Imágenes de Lo No Escolar - Capítulo 3
August 19, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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IMÁGENES DE LO NO ESCOLAR En la escuela y más allá Silvia Duschatzky – Die! Sztul"a#k Paidós Tramas Sociales – 2011 CAPÍTULO 3
Imáenes s!$#e l! n! esc!la#%
L! n! esc!la# está en la escuela En una primera lectura, la frase suena como un contrasentido. ¿Puede haber en la escuela algo ue la niegue! ¿" u# le decimos no! ¿" la escuela! $%s bien, a un clich# de percepción ue no concibe una escuela en sus m<iples modos de e'presión. (igamos, en principio, ue lo no escolar es una presencia ue insiste, ) lo escolar, como clich# percepti*o, blouea las posibilidades de componer, con esa presencia, situaciones educat edu cati*a i*as. s. +a escuel escuelaa se con consti stitu) tu)e, e, al menos, menos, com comoo un espac espacio io ue conce concentr ntraa presencias ue ue se repiten a dia diario. rio. Seguramente ppodremos odremos rele*ar muc muchos hos otros espacios espacios ue comparten este rasgo hospitales, lugares de traba-o, esuinas barriales, etc#tera. +o ue nos importa sealar no es la e'clusi*idad de la escuela en relación con su poder de reunión, sino lo ue implica este hecho en tanto escenario de alta *isibilidad de lo social ) de interesante oportunidad de e'perimentación. En *irtud de eso, lo no escolar in*ita a pensar la diferencia en la repetición. Probemos si en esta aparente negación, lo no escolar,, ha) potencias afirmati*as. escolar ¿/u# ocurre cuando entramos a la escuela! Solemos suponer cierta regularidad esperable de los cuerpos *elocidades, mo*imientos, enunciados ), a la larga o a la corta, encontramos anda mal en la educación entre *i*encia ) representación. " lo largo deue estealgo libro se proponen *arias definiciones ) caracteriaciones de lo no escolar, sin pretender una conclusión acabada. En principio, la figura de lo no escolar se presenta, en la in*estigación, como un enunciado ue nos reconcilia con un gran campo de presencias reales ue nuestro código pre*io no tiene cómo nombrar en su positi*idad.
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Este te'to es producto de plurales intercambios entre nosotros3 un nosotros integrado por uienes sostenemos a diario la in*estigación ue busca pensar la escuela en sus m<iples formas de producción (iego Stul4ar5, $iguel 6ur5art, "gustina +e-arraga, 6runo Sa)a*edra, 7ristina 8balo, 9usta*o +as5ier ) Sil*ia (uschat5), compaero de ruta ue *ienen acompaando en la gestión del pro)ecto de radio
(iegoP%l S5liar, "lcira 9arido e interlocutores *arios ue se *an sumando en esta telaraa de pensamiento Peter Pelbart, $arcelo Percia, 7arlos S5liar ) especialmente los ue participan del euipo de 9estión Educati*a – :lacso.
