Juan Antón. Una apuesta por la movilidad. METODOLOGÍA PRÁCTICA Y PROCEDIMIENTOS TÁCTICOS ANTE SISTEMA DEFENSIVO 5-1
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1 Una apuesta por movilidad del juego en ataque: metodología práctica y……….
Badajoz 8-10 enero 2010
UNA APUESTA POR LA MOVILIDAD DEL JUEGO EN ATAQUE: METODOLOGÍA PRÁCTICA Y PROCEDIMIENTOS TÁCTICOS ANTE SISTEMA DEFENSIVO 5:1 A TRAVÉS DE LA FORMA DE JUEGO CIRCULANTE Dr. D. Juan L. Antón García Universidad de Granada Director de la Escuela Nacional de Entrenadores
INTRODUCCIÓN. Quiero empezar mi intervención con una pregunta a todos los presentes: ¿Nos gusta el balonmano de ataque que vemos en la actualidad?, ¿Es variado, novedoso, atractivo, espectacular, lógico tácticamente? Los datos obtenidos en las últimas competiciones internacionales más importantes revelan que la eficacia del juego de ataque se sitúa cercana al 60% en los mejores equipos masculinos (Román, 2005, Antón, 2005). Sin embargo, no podemos afirmar que estos porcentajes de efectividad del juego sean consecuencia necesariamente de que se haya producido una mejora evidente de la calidad y espectacularidad del juego por la mayor parte de los equipos, mucho menos cuando bajamos un escalón y analizamos el juego de ataque de los equipos de nuestra Liga Asobal, y observamos que las aportaciones novedosas al juego no son precisamente abundantes. Como ya han referido en otras ocasiones algunos de los entrenadores de nuestra liga, una gran parte de los equipos “parece que jueguen igual copiándose unos a otros”, siguiendo unos patrones y conceptos muy similares y, por consiguiente, perfectamente previsibles. Esto es así hasta tal punto que los equipos ganan o pierden en la mayor parte de sus encuentros, tal y como ha reflejado Laguna (2005) “no por lo que sus entrenadores aportan al juego en innovaciones, sino porque disponen de los mejores jugadores, las mejores estructuras y otras ventajas”, y casi podíamos afirmar que, en términos generales, hay poca ambición por buscar nuevos caminos, nuevas soluciones o ideas para mejorar nuestro juego de ataque. El mencionado Laguna, en este sentido, llega a subrayar que “El balonmano está dominado por inmovilistas”, opinión con la que en gran parte coincidimos muy especialmente en lo que se refiere a la parcela de ataque. Salvo raras y muy loables excepciones, la realidad demuestra que los equipos se imitan unos a otros, sin considerar la posibilidad de crear su propio estilo de juego, ajustado a las características de los jugadores que disponen en cada caso, antiguo principio del juego colectivo que algunos suelen olvidar con demasiada frecuencia. Un claro ejemplo de lo que indicamos lo hemos podido observar en estos últimos años con el uso exagerado –además de inadecuada e incorrectamente aplicado en la mayor parte de los equipos- de una de las aportaciones al juego de ataque que se realizó en el ámbito internacional hace ya la friolera de 20 años por el Club Ska de Minsk y el equipo nacional ruso. Nos referimos a un procedimiento táctico ante el sistema defensivo 5:1 que consistía básicamente en la combinación de una circulación simple exterior de un extremo con una permuta entre los jugadores de primera línea del lado opuesto, apoyados por un bloqueo del pivote. Este procedimiento, como suele ocurrir con frecuencia en España, se ha generalizado
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terminológicamente como “la rusa”1. Supongo que casi todos los presentes saben de qué estoy hablando. Pues bien, desde que se conoció este procedimiento en España, se empezó a poner en práctica por una gran parte de los equipos de la Liga Asobal, al principio los de más nivel, y posteriormente los demás. Pero a partir de ahí estas pautas plagiadoras, en la mayoría de los casos mal aplicadas, se fueron extendiendo a la División de Honor B; más adelante a la Primera División, y finalmente han acabado haciendo la archirrepetida “rusa” equipos de juveniles y hasta algunos de cadetes, como he tenido la ocasión de presenciar. Dada la “proliferación de rusas” por todos los rincones balonmanísticos del país, y tal como suele suceder en los mercados financieros, la rusa ha acabado minusvalorándose, ha perdido su entidad, y ya a casi nadie parece interesar. ¿Esto quiere decir que las bases tácticas de la mal llamada “rusa” ya no tienen sentido y han perdido su vigencia? Rotundamente no, mucho más cuando actualmente el sistema defensivo más utilizado es el 5:1 con distintos perfiles, aunque en términos generales con notable anticipación defensiva. El problema de este “abandono”, como casi siempre, no se ha producido por un “exceso de demanda” y de uso, sino por una errónea comprensión de los conceptos fundamentales del procedimiento, que incluso desde la propia terminología burdamente extendida del mismo, parece querer decirnos que es “una jugada cerrada”. Esos errores abarcan desde la inadecuación de comprensión y uso por los jugadores que un equipo dispone –no saben ni dominan las alternativas que el procedimiento sugiere, ofrece o provoca-, pasando por el entrenamiento incorrecto o insuficiente, y acabando por olvidar razones de uso estratégico, tales como por ejemplo, utilizar “la rusa” sin importar el sistema defensivo que el adversario desarrolle en ese momento. Finalmente diremos que este procedimiento táctico es un claro ejemplo de ataque ante sistema defensivo 5:1 a través del llamado juego circulante, temática que pretendemos afrontar en esta ponencia. En esta línea expositiva, mientras otros deportes de equipo como el Baloncesto y el Voleibol vemos que van intentado poco a poco descubrir nuevos estilos y conceptos de juego, fundamentalmente basados en una mayor movilidad de los jugadores en distintos espacios, en balonmano esta idea no acaba de desarrollarse con suficiente originalidad y riqueza de recursos, aunque hemos de reconocer de antemano que esa concepción exige mayores capacidades y habilidades y, en definitiva, mayor entrenamiento. Sin embargo, no son pocos los especialistas que han hecho de una u otra forma referencias a la necesidad de mejorar el juego en esta línea argumental. Tal es el caso de Román (1999) cuando subrayaba que “Las relaciones tácticas grupales se apoyan en la movilidad de los jugadores y las variantes combinativas”; añadiendo posteriormente: “El juego sin balón de jugadores de primera línea, las penetraciones y permutas entre ellos con el objetivo de falsear intenciones, se afianza en el juego de ataque”, y finalizando más adelante: “El juego desarrollado en permanente movilidad exige jugadores más universales y creativos y se aleja un tanto de la eficacia”.2 Esa movilidad aludida se manifiesta de una forma óptima con el desarrollo del ya mencionado juego circulante o con circulaciones de jugadores a otros puestos y espacios. Si bien es cierto que el juego moderno muestra algunos aspectos en esta línea de juego, entre los que se incluye el llamado juego por transformaciones de sistemas, no es menos cierto que, en términos generales, la variabilidad en este sentido no se caracteriza por su riqueza, y estimo
Aunque, como ocurre en otros casos similares, si les preguntas a los rusos en qué consiste la rusa ninguno sabe a qué nos estamos refiriendo. 2 La negrilla es mía. 1
