John Dewey, individualismo y democracia: Juan G. M

June 16, 2019 | Author: Daniel Cirillo | Category: John Dewey, Democracy, Individualism, Capitalism, Política
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2009, 9, 11-42

ISSN: 1578-4576

 John Dewey, Dewey, individualismo  y democracia * 

Juan G. MOrN

Manuscito oiginal eciido: 30 de ail de 2009. Aceptado: 18 de septieme de 2009.

RESUMEN

La filosofía pagmatista noteameicana ha adquiido en estos últimos tiempos una gan elevancia. En ese contexto destaca paticulamente la figua de John Dewey. A  pati de la eciente  eciente pulicación pulicación en lengua espaola de dos de sus oas de filosofía social y política más significativas — Viejo y nuevo individualismo y La opinión públiindividualismo, el liealieaca y sus problemas —, este taajo epasa sus ideas soe el individualismo, lismo, la comunidad, la opinión púlica y la democacia, sin pede nunca de vista su  petinencia  petinencia paa los polemas y desafíos de nuestos días. PALABRAS CLAVE

John Dewey, pagmatismo, individualismo, comunidad, democacia, Estados Unidos. ABStRACt

In ecent times Noth Ameican pagmatist philosophy philosophy has acquied geat elevance, and the figue of John Dewey stands out especially. Two of his majo woks on social and  Individualism, Old and New New and The Public and Its Problems —   politica  politicall philosop philosophy hy —  Individualism, wee ecently pulished in Spanish. This pape eviews his ideas aout individualism, liealism, community, pulic opinion, and democacy, with an eye to thei elevance fo  the polems and challenges of ou time. KEY WORDS

John Dewey, pagmatism, individualism, community, democacy, United States. Este taajo se inscie en el poyecto de investigación FFI2008-05931/FISO del Ministeio de Ciencia e Innovación. *

 Juan G. G. Morán

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EStELA A DEL DEL RENA RENACE CER R PRAgMA PRAgMAti tiSt StA A : LA RELEV RELEVANCiA ANCiA ACtUAL ACtUAL DE JOhN DEWEY EN LA EStEL

Cuenta una conocida anécdota que cuando William James, el ya entonces eputado filósofo pagmatista noteameicano, llegó a Euopa en 1901 paa impati  un ciclo de confeencias, solía comena éstas pidiendo disculpas a sus oyentes  po lo que consideaa consideaa un acto tan pesuntuoso. Pues, según aducía, paa paa los filófilósofos ameicanos no haía nada más natual que escucha mientas los euopeos halaan, siendo así que la costume invesa de hala y que los euopeos escuchaan no la haían desaollado todavía, si ien acaaa expesando su deseo de que esto último ponto se convitiea en algo haitual. Si James levantaa la caea un siglo más tade, algo poco poale en pesona de tan econocido uen gusto, seguamente se sopendeía al compoa  hasta qué punto su deseo se ha visto cumplido. Y es que ien puede decise, sin temo a exagea, que en Euopa se ha geneado una especie de fascinación po  la filosofía noteameicana; más concetamente, po aquella coiente que le ha dado su más oiginal e influyente imponta: el pagmatismo. Cae imagina que la eacción inicial de sopesa de James se veía de inmediato acompaada po la de su satisfacción, soe todo si tenemos en cuenta que esta favoale acogida que los euopeos dispensan hoy día a la filosofía pagmatista noteameicana no sólo dista de hae sido la haitual, sino que a teno de lo que algunos han dado a entende, tal paece que antes ha deido supea cietos escollos y deja atás soados ecelos. Esto es al menos lo que se puede colegi de las palaas de Jügen Haemas, uno de los actuales y más enomados valedoes euopeos del  pagmatismo noteameicano, noteameicano, cuando afima afima que “hasta en Alemania, el témino témino ‘pagmatismo’ ha dejado de se un insulto y se ha convetido en una cualificación positiva” 1. Sea como fuee, el caso es que la antao denostada filosofía  pagmatista noteameicana ha acaado aiéndose aiéndose camino —po más que no se tataa pecisamente de un camino de osas— a la ota oilla del Atlántico, como dejan enteve, a modo de mojones que sealan este favoale camio de umo, las ecuentes apelaciones a los nomes de Chales S. Peice, William James, John Dewey, Geoges H. Mead y otos pagmatistas clásicos ya conocidos, a

Jügen HAbErMAS, “John Dewey, The Quest for Certainty”, en Tiempo de transiciones, tad. de rafael de Agapito Seano, Totta, Madid, 2004, p. 165. Paa una especie de cónica en tono a los malentendidos, tegivesaciones e incompensiones de que ha estado salpicada la tu ulenta histoia de la ecepción del pagmatismo noteameicano noteameicano en Alemania, Alemania, véase: Hans J OAS, “El pagmatismo ameicano y el pensamiento alemán”, en  El pragmatismo y la teoría de la sociedad, tad. de Ignacio Sánche de la Yncea y Calos rodígue Lluesma, Cento de Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI, Madid, 1998, pp. 109-139. 2

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quienes han ido sumándose los nomes cada ve más familiaes de neopagmatistas contempoáneos como richad roty, richad benstein, Hilay Putnam, Athu Danto, Nancy Fase o Conel West West ente otos. Po más que pueda cifase en las décadas ochenta y noventa de la pasada centuia este “esugimiento del pagmatismo”, tal como ya fuea osevado en su día po richad benstein 2, lo cieto es que desde entonces acá dicho esugi  no ha hecho sino da muestas de una mayo pesencia y consolidación 3. ¿A qué  puede deese esta enacida y ceciente vitalidad del legado pagmatista? ¿Cuál  podía se la clave explicativa de su actual atactivo y elevancia? Sin pejuicio de que puedan se alegadas ota seie de aones, me siguen paeciendo atinadas las aducidas en su día po Conel West en su valiosa contiución a la eevaluación de la tadición pagmatista: The distinctive appeal of Ameican pagmatism in ou postmoden moment is its unashamedly moal emphasis and its unequivocally amelioative impulse. In this wold-weay peiod of pevasive cynicisms, nihilisms, teoisms, and possile extemination, thee is a longing fo noms and values that can make a diffeence, a yeaning fo pincipled esistance and stuggle that can change ou despeate plight 4.

Diíase, en esumidas cuentas, que huiean caído en saco oto las cautelas adoptadas en su día po Chales Peice, comúnmente consideado el fundado del  pagmatismo noteameicano además de acuado del témino, cuando cuando afimaa

richad bErNSTEIN, “The resugence of Pagmatism”: Social Research, vol. 59, n.º 4 (1992),  pp. 813-84 813-840. 0. 3 Paa una descipción más actualiada aceca de los fuctífeos desaollos popiciados po  este enovado inteés en el pagmatismo, véase James T. K LOPPENbErG, “Pagmatism: An Old  Name fo Some New Ways Ways of Thinking?” Thinking?”,, en Mois DICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism:  New Essais on Social Thought, Law, and Culture, Duke Univesity Pess, Duham, 1998, pp. 83127. Paa una uena muesta dento del popio panoama filosófico espaol aceca de la pesencia y consecuencias del llamado “gio pagmatista”, véase Luis A rENAS, Jacoo MUñOz y ngeles J. PErONA (eds.), El retorno del pragmatismo, Totta, Madid, 2001. 4 [El atactivo tan paticula del pagmatismo ameicano en nuesto momento postmodeno eside en su descaado énfasis moal y su inequívoco impulso constuctivo. En estos tiempos en los que pedominan los cinismos, los nihilismos, los teoismos y el posile exteminio, suge un anhelo po nomas y valoes que puedan tene alguna significación, un afán po una esistencia  asada en pincipios pincipios y una lucha po pode camia nuesta desespeada desespeada situación]. situación]. Conel W EST, The American Evasion of Philosophy: A Genealogy of Pragmatism, Univesity of Wisconsin Pess, Madison, 1989, p. 4. (Hay tad. cast. de Daniel y Andea blanch en Editoial Univesidad Com plutense, Madid, Madid, 2008). 2008). Véase paa una pomenoiada, pomenoiada, contextuali contextualiada ada y sugeente sugeente pesentación pesentación de esta oa con motivo de su apaición en castellano, Gonalo M ONGE, “ La evasión americana de la filosofía, de Conel West”:  Foro Interno, n.º 8 (2008), pp. 133-149. 2

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que un vocalo “tan hoooso” —tales ean sus palaas, aunque a deci vedad efeidas más ien al témino “pagmaticismo”— seviía, al menos, paa ponele a salvo de posiles aptoes ante la escasa inclinación que mostaían los filósofos a llamase a sí mismos po dicho nome, haida cuenta del ceciente númeo de adeptos que lejos de hacele ascos a la etiqueta “pagmatista” manifiestan, sin ecato alguno, sentise a gusto ajo la misma. Si como se suele deci   paa muesta vale un otón, no deja de esulta paticulamente ilustativa la figua de Hilay Putnam, conocido filósofo analítico otoa peocupado po cuestiones de lógica matemática, de filosofía del lenguaje y de filosofía de la mente, cuyo ulteio viaje hacia el pagmatismo puede justamente apeciase oa en una mayo atención pestada a los aspectos sociales y políticos —atención econocida de odinaio como una de las “macas de la casa” pagmatista—, oa en los camios intoducidos en su santoal filosófico, al hae ajado de la peana a autoes como Gottlo Fege, rudolf Canap o W. V. O. Quine paa coloca en su luga a Peice, Dewey y, pincipalmente, al popio James. Mas po lo que especta al luga cental que en este esugimiento viene ocupando la figua de John Dewey, dado que seá este auto quien acapae mi atención en las páginas siguientes, pocas dudas caen de que dee en gan medida su actual econocimiento al aval de un enomado miemo del establishment  filosófico, consideado po muchos como el más destacado epesentante del  pagmatismo en nuestos días: el ecientemente fallecido richad roty. Si ya en su tempano e influyente lio  La Filosofía y el espejo de la naturaleza sealaa a Dewey, junto con Ludwig Wittgenstein y Matin Heidegge, como uno de los tes filósofos más impotantes del siglo veinte, en posteioes escitos haía ido otogándole, si cae, una mayo elevancia: ien efiiéndose tan ponto al mismo como “not only waiting at the end of the dialectical oad which analytic  philosophy taveled, ut ae waiting at the end of the oad which, fo example, Foucault and Deleue ae cuently taveling” 5, ien econociendo a la poste que su “liealismo ugués postmodeno” se halla en claa línea de continuidad con el liealismo de Dewey 6.

