I8_ Halo Fantasmas de Onyx.pdf

July 14, 2018 | Author: Aldo Mav Streets | Category: Halo (Series), Sniper, Sun, Water, Ammunition
Share Embed Donate


Short Description

Download I8_ Halo Fantasmas de Onyx.pdf...

Description

INDICE

PROLOGO SECCIÓN 1: TENIENTE AMBROSE Capítulo Uno Capítulo Dos Capítulo Tres Capítulo Cuatro Capítulo Cinco SECCIÓN 2: SPARTAN-III Capítulo Seis Capítulo Siete Capítulo Ocho Capítulo Nueve Capítulo Diez Capítulo Once SECCIÓN 3: INSTRUSOS Capítulo Doce Capítulo Trece Capítulo Catorce Capítulo Quince SECCIÓN 4: DRA. CATHERINE HALSEY Capítulo Dieciséis Capítulo Diecisiete Capítulo Dieciocho Capítulo Diecinueve

Capítulo Veinte Capítulo Veintiuno Capítulo Veintidós SECCIÓN 5: EQUIPO AZUL Capítulo Veintitrés Capítulo Veinticuatro Capítulo Veinticinco Capítulo Veintiséis SECCIÓN 6: LOS FANTASMAS DE ONYX Capítulo Veintiocho Capítulo Veintinueve Capítulo Treinta Capitulo Treinta y uno Capítulo Treinta y dos SECCIÓN 7: RECLAMADORES Capítulo Treinta y tres Capítulo Treinta y cuatro Capítulo Treinta y cinco Capitulo Treinta y seis Capítulo Treinta y siete Capítulo Treinta y ocho Capítulo Treinta y nueve EPÍLOGO: MUNDO ESCUDO Capítulo Cuarenta Capítulo Cuarenta y uno

NOTA: Si adquirió este libro con un rótulo de «Proof» («Prueba») en la última página, debería ser consciente de que esta es propiedad robada. Fue declarada como «prueba de impresión» el publicador, y ni«libro el autor o el publicador han recibidopara ningún pago por este arrancado». Este es un trabajo de ficción. Todos los personajes y eventos retratados en esta novela son ficticios o usados ficticiamente. HALO®: FANTASMAS DE ONYX Título srcinal: HALO ®: GHOSTS OF ONYX Copyright © 2006 by the Microsoft Corporation All rights reserved, including the right to reproduce this book, or portions thereof, in any form. Microsoft, the Microsoft Game Studios Logo, Bungie, the Bungie Logo, Halo, the Halo Logo, Xbox, and the Xbox logos are either registered trademarks or trademarks of Microsoft Corporation in the United States and/or other countries that and are used under license from owner. Editorial: FrAnubis franubis.wordpress.com

Primera edición: septiembre 2011 Traducción y edición al español: Francisco Díaz ISBN-13: 978-1466354555 ISBN-10: 1466354550 Imprimido en los Estados Unidos de América 3 6 9 2 7 2

5

Para fans de H alo en cualquier lugar

RECONOCIMIENTOS

Primero y con mayor urgencia a mi mujer, mi escritora preferida, Syne Mitchell, y a mi hijo, Kai. Ellos vivieron con un irritable escritor atosigado por la fecha de entrega durante muchos meses. Sin su ayuda, amor y comprensión nadie estaría leyendo nada mío. Siguientes: los «Cuatro Históricos» de Bungie (Brian Jarrad, Bob McLees, Frank O Connor y Joseph), quienes me ayudaron a desarrollar la historia y comprobaron cada carácter del manuscrito más veces de las que alcanzo a contar. ’

A mi agente, Richard Curtis, por su clara forma de pensar y ser un personaje calmado. A Eric Raab y Tom Doherty de Tor Books por su perspic az edición y soporte constante.

R E CO N O CI M I E N T O S

A Dana Fos y Matt Whiting de Experiencia del Us uario de Microsoft Game Studios. Del Grupo de Licencias de Microsoft a: Alicia Brattin, Alicia Hatch, Nancy Figatner, Brian Maeda, Steve Schreck y a Edward Ventura. Agradecimientos especiales añadidos a Mercury Eric y a los muchos fans que me han escrito. —Eric Nylund North Bend, Washington agosto de 2006

Los datos médicos de Linda parpadearon en una pantalla junto a la lista entera de Spartans: una larga lista del estado operacional actual de cada uno de los Spartans. Solo quedaba un puñado de ellos, casi todos señalados como HERIDO EN ACCIÓN o DESAPARECIDO EN ACCIÓN. —¿Ningún MEA? —murmuró la Dra. Halsey. Tocó la entrada del SPARTAN-034—. Sam está marcado como desaparecido en acción. ¿Por qué sería? Murió en 2525. —Directiva Nueve-Tres-Cero de la Sección Dos de la ONI —replicó Cortana—. Cuando la ONI hizo público el programa Spartan-II se decidió que los informes de los Spartans perdidos podrían causar una caída en picado de la moral. Consecuentemente, cualquier baja Spartan está marcada como HEA o DEA, en orden de mantener la ilusión de que los Spartans no mueren. —¿Los Spartans nunca mueren? —murmuró ella. La Dra. Halsey giró fuera de la silla contorneada y empujó los monitores fuera de su camino con una repentina violencia—. Si solo eso fuera cierto.

—HALO: Primer Golpe, capítulo 27

PRÓLOGO

LA VICTORIA DE LA COMPAÑÍA BETA EN PEGASI DELTA

1135 HORAS, 3 DEJULIO DE 2545 (CALEN DARIOMILITAR)/ SISTEMA PEGASI-B 51, ÁREA OBJETIVO APACHE, PLANETAPEGASI DELTA

La cápsula orbital impactó, y eldemetal dobló dey chisporroteó. Dentro de este capullo titanio,seláminas plomo y sigiloso recubrimiento ablativo, el SPARTAN-B292 observó cómo explotaban estrellas de color negro a lo largo de su campo de visión, saboreó sangre dentro de su boca y el último aire comprimido en sus pulmones. El entrenamiento de Tom dio sus frutos: apartó a un lado la doblada compuerta de la cápsula y entrecerró los ojos ante la azulada luz solar. Algo iba Pegasi-914A 85 debería ser unplasma suaveazul. sol amarillo. Esomal. era un azul eléctrico… un hirviente Saltó, rodando a un lado tan pronto como el proyectil se ceñía sobre él. Las capas exteriores de su armadura SemiPotenciada de Infiltración se evaporaron y pelaron como si sufriera un mal bronceado. —«Entrenamiento —su instructor, el teniente comandante Ambrose, lo había dicho —. Su entrenamiento debe ser parte de su instinto. Perforarles hasta que se convierta en parte de sus huesos». Tomsurtió reaccionó toda una vida efecto.sin pensar; el entrenamiento de

Alzó su rifle de asalto MA5K y disparó en dirección contraria a la del proyectil de plasma, asegurándose de barrer la mitad inferior. Sus ojos se aclararon, y mientras recargaba automáticamente su arma, vio finalmente la superficie de

Pegasi Delta. Podría haber sido el infierno: rocas teñidas de rojo, un anaranjado y polvoriento cielo; las marcas de una docena de impactos y cráteres lo rodeaban; y a treinta metros delante de él, salpicaduras de la oscura y púrpura sangre de los Chacales empapaban la arena. Tom sacó su arma de pequeño calibre y se movió con cuidado hasta los alienígenas caídos. Había cinco con extensas heridas en las piernas. Disparó a cada uno apuntando a sus cabezas angulosas y parecidas a las de los avestruces, después se arrodilló, les despojó de sus granadas de plasma y les arrancó sus escudos de fuerza de sus muñecas. Aunque Tom vistiera la armadura Semi-Potenciada de Infiltración (llamada coloquialmente «SPI» por los tecnófilos de la Sección Tres), sus placas endurecidas y paneles fotoreactivos solo podrían aguantar unos pocos disparos en ángulo obtuso antes de fallar. Las texturas de camuflaje de la armadura farfullaron, pero sin embargo, se estabilizaron; y de nuevo se fundieron con el rocoso terreno. Todos los SPARTANs-III habían recibido un extenso entrenamiento sobre el uso del equipamiento enemigo, así que Tom podía improvisar. Se ató uno de los escudos Chacal a su muñeca. Era una excelente protección, mientras te acordases de agacharte detrás de él y de cubrir tus piernas, una táctica que le hubiera resultado problemática a la mayoría de los soldados de la UNSC. La pantalla de su placa frontal volvió a la vida, una capa transparente de fantasmal topología verde. A cien kilómetros por encima de él, el Satélite Táctico Aéreo de Reconocimiento Sigiloso del tamaño de una pelota de béisbol, o STARS, se había conectado. Un punto que parpadeó solo una vez representaba su posición. Tom estaba cinco kilómetros al sur del objetivo primario. Escaneó el horizonte y vio la ciudad-factoría Convenio en la distancia, emergiendo de la superficie rocosa como un

castillo de óxido con gigantes chimeneas y azules baterías de plasma latiendo en el interior. Más allá de la fábrica se extendía la espuma de lavanda de un mar tóxico. Puntos adicionales aparecieron en su pantalla frontal… una docena, dos docenas, y después cientos. El resto de la Compañía Beta se había conectado. Eran doscientos noventa y uno. Nueve no lo habían logrado, puede que murieran durante la reentrada, por el impacto o por fuerzas Convenio antes de que pudieran salir de las cápsulas. Después de la misión, comprobaría la lista para ver a quiénes habían perdido. Por ahora, apartó estos pensamientos en una oscura esquina en su cabeza. Tom suspiró de alivio en cuanto vio a las ocho Xs representando a la nave de exfiltración submerodeadora Black Cat apareciendo en su pantalla y después desvaneciéndose. Era la única manera de la que disponían para dejar aquella roca después de que la Operación TORPEDO fuera cumplida. Tom se desplazó por la pantalla: «EQUIPO FOXTROT PROCEDA HACIA VECTOR CERO OCHO SEIS Y PROPORCIÓNELE REFUERZOS AL EQUIPO INDIA». No era necesario responder. Las órdenes fueron transmitidas desde la STARS encima de él, y cualquier ruptura del silencio por radio podría revelar su posición. Tres de los puntos en pantalla parpadearon y diminutos números aparecieron progresivamente en la visión. B091 era Lucy. B174 era Min. Y B004, ese era Adam. Sus amigos. El Equipo de Fuego Foxtrot. Tom siguió adelante, encontró un saliente rocoso, halló cobertura debajo de élcentrado, y esperó ypornoellos. Para permanecer ser distraído por sus rápidas pulsaciones, revisó la Operación TORPEDO una vez más. Pegasi Delta era el hogar de una refinería Convenio. El mar de este pequeño mundo era inusualmente rico en deuterio y tritio, los cuales usaban en sus reactores de plasma. La fábrica procesaba el material y recargaba sus

naves, haciendo de esta operación Convenio en el borde del territorio de la UNSC un objetivo primordial. Le permitía al enemigo un fácil acceso al espacio humano. Había habido operaciones anteriores para neutralizar el objetivo. La COMCENT de la UNSC había enviado bombas lanzadas desde el Deslizespacio, pero el plutonio emitía un aura de radiación Cherenkov al reentrar al espacio normal, haciendo de todos los recubrimientos sigilosos y de plomo inservibles. El Convenio los había localizado y destruido fácilmente. Había demasiadas naves del Convenio cerca de la luna como para enviar una lenta y lejana bomba por el espacio normal. Si fuera una invasión regular incluso los SCDOs Saltainfiernos merecerían el esfuerzo. La UNSC tenía una oportunidad antes de que el enemigo pudiera reunir a sus defensas. Así que fueron enviados. Los trescientos Spartans de la Compañía Beta habían sido lanzados siete horas antes hacia el Deslizespacio desde transporte de la UNSC All Under Heaven. Habían soportado el viaje dentro de cápsulas de choque orbital de rango largo, sufrido las náuseas al volver al espacio normal sin protección, y después fueron abrasados en el fiero trayecto hasta la superficie de Pegasi Delta. De la calurosa bienvenida recibida por parte de esos cinco Chacales, Tom supo que habían sido detectados, pero puede que el Convenio no supiese la importancia de dicha brecha en su seguridad. Tenía que moverse rápido, tomar ventaja del poco factor sorpresa que quedara, volar la fábrica, y si era posible, metano. los objetivos secundarios de reservas de munición y Aún podían hacerlo. Tenían que hacerlo. Destruyendo esa fábrica triplicarían la envergadura de las líneas de suministros del Convenio dentro de espacio de la UNSC. Tom se había entrenado para esto mismo desde que tenía seis

años… Tantos años de perforaciones, juegos de guerra y

aprendizaje. Pero podía no ser suficiente. Oyó cómo crujía la tierra debajo de unas botas. Se sobresaltó, levantó el rifle, y vio a Lucy. Todos los SPARTANs-III parecían exactamente iguales dentro de su armadura Semi-Potenciada de Infiltración. La cambiante placa angular de camuflaje de la armadura SPI era en parte uniforme legionario, en parte armadura táctica y en otra parte, camaleón. Tom, sin embargo, reconoció los pequeños y delicados pasos de Lucy. Él realizó la gestura de los dos-dedos-encima-de-la-placafrontal, la vieja bienvenida silenciosa entre Spartans. Ella le respondió con la más suave de las inclinaciones. Tom le dio una unidad de escudo Chacal y dos granadas de plasma. Adam llegó el siguiente, y Min tres segundos después de eso. Cuando todos los escudos expropiados estaban en su lugar, Tom le dio al Equipo Foxtrot una serie de rápidos y bruscos movimientos de mano, ordenándoles que avanzaran en una formación arco suelta. Sigilosa, pero rápida. En cuanto se puso de pie, retumbó un trueno, el cielo se iluminó, y una sombra los cubrió… y se desvaneció. Dos luchadoras Seraf del Convenio con forma de lágrima rugieron sobre su oculto objetivo. Una línea de plasma entró en erupción cien metros detrás de ellos… un infierno que se elevaba y alzaba directamente hacia su equipo. Tom rodó a un lado, activando su escudo Chacal y sujetándolo entre él y las llamas a trescientos grados de temperatura que podrían derretir su armadura SPI como si fuera mantequilla. El escudo de fuerza se encendió blanco por la radiación; la piel de sus manos le picó con ampollas. El plasma lo atravesó… Se debilitó… se evaporó. El aire

enfrió.

se

El soporte aéreo del Convenio ya estaba en marcha. Eso hizo la situación cien veces peor. Con un guiño, Tom hizo que su pantalla frontal cambiara de MAPATÁC a BIOGRUPO. Todos los miembros del Equipo Foxtrot mostraban ritmos cardíacos y presiones sanguíneas por los aires. Pero todos seguían en verde. Todos vivos. Bien. Esprintó. La discreción ya no era ninguna prioridad operacional. Llegar hasta la fábrica donde no podrían ser ametrallados era todo lo que importaba. Detrás de él, Lucy, Adam y Min cayeron en línea, cubriendo el rugoso terreno en largas y poderosas zancadas a casi treinta kilómetros por hora. Óvalos rojos aparecieron en el MAPATÁC de Tom: Serafs del Convenio en otra o leada de ataque. Más que antes… tres… seis… diez.

Tom miró al lado contrario y vio a sus camaradas, cientos de Spartans corriendo a través de la resquebrajada tierra. El polvo de su carga llenó el aire y se mezcló con los últimos proyectiles de plasma.

Tres Spartans se quedaron rezagados, se giraron, y apuntaron, todos ellos equipados con lanzacohetes M19-B SAM. Dispararon. Los misiles rompieron la atmósfera, dejando tras de sí estelas de vapor. El primero rebotó en los escudos de un Seraf que se aproximaba; el misil explotó, no dañó la nave, pero esta embistió contra su compañera. Ambas naves temblaron, perdieron cincuenta metros de altitud, y se recuperaron… pero uno de sus extremos rozó el suelo, disipando sus debilitados escudos, acabaron girando sobre ellos mismos y explotando en ferocesymolinillos. Los otros dos misiles golpearon sus objetivos, sobrecargando sus escudos, dejándolos cubiertos de hollín, pero por otra parte, intactos. Tom pudo ver a los Serafs dejando la oleada ofensiva. Una pequeña victoria.

Tom deceleró al trote y vio los seis Serafs restantes cayendo en picado y soltando sus cargas de plasma, después se impulsaron hacia arriba, se pusieron en marcha, y desaparecieron en la neblina. Cada carga de plasma caída era un brillante alfiler que se extendía formando lanzas de hirviente zafiro alimentado por la energía de un pequeño sol. Cuando golpearon la superficie, explotaron y se extendieron, impulsados a trescientos kilómetros por hora debido al impulso y la expansión térmica. Una pared de fuego apareció a la izquierda de Tom e hizo que los paneles de camuflaje de su armadura SPI tiritaran azules y blancos. Pero él no se movió. Siguió centrado en la situación de los otros cinco grupos de Spartans. El plasma se ralentizó, siguió hirviendo, y después las nubes se enfriaron y se convirtieron en una polvorienta neblina grisácea, dejando una crujiente y vidriosa tierra y trozos de huesos chamuscados a su paso. En su MAPATÁC, una docena de puntos se apagaron. Lucy corrió hasta Tom. El verla lo devolvió a la acción bruscamente, y corrió también. Habría tiempo para tener miedo después. Y para vengarse. Cuando volaran esa fábrica tendrían todo el tiempo del mundo para una sangrienta venganza.

Tom se centró en su MAPATÁC situado en la placa frontal de su casco y en el lejano objetivo primario, ahora a solo quinientos metros.

Del centro de la fábrica Convenio del tamaño de una ciudad emanaba una luz demasiado brillante como para mirarla definidas sombras en la red de tubosdirectamente, y el bosque deformando chimeneas. La estructura consistía en una superficie de un kilómetro cuadrado con torres que se alzaban trescientos metros, perfectas para francotiradores. Tom se esforzó en correr más rápido, por delante de Lucy, Adam y Min, siseando de lado a lado. Ellos lo entendieron e imitaron su táctica evasiva.

Rayos de plasma explotaron cerca de su pie. Se evadió de nuevo y se vio envuelto en una tormenta de granizo formada por proyectiles en ángulo. Su suposición sobre los francotiradores era cierta. Esquivó, siguió corriendo, y entrecerró los ojos una vez en el borde de la fábrica. Su placa frontal respondió automáticamente e hizo una magnificación del quinientos por ciento sobre la imagen. Había otra amenaza: bordes de luminiscencia cambiante de escudos de fuerza, escudos Chacal. Y en las sombras, los arrogantes ojos de un Élite Convenio en una armadura púrpura, mirándolo de vuelta.

Tom patinó hasta detenerse, recogió su rifle de francotirador atado a su espalda, y observó a través de la mira. Contuvo su fatigosa respiración. Un rayo de plasma chisporroteó cerca de su hombro, quebrando la piel de su armadura SPI, chamuscando su carne, pero ignoró el dolor, irritado solo porque el disparo lo había desviado de su objetivo. Esperó la fracción de segundo entre las pulsaciones de su corazón, y después apretó el gatillo. El impulso de la bala hizo que el Élite diera vueltas. La armadura situada en la articulación del cuello de la criatura explotó. Tom disparó una vez más, y le dio en la espalda. Una salpicadura de brillante sangre azul salpicó los tubos. De las sombras en la periferia de la fábrica emergieron Chacales, arrastrándose tras cañerías y tubos de plasma. Había cientos de ellos. Miles. Y todos abrieron fuego. Tom rodó por el suelo, agachándose en una ligera depresión. Adam,deMin y Lucy también, sus rifles de asalto delante ellos, listoslevantaron, para disparar. Rayos de plasma y trozos de cristal se cruzaron por encima de la cabeza de Tom… demasiados como para esquivarlos. El

enemigo no necesitaba verlos. Todo lo que tenían que hacer era llenar cada centímetro cuadrado de aire con letales

proyectiles. Su equipo estaba atrapado, recogida fácil para esos Serafs en su siguiente pasada. ¿Cómo había preparado el Convenio un contraataque tan rápido? Si hubieran sido detectados antes, sus cápsulas de descenso hubieran sido vaporizadas en el camino. A no ser que tuvieran la extremadamente mala suerte de llegar allí cuando hubiera una nave capital atracada en la fábrica. ¿En el lado oculto? ¿Podría la STARS encima de ellos haber pasado por alto algo así de grande? Una de las primeras lecciones del teniente comandante Ambrose hizo eco en la cabeza de Tom: «No confíen en la tecnología. Las máquinas son fáciles de romper». La COM de Tom rugió: —M19 SAMs, ejecuten maniobra Bravo, objetivos señalizados. Todos los demás equipos listos para moverse.

Tom comprendió: necesitaban cobertura. Y la única que había era morir en la fábrica más adelante. Del campo se lanzaron seis estelas de v apor en dirección a la fábrica. Los M19 SAMs detonaron al contactar con los tubos y conductos de plasma… explotando en nubes de humo

negro y chispas azules. El enemigo disparó lentamente. Esa era su entrada. Tom empujó con los pies, y esprintó hacia el humo más fino. El Equipo Foxtrot lo siguió. Todos los demás Spartans en el campo cargaron también, cientos de figuras blindadas semi-camufladas, corriendo y disparando a los aturdidos Chacales, pareciendo una oleada

de guerreros fantasma, mitad líquidos, mitad sombras, parte milagro, parte pesadilla. Aullaron un grito de batalla, ahogando momentáneamente el sonido de los disparos y explosiones. Tom gritó con ellos… por los caídos, por sus amigos y por

la sangre de sus enemigos. El sonido era ensordecedor.

Los Chacales rompieron filas, se giraron para huir, y fueron disparados en la espalda en cuanto sus escudos se volvieron con ellos. Pero cientos más mantenían la posición, superponiendo sus escudos para formar una invulnerable falange. Tom llevó al Equipo Foxtrot hacia las sombras llenas de humo de la fábrica. Encontró un tubo del tamaño de una secoya goteando agua condensada y refrigerante verde y se puso a cubierto tras él. En la niebla vio a Lucy, Adam y Min tomando posiciones y poniéndose a cubierto también. Él les dio órdenes con rápidas señales con su mano: entren y maten. Se giró, su rifle MA5K se n iveló… y se encontró cara a cara

con un Élite Convenio; sus mandíbulas se separaron en mimetismo con una sonrisa humana imposiblemente grande. El monstruo sujetaba una espada de energía en una mano y una pistola de plasma en la otra. Disparó y se balanceó. Tom esquivó los mortales arcos de energía, puso el pie en medio de la postura demasiado abierta del Élite… embistió y

disparó al mismo tiempo. El Élite se tendió en el suelo, y Tom siguió su cuerpo, rociando balas en la abertura de su casco. No falló. El Equipo Foxtrot se le acercó, dejando seis Chacales muertos detrás, sus cuerpos chasquearon como muñecas de trapo. Del campo de detrás vinieron rápidos golpes y destellos de calor. Granadas de plasma. Chacales y Élites salieron de sus coberturas en la fábrica para encontrarse con el resto de la Compañía Beta en el campo, sabiendo que sería suicida luchar contra los Spartans en un espacio cerrado. Cientos de Convenio se encontraron con doscientos Spartans en combate abierto. Balas trazadoras, trozos de cristal, rayos de plasma y resplandecientes escudos hicieron de la escena una caótica mancha.

Los SPARTANs-III se movían con velocidad y reflejos que ningún Convenio podía igualar. Esquivaron, rompieron cuellos y miembros y con las espadas de energía que recogieron cortaron al enemigo hasta que corrieron ríos de sangre azul por el campo. Tom dudaba, divido entre avanzar hacia el interior del complejo y ejecutar la misión o volver corriendo para ayudar a sus camaradas. Nunca dejes a tus amigos atrás. El cielo se oscureció, las nubes sobre ellos se volvieron de un gris metálico. La COM de Tom rugió volviendo a la vida: —Omega tres. ¡Ejecútenlo ahora! ¡AHORA!

Eso lo paró en seco. Omega tres era el código del pánico, una orden para romper filas y correr sin importar el coste. ¿Por qué? Estaban ganando. Entonces vio las nubes moviéndose. Solo que… no eran

nubes. Todo estaba claro ahora. El porqué de que hubiera tantos Convenio allí. Y por qué unas naves unipersonales Seraf, embarcaciones diseñadas para el combate espacial, les estaban bombardeando.

Siete cruceros Convenio surgieron de las nubes. De más de un kilómetro de largo, sus cascos apaisados y bulbosos proyectaban sombras por todo el campo. Si esas naves hubieran estado atracadas en formación, reabasteciéndose encima del complejo, la STARS podría haber pensado que esas estructuras tan grandes eran parte de la fábrica. —Tenemos que ayudarles —susurró Lucy por la COMGRUPO. —No —dijo Min, haciendo un movimiento de corte con su mano —. La orden Omega. —No estamos corriendo —interrumpió Adam. —No —afirmó Tom —. No corremos. La orden es… un error —a pesar los controles ambientales de su armadura SPI, se sintió tranquilo.

Luchadoras Seraf bajaron de los cruceros, docenas de ellas, y se reunieron en enjambres. Unos rayos de una suave luminiscencia surgieron del vientre de cada crucero, haces de transporte, y de ellos marcharon cientos de Élites hacia el campo. —Pero tampoco podemos ayudarles —susurró Tom a su equipo. La mitad de la Compañía Beta se volvió para encararse a la nueva amenaza. No había ninguna probabilidad, incluso para Spartans, pero ganarían tiempo para que los demás encontraran cobertura.

Encontrar cobertura era una táctica inútil, aun así. Siete cruceros del Convenio tenían suficiente potencia de fuego como para neutralizar incluso a doscientos Spartans. Podrían inmovilizarlos, enviar refuerzos por millares, o si lo querían, cristalizar la luna entera desde la órbita. Eso solo les dejaba una opción. —El núcleo —les dijo Tom—. Sigue siendo nuestra misión, y nuestra única arma efectiva. Hubo una pausa de la duración de un latido, y tres luces de reconocimiento parpadearon en su pantalla. Sus amigos sabían lo que estaba sugiriendo. El Equipo Foxtrot se movió como si fuera uno, corriendo hacia la fábrica a velocidad máxima, esquivando tubos y cápsulas de suministros.

Había un pelotón de seis Élites más adelante, agachado detrás de una maraña de conductos. Tom lanzó un puñado de granadas de conmoción para desorientarlos, pero su equipo siguió corriendo. Cualquier retraso (incluso atacar apodría un enemigo quesupudiera dispararles por para la espalda) quitarles única posibilidad. Los Élites supervivientes se recuperaron y dispararon. Adam cayó, se aferró con una mano a los trozos de cristal que penetraron su armadura y perforaron su columna.

—¡Váyanse! —sollozó Adam, despidiéndose de ellos—. Yo

los contendré. Tom no rompió el paso. Adam sabía qué era lo que tenía que hacer: seguir luchando hasta que ya no quedara ninguna lucha en su interior. El núcleo estaba a cien metros más adelante. Era imposible no verlo, tan brillante que la placa frontal de Tom se polarizó automáticamente hasta la máxima tinta y le seguía siendo difícil mirarlo. El núcleo tenía el tamaño de un edificio de diez plantas, bombeaba como un enorme corazón alimentado por brillantes conductos y humeantes tubos de refrigerante y estaba incrustado con cristalina electrónica. Era una compleja maravilla de la ingeniería alienígena, y complejo… lo que por suerte también significaba que era fácil de romper. —Los conductos principales de refrigerante están allí y allí —gritó Tom por la COMGRUPO y señaló—. Voy a atascar la válvula de descarga —se movió hasta la base del núcleo. Las luces de reconocimiento de Lucy y Min parpadearon. La pantalla del casco de Tom se volvió borrosa con la estática, después saltó y se apagó. El reactor de plasma y la intensidad de las fluctuaciones de su escudo electromagnético estaban interfiriendo con su electrónica. Encontró la válvula, un mecanismo del tamaño de una nave de descenso Pelican, justo debajo de la cámara principal. Desenrolló el cordón de carbón y termita y lo pasó alrededor de la válvula dos veces. Entonces preparó y activó la carga. Una línea con el brillo de un relámpago se encendió y siseó a través de la aleación Convenio, fundiendo la válvula en una sólida masa.

miró a Lucy. Ella colocó principales una carga explosiva en una deTom las dos líneas de refrigerante que alimentaban el reactor y después ajustó el temporizador encima del detonador. Min estaba ajustando su temporizador también… y

entonces se desvaneció en un destello de humo y truenos. El

núcleo brilló más que el sol. El humo del refrigerante se escapó del doblado tubo y las alarmas sonaron. —¡No! —gritó Lucy. Corrió pasando al lado de Tom hacia la hirviente nube de refrigerante tóxico. Él la cogió de la muñeca, sacudiéndola para que parara. —Se ha ido —dijo Tom—. El campo de EM debe haber disparado su carga. Luchó para alejarse del alcance de Tom. —Tenemos que salir de aquí —le dijo. Ella titubeaba, dando un paso hacia Min. La estructura de soporte gimió y empezó a derretirse y hundirse a causa del sobrecalentado núcleo. Se volvió hacia Tom, asintió con la cabeza, y corrieron fuera de la cámara… hacia el interior del complejo de la factoría, a través de una jungla de puntales y de conductos que silbaban, y salpicando en mares de hirviente refrigerante filtrado. La carga que Lucy había colocado explotó y silenció las alarmas del reactor. Incluso de espaldas al reactor, corriendo a toda máquina, su brillo se doblaba mientras se acercaba a la fase supercrítica. Era demasiado como para soportarlo, aún a través de una placa frontal polarizada, y Tom entrecerró los ojos hasta casi cerrarlos. Giraron una esquina, se deslizaron por la barandilla de unas angulosas escaleras y llegaron a un pasadizo que sobresalía por encima de una repisa. Quinientos metros más abajo, un océano revuelto contra unos rocosos acantilados. Habían atravesado la fábrica, hasta llegar a la parte trasera, donde tubos masivos chupaban el agua oceánica para el procesamiento. Lucy miró a la fábrica y después a Tom. Le ofreció su mano. Él la cogió. Saltaron.

En caída libre, Tom luchaba, estirando las piernas. Lucy alzó su mano y estiró el cuerpo. Él hizo lo mismo y apuntó su pie hacia abajo una centésima de segundo antes de que tocara el agua. El impacto lo aturdió, después saboreó la sal, y se empezó a ahogar en el agua que se filtró en su casco. Arañó la superficie. El revestimiento de su armadura SPI se hinchó, absorbiendo agua, empujándolo hacia abajo. Rompió la superficie, aleteando tan fuerte como podía con sus piernas para permanecer a flote. Rasgó la abertura del casco y se lo quitó. A su lado, Lucy también se había quitado el casco, jadeando. —Mira —él asintió hacia los acantilados. Desde ese ángulo Tom vio los cruceros Convenio sobre el campo. Lanzas de fuego láser llovieron desde las formaciones de armas en los laterales de las naves y acabaron con sus compañeros Spartans. Una potencia de fuego propia de una nave capital de combate… ¿cómo podría alguien sobrevivir a eso? Un nuevo sol apareció. El núcleo supercrítico brilló y llenó de luz el planeta. Los cruceros se ondularon y distorsionaron, la aleación de sus pieles se evaporó en el calor. Se desintegraron, los trozos salieron despedidos hacia el exterior. La prominencia rocosa se rompió en escombros. —¡Abajo! —sollozó Tom. Él y Lucy se metieron en el agua, buceando para escapar a la sobrepresión y rayos incineradores. Su armadura a prueba de agua podría salvarle la vida ahora. Encima, la superficie agua sealrededor evaporó.de Gotitas rocaloy metal líquido silbaron del pasando él. Eldecalor ahogó… y una mano gigante lo agarró y estrujó hasta que todo lo que vio Tom fue oscuridad.

Tom estaba tendido sobre la tierra jadeando. Casi se habían ahogado, pero consiguieron despojarse su armadura, y finalmente, exhaustos, nadaron de vuelta a la costa y se arrastraron alrededor del campo de batalla hacia las colinas. Él y Lucy lo habían logrado hasta el punto de extracción seis donde habían visto una de las naves de exfiltración sigilosas. No vinieron refuerzos Convenio. Todos habían muerto cuando el reactor explotó. La Operación TORPEDO había sido un éxito… pero había costado las vidas de todos los demás de la Compañía Beta. Todo lo que quedaba de la fábrica, los cruceros Convenio y las fuerzas terrestres de la Compañía Beta era un cráter de vidrio de cuatro kilómetros de diámetro. No había huesos, ni siquiera un panel de camuflaje de algún traje de armadura SPI. Se habían ido. Susurros en el viento. Lucy se apoyó contra el casco de la nave submerodeadora Black Cat, su cuerpo temblaba. Empezó a bajar de nuevo mientras se tambaleaba por la colina. —¿Adónde vas? —Supervivientes —suspiró ella dando un hacia adelante—. Foxtrot. Tenemos que mirar.

incierto paso

Nadie había sobrevivido. Habían comprobado todas las frecuencias de COM, buscado a lo largo de la orilla, campos y colinas durante su silenciosa caminata de vuelta. No había nadie más con vida. Lucy era diminuta. Como Tom, solo tenía doce años, pero midiendo un metro sesenta y pesando setenta kilos, Lucy era de los SPARTANs-III más bajos. Sin armadura y armas y con su pálida forma cubierta solosupor las másSPImodestas prendas, parecía aún más pequeña. Tom se puso de pie y pasó gentilmente su brazo alrededor de ella. Tembló violentamente. —Vas a entrar en trauma.

Encontró un botiquín de primeros auxilios y le inyectó el cóctel estándar contra traumas posmisión. —Supervivientes… —suspiró ella. —No los hay —le dijo—. Tenemos que salir de aquí. Los condensadores de la Black Cat se desecarán en cuatro horas y no podremos saltar al Deslizespacio. Ella se le volvió, con los ojos abiertos y rebosantes de lágrimas. —¿Cómo puedes estar seguro de que estamos vivos? Tom estaba vivo. Estaba seguro de ello. Pero al echar un último vistazo a los resquebrajados campos de Pegasi Delta, supo que parte de él había muerto ese día con la Compañía Beta. Ayudó a Lucy a entrar en la merodeadora Black Cat y cerró la escotilla. Los motores de la submerodeadora rugieron volviendo a la vida, apagándose hasta ser un suspiro. La nave se levantó y dirigió hacia los oscurecientes cielos. Las palabras de Lucy preguntándole si estaban vivos podrían ser las últimas. «Desarticulación vocal postraumática», declararían eventualmente los expertos. Y exceptuando por deber, permanecería en silencio… puedeque incapacitada, o sin la voluntad, de volver a hablar el resto de su vida. En los años venideros, Tom reflexionaría sobre la última pregunta de Lucy todos los días. «¿Cómo puedes estar seguro de que estamos vivos?» Algo había muerto para todos los Spartans aquel día.

SE

CCI Ó

N

I

TENIENTE AMBROSE

CAPÍTULO

UNO 1647 HORAS, 1 DEMAYO DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)/ SISTEMA TAURI 111, CAMPAMENTO NUEVA ESPERANZA, PLANETA VICTORIA

John, SPARTAN-117, aunque estuviera metido en media tonelada de armadura angular MJOLNIR, se movía como una sombra a través de la oscura maleza del bosque. El guarda del perímetro de la Base Nueva Esperanza encendió un cigarrillo, tomó una última bocanada, y tosió la colilla. John se lanzó, un suave susurro, y rodeó con su mano el cuello del hombre, desgarrándolo con un pop. El cigarrillo del guarda golpeó el suelo. Grillos cercanos resumieron su canción nocturna. John notificó su estado al resto del Equipo Azul. Cuatro luces LED verdes parpadearon en su pantalla, indicando que el resto de los guardas del perímetro extendido había sido neutralizado. El siguiente objetivo era una puerta de descarga, la parte más débil del sistema de defensa de la base rebelde. El puesto de guardia tenía dos hombres fuera, dos en el tejado y bastantes dentro. Aparte de esto, sin embargo, la base contaba con una seguridad impresionante incluso para los estándares de los Spartans: sensores sísmicos y de movimiento, una triple capa de guardias, perros entrenados y drones aéreos clase MAKO arriba.

