desde la adolescencia.

Resulta absolutamente inverosímil la actitud de censura de parte de los hombres a sus parejas (mujeres) si durante el acto sexual contribuyen a su autosatisfacción

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sexual y ayudan a incrementar su excitación con fricciones en el clítoris o en otras partes de su cuerpo, sean las nalgas, los senos, etc. Esta acción es la más beneficiosa y productiva para alcanzar un orgasmo o muchos más por parte de la mujer. Cabe destacar también que en la estimulación del clítoris existen diferentes formas de hacerlo y para cada una de las mujeres hay una característica específica y un nivel de acción que está en función a su propia personalidad, pudiendo ser éste sólo con caricias suaves o muy suaves, con movimientos fuertes y rápidos, con acciones diversas en el mismo clítoris o alrededor de ellas. También diremos que no solo con las manos se puede producir esta excitación, sino también con vibradores, que a su vez tienen diferentes formas. Según la predilección de la mujer, estos pueden ser largos, chatos, cuadrados, en forma de mariposa o el clásico tipo fálico. Por lo tanto, lejos de criticar o mal pensar de su pareja, los hombres deben de incentivar la masturbación paralela a los juegos sexuales o paralela durante la misma penetración, sea en la vagina o por el ano. De esta manera, queremos romper con tanto prejuicio sobre la masturbación femenina, que solo retrasa la evolución y liberación sexual de la mujer. Según la psicóloga Carmen Debesa, «No hay nada más sexy que una mujer que se comporta con naturalidad en la cama, sin tratar de esconder nada».

E. Pautas para los jóvenes en general

Este capitulo va dirigido especialmente a las damas muy jóvenes, que, sin conocer su potencial sexual, podrían imaginar cómo podrá ser su primera relación sexual feliz, agradable, sin shock, sin miedo, sin traumas posteriores, sin desperdiciar esa magia que envuelve el acto sexual, pero sobre todo sin echar a perder esa hermosa primera vez.

La primera vez de una mujer será la mejor si su pareja actúa con suma paciencia, inteligencia y control, preparando ese momento culminante de una manera magistral (ej. La Posición «CERO»).

Evidentemente, la experiencia sexual juega un papel determinante a favor de quien la tiene, pero si no se utiliza para lograr que nuestra pareja aprenda, disfrute y se vaya desarrollando sexualmente, estapuede resultar contraproducente, ya que la ilusión puede desvanecerse y crear frustración. Respecto al primer acto sexual, sobre el cual se crea toda una expectativa, diremos que los hombres son generalmente los responsables de que ellas expresen al retorno de un viaje de amor o a la culminación de su primera experiencia sexual, lo siguiente: «fue lindo», «muy bonito todo» pero «dolorosísimo», «me dolió hasta el día siguiente» o «me quede inflamada» o «estuve muy mal» o «me dio miedo y dolor al principio», etc. Son éstas expresiones las que finalmente terminan generando dudas y temores en las amigas de quien manifiesta y cuenta cómo le fue en su primera vez. Les preguntamos a los jóvenes varones: ¿Por qué tiene que ser tan frustrante esa primera vez para ellas, si por el amor y el cariño a su mujer se debe posponer cualquier deseo meramente carnal y de satisfacción sólo sexual, para convertirlo en un acto sublime? Este concepto de satisfacción sexual por amor debe quebrar el tradicional concepto machista del hombre de querer desdoblar durante el coito, lo físico, lo material, lo carnal, del sentimiento real por la pareja. Es un reto el que, a mayor satisfacción, a mayor goce, el amor fluya en la misma proporción por quién ha sido capaz de entregarse absolutamente, haciendo de ese acto sexual la culminación de un proceso sentimental bellísimo. Hay que incidir en este tema no por un afán moral o de valores, sino porque verdaderamente esa primera vez en las mujeres deja una huella difícil de olvidar.

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Paso a paso, beso a beso, los hombres debemos ser los constructores de esa escalera de placer tan difícil de alcanzar para ellas. Mayor responsabilidad aún cuando no se ha tenido la oportunidad de saber si es posible llegar al más alto peldaño de esa escalera de gozo y felicidad. En este libro ustedes tendrán un aporte, una asistencia metódica, una permanente inducción, para el desarrollo sexual como pareja, encontrando consejos prácticos, muy puntuales en unos casos y genéricos en otros también, dependiendo de cada pareja, para que puedan cumplir el propósito de ser buenos amantes, anhelo de cada pareja cuando deciden tener un acto sexual. A los jóvenes varones les debemos aconsejar, que descarten de plano la penetración rápida, pues ésta puede originar las más diversas reacciones, como por ejemplo:

a. Provocar un desgarro o herida pequeña en cualquiera de los pliegues de los labios vaginales, (por falta de lubricación) reduciendo el placer en ella debido al dolor que le puedan generar estas lesiones, por el forcejeo inevitable sin lubricación.

b. Causar Inflamación en la zona debajo del prepucio del pene debido precisamente a esa presión tan violenta, por lo tanto ese dolor no le permitirá gozar o inclusive puede ser tan intenso el dolor que puede originar la perdida de la erección del pene.

c. Producir un desbalance de excitación muy marcada entre el hombre y la mujer, debido a la incursión rápida, impidiendo que se desarrolle ese proceso de excitación gradual en las mujeres, muy propio de ellas y a su vez el hombre se dispare en su excitación forzada

d. Reducción del deseo en las mujeres de mantener el pene

dentro de la vagina, como rechazo a lo violento de los momentos anteriores, desencadenando un conflicto inevitable con su pareja.

e. Crear una excitación descontrolada del hombre, causando — en la mayoría de los casos— eyaculaciones. Es sumamente peligroso caer en estas eyaculaciones prematuras porque comienza a convertirse en costumbre, perdiéndose la posibilidad de amar y gozar en su verdadera dimensión.

F. Relaciones sexuales responsables

La libertad es el derecho más preciado que tiene el ser humano, pero debe ejercerse con responsabilidad para mantener un elevado nivel de convivencia humana; especialmente cuando se trata de la cuestión sexual, pues de una sexualidad responsable depende en gran medida el futuro de las personas. Una actitud responsable en el ámbito sexual supone la adopción de medidas que permitan evitar el contagio de enfermedades sexuales a su pareja, así como evitar embarazos indeseados que frustren sus expectativas sociales de desarrollo personal y/o familiar. Lo naturalmente impulsivo que resultan ser los jóvenes por alcanzar una experiencia sexual más, los pone en riesgo de contagiarse de enfermedades venéreas. Hay que pensar en el peligro y no jugar con las posibilidades de contaminación. Aquí debemos detenernos para analizar por un momento que, hoy en día, el riesgo de poder contraer una enfermedad fatal es inmenso en comparación con décadas pasadas. Hoy en día no cabe la posibilidad de creer en la suerte, porque la ocasión en que uno se arriesga, hombre o mujer, puede resultar absolutamente fatal con la transmisión del VIH, por ello la tremenda importancia de incentivar las relaciones sexuales plenas, las relaciones que conlleven al más absoluto placer con una pareja estable, para que no exista luego de ello ocasiones

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Por la pareja

Éxito en el amor

por Am or

NO I.T.S NO V.I.H NO Muerte

PARE JA FIJA

No Enfermedades

C on P reservativos

SIN RIE SGOS

LIBERTAD

PORQUE HACEN USO DE SU

N o Em barazos

C ON R IESGOS

C ON / S IN información C ON / S IN información

Embarazos I.T.S V.I.H SIDA Frus traciones

Sin Preservat ivos

Opción Sexual

DECIDEN:

Estudios Ok Trabajo Ok Familia Ok Amigos Ok

Responsabilidad

Las relaciones sexuale s son fundamentale s para el éxito de una relación sentimental fundada en el am or. Cu ando e ste sentimie nto ha llegad o a un determinado nivel y ha evolucionado para necesariamente plasmarse en un acto sexual.

Por uno mismo

Respeto mutuo ylealtad

H eterosex ual Homosex ual Bisex ual

Los jóvenes en sus relaciones sexuales

Esquema: Jóvenes, libertad y riesgos

furtivas o encuentros sexuales ocasionales que coloquen en riesgo a la persona. Es determinante manejar este concepto del riesgo para la vida misma. Los jóvenes deben de investigar, deben de leer cuanto puedan, cómo se producen día a día los contagios en cadena, y aquí no deben subestimar a la «amiga» porque no desea hacerlo, menos aún sobrestimarla pensando que tampoco tiene ningúnriesgo de enfermedad. Siendo este libro un texto que promueve las relaciones sexuales con la mayor pasión, con la determinante idea de hacer gozar al límite a su pareja, incentivando e induciendo a la desinhibición sexual pero con su pareja; debo afirmar que cuando no se produzca este encuentro sexual con quien se ama, esas relaciones sexuales deben ser sostenidas por lo menos con un preservativo, para cuidar la vida. Hay que tener en cuenta que las enfermedades venéreas o ETS están presentes en cada ocasión como posibilidad de contagio. Hayque saber decir no cuando es necesario, por protección. En el otro plano del control de la procreación, tema tan determinante para el futuro de la pareja, sea ésta casual, eventual o permanente, hay que tomar la decisión con anticipación, para evitar consecuencias lamentables y decisiones posteriores de riesgo.

Tanto los hombres como las mujeres, en algún momento de nuestras vidas, deseamos sexualmente una misma pareja, y cuando se produce esta unión sexual debemos estar preparados, porque siempre existirá la posibilidad de engendrar un nuevo ser. Para la anticoncepción hay múltiples mecanismos, especialmente para las mujeres. En este caso se deberá seleccionar con la ayuda de un médico, el método que mejor se adapte a la naturaleza de su cuerpo y forma de actuar y pensar. Entre otros, el más común es el preservativo, luego los óvulos espermicidas, lasinyeccionesmensualeso bimensuales, la T de cobre, el

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espiral, las pastillas anticonceptivas x 21 días, la pastilla deldía siguiente y otros métodos más. Salvado este aspecto,podrá ustedentonces poner en práctica losconsejos que aquí se recomiendan y describen.

G. Recomendaciones para los adultos mayores

Para los mayores, hay que afirmar con toda certeza que «no hay edad para despertar sexualmente», ni hay una edad límite para decir «ya no tengo aliciente sexual, ya no hay deseo». Este tema es extremadamente difícil de tratar, pues muchos hombres y mujeres se niegan a aceptar la posibilidad de que pueden gozar con intensidad aún con varias décadas encima. Esto empeora si creen que saben «todo» sobre las relaciones sexuales o que conocen los gustos de su mujer en la cama. Tremendo error, porque por más años

que tenga uno con su pareja, eso no convierte al hombre en conocedor a ciegas de los deseos de su mujer (muchas veces reprimidos), y menos aun de cómo ella puede llegar al orgasmo (a veces simulado o fingido).

Una autocrítica saludable a fin de que los hombres impriman un cambio radical al comportamiento sexual con su pareja sería que dejen de pensar que es más de lo mismo, que ya no les excita su pareja de la misma forma de antes, o que se aburren con las mismas actitudes de su mujer. Hay que proponer un cambio saludable por la relación de pareja entablada por años, construida bajo un vínculo de amor que no debe apagarse, sino que, por el contrario, debe rejuvenecer el alma y el espíritu alegre y jovial. Así por ejemplo, si hacían el amor siempre por las noches, estando cansados, tensos y estresados, entonces habrá que hacerlo por la mañana muy temprano, con mayor energía, descansados. Si no

tenían costumbre de diversificar las posiciones, ahora, gracias a EL KAMASUTRA PERUANO podrán hacerlo, porque así podrán practicar muchas posiciones. Si antes no lo hicieron en la tina de baño, pues entonces es hora de practicarlo, probar en medio del agua tibia. Lo importante está en cambiar de escenario a fin de generar un nuevo apetito sexual.

La madurez sexual debe verse como una etapa en la que sea posible incrementar día a día su capacidad de disfrutar sexualmente. Por el contrario, no se debe creer que esta madurez lo convierte a uno en un amante pasivo. Las mujeres, en su mayoría conservadoras, tienen que saber, como dato crudo pero real, que 7 de cada 10 mujeres en actividad sexual tienen algún grado de frigidez (disfunción sexual femenina), según estadísticas publicadas por instituciones ligadas al quehacer sexual. No hay que tenerle miedo al término frigidez, porque paralelamente, el 60% de los hombres tiene algún grado de impotencia (falta de erección o eyaculaciones precoces). Aquí les mostraremos la interpretación de las encuestas realizadas por el autor en diversas ocasiones con público diferente en edad y condición socio cultural, en un rango de 18 a 50 años (el 87% del total), siendo los hombres encuestados el 58% de la muestra estadística y las mujeres el 42 % del total. Universo 1 (120 personas)

Universo 2 (150 personas)

Como conclusión de estas encuestas tenemos: 1. Mujeres insatisfechas sexualmente 2. Vergüenza de hablar sobre sexo (incluida su pareja) 3. Irresponsabilidad de los hombres en el acto sexual 4. Desinformación generalizada sobre la sexualidad 5. Temor a consultar sobre problemas sexuales 6. Su felicidad depende de su actuación sexual – Mj 7. Su felicidad depende de su actuación sexual – H

68% 63% 70% 72% 65% 60% 40%

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Estas cifras indican el grado generalizado de insatisfacción sexual, tanto en los hombres como (aunque más) en las mujeres. ¿Por qué ocurre este drama? Muy sencillo, porque las parejas no se confiesan mutuamentesus deseos sexuales sininhibiciones, sin límites. Las mujeres prefieren soslayar, encubrir su descontento, su frustración de placer, para «no quedar mal» o para evitar que su pareja (no importando los años que tenga con ella) la vaya a calificar negativamente, aún cuando las mujeres tienen todos los argumentos para demostrarle a su pareja que es él el que falla usualmente. Sin embargo, tampoco es positivo culpar o hacerlo responsable sólo al hombre, de los desatinos en el desenvolvimiento o desarrollo del acto sexual a menos que la diferencia de edad sea grande. La responsabilidad debe ser compartida por ambos, siempre y cuando los dos tengan la misma predisposición, la misma intención de conseguir una actividad sexual gozosa, enriquecida por la iniciativa diaria, por el deseo de descubrir algo nuevo cada día compartiendo, creando sensaciones o acciones nuevas que proponer a la pareja, para que ésta se sienta halagada por producir deseo, pasión y amor: éste es el motor de las relaciones sexuales para una pareja estable. Son muchísimas las formas o modalidades que uno puede inventar para que se motive la pareja. Por ello, desarrollaremos un capítulo con algunas motivaciones que no son sino pautas para que usted genere su propia iniciativa, pero fundamentalmente para sembrar e inducir hacia una metodología sobre cómo hacer el amor, no en el escenario de los hechos, sino mucho antes, una forma que induzca a pensar en el deseo que su pareja tiene.

Esquema: Desarrollo de la Excitación del Hombre

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Esquema: El acto sexual pleno

Hacer el amor es un arte y éste obedece a una metodología lógica y secuencial, pero la secuencia no es estricta. En función a la experiencia y a la confianza mutua de la pareja algunos de los pasos o estadios expuestos en este esquema se fusionarán obteniendo el mismo resultado positivo en el acto sexual: el orgasmo, clímax y/o multiorgasmos.

Esquema: Cómo Evoluciona la Excitación según las Etapas de un Acto Sexual

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Algunas técnicas conocidas de motivación

Una imprescindible actitud a seguir antes del acto sexual es la motivación, que debe ser desarrollada de la manera más sutil, una conversación amorosa, un diálogo insinuante, y las más delicadas caricias (en los labios, en el cuello, besos en la oreja) serán los primeros mensajes que reciba el cerebro, el cual pondrá en marcha el proceso de excitación. Entre las motivaciones de las mujeres y los hombres hay que diferenciar que, en el caso de ellas, surten mayor efecto las caricias, los piropos y el enamoramiento. No es así en el caso de los hombres, pues tenemos mayor reacción, mayor respuesta a lo visual, a los movimientos, al baile (un arma de las mujeres para conquistar). Veamos.

1. Existe la creencia de que las mujeres que bailan y se mueven bien son muy buenas amantes, ya que se supone que llevan el ritmo de la misma forma en la cama. Para el Dr. Félix Cantoni Ibarra, este concepto es relativo: «Todo depende de la madurez emocional de cada mujer. Si ella tiene una estructura armoniosa en su carácter, podrá repetir en la cama lo mismoque hace en la pista de baile. Pero si tiene temores o dudas, no podrá desempeñarse con la misma gracia y soltura al momento del coito».

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Es absolutamente válido este concepto, porque cuando una persona baila, al igual que cuando hace el amor, emana una cantidad de endorfinas, las cuales generan bienestar y producen alegría y excitación. Es seguro que este aporte ayudará a muchas mujeres a desinhibirse. Para que sus movimientos, llevados con sutileza cerca de él, sean efectivos, el baile y el ritmo que le impriman debe traducirse en un acto estimulante y provocativo, con desplazamientos ondulantes, giratorios y cadenciosos. Es difícil que el hombre no sucumba a esta forma de seducción.

2.Otra de las acciones motivadoras previas a la relación sexual es una sorpresa agradable. Con el tiempo, cada pareja va descubriendo qué es lo que más le cautiva al otro. Aquí no hay nada dicho ni nada absoluto, pero producir constantemente esta sensación real de interés por agradarle será lo que vaya calando lentamente en el incremento de la pasión por la pareja, y su consiguiente deseo.

3.Una llamada telefónica a mediodía para proponerle «hacer el amor» puede generar, en el resto de las horas hasta el encuentro, una cierta excitación, lo que puede preparar el preámbulo sexual. Otra buena forma de alimentar la pasión es mantener los detalles. Por ejemplo, enviar un pequeño regalo u obsequio con una nota de amor, insinuando las caricias más profundas, es un hecho que no pasará desapercibido en el resto del día, impulsando así el ansia por tener un acto sexual delirante.

