Informe Sobre Enfermedades Infecciosas de La OMS

November 2, 2017 | Author: Jose Raúl Montilla | Category: Malaria, Hiv/Aids, Diarrhea, Influenza, Measles
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Organización Mundial de la Salud Informe sobre las enfermedades infecciosas Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora General, Organización Mundial de la Salud Adaptado por Dr. B. Veras E., Enero 2012 "Eliminar obstáculos al desarrollo saludable" 1. Los mayores exterminadores de los jóvenes Actualmente, una crisis de proporciones mundiales provocada por las enfermedades infecciosas amenaza ganancias duramente obtenidas en la salud y la esperanza de vida. Las enfermedades infecciosas son ahora los mayores exterminadores de niños y de adultos jóvenes del mundo. Producen más de 13 millones de defunciones al año, una de cada dos defunciones en los países en desarrollo. Sólo en la próxima hora, 1500 personas morirán de una enfermedad infecciosa, teniendo más de la mitad menos de cinco años de edad. Del resto, la mayoría serán adultos en edad laboral, siendo muchos de ellos el sostén de la familia y padres. Ambos son grupos plenos de vida cuya pérdida difícilmente pueden permitirse los países. La mayor parte de las defunciones por enfermedades infecciosas se producen en los países en desarrollo, los países con menos dinero para gastar en atención de salud. En los países en desarrollo, la tercera parte aproximadamente de la población - 1300 millones de habitantes - viven con ingresos inferiores a $ 1 por día. Casi uno de cada tres niños está malnutrido. Uno de cada cinco no está totalmente inmunizado en su primer cumpleaños. Además, más de la tercera parte de la población mundial carece de acceso a los medicamentos esenciales. Frente a ese telón de fondo de pobreza y descuido no es sorprendente que se haya permitido ganar terreno a enfermedades infecciosas mortales. Actualmente, algunos de los países más pobres están pagando un elevado precio por la complacencia y el olvido del mundo. Todo ello ha empeorado por el enorme aumento de los movimientos masivos de población en el último decenio. En 1996, hasta 50 millones de personas - 1% de la población mundial - ha sufrido el desarraigo de sus hogares. No sólo los refugiados y las personas desplazadas son especialmente vulnerables a las enfermedades infecciosas; su movimiento puede ayudar a difundir las enfermedades infecciosas a nuevas zonas. Mientras tanto, el crecimiento de ciudades densamente pobladas, con agua insalubre, mal saneamiento y difundida pobreza, ha creado el terreno de cultivo perfecto para los brotes de enfermedades. En los barrios miserables de las ciudades es poco probable que los niños estén vacunados contra las enfermedades causantes de mortandad y que los padres sean capaces de

pagar la atención de salud cuando caen enfermos. En esas circunstancias, enfermedades que estuvieron controladas en otros tiempos pueden rápidamente ganar pie y establecerse de nuevo. Además, muchas enfermedades que antes se consideraban sin relación con las enfermedades infecciosas, en particular el cáncer, se sabe ahora que son el resultado de infecciones crónicas. El cáncer cervicouterino, por ejemplo, uno de los cánceres más corrientes en las mujeres del mundo en desarrollo, está asociado a la infección por el papilomavirus humano, según los conocimientos actuales. Mientras tanto, las hepatitis B y C infecciosas crónicas pueden producir el cáncer de hígado, estimándose que está expuesta más del 6% de la población mundial. Además, el cáncer de vejiga puede ser el resultado de la infección crónica por esquistosomiasis. Sin embargo, las enfermedades infecciosas no son sólo un problema de los países en desarrollo. A no ser que quede controlada, la crisis amenaza también a los países industrializados. Antiguos azotes, como la tuberculosis y la difteria, han aparecido en forma de epidemias explosivas en Europa y otros países industrializados. El brote de poliomielitis que se produjo en 1996 en Albania, Grecia y la República Federal de Yugoslavia mostró con qué facilidad puede reintroducirse una enfermedad en países que estaban exentos de la misma si se permite que baje la cobertura de la inmunización. El rápido aumento de los viajes aéreos significa que las enfermedades pueden ahora ser transportadas de un continente a otro en cuestión de horas. Actualmente, ningún país está a salvo de la amenaza de las enfermedades infecciosas. • En todo el informe se utiliza el término «enfermedades infecciosas» para referirse a todas las enfermedades transmisibles, incluidas las parasitosis y las zoonosis, así como algunas formas de infecciones de las vías respiratorias y enfermedades diarreicas. • $ se refiere a dólares de los Estados Unidos de América. Esto sucede en un momento en que el arsenal de medicamentos disponibles para tratar las enfermedades infecciosas se está agotando progresivamente debido a la creciente resistencia de los microbios a los medicamentos antimicrobianos. Teniendo en cuenta que la escala y la complejidad de la crisis de las enfermedades infecciosas son tan grandes y que las causas están tan estrechamente ligadas a la pobreza, existe la tendencia a cierto fatalismo respecto a la situación. Ahora bien, la situación está lejos de ser desesperada. Los esfuerzos destinados a prevenir y controlar esas enfermedades figuran