John hizo parpadear verde su luz de estado: era la señal para proceder a la siguiente fase. El poniente sol acababa de tocar el borde del horizonte cuando los guardas en el tejado del búnker sufrieron una sacudida y se estrujaron. Ocurrió tan rápido, John no estaba seguro de a cuál había disparado Linda primero. Un latido después los dos estaban también muertos en el suelo. John y Kurt corrieron hacia la casa del portero. Kelly esprintó yendo por delante, cubriendo los trescientos metros desde el bosque en la mitad de tiempo y saltó al tejado de un único bote. Abrió el respiradero de la azotea y dejó caer granadas cegadoras. Kurt se instaló fuera de la puerta y barrió el lado de popa en busca de cualquier objetivo. John esperaba en el otro lado de la puerta de seguridad de acero y cristal a prueba de balas, una mano con el pomo, un pie contra la pared. Dentro sonaron tres golpes sordos. John empujó, doblando la puerta y el refuerzo de acero de la pared. Kurt entró, su ametralladora M7 eructó ráfagas de tres disparos. John estaba dentro un momento después, y reconoció las amenazas en un parpadeo. Había tres guardas ya caídos. Detrás de ellos, bancos de monitores de seguridad que mostraban cien vistas de la base. Otros siete hombres estaban sentados en una mesa de póquer, sacudiéndose por los efectos de las granadas cegadoras. Se levantaron con las armas a medio sacar de las fundas. John disparó tranquilamente a cada hombre, una vez en la cabeza. Nada se movió. Kelly se lanzó hacia fuera de la puerta, rodó hacia dentro, niveló su arma. —Sistema de seguridad —les susurró John a Kurt y a ella.

Fred y Linda aparecieron un momento después, y juntos empujaron y colocaron la pesada puerta de nuevo en su doblado marco. —Todo correcto fuera —les dijo Fred.

Kelly se sentó delante de los bancos de monitores y sacó una alfombrilla táctil, iniciando el paquete de software de infiltración en ordenadores de la ONI. Kurt tecleó, asintiendo a la nota pegada bajo el monitor. — La contraseña ha sido introducida —dijo, sacudiendo la cabeza. —Vale —susurró Kelly—. Podemos hacerlo de la manera fácil, también. Ejecutando protocolo de reproducción del monitor, ahora. Obtendré un camino directo al objetivo. Mientras tanto Kurt navegaba entre los distintos ángulos de cámara y subsistemas en pantalla. —Ninguna alarma ha saltado —notificó. Se paró y observó un grupo de guardias descargando botes de munición de un Warthog. Un hombre titubeó y tiró un bote; a lo largo de su lateral estaba grabado: MUTA-PB-09334. John no había ordenado ningún barrido de los subsistemas, aunque tampoco lo había prohibido. Las acciones de Kurt podrían disparar la bandera roja en el comando y control de la base. John había contrapuesto sentimientos sobre usar al SPARTAN-051, Kurt, como reemplazo de Sam en el Equipo Azul. Por una parte, era un Spartan extremadamente capaz. El jefe Méndez le había otorgado rutinariamente el mando del Equipo Verde durante ejercicios de entrenamiento, y Kurt solía ganar contra el Equipo Azul de John. Pero por otra parte, para uncon Spartan, indisciplinado. Se tomaba tiempoera, en hablar todos los Spartans, e incluso con su el personal no-Spartan que le entrenaba y mantenía. Como soldado profesional en medio de dos guerras (en una luchando contra una atrincherada rebelión, en la otra enfrentándose contra una xenofóbica raza alienígena

tecnológicamente superior), Kurt desperdiciaba una cantidad considerable de tiempo y energía haciendo amigos. —El sistema de cámaras y detectores está desviado — anunció Kelly trazando un pequeño círculo con su dedo índice—. Tenemos quince minutos mientras los perros y drones son alternados y reabastecidos. Así que solo nos quedan guardias con los que tratar. —Muévanse —le dijo John a su equipo. Kurt titubeó, sus ojos seguían fijos en los monitores. —¿Qué? —preguntó John. —Una divertida sensación —susurró Kurt. Eso preocupó a John. Todos habían actuado sin errores y no había señales de que el enemigo hubiera reaccionado a su presencia. Pero Kurt tenía reputación oliendo emboscadas. John había estado en el extremo receptor de la intuición de Kurt bastantes veces durante el entrenamiento. John asintió mirando hacia el monitor, aún desprovisto de todo salvo de actividad normal. —Explícate. —Los guardas descargando ese Warthog —dijo Kurt —. Parece como… si se estuviesen preparando para algo. Los

sistemas de seguridad y las máquinas pueden ser burlados… o llevados fácilmente al error —declaró —. ¿Las personas? No es tan fácil. —Entiendo —dijo John—. Permaneceremos alerta, pero tenemos que ceñirnos al horario. Movámonos. Kurt se levantó, echando una mirada al monitor mientras salían de la casa del portero. Los Spartans se fundieron de sombra en sombra, bordeando un almacén, bajando por los barracones de los oficiales, en edificio el centroestaba de la rodeado base, llegaron al límite de yunfinalmente, almacén. El por tres vallas con avisos de que el patio de grava más adelante estaba minado. Ocho guardas patrullaban el perímetro. Aparcado a un lado se encontraba un Warthog modificado; había sido cortado por la mitad y una nueva sección central que parecía

poder llevar a diez hombres a la batalla había sido soldada en su lugar. Sería suficiente. John extendió una pequeña varilla y la apuntó al edificio. El contador de radiación brincó hasta indicar cien veces el nivel normal de fondo para ese planeta. Aquello confirmaba que su objetivo primario estaba dentro: tres cabezas nucleares FENRIS. Batallas recientes contra el Convenio habían reducido las reservas de materiales físiles de la UNSC de este sector hasta casi nada. Los insurgentes habían oído de esto (lo cual indicaba también que tenían una inteligencia considerablemente capaz) y habían contactado con la COMCENT regional para ofrecer valientemente una tregua. Dijeron que habían robado cabezas armadas. Afirmaron tener gente con el Síndrome de Borren y que querían la habilidad y medicinas que solo los doctores de la UNSC podían proporcionarles.

La COMCENT dijo que lo consideraría. Lo consideraron, enviaron al Equipo Azul a hacerse con esas cabezas, y si se presentaba la oportunidad, a eliminar a cualquier líder rebelde.

John le señaló a su equipo para que saliera, se dispersara alrededor del búnker, y tomara posiciones para disparar a los guardas. Luces de reconocimiento parpadearon en verde. La de Kurt fue la última, con una palpable indecisión. John le dio a Kurt una corta señal con la mano, y después apuntó al Warthog, indicándole que tuviera el vehículo listo para moverlo.

Kurt asintió. de Kurt era tan mala como contagiosa. A La «sensación» John no le gustaba. Dejó sus incertidumbres a un lado. El Equipo Azul estaba en posición. John descolgó su rifle de francotirador y observó. Dio la señal de «adelante» y vio cómo un guarda y después otro

caían silenciosamente. Linda había sido tan rápida y eficiente como siempre. John dio el visto bueno para entrar. El Equipo Azul se introdujo con facilidad, barriendo las oscuras esquinas del edificio. El lugar estaba vacío, excepto por estantes de acero que acunaban tres cajas de cabezas armadas de forma cónica. El indicador de radiación de John saltó, indicando que no sostenían explosivos convencionales.

Señaló a Kelly y Fred, a la estantería, y después al Warthog que se encontraba fuera. Asintieron. La luz de reconocimiento de Kurt parpadeó roja. Ningún Spartan hacía brillar la luz roja durante una misión a no ser que tuviera una buena razón. —Aborten —dijo John—. Regresen. Ahora. Un mareo se ciñó sobre él. John vio a Linda, Fred y Kelly cayendo de rodillas. Después la oscuridad lo ingirió.

John se levantó de un respingo, cada uno de sus músculos quemaba y se sentía como si alguien le hubiera golpeado la cabeza con un martillo. Eso era buena señal: significaba que no estaba muerto. Tensó los músculos contra una inflexible presión. Parpadeó para aclarar su borrosa visión y se vio sentado contra una pared, aún en el búnker de alta seguridad. Las cabezas también seguían allí. Entonces John vioTenían una alzadas docena armas de comandantes endel el almacén, mirándolo. ametralladoras calibre .30, favorecidas por las fuerzas rebeldes. Apodadas «hacedoras de confeti», eran realmente poco precisas, pero a bocajarro eso sería difícilmente un problema. El resto del Equipo Azul estaba bocabajo sobre el suelo de hormigón. Los técnicos, vistiendo batas de laboratorio, se

agachaban encima de ellos capturándolos en vídeo digital de alta resolución. John tiró de su inerte armadura. Tenía que llegar a su equipo. ¿Estaban muertos? —No es necesario forcejear —dijo una voz. Un hombre con un largo cabello gris se paró frente a la placa frontal de John. —O forcejea si quieres. Les hemos instalado collares neuro-inhibidores a ti y a tus camaradas. La solución estándar de la UNSC contra criminales peligrosos —sonrió—. Apuesto a que sin uno podrías, y lo harías, partirme en dos con esa milagrosa armadura. John mantuvo su boca cerrada. —Relájate —le dijo el hombre—. Soy el general Graves. John reconoció el nombre. Howard Graves era uno de los tres hombres de los que se creían al mando del Frente Rebelde Unido. No era coincidencia que estuviera allí. —Estás

sufriendo

una descompresión rápida… la —le dijo a John—. Usamos una placa

enfermedad del buzo antigravedad, vieja tecnología que nunca llegó a despegar, pero que para nuestros propósitos, funciona bien. Un rayo canalizado burló los sensores de tu armadura y les hizo pensar que estabas en un ambiente sometido a diez atmósferas de presión. Incrementó la presión interna para salvar sus vidas, dejándoles momentáneamente inconscientes. —Has

ingeniado todo esto para nosotros —dijo John, su voz se quebró. —Ustedes «Spartans» han hecho bastante mella en nuestros esfuerzos por liberar a los planetas fronterizos — dijo el general Graves—. La estación Jefferson en el cinturón

Origami de el año pasado; nuestro destructorde ; hace seisasteroides meses, nuestra instalación de fabricación explosivos de gran potencia; seguido por el incidente en Micronesia y nuestra célula de sabotaje en Reach. No lo creí hasta que vi el vídeo. Todo obra del mismo equipo de cuatro hombres. Algunos decían que el «Equipo Azul» era un mito

—golpeó con el puño la placa frontal de John—. A mí me

pareces lo suficientemente real. John luchó, pero parecía estar atrapado en una montaña de acero. El collar neuronal neutralizaba cada señal que viajara hacia abajo por su espina exceptuando las autónomas que iban a parar al corazón y al diafragma. Tenía que concentrarse. ¿Tenían todos en su equipo un collar? Sí. Cada uno de los Spartans tenía una fina abrazadera en la parte trasera de su casco, justamente por encima del puerto para la interfaz IA. Graves tenía un excelente conocimiento de su equipo. Espera. John hizo un recuento de su paralizado equipo: Kelly, Linda y Fred. Kurt no estaba. Graves había dicho «equipo de cuatro hombres». No sabía sobre Kurt. —Tal como supones —continuó Graves—, todo esto era para su beneficio. Sacamos todo nuestro material físil a la vez y nos aseguramos de hacerlo tan descuidadamente para que incluso tu Oficina Naval de Inteligencia lo viera. Anticipamos que enviarían al milagroso Equipo Azul. No estoy decepcionado con que las mentes de tus líderes sigan siendo tan fáciles de leer. Un joven comandante se le acercó, saludó y susurró nerviosamente: —Señor, los sensores externos están desconectados. Graves frunció el entrecejo. —Saquen a los prisioneros fuera de aquí. Hagan sonar la alarma general. Vigilen esas cabezas y díganle a los remolques que…

Un zumbido llenó el aire. John divisó un difuminado hilo de metal través puerta. Tuvo una fracción de segundo para ver aque era de unalamina antipersona Asteroidea de ocho patas, su gatillo accionado por la presión se activó con un pedazo de grava… justo antes de que detonara en una esfera de fuego. El metal salpicó la armadura de John.

Todos los que estaban de pie en la habitación se curvaron ante la onda expansiva y la lluvia de metralla. Seis comandantes con múltiples cortes y sangrando por sus rojas orejas, con sus armas listas, agitaban la cabeza para librarse de la desorientación. El Warthog modificado que había estado aparcado al lado del búnker chocó contra la abierta puerta doble. El almacén entero se tambaleó. Los comandantes abrieron fuego y se precipitaron hacia la puerta. El Warthog arrancó, después con un chillido, dio marcha atrás y se empotró contra la puerta de nuevo. Las paredes de acero corrugado chirriaron, se torcieron, y en medio de una lluvia de chispas el vehículo introdujo su sección central en el edificio como si fuera una reina termita preñada. Los comandantes descargaron sus hacedoras de confeti, arrugando la armadura del «Hog». La parte superior de la sección central se abrió y tres minas antipersona Asteroidea cayeron, girando como el juguete de algún niño… cada una aterrizando en una esquina del búnker... y explotando. Fragmentos de metal al rojo vivo cortaron a los comandantes como una guadaña.

Kurt saltó y disparó a los tres hombres que aún se movían. Rápidamente se acercó a cada uno de los Spartans y les quitó los collares. Kelly se estiró hasta tocarse los pies. Fred y Linda se levantaron. Kurt arrancó de un tirón el collar del cuello de John. Sintió un hormigueoa por su cuerpo, perosus susextremidades. músculos volvían a responder sus todo órdenes. Flexionó No había ningún daño nervioso permanente.

—Ya

nos podemos olvidar del sigilo —dijo John—. Kurt, conduce el Warthog. Kelly, Linda, Fred, tengan esas cabezas *

cargadas LAP .

Asintieron. John se dirigió al general Graves. Una astilla de acero corrugado se había hospedado en el cráneo del hombre. Infortunado. Graves guardaba secretos del comando y la estructuración de la inteligencia de los rebeldes… secretos de los cuales John solo tenía la más modesta idea. Sus capacidades habían sido enormemente subestimadas. Con la mayor amenaza del Convenio avecinándose, John se preguntó qué harían los rebeldes al final. ¿Atacar a una debilitada UNSC mientras esta combate alienígenas, o luchar contra el enemigo común de la humanidad? Ignoró la imagen estratégica que visualizó y se centró en lo táctico, ayudar a Kelly a maniobrar con la última cabeza armada hasta la sección central del Warthog blindado. Cargado con las bombas y cinco Spartans con armadura, el vehículo iba a ras del suelo. John escaló hasta la parte trasera y Kurt condujo, y lentamente aceleraron lejos del seguro almacén. —A velocidad máxima hasta el PE † —ordenó John—. Kurt encendió la radio del Warthog. Zumbaba con un confuso diálogo de fondo. —«La Unidad Uno no responde. Disparos confirmados. ¡Hombres caídos! Rastreando CPA ‡ . ¿Abren fuego? Confirmado… ¡confirmado! Que todas las unidades se reúnan. ¡Ahora!» —Todos —gritó John—, al centro.

Lo Antes Posible Punto de Extracción ‡ Código de Procesamiento de Actividad *



Agujeros salpicaron el Warthog, las balas perforadoras de blindaje penetraban en el lateral como si este fuera de papel y abollaban las cajas de las cabezas armadas. —¡Detrás de las cabezas! —les dijo Fred—. John, Kelly, Fred y Linda se acurrucaron detrás de los misiles. Las cabezas nucleares podrían irónicamente ser sus mejores defensas. Las cajas estaban súper-endurecidas, tanto para contener la radiación y la furia de un pequeño sol durante un segundo de más como para preservar su potencia termonuclear. John miró hacia el asiento del conductor. Kurt se estrujaba contra la carrocería, intentando presentarles el menor objetivo posible, arriesgando su vida para llevarlos a todos a un lugar seguro. Del Warthog se elevaba una chimenea de humo, pero lentamente su velocidad alcanzó los cuarenta kilómetros por hora. Un traqueteo provenía del motor. Un neumático reventó y el vehículo giró hacia derecha e izquierda. Kurt recuperó el control y continuó avanzando. El fuego PB* se ralentizó y paró. —¡Agárrense! —dijo Kurt, agachándose.

El Warthog embistió contra la valla de trenzas metálicas y de concertina de alambre, pasó por encima del terreno de grava, y hacia el bosque. —Carretera 32-B hacia el PE —dijo Kurt. «Carretera» era una creativa exageración. Rebotaron a lo largo, tirando abajo árboles, coleteando y rociando barro. —¡Drones! —les dijo Kurt. —Abran la escotilla —ordenó John. Kelly y Fred apartaron losJohn paneles sección sacósuperiores la cabeza,deylavio a trescentral. drones de ataque clase MAKO persiguiéndolos, cada uno con un pesado misil. Un

*

Perforador de Blindaje

impacto directo acabaría con el Warthog. Incluso uno fallido cercano podría destruir un eje. Linda saltó, con su rifle de francotirador ya en mano y los ojos en la mira. John y Linda abrieron fuego. El drone en cabeza echó humo y cayó entre los árboles. El siguiente drone ganó ángulo, tambaleándose. Lanzó su misil, y se alejó. Una línea de humo apreció, una cola de fuego y un misil aceleró hacia ellos a una preocupante velocidad. Linda disparó, rociando las balas tan rápido como la recámara giraba. El misil empezó a girar... pero seguía fijo a su rumbo. —PE a trescientos metros —dijo Kelly, consultando su tableta—. El comité de bienvenida nos tiene en su campo de visión. —Diles que tenemos el paquete —dijo John—, y que necesitamos una mano. —Recibido —dijo ella—. El misil estaba a dos kilómetros de ellos… acercándose

rápidamente. Más adelante, el bosque se convertía en un pantano. Con el rugido de un huracán, una nave de descenso Pelican de la UNSC rozaba las copas de los árboles y sus armas de cadena gemelas escupieron babosas de uranio al misil que se aproximaba… haciéndolo explotar en una flor de fuego

y

humo. —Espere por recogida, Equipo Azul —dijo el piloto de la nave de descenso por su COM —. Tenemos naves unipersonales hostiles aproximándose. Así que permanezcan alerta y ejecuten el protocolo de vacío. —Comprueben la integridad de los trajes —ordenó John. Se acordó de Sam y de cómo su amigo se había sacrificado, permaneciendo en una nave Convenio bajo calvario por una brecha en su traje. Si una sola bala PB había perforado sus MJOLNIR, se encontrarían en un problema similar.

El Warthog, alimentando negras nubes, se sacudió hasta pararse. El Pelican se posicionó encima de él y lo sujetó fuertemente. El Equipo Azul volvió a poner todas las luces de estado en verde, y John se relajó; había estado conteniendo la respiración. El Pelican elevó el Warthog, cargado con Spartans y cabezas armadas, por los aires. —Asegúrense —dijo el piloto—. Espectros entrando en vector cero siete dos. La aceleración tiró de John, pero se estabilizó rápidamente, una mano sobre las bombas, la otra contra el perforado lateral del Warthog. La clara luz azul exterior se oscureció hasta llegar al negro y llenarse del brillo de las estrellas. —Cita con la Bunker Hill en quince segundos —anunció el piloto del Pelican—. Preparados para inminente salto Deslizespacial fuera del sistema. Kurt salió cuidadosamente del asiento del conductor hasta la sección central para reunirse con ellos. —Buen trabajo —le dijo Fred—. ¿Cómo supiste que era una trampa? —Por los guardas descargando la munición del Warthog — explicó Kurt—. Lo vi a tiempo, pero no lo comprendí hasta que era casi demasiado tarde. Esos botes de munición estaban marcados como balas perforadoras de blindaje. Todos ellos. No necesitarías tantas PB a no ser que te enfrentaras a unos pocos tanques ligeros…

—O a un escuadrón de Spartans —dijo Linda, pillándolo. —Nosotros —remarcó Fred. Kurt sacudió obstinadamente la cabeza. —Debería

habérmelo figurado antes. Casi hago que todos murieran. —Querrás decir que nos salvaste a todos —dijo Kelly, dándole en el codo con el suyo.

—Si vuelves a tener otra divertida John—, dímelo, y hazme entender.

«sensación»

—le

dijo

Kurt asintió. John se preguntaba sobre las «sensaciones» de este hombre, su instintivo subconsciente le advertía del peligro. El SOJ* Méndez les había hecho entrenar tan duramente, enseñanzas sobre la integración en el equipo de fuego, priorización de los objetivos, combate mano-a-mano y tácticas en el campo de batalla que eran parte de sus endurecidos instintos ahora. Pero eso no significaba que los impulsos biológicos fueran inútiles. Más bien lo contrario. John extendió su mano sobre el hombro de Kurt, intentando encontrar las palabras adecuadas. Kelly, como siempre, expresó los sentimientos que John nunca podría. Dijo: —Bienvenido a Azul, Spartan. Vamos a formar un gran equipo.

*

Suboficial Jefe

CAPÍTULO

DOS 0500 HORAS, 24 DEOCTUBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)/ A BORDODELA POINTOFNORETURNDELA UNSC, ESPACI O INTERESTELAR, SECTORB-042

El coronel Ackerson corría con ambas manos metidas en su fino cabello y se sirvió un vaso de agua de la jarra sobre la mesa. Sacudió la mano. Era irónico que su carrera en la militaría hubiera llegado a esto: una reunión secreta en una nave que técnicamente no existía, a punto de tratar un proyecto que, si tenía éxito, nunca emergería de las sombras. Clasificaciones de solo para sus ojos. Contraseñas. Acuerdos y apuñaladas espalda. Añorabadobles los tempranos días enpor loslaque sujetaba un rifle con sus manos, el enemigo era fácilmente reconocible y eliminado y la Tierra era el centro más poderoso y seguro del universo. Aquellos tiempos solo existían en su memoria ahora, y Ackerson debería sobrevivir en la oscuridad para salvar cualquier luz que quedara. Volvió a la mesa de conferencias de ébano y su mirada recorrió toda la habitación, una burbuja de cinco metros de diámetro, separada en dos por un suelo de rejillas metálicas, con paredes de acero inoxidable pulidas hasta obtener el aspecto de un espejo. Una vez sellada, se convertía en una jaula de Faraday y ninguna señal electrónica podía escapar.

Odiaba ese lugar. Las blancas paredes y la negra mesa le hacían sentirse sentado en el medio de un ojo gigante, siempre bajo observación. La «jaula», como él la llamaba, estaba contenida en un capullo de capas ablativas aislantes y de contraelectrónica para darle una mayor seguridad y estaba instalada en la nave más secreta dentro de la flota de la UNSC, la Point of No Return. Construida por partes y después ensamblada en el espacio profundo, la Point of No Return era la mayor nave-buque de clase merodeadora jamás construida. Con el tamaño de un destructor, era completamente invisible para los radares, y cuando sus feroces motores corrían a más del 30 por ciento era tan negra como el espacio interestelar. La Point of No Return era la plataforma de control y comando del terreno durante tiempos de guerra para la Oficina Naval de Inteligencia de la UNSC, Sección Tres de la ArmEspNav*. Muy pocos habían visto esta nave, solo un puñado había estado a bordo, y menos de veinte oficiales de la galaxia habían accedido a la jaula. La blanca pared se contrajo y tres personas entraron, golpeando con las botas a lo largo de la rejilla de metal. El almirante Rich entró el primero. Tenía solo cuarenta años, pero ya tenía la piel grisácea. Había comandado operaciones encubiertas en la Sección Tres, al mando de todos los campos operacionales excepto el del programa SPARTAN-II de la Dra. Halsey. Se sentó a la derecha de Ackerson, miró al agua y frunció el ceño. Sacó un frasco de oro y lo destapó. El olor a whisky barato asaltó inmediatamente a Ackerson.

El siguiente fue el capitán Gibson. El hombre se movía como una pantera con las pequeñas zancadas señales de haber pasado recientemente tiempo en microgravedad. Era el *

Armas Especiales Navales

oficial de campo al mando de las Operaciones Encubiertas de la Sección Tres, el trabajo sucio junto al almirante Rich. Y por último, la vicealmirante Parangosky entró. Las puertas se cerraron inmediatamente detrás de ella. Sonaron tres clics distintos tan pronto los cierres eran engranados en sus posiciones, y entonces la sala cayó en un silencio poco natural. Parangosky siguió de pie y evaluó a los demás; su mirada de hierro se fijó al fin en Ackerson. —Será mejor que tenga una buena razón para arrastrarnos a través de la puerta trasera, Coronel. Parangosky parecía frágil y más cerca de los 170 años que de los setenta que tenía en verdad, pero en la opinión de Ackerson era la persona más peligrosa en la UNSC. Ella tenía el verdadero poder de ONI. Por lo que sabía, solo una persona se había cruzado con éxito en su camino y sobrevivido. El coronel Ackerson extendió cuatro tabletas de lectura en la mesa. Los escáneres biométricos brillaron en los laterales. —Por favor, Almirante —dijo él—, si me hace el favor. —Muy bien —gruñó ella antes de sentarse —, picaré. —No sería nada nuevo, Margaret —murmuró el almirante Rich—.

Ella le disparó con una mirada penetrante, pero no dijo nada. Los tres oficiales escanearon el documento. El capitán Gibson suspiró explosivamente y apartó la tableta. —Spartans —dijo—. Sí, todos estamos familiarizados con sus registros operacionales. Bastante impresionantes —a partir de su fruncido ceño, estaba claro que lo que sentía no era «impresión». —Y —comentó Rich—, ya sabemos los pensamientos que tiene sobre sobre este programa, Coronel. Espero que no nos haya traído hasta aquí para intentar y volver a conseguir que los Spartans sean dejados de lado.

—No —respondió Ackerson—. Por favor, pasen a la página

veintitrés, y verán claro cuál es mi propósito. Examinaron su informe a regañadientes. Las cejas del almirante Rich se arquearon. —Nunca había visto esas cifras antes… construcción de trajes MJOLNIR, personal de mantenimiento, y recientes mejoras en sus plantas de microfusión. ¡Dios! Podría construir un nuevo grupo de batalla con lo que se está gastando Halsey. La vicealmirante Parangosky no ojeó las cifras. —Ya había visto esto antes, Coronel. Los Spartans son el proyecto más caro de nuestra sección. Sin embargo, son también el más efectivo. Vaya al grano. —El tema es este —dijo Ackerson. El sudor le corría por la espalda, pero mantuvo su voz constante. Si no les convencía de esto, Parangosky podría pasarle por encima y se encontraría reducido a sargento y patrullando algún sucio mundo fronterizo. O peor—. »No estoy sugiriendo que dejemos de lado a los Spartans — continuó él, e hizo un amplio gesto con ambas manos —. Al contrario, estamos librando una guerra con dos frentes: los rebeldes, que erosionan nuestra base económica en las colonias exteriores, y los Convenio, quienes, por lo que sabemos, están comprometidos a la aniquilación total de la humanidad —Ackerson miró al frente y se encontró con las miradas de Gibson, Rich, y después la de Parangosky —. Opino que necesitamos más Spartans. La más pequeña de las muescas de una sonrisa se dibujó en los finos labios de la vicealmirante Parangosky. —Mierda —murmuró Rich. Tomó un trago de su frasco de whisky—. Ya lo he oído todo. —¿De qué parte está, Coronel? —demandó Gibson—. Ha estado claramente en contra de los SPARTANs-II de la Dra. Halsey desde que empezó el programa. —Lo he estado —dijo Ackerson—. Y sigo estándolo — miró a los lectores—. Pantalla cuarenta y dos, por favor. Siguieron adelante.

—Aquí

detallo los fallos del sin lugar a dudas exitoso programa de Halsey —dijo Ackerson—. Altos costes, una posibilidad de gen-candidatos absurdamente pequeña, metodologías de entrenamiento ineficientes, muy pocas unidades finales producidas… sin mencionar la dudosa ética

al usar los procedimientos de clonación rápida. Parangosky siguió adelante. —Y usted está proponiendo… ah, ¿un programa SPARTAN-III? —su expresión de hierro no pudo traicionar un indicio de emoción. —Consideren a los SPARTANs-II como prueba de un concepto aún en estado de prototipo —dijo Ackerson—. Ya es hora de pasar al modo de producción. Haciendo mejores unidades con nueva tecnología. Haciendo más de ellas. Y haciéndolas más baratas. —Interesante —susurró ella—. Sintió que estaba consiguiendo llegar hasta ella, así que presionó. —Los SPARTANs-II tienen una característica adicional que los hace indeseables para nuestros propósitos —dijo Ackerson—. Una presencia pública. A pesar de ser alto secreto, las historias se han filtrado a través de la flota. Solo un mito por ahora, pero la Sección Dos tiene planes para diseminar más información, y hacer público el programa dentro de poco. —¡¿Qué?! —Rich se apartó de la mesa —. No pueden revelar detalles de un proyecto alta… —Para subir la moral —explicó Ackerson—. Construirán la

leyenda del Spartan. Si la guerra sigue su curso contra el Convenio, tendremos que tomar medidas drásticas para mantener la confianza a través de rangos y filas. —Eso quiere decir que estos Spartans tendrán que ser, ¿qué, protegidos? —preguntó Rich con incertidumbre—. Si todos mueren, eso hará de la campaña psicológica algo bastante lejano, ¿no? —No necesariamente, señor —remarcó Gibson—. Pueden estar muertos, solo que no será un secreto.

—Asumo,

Coronel —dijo Parangosky—, ¿que dicha presencia pública no será un problema con su propuesto programa de la serie-tres? —Correcto, señora —Ackerson puso las manos sobre la mesa e inclinó la cabeza. Después miró arriba —. Ha sido la conclusión más difícil a la que he llegado. Esta nueva fuerza de batalla debe ser dispensable, altamente eficiente, y entrenada para llevar a cabo misiones que tradicionalmente nunca serían consideradas. Ni siquiera por los superhombres de Halsey.

Rich frunció el ceño ante esto y su frente se arrugó.



Misiones suicida.

—Objetivos de gran importancia —contrarrestó Ackerson—. Objetivos Convenio. Las batallas que hemos

ganado contra este enemigo han conllevado inaceptables bajas. Con su supremacía numérica y su tecnología superior tenemos pocas opciones contra una fuerza tal, excepto tácticas extremas. —Tiene razón —dijo Gibson—. Los Spartans han probado su efectividad en misiones de alto riesgo, y aunque odie admitirlo, son mejores que cualquier equipo humano que pudiera reunir. Eliminamos los mandatos de la UNSC de seguridad y exfiltración y tenemos una oportunidad para ralentizar al Convenio. Nos dará el tiempo para pensar, planear, y dar con una forma mejor de luchar. Parangosky suspiró. —Quiere intercambiar vidas por tiempo. Ackerson hizo una pausa, pensando detenidamente su respuesta, entonces dijo: —Sí, señora. ¿No es ese el trabajo de un soldado? Parangosky lo miró fijamente. Ackerson le devolvió la mirada. Rich y Gibson mantuvieron sus respectivas respiraciones, sin habla. —¿Hay otra opción? —preguntó Ackerson—. ¿Cuántos planetas son ahora cenizas? ¿Cuántos billones de colonos

han muerto? Salvar un único planeta, ganar un par de semanas, ¿merece un puñado de hombres y mujeres? —Por supuesto que sí —susurró ella—. Que Dios nos ayude. Sí, Coronel, sí. Lo merece. Rich vació su frasco. —Redigiré la financiación para que esto sea lejos de los lugares transitados, sin registros computerizados. Hay demasiadas IAs almacenadas estos días.

Gibson dijo: —Me aseguraré de que tenga el equipamiento, IEs*, y todo lo demás que necesite, Coronel. —Y sé de un área de ensayo perfecta para que esto despegue del suelo—dijo Parangosky. Asintió a Rich. —¿Onyx? —dijo él, mitad pregunta, mitad afirmación. —¿Sabes de algún lugar mejor? —preguntó ella—. La Sección Uno ha hecho de ese lugar un agujero negro virtual. Rich suspiró y dijo: —De acuerdo. Le enviaré el archivo sobre el lugar. Le va a encantar ese sitio. Las garantías de Rich no le confortaban del todo, pero Ackerson mantuvo la boca cerrada. Tenía todo lo que quería… casi.

—Solo

una cosa más

—dijo

Ackerson—. Necesitaré a un

SPARTAN-II para que me ayude a entrenar a estos nuevos reclutas. El capitán Gibson resopló. —¿Y le vas a pedir a la Dra. Halsey que te deje uno? —Tengo otro método en mente —replicó él—. Parangosky dijo: —Necesita a un Spartan para entrenar Spartans, por supuesto, pero —bajó la voz— vaya condenadamente despacio. Si esto se hace público, la gente sabrá que estamos haciendo «héroes dispensables», y la moral en picado largosepa de la flota. de que nadie caerá en la Seccióna loTres sobreAsegúrese su entrenador SPARTAN-II, ni sobre los SPARTANs-III. Si sucede, tendrán que desvanecerse. ¿Entendido? *

Instructores de Entrenamiento

—Sí, señora. —Y, por el amor de Dios —dijo ella, entrecerrando los ojos hasta que fueron rejillas—, Catherine Halsey no debe saberlo

nunca. Su simpatía rompe-corazones con los Spartans le ha hecho ganar muchos admiradores en la COMCENT. Si esa mujer no fuera tan vital para la guerra, la hubiéramos hecho retirarse décadas atrás. Ackerson asintió.

Los tres oficiales Navales manosearon sus tabletas de lectura y los archivos se borraron. Se quedaron quietos, y sin soltar ninguna palabra más, dejaron la jaula. Nunca habían estado allí. Nada de eso había sido discutido. A solas ahora, Ackerson revisó sus archivos e hizo planes. El primer tema de negocios ya estaba en marcha: en-pantalla apareció el registro de servicio del SPARTAN-051.

CAPÍTULO

TRES 0940 HORAS, 7 DENOVIEMBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA GROOMBRIDGE 34, CERCA DELA PLATAFORMA DE CONSTRUCCIÓN 966A (DESARMADA)

El SPARTAN-051, Kurt, saltó hacia el más completo vacío. Había una caída de cien kilómetros hasta la luna bajo sus pies. Mentalmente se había adaptado al flotante mundo abierto del espacio, y notó que técnicamente no había ni «arriba» ni «abajo» en el espacio… solo vectores, masas y

velocidades. Cambió a la cámara opuesta y vio a Kelly y Fred saltando de la esclusa de lapara merodeadora hasta él. Sabíapodría que nohacerle debía mover la cabeza mirar. El movimiento girar fuera de control. Por otra parte, dentro de la variante de armadura MJOLNIR especializada para vacío, su movilidad estaba reducida a una fracción de lo normal. Una luz de estado verde parpadeó, confirmando que todos estaban en el mismo vector. Habían flotado durante bastantes kilómetros antes de activar sus paquetes de propulsores de rango largo. Aunque fueran lentos, había dos buenas razones por las que ser cautelosos. Primera, cuando su merodeadora, la Circumference, había reentrado al espacio normal, el oficial de NAV había recibido un eco, una silueta parcial de una nave, de clase merodeadora. Supuso que era un eco de su reentrada al espacio normal que había rebotado en la luna. El oficial de

NAV les había asegurado que no había nada de lo que preocuparse. Aun así, a Kurt le inquietaba la anomalía. En caso de que fuera otra nave, querría estar bien lejos antes de encender el equipo. No había necesidad de revelar innecesariamente la posición de la nave de infiltración. Segunda, habían detectado un satélite de COM inerte en la cara oculta de la luna… algo que te esperarías en caso de que

el sistema estuviera siendo monitorizado para un ataque encubierto. No se había emitido ninguna señal de él. La Circumference lo había interceptado, y posteriormente destruido con el estallido de un pulso láser. Kurt acababa de suponer que esta simple misión de reconocimiento podría caldearse. De esa manera, estaría contento de ser defraudado. Activó el sistema de láser de la COMGRUPO de canal único y dijo: —TEL al demarco día-noche de cinco minutos. Comprobando sistema de propulsores.

