Jiménez, Juan Ramón - Piedra y cielo, verso (1917-18) (1919)
Short Description
Descripción: Libro de poemas...
Description
OBRAS U E
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
OBRAS D E
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
PIEDRA Y CIELO VE (
I
9
T
7
PRIMERA
RS -
I
O 9
T
8
)
KDICTÓX
MADRID I
9
I
9
ES
PROPIEDAD
QUEDA HECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY COPYRIGHT, 19 19,
BY JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ
Madrid.-- Establecimiento tipográfico d« Fortaaet, Libertad,
89.
PIEDRA Y CIELO I:
PIEDRA Y
Y
III:
CIELO:
I
•
II:
NOSTALJIA DEL MAR
PIEDRA Y CIELO; I
9
I
7
-
T
9
I
8
y
II
JOSÉ ORTEGA Y GASSET, VOLUBLE EN LO PERMANENTE
I
PIEDRA Y CIELO i
I
POEMA
EL
O
le
que
toques ya más, asi es la rosa!
15
,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
II
EL
POEMA II
ARRANCO dé llena
¡Oh,
olorosa
qué
raíz la
mata,
aún del rocío de
qué riego de
la
aurora.
tierra
y mojada
lluvia
—¡qué
ceguera!
en mi frente, en mis
I6
ojos!
de luceros
PIEDRA
Y
CIELO
III
POEMA
EL
y
III
ANCIÓN
mía,
canta, antes de cantar;
da a quien tu
te
mire antes de
emoción y tu
emánate de
Piedra y cielo
ti,
leerte,
gracia;
fresca
y
fragante!
2
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
IV
AMOR UÁNTO 1
V^^sol
¡Sal,
que
de hoy,
me
¡Sal,
que
el
me
sol
me
están
corazón!
ahogo!
I8
salir,
de hoy!
ahogo!
]Que parece que reteniendo
tardas en
PIEDRA
CIELO
Y
V
YO Y YO E
buscas, te
1 y Xcomo
la
me
opones,
imajen
del chorro, al chorro, en el espejo de agua.
¿Cómo que da si
hallaré el
camino eterno
espejo
alma de mis
el
vienes tú del
al
fin
de ese camino,
con igual fuerza que este afán que,
como
tú
de
ti,
sin cuna,
no sé de dónde, de mí,
Todo, en torno, es de |Mas yo no puedo
ojos,
ir
salta?
luz.
a ese sinfín
que anhela
el
[alma,
—
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ por punto — suyo! — a que me este
sales
¡el
tú al encuentro!
|Ay, fuerza de mi imajen
más poderosa que
yo, ayl
20
—
¡vida!
,
;
PIEDRA
Y
CIELO
VI
AMOR NTERA, I
—
en
la
mañana, cada
día,
para mí; toda, cuerpo y alma flor
cerrada de nuevo con la aurora,
con su perfume recojido, barca tornada
al
puerto, con
el sol,
de su pesca nocturna, mar adentro,
— haciéndome gustosa — entera para mí — con su vela plegada
como una la
reina buena, entre sonrisas olvidadas
donación del sueño!
2
[de la gloria,
I
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
VII inmensa desgarradura I
Vs^y'
la
de mi vida en
el
para estar, con todo yo,
en cada cosa; para no dejar de estar,
con todo yo, en cada cosa!
22
todo,
—
PIEDRA
Y
CIELO
VIII
EL
RECUERDO I
I
ESTE instante que ya va a ser recuerdo, ¿qué Música
que
es?
loca,
trae estos colores
que no fueron
— pues que fueron de aquellas tardes de oro, amor y esta música
que va a no
ser,
¿qué es?
23
gloria;
1
—
,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ 1
recuerdo
¡Instante, sigue, sé
—recuerdo, sin fin, la
muerte con tu ñecha
sé recuerdo, ...¡Oh,
sí,
porque tú pasas,
tú eres más,
conmigo ya
pasar, pasar,
sino perenidad en
el
—
lejano!
no ser
instante,
recuerdo!