4. El cambio de escenario (dejando de lado la cama) a fin de sorprenderla, por ejemplo, en la sala, e iniciar el juego amoroso sobre el sillón, será un factor trascendental para producir el necesario apetito sexual en cualquier relación que propiciemos.

5.Otra buena forma de generar pasión es el baño en forma conjunta. Con el baño se provoca y prepara el acto sexual desde el primer contacto visual desnudos y consiguientes caricias y masajes con el jabón, serán estos los que aceleren la excitación mutua.

No deja de ser oportuno comentar que el baño es un factor de ayuda al frenesí, pero también sirve para que se deseche la posibilidad de tener ocasionales olores fuertes, tanto en el pene como en los labios de la vagina, ya que se supone tendrán ambos contacto con los labios y la cercanía de la nariz. Hay que añadir que un olor fuerte puede producir una desmotivación sexual que, como consecuencia, cancelará el deseo. Esta sensación de olores fuertes en los genitales debe combatirse permanentemente para que no se convierta en un factor limitante al momento de desarrollar las caricias bucales mutuas.

6.Otro factor de importancia es el mantener cortos los vellos de los genitales para que el contacto sexual sea mayor. Este es un factor muy importante de motivación, de cambio, de impulso hacia un encuentro distinto. Este desprendimiento de los vellos provoca que la vulva esté completamente al descubierto y es así que el clítoris escondido en algunos casos tenga la posibilidad de ser friccionado libremente. Debo manifestar que son muchos los testimonios en los cuales las mujeres declaran que no saben como es que el clítoris juega un rol importante en el gozo sexual. Evidentemente, estas damas están lejos de saber cómo es un orgasmo, cómo es gozar libremente de su anatomía y, peor aún, se trata de mujeres con muchos o pocos años de actividad sexual, con hijos o sin ellos, pero con un lamentable factor común: la insatisfacción sexual. Revertir este factor puede resultar muy fácil si cualquier iniciativa de cambio en el proceder sexual no es tomada como algo banal, insulso o ridículo. Hay que empezar a darle la importancia necesaria a todo aquello que contribuya a salir de la rutina, a dejar de lado los actos sexuales mecánicos, en especial si se oponen tajantemente a «hacerlo por cumplir».

7.No sólo se puede motivar el mismo día, también puede comenzar al término mismo del acto sexual exitoso, susurrándole al oído expresiones como «me muero por hacértelo otra vez». Con ello, son

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las mismas sensaciones las que generan el climaadecuado para la siguiente ocasión. De esta manera, el preludio será mucho más prolongado, pero efectivo. Expresada con amor, con el deseo de poseer nuevamente a la pareja con el mismo ímpetu, esta expresión producirá una emoción, un entusiasmo que habrá que cultivar y cuidar con esmero, con tolerancia, a fin de no resquebrajar ese alto nivel de compenetración alcanzado en el último coito. Y si no se logró alcanzar el placer, no importa momentáneamente, pues ya se inició el proceso para la siguiente ocasión que, con toda certeza, será mucho mejor.

8.No está de más recordar a los varones que bailar en una discoteca, de acuerdo a su edad o generación, es una ocasión también de motivación. Puede servir para expresarle a su pareja que con sus movimientos lo está provocando, lo está incitando a hacerle el amor ahí mismo. Es evidente que esto no se podrá hacer, pero ella reaccionará estimulada, desafiada por el deseo expresado por él. Este tipo de expresiones encenderán repentinamente en ella un deseo latente de gozar sexualmente, más aún si es una buena bailarina, pues estará presta a divertirse, y con ello se irá generando un estado de excitación que, si continúa en forma permanente con la intención de lograr un preámbulo exitoso, seguro será logrado para el momento del coito. Tanto él como ella, después de haberse provocado mutuamente durante el baile, habrán producido un grado de lubricación tal que cuando empiecen a jugar en la cama, cualquier posición a realizar será ya muy fácil de conseguir. Esta forma de motivar o tantas otras deben tener como objetivo un acto sexual espectacular.

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Acciones previas y durante el acto sexual

A. Juegos sexuales durante el acto sexual

Si partimos de la premisa experimental de que todo está permitido por amor, entonces hay que sacarle partido a la mutua concesión amorosa para incrementarle los «sazonadores» del placer durante el acto sexual. Estos pueden ser utilizados juguetonamente durante el desarrollo de la sesión, a fin de que resulte divertida, variada y novedosa. Entonces podremos sorprender a nuestra pareja utilizando ciertos líquidos para rociarle sobre el cuerpo, y de esta manera besarle los pechos; o de pronto, en medio de la gran excitación colocar unos trocitos de hielo (si es verano) sobre la pelvis, y absorberle el agua derretida de los hielos sobre el vello púbico, haciéndole sentir cómo sus jugos, el sudor, y el agua pueden convertirse en una mezcla de atracción sexual y de identificación con ella. También podríamos intentar algo más osado: derramar un poco de miel diluida sobre su espalda, para dejarla caer por toda ella, y empezar a lamerla poco a poco hasta que su pareja se excite mucho más con las caricias bucales. Así mismo, si son proclives a brindar con algo de licor, se pueden preparar un trago para besarla conforme se le coloque un poco en el monte de Venus, besándolo sin prisa, cadenciosamente. Con ello se

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puede hacer del acto sexual una sesión de amor imaginativa, ingeniosa y muy positiva para la pareja. Hay que demostrar nuestro amor haciendo cosas que sólo por amor podemos ser capaces de generar o recibir. El amor tiene que ser siempre sorprendente, único, debe causar impacto y generar las más diversas reacciones positivas. También vienen al comentario otras prácticas que en realidad son parte del acto sexual. Me refiero a los gritos, a los gemidos, a la risa o a un llanto momentáneo de gozo; quizá a un dolor de cabeza generado por una acumulación de placer, a una acción posterior de relajación o a un laxado total del cuerpo. Todas estas acciones son manifestaciones deldeleite que uno experimenta durante el coito. Las mujeres deben saber que no pueden reprimirse, que no deben acallar sus gemidos o sus gritos porque son parte del acto de amor que están realizando, reírse a carcajadas después de «llegar», en el caso de las mujeres, es normal y mejor aún al concluir la eyaculación, es casi imprescindible expresar su reacción, su alegría y su satisfacción. En muchos casos, los gemidos o gritos ayudan a incrementar esa atmósfera de pasión durante el coito. Es el caso de algunas mujeres que lloran de felicidad porque han llegado al clímax, y siguen sintiendo más y más placer (lo que es un signo de que el hombre ha cumplido su papel). Por otro lado, los dolores de cabeza momentáneos son usuales cuando la sesión ha sido prolongada y ha estado generando periódicamente clímax pequeños, o se ha estado «aguantando» éstos para poder sentir mucho más aún. Es el caso de las mujeres multiorgásmicas. Del mismo modo, hay mujeres que tienen un grado de concentración muy alto, que les permite disipar su éxtasis para poder seguir disfrutando más y más. Estos casos son dignos de comentar, ya que

representan la posibilidad más espléndida de demostrar que también las mujeres pueden conducir un excelente acto sexual, para su mayor disfrute y placer sexual junto al de su pareja. En estos casos, ellas tienen el poder y la experiencia de continuar en un acto sexual mucho más prolongado, sin tener que detenerse por la proximidad de un orgasmo. También se dan los casos de que al término del acto ellas se relajan, se les laxa el cuerpo por un tiempo prudencial, y que, luego de descansar, retoman las energías y los deseos de placer e, inclusive, pueden volver a reiniciar otro acto sexual completo. El coito anal es otra de las acciones que se pueden producir durante un acto sexual. Lo digo en forma condicional porque aún hay muchísimas parejas que no lo han experimentado. En algunos casos se trata tan sólo de un rechazo por parte de las mujeres o de la pareja en su conjunto, pero en otros numerosos casos porque no han tenido la oportunidad de ir alcanzando niveles más altos de satisfacción como para intentarlo por el ano. El probable «dolor» que pueda producir la introducción del pene en el ano es un factor determinante de temor para experimentar este placer adicional. Las mujeres que lo han realizado adecuadamente, con todo un proceso de inducción, excitación, lubricación extra, cuidado en el momento del ingreso del pene, los acomodos propios de las nalgas y las posturas y ángulos mejores, son las primeras que defienden la posibilidad de que esta práctica sexual por el ano se repita continuamente. El placer que sienten las mujeres en un coito anal está sustentado, porque el ano tiene múltiples terminaciones nerviosas, tiene ramificaciones y conexiones con el aparato sexual, y la sensibilidad de esta zona es la que le produce las sensaciones más intensas de gozo.

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Además, las posiciones para una penetración anal pueden ser muy variadas, por atrás, por adelante, de costado, ambos parados, o echados, también sentados, en fin, no hay límites para imaginarla y realizarla. Entonces, todo el proceso de excitación previa a este acto anal puede y debe ser igual al de una introducción vaginal; me refiero a los besos, caricias, juegos con las manos, masajes, succiones de los pezones, besos alrededor del orificio anal y todo un conjunto de acciones que conduzca a facilitar en principio el ingreso del glande en el ano para que, posterior y muy lentamente, se pueda ir empujándolo hasta que ella decida la profundidad de la penetración. Es ahí que ella disfrutará en suma medida porque, adicionalmente a esta penetración, podrá ir friccionándose el clítoris con la mano o la de su pareja; el placer se volverá infinito, las vibraciones de la vagina y del ano la harán estremecerse cada vez que él lo friccione una y otra vez, con movimientos fuertes pero no violentos, haciéndole sentir la presión de su pene en esta cavidad pequeña, pero muy apreciada por el hombre. Cabe destacar también que en muchos casos es una alternativa circunstancial, por diversas razones, éstas pueden serfísicas o por infecciones vaginales, o por el período de fertilidad, o por lo días de menstruación, el hecho es que cuando se decida a tener este coito anal debe ser absolutamente preparado, para que sea un acto normal y convenientemente realizado. Lo que sí deja de ser normal es la presión o exigencia que muchos hombres ejercen sobre su pareja para que acepte el sexo anal cuando no es de su agrado, no ha evolucionado en este aspecto, o algo le impide tener sexo anal. Es censurable exigir esta o cualquier otra práctica sexual sin el consentimiento pleno de su pareja.

B. Acciones previas a las 72 posiciones sexuales

1.Los besos y mordiscos preliminares Los besos son las primeras acciones que irán aperturando la posibilidad de un contacto sexual bien cimentado por una excitación gradual. Inicialmente, los besos son la mayor expresión de amor: estos expresan, según la intensidad realizada, el grado de pasión que tiene la persona. En los besos, la lengua desempeña un rol importante, pues su contacto sensual con los labios y su jugueteo con la lengua de la pareja van despertando y descargando fuertes sensaciones de pasión, euforia y gozo. Siendo el cuello y las orejas puntos de una especial sensibilidad, imprimir unos pequeños mordiscos en el pallar o lóbulo de la oreja convertirá a este punto en una zona a explotar. Cabe destacar que no todas las personas tenemos las mismas zonas sensibles. Los pezones son sumamente sensibles. Mediante unos besos prolongados, con pequeñas succiones intercaladas con las caricias y lamidas en todo el busto, elevarán considerablemente la excitación. Regresando a los besos iniciales, estos deben convertirse en el motor que genere la pasión, ya que este intercambio de energía sólo desencadenará mayor energía, mayor vehemencia. El calor que se emana de la boca no se perderá, sino que será asimilado, absorbido por su pareja, elevando la temperatura del cuerpo, y con ello la calidez del acto. Hay indudablemente muchísimopor decir de los labios y los besos, pero los mordiscos moderados, también juegan un papel importante, ya que con ellos (no en todos los casos) se rompen las tensiones

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propias del momento, y más aún si la pareja recién se inicia en la actividad sexual. El aliento límpido, neutro, agradable, es también un gestor, un impulsor del deseo por prolongar los besos. No habrá mejor complemento de las poses que los besos en la boca de forma simultánea; claro está en las posiciones en las cuales es posible besarse en la boca, y mejor aún si las lenguas recorren las mucosas de éstas. Sólo como un complemento habría que indicar que hay que esconder los dientes durante los besos, porque pueden ocasionar una interrupción por el dolor, provocando heridas o golpes pequeños. Besarse, pero besarse bien, es como hacer el amor.

2. Los dedos exploradores (Índice, anular y pulgar) Desde el primer abrazo, las manos son las encargadas de ir explorando y reconociendo la sensibilidad de su pareja. Las manos son el primer complemento de los besos para ir generando una excitación paulatina pero constante. Los dedos y sus yemas son los precursores de las zonas que luego serán parte activa del acto sexual. El recorrido que realizan las manos por todo el cuerpo de la pareja es en realidad como si comparara o se imaginara como los más deliciosos accidentes de la geografía (montes, picos, quebradas profundas, praderas, lagunas, cuevas y bosques). Al recorrer y reconocer el cuerpo de la pareja será posible saber cuáles son las zonas más erógenas de la mujer, a fin de llevarla con decisión y seguridad a un clima de fogosidad estable. Paralelamente, proponerle a su pareja una sesión de masajes con las yemas de los dedos le hará perder cualquier tensión que todavía podría tener. Es ahí en donde el dedo anular empieza a «trabajar», sensibilizando la piel cercana a las entrepiernas, por ejemplo, subiendo sus caricias

para ir rozando los labios externos y el monte de venus con suavidad y firmeza a la vez, para posteriormente introducirlo en los labios internos de la vagina y separar los pliegues que ligeramente cubren el clítoris. Con los dedos índice, anular y pulgar, estas acciones garantizan una fuerte estimulación en la mujer. Además, los dedos son el primer termómetro para saber cuál es el grado de lubricación de la mujer. Los dedos juegan un papel difusor de la lubricación, ayudando a bañar toda la zona genital para que cualquier otro contacto o caricia posterior, sea con los labios o el pene, se realice con suavidad, ternura y delicadeza, en un entorno uniforme y propicio a más caricias. En la medida que podemos prolongar el contacto de la mano y los dedos con todo el cuerpo, y no sólo con sus genitales, estaremos asegurando la posibilidad de alcanzar un orgasmo mutuo y si es posible simultáneo. Por ello decimos que una proposición de masajes a lo largo y ancho de todo el cuerpo por delante y por la espalda, por glúteos o piernas, activará un cosquilleo en ella que no es sino el ansia de sentir más emoción y más sensaciones de gozo sexual. La suavidad del masaje que a su vez penetre en lo más profundo de la piel, dependerá también de la diversidad de toques o formas de acariciar, pudiendo ser éstas sólo con la palma de la mano en las caderas, con las yemas de los dedos en los senos, pezones y entre las piernas; con todos los dedos, a manera de teclado, sobre el cuello y la espalda; y con toda la mano abierta sobre los glúteos, estrujándolos suavemente. En fin, hay innumerables formas de acariciar todo el cuerpo con las manos. En algún momento del acto, el dedo anular puede simular ser el pene, acariciando suavemente las paredes de la vagina para acelerar la excitación. Estas acciones despertarán en las mujeres reacciones de reciprocidad y acompañamiento, a veces tiernas y controladas, a veces agitadas y aceleradas, produciendo un descontrol momentáneo.

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72 posiciones sexuales. Una descripción

Posición 3. La bajada clásica 1 (Hombre) Consiste en besar los genitales de la mujer después de haber acariciado todo su cuerpo, y haber besado con mucha intensidad los labios, el cuello, los senos, los glúteos y las piernas.

Es la punta de la lengua la que propiciará el comienzo de unas caricias tan íntimas, tan extremadamente sensitivas, que casi de inmediato se notará el incremento de la lubricación; así, los labios externos de la vagina se podrán besar, morder, lamer con mucha facilidad. Pero no sólo los labios externos estarán dispuestos a ser acariciados sino también el clítoris, el cual estará ya esperando el primer contacto con la lengua. Es aquí que debemos recalcar que senecesita

cuidado, prudencia y tranquilidad para someter a la

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mujer a los más apasionados besos, a los impulsos que la lengua le dé, pudiendo ser estos reforzados simultáneamente con caricias en el cuerpo, con las manos que están libres, o sea acariciando los pezones, sobando los glúteos con la palma, rozando las piernas y muslos. De esta forma, todo el cuerpo se estremecerá de pasión, de deseo,de satisfacción, todavía parcial. Pero el contacto de los labios y la lengua con el clítoris elevará su excitación a tal punto que, luego de unos 10 ó 15 minutos de caricias continuadas, buscará la penetración. En este punto, es aconsejable que sea ella misma la que se introduzca el pene en la vagina, dependiendo de la pose. Esta posición, que hemos denominado «La Bajada Clásica», en realidad no es practicada por muchísimas parejas debido a una serie de prejuicios, pero ello sólo genera un déficit en la preparación para un acto sexual pleno. Es muy difícil alcanzar el clímax si antes (al inicio del acto) no se han tenido estos besos en los labios externos y en el clítoris que, excitados, representan el cimiento del acto sexual. Se reafirma este concepto porque tanto los labios externos de la vagina como el clítoris (órgano eréctil de gran excitabilidad sexual) al haber sido besados de una manera prolongada,

estarán dilatados y sensibilizados, dispuestos para el acto sexual.

Este incremento del tamaño del clítoris, coloca a la mujer en una posición ventajosa, ya que, a partir de ahí, tendrá una fuerza adicional para diversificar el coito. Al estar ya en un punto alto de excitación, éste no debe de perderse, hay que sostenerlo. Para ello, el desarrollo del acto debe ser de permanente comunicación, expresando vivamente sus deseos (en especial las mujeres). Luego de haber experimentado la inmensa sensación de placer de los besos sobre su clítoris, la mujer debe retribuir de la misma forma con el pene, sin temor, sin repulsión, sin vergüenza, ya que se trata del órgano viril del ser que ama.

