Informe Alimentos Transgenicos

July 19, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ FAUSTINO SÁNCHEZ CARRIÓN FACULTAD DE INGENIERÍA INDUSTRIAL, SISTEMAS E INFORMÁTICA

Escuela Profesional de Ingeniería Industrial

LOS ALIMENTOS TRANSGENICOS

Asignatura: Agroindustria Alumno:   EUSEBIO DE LA CRUZ, Aleksander



Docente:   CHAVEZ ZAVALETA, Raúl 

HUACHO –  PERÚ  PERÚ 2019

 

 

INTRODUCCIÓN 

Desde hace apenas unos pocos años, ha comenzado a introducirse introd ucirse en el lenguaje común, del hombre homb re de la calle, términos como “transgénicos” o “alimentos transgénicos” cuya

sola mención induce,

cuanto menos, desconfianza y muy a menudo un debate social con opiniones controvertidas y no  pocas veces interesadas, según cual sea el origen origen de las mismas. En cualquier caso, lo que no admite duda es que cualquier avance científico que permita al hombre producir mayor cantidad y mejor calidad de alimentos, siempre en condiciones de seguridad, debe de ser bien recibido, pues no se  puede olvidar que, a fecha de hoy, millones de seres sufren y mueren como consecu consecuencia encia del hambre en extensas regiones del mundo. Según la FAO, se espera que la Agricultura permita alimentar una población humana en constante aumento, que para el 2020, se calcula en unos 8 mil millones. Dentro de estos, más de 840 millones de seres humanos pasan hambre y unos 1.300 millones carecen de agua limpia, igual número que los que se considera que sobreviven con menos de 1 dólar al día. La Biotecnología, de la que surgen los alimentos transgénicos y otros organismos y microorganismos, aporta directa e indirectamente una influencia incuestionable y puede ayudar a yudar decididamente a paliar estos efectos.

 

OBJETIVOS Con este trabajo se pretende poner de relieve los aspectos positivos y negativos que ofrece el tratamiento, cultivo, comercialización y consumo de los productos transgénicos. Con los diferentes datos manejados se intenta dar una visión objetiva, en primer término, para en segundo lugar, concluir con una opinión subjetiva sobre el controvertido tema. Y de ese modo procurar arrojar alguna luz sobre los principales aspectos que comporta el tratamiento de los transgénicos,  pudiendo así así emitir un juicio de valor valor apoyado documentalmente. documentalmente. ¿QUÉ ES LA INGENIERÍA GENÉTICA Y LOS TRANSGÉNICOS? Denominamos ingeniería genética genética al conjunto de técnicas y métodos que se utilizan para construir moléculas de ADN recombinante, y luego introducirlas en las l as células receptoras. El proceso tiene dos fases principales: la primera en tubo de ensayo es la extracción de ADN de las células de un organismo donante, y la construcción de una molécula portadora un vector que contiene el gen que interesa. La segunda fase consiste en implantar el vector (normalmente plásmidos o virus) en el organismo receptor. Las técnicas del "recortar y pegar" ácidos nucleicos han ido perfeccionándose desde que en 1973 los genetistas Herbert Boyer y Stanley Cohén crearon el primer organismo transgénico en el laboratorio (insertando genes de un sapo africano en bacterias). Uno de los vectores mas usados en manipulación de plantas procede de una bacteria  parásita, Agrobacterium tumefaciens, que infecta plantas, inyectándoles un plásmido plásmido que que se integra en los cromosomas vegetales. De esta forma, consigue alterar el metabolismo vegetal en su propio  beneficio. Los nuevos genes insertados no funcionarán, a menos que se inserte con ellos un promotor, una especie de "interruptor génico" para activarlos. El promotor que se usa más es un gen viral, procedente del virus del mosaico de la coliflor: lo encontraremos encontraremos en el 90% de los cultivos transgénicos. El ADN recombinante es una secuencia nueva de ADN, creada por la unión en laboratorio de porciones de ADN con orígenes diferentes. Los primeros ingenieros genéticos hablaban también de ADN quimérico. Acudiendo a la imagen de la quimera, el monstruo mitológico que solía representarse con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón.A un organismo cuyo material genético ha sido modificado artificialmente con el fin de que su comportamiento, funciones o rasgos que se adapten a unas condiciones que no poseen las especies naturales (por ejemplo, insertándole ADN foráneo) lo llamamos organismo modificado genéticamente (OMG), o bien organismo transgénico. Un caso particular interesante de animal transgénico son los ratones knock-out, en los que se ha provocado una mutación nula para eliminar un gen determinado. Se utilizan ampliamente en investigación genética (generalmente para saber cuál es la función del gen que se ha anulado).

 

LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS YA ESTÁN EN NUESTROS CAMPOS Y EN NUESTROS PLATOS Entretanto, con escasísima o nula participación pública se toman decisíones pasos irreversibles, y en general los acontecimientos avanzan a una velocidad que corta la respiración. La era de los cultivos transgénicos comerciales se inauguró en 1992, y en China (tabaco). Los agricultores de EE.UU. sembraron su primer cultivo transgénico comercial en 1994, y en 1996 siguieron otros países: Canadá, Argentina, Australia... En 1999, sólo tres países americanos, EE.UU., Canadá y Argentina albergan el 99% de los cultivos tr transgénico ansgénicoss comerciales del mundo. Se cultivan además áreas significativas en China (300.000 hectáreas), Sudáfrica (100.000) y Austria (otras 100.000), y cantidades menores en otros seis países (Méjico. España, Francia, Portugal, Rumania y Varania). La progresión ha sido espectacular: menos de 200.000 hectáreas en todo el mundo en 1995; 2 millones en 1996; 11 millones en 1997; 28 millones en 1998; y 40 millones en 1999. En todo el mundo se están comercializando en 1999 unas cincuenta variedades de plantas transgénicas, y se calcula que existen unos 300 alimentos transgénicos más que están,  bien en las las últimas fases fases de experimentación, experimentación, bien bien en las primeras fases de solicitud de permiso de comercialización. . Principales países productores de cultivos transgénicos (millones de hectáreas)

EEUU está en todos los sentidos a la cabeza de la ingeniería genética mundial: también en el consumo y exportación de productos agroalimentarios transgénicos. transgénicos. Así, en 1997, el 60% de los quesos duros comercializados en EE.UU. se producían con una enzima recombinante denominada Chymogen. Chymogen. En 1998 el 45% del algodón, el 38% de la cosecha estadounidense de soja, y el 25% de la de maíz fue transgénica; la leche procede en buena parte de vacas tratadas con somatotropina bovina recombinante, y mucha carne proviene de animales engordados con hormonas de crecimiento biotecnológicas. biotecnológicas. En total, EE.UU. plantó las tres cuartas partes de los cultivos transgénicos comerciales comerciales en 1998 y 1999.