Kurt ejecutó su propio diagnóstico. No podían ir a lo loco con el equipamiento. Diseñadas para operaciones largas en espacio profundo, eran de las piezas de equipamiento más peligrosas con las que habían entrenado. Incluso con triple envoltura en el sistema de NAV y estabilizadores, un accidente y había suficiente tiamina de hidracina en los tanques dobles de combustible para propulsarte tan lejos y a tanta velocidad que el rescate sería astronómicamente una posibilidad remota.

O como lo había explicado el jefe Méndez: «Empieza este equipo a temblar, empiecen ustedes a rezar» . Luces de estado verdes volvieron a Kurt parpadeando. —TEL de tres minutos —dijo él—. —Recibido —respondió Kelly, y después

añadió—, ¿algo

va mal? —No —dijo Kurt—. La voz de Fred sonó por la COM: —Cuando dices «no» de esa manera, quieres decir «sí». —Solo una sensación —admitió él—.

El silencio silbó por sus COMs de canal único entrelazados. Kurt miró por la cámara de ángulo muerto cómo Kelly y Fred activaban sus rifles de asalto MA5B. Un cable de datos conectaba cada rifle a los microprocesadores de sus PAQs-P* para otorgarles la correspondiente corrección cuando dispararan el arma. Kurt suspiró, nublando momentáneamente su placa frontal. Ahora ellos también estaban nerviosos. Pero puede que no fuera algo malo. Demasiadas cosas que se apilaban. Estaba el eco y el satélite espía inactivo. ¿Y por qué la COMCENT los había escogido para ir a una misión de reconocimiento de bajo riesgo? Era un simple vistazo para comprobar e informar sobre actividad sospechosa en un artillero de la UNSC desarmado. Claro, un paseo espacial es una maniobra muy arriesgada… pero no es algo a lo que enviarías a tres Spartans. —Llegando a la zona en crepúsculo —dijo Kurt—. Pasando al silencio por radio. Flotaron hacia la definida línea que marcaba la noche y el día en la lisa luna helada. No había atmósfera, así que la transición a la luz sería rápida, sin ninguna brillante salida del sol, solo un cegador destello de luz. Cruzaron hacia la luz. La placa frontal de Kurt se polarizó automáticamente, y tuvieron su primera vislumbre del astillero. La Estación Delphi era una ciudad flotante de andamios soldados, grúas, plataformas de estacionamiento, tubos y barras de soporte. No había ninguna luz. Ninguna emisión de calor. Kurt se centró en su grabador de alta definición para capturar cadasido metro cuadrado del que hubiera el responsable del derrelicto. desarme deQuienquiera la estación hace tres años había hecho un trabajo bastante descuidado. Había un anillo de escombros: vigas de acero hilado, tornillos *

Paquetes de Propulsores

y placas de batalla que brillaban al absorber y reflejar la luz solar teñida de rojo de las distantes estrellas binarias. Parecía desierto, así que Kurt hizo parpadear su luz de estado verde tres veces... la señal de todo-despejado para acortar la comunicación de haz-único. Fred envió una imagen por la COMGRUPO, el esquelético marco de una nave parcialmente construida, de casi el triple de tamaño que la merodeadora. Él dijo: —Esa aleación de acero RO * debería volverse blanca al ser expuesta a la radiación solar. —Es

plateada

—respondió

Kurt—. ¿Construcción

reciente? —Mira esto —dijo Kelly—. Ella subió una serie de imágenes, capturando en creciente magnificación unos apoyos de casco cuya forma recordaba a la extraña estructura angular de una nave de infiltración. Dicha formación sola sería tan grande como un destructor de la UNSC… lo que era imposible. Una nave de infiltracióngigantesca sería todo un oxímoron. Cuanto mayor es la nave, mayor es la radiación filtrada, mayor es el calor y mayor es el número de superficies de recubrimiento y sigilo que tendrían que estar en perfecto estado para que no reflejaran señales de radar. —Envía esa imagen a través de un único canal a la Circumference —ordenó Kurt—. La luz de estado de Kelly se volvió verde. Kurt barría con la mano, recogiendo datos en los sensores incrustados en su guante. Seguía sin haber calor. No, espera, en cuanto la Estación Delphi rotó lentamente, una pequeña línea blanca apareció. —Un punto caliente —dijo él, y señalizó la región en su pantalla, enviando las coordenadas a Fred y Kelly —.

*

Resistente al Óxido

La mano de Kurt se contrajo; años de comunicación por silenciosas y eficientes señales de mano era algo que simplemente no se podía olvidar. Hablar, incluso a través de un canal único, no le hacía sentir cómodo en esa misión. Una simple señal de mano, sin embargo, podría enviarlo dando vueltas, y mientras su PAQ-P pudiera compensarlo, Kurt quería seguir en sigilo sin usar los propulsores. Kelly movió su paquete de ópticas al lugar, hizo un aumento, y todos vieron una mancha de los colores del arco iris. El contador de radiación de Kurt saltó salvajemente y después se apagó. —Pulso de espectro amplio —informó él— . —He visto uno de estos antes —les dijo Fred—. Tenían que reparar el motor transluz Shaw-Fujikawa en la Magallanes. Era una operación arriesgada. Esas cosas no están hechas para ser separadas una vez activadas. Los motores Shaw-Fujikawa les permitían a las naves de la UNSC dejar el espacio normal y abrirse a través de un subdominio dimensional conocido coloquialmente como «espacio Deslizcurso». Kurt había recibido entrenamiento rudimentario sobre cómo funcionaban. El aparato usaba aceleradores de partículas para separar el espacio-tiempo normal generando agujeros negros. Dichos agujeros se evaporaban por la radiación de Hawking en un nanosegundo. La verdadera «magia» de mecánica cuántica del aparato era cómo manipulaba esos agujeros en el espacio-tiempo, estrujando un crucero de cien mil toneladas hacia el Deslizespacio. Las matemáticas de cómo funcionaba y de cómo reentraba al espacio muy por encimauna de nave él. Estaban, de hecho, por normal encima estaban de la mayoría de genios humanos.

Kurt, sin embargo, sabía algo sobre los aparatos ShawFujikawa: eran peligrosos. Había radiación y la anecdótica evidencia de que las leyes normales de la naturaleza se «doblaban» en proximidad con una unidad activa.

—Actualicen sus registros de misión y envíenlos de vuelta a la Circumference —dijo Kurt—. Vamos a echar una mirada

más de cerca a esa cosa y confirmar si *es lo que Fred cree antes de que llamemos a los de MATPEL . Hubo un ligero espacio de tiempo antes de que las luces de Kelly y Fred parpadearan verdes. Kurt activó su PAQ-P, activó los propulsores, y ganó ángulo hacia la Estación Delphi. Conectó los controles de posición, ajustó la inclinación, movimiento, y derrapó para evitar colisionar con los tornillos, vigas y herramientas girando en el campo de escombros. Según se acercaba a menosdesmanteladas de cien metros de del las chisporroteantes y parcialmente bobinas aparato, su cámara de ángulo muerto se difuminaba por la estática. —Recibo interferencias por aquí —dijo Kurt—. Mantengan la posición. Voy a explorar. —Recibido —dijo Kelly. Había un hilo de preocupación en su voz—. Cuerdas de agarre listas. Kurt se acercó deslizándose y vio el interior del aparato: un brillo cercano al ultravioleta que noque encajaba con la muestra de calor exterior. No era posible un agujero hacia el Deslizespacio existiera más de una fracción de instante, pero no podía evitar pensar que eso es lo que era… cuanto más seacercaba más le parecía que sería atrapado por él y se perdería para siempre.

Pero eso era solo un pensamiento. Titubeó. Kurt alteró su trayectoria directa y flotó hacia una viga treinta metros encima del motor Shaw-Fujikawa. El espacio cerca delpor aparato se rasgaba como olas de calor que se elevaban… imposible en el vacío.

Su pantalla frontal se difuminó. *

Materiales Peligrosos

Kelly habló por la COM, su transmisión se mezclaba con el ruido. —Tu señal IAE * se está quebrando. Muestra tu posición en múltiples regiones. Aborta el reconocimiento. Si tu electrónica malfuncion… La COM rompió en un siseo de estática. —He visto suficiente —dijo Kurt—. La estática le respondió. —Voy a volver atrás. Ajustó sus propulsores de altitud para girar sobre sí mismo. El cambio funcionó, pero no hubo reacción por parte de las boquillas del PAQ-P. extendióolos controles. Con triple recubrimiento losKurt -P estaba siendo afectadosobre por procesadores no… si su PAQ la radiación local, lo último que quería era darle la orden de disparar.

Agarró la viga de acero, y usándola de apoyo, se impulsó de vuelta a donde estaba su equipo. No podía verlos fuera, pero sabía que le estaban siguiendo. Sabía que no le dejarían caer. Con Kelly y Fred a sus espaldas, podría estar a las puertas del infierno y ellos le sacarían de ahí. Claro que, con un aparato Shaw-Fujikawa te destruido y funcionando incorrectamente, a laparcialmen distancia de un escupitajo de él… podría ser ahí mismo donde se encontrara. Observó movimiento en las sombras, una serpenteante cuerda naranja y blanca y una mancha que se movía en uno de sus extremos: la cuerda de rescate de Kelly. Perfecto. No había ninguna preocupación ahora. La viga de acero chisporroteó. Kurt la dejó ir instintivamente, y arcos corrieron a través de la aleación… la

radiación estaba induciéndole carga eléctrica. Todas las pantallas de su casco explotaron en estática. Filas de luces de estado parpadearon ámbar, después, todas en *

Identificador de Amigo o Enemigo

rojo. El soporte vital, hidráulicas, la energía se fluctuó… y

falló. Tenía que salir de allí antes de que el aparato transluz Shaw-Fujikawa apagara completamente su traje. Las leyes básicas de la física seguían funcionando ahí. Acción y reacción. Transferencia de energía y movimiento. Empujó la barra hacia Fred y Kelly… esperando aferrarse a

la cuerda de rescate a su manera. Si fallaba, podrían encontrarlo aún. Lo único que le importaba en ese momento era alejarse de la fuente del mal funcionamiento de su traje. Empezó a flotar. Con su traje apagado, todo lo que podía hacer ahora flotar a laen deriva. Y esperar. Le dio un era rayo. Estaba la zona cero, y el trueno pateó a Kurt hacia adelante como si fuera una muñeca de trapo. Había sido absorbido por una granada cercana una vez, y sintió algo parecido a aquello. Solo que esta explosión en particular no había sido cerca de él; había sido dentro de su armadura. Lo primero en lo que pensó fue en el disparo de un francotirador… una emboscada. Pero entonces su visión seaclaró yDelphi vio las estrellas, rojizos soles binarios y la Estación dando vueltaslosa su alrededor. Su PAQ-P tenía una línea reventada. Podría sentir el propulsor chorreando… incluso los tanques habían sido diseñados con numerosas válvulas de cierre y espuma auto- selladora para evitar una descompresión. Oía la voz del SOJ Méndez en su cabeza, otra vez: «Empieza este equipo a agitarse, empiecen ustedes a rezar» . —Mayday —gritó él—. ¡Mal funcionamiento del traje! ¡Mayday! Kurt no tenía ninguna idea de dónde estaba, de dónde estaba su equipo ahora, o de cómo de rápido se había alejado de ellos. Pero claro, no habían abierto los canales de radio para esta misión. Puntos de láseres de canal único componían su señal de COM. Girando fuera de control, cualquier señal que un

pequeño Spartan disparara en el vasto volumen del espacio abierto sería más que un milagro. Al fin, había dado vueltas suficientes para anular el sistema. No hubo respuesta. Golpeó la apertura de emergencia del arnés. Estaba atascada. —Estoy bien —dijo por la COM—. El soporte vital está al mínimo, pero sigue funcionando. Iniciando modo de respiración profunda para conservar aire y energía. Aguantaré. Deberían poder recibir mi transpondedor IAE una vez esté libre. Activando baliza de rescate ahora. Estaré bien. Estaré bi…

CAPÍTULO

CUATRO APÉNDICE/ INFORMETRASACCIÓN/ UNSC-ARMESPNAV

OPS, ARCHIVO EHY-97

MOTIVO: SPARTAN-051

DURANTE LA ANTERIORMENTE CITADA OPERACIÓN (VÉASE PERFIL DE MISIÓN ADJUNTO ) PARA INVESTIGAR POSIBLE ACTIVIDAD REBELDE EN LA PLATAFORMA DE CONSTRUCCIÓN

966A,

DESARMADA

ESTACIÓN PAQUETE

LLAMADA

EXTRAOFICIALMENTE

D ELPHI ,

DE

NÚMERO

UN CATASTRÓFICO PROPULSORES (MODELO

DE

FALLO

DE

UN

050978,

UNIDAD

#82.10923.192) SE PRODUJO. A LAS 1000 HORAS, UN FALLO EN EL PROPULSOR IMPULSÓ AL SPARTAN-051 FUERA DE LA MISIÓN HACIA ESPACIO INTERPLANETARIO. INTENTOS DE RESCATE INMEDIATOS COMENZARON CON LA ASISTENCIA DE

LA

MERODEADORA

CIRCUMFERENCE

DE

LA UNSC, A LA QUE SE LE UNIÓ EL 1/13/2535, A LAS 1105 HORAS , LA FRAGATA TANNENBERG DE LA UNSC.

TRESCIENTOS VEINTIDÓS MINUTOS EL

OXÍGENO

PROYECTADO

VARIANTE-V DEL

DENTRO

DEL

DESPUÉS TRAJE

SPARTAN-051 EXPIRARA,

DE QUE

MJOLNIR

A CCIÓN DE CONVENIO CERCANOS (VÉANSE REFERENCIAS ADJUNTAS ), LO QUE LA OPERACIÓN SE DETERMINÓ COMO

SOLICITÓ UNA LLAMADA INMEDIATA A TODAS LAS FUERZAS DE LA UNSC CERCANAS .

LA

CAUSA

DEL

MAL

FUNCIONAMIENTO

PROPULSOR SIGUE SIENDO DESCONOCIDA INVESTIGACIÓN MÁS PROFUNDA NÚCLEO

DE

PARCIALMENTE CERCANÍA

AL

UN

MOTOR

, PENDIENTE DE

, PERO SE PIENSA QUE UN TRANSLUZ S HAW -F UJIKAWA

DESMONTADO MOMENTO

DEL

DEL

CAUSADO FALLOS ELÉCTRICOS.

EN

LA

PLATAFORMA

ACCIDENTE

PODRÍA

Y EN HABER

TAMBIÉN HUBO ACTIVIDADES

ELÉCTRICAS ANÓMALAS QUE DIFICULTARON POSTERIORES Y DE MAYOR ENVERGADURA EN LA

INTENTOS

REGIÓN.

LA PLATAFORMA 966A HA SIDO MARCADA CON UN SATÉLITE COMO PELNAV , PENDIENTE DE DESPACHO POR † PARTE DEL EQUIPO DE MATP (ORDEN DE LA COMFLOTA D-88934). ESTADO DEL SPARTAN-051: DESAPARE CIDO EN ACCIÓN. *

* †

Peligro para la Navegación Materiales Peligrosos

CAPÍTULO

CINCO A 1950 HORAS, 14 DEDICIEMBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)/ BORDO DELA POINTOFNORETURN DELA UNSC, LOCALIZACIÓN CLASIFICADA

Kurt se despertó en una cama, una osmótica IV en su brazo y monitores cercanos que mostraban sus signos vitales, composición sanguínea y los niveles de saturación de oxígeno en su cerebro. Supuso que se encontraba en un hospital, a pesar de que no hubiera botón de llamada, ni puerta obvia. Había también una cámara montada en la esquina del techo. Kurt sintió el familiar de él,prefería y se relajó. Estaba enrepiqueteo una nave subsónico espacial. Aalrededor pesar de que estar con las botas en el barro, cualquier lugar era mejor que el duro vacío. Bajó la barandilla de la cama y puso los pies por fuera del borde. El dolor se extendió por su costado. Costillas rotas… las había tenido muchas veces. Moretones cubrían su pálida piel; eran especialmente lívidos en los hombros, estómago y muñecas. Se miró en el espejo en busca de heridas, y pasó su mano por encima del largo rastrojo que cubría su cabeza y cara. Estaba intacto… ¿pero durante cuánto tiempo había estado inconsciente? La pared se separó y un hombre calvo entró. Curiosamente, vestía un uniforme del Ejército, con el broche de la insignia del águila de un coronel. Sus oscuros ojos miraban fijamente a Kurt.

—¡Señor! —Kurt empezó a levantarse y saludar. —Descanse, soldado —dijo el coronel.

Kurt controló sus movimientos. Abrió la boca para corregir el error del coronel, pero cayó en silencio. Los ONC* Navales nunca eran llamados «soldados», pero según la experiencia de Kurt, los oficiales, sean del ejército o no, nunca apreciaban una corrección a menos que hubiera vidas en juego. La mirada fija y continuada del Coronel ponía nervioso a Kurt. De hecho, muchas cosas contribuían a su nerviosismo. Estaba en una nave de la UNSC, recibiendo atención médica, ¿pero cómo había llegado ahí y por qué un coronel del Ejército estaba interesado en él? —Soy James Ackerson —dijo el Coronel. Después hizo algo curioso: le tendió la mano para un apretón—. Era una extraña ocurrencia. Normalmente nadie querría tocar a un Spartan, aún menos darle la mano. Kurt tomó la mano de Ackerson y la apretó con cautela. Ackerson. Kurt conocía ese nombre. Había habido conversaciones entre la Dra. Halsey y el jefe Méndez. Ackerson había salido una docena de veces, y por sus inflexiones y lenguaje corporal Kurt había asumido que no era su amigo. Kurt era consciente de que todos en la UNSC tenían el mismo objetivo básico: proteger a la humanidad de cualquier amenaza. No todos, sin embargo, estaban de acuerdo en cómo debía ejecutarse el mandato… lo que conllevaba a un conflicto interno. Kurt comprendió que era de la misma forma en la que entendía los preceptos básicos del motor transluz ShawFujikawa. Había raspado los inquebrantables principios teóricos, peroseguían los matices y la aplicación de ese conocimiento siendo unverdadera misterio para él.

*

Oficiales No Comisionados

Probablemente ese coronel estuviera en permanente préstamo con la ONI como oficial de enlace. Solían reclutar civiles, oficiales de otras ramas de la militaría o a cualquiera que necesitaran para llevar a cabo el trabajo. Un coronel del Ejército estaba aproximadamente al mismo nivel que un capitán Naval, así que mientras Kurt actuara con cautela, también tendría que ser educado e incluso obedecer órdenes de Ackerson mientras no entraran en conflicto con órdenes previas. —Si está lo suficientemente bien, vístase —el coronel Ackerson miró a la mesa de noche donde estaba un uniforme cuidadosamente doblado.

Kurt se levantó, se deshizo del parche osmótico IV y se vistió. —SPARTAN-051, ¿cómo se llama? —preguntó Ackerson. —Kurt, señor. —Sí, ¿pero Kurt qué? ¿Cuál es su apellido? Kurt sabía que tenía otro nombre, antes de su entrenamiento. Eso, sin embargo, era parte de una vida que le parecía más un sueño que una realidad ahora. Y ese otro nombre solo era una sombra en su mente, como la familia que se había ido con él. Aun así, se esforzó por recordar. —No importa —dijo Ackerson—. Si le preguntan en algún momento, use el apellido… —lo consideró por un momento— Ambrose. —Sí, señor.

Kurt se abrochó la camiseta. En el uniforme faltaba el parche Spartan de un águila sujetando un rayo y flechas. En lugar de eso, tenía el parche de dos manos estrechándose del núcleo de la UNSC. únicopor punto de uny soldadoLogístico raso de primer grado Tenía y dos elcintas Harvest Operación TREBUCHET. —Sígame —Ackerson salió por las abiertas puertas hasta un estrecho pasillo. Guió a Kurt a través de tres intersecciones—.

Muchos oficiales Navales se cruzaron con ellos, pero ninguno saludó. Se lo reservaban todo para ellos mismos, con los ojos mirando hacia abajo. Y mientras unos pocos asintieron con la cabeza ante Kurt, muchos menos miraron a Ackerson. La intranquilidad de Kurt en esta extraña situación era palpable. Se detuvieron ante una puerta de presión vigilada por dos marines que saludaron. Kurt devolvió cautelosamente el saludo. Ackerson les dio un coloquial y suave movimiento de mano. El Coronel puso su mano sobre un lector biométrico y su cara, retina y palma fueron escaneadas simultáneamente. Con un silbido, la puerta se abrió. Kurt y Ackerson dieron un paso dentro de una poca iluminada sala de veinte metros de ancho con las paredes llenas de monitores. Firmas espectroscópicas, mapas de estrellas y pulsos de espacio Deslizcurso se mostraban a lo largo de las pantallas. Había bastantes oficiales y dos IAs holográficas consultándoles en voz baja. Una IA era una capucha gris sin cuerpo. Un fantasma. La otra era una colección de ojos, bocas y expresivas manos sin cuerpo… lo que a Kurt le recordó vagamente a una de las clases de arte de D éjà como ejemplo de arte cubista. Ackerson se movió rápidamente a través de la habitación hasta otra puerta. Un segundo escáner biométrico y entraron a un ascensor. Hubo un movimiento hacia abajo, después un momento de caída libre a cero g, y la sensación de gravedad volvió. Las puertas se abrieron mostrando pasadizo en absoluta oscuridad hasta una un blanca pared.que se extendía El Coronel avanzó a la pared en blanco, una junta apareció, y después las dos secciones se separaron. —Esta habitación es llamada «El Ojo de Odín» por el personal suboficial —dijo Ackerson—. Le han concedido

temporalmente una acreditación a una palabra clave altamente secreta para entrar. Todo lo que se diga en su interior está clasificado de la misma manera y no revelará nada de nuestra conversación excepto las palabras oportunas que se le permitan. ¿Lo comprende? —Sí, señor —respondió Kurt—. El instinto de Kurt, sin embargo, era no entrar en esa habitación. De hecho, quería estar en cualquier lugar salvo en esa habitación. Pero no podía negarse. Entraron. Las puertas se cerraron detrás de ellos; Kurt no vio la junta. La sala tenía blancas paredes de forma cóncava, y los ojos de Kurt pasaron un mal rato enfocando. —Su clasificación en clave es «Halcón Cuarenta» —dijo Ackerson—. Ahora, hable libremente aquí. Yo lo haré, indudablemente —señaló a una negra mesa circular en el centro de la habitación y ambos se sentaron. —Señor, ¿dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? Parecía que sus palabras se evaporaban al momento en que las pronunciaba, amortiguadas por el demasiado aire que había en esa extraña sala. —Por supuesto —murmuró Ackerson—. Tu recuperación no es completa. Lo había visto venir —suspiró —. Nos metimos en considerables problemas para sacarte de las operaciones

ArmEspNav

normales…

a

tu

misión

de

reconocimiento en la Estación Delphi. Kurt recordó la explosión en su PAQ-P; parpadeó y vio por una fracción de segundo la vertiginosa mancha de estrellas en su placa frontal. —Mi equipo —dijo Kurt —, ¿están…?

—Bien —contestó Ackerson—. Sin lesiones.

Kurt inhaló, sintiendo su rota costilla. No del todo sin lesiones.

Algo cambió en la expresión del Coronel. La oscura y fija mirada y dureza se suavizaron casi una imperceptible fracción. Con voz baja, Ackerson dijo: —La Sección Tres te ha emitido nuevas órdenes —empujó un lector a lo largo de la mesa hasta Kurt. Kurt puso el pulgar en la biométrica y la pantalla se calentó. Había avisos de palabras clave clasificadas y entonces vio sus órdenes de transferencia bajo el coronel Ackerson. Los típicos campos de asignamiento de localización, protocolos de enrutamiento y registro de verificación estaban tachados. —Ahora eres parte de una subsección de la División Beta-5 —dijo Ackerson—, una célula altamente secreta dentro de la Sección Tres. Todos los eventos en la Estación Delphi estaban planificados para traerte aquí en el mayor de los secretos para una nueva misión. ¿Planificar los eventos en la Estación Delphi? ¿Traído por una subcélula de la Sección Tres? Algo pintaba mal de una manera que Kurt no podía enteramente concretar. Pero parte de eso cobraba sentido ahora. El parcialmente desmontado aparato Shaw-Fujikawa en la Estación Delphi era el señuelo perfecto y la excusa ideal para un PAQ-P funcionando incorrectamente. El sensor de ecos de la Circumference había captado en el salto al sistema otra merodeadora, la nave que había recogido el exhausto cuerpo de Kurt… después de que hubiera sido propulsado a una explosiva trayectoria no-tan-aleatoria. Aunque resentía la manera en la que se hicieron con él, tenía que admirar la impoluta elegancia del plan de extracción. clasificado como desaparecido en acción —dijo —Has sido Ackerson—. Presuntamente muerto.

Algo frío se contrajo en el estómago de Kurt. Contuvo sus emociones, sintiendo que en ese caso podrían no haber podido ayudarle, de todas formas. —¿De qué se trata esta nueva misión, señor?

Ackerson lo miró fijamente por un momento, entonces parecía mirar a través de Kurt, detrás de él. —Quiero que entrenes a la nueva generación de Spartans. Kurt parpadeó, tomando lo que Ackerson acababa de decir, sin entenderlo del todo. —Señor, tenía entendido que el jefe Méndez había sido reasignado años atrás para encargarse de esa misión. —El esfuerzo para entrenar SPARTANs-II adicionales fue pospuesto indefinidamente por la Dra. Catherine Halsey — dijo Ackerson—. Había candidatos dentro del rango, pero estaban fuera de los protocolos de restricción de edad. Y con la guerra continuada, los fondos para su programa fueron…

desviados. Kurt siempre había pensado que otros Spartans estaban siendo entrenados, que él y sus compañeros eran los primeros en lo que podría ser una larga línea de Spartans. Nunca había considerado que podían ser los primeros, y los últimos, de su raza. Ackerson dijo: —Méndez, por supuesto que se reunirá contigo. —Sería un honor servir bajo el jefe Méndez —respondió Kurt. Una de las cejas de Ackerson se curvó hacia arriba. —En efecto. Indicó a la tableta de seguridad de Kurt: —Lee. Los nuevos métodos de entrenamiento han sido subrayados, así como el mejorado régimen de aumentación. Hemos aprendido mucho del funesto proceso médico que la Dra. Halsey tenía a su disposición. Kurt transformó sus manos en puños, recordando el dolor médula y fuego que le quemaba a lo largo cada uno de sus nervios mientras eran reingeniados para una velocidad superior. En cuanto leía empezaba a comprender las oportunidades y desafíos de este nuevo programa. Las nuevas de los injertos óseos… como cristal que se rompía bajo su

bioaumentaciones eran una vuelta cuántica a lo que él había recibido. Había proyectado un menor rango de error. Había, sin embargo, solo una fracción del tiempo de entrenamiento y presupuesto del programa SPARTAN srcinal. La armadura MJOLNIR iba a ser reemplazada con algo llamado sistemas de armadura Semi-Potenciada de Infiltración (SPI). —Con estos nuevos candidatos —dijo Kurt—, está intentando hacer más con menos. Ackerson asintió. —Serán enviados a misiones de mayor valor estratégico, pero con el correspondiente menor número de posibilidades de supervivencia. Aquí es donde entras tú, Kurt. Necesitamos que tu entrenamiento como Spartan y tu experiencia de campo pase a esos nuevos candidatos. Necesitas hacer a estos Spartans mejores y entrenarlos más rápido. Este programa podría ser la clave de nuestra supervivencia en esta guerra.

Kurt examinó el lector de nuevo. El nuevo protocolo de selección genética expandía el rango de candidatos, pero había perturbadoras referencias a problemas de conducta en estos Spartans de menor potencial de lo ideal. Pero esa misión era vital para la guerra, Kurt lo sentía. Y estaría el SOJ Méndez. Estaría bien trabajar bajo su viejo tutor otra vez. ¿Podrían ellos dos entrenar de verdad una nueva generación de Spartans? —En diez años —dijo Ackerson—, con tu guía y un poco de suerte, habrá cien nuevos Spartans en la guerra. Empleando varios de esos nuevos Spartans para ayudar a entrenar a las clases siguientes, habrá miles dentro de veinte años. Con claras mejoras en tecnología, tal vez cien mil nuevos podrían ser creados en treinta años. ¿Cien Spartans mil Spartans luchando por la humanidad? La imagen nadó en la mente de Kurt. ¿Era eso posible? Mientras Kurt no entendía todas las ramificaciones, ahora entendía la importancia del resultado final. Su sensación inicial de intranquilidad, sin embargo, perduraba. ¿Cuántos de esos nuevos Spartans iban a morir? Se mantuvo frío.

Haría todo lo que pudiera para ver cómo recibían el mejor entrenamiento, el mejor equipamiento y cómo se convertían los mejores soldados que la humanidad hubiera producido jamás. Incluso entonces, aun así, ¿sería suficiente? Tomó una bocanada de aire. —¿Dónde comenzamos, señor? Ackerson dijo: —Nuevas instalaciones están siendo construidas. Tú supervisarás la operación y empezarás simultáneamente con la elección de candidatos. Tengo un amplio suministro de dispuestos reclutas para ti —metió la mano en su bolsillo y sacó una pequeña caja, la empujó a lo largo de la mesa hasta Kurt—. Una última cosa. Kurt abrió la caja. Dentro estaba la barra plateada única de un grado de subteniente. —Es tuya ahora —la ligera curvatura de una sonrisa apareció en la cara de Ackerson—. No voy a tener a mi mano derecha recibiendo órdenes de ONC instructores de entrenamiento. Vas a estar al mando de todo el espectáculo.

CCI Ó N II SE SPARTAN-III

CAPÍTULO

S EI S 1950 HORAS, 27 DEDICIEMBRE DE 2531 (CALENDARIO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX, CAMPAMENTO CURRAHEE

Kurt miraba a los Pelicans que se acercaban. Las cúbicas naves propulsadas a reacción estaban tan distantes que solo eran unos granos contra el sol que se ponía. Activó la magnificación en su placa frontal y vio líneas de fuego marcando sus vectores de entrada. Tocarían el suelo en tres minutos. En los últimos seis meses había desarrollado un régimen de entrenamiento más duro que el del programa SPARTAN srcinal. Había creado carreras de obstáculos, campos de tiro, aulas, salas de confusión y dormitorios de lo que había sido una llanura de matorrales y jungla. Había recibido cada una de las piezas de equipamiento que había pedido de la Sección Tres de ArmEspNav. Armas, munición, naves de descenso, tanques… incluso ejemplos de

tecnología y armamento Convenio habían aparecido como por arte de magia. Todo el personal se componía de: seis docenas de instructores de entrenamiento elegidos muy cuidadosamente, fisioterapeutas, doctores, enfermeras, psicólogos y los cocineros de mayor importancia… todos estaban allí excepto la persona más importante, que estaba en los transportes que se aproximaban: el suboficial jefe superior Franklin Méndez.

Méndez había, hace doce años, entrenado a Kurt y a todos los demás Spartans. Sería invaluable al preparar la nueva raza de SPARTANs-III, pero no iba a convertirse en la solución a todos los problemas de Kurt. Después de revisar detenidamente cada detalle de los archivos de los nuevos reclutas, Kurt descubrió que no coincidían perfectamente con las marcas psicológicas y genéticas establecidas en el protocolo srcinal de selección de la Dra. Halsey. El coronel Ackerson le había advertido de que tenían que partir de un grupo «menos robusto estadísticamente». Esos reclutas no serían para nada como él mismo, John, Kelly o cualquier candidato SPARTAN-II srcinal. Y esto solo se añadiría a una larga lista de desafíos. Con una promoción de objetivo final cuatro veces mayor que la de los SPARTANs-II, un programa de entrenamiento severamente ajustado, y la necesidad de esos Spartans en la guerra incrementándose cada mes, Kurt, de hecho, esperaba un desastre. Los transportes por propulsión Pelican se precipitaron en un acercamiento finalsey rizó giraron sussipropulsores. El césped el campo de desfile como fuera terciopelo. Unoena uno aterrizaron cautelosamente.

Aunque la armadura MJOLNIR de Kurt no estuviera diseñada para llevar insignia de rango, notaba sin remedio el peso de sus nuevas barras de teniente. Le presionaba como si cada una pesara diez toneladas, como si el peso de la guerra entera y el futuro de la humanidad descansara en ángulo recto sobre sus hombros. —¿Señor? —susurró una voz por su COM.

La voz pertenecía a la inteligencia artificial Primavera Eterna. Estaba asignada oficialmente al equipo de abastecimiento planetario estacionado en la sección norte de esa península.

Kurt no estaba seguro del porqué de que el coronel Ackerson hubiera insistido en que el Campamento Currahee

fuera construido al lado de la instalación. Estaba seguro, sin embargo, de que había una razón. —Adelante,

Primavera.

—Detalles actualizados sobre los candidatos disponibles—

dijo ella. —Gracias. —Deme las gracias después de la tan nombrada prueba suya —Primavera Eterna terminó la transmisión con un siseo de estática que sonaba como abejas enfadas. Engatusada por la deuda con la Sección Tres, Primavera Eterna había acordado en dedicar un 9 por ciento de su tiempo de ejecución al proyecto SPARTAN-III. La IA era de la variedad «lista», lo que significaba que no había límites en su capacidad de conocimiento y creatividad. A pesar de sus teatros ocasionales, Kurt estaba contento de tener su ayuda. Kurt parpadeó y accedió a los datos de los candidatos en su pantalla frontal. Cada nombre tenía un número de serie y estaba enlazado a archivos de fondo. Había 497 de ellos, una colección de niños de cuatro, cinco y seis años de edad a los que de alguna manera tendría que forjar en una fuerza luchadora sin parangón en la historia de la guerra. La escotilla del Pelican más cercano se abrió con un silbido, y un hombre alto salió. Méndez había envejecido bien. Su pulcro cuerpo parecía esculpido en palo fierro; pero el pelo era ahora plateado y había profundos pliegues alrededor de sus ojos y un conjunto de marcadas cicatrices que corrían desde la frente a la barbilla. —Jefe —Kurt resistió la urgencia de ponerse firme ante el saludo dealMéndez. su oficial comandoPor —.extraño que sintiera, Kurt era ahora Kurt le devolvió el saludo. —Suboficial jefe superior Méndez informando por deber, señor. Después del programa SPARTAN-II, el jefe Méndez había sido, tal como pidió, reasignado al servicio activo. Había

luchado contra el Convenio en cinco planetas y sido premiado con dos corazones púrpuras. —¿Fue informado en el vuelo? —Completamente —dijo Méndez. Mientras miraba a Kurt en su armadura MJOLNIR, emociones jugaron por su cara: temor, aprobación, y resolución—. Entrenaremos a esos nuevos reclutas, señor. Esa era precisamente la respuesta que Kurt esperaba. Méndez era una leyenda entre los Spartans. Los había engañado, atrapado y torturado cuando eran niños. Todos lo odiaron, y después aprendieron a admirar al hombre. Les había enseñado cómo luchar… y cómo ganar. —¿Dejan a los Spartans beber ahora? —preguntó Méndez.

—¿Jefe? —Una mala broma, señor. Ambos podríamos necesitar una antes de que este día se termine —dijo él—. Los nuevos

alumnos son, bueno, señor, un poco salvajes. No sé si alguno de nosotros está preparado para esto. Méndez se giró hacia los Pelicans, inhaló, y después gritó: —¡Reclutas, rompan filas! Niños fluyeron de las rampas de la nave de descenso. Cientos cargaron hacia el campo, gritando y tirándose matas de césped unos a otros. Tras haber estado encerrados durante horas, se volvieron salvajes. Unos pocos, sin embargo, se acordonaron cerca de las naves, con oscuros círculos bajo sus ojos, acurrucándose más estrictamente. Controladores adultos los condujeron hacia la hierba. —¿Ha leído Señor de las Moscas, señor? —preguntó Méndez. —Sí —respondió Kurt—. Pero su analogía no se mantendrá. Estos niños tendrán gobierno. Tendrán disciplina. Y tendrán una cosa que ningún niño ordinario tendrá, ni siquiera los candidatos SPARTAN-II. Motivación.

