John Dewey, individualismo y democracia: Juan G. M
Short Description
Download John Dewey, individualismo y democracia: Juan G. M...
Description
Foro Interno
2009, 9, 11-42
ISSN: 1578-4576
John Dewey, Dewey, individualismo y democracia *
Juan G. MOrN
Manuscito oiginal eciido: 30 de ail de 2009. Aceptado: 18 de septieme de 2009.
RESUMEN
La filosofía pagmatista noteameicana ha adquiido en estos últimos tiempos una gan elevancia. En ese contexto destaca paticulamente la figua de John Dewey. A pati de la eciente eciente pulicación pulicación en lengua espaola de dos de sus oas de filosofía social y política más significativas — Viejo y nuevo individualismo y La opinión públiindividualismo, el liealieaca y sus problemas —, este taajo epasa sus ideas soe el individualismo, lismo, la comunidad, la opinión púlica y la democacia, sin pede nunca de vista su petinencia petinencia paa los polemas y desafíos de nuestos días. PALABRAS CLAVE
John Dewey, pagmatismo, individualismo, comunidad, democacia, Estados Unidos. ABStRACt
In ecent times Noth Ameican pagmatist philosophy philosophy has acquied geat elevance, and the figue of John Dewey stands out especially. Two of his majo woks on social and Individualism, Old and New New and The Public and Its Problems — politica politicall philosop philosophy hy — Individualism, wee ecently pulished in Spanish. This pape eviews his ideas aout individualism, liealism, community, pulic opinion, and democacy, with an eye to thei elevance fo the polems and challenges of ou time. KEY WORDS
John Dewey, pagmatism, individualism, community, democacy, United States. Este taajo se inscie en el poyecto de investigación FFI2008-05931/FISO del Ministeio de Ciencia e Innovación. *
Juan G. G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
EStELA A DEL DEL RENA RENACE CER R PRAgMA PRAgMAti tiSt StA A : LA RELEV RELEVANCiA ANCiA ACtUAL ACtUAL DE JOhN DEWEY EN LA EStEL
Cuenta una conocida anécdota que cuando William James, el ya entonces eputado filósofo pagmatista noteameicano, llegó a Euopa en 1901 paa impati un ciclo de confeencias, solía comena éstas pidiendo disculpas a sus oyentes po lo que consideaa consideaa un acto tan pesuntuoso. Pues, según aducía, paa paa los filófilósofos ameicanos no haía nada más natual que escucha mientas los euopeos halaan, siendo así que la costume invesa de hala y que los euopeos escuchaan no la haían desaollado todavía, si ien acaaa expesando su deseo de que esto último ponto se convitiea en algo haitual. Si James levantaa la caea un siglo más tade, algo poco poale en pesona de tan econocido uen gusto, seguamente se sopendeía al compoa hasta qué punto su deseo se ha visto cumplido. Y es que ien puede decise, sin temo a exagea, que en Euopa se ha geneado una especie de fascinación po la filosofía noteameicana; más concetamente, po aquella coiente que le ha dado su más oiginal e influyente imponta: el pagmatismo. Cae imagina que la eacción inicial de sopesa de James se veía de inmediato acompaada po la de su satisfacción, soe todo si tenemos en cuenta que esta favoale acogida que los euopeos dispensan hoy día a la filosofía pagmatista noteameicana no sólo dista de hae sido la haitual, sino que a teno de lo que algunos han dado a entende, tal paece que antes ha deido supea cietos escollos y deja atás soados ecelos. Esto es al menos lo que se puede colegi de las palaas de Jügen Haemas, uno de los actuales y más enomados valedoes euopeos del pagmatismo noteameicano, noteameicano, cuando afima afima que “hasta en Alemania, el témino témino ‘pagmatismo’ ha dejado de se un insulto y se ha convetido en una cualificación positiva” 1. Sea como fuee, el caso es que la antao denostada filosofía pagmatista noteameicana ha acaado aiéndose aiéndose camino —po más que no se tataa pecisamente de un camino de osas— a la ota oilla del Atlántico, como dejan enteve, a modo de mojones que sealan este favoale camio de umo, las ecuentes apelaciones a los nomes de Chales S. Peice, William James, John Dewey, Geoges H. Mead y otos pagmatistas clásicos ya conocidos, a
Jügen HAbErMAS, “John Dewey, The Quest for Certainty”, en Tiempo de transiciones, tad. de rafael de Agapito Seano, Totta, Madid, 2004, p. 165. Paa una especie de cónica en tono a los malentendidos, tegivesaciones e incompensiones de que ha estado salpicada la tu ulenta histoia de la ecepción del pagmatismo noteameicano noteameicano en Alemania, Alemania, véase: Hans J OAS, “El pagmatismo ameicano y el pensamiento alemán”, en El pragmatismo y la teoría de la sociedad, tad. de Ignacio Sánche de la Yncea y Calos rodígue Lluesma, Cento de Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI, Madid, 1998, pp. 109-139. 2
Foro Interno
2009, 9, 11-42
12
Juan G. G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
quienes han ido sumándose los nomes cada ve más familiaes de neopagmatistas contempoáneos como richad roty, richad benstein, Hilay Putnam, Athu Danto, Nancy Fase o Conel West West ente otos. Po más que pueda cifase en las décadas ochenta y noventa de la pasada centuia este “esugimiento del pagmatismo”, tal como ya fuea osevado en su día po richad benstein 2, lo cieto es que desde entonces acá dicho esugi no ha hecho sino da muestas de una mayo pesencia y consolidación 3. ¿A qué puede deese esta enacida y ceciente vitalidad del legado pagmatista? ¿Cuál podía se la clave explicativa de su actual atactivo y elevancia? Sin pejuicio de que puedan se alegadas ota seie de aones, me siguen paeciendo atinadas las aducidas en su día po Conel West en su valiosa contiución a la eevaluación de la tadición pagmatista: The distinctive appeal of Ameican pagmatism in ou postmoden moment is its unashamedly moal emphasis and its unequivocally amelioative impulse. In this wold-weay peiod of pevasive cynicisms, nihilisms, teoisms, and possile extemination, thee is a longing fo noms and values that can make a diffeence, a yeaning fo pincipled esistance and stuggle that can change ou despeate plight 4.
Diíase, en esumidas cuentas, que huiean caído en saco oto las cautelas adoptadas en su día po Chales Peice, comúnmente consideado el fundado del pagmatismo noteameicano además de acuado del témino, cuando cuando afimaa
richad bErNSTEIN, “The resugence of Pagmatism”: Social Research, vol. 59, n.º 4 (1992), pp. 813-84 813-840. 0. 3 Paa una descipción más actualiada aceca de los fuctífeos desaollos popiciados po este enovado inteés en el pagmatismo, véase James T. K LOPPENbErG, “Pagmatism: An Old Name fo Some New Ways Ways of Thinking?” Thinking?”,, en Mois DICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism: New Essais on Social Thought, Law, and Culture, Duke Univesity Pess, Duham, 1998, pp. 83127. Paa una uena muesta dento del popio panoama filosófico espaol aceca de la pesencia y consecuencias del llamado “gio pagmatista”, véase Luis A rENAS, Jacoo MUñOz y ngeles J. PErONA (eds.), El retorno del pragmatismo, Totta, Madid, 2001. 4 [El atactivo tan paticula del pagmatismo ameicano en nuesto momento postmodeno eside en su descaado énfasis moal y su inequívoco impulso constuctivo. En estos tiempos en los que pedominan los cinismos, los nihilismos, los teoismos y el posile exteminio, suge un anhelo po nomas y valoes que puedan tene alguna significación, un afán po una esistencia asada en pincipios pincipios y una lucha po pode camia nuesta desespeada desespeada situación]. situación]. Conel W EST, The American Evasion of Philosophy: A Genealogy of Pragmatism, Univesity of Wisconsin Pess, Madison, 1989, p. 4. (Hay tad. cast. de Daniel y Andea blanch en Editoial Univesidad Com plutense, Madid, Madid, 2008). 2008). Véase paa una pomenoiada, pomenoiada, contextuali contextualiada ada y sugeente sugeente pesentación pesentación de esta oa con motivo de su apaición en castellano, Gonalo M ONGE, “ La evasión americana de la filosofía, de Conel West”: Foro Interno, n.º 8 (2008), pp. 133-149. 2
13
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
que un vocalo “tan hoooso” —tales ean sus palaas, aunque a deci vedad efeidas más ien al témino “pagmaticismo”— seviía, al menos, paa ponele a salvo de posiles aptoes ante la escasa inclinación que mostaían los filósofos a llamase a sí mismos po dicho nome, haida cuenta del ceciente númeo de adeptos que lejos de hacele ascos a la etiqueta “pagmatista” manifiestan, sin ecato alguno, sentise a gusto ajo la misma. Si como se suele deci paa muesta vale un otón, no deja de esulta paticulamente ilustativa la figua de Hilay Putnam, conocido filósofo analítico otoa peocupado po cuestiones de lógica matemática, de filosofía del lenguaje y de filosofía de la mente, cuyo ulteio viaje hacia el pagmatismo puede justamente apeciase oa en una mayo atención pestada a los aspectos sociales y políticos —atención econocida de odinaio como una de las “macas de la casa” pagmatista—, oa en los camios intoducidos en su santoal filosófico, al hae ajado de la peana a autoes como Gottlo Fege, rudolf Canap o W. V. O. Quine paa coloca en su luga a Peice, Dewey y, pincipalmente, al popio James. Mas po lo que especta al luga cental que en este esugimiento viene ocupando la figua de John Dewey, dado que seá este auto quien acapae mi atención en las páginas siguientes, pocas dudas caen de que dee en gan medida su actual econocimiento al aval de un enomado miemo del establishment filosófico, consideado po muchos como el más destacado epesentante del pagmatismo en nuestos días: el ecientemente fallecido richad roty. Si ya en su tempano e influyente lio La Filosofía y el espejo de la naturaleza sealaa a Dewey, junto con Ludwig Wittgenstein y Matin Heidegge, como uno de los tes filósofos más impotantes del siglo veinte, en posteioes escitos haía ido otogándole, si cae, una mayo elevancia: ien efiiéndose tan ponto al mismo como “not only waiting at the end of the dialectical oad which analytic philosophy taveled, ut ae waiting at the end of the oad which, fo example, Foucault and Deleue ae cuently taveling” 5, ien econociendo a la poste que su “liealismo ugués postmodeno” se halla en claa línea de continuidad con el liealismo de Dewey 6.