 

  LOS RIESGOS DE LA MANIPULACIÓN GENÉTICA AGROALIMENTARIA   Lo de siempre y lo nuevo



En sentido amplio, todas las actividades agropecuarias presuponen biotecnologías: tecnologías cuyo soporte son seres vivos. En este sentido amplio, los seres humanos somos "biotecnólogos" "biotecnólogos" al menos desde que nos hicimos agricultores y pastores en la Revolución Neolítica, hace unos diez mil años. Entre estas biotecnologías tradicionales se cuentan las siguientes: a) Domesticación de plantas y animales. Técnicas tradicionales de mejora genética, mediante el cruce entre especies próximas y sus variedades, y la selección.  b) Fermentaciones Fermentaciones mediante bacterias bacterias y levaduras: levaduras: pan, cerveza, cerveza, vino, yogur, yogur, queso... c) Biocombustibles (alcohol, gas metano...). d) Depuración de aguas residuales r esiduales mediante microorganismos. Pero cuando hoy en día se habla de biotecnología, en general no se alude a la fermentación del yogur. Mis allá de aquellas biotecnologías tradicionales, en los últimos decenios se han desarrollado nuevas y potentísimas biotecnologías. En la segunda mitad del siglo XX, los avances en biología molecular han posibilitado un salto enorme en las técnicas disponibles. Tras los descubrimientos de biólogos como Avery, Me Leod, McCarty y Severo Ochoa entre otros, en 1953 Watson y Crick proponen la estructura en doble hélice del ADN, ampliando así decisivamente la comprensión de las estructuras moleculares de la herencia en los seres vivos. En 1972-1973 se desarrollan los primeros experimentos de ingeniería genética con éxito. Así, en la segunda mitad del siglo XX van surgiendo nuevas biotecnologías basadas en técnicas novedosas, entre otras la "revolución del ADN recombinante" a partir de los años setenta. Se trata de técnicas como las siguientes: a) Mutagénesis artificial, alterando genomas por irradiación o por medios químicos.  b) Clonación molecular molecular de microorg microorganismos, anismos, plantas plantas y animales. c) Fusión celular, con la que se fabrican células capaces de producir anticuerpos que reconocen a moléculas concretas (tecnología de los hibridomas y anticuerpos monoclonales). d) Cultivos de células y tejidos in vitro. e) Bioingeniería, y nuevos métodos de procesamiento biológico: fermentaciones industriales... f) Técnicas de ADN recombinante o ingeniería genética, que permiten recortar y pegar material genético de unos organismos vivos en otros, surgiendo así genomas (y organismos) artificiales que la naturaleza nunca habría llegado a producir. A veces se dice que no hay que inquietarse demasiado por las nuevas tecnologías del ADN recombinante, ya que los seres humanos somos biotecnóíogos desde hace miles de años (al menos

 

desde que nos hicimos agricultores y ganaderos), y desde entonces hemos manipulado los seres vivos para fomentar en ellos las l as características que nos resultaban útiles. Se afirma que existe una continuidad básica entre las biotecnologías tradicionales y las nuevas tecnologías del ADN recombinante.   Un salto cualitativo



Por el contrario, hay que recalcar que se da un fuerte salto, una discontinuidad dis continuidad importante. Nunca se insistirá lo suficiente en el salto cualitativo que supone pasar de las biotecnologías tradicionale tradicionaless a la manipulación m anipulación genética, estamos haciendo cosas nuevas con técnicas que antes nunca estuvieron a nuestro alcance. Aunque los seres humanos hemos modificado activamente la naturaleza durante milenios, nunca antes estuvieron a nuestra disposición herramientas para "rediseñar" la naturaleza con la velocidad y la profundidad que permiten las biotecnologías modernas. modernas. Por eso, afirmar como se repite machaconamente en la propaganda de las transnacionales del sector o de los  propagandistas  propagandis tas de sus intereses, que no hay que preocuparse porque no existen diferencias entre cruzar dos variedades de trigo e insertar en un tomate genes de un pez, ya que "todos somos transgénicos" y "hemos comido genes desde siempre", es confundir intencionadamente a la gente. La tecnología del ADN recombinante r ecombinante difiere radicalmente de las biotecnologías tradicionales por tres razones fundamentales: • Los biotecnólogos de las culturas campesinas tradicionales tra dicionales podían cruzar entre sí sólo variedades

o especies emparentadas estrechamente; no podían aislar material genético de un organismo cualquiera e insertarlo en otro. Hoy, básicamente, se han derribado las barreras para el intercambio artificial de material genético entre dos organismos cualesquiera. La manipulación genética salta  por encima de las barreras biológicas que separan separan a las distintas especies, pone fuera de juego los mecanismos naturales de la evolución e interviene en las interacciones génicas hasta ahora inaccesibles al ser humano: esto son novedades históricas de primerísimo rango. Aunque en la naturaleza existen casos de transferencia horizontal de genes, el más importante de los cuales es como vimos el fácil intercambio de material genético entre bacterias, lo que prevalece absolutamente es la transferencia vertical de la información hereditaria (de una generación a la siguiente). La nueva biotecnología invierte esta situación. • La tecnología del ADN recombinante, al permitir la introduc ción

de genes extraños en un

organismo, tiene efectos impredecibles sobre su fisiología y bioquímica: pero a menudo estos efectos son nocivos (entre ellos se cuenta el desencadenamiento de procesos cancerosos). Las transferencias de de genes se hacen hacen a través de vectores que tienen características de riesg riesgo: o: - Estos vectores derivan de "parásitos genéticos" como los virus, plásmidos y otros elementos genéticos móviles, ADN parasitario que tiene la capacidad de invadir las células e insertarse por sí mismo en el genoma de éstas. En la manipulación genética de plantas, el vector más usado deriva