entre los modos más factibles y asequibles de aliviar la pobreza e impulsar el desarrollo económico y social. En el presente informe se considera que disponemos de oportunidades abiertas para efectuar avances teatrales frente a enfermedades antiguas y para establecer un sistema de advertencia precoz que nos proteja de enfermedades nuevas e inesperadas. Si fallamos, el aumento de la resistencia a los medicamentos y la aparición de nuevas bacterias y virus amenazan con hacer improbable el control de las enfermedades infecciosas desde los puntos de vista científico y económico. Iniciativa: La Organización Mundial de la Salud La Organización Mundial de la Salud (OMS) puede contribuir a movilizar a asociados y a desarrollar normativas que permitirán prevenir y controlar las enfermedades infecciosas. Existen oportunidades abiertas para efectuar progresos teatrales frente a enfermedades que han permanecido en el mundo durante miles de años y para establecer un sistema de advertencia precoz que proteja de enfermedades nuevas e inesperadas. La OMS fue creada en 1948 y, en la actualidad, con más de 190 Estados Miembros, es el principal organismo de salud internacional. La meta de la OMS es impulsar el logro por todos los pueblos, en particular los pobres y más vulnerables, del mayor nivel posible de salud. Los principios orientadores de la OMS son: "No podemos hacerlo solos, de modo que trabajamos en asociación con otros". • "No podemos hacer todo a la vez, de modo que establecemos prioridades. Fijar prioridades ayuda a centrar la atención del mundo, los recursos y las acciones en medidas de salud pública innovadoras y eficaces en relación con el costo, con metas concretas y resultados mensurables". • La OMS es la conciencia en salud del mundo. 2. Seis enfermedades causan el 90% de las defunciones por enfermedades infecciosas La mayoría de las defunciones por enfermedades infecciosas - casi el 90% - están provocadas sólo por un puñado de enfermedades. La mayoría de ellas han sido azotes de la humanidad a lo largo de toda su historia, causando con frecuencia estragos en las poblaciones con más eficacia que las guerras. En la edad de las vacunas, los antibióticos y los progresos científicos teatrales, esas enfermedades deberían estar sometidas a control. Sin embargo, en los países en desarrollo siguen causando muertes en la actualidad a un ritmo alarmante. A veces, como los brotes recientes de gripe, provocan también tasas alarmantes de mortalidad en los países industrializados. No más de seis enfermedades infecciosas mortales (la neumonía, la tuberculosis, las enfermedades diarreicas, el paludismo, el sarampión y

más recientemente el VIH/SIDA) provocan más de la mitad de todas las defunciones prematuras, causando sobre todo la muerte de niños y adultos jóvenes. Cada tres segundos muere un niño, en la mayoría de los casos por una enfermedad infecciosa. En algunos países, uno de cada cinco niños fallece antes de cumplir cinco años. Cada día mueren de paludismo 3000 personas, tres de las cuales son niños. Cada año, 1,5 millones de personas fallecen por tuberculosis y otros ocho millones son infectados por primera vez. Tras esas defunciones se halla una tragedia humana. Dado que esas enfermedades afectan sobre todo a los niños pequeños y los adultos ganadores del sustento, su efecto en las familias puede ser catastrófico. Los niños pueden perder al padre, a la madre o a ambos a causa de las enfermedades infecciosas. Por sí sola, la epidemia de SIDA ha dejado huérfanos a más de ocho millones de niños. Para empeorar la situación, las familias corren el riesgo de endeudarse por la pérdida de ingresos y por el alto costo de la atención de salud, entrando así en el círculo vicioso de la pobreza y la mala salud. Neumonía Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son responsables de numerosas defunciones. La neumonía, la IRA más mortal, provoca la muerte de más niños que cualquier otra enfermedad infecciosa. La mayoría de esas defunciones (el 99%) se producen en los países en desarrollo. Sin embargo, en los países industrializados son raras las defunciones infantiles por neumonía. La neumonía afecta a menudo a los niños con insuficiencia ponderal al nacer o a aquéllos con sistemas inmunitarios debilitados por malnutrición u otras enfermedades. Sin tratamiento, la neumonía produce la muerte con rapidez. El virus gripal es otra causa de neumonía. Se dispone de muy escasa información sobre el número de muertes por gripe en los países en desarrollo. Sin embargo, sólo en los Estados Unidos la enfermedad produce la muerte de 10 000-40 000 personas en una temporada media de gripe. VIH/SIDA En todo el mundo más de 33 millones de personas viven con el VIH/SIDA. Todavía no existe curación a la vista. El África Subsahariana es la parte más afectada. En algunos países, hasta uno de cada cuatro adultos viven ahora con el VIH/SIDA. En Zimbabwe, el 20%-50% de las mujeres embarazadas de algunas zonas están infectadas por el VIH y existe el riesgo de que infecten a sus hijos. Un número creciente de defunciones maternas se deben ahora a infecciones contraídas por mujeres VIH-positivas en el curso del

