Introducción a la Cosmovisión Andina (Ediciones Humano).pdf

September 29, 2017 | Author: Dani Martinez | Category: Inca Empire, Peru, Nature, Truth, Reality
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Introducción a la COSMOVISIÓN ANDINA

EDICIONES HUMANO

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Introducción a la COSMOVISIÓN ANDINA Secretos revelados tras 500 años de silencio

Un acercamiento a las respuestas buscadas en la película "Humano. Sudamérica renace"

EDICIONES HUMANO

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Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del editor, queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio –mecánico, electrónico y/u otro– y su distribución mediante alquiler o préstamo públicos.

Stivelman, Alan Introducción a la cosmovisión andina / Alan Stivelman; Darío Bermúdez; María Monachesi; coordinación general de Darío Bermúdez. 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Alan Stivelman, 2016. 134 p. ; 21 x 15 cm. ISBN 978-987-42-1419-5 1. Espiritualidad. 2. Cosmovisión. 3. Antropología. I. Bermúdez, Darío II. Monachesi, María III. Bermúdez, Darío, coord. IV. Título. CDD 128

Coordinación general: Darío Bermúdez Investigación y escritura: Darío Bermúdez / María Monachesi Concepto de tapa: Alan Stivelman Diseño de tapa: Eloy Krioka Prensa y comunicación: Eduardo Bermúdez Diagramación interior: Carlos Rossi Corrección: Argelia Perazzo Olmos LIBRO DE EDICION ARGENTINA ISBN 978-987-42-1419-5 Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 © 2016 by Humano Films S.A. – Buenos Aires García del Rio 3822 Depto 2 (CP 1430) Ciudad de Buenos Aires, Argentina http://www.humanofilm.com Impreso en Argentina Printed in Argentina

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Prólogo

Una voz sabia, acallada durante siglos, comienza a hablar. Los corazones se abren y todo es aprendizaje. La sabiduría andina asombra al mundo. Un silencio de 500 años se rompe y ya nada puede detener el flujo vital de conocimientos que merecen ser develados. El momento es ahora. ¿Quién no quiere estar presente para escuchar tantas verdades guardadas? La película "Humano. Sudamérica renace" nos reveló la experiencia transformadora de Alan Stivelman en los Andes. Pero, mucho más allá de ser un éxito cinematográfico, ha colaborado con la búsqueda individual de cada espectador. Sus preguntas son las de todos. La Comunidad Humano, tan activa en las redes sociales, estimula nuestro placer de compartir sabiduría. Por el vínculo que nos une y en respuesta al creciente interés por la esencia espiritual del film, decidimos reunir estas enseñanzas, breves pero centrales, sobre la tradición andina. Sin intención de agotar el tema, sino

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todo lo contrario: la idea es que represente un punto de partida para el intercambio abierto, inclusivo, mientras intentamos un acercamiento a aquellas respuestas que, como Alan, todos anhelamos encontrar. Este libro aporta un saber, pero aún más cautivante es el poder que tiene de promover nuevos interrogantes, más precisos y evolucionados. De permitirnos recobrar la memoria. De trasladar señales que estaban en estado de gracia latente en las montañas a nuestra vida cotidiana en la ciudad. De recordarnos el encanto de volver a nosotros mismos. O sea, a una verdad. Buscar. Compartir. Evolucionar. Este es el espíritu Humano. Más allá de las latitudes, los credos y los idiomas, todos somos uno. Este trabajo y los que vendrán son una invitación, con el propósito de ir juntos por senderos milenarios, abriendo los ojos con sorpresa frente a tantas revelaciones. Gracias por ser parte del camino. Bienvenidos. HUMANO

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Introducción

Cosmovisión andina: un viaje de múltiples dimensiones

Este libro no apunta a ser solo un libro. Intenta ser, a la vez, un pasaporte a una dimensión totalmente distinta de lo conocido. A un mirador sorprendente y revelador, que nos permita vislumbrar, a través del tiempo y el espacio y con el mayor de los respetos, los tesoros de una de las culturas más ricas del planeta. Vamos a iniciar un viaje de diferentes niveles por una comprensión de la realidad que ha estado oculta durante medio milenio. Exploraremos sus principales fundamentos, sus raíces, su cultura y su espiritualidad, para irnos acercando a un mensaje atemporal destinado a toda la humanidad. La cosmovisión andina es multidimensional y, como tal, entraña un desafío para el pensamiento occidental. Para facilitar la comprensión de esta introducción a sus enseñanzas,

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buscaremos darle una coherencia lineal a sus expresiones más representativas. Comencemos por definir el significado de cosmovisión. Cada civilización se ha desarrollado sobre la base de su percepción del mundo y del cosmos. Los principios, valores y creencias constituyen una cosmovisión o paradigma. La reconocida antropóloga argentina Ana María Llamazares se refiere a los paradigmas como “los paraguas bajo los cuales una sociedad concibe y piensa la realidad, la percibe, le atribuye sentido y significado, y también la siente, la vive y actúa sobre ella”.1 Si bien en la actualidad se ha documentado mucha información sobre la espiritualidad andina, gran parte de su sabiduría y tradición no está escrita en los libros. Se conoce por transmisión oral, a través de ancianos sabios que solo la comparten en profundidad con aquellos que demuestran una curiosidad genuina. La humanidad articuló un lenguaje para traducir los principios que tienen su origen en una dimensión abstracta y, al definirlos, no ha podido eludir un inevitable margen de error. Vacío, energías, fuerzas de la naturaleza… recibieron en los Andes una entidad palpable, concreta. La Pachamama, universalmente conocida como Madre Tierra, es mucho más que la tierra proveedora en lo visible. El Padre Sol, Tayta Inti, no es solo el sol físico que da vida a la tierra; fue también un medidor del tiempo desde épocas preincaicas, cuando se concebían los cambios climáticos y geológicos significativos como parte de un proceso cósmico comprendido en ciclos, conocidos como soles y pachakuteq o pachakuti andinos. 1Llamazares,

Ana María, Del reloj a la flor de loto, Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2011.

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La idea de divinidad toma cuerpo con la Conquista, alterando la concepción original y la conciencia de unidad de los andinos, para ser ordenada en función del paradigma encarnado por los españoles, la Iglesia Católica y sus creencias. El habitante de los Andes no ve división en la naturaleza. La totalidad se expresa en una dualidad complementaria, una comunicación e integración de extremos que funda las bases de su cultura y sus tradiciones. El ayñi, la reciprocidad, en los ayllus, las comunidades andinas, establece una serie de reglas que permiten la vida de relación, donde la ayuda mutua y la colaboración son parte esencial del trabajo y la organización económica, siendo expresadas por medio del “buen vivir”, el allin o sumaq kawsay. En las comunidades, cada acción individual tiene su reflejo en lo colectivo; y, a través del ama quella (‘sé laborioso’), el ama llula (‘sé veraz’), el ama suwa (‘sé honesto’) y el ama h’apa (‘sé fiel y leal’), el andino estableció una práctica reguladora para una convivencia ordenada. La expansión de la cultura andina se plasmó a través de un amplio territorio a lo largo de Sudamérica, y su visión integradora reunió los cuatro puntos cardinales en la Confederación del Tawantinsuyu. Sus emblemas, la chakana y la wiphala, la cruz y la bandera andinas, dejaron huellas a lo largo de toda la región que ocupó esta Confederación. El compromiso con la evolución de la conciencia se materializa en los hombres puente, los chakarunas, intermediarios en la búsqueda del equilibrio físico, emocional y mental del peregrino que llega a su encuentro, y en la naturaleza misma, que habla a través de sus plantas y animales sagrados. Los apus, habitantes

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de los cerros, guardianes tutelares, actúan como una fuente de contacto con el mundo interior. En los Andes, el conocimiento tiene una base científica. Esto queda de manifiesto muy especialmente en el diseño del Gran Camino Andino, el Qhapaq Ñan. Es una invitación a ver más allá de los muros de las ciudades y los templos que lo integran, proponiendo una exploración en la tierra y, a la vez, un viaje “al interior de las estrellas”, de Tiwanaku a Machu Picchu, recorriendo una verdad aún no develada completamente. Causa admiración comprobar los puntos de contacto que tiene la sabiduría andina con nuevas teorías de la física y la lógica cuántica. Paso a paso, de manera sencilla, nos aproximaremos a los más relevantes. Todos estos conceptos, uno por uno, los iremos viendo a través de una síntesis de fácil lectura, recordando que coexisten en la actualidad múltiples maneras de entender cada símbolo, cada lugar, cada expresión. Este trabajo apunta a estimular el corazón del lector como vía de entendimiento profundo, tal como lo hiciera la película "Humano. Sudamérica renace", sin detenernos en una interpretación enciclopédica de cada concepto. Es un privilegio recorrer con ustedes este abanico de enseñanzas. Lo haremos de la manera más simple posible, priorizando captar la esencia pura de este viaje multidimensional, para descubrir juntos que, tras largos siglos de silencio, algo realmente nuevo está naciendo.

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PARTE I Concepción del mundo y del cosmos

–¿Qué quieres saber? –Lo que tú sabes. –Mis verdades son incómodas.

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Las preguntas acerca del origen y la Creación son las que han impulsado a la humanidad, a lo largo de los siglos, a salir en busca de explicaciones y evidencias sobre el misterio de la existencia. Las culturas originarias emplearon el relato, el mito y la leyenda para responder esos interrogantes. La cosmogonía intenta resolver el misterio del nacimiento del universo, comprender qué nos trae a la vida y hallar un sentido esencial a nuestro paso por la tierra. Nos referimos al conjunto de ideas y principios que se elaboran para conformar una cosmovisión, una perspectiva de ese vínculo con lo abstracto, y del hombre con las manifestaciones de la naturaleza y el cosmos. La percepción de esa relación diseña los parámetros de una realidad validada colectivamente. La comprensión del mundo andino llegó hasta el presente condicionada por la interpretación de la civilización occidental, por su propia forma de entender la realidad. La verdadera esencia de sus principios emerge hoy de la mano de los originarios que integran su legado, invitando a todos los seres humanos del planeta a descubrirla. Será conveniente recordar que hay muchos puntos ciegos aún, pero que están siendo iluminados en esta época; es una trama que estamos armando entre todos, originarios y buscadores. La cosmovisión andina es muy amplia y profunda. Por razones de espacio, en esta investigación vamos a centrarnos solo en sus aspectos más sobresalientes, aquellos que consideramos imprescindibles para acceder a su mirada global. Su gran diversidad se manifiesta a través de las lenguas del Tawantinsuyu: la runa simi (quechua), la aymara, la uruchipaya y la poquena. Sepamos que la Academia Mayor de Lengua Quechua realiza congresos periódicos para unificar la escritura pero, de igual modo, es común encontrar una misma palabra escrita de diferentes maneras en las distintas fuentes de consulta.

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CAPÍTULO I

FUNDAMENTOS GENERALES Para abordar con una mayor claridad la cosmovisión andina, vamos a ir desgranando toda la riqueza que en su filosofía se presenta unida. Comencemos con las bases principales de su sabiduría.

Dualidad complementaria y reciprocidad La dualidad original es uno de sus conceptos más importantes. Bien/mal, femenino/masculino no se expresan en el pensamiento andino mediante una lógica de opuestos (“arriba o abajo”), sino que se integran los polos, que funcionan de manera coherente y complementaria (“blanco y negro”). No hay percepción de lo “separado”. De allí nace la reciprocidad, base de un orden cósmico que vincula las partes con el todo, un “ida y vuelta” que se plasma en las relaciones y en el intercambio comunitario.

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Las expresiones yanantin y masintin encarnan los principios de dualidad y de relación entre ambas partes. Intip Megil Guamán expresa que “yanantin [...] quiere decir ‘pareja’, pareja de personas o cosas diferentes, alianza entre energías opuestas, alianzas entre diferentes, armonía entre cosas diferentes”,1 y que vincula distintos tipos de relaciones. Para aclarar este punto, Edmer Calero del Mar señala: “El principio masintin rige, entre otras, las relaciones paternales, maternales y fraternales entre individuos del mismo sexo y no implica jerarquía preestablecida como el principio yanantin, que rige esas mismas relaciones pero entre individuos de sexo opuesto”.2

Unidad Refleja la idea de un todo multidimensional. La realidad concreta y lo invisible integran a la dualidad y a la paradoja en un diálogo de extremos. Es decir, en la lógica paritaria andina está implícita la unidad; es la unidad en la diversidad: no hay separación, aunque esa unidad se manifieste como dos opuestos (hombre/ mujer, noche/día, frío/calor).

Cuaternidad Vinculada al principio unitario, aparece la necesidad de un nexo con la realidad: de la nada a la creación de formas que sostienen la vida. El número 4 le da un orden y posibilita la estructura. 1 Megil Guamán, Intip, Illa, el sentido de la existencia, Lima, Paqarina, 2007; disponible en . 2 Calero del Mar, Edmer, “Dualismo estructural andino y espacio novelesco arguediano”, en Bulletin de l’Institut Français d’ Études Andines, 31(2), 8 de agosto de 2002; disponible en .

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La existencia, entonces, se manifiesta en distintos planos: el físico biológico, las emociones y la percepción neurológica –o plano mental–, pero también incluye un cuarto plano, el alma o intermediario, que es el nexo con un plano de mayor conciencia.

Correspondencia “Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera.” Hay una equivalencia entre lo visible y lo invisible, entre lo macro y lo micro, entre el inconsciente y el consciente. La civilización occidental busca domesticar el inconsciente, hallándolo oscuro e indomable. El andino, en cambio, lo acepta, lo incluye, y asume lo oculto como complemento de lo revelado.

Ciclicidad La concepción de evolución a partir de ciclos fue y es en los Andes comprendida como un todo, mientras que Occidente separó al hombre de la naturaleza a partir de su visión fragmentada de la realidad, desconociendo el hecho de que ese mismo diseño cíclico rige para la totalidad del universo. El ciclo vital de toda existencia marca un comienzo, un desarrollo y un fin, para volver a comenzar. El andino, integrado plenamente a la naturaleza, está ligado de manera consciente a los ciclos de la tierra. Su comprensión de los procesos trasciende lo meramente concreto y estacional, como su vínculo con los tiempos de siembra y cosecha. Ve la ciclicidad operando en todo lo que existe, de manera natural y sin esfuerzo.

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Pensar en ciclos nos lleva a establecer una diferencia entre el círculo y la espiral. La espiral introduce el concepto de evolución, a diferencia del círculo, que vuelve a un punto de partida para reiniciarse dentro de un mismo diseño. La espiral abre un comienzo en otro paradigma: un nuevo modelo de conciencia.

Lo energético y lo sagrado En los Andes, la realidad es la Pacha. Acompaña los hechos que ocurren, las acciones del hombre y las manifestaciones de la naturaleza: no las niega ni las evade. Todo lo existente –material e inmaterial– es energía vibrando en diferentes frecuencias. Dentro de ese paradigma se hallan los creadores y todo lo creado. En el cosmos y en la naturaleza, no todo es igualmente sagrado para el amauta, el sabio andino, que sabe percibir la energía de los distintos seres, quienes pueden estar más o menos conectados con el espacio. Esa es una lectura que saben hacer los chakarunas, en quienes nos detendremos más adelante. Recordemos que lo sagrado es también un concepto occidental y cristiano, que remite a lo inmutable y lo cristalizado. Para el hombre de los Andes, el verdadero respeto es lo primordial y solo se logra haciendo un enlace consciente con la esencia.

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MEDICIÓN DE LAS ERAS. LOS SOLES Y LOS PACHAKUTI O PACHAKUTEQ: CICLOS CÓSMICOS Otra concepción del tiempo

Desde épocas preincaicas, los andinos miden el tiempo en edades cósmicas que duran 1000 años, llamadas soles, y en ciclos menores, cuya duración es de 500 años, señalados como pachakuti. Este sistema de medición admite también la denominación sol para designar un ciclo de 26 soles, es decir, 26.000 años. Cada sol está compuesto por dos pachakuti. Siguiendo el principio de ciclicidad, se denomina pachakuti de ascenso o de luz al primer período de 500 años, y pachakuti de descenso o de oscuridad a los 500 años posteriores. También se denomina pachakuti o pachakuteq al evento transformador que cierra cada ciclo.

Pachakuteq significa ‘el que retorna’, ‘tiempo-espacio’, y pachakuti, ‘retorno del tiempo-espacio’. Pacha es ‘tiempo-espacio’, ‘realidad’ y ‘cosmos’, mientras que kuteq es ‘dar vuelta’, ‘el que retorna’, ‘el que vuelve para corregir’.

El final de una era o edad da lugar al nacimiento de un nuevo sol. La nueva “luz” muestra los “errores” del ciclo anterior para que sean vistos y asumidos en el Mastay o gran momento del encuentro desde los cuatro puntos cardinales de toda América.

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El pachakuteq de luz comenzó en 1992, momento en que el conocimiento de los pueblos originarios de todo el continente americano comenzó a emerger, luego de 500 años de oscuridad. Simboliza la reconstrucción del Tawantinsuyu para los andinos y el nacimiento de una nueva conciencia humana a nivel global. Los q’eros, entre otras etnias andinas, están ofreciendo sus conocimientos con motivo del Gran Mastay, la reintegración de los hombres de las cuatro direcciones. Son anuncios que “hablan del potencial que viene al ‘salir fuera del tiempo’, lo cual no es simplemente un concepto metafórico sino […] un logro concreto que puede despertar a toda la gente del mundo. […] Tal cambio nos da el potencial de re-crearnos a nosotros mismos en un paradigma totalmente nuevo”3, expresa Judith Bluestone Polich al referirse a las profecías de los q’eros sobre este tiempo. Este cambio de percepción de la realidad, de lo lineal a lo no lineal –fuera del tiempo y el espacio– nos permite reconectarnos con la esencia de la tierra, más allá de su aspecto concreto y energético, para manifestar una nueva versión de la humanidad. Es un giro en espiral para una vida humana con nuevas preguntas…

La última etapa del incario fue gobernada por el Inka Pachakuteq (Kusi Yupanki), quién lideró un período de gran desarrollo y esplendor en el Tawantinsuyu, que continuaría su hijo, Tupak Yupanki Inka.

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Bluestone Polich, Judith, El regreso de los niños de la luz. Profecías de los inca y maya para un nuevo mundo, Rochester (Vermont), Inner Traditions en Español, 2008; trad.: Laura Brandk; disponible en .

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ENTIDADES TUTELARES Para el andino, el poder creador del universo, la naturaleza y el cosmos está representado por principios y seres de máxima jerarquía y autoridad. Incluso, algunos de ellos son considerados amautas que tuvieron un tránsito terrestre, acompañando a las comunidades a desarrollar las bases de su conocimiento y cultura. A continuación, destacamos las entidades tutelares más trascendentes.

Pachakamaq: el origen de toda la existencia El potencial de la Creación Es el ordenador del tiempo-espacio. Pacha, como vimos, es la apertura temporal donde se despliega la existencia y se sustenta la vida humana. Kamaq es el que hace, manda, ejecuta, ordena. Esta energía en potencia es el inconsciente del ser humano aún no manifestado. Los andinos no mencionan su nombre en voz alta salvo que medie una razón importante. Se lo considera el ordenador de la Pachamama y generador de manifestaciones climáticas –como grandes tempestades y terremotos– destinadas a establecer un nuevo equilibrio.