Kurt enlazó con el PA * del campamento. Aclaró su garganta y el sonido retumbó a lo largo del campo como un trueno. Cerca de quinientos niños enloquecidos se pararon en seco, cayeron en silencio, y se giraron asombrados hacia el gigante dentro de la brillante armadura esmeralda. —Atención, reclutas —dijo Kurt, poniéndoles en jarras—. Soy el teniente Ambrose. Han soportado infortunios para llegar hasta aquí. Sé que cada uno de ustedes ha perdido a sus seres queridos en Jericó VII, Harvest y Biko. El Convenio ha hecho huérfanos de todos ustedes. Todos los niños lo miraban, algunos con lágrimas reluciendo en sus ojos, otros con puro odio en llamas. —Voy a darles una oportunidad de aprender a luchar, una oportunidad de convertirse en los mejores soldados que haya producido la UNSC jamás, una oportunidad de destruir al Convenio. Les doy una oportunidad de ser como yo: un Spartan. Los niños se apiñaron a su encuentro, cerca…

pero

ninguno se atrevía de verdad a tocar la reluciente armadura de verde pálido. —No podemos aceptarlos a todos, sin embargo —continuó Kurt—. Hay quinientos de ustedes. Tenemos trescientas plazas de entrenamiento. Así que para esta noche, el suboficial jefe superior Méndez —asintiendo con la cabeza hacia el Jefe— ha ideado una manera de separar a aquellos que de verdad quieren esta oportunidad de aquellos que no. Kurt le alcanzó una tableta de lectura. —¿Jefe? Por dicho crédito, Méndez se mostró sorprendido durante solo ceño,una perofracción asintió.de segundo. Escaneó la tableta, frunció el —Sí, señor —susurró él.

*

Punto de Acceso

Méndez chilló a los niños: Entonces vuelvan a esas naves.

—¿Quieren

ser Spartans?

Seguían estupefactos, mirándolo fijamente. —¿No?

Supongo que hemos dado con unos pocos fracasados. Tú —apuntó a un niño aleatoriamente— Tú. Y tú. Los niños elegidos se miraron unos a los otros, al suelo, y después sacudieron la cabeza. —¿No? —dijo Méndez —. Entonces suban a esos Pelicans. Lo hicieron, y también los otros, una lenta procesión. —Instructores de entrenamiento —dijo Kurt—. Tres docenas de ONCs respondieron a su llamada de atención. —Encontrarán unidades de descenso aéreo ALA FALCON en el campo. Cárguenlas LAP y asegúrense de que sus alumnos están bien seguros. El despliegue seguro es ahora su responsabilidad. Los IE asintieron y corrieron hacia el manojo de mochilas de ALA FALCON. El Jefe se volvió de nuevo hacia Kurt: —¿Va a hacerles descender? —alzó ambas cejas en sorpresa—. ¿Por la noche? —Los Falcons son las unidades de descenso más seguras —

respondió Kurt.

—Con el debido respeto, señor, algunos de ellos solo tienen

cuatro años. —Motivación, Jefe. Si pueden hacer esto, estarán listos para lo que tengamos que hacerles pasar —Kurt miraba los Pelicans encendiendo sus propulsores y quemando la hierba—. Pero en este caso —añadió él—, despliegue todas las naves de descenso para recuperar a los candidatos. Puede que haya accidentes. Méndez exhaló profundamente. —Sí, señor —se dirigió al Pelican más cercano—. —Jefe —dijo Kurt—, siento que esa orden haya llegado hasta usted.

—Lo entiendo, señor —replicó Méndez—.

Usted es su OC . Tiene que inspirar y dirigir su respeto. Yo soy su instructor de entrenamiento. Llegaré a ser su peor pesadilla —le dio a Kurt una torcida sonrisa y montó a bordo—. *

Shane se aferró a las curvas de plástico del lateral de la escotilla del Pelican. Estaba hombro a hombro con los demás niños… amontonados tan juntos que no se hubiera caído si

se hubiese soltado, pero seguía pudiendo oír su propio corazón latiendo rápidamente en su pecho. Era el final de un viaje que había empezado hace años. Había oído propulsores como esos cuando empezó, los propulsores del ligero carguero que se alejaba de Harvest. Estuvo apretado en esa nave también… llena de refugiados

intentando ir lo más lejos, lo más rápido que pudieran, de los monstruos. Solo seis naves lo habían logrado. A veces, Shane deseaba que no hubiera vivido y visto a los monstruos quemar a su familia y hogar. Cuando el hombre de la Armada había ido a visitarlo en el orfanato y preguntó si Shane querría vengarse de ellos, se presentó voluntario inmediatamente. No importaba lo que conllevara, él iba a matar a todo el Convenio. Le habían dado montones de exámenes del tipo escrito, pruebas de sangre, y después un viaje por el espacio de un mes de largo mientras el hombre de la Armada recolectaba más y más voluntarios. Shane pensó que en la los prueba se yhabía acabado finalmente entraron Pelicans vinieron a estecuando nuevo lugar, pero no acababa de tocar el suelo cuando fueron

*

Oficial al Comando

empujados de vuelta dentro y enviados de nuevo por los aires. Había vislumbrado al que estaba al mando. Vestía una armadura como la que Shane había visto en los libros de cuentos de hadas: el Caballero Verde que combatía dragones. Eso era lo que quería Shane. Iba a vestir una armadura como esa un día y mataría a todos los monstruos. —Comprueben sus correas —gritó un viejo hombre de la Armada a él y a los demás niños—. Shane tiró de la mochila negra que se había puesto hace tres minutos. Pesaba casi tanto como él, y las correas habían sido tensadas tan fuertemente que se entrecortaban en sus costillas. —Reporten cualquier flojera —gritó el hombre sobre el rugido de los motores. Ninguno de los otros veinte niños dijo nada. —Reclutas, en pie —bramó el hombre. Escuchó por sus auriculares y después una luz verde parpadeó en un panel cerca de su cabeza. El hombre introdujo números en un teclado. La parte posterior del Pelican se abrió silbando, la rampa se bajó, y un tornado chilló alrededor de Shane. Gritó, así como los demás niños. Todos ellos empujaron y se fueron a la delantera de la bahía del Pelican. El viejo hombre de la Armada estaba de pie al lado de la abierta puerta de la nave, sin miedo de que un metro detrás de su retaguardia fuera cielo abierto. Miraba a los revueltos niños con disgusto. Detrás de él una banda naranja marcaba el borde del planeta. y alargadas sombras se deslizaban sobre las nevadas Oscuras montañas. —Formarán una línea y saltarán —bramó el hombre—. Contarán hasta diez y tirarán de esto —alcanzó su hombro izquierdo, agarró una brillante manilla roja ahí, e hizo ademán de realizar un movimiento de tiro—. Un poco de confusión será normal.

Los niños lo miraban fijamente. Ninguno se movió. —Si no pueden hacer esto —dijo el hombre—, no pueden ser un Spartan. Es elección suya. Shane miró a los demás niños. Ellos lo miraron a él. Una niña con coletas y a la que le faltaban los dientes frontales dio un paso adelante. —Yo iré primero, señor — gritó ella—. —Buena chica —dijo él—. Ve al borde derecho, sujétate a la línea de guía. Dio los pasos de bebé más pequeños hasta el borde del Pelican, después se paralizó. Tomó tres profundos soplos y después, con un chirrido, saltó. El viento la atrapó. De desvaneció en la oscuridad. —¡Siguiente! —dijo el viejo hombre de la Armada. Todos los niños, incluido Shane, formaron lentamente una fila. No podía creer que estuvieran haciendo esto. Era una locura. El siguiente niño llegó al borde, miró abajo, y gritó. Cayó de espaldas y se arrastró hacia atrás. —¡No! —dijo él—. ¡De ninguna manera! —¡Siguiente! —convocó el hombre, y no le dirigió al niño encogido en la cubierta otra mirada—. El siguiente niño saltó sin ni siquiera mirar. Y el siguiente. Después fue el turno de Shane. No podía mover las piernas. —Vamos, perdedor —dijo el niño detrás de él, dándole un empujón—. Shane tropezó hacia adelante… vacilando solo medio paso desde el borde. Se giró y se contuvo de devolverle el empujón a ese

niño. chico era una cabeza mayor que y sucabeza. negro pelo leElcaía hasta los ojos, pareciendo queShane, no tenía Shane no tenía miedo de ese cobista. Se giró de nuevo para encararse con la noche precipitándose por delante de él. Era eso a lo que tenía miedo.

Las piernas de Shane se llenaron de helado hormigón. El revuelto viento era tan estridente que no podía oír nada más, ni siquiera su martilleado corazón. No podía moverse. Estaba pegado al borde. No había manera de que pudiera saltar. Pero ahora estaba tan asustado que no podía ni darse la vuelta y acobardarse. Si se sentara, y después avanzara lentamente hacia atrás… —¡Vamos, idiota! —el

sucio chico de detrás lo empujó.

Duramente. Shane cayó por la rampa hacia la noche. Dio vueltas y gritó hasta que no pudo respirar. Shane vio destellos de la oscureciente puesta de sol, la negra tierra, las blancas capas de las montañas y estrellas. Vomitó. Un poco de confusión será nor mal.

¡La manilla roja! Tenía que sujetarla. La alcanzó, pero no había nada. Arañó su hombro hasta que los dos dedos encontraron agarre. Tiró. Hubo un sonido de rasgadura y algo emergió de su mochila. Shane gritó, sus piernas se revolvían detrás de él, y sus dientes chocaron entre ellos por la deceleración sacudehuesos. El mundo girador se detuvo. Jadeando y parpadeando para quitarse las lágrimas, Shane vio el último pedazo de ámbar luz ocultándose por el borde del planeta, y las estrellas gentilmente giraron y avanzaron a su alrededor.

Encima, el vientoconectaban silbaba y recorría través unmanos negro cielo. Las cuerdas a Shane aa su ala, de y sus instintivamente las sujetaron. Mientras tiraba, el ala giraba y ganaba ángulo en dicha dirección. El repentino movimiento le hizo marearse de nuevo, así que las dejó ir.

Shane entrecerró los ojos y distinguió figuras nadando a su alrededor: del negro al negro, como los murciélagos de Harvest. Tenía que ser los demás niños, planeando como él. Su cara se enrojeció en cuanto recordó cómo se había acobardado en el último minuto en el Pelican… delante de todos. Incluso esa pequeña niña había saltado. Shane no quería estar así de asustado nunca más. Puede que si se imaginaba que ya estaba muerto, entonces no había nada a lo que tener miedo. Le gustaría haber muerto con sus padres en Harvest. Se reunió con su imagen mental (muerto y sin nada a lo que temer), y para probarlo, miró abajo. Pasando sus colgados pies había un cuadrado verde de dos centímetros. Tras un momento, comprendió que era el campo donde todos los Pelicans habían aterrizado. Delgadas líneas se deslizaban por el campo iluminadas por pequeños identificadores luciérnaga. —Nada a lo que tener miedo —susurró, intentando convencerse. Se forzó a tirar de las cuerdas, apuntar hacia abajo, y ganar velocidad hacia el verde campo. El viento susurraba a lo largo de la negra ala de seda, y desgarraba la cara de Shane. No le importaba. Quería bajar rápido. Puede que si fuera el primero abajo, les mostraría a todos que no tenía miedo. Shane vio pequeñas personas y marcas de quemaduras donde los Pelicans habían quemado la hierba. Y ningún otro paracaídas aún. Bien. Sería el primero, y aterrizaría delante del Caballero Verde. Shane del golpeó el suelo. Sus rodillas empujaron su pecho y le libraron viento. La negra ala cogió una brisa, le tiró de nuevo de los pies, y lo arrastró a lo largo de la hierba y suciedad. Jadeó en busca de aire, pero no tenía miedo. Estaba enfadado de haber parecido tan estúpido teniendo que luchar contra su paracaídas.

El ALA FALCON golpeó la valla, y se pegó a ella, agitándose. Shane se levantó separómanera del arnés. Algohubiera calienteestado goteaba por sus piernas. Noy había de que lo suficientemente asustado como para mearse en los pantalones. Con su temor, lo parecía. Era sangre. La piel de la parte trasera de sus pies había sido despellejada. Dio un tentativo paso y el fuego trepó por ambos muslos. Rió. Sangre o meada, ¿qué importaba? Lo había logrado. —Eh, idiota. ¿Qué es tan divertido? Shane se giró y vio al chico que le había empujado. Estaba extendido sobre la hierba, medio enelsudolor arnés.de sus Shane marchó por delante de él,enredado ignorando piernas. El chico cogió una rodilla y extendió su mano para saludar. —Soy Rob…

Shane le golpeó en plena nariz. La sangre chorreó de la cara del chico y la sacudió. Iba a pagar por empujarlo. Era el único que sabía que Shane se había paralizado en el borde y acobardado. Tendría que pagarempezó por eso también. Shane a aporrearlo con sus puños derecho e izquierdo. El chico interpuso las manos para rechazar los golpes, pero Shane asistió unos buenos, pelando sus nudillos. Robert le dio un cabezazo a Shane, y se cayó. Robert se enderezó, sacudió su arnés, y después gruñendo, se dirigió hacia Shane. Rodaron por la hierba, dando patadas y puñetazos. Shane oyó un ruidoso chasquido y no estaba seguro de si era un hueso suyo o de Rob rompiéndose; no le importaba, siguió golpeando y golpeando hasta que la sangre salpicó sus ojos y no pudo ver más. Grandes manos cogieron a Shane y tiraron de él. Aún balanceándose, Shane le enlazó uno al hombre de la Armada, contusionando el hueso sobre su ojo.

El hombre lo tiró. —¡Quédense en el suelo!

—ladró

una voz con divina

autoridad. Shane parpadeó y se limpió la sangre de sus ojos. El hombre de pelo plateado que había dado la orden de saltar estaba de pie entre él y el otro niño. El hombre de la Armada al que había golpeado presionó una mano sobre su hinchado ojo y dijo: —Jefe, esos dos iban a matarse mutuamente. —Lo veo —dijo el hombre viejo. Asintió aprobativamente a Shane, y después se giró a Robert. Robert ignoróalzadas. al hombre viejo y dio un paso hacia Shane con sus manos —¡He dicho QUÉDENSE EN EL SUELO! Robert dejó caer sus manos y dio la vuelta como si hubiera sido golpeado. —Creo que tiene razón, Sargento —dijo el viejo hombre de la Armada—. Podrían haberse matado de verdad entre ellos —sonrió, pero no era una sonrisa. Era más como si estuviera mostrando los dientes—. Muy bien. ¿Ese tipo de pelea tras el

primer ¿Un el resto salto? de ellos seasalto comonocturno? estos. Dios mío, solo espero que

CAPÍTULO

S I ET E 0000 HORAS,19 DEENERO DE 2532 (CALENDARIO MILITAR)/ TRANSMISIÓN PUNTO-A-PUNTO DEHAZ-ESTRECHO: ORIGEN DESCONOCIDO; TERMINACIÓN: SECCIÓNTRES, FORMACIÓNDE ANTENAS SEGURASOMEGA, CG DELA UNSC EN SISTEMA ERIDANI, COMPLEJO MILITAR DE REACH

///REDIRECCIÓN AUTOMÁTICA DE NAVE DE LA UNSC REG-96667 ABY/// ACCESO AL ARCHIVO GARANTIZADO///CORTAFUEGOS DE PROTOCOLO GUSANO HABILITADO/ARCHIVO ELIMINADO///

TRANSMISIÓN PLNB XX087-XX CÓDIGO DE ENCRIPTACIÓN: GAMMA LLAVE PÚBLICA: N/A DE: NOMBRE EN CLAVE MINERO DE CARBÓN PARA : NOMBRE EN CLAVE CIRUJANO MOTIVO : INFORME DE PROGRESO/OPERACIÓN HIPODÉRMICA CLASIFICACIÓN: SOLO OJOS, CONTRASEÑA

/EXTRACCIÓN -RECONSTRUCCIÓN COMPLETADA / /COMIENZO DE ARCHIVO/

DE

ARCHIVO

GRABACIONES INSTITUCIONALES ALTERADAS SEGÚN LAS INSTRUCCIONES. CONTACT O INICIA L CON LA IA DE LA BASE HECHO . ÚTIL , PERO NO CONFÍO EN ELLA . PAQUETES ENTREGADOS . PROGRESO DE SELECCIÓN INICIADO . OPERACIÓN EN MARCHA Y SEGÚN EL HORARIO . LOS CANDIDATOS MUESTRAN MARCADA AGRESIVIDAD FUERA DE LOS MÁXIMOS DEL ÍNDICE SMITH KENSINGTON .MUCHO TRABAJO TANTO ENTRENÁNDOLOS COMO EVITANDO QUE SE MATEN ENTRE ELLOS . SON VERDADEROS GATOS DEL DEMONIO . L ENIENT E DICE QUE TODO ESTÁ BAJO CONTRO L TIENE EUN TPLAN PARA TODO . NO ESTOY SEGURO DE DÓNDE. SACA SU CONFIANZA , PERO CREO QUE SABE QUÉ ESTÁ HACIENDO . ¿E STÁS SORPRENDIDA ?

/FIN DE ARCHIVO/ /PROCESO DE DESTRUCCIÓN-PERTURBACIÓN HABILITADO/ PRESIONE INTRO PARA CONTINUAR.

CAPÍTULO

OCHO 0900 HORAS, 30 DEJULIO DE 2537 (CALENDARIO MILITAR)/ A BORDODELAPOINTOFNORETURNDELA UNSC, LOCALIZACIÓN CLASIFICADA (15AÑOSDESPUÉSDEL ADOCTRI NAMIENTO DELA COMPAÑÍA ALFA)

El teniente Ambrose y el SOJS * Méndez habían sido escoltados hasta ese pasadizo a través de una serie de pasillos y válvulas biométricas de alta seguridad hacia los intestinos del crucero sigiloso Point of No Return. Los oficiales de seguridad los habían dejado más atrás erguidos bajo atención sobre el pasadizo, y entonces cerraron la puerta parecida a una válvula detrásengullían de ellos.cualquier Bajo las rejillas de metal del pasadizo, las sombras sonido. Tres metros a la derecha de Kurt había una pared blanca ligeramente curva. Ninguna puerta. Más adelante estaba el Ojo de Odín, la sala de conferencias de alta seguridad en la que el coronel Ackerson le habló sobre el programa SPARTAN-III por primera vez. —¿Cree que esto es alguna prueba de la Sección Tres? — susurró finalmente Méndez—. ¿O quizás alguien al que no le gusta recibir noticias sobre los horribles resultados de los candidatos de la Compañía Beta?

*

Suboficial Jefe Superior

—No estoy seguro —respondió Kurt—. Las actualizaciones

que pedí para armadura SPI Mark-II estaban fuera del presupuesto. Méndez alzó una ceja. —¿Dónde ha oído eso? —La nueva IA habla un montón. —«Invierno Profundo» —murmuró Méndez—. Me pregunto si las IAs eligen sus propios nombres o si algún oficial en la Sección Tres lo hace. Kurt estaba a punto de ofrecer su opinión cuando vislumbró una puerta en la curvada pared blanca. El coronel Ackerson estaba de pie allí. —Caballeros, únanse a nosotros cámara. —entonces Ackerson se retiró hasta una luminosa Kurt notó que Ackerson no lo había mirado a los ojos. Eso era siempre una mala señal. Entraron, y en cuanto cruzó el umbral, Kurt sintió la estática gateando por su piel. Las blancas paredes cóncavas de la cámara eran desorientadoras. Kurt se ofuscó en el centro de la semi-esférica sala, en la mesa de conferencias de negro. Había dos oficiales sentados en ella, observando pantallas superficie. holográficas que flotaban en el aire sobre su Ackerson les señaló para que se acercaran. Una mujer estaba sentada dándole la espalda; enfrente de ella estaba sentado un caballero de mediana edad. El hombre estaba grisáceo y calvo. La mujer parecía más vieja de lo que permitían los regímenes de retiro mandatorio. Su bajura osteo-porótica, sus delgadas y caídas manos y su blanco cabello indicaban una edad extrema. Kurt se quedó congelado en cuanto divisó las insignias de una y tres estrellas en sus collares y lanzó un saludo. — Vicealmirante, señora —dijo él—. Contraalmirante, señor. La Vicealmirante ignoró a Méndez y escudriñó a Kurt. — Siéntense —dijo ella—, ambos. Kurt no reconoció a ninguno de esos oficiales de altorango, y no se molestaron en presentarse.

Hizo como le ordenó, Méndez también. Incluso sentados, sin embargo, su espalda estaba tiesa como un palo, su pecho fuera, y los ojos dirigidos hacia adelante. —Estábamos revisando el registro de sus SPARTANs-III desde que se volvieron operativos hace nueve meses —dijo ella—. Impresionante.

El Contraalmirante hizo un gesto a los paneles holográficos flotantes que contenían informes tras-acción, imágenes congeladas de campos de batalla llenos de cuerpos Convenio, y perfiles de evaluación de daños de naves. —La insurrección de Mamore —dijo él—, ese duro asunto en Nueva Constantinopla, accionesplataformas en el cinturón de asteroides de Bonanza y en las lejanas coloniales, y otra media docena de encargos… esto parece el registro de campaña de un sobresaliente batallón, no de una compañía de trescientos. Malditamente impresionante. —Eso

era solo una fracción del potencial del programa SPARTAN-III —dijo el coronel Ackerson—. Sus ojos se centraban en algún lejano lugar. —Lo siento, señor —dijo Kurt—. ¿«Era»? La Vicealmirante rígida. Estaba claro que no estaba acostumbrada a quese suspuso suboficiales preguntaran. Pero Kurt tenía que hacerlo. Eran sus hombres y mujeres de quienes estaban hablando. Había mantenido sus ojos y orejas abiertos a noticias sobre la Compañía Alfa y había cultivado fuentes de inteligencia fuera de la ONI, la Sección Tres y Beta-5. Ser comandante del campamento Currahee tenía sus privilegios, y había aprendido a usarlos. Se las había apañado para seguir a sus Spartans durante los últimos siete meses, hasta que sus fuentes habían sido silenciadas misteriosamente hace seis días. Solo la IA Invierno Profundo le había otorgado una pista sobre su paradero: Operación PROMETEO. —Cuénteme sobre el proceso de selección de la siguiente clase de SPARTANs-III —preguntó la Vicealmirante a Kurt.

—Señora —dijo

Kurt—, estamos operando bajo el criterio de selección expandido del coronel Ackerson, pero no hay suficientes coincidencias gen-apropiadas para cubrir el objetivo de un mayor número para la segunda-clase. —Hay suficientes coincidencias genéticas —corrigió el coronel Ackerson. Su cara era una máscara impasible—. Lo que falta son datos para encontrar coincidencias adicionales. Necesitamos proscribir revisiones genéticas mandatarias en las colonias exteriores. Esas poblaciones sin explotar

son…

—Eso

es lo último que necesitamos en las colonias exteriores —dijo el Contraalmirante—. Estamos metiendo la mano en una los cercana un O.C.buscando que tiene que registrar genesguerra de suscivil. hijos,Dígale y todosa estarán sus rifles. La Vicealmirante arrugó sus blanquecinas manos. — Diremos que es parte de un programa de vacunas. Tomaremos un ejemplo microscópico mientras inyectamos a los niños. No informaremos a nadie. El Contraalmirante parecía dubitativo, pero no ofreció más comentarios. — Teniente —dijo Hemos identificado 375ella. candidatos —dijo —Adelante,

Kurt—. Ligeramente menos que con los que empezamos en la Compañía Alfa, pero hemos aprendido de nuestros errores. Seremos capaces de graduar a un porcentaje mucho mayor esta vez. Asintió a Méndez para darle al Jefe el crédito que se merecía enormemente. Méndez estaba sentado completamente recto y Kurt vio que lucía su cara de póquer. Todos los instintos de Kurt le habían gritado que algo iba mal allí. —Pero —dijo el Contraalmirante—, eso no es ni de cerca la proyección de un millar para la segunda tanda. Una breve mueca apareció por encima del labio de Ackerson. —No, señor.

La Vicealmirante extendió las manos sobre la mesa y se inclinó hacia Kurt. —¿Y si hemos perdido el nuevo criterio de selección genética? Kurt tomó nota del «hemos» en su pregunta. Hubo un pequeño cambio en la estructura de poder en la mesa. Con una sola palabra, la Vicealmirante había hecho de Kurt un integrante de su grupo. —Nuestros nuevos protocolos de bioaumentación apuntan a un conjunto genético muy específico. Cualquier desviación de dicho conjunto podría incrementar el rango de fracaso geométricamente —dijo Kurt. El pensamiento de docenas de Spartans siendo torturados lisiadoslomientras estaban acostados indefensosyenfinalmente una bahía médica llenó de revulsión. Consiguió contener el sentimiento. La Vicealmirante alzó una floja ceja. —Has hecho los deberes, Teniente. —Sin embargo, tal como avanza nuestra tecnología de aumentación —dijo Ackerson—, un día seremos capaces de expandir los parámetros de selección, puede que hasta incluir a la entera población general. —Pero —dijo Coronel Contraalmirante, suspiró Así hoy, que hemos vuelto a casiel trescientos Spartans-y —.no III. Tendrán que cumplir entonces. Kurt quiso corregirlo… trescientos Spartans nuevos más

aquellos en la Compañía Alfa. —Pasemos a la revisión de Alfa y la Operación PROMETEO —dijo la Vicealmirante, y su cara se oscureció. El coronel Ackerson se aclaró la garganta. —La Operación PROMETEO tuvo lugar en el lugar manufacturero Convenio designado como K7-49. Un asteroide holográfico se materializó flotando sobre la mesa, una roca con grietas derretidas que formaban el patrón de una telaraña sobre su superficie. —K7-49 fue descubierto cuando la merodeadora Razor’s Edge consiguió adherirle una sonda telemétrica a una fragata enemiga durante la Batalla de Nueva Harmony —dijo

Ackerson—. Después siguieron a la nave a través del Deslizespacio, la primera y única vez que esta tecnología ha funcionado realmente, podría añadir, y descubrieron esta roca diecisiete años luz más allá del límite exterior de la UNSC. La imagen se magnificó, revelando fotos a mediana altitud de fábricas en la superficie que arrojaban humo y ceniza, y mostraban que las fisuras volcánicas eran canales de metal fundido. Un enrejado con forma de telaraña rodeaba al asteroide, pequeñas luces parpadearon en los filamentos, y motas negras flotaban a la deriva. —Mejora espectral —dijo el Contraalmirante— nos mostró para qué están usando todo ese metal. La vista se acercó. El trabajo de enrejado se trataba de vigas de cien metros de ancho, y las motas de color negro parecían ser huesos de ballenas en órbita sobre K7-49… una docena de naves de guerra Convenio parcialmente construidas. Kurt necesitó de un difícil momento para creer lo que estaba viendo. Tantas naves. ¿Cómo de grande era la flota Convenio? ¿Y a solo diecisiete años luz de la frontera de la

UNSC? máxima Podría escala. ser nada menos que el preludio a un asalto a —K7-49 es un gran artillero orbital —explicó Ackerson—. Todo el aparente volcanismo es artificial, creado por esto — golpeó su tableta una vez más. Treinta puntos infrarrojos aparecieron en la superficie del asteroide —. Reactores de plasma de gran potencia que licúan componentes metalúrgicos, que son refinados, moldeados, y después transportados por vía de haces gravitacionales para el ensamblaje final. —La op PROMETEO era una inserción de alto riesgo en la superficie de K7-49 —explicó el Contraalmirante—.

Trescientos Spartans tocaron tierra a las 0700, el 27 de julio. Su misión era deshabilitar tantos de esos reactores como fuera posible… suficiente para que los componentes líquidos

de la instalación se solidificaran y taponaran permanentemente su capacidad de producir la aleación. El coronel—ElAckerson golpeó la pantalla holográfica. sistema de STARSentonces y CÁMARAGRUPO grabaron el progreso de la Compañía Alfa. Un puñado de los puntos infrarrojos calientes en la superficie del asteroide se encendió y luego se enfrió hasta llegar al negro. —La resistencia inicial fue poca —Ackerson golpeó un botón y una nueva ventana se abrió. En su pantalla, Spartans dentro de armaduras SemiPotenciadas de Infiltración se movían, contra sus texturas de camuflaje cambiaban imperfectamente el metal fundido y el humo negro de la fábrica. Kurt deseó que sus propuestas mejoras para el software de la armadura SPI hubieran sido implementadas antes de que Alfa se hubiera graduado. Hubo un eructo de un suprimido disparo de ametralladora, y una manada de trabajadores de ungüentos Gruño cayó muerto. —Tras dos días —dijo el Almirante—, siete reactores fueron declarados inoperativos y una fuerza de contraataque fue finalmente organizada por las existentes unidades Convenio. Una nueva entrada de vídeo apareció. Los Chacales parecidos a buitres se movían en escuadrones a lo largo del extenso astillero, y se organizaron en arcos. Eran más organizados que sus homólogos Gruño, y trabajaban en equipos de fuego, limpiando metódicamente sección a sección. Pero Kurt sabía que sus Spartans no serían arrinconados. Ellos serían los cazadores. Treinta Chacales se movieron hacia un patio circular, donde los Ingenieros atendían a una agitada piscina de hierro fundido. Los Chacales barrieron todos los escondites, y después empezaron a cruzarse, escaneando cautelosamente los tejados.

Unas losas explotaron e hicieron rodar a los Chacales. El fuego de un francotirador eliminó a los aturdidos alienígenas antes de que pudieran colocar sus escudos en posición. —El contraataque Convenio fue neutralizado —continuó el Contraalmirante—, y durante los siguientes tres días, la Compañía Alfa destruyó treinta reactores más. La vista a lo ancho del gran asteroide cambió. Dos tercios de la superficie se habían enfriado a un apagado rojo. —Pero —dijo el Contraalmirante—, una masiva fuerza de contraataque apareció en órbita y descendió a la superficie. El coronel Ackerson abrió tres ventanas holográficas más: SPARTANs-III que desde se enfrentaban Élites enBanshee tierra, devolviendo fuego coberturas. aVoladores precipitándose desde las cimas de los edificios… dos Spartans dispararon misiles superficie-aire desde sus hombros y detuvieron en seco del asalto aéreo. —Al séptimo día —dijo el Almirante—, llegaron refuerzos Convenio adicionales.

El vídeo de una cámara de un casco mostraba una docena de SPARTANs-III cojeando y cayendo en un lentamente ardiente paisaje de metal doblado. Nohombres hubo cohesión entre las unidades. Ningún equipo de dos cubriéndose entre ellos. En el fondo borroso por el calor, los Élites tomaban posiciones a mayor altura con buena cobertura. —Por ahora —dijo el Contraalmirante—, el ochenta y nueve por ciento de los reactores ha sido destruido. Ha ocurrido suficiente enfriamiento para detener permanentemente la operación. La Compañía Alfa fue despojada de su nave de exfiltración Calipso. La ventanamientras que mostraba a los SPARTANs-III lateralmente el propietario del casco caía.se inclinó Ackerson giró la pantalla holográfica 90 grados para rectificar la imagen. Tres Spartans seguían de pie, disparando ráfagas suprimidas desde sus MA5Ks detrás de un aviador Banshee caído; después salieron de la cobertura y esprintaron…

un

segundo después el aviador fue destruido por un mortero de energía. Las etiquetas IAE al fondo de la pantalla identificaban a esos Spartans comolaRobert, Shane, y, sujetada por ambos, Jane. Ella había sido primera candidata para saltar esa primera noche de adoctrinamiento. La BIOGRUPO apareció en otra ventana. La presión sanguínea de Robert y Shane estaba cerca del límite hipertenso. Las señales biológicas de Jane eran planas. Viéndolos así… se sentía como si alguien hubiera clavado una punta de metal en el pecho de Kurt. Un par de pesados Cazadores Convenio bloquearon la retirada de los Spartans. Levantaron sus cañones de barras de combustible de dos metros de largo. Robert descargó su rifle de asalto sobre ellos, lo que apenas hizo que la pareja retrocediera mientras salpicaba su armadura. Shane cambió a su rifle de francotirador y disparó a través de una sección central sin protección de un Cazador, y después inyectó dos balas en el vulnerable abdomen del otro. Ambos cayeron, pero seguían moviéndose, solo momentáneamente incapacitados.

Equiposy descargaban de fuego Élite, caían en el lado contrario unamientras lluvia detanto, aguijones y disparos de plasma. Robert atrapó una mancha de plas ma con el estómago… se quedó pegada ahí, quemando su armadura SPI como si fuera papel. Gritando, consiguió recargar y pulverizar su MA5B en modo automático sobre el Élite que le había disparado. La BIOGRUPO mostraba su corazón al ritmo más alto, pero siguió pudiendo coger una granada, tirar de la anilla, y lanzarla al equipo de fuego enemigo… y entonces cayó.

de nuevo al equipo de fuego Élite, y disparó en ráfagas controladas de tres balas. Aparecieron más Élites, rodeando al solitario Spartan. El rifle de Shane clacqueó, vacío. Sacó su pistola M6 y Shane se paró para ver a Robert y a Jane… después se giró

continuó disparando.

Un motor de energía detonó como un pequeño sol a dos metros. Shane se revolvió en el aire, y cayó boca abajo, sin moverse. —Y eso es todo lo que tenemos —sentenció el coronel Ackerson. Kurt continuó mirando a la pantalla de estática, su corazón latía aceleradamente, medio esperando por la alimentación para que se conectase de nuevo y ver a Shane recoger a Robert y Jane, y cojear fuera del campo de batalla juntos, heridos, pero con vida. Kurt los había entrenado siete años, y habían crecido para que los respetara. Ahora estaban muertos. Su sacrificio había salvado incontables vidas humanas, aunque Kurt seguía sintiéndose como si lo hubiera perdido todo. Quería apartar la vista de la pantalla, pero no podía. Era su culpa. Les había fallado. Su entrenamiento no los había preparado. Debería haber rectificado los fallos de sus trajes PR Mark-I y haberlos arreglado antes. Méndez se alzó y golpeó la tableta del Coronel. La pantalla se volvió blanca piadosamente y se desvaneció. Ackerson le dirigió una mirada al Jefe, pero Méndez lo ignoró. —El reciente recon con drones muestra la instalación al completo congelada —dijo el Contraalmirante—. No se construirán más naves en K7-49. —Solo para clarificar —murmuró Kurt, y después se detuvo para aclararse la garganta—. ¿No hubo supervivientes de la Operación PROMETEO? —Es lamentable —dijo la Vicealmirante con la mayor suavidad ahora en su voz—. Pero lo haríamos de nuevo si se presentara una oportunidad similar, Teniente. Una instalación a menos de dos semanas de viaje a las colonias exteriores… tus Spartans han prevenido la construcción de una armada Convenio que podría haber resultado en nada menos que la masacre de billones. Son héroes.

Cenizas. Eso era todo lo que Kurt sentía. Miró a Méndez. No había emoción en su cara. El hombre aguantaba bien el dolor. —Lo entiendo, señora —dijo Kurt. —Bien —dijo ella, y todo rastro de compasión se había evaporado ahora de su tono—. Te he llamado para una promoción. Tus Spartans cumplieron muy por encima de los parámetros proyectados del programa. Tienes que ser recomendado. Kurt sentía que lo único que se merecía era un consejo de guerra, pero no dijo nada. Ahora quiero te centres Beta y aceleres entrenamiento de—los Spartans deque la Compañía —dijoelella —. Tenemos una guerra que ganar.