III
y
¡Memoria inmensa mía, de instantes que pasaron hace eternidad del alma de ...¡Instante, pasa,
la
siglos;
muerte!
pasa tú que eres
—
yo!
Este instante, este
tú,
que va ya a ser muriendo, ¿qué
24
es?
¡ay!
..
PIEDRA
Y
CIELO
IX
EL
RECUERDO II
COMO médanos de
oro,
que vienen y que van, son
El viento se
y donde y
están
total
recuerdos.
los lleva,
están, están,
donde estuvieron,
y donde habrán de estar...
Lo
los
llenan todo,
— Médanos de oro —
mar
de oro inefable,
con todo el viento en
él...
— Son los recuerdos —
25
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
X
EL
RECUERDO III I
O
te vayas, recuerdo,
[Rostro,
como en
la
no
no
te vayas!
te deshagas, así
muerte!
¡Seguid mirándome, ojos grandes,
como un momento me
mirasteis!
¡Labios, sonreidme,
como me
sonreisteis
un momento!
26
fijos,
—
11
PIEDRA
CIELO
Y
1
|Ay, frente mía, apriétate;
no dejes que se esparza su forma fuera de su continente!
[Oprime su sonrisa y su mirar, hasta dejarlas hechas vida mía internal
1 1
— ¡Aunque me olvide de mí mismo; aunque tome mi la
rostro, de sentirlo tanto,
forma de su rostro;
aunque yo sea aunque
ella,
mi
se pierda en ella
y
estructura!
IV
¡Oh recuerdo, sé yo! jTú
—
ella
— sé recuerdo todoy
recuerdo que
en
la
me
mire y
me
solo,
para siem-
sonría
nada;
recuerdo, vida con mi vida,
hecho eterno borrándome, borrándome!
27
[p^^í
,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XI
EL
RECUERDO IV
OH
recuerdos secretos,
fuera de los caminos
de todos
los recuerdos!
¡Recuerdos, que una noche,
de pronto,
resurjís,
como una
rosa en un desierto,
como una
estrella al
— pasión mayor del jalones de la vida
mejor de uno,
28
mediodía, frío
olvido
—
PIEDRA que
casi
no se
Y
CIELO
vive!
¡Senda diariamente árida; maravilla, de pronto,
de primavera única, de
los recuerdos olvidados!
29
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XII
RECUERDO
EL
V L 1
>
río
pasa por debajo
de mi alma, socavándome.
Apenas me mantengo en mí.
No me
el cielo.
me
Las
sostiene
estrellas
engañan; no, no están
arriba, sino abajo, allá
en
el fondo...
¿Soy? ¡Seré! Seré, hecho
onda
del río del recuerdo...
¡Contigo, agua corrientel
30
PIEDRA
CIELO
Y
XIII
EL
•
1
1
^
L
^
de
RECUERDO
recuerdo! ¡Perene enredadera flor divina,
que perfuma
dolientemente lo que abrazal
I I
¡Múltiple red, si,
que no
se sabe
en su ramazón, es
música, olor, color,
amor
o muertel ¡Lluvia constante
31
—
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ — esqueleto florido de
la frente
de rosas, de luceros, de
con un pedazo de
ojos,
de
alas,
arcoiris
infinito!
y
í I I
¡Recuerdo, amor que nunca muere,
con un encanto
casi
en sueños;
amor que nunca muere, en un amanecer que fuera tan
real
como
el
ensueño;
amante desvelado, -
luna del
sol,
red de nudos de
mar de
olas
estrellas,
de besos,
aurora niña, en cuna que meciera, sin
morir nunca ya,
el
32
ocaso!
PIEDRA
CIELO
Y
XIV
ÓMO
no somos únicos!
[Cómo nos entrañamos, uno en con
la sangre,
mezclada,
del sentimiento!
con
¡Cómo
ríe
otro,
[siempre,
uno,
cómo
llora
los otros!
¡Hilos sutiles
que quedáis, para atarnos unos a
otros,
tras nuestro desatarnos;
para que no seamos nunca solos; sonrisas, besos, lágrimas!