parto. En muchos países, la esperanza de vida y las tasas de supervivencia infantil han caído en picado. En Botswana, la esperanza de vida al nacer ha descendido de 70 a unos 50 años. Enfermedades diarreicas Las enfermedades diarreicas provocan la muerte de casi dos millones de niños menores de cinco años. Están tan extendidas en los países en desarrollo que los padres no reconocen a menudo los signos de peligro. Los niños mueren simplemente porque sus organismos están a menudo debilitados por la rápida pérdida de líquidos y subnutridos por la falta de alimentos. Las enfermedades diarreicas imponen una pesada carga a los países en desarrollo, produciendo 1500 millones de casos de enfermedad al año en los niños menores de cinco años. La carga alcanza su nivel máximo en las zonas pobres, en donde el saneamiento es escaso, la higiene es insuficiente y el agua de beber no es potable. En ciertos países en desarrollo, epidemias de enfermedades diarreicas tales como el cólera y la disentería afectan tanto a los adultos como a los niños. Entre otras enfermedades diarreicas importantes figuran la fiebre tifoidea y la rotavirosis, que es la principal causa de diarrea deshidratante grave entre los niños. Tuberculosis (TB) La tuberculosis, enfermedad que se pensaba ya controlada, ha reaparecido con sed de venganza produciendo 1,5 millones de defunciones al año, e incluso más en combinación con el VIH/SIDA. Aproximadamente dos mil millones de personas, la tercera parte de la población mundial, presentan una infección tuberculosa latente. Constituyen en conjunto un enorme reservorio potencial de la enfermedad. La TB produce más muertes de adolescentes y adultos que cualquier otra enfermedad infecciosa. Es también una destacada causa de mortalidad en las mujeres. Para empeorar la situación, la infección por el VIH debilita el sistema inmunitario y puede activar la infección por TB latente. También se cree que multiplica el riesgo de infección inicial por TB. Actualmente, la tercera parte aproximadamente de todas las defunciones por SIDA son producidas por la TB. Paludismo El paludismo produce la muerte de más de un millón de personas al año, la mayoría de ellas niños pequeños. La mayor parte de las defunciones por paludismo se producen en el África Subsahariana, en donde el paludismo provoca una de cada cinco defunciones infantiles. Las mujeres son

especialmente vulnerables en el curso del embarazo. Es más probable que mueran por la enfermedad, sufran abortos o den a luz niños prematuros y afectos de insuficiencia ponderal. El paludismo puede arrollar con rapidez a un niño pequeño produciendo fiebre alta, convulsiones y dificultades respiratorias. Si se inicia el paludismo cerebral, forma aguda de la enfermedad, el niño entra en coma y puede fallecer en 24 horas. La alta incidencia de los casos de paludismo (más de 275 millones al año en todo el mundo) puede imponer una elevada carga económica a las familias y los Estados por la disminución de la productividad, la pérdida de posibilidades educativas y los altos costos de la atención de salud. Sarampión El sarampión es la enfermedad más contagiosa de la especie humana. Es una importante causa de mortalidad infantil en los países en desarrollo, provocando unas 900 000 defunciones al año. El virus del sarampión puede en definitiva ser responsable de más defunciones infantiles que cualquier otro microbio, debido a las complicaciones por neumonía, enfermedades diarreicas y malnutrición. Iniciativa: Combatiendo la mortalidad infantil Los niños se hallan entre las personas más vulnerables a las enfermedades infecciosas y las infecciones infantiles exigen tratamiento rápido y eficaz. La estrategia de la OMS de Lucha integrada contra las enfermedades de la infancia (LIEI) permite el tratamiento inmediato en los sistemas de atención de salud muy periféricos. La LIEI combate las enfermedades mediante el tratamiento de las cinco causas más corrientes de mortalidad infantil: neumonía, enfermedades diarreicas, paludismo, sarampión y malnutrición. La LIEI ha preparado directrices terapéuticas para ayudar al personal sanitario a reconocer con facilidad los signos de enfermedad y a adoptar las medidas apropiadas, incluso si hay trastornos de salud coexistentes. La LIEI ayuda también a evitar la enfermedad promoviendo la mejora de la nutrición y la vacunación. La investigación y desarrollo está a cargo del Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas de Enfermedades Tropicales (TDR), que obtiene nuevos medicamentos y estudia combinaciones de fármacos para aumentar la eficacia de la LIEI.