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personalmente que todavía hay mucho por desarrollar. Desde el punto de vista evolutivo, ya al principio de los años 60 la escuela rumana aportó las primeras ideas del juego táctico a través de circulaciones de jugadores en distintas tipologías, exponiendo diferentes variedades como las llamadas “circulaciones en ocho”, tanto en primera como en segunda línea de ataque –por el interior o el exterior de la defensa, combinadas, etc.-, las “circulaciones en carga”3, así como diferentes combinaciones u otras variantes de este perfil táctico complejo del juego. Más adelante, en la década de los 80, se empieza a mejorar en un concepto de jugador más universal para la primera línea, especialmente por la escuela yugoslava, aumentando la movilidad. El mismo Román aludido más arriba, en su excelente trabajo “Los inicios del siglo XXI: Evolución y tendencias de futuro”, refiere a este respecto: “…los yugoslavos fueron capaces de jugar 10 años de este modo y los tres primeras líneas parecían centrales por su concepto de juego continuado, ¡incluso los zurdos! La estructura se enmarca en la utilización por uno u otro lado de permutas entre dos jugadores y enlaces con cruces o nuevas permutas”, aunque con el inconveniente de que el juego de los extremos permanecía estático en términos generales. En esta misma línea hay que unir el anteriormente indicado juego de desdoblamientos en los que España aporta un importante nivel, muy especialmente en el mundial del 86 de Suiza, donde Román fue seleccionador español. Por lo tanto, no podemos decir que sea algo especialmente novedoso. Así lo destacaba Román (1999) (pág. 11):”La mayoría de los sistemas de juego se inician en base a la movilidad de los atacantes, los cambios de posición y las transformaciones de sistemas con dos pivotes, de un lateral o de un extremo”. A pesar de admitir sus inconvenientes, también conviene recordar que el concepto de juego circulante tiene la ventaja de que conlleva una cierta confusión para la defensa en el sentido de que nunca un defensor sabe con certeza a qué oponente directo debe enfrentarse en cada instante del juego, dificultando los emparejamientos y cambios de oponentes, con lo que su uso conllevará constantes dudas sobre quién debe responsabilizarse en cada momento. Ello requiere jugadores con gran capacidad táctica individual, sin la cual provocaría desconcierto, errores y, en definitiva, ineficacia en el desarrollo del sistema, lo cual no deja de constituir un claro inconveniente para su mayor y más amplio desarrollo en la práctica. Pero el progreso evidente en la filosofía defensiva que se ha visto en los últimos tiempos obliga todavía más a formar jugadores de ataque más completos, más variables, que puedan realizar acciones ofensivas desde cualquier espacio del terreno y ser capaces en consecuencia de atacar a cualquier estructura defensiva. Creemos necesario abordar una forma de juego en la que a partir de una gran calidad perceptiva del jugador que le permita observar constantemente el balón y el espacio ocupado o no por el rival, los intervalos resultantes, sea capaz de moverse con amplitud en varios espacios ejecutando cualquier acción técnica adecuada al espacio y la circunstancia de juego. Y en esta línea afrontamos esta ponencia que aquí presentamos. Teniendo en cuenta que nuestro objetivo en esta ponencia es el planteamiento de procedimientos de ataque contra sistema defensivo 5:1 a través del juego circulante, parece imprescindible que para abordar esta temática dividamos nuestro trabajo estructuralmente en varios apartados: 1. Breve recordatorio de las características del llamado “juego circulante”.
En el encuentro de Liga de Campeones de esta temporada entre el Hamburgo y el Ciudad Real, hemos podido comprobar, no sin sorpresa y, todo hay que decirlo, con escasa eficacia entre otras razones por un mal desarrollo del concepto, el uso por parte del Hamburgo de una variante de esta tipología de juego circulante después de muchísimos años sin observarla en el alto nivel. Creo recordar que el F.C. Barcelona de final de los años 70, con José Vilá Purtí de entrenador, utilizaba con cierto rigor y eficacia algunas de estas posibilidades.
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2. Breve recordatorio de las características del sistema defensivo 5:1 al que nos vamos a enfrentar. 3. Proceso metodológico previo para llevar a la práctica el juego circulante. 4. Ejemplos de procedimientos tácticos a través del juego circulante ante sistema defensivo 5:1 con salidas y anticipación defensiva. 5. Observaciones finales y perspectivas.
1. BREVE RECORDATORIO DE LAS CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE LA FORMA DE JUEGO CIRCULANTE. Para empezar a desarrollar este tema nos parece necesario recordar aunque sea de forma breve qué entendemos por juego circulante y dónde se enmarca, con el objetivo de disipar dudas y aclarar conceptos que no siempre se tienen claros. Como casi todos probablemente sabemos, los sistemas de juego que un equipo puede utilizar para conseguir posibilidades eficaces se desarrollan a través de la combinación de diferentes formas de juego. Todos los equipos confirmados utilizan esas formas en distintos momentos de un encuentro y la proporción de uso de una u otra forma y la estructura determinan el concepto general de juego del equipo, es decir, “las particularidades y características de la táctica de un equipo”4. Del mismo modo, son conocidas las formas generales que un equipo puede adoptar en distintos momentos del juego como son el juego libre, el juego dirigido, y el juego prefabricado. Estas formas evolucionan desde la valoración de la intervención individual en forma fundamentalmente creativa y la ausencia de procedimientos tácticos previamente entrenados o preparados como tónica habitual –si en algún caso aparecen son consecuencia de la calidad individual y la experiencia acumulada de los jugadores-, pero respetando los principios generales y específicos del juego –en el caso del juego libre-, hasta una concepción de juego que impone un alto nivel de mecanización en la actuación del jugador –juego prefabricado-, pasando por la forma más empleada por equipos con cierto nivel de organización, es decir, el juego dirigido. Las tres formas tienen su utilidad en distintos momentos de un encuentro o de una competición, por lo que todo equipo consolidado debería incluir alternativas de las tres formas en su concepción y en el entrenamiento. Como en esta ponencia nuestro objetivo es hablar del juego circulante, nos centraremos exclusivamente en ésta, aunque para ello utilizaremos un cuadro comparativo diferencial entre el llamado juego posicional y el circulante, como formas de juego que habitualmente se alternan dentro del llamado juego dirigido5. A). El Juego dirigido como integrador del juego circulante. Constituye la forma de juego más utilizada por cualquier equipo que esté organizado con un mínimo rigor y coherencia, y define con más claridad el concepto de juego de un equipo. A través del juego dirigido la actividad individualizada del jugador queda limitada a determinados espacios y acciones en las que se presupone que van a tener una mayor eficacia individual y mejor rendimiento del equipo, en función de sus capacidades individuales y su eficacia. Mediante el juego dirigido se guía la actividad general del colectivo –se dirige, se orienta-, estableciendo las situaciones y puestos donde debe actuarse prioritariamente, y cuándo y cómo es más recomendable hacerlo, enfocando los desplazamientos de jugadores y del balón en una determinada dirección.
Teodorescu, L., (1984), Op. cit., p. 36. Véase, no obstante, para mayor ampliación, Antón, J., (2003), Balonmano: Táctica grupal ofensiva: concepto, estructura y metodología, (2ª ed.), Imprentaweb, Barcelona, pp., 57-63.
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FORMAS DE JUEGO DIRIGIDO JUEGO CIRCULANTE O CON CIRCULACIONES
• En el comienzo de cualquier ataque propiamente dicho, aun cuando se utilice el juego circulante como concepción de juego. • En situaciones de superioridad numérica atacante.
• En situaciones de inferioridad numérica atacante. • Encadenado posteriormente al juego posicional.