 

de un plásmido, inductor de tumores en vegetales, contenido en la bacteria agrobacterium tumefaciens (o bacteria, de agalla de la corona). Para los animales, los vectores más comunes se construyen a partir de retrovirus. - Estos vectores están diseñados para romper las barreras entre las especies, de manera que puedan transportar genes entre una amplia variedad de especies. La amplitud de la gama de organismos huéspedess implica que pueden infectar a muchos tipos de seres vivos, y en este camino recoger por huéspede ejemplo genes de virus de todas las especies para crear nuevos agentes patógenos. - Tales vectores suelen contener genes "marcadores" de resistencia a los antibióticos, que pueden transferirse a otros organismos (entre otros, bacterias patógenas). Esto probablemente acelerará la aparición de resistencias a los antibióticos, problema de salud pública que ya hoy resulta extraordinariamente preocupante. - En grado creciente, los vectores están diseñados para desactivar los mecanismos de defensa con que las células invadidas degradan el ADN extraño. * A pesar de estas diferencias, los "tecnoentusiastas" defienden que los cambios genéticos  producidos con las técnicas del ADN recombinantes son inherentemente más predecibles que los logrados por otras vías (por la precisión de la tecnología), y de ahí concluyen que "se espera que cualquier riesgo asociado con aplicaciones de OMGs pueda evaluarse de la misma manera que los que se asocian con organismos naturales" (Grupo de la OCDE de Expertos Nacionales en Biotecnología, 1986). Con esto se está olvidando que un conocimiento completo de la estructura molecular de un organismo puede no hacernos avanzar en la resolución de los problemas que nos causa (hemos tenido un ejemplo terrible en la lucha contra el retrovirus del SIDA en los años ochenta y noventa).   Razones para la inquietud: cuatro grandes categorías de riesgo



Ya al señalar las diferencias entre las biotecnologías tradicionales y las nuevas aparecían aspectos  bastante inquietantes. inquietantes. De hecho, hay razones razones para estar estar inquietos. Existen cuatro grandes clases clases de riesgos que habría que esforzarse por analizar: 1. Riesgos sanitarios (por ejemplo, potencial alergénico de los nuevos alimentos recombinantes, recombinantes, o difusión de nuevas infecciones a través de xenotrasplantes). 2. Riesgos ecológicos (por ejemplo, reducción de la biodiversidad silvestre, o contaminación de suelos o acuíferos por bacterias manipuladas genéticamente para que expresen sustancias químicas). 3. Riesgos sociopolíticos (por ejemplo, reducción de la biodiversidad agropecuaria, o incremento de las desigualdades Norte-Sur a consecuencia de una "tercera revolución verde"  basada en en la ingeniería genética). genética). 4. Riesgos para la naturaleza humana (por ejemplo, difusión de ideologías y prácticas

 

eugenésicas, o creación de nuevas "razas" de seres humanos para realizar cometidos específicos)   Riesgos sanitarios



Los genes de resistencia a los antibióticos. Muchas veces las plantas transgénicas están dotadas de genes de resistencia a un antibiótico, genes que no tienen valor agronómico alguno, no son sino residuos de un proceso tecnológico relativamente primitivo, y por el contrario pueden plantear notables problemas de salud humana y animal. Se insertan tales genes a las células vegetales, asociados con el transgén de valor agronómico, para poder seleccionar aquellas células que han sido efectivamente transformadas sometiéndolas a un baño del antibiótico en cuestión: las células transformadas sobreviven y las restantes mueren (y a partir de las primeras se regeneran plantas transgénicas enteras). Dos de los antibióticos más utilizados uti lizados en estas manipulaciones son la ampicilina y la canamicina. Bastan mutaciones mínimas en el gen de resistencia a la ampicilina (y tales mutaciones son frecuentes en las bacterias) para conferir resistencia a antibióticos muy utilizados en infecciones graves, como son las cefalosporinas; y bastan igualmente mutaciones mínimas en el gen de resistencia a la canamicina para que se desarrolle resistencia a la amicacina, otro antibiótico utilizado en infecciones graves (meningitis, por ejemplo, o infecciones del tracto respiratorio)'. Otra  posibilidad sería sería la transferencia directa de estos genes genes a microorganismos microorganismos en el tracto digestivo de de los consumidores de plantas transgénicas, riesgo habitualmente desestimado con la indicación de que el ADN se descompone rápidamente en el intestino. Sin embargo, recientemente científicos holandeses  — trabajando trabajando con un intestino artificial controlado por ordenador  —  mostraron   mostraron que el ADN modificado tenía una vida media de seis minutos en tales condiciones, lo que posibilita la transferencia de genes. A mediados de octubre de 1998, el Comité Científico para Plantas de la Comisión Europea rechazó  por primera vez un cultivo transgénico. t ransgénico. Se trataba cíe una patata manipulada genéticamente para incrementar su contenido en almidón, de la empresa holandesa Avebe: fue rechazada precisamente  por contener también genes de resistencia al antibiótico amicacina. Pero mientras que algunos  países han decidido prohibir totalmente o parcialmente, el gobierno español ha permitido la comercializaciónn y el cultivo del maíz de la multinacional Novartis (con un gen de resistencia a la comercializació ampicilina) y promueve la aprobación de colza, tomate y algodón con genes de resistencia a los antibióticos. 1.  Riesgos ecológicos:  Los ingenieros genéticos se esfuerzan por extremar las propiedades extremas de ciertos organismos: manipulación manipulación genética genética para obtener más toxicidad, toxicidad, más res resistencia istencia frente a los tóxicos, mayor capacidad de sintetizar productos químicos, mayor capacidad de infección, mayor resistencia frente a la infección, mayor desarrollo corporal, más encanijamiento corporal, etc. Es