Posición 4. La convencional 1 Esta posición, en la cual la mujer está echada de cúbito dorsal con las piernas abiertas, es en realidad una posición natural, una posición inicial en una introducción del pene casi por el mismoimpulso del acto sexual y posición del hombre encima de ella. Pero esta posición (que según esta guía debe ser posterior a los besos y la «bajada») no tiene que ser necesariamente la primera posición con el pene, ya que ello depende del grado de comprensión y confianza de cada pareja.

Pasando a describirlo, diremos que el peso del hombre debe descansar sobre las rodillas y los codos, situándose en medio de las piernas de ella, que a la vez mantiene flexionadas. Esto quiere decir que el hombre está casi en el aire y sólo su pene empezará a tener contacto con la vulva, primero jugando entre los labios externos y el clítoris, para luego buscar siempre que la penetración sea muy suave, delicadamente amorosa. Así, después de haber superado los labios externos, encontramos los labios internos que darán paso, a su vez, a las paredes prolongadas de la vagina. Este transponer de los labios internos seguramente bañados de lubricación, es el momento culminante de todo el preámbulo. En éste momento se producirá una presión sobre el cuerpo de la mujer, que habrá que graduar (para no causar incomodidad debido al peso) utilizando las rodillas y codos para elevarse en formaintercalada (no es una posición muy recomendable para quienes tienen un abdomen muy pronunciado). Esta acción de

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jugar con la posición del cuerpo dará un efecto tal, que la parte anterior del pene estará muy en contacto con el clítoris, y así se producirá un constante roce. Es recomendable colocar una almohada ligeramente dura debajo de la zona lumbar de ella para que se produzca una mayor curvatura y así la vulva esté más expuesta a la fricción. Todos los complementos de la posición 4, como son los besos y caricias simultáneas a la penetración, irán sumando en el objetivo por alcanzar. Una vez realizada la penetración, no sólo le corresponde al hombre realizar los más diversos movimientos del pene, como son los ondulantes, los circulares alrededor de las paredes de la vagina, o los de ingreso y salida por muchas veces, sino que la mujer también debe moverse. Para ello es importante tener la almohada debajo de la zona lumbar o de los glúteos. Es difícil, pero ella debe tener parte activa siempre: en forma alternada, unas veces se mueve ella y otras él, así no se produce fatiga de uno sólo. No hay que olvidar que un acto sexual completo produce

una importante pérdida de energías a través de la sudoración, que puede ser mayor en razón a la intensa actividad del acto. También se produce este desgaste porque, psíquicamente, la concentración en el acto sexual es muy intensa, y hay que dosificarla. Esta posición (de cúbito dorsal) es la base de muchas otras en el desarrollo de las 73 formas descritas. Esta postura permite tener a su pareja frente a frente y a su vez contactarla a lo largo de todo su cuerpo. Es una pose en la cual la mujer puede ejercer cierta presión sobre el pene cuando haya aprendido a contraer los músculos de las paredes de la vagina. Esta acción se convierte en una delicia en el gozo, desencadenando mayor placer sexual.

Posición 5. La media luna Tomando como punto de partida de posición 4, La convencional 1, hay que recordar que el hombre está levantando ligeramente el torso de la mujer (que está echada con las piernas abiertas) e introduciendo el pene en la vagina. En ese momento, para poder cambiar el ángulo de fricción, él le levanta las dos piernas primero hasta la altura de su cintura, avanza su cuerpo un poco para que no se salga el pene y luego, le vuelve a levantar más las dos piernas a tal punto que ella tendrá sus muslos recogidos sobre su abdomen y la vulva habrá cambiado de posición y estará hacia arriba, con el pene sin salirse, porque paralelamente él se volvió a impulsar hacia delante. Aquí resulta imprescindible el uso de la almohada, pues hará de cuña en el cuerpo de ella, aún echada pero arqueada; así, en esa postura el hombre tendrá que sostener las dos piernas para conservar la nueva posición. ahí solo él tiene la posibilidad de moverse, ya que ella está recibiendo los empujes que le produce cada ingreso del pene.

En esta posición hay que recalcar que, siendo él el único de los dos con movimiento, entonces el grado de atención, de concentración que debe tener es mucho mayor, ya que la posición lo excitará muchísimo más por la facilidad y libertad que tendrá para impulsarse y penetrarla con todo el largo del pene. En esta posición, la mujer tiene que ser bastante flexible, ya que, al estar en el aire, sus muslos trabajarán como en un gimnasio. Pese al esfuerzo, esto tiene sus recompensas debido a que la vulva recibirá toda la presión que el pene le imprimirá.

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Asimismo, la penetración será total debido a que la curvatura de la columna así lo permite. Con esta posición se logra alcanzar el final de la vagina y en muchos casos la cabeza del pene choca con la pared final de la cavidad vaginal. Por la holgura que se produce en esta pose al impulsar el pene, hay que mencionar que en algunos casos presiona la T de cobre y la hunde, produciendo un sangrado posterior en la mujer. Este es el único inconveniente cuando el largo del pene es considerable. Por lo demás, el gozo que produce esta postura es inmenso, ya que el hombre tiene total libertad para desplazarlo en diferentes ángulos en la vagina, y esto excitará mucho a la mujer. Junto con esta excelente posibilidad de éxtasis, de delirio que entrega esta pose, la cercanía de los labios permitirá que puedan besarse con tal pasión que no querrán terminar de besarse. También se pueden acariciar los glúteos, que ya están levantados y en posición de frotarse más fácilmente, a la vez que ayuda a sostener la curvatura del cuerpo. Es una colocación excelente, pero hace falta mucha agilidad, especialmente de las mujeres. Si bien las altas o pequeñas pueden adaptarse muy bien, las gorditas tendrán un reto al tratar de realizar esta interposición.

Posición 6. Piernas al hombro Hacer el amor como expresaba anteriormente es un arte y, si para desarrollar cada una de estas posiciones que ya hemos enumerado hace falta un poco de ingenio, al llegar a la descripción de esta postura piernas al hombro no hacemos sino continuar la probable secuencia de un acto sexual ameno, delicioso, atractivo e inspirado. Si recordamos que en la pose anterior teníamos levantadas las dos piernas de ella hasta la altura de la cintura, en esta postura lo que haremos es terminar de levantar las 2 piernas y situarlas sobre los hombros del hombre, de esta formaya no habrá el inconveniente del peso de las piernas que estaban en el aire, siendo sujetados por el hombre o haciendo ella un esfuerzo por mantenerlas arriba.

Entonces, estando el hombre arrodillado frente a ella y con el pene dentro de la vagina, la primera acción será deleitarla con un nuevo ángulo de contacto y mejor aún si inclinamos el pecho hacia ella. Su vulva, al igual que la pose 5 «La media luna», quedará completamente libre y abierta para un mayor contacto con el pene, y también con el toque constante que harán los testículos al golpearla suavemente en los labios externos vaginales; esta es una nueva sensación para ella, producto de su acrobacia para hacer el amor. Si ella es de piernas cortas, esta pose se puede hacer muy bien en la cama, con mucha destreza y agilidad; pero si ella tiene las piernas largas, esta mismaposición se hará estando él de pie, al borde de la cama, colocando las dos piernas de la mujer sobre los hombros, a la altura de la articulación de las rodillas. Luego, el hombre se inclinará hacia ella, que está echada, la tomará de los hombros, y la acercará hacia él para ejercer una doble presión en la vulva. De esta forma, el pene estará muy bien posesionado en el fondo de la vagina. Se trata de una posición fácil de realizar que, de alguna manera, va rompiendo los esquemas tradicionales y, a su vez, preparará para la realización de todas las demás poses descritas en esta guía sexual.

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Posición 7. Al borde de la cama (A) El sustento de haber creado, imaginado o vivido esta variedad de posiciones no hace sino corroborar que «en la variación está el gusto». Por ello, en esta pose, estando ella echada con la espalda sobre el colchón al borde de la cama, con las piernas colgando y él parado, la vulva de la mujer estará situada en el vértice del colchón y abriendo ella los muslos, quedará en actitud de recibir el pene limpiamente. Tras la penetración, se le levanta las piernas a la altura de la cintura (como en la pose 4 y la pose 5) sólo que esta vez, estando él de pie y los glúteos al borde del colchón, la penetración es perfecta.

Se le puede levantar la cintura, siempre agarrándola de los muslos muy firmemente, para que no se escape el pene de la vagina. Luego, ella puede cruzar sus piernas por detrás de él, enlazándolo para alcanzar una penetración más profunda. Esta es una acción que se convierte en automática cuando ella va incrementando su excitación y siente la necesidad de poseer el pene. Además, resulta de ayuda, porque estando él parado, y por los movimientos de entrada y salida del pene, este puede escaparse de la vagina en algún momento.

Es necesario un grado de agilidad por parte de la mujer, debido a que ella puede arquear el cuerpo hacia delante e imprimirle su ritmo a la posición, empujando su cuerpo hacia el del hombre. Aquí se pueden dar los dos movimientos simultáneamente y alcanzar un grado de gozo importante. Asimismo, es placentero ver cómo disfruta ella de esta pose, cómo se mueve, y sentir los movimientos de sus labios y contraerse los músculos de la vagina. Loshombres no

deben olvidar que no hay que perder la concentración mental para evitar eyacular en una posición de tanta lujuria, así también es importante dosificar el tiempo de esta y otras

poses para que siempre sea novedoso, sorprendente y ameno hacer el amor. Digo dosificar las diferentes posiciones a practicar, porque no debe descuidar el conocimiento sobre la acción de bombear el flujo sanguíneo a los genitales del hombre en cada empuje que se realiza, ya que sabemos que así aceleramos la excitación.

Posición 8. Al borde de la cama (B) Esta es la primera de las posiciones en la que ella toma decididamente el control del acto. El hombre esta echado en el colchón sobre su espalda, al borde de la cama y con las piernas fuera de la cama y los pies apoyados en el suelo tal como estaba ella en la posición 7. La mujer, estando parada, inicia la acción colocando sus rodillas en el borde de la cama con las piernas totalmente abiertas al costado de las rodillas de él (por la parte exterior). Luego se sienta sobre los muslos de él y avanza su cuerpo hasta situarse encima del pene, no sin antes juguetear un poco con la cabeza del pene y rozárselo sobre el clítoris y labios vaginales. Luego, ella misma se lo introducirá con la mano. Estando ya completamente sentada sobre él, siempre al borde de la cama, y estando prácticamente en el aire, sostenida por los muslos de él, tendrá un grado de movilidad excelente, pudiendo inclinar su cuerpo hacia adelante y llevarlo hacia atrás tomando los muslos de él como apoyo para no caerse, levantarse ligeramente para luego

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dejarse caer, siempre bien encajada, con el pene en lo más profundo de su ser. Esta posición permite que ella friccione su clítoris a su antojo, pudiendo moverse en todas las direcciones y dar rienda suelta a su imaginación en cada devaneo que le producen sus meneos. Estando ella en una posición tan ventajosa para disparar su excitación, no debe dejar de moverse, sino que será ayudada por él con las caricias que puede hacerle sobre sus senos. Estando el hombre en una posición algo pasiva, puede abrir sus muslos donde ella está apoyada, para que su cuerpo pueda caer en poco, siempre sostenida por los muslos de él y, con esa apertura, se le introduzca un poco más el pene o cambie ligeramente de ángulo la fricción; se puede decir que ella se lo está «comiendo». Ésta es una expresión que, al igual que muchas otras, acelera y excita a la pareja aún más. Sobre esto último, los diálogos durante el coito deben ser cortos y susurrados al oído. Sin embargo, otras manifestaciones pueden presentarse durante el coito, como una prolongada risa en la mujer. Ello no significa que de pronto enloqueció, sino que esta sintiendo un gran placer, y no tiene temor a manifestar su delirio de las más diversas formas. En algunos casos la mujer llora como una manifestación de goce pleno. No es un llanto prolongado. En estos casos, hay que darle algunos besos muy prolongados en los labios. Todas estas situaciones,

que son muy particulares, contribuyen a conocer a su pareja para satisfacerla sexualmente. Regresando al desarrollo de la posición 8, esta puede ser ayudada también si en medio de todos los movimientos que ella hace, se entrelazan los dedos de las manos, se toman fuerte con las manos arriba y ambos se mueven en la misma dirección. Como resultado, el clítoris estará en un grado de fricción tan espléndido, que ella no querrá dejar de moverse. Hay que saber poner la pausa para no desencadenar el clímax, puesto que se puede gozar mucho más.

Posición 9. Al filo de la cama longitudinalmente, ambos Una vez más, desearla con vehemencia puede ser la justificación para ser ingenioso y muy variado al hacerle el amor. Digo así, hacerle, porque en esta posición ella está echada sobre el colchón de forma longitudinal como si se estuviera cayendo, y coloca o apoya una de sus piernas abiertas completamente en el piso, así nuevamente la vulva está totalmente expuesta. Ambos echados, él sobre ella con una pierna cada uno apoyada en el piso, y adicionalmente ella se sujetará con ambas manos del cuello de él, aquí él tiene la posibilidad de colocar una rodilla sobre el colchón a la altura de la cadera de ella e impulsarse cadenciosamente, con armonía. Así, el pene, que está

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dentro de la vagina, puede también antes o durante el acto mismo, friccionar libremente el clítoris, y a su vez, él tiene la libertad para avanzar sobre ella y ejercer mayor presión en el clítoris. Adoptar ésta y muchas otras poses volverá cada vez más ameno el acto sexual. Esta posición puede tener una variante ahí mismo: esta es levantar la pierna de ella que está sobre la cama, y colocarla encima del hombro de él. Si bien es un poco exigente la pose, para los conocedores será muy atractivo intentarla: será como hacer «piernas al hombro» con una sola pierna.

Cuando la mujer ya está en un grado de excitación apreciable, es mucho más fácil la disposición a las poses más complicadas. Evidentemente, esta pose es un buen reto para los gorditos.

Pose 10. La convencional 2 Si nuestro permanente objetivo en el coito es ver gozar a nuestra pareja, ver como disfruta con cada posición, con cada beso que le damos, con cada palabra que le susurramos, con todas y cada una de nuestras iniciativas, es entonces muy importante que le propongamos permanentemente una pose más, para que ese «pequeño clítoris» se convierta en un gran sensor de placer. Por ello, en esta posición «La convencional 2» (tomando como base «La convencional 1»), ella estará echada en la cama, y ahora le pediremos que, estando con el pene en la vagina, junte los muslos. En ese momento, el hombre colocará sus piernas por fuera del cuerpo de ella, así el pene quedará atrapado entre la vagina y los muslos de ella. De esta forma, el contacto del pene se vuelve mayor con el clítoris, el ángulo de penetración es de arriba hacia abajo cada vez que él lo desplaza, sacándolo ligeramente e impulsándolo lo más que pueda ya que en esta posición no penetra todo el largo del pene, porque no hay

mucha libertad para hacerlo, pero sí es una excelente posición de disfrute, de delirio para ella por la gran fricción que ocasiona. Por otro lado, para los hombres también es una pose de mucha excitación, pero hay que dosificarla, controlarla; que no se desborde pese a que es el hombre el que realiza casi todo el trabajo de empuje y presión contra la vulva. Como en esta posición él está prácticamente sentado sobre los muslos de ella, para aligerar su peso sería de mucha utilidad que ambos entrelacen sus manos y así se incrementarán sustancialmente las sensaciones de felicidad y placer sin ocasionarle ninguna molestia a ella por el peso. No es una posición recomendable para quienes tienen un pene pequeño, tampoco para las mujeres que tienen la vulva muy baja; en compensación, hay muchísimas poses para poder disfrutar. En cambio, para loshombres que tienen problemas en la columna vertebral si se convierte en una pose saludable para él, y con mucho disfrute.

Pose 11. Muérdeme la nuca Cada una de estas posturas se supone que podrá ser realizada con predisposición y sin vergüenza, porque debe de haberse realizado previamente todo el proceso del preámbulo amoroso que hemos

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recomendado en la introducción de esta guía sexual de manera reiterada, pero didácticamente realizada.

El nombre de esta posición es muy sugerente para no olvidarla. Propicia de inmediato caricias y besos desde la zona del cuello en su parte posterior, hasta donde el deseo y la imaginación lleguen. Estando ella echada de cúbito ventral (boca abajo), es una tentación a la cual uno no puede resistirse empezar a besarla en cada centímetro cuadrado de la espalda, el cuello, sobre todo morder y masajear los glúteos para luego de ello separarle las piernas y penetrarla con todo el amor que se ha ido acumulando mientras que se recorría su delicada piel.

Una vez adentro el «enano» (estamos hablando del miembro viril), procederemos a estimularlo ligeramente con los movimientos de ingreso y salida de la vagina, mientras él está echado sobre ella y ligeramente suspendido o apoyado en las rodillas. De esta manera, la parte superior del cuerpo sí puede acariciar la espalda de ella, mientras que el «enano» hace su «trabajo»: calar en ella de manera absolutamente apasionada, preso de la doble sensación que siente el hombre por estar en contacto con la vagina y los glúteos a la vez; posición en la cual el hombre debe buscar besarla en los labios de la boca para que la sensación de deleite, felicidad y gozo se incremente sin límites. Esta posición servirá de base para otras que posteriormente describiremos.

Esta pose es la primera que desarrollamos en la cual el hombre se sitúa detrás de su mujer. Hago alusión a este detalle porque muchas

mujeres sin experiencia temen o desconfían de su pareja cuando él se posesiona por la espalda, hecho que no tiene mayor justificación, pero ocurre. Es entonces cuando elhombre tiene que guiar y enseñar las ventajas de tener relaciones por todos los ángulos posibles; a base de cariño y demostración de amor, estas limitaciones en la amplitud de criterio se irán disipando, para que la complacencia sea total. Evidentemente no todas las posiciones generan la misma sensualidad, pero hay diferencias y preferencias entre el hombre y la mujer, más aún cuando ella ya disfruta plenamente y es hábil de sugerir y gobernar durante el coito, escoger las posiciones que más le gustan, que más le «alocan», las que le hacen perder la voluntad, las posiciones que la llevan al espacio o simplemente la llenan de felicidad.