Inconvenientes
Ventajas
Características diferenciadoras
• Cada jugador actúa predominantemente en su puesto específico. • Exige un cierto nivel de especialización en puestos. • No hay habitualmente circulaciones de jugadores hacia otros puestos específicos. • Los medios tácticos utilizados relacionan normalmente a jugadores de puestos colindantes, con excepción de la circulación de balón, medio simple que requiere una gran variedad, riqueza y seguridad. • Son frecuentes, por tanto, las relaciones 2x2 extremo-lateral del mismo lado, centralpivote, central-laterales, y laterales-pivote. • Es también utilizado como situación de trabajo previo para iniciar el juego circulante. • Los medios tácticos más característicos son, además de la buena calidad en la circulación del balón, el pase y va, las penetraciones sucesivas, los cruces y los bloqueos sin circulaciones previas, especialmente por parte del pivote como bloqueador. • La estructura facilita el equilibrio en anchura y profundidad. • Las relaciones tácticas son más sencillas, y por tanto, más seguras, siempre que la circulación de balón sea realizada con riqueza y calidad. • En general, ante la pérdida de balón, facilita un mejor y equilibrado repliegue defensivo. • Es más previsible y más fácilmente contrarrestable por la defensa. • Si la calidad en la circulación de balón es pobre, provoca anticipaciones fáciles del defensor e interceptaciones. • Requiere un importante dinamismo en el puesto con riqueza y variedad de trayectorias, y un gran dominio del llamado "movimiento de pistón" (ataques y retrocesos inmediatos, al margen de si recibe el balón o no) • En el inicio de la especialización por puestos (etapa de cadetes). • En fases iniciales de la formación de un concepto de juego de cualquier equipo adulto.
• Más de un jugador circula con frecuencia a otros puestos específicos distintos del suyo inicial, y a partir de ese puesto. • Se trata de aprovechar los espacios libres interiores de la defensa, por los abandonos que se producen por las salidas en profundidad hacia los primeras líneas atacantes o facilitar soluciones de finalización a otros compañeros fuera del puesto, generalmente de la primera línea. • El juego es mucho más dinámico. • Las relaciones tácticas se producen entre jugadores de puestos específicos alejados entre sí inicialmente, aunque concluyen con frecuencia con relaciones en espacios contiguos, una vez han circulado al nuevo espacio. • Los medios tácticos más característicos, además de la circulación de jugadores a otros puestos, son las cortinas, las permutas, las pantallas, y los cruces y bloqueos cuando existen circulaciones previas, aunque se combinan con otros medios iniciando o explotando el procedimiento elegido.
Utilización recomenda ble por niveles de enseñanza
JUEGO POSICIONAL
Utilización recomenda ble desde el punto vista estratégico
Formas de juego
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• Al ser más complejo, también lo es para el equipo defensor contrarrestarlo, especialmente en cuanto a las formas y continuidad en los cambios de oponente. • Plantea igualmente mayores dificultades a los defensores de adaptación a los constantes cambios de oponente directo y de campo visual por delante y por detrás. • La complejidad de juego es notablemente superior y exige capacidades de los jugadores en un nivel superior al 60% en al menos otro puesto específico del suyo propio, que es donde circulan. • La funcionalidad a veces crea graves problemas de equilibrio y continuidad del juego con eficacia. • Si la eficacia en el puesto al que circula es pobre es fuente de pérdidas de balón.
• Necesariamente en equipos más evolucionados. • También es recomendable en edades iniciales –en formas sencillas- como forma de comprensión del juego colectivo de forma esporádica.
Tabla 1.1. Análisis comparativo entre el juego posicional y el juego circulante. Las capacidades individuales se rigen por el principio de cohesión y se orientan al servicio del equipo, por lo que se produce un juego más fluido y económico y, en términos generales, más eficaz. En ningún caso la creatividad individual queda anulada, pero sí debe desarrollarse con ciertas limitaciones y respetando determinados criterios previamente establecidos, que se rigen por el principio de adaptación a las posibilidades potenciales propias. La buena calidad táctica individual de los jugadores sigue siendo una exigencia, pero se desarrollan en base a unos caminos inicialmente marcados, que se relacionan con los puestos específicos que deben ocuparse, los medios tácticos predominantes, las zonas de iniciación o realización de
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procedimientos, los momentos más idóneos de las circulaciones, los canales de comunicación más frecuentes, y con un establecimiento de jerarquías de alternativas tácticas, que han sido llamadas recientemente de forma acertada situaciones diana (Ávila, 2007), o dicho sea en términos genéricos más extendidos cuadros de contingencias. En ningún caso hay que identificar el juego dirigido con los sistemas de juego, sino con las formas de desarrollar los propios sistemas de juego y la forma de enlaces, coordinación y utilización de medios tácticos. Dentro de esta forma general de juego se pueden distinguir dos tipos: juego posicional –caracterizado fundamentalmente porque los jugadores actúan permanentemente en sus puestos específicos6y juego circulante o en circulación –en el que los jugadores cambian de puestos como tónica fundamental-. En la tabla 1 exponemos los aspectos diferenciales de ambas formas de juego. Vemos pues, que el juego circulante representa una forma más evolucionada, pero intentar desarrollarlo sin capacidades tácticas adecuadas y sin respeto a los principios del juego puede acarrear una involución o atraso en la formación, y convertirse en un peligro para el propio equipo, dando lugar a múltiples pérdidas de balón y ofreciendo una imagen caótica de la organización del equipo. No cabe duda de que su aplicación exige mucho más tiempo de entrenamiento paras ser eficaz. Por el contrario, una realización fluida y adecuada creará sin duda mayores dificultades al equipo adversario. En el año 2003 presentamos en el Congreso celebrado en Cáceres los resultados obtenidos de una investigación piloto en cuanto a las diferencias de uso entre el juego posicional y el juego circulante entre distintos niveles de juego analizados previamente, demostrándose, entre otras cosas, que a mayor nivel de juego mayor uso de la forma circulante. Como ejemplo y al mismo tiempo recordatorio de este estudio mencionado, presentamos en la Tabla 2 algunos de estos datos. Nivel o categoría Forma de juego empleada Uso al iniciar el procedimiento Uso en el momento de la finalización del procedimiento
SELECCIONES NACIONALES
ASOBAL
D.HONOR "B"
Posicional
Circulante
Posicional
Circulante
Posicional
Circulante
42,66%
57,33%
57,72%
42,27%
60,65%
39,73%
75,98%
24,77%
76,81%
23,63%
72,13%
27,86%
Tabla 2.- Comparación general de uso entre las formas de juego posicional y circulante en los tres niveles analizados.
En el lenguaje coloquial y muchos comentaristas de televisión en mi opinión usan el término juego posicional de forma incorrecta, refiriéndose al juego desarrollado contra una defensa formada, una vez finalizadas las posibilidades de contraataque y después de la fase de organización. Insistimos que a esto se le llama juego en cuarta fase o, de manera más sencilla y breve, juego organizado o juego estructurado.