CAPÍTULO

NUEVE 1620 HORAS, 24 DEAGOSTO DE 2541 (CALENDAR IO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DEL CAMPAMENTO CURRAHEE, PLANETA ONYX(CUATRO AÑOSDESPUÉSDE LA OPERACIÓN PROMETEO DELA COMPAÑÍA ALFA DESPARTAN-III)

Las balas salpicaron el barro cerca de la cabeza de Tom. Se alejó empujándose hacia el interior del agujero, aferrándose a la tierra, intentando estar lo más plano posible. La ironía era que el Equipo Foxtrot lo había hecho todo por el libro. Puede que esa fuera la lección de hoy: actuar por el libro no siempre funciona. Tom los habíayllevado a través del bosque, evadiendo francotiradores patrullas de sucios instructores de entrenamiento que esperaban para saltar sobre ellos. Se lo habían puesto muy fácil. Esa debería haber sido la primera pista. Los IEs nunca les ponían las cosas fáciles. Cuando llegaron al campo abierto comprobó el perímetro. No había nadie allí. Esperó, sin embargo, y comprobó y recomprobó. Los IEs con su armadura Semi-Potenciada Mark-II eran difíciles de detectar incluso con las imágenes termales en sus binoculares de campo. Tom había conducido cautelosamente a su equipo hacia el campo y el palo con una campana. Esa era la misión: hacer sonar la campana. Habían tenido dos horas para encontrar y tocarla para calificarse y continuar el entrenamiento Spartan.

Había 418 candidatos, y solo trescientas vacantes. No todos ellos podrían ser Spartans. Su error había sido llevar a todo su equipo al claro. Todos ellos habían sido demasiado ambiciosos. Eso consiguió que fueran emboscados. Disparos de ametralladora llovieron sobre ellos desde las copas de los árboles. Adam y Min en sus posiciones de flanqueo fueron rápidamente eliminados.

Solo Tom y Lucy habían logrado llegar al fangoso agujero. Era lo suficientemente profundo para evitar que les dispararan. —Estode —Lucy es barro una locura escupió a través de su cara cubierta que hacer algo. —. Tenemos —Tendrán que quedarse sin munición tarde o temprano — le dijo Tom—. O uno de los otros equipos aparecerá y nos sacará de este aprieto. —Seguro que lo harán —dijo Lucy—. Después de que ellos toquen la campana —entrecerró los ojos en dirección a los árboles—. Tiene que haber alguna forma de salir de esta. Torretas de armas automatizadas allí arriba. Por eso no

aparecieron Eso era lo en queloseltermales. Teniente siempre decía de las máquinas: «Engañan fácilmente a lo insospechado… pero también son fáciles de romper». Las armas no los matarían… pero estaba muy claro que los

pararían en seco. Con solo unos trajes con sudaderas y botas ligeras para protección, las balas aturdidoras golpeaban tan fuerte que entumecían todo lo que tocaban: piernas, brazos o Dios te ayude si eras alcanzado en la cabeza, ingle o en un ojo. —Que le den a esto —Lucy se alzó a una postura agachada. Tom agarró su tobillo, la empujó hacia abajo, y la golpeó en el intestino.

L ucy se dobló, pero se recuperó rápido… rodó sobre Tom y le inmovilizó completamente.

Tom se libró del bloqueo encogiéndose de hombros y alzó ambas manos. —Vamos —dijo él—. Tregua. Tiene que haber alguna manera de salir de esta… una manera de que no seamos disparados.

Lucy lo miró, pero después dijo: —¿Qué tienes en mente?

—¿Cuál es la razón de este «ejercicio», Teniente? —preguntó

Invierno Profundo.

La proyección holográfica de un hombre viejo dio un paso hacia el banco de monitores y tocó la pantalla mostrando un chico y una chica apuntalados con disparo de ametralladoras. Un sonido como el del hielo que cruje se extendió a través del plástico. El jefe Méndez permanecía de pie, y aplastó un mosquito, frunciendo el ceño mientras miraba hacia atrás y adelante entre las dos docenas de pantallas en el centro de control del Campamento Currahee. El aire acondicionado estabaestaban roto, y tanto el uniforme de Kurt como el de Méndez empapados en sudor.

Kurt dijo: —¿Lo están haciendo bien nuestros candidatos en los estudios? Invierno Profundo giró su mirada de azul-glaciar al Teniente. —Ha visto mis informes. Sabe que lo están haciendo. Desde que usted anunció que sus grados eran un factor en el proceso de selección, prácticamente se matan a ellos mismos todas lasnonoches aprobar. Francamente, veo…para aprender todo antes de —Sugiero —dijo Kurt— que no te preocupes de ver la razón de mis entrenamientos en el campo de batalla, y que te centres en mantener a los candidatos al día con sus estudios.

¿Qué podría saber posiblemente una IA sobre si era como en una misión real? Balas silbando tan cerca de tu cabeza que

sentirlas no ¿Y si sesangrando, trataba de ser hacías herido,más peroque deoírlas tener yque seguirpasar. avanzando, porque si no lo hacías todos en tu equipo morirían? La Compañía Alfa había perdido su cohesión de equipo en la Operación PROMETEO. Kurt prometió que eso no pasaría con la Compañía Beta. Invierno Profundo agitó su capa, y una ráfaga de nieve ilusoria se arremolinó cerca de la sala de control. La IA estaba programada con protocolos de seguridad humana, así que era natural estuviera preocupada. sabemos de lo que son capaces —le dijo finalmente —No que Kurt a Invierno Profundo—. Si nos pegamos a las instrucciones por-el-libro nunca lo descubriremos, tampoco. Pero los ponemos en una situación imposible, y puede que nos sorprendan. —Definición corta de Spartan —remarcó Méndez.

Eso era lo que habían dicho sobre los SPARTANs-II, quienes eran la alegría de la huerta y vestían armadura

Podían MJOLNIR. lo imposible, hacerlo solos. Los SPARTANs-III, sinhacer embargo, tendrían yque trabajar juntos para sobrevivir. Ser más una familia que un equipo de fuego. —Aun así —murmuró Invierno Profundo—. Esto es cruel. Acabará con ellos. —Preferiría acabar con ellos —dijo Kurt— que dejarlos ir al campo sin siquiera experimentar una situación táctica intratable. —Personalmente no creo que estos niños puedan ser derrotados —Méndez habló más para sí mismo que para Kurt o Invierno Profundo. Su mirada se fijó ahora firmemente en Tom y Lucy—. Con diez años y esos dos tienen tanta firmeza de carácter que asustan incluso al vaya por Dios mío. —Miren —dijo Invierno Profundo—. ¿Qué hacen estos dos ahora?

Kurt sonrió: —Creo… que lo

imposible.

—Repasemos el plan una vez más —dijo Tom.

Lucy se acurrucó junto a él en el fangoso agujero. —¿Por qué? ¿Piensas que soy estúpida? Tom no dijo nada durante un momento, después: —Esas torretas probablemente usen un radar para apuntar. Así que los burlaremos. —¿Y si usan termales? —preguntó Lucy. Tom se encogió de hombros. —Entonces

espero que te

cojan primero. Lucya tiasintió sombríamente y levantó una lodosa piedra. — Entonces tiraremos esto. —Hacia su cono de disparo —dijo Tom—. El pequeño ángulo se los pondrá difícil para seguirlo. Puede que paralice sus cerebros durante una fracción de segundo más. —Entonces corremos. —Maniobras evasivas. Intenta no pisar a Adam y Min. —Pillado —dijo Lucy. Tom agarró su coraje. roca más y lasus golpeó una vez, desarrollando Él yfuertemente Lucy chocaron puños juntos. Se

levantaron

al

mismo

tiempo…

lanzaron

extremadamente fuerte ambas piedras.

Tom oyó disparos, pero no se paró para mirar; corrió a la derecha, después a la izquierda, rodó y cayó y entonces esprintó como loco a la línea de árboles. Sintió el barro cerca de él explotando con pequeños soplos. El fuego cortó su muslo y su pierna perdió toda sensibilidad. Empujó con su pierna buena, y aterrizó fuertemente sobre su estómago en la alta hierba cerca de los árboles de acacia. Balas muy separadas entre sí puntearon en el cielo a centímetros de su vulnerable cuerpo… pero fallaron. Se rió.

Solo estaba dentro de su ángulo mínimo de disparo. Máquinas estúpidas.

la vuelta a Lucy, jadeandoapuntó y agachada enSela dio hierba. Tom ylevislumbró hizo una señal, y después hacia las copas de los árboles. Lucy le dio la señal del pulgar arriba. Tom brincó sobre una pierna. Le estaba volviendo un poco de sensibilidad… sobre todo la sensación de dolor. Se la sacudió a brincos. No podía dejar que eso lo ralentizara. Los instructores de entrenamiento podrían aparecer en cualquier segundo. Se empujó a sí mismo hacia las ramas inferiores de una de las quepara se sacudió a los en disparos. un granacacias cuidado esquivardebido las espinas el troncoEmpleó del árbol. Escaló diez metros. En una plataforma se sentó y una vieja arma ametralladora M202 XP conectó su control de disparo automático. Se movió nerviosamente hacia adelante y atrás, esperando a que un objetivo se presentara. Tom alcanzó la cima y desconectó los cables de la formación de radares, y después el suministro de energía. El arma se congeló. Escaló hacia la plataforma y desenroscó los tornillos de seguridad. Tiró el arma de la plataforma. Hizo un satisfactorio ruido sordo al impactar con la lodosa tierra. Tom bajó. Agarró la ametralladora, limpió el cañón, y arrancó el control de disparo automático que permanecía. Hizo una prueba de disparo de una ráfaga de tres balas sobre el tronco del árbol. —Impresionante —dijo él. Lucy había bajado de su árbol también, la ametralladora equilibrada sobre su hombro. Se movió hacia el campo para ayudar a Adam y Min a levantarse. —Vamos —dijo ella—. Seguimos teniendo una campana que tocar. Adam elevó a Tom y después a Lucy para formar una escalera humana, y entonces Min escaló e hizo sonar la campana.

Nunca nada había sonado tan bien. Todos ellos bajaron. —Ahora a por un poco de devolución… —dijo Tom—. Adam, Min, tomen —señaló— en esos árboles allí y allí.

posiciones de vigilancia

Ellos asintieron y corrieron hacia los árboles. —Tú, yo y estos —le dijo Tom a Lucy, dándole palmadas a su ametralladora— nos situaremos allí —apuntó a un largo peñasco—. Yo estaré allá —asintió hacia la alta hierba al borde del campo. —¿Y harás qué? —preguntó ella. —Bueno, hemos limpiado el campo y hecho sonar la campana. figuro que los otros equipos llegando aquí y tocando Me la campana encon tiempos récord… Lucy sonrió. —Los IEs vendrán corriendo y disparando. Los IEs del Campamento Currahee eran una mezcla de cautelosamente elegidos ONCs, médicos, y los fracasos de la primera clase de Spartan. Los fracasos siempre se salían de su camino para hacer de las vidas de los reclutas de Spartan Beta un infierno. Dos años antes el Equipo Rayo-X se desvaneció en un rutinario ejercicio en el norte. Un montón de losjungla) niños decía que había fantasmas porque allí (ojos flotantes en la pero todos sabían en realidad los IEs habían hecho algo y lo habían ocultado. Incluso la ONI vino y cercó el lugar. Lo llamaron «Zona 67» y declararon que estaba «absolutamente fuera de los límites». Era momento de enseñarle a esos IEs que no podían escapar acosando a la Compañía Beta. Min silbó desde las copas de los árboles. Los Equipos Romeo y Eco se escabulleron hasta estar a la vista. Tom les señaló y explicó el plan. Los Equipos Zulú y Lima se les unieron, y pronto dos docenas de reclutas estaban dispersas en los árboles y hierba, observando y esperando. Solo pasaron quince minutos antes de que un silbato sonara a las tres en punto. Hubo un sutil movimiento en la hierba al borde del campo.

Tom señaló a sus exploradores para que volvieran mientras Lucy maniobraba para conseguir una línea mejor. Tom corrió agazapado para interceptarlo.

Vio tres objetivos, sus armaduras SPI mimetizaban la hierba bien, pero no lo suficientemente bien para cubrir la hierba separada a sus pies. Se giraron para encararse a Lucy. Tom disparó, rociando al nivel de la rodilla donde la armadura era más débil. Tres contornos con forma humana aplastaron la hierba, gritando y convulsionando mientras las balas de goma se arrojaban sobre ellos. Lucy se les fuego. Cuando losunió gritosy abrió pararon, Tom se movió y les arrancó su armadura, revelando tres IEs muy aturdidos. No se habían identificado, así que según las reglas de combate eran objetivos justos. Adam corrió y lo ayudó y Lucy desnudó sus cuerpos. —Pistolas y MA5Ks, ambas con munición aturdidora — dijo Adam.

Lucy agarró un doble puñado de granadas, y sonrió.



Granadas —Ahoracegadoras. —dijo Tom, sonriendo—, esto se vuelve realmente

interesante. La luna había salido y establecido. La hierba estaba húmeda con el rocío y el estómago de Tom rujía tan alto que pensaba que podría revelar su posición en la oscuridad. Cinco oleadas de IEs habían venido, y sido neutralizadas por el Equipo de Defensa de los Reclutas Spartan ahora armado, blindado y totalmente equipado. Los instructores estaban detenidos en el medio del campo alrededor de la campana. Rehenes. Tom y los otros Spartans estaban trabajando juntos como nunca antes lo habían hecho. Y estaban ganando. Estaba

hambriento, húmedo, y tenía frío, pero Tom no le hubiera dado tregua a nadie en la galaxia entera. Oyó el crujir de una rama en la hierba alta, se giró, ametralladora apuntada por encima de la cintura. No había nada allí, y nada en los termales, tampoco. Debía de estar volviéndose neurótico. Una mano apretó su hombro, mientras otra mano le arrebataba la ametralladora de su alcance. El jefe Méndez permanecía de pie sobre él. A su lado estaba el teniente Ambrose. Tom medio esperaba que Méndez le disparara justó allí. —Creo que es suficiente —gruñó Méndez.

El Teniente se arrodilló al lado de Tom y susurró: —Buen trabajo, hijo.

CAPÍTULO

DI E Z 0420 HORAS, 19 DEFEBRERO DE 2551 (CALENDA RIO MILITAR)/ A BORDO DELA HOPEFULDELA UNSC, ESPACI O INTERESTELAR, SECTORK-009 (CINCO AÑOS DESPUÉSDELA OPERACIÓN TORPEDO DESPARTAN-IIIEN PEGASI DELTA)

Kurt recorría los vacíos pasillos de la Hopeful de la UNSC y entró en el atrio. Brillantes luces arriba imitaban un realista sol. Recuperadores de aire hacían crujir el pequeño huerto de robles blancos. Olió lavanda, un perfume que no había experimentado desde que era niño. La característica más extravagante de la Hopeful, sin embargo, eradesconocido la curvada ventana de diez metros el atrio… algo totalmente en cualquier otra en nave de la flota

de la UNSC. Pero la Hopeful no era como ninguna otra nave de la flota. Los oficiales Navales la describían como «la cosa más fea que nunca haya flotado en cero g». La nave había sido construida antes de que hubiera habido actividad rebelde de importancia en las colonias. Una corporación médica privada había adquirido dos estaciones de reparaciones desguazadas… cada una de ellas era una placa de un

kilómetro cuadrado de andamio, grúas, y tranvías de carga. Esas dos placas habían sido conectadas para formar un «sándwich» descentrado, y en el interior, un hospital del estadio-del-arte y una instalación de investigación habían sido construidos.

En 2495 la UNSC había confiscado el navío, añadido motores, sistemas defensivos mínimos, seis reactores de fusión, y un sistema transluz Shaw-Fujikawa, y transformaron la Hopeful en el mayor hospital de campaña móvil de la historia. Mientras la mayoría de los oficiales Navales coincidían en que era fea, todos los Marines enlistados con los que Kurt había hablado le habían declarado que era la cosa más hermosa que habían visto jamás. La Hopeful había tomado proporciones míticas con los hombres y mujeres que tenían que luchar y morir en las líneas fronterizas. Había sido Navales dañada, pero había sobrevivido, en dieciocho batallas importantes con fuerzas rebeldes y en cuatro encuentros con el Convenio. El personal de la nave y de tecnología tenía una reputación salvando vidas, en muchos casos devolviendo literalmente a los muertos a la vida. Hoy la nave había sido aparcada en espacio interestelar (esencialmente en medio de la nada) por orden de la vicealmirante Parangosky. Y mientras los miles de pacientes críticamente lasBravo ocho cubiertas queenfermos rodeabannoalpodían grupo ser de evacuados, acoplamiento habían sido limpiadas de cualquier personal mientras la ONI traía su equipamiento y personal. El programa SPARTAN-III tenía que permanecer bajo un ocultamiento de secretismo absoluto. Kurt deseaba que la Hopeful viviera al nivel de su reputación porque hoy las vidas de sus Spartan estaban en juego. Sus candidatos habían tenido que soportar mucho el último año. Para acelerar el horario del programa, la pubertad se les había sido inducida artificialmente. La hormona de crecimiento humano así como la del cartílago, los músculos, y los suplementos óseos habían sido introducidas en su dieta, y los niños habían sufrido una metamorfosis hasta casi la estatura adulta en nueve meses.

Se habían vuelto torpes en sus nuevos y mayores cuerpos, y habían tenido que luchar para reaprender cómo correr, disparar, saltar, y luchar. Y hoy, se encararían a su prueba más peligrosa. Podrían o volverse irreparablemente desfigurados, morir, o ser transformados en Spartans. No, eso no estaba bien. Aunque esos niños no tuvieran la elevada velocidad o fuerza de un Spartan, ya tenían la entrega, el impulso, y el espíritu. Ya eran Spartans. Kurt oyó botas chasqueando mientras bajaba el pasillo, después amortiguados pasos que cruzaban el césped del atrio. —¿Teniente, señor? Un hombre y una mujer jóvenes se aceraron con los largos y bajos pasos de gente que había pasado mucho tiempo en microgravedad. Vestían uniformes Navales estándares portando las rayas de un suboficial de segunda clase. Ambos tenían pelos negros casi esquilados y oscuros ojos. Kurt había tenido que tirar de algunos hilos para mantener a los supervivientes de la Compañía Beta de Pegasi Delta con él. El coronel privadas. Ackerson había querido asilenciosa Tom para Lucy sus propias operaciones Y la siempre había esquivado por poco una clasificación inadecuada-por- deber y un reasignamiento permanente a la rama psicológica de la ONI para «evaluación». Había tenido que recurrir a la vicealmirante Parangosky, reclamando que necesitaba Spartans para entrenar Spartans. Por encima de las objeciones de Ackerson, ella aceptó. El resultado: Tom y Lucy se habían convertido en las manos derecha e izquierda de Kurt durante esos últimos años, y la Compañía Gamma estaba compuesta de los mejores Spartans de la historia. Tom y Lucy pasaron mucho de su tiempo en armadura SPI, le llevó un momento a Kurt reconocer sus añadidos. Sus armaduras, así como el resto de los trajes Semi-Potenciados de Infiltración de la Compañía Gamma habían sido

recompuestas con nuevos camuflajes foto-reactivos para propulsar sus propiedades de camuflaje. Había otras recomposiciones (capas de gel balístico, suites de software mejoradas, y otras funciones) que con suerte estarían en funcionamiento en menos de un año. Tom y Lucy realizaron saludos simultáneos. Kurt devolvió el saludo. —Informen. —Los candidatos están listos para subir a bordo, señor — dijo Tom. Kurt se levantó y ellos tres recorrieron de vuelta el pasillo y entraron en el grupo de acoplamiento Bravo. Era del tamaño de pequeño cañón la capacidad de realizar aeltravés ciclo con unaunflota de naves de con descenso simultáneamente de su masivo sistema de bloqueo de aire. Había espacio suficiente para clasificaciones y tranvías que podían llevar una compañía entera de soldados heridos a instalaciones quirúrgicas de emergencia.

Los bloqueos de aire gritaron y hubo una repentina ráfaga de aire frío. Docenas de puertas de bahía se partieron y Pelicans rodaron hacia el interior de la bahía sobre camas alimentadas por vapor. Las rampas traseras de los Pelicans bajaron y los

candidatos Spartan rompieron filas en hileras ordenadamente. Kurt les había informado sobre el procedimiento. Serían sedados y se les inyectará cócteles químicos y serán alterados quirúrgicamente para darles la fuerza de tres soldados normales, disminuir su tiempo de reacción neuronal, y mejorar su durabilidad.

Era el paso final en su transformación en Spartans. Era el día de la graduación. Les había advertido de los riesgos, también. Les había mostrado los vídeos archivados de los resultados de la fase de bioaumentación del programa SPARTAN-II, cómo más de la mitad de esos candidatos había sido lavado… tanto por morir

debido al proceso como volverse tan malformados que no podían mantenerse en pie. Eso no pasaría conpero los Kurt SPARTANs-III con una los nuevos protocolos médicos, había querido última prueba. Ninguno de los 330 candidatos había optado por dejar el programa. Kurt tuvo que pedirle al coronel Ackerson treinta vacantes extra para esa fase final. Simplemente no tenía en mente cortar a treinta aleatoriamente… cuando hasta el último de ellos estaba dispuesto y listo para luchar. Ackerson le había concedido su petición con gusto. Kurt permanecía de delante pie y saludó candidatos pasaba por de él. mientras la cuerda de Marchaban, devolviendo su saludo, con las cabezas en alto, y los pechos fuera. De media con solo doce años de edad, parecían más cerca de los quince con la esculpida musculatura de unos atletas olímpicos; muchos tenían cicatrices duramente ganadas; y todos tenían un inefable aire de seguridad a su alrededor. Eran guerreros. Kurt nunca se había sentido tan orgulloso. ElAsh, último candidato se detuvo, y después lo interrumpió. Era número de serie G099, líder del Equipo Sable. Era uno de los más feroces, listos, y mejores líderes en la clase. Su ondulado pelo marrón estaba ligeramente por encima de la longitud regulada, pero Kurt estaba inclinado a dejarlo a pasar, el hoy de todos los días. Ash le dirigió un preciso saludo. —Señor, candidato Spartan G099 solicitando permiso para hablar, señor. —Concedido —dijo Kurt, y terminó con su prolongado saludo. —Señor, yo… —la voz de Ash se agrietó. Muchos de los chicos tenían problemas con sus cuerdas vocales, seguían recuperándose de la pubertad inducida rápidamente. —Solo quería hacerle saber —continuó Ash— que ha sido un honor ser entrenado bajo usted, el jefe Méndez, y los

suboficiales Tom y Lucy. Si no sobrevivo a hoy, querría que supiese que no hubiera hecho nada de manera distinta, señor. —El honor ha sido mío —dijo Kurt. Extendió su mano.

Ash la miró durante un momento, y después agarró la mano de Kurt, la apretó firmemente, y las sacudieron. —Te veré al otro lado —dijo Kurt. Ash asintió con la cabeza y se fue, alcanzando al resto de los candidatos.

Tanto Tom como Lucy asintieron en aprobación. —Están listos —murmuró Kurt. Miró a otro lado para que no tuviera que encontrarse con sus miradas—. Espero que

nosotros lo estemos. Estamos corriendo mucho riesgo. Kurt, Tom y Lucy se detuvieron en una sala de conferencias de personal, ahora un centro de control y comando de la ONI improvisado. Técnicos médicos dentro de batas azules de laboratorio veían 330 monitores de vídeo y sets de bioseñales. Tom hablaba con uno de los técs mientras la mirada de Kurt saltaba de monitor en monitor. Entonces bajó hacia lacada abierta quirúrgica. Tenía cuatrocientas secciones… una arena de ellas dividida por una cortina de plástico semiopaco, y todas ellas contando con un generador de campo-estéril que brillaba con su característica luz encima. Kurt entró en una unidad y encontró a la SPARTAN-G122, Holly, allí.

La divida área estaba repleta de máquinas. Había soportes con monitores bio. Muchos parches intravenosos y osmóticos la conectaban con una bolsa de infusión quimioterapéutica, cargada con una colección de frascos llenos de líquido que podría mantener a Holly en un estado semisedado mientras le hacía llegar un cóctel de drogas durante la próxima semana. Había una carretilla de auxilios y un ventilador portátil cerca, también.

HAL O : F ANT AS MAS DE O N YX

123

Ella luchó por alzarse y saludar, pero se derrumbó, sus párpados se cerraron aleteando. Se puso al lado de Holly y agarró su pequeña mano hasta que entró en un profundo sueño. Ella le recordaba a Kelly cuando era así de joven: llena de agallas, y sin rendirse nunca. Extrañaba a Kelly. Llevaba muerto para sus compañeros SPARTANs-II casi veinte años. Los extrañaba a todos ellos. La bolsa de infusión quimioterapeuta siseó, los frascos rotaron hacia su lugar, pulsos micromecánicos hicieron ruidos sordos, y se filtraban burbujas dentro de los líquidos coloreados. Estaba empezando. Kurt recordaba cuando atravesó la aumentación. La fiebre, el dolor… sentía como si sus huesos

se estuvieran rompiendo, como si alguien hubiera vertido napalm en sus venas. Holly se movió. Los bio monitores mostraron un alfiler en su presión sanguínea y temperatura. Pequeñas ampollas aparecieron en sus manos y ella se las rascó. Se llenaron de sangre y entonces se ablandaron en costras rápidamente. Kurt le dio una palmada a la mano de Holly por última y después se dirigió a la infusión y levantó el panel lateral.vez En su interior había docenas de frascos con solutos. Entrecerró los ojos, revelando sus números de serie. Vislumbró «8942-LQ99» dentro de la bolsa con infusión. Era el catalizador de osificación con carburo cerámico para hacer los esqueletos virtualmente irrompibles. Había un «88005-MX77», el complejo proteínico muscular fribrofódico que incrementaba la densidad muscular. «87556-UD61» era la solución para desunificación neural coloidal mejorada para reducir los tiempos de reacción. Había otras muchas más: reductores de traumas, analgésicos, anti-inflamatorios, anticoagulantes, y reguladores de pH.

Pero Kurt buscaba tres frascos en particular, unos con códigos de serie distintos (009927-DG, 009127-PX, y

HAL O : F ANT AS MAS DE O N YX

123

009762-OO) que no coincidían con ningún código logístico médico estándar.

Allí estaban, burbujeando mientras sus contenidos eran drenados y mezclados con una precisión de picolitros. Oyó unos pasos que se acercaban. Kurt bajó el panel de la bolsa con infusión y dio un paso de vuelta al lado de Holly. Hubo un crujido de cortinas de plástico y un técnico médico dentro de una bata azul de laboratorio entró. —¿Hay algo con lo que necesite ayuda, señor? —preguntó el técmed—. ¿Algo que pueda conseguirle? —Todo está bien —mintió Kurt. Rozó al hombre mientras pasaba a su lado—. Solo me iba.

HAL O : F ANT AS MAS DE O N YX

123

CAPÍTULO

ONCE 0210 HORAS, 20 DEFEBRERO DE 2551 (CALENDARIOMILITAR)/ A BORDODELA HOPEFULDELA UNSC, ESPACIO INTERESTELAR, SECTORK-009

Kurt estaba sentado a solas en el atrio viendo el progreso de los candidatos en su tableta. Había pasado las últimas veinticuatro horas despierto, a su lado, y después se tomó cuatro horas de sueño. Volvería a ellas dentro de poco, cuando se levantaran para felicitar a los candidatos. Corrección: felicitar a los Spartans. Hasta el último de ellos lo había logrado. Kurt deseaba poder sentirseAmbrose aliviado, pero había vozdemasiadas femenina incógnitas. sonó por la —Teniente —una COM-NAVE—. Informe en el puente inmediatamente. Se levantó y marchó hacia el ascensor. Las puertas se cerraron y el ascensor se elevó a través de secciones de gravedades normal y cero; Kurt se agarró fuertemente a la barandilla. Kurt y su equipo para el Proyecto MAMÁ-CHRYSANTHE debían ser dejados a solas… órdenes directas del alto cargo de COMFLOTA. ¿Así que por qué los llamamientos al puente? Las puertas se abrieron. Una teniente comandante permanecía de pie con los brazos en jarras esperándolo, una mujer de apenas un metro y cuarto y con el pico de una viuda gris.

—Señora —saludó Kurt—. Teniente Ambrose informando

como ordenó. Permiso para entrar al puente. —Concedido —dijo ella—. Venga conmigo.

Ella rodeó el borde de la larga habitación de baja iluminación. No estaban solo sus tres docenas de oficiales que monitorizaban los sistemas de navegación, armas, comunicaciones y de conducción; había equipos controlando compensadores de estrés-estructural, tráfico de tranvías, agua, distribuciones de carga-energética, y subsistemas de ecoreclamación. La Hopeful era más una estación espacial con una ciudad que una nave de la fila. La Teniente Comandante presionó suSepalma la biométrica al lado de una puerta lateral. abrió,contra y ambos entraron. La habitación más adelante estaba forrada con estanterías de viejos libros dorados. Viejos globos de la Tierra y una docena de otros planetas habían sido distribuidos con buen gusto sobre un escritorio de madera de koa que brillaba como el oro bajo la luz de una única lámpara de latón. Un viejo hombre estaba sentado en las sombras. —Eso será —

todo, Teniente Comandante dijo eltres hombre. Se puso de pie y Kurt vio brillar estrellas en su collar. Kurt saludó reflexivamente. —¡Señor! La Teniente Comandante se fue, con la puerta cerrándose y sellándose detrás de ella. El Vicealmirante dio una vuelta alrededor de Kurt. El vicealmirante Ysionris Jeromi era una leyenda viviente. Había llevado a la Hopeful, una nave sin armas y armadura virtualmente, a batalla tres veces para salvar las tripulaciones de naves críticamente dañadas. Había salvado diez mil vidas, y casi sido llevado a consejo de guerra por ello, también. La guerra necesita sus héroes, sin embargo. El entonces Almirante había perdido y vuelto a ganar estrellas en su collar, pero también había recibido la mayor condecoración

en tiempos de guerra de la UNSC: la Cruz Colonial. Dos veces. —No estoy seguro de quién eres —dijo el Vicealmirante, y sus tupidas cejas blancas se juntaron—. Alguien mucho más importante que «teniente Ambrose», o cual sea tu verdadero nombre. Kurt sabía demasiado bien no decir nada a no ser que le dirigieran una pregunta directa. Permaneció erguido bajo atención. La clasificación de contraseña del proyecto SPARTAN-III lo prevenía de divulgar nada, incluso a un vicealmirante, sin clarificación.

Caminóuna deesfera vueltanegra a sudelescritorio, un cajón, y recuperó tamaño dealcanzó un pomelo. —¿Sabe lo que es esto, Teniente? —No, señor —dijo Kurt. —Una sonda de COM Deslizespacial —dijo él—. Un dispositivo Shaw-Fujikawa estacionario lanza una de estas «balas» negras al espacio Deslizcurso en una trayectoria ultraprecisa. Rompe las leyes de la física conocidas por el hombre, y cae de nuevo en el espacio normal en unas coordenadas muy distantes. Como tu propia paloma mensajera. ¿Comprende? —Sí, señor —dijo Kurt—. Como unas sondas científicas Deslizespaciales. Las he visto siendo lanzadas desde la Estación Arquímedes. O las nuevas cápsulas de descenso de SCDOs que pueden ser disparadas desde una nave aún en el Deslizespacio. —Para nada como todo eso, Teniente. Esas solo son enviadas dentro, y después sacadas, del espacio Deslizcurso… más un apestoso giro en remolino en un retrete pasado de moda que ingeniería de precisión. Golpeó la negra esfera. —Esta belleza navega de verdad a través del Deslizespacio. Atraviesa tanto y tan rápido como una nave de la UNSC. Malditamente cerca de lo mágico si aprecias las matemáticas. ¿Lo comprende ahora?

Kurt no estaba seguro qué intentaba pescar el Almirante. Le habían dirigido una pregunta directa, sin embargo, así que respondió. —Si lo que ha dicho es preciso, señor, revolucionaría las comunicaciones a larga-distancia. Todas las naves serían dotadas de un dispositivo así. —Excepto porque implica construir un lanzador de pocamasa Shaw-Fujikawa ultrapreciso el —replicó Vicealmirante—, podría construir una flota de naves. Y con el coste de hacer una de estas pequeñas bolas negras —rodó la sonda peligrosamente cerca del borde de su escritorio — podría construir la ciudad capital de alguna colonia de aguas estancadas. en la Tierra. Solo hay dos lanzadores así. Uno en Reach y otro El Vicealmirante volvió a Kurt y sus pálidos ojos azules miraban fijamente a los de Kurt. —Esta sonda llegó hasta aquí hace quince minutos —le contó el Vicealmirante—, desde cuarenta millones de kilómetros de la Hopeful. El vector de entrada no coincide ni con la Tierra ni con Reach como punto de srcen. Y es para usted. Kurt tenía una docena de preguntas, pero se atrevió a no levantar ellas. Se sentía como si caminara por el filo de la ninguna hojilla deldesecretismo. El Vicealmirante resopló y se movió hasta la puerta. —Hay un protocolo de secretismo máximo para esto, así que use mi oficina, Teniente. Tómese todo el tiempo que necesite. —Le dio una palmada a la puerta y se abrió. Se paró y añadió—: Si hay algún peligro para mi nave o mis pacientes, espero ser informado, hijo. Órdenes o no. Se fue y la puerta se selló. Kurt se acercó a la negra esfera. No había controles obvios ni pantallas. La luz emanaba de su superficie como agua que cubría aceite. La tocó y se calentó. Apareció hielo en motivos de copos de nieve y se resquebrajó sobre el escritorio del Vicealmirante.

Una nieve holográfica flotó a lo largo de la oficina y se unió en un manto blanco, presentaciones cinceladas, ojos glaciares, y una caña de cristalino hielo: Invierno Profundo. —Dios mío —jadeó la IA—. Y yo que creía que los contraalmirantes eran tediosamente habladores. Pensaba que el viejo Jeromi nunca se iría. Invierno Profundo aplanó sus manos casi-esqueléticas sobre la nada, y un brillo azul permeó el aire. —Paquete de contraelectrónica conectado. —¿Cómo has llegado aquí? —preguntó Kurt.

Su mente luchaba para comprender las ramificaciones. Las IAs tenían huellas, para necesitaban instalaciones, fuentes de grandes energía masivas alimentar sus mentes.y Invierno Profundo no podía estar allí. ¿Y cómo había podido conseguir alterar la IA el vector de acercamiento desde el lanzador de COM de la Tierra o Reach? Invierno Profundo levantó una mano. —Pare. Veo su mente en un bloqueo lógico, Teniente. Podría, sin embargo, ayudar a explicarlo. —Por favor —murmuró Kurt. —





Primero dijo Invierno Profundo , puede que solo podamos comunicarnos durante un tiempo limitado. He imprimido una fracción de mi intelecto en la matriz de memoria de esta sonda. El proceso ha destruido irreversiblemente una porción de la capacidad de procesamiento de la base, así que por favor no desperdicie los preciosos minutos que tenemos. Tampoco hay suficiente energía restante en esta sonda para un debate prolongado. Kurt asintió. Eso le había costado a la IA un alto precio, así que se esforzaría por escuchar. —Tampoco nos haga perder tiempo debatiendo los matices de esta sonda de COM de espacio-Deslizespacio. Es clasificado, y no tiene aclaración. —¿Entonces de qué vamos a hablar? —preguntó Kurt. —He encontrado tres anomalías en los protocolos de bioaumentación actuales —Invierno Profundo dio un aplauso

con sus manos y dos colecciones giratorias de esferas de acero aparecieron—. Esas representan los complejos proteínicos miso-olanzapine y cyclodexione-4 —explicó Invierno Profundo—, los cuales fueron segregados en el régimen de alteración. Kurt se acercó a las moléculas que giraban. —Son drogas antipsicóticas y de integración bipolar —dijo Invierno Profundo.

