Introducción de Creatividad SA
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Introducción de Creatividad SA...
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Creativida d, S. A. Cómo llevar la inspiación hasta e infinito y más allá
ED CATMULL l lb d A Wll
Traducción de Javier Femández de Casto
por hace Toy Story a nuesta manea. No hicimos caso de los consejos de los drectivos de Disney, convencidos de que si ellos habían tenido tanto éxito con los musicales nosotros también debíamos lena nuesta película de can ciones. Rehicmos de ariba abajo el guion más de una vez para esta seguros de que resultaba convincente. Trabajamos por la noche, duante los fines de semana y las vacaciones, po lo geneal sin protesta. Pese a ser unos po ductores bsoños en un estudio novato y con gaves poblemas financieos, habíamos apostado po una idea sencilla: si hacíamos algo que a nosotros nos gustaría ve, otos también querían verlo. Durante mucho tiempo tuvi mos la sensación de habe cargado con esa oca montaña ariba tratando de loga lo imposible. Hubo incontables momentos en que el futuro de Pixa fue incierto. Y ahora, de pronto, nos veíamos puestos como ejemplo de lo que ocure cuando los artis tas confían en su instinto. Toy Sto se convitió en la película más taquilera del año y ecaudó 358 millones de dólaes en todo el mundo. Peo no ean solo los números lo que nos lenaba de ogulo; después de todo, el dineo es una simple foma de medir una empesa floeciente y po lo geneal no la más signficatva. No, lo que yo encontaba gatifcante ea lo que habíamos ceado. Las cít icas esaltaban la emotiva ínea argumental y los estupendos personajes tidimen sionales, mencionando apenas, y casi como a lgo tangencia, que había sido realizada con odenado. Aunque hubo una considerable cantdad de innova ción que nos faciltó el tabajo, no permitimos que la tecnología asfixiase nuesto vedadeo objetivo: hacer una gan película. Paa mí, Toy Story repesentó la culminación de una meta que yo había per seguido duante más de dos décadas y con la que llevaba soñando desde niño. De pequeño, en los años cincuenta, ansiaba se animado gáfico en Disney, peo no tenía ni dea de cómo conseguirlo Ahora comprendo que me incliné instntivamente hacia los gráficos po odenado -entonces un campo nuevo- como medio de perseguir aquel sueño. Si no podía animar a mano, tenía que habe ota vía. En el instituto me impuse el objetivo de hacer sin prisas la prmea película de animación por odenado, y tabajé sin descanso durante veinte años para logalo. Ahora, la meta que impulsaba mi vida había sido alcanzada, y experimentaba una inmensa sensación de aliv io y exalta
salió a bolsa y geneó una cantidad de dineo que nos aseguaría el futuro como productora independiente. Empezamos a trabajar en dos nuevos largo metajes, Bichos: una aventura en miniatura y Toy Story 2. Todo iba a nuestro favor, y sin embago me sentía un poco confuso. Al logra un objetivo había perdido en pate una estuctura esencal. Comencé a peguntarme: ¿esto es lo que de vedad quiero hacer? Las dudas me sorprendieron y me dejaon perplejo, pero me las reservé paa mí msmo. Había ejercido como pesidente de Pixar duante la mayo parte de la existencia de a empresa Me gustaba el puesto y todo o que epesentaba. Sn embago, no podía negar que logar el objetivo que había definido mi vda pofesional me había dejado sin meta. ¿Esto es todo?, me decía. ¿Ha llegado el momento de un nuevo desafo? No pensaba que Pixar hubiese «tocado techo» o que mi labo estuviese ealizada. Sabía que teníamos gandes obstáculos por delante. La empesa estaba creciendo rápidamente, con montones de accionistas a los que satis face, y nos apresuábamos a poner otras dos nuevas películas en produc ción. Había, en suma, un montón de cosas en las que ocupa mis horas de tabajo. Peo mi objetivo vital -aquello que me había impulsado a domi en e suelo del laboatoo de infomática en la universidad paa dispone de más hoas en el odenador cental y que, de nño, me mantenía despieto de noche resolviendo puzles mentalmente y que había impusado mi trabajo dia io ya no estaba. Me había pasado dos décadas construyendo un tren y tendiendo sus vías. Ahoa la idea de limitame a conducrlo me parecía un ta bajo mucho menos interesante. ¿Bastaá poduci una película tras otra para sentirme involucrado?, me preguntaba. ¿Cuál va a ser ahoa m principio ec tor? La respuesta tardó un año en salir a la luz. Desde el pimer momento, mi vida pofesional parecía destinada a tener un pie en Silicon Valley y otro en Hollywood. Empecé en la industria del cine en 1979 cuando Geoge Lucas, que había ganado una montaña de dineo con el éxito de La guerra de las galaxias, me contrató para ayudarle a introducir la alta tecnoogía en la industria cinematográfica. No tenía su sede central en Los Ángeles, sino que había adicado su empesa, Lucasfilm, en el extremo norte de la bahía de San Fancisco. Nuestras oficinas estaban situadas en