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De este estudio también se desprende que, en términos generales, se está produciendo una combinación en las formas de juego de ataque dirigido (juego posicional y juego circulante) en una proporción del 57, 33 % -posicional- sobre el 42,66 % -circulante-, y en este juego son los primeras líneas los jugadores más implicados en estos cambios de situaciones o de puestos específicos en los tres niveles analizados (en selecciones nacionales, como muestra, los porcentajes son del 73,6% los primeras líneas y el 43,2% los segundas, y sólo en el 16,8% de los casos estaban implicados tanto los primeras como los segundas). Sin embargo, en el momento de la finalización del procedimiento táctico (acción de pase o lanzamiento final), las mejores selecciones nacionales suelen invertir esta tendencia, de tal modo que a pesar de haber iniciado el procedimiento a través de una circulación de jugadores a otros puestos, tienden a finalizar de una forma posicional -más estática en los nuevos puestos, por decirlo de otra manera- en el 75,98 % de los casos, mientras que sólo finalizan su acción colectiva al mismo tiempo que realizan la circulación en el 24,77 % de los casos7. En este sentido, parece desprenderse que es necesario asentarse en las nuevas posiciones para obtener mejores rendimientos, aunque también puede intuirse que la eficacia depende en gran medida de esta variabilidad que, en cualquier caso, también está en función de la calidad de los jugadores en los nuevos puestos que ocupan, además de la estructura y funcionamiento del sistema defensivo contrario, más o menos abierto, pero parece evidente que en el alto nivel si mantienen formas de juego en las que los jugadores permanezcan en sus puestos donde son especialistas, también los equipos defensores colocan a sus respectivos especialistas en las zonas adecuadas y pueden anticiparse ante la repetición de conductas similares. Los cambios de espacios y de oponentes necesariamente llevan nuevas adaptaciones. Por consiguiente, parece obvio subrayar que el juego circulante será propio de equipos más evolucionados y que dispongan de jugadores confirmados y maduros, introduciendo en cualquier caso las variables de riqueza táctica y de coordinaciones de una forma progresiva como corresponde a cualquier situación de aprendizaje. Finalmente, también queremos subrayar que, desde el punto de vista estratégico, esta forma de juego es más útil y eficaz cuando enfrente se utiliza un sistema defensivo más abierto. Y el 5:1 del que vamos a hablar es uno de ellos.
2. BREVE RECORDATORIO DE LAS CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DEL SISTEMA DEFENSIVO 5:1. Como demuestran investigaciones de García Herrero (2003), el sistema defensivo 5:1 es uno de los más utilizados, y supone una disposición de partida en la que inicialmente un equipo dispone a 5 jugadores en las proximidades de la línea de área de portería -que constituyen la primera línea del sistema-, y 1 jugador en las proximidades de la línea de golpe franco, que representa la llamada segunda línea. Pero las intervenciones de cada uno de los jugadores (desplazamientos, dimensiones de los mismos, zona o superficie a cubrir, intenciones tácticas predominantes en cada momento y cada puesto, técnica requerida más frecuentemente, medios tácticos defensivos utilizados en cada relación entre dos o en cada zona, etc.), a partir de esta disposición inicial, pueden adoptar variantes diferentes. De este modo a lo largo de la historia se desprenderán diversos perfiles de funcionamiento que han dado lugar a los sistemas
7 A pesar de estos datos, en nuestra opinión debería mejorarse los porcentajes de finalización en el momento que se produce la circulación, pues esto siempre supone aprovechar los momentos de desajuste defensivo que se provocan con estas circulaciones, pues cuando el jugador se detiene, el sistema defensivo y los emparejamientos se equilibran más fácilmente. En cualquier caso, hay que reconocer que una situación dinámica también lleva más dificultades de resolución para el jugador atacante.
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que representan diferentes variantes del sistema defensivo 5:1, muchas de ellas consolidadas en la década de los 90, como ha apuntado acertadamente Román (2005)8, entre las que podemos incluir, entre otras, las siguientes: 5:1 clásico o tradicional, con mayor o menor profundidad de los laterales, 5:1 combinado a zona lateral, 5:1 con disuasión al central, 5+1 mixto o combinado a jugador, 5:1 “indio”, etc.9. Como antes hemos indicado, cada uno de ellos conlleva una valoración determinada de los espacios a atender, misiones fundamentales de cada jugador, zonas de presión, etc. Conviene recordar que el juego de ataque está directamente relacionado con la estructura defensiva del adversario. Aunque es evidente que nuestro planteamiento puede aplicarse a distintos de estos perfiles, el sistema defensivo contra el que pretendemos exponer una metodología práctica en nuestra intervención es el llamado clásico con salidas, especialmente notables en los laterales del sistema, que actúa en bloque defensivo, con avanzado en el eje central, y que implica un cierto nivel de anticipación sobre los primeras líneas atacantes, y cuyo objetivo fundamental es el siguiente: “Dificultar el juego de creación del equipo adversario, disminuyendo la participación activa en distancia eficaz de la primera línea del adversario, fundamentalmente en las proximidades del eje del sistema atacante, sin perder por ello el concepto de bloque defensivo”. De ese objetivo general y de la disposición defensiva derivan unos espacios más fuertes y otros más débiles que el juego de ataque debe intentar aprovechar para superar la defensa, como podemos observar en la figura 0. Una de las formas que se puede utilizar para afrontar los problemas que plantea el funcionamiento del sistema defensivo es el uso del juego circulante, dados los mayores espacios interválicos que se producen entre defensores, mucho más acusados en tanto que la defensa adquiera mayores dimensiones de profundidad. 8
“El juego tradicional del sistema 5:1 derivó a concepciones de alternancia de funciones y tareas por el jugador avanzado especialista del sistema. Del modelo rumano de los años 60, utilizado igualmente por los soviéticos en los 90, esta concepción se enriquece de manera notable a nivel práctico con los franceses en esta etapa.[…] Las dificultades que para el ataque plantea esta organización defensiva exigió variaciones en la estructura del juego de ataque al tiempo que provocó una mayor velocidad en los atacantes al tiempo que se va instaurando poco a poco el cambio de situaciones entre jugadores de diferentes líneas surgiendo así las modernas concepciones de las transformaciones de sistemas o el juego por desdoblamientos como estudiaremos más adelante.” (pág 12.)