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En el plano físico: el santuario de Pachakamaq (véase la Parte II) es un monumental asentamiento preincaico, ubicado en Lurín, Lima, Perú. Fue un gran centro de peregrinación para los pobladores de toda la costa peruana, chilena y ecuatoriana. Probablemente haya sido el más importante por su condición de oráculo, al que asistían numerosos visitantes en busca de presagios y profecías. Finalmente, en el período de la colonia fue visto como un lugar de idolatría, y avasallado para extraerle las ofrendas en oro donadas por los peregrinos; entró luego en una etapa de abandono. Es muy posible que este desenlace haya originado la siguiente leyenda, documentada en escritos de la época. Cuentan las crónicas que el hermano de Pizarro, Hernando, habría llegado al templo en busca del oráculo de oro, pero al subir las escalinatas y descubrir que la figura era de madera, indignado, le habría dado una patada, lo que la hizo volar por los aires. Ante tal manifestación, los originarios asumieron que era un dios y le trajeron todo el oro que tenían. La historia cuenta que era tanto el oro que los caballos usaron herraduras y clavos de ese metal precioso para el viaje de regreso a Cajamarca. La tradición oral, en cambio, señala que los pobladores se marcharon del lugar por la devastación sufrida y que no vieron en Hernando Pizarro ninguna clase de divinidad.4 4

Fuentes: UNESCO, “Inauguran nuevo Museo de Sitio de Pachacámac”, Lima, 17/02/2016; disponible en . Perú, Ministerio de Cultura, sitio web del Museo de Sitio del Santuario de Pachacamac, . Rumbo al Bicentenario. Blog de Juan Luis Orrego Penagos. Historia del Perú, América Latina y el Mundo. Siglos XIX y XX.

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Wiraqocha: autoridad máxima de todo lo creado Caminante del cielo y la tierra En el mundo andino, Wiraqocha es considerado un ser supremo. Es reconocido y venerado con diversos nombres: Viracocha, Huiracocha, Wirakocha. Aparece como el dios creador y ordenador de los Andes. Se lo asocia a entidades, principios, energías, creencias, y hasta a una persona de sabiduría que recorrió el Tawantinsuyu. El relato mitológico lo presenta saliendo del lago Titicaca en la isla del Sol y dirigiéndose a Tiwanaku, desde donde iniciaría la creación de todo lo que existe. En la búsqueda de definiciones más próximas a la idea original que podrían haber tenido los andinos de sus entidades superiores, se han realizado muchos estudios, utilizando fuentes prehispánicas para intentar una interpretación libre de las influencias que se desprenden de las crónicas de la Conquista. Tengamos presente que la percepción de la realidad del hombre de los Andes fue adaptada al arquetipo de la creación divina del paradigma occidental. En este sentido, María Rivara de Tuesta, profesora emérita de la Universidad Nacional de San Marcos de Lima, Perú, afirma: “Wiracocha es así comúnmente considerado como la entidad de máxima jerarquía en el mundo religioso prehispánico, debido justamente a que el cronista, hombre perteneciente al mundo y la cultura occidental del siglo XVI, al convertirlo al signo cristiano, le está otorgando su mayor sentido interpretativo. El hecho de que Wiracocha haya sido identificado con el Dios de los cristianos explica a su vez la continuidad de su ubicación como máxima entidad religiosa”.5 5

Rivara de Tuesta, María Luisa, “Wiracocha (Dios), pacha (mundo) y runa (hombre) en la cultura prehispánica (incaica)”, en Pensamiento prehispánico y filosofía colonial en el Perú, Lima, FCE, 2000, t. I, pp. 98-132; disponible en .

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“Illa Tecse Wiracocha es el dios que está en el origen y principio de todo.”6 Tecse o t’eqsi en quechua es ‘fundamento’ o ‘vacío original’. La comprensión de principios muy abstractos dispara estructuras mentales que les dan un sentido reconocible a las ideas; pero, si nos arriesgamos a ir más allá en la comprensión de Wiroqocha, nos encontramos con lo que hoy podría definirse como el espacio de la energía en potencia (campo cuántico), que está en condiciones de manifestar todo, desde una pequeña célula hasta el cosmos. La tradición oral andina le da a Wiraqocha también la condición de hombre real: anciano sabio –es decir, amauta–, fundador de la cultura tiwanakota. Es el mensajero de ese conocimiento y sabiduría, que forma futuras generaciones de amautas, quienes habrían logrado el desarrollo posterior de la cultura inca y del Tawantinsuyu. Wiraqocha está asociado a varias entidades, pero es Tunupa quien, para algunos cronistas y autores, llega a ser la misma representación abstracta y hasta el mismo amauta. “Varios cronistas consideran a Tunupa un enviado de Viracocha y, para otros, ambos son el mismo dios con denominaciones variantes en las regiones y en diferentes tiempos.”7 Asimismo, se lo asocia a Ekeko, otra divinidad que se popularizó a través de un muñeco de terracota con vestimentas típicas andinas, cargado de alforjas que representan abundancia y prosperidad. Para la tradición oral, Tunupa, con la misma misión que Wiraqocha, no solo camina por la zona del Titicaca, sino que

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Hernández Soto, Javier, El significado filosófico del mito de Wiracocha; disponible en . 7 Bailey Gutiérrez, Alberto K., Franz Tamayo: mito y tragedia, La Paz, Plural, 2010.

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recorre la extensión entera del Qhapaq Ñan impartiendo sabiduría y realizando obras de todo tipo. “Habría muerto en la isla del Sol y su cuerpo fue llevado hasta el lago Poopó, donde desaparece. Es relacionado con el rayo, el fuego y los volcanes, a veces también con el agua.”8 En el plano físico: el Inka Wiraqocha fue uno de los “Hijos del Sol” del incario. Durante su tiempo, recibió a través de uno de sus amautas la revelación de la llegada de los españoles y la destrucción del Tawantinsuyu. Esta profecía daría origen a la leyenda del Inkarri, en la que el Inca sería desmembrado y sus partes se enterrarían dispersas en todo el territorio, hasta la llegada de un nuevo pachakuteq, cuando se volverían a reunir. En la actualidad estaríamos transitando ese nuevo período, iniciado en 1992.

Pachamama: espacio-tiempo Una dimensión atemporal Pacha es ‘tiempo’, ‘espacio’, ‘creación’, ‘universo’, mientras que mama es la madre naturaleza que crea vida. Es también tierra física, concebida como algo vital y dinámico. Además, la Pachamama tiene una dimensión fuera del tiempo y el espacio. Interviene como aspecto femenino en la génesis de todas las cosas. Es similar al concepto de wakan tanka para los indios de las praderas de Norteamérica, los siouxs. 8

Idem

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La Pachamama habita el kay pacha, cumpliendo con una función mediadora entre el janan pacha y el ukhu pacha, que ya veremos puntualmente.

Tayta Inti: Padre Sol La luz de los mundos Los andinos consideran a la naturaleza como a un ser vivo con entidad sagrada. Tayta Inti (Padre Sol) y Mama Killa (Madre Luna) son una dualidad complementaria expresada en la Creación. Inti es ‘sol’ en quechua. Tayta Inti es considerado un dios en la interpretación occidental de las creencias andinas. Es la manifestación física del sol central de la galaxia. Representa el polo masculino como fuerza presente en los rayos del sol, que tienen el poder de crear y recrear vida. En el reino mineral es el oro y dentro de los elementos representa al fuego. Como unidad de medida del tiempo, cada sol inicia un ciclo, como vimos anteriormente. En general, finaliza por medio de un cataclismo o catástrofe cósmica, dando comienzo a un nuevo sol, que inaugura el siguiente ciclo. El 21 de junio, al producirse el solsticio de invierno, comienzan los cuatro días dedicados a la Fiesta del Sol, el Intiq Raymin, que detallaremos en el capítulo siguiente. Es una de las celebraciones más importantes del calendario andino.

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Mama Killa: Madre Luna El comando de las aguas Killa significa ‘luna’. La Mama Killa es el polo femenino, que se manifiesta con el elemento agua, en contraste con el fuego de la esencia masculina, encarnado por el Tayta Inti (Padre Sol). El mineral que la representa es la plata. Mama Killa, hermana de Tayta Inti, era la guardiana de los aspectos femeninos del universo andino. La luna y sus fases indicaban períodos de fertilidad en la mujer y en la tierra. Sus mamaconas (abuelas con conocimiento) eran consideradas oráculos muy sabios, y temidos por anunciar adversidades y desastres. En septiembre se celebra el Qoya Raymi. A esta fiesta también podemos encontrarla con el nombre Qoya Raymi Killa, una fiesta especial para las mujeres y ancianas sabias.

DIMENSIONES O REALIDADES. JANAN PACHA, KAY PACHA, UKHU PACHA: PLANOS DE REPRESENTACIÓN DEL COSMOS Las tres dimensiones del espacio

El kawsay (energía vital, significa también vivir) es una organización dual, conformada por el janan (‘arriba’, ‘superior’) y el urin (‘abajo’, ‘inferior’). La línea divisoria entre ambos planos, es el kay (‘ser’) pacha, el espacio terrenal habitado por el hombre. De este modo, el universo queda dividido en tres instancias: el janan pacha (arriba), el kay pacha (medio) y el ukhu pacha (abajo).

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Las tres dimensiones tienen su representación en parejas de animales originarios de los Andes y el Amazonas respectivamente. • El janan pacha es el espacio superior, el cielo, el macrocosmos, el lugar donde están las galaxias, los planetas, el ámbito de Inti (el Sol), Killa (la Luna), Quyllurkuna (las estrellas) y wayra (el viento), y donde habitan los seres tutelares del cosmos. o El kuntur o kunturi (cóndor) es su ave emblemática, símbolo de la transmutación en los Andes; y en el Amazonas, el q’enti (colibrí), metáfora del poder de lo pequeño. • El kay pacha es el mundo terrenal, donde habita la Pachamama en su más concreta expresión. Es el hábitat de la humanidad. Es donde los apus o espíritus de las montañas son considerados entes tutelares y guardianes de las personas, los pueblos, las ciudades y las regiones. Más adelante los veremos en detalle. o El puma andino y el uthrunku (jaguar) amazónico encarnan al hombre en su faceta de cazador. • El ukhu pacha constituye las profundidades de la tierra, el inframundo. Es el inconsciente colectivo de la humanidad. Se encuentra en el agua en todas sus formas: mar, río, laguna, manantial. o Katari (serpiente) y amaru (anaconda amazónica) personifican al hombre de las cavernas. El árbol comparte los tres mundos: el ukhu pacha a través de su raíz, el kay pacha con el tronco, y el janan pacha con sus frutos.

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SÍNTESIS SIMBÓLICA: LA CHAKANA, INTEGRADORA DEL MUNDO ANDINO Un puente al origen

Chakana significa ‘puente’ y es el símbolo más importante dentro de la cosmovisión de los Andes. La cruz andina es una matriz que expresa el orden cósmico. La aparición de este símbolo en bajorrelieves a lo largo de todo el Tawantinsuyu data aproximadamente del año 3000 a. de C.

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La chakana tiene correspondencia con la constelación de la Cruz del Sur y se cree que ha sido parte de un conocimiento científico astronómico aún no desentrañado. El gran desarrollo matemático que implica su diseño la incluye entre los misterios más espectaculares que se están develando en este tiempo. La llamada cruz escalonada andina es una síntesis de toda la cosmovisión de los Andes. Integra los principios de dualidad complementaria y reciprocidad, correspondencia, unidad, cuaternidad y ciclicidad. Como elemento cuaternario, el número 4 es parte del diseño humano. Marca los cuatro planos espacio-temporales de lo energético hacia la manifestación concreta: • • • •

Plano del alma (o del arquitecto). Plano mental (o de la percepción neurológica). Plano de las emociones. Plano físico-biológico.

Su representación conceptual consta de tres niveles o peldaños, los tres pachas (janan pacha, kay pacha y ukhu pacha), y señala las cuatro direcciones y los cuatro elementos primordiales: • Wayra (aire/viento) es el Norte, la mente. • Unu mama (agua) es el Sur, el cuerpo emocional. • Jallp’a mama (tierra) es el Oeste, el cuerpo físico. • Nina (fuego) es el Este, Inti (el Sol) como transmutador de los elementos.9

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Fuente: Caminos de Wayra, Los cuatro elementos (apuntes del seminario de nivel I de Proyecto Ayni); disponible en .

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Para algunos ama.utas, la chakana tiene su significación también en la práctica diaria. Simboliza “el servicio” a todos los seres vivos, a través de las cuatro normas de conducta: ama quella (‘sé laborioso’), ama llula (‘sé veraz’), ama suwa (‘sé honesto’) y ama h’apa (‘sé fiel y leal’), que veremos en detalle en las páginas siguientes.10 Los andinos, por medio de la observación astronómica, han podido acceder a un conocimiento científico que les permitió construir la extraordinaria diagonal conocida como Qhapaq Ñan, ‘ruta o camino de la sabiduría’, que desarrollaremos más adelante. Es un eje fundamental sobre el que fueron montadas las más importantes ciudades del Tawantinsuyu. El arquitecto aymara Carlos Milla Villena realizó un aporte fundamental con la ley de cuadratura de la circunferencia de la chakana escalonada, a partir de la decodificación del geoglifo de la chakana Cruz del Sur. Esta figura precámbrica, ubicada en el desierto de Chao, en Perú, está vinculada a un yacimiento de 6000 años de antigüedad y representa la constelación Huch´uy Chakana. La interpretación de este descubrimiento contribuyó a la comprensión de la arquitectura y construcción de las ciudades. En el mundo andino, el diseño de la mayoría de los complejos arqueológicos guarda funcionalidad y correspondencia entre sus partes, desde las áreas destinadas a cultivos hasta los caminos, puentes, templos, viviendas, almacenes y acueductos.

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Fuente: Profesor Evaristo Pfuturi Consa

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CAPÍTULO 2

CULTURA Y TRADICIONES DE LA COMUNIDAD ANDINA El amplio espectro cultural de los pueblos andinos encierra una gran diversidad dentro del vasto territorio que conforma la Confederación del Tawantinsuyu. Vamos a analizar la visión trascendente de su cosmovisión al plasmarse en la realidad cotidiana, en las comunidades, en los vínculos, en el trabajo, en las creencias y en las costumbres de aplicación diaria.

Tawantinsuyu: las cuatro regiones del Sol Unir las distancias de América

El Tawantinsuyu fue, hasta la colonización, la confederación más vasta de América, con alrededor de 2.000.000 km2 de extensión, entre el océano Pacífico y la selva amazónica. En la actualidad, abarca la zona sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, la Amazonia de Brasil, el norte de Chile, nueve provincias de Cuyo y el noroeste argentino. Ya se lo menciona en la leyenda del nacimiento de los incas, en la que los cuatro hermanos Ayar, descendientes directos de los

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tiwanakotas, partieron con sus parejas hacia los cuatros puntos cardinales a fundar distintas naciones, comprometiéndose a reunirlas en la Gran Confederación del Tawantinsuyu, tomando al templo de Qorik’ancha, en la ciudad de Cusco, como el punto de unión de los cuatro suyus. (Tengamos presente que distintas versiones de la tradición oral andina difieren de este mito, dándole un carácter más realista, a partir de ciertas revelaciones de los amautas actuales.) Tawa significa ‘cuatro’, ntin significa ‘con’, y suyus significa ‘regiones’.

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Al Al Al Al

Este, el Antisuyu. Oeste, el Qontisuyu. Norte, el Chinkasuyu. Sur, el Qollasuyu.

Las lenguas originarias más difundidas de la región son la runa simi (quechua) y la aymara, junto a la uruchipaya y la poquena. Es importante señalar que existieron culturas que precedieron a los incas y que luego formarían parte del Tawantinsuyu dentro del Awya yala (continente americano). Ricardo Delidaise, en un artículo publicado en el blog Más allá de Pangea nos cuenta: “Civilizaciones como los tihuanaco, los moche, los paraca, los nazca, los chimú o los chancay son algunos de los antecesores de los inkas. Aquellas culturas prosperaron en una región inhóspita expuesta a frecuentes terremotos y erupciones volcánicas que asolaban con frecuencia sus ciudades, lucharon contra los bruscos cambios climáticos y condiciones extremas que nunca han dejado de existir”.1

Ayllu, ayñi, mink’a y mit’a: la agrupación en comunidades y la vida de relación La reciprocidad en acción Como vimos, la mitología andina consideraba a Tunupa como una entidad de jerarquía. Según la tradición oral de los amautas andinos, es él quien consolidó las enseñanzas de Wiraqocha, acompañando la formación de los ayllus y plasmando los principios fundacionales del ayñi y la mink’a. 1

Delidaise, Ricardo, “Los inkas. Tahuantinsuyo, el imperio de las cuatro partes del mundo”, blog Más allá de Pangea, abril de 2014, .

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• El ayllu es la comunidad y representa la base del sistema social, económico y hasta político andino. Su funcionamiento es el de una red viviente, dinámica y organizada con un objetivo en común, en pos de una estabilidad y una armonía transmitidas de generación en generación. • El ayñi es la reciprocidad entre los miembros del ayllu. Representa el flujo de dar y recibir como parte esencial para la vida en equilibrio. Fue instaurado como una norma del Tawantinsuyu y practicado de manera informal por las familias de las comunidades. El intercambio entre miembros del ayllu y la relación funcional que se establece con la naturaleza crean un flujo que se expresa en acciones solidarias pero equitativas en las labores comunitarias. • La mink’a es el trabajo recíproco. Cada ayllu lo fomenta como un valor de carácter colectivo que estimula la producción dentro de la comunidad. Este acuerdo impulsa el desarrollo de caminos, puentes, plazas, involucrando y beneficiando a varias comunidades. • La mit’a fue un sistema de trabajo compartido en las comunidades. En la antigüedad, cada región debía cuidar, mantener y proveer los caminos que eran de intercambio en la producción agrícola, las encomiendas y el trabajo en las minas. Durante el gobierno de los españoles, se transformó en una norma generalizada y obligatoria de proveer mano de obra, y perdió con el tiempo el sentido de reciprocidad original. En la Parte IV, el Tayta Carmelo Sardinas Ullpu nos amplía la idea.

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Wiphala: emblema de los pueblos originarios Mucho más que una bandera Emblema cultural de los pueblos andinos, la wiphala es también utilizada como símbolo de unidad e igualdad en la diversidad geográfica. Es la bandera que expresa el principio de organización, la dualidad complementaria y la armonía del sistema comunitario de los Andes. En la actualidad, los pueblos originarios la enarbolan como un estandarte de la reconstrucción cultural del Tawantinsuyu, y su lucha política y social. Se la puede denominar también huipala y wifala. Como vimos, cada región del Tawantinsuyu está compuesta por cuatro suyus o regiones. Cada una tiene su propia wiphala de 49 cuadrados, con los 7 colores del arco iris.

Imagen de 4 whipalas formando una chakana.

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El color verde corresponde al Antisuyu. El amarillo, al Qontisuyu. El rojo, al Chinkasuyu. Y el blanco, al Qollasuyu.