En la con*ersación ue sostu*imos *#ase el cap;tulo uestros códigos de percepción dif;cilmente perciban lateralidades, des*;os, signos perif#ricos a su grilla de prescripci prescripciones ones ) trans transgresi gresiones ones.. Por e-em e-emplo, plo, el document documental al La Batidora3, sobre la radio ue montamos con los chicos en la Escuela 10< de 7at%n, se basa en toda esa e'istencia ue es in*isible o estigmatiada por el formato percepti*o institucional. En los raperos, ue cantan impro*isando ) cuentan cómo funciona su arte, podr;amos haber *isto sólo incoherencia discursi*a o falta de estructuras. ? en $arcelino, el chico ue ued uedóó afue afuera ra de la es escu cuel elaa ) *o *ol* l*ió ió,, aos aos de desp spu# u#s, s, pa para ra co cont ntar ar en la ra radi dioo su conocimiento de las drogas, hubi#ramos *isto el mero retrato de un drogadicto. Pero abriendo los o-os a lo no escolar, en el rap *imos la potencia del entrenamiento en la impro*isación, un modo de decir ue piensa la intensidad del *i*ir, ) en el relato de $arcelino, un testimonio ue roa los efectos ambi*alentes del consumo de manera m%s elocuente ue cualuier campaa medi%tica. +o no escolar est% en la escuela. En otra ocasión, charlando con $arcelo Percia @ *e;amos ue lo no escolar se perfila como el nombre de una l;nea de fuga. 7omo puede puede leerse m%s profundamente en el cap;tulo donde con*ersamos con #l, una escena ue relata muestra claramente cómo Alo noB puede ser un prefi-o al ser*icio de una afirmación. Cl cuenta ue los Aactos cl;nicosB se producen en situaciones no pre*istas 7ada *e ue tengo ue calcular el tiempo ue demoro en recorrer el tra)ecto ue *a desde el estacionamiento hasta la sala de encuentro del hospital. "l principio llegaba -usto, despu#s 1< minutos tarde. "hora tengo ue pre*er una horaD mientras camino por el pasillo se *an produciendo episodios de di%logos con gente ue espera en una suerte de cola. (e pronto me encontraba en una rutina de situaciones con personas con las ue, en otros momentos, apenas cru%bamos un saludo. Sin embargo, no pod;a de-ar de *er ue ah; se dec;an cosas3 cuando llegaba a la reunión contaba con mucha información. Entonces empec# a pensarlo como parte el tiempo de traba-o. Esa conclusión desembocó en la idea de ue la cl;nica se hace en cualuier parte en ue ha)a una demanda de escucha ) una disponibilidad de atención. Es curioso ue esa intensidad de encuentros no ocurre siempre en los espacios pre*istos el grupo terap#utico, la asamblea, el consultorio, la reunión familiar. "ll; suceden cosas pero no del mismo relie*e.
a) au; undesbordados. problema los>oespacios para sin uem%s, acontecan escenas de intercambio se *en se trata diseados de rechaarlos pero s; de percibir ue una eui*alencia entre acto ) lugar, espacio ) función, est% estallada. +a discusión 2
Peter P%l Pelbart es filósofo ) ensa)ista. >ació en 6udapest, estudió en Par;s ) actualmente *i*e en San Pablo, 6rasil, donde es profesor de :ilosof;a. Entre sus temas de in*estigación se encuentran la locura, el tiempo, tiemp o, la sub-eti*ida sub-eti*idadd ) la biopol;tic biopol;tica. a. Publicó, entre otros libros, libros, O tempo não reconciliado reconciliado ) Vida capital , ) tradu-o parte de la obra de 9illes (eleue al portugu#s. En la actualidad es coordinador de una compa;a teatral con pacientes psiui%tricos. F La Batidora –radio en la escuelaG es un documental ue recorre la e'periencia de una radio en una escuela del conurbano bonaerense. +a inercia escolar se *e interrumpida por una energ;a -u*enil ue de-a asomar sensibilidades, inuietudes, tensiones frecuentemente opacadas por el desencanto de los adultos ) el peso de s;mbolos des*enci-ados. @ $arcelo Percia es psicoanalista ) escritor. Traba-a sobre temas *inculados a la sub-eti*idad ) la cultura contempor%nea. Es titular de la c%tedra de 9rupos de la :acultad de Psicolog;a de la =6" ) traba-a en hospitales psiui%tricos de la cl;nica de lo grupal. Escribióeditorial una seriededelaensa)os, en entr tree ot otro ros s Alejandra pensando Pizarnik, lalaproblem%tica primera analizante. Participa del comit# re*ista Confines.
se empob empobrec recee si la pla plante nteamo amoss ent entre re det detrac ractor tores es o defens defensore oress de los dis dispos positi iti*os *os heredados, en cambio crece si pensamos en esos m%s all%, ue en *erdad pueden ocurrir en el espacio AaulaB o el espacio AconsultorioB en tanto estemos atentos a las fueras ue perforan los clich#s de percepción, es decir, en tanto prestemos atención a *er el permanente Afondo pasilloB o Afondo esuinaB, de lo ue llamamos aula3 lo no escolar como condición –) no perdiciónG de la escuela.