Posición 12. Que no se escape el enano Estando en un gozo espectacular en la posición anterior en esta pose, ella, que tiene una gran excitación, juntará sus muslos y piernas dejando al «enano» atrapado en lo más hondo de su ser, esta nueva postura en la cual se juntan los muslos eleva la posición y el ángulo del pene en el interior de la vagina. En esta acción de cerrar los músculos, se produce una sensación de mayor disfrute en ambos, ya que ella podrá aprisionarlo tanto con los glúteos, como con los labios internos, y también en el interior de la misma vagina (no es común llegar a este grado de contracción). El clítoris, cuando el hombre está situado por atrás, no tiene mayor contacto con el pene; sin embargo. puede gozar en la medida que ella accione los músculos de los genitales lo más que pueda. Para el hombre, desde luego que tener el «enano» cautivo lo satisface más, y poder sentir esas contracciones sobre su glande, que está tan sensible, es una alucinación bella y muy sensual.

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Adicionalmente para poder agrandar el deleite de ella en esta posición, él puede simultáneamente acariciar su clítoris con sus dedos, pasando su mano por debajo del cuerpo de ella. Es un complemento válido para ésta o para cualquier otra posición, también podrán alternar las caricias y así tocar el cielo de placer.

Posición 13. El perrito clásico Es muy probable que casi todas las parejas hayan realizado esta posición, con excepciónde quienes recién empiezan a tener relaciones sexuales, pero el hecho de iniciar su etapa sexual no les impide practicarla desde la primera oportunidad que tengan. Esta pose es sumamente explosiva debido a que hay un grado de movilidad absoluto. En las dos anteriores posturas, él ha estado encima y detrás de ella; aquí, el desarrollo será teniendo en cuenta como punto de partida que tanto ella como él, que estaban echados, se coloquen de rodillas. Ella estará apoyada en sus manos o en los antebrazos, y también en los codos. Él se situará de rodillas detrás de ella. En esa colocación ella estará ligeramente inclinada hacia abajo, dejando expuesta la vulva para que él pueda penetrarla lentamente y llegue a encajar el «enano» en su totalidad. No hace falta indicar que la sensación de pasión y lujuria es inmensa. Esta superposición,

conocida comoel perrito, es tan detonante para el éxtasis hacia la pareja, que se le posee con total libertad. En ella, el pene juega con tanta facilidad y desenfreno, que uno no alcanza a comprender la felicidad que siente. Ella está recibiendo los impulsos que él está generando de manera rítmica, sin apurarse pese a la emoción del momento. Porel deseo

de sentir más, ella también empezará a moverse de adelante hacia atrás, ocasionando que, por la presión y choque que se producen, «el enano» ingrese cada vez más. Por efecto de las innumerables veces que se penetra y se saca

el pene y se vuelve a meter, los labios exteriores e interiores se van dilatando y la cavidad de ingreso a la vagina se agranda, logrando que cada vez el pene ingrese más. Es así como esta inclinación vuelve loco a cualquier mortal, y es ella la que va empezando a manifestarse con gritos y quejidos agradables de placer, provocados por este coito maravilloso. En esta posición se produce un fuerte «bombeo» del fluido sanguíneo del hombre, lo que inmediatamente se traduce en una excitación desbocada. Esta pose es espectacular pero hace falta que el hombre esté mentalizado y pueda disipar su excitación momentáneamente, que pueda sostener un acto de más o menos unos 40 minutos o hasta que ella pueda alcanzar su deseado clímax. En esta pose, estando ella con el pene bien adentro, él puede alcanzar con sus dos manos los hombros de ella y jalarla suavemente hacia

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atrás logrando que de esa manera se junten cada vez más. De esta pose se derivan otras posiciones más, que desarrollaremos más adelante. ¿Cómo lograr el control sobre la eyaculación? Es la gran pregunta, sobre todo después de haber descrito con lujo de detalles esta posición. Bueno, la excitación en el hombre sigue una curva o pendiente pronunciada hacia arriba que representa la rapidez con la cual se puede alcanzar la cima, o mejor dicho la eyaculación. Siendo el objetivo todo lo contrario, aquí les podemos dar algunos consejos.

1. Cambiar de posición de inmediato cuando el hombre siente que el ritmo de excitación avanza muy rápido.

2. Evitar de manera sistemática dos posiciones seguidas en la cual el hombre esté impulsando, bombeando de forma permanente.

3. Los besos y succiones de ella al pene, deben ser moderados, si no se puede perder el control. La excitación se vuelve excesiva en esta acción.

4. Utilizar algunos líquidos (fudge, vino) o algunos sólidos (hielo, miel) sobre la piel de ella para distraer un poco la excitación y amenizar el acto. Regresando a la posición «El Perrito», hay que agregarle a la descripción que la apertura de las piernas de ella también puede ser total. Él estará también de rodillas pero dentro de las de ella. Así colocados, ella tiene mucho desplazamiento, mucha libertad para ir variando el ángulo, también en medio de tanto frenesí, él puede descansar ligeramente dejando de empujar al «enano» y, sin separarse de ella, colocar su cuerpo derecho recostado sobre sus talones (o sea semi sentado) y ella siempre con el enano adentro empezará a desplazarse de adelante hacia atrás y viceversa, y así continuar con esta delicia de posición. en esta acción de ligero

descanso, él atenuó un poco sus sensaciones para poder seguir concentrado en el acto y no eyacular rápido. Debo mencionar aquí algo muy importante acerca de la eyaculación demorada, disipada, controlada por el hombre, y es que esta radica en el grado de conocimiento que uno tiene sobre la evaluación de su excitación. La práctica del autocontrol y la experiencia le

dan al hombre la posibilidad de tener un coito prolongado, diverso y cada vez más gozoso, ya que esta experiencia va poniendo freno a los desbordes de excitación que va sintiendo durante el desarrollo de las diversas posiciones que incrementan cada vez más esta excitación, pero simultáneamente también sirven para poner la pausa y darle a ella todo el tiempo necesario para que alcance el clímax. Pueden darse actos sexuales muy prolongados de 1 ó hasta 2 horas de juegos y posiciones, en la cual la pareja, conociéndose muy bien, tengan control absoluto sobre su excitación y quieran gozar mucho más, una y otra vez, sin que él llegue a eyacular y no se pierda la erección del pene. En estos casos, ella, por lo continuado del coito, llega a tener varias cúspides del placer con descensos de fluidos de lubricación a manera de «darla», término muy utilizado por los hombres que bien puede ser usado por las mujeres con el mismo significado y propiedad.

Posición 14. El burrito avanzado Esta descripción es una variación del perrito clásico, en la cual siempre buscamos una justificación para gozar más y más, porque el sexo hay que vivirlo, hay que disfrutarlo plenamente, hay que abrir la mente y su corazón para que fluyan sin barreras los sentimientos más profundos y los deseos más escondidos, entrañables y encubiertos que tenemos todos los humanos.

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Aspirar a saborear todo lo que nos puede entregar nuestra pareja es un acto de amor a cambio de ofrecerle nuestra inspiración, habilidad, y el juego / fuego de nuestra pasión, para que ella se realice sexualmente, sin ataduras. Los nombres que les hemos buscado para cada posición tienen alguna referencia o insinuación jocosa, de esta forma es fácil de recordar. En este caso, hacer alusión al «Burrito» implica que en el desarrollo de la pose el hombre estará en una actitud de ventaja, de avanzada, tal que ella podrá gozar aún más de lo que ya venía disfrutando con las posiciones anteriores. Aquí le diremos a él que tiene que colocarse como en la pose del perrito clásico (la 13), pero sobre las plantas de sus pies, o sea, estará semi-parado, sin dejar de tener al «enano» dentro de la vagina. Es una posición similar a la que adoptan los jinetes al cabalgar en el aire: así, él tendrá que apoyarse en algunos momentos con las dos manos sobre las caderas de ella para friccionar su vagina con delicadeza y presión a la vez, buscando un ángulo de penetración diferente al del perrito clásico. Aquí se mezclan las diversas emociones y sensaciones, por lo que ella ya se inclinó un poco más hacia abajo y no sólo gozará con el ingreso y salida del pene, sino que también experimentará el choque, el toque permanente de los testículos cada vez que él se impulse y lo penetre en toda su dimensión. Es una posición en la que no queda nada del «enano» afuera.

En otro momento, el hombre podrá apoyarse con sus dos manos en los hombros de ella, para ejercer una mayor presión de todo su cuerpo hacia la vulva, que está totalmente en contacto con el pene y los testículos. No puedo dejar de llamar la atención a quienes poseen un pene considerable, ya que, en muchos casos, ella puede experimentar dolor por la profundidad a la cual ha llegado el glande del pene. En estos casos es recomendable tomar esta posición con un poco de paciencia y mayor control, así disfrutará plenamente ella. Esta es una magnífica posición para los gorditos, porque no hay nada que se interponga en el camino entre el pene y la vagina. Solamente habría que añadir que, siendo ésta una posición de máximo placer, es preferible hacerla cuando ya hallan realizado un buen número de otras poses o estén a punto de culminar el coito, porque así sienten que el grado de excitación en el cual se encuentran es avanzado y entonces es fácil de suponer que, con esta pose, el «enano» pierda la «cabeza» y se produzca la tan ansiada eyaculación en lo más profundode la vagina. He de resaltar también que esta posición permite desplazar el pene de arriba para abajo en el interior de la vagina, de manera circular dentro de la vagina y como un adicional se pueden separar los glúteos para que el pene se introduzca con absoluta libertad. Es importante asimismohacer referencia al tamaño del pene que tiene cada hombre, éste usualmente varía entre los 10 y 18 cm. de largo; y alrededor de los 4 cm. de diámetro, en su gran mayoría. Es entonces válido afirmar que todos los hombres pueden gozar plenamente sin tener como objetivo un mayor tamaño del «enano»: todo dependerá de la habilidad y el conocimiento de cómo hacer el amor, y es ahí en donde las posiciones aquí descritas con total diversidad jugarán un rol determinante. Usted escogerá cuales son las mejores para la pareja en su conjunto. Siendo ésta una guía sexual práctica, no era recomendable dejarde lado estos comentarios que pueden contribuir a la felicidad de las parejas.

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Posición 15. La avestruz escondiéndose A su vez esta posición es la continuación de la pose anterior «El burrito avanzado» – posición 14, porque la variación está cuando ella se agacha a tal punto que esta curvada con la cabeza completamente en la almohada como si la estuviera mordiendo, luego él se encuentra con los glúteos de ella levantados como si fueran una pequeña mesita y, por supuesto, la vulva descubierta. Ante semejante panorama, y estando él de pie fuera de la cama, procederá a separar los labios interiores de la vagina y besarlos porque están ahí listos para acariciarlos, expuestos completamente, y luego el «enano» se introducirá con mucha delicadeza y suavidad, debido a que ella está con el cuello completamente apoyado. Ese pequeño sacrificio en la posición de ella la recompensará, sintiendo el pene acariciarle las paredes de la vagina en ángulos no experimentados hasta entonces.

Solamente cuando se ama puedes proponer lo que estás deseando para que esa acción se convierta en una sensación indescriptible de placer. Por eso digo que, al encontrarse con la vulva, no cabe más que besarla, besarla y besarla con pasión, así ella sentirá en lo más recóndito de su cerebro un relámpago de felicidad.

Esta posición es una fantasía que se realiza para que el «amor» sea ameno, imprevisto, sorprendente, variado y deleitante. No hay que perder de vista la actitud del hombre a seguir en esta posición, ya que aquí es él quien está impulsándose y el flujo sanguíneo en demasía juega un papel contrario al control sobre la excitación; además es una pose muy provocadora, muy tentadora para poseerla con todo el enano, por todo lo que es capaz de ofrecer con ese grado de inclinación al que se somete por complacer a su pareja y, para experimentar lo mejor que podrá darle él. Las mujeres deben estar concientes de que, durante el acto sexual, ellas son una permanente tentación para el hombre, y que, ante cualquier posición que adopten, es un reto complacerlas bien.

Posición 16. Atácame y manos arriba Para poder poner en ejecución cada una de las posiciones descritas en esta guía sexual práctica, tiene que haber una actitud complaciente de ambos, una disposición de entrega, sabiendo que su pareja va a recibir, en caricias, besos, fricciones e impulsos, todo el amor que es capaz de transformar durante el acto sexual. Es una sumatoria de acciones físicas que no funcionarán si no hay «Química» entre ellos, si no hay comprensión y transmisión. Sugiero, al decir manos arriba, cómo la van a atacar a ella y que la van a atacar por atrás. Ella debe colocarse de rodillas sobre la cama y a su vez cerca a la pared, colocará sus dos manos sobre ésta y así quedará en una posición casi erguida, apoyando sus manos y antebrazos en la pared. Él, situado atrás, le podrá ir acariciando la vulva con el glande del pene, ayudado o dirigido por su mano (de esta manera se va buscando la separación de los labios externos), y luego la penetrará colocando el pene en la vagina con un ángulo tal que el «enano» quede apuntando hacia arriba. Ya que la acción estará dada para que el pene se deslice de abajo hacia arriba, ella, al estar con las manos en la pared, ejercerá presión

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hacia atrás para que el pene pueda penetrar lo máximo que dé este ángulo, un poco incómodo pero también muy placentero. Esta pose será mejor desarrollada si la cama es de aquellas que tienen una cabecera de material sólido o parantes de donde él pueda tomarse con las dos manos, a fin de hacer fuerza hacia el cuerpo de ella para que el pene pueda gozar de una pose difícil, pero placentera. Los impulsos tendrán que ser de abajo hacia arriba, pero sustancialmente el desarrollo de la pose está en la presión que ejerza el «enano» en la vagina y los movimientos de caderas que pueda generar ella tirando a su vez los glúteos ligeramente hacia atrás para un mayor encaje del pene. Evidentemente, es un poco complicada en comparación a muchas otras, pero no debemos perder la paciencia y el buen humor cuando se trata de hacer el amor. En muchos casos, dependiendo de las dimensiones de los glúteos de ella, resulta un placer adicional estar en contacto con ellos nada más, así sea sin penetrarla, porque son de tal dimensión o de forma tan elevada, que con mirarla ya se ha consumado medio acto sexual. Como vamos tomando conocimiento poco a poco de las técnicas a seguir, no debemos de olvidar que la imaginación es determinante en el coito.

Posición 17. La bajada profunda Esta posición marca sustancialmente la diferencia hacia un coito absolutamente placentero, gozoso y feliz debido a que los besos que recibirá la vulva, los pliegues de los labios exteriores, los labios interiores de la vagina y el clítoris, serán realizados con una técnica depurada, con una dedicación ilimitada, con la ternura que puede inspirar una diosa del amor, con la pasión propia de un hombre enamorado y con la intención permanente de hacerla vibrar, de estremecerla de excitación.

Besarla es empezar este ritual al recorrer su vientre, sus muslos, las entrepiernas, el monte de venus, y morder ligeramente los labios externos, tomándolos con las dos manos y separándolos, deesa forma tendremos mayor amplitud, mayor superficie de contacto y los labios interiores empezarán a quedar descubiertos para irlos tocando con la punta de la lengua. De este modo se empezarán a excitar, a evolucionar, a dilatarse y a gozar con cada contacto, sea con los labios de él, con la lengua, o con los dedos al separarlos.

Por la emoción del momento, todas las acciones y todos los besos del universo se querrán dar a la vez, pero esta posición requiere de la máxima calma y entereza para ir dándole a ella, con cada toque, con cada caricia, la posibilidad de que se vaya sintiendo en las nubes, que vaya gozando, que pueda ir asimilando la inmensidad del amor. Llegado el momento cumbre de tocar con la lengua el clítoris, este contacto estremecerá su existencia y la hará vibrar de excitación más y más cada vez. Y cuando sienta besar, succionar, jalar y morder muy suavemente el clítoris, comprenderá que se puede multiplicar el placer, que se puede ser feliz cuando el ser que ama es capaz de crear un momento tan sublime, de tanta dedicación con el sólo objetivo de realizarla sexualmente como mujer. Estos aproximadamente 10 ó 15 minutos de caricias serán tan decisivos para el posterior desarrollo sexual y diversión, que la pareja ejercitará el resto del acto en total armonía, comprensión y complacencia.

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Estos innumerables besos que recibirá ella serán los causantes de generar cada vez más excitación y con ello mayor lubricación, dándole a la zona un aspecto mojado que también excitará sobremanera al hombre. Todo este conjunto de situaciones y permanente incremento de placer llevará en muchos casos a que ella se «moje» (quiero decir a que experimente, por lo elevado de su excitación, su primer clímax en este acto), pero siendo extremadamente positivo el haber alcanzado este punto de placer. Hay que tener mucho cuidado con el nivel de excitación que va alcanzando ella, habrá que dosificar las caricias y los besos en la medida en que ella se sienta bien, porque se dan casos en los cuales se quedan sin respiración por el aumento del gozo desbordado.

Es conveniente comentar que, al igual que en los hombres, la

vagina de las mujeres tampoco es igual en todas. Cabe destacar que, en muchas de ellas, el clítoris está casi escondido, y en otras muy visible; los labios exteriores, en un gran porcentaje de ellas, son crecidos o a veces muy pronunciados. También se puede afirmar que dependerá de la actividad sexual para el crecimiento de ellos . En el caso de los labios interiores, éstos son muy similares en todas las mujeres, pues tan sólo varían en el color: más o menos rosados o más encendidos, según la raza o el color de la piel.