[No sólo aguadando al final del camino dialéctico ecoido po la filosofía analítica, sino aguadando al final del camino que, po ejemplo, Foucault y Deleue están ealmente ecoiendo]. richad r OrTY, Consequences of Pragmatism, Haveste Pess, bighton-Sussex, 1982, p. XVIII. (Hay tad. cast. de José Miguel Estean Cloquell en Tecnos, Madid, 1996). 6 Véase al especto su intoducción al conjunto de ensayos ecogidos ajo el título Objectivity, Relativism, and Truth. Philosophical Papers I , Camidge Univesity Pess, Camidge, 1991. (Hay tad. cast. de Joge Vigil ruio en Paidós, bacelona, 1996). 5
Foro Interno
2009, 9, 11-42
14
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
Peo más allá de que pueda pesenta en su hae estas cedenciales otianas, seía a su ve opotuno peguntase: ¿a qué oedece este esugi po lo que atae concetamente a la figua de John Dewey?, ¿a qué se dee que aumente sin cesa el númeo de quienes eclaman su ineludile compaía en la genuina taea filosófica de “pensa nuesta popia época”?, ¿dónde, en definitiva, puede adica la clave de su actual ecepción? Vaias —y de muy divesa índole— son las aones que seía acetado pone tamién en su hae a la hoa de explica la continua atacción y la fecunda vitalidad de que vienen dando muesta sus textos e ideas. Así, y po pone tan sólo algunos ejemplos, el impotante papel desempeado en su oa po los conceptos de comunicación, intesujetividad e inteacción páctica, cuya centalidad en estos últimos tiempos en cuanto altenativa al paadigma de la filosofía de la conciencia centada en el sujeto está fuea de discusión. O su visión de las cosas como sometidas a una genuina contingencia y a un continuo poceso de camio, cuando no su defensa del conocimiento humano entendido como algo povisional, incompleto, falile y poailístico, cuestiones todas ellas que al implica un clao echao de la epistemología y la metafísica tadicionales han acaado encontando una uena acogida en desaollos teóicos más ecientes, ya sea el caso del postestuctualismo ya del postmodenismo. Otas veces es la popia pimacía otogada a la categoía de “acción”, así como tamién la adicalidad con la que aoda la inteacción e influencia ecípoca ente los conceptos po un lado de comunidad, comunicación e intesujetividad y los de democacia, opinión púlica y educación cívica po oto, las que han acaado ejeciendo un podeoso atactivo ente los patidaios de una democacia adical y paticipativa 7. Más ecientemente, la inspiación que su ideal de comunidad siempe ha hallado en el viejo modelo epulicano ha contiuido, de manea asa significativa, a eala su figua de la mano del actual revival del epulicanismo. Al mismo tiempo, y no en meno medida, otas de las aones que avalan el ceciente inteés despetado últimamente po nuesto auto tendían que ve, más ien, con su papel de intelectual púlico peocupado po los poLa excelente iogafía intelectual de roet b. W ESTbrOOK , John Dewey and the American Democracy (Conell Univesity Pess, Ithaca y New Yok, 1991), sin duda ha contiuido a extende o populaia esta imagen de Dewey como un lieal pogesista, un demócata “adical” y un fime defenso de una esfea púlica aieta y paticipativa. No ostante, de la ductilidad — po decilo de algún modo— que suyace genealmente a la oa de Dewey, ha ofecido uena muesta el popio Westook cuando, en un taajo posteio, “matia” sensilemente su posición inicial al sugei ahoa que lo que Dewey pomovió no fue tanto una “democacia paticipativa” cuanto una “democacia delieativa”. Véase al especto su “Pagmatism and Democacy: reconstucting the Logic of John Dewey’s Faith”, en D ICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism, pp. 128-140, 138 y nota 31. 7
15
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
lemas de la sociedad de su tiempo —que en uena pate continúan siendo los nuestos—, tal como ha osevado uno de sus actuales comentaistas: Anothe explanation of Dewey’s esugence may deive fom some impotant histoical paallels. Dewey’s ealy twentieth-centuy Ameica was seaching fo guidance on many polems which concen people today: polems of unemployment, homelessness, and the lack of medical sevices fo the poo; the indiffeence of the wealthy towad the poo and woking poo; the alkaniation of plualistic societies into economically and cultually statified suus; the isolation ought aout y consumeism and hype-individualism8.
Todas ellas son sin duda algunas de las aones que, lejos de agota el ico y vaiado acevo deweyano, más pueden ayuda a explica la viva pesencia de nuesto auto en la “convesación” que la comunidad filosófica tiene planteada en nuestos días. Atás quedan los tiempos —las décadas que siguieon a la Segunda Guea Mundial— en que el pensamiento de John Dewey paeció condenado al ostacismo, ante el iesistile ascendiente en el mundo intelectual noteameicano de postguea de las dos coientes filosóficas llamadas a ejece una mayo influencia duante ese peíodo: el positivismo lógico y la filosofía analítica. Amas contiuyeon, qué duda cae, a socava la pujana y la poyección teóica de nuesto auto 9. El positivismo lógico poque con su pesistente empeo en que el genuino conocimiento ha de hace efeencia a elaciones o agumentos lógicos sujetos a veificaciones empíicas, así como con su consaida insistencia en que las afimaciones nomativas coesponden a emociones y sentimientos sujetivos a los que no cae concedeles el estatus de conocimiento popiamente dicho, supuso un ataque fontal a una de las pincipales petensio-
[Ota explicación del esugimiento de Dewey podía deiva de algunos significativos paalelismos históicos. La Améica de pincipios del siglo veinte que conoció Dewey se hallaa uscando oientación soe muchos polemas que peocupan a la gente hoy día: polemas de desempleo, de gente sin hoga y de falta de sevicios médicos paa los poes; la indifeencia de los icos paa con los poes y los taajadoes empoecidos; la alcaniación de sociedades plualistas en aios estatificados económica y cultualmente; el aislamiento poducido po el consumismo y el hipeindividualismo]. David L. H ILDEbrAND, Dewey. A Beginner’s Guide, Onewold, Oxfod, 2008, p. 3. El popio Hildeand egista cómo esta pujante vitalidad del pensamiento de Dewey se ha hecho extensile incluso a campos como el de la medicina, la ética medioamiental o el feminismo (pp. 207-212). 9 Soe la escasa consideación e influencia que tuvo el pensamiento de John Dewey en la ciencia política noteameicana hasta ya entados los aos sesenta —esto es, una década después de su muete—, véase el ilustativo atículo de James F Arr , “John Dewey and Ameican Political Science”: American Journal of Political Science, vol. 43, n.º 2 (1999), pp. 520-541. 8
Foro Interno
2009, 9, 11-42
16
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
nes del pagmatismo de Dewey, a sae: que los polemas nomativos concenientes a los asuntos sociales o políticos podían tata de esolvese po medio de la metodología y la investigación científicas. Esta misma petensión fue igualmente atacada más tade po la filosofía analítica, oa con su tajante exhotación a educi la tadicional peocupación de la ética y la filosofía política po las nomas, los valoes e ideales a meos juegos de lenguaje, oa al constei el análisis de téminos como bien, derecho y justicia a cómo son usados de hecho y no a cómo deeían se usados. Como al especto ha osevado con uen tino el ya citado roet Westook: by the ealy fifties, most Ameican philosophes had aandoned Dewey’s lage ethical, social and political concens fo naowe, moe igoous and pofessional pules of symolic logia and language analysis. If philosophes took an inteest in the “polems of men” it was not in the polems themselves ut in the ways people talked aout them 10.
Ya que no puede decise, cietamente, que sean pocos ni desdeales los polemas sociales, económicos, políticos y de muy vaiada índole que en estos momentos acucian a la gente, y si además susciimos la extendida opinión que insiste en atiui uena pate del actual esugimiento de Dewey —amén del elenco de aones anteiomente aducidas— a lo que de elevante y estimulante enciea su haitual modo de aoda los polemas (o po mejo deci: a su actitud intelectual ante los mismos), podemos conveni en que existen soados motivos paa congatulase po la eciente apaición en lengua castellana de dos de las oas más epesentativas de su filosofía social y política: Viejo y nuevo individualismo y La opinión pública y sus problemas 11. Pecedidas amas po sendas esmeadas y competentes intoducciones de ramón del Castillo —a quien tanto dee, dicho sea de paso, la ecepción del pagmatismo en nuestos laes—, una y ota pulicación ofecen —al igual que otas del mismo peíodo como Liberalismo y acción social o Libertad y cultu-
[Duante los pimeos aos cincuenta, la mayo pate de los filósofos ameicanos haían aandonado las gandes peocupaciones éticas, sociales y políticas de Dewey po los puzzles más estechos, iguosos y pofesionales de la lógica simólica y los análisis del lenguaje. Si los filósofos llegaan a inteesase po los polemas de la gente, no ea tanto po los polemas en sí mismos como po la foma en que la gente halaa de ellos]. W ESTbrOOK , John Dewey and the American Democracy, p. 537. 11 John DEWEY, Viejo y nuevo individualismo, tad. de Isael Gacía Adáne e intod. de ramón del Castillo, bacelona, Paidós, 2003; y La opinión pública y sus problemas, tad. de roc Filella con evisión y estudio pelimina de ramón del Castillo, Madid, Moata, 2004. 10
17
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
ra —
un puntual, opotuno y evelado diagnóstico de la cisis po la que atavesaa la sociedad capitalista noteameicana ente las décadas veinte y teinta del pasado siglo. Cisis que, como es ien saido, se saldó con la catástofe financiea de 1929 y la Gan Depesión posteio. Estos acontecimientos, al pone al descuieto la caa más amaga de ese poceso tanto de desintegación social e individual como de pédida de los vínculos comunitaios tadicionales que, desde hacía tiempo, venía caacteiando al país noteameicano, acaaían macando todo un simólico punto de inflexión en la sociedad estadounidense: mientas el individualismo extemo y la úsqueda egoísta del popio inteés caían en el descédito, enacía en su luga una aieta simpatía po la comunidad, la ayuda mutua, la paticipación y la compasión. La liteatua, el cine, el ate y otas muchas expesiones cultuales amientadas en esa época no tadaían en da cumplida cuenta de ese camio de valoes, contiuyendo al mismo tiempo, con innegale eficacia, a dale un mayo impulso. Novelas como Las uvas de la ira de John Steineck (ganadoa del pemio Pulite y más tade llevada magistalmente al cine po John Fod), películas como Mr Smith goes to Washington de Fank Capa o La diligencia del popio Fod, pintuas como las de Noman rockwell, fotogafías como las de Doothea Lange o canciones como las de Woody Guthie, po menciona a vuelapluma tan sólo algunas de esas manifestaciones cultuales más significativas, ponto se convetiían en vedadeos iconos que simoliaían ese deseo de una foma de vida más colectiva y coopeativa o, lo que vendía a se lo mismo, menos individualista y com petitiva. Sin luga a dudas contiuyeon a despeta una mayo sensiilidad social, sensiilidad que se taduciía en que una amplia capa de la sociedad noteameicana pasaa a ve con uenos ojos —o al menos no se mostaa tan enuente a acepta— una mayo intevención del goieno en los asuntos económicos o en sus vidas. Mas si taigo aquí todo esto a colación es con el fin de que podamos enteve mejo, y no pedamos de vista en lo que sigue, el contexto específico en el que deen enmacase las antedichas oas de John Dewey. Pues así sea en un egisto distinto —el conceniente en este caso al ámito filosófico— tamién ellas pueden se contempladas como expesiones o poductos cultuales cuyo telón de fondo, en claa sintonía con cuanto acao de noma, vendía igualmente dado po ese desdichado avata de la histoia noteameicana que supuso la efeida cisis de los aos veinte. Peo veámoslas con un poco más de detenimiento. (Y ojalá que puedan depaanos alguna lección de utilidad, en estos días en que las compaaciones y analogías ente la actual cisis financiea y aquella ota que condujo a la Gan Depesión son cada ve más explícitas e inquietantes). Foro Interno