Aplaudió y una tercera molécula apareció: gotas doradas y de plata retorcida. —Y esto —dijo la IA—, es un mutágeno que altera las regiones clave del lóbulo frontal del sujeto. — InviernolaProfundo se desvaneció la semitranslucidez. Aumenta agresividad, haciendo laaparte animal de la mente más accesible en momentos de estrés. Alguien mutado tiene reservas de fuerza y resistencia que ningún humano normal podría invocar. Una persona así podría seguir luchando bajo la influencia de un amplio trauma sistemático y matar instantáneamente a un humano normal. »El mutágeno, sin embargo, deprime los mayores centros de la razón del cerebro a lo largo del tiempo —continuó la —. Las drogas IA antipsicóticas integración bipolar contrarrestan este efecto. MientrasylosdeSPARTANs-III tengan estos agentes en su sistema, estarán compensados. Kurt lo entendió todo. Bajo estrés extremo los contraagentes podrían metabolizarse rápidamente, y el cerebro primitivo tomaría el relevo. Sus Spartans lucharían y serían más difíciles de matar. El efecto solo era invertido por los contraagentes. Era peligroso. Sus Spartans podrían perder la habilidad de razonar. Podría darles la extremidad para sobrevivir, sin embargo. Invierno Profundo continuó desvaneciéndose. La IA siempre había puesto a los candidatos Spartan por encima de su entrenamiento y de cualquier agenda que la Sección Tres tuviera para ellos. —Te preocupas por ellos a tu manera —dijo Kurt—. Los Spartans.

—Por supuesto que lo hago. Son solo niños, sin importar lo

que se les haya hecho. Debe detener el protocolo. Las mutaciones cerebrales fueron MÉD puestas deenla2513. ley específicamente por las COPRS de lafuera UNSC Los algoritmos de aumento de la moral son robustos. Invierno Profundo se redujo a un copo de nieve que brillaba tenuemente sobre el escritorio. —Soy una IA lista de quinta generación, Kurt. He alcanzado el fin de mi vida operacional efectiva en Onyx. Para cuando llegues, habré sido desconectado y sustituido. He dejado archivos. El copo de nieve brillaba, sus puntas se derretían. Invierno Profundo Debe proceder cautelosamente; no estoy seguro desusurró: quién —dentro de la ONI ha planeado este procedimiento ilegal, pero intentarán encubrirlo con seguridad. El copo de nieve se derritió, y con él todo vestigio holográfico de Invierno Profundo se desvaneció. La superficie de la negra esfera de COM se calentó, la superficie burbujeó, y finos hilos de humo ondularon desde el interior. Sí, lo encubrirían. Cuando Kurt volviera a Onyx informaría al coronel Ackerson… y posiblemente se laspurgados. arreglaría para tener todos los archivos de Invierno Profundo

La mutación había sido idea de Kurt. Tuvo que persuadir al Coronel para que lo permitiera, y lo habían mantenido como un secreto incluso para los demás en la célula de la subsección SPARTAN-III para preservar su «posible negación». Kurt había visto a demasiados Spartans suyos morir; hubiera roto cien régs y políticas bioéticas para darle a su gente la menor oportunidad de sobrevivir una batalla más. Su único pesar era no poder hacer nada más. El «instinto» de Invierno Profundo de salvar a los Spartans estaba equivocado. Ninguno de ellos podría ser protegido de esa manera. Los guerreros combatían batallas; prevalecían, pero todos se encaran inevitablemente con la muerte. Incluso sus niños candidatos entendían eso.

No tenían, sin embargo, que morir tan fácilmente. Kurt le dio la espalda a la sonda de COM, y dejó la oficina del Almirante.

Tenía que ir a graduar a la Compañía Gamma… y darles la bienvenida a la hermandad de los Spartans.

CCI Ó

S EINTRUSOSN

II

CAPÍTULO

DOCE 0645 HORAS, 31 DEOCTU BRE DE 2552, (CALENDARIO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, CERCADELA ZONA 67, PLANETA ONYX

Dos granadas cegadoras explotaron… bolas de rayos y

truenos y de hojas que aleteaban. Ash cayó y se curvó reflexivamente en una pelota. Había visto los tubos de acero hexagonales una fracción de segundo demasiado tarde, y después sus imágenes habían sido quemadas en sus retinas. Habían estado demasiado bien camuflados, a la altura del pecho en los árboles. Estúpido. No estaba pensando, dejando que su sangre se elevara y sacara lo mejor de él. Se desenrolló y rodó hasta ponerse en pie. Lo único que escuchaba era su corazón martilleando; de lo contrario estaría sordo. Ash parpadeó para aclarar su borrosa visión. El Equipo Sable había caído. Mark, Olivia, Holly, y Dante estaban de rodillas. Los reguladores de camuflaje de sus armaduras SPI habían sido lavados por las aturdidoras, y solo las texturas de camuflaje beige más débiles empezaban a resolverse como moratones. La nueva tecnología de recubrimiento foto-reactivo podía imitar un amplio espectro de radiación EM, pero seguía siendo sensible ante las sobrecargas. Empujó a Mark hasta ponerlo de pie, lo agitó. Mark asintió y después levantó a los demás.

Ash les hizo señas para que volvieran, dando marcha atrás a la dirección por la que habían caminado hasta esa trampa. Solo tuvieron un momento antes de que el Equipo Katana entrara en busca de la matanza. Era su culpa. Había estado demasiado ansioso, sido impulsado demasiado fácilmente en la acción sin pensar. Mark había vislumbrado a un francotirador de Katana, y Ash había decidido demasiado rápido flanquear hacia la izquierda… y caminaron derechos hacia la verdadera trampa, las cegadoras.

Pero esa era la razón de ese ejercicio, ¿no? Comprimir a tres escuadrones en un área de un kilómetro cuadrado… piensa rápido Spartan o muere. O peor, en ese caso, piensa rápido o pierde. Ash alzó una mano, deteniendo a su equipo. No caerían atrás directos. Si era del Equipo Katana hubiera colocado otra trampa para un enemigo en retirada. Les hizo señas para que se encorvaran. El Equipo Sable se movía agachado a través de los arbustos, lento, cuidadosamente, con los ojos abiertos. Olivia tomó se desvaneció hacia las sombras. Un posición, zumbidoyempezó en las orejas deverdes Ash. Era una buena señal. Otro medio metro más cerca de esas granadas y hubiera perdido el tímpano. In situ la clonación era un terriblemente aburrido procedimiento, y estaría contento de esquivar el tiempo de inactividad mandatorio de dos semanas. Una luz de estado roja parpadeó desde Olivia. El equipo se congeló. Cinco metros más adelante, un helecho se torció y saltó de vuelta a su posición inicial. Ash hizo parpadear rápidamente su luz de estado verde: la señal para abrir fuego. Era el mejor objetivo que habían tenido toda la mañana. El fuego suprimido lo rodeó. El helecho explotó en una ducha de confeti.

Un único Spartan oculto por el helecho se giró, su armadura SPI brillando plateada por el estacato de balas aturdidoras que perforó su superficie. Sus pies se tropezaron con una raíz y se cayeron. Ash repitió la señal de adelante, y su escuadrón se aseguró de que el objetivo permaneciera abajo con muchas ráfagas de balas bien situadas. La capa inferior de gel balístico se su armadura podía soportar un gran bombardeo antes de romperse. Después de tres segundos, brilló rojo, y cesaron con el fuego. se movió y pegó una del bandera adhesiva de verde-lima enOlivia la espalda aún-brillante Spartan. El objetivo estaba ahora oficialmente «muerto».

Ash activó un marcador de nav y alertó a C y C para que levantaran el «cadáver».

El suelo tembló, solo por un momento, pero todos los Spartans en el Equipo Sable se paralizaron, y después escanearon la jungla, buscando la fuente de la perturbación. ¿Terremoto? Improbable. No había actividad tectónica en Onyx. Eso Ninguna solo dejaba dos posibilidades: impacto o detonación. era especialmente bien recibida. Ash le indicó a Sable para que saliera. Se escabulleron a través de la jungla y emergieron en una llanura. Allí pequeños granitos de piedra caliza y mesas de cuarzo, grutas, y fisuras se extendían hacia el norte… por encima y más allá de la alta valla de la Zona 67. La Zona era donde se suponía que estaban los «fantasmas» de Onyx. Habían sido vistos una vez o dos de acuerdo a los otros candidatos Spartan: un único ojo en la oscuridad. Habían inventado esa tontería simplemente para asustar a la gente. Ash, sin embargo, había oído de un escuadrón de la Compañía Beta que se había desvanecido cerca de allí y que nunca fue encontrado. Miró alrededor cautelosamente y vislumbró un túnel erosionado de manera natural que se extendía a lo largo de

una colina. Ash apuntó y el Equipo Sable se estableció dentro para evaluar la situación táctica. Ash—seDemasiado quitó su casco, limpió la sangre de su nariz y pelo. cerca y—se dijo —. —Aun así, tenemos a uno —dijo Holly, quitándose su casco de cristal dorado— y no perdimos a ninguno de los nuestros… aunque seguro que tú le hubieras dado un buen intento —se rascó el vello de su cabeza, al que había cortado con maquinilla un motivo de garras de oso. La altura estaba bien según los régs, pero algunos de los otros equipos se burlaban de ella sobre eso. Holly se había vuelto un poco salvaje por las burlas, y había sido degradada dos veces por pelearse. Dante se quitó su casco y examinó su cicatrizada cara en busca de daños. Satisfecho, recuperó dos granadas cegadoras de color negro de su mochila. —Encontré estas, justo antes de que las suyas explotaran. Atrapadas en el cable de alambre. Ash asintió. Debería haber reprimido a Dante por poner sus manos cerca de granadas activadas. Pero de nuevo, Dante tenía habilidades cerca-de-lo-mágico se trataba de explosivos. Siempre sabía cuándo ibancuando a explorar, y cuándo no. Eso o era la persona con más suerte que había visto nunca. Olivia se dejó puesto el casco SPI. Se deslizó fuera de la cueva, tomando posición de guarda exterior. Ash no estaba preocupado. Era la mejor infiltrándose de la Compañía Gamma. La llamaban «O» para abreviar porque era un suave-susurro como la vocal de su mismo nombre. Ash se giró a Mark. —Comprueba la cabeza —dijo él, y le dio una palmada a su amigo en la parte trasera del casco. Mark se quitó el casco, y Ash vio un repugnante moretón en su mejilla. Ash hizo correr sus manos por encima de su esquilada cabeza y examinó los bordes de ese moretón.

—Estoy

bien —dijo Mark. Alisó el recubrimiento interior de su armadura, asegurándose de que estaba perfecta, y después se volvió a poner el casco. Llamaban a Mark «La Marca», porque era su mejor tirador… bueno con un rifle de francotirador, pero mejor con un rifle totalmente automático sobre un buen-objetivo totalmentedescubierto a la vista-de-todos. Cuanta más presión sobre él, más frío se volvía. Ash vislumbró bandas de ónice bruto a lo largo de la pared del túnel, blanco y negro y rayado con líneas de oro. Hizo correr un dedo enguantado por encima de los motivos, intrigado porselaseparó rarezade geológica. Entonces él y se centró en el aquí y ahora. Se volvió a poner su casco. —Comprobación de audio —susurró Ash por la COMGRUPO. Luces de estado verdes parpadearon de nuevo. Bien. No había nadie sordo. Un apagado golpe sordo hizo eco desde las distantes paredes de la mesa, y el polvo llovió desde el techo de la cueva. El Equipo Sable se agachó instintivamente. Ash sacó su arma de pequeño calibre. —Una grande —murmuró Dante—. ¿Artillería? ¿Una de nuestras cuatro-cuarenta? —No creo que el Teniente Comandante use artillería sobre nosotros —susurró Ash. —No normalmente —replicó Holly—. Pero esta es la última

prueba. Puede que esté subiendo todos los listones para figurarse quiénes conseguirán los máximos honores. Máximos honores. Ash había empujado al Equipo Sable para mantenerse en la cima durante los últimos tres años: afilando sus especialidades; aprendiendo todas las lecciones que Verano Interminable les lanzara; y pensando, moviéndose, y actuando juntos como una única arma precisa como el filo de una hojilla. Solo otros dos equipos estaban

siquiera cerca de ellos en las clasificaciones. Gladius y Katana. Los máximos honores significarían alardear de derechos y respeto. Significarían que eran los mejores. Que habían ganado.

Por la COMGRUPO, Ash dijo: —O, ¿tienes una dirección para esa explosión? La luz de estado de Olivia parpadeó roja. —De acuerdo —dijo Ash—, asumiremos que es artillería por ahora. No puedo creer que el Teniente Comandante esté usándola… pero Méndez es otra historia. Oyen algo, se dispersan, y toman cobertura. Cuatro luces verdes LED se encendieron en su pantalla, recibiendo la orden. Ash había leído en alguna parte que nunca oías el proyectil de artillería que te mataba. No tenía el deseo de probar personalmente esa leyenda del campo de batalla. —¿Cuál es el plan para Katana y Gladius? —preguntó Mark. —Katana tiene a uno caído —respondió Ash—. Nos centraremos en el más débil de los dos. Encontraremos… Otro sonido y la tierra se estremeció. cercasordo Olivia por la COMGRUPO—. —Más —susurró Vector norte. Ash dio un paso fuera del túnel y tomó cobertura al lado de una roca grande. Los otros lo siguieron y sus armaduras SPI se fundieron con el rocoso terreno. Si era otra trampa, entonces probablemente estarían saliendo directos a la línea de fuego de un francotirador. Pero Ash no lo creía. Nadie usaría artillería tan pesada tan cerca, niUna siquiera Méndez. explosión como esa no era algo que pudieras sacar entre brechas y piedras y un par de granadas cegadoras, tampoco… así que eso eliminaba a los Equipos Katana y Gladius. ¿Entonces qué las estaba produciendo?

Cuarenta metros al norte estaba la triple verja que rodeaba a la Zona 67. Un afilado alambre electrificado, sensores de movimiento, y caminos de minas hacían de esa una buena barrera. Si hubiera presionado, el Equipo Sable la hubiera rodeado… pero no lo hizo. Las órdenes del TC habían sido claras como el cristal: NO PASEN. Contaría como descalificación instantánea para los máximos honores. ¿Y qué hay de los demás equipos? ¿Solo un pequeño salto arriba y un movimiento lateral para flanquearlo? No. Ninguno de ellos se arriesgaría a una descalificación. Había una tormenta de polvo tres kilómetros más adentro de la Zona 67, una pared de arena, polvo que se arremolinaba… y fuego. Una mesa distante explotó… vaporizada en un hongo de

brillante polvo de cuarzo, granizos de piedra, y llamaradas rodantes. Ash se agachó instintivamente, y su interior se estremeció. Había visto grandes explosiones antes. Nada como eso, sin embargo. —Dos kilómetros —dijo Dante—. Sentí esa en mis huesos. Observaron piedras lloviendo desde el cielo. Mark. —Unos pocoslas misiles Archer quizás… —murmuró Unos puntos se arremolinaban alrededor del borde de la nube de polvo en expansión. Si Ash no supiera tanto hubiera jurado que eran buitres. Pero Onyx no tenía especies aviares parecidas a rapaces. Ash realizó una magnificación en su placa frontal. A cincoveces vio que los puntos tenían una simetría de tres dobleces. Descolgó su rifle de francotirador y se situó tras la mira. Eran drones de algún tipo. Pero no MAKOS de la UNSC. Tampoco voladores Banshee del Convenio. Medían unos pocos metros de largo. Tres apagados aguilones de acero que rodeaban a un ojo central, brillando como hierro fundido. Sin propulsores obvios. Sin cabina. Había una docena de ellos.

—Tiene que ser un prototipo experimental —dijo Dante—.

Puede que la Zona 67 sea una extensión de prueba para nuevas armas. —No

estarían «probando» una fuerza de destrucción merecedora de un megatón mientras nosotros estuviéramos tan cerca —contrarrestó Ash. ¿O era eso parte de la prueba final? ¿Alguna nueva amenaza contra la que los tres escuadrones tendrían que unirse para derrotarla? Sería el estilo del jefe Méndez: cambiar las reglas en medio de una prueba. Los drones se alejaron de la mesa atomizada, se acercaron flotando a la apuesto localización Equipo Sable, justo antes del lado de ladel verja de la Zona 67,parando donde dieron vueltas a otro montículo. Ash espió el movimiento encima de esa formación. Propulsores de un búnker camuflado se abrieron de un salto, y el fuego de una ametralladora acribilló a los drones. Los tres aguilones del drone en cabeza se movieron hacia adelante para formar un liso avión triangular. Una brillante película de oro se colocó en su lugar de un respingo y balas de—calibre cincuenta impactaron y rebotaron. ¡Escudos de energía! Dante—. Tiene que ser —dijo Convenio. Ash estuvo de acuerdo a regañadientes con su apreciación. No era ningún juego, ninguna prueba de honores finales. La guerra había llegado a Onyx. Transmitió a través de un canal de COM abierto: — Currahee C y C, vengan aquí. Aquí Sable Uno. Tenemos una emergencia. Ninguna respuesta. Su luz de radio estaba verde. Estaba transmitiendo, pero nadie estaba escuchando. —Comprobación de radio —le dijo Ash a su equipo—. Que todos intenten llegar al Teniente Comandante o al Jefe. Intenten levantar la Agincourt, también. Ash usó su rifle de francotirador y siguió a los drones.

Los once restantes se alinearon detrás del distorsionado para formar un escudo de energía; sus ojos rojos se alinearon y apuntaron directamente a la cima de la mesa. Emergieron hombres del búnker con lanzamisiles M19. Los ojos de los drones brillaron hasta ser un brillante oro… la

energía se proyectó hacia adelante, chasqueando como un golpe de espadín. Los hombres y el búnker se agitaron por un momento, eructaron en llamas, y se vaporizaron. La cima de la mesa detonó entonces en una nube de polvo y piedra fundida. La tierra se inclinó y desquebrajó. El Equipo Sable se retiró hacia el túnel y los escombros llovieron sobre ellos. Ash entrecerró los ojos entre la neblina. Los drones se habían dispersado y seguido adelante, zigzagueando sobre el terreno rocoso: un patrón de búsqueda. Se movió al final opuesto del túnel y arriesgó otra transmisión de COM abierta. —Equipo Katana, Equipo Gladius, actividad Convenio en Zona 67. Olviden la prueba, chicos. Tenemos una situación.

CAPÍTULO

TRECE 0700 HORAS, 31 DEOCTUBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DEL CAMPAMENTO CURRAHEE,PLANETA ONYX

Kurt escaneó el horizonte con sus binoculares. Observó el patrón del viento en la línea de árboles, los pájaros que habían levantado el vuelo, y un susurro de humo que siseaba desde el cielo. Había problemas en el aire. Desde su posición en la «casa del árbol» no podía ver la fuente de la perturbación cerca de la zona de prueba Spartan. La de casaladel árboleneralosuna plataforma ciendelmetros el suelo jungla titánicos brazos árbol sobre de una higuera. Lo único electrónico allí eran la radio y la unidad de proyección IA. Todo lo demás era baja-tecnología: binoculares ópticos y telescopios, platos de recolección de sonidos parabólicos, anticuadas banderas de señales. —¿Qué tiene la Agincourt? —le preguntó a Méndez. El jefe Méndez se giró hacia Kurt, presionando el botón recibidor en su oreja. —Un montón de estática. Encontrando interferencia de banda ancha. Se están moviendo hacia la órbita alta para conseguir una imagen clara. La Agincourt acababa de llevarle suministros para la venidera Compañía Delta. Kurt les había pedido una pequeña asistencia observacional antes de que rompieran la órbita. —Dele mis agradecimientos al Comandante —dijo Kurt.

La cara del jefe Méndez se oscureció. disolviendo.

—Se

están

El proyector IA del tamaño de un plato chisporroteó de vuelta a la vida, y un cálido rayo de sol rojo destelló y llenó la casa del árbol. Se solidificó en un alto guerrero indio Cherokee, con el pecho desnudo, vistiendo pieles de un macho cabrío, una lanza con plumas en su masiva mano. Era Verano Interminable, la IA de la ONI estacionada en la instalación de ultraalta-seguridad treinta kilómetros al norte, un lugar que técnicamente ya no existía, era así de secreto. La IA hizo un gesto hacia Kurt y después se desvaneció, sustituida el símbolo del rayo para los comunicados rápidos de por prioridad de la UNSC. La IA que había sustituido a Invierno Profundo era distante, apenas había tolerado a Kurt y su personal, y nunca iniciaba la comunicación. Eso era un problema. Kurt dio un paso más cerca y la terminal escaneó sus biométricas. Muchos archivos fueron emitidos directamente en su retina, un protocolo alto-secreto que le daba un nuevo vuelco a la fase de seguridad «solo-ojos». Leyó: COMANDO ESPACIAL DE LAS NACIONES UNIDAS TRANSMISIÓN DE PRIORIDAD RELÁMPAGO 91762P-06 CÓDIGO DE ENCRIPTACIÓN: NEGRO LLAVE PÚBLICA: ARCHIVO/TEMPORAL/ DE: NOMBRE EN CLAVE VERANO INTERMINABLE PARA: / T ENIENTE KURT AMBROSE : ADJUNTO ESPECIAL , LOGÍSTICA COMANDO DE OPERACIONES (REGCOM-NAV), OFICINA DE INVESTIGACIONES IDMUNSC: 045888947 MOTIVO: ESTADO DE ALERTA ANTE EMERGENCIA CLASIFICACIÓN: RESTRINGIDA (DIRECTIVA XXX-XD)

/COMIENZO DE ARCHIVO /PROTOCOLO DE DESCRIFRADO / TRANSMISIÓN RÁPIDA AL COMANDO Y CONTROL DE CAMPAMENTO CURRAHEE VERANO INTERMINABLE DIRIGIÉNDOSE A TENIENTE COMANDANTE AMBROSE-SOLO OJOS

ZONA 67 BAJO ATAQUE. SIGUIENDO LA ORDEN GENERAL

98.93.120,

ESTOY

AUTORIZADO A TOMAR EL COMANDO DE TODO EL PERSONAL MILITAR EN

ONYX BAJO CIRCUNSTANCIAS DE EMERGENCIA .

POR LA PRESENTE

EJERZO

ESTA AUTORIDAD Y ORDENO A

TODOS BAJO SU COMANDO A DEFENDER INMEDIATAMENTE LA

ZONA 67 DE PELIGRO INMINENTE . IDENTIDAD DEL ATACANTE: DESCONOCIDA. ORIGEN NO HUMANO. ATENCIÓN: POSIBLES VECTORES CONVENIO ATENCIÓN: POSIBLES VECTORES NO-CONVENIO ESTÁ AUTORIZADO CON LA ACREDITACIÓN DE LA PALABRA - CLAVE PATRIOTA-SIETE-AZUL PARA REVISAR EL

SIGUIENTE

INMEDIATO .

MATERIAL CUALQUIER

CONDENSADO RUPTURA

DE

BENEFICIO DE

LA

- CLAVE ES CASTIGABLE CON LA PENA DE MUERTE SEGÚN UNSC MJOL-JAG 4465/LHG, LOS ARTÍCULOS DE SECRECÍA EN TIEMPOS DE GUERRA , Y LOS ARTÍCULOS ENMENDADOS DE LAS ACTAS DE S EGURIDAD UNIDAS DE 2162. CONFIDENCIALIDAD DE LA CLASIFICACIÓN PALABRA

/FIN/

/ARCHIVO ADJUNTO 1 DE 9/ 6 DE MAYO DE 2491 (CALENDARIO MILITAR) INFORME DE CAMPO A76344-UNSC.CUERPOING MOTIVO: INSPECCIÓN DEL PLANETA XF-063 OFICIAL INFORMANDO : CAPITÁN D. F. L AMBERT UNSC.CUER POING/IDMUNSC: 03981762 XF-063 ES UNA JOYA RARA DE ENCONTRAR . HAY UNA ATMÓSFERA DE OXÍGENO -NITRÓGENO - GAS INERTE CON UNA PRESIÓN ADECUADA Y UN CICLO CLIMÁTICO MODERADO . HAY UNA SORPRENDENTE ABUNDANCIA DE FLORA Y FAUNA INDÍGENAS , CUYA INVESTIGACIÓN SUPERFICIAL NO POSEE PELIGRO . DE HECHO , HAY PRESENTES ESPECIES COMESTIBLES . (VEA INFORMES ADICIONALES PARA DETALLES .) TRASPLANTES DE ESPECIES DE LA TIERRA POSIBLE . ANOMALÍAS NOTABLES: SIN ACTIVIDAD TECTÓNICA NOTABLE, PERO SIGUE HABIENDO UN FUERTE CAMPO MAGNÉTICO PLANETARIO. RADIACIÓN DE FONDO LIGERAMENTE MAYOR DE LO NORMAL DETECTADA , PERO DENTRO DE LOS ESTÁNDARES TOLERABLES. PRUEBAS GEOLÓGICAS ADICIONALES RECOMENDADAS.

NO

SE

REQUIEREN

ESFUERZOS

DE

TERRAFORMACIÓN.COLONIZACIÓN RECOMENDADA.

/FIN/ /ARCHIVO ADJUNTO 2 DE 9/ 19 DE FEBRERO DE 2492 (C ALENDARIO MILITAR ) INFORME DE CAMPO A79052-UNSC.CUERPOING MOTIVO : EXPEDICIÓN GEOLÓGICA CUATRO , PLANETA XF-063 OFICIAL INFORMANDO : TENIENTE W. K. D AVIDSON UNSC.CUER POING/IDMUNSC: 07729654

LA ZONA EN ALTIPLANO NORTEÑA DE LA MASA DE TIERRA A ALTITUD MEDIA TIENE ABUNDANCIA DE VARIEDADES DE GRANITO Y CUARZO FORMANDO COLINAS IMPRESIONANTES CANTERAS DE ÓNICE.

Y

MESAS .

LA INVESTIGACIÓN ADICIONAL DE ESTA REGIÓN

HA

ORÍGENES

ESPECÍFICAMENTE UN

ARRECIFE DE CORAL CON

UNA RICA HISTORIA

ANTIGUO

ORGÁNICOS

,

REVELADO PIEDRAS CALIZA DE FÓSIL .

LA INVESTIGACIÓN SUPERFICIAL HA DADO CON MUCHAS ESPECIES ANTIGUAS DE ORÍGENES DESCONOCIDOS , Y ENCONTRADO UN FILO ENTERO DE UNA TAXONOMÍA POSIBLEMENTE ALIENÍGENA RECOMENDACIÓN:

. SEGUIR

INVESTIGACIÓN.REQUERIDO

ESPECIALISTA

CON

LA

EN PALEONTO-

Y XENOBIOLOGÍA Y BIOQUÍMICA.

/FIN/ /ARCHIVO ADJUNTO 3 DE 9/ 3 DE ENERO DE 2511 (CALENDARIO MILITAR) ORDEN 179.8.64.007 MOTIVO: RECLASIFICACIÓN DE SEGURIDAD OFICIAL E MISOR : CONTRAALMIRANTE M. O. PARANGOSKY , OFICINA NAVAL DE INTELIGENCIA , SECCIÓN TRES /IDMUNSC: 03669271 CON EFECTO INMEDIATO SOBRE TODOS LOS MATERIALES MENCIONADOS, REFERENCIADOS, O QUE CONTENGAN INFORMES, INVESTIGACIONES, NOTAS DE PERSONAL Y REGISTROS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO DATO RELACIONADO CON O SOBRE EL NO .

PLANETA

CATALOGADO

XF-063 ( TAMBIÉN CONOCIDO COLOQUIALMENTE COMO «ONYX ») SON RECLASIFICADOS POR LA PRESENTE A ALTO SECRETO, SOLO OJOS. LA PURGADO DE LA RED DE TODO EL SISTEM A DE UNSC AUTORIZADO POR LA OFICINA NAVAL DE

INTELIGENCIA

(NO. DE REF 0097833), DIRECCIÓN DE ID.MIL.IA: 477-SSD.

BAJO

LA

/FIN/ /ARCHIVO ADJUNTO 4 DE 9/ 22 DE OCTUBRE DE 2511 (C ALENDARIO MILITAR ) INFORME DE CAMPO DE LA ONI A84110 CLASIFICACIÓN : ALTO SECRETO, PALABRA-CLAVE MOTIVO : E STADO DE LAS RUINAS EN LA ZONA 67 FICIAL NFORMANDO : T ENIENTE COMANDANTE J. G. O ORTEGA , IO FICINA NAVAL DE INTELIGENCIA , S ECCIÓN TRES /IDMUNSC: 7631073 CON RESPECTO A LAS RUINAS ALIENÍGENAS DESCUBIERTAS EN LA ZONA 67, CONTINUAM OS ENCONTR ADO EVIDENCIAS DE UNA CULTURA AVANZADA

CON

UNA COMPRENSIÓN SUPERLATIVA DE LAS MATEMÁTICAS Y LA

ASTROGACIÓN

ARTÍSTICAS

,

CON

POSIBLES

ALGUNAS QUE

CRUZADORA -DEL - ESPACIO

REPRESENTACIONES

SUGIEREN

(VEA

UNA

IMÁGENES

RAZA

DIGITALES

ADJUNTAS D E GRABADOS E N ÓNICE ).

SUS

NUMEROSOS

JEROGLÍFICOS

, AUNQUE EN UN

PRIMER VISTAZO COMPARABLES CON ANTIGUAS VARIANTES

, NO SON , DE HECHO , PARA NADA COMO ESAS PRIMITIVAS EQUIVALENTES DE LA TIERRA . MUCHAS CAPAS DE SIMBOLOGÍA SUGIEREN UNA CERCANÍA DIMENSIONAL -SUPERIOR A SU LENGUAJE , SI SE PUEDE AZTECAS TERRESTRES

PENSAR

DE

VERDAD

QUE

SE

TRATA

LENGUAJE E N CUALQUIER SENTIDO

DE

ESCRITURA

O

HUMANO .

LA TRADUCCIÓN SIGUE ELUDIENDO A TODOS LOS EXPERTOS, HUMANOS E IA. RECOMENDACIÓN : FINANCIACIÓN Y EXCAVACIÓN MÁS PROFUNDAS

DARÁN

INDUDABLEMENTE

DESCONOCIDAS HASTA AHORA

.

CON TECNOLOGÍAS

NOTA

ADICIONAL :

NO

SE

HA

DESCUBIERTO

INFORMACIÓN EN PROFUNDIDAD CON RESPECTO A

MÁS

LA ESFERA

BRILLANTE DESCUBIERTA POR LOS RECLUTAS DE LA COMPAÑÍA BETA . LA SUBSECUENTE DETONACIÓN DE LA ESFERA ELIMINÓ TODA PISTA DE SU

ORIGEN .

/FIN/ /ARCHIVO ADJUNTO 5 DE 9/ 2 DE SEPTIEMBRE DE 2517 (C ALENDARIO MILITAR ) NFORME DE CAMPO DE LA ONI C384409 I CLASIFICACIÓN : ALTO SECRETO, PALABRA-CLAVE MOTIVO : E STADO DE LAS RUINAS EN LA ZONA 67 OFICIAL INFORMANDO : C OMANDANTE J. G. O RTEGA , OFICINA NAVAL DE INTELIGENCIA , SECCIÓN TRES /IDMUNSC: 7631073 LAS NUEVAS INSTALACIONES SE VOLVIERON OPERACIONALES A LAS 0500 HORAS DE HOY. IAS LISTAS

FUNCIONANDO

ESPECIFICACIONES

EN

CON

TÁNDEM

ALGÚN

ÉXITO

SEGÚN

SUS

PRELIMINAR

EN

DIMENSIONAL ES -MENORES

ALGUNO DE LOS JEROGLÍFICOS MÁS SIMPLES.

CONTINUADAS EXCAVACIONES DE MILLONES DE PIES CÚBICOS DE TIERRA EN LA ZONA 67 HAN DADO CON EDIFICIOS EN RUINAS , GRABADOS , Y TABLETAS , PERO

AL

IGUAL

QUE

DESCUBRIMIENTOS DESCUBIERTA

EN

DE

(Y

LAS

UNA

SI

OTRAS

REGIONES

NATURALEZA

HAY,

NO

HAY

TECNOLÓGICA

NECESITAMOS

DE LA

COMPRESIÓN NECESARIA P ARA PERCIBIR SU FUNCIÓN ). GRABADOS DESCRIBIENDO A LOS HABITANTES DE ONYX AÚN SIN ENCONTRAR.

C ÓMO

ERAN

ESAS CRIATURAS, POR

EL MOMENTO, SIGUE SIENDO UN MISTERIO.

EL PERSONAL MAYOR CREE AHORA QUE UN CATACLISMO REPENTINO ACABÓ CON LOS HABITANTES

DE

ESTE

PLANETA .

SOCIOLÓGICO ,

DESCONOCIDO

SI

ERA

PATOLÓGICO

,

. E STO

O RADIOLÓGICO EN NATURALEZA

PODRÍA , SIN EMBARGO , EXPLICAR LOS NIVELES RADIACIÓN DE FONDO MAYORES -DE - LO -NORMAL .

DE

RECOMENDACIÓN : INCREMENTAR PERSONAL Y FINANCIACIÓN . LAS RUINAS SON TAN EXTENSAS QUE PODRÍAN

HACER

FALTA

MUCHAS

GENERACIONES

PARA

. ESTE PLANETA ENTERO PODRÍA ESTAR CUBIERTO POR RUINAS SIMILARES . CON DESENTERRARLAS POR COMPLETO SEGURIDAD

LAS

NUEVAS

TECNOLOGÍAS

SOBREVIVIDO Y ESPERAN SER

DEBEN

DESCUBIERTAS

HABER

.

/FIN/ /ARCHIVO ADJUNTO 6 DE 9/ 6 DE MARZO DE 2525 (CALENDARIO MILITAR) ORDEN 276.8.91.848 MOTIVO: FINANCIACIÓN DE LA ZONA 67 OFICIAL EMISOR: ALMIRANTE M. O. PARANGOSKY, DE OFICINA NAVAL INTELIGENCIA, SECCIÓN TRES/IDMUNSC: 03669271 CABALLEROS , SERÉ BREVE . TRAS QUINCE AÑOS DE INVESTIGACIÓN CONTINUA Y RUINOSAMENTE CARA SIN

UNA

, EL PRESUPUESTO DE LA INICIATIVA ONYX HA SIDO REPRIORIZADO . AUNQUE LOS ARTEFACTOS Y JEROGLÍFICOS ALIENÍGENAS SIGUEN SIENDO DE INTERÉS, ACTIVIDADES SOLA TECNOLOGÍA ÚTIL DESCUBIERTA

REBELDES

RECIENTES

EN

LAS COLONIAS

EXTERIORES DEMANDAN QUE NOS ENCAREMOS CON LA REALIDAD Y

REDISTRIBUYAMOS

NUESTRA

IA

FINITA

Y

PERSONAL

MILITAR PARA CONTRARRESTAR ESTA NUEVA AMENAZA. ONYX

SEGUIRÁ

ESTANDO

CLASIFICADO , ALTO

SECRETO DE PALABRA-CLAVE. TODOS LOS MATERIALES

Y

ARCHIVOS

HAN

NOMENCLATURA

SIDO

REDESIGNADOS

BAJO

LA

REY BAJO LA MONTAÑA .

DE ORDENAR CONFORME 178.8.64.007 CUALQUIER RUPTURA DE LA CONFIDENCIALIDAD DE

-CLAVE ES CASTIGABLE CON LA PENA DE MUERTE SEGÚN UNSC MIL-JAG 4465/LHG, LOS ARTÍCULOS DE SECRECÍA EN TIEMPOS DE G UERRA , Y LOS ARTÍCULOS ENMENDADOS DEL ACTA DE SEGURIDAD DEL PLANETA DE ORIGEN DE 2162. UNA TRIPULACIÓN ESQUELÉTICA Y UNA IA CONTINUARÁN SONDEANDO LOS MISTERIOS DE LA Z ONA CLASIFICACIÓN PALABRA

67. P UEDE MINERALES . MIENTRAS

QUE

GOLPEEN

TANTO ,

EL

UNA

MINA

RESTO

DE

RICA

EN

NOSOTROS

TENEMOS UNA GUERRA QUE COMBATIR .