Véanse, entre otros trabajos, los de Martínez, I., (2000), Croacia´2000: comportamiento del avanzado en la defensa 5:1; Antón, J., (1977), Estudio de un sistema defensivo 5:1 zonal con “reforzamiento lateral”, Revista Balonmano, Federación Madrileña de Balonmano, nº 11-12. García Herrero, J.A., y García Calvo, T., (2003), Estudio del funcionamiento del sistema defensivo 5:1 en el campeonato de Europa de Croacia 2000 por los equipos nacionales de España y Francia, Comunicación Técnica nº 205, Rev. Área de Balonmano, nº 17, pp. Ribera, V., (2006), Defensa 5:1 con el avanzado en la zona central, Comunicación Técnica nº 251, Cuadernos técnicos nº 38, pp. 13-15; Román, J.D., (1990), Análisis del campeonato del mundo junior Galicia 89, Xunta de Galicia, Santiago, pp. 192-199; Kuchenbecker, B., (ed.), (1977), Hallenhandball Abwhersysteme, Verlag Bartels&Wernitz, Berlín, pp. 75-84; Mraz, J., y Schädlich, G., (1977), Hallenhandball, Teil 2: Zum Abwehrverhalten, B&W, Berlín, pp. 135-142, y 152-154. Mikkelsen, L. C., (1979), Handbold, Clausen Bøger, Aschehong, Copenhague, pp. 149-150. 9
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B
A
C 7
3 D
E
4
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2
F
FIGURA 0
Aunque no es el objetivo de esta ponencia, algunos de los aspectos que podemos destacar sobre cómo atacar este sistema defensivo serían los siguientes: •
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Debe valorarse que los errores se concentran más en las proximidades de 6 metros (56%, García Herrero, 2003), y en una buena parte en los cambios de oponente, seguidos de acciones 1x1 aunque en muchos casos después de una circulación previa y el defensor llegar tarde, orientarse mal, etc. Situar a los extremos abiertos para aprovechar la anchura que se pierde en la defensa. Si los extremos circulan y abandonan sus puestos, debe mantenerse la anchura por parte de otros, bien por el primera línea de la zona abandonada o el pivote que permuta por el interior y ocupa ese espacio. El pivote, en consecuencia, puede sustituir a extremos, actuar entre líneas apoyando a los primeras líneas realizando pases y va en los intervalos, en general con trayectorias curvilíneas, más frecuentes los desplazamientos con trayectorias contrarias a la dirección del balón. Si el pivote no fuera suficientemente eficaz se pueden intercambiar los puestos previamente para que cada jugador finalice en su zona eficaz. Conviene igualmente jugar con cierta asiduidad con dos pivotes de forma alternativa. También el pivote debe hacer coincidir sus salidas con circulaciones de otros –por ejemplo el extremo más alejado del balón y del campo visual de los defensores o el lateral más alejado-, por detrás y por delante del avanzado. Otra idea importante es tratar de crear simultánea o sucesivamente un problema por fuera y otro por el interior de la defensa, de tal forma que se dificulten mucho más los cambios de oponentes entre defensores de ambas líneas. En este sentido, Las circulaciones de jugador con trayectorias contrarias, y alternándolas por delante y por detrás de los defensores aumentará la problemática defensiva. Situaciones 2x2 con pivote o con el extremo en circulación (Croacia, Noruega, Suecia, últimamente también mucho España), sin o con circulaciones previas. La circulación de balón es muy importante que se realice con variedad y riqueza, combinando juego por la periferia-juego interior, además de los obligados cambios de ritmo y de sentido, pases a no colindantes, pases indirectos al interior y pases a jugador en circulación en sentido contrario.
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Juego de desdoblamientos a través de circulaciones de los primeras líneas (Alemania con frecuencia los centrales), creando dudas al avanzado sobre el espacio o zona de su responsabilidad, incluyendo los desdoblamientos falsos10. Si los primeras líneas utilizan cruces, parecen más recomendables los iniciados por los laterales actuando como beneficiario el central –eludir zona del avanzado y buscar soluciones hacia los lados-, o bien encadenar dos cruces –aumentando el trabajo del avanzado-, más que con uno solo, a no ser que esté apoyado de forma encadenada por bloqueos del pivote al avanzado –se trata de aumentar los problemas al avanzado-. En la misma línea, parece adecuado el uso de permutas encadenadas con cruces, al modo del juego yugoslavo más arriba mencionado. En el juego de circulaciones y desdoblamientos ocupa un lugar importante el concepto de juego indirecto –crear un problema con la movilización defensores que implica el desdoblamiento a una zona, para llevar el balón a la otra, y posteriormente cambiar de espacio el jugador y el balón, es decir, la conocida ley de aglomerar por un lado y liberar por otro-. En consecuencia, polivalencia de jugadores, dominando varios puestos.
Es evidente que entre todos estos conceptos hay algunos más sencillos y otros más complejos, y cada entrenador debe adaptar a su equipo y jugadores lo más conveniente en cada caso. Como es lógico, es un error entender que todos los equipos deben atacar a la defensa 5:1 con los mismos medios. Algunos de estos conceptos son más modernos y otros más antiguos, lo que en ningún caso debe entenderse como menos eficaces. A lo largo de la historia ha sucedido en muchas ocasiones que se retoman aspectos que en otras épocas precedentes ya fueron aplicados.
3. METODOLOGÍA PRÁCTICA ESPECÍFICA. Para emprender la tarea de utilizar procedimientos de ataque a través de juego circulante se hace necesario un trabajo a largo plazo que obliga a cumplir ciertos pasos metodológicos no fáciles de adquirir a corto plazo. La metodología específica de trabajo parte del aprendizaje de las circulaciones simples de jugadores, resaltando que éste es indisociable del trabajo relacionado con las circulaciones de balón, puesto que el factor “momento de intervención” debe ajustarse a la situación de balón en todas las circunstancias. Por consiguiente, el primer eslabón de aprendizaje sería el dominio de las circulaciones de balón. A ello hay que añadir un gran trabajo de base sobre la organización y estructuración del espacio, apreciando las distancias e intervalos, y las trayectorias del balón. De tal modo que los pasos metodológicos quedarían como sigue: 3.1.
Trabajo de aspectos básicos previos :
3.1.1. Organización y estructuración del espacio: + Adaptación y ajuste del propio movimiento a la distancia. • Momentos y distancias diferentes. + Apreciación de las distancias e intervalos entre defensores durante el propio desplazamiento.
• Carreras seguidas de paradas y equilibrios.
Véase para mayor información, Antón, J., (2000), Nuevas tendencias en el desarrollo de los sistemas de ataque: las transformaciones falsas, en Balonmano: Perfeccionamiento e investigación, INDE, Barcelona, pp.147-163. 10
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• Carreras curvilíneas o rectilíneas. • Carreras en zig-zag con obstáculos.
+ Apreciación del balón durante el desplazamiento.
• De las trayectorias del balón. • De las velocidades del balón. + Apreciación de la propia velocidad durante el desplazamiento.
• Cambios de ritmo. • Aceleraciones, deceleraciones. 3.1.2. Pases a jugador en movimiento. + Valoración de sus trayectorias (acercándose o alejándose) + Evitar mirar de forma directa al potencial receptor. + Utilizar pases picados –al bote-, de impulsión sin armado, de “toque” sin recepción completa previa. + Al jugador que se desplaza por delante o por detrás del poseedor. + Concepto de pase “al espacio”, y no al jugador. 3.1.3. Recepción del balón en carrera. + Balón que viene de frente al receptor. + Balón que se recibe por detrás. + Balón que se recibe de lado. 3.2.
Forma básica en dispositivo de ataque.
Aunque la circulación de jugadores responde al objetivo general de sorprender al adversario en otros espacios y, por tanto, una realización adecuada lleva consigo la necesidad de que existan esos defensores, es posible iniciar la progresión sin oposición, pero habrá que utilizar la situación pedagógica inicial de introducir obstáculos que determinen lugares ocupados, de los cuales derivan los espacios donde desmarcarse, fijar o movilizar a defensores, y apoyar al compañero. La realización de esta actividad inicial sin oposición pero con obstáculos tiene la ventaja de favorecer la concentración de los ejecutantes sobre las diferentes circulaciones individuales y sus objetivos, eliminando problemas tácticos, pero al mismo tiempo tiene el inconveniente de que mecaniza acciones de juego de tal forma que no siempre puede darse en la realidad de un encuentro, por lo que habrá que pasar en poco tiempo a situaciones pedagógicas que lleven consigo defensores. Así tendremos los siguientes niveles generales de complejidad:
A) Sin oposición real, pero con obstáculos, incluso en mayor cantidad que el número de oponentes normal, colocados en sitios distintos y variando su ubicación. (Por ejemplo, colocar 10 ó 12 estafetas, conos o sillas de señalización que hagan las veces de oponentes estáticos). B) Con oposición real en inferioridad numérica simple, y máxima actividad (6 contra 5) C) Con oposición real en igualdad numérica y semiactivos. D) Con oposición real en igualdad numérica y actuando los defensores con variabilidad en cuanto a la intensidad y presión defensiva (unos defensores actúan con presión, otros sin ella; el mismo defensor varía su intensidad y distancias de aproximación al oponente directo; etc.). Progresando en estos niveles de complejidad y partiendo inicialmente de un dispositivo de ataque 3:3 se realizarán las siguientes actividades escalonadas:
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3.2.1. Realización de circulaciones individuales de desmarque a espacios libres.
