Inicio de La Era Espacial

April 3, 2017 | Author: elhumayino | Category: N/A
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Desde hace muchos siglos, el hombre ha contemplado la posibilidad de salir de la Tierra y volar hacia el espacio exterior. Recuérdese, por ejemplo, la leyenda mitológica de Ícaro; el imaginario viaje a la Luna, relatado por Luciano de Somasata (año II a de C.) y considerado como una posibilidad real por Kepler 1.500 años después; la obra El hombre en la Luna del británico William Goodwin, en el que el personaje Domingo Gonzalez vuela sobre nuestro satélite con un carro tirado por medio de un cohete: Julio Verne en su famosa novela De la Tierra a la Luna; y finalmente H.G.Wells con Los primeros hombres sobre la Luna. Ya en un terreno estrictamente científico, destaca el ruso K.E. Tsiolkouski, el padre de la astronáutica, con sus trabajos sobre la teoría del impulso de los cohetes de varias etapas, las estaciones interplanetarias, las comunicaciones con el espacio exterior y la adaptabilidad de la vida humana en el espacio. Más completa y estructurada es la versión del citado Esnault Pelterie, que trabajó especialmente en la aplicación de cohetes para la exploración atmosféricas y los viajes interplanetarios (Astronáutica, obra publicada en 1930), y que enunció el principio de la navegación inercial. Entre 1910 y 1945, en Alemania funcionaron asociaciones dedicadas a la astronáutica y desde 1933 el estado financió investigaciones sobre combustibles especiales, que el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y su conclusión adversa para los alemanes cortó drásticamente. Sin embargo, tras la contienda, y sobre

todo a partir de la década de 1950, EE.UU y la URSS dedicaron progresivamente más esfuerzos y presupuestos a lo que se denomina hoy la "carrera espacial". En los años de 1960 la astronáutica cobró una gran espectacularidad con la sucesión de viajes al cosmos. La crisis económica iniciada en 1973 garantizó el proceso, sin que por ello se abandonaran los viajes al cosmos y la consecución de importantes logros en este campo. El hombre está obligado, incluso por razones de subsistencia, a buscar nuevas sedes que habitar fuera de la Tierra.

ÁMBITO Y OBJETO DE LA ASTRONÁUTICA Desde un punto de vista conceptual teórico y en una conexión con las cuestiones técnicas y prácticas, los problemas propios de la astronáutica pueden agruparse en torno a los siguientes puntos: 1) propulsión, incluida la química de los propulsantes y la investigación de los nuevos procedimientos de propulsión; 2) mecánica del vuelo, es decir, estudio de las trayectorias más convenientes para alcanzar los objetivos establesidos; 3) conducción, o sea, medios para situar y mantener el vehículo espacial en órbita prevista; y 4) fisiología, es decir, estudios relativos a los efectos fisiológicos que experimenta el hombre en el interior de las astronaves, a partir de los cuales se ha desarrollado la llamada medicina espacial. Algunos de los cuales de esta rama de la medicina son: estudio de la resistencia a las aceleraciones: creación y mantenimiento de ambientes adecuados que sean respirables y que posean la temperatura conveniente; satisfacción de las necesidades vitales, como alimentación y eliminación de desechos; habotuación a la falta de gravedad (gravedad cero); efecto de la radiación cósmica sobre el organismo; modificaciones y trastornos psíquicos debidos a los vuelos prolongados.

ASTRONAVES En cuanto al concepto genérico de astronave, puede definirse como todo vehículo destinado a la realización de vuelos interplanetarios o, en un sentido más amplio, extraterrestres. Pare las astronaves tripuladas tiende a imponerse la denominación de cápsula espacial. El proyecto, el cálculo de la órbita y el lanzamiento,, conducción y regreso de las astronaves requiere la resolución de multitud de complejísimos problemas técnicos y científicos, lo cual ha repercutido en un progreso extraordinario de otras tecnologías, como la de los propulsores, la electrónica, la informática, la de fabricación de nuevos materiales, más sofisticados que permiten muchos más logros espaciales.

WERNHER VON BRAUN, EL PADRE DE LA ERA ESPACIAL Wernher Magnus Maximilian von Braun fue el ingeniero alemán responsable del desarrollo de los cohetes de propelente líquido en Alemania y en Estados Unidos. Durante la Segunda Guerra Mundial, se encargó del diseño y la producción de cohetes para el ejército alemán, concretamente de las bombas V2, un arma de destrucción masiva. Tras la guerra, Von Braun y su equipo se rindieron al

ejército de EE.UU. huyendo de esta manera del nazismo y más tarde se unieron a la NASA, donde dirigieron el lanzamiento del primer satélite de EE.UU. y del cohete Saturno V, que utilizó para lanzar las misiones lunares Apolo. La investigación sobre vuelos espaciales y sus técnicas experimentales para el lanzamiento de cohetes, surgió de los trabajos desarrollados a partir de 1934, que contribuyó al descubrimiento de la tecnología nuclear Werner Von Braun nació en 1912 y falleció en 1977, pero sin dudas sus aportes a la ciencia dieron como resultado la conquista del espacio. MENU ASTRONAUTICA Inicio de la Era Espacial Agencia Espacial Europea Destino: MARTE Centros Espaciales (Estados Uni dos) Satélites Artificiales Colonias Espaciales Observatorios en el Espacio Sistema de Posicionamiento Global (GPS) El Telescopio Espacial Hubble Puesta en órbita de un cohete El Transbordador Espacial Vehículos Espaciales Argentina en el Espacio - Conae Tipos de cohetes Técnicas Astronáuticas El motor del cohete Misiones Apolo Potencia de un cohete Conquista del Espacio Cohetes reutilizables Polígonos de lanzamiento La tragedia del Challenger La "mochila" del astronauta Estaciones Espaciales MENU ASTRONAUTICA

LOS MISTERIOS DEL PLANETA ROJO Los misterios del Planeta Rojo http://www.Scifi.com/sightings Al planeta rojo nunca le gustaron los extraños, y después de hacércelo notar a los rusos con el fracaso de numerosas misiones en la década de 1960 y 1970, resolvió ahora advertírselo también a los norteamericanos, con quienes había sido más amable. La costosa y sofisticada sonda Mars Observer que debía empezar una larga maniobra para entrar en su lejana órbita marciana, quedó completamente muda cuando estaba ä sólo cien metros de la línea de llegada", como dijo el dolido Glenn Cunningham, jefe del proyecto. Quien agregó que "una sonda muda es una sonda inútil". El silencio absoluto, única respuesta que aparece en los monitores del Jet Propultion Laboratory, en California, no solo hace que los miembros de la NASA lamenten la pérdida de los 980 millones de dólares que costaron el diseño, el equipamiento y el lanzamiento de la nave . Además, y es lo que más preocupa, ven seriamente amenazadas las perspectivas del ambicioso proyecto internacional de colonizar Marte durante el próximo siglo. Y, quizás, la disolución de la misma NASA. El fracaso de la misión dejará en la oscuridad cientos de interrogantes, a los que iba a responder el satélite durante su prolongada órbita de un año marciano, equivalente a 687 días terrestres. Eran preguntas especialmente referidas a la

temperatura del planeta rojo y a la ausencia actual de agua excepto en los polos, aunque se cree que en otras épocas el líquido abundó tanto como en la Tierra. Pero la Mars Observer también iba a contestar una pregunta inquietante: ¿existe sobre la superficie de Marte la célebre cara fotografiada por las Viking en 1976 o es una mera ilusión óptica, como sostuvo y sostiene la NASA ? Desde que Tobias Owen, un especialista en análisis de imágenes, descubrió la foto clasificada con el número 35A72 -donde aparecía la cara o esfinge- hasta hoy, la interpretación de las tomas de la Viking 2 alimentó un debate interminable entre la NASA y los miembros del grupo Independent Mars Investigation. Comandados por Richard Hoagland, éstos sostienen que las "construcciones" de la región de Cydonia fueron levantadas por una civilización extramarciana. Una vez más, la historia se repite. En 1989, la última misión rusa -la nave Fobos 2 dejó de transmitir cuando acababa de colocarse en órbita marciana y su termógrafo había enviado algunas imágenes con características poco usuales. Eran franjas alargadas que no respondían a las formas habituales de representación de la temperatura de un planeta. Tan raras eran esas formas que no faltó quien quiso interpretarlas como interferencias producidas por alguna fuerza inteligente, mientras otros aludieron a la presencia de objetos voladores no identificados alrededor de la nave rusa. Esta vez, para desesperación de una NASA con una larga serie de misiones falladas y crecientes amenazas legislativas de cortes en su presupuesto, Mars Observer dejó sonar y sonar la campanilla del teléfono sin levantar el tubo. Ello ocurrió en el preciso momento en que sus cohetes auxiliares debían ser encendidos para colocar la nave en órbita planetaria. Un procedimiento que iba a ser realizado con una serie de maniobras que durarían hasta el 28 de octubre. Paso a paso, la órbita elíptica inicial que debía durar un día marciano iba a ser reducida a un recorrido casi circular y así podría cumplir una circunvolución del planeta, por sobre sus polos, en sólo dos horas marcianas (es decir, 24 horas con 37 minutos terrestres). Cinco días más tarde, la que no sonó fue la campanilla de los teléfonos del Jet Propultion Laboratory. Según lo previsto, un sistema a bordo de la Mars Observer debía llamar a la Tierra si la nave no recibía noticias de casa durante ese lapso. La decepción fue inmensa y se confirmó lo peor: la Mars Observer había sido absorbida sin remedio por el espacio infinito. La imagen de la izquierda muestra la "cara de Marte" fotografiada por la sonda VIKING en 1976. La de la derecha muestra la cara de Marte fotografiada por la misión MARS POLAR SURVEYOR en el mes de abril de 1998, desde el mismo ángulo pero con la fuente de iluminación (el Sol) en otra posición. La imagen de la derecha es la única difundida oficialmente por la NASA desde la época de las VIKING. Y con gran esfuerzo se la procesó, ya que solamente era una borrosa mancha en una estrecha franja gris.

¿Qué ocurrió en realidad? La cara es tal, o la naturaleza del planeta rojo jugó con nuestra imaginación. A la fecha ya suman 18 las misiones que fracasaron de una u otra manera en el intento por mostrar los misteriosos rasgos del planeta rojo. La imaginación humana no se limita a construir fantásticas hipótesis sobre oscuros peligros del más allá. Los miembros de Independent Mars Investigation, que al saber de la pérdida de contacto con la sonda formaron piquetas en las afueras del JPL, en Pasadena, proclamaron que se trataba de una confabulación urdida por un "grupo clandestino de la NASA". ¿Con qué fin ese presunto grupo haría fracasar una misión tan importante? "Quieren impedir que se revele de una vez por todas la existencia de monumentos en Marte - dice exaltado Hoagland -. Las construcciones de Cydonia fotografiadas por las Viking iban a ser mostradas en toda su realidad por la Mars Observer. Y esto era intolerable para quienes niegan la evidencia desde hace más de 25 años. Por eso hicieron que los sistemas de comunicaciones de la sonda quedaran anulados para siempre. Para Hoagland no hay dudas: "En Marte existen múltiples e indiscutibles evidencias de una civilización. Las formaciones que se ven en las fotos de las Viking son obras construidas por seres inteligentes llegados desde los confines del Sistema Solar". La "ciudad" visible en las fotos de Cydonia estaría formada por varias pirámides, otras estructuras semejantes a edificios y la "cara", todas ellas con apariencia de haber sido construidas y no ser meros resultados de las fuerzas naturales que modelan la superficie de un planeta. Pero, además de estas extraordinarias y enigmáticas "edificaciones", Hoagland sostiene en su libro Los monumentos de Marteque las imágenes que proporcionadas en 1965 por la sonda Mariner 4 demostrarían que en Marte existen realmente los míticos "canales". Estos fueron descriptos originalmente por Giovanni Schiaparelli en 1877 como accidentes geográficos naturales y más tarde Percival Lowell los interpretó como obras de ingeniería, aportando un nuevo argumento a la leyenda de una civilización marciana. Pero después, como consecuencia de las evidencias proporcionadas por las sondas que rastrearon la superficie del planeta, los célebres canales fueron descartados definitivamente por los astrónomos. Estudios realizados por expertos en procesamiento de imágenes como el ingeniero Mark Carlotto han aportado nuevos puntos de vista a quienes hoy reviven la leyenda de una antiquísima civilización en Marte. Según Carlotto, la llegada de la Mars Observer a su destino iba a significar una comprobación definitiva de sus análisis - que incluyeron la interpretación de la "cara" como un objeto "no fractal" y, por lo tanto, artificial o no natural -. En su libro Los enigmas marcianos, decía con espectativa que "la Mars Observer va a llevar una cámara de alta resolución capaz de tomar con gran nitidez objetos no mayores de un metro. Si Mars Observer revela que las estructuras de Cydonia no son geológicas sino artificiales, el próximo paso será encontrar otras formas similares". Y a continuación, Carlotto pasa revista a una serie de formas detectadas en fotografías de otras zonas: la "carretera", la "pirámide del cráter" y el "complejo radial", tan misteriosos como los monumentos de Cydonia. Mientras tanto la NASA sigue sus misiones fallidas. Oficialmente, el organismo afirmó que "la presunta cara no es otra cosa que una formación rocosa creada por las fuerzas naturales, aunque un ángulo determinado de luz hace que se la vea como un rostro. Pero para nosotros sigue siendo válida la explicación que dio el astrónomo Gerald Soffen en 1976, la de que era una jugarreta de la luz solar".

Soffen aseguró en aquella oportunidad que un poco más tarde, cuando se sacó otra foto, "la luz había cambiado y ya no se veía más la cara". Pero en la NASA no están preocupados por los monumentos de Marte sino por cuestiones mucho más terrenales. Según la revista NEWSWEEK, el fracaso de la Mars Observer podría tener consecuencias tan agudas como poner en peligro la supervivencia del organismo espacial norteamericano. Desde hace tiempo, la seguidilla de fracasos y problemas -la catástrofe del Challenger, la "ceguera momentánea" del Telescopio Hubble, la pérdida de un satélites para estudios ambientales y el disminuido rendimiento de la sonda Galileo, cuya antena se trabó y no pudo ser desplegada para transmitir cuando sólo se había cumplido parte de la misión alrededor de Júpiter- fueron dibujando una imagen decepcionante de la NASA. Daniel Goldin, director de la NASA, propuso de inmediato reemplazar la fracasada misión de la Mars Observer con una flotilla de satélites, descartados por el Pentágono cuando se desmanteló el proyecto de la Guerra de las Galaxias de Ronald Reagan. Esos satélites, definidos por Goldin como "más chicos, más versátiles y más baratos", podrían acortar notablemente - de 20 a dos años- el tiempo entre la creación del artefacto y su envío al planeta rojo. Al mismo tiempo, una comisión de expertos en astronomía y tecnología espacial ajenos a la NASA fueron reunidos por ésta para analizar hasta sus más ínfimos detalles todo el proyecto y buscar las causas del fracaso de una misión en la cual la entidad había puesto todas las esperanzas. Se trataba de revertir ante la opinión pública su deteriorada imagen. Los hombres de la antigüedad vieron en las rojizas tonalidades de nuestro vecino espacial una terrible alusión a la sangre vertida en los campos de batalla y así fue que lo bautizaron con el nombre del dios de la guerra. El destino había decidido que la imaginación de los hombres iba a atribuirle desde entonces un papel amenazante. Marte iba a ser el punto de partida de fantásticas invasiones, el provocador máximo en la guerra de los mundos, el sirio inaccesible, pleno de secretos y misterios ocultos tras el velo sangriento, dispuesto a aniquilar a todo aquel que se atreviera a hollar su suelo. Hasta ahora, la fantasía y la realidad parecen estar fuertemente entrelazadas. Marte no quiere revelar sus secretos.

QUÉ ENCONTRARON LAS VIKING En 1976, las naves norteamericanas Viking aportaron suficientes datos para establecer que en Marte no había vida, aunque diversos experimentos permitieron comprobar que en el suelo marcianos existían condiciones químicas que la harían posible. Asimismo, las Viking descubrieron que en Marte había agua, aunque sólo concentrada en reducidos casquetes de hielo polares. Pero, más allá de las certezas científicas, algunas de las fotos obtenidas de la superficie del planeta rojo mostraron unas misteriosas figuras. La "cara", las "pirámides" y otras formas, que no parecen ser naturales, despertaron una polémica que aún continúa. Las esperanzas de que la Mars Observer ayudaría a dilucidar el enigma se esfumaron junto con la sonda. IMÁGENES DE LA SUPERFICIE DE MARTE TOMADAS POR LAS VIKING

El brazo retractil del la Viking

Parte de la base de asentamiento de la Viking

Superficie golpeada por meteoritos

ÚLTIMAS NOTICIAS DE LA MARS POLAR LANDER (Antes de saber que se había destruido) "Nuestros planes son probar otra vez el jueves a la tarde" dijeron los científicos de la NASA cuando observaron que no podrían establecer contacto con la nave espacial. Se utilizó la antena de 46 metros de la Universidad de Stanford tratando de estblecer contacto con la antena d UHF de la nave. El miércoles los ingenieros iban a ordenar a la nave usar su antena de medio alcance para que recorra todo el cielo, apuntando en cualquier dirección posible, en un intento desesperado para ser escuchados aquí en la Tierra. Además, ahora los ingenieros están considerando enviar la Mars Global Surveyor a orbitar justo arriba de donde se suponía que aterrizaría la nave, para tomar fotografías intentando encontrarla. "Tenemos que admitir que hay cosas equivocadas en nuestro programa de construir naves y sondas más baratas, mejores y más pequeñas. Yo no creo que volvamos a esa época en la que gastábamos 1.000 millones de dólares en cada misión. Pero hay que plantearse si en este momento hemos pedido a nuestros empleados demasiadas cosas con muy pocos medios", declaró Carl Pilcher, el director del programa de Exploración Solar de la agencia. Durante los 70' y 80', el Jet Propulsion Laboratory (JPL) supervisaba una o dos misiones por década. Ahora, sus empleados trabajan con unas 15 misiones espaciales más pequeñas y más baratas, pero con objetivos gigantescos y, para muchos expertos, imposibles de realizar con éxito sin los medios económicos y técnicos suficientes. Al amparo del programa de naves y sondas "más baratas, más rápidas y mejores", la NASA ha diseñado 16 misiones desde 1992. De ellas, cinco han fracasado, una fue suspendida debido a que superó el dinero presupuestado y 10 están volando con algunos contratiempos de retrasos y problema habituales en todos los viajes espaciales.

Después de la Tierra, Marte es el planeta que ofrece un clima adecuado para el futuro asentamiento humano. MARS POLAR LANDER: Otra misión fallida de la NASA

Arriba. Itinerario de la misión Derecha. Sonda equipada para la exploración. Lanzamiento: Lanzado desde la estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral el 3 de enero de 1999 Vehículo de lanzamiento: Boeing Delta II 7425 Tamaño de la nave: 1,06 metros de alto por 3,6 metros de ancho Cronograma temporal 3 de enero de 1999: lanzamiento. 3 de diciembre de 1999: aterrizaje en Marte. 1 de marzo de 2000: fin de la misión principal.

Peso de la nave Total: 576 Kg. Lander: 290 Kg. Propelente: 64 Kg. Fase de crucero: 82 Kg. Aeroshell y escudo contra el calor: 140 Kg. Instrumentos Científicos: Microsondas "Deep Space 2" Volátiles e historia Climática de Marte: consiste en una cámara de superficie, un brazo robótico, un equipo meteorológico y un analizador de gases y temperaturas. Una cámara para el descenso, un micrófono y detector de luz. La potencia de la nave la brindan los paneles solares de 200 w que funcionan en Marte. Costo del Proyecto 327,9 millones de dólares para los dos orbitadores y el lander (no incluye el Deep Space 2) 193 millones para la construcción de la nave 91,7 millones de dólares para el lanzamiento y 42,8 millones de dólares para las operaciones de la misión. Un CD-ROM está incluido en la nave con más de 932.000 nombres de personas que a través de Internet han ingresado sus datos personales.

Fotografía de alta resolución del ROVER de la misión Pathfinder. Para regresar, hace clic en el botón ATRAS de tu navegador.

SATELITES ARTIFICIALES

LOS SATÉLITES ARTIFICIALES Un satélite artificial es cualquier vehículo destinado a girar en torno a un planeta, especialmente la Tierra, que se coloca en órbita mediante un cohete polietápico (de varias etapas) o desde otro vehículo espacial.

La primera etapa suele llegar hasta los 100 km de altura; la segunda sitúa al satélite hasta una altura muy próxima a la de la órbita definitiva; las demás etapas llevan al satélite hasta su órbita estable, es decir, hasta una órbita en la cual sucede que, en cualquiera de sus puntos, la fuerza de atracción gravitatoria terrestre y la fuerza centrífuga se contrarrestan (peso relativo del satélite = 0).

1- SATELITE METEOROLOGICO Analizan y evían datos sobre el clima en la Tierra.

2- SATELITES DE COMUNICACIONES

3- SATELITES MILITARES

Permiten la recepción y transmisión de señales de radio, televisión, telefonía, Internet, etc.

Son usados con fines estratégicos secretos por parte de áreas militares.

El cálculo orbital Para determinar numéricamente la órbita se utilizan cuatro parámetros: apoapsis o apogeo; periapsis o perigeo; período orbital, e inclinación del plano orbital con respecto al ecuador del planeta.

Apogeo y perigeo El apoapsis o apogeo es el punto de la órbita del satélite que se halla a más distancia del centro del planeta; el perigeo, por el contrario, es el punto más próximo a ese centro.

Período orbital El periodo orbital se calcula a partir de la tercera ley de Kepler ("Los cuadrados de los períodos de revolución son directamente proporcionales a los cubos de los semiejes mayores de las órbitas").

Ángulo directo y retrógrado El cuarto parámetro, el ángulo que forman el plano orbital del satélite y el plano ecuatorial del planeta, puede variar entre 0º y 180º. Entre 0º y 90º, el ángulo se dice que es directo, debido a que lo es el movimiento del satélite con respecto al planeta; entre 90º y 180º, el ángulo es retrógrado, por cuanto lo es el movimiento del satélite con respecto al planeta.

Satélite estacionario Si el planeta, como sucede habitualmente, es la Tierra, resultan de particular interés las órbitas circulares a 35.000 km de altura cuyo período de revolución es de 24 horas, como el planeta; es decir, el satélite se desplaza sincrónicamente con la Tierra; por lo tanto, su velocidad relativa es nula y el vehículo parece no moverse (satélite estacionario).

En ese caso la inclinación de la órbita dará lugar a un movimiento de precesión, que será de velocidad nula en el caso de trayectoria polar o ecuatorial. En cuanto a las aplicaciones debe distinguirse entre las no militares (científicas... ) y las militares.

Satélites meteorológicos Su altura de vuelo suele variar entre 500 y 1.200 km, sirven fundamentalmente para observar: la radiación térmica; la disposición de las capas de nubes; la búsqueda y captación de diversos datos para pronóstico del tiempo, y la formación y evolución de huracanes. Entre estos satélites destacan los americanos Nimbus, Tyros y Meteosat, los soviéticos Molnya, Meteor y algunos de la serie Cosmos. Las imágenes visibles o en infrarrojos tomadas por el METEOSAT se transmiten a las estaciones centrales de Tierra; luego, una vez elaboradas y corregidas, son remitidas al satélite, que las distribuye a las estaciones usuarias. Al METEOSAT, además, llegan los datos meteorológicos recogidos por los buques, las balizas, los globos sonda y los satélites en órbita polar baja, y los distribuye a la estación central y a las pequeñas estaciones de los clientes (radio, TV, Internet, etc.)

Función de los satélites meteorológicos

Satélites de comunicaciones Inventado por el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, el satélite de comunicaciones permite la retransmisión de radioseñales entre estaciones terrestres que se hallan fuera del alcance visual directo. Los hay de muy diversas clases: satélites de comunicaciones activos o pasivos; no estacionarios, como el Telstar; de órbita sincrónica; como el Molya; como el Early Bird(pájaro del Alba 1965- ), etc. Entre los satélites de telecomunicaciones podemos citar al italiano Sirio que tiene forma de tambor y un peso de 95 kg. Desde el 18 de diciembre de 1958, cuando los Estados Unidos pusieron en órbita al Score, primer repetidor espacial de la voz humana, se han lanzado más de 500 satélites para telecomunicaciones: experimentales, preexperimentales, preoperativos y operativos, civiles y militares. Es la categoría más numerosa, no solo entre los satélites aplicativos, sino entre los satélites de todo tipo. Satélites de telecomunicaciones significa satélite en órbita geoestacionaria y los puesto en esta órbita privilegiada estan materialmente limitados, como las bandas

de frecuencias tradicionales. Un satélite geoestacionario se ha convertido, por lo tanto, en una especie de "status symbol" de un país. Hasta el 28 de junio de 1965 ( Early Bird) las comunicaciones a larga distancia seguían tres caminos: los cables transatlánticos, las ondas de radio y las microondas. Los cables transatlánticos tienen una capacidad de circuitos muy reducida (algunas decenas), aunque un solo canal puede ser utilizado para realizar miles de llamadas simultaneas. Las ondas radio en HF (Higth Frecuency), entre las frecuencias 3 y 30 MHz o millones de oscilaciones de onda por segundo, rebotan entre la Tierra y la ionosfera y son captadas en cualquier punto de la Tierra, pero la señal se debilita y está sujeta a fluctuaciones provocadas por perturbaciones de la ionosfera. Las microondas (más allá de los 30 MHz) no precisan de la ionosfera, son de buena calidad, pero se propagan en línea recta, no van más allá de 50 u 80 km como máximo y deben ser utilizadas con repetidores que se "ven" recíprocamente. Por lo tanto los satélites son los artefactos más confiables para las comunicaciones de todo tipo. El principal problema que afecta a los satélites es el Sol, pues las partículas cargadas emitidas por el astro los, afecta significativamente a tal punto que pueden quedar inoperantes e inservibles. A diario vemos de qué forma los afecta, por ejemplo al ver TV las imágenes se congelan o se descompones en forma de cuadros y el sonido sale entrecortado; cuando esto ocurre no es problema de la estación de TV o de radio, sino del satélite que retransmite la señal.

1- Cubre grandes distancias pero la calidad de la transmisión baja considerablemente a causa de fluctuaciones atmosféricas.

2- Se utilizan estaciones repetidoras y se mantiene la calidad de la señal. Este sistema se utiliza actualmente en los teléfonos celulares, en donde para comunicarse activan, en forma automática, Eso no sólo ocurre entre equipos portátiles de radio, sino una serie de antenas repetidoras en distintos lugares también con las bases, principalmente las que se basan donde se encuentre el usuario. en la banda de AM. Allí donde no llegan las microondas llegan los "puentes de radio" con diversas repetidoras entre las dos estaciones terminales. Los "puentes radio", sin embargo, son más costosos y complejos, porque las instalaciones deben duplicarse en previsión de daños, y porque están sujetas a distorsiones que se van amplificando y acumulando. Además, frente a mares y océanos, los "puentes radio" no bastan. Para unir las dos orillas del Atlántico Norte (por ejemplo) el repetidor debería tener 760 km de altura y el situado entre Italia y la costa oriental de los EE.UU, 200 km.

Por consiguiente, resulta más fácil emplazar un repetidor en el cielo, a bordo de un satélite: la cota justa es la geoestacionaria, a unos 36.000 km aproximadamente. A esta altura, un satélite gira en torno a la Tierra a la misma velocidad en que gira la Tierra sobre su eje. El satélite se mantiene, pues, casi inmovil respecto al observador terrestre ,siempre mirando a la estación transmisora. Para mantener las antenas del satélite siempre apuntadas hacia la estación, el vehículo espacial tiene su rotación estabilizada en torno al eje principal, y se mantiene así perpendicular al plano de la órbita, con un sistema de contrarrotación, las antenas son apuntadas hacia la Tierra. El satélite también puede ser estabilizado sobre tres ejes (balance, avance y retroceso) y en este caso las antenas no tienen necesidad de contrarrotación para que el satélite esté quieto, vuelto hacia la Tierra. El satélite que confirmó el triunfo de la órbita geoestacionaria para las telecomunicaciones fue el Intelsat I o Early Bird (Pájaro madrugador). Lanzado desde Cabo Cañaveral el 5 de abril de 1965, fue el primero que entró en servicio comercial el 28 de junio del mismo año, sobre el Atlántico, a 27,8º de longitud oeste. El satélite repetidor está constituido, por lo que respecta a las telecomunicaciones, de receptores, transmisores y antenas. En particular, una antena receptora , un sistema de pre-amplificación de bajo rumor, un amplificador piloto, un sistema de amplificación de potencia y una antena transmisora. Esta última puede ser o bien de cobertura global de un hemisferio y orientada (cubriendo una vasta área, continental, pero limitada) o bien de haz estrecho sobre más zonas puntiformes. GRÁFICO EN CORTE DEL SATELITE SAT 1 CON SUS COMPONENTES

1- Reflector antena 2- Antena de comunicación 3- Estructura de separación del cohete DELTA 4- Pieza radial de control de ajuste 5- Codificador – Decodificador 6- Depósito de peróxido para alimentación de piezas de control 7- Sensores solares 8- Tobera del motor de apogeo 9- Antena telemática 10- Pieza axial para control de ajuste 11- Batería de niquel-cadmio 12- Receptor transponder 13- Panel solar

Lanzamiento: 5 de abril de 1966 Peso: 39 kg Forma: cilíndricas (72x59 cm) Orbita: Circular, a 35.615 km y 16,1º de inclinación

Satélite de comunicaciones con capacidad para 240 canales telefónicos.

Satélites para la navegación Sirven para asegurar la navegación aérea y marítima. Para ello, los sistemas de radionavegación determinan las coordenadas de posición de una nave con respecto a ciertos puntos referenciales de la órbita del satélite. Su altura de vuelo es de unos 800 a 3.000 km; por ejemplo, el Transit.

Satélites geodésicos Tienen la misión de determinar las coordenadas de determinados puntos de la Tierra por medios ópticos o por radio, basándose en la posición de satélite. Por ejemplo, el satélite Secor.

Satélites astronómicos Realizan exploraciones en las capas superiores de la atmósfera y cuidan de la recolección de datos relativos a diversos cuerpos celestes, incluida la Tierra. Su altura de vuelo puede ser muy elevada, hasta 400.000 km. Podríamos destacar el Explorernorteamericano y el Cosmos ruso.

Satélites militares

LOS SATÉLITES EN ÓRBITA Como en el espacio no hay aire, un satélite en movimiento no tiene motivo para disminuir su marcha. Siguiendo las leyes de la física, tiende a ir en línea recta. Pero la gravedad terrestre tira de él. Si la velocidad del satélite es correcta, "caerá" indefinidamente alrededor de la Tierra. Se puede comprobar haciendo girar un bolita atada a un cordel (1). La barita (y por lo tanto tu) es la gravedad y notas la reacción de la bola cuando intentas que no siga su tendencia a describir una línea recta y haces que describa una circunferencia. Pero al cortarse el hilo (2), desaparece esta reacción y la bola continúa siguiendo la tangente a la trayectoria.

Para que un satélite cumpla su función como tal el cohete debe colocarlo en órbita. Pero ¿en qué órbita?. Hay infinitas órbitas posibles desde alturas de pocos

centenares hasta muchos miles de kilómetros, de circulares a elípticas, sobre el ecuador o sobre los polos. Los satélites de comunicaciones precisan una órbita perfectamente circular a 36.000 kilómetros sobre la superficie terrestre. A esa altura tienen una velocidad de 1.685 km/h que la iguala con la de rotación de la Tierra por lo que parece que cuelguen sobre un lugar de la superficie terrestre. Es una órbita geoestacionaria; y el satélite puede contener transmisores y receptores. En cambio, un satélite de observación (por ejemplo el telescopio espacial Hubble) funciona mejor en un órbita más baja y más rápida sobre los polos. Al colocar un satélite en una órbita polar, los ingenieros se aseguran de que "ve" todo el globo en 24 horas, mientras la Tierra rueda allá abajo. Un satélite geoestacionario puede quedar sobre un punto de la Tierra, con sus antenas perfectamente orientadas hacia una estación terrestre y debe permanecer en su órbita geoestacionaria para evitar colisiones con otros satélites. Pero incluso en la quietud del espacio las naves se mueven. El viento solar y otras radiaciones pueden impulsarlas lejos de su posición. Unos pequeños impulsores en el mismo satélite lo devuelven, bajo control terrestre, a su posición exacta si las señales del satélite se apagan o se vuelven bagas.

FUERZA CENTRÍFUGA Es la fuerza que se pone de manifiesto en los movimientos rotatorios y que tiende a impulsar al objeto hacia el extremo de la curva. Aumentando la velocidad de rotación del cuerpo, su valor tiende a crecer. En el caso de un cuerpo unido a la extremidad de una cuerda que se hace girar en una órbita circular, teniendo con la mano el otro extremo de la cuerda extendida, la fuerza centrífuga es la que mantiene la cuerda en tensión y que se siente como una tracción en la mano. A ella se opone una fuerza igual y contraria y llamada centrípeta, la que la mano ejerce sobre el objeto a través de la cuerda. En el caso de un satélite artificial en órbita alrededor de la Tierra, la fuerza centrífuga que le imprime a éste el cohete con el cual ha sido lanzado equilibra exactamente la fuerza centrípeta, que en este caso coincide con la fuerza de atracción gravitacional, y el cuerpo permanece girando alrededor de nuestro planeta. Sin embargo, si el espacio en el cual órbita el satélite tiene un elemento que opone al movimiento una leve resistencia, como por ejemplo partículas de gas rarificadas pertenecientes a la atmósfera exterior de la Tierra, la velocidad de rotación tiende a disminuir, así como la fuerza centrífuga. En este caso, la fuerza de atracción gravitacional, que ya no está equilibrada, predominará sobre la fuerza centrífuga y tenderá a atraer al satélite, haciéndolo caer hacia la Tierra. Este es el mecanismo por medio del cual los satélites artificiales en órbitas bajas, tienen vidas medias relativamente modestas y caen hacia nuestro planeta destruyéndose.

ÁNGULO DE REENTRADA A LA ATMÓSFERA

Uno de los momentos más críticos de una misión espacial es el regreso a la atmósfera terrestre. Si el vehículo entra demasiado verticalmente, puede estrellarse contra los niveles superiores del aire a gran velocidad, sobrecalentarse y arder. Si el ángulo es demasiado pequeño, el vehículo puede revotar en la atmósfera exterior y volver hacia el espacio. Puedes demostrarlo lanzando un trozo de baldoza al agua. Si lanzas la baldoza con un peuqño ángulo, saltará a lo largo de la superficie (1). Por su propia naturaleza, sus características no son divulgadas, aunque, obviamente, disponen de sensores diversos y de material fotográfico de primerísima calidad; ejemplos: Samos, Vela y Discoverer. Su altura de vuelo es baja (unos 100 km). Lo que hemos llamado "satélites de amenaza bélica directa", es decir, con cargas atómicas y nucleares a bordo, están legalmente prohibidos por una serie de convenios internacionales.

OBSERVATORIOS EPACIALES Los Telescopios ópticos obtienen desde el espacio imágenes mucho más nítidas y detalladas que las conseguidas desde la Tierra, donde la atmósfera distorsiona la luz procedente de los objetos lejanos (ver capítulo:

ÓPTICA).

También se pueden poner en órbita satélites destinados a captar las radiaciones que no deja pasar la atmósfera terrestre. Para poner en órbita estos observatorios se utilizan cohetes o lanzaderas espaciales.

EL SATÉLITE HIPPARCOS

Aunque no llegó a situarse en la órbita correcta, el Hipparcos obtuvo datos muy precisos. Este satélite, construido por la Agencia Espacial Europea (ESA), registró la pocisión y el brillo de 120.000 estrellas, lo que permitió elaborar un catálogo de estrellas totalmente actualizado.

SATÉLITE PARA CAPTAR IMÁGENES ULTRAVIOLETA El satélite internacional de captación de la radiación ultravioleta (IUE), lanzado en 1978, ha sido un gran éxito y ha permitido a los astrónomos estudiar objetos celestes como las supernovas, Las estrellas más calientes emiten radiación ultravioleta que la atmósfera terrestre filtra, de modo que los telescopios de detección de ese tipo de radiación están siempre en satélites. En lugar de cristal, que absorbe esa radiación, para fabricar sus espejos se utiliza un mineral, el cuarzo. Los espejos están dotados de un recubrimiento especial que refleja los rayos ultravioletas.

