Juan y Los Duendes de La Plaza de Huancané Marca

JUAN Y LOS DUENDES DE LA PLAZA DE HUANCANÉ En la ciudad de Huancané una señora de limpieza se quedó hasta las 11:30 de la noche en la plaza de Huancané ella vio a unos duendes bailando y esa noticia llegó a las escuelas de la localidad y un grupo de niños planearon para ir, pero sus padres decían que nunca vayan a ese lugar en la noche. Ese grupo de estudiantes se encontraba Juan y sus amigos planearon ir el día miércoles porque había, una fiesta en una comunidad cercana, esa noche se fueron los padres de Juan y de sus compañeros a la fiesta, tenían mucha curiosidad los niños de cómo eran los duendes. Estaban sentados, en la plaza había un árbol grande, se decía que en el tronco del árbol se abría una puerta cuyo interior era como una cueva, Pablo y Luis no podían entrar y Juan sí porque era de contextura delgada Juan estando adentro no veía nada dentro luego vio una pequeña luz y allí se encontraban los duendes hacían una fiesta, los duendes lo invitaron a cenar, Juan tenía miedo porque eran pequeños y raros, los duendes le dijeron a Juan que no hablara a nadie sobre su existencia, porque si hablaba su casa será maldecida y toda su familia tendrá mala suerte, pasó el tiempo Juan tubo sueño y durmió, uno de los duendes le puso una canica y le habló al oído le dijo: que la canica lo protegerá de los malos augurios, antes de que amanezca los duendes lo despertaron y acompañaron hasta la puerta. Juan salió de la cueva sus amigos se acercaron y preguntaron ¿Qué pasó? ¿viste a los duendes? ¿qué te hicieron?, Juan recordó lo que dijeron los duendes, entonces respondió, no recuerdo nada sólo me desmayé y no sé cómo llegue a la salida. Ya de día sus amigos no le creyeron nada, ellos rodearon amenazándole que hable todo lo que sucedió dentro de la cueva. Juan recordó el obsequio de la canica, llevó su mano al bolsillo izquierdo de su pantalón y sacó la canica en señal

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que estuvo en la cueva, pero no recuerda nada, entonces los amigos observaron la canica con mucha atención luego se pusieron a jugar con la canica y poco después se retiraron a sus casas. Juan pasó todo el día pensando en la canica, ya era de noche Juan se fue a cenar luego a dormir, pero toda la noche no tuvo sueño, se pasó pensando en los duendes de la cueva de la plaza de Huancané. Amaneció era de día, él quería volver a la plaza a ver nuevamente a los duendes, porque quería conocer el poder de la canica, se hizo muchas preguntas él mismo: ¿Cómo funciona la canica? ¿puedo hacer magia con ella? Así pasó el día pensando y haciendo muchas preguntas para él mismo, nuevamente llegó la noche luego de cenar se quedó profundamente dormido, amaneció era el momento de ir a la escuela y encontrarse nuevamente con sus compañeros, desayunó en casa luego se dirigió a la escuela, Juan estaba preocupado porque temía que sus compañeros le hicieran preguntas. Pablo es el primero en encontrarse con Juan y le dice: - Juan, ¿Ya recordaste lo que pasó esa noche en la cueva?, nuevamente

Juan responde, - no recuerdo nada, me desmayé en la

cueva porque era muy oscuro y ni siquiera recuerdo cómo salí, en ese momento se agruparon sus compañeros y le dijeron a Juan, - te pedimos disculpas, porque te creemos, Juan contestó, - olvidemos lo que paso, el profesor ya llega vayamos a clases, estando en clase entra el profesor y saluda a los alumnos y ellos responden el saludo, luego inician con el trabajo, llegó la hora del recreo Juan dice a sus compañeros, - ¡vamos a jugar fútbol!, él estaba con la idea de los duendes de la cueva, terminó el recreo, Juan no regreso a clases se fue a su casa y espero que el reloj marque 11:30 de la noche para encontrarse con los duendes, Juan esperó que sus padres y hermanos se quedaran dormidos, salió muy callado

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llegó a las 12:00 am. media noche, esperó a que se abra la puerta, Juan entró rápidamente y se encontró con el duende jefe y preguntó: - ¿Cómo funciona esa canica que me entregaron?, el duende responde: - primero tienes que jugar ajedrez conmigo luego te explico el poder de la canica, el juego duró mucho tiempo hasta que Juan ganó el juego (el duende se deja ganar con Juan para ayudar a fortalecer su actitud positiva) ya era de amanecida, el duende explicó que la canica le protegerá cuando esté en peligro, sólo tiene que pensar en positivo así funciona el poder de la canica pero le puso una condición, Juan tendrá que visitar la cueva dos veces por semana para jugar ajedrez con el duende jefe, el duende ayudaba a Juan a fortalecer sus actitudes y comportamiento positivo para que sea el mejor alumno en su salón. Juan agradeció el gesto que le dio el duende, salió de la cueva antes de que salga el sol, se dirigió a casa, desayunó con sus padres, luego se dirigió nuevamente a la escuela a reencontrarse con sus compañeros, pero llegó tarde a la escuela, como castigo debía correr veinte vueltas alrededor del patio de la escuela, mientras sus compañeros se burlaban de él, Juan aplicó el poder de la canica y no se cansó al correr y siempre pensaba en forma positiva esto ayudó mucho a Juan en las trabajos de la escuela y la casa, Juan visitaba la cueva del árbol a jugar ajedrez con el duende jefe, el duende jugaba ajedrez para fortalecer sus habilidades, la canica sólo era un medio de fe para que Juan sea positivo en sus pensamientos y actitudes. La mamá de Juan se dio cuenta de su ausencia, sus padres estaban preocupados, pasaron los años, Juan nunca habló sobre su encuentro continuo con los duendes hasta que ya tenía 30 años, un hombre con buenas cualidades y conducta positiva, fue una persona muy dedicado al trabajo y su familia gracias al secreto que tenía con los duendes.

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