 

obvio que en general extremar los extremos implica crear riesgos de desestabilización (o ruptura) de los complejos equilibrios naturales y sociales existentes, a menos que se pueda lograr un control casi absoluto de los organismos extremosos. Y éste es el problema: la vida es esencialmente incontrolable. Las capacidades de reproducción, mutación, evolución y colonización de nuevos habitáis que poseen los organismos (especialmente la vida microscópica) microscópica) los convierte en algo cuyo control resulta muy difícil (especialmente fuera del laboratorio). Hay una diferencia fundamental entre la contaminación química y la "contaminación biológica": la segunda está viva, puede multiplicarse y propagarse. La transferencia horizontal de genes entre diversas especies a través de los vectores empleados en ingeniería genética, virus o plásmidos manipulados genéticamente, puede crear graves problemas de "contaminación genética", genética", y en el peor de los casos "superpatógenos". "superpatógenos". Estos elementos genéticos parasitarios, diseñados para infectar una gran variedad de células huéspedes,  pueden saltar de unas células a otras, introducirse en el genoma y salir de él, multiplicarse en las células y persistir en estado latente en el medio ambiente, como contaminación gené genética, tica, de forma casi indefinida. Así pueden crearse nuevos y potentes patógenos: virulentas bacterias (quizá . resistentes a muchos antibióticos) o cepas de virus Por otra, parte, pueden producirse efectos "en cadena" en los agrosistemas y ecosistemas. Por ejemplo, uno de los problemas previsibles de la utilización masiva de plantas transgénicas resistentes a los herbicidas y equipadas con toxinas insecticidas sería la drástica disminución de insectos y "malas hierbas" en los campos de cultivo, qué sirven a su vez de alimento a aves y otros animales. Las toxinas insecticidas del Bt (Bacillus thuringiensis), ya transferidas por ingeniería genética a un amplio abanico de plantas liberadas al medio ambiente, pueden acumularse en el suelo y tienen impactos devastadores sobre insectos polinizadores y otros tipos de insectos  benéficos'. En un estudio sobre los efectos del cultivo de la soja soja transgénica de Monsanto en EEUU, se señala que más del 95% de las hierbas que alimentan a las aves propias de los campos de labranza  podrían ser erradicadas por esta nueva tecnología, que permite el abuso de los herbicidas. La  biosfera no debe transformarse en un laboratorio de alto riesgo. Por no hablar de los daños económicos y sociales que se concentrarán, sobre todo, en los países del Sur. Cuando gigantes agroquímicos como Monsanto, Novartis, Aventis, Astra, Zeneca, DuPont, AgrEvo o Bayer se disponen a enmendarle la plana pl ana a más de 3500 mill millones ones de años de evolución  biológica, hacen falta argumentos más convincentes que la necesidad de acumulación de capital  propia de una economía industrial que hasta la fecha ha probado su carácter destructor de la naturaleza.

 

2.  Un ejemplo de desastre ecológico: El envenenamiento de Rincón-í En noviembre y diciembre de 1998, la empresa estadounidense Delta Pine, que controla el mercado mundial del algodón, ha desarrollado la tristemente célebre tecnología Terminator para crear cultivos transgénicos con semillas estériles, y está siendo absorbida por la gigantesca transnacional agroquímica Monsanto, se deshizo de varios miles de kilos de residuos tóxicos y  biopeligrosos por el expeditivo procedimiento procedimiento de tirarlos en un pueblecito de Paraguay, Rincón-í. Es uno de los casos más sangrantes que conocemos de exportación de daños ambientales y sanitarios desde el Norte hacia el Sur; y nos proporciona un buen ejemplo sobre cómo funciona en el mundo real la agricultura de alta tecnología que Monsanto, Novartis, Aventis, Zeneca, etc.  presentan como como una bendición para la humanidad. humanidad. La secuencia de los acontecimientos es la siguiente64: en 1997, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Paraguay autorizó la entrada en el país de 84.000 bolsas con semillas de algodón de la empresa Delta Pine. Esto sucedía cuando el MAG ya había adquirido las semillas necesarias para la campaña algodonera 1997-98. Tales semillas carecían de valor comercial en EE.UU. en el momento de su introducción en Paraguay: Paraguay: para la empresa, constituían basura tóxica y biopeligrosa, un problema del que había que deshacerse. deshacerse. A partir del 27 de noviembre de 1998, durante más de diez días, enormes camiones descargaron en una parcela de una hectárea situada en Rincón-í (a unos 120 km. de Asunción, la capital de Paraguay) más de 660 toneladas de semillas de algodón caducadas, tratadas con cinco peligrosos  plaguicidas (ORTHENE, LORSBAN, THIRAN, BAY-TAN, TRIAZOL y APRON, compuestos  por sustancias muy dañinas para la salud humana y para el medio ambiente) y una bacteria mani pulada genéticamente. genéticamente. Según datos provenientes de la consultora norteamericana Technology Sciences Group Inc, las semillas contenían 4.000 kilos de agrotóxicos. La bacteria manipulada genéticamente (Bacillus subtilis) integrada a la semilla desechada en Rincon-í, cuyo nombre comercial es Kodiak, produce una gran cantidad y variedad de antibióticos. Su función es proteger a la semilla del ataque de otras bacterias. En cantidades normales, puede ser manejable, pero no en la barbaridad que se desechó en Rincón-í. Al menos una persona, Agustín Ruiz, ha fallecido ya "por intoxicación aguda debida a contaminación con agrotóxicos" (según consta en su certificado de defunción). Los habitantes de Rincon-í, unos tres mil campesinos, denuncian desde el vertido de las semillas que padecen cefaleas, náuseas, debilidad, insomnio, vértigo, y que sus niños han perdido apetito y sufren de ronchas en la piel y en la boca. El médico asunceño Pablo Balmaceda efectuó análisis clínicos y de laboratorio por iniciativa individual sobre 74 habitantes del lugar, y concluyó que todas las personas estudiadas estaban intoxicadas con organofosforados. La parcela donde fueron esparcidas las semillas se encuentra a escasos metros de la escuela pública Federico Becker, donde en el momento