Asimismo, la vulva en su conjunto no está en el mismo ángulo en todas las mujeres. En algunas está muy bajo y esto complica un poco el accionar sexual, y en otras la vulva es muy visible, elevada y pronunciada. Todas éstas características de la vagina en general y muchas otras particularidades nos llevan a afirmar que esta posición de la Bajada Profunda debe ser realizada según esté conformado y expuesto el pubis en su conjunto. El encaje pene-vagina dependerá también de las características físicas de cada uno de los actores de este acto de amor. Por lo tanto, el clímax puede llegar inclusive sin

penetración, tanto en la mujer como en el hombre; todo dependerá de la evolución de las caricias, de lo profundo de los besos, de lo prolongado y placentero que resulten estos contactos insuperables que, si bien en la mayoría de las mujeres no serán suficientes para alcanzar una excitación cúspide, sí la pondrán en un punto tal que, a continuación, el contacto con el pene y la posterior penetración la llevarán a la satisfacción sexual que desea.

Posición 18. El caballito clásico La descripción de esta posición es muy fácil, ya que uno se imagina a un jinete que cabalga. En esta posición, ese jinete es la mujer, que está sentada sobre el hombre, estando él echado de cúbito dorsal y se posesiona primero sobre su vientre con las rodillas flexionadas sobre la cama, para luego ella misma introducirse el pene en la vagina no sin antes tener la oportunidad de jugar con el glande del pene por los labios de su vagina. Ya estando en pleno desarrollo de la posición, ella tiene las riendas del acto. De la mujer depende cuanto se introduce el pene, ya que lo puede graduar según tenga mayor o menor elevación, si abre más las piernas, o si las separa y si él se impulsa hacia arriba, posición en la que evidentemente la penetrará más. A su vez, ella puede desplazarse

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hacia delante o hacia atrás sin dejar de tenerlo adentro y es precisamente en esta acción que puede friccionar el clítoris y en función al deseo que va sintiendo en incremento. Esta es una posición en la cual ella puede alcanzar el clímax precisamente porque tiene predominio de la acción y los movimientos pueden diversificarse más, por ejemplo llevando su cuerpo (el torso) hacia adelante; incluso alcanzando a besarlo a él. Así también puede llevar el torso hacia atrás, arqueándose ligeramente y apoyándose en las piernas de él. Todos estos movimientos y giros que realiza ella, fácilmente pueden prolongarse por 10 minutos o más, para lo cual él, con una concentración especial, tendrá que mantener el pene erecto sin llegar a eyacular, pese a que está sometido a una intensa fricción por parte de la vagina de ella. Lo que puede contribuir sustancialmente a que ella sí llegue al clímax es el intenso movimiento que le imprima, ya que está irrigando un flujo sanguíneo constante a sus genitales. Por ello, esta es una de las poses más recomendables para culminar el acto sexual ya que aquí hemos afirmado que ella tiene el control de su excitación.

Posición 19. La ranita brincona Todas las posiciones requieren de una sincronización y de un consentimiento mutuo. Si el hombre le sugiere o lo pide a la mujer que adopte una pose, ella decidirá si es buena para seguir gozando, a la vez que tendrá que poner en práctica su agilidad. Éste es el caso de la ranita, en la cual ella, después de estar deleitándose con la pose del caballito, decide cambiar de posición y se pondrá en las plantas de los pies en lugar de estar apoyada sobre sus piernas y rodillas, de esta forma se podrá comparar a la denominación que conocemos como en cuclillas. Es algo exigente porque ella está en el aire y son sus piernas las que están haciendo el trabajo de sostener su cuerpo. En ese punto puede estar de dos formas, si logró realizar el cambio estando con el «enano» adentro, quiere decir que su agilidad es de lo mejor o si tuvo que salir de la posición sentada sobre él, para colocarse sobre las plantas de sus pies y luego ella misma volverse a introducir el pene. Evidentemente, aquí hay una disposición a hacer del acto sexual una sesión amena, divertida, variada y muy placentera. Una vez estando ella suspendida, pero a la vez con el pene dentro de la vagina, empezará a desplazarse hacia arriba y hacia abajo, friccionando, sobando al pene y, a la vez dándole a su clítoris una sensación de más excitación. Esta es una posición en la cual el pene ingresa verticalmente y lo hace de manera profunda.

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Dependiendo de cuánto se siente sobre él (comoes difícil mantenerse por muchos minutos así, ya que ella hace un esfuerzo por mantener el equilibrio), a esta pose se le puede ayudar si ambos entrelazan sus dedos de las dos manos a la vez y con ello ella estará más estable, pero al igual que en la posición del caballito, su excitación se dispara y es muy probable que tenga algún descenso fuerte, abundante de lubricación, propio del clímax.

Posición 20. El caballito de espaldas Al igual que en la posición 18, él estará de cúbito dorsal (de espaldas a la cama) y ella, sentada sobre él, dándole la espalda y a la vez introduciéndose el pene en la vagina con una ligera inclinación hacia adelante.

Es una posición similar, sólo que ella está mirando hacia los pies de él; ahí puede igualmente friccionar su clítoris como más le guste, yendo hacia delante o hacia atrás, apoyándose con sus dos manos sobre las piernas de él, que están en paralelo por delante de ella. Aquí puede levantarle los testículos hacia su vulva y de esa forma sentir el calor de los testículos, que también están en una rigidez apreciable.

En general, esta posición permite que ella se mueva como

más desee, pero le da la oportunidad a él de gozar, de deleitarse viendo cómo su pareja goza cada vez que se inclina hacia adelante. El placer sexual no solo es físico, también es visual y mental, y está sometido al amor generado por su pareja.

Posición 21. Sácame conejos Ya desde el nombre, esta posición, resulta jocosa y curiosa. Uno se pregunta ¿cómo será? La respuesta es muy simple: de la posición anterior, la pose 20, donde ella está sentada sobre el pene, mirando hacia sus pies, ella se inclinará totalmente hacia delante, a la vez que separará las piernas de él, quedando suspendida sobre los muslos de él, con el único contacto del pene en su vagina; llegando al tope de inclinación de ella, el pene estará completamente paralelo a la cama y con un contacto mayor del clítoris. Esta posición no es fácil de realizar, pero le permitirá ver a él cómo su miembro viril es arqueado al máximo con la finalidad de satisfacer sexualmente a su pareja.

Es también importante visualizar cómo ingresa y cómo sale el pene de la mujer que amas, por la cual esta dispuesto el hombre a una posición exigente para su pene. Para gozar más, se puede realizar esta posición después de las poses iniciales como un reto dentro del acto mismo. Es sumamente agradable dar rienda suelta a la imaginación cuando hay un vínculo tan fuerte como el amor.

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Posición 22. De costadito clásico Resulta ser una posición casi de calentamiento, debido a que él está echado de costado y ella también, pero él está detrás de ella. Esta

pose evoluciona con el contacto físico del pecho de él con la espalda de ella, de los muslos de ella con los de él. Es una pose que sirve muy bien para progresar en un despertar o en un amanecer, a manera de ir sintiendo los primeros estímulos. Ya en el desarrollo de la pose, él tendrá que desplazarse ligeramente hacia abajo para poder ir jugando con el glande del pene por los glúteos de ella, ir lubricando toda lazona con sus expulsiones constantes

y así llegar a la vulva por atrás y, paulatinamente, ir aperturando los labios exteriores, los interiores, y finalmente penetrar a la vagina. Es una pose cómoda, ya que están echados los dos y de costado (izq. ó der.) y colocan sus cuerpos en contacto. Permite el movimiento libre tanto de él, de abajo hacia arriba con el pene adentro, y de ella, de adelante hacia atrás. Así, el acto se vuelve muy sincronizado y brinda un grado importante de satisfacción. Esta posición es muy utilizada, por ejemplo, durante el embarazo; en especial cuando ya existen varios meses de gestación y el volumen de la barriga de ella es grande.

Posición 23. De costadito - Frente a frente Un poco más complicada es esta posición, ya que habrá que llegar a la introducción delpene luego de indudables juegos amorosos que estimulan la lubricación y contorneen la vulva con el lubricante que va expulsado el hombre en cada contacto. Como dice la posición, están frente a frente: ella levantará la pierna que está arriba para que él pueda introducírselo más fácilmente. Es una acción de acomodo mutuo en la que hay permanente fricción sobre el clítoris, como en anteriores poses, en donde la vagina ejerce presión sobre el pene. Lo importante de esta postura es que, estando de frente,pueden besar, abrazar, acariciar, y de esta manera aumentar la excitación. Pero en la práctica, las parejas que lleven a cabo esta pose se darán cuenta de que es una pose de transición a otras posiciones, ya que no es muy fácil mantener el pene introducido en la vagina por un largo periodo.

Posición 24. La doble tijera Si nos imaginamos una tijera abierta y luego le unimos otra tijera abierta entrecruzadas por el vértice de ambas, entonces tendremos la representación de la posición que vamos a describir y desarrollar. Partimos de la posición 11 (muérdeme la nuca) en la cual ella está de cúbito ventral con las piernas abiertas y él encima de ella, luego él se

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incorpora se coloca sobre sus rodillas, ella gira ligeramente colocándose de costado y él toma una de sus piernas, la que está hacia arriba y la pasa por delante de él (habiendo previamente ella doblado la pierna) en ese momento nuevamente tendrá la vulva al descubierto y la penetrará logrando un total ingreso de su pene en el interior de la vagina.

La pose está dada de tal forma que las piernas de ella están completamente separadas y él tiene toda la movilidad posible estando de rodillas. Por lo tanto, en esta pose los movimientos dependen de la agilidad de él, de los impulsos que le pueda dar a su pene, y de cuánto puede jugar éste dentro de la vagina. Es una posición en la cual el contacto de los genitales es total, a tal punto que cada impulso de él genera contacto entre los testículos y la «canchita de tenis» (o sea en el espacio entre el ano y la vagina) y estos golpecitos incrementan en ambos las sensaciones y emociones propios del acto sexual. En realidad, esta posición también puede darse como una variante de la pose del «perrito» 13, o de otras en las cuales él esté por detrás de

ella: sólo hace falta trasponer una de las piernas por delante del hombre. También se puede iniciar si ambos están sentados sobre la cama y se cruzan las piernas. Es una postura propicia durante el embarazo, en el cual gozan ambos, sin mayor impedimento de la barriga maternal.

Posición 25. La combinación perfecta Aquí vamos a empezar a aplicar lo que ya conocemos para que el disfrute sexual sea cada vez mayor: la combinaciónde dos posiciones explosivas, como son «El perrito clásico» 13 y «La Bajada Profunda» 17.

Por lo general, la mayoría de las parejas son tradicionalistas durante el coito. Aquí les proponemos que el placer producido por la pose del «perrito» sea intercalado, y el hombre deje de penetrarla y se agache por debajo de ella, sin que ella cambie de posición y la bese toda desde la vulva, hasta la parte más interna que llegue su lengua en la vagina, no dejando de besar y morder el clítoris por unos 3 ó 5 minutos, para luego colocarse otra vez en la pose del «perrito» durante un buen tiempo y luego repetir la acción de besarla toda en la misma posición del perrito, arrodillada y ligeramente inclinada.

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Estos actos intercalados proporcionan una sensación de incremento de la excitación de forma permanente, dándoles a ambos la oportunidad de controlarla a su vez. Se puede adicionar un dato muy importante: una característica de esta posición es la gran lubricación que se produce en toda la vulva y exteriores de ella, y como dato nuevo, la gran lavada de cara que se da él.

Posición 26. El toque de la corneta Si todavía existiesen prejuicios de las mujeres a este nivel de desarrollo del libro, debemos sugerirles que las caricias o pequeños toques que le den al pene o a sus alrededores van a ser los responsables de que este se erecte inmediatamente. Ya en estado de erección total, el pene empezará a generar la lubricación, producto dela excitación acelerada quegeneran las caricias en él. Llegar a besarlo en primer lugar, para luego succionarlo con los labios repetidas veces, es un acto delirante que soporta el hombre.

Recibirlas cariciasde la lengua de ella desdelos alrededores delpene, en la ingle, en el escroto, succionando ligeramente los testículos y, colocando la mayor parte del pene en el interior de su boca, sin que toquen los dientes, es darle a su pareja la sensación más agradable y voluptuosa posible.

El toque de la corneta, como le hemos llamado a estos besos al pene que ella da con amor, es una posición que pueden adoptar ellas en cualquier ángulo o en cualquier lugar, pero realizarlo al empezar el acto sexual constituye un factor de preparación hacia / para el clímax. En el desarrollo del coito, también resulta ser una posición de elevadísimo éxtasis y mejor aún, por que hay una constante expulsión de lubricación que sirve como agente de difusión del grado de acidez que tiene la saliva. A las mujeres jóvenes en actividad sexual, que aún no han experimentado los besos al pene de su pareja, por temor, por repulsión, por «asco», por vergüenza, les decimos que lo están privando de un exquisito placer; si lo aman, deben sorprenderlo gratamente cuanto antes. Solo debemos recalcar que cuando se ama verdaderamente, no hay lugar para las restricciones que genera un pasado desinformado y lleno de prohibiciones.

Posición 27. El 69 clásico - echados Después de haberse desprendido de temores y otros, ella podrá continuar con los besos y succiones mucho más prolongados sobre el pene y en especial sobre el glande (parte anterior del pene) y mejor aún en la corona extremadamente sensible del prepucio.

Besarlo con mucha delicadeza pero con firmeza y decisión, motivará al hombre a ejecutar el mismo tipo de caricias sobre sus labios interiores y en especial sobre su clítoris, para lo cual, él tendrá que acomodarse en la cama colocándose de cabeza respecto a ella. Estas caricias simultáneas tienen un efecto multiplicador del placer y permite a ambos «defenderse» de los impulsos incontenibles que genera este contacto tan profundo, son tan estimulantes estos besos y

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succiones a la vez, que superan el disfrute que se tiene, cuando se realizan por separado con «La Bajada Profunda» y «El Toque de la Corneta». Además, hay que considerar que esta experiencia exquisita termina por lapidar cualquier rezago de vergüenza que se tenía, antes de gozar mutuamente de lo que nos dio la naturaleza. Nuestros cuerpos son bellos al nacer. Por ello, estos besos, al margen del placer que nos entregan, son un tributo de amor a nuestra pareja.

Posición 28. El 69 en el aire Después de estar en un lapso de tiempo tan complaciente y voluptuoso, por qué no darle un giro apetecible a la misma pose y variar los ángulos, en el cual se pueda seguir disfrutando. Ella colocará dos almohadas debajo de sus nalgas y pondrá los pies en la pared de la cabecera de la cama, de esta forma estará completamente levantada y sólo la mitad de su espalda y el cuello y la cabeza estarán en contacto con la cama. Él se arrodillará colocándose por encima de la cara de ella en posición inversa a la de ella, quedando su pene y testículos en el aire muy

cerca de los labios de ella, y él a su vez se inclinará para alcanzar la vulva de ella y nuevamente reiniciar este acto de extremo placer mutuo, sólo que en esta posición están los genitales en el aire. Un factor adicional son las manos, que pueden ayudar a la mejor realización de esta pose.

Posición 29. El paseo de la grande Ninguna posición a adoptar durante el coito está de más, porque todas apuntan a incrementar el gozo que buscamos, y si ya estamos en esos momentos, no hay por qué desperdiciar este momento tan sublime, y proponerle a ella que desplace su vulva (que está mojada de lubricación y dilatada por el juego amoroso y los besos profundos) por todo el cuerpo de él, que está echado sobre la cama y hacia arriba (de cúbito dorsal). Este accionar de sus genitales sobre él, le dará a ella una posición de dominio figurado, excelente para gozar y ver al hombre cómo se desespera sintiendo el roce de los labios exteriores sobre su cuerpo, sea en el pecho, la cara toda, sus rodillas, su nariz, en fin. Queda también a la imaginación de cada uno poder diversificar esta postura.

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Posición 30. El tour del enano Esta posición es la «venganza» al «Paseo de la Grande» 29, ya que, en esta postura, ella está echada hacia arriba (de cúbito dorsal) y él sobre sus rodillas; entonces colocará su pene y sus testículos a lo largo de todo el cuerpo de ella. El roce del glande por sus senos y que ella a su vez lo apriete juntando sus dos senos es una experiencia formidable; ver cómono sólo en la vagina o en la boca de ella se puede sentir el calor que es capaz de emanar por efecto de acariciar todo su cuerpo, paseando el «enano» y sintiendo cómo su piel se estremece, colocar el pene por la cara de ella y ver cómo lo alcanza a besar, a lamer y a darle una especial caricia con sus manos, tomándolo como si estuviera empuñado algo sólido y ayudando al recorrido que el «enano» hace en su mujer. Es inevitable que en este recorrido el «enano» termine preso en la boca de ella. De esta manera, ya se está ensayando una combinación más con dos poses, o una sucesión de estas. Son sólo juegos eróticos que elevan la excitación de manera agradable.

Posición 31. El pesista Si recordamos la descripción de la posición 8, «Al borde del colchón», en la cual él está echado con los pies en el piso y precisamente en el borde; ella se colocaba sobre él situando sus piernas al costado exterior de él y arrodillada de tal forma que se sentará sobre él, introduciéndose el pene. En esa posición, él se sentará y quedarán unidos al pasar ella las manos por el cuello de él y enlazarlas, sujetándose fuerte para no ir hacia atrás. Luego, él se para y la toma de las nalgas para sostenerla, a la vez que ella cruza las piernas por detrás de él, a la altura de la cintura más o menos. En ese momento, en el cual ella está en el aire apoyada en el pene, que tiene dentro de la vagina, y sus brazos enlazados, ella puede moverse impulsando sus muslos sobre las caderas de él, originando

desplazamientos de su cuerpo hacia arriba, de tal forma que pueda friccionar el pene y gozar por el contacto que va experimentando su clítoris, que se encuentra muy presionado por la gran incidencia del peso de ella sobre el pene. Es una posición en la cual las mujeres de menor estatura y las delgadas gozan demasiado, ya que existe la posibilidad de tenerlas por mucho más tiempo que las mujeres que son más altas y gorditas. Es la primera pose que se describe fuera de la cama y que resulta muy agradable, más aún por estar frente a frente. Además, permite besarse apasionadamente.