2009, 9, 11-42
18
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
LA iNDiViDUALiDAD COMO UN VALOR ESENCiAL DE LA SOCiEDAD DEMOCRátiCA
Empecemos po Viejo y nuevo individualismo , oa que ecoge una seie de atículos pulicados po Dewey en los meses pevios e inmediatamente posteioes al cac del 29, futo de su peiódica contiución en el ógano de pensa lieal New Republic . Acaso no esté de más ecoda que en su condición de intelectual púlico compometido nuesto auto otogaa una gan impotancia al papel infomativo y divulgativo popio de la lao peiodística, po cuanto le pemitía tansmiti su mensaje a una audiencia mucho más vasta. De ahí que se valga de tales atículos paa da a conoce su opinión soe los más vaiados —y sin duda más candentes— asuntos políticos y sociales del momento: la guea y la pa, la poea, la eligión, la efoma educativa y social, el New Deal y un lago etcétea. Paa Dewey —y éste seá el punto de aanque de Viejo y nuevo individualismo —, el conflicto que en ese momento asolaa a la sociedad noteameicana se deía a que ésta vivía pesa de la contadicción ente sus ceencias y teoías, po un lado, y su puesta en páctica e instituciones po oto. Contadicción que venía a hundi sus aíces en una especie de antagonismo que, se podía deci, siempe haía estado pesente en la tadición noteameicana: pues si po un lado ésta se afanaa en postula el ideal de la lietad individual y de la igualdad de opotunidades paa todos, con independencia de su oigen, clase y condición, po el oto, y al mismo tiempo, no vacilaa en exalta una concepción de la industia y la economía oientada ásicamente al inteés po el eneficio pivado. Osevaa Dewey que esta contadicción se ia decantando de foma cada ve más ostensile hacia un solo lado, a medida que el culto al dineo y la exaltación del éxito cematístico impeaan po doquie, de suete que los viejos ideales de lietad, igualdad y desaollo de una auténtica individualidad que siempe haían fomado pate de la tadición y el legado noteameicanos, apaecían ahoa hasta tal punto defomados que se hacían ieconociles en el maco de esa “cultua pecuniaia” que se ia aiendo ante sus ojos: En luga del desaollo de aquellas individualidades que pofetiaa, lo que se da es una pevesión del ideal enteo de individualismo paa ajustase a las costumes de una cultua del dineo. Se ha convetido en la causa y la justificación de las desigualdades y opesiones. De ahí nuestos compomisos, así como los conflictos en los que los fines y citeios se han distosionado hasta lo ieconocile12. 12
DEWEY, Viejo y nuevo individualismo, p. 60.
19
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
En contaste con esos ideales que la vesión noteameicana del individualismo petendía segui alando como andea, el vedadeo pototipo de individuo americano que se estaa imponiendo po aquel entonces en los Estados Unidos y haía empeado a expandise po otos países se caacteiaía, más ien, po su caencia de una vedadea pesonalidad; esto es, po su despesonaliación, estandaiación y unifomidad (o po su unidimensionalidad, dicho sea con el conocido témino de Heet Macuse). Éstos vendían a se los asgos más epesentativos de ese individuo engendado en el seno del “capitalismo copoativo” que entonces se estaa desaollando; asgos que venían a pone al descuieto, una ve más, el consaido mentís que la cuda ealidad impone po egla geneal a los pegonados ideales. La pesistencia de este individualismo “económico egoísta”, como lo denomina el po pio Dewey, guiado exclusivamente po el eneficio económico pivado y cuyos citeios de valo pedominantes povendían del éxito monetaio, se eigiía así en el pincipal ostáculo paa la ceación de un nuevo tipo de individuo cuyos esquemas de pensamiento y acción viniean pemanentemente macados po el consenso, la sociailidad y la coopeación con los demás. De suete que la autocomplaciente y nacisista poclamación del “ameicanismo” como aquetipo ejempla de individualismo no dejaa de se, a fin de cuentas, más que un símolo de la ceciente cuantificación, estandaiación e indifeenciación que se ia adueando pogesivamente de la vida de la sociedad noteameicana. Ceo que se podía afima al hilo de los agumentos de Dewey, sin temo a equivocase, que duante el tan poclamado y celeado “eino del individualismo” de que hacían gala los Estados Unidos, lo que ealmente estaa teniendo luga ea el ocaso y declive de la auténtica individualidad. Que el coste de este declive entaaa además un macado componente moal, ea algo que dejaa enteve la velada cítica al American Dream contenida en el somío diagnóstico efectuado po nuesto auto aceca de esa declinante deiva que estaa siguiendo el individualismo noteameicano. En efecto, el viejo “sueo ameicano” de una vida mejo y llena de opotunidades paa todos, que tan gan impulso haía coado tas la pospeidad económica sin pecedentes expeimentada po la joven democacia noteameicana en décadas anteioes, paecía esta tocando a su fin. El ya mencionado cac del 29 y la Gan Depesión de los aos teinta supusieon la quiea de aquel clima de optimismo y confiana en el futuo que haía sugido al ampao de dicha pospeidad, al tiempo que hiieon de muete a ese oto componente del sueo ameicano — fundado po cieto en una filosofía individualista par excellence — tan emlemáticamente encanado en la exitosa imagen del “home hecho a sí mismo” Foro Interno
2009, 9, 11-42
20
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
( self-made man ). Tal ve no esulte ocioso ecoda aquí, en ese sentido, los cáusticos y coosivos ataques diigidos desde entonces conta el American Dream , como los que de foma tan expesiva como canónica podemos halla, pongamos po caso, en El Gran Gatsby de Scott Fitgeald o en Muerte de un viajante de Athu Mille. Pues lo cieto es que tanto en Jay Gatsy como en Willy Loman, sus espectivos y aquetípicos dramatis personae , caacteiados po vivi atapados en una sociedad desenfenadamente capitalista y mateialista donde paa alcana la iquea, el éxito o la fama no se epaa en noma alguna de actuación incluida la taición a los popios pincipios e ideales, pueden econocese no pocos de los asgos que aceca de esa declinante deiva del individualismo noteameicano John Dewey vislumó tan tempana como ceteamente. Así pues, ante esa situación tan acemente descita en su diagnóstico no deiea sopendenos que la necesidad de econstui, efomula e impulsa una cultua individualista de nuevo cuo, capa de hace genuinamente suyos aquellos valoes que en oto tiempo fueon encanados po la mejo vesión del viejo individualismo y que ahoa, de foma tan estepitosa, se estaan viniendo aajo, emegiea paa Dewey como uno de los polemas cuciales que la democacia noteameicana tenía planteados en aquellos días: “el polema esencial seía la ceación de un nuevo individualismo que esultaa tan significativo paa las condiciones modenas como, en su época y su contexto, lo fuea el viejo individualismo en su mejo momento”. 13 Lejos, po consiguiente, de lamentase po los uenos tiempos ya pasados o de incui en vanos ejecicios de nostalgia, nuesto auto aoga decididamente po el cultivo de un nuevo tipo de individualismo que sea capa de econduci esas fueas fagmentaias y desintegadoas a fomas más plenas e integadoas de elación social. Dicho con otas palaas, lo que está en juego paa Dewey es la confomación de una nueva clase de individuo: un individuo más eceptivo y aieto a los camios; más pepaado, en suma, paa desplega sus múltiples capacidades. La plasmación de este tipo de individuo se ha vuelto paa él, además, una taea peentoia. Pues si la confiana, la seguidad y la estailidad pesonal acostuman po egla geneal a depende de un conjunto de sólidos valoes a los que pode mosta una fime adhesión, en las cicunstancias vigentes donde las fueas económicas, industiales y tecnológicas están destuyendo los vínculos sociales tadicionales, las lealtades que en su día pofesaon los individuos a cietos valoes que les sevían de apoyo u otogaan a su vida una diección y una pespectiva
13
Iid., p. 71.
21
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
unitaia pácticamente han desapaecido. La consecuencia que esto tae consigo no se hace espea: ese sentimiento de pédida, de desampao, de confusión y desconcieto que, en mayo o meno gado, suele pesidi la vida de los individuos. El popio Dewey es soadamente consciente de los iesgos que esta situación entaa cuando adviete, con palaas sin duda muy adecuadas paa los tiempos que coen, cómo: El meo intento de emedia la desintegación del individuo —y po medio de él de la sociedad entea— ecuiendo a un cultivo delieado y consciente de la eligión demuesta de po sí hasta qué punto el individuo está pedido po haese desvinculado de los valoes sociales econocidos. No es nada ao que, cuando esta exhotación no adopta la foma de un fundamentalismo dogmático, tienda a desemoca en algún tipo de ocultismo esotéico o esteticismo pivado 14.
Peo entonces, ¿cómo contaesta los efectos de dicha desintegación, cuyas consecuencias más palmaias vendían a se la fagmentación social y la consiguiente pédida de los vínculos comunitaios tadicionales?, ¿cómo ehace la sociedad con el fin de favoece la pomoción de un nuevo tipo de individuo, de una individualidad más plena y vital? En la medida en que la taea pioitaia paa Dewey consistiía en salvaguada el desaollo de un “nuevo individualismo” y elimina las taas que se oponen a dicho desaollo, su po puesta de econstucción de una nueva cultua individualista se diigiá pinci palmente, como tendemos ocasión de examina más adelante, a tata de esta lece el amenaado individualismo po medio de una evitaliación de la vida comunitaia. Volveemos con mayo detalle soe este punto, pues no en vano ocupa un luga cental en el pensamiento de John Dewey. Peo antes quisiea llama la atención soe una cuestión no menos elevante. Me efieo a la enome impotancia que nuesto auto va a concede, en ese sentido, a las condiciones sociales en que se desaolla el ejecicio mismo de la individualidad, esto es, a las bases materiales de la vida social necesaias paa que dicha popuesta de un nuevo tipo de individualismo pueda llega a floece. Pues como explícitamente econoce: “Los ideales, incluido el de una individualidad nueva y efectiva, se tienen que fagua poco a poco a pati de las posiilidades que ofecen una seie de condiciones existentes” 15. Dicho de oto modo, paa nuesto filósofo pagmatista no astaía con invoca los ideales; haía que peocupase, más ien, po enconta 14 15
Iid., p. 94. Iid., p. 174.