 

de producirse tan aberrante acción asistían a clase 262 alumnos. El Tribunal Ético contra la Impunidad (rama paraguaya), que se celebra anualmente auspiciado por la Asociación Americana de Juristas, ha decidido promover un juicio ético contra la empresa Delta and Pine. El Tribunal Ético, que se está reuniendo desde agosto de 1999 en Asunción, analizará el caso de más de 600 personas, entre ellos unos 200 niños, que fueron contaminadas por el vertido tóxico.

3.  Riesgos sociopolíticos: Impactos desiguales desiguales en el Norte y en el Sur Hay un importante potencial de desestabilización Norte-Sur en el uso que se está haciendo de las nuevas biotecnologías. Con la generalización de las técnicas de iingeniería ngeniería genética aumentan aún más los riesgos de mercantilización y oligopolización de la agricultura, en beneficio de las empresas del agribusiness de los países del Norte y en detrimento de la agricultura de subsistencia en los países del Sur. Los nuevos productos y materiales producidos por la biotecnología pueden sustituir a importaciones provenientes de países pobres del Sur, desestabilizando aún más sus economías. Por ejemplo, ya se está plantando una colza manipulada genéticamente para que  produzca grandes cantidades de ácido láurico, un ingrediente esencial de jabones, detergentes, lubricantes, cosméticos y otros productos que hasta ahora se obtenía fundamentalmente del coco. Las economías de Filipinas e Indonesia, que exportan el 81% del coco mundial pueden verse devastadas: devastada s: sólo en Filipinas, el 30% de la l a población, 21 millones de personas depende del cultivo del coco. Por otro lado, en un mundo tan lacerantemente desigual y dividido como el nuestro, es verosímil que actividades de alto riesgo como muchas de las relacionadas con la ingeniería genética se desplacen a países del Sur donde la legislación es laxa y la vida humana barata (como ya sucede en muchos casos con la "exportación" de procesos industriales contaminantes o de residuos tóxicos t óxicos del Norte al Sur). En 1987, por ejemplo, el Wistar Institute, un laboratorio privado de Philadelphia, realizó en Argentina peligrosos experimentos con el virus de la rabia, esquivando así la estricta legislación estadounidense, y sin informar a las autoridades argentinas de lo que se proponía (ni mucho menos solicitar permiso alguno, por tanto). Algunos trabajadores se infectaron con el virus recombinante que se quería emplear como vacuna para el ganado. Otro elemento de impacto desigual es la mayor vulnerabilidad de los países del Sur ante la contaminación genética. genética. En Europa o EE.UU. la agricultura se basa sobre todo en especies exóticas: en esa medida, los riesgos de hibridación entre plantas cultivadas transgénicas y sus parientes silvestres son menores que en los grandes centros de biodiversídad mundiales, situados en Sudamérica, Asia Menor, el subcontinente indio o Asia sudorientar 1. Aquí, en estos países del Sur, introducir cultivos transgénicos exigiría muchas más precauciones, mientras que lo previsible es que se tomen todavía menos que en las naciones ricas del Norte.

 

 

Un último elemento de desestabilización desestabilización y explotación es la biopiratería, la búsqueda de

 beneficios por por parte de las grandes compañías transnacionales transnacionales que dominan dominan los negocios negocios del ADN recombinante está llevando a una desenfrenada carrera por hacerse con patentes sobre el material genético estudiado, incluido el humano. La concesión de patentes sobre seres vivos y sobre material genético supone una profundización sin precedentes en el proceso de total mercantilización,  privatización de la naturaleza y dominación dominación sobre sobre las personas que caracteriza caracteriza al sistema indus industrial trial capitalista. Por otra parte, la privatización del conocimiento está suponiendo un importante obstáculo para la investigación científica, y puede frenar el desarrollo de aplicaciones interesantes de la ingeniería genética. La evolución del sistema de patentes en los últimos decenios tiende a proteger no los derechos de los inventores, sino sino las inversiones de capital. Los ejemplos ejemplos de biopiratería que que  perjudica a los países del Sur son innumerables: sólo en la India, la Research Foundation íbr Science, Technology and Ecology ha elaborado una lista de cien plantas medicinales autóctonas que han sido patentadas en Europa y los EE.UU.". India y Pakistán han recurrido contra la patente otorgada a una empresa de Texas por el arroz Basmati, una variedad de grano largo y fragante que se cultiva en estos países. La compañía Agrocetus, subsidiaria de W.R. Grace, ha obtenido de la Oficina Europea de Patentes una patente para 18 años sobre el aceite de soja, pudiendo establecer un monopolio mundial sobre un subproducto de este aceite que se conoce desde hace milenios en las culturas asiáticas y es usado por los cocineros asiáticos en la alimentación de casi toda la cocina oriental.

4.  Riesgos para la naturaleza humana La clonación de líneas celulares, tejidos, órganos ór ganos o en general panes de seres humanos debe ser objeto de un debate mucho más profundo. Por un lado, clonar, por ejemplo, piel humana para trasplantes a quemados parece una práctica deseable y que no plantea problemas morales especiales.. Por otro lado, la perspectiva de fábricas de fetos (o de adultos más o menos mermados especiales en su consciencia y facultades) creadas para abastecer de órganos a la industria médica abre el camino a un potencial de abuso estremecedor. Cualquiera que no sea un "tecnofanático" irredento le parecerá preferible la vía alternativa de organizar mejor las relaciones sociales, la educación moral y los sistemas sanitarios para que más donantes voluntarios de órganos abastezcan a los necesitados de trasplante. Se plantean, en cualquier caso, problemas morales importantes en relación con la experimentación en embriones humanos. Las razones para seguir prohibiendo la clonación de seres humanos: 1.  Proteger la identidad y unicidad genética del pequeño.  