La wiphala reproduce la matriz escalonada de la chakana, basada en el patrón geométrico del cuadrado y en su sistema métrico fractal. La geometría sagrada se plasma uniendo cuatro wiphalas para formar una chakana. Existen relatos acerca de excavaciones realizadas en diferentes regiones del Tawantinsuyu en las que fueron encontrados restos de tejidos pertenecientes a wiphalas. A este emblema se le atribuyen 2.000 años de antigüedad, desde su creación en Tiwanaku. Se halladon registros que demuestran que las wiphalas fueron usadas en fiestas, actos ceremoniales y eventos sociales, así como en acompañamiento del trabajo agrario. Es, aún hoy, una expresión del calendario lunar-solar andino. En la diversidad expresiva de los Andes, los significados de los colores pueden variar, así como su orden. Incluso, en función del tipo de utilización que se le otorgue al emblema. Significado de los colores • El rojo es la tierra como planeta, lo material visible, el hombre andino y su filosofía. • El naranja representa a la sociedad y a la cultura, que viven en dualidad complementaria, expresada en la procreación. • El amarillo es la energía y la fuerza. Es el color ligado a las normas y leyes del hombre andino. • El blanco corresponde al tiempo, al movimiento, a la ciencia y la tecnología, y a la transformación por medio del arte y el trabajo intelectual y manual.

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• El verde simboliza todos los recursos naturales de la Tierra, la economía y la producción agrícola-ganadera andina. • El azul es el espacio cósmico infinito, la astronomía, la física, sus leyes y la manifestación de los fenómenos naturales. • El violeta expresa la política y la ideología andinas, el poder, el Estado y las organizaciones sociales.2

Ama quella, ama llula, ama suwa, ama h’apa: normas de conducta Los humanos no somos perfectos Estos cuatro conceptos son principios que guían la vida en comunidad y la vida de relación. También se los reconoce como un saludo que encierra un contenido educativo o sugerente al que lo recibe. • Ama quella (‘sé laborioso’). Significa utilizar el don, la condición preexistente a ser expresada en la realidad. Es estar implicados en lo que hacemos. En lo cotidiano, el andino siempre tiene presente el compromiso con el trabajo en lo individual y su importancia en lo comunitario. • Ama llula (‘sé veraz’). Implica decir la verdad, ser verdadero. Asumir los errores en lo privado y en lo público. Ver un error aumenta nuestra percepción y amplía la conciencia. Ser veraz para el andino es un sello de origen.

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Fuente: Katari.org, “Clase de emblemas andinos”, .

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• Ama suwa (‘sé honesto’). Es otro aspecto del ser genuino, que es también una cualidad del origen. El andino aspira a que la honestidad sea el eje de sus relaciones en todos los ámbitos de su vida. Para los occidentales, ser honesto está asociado a la ingenuidad y a la vulnerabilidad porque nos importa demasiado la mirada del otro; cambiamos la perspectiva para tener la aprobación de los demás. En el mundo andino es muy diferente. • Ama h’apa (‘sé fiel y leal’). Cuando las relaciones son verdaderas y se sostienen vínculos coherentes, la comunicación con el otro no está atada a un compromiso. El amor es la base que lo sustenta. El andino entiende la dualidad como algo complementario, no ve separación. Por eso, ser fiel y leal empieza primero con uno mismo y luego se hace extensivo a los demás. Algunos sostienen que estas normas son falsos valores instaurados por la llegada de los españoles, ya que no eran necesarios en la vida antes de la Conquista. Es el caso de Javier Lajo, quien los define de la siguiente manera: “El ama suwa, el ama llulla y el ama quella, traducidos, resultan: ‘no seas ladrón’, ‘no seas mentiroso’ y ‘no seas ocioso’ respectivamente; […] pensamos que estos ‘moralismos’ ni son inkas ni son andinos, ni nada parecido; en primer lugar porque cualquiera que conoce la escuela práctica del comunero andino [sabe que] est[e] nunca educ[a] a sus hijos por lo negativo, lo prohibitivo o el castigo, sino siempre por la afirmación, el reforzamiento de los valores o el estímulo positivo”.3

3 Lajo, Javier, “Sumaq kawsay-ninchik o nuestro vivir bien”, Revista de la Integración, Secretaría General de Comunidad Andina, nº 5, enero de 2010; disponible en .

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En la entrevista que en abril de 2016 mantuvimos para este libro con el Tayta Carmelo Sardinas Ullpu, nos contó que ama quella, ama llulla y ama suwa son también saludos, como el “buen día” tradicional pero con la intención de recordarle al otro una buena conducta. “Ama quella es de mañana, le recuerda a quien uno saluda que no sea holgazán, que esté dedicado al trabajo. Ama llulla se dice desde el mediodía hasta el anochecer, y significa ‘no mentir’. Ama suwa es el que se ofrece toda la noche; quiere decir ‘no robar’, porque aprovechando la oscuridad alguien se puede quedar con lo que es de otro.”

Celebrar los ciclos de la Tierra: Intiq Raymin y Día de la Pachamama Ceremonias del calendario andino Las celebraciones del calendario andino son un reconocimiento a los ciclos de la Pachamama. El Sol, la Luna, la Tierra son considerados una unidad y, al llegar el período de la cosecha, se ofrecen los frutos como un tributo, una ofrenda y un agradecimiento al rol proveedor de la naturaleza. Los intiwatanas (‘lugares donde se amarra al Sol’) son monolitos ubicados en lugares estratégicos de ciudades y templos, y se emplean como medidores del tiempo calendario para definir las estaciones. El Tayta Carmelo Sardinas Ullpu nos señala trece ceremonias que se realizan durante el año: • Del 21 al 24 de junio: Intiq Raymin. Solsticio de invierno. Año Nuevo andino.

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• Del 25 de junio al 24 de julio: K’illpana. Señalada de animales. • Del 1º al 21 de agosto: Pachamama. Ceremonia de la Madre Tierra, permiso para la siembra. • Del 21 al 24 de setiembre: Unu Raymi. Ceremonia a la memoria ancestral. • Del 25 de setiembre al 20 de octubre: Qoya Raymin. Honra por las ancianas con sabiduría. • 1 y 2 de noviembre: Ayaq Marq’an. Honra por los mallki (momias) y difuntos. • Del 1º al 15 de diciembre: Warachikuy. Asignación de nombres a los hombres. • Del 21 al 24 de diciembre: Qhapaq Raymin. Solsticio de verano. Fiesta de la riqueza espiritual. • Del 1 al 21 de enero: Kamaq Raymin. Renovación de autoridades (Juch’uy Kamachi, Chaski, Ckayra Kuraykaq, Jilaqata, Kurajkaq). • 1 y 2 de febrero: Juch’uy Poqoy. Agradecimiento a la nueva cosecha. • Del 1 al 15 de marzo: Parway. Asignación de nombres a las mujeres. • Del 21 al 24 de marzo: Jatún Poqoy Ayriway. Fiesta de la gran cosecha. • Del 1 al 4 de mayo: Chakana. Ceremonia y fiesta de la Chakana (Constelación de la Cruz del Sur).

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Profundizaremos en las dos fiestas más representativas y populares.

Intiq Raymin: la fiesta del Sol Del 21 al 24 de junio se realiza la fiesta andina más importante. El solsticio para los andinos es la celebración de Inti. Se reúnen invitados provenientes de los cuatro puntos cardinales para compartir jornadas de convivencia en comunidad, reivindicando los principios de reciprocidad y respeto por la naturaleza. Los incas, nos amplía el antropólogo Carlos Martínez Sarasola, “[…] asentados en el hemisferio sur del planeta, celebraron con el Intiq Raymin (Intiq, ‘Sol’; raymin, ‘la fiesta’) el momento en que el Padre Sol iniciaba su marcha hacia el Sur para calentar esta parte del mundo, entre el 21 y 24 de junio. La ciencia conoce a este fenómeno como solsticio (‘Sol quieto’), como el invierno, la noche más larga del año. Para los pueblos originarios era el momento en que los ciclos de la naturaleza y del cosmos recargaban su energía, para reiniciar, renovados, el nuevo tiempo”.4 La conciencia de la importancia de los cambios cíclicos está siempre presente en sus manifestaciones culturales. Desde una perspectiva esotérica, los andinos diseñaron sus wak’as (lugares sagrados) con un sentido trascendente. La fecha del solsticio de invierno y el Intiq Raymin es la oportunidad para la llamada iniciación solar, en la que los amautas proveen al discípulo un puente de conexión entre lo humano y una dimensión superior. Es, a la vez, una invitación a replegarse, a establecer una conexión con uno mismo. 4 Martínez Sarasola, Carlos, “La gloria del sol”, El Federal, año 7, nº 321, 01/07/2010; disponible en .

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En la actualidad, asisten personas a este festejo desde todas partes del mundo para compartir el saludo al Sol. Son varios los lugares en Bolivia y Perú donde se celebra este momento de enorme magnetismo y emoción: Tiwanaku en Bolivia, Machu Picchu, Saqsaywaman y Q’enqo en Perú, entre otros, son escenarios muy frecuentados en esta fecha.

Pachamama: Día de la Tierra Esta fiesta se celebra del 1º al 21 de agosto con un ritual de ofrenda, conocido como pago o despacho.

Celebración de la Pachamama La ofrenda especial para la Pachamama se prepara con varios días de anticipación. Como parte de esta fiesta, se elige el lugar donde se va a realizar un hueco en la tierra, y los elementos y materiales que se van utilizar. Los encargados de preparar la celebración invitan a los que participarán del encuentro, quienes llevarán una vestimenta apropiada para la ocasión. Todo es parte del homenaje a la tierra. El día del evento se realiza un sahumado preliminar del lugar. Una vez que están todos los invitados presentes, se forma un círculo y se dispersan las ofrendas sobre una manta especial de colores, dispuesta alrededor del hoyo o wak’a. Puede formar parte de la ofrenda una gran variedad de bebidas –licores, chicha, vino tinto–, objetos materiales –dinero, piedritas de colores–, alimentos – pan, frutas, granos y semillas–, y suele acompañársela con velas, fotos, conchas marinas, etc.

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De acuerdo con otra concepción de este evento –que toma en consideración que es el período antes de la siembra y en el que se le da un cuidado especial a la tierra–, se eligen bebidas no alcohólicas y comidas naturales, y no se utilizan productos industrializados de ningún tipo, como cigarrillos, para evitar los componentes químicos. Se eligen productos de primera calidad, utilizando, por ejemplo, solo comida cocida, en pos de que nada de lo que reciba la Pachamama esté contaminado. La celebración es presidida por paqos o amautas de la comunidad y se la completa con distintas activaciones de los elementos (agua, fuego, viento, tierra). Al finalizar, después de haber realizado la ofrenda, se cubre la wak’a con piedras de distintos tamaños y variados colores.

Allin o sumaq kawsay: el buen vivir Un compromiso de amor, belleza y trabajo Allin o sumaq kawsay es un concepto recuperado en la actualidad por las naciones andinas. Se trata del restablecimiento del conocimiento ancestral vinculado al núcleo de su cosmovisión: la relación armónica con la naturaleza. Un reencuentro de amor y respeto del ser humano con la tierra. En runa simi (quechua), allin significa ‘bueno, espléndido’. Sumaq representa lo superior, la plenitud, y kawsay es ‘vida, existencia’. Es el buen vivir o el vivir bien en un sentido trascendente, más allá de lo material y basado en la conciencia comunitaria, en la que “estar bien” implica que todos estén bien.

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Quien define claramente esta enseñanza es Javier Lajo, cuando expresa: “El sumaq kawsay, sumaq qamaña o allin kawsay es un vínculo, regla o compromiso vinculante, o contrato entre los humanos con la Pachamama (deidad identificable con la naturaleza), y entre los humanos consigo mismos, para laborar en ayñi en la búsqueda de la mayor satisfacción de sus necesidades, todo esto bajo el ‘entendimiento’ de cómo se genera, se obtiene, se conserva y mantiene el equilibrio del mundo y de la vida”.5 La concepción andina de una buena vida requiere armonía en todos sus aspectos: el munay (‘querer’), el llankay (‘trabajar’) y el yachay (‘saber’). Una relación amorosa con el ser humano y la naturaleza, en comunidad, donde el trabajo es una responsabilidad compartida que contribuye al buen vivir colectivo. Buscando institucionalizar esta sabiduría, Bolivia y Ecuador han incluido este concepto en sus respectivas constituciones.

ESPIRITUALIDAD ANDINA Hombres medicina: chakarunas Los primeros peregrinos de los Andes Se ha popularizado el uso del término chamán para nombrar a los hombres sabios de los Andes, pero shaman es la palabra con la que definen a sus hombres-medicina los tungus de Siberia. Los j’amautas (amautas) del Tawantinsuyu acompañan al hombre 5

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Lajo, “Sumaq kawsay-ninchik o nuestro vivir bien”, Revista de la Integración, ob. cit.

en el sendero de la autocuración. “El médico andino no cura enfermedades, tan solo interpreta actuando como servidor de la naturaleza”,6 señala el antropólogo chileno Peter Wild. El amauta o chamán andino es un hombre con un profundo autoconocimiento, especializado en técnicas de armonización en las que integra elementos naturales, como hierbas y plantas. Cumple el rol de guía en la recuperación del equilibrio físico, emocional, mental y espiritual. Wiraqocha y Tunupa ocupan un lugar de divinidad, sagrado, pero para la tradición oral andina fueron además hombres sabios, los primeros amautas que recorrieron el Tawantinsuyu impartiendo sabiduría y sentando las bases de su cultura, tal como vimos. Para el andino, los hombres sabios son quienes aplican la ciencia. Dentro de su concepción inclusiva –que se diferencia de la occidental, fragmentaria–, un amauta cumple un rol integral en su comunidad: es también un chakaruna, un hombre puente entre dimensiones, entre el ser humano y la naturaleza, entre el individuo y la cultura, entre el andino y el hombre occidental. “Chakaruna es el hombre que realiza la ceremonia que hace de puente entre una dimensión del espacio y el hombre; está capacitado espiritualmente, puede hacer la conexión con el espíritu de la montaña, del río, del bosque. Es un hombre de sabiduría, un hombre-medicina. Mi abuelo era un sabio chakaruna”, nos cuenta el Tayta Carmelo Sardinas Ullpu acerca del rol intermediario de los amautas.

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Abufom, Alejandro, “Un encuentro con el chamanismo incaico. Entrevista con el antropólogo chileno Peter Wild”, Uno Mismo n° 158, febrero de 2003; disponible en .

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Hoy, los interesados en profundizar en los conocimientos de los Andes con un compromiso genuino, se entregan a un proceso de iniciación espiritual. El doctor Jacques Mabit aclara sobre este punto: “Los procedimientos iniciáticos son técnicas de ampliación, modificación –otros dirían distorsión– de nuestro campo perceptual. El espectro ordinario de nuestras percepciones se encuentra cambiado y suscita una representación diferente del universo y de nosotros mismos en su seno”.7 Los hombres sabios de los Andes emplean, además, una amplia variedad de ceremonias, que expresan su vínculo profundo y recíproco con la naturaleza.

Los q’eros: una nación andina en las alturas Al resguardo del tiempo En la película "Humano. Sudamérica renace", Alan Stivelman emprende un viaje por los Andes y por su inconsciente, haciéndole preguntas acerca de la existencia a un paqo o sacerdote q’ero. Pero ¿quiénes son los q’eros? Hay quienes afirman que podrían ser descendientes directos de los incas y que han vivido por más de 500 años aislados, custodiando el conocimiento ancestral de sus raíces. El confinamiento en alturas que llegan a los 4200 m.s.n.m. los mantuvo bastante alejados de las influencias de la Conquista.

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Mabit, Jacques, “El chamanismo y el hombre contemporáneo”, artículo publicado por el Centro de Rehabilitación de Toxicómanos y de Investigación de las Medicinas Tradicionales Takiwasi, Tarapoto, 1996; disponible en .

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El antropólogo Oscar Núñez del Prado fue uno de los principales divulgadores del conocimiento de los q’eros, a partir de 1949. Según han revelado, el motivo de su reaparición es volver a tomar contacto con los hombres, porque estamos atravesando un cambio de paradigma o pachakuteq. Los q’eros y otras naciones andinas ofrecen sus enseñanzas en busca de preparación para el tiempo de luz del Gran Mastay, el momento de reintegración de pueblos de las cuatro direcciones del Tawantinsuyu. Es la reunión de toda América, y de toda la humanidad a nivel global. Sus chamanes proponen el karpay o camino de iniciación inca, hacia estados más evolucionados de conciencia. A través del karpay se transmiten tres fuerzas poderosas: el munay (amor trascendente), el llankay (actitud de servicio) y el yachay (autoconocimiento y sabiduría). Estos conceptos, en quechua, son verbos que también forman parte del allin o sumaq kawsay, tal como hemos visto. El karpay se expresa por medio de ritos de pasaje, en función de una finalidad u objetivo particular. Para el andino, es el llamado de la Pachamama a través de los apus, sus intermediarios, y los elementos de la naturaleza, para comunicarse con centros de la tierra y acercarse a una vida más conectada con la esencia.

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Plantas medicinales: instrumentos de armonía Nada falta en la naturaleza Todas las hierbas y plantas tienen propiedades medicinales, habiéndose descubierto en la actualidad los beneficios de un gran número de especies. En el mundo andino, las plantas forman parte de la totalidad sagrada de la Pachamama y cumplen la función de restaurar el equilibrio perdido en el hombre. Desde tiempos inmemoriales, los amautas utilizan plantas sagradas como medio de comunicación entre diversos niveles de conciencia y el estado de vigilia. De este modo nos ilustra el antropólogo Carlos Martínez Sarasola: “Estas plantas, cuyo uso es de una antigüedad milenaria, […] permiten alcanzar aquellos estados que posibilitan el viaje a otros planos y/o dimensiones de la realidad, ese mundo invisible”.8 Todo amauta considera que el manejo de las plantas maestras debe hacerse con responsabilidad y verdadero conocimiento de su uso, para evitar riesgos personales no deseados y peligrosos para la salud, que desvían la intención de lograr una armonía integral de la persona. La ayahuasca y el san pedro o wachuma son dos plantas muy conocidas en los Andes. Sobre los lugares donde más se utilizan, el Lic. Jaime Torres Romero detalla: “Cada región del mundo y las culturas tradicionales tienen sus plantas maestras; así, en el norte de México está el peyote, los mochicas en el Perú

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Martínez Sarasola, Carlos, “Las plantas sagradas y el sentido de su uso en el mundo indígena”, El Psicoanalítico, nº 18, julio de 2014; disponible en .

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usaban el cactus llamado hoy san pedro. Y la ayahuasca es la planta maestra por excelencia en la región amazónica de Perú, Ecuador, Colombia y Brasil. Su uso es ancestral”.9 Por razones de espacio no nos detendremos en ellas; solo debemos recordar que son plantas extremadamente poderosas, cuya ingesta debe hacerse bajo la guía de un amauta y en una búsqueda sana, orientada a la salud y al equilibrio. Sin duda, la hoja de coca ocupa un lugar central en la cultura andina. Si bien es muchísimo lo que puede decirse de ella, nos focalizaremos en reseñar sus aspectos más singulares, para intentar comprender la importancia que ha tenido y tiene para las comunidades de los Andes de ayer y de hoy. Muchas leyendas cuentan acerca del uso de esta planta en rituales y ceremonias desde hace siglos. Se la utiliza para realizar ofrendas o pagos, y también se la suele emplear en forma oracular, para responder consultas o revelar situaciones de índole personal o colectiva. Con respecto a la visión que se tenía de ella en la época de la Colonia, el Tayta Carmelo Sardinas Ullpu nos detalla: “Los españoles descubrieron que todos los hombres y mujeres coqueaban, masticaban unas hojas llamadas koka, y comprobaron que ese alimento fortalecía el cuerpo y el espíritu. Por otra parte, al enterarse de que también se usaba en las ceremonias, decidieron que había que suprimir aquella que para ellos era una idolatría. Llamaban a la hoja de koka ‘planta 9

Torres Romero, Jaime, “Acerca de la planta maestra: vehículo de introspección”, artículo publicado por el Centro de Rehabilitación de Toxicómanos y de Investigación de las Medicinas Tradicionales Takiwasi, Tarapoto; disponible en .