• Desde diferentes puestos específicos (extremo, lateral, central). • Prestar atención a las bases técnico-tácticas individuales señaladas. • Utilización de diferentes variables en cuanto a la trayectoria empleada, los momentos y lugares de intervención.
• En todos los casos, los compañeros deben ajustar el momento de pase al momento y lugar
de desmarque del que circula. • Al principio, designando el jugador que circula, y posteriormente dejando libre la iniciativa, con lo que pueden darse dos iniciativas simultáneas que habrá que coordinar variando la carrera para no ir al mismo espacio. 3.2.2. Realización de circulaciones individuales de apoyo ante circunstancias de presión defensiva sobre diferentes zonas.
• Mismas pautas anteriores, pero condicionadas por la acción de presión (disuasión y acoso) realizada sobre un jugador determinado.
• En cualquier caso, reforzar el encadenamiento de circulación de apoyo con acción de penetración individual con balón del jugador que circula en el nuevo espacio.
• Igualmente, encadenar la circulación de apoyo, recepción con nuevo desmarque, ayudas directas al poseedor (bloqueos) u otros medios tácticos básicos en el nuevo puesto (cruces, pases y va, cortinas, etc.). 3.2.3. Realización de circulaciones individuales de movilización en beneficio de compañero.
• Mismas pautas anteriores de puntos 4.2.1. y 4.2.2., pero con la intervención inmediata del poseedor hacia la zona de fijación.
• Encadenar circulación de fijación-desmarque, o circulación de fijación-apoyo externo. 3.2.4. Realización de circulaciones dobles.
• Combinación de las diferentes posibilidades por los dos protagonistas: desmarque y apoyo, apoyo y desmarque, fijación y desmarque, fijación y apoyo, etc.
• Inicialmente circulaciones sucesivas para ajustar la intervención del segundo a la del primer protagonista.
• Trabajar las diferentes alternativas de circulaciones sucesivas. • Posteriormente, las circulaciones simultáneas, fijando previamente a los protagonistas, y evitando así la coincidencia espacial.
• Hacer hincapié en cualquier caso en la circulación equilibradora que respete el principio de equilibrio en la ocupación espacial colectiva.
• Finalmente insistir en el encadenamiento con otros medios básicos tácticos colectivos en los nuevos espacios. 3.3. Perfeccionamiento y estabilización. Los niveles de complejidad en esta fase del aprendizaje son similares a los expuestos en la circulación de jugadores, con ligeros matices:
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A) Con oposición en igualdad numérica e intensidad máxima. B) Variabilidad en la puesta en práctica de intenciones defensivas en distintos puestos (acoso mayor o menor, disuasión sobre unos oponentes u otros, interceptación). C) Variabilidad en los perfiles del sistema defensivo que realizan la oposición. D) Insistencia en el encadenamiento de circulaciones de jugadores variadas con otros medios tácticos en los nuevos lugares. E) Trabajo en inferioridad numérica atacante que obligue a la frecuencia en las circulaciones de jugadores para encontrar nuevas vías de penetración (carga física superior). F) Desarrollo en encuentros amistosos y oficiales. 3.4.
Metodología específica con circulaciones complejas.
El desarrollo de las circulaciones complejas presupone asumir un concepto de juego circulante y obliga al requisito previo de dominio de aspectos básicos de las circulaciones de jugadores simples. Ello obliga al dominio de dos aspectos fundamentales: a) La variedad de desplazamientos y trayectorias, y la recepción y manejo de balón durante el desplazamiento, desde el punto de vista técnico; y b) Los principios colectivos de equilibrio en la ocupación espacial y mantenimiento de los puestos, desde el punto de vista táctico. Estos dos grandes aspectos son el punto de partida para afrontar correctamente el aprendizaje y entrenamiento de las circulaciones complejas. Junto a ello, el jugador ha debido ser sometido previamente, durante el proceso de aprendizaje, a las adaptaciones técnico-tácticas correspondientes a los distintos puestos específicos. Afrontamos el proceso metodológico como sigue: 3.4.1. Desarrollo globalizado. Como hemos indicado, las actividades en esta fase se orientan a prácticas conducentes a trabajos de equilibrios espaciales en situaciones simplificadas geométricas, tales como triángulos o cuadrados. En estas disposiciones, realización de distintos ejercicios de pase y recepción en carrera, unidos a fintas de desplazamiento o de pase, cambios de ritmo y dirección sin y con balón, permutas de espacios fuera de los puestos específicos o en puestos específicos. No habrá que olvidar la integración de lanzamientos durante las distintas actividades. En esta fase, en términos generales el trabajo se realizará sin oposición o con oposición pasiva, que puede ser sustituida por estafetas o conos de señalización. Sobre la base anterior consideramos las siguientes situaciones pedagógicas: Determinar previamente el jugador o jugadores que circulan. Posteriormente permitir libre iniciativa. Variabilidad en la actividad técnico-táctica del jugador que circula durante el propio recorrido. Variabilidad en la circulación del balón independientemente del jugador que está circulando. Variabilidad en las finalizaciones. 3.4.2. Desarrollo básico analítico en el dispositivo de ataque. En esta segunda fase introducimos trabajos analíticos partiendo de grupos de 3 jugadores en el puesto específico, que posteriormente vamos aumentando a 4, 5 y 6 jugadores utilizando 1 ó 2 pivotes. Desde esta perspectiva general de progresión realizaremos los siguientes modelos de ejercicios y actividades:
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D
F
2
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D
F
2
1
2
3
1 4 B
B
Figura 1.-
Figura 2. E
E
D
D 2
F
F
3
E
2
3
E
F
F
1
1
2
2 1
1
B
B
Figura 3.
Figura 4.
D
D F
F
4 F
F
3
1
3
1 2
2 3
C
A
Figura 5.
Figura 6.
E 3 1 A
Figura 7.
C
A
2
1
3
A 2 B
C
A
Figura 8.
B
2
C
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Con un primera línea y dos extremos, realizar circulaciones de estos, combinando por el interior y el exterior, por iniciativa propia o en función de la defensa (figura 1).