2. Proteger la integridad somática y la salud del niño. 3.  Proteger el normal desarrollo psicológico del infante.

 

4.  Proteger la dignidad humana, evitando la cosificación y la mercantilizución de los seres humanos, y cerrando las puertas al eugenismo. 5.  Proteger la dignidad de las mujeres. 6.  Proteger la variabilidad genética de nuestra especie, de igual manera que su diversidad cultural. 7.   No desperdiciar los recursos necesarios para resolver problemas médicos más graves y urgentes.   ¿QUIÉN DECIDE?. LA IMPOSICIÓN DE LOS HECHOS CONSUMADOS



¿Quién ha de decidir sobre lo que comeremos o no los europeos en el futuro? Por desgracia, la respuesta no parece que vaya a ser: los propios ciudadanos y ciudadanas, a través de los cauces de participación democrática; ni siquiera los consumidores y consumidoras, a través de sus elecciones de compra libres y bien informadas. La respuesta es más bien: las transnacionales de la agroindustria, de acuerdo con sus intereses comerciales que prevalecen sobre los demás intereses en juego. Come, niño, y calla. Los ciudadanos y ciudadanas tienen una opinión definida sobre el empleo de productos transgénicos en alimentación, una opinión negativa. En Alemania el 95% de los consumidores rechazan los alimentos transgénicos, y la mayoría de los ganaderos rechazan los piensos transgénicos. Un sondeo de la empresa MORÍ (Marketmg and Opinión Research) en enero de 1997 arrojaba los siguientes porcentajes de rechazo de los aumentos transgénicos: 78% en Suecia, 77% en Francia, 65% en Italia, 65% en Holanda, 63% en Dinamarca y 77% en el Reino Unido. Una encuesta realizada en todos los países de la Unión Europea en octubre y noviembre de 1999 arrojaba, entre otros, los resultados siguientes siguientes": ": • El 74% de las y los encuestados querían que los alimentos transgénicos se etiquetasen claramente

como tales. • El 60% pensaba que no deberían aplicarse manipulaciones genéticas a los animales de granja.   • El 53% estimaba que la normativa actual no bastaba para proteger a la gente de posibles dañ os

causados por los aumentos transgénicos. No se confiaba ni en las empresas ni en los gobiernos como fuentes de información fiable, y por el contrario había más confianza en los médicos y en los grupos de defensa de los animales.   ¿INGENIERÍA GENÉTICA GENÉTICA PARA ACABAR CON EL HAMBRE EN EL



MUNDO?  Uno de los argumentos más desvergonzados que repiten los tecnoentusiastas y las multinacionales agroquímicas, agroquímicas, es que la ingeniería genética servirá para terminar con el hambre en el mundo. Se llega a acusar a los tecnocríticos de insensibilidad e insolidaridad con los pueblos

 

hambrientos del Sur. Así, el padre de la "Revolución Verde", Norman Borlaug, denuncia en un resonante articulo que "Los ecologistas extremistas impiden erradicar el hambre" al oponerse a los transgénicos, a propósito, el mismo día la noticia de portada del diario en la supuesta "revolución verde" biotecnología de las multinacionales no aliviará el hambre y la desnutrición: por el contrario, empeorará la situación, puesto que sustraerá todavía más tierras a los agricultores pobres para sus cultivos de subsistencia y las dedicará a cultivos para el mercado mundial. Se puede ver, hoy, en Brasil: cada vez más tierras se dedican a cultivar soja, ya en parte transgénica para alimentar el ganado europeo, mientras los "sin tierra" y los campesinos pobres padecen hambre. Brasil exportó alimentos por valor de 13.000 millones de dólares en 1995; pero 70 millones de sus ciudadanos  padecen hambre. Se puede ver también en la India, uno de los mayores exportadores de comida entre los países del Sur (cinco millones de toneladas métricas de arroz en 1995, por ejemplo), donde 200 millones de personas padecen hambre, según datos de la FAO. 1. Acabar con los mitos Miguel Altieri, profesor de la Universidad de Berkeley (California), es uno de los  principales críticos de la Biotecnología aplicada a la alimentación. En un interesante artículo, expone los grandes mitos (a su juicio falsos) que se han desarrollado en relación a los OMG:   Mito 1: La Biotecnología beneficiará a los agricultores en EE.UU. y en el mundo 

desarrollado.   Mito 2: La Biotecnología beneficiará a los pequeños agricultores y favorecerá a los



hambrientos y pobres del Tercer Mundo.   Mito 3: La Biotecnología no atentará contra la soberanía ecológica del Tercer Mundo.



  Mito 4: La Biotecnología conducirá conducirá a la conservación de la bíodiversidad



  Mito 5: La Biotecnología no es ecológicamente dañina y dará origen a una agricultura



sostenible, libre de sustancias o productos químicos   Mito 6: La biotecnología mejorará el uso de la biología molecular para beneficio de todos



los sectores de la sociedad.

Todos estos mitos, según este autor, son lamentablemente falsos, y no sólo eso, sino que a largo plazo producirán el efecto contrario.   CONSECUENCIAS DE LA PRIVATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO Y DE LA



VIDA 1. Incremento de las desigualdades sociales en cada país, y de las desigualdades Norte-Sur. 2. Cuando las empresas agroquímicas, de semillas y farmacéuticas se fusionan en unas pocas megaempresas, los ciudadanos, y en especial las comunidades agrícolas, pueden quedar atrapados en una férrea cadena de controles.