apodo que estaba empezando a imponerse entonces cuando las empresas de semconductores e nformátca empezaron a despegar. Esa proxmdad me proporconó un observatoro deal para asstr a la aparcón de las empresas de hardware y software -por no menconar la crecente ndustra de captal resgo- que a la vuelta de unos años vendrían a dominar Slcon Valley desde su apostadero de Sand Hll Road Yo no pude llegar en un momento más dnámco y volátl. Pude ver a un montón de start-ups ponerse al rojo vvo por el éxto y a contnuacón que marse M msón en Lucasflm, fusonar la produccón de películas con la tec nología, mplcaba trabajar codo con codo con los líderes de empresas como Sun Mcrosystems, Silcon Graphcs y Cray Computers, a alguno de los cuales llegué a conocer bien Entonces yo era antes que nada un centfco y no un gerente, de manera que les observé atentamente con la esperanza de apren der de las trayectoras emprenddas por sus empresas Poco a poco empezó a emerger un patrón: alguen tena una dea creatva, lograba fnancacón, fchaba a un montón de tpos lstos y desarrollaba y venda un producto que despertaba una nmensa atencón Ese éxto ncal engendraba más éxto,
fondo sobre las fuerzas destructvas que estaban en juego A lo largo de los años, mentras Pxar luchaba por encontrar su camno -al prncpo ven dendo prmero hardware y después software, y más tarde realzando cortos y anuncos de anmacón- me pregunté: ¿tambén nosotros íbamos a cometer alguna estupdez s Pxar contnuaba teniendo éxto sempre? ¿Prestar aten cón a los pasos en falso de los demás nos ayudaría a estar más alerta sobre los nuestros? ¿O es que hay algo relacionado con el hecho de llegar a ser un líder que te ciega ante aquello que amenaza el benestar de tu empresa? Era evdente que algo causaba una pelgrosa desconexón en muchas empresas ben llevadas y creatvas En qué consstía exactamente era un mistero que yo estaba decddo a descfrar Durante el dfícl año posteror al estreno de Toy Story comprendí que intentar resolver ese mstero sería m siguente reto. M deseo de proteger a Pxar de las fuerzas que arrunaban a tantas empresas me proporconó un renovado centro de nterés Comencé a ver más claro m papel de líder Me iba a dedcar a crear no solo una empresa de éxto sno una cultura creatva sostenible Cuando pasé de centrar m atencón en la resolucón de proble
tentaba a los mejores ngeneros y atraía a clentes con problemas por resol ver muy nteresantes y de gran mportanca A medida que esas empresas crecían, corró mucha tnta acerca del modo en que planteaban los cambos de paradgma, y cuando sus drectores generales aterrzaban nevtablemente en la portada de Fortune, eran presentados como los «ttanes de lo nuevo» Recuerdo sobre todo su seguridad Los líderes de esas empresas rradaban una confanza suprema Era obvio que habían logrado alcanzar la cma por
mas técncos a comprometerme con la flosofía de una gestón con funda mento volví a entusasmarme y a estar seguro de que nuestra sguente etapa ba a ser tan emoconante como la prmera
que eran muy, muy buenos. Pero entonces esas empresas hacían algo estúp do, no solo estúpdo en retrospectva sno merdanamente estúpdo en aquel momento Quse entender por qué ¿Cuál era la causa de que gente ntel gente tomase decsiones que hacían descarrlar a sus empresas? No cabe
compartr nuestra flosofía subyacente con otros lderes y, para ser sncero, con cualquera que haga frente a las fuerzas opuestas, pero necesaramente complementaras, del arte y el comerco Así pues, lo que tene usted en las manos es un ntento de poner por escrto ms deas acerca de cómo logramos crear la cultura que es la pedra angular de esta casa E presente lbro no va drgdo exclusvamente a fans de Pixar, eecutvos