Piedra y oiblo
33
3
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XV LA OBRA I
•
I I
STA
prisa permanente,
jL contenida
con mi freno, cada
instante!
¡Obra pujante y de picos retraídos, ajitadamente lenta,
redondeada como
el
potro en mayo, por
campo de
la
libre esclavo
mundo; el
verde
primavera eterna,
de su dueño!
34
— I
R
D
R
Y
A
C
I
E
L
XVI
RIQUEZA de la noche, ¡cuántos secretos arrancados
de
ti,
cuántos por arrancarte;
—ninguno
el
tuyo, el nuestro, noche!
¡Oh, goce inenarrable,
hundir
la
mano en
remover tus
tus entrañas,
estrellas!
Y... ¡luminosos roces
de otras manos que buscan sus tesoros!
35
RAMÓN
U A N
y
I
M
É N
XVII
IERRA
X
del alba,
oscura,
calada de luceros;
¡cómo
te
haces tú corazón mío!
Flores del alba,
mates,
empapadas de
estrellas;
¡qué bien os derramáis de mis ojosl
36
—
PIEDRA
CIELO
Y
XVIII
ALA Y,
si
el
VEJEZ
AMADA
recuerdo
tuyo de mí, fuese este cielo azul
de mayo, lleno todo de
las estrellas
puras de mis actosi
|De mis actos iguales,
como
ellas;
todos puros,
limpios, buenos, tranquilos, igual que las estrellas!
—¡Debajo, tu sonrisa en sueños
—sueños de
tus recuerdos de
37
mi
vida!
JUAN RAMÓN
y
I
M
É N E
XIX
UIÉN.
•
1
quién, naturaleza,
V^>/ levantando
como
las piedras,
tu gran
cuando
cuerpo desnudo,
niños,
se encontrara debajo
tu secreto
pequeño
e infinito!
38
PIEDRA
CIELO
y
XX LA OBRA II
DE
pronto, ahora,
mi lugar conseguido
me
parece un lugar raro, estranjero,
de donde yo domino el
mundo.
Voy y
vengo
por mi biblioteca,
donde mis igual
libros
son ya
luz,
como
los otros,
que por mi sueño adolescente;
39
—
JUAN RAMÓN y quien
J
viene, es quien quise
entonces que viniera
—
la
I
M
É
N E
— quien soñé—
mujer,
el
hombre
El mediodía pone solitario el
alrededor,
donde
hablo, sonriente, con los que
en círculo distante,
lo infinito.
40
me
ignoran, por
[que tengo
PIEDRA
CIELO
Y
XXI
MADRUGADA Las cinco
EL
niñito se queja...
|Albor del llanto,
que abraza
al
mundo!
Un
gallo canta.
El niñito se queja... ¡Tierna boquita del universo!
El alba,
41
fría.
,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXII
EL -
•
1
NUEVO DÍA
TGNOTA X — sólo
mina de
los
sueños
un aroma vago, un
color desvanecido,
un acento a
sin
nombre
—
cuyo oro nunca llegan
los
pozos de
la aurora!
[Sueños de otro hemisferio
de
lo infinito!
42
,
PIEDRA
Y
CIELO
XXIII
goce, corazón, este quitarte,
V^>/ día
1
tras día, tu corteza,
este encontrar tu verdadera forma, tierna,
desnuda, palpitante,
con ese encanto hondo, imán eterno,
de
las
cosas matrices!
¡Corazón
al aire,
resistente en tu fuerte vida débil al
ímpetu de todo
el
sentimiento,
al
ímpetu de todo
el
pensamiento
—
ideal, instinto, sueño; estas
cien ansias centimanas
como al
la
—
mujer joven,
ímpetu completo del amor!
43
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXIV
CUESTA ARRIBA •TNMENSO almendro en flor, X blanca la copa en el silencio pleno de la luna,
1
el
tronco negro en
la
cómo, subiendo por
me en
quietud total de la
roca agria a
la
sombra;
ti,
parece que hundes tu troncón las
que
entrañas de mi carne,
estrellas
con mi alma todo
44
el cielo!