 

3. Reducción de la variedad de líneas lí neas en investigación básica. 4. Reducción del lapso de tiempo que media entre la fase de I+D y la comercialización de los  productos, con con un aumento correlativo correlativo de los riesgos para los consumidores y el medio ambiente. 5. El zorro como guardián del gallinero: son las empresas quienes realizan y evalúan las pruebas de campo, en general sin control público, o con un control muy insuficiente. 6. Falta de información sobre lo que realmente se está haciendo, al amparo del secreto comercial.   ARGUMENTOS PARA EL CONSENTIMIENTO



Científicos partidarios de la manipulación y alteración genética de los alimentos consideran que en contra de la creencia generalizada nada de lo que comemos es natural y que lo natural es muy adverso. De hecho considera que existe una mitificación de lo natural cuando en realidad somos lo que somos gracias a la utilización de artificios que nos han permitido separarnos del resto de especies. La incorporación de la tecnología transgénica responde a la necesidad de producir más y más limpio en menos suelo como consecuencia del crecimiento de la población. En la actualidad el ratio es de un cuarto de hectárea por persona cuando hace treinta años era de media hectárea por  persona. Los partidarios de los alimentos transgénicos, aseguran que la tecnología transgénica es muy poderosa pero aplica cosas muy concretas que no afectan al alimento sino que inciden en el cultivo y la producción para hacerlos resistentes a plagas, malezas y herbicidas. Esas agriculturas que aparecen como mejores son más dañinas porque necesitan más suelo. Los productos transgénicos son sometidos a rigurosos controles, superiores a los que se utilizan en muchos otros productos que pasan por naturales. De estos alimentos sabemos cosas que no conocemos de las que se venden en herbolarios, nunca en la historia de la humanidad el alimento ha sido tan seguro. Conscientes Conscientes de que en las tecnologías transgénicas están involucradas muchas ideologías, y se asegura que el fin no justifica los medios y que es suicida renunciar a cualquier avance en ingeniería genética. La humanidad no tiene planteados nuevos alimentos, pero seguir produciendo para los 2.000 millones de personas más que habrá dentro de dos décadas si es un reto, se dice. A día de hoy, los beneficios aportados por los OMG son en su mayor parte de tipo agronómico (en el momento del cultivo): resistencia a plagas de insectos (caso del maíz Bt que elimina la larva del taladro mediante la inserción del gen Bt usando el ya referido Bacillus thuringiensis, desecación,, etc.). Otros, como el arroz dorado, aportan suplementos de Vitamina A. desecación

1. No al "no a todo" Con todo, no se justifica justifica una posición fundamentalista fundamentalista de renuncia renuncia hacia las tecnologías del ADN. Tampoco, en particular, a los alimentos transgénicos. Precisamente porque el

 

movimiento ecologista está insistiendo tanto, con razón casi siempre, en los riesgos asociados con las nuevas biotecnologías, conviene decir decir también que tales rriesgos iesgos no son de la misma naturaleza en todas las aplicaciones, y que algunas pueden resultar francamente deseables. Decir hoy, en las circunstancias actuales, “no a los alimentos manipulados genéticamente”, no debería im plicar

renunciar a su producción y consumo siempre y en toda circunstancia. Si varía el contexto social  para que realmente pueda ponerse realmente realmente en práctica el principio de precaución. No hace falta insistir en que tales cambios sociopolíticos, que implicarían una drástica reducción del poder del capital, son muy improbables: hoy por hoy todo apunta precisamente en la dirección contraria. En el caso de los cultivos y aumentos transgénicos: muchos de los previsibles riesgos de los OMGs se asocian con su liberación al medio ambiente, y a la incertidumbre sobre los efectos que la "contaminación genética" que puede provocar en los ecosistemas. Este tipo de riesgos ecológicos no se dan si la manipulación genética se lleva a cabo dentro de las variedades de una misma especie (empleando las técnicas de ingeniería genética, tales como marcadores moleculares, como una herramienta para acelerar el mejoramiento vegetal tradicional), o en el caso de utilización confinada de OMGs, si se respetan condiciones de seguridad estrictas (por ejemplo, microorganismos transgénicos cultivados en biorreactores industriales). Veamos un caso concreto: se producen grandes percudas en las cosechas de arroz (base de la dieta de una tercera parte de la  población mundial) por la "marchitez" o "seca" causada por bacterias de la especie Xanthomonas oryzae. Algunas variedades variedades de arroz son resistentes a la enfermedad, y con los procesos de mejora clásicos (que Lardan unos diez años en lograr los caracteres desead deseados) os) se puede intentar transferir esta resistencia a las variedades comerciales. El proceso se abrevió empleando técnicas de ingeniería genética: clonando un gen de resistencia (que en el caso que nos ocupa procedía de una especie silvestre de arroz originaria de Malí, Oryza longistaminata) y transfiriéndolo a variedades empleadas en agricultura. Luego se enviaron copias del gen correspondiente, bautizado Xa21, a expertos de Europa, Asia, África y Norteamérica, para que pudieran introducir la resistencia a la enfermedad en sus variedades locales. Un ejemplo favorito de biotecnólogos españoles como Daniel Ramón Vidal es una levadura de pan transgénica desarrollada en el IATA (Instituto cíe Agroquímica y Tecnología de los Alimentos, CSIC) de Valencia, levadura que se ha manipulado (insertándole un gen de cierto hongo llamado Aspergillus oryzae) para evitar irritaciones y procesos alérgicos frecuentes entre los trabajadores del sector panadero. Si no apareciesen efectos indirectos indeseables hasta ahora no detectados, no existirían buenas razones para desterrar una levadura así de las panaderías. Otro ejemplo interesante, y que hace aparecer la complejidad de las cuestiones en juego: tradicionalmente, el cuajo empleado para elaborar muchos tipos de queso procedía del estómago de las vacas (lo que tradicionalmente llevaba a muchos vegetarianos a renunciar también al queso).