Foro Interno
2009, 9, 11-42
22
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
la vía de su ealiación. De ahí que dé ceteamente en la diana Sidney Hook cuando seala, en la amale semlana intelectual de su maesto, que su inteés po los individuos “no se centa en el de el individuo paticula, sino en las condiciones y polemas que afectan a un gan númeo de individuos” 16. Tanto más cuanto que el pedominio de ese individualismo competitivo o “económico egoísta” taía consigo una ceciente y opesiva desigualdad que imposiilitaa, en la páctica, el desaollo de una vedadea individualidad. Po eso a la hoa de ponese manos a la oa paa tata de estalece el ideal de una auténtica y efectiva individualidad Dewey acaaá incluyendo, en un luga ien visile de su agenda, la necesidad de comati la desigualdad socioeconómica, saedo de que difícilmente dicho ideal puede llega a tene visos de viailidad paa quienes son víctimas de la exclusión y la disciminación social o, lo que es más, se ven pivados de cieto ienesta económico. Así las cosas, ¿qué puede tene de extao que en el momento mismo de toma nota del estecho nexo existente ente su popuesta de econstucción de un nuevo individualismo y la llamada cuestión social , acaaa asomando “el lado socialista” de John Dewey, a la saón uno de los cíticos más adicales e implacales de la ideología del laissez-faire y de las políticas efomistas del New Deal ? En efecto, si la teoía económica del laissez-faire —con su ceencia en unas leyes natuales que guiadas po la “mano invisile” de una especie de povidencia enefactoa acaan poduciendo una amonía ente el eneficio pesonal y el eneficio social— defendía, como es ien saido, un mínimo de “intefeencia” estatal especto a cualquie foma de pode económico o industial, Dewey, en aieto contaste con dicha teoía, sostiene que paa hace efectivas la lietad, la igualdad de opotunidades y la plena ealiación de las capacidades individuales es peciso estalece una cieta planificación o contol púlico de la industia y la economía, además de acomete camios más pofundos y adicales en la popia estuctua económica del capitalismo noteameicano que los impulsados po las popuestas efomistas del New Deal . A su juicio, el “viejo liealismo” del laissez-faire —cimentado en los deechos de popiedad individual de John Locke y en el ethos competitivo de Adam Smith— sólo sevía paa encui la utal competencia social y los ostáculos a menudo insalvales paa muchos individuos. De ahí que acae popugnando un “nuevo liealismo” —al que denominaá renascent liberalism y del que ofeceá una vesión más acaada en Liberalismo y acción social (1935)—, capa de comina la defensa de la lie-
Sidney HOOK , John Dewey. Semblanza intelectual , tad. de Luis Aenas, Paidós, bacelona, 2000, p. 27. 16
23
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
tad pesonal caacteística del liealismo clásico con una mayo igualdad social y un mayo contol estatal de la economía 17. No en vano se hallaa convencido — convencimiento que se vio efoado, vuelvo a epeti, po esa gan conmoción causada po el colapso del capitalismo noteameicano en 1929— de la necesaia intevención y planificación del Estado con el fin de evita el despilfao, la injusticia y el malesta social supuestamente intoducidos po el “desoden natual” del mecado. Es así como podemos llega a lee en Viejo y nuevo individualismo : Estamos en camino hacia alguna foma de socialismo, llámese con el nome que se quiea, y no impota cómo dialos se llame si se hace ealidad. El deteminismo económico es un hecho, no una teoía. Peo hay una difeencia y una opción ente elegi un deteminismo ciego, caótico y caente de planificación, futo de una economía que sólo pesigue el eneficio pecuniaio, o la deteminación de un desaollo socialmente planificado y odenado. La difeencia y la elección ente un socialismo capitalista y un socialismo púlico 18.
¿Ingenuidad o falta de ealismo político? Pudiea se. Mas no me detendé ahoa soe este asunto, po ota pate ya ocasionalmente sealado po algunos de sus cíticos y comentaistas. En su luga quisiea más ien destaca, paa lo que aquí nos inteesa, cómo tas la cítica deweyana al liealismo del laissez faire suyace tamién la acusación de que dicho liealismo pate de una concepción apioística y atomística de la individualidad que se juga equivocada. De acuedo con tal concepción los individuos son sees ya peconstituidos, autosuficientes y autoconscientes, sees esencialmente egoístas pedispuestos ante todo a guiase po sus popios inteeses. Dewey va a denuncia este apioismo y atomismo astactos, este individualismo exaceado que contempla a los individuos como independientes de las elaciones sociales que estalecen, a la pa que pone de manifiesto su acendada concepción del individuo como un se ásica y consustancialmente social: 17
Po lo demás, y como ha osevado James T. K LOPPENbErG en su pomenoiado estudio
Uncertain Victory. Social Democracy and Progressivism in European and American Thought, 18701920 (Oxfod Univesity Pess, New Yok, 1986), esta edefinición del liealismo como vía
intemedia ente liealismo y socialismo no es ajena —antes ien, coe paeja— a la planteada en Euopa en aquellos mismos aos tanto po pate de nacionalistas lieales (así Leonad T. Hohause o Max Wee) como po pate de socialdemócatas evisionistas (así beatice y Sydney We, Jean Jauès o Eduad benstein). Lo que daía pie a pode hala de una cieta “convegencia intelectual”, a amos lados del Atlántico, especto a la conveniencia de extende el pincipio democático de igualdad desde las esfeas civil y política hasta la esfea económica, aacando de ese modo a toda la sociedad. 18 D EWEY, Viejo y nuevo individualismo, p. 137. Foro Interno
2009, 9, 11-42
24
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
Esta línea de pensamiento tata al individuo como si fuea algo peviamente definido y con un contenido fijo. Ignoa el hecho de que la estuctua mental y moal de los individuos, así como los modelos de sus deseos e intenciones, camian junto con los gandes camios en la estuctua social 19.
Como uen pagmatista nuesto auto temina echaando, po consiguiente, ese mundo de esencias fijas, asolutas y necesaias popio de la metafísica tadicional, insistiendo en su luga en la plasticidad, la tansfomación y la contingencia de nuesta individualidad. Concie a los individuos como sees inacaados y sometidos a un continuo poceso de fomación y de cam io, haciendo especial hincapié en cómo se hallan moldeados e influidos po las condiciones históicas que les peceden, po los contextos socio-cultuales que haitan, po los lenguajes que halan y, en tanta o mayo medida, po las elaciones sociales y pesonales que estalecen. No en vano la denominada “constucción social del yo” —tan caa al interaccionismo simbólico de su colega y amigo Geoge H. Mead— está llamada a desempea un papel pimodial en la concepción que Dewey tiene de la individualidad, hasta el punto de pode afima que sus pemisas ontológicas pemanecen muy alejadas de la ontología del individualismo monádico. Pues de acuedo con lo que ya haía sugeido en la que caía califica como su oa más popiamente de psicología social, Naturaleza humana y conducta (1922), el “yo” lejos de se la expesión necesaia de una esencia humana ontológicamente pedeteminada y univesalmente compatida seía, más ien, una ceación individual, contingente y camiante. Y aun cuando desde esta pespectiva podamos conveni en que nuesto auto acaa concediendo, po así deci, un cieto pivilegio “teleológico” al individuo, ello no quita paa que la sociedad peceda y moldee su constitución. Una sociedad constituida no po individuos aislados e incomunicados ente sí sino po individuos en constante y mutua inteacción, cuya paticipación en la colectividad supondía un vedadeo ealce del popio individualismo. Y ello po mo de que la individualidad no es un dato acaado desde el pincipio que dea se potegido contra la “sociedad” sino, antes ien, una cualidad que ha de se potenciada y desaollada a tavés de las elaciones sociales paa que la individualidad de cada uno pueda ealmente contiui a la individualidad de los demás. De donde se despende que el macado sesgo individualista de nuesto auto en asoluto está eido, como indicáamos más aia, con la enome impotancia que atiuye igualmente
19
Iid., p. 108.
25
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
a la comunidad. Antes al contaio, se podía afima que pomove una vedadea individualidad y una vedadea comunidad seía paa él, en última instancia, un mismo y único poceso. Como a este especto ha llegado a expesa uno de sus autoiados intépetes: Esta concepción celula de la sociedad lleva a Dewey a estalece una distinción ente individualismo, el ideal de autonomía en un mundo lockeano, y la individualidad entendida como la identificación de la foma popia en que cada pesona puede contiui a la comunidad. Es ésta última la que ha de se cultivada20.