ASTRONOMÍA DE RAYOS X Los estudios de rayos X en el espacio se realizan desde satélites o cohetes, pues la atmósfera terrestre protege al planeta de este tipo de radiación. Los rayos X provienen de gases a alta temperatura de los remanantes de supernovas, o de parejas de estrellas en las que una es una enana blanca o un agujero negro. Como los rayos X atraviesan los espejos convencionales, los telescopios utilizan una red de espejos concéntricos cilíndricos que los reflejan en ángulo cerrado. (Arriba derecha) EL SATÉLITE ROSAT El Roentgen Satellite (ROSAT), que se lanzó en 1990, es un laboratorio internacional destinado a observar fuentes de rayos X en el espacio

EL TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE

El telescopio espacial Hubble es un artefacto astronómico destinado al estudio del espacio, que en condiciones terrestres no sería posible, debido a la atmósfera. Fue lanzado y puesto en órbita a 700 km de altura, en el año 1990; en 1994 se lo reparó por un problema en su espejo, por lo que le debieron acoplar una nueva cámara planetaria que se adaptara. El HST cuenta con diversos dispositivos electrónicos para sinfín de utilidades y estudios. Hasta la fecha es uno de los más importantes satélites astronómicos puestos en órbita por los resultados obtenidos; gracias al estudio del espacio profundo, el Hubble descubrió decenas de nuevos sistemas solares, miles de galaxias y nebulosas, como así también nuevas imágenes de nuestro Sistema Solar. Una visión distinta A la izquierda la galaxia M 100 vista con un telescopio terrestre. A la derecha, la misma galaxia vista por el Hubble después de la reparación.

LA ASTRONOMÍA DE RAYOS GAMMA Los rayos gamma que captan los satélites en órbita alrededor de la Tierra son radiaciones de alta energía que proceden de varias fuentes cósmicas, como los púlsares o el núcleo de la Vía Láctea. Desde 1967 se descubrieron las emisiones de rayos gamma, muy breves e intensas conocidas como erupciones gamma, su origen ha desconcertado a los astrónomos. Uno de los satélites para la captación de rayos gamma es el Observatorio Compton, el más grande que se ha puesto en órbita y su peso en la Tierra es de 17 toneladas.

GALAXIA GAMMA

El estudio de los rayos gamma nos permite "ver" las áreas de mayor densidad de gas cósmico. A la derecha, imagen de la Vía Láctea. La parte blanca corresponde a la emisión de rayos gamma

EL UNIVERSO EN MICROONDAS

Las microondas, a diferencia de las ondas de radio, no pueden traspasar las capas inferiores de la atmósfera. Por ello, sólo las pueden detectar los telescopios situados en un satélite o en la cima de una montaña, como el de Mauna Kea, en Hawai, o el de La Silla, en Chile. Las microondas proporcionan información sobre la materia que constituye las nubes de gas y polvo interestelares.

ASTRONOMÍA POR INFRARROJO Todos los objetos emiten radiación infrarroja. Como el vapor de agua que hay en la parte inferior de nuestra atmósfera absorbe ese tipo de radiación, los telescopios han de situarse a gran altura o a bordo de un satélite para poder detectarla. La medición de la radiación infrarroja permite a los astrónomos observar objetos rodeados de densas nubes de polvo y los anillos de gas de las estrellas.

LAS SONDAS ESPACIALES Para estudiar los planetas y lunas de nuestro Sistema Solar, el hombre recurrió a artefactos robóticos: las sondas espaciales. Las mismas viajaron hacia los lugares donde el ser humano jamás llegó. Las sondas están equipadas con una serie de instrumentos científicos: cámaras fotográficas, de video, magnetómetros, sensores de gravedad, atmosféricos, de temperatura, etc. Todos los datos que se recogen son enviados a la Tierra en forma de ondas a través de las antenas de las naves. Los datos son descifrados y convertidos en imágenes e información. Algunas naves llevan, a la vez, pequeñas sondas que son lanzadas al planeta objeto del estudio y envían datos más detallados -como composición del suelo y de la atmósfera, o la detección de alguna forma de vida-. Las sondas espaciales han sido lanzada desde la década del 70' y gracias a ellas hemos descubierto nuevas lunas que forman parte de este sector del Universo. La misiones son considerablemente menos costosas que una misión tripulada y a la vez menos riezgos, a pesar de las varias que se han perdido por errores de cálculo. Las VOYAGER ya cumplieron su misión de exploración de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y hace ya un tiempo que salieron del Sistema Solar en un eterno viaje a las estrellas. Las sondas, esas "carabelas espaciales" llevan consigo un mensaje por si alguna civilización las encuentra; explicando de dónde provienen y quién las construyó.

EL TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE Hubble Spacial Telescope (HST)

Más de 10 Años de Descubrimientos El Telescopio Espacial Hubble es uno de los ingenios humanos más científicamente prolíficos, cuyas fotografías han dado la vuelta al mundo no sólo en las revistas especializadas, sino también en la prensa comercial. En esta nota hacemos un repaso de la historia y logros de este increíble ingenio espacial que ya lleva 10 años en órbita capturando imágenes y estudiando el Universo, para conocer así un poco más de nosotros mismos. El Telescopio Espacial Hubble cumplió 10 años en el espacio. Sin embargo, su historia se remonta varias décadas atrás, cuando técnicos y astrónomos vieron las posibilidades que brindaba el espacio y los satélites artificiales para la observación.

Breve historia de los telescopios Antes del siglo XVII la única forma de observar el Universo era a simple vista. Esta limitación hacía que los astrónomos no pudieran observar detalladamente los cometas, ni el Sol, ni la Luna ni los cinco planetas que conocían. Además, tampoco podían detectar los millones de estrellas que son débiles y que son invisibles al ojo humano. Por eso, el modelo del Cosmos que tenían hace unos cuantos siglos estaba limitado a lo que el ojo desnudo puede contemplar del cielo estrellado.

El primer telescopio fue ideado en 1609 por Galileo Galilei en Italia. Este eminente astrónomo fue la primera persona en dirigir el anteojo con dos lentes que él mismo construyó hacia los cielos. Con este aparato revolucionó la Ciencia de su época y la visión que hasta el momento se tenía del Cosmos. Este telescopio, aunque muy modesto, hizo que el Universo se redujera en 5 magnitudes, pues estos eran los aumentos de los que disponía el telescopio de Galileo. Éste pudo ver los cráteres de la Luna, las fases de Venus, los satélites de Júpiter, las manchas del Sol e incluso vio, pero sin llegar a resolverlos, los anillos de Saturno. Galileo Galilei fue la primera persona que vio el Universo cinco veces más cerca. Todos estos descubrimientos se quedan algo cortos cuando los comparamos con la verdadera aportación del telescopio a la Ciencia. El anteojo de Galileo no sólo hacía aumentar de tamaño los objetos, tanto terrestres como celestes. Galileo Galilei descubrió que mirando a través de las lentes, se veían estrellas que a simple vista no se podían distinguir porque eran muy débiles, y que la Vía Láctea era en realidad un reguero de miles de estrellas tan juntas que a simple vista forman una nebulosa. Aunque muchos siguieron la estela de Galileo construyendo más telescopios, era muy difícil pulir las lentes para estos. La astronomía tuvo que esperar hasta la llegada de Isaac Newton. Este investigó la ciencia de la óptica, y fundamentándose en su estudio pudo construir un telescopio basado en espejos en vez de lentes. Los espejos eran mucho más fáciles de pulir y poco después William Herschel con un telescopio newtoniano descubría un nuevo planeta: Urano. Aunque se han llegado a construir telescopios muy grandes, con espejos de 5 y 8 metros de diámetro, su capacidad para observar detalles queda siempre limitada a la que impone la atmósfera de la Tierra. Telescopios más grandes implican estrellas más débiles, pero como la atmósfera emborrona la imagen a partir de cierta resolución, es imposible conocer si esas estrellas débiles en realidad son dos muy juntas. ¿Cómo solventar este problema?

La prehistoria del Telescopio Espacial Hubble No fue hasta el año 1923 cuando el científico germano Hermann Orberth propuso la construcción de un observatorio en el espacio. La carrera espacial comenzó en 1957 con el lanzamiento del satélite Sputnik. En 1962, cuatro años después de que se fundara la NASA, un grupo de científicos estadounidense propuso la creación de un gran telescopio espacial. Los primeros satélites artificiales de carácter astronómico lanzados por la NASA fue en los años 1968 y 1972. Con estos dos satélites se demostró la necesidad de tener un telescopio mayor, mejor y que durara varios años. La aceptación del proyecto de la lanzadera espacial ayudó a decidir también la propuesta del Telescopio Espacial. En el año 1973 un grupo de científicos de la NASA propuso las líneas generales de construcción de este gran telescopio orbitante cuyas especificaciones fueron

revisadas y ampliadas por otro grupo más numeroso en 1977. Ese mismo año el Congreso estadounidense aprobó la partida presupuestaria. Dos años antes, en 1975, la Agencia Espacial Europea (ESA) se había involucrado en el proyecto. Dos organismos se hicieron cargo del diseño, desarrollo y construcción del telescopio espacial. El primero fue el Centro de Vuelos Espaciales Marshall (Alabama, EE.UU) y el segundo fue el Centro de Vuelos Espaciales Goddar (Maryland, EE.UU). Para la construcción del telescopio fueron contratados las empresas aeroespaciales Perkin-Elmer Corp. y Lockheed Missiles & Space Company. La primera se encargaría de desarrollar los sistemas ópticos y los sensores de guía, mientras que la segunda fabricaría la estructura, los sistemas de soporte y finalmente ensamblaría todo el satélite. La ESA, por su parte, desarrollaría los paneles solares y uno de los instrumentos científicos. El proceso de construcción sería eterno, dilatándose durante casi una década. El espejo principal estaba acabado desde 1981 y el ensamblaje óptico fue entregado para la integración en el satélite en 1984. Los instrumentos científicos estaban disponibles desde 1983 para su calibración. El ensamblaje estaba íntegramente concluido en 1985. El lanzamiento previsto inicialmente para 1986 tuvo que ser pospuesto a causa del desastre del transbordador Challenger en enero de ese mismo año, lo que obligó a una interrupción de la carrera espacial estadounidense durante varios años hasta verificar y corregir los defectos de las lanzaderas espaciales. Durante ese tiempo, los ingenieros verificaron una y otra vez los instrumentos del telescopio. Por fin, en el mes de abril del año 1990, el transbordador Discovery transportó en su bodega al Telescopio Espacial Hubble fuera de la superficie de la Tierra.

El Telescopio Espacial El Telescopio Espacial Hubble es un satélite artificial que órbita a la Tierra, al igual que otros como el Meteosat. Sin embargo, la diferencia más notable es que dirige sus instrumentos hacia el espacio en lugar de hacia nuestro planeta. La arquitectura principal no difiere mucho de un telescopio terrestre. Es un tubo cilíndrico, en cuyo interior reside un gran espejo de 2,5 metros de diámetro. Comparado con otros telescopios terrestres no es gran cosa, ya que los más grandes (como los Keck I y II en Hawai) superan los 8 metros. El espejo principal colecta la luz y la focaliza a un espejo secundario situado en la boca del telescopio, que a su vez refleja la luz hacia los instrumentos situados por detrás del primario gracias a una abertura en su centro. Los instrumentos se encargan de recoger la luz y convertirla en datos informáticos para su envío a la Tierra. Curiosamente, el Telescopio Espacial Hubble utiliza otros satélites artificiales de comunicaciones

para estar permanentemente en contacto con el Instituto Científico del Telescopio Espacial (STSCI), en Baltimore (EE.UU). Esto es así ya que el Hubble no es un satélite geoestacionario, sino que da una vuelta alrededor de la Tierra cada 90 minutos, a una altura de 600 km sobre la superficie. La arquitectura de este singular telescopio es modular, pensando en las misiones de servicio que los astronautas del transbordador espacial realizan. En 1993, fue sustituido uno de los instrumentos científicos e instalado un aparato (denominado COSTAR) para corregir el defectuoso pulido del espejo primario, por el cual las imágenes se obtenían borrosas. En 1997, otra misión de servicio, cambió también varios de los instrumentos por otros mucho más sensibles y construidos con tecnología de punta. Afortunadamente para el Telescopio Espacial Hubble, los astronautas también recuperan su órbita original. Aunque este telescopio espacial esté situado a 600 km de altura, el rozamiento con la tenue atmósfera terrestre hace que su órbita frene y por tanto descienda 400 metros de altitud por año. Esta órbita baja y el frenado de la atmósfera, además, hace que sea difícil conocer la posición exacta del Telescopio. Con dos días de diferencia, la incertidumbre crece 30 km, por lo que con conocer con 44 días de antelación dónde estará el Hubble se convierte en un enigma de uno 4000 km. Por esta razón, no es posible planificar con meticulosidad la agenda de observaciones puesto que no se sabe si la región a estudiar será visible.

Observando con el Telescopio Espacial El Telescopio Espacial Hubble gira libremente en los tres ejes, aunque esta libertad queda limitada por algunas restricciones obligadas. El satélite debe orientar siempre los paneles hacia el Sol y éste debe calentar la misma cara del ingenio. Tampoco puede observar objetos que queden a menos de 50° del Sol, ni a 15,5° del limbo de la Tierra ni a 9° de la Luna. Por fortuna, los instrumentos del Telescopio Espacial son demasiado sensibles para observar estos brillantes cuerpos celestes. Para localizar un objeto celeste el Telescopio Espacial Hubble se guía por un catálogo de estrellas. El Instituto Científico del Telescopio Espacial las selecciona del Catálogo de Estrellas Guías (Guide Star Catalogue, GSC) que esta misma institución preparó para tal fin usando el Atlas Celeste del Monte Palomar. El GSC consiste en 18 millones de estrellas que llegan hasta la magnitud 14,5. Pero si la precisión del campo a observar lo requiere, se pueden realizar las observaciones "en directo" para ayudar a dirigir desde Tierra al Telescopio Espacial Hubble.

El festejo El 24 de abril ,hizo 10 años, de que el Telescopio Espacial Hubble fue elevado hacia su órbita terrestre en una misión de 15 años de descubrimiento astronómico. Para celebrar este importante hito, el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial inauguróHubblesite una exploración en el Internet de los increíbles descubrimientos del Hubble. El salón fotográfico de la fama del Hubble incluye: la imagen más profunda jamás tomada del universo en luz visible; una mirada a los supermasivos hoyos negros galácticos; vistas de nacimientos estelares y sistemas planetarios formándose alrededor de otras estrellas; imágenes de extrañas burbujas de gas iridiscente eyectado por estrellas moribundas como nuestro sol; poderosísimas explosiones producidas por el impacto de un cometa a las nubes de Júpiter; la superficie del distante y frígido Plutón; y galaxias a la orilla del tiempo y espacio. Los visitantes de la Red también pueden ayudar a escoger los blancos para el Hubble. El equipo Patrimonial del Hubble está invitando a los visitantes del Internet a que hagan sugerencias sobre futuros objetos para fotografiar. Usted puede votar en su sitio de Red hasta el 6 de junio. Los blancos seleccionados serán observados en Agosto y las imágenes a color serán distribuidas en Octubre.

EL TRANSBORDADOR ESPACIAL (SPACE SHUTTLE) CÓMO NACIÓ LA IDEA DEL SHUTTLE

La idea de un planeador impulsado por cohetes, como puede considerarse al "Space Shuttle", la nave espacial fruto de la más moderna tecnología, es tan antigua como las primeras máquinas voladoras. Los intentos de construir algo similar, incluso con otros fines, se remontan a los años 20, cuando la "moda de los cohetes" invadió Europa. En 1928 un tal Friedrich Stamer logró volar a lo largo de 3/4 de milla en un pequeño planeador impulsado por dos minúsculos cohetes. Un año después Fritz von Opel, el magnate de los coches, voló en un planeador casi igual un kilómetro y medio en las cercanías de Frankfurt. El planeador, impulsado por 16 cohetes a combustible sólido, alcanzó la velocidad de 153 km. horarios y logró permanecer en el aire durante 75 segundos. A mediados de los años 30 Werner von Braun, un joven científico alemán destinado a convertirse en uno de los padres de la astronáutica, estudiaba la posibilidad de realizar un planeador con propulsión por cohetes. Los estudios estaban sobre todo dirigidos al desarrollo del motor-cohete pararealizar misiles balísticos. Dos fueron los planeadores que se experimentaron: el Heinkel 176, el primer aeroplano impulsado por cohetes, y la famosa "V2". Pero el grupo de científicos que trabajaba con von Braun fue más allá: proyectó un cohete de dos secciones capaz de atravesar el Atlántico. La primera sección fue llamada "A 10", la segunda "A 9" y estaba provista de alas. La "A 9" había sido ideada para llegar a Nueva York llevando en su bodega una mortífera carga de una tonelada de explosivo de alta potencia. Aunque este "cohete transatlántico" nunca se construyó, el proyecto fue, en la práctica, un primer intento para realizar una aeronave impulsada por cohetes. Un desarrollo más ambicioso y sofisticado de esta idea fue propuesto en los años 40 por el ingeniero vienés Eugen Sanger, que proyectó otro bombardero-planeador impulsado por cohetes. La aeronave habría debido alcanzar una altura de 161 km. a una velocidad de 6 km/seg. y habría entrado en la atmósfera bajando como un planeador. Gracias al cálculo de un determinado ángulo de planeo, habría logrado recorrer algo así como 15.000 km. Este estudio, nunca llevado a la práctica, sirvió de inspiración al proyecto de la Air Force denominado "Dyna Soar", más adelante rebautizado "X-20". Se trataba de un planeador con una longitud de 10 m., con pequeñas alas delta y dos alerones gemelos verticales en los extremos de las alas. Puesto en órbita por un transportador "Titan lll", el "X-20" debía volver a entrar en la atmósfera y planear horizontalmente. A comienzos de los años 60, el proyecto "Dyna Soar" fue abandonado porque la NASA llevó adelante el programa espacial con hombres a bordo. De todos modos la aeronave supersónica "X-20" quedó como el prototipo para los sucesivos experimentos y, en la práctica, es el punto de partida de la idea que llevará a la realización del "Space Shuttle". Los proyectos preliminares del "shuttle" (que literalmente quiere decir "lanzadera") también han sufrido la influencia de otra vieja propuesta: el avión de pasajeros intercontinental ideado por Aalter Dornberger y Kraft Ehricke. Se trataba de un planeador formado por dos aeroplanos con alas delta. La primera sección, más grande, era impulsada por 5 cohetes; la segunda, que debía albergar a los pasajeros, por 3 cohetes; 130

segundos después del lanzamiento, las secciones se separarían: el cohete auxiliar volvería a tierra, mientras la segunda sección continuaría el viaje a una velocidad de 13.500 km/h. y a una altura de 44 km., para después empezar a planear. Como se ve, siempre es el mismo concepto de base el que se sigue en los primitivos estudios del "shuttle" en los años 1969-70. Después de haber despegado como un cohete la nave se separaba del transportador para seguir su viaje orbitar alrededor de la tierra y retornar planeando sin utilizar motores. Uno de los futuros empleos del "shuttle": la conexión entre las estaciones espaciales orbitales.

LOS PRIMEROS VUELOS DEL TRANSBORDADOR ESPACIAL Los tests sobre el prototipo del Shuttle Orbiter Enterprise (la lanzadera fue llamada así en homenaje a los millones de fans de la serie televisiva de ciencia-ficción Star Trek) comenzaron en febrero de 1977 en el Dryden Flight Research Center de la NASA, en la base de Edwards, California. Nos referimos, naturalmente, a los ensayos para verificar la capacidad de vuelo del orbiter en la baja atmósfera. Se comenzó con los llamados taxitest: el Enterprise fue colocado en el dorso de un Boeing 747, especialmente modificado para realizar una serie de ensayos de vuelo, primero sin tripulación y después con hombres a bordo. El primer ensayo de vuelo libre con tripulación fue realizado el 12 de agosto de 1977, cuando los astronautas Fred W. Haise y C. Gordon Fullerton, abandonaron el avión-madre, planearon y aterrizaron sin problemas después de un vuelo iniciado a unos 7.000 metros de altura. Haise y Fullerton dijeron, a los técnicos que les preguntaban sobre sus primeras impresiones después del histórico viaje, que su mayor sorpresa había sido la increíble maniobrabilidad del Enterprise, casi como un avión-caza. Los otros cuatro ensayos de vuelo libre que se realizaron después (todo el programa había sido denominado Approach and Landing Test, cuyo emblema vemos arriba) en la base Edwards y que finalizaron el 22 de octubre del mismo año, no hicieron más que confirmar las impresiones recogidas por los primeros pilotos del Entrerprise, que se alternaron en los ensayos con la tripulación compuesta por Joe Engle y Richard Truly. Fueron ensayos muy útiles pero, sin embargo, insuficientes: para saber como se comportaría el Shuttle en la alta atmósfera y a una velocidad supersónica, resultaba imprescindible una prueba de vuelo orbital. Por lo tanto, para prepararse para esto el Enterprise fue transportado, siempre sobre el dorso de su avión-madre, al Marshall Space Flight Center de Huntsville, en Alabama, donde fue sometido durante ocho meses a una serie de tests de vibración para poner a prueba su estructura. Después de haber comprobado la completa fiabilidad y resistencia del Enterprise, el vehículo finalmente fue transportado, en abril de 1979, al Kennedy Space Center, donde se instaló sobre el gran depósito exterior y le fueron acoplados los dos cohetes booster, obteniendo de este modo la totalidad del Shuttle Transport System, que fue colocado sobre la plataforma móvil de lanzamiento.

LOS PIONEROS DEL "SPACE SHUTTLE" 14 de abril de 1981. Una fecha histórica para la astronáutica: el "Columbia 1", la primera lanzadera del programa "Space Shuttle"completa su primera misión en el espacio. El vuelo del "Columbia" duró en total cincuenta y cuatro horas y media durante las cuales la tripulación realizó unas 36 órbitas alrededor de la Tierra. La fase final de la misión, el aterrizaje en la pista de la base Edwards en California, es el triunfo de la tecnología. Y bien, aunque la maniobra de aterrizaje se ensayó centenares de veces en los simuladores de vuelo y si en realidad se llevó a cabo con absoluta precisión, en la base Edwards había mucha emoción entre el público y los encargados del trabajo. Tal vez los menos emocionados fuesen precisamente ellos, los pioneros del "Shuttle": el comandante John W. Young y el piloto Robert L. Crippen. Veamos sintéticamente sus biografías. John Young nace en San Francisco en 1930. Casado, con dos hijos, Sandy y John, es un verdadero "cerebro": después de su diploma en la escuela Superior obtiene, siendo muy joven, el título de ingeniero aeronáutico en el prestigioso Georgia Institute of Technology. Es el año 1952 y, después del diploma, Young entra en la Marina. Presta servicio durante un año a bordo de un cazatorpedero antes de ser enviado a la escuela de vuelo de la Marina para aprender a pilotar jets y helicópteros. Obtenido el título en 1959, Young es destinado al Naval Air Test Center durante tres años. En 1962 bate el récord de ascensión rápida de los 3.000 a los 25.000 metros de altura a bordo de un "Phantom". Cuando es seleccionado, en ese mismo año, como astronauta de la NASA, Young tiene en su activo, once años de servicio militar, el grado de of icial de la escuadrilla 143 de los "Phantom" y algo así como 9.000 horas de vuelo. En pocó tiempo, Young, se convierte también en veterano del espacio. El 23 de marzo de 1965 participa como piloto, con Gus Grissom, en el primer vuelo humano del proyecto "Géminis". Pero, el 18 de julio de 1966, es él el comandante de la misión "Géminis 10", durante la cual se lleva a cabo el "rendez-vous" con el vehículo "Agena". Young también toma parte en las misiones del programa "Apolo". En 1969 es piloto del módulo de mando del "Apolo 10"; en abril de 1972 es el comandante de la misión "Apolo 16" con Thomas Mattingly y Charles Duke. Young y Duke pasan más de setenta y una horas sobre la superficie de la Luna, recogiendo materiales y efectuando experimentos. En 1973 entra a formar parte del programa "Space Shuttle" y en 1975 se convierte en jefe de la oficina de astronautas con responsabilidad en la coordinación, programación y control de las actividades de los astronautas, papel que también ha desempeñado después de la misión del "Columbia 1". En cambio, Robert L. Crippen es un texano pura sangre. Nacido en 1937 en Beaumont, en 1960, con veintitrés años se diploma en ingeniería aeroespacial en la Universidad de Texas. Casado con una texana, Virginia, con la cual tiene tres hijas, Ellen Marie, Susan Lynn y Linda, también Crippen entra en la Marina, donde conquista sus alas de piloto y donde completa su experiencia de piloto y de caza a borde del portaaviones Independence. Más tarde frecuenta la escuela aeroespacial para pilotos de la base Edwards y, después del título, permanece allí como instructor hasta que es llamado por la NASA en 1969. Crippen tiene en su activo 4.980 horas de vuelo, de las cuales más de 4.700 las realizó a bordo de jets. Antes del "Columbia" Crippen forma parte de la tripulación de reserva de las misiones "Skylab 2, 3 y 4" prestando servicios en el proyecto "ApoloSoyuz" con el mismo cargo.

SHUTTLE: EL HISTORICO VIAJE DEL COLUMBIA

Cuando en octubre de 1977 los astronautas Haise y Fullerton concluyeron la serie de pruebas de vuelo planeando y el Enterprise fue retirado, los científicos de la NASA pensaron que la primera misión orbital del shuttle Columbia podría realizarse en marzo de 1978. Como estaba programado, a esta seguirían otras misiones orbitales de prueba, necesarias para poner a punto el Columbia en el más minirr o detalle antes de llegar a la quinta misión, la primera con objetivos operativos. Pero entre el decir y el hacer... surgieron no pocos problemas técnicos en los motores y en el escudo térmico que hicieron aplazar unos tres años la fecha del primer lanzamiento; finalmente fue fijada para el 10 de abril de 1981. El mando del Columbia había sido confiado a John W. Young, 50 años, de San Francisco, un auténtico veterano del espacio (2 misiones Géminis y 2 Apolo en su haber), que sería secundado por el piloto Robert C. Crippen, 43 años, de Texas, un novato del espacio. Todo estaba preparado para la partida del Columbia: el count dowm (la cuenta atrás) había comenzado en el Kennedy Space Center, adonde habían afluido decenas de miles de espectadores para asistir al histórico despegue, cuando aproximadamente 20 minutos antes de la hora cero las cuatro computadoras primarias indicaron la presencia de un desperfecto. La cuenta atrás se detuvo y aunque el problema fue rápidamente diagnosticado y solucionado (se trataba de una pequeña avería en una computadora), se tuvo que posponer la partida dos días. Finalmente, el 12 de abril de 1981, algunos segundos después de las siete de la manana locales, el Columbia se alzaba entre dos enormes lenguas de fuego y dejaba la rampa para iniciar su primer viaje orbital. La tierra tembló a su alrededor, sacudida por la potencia de los cohetes (3.400.000 kg. de empuje) y el ruido de este auténtico proyectil pudo oirse a varias millas de distancia. La separación de los dos cohetes booster se produjo con perfecta regularidad (serían rescatados después en buenas condiciones en el Océano Atlántico, a 240 km. del lugar del lanzamiento) y también el gran depósito exterior se separó de la lanzadera después que el Columbia se hubiera colocado en la órbita circular preestablecida de 241 km. Durante esta primera misión, el Columbia viajó prácticamente vacío. En su amplia bodega no había ninguna carga especial, sin tener en cuenta los instrumentos para medir los sistemas de protección del vehiculo por las altas temperaturas. Una vez en órbita, Young y Crippen debieron experimentar por dos veces la maniobrabilidad de las puertas de la bodega y fue precisamente al realizar esta simple operación cuando los astronautas se dieron cuenta de una avería: algunas de las placas de protección térmica que recubren gran parte del Shuttle se habían caido. Young y Crippen indicaron a Tierra el desperfecto y los técnicos de la NASA examinaron inmediatamente el caso. Después de precisos cálculos, establecieron que, afortunadamente, las láminas que faltaban no estaban colocadas en lugares criticos y que la avería no comprometería la vuelta del Columbia, cuando todo el fuselaje y las alas del shuttle se pusieran candentes a

causa del frotamiento con la atmósfera. Estas previsiones se revelaron exactas cuando Young y Crippen comenzaron la maniobra de retorno. El aterrizaje para esta primera misión debía efectuarse manualmente por los pilotos, pero esto no perjudicó el resultado: a las 10 de la mañana, hora local, el Columbia descendió con sorprendente precisión en la pista 23 del lago salado Rogers de la base Edwards, en California.

SHUTTLE: EL PRIMER VUELO OPERATIVO El programa del Space Shuttle preveía que los primeros cuatro vuelos del Columbia en el espacio servirían exclusivamente para ensayar la lanzadera y comprobar su eficiencia y funcionalidad. Y así fue. Después del bautismo en el espacio del Columbia 1 (del 1al 12 de abril de 1981 con los astronautas John Young y Robert Crippen), le tocó el turno al Columbia 2 (Joe Engle y Richard Truly; del 12 al 14 de noviembre de 1981) luego al Columbia 3 (entre el 22 y el 30 de marzo de 1982, con Jack Lousma y Gordon Fullerton) y finalmente al Columbia 4, (Thomas Mattingly y Sherry Harsfield) con el cual, en junio de 1982, se concluyeron los vuelos de prueba. Ahora el Shuttle estaba preparado para la primera misión operativa: el Columbia 5. A las 7,19 horas local, de la mañana del 11 de noviembre de 1982, el Shuttle para hacia su quinto viaje en el espacio, el primero en el cual se convierte en esa especie de autobús espacial que los proyectistas han concebido desde el comienzo. El STS 5 (Space Shuttle System 5) lleva en su amplia bodega esta vez una carga importante: dos satélites de compañías privadas de telecomunicaciones, la Satellite Business y System Inc. y la Telesat Canadá, que la lanzadera echará fuera a patadas, es decir pondrá en órbita con un simple sistema de muelles. Para la puesta en órbita de los satélites, con un peso de algo más de 7.000 libras cada uno, las dos sociedades han tenido que pagar a la, NASA unos mil quinientos millones de pesetas: un precio de favor si se piensa que el lanzamiento del Columbia 5 ha costado 35 mil millones de pesetas. El quinto vuelo lleva a bordo cuatro personas de las cuales dos son pilotos, Vance Brand, un veterano del espacio que ha participado en 1975 en el rendez-vous Apolo-Soyuz y a quien se ha confiado el mando, y Robert Overmyer, y dos mission specialists William Lenoir y Joseph Allen, dos astronautas especializados en satélites de telecomunicaciones, capaces de reparar eventuales desperfectos producidos en los satélites después del despegue. Lenoir y Allen tendrán entre sus funciones también una E.V.A. (Extra Vehicular Activity) de alrededor de dos horas, durante la cual estarán fuera de la lanzadera espacial y se ejercitarán en el uso de utensilios varios, (destornilladores, llaves inglesas, etc), y pondrán a prueba un costosísimo nuevo tipo de traje espacial. Si el lanzamiento de los dos satélites se lleva a cabo normalmente (el SBS 3 es puesto en órbita ocho horas después del lanzamiento y pocas horas más tarde el Anik 3 canadiense es tirado desde la bodega del Columbia), no se puede decir lo mismo en lo relativo a la actividad extravehicular de los dos mission specialists, que hasta ese momento permanecieron inactivos porque los dos satélites, afortunadamente, no requirieron su intervención. Primero la salida espacial es postergada porque Lenoir padece el llamado mal del espacio y existe el riesgo de comprometer el paseo; después, al día siguiente, cuando el astronauta se ha restablecido, son los costosísimos trajes de la United Technologies (300 millones de pesetas cada uno) los que causan problemas. En el traje de Allen no funciona un ventilador para la circulación del aire, mientras en la de Lenoir hay un defecto en el dispositivo de presurización. La misión de salida debe ser por lo tanto definitivamente suspendida y se dispone todo para el regreso, que se lleva a cabo con un aterrizaje perfecto en la pista 22 de la base Edwards a las 6,34, hora local, del 16 de noviembre de 1982. El Columbia 5 ha realizado un vuelo de 5 días,2 horas y 17 minutos y, todo sumado, el primer vuelo comercial del shuttle se ha cerrado con un gran éxito. El transporte de los satélites y su puesta en órbita se ha demostrado factible y a un precio bastante conveniente.

"CHALLENGER": EL DESAFIO CONTINUA Cabo Cañaveral, 5 de abril de 1983, 17:00 hora española: desde la plataforma de lanzamiento parte, entre lenguas de fuego, el primer transbordador "Challenger" y se abre una nueva era en la historia del "Space Shuttle". El "Challenger", en efecto, es la primera lanzadera destinada sólo a actividades operativas. Después de las cinco experiencias precedentes del "Columbia". Ios técnicos de la NASA han preparado un transbordador donde hay más espacio para la tripulación y los pasajeros (técnicos y científicos) y que está dotada de motores a chorro de mayor empuje, aunque pesa una tonelada menos que el "Columbia", gracias al ernpleo de estructuras y materiales más sofisticados. Es la evolución de la especie en lo que respecta a la serie de los "Space Shuttle" construidos hasta ahora (recordemos que el "Enterprise" era un aparato sólo utilizado para el vuelo planeado y que con el "Columbia" se llevaron a cabo los vuelos de prueba). El primer vuelo del "Challenger" no tiene objetivos particulares, si se consideran "de rutina" el lanzamiento de un satélite con un peso de dos toneladas y media, el "TDRS 1", y los experimentos microbiológicos realizados por el doctor Musgrave con sus compañeros de viaje para buscar la causa probable del llamado "mal del espacio". En efecto, la primera misión del "Challenger", que concluyó con éxito después de cinco días de vuelo en abril de 1983, puede considerarse "histórica" por otros dos hechos muy importantes ocurridos durante el vuelo. El primero, que pasó casi inadvertido por las crónicas, es el experimento de "electroforesis de flujo continuo" realizado por el doctor Musgrave, que ha verificado con éxito la posibilidad de producir en condiciones de gravedad cero sustancias medicinales con un grado de pureza imposible de lograr en la Tierra. El segundo hecho, en cambio, se ha difundido mucho más: el "paseo espacial" de tres horas y cincuenta minutos, del cual fueron protagonistas los dos "mission specialists", Musgrave y Peterson. Sin embargo, las razones de tanto interés por parte de la prensa han sido más que legítimas: hacía diez años que los astronautas americanos no paseaban por el espacio. Más adelante vendrán el "Challenger 2" con Sally Ride y el "Challenger 3" con Guion Bluford, el primer astronauta negro. Lamentablemente las misiones del Challenger culminaron de manera trágica con el lanzamiento del 26 de enero de 1986, cuando segundos después del despegue, explotaba en el aire debido a fallas mecánicas en su estructura. En este hecho perdieron la vida los siete tripulantes de la aeronave, entre ellas una maestra de escuela primaria.