,
PIEDRA
Y
CIELO
XXV ODO
X
el
día
tengo mi corazón dado a lo otro:
de madre en rosa,
de mar en amor, de gloria en pena...
Anocheciendo
— ¡Habrá que ir ya por ese niño!— aún
él
no se ha venido, ¡malo!,
del todo a
mí
Y me duermo
—¡Duérmete ya^
hijo míol
esperándolo sonriente,
casi sin él.
45
—
,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Por
—¡No
la
mañana
te levantes^ hijo^
—
todavía!
iqué grito de alegría, corazón
mío, un momento, antes de
46
irte,
en mil
PIEDRA
Y
CIELO
XXVI
ROSAS I
ME
andas por dentro,
mujer desnuda,
como mi
Y
es
alma.
mi cuerpo, contigo,
como una que
sale a
larga galería májica,
un soleado mar
47
sin nadie.
—
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXVII
A
•T
músical
iJL/... Se clava en-
medio de
las
El
del corazón, la rosa abierta
voces todas que no hablan.
mundo grande
en donde es
todo
con
de
lo
—
mundo
es
¡oh azul,
oh
breve,
alas!
que jamás será en nosotros, reencentrada,
la nostaljia,
los vuelos distantes e infinitos
que no pueden
llegar,
a nuestra alma...
48
en esta vida,
—
PIEDRA Luego,
el
Y
CIELO
mundo breve
se parte
—
el
[grande
en un escalofrío nuestro, sombra
— luz — y lágrimas...
Piedra t cielo
49
+
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXVIII
NUBE
LO que yo eso es lo
que
está
el
te veo, cielo,
misterio;
de tu otro lado,
soy yo aquf, soñando.
SO
—
PIEDRA
CIELO
Y
XXIX
I
cuerpo se
que en
el
el
me pierde,
vivo, en
mi alma,
rayo del sol último
rayo primero de
[igual
la luna.
— Creo que puedo ver dónde termina, dueña de mi
y
luz
sí,
de oro,
la sigo,
contento, por
la
senda pura...
Mas, cuando creo aún que voy con ella se
me
ha hecho ya plata de
51
ella,
luz...
—
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Alma, ¿hasta dónde llegarás,
¿Dónde
muerto yo? te perderás
en
lo
— de dónde?
52
que venga a
ti
PIEDRA
CIELO
y
XXX
•
/^""X
hermosa muestra eres
a los despiertos ojos,
1
de
UÉ
cielo azul [del día,
lo despierto!
iQué ejemplo hermoso a los ojos dormidos,
de
,
lo
eres, cielo azul
noc-
[turno,
que sueña!
53
— —
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXXI
MIS la
de
la
desnudez magnífica
yegua parada de
— ¡Ya |Ya
piernas cojen, recias,
me
la
— redonda,
la vida.
fresca,
[suave
he clavado bajo mil
está
dando
lo
que yo anhelaba!
Mas, de pronto, mis ojos se
me vuelven tristes,
de su hermosura, de su trono mío, a la yeguada vaga que huye...
54
'
I
E
D R A
Y
C
I
E
L
XXXII
lEMPRE,
después, qué contento
Cuando me quedo conmigo! |Lo que iba a ser mi minuto, fué, corazón,
mi
infinito!
55
— 1
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXXIII
CRISTALES I
FÁN
triste
de niño, aquel
afán de poseerlo
todo, de recrearme en todo, inmensamente,
gozando, en
—
...|Y
sin el
falso,
mundos que
creía
qué desidia mía,
mundo de
otros!
1
Poco a poco, mi vida fué adueñándose del
mundo que
creía de los otros.
56
de otros!
—
PIEDRA
CIELO
y
Las estampas aquellas de los fueron mar,
libros,
tierra, cielo,
navegado, pisada, penetrado
—
por mí. El domingo lento del nostáljico pueblo, fué
|calle sola!
domingo
universal y alegre.
y
Hoy, alma, ¿Qué verjas no
^jqué
no
I
I
I
es mío?, ¿qué
se abren,
ti?