duda de que creían estar haciendo lo correcto, pero algo les cegaba y les mpedía ver los problemas que amenazaban con derrbarles Como resultado sus empresas crecían cual pompas de jabón y luego expotaban. Lo que me nteresó no fue que las empresas ascenderan y se hundesen, o que cam biase el pasaje según o hacía la tecnología, sno que los líderes de esas empresas parecían tan centrados en competr que nunca reflexonaban a
M objetvo ha sdo sempre crear una cultura en Pxar que sobrevva a sus líderes fundadores, Steve, John Lasseter y yo Pero m objetvo es asmsmo
del mundo del espectáculo o anmadores dgtales Va drgdo a cualquera que desee trabajar en un entorno que fomente la creatvdad y la resolucón de problemas Creo que el buen lderazgo puede ayudar a las personas crea tvas en el camino de la excelenca, con independencia de cuál sea el negoco
al que se dediquen. Mi aspiración en Pixar -y en Disney Animation, que mi vejo soco John Lasseter y o también hemos liderado desde que la compa ñía Walt Disney compró Pixar en 2006 ha sido hacer posible que nuestra gente dé lo mejor de sí misma. Partimos del supuesto de que nuestra gente tiene talento y desea aportar algo. Aceptamos que, sn quererlo, nuestra empresa está asfixiando ese talento de mil maneras no percbidas En defini tiva, tratamos de dentificar esos impedimentos y corregirlos. He pasado casi cuarenta años pensando en cómo audar a personas inteli gentes y ambiciosas a trabajar juntas con efcaca. Tal y como lo veo, mi fun ción coo directivo es crear un entorno fértil, mantenerlo saludable y vigilar aquellas cosas que lo debiitan. Creo de todo corazón que todo el mundo tiene e potencial de ser creativo, cualquiera que sea la forma que adopte esa creatividad, y que estimular tal desarrollo es algo noble. Y aún me nteresan más los obstáculos que se interponen en el camino, muchas veces sin que los detectemos, e interferen en la creatividad propia de cualquier epresa fore ciente. La tesis de este libro es que si bien surgen numerosos impedimentos para la creatividad existen medidas eficaces que pueden ser adoptadas para pro teger e proceso creativo. En las páginas siguentes trataremos muchas de las medidas que tomaos en Pixar, pero para mí los mecanismos más fascinan tes son los relacionados con la incertidumbre, la inestabilidad, la falta de franqueza y aquello que no vemos. Creo que los mejores drectivos recono cen y reservan un espacio para lo que desconocen, no soo porque la humil dad es una virtud, sino porque los avances más notabes no se producen hasta que no se adopta esa mentaidad. Pienso que los directivos deben rela jar los controles, no endurecerlos. Deben aceptar e riesgo; deben confiar en las personas con las que trabajan y esforzarse por despe jarles el camino; y deben prestar siempre atención y hacer frente a todo aquelo que produzca miedo. Por encima de todo, los líderes de éxito deben asumir la realidad de que sus odelos pueden estar equivocados o ser incompletos. Soo cuando aditimos lo que desconocemos podemos confar en aprendero. El lbro está dividdo en cuatro partes: EL INCIO, PROTEGER LO NUEVO, CREAR Y MAN TENER y PONER A PRUEBA LO QUE SABEMOS. No es un libro de memorias,
ms y las vías que conocmos gracias a ellos, en ocasiones hurga inevitable mente en m propa histora y en la de Pixar. Tengo mucho que decr acerca de facilitar a los grupos la creación conjunta de algo valioso, luego prote gerlos frente a las fuerzas destructivas que amenazan incluso a las empresas más fuertes. Espero que al exponer mi búsqueda de las fuentes de confusión y engaño dentro de Pixar y Disney Animation, pueda ayudar a otros a evitar los escollos que ponen impedmentos y en ocasiones arruinan todo tipo de empresas. La clave, lo que me ha motivado durante los diecinueve años transcurridos desde el estreno de Toy Story, es comprender que identificar esas fuerzas destructivas no ha sdo nicamente un mero ejercicio fiosófico. Es una misión crítica y capita. A raíz de nuestro éxito nicial Pixar necesitaba que sus íderes hciesen un alto prestasen atención. Y esa necesidad de vigiancia no cesa nunca. El presente libro, pues, trata de la tarea todavía en curso de antenerse alerta, de ejercer de líderes siendo autoconscientes, como directivos y como empresa. Es una exposición de las deas que, en opnión, nos permiten dar lo ejor de nosotros mismos.
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