L! n! esc!la# t!ma &!#ma 'e (#eunta El mundo escolar est% pleno de respuestas. Por e-emplo, la atención flotante encarn enc arnada ada es espec pecial ialme mente nte en los ch chico icoss tom tomaa la for forma ma de d#fici d#ficitt atenci atenciona onal.l. +as +as reacciones de enfrentamiento o confrontación son nombradas por los AespecialistasB como s;ndrome de oposición desafiante3 la percepción fragmentaria de la temporalidad es ca catal taloga ogada da co como mo d#f d#fici icitt en las co compe mpeten tencia ciass tempor temporale ales3 s3 los co compo mporta rtamie miento ntoss reacti*os de cualuier ;ndole como *iolenciaD 6ergson dec;a ue en la imagen de d#ficit pre*alece la idea de lo ue debe ser, a lo ue se agrega una operación lógica de negación. +a idea de no ser, de degradación, de falta, aparece cuando, en lugar de captar multiplicidades en tensión, las fundimos en la homogeneidad homogeneidad de un ser en general contra el ue se comparan las realidades. En esta man;a de pensar en t#rminos de m%s o de menos radican los falsos problemas. Plantear un problema es in*entar ) la in*ención abre nue*as e'istencia. Entredimensiones las cosas uedehemos ido *iendo estos aos, podemos decir ue la parado-a de este Ano escolarB, de serGestar de los pibes, coe'iste –en dura, agónica luchaG con las in*ariantes escolares ue, a pesar de todo, se sostienen, aunue cueste reconocerlas porue han sido retorcidas3 la escuela sigue all;. +o cual nos habla de una *ictoria p;rrica batalla ue agota m%s las fueras del *encedor ue del *encido, puesta en cuestión d;a a d;a. (e hecho alcana con ue nos preguntemos un instante si realmente eso siue siendo una escuela para ue dudemos e intentemos deducir su e'istencia de nuestro pensamiento pre*io, porue la escuela, empiria histórica, llegó a naturaliarse sub-eti*amente como matri constituti*a del mundo. Pero la realidad *i*ida en lo cotidiano )a no se de-a atrapar en esa clase de pensamientos, cargados cargados de supuestos. >o ha) escuela sin m%s, porue los supuestos e in*ariantes sobre los ue pretendemos heredarla no funcionan. a) ue acti*ar, d;a a d;a, una energ;a nada despreciable para ue la escuela est# all;, intentando hacer lo su)o. ¿Es !ueno partir de las *ie-as representacion representaciones! es! Para uienes partimos de all;, ha) dos estrategias fundamentalesHhabituales la primera es aceptar mansamente estas re reppre ressentaciones para luego, en el contraste con lo re reaal, declararla lass destituidasHdesfondadas, ) llegar as; a la filosófica certea de ue ha) ue *ol*er a pensar todo de nue*o. Esta estrategia suele ser insoportable para uienes tienen ue acudir todos los d;as a lidiar con la escuela ) tratan de hacerlo tomando como referencia los dispositi*os escolares ue persisten, como clich#s destinados a fracasar. I sin embargo, en cada fracaso Gsi ha) cómo aceptarlos ) leerlosG ha) chances de leer una in*ención posible. ?tra estrategia *iable es partir de Jlo ue ha)J. ¿Es me-or! >o lo creemos Jlo ue ha)J suele ser un con-unto de clich#s neoliberales igualmente in&tiles, )a ue se funda en declarar ue la destitución nos de-ó Jcon mu) pocoJ ) ue se trata de sobre*i*ir en una suerte de compulsión a la cone'ión. Sin embargo, si cuando pensamos ue Jlo ue ha)J es lo ue podemos hacer a partir de una interpretación acti*a de las situaciones, se abre