SHUTTLE: LAS MISIONES FUTURAS

También en las misiones futuras uno de los objetivos más importantes del Space Shuttle será el transporte y puesta en órbita de satélites artificiales de diverso tipo. Ya durante la quinta misión del Columbia se ha experimentado con éxito la capacidad de la lanzadera espacial en realizar esta función: el Columbia 5 expulsó de una bodega y después puso en órbita de 36.000 km., dos satélites para telecomunicaciones con un peso de 7.000 libras cada uno. De ello ya hemos hablado anteriormente. Veamos ahora, en cambio, como ha sido posible esta operación de lanzamiento desde los 295 km. de la órbita del tshuttle a los 36.000 km. de la órbita prevista para los dos satélites. A bordo del Columbia estaban, además del comandante y del piloto, dos mission specialists, es decir dos astronautas especializados en satélites de telecomunicaciones, con la función de revisar los satélites antes de ponerlos en órbita. Por lo tanto, el mecanismo es el siguiente. Alcanzada la órbita de estacionamiento alrededor de la Tierra, los specalists realizan todas las operaciones de control para verificar el funcionamiento de los satélites. Una vez establecido que el satélite está pronto para ir al espacio, la tripulación pone en marcha el sistema de expulsión que "sacará a patadas" (traducción de "kicked off", el término utilizado por los técnicos de la NASA) al satélite y lo colocará a poca distancia del orbiter. En este punto, cada operación sucesiva se realiza con las órdenes impartidas por radio. Se deja que el satélite se aleje de la lanzadera hasta una distancia de seguridad de 26 km. y luego se ordena la ascensión del cohete del satélite, que lo llevará a la altura establecida de 36.000 km. Alcanzada esta altura, deberá realizarse finalmente, siempre a través de la radio, una corrección de la órbita para estabilizar en ella al satélite. Estas operaciones realizadas por el Columbia 5 durante la misión de noviembre de 1982, serán más o menos las mismas que los shuttle realizarán en las futuras misiones que prevén el lanzamiento de satélites. El Columbia 5 transportó y puso en órbita dos satélites. En un futuro no muy lejano será posible poner en órbita cinco en una sola misión. Sin embargo, entre las funciones del shuttle no está solo el lanzamiento de satélites, sino también su recuperación. La lanzadera espacial ha sido concebida, en efecto, para efectuar la recuperación de satélites con averías o agotados. Llevados a Tierra, podrán ser reparados y lanzados nuevamente y puestos en órbita por el mismo shuttle o con otro cohete. ¿Cómo operará el shuttle en este tipo de misión? Aquí entra en juego el brazo canadiense, que se hizo famoso por las polémicas sobre su utilización militar (el brazo podría robar satélites-espías enemigos o neutralizarlos), que fue experimentado con éxito en la tercera misión del Columbia por los astronautas Jack Lousma y Gordon Fullerton. El brazo manipulador (RMA: Remote Manipulator Arm) será puesto en funcionamiento una vez que el orbiter sea colocado en la misma órbita que el satélite a capturar. El satélite será primeramente desactivado con una orden vía radio y después será capturado, por el brazo, que lo llevará a la bodega antes de realizar todas las maniobras necesarias para salir de la órbita y entrar en la atmósfera. En las futuras misiones del shuttle tendrá gran importancia la presencia a bordo de los mission specialists, que de vez en cuando serán elegidos de acuerdo con los objetivos específicos de la misión: por ejemplo, en el caso del telescopio espacial, los especialistas serán dos astrofísicos.

LOS RECLUTAS DEL "SHUTLE" Desde que, en 1978, comenzó la era del "Shuttle", para los aspirantes a astronautas americanos se abrieron nuevas posibilidades. Ya no se requería taxativamente la pertenencia al ejército y la NASA, incluso entre civiles, estaba buscando un gran número de candidatos para cubrir los diferentes cargos de piloto, comandante, "mission specialists" y "payload specialists" (los especialistas de misión y los especialistas de carga). que operarían a bordo de la lanzadera espacial. Se estableció así un primer contingente de nuevos astronautas, compuesto por 15 aspirantes pilotos y 20 especialistas de misión, entre los que (por primera vez en la

historia de la astronáutica americana) entraron a formar parte seis mujeres. Así, ¿cuáles eran las caracteristicas requeridas por la NASA para convertirse en reclutas del "Shuttle"? Ante todo es preciso decir que los requisitos variaban de acuerdo con las funciones. Para los candidatos a pilotos se requería un diploma en ingeniería o en ciencias biológicas, o bien un diploma en física o en matemáticas. Era indispensable, naturalmente, una experiencia de vuelo: mil horas como pilotocomandante de jet eran un pasaporte válido. El candidato a piloto era sometido después a un escrupulosisimo examen físico para ser declarado apto para el vuelo espacial, examen que la NASA clasificaba de "primera categoría" y que sustancialmente era similar a los que en los Estados Unidos someten a militares y civiles para conseguir una licencia de vuelo. Para superar el examen era necesario poseer una vista y un oído perfectos, presión sanguínea no superior a ciertos niveles y asi sucesivamente. Menos severo, lógicamente, era el examen físico de aptitud al que se sometian los candidatos a "mission specialist", clasificado como examen NASA de "segunda categoría"; no variaba, en cambio, la preparación universitaria requerida: también los "especialistas" debían tener el mismo tipo de título. En cuanto al entrenamiento fisico, como ya hemos dicho, todos los candidatos a astronautas eran sometidos a largos y extenuantes ejercicios para simular la ausencia de gravedad. Los "mission specialists" y los "payload specialists", en particular, además de estos ejercicios debian después pasar por lo menos ciento cincuenta horas en un simulador especial para familiarizarse con los diferentes tipos de carga que transportaría el "Shuttle".

CONAE: LA ARGENTINA EN EL ESPACIO

COMISIÓN NACIONAL DE ACTIVIDADES ESPACIALES REPÚBLICA ARGENTINA

PLAN ESPACIAL NACIONAL. 1995 - 2006 El Plan Espacial Nacional define el marco que orienta las inversiones y actividades para que la Argentina acceda al espacio ultraterrestre con medios e instrumentos propios, concentrando esfuerzos para participar en las mejores posiciones junto a la comunidad internacional de países que dominan estas tecnologías. En el Plan Espacial Nacional se programa el enlace regular con satélites internacionales de observación, la construcción y puesta en órbita de satélites artificiales propios para diversos propósitos y la realización de estudios tendientes a la exploración y a la explotación del espacio ultraterrestre. Se han previsto misiones espaciales científicas para realizar investigaciones que profundicen el conocimiento de nuestro planeta y el espacio que lo rodea.

Las misiones de teleobservación están destinadas a recoger información e imágenes de nuestro territorio continental, insular y polar, así como de su plataforma marítima, para el mejor uso de nuestros recursos naturales, para la preservación del medio ambiente y para la prevención de catástrofes naturales. Se programa el desarrollo y puesta en órbita de satélites para telecomunicaciones de baja órbita, para complementar los servicios que ya se encuentran en uso. El Plan Espacial prevé la más amplia difusión de la información obtenida desde el espacio.

Artículo periodístico promocionando el lanzamiento del primer satélite argentino de aplicación científica

ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL PLAN ESPACIAL NACIONAL La Argentina puede ser catalogada como un "país espacial" ya que por sus características hace y hará uso intensivo de los productos de la ciencia y la tecnología espaciales. Esto es así porque: - Posee una gran extensión geográfica, que abarca desde el trópico hasta el polo. - La actividad económica de la Argentina está fuertemente influida por explotaciones primarias extensivas (agripecuarias, pesqueras, forestales, mineras y de hidrocarburos) - Su sociedad posee un nivel de desarrollo que requiere el uso e intercambio cotidiano de información detallada y cuantitativa sobre su estructura y economía. - La particular distribución de su población impone el uso de las telecomunicaciones. - Grandes zonas productivas son vulnerables a catástrofes naturales y antropogénicas. - Los vínculos y compromisos regionales e internacionales asumidos por la nación la obligan a generar y utilizar bienes y servicios derivados de la ciencia y la tecnología espaciales.

De los puntos anteriores surge que por su propia condición la Argentina hace y hará uso creciente de productos derivados de la ciencia y la tecnología espaciales, debiendo en consecuencia definir de qué modo ha de acceder a ellos en el futuro. Dado su nivel de desarrollo técnico y económico es lógico que se proyecte como productora de dicha tecnología y como consumidora activa de la misma. Se entiende que se es un "consumidor activo" de bienes de alto contenido tecnológico cuando se posee la capacidad técnica de influir mediante las compras en las definiciones conceptuales y en las prestaciones de aquello que se adquiere. Cualquier otra estrategia no sólo desaprovecharía un importante patrimonio nacional de inventiva y recursos humanos capacitados, sino que además reafirmaría al país en la función poco favorable de intercambiar bienes primarios por otros de alto valor agregado, creando así una situación de deterioro en los términos de su intercambio comercial.

Satélite de aplicaciones SAC A

MARCO CONCEPTUAL EL PRODUCTO DE LAS ACTIVIDAES ESPACIALES El beneficio social derivado de las actividades espaciales se concreta principalmente por medio de dos productos: - La información generada por las aplicaciones espaciales y los medios para transmitirla. - Los medios para la exploración y utilización pacífica del espacio ultraterrestre. Las diversas fases de la actividad espacial sensan, recogen, transmiten, almacenan y procesan información de muy diversa naturaleza. Por esta razón, las actividades espaciales son actualmente también generadoras de medios de hardware y software para llevar a cabo esas funciones. La importante participación de la tecnología espacial en las telecumunicaciones es un ejemplo de este hecho. A esa actividad debe agregarse el aporte de la información teledetectada por medio de sensores remotos. Tanto el volumen como la calidad de ésta, así como las áreas que demandarán su uso, tenderán a crecer y a diversificarse en el futuro próximo. Una vez que la información es entregada a la sociedad, gana valor agregado a medida que se la sistematiza y prepara para ser usada en la forma cotidiana de decisiones por el gobierno o por sectores productivos. La sociedad alberga un gran número de empresas que bien pueden llamarse "empresas de información" -que realizan ese trabajo elaborando datos y valorizándolos de distintas maneras. Se denomina "Ciclo de Información Espacial" (CIE) al conjunto de etapas que comprende la generación, transmisión, procesamiento y utilización de la

información espacial. A lo largo de ese "ciclo" las actividades espaciales operan, ya como promotoras del uso, ya como proveedoras o consumidoras tanto de la información como de los medios para producirla, transmitirla, elaborarla y almacenarla. La humanidad enfrenta los problemas de compatibilizar su propia subsistencia en el planeta con el equilibrio de sus mares, su atmósfera y las reservas de recursos naturales. La creciente actividad industrial y de explotaciones agropecuarias y extractivas en el mundo ha despertado seria preocupación acerca de una posible alteración del equilibrio geofísico de la atmósfera y los océanos que redunde en un posible calentamiento global del planeta. Además de estos procesos, se están creando amenazas de contaminación y de pérdida de biodiversidad en escalas muy significativas. El CIE ya ha probado ser un elemento irreemplazable para diseñar las estrategias de supervisión y control de estos procesos cuyos impactos sociales y económicos son de enormes proporciones. En este aspecto deberán examinarse las alternativas que ofrecen el espacio y la tecnología espacial para dar soluciones estructurales a las amenazas antropogénicas al medio ambiente terrestre. El segundo producto importante de la tecnología espacial es el medio para explotar el espacio ultraterrestre. Este medio está llamado a jugar un papel de primordial importancia en el futuro a largo plazo. Actualmente los vehículos espaciales son en buena medida una contribución al CIE, ya que se los utiliza para la ubicación en el espacio de los medios para sensar o transmitir información. En el futuro a largo plazo, este medio de exploración y explotación del espacio ultraterrestre se transformará en un recurso independiente de uso pacífico para hecer del mismo un ambiente más, donde la humanidad podrá desarrollar actividades de diverso tipo. Los vacíos extremos, la ausencia de gravedad y la existencia de radiaciones que en la superficie de la Tierra son blindadas por la atmósfera, presentan al espacio como un ambiente adecuado y de características únicas para encarar ciertos emprendimientos, tales como producir materiales y compuestos químicos o aun producir energía.

PROGRAMAS CIENTÍFICOS Las actividades espaciales requieren gran inversión intelectual. El aprovechamiento de la información recogida con recursos propios de la tecnología espacial, el desarrollo de sistemas de comunicación espaciales o el acceso y uso del espacio ultraterrestre para otros fines, requieren la formulación y desarrollo de procesos y el manejo de datos elaborados por métodos científicos o en el marco de proyectos de investigación científica. Los avances tecnológicos en el área espacial son cotidianos y abren constantemente nuevas alternativas de uso y aprovechamiento del espacio ultraterrestre. Estos desarrollos tecnológicos tienen una relación bidimencional con diversas áreas de la ciencia. No sólo hacen posibles nuevas investigaciones básicas sino que la inversa es también cierta: proyectos científicos abren rumbos que dan lugar, rápidamente, a explicaciones y desarrollos tecnológicos de significación económica y con un gran impacto en los sectores productivos. En este contexto, las actividades espaciales deben mantenerse estrechamente vinculadas con grupos de investigación y desarrollo, contemplando la promoción de estas actividades como parte de su programación habitual y entendiendo que los recursos aplicados a impulsarlas son una inversión cuyo retorno es una parte del producido por las actividades espaciales.

EL PLAN ESPACIAL NACIONAL CONCEPTO DE INTEGRACIÓN

ÁREAS DE APLICACIÓN DE LAS ACTIVIDADES ESPACIALES La Argentina ya hace uso de algunos eslabones del CIE. Las telecomunicaciones satélites son un hecho y numerosos sectores hacen uso regular de información teledetectada. Las telecomunicaciones satelitales se utilizan comercialmente en la prestación de servicios telefónicos en redes conmutadas y de televisión. Las redes informáticas de alto porte y de otras demandas en el área de transmisión de datos hacen previsible una extensión del horizonte actual de servicios de telecomunicaciones, en los que la tecnología espacial tiene mucho que ofrecer. El principal usuario de información teledetectada es el sector público. Estos usos prometen expandirse con la aplicación en programas de control y supervisión del medio ambiente. Los sectores de la actividad económica en los que el CIE posee un impacto significativo son los siguientes: - Telecomunicaciones. - Uso de sistemas globales de posicionamiento. - Prevención, evaluación y seguimiento de desastres naturales y antropológicos. - Monitoreo y utilización de los recursos naturales. - Telemedición y control de parámetros industriales. - Cartografía y catastro. - Supervisión y cuantificación de la producción agropecuaria y forestal. - Pesca, aprovechamiento y vigilancia de recursos costeros y oceánicos. - Estudios meteorológicos locales y globales.

- Aprovechamiento de los recursos del suelo y subsuelo. - Diseño de nuevos métodos para la gestión y administración del desarrollo a escala regional. - Cambio global.

SUSTENTABILIDAD Y BENEFICIO ECONÓMICO DE LAS ACTIVIDADES ESPACIALES Las actividades espaciales han probado ser un ámbito en el que se desarrollaron y alcanzaron plena madurez nuevos conceptos tecnológicos que en una etapa posterior, al ser tomados por los sectores productivos de la sociedad, soportaron las exigencias y rigores de un mercado libre y competitivo. El mejor ejemplo son los sistemas de telecomunicaciones basadas en satélites artificiales, que luego de pasar una etapa de desarrollo experimental, fueron asimilados por empresas prestatarias de servicio que tomaron a su entero cargo la difusión y las aplicaciones de este nuevo concepto tecnológico. La actual realidad internacional en esta área para el corto y mediano plazo es la de retener en agencias gubernamentales la promoción de aspectos avanzados de esta tecnología, dejando en manos del sector privado los desarrollos ligados a las fases de optimización y ampliación de servicios. Estos últimos están orientados a priorizar las telecomunicaciones de voz y datos por medios satelitales, donde la responsabilidad de CONAE debe quedar supeditada a ofrecer los servicios de "arquitecto espacial" (selección de opciones de diseño e ingeniería). En cambio, CONAE deberá desarrollar las tecnologías asociadas a otros servicios no masivos de transmisión de información con significación económica y social relevante (educación, seguridad, grupos humanos aislados, mantenimiento de redes extensas como gasoductos, líneas de alta tensión, etc.). Los beneficios derivados de las actividades espaciales de investigación, desarrollo e innovación son directos. Consideradas de este modo, las actividades espaciales están en pie de igualdad con las tareas científicas básicas. La estimación de los efectos económicos secundarios de actividades de este tipo fue realizada por el Centro Europeo para las investigaciones Nucleares (CERN). Este Centro es un laboratorio internacional de excelencia en física e investigaciones teóricas y experimentales que actualmente es el más importante de Europa. La cuantificación de los efectos se realizó tomando en cuenta como factores: - La calificación y desarrollo de proveedores. - Las innovaciones en la industria proveedora. - Los desarrollos de nuevos productos. - Las mejoras de calidad. - La creación de la demanda de nuevos productos. Este tipo de estudio fue realizado también por la NASA en oportunidad del desarrollo de las misiones Apollo.

POLÍTICAS, ASUNTOS JURÍDICOS Y RELACIONES INTERNACIONALES

El Plan Espacial Nacional debe entenderse como un importante proyecto nacional. Las acciones para el logro de sus objetivos implican la participación directa o indirecta de un sinnúmero de grupos humanos desde el área de la producción, del gobierno, del sector académico y del sistema nacional de Ciencia y Tecnología. El desarrollo de tecnología espacial en el marco del Plan espacial Nacional debe poseer el máximo y más inmediato retorno social y económico. Esto se logra focalizando los esfuerzos en su utilización para: - Contribuir a la educación y al mejoramiento de la calidad de vida de la población, particularmente en áreas alejadas y marginales. - Crear nuevas capacidades y fuentes de trabajo en industrias productoras de bienes de alto valor agregado. - Obtener ventajas para el sistema productivo local que inserten nuestra industria en un comercio internacional fuertemente competitivo. - Promover nuevos negocios que amplíen el horizonte del quehacer productivo nacional. El modo más idóneo de lograrlo es mediante una estrategia de concentración de esfuerzos y especialización, identificando objetivos muy definidos y nichos tecnológicos y comerciales atractivos en los que se pueda alcanzar y mantener un nivel de excelencia y originalidad de alcance internacional.

RELACIONES INTERNACIONALES CONAE pondrá también singular interés en afianzar la cooperación regional en materia espacial. Buscará ampliar las metas y optimizar las tareas previstas en el presente Plan impulsando una activa cooperación en el marco del MERCOSUR. Promocverá el uso de recursos complementarios de infraestructura y medios de desarrollo en la región, programará acciones de asistencia mutua, contemplará desarrollos complementarios y explorará la posibilidad de realización de misiones espaciales conjuntas. CONAE acompañará con acciones propias y en la medida de la convergencia con sus objetivos, la iniciativa para investigaciones en Cambio Global que en estos momentos adquiere dimensiones institucionales y de cooperación internacional con el IGBP (International Geosphere Biosphere Program) y otros.

ACTIVIDADES ESPACIALES PREVISTAS Las principales áreas de la actividad espacial que se prevén para la Argentina contemplan tanto aspectos de investigación científica y tecnológica como de aplicación. La puesta en órbita de los satélites previstos en los programas anteriores se hará con los servicios de acceso al espacio ultraterrestre disponible mediante acuerdos de cooperación internacional, o mediante contratos que se celebren con proveedores de estos servicios . Se pretende alcanzar otros usos del espacio ultraterrestre, encarando como provecho a largo plazo el desarrollo de medios "per se" o preferentemente en cooperación, para acceder al espacio con vehículos espaciales de nueva generación. En este campo se comenzará sólo mediante

exploración de alternativas conceptuales, previendo algunas realizaciones parciales para la primera década del siglo próximo.

CURSOS DE ACCIÓN

LAS ACCIONES DE CONAE Las acciones de CONAE serán organizadas según proyectos y actividades en una estructura matricial en la que las actividades se desempeñan como columnas de la matriz mientras que los proyectos representan las filas de la misma. Tanto las actividades como los proyectos serán redefinidos periódicamente de manera dinámica, dando algunos por terminado o iniciando otros nuevos. Se entiende que cada proyecto engloba un conjunto de acciones que tienen un comienzo y que finalizan cuando alcanzan un objetivo definido en un momento preciso. Cada proyecto poseerá una programación, presupuesto y financiamiento propios. Dado que cada uno puede dar lugar o requerir de una o más actividades, su presupuesto debe contemplar la contribución necesaria para solventar la parte proporcionada de los costos fijos producidos por el mantenimiento de las actividades regulares de la institución.

DESARROLLO DE RECURSOS HUMANOS. Se considera imprescindible contemplar una actividad de formación de recursos humanos destinados a satisfacer las demandas emergentes de las acciones programadas en el presente Plan. Para encarar esta tarea CONAE impulsará el desarrollo del Instituto de Altos Estudios Espaciales Mario Gulich, constituyéndolo en un centro interdisciplinario para la enseñanza de ciencias espaciales y demás áreas del conocimiento relacionadas con las mismas. El Instituto funcionará en el Centro Espacial Teófilo M. Tabanera en Falda del Carmen, Provincia de Córdoba, dictando cursos diseñados especialmente para satisfacer las necesidades de CONAE, así como de las empresas vinculadas a la actividad espacial. Estos cursos estarán también abiertos a alumnos no vinculados directamente a CONAE o a las empresas del sector. Con el objeto de procurar la máxima autofinanciación del Instituto se propondrá que el mismo tome la forma jurídica que se considere más apropiada.

CONAE planificará una serie de actividades de investigación y desarrollo tecnológico, encuandrándolas en los siguientes temas, desagregados según convenga en programa y subprogramas de investigación. - TEMA Nº 1: Propagación e interacciones de la Radiación Electromagnética. - TEMA Nº 2: Física y Química de la Atmósfera y los Océanos. - TEMA Nº3: Ciencias de Materiales y Física del Estado Sólido. - TEMA Nº4: Matemáticas Aplicadas y Física del Estado Sólido. - TEMA Nº5: Física Solar-Terrestre y Astrofísica. - TEMA Nº6: Geofísica de la Tierra Sólida. - TEMA Nº7: Ingeniería e Instrumentación Espacial y Microeléctrónica. - TEMA Nº8: Estudios Jurídicos, Sociales, Ecológicos y Ambientales. - TEMA Nº9: Economía de la Tecnología Espacial y Desarrollo de Negocios.

INTEGRACIÓN DEL PLAN ESPACIAL NACIONAL AL SISTEMA CIENTÍFICO

OBJETIVOS PRINCIPALES En esta sección se enumeran objetivos generales para las tareas en curso y para aquellas que se encararán en el corto, mediano y largo plazo. Cada uno de estos objetivos es desagregado en las principales tareas, citando las misiones y acciones de contenido técnico más importantes que son concurrentes a las mismas. Se presentan agrupadas en los cinco cursos de acción antes definidos, sin hacer mención a las etapas o metas intermedias que será necesario cumplir en cada caso.

Las metas y tareas que se mencionan en las siguientes secciones deben ser consideradas como una secuencia básica de acciones que apuntan a concretar los logros técnicos principales del Plan Espacial. Si las condiciones lo hacen recomendable éstas podrán además considerarse como base la cual se debe programar cualquier ampliación de objetivos del Plan Espacial con otras realizaciones colaterales que respeten y complementen los logros implícitos en las mismas.

Objetivos generales: - Desarrollo y afianzamiento de los medios para obtener información espacial. - Mejora de la calidad de la información espacial accesible. A corto plazo; período 1997-2000. - Mejora y ampliación de medios espaciales para obtener información. A mediano plazo; período 2001-2006. - Mejora y ampliación de medios en órbita. Utilización del espacio como ambiente de trabajo: acceso al mismo y desarrollo de satélites livianos recuperables. A largo plazo; posteriores al 2006.

METODOLOGÍA PARA LA REVISIÓN PERIÓDICA DEL PRESENTE PLAN El Plan Espacial Nacional debe ser revisado cada dos años, extendiendo cada vez su alcance otro bienio en el futuro de modo de contar siempre con un horizonte de por lo menos una década. En cada oportunidad se lo deberá adecuar a las reales posibilidades de la economía y a los avances realizados en el pasado bienio. En esas actualizaciones se deberán evaluar y precisar las misiones futuras, agregando o suprimiendo aquellas que se estime oportuno. Y se deberán tener especialmente en cuenta los avances mundiales producidos en tecnología espacial, la vigencia de nuevos conceptos y la marcha y los logros alcanzados en los programas cooperativos que se hayan realizado. CONAE implementará asimismo un sistema de auditoría para sus actividades técnicas. Para ello nombrará en cada caso un comité técnico, integrado por no menos de tres especialistas externos ampliamente reconocidos en el campo de las actividades espaciales, ya sea de la Argentina o del extranjero. Si bien deberá hacerce periódicamente un control de gestión detallado de la marcha del presente Plan, una evaluación global puede efectuarse en todo momento a través del nivel de progreso en la substanciación de las misiones que están previstas en el mismo. Esto es así, pues cada una de ellas corresponde a un hito de importancia en la adquisición progresiva de las tecnologías del CIE y deben ser siempre programadas en el tiempo, de modo de capitalizar los esfuerzos realizados en misiones anteriores.

PRESUPUESTO ESTIMADO (En miles de dólares) Fuente de

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003 3004

2005 2006

financiamiento Aporte directo 119 del tesoro (*) Aporte del 13000 terceros Subtotal de 13119 terceros e indirecto tesoro (CONAE) Aporte directo 24971 del tesoro (CONAE)

1272

2816

12442

10716

4693

15674

12365

15581 13189 8040

6479

98

176

16429

2362

1664

17470

2639

1892 16150 880

792

1370

8394

28871

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Inversiones 38090 35383 58225 73220 51417 81970 76322 54647 80541 67546 34597 49543 (*) Se entiende como aporte indirecto del tesoro, la participación prevista de TOTAL 701.499 otros entes del sistema de ciencia y tecnología en el área del plan espacial PERIODO 1996/2006

Presidencia de la Nación

COMISIÓN NACIONAL DE ACTIVIDADES ESPACIALES Paseo Colón 751 - 4º Piso (1063) - Buenos Aires - ARGENTINA Telefax: 00 - 54 - 11 - 4331 - 3446 / 4331 - 5447

CIENCIA Y TECNICAS ASTRONAUTICAS Con su espectacular desarrollo, la astronáutica y la astrofísica ha hecho nacer multitud de nuevas ciencias que se citan a continuación.

Astrodinámica Es la rama de la ingeniería y de la astronomía desarrollada a partir de 1960. Se ocupa de las aplicaciones prácticas de la mecánica celeste y, en general, abarca la tecnología de los problemas que se plantean para el vuelo de las astronaves. Utiliza los conocimientos de la aerodinámica, la geofísica, el electromagnetismo, la navegación, etc.

Astrogeofísica Es una moderna rama de la astronomía que utiliza las técnicas y métodos propios de la astrofísica y de la geofísica. Estudia la radiación cósmica, el campo magnético interplanetario y las interacciones Sol-Tierra.

Astroquímica Es la parte de la astrofísica que se ocupa de la composición química del Sol y de los planetas, de las estrellas y de la materia difusa interplanetaria o, más en general, interestelar. En consecuencia, la astroquímica estudia el comportamiento de los diversos tipos de moléculas y de iones libres en la atmósfera de los citados cuerpos celestes, e investiga, además, la formación del denominado polvo cósmico y la abundancia relativa de los elementos químicos en el Universo (para lo cual se vale del análisis de la radiación electromagnética emitida o absorbida por aquellos cuerpos celestes).

Astrometría Es una ciencia que ha adquirido notable importancia con los modernos aparatos basados en la física. Esta rama de la astronomía estudia la determinación de los movimientos de los astros así como de las posiciones que ocupan. Junto a medios matemáticos tradicionales, principalmente la trigonometría esférica, y medios ópticos usuales, tanto teóricos como prácticos, utiliza los derivados de la aplicación de instrumental clásico diverso (astrolabio de prisma, telescopio, radiotelescopio, etc.) y sobre todo técnicas como astrofotografía, la interferometría y la radiointerferometría.

Astrometeorología Es la ciencia que estudia las relaciones entre los fenómenos ópticos, en especial los solares, y los atmosféricos terrestres.

Astrofotografía Técnica que abarca todas las aplicaciones de la fotografía en cualquiera de los aspectos de esta ciencia.

La renovación técnica La mayoría de las ciencias y técnicas actuales se han renovado o incrementado sus aplicaciones bajo el estímulo extraordinario de la astronáutica, como sucede con la ingeniería de nuevos materiales, y la de telecomunicaciones, la informática, la electrónica, la química, la biología, la medicina, la fotografía, etc.

La telemetría espacial Un ejemplo interesante, que se cita por ser poco conocido, pero no por ello menos importante, es la telemetría o técnica mediante la cual la medida de una magnitud se transmite se transmite a distancia para que sea registrada y actúe sobre un proceso o sistema. Desde las primeras soluciones utilizadas como hilos, líneas y cables, hasta las más refinadas técnicas de transmisión por radioondas, el avance ha sido extraordinario. En efecto, es cada vez mayor la necesidad de sistemas de telemedida en el campo aéreo y espacial; aviones, misiles balísticos de gran radio de acción, cohetes y globos sonda, satélites artificiales, sondas interplanetarias y naves espaciales tripuladas. Las nuevas técnicas de modulación eficientes y seguras, han incrementado la cantidad de medidas que pueden transmitirse y han exigido la construcción y perfeccionamiento de estaciones telemétricas capaces de recepción automática, de reconstrucción perfecta de señales y de conversión a la forma numérica a fin de que puedan aplicarse a tiempo real. La telemetría espacial surgió de la necesidad de transmisión de medidas desde globos sonda y de la de controlar las pruebas de vuelo y verificación de aviones, cohetes, misiles, sondas, etc. Ha resultado de gran utilidad en los satélites artificiales para la transmisión a la Tierra de las mediciones efectuadas a bordo de los mismos, y en las cápsulas tripuladas, pues la seguridad del hombre en vuelo orbital depende estrechamente del sistema telemétrico.

La transmisión, mediante sondas interplanetarias , de las mediciones realizadas en las proximidades de los cuerpos celestes (y que han justificado programas tales como Apollo, Soyus, Pioneer, Mariner, Lunik, etc.) así como la transmisión de tomas televisivas desde, por ejemplo la Luna, ha sido posible gracias a los espectaculares avances de la telemetría.

MISIONES ESPACIALES

Lanzamiento separación de las fases y recuperación de un cohete. Medicina a bordo Una misión espacial tripulada debe contar con las medidas de seguridad médica y de higiene necesarias para un normal desarrollo. Los astronautas para ellos tienen un sistema de monitoreo de todas sus funciones vitales, que son enviadas mediante señales de radio a Tierra en todo momento. Además cuentan con los conocimientos necesarios en caso de emergencias a bordo, en donde en cada caso sabrán cómo actuar.

Temperatura En lo que respecta a la temperatura, las radiaciones solares, la propia tripulación (70 kcal/h. en reposo) y el funcionamiento de los aparatos son generadores de calor, que deberá eliminarse por medio de los denominados intercambiadores de calor.

La alimentación Los alimentos de los astronautas están preparados de modo que no produzcan restos (migajas...) y a fin de posibilitar la bebida, los líquidos se sorben desde recipientes especiales. Gracias a las actividades musculares correspondientes, que funcionan en condiciones de ausencia de peso, el bolo alimenticio sigue su curso y finalmente, tras la digestión, el ciclo alimenticio se cerrará con la expulsión de las heces y la orina (de ésta se recupera el agua, como se hace también con el vapor eliminado de los pulmones al respirar y con el de la piel al sudar).

La ingravidéz

Uno de los fenómenos de mayor trascendencia es la ingravidez, pues provoca problemas fisiopatológicos relacionados con el equilibrio y la orientación, con la circulación de la sangre y las funciones superiores del sistema nervioso central, con la termorregulación, con la función renal y, naturalmente, con las posibilidades de trabajo y cambio de posición. En los individuos bien dotados para los vuelos espaciales, el entrenamiento metódico y prolongado elimina o, por lo menos, aminora los citados problemas. La ausencia de peso causa ciertas modificaciones del aparato cardiovascular, una propención al estado de relajación muscular con una progresiva hipodinamia cardiocirculatoria y un aumento de fatiga, como así también más posibilidades de sufrir un mal similar a la osteoporosis (debilidad de los huesos).

La vestimenta

Otro elemento de singular importancia es el traje espacial o escafandra, herméticamente cerrada, que ha de garantizar las condiciones necesarias para la actividad vital (en su interior ha de circular oxígeno o aire, a fin de permitir la disposición de calor que el astronauta produce y el mantenimiento de la capacidad de trabajo en las condiciones del espacio cósmico). La escafandra habrá de conservar el régimen autónomo de la atmósfera (presión, temperatura, composición gaseosa y humedad) dentro de los límites biológicos. Su diseño está también especialmente preparado para que amortigüe los cambios de aceleración y centrifugación que pueden haber durante el viaje espacial).

Navegar en el espacio Una astronave ha de "navegar"en el espacio. Cuando un cuerpo se deja a distancias que superan los 100 millones de kilómetros no es posible conducirlo (en sentido propio), ni siquiera utilizando los más perfeccionados sistemas telemétricos y de corrección de las

trayectorias. naturalmente, es posible mantener contacto por radio con el cuerpo, recibir datos o localizaciones, elaborarla y enviar órdenes , que en consecuencia, podrán seguir los automatismos de a bordo. A bordo de un ingenio cósmico, ya se trate de un satélite de dimensiones moderadas, de una sonda de gran alcance, o de una gran astronave, existe siempre un sistema equivalente a los que usan las embarcaciones en para determinar su posición con referencia al horizonte y a una estrella. En un satélite artificial o en una astronave en órbita, el horizonte, aunque sea visto desde una distancia de 300 km o más, constituye todavía una referencia válida; en cambio. cuando se adentra en el espacio, solamente los astros y las estrellas fijas pueden constituir el verdadero sistema de referencia. En las astronaves tripuladas, el piloto calcula siempre la posición del vehículo en relación a tres estrellas fijas y, en general, la precisión es satisfactoria; si tal operación se repite a intervalos muy precisos, entonces es posible determinar tanto la velocidad como la trayectoria que se describe, con sólo utilizar los cálculos adecuados mediante un ordenador. En cambio, es difícil que un sistema automático no dirigido por el hombre pueda elegir correctamente una terna de estrellas fijas para determinar la exacta posición del vehículo, sobre todo si este ha de realizar viajes de larga distancia, pues en tal caso el ingenio tiende a girar sobre si mismo lentamente.

El escudo térmico Antes de que el cuerpo penetre en la atmósfera conviene orientar el aparato propulsor de modo que disminuya la velocidad y pueda acceder de forma adecuada al corredor de entrada; sigue luego la fase de atravesar las capas más altas de la atmósfera, durante la cual se produce un gran calentamiento. Con frecuencia, la astronave que regresa a la Tierra está provista de unescudo térmico , cuya función consiste en disipar por evaporación gran parte del calor producido por el rozamiento, para así proteger la estructura. En las técnicas más modernas, el vehículo, además de estar dotado del escudo térmico, tiene forma aerodinámica, que le permite utilizar la atmósfera para su sustentación, al igual que lo que hacen las alas de los aviones; de este modo la trayectoria de regreso resulta más larga y el calentamiento por rozamiento es menos intenso. En el límite, si tales características aerodinámicas estuviesen suficientemente desarrolladas, se podría incluso conseguir un regreso piloteado o teledirigido, para que se requiera un hora o más, pero que evitaría la fase del black-out (fase en la cual las comunicaciones por radio entre el vehículo y la tierra quedan anuladas por efecto de los gases muy calientes generados por el escudo térmico vaporizado por el calor) y permitiría reducir sustancialmente las necesidades térmicas y mecánicas en la estructura del vehículo.

Trabajos en el espacio Los programas a largo plazo para la puesta en órbita de una estación permanente han provocado la urgencia de trabajos en el espacio, así como también su definición correcta. En el interior de la estación espacial se tendrían condiciones de gravedad nula, ya experimentadas en el curso de numerosas empresas orbitales y cósmicas; en tales condiciones no

resulta posible efectuar ningún movimiento, como no sea apoyándose o suspendiéndose en alguna de las estructuras internas , lo cual requiere un entrenamiento para que no se produzcan movimientos desordenados, ni se rompan instrumentos, así como para evitar choques contra palancas de mando o aristas. Por lo que se refiere a los períodos de descanso, en aquellos casos en que sea posible la inclusión de literas (como se comenzó a utilizar en los vehículosSoyus) conviene que el astronauta se acueste sujeto mediante correas, puesto que cualquier ligero movimiento durante el sueño podría provocar desplazamientos imprevisibles y desordenados de su cuerpo. Todos los objetos de uso común deben encerrarse en armarios o fijarse a las paredes mediante pinzas, imanes u otros sistemas, ya que de otro modo flotarían peligrosamente en el ambiente. Además, como ya se sha indicado, en condiciones de ingravidéz no se puede beber en vasos ni verter líquidos. El trabajo en el exterior

Un problema más complejo y delicado lo constituyen los trabajos en el exterior de la astronave, esenciales para la instalación de una gran estación orbital, así como las reparaciones y revisiones de la misma, incluso para puesta en órbita, reparación y recuperación de satélites, o del mismo telescopio espacial. Es una tarea bastante complicada, pues el astronauta debe realizar tareas de suma presición valiéndose de sus manos, las cuales utilizan los grandes guantes del traje y donde el trabajo debe realizarse en un corto lapso de tiempo, pues, como la nave viaja alrededor del planeta, da varias vueltas teniendo sólo unos 'pocos minutos de luz y resto oscuridad. El astronauta se vale de un brazo extendible y controlado por ordenador, a modo de grua, que servirá para "atarse" a él y evitar que comience a girar sin control durante una tarea pesada; además está el MMU, una unidad manual de en forma de gran mochila, con controles de posición, telecámaras y propulsores que le facilitan la tarea al astronauta lejos de la nave.

