Informe del seminario de osteologia de la gallina JUAN.docx

July 7, 2019 | Author: Yeison Castillo | Category: Aves, Hueso, Vértebra, Mamíferos, Sistema musculoesquelético
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República Bolivariana de Venezuela Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos  Área Medicina Veterinaria Zaraza Edo Guárico

Carolina Maldonado Pinto

Melisa

Juan Bastardo Sección C

Calos Hernández

Zaraza, mayo de 2013

Las aves, junto con los mamíferos, son los vertebrados más evolucionados y especializados y, ambas clases, ofrecen interesantes particularidades en su estudio comparativo. Desde el origen de los reptiles, llegaron cada una de ellas, por fenómenos evolutivos, a formar un grupo dominante de animales de nuestro  tiempo, manifestando independientemente una gran complejidad, tanto en su organización como en su comportamiento, y gozando de ciertos mecanismos capaces de mantener una temperatura corporal alta y constante, como corresponde a animales de gran actividad funcional. De hecho, ambas clases de vertebrados existen como grupos de vida armónica, pues sus hábitos son tan distintos que no compiten entre sí. La comparación de los reptiles es igualmente interesante, sobre todo si consideramos que las aves son reptiles, aunque muy especializadas para el vuelo. Derivan del gran grupo de los reptiles Arcosaurios que predominaban en el periodo Mesozoico, y en el de los Dinosaurios eran los reptiles presentantes más significativos. La evolución de las aves ha traído consigo una gran especialización de la organización (sobre todo el esqueleto), casi siempre en relación con el vuelo. La organización para el vuelo tiene tres representaciones para la evolución de los vertebrados; las aves los terodáctilos (reptiles coladores del Mesozoico) y los murciélagos (mamíferos volátiles), cuya anatomía comparada será considerada más adelante. La gran perfección de las adaptaciones estructurales para el vuelo de las aves se ha traducido en una forma corporal determinada que no puede variar mucho, siempre que la circunstancia de vuelo este presente. En consecuencia, la radiación adaptativa será mucho menos manifiesta en las aves que en los mamíferos y su estructura u organización mucho más uniforme en general. La gallina pertenece al orden de las Galliformes , un grupo de aves algo primitivas, caracterizadas por su hábito granívoro, ser casi todas terrestres, y por presentar alas cortas y redondeadas, que solo utilizan para vuelos de corta distancia, y normalmente cuando tienen que huir de algún peligro. Existe una notable diferencia de aspectos general entre ambos sexos, hasta tal punto que el plumaje del pavo real, mucho más llamativo en el macho, ha llegado ser el símbolo de la vanidad masculina.

Esqueleto de un ave, en el que se puede apreciar su estructura que se asemeja al esqueleto de mamíferos. Una diferencia notoria entre el esqueleto de las aves y el de los mamíferos es en el más rápido desarrollo del esqueleto (y osificación de sus partes cartilaginosas) en las aves. El esqueleto no presenta cartílagos más que en las articulaciones. Presentan la característica de poseer huesos neumáticos (mientras que en los mamíferos sólo lo son algunos huesos de la cabeza). En las aves voladoras, casi  todos los huesos son neumáticos, mientras que en las gallinas sólo algunos lo son. El proceso de formación de la cavidad con aire en el interior de los huesos puede llevar hasta un año, desde el nacimiento. El aire penetra durante la respiración en los espacios de los huesos de la cabeza desde las cavidades nasales y las trompas auditivas y llega a los restantes desde los sacos aéreos del pulmón. La división del esqueleto en las aves, es la misma que la ya estudiada en el otros animales de interés zootécnico: Esqueleto Axial (comprendiendo cráneo, columna, costillas y esternón) y Apendicular (miembros). Los huesos que componen el cráneo, son los mismos, y se denominan de igual manera que en mamíferos, con la excepción de que las aves no presentan interparietales. Los huesos se fusionan rápidamente apenas nacidos. La cara se caracteriza principalmente por el hecho de carecer de dientes, y tener en su lugar formaciones córneas, siendo sus huesos (mandíbula e incisivo) muy largos y desarrollados. Los maxilares son pequeños. La mandíbula difiere bastante en las distintas especies de aves, en función de su alimentación. El cráneo además, se