un proceso de pensamiento ue hace de la precariación de la e'istencia un problema de e'perimentación colecti*a. +o no escolar se desarrolla como un diferencial en los modos de estar de los pibes en relación relación con un dispos dispositi*o iti*o ue no lo lee en su positi*ida positi*idad. d. El aula se ha transformado en un espacio nue*o. En #l decenas de chicos se hacen presentes sin AprestarB auella AatenciónB regular ) constante ue pretendemos. Sin embargo, embargo, la atención atención no decae. Se da de forma oscilante, lateral, decodificada ) enlaada enla ada a acti actitude tudess desconce desconcertant rtantes es pero los chic chicos os est% est%n3 n3 est%n est%n sensible sensibles, s, est% est%nn perceptibles ) despliegan otro modo de atención como lo muestran los raperos, ue en una proliferación de im%genes e'presan la tensión entre el uerer *i*ir ) los modos de *ida en los ue se *en atrapados. "s;, los docentes m%s permeables, auellos ue est%n en condiciones de relacionarse acti*amente con estas nue*as fueras, traba-an caando signos, desplegando nue*as disposiciones ante las reacciones de los chicos, ) tratando de hacer pasar algo Aeducati*oB en medio de un caos aparente.
L! n! esc!la# vive en l!s m!'!s clan'estin!s 'e li'ia# c!n l! im(#evist! Si afinamos la mirada, podemos *er ue lo no escolar no se da en los chicos –en sus modos e'traos a nuestros o-os de conectar con lo realG, sino tambi#n en los maestros, en los padres, en los in*estigadores. # cine sino por la Tomemos por un momento>os el referimos cine, peroano paraloshablar elocuencia de algunas im%genes. "ntre murosde , pel;cula francesa ue retrata la *ida de una escuela perif#rica de Par;s. =n profesor -o*en ) no un acto profesional se coloca –en las me-ores escenasG al frente de un curso de franc#s en una escuel esc uelaa p&b p&blic licaa pa paris risina ina llena llena de ado adoles lescen centes tes migran migrantes tes o hi-os hi-os de migran migrantes tes,, de diferentes regiones de "sia ) Kfrica. Kfr ica. El docente intenta cada *e dar su clase ) al intentarlo se *e solicitado por una bater;a de comentarios a *eces superpuestos ) preguntas ue lo conducen a una serie de di%logos *eloces, inesperados ) desafiantes. Cl sabe, desde el comieno, ue todo auello es parte de su oficio, ) su idea de pedagog;a contempla como premisa esta – aparenteG dispersión. "s;, "s;, cuando les pregunta u# libro de los traba-ados en su clase les gustó m%s, se encuentra con la respuesta de una alumna ue le dice $e los %ue &imos & imos ac', ninuno. 7omo un contorsionista intenta detectar una fuera ue le permita seguir abri abrien endo do un in inte terc rcam ambi bio. o. En es esee tiro tirone neoo la al alum umna na le ha habl blaa de su le lect ctur uraa de La (ep)!lica, de Platón ) de la curiosidad ue le despertó ese tipo ue iba preguntando
*Cómo est's tan seuro de lo %ue pens's+
"unue no siempre logra la plasticidad ue la situación reuiere del humor al rigor rig or,, del del in inge geni nioo a la se sens nsib ibil ilid idad ad e'tr e'trem ema a,, el pr prof ofes esor or se *e en en*u *uel elto to en un entrenamiento constante, mu) diferente del ue nos pro*ee la cl%sica imagen del educador. =n maestro de la escuela di-o e &eo empujado a dejar de ser docente -, a su &ez,, no puedo &ez puedo de deja jarr de serlo serlo.. El problema se enuncia desde la interioridad de una e'periencia #l est% en el problema, el problema est% en #l. >o es el problema de los pibes, de la pobrea a-ena. Es su problema. ¿/u# es de-ar de ser profesor gen#rico ) pasar a serlo singularmente! singularmente! 7uenta 9illes (eleue ue los profetas cantaban ) se lamentaban porue (ios les hab;a encomendado tareas demasiado grandes, demasiado pesadas para sus fueras. I as; se los *e;a, entre llantos ) ue-as, lidiando con la tarea de liberar a sus pueblos sin <
"ntre les murs, film realiado por el director franc#s +aurent 7antet Par;s, 200L. "ntre
saber nunca de u# modo hacerlo. "lgo similar ocurre con los docentes de la escuela. Sus ue-as, ue-as, sus gritos de male malestar star funcio funcionan nan como un ritornello estribillo musical ellos han sido destinados a lidiar con unas *idas ) unas energ;as ue los sobrepasan. I cantan ) protestan mientras arman sus territorios, porue se les *a la *ida sin llegar a saber a ciencia cierta cómo lo har%n, cómo podr%n.