VELOCIDAD Y GRAVITACION

Se sabe que la Tierra crea un campo gravitatorio causante de la atracción de los cuerpos en dirección perpendicular a la superficie de la misma. En consecuencia, los primeros problemas que han de resolverse para posibilitar un vuelo espacial están directamente relacionados con la cuestión de vencer la fuerza de atracción gravitatoria. La física indica que esto sólo es posible confiriendo velocidad a un cuerpo, de modo que consiga escapar a la influencia del campo gravitatorio terrestre para, luego, proseguir en vuelo gravitacional y, finalmente, si procede, hacerlo regresar a la Tierra. En astronáutica se consideran tres valores principales de velocidad.

Primera velocidad cósmica Se la denomina también "velocidad de satelización u orbital". Esa velocidad es la mínima necesaria para que un cuerpo se convierta en satélite terrestre siguiendo una trayectoria circular (en ausencia de aire) y sin precipitarse sobre nuestro planeta. Esta velocidad depende de la altura a la que el cuerpo se encuentre con respecto a la superficie terrestre, y se considera suponiendo ausencia de atmósfera; esta dada por la siguiente fórmula:

donde v=velocidad en km/s; R=radio de la Tierra; y r=distancia al centro de la Tierra. Así, en las proximidades de la superficie, v=7,9 km/s porque R=r (siendo = el signo de aproximación)

Segunda velocidad orbital También llamada "velocidad parabólica o de escape" es la mínima velocidad inicial que ha de comunicarse a un cuerpo para que, comenzando el movimento próximo a la superficie de la Tierra, supere la fuerza gravitatoria terrestre. Dicha velocidad depende también de la altura a la que se halle el cuerpo. Se expresa mediante la fórmula:

El significado astronáutico de esta velocidad es el siguiente: al llegar a 7,9 km/s, el cuerpo se sateliza según una órbira circular; si continúa aumentando la velocidad, la satelización tiene lugar según órbitas cada vez más elípticas, hasta que al

conseguir los 11,2 km/s, la elipse se "rompe" y el cuerpo adquiere una trayectoria parabólica y entra ya en el campo gravitatorio solar. La cantidad de energía E que ha de sumunistrarse al cuerpo para dotarlo de la segunda velocidad cósmica es igual al trabajo a realizar, y se calcula por la fórmula:

Tercera velocidad cósmica También llamada "velocidad hiperbólica", es la mínima velocidad inicial bajo la cual un cuerpo, comenzando su movimiento en las proximidades de la superficie terrestre, supera en primer lugar la atracción gravitatoria de la Tierra, en segundo lugar la del Sol y, finalmente, abandona el Sistema Solar. En la superficie terrestre esta tercera velocidad cósmica es de 16,7 km/s.

LA TEORÍA FUNDAMENTAL DE LA ASTRONÁUTICA Para enviar un vehículo al espacio exterior, normalmente lo primero que se hace es situarlo en una órbita de estacionamiento próxima a la de la Tierra. Oportunamente se incrementa su velocidad a fin de que salte a otra trayectoria, definitiva o no (en este caso se tiene una órbita de transferencia). El problema principal que existe para alcanzar una determinada órbita cuando se están atravesando las capas atmosféricas es el de encontrar una solución de compromiso entre el incremento necesario de velocidad y la capacidad de la resistencia a las altas temperaturas propia del material con el que está construida la nave. Una vez fuera de todo campo gravitatorio, el incremento de velocidad viene dado por la fórmula deducida por Tsiolkowski en 1903.

donde v= incremento de velocidad; u = velocidad de salida (o de eyección) del chorro a reacción, es decir, de los gases propulsantes; L = símbolo que denota el logaritmo neperiano; M = masa inicial de lanzamiento del vehículo; M = masa que resta tras la combustión de propulsante. Al cociente M /M se le denomina razón de masas y al M /M se le llama número de Tsiolkowski.

La fórmula de Tsiolkowski La fórmula traducida dice que el incremento de velocidad ha de ser directamente proporcional a la velocidad de eyección del chorro y al logaritmo de la razón de masas. Se comprende, por tanto, la importancia del peso relativo del cohete. De la fórmula de Tsiolkowsqui de deduce que

donde v = velocidad final; g= aceleración de la gravedad, y t= tiempo. Si deduciera que M /M= 2,71828 (el famoso número e, que es la base de los logaritmos neperianos), entonces

igualdad que expresa que (en ese caso) la velocidad final alcanzada por el cohete coincide con la velocidad final del combustible. La gran ventaja de esta fórmula es que se puede aplicar a todo tipo de cohetes, de una sola etapa o polietápicos (también conocidos con el nombre de cohetes varias etapas y cohetes compuestos). Cuando se utiliza un cohete único (de etapa) existe el problema de que para vencer la atracción gravitatoria terrestre se requiere una razón de masas muy elevada, lo que implica que M sea mucho mayor que M, es decir, la masa total del ingenio sería casi en su totalidad de combustible. A fin de orillar esta dificultad se emplean los cohetes de varias etapas (usualmente 2, 3 ó 4), que en realidad son cohetes compuestos por otros que funcionan uno tras otro, sucesivamente, de modo que cada etapa parta a la velocidad proporcionada por la anterior. Todas las grandes conquistas astronáuticas han utilizado este principio. Una vez consumido el combustible del primer cohete-etapa se produce el paro del motor de éste y su separación total o parcial; de esta forma, la masa de la parte restante disminuye y, por tanto, se le puede comunicar una velocidad mayor. El incremento total de velocidad que se consigue con este método es igual a la suma de los incrementos de velocidad proporcionados por las etapas componentes.

LOS PROPERGOLES La fórmula de Tsiolkouski indica que si el valor final de la velocidad depende de la eyección, de ahí la importancia de encontrar sustancias que cumplan de modo óptimo con las condiciones que requiere dicha velocidad "u" ha de ser directamente proporcional a la raíz cuadrada de la temperatura de combustión, y esta temperatura depende de la densidad del gas expulsado. Las sustancias que se utilizan son las llamadas propergoles, que son mezclas formadas por un combustible y un comburente; pueden ser sólidos y líquidos. Los propergoles constituidos por sustancias sólidas son los más antiguos y, en astronáutica, los menos eficientes. Los propergoles líquidos, también llamados propelentes y propulsantes líquidos, son ideales para todos aquellos casos en los que requieran potencias muy elevadas, como sucede en el lanzamiento de vehículos espaciales.

MISIONES APOLLO: EL HOMBRE EN LA LUNA APOLLO: EL HOMBRE EN LA LUNA

El programa estadounidense Apollo , además de haber llevado al hombre por vez primera a la Luna y de regreso a la Tierra, fue de una extraordinaria complejidad, y, entre todos los programas realizados, es el que se ha dado a conocer más ampliamente, con comunicación de datos técnicos cuantitativos y cualitativos, lo cual ha permitido valorar mejor lo que significan las misiones espaciales. El cohete portador de la misión era el Saturno V. Sus características eran las siguientes: altura del portador completo, 110 m; altura de la primera fase, 42,6 m; diámetro, 10 m; funcionamiento con propulsante líquido (oxígeno y queroseno); carga del propulsante al despegue, unas 1.000 t de oxígeno y 500 t de queroseno; el aparato de propulsión estaba constituido por 5 propulsores distintos, capaces de desarrollar en conjunto un empuje de 3.885 t con un consumo de unas 15 t/s; los 5 propulsores se disponían uno en el centro y los otros 4 sistemáticamente en torno al mismo. La segunda fase tenía el mismo diámetro que la primera, pero con una altura de 25 m, y desarrolló un empuje máximo de 500 t. Llevaba a bordo una reserva de 372 t de oxígeno líquido y 72 t de hidrógeno líquido. Se trataba de un cohete particularmente avanzado, por cuanto era de notables dimensiones y funcionaba con oxígeno e hidrógeno, par de propulsantes bastante difícil de manipular pero de elevado rendimiento. La tercera fase, que funcionaba también con oxígeno e hidrógeno líquido pesaba, a plena carga, 225 t, y era capaz de ejercer un empuje de 100 t. En la disposición general para el despegue, la estructura, de abajo arriba, estaba compuesta así: primera, segunda y tercera fases del cohete portador del módulo lunar protegidos por una envoltura cilíndrica formada por varios segmentos, el módulo principal de servicio, la cápsula propiamente dicha (módulo de mando) y, sobre todo ello, el dispositivo de seguridad, constituido por un cohete de propulsante sólido y un sistema de soporte. Tal estructura, de dimensiones muy moderadas respecto al complejo total, tenía la misión de salvar la cápsula en el caso que la primera fase, al comenzar el ascenso, se desviase de su ruta o estallara. En tal caso, la cápsula se hubiera separado del complejo y habría sido elevada por el cohete de seguridad para luego descender sustentada por paracaidas.

La partida del Apollo se efecuó con la técnica de la órbita de espera. La primera fase permaneció activa durante 2,4 minutos, e imprimió al complejo una aceleración energética. En esta fase los astronautas cuatro veces y media más, lo que constituía un inconveniente para el aparato circulatorio, pero que no provocó trastornos. Unos 12 minutos después del lanzamiento, el apollo entró en órbita y se desprendió de la segunda fase. En la órbita de espera permanecían la cápsula, el módulo principal de servicio, el módulo lunar (aún protegido) y la tercera fase del portador. En el caso del Apollo XI la tercera fase fue encendida unas 2 horas después del despegue y permaneció en funcionamiento durante 6 minutos, elevando el vehículo a la velocidad de liberación. En ese punto cabe distinguir el funcionamiento de la tercera fase en dos períodos: el primero con el fin de que el complejo alcanzara la velocidad orbital, para lo cual no bastaban los impulsos de las dos primeras fases y el segundo período correspondía al paso de la velocidad orbital a la de liberación.

El módulo lunar

A continuación comenzaron las maniobras con los propulsores principales inactivos. La primera manuobra consistió en la separación del conjunto formado por la cápsula propiamente dicha y el módulo principal de servicio provisto de un aparato propulsor y de chorros de orintación destinados a variar la posición del vehículo. Así se veían dos vehículos en la misma trayectoria que viajaban a la misma velocidad y a poca distancia uno de otro. Entonces se efectuaron otras maniobras: el módulo lunar o ML, todavía unido a la última fase comienza a realizar una serie de maniobras con la que concluye una en la que éste da un giro de 180º.

Una vez efectuadas las maniobras preparatorias indicadas, la cápsula y ML permanecieron unidos uno a otro hasta el momento de la separación de las alas de protección que los unía al otro módulo de servicio. El ML tenía una estructura típicamente definida por funciones a desarrollar y sin formas aerodinámicas. Pesaba 14 t a plena carga y su altura era de 7 m. Considerándolo posado sobre la superficie lunar estaba constituido de arriba abajo, de la siguiente manera: en la parte superior, la zona de permanencia, con las dimensiones de la cabina de un ascensor pequeño , para tres astronautas con sus pesados equipos protectores; también ahí estaban instalados, el aparato de radio de a bordo y un ordenador electrónico para la dirección del vehículo y la terminación de la trayectoria. Por debajo de la zona de permanencia había un aparato propulsor destinado a permanecer unido, y un sistema de chorros de dirección. Tal conjunto constituía la fase de ascenso del módulo lunar, el cual, durante el descenso hacia la Luna, y en su permanencia en ella, se mantuvo unido a la fase de descenso del ML, constituida por un segundo aparato propulsor mayor terminado en 4 patas de apoyo.

El alunizaje Una vez ubicado en una órbita de trayectoria fija alrededor de la Luna, el ML se separa del módulo de servicio, quedando en su interior un astronauta, y el resto dentro del ML. El impulso del módulo debía ser de entre 1,5 y 3 t para lograr que el ML lograra alunizar suavemente a unos 9 km/h. Las patas de apoyo estaban provistas de sensores telescópicos para poder situar exactamente en posición vertical todo el ML para segunda fase de ascenso o despegue. Después del alunizaje los astronautas salieron de la zona de permanencia y descendieron por una escalerilla. Efectuaron su trabajo que pudo prolongarse durante varias horas, protegidos por escafandras especiales equilibradas térmicamente y provistos de instalación de respiración autónoma, visor con filtro UV y radio. Luego regresaron a la zona de permanencia y accionaron el sistema propulsor de la fase de ascenso, que había de conducirlos a una órbita para unirse al vehículo constituido por la cápsula y el módulo de servicio. Una vez concluida la operación los astronautas ingresan a la cápsula donde había permanecido el tercero y la fase de ascenso del ML fue abandonada. Luego el vehículo dotado de sistemas de orientación adquirió una posición correcta y aumentó la velocidad, tomando una trayectoria de regreso a la Tierra.

Caminata lunar y astronauta descendiendo del módulo lunar.

El regreso a la Tierra

La Tierra desde la Luna La entrada en la atmósfera se realizó con la conocida técnica de que el complejo constituido por la cápsula y el módulo de servicio se orientan de modo que el propulsor de este ejerza un impulso de frenado, después de lo cual el módulo de servicio es abandonado. La cápsula penetra entonces atravesando las capas superiores de la atmósfera protegida por el escudo térmico y en el último tramo desciende suspendida por paracaídas hasta su impacto con el mar. La simple descripción de las misiones Apolloy las cifras reveladas permiten valorar su extrema complejidad y proporcionan una escala de las dimensiones y los medios utilizados en la atmósfera.

LISTADO DE MISIONES APOLLO El programa Apollo como era lógico, fue realizado gradualmente, y en los preparativos previos hubo misiones de recocimiento, mapeo, de exploración de lugares de alunizaje, etc. El Apollo VII fue lanzado el 11 de octubre de 1968; en diciembre de ese año se lanzó el Apollo VIII y realizaron complejos experimentos, dando 11 vueltas a la Luna a 112 km de altura; sufriendo sus tripulantes algunos trastornos respiratorios. El lanzamiento del Apollo IX fue efectuado el 3 de marzo de 1969 y el regreso, el 13; viajaban a bordo los astronautas Mc Divitt, Schweickart y Scott. Esta misión fue repetida por el Apollo X entre en 18 al 26 de mayo de 1969, donde el ML se acercó hasta una altura de 15 km, y piloteado por Stafford y E. Cernan. La misión pasó por varias dificultades que podrían haber terminado en accidentes de gravedad, al separarse y unirse el ML al módulo de servicio.

El Apollo XI, la gran misión para la cual se había concebido el Apollo tuvo lugar entre el 16 y el 24 de julio de 1969. El Apollo XI, con M. Collins, N. Armstrong y E. Aldrin, la cumplieron con éxito. Los dos últimos astronautas, dentro de trajes espaciales semirrígidos, con zapatos de aluminio y suela de plástico, descendieron a la superficie de la Luna, instalaron algunos instrumentos (que han en día siguen aportando datos de la Luna), recogieron 32 kg de muestras lunares y dieron las primeras noticias del modo de trabajar en la Luna. Como era lógico, los astronautas saltaban con facilidad, pero se movían con dificultad, a causa de la relativamente baja adherencia entre el calzado y el suelo lunar, y no apreciaban con exactitud las asperezas del terreno y posición de los objetos, por la total ausencia de claroscuro, debido a la ausencia una atmósfera y, con ella, de un firmamento refrigente y reflector. En la Luna los objetos se presentaban completamente iluminados o en sombra absoluta. La gran empresa apasionó al mundo, no sólo por su contenido, sino también porque era seguida por las cadenas de televisión, que recogieron el fenómeno en directo. La transmisión televisiva a 400.000 km de distancia resultó de calidad suficiente para poder ser recibida y retransmitida vía satélite, y seguida con claridad por decenas de millones de espectadores en todo el mundo. A esta misión siguió el Apollo XII, lanzado en noviembre de 1969; el Apollo XII, el 11 de abril de 1970, que luego de un lanzamiento normal debieron abortar el alunizaje debido a inconvenientes técnicos que casi lleva a sus tripulantes a una muerte segura. El Apollo XIV se lanzó el 31 de enero de 1971, en donde también se produjeron inconvenientes en el sistema de acoplamiento del ML.

LA CARRERA ESPACIAL GEMINIS: UNA ETAPA HACIA LA LUNA Si fue posible el programa Apolo que llevó al hombre a la Luna, ello se debió al programa Géminis que entre 1964 y 1966 preparó doce vuelos en los cuales se experimentaron todas las técnicas que serían indispensables para efectuar el primer descenso en la Luna. Los éxitos del programa Géminis y de la nave biplaza que transportaba a los gemelos espaciales se debieron ante todo a la absoluta fiabilidad del transportador, el gran cohete Titan 2. Después de dos vuelos-test sin tripulación, el 23 de marzo de 1965 le tocó el turno al Géminis 3 que llevaba a bordo los astronautas Grissom y Young, quienes lograron efectuar por primera vez una difícil maniobra; el cambio de parámetros orbitales. El 3 de junio de 1965, parte la Géminis 4: los gemelos espaciales James Mc Divitt y Edward White realizaron 66 órbitas y White sale al espacio. Es el primer astronauta americano que realiza un paseo en el espacio; White permanece en vuelo libre durante veintiún minutos y duplica así el tiempo pasado en el espacio por su colega soviético Leonov durante la misión de la Voskhod 2, llevada a cabo algunas semanas antes. También en 1965 hay otros vuelos Géminis que obtienen primacías de gran importancia. Gordon Cooper y Charles Conrad (Géminis 5) realizan con éxito el primer rendez-vous entre su cápsula y un vehiculo diana. El 4 de diciembre parten de Cabo Kennedy Frank Borman y James Lovell (Géminis 7); giran por el cosmos durante once días y el 15 del mismo mes son alcanzados por Walter Schirra y Thomas Stafford a bordo de la cápsula Géminis

6. Con pocas maniobras, valiéndose de la experiencia adquirida por Cooper y Conrad, se encuentran puntualmente en el espacio: la técnica del rendez-vous está perfectamente asimilada. En este punto, para proseguir el programa y abrir el camino al proyecto Apolo falta aún el experimento del docking, el amarre en el espacio entre dos vehículos que viajan a 28.000 km. por hora. Después de dos intentos fallidos (y el de la Géminis 8 de Neil Armstrong y David Scott se hizo dramático por un desperfecto mecánico), la maniobra se logra completamente con la Géminis 10 llevando a bordo a John Young y Michael Collins.

LOS PIONEROS DE LA MISILISTICA En el periodo que va de finales del siglo XIX a la segunda guerra mundial, por lo menos cuatro pioneros de la misilística y de la astronáutica deben recordarse: Konstantin E. Tsiolkovsky, en Rusia; Robert H. Goddard, en EE.UU.; Hermann Oberth, en Alemania; Robert Esnault-Pelterie, en Francia. Tsiolkovsky nació en Izev en septiembre de 1857. Matemático y físico, en 1898 propone por primera vez el empleo de combustibles líquidos en sustitución de los sólidos empleados hata el momento, adelantando la idea de que los cohetes pudieran ser accionados por hidrógeno y oxígeno licuificados, o bien por oxígeno líquido e hidrocarburos (precisamente como sucede en la actualidad). En sus estudios revolucionarios, Tsiolkovsky indicó también las líneas fundamentales de la ley por la cual la velocidad final de los cohetes depende de la reserva de combustible y de la velocidad de expulsión de los gases de combustión. Sus escritos fueron publicados en 1923, pero en aquellos años Rusia estaba agitada por gravísimos problemas económicos, sociales y políticos, por lo cual sus geniales investigaciones cayeron en la indiferencia general de científicos y profanos. Sólo después de la Revolución de Octubre Tsiolkovsky encontró estímulos de las autoridades para continuar sus estudios y experimentos hasta 1935, año en que murió. Además de haber realizado en 1930 un modelo de cohete de combustible líquido, el científico ruso logró elaborar los cálculos para lanzar un satélite en órbita terrestre. También más allá del océano, en EE.UU., otro pionero de la misilística no encontró mucha acogida a sus estudios: Robert Hutchings Goddard. Nacido en 1882 en Worcester, Massachusetts, Goddard fue profesor en la Clarke University y hasta 1920 se ocupó de cohetes de combustible sólido. A partir de aquel año, el científico se dedicó a los cohetes con combustible líquido y, en el histórico día del 16 de marzo de 1926, lanzó el primer vehículo con motor de cohete accionado por oxígeno y petróleo ardiente. A este primer experimento siguieron muchos otros y Goddard inventó el sistema para la estabilización automática de los misiles, empleando giróscopos y guías montadas a la salida de las toberas de descarga. Goddard con sus misiles logró alcanzar la altura de 2.750 m. y una velocidad máxima de 880 km/hora. Sus trabajos, como se ha dicho, no suscitaron gran entusiasmo en sus contemporáneos y sólo después del comienzo de la segunda guerra mundial pudo ver la aplicación práctica de los principios que había propuesto muchos anos antes. Goddard murió en agosto de 1945. Hermann Oberth, nacido en Hermannstadt en 1894, llevó muy adelante la investigación científica y tecnológica en la misilística. En 1917 propuso al ministro de guerra alemán usar cohetes con combustible líquido de largo alcance como arma de guerra, pero su idea no es escuchada. De sus estudios salieron los primeros verdaderos cohetes, las V2 de las cuales, después de la guerra, nacerían los vehículos espaciales rusos y americanos. Contemporáneo de estos tres pioneros fue el francés Robert Esnault-Pelterie. Nacido en París en 1881, graduado en ciencias, con sus estudios estableció serias bases científicas para la aviación considerándola como un hecho de transición para la astronáutica. En 1930 publicó "La astronáutica", en la cual recogió todos los conocimientos adquiridos hasta entonces en este campo. Pelterie murió en diciembre de 1957. Los sueños de la astronáutica que había preconizado en sus

obras estaban comenzando a convertirse en realidad: poco antes, el 4 de octubre de 1957, los rusos habían puesto en órbita el Sputnik, el primer satélite artificial.

LOS PRIMEROS VERDADEROS COHETES RUSOS Y AMERICANOS Los desarrollos tecnológicos, conjuntamente a consideraciones políticas interesadas, influyeron inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial en la evolución de los cohetes. Los últimos meses de guerra, por otra parte, habían demostrado el evidente potencial destructivo de los misiles: cuando las tropas soviéticas y americanas entraron en Berlín, todos los ingenieros misilísticos de Peenemunde terminaron por ser raptados, en parte por los americanos y en parte por los rusos. En sus nuevas patrias los ingenieros alemanes construirían más tarde una generación de nuevas armas que convertirían a los EEUU y a la URSS en las superpotencias actuales. Pero vayamos por partes. Los soviéticos, temerosos de la potencia americana en los convencionales bombarderos de amplio radio de acción, se dedicaron de inmediato a un programa que, a través del desarrollo de los cohetes a combustible líquido, llevaría a la creación del primer misil balístico intercontinental. Bajo la guía de los ingenieros alemanes, los rusos lanzaron su primer V 2 en octubre de 1947 y más tarde, en 1949, lograron realizar un misil más avanzado que llamaron T 1. Cinco años más tarde, en 1954, los rusos construirán ya vehículos de varias secciones, los primeros de una generación de misiles de largo alcance, capaces de llevar sus cabezas atómicas a las bases enemigas a miles de millas de distancia. También los expertos americanos utilizaron la V 2, como punto de partida para desarrollar una nueva tecnología rnilitar. Baste recordar que entre 1946 y 1951 unos sesenta y seis V 2 fueron lanzados de la base de White Sands en New Mexico. A diferencia de los rusos, los americanos, confiando en la potencia de sus bombarderos de gran autonomía, al principio no construyeron grandes misiles y prefirieron concentrar sus esfuerzos en el diseño de pequeños cohetes tácticos. Sin embargo, en 1947, también los americanos se dedicaron al estudio de misiles balísticos intercontinentales para estar preparados, en caso necesario, a combatir a los soviéticos. Surgieron tres proyectos diferentes. El primero fue llamado "Teetotaler" porque no se utiliza alcohol en el carburante; el segundo fue bautizado "Old Fashioned" (viejo estilo) porque se basaba en la vieja V 2; el tercero se denominó Manhattam porque el cohete transportaría una bomba atómica, la criatura del llamado proyecto Manhattan. Aparecieron así una serie de cohetes. El primero, simple reelaboración de una V 2, fue llamado Bumper: se había logrado acoplando la primera sección de una V 2 con la segunda sección de un misil Wac Corporal. El vehículo presentó de inmediato muchos problemas y pronto fue abandonado. Después del programa Bumper el ejército americano construyó el primer misil operativo. El grupo de trabajo estaba dirigido por el exingeniero alemán Werner von Braun, que más tarde se convertiría en ciudadano americano. Los estudios para el nuevo cohete se basaron en la vieja V 2 y el misil, con una altura aproximada de 70 pies, fue bautizado ~Redstone~. El primer lanzamiento se realiza con éxito en 1953. Varado el proyecto Redstone, los americanos constataron de improviso su error en el desarrollo de misiles militares. Para superarlo, nace el programa Atlas. Comparado con el Redstone, el nuevo cohete era un gigante. El Atlas tendría una potencia de 367.000 toneladas y un alcance de 9.000 millas contra 75.000 toneladas y 200 millas del Redstone. Había comenzado así la era de los grandes cohetes americanos que tendría un posterior e importante desarrollo a finales de 1955, cuando comenzaron los trabajos sobre dos misiles de alcance intermedio: el Thor y el Júpiter.

USA Y URSS: LA CARRERA HACIA LA LUNA El año 1955 fue crucial para los vuelos espaciales. Proclamado por la comunidad científica internacional como año geofísico internacional tanto la Unión Soviética como los EE.UU. anunciaron su voluntad de lanzar satélites artificiales. La Unión Soviética pensó utilizar como cohetes espaciales sus grandes misiles balísticos intercontinentales; los EE.UU., al no poseer misiles de la potencia de los rusos, prepararon el Proyecto Vanguard. La idea era emplear un cohete a combustible líquido ya existente, el Viking como primera sección y, como segunda y tercera, pequeños cohetes a combustible sólido. Pero había demasiada prisa: el Proyecto Vanguard fue un desastre, una serie de lanzamientos frustrados con los vehículos que se destruían a veces sin siquiera alzarse de la rampa de lanzamiento. El fracaso del Vanguard fue acrecentado por los éxitos soviéticos: el 4 de octubre de 1957 se puso en órbita el Sputnik 1, un satélite artificial con un peso de 184 libras que realizaba una vuelta alrededor de la Tierra cada 95 minutos. El cohete empleado por los soviéticos habia sido un misil balístico oportunamente readaptado. Un mes más tarde, los rusos lanzaron el Sputnik 2, un satélite con un pasajero a bordo, una perra de nombre Laika. Los EE.UU. por lo tanto se vieron obligados a actuar de prisa. Abandonado el desastroso Proyecto Vanguard, se pensó en otro cohete. Bajo la guía de Werner von Braun, un equipo de ingenieros construyó el Júpiter, una versión ampliada del cohete Redstone, que preveía el empleo de una segunda sección formada por cohetes de combustible sólido. Y el 31 de enero de 1958, exactamente 84 días después de aprobado el proyecto de von Braun, el primer Júpiter puso en órbita al Explorer 1, el primer satélite artificial americano. Entusiasmados por el éxito, los políticos americanos se dieron cuenta que era necesario crear un ente espacial civil que se encargaría de todas las actividades espaciales de carácter pacífico, dejando al Ejército, la Marina y la Aviación las empresas exclusivamente militares. Nace así, el 1 de octubre de 1958, la NASA (National Aeronautics and Space Administration) que sustituyó a la ya existente NACA (National Advisory Committee por Aeronautics). En los años siguientes, gracias a la NASA, el primitivo liderazgo ruso en cohetes espaciales, fue mitigado. En abril de 1961, los soviéticos emplearon un cohete Vostok para poner en órbita al primer hombre, Juri Gagarin. El cohete Vostok dominó durante largo tiempo los programas espaciales soviéticos. La tecnología espacial americana, en lo relativo a cohetes, fue más diversificada: hubo diversas familias de vehículos. El cohete Júpiter de von Braun fue reelaborado y se convirtió en el cohete Juno, un vehículo de cuatro secciones capaz de generar 150.000 libras de potencia. Otras dos importantes familias de cohetes americanos fueron las de los Atlas y de los Titan. Gracias a un Atlas D en 1962 el astronauta John Glenn se convirtió en el primer americano en órbita. La sección principal del Atlas se servía de 5 motores que desarrollaban más de 350.000 Iibras de potencia. Los cohetes Titan, utilizados por todas las misiones del programa Géminis, tenían un vehículo de base con dos secciones. El primero produciría más de 400.000 Iibras de potencia; el segundo alrededor de 100.000. Sin embargo la carrera hacia los cohetes superpotentes no había acabado. Desde 1957 von Braun soñó con un cohete capaz de desarrollar más de un millón de libras de potencia. Y desde 1959, el ingeniero-científico alemán-americano, trabajó en el proyecto Saturno. Cuando el primer cohete Saturno estuvo preparado, todos aclamaron al prodigio y la carrera hacia la Luna se volcó en favor de los americanos.

EL PROYECTO "MERCURY" SE PONE EN ORBITA EI 12 de abril de 1961 los soviéticos lanzaron el primer hombre al espacio. La respuesta americana se produce menos de cuatro semanas más tarde con el primer vuelo del proyecto "Mercury", el programa iniciado con el fin de paliar la ventaja adquirida por los soviéticos en el vuelo espacial humano. El 5 de mayo de 1961 el

comandante Alan B. Shepard, un oficial de la Marina, se convierte en el primer astronauta americano propiamente dicho. Aunque Shepard no estuvo en órbita alrededor Tierra, alcanzó con su cápsula la altura de 186 km., una cota más que suficiente para ganarse el "título" de astronauta que, según una valoración de la NASA, corresponde a quien haya superado la altura de 80 km. Con su "Mercury 3" rebautizada "Freedom 7" y colocada en la cima de un misil "Redstone" modificado para este propósito, Shepard permaneció en vuelo 15 mintuos y 22 segundos antes de amerizar en el Atlántico: un tiempo relativamente corto, pero suficiente para demostrar que el hombre podía controlar manualmente una astronave en condiciones de ausencia de peso. El vuelo suborbital de Shepard fue repetido el 21 de julio de 1961 por su colega Virgil Grissom, un mayor de la Aviación que con la cápsula "Liberty Bell 7" alcanzó la altura de 190 km. Para llegar al primer vuelo orbital del proyecto "Mercury" fue preciso esperar hasta el año siguiente cuando, el 20 de febrero de 1962, los EE.UU. pusieron su primer astronauta en órbita. La astronave era la "Mercury 6", colocada sobre un misil "Atlas", adecuadamente modificado. El primer americano en volar en órbita fue el teniente coronel de los Marines, John Glenn. Glenn, con la cápsula "Friendship 7", permaneció en órbita "sólo" cuatro horas cincuenta y cinco minituos, completando 3 órbitas alrededor de la Tierra antes de descender sin problemas y alcanzar el objetivo de la misión: poner a prueba las bondades de la cápsula "Mercury", como astronave orbital. Como había sucedido con Shepard, el vuelo orbital de Glenn es repetido el 24 de mayo de 1962 por su colega Scott Carpenter, que con la cápsula "Aurora 7" realizó una misión prácticamente idéntica. El 11 de agosto de 1962 los soviéticos volvieron al espacio con la "Vostok 3" pilotada por el mayor Andrian Nikolaev, quien al día siguiente fue alcanzado en órbita por el coronel Pavel Popovic a bordo de la "Vostok 4". Las dos astronaves pasaron a una distancia de 6 km. una de otra. El "rendezvous" no fue posible porque las "Vostok" (como por otra parte también las "Mercury") no tenía motores a cohete y el sistema de control necesario para la reunión orbital. Sin embargo la empresa de los soviéticos tuvo pleno éxito: Nikolaev realizó 64 órbitas y Popovic 48, lo que, naturalmente, impulsó a los americanos a proseguir con gran ímpetu el programa "Mercury". El 3 de octubre de 1962, el comandante de la Marina, Walter M. Schirra fue puesto en órbita con la "MercuryAtlas 8". Su misión tenía la finalidad de demostrar que el hombre y la cápsula "Mercury" podía trabajar juntos por un período más largo que el "totalizado" en las empresas precedentes. Schirra lo logró permaneciendo en el espacio 9 horas y 13 minutos y realizando 6 vueltas alrededor de la Tierra. Bien poco si queremos, en comparación a las 64 órbitas de Nikolaev, una diferencia en parte cubierta con la última misión del proyecto, la "Mercury 9" cuando, el 15 de mayo de 1963, el mayor Gordon Cooper realizó 22 órbitas permaneciendo en el espacio treinta y cuatro horas y veinte minutos. La batalla por la supremacía en el espacio apenas había comenzado y sólo seis años después, con el primer descenso americano en la Luna, puede decirse que concluyó a favor de los EE.UU.

LOS RECORDS RUSOS EN EL ESPACIO El 4 de octubre de 1957 comienza la aventura espacial de Rusia. El "Sputnik", el primer satélite artificial de la historia, es puesto en órbita a 950 km de altura. El pequeño satélite (pesa poco más de 83 kilos) permanece en órbita sólo tres meses, pero durante su breve vida, gracias a su radiotransmisor, logra proporcionar a los científicos soviéticos numerosos e importantes datos sobre las características físicas del espacio cósmico y sobre las diferentes condiciones de difusión de las onda radio, datos que serán indispensables para calcular los itinerarios cósmicos más complejos. Y de hecho, también gracias al "Sputnik", desde 1957 a hoy los rusos han podido lanzar al espacio más de cincuenta vuelos pilotados y más de cincuenta cosmonautas, de los cuales muchos han repetido la aventura dos o tres veces. Trataremos ahora de exponer la historia espacial soviética deteniéndonos sólo en

las etapas más importantes. El 3 de noviembre de 1957 los rusos lanzan al espacio la perra Laika: es el primer animal en volar alrededor de la Tierra. Laika, a bordo del "Sputnik 2", desarrolla un óptimo trabajo: confirma que los organismos terrestres pueden permanecer en el espacio durante períodos prolongados. Y así gracias a la experiencia de Laika y del primer laboratorio espacial ruso lanzado en 1958, el 12 de abril de 1961, a las 9,07 hora de Moscú, desde el cosmódromo de Baikonur, Juri Gagarin puede tomar el camino del cosmos convertirse en el primer astronauta de la historia. El vuelo orbital de Gagarin dura una hora y cuarenta y ocho minutos, alcanzando el objetivo prefijado: demostrar que el hombre no sólo está en condiciones de desplazarse en el espacio a una velocidad de casi 28.000 km. por hora y a una altura de 300 km., sino que también puede conservar a bordo de una cosmonave como la "Vostok" su plena capacidad de trabajo. Dos años más tarde, el hombre no está solo en el espacio: el 16 de junio de 1963 Valentina Tereshkova se convierte en la primera mujer cosmonauta del mundo. A bordo de la "Vostok 6" la Tereshkova realiza 48 vueltas alrededor de la Tierra, antes de retornar felizmente a su base y después de permanecer tres días en el espacio. Hoy Valentina Tereshkova tiene otras dos "colegas espaciales": su compatriota Svetlana Savitskaja, que en agosto de 1982 voló en la "Soyuz T 7" junto con dos compañeros, y la americana Sally Ride, que formó parte de la tripulación del shuttle "Challenger" durante la séptima misión de la lanzadera espacial de la NASA. Pero volvamos a las primacías sovieticos en el espacio. Ruso es también el primer "peatón del cosmos": el 18 de marzo de 1965 es lanzada la cosmonave "Vostok 2" llevando a bordo al comandante Pavel Beliaev y su "segundo" Alecsei Leonov, que efectuará el primer paseo espacial de la historia. Dentro de su escafandra protectora, Leonov se alejará unos 5 metros de la astronave y permanecerá en el espacio durante 12 minutos. De la historia más reciente de las empresas espaciales soviética, son protagonistas en cambio las estaciones orbitales "Salyut", capaces de alojar una tripulación de 2, 3 o más personas para una permanencia prolongada en el cosmos. Lanzadas sin tripulación al espacio, sucesivamente las cosmonavestransbordadores "Soyuz" transportaron los hombres, y las cosmonaves-cargueros "Progress" el combustible y la carga complementarias. La primera estación "Salyut" fue lanzada en 1971, inaugurando una serie larguísima de misiones. Fue precisamente en el laboratorio espacial "Salyut 7" donde los cosmonautas Anatoli Berezovoj y Valentin Lebedev establecieron, en diciembre de 1982, el récord de permanencia en el espacio: 211 días.