[No sólo aguadando al final del camino dialéctico ecoido po la filosofía analítica, sino aguadando al final del camino que, po ejemplo, Foucault y Deleue están ealmente ecoiendo]. richad r OrTY, Consequences of Pragmatism, Haveste Pess, bighton-Sussex, 1982, p. XVIII. (Hay tad. cast. de José Miguel Estean Cloquell en Tecnos, Madid, 1996). 6 Véase al especto su intoducción al conjunto de ensayos ecogidos ajo el título Objectivity, Relativism, and Truth. Philosophical Papers I , Camidge Univesity Pess, Camidge, 1991. (Hay tad. cast. de Joge Vigil ruio en Paidós, bacelona, 1996). 5

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Peo más allá de que pueda pesenta en su hae estas cedenciales otianas, seía a su ve opotuno peguntase: ¿a qué oedece este esugi po lo que atae concetamente a la figua de John Dewey?, ¿a qué se dee que aumente sin cesa el númeo de quienes eclaman su ineludile compaía en la genuina taea filosófica de “pensa nuesta popia época”?, ¿dónde, en definitiva, puede adica la clave de su actual ecepción? Vaias —y de muy divesa índole— son las aones que seía acetado pone tamién en su hae a la hoa de explica la continua atacción y la fecunda vitalidad de que vienen dando muesta sus textos e ideas. Así, y po pone tan sólo algunos ejemplos, el impotante papel desempeado en su oa po los conceptos de comunicación, intesujetividad e inteacción páctica, cuya centalidad en estos últimos tiempos en cuanto altenativa al  paadigma de la filosofía de la conciencia centada en el sujeto está fuea de discusión. O su visión de las cosas como sometidas a una genuina contingencia y a un continuo poceso de camio, cuando no su defensa del conocimiento humano entendido como algo povisional, incompleto, falile y poailístico, cuestiones todas ellas que al implica un clao echao de la epistemología y la metafísica tadicionales han acaado encontando una uena acogida en desaollos teóicos más ecientes, ya sea el caso del postestuctualismo ya del postmodenismo. Otas veces es la popia pimacía otogada a la categoía de “acción”, así como tamién la adicalidad con la que aoda la inteacción e influencia ecípoca ente los conceptos po un lado de comunidad, comunicación e intesujetividad y los de democacia, opinión púlica y educación cívica po oto, las que han acaado ejeciendo un podeoso atactivo ente los patidaios de una democacia adical y paticipativa 7. Más ecientemente, la inspiación que su ideal de comunidad siempe ha hallado en el viejo modelo epulicano ha contiuido, de manea asa significativa, a eala su figua de la mano del actual revival  del epulicanismo. Al mismo tiempo, y no en meno medida, otas de las aones que avalan el ceciente inteés despetado últimamente po nuesto auto tendían que ve, más ien, con su papel de intelectual púlico peocupado po los poLa excelente iogafía intelectual de roet b. W ESTbrOOK ,  John Dewey and the American Democracy (Conell Univesity Pess, Ithaca y New Yok, 1991), sin duda ha contiuido a extende o populaia esta imagen de Dewey como un lieal pogesista, un demócata “adical” y un fime defenso de una esfea púlica aieta y paticipativa. No ostante, de la ductilidad  —   po decilo de algún modo— que suyace genealmente a la oa de Dewey, ha ofecido uena muesta el popio Westook cuando, en un taajo posteio, “matia” sensilemente su posición inicial al sugei ahoa que lo que Dewey pomovió no fue tanto una “democacia paticipativa” cuanto una “democacia delieativa”. Véase al especto su “Pagmatism and Democacy: reconstucting the Logic of John Dewey’s Faith”, en D ICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism, pp. 128-140, 138 y nota 31. 7

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 lemas de la sociedad de su tiempo —que en uena pate continúan siendo los nuestos—, tal como ha osevado uno de sus actuales comentaistas: Anothe explanation of Dewey’s esugence may deive fom some impotant histoical paallels. Dewey’s ealy twentieth-centuy Ameica was seaching fo  guidance on many polems which concen people today: polems of  unemployment, homelessness, and the lack of medical sevices fo the poo; the indiffeence of the wealthy towad the poo and woking poo; the alkaniation of   plualistic societies into economically and cultually statified suus; the isolation ought aout y consumeism and hype-individualism8.

Todas ellas son sin duda algunas de las aones que, lejos de agota el ico y vaiado acevo deweyano, más pueden ayuda a explica la viva pesencia de nuesto auto en la “convesación” que la comunidad filosófica tiene planteada en nuestos días. Atás quedan los tiempos —las décadas que siguieon a la Segunda Guea Mundial— en que el pensamiento de John Dewey paeció condenado al ostacismo, ante el iesistile ascendiente en el mundo intelectual noteameicano de postguea de las dos coientes filosóficas llamadas a ejece una mayo influencia duante ese peíodo: el positivismo lógico y la filosofía analítica. Amas contiuyeon, qué duda cae, a socava la pujana y la poyección teóica de nuesto auto 9. El positivismo lógico poque con su pesistente empeo en que el genuino conocimiento ha de hace efeencia a elaciones o agumentos lógicos sujetos a veificaciones empíicas, así como con su consaida insistencia en que las afimaciones nomativas coesponden a emociones y sentimientos sujetivos a los que no cae concedeles el estatus de conocimiento  popiamente dicho, supuso un ataque fontal a una de las pincipales petensio-

[Ota explicación del esugimiento de Dewey podía deiva de algunos significativos  paalelismos históicos. La Améica de pincipios del siglo veinte que conoció Dewey se hallaa  uscando oientación soe muchos polemas que peocupan a la gente hoy día: polemas de desempleo, de gente sin hoga y de falta de sevicios médicos paa los poes; la indifeencia de los icos paa con los poes y los taajadoes empoecidos; la alcaniación de sociedades plualistas en aios estatificados económica y cultualmente; el aislamiento poducido po el consumismo y el hipeindividualismo]. David L. H ILDEbrAND, Dewey. A Beginner’s Guide, Onewold, Oxfod, 2008, p. 3. El popio Hildeand egista cómo esta pujante vitalidad del pensamiento de Dewey se ha hecho extensile incluso a campos como el de la medicina, la ética medioamiental o el feminismo (pp. 207-212). 9 Soe la escasa consideación e influencia que tuvo el pensamiento de John Dewey en la ciencia política noteameicana hasta ya entados los aos sesenta —esto es, una década después de su muete—, véase el ilustativo atículo de James F Arr , “John Dewey and Ameican Political Science”:  American Journal of Political Science, vol. 43, n.º 2 (1999), pp. 520-541. 8

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nes del pagmatismo de Dewey, a sae: que los polemas nomativos concenientes a los asuntos sociales o políticos podían tata de esolvese po medio de la metodología y la investigación científicas. Esta misma petensión fue igualmente atacada más tade po la filosofía analítica, oa con su tajante exhotación a educi la tadicional peocupación de la ética y la filosofía política po las nomas, los valoes e ideales a meos juegos de lenguaje, oa al constei el análisis de téminos como bien, derecho y justicia a cómo son usados de hecho y no a cómo deeían se usados. Como al especto ha osevado con uen tino el ya citado roet Westook: by the ealy fifties, most Ameican philosophes had aandoned Dewey’s lage ethical, social and political concens fo naowe, moe igoous and  pofessional pules of symolic logia and language analysis. If philosophes took  an inteest in the “polems of men” it was not in the polems themselves ut in the ways people talked aout them 10.

Ya que no puede decise, cietamente, que sean pocos ni desdeales los  polemas sociales, económicos, políticos y de muy vaiada índole que en estos momentos acucian a la gente, y si además susciimos la extendida opinión que insiste en atiui uena pate del actual esugimiento de Dewey —amén del elenco de aones anteiomente aducidas— a lo que de elevante y estimulante enciea su haitual modo de aoda los polemas (o po mejo deci: a su actitud intelectual ante los mismos), podemos conveni en que existen soados motivos paa congatulase po la eciente apaición en lengua castellana de dos de las oas más epesentativas de su filosofía social y política: Viejo y nuevo individualismo y La opinión pública y sus problemas 11. Pecedidas amas po sendas esmeadas y competentes intoducciones de ramón del Castillo —a quien tanto dee, dicho sea de paso, la ecepción del  pagmatismo en nuestos laes—, una y ota pulicación ofecen —al igual que otas del mismo peíodo como  Liberalismo y acción social  o  Libertad y cultu-

[Duante los pimeos aos cincuenta, la mayo pate de los filósofos ameicanos haían aandonado las gandes peocupaciones éticas, sociales y políticas de Dewey po los  puzzles más estechos, iguosos y pofesionales de la lógica simólica y los análisis del lenguaje. Si los filósofos llegaan a inteesase po los polemas de la gente, no ea tanto po los polemas en sí mismos como po la foma en que la gente halaa de ellos]. W ESTbrOOK ,  John Dewey and the American  Democracy, p. 537. 11 John DEWEY, Viejo y nuevo individualismo, tad. de Isael Gacía Adáne e intod. de ramón del Castillo, bacelona, Paidós, 2003; y  La opinión pública y sus problemas, tad. de roc Filella con evisión y estudio pelimina de ramón del Castillo, Madid, Moata, 2004. 10

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un puntual, opotuno y evelado diagnóstico de la cisis po la que atavesaa la sociedad capitalista noteameicana ente las décadas veinte y teinta del pasado siglo. Cisis que, como es ien saido, se saldó con la catástofe financiea de 1929 y la Gan Depesión posteio. Estos acontecimientos, al  pone al descuieto la caa más amaga de ese poceso tanto de desintegación social e individual como de pédida de los vínculos comunitaios tadicionales que, desde hacía tiempo, venía caacteiando al país noteameicano, acaaían macando todo un simólico punto de inflexión en la sociedad estadounidense: mientas el individualismo extemo y la úsqueda egoísta del popio inteés caían en el descédito, enacía en su luga una aieta simpatía po la comunidad, la ayuda mutua, la paticipación y la compasión. La liteatua, el cine, el ate y otas muchas expesiones cultuales amientadas en esa época no tadaían en da cumplida cuenta de ese camio de valoes, contiuyendo al mismo tiempo, con innegale eficacia, a dale un mayo impulso. Novelas como  Las uvas de la ira de John Steineck (ganadoa del pemio Pulite y más tade llevada magistalmente al cine po John Fod), películas como  Mr Smith goes to Washington de Fank Capa o  La diligencia del popio Fod, pintuas como las de Noman rockwell, fotogafías como las de Doothea Lange o canciones como las de Woody Guthie, po menciona a vuelapluma tan sólo algunas de esas manifestaciones cultuales más significativas, ponto se convetiían en vedadeos iconos que simoliaían ese deseo de una foma de vida más colectiva y coopeativa o, lo que vendía a se lo mismo, menos individualista y com petitiva. Sin luga a dudas contiuyeon a despeta una mayo sensiilidad social, sensiilidad que se taduciía en que una amplia capa de la sociedad noteameicana pasaa a ve con uenos ojos —o al menos no se mostaa tan enuente a acepta— una mayo intevención del goieno en los asuntos económicos o en sus vidas. Mas si taigo aquí todo esto a colación es con el fin de que podamos enteve mejo, y no pedamos de vista en lo que sigue, el contexto específico en el que deen enmacase las antedichas oas de John Dewey. Pues así sea en un egisto distinto —el conceniente en este caso al ámito filosófico— tamién ellas pueden se contempladas como expesiones o poductos cultuales cuyo telón de fondo, en claa sintonía con cuanto acao de noma, vendía igualmente dado po ese desdichado avata de la histoia noteameicana que supuso la efeida cisis de los aos veinte. Peo veámoslas con un poco más de detenimiento. (Y ojalá que puedan depaanos alguna lección de utilidad, en estos días en que las compaaciones y analogías ente la actual cisis financiea y aquella ota que condujo a la Gan Depesión son cada ve más explícitas e inquietantes).  Foro Interno