Idéntica situación de base anterior, pero combinando las circulaciones sin y/o con cortina o
cruce previo con el primera línea que se desplaza hacia la zona previamente (figura 2). Introducir un pivote, y empieza a circular el extremo del lado del pivote (figura 3). Idéntico trabajo, con pase discrecional al pivote por parte del primera línea o del jugador que circula (figura 4). Introducción de paradas y cambios de dirección del jugador que circula, atendiendo a respuestas defensivas y los espacios resultantes. Introducción de 2 primeras líneas que actúan como laterales, pero ocupan con variabilidad su espacio en todas las posibilidades de anchura. El momento de la circulación se concreta cuando el primera línea del lado correspondiente utiliza trayectorias cercanas al extremo (figura 5). En la situación anterior, circular por iniciativa del extremo (pasar y seguir), o del lateral (invasión del espacio por cortina o cruce). En cualquier caso, cuando recibe el lateral del lado contrario, insistencia en los cambios de sentido en la circulación del balón, doblando pases entre laterales o hacia el pivote, y de forma alternativa con el pase al jugador que circula (figura 6). Con tres primeras líneas exclusivamente, realización de “8” a partir del central, y finalizando con lanzamiento, dobles pases o penetraciones sucesivas y adaptaciones (figura 7). Misma situación anterior, pero los jugadores se desplazan un puesto hacia la izquierda o la derecha, de tal forma que se alternan “8 en 1ª línea” y “8 por el extremo”, en ambos lados. Misma actividad, pero situando a un pivote en una u otra zona, que determina la zona de iniciación (figura 8). El pivote colabora realizando bloqueos ante los jugadores “respuestas” de los cruces o cortinas. Idéntico trabajo, realizado con extremos en sus puestos que intervienen circulando o no, dependiendo de quién tome la iniciativa. La circulación de balón debe adquirir variabilidad, independientemente de las trayectorias utilizadas. Combinar la circulación “en 8 en 1ª línea”, con “8 en 2ª línea”, y “8 por el extremo”. Idéntica situación anterior, alternando circulación interior de los extremos. Circulación libre.
En esta fase hemos ido integrando progresivamente distintos modelos de circulaciones y el jugador ha ido adaptándose a diferentes respuestas. Los oponentes deben estar presentes prácticamente en todas las actividades, aunque en algunos momentos actúen de forma semiactiva. De este modo, la circulación de balón se rige por las respuestas defensivas y no adquiere formas premeditadas. Del mismo modo, el jugador adopta los recorridos que corresponden a los espacios libres resultantes que varían en todo momento. 3.4.3. Fase de perfeccionamiento e integración en el sistema de juego. La última fase de aprendizaje se basa en dos aspectos fundamentales: la intensidad y variabilidad defensiva, y el encadenamiento de otros medios básicos a partir o durante la circulación compleja realizada. De este modo, plantearemos situaciones como las siguientes:
Circulación “en 8 en primera línea”+penetraciones sucesivas+bloqueos; Circulación “en 8 por el extremo”, iniciando hacia el centro, y encadenando pase y va,
permutas entre lateral y extremo contrario, o bloqueos del extremo que se integra en el “8” después; Permuta en 1ª línea+circulación “en 8”+bloqueo; Etc.
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4. ANÁLISIS DE MEDIOS O ALTERNATIVAS TÁCTICAS QUE PUEDEN CREAR PROBLEMAS O DESEQUILIBRAR EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DEFENSIVO. 1.1. En la circulación de jugadores. a) Circulaciones de B hacia el interior cuando los laterales reciban el balón (figura 9). b) Circulación del central por detrás de los laterales ante trayectorias de estos hacia el centro (respuestas en cruces o no, simplemente como equilibrio) (figura 10) c) Circulaciones del pivote entre líneas o por delante del avanzado con trayectorias curvilíneas partiendo de zonas alejadas al balón cuando el balón lo reciban los laterales y se produzca la disuasión del avanzado. d) Circulaciones de los laterales hacia el eje del dispositivo. e) Circulaciones coordinadas sucesivas central-pivote (figura 9), pivote-extremo. f) Coordinar trabajos de cambios de puestos en primera línea con circulaciones de los segundas líneas.
Figura 9.- Circulación individual del central al interior un instante antes de producirse la disuasión, al recibir el lateral.
Figura 10.- Trayectoria amplia por detrás de los laterales para evitar la disuasión o dificultarla, al margen de recibir o no en el cruce.
5. EJEMPLOS DE PROCEDIMIENTOS TÁCTICOS A TRAVÉS DE JUEGO CIRCULANTE ANTE SISTEMA DEFENSIVO 5:1.
Figura 11
F
D
6
2
2
3
4
E
4 3
3
5
7
1
C
A
2‐3 B
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Figura 11.- El primer ejemplo de procedimiento táctico complejo que exponemos es uno de los más sencillos, pero de probada eficacia. Se trata de combinar una acción de cruce lateral central que se aleja del eje del terreno –avanzado- (problema creado por fuera en la periferia de la defensa), al tiempo que la segunda línea crea otro problema interior a través de un desplazamiento sucesivo del pivote –situado inicialmente en el lado contrario del lugar del cruce- y del extremo alejado del balón, por medio de una circulación doble sucesiva convergente: primero actúa el pivote intentando desmarcarse hacia el exterior, al espacio por detrás del lateral defensor de la zona de conflicto, y si no lo consigue es porque moviliza por arrastre lateral al defensor central hacia esa zona, liberando en gran medida el espacio central del sistema defensivo, circunstancia que aprovecha el extremo alejado con su circulación inmediata, al estar situado fuera del campo visual fundamental de los defensores y de su foco de intervención. Evidentemente, un buen desarrollo del procedimiento implica alternar las posibilidades de finalización: pase al pivote, al extremo en circulación, lanzamiento a distancia en su caso del lateral inicial poseedor tras finta de pase y con cruce falso, posibilidad de finalizar en juego 1x1 en el lateral del extremo no ocupado aprovechando la diferencia de envergadura en el nuevo emparejamiento, etc.
Figura 12
6
D
F
2
2
E
5
FIGURA 17 7
7
3
4
3
7
A
2
1
C
B
Figura 12.- En la misma línea que el anterior, en este procedimiento se combina una circulación “en 8” en primera línea (doble cruce central-lateral-lateral) –problema sucesivo que se le crea al avanzado- y simultáneamente otro problema en la segunda línea por medio de una circulación doble divergente sucesiva, en la que el pivote, situado inicialmente a la altura del penúltimo, trata de movilizar a su par arrastrándolo hacia el exterior, de lo que el extremo izquierdo se aprovecha intentando penetrar en el posible espacio creado entre lateral y central del sistema, teniendo en cuenta que es muy probable que el central haya salido hacia 9 metros para proteger y ayudar al avanzado. Como en todo procedimiento correctamente planteado, las soluciones son variadas: posibilidad de lanzamientos a distancia, especialmente de C, pase a F en su circulación, devolución a B en su nuevo puesto que lanza, cambio el sentido del pase de C hacia A que juega 2x2 en el lado derecho…
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Figura 13
D
F 6
2
4
3
5
4
E
2
5
7
2
1
A
2
3
C
B