L! n! esc!la# se (#esenta c!m! ca!s Pensamo samoss el caos aos no com omoo mero de deso sord rdeen, sin inoo co como mo *e *elo loci ciddade dess descoordinadass en las ue se esfuma cualuier forma. El caos nos de*uel*e la sensación descoordinada de u uee all; all;,, en es esee dese desenf nfre reno no,, en esa esa me mec cla la il ileg egib ible le de el elem emen ento tos, s, en es esee desprendimiento de todo referente, no ha) nada. ¿Se trata de un eu;*oco! >o del todo, pero s; en parte. (igamos ue lo ue percibimos como nada es un *ac;o porue no *emos una forma en la ue pensarnos ) sostenernos. abl a blar ar de caos caos impl implic icaa reco recono noce cerr la pe perp rple le-i -ida dadd u uee se as asom omaa fr fren ente te al desencadenamiento de situaciones ue no alcanamos a apresar desde el dispositi*o instit ins tituid uido. o. 7ot 7otidi idian aname amente nte asisti asistimos mos a situa situacio ciones nes ue se suc sucede edenn sin sol soluc ución ión de contin con tinuid uidad ad -u -uego egos, s, pel pelea eas, s, dis distra tracci ccione ones, s, co con*e n*enci ncione oness escola escolares res ) moment momentos os propiamente pedagógicos pedagógicos. . El caos toma la forma de un te-ido deshil*anado deshil*anado ue se resiste a la manipulación de un orden, aunue es, en cambio, permeable al ensa)o de nue*as +a formas conectar lo ue se ha desenca-ado. radiodesurge de pensar esos componentes ue, desprendidos de sus formas históricas de *inculación, piden la e'perimentación de nue*os modos de composición. +a radio es una radio, pero tambi#n una e'periencia ue perfora la ob*iedad medi%tica. +a radio es una radio, pero tambi#n la oportunidad de despertar en la bibliotecaria la curiosidad por los recursos comunicati*os de los chicos. +a radio es una radio pero tambi#n un espacio de in*itación a -untar lo ue insiste en separarse desertores ) alumnos. +a radio es una radio, pero tambi#n una pregunta sobre cómo hil*anar *oluntades barriales. +a radio es una radio, pero tambi#n una oportunidad para recoger material de pensamiento sobre los recursos ) las sensibilidades de los chicos ) hacerlos traba-ar en nue*os problemas.