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LA iNDiViDUALiDAD COMO UN VALOR ESENCiAL DE LA SOCiEDAD DEMOCRátiCA

Empecemos po Viejo y nuevo individualismo , oa que ecoge una seie de atículos pulicados po Dewey en los meses pevios e inmediatamente posteioes al cac del 29, futo de su peiódica contiución en el ógano de pensa lieal  New Republic . Acaso no esté de más ecoda que en su condición de intelectual  púlico compometido nuesto auto otogaa una gan impotancia al papel infomativo y divulgativo popio de la lao peiodística, po cuanto le pemitía tansmiti su mensaje a una audiencia mucho más vasta. De ahí que se valga de tales atículos paa da a conoce su opinión soe los más vaiados —y sin duda más candentes— asuntos políticos y sociales del momento: la guea y la pa, la poea, la eligión, la efoma educativa y social, el  New Deal  y un lago etcétea. Paa Dewey —y éste seá el punto de aanque de Viejo y nuevo individualismo —, el conflicto que en ese momento asolaa a la sociedad noteameicana se deía a que ésta vivía pesa de la contadicción ente sus ceencias y teoías,  po un lado, y su puesta en páctica e instituciones po oto. Contadicción que venía a hundi sus aíces en una especie de antagonismo que, se podía deci, siempe haía estado pesente en la tadición noteameicana: pues si po un lado ésta se afanaa en postula el ideal de la lietad individual y de la igualdad de opotunidades paa todos, con independencia de su oigen, clase y condición, po  el oto, y al mismo tiempo, no vacilaa en exalta una concepción de la industia y la economía oientada ásicamente al inteés po el eneficio pivado. Osevaa Dewey que esta contadicción se ia decantando de foma cada ve más ostensile hacia un solo lado, a medida que el culto al dineo y la exaltación del éxito cematístico impeaan po doquie, de suete que los viejos ideales de lietad, igualdad y desaollo de una auténtica individualidad que siempe haían fomado pate de la tadición y el legado noteameicanos, apaecían ahoa hasta tal punto defomados que se hacían ieconociles en el maco de esa “cultua pecuniaia” que se ia aiendo ante sus ojos: En luga del desaollo de aquellas individualidades que pofetiaa, lo que se da es una pevesión del ideal enteo de individualismo paa ajustase a las costumes de una cultua del dineo. Se ha convetido en la causa y la justificación de las desigualdades y opesiones. De ahí nuestos compomisos, así como los conflictos en los que los fines y citeios se han distosionado hasta lo ieconocile12. 12

DEWEY, Viejo y nuevo individualismo, p. 60.

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En contaste con esos ideales que la vesión noteameicana del individualismo petendía segui alando como andea, el vedadeo pototipo de individuo americano que se estaa imponiendo po aquel entonces en los Estados Unidos y haía empeado a expandise po otos países se caacteiaía, más ien, po su caencia de una vedadea pesonalidad; esto es, po su despesonaliación, estandaiación y unifomidad (o po su unidimensionalidad, dicho sea con el conocido témino de Heet Macuse). Éstos vendían a se los asgos más epesentativos de ese individuo engendado en el seno del “capitalismo copoativo” que entonces se estaa desaollando; asgos que venían a pone al descuieto, una ve más, el consaido mentís que la cuda ealidad impone po egla geneal a los pegonados ideales. La pesistencia de este individualismo “económico egoísta”, como lo denomina el po pio Dewey, guiado exclusivamente po el eneficio económico pivado y cuyos citeios de valo pedominantes povendían del éxito monetaio, se eigiía así en el pincipal ostáculo paa la ceación de un nuevo tipo de individuo cuyos esquemas de pensamiento y acción viniean pemanentemente macados po el consenso, la sociailidad y la coopeación con los demás. De suete que la autocomplaciente y nacisista poclamación del “ameicanismo” como aquetipo ejempla de individualismo no dejaa de se, a fin de cuentas, más que un símolo de la ceciente cuantificación, estandaiación e indifeenciación que se ia adueando pogesivamente de la vida de la sociedad noteameicana. Ceo que se podía afima al hilo de los agumentos de Dewey, sin temo  a equivocase, que duante el tan poclamado y celeado “eino del individualismo” de que hacían gala los Estados Unidos, lo que ealmente estaa teniendo luga ea el ocaso y declive de la auténtica individualidad. Que el coste de este declive entaaa además un macado componente moal, ea algo que dejaa enteve la velada cítica al  American Dream contenida en el somío diagnóstico efectuado po nuesto auto aceca de esa declinante deiva que estaa siguiendo el individualismo noteameicano. En efecto, el viejo “sueo ameicano” de una vida mejo y llena de opotunidades paa todos, que tan gan impulso haía coado tas la pospeidad económica sin pecedentes expeimentada po la joven democacia noteameicana en décadas anteioes,  paecía esta tocando a su fin. El ya mencionado cac del 29 y la Gan Depesión de los aos teinta supusieon la quiea de aquel clima de optimismo y confiana en el futuo que haía sugido al ampao de dicha pospeidad, al tiempo que hiieon de muete a ese oto componente del sueo ameicano —  fundado po cieto en una filosofía individualista  par excellence — tan emlemáticamente encanado en la exitosa imagen del “home hecho a sí mismo”  Foro Interno

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( self-made man ). Tal ve no esulte ocioso ecoda aquí, en ese sentido, los cáusticos y coosivos ataques diigidos desde entonces conta el  American  Dream , como los que de foma tan expesiva como canónica podemos halla,  pongamos po caso, en  El Gran Gatsby de Scott Fitgeald o en  Muerte de un viajante de Athu Mille. Pues lo cieto es que tanto en Jay Gatsy como en Willy Loman, sus espectivos y aquetípicos dramatis personae , caacteiados po vivi atapados en una sociedad desenfenadamente capitalista y mateialista donde paa alcana la iquea, el éxito o la fama no se epaa en noma alguna de actuación incluida la taición a los popios pincipios e ideales, pueden econocese no pocos de los asgos que aceca de esa declinante deiva del individualismo noteameicano John Dewey vislumó tan tempana como ceteamente. Así pues, ante esa situación tan acemente descita en su diagnóstico no deiea sopendenos que la necesidad de econstui, efomula e impulsa  una cultua individualista de nuevo cuo, capa de hace genuinamente suyos aquellos valoes que en oto tiempo fueon encanados po la mejo vesión del viejo individualismo y que ahoa, de foma tan estepitosa, se estaan viniendo aajo, emegiea paa Dewey como uno de los polemas cuciales que la democacia noteameicana tenía planteados en aquellos días: “el polema esencial seía la ceación de un nuevo individualismo que esultaa tan significativo paa las condiciones modenas como, en su época y su contexto, lo fuea el viejo individualismo en su mejo momento”. 13 Lejos, po consiguiente, de lamentase po los uenos tiempos ya pasados o de incui en vanos ejecicios de nostalgia, nuesto auto aoga decididamente po el cultivo de un nuevo tipo de individualismo que sea capa de econduci esas fueas fagmentaias y desintegadoas a fomas más plenas e integadoas de elación social. Dicho con otas palaas, lo que está en juego paa Dewey es la confomación de una nueva clase de individuo: un individuo más eceptivo y aieto a los camios; más pepaado, en suma, paa desplega sus múltiples capacidades. La plasmación de este tipo de individuo se ha vuelto paa él, además, una taea peentoia. Pues si la confiana, la seguidad y la estailidad pesonal acostuman po  egla geneal a depende de un conjunto de sólidos valoes a los que pode mosta una fime adhesión, en las cicunstancias vigentes donde las fueas económicas, industiales y tecnológicas están destuyendo los vínculos sociales tadicionales, las lealtades que en su día pofesaon los individuos a cietos valoes que les sevían de apoyo u otogaan a su vida una diección y una pespectiva

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Iid., p. 71.

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unitaia pácticamente han desapaecido. La consecuencia que esto tae consigo no se hace espea: ese sentimiento de pédida, de desampao, de confusión y desconcieto que, en mayo o meno gado, suele pesidi la vida de los individuos. El popio Dewey es soadamente consciente de los iesgos que esta situación entaa cuando adviete, con palaas sin duda muy adecuadas paa los tiempos que coen, cómo: El meo intento de emedia la desintegación del individuo —y po medio de él de la sociedad entea— ecuiendo a un cultivo delieado y consciente de la eligión demuesta de po sí hasta qué punto el individuo está pedido po haese desvinculado de los valoes sociales econocidos. No es nada ao que, cuando esta exhotación no adopta la foma de un fundamentalismo dogmático, tienda a desemoca en algún tipo de ocultismo esotéico o esteticismo pivado 14.

Peo entonces, ¿cómo contaesta los efectos de dicha desintegación, cuyas consecuencias más palmaias vendían a se la fagmentación social y la consiguiente pédida de los vínculos comunitaios tadicionales?, ¿cómo ehace la sociedad con el fin de favoece la pomoción de un nuevo tipo de individuo, de una individualidad más plena y vital? En la medida en que la taea  pioitaia paa Dewey consistiía en salvaguada el desaollo de un “nuevo individualismo” y elimina las taas que se oponen a dicho desaollo, su po puesta de econstucción de una nueva cultua individualista se diigiá pinci palmente, como tendemos ocasión de examina más adelante, a tata de esta lece el amenaado individualismo po medio de una evitaliación de la vida comunitaia. Volveemos con mayo detalle soe este punto, pues no en vano ocupa un luga cental en el pensamiento de John Dewey. Peo antes quisiea llama la atención soe una cuestión no menos elevante. Me efieo a la enome impotancia que nuesto auto va a concede, en ese sentido, a las condiciones sociales en que se desaolla el ejecicio mismo de la individualidad, esto es, a las bases materiales de la vida social necesaias paa que dicha popuesta de un nuevo tipo de individualismo pueda llega a floece. Pues como explícitamente econoce: “Los ideales, incluido el de una individualidad nueva y efectiva, se tienen que fagua poco a poco a pati de las posiilidades que ofecen una seie de condiciones existentes” 15. Dicho de oto modo, paa nuesto filósofo pagmatista no  astaía con invoca los ideales; haía que peocupase, más ien, po enconta  14 15

Iid., p. 94. Iid., p. 174.