3. Las enfermedades infecciosas figuran también entre las principales causas de discapacidad

La elevada tasa de mortalidad producida por las enfermedades infecciosas es sólo una parte de la historia. La magnitud del dolor y de los sufrimientos individuales provocados por esas enfermedades es enorme. En cualquier momento, centenares de millones de personas, principalmente en los países en desarrollo, se hallan discapacitadas por las enfermedades infecciosas. Algunas enfermedades infecciosas pueden producir accesos repentinos y repetidos de trastornos debilitantes durante todo el año, haciendo que los niños no puedan asistir a la escuela e impidiendo a los adultos que trabajen o cuiden de sus hijos. Otras enfermedades provocan graves deformidades, cubriendo el cuerpo de llagas, mutilando los rasgos faciales, provocando la pérdida de dedos de las manos y los pies y originando quemazón o hinchazones horribles de las extremidades y otras partes del cuerpo. Las personas afectadas no sólo sufren de dolores terribles y de discapacidades graves sino que son también víctimas de estigmatización, vergüenza y angustia. Mientras tanto, el efecto económico de los episodios repetidos de enfermedad y de la discapacidad a largo plazo es una causa importante del subdesarrollo actual de los países. Por sí sola, la carga económica del paludismo ha costado a África miles de millones de dólares en el presente decenio. Además del costo de los días de trabajo perdidos, el gasto que origina el tratamiento de los accesos repetidos de paludismo puede suponer también una pesada carga para las familias más pobres. En Nigeria se ha calculado que los agricultores de la economía de subsistencia gastan hasta el 13% de los ingresos familiares totales en el tratamiento del paludismo. El sarampión puede producir discapacidad grave en los niños que sobreviven a la enfermedad. La infección por el sarampión puede provocar ceguera, sordera, lesiones cerebrales y pulmonares, y disminución del crecimiento y el desarrollo. La filariasis linfática ocupa el segundo lugar después de las enfermedades mentales, como la principal causa de discapacidad a largo plazo en el mundo. Una enfermedad transmitida por mosquitos que comprende la infección por parásitos, puede producir horribles hinchazones en las extremidades y los genitales y dañar órganos internos. Afecta a unos 120 millones de personas. Por lo menos mil millones de personas están expuestas, esto es, uno de cada seis habitantes del mundo. Más de 40 millones de personas están gravemente desfiguradas y discapacitadas a causa de la filariasis. Además, el efecto social y psicológico puede ser enorme, destruyendo a menudo matrimonios y relaciones familiares.

La esquistosomiasis, otra parasitosis ampliamente extendida, causa un trastorno crónico de las vías urinarias y provoca a menudo cirrosis hepática y cáncer de la vejiga. Más de 200 millones de personas están infectadas en todo el mundo y hasta tres veces más se hallan expuestas a la parasitosis. Esta enfermedad debilitante es propagada por moluscos acuáticos y se contrae por el contacto con aguas estancadas. Puede difundirse en nuevas zonas por la construcción de embalses y los planes de regadío. Los niños y los trabajadores rurales se hallan especialmente expuestos y la enfermedad puede causar elevadas tasas de absentismo en la escuela y el trabajo. En algunas de las zonas más castigadas, más del 90% de los niños pueden ser simplemente afectados por vadear corrientes de agua. Más de 12 millones de personas están infectadas por la leishmaniasis, otra enfermedad parasitaria transmitida por insectos. Puede producir daños en órganos internos, lesiones cutáneas y mutilación de la nariz y la boca. Las personas desfiguradas por la enfermedad sufren también a menudo el rechazo de sus familias. Actualmente alarma el fuerte aumento de los casos de leishmaniasis visceral (forma mortal de la enfermedad) debido a la emergencia de coinfecciones con el VIH y al aumento de las epidemias en países tales como la India y el Sudán. Además, millones de personas están incapacitadas por enfermedades infecciosas que provocan ceguera. Actualmente se calcula que 5,6 millones de personas han quedado ciegas o con discapacidad visual a causa del tracoma y que otros 154 millones de personas están infectados, principalmente en África y Asia. La enfermedad se transmite por contacto de persona a persona debido a las malas condiciones de higiene. Además, más de 85 millones de personas de África, América Latina y la Península Arábica están amenazadas por la oncocercosis (ceguera de los ríos). Esta enfermedad parasitaria, transmitidas por simúlidos («moscas negras»), provoca alteración de la vista, ceguera, picor insoportable y lesiones cutáneas. El picor puede ser tan intenso que las personas afectadas se arrascan con cuchillos o piedras para detenerlo. Incluso algunas se han visto impulsadas al suicidio. En el África Subsahariana, la enfermedad del sueño amenaza a 55 millones de personas en 36 países. Parasitosis transmitida por la mosca tse-tsé, la enfermedad del sueño provoca un trastorno debilitante a largo plazo y sufrimiento mental. Sin tratamiento, la enfermedad es mortal. En los países más afectados, más de la mitad de la población de algunas aldeas cae enferma. En algunas provincias se ha notificado que la enfermedad produce más defunciones que el SIDA.