Posición 32. La sentadita manejando Ya hemos descrito algunas posiciones en las cuales la penetración es muy favorable para el mayor éxtasis, por el ángulo que ingresa el pene a la vagina (como son la posición 5, 6, 13, 18, 19, 20, 24 y otras). La idea central será tener la mayor posibilidad de variar, diversificar el acto sexual y que las parejas tengan una opción inmediata y así no perder la continuidad del coito para que siempre resulte interesante, ameno y placentero.

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En esta posición, él se colocará sobre la cama semi-arrodillado, pero sentado sobre sus talones. Así, su peso y el de ella descansarán posteriormente sobre sus glúteos apoyados en los talones de los dos pies. Ella se colocará de pie sobre la cama parada frente a él, y luego, con las piernas abiertas, se sentará sobre el pene que estará esperándola (comoel asta a la bandera) deseoso de penetrarla en lo más profundo de su vagina. Precisamente en esta postura, al estar frente a frente como en la pose de «ElPesista», ella podrá gobernar los movimientos ya que tendrá las piernas abiertas y el apoyo de sus brazos sobre el cuello de él, a tal punto que cada vez que se levante ligeramente y friccione el pene, luego se deje caer sobre él otra vez, éste se dilatará más, «creciendo de tamaño» por la excitación. Es una excelente pose ya que tanto el hombre comola mujer disfrutan muchísimo. Sólo hay que tener un factor de cuidado: que al introducirse totalmente el pene puede en algún momento hacerle doler a ella porque ingresó violentamente al momento en que ella dejó caer su cuerpo con fuerza, lo que inclusive puede ocasionar variación en la posición de algún dispositivo intrauterino, como la T de Cobre o el espiral. Por ello, si el pene es de tamaño considerable, estas posiciones hay que manejarlas con prudencia.

Todas estas posiciones en las cuales hay contacto interno profundo son paralelamente muy beneficiosas para la mujer, ya que el pene puede estar en contacto con el punto «G». Este punto o lugar, no determinado con total precisión en el interior de la vagina, es probablemente el lugar de extrema sensibilidad que tienen todas las mujeres. Unas lo tienen más desarrollado que otras, pero al momento de tomar contacto con el glande del pene experimentarán una alucinación corta muy pequeña, pero que servirá para elevar al máximo su excitación. Alcanzar el punto «G» representa un objetivo mayor: se conoce que está aproximadamente situado en la parte anterior de la vagina y posterior de la vejiga, más o menos a unos 5 cm. hacia la parte superior de la vagina, pero que no se tiene que volver una obsesión si no se consigue tocarlo durante la cópula.

Posición 33. El Sapito Si recordamos la pose de la «Ranita Brincona» 19, en que nos situábamos sobre la cama pero frente a frente; en esta otra posición, ella, en cuclillas y de espaldas a él, se colocará sobre el pene y ella mismase lo introducirá en la vagina, quedando en una posición similar a la «Ranita brincona» pero de espaldas, pudiendo libremente dar pequeños

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saltos o impulsos sobre el pene y efectuar movimientos ondulantes hacia delante de ella, siempre sobre las plantas de los pies. Ella hace un esfuerzo por mantenerse en esa posición debido a que no tiene mayor punto de apoyo que el pene, pero sus manos pueden tomar las piernas de él y de esta forma agacharse más, quebrándolo ligeramente el pene hacia delante, pero con una inmensa sensación de placer, de gozo indescriptible que le da la posibilidad de estarse moviendo al ritmo que ella le imprima a esta pose. Adicionalmente diremos que ver la acción que ella realiza es sumamente excitante para el hombre.

Posición 34. La carretilla sensual Verla a ella echada sobre la cama (de cúbito ventral) boca abajo, como si estuviera descansando, de pronto provocará desplazarla hacia fuera de la cama levantándole las piernas, jalándola y colocándolas a la altura de la cintura de él, que se encuentra parado fuera de la cama

al borde del colchón. En ese momento se pueden colocar una o dos almohadas por debajo de ella en su vientre, con lo cual se evita que se desplace hacia abajo. Luego, él se situará entre las piernas de ella y le introducirá el pene, siempre tomando los muslos de ella para que así no se salga el pene, porque es un ángulo difícil demantener. Ella puede ayudara proseguir con la pose si cruza sus piernas por detrás de él y las «amarra». Se puede decir que es casi como un «perrito difícil», pero la diferencia es que él está parado, y ella inclinada sobre la cama sin mayor movilidad. Es una pose para divertirse y pasar un grato momento.

Posición 35. La pollita tomando agua Resultan curiosas las denominaciones a las posiciones que vamos desarrollando, pero son con el afán de hacerlo ameno, divertido y fácil de recordar por su semejanza a la realidad. En esta pose, estando ella de pie y él detrás de ella, la mujer se agachará a tal punto que pueda tocar con sus manos el piso; de esta forma quedará quebrada totalmente, dejando sus glúteos expuestos y abiertos hacia arriba. Como él está detrás de ella, la sostendrá con sus manos a la altura de la cadera e introducirá el

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pene de tal forma que ella lo va a sentir en el interior de la vagina por la libertad que tienen en esta pose para disfrutar de la pasión que son capaces de generar y compartir.

Evidentemente, no es una posición muy fácil de realizar, ya que ella se quiebra totalmente hacia delante; pero es muy buena para las mujeres que son altas por la facilidad que otorgan sus piernas largas para la posibilidad de un mejor encaje sexual.

Posición 36. La sentadita cómoda Es una muy buena posición para continuar haciendo el amor con algo más de tranquilidad y sosiego. Si recordamos cualquiera de las posiciones en las cuales él está detrás de ella, sea echados o arrodillados, como por el ejemplo, en «el perrito», entonces él, que se encuentra sobre sus rodillas atacando la vulva de ella, se desplazará o se retirará hacia atrás, sentándose sobre sus talones, pero simultáneamente la tomará de la cintura y la desplazará junto con él sin dejar de tener el pene introducido en la vagina.

Quiere decir que ella quedará sentada cómodamente sobre él, teniendo en todo momento dentro de sí la sensación intensa del pene. Es un buen momento de transición para emprender otra pose más atrevida, más deseosa, porque en esta posición sólo ella puede moverse hacia adelante y luego regresar. No deja de ser agradable sobre todo porque permite que él pueda acariciar todo su cuerpo, en especial sus senos que son muy sensibles y excitables. Esta también es una posición muy favorable para las embarazadas en estado avanzado.

Posición 37. La contorsionista Cuando describimos la posición del «Caballito Clásico» 18, en donde ella estaba sentada sobre él, de frente, y él a su vez echado en la cama; ella, en una de las mejores posiciones para disfrutar plenamente y regocijarse moviéndose sobre él, podrá hacer una maniobra un poco exigente y así lograr una nueva posición.

Esta empieza cuando ella inclina su tronco hacia atrás; de esta forma quedan completamente distanciados sus cuerpos pero unidos por el pene. En esa nueva posición ella puede menearse bastante bien y ambos podrán ver cómo están enlazados por sus genitales.

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Luego, para incrementar la diversión y el placer, ella desplazará primero una pierna que tenía antes doblada y pegada al cuerpo de él, la moverá lateralmente y la estirará. Luego hará lo mismo con la otra, y así quedarán las dos piernas estiradas. En todo momento seguirán unidos, pero ya con las dos piernas estiradas. Ella podrá echarse nuevamente estando en posición invertida a él y con los glúteos sobre los muslos de él. Es, sin lugar a dudas, una excelente pose para demostrar agilidad y unos deseos inmensos de copular de una forma distinta.

Posición 38. El trompo Es una posición que se puede realizar a partir de la pose 31 «El Pesista», en la cual ella estaba suspendida en el aire y su contacto central era el pene introducido en su vagina, además de estar enlazada con sus piernas por detrás de la cintura de él, y con sus brazos alrededor del cuello. En este punto, ella se separa un poco del cuerpo de él, tomando su cuello con las dos manos, y él baja sus manos un poco más por la espalda de ella, hasta la cintura; ahí ella se arquea hacia atrás y él empieza a girar alrededor de él mismo, dándole vueltas a ella y el trompo se habrá realizado.

Para quienes tienen algún problema en la cintura, no es recomendable ninguna de estas dos poses, porque son exigentes debido a la fuerza que se ejerce al sostener a la mujer en el aire.

Posición 39. Las 3 de la tarde Las poses que vamos describiendo son variaciones de las primeras, desarrolladas en detalle y con amplitud. En este caso, ella está echada (de cúbito dorsal) y lo que hace es levantar una pierna completamente estirada hacia arriba y la otra pierna se mantiene sobre la cama también estirada, formando un ángulo de 90° entre las dos piernas. Como es algo difícil sostener las dos piernas en esa posición, se ayudará a mantenerlas así con la ayuda de sus manos, donde la mano derecha sostiene a la pierna derecha a la altura de la pantorrilla y la mano izquierda de igual forma en la pantorrilla izquierda. Se logra sostener la posición y se empinan o levantan ligeramente los glúteos, quedando la vulva totalmente libre para que él pueda introducir el pene de la manera más deliciosa. En esta pose, la penetración también es muy profunda. Hay que tener mucho cuidado para no causar dolor, pero paralelamente, con mucha cautela y prudencia, friccionar la vagina y buscar excitarla mucho más; así alcanzamos el punto «G».

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Posición 40. El perrito velocista Ya hemos hecho referencia reiterada del «Perrito clásico», en donde ambos están en posición arrodillada, él detrás de ella. Bueno, en esta variante, ella, que está gozando de los impulsos que le entrega su pareja, levantará una rodilla y se quedará apoyada sólo en la otra rodilla, mientras que posará el pie que levantó sobre la cama. De esta forma, recobra el equilibrio y deja expuesta su vulva nuevamente a merced del «enano», que volverá a penetrarla con mayor libertad y mayor ángulo de ingreso. Quedará más abierta la vulva, pero el pene ya no ingresará horizontal, sino de abajo hacia arriba, ya que al levantar la rodilla se abre, pero baja un tanto su posición inicial. Es importante recalcar que todas

estas posiciones algo más elaboradas que las primeras le dan al acto sexual un interés y una atmósfera de furor e ímpetu que tanto él como ella sabrán apreciar, y sabrán aquilatar el esfuerzo que realizan para complacer a su pareja. Es hermoso concluir un acto sexual con la satisfacción de que su pareja le quiere más después de cada cópula.

Posición 41. Con el banquito pequeño 1: Frente a frente A partir de esta posición empezaremos a describir algunas posturas en las cuales utilizaremos un mueble de apoyo. Los banquitos que tienen aproximadamente 45 cm a 50 cm de alto son muy prácticos: él se sienta con las piernas bien abiertas y recibe a la mujer, que se sentara sobre él como en la posición 32, «La sentadita manejando». Es la misma, con la diferencia de que en la pose 32 él está sobre la cama semisentado con apoyo en los talones; en esta pose tiene la firmeza de estar sentado en el banquito y apoyado en sus pies. Además, ella se abrirá de piernas totalmente y el «enano» terminará tan adentro que se perderá. Esta pose introduce profundamente el pene, que va a jugar sobre las paredes de la vagina y en especial sobre el clítoris, que estará muy presionado; por lo tanto, la excitación de ella la hará volar. Es muy probable que en esta posición, luego de un preámbulo considerable y algunas buenas poses previas, ella se «venga» y «eyacule» por lo menos una vez. No debe resultar raro el uso de estos términos que son muy comunes entre los hombres, pero se pueden aplicar a las mujeres en el mismo sentido. Por otra parte, hay que enfatizar que las mujeres no necesariamente «se mojan» al tener un orgasmo pleno.

Posición 42. Con el banco grande, de espaldas Me refiero aquí al uso de bancos de aproximadamente 60 cm de altura, pues estos resultan también muy útiles para diversificar las poses. Estando él sentado sobre el banco y apoyado sobre sus pies, ella se colocará de espaldas a él y se sentará sobre su pene, el cual encajará de abajo hacia arriba, provocando las más exquisitas sensaciones en ambos, más aún cuando ella abra y cierre las piernas presionando el pene por efecto de los labios externos e internos.

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En esta posición, el clítoris puede ser estimulado por los dedos de él muy suavemente, y con caricias que la exciten cada vez más. Él también la puede tomar por la cintura, colocando sus manos por delante de ella y pedirle que se quiebre hacia adelante, al igual que con el banco chiquito /pequeño.

Posición 43. Con el banco grande (2) alto En este caso, la posición se desarrolla cuando ella estando parada al costado del banco grande, sube una pierna sobre la plataforma del banco y coloca la parte lateral de la rodilla para apoyarla, quedando descubierta su vulva. En esa acción podrá ser «atacada» por delante o por atrás; es muy versátil esta pose, ya que él se situará detrás y podrá penetrarla siempre de abajo hacia arriba sin mayor dificultad; si lo hace por delante también tendrá la ocasión de hacerlo con soltura y libremente. Lo excelente de esta pose es que el apoyo que ella tiene en el banco le da la posibilidad de estar un buen tiempo sin mayor cansancio o fatiga. En general, cada posición representa un contacto

diferente que despierta más y más la emoción de estar unidos gozando y recreando el placer con la persona que se ama.

Posición 44. Con el banco pequeño (2), de espaldas Siempre pensando en la posibilidad de utilizar lo que está más a la mano para poder variar, incluimos el banco chico. Ella se sentará sobre él, de espaldas, con las piernas juntas primero; así podrá aprisionar al «enano» todo lo que quiera, ya que está cómoda y apoyada sobre sus pies. De esta forma podrá inclinarse hacia delante y aumentar la presión sobre el pene.

Luego, ella podrá abrir sus piernas y colocarlas por fuera de las piernas de él, y seguirá sentada pero con otro contacto interno y voluptuoso, que a su vez la dimensionará más, ya que inclusive puede trasladar sus piernas abiertas hacia atrás, pero previamente él la sujetará de la cintura o de los hombros, dependiendo del tamaño de ella, quien quedará en el aire, casi como en la pose de la «carretilla sensual» 34. Esta multiplicidad de posturas son las que rompen la monotonía de la cama y hacen que las parejas se amen sin parar, no importando el tiempo que tengan como pareja. En algunos casos, la complejidad no debe desanimar a efectuar poses nuevas; por el contrario, ellas impulsan a gozar.

Posición 45. El puentecito Utilizando el banquito, pequeño podemos combinar la posición # 8 «Al borde delcolchón» con la 18 «El Caballito clásico». Situando el banquito a unos 30 cmó 40 cm del borde del colchón, y estando él echado en la cama, colocará sus muslos o sus pantorrillas, dependiendo del tamaño de sus piernas, sobre el banquito y quedará tendido un puentecito entre la cama y el banquito. En esa posición, ella se posicionará encima del pene como en el «caballito clásico», y procederá a introducírselo con absoluta libertad, en vista que tiene las piernas bien abiertas. Lo mejor de esta

pose radica en la acción que él podrá realizar al impulsarse hacia arriba, ya que tiene el espacio vacío producido entre el borde el colchón y el banquito.

Bien sentada y cómoda, ella tiene el apoyo de sus pies en el suelo, lo que le permite ejercer la fuerza necesaria, inclusive podrá echarse sobre él sin dejar de estar apoyada al piso. Con ello, su clítoris recibirá más caricias del «enano», que está gozando en demasía por la presión que ejerce la vagina sobre él.

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Posición 46. Al filo de la cama 2 (de espaldas) Como en la posición 9, ella estará boca abajo (de cúbito ventral) al filo del colchón en forma longitudinal y con un pie en el suelo, dejando una vez más la vulva libre. Él se posará sobre ella, apoyando igualmente un pie en el suelo y el resto del cuerpo sobre la cama.

Lo que brinda esta pose es una apertura muy cómoda de la vulva para que el pene pueda jugar con mucha libertad. Es una postura que favorece muchísimo a las damas que son gorditas, ya que aquí se pueden separar las nalgas con mucha facilidad y con ello ayudar a una penetración lo más profunda posible.

Posición 47. El limpiaparabrisas Hacer el amor también es un juego, un juego hermoso en el cual primero hay consentimiento y luego un deseo por poseer a la pareja. En este marco, hemos querido representar a través del nombre de la pose la acción que ella hará durante el desarrollo de la misma. Como en la posición 7, «Al Borde del Colchón», ella quedará echada con la espalda sobre el colchón al borde de la cama, con las piernas

fuera de ella, y él parado al borde del colchón. en esta postura inicial, él le levantará las dos piernas totalmente hacia arriba y las sostendrá con sus manos a la altura de las pantorrillas de ella; de esta manera la penetrará completamente, logrando con mucha delicadeza que su cuerpo se eleve un tanto de la cama, solo a la altura de la cadera, y podrá desplazar el pene hacia adentro de la vagina y luego sacarlo. En este accionar, que ya es conocido, ella, que tiene las dos piernas levantadas, podrá desplazarlas juntas lateralmente, primero hacia un lado y luego hacia el otro, y así sucesivamente repetir varias veces este vaivén, tal y como ocurre con las plumillas del auto, sin que por ello deje de estar el pene en el interior de la vagina, pero ligeramente hacia afuera.

Posición 48. La empinadita mojada El baño siempre ha sido un buen lugar para iniciar un acto sexual muy sensual. Esta situación se puede dar durante una ducha que tomen juntos, en la cual los besos y caricias se vean incrementados por los masajes con el jabón que ambos se apliquen en todo el cuerpo, y con

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ello lograrán excitar las zonas más erógenas en contacto con el agua, que va cayendo de la ducha. Es importante sugerir aquí que una «bajada» de él durante la caída del agua, la sensibilizará a ella en el clítoris, hasta dilatarlo. De igual forma, ella puede besarle el pene en medio de la caída del agua y será diferente, gustoso y apasionante. Luego de este preámbulo, ella colocará uno de sus pies sobre el murito protector de la ducha y teniendo su pierna semialzada, él la penetrará de abajo hacia arriba con todo el chorro de agua que le va cayendo. Esta pose es completamente diferente e ideal durante el verano.