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la vía de su ealiación. De ahí que dé ceteamente en la diana Sidney Hook  cuando seala, en la amale semlana intelectual de su maesto, que su inteés  po los individuos “no se centa en el de el individuo paticula, sino en las condiciones y polemas que afectan a un gan númeo de individuos” 16. Tanto más cuanto que el pedominio de ese individualismo competitivo o “económico egoísta” taía consigo una ceciente y opesiva desigualdad que imposiilitaa, en la  páctica, el desaollo de una vedadea individualidad. Po eso a la hoa de  ponese manos a la oa paa tata de estalece el ideal de una auténtica y efectiva individualidad Dewey acaaá incluyendo, en un luga ien visile de su agenda, la necesidad de comati la desigualdad socioeconómica, saedo de que difícilmente dicho ideal puede llega a tene visos de viailidad paa quienes son víctimas de la exclusión y la disciminación social o, lo que es más, se ven pivados de cieto ienesta económico. Así las cosas, ¿qué puede tene de extao que en el momento mismo de toma nota del estecho nexo existente ente su popuesta de econstucción de un nuevo individualismo y la llamada cuestión social , acaaa asomando “el lado socialista” de John Dewey, a la saón uno de los cíticos más adicales e implacales de la ideología del laissez-faire y de las políticas efomistas del  New  Deal ? En efecto, si la teoía económica del laissez-faire  —con su ceencia en unas leyes natuales que guiadas po la “mano invisile” de una especie de povidencia enefactoa acaan poduciendo una amonía ente el eneficio pesonal y el eneficio social— defendía, como es ien saido, un mínimo de “intefeencia” estatal especto a cualquie foma de pode económico o industial, Dewey, en aieto contaste con dicha teoía, sostiene que paa hace efectivas la lietad, la igualdad de opotunidades y la plena ealiación de las capacidades individuales es peciso estalece una cieta planificación o contol púlico de la industia y la economía, además de acomete camios más pofundos y adicales en la popia estuctua económica del capitalismo noteameicano que los impulsados po las popuestas efomistas del  New Deal . A su juicio, el “viejo liealismo” del laissez-faire —cimentado en los deechos de popiedad individual de John Locke y en el ethos competitivo de Adam Smith— sólo sevía paa encui  la utal competencia social y los ostáculos a menudo insalvales paa muchos individuos. De ahí que acae popugnando un “nuevo liealismo” —al que denominaá renascent liberalism y del que ofeceá una vesión más acaada en  Liberalismo y acción social  (1935)—, capa de comina la defensa de la lie-

Sidney HOOK ,  John Dewey. Semblanza intelectual , tad. de Luis Aenas, Paidós, bacelona, 2000, p. 27. 16

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tad pesonal caacteística del liealismo clásico con una mayo igualdad social y un mayo contol estatal de la economía 17. No en vano se hallaa convencido —  convencimiento que se vio efoado, vuelvo a epeti, po esa gan conmoción causada po el colapso del capitalismo noteameicano en 1929— de la necesaia intevención y planificación del Estado con el fin de evita el despilfao, la injusticia y el malesta social supuestamente intoducidos po el “desoden natual” del mecado. Es así como podemos llega a lee en Viejo y nuevo individualismo : Estamos en camino hacia alguna foma de socialismo, llámese con el nome que se quiea, y no impota cómo dialos se llame si se hace ealidad. El deteminismo económico es un hecho, no una teoía. Peo hay una difeencia y una opción ente elegi un deteminismo ciego, caótico y caente de planificación, futo de una economía que sólo pesigue el eneficio pecuniaio, o la deteminación de un desaollo socialmente planificado y odenado. La difeencia y la elección ente un socialismo capitalista y un socialismo púlico 18.

¿Ingenuidad o falta de ealismo político? Pudiea se. Mas no me detendé ahoa soe este asunto, po ota pate ya ocasionalmente sealado po algunos de sus cíticos y comentaistas. En su luga quisiea más ien destaca, paa lo que aquí nos inteesa, cómo tas la cítica deweyana al liealismo del laissez faire suyace tamién la acusación de que dicho liealismo pate de una concepción apioística y atomística de la individualidad que se juga equivocada. De acuedo con tal concepción los individuos son sees ya peconstituidos, autosuficientes y autoconscientes, sees esencialmente egoístas pedispuestos ante todo a guiase po sus popios inteeses. Dewey va a denuncia este apioismo y atomismo astactos, este individualismo exaceado que contempla a los individuos como independientes de las elaciones sociales que estalecen, a la pa  que pone de manifiesto su acendada concepción del individuo como un se ásica y consustancialmente social: 17

Po lo demás, y como ha osevado James T. K LOPPENbErG en su pomenoiado estudio

Uncertain Victory. Social Democracy and Progressivism in European and American Thought, 18701920 (Oxfod Univesity Pess, New Yok, 1986), esta edefinición del liealismo como vía

intemedia ente liealismo y socialismo no es ajena —antes ien, coe paeja— a la planteada en Euopa en aquellos mismos aos tanto po pate de nacionalistas lieales (así Leonad T. Hohause o Max Wee) como po pate de socialdemócatas evisionistas (así beatice y Sydney We, Jean Jauès o Eduad benstein). Lo que daía pie a pode hala de una cieta “convegencia intelectual”, a amos lados del Atlántico, especto a la conveniencia de extende el pincipio democático de igualdad desde las esfeas civil y política hasta la esfea económica, aacando de ese modo a toda la sociedad. 18 D EWEY, Viejo y nuevo individualismo, p. 137.  Foro Interno

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Esta línea de pensamiento tata al individuo como si fuea algo peviamente definido y con un contenido fijo. Ignoa el hecho de que la estuctua mental y moal de los individuos, así como los modelos de sus deseos e intenciones, camian junto con los gandes camios en la estuctua social 19.

Como uen pagmatista nuesto auto temina echaando, po consiguiente, ese mundo de esencias fijas, asolutas y necesaias popio de la metafísica tadicional, insistiendo en su luga en la plasticidad, la tansfomación y la contingencia de nuesta individualidad. Concie a los individuos como sees inacaados y sometidos a un continuo poceso de fomación y de cam io, haciendo especial hincapié en cómo se hallan moldeados e influidos po  las condiciones históicas que les peceden, po los contextos socio-cultuales que haitan, po los lenguajes que halan y, en tanta o mayo medida, po las elaciones sociales y pesonales que estalecen. No en vano la denominada “constucción social del yo” —tan caa al interaccionismo simbólico de su colega y amigo Geoge H. Mead— está llamada a desempea un papel pimodial en la concepción que Dewey tiene de la individualidad, hasta el punto de pode afima que sus pemisas ontológicas pemanecen muy alejadas de la ontología del individualismo monádico. Pues de acuedo con lo que ya haía sugeido en la que caía califica como su oa más popiamente de psicología social,  Naturaleza humana y conducta (1922), el “yo” lejos de se la expesión necesaia de una esencia humana ontológicamente pedeteminada y univesalmente compatida seía, más ien, una ceación individual, contingente y camiante. Y aun cuando desde esta pespectiva podamos conveni en que nuesto auto acaa concediendo, po así deci, un cieto pivilegio “teleológico” al individuo, ello no quita paa que la sociedad peceda y moldee su constitución. Una sociedad constituida no po individuos aislados e incomunicados ente sí sino po individuos en constante y mutua inteacción, cuya  paticipación en la colectividad supondía un vedadeo ealce del popio individualismo. Y ello po mo de que la individualidad no es un dato acaado desde el pincipio que dea se potegido contra la “sociedad” sino, antes  ien, una cualidad que ha de se potenciada y desaollada a tavés de las elaciones sociales paa que la individualidad de cada uno pueda ealmente contiui a la individualidad de los demás. De donde se despende que el macado sesgo individualista de nuesto auto en asoluto está eido, como indicáamos más aia, con la enome impotancia que atiuye igualmente

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Iid., p. 108.

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a la comunidad. Antes al contaio, se podía afima que pomove una vedadea individualidad y una vedadea comunidad seía paa él, en última instancia, un mismo y único poceso. Como a este especto ha llegado a expesa  uno de sus autoiados intépetes: Esta concepción celula de la sociedad lleva a Dewey a estalece una distinción ente individualismo, el ideal de autonomía en un mundo lockeano, y la individualidad entendida como la identificación de la foma popia en que cada  pesona puede contiui a la comunidad. Es ésta última la que ha de se  cultivada20.

En definitiva, fente a un individualismo eceloso de la vida púlica que mia con desconfiana y seveidad a la política (o más estictamente: al Estado y sus instituciones), Dewey acaaá defendiendo la paticipación como un ien  paa la ealiación del individuo. La autoealiación pesonal equeiía la paticipación activa en la res publica y en los asuntos de goieno, la peocupación esponsale po el ien común de la comunidad 21. Diíamos, haciendo uso aquí de la célee distinción de Isaiah belin ente lietad positiva y lietad negativa, que paa Dewey esta última no es lietad suficiente paa gaantia la vedadea democacia. Lo que él denomina lietad “efectiva” tendía que ve, más

raymond D. bOISVErT,  John Dewey. Rethinking our Time, State Univesity of New Yok, Alany, 1997, p. 106. 21 En este sentido, y fente a la más clásica e influyente tesis sostenida po Louis H ArTz en The Liberal Tradition in America (Hacout bace, New Yok, 1955), según la cual la tadición  política noteameicana deido a deteminadas cicunstancias históicas —como la ausencia de un feudalismo euopeo— ya desde sus inicios se asentó soe un consenso lockeano especto a los deechos de popiedad, buce Ackeman ha defendido más ecientemente una tesis distinta. Según este auto, Hat haía hecho caso omiso de una vesión del liealismo noteameicano caacteiada po hundi sus aíces en la  polis giega clásica y alejase de las pemisas lockeanas: una vesión del liealismo que no considea a las pesonas como individuos astactos sepaados de su contexto social y paa la que la ase de la lietad pesonal supone una cieta clase de vida política que equiee, a su ve, el cultivo y la pomoción de una ciudadanía lieal. John Dewey seía, en opinión de Ackeman, uno de esos claos exponentes de esta versión republicana del liealismo noteameicano (ente los que se contaía tamién John rawls). Véase buce A CKErMAN, We the People: Foundations, Havad Univesity Pess, Camidge, Mass., 1991, p. 30. En esa misma diección de seala la impotancia que paa el concepto de autonomía individual de Dewey tiene su inscipción dento de un deteminado contexto de significados compatidos (como pueda selo el contexto de una comunidad moal), ha apuntado Daniel M. S AVAGE en: John Dewey’s Liberalism:  Individual, Community, and Self-Development , Southen Illinois Univesity Pess, Caondale y Edwadsville, 2002. 20