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del diablo’. Argumentaban que ese tipo de celebración era una práctica demoníaca, por lo tanto, prohibieron su uso, tanto para coquear como en las ceremonias. […] La erradicación fue total, arrancaron y quemaron las plantaciones y persiguieron a quienes las cultivaban. La única excepción a la prohibición que hicieron los españoles fue su uso en las mitas de Potosí, porque habían constatado que la hoja de koka daba resistencia a los hermanos que bregaban largas horas en sus lugares de trabajo”.10 La coca es usada también con fines medicinales; sus propiedades son reconocidas mundialmente. La versión más popular es el té o mate de coca, que, además de ser muy digestivo y combatir el cansancio y el estrés, es usado para evitar el soroche: el estado caracterizado por dolor de cabeza, baja presión y malestar general, provocado por la falta de oxígeno en las zonas de altura, como Cusco, por ejemplo. La coca presenta una multiplicidad de aplicaciones y beneficios, y por ello es tan habitual su uso, ya que resulta muy apropiada para acompañar la realización de los quehaceres diarios, promoviendo el equilibrio anímico. Entre otros empleos, se la utiliza para el mascado o acullico, costumbre milenaria que les otorgaba a los trabajadores de las minas más resistencia en las prolongadas jornadas laborales. “Con ella, quienes tienen conocimiento pueden diagnosticar una enfermedad, preguntar sobre el clima para organizar el trabajo agrícola o consultar sobre el inicio de una relación con una persona desconocida, por ejemplo. Puede indicarnos si

10 Monachesi, María, Profecías incas. Asombro y sabiduría en épocas de cambio, Buenos Aires, Kier, 2008.

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estamos en condiciones de hacer o no determinada cosa. Los hombres sabios tienen contacto directo con el espíritu de esta planta: a través de ella se puede saber acerca de cualquier información que sea importante develar. Por esto se la considera sagrada”,11 nos dice el Tayta Carmelo Sardinas Ullpu, desde su experimentado lugar de amauta. “Hoy estamos tratando de que sea industrializada y comercializada. Su utilización se ha extendido desde productos alimenticios hasta artículos de higiene personal. Se hacen harinas, chocolates, caramelos, dentífricos, jarabes, jabones y champús, entre otros productos”, agrega, y nos revela algo inquietante: “Los investigadores europeos han descubierto esencia de esta hoja en partes del cuerpo de momias egipcias, junto a tabaco, semillas de tomate y de maíz. Ellos se preguntan cómo puede ser posible la conexión entre ambas culturas. La explicación de la ciencia es que los egipcios eran navegantes, y seguramente llegaron a América. Pero nosotros, como pueblos originarios, también tenemos nuestra versión. Con los egipcios hubo contacto desde los tiwanakotas, porque estos fueron navegantes que recorrieron el mundo. Llevaron todas sus medicinas, sus plantas sagradas, haciendo intercambios en sus visitas a aquella cultura. Otro indicio interesante es que también se han encontrado guantes hasta el codo tejidos con hilos de plata, que son totalmente andinos, con una aplicación espiritual. Los metales también tenían una utilización medicinal: la plata transmite energía femenina y el oro, masculina. Un ejemplo de esto eran los brazaletes que vestían los incas en la zona de los bíceps, sobre la musculatura.”12

11 12

Ídem. Ídem.

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En los lugares de industrialización de productos medicinales y alimenticios, se continúa trabajando en la concientización para diferenciar la hoja de coca del clorhidrato de cocaína, usado para producir el conocido estimulante adictivo. Esta sustancia nociva requiere de grandes cantidades del vegetal para su extracción, ya que la hoja de coca la contiene en muy baja concentración. La siguiente tabla nos muestra las propiedades nutricionales de la hoja de coca, confirmándonos sus excelentes condiciones como aliada del cuerpo, además de ser una ancestral compañera del espíritu. 100 g de hoja de coca contienen: Nitrógeno total 20,06 mg Alcaloides totales no volátiles 0,70 mg Grasa 3,68 mg Carbohidratos 47,50 mg Betacaroteno 9,40 mg Alfacaroteno 2,76 mg Vitamina C 6,47 mg Vitamina E 40,17 mg Tiamina (vitamina B1) 0,73 mg Riboflavina (vitamina B2) 0,88 mg Niacina (factor P-P) 8,37 mg Calcio 997,62 mg Fosfato 412,67 mg Potasio 1739,33 mg Magnesio 299,30 mg Sodio 39,41 mg Aluminio 17,39 mg

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Bario 6,18 mg Hierro 136,64 mg Estroncio 12,02 mg Boro 6,75 mg Cobre 1,22 mg Zinc 2,21 mg Manganeso 9,15 mg Cromo 0,12 mg

Apus: guardianes de la región En lo alto no hay palabras En idioma quechua, apu significa ‘montaña’ y también ‘Gran Señor’. Pero en el mundo andino, trasciende el aspecto concreto para referirse al poder de los elementos y a una comunicación espiritual con la naturaleza. Son los “espíritus de la montaña”, los wamanis, considerados guardianes tutelares de una ciudad o pueblo. En los Andes, lo divino y lo demoníaco no son fuerzas antagónicas: los apus pueden cumplir uno u otro rol, dependiendo del contexto y la circunstancia; alternan su función con el fin de mantener el orden y el equilibrio. Representan el aspecto masculino del cosmos, cumpliendo una función mediadora frente a los fenómenos atmosféricos y climáticos de la naturaleza. A los volcanes y montañas de los Andes llegan peregrinos de todo el mundo. Uno de los apus más reconocidos es el Ausangate, protector de la región de Cusco, donde se realiza la fiesta del Señor del Qoyllor Rit’i (‘estrella de nieve’ o ‘nieve

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resplandeciente’) durante el Intiq Raymin. Otros importantes en Perú son el Machu Picchu, el Putuqusi, el Salkantay y el volcán Vilkanota. En Argentina, el Uritorco, el Pajarillo, el Colchiqui y el volcán Lanín, entre muchos otros a lo largo del cordón andino.

Animales sagrados: guías personales y colectivos Poderosos mensajeros Para los andinos, los animales representan un grado de evolución superior. Tanto es así que, en el caso de las aves, interpretan sus vuelos y hasta las formas en que se posan. Para ellos, todos los animales traen mensajes importantes e información de aplicación cotidiana. • El kunturi (cóndor) representa el conocimiento cósmico, el janan pacha (el mundo superior), la conexión personal y colectiva a través del espacio tiempo. Enseña la liberación del dolor y las limitaciones. En la actualidad, gracias a la tarea de concientización de su rol ecológico y cultural, el cóndor está repoblando las zonas donde se hallaba extinto. Está aumentando en número gracias a programas como el de conservación del Zoológico de Buenos Aires, que desde 1991 cumple con la tarea de recuperar esta magnífica ave en todo el territorio andino. • El q’enti (colibrí) es un pequeño pero poderoso portador de buenas noticias. Es un mensajero de otros planos de conciencia, arquetipo de habilidad y perseverancia en su incansable vuelo.

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• El wanaku (llama o guanaco) encarna la estabilidad y marca el sendero en la montaña para conectar con otras dimensiones. Cumple con un rol amoroso al proveer al hombre de carne, lana, piel y huesos. Vive en la superficie de la tierra, pero en el cielo está el Llama Ñawi (‘ojo de la llama’), representado por las estrellas Alfa y Beta Centaury. • El puma andino y el uthrunku (jaguar) amazónico simbolizan la sabiduría, el poder y la fuerza en el kay pacha (el mundo terrenal). Al ser utilizado por el Inca en la manifestación política de su gobierno, presumiblemente motivó que la ciudad de Cusco fuera diseñada con la forma de ese animal. También en el área administrativa de Machu Picchu está presente la imagen del puma. • Katari (serpiente) y amaru (anaconda amazónica) son las habitantes del ukhu pacha (el mundo inferior). En la mitología andina katari encarna a la serpiente cósmica, las fuerzas opuestas de la naturaleza, el principio de la vida, la sabiduría y la iluminación. Es también la fuerza del inconsciente, el poder y la revelación de lo oculto.

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PARTE II La manifestación de lo invisible

–¿Llevas compañía? –Camino solo. –Es lo que tú crees.

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La cultura andina impresiona con la extraordinaria majestuosidad de sus monumentales construcciones. El paso del tiempo no pudo opacar la belleza y la emotividad que provocan; quizás la respuesta no esté en los muros y caminos concretos, sino en la esencia invisible que los anima. La sorprendente ruta del Qhapaq Ñan, el Gran Camino Inca, se abre paso en el presente activando los circuitos que muestran a una América del Sur unida, dispuesta a un viaje en varias dimensiones de tiempo y espacio. Concebir una idea de tamaña naturaleza y plasmarla a lo largo de tantos kilómetros habla a las claras de un nivel de evolución espectacular. Les proponemos detenernos en él para intentar vislumbrar la envergadura de su diseño, e imaginar un recorrido por las ciudades y los templos más importantes que lo conforman, desde Tiwanaku, Bolivia, hasta Machu Picchu, Perú.

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QHAPAQ ÑAN: LA RUTA DE WIRAQOCHA. EL CAMINO DE LOS “HIJOS DEL SOL”1 Referencias históricas El Qhapaq Ñan o Gran Camino Inca, a lo largo de varios siglos, fue la obra más representativa de la cosmovisión andina. Algunos de los tramos más antiguos de este sistema caminero son de origen preincaico. Las culturas chavín, tiwanakota, wari y chimú precedieron a los incas y tuvieron una gran influencia en los principios y cultura de los Andes. Su pensamiento integrador es llevado a la práctica a través de una monumental red vial, que permitió conectar los lugares más distantes del Tawantinsuyu y llegar a regiones que en la actualidad corresponden a los países de Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina y Chile. Esta expansión hubiera sido imposible sin el Qhapaq Ñan.

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Fuentes: Smithsonian, National Museum of the American Indian (NMAI), El Gran Camino Inka: construyendo un imperio, Washington, DC - Nueva York, NY, 2015, . Estévez Castillo, José, “La red vial prehispánica de Bolivia”, Revista Qhapaq Ñan Bolivia, Viceministerio de Desarrollo de Culturas, Unidad Nacional de Arqueología, Ministerio de Educación y Culturas de Bolivia, La Paz, Resúmenes de Investigación, año 1, publicación nº 1, 2007; disponible en . Sánchez V., Milagros, “Canatur: ‘Qhapaq Ñan incrementaría en 3% la entrada de turistas al Perú en el segundo semestre’”, revista Gestión, Lima, 25/6/2014; disponible en . Fundación Perú España, “Mapa del Qhapaq Ñan o Camino del Inka. Publicado por la editorial Santillana con una tirada de 5000 ejemplares”, 21/5/2014, . Ministerio de Culturas y Turismo del Estado Plurinacional de Bolivia, Qhapaq Ñan, Sistema Vial Andino incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, última actualización, Junio 2014,

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La actual ciudad de Cusco (Qosqo), en Perú, fue la sede política, cultural, económica y espiritual del Tawantinsuyu, y residencia del Inka (gobernante). Qosqo significa ‘ombligo’ en quechua: nombre apropiado para el núcleo de todas las actividades de los casi 2.000.000 km2 que ocupó la confederación. Desde la plaza de Armas (Wakaypata) de esta antigua capital puede verse el nacimiento de las rutas que parten hacia los cuatro suyus (Antisuyu, Qontisuyu, Chinkasuyu y Qollasuyu). Para los amautas, el crecimiento del territorio durante el apogeo de la gobernación inca fue pacífico, con la intención de compartir los conocimientos que habían desarrollado a todos los pueblos del territorio andino, organizándolos en una confederación. Cronistas y diversos autores se refieren a este período histórico como una conquista por medio de la diplomacia y hasta de la guerra. Por eso, quienes comparten esta concepción, en lugar de Confederación del Tawantinsuyu lo denominan Imperio inca.

Construcción y uso del sistema vial El Qhapaq Ñan es una obra de ingeniería de más de 23.000 km de caminos adaptados a la geografía de cada región. Sí, leyeron bien. Una extensión fenomenal a lo largo de gran parte del territorio sudamericano. Montañas, valles, desiertos, selvas, llanuras, ríos y lagos conforman las distintas zonas que atraviesa esta red de vías camineras. Para salvar las irregularidades del terreno, el andino –aun sin los beneficios de la rueda– supo servirse de los diferentes recursos que le ofrecía cada región por la que avanzaba. Se diseñaron diversos tipos de estructuras: calles empedradas, escalinatas, túneles, sistemas de drenajes y puentes, que permitieron unir una biodiversidad tan extrema.

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La producción de cada suyu, con mercaderías y encargos, y las caravanas reales, de las que participaban los gobernantes incas, transitaban el Qhapaq Ñan. Frente a las grandes distancias se hacían necesarios los tambos, estancias o lugares de descanso ubicados a lo largo de las rutas. De este modo, las ciudades estaban conectadas para realizar no solo intercambios comerciales, sino también visitas religiosas a los lugares ceremoniales y a los templos, frecuentes entre los integrantes de las comunidades de cada región. Si hay un emblema del Qhapaq Ñan, ese es el chaski, mensajero comisionado para entregar recados mediante un sistema de relevos. Contaba con los khipus, sistema de comunicación muy efectivo para transmitir la información a sus destinatarios. De acuerdo con la tradición oral andina, el chaski fue más que un simple correo. Los primeros chaskis fueron los hombres puente, los amautas, que abrieron el camino de sabiduría y conocimiento entre los pueblos.

Un trazado revelador Al Camino Inca se lo menciona de diversas maneras y ha sido nombrado por diferentes autores como Ruta de Wiraqocha, Camino de los Justos, Camino de la Verdad, Gran Camino Inka y Ruta de la Sabiduría Inca, entre otras denominaciones. Qhapaq, en quechua, significa ‘principal, noble, justo’; y ñan es ‘ruta o camino’. Esta extraordinaria ruta implica exactitud, justeza: una gran precisión en el trazado de una diagonal, sobre la cual están asentados los más importantes templos y ciudades. El diseño de esta línea recta fue descubierto por la Dra. María Scholten de D’Ebneth recién en 1977.

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El proyecto, la técnica y la construcción de este conjunto de vías, caminos primarios y secundarios, mediante el uso de matemática muy avanzada y coherente con la geometría de la chakana, demuestran el gran conocimiento “científico” y especializado de los andinos. La diagonal del Qhapaq Ñan es una recta con una inclinación de 45° respecto del eje Norte-Sur de la Tierra. El punto medio entre este eje Norte-Sur y el trazado del Qhapaq Ñan nos da otra diagonal, que casi coincide con el eje de rotación de la Tierra, llamada Línea de la Verdad. A este impresionante sistema vial lo caracteriza la presencia de megalitos, intiwatanas, destinados a amarrar simbólicamente al Sol, para mantener de ese modo la inclinación del eje de la Tierra y conservar el equilibrio del planeta. Javier Lajo sostiene la teoría de que los andinos plasmaron, en ese diseño, su concepción de una vida en armonía.2 El Tayta Carmelo Sardinas Ullpu, en la entrevista realizada para este libro, nos cuenta: “Watana es amarradero, el lugar donde marca la hora el reloj; intiwatana es donde el tiempo es amarrado al Sol, y las horas se rigen por el Sol. Era un observatorio astronómico, pero no solo se contemplaba, también se recibía información. Los awasirikuna eran los hombres intelectuales que tenían conocimiento del manejo del tiempo y, como se pasaban días y noches estudiando, los observadores se iban turnando”.

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Lajo, Javier, Qhapaq Ñan. La Ruta Inka de Sabiduría, 2ª ed., Abya-Yala, Lima, junio de 2005; disponible en .

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El Qhapaq Ñan, hoy Los múltiples propósitos del Qhapaq Ñan –comerciales, políticos, culturales y comunitarios– abarcan transversalmente todas las áreas del desarrollo de la vida humana integradora y trascendente del andino. Gracias a una tarea conjunta de los países que lo conforman, encontró un justo reconocimiento al ser declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO en el año 2014. Es importante ver cómo un sistema de caminos utilizado para el desarrollo y la expansión sería luego el empleado por la Conquista para el propósito colonizador. Hoy, la Ruta de Wiraqocha sigue viva. A través de la gente que la habita transmite su arte, su cultura, comparte su riqueza y ofrece una mano para tender nuevos puentes, visibles e invisibles, en armonía con la naturaleza y buscando beneficios compartidos en pos del allin o sumaq kawsay. Este legado ancestral propone, en el presente, una resignificación de esa gran obra que integró al Tawantinsuyu. Más allá de las fronteras de los Estados, hay una América que está unida. De algún modo, poner en valor esta red de caminos, en la actualidad, restituye esa conciencia de unidad original y genuina que impulsó la magnitud de este circuito monumental.

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CENTROS ARQUEOLÓGICOS ANDINOS: CIUDADES Y TEMPLOS EN BOLIVIA Y PERÚ Cultura, belleza y misterio Haremos un viaje imaginario por los sitios más destacados de Bolivia y Perú. Avanzaremos tanto por lugares que son parte de los tramos principales del Qhapaq Ñan como por otros situados en vías transversales: más que un trazado turístico, nuestra intención es participarlos del recorrido que realiza el peregrino en busca de una conexión verdaderamente profunda con la tierra y su sabiduría. Esta es solo una propuesta, pero los invitamos a crear su propio Qhapaq Ñan: tanto en lo externo, dentro de los múltiples paisajes de esta “nueva” América que se abre al mundo, como en lo interno, hacia un descubrimiento de nuevas dimensiones de conciencia.

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Bolivia: la cuna de los incas3 Las leyendas cuentan que el origen de la cultura andina se ubica en Tiwanaku, dando lugar a la mitología que explica su nacimiento. El relato más conocido narra que, de las aguas del lago Titicaca, habrían surgido Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes emprenderían un viaje hacia el Norte en busca de tierras para fundar el inicio del Tawantinsuyu. Llevaron consigo una barreta de oro que se hundiría fácilmente en la tierra al llegar al lugar elegido, lo que ocurrió recién en la actual Cusco (Perú). Manco Cápac inicia el Cápac Cuna, el listado de los gobernantes incas. La otra leyenda es la de los hermanos Ayar (Ayar Manco, Ayar Cachu, Ayar Anca y Ayar Vachu) y sus respectivas esposas.

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Fuentes: Michel López, Marcos R., El Qhapaq Ñan o Camino Real Inka en Bolivia, Ministerio de Culturas del Estado Plurinacional de Bolivia, 18° Foro de Ministros y Ministras de Culturas, América Latina y Caribe, La Paz, 2011; disponible en . UNESCO, World Heritage Centre, Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku, Plan de manejo. Centro espiritual y político de la cultura tiwanaku. Bolivia 2015-2020, Tiwanaku, enero de 2015; disponible en . Ministerio de Culturas del Estado Plurinacional de Bolivia, Atlas Patrimonial de Bolivia, Patrimonios de la Humanidad declarados por la UNESCO, La Paz, 2011; disponible en . Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia en Italia, 18° Foro de Ministros y Ministras de Culturas, América Latina y Caribe, 2011, El Qhapaq Ñan o Camino Real Inka en Bolivia, . Late Bolivia, “Turismo en Tiwanaku”, . Representación de UNESCO en Perú, Tejiendo los lazos de un legado. Qhapaq Ñan: Camino Principal Andino. Hacia la nominación de un patrimonio común, rico y diverso, de valor universal, San Borja, 2004; disponible en . Autoridad Autónoma Binacional del Lago Titicaca (ALT), Bolivia-Perú - UNESCO, La cuenca del lago Titicaca, Bolivia y Perú, s.d.; disponible en .