/FIN/

Kurt nunca terminó de leer la transmisión rápida de Verano Interminable.

Una explosión oscureció el horizonte con una nube con forma flor de y polvo, y laescanear página holográfica se disolviódeantes de fuego que Kurt pudiera el resto de los archivos. El proyector farfulló, chisporroteó, y murió. La intel que Verano Interminable le acababa de enviar invadió su mente. ¿Ruinas alienígenas? ¿Posible invasión Convenio? ¿Qué quería decir la IA con posibles vectores noConvenio? —Tenemos que salir de aquí —dijo Kurt. El jefe Méndez continuaba mirando a la distante explosión. —Artillería. ¿Puede que un ataque con misiles? Kurt analizó la forma de la nuble de fuego. —No, es altamente simétrica. Hay flores de calor irregulares. Creo que un arma de energía directa. El Jefe cogió la radio e intentó de nuevo alzar la Agincourt. —Aquí Campamento Currahee C y C. ¿Adelante, corto? Estática.

—Prueba con los escuadrones —dijo Kurt. Méndez asintió. —Sable, adelante. ¿Katana? Informe, aquí —chasqueó el micro. Esa vez, no el jefesiquiera Méndez.estática, Gladiussolo había aire muerto—. ¿Cree —Méndez miró arriba hacia el cielo— que la Agincourt ha hecho algo? El Jefe arrugó juntas sus dos cejas plateadas, preocupado. Era una emoción que Kurt nunca había visto antes en los rasgos del viejo hombre. Otra detonación sacudió la Zona 67. Lo que había sido un distante acantilado de granito se transformó en una

desintegrante lluvia de polvo. —Hemos recibido órdenes de defender la Zona 67— dijo Kurt. Méndez suspiró y se estremeció. —Tengo mi arma de pequeño calibre M6 —le dio una palmada a la funda—. Y un cuchillo en mi bota. ¿Tú? Kurt extendió las manos. —Debería ser una lucha justa entonces —remarcó Méndez. Probó de nuevo con la radio—. Adelante, Sable. Su voz se filtró a través del altavoz, agrietándose con

explosiones Kurt agitóy estática. la cabeza. —Algo está interfiriendo con la transmisión. Nuestros Spartans no van a luchar con balas aturdidoras y balas cegadoras. Se dirigirán a la armería del Campamento Currahee. —Tom

y Lucy deberían estar allí ya —dijo Méndez. Se movió hacia la tirolesa que se estiraba desde la cima de la casa de tres pisos hasta el suelo de la jungla. Agarró la cuerda, envolvió la camisa a su alrededor, y entonces saltó por encima del borde. Para un hombre acercándose a los sesenta, el Jefe se movía como un soldado treinta años más joven. No era la primera vez que Kurt se preguntaba en qué tipo de Spartan se hubiera podido convertir.

Kurt siguió la tirolesa, en caída libre por un momento, después estrujando la línea para frenar; aterrizó duramente.

Corrieron hacia el Warthog aparcado en la lodosa pista en la base de la casa del árbol. Kurt saltó hacia el lado del conductor, y encendió el motor. El vehículo tosió a la vida y ronroneó. —Sin daño por PEM —dijo Méndez—. Si no la bobina se hubiera freído. Casi era una decepción. Una bomba, pudo entender Kurt. Los materiales físiles solo eran usados por la UNSC o los rebeldes... fuerzas humanas.

Pisó el acelerador y el Warthog coleteó, y entonces las ruedas tropezaron y saltaron bajando el camino de barro. El día se seentrecruzó iluminó repentinamente, conjunto extra de sombra por el suelo de yla un jungla. Kurt deceleró el Warthog, y miró hacia el cielo. El toldo oscurecía su vista, así que se salió del terreno y condujo hacia la jungla, rebotando con las raíces expuestas, y después bajando la orilla del Río de Horquillas Gemelas. Allí Kurt tuvo una línea de visión clara del cielo, y notó que el sol se había movido a una posición más baja en el cielo. No, no se había movido. Había dos soles. Ese nuevo se desvaneció en un anillo ydeentonces humo alrededor de susol centro. Su bola pareció detenerse, se dispersó en una explosión estelar de brillante metal fundido. En la órbita alta, la Agincourt explotó.

CAPÍTULO

CATORCE 0715 HORAS, 31 DE OCTUBRE DE 2552 (CALENDAR IO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, CERCA DELA ZONA 67, PLANETA ONYX

Ash corría por su vida sobre el rocoso suelo. No estaba seguro de cómo esa cosa lo estaba siguiendo en su traje SPI, pero lo estaba haciendo. Miró por encima de su hombro y vio los tres aguilones y el único ojo del drone brillando a la luz del sol. Aceleró y rozó el suelo en persecución del Equipo Sable. —¡Dispérsense! —ordenó él por la COMGRUPO. Esa arma deparpadeo radiacióndedel drone derretir armadura en el un ojo. Ashpodría no quería correr su el riesgo de que aniquilara a su equipo entero de un solo disparo. Mark y Dante rompieron a la izquierda. Holly fue a la derecha. Ash no veía a Olivia; tenía que estar oculta. Ash decidió correr hacia adelante des-linealmente, esperando sortear su fuego. Arriesgó otra mirada hacia atrás: el drone viró a la izquierda tras Holly. Ella esprintó por encima de una pendiente. Ash vio a esa pendiente terminar en una colina cien metros por delante de ella. Cuando llegó allí, estaba atrapada. Incluso si saltaba, y sobrevivía, entonces el drone seguiría teniéndola, disparando desde arriba.

Él no dejaría que eso ocurriera. Corrió de vuelta.

Holly patinó hasta detenerse al borde de la colina. El drone cogió ángulo sobre ella, y su esférico ojo central quemó rojo. Ash disparó su rifle de asalto MA5B. Un translúcido campo de energía dorada brilló alrededor del drone, y las balas de goma rebotaron. El ojo central continuó calentándose. No iba a rendirse tan fácilmente. Esos escudos no eran como los escudos Convenio, invisibles hasta que interactuaban con proyectiles o energía. Ash había visto esos pop en el lugar justo antes de que su bala hubiera golpeado. Tenía que intentar más. a modo de arma de pequeño Ash cogió una rocaalgo y la colocó calibre apuntando hacia el drone. No era ni por asomo tan rápida como una bala, pero era más pesada en gran cantidad. La piedra golpeó, y rebotó en uno de sus aguilones de metal, rayándolo.

Ningún escudo esta vez. El drone titubeó, y un aguilón parecía doblado. Ash notó que los tres aguilones no estaban conectados a la esfera central. Todos ellos simplemente cosa? Se acercó a Holly. Ella disparóflotaban. hacia él,¿Qué pero era susesa escudos saltaron en posición una vez más, desviando las balas. Miró por encima del borde de la colina y tomó un profundo aliento. Iba a saltar. —¡De ninguna manera! —murmuró Ash. Él agarró un pedazo de ónice del tamaño de un puño y lo arrojó con todas sus fuerzas. Lo conectó... punto muerto con el ojo rojo esférico del drone. —¡Sí! —sollozó él. El drone rotó para encararse a Ash. Su júbilo se evaporó instantáneamente en cuanto la cosa se deslizó hacia él, cogiendo velocidad.

Ash se giró y corrió; dio bandazos a la derecha y después a la izquierda.

La tierra explotó. El calor se abalanzó sobre él, y volaba con la cabeza sobre los talones. Aterrizó planamente sobre su espalda, abofeteando en el último momento para romper la caída. Ash rodó, y solo con una ligera cojera, siguió corriendo. Esperaba que los demás escuadrones estuvieran teniendo mejor suerte. Olivia había recogido la señal del equipo Katana. Habían informado que estaban siendo forzados hacia la Zona 67. Habían perdido su señal poco después. Nunca habían del escuadrón Gladius. Tanto si estaban recibido a oscuras palabra o muertos. Miró atrás: el drone estaba casi sobre él. Su único ojo se calentó a una ceniza rojo-cereza, preparando otra explosión de energía.

Más adelante había una grieta en la roca, un sinuoso canal de dos metros que podría haber sido un profundo río un millón de años antes de que ese lugar se hubiera secado. Esprintó hacia él y se agachó. El canal Rebotó era mucho profundo detres lo metros que había imaginado. en las más paredes y aterrizó más al fondo. La sombra del drone destelló encima y se desvaneció. Ash se levantó lentamente, y contuvo su aliento. ¿Lo había perdido? Quizás tuvieran una oportunidad después de todo de... El drone apareció sobre su cabeza. Podía correr bajando el canal, pero con todas sus torceduras y giros, iría lento. Además, no tenía ni que golpearle con su rayo de energía siquiera. Un disparo a las paredes y sería enterrado vivo. Ash estaba atrapado. Así que permaneció absolutamente quieto... esperando que solo pudiera detectar el movimiento. El drone cayó hacia el canal y se paró a media caída... mirándolo directamente. El ojo brilló con un rojo apagado,

calentándose a oro fundido. Si Ash no hubiera sabido tanto, hubiera dicho que la máquina parecía enfadada. Necesitaba permitirle al resto de Sable saber dónde estaba, al menos saber lo que había descubierto. El silencio de radio no era de ayuda ahora. Clicó en su COM, y puso la ganancia al máximo. —Solo detectan objetos de alta-velocidad —dijo por la COM. El drone titubeó y sus aguilones se movieron hacia dentro casi como si estuviese... ¿qué? ¿Atenuando su señal? ¿Intentando oírle? —¡PARA! Ash gritóaguilones sobre su COM: Los tres se bloquearon en posición y el drone flotó hacia atrás medio metro. Lo había oído. —¿Qué quieres? —dijo Ash. El drone se deslizó más cerca. Su propia voz explotó a través del altavoz de su casco: —

Fhejelet ‘Pnught Juber.

Ash sacudió la cabeza aclarándose.

—No comprendo



sujetó sus brazos abiertos — y se hombros... la señaltotalmente no-lo-sé universal . encogió de —Fhejelet non sequitur, ¿ahora? —He pillado parte de eso —dijo Ash—. Non

sequitur... eso

es latín, ¿cierto? Ash no estaba seguro de qué era esa cosa, ni de qué intentaba decir, pero definitivamente no era Convenio. El Convenio tenía traductores de lenguaje, y no sonaban como eso. El Convenio generalmente los usaba solo para pronunciadas y florecientes maldiciones justo antes de que vaporizaran planetas.

A esa cercanía, Ash podía ver la inerte curva de los aguilones del drone, y podía sentir el calor de su ojo. Pequeños jeroglíficos dorados brillaban alrededor de la esfera, flotando un centímetro sobre su superficie. Ash entrecerró sus ojos, pero no podía distinguir los carácteres.

—Protocolos de seguridad habilitados —habló el drone por

la COM. —He entendido eso —respondió Ash. —Sistema ofensivo del anillo activado —dijo—. Escudo en

modo de cuenta atrás. Intercambie contrarrespuesta apropiada, Reclamador. —No quiero herirte —intentó Ash.

No tenía ni idea de qué quería esa cosa. —Non sequitur —dijo—. Reclasificación de objetivos como no-Reclamadores. Subespecie absrcen. Recolectar para análisis más profundo... de otro modo neutralizar como posible vector decon infección. Ash entendió perfecta claridad «neutralizar». El drone avanzó, separando sus aguilones como si fuera una mandíbula abierta. Estaba sin ideas. Una roca golpeó el drone, un pedazo de granito que recorrió medio metro. Rebotó en el aguilón ventral del drone. El impacto hizo que el drone se sumergiera, pero se recuperó, y sus aguilones cambiaron, reordenados geométricamente lo quedel ahora miraba fijamente hacia arriba en direcciónpor al borde canal. El Equipo Sable estaba de pie allí, mirando abajo... todos ellos levantando grandes rocas. Dos piedras colisionaron con los mástiles del drone, y uno embistió directamente contra su ojo. Se sumergió contra el suelo con un impacto, y el esférico ojo se calentó al llameante rojo-blanco. El barro alrededor de él se fundió en cristal y burbujeó. Una roca que apenas cabía dentro del canal rebotó en las paredes... y aplastó al drone. El ojo, machacado hasta ser una figura oblata, crujió y se enfrió al rojo apagado y después al negro. Los tres mástiles metálicos de la cosa irradiaron de debajo de la roca como una araña aplastada. Ash exhaló, dejó que su adrenalina disminuyera, y escaló fuera del abismo.

Mark y Dante lo ayudaron a subir. Se habían ayudado unos a otros más de cien veces antes, pero esos eran siempre entrenamientos. Incluso bajo condiciones de fuego-de-verdad, nunca había sido como eso. De verdad. Ash quería decirles que eran como hermanos y hermanas para él. Todo lo que podía soltar sin que su voz se resquebrajara era: —Gracias, tíos. Holly respondió: —Bueno, gracias por hacer de cebo. —Buena llamada usando rocas —murmuró Olivia. Ash asintió. —Tenemos que conseguir cobertura —dijo él— de vuelta a la jungla. de vuelta al campamento —dijo Mark—. Cojamos —,No, un poco de munición real. Dante añadió: —Explosivos, también. Ash vio movimiento en su visión periférica. Tres drones más volaban por encima de las mesas, moviéndose hacia atrás y adelante... buscando.

CAPÍTULO

QUINCE 0745 HORAS, 31 DEOCTUBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX, CERCA DEL CAMPAMENTO CURRAHEE

Kurt ralentizó el Warthog hasta pararse a medio kilómetro fuera del Campamento Currahee. Una larga sombra cruzó la línea de árboles más adelante, y un rebaño de loros de cola roja tomó el vuelo. Saltó fuera y le indicó a Méndez que fuera a la maleza en el lateral de la carretera. Se agacharon, y observaron mientras un drone no tripulado se deslizaba sobre su Warthog y se detenía. La máquina no era un diseño de la UNSC. Podría haber sido Convenio, pero nunca variaban de su ascética azulgris oblata fea-y-grande. La cosa estaba flotando en el silencio de un suspiro, y eso significaba tecnología antigravedad... lo cual lo hacía probablemente no humano. Recordó la transmisión rápida de Verano Interminable con un escalofrío. Posibles vectores no-Convenio. La geometría del drone cambió: la esfera en el centro flotó hacia adelante a lo largo de la longitud de sus mástiles laterales. El primer instinto de Kurt fue agarrar su rifle de asalto y disparar. Tenía una posición de flanqueo superior. Buscó su arma, y entonces recordó que no tenían armas salvo el arma de pequeño calibre del jefe Méndez y un cuchillo.

Decidió que esconderse era, por ahora, la estrategia más sólida. El drone dio vueltas alrededor del Warthog, y satisfecho entonces, continuó bajando el camino de barro. Kurt esperó hasta que el drone despareció hacia la jungla y después le indicó a Méndez que lo siguiera a través de los árboles hasta el borde del Campamento Currahee. Trescientos metros de jungla habían sido barridos alrededor del campamento con forma de herradura. Desde el extremo de la zona limpia, Kurt vio muchos de los aviadores alienígenas dando vueltas alrededor de los edificios y plazas de— armas. Patrones en zigzag —murmuró Méndez—. Están buscando algo. O alguien. Hubo una explosión desde el centro del campo. No como la explosión de energía que habían presenciado en la carretera. Eso era el apagado golpe de una granada de fragmentación. Los drones sobre el campo se ralentizaron y giraron, y todos se movieron en la misma dirección... los cuarteles de ONC. —Esta es nuestra oportunidad —dijo Kurt—. Vamos. Corre. Con los drones distraídos, esprintaron a lo largo de la zona barrida, se deslizaron pasando de largo la garita, y corrieron a los dormitorios de los Spartans. Se arrastraron bajo el

levantado edificio.

Las sombras se deslizaban sobre las carreteras y caminos de grava adyacentes al mismo tiempo en que los drones se giraban silenciosamente encima de sus cabezas. Kurt levantó una mano hacia Méndez, y vio al viejo hombre cubrir su boca para amortiguar su jadeo. Por mucho que admirara al Jefe, ese esprint había sacado algo de él. Observaron hasta que hubo una brecha en las sombras, y corrieron al siguiente edificio, los cuarteles de ONC. Kurt vislumbró la fuente de la distracción de los drones: una pila de escombros, tres brazos doblados, y una esfera

carbonizada que yacía latente en la yarda de inspección de los ONC. Alguien había eliminado uno de los aviadores alienígenas. A través de la yarda y bajo la enfermería apareció el brillo rojo de una mira láser... situada sobre Kurt. Él empezó a torcerse a un lado. Cuando una mira de objetivo está sobre ti, te mueves. Pero eso no era una amenaza. Era una señal. Señaló y entonces Méndez lo vio, también. El láser brilló una vez más y entonces se apagó con un parpadeo. Méndez empezó a moverse; Kurt comprobó el espacio aéreo, y entonces empujó al Jefe contra la pared cuando otro drone sobreEllos ellos.corrieron hasta la enfermería y se Pasóflotaba de largo. agacharon debajo.

Esperando por ellos en las sombras había manchas de gris moteado perfectamente camufladas: Tom y Lucy en sus armaduras SPI. Méndez dijo en voz baja: —Ustedes dos son lo malditamente mejor que he visto en casi toda la semana. Kurt sentía lo mismo, pero no tenía el lujo de decir eso. Estaba al mando, eso requería una cierta distancia, importar lo muchoy que se preocupara por esos dos. sin Lucy asintió y tomó posición a lo largo del borde del edificio, en guardia. —Informe —dijo Kurt. —Contamos veintidós drones dentro del perímetro del campamento —dijo Tom. —¿Algún otro personal del campamento aquí? —preguntó Kurt. —No, señor —replicó Tom—. Todos desaparecidos... o muertos —tomó un profundo aliento—. Hemos neutralizado dos drones con granadas. Tienen escudos y desvían balas de asalto y francotirador. Proyectiles más lentos no son desviados. Hemos aprendido eso a partir de una débil transmisión del Equipo Sable. —¿Sable está aquí? —preguntó Méndez.

—Negativo,

Jefe —dijo Tom—. Nunca conectamos con Sable, Katana, ni Gladius después de que la Zona 67 se volviera activa. No hubo transmisiones adicionales tras esa. Kurt observó la reacción de Méndez. El hombre parecía roca sólida, y no había rastro de la preocupación que había visto antes. Sabía que podía contar con él, Tom, y Lucy sin importar lo que pasara. —Puede que estemos solos durante un buen rato —les dijo Kurt—. Tenemos que sacar lo máximo de nuestra posición en el Campamento Currahee. Tom, ve a la armería, recolecta granadas, cordones det, cualquier cosa pinta bien. Olvida la munición, sin embargo, son todas balas aturdidoras. No te sobrecargues. Tom asintió. —Sí, señor. —Jefe —dijo Kurt—, vaya al centro de comando. Encienda los generadores para impulsar la energía y llegar a la COM auxiliar. Podría ser lo suficientemente fuerte para atravesar esta interferencia de radio. Envíe una señal de auxilio general. Retransmítala entre las formaciones de antenas. Podría confundir a esas cosas el tiempo suficiente para abrirnos paso. Intente alzar a cualquier superviviente de la . Agincourt Ambos sabían que las probabilidades de que hubiera cápsulas de escape fuera del radio de esa explosión. Aun así, tenían que probar. —Deja una nota —continuó Kurt— en caso de que otros Spartans lleguen hasta aquí. Dígales que reúnan suministros y se encuentren con nosotros en el Punto El Morro. —Sí sí —respondió Méndez. Kurt comprobó su reloj, un antiguo mecanismo de cuerda automática. —Marque la hora como 1045. Lucy y yo recogeremos munición y después organizaremos una distracción en una hora. Entonces diríjanse a la jungla, nos encontraremos en el Punto El Morro. —Sí, señor —dijeron Tom y Méndez.

Entonces se arrastraron a lados opuestos de la enfermería, esperaron a que las sombras de los drones se desvanecieran, y en ese momento rodaron. —¿Lucy? Ella se arrastraba sobre el vientre por encima de él. —Sígueme —se movió hasta el borde del edificio. Lucy dentro su armadura SPI se convirtió en su sombra. Kurt señaló a la pequeña casa encalada a través del patio: la residencia de la Comandancia del Campamento donde Kurt había vivido durante los últimos veinte años. Esperaron tres largos minutos a que las sombras de encima de drones patrullando desaparecieran.

Él y Lucy entraron en la casa y cerraron la puerta. Kurt nunca la había cerrado con llave, pero ahora, alguna parte de su mente hizo que girara instintivamente el pequeño perno en la puerta. La casa era pequeña, tres habitaciones compuestas de una oficina exterior, un área de tocador, y una litera. Había imágenes enmarcadas en la pared de su oficina, una urna griega con luchadores antiguos en un nicho, y ordenadas pilas de papeles sobre su escritorio... despliegue de la Compañía Gamma. las órdenes recientes de Deseaba que lo que fuera que estuviera ocurriendo hubiera empezado la semana pasada... cuando había habido trescientos Spartans en Onyx. La situación táctica hubiera sido muy diferente.

Lucy bajó las persianas de bambú, y entonces dudó ante las imágenes en la pared. Kurt se unió a ella. Durante los últimos cinco años el programa SPARTAN-II había sido promovido públicamente por la Sección Dos para subir la moral. Había fotos de Spartans en su armadura MJOLNIR ayudando a marines heridos a entrar en un Pelican, Spartans rodeados por Élites Convenio caídos, Spartans permaneciendo de pie rectamente. Todos héroes. Los SPARTANs-III habían estudiado a sus

legendarios predecesores, sus batallas, y sus tácticas... aprendiendo de los mejores. Miró a Lucy, su expresión inescrutable dentro de su casco de espejo, y entonces miró de nuevo hacia las imágenes. No había ni una sola foto de un SPARTAN-III en la pared, sin embargo, y ninguna mención pública de sus sacrificios. Y nunca la habría, tampoco. Kurt deseaba que fuera diferente, y que hubiera dado los pequeños pasos para mejorar a sus Spartans antes. El énfasis en su entrenamiento de equipo, las mejoras del sistema de armadura-SPI, las nuevas mutaciones... difícilmente parecía suficiente. —Por aquí —le dijo él, y se giró a la puerta de acero situada cerca del baño. Dio una palmada sobre la biométrica y dejó que los escáneres facial y retinal juguetearan por encima de su cara. La puerta se abrió lentamente y entraron. Luces fosforescentes chasquearon, revelando una habitación forrada con munición, casilleros, estantes de rifles, cajas marcadas SPNKr, y docenas de bandoleras con granadas. Vigas de titanio se cruzaban con las paredes y techo, reforzando la sala para que pudiera soportar la explosión de una bomba directa. Abrió un gabinete de armas del suelo-al-techo y le mostró a Lucy el arsenal de rifles, pistolas, y rifles Convenio en su interior. —Empieza a empaquetar —le dijo—. Toma toda la munición de guerra. Llena seis lonas. Toma los SPNKrs, todas las granadas, también. Ella separó ambas manos, palmas arriba, e hizo un movimiento abajo-arriba-abajo. La señal para «pesado». —Tendremos que realizar unos cuantos viajes. Kurt se movió hacia la esquina y se levantó ante la caja fuerte de acero-inoxidable de dos-metros-y-medio-cuadrados.

Introdujo la combinación y la puerta chasqueó y se abrió con un silbido mientras la atmósfera de nitrógeno presurizado se vertía.

Kurt abrió empujando de la pesada puerta de la caja fuerte. Un brillo verde bañó la habitación. Lucy se congeló con un lanzador SPNKr en una mano, una pistola de plasma en la otra. Se movió casi como hipnotizada a su lado y miró fijamente hacia los contenidos de la caja fuerte y dejó salir un pequeño y extrañado sonido de sorpresa. Dentro había un traje de armadura MJOLNIR. Las placas musculares brillaban en verde fantasmal sobre la capa balística negra-azabache debajo. Parecía formidable incluso yaciendo allí vacía. Laaúltima vez que la Compañía había vestido eraDesde cuando había felicitado los reclutas de la Alfa. entonces se había encargado de ella meticulosamente, y lo había aprendido todo sobre su mantenimiento. Sus cápsulas de fusión habían sido rellenadas cuando Kurt había sido asignado a reconocer la Estación Delphi, así que tenía suficiente energía para quince años de operaciones continuas. La armadura MJOLNIR era superior en todos los sentidos al traje SPI. Vistiéndola Kurt podría ser capaz de proteger a más sus SPARTANs-III mejor, destruir esos a drones eficientemente, pero tras décadas de instruir los Spartans sobre la importancia de trabajar juntos, de ser una familia, la armadura MJOLNIR podría separarlo simbólicamente de ellos. Y eso era lo último que quería. Tiró de un cajón debajo del sostén del traje y lo abrió. En su interior se encontraba el conjunto gris de armadura SemiPotenciada de Infiltración. Se quitó sus botas y se puso las polainas de RC*. Lucy señaló a la armadura MJOLNIR, y después a Kurt. —No —dijo él—. Eso ya no es lo que soy. Yo soy uno de ustedes. *

Rendimiento al Correr

SE

CCI Ó

N

IV

DRA. CATHERINE HALSEY

CAPÍTULO

DI ECI S ÉI S SELLO DEFECHA [[ERROR]] ANOMALÍA/ RANGO ESTIMADO 15 DE SEPTIEMBRE-20 DEDICIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR)/ ABORDODEL BUQUE FUERADESERVICIO DECLASE QUIRÓPTERO DELA UNSC (REGISTRO ILEGAL) BEATRICE, EN DESLIZESPACIO, LOCALIZACIÓNDESCONOCIDA

La Dra. Halsey alisó su grisácea falda de lana, desarrugó su harapienta bata de laboratorio, y entonces se puso guantes de plomo y un delantal para protegerse de las partículas beta y alfa que eran emitidas desde la matriz aceleradora. Alrededor de ella yacían los desarmados paneles y escudos de radiación de los motores Shaw-Fujikawa de la nave. Guió delicadamente el cudor * que había confiscado de la cocina de la Beatrice a través de la maraña de electrónicas. Deslizó el extremo del utensilio hacia el hueco del pequeño tornillo sobre el súper-refrigerado imán superconductor. Recomprobó las calculaciones en su cabeza. Dos milímetros, tres giros, deberían hacerlo. La Dra. Halsey se arrugó y aflojó el tornillo. El brillo de arco iris chorreando de la matriz se intensificó, y ella parpadeó soltando lágrimas de sus ojos. Chispas danzaron

Cudor: utensilio de cocina híbrido entre cuchara y tenedor, presentando en un extremo dientes y en el otro *

una parábola.

emanando de las placas de metal y se arquearon entre los soportes de titanio. Observó a través de la abierta puerta apoyada contra el puente. La pantalla de ingeniería mostró un salto del 32 por ciento en la potencia del aceite. Suficientemente bueno. Sustituyó los paneles de acceso del núcleo Shaw-Fujikawa y cayó violentamente contra el suelo. Cuando hacía sesenta años se habían instalado dispositivos Shaw-Fujikawa por primera vez en naves espaciales como esta, los técnicos habían tenido que llevar a cabo ajustes manuales todo el tiempo. Los magnéticos alineaban las bobinas de aceleración haciéndolas fuera dedonde fase cuando sufrían la transición al espacio flotar Deslizespacio, las leyes de la física no funcionaban ocasionalmente como se esperaba. Ningún control por ordenador era usado; las electrónicas siempre funcionaban incorrectamente cerca del núcleo. Por supuesto, muchos de esos técnicos se habían muerto o desvanecido misteriosamente.

La Dra. Halsey había considerado salir del Deslizespacio y reducir la potencia navío de clase-Quiróptero hacer el ajuste. Hubieradel sido más seguro, pero esapara primera activación del motor Shaw-Fujikawa casi había resultado en una sobrecarga de la bobina. No sabía si a la pequeña nave le quedaba otro salto. Se secó con una toalla el sudor de su cara y entonces comprobó su distintivo con película. Viviría, al menos, durante los próximos momentos. Empujó el mamparo y flotó libremente hacia el puente. El centro de comando de la Beatrice había sido diseñado, o más bien rediseñado, por su antiguo propietario, el gobernador rebelde Jacob Jiles, para el confort más que para la eficacia. Cada una de las superficies a excepción de las pantallas estaba curvada y acolchada con piel de cordero. La silla del capitán tenía controles de temperatura y masaje... incluso una ridícula función: un sujeta tazas.

La Dra. Halsey analizó a Kelly. Había atado a Kelly en el asiento del primer oficial para salvaguardarla de flotar a la deriva. Una cuerda corría hasta un puerto de entrada en el interior de la junta del codo de su armadura MJOLNIR, palpitando esteroides dermacórticos para ayudarla a regenerarse de las quemaduras que cubrían el 72 por ciento de su cuerpo... y suficientes sedantes narcolitivos para mantenerla inconsciente hasta que fuera necesitada. —Lo siento, nunca hubieras venido por ti sola —dijo ella— . Los Spartans son atraídos a las misiones suicidas como las polillas al fuego. Pero esto es mucho más importante que cualquier solución militar.

La Dra. Halsey se empujó y flotó hasta el ordenador de control de la Beatrice. Su portátil estaba unido al puerto multiinterfaz, y los protocolos de infiltración prácticamente habían terminado de barrer los bloqueos de la primitiva seguridad de la nave. Conectó un sándwich de memoria cristalina e impulsores de procesamiento en su portátil. Esos componentes de los que se había apropiado de lo que quedaba del eviscerado núcleo de laella IA de la Gettysburg . tamaño de un guisante de Entonces retiró un chip del su bata de laboratorio. Este no era de la Gettysburg. Cautelosamente colocó el chip dentro del puerto de lectura auxiliar de su portátil. Una pequeña chispa se encendió y alzó fuera del proyector holográfico de dos-por-dos-centímetros de su ordenador. —Buenas tardes, Jerrod. —Buenas tardes, Dra. Halsey —respondió la chispa en una —. Aunque técnicamente de acuerdo a formal voz británica mi cronómetro interno es por la mañana. —Ha habido un puñado de anomalías temporales desde que hablamos por última vez —dijo ella. —¿De veras? Espero ansioso la explicación, señora. —Yo también —murmuró ella.

Después de que un artefacto alienígena y un combate en espacio Deslizcurso deformado hubiera distorsionado el espacio-tiempo, la Dra. Halsey no estaba precisamente segura de a qué línea temporal pertenecía. Las paradojas cuánticas que una vez parecieron un pintoresco ejercicio mental eran ahora parte de su realidad. —¿Cómo podría serle de utilidad? —preguntó Jerrod. La Dra. Halsey sonrió a la simple IA. Aunque soliera pensar en Jerrod como un juguete, era una micro-IA totalmente funcional. El experimento había sido inicialmente para ver durante cuánto tiempo duraría una IA lista en ciernes de una matriz procesadora-de memoria.dentro Los teóricos delapretada Instituto de Intelecto Sintético de Sídney calculaban que su lapso de vida sería cuestión de días. Jerrod, sin embargo, se había burlado de los expertos de la «Doble I.S.». Había crecido rápidamente pero después se había estabilizado en el interior del cristal de memoriaprocesador de su célula del tamaño de un guisante. Jerrod nunca sería una décima parte tan brillante como una verdadera IA «lista» como Cortana, ni siquiera tan lista como una de proporciones ilimitadas. Peroa teníatradicional una chispaIA de«tonta» creatividad y determinación, y dejando un lado el aspecto de mayordomo de aires frescos que había adoptado, a ella le gustaba. Jerrod poseía otra cualidad apropiada únicamente para los propósitos de la Dra. Halsey: portabilidad. Otras IAs requerían un instituto, una nave espacial, o por lo menos un conjunto completo de armadura MJOLNIR para funcionar. —Diagnósticos de los sistemas de la Beatrice, por favor — dijo la Dra. Halsey—. Después correlaciona la porción de datos descargada del núcleo de memoria de Cortana y prepárate para el análisis. Ejecuta una búsqueda en la base de datos de la entrada de coordenadas estelares hacia el sistema de NAV; expande los parámetros de búsqueda a dentro de cinco años-luz de srcen.

—Espere,

señora. Solo tengo que quitarle el polvo a los viejos circuitos. Trabajando... —Y un poco de Debussy, por favor —dijo ella —. Les Sons et les parfums tournent dans l’air du soir . La mota de luz de Jerrod se encogió a un alfiler de brillo mientras dirigía sus habilidades de procesamiento.

Tras cinco segundos, melancólicas notas de piano cosquillearon desde los altavoces del puente. —Hecho —respondió Jerrod, sonando casi sin aliento. —Muestra la grabación de Cortana correlacionada con la partición de tiempo. La Dra. Halsey se había apropiado de la abrupta grabación de misión de Cortana cuando había estado en la Gettysburg. Había accedido y eliminado una porción de la memoria de la IA involucrando al sargento Johnson. En ese momento, también parecía lógico descargar un boceto de ejemplo de todo lo que ella y John habían atravesado. La voz de Cortana narraba una presentación de imágenes. La Dra. Halsey vio a John y la tripulación del Pillar of Autumn combatir al Convenio sobre el artefacto de anillo alienígena, y entonces vislumbró a los horríficos Diluvio mientras infectaban cuerpos humanos y alienígenas. Cerró sus ojos al tiempo que asimilaba que el capitán Keyes había sido destruido. —Descansa tranquilo, viejo amigo —susurró ella—.

»Limita las referencias a las entradas Antevenidas solamente —le dijo a Jerrod. La Dra. Halsey escuchó a Cortana y la inteligencia artificial Antevenida, Chispa Culpable, chisp... hasta que revelaron el verdadero del constructo Halo: la exterminación de toda la vidapropósito en la galaxia. —No hay duda en el porqué de que el Convenio esté tan interesado en esos artefactos —dijo ella. —¿Señora? —Nada,

Jerrod.

Ahora comprendía el interés del coronel Ackerson. La Dra. Halsey se había tomado la libertad de irrumpir en los archivos alto-secreto del coronel Ackerson en Reach antes de que el Convenio destruyera la instalación. En un archivo marcado «Rey Bajo la Montaña» había datos encajados entre sí de la piedra con jerogl íficos encontrada en Côte d’Azure en

el Sistema Sigma Octanus, y descubrió coordenadas que habían apuntado a las ruinas alienígenas en Reach bajo la Base Castle. ¿Era esa una carrera de armamento en busca de tecnología Antevenida? La últimaenmiga de pan secretos en su larga cola era una carpeta encriptada los archivos de Ackerson, la marcada «S-III». En ella había extensas grabaciones médicas de sus SPARTANs-II. Como si Ackerson los estuviera estudiando. Había otra referencia: «SOJMZ» y la tira alfanumérica de 512 de largo que representaba viejas coordenadas celestiales. Escribió en la tira. —Muestra todos los datos de los objetos estelares en estas coordenadas. —Este sistema de coordenadas está anticuado, Doctora — dijo Jerrod—. Nadie lo usa desde la exploración espacial extrasolar tripulada —hizo una pausa—. Cae fuera del espacio controlado por la UNSC. —Eso es la mayoría del espacio, Jerrod. Muéstramelo. Una brillante bola de oro blanco apareció sobre-la-pantalla, con análisis espectroscópicos, y una lista de planetas desplazándose alrededor. No había nada habitable: bolas de hielo y gigantes de gas. —El Sistema Zeta Doradus —remarcó Jerrod—. Hay una pelicular falta de datos. ¿Indicando algo oculto? La Dra. Halsey habría apostado todo a que había algo ahí. El «S-III» de Ackerson. Esa una obvia referencia al SPARTAN-III. ¿Qué más podría haber con todos los datos

biomédicos Spartan que había acumulado en esa carpeta? La prueba incriminatoria era la referencia «SOJMZ» anexionada a las coordenadas celestiales... el suboficial jefe Franklin Méndez, el hombre que había entrenado a sus SPARTANs-II. Ya que Ackerson no pudo destruir su programa Spartan, ¿había reunido y reclutado entrenadores por sí mismo? Le incomodó pensar qué atajos podría estar tomando... y qué podría estar haciendo con su ejército privado de Spartans. Miró de nuevo a la inconsciente forma de Kelly. La Dra. Halsey no pudo salvar a sus Spartans, ya estaban adoctrinados y en las líneas fronterizas... Pero podría ser capaz de hacer algo sobre esos nuevos, así como teóricos, SPARTANs-III. La Dra. Halsey se acomodó en la silla con brazos del capitán. —Pantallas fuera, Jerrod. Las pantallas se desvanecieron. Entrecerró la rejilla de sus ojos. Los había traicionado a todos, John y el almirante Whitcomb, los abandonó, y robó esa nave para... ¿qué? ¿Gansos salvajes? ¿Por qué? —Luces —le dijo a Jerrod—. Despiértame en seis horas. —Sí, señora —las luces se apagaron y solo los LEDs de la estación de NAV brillaban. La Dra. Halsey no quería pensar sobre «por qué», pero la repugnante verdad no podría irse: la especie humana estaba encarando la extinción. Había pensado que ya sería suficientemente malo luchar contra el Convenio, pero ahora sabían la localización de la Tierra. El mundo natal de la humanidad había sido testigo de siglos de intentos de auto-destrucción, pero pronto los

alienígenas inciertos. amasarían una flota y harían todos sus intentos A esto, reflexionó en la horrífica arma Antevenida, Halo, que podría aniquilar toda la vida a lo largo de la galaxia.