EL DIFICIL OFICIO DE ASTRONAUTA ¿Cómo se llega a astronauta? ¿Qué requisitos es preciso tener para ser elegido como protagonista de una misión orbital o, incluso, planetaria? Era difícil responder a estas interrogantes cuando la NASA, en el ahora ya lejano 1959, invitó al ejército americano a proporcionarle los primeros candidatos a astronautas. Faltaba experiencia, faltaban precedentes: los únicos astronautas eran los descritos en los libros de ciencia ficción o en las "tiras" de Flash Gordon y Buck Rogers. En la difícil búsqueda de los hombres adecuados para ser los primeros en ir al espacio, la NASA tuvo presente algunas características indispensables para garantizar su "aptitud espacial": un título "técnico", una larga experiencia como piloto de aviones militares y una estatura no muy alta que le permitiera entrar en la pequeña cabina de la cápsula "Mercury". Se calificaron más de 500 hombres, que fueron sometidos a pruebas técnicas y psicológicas por un personal médico especializado. Finalmente, muchos candidatos fueron eliminados y otros decidieron no continuar. Los que "sobrevivieron" fueron siete: M. Scott Carpenter, Gordon Cooper, Virgil Grissom, Donald Slayton, John Glenn, Walter Schirra, Alan Shepard. Cada uno de ellos voló en una cápsula "Mercury", con la excepción de Slayton que permaneció en tierra a causa de no ser satisfactorias sus condiciones cardiacas. Sin embargo, Slayton se reincorporó en 1975, participando en la misión ."Apolo-Soyuz". A esta primera

"hornada" de astronautas, naturalmente, siguieron otras que la NASA ha seleccionado en los años siguientes para los programas "Géminis" , "Apolo" y, por último, "Space Shuttle". Sustancialmente, los requisitos exigidos a los primeros astronautas no han cambiado hasta el día de hoy, aunque para el "Space Shuttle" en.particular se ha bajado la edad (treinta y cinco años); no es esencial pertenecer al ejército, la altura no debe ser taxativamente baja y, novedad, las mujeres han podido formar parte de la selección de los candidatos a las misiones orbitales. Sin embargo, el programa de adiestramiento sigue siendo tan duro y agotador como en los primeros tiempos. Sustancialmente, cuando se es elegido para ser astronauta es como volver a los bancos de la escuela: a pesar del título ya adquirido, los candidatos deben estudiar nuevamente matemáticas, meteorología, astronomía, física, adquirir familiaridad con las computadoras y estudiar navegación espacial. Sin embargo, el entrenamiento físico representa el obstáculo más duro. Para habituar ante todo a los astronautas a la ausencia de gravedad que encontrarán en el espacio, se comienza a entrenarlos a bordo de un avión, un C-135 adecuadamente modificado en su interior, donde se recrea artificialmente la ausencia de gravedad por períodos superiores a medio minuto. Durante los momentos de "gravedad cero", los astronautas deben practicar diversos tipos de actividad, manipular aparatos, comer y beber. Y no es nada fácil entrenarse a comer y beber en ausencia de gravedad. En los tiempos de John Glenn se obviaba con un tubo similar al de la pasta de dientes, en el cual estaban contenidos los alimentos precisamente en pasta. Hoy, abordo del "Shuttle", la tecnología espacial permite el milagro de una verdadera comida liofilizada rehidratada en el momento del consumo. El "training" de los astronautas, obviamente es mucho más complejo de lo hasta aquí descrito: para ejercicios más largos en condiciones simuladas de ausencia de peso es utilizada una "piscina" especial, donde los astronautas pueden entrenarse incluso con el modelo de la lanzadera espacial; no faltan después las cotidianas manipulaciones en los simuladores de vuelo y cursos de especialización en las computadoras.

EL ADIESTRAMIENTO DE LOS "HOMBRES MERCURY" Se habían presentado 508, quedaron 7: los "magníficos siete" temerarios (sobrenombre que se les puso de inmediato) que por primera vez irían al espacio en las cápsulas (Mercury). Está de más decir que en la preparación y en el adiestramiento de los que se convertirían en los primeros astronautas americanos, los técnicos y el personal médico de la NASA pusieron una especial, casi obsesiva meticulosa atención. Las incógnitas de la "ecuación espacio" eran muchas y para superarlas, por lo menos en el papel, se hizo de todo. En primer lugar era preciso acostumbrar a la tripulación a la estrecha cápsula espacial "Mercury": más de 100 horas se dedicaron a las pruebas de control de los aparatos de a bordo, pruebas que se efectuaron en los hangares o en las zonas de lanzamiento, porque la cápsula estaba fija al vehículo de lanzamiento. Los futuros astronautas pasaron más de 90 horas dentro de un simulador de vuelo, realizando todos los ejercicios necesarios para aprender de memoria cada maniobra y familiarizarse con las técnicas de alcance de la órbita. También se simularon todos los desperfectos, incluso los impensables, que podrían ocurrir en el equipo durante el vuelo orbital; se registraron en una cinta magnética las diferentes entonaciones de la voz del astronauta en relación a las diferentes dificultades simuladas. Esto, según los científicos, le permitiría al personal de tierra reconocer inmediatamente, si se hubiera producido, una situación de peligro y disponer de inmediato el retorno a la base. Importantísima en el período de entrenamiento anterior al vuelo, fue la preparación física. Glenn, para mantenerse en forma, corría todos los días ocho kilómetros, sólo en las últimas semanas limitó sus carreras a 2 ó 3 kilómetros por día, hasta observar un completo reposo los dos

días anteriores al lanzamiento. Exámenes médicos y análisis clínicos acompañaron al astronauta hasta algunos minutos antes del lanzamiento: se estudiaron los efectos de la soledad sobre el sistema nervioso y sobre el comportamiento. Finalmente, cuando después de los dos vuelos suborbitales de Shepard y Grissom, llegó la hora X de la primera misión orbital "Mercury" y John Glenn, con su cápsula "Friendship 7", realizó tres órbitas alrededor de la Tierra, todos los técnicos de la NASA dieron un suspiro de alivio: el hombre podía volar por el espacio y volver a la Tierra en óptimo estado de salud. El vuelo de Glenn demostró que una de las más temidas barreras que se le presentaban al hombre para el "salto en el espacio", la ausencia de gravedad, era un obstáculo superable. Ninguno de los efectosnocivos de este estado que los estudiosos habían temido (náusea, vómito, desorientación, insomnio, fatiga, etc.) habían sido advertidos por él. Después del vuelo de Glenn queda sin efecto también la hipótesis de que el aislamiento llevaría al astronauta a una especie de "locura del espacio". Cada vuelo del programa "Mercury", en sustancia, constituyó una etapa para el sucesivo, porque los resultados de uno sirvieron para la preparación del otro, y las seis misiones permitieron resolver y definir muchos problemas médicos. Los hombres "Mercury" fueron, puede decirse, verdaderos "cobayas" humanos y gracias a ellos los científicos pudieron valorar la influencia del ambiente espacial sobre el organismo humano, experimentar el traje presurizado y estudiar las reacciones del astronauta a la atmósfera artificial de oxígeno puro a bajapresión. Todos datos importantísimos que sirvieron para abrir el camino a las misiones de los programas "Géminis", y "Apolo" y, más adelante, en los años venideros, al del"Space Shuttle", la lanzadera espacial destinada a convertirse en un medio "corriente" de transporte.

"GEMINIS": LOS GEMELOS ORBITALES Si el objetivo del programa "Mercury" era mostrar que el hombre podía partir a la conquista del espacio y volver a la Tierra sin sufrir ningún daño, la finalidad del programa "Géminis" fue habituar a los astronautas a las nuevas técnicas que sería indispensable adoptar en el programa "Apolo". El 23 de marzo de 1965 sono la hora X para el programa "Géminis": después del éxito de una misión suborbital anterior, la "Géminis 3" (la primera cápsula biplaza americana) inició el camino del espacio. A bordo estaban el "veterano" Virgil Grissom (con un vuelo suborbital con la "Mercury 4" en su haber) y el "delfím" John Young. La "Géminis 3", en las cuatro horas y 53 minutos de su vuelo, efectuó numerosos "loopings orbitales" y su tripulación logró demostrar que, gracias a los cohetes de los que estaba provista la nave, el hombre ya no tendría que estar encadenado a una órbita. Era el primer paso hacia el "rendez-vous" espacial. La misión sucesiva de la "Géminis 4" (3-7 de junio de 1965), marcó otra etapa histórica: Edward White, uno de los pilotos, salió al vacío y permaneció durante veintiún minutos dando vueltas alrededor de la nave como un pequeño y verdadero satélite, gracias a una pequeña "pistola espacial". El "rendez-vous" espacial, en cambio, correspondió a la tripulación de la "Géminis 6", Walter Schirra y Thomas Stafford, quienes alcanzaron en órbita a sus colegas James Lovell y Frank Borman, que se encontraban en la cápsula "Géminis 7" después de una auténtica persecución espacial. Las dos astronaves permanecieron en formacion durante cinco horas, pero no hubo un verdadero contacto: el primer "docking" se llevó a cabo más tarde, el 16 de marzo de 1966, por la "Géminis 8" cuando Neil Armstrong y su colega Scott colocaron la nariz de su "Géminis" dentro del "Agena", el misil-diana que había sido lanzado anteriormente. De todos modos, las cuatro misiones del programa "Géminis" dieron óptimos resultados perfeccionando estas técnicas. La bondad del programa, por otra parte, también se demostró con el hecho de que casi todos los hombres "Géminis" (Young, Mc Divitt, Conrad, Borman, Lovell, Schirra, Stafford, Armstrong, Scott, Cernan, Collins, Gordon, Aldrin), fueron "reciclados" en el programa "Apolo" y muchos de ellos se convirtieron en comandantes de misión.

Del "Mercury" al "Apolo" La conquista de nuestro satélite natural fue la lógica conclusión de un programa iniciado en mayo de 1961, cuando el entonces presidente de los Estados Unidos John Kennedy anunció la decisión del país de impulsar con todas sus fuerzas este proyecto. "Yo creo", dijo Kennedy en su mensaje al Congreso, "que nuestra nación podrá alcanzar este objetivo y que antes de que finalice este decenio, un hombre caminará por la Luna y volverá sano y salvo a la Tierra". Palabras proféticas, podría decirse, que tuvieron el efecto de impulsar el programa espacial de la NASA y el deseo de los americanos de derrotar a Rusia en la supremacia del espacio. A decir verdad, sin embargo, las etapas tecnológicas que hicieron posible la conquista de nuestro satélite natural habían sido superadas aun antes de 1961, y fueron cubiertas por dos programas: "Mercury" y "Géminis". Iniciado en 1958, el proyecto "Mercury" era un programa terminado y, en el contexto de la empresa "ApoloLuna", representó el primer paso para realizar un vehículo espacial capaz de llevar un hombre a la superficie selenita. El segundo escalón, representado por el programa "Géminis", permitió llevar a cabo un vehiculo mucho más avanzado, capaz de transportar a dos hombres. Con un peso superior al doble de la nave "Mercurio", el vehículo "Géminis" (3.791 kg.) consistía en dos módulos, precisamente como será en la misión "Apolo". Durante las 10 misiones "Géminis" enviadas al espacio entre marzo de 1965 y noviembre de 1966, los astronautas aprendieron a realizar actividades extra-vehiculares, a efectuar maniobras de "rendez-vous" en órbita y a llevar a cabo experimentos científicos limitados. La verdadera prueba de que el hombre podía soportar la ausencia de gravedad, sin efectos negativos durante un período suficiente que permitiera realizar el viaje Tierra-Luna, surge de la misión "Géminis 7" que se prolongó catorce dias: del 4 al 18 de diciembre de 1 965.

"APOLO": INCOGNITA LUNA ¿Qué incógnitas esperaban a los astronautas del "Apolo" en su primer descenso sobre la Luna? ¿Cómo reconstruir en la Tierra todas las fases de las operaciones lunares para adiestrar a los astronautas proporcionándoles la imagen más exacta posible de lo que encontrarían en realidad? El problema no era simple de resolver y exigió emplearse a fondo a todos los técnicos de la NASA que a mediados de los años sesenta estaban trabajando en el proyecto "Apolo", hasta que todos convinieron que el único sistema para obtener respuestas apreciables era construir simuladores lunares. Nace así el Apollo Mission Simulator (AMS), el simulador más complejo y más costoso jamás realizado por el organismo espacial americano. El AMS no tenía nada que ver con las instalaciones clásicas que habían sido utilizadas para el entrenamiento de los astronautas de las misiones precedentes. El habitáculo, que reconstruía la cabina en sus mínimos detalles, estaba inserto a un complejo más grande de estructuras unidas a una gigantesca batería de calculadores electrónicos, en los cuales era posible almacenar todas las informaciones de una misión. Sistemas de máquinas fotográficas y cinematográficas y una serie de maquetas realistas, conseguían ofrecer a los pilotos imágenes muy cercanas a las que tendrían durante la misión, tanto en la órbita terrestre, como en las diversas etapas de la trayectoria lunar o del vuelo alrededor de la Luna. Las maquetas tenían la finalidad de dar a los astronautas la impresión deseparar realmente el LEM de la tercera sección del transportador, o de acercarse al módulo lunar en el momento de su retorno de la Luna. Por consiguiente fue "jugando", con el Apollo Mission Simulator como los futuros conquistadores de la Luna se entrenaron hasta que, dos años antes del histórico desembarco, en 1967, la NASA construyó otro simulador aún más perfeccionado. Se llamaba LOLA (Lunar Orbit and Landing Approach) y permitió a los astronautas, gracias a un sistema de cuatro maquetas de la superficie lunar a diferentes escalas sobre los que se movían

los haces de luz de las telecámaras, tener una visión particularmente real de nuestro satélite, tal como puede verse a alturas comprendidas entre los 50 metros y los 300 km. Con el LOLA, los "apolonautas" pudieron simular todo, acercamientos rasantes y descensos verticales incluidos. Fue entonces cuando el descenso sobre la Luna comenzó a hacerse una realidad.

La gran noche de la Luna La "gran noche" comienza el 20 de julio de 1969. Por las pantallas de los televisores conectados por mundovisión con el espacio, van a llegar imágenes de un sueño que se está convirtiendo en realidad: la conquista de la Luna. Para el primer "alunizaje" de la historia se ha elegido un lugar situado en la parte centrooccidental del Mar de la Tranquilidad. Y es en este perdido "cráter" selenita, donde se encuentra el LEM con sus cómicas y largas patas de araña, desde donde se lleva a cabo el diálogo con la base de Houston, la "radiocrónica" de la conquista de la Luna. Un documento histórico que aqui reproducimos en sus partes esenciales. Neil Armstrong ha descendido apenas sobre suelo lunar, ha dejado la primera huella y ha pronunciado, al descender de la escalerilla, la histórica frase: "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gigantesco salto para toda la humanidad", cuando Houston interviene. Houston: "Armstrong, ¿qué es lo que está viendo?" Armstrong: "La superficie aquí es muy fina y polvorosa. Este polvo puedo recogerlo bastante bien con mi tacón, se adhiere en finas capas a la suela, como si fuera polvo de carbón. Mis pies se hunden sólo una fracción de centímetro, tal vez ocho milímetros, pero puedo ver las huellas de mis botas y los pasos en las finas partículas de este polvo. No parece que haya dificultades para desplazarse, como pensábamos; caminar aquí tal vez sea más fácil que en las pruebas que hicimos en tierra". Aldrin (el segundo astronauta en pisar suelo selenita): "OK Houston. La muestra de emergencia ha sido tomada; sin embargo, parece que resulta un poco difícil excavar". Armstrong: "La superficie es muy interesante; es muy suave, pero aquí y allí, la comprimo con el recogedor de emergencia y la encuentro muy dura". Aldrin (que ahora está más alejado de Armstrong): "Desde aquí se aprecia un panorama bellísimo. Es un poco parecido a algunos desiertos de los Estados Unidos". El diálogo continúa, naturalmente, hasta el momento de subir de nuevo a bordo. Han transcurrido más de catorce horas, todas utilizadas para realizar importantes experimentos y recoger muestras, cuando el LEM "Eagle", el águila, vuelve a su nido, al módulo de servicio "Columbia" en el que se ha quedado esperando Michael Collins.

"Apolo 17" Misiones para la Luna "Nosotros hemos traído a casa muchas rocas lunares. Yo pienso que así como la piedra Rosetta permitió descubrir el lenguaje de los antiguos egipcios, estas rocas podrán poner en claro el misterio del origen de la Luna y, ¿por qué no?, también de nuestro planeta y de nuestro sistema solar". Estas palabras fueron pronunciadas por Michael Collins, el piloto del módulo de servicio del "Apolo 11 " ante una sesión del Congreso de los Estados Unidos, el 16 de septiembre de 1969. Con el "Apolo 12" (14-24 de noviembre de 1969) comenzó una serie de experimentos científicos sobre la Luna mucho más complejos, completados por los astronautas Charles Conrad y Alan L. Bean, que descendieron con el LEM "Intrepid" en el Océano de las Tempestades, cerca del ecuador lunar. Conrad y Bean realizaron dos paseos extravehiculares y colocaron sobre suelo lunar un "laboratorio", llamado ALSEP (Apollo Lunar Scientific Experiments Package). Comprendía un sismómetro, un magnetómetro, un espectrómetro para el viento solar y otros sofisticados instrumentos para estudiar los campos magnéticos, los terremotos lunares y los gases de superficie. La siguiente misión, "Apolo 13", fue la más desventurada de

todo el programa. Dos días después del lanzamiento (11 de abril de 1970) estalló un depósito de oxígeno en el módulo de servicio y Houston se vio obligado a cancelar la misión. Los astronautas Lovell, Haise y Swigert volvieron sanos y salvos a la Tierra por milagro. Con el "Apolo 14" (31 de enero-9 de febrero de 1971) los astronautas Shepard y Mitchell "alunizaron" en la región de Fra Mauro y permanecieron nueve horas fuera del LEM "Antares" recogiendo casi 45 kg. de muestras y rocas lunares. Con esta misión se inauguró el primer vehículo de ruedas sobre la Luna, sin motor, que tenía que ser empujado por los propios astronautas. Con el "Apolo 15" (26 de ju1io-7 de agosto de 1971), la misión sucesiva, se llevó a la Luna un verdadero jeep lunar eléctrico. Con las dos expediciones finales, "Apolo 16" y "Apolo 17", se completaron los experimentos. En la misión "Apolo 16" (16-27 de abril de 1972) los astronautas Young y Duke lograron recorrer 27 km. con su jeep lunar. Con el "Apolo 17" fue enviado a la Luna el primer científico: el geólogo Harrison H. Schmitt.

La primera base en la Luna Eugene A. Cernan, comandante de "Apolo 17" mientras se ejercita al volante de su jeep lunar durante la primera parte de la actividad extra-vehicular prevista por el programa. La tripulación de "Apolo 17" volvió a la Tierra el 19 de septiembre de 1972 y, desde entonces, ningún otro hombre ha sido enviado a la Luna. Razones económicas (los costos habian sido muy elevados) habian hecho concluir, antes de lo previsto, el programa "Apolo". ¿Cuáles son los futuros programas para la Luna? ¿Será posible instalar algún día una base en nuestro satélite natural? Como vemos en los dos dibujos de la página de al lado, son muchos los proyectos para una colonización de nuestro satélite. El dibujo muestra cómo podrá ser en el futuro una base lunar, con instalaciones para el personal encargado del funcionamiento de esta base, que tendrá como Iobjetivo el efectuar exploraciones en la superficie selenita y llevar a cabo experimentos de ingeniería. El material para construir la base deberá ser transportado en parte desde la Tierra y en parte obtenido en la misma Luna. Para el transporte de material a la Luna se ha proyectado el empleo de dos "remolcadores", que a su vez serán transportados en "Space Shuttle". El primer vehículo será utilizado como propulsor para lanzar al espacio, a la velocidad de 2.000 metros por segundo, al otro remolcador. Después del lanzamiento éste se separará y volverá a entrar en órbita alrededor de la Tierra con el "Shuttle". Al mismo tiempo, el segundo remolcador transportará algo así, como 7 toneladas de carga en órbita lunar y tendrá consigo bastante combustible para volver después a una órbita terrestre. Para transportar la carga sobre la superficie de la Luna será utilizado, en cambio, un remolcador modificado con una especie de patas para el descenso.

ASI SUBIERON LOS RUSOS AL "TREN ESPACIAL" Dijo Juri Gagarin, el primer hombre del cosmos: "Durante la preparación, nuestros organismos y nuestros sistemas nerviosos son sometidos a brutales transiciones. Nada más salir de la centrífuga, permanecíamos durante largo tiempo en la "cámara oscura" con paredes asónicas. La prueba tenía la finalidad de determinar la resistencia nerviosa y psíquica del futuro cosmonauta, que se encontraría durante muchos días en un habitáculo de reducido volumen y aislado del mundo exterior. "No todos (agrega Gagarin) soportaban con igual suerte la (segregación), la centrífuga y la cámara térmica, donde durante dos horas se vivía a una temperatura de 70O grados centígrados. Los médicos iban eliminando a nuestros compañeros a medida que pasaba el tiempo y el número de candidatos para el primer vuelo espacial disminuía a ojos vista. Este testimonio de Gagarin nos hace comprender perfectamente lo que se esforzaron los científicos soviéticos en el

entrenamiento de los hombres que serían enviados al espacio, y nos hace comprender claramente que la selección fue despiadada. Por otra parte, es preciso decir que los científicos rusos no tenían ninguna experiencia sobre las reacciones del organismo humano en el espacio y ciertamente no podían arriesgarse a un fracaso ante los ojos del mundo en la primera misión. El programa "Vostok" el que permitió al hombre dar el primer paso en el cosmos, fue un éxito gracias a la meticulosidad que los cientificos soviéticos dieron a la preparación física y técnica de sus cosmonautas. Después del vuelo de Jury Gagarin, que duró ciento ocho minutos, le tocó el turno a la "Vostok II" con la que German Titov permaneció en órbita durante más de veinticinco horas. Sólo cuatro meses más tarde de la primera misión en el espacio, la duración del vuelo y las exigencias puestas en el sistema de supervivencia habían aumentado increíblemente y era preciso estudiar las soluciones a los nuevos problemas. La "Vostok ll" fue la primera misión que ofreció verdaderamente a los rusos la posibilidad de estudiar el desarrollo de los principales procesos fisiológicos relacionados con el ciclo de veinticuatro horas (alternancia de sueño y vigilia, de trabajo y reposo, etc.), y la duración del vuelo permitió ampliar considerablemente el programa asignado al piloto. Los sucesivos vuelos de la "Vostok lll" y de la "Vostok IV" (11 - 12 de agosto de 1962) estuvieron caracterizados por dos hechos principales: la duración y la presencia en órbita simultánea de dos naves cósmicas con hombres a bordo Nikolaev y Popovic, a bordo de las respectivas "Vostok" gracias a una conexión constante a través de la radio, pudieron intercambiar informaciones e impresiones a lo largo de todo el experimento Un contacto permanente que invitaba a no dudar que la próxima etapa sería un vuelo con más astronautas a bordo de la misma nave Y en efecto, así fue: después de otro vuelo gemelo de la "Vostok V" y de la "Vostok Vl" (pilotadas respectivamente por Bikovski y Valentina Tereshkova, la primer mujer del espacio) para poner a punto los últimos aspectos técnicos del programa, se realiza la nave multiplaza "Voskhod", y el 12 de octubre de 1964 es lanzada la "Voskhod 1" con una tripulación de tres hombres: Vladimir Komarov, piloto; Konstantin Feoktistov, diplomado en ciencias técnicas, y Boris Jegorov, doctor en medicina Las ventajas de la nueva fórmula inaugurada por los tres rusos del espacio es hoy fácilmente intuible: en las mismas misiones del "Space Shuttle" la tripulación está compuesta por dos pilotos y por los llamados "mission specialists" Los rusos comprendieron la importancia de esta fórmula desde el primer vuelo de la "Voskhod" que permitió concebir cada experimento a un nivel científico más elevado.

LA URSS BATE A LOS EE.UU. EN LA MARATON ESPACIAL Una estación espacial que se mantiene en órbita durante meses, años: este es, desde siempre, el sueño de los científicos americanos y rusos. Un sueño que, puede decirse, comenzó a hacerse realidad desde el día en que Juri Gagarin--era el lejano 1961-- demostró que el hombre podia vivir en el espacio. Los EE.UU. fueron los primeros en pensar seriamente en el desarrollo de un proyecto para una estación espacial: aún antes de las expediciones lunares del programa "Apolo". Sin embargo sólo fue después de la conclusión de la última misión "Apolo", la número 17, cuando la NASA decidió poner en órbita el primer laboratorio espacial con tres hombres a bordo: el "Skylab". Sustancialmente el "Skylab" consistía en la tercera sección de un cohete "Saturno S-4B", oportunamente modificado, que hospedaba a los astronautas (dividido logísticamente en "zona-noche", "zona-comida" y "zonatrabajo"), mientras el resto de la astronave estaba equipado como un laboratorio de tierra muy bien provisto. En el exterior resultaba caracteristico un potente telescopio, denominado "Apollo Telescope Mont", que tenia palas como un helicóptero y sobre las cuales estaban montados cuatro paneles solares destinados a procurarle la energía necesaria para funcionar. Fue precisamente en la última de las misiones del "Skylab", la número 4 (16 de noviembre de 1973 - 8 de febrero de

1974), cuando los tres astronautas Gerald Carr, Edward Gibson y Willian Pogue establecieron el récord americano actual de permanencia en el espacio: ochenta y cuatro dias durante los cuales la tripulación giró alrededor de la Tierra, cubriendo la fantástica distancia de 34 millones de millas y logró, entre un experimento y otro, tomar algo así como 75.000 fotografias del Sol y 17.000 de la Tierra. Un récord ampliamente batido a fines de 1982 por sus colegas rusos Anatoli Berezovoj y Valentin Lebedev, que volvieron felizmente a tierra después de doscientos once días de permanencia en el espacio a bordo del laboratorio espacial "Salyut 7". Como es sabido, el sistema ruso "Soyuz-Salyut" difiere sustancialmente del americano del "Skylab". Se trata de un "tren espacial" formado por un vehiculo lanzadera (la "Soyuz"), con el cual es posible transportar la tripulación hasta la propia estación espacial modular (la "Salyut") puesta en órbita anteriormente. Algunos datos curiosos sobre las diversas "Salyut" lanzadas por los rusos: la "Salyut 6" permaneció en órbita durante cuatro años y diez meses, albergando de vez en vez a 30 cosmonautas y recibiendo unas 33 "visitas" por parte de otras tantas "Soyuz", a veces con una tripulación a bordo y otras deshabitadas, que sólo llevaban provisiones. La "Salyut 7", la estación espacial con la cual Berezovoj y Lebedev lograron convertirse en los "maratonistas del espacion" fue una de las más frecuentadas. Fue visitada por el francés Jean-Loup Chrétien y sobre todo por Svetlana Savitskaya, a quien las crónicas recuerdan (aunque los rusos lo hayan desmentido varias veces) como la protagonista del primer abrazo en órbita. Hasta aqui, esto ya es historia. Pero, ¿cuál será el futuro de las estaciones espaciales? En la actualidad los soviéticos están estudiando un nuevo vehículo capaz de albergar hasta 12 personas, que se lanzaría con un nuevo y potente cohete del tipo del "Saturno V". Por su parte, los americanos están empeñados en un proyecto que debería comenzar en los primeros años de los noventa y que prevé módulos habitables para ocho personas, que llevaría el "Space Shuttle" cada tres meses. Las futuras estaciones servirán para muchos fines: para producciones industriales muy particulares, como plataformas para ulteriores misiones y, lamentablemente, como base para actividades militares en el espacio.

LAS PRIMERAS MUJERES ASTRONAUTAS El 16 de junio de 1963 es una fecha histórica para la astronáutica y la humanidad: Valentina Tereshkova, de 26 años, ciudadana soviética, se convierte en la primera mujer cosmonauta del mundo. A poco más de dos años de otro histórico vuelo (el de Juri Gagarin que en la mañana del 12 de abril de 1961 abrió al hombre el camino del espacio) los rusos escriben en el libro de oro otro importante primado. Y este de la Tereshkova es también un record destinado a durar, en el tiempo, mucho más que el de su colega Gagarin: será preciso esperar unos veinte años para que otra mujer vuelva al espacio. Es otra soviética, Svetlana Savitskaja, en agosto de 1982, quien repitió la experiencia de Tereshkova. Sin embargo, como tiempos y medios han cambiado (los rusos han inaugurado a partir de 1971 el sistema del llamado "tren espacial" y en muchas misiones envían al espacio tripulaciones de tres o más cosmonautas para ocupar las estaciones espaciales), Svetlana Savitskaja en su "Soyuz T-7" no viaja sola como Valentina Tereshkova en la "Vostok 6": junto a ella están el comandante Leonid Popov y el ingeniero de a bordo Alecsandr Serebrov. Una presencia masculina que hará correr tinta en los periódicos de todo el mundo: inmediatamente después del vuelo espacial del terceto ruso, se corrió la voz de que Svetlana, en nombre de la ciencia, habría sido protagonista del primer amor espacial. Los rusos desmintieron repetidas veces un hecho semejante, aunque en realidad con poca convicción. Por otra parte, de las dos primeras cosmonautas de la histora (como es costumbre rusa, pues los soviéticos no dan mucha publicidad ni a sus misiones ni a los que en ellas participan) sabemos bien poco. De Tereshkova se sabe que proviene de una familia modesta, que se ha divorciado recientemente del cosmonauta Adrian Nikolaev, que

tiene una hija de 19 años y que después del histórico vuelo se convirtió en una especie de mito en Rusia. Esto es así hasta el punto que, abandonada la actividad espacial (hoy tiene 47 años), se ha dedicado a la política con gran éxito, entrando incluso a formar parte del presidium del Soviet Supremo. Svetlana Savitskaja (34 años) es, en cambio, "hija de especialistas". Su padre es el mariscal del aire Evgeni Savitskja, dos veces héroe de la Unión Soviética por los méritos acumulados durante la segunda guerra mundial; y como "de tal padre tal astilla", Svetlana desde niña jugaba con aviones en lugar de hacerlo con muñecas. Su gran pasión era el paracaidismo, hasta el punto que a los 17 años había ya conquistado tres records mundiales con más de 500 lanzamientos en su haber. De Sally Ride, la primera americana que a bordo de la lanzadera "Challenger" voló en el espacio en junio de 1983, se sabe todo o casi todo. Sally Ride nació en Encino, un suburbio algo burgués de Los Angeles; tiene 32 años, es simpática, de ojos azules y cabello oscuro, mide 1,63 metros, pesa 52 kg. y parece una niña que llegó por equivocación al aséptico mundo del organismo espacial americano. Pero esto es sólo en apariencia. En realidad, Sally siempre ha deseado ser astronauta: "Desde que tenía 12 ó 13 años y era la época de las naves Mercury y Géminis" dice. "Y así cuando leí en un periódico de la Universidad (Sally Ride se licenció en Stanford con una tesis en astrofísica) que la NASA buscaba candidatos astronautas para el "shuttle", he abandonado todo y corrí a presentarme". Junto con ella se presentaron, como puede verse en los archivos de la NASA, 8.079 candidatos, de los cuales 1.544 eran mujeres. "Todos", continúa Sally, "me decían que estaba loca y me preguntaban cuáles podían ser mis posibilidades. Sin embargo yo estaba firmemente decidida a lograr mis propósitos".

BASES DE LANZAMIENTO LOS POLÍGONOS DE LANZAMIENTO Las plataformas cercanas al Ecuador presentan la ventaja de que, como en ese punto la Tierra gira más deprisa, los cohetes reciben más impulso. Desde hace más de diez años los satélites terrestres son los protagonistas indiscutibles de las actividades espaciales en Europa y en los Estados Unidos. El objetivo primario es el ejemplo de los satélites para satisfacer las espectativas prácticas de los hombres sobre la Tierra.

Lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedi

En virtud de su elevadísima cota, el satélite puede escrutar vastas zonas terrestres (observaciones y telelevantamiento de planos), o bien conectar localidades que no se ven entre sí (telecomunicaciones); además, la ausencia de gravedad en su interior permite la elaboración de materias primas y de fármacos imposibles de obtener en la Tierra. Para comprender el valor de las observaciones precedentes basta dar unos pocos datos. En Europa, tan sólo dos naciones disponen de un polígono propio para lanzar satélites. Son Francia e Italia. En todo el mundo occidental, tal sólo cuatro países, a saber, los Estados Unidos y el Japón, además de los ya citados en Italia y Francia, disponen de un polígono para satélites. Las posibilidades de lanzar y poner en órbita un satélite se ven ulteriormente restringidas si se tienen en cuenta que no todos los polígonos son equivalentes desde el punto de vista operativo. Cuanto mayor es la latitud, es decir, cuanto mayor es la distancia al Ecuador terrestre, tanto menor es la capacidad operativa del polígono. Sólo desde un polígono situado en la línea del ecuador, o por lo menos a poquísimos grados de latitud, es decir, sólo desde un polígono "ecuatorial" es posible obtener cualquier tipo de órbita. Sólo dos países del mundo, Italia y Francia, disponen de un polígono "ecuatorial". Para comprender las razones de esta propiedad de los polígonos ecuatoriales basta pensar que, debido a causas físicas, el plano sobre el cual se sitúa una órbita cualquiera debe contener necesariamente la vertical del lanzamiento, es decir, la recta que une el centro de la Tierra con el polígono. Desde un polígono ecuatorial, por consiguiente, se pueden obtener órbitas de cualquier inclinación, desde la ecuatorial (lanzamiento en dirección este) a la polar (lanzamientos en dirección norte o sur). Desde un polígono no ecuatorial es claramente imposible obtener ya sea órbitas ecuatoriales como órbitas que tengan una inclinación inferior a la latitud del propio polígono. En particular, desde Cabo Cañaveral, no es prácticamente posible poner en órbita ecuatorial ni la lanzadera espacial ni la Estación Espacial Internacional. Se ha considerado útil esta discusión sobre la posición de los polígonos porque el polígono italiano de San Marco, ubicado en las costas de Kenya, es el más ecuatorial (de hecho se encuentra a 2,9 grados de latitud sur) de todos los existentes. Existen en la actualidad muchos países con polígonos de lanzamiento para misiones espaciales. De los que se encuentran en actividad podemos citar:

Estados Unidos con cuatro (cabo Cañaveral, Vandenberg, Wallops y White Sands); Rusia, tres (Tyurantam-Bajkonur, Plesetsk y Kapustin Jar); Japón, dos (Shuang cheng tzu y Chengdu); India, uno (Shiharikota); Francia-ESA, uno (Kourou Guyana Francesa en Sudamérica); Italia, uno (San Marco). Hay que consignar también las áreas de Matagorda y Cat Island, dos pequeñas islas del Golfo de México utilizadas por compañías privadas americanas, y las bases de Shaba en el Zaire y en Libia al sur de Trípoli, usadas en 19771981 por la compañía privada alemana OTRAG.

Imagen artística del lanzamiento de un cohete ARIANE desde Guayana Francesa en Sudamérica

LA MOCHILA DEL ASTRONAUTA

LOS MOCHILEROS DE LA REVOLUCIÓN ESPACIAL

Como si fuese apenas un acto de rutina, los increibles hombres del espacio se superaron a sí mismos. Casi a finales del siglo XX -cuando toda sorpresa tecnológica parecía agotada-, un grupo de astronautas norteamericanos sobrepasó la proeza que ya realizaran hace más de diez años otro puñado de pioneros, cuando por primera vez lograron caminar libremente por el espacio sin ningún tipo de conexión con la nave madre. Esta vez, no sólo repitieron aquella hazaña durante siete horas, sino que, además, lo hicieron de forma más efectiva y con mayor comodidad, llevando menos peso a sus espaldas. Esto fue posible gracias a un nuevo modelo de mochila autopropulsada, llamada SAFER. El flamante record fue batido por los coroneles Mark C. Lee y Carl J. Meade de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (quienes se convirtieron en el séptimo y octavo hombre con semejante logro en su haber) en el marco de misión STS 64 de mediados de 1994, título que recibió el 19º vuelo de la nave espacial Discovery. El SAFER (o Ayuda simplificada para actividades extravehiculares de rescate) habilita al astronauta para flotar libremente en el espacio sin perder la estabilidad jamás. Sólo debe manejar un sencillo control para encontrar su rumbo exacto. A diferencia de su antecesor, este nuevo dispositivo es cómodo, liviano y totalmente confiable. Pesa 37,5 kilogramos, permite alcanzar una velocidad máxima de 11,8 kilómetros por hora y funciona gracias a un mecanismo compuesto por 24 impulsores que se alimentan con chorros de nitrógeno comprimido. Además cuenta con un tablero de control y lleva un registro grabado con datos de todas las maniobras efectuadas. En cambio, el modelo anterior, llamado Unidad Tripulada de Maniobra, pesaba 154,3 kilos, no tenía un dispositivo para grabar datos y utilizaba una mayor cantidad de nitrógeno. El aparato permite prolongados rescates espaciales y complicadas reparaciones en el cosmos.