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Cuenta que salieron del cerro Tamputaqo, con el objetivo de hallar tierra fértil para un asentamiento. Pero el viaje duraría varios años y, después de algunas desavenencias e infortunios entre ellos, el único que llegaría a tierras fértiles junto a su ayllu sería Ayar Manco. Este valle es hoy la región de Cusco. Siguiendo el peregrinaje mítico ancestral hacia Cusco, comenzaremos en Tiwanaku.

Tiwanaku: origen del Tawantinsuyu Uno de los tramos del Gran Camino Inca ingresa en la actual Bolivia –que era parte del Qollasuyu– para transitar siete de sus nueve distritos actuales. Rodea el lago Titicaca y se extiende hacia el límite sur, llegando a Calahoyo, Argentina. Los ancestros de los incas, pertenecientes a la cultura tiwanakota, desarrollaron una red vial para conectar sus centros urbanos con las regiones agrícolas. Este sentido integrador es uno de los ejes culturales que heredaron los andinos y que los llevarían a ampliar las redes de comunicación del Tawantinsuyu. Tiwanaku es el principal centro arqueológico de Bolivia y uno de los más antiguos de la cultura andina. Sus restos sorprenden por su monumentalidad y perfección. Aunque existen opiniones encontradas en cuanto a la data de origen, algunos expertos calculan que tendría unos 14.000 años de antigüedad; otros le atribuyen hasta 25.000 años de historia. En el período de expansión esta cultura ocupó la región andina de La Paz, la mayor parte de Oruro, Cochabamba, el norte de Potosí, el sur de Perú, el norte de Chile y parte de Argentina. El sitio se encuentra a 72 km de la ciudad de La Paz y a unos

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20 km del lago Titicaca. Es conocido como la Ciudad del Sol y considerado origen de divinidades y gobernantes. Ocupa una superficie aproximada de 30 ha y se halla a 3.825 m.s.n.m. Consta de imponentes construcciones arquitectónicas con sectores administrativos y áreas destinadas a las ceremonias. En el centro se encuentra el templo de Kalasasaya, también conocido como Templo de las Piedras Paradas, de 5.400 m2, una gigantesca estructura en la que podemos encontrar el famoso Inti Punku (‘Puerta del Sol’), el centro ceremonial de Tiwanaku. Está tallado en un solo bloque y se afirma que representa la figura de Wiraqocha, sosteniendo en cada mano un cetro, también reconocido como símbolo del chaski. Se presume que fue un gran calendario de piedra y lugar de observación del Sol y los astros. En el interior del complejo están el templete semisubterráneo, con sus cabezas esculpidas y emplazadas en los muros, que se presume fueron gobernantes tiwanakotas en épocas anteriores al incario, y los restos de Kantataita, Putuni y Kericala. También se pueden apreciar la pirámide escalonada de Akapana, de siete plataformas –la más destacada de Tiwanaku– y el Puma Punku. La cultura tiwanakota tuvo un gran desarrollo agrícola, con un avanzado sistema de riego. Las 50.000 ha de campos, llamados en lengua aymara sukakollos, se ubican frente al parque arqueológico. La influencia de Tiwanaku ha sido muy importante en la cultura y cosmovisión andina. Era el centro ceremonial y espiritual del Tawantinsuyu, un lugar de peregrinación constante y de práctica de los principios andinos.

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A continuación, reseñamos otros puntos ineludibles del recorrido: • La Killa Punku (‘Puerta de la Luna’) también forma parte del ingreso principal de entrada al templo de Kalasasaya. • El Intiwatana de la montaña Kesasani fue un importante observatorio astronómico de la época preincaica, que por su apariencia, después de la llegada de los españoles, recibió el nombre de Horca del Inca. Es un megalito compuesto por dos rocas de 5 m de altura con viga transversal colocada en la parte superior a modo de travesaño. Se encuentra en el pueblo de Copacabana, en las proximidades del lago Titicaca. Cada 21 de junio es visitado por miles de peregrinos que celebran el solsticio de invierno. • El lago Titicaca, en la frontera entre Bolivia y Perú, tiene una extensión de 8300 km2, a una altitud de 3600 a 4500 m.s.n.m. Es considerado el lago navegable más alto del mundo. Se encuentra a 70 km de la ciudad de La Paz, y alrededor de sus costas aún viven los urus (uruchipayas), pobladores originales del lago. Dice la leyenda que construyeron balsas de totora para salvarse del diluvio y que fue Wiraqocha quien les anticipara la inundación. Como agradecimiento por haberles salvado la vida, hicieron un pacto con el agua y desde entonces hasta la actualidad construyeron sus casas sobre el lago. • La isla del Sol y la isla de la Luna están ubicadas al sudeste del lago Titicaca, con una extensión de 11 km de largo por 4,5 km de ancho. Son las islas reconocidas por la leyenda que relata el origen del linaje inca, los “Hijos de Sol”. En la isla del Sol estaba el Yachaywasi, la casa de estudios de

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los hombres. En la isla de la Luna estaba el Ajllawasi, la casa del estudio de las mujeres. Dejamos Bolivia para entrar en Perú, pero esta es solo una percepción humana. Las líneas del Qhapaq Ñan no tienen nacionalidad ni identidad, cada pueblo lo va haciendo suyo a su paso...

Monolito Ponce, en el Templo de Kalasasaya.

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Cabezas esculpidas del templete semisubterráneo, Tiwanaku.

La Puerta del Sol, el monumento más admirado de Tiwanaku.

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Perú: asombro del mundo4 Lima: doce siglos de historia El santuario arqueológico de Pachakamaq está ubicado a 23 km al sur de Lima, en el distrito de Lurin. A lo largo de doce siglos de historia, estas construcciones monumentales de barro y piedra congregaron las huellas de las diversas culturas que ocuparon la costa central de los Andes. Tiene una extensión de unas 465 ha, de las cuales solo el 40% pertenece al área del complejo a la que puede acceder el turismo.

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Fuentes: Sitios y documentos web oficiales, Perú: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, “Región Cusco”, . Ídem, “Parque arqueológico de Raqchi”, . Ídem, “Ficha: puente colgante de Q’eswachaka”, . Ídem, portal oficial de turismo, . Ídem, sitio web de la Comisión de la Promoción de Perú para la Exportación y el Turismo (PromPerú): . Ministerio de Cultura, “Plan de manejo del Santuario Arqueológico de Pachacamac 2012. Resumen ejecutivo”, disponible en . Ídem, sitio web de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco: . Comité de Servicios Integrados Turísticos Culturales de Cusco, “Boleto Turístico del Cusco”, . Sitios web comerciales: ; ; < www.cusco-peru.org>. Otras fuentes web: UNESCO, “Conocimientos, técnicas y rituales vinculados a la renovación anual del puente Q’eswachaka, 2013”, disponible en . Pi Rambla, Anselm, Proyecto Koricancha, los túneles de los andes y el oro de los inkas, . S.d., “Ingeniería y arquitectura”, Machu Picchu. Información y noticias desde el Cusco, . S.d., “Mirador del Putucusi”, Info Perú. Infórmate sobre Perú, .

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Abarca dos sectores, el Pampa Norte y el sector integrado por el santuario arqueológico, cuyo centro está compuesto por tres grandes construcciones: el Templo Viejo, el Templo Pintado y el Templo del Sol. La tradición oral andina no llama a estos recintos santuarios; los considera wak’as (lugares sagrados). Este gigantesco parque arqueológico fue el punto de inicio de la vía transversal que vinculaba integralmente la región de los Andes centrales.

Cusco: el punto cero de la era incaica La zona de Cusco tiene una gran cantidad de áreas arqueológicas de profunda belleza y significación espiritual. El mayor despliegue de construcción de monumentales obras arquitectónicas fue realizado durante el incanato. Con la llegada de los españoles, muchos de sus templos fueron destruidos o cubiertos por nuevas obras. El diseño de la ciudad de Cusco cambió radicalmente al instalarse las iglesias y la administración del gobierno implantado después de la Conquista. Pero gracias a su magnificencia, fue imposible destruir o tapar muchas obras incas, por la monumentalidad de sus edificaciones. Machu Picchu es el máximo exponente del potencial de esta cultura, que hoy está maravillando al mundo entero con sus secretos. Como vimos al comienzo del relato sobre el Qhapaq Ñan, Cusco fue la capital del Tawantinsuyu y sede del incario. De allí partían los caminos principales hacia el resto de las

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regiones que lo integraban. En 1983 fue declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO y alberga los sitios y parques arqueológicos más importantes del gobierno inca. Daremos un recorrido por algunos de los más significativos lugares, templos y centros ceremoniales del área: • El templo de Wiraqocha forma parte del centro arqueológico del pueblo de Raqchi, próximo al río Vilcanota, en Cusco. Este centro cumplía con múltiples funciones y estaba compuesto también por otros templos más pequeños, albergues, almacenes de alimentos y palacios. El templo de Wiraqocha es una construcción de barro y piedra volcánica que fue única en su tipo, con casi 100 m de largo por 25 de ancho. • Q’enqo (‘zigzagueo’) es un sitio ceremonial al noroeste de la ciudad de Cusco. Es una wak’a de gran importancia, con canales en forma de zigzag, galerías y cámaras subterráneas. Consta de una gran zona semicircular que los españoles denominaron anfiteatro, pero se presume que fue un lugar de práctica espiritual, con una serie de construcciones entre las que sobresale un intiwatana destinado a la observación astronómica y a la denominada iniciación solar. En la actualidad, cada 21 de junio, cuando se festeja el solsticio de invierno, aquellos que se acercan a participar de las celebraciones esperan a una determinada hora la aparición de la figura de un puma, que el sol dibuja, entre luces y sombras. Es conocido como el despertar del puma solar.5 La mayor parte de las visitas se realizan en la zona llamada Q’enqo Grande, y en menor escala, en el otro sector, llamado Q’enqo Chico, que presenta muros muy bien trabajados.

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Arévalo Merejildo, James (Mallku), Centros de poder en los Andes, Cusco, edición del autor, 2009.

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• Tambomachay, al noreste de Cusco, se encuentra rodeado de numerosas cuevas, asentado sobre un manantial subterráneo que emerge a la superficie. Se presume que fue un lugar de veneración al agua como fuente de vida, y un balneario para disfrutar especialmente del sonido del agua. Tiene un sector de fuentes; las paredes de este centro arqueológico están diseñadas para filtrar y recoger el agua generando un flujo permanente. Cumplía también con la función de estancia para los chaskis que unían las rutas del Tawantinsuyu. • Saqsaywaman, ubicado al noreste de la ciudad de Cusco, es un espectacular complejo que abarca 33 sitios arqueológicos, entre los cuales el más conocido es la fortaleza de Saqsaywaman. Está asentado en la cabecera del valle, formado por palacios y templos monumentales, rodeado de naturaleza, requisito fundamental en los centros ceremoniales donde se presume que veneraban al Sol. Se destacan las puertas y torres del recinto, realizadas con piedra, de un peso que oscila entre 90 y 125 t. La obra habría sido iniciada por el Inka Pachakuteq y continuada por el Tupak Yupanki Inka. Este es uno de los lugares más elegidos por visitantes locales y extranjeros para celebrar el Intiq Raymin o Fiesta del Sol. o Amaru Machay o caverna de las serpientes es una importante wak’a o centro ceremonial del parque arqueológico de Saqsaywaman. También se lo conoce como templo de la Luna. En el interior de la gruta se destacanrelieves de serpientes. Allí se realizaban ceremonias lunares, entre otras celebraciones. • Lanlakuyoc, conocido como Zona X, está muy cerca de Amaru Machay, y es un sitio arqueológico con gran cantidad de pasadizos, escalinatas, laberintos y altares. Es un lugar de

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introspección al que se recomienda ir con un guía que conozca el lugar. • El Qorik’ancha es el templo principal del sol. Q’ori significa ‘oro’, y k’ancha, ‘lugar o recinto’. Está ubicado en la ciudad de Cusco. Este templo presenta muchos interrogantes, básicamente porque sobre este sitio ceremonial se construyó el Convento de Santo Domingo. Los lineamientos de precisión y perfecta técnica de construcción incaicos están presentes en los muros que aún permanecen de pie después del destrozo y saqueo de la Conquista, que removió los gruesos recubrimientos de oro del interior del recinto. Los terremotos derribaron las cubiertas hechas por los españoles pero no movieron la antigua construcción de paredes de piedra de los incas…

Valle sagrado de los incas: el abrazo de los ríos Ubicado al noroeste de Cusco, es también conocido como valle de Urubamba o de Vilcanota, debido al cambio de nombre del mismo río. Allí se encuentran dos de los más grandes asentamientos incas, Pisaq y Ollantaytambo, y sobresalen también los sitios arqueológicos de Moray y Chinchero. • Pisaq, ubicada al noreste de Cusco, es visitada los domingos por su reconocido mercado artesanal. Del conjunto arqueológico, se destacan sus andenes agrícolas y el intiwatana, usado como calendario solar. Un lugar destinado a la agricultura, con grandes terrazas de cultivo y sistemas de riego, hace de esta área uno los paisajes de mayor belleza de Pisaq, que, junto a los andenes del valle, ocupa unas 65 ha aproximadamente. A través de las ruinas de Pisaq se puede ver el modo de vida andino en época de los incas.

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• Ollantaytambo es un antiguo sitio arqueológico en el extremo oriental del Valle Sagrado, en el noroeste de Cusco, un lugar de gran magnetismo y belleza. Presenta un sector urbano y un área ceremonial, integrada por un tampu (tambo o lugar de descanso), antiguo alojamiento de los caminantes y viajeros del Qhapaq Ñan. Esto se mantiene hasta el presente, recibiendo en la actualidad a peregrinos de todas partes del mundo. • Moray, al noroeste del Cusco, es un conjunto arqueológico que consta de andenes circulares formados por anillos concéntricos que van formando terrazas destinadas a la experimentación agrícola. El aspecto es el de un anfiteatro hundido. Allí los incas produjeron un gran porcentaje de sus cultivos: muchas variedades de papa y maíz, principalmente. Por las características de la zona, se presume que pudo haber sido un centro de estudios genéticos para el desarrollo de cultivos. • Chinchero es llamada la Ciudad del Arco Iris. Se encuentra al noroeste de Cusco, rodeada por los nevados de Salkantay, Verónica y Soray. Se destacan sus andenes de cultivo, al igual que otros lugares arqueológicos del período incaico. En el pueblo, podemos encontrar edificios coloniales, marco en el que hoy se despliega una feria dominical con piezas artesanales y textiles de gran atractivo. Además, existen dos lugares para no perderse dentro de este recorrido: • Puente colgante de Q’eswachaka, al sudeste de la ciudad del Cusco. Forma parte de la red vial del Qhapaq Ñan, uniendo las márgenes del río Apurímac. Es otra impresionante obra de ingeniería andina de 33 m de longitud y 1,20 m de ancho, elaborada con fibras de ichu (forraje) trenzado. A partir de 2013 entró en lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de

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la humanidad de la UNESCO, porque su renovación periódica rescata una tradición cultural y de trabajo conjunto, transmitida de generación en generación. La tarea la realizan comunidades quechuas huinchiri, chaupibanda, choccayhua, ccollana y quehue. Mantienen el buen estado del puente y forman parte de una celebración que expresa los principios de ayñi (reciprocidad) y del allin kawsay (buen vivir) de los andinos. • Choqe k’irao (‘cuna de oro’ en quechua) es una ciudad inca al sur de Perú, también conocida por su hermandad con Machu Picchu. Está ubicada en la margen derecha del río Apurímac, en la cordillera Salkantay, a 3050 m.s.n.m., en la provincia de La Convención, departamento de Cusco. Este parque arqueológico es considerado área de conservación regional por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, debido a la abundante flora y fauna que se encuentra en la región. El área de las construcciones mantiene la majestuosidad y belleza de la mayoría de las edificaciones incaicas, plasmadas en los templos, andenes y plazas, permitiendo admirar uno de los sellos de su arquitectura, el perfecto encastre de los muros de piedra.

Camino Inca: la vida en movimiento En la actualidad, el Camino Inca se ofrece como una opción turística con dos alternativas: una versión larga, de 4 días, de 43 km, y otra corta, de 2 días, de 11 km. Recorre un sector del Qhapaq Ñan y permite visitar un conjunto de pueblos y complejos arqueológicos con la posibilidad de vivenciar, en una pequeña parte, la impresionante tarea que realizaron los incas en la construcción de caminos y puentes. Es uno de los senderos de trekking más visitados de Sudamérica, que permite un acercamiento profundo y real, a través de un

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recorrido consciente, a la cosmovisión andina. Dos lugares destacados del circuito son Wiñay Wayna y el Inti Punku, la Puerta del Sol. • Wiñay Wayna (‘por siempre joven’ en quechua) es uno de los lugares arqueológicos atravesados por el Qhapaq Ñan. Es una estación de descanso de los peregrinos actuales del camino largo y del corto hacia Machu Picchu. Se destaca la belleza de sus terrazas escalonadas, con un sector urbano y otro eminentemente agrícola. • Inti Punku, la Puerta del Sol, de entrada a Machu Picchu. Es un recinto arqueológico que se encuentra a 1 km de distancia de la ciudadela. Es el punto de ingreso para los que recorrieron el camino inca, y el primer contacto desde la altura, tras las nubes, con la magnética Machu Picchu.

Machu Picchu: la gran Ciudad del Sol Machu Picchu es una de las siete maravillas del mundo, visitada por turistas de todas las latitudes. Se trata de uno de los sitios arqueológicos más importantes que existen en el planeta. Cubre una superficie de 20 ha aproximadamente y la separan solo 110 km de la ciudad de Cusco. Está emplazada a 2460 m.s.n.m., entre dos grandes montañas, en plena selva tropical de exuberante flora y fauna. Fue declarada por la UNESCO patrimonio cultural y natural de la humanidad en el año 1983. La ciudadela consta de un área urbana –donde todavía hoy pueden apreciarse imponentes templos, plazas, viviendas y otras construcciones con función ceremonial–, junto a un sector agrícola, cubierto por terrazas escalonadas donde se realizaban cultivos.