¿Y
y
estás triste,
necesitas persuadirte de este
dominio tuyo, retornando a aquellos días, ¡ay!,
en que sólo tenías la
ventana,
el
es tuyo?
qué muros no se rinden,
qué bocas no se llenan de palabras, para
no
afán loco y
57
el libro?
— JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXXIV
NOCTURNO A 1
vía láctea
v salfí
de mí, pasa por
y vuelve a mí,
ti,
círculo único.
— iQué dos columnas sustentadoras del universo!
¡Y qué
qué plata
luz tímida,
plácida,
para callarse lo que no
58
es!
——
PIEDRA
CIELO
Y
XXXV MANECER \^con
1,
luz
dichoso,
en tus serenas ilusiones
para dorar las cumbres y
las
simas
de los males; ¡cuánto
más grato
al
claro
aroma de
tu flor visible,
el
que
el
aroma
— igual que de
la flor
con toda
la
inefable,
el
de
cuerpo y
la
al espíritu,
que ha quedado
de un ungüento que se ha ido noche, aroma
pasión de lo invisible!
«
¡Momentánea dulzura de en que
la realidad
supera
al
—
¡y
la vida,
aun mal despierta!
sueño!
59
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXXVI
TARDE Aveces,
las estrellas
no se abren en El suelo es igual
el
que
el cielo.
brilla
que un estrellado firmamento.
60
,
PIEDRA
CIELO
Y
XXXVII
ORILLAS •
/^^01>¡ qué
sombra, cada noche,
entramos en tu cueva
I
—
deleite,
igual
gustosa
que en una muerte
—
hartos de pensar, tristes,
en
lo
que no podemos cada
día!
— Los ojos esos que nos miran nuestros más que
otros ojos,
que nuestros ojos miran más que a otros
=estas
ojos,
nostaljias encendidas,
6l
ojos,
.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ como
carbones, del cariño=,
también se cierran en nosotros, casi
como en
Silencio. los
Y
su sombra
—
quedan
cuerpos muertos, fardos negros,
a lo largo del muelle abandonado,
unidos sólo, bajo
las estrellas,
por su espantoso vencimiento.
62
PIEDRA
CIELO
Y
XXXVIII
DESPERTAR UISIERA como
I
siempre ser para
la flor,
que
tras la
noche
del atesorador sueño infinito
de sus hojas cerradas, da,
en un punto,
toda
la
al abrirse
con
esencia de su sueñol
63
ti,
el día,
vida,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XXXIX
Y, afán verde y
fresco,
fuego de mi pasión por lo futuro,
amor de
porvenires,
que un día habéis de ser pasados,
— ¡Dejado goce como un
solo
ay!
y melancólico,
proscrito, negro contra el
mar de
¡Roca antigua, lugar del alma en pena!
...¡Pasados
como
este
que odio,
por donde mis recuerdos andan,
sí,
vivos, pero igual
sin
[mas!
poder
[matarlo;
que mariposas
por ruinas que son ruinas hoyl
64
—
Ua-
tristes
PIEDRA
CIELO
Y
XL
EX AMOR I
la
no TÚ,
de aquella tarde,
eras la tú
que
eres.
¡Ay, no, no, no eres mía!
¿En dónde, en dónde estás en dónde,
Piedra y ciülo
di,
tú, aquella,
que no eres mía?
65
S
JUAN RAMÓN
J
I
M
É
N E
XLI
LEGRÍA
sin paz,
JL amenazada
\Ji
por
los horizontes;
corazón apretado
por manos
que
te
infinitas,
van a dejar hecho de piedral
¡Viva alegría, que te vas tornando nada, igual
que
la alegría
el cielo azul
que nos roba
que disminuye
en un agua parada que se seca!
66
,
PIEDRA
Y
C
I
E
L
XLII
MADRUGADA cielo,
ELde mí
en
el
olvido
dormir, se había
olvidado de ser lo que
es.