La lepra, una de las plagas más antiguas conocidas por la humanidad, es todavía un problema de muchos países del Asia Sudoriental, África y América Latina. Cada año se producen más de medio millón de casos. Unos dos millones de personas se hallan actualmente discapacitadas a causa de la lepra, que puede causar mutilaciones graves de la cara y las extremidades, así como lesiones de los huesos, los ojos, los nervios y los órganos internos. Aunque la enfermedad no es muy contagiosa, incluso en la actualidad los enfermos de lepra pueden llegar a ser marginados sociales. La dracunculosis (enfermedad por el gusano de Guinea) es una parasitosis transmitida por un diminuto crustáceo. En 1998 se produjeron casi 72 000 casos de dracunculosis en África. Los países más afectados en la actualidad son Ghana, Nigeria y Sudán. Esta debilitante enfermedad provoca dolores articulares, fiebre y vómitos. Cuando el parásito maduro aparece lentamente a través de la piel, alcanzando entonces una longitud de hasta un metro, causa un terrible dolor y frecuentes infecciones en el punto de salida. La discapacidad impide a las personas que vayan a trabajar o a la escuela. En América Latina, hasta 18 millones de personas están infectadas por la enfermedad de Chagas, parasitosis mortal transmitida por insectos hematófagos. La enfermedad puede ser también transmitida por transfusiones de sangre y de la madre al niño. La fase crónica de la enfermedad puede durar años, pues los parásitos invaden los órganos internos y provocan lesiones irreversibles del corazón y los intestinos. La enfermedad es muy difícil de tratar con los medicamentos existentes. En algunas partes de América Latina es la principal causa de defunción cardiaca en los adultos jóvenes. Están expuestas un centenar de millones de personas. En Santa Cruz (Bolivia) más del 50% de la sangre de los bancos de sangre está infectada por parásitos. En 1995, cuatro infecciones de transmisión sexual (ITS) (blenorragia, clamidiasis, sífilis y tricomoniasis) causaron, según las estimaciones, 333 millones de casos nuevos de ITS curables. Esas cuatro infecciones y sus complicaciones figuran entre las diez causas principales de la carga de morbilidad. Iniciativa: Hacer retroceder el paludismo Las asociaciones fortalecen el fomento de una estrategia y contribuyen a unificar la acción de salud pública, aumentando los recursos disponibles para la lucha contra las enfermedades infecciosas. Hacer retroceder el paludismo es uno de los mejores ejemplos que da la OMS sobre la contribución de las asociaciones mundiales a la lucha contra las enfermedades infecciosas.

Por medio de una coalición mundial en la que participan el PNUD, el UNICEF, la OMS y el Banco Mundial, Hacer retroceder el paludismo ayuda a los sistemas de salud a efectuar intervenciones eficaces en relación con el costo, que incluyen: mejor atención de salud, mosquiteros tratados con insecticidas y gestión medioambiental perfeccionada. Al mismo tiempo Hacer retroceder el paludismo está fomentando el apoyo de los sectores público y privado para obtener nuevos medicamentos y vacunas contra el paludismo. La coalición Hacer retroceder el paludismo funciona en todos los países en donde el paludismo es un problema de salud y centra sus mayores esfuerzos en África, en donde se producen la mayor parte de las defunciones por paludismo. 4. Numerosos factores contribuyen a la propagación de las enfermedades infecciosas En muchos países, la falta de fondos y el inapropiado uso de los medios existentes de modo eficaz en relación con el costo para luchar contra las enfermedades infecciosas son factores agravados por el fallo en tomar en cuenta el efecto de la salud en otros sectores. Con demasiada frecuencia, los determinantes primordiales de la salud, así como las soluciones, se hallan fuera del control directo del sector de la salud. Están arraigados en sectores tales como el saneamiento y el abastecimiento de agua, los cambios ambientales y climáticos, la educación, la agricultura, el comercio, el turismo, el transporte, el desarrollo industrial y la vivienda. Sin embargo, muchos países carecen de la capacidad necesaria para medir el efecto de otros sectores en la salud. A menos que se aborden esas cuestiones, puede ser difícil prevenir o incluso controlar algunas enfermedades infecciosas. Por ejemplo, el vínculo entre la calidad ambiental y la salud es decisivo. Actualmente, más del l0% de todos los trastornos evitables se deben a la mala calidad del medio ambiente: vivienda insalubre, hacinamiento, contaminación del aire de locales, insuficiencia del saneamiento y utilización de agua no potable. La vivienda insalubre y las malas condiciones ambientales ejercen su mayor efecto en las infecciones agudas de las vías respiratorias y las enfermedades diarreicas. Los niños constituyen la población más afectada, representando hasta el 36% de todos los trastornos evitables debidos a problemas ambientales. En los países en desarrollo, unos 700 millones de personas - principalmente mujeres y niños de las zonas rurales pobres - inhalan humo nocivo procedente de la combustión de madera y otros productos. Se hallan muy expuestos a infecciones respiratorias agudas, en particular la neumonía.