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 ien, con la lietad positiva 22. A su juicio los asuntos púlicos democáticos deen se incopoados al ideal de la autoealiación individual, ya que difícilmente este ideal puede se alcanado de foma plena y exitosa si el individuo se centa exclusivamente en el estecho magen de la vida pivada y enuncia a paticipa en la vida púlica. Con lo cual Dewey acaa suayando, de foma mucho más dástica que otos lieales pagmatistas de última (o de penúltima) honada, estoy pensando en richad roty, la necesidad e impotancia de la vida comunitaia paa la autoealiación pesonal, ya que en su opinión el desaollo individual en su más pleno sentido sólo puede se alcanado en el contexto de la actividad social 23. Como afimó en oto luga: “Only y paticipating in the common intelligence and shaing in the common pupose as it woks fo the common good can individual human eings ealie thei tue individualities and ecome tuly fee”24. Todo lo dicho no es óice, sin emago, paa deja de econoce que los ostáculos que se alaan ante los individuos a la hoa de hace efectiva dicha paticipación ya venían siendo, desde hacía tiempo, motivo constante de peocupación paa Dewey. Así quedó expesamente constatado con la apaición, un pa de Se podía deci que paa nuesto filósofo pagmatista la lietad, en conguencia con su ontología social, no consistiía tanto en una posesión individual cuanto en una adquisición socialmente condicionada. Soe el significado e implicaciones de esta acepción de la lietad en elación con las nociones de “individualidad” y “democacia” en Dewey, véase: Matthew F ESTENSTEIN, “The Ties of Communication: Dewey on Ideal and Political Democacy”:  History of Political  Thought , vol. 18, n.º 1 (1997), pp. 104-124, especialmente pp. 108-113. 23 Digamos de paso que no son pocos los que, en ese sentido, han citicado la intepetación que roty ha hecho haitualmente de la oa de Dewey. Así, po ejemplo, richad J. b ErNSTEIN le ha acusado de “distosiona y taiciona el legado de Dewey” (véase su “One Step Fowad, Two Steps backwad: richad roty on Lieal Democacy and Philosophy”:  Political Theory, vol. 15, n.º 4, 1987, pp. 538-563, p. 541). Ente la extensa iliogafía que ha poducido este asunto, haía tamién que destaca los taajos de Gay b rODSKY, “roty’s Intepetation of Pagmatism”: Transactions of the Charles S. Peirce Society, vol. 18, n.º 4 (1982), pp. 311-337; James C AMPbELL, “roty’s Use of Dewey”: Southern Journal of Philosophy, vol. 22, 1984, pp. 175-187; y richad SHUSTErMAN , “Pagmatism and Liealism etween Dewey and roty”:  Political Theory, vol. 22, n.º 3 (1994), pp. 391-413. Paa una muy atinada visión aceca de las coincidencias y (soe todo) difeencias ente amos autoes, véase igualmente: Juan Calos M OUGN r IVErO, “roty y la inte petación de la oa de Dewey”, en A rENAS, MUñOz y PErONA (eds.), El retorno del pragmatismo,  pp. 187-216. 24 [Sólo fomando pate de una inteligencia común y paticipando en un mismo poyecto oientado al ien común, pueden los sees humanos ealia sus vedadeas individualidades y llega a se vedadeamente lies]. John D EWEY, “Liealism and Social Action”, en The Later Works of John Dewey, 1925-1953, ed. po Jo Ann boydston, vol. 11 (1935-37), Southen Illinois Univesity Pess, Caondale y Edwadsville, 1991, p. 20. (Hay edic. cast. con un valioso estudio intoductoio de J. Miguel Estean Cloquell en Alfons el Magnànim, Valencia, 1996). 22

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aos antes, de  La opinión pública y sus problemas (1927). Pues aquí, como tendemos ocasión de oseva seguidamente, además de suaya el impotante  papel desempeado po los laos comunitaios en la confomación social del individuo, va a hace tamién especial hincapié en el significado y tascendencia de una sociedad democática de caa a pomove el desaollo de una auténtica “individualidad” como un valo opuesto al “individualismo”. O, más exactamente, como un valo opuesto al de ese “viejo individualismo” del laissez-faire que, como vimos, apaecía suyugado po la “cultua pecuniaia”. POR UNA REVitALizACióN DE LA OPiNióN PúBLiCA Y DE LA CiUDADANíA DEMOCRátiCA

Como se ha podido apecia en el tanscuso del apatado anteio, detás de su  peocupación po el fenómeno de la desintegación social e individual —peocupación que apaece como una constante y confiee cieta unidad a la seie de atículos ecogidos en Viejo y nuevo individualismo —, lo que Dewey está peci iendo es una especie de conflicto ente capitalismo y democacia. Pues si el ien común en una sociedad democática engloaía po un lado, de acuedo con nuesto auto, la paticipación activa de los individuos en la vida comunitaia, po  oto lado, y como consecuencia de las pofundas tansfomaciones económicas, tecnológicas, sociales y cultuales que taía consigo esa ea de las gandes co poaciones multinacionales, las sociedades capitalistas desaolladas se veían aocadas a un inexoale poceso de disociación y disgegación que, a la poste, convetía el ideal de la paticipación de los ciudadanos en la esfea democática en una mea ilusión. Seá pecisamente esta osevación la que se eija en el eje cental soe el cual van a gia los análisis desaollados po Dewey en  La opinión pública y sus problemas . Análisis que se pesentan siempe aquí acompaados, como tendemos ocasión de compoa, de una enégica y apasionada defensa de la democacia paticipativa. Ahoa ien, paa una mejo o más adecuada compensión de dicha oa conviene tene pesente que ésta suge y dee leese como una espuesta diectamente diigida a los influyentes lios  Public Opinion (1922) y The Phantom  Public (1925), pulicados pocos aos antes po ota de las más descollantes figuas de la vida intelectual noteameicana en la pimea mitad del siglo veinte: Walte Lippmann. billante, eudito, elitista y antielicista petina, este distinguido y afamado peiodista que llegó a se consideado el columnista más influyente de los Estados Unidos, econocía la impotancia y tascendencia de la opinión púlica paa la vida democática, peo le inquietaa enomemente el pode   Foro Interno

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de manipulación y confomación de las conciencias que conseguía ejece la po paganda política a tavés de la distosión y tegivesación de la infomación. Él mismo se efeía a este poceso de manipulación y contol de las conciencias con la expesión “la faicación del consentimiento” ( the manufacture of consent , témino que ha sido etomado y populaiado más ecientemente po Noam Chomsky). Un poceso que como la evidencia empíica se encagaa de demosta, esultaa extaodinaiamente efica a la hoa de nula la capacidad de compensión de las masas, de toca sus ideas en esteeotipos o de povoca sus espuestas emocionales e iacionales, socavando de ese modo el pode de la opinión púlica y, po ende, de la democacia misma. A su juicio, una cosa es que idealmente la opinión púlica constituya la ase soe la que se asienta la fuea de un goieno democático y, ota muy distinta, que la opinión púlica pueda ealmente confoma la ase del ien púlico y de la acción política cuando las masas están escasa o malamente educadas aceca de los asuntos de inteés común. ¿Cómo esolve este intincado dilema ente el econocimiento, po un lado, de la impotancia que paa la vida política tiene la paticipación democática del  púlico y la constatación, po oto lado, de la existencia de un púlico despolitiado, desinfomado y poco capacitado paa ejece dicha paticipación? Lippmann, convencido como estaa de la popensión de las masas a actua iacionalmente y al que no le dolían pendas paa tilda de “mito” la idea misma de un  púlico democático, teminaá apelando al conocimiento y la autoidad del expeto (valdía deci tamién: del especialista científico o de una elite intelectual) como la mejo vía paa tata de palia o contaesta las consecuencias negativas deivadas de dicha manipulación de los individuos po la popaganda. Halando en plata: Lippmann se decantaá po la intevención del expeto en los asuntos púlicos en detimento de la acción política democática. Fente a esta solución tan pesimista, tecnocática y, en último témino, tan elitista, Dewey va a ofece una espuesta de signo diametalmente opuesto 25. Admitía la deuda que haía contaído con las oas de Lippmann, econocía la evidencia de muchos de sus análisis, susciía uena pate de sus agumentos y,

Paa una econstucción del ya clásico deate Lippmann/Dewey, véase: Mak W HIPPLE, “The Dewey-Lippmann Deate Today: Communication Distosions, reflective Agency, and Paticipatoy Democacy”: Sociological Theory, vol. 23, n.º 2 (2005), pp. 156-178. Paa una más sucinta osevación aceca de este deate, especialmente po lo que atae a la compleja elación existente ente los intelectuales y el púlico democático, emito a Jeffey C. G OLDFArb, Los intelectuales en la sociedad democrática, tad. de Camen Matíne Gimeno, Camidge Univesity Pess, Madid, 2000, pp. 60-76. 25

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 po encima de todo, compatía ese inteés y peocupación po la macha de la opinión púlica, pesuadido como estaa de que “la vía más fácil paa alcana  un contol de la diección política es el contol de la opinión” 26. Peo pensaa, en macado contaste con aquél, que los polemas de la democacia como mejo se esolvían ea favoeciendo una mayo paticipación del púlico en la vida política. Tanto más cuanto que conceía la democacia, ásica y pimodialmente, como un pode —o un valioso ecuso— en manos del púlico. En efecto, el  público, un vocalo deivado del latín  populus (el puelo) que, a su ve, no deja a de se una vesión ampliada del demos giego, lo que denotaa, en ealidad, ea al gupo que se haía hecho aceedo del pode en las nacientes democacias modenas. Sólo que ajo las condiciones cada ve más complejas, camiantes e inestales de las sociedades industialiadas, dicho púlico —que antao aacaa una existencia social compatida, una supuesta homogeneidad y, hasta cieto punto, unos valoes y ojetivos comunes— se estaa convitiendo en un conglomeado heteogéneo de gupos o colectividades: El polema, ien miado, no es que no haya púlico…El polema es que hay demasiado púlico, o sea, un púlico demasiado difuso y diseminado, y demasiado intincado en su composición…Y queda poco que pueda cohesiona a estos difeentes púlicos en un todo integado 27.