Abrí, de pronto, alcé los ojos,
y una
gloria
también abierta, una guirnalda de secretos verdes, puros, azules,
me
coronó
la frente
El cielo no era sino
el
despertada.
nombre
el cielo.
67
—
JUAN RAMÓN
y
I
M
É
N
XLIII
TUS
recuerdos están
— todos,
en
el sol
¡oh, cuántos!,
de mi olvido
total,
cual las estrellas en el día.
68
otro universo,
PIEDRA
Y
C
I
E
L
XL V I
ERMOSURA I
A X
del alma
redonda y fuerte como un muslo,
como un pecho o un hombro; con goce en su belleza
y confianza en
su vida,
para saber que acaba en su fin en
sí,
que tiene
sí!
¡Ningún atajo a nadal ¡Nada entre ella
y
la vida!
¡Con vida suya, y centro en
dispuesta, para cuando fuere, a salir
por
los
jirando, sola,
ámbitos
como un
sin
nombre,
astro!
69
ella;
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XL V
LA MUERTE ESTABAS contra
viendo,
el sol
del domingo,
estampas de colores en una caja vana,
con tus negros ojazos estasiados»
Luego, tus ojos se cerraron tristemente...
¡Y ahora eres tú mismo ahora tienes en tu alma
y
las
la caja;
estampas de colores;
tus ojazos negros, estasiados,
las
miran hacia dentro, para siempre!
,
PIEDRA
Y
CIELO
XL VI
LANTO, de en
la
los tesoros
de mi sueño,
ruina de la auroral
...Parece
que
cascadas
que
la triste luz
a veces atraviesa
un
del día de agua,
sol difícil
— vago recuerdo amarillento del espíritu — sale
de mi fracaso de diamantes.
71
1
— —
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XLV
1
ROSAS II
U JL
amor
— ¡qué alegre!
saca, cantando, con sus brazos frescos,
agua del pozo de mi corazón.
El cubo da contra mi pecho,
y
se derrama,
— ¡qué — Se
fría, el
alegría! —
ríe la
agua gorda
en mi alma.
cadena, en
el carrillo,
con un gorrión volando sobre
72
ti...
—
—
PIEDRA
CIELO
Y
¡Ya está tu cubo lleno
— iqué alegre! en mi boca,
el
brocal.
...
riega sus rosas
Tu amor
— ¡qué alegre!
con mi corazón.
73
1
1
JUAN RAMÓN
XLV
y
,
I
—
,
M
É N E
2
1 1
RUINAS BLANCAS I
UNDO
limpio del alma,
— oh infancia
eterna y pural
—
¿quién, antes de que tú lo hicieras,
manchó de nieve de
dolor tu armiño?
1
Estabas hecho para pasar, lo
—
¡ay,
y pudiste
estarlo siem-
mismo que un arroyo,
por una primavera inmarcesible.
Pero
—un
el llanto
engrosó tu onda justa
primer llanto
sin sentido
74
—
[prel
1
PIEDRA y cayeron
—
sin tü
orillas
Y
sin
de ilusiones
sombra!
1
¡Sombra de sin soplo
1
la alegría;
propio que apagara
primera! ¿Sombra
de qué, de quién, de cuándo? ¡Entrada del morir
por los tranquilos ojos inocentes!
¡Oh montón de ruinas primeras; triste escombro
de torres claras
— ¡mano
injusta!
—
de piedras negras contra
las
mariposas blancas,
las flores tiernas
y
las leves brisas!
75
—
CIELO
haber hecho más que levantarlas
en tu cauce
la luz
,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
XLIX
VERDORES ONMIGO V.^al de su
está.
Pero
la
primavera,
replicar el fondo
fuga, repite
su huida en mi presente.
¡Y su imajen se va de mi amor, perseguida por mi recordar vivo, como
de
ella,
el
cuyo cuerpo
se queda, vano,
con mi cuerpo
vano!
76
alma
PIEDRA
Y
CIELO
L
PERRO DIVINO QUI
está!