RESCATE EN LAS NUBES Entre otras difíciles maniobras, los dos hombres tuvieron que impulsarse a lo largo del brazo mecánico de la nave, que tiene una curva muy pronunciada. Los astronautas se pasearon por el cosmos, casi como en un cuento fantástico, a una distancia de 240 kilómetros por encima de la Tierra, cargando en sus espaldas la mochila de siete millones de dólares y protagonizando, casi sin quererlo, un nuevo capítulo de la ardua conquista del espacio. La proeza se realizó el 16 de septiembre de 1994. Equipado con el nuevo sistema SAFER, Mark C. Lee flota libremente en un marco increíble. Este último -agarrado al brazo mecánico de la nave- y Meade realizaron, también, un rescate ficticio. Los especialistas de la NASA no están satisfechos con los logros alcanzados y ya están trabajando en una mochila aún más perfeccionada.

SIN PESO EN LA ESPALDA Con la mochila espacial, Lee alcanzó una velocidad máxima de 11,8 kilómetros por hora. Aquí, momentos antes de lanzarse a la caminata espacial. Meade se desplaza a la misma velocidad y sin ningún peso sobre su espalda, ya que en el espacio la mochila no tiene peso alguno. Sus reducidas dimensiones facilitan todo tipo de maniobras y operaciones.

fotografía de un astronauta trabajando en el espacio.

LOS EUROPEOS SE SUBEN AL TREN ESPACIAL

Agencia Espacial Europea

LOS ORIGENES DE LA AGENCIA ESPACIAL EUROPEA En diciembre de 1960 algunos científicos europeos convinieron formar una comisión para promover las investigaciones espaciales en Europa. Este fue el comienzo de la European Space Research Organization (ESRO), un organismo cuyas actividades estarían vinculadas al desarrollo de satélites. Casi en el mismo período algunos gobiernos europeos quisieron iniciar actividades en el campo de la construcción de transportadores para satélites. Esto dio lugar al nacimiento de otra organización, la European Space Vehicle

Launcher Development Organization (ELDO) que tenía la finalidad primordial de desarrollar el proyecto del gran transportador Europa. Cuando las dos organizaciones se hicieron operativas, estaba en sus comienzos 1964. La ELDO reunia a los estados miembros de la Unión Europea Occidental y Australia, y otros países europeos como España y Dinamarca, mientras estaban excluidos países neutrales como Suiza y Suecia. La ESRO reagrupaba a todos los países de Europa occidental con pocas e insignificantes excepciones. La ESRO, en los primeros años de actividad (1966-68),1levó adelante un programa de inversiones para equipar laboratorios, centros de investigación, centros de control, etc. Surgieron así dos grandes establecimientos técnicos: el ESTEC (European Space Research and Technology Centre) en Noordwijk, Holanda, que sería el responsable del estudio, desarrollo y control de los satélites y vehículos espaciales construídos por la industria europea, y la ESOC (European Space Operations Centre) en Darmstadt, Alemania, responsable del control de las operaciones de los satélites en órbita. En el mismo período, con la ayuda de la comunidad científica europea, el ESRO desarrolló sus primeros satélites científicos: el ESRO II (misión: rayos cósmicos y rayos X solares), el ESRO I (ionosfera y auroras polares) y el HEOS A1 (viento solar y espacio interplanetario), que fueron lanzados por transportadores americanos: el Scout y el Thor-Delta. A finales de 1968 el ESRO tenía 3 satélites en órbita y 22 experimentos en realización, que sirvieron como test de calificación para la organización. Sin embargo habían existido dificultades. Un corte del presupuesto obligó a la ESRO a cancelar las dos misiones más grandes programadas (un gran observatorio astronómico orbital y una misión-cometa) y el proyecto del satélite TD2. El TD1, en cambio, se convierte en el primer proyecto espacial facultativo del ESRO y consiste en un satélite para el estudio de los rayos ultravioletas. Una solución, la de la participación facultativa en los proyectos por parte de los estados miembros, se convertiría después en una de las bases de las cuales surgiría la ESA. A finales de 1970 la ESRO llegó a una conclusión: proporcionar pruebas de la madurez tecnológica (era necesario revisar los objetivos de la organización), cuidando más el aspecto práctico que el científico de la investigación. Esto creó cierta confusión en la cooperación espacial en Europa: algunos estados miembros del ESRO no quisieron financiar nuevos proyectos. Por ello se tuvo que recurrir al presidente del Consejo del ESRO, el profesor Puppi, quien intentó una solución logrando un compromiso: sus propuestas, después de una minuciosa discusión, se reunieron en lo que se convirtió en el acuerdo global de 1971, un paquete de propuestas que fue aceptado por unanimidad. Esta praxis será adoptada también en 1973, año en que el acuerdo global contendrá tres nuevos proyectos (el Spacelab, el Ariane, y el Marots, un satélite para las comunicaciones maritimas) y una decisión fundamental para el futuro de la colaboración espacial en Europa: la de crear una única Agencia Espacial Europea (ESA).

ESA: UNA AGENCIA EN PLENA ACTIVIDAD La Agencia Espacial Europea (ESA: European Space Agency) fue constituida el 31 de mayo de 1975 y reagrupa las actividades espaciales europeas que, como hemos visto, estaban a cargo anteriormente del ESRO y del ELDO en el campo de la construcción de satélites y de los cohetes-transportadores. Objetivo de la ESA es el de proveer y promover (solo con fines pacíficos)la cooperación entre los estados europeos en el campo de la investigación y la tecnología espacial. Estados miembros de la Agencia son Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, los Países Bajos, el Reino Unido, España, Suecia y Suiza; Austria, Canadá y Noruega sólo participan en algunos programas. Mientras Austria goza del estatuto de estado miembro asociado, Canadá y Noruega están presentes en el consejo de la ESA como observadores. La sede central está en París; los establecimientos técnicos se encuentran en Noordwijk (Países Bajos) donde opera el ESTEC (European Space Research and Technology Centre), que se encarga del estudio,

desarrollo y control de los satélites y vehículos espaciales construidos por la industria europea. En Darmstadt (Alemania RFA) se encuentra el ESOC (European Space Operations Centre), responsable del control de las operaciones de los satélites en órbita, al que están conectadas varias estaciones esparcidas por todo el mundo. En Frascati tiene su sede el ESRIN, responsable de la actividad Earthnet y del centro de información IRS (Information Retrieval Service). Varios grupos de técnicos de la ESA trabajan en establecimientos nacionales donde se llevan a cabo programas especiales (por ejemplo el Departamento Programas Observación Tierra del centro espacial del CNES en Toulouse, Francia). En Washington, la Agencia tiene una oficina de conexión con la NASA. Pero veamos cuales son los programas y la actividad de la ESA. Entre las actividades científicas debemos recordar el EXOSAT un satélite destinado al estudio de la posición y la estructura de las fuentes de rayos X celestes y el famoso telescopio espacial. Este último es un programa común entre la ESA y la NASA, que prevé la puesta en órbita por medio del Space Shuttle de un telescopio de 2,4 metros de diámetro. La ESA contribuye en el programa proporcionando una máquina fotográfica para objetos poco visibles y un aparato solar. Otro programa común NASA/ESA es la Misión Internacional Solar Polar, que prevé la exploración de las profundidades del espacio y de la superficie solar por parte de dos satélites, uno europeo y el otro americano, que serán lanzados desde el shuttle. También está Hipparcos, un satélite para medidas astrométricas que la ESA piensa lanzar con el Ariane a mediados de 1986, y la ya célebre misión cometaria iotto, una sonda espacial que será lanzada con el Ariane hacia mediados de 1985 y que está destinada a atravesar a gran velocidad el cometa Halley cuando entre en nuestro sistema solar en 1986. Entre los programas de aplicaciones varias, cabe mencionar los satélites ESA Meteosat 2 (satélite meteorológico) y Sirio 2 (vigilancia metereológica mundial). Para telecomunicaciones, la ESA, después del satélite OTS tiene previsto el lanzamiento de satélites de telecomunicaciones europeas ECS, satélites para comunicaciones marítimas Marecs y el programa L-SAT (Large Satellite) para comunicaciones de televisión en directo. Sin embargo el mayor programa de la ESA es el Spacelab, el laboratorio espacial habitado y reutilizable, proyectado para ser puesto en órbita por el Shuttle. Para el Spacelab, que también es el programa de cooperación ESA/NASA más importante, están previstos 60 vuelos con la lanzadera.

ARIANE EL LANZADOR EUROPEO Los estados miembros del ESRO (el organismo que forma parte de la ESA) en julio de 1973 decidieron desarrollar el proyecto Ariane, para dotar a Europa de un cohete-transportador que le permitiera llevar adelante, autónomamente, sus programas espaciales y efectuar lanzamientos de satélites científicos y de aplicación. Entre los diez estados que se adhirieron al programa el que hizo la mayor contribución fue Francia, que proporcionó más del 60 por 100 de la financiación, ya que la principal empresa subcontratista del proyecto Ariane fue el CNES (Centre National de Etudes Spatiales). El Ariane es un cohete

transportador de tres secciones, concebido para efectuar una gran variedad de misiones: desde el lanzamiento de satélites en órbita-base, a la exploración espacial profunda. El transportador Ariane ha sido particularmente estudiado para poner en órbita satélites geoestacionarios con un perigeo de 200 km. y un apogeo de 35.800 km. Con una altura de más de 47 metros, el Ariane pesa 210 toneladas. El 90 por 100 del peso está constituido por combustible, mientras las estructuras y la carga útil constituyen respectivamente el 9 y el 1 por 100 del volumen total. La ascensión del Ariane está asegurada por su sistema de propulsión de tres secciones. La separación de las secciones se realiza por medio de cargas explosivas situadas en los bordes inferiores de la segunda y tercera sección; éstas son después separadas por retrocohetes colocados en la sección superior. El alojamiento del equipamiento de a bordo, montado sobre la tercera sección (donde están los controles electrónicos del cohete) constituye el punto de ataque del escudo aerodinámico y hace asi de soporte a la carga útil. El escudo aerodinámico consiste en dos medios caparazones de aluminio y tiene un volumen de 40 metros cúbicos; por lo tanto, dentro de él es posible transportar grandes satélites del tipo Intelsalt V o dos satélites de mediano tamaño, montado el uno sobre el otro, para lanzar con el sistema combinado SYLDA. El escudo protege su preciosa carga durante la travesía de la atmósfera y es expulsado durante la separación de la segunda sección a una altura de 120 km. Un vuelo del Ariane dura en total quince minutos, desde el momento en que deja la base de Kourou (Guyana francesa) hasta el momento en que pone en órbita el satélite. El Ariane ha sido sometido a cuatro vuelos de prueba antes de ser promovido a misiones operativas. vuelos de prueba que han sido la culminación de una larga serie de experimentos realizados sobre las tres secciones del cohete transportador y sobre los subsistemas del lanzador. El primer vuelo de prueba del Ariane se llevó a cabo en Kourou el 24 de diciembre de 1979 y tuvo pleno éxito. En aquella ocasión las prestaciones de los propulsores de las tres secciones superaron las previsiones. La segunda prueba de lanzamiento, efectuada en mayo de 1980, fue en cambio un fracaso. El despegue se había realizado con normalidad, pero a causa de las variaciones de la presión de uno de los cuatro motores de la primera sección, toda la misión se fue a pique: se atascó el mecanismo de autodestrucción y el transportador Ariane explotó. El tercer y cuarto test de vuelo, programados en 1981, dieron en cambio buenos resultados, hasta el punto que los técnicos de la ESA pensaron inmediatamente en programar el primer vuelo operativo, el del Ariane L5, cuya misión principal sería la de poner en órbita de transferencia geoestacionaria dos satélites ESA, el MARECS By el Sirio 2. La misión secundaria sería la de comprobar en vuelo el sistema de lanzamiento combinado SYLDA. El lanzamiento (septiembre 1982 fracasó: a causa del mal funcionamiento de la tercera sección la carga del Ariane cavó en el Atlántico.

EL SPACELAB En 1973 los EE.UU. y los estados miembros del ESRO firmaron el acuerdo para realizar lo que en los años siguientes se convertiría en el mayor proyecto conjunto ESA NASA: el Spacelab. Europa sería íntegramente responsable del diseño y realización del laboratorio espacial; la NASA proporcionaría el lanzador y el orbiter del Space Shuttle donde en la gran bodega se albergaría al laboratorio. Concluida la misión, el shuttle llevaría a Tierra al Spacelab para futuras reutilizaciones. Entre los nueve estados miembros de la ESA involucrados en la realización del Spacelab, la parte del león le ha correspondido a Alemania y a la principal empresa contratista la VFW-ERNO de Bremen. Un primer modelo de estudio del Spacelab fue entregado a la NASA en noviembre de 1980; la primera unidad volante estuvo preparada en 1981. El Spacelab está esencialmente compuesto de dos elementos: un módulo presurizado y una plataforma no presurizada. El módulo está destinado a albergar a los especialistas que controlarán el laboratorio durante su permanencia en el espacio. Consta de un elemento cilíndrico de aluminio y puede tener una o dos

secciones, según las necesidades de la misión. Cada sección mide cuatro metros de diámetro y 2,7 metros de longitud. Cuando las dos secciones son utilizadas conjuntamente, el módulo puede transportar una carga de más de cuatro toneladas y of rece un volumen de 22 metros cúbicos. La plataforma está destinada a albergar los instrumentos y se halla abierta directamente hacia el espacio. Puede estar compuesta de una o más secciones (hasta un máximo de cinco) y es capaz de llevar hasta 9.000 kg. de instrumentos. La carga puede también comprender telescopios, antenas o radares. El módulo y la plataforma del Spacelab, en sus diferentes versiones, pueden ser empleados tanto conjunta como separadamente, lo que hace del Spacelab un laboratorio extremadamente versátil. El Spacelab está unido al orbiter del shuttle por un túnel de un metro de diámetro, que permite a los científicos del laboratorio acceder a la cabina del shuttle. El Spacelab y el shuttle entrarán en órbita a una altura comprendida entre 200 y 900 km. Una vez en órbita, el shuttle abrirá las puertas de su bodega para dejar al descubierto, hasta el término de la misión, el complejo Spacelab.

SPACELAB LAS MISIONES FUTURAS La primera misión del Spacelab tendrá esencialmente la finalidad de verificar la eficacia del sistema Shuttle/Spacelab y servirá para demostrar las posibilidades científicas del laboratorio espacial. He aquí por qué, para este primer vuelo, ha sido seleccionada una gran cantidad de experimentos, de los cuales muchos servirán de test para otros más ambiciosos a realizar en el futuro. La investigación en la estratosfera y en la atmósfera superior ocupará un papel primario, pero también muchos otros campos de la investigación serán objeto de experimento: el plasma y la fisica solar, la astronomía, la biología, la medicina, y no faltarán los experimentos tecnológicos, como los tests de termodinámica y sobre líquidos en ausencia de gravedad. Unos 37 experimentos han sido aprobados para esta primera misión del laboratorio espacial, de los cuales 13 han sido preparados por la NASA y 24 por la ESA. Hubiera sido preciso preparar muchos más, pero el peso del Spacelab para esta primera misión ha limitado el número de los experimentos posibles. El Spacelab, en este vuelo que inaugurará la serie de misiones que lo espera, tendrá una composición muy simple: estará compuesto de un módulo presurizado largo (de dos secciones) y por una sola plataforma. Como hemos visto anteriormente, el Spacelab puede ensamblarse en versiones capaces de realizar más experimentos (un módulo largo o corto, acoplado a una plataforma variable de una a cinco secciones). Dos especialistas, uno americano y el otro europeo, serán elegidos para realizar los primeros experimentos del laboratorio espacial. La ESA ya ha seleccionado, entre dos mil candidatos, tres especialistas de los cuales, en el último momento, será elegido aquél que irá a bordo del Spacelab; la NASA ya tiene preparados dos especialistas. Los tres candidatos europeos son el físico alemán Alf Merbold, el piloto y astrónomo suizo Claude Nicollier y el físico holandés Wubbo Ockels. Los dos candidatos americanos son el físico Michael Lampton y el científico Byron Lichtenberg. Por el momento el programa del Spacelab se basa en misiones de una semana de duración, pero si los técnicos de la ESA y de la NASA logran encontrar pronto un sistema para alimentar el laboratorio espacial con una cantidad de energía eléctrica superior a la disponible hasta ahora, será posible aumentar muchísmo la permanencia del Spacelab en el espacio y programar misiones por periodos superiores a las tres semanas. El futuro del Spacelab por lo tanto, está por escribir. Baste decir que si los resultados de los experimentos realizados durante la primera misión son satisfactorios, el hombre podrá abrir una ventana a las posibilidades de producir en el espacio metales purisimos con nuevas propiedades y trabajar materiales compuestos, haciéndolos resistentes a las altas temperaturas. Pero esto no es todo. En el Spacelab, si las previsiones de los cientificos se ven apoyadas por los resultados obtenidos en el primer vuelo de prueba, será posible crear cristales de una calidad jamás obtenida antes en la Tierra, cristales que

podrán ser utilizados en la industria electrónica y en óptica, haciéndole dar al hombre un gran paso tecnológico hacia adelante. Sin embargo, las perspectivas que nos of recerá el Spacelab, no se limitarán a las aplicaciones industriales: tienen que ver también con la educación de los que serán los cientificos del mañana. El laboratorio espacial ESA/NASA se convertirá en un excelente educador para los estudiantes de todo el mundo. Gracias a lo que se filme y grabe a bordo del Spacelab, será posible mostrar experimentos que no pueden realizarse fácilmente en la Tierra.

LOS SATELITES METEOROLOGICOS DE LA ESA Los satélites artificiales, como hemos visto, son muy útiles en elcampo de las telecomunicaciones. Sin embargo su empleo no se detiene aquí: pueden utilizarse bastante eficazmente en la observación de los fenómenos atmosféricos y en las previsiones meteorológicas; pueden usarse también para estudiar la superficie de la Tierra y de !os océanos y características geofísicas importantes, como los campos magnéticos y gravitacionales. Limitémonos por el momento a hablar de su empleo en el campo meteorológico y veamos aquí cómo la ESA, la agencia espacial europea, está desarrollando sus programas en este sector. El primer satélite meteorológico europeo, el Meteosat 1 fue lanzado de Cabo Cañaveral el 23 de noviembre de 1977 y funcionó con éxito hasta noviembre de 1979, enviando cada treinta minutos imágenes de la Tierra y de su manto de nubes, gracias a un radiómetro que operaba en tres bandas espectrales. Además de enviar estas imágenes y los diversos parámetros meteorológicos calculados por una computadora, el Meteosat 1 constituyó la primera contribución europea a la vigilancia meteorológica mundial y al programa de investigación atmosférica global GARP. El Meteosat 2 ha sido lanzado por la ESA el 19 de junio de 1981. Los dos satélites, virtualmente idénticos, pueden considerarse como una especie de minilaboratorio equipado con instrumentos para el estudio de los fenómenos atmosféricos y su medida. El cuerpo del satélite comprende dos cilindros colocados uno encima del otro con una altura total de alrededor de 3,20 metros. Los lados del cilindro más bajo y más ancho (excepción hecha para laventana, desde la cual el telescopio de espejos observa la Tierra) están recubiertos de células solares que le procuran al satélite la energía necesaria. El cilindro más alto y más pequeño contiene los instrumentos para la transmisión de datos y para la recepción de las señales desde tierra. En el lanzamiento el Meteosat 2 pesaba alrededor de 700 kilos, pero su peso en órbita es sólo de 290 kg. Y hablemos ahora de un proyecto, el Sirio, que constituye el primer satélite italiano para telecomunicaciones que Italia ha lanzado, siempre desde Cabo Cañaveral, en 1977. El lanzamiento y el funcionamiento del primer satélite Sirio (la sigla para ser precisos, significa Satéllite Italiano per la Ricerca Industriale Operativa) ha sido coronado por el éxito. A raíz de ello Italia ha propuesto a la ESA utilizar un segundo modelo, el Sirio 2 en el campo meteorológico. Para la ocasión, en efecto, el satélite ha sido equipado con instrumentos destinados a una doble misión: la distribución de datos meteorológicos en relación con el programa de vigilancia meteorológica mundial, y la sincronización a escala mundial de los relojes atómicos por medio de eco de laser

con reflectores colocados en el satélite. El Sirio 2 un cilindro de alrededor de dos metros y medio de altura, con un peso total de 420 kg., ha sido lanzado en septiembre de 1982 con un transportador Ariane donde había sido colocado junto con un satélite ESA para comunicaciones marítimas Marecs B. Pero, como sabemos, el lanzamiento fracasó: la última sección del Ariane no funcionó correctamente y los dos satélites, al no haber entrado en órbita, cayeron en el Atlántico. Esto no significa sin embargo que no resultará posible experimentar los sofisticados aparatos del Sirio 2: la Compagnia Nacionale Satellite per Telecomunicazioni de Roma, que ha construído el Sirio, ya tiene preparado otro satélite idéntico que podrá ser lanzado no bien el tan discutido transportador Ariane sea puesto a punto.

ESA: ASI ESTUDIA EUROPA TIERRAS Y MARES El estudio de los recursos de los ríos y de los océanos; la vigilancia de la formación de los hielos alrededor de los casquillos polares en las regiones más septentrionales, la localización de terrenos adecuados para ser aprovechados en la agricultura; la medida de la contaminación sobre la superficie terrestre. Estas son algunas de las tantas aplicaciones prácticas de los datos enviados, en los últimos años, por los llamados satélites de observación que están en órbita alrededor de nuestro planeta. Aplicaciones que interesan no sólo a los países industrializados sino también, y sobre todo, a los que están en vías de desarrollo, que en muchos casos no tienen informaciones suficientes sobre el estado de sus recursos naturales. Frente al siempre mayor interés de la comunidad científica internacional sobre estas informaciones, la ESA ha desarrollado un programa denominado "Earthnet", ya convertido en operativo en 1978, cuyo objetivo principal es la utilización de los datos enviados por los satélites de observación americanos en vistas a un proyecto completamente europeo que prevé el lanzamiento y utilización de satélites similares: el ERS (European Remote-sensign Satellites), que se lanzará entre los años 1986 y 1988. "Earthnet" es sustancialmente una red terrestre para la recepción, elaboración y difusión de los datos provenientes de los satélites americanos "Landsat" "HCMM" (Heat Capacity Mapping Mission), "Seasat" y "Nimbus 7". La red está compuesta por cuatro estaciones principales: Fucino en Italia y Kiruna en Suecia (que se encargan de recoger los datos enviados por los "Landsat 1, 2 y 3"), Oshangen en Gran Bretaña ("Seasat") y Lannion en Francia ("HCMM" y "Nimbus 7"). Una quinta estación en Maspalomas, en las Islas Canarias, se ha vuelto operativa hace poco y recoge también los datos provenientes del "Nimbus 7". El sistema "Earthnet" comprende también dos centros de elaboración de datos que son enviados a Farnborough (Inglaterra) y a Oberpfaffenhofen (Alemania). Los datos obtenidos por los satélites llegan luego a Frascati donde está la sede del Earthnet Programma Office, que luego los distribuye por toda Europa. "Earthnet", como se decía, en un programa en vías de desarrollo que está sobre todo dirigido a la utilización de los dos satélites de observación europeos "ERS 1" y "ERS 2", que serán lanzados en la segunda mitad de los años 80 por medio de un transportador "Ariane". El "ERS 1" proporcionará datos sobre las condiciones de los océanos y de las zonas costeras y enviará datos sobre el estado y formación de los hielos. El "ERS 2", en cambio, tendrá como objetivo las tierras superficiales. Su principal finalidad será por lo tanto la de proporcionar fotografías que permitan localizar territorios aprovechables para la agricultura, y de las que "hará radiografías" con una máquina fotográfica especial con gran resolución de imágenes, capaz de operar incluso al infrarrojo. Pero los programas de la ESA no se detienen aquí. Aún antes de entrar de lleno con el European Remote-sensing Programme, la agencia espacial europea prevé utilizar, durante su primera misión, el "Spacelab" para determinar los posibles usos y capacidades de dos instrumentos que en el futuro serán puestos sobre los satélites europeos de observación. El primero es una máquina fotográfica métrica de altísima definición, capaz de tomar imágenes que cubren un área de 188,5 x 188,5 km.: sus fotografías podrán ser

utilizadas en particular para la elaboración de mapas geográficos en escala 1/100.000. El segundo instrumento es un dispositivo experimental de observación a hiperfrecuencia, capaz de operar incluso en condiciones imposibles (con el cielo totalmente cubierto).

ESA: LOS SATELITES "CIENTIFICOS" La Agencia Espacial Europea, hacia finales de los años 70, puso en órbita cuatro satélites científicos que han desarrollado sus misiones con notable éxito. Dos satélites astronómicos, el "Cos B" y el "IUE" (International Ultraviolet Explorer) han escrutado el cielo para estudiar respectivamente los rayos gamma y los ultravioletas. El "Cos B" lanzado en 1975, octavo satélite científico en ser puesto en órbita por la ESA, envió a tierra datos tan interesantes que su misión fue prolongada hasta 1981. Lo mismo ha sucedido con el "IUE", lanzado en 1978, un satélite fruto de la colaboración entre la ESA, la NASA y el SRC, (Science Research Council of the United Kingdom). Los satélites Sol-Tierra de la ESA, "Geos" y "ISEE" (International SunEarth Explorer), han sido en cambio empleados para estudiar el plasma y los campos magnéticos emitidos por el Sol y su influencia sobre nuestro planeta. El último satélite "Geos", denominado "Geos 2", ha sido lanzado en 1978. De la serie "ISEE", en cambio, han sido lanzados tres satélites: "ISEE 1 y 2", conjuntamente, en1977; el "ISEE 3" en 1978. Mientras el "ISEE 2" ha sido construido por la ESA para estudiar la magnetosfera, los otros dos satélites "ISEE" han sido realizados por la NASA. La ESA tiene en programa el desarrollo de otros cuatro satélites científicos. Son: el "Exosat", que estudiará las fuentes de rayos X; un satélite que formará parte de la "misión Internacional Solar/Polar", prevista para 1985; el satélite astronómico "Hipparcos", que estudiará la distancia, posición y movimiento de unas 100.000 estrellas, y la misión cometaria "Giotto" una sonda espacial, lanzada desde un transportador "Ariane", destinada a atravesar a gran velocidad el cometa Halley, que entrará en nuestro sistema solar en 1986. Entre los programas de la ESA en el campo científico está por último el relativo al telescopio espacial, que será puesto en órbita por el "Shuttle" y controlado por el Space Telescope Science Institute.

ESA: UNA FUENTE EUROPEA DE NUEVAS TECNOLOGIAS

Lanzamiento de un ARIANE para poner en órbita un satélite científico

Si la ESA en un futuro próximo es capaz de incrementar la calidad de sus programas espaciales, ello dependerá esencialmente del progreso de la tecnología y de la posibilidad de aprovechar al máximo este progreso. Esta es la razón por la cual la Agencia Espacial Europea, con el fin de asegurar a las misiones ya programadas (y a las futuras) el mejor resultado, desarrolla tanto un programa de investigación tecnológica de base (Basic Technology Research Programme), como un programa de apoyo tecnológico (Support Technology Programme) que prevén el desarrollo de tecnologías para utilizar en los satélites de telecomunicaciones, en el estudio de la microgravedad y en un nuevo sistema de módulos para experimentos que irá en el "Spacelab". Y precisamente para el laboratorio espacial, la ESA ha realizado un proyecto científico muy importante, que lleva el nombre de Biorack y que consiste en una serie de instrumentos cuya finalidad principal es el estudio de las células y de la biología molecular. Biorack contendrá varias incubadoras, centrífugas y equipo auxiliar como un frigorífico, microscopios y máquinas fotográficas: un equipo que será alojado en una sola estructura (rack), que será colocada a bordo del "Spacelab" (no es óbice sin embargo para que cada componente sea intercambiable y permitir así a los investigadores realizar todas las modificaciones que crean necesarias). Los experimentos que el Biorack llevará a bordo del "Spacelab" serán todos preparados en tierra; en órbita serán realizados directamente por los astronautas "mission specialists" o manipulados semiautomáticamente. Dentro del módulo presurizado del laboratorio espacial será posible estudiar el comportamiento de los organismos terrestres en el espacio (microgravedad, radiaciones cósmicas, ausencia de ritmos cardíacos; etc.): todos esos estudios que, comenzados en los años 60 con las misiones americanas y las rusas de la serie "Cosmos" y "Salyut", ahora podrán ser continuados con óptimas perspectivas. La ESA, además del Biorack, tiene en estudio diversos proyectos científicos. Veamos sucintamente los principales. "POLO" (Polar Orbiting Lunar Observatory) es un observatorio que permitirá el estudio fisioquímico de toda la superficie lunar. El proyecto prevé la puesta de dos satélites, uno en órbita baja y otro en órbita alrededor de la Luna. De los dos satélites, lanzados en ese orden, el que estará en la órbita más baja contendrá el equipo científico; en cambio el que estará en la órbita más alta tendrá la función de retransmitir a tierra los datos provenientes del otro satélite, cuando este se encuentre en la cara oculta de la Luna. En la realización de esta misión también participará la NASA, que deberá proporcionar el lanzador-transportador y el equipo para dirigirlos. El "ISO" (Infrared Space Observatory) es en cambio una propuesta europea de un observatorio espacial para el estudio de la astronomía al infrarrojo. El telescopio de 60 cm. de diámetro deberá transportarse en un satélite estabilizado sobre tres ejes, que será puesto en órbita por un transportador "Ariane",. Telescopio e instrumentos científicos de a bordo, serán enfriados por helio líquido contenido en un criostato: una solución que constituirá un gran paso adelante para la tecnología europea. Entre los programas más importantes para el futuro, la ESA prepara finalmente el "GRIST" (Grazing Incidence Solar Telescope), que prevé el empleo de un telescopio basado sobre la óptica de la incidencia rasante para el estudio de los rayos X del Sol, empleando radiación ultravioleta extrema.

CENTROS ESPACIALES DE ESTADOS UNIDOS

Centro espacial de Houston La famosa sala de control de operaciones espaciales del Johnson Space Center (JSC) de Houston Texas, bien conocida por los telespectadores de todo el mundo ya que fue captada por mundovisión durante las transmisiones de TV, incluso con motivo de las recientes misiones del "Space Shuttle". El Centro Espacial Kennedy (Florida) durante el retorno de la primera misión americana que envió un hombre al espacio: Alan B. Shepard, quien, el 15 de mayo de 1961 fue lanzado a bordo de una cápsula "Mercury. Desde el día de su fundación, la NASA, cuyo cuartel general está situado en Washington, se sirve de la labor "entrelazada" propia de una "red de comunicaciones" de centros esparcidos por todos los Estados Unidos, cada uno de los cuales cuenta con programas autónomos de estudio y trabajo. El Centro Espacial de Houston, que lleva el nombre del Presidente americano Lyndon B. Johnson, es responsable en particular del desarrollo, proyecto y ensayo de los vehículos espaciales empleados en las misiones realizadas por el hombre. El Johnson Space Center de Houston tiene también el monopolio del programa del "Space Shuttle" y es uno de los centros de control de las misiones espaciales americanas más conocidos. Su actividad en este último campo comenzó con la misión "Géminis IV", prosiguiendo luego el "Apolo", "Skylab" y "Apolo-Soyuz". También es responsable del control en tierra de los vuelos espaciales humanos, y del proyecto y control de todos los experimentos científicos previstos a bordo de las diversas misiones.

Laboratorio de Propulsión a chorro

El centro de control del Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena, California, desde el cual se envían las órdenes a los motores de los vehículos espaciales. El Jet Propulsion Laboratory es un centro estatal conectado con la NASA, pero controlado y dirigido por el California Institute of Technology (el célebre "Caltechn" como es conocido familiarmente en los Estados Unidos). El JPL se ocupa de las mislones científicas automatizadas en el espacio profundo, cuida de la recepción de los datos enviados por las sondas espaciales y su análisis e interpretación. Su función principal (de aquí la denominación de Jet Propulsion Laboratory) es el estudio y la fabricación de combustible sólido y líquido para los motores de los vehículos espaciales, así como el estudio y realización de su sistema de conducción.

DE LA REALIDAD A LA FICCION Colonias Espaciales: ¿Ciencia-Ficción o Progreso? Imaginémonos por un momento en el siglo XXII: estamos volviendo a casa después de unas largas vacaciones en la colonia Antares. EnAntares, donde hemos pasado más de un año en el trozo de vacío cósmico que separa la Tierra de la Luna, no faltaba nada. Con nosotros, millones de personas han vivido aquellos largos meses en Antares en el inmenso hábitat pre-fabricado, gracias a la ahora ya perfeccionadísima industria espacial y también a las materias primas traídas especialmente de la Luna. La colonia espacial Antares no nos ha hecho extranar la Tierra, ya que en su interior se puede gozar de un paisaje terrestre: colinas, prados, lagos y ríos nos rodean por todas partes. Tampoco faltan flores, animales domésticos y pájaros. El agua y el aire se renuevan constantemente. Y la estructura, la inmensa estructura de Antares girando a lo largo de su eje, permite una vida cómoda a los colonos del espacio, que gozan de una fuerza de gravedad artificial pero perfecta. ¿Es un trozo extraído de un cuento de ciencia ficción surgido de la pluma de Arthur C. Clarke ("2001 Odisea en el Espacio"), o bien la crónica de un futuro colonizador espacial? Por lo que afirma el doctor Gerard O'Neill, un físico de Princeton University, las colonias espaciales -todavía consideradas en la actualidad como un sueño- serán una posibilidad concreta en un futuro no muy lejano. Es por este motivo que O'Neill está estudiando, desde hace muchos años, la posibilidad de construir colonias espaciales y ha puesto a punto, recientemente, cuatro modelos para otras tantas propuestas de colonias en el espacio. El primer modelo estudiado por O'Neill mide un km. de largo y puede albergar una población máxima de 10.000 personas; el último modelo, más grande y más avanzado, mide 32 km. de longitud, unos 7 de diámetro y puede albergar a más de 200.000 personas. Estas colonias espaciales concebidas por el físico americano, están constituidas por una pareja de cilindros gemelos que rotan en dirección opuesta a lo largo de su eje, con el fin de compensar el efecto giroscópico. La luz solar penetra en el interior gracias a una serie de espejos rectangulares. Estos espejos están construídos de manera tal que puedan ser regulados por un computador para obtener una duración diferente del día y climas diversos. En un extremo de uno de los cilindros se encuentra una estación para la producción de energía; la energía se obtiene gracias a un gran espejo parabólico que envía, a unos tubos llenos de líquidos, los rayos solares concentrados. El líquido, calentado, será después inyectado en los generadores a turbina. En el extremo del otro cilindro se encuentran las estructuras para recibir los "ferry-boat" espaciales que vienen de la Tierra o de la Luna. ¿Cómo podrá construirse una colonia espacial de estas dimensiones, un auténtico planeta artificial en miniatura? "El modelo más simple que he diseñado", explica O'Neill, "podrá ser íntegramente construido con materias primas llevadas desde la Luna, y necesitará dieciséis años de trabajo antes de poder ser habitado. Para que ello sea posible, será necesario, por tanto, que los ingenieros espaciales puedan servirse de una base lunar, donde trabajen por lo menos unas 150 personas. Esta base deberá estar en condiciones de lanzar al espacio millones de toneladas de material al año, gracias a una catapulta electromagnética especialmente estudiada o empleando los corrientes cohetes

transportadores. Las materias primas que pueden obtenerse del aprovechamiento del suelo lunar serán aluminio y titanio (necesarios para la construcción de las estructuras), silicona (útil para las células solares), sílice (para el vidrio) y oxígeno (para el combustible de los cohetes y para el aire que debe respirarse a bordo).