En definitiva, fente a un individualismo eceloso de la vida púlica que mia con desconfiana y seveidad a la política (o más estictamente: al Estado y sus instituciones), Dewey acaaá defendiendo la paticipación como un ien paa la ealiación del individuo. La autoealiación pesonal equeiía la paticipación activa en la res publica y en los asuntos de goieno, la peocupación esponsale po el ien común de la comunidad 21. Diíamos, haciendo uso aquí de la célee distinción de Isaiah belin ente lietad positiva y lietad negativa, que paa Dewey esta última no es lietad suficiente paa gaantia la vedadea democacia. Lo que él denomina lietad “efectiva” tendía que ve, más
raymond D. bOISVErT, John Dewey. Rethinking our Time, State Univesity of New Yok, Alany, 1997, p. 106. 21 En este sentido, y fente a la más clásica e influyente tesis sostenida po Louis H ArTz en The Liberal Tradition in America (Hacout bace, New Yok, 1955), según la cual la tadición política noteameicana deido a deteminadas cicunstancias históicas —como la ausencia de un feudalismo euopeo— ya desde sus inicios se asentó soe un consenso lockeano especto a los deechos de popiedad, buce Ackeman ha defendido más ecientemente una tesis distinta. Según este auto, Hat haía hecho caso omiso de una vesión del liealismo noteameicano caacteiada po hundi sus aíces en la polis giega clásica y alejase de las pemisas lockeanas: una vesión del liealismo que no considea a las pesonas como individuos astactos sepaados de su contexto social y paa la que la ase de la lietad pesonal supone una cieta clase de vida política que equiee, a su ve, el cultivo y la pomoción de una ciudadanía lieal. John Dewey seía, en opinión de Ackeman, uno de esos claos exponentes de esta versión republicana del liealismo noteameicano (ente los que se contaía tamién John rawls). Véase buce A CKErMAN, We the People: Foundations, Havad Univesity Pess, Camidge, Mass., 1991, p. 30. En esa misma diección de seala la impotancia que paa el concepto de autonomía individual de Dewey tiene su inscipción dento de un deteminado contexto de significados compatidos (como pueda selo el contexto de una comunidad moal), ha apuntado Daniel M. S AVAGE en: John Dewey’s Liberalism: Individual, Community, and Self-Development , Southen Illinois Univesity Pess, Caondale y Edwadsville, 2002. 20
Foro Interno
2009, 9, 11-42
26
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
ien, con la lietad positiva 22. A su juicio los asuntos púlicos democáticos deen se incopoados al ideal de la autoealiación individual, ya que difícilmente este ideal puede se alcanado de foma plena y exitosa si el individuo se centa exclusivamente en el estecho magen de la vida pivada y enuncia a paticipa en la vida púlica. Con lo cual Dewey acaa suayando, de foma mucho más dástica que otos lieales pagmatistas de última (o de penúltima) honada, estoy pensando en richad roty, la necesidad e impotancia de la vida comunitaia paa la autoealiación pesonal, ya que en su opinión el desaollo individual en su más pleno sentido sólo puede se alcanado en el contexto de la actividad social 23. Como afimó en oto luga: “Only y paticipating in the common intelligence and shaing in the common pupose as it woks fo the common good can individual human eings ealie thei tue individualities and ecome tuly fee”24. Todo lo dicho no es óice, sin emago, paa deja de econoce que los ostáculos que se alaan ante los individuos a la hoa de hace efectiva dicha paticipación ya venían siendo, desde hacía tiempo, motivo constante de peocupación paa Dewey. Así quedó expesamente constatado con la apaición, un pa de Se podía deci que paa nuesto filósofo pagmatista la lietad, en conguencia con su ontología social, no consistiía tanto en una posesión individual cuanto en una adquisición socialmente condicionada. Soe el significado e implicaciones de esta acepción de la lietad en elación con las nociones de “individualidad” y “democacia” en Dewey, véase: Matthew F ESTENSTEIN, “The Ties of Communication: Dewey on Ideal and Political Democacy”: History of Political Thought , vol. 18, n.º 1 (1997), pp. 104-124, especialmente pp. 108-113. 23 Digamos de paso que no son pocos los que, en ese sentido, han citicado la intepetación que roty ha hecho haitualmente de la oa de Dewey. Así, po ejemplo, richad J. b ErNSTEIN le ha acusado de “distosiona y taiciona el legado de Dewey” (véase su “One Step Fowad, Two Steps backwad: richad roty on Lieal Democacy and Philosophy”: Political Theory, vol. 15, n.º 4, 1987, pp. 538-563, p. 541). Ente la extensa iliogafía que ha poducido este asunto, haía tamién que destaca los taajos de Gay b rODSKY, “roty’s Intepetation of Pagmatism”: Transactions of the Charles S. Peirce Society, vol. 18, n.º 4 (1982), pp. 311-337; James C AMPbELL, “roty’s Use of Dewey”: Southern Journal of Philosophy, vol. 22, 1984, pp. 175-187; y richad SHUSTErMAN , “Pagmatism and Liealism etween Dewey and roty”: Political Theory, vol. 22, n.º 3 (1994), pp. 391-413. Paa una muy atinada visión aceca de las coincidencias y (soe todo) difeencias ente amos autoes, véase igualmente: Juan Calos M OUGN r IVErO, “roty y la inte petación de la oa de Dewey”, en A rENAS, MUñOz y PErONA (eds.), El retorno del pragmatismo, pp. 187-216. 24 [Sólo fomando pate de una inteligencia común y paticipando en un mismo poyecto oientado al ien común, pueden los sees humanos ealia sus vedadeas individualidades y llega a se vedadeamente lies]. John D EWEY, “Liealism and Social Action”, en The Later Works of John Dewey, 1925-1953, ed. po Jo Ann boydston, vol. 11 (1935-37), Southen Illinois Univesity Pess, Caondale y Edwadsville, 1991, p. 20. (Hay edic. cast. con un valioso estudio intoductoio de J. Miguel Estean Cloquell en Alfons el Magnànim, Valencia, 1996). 22
27
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
aos antes, de La opinión pública y sus problemas (1927). Pues aquí, como tendemos ocasión de oseva seguidamente, además de suaya el impotante papel desempeado po los laos comunitaios en la confomación social del individuo, va a hace tamién especial hincapié en el significado y tascendencia de una sociedad democática de caa a pomove el desaollo de una auténtica “individualidad” como un valo opuesto al “individualismo”. O, más exactamente, como un valo opuesto al de ese “viejo individualismo” del laissez-faire que, como vimos, apaecía suyugado po la “cultua pecuniaia”. POR UNA REVitALizACióN DE LA OPiNióN PúBLiCA Y DE LA CiUDADANíA DEMOCRátiCA
Como se ha podido apecia en el tanscuso del apatado anteio, detás de su peocupación po el fenómeno de la desintegación social e individual —peocupación que apaece como una constante y confiee cieta unidad a la seie de atículos ecogidos en Viejo y nuevo individualismo —, lo que Dewey está peci iendo es una especie de conflicto ente capitalismo y democacia. Pues si el ien común en una sociedad democática engloaía po un lado, de acuedo con nuesto auto, la paticipación activa de los individuos en la vida comunitaia, po oto lado, y como consecuencia de las pofundas tansfomaciones económicas, tecnológicas, sociales y cultuales que taía consigo esa ea de las gandes co poaciones multinacionales, las sociedades capitalistas desaolladas se veían aocadas a un inexoale poceso de disociación y disgegación que, a la poste, convetía el ideal de la paticipación de los ciudadanos en la esfea democática en una mea ilusión. Seá pecisamente esta osevación la que se eija en el eje cental soe el cual van a gia los análisis desaollados po Dewey en La opinión pública y sus problemas . Análisis que se pesentan siempe aquí acompaados, como tendemos ocasión de compoa, de una enégica y apasionada defensa de la democacia paticipativa. Ahoa ien, paa una mejo o más adecuada compensión de dicha oa conviene tene pesente que ésta suge y dee leese como una espuesta diectamente diigida a los influyentes lios Public Opinion (1922) y The Phantom Public (1925), pulicados pocos aos antes po ota de las más descollantes figuas de la vida intelectual noteameicana en la pimea mitad del siglo veinte: Walte Lippmann. billante, eudito, elitista y antielicista petina, este distinguido y afamado peiodista que llegó a se consideado el columnista más influyente de los Estados Unidos, econocía la impotancia y tascendencia de la opinión púlica paa la vida democática, peo le inquietaa enomemente el pode Foro Interno
2009, 9, 11-42
28
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
de manipulación y confomación de las conciencias que conseguía ejece la po paganda política a tavés de la distosión y tegivesación de la infomación. Él mismo se efeía a este poceso de manipulación y contol de las conciencias con la expesión “la faicación del consentimiento” ( the manufacture of consent , témino que ha sido etomado y populaiado más ecientemente po Noam Chomsky). Un poceso que como la evidencia empíica se encagaa de demosta, esultaa extaodinaiamente efica a la hoa de nula la capacidad de compensión de las masas, de toca sus ideas en esteeotipos o de povoca sus espuestas emocionales e iacionales, socavando de ese modo el pode de la opinión púlica y, po ende, de la democacia misma. A su juicio, una cosa es que idealmente la opinión púlica constituya la ase soe la que se asienta la fuea de un goieno democático y, ota muy distinta, que la opinión púlica pueda ealmente confoma la ase del ien púlico y de la acción política cuando las masas están escasa o malamente educadas aceca de los asuntos de inteés común. ¿Cómo esolve este intincado dilema ente el econocimiento, po un lado, de la impotancia que paa la vida política tiene la paticipación democática del púlico y la constatación, po oto lado, de la existencia de un púlico despolitiado, desinfomado y poco capacitado paa ejece dicha paticipación? Lippmann, convencido como estaa de la popensión de las masas a actua iacionalmente y al que no le dolían pendas paa tilda de “mito” la idea misma de un púlico democático, teminaá apelando al conocimiento y la autoidad del expeto (valdía deci tamién: del especialista científico o de una elite intelectual) como la mejo vía paa tata de palia o contaesta las consecuencias negativas deivadas de dicha manipulación de los individuos po la popaganda. Halando en plata: Lippmann se decantaá po la intevención del expeto en los asuntos púlicos en detimento de la acción política democática. Fente a esta solución tan pesimista, tecnocática y, en último témino, tan elitista, Dewey va a ofece una espuesta de signo diametalmente opuesto 25. Admitía la deuda que haía contaído con las oas de Lippmann, econocía la evidencia de muchos de sus análisis, susciía uena pate de sus agumentos y,
Paa una econstucción del ya clásico deate Lippmann/Dewey, véase: Mak W HIPPLE, “The Dewey-Lippmann Deate Today: Communication Distosions, reflective Agency, and Paticipatoy Democacy”: Sociological Theory, vol. 23, n.º 2 (2005), pp. 156-178. Paa una más sucinta osevación aceca de este deate, especialmente po lo que atae a la compleja elación existente ente los intelectuales y el púlico democático, emito a Jeffey C. G OLDFArb, Los intelectuales en la sociedad democrática, tad. de Camen Matíne Gimeno, Camidge Univesity Pess, Madid, 2000, pp. 60-76. 25
29
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
po encima de todo, compatía ese inteés y peocupación po la macha de la opinión púlica, pesuadido como estaa de que “la vía más fácil paa alcana un contol de la diección política es el contol de la opinión” 26. Peo pensaa, en macado contaste con aquél, que los polemas de la democacia como mejo se esolvían ea favoeciendo una mayo paticipación del púlico en la vida política. Tanto más cuanto que conceía la democacia, ásica y pimodialmente, como un pode —o un valioso ecuso— en manos del púlico. En efecto, el público, un vocalo deivado del latín populus (el puelo) que, a su ve, no deja a de se una vesión ampliada del demos giego, lo que denotaa, en ealidad, ea al gupo que se haía hecho aceedo del pode en las nacientes democacias modenas. Sólo que ajo las condiciones cada ve más complejas, camiantes e inestales de las sociedades industialiadas, dicho púlico —que antao aacaa una existencia social compatida, una supuesta homogeneidad y, hasta cieto punto, unos valoes y ojetivos comunes— se estaa convitiendo en un conglomeado heteogéneo de gupos o colectividades: El polema, ien miado, no es que no haya púlico…El polema es que hay demasiado púlico, o sea, un púlico demasiado difuso y diseminado, y demasiado intincado en su composición…Y queda poco que pueda cohesiona a estos difeentes púlicos en un todo integado 27.