L! n! esc!la# se &ua 'e l! esc!la# a la es(e#a 'e hace#se )ecuela* (ec;amos ue lo no escolar est% en la escuela, ue puede adoptar forma de pregunta ) de un desaf;o pr%ctico. I as; sucedió con la radio. (esde el principio la idea de la radio sorprende, enganch engancha, a, pero a la *e muestra la fragilidad de todo pro)ecto. +os pibes ue hacen la radio intu)en ue ha) all; un desaf;o ue los enfrenta cada *e a nue*os l;mites ue traspasar. +os chicos procuran construir un lugar en la ingenier;a de una radio, tomando lentamente la idea de ue para hacer radio no es necesario erigirse como profesional medi%tico ) ue lo ue se dispongan a decir encierra un *alor comunicacional. " su *e, crece la percepción grupal de ue hacer radio no es &nicamente hablar al micrófono, sino tomar la palabra. >os preguntamos cómo contaminar la fuera ue circula en la radio en las din%micas escolares cotidianas. Si bien se trata de una radio, pensemos por un momento ue estamos frente a otro modo de e'presión de la escuela. Si as; fuera, la escuela aparece como auello permeable al Ae'teriorB. Ae'teriorB. +o e'terior es au au; ; laempu-a radio como compo componente de un mundo mund no escolariado. +o e'terior es la no fuera ue a pensar lo nente no pensado, ) as;o
pensamos la radio como una e'periencia ue le hace preguntas a un modo de pensar la escuela. Se trata de flu-os de *ida lengua-es, modos de gestión, ritmos de traba-o, de pensamiento, de creaciones ue se asoman subrepticiamente empu-ando los l;mites de las formas reconocibles para hacer escuela.
Ca(as 'e l! n! esc!la# En el (iploma de 9estión Educati*a M *enimos traba-ando la idea de lo no escolar,, ) es impresionante la *elocidad con la ue cientos ) cientos de habitantes de las escolar escuelas se apropian r%pidamente de la noción se naturalia casi inmediatamente para nombrar sus realidades cotidianas. ¿7ómo pensar este A#'itoB de la noción de lo no escolar! ¿Es lo no escolar todo auello ue escapa a lo escolar escolar,, todo lo ue no podemos capturar producti*amente desde la definición institucional de lo escolar! ¿Es acaso un nombre nom bre pa para ra lo inc incons onsist istent ente, e, par paraa lo ue des desbo borda rda nue nuestr stras as cap capac acida idades des dadas dadas ApreparadasB de gestión! ApreparadasB a) en esa acepción del concepto un campo de riesgos. Por un lado, ue lo no escolar sea una noción ue permita nombrar ) reconocer, ante todo, las fuentes de nuestras impotencias. Si e*entualmente su uso sir*e para AoficialiarB la e'tensión del campo de dificultades, aunue ali*ie, es una noción ue termina conduciendo a la impotencia. Por otro lado, es un riesgo ue lo no escolar se con*ierta en un t#rmino demasiado gen#rico capacidad deencia distinguir, deculac producir diferencias, de*enga ob*io ob* io ), fin finalm alment ente, e,sinpie pierda rda su pot poten cia.. +a circul cir ación ión del t#rmin t#rminoo ue e*ide e*idenci nciaa la necesidad de un nombre para una multiplicidad de escenas para las ue no hab;a palabras, pero comporta el riesgo de ser demasiado general ) as; e*itar la pregunta por la especificidad de lo ue pasa. Si sir*e para todo, no sir*e para nada. ¿7u%l es, entonces, la potencia del concepto de lo no escolar! Si uisi#ramos ponerle bordes al alcance de la noción para agudiar su potencia, dir;amos ue es el nombre de auellos momentos en los ue esos desbordes ue disuel*en la consistencia escolar se *uel*en pensables. Es decir, cuando las disrupciones constantes dan lugar a la creación de reglas situacionales para el estar -untos, cuando habilitan la institución de tramas *inculares en las cuales lo ue en principio se presenta como desborde, o incluso como obst%culo, es tomado como un diferencial ue se con*ierte en premisa de traba-o. +a pulsión habladora constante de los pibes puede redirigirse a una radio organia organiada da por ellosD Entonces, ¿cómo hacemos para a-ustar la noción en su potencia pr%ctica ) creadora, sin perder ese rasgo de precariedad ue la *uel*e inconclusa ) siempre problem%tica! +o no escolar es las dos cosas impotencia ) pol;tica. Se padece ) se apro*echa. Precisamente porue es las dos cosas es ue permite pasar de una a otra. Ser;a, en ese sentido, un concepto bisagra o concepto interfa, entre el caos ) la creación de espacios. 7l 7la* a*ee au; au; es ue ue lo no es esco cola larr tien tienee ca capa pas. s. 7apa 7apass m%s m%s em emin inen ente teme ment ntee percepti*as, capas m%s elaborati*as. +a capa m%s precaria ser;a sealar ue Alo no escolar est% en la escuelaB. E inmediatamente reconocer ue Alo no escolar se presenta como caosB. "hora, )a cuando podemos acompasar nuestra percepción con algo de las *elocidades ue en principio se presentan como caos, podemos postular ue Alo no escolar toma forma de preguntaB, ) finalmente, )a prestos a alguna inter*ención, a alguna ligadura con eso ue desborda la e'pectati*a institucional, pero sin para eso M
(iploma de 9estión Educati*a modalidad *irtual coordinado por S. (uschat5), :lacsoG"rgentina, en funcionamiento desde 2002.