 

Hoy se produce cuajo empleando bacterias transgénicas en tanques cíe fermentación: si las vacas  pudiesen votar, optarían optarían masivamente masivamente por la opción de ingeniería ingeniería genética (y muchos muchos vegetarianos también la prefieren). Pero hay que decir enseguida que muy pocos, poquísimos de los alimentos recombinante recombinantess que hoy nos proponen desde los laboratorios o los supermercados supermercados superan una evaluación que haga uso en serio de criterios como la sustentahilidad ecológica, el principio de precaución y la idea de  justicia social. ¿Necesitamos tomates transgénicos de maduración retardada, que harán aumentar todavía más el transporte motorizado de mercancías a larga distancia, ya hoy ecológicamente insostenible? ¿Podemos aceptar que se inserten rutinariamente en plantas de cultivo genes marcadores de resistencia a antibióticos, con el riesgo de que se transfieran e.stos genes a cepas de  bacterias patógenas, creando problemas de salud humana y animal cada vez más incontrolables? ¿Es lícito producir masivamente edulcorantes sintéticos sin preocuparnos por la ruptura de mercados vitales para los países del Sur que dependen de la exportación de azúcar de caña? ¿Cabe valorar la ganadería industrial sin tomar en consideración el sufrimiento de los animales criados en granjas-factoría? ¿Realmente necesitamos necesitamos tabaco transgénico con el doble de contenido en nicotina que el normal? De las muchas formas de organización socioeconómica experimentadas en el pasado o concebibles para el futuro, el oligopolio capitalista probablemente sea la menos adecuada para embridar el tremendo potencial de alteración del mundo que, para bien o para mal, posee la tecnociencia moderna en genera!, y la biotecnología en particular. Otro de los problemas a los l os que la Biotecnología aporta solución es a los insectos. Sin temor a exagerar, podríamos afirmar que el desarrollo de la agricultura ha dependido en buena medida de la capacidad del hombre para amortiguar las pérdidas ocasionadas por las plagas de insectos. Habitualmente los programas de control se basan en el uso de plaguicidas, que en su mayor parte (más del 95%) son productos químicos de carácter tóxico, que tienen efectos colaterales imprevistos (como sucedió con el DDT).

2. Ni tecnofanatismo, ni tecnocatastrofismo  No deberiamos estar por el tecnocatastrofismo. tecnocatastrofismo. Lo de "Chernobil biotecnológico" no lo hemos inventado nosotros: lo dice nada menos que Noélle Lenoir, que es la presidenta del Comité Internacional de Bioética de la Unesco y persona nada sospechosa de radicalismo. En los textos donde se analizan las oportunidades y los riesgos relacionados con la manipulación genética surgen títulos tan sobrecogedores como "el octavo día de la creación", "el segundo Génesis", "la reinvención de la naturaleza", etc. No se trata de mera retórica. Tales expresiones apuntan hacia el

 

mismo centro de lo que está en juego; y hay que denunciar los intentos de banalizar estas tecnologías, a las que deberíamos acercarnos con "temor y temblor", pero sin concesiones al irracionalismo. Habría que huir tanto del tecnofanatismo como del tecnocatastrofismo, tanto de la acrítica idolatría de la tecnociencia moderna como de su indiscriminado rechazo irracional. El no general que hoy por hoy recomendamos recomendamos frente a los l os alimentos transgénicos o a las liberaciones l iberaciones de OMGs en el medio ambiente debe ir acompañado de un quizás, en ciertas condiciones (que hoy, en general, no se dan). No parece posible oponerse a la manipulación genética por principio y en todos los casos sin dotar a lo "natural" de un carácter sacro e intangible, inaccesible a una conciencia laica. Pero entonces, si quisiéramos ser coherentes hasta el final, seguramente tendríamos que oponernos también, por ejemplo, a las transfusiones sanguíneas y los trasplantes de órganos, etc. y semejante vecindad con sectas religiosas como los Testigos de Jehová, seguramente incomodará incomodará a más de uno y de una.  No parece adecuado pregonar un rechazo por principio de la manipulación genética; hay que practicar más bien una crítica diferenciada según los diferentes campos de aplicación, y poner en primer plano las exigencias de un control social mucho más severo que el actual, de acuerdo con la naturaleza de los riesgos presentes. La analogía con la energía nuclear puede resultar iluminadora: el movimiento antinuclear se opone a las l as armas atómicas y a las centrales nucleares,  pero no a las bombas de cobalto cobalto en los hospitales hospitales ni a las técnicas técnicas de medicina medicina nuclear.  No ha de pedirse que se renuncie renuncie a la manipulación genética genética,, sino que, de acuerdo con con los graves riesgos y las complicadas cuestiones sociopolíticas en juego, se proceda en este campo con una prudencia especial. En el debate sobre las l as nuevas biotecnologías lo que ha de cuestionarse no son los medios (las diversas técnicas de manipulación genética, por ejemplo), sino más bien los fines y las consecuencias. Ante cada propuesta de manipulación genética tenemos que hacer las  preguntas pertinentes: ¿qué objetivo se propone? ¿A quién beneficiará? ¿Sobre qué ser vivo se  practicará? ¿Con qué qué efectos? efectos? ¿Cómo modificará a sus usuarios humanos, humanos, y cómo transformará las relaciones sociales? ¿Qué consecuencias consecuencias ecológicas a largo plazo son previsibles?

BIBLIOGRAFIA AMILS, R. “Impacto de la biotecnología en el medio ambiente”, en Bioética. (Ed.: M. Palacios).

Oviedo 2000. Ediciones Nobel, pp. 387-403. ANUARIO DE ESTADÍSTICA AGROALIMENTARIA 2001. Consejeria de Agricultura, Pesca y Alimentación.

 

  BARTON, J., CRANDON, J. KENNEDY, D., MILLER, H. (1997). "A model protocol to assess the risks of agricultural introductions". Nature Biotechnology 15, 845-848. CENSO AGRARIO 1999. Consejeria de Agricultura, Pesca y Alimentación.

EXPORTACIONES PERUANAS (1990-2018)

 

 

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