La pesencia de este púlico indeteminado, fagmentado y desoganiado al que le esulta cada ve más complicado llega a identificase y distinguise como tal, lo que genea es tanta confusión y desconcieto que acaa oscueciendo, po así deci, la visión aceca de las vías o mecanismos de que se puede vale  la paticipación política: “El púlico está tan confundido y eclipsado que ni siquiea puede ve los óganos a tavés de los cuales se supone que inteviene en la acción política y el sistema de goieno” 28. El esultado no se hace espea: una mayo apatía po pate de una ciudadanía ya de po sí cecientemente escéptica especto a la eficacia o conveniencia de la acción política. Ello puede fácilmente constatase cuando osevamos que (leemos con palaas una ve más plenas de actualidad): Sólo la costume y la tadición, más que la convicción aonada, junto con una vaga fe en el cumplimiento de las popias oligaciones cívicas, llevan a las

DEWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 155. Iid., p. 131. 28 Iid., p. 122. 26 27

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unas a un elevado pocentaje del 50% que aún vota. Y de ellos, como se suele oseva, un gan númeo ealmente vota en conta de algo o de alguien, y no a favo de algo o alguien29.

Po si no astaa con lo dicho, este “eclipse del púlico” se veía tamién agavado po esas múltiples distacciones y evasiones que han pasado a foma   pate inexoale de la vida contempoánea, contiuyendo así a la existencia de un púlico distaído, disipado y cada día más alejado de la enegía intelectual o de la atención expesa que equieen la paticipación política y el compomiso  púlico. En palaas textuales de nuesto auto: El home, además de un animal político, tamién es un animal que consume y que disfuta. Lo decisivo es que el acceso a los medios de divesión se ha convetido en algo fácil y aato como nunca antes lo haía sido. Es posile que la actual ea de ‘pospeidad’ no sea duadea. Peo el cine, la adio, las pulicaciones  aatas y el automóvil, con todo lo que epesentan, han nacido paa pedua. El hecho de que no sugiean con el popósito delieado de apata la atención de los asuntos políticos no les esta efectividad en ese sentido. Los elementos políticos de la constitución del se humano, aquellos que tienen que ve con la ciudadanía, quedan ainconados a un lado. En la mayoía de los cículos es difícil mantene  una convesación soe un tema político; y si llega a iniciase, ápidamente se aandonaá ente osteos de auimiento. En camio, cuando se saca a eluci el tema de la técnica y las pestaciones de divesas macas de automóvil, o de los méitos espectivos de cietas actices, el diálogo fluye y se mantiene vivo 30.

En medio de este escenaio tan poco popicio al que se ve aocado el púlico, el popósito de Dewey es contiui a su evitaliación, entendiendo que la mejo vía es tata de ogania a ese púlico difuso en tono a temas, inteeses y ojetivos comunes. Ahoa ien, ante ese cúmulo de polemas que acaamos de seala —esto es, la existencia de un púlico eclipsado, fácilmente manipulado po los media, “alcaniado” en múltiples gupos guiados po su popio inteés y peso de una ceciente apatía po los asuntos políticos—, no caía sino peguntase: ¿de qué medios podemos valenos paa evitalia al púlico?, ¿ajo qué condiciones puede éste llega a econocese y oganiase como tal?, ¿qué equisitos seían necesaios paa que logaa defini y expesa sus inteeses o, más aún, paa que conviniea en adheise en tono a un ideal compatido?

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Iid., p. 130. Iid., p. 132.

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La espuesta de Dewey pasaía, en pime luga, po la llamada búsqueda de una Gran Comunidad : “Mientas la Gan Sociedad no se convieta en una Gan Comunidad, el Púlico seguiá eclipsado. Sólo la comunicación puede cea una gan comunidad”31. Si con el témino “Gan Sociedad” está aludiendo a esa sociedad cada ve más disgegada, astacta e impesonal que venía siendo impulsada  po las nuevas fueas tecnológicas y económicas ligadas al poceso de industialiación capitalista —ente cuyas consecuencias más visiles estaía el desaaigo de los individuos especto de sus pequeas comunidades locales caacteiadas  po su homogeneidad y sus estechos vínculos comunicativos—, con la expesión “Gan Comunidad” está efiiéndose a su consaido popósito de contaesta ese  poceso de disgegación y atomiación a tavés de una evitaliación de la dimensión comunicativa, esto es, de esos vínculos vitales y paticipativos capaces de genea una expeiencia común compatida 32. En este sentido, y más allá de las supuestas y a menudo sealadas vaguedades, impecisiones y dificultades que entaa la expesión Gan Comunidad, lo que me gustaía po de ponto destaca  es el papel fundamental que desempea aquí (y se podía pefectamente aadi: en el conjunto de la oa deweyana) el témino “comunicación” 33. Una comunicación efectiva seía la condición  sine qua non  paa pode estalece esa Gan Comuni-

Iid., p. 134. Con téminos más o menos similaes volvemos a halla esta idea expesada más adelante: “Sea lo que sea lo que el futuo nos depae, una cosa es segua. A menos que se pueda ecupea la vida comunitaia, el púlico no puede esolve adecuadamente su polema más acuciante: hallase e identificase a sí mismo”. Iid., p. 172. 32 En palaas de uno de sus vesados intépetes, Dewey veía necesaio “to ecognie the diffeence etween ‘association’ and ‘community’. Associative action is the condition of the ceation of communities; ut association is physical and oganic, wheeas community is moral . [reconoce  la difeencia ente ‘asociación’ y ‘comunidad’. La acción asociativa es la condición de la ceación de comunidades; peo la asociación es física y ogánica, mientas la comunidad es moral ]. Tey HOY, The Political Philosophy of John Dewey. Towards a Constructive Renewal , Paege, Westpot y London, 1998, p. 105. 33 Como afimó en ota de sus más conocidas oas,  Democracia y Educación (título que deja tasluci, po cieto, esa elación de ecípoca implicación ente amos conceptos en la que suele cifase el núcleo sustancial de su teoía política): “Thee is moe than a veal tie etween the wods common, community, and communication. Men live in a community in vitue of the things which they have in common; and communication is the way in which they come to possess things in common”. [Hay más que un vínculo veal ente las palaas común, comunidad y comunicación. Los homes viven en una comunidad po vitud de las cosas que tienen en común; y la comunicación es el modo en que llegan a posee cosas en común]. John D EWEY,  Democracy and Education, en The Middle Works of John Dewey 1899-1924, ed. po Jo Ann boydston, vol. 9 (1916), Southen Illinois Univesiy Pess, Caondale y Edwadsville, 1980, p. 7. (Hay tad. cast. de Loeno Luuiaga en Moata, Madid, 1995). 31

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dad, pues es a tavés de ella como el púlico puede llega a econocese, aticulase y ponunciase como tal. Tanto más cuanto que la comunicación es tamién la vía po medio de la cual el individuo loga conectase con la sociedad, tansfomase en un tipo específico de se social y aise a la posiilidad de una expeiencia compatida. Y seá mediante esa expeiencia compatida como los individuos puedan llega finalmente a identifica y expesa sus polemas, inteeses y aspiaciones comunes. De ahí la conveniencia, cuando no la necesidad, de deliea y eflexiona púlicamente, de deati y toma conjuntamente decisiones soe aquellos asuntos que ineludilemente concienen a todos y teminan afectando,  po tanto, al ienesta común. Pues como asegua Dewey: “No puede hae púlico sin una plena pulicidad especto a todas las consecuencias que le ataen” 34. Huelga deci que en este punto su distanciamiento con los planteamientos de Lippmann no puede se mayo, como viene a coooa la siguiente invectiva diigida claamente conta éste: La clase de expetos se encuenta tan inevitalemente alejada de los inteeses comunes que se conviete en una clase con unos inteeses pivados y un conocimiento pivado que en cuestiones sociales no es conocimiento en modo alguno…Todo goieno de expetos en el que las masas no tengan opotunidad de infoma a éstos de cuáles son sus necesidades no puede se ota cosa que una oligaquía gestionada en inteés de unos pocos 35.

Toda una declaación de pincipios, cietamente, que hace que la contaposición ente Lippmann y Dewey pueda tamién vese, en ealidad, como un tasunto de la contaposición ente “fe tecnocática” (en la competencia de los expetos) y “fe democática” (en la paticipación de los ciudadanos). Conviene no ostante adveti, en claa línea de continuidad con lo que hemos venido apuntando, que esta paticipación ciudadana sólo coa vedadeamente sentido paa Po lo demás, y dicho sea de paso, algunos han visto en esta estecha conexión ente comunicación y democacia un clao pecedente de la Teoría de la acción comunicativa de Jügen Haemas, quien ha sido incluso consideado como “el más deweyano” de los teóicos sociales contempoáneos (así po Alan r YAN en su voluminoso estudio:  John Dewey. And the High Tide of   American Liberalism, Noton, New Yok y London, 1995, p. 357). Véase asimismo soe este asunto: roet J. A NTONIO y Douglas K ELLNEr , “Communication, Modenity and Democacy in Haemas and Dewey”: Symbolic Interaction, vol. 15, n.º 3 (1992), pp. 277-297. Paa una  pespectiva más geneal aceca de la influencia pagmatista en la teoía social del filósofo alemán, véase: Mitchell A bOULAFIA, Mya bOOKMAN y Catheine K EMP (eds.), Habermas and Pragmatism, routledge, London y New Yok, 2002. 34 DEWEY,  La opinión pública y sus problemas, p. 147. 35 Iid., p. 168.