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Su construcción habría comenzado en el momento de mayor expansión del incario, durante el siglo XV, bajo el gobierno del Inka Pachakuteq. Actualmente es considerada, junto con Tiwanaku, uno de los centros ceremoniales y astronómicos andinos más importantes. Con la Conquista, se presume que la ciudad fue abandonada. Tampoco hay certezas de que los españoles hayan descubierto la ciudad, dado que no fue mencionada en las crónicas de los expertos, aunque también se conjetura que pudieron haberla ocultado para no rendir cuenta de las riquezas que habrían encontrado en el lugar. Esta monumental ciudad, centro del incanato, está rodeada de un gran misterio. La logística de su construcción antisísmica plantea muchas preguntas. Científicos, arquitectos e ingenieros incas lograron una incrustación perfecta en las piedras que forman los muros. La exactitud del encastre es aún mayor en los espacios destinados a los templos y lugares ceremoniales dentro de la ciudadela. Los andinos explican este diseño de especial exactitud como una muestra de su respeto y conciencia del compromiso de su obra. Demuestran un avanzado conocimiento de ingeniería para la época, y en condiciones de extrema dificultad, como lo es una construcción en zona de altura. Machu Picchu fue una ciudad con un propósito trascendente, de conexión espiritual, y destinada a la observación y recepción de información astronómica. Solo a modo de ilustración, reseñamos algunas características de los sectores agrícola y urbano: • Sector agrícola: Esta área se caracteriza por las terrazas, destinadas no solo a la agricultura, sino también a detener la

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erosión causada por las lluvias. Forman parte de esta misma área las collcas o depósitos para guardar los granos. En la zona adyacente se encuentra el cementerio superior y la roca ritual. • Sector urbano: Hacia el norte se encuentra el área ceremonial de los templos, y hacia el sur, el complejo de habitaciones y los talleres en andenes. o Al Templo del Sol se puede acceder a través de un enorme portón de dobles vigas. Es una edificación semicircular cimentada en roca sólida. El Torreón, su construcción más importante, donde se hallaron artefactos para la medición solar, confirma la finalidad de la observación astronómica que tenía Machu Picchu. En la parte subterránea se han encontrado criptas destinadas a las autoridades incas. o La Roca Sagrada, un grupo arquitectónico ceremonial, se compone de habitaciones de tres muros y un monolito labrado de 7 m de base por 3 m de altura. o El Templo de las Tres Ventanas está formado por tan solo tres muros de piedra sobre una base rectangular, con un acople exacto. Actualmente, se conservan solo tres de las cinco ventanas originales destinadas a indicar la salida del Sol. Es uno de los sectores más impactantes de la ciudad sagrada. o El Templo Principal se encuentra en la parte más alta de la ciudad, muy cerca de las Tres Ventanas. Son tres paredes de 11 m de largo

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por 8 m de ancho, con murallas de un espesor de 0,90 m. Estaba destinado a rituales sagrados y probablemente era residencia de sacerdotes. o El Intiwatana está ubicado en la cima de la Colina Sagrada. Cumplía la función de altar y observatorio solar, para mediciones astronómicas y creación de calendarios agrícolas. El monolito, orientado en la línea Noroeste- Sudeste, de 36 cm de alto, culmina en un prisma cuadrangular, colocado sobre una terraza de tres escalones tallados en roca granítica. Es especialmente visitado durante el Intiq Raymin (Fiesta del Sol), en el solsticio de invierno. o Las plazas se encuentran en diferentes niveles. Son cuatro; tienen forma rectangular y están conectadas entre sí. La plaza central es la de mayores dimensiones. o Las puertas de la ciudad concuerdan en su forma trapezoidal, pero coexiste una variedad de tamaños y estilos. • A la montaña Machu Picchu se accede por el santuario. Se eleva a 3050 m.s.n.m. Hay un camino bien delimitado para su ascenso, entre andenes agrícolas y con una hermosa vista de la ciudad y la naturaleza que la rodea. Asimismo, requiere un buen estado físico completar el recorrido hasta la cima y el regreso a la base. • El Wayna Picchu es la montaña ubicada hacia el norte de Machu Picchu. Su nombre significa ‘montaña joven’. Tiene una altura máxima de 2700 m.s.n.m. Escarpada y con grandes

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escalones de piedra granítica, subirla es un desafío con una gran recompensa: una magnífica vista de Machu Picchu desde la altura. En camino hacia la cumbre se encuentra el Templo de la Luna. o El Templo de La Luna se halla a 2050 m de altura, a espaldas de Machu Picchu, y puede ser visitado en el ascenso del Wayna Picchu. Es uno de los templos que se han preservado casi intactos, aun después de los terremotos sufridos en la zona. Los incas construyeron 1060 escalones que conducen a este templo. Para llegar hay que atravesar un túnel abierto en la montaña. Se cree que cumplía la función de refugio, porque su ubicación estratégica permitía controlar el acceso a la gruta. • El Putuqusi, a unos 2560 m.s.n.m., es una montaña a la que se accede desde Aguas Calientes, con un ascenso muy empinado y por medio de largas escaleras de madera adheridas a sus laderas, por lo que se recomienda precaución en el trayecto hacia la cima. Es una actividad para disfrutar, en medio de una vegetación selvática, que ofrece el regalo de otra vista panorámica de la ciudad de Machu Picchu.

Aguas Calientes: un descanso merecido Culminando la visita a Machu Picchu, los micros conducen hacia Aguas Calientes. Se trata de un pequeño pueblo al noroeste de Cusco, destino último del caminante del Sendero Inca. Es un lugar con muchas opciones para alojarse y una importante actividad comercial.

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Se lo reconoce por sus aguas termales, a las que se les atribuyen propiedades médicas, como tratamiento para el reumatismo y la presión arterial. El agua alcanza una temperatura que oscila entre los 38° y 46° C. Aguas Calientes representa un momento para recuperar el cuerpo después de días intensos en el camino.

FINAL DEL RECORRIDO Decir que este es el final del camino no sería verdad. La Ruta de Wiraqocha, construida por los ancestros, tiene un trazado recto y hacia esa línea diagonal confluyen muchos otros caminos menores. Además de la gran oportunidad de disfrutar “físicamente” del Qhapaq Ñan, hay un aspecto esencial que resulta fundamental recordar: existe algo más, que está ocurriendo en nuestro inconsciente. Sucede una experiencia que desconocemos. Solo con el hecho de tomar conciencia de esto, establecemos una conexión genuina, auténtica, con el origen. Acaso sea la verdadera forma de conectarnos, más allá de lo racional. Una buena recomendación para el viajero es hacer las excursiones acompañado de guías profesionales. No es aconsejable viajar solo, aun conociendo la zona y habiendo visitado los lugares con anterioridad. Otro sugerencia importante es considerar la altura de Cusco (3399 m.s.n.m.) y el esfuerzo que demandan algunas visitas a los parques y el ascenso a las montañas. Que tengan un excelente viaje hacia las múltiples dimensiones del Qhapaq Ñan.

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La majestuosidad inca del Machu Picchu.

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Santuario arqueológico de Pachakamaq, en Lima.

Andenes circulares con diferentes microclimas, en Moray.

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PARTE III Puntos de contacto con teorías de la ciencia

–¿Estás solo? –No. –¿Quién te acompaña? –Todo.

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CAMBIOS EN EL PARADIGMA CIENTÍFICO Llegamos hasta aquí después de compartir un acercamiento a la sabiduría de los Andes y habiendo simulado un recorrido a pie por el extraordinario Qhapaq Ñan, la Ruta de la Verdad de los pueblos que formaron el Tawantinsuyu. Hemos visto un mundo con una cosmovisión diferente a la occidental, con otras respuestas a las preguntas esenciales. El creciente interés por las sabidurías ancestrales es el síntoma de un cambio de conciencia a nivel global. Pero, para abordar cualquier cosmovisión y hacerlo con ojos amplios e inclusivos, será útil considerar la revolución científica y tecnológica en la que estamos inmersos. La ciencia, siempre ubicada en la vereda opuesta al conocimiento intuitivo y de contacto directo con la realidad, se está redefiniendo desde sus bases. Las teorías de las últimas décadas se muestran cada vez más disruptivas para el contexto tradicional. Esto explica que muchos de los nuevos postulados no se encuadren o no logren alcanzar una plena aceptación dentro de la corriente principal del pensamiento científico. Aún no sabemos cómo los andinos accedieron en la antigüedad al conocimiento que les permitió lograr lo que hoy parece imposible para cualquier ser humano. En los Andes, las construcciones monumentales como Machu Picchu, por ejemplo, siguen siendo hasta el presente un gran misterio. Acerca de las teorías de la ciencia, Fritjof Capra, en su obra El punto crucial, expresa que “jamás podrán proporcionar una descripción completa y definitiva de la realidad: siempre serán

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una aproximación a la naturaleza de las cosas”.1 Son dos cosmovisiones distintas, la de los Andes y la del pensamiento occidental. Para descubrir lo que nos une, comencemos entendiendo lo que nos separa

Cosmovisión andina y pensamiento occidental Una de las diferencias fundamentales entre la cosmovisión andina y el pensamiento occidental es que la primera concibe la realidad como una totalidad, con la integración del hombre en un orden cósmico, junto con una comprensión cíclica del espacio tiempo. Podríamos definir la interpretación de la realidad del hombre andino como una “concepción cosmocéntrica que hace que el hombre se conciba a sí mismo como parte integrada al mundo, un elemento más de las fuerzas naturales y sagradas, y un objeto en movimiento constante sin ninguna finalidad ulterior: flujo que renueva el equilibrio cósmico de manera cíclica en el rito”.2 Así Blithz Lozada Pereira, en su libro Cosmovisión, historia y política en los Andes, plantea con claridad el núcleo de los principios andinos, que contrastan con la visión del mundo y la realidad para Occidente.

1

Capra, Fritjof, El punto crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente, Buenos Aires, Troquel, 1992. 2 Lozada Pereira, Blithz, Cosmovisión, historia y política en los Andes, Colegio Nacional de Historiadores de Bolivia - Producciones Cima, La Paz, 2006 (Colección de la Maestría en Historias Andinas y Amazónicas, vol. 8); disponible en .

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Si bien el paradigma occidental está cambiando de forma acelerada, su perspectiva es antropocéntrica: pone al hombre como protagonista de la realidad. No se concibe como parte de un sistema viviente, tiende a valorar lo científico por sobre una exploración natural e intuitiva del cosmos, y se encuentra sujeto a la idea de la existencia de un único tiempo lineal. Cuando abrimos la mente a una nueva perspectiva, es probable que nos encontremos con una frontera de entendimiento porque nuestro cerebro funciona dentro de determinados parámetros de percepción, que son los que construyen una manera de entender lo que nos rodea. Entrar en lo nuevo requiere aventurarse en la incertidumbre, sabiendo que la mente siempre va a querer buscar respuestas en lo conocido, debiendo ahora hacer un esfuerzo extra por comprender. Quizás, este sea un buen momento para soltar esa presión y abrirse a lo inesperado.

PRINCIPIOS ANDINOS CON SUSTENTO EN LAS NUEVAS TEORÍAS CIENTÍFICAS Dualidad complementaria, unidad y ciclicidad En el capítulo I vimos los principios de dualidad complementaria, unidad y ciclicidad como parte de las bases generales de la cosmovisión andina, que la ciencia ha ido probando a través de la física cuántica. La naturaleza ya se presenta como un todo esencial. La antropóloga Ana María Llamazares plantea con claridad que uno de los descubrimientos más significativos de la mecánica cuántica es “que la dualidad, la ambivalencia, la simetría y la

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complementariedad son características básicas de la estructura misma del universo”.3 Por otra parte, afirma que “la visión de la trama interrelacionada y la experiencia de participación en la unidad pueden considerarse como uno de los insights más transformadores acaecidos en el siglo XX”.4 El principio de complementariedad en mecánica cuántica se refiere a la doble naturaleza de la partícula: es onda y a la vez partícula. La luz es al mismo tiempo onda y partícula, se comporta separadamente como ambas; una contiene la potencialidad de la otra. La observación y el método que utilicemos determinarán su comportamiento. Una prueba de la búsqueda de unificación dentro del paradigma científico es la labor de Stephen Hawking, uno de los físicos teóricos más reconocidos de nuestra época, aunque son muchos los hombres de ciencia que comparten la intención de conectar la mecánica cuántica y la relatividad general para crear una teoría universal. Hoy, la física plantea una teoría del todo, que podría unificar todas las interacciones fundamentales de la naturaleza (las fuerzas gravitatoria, nuclear fuerte, nuclear débil y electromagnética).

3

Llamazares, Del reloj a la flor de loto, ob. cit.

4 Ídem.

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Concepción del espacio-tiempo El término Pachamama es, en sí mismo, una definición clara de la percepción del mundo andino acerca de la unidad que forman el espacio y el tiempo, y es la teoría de la relatividad de Einstein la que los combina como una entidad única, representando una cuarta dimensión. Esta ley también colaboró con la demostración de la unidad entre materia y energía, exponiendo que todo es energía vibrando a diferentes frecuencias.

COSMOLOGÍA DE LOS ANDES Y LOS APORTES TEÓRICOS DE LA CIENCIA Cambio de conciencia y ciclos evolutivos Como vimos, los amautas de las cuatro direcciones del Tawantinsuyu han corrido un velo de más de cinco siglos, siendo una parte fundamental de su mensaje marcar el inicio de un ciclo nuevo, el tiempo de un nuevo sol, en el que la humanidad protagonizará un gran cambio de conciencia. Para el andino, el escenario de esta transformación global se plantea dentro de un contexto de armonía planetaria. Cada cambio de era se expresa mediante una gran crisis –que termina siendo también una gran oportunidad– que involucra todos los órdenes de la existencia: humanos, naturaleza, Tierra. Todo se conmueve frente al inicio de un nuevo paradigma. Los soles y los pachakuti o pachakuteq, como vimos en el capítulo I, son patrones de medida del tiempo cósmico, calculados en eras,

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si bien existen algunas discrepancias entre autores acerca de la duración de estos ciclos. Los soles también se consideran eras de 26.000 años. A su vez, pachakuteq es también el momento intermedio entre el fin de un período y el comienzo de otro, época a la que se le atribuye el resurgimiento del conocimiento de los pueblos originarios, para generar conciencia global de los cambios humanos y planetarios. Como ya señalamos, cabe recordar que gran parte de la ciencia andina no está escrita en los libros, pero en la actualidad quienes la transmiten –amautas, científicos, académicos– están mostrando toda la potencialidad de su sabiduría ancestral en medio de la civilización occidental. Estamos en un momento de expansión de la conciencia colectiva y una de sus bases fundamentales es la idea de unificación de las ciencias, la comprobación de la interconexión entre todo lo que existe, como señalamos al referirnos a la teoría del todo. Dentro de las nuevas teorías que desarrollaremos a continuación, también existe ese común denominador. Esto, a su vez, dentro de un marco espacio-temporal medido en ciclos o aperturas temporales. Estas postulaciones también generan conciencia no sólo acerca de todo lo que existe, sino sobre lo que no existe, el vacío. Hoy es posible señalar postulados científicos que recrean fundamentos que han estado presentes desde hace siglos en la cosmovisión andina. Para este libro seleccionamos solo algunos, que trataremos de explicar sucintamente en busca de evidenciar las coincidencias, al menos en forma aproximada. No nos interesa ahondar en los datos “duros”, sino en las bases para el entendimiento de una realidad que es semejante en ambos mundos.

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Nassim Haramein y el universo conectado: sustentabilidad planetaria y tecnológica Nassim Haramein, desde muy pequeño, comenzó a investigar en diversos campos de la ciencia: la física teórica, la mecánica cuántica, la cosmología, la astrofísica, la antropología y el estudio de civilizaciones ancestrales, entre otras disciplinas. Su trabajo más revolucionario es la teoría unificada de campos. En ella, el polémico autodidacta describe al universo como un todo conectado, concepción fundamental del conocimiento ancestral de muchos pueblos originarios. La conectividad entre todo lo que existe es el fundamento de su estudio, para lo que hace foco en la noción de vacío, entendido como el espacio que existe entre las cosas, desde las galaxias hasta el interior de una molécula. Este vacío no estaría vacío, sino lleno de una energía primordial, origen de toda la Creación. Haramein, cuestionándose la fuente inagotable de energía del universo, concluye que es un patrón autosustentable de forma toroidal. Se asemeja a una rosquilla que gira constantemente, emanando energía desde el centro hacia arriba y hacia abajo. Esta forma geométrica se encuentra presente en todo lo que existe, desde lo más grande a lo más pequeño, acreditando la interconexión de todo el universo. Según el científico, el conocimiento del vacío estuvo presente en las civilizaciones antiguas; y considera que las obras arquitectónicas llevadas a cabo por egipcios, mayas e incas han tenido que ver con el desarrollo de tecnologías basadas en el principio del vacío. “Hubo sociedades de hace 10.000 ó 12.000 años que fueron

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muy avanzadas y que conocían esta energía y cómo usarla”,5 afirmó Nassim en una entrevista. En laboratorio, Nassim Haramien y su equipo han realizado múltiples experimentos, que, sumados a otros llevados a cabo en campos conexos de la ciencia, les permiten inferir que las partículas están unidas y que existe una interconexión a nivel cuántico a través de agujeros negros, que a su vez se vinculan por medio de los llamados agujeros de gusano, conformando una red. Este sistema sería el sustento del universo conectado que postula su teoría. Haramein augura un tiempo de cambios veloces y realmente significativos en todos los órdenes. La tecnología que derivaría de estos descubrimientos permitiría generar sustentabilidad planetaria, debido a que el vacío como fuente energética, una vez usado, volvería otra vez a constituir el vacío. Para el investigador, este momento de la historia ya fue anunciado en la antigüedad. Sabios y maestros de diversas culturas anticiparon que esta era traería cambios revolucionarios, pero requeriría de una conciencia madura para manejar su desarrollo.

Jacobo Grinberg-Zylberbaum y la teoría sintérgica: los parámetros del cerebro Desde pequeño, el mexicano de tradición familiar judía Jacobo Grinberg-Zylberbaum se dedicó al estudio del cerebro, para

5Macé,

Lilou, “Science behind the unified field & its applications” (entrevista a Nassim Haramein), París, abril de 2016; disponible en .

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posteriormente ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México a estudiar psicología. A su práctica científica sumó la investigación con chamanes mexicanos y otras disciplinas espirituales de Oriente y Occidente. Es autor de un gran número de ensayos, en los que incursiona en teorías sobre el conocimiento humano y el funcionamiento del cerebro. La teoría sintérgica es desarrollada como resultado de su encuentro con una reconocida chamana mexicana con notable capacidad para alterar el espacio-tiempo y la materia, llamada doña Pachita. El legado de Jacobo Grinberg, que en 1994 desapareció misteriosamente, quedó en su obra, entre las que se incluye un libro sobre Pachita. Su contacto con ella y con sus conocimientos y prácticas le traería discrepancias con sus colegas científicos de la época. Una teoría muy revolucionaria para entonces hoy adquiere relevancia y muestra paralelismos con los conocimientos andinos y otras culturas milenarias acerca de la unidad de todo lo existente. La teoría sintérgica Esta teoría surge de sus propios cuestionamientos acerca del proceso que transforma la actividad del cerebro en experiencia sensible, en lo que percibimos. El cerebro, por medio de las neuronas, genera una distorsión que Grinberg llama campo neuronal. Ese campo produce una percepción o realidad perceptual, que es la que vemos con nuestros ojos físicos. El cerebro no puede decodificar el vacío. Es decir que nuestra capacidad está limitada para percibir lo que observamos como ausencia de información. Nuestra actividad cerebral no consigue traducir el vacío y, por ende, no lo puede comprender.