Posición 49. El medio pesista (en el jacuzzi) El agua es un medio en el cual las sensaciones eróticas se incrementan; por ello, esta posición es en el jacuzzi, en la cual los masajes son producto de la intensidad del agua. La pose se realiza cuando él carga a medias a ella; es decir, estando ambos frente a frente, ella coloca sus manos por detrás del cuello de él y las enlaza. Luego él, arrodillado, la levanta de los glúteos y le «encaja» el «enano», que parece un «submarino» en posición de ataque. No es muy fácil, pero, en especial para las mujeres delgaditas, es espectacular, ya que no ejerce mucha presión hacia abajo, aunque de todas maneras terminarán sumergidos. Es una posición novedosa, pero muy similar a la posición 31, «El Pesista».

Posición 50. Tres Cuartos (3/4) de Luna Llena Es exigente la posición, sobre todo porque ella va a estar bien quebrada. Inicialmente, ella puede estar echada sobre la cama (de espaldas) y él puede estar arrodillado; entonces, él le levantará las piernas hasta la cintura de su cintura primero, luego le seguirá

elevando las piernas hasta colocar las plantas del pie de ella sobre su pecho, y en esa postura, le coloca dos gruesas almohadas por debajo de sus glúteos, a manera de cuña para que no se desplace o no se caigan las piernas. Luego, él se para sobre la cama y se agacha sin soltarle las piernas y le introduce el pene totalmente, con absoluta libertad. De esta forma, ella tiene los muslos recogidos sobre sus pechos, ejerce una fuerza o presión sobre el pecho de él, y el hombre, con la soltura que le da el estar parado e inclinado hacia delante, también realiza un esfuerzo sobre sus piernas, ya que está medio parado y hacia adelante. En esta posición es muy probable que, en medio de la gran fricción, se pueda alcanzar a tocar el punto «G». Con tocarlo varias veces, ella «estallará» de gozo. Por la descripción, se desprende que la agilidad, tanto en él como en ella, es indispensable. Esta es una pose recomendable para las mujeres altas.

Posición 51. El clavado Ya que estamos en la sección «agilidad total», esta posición es muy similar a la anterior, sólo que en esta postura habrá mayor apoyo para ambos.

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Ella está echada sobre la cama, sus piernas elevadas completamente y sostenidas por él, con la ayuda de una almohada grande, tipo respaldar, que es dura, más otra normal. Con ambas, estará ella mucho más vertical que en la pose anterior; entonces él se parará sobre la cama y la penetrará de arriba hacia abajo, dándole a la pose una característica novedosa cada vez que él se agache un poquito y la penetre nuevamente. Es divertida y muy excitante, ya que alprepararel

momento de la incursión con cierta elaboración e ingenio, se va incrementando la expectativa por copular cuanto antes.

Como una ayuda adicional, se puede desplazar la cama para que esté pegada a la pared y a su vez no tenga cabecera, para que él pueda situarse al filo de la cama, arriba de ella, y la mujer pueda posar sus pies en la pared; desde luego, él estará entre sus piernas.

Posición 52. Cabeza en la alfombra En primer lugar, hay que decir que para realizar esta posición hay que tener en cuenta una actitud predispuesta a la diversión y estar de buen ánimo. Aquí, ella pegada, recostada al colchón, de cabeza al suelo, prácticamente se «parará la cabeza» apoyada por sus manos, su misma cabeza y el borde de la cama, pero de costado. Su cuerpo debe estar en forma lateral, así, él podrá colocarse encima de ella, como una doble tijera unida por sus vértices. Él la penetrará de arriba hacia abajo; además, ayudará a sostenerla tomándola de los tobillos o de las piernas para que no se caiga. De esta forma, enlazados por el pene y la vagina, él podrá moverse lateralmente, y hacia delante y atrás. Están a prueba la destreza y el ingenio.

Posición 53. Un perrito en la curva Ya hicimos una larga descripción del «Perrito Clásico»; por ello, sabemos que resulta ser una posición por demás excitante. Esta postura la desarrollaremos en un escenario diferente, en la sala de la casa, sobre el sillón específicamente.

En la parte lateral del sillón, en la zona curva del apoyo de los brazos, en esa parte del sillón, ella se colocará boca abajo, apoyando su vientre sobre esta zona curvada, y su cara sobre el asiento del sillón, con los brazos abiertos y los pies apoyados en el piso. Al empezar la pose, ella separará totalmente las piernas.

Entonces, él se situará parado detrás de ella y la penetrará en su totalidad, ya que la vulva quedó expuesta con facilidad por la apertura de piernas. Luego, estando ya en pleno accionar el «enano», ella juntará sus muslos y presionará el pene todo lo que puedan sus músculos de la vagina. Esta curvatura les da todo el apoyo y sostén a ambos al estar libres sobre el costado del sillón; les permite gozar con mucha fuerza, haciendo de esta pose una favorita.

Posición 54. El Perrito Castigador Siempre sobre la base o conocimiento de las posiciones ya descritas anteriormente, se desarrollan estas últimas posturas sexuales. Si nos ubicamos en el vértice inferior de la cama y nos desplazamos a una de las esquinas del colchón, ella se echará sobre esta zona, quedando su cuerpo dividido: una mitad sobre la cama, y desde sus genitales a los pies, afuera. De esta forma, él se colocará por encima de ella, parado en el piso, donde ella tendrá las piernas abiertas, lista para que él la penetre y empiece a impulsarse colocando sus manos a

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la altura de las caderas y acercando su cuerpo al pene, para luego friccionar libremente su vagina; esto por tener un espacio, un campo de acción tal que no choca con nada. Es, evidentemente, una pose muy gozosa y, además de la penetración,se pueden deleitar con las caricias sobre el cuerpo mismo.

Posición 55. El Gran Perrito Cortés Esta pose es de bienvenida, ya que se realiza en la sala de la casa y nuevamente en el sillón, esta vez con apoyo de la parte superior del sillón, o sea del respaldar. Ella, arrodillada sobre el asiento del sillón y su cuerpo sobre el respaldar del mismo (o sea, está apoyando sus pechos y sus brazos), podrá sujetarse del otro lado del respaldar, como agarrándose del sillón. Sus piernas separadas serán una invitación al «enano», que no dudará en penetrarla; él también se sujetará del otro lado del

respaldar, presionándola a ella contra él mismo. Esta pose podrá diversificarse también si ella cierra sus muslos y él coloca sus piernas por fuera de las de ella. La presión será mayor sobre el «enano». Además, ella podrá impulsar sus glúteos hacia atrás, dándole a la pose una mayor variedad y movimiento. Una buena pose de bienvenida.

Posición 56. Al filo del asiento, en el sillón Es una pose elaborada para recrearse y admirar la profundidad y majestad del acto sexual, ya que podemos deleitarnos de muchísimas formas cada vez que copulamos. Aquí, él se sentará al borde del sillón, dejando sus genitales libres. Fuera de este borde, ella estará echada sobre la alfombra boca arriba, de frente a él, y colocará sus pies sobre los muslos de él, pues todavía están en dos niveles diferentes. Entonces, él tomará los muslos de ella que están completamente separados y los jalará sobre él, hasta que el cuerpo de ella quede ligeramente elevado de la alfombra, en la cual está apoyada su cabeza. Como el pene está en el aire y colgando, la vulva de ella ha sido levantada lo suficiente del piso y ya podrá ser encajada por el «enano». La pose no es fácil, pero se puede realizar sobre todo cuando las mujeres tienen el talle largo, de esa forma contribuyen a que la vulva llegue fácilmente a ser penetrada. Él ayudará a una profunda penetración cuando baje los muslos, que tenía rígidos inicialmente, y muy arriba, producto de la posición en que estaba, sentado. Una vez que tiene al «enano» dentro, ella podrá moverse muy fácilmente, apoyando sus codos y brazos sobre la alfombra. Es una pose de fantasía a dos niveles.

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Posición 57. Al borde superior del sillón Esta posición puede ser realizada también en la cocina, sobre un armario, sobre la mesa o sobre la lavadora; en fin, en cualquier lugar en que existe un apoyo sólido y ella se pueda sentar al filo. Describiendo la posición sobre el sillón, debemos decir que ella estará sentada sobre el borde superior alto del mueble, él parado frente a ella, la cogerá por la cintura y se acercará hasta que el «enano» pueda penetrarla de abajo hacia arriba. Luego, ella enlazará sus manos por detrás del cuello de él y colocará sus piernas por detrás de la cintura de él, entrelazándolo también, de esta forma quedará como en la pose del «pesista» 31, sólo que aquí ella tendrá muy cerca un apoyo para que ambos descansen en cualquier momento del coito, y reinicien en la misma pose luego. Es una postura que fácilmente puede sacarlos de la monotonía de la cama a la sala, comedor, cocina, etc. Diversificar las posiciones es gozar del amor.

Posición 58. Las paralelas 1, de frente Ella estará echada sobre él frente a frente. Para que el «enano» penetre en su vagina, ella tendrá que abrir las piernas y desplazar ligeramente su cuerpo hacia arriba, para luego cerrarlas, dejar prisionero al «enano» y volver a bajar su cuerpo para que la vulva quede comprimida por la presión que ambos cuerpos ejercen sobre el pene y sobre el clítoris.

Esta pose le produce una gran excitación a ella, porque su clítoris está en permanente fricción cada vez que ella se desplaza hacia arriba y retorna con su cuerpo hacia abajo. Tiene que ser con las piernas cerradas para que ella mantenga el control de esta pose; además, de aquí se puede convertir en otras poses ya desarrolladas, como son la 18, 19, 21, 32, 33, etc.

Posición 59. Las paralelas 2, de espaldas Ella, echada sobre él de espaldas y con las piernas abiertas. Así, su peso estará prácticamente cargado a la zona del vientre de él. Aquí ella cogerá con su mano el pene y se lo introducirá en la vagina, no con mucha facilidad por la distancia que hay entre los genitales del hombre y la mujer en esta posición. No es aconsejable que ella cierre las piernas, porque se puede salir el «enano». De esta posición podrán pasar a seguir disfrutando con poses como la 13 o la 36.

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Posición 60. Al Borde del bidet Ella, sentada sobre el bidet, pero al borde mismo, o sea la vulva para afuera, él estará arrodillado frente a ella con el pene apuntando hacia arriba. Él cogerá a su mujer por la cintura y la penetrará muy suavemente, sin mayor dificultad, ya que la vulva está al descubierto totalmente.Además, la posición de ella con las piernas bien abiertas facilita la acción. Esta es una pose que también sirve para diversificar las acciones durante el embarazo, en especial durante los últimos meses, en que la barriga es grande.

Posición 61. Bidelito húmedo Él, sentado sobre el bidet, recibe a ella, que se sentará sobre él con las piernas bien abiertas y de frente. Luego, el «enano», como reconociendo su camino, la penetrará y se acomodará mejor, cuando ella se tome de los hombros de él, y estando tan cerca de sus labios lo bese a más no poder.

Cuando él abra la llave del agua de la ducha inferior en medio del juego del «enano» y la vagina, y les caiga a ambos el agua por abajo, a manera de ducha, éste súbito contacto frío los estremecerá, más aún si están situados exactamente por encima de los orificios por

donde saleel agua. Entonces ambos sentirán la sensación de impacto del agua: él en los testículos, y ella en la «canchita de tenis» y en el ano. Es una posición novedosa y muy refrescante, sobre todo en el verano.

Posición 62. Atrapado sin salida El nombre de la posición es sugestivo, para lo cual esta pose utiliza una silla con respaldar, de preferencia grueso o fuerte. Como en la postura 41, utilizando el «banquito chico 1», él estará sentado sobre la silla, y ella vendrá de frente a él y se sentará sobre el «enano», introduciéndoselo. Esto quiere decir que ella se sentará con las piernas completamente abiertas y en posición de vaquera, como lo hacían antes; entonces, él quedará atrapado por el cuerpo de ella y por el respaldar de la silla Ella podrá tomarse o apoyarse de la parte superior de la silla y presionarlo a él con su cuerpo, mientras que la vagina «devora» al «enano». Ella tiene amplia libertad y apoyo de sus pies, de la silla y de él para moverse y volverse «loca» con esta posición, a la cual le puede sacar provecho y llegar con ella al orgasmo.

Posición 63. La 570 Esta posición puede parecer una humorada, pero es tal el impacto en el cambio de escenario que puede resultar determinante para la excitación de ambos, dependiendo de la predisposición de cada uno. Se llama 570, porque es el «69» en una mesa «501». Si existe la posibilidad de utilizar una mesa grande (de comedor, por ejemplo), ya es posible hacerla, y mejor aún si los preludios al acto sexual se dan cerca de esta mesa.

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En todo caso, el «69» (posición 27), se empieza por los besos que cada uno da por separado, tanto al pene como a la vulva, luego de un grado de excitación importante. Sería novedoso que se subieran a la mesa y que ahí se besaran mutuamente, desarrollando el «69», que es tan importante para el éxito de un acto sexual pleno, gozoso, sin atenuantes.

Posición 64. Sin sacarlo Realizar esta posición es un reto, la idea es concretar un giro

de adelante hacia atrás sin que el pene deje de estar dentro de la vagina. Existen dos rutas de inicio, primero empezar en la posición 4 «La convencional 1», donde está ella echada de espaldas y él encima de ella. Luego él se incorpora, cruza una pierna de ella por encima de él y se juntan otra vez en la «Doble Tijera» posición 24. Posteriormente, ella bajará una de las piernas y él colocará sus dos piernas por fuera de ella, logrando incorporarse los dos hasta estar arrodillados en la pose 13, «El Perrito Clásico». Todo el giro sin sacarlo, de esta forma, se puede gozar sin interrupciones. La segunda ruta de inicio es la pose 11, «Muérdemela nuca», donde ella está echada con el vientre pegado a la cama y él encima de ella. Luego de gozar en esa posición, ella se colocará de costado, levantará la pierna, la pasará sobre el muslo de él y se juntarán nuevamente en la «Doble Tijera» (pose 24), y la convertirán posteriormente en la 13, «El Perrito Clásico». Sin lugar a dudas, cambiar de posición sin tener que sacar el pene para volverlo a meter, es una oportunidad ideal para alcanzar el clímax. Seguramente muchas parejas subestimarán hacer este esfuerzo, pero valdría la pena que lo intenten, para conocer en su real dimensión este deleite del amor.

Posición 65. El tirabuzón quieto Como una premisa más del amor, debo decir que cualquier pose resultará buena en la medida que permita a la pareja besarse simultáneamente en los labios hasta gastarlos de placer. Esta posición se realizará con la ayuda de un banquito pequeño que esté a la misma altura del colchón de la cama. Ella estará echada de espaldas en la cama (de cúbito dorsal); él, sentado sobre el banquito, estará pegado al colchón. Entonces, ella se acomodará hacia el borde de la cama y permitirá que el «enano» la penetre, haciendo ella el trabajo de moverse, y él estará casi quieto, por tener las piernas totalmente abiertas, pegadas al colchón. Ella, una vez producida la introducción del pene, podrá mover sus caderas apoyando sus piernas y pies sobre él, además podrá moverse lateralmente en la cama para un lado y para el otro, cuidando que los movimientos nosean muy bruscos para evitar que se salga el «enano».

Posición 66. Tiéndeme la ropa Dependiendo de la diferencia de estatura que pueda haber entre el hombre y la mujer, si es ella unos quince centímetros aproximadamente más baja que él, para realizar esta posición ella tendrá que pararse sobre una gradita de 20 cm aproximadamente, o sobre una madera de igual espesor. Ambos parados, el detrás de ella, que esta subida sobre la plataforma o taquito de 20 cm. y que además está con los brazos extendidos hacia arriba, buscando en qué apoyarse o agarrarse (el closet tiene desniveles y también un travesaño donde se cuelga la ropa) ella estará lista para empezar ya en esa actitud, él la tomará por la cintura y la cargará, dejándola caer sobre su pene e introduciéndoselo sin soltarla del todo, sino más bien sosteniéndola en el aire y sólo apoyada en el «enano».

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Es una postura similar al pesista, sólo que él está por detrás de ella, y desarrolla la postura en base a su fuerza y resistencia para tenerla cargada; ella puede ayudar colocando sus pies, en forma de gancho a la altura de las rodillas de él.

Posición 67. La Gatita en 20 uñas Estando sobre la cama podemos imaginar muchas poses más, ya que la mujer que amamos nos inspira crear y crear en un ambiente voluptuoso. En esta posición, ella (que está inicialmente echada boca abajo) se apoyará por sus cuatro extremidades en simultáneo, se elevará, y de esta forma quedará sostenida en el aire con la punta de sus pies (los dedos) y por sus manos, con casi toda la palma. La vulva en esta posición quedará hacia arriba, ella formará con su cuerpo una parábola, en la cual hace un esfuerzo por mantenerse así, y él parado sobre la cama la cogerá de la cintura, se inclinará ligeramente y la penetrará, tiene que pararse entre sus piernas y ayudarla a mantenerse elevada. Es una posición de preferencia para mujeres altas y ágiles, fuertes de los brazos y de las piernas.

Posición 68. La engreída En esta posición, primero hay que mecerla, acariciarla, y luego ella accionará todo lo demás. Él estará sentado sobre una silla (grande de preferencia), con respaldar resistente y amplio, tipo oficina; luego ella se sentará sobre sus dos piernas de costado, y agarrándose del cuello de él, en ese ir y venir, él ayudará con su mano en la penetración del «enano». Esta

pose la tendrá que ir regulando ella, ya que puede moverse

mucho más que él , que a su vez la cogerá con una mano de las

dos piernas (pantorrillas) y con la otra mano de la espalda; de esta forma la estará meciendo y el «enano» le acariciará simultáneamente la vagina y los glúteos.