distingue del de los mamíferos por estar articulado con las vértebras cervicales por medio de un solo cóndilo y no por dos, como ocurre en aquellos. La fórmula vertebral en gallinas es C14, T7, L-S14, CY6 (para dar una idea de la diversidad en este aspecto, podemos citar al cisne que posee 23 vértebras cervicales). Las vértebras cervicales presentan la peculiaridad de conformar una doble curvatura. Esta forma es necesaria para dar una protección elástica al encéfalo ante sacudidas después de un salto o el vuelo. Las vértebras  torácicas definen los 7 pares de costillas, estando la última soldada a las lumbares. Las vértebras lumbosacras se fusionan junto a la última torácica y las primeras coccígeas. Las coccígeas forman la cola y se mueven libremente, siendo la última la más grande (y mayor será desarrollo cuantos mayores sean las plumas  timoneras que la cola debe soportar). Son 7 pares en gallinas. Los dos primeros son flotantes e incompletos (costillas falsas esternales, que terminan libres en la musculatura), no poseen cartílagos costales. Cada costilla presenta una prolongación hacia atrás para enlazarse con la costilla que se encuentra a continuación. Este hueso en las aves está bien desarrollado presentando orificios (hay bolsas de aires que se comunican con el interior del hueso). Presenta en su cara externa una cresta esternal o quilla, la cual aumenta la superficie del hueso y brinda así mayor área de inserción a los músculos pectorales. Cuanto más voladora sea el ave, mayor será la altura de la cresta esternal.

A pesar de la modificación de los miembros anteriores, su estructura ósea es homóloga a la de los mamíferos, modificada en un ala, presenta la cintura escapular, brazo, antebrazo y mano. Comprende la escápula, coracoides y la clavícula. El coracoides es el mayor hueso del cinturón escapular, mientras que la clavícula tiene forma de varilla. Ambas clavículas se fusionan por su extremo distal en el plano medio del esternón (constituyendo así una horquilla en forma de "v"). Las clavículas sirven de soportes para evitar que los hombros se aproximen demasiado entre sí y al  tronco al mover las alas. Comprende al húmero. Comprende al cúbito y al radio. El cúbito es mayor que el radio debido a que es el asiento óseo de las plumas remeras secundarias. Presenta dos carpos, un metacarpo con los tres elementos fusionados (aunque el primer metacarpo es muy pequeño, casi rudimentario) y tres dedos (siendo el segundo el mayor). Comprende el cinturón pelviano, muslo, pierna y pie. No existe en el mismo una unión ventral, por lo que no es un cinturón propiamente dicho. Consta de ilion, isquion y pubis. Comprende al fémur. Se encuentran aquí la tibia y el peroné, siendo el peroné rudimentario, unido a la tibia.

Presenta los tarsos (la fila proximal se une a la pierna, y la distal al metatarso), metatarsos (uno, llamado comúnmente pata), y cuatro dedos (el primero está, por lo general vuelto hacia atrás). Siempre presentan uñas largas y más o menos encorvadas y agudas.

El esqueleto en las aves es muy liviano, tanto que se ha calculado que pesa menos que todas sus plumas juntas, además es muy resistente. Estas propiedades (ligereza y resistencia) se deben a que los huesos son huecos y porosos, lo que se ha llamado huesos neumáticos. Esto les permite que, al ser en su mayor parte aire, sean muy ligeros y favorezcan la tarea de volar. Sin embargo, para evitar que se fracturen durante los esfuerzos que hacen las aves durante el vuelo, necesitan ser reforzados de alguna manera. Para solucionar este problema existen una serie de trabéculas, que son proyecciones diagonales de tejido óseo en el interior de los huesos, especialmente los más largos como el húmero, que funcionan de manera similar a los tirantes de un puente, de modo que hacen la estructura más resistente.  Además de los huesos porosos, el esqueleto de las aves modernas tiene características distintivas muy importantes. Resaltan en especial la pérdida de los dientes que han sido sustituidos por un pico que resta peso excesivo al ave, y la gran fusión de elementos óseos, que permiten una mayor rigidez aerodinámica. Las extremidades anteriores de las aves se han modificado de manera que los huesos que conforman el esqueleto de la mano en un reptil o un mamífero se han fusionado formando una estructura llamada carpo-metacarpo, en la cual se insertan las plumas del vuelo. De igual manera existe unión de los huesos de las extremidades inferiores, de modo que podría decirse que las aves caminan "de puntitas". Esta reducción de los elementos óseos ha producido también que la cola se encuentre reducida a una estructura llamada pigostilo. La

función de equilibrio que cumple la cola vertebral en otros grupos de vertebrados como los anfibios, los reptiles y los mamíferos se encuentra reemplazada por un conjunto de plumas largas que participan de manera importante en el vuelo como timón, en el desplazamiento terrestre, y en otras actividades como el cortejo, que se discutirán en capítulos subsecuentes. Otra fusión de huesos importante es la que se da entre los elementos de la cintura pélvica (la rabadilla) y en el cráneo, que resulta en estructuras de una sola pieza muy resistentes. Uno de los elementos más importantes del sistema esquelético es la presencia de una carina o quilla, la cual es una cresta ósea que surge del esternón y cuya función es la de servir de inserción a los músculos pectorales, los cuales son los más importantes para el vuelo.

http://www.agrarias.unlz.edu.ar/files/anatomia/aves.htm#OSTEOLOGÍA  Anatomía de las aves. Autor: D. A. EDE, M.S., Ph.D. Editorial ACRIBIA. ZARAGOZA ( España).

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