Más de mil millones de personas carecen de acceso a agua de beber potable, lo que aumenta su vulnerabilidad a las enfermedades diarreicas y parasitarias. En África, Asia y América Latina, por lo menos 600 millones de personas de las ciudades viven en casas o barrios insalubres. En todo el mundo, casi 800 millones de personas carecen de acceso a servicios de salud. Además, los cambios en el uso del suelo y del agua pueden ejercer también un efecto importante en la incidencia y la distribución de las enfermedades. La deforestación, el desarrollo agrícola, los embalses y los planes de regadío pueden desencadenar brotes de enfermedades parasitarias u otras de carácter infeccioso favoreciendo la difusión de los mosquitos propagadores del paludismo o de los moluscos de agua dulce que difunden la esquistosomiasis. Se hallan especialmente expuestos más de 500 millones de personas pobres que viven en regiones ecológicamente frágiles. Entre otras enfermedades afectadas por los cambios ambientales se hallan la filariasis linfática, la fiebre dengue, la leishmaniasis, la enfermedad de Chagas y la meningitis bacteriana. Mientras tanto, un aumento del calentamiento mundial puede ejercer un efecto análogo en la difusión de las enfermedades tropicales. Un aumento de la temperatura de sólo 1-2 oC en los próximos 50 años podría ampliar hacia el norte la zona de presencia de los mosquitos transmisores del paludismo, aumentando la proporción de la población mundial expuesta al paludismo y a otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la filariasis linfática. La pobreza y la malnutrición son otros factores primordiales que influyen en la salud. La malnutrición es especialmente mortal en combinación con enfermedades infecciosas tales como la neumonía, el paludismo, el sarampión y las enfermedades diarreicas, las principales enfermedades causantes de muertes en los niños. Es un factor subyacente en más de la mitad de todas las muertes infantiles. En 1997 se estimó que 160 millones de niños padecían malnutrición moderada o grave. Se ha estimado que más de una persona de cada cuatro de la población mundial vive en condiciones de pobreza, y más de mil millones de ellos con ingresos inferiores a $ 1 diario. Incluso en los países industrializados, 100 millones de personas viven por debajo del nivel de pobreza. La necesidad crítica de colaboración entre el sector de la salud y otros sectores se ha destacado muy recientemente en las actividades para evitar el VIH/SIDA. Algunos gobiernos han tratado de reducir la vulnerabilidad individual al VIH/SIDA mediante un enfoque transectorial. La finalidad es influir en los planes de desarrollo de infraestructuras, la legislación, la enseñanza, las políticas laborales y el ejercicio de los derechos humanos, por

ejemplo, en un esfuerzo para crear un entorno que facilite a las personas que eviten el VIH/SIDA. Esto puede comprender los incentivos para permitir a las chicas que terminen la enseñanza secundaria, el impulso a las oportunidades de trabajo y educación para las mujeres a fin de romper el ciclo de la dependencia económica y sexual, y dejar de considerar delincuentes a grupos marginados tales como los trabajadores sexuales y los usuarios de drogas inyectables. También puede comprender la realización de evaluaciones de impacto en los proyectos de desarrollo para prever los medios por los que los planes propuestos pueden desencadenar epidemias, acelerando el ritmo de la urbanización, por ejemplo, o dividiendo las familias al crear la necesidad de una fuerza laboral emigrante. En Tailandia, en donde la prostitución sigue siendo ilegal, el enfoque pragmático del Gobierno para reducir la marcha de la epidemia ha producido una disminución importante de las infecciones, en particular en los jóvenes. El enfoque multisectorial comprende convencer a los propietarios de prostíbulos para que el 100% de los clientes empleen preservativos, organizar campañas en los medios informativos para impulsar el respeto a las mujeres y disuadir a los varones de que visiten a trabajadoras sexuales, aumentar las oportunidades educativas y profesionales para las mujeres a fin de apartarlas de las relaciones sexuales como profesión y mejorar el acceso a la asistencia, así como el apoyo económico y social a las personas que viven con el VIH/SIDA. Además de la necesidad de aumentar la colaboración entre los distintos sectores públicos que influyen en la salud, es preciso establecer asociaciones con el sector privado. El reciente lanzamiento de la nueva Actividad sobre medicamentos contra el paludismo, iniciativa conjunta de los sectores público y privado para el desarrollo de nuevos medicamentos antipalúdicos, es un ejemplo de los esfuerzos destinados a promover la colaboración de los sectores público y privado en el desarrollo de nuevos productos para el uso de los países en desarrollo. Otro ejemplo es la donación de medicamentos por la industria, sin costo alguno, para contribuir a eliminar las enfermedades infecciosas con una alta carga de morbilidad en los países en desarrollo. Comprenden los donativos de medicamentos por las empresas farmacéuticas SmithKline Beecham y Merck para el tratamiento de la filariasis linfática y la oncocercosis, y Pfizer para el tracoma. Además, los fabricantes de vacunas han donado de vez en cuando vacunas en el curso de brotes de enfermedades, como la meningitis, y además para la erradicación de la poliomielitis y para los ensayos de vacunas en los países en desarrollo.