ponernos a AreformarB la institución, nos encontramos con ue Alo no escolar se traba-a ba-o las formas clandestinas clandestinas de lidiar con lo impre*istoB. "hora agregamos lo ue ser;a la capa m%s pol;tica, o m%s creadora, m%s afirmati*a lo no escolar como el diferencial ue hace de permisa para la institución de nue*as formas de intercambio, -uegos ue habiliten nue*as capacidades. capacidades. 7on esta discriminación de capas no se trata, por supuesto, de plantear una receta secuencial de los momentos sucesi*os de la feli noción de lo no escolar, desde el caos hasta la institución inmanente. >o es receta sino momentos simult%neos, momentos como ese tiempo en el ue algo se abre ) nos hace preguntas. >o es secuencia porue lo no escolar como institución nunca pierde su lao con lo no escolar como inconsistencia, la supone lógicamente como trasfondo. +o no escolar es una enunciación fr%gil ue, en principio, desG-eraruia los elementos de lo real, ) por eso es tan apropiable3 nombrar desde la negati*idad supone ue las cosas mueren si se cierran en su modelo ideal. Impresiones sobre la radio rad io y lo no escolar
En relación con el relato de $ar;a N, (iego S5liar se pregunta *u/ pasa %ue esas cosas no asoman en la radio+ ar0a me lo contó por fuera, como si la radio no pudiese 1manc2arse de e4periencias - dolores personales. Como si no fuese importante o 1demasiado !ajón para contarlo. Es interesante para traba-arlo con ellos.
¿Podr;amos decir ue la radio es *i*ida como un s; tiempo uedensidad uiere preser*arse no tal *e de situaciones ad*ersas *i*idas afuera, pero de una emocional oscura! /ui% tendr;amos ue pensar cómo hacer para no caer en el anecdotario medi%t med i%tico ico de eso esoss hechos hechos,, per peroo apr apro*e o*echa charr la rad radio io para para hacerl hacerlos os pa pasa sarr por una elaboración colecti*a, algo de la interioridad com&n a la ue se refiere Santiago +ópe Petit. abr;a una diferencia entre una radio ue funcione como confesionario ) una radio ue in*ite a pensar los a*atares de las *idas. ¿/u# despierta la *i*encia de situaciones como las relatadas por $ar;a! +a radio funciona como un pasa-e o un s;mil del re*elado fotogr%fico. +a escuela ser;a como el negati*o solo percibimos tenues figuras, sombras, destellos, pero se nos escapan los detalles. +a radio operar;a como un re*elado. (e pronto todo cobra ma)or *isibilidad aunue no necesariamente lo ue *emos resulta inteligible. "lguien nos come coment ntab abaa cuan cuando do pro) pro)ec ecta tamo moss La Batidora ue perc rcib ib;a ;a al all; l; un e'c 'ceeso de info inform rmac ació ión. n. >o al es esti tilo lo me medi di%t %tic ico, o, sino sino co como mo pr prol olif ifer erac ació iónn de si situ tuac acio ione ness superp sup erpues uestas tas,, simult simult%ne %neas, as, no *incu *inculan lantes tes.. +a rad radio io de-a de-a *e *err un unaa multip multiplic licida idadd de inten int ensid sidad ades es ue est est%n %n en la es escue cuela, la, pero pero no ne neces cesari ariame amente nte pro*oc pro*ocan an nue*os nue*os agenciamientos