Figura 13. Procedimiento táctico en el que se combina un apoyo entre líneas del pivote a la primera línea realizando un pase y va con un lateral con la circulación simultánea del lateral contrario al interior del dispositivo defensivo y la búsqueda de anchura del central sobre el espacio del lateral abandonado –eludiendo el eje central donde se ubica el avanzado-. Como siempre, el ajuste espacio-temporal de la intervención de los protagonistas es fundamental. El lateral C debe iniciar su trayectoria al interior primero hacia la derecha –lado contrario de la zona de balón- para fijar a su par a distancia y ampliar el espacio interior cercano al eje, y debe hacerlo coincidiendo con el momento en que el pivote realiza su apoyo entre líneas atrayendo al defensor central hacia afuera, para posteriormente de forma inmediata dirigirse al eje central y al interior siendo apoyo del lateral izquierdo, del lateral derecho –central original-, o jugar un 2x2 con ese lateral nuevo que procede del central. Deben variarse las soluciones atendiendo a las reacciones defensivas. Figura 14. Procedimiento táctico utilizado con frecuencia por el equipo nacional alemán que obliga a un desplazamiento más largo del pivote por delante del avanzado y saliendo desde fuera de su campo visual. Con balón inicialmente en el central que después de cambiar de dirección llevándose algo al pivote al lado contrario, realiza un cruce con el pivote que sale desde una situación abierta interior entre primero y segundo de la defensa. Posteriormente el pivote se cruza con el lateral izquierdo, mientras el central ha continuado su circulación al interior. Después de pasar al lateral izquierdo, el pivote cambia de nuevo de dirección y se desplaza por detrás del avanzado y por delante del central hacia el eje del terreno, coincidiendo con el desplazamiento del central inicial –ya situado en el pivote- que lo hace por el interior y por detrás del central defensivo, intentando aumentar el problema al central defensor –un atacante va por detrás y el otro por delante-. Las soluciones variadas ya comienzan con el primer paso, pues la trayectoria de C, inicialmente hacia la zona del cruce, cambia para dirigirse hacia fuera, y B, ante la observación de que el defensor 3 acompaña al pivote en su salida, finta el pase a E, y acaba pasando a C que consigue penetración o superioridad en zona. Si el balón lo recibe E en el cruce inicial siguen apareciendo diferentes
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soluciones sucesivas: devolución del pase de A hacia E o sobre B en su desmarque interior, pase de A hacia el otro lado y C conecta con el pivote que ha cambiado de dirección, etc. Figura 14
F
D
6
2
E
3 5
4
B
4
3
7
2
FIGURA 17.8. 1
3 C
A
B
Figura 15
F
D
6
2
4 E
5
3
3
4
7
2
C A
B
1
3
Figura 15.- Procedimiento que combina cambios de puestos en primera línea y en segunda línea –problema simultáneo por el exterior y por el interior de la defensa-. Se inicia con el balón en el central que realiza una permuta con el lateral izquierdo pasando el balón a C. El lateral derecho cambio de dirección y se dirige al centro alargando su trayectoria, a lo que A –situado ya en B- responde con un cruce en zona fuera del avanzado. La llegada de A a la zona de C coincide con una trayectoria del extremo D por delante de la defensa para dificultar la salida de 3 o crear dudas –cortina-, mientras que E se desplaza por detrás de la defensa hacia el exterior al extremo abandonado. Las soluciones deben estar abiertas: finta de pase de C sobre
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A en el cruce –cruce falso- y ante la basculación defensiva –sobre todo si 7 se va hacia esa zona- pase al otro lado sobre B –iniciador de la permuta- y juego 2x2 en esa zona. Por supuesto, también lanzamiento a distancia de A en C, pase de éste a D ya situado de pivote o hacia E en su desplazamiento hacia el exterior. Para una mayor eficacia es recomendable situar inicialmente a los jugadores pivote y extremo –en el gráfico el derecho- intercambiados, de tal forma que cada uno de ellos acabe en aquel puesto donde es más especialista.
E
D
Figura 16 6
2
F E
5
1
4
A
3
2
7
3
C A
4
B
Figura 16.- Este procedimiento es algo más original de lo que habitualmente estamos acostumbrados, entre otras cosas porque parece ir en contra de ciertos principios de equilibrio en la formación o de las bases que hay que conservar al realizar circulaciones, aunque en realidad no sea así. Pero además sigue otros. Nos referimos a uno de los principios más antiguos y conocidos del juego colectivo, como es la aglomeración de defensores en una zona y liberación de espacios en la contraria, o también conocido como el principio de recarga y liberación. Exige al menos un buen lanzador a distancia que sea capaz de conectar con facilidad y habilidad con los pivotes, y por otro lado un jugador que tenga buena capacidad de penetración y velocidad de desplazamiento. Se trata de realizar una doble circulación sucesiva, primero por parte de un extremo e inmediatamente el lateral del mismo lado hacia zona contraria, de tal forma que ambos se dirigen de manera casi simultánea –uno un poco después del otro- hacia la zona del lateral lanzador a distancia –en el gráfico el lateral derecho-. Con balón en A el extremo inicia su circulación hacia el lado contrario –en el gráfico vemos que el extremo lleva la letra E porque es también conveniente que el pivote del equipo inicie en ese puesto, intercambiando con el extremo real su puesto-, siempre partiendo desde el lado donde se sitúa inicialmente el pivote entre último y penúltimo defensor. Después de recibir A, pasa a B al tiempo que también inicia su circulación después del pivote y por detrás del avanzado para crearle dudas y fijarlo hacia atrás. Al recibir B pasa el balón a C e inmediatamente realiza una circulación equilibradora hacia el puesto de A abandonado. El lateral C tiene opción de lanzar a distancia, aprovechando la posible pantalla de E y A en su beneficio, pasarle a cualquiera de ellos en función de la actuación de defensores, o atendiendo a la basculación segura de 4 y la muy probable de 5 y de 7, pase el balón al otro lado para la
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penetración de B, ya situado en A. Justo en el momento de producirse este último pase, F – situado en el pivote inicialmente como hemos dicho- se desplaza hacia el exterior por detrás de 6 y facilita la penetración de A o la explotación de la superioridad numérica en esa zona. Es muy importante que F se mantenga en el espacio inicial designado hasta que el balón se haya pasado desde la otra zona –fijación estática de 6-, pues de lo contrario puede inducir a 6 a realizar una interceptación en el pase C-B. Vemos igualmente en el gráfico que C puede, después de ir a la teórica suspensión, pararse y cambiar de trayectoria para jugar 2x1 en el extremo de su zona. 6. OBSERVACIONES FINALES. No queremos finalizar este trabajo que presentamos sin subrayar unas observaciones finales que son las siguientes: 1. A pesar de los procedimientos aquí presentados, conviene subrayar que el juego circulante siempre será más complejo que el posicional, y sin jugadores apropiados, más difícil de obtener eficacia. 2. En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, cada procedimiento que apliquemos exigirá un proceso largo metodológico de aprendizaje para su puesta en práctica, en el que habrá que considerar las capacidades de los jugadores. 3. En tercer lugar, recordamos de nuevo que estos procedimientos ni son los únicos ni son necesariamente los más adecuados para atacar el sistema defensivo del que aquí hemos hablado. En la adecuación a nuestro estilo, en la potencialidad de nuestros jugadores, así como en la creatividad e imaginación de cada uno está encontrar los caminos adecuados en cada caso y en cada equipo. 4. Lo más importante es siempre el análisis de los conceptos, tanto de los propios de ataque como los del funcionamiento táctico del sistema del adversario. Una vez analizados los conceptos, se trata de estudiar caminos que desarrollen esos conceptos, utilizando los medios tácticos adecuados y sus combinaciones en las zonas fuertes propias y en las débiles del rival. A partir de ahí pueden surgir tantos procedimientos como equipos pueden haber. 5. El nivel de desarrollo evolutivo técnico-táctico de cada equipo determinará de este modo el nivel de complejidad de los procedimientos tácticos que se puedan usar en cada caso. Una inadecuación a ese nivel de desarrollo solo nos lleva a la simple imitación o plagio de otros, que es el origen de muchos fracasos. Sin duda, hay otras formas de jugador más sencillas, que pueden obtener según los casos más eficacia, pero una situación más compleja no debe interpretarse como una forma de juego barroca, sino como algo que exige más nivel en los jugadores, y como una más que se puede utilizar cuando cada entrenador le parezca conveniente.
Referencias bibliográficas ANTÓN,
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