Los esfuerzos de la OMS para erradicar o eliminar enfermedades son una acción en colaboración de asociaciones mundiales. La OMS ha establecido alianzas estratégicas con gobiernos, ministerios de salud de países en desarrollo, bancos internacionales para el desarrollo, fundaciones, el sector privado, la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales e internacionales y otros organismos del sistema de las Naciones Unidas. Los esfuerzos mundiales para erradicar la poliomielitis, por ejemplo, han demostrado lo que puede conseguirse mediante la colaboración con el sector privado. Rotary International, organización de servicios del sector privado, ha recogido $ 500 millones para financiar grandes cantidades de vacunas para las campañas de inmunización en masa y ha contribuido a equipar la cadena de frío refrigerada para el transporte de las vacunas. Rotary ha utilizado su red mundial de más de 28 000 clubes en 155 países para alistar a voluntarios en las campañas de movilización social, proporcionar aptitudes organizativas para las campañas de vacunación y administrar la vacuna antipoliomielítica en gotas a los niños. Iniciativa: Investigaciones eficaces Las investigaciones pueden contribuir a resolver el problema del uso insuficiente de los medios existentes que son eficaces en relación con el costo. La asociación del PNUD, el Banco Mundial y la OMS en el Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas sobre las Enfermedades Tropicales (TDR) atestigua la eficacia de las investigaciones idóneas. En un reciente estudio del TDR realizado en Ghana, el simple preenvasado de los medicamentos permitió que el 82% de los pacientes terminaran un tratamiento completo con comprimidos de cloroquina para el paludismo, en lugar del 62% observado en las comunidades testigos. En Kenya, tras la capacitación de 14 tenderos que atendían a una comunidad de 5000 personas a fin de proporcionar información al vender medicamentos antipalúdicos y reductores de la fiebre, el número de casos de fiebre tratados con cloroquina aumentó del 2% al 49% y el número tratado con una cantidad apropiada de cloroquina subió del 4% al 75%. También forman parte de las actividades del TDR otros estudios sobre el tratamiento del paludismo, incluida la preparación del artesunato en una forma que ahorrará las vidas de niños afectados por el paludismo. 5. Enfermedades que siguen cogiendo desprevenido al mundo Mientras prosigue la batalla para el control de las enfermedades infecciosas conocidas, han surgido otras amenazas nuevas. Enfermedades que se consideraban en retirada han realizado un mortal

regreso. Lo que es peor, han surgido nuevas enfermedades causantes de muertes, muchas de las cuales no son evitables ni tratables. La situación está empeorando en lugar de mejorar. En los pasados dos decenios se han identificado por primera vez 30 enfermedades emergentes en seres humanos. En los últimos diez años, brotes de antiguos enemigos como la peste, la difteria, la fiebre amarilla, el dengue, la meningitis, la gripe y el cólera, han segado muchas vidas. El aumento de los movimientos masivos de población, el enorme crecimiento del comercio internacional y el transporte de animales vivos y productos de animales han contribuido a propagar las enfermedades a zonas donde nunca antes habían existido. En algunos casos, los cambios ambientales, como la deforestación, han llevado a la humanidad a un contacto más estrecho con animales e insectos portadores de enfermedades. Se sabe que en el pasado decenio más del 66% de las enfermedades emergentes han procedido de animales, tanto de especies silvestres como domésticas. Además, cambios meteorológicos estacionales excepcionales pueden influir en los hábitats animales y producir un conjunto de nuevas enfermedades que afectan a los seres humanos. En 1993, un brote de una nueva enfermedad en Estados Unidos - el síndrome pulmonar de la hantavirosis - hizo su aparición a causa de una sequía que llevó a los roedores portadores de la enfermedad a un contacto más estrecho con las personas. Se produjeron más de 50 casos de la enfermedad en varios Estados. Murió más del 66% de los casos. Mientras tanto, los cambios en la producción, la manipulación y la elaboración de los alimentos han aumentado la incidencia de enfermedades transmitidas por los alimentos, como la salmonelosis, que procede de los huevos infectados, o de una forma potencialmente mortal de E. coli, que desencadena brotes de la enfermedad. En los primeros años noventa, una importante epidemia de difteria se extendió por la Europa oriental. El número de casos aumentó vertiginosamente en tres años y la epidemia fue declarada emergencia internacional. En 1980, Europa registró menos del 1% de los casos de difteria de todo el mundo. En 1994, casi el 90% de los casos notificados se produjeron en este continente. En el pasado decenio se produjo también en la región un aumento teatral de la sífilis y de otras ITS. En la Federación de Rusia se observó en 1989-1995 un aumento de 40 veces de las tasas de infección por