La pesencia de este púlico indeteminado, fagmentado y desoganiado al que le esulta cada ve más complicado llega a identificase y distinguise como tal, lo que genea es tanta confusión y desconcieto que acaa oscueciendo, po así deci, la visión aceca de las vías o mecanismos de que se puede vale la paticipación política: “El púlico está tan confundido y eclipsado que ni siquiea puede ve los óganos a tavés de los cuales se supone que inteviene en la acción política y el sistema de goieno” 28. El esultado no se hace espea: una mayo apatía po pate de una ciudadanía ya de po sí cecientemente escéptica especto a la eficacia o conveniencia de la acción política. Ello puede fácilmente constatase cuando osevamos que (leemos con palaas una ve más plenas de actualidad): Sólo la costume y la tadición, más que la convicción aonada, junto con una vaga fe en el cumplimiento de las popias oligaciones cívicas, llevan a las
DEWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 155. Iid., p. 131. 28 Iid., p. 122. 26 27
Foro Interno
2009, 9, 11-42
30
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
unas a un elevado pocentaje del 50% que aún vota. Y de ellos, como se suele oseva, un gan númeo ealmente vota en conta de algo o de alguien, y no a favo de algo o alguien29.
Po si no astaa con lo dicho, este “eclipse del púlico” se veía tamién agavado po esas múltiples distacciones y evasiones que han pasado a foma pate inexoale de la vida contempoánea, contiuyendo así a la existencia de un púlico distaído, disipado y cada día más alejado de la enegía intelectual o de la atención expesa que equieen la paticipación política y el compomiso púlico. En palaas textuales de nuesto auto: El home, además de un animal político, tamién es un animal que consume y que disfuta. Lo decisivo es que el acceso a los medios de divesión se ha convetido en algo fácil y aato como nunca antes lo haía sido. Es posile que la actual ea de ‘pospeidad’ no sea duadea. Peo el cine, la adio, las pulicaciones aatas y el automóvil, con todo lo que epesentan, han nacido paa pedua. El hecho de que no sugiean con el popósito delieado de apata la atención de los asuntos políticos no les esta efectividad en ese sentido. Los elementos políticos de la constitución del se humano, aquellos que tienen que ve con la ciudadanía, quedan ainconados a un lado. En la mayoía de los cículos es difícil mantene una convesación soe un tema político; y si llega a iniciase, ápidamente se aandonaá ente osteos de auimiento. En camio, cuando se saca a eluci el tema de la técnica y las pestaciones de divesas macas de automóvil, o de los méitos espectivos de cietas actices, el diálogo fluye y se mantiene vivo 30.
En medio de este escenaio tan poco popicio al que se ve aocado el púlico, el popósito de Dewey es contiui a su evitaliación, entendiendo que la mejo vía es tata de ogania a ese púlico difuso en tono a temas, inteeses y ojetivos comunes. Ahoa ien, ante ese cúmulo de polemas que acaamos de seala —esto es, la existencia de un púlico eclipsado, fácilmente manipulado po los media, “alcaniado” en múltiples gupos guiados po su popio inteés y peso de una ceciente apatía po los asuntos políticos—, no caía sino peguntase: ¿de qué medios podemos valenos paa evitalia al púlico?, ¿ajo qué condiciones puede éste llega a econocese y oganiase como tal?, ¿qué equisitos seían necesaios paa que logaa defini y expesa sus inteeses o, más aún, paa que conviniea en adheise en tono a un ideal compatido?
29 30
Iid., p. 130. Iid., p. 132.
31
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
La espuesta de Dewey pasaía, en pime luga, po la llamada búsqueda de una Gran Comunidad : “Mientas la Gan Sociedad no se convieta en una Gan Comunidad, el Púlico seguiá eclipsado. Sólo la comunicación puede cea una gan comunidad”31. Si con el témino “Gan Sociedad” está aludiendo a esa sociedad cada ve más disgegada, astacta e impesonal que venía siendo impulsada po las nuevas fueas tecnológicas y económicas ligadas al poceso de industialiación capitalista —ente cuyas consecuencias más visiles estaía el desaaigo de los individuos especto de sus pequeas comunidades locales caacteiadas po su homogeneidad y sus estechos vínculos comunicativos—, con la expesión “Gan Comunidad” está efiiéndose a su consaido popósito de contaesta ese poceso de disgegación y atomiación a tavés de una evitaliación de la dimensión comunicativa, esto es, de esos vínculos vitales y paticipativos capaces de genea una expeiencia común compatida 32. En este sentido, y más allá de las supuestas y a menudo sealadas vaguedades, impecisiones y dificultades que entaa la expesión Gan Comunidad, lo que me gustaía po de ponto destaca es el papel fundamental que desempea aquí (y se podía pefectamente aadi: en el conjunto de la oa deweyana) el témino “comunicación” 33. Una comunicación efectiva seía la condición sine qua non paa pode estalece esa Gan Comuni-
Iid., p. 134. Con téminos más o menos similaes volvemos a halla esta idea expesada más adelante: “Sea lo que sea lo que el futuo nos depae, una cosa es segua. A menos que se pueda ecupea la vida comunitaia, el púlico no puede esolve adecuadamente su polema más acuciante: hallase e identificase a sí mismo”. Iid., p. 172. 32 En palaas de uno de sus vesados intépetes, Dewey veía necesaio “to ecognie the diffeence etween ‘association’ and ‘community’. Associative action is the condition of the ceation of communities; ut association is physical and oganic, wheeas community is moral . [reconoce la difeencia ente ‘asociación’ y ‘comunidad’. La acción asociativa es la condición de la ceación de comunidades; peo la asociación es física y ogánica, mientas la comunidad es moral ]. Tey HOY, The Political Philosophy of John Dewey. Towards a Constructive Renewal , Paege, Westpot y London, 1998, p. 105. 33 Como afimó en ota de sus más conocidas oas, Democracia y Educación (título que deja tasluci, po cieto, esa elación de ecípoca implicación ente amos conceptos en la que suele cifase el núcleo sustancial de su teoía política): “Thee is moe than a veal tie etween the wods common, community, and communication. Men live in a community in vitue of the things which they have in common; and communication is the way in which they come to possess things in common”. [Hay más que un vínculo veal ente las palaas común, comunidad y comunicación. Los homes viven en una comunidad po vitud de las cosas que tienen en común; y la comunicación es el modo en que llegan a posee cosas en común]. John D EWEY, Democracy and Education, en The Middle Works of John Dewey 1899-1924, ed. po Jo Ann boydston, vol. 9 (1916), Southen Illinois Univesiy Pess, Caondale y Edwadsville, 1980, p. 7. (Hay tad. cast. de Loeno Luuiaga en Moata, Madid, 1995). 31
Foro Interno
2009, 9, 11-42
32
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
dad, pues es a tavés de ella como el púlico puede llega a econocese, aticulase y ponunciase como tal. Tanto más cuanto que la comunicación es tamién la vía po medio de la cual el individuo loga conectase con la sociedad, tansfomase en un tipo específico de se social y aise a la posiilidad de una expeiencia compatida. Y seá mediante esa expeiencia compatida como los individuos puedan llega finalmente a identifica y expesa sus polemas, inteeses y aspiaciones comunes. De ahí la conveniencia, cuando no la necesidad, de deliea y eflexiona púlicamente, de deati y toma conjuntamente decisiones soe aquellos asuntos que ineludilemente concienen a todos y teminan afectando, po tanto, al ienesta común. Pues como asegua Dewey: “No puede hae púlico sin una plena pulicidad especto a todas las consecuencias que le ataen” 34. Huelga deci que en este punto su distanciamiento con los planteamientos de Lippmann no puede se mayo, como viene a coooa la siguiente invectiva diigida claamente conta éste: La clase de expetos se encuenta tan inevitalemente alejada de los inteeses comunes que se conviete en una clase con unos inteeses pivados y un conocimiento pivado que en cuestiones sociales no es conocimiento en modo alguno…Todo goieno de expetos en el que las masas no tengan opotunidad de infoma a éstos de cuáles son sus necesidades no puede se ota cosa que una oligaquía gestionada en inteés de unos pocos 35.
Toda una declaación de pincipios, cietamente, que hace que la contaposición ente Lippmann y Dewey pueda tamién vese, en ealidad, como un tasunto de la contaposición ente “fe tecnocática” (en la competencia de los expetos) y “fe democática” (en la paticipación de los ciudadanos). Conviene no ostante adveti, en claa línea de continuidad con lo que hemos venido apuntando, que esta paticipación ciudadana sólo coa vedadeamente sentido paa Po lo demás, y dicho sea de paso, algunos han visto en esta estecha conexión ente comunicación y democacia un clao pecedente de la Teoría de la acción comunicativa de Jügen Haemas, quien ha sido incluso consideado como “el más deweyano” de los teóicos sociales contempoáneos (así po Alan r YAN en su voluminoso estudio: John Dewey. And the High Tide of American Liberalism, Noton, New Yok y London, 1995, p. 357). Véase asimismo soe este asunto: roet J. A NTONIO y Douglas K ELLNEr , “Communication, Modenity and Democacy in Haemas and Dewey”: Symbolic Interaction, vol. 15, n.º 3 (1992), pp. 277-297. Paa una pespectiva más geneal aceca de la influencia pagmatista en la teoía social del filósofo alemán, véase: Mitchell A bOULAFIA, Mya bOOKMAN y Catheine K EMP (eds.), Habermas and Pragmatism, routledge, London y New Yok, 2002. 34 DEWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 147. 35 Iid., p. 168.