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Para explicar el proceso que realiza el cerebro, Grinberg utiliza el concepto de lattice (en inglés, ‘entramado, cuadrícula’), creado por la mecánica cuántica para definir la estructura del espacio como una red o matriz energética, coherente y absolutamente inclusiva, en tal medida que toda la información del universo está contenida en cada uno de sus puntos. Esta es una ley holográfica. Finalmente, esta teoría afirma la existencia de una unidad planetaria, de la cual todo y todos somos parte. Queda claro cuando Grinberg afirma: “Un pensamiento o una emoción afecta la estructura de la lattice […]”; “Todo se encuentra entrelazado dentro de su estructura y todo objeto o materia sufre modificaciones o distorsiones específicas de la misma, manifestando una existencia interdependiente con el resto de los objetos”.6

Jean Pierre Garnier Malet y la ley del desdoblamiento del tiempo (LDT): un viaje de 26.000 años El científico francés Jean Pierre Garnier Malet se especializó en mecánica de fluidos. En el curso de sus investigaciones descubrió que el tiempo se desdobla. Su presentación sobre esta teoría ante el prestigioso Instituto Estadounidense de Física recibió un reconocimiento en 2006 (best paper award) y fue el puntapié inicial para el desarrollo del contenido expresado en sus libros. Esta teoría, en su esencia, explica el funcionamiento del sistema solar, pero es a raíz del conocimiento derivado de su investigación por lo que Garnier recorre el mundo ofreciendo conferencias sobre el desdoblamiento del tiempo. 6Grinberg

Zylberbaum, Jacobo, La Teoría Sintérgica, Universidad Nacional Autónoma de México e Instituto Nacional para el Estudio de la Consciencia, México, 1991; disponible en .

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“La teoría del desdoblamiento de los tiempos pone en valor toda la ciencia que ya estaba ahí, pero faltaba algo para unir lo infinitamente pequeño con lo infinitamente grande”,7 comenta Garnier en una entrevista. Según el científico, esta ciencia había sido olvidada en el tiempo, ya que fue parte del conocimiento que tenían los templarios hasta el siglo XIII. Empleando terminología de la mecánica cuántica, hace referencia a la existencia de un observador inicial, porque nada existe sin observación. “La existencia de una energía inicial, como una inteligencia o un dios, no entra dentro de la comunidad científica dominante.”8 De este modo, Garnier describe a ese observador inicial como una inteligencia sin tiempo, con energía disponible para hacerse preguntas, para lo que decide desdoblarse. Con esta elección, crea una apertura temporal, expresada en tres velocidades o frecuencias, pasado, presente y futuro: lo que conocemos como el espacio-tiempo para el desarrollo de la vida humana. Uno de los puntos más difundidos de su teoría es el doble, una de las instancias del desdoblamiento, una versión cuántica de nuestro yo real. “Podríamos decir que entre el yo consciente y el yo cuántico se da un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. […] En el sueño paradoxal, cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se da […] ese intercambio de información permanente [que] es el que crea el instinto de supervivencia y la intuición.”9 De esta manera, 7Garnier

Malet, Jean Pierre, entrevista filmada para Mantra FM 91.9, abril de 2015; disponible en . 8Ídem. 9Sanchís, Ima, “‘Nosotros, como el tiempo, también nos desdoblamos’. JeanPierre Garnier Malet, padre de la teoría del desdoblamiento del tiempo” (entrevista), LaVanguardia.com, Barcelona, 09/11/2010, .

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Garnier explica la comunicación entre el cuerpo energético y el corpuscular, que se percibe durante el día como una anticipación. Las aperturas temporales descubiertas por Garnier emplean ciclos solares de 26.000 años, confirmando la medición ancestral andina.

Alejandra Casado, la LDT y la lógica global convergente: el retorno al origen En 2012, la investigadora argentina Alejandra Casado –partiendo de un trabajo previo de Enric Corbera sobre bioneuroemoción, con aportes de Ryke Geerd Hamer y del físico Jean Pierre Garnier Malet– desarrolla la ley del desdoblamiento de los tiempos aplicada al ser, y la lógica global convergente. En la actualidad, lleva realizados 35 eventos alrededor del mundo para transmitir el funcionamiento de su lógica. Su perspectiva es realmente disruptiva. Plantea un propósito previo a la existencia, no desde una concepción filosófica, sino con base en principios de una lógica cuántica. El vacío está realmente vacío Dentro de esta perspectiva, el observador inicial es el origen; es un vacío lógico, un punto hiperconvergente, la nada misma, vacío de energía. La clave es asumir un origen lógico, una conciencia absoluta que se despliega a la existencia, a la vida (recordemos las aperturas temporales de 26.000 años, según la LDT de Garnier), y que, al manifestarse, lo hace con cuatro marcadores o errores básicos en su diseño: los que mantienen al ser humano en la supervivencia, en la necesidad de protección,

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en la comparación/competencia y en la sustitución del faltante o vacío existencial. Nuestro cerebro, tal cual lo vimos con Jacobo Grinberg, se maneja dentro de los parámetros del diseño humano. Ve lo que conoce. Para modificar esta percepción es necesario incluir el vacío, asumir los errores para poder acceder a un cerebro multidimensional.

El viaje de la esencia Este observador inicial es la esencia que inicia un viaje para conocerse, para responderse una pregunta. Como “no tiene tiempo ni posibilidades de verse a sí misma”, rodeada de un campo cuántico (energía en potencial), sale a experimentar, va a tomar ese potencial, y se ordena plasmando una dimensión inconsciente, al tiempo que se despliega en una identidad –alma o doble de Garnier–, en un plano mental, en un plano emocional y, finalmente, en un cuerpo físico y biológico. Así comienza la vida y la exploración humana de la esencia. La ley del desdoblamiento de los tiempos y la lógica global convergente plantean que estamos en el último tramo del cierre de una apertura temporal de 26.000 años, un período de convergencia, de un nuevo diseño humano. Acerca de los cambios de conciencia hay una gran coincidencia entre la mayoría de las culturas ancestrales, especialmente entre los mayas y los incas. Indudablemente, los andinos habrían accedido a una comprensión de la multidimensionalidad, no descifrada aún en su totalidad, del mismo modo en que las aperturas temporales tienen su representación en los ciclos solares andinos.

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ENLAZAR AL SOL ANDINO

Un cambio determinante está ocurriendo. El maravilloso Qhapaq Ñan es un constante recuerdo al viajero de su vínculo con el Sol, plasmado por sus amautas en el plano concreto de ciudades y templos. Toda la cultura andina nos enseña la dimensión de lo invisible. Aunque mucho aún escapa a nuestra comprensión. El andino nos tiende un puente, el mismo que atravesaron sus ancestros y que hoy adquiere para todos nosotros un sentido más profundo. Nos muestra lo que no queremos ver, lo que quedó fuera de nuestra percepción. Ahora bien, podemos tomar el pasado como combustible para un nuevo presente, o utilizarlo para cristalizarnos. Por eso, el pachakuteq de luz pone el foco en los errores humanos. Es el momento adecuado para ampliar la visión, una oportunidad única para descubrir y aceptar los nuevos caminos.

UN NUEVO SER HUMANO

Al buscar una definición última de lo que significa ser humano, siempre algo queda afuera. A lo largo de la historia de la humanidad, civilizaciones, creencias, revoluciones sociales, culturales y científicas les fueron dando un sentido nuevo a la realidad y a la condición de ser humano. La Tierra nos dice que lo único permanente es el cambio: el planeta se mueve y se reacomoda, y el hombre también. Incluso, la percepción de sí mismo va variando y teniendo múltiples miradas. Estamos transitando una revolución científica con un gran

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impacto social, económico, político y tecnológico, comparable a la revolución industrial del siglo XVIII. La historia, como las revoluciones, nunca se repite de la misma manera. Todos conformamos al nuevo ser humano, abriendo los ojos para ver lo que estuvo oculto, lo escondido bajo la alfombra. Todo sale a la luz… Algo se está gestando, lo siento al respirar; es como un viento nuevo que nos reunirá. Sin personalidades, sin armas ni color; es como un sentimiento, es como un nuevo sol. Con su selva y su pampa y su cordillera, un nuevo continente pronto va a despertar. Sudamérica, Sudamérica... Seamos los nuevos incas, quizás la nueva luz. La tierra prometida pronto va a despertar. Gustavo Santaolalla, “Sudamérica”, 1972 (canción de la banda Arco Iris)

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PARTE IV La sabiduría andina, desde dentro. Aquí y ahora

–¿Hacia dónde te diriges? –No lo sé. –Estás dando el primer paso.

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Para realizar un verdadero acercamiento al mundo andino de hoy, nada mejor que sumar las voces de quienes están en contacto cotidiano con sus orígenes. Nos interesó escuchar la palabra directa de quienes viven las veinticuatro horas en consonancia con los principios de la tradición, como un aporte vivo para descubrir la esencia de la realidad actual, luego de tantos siglos de silencio. En este pequeño ejercicio de “tradición oral”, hemos elegido a dos guardianes de la sabiduría, una mujer y un hombre, en dualidad complementaria, para charlar con ellos y aprender de sus enseñanzas. Se trata de la licenciada Katia Gibaja, de intensa tarea en la comunidad andina, y del Tayta Carmelo Sardinas Ullpu, amauta boliviano. El cuestionario es una síntesis de las principales inquietudes e interrogantes que la Comunidad Humano nos ha ido compartiendo a través de las redes sociales. Que lo disfruten.

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ENTREVISTA A KATIA GIBAJA La licenciada Katia Gibaja es psicóloga clínica egresada de la Universidad de Buenos Aires e investigadora de la cultura y el idioma quechua. Es profesora de dicha lengua –que aprendió cuando era niña– y trabaja en la comunidad acercando los principios de la cosmovisión andina a la práctica diaria. Es cuzqueña radicada en Salta, Argentina. Es presidente de la Fundación Ecos de la Patria Grande (http://fundacionecosdelapatriagrande.blogspot.com. ar), directora de la Academia de Quechua Qollasuyo Salt, y profesional de Calidad de Servicio del Museo de Arqueología de Alta Montaña, de Salta. Además, es coordinadora general de Acción Cultural en dicha institución e investigadora de culturas precolombinas.

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1. ¿Cuál cree que es rol de la mujer andina dentro la sociedad occidental? La mujer andina es la memoria del tiempo, es quien ha mantenido la resistencia cultural andina a través de todos estos años. El ser más preciado para su explotación era el varón, y las mujeres quedaban prácticamente solas en las comunidades. Se pudo ver su empuje para poder mantener a sus hijos varones, para la continuidad de nuestra cultura. Hay una serie de ejemplos donde se ve a la mujer responsable de mantener el ayllu y la panaca, es decir, la organización social y política de la comunidad. Además de esto, todo lo que significa la supervivencia en lugares inhóspitos, que las mujeres andinas tenemos muy enraizada, porque desde niñas conocemos cómo vivir en esta pachamama, en el lugar donde a una le toca nacer y tener el famoso kawsay, que es el vivir, el allin kawsay, que es el buen vivir. Allin kawsay es una filosofía ancestral que se mantiene hasta nuestros días, es pensamiento filosófico andino. Primero es el munay, que es el amor; segundo es el llankay, que es el trabajar; y como resultante está el yachay, el aprendizaje de esa experiencia. Por eso se trabaja desde niño, pero no es el trabajo constituido, el de la concepción occidental. Es la parte lúdica, de ir conociendo desde muy pequeño cada una de las experiencias del trabajo comunitario. Todo para el allin kawsay; significa que en una comunidad todos deben estar viviendo bien. No existe la idea de que uno viva mejor que otro; ahí ya no hablamos del allin kawsay, que implica vivir todos en comunidad, vivir todos como una unidad.

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2. ¿Piensa que la lengua quechua se ha distorsionado a lo largo del tiempo? ¿Se está realizando una revisión de los conceptos y términos del idioma? Lo de la distorsión de la lengua es, en realidad, una utopía. Tiene una gran manifestación de permanencia en el tiempo: ni los lingüistas pueden precisar cronológicamente desde qué épocas viene. Lo que sí se mantiene hasta el día de hoy son las raíces inalterables. Nos podemos comunicar a lo largo de lo que hoy son seis países; con todas las personas que hablan quechua nos entendemos. Lo que sí puede haber son algunas adaptaciones dialectales, como los regionalismos, que no impiden el entendimiento. No se puede hablar ni de distorsión ni de desaparición, al contrario. El idioma es como nuestra propia cultura a lo largo de la cordillera de los Andes, es inalterable. La misma geografía nos ha mantenido durante años y el idioma es exactamente igual. Cuando llega España, lo que hace es aprender esta lengua. La mayoría de las personas la hablaban. Prueba de ello es que, dos siglos después, el rey tiene que mandar la orden de que –en lo que hoy es el noroeste argentino– no se habla más el quechua, so pena de muerte. Esto implicó un éxodo del idioma hacia la zona que actualmente conocemos como Santiago del Estero. De esta manera se silenció a los pueblos. Perduró la conducta más bien callada del hablante quechua del norte argentino. El porqué de la distorsión en la conducta humana tenía que ver con la pena de muerte. Las sociedades de Bolivia, el altiplano, Perú, Colombia, Ecuador son mucho más expresivas. La colectividad habla con mucha fluidez, a diferencia de lo que ocurre en el noroeste argentino.

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La acción interpretativa histórica de nuestra cultura es muy distinta a lo conocido. Una persona hace interpretaciones de acuerdo con el pensamiento. El grecolatino y el románico son muy bien definidos, todos los conocemos. Lo que desconocemos es el pensamiento andino, precisamente porque nos hicieron decir cosas a nosotros con el pensamiento grecolatino y románico. Hoy en día, se está revirtiendo esta situación ya que se está pudiendo finalmente rescatar del asfalto del olvido, destapando un poco lo que está en la gran América profunda.

3. ¿Qué considera rescatable del progreso tecnológico, científico y cultural de Occidente? El occidental no está “afuera”. Somos una generación importante, hemos atravesado un siglo, todos formamos parte y contribuimos al desarrollo de esta nueva era. Entrando en el tercer milenio, estamos en una síntesis humana donde la tecnología actual nos permite entender el pasado con mayor facilidad. Lo tecnológico, especialmente lo digital, nos está permitiendo desentrañar los khipus, qelqas y toqapus, escrituras que tienen código binario. Es un trabajo de investigación muy completo que he realizado y lo estoy dando a los jóvenes, quienes quedan realmente maravillados. Porque de esa manera podemos comprender el lenguaje de programación de una computadora entendiendo la matemática inca. Estamos contribuyendo en forma práctica en esta etapa de cambio, en este pachakuteq en ascenso, con un pensamiento mucho más convergente. Esta era digital nos está permitiendo trascender las fronteras. Se puede decodificar el mensaje sin ningún costo, con el solo hecho de levantar la mirada.

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4. ¿Considera que los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios han adquirido especial relevancia en estos últimos años? ¿Cuál cree que es la razón? Estamos en pachakuteq en ascenso: es el tiempo de la verdad; es un tiempo de la pacha, como símbolo de ‘tierra’ y de ‘tiempoespacio’. Cuando “se les quemaron los papeles” a todas las culturas, porque casi la mayoría nos ha llevado a grandes desastres, uno sale a buscar y encuentra, en las culturas orientales, en las andinas, similitudes. Sabemos que con el famoso satélite detective, están encima de nuestras comunidades investigando hasta lo que se come. Quieren saber cómo han podido sobrevivir durante tanto tiempo, buscando las respuestas necesarias para esta superpoblación. Si llegamos a los 9000 millones de habitantes, nos tenemos que preparar y aprender a convivir, especialmente pensando en lo que significa el ser humano, la humanidad.

5. ¿Qué acciones sería interesante desarrollar para que la gente acceda y asimile los conocimientos andinos, hacia una convergencia global de la humanidad? El norte de Salta muestra un impacto muy grande. Llegan miles y miles de personas, precisamente con la necesidad de búsqueda, intentando encontrar respuestas. Lo primero que se ve es el llanto en sus ojos, y esto es bien interesante, porque tengo para hablarles muchísimo sobre el llanto, el famoso asombro. Asombro es todo luz, nada de sombra. Se conmociona el ser, empieza a llorar y se da cuenta de que se había perdido mucho, tanto, durante años de su vida, que esto estaba allí y que hoy lo encuentra. Es una algarabía muy especial la que está ocurriendo.

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Esto es solo con la práctica de observar, de acercarse a esta sabiduría, mediante el traslado físico a un lugar, o con una película o un libro, virtual o de hojas de papel. Lo que me parece importante es buscar en la esencia de la filosofía, el famoso epoche, la reducción fenomenológica, y no ponerle tanto de esoterismo. La verdad simple es lo que más llega a las personas. Es fundamental revisar el currículo educativo de los profesionales que salen de las ciencias humanas. Los libros de las universidades están basados en el pensamiento occidental cristiano grecolatino, un abogado tiene que saber la interpretación del inca como si fuera un romano. Empecemos a trabajar haciendo esta revisión. Nos va a llevar un tiempo, porque los profesionales no se van a correr fácilmente del lugar de lo aprendido, pero nosotros venimos trabajando hace 25 años en el tema y, cuando nos escuchan, algo cambia. Hemos podido ver transformaciones de ministros, de presidentes, de cardenales. Llegan a decir: “Yo, que fui a la universidad y pensé que lo sabía todo…”. Es decir, es cuando uno llega a un insight, a la toma de conciencia, y a la algarabía de haber tomado conciencia de eso que uno suponía que existía. Uno de los vehículos fundamentales es conocer el idioma quechua, el idioma aimara, el idioma guaraní.

6. ¿Cómo educar a los jóvenes y a los niños de esta época? Considero que es muy importante dar una respuesta acorde con las diferentes edades de los jóvenes, pero, para hacerlo más general, podemos decir que el paradigma del pasado está esperando ser puesto de manifiesto para resolver los conflictos del presente.

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En la cordillera de los Andes tenemos muchísima coherencia sobre lo que significa lo natural, y la cosmovisión es mirar, entender lo que se ve. El pensamiento andino es un pensamiento netamente existencialista. Cuando se habla de la cosmogonía, estamos hablando del entendimiento de esa cosmovisión, no tanto así de la cosmología, que es un tratado hecho por seres humanos para hablar del cosmos, como lo hizo Europa. A mí me gustaría decirles a los jóvenes que no se dejen deslumbrar por las estrellas del cine y la televisión, porque en realidad las verdaderas estrellas están al alcance de su mirada. Y que busquen a las personas que sepan cómo mirar las estrellas. El Inka Pachakuteq, el noveno Inca, decía: [habla en quechua y después traduce] “Todo aquel joven que quiera gobernar un pueblo, primero tiene que abrazar en su memoria la cantidad de estrellas que pueda reconocer, saber por dónde andan, cuál es su tránsito, por dónde se pierde cada una de ellas. Solo con un reconocimiento individualizado podrá gobernar un pueblo”. Está uniendo lo que es la cosmovisión y lo que significa ser parte de un orden político, social, económico y espiritual. El Inka también decía: “Mismo orden que hay en el cosmos, mismo orden que hay en la Tierra”. El orden del cosmos está dentro del cuerpo humano, pero la conducta humana se ha desordenado dentro de las sociedades actuales. Entonces se habla de los paradigmas del pasado. No tenemos que ir a otros lugares a aprender, porque acá tenemos mucho. Solo que estuvo escondido. Los famosos secretos de los Andes se ponen de manifiesto porque son una necesidad para estos tiempos.