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nuesto auto cuando los individuos se constituyen a tavés de un poceso de comunicación, inteacción y coopeación con los demás po el cual son capaces, al mismo tiempo, de econocese como miemos de una comunidad. Es achiconocida su afimación según la cual “a democacy is moe than a fom of  govenment; it is pimaily a mode of associated living, of conjoint communicated expeience” 36, afimación a la que da ota vuelta de tueca en  La opinión  pública y sus problemas cuando escie: “La democacia, contemplada como una idea, no es una altenativa a otos pincipios de la vida asociada. Es la idea misma de vida comunitaia” 37. Al acentua de este modo la dimensión social de la democacia —a la que llega a identifica en distintos momentos de su quehace intelectual con un “ideal ético”, con una “foma pesonal de vida” y hasta con “un modo de afonta nuesta existencia”—, ésta lejos de queda educida a una foma de goieno o a la institucionaliación de cietas pácticas o mecanismos  políticos tales como elecciones, sufagio univesal, egla de mayoías, etc., se  pesenta más ien como un ideal. Peo un ideal del cual no duda en deci nuesto auto que: “Paa que se ealice, dee afecta a todos los modos de asociación humana, a la familia, a la escuela, a la industia, a la eligión. Incluso en lo que se efiee a los medios políticos, las instituciones guenamentales no son sino un mecanismo paa popociona a una idea canales de actuación efectiva” 38. De donde podemos colegi que el camino paa la úsqueda de esa Gan Comunidad haía de pasa ineludilemente po una mayo extensión y pofundiación de la democacia, hasta consegui aaca el más amplio ango posile de esfeas o elaciones sociales, dando así luga, en afotunada expesión de richad benstein, a una “community of democatic communities” 39. Lo que no quita, sin emago,  paa deja de econoce que ese camino de úsqueda de una Gan Comunidad, identificada ya con el pleno desaollo de la democacia, haía de consisti, a su ve, en un poceso pemanente de indagación, exploación y expeimentación. Pues además de se un ideal social e inheentemente paticipativo (o tal ve pecisamente po eso), la democacia apaece tamién a los ojos de nuesto auto  como un ideal regulativo  —esto es, como un hoionte que nunca se acaa de alcana—, tal como él mismo econoció expesamente al afima que en cuanto “ideal” la democacia “no es un hecho ni nunca lo seá” 40. [La democacia es más que una foma de goieno; es pincipalmente un modo de vida asociada, de expeiencia compatida]. D EWEY, Democracy and Education, p. 93. 37 D EWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 138. 38 Iid., p. 135. 39 [Una comunidad de comunidades democáticas]. richad b ErNSTEIN, “Community in the Pagmatic Tadition”, en D ICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism, pp. 141-156, p. 148. 40 D EWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 138. 36

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En ealidad, al concei la democacia tamién en estos téminos —es deci, como un poceso pemanente de úsqueda o, si se pefiee, como un expeimento en macha siempe susceptile de mejoa—, Dewey no hace sino aplica la tesis epistemológica pagmática —según la cual en el poceso de investigación científica la esolución de los polemas se poduce mediante la coopeación de los investigadoes que intevienen en dicho poceso— a la vida social y política, cifando en los popios pocedimientos democáticos el mejo modo de esolve  acionalmente los polemas y conflictos sociales 41. Pecisamente en esta aplicación del método expeimental de la ciencia a las cuestiones sociopolíticas ha visto Hilay Putnam una “ epistemological justification of democracy ”, con aeglo a la cual “democacy is not just one fom of social life among othe wokale foms of social life; it is the pecondition fo the full application of intelligence to the solution of social polems” 42. Peo mientas unos suayan el valo acional que Dewey confiee a los pocedimientos democáticos paa la esolución de las situaciones polemáticas o conflictivas, otos han ido incluso más allá al insisti en la fecundidad de su concepción de la democacia paa los tiempos actuales. Es el caso de Axel Honneth, quien ha intoducido en la discusión filosófico-política contempoánea soe la teoía de la democacia —dominada en estos últimos aos po los modelos epulicano y pocedimental en cuanto altenativas al liealismo político— una tecea pespectiva: el modelo reflexivo de cooperación social  inspiado mayomente en John Dewey. Al hace especial hincapié en la conexión intena ente coopeación y democacia, este modelo seía El potencial que en ese sentido enciea la teoía democática de Dewey —y especialmente su noción de “inteligencia social”— como modelo paa la esolución de los conflictos colectivos, ha sido suayado po William r. C ASPArY en su lio  Dewey on Democracy , Conell Univesity Pess, Ithaca y New Yok, 2000. resulta inteesante oseva la aplicación que, desde esa pespectiva, efectúa Caspay a cuestiones contempoáneas tan conflictivas como la efoma educativa, el deecho al aoto, el infome de la Comisión de la Vedad y la reconciliación en Sudáfica, etc. 42 [  Justificación epistemológica de la democracia]. [La democacia no es sólo una foma de vida social ente otas posiles; es la condición pevia paa la plena aplicación de la inteligencia a la solución de los polemas sociales]. Hilay P UTNAM, “A econsideation of Deweyan Democacy”, en  Renewing Philosophy, Havad Univesity Pess, Camidge, 1992, pp. 180-200, p. 180. (Hay tad. cast. de Calos Laguna con pólogo de Luis M. Valdés Villanueva en Cáteda, Madid, 1994). Otos autoes, sin emago, echaan desde un punto de vista pagmatista que la democacia pueda  justificase epistémicamente o que pueda fundase en un ideal moal sustantivo. Seía, po ejemplo, el caso de richad r OrTY en su conocido atículo “The Pioity of Democacy to Philosophy”, ecogido en: Objectivity, Relativism, and Truth. Philosophical Papers I , pp. 175-196; de John P. DIGGINS, “Pagmatism and Its Limits”, en D ICKSTEIN (ed.), The Revival of Pragmatism, pp. 207-231; o de roet b. TALISSE, “Can Democacy e a Way of Life? Deweyan Democacy and the Polem of Plualism”: Transactions of the Charles S. Peirce Society, vol. 39, n.º 1 (2003), pp. 1-21. 41

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 paa Honneth el que mejo pemite que una sociedad intepetada coopeativamente pueda esolve sus polemas en eneficio de toda la comunidad 43. Huelga deci que con esta idea de una “comunidad de coopeación” se pone de elieve, una ve más, el papel fundamental que desempea la idea de comunidad en la concepción nomativa de la democacia popugnada po Dewey. Pues paa éste, en efecto, la democacia entendida como un ideal de oganiación social exigiía, soe todo, pomove una foma de vida capa de popociona las condiciones más adecuadas paa vivi juntos en comunidad: Dondequiea que exista una actividad conjunta cuyas consecuencias se  juguen uenas po todas las pesonas paticulaes que intevienen en ella, y donde la consecución de ese ien poduca un deseo fime y un esfueo decidido po  consevalo justamente como lo que es, como un ien compatido po todos, dondequiea que ocua esto —digo— haá una comunidad. La claa conciencia de una vida comunitaia, con todas sus implicaciones, constituye la idea de democacia44.

Visto desde esta pespectiva, el mejo modo paa Dewey de afonta con éxito la fagmentación y el plualismo a veces ieconciliale que tae consigo el mundo modeno seía desaolla un sentido de comunidad con unos inteeses y ojetivos compatidos, logando así un cieto gado de consenso o cohesión en tono a un “cental coe of common felt values which opeate as significant values fo the community” 45. Dicho esto, y fente a quienes puedan apecia en nuesto auto una posición macadamente “comunitaista” con el consiguiente iesgo de una posile suodinación del individuo a la comunidad —lo que vendía a empaentale con los “comunitaistas” contempoáneos— 46, podía esul-

Axel HONNETH, “Democacy as reflexive Coopeation. John Dewey and the Theoy of  Democacy Today”:  Political Theory, vol. 26, n.º 6 (1998), pp. 763-783. Paa Honneth, la idea de Dewey según la cual la lietad individual es esultado de la comunicación no povendía tanto de la “convesación intesujetiva” como de la “coopeación colectiva”. Una coopeación que Honneth tansfiee al ámito pepolítico “of a division of lao unde conditions of justice”. [De una división del taajo ajo condiciones de justicia]. Iid ., p. 779. 44 D EWEY, La opinión pública y sus problemas, p. 138. 45 [Núcleo cental de valoes sentidos como comunes que actúan como valoes significativos  paa la comunidad]. James CAMPbELL, Understanding John Dewey. Nature and Cooperative Intelligence, Open Cout, Chicago y La Salle, 1995, p. 175. 46 Paa Avigail E ISENbErG, sin emago, lo que distinguiía a Dewey de los actuales comunitaistas es su clao compomiso con el plualismo político, su convencimiento de que el desaollo individual se ve en gan medida facilitado po la fagmentación del pode político: “Communitaianism fails to ecognie what Dewey emphasied, namely, that pecisely ecause goups 43

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ta enomemente evelado epoduci aquí el siguiente pasaje escito en 1939, teniendo po tasfondo la damática expeiencia del declive de la democacia ante el auge de los totalitaismos: I should now wish to emphasie moe than I fomely did that individuals ae the finally decisive factos of the natue and movement of associated life…It has  een shown in the last few yeas that democatic institutions ae no guaantee fo  the existence of democatic individuals. The altenative is that individuals who  pie thei own lieties and who pie the lieties of othe individuals, individuals who ae democatic in thought and action, ae the sole final waant fo the existence and enduance of democatic institutions47.

En estas líneas podía queda compendiada la que seía, a mi modo de ve, la gan apotación de Dewey al individualismo democrático : que si ien el pleno desaollo de las capacidades individuales encuenta todo su potencial en el maco de una comunidad de cooperación entendida democáticamente, el individuo ni se disuelve en la comunidad ni se suodina a ésta; antes al contaio, constituye el fin último de la vida comunitaia. El hecho además de acaa cifando en los popios individuos el “facto  decisivo” y el “gaante final” del sostenimiento de la democacia vendía a explica la centalidad que Dewey siempe otogó, en ese sentido, a la fomación

 play an impotant ole in developing individuals, thei powe ove individuals must e limited and fagmented”. [El comunitaismo yea al no econoce lo que Dewey suayaa, a sae, que pecisamente poque los gupos juegan un impotante papel en el desaollo de los individuos, su  pode soe los individuos dee esta limitado y fagmentado]. Véase el capítulo II: “John Dewey and the roots of Political Plualism”, de su lio  Reconstructing Political Pluralism, State Univesity of New Yok, Alany, 1995, pp. 27-53, p. 28. De manea simila, tamién han esaltado el caácte plualista de la noción de comunidad de Dewey, ente otos, richad b ErNSTEIN en su atículo “Community in the Pagmatic Tadition” anteiomente citado y Tey H OY en el capítulo V: “Human Community and the Pulic realm”, de su mencionado lio The Political Philosophy of   John Dewey , pp. 97-120, donde intoduce esta cuestión en el contexto del deate contempoáneo ente el ideal neoaistotélico de comunidad sostenido po los comunitaistas y el ideal neokantiano sustentado po John rawls. 47 [Quisiea ahoa enfatia más de lo que lo hice anteiomente que los individuos constituyen el facto finalmente decisivo de la natualea y movimiento de la vida asociada…En los últimos aos se ha demostado que las instituciones democáticas no son algo que gaantice la existencia de individuos democáticos. La altenativa es que los individuos que apecien sus popias lietades y las lietades de los demás, los individuos que piensen y actúen democáticamente, constituyan el único gaante final de la existencia y mantenimiento de las instituciones democáticas]. John DEWEY, “I believe”, en The Later Works of John Dewey 1925-1953, ed. po Jo Ann boydston, vol. 14 (1939-1941), Southen Illinois Pess, Caondale y Edwadsville, 1991, pp. 91-92.