Las Bases Marcianas El "planeta rojo" siempre ha atraído los sueños del hombre y, desde hace tiempo, tanto Rusia como Estados Unidos están estudiando la posibilidad de enviar el hombre a Marte. La primera misión humana a Marte podría programarse para finales de este siglo, e incluso podría tratarse de una misión conjunta en la que se unieran los esfuerzos americanos y soviéticos. En espera que las experiencias maduren, en la NASA no se pierde tiempo y abundan los estudios sobre bases marcianas. Utilizando como elemento básico el "Space Shuttle", será posible realizar muchas estructuras en el espacio, útiles para establecer bases en la Luna o en Marte. El proyecto para una base marciana semipermanente, capaz de servirse de recursos naturales del "planeta rojo" para su propio mantenimiento. Arriba, a la derecha, vemos un modelo más sofisticado de base marciana, estudiado para una misión permanente en el planeta. Esta está compuesta por el módulo de descenso de la misión Marte (Mars Excursion Module) dispuesto sobre una estación concebida originalmente por la NASA para misiones en órbita terrestre. Las instalaciones prevén los locales residenciales para la tripulación, la enfermería, laboratorios, etc.

Marte, el mundo de los mil misterios

Si existe un planeta del sistema solar que desde siempre ha monopolizado la atención de los astrónomos, éste es, sin lugar a dudas, Marte. Ha sido este gran interés el responsable de que nacieran también muchas creencias y supersticiones. Por ejemplo, cuando en 1877 el "planeta rojo" pasó muy cerca de la Tierra (a menos de 40 millones de millas), todos los astrónomos del mundo dirigieron ansiosos hacia él sus rudimentarios telescopios. El más afortunado fue Giovanni Schiaparelli que, aprovechando un momento de excepcional transparencia atmosférica, descubrió que la superficie marciana estaba atravesada por una serie de surcos. Desde Milán, el descubrimiento recorrió todo el mundo y los surcos, que Schiaparelli bautizó "canales", pronto hicieron afirmar que la superficie de Marte estaba recubierta por un intrincado sistema de canales artificiales para la irrigación. Algunos años más tarde, el astrónomo americano Percival Lowell, confirmando el descubrimiento de Schiaparelli, elaboró una teoría propia sobre el origen de los "canales" una la gran red de canales marcianos, según Lowell, era lo que quedaba de una antigua civilización. Los repetinos cambios climáticos del planeta habían obligado a los ingenieros marcianos a recurrir a estos canales, que llevaban agua de los polos, para realizar la irrigación necesaria para la supervivencia de su gente... Hipótesis fantásticas que, sin embargo han continuado alimentando las teorías más diversas a lo largo de decenios. Sólo en los años setenta, las sondas espaciales "Mariner", "Mars" y "Viking", lanzadas en órbita o puestas sobre la

superficie de Marte por rusos y americanos, han desmentido de manera contundente la existencia de los "canales". Los intrincados surcos observados por Schiaparelli y Lowell no eran otra cosa que un extraño efecto óptico debido a la atmósfera terrestre. Sin embargo es preciso decir que, si bien las sondas "Viking" no han encontrado trazas de una antigua civilización marciana, no por ello hay que excluir la posibilidad de vida en el "planeta rojo" aunque a un nivel muy elemental (algas verdes y bacterias), ya que resulta difícil hacer hipótesis sobre formas de vida más evolucionadas en un ambiente tan hostil. Por los experimentos efectuados en la superficie del planeta, la atmósfera marciana se ha mostrado extremadamente rarificada y demasiado delgada para que en ella puedan subsistir formas de vida humana. Aunque parece contener una pequeña cantidad de oxígeno libre, la atmósfera marciana está compuesta, básicamente, de dióxido de carbono y nitrógeno. Debido a que Marte se encuentra a 142 millones de millas del Sol y recibe casi la mitad de los rayos que llegan a la Tierra, las temperaturas son muy variables y van de los 82 C del mediodía sobre el ecuador a los - 45,56 C de las zonas un poco más alejadas. En los polos, las temperaturas alcanzan mínimas de 125 C. Uno de los grandes misterios de Marte sigue siendo la existencia o no de agua. Las fotografías enviadas desde el espacio por el "Mariner" y por el "Viking", muestran configuraciones geológicas que podrían indicar la acción del agua durante los milenios transcurridos. Estos y otros descubrimientos han inducido a los científicos a pensar que Marte debe haber sufrido, durante los miles de siglos pasados, muchos y repentinos cambios climáticos. El famoso escritor-astrónomo americano Carl Sagan, ha elaborado a este propósito una teoría. Como está convencido de que estas variaciones climáticas dependen de pequeños desplazamientos orbitales del planeta con respecto al Sol, Sagan piensa que cada algunos miles de años, el agua vuelve a la superficie de Marte, la atmósfera se hace más densa y el planeta muerto está nuevamente en condiciones de albergar vida.

El hombre a la conquista de Marte Las sondas espaciales americanas y soviéticas lanzadas a Marte han puesto en claro sólo alguno de los misterios del "planeta rojo". Han revelado que no existen los "canales" de Schiaparelli, que sólo pueden ser albergadas formas primitivas de vida, que el planeta está todo cubierto de rocas y de un polvo color herrumbre y, por último, han desmentido que las dos lunas de Marte, Fobos y Deimos, fueran dos satélites artificiales lanzados al espacio por una civilización tecnológicamente avanzada como sospechaba, a comienzos de los sesenta, el astrónomo soviético Shklovskji. No obstante, si bien las sondas espaciales automáticas "Mars", "Mariner" y "Viking" han hecho luz sobre muchos puntos oscuros, sólo la exploración humana de Marte podrá poner término a tantas suposiciones y teorías aún sin respuesta. Pero ¿cómo será posible en el futuro la exploración de Marte? Un artista de la NASA ha imaginado cómo será el módulo para el descenso del hombre en Marte, y nos muestra a dos astronautas que exploran la superficie recogiendo muestras. En cambio, en las dos figuras de la derecha, se pasa de la fantasía al estudio de un programa estructurado para la exploración de Marte, realizado por el organismo espacial americano. En la ilustración de arriba, se explica el sistema para la exploración de la superficie marciana: un módulo en órbita lanzará un módulo de descenso que, después de los experimentos sobre la superficie, se unirá nuevamente a la nave madre. Vemos

cómo se llevará a cabo la actividad en órbita alrededor de Marte. Se prevé el empleo de una base orbital capaz de albergar a 24 hombres, un observatorio y un módulo con cuatro "Lander".

Júpiter, un gigante lleno de misterios Júpiter, el gigante del sistema solar, tiene un diámetro de 89.250 millas, es 300 veces más compacto que la Tierra. Contrariamente a los otros planetas más pequeños, Júpiter ha conservado la mayor parte del hidrógeno y del helio que se liberaron durante su nacimiento. Por este motivo, el gigante de los planetas poseería un pequeño núcleo rocoso, rodeado de una espesa "cubierta" de gases sólidos y líquidos. Hablando de Júpiter es necesario utilizar el condicional debido a que, a pesar de las misiones de las sondas espaciales americanas "Pioneer 10 y 11" (lanzadas en 1973 y 1974) y las más recientes de los "Voyager 1 y 2" (1979), la estructura exacta de este planeta sigue siendo un misterio. Las sondas sólo han permitido realizar un modelo aproximado, según el cual el núcleo central, de las dimensiones de la Tierra, estaría compuesto de minerales ricos en hierro y revestido por una "cubierta" de hidrógeno líquido, con un grosor de miles de millas. Entonces, el hidrógeno sería tan denso que se comportaría como un metal, y precisamente las corrientes eléctricas generadas en la cubierta gaseosa de Júpiter, sería la fuente del potentísimo campo magnético del planeta. En el interior de la capa de "hidrógeno metálico", por último, se encontraría un océano de hidrógeno líquido normal, con una profundidad de 15.000 millas. En cuanto a la atmósfera de la superficie de Júpiter, estaría compuesta de hidrógeno, helio, amoníaco, metano y agua, y estaría continuamente sacudida por un sistema climático bastante turbulento que causaría corrientes de gases. La rápida velocidad de rotación del planeta (el día en Júpiter es el más corto del sistema solar: dura 9 horas y 5 minutos) completa el cuadro causando un violento sistema de vientos, que se estrellan contra las capas multicolores de los gases, provocando remolinos y turbulencias. Pero el elemento de mayor relieve de la espectacular atmósfera variopinta de Júpiter es, sin lugar a dudas, la Gran Mancha Roja, que fue descubierta en 1664 por el astrónomo inglés Robert Hooke, y que los científicos de nuestros días piensan que existe desde hace unos miles de años. A partir del momento en que Hooke la observó por primera vez, su forma y color han cambiado en muchas ocasiones y las fotografías enviadas por el "Voyager 1" han mostrado una compleja estructura dentro de la mancha. Con una longitud de unas 25.000 millas y 7.000 de ancho, los científicos creen que la Gran Mancha no es otra cosa que una gigantesca zona de temporales, compuesta por una mezcla de gases impulsados en un violentísimo vórtice. Sin embargo, las maravillas de Júpiter no terminan aquí. Entre su núcleo que alcanza altísimas temperaturas (unos 33.150 C: más de tres veces la temperatura del Sol) y su atmósfera superior helada, Júpiter presenta una vasta gama de temperaturas y, ciertamente, incluso zonas con un clima más templado. Por este motivo, los científicos han tomado en consideración la posibilidad de que la vida haya podido desarrollarse en estas regiones. La idea no parece pues tan absurda, si se considera que la atmósfera jupiteriana parece tener todos los ingredientes básicos a partir de los cuales pueden originarse las moléculas orgánicas complejas. Un último descubrimiento sensacional realizado por el "Voyager 1" en Júpiter, es el anillo que rodea al planeta, similar a los de Saturno y Urano. Aparentemente constituido por residuos rocosos, el anillo de Júpiter podría ser lo que ha quedado de un satélite natural suyo desaparecido. El gigante de los planetas posee 14 "lunas" que están en órbita a su alrededor, incluso parece que exista una quinceava "luna", pero el descubrimiento no ha sido aún of icialmente confirmado.

Los grandes viajes de exploración a Júpiter La sonda ha captado las imágenes de las cuatro "lunas" principales de Júpiter (lo, Europa, Ganímedes y Calisto), enviando a tierra excepcionales primeros planos. En particular, lo es la luna más interesante de Júpiter: su superficie aparece salpicada por los habituales cráteres, pero también cubierta por un gran número de volcanes en continua erupción. A la izquierda, arriba: el planeta fotografiado a una distancia de aproximadamente 23 millones de millas, abajo: un dibujo que muestra el "Voyager 1" (lanzado en 1979) durante su "encuentro" con Júpiter. En la reproducción aparece arriba, a la derecha, lo. "Jupiter Orbiter Probe" una nueva sonda espacial que tenía que haber sido lanzada en enero de 1982 para "encontrarse" nuevamente con Júpiter. Este lanzamiento fue postergado por el recorte en los presupuestos que ha sufrido la NASA. La nueva sonda, destinada a estudiar la atmósfera jupiteriana, ha sido programada para estar veinte meses en órbita alrededor del gigantesco planeta. Un nuevo sistema de máquinas fotográficas de alta resolución, permitirá a "Jupiter Orbiter Probe" enviar a Tierra imágenes clarísimas del planeta y de sus satélites más importantes. Otros instrumentos de la nave recientemente diseñados, permitirán además estudiar mejor el sistema jupiteriano. La futura misión hacia Júpiter ha sido programada para la NASA por el Jet Propulsion Laboratory (Laboratorio de Propulsión a Chorro).

Saturno: Desvelado el misterio de los anillos Saturno, el sexto planeta del Sol _está en órbita a una distancia de 886 millones de millas y el segundo en tamaño de nuestro sistema solar, no dejará de asombrarnos. Muchas informaciones relativas al planeta de los anillos, han sido desvelados gracias a las sondas espaciales "Voyager 1 y 2" que han convertido en obsoletos hasta algunos datos enviados en 1979 por la sonda "Pioneer 11". Saturno, como su gigantesco "vecino" Júpiter, posee, con toda probabilidad, un núcleo rocoso e incandescente. Sin embargo esto no significa que sea un planeta caliente: el corazón candente de Saturno está rodeado por una densa "cubierta" de hidrógeno sólido, alrededor del cual hay una capa de gas líquido y hielo que provocan, en la nubosa atmósfera que envuelve su superficie, temperaturas que oscilan entre 187O C y -181O C. Es decir, temperaturas de hasta 15,55 C inferiores a las de Júpiter. En cuanto a su atmósfera, un mortífero combinado de hidrógeno, helio, amoníaco y metano, puede decirse que es menos turbulenta que la de Júpiter, pero no por esto completamente tranquila. La notable velocidad de rotación de Saturno alrededor de su eje (el día saturniano sólo dura diez horas y catorce minutos) hace que esté recorrida por cinturones de gases multicolores, cuyo único valor es el de convertir al planeta en variopinto a los ojos de los astrónomos. No obstante, lo que más ha fascinado y llamado la atención de los estudiosos por más de trescientos años, son los famosos anillos. A medida que eran descubiertos, los anillos han sido bautizados con las primeras letras del alfabeto por lo que no indican, en la sucesión, su posición real con respecto al planeta. Su secuencia, partiendo del planeta y yendo hacia afuera es, en efecto: D, C, B, A, F y E. La sonda "Voyager 1", durante su cercano encuentro con Saturno, ha enviado espléndidas imágenes de los anillos, poniéndo en evidencia que, en realidad, otros centenares de pequeños anillos estaban comprendidos entre los "viejos" anillos A, B y C, invalidando asi la teoria que consideraba a estos tres anillos como un único "disco" de materia. El "Voyager 1", ha revelado además que el anillo F, descubierto en 1979 por el "Pioneer 11", está a su vez fraccionado en tres partes, recorridas por pequeños anillos, y ha confirmado la existencia del anillo D al que ha fotografiado durante su paso a través de la sombra de Saturno. También el tenue anillo E, visible desde la Tierra cada quince años, cuando Saturno está en una determinada posición con

respecto a nuestro planeta, ha sido observado por el "Voyager 1". En lo que respecta a la composición de los anillos, con un ancho total de 65.000 km. y con un grosor de sólo algunos km., se piensa que estén formados, por bolas de nieve heladas o por rocas recubiertas de hielo, cuyas dimensiones varían desde algunas micras a un metro de diámetro. Pero los descubrimientos del "Voyager 1" no terminaron aquí. También en lo relativo a los satélites de Saturno la sonda de la NASA nos ha enviado excepcionales informaciones. Hasta el día de su encuentro con Saturno se sabía que el planeta de los anillos tenía una decena de lunas, de las cuales la más próxima era Jano, la más distante Febo y la más interesante, por las dimensiones y atmósfera, Titán. Y bien, en solo doce horas de observación del "Voyager", los satélites de Saturno se han convertido en 15. La sonda había fotografiado, efectivamente 6 pequeñas lunas, algunas de las cuales eran observadas por primera vez. Dos de ellas, los satélites número 10 y 11, están situados en la misma órbita a 91.000 km. de Saturno. En cambio, poco se sabe todavía de los satélites número 12, 13, 14 y 15, excepción hecha de la trayectoria de sus órbitas.

Destino Saturno y más allá Las sondas gemelas "Voyager 1 y 2", han sido hechas en tiempo útil para aprovechar la "ventana de lanzamiento" de 1977. En aquel año, gracias a la alineación de los planetas externos, fue posible aprovechar su fuerza de gravedad para enviar sondas espaciales en misión a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. El campo gravitatorio de un planeta habría impulsado a la sonda hacia el planeta sucesivo, supliendo así la necesidad de una gran reserva de combustible, indispensable para llevar a cabo un viaje tan largo. Completamente automáticas, las sondas "Voyager" están en contacto con tierra a través de monitores, que las controlan por radio, pero también son notablemente autónomas y tienen la capacidad de modificar por sí mismas si fuera necesario, su propia ruta. Cada sonda funciona con 400 vatios de energía eléctrica proporcionada por generadores nucleares, mientras la transmisión de los datos a través de los millones de km. que separan a los "Voyager" de la Tierra, está asegurada por un transmisor de sólo 25 vatios, la potencia de una pequeña bombilla familiar. Un dato anecdótico: el encuentro del "Voyager 1" con Saturno comenzó el 22 de agosto de 1980 y se concluyó el 12 de noviembre del mismo año, cuando la fuerza gravitatoria de Saturno modificó la trayectoria de la sonda impulsándola fuera del plano elíptico. El "Voyager 1", que también ha explorado los satélites internos de Saturno (Mimas, Encéladus, Tetis, Dione, Rhea), mostrando que casi todos tienen una superficie similar a la de nuestra Luna, exploró también a Urano y Neptuno a mediados de los noventas, y ahora se encuentra en un verdadero "viaje a las estrellas".

TRIANGULACION SATELITAL El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) Hasta hace poco, todo aquel que se aventuraba en pleno océano sólo disponía para calcular su posición de la observación de las estrellas o del uso de la brújula y el sextante. Ahora, gracias a la moderna tecnología de los satélites, es posible efectuar esta operación de un modo más sencillo. Con la simple presión de un botón de un pequeño instrumento portátil,. el Global Positioning System (Sistema de Posicionamiento Global o GPS), podemos determinar a pilotos, marinos, alpinistas y a cualquier individuo que desee o deba conocer su propia posición con un margen de error muy pequeño.

El empleo de satélites para la navegación o la determinación de localizaciones no es nuevo. En 1959, la Marina militar norteamericana lanzó su primer satélite Transit para uso de los buques de combate de superficie; este sistema permitía determinar la posición con un error de 150 metros. El GPS es todavía más preciso. Establecido y controlado por las fuerzas armadas estadounidenses, utiliza una red de 24 satélites Navstar, 21 de los cuales están en activo y tres son de reserva, colocados en seis planos orbitales que se cruzan a una altura de 20.000 km. El primero de estos satélites fue lanzado en 1978, pero el sistema no llegó a ser operativo hasta 1987, cuando hubo en órbita 12 satélites; en diciembre de 1993, la red quedó completa. Los datos enviados por el GPS son tan precisos que los militares empezaron a creer que se lo pudiera utilizar para espionaje. El sistema logra posiciones con una resolución de 15 metros, por ello se recurre a códigos que especiales que se cambian con frecuencia.

Así se calcula la posición de un barco con el GPS (Figura 1). Las señales procedentes de tres satélites Navstar son capturadas por receptores instalados en el barco. Una señal temporizada procedente de un cuarto satélite (Figura 2) permite al receptor de la nave determinar su propia posición. Las señales de radio emitidas por los satélites Navstar son enviadas en forma de una secuencia de caracteres cifrados transmitidos en el mismo instante.

DATOS: GPS NAVSTAR Peso en el lanzamiento: Block 1 (primera versión) 773 kg; Block 2 (segunda versión) 1.715 kg. Anchura (incluidos los paneles solares): 5,33 m. Órbita: órbitas circulares en seis planos, con cuatro satélites en cada plano. Los satélites están posicionados de modo que siempre son visibles cuatro desde la Tierra. Inclinación: 55 grados.

Período orbital: 12 horas. Altitud: 20.000 km. Primer lanzamiento: 22 de febrero de 1978. Estado actual (a 1999): 24 satélites en órbita, incluidos tres de reserva. Vector de lanzamiento de los Navstar: Atlas-F para Block 1 y Delta 2 para Block 2.

PUESTA EN ORBITA DE COHETES Es posible construir un cohete grande que pueda colocar un pequeño satélite en órbita en órbita alrededor de la Tierra, pero ya en los primeros tiempos de la exploración del espacio los ingenieros concideraron que sería un derroche. Cualquier objeto que deba vencer la atracción terrestre y salir al espacio debe conseguir una velocidad de 40.000 km/h. Este valor es conocido como velocidad de escape (*). De todas formas, cuando un cohete deja la atmósfera y la gravedad de la terrestres, precisa menos impulso para alcanzar la misma velocidad. El peso del cohete disminuye a medida que gasta combustible. La solución básica al problema consiste no en utilizar un cohete gigante sino varios pequeños, unos encima de otros en pisos, como el Ariane. La primera fase es la mayor, ya que debe impulsar los otros cohetes y la carga cuando la gravedad terrestre y la resistencia del aire son mayores. Otra solución consiste en añadir alrededor del cuerpo principal unos cohetes impulsores, como en la lanzadera espacial (transbordador espacial). Al terminar su combustible se desprenden y caen. Algunas versiones delAriane lleva cohetes auxiliares. La elección correcta del lugar de lanzamiento puede atenuar algunos problemas. Los Ariane despegan de Kourou, Guayana Francesa, en América del Sur. La proximidad del ecuador permite alcanzar órbitas geoestacionarias.

Gráfica de las alturas a las que se separan las etapas de un cohete ARIANE hasta la puesta en órbita de los satélites

MANTENER LA VERTICAL Un cohete completamente cargado no es muy estable. Un sistema direccional debe mantenerlo en su trayectoria como quien equilibra una barra larga en la palma de la mano. De otro modo el cohete podría sufrir daños, romperse, explotar o tambalearse y caer de nuevo al suelo. La creación más reciente es el giroscopio de láser, que permanece estable y detecta cualquier movimiento distinto de la trayectoria programada. Luego el cohete es guiado por juntas cardan, uniones especiales colocadas en el motor o su tobera que permiten dirigir los gases propulsores.

VEHICULOS ESPACIALES OTROS VEHÍCULOS ESPACIALES Ariel: Satélite británico de rayos X (1975) Cosmos:

Serie de satélites soviéticos para diferentes misiones; hasta 1982 llevaban lanzados más de 1.300 unidades. Explorer: Serie de satélites norteamericanos para el estudio de rayos cósmicos y meteoritos (1958 en adelante). Gémini: proyecto con una serie de naves con dos tripulantes (1964-1966). EE.UU. Telsat: Consorcio internacional creado en 1965 con 80 países. Satélites para comunicaciones de la serie Intelsat. Intercosmos: Serie de satélites para el estudio de micrometeoritos y la influencia de los procesos cósmicos. Europa 1974. Lunar Orbiter: Con este nombre se conoce cada una de las cinco naves automáticas, satélites artificiales de órbita lunar, proyectadas y utilizadas con éxito por EE.UU, desde el 10 de agosto de 1966 y el 1 de agosto de 1967, para obtener fotografías de la superficie lunar que permitieron estudiar los puntos de alunizaje de los vehículos del programa Apollo. Lunik y Lunojod: Familia de astronaves soviéticas proyectadas para la ezploración de la Luna, iniciaron su misión el 2 de enero de 1959, y tras diversos ensayos, el Lunik-9 logró en 1966 el primer aterrizaje sobre la superficie de la Luna, tomando y transmitiendo las primeras fotografías obtenidas desde el suelo lunar. El Lunik15 falló al estrellarse sobre la Luna, inició una nueva serie de astronaves, cuya misión era la de recoger muestras del suelo lunar, misión que consiguió realizar el Lunik-16. En lo referente a la exploración lunar cabe destacar las misiones de Lunik-XVI y Lunik XVII, con exploraciones al lado oscuro de la Luna. Mariner: Serie de vehículos espaciales automáticos estadounidenses, destinados a la exploración de los planetas más cercanos a la Tierra.Mariner-2 (1962), Mariner-5 (1967), Mariner-4 (1964), Mariner-6 (1969), Mariner-7 (1969), Mariner-9 (1971) y Mariner-10 (1973). Mars: Serie de estaciones automáticas interplanetarias lanzadas por la URSS con la misión de explorar Marte y realizar radioenlaces a distancias interplanetarias. El 1 se lanzó en 1962; el 2 y el 3, en 1971 (este desprendió un módulo de descenso automático que aterrizo en el planeta); entre julio y agosto de 1973 se lanzaron el 4, el 5, el 6 y el 7.

Mercury: Serie de astronaves tripuladas estadounidenses, que constituyó la primera de las partes de que se componía el proyecto concebido para colocar un hombre el la Luna (Mercury-Gemini-Apollo). El primer vuelo fue el de Glenn en 1962; siguió la Aurora-7 en 1962; y el último, el Faith-7 el 15 de mayo de 1963. Módulo lunar: Designado con las siglas ML, es la parte de los vehículos Apollo, encargado de transpotar a los astronautas a la superficie de la Luna y luego despegar para acloparse nuevamente con el módulo de servicio. Molnya: Serie de satélites artificiales soviéticos, destinados a la retransmisión de programas de TV y a mantener comunicaciones telefónicas. Una serie de 6, lanzados entre 1966 y 1978. NOAA-4: Satélite norteamericano lanzado el noviembre de 1974; era un satélite de investigación oceánica. Oso-7: Nave espacial (Orbiting Solar Observatory 7), cuya misión fue la de medir la emisión de radiación gamma procedente de las erupciones solares que tuvieron lugar los días 4 y 7 de agosto de 1972. Pionner: serie de pequeñas sondas espaciales interplanetarias lanzadas por EE.UU. Al Pioneer-4, lanzado hacia la Luna el 3 de febrero de 1959, le faltaron 60.000 km para alcanzar su desyino, pasando a convertirse en el segundo satélite artificial. Los Pioneer 6 al 9, lanzados entre diciembre de 1965 y noviembre de 1968, eran sondas automáticas perfeccionadas que recorrieron órbitas heliocéntricas, destinadas al estudio específico del viento solar. Gran parte de los conocimientos sobre el viento solar y el magnetismo terrestre se debe a estas sondas. El 3 de marzo de 1972 se lanzó el Pioneer-10 con la misión de explorar el planeta Júpiter, al que logró acercarse a una distancia de 131.00 km y remitir fotografías del mismo. La primera sonda encargada de explorar al planeta Saturno fue la Pioneer-11, que pasó a 124.00 km del planeta. Exploró también a Titan una de las lunas de Saturno y descubrió su delgada atmósfera. Salyut: Primera estación espacial. Fue lanzada el 19 de abril de 1971 por los soviéticos, ocupó una órbita terrestre y recibió una tripulación transportada por una cosmonave Soyus. Posteriormente, se lanzó la Salyut-2 en 1973; la 3 en 1974; se

acopló con el Soyus-14 y estudió nuevos sistemas de acoplamientos en vistas del programa Apollo-Soyus; la 4, en diciembre de 1974; la 5, en 1976; la 6 se lanzó con sistema de amarre Progress y un módulo con telescopios. En 1978 los rusos batieron el record de permanencia en el espacio. Luego se lanzó la 7, y en 1991 desciende de órbitas para desintegrarse en la atmósfera de la Tierra.

1-Sistema propulsor del vehículo PROGRESS

8-Módulo orbital SOYUS

2-Vehículo automático PROGRES

11-Módulo de regreso

3-6-9-10-Antenas de 12-Sistema de propulsión alineamiento en las operaciones de rendez-vous 4-Dispositivo de enganche

14-Paneles solares

6-Sistema de enganche interfacial de SOYUSPROGRESS

15-Pasamanos para actividades extravehiculares

7-Módulo principal, módulo de estancia de cosmonautas, depósito, área de trabajos. Skylab: Satélite artificial de órbita terrestre lanzado el 14 de mayo de 1973, que constituyó la primera estación orbital estadounidense. El vehículo lanzador era un Saturno V y la tripulación la constituian los astronautas Conrad, Kerwin y Weitz, que permanecieron a bordo durante 32 días; la segunda estaba formada por: Bean, Garriott y Lousna, que permanecieron 59 días, la tercera, lanzada en 1973, estaba constituida por Carr, Gibson y pogue, que permanecieron 84 días en la estación espacial. En 1973 el checoslovaco Kohoutek descubrió un cometa y fue objeto de estudio por la tercera misión del Skylab y también el 15 de junio de 1974 por vía telescópica aprovechando su máxima proximidad a la Tierra (120 millones de km). En 1979, el Skylab fue perdiendo la fuerza que lo mantenía en órbita, y cayó sobre el océano Indico.

1-Tobera motor

LABORATORIO ORBITAL SKYLAB

8-Antena

2-Módulo de servicio

9-Impedimenta panel solar lateral

3-Motores control de ajuste

10-Sector almacenamiento

4-Módulo de mando

11-Paneles solares

5-Depósito rendez-vous

6-Portilla rendez-vous

7-Antena banda L

13-Antena extensible

14-Radiadores del sistema de refrigeración

15-OWS (Orbital Workshop)

12-Sensores telescopio

15-El OWS se encuentra separado en secciones para estancia, trabajo e higiene de los astronautas (14,55 x 6,58 metros y tiene un peso de 35380 kg) Soyus: Tercer grupo de cosmonaves soviéticas tripuladas. Al Soyus-1, lanzado el 23 de abril de 1967, le fallaron los paracaídas durante su aterrizaje, causando la muerte de su tripulante Komarov al estrellarse el vehículo contra el suelo. A esta siguieron la 2, la 3, la 4, la 5 y la 11, que a pesar de haber tenido un perfecto aterrizaje, se produjo una brusca descompresión y mueren sus tres ocupantes. Sputnik: Serie de satélites soviéticos. El primero, colocado en órvita el 4 de octubre de 1957, aniversario de la revolución rusa, inició la era de la astronáutica. Le siguió el Sputnik-2 con la perrita Layka a bordo, que murió 8 días despues. Surveyor: Serie de sondas automáticas estadounidenses destinadas a la exploración de la Luna; lanzadas entre 1966 y 1968. Venera: Sondas espaciales soviéticas, conocidas popularmente con el nombre de Venusik, que se dedicaron a diversas exploraciones del planeta Venus a partir de la Venera2, lanzada el 12 de noviembre de 1965. Viking: Astronaves estadounidenses destinadas al estudio de Marte. La Viking-1 fue lanzada el 20 de agosto de 1975 y llegó a Marte el 19 de julio de 1976, donde aterrizó con éxito y exploró la superficie con el Viking-Lander, con sistemas sensores de dirección y velocidad del viento, sistema de medición de presión y temperatura, sismómetro y un dispositivo de detección de organizmos vivientes.

La viking-2 fue lanzada el 20 de septiembre de 1975 y aterrizó en Marte a principios de agosto de 1976; utilizó la Viking-1 como repetidor para sus comunicaciones, y permitió averiguar que no hay vida en Marte. Vosjod: Serie soviética. La primera fue lanzada el 12 de octubre de 1964 e inició la colocación en órbita de varios tripulantes simultaneamente en una nave. La Vosjod2, biplaza, fue colocada en órbita el 18 de marzo de 1965 volando unas 26 horas. Uno de sus tripulantes realizó la primera caminata espacial que duró 23 minutos, y estaba unido a la nave por un "cordón umbilical". Vostok: Serie soviética de 6 astronaves tripuladas, lanzadas entre 1965 y 1963. Voyager: La exploración de los planetas más alejados del Sistema Solar, iniciada en los Pioneer 10 y 11, se continuó con las sondas Voyager-2 y Voyager-1, lanzadas el 20 de agosto y el 1 de septiembre de 1977 respectivamente. Realizaron innumerables experimentos electónicos, yenviaron a Tierra infinidad de fotografías de los planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y descubrieron muchísimas más lunas que orbitaban a estos planetas, que eran muchas más de las que se veían desde la Tierra. Las Voyager enviaron información hasta hace muy poco tiempo; ya que en su viaje, salieron del Sistema Solar hacia las Estrellas. En su estructura llevan un disco con imágenes y sonidos de la Tierra, por si alguna civilización las encuentra.

TIPOS DE COHETES

El cohete Es el vehículo que ha permitido al hombre salir de la Tierra para iniciar la gran epopeya de la exploración espacial. Conocido desde la antigüedad y utilizado durante siglos como instrumento de guerra, sólo desde hace relativamente poco tiempo el cohete ha sido tomado en consideración como pacífico medio de propulsión capaz de vencer la fuerza de atracción que nos mantiene unidos a nuestro planeta. Su desarrollo efectivo comenzó poco después de la última guerra mundial y después de haber sido, una vez más, empleado por el hombre como instrumento de muerte. Características. Por cohete se entiende habitualmente un huso aerodinámico que contiene en su interior un motor a reacción, los depósitos para los propulsores y la llamada «carga útil» para transportar, y que es capaz de elevarse verticalmente o con una determinada inclinación desde el suelo o desde el aire. El corazón de un vehículo de este tipo es el motor a reacción o cohete, que está en condiciones de proporcionar el empuje necesario a su movimiento aprovechando el principio físico de acción y reacción. En base a este principio, enunciado por primera vez por Isaac Newton (1642-1727), a toda acción corresponde una reacción igual y contraria (tercera ley del movimiento). En este motor la acción está representada por un flujo de partículas producidas por medio de procesos químicos y/o físicos de diverso tipo, que son expulsadas a altísimas velocidades en una determinada dirección; la reacción, en

cambio, está representada por el movimiento del vehículo en la dirección opuesta a aquella en que son expulsadas las partículas. (Conviene aclarar los conceptos porque así parecería que el principio de acción y reacción es una exclusividad del motor a chorro. En cambio, este principio está en la base de todos los movimientos incluso de nuestro caminar. En efecto, el roce de nuestros zapatos sobre el suelo, impulsa hacia atrás la tierra, acción, y, por consiguiente, nosotros avanzamos, reacción. Esta explicación podría parecer paradójica, pero es fácil comprobarla tratando de caminar sobre una superficie lisa como una pista de hielo para patinadores: sin el roce entre zapatos y suelo no logramos desencadenar el mecanismo de acción y reacción y efectuamos pasos en el vacío). Muy esquemáticamente, un motor cohete, que puede ser de diferentes tipos según el proceso de funcionamiento en el que se basa, está constituido por una cámara donde se lleva a cabo la producción de las partículas a expulsar, por los aparatos necesarios para alimentar tal producción y por una válvula, o tobera de descarga, a través de la cual las partículas producidas son expulsadas a altísima velocidad. Para un cohete que parte de tierra, a nivel del mar, y que debe alcanzar en pocos minutos la extraordinaria velocidad de 28.000 km/h., necesaria para ponerse en órbita alrededor de la Tierra (en cambio, si se quiere salir de la Tierra directamente y dirigirse hacia un planeta exterior, esta velocidad debe ser de 40.000 km/h), es preciso un motor que expulse una gran masa de partículas lo más rápidamente posible, es decir, que ejerza una acción adecuada a la reacción que se quiere obtener. Esto se logra utilizando motores a reacción capaces de proporcionar elevados empujes. El empuje de un cohete se mide en kilogramos y, para un vehículo que parte verticalmente desde el suelo, debe resultar del 30 al 50 por cien superior al peso de todo el vehículo. Sin embargo, las altas velocidades requeridas para los vuelos astronáuticos que parten de tierra no pueden alcanzarse, habitualmente, con un solo cohete, aunque sea grande y potente. Se utiliza entonces la técnica del cohete multisecciones, es decir, dos o más cohetes colocados uno sobre el otro (o bien como en el caso del transportador que conduce al Space Shutte, dos cohetes auxiliares que están a los lados del principal), de manera que, agotado el empuje de la primera sección, se enciende la segunda y así sucesivamente. Naturalmente, las secciones siguientes a la primera, tendrán más ventajas porque partirán, en vez de con velocidad cero, con la velocidad final adquirida por la sección anterior Motor de cohete. El aparato propulsor de un cohete, según el mecanismo empleado para la producción de las partículas que proporcionan el empuje, puede estar comprendido en una de las siguientes categorías: cohete químico, cohete nuclear, cohete a iones.