33
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
nuesto auto cuando los individuos se constituyen a tavés de un poceso de comunicación, inteacción y coopeación con los demás po el cual son capaces, al mismo tiempo, de econocese como miemos de una comunidad. Es achiconocida su afimación según la cual “a democacy is moe than a fom of govenment; it is pimaily a mode of associated living, of conjoint communicated expeience” 36, afimación a la que da ota vuelta de tueca en La opinión pública y sus problemas cuando escie: “La democacia, contemplada como una idea, no es una altenativa a otos pincipios de la vida asociada. Es la idea misma de vida comunitaia” 37. Al acentua de este modo la dimensión social de la democacia —a la que llega a identifica en distintos momentos de su quehace intelectual con un “ideal ético”, con una “foma pesonal de vida” y hasta con “un modo de afonta nuesta existencia”—, ésta lejos de queda educida a una foma de goieno o a la institucionaliación de cietas pácticas o mecanismos políticos tales como elecciones, sufagio univesal, egla de mayoías, etc., se pesenta más ien como un ideal. Peo un ideal del cual no duda en deci nuesto auto que: “Paa que se ealice, dee afecta a todos los modos de asociación humana, a la familia, a la escuela, a la industia, a la eligión. Incluso en lo que se efiee a los medios políticos, las instituciones guenamentales no son sino un mecanismo paa popociona a una idea canales de actuación efectiva” 38. De donde podemos colegi que el camino paa la úsqueda de esa Gan Comunidad haía de pasa ineludilemente po una mayo extensión y pofundiación de la democacia, hasta consegui aaca el más amplio ango posile de esfeas o elaciones sociales, dando así luga, en afotunada expesión de richad benstein, a una “community of democatic communities” 39. Lo que no quita, sin emago, paa deja de econoce que ese camino de úsqueda de una Gan Comunidad, identificada ya con el pleno desaollo de la democacia, haía de consisti, a su ve, en un poceso pemanente de indagación, exploación y expeimentación. Pues además de se un ideal social e inheentemente paticipativo (o tal ve pecisamente po eso), la democacia apaece tamién a los ojos de nuesto auto como un ideal regulativo —esto es, como un hoionte que nunca se acaa de alcana—, tal como él mismo econoció expesamente al afima que en cuanto “ideal” la democacia “no es un hecho ni nunca lo seá” 40. [La democacia es más que una foma de goieno; es pincipalmente un modo de vida asociada, de expeiencia compatida]. D EWEY, Democracy and Education, p. 93. 37 D EWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 138. 38 Iid., p. 135. 39 [Una comunidad de comunidades democáticas]. richad b ErNSTEIN, “Community in the Pagmatic Tadition”, en D ICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism, pp. 141-156, p. 148. 40 D EWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 138. 36
Foro Interno
2009, 9, 11-42
34
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
En ealidad, al concei la democacia tamién en estos téminos —es deci, como un poceso pemanente de úsqueda o, si se pefiee, como un expeimento en macha siempe susceptile de mejoa—, Dewey no hace sino aplica la tesis epistemológica pagmática —según la cual en el poceso de investigación científica la esolución de los polemas se poduce mediante la coopeación de los investigadoes que intevienen en dicho poceso— a la vida social y política, cifando en los popios pocedimientos democáticos el mejo modo de esolve acionalmente los polemas y conflictos sociales 41. Pecisamente en esta aplicación del método expeimental de la ciencia a las cuestiones sociopolíticas ha visto Hilay Putnam una “ epistemological justification of democracy ”, con aeglo a la cual “democacy is not just one fom of social life among othe wokale foms of social life; it is the pecondition fo the full application of intelligence to the solution of social polems” 42. Peo mientas unos suayan el valo acional que Dewey confiee a los pocedimientos democáticos paa la esolución de las situaciones polemáticas o conflictivas, otos han ido incluso más allá al insisti en la fecundidad de su concepción de la democacia paa los tiempos actuales. Es el caso de Axel Honneth, quien ha intoducido en la discusión filosófico-política contempoánea soe la teoía de la democacia —dominada en estos últimos aos po los modelos epulicano y pocedimental en cuanto altenativas al liealismo político— una tecea pespectiva: el modelo reflexivo de cooperación social inspiado mayomente en John Dewey. Al hace especial hincapié en la conexión intena ente coopeación y democacia, este modelo seía El potencial que en ese sentido enciea la teoía democática de Dewey —y especialmente su noción de “inteligencia social”— como modelo paa la esolución de los conflictos colectivos, ha sido suayado po William r. C ASPArY en su lio Dewey on Democracy , Conell Univesity Pess, Ithaca y New Yok, 2000. resulta inteesante oseva la aplicación que, desde esa pespectiva, efectúa Caspay a cuestiones contempoáneas tan conflictivas como la efoma educativa, el deecho al aoto, el infome de la Comisión de la Vedad y la reconciliación en Sudáfica, etc. 42 [ Justificación epistemológica de la democracia]. [La democacia no es sólo una foma de vida social ente otas posiles; es la condición pevia paa la plena aplicación de la inteligencia a la solución de los polemas sociales]. Hilay P UTNAM, “A econsideation of Deweyan Democacy”, en Renewing Philosophy, Havad Univesity Pess, Camidge, 1992, pp. 180-200, p. 180. (Hay tad. cast. de Calos Laguna con pólogo de Luis M. Valdés Villanueva en Cáteda, Madid, 1994). Otos autoes, sin emago, echaan desde un punto de vista pagmatista que la democacia pueda justificase epistémicamente o que pueda fundase en un ideal moal sustantivo. Seía, po ejemplo, el caso de richad r OrTY en su conocido atículo “The Pioity of Democacy to Philosophy”, ecogido en: Objectivity, Relativism, and Truth. Philosophical Papers I , pp. 175-196; de John P. DIGGINS, “Pagmatism and Its Limits”, en D ICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism, pp. 207-231; o de roet b. TALISSE, “Can Democacy e a Way of Life? Deweyan Democacy and the Polem of Plualism”: Transactions of the Charles S. Peirce Society, vol. 39, n.º 1 (2003), pp. 1-21. 41
35
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
paa Honneth el que mejo pemite que una sociedad intepetada coopeativamente pueda esolve sus polemas en eneficio de toda la comunidad 43. Huelga deci que con esta idea de una “comunidad de coopeación” se pone de elieve, una ve más, el papel fundamental que desempea la idea de comunidad en la concepción nomativa de la democacia popugnada po Dewey. Pues paa éste, en efecto, la democacia entendida como un ideal de oganiación social exigiía, soe todo, pomove una foma de vida capa de popociona las condiciones más adecuadas paa vivi juntos en comunidad: Dondequiea que exista una actividad conjunta cuyas consecuencias se juguen uenas po todas las pesonas paticulaes que intevienen en ella, y donde la consecución de ese ien poduca un deseo fime y un esfueo decidido po consevalo justamente como lo que es, como un ien compatido po todos, dondequiea que ocua esto —digo— haá una comunidad. La claa conciencia de una vida comunitaia, con todas sus implicaciones, constituye la idea de democacia44.
Visto desde esta pespectiva, el mejo modo paa Dewey de afonta con éxito la fagmentación y el plualismo a veces ieconciliale que tae consigo el mundo modeno seía desaolla un sentido de comunidad con unos inteeses y ojetivos compatidos, logando así un cieto gado de consenso o cohesión en tono a un “cental coe of common felt values which opeate as significant values fo the community” 45. Dicho esto, y fente a quienes puedan apecia en nuesto auto una posición macadamente “comunitaista” con el consiguiente iesgo de una posile suodinación del individuo a la comunidad —lo que vendía a empaentale con los “comunitaistas” contempoáneos— 46, podía esul-
Axel HONNETH, “Democacy as reflexive Coopeation. John Dewey and the Theoy of Democacy Today”: Political Theory, vol. 26, n.º 6 (1998), pp. 763-783. Paa Honneth, la idea de Dewey según la cual la lietad individual es esultado de la comunicación no povendía tanto de la “convesación intesujetiva” como de la “coopeación colectiva”. Una coopeación que Honneth tansfiee al ámito pepolítico “of a division of lao unde conditions of justice”. [De una división del taajo ajo condiciones de justicia]. Iid ., p. 779. 44 D EWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 138. 45 [Núcleo cental de valoes sentidos como comunes que actúan como valoes significativos paa la comunidad]. James CAMPbELL, Understanding John Dewey. Nature and Cooperative Intelligence, Open Cout, Chicago y La Salle, 1995, p. 175. 46 Paa Avigail E ISENbErG, sin emago, lo que distinguiía a Dewey de los actuales comunitaistas es su clao compomiso con el plualismo político, su convencimiento de que el desaollo individual se ve en gan medida facilitado po la fagmentación del pode político: “Communitaianism fails to ecognie what Dewey emphasied, namely, that pecisely ecause goups 43
Foro Interno
2009, 9, 11-42
36
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
ta enomemente evelado epoduci aquí el siguiente pasaje escito en 1939, teniendo po tasfondo la damática expeiencia del declive de la democacia ante el auge de los totalitaismos: I should now wish to emphasie moe than I fomely did that individuals ae the finally decisive factos of the natue and movement of associated life…It has een shown in the last few yeas that democatic institutions ae no guaantee fo the existence of democatic individuals. The altenative is that individuals who pie thei own lieties and who pie the lieties of othe individuals, individuals who ae democatic in thought and action, ae the sole final waant fo the existence and enduance of democatic institutions47.
En estas líneas podía queda compendiada la que seía, a mi modo de ve, la gan apotación de Dewey al individualismo democrático : que si ien el pleno desaollo de las capacidades individuales encuenta todo su potencial en el maco de una comunidad de cooperación entendida democáticamente, el individuo ni se disuelve en la comunidad ni se suodina a ésta; antes al contaio, constituye el fin último de la vida comunitaia. El hecho además de acaa cifando en los popios individuos el “facto decisivo” y el “gaante final” del sostenimiento de la democacia vendía a explica la centalidad que Dewey siempe otogó, en ese sentido, a la fomación
play an impotant ole in developing individuals, thei powe ove individuals must e limited and fagmented”. [El comunitaismo yea al no econoce lo que Dewey suayaa, a sae, que pecisamente poque los gupos juegan un impotante papel en el desaollo de los individuos, su pode soe los individuos dee esta limitado y fagmentado]. Véase el capítulo II: “John Dewey and the roots of Political Plualism”, de su lio Reconstructing Political Pluralism, State Univesity of New Yok, Alany, 1995, pp. 27-53, p. 28. De manea simila, tamién han esaltado el caácte plualista de la noción de comunidad de Dewey, ente otos, richad b ErNSTEIN en su atículo “Community in the Pagmatic Tadition” anteiomente citado y Tey H OY en el capítulo V: “Human Community and the Pulic realm”, de su mencionado lio The Political Philosophy of John Dewey , pp. 97-120, donde intoduce esta cuestión en el contexto del deate contempoáneo ente el ideal neoaistotélico de comunidad sostenido po los comunitaistas y el ideal neokantiano sustentado po John rawls. 47 [Quisiea ahoa enfatia más de lo que lo hice anteiomente que los individuos constituyen el facto finalmente decisivo de la natualea y movimiento de la vida asociada…En los últimos aos se ha demostado que las instituciones democáticas no son algo que gaantice la existencia de individuos democáticos. La altenativa es que los individuos que apecien sus popias lietades y las lietades de los demás, los individuos que piensen y actúen democáticamente, constituyan el único gaante final de la existencia y mantenimiento de las instituciones democáticas]. John DEWEY, “I believe”, en The Later Works of John Dewey 1925-1953, ed. po Jo Ann boydston, vol. 14 (1939-1941), Southen Illinois Pess, Caondale y Edwadsville, 1991, pp. 91-92.