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democática de la ciudadanía. Como ya tuvimos ocasión puntual de seala y tamién ha podido queda clao a lo lago de las páginas pecedentes, paa nuesto auto la educación es consustancial a la democacia, ya que difícilmente  puede hae democacia sin una cultura democrática 48. Y paa pomove o sostene una cultua democática en la que los individuos —que oviamente no nacen demócatas sino que, en el mejo de los casos, llegan a serlo — se involucen qua ciudadanos en los asuntos púlicos y sean capaces de inteactua democáticamente ente sí, se necesita de algo tan caacteístico de las actividades comunicativas como es el apendiaje (en este caso el apendiaje de las vitudes cívicas). Máxime cuando la solide y el uen funcionamiento de un sistema democático dependen no sólo de sus instituciones y pocedimientos sino tam ién, y en gan medida, de la popia textua de la pesonalidad moal de sus ciudadanos; esto es, de sus valoes, actitudes, compomisos, compotamientos, etc., tal como expesó nuesto auto en oto de sus eves peo esclaecedoes textos aceca de su concepción de la democacia: Democacy is a personal way of individual life; that it signifies the possession and continual use of cetain attitudes, foming pesonal chaacte and detemining desie and pupose in all the elations of life. Instead of thinking of ou own dispositions and haits as accommodated to cetain institutions we have to lean to think of the latte as expessions, pojections and extensions of haitually dominant  pesonal attitudes49.

Es po esta aón que una sociedad democática no podía adica de una de sus pincipales funciones: educa a la ciudadanía, cea ciudadanos esponsales y compometidos con el ien púlico. Pues sólo una ciudadanía activa y consciente de sus esponsailidades y oligaciones paa con las instituciones y pincipios democáticos tendía en sus manos la capacidad de palia o pone feno a los males geneados po ese individualismo “económico egoísta” sometido a la Como sostiene Viginia G UICHOT r EINA en su muy ecomendale monogafía soe este asunto: “En el caso de Dewey, la educación tiene una misión claa:  formar al hombre democrático”. Véase su  Democracia, ciudadanía y educación. Una mirada crítica sobre la obra pedagógica de John Dewey, bilioteca Nueva, Madid, 2003, p. 271. 49 [La democacia es una foma  personal de vida individual que significa la posesión y el continuo uso de cietas actitudes, fomando el caácte pesonal y deteminando los deseos y popósitos en todas las elaciones de la vida. En luga de pensa en nuestas popias disposiciones y háitos como acomodados a cietas instituciones, tenemos que apende a pensa en estas últimas como expesiones, poyecciones y extensiones de actitudes pesonales haitualmente dominantes]. John DEWEY, “Ceative Democacy - The Task befoe Us”, en The Later Works of John Dewey 19251953, vol. 14 (1939-1941), p. 226. 48

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“cultua pecuniaia” que tanto llegó a peocupa a Dewey en su momento, así como tamién la capacidad de lleva a cao esa “taea democática” cuyo fin último “is foeve that of ceation of a fee and moe humane expeience in which all shae and to which all contiute” 50. OBSERVACiONES

fiNALES

Huelga deci que el umo seguido po el país noteameicano ajo el impulso de la economía capitalista (y oto tanto caía deci del umo seguido po el con junto de los países occidentales), fue astante más lejos de lo que Dewey imaginó en su momento y, desde luego, tiene poco que ve con lo que fueon sus anhelos de un “nuevo individualismo”, de una nueva Gan Comunidad y de una democacia más adical y paticipativa. Po lo que se efiee en pime luga a la cuestión del individualismo no deja de esulta paadójico, como ha ecodado raymond boisvet, que la figua de quien ha sido etiquetado como “el filósofo de la democacia ameicana” se adhiea en ealidad tan poco a lo que, de una foma si se quiee un tanto esteeotipada, ha acaado asociándose con las caacteísticas más definitoias del individualismo noteameicano. Figuas tan poco sociales, desaaigadas y desvinculadas de la comunidad como las de los detectives Philip Malowe y Sam Spade o el solitaio héoe del Oeste, Shane, encanaían mejo que ninguna ota, a juicio de boisvet, dicho esteeotipo 51. Poco impota que se tate de figuas eales o ficticias, el caso es que figuas de ese jae  —a las que no me esisto a aadi po mi pate a algunos de los cooídos potagonistas de las sagas de William Faulkne, a los desespeados solitaios de Cason McCulles o a no pocos de los pesonajes ceados e intepetados po Clint Eastwood— han acaado eigiéndose en las pesonificaciones simólicas que mejo epesentan el “ideal de vida” que se ha hecho dominante a lo lago de todo el siglo veinte; es deci, justamente el mismo tipo de “ideal” que el pagmatismo de Dewey petendía efoma. Y aun cuando podamos lamenta o echa en falta que nuesto auto nunca se huiea explayado soe qué medidas concetas deían implementa esas efomas ni soe qué fomas deeía adopta ese “nuevo individualismo” que popugnaa, no po ello ha quedado menos clao que ha acaado imponiéndose y consolidándose un tipo de individualismo muy alejado de su ideal de individualidad. Más allá de que la dinámica de modeniación

[Es la continua ceación de una expeiencia más lie y más humana en la que todos com paten y a la que todos contiuyen]. Iid., p. 230. 51 b OISVErT, John Dewey. Rethinking Our Time, pp. 51-52. 50

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capitalista llevase apaejada una nueva ealidad tan innegale como ievesile  —cuyas consecuencias no podían deja de afecta a las condiciones ajo las cuales discuía la vida de los individuos—, cae tamién pensa que su visión excesivamente nomativa de la individualidad le impidió toma suficientemente en cuenta el papel del egoísmo, de la discodia, del conflicto de inteeses y de las elaciones de pode en las inteacciones que estalecen ente sí los individuos. Oto tanto caía deci especto a la idea de comunidad esgimida po  Dewey. Como se ha dicho epetidas veces, y no sin aón, su idea de comunidad evoca en exceso una época y un luga deteminados: esas neighborly communities noteameicanas como las de su Vemont natal, caacteiadas po una contigüidad inmediata, po unas elaciones pesonales caa a caa y po un entamado de valoes compatidos y fuetes vínculos duadeos. Peo ello no fue ostáculo, como hemos podido oseva, paa que eigiea en tema pincipal de su peocupación las tansfomaciones, petuaciones y divisiones que taían consigo los gandes y complejos camios tecnológicos, industiales y económicos de su tiempo, po cuanto eosionaan y volvían osoletas las antiguas fomas de comunidad, socavando de ese modo la ase asociativa de la democacia estadounidense. Ni que deci tiene que en nuestos tiempos postmodenos y en nuestas sociedades postindustiales y multicultuales esas fueas socialmente fagmentadoas, desintegadoas y desestailiadoas no han hecho más que intensificase, aumentando así su caácte destuctivo especto a esa supuesta homogeneidad, integación y estailidad de la comunidad. De suete que el destino de esas pequeas comunidades locales fue segui esa vía de declive y desintegación avistada po Dewey, sin que en su luga se podujea una Gan Comunidad. Lo que sí se podujo, po el contaio, fue un continuo poceso de disminución del asociacionismo cívico, de desmoviliación política de la ciudadanía, de quiea de la sociailidad y de pédida del sentido comunitaio como el que con tanta pespicacia supo efleja roet Putnam en su popula oa  Bowling Alone 52. En definitiva, haiendo petendido efomula o econstui los valoes de la vida comunitaia lo que nuesto auto acaó evelando —diíamos que a pesa suyo— fue su imposile supevivencia. Po lo que especta en último témino a la democacia, ésta dista tamién de  paecese a aquella que Dewey conciió. Patidaio, como vimos, de que el Estado democático se dotase de fuetes mecanismos de contol y egulación paa

Véase al especto roet D. P UTNAM, Bowling alone. The Collapse and Revival of American Community, Simon & Schuste, New Yok, 2000 (hay tad. cast. de José Luis Gil Aistu y edic. al cuidado de Noemí Soegués en Galaxia Guteneg-Cículo de Lectoes, bacelona, 2002). 52

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 Juan G. Morán

John Dewey, individualismo y democracia

gaantia el inteés púlico fente a los inteeses sectoiales o pivados de los  podees copoativos, su petensión se ha visto contaiada po la facilidad con que estos podees logan evadise —como hemos podido compoa ecientemente a  popósito del pode financieo— de dicho contol o egulación. Tampoco paece hae coido mejo suete su popuesta de evitaliación de la opinión púlica, ya que ésta se ha hecho más volátil y tamién más vulneale a la popaganda, el adiestamiento y la manipulación de lo que nuesto auto peviea en su momento, contiuyendo así al deteioo del deate púlico y a la degadación de la vida  púlica (degadación que alcana su apogeo, difícilmente imaginale paa Dewey, cuando las gandes copoaciones mediáticas acaan convitiéndose en podeosos instumentos al sevicio de los más descanados inteeses pivados, po así deci  à la belusconi) 53. Peo quiás (y hasta sin quiás) donde mejo se pueda apecia  el distanciamiento que la democacia noteameicana guada con especto a la que Dewey conceía, sea en aquella contadicción que según él siempe haía estado  pesente en el país estadounidense —y con la que aancaa sus eflexiones en Viejo y nuevo individualismo —, elativa a su manifiesta incapacidad paa esta a la altua de sus poclamados pincipios e ideales. Pues esa incapacidad —o ese hiato ente deci una cosa y hace justamente la contaia, en el que al fin y al cao siempe ha consistido lo que no hace tantas pimaveas (o tal ve sí) llamáamos “filisteísmo ugués”— no paece sino haese agavado con el paso del tiempo, hasta alcana su punto culminante duante la era Bush con esa especie de  gulag   yanqui que han significado Guantánamo y Au Ghai. Luego si lo que de vedad está en juego es salvaguada y fotalece las popias fomas democáticas de goieno así como tata de pomovelas y extendelas al esto del mundo —taea  paa la cual consideo que pocos países se hallan tan capacitados y autoiados, más allá de sus consaidos defectos, como los Estados Unidos (de ahí que quepa se tan exigentes con el mismo)—, nada seía más conveniente que eigi en noma de actuación política la conocida máxima deweyana según la cual “los fines democáticos sólo pueden se alcanados po medios democáticos”. Po el contaio, la actitud elicista desplegada en estos últimos tiempos po el país noteameicano, tatando de impone mediante la “diplomacia de los caones” una visión paticula y mesiánica de la civiliación occidental (más atenta po lo que hemos visto al espíitu ílico que al espíitu científico, en flagante oposición al  pecepto pagmatista), no sólo vulnea el impeio de la ley y atenta conta los Soe el poceso de despolitiación que ha expeimentado la esfea púlica noteameicana en las últimas décadas del pasado siglo y su consiguiente efecto en el declive de la ciudadanía, véase el muy sugeente atículo de Cal b OGGS, “The Geat reteat: Decline of the Pulic Sphee in Late Twentieth-Centuy Ameica”: Theory and Society, vol. 26, n.º 6 (1997), pp. 741-780. 53

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