sífilis, mientras que las tasas en los Nuevos Estados Independientes aumentaron en 15-30 veces. En África, en 1996-1998 se observaron brotes de meningitis con 300 000 casos y 35 000 defunciones. El África oriental sufrió importantes epidemias de cólera, que afectaron a decenas de miles de personas en diez países. Una epidemia anterior de cólera registrada en las Américas, la primera en el siglo, comprendió más de un millón de casos y unas 11 000 defunciones. En 1992 se detectó una nueva cepa del bacilo colérico en la Bahía de Bengala, que se ha extendido ya a otros 10 países. Además, el dengue, y la más grave fiebre hemorrágica dengue, aumentan también al extender su difusión el mosquito vector de la enfermedad, estableciendo nuevos hábitats en las Américas y en parte de África y Asia. En los últimos 40 años, el número de casos se ha multiplicado por lo menos por 20. También se ha incrementado en el mismo periodo el número de casos de fiebre hemorrágica dengue, que puede aparecer después de un segundo o tercer ataque de fiebre dengue. La enfermedad es ahora hiperendémica en muchos países. En 1996, siete países africanos notificaron defunciones por fiebre amarilla, otra enfermedad hemorrágica vírica que se está propagando a nuevas zonas. 1994, la peste humana reapareció en Malawi, Mozambique y la India, después de una ausencia de 15-30 años. En 1996-1998 se produjo un brote de tifus epidémico en Burundi, que afectó a unas 100 000 personas. La enfermedad, transmitida por los piojos, ha surgido en el pasado en el curso de guerras o hambrunas. Existen también actualmente otras enfermedades mortales que han de tenerse en cuenta: le VIH/SIDA, la fiebre hemorrágica Ébola, la fiebre Lassa, la virosis de Marburg, una nueva forma de gripe animal aparecida en personas, la enfermedad de los legionarios y la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Se cree que algunas han surgido de los bosques tropicales y han cruzado la barrera de las especies para infectar al hombre. Otras se han agravado al actuar como coinfecciones mortales con enfermedades tales como la TB o la leishmaniasis y el VIH/SIDA. D'autres ont été amplifiées par des maladies concomitantes telles que la tuberculose, la leishmaniose ou le VIH/SIDA. En el ex Zaire, un brote de fiebre hemorrágica Ébola registrado en 1995 fue un dramático recuerdo de la necesidad de la vigilancia constante frente a las enfermedades emergentes. Aunque sólo se trató de un pequeño brote de 316 casos, murieron más del 75% de los enfermos. La tercera parte

aproximadamente de las víctimas eran profesionales de atención de salud que entraron en contacto con la sangre o líquidos orgánicos. Dos años más tarde, en un brote de menor alcance en Gabón, hubo 58 casos y 43 defunciones. La fiebre hemorrágica Ébola es una de las enfermedades infecciosas más virulentas que conoce la ciencia médica. No se dispone de ningún tratamiento ni vacuna y produce la muerte del 5090% de los afectados. En el pasado decenio se han producido explosiones repentinas de la peste de los roedores o humana. En Actividad 1. El alumno deberá leer el documento completo. 2. - Deberá hacer un "análisis documental" del "Informe sobre Enfermedades Infecciosas de la OMS". 3. El análisis deberá llevar las siguientes partes: 3.0. 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5.

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Hoja de presentación. Introducción [1/2 página]. Desarrollo [1 página]. Conclusiones [1/2 página]. Recomendaciones [1/3 página]. Impacto en la Salud Pública [1/3 página].

- Es un "Trabajo individual". 5. Debe entregarlo en un fólder escrito a mano o en impresión, (como guste). 6. Fecha de entrega lunes 30 de Enero 2012 en la sección de clases. 7. Valor del analisis 2,5 puntos correspondientes al primer parcial. 4.

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