Posición 69. El guitarrón chino Una de las demandas «masivas» en torno a la variedad de posiciones aquí descritas son las de coito anal. Por ello, y gracias a un amigo que

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colaboró con esta joya, la describo ahora, y dicho sea de paso, hay que puntualizar que es muy divertida y sensual. Los juegos sexuales son determinantes para el éxito de un acto con un final orgásmico de ambos. Si él se sienta en una silla o al borde de la cama y ella se va sentando encima de él, colocándose el pene en el orificio del ano, y dirigiéndolo exactamente, este encajará perfectamente en la medida que ella vaya asentando su cuerpo sobre él. Mientras tanto, el hombre utilizará sus manos de la mejor manera, colocándolas en la parte delantera de ella, una mano acariciando los senos y la otra acariciando el clítoris. De esta forma, los dos gozarán por los múltiples puntos de excitación que estarán en contacto. Además, al tocar él los senos, el clítoris y estar conectado por el ano con ella, estarán formando imaginariamente un toque de guitarrón chino

Posición 70. El Asiento de la Combi Si usted se imagina cómo viaja en una combi sentado, es más o menos con el cuerpo para adelante y casi al filo del asiento porque el respaldar está tan adelantado que usted tiene el cuerpo casi arqueado. En esta posición, el hombre estará con la espalda sobre el

colchón y levantará las piernas pegándolas hacia su cuerpo de tal forma que los muslos estén casi pegados a su pecho. Es ahí donde su mujer se sentará sobre su pene erecto, haciéndolo encajar en su vagina. Ella estará casi al filo de sus nalgas, pero conectada por ese volcán de pasión que le estará entregando «su pene erecto».

Para que exista equilibrio, él la tomará de los antebrazos y la sostendrá jalándola un poco hacia él y colocándole la planta de los pies en su espalda. No dejará de ser divertido.

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Ella podrá libremente y con equilibrio moverse al rededor del pene, haciendo jugar al «enano» en formacircular dentro de su vagina. Esta posición es muy apreciada por las mujeres que tienen las piernas largas.

Posición 71. La puntada del zapatero Como en la posición 7, «al borde del colchón», y con los pies colgando casi en el piso, él le levantará las piernas y las colocará hacia arriba para luego volcarlas totalmente hacia adelante, al punto de juntar casi los muslos con los pechos. Ahí, cuando se produzca la penetración

vaginal y el desenfreno sexual sea desesperante por la libertad con que juega el «enano» dentro de la vagina, es en ese momento que después de disfrutar largamente esta unión pene–vagina, y a pedido de ella, el pene saldrá victorioso para coronarseligeramente más abajo y convertirlo en un coito anal, sin cambiar prácticamente de pose, de ángulo, ni de inclinación.

En esta pose, primero arriba (vagina) y luego más abajo (el ano), el pene habrá realizado una apuntada de zapatero. Ideal para divertirse jugar y lograr un coito anal no muy difundido ni apreciado por quienes no lo han experimentado.

Posición 72. El columpio loco Todas las posiciones son para disfrutarlas, para romper con la rutina y para que no deje de ser agradable y divertido hacer el amor con su pareja. Además, las «probables piruetas», que por lo general le proponemos a ella para que vaya realizando, se debe a la mayor facilidad por el tamaño desu cuerpo torneado y al atractivo que tienen las mujeres. Ellas, muchas veces por su menor contextura respecto a la del hombre, pueden ser cargadas o alzadas para que se coloquen (y se lo coloquen) en alguna pose fuera de lo común. Así, por ejemplo, para las mujeres que tienen un talle largo, proponemos hacer esta posición, la cual se realizará en el interior del closet del dormitorio. Ella se posesionará de espaldas al interior del closet abierto, y se tomará con las dos manos del parante que soporta los colgadores. Él, frente a ella, la ayudará a elevarse ligeramente y dejarla suspendida en sus brazos, como si estuviera haciendo «barras». Entonces, ella elevará sus dos piernas y las cruzará alrededor del cuerpo de «su hombre» a la altura de la cintura; de esta forma, él quedará en la mejor posición para colocar «el enano» en la vagina, que estará libre, en el aire y directamente situada. Evidentemente, él la tomará de la cintura para que ella no haga tanto esfuerzo con los brazos, pero ella, con este apoyo de manos y brazos, podrá columpiarse teniendo como eje el pene. Estas contorsiones en el aire devorarán de placer a los dos.

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Posición 73. Mételo de una vez Regresando a los juegos iniciales y después de haber pasado por todos y cada uno de los momentos aconsejados para incrementar la excitación de su mujer al máximo, cuando ya toque el momento de introducir el pene en la vagina, que se hará muy lentamente, sin perder la calma el hombre. De ahí, después de haberlo metido unos 7 u 8 centímetros nada más, ella pedirá mucho más, tanto en furor como en movimientos y profundidad, porque su éxtasis estará muy cerca, y así ira demandando más penetración y más profundidad para que los cuerpos se junten entonces con todo el control del mundo que el hombre pueda tener. Entonces, el hombre deberá de sacar ligeramente el pene para volverlo a meter igualmente unos 8 ó 9 centímetros nada más, así ella se seguirá alocando de placer. Si esta acción se repitiese muchas veces, ella no soportará este juego y terminará diciendo «mételo de una vez». Este jueguito, tan importante pero trascendental, sólo lo podrán hacer los hombres que tengan decisión y autocontrol para no introducir el pene totalmente desde el principio del acto.

Posición 74. El Arco Iris Con ayuda de los almohadones grandes tipo respaldar que se tiene en casa para ver la tv o estar cómodamente recostados, se podrá realizar esta posición:

1. Colocar un almohadón grande a la mitad de la cama en forma transversal.

2. Ella se echará de cubito dorsal sobre el almohadón, colocando su torso y cintura a la mitad de él.

3. Siendo ella de preferencia pequeña de tamaño, su cabeza quedará para un lado del almohadón ligeramente colgada, y los muslos y piernas para el otro lado. De esta forma, ella quedará

totalmente arqueada y con la vulva en la parte más elevada del almohadón.

4. Ella quedará como una parábola expuesta a las caricias de su pareja. Es ahí en donde él se situará, parado por encima de ella, y se posesionará sobre ella, que estará formando un arco, para penetrarla con «el enano» y formar un arco iris de placer. Solo una pequeña advertencia: esta posición no podrá ser ejecutada por las mujeres que tengan lesiones en la columna.

Posición «cero», una contribución a la cultura de la sexualidad Desfloración sin sangrado: Una teoría demostrada La experiencia, el control mental, la habilidad y el amor pueden ayudar a demostrar en la práctica que es posible la posición cero. Como ya hemos revisado, existen muchas formas de motivación, infinidad de caricias y besos que se pueden dar por todo el cuerpo. Existen innumerables acciones que facilitan el acto sexual, pero para una mujer que se inicia en una relación sexual sólo hay un pensamiento: la ruptura traumática del himen. En esta guía sexual hemos reiterado los pensamientos sobre el control o concentración que debe tener un joven en la primera relación sexual de ella. Se ha mencionado que los besos en la vulva, en los labios externos, y en el clítoris le darán a este acto una base sólida, de gozo y placer sostenidos. Estando ya en pleno desarrollo de la posición 17 «La Bajada Profunda», por tratarse de una mujer virgen, él tendrá que ayudarse con las yemas de los dedos a separar los labios externos con suma delicadeza y, colocará sus labios y su lengua, en especial sólo la punta, a un costado del himen, por donde está abierto naturalmente.

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El grado de excitación de ella crecerá cada vez más y más, las múltiples caricias sobre el clítoris lo irán dilatando y sensibilizando, creándole emociones más fuertes y duraderas, excitándola hasta que el cuerpo empiece a pedir más y más caricias, hasta que demande que él la penetre. Aquí, el hombre tendrá que sobreponer su

inmenso deseo y excitación desbordada, y continuará con una paciente y delicada acción sobre el himen.

La introducción de la punta de la lengua, lenta pero sostenidamente, fuerte y cadenciosa a la vez sobre el pequeño orificio del himen, lo irá haciendo ceder. Ese orificio se irá dilatando y sufrirá una deformación permanente o definitiva al llegar al límite de elasticidad. Como es un momento variable de tanta tensión y emoción, habrá que darle un respiro mutuo a la acción, intercalando caricias sobre sus zonas más erógenas, pezones, nalgas, para luego regresar a ése dulce objetivo de amor: la virginidad. Cuando la mayor parte de la lengua se ha introducido y los labios internos han cedido a los besos, el himen se habrá dilatado y replegado sin que se produzca sangrado. Este es el momento culminante. A continuación, el glande del pene seguirá haciendo el «trabajo» de dilatación, sobre todo cuando él se lo coloque y empiece a penetrarla lentamente, aunque ella exija, por su infinita excitación, que lo haga ya, pero él, con absoluto control, continuará penetrándola con pausas: así, las paredes se irán adoptando al grosor y tamaño del pene. Es imprescindible que la acción sea lenta pero sostenida. Cuando el miembro viril haya penetrado totalmente, la presión del cuerpo de él sobre ella debe disminuir al máximo (sobre codos y rodillas). De esta forma, no presiona los tejidos fibrilares que son sensibles, y se habrá producido la primera relación sexual sin sangrado ni dolor. Ella no se olvidará jamás de esta demostración de amor.

Como el himen es una membrana fibrilar sumamente delgada (hay diversos tipos) y elástica a la vez (hasta cierto punto), puede darse el caso de que no ceda a esta deformación en el primer intento. En ese caso, habrá que repetir esta acción en la segunda oportunidad (no necesariamente el mismo día), para lograr la desfloración sin sangrado.

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Algunosconceptos complementarios de las relacionessexuales

A. El orgasmo en la mujer

Puede llegar:

1. Si asimila a plenitud los besos profundos en los labios internos y el clítoris, ya dilatado por la excitación.

2. Si en medio del juego amoroso y luego de diversas posiciones, a los 20 ó 30 minutos de iniciado el acto sexual, regresan a la posición N° 18, ya que en esta posición ella tiene el control y la oportunidad de friccionar más el clítoris.

3. Si producto de las diferentes posiciones ha logrado un grado de excitación sostenida y en incremento.

4. Si logran alcanzar un clímax simultáneo y ella es finalmente estimulada por el anuncio de la inevitable eyaculación de él, el flujo caliente del semen inducirá a expulsar la energía acumulada por ella, alcanzando su orgasmo.

5. Puede ocurrir también que el efecto sea de ida y vuelta, es decir, que siendo ella fácilmente excitable durante el coito y con las diversas posiciones, «se moje»; o sea, tenga pequeños orgasmos

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espaciados (descensos líquidos pequeños). Entonces estos generarán aún mayor excitación en él, mayores movimientos, mayor fricción y finalmente eyacular para que ella sienta ese torrente de energía, a la cual deberá responder probablemente con un orgasmo similar, y eyaculación también.

6. Hay que acotar que también se dan los orgasmos «secos»; o sea, la satisfacción plena de ella sin expulsar ningún flujo mayor al de la normal lubricación. Este es un orgasmo tan placentero como el orgasmo «húmedo». No hay nada definitivo en torno a los descensos de las mujeres durante el acto sexual. Estos pueden producirse de manera imprevista, en medio de una gran excitación y también pueden ocurrir cuando expresamente se somete al clítoris a una acción muy prolongada de besos e impulsos con la lengua y algunos mordiscos; de otro modo, se puede producir si alguna de las posiciones se vuelve la favorita por el intenso friccionar en el clítoris y un especial ángulo de penetración que toque al punto «G».

B. El orgasmo de los hombres En el caso de los hombres, la temática del orgasmo es en sentido opuesto, ya que los hombres no necesitan generalmente de mayor incentivo para poder lograrlo con relativa facilidad. Más bien, hay que decidir, elegir y proponer que necesita el hombre para alcanzar un orgasmo demorado, no inmediato y, que le dé la oportunidad a su pareja de alcanzar un clímax oportuno y feliz. Hay muchas razones por las cuales se frustra este proceso. Una de ellas es la tensión, el estrés, para lo cual el hombre tiene que olvidarse, distraerse del problema y relajarse primero; después de ello crece la inspiración y, por ende, el acto se vuelve creativo, divertido y productivo sexualmente.

Otro importante motivo por el cual no «funciona» bien es que el hombre de hoy no siempre encuentra tiempo para el amor. El reloj se está convirtiendo en uno de los enemigos de la pareja. El cansancio, la fatiga y el sueño como pretexto están haciendo infelices a muchas parejas. Por ello, los actos sexuales monótonos no deben existir. Si en el acto sexual se está amando, se está evitando la monotonía, porque nunca un acto de amor es igual a otro. Precisamente lo que busca el hombre, lo que pretende, es dar el mayor goce y estímulo a su pareja, porque así él mismo recibe un contra estímulo superior y se vuelve más feliz. Buscar la máxima felicidad se consigue en la unión más íntima, en la que el hombre, al penetrar dentro de su mujer, llega a constituir, a formar, aunque tan sólo sea por un tiempo, parte de ella misma, llegando a formar una unidad biológica y mental, momentáneamente. Entre otras razones, la permanente evaluación sexual a la que está sometido el hombre es un factor de deterioro. Tiene que sentirse siempre capaz de mantener un ritmo de actividad sexual y no disminuirlo o saturarlo, pero este ritmo o frecuencia de actividad sexual varía en función a la edad, de los 20 a los 35 años aproximadamente con una pareja estable, uno o dos coitos interdiarios está considerado dentro de una frecuencia estándar, de los 35 a los 45 ó 50 años aproximadamente 2 ó 3 coitos a la semana son de un ritmo normal de actividad sexual, después de los 50 años los actos sexuales son por lo general más prolongados, tienen un mejor control, más gozosos, pero dependen sustancialmente del estado de salud, del ritmo de actividad física del hombre y del grado anímico-sexual que tenga. Hay un 25% de hombres que, con más de 70 años, mantienen un ritmo de actividad sexual periódicamente moderado. Respecto a las mujeres, ellas siempre han expresado lo siguiente: «los hombres hasta que puedan y las mujeres hasta que quieran». La vida diaria se encargará de demostrar si este dicho popular es cierto.

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Luego de haber desarrollado estas 74 posiciones, podemos afirmar que muchas otras más se podrían haber descrito, porque esta iniciativa dependerá de cada pareja, en función al grado de compenetración y experiencia que tengan. Imaginar y practicar estas posturas, a las cuales tendrán que bautizar con un nombre para que no se olviden y vuelvan a practicarlas, será divertido y muy agradable.

C. Índice de las acciones previas y de las posiciones sexuales 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23.

Los besos y mordiscos preliminares. Los dedos exploradores. La bajada clásica 1. La convencional 1. La media (1/2) luna. Piernas al hombro. Al borde de la cama (A). Al borde de la cama (B). Al filo de la cama 1. La convencional 2. Muérdeme la nuca. Que no se escape el enano. El perrito clásico 1. El burrito avanzado. La avestruz escondiéndose. Atácame y manos arriba. La bajada profunda. El caballito clásico. La ranita brincona. El caballito de espaldas. Sácame conejos. De costadito 1 –clásico- echados. De costadito 2 –frente a frente.

24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58.

La doble tijera. La combinación perfecta. El toque de la corneta. El 69 clásico – echados. El 69 en el aire. El paseo de la grande. El tour del enano. El pesista. La sentadita manejando. El sapito. La carretilla sensual. La pollita tomando agua. La sentadita cómoda. La contorsionista. El trompo. Las 3 de la tarde. El perrito velocista. Con el banquito pequeño (1). Con el banco grande (1). Con el banco grande (2). Con el banquito pequeño (2). El puentecito. Al filo de la cama La plumilla o limpia parabrisas. La empinadita mojada. El medio (1/2) pesista. tres, cuartos (3/4) de luna llena. El clavado. Cabeza en la alfombra. Un perrito en la curva. El perrito castigador. El gran perrito, cortés. Al filo del asiento, en el sillón. Al borde superior o respaldar del sillón. Las paralelas 1 (de frente)

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59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. 00.

Las paralelas 2 (de espaldas) Al borde del bidet Bidelito húmedo Atrapado sin salida La 570 Sin sacarlo El tirabuzón quieto Tiéndeme la ropa La gatita en 20 uñas La engreída El guitarrón chino El asiento de la combi La puntada del zapatero El columpio loco Mételo de una vez El arco iris Posición cero, la desfloración sin sangrado

Para el siguiente libro saldrán publicadas las siguientes posiciones y muchas más. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15.

De esta no sales vivo Entierra la nariz El golo golo favorito Las lenguas de fuego Contigo a la distancia Ataque en la retaguardia Sácalo y te mato De a pocos para hacerla larga La bestia está viva La aplanadora Un paseo por casa grande Limón de emolientero Tócale el cascabel Jugo de papayas Rojo al amanecer

Apéndice: Evaluación de las encuestas Respuestas a Encuesta 1 Puntaje: Si usted tiene 10 resp.: A es excelente en sus RR SxSx Si usted tiene 10 resp.: B es muy malo(a) como amante Si usted tiene 10 resp.: C es un(a) potencialmente buen amante Si usted tiene 10 resp.: D es muy tibio(a) en sus RR SxSx. Tiene que poner mucho empeño para no perder a su pareja. Si usted tiene respuestas combinadas, evalúe en qué escala está ubicado.

Respuestas a Encuesta 2 Puntaje: Si usted tiene 10 resp.: D conoce muy bien como hacer el amor Si usted tiene 10 resp.: A esta muy mal informado y como amante es negativo Si usted tiene 10 resp.: B debe empezar a leer mucho y a evolucionar rápido por el bien de su a pareja Si usted tiene 10 resp.: C está en camino a ser un amante exitoso, pero le falta mucho esfuerzo Si usted tiene respuestas combinadas, evalué en qué escala está ubicado.

Envíe sus resultados a [email protected] y solicite los consejos que desee.

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