37
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
democática de la ciudadanía. Como ya tuvimos ocasión puntual de seala y tamién ha podido queda clao a lo lago de las páginas pecedentes, paa nuesto auto la educación es consustancial a la democacia, ya que difícilmente puede hae democacia sin una cultura democrática 48. Y paa pomove o sostene una cultua democática en la que los individuos —que oviamente no nacen demócatas sino que, en el mejo de los casos, llegan a serlo — se involucen qua ciudadanos en los asuntos púlicos y sean capaces de inteactua democáticamente ente sí, se necesita de algo tan caacteístico de las actividades comunicativas como es el apendiaje (en este caso el apendiaje de las vitudes cívicas). Máxime cuando la solide y el uen funcionamiento de un sistema democático dependen no sólo de sus instituciones y pocedimientos sino tam ién, y en gan medida, de la popia textua de la pesonalidad moal de sus ciudadanos; esto es, de sus valoes, actitudes, compomisos, compotamientos, etc., tal como expesó nuesto auto en oto de sus eves peo esclaecedoes textos aceca de su concepción de la democacia: Democacy is a personal way of individual life; that it signifies the possession and continual use of cetain attitudes, foming pesonal chaacte and detemining desie and pupose in all the elations of life. Instead of thinking of ou own dispositions and haits as accommodated to cetain institutions we have to lean to think of the latte as expessions, pojections and extensions of haitually dominant pesonal attitudes49.
Es po esta aón que una sociedad democática no podía adica de una de sus pincipales funciones: educa a la ciudadanía, cea ciudadanos esponsales y compometidos con el ien púlico. Pues sólo una ciudadanía activa y consciente de sus esponsailidades y oligaciones paa con las instituciones y pincipios democáticos tendía en sus manos la capacidad de palia o pone feno a los males geneados po ese individualismo “económico egoísta” sometido a la Como sostiene Viginia G UICHOT r EINA en su muy ecomendale monogafía soe este asunto: “En el caso de Dewey, la educación tiene una misión claa: formar al hombre democrático”. Véase su Democracia, ciudadanía y educación. Una mirada crítica sobre la obra pedagógica de John Dewey, bilioteca Nueva, Madid, 2003, p. 271. 49 [La democacia es una foma personal de vida individual que significa la posesión y el continuo uso de cietas actitudes, fomando el caácte pesonal y deteminando los deseos y popósitos en todas las elaciones de la vida. En luga de pensa en nuestas popias disposiciones y háitos como acomodados a cietas instituciones, tenemos que apende a pensa en estas últimas como expesiones, poyecciones y extensiones de actitudes pesonales haitualmente dominantes]. John DEWEY, “Ceative Democacy - The Task befoe Us”, en The Later Works of John Dewey 19251953, vol. 14 (1939-1941), p. 226. 48
Foro Interno
2009, 9, 11-42
38
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
“cultua pecuniaia” que tanto llegó a peocupa a Dewey en su momento, así como tamién la capacidad de lleva a cao esa “taea democática” cuyo fin último “is foeve that of ceation of a fee and moe humane expeience in which all shae and to which all contiute” 50. OBSERVACiONES
fiNALES
Huelga deci que el umo seguido po el país noteameicano ajo el impulso de la economía capitalista (y oto tanto caía deci del umo seguido po el con junto de los países occidentales), fue astante más lejos de lo que Dewey imaginó en su momento y, desde luego, tiene poco que ve con lo que fueon sus anhelos de un “nuevo individualismo”, de una nueva Gan Comunidad y de una democacia más adical y paticipativa. Po lo que se efiee en pime luga a la cuestión del individualismo no deja de esulta paadójico, como ha ecodado raymond boisvet, que la figua de quien ha sido etiquetado como “el filósofo de la democacia ameicana” se adhiea en ealidad tan poco a lo que, de una foma si se quiee un tanto esteeotipada, ha acaado asociándose con las caacteísticas más definitoias del individualismo noteameicano. Figuas tan poco sociales, desaaigadas y desvinculadas de la comunidad como las de los detectives Philip Malowe y Sam Spade o el solitaio héoe del Oeste, Shane, encanaían mejo que ninguna ota, a juicio de boisvet, dicho esteeotipo 51. Poco impota que se tate de figuas eales o ficticias, el caso es que figuas de ese jae —a las que no me esisto a aadi po mi pate a algunos de los cooídos potagonistas de las sagas de William Faulkne, a los desespeados solitaios de Cason McCulles o a no pocos de los pesonajes ceados e intepetados po Clint Eastwood— han acaado eigiéndose en las pesonificaciones simólicas que mejo epesentan el “ideal de vida” que se ha hecho dominante a lo lago de todo el siglo veinte; es deci, justamente el mismo tipo de “ideal” que el pagmatismo de Dewey petendía efoma. Y aun cuando podamos lamenta o echa en falta que nuesto auto nunca se huiea explayado soe qué medidas concetas deían implementa esas efomas ni soe qué fomas deeía adopta ese “nuevo individualismo” que popugnaa, no po ello ha quedado menos clao que ha acaado imponiéndose y consolidándose un tipo de individualismo muy alejado de su ideal de individualidad. Más allá de que la dinámica de modeniación
[Es la continua ceación de una expeiencia más lie y más humana en la que todos com paten y a la que todos contiuyen]. Iid., p. 230. 51 b OISVErT, John Dewey. Rethinking Our Time, pp. 51-52. 50
39
Foro Interno
2009, 9, 11-42
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
capitalista llevase apaejada una nueva ealidad tan innegale como ievesile —cuyas consecuencias no podían deja de afecta a las condiciones ajo las cuales discuía la vida de los individuos—, cae tamién pensa que su visión excesivamente nomativa de la individualidad le impidió toma suficientemente en cuenta el papel del egoísmo, de la discodia, del conflicto de inteeses y de las elaciones de pode en las inteacciones que estalecen ente sí los individuos. Oto tanto caía deci especto a la idea de comunidad esgimida po Dewey. Como se ha dicho epetidas veces, y no sin aón, su idea de comunidad evoca en exceso una época y un luga deteminados: esas neighborly communities noteameicanas como las de su Vemont natal, caacteiadas po una contigüidad inmediata, po unas elaciones pesonales caa a caa y po un entamado de valoes compatidos y fuetes vínculos duadeos. Peo ello no fue ostáculo, como hemos podido oseva, paa que eigiea en tema pincipal de su peocupación las tansfomaciones, petuaciones y divisiones que taían consigo los gandes y complejos camios tecnológicos, industiales y económicos de su tiempo, po cuanto eosionaan y volvían osoletas las antiguas fomas de comunidad, socavando de ese modo la ase asociativa de la democacia estadounidense. Ni que deci tiene que en nuestos tiempos postmodenos y en nuestas sociedades postindustiales y multicultuales esas fueas socialmente fagmentadoas, desintegadoas y desestailiadoas no han hecho más que intensificase, aumentando así su caácte destuctivo especto a esa supuesta homogeneidad, integación y estailidad de la comunidad. De suete que el destino de esas pequeas comunidades locales fue segui esa vía de declive y desintegación avistada po Dewey, sin que en su luga se podujea una Gan Comunidad. Lo que sí se podujo, po el contaio, fue un continuo poceso de disminución del asociacionismo cívico, de desmoviliación política de la ciudadanía, de quiea de la sociailidad y de pédida del sentido comunitaio como el que con tanta pespicacia supo efleja roet Putnam en su popula oa Bowling Alone 52. En definitiva, haiendo petendido efomula o econstui los valoes de la vida comunitaia lo que nuesto auto acaó evelando —diíamos que a pesa suyo— fue su imposile supevivencia. Po lo que especta en último témino a la democacia, ésta dista tamién de paecese a aquella que Dewey conciió. Patidaio, como vimos, de que el Estado democático se dotase de fuetes mecanismos de contol y egulación paa
Véase al especto roet D. P UTNAM, Bowling alone. The Collapse and Revival of American Community, Simon & Schuste, New Yok, 2000 (hay tad. cast. de José Luis Gil Aistu y edic. al cuidado de Noemí Soegués en Galaxia Guteneg-Cículo de Lectoes, bacelona, 2002). 52
Foro Interno
2009, 9, 11-42
40
Juan G. Morán
John Dewey, individualismo y democracia
gaantia el inteés púlico fente a los inteeses sectoiales o pivados de los podees copoativos, su petensión se ha visto contaiada po la facilidad con que estos podees logan evadise —como hemos podido compoa ecientemente a popósito del pode financieo— de dicho contol o egulación. Tampoco paece hae coido mejo suete su popuesta de evitaliación de la opinión púlica, ya que ésta se ha hecho más volátil y tamién más vulneale a la popaganda, el adiestamiento y la manipulación de lo que nuesto auto peviea en su momento, contiuyendo así al deteioo del deate púlico y a la degadación de la vida púlica (degadación que alcana su apogeo, difícilmente imaginale paa Dewey, cuando las gandes copoaciones mediáticas acaan convitiéndose en podeosos instumentos al sevicio de los más descanados inteeses pivados, po así deci à la belusconi) 53. Peo quiás (y hasta sin quiás) donde mejo se pueda apecia el distanciamiento que la democacia noteameicana guada con especto a la que Dewey conceía, sea en aquella contadicción que según él siempe haía estado pesente en el país estadounidense —y con la que aancaa sus eflexiones en Viejo y nuevo individualismo —, elativa a su manifiesta incapacidad paa esta a la altua de sus poclamados pincipios e ideales. Pues esa incapacidad —o ese hiato ente deci una cosa y hace justamente la contaia, en el que al fin y al cao siempe ha consistido lo que no hace tantas pimaveas (o tal ve sí) llamáamos “filisteísmo ugués”— no paece sino haese agavado con el paso del tiempo, hasta alcana su punto culminante duante la era Bush con esa especie de gulag yanqui que han significado Guantánamo y Au Ghai. Luego si lo que de vedad está en juego es salvaguada y fotalece las popias fomas democáticas de goieno así como tata de pomovelas y extendelas al esto del mundo —taea paa la cual consideo que pocos países se hallan tan capacitados y autoiados, más allá de sus consaidos defectos, como los Estados Unidos (de ahí que quepa se tan exigentes con el mismo)—, nada seía más conveniente que eigi en noma de actuación política la conocida máxima deweyana según la cual “los fines democáticos sólo pueden se alcanados po medios democáticos”. Po el contaio, la actitud elicista desplegada en estos últimos tiempos po el país noteameicano, tatando de impone mediante la “diplomacia de los caones” una visión paticula y mesiánica de la civiliación occidental (más atenta po lo que hemos visto al espíitu ílico que al espíitu científico, en flagante oposición al pecepto pagmatista), no sólo vulnea el impeio de la ley y atenta conta los Soe el poceso de despolitiación que ha expeimentado la esfea púlica noteameicana en las últimas décadas del pasado siglo y su consiguiente efecto en el declive de la ciudadanía, véase el muy sugeente atículo de Cal b OGGS, “The Geat reteat: Decline of the Pulic Sphee in Late Twentieth-Centuy Ameica”: Theory and Society, vol. 26, n.º 6 (1997), pp. 741-780. 53
41
Foro Interno
2009, 9, 11-42
View more...
Comments