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7. ¿El pachakuteq tiene que ver con la nueva conciencia, con la recalibración del eje de la Tierra o con ambas cosas? Pachakuti es la transformación del universo. Son eras. Nosotros no tenemos nada en qué creer, sino que con relación al cosmos tenemos muy claro lo que existe. Ellos habían calculado que cada cierto tiempo habría una transformación del universo, la cual estamos pasando. Los que dieron mayor información fueron los mayas. Ya se está transitando el pachakuteq en ascenso porque concluyó el pachakuteq en descenso. Los pachakuti son cada 500 años. La llegada de Europa a América coincide justo con el pachakuteq en descenso y hasta hoy se produce el impacto que todos conocemos para las comunidades originarias. Ahora, estamos en un pachakuti en ascenso, que habría comenzado en 1992, difundiendo finalmente el concepto de la cosmovisión andina sin intermediarios, sin pensamiento grecolatino.

8. ¿Qué rol cumplen las plantas sagradas en la cosmovisión andina? No son para estos tiempos. La planta sagrada es sagrada. Lo que se está tratando de hacer en este momento es una difusión de cura para las adicciones, como la droga, el alcohol y el tabaco. Se usa en una forma terapéutica con intención de resolver una patología muy profunda, pero, cuando se emplea para atender patologías medianas o por simple curiosidad, se distorsiona. El flagelo de las adicciones ya es muy grande, y la cosmovisión y la cultura andinas tienen mucho para dar. Mi postura es que la

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gente no está preparada en este momento. No es la población de la época del incario, no es la población de las comunidades de la Amazonia. Es importante que no se manche nuestra cultura, que es vastísima. Mucha gente la está considerando solo por ese lado, de consumo ligero: en lugar de ingerir una planta sagrada, propongo que estudien idiomas como el quechua, que conozcan la historia, que hablen con las personas. De esa manera sí vamos a tener un camino claro. A la gente le gusta tener todo fácil. Pero nuestra población no está preparada para las plantas sagradas.

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ENTREVISTA AL TAYTA CARMELO SARDINAS ULLPU El Tayta Carmelo Sardinas Ullpu es un amauta. Boliviano de nacimiento, está radicado en Buenos Aires, Argentina. Es miembro del consejo de mallkus de los pueblos quechuas de Potosí, Chuquisaca, Oruro y Cochabamba. Es miembro del Consejo de Ayllus Originarios de Potosí, profesor de la lengua y cultura quechua del Centro Universitario de Idiomas de la Universidad de Buenos Aires; de la Universidad Nacional de San Martín; y de la Universidad Nacional de La Matanza. Además, es miembro de la Academia Mayor de Qosqo (Perú) y vicepresidente de la Academia Regional de Potosí (Bolivia). Hoy recorre Argentina difundiendo la cultura y acompaña la liberación de cóndores en las zonas donde se hallan extintos.

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1. ¿Es aplicable la espiritualidad andina a la cotidianeidad de un hombre que vive en la ciudad? ¿De qué manera? Nosotros, siendo originarios, vivimos en la ciudad. Desde que salimos de nuestra casa honramos al espíritu protector del lugar, al espíritu de nuestros abuelos que nos guía durante el día. Y, a la tarde, agradecemos su compañía y protección. El hombre andino no está desvinculado de la naturaleza. Si llueve, pedimos no mojarnos y no enfermarnos. Cuando nosotros enseñamos a la gente de la ciudad estas prácticas, estas pequeñas formas de entendimiento, las practican y nos cuentan que ven los resultados. También nos consultan acerca de sus problemas y pedimos con la hoja de coca, con el kintu en la mano. Siempre nos agradecen. Demostramos que esto no magia ni milagro. Es el contacto que el hombre y la mujer andinos tienen con la naturaleza. Aun estando en la ciudad se practica; siempre tenemos gente de la ciudad y hermanos entremezclados, no hay diferencia para nosotros. Desde el momento en que nacen aquí en esta tierra, las madres dejan su placenta en ella. Están arraigados a la tierra donde nacieron. Todo lo que tenemos nosotros es para compartir; si hay respeto, no hacemos diferencia de color y de sexo, siempre en dualidad, en complementariedad y conviviendo en la gran ciudad.

2. ¿Cómo ve el andino al hombre occidental? Hay gente honesta, respetuosa, que reconoce a los humildes como otros seres humanos. Pero también hay racistas, gente interesada. Muchos dicen que nos oponemos a la tecnología y

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al progreso, pero no es así. Nos interesa el progreso pero sin contaminar la tierra, el aire o el agua, y eso no lo entienden. Valoramos a los que están actuando en el tema transgénicos, con las megamineras. Hay gente estudiosa y capaz, con la que nos juntamos para una unión de fuerzas en el cuidado del planeta Tierra. Hemos llegado al presente por caminos separados. La cultura occidental es individualista y egocéntrica; tiene sus raíces en la cultura grecorromana, que ha vivido de guerra en guerra, y no ha podido lograr una convivencia en armonía. Hay mucho sufrimiento en las grandes ciudades, mucho estrés. Por diversas cuestiones, mucha gente va a buscar soluciones a otros continentes. Los pueblos andinos, en cambio, hasta la llegada de los españoles, eran pueblos pacíficos, muy espirituales, acostumbrados a compartir sin problemas raciales, buscando la unidad en la diversidad. Ahora, después de 523 años, la cultura está renaciendo. Se ha perdido mucho, pero la estamos recuperando, y eso nos da la posibilidad de entender a la gente que llega a nosotros con una necesidad espiritual.

3. ¿Cómo fue el inicio de todo, el primer principio, para la cosmovisión andina? Nosotros consideramos el principio como el momento en que parece haber habido una explosión inicial en la que se esparció todo. Quizás ese espacio vacío se fue llenando con partículas, que fueron formando los planetas, los astros y todo lo que es el espacio cósmico, el janan pacha, el más allá. En ese vacío hoy hay seres superiores. Nuestros abuelos j’amautas les dieron nombres en runa simi, en lengua quechua, a todos los planetas

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y astros. Si tomamos la chakana, en su parte central, justamente en la gran diagonal, nace el centro del mundo andino, Tiwanaku, que es anterior a la cultura que conocemos como Tawantinsuyu. Tiwanaku justamente es un templo planetario. Para nuestra cosmovisión, existe la dualidad complementaria y por eso conocemos acerca de todo lo que existe, si es femenino o masculino. También es importante saber cómo es la rotación de la Tierra en la parte del hemisferio en que nos encontramos, si es centrífuga o centrípeta. Nosotros estamos en la parte sur del planeta, la Pachamama gira en el sentido contrario a las agujas del reloj. El norte gira en el sentido de las agujas del reloj, occidental y europeo. Para buscar el equilibrio aquí en el sur debemos hacer coincidir el sentido del giro de la Tierra con las agujas del reloj. En nuestros bailes y charlas en círculo, comenzamos en sentido contrario al reloj europeo. Por eso, al reloj del Congreso del Estado Plurinacional, en Bolivia, le cambiaron la dirección del movimiento de las agujas, para hacerlo coincidir con el sentido de giro de la Tierra, como en el reloj que estoy usando ahora en mi muñeca.

4. Carmelo, usted es profesor de runa simi, de lengua quechua, en la Universidad de Buenos Aires. ¿Quiénes se acercan a estudiar el idioma y por qué? Hace trece años que enseño el runa simi y la cantidad de alumnos ha ido aumentando. No es solo enseñar: nosotros también aprendemos de ellos, es recíproco. Tengo estudiantes en la Universidad Nacional de La Matanza, en la Universidad Nacional de San Martín, en la Universidad de Buenos Aires, en el Centro Universitario de Idiomas de esta última. Se inscriben profesionales, originarios e hijos de originarios de Argentina, de Perú y de Bolivia.

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Muchos de los que se inscriben se vinculan por la cultura. Los que tienen arraigo están por la reestructuración del idioma. Otros, muchos intelectuales y profesionales, llegan atraídos por la cultura, por la organización política y social del Estado Plurinacional de Bolivia. Y también hay quienes se acercan por curiosidad, para aprender algo nuevo. Pero al finalizar el primer cuatrimestre, se dan cuenta de que esto va más allá, que no es solamente enseñar el idioma. Es transmitir la cosmovisión, la cultura, las fiestas, las tradiciones, el calendario, la alimentación, la medicina, la simbología. A medida que estudian la lengua, se dan cuenta de que hay mucho más. Siempre decimos: la sabiduría de los pueblos originarios no es solo para nosotros, es para compartir, aunque no sean de nuestra cultura. La única condición que pedimos es el respeto.

5. ¿Estudiar runa simi ha tenido una influencia en la vida personal de sus alumnos? ¿Participan de encuentros y celebraciones andinas? Muchos estudiantes del runa simi viajan a las comunidades, a Bolivia por ejemplo, a verificar si realmente es todo como se cuenta. Después vienen con la cabeza “dada vuelta”. Dicen: “Yo pude hablar, me pude comunicar”. Vuelven con otra forma de pensar. Realmente quedan impactados, empiezan a hacer un contacto más profundo con la cultura y perciben que van alcanzando una mayor armonía espiritual. Ver cómo funcionan nuestras comunidades los ayuda a fortalecer el propio vínculo familiar y su entorno. Encuentran respuestas y la posibilidad de poner en práctica lo que les enseñamos. Todos los que aprenden la lengua forman un nuevo grupo de

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la cultura andina. Ellos nos apoyan y son los que hacen las prácticas en todas nuestras ceremonias. El 2 y el 3 de mayo de 2015, en el congreso de j’amautas, encontramos que dos estudiantes se pagaron sus pasajes para ir a ver cómo se desarrollaba el consejo. Al regreso, comentaron el impacto que tuvieron. Quedaron sorprendidos por todo lo que vivenciaron. Me dijeron: “Ahora somos parte de la cultura andina”. Además, seguimos con el programa de reinserción del cóndor en toda Argentina. En La Rioja, San Juan, Mendoza, Salta, Jujuy, Catamarca y Río Negro. Los estudiantes están presentes. Cada vez que hacemos la liberación en Pailemán, Río Negro, se liberan 161 cóndores; son una bandada. Al principio, solo participaba el lonko mapuche, Manuel Cayú, los estudiantes del runa simi y nosotros. Éramos entre 28 y 30 personas, nada más. Ahora, somos entre 800 y 1200. No solo participa toda la comunidad, sino que vienen personas de diferentes lugares del país y del mundo a ver la liberación. Hemos comprobado que el cóndor en sí mismo es una respuesta de la espiritualidad. Ha traído armonía a las comunidades y un cambio en la mirada hacia él, ya que es un ave sagrada, a la que equivocadamente se creía dañina, y que tiene un rol ecológico muy importante.

6. ¿Qué puntos de contacto encuentra entre ciencia y espiritualidad? La espiritualidad es el conocimiento de nuestros valores sagrados, de las creencias del hombre y la mujer de los Andes. Nosotros teníamos una forma de escritura, los khipus. Cada

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nudo significa un cero, cada línea significa un uno. Los khipus fueron quemados durante cuatro días y medio por los españoles, porque era nuestra escritura. Decían que no sabíamos ni leer ni escribir, que éramos ignorantes. Desde la ciencia ha habido muchas demostraciones de un pensamiento científico presente en toda la cultura. Se ve en las construcciones, en los terraplenes, en los acueductos. La ciencia también se aplicó en la mejora genética de alimentos y en la construcción de ciudades con piedras de 380 o 500 toneladas. El arquitecto aymara Carlos Milla Villena descubrió en la chakana la cuadratura del círculo y la misma matemática y geometría están aplicadas en la wiphala. La ciencia está expresada en toda nuestra cultura: no está escrita en papeles, no está separada de la espiritualidad. Está allí para ser vista por todos.

7. ¿Qué significa el Qhapaq Ñan, la Ruta de Wiraqocha, para los andinos? ¿Quiénes y para qué viajaban por esa extensa red de caminos? El origen del Qhapaq Ñan hay que encontrarlo en los ancestros tiwanakotas. Los historiadores occidentales lo narran como un mito, pero para nosotros es parte de nuestra tradición oral. Después del diluvio, los tiwanakotas que sobreviven deciden irse a buscar nuevas tierras. Los hermanos Ayar, hermanos en sabiduría, y sus esposas, viajan hacia los cuatro puntos cardinales y crean las cuatro naciones de Tawantinsuyu. Con el tiempo, esos descendientes son los incas, y crean cuatro lenguas: uruchipaya, poquena, aymara y quechua. Luego se unen para crear el Tawantinsuyu y fundan Qosqo [Cusco, Perú].

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Ese el origen del Inka. Inka nace de Inti, que es ‘Sol’, y kay, el verbo ‘ser’. Inti kay es ‘ser como el Sol’, ejemplar, generador de energía. Apocopada, la palabra queda Inka, ‘los Hijos del Sol’, que heredan de los ancestros tiwanakotas la veneración al astro. Desde el comienzo existió esa concepción de unidad en la diversidad, y esas rutas fueron las que, de algún modo, iniciaron el Qhapaq Ñan. Cuando hablamos de qhapaq, hablamos de sabios, no de ricos en dinero: ricos en sabiduría. Todos los qhapaq eran templos de sabiduría. Estos hombres se rigieron por la chakana, sacaron las medidas del espacio, desde Tiwanaku, Bolivia, que no es solamente un lugar sagrado: en aquel momento fue un templo planetario. Los tiwanakotas fueron los que buscaron la unidad en la diversidad. Desde el inkario, con el tiempo, se logró unir desde el sur de Colombia hasta el río Maule y Bío-Bío, de Chile, desde al Pacífico al Atlántico. Para entender el Qhapaq Ñan, primero hay que saber que Wiraqocha no fue un conquistador, como se lo describe en las crónicas españolas. Cuando llegaba a cada pueblo, preparaba hombres sabios para que fueran los primeros mensajeros. Los chaskis eran los mensajeros, no solo de la época del incario, sino desde los tiwanakotas. Por eso, en la Puerta del Sol está plasmado un hombre caminando con el bastón: ese es el chaski. Los tiwanakotas fueron los que bajaron hasta Tierra del Fuego y volvieron a Tiwanaku. Ellos son los que unen la cadena de la humanidad. Por eso hay pintadas de la chakana en Río Negro, en Chubut; hasta incluso más al sur hay vestigios que quedaron de aquella época. Las rutas estaban comunicadas entre pueblos para que se pudiera llegar hasta allí.

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Los chaskis usaban los khipus para llevar mensajes de un lugar a otro. Los khipus contenían información que los sabios bajaban desde el espacio. Cada color de khipu representaba un área distinta de conocimiento. Lo vegetal, lo mineral, lo animal y las cuestiones referidas al humano, cada una de ellas con un color que la identificaba. Por eso, también la chakana es bajada del espacio. De allí es como se pudo hacer la línea recta del Qhapaq Ñan. Los sabios tenían conocimientos del espacio; de allí las grandes dimensiones de las líneas de Nazca, que se pueden ver solo desde gran altura. El Inka quedaba tendido durante tres días, se conectaba con el janan pacha para poder ver desde una posición elevada y hacer el diseño, marcando los puntos donde se iban a conectar ciudades. También, los que viajaban con sus familias eran los mitimaes, sabios con siete profesiones enviados para capacitar con sus conocimientos durante un año al poblado o ciudad adonde iban. A modo de intercambio, al pueblo de origen de estos sabios eran enviados otros mitimaes a educar y enseñar nuevas habilidades y saberes. Estos caminos además se usaban para combinar tecnología, organizar tareas, entregar medicina entre las distintas comunidades. Este intercambio es conocido como la mit’a. Después de 500 años de silencio, es tiempo de dar a conocer, de descolonizar; nosotros pedimos la palabra. Ya hablaron demasiado de nosotros los demás. Los originarios ahora han investigado sobre sus orígenes; ahora hablamos con propiedad porque tenemos, desde la transmisión oral, una herencia cultural de nuestros abuelos que fue guardada durante años. Ellos siguen siendo la “biblioteca” y continúan siendo los que conservan la sabiduría.

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8. ¿Qué importancia tienen los alimentos dentro la cosmovisión andina? ¿Qué sugerencias le puede hacer a un hombre de ciudad para una alimentación consciente? La alimentación para nosotros es la prevención de la enfermedad, en la medida en que incorporamos a nuestro cuerpo propiedades, calcio, hierro, potasio, todo lo que beneficia al organismo para mantenernos sanos. Por eso, los abuelos andinos, los incas, supieron que había que cuidar los alimentos. Se esmeraron en elegir los apropiados e, inclusive, en mejorarlos genéticamente. Fueron mejorados el kurmi, la kiwicha, el amaranto, la quinua, la maca, y también los auquénidos, llamas y alpacas, llevando su carne a 0% de colesterol. La vaca, la harina blanca, la uva, con la que se hacen bebidas alcohólicas, no son buenas para el organismo. Por otra parte, los embutidos y los productos envasados tienen componentes químicos que hacen daño a la salud. Los ancianos en nuestra comunidad están saludables. Tengo un tío que tiene 73 años y ve mejor que yo… Mi bisabuela fue longeva, murió a los 116 años… Es importante la educación dentro de la alimentación, conocer cómo es el cultivo de la tierra, saber sembrar una semilla, conocer cuándo nace una planta, cómo se desarrolla, cómo es el proceso del cuidado hasta la cosecha. Una vez mi abuela, cuando era chico, me dijo: “Esto lo vas a sembrar y me lo vas a traer para yo te prepare la comida”. Me acuerdo cuando coseché los choclos de ese maíz: fui cargado a verla y después ella preparó las humitas chiquitas, para compartirlas con la familia. Y les dijo a todos: “Esto cosechó Carmelo”. Qué orgullo sentí; tenía 7 años. Eso me enseñó a valorar todo el proceso de la alimentación. Cuando el ser humano aprende a reconocer

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que la semilla y la planta son también seres, se alimenta con conciencia. Mi sugerencia para el hombre que vive en la ciudad es que, en una terraza o aunque sea en una maceta, plante tomates, por ejemplo, que son muy fáciles de cosechar. También hierbas, como el orégano, el perejil, los condimentos que usamos. Se puede germinar una planta de habas, una de arvejas, sacer un puñado y cocinarlo, algo natural. Es darnos cuenta de todo el proceso hasta que se transforma en la comida que ingerimos. Ese solo acto ya es importante.

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Índice

PRÓLOGO

5

INTRODUCCIÓN

7

PARTE I Concepción del mundo y del cosmos

11

CAPÍTULO I

15

Fundamentos generales

15

Medición de las eras. Los soles y los pachakuti o pachakuteq: ciclos cósmicos.

19

Entidades tutelares

21

Dimensiones o realidades. Janan pacha, kay pacha, ukhu pacha: planos de representación del cosmos.

27

Síntesis simbólica: la chakana, integradora del mundo andino

29

CAPÍTULO 2

33

Cultura y tradiciones de la comunidad andina

33

Espiritualidad andina

46

131

132

PARTE II La manifestación de lo invisible

59

Qhapaq Ñan: la Ruta de Wiraqocha. El camino de los “Hijos del Sol”

62

Centros arqueológicos andinos: ciudades y templos en Bolivia y Perú

67

Final del recorrido

86

PARTE III Puntos de contacto con teorías de la ciencia

89

Cambios en el paradigma científico

91

Principios andinos con sustento en las nuevas teorías científicas

93

Cosmología de los Andes y los aportes teóricos de la ciencia

95

Enlazar al Sol andino

104

Un nuevo ser humano

104

PARTE IV La sabiduría andina, desde dentro. Aquí y ahora.

107

Entrevista a Katia Gibaja

110

Entrevista al Tayta Carmelo Sardinas Ullpu

119

2

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