¡Venid todos!
¡Cavad, cavad!
¡Mis
manos echan sangre,
y ya no pueden más!
¡Aquí
¡Entre
qué
está!
la tierra
húmeda,
olor a eternidadl
¡Aquí
está!
77
JUAN
RA M
Ó
N
J
I
M
¡Oid mi aullido largo
contra
el sol
[Aquí
estál
inmortal!
[
V enid
jCavad, cavad, cavad!
78
todos!
É
N E
Z
PIEDRA
y
CIELO
LI
/^"^ UÉ
difícil
es hacer
f
I
V_>^ largo qué
difícil
todo, de
es dejar
todo corto, vida míal
79
una vida;
—
JUAN RAMÓN
y
M
I
É
N
LII
DESCANSO BxA^STA. es lo
— La
El jardín cerrado
mismo que
llave
de
abierto.
la verja,
hablando de otras cosas, en los
que
lo
oscuro
se van, despacio,
¡suena tan dulcemente por la tarde!
Todo aunque
tú estás en te
vayas de
8o
ti
ti.
Basta.
PIEDRA
Y
CIELO
lAU
•T I
IBRO, afán
A^de
estar en todas partes,
en soledadi
PíKDRA Y
rilf.T.O
8l
6
,
JUAN
RA M
Ó
y
1
^J — más
JIMÉNEZ
LIV
profundo y más
más enredadas
y más
N
alto
las raíces
sueltas las alas!
¡Libertad de lo bien arraigado!
¡Seguridad del infinito vuelol
—
II
NOSTALJIA DEL MAR
—
—
I
IRENA
de
la
medianoche,
k-y vajido de una cosa muda,
grande como
el misterio...
— ¿Es que, en
la
sombra,
está quejándose el misterio,
con
luz?
¿Es que se ve
su voz, inmensa el
como
mundo? ...Relámpago sin
— en
la
fin
nada única y
de voz
total
de
la nostaljia abstracta,
de
afán, a lo increado...
Sirena de
la
herida
medianoche...
—
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
II
MARES SIENTO
que
el
ha tropezado,
barco mío
allá
en
el
fondo,
con algo grande.
¡Y nada sucede! Nada... Quietud... Olas...
— ¿Nada sucede; o y estamos
es
que ha sucedido todo,
ya, tranquilos, en lo nuevo.?
86
—
—
PIEDRA
Y
CIELO
III
UÁNTO
dolor,
belleza!
El odio hace estallar fuegos de acero
en
los fuegos lejanos
de
las costas del
— faros, grandes flores gra-
mar; gritos alertas
[ñas,
de llama blanca y verde, en
los gritos
de llamas
en sueños, que,
como en
no se sabe, de veras, ...Y
si
los sueños,
han sonado...
son los todavía mal despiertos
—'¡qué mal sabor,
qué
frío!
contra los mal dormidos todavía -
¡qué escalofrío, qué sabor
87
más malo!
—
.
JUAN RAM Y
la
muerte
ó
N
de cien colores
con
trájicos
el
se mezcla con
el
Va amaneciendo ¡Costas
M
fí
allá,
X K
Z
como ^n relám-
y agudos;
[p^g^s
sueño,
que prefiere morir ...
1
se mezcla con la vida
inesperadamente, aquí y
se mezcla
y
a despertarse,
sueño.
— grana y blanco —
que humean, en
para los que aún vivenl
88
el
primer
sol,
F
J
E
D
KA
Y
C
I
K
L
IV
LA OBRA y
III
mar, enmedio, quieto con
ELcuyo
como una
la tarde,
ocaso se cambia los colores, vida, hasta su desnudez.
Silencio, soledad
—Apenas, por
en torno.
la playa,
alguien que ha vuelto por lo de antes, sin ver
ya
más—. Yo, en mí, soñando
más, más, más. Más, más, más soñado
en
las tierras estrañas, tras el
8g
mar,
O
.
—
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
IDEAL EGUNDO I
View more...
Comments