escolares. +a escuela se presenta desde una est#tica cruda, nada m%s inapropiado desde las coordenadas escolariantes. +o no escolar est% en la escuela, pero ¿hace ¿ha ce es escue cuela! la! Ta Tall *e *e pod podemo emoss pen pensar sarla la baba-oo la figura figura de dell impasse. Temporalidad ambigua ) dif;cil de desentraar. Se trata de una fuera ue la perfora, se filtra ) nos muestra una materialidad diferente sin a&n dar cuenta de las diferencias ue a partir de ella pueden abrirse. "lguien en :lacso dec;a, mientras escuchaba los relatos de la radio, ue le daba la impresión de ue eran los pibes los ue AcausabanB a la escuela ) a los profes, cuando en *erdad el sentido com&n dice ue tiene ue ser al re*#s o espera ue N
El d;a *iernes F0 de octubre hicimos radio en la escuela. "l terminar el programa, $ar;a se acercó ) nos
contó ue en calle el ocho otro tiros d;a unos pibitos hab;an de internado a*anarla))nounlaamigo salió defenderla ) lelametieron en una pierna, ) ue tratado ahora est% de-an irdea ella *erlo. $u)a fuerte todo el relatoD
funcione a la in*ersa. El dispositi*o radio toca o se mete ah; donde los dispositi*os capacitación no alcanan. +a radio tomó a los profesores ue incluso no est%n en la radio. +o no es esco cola larr, cuan cuando do )a no pu pued edee se serr ob ob*i *iad adoo ni di disc scip ipli lina nado do,, po pone ne de manifiesto ue la escuela se uedó sin piel. 7omo si di-#ramos El re) est% desnudo. "gustinaO *e ue la radio despliega diferentes planos, como las milho-as a las ue se refer;a Peter. =na radio ue en el aire suena m%s controlada ) una radio en off ue ue abre a una información AclandestinaB sobre la *ida de los pibes3 no por un rasgo ileg;timo, sospechoso, sino por ue se mete en onas com&nmente imperceptibles. APor fuera de los micrófonos se respira un clima de ma)or intimidadB. +a radio nos e'pone a las ApasionesB. +a escuela no elabora las pasiones no ApasionesB en un sentido rom%ntico, sino los afectos de la *ida3 las pasiones como lo real de los cuerpos, ) esas pasiones ue atra*iesan los cuerpos de los pibes ) pibas est% est%nn ah;, ah;, casi casi en la supe superf rfic icie ie.. 7ons 7onsti titu tu)e )enn lo re real al de lo no es esco cola larr. 7ual 7ualu uie ier r pro'imidad con ellos implica una pro'imidad con esas pasiones, ligadas a mil historias de los incre;bles. ¿>o ha) una relación directa entre la potencia de la radio, esa potencia en cierto modo a&n ) siempre ApotencialB, ) los modos de dar cauce a esas pasiones ue son celos, tristeas, *ergenas, orgullos, etc#tera! >o dir;amos ue se trata de suspender la raón, o de oponerla caricaturalmente a la pasión. Sabemos bien ue no ha) raón abstracta. 7ada *e ue aparece la raón como abstracción, o racionalismo, estamos frente a una pol;tica de organiar organiar las pasiones en un cierto sentido. Proponemos pensar las pasiones pasiones como prem premisas isas para e'pe e'perimentar rimentar los posibles ddee la escuela escuela..
O
"gustina +e-arraga, miembro del euipo de in*estigación.
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