1) Motor de propulsión química: Es el tipo más extendido. El proceso químico que lo alimenta es la combustión de determinados Propulsores que desarrollan las partículas gaseosas a alta temperatura y velocidades responsables del empuje. Mientras el propulsor que alimenta el motor de un avión a reacción está compuesto de un solo componente químico, el llamado combustible (en este caso específico se trata de queroseno) que se quema por el oxígeno que el motor extrae del aire, el propulsor que alimenta a un motor a cohete debe tener, además del combustible, también un oxidante (o comburente), es decir, un compuesto químico necesario para hacer quemar el combustible, debido a que el cohete debe volar sobre todo en el vacío del espacio, donde no hay oxígeno. Los cohetes de propulsión química, a su vez, pueden ser de dos tipos: de propulsor sólido y de propulsor líquido. En los cohetes de propulsor sólido, el combustible y el oxidante se mezclan conjuntamente bajo la forma de un polvo compacto y solidificado, llamado grano. Este se acumula en la cámara de combustión

adhiriéndose perfectamente a las paredes y dejando un agujero cilíndrico central. La ascensión del grano se lleva a cabo por medio de un impulso eléctrico. Una de las combinaciones más utilizadas para propulsores sólidos es la mezcla de poliuretano, un combustible plástico, con perclorato de amonio como oxidante; aunque también se emplean otras mezclas. Los cohetes de propulsor líquido, por lo general, llevan el combustible y el oxidante en dos depósitos separados. Los dos líquidos son enviados por medio de una bomba a la cámara de combustión donde, al entrar en contacto, desarrollan el proceso químico que da lugar a un potente flujo de partículas gaseosas. Una de las combinaciones más empleadas para los cohetqs de propulsor líquido es la de hidrógeno líquido (combustible) con oxígeno líquido (oxidante). Esta ha sido la adoptada, por ejemplo, para alimentar algunos de los numerosos motores del Saturno V, que llevó a los americanos a la Luna. Naturalmente, gases como el hidrógeno y el oxígeno existen en estado líquido a temperaturas criogénicas (algunas decenas de grados por encima del cero absoluto): por lo que las operaciones para cargar los depósitos son sumamente complejas, tal como se contempla cuando se cargan los depósitos de un cohete de propulsor líquido que se halla en la rampa de lanzamiento. Otra combinación de propulsores líquidos es la de hidrazina (combustible) y peróxido de nitrógeno (oxidante), actualmente utilizada en los motores principales del Space Shuttle. También existen cohetes de propulsión líquida que recurren al llamado monopropulsor, es decir, a un único compuesto químico en estado líquido que se hace pasar a través de un catalizador, presente en el interior de la cámara de combustión, que tiene el poder de descomponerlo en una mezcla gaseosa que se quema. Tal es, por ejemplo, el peróxido de hidrógeno que, en contacto con un catalizador de platino, se descompone en oxígeno y vapor de agua sobrecalentado. Una característica que diferencia a los cohetes de propulsión sólida de los de propulsión química es que, en los primeros, la combustión y, por lo tanto, el empuje, dura hasta la extenuación del propulsor; en cambio en los segundos es posible bloquearla, interrumpiendo el flujo de alimentación del propulsor líquido contenido en los depósitos, por medio de una válvula.

2) Cohete nuclear: Se trata de un tipo de motor aún en estado de proyecto, en el cual no se llevan a cabo procesos de combustión, sino que los gases son llevados a las altas temperaturas necesarias para obtener el empuje del calor generado por un reactor a fisión nuclear (del mismo tipo de las centrales para la producción de energía eléctrica). Cuando el hombre esté en condiciones de dominar el proceso de Fusión nuclear se podrán realizar también cohetes a fusión. Los propulsores tomados en consideración para alimentar un motor de cohete a fisión nuclear son el hidrógeno líquido o, incluso, el agua; hechos pasar a través de un radiador de calor, alimentado por la pequeña central nuclear en miniatura, son transformados en gases y entonces expulsados, como en un motor de cohete químico, a través de la tobera de descarga. Una concepción distinta de cohete nuclear apunta sobre un mecanismo de empuje que se basa en las acciones dinámicas y térmicas desencadenadas por una pequeña sucesión de explosiones nucleares, precisamente como las producidas por un artefacto bélico. Esta línea de investigación fue iniciada en los años sesenta por un grupo de físicos americanos en el ámbito del proyecto Orión, pero no fue continuada. Aún hay que señalar el proyecto desarrollado por la British Interplanetary Society para cuando se alcance el objetivo de la fusión nuclear controlada: un cohete movido por un chorro de plasma generado a través de este

tipo de proceso nuclear. La propia British Interplanetary Society ha presentado el esquema de una misión de exploración de algunas estrellas cercanas, por medio de una astronave a fisión nuclear bautizada Dédalo, que debería alcanzar una velocidad de 40.000 km/s, es decir, casi el 14 por 100 de la velocidad de la luz. Los cohetes nucleares, si bien los estudios y experimentos en el sector han comenzado a principios de los sesenta (ver Nerva), todavía no han encontrado aplicación práctica, tanto a causa de su elevado costo, como por los problemas de carácter ambiental provocados por la diseminación de sustancias radioactivas en la atmósfera terrestre. Es probable que motores de este tipo operen en ambiente extraatmosférico.

3) Cohete a iones: Aunque aún se encuentre en fase experimental, el cohete a iones parece muy prometedor, sobre todo para los viajes de larga duración. El fenómeno físico sobre el que se basa es precisamente la ionización, es decir, la posibilidad de que los átomos se carguen eléctricamente después de haberles quitado los electrones. El propulsor utilizado para este tipo de cohete es un metal alcalino, por ejemplo el cesio, cuyos átomos pueden ionizarse con facilidad haciéndolos pasar a través de una rejilla sobrecalentada. Inmediatamente después, los iones así formados son acelerados a alta velocidad por intensos campos eléctricos. Entonces, las partículas de cesio ionizadas y aceleradas son expulsadas por la tobera de descarga. Pequeños motoras de iones montados a bordo de satélites ya han sido experimentados con éxito, hasta el punto de que la NASA, a finales de los años setenta, proyectaba el envío de una sonda accionada por un motor de iones en un largo viaje hacia dos cometas: el Halley y el Tempel 2. Sin embargo, la empresa ha encontrado dificultades presupuestarias. Un sistema para determinar las prestaciones de un cohete, con relación al empleo que se pretende darle, es el de tomar en consideración dos parámetros fundamentales: su peso total y su impulso específico. El primer término no necesita ninguna explicación; aun bastará con decir sólo que cuanto mayor es el peso complexivo, mayor es el empuje que debe ejercer el motor para levantarlo de tierra. Por lo tanto, un requisito importante para un cohete consiste en recurrir a estructuras, motores y propulsores que sean lo más livianos posibles. El impulso específico es la fuerza de empuje en k que un k de propulsor está en condiciones de proporcionar por segundo. Tratándose de una relación k/k/s, se deduce fácilmente que el impulso se mide en segundos. Dicho esto, podemos comparar los diferentes tipos de propulsión a cohete ilustrados. El cohete químico es lo mejor que, con la tecnología actual, se puede lograr con el fin de superar la gravedad terrestre. En efecto, proporciona impulsos específicos mediocres y, sin embargo, adecuados con respecto al peso total que debe levantar. Los propulsores líquidos proporcionan en promedio un impulso específico mayor que los sólidos y, por lo tanto, son más utilizados para las secciones principales de los misiles que deben elevarse de tierra. Los mejores propulsores líquidos alcanzan hoy un impulso específico de aproximadamente trescientos ochenta segundos; en cambio, los mejores propulsores sólidos sólo de doscientos cincuenta segundos Si bien en el futuro podrán experimentarse propulsores químicos aún más eficientes, no parece en el actual estado de los conocimientos que pueda superarse el umbral de los cuatrocientos segundos de impulso específico. Sin embargo, la limitación más grave del motor químico, en general, es su escasa autonomía. Un cohete, tanto de propulsión líquida como sólida, consume sus propulsores en el plazo de pocos minutos. Es adecuado por lo tanto para escapar de la gravedad terrestre, pero después debe realizar su viaje

por inercia con los motores apagados, aprovechando la velocidad ya adquirida y, eventualmente, los campos gravitacionales de otros cuerpos celestes. Este es el motivo por el cual, aún hoy, los viajes interplanetarios tienen una duración de meses o de años. En cambio, si se pudiera disponer de un motor cohete que estuviera encendido durante largos periodos, los tiempos de vuelo entre un planeta y otro se reducirían drásticamente. Si se quisiera mantener encendido un cohete químico durante períodos muy largos, sería necesario dotarlo de una reserva de propulsores tan pesada que el vehículo no lograría jamás despegar de Tierra. Podrían enviarse separadamente decenas de depósitos y ponerlos en órbita terrestre, para después unir los todos juntos en el espacio construyendo así la reserva necesaria para un encendido prolongado; sin embargo, los costos de una operación de este tipo serían prohibitivos. El cohete de propulsión nuclear garantiza en cambio una larga autonomía de la principal fuente de calor (debe pensarse que, con un pequeño cartucho de material fisionable como el uranio, un reactor puede funcionar durante años) y también una transferencia de calor al propulsor, tan eficiente como para hacerle alcanzar altas velocidades de expulsión de partículas gaseosas. Se calcula que llevando a unos 3.000 grados centígrados propulsor del tipo del hidrógeno, se obtendría un impulso específico de más de mil segundos. Por estas razones, el cohete a propulsión nuclear surge como una perspectiva muy prometedora tanto en EE.UU como en la URSS, donde se trabaja en estos proyectos con mucho empeño y en gran secreto. El cohete de propulsión iónica, por último, es el que puede proporcionar el máximo de impulso específico --miles de segundos-- y el mínimo de empuje. Las partículas alcanzan altísimas velocidades, pero son muy livianas. Esto significa que un motor de iones no tendrá nunca la fuerza de levantar un cohete desde la Tierra y deberá emplearse a partir del espacio. Sin embargo, garantizando el funcionamiento del motor sin interrupción durante años, podrá ir acelerando poco a poco hasta alcanzar las elevadas velocidades necesarias para los largos viajes interplanetarios o interestelares La historia. Parece que el cohete fue inventado en China entre el primer y el segundo milenio después de Jesucristo En efecto, los chinos conocían la pólvora, como se desprende de la lectura de un antiguo manuscrito fechado en el 1040 d. J.C., el Wu Cling Tsung Yao, donde viene la fórmula. Los primeros cohetes no eran otra cosa que rudimentarios cilindros de cartón u otro material, cerrados por un extremo y llenos de pólvora. Eran encendidos con una mecha y más que nada servían para sembrar el pánico en las filas de los adversarios. Dos siglos más tarde, en 1232, los historiadores comentan que durante el asedio de Kai Fung Fu los chinos recurrieron a cohetes. Incendiarios similares a fuegos de artificio. Casi al mismo tlempo, estas temibles flechas chinas, como se llamaban en Occidente, fueron introducidas en Eu ropa, donde tuvieron un gran éxlto tanto como fuegos artificiales como Instrumentos bélicos. Después de estos primeros, rudimentarios intentos, el empleo del cohete no conoció grandes progresos hasta finales del siglo X\/ll. En aquel periodo, en electo, los hindúes utilizaron con tal éxito baterías de pequeños cohetes de combustible sólido contra los Ingleses, que un oficial del Imperio británico, Willam Congreve, decidió estudiar profundamente las posibilidades de desarrollo de este Instrumento bélico. Experimentó entonces con cohetes de propulsión sólida de gran precisión y fiabilidad, que fueron adoptados por la artillería inglesa y tuvieron un amplio empleo durante las guerras napoleónicas Uno de los cohetes de Congreve estaba constituido por un tubo de hierro de un metro de largo que llevaba una vara estabilizadora; esta lo hacía desplazar en la dirección deseada logrando un alcance

de 1.800 metros. En el transcurso del siglo XIX, el cohete se difundió del ejército inglés a todas las fuerzas armadas de los otros países europeos. Los pioneros. Mientras tanto, aparte del uso bélico, la idea del cohete como medio de propulsión para los viajes más allá de nuestro planeta, se iba abriendo camino gracias a los estudios de los primeros pioneros de la astronáutica. Konstantin E. Tsiolkowsky (18571935), ruso, se dedicó hacia finales del siglo XIX a establecer las fórmulas fundamentales que gobiernan el funcionamiento del motor a cohete; intuyó que los motores de propulsión líquida serían más eficientes que los de propulsión sólida, desarrollando la teoría de los transportadores de varias secciones y previendo que el cohete se convertiría en el único vehículo con el cual el hombre podría vencer la fuerza de gravedad y abandonar la Tierra. Más tarde, en Alemania, Hermann Oberth (1894) junto con otros apasionados fundaba la sociedad alemana para los viajes espaciales, continuando el desarrollo de los principios teóricos del cohete y del vuelo espacial. En América, mientras tanto, el americano Robert H. Goddard (1882-1945) hacía volar, en 1926, el primer misil alimentado con propulsor líquido. Llegamos así a nuestros días y al hombre que constituye el puente entre los intentos de los primeros pioneros del vuelo misilístico y la conquista espacial: Werner von Braun (1912-1977). Alumno de Oberth, este joven ingeniero alemán trabajó, en los años inmediatamente anteriores a la segunda guerra mundial, en un polígono militar sobre la costa báltica, Peenemunde, donde eran experimentadas las V-2, los mortíferos misiles que la Alemania nazi envió a millares sobre Londres. Caído en las manos de los americanos en el transcurso de los hechos que acompañaron la ocupación y la rendición alemana, von Braun llevó a los EEUU la competencia y la tecnología de la misilística alemana. Trabajó de 1945 a 1950 en Fort Bliss, Texas; después en el Redstone Arsenal de Alabama, donde continuó construyendo misiles similares a la V2, pero de dimensiones mayores, que se convertirían en los primeros ICBM americanos, es decir, en los primeros transportadores intercontinentales de cabezas nucleares. En aquellos años, la obra más importante de von Braun fue la construcción del misil Redstone y de un derivado de éste, el Jupiter C. Cuando von Braun se dio cuenta que tenía a su disposición transportadores de suficiente potencia, preguntó a las autoridades políticas si podía emplearlos para poner en órbita un satélite artificial, pero la respuesta fue negativa. En el ínterin, se desarrollaba una historia paralela en la URSS. También en este país habían convergido cerebros y tecnologías alemanas, pero los rusos se encontraron en ventaja, ya sea porque durante la guerra habían empleado extensamente misiles a propulsor sólido, o porque en épocas sucesivas, desarrollando bombas atómicas de grandes dimensiones y peso (al contrario de los americanos que habían logrado producir artefactos más livianos y compactos), habían sido forzados a producir misiles balísticos intercontinentales más potentes. Nacían así, por obra de un grupo de expertos, constituido por Friedrich Tsander, Sergei Korolev, Mikhail Tikhonravov, los transportadores del tipo A. El 4 de octubre de 1957 uno de estos misiles, gigantescos con respecto a los americanos, puso en órbita al Sputnik, el primer satélite artificial. Los EEUU dieron de inmediato carta blanca a von Braun que, superando la envidia y competencia internas en la burocracia militar americana, logró poner en órbita alrededor de la Tierra, gracias a un Júpiter C, el primer y pequeño Explorer: era el 31 de enero de 1958. La relación de potencia entre los primeros misiles americanos y soviéticos era, en aquellos tiempos, de uno a diez. Sin embargo la carrera había apenas comenzado y los americanos superarían rápidamente la desventaja que llevaban. La US Air Force desarrollaba, en efecto, los más potentes Atlas, Thor y Titan, mientras la URSS continuaba asombrando al mundo con el lanzamiento de grandes astronaves tripuladas, del tipo Vostok, Voskhod y Soyuz, por medio de transportadores cada

vez más potentes del tipo A1 y A2. En 1965 hizo su aparición el Proton, aún más potente que los A2, que transportó al satélite soviético homónimo. Mientras esto ocurría, von Braun trabajaba en la realización del gigantesco Saturno V de tres secciones, que llevaría los primeros hombres a la Luna. En condiciones de operar en 1957, tenía una potencia de empuje total de 3.500.000 kg, más del doble que el Proton soviético: la supremacía, diez años después, pasaba a los americanos. Los soviéticos realizaron después lo que en Occidente se llama convencionalmente Supermisil G-2, aún más potente que el Saturno, serviría de transporte para las grandes estaciones espaciales orbitales. Después desapareció la exigencia de realizar gigantescos misiles. En efecto, en los años ochenta, se abrió camino una nueva concepción de transporte espacial, la de la lanzadera o Space Shuttle. Se trata de un verdadero transbordador espacial reutilizable que se pone en órbita por medio de un cohete convencional. Las estaciones orbitales del futuro, en lugar de ser lanzadas de una sola vez con grandes supermisiles, serán montadas en órbita con los materiales transportados por esta nave. El futuro. Ya se ha hablado de las prometedoras perspectivas de desarrollo del cohete nuclear y del de iones. Sin embargo existen otros tipos de propulsión hoy en estudio. Algunos pueden parecer de cien cia ficción, como parecían por otra parte los estudios de Tsiolkovsky en el siglo XIX, pero no debe excluirse que de ellos nazca el sistema de propulsión de un lejano mañana. Una posibilidad muy sugestiva la constituye el cohete de fotones. En su motor se generaría un haz de fotones, después expulsado en cierta dirección. Los fotones, o quantos de luz, son las partículas portadoras de la radiación electromagnética. Tienen una masa realmente pequeña, pero son las partículas más veloces del Universo (300.000 km/s) y en ellas hay una cierta cantidad de movimiento. La expulsión de un haz concentrado de fotones de un motor a cohete determinaría un contraempuje y, en largos periodos, una aceleración del vehículo hasta altísimas velocidades. El problema, que no es fácil de resolver, es el de encontrar un método eficaz de conversión de la materia en energía fotónica. El Sol podría ser la fuente primaria para dos tipos diferentes de propulsión solar en estudio: uno consiste en convertir su energía en calor y calentar así un fluido de trabajo que sea expulsado bajo forma gaseosa y proporcione el empuje necesario; otro consiste e aprovechar la presión de la radiación solar para im pulsar a la astronave en una determinada dirección. En este último caso, más que de un motor a cohete es conveniente hablar de vela solar: en efecto, el vehículo se desplazaría, ni más ni menos como un nave a vela empujada por el viento. Se han diseñado vehículos de vela solar con superficies de 1.000 metros cuadrados, capaces de ir de un planeta a otro en tiempos relativamente cortos (del orden de algunos meses). Uno de estos había sido diseñado para un "rendez-vous" con el cometa Halley, que se llevaría a cabo en 1986, pero se ha suspendido porque el sistema aún no ofrece suficientes garantías y parecía arriesgado confiarle un paquete de instrumentos de altísimo valor, como el requerido para un análisis desde sus cercanías de un cometa; de todos modos será estudiado por la sonda Giotto de la ESA.

EL MOTOR DEL COHETE Un cohete no es propulsado hacia delante por los gases explosivos expulsados por el motor al presionar contra el aire ambiente. Para empezar, no hay aire en el espacio. Hace tres siglos el científico británico Isaac Newton explicó el proceso de esta manera: "Cada acción comporta una reacción igual y opuesta". Cuando un jugador de hockey sobre hielo golpea el disco hacia delante, se mueve a su vez hacia atrás

a causa no del golpe contra el aire sino del impulso que él mismo crea. El funcionamiento de los motores de los cohetes se basa en este principio de acción y reacción. Un motor de cohete en funcionamiento, sufre una "explosión controlada": quema combustible con un oxidante (normalmente oxígeno) en una cámara de combustión. Así se producen gases calientes a presiones enormes. Los gases aceleran más allá de la cámara. Los ingenieros descubrieron que haciendo una pequeña salida o garganta los gases aceleran aún más y producen un impulso suplementario. Luego incorporaron una tobera cónica a la garganta. Esto retringe y acelera aún más los gases, a la vez que ayuda al sistema direccional del cohete. - El programa norteamericano Apollo fue lanzado por el cohete Saturno V, que tenía una tercera fase impulsada por hidrógeno y oxígeno líquidos. Éstos se introducían en la cámara de combustión a alta presión y rigurosamente dosificados

Depósito de hidrógeno líquido: Los depósitos de propelente (combustible y oxidante) se construyen de aleaciones especiales de aluminio. Parecen un aerosol gigante dado que han sido diseñados para la misma función: soportar fuertes presiones interiores. A medida que los propelentes se consumen y los depósitos se vacían, el contenido se mueve y este movimiento debe controlarse. Depósito de oxígeno líquido: En esta fase del cohete el depósito de oxígeno líquido está dentro del depósito de hidrógeno líquido. El diseño ahorra espacio y peso. A pesar de que el depósito de oxígeno es menor, su contenido es mayor que el del hidrógeno. Una tercera fase del Saturno V especialmente adaptada se convirtió en el laboratorio espacial Skylab, puesto en órbita en 1973. Motor La tercera fase del Saturno V se dotó de un motor Rocketdyne j-2. Éste quedó protegido por una "falda" hasta unos 8 minutos después del despegue, cuando la segunda fase se separó y cayó. Entonces el J-2 se encendió durante unos tres minutos para llevar el vehículo a la "órbita de estacionamiento" alrededor de la

Tierra. Varias órbitas más tarde, reinició la combustión otros seis minutos para liberarlo de la gravedad terrestre y llevar a buen puerto la misión.

COHETE PROPULSOR DE COMBUSTIBLE SÓLIDO (Sólida propulsora de cohete) Propulsor de combustible sólido El cohete de combustible sólido no quema pólvora como los fuegos artificiales, sino una mezcla especial.

detener.

Una vez iniciada la combustión ya no se puede

Normalmente se utiliza como motor auxiliar sujeto al motor principal. En la actualidad este tipo de cohetes es utilizado en la mayoría de los lanzadores espaciales, por ejemplo: transbordadores de la NASA, cohetes ARIANE (ESA), etc.

TANQUE EXTERNO DE COMBUSTIBLE LÍQUIDO (oxígeno - hidrógeno)

SISTEMAS DE COMBUSTIÓN DEL MOTOR El principio en el que se basa el motor de un cohete es simple, pero hay problemas prácticos. En el motor principal de la lanzadera espacial, el oxígeno y el hidrógeno combustible son previamente presurizados, mezclados y precombustionados para formar gases calientes. Estos gases se introducen luego, según una mezcla exacta, en la cámara de combustión. El combustible extrafrío circula por un intercambiador de calor para calentarse antes de la precombustión y enfriar a la vez la cámara y la tobera.

POTENCIA DE UN COHETE El científico Isaac Newton dijo que a cada acción le corresponde una reacción igual y opuesta. El motor del cohete se basa en este principio. La combustión produce gases que se expanden. Éstos sales velozmente por detrás del motor (tobera) e impulsan el cohete hacia adelante. Una experiencia interesante para demostrar el principio de impulsión de un cohete es la siguiente, y para la cual harán falta algunos materiales: - Una botella descartable de gaseosa - Un corcho - cuatro aletas de cartón - cinta adhesiva - Agua - Inflador de pié - Pico para pelota 

(Arriba) Impulso de un cohete y experiencia para comprobarlo

Pasos a seguir: Armar la botella como en el gráfico, con las aletas de cartón pegadas a sus costador, que servirán de sostén de nuestro cohete y para direccionarlo; colocar agua hasta un cuarto de la capacidad de la botella; taparla con el corcho, hacerle un orificio con un clavo y colocar el pico al cual le conectaremos el inflador de pie; invertir la botella y apoyarla en el suelo sobre sus aletas. Ahora comencemos a accionar el inflador para crear presión dentro de la botella. El aire del inflador entra a través del pico que se encuentra en el corcho. Este crea una presión considerable dentro de la botella con agua, y el "cohete" se eleva por el impulso del chorro de agua al igual que lo hacen los gases en un cohete impulsado con combustible.

COHETES REUTILIZABLES COHETES REUTILIZABLES El transbordador espacial

idearon la lanzadera actual.

Un avión no se coloca en un museo después de realizar un solo vuelo; sin embargo, esto sucedió con las naves espaciales de vuelos tripulados durante veinte años, hasta la llegada de la lanzadera espacial (Space Shuttle). norteamericana. Al principio, los ingenieros se propusieron diseñar un sistema de lanzador y nave totalmente reutilizables pero, debido a los recortes en el presupuesto,

Ésta se compone de cuatro partes principales: El propio avión espacial, u orbitador, tiene tres motores principales. Al despegar lo impulsan dos cohetes de combustible sólido que se apagan y se separan 2 minutos y 12 segundos más tarde. Éstos caen a la Tierra en paracaídas y casi todos sus componentes son reutilizables. Existe también un depósito gigante que surte de propelentes a los tres motores de la nave y se separa 8 minutos y 50 segundos después del lanzamiento. El depósito no es reutilizable y se quema en su caída. Concluida su misión, la nave planea hacia el suelo.

La lanzadera aterriza en una pista, como un avión. Se han construido 5 orbitadores. El Enterprise se usó sólo para pruebas en la atmósfera. El Columbia llegó al espacio el 12 de abril de 1981. El 26 de enero de 1986 el Challenger exploto menos de dos minutos después del lanzamiento y murieron los siete tripulantes. El programa Shuttle fue aplazado hasta que los ingenieros solucionaron los problemas. Una clave para la reutilización de la lanzadera es su cubierta de más de 22.000 losetas y fieltro. Los materiales utilizados son cerámicas especiales, diseñadas para soportar sin quemarse temperaturas superiores a 1.400 ºC, las alcanzadas al reingreso a la atmósfera debido a la fricción.

LA LANZADERA ESPACIAL

En su torre de lanzamiento, una lanzadera espacial pesa 2.000 toneladas. El orbitador tiene 37.2 metros de largo y 23,8 metros de envergadura. Al aterrizar es el mayor planeador del mundo. El gran depósito de combustible que forma el morro tiene 47 metros de altura y 8,4 metros de diámetro, y transporta 709 toneladas de líquidos para los motores principales. Los cohetes auxiliares tienen 45,5 metros de alto y 3,7 metros de diámetro.

SPACELAB El perfil muestra una configuración estandar del laboratorio científico colocado en el cuarto de carga del shuttle.

TRAYECTORIA DEL TRANSBORDADOR ESPACIAL DESDE EL LANZAMIENTO HASTA LA RECUPERACIÓN DE LAS SÓLIDAS PROPULSORAS DE COHETE Y EL ATERRIZAJE.

Imagen de alta resolución del transbordador espacial durante el aterrizaje.

Imagen de alta resolución del transbordador espacial sobre un manto de nubes.

AL CIELO EN NOMBRE DE LA CIENCIA LA TRAGEDIA DEL CHALLENGER

El 28 de enero de 1986, el Challenger estalló en el aire, 74 segundos después de despegar, al fallar el sistema de juntas que unía sus partes. En su tripulación iba una maestra que dictaría clases desde allí. Entre los objetivos del vuelo de los transbordadores estaba la ocupación definitiva del espacio. Fue la peor catástrofe en la lucha por ganar el cielo. Los aplausos, vivas y gritos de alegría se congelaron en miles de personas, cuando el "Challenger" se convirtió en una gigantesca bola de fuego, apenas un minuto después de despegar del Centro Espacial Kennedy. Los brazos de los centenares de estudiantes, familiares y turistas que despedían al "Challenger", que llevaba al espacio a la primera ciudadana de a pie, la profesora Christa McAuliffe, quedaron en alto, como si bajarlos significaría la aceptación de la tragedia que acababa de ocurrir a las 11.39 hora local (17.39 GMT), delante de millones de espectadores, que seguían el despegue en directo, por radio o televisión.

Mientras la nave espacial explotaba, dividiéndose en dos bolas de fuego que surcaron el cielo, descontroladas, hasta hundirse en el Océano Atlántico a unas 60 millas de la costa, una profunda ola de incredulidad golpeó a los presentes. "Dios mío, no, no, no puede ser", exclamó Wendy Dickman, una periodista de la agencia EFE, resumiendo el sentir popular. "El vehículo ha explotado" fueron las palabras de un funcionario de la NASA encargado de dar la noticia a los padres de la profesora McAuliffe quienes se desplazaron desde Massachuset para ver a su hija, hacer historia. El matrimonio se mostraba ansioso, durante la cuenta regresiva, cuando finalmente el Ghallenger con su hija y otros seis tripulantes se elevó en el cielo gélido y azul de Cabo Cañaveral, se les notó un momento de alivio. Más alegres, aunque también nerviosos, se mostraban el marido de McAuliffe, Steven, y sus dos hijos, Scot de 9 años y Carol de 6. Durante 45 minutos, después de la explosión, seguían cayendo al mar diminutos despojos, como si la nave se hubiera desintegrado. Esta lenta lluvia de material, aparentemente procedente de la nave espacial, retrasó las tareas de rescate, impidiendo que varios aviones C-130, helicópteros y lanchas de la guardia costera, pudieran llegar al lugar donde se precipitaron las dos bolas de fuego en quedó dividido el Challenger. Dos horas después de la mayor tragedia de la historia de la aviación espacial, sólo se podían ver residuos químicos y diminutos despojos en la vasta zona del mar que la NASA delimitó como lugar de rescate. La NASA calificó, inmediatamente, el accidente de "insobrevivible", y para todos aquellos que presenciaron la explosión, la esperanza de hallar con vida a los seis astronautas y a la maestra, era pura utopía. Tras los primeros momentos de incredulidad, seguidos de un sepulcral silencio. siguieron las esperadas escenas de dolor y llanto.

(izq.)Nube de humo negro provocada por un escape en el momento del lanzamiento y que posteriormente desencadenara la tragedia.

Menos de tres segundos del lanzamiento

El Challenger segundos después del lanzamiento

Poco más de un minuto después explota

Un grupo de personas observa atónita las dos bolas de fuego en que se divide el Challenger luego de la explosión.

Una vez ocurrida la explosión los resos caen al mar bajo la mirada atónita del público entre los que se encontraban familiares de las víctimas.

LOS TRIPULANTES

Los siete tripulantes del malogrado transbordador "Challenger" tenían en común, a pesar de su relativa juventud, una vasta preparación en varios campos de la ciencia. Elison Onizuka: De 39 años, nacido en Hawai, estaba casado y era padre de dos hijos. Era mayor de la fuerza aérea norteamericana, donde trabajaba como un experimentado ingeniero de pruebas de vuelo. Gregory Jarvis: De 41 años, casado y padre de tres hijos, era ingeniero de la compañia norteamericana Hughes Aircraft CO, que debía realizar experimentos sobre la dinámica de fluidos, para mejorar la fabricación de los satélites de comunicaciones. Michael Smith:

De 40 años, casado y padre de tres hijos, era un piloto de la marina norteamericana que estaba considerado como uno de los más expertos, con 4.300 horas de vuelo en 28 tipos de aviones. Veterano de la guerra de Vietnam, por la que recibió varias condecoraciones, Smith se había graduado en ingeniería aeronáutica y éste era su primer viaje espacial. Christa McAuliffe: De 37 años, casada y madre de dos hijos. Profesora de inglés e historia norteamericana en la escuela de Concord (New Hampshire), iba a convertirse en la primera maestra y civil que viajaba en un transbordador. Francis Scobee: Comandante de 46 años, graduado en ingeniería aeroespacial y participó en la guerra de Vietnam. Fue el piloto de la misión del Challenger de marzo de 1984, en la que se recuperó y volvió a ponerse en órbita un satélite. Judith Resnik: De 36 años, estudiaba para ingeniero electrónico cuando se enteró de que la NASA buscaba científicos dispuestos a volar al espacio. En 1978, fue elegida como la primera mujer astronauta por la agencia espacial y en el vuelo del Discovery de agosto de 1984 se convirtió en la primera mujer que viajó al espacio exterior. Ronald McNair: De 35 años, casado y padre de 2 hijos, se doctoró en el reputado Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

ÚLTIMAS PALABRAS Las palabras desde el transbordador durante el primer minuto de vuelo fueron rutinarias y hubo un silencio luego de que la aeronave estallase en pleno vuelo. La transcripción de la conversación entre el piloto del transbordador, Mike Smith, y el comentarista y el controlador de la misión fue la siguiente: - Comentarista misión 10-9-8-7-6, tenemos inicio de motor principal, 4-3-2-1, y despegue. Despegue de la 25 misión del transbordador y se separó de la torre de lanzamiento. - Piloto Mike Smith: programa de rotación. - Control misión: Roger (palabra convencional que significa confirmado), rotación, Challenger. Comentarista control misión: programa rotación confirmado. Challenger se dirige ahora hacia el polígono (espacio, o senda por la que debe elevarse la aeronave). Los motores (cohetes) acelerando ahora a 94 por ciento. Aceleración normal para la

mayoría de los vuelos es 104 por ciento vamos a desacelerar hasta 65 por ciento en unos momentos. Motores (cohetes) a 65 por ciento. (Sigue comentarista control misión): tres motores funcionando normalmente. Tres células de combustible buenas. Tres buenas "APUS" (unidad de auxiliares de poder). Velocidad 22.057 pies por segundo (1.400 millas por hora), altitud 4,3 millas náuticas (4,9 millas "statute"), distancia polígono (senda) 3 millas náuticas (3,4 millas "statute"). Motores acelerando, tres motores ahora a 104 por ciento. - Control misión: Challenger, vaya a aceleración (máxima). - Smith: Roger (confirmado), voy a aceleración (máxima), ocurre la explosión. - Comentarista control misión: estamos a un minuto 15 segundos, velocidad 2.900 pies por segundo (1.997 millas por hora) altitud 9 millas náuticas (10,35 millas "statute"), distancia de autonomía 7 millas náuticas (8,05 millas "statute"). Largo silencio... - Comentarista control misión: controladores de vuelo observan cuidadosamente la situación obviamente un mal funcionamiento de primer orden no tenemos comunicación.

TRABAJADORES ESPACIALES EN ORBITA LAS NUEVAS ESTACIONES ESPACIALES Las estaciones espaciales son grandes naves que orbitan alrededor de la Tierra. Los astronautas pueden vivir y trabajar allí durante varias semanas o meses. Están equipadas con unos gigantescos paneles solares que generan electricidad y con paredes y escudos protectores que protegen a la tripulación de la radiación y mantienen la temperatura en el interior. También cuentan con puertos de acoplamiento para recibir a las naves de aprovisionamiento. En la sección de naves en órbita se nombraron algunas estaciones espaciales de la década del 70'. En este punto se detallan las estaciones espaciales que actualmente están en funcionamiento y las que en un futuro serán habitadas, como la multimillonaria ISS (International Spacial Station), Estación Espacial Internacional.

LA ESTACIÓN INTERNACIONAL ALPHA En la construcción de esta estación espacial internacional participan EE.UU, Canadá, la Federación Rusa, Japón y Europa. El proceso de montaje de la estación ALPHA se prolongará durante un período de cinco años. El primer paso es el lanzamiento de un centro de control ruso. Además de su utilización con fines científicos, se espera que la estación ALPHA pueda ser una base intermedia para vuelos hacia la Luna o Marte.

ESTACIÓN ESPACIAL RUSA MIR

El módulo Kavant, el primero que se añadió al módulo principal de la estación MIR, se acopló directamente al puerto posterior. Los demás se instalaron en el adaptador múltiple de acoplamiento. Para evitar la desestabilización de la estación espacial, los módulos se acoplaron uno tras otro en el puerto del extremo posterior y luego un brazo robotizado los fue colocando uno a uno cuidadosamente en su posición definitiva en los puertos laterales. De esta forma el puerto posterior quedaba libre para recibir las naves SOYUS.

LA ESTACION ESPACIAL INTERNACIONAL ISS ES UNA REALIDAD

Después de estar varios años en el tablero de dibujo y haberse construido maquetas de madera, la Estación Espacial Internacional (ISS) ya es una realidad y un paso fundamental en la carrera espacial a nivel mundial, en donde 16 países de tres continentes aunaron esfuerzos, aportando cada uno diversos módulos y materiales para ensamblaje, para que este "hotel espacial" sea una realidad.

Sus primeras partes ya fueron puestas en órbita, y se prevé su armado total para mediados del 2006. Para que ello fuera posible se debieron sortear infinidad de obstáculos, principalmente de orden económico y político, dada la rivalidad ancestral existente entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética. Pero parte de la ISS ya está en órbita y habitada por tres astronautas. El espacio presurizado para habitaciones y laboratorios a bordo de la ISS ya completa será equivalente, a groso modo, al volumen que ocuparían los sectores de alojamiento de pasajeros de dos jets 747.

SUS PRIMEROS HABITANTES Los primeros residentes permanentes de la ISS operaron exitosamente la instalación del sistema de soporte de vida clave como así también equipos de comunicación adicional en su primer día completo dentro del módulo orbitador. Bill Shepherd, comandante de la misión denominada Expedición 1, el piloto Yuri Gidzenko y el ingeniero de vuelo Sergei Krikalev lograron acoplar sin problemas el sistema ruso Vozdukh en el módulo habitación Zvezdra. Este sistema es una unidad regenerativa de filtrado de aire que extrae el dióxido de carbono y lo ventea fuera de la estación. Este dispositivo tomará el lugar de los viejos sistemas de canisters de hidróxido de litio inicialmente usados por la tripulación para el mismo propósito. La agenda normal de trabajo establecida para la tripulación de Expedición 1 establece una semana de 5 días de trabajo con fines de semana libres. Sepherd, Gidzenko y Krikalev comenzaron su período de sueño a las 2 pm del 03/11/2000 (hora central) y fueron despertados aproximadamente a las 10 pm. La ISS estará orbitando la Tierra a una altitud aproximada de 425 km, con todos sus sistemas funcionando. DATOS DE LA ISS Tamaño de los paneles solares de extremo a extremo: 108,6 m. Largo de la ISS: 80m. Masa (peso): 456.620 kg. Inclinación: 51,6º Presión atmosférica: 1 atm (igual a presión en la Tierra) Tripulación: hasta 7 personas en el momento en que se complete el ensamblado.

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