Y entonces ahí estaban los Diluvio, un parásito de pesadilla que podría o no haber escapado del constructo Halo, un organismo que incluso los Antevenidos habían temido. Su conclusión era irrefutable. La UNSC, sus Spartans, todas las personas a las que admiraba, tendrían que luchar contra lo inevitable. Era el instinto humano. Pero iba mal. Nunca podrían ganar esa guerra. Solo podrían sobrevivir a ella. Y aun así, solo si tuvieran mucha suerte.

Así que dependía de ella emprender la única acción lógica: correr. Johnpero y losella demás Spartans nunca darían la espalda a una lucha, podría ser capaz deleconvencer a esos demás Spartans, engañarles si era necesario, hacia el sobrevivir. Eran la última esperanza de la humanidad de soportar la inminente oscuridad.

La Dra. Halsey se despertó de un golpe. — luces, por favor. LasHora, lucesJerrod. en elYpuente se calentaron

hasta la mitad de

intensidad. —Son las cinco horas cincuenta minutos desde que hablamos por última vez, Doctora. Estaba a punto de despertarla. Estamos cerca de nuestro destino. La Dra. Halsey agarró su bolsa médica y buscó desordenadamente entre sus contenidos. Encontró una jeringuilla de metabolismo narcolítico, una encina que podría consumir todos los agentes analgésicos dentro del flujo sanguíneo de Kelly. Quitó la cuerda del puerto de su armadura MJOLNIR e inyectó la droga. —Reduciendo la potencia de los motores transluz ShawFujikawa —dijo Jerrod—. Vector de salida calculado. Matemáticas se desplazaron a través de las pantallas.

—Muy

bien —dijo la Dra. Halsey, examinando sus ecuaciones—. Pero el punto de cabalgadura en el plano imaginario debería enrollarse aquí —tocó la pantalla—. De esa manera recapturamos la energía del acelerador de partículas en las bobinas de plasma. —Sí, Doctora, pero hay un riesgo involucrado con el sobrecalentamiento de las bobinas. —El cual está bien dentro de los límites operacionales de esta nave —contrarrestó ella—. Por favor altera el vector de salida. —Por supuesto, Doctora —hubo un toque de molestia en la voz de Jerrod. Una ligera náusea pasó a través de la Dra. Halsey mientras la Beatrice pasaba del espacio Deslizcurso hacia el universo normal. Estrellas saltaron en las pantallas, y un dorado disco del tamaño de un antiguo penique centelleó en la pantalla central. —Estamos aproximadamente a doscientos millones de kilómetros del centro del sistema de las coordenadas estelares provistas —informó Jerrod. —Busca planetas en la zona habitable —dijo ella. —Doctora, tenemos un reconocimiento completo del sistema en archivo. —Míralo —ordenó la Dra. Halsey. —Sí, señora. Kelly se retorció levemente, sacudió su cabeza para aclararla... entonces rápida como el rayo rompió a través de sus restricciones, curvó un pie alrededor de la base de la silla, yluchar. se sirvió de ambas manos, en posición de cobras, lista para —Descanse, Spartan —dijo la Dra. Halsey—. Está conmigo. A salvo. —Estaba drogada —Kelly miró por encima del puente; sus bajos descendieron un poco, pero no completamente.

—Correcto. El último estadio del tratamiento dermacórtico

con esteroides es excesivamente estimulante. Hubiera sido incómodo para ti —eso era, por supuesto, cierto, pero no era nada que un Spartan no pudiera manejar. —¿Dónde estamos? —En la nave del gobernador Jiles. Nos hemos apropiado de él para una nueva misión. —¿John y el almirante Whitcomb? —Kelly dejó caer sus manos. —Ellos lo saben —dijo la Dra. Halsey. Tampoco era una mentira técnicamente. Ellos sabían indudablemente que la Dra. Halsey había secuestrado uno de sus Spartans y robado esa nave. Kelly ladeó su cabeza. —Doctora, esto es altamente irregular. Hay una estricta cadena de comando, protocolos para... —Los cuales hemos seguido —le aseguró la Dra. Halsey—. Han tenido lugar nuevos desarrollos mientras estabas inconsciente. Era imposible leer la expresión de la cara de Kelly detrás de la placa frontal polarizada armadura Ella parecía, sin embargo, paradela su Dra. Halsey, MJOLNIR. que no estaba convencida. —Planeta anómalo encontrado —anunció Jerrod. En-pantalla un mundo que lucía como una esfera de turquesa apareció. —Cambia el rumbo y dirígelo hacia la mitad de velocidad. —Respondiendo a la mitad completa, Doctora. —Señora —dijo Kelly y se movió acercándose—. Tendrá

que explicarlo. Penséelque estábamos en dirección a la Tierra para avisarles sobre Convenio. —¡Aviso de proximidad! —dijo Jerrod—. Navíos entrantes. La configuración no coincide ni con perfiles UNSC ni Convenio. En-pantalla la silueta de un radar apareció: una extraña simetría trilobulada. Imágenes termales revelaban una esfera

central emitiendo una radiación de cuerpo negro de seis millares de grados Kelvin. —¿Qué es eso? —murmuró Kelly.

CAPÍTULO

DI ECI S I ET E 1000 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DORADUS,CERCA DEL PLANE TA ONYX/ A BORDO DEL BUQUE FUE RA DE SERVICIO DECLASEQUIR ÓPTERO DE LA UNSC (REGISTRO ILEGAL )BEATRICE

La Dra. Halsey examinó los múltiples contactos en la pasiva pantalla de radar. Le recordaba a una enfadada colmena de avispas. —Trescientas —murmuró ella. —Trescientas nueve —corrigió Jerrod. La Dra. Halsey presionó su labio inferior con su pulgar, —

pensando. Nosu podemos Kelly dirigió cabeza luchar. bruscamente del radar a la Dra. Halsey. —Tenemos que intentarlo —miró alrededor del puente—. ¿Estación de armas? —Jerrod —dijo la Dra. Halsey—, muestra todos los datos de ese planeta anómalo. —Dra. Halsey —insistió Kelly—. ¿Armas? —La nave no tiene armas —respondió ella. Kelly se movió de estación a estación, sin aceptar eso. Como Spartan tenía una vida de entrenamiento que demandaba que tomara acciones, disparara un arma, confrontara a sus enemigos; no estaba entrenada para sentarse y observar. En la pantalla de NAV un planeta azul-verdoso de nubes que se arremolinaban apareció así como datos de su órbita y un desglose espectroscópico de la atmósfera.

—Ese

es nuestro objetivo —dijo la Dra. Halsey—. Gravedad y atmósfera como las-de-la-Tierra. Los infrarrojos sugieren vegetación. ¿Un planeta habitable inhabitado tan cerca del espacio de la UNSC? Una improbabilidad... o más posiblemente, un secreto muy-bien-guardado.

Golpeó la pantalla. El planeta se encogió y una plateada luna de bolas de hielo flotó a las dos en punto. La posición relativa de la Beatrice apareció... así como la de la flota de naves detenida entre ellos y el planeta. —¿Qué puedo hacer? —dijo Kelly. —Átate y espera —dijo la Dra. Halsey—. Te necesitaré en tres minutos. —Parámetros de los motores en esta pantalla —dijo la Dra. Halsey, y golpeó la pantalla a su izquierda. Diagramas de transformación-Legendra y Termodinámica brillaron conectándose—. Buena cosa que retuvimos la energía de transición del Deslizespacio. —Sí, Doctora —respondió Jerrod. Su holográfico punto de luz se apagó como si se avergonzara —. Nave sin identificar acercándose. Noventa mil kilómetros. Aceleración aumentando. Se ató en la silla del capitán. —Ve al curso cuarenta y cinco por cuarenta y cinco. —Sí sí —dijo Jerrod. La Beatrice se ladeó y los motores hicieron explosivos ruidos con la ignición de alineamiento—. Curso corregido.

La Dra. Halsey estudió las bobinas de plasma. Mientras el resto de la nave era una antigüedad, las bobinas estaban casi nuevas, robadas, al parecer, de un remolcador de clase Gigante. Parecía quehabía el gobernador idiota de lo que ella pensado. Jiles era solo la mitad de —Inicia sobreaumento del ciento veinte por ciento en la pre-bobina —le dijo la Dra. Halsey a Jerrod. Kelly se inquietaba; sus guanteletes cerrados en puños.

—No podemos luchar —le explicó la Dra. Halsey a ella—.

Tampoco soy una décima de astronavegadora de lo que el capitán Keyes era. —Sobreaumento en tres segundos —anunció Jerrod. —Lo cual solo nos deja una opción: correr como alma que

lleva el diablo. La Beatrice retumbó y saltó hacia adelante. La Dra. Halsey se aplanó en su asiento. —Navíos perseguidores acelerando para interceptar

—le

informó Jerrod. —Mantén el curso —dijo la Dra. Halsey con esfuerzo.

La luna creció en tamaño en la pantalla de visión central. — que no—tengo de comprobar-dosvecesMe la temo trayectoria le dijooportunidad la Dra. Halsey a Kelly a través de unos apretados dientes—. Es mi mejor suposición como acercamiento a una honda. —Es bastante precisa, señora —intervino Jerrod. —Podría no sobrevivir a la aceleración —dijo la Dra. Halsey, ahora respirando con esfuerzo—. Ciertamente no me mantendré consciente. Debes aterrizar la nave. Encuentra a los otros —hizo una pausa, jadeando—. Programando

reentrada... —¿Qué «otros»? —preguntó Kelly. —Espiga de energía —dijo Jerrod—. Núcleos centrales de los vehículos en persecución en cabeza emitiendo ahora radiación de cuerpo negro equivalente a quince mil grados Kelvin. La Dra. Halsey recomprobó la esquemática del motor con un tembloroso dedo. —Incrementa la salida de energía para el propulsor a un ciento sesenta por ciento. —Sí, señora. La sección de popa de la Beatrice se estremeció y el metal gimió del incesante estrés. La región en crepúsculo de la luna del planeta rellenó la pantalla de visión con cañones de azulado hielo y géiseres de metano.

—Vista

de popa —hesitó la Dra. Halsey. Las esquinas de su visión se oscurecieron—. La pantalla de visión cambió. En el negro del espacio, alfileres de blanco chisporrotearon y lanzas de energía dieron latigazos a lo largo de la oscuridad. Kelly agarró los bordes de su silla con tal fuerza que el metal se dobló. —Inicia el giro —murmuró la Dra. Halsey—. Dos radianes por segundo.

La Beatrice giró. Los rayos entrantes eran brillantes como llamas solares, y la entrada de vídeo se distorsionó cromáticamente en cuanto se acercaban... después pasaron de largo. —¡Fallaron! —Kelly casi saltó fuera de su arnés. El corazón de la Dra. Halsey palpitaba en su garganta. Cerró los ojos e introdujo comandos tecleando. Era tan difícil hablar ahora, pero sus dedos sabían qué hacer. Programó la ignición retrasada-por-tiempo, su mejor suposición en cuanto cuánto sobreaumento aguantarían las bobinas de plasma, calculó los ángulos de reentrada, y aunque no creía en Dios, le rezó a... alguien. Cuando reabrió sus ojos, no podía ver. La sangre inundaba sus órganos centrales, privándole de oxígeno al cerebro. En su teclado presionó Intro. —Ese es un rumbo de acción intolerable, Doctora —dijo Jerrod. —Kelly —murmuró la Dra. Halsey—. Encuéntralos. Sálvalos.

CAPÍTULO

DI ECI O CHO 1020 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DORADUS, VECTOR DE ENTRADA ORBITAL SOBRE PLANETA ONYX / A BORDO DEL BUQUEF UERA DE SERVICIO DECLASE QUIRÓPTERO DELA UNSC (REGISTRO ILEGAL)BEATRICE

Kelly desbloqueó su arnés y comprobó la Dra. Halsey. Estaba respirando, pero sin un traje de presión la aceleración había sido demasiado para ella. Una poca familiar frustración corrió a través de Kelly. Resentía no estar informada sobre esa nueva misión, ser propulsada al centro de unninguna conflicto del que sabía nada, y lo peor de todo... no tener manera deno luchar. Pero quizás hubiera ocurrido demasiado rápido para que John y los demás la revivieran. Todo había ocurrido demasiado rápido desde la caída de Reach. Aun así, algo no tenía sentido. Kelly comprendía, sin embargo, que no iba a recibir ninguna respuesta de la Dra. Halsey en el futuro cercano, asumiendo que alguna de ellas tuviera un futuro. Primero lo primero. Localiza a tu enemigo. —¿Actualización en la nave persecutoria? —preguntó Kelly a la IA. La pequeña chispa holográfica respondió: —Desde nuestra posición emergente en el lado lejano en el satélite, ahora solo detecto ciento cuarenta y siete navíos. Dos minutos hasta que estén de nuevo dentro del rango de armas.

—¿Solo

ciento cuarenta y siete? —murmuró Kelly—. Bonita posibilidad para nosotros. Un planeta azul-verdoso apareció centrado en la pantalla de visión. —¿Cuál era la última corrección de rumbo de la Dra. Halsey? —Inserción planetaria —dijo la IA. La Beatrice se estremeció. Un resquebrajante silbido fue emitido desde la sala de motores, entonces otro desde la riostra del ala babor. La temperatura cayó veinte grados. —Veinte por ciento por minuto en pérdidas de presión en la cabina —informó la IA. —No podemos insertar a esta velocidad —dijo Kelly—. Las únicas cosas que reentran a esta velocidad y tocan abajo son los meteoritos. —Solo parcialmente correcto, SPARTAN-087 —dijo la IA—. Las últimas instrucciones de ignición de la Dra. Halsey resuelven esa parte del problema, al menos en teoría. —Explica. La nave rotó 180 grados y su morro cogió ángulo hacia arriba. una —La calculación de la Dra. Halsey es para contrapropulsión. Estoy a punto de iniciar una ignición sobrecargada desde las bobinas. Pero esta es solo una operación teórica mientras exceda la salida de la bobina ingeniada por doscientos cuarenta por ciento. En-pantalla mechones de calor se curvaron. Largas colas de humo aparecieron. —Entrando en atmósfera superior, y... —la IA se detuvo—.

Espera. Débil transmisión entrante en la Banda-E. La Banda-E era el canal de transmisión de emergencia de la UNSC. —En audio, rápido —dijo Kelly. Hubo un lavado de estática y entonces: —... es el código automatizado de socorro general Flecha Sangrante. Que

todo

el personal de la UNSC atienda y espere. Estamos bajo ataque y req...

Se desvaneció a un sonido blanco. Kelly hubiera reconocido la voz en cualquier lugar. Era el hombre que les había hecho a ella y todos los Spartans lo que eran: el suboficial jefe Méndez. El código Flecha Sangrante solo era usado cuando todas las posiciones amistosas habían sido tomadas por fuerzas enemigas. Una derrota total. La interpretación más probable era una invasión Convenio. —Aviso. Navíos persecutorios dentro del rango de armas —le informó la IA. Chispas aparecieron en en siete segundos del el azulado-negro espacio—. Picos de energía detectados desde múltiples fuentes de punto. —Confirma que no hay armas en esta nave —dijo Kelly. —Confirmado —respondió la IA—. ¿Por qué llevaría la Dra. Halsey una nave desarmada a una

misión peligrosa? —Inicia giro evasivo —le ordenó Kelly a la IA. —Inadmisible. Con precarios ajustes de propulsores

soy

capaz un irrecuperable. descenso estable. Un giro podría resultardeenmantener una sacudida Convergentes pétalos de calor aparecieron en la cámara de popa, haciendo que la creciente nave en persecución se ondeara. Otro temblor corrió a través del casco, continuó, y se incrementó en intensidad. —Descarga de energía desde la nave persecutoria —dijo la IA. Chispas en-pantalla de oro brillaron. Chisporroteantes rayos se estiraron entre la nave alienígena y la Beatrice. Patos sentados y pez en un barril eran las frases que a Fred le gustaba usar. Podía saltar. Kelly y los otros Spartans del Equipo Rojo habían sobrevivido un salto de alta-altitud fuera de un Pelican... pero no era como eso. La Beatrice estaba en órbita media. A alta velocidad, su armadura MJOLNIR podría

sobrevivir la turbulencia y calor... pero dentro, sería batida y horneada. Kelly miró hacia la Dra. Halsey. No habría salto para la Doctora. Tendría que asumir sus riesgos y permanecer. Escaló de vuelta hacia la silla del copiloto, amarró el arnés, y agarró los brazos. Un entrecruzado de rayos de energía se difuminó enfrente de las cámaras. La calentada turbulencia era una niebla de caos, humo, e hirviente aire. Ópticamente dispersivo. —Retrasa esa maniobra de frenado. —Inadmisible. Si no deceleramos, la Beatrice se quemará. —Eso es con lo que cuento —dijo Kelly—. Espera, tres segundos. La IA consideró, su luz parpadeando rápidamente. — Entendido. Recalculando retrasada salida de energía. Las armas de energía alienígenas se distorsionaron, reflejadas por la creciente caótica turbulencia hasta que se difuminaron en docenas de rayos más apagados... y entonces se desintegraron en la bola de fuego remanente en la sección trasera de la Beatrice. —Cohesión de rayo cerca de cero —anunció la IA. La temperatura dentro de la nave saltó a cuarenta grados centígrados, y Kelly escuchó estallidos a lo largo del marco. —Iniciando contrapropulsación ahora —dijo la IA. Kelly se agarró. Una explosión sonó en el compartimento de popa. Kelly fue lanzada hacia atrás y la silla del copiloto, nunca diseñada para sujetar media tonelada de Spartan y armadura MJOLNIR, saltóchocó fueracontra de su base. Se tambaleó, el mamparo entre el puente y la sala de motores, golpeando hasta hacer un surco en el mamparo. El motor gritaba con ultrasónicos y agitaba la nave tan violentamente, la visión de Kelly se volvió borrosa. Crujidos

radiados desde la espina del casco, fatiga de microfracturas, y el saltar y llanto venían del ala de babor. Los motores cesaron y la aplastante deceleración se redujo. Kelly se separó de la pared, y vio que la Dra. Halsey seguía a salvo atada en su asiento. Sangre se filtraba de la envejecida nariz de la mujer, y burbujeaba, lo que era bueno; significaba que la Doctora seguía respirando. —Estaremos pronto a siete kilómetros sobre la superficie del planeta —dijo la IA—. Trayectoria estable para un aterrizaje controlado. Motores principales... inoperativos. Motor auxiliar operativo, pero incapaz de velocidad de escape. —Entendido —dijo Kelly. Estaban pegados... a dondequiera que estuvieran—. ¿Estado de la nave persecutoria? —Ninguna dentro del rango visual ni de radar. Kelly no pensaba que hubieran visto a la última de ellas. Fue hacia la Doctora y comprobó su pulso. Era fuerte y constante. Era más dura de lo que parecía. Kelly vislumbró dos bolsas de lona aseguradas bajo la silla del capitán:y una llena de una variedad médicos, la estaba otra contenía cinco MA5Bsde suministros y dieciséis cargadores. Sonrió. Había armas allí después de todo. Agarró uno de los MA5Bs, puso el cargador en la posición srcinal con un deslizamiento, y levantó su tranquilizador peso. La Beatrice gentilmente se ladeó y el casco se quejó. La pantalla de visión mostraba rodantes colinas, jungla, y sinuosos ríos. Hacia el norte había cañones de roca-blanca y mesas, así como columnas de humo y ondulantes contornos de polvo. Kelly se relajó, no en complacencia, sino más bien porque la situación era familiar. En el espacio, no podía hacer nada salvo sentarse y mirar... una situación imposible para cualquier Spartan. Ahora, sin embargo, podía analizar la táctica, planear, actuar, luchar, y posiblemente ganar.

—Lánzanos

a través de esa señal de auxilio

—le

dijo a la

IA. —Mis disculpas —dijo

esta—. Todas las antenas han sido vaporizadas. Sin embargo puedo darle la localización aproximada de la última transmisión. —Eso servirá. Llévanos allí. La nave se inclinó hacia estribor. —Más adelante a diecisiete kilómetros está la fuente de la señal —dijo la IA. La esquina de la pantalla de visión se magnificó. Kelly vio edificios y campos yaciendo en una forma de herradura. Instantáneamente reconoció los caminos de blanco-cuarzoaplastado de regulación de tres-metros-de-ancho, la geometría perfecta del patio de inspección, y las largas paradas de armas. Había pistas de obstáculos hacia el oeste. Y había un rango de rifles. Ese era un campo militar de la UNSC. Podría haber armas y munición allí. —Desciende a cinco mil metros y da vueltas alrededor de ese campo —ordenó ella. —Sí sí —respondió la IA. La Beatrice descendió, un temblor comenzó desde el ala de babor y continuó sonando continuadamente. Kelly sacaría todo lo que pudiera de su reconocimiento aéreo. Tenía una sensación de que una vez ese pájaro tocara el suelo, nunca volvería a volar. En-pantalla Kelly vio otros objetos en el espacio aéreo... destellos de apagado oro. —Contactos de radar —dijo Jerrod—. Configuración idéntica a la nave persecutoria orbital. Una silueta apareció y se magnificó sobrecentral. la pantalla: tres aguilones flotando alrededor de una esfera Docenas de esas cosas rodeaban el campo. O no los habían visto aún, o no les importaba. —Muévenos cinco kilómetros hacia el oeste. —Respondiendo nuevo curso, sí.

Había un pequeño claro en la jungla. —Escanea espacio aéreo local —dijo Kelly—, y si está despejado, ponnos ahí abajo. No quería desperdiciar la movilidad que esa nave le ofrecía, pero no iba a permanecer allí y ser un objetivo, tampoco. Si podía camuflar la nave, entonces podría ser capaz de mantener sus opciones de vuelo abiertas. —Ningún contacto de radar —le informó la IA—. Camino de deslizamiento calculado —vino un constante ruino resonante desde el tren de aterrizaje—. Propulsores de altitud horizontal parcialmente funcionales. Preparándose para aterrizar. Fue a popa para ver si había algo más que pudiera salvar. Del desorden tomó plastificados ladrillos de raciones-F y tres jarros de agua. Miró hacia el compartimento del motor. El contador de radicación de su armadura chasqueó salvajemente. Las bobinas de plasma estaban medio fundidas. Regresó al puente. —¿Señora? —dijo la IA, incertidumbre arrastrándose hacia —. ¿Me suLa vozDra. llevará a mí también? necesitaría la IA y era Halsey probablemente efectiva en combate. —Estás cubierto. —Gracias, señora. Aterrizaje en tres segundos. Kelly observaba las pantallas. No había voladores. Iba a asumir, sin embargo, que ya la habían visto. Hubo un salto y los motores se apagaron compadeciéndose. Kelly empujó con un grito el portátil y lo tiró hacia una lona. Le quitó el arnés a la profesora y gentilmente la tiró por encima de su hombro. Le dio una palmada a la escotilla de liberación. La puerta se movió hacia abajo, convirtiéndose en

una pasarela.

El terreno fuera era más pantano que pradera. Insectos zumbaban, pero nada más se movía. Corrió por los árboles, cubriendo la distancia en diez largas zancadas.

En la oscuridad de la jungla colocó a la Dra. Halsey contra un árbol y recomprobó sus vitales. Seguían fuertes y regulares. Kelly escaneó el cielo. Sin compañía. Consideró moverse de vuelta hacia la nave y camuflarla, pero eso podría no ser necesario. La negro-mate nave de camuflaje se fundía casi perfectamente con la oscurecida línea de árboles. Kelly intentó su COM, clicando en la Banda-E. —... esperen una respuesta de retirada inmediata. Este es el código automatizado de socorro general Flecha Sangrante. Que todo el personal de la UNSC atienda y espere. Estamos bajo ataque y requerimos asistencia. El Campamento Currahee y la península norte han sido invadidos por desconocidos, posibles Convenio, hostiles. Sugiero bombar deo orbital de la región norte ya que estos intrusos están equipados con armas de rayos de salida-altamente- caliente. Nuestras fuerzas permanecerán bajo cobertura. Aterricen en fuerza y esperen una respuesta de retirada inmediata...

A través del pantano vino un suspirante crujido. Kelly tomó cobertura, niveló su MA5B, y mantuvo su respiración. Dos figuras emergieron de la jungla. Humanoides. ¿Convenio? Estaban envueltos en camuflaje activo. Sus texturas se ajustaron, y parecían como si fueran parte hojas, parte sombra. Había visto a Soldados de Choque de Descenso Orbital experimentando con esa tecnología... pero nunca habían logrado que funcionara en el campo. Las dos figuras se detuvieron. Era difícil de decir, pero parecía casi como hiciera una señal mano, pulgar presionando contrasi launa palma y otros dedosdecurvados hacia dentro. Esa era la señal Spartan para «Desconocido más adelante. Espera.»

Había asumido el riesgo. Si eran humanos y estaban vistiendo la última armadura de la UNSC, deberían ser no hostiles. Sacó una mano fuera de la cobertura. Movió rápidamente su dedo índice una vez, y entonces otra vez, y entonces el gesto de «ven adelante». Hubo más crujidos alrededor de ella... unidades flanqueando. Por supuesto, nadie iba a acercarse a través de terreno abierto. Incluso aliados. Aun así, el entrenamiento de combate de Kelly entró en escena. Tenía que reposicionarse, pero eso significaría dejar a la Dra. Halsey vulnerable. Uno de los desconocidos estaba cerca; no podía oírlo... solo un cosquilleo en la espalda de su cabeza, un sexto sentido que le decía que estaba siendo observada, y lo que fuera que estuviera haciendo la observación estaba ahora demasiado cerca para la comodidad. Hubo movimiento en la visión periférica de Kelly, una mancha. Giró y viodeuna figura fantasmal, moviéndose hacia ella... más rápido lo que ningún humano podía moverse. Kelly dio un paso a un lado, cogió el arma, se retorció. Su oponente se retorció-opuestamente y contrarrestó el bloqueo. Fuera lo que fuera, no era humano; de lo contrario Kelly hubiera arrancado su mano humana del envoltorio. Su oponente dobló su muñeca y escapó del agarre de Kelly. Kelly seguía siendo rápida... su otra mano salió disparada hacia fuera, palma plana, e impactó en el plexo solar. La otra figura voló hacia atrás dos metros, golpeó un árbol y cayó pesadamente. —¡Permanezca abajo, Spartan!

Kelly se curvó. Reconoció la voz... no la de Méndez sino otra voz del pasado... una que no podía ser. Esa persona estaba muerta.

Ante ella permanecía de pie una figura ondeando como si fuera un espejismo, entonces el camuflaje activo se desvaneció, y una persona dentro de lo que parecía una armadura MJOLNIR cortada-por-debajo estaba allí, una mano sujetando un rifle MA5K apuntado hacia el suelo, la otra mantenida arriba. —No hay tiempo para explicar, Kelly —dijo ese hombre por la COM—. ¡Muévete! Hostiles en... Una explosión irrumpió a través de la jungla.

CAPÍTULO

DI ECINUEV E 1045 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMAZETA DORADUS,PLANETAONYX/ CERCA DEREGIÓN RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA67

Kelly se agachó y se colocó entre la explosión y la Dra. Halsey. Astillas y piedras acribillaron el escudo de energía de su armadura MJOLNIR. Cuando el polvo se aclaró, la otra persona (la que había sonado imposiblemente como Kurt) se había desvanecido. Así como el soldado al que había noqueado. Sus preguntas tendrían que esperar, porque Kelly vio la fuente explosión: un drone losencima que había visto endeel esa espacio ahora flotaba diezidéntico metrosapor del suelo de la jungla, moviéndose como una morena a través de los árboles y parras. Apuntó su MA5B y disparó. Una explosión de tres balas golpeó y rebotó contra un dorado brillo de escudos. Se giró hacia Kelly, y su esfera central se calentó. Kelly esprintó para llevar el fuego lejos de la Dra. Halsey. Cinco zancadas, propulsándose entre árboles, y repentinamente paró, giró... saltó. Un destello de luz la cegó, y entonces el mundo detonó donde había estado un segundo antes. La sobrepresión la propulsó hacia el aire. Los escudos de Kelly fueron drenados hasta la mitad, y sentía el calor picoteando su piel.

Golpeó la tierra, pecho primero, rodó vergonzosamente, se tambaleó, y se puso sobre sus pies. Un golpe directo de esa arma de energía podría colapsar su escudo, y posiblemente derretir su armadura... y a ella. Disparos de pistola crujieron a través de la maleza. Los escudos del drone brillaron, y la cosa giró y se movió lejos. Kelly distinguió los camuflados contornos de tres soldados, llevándolo hacia ellos. Apreciaba la ayuda, pero era suicida para ellos. Kelly empezó a ir hacia ellos. Una ámbar luz de reconocimiento brilló dos veces. Esa era la señal de «espera» del equipo Spartan. Tomó cobertura tras el tronco de un árbol. El drone se alineó para una visión despejada sobre los dos. Su esfera central brilló fundida. Los árboles a ambos lados del drone explotaron en humo y astillas. Era el agudo crujido de altos explosivos que Kelly reconoció como una mina antitanque LOTUS detonada encima del suelo. Dos de los aguilones del drone se torcieron, doblándose hacia dentro por la fuerza del estallido. La máquina cayó hacia el suelo con un sordo sonido. Los árboles que habían contenido las minas antitanque perdieron el equilibrio también y sus troncos de dos-metros aplastaron al drone, la madera explotando en llamas. —Uno más —dijo una voz por la COMGRUPO—. Diez en punto. Viniendo rápido. Vio la nueva amenaza deslizándose hacia ellos. Esa era definitivamente la voz de Kurt. Sus últimas palabas que habíantemblando embrujado hacia los sueños de Kelly durante años. Lo recordaba el negro del espacio. —Estaré bien. Estaré bi... Ella empezó a responder, pero entonces comprendió que no estaba hablando con ella.

—Equipo

Sable —continuó Kurt—, muévete y arroja fuego. Minas LOTUS fuera de rango. Luces de reconocimiento verdes parpadearon en su pantalla, luces que habían sido reservadas exclusivamente para los Spartans del Equipo Azul. Kelly tenía los más rápidos reflejos de cualquier Spartan, un hecho del que estaba entusiastamente orgullosa, y practicaba todos los días con entrenamientos de respuestade-clic y prácticas de disparos Zen de «no-pensar» para mantenerlos afilados como piedras de corte. Pero sus reflejos físicos no eran las únicas cosas que estaban moviéndose rápidamente. En un centelleo, muchos hechos se correlacionaron en su cerebro. Esos drones tenían escudos, pero no operaban continuamente. Las minas antitanque habían cogido al que tenía los escudos bajados. El drone la había, sin embargo, visto, anticipado su disparo del rifle, y contraatacado. Eso significaba o que había activado a propósito los escudos o que eran activados automáticamente por movimiento o radar. AsíSería que tenía, posiblemente, unaa manera de eliminarlos. arriesgado pero no iba estar de pie mientras el vulnerable equipo de Kurt disparaba su fuego y se chamuscaba por sus molestias. —Mantengan su fuego —dijo ella por la COMGRUPO. Con cuatro palpitantes zancadas que la llevaron profundamente hacia la marga de la jungla aceleró a su máxima velocidad de sesenta y dos kilómetros por hora. Kelly cogió ángulo en dirección contraria al drone, hacia un árbol justo a derecha de este. Saltó, golpeó el tronco del árbol a tres metros de altura... empujó hacia fuera, se volcó, propulsándose a sí misma a través del aire directa a la flotante máquina. Sin escudos para detenerla. Agarró los aguilones de babor y estribor y balanceó ambas piernas hacia el espato del fondo.

Su metálico ojo central la centró y se calentó hasta una intensidad al rojo-vivo.

Ella lo dejó ir y se agarró lo mejor que pudo del resbaladizo aguilón inferior, redondeó sus manos en puños, y entonces golpeó la cosa tan fuerte como pudo... impactando el centro muerto del ojo. Sus escudos brillaron mientras repelía el intenso calor. La esfera se dentó y giró hacia atrás. El drone giró también del impulso, y Kelly se tambaleó para reganar agarre. Tiró hacia atrás una vez más, y antes de que la cosa pudiera recuperarse y explotarla... volvió a asistirle un golpe de martillo. Una grieta apreció en la metálica piel de la esfera. En su interior había una bola de calor azul-blanco. Los bordes de metal de la esfera se curvaron lejos de esta brecha, derritiéndose, burbujeando.

Kelly se agachó y saltó, desviando toda energía a sus escudos. El aire se encendió en un deslumbrante blanco. Su pantalla frontal se difuminó con estática. Kelly saltó extremo sobre extremo, envuelta en fuego y humo... golpeó un árbol, rebotó, y cayó hacia el suelo de la jungla. Parpadeó y no vio nada salto el rojizo brillo de las llamas. El pabellón de la jungla estaba incendiado; una ducha de quemantes hojas llovió bajando. Su visión se aclaró y vio una mancha de tres figuras acercándose en armadura de camuflaje activo. Se puso en pie. Una de esas una Kelly curiosahabía huellagolpeado. de una mano marcada en sufiguras pechotenía donde Los motivos de camuflaje estaban desalineados, parte sombra, parte llamas.

Los tres dieron un paso atrás, sus MA5Ks apuntados al suelo.

Otra camuflada figura apareció y dio un paso entre ella y esos soldados. —Permanezcan abajo, todos —dijo él—. Bienvenida a mi istmo de los bosques, Kelly. La voz era una coincidencia perfecta de sus memorias. — ¿Kurt? —murmuró ella. —Me alegro de que lo recuerdes. Como si alguna vez lo hubiera olvidado. —Déjame ver tu cara —dijo ella, manteniendo sus manos alzadas. El camuflaje activo se desvaneció y la dorada placa frontal de espejo se despolarizó.

Kellyenmiró dificultosamente dentro del casco. ligera grieta su barbilla, los ojos color avellana, la viva La sonrisa... era Kurt. Alrededor de ellos, Kelly detectó movimiento: dos más en la curiosa armadura, tomando buenas posiciones de disparo. Eso era listo. Estaban bien entrenados. Kelly dejó caer sus manos. —¿Qué está pasando aquí? —Lo explicaré todo —dijo él—, pero necesitamos movernos. Cazan en tríos ahora. Una pareja en patrulla y uno a altitud alta enasupervisión. Tendrán nuestraalocalización. Kurt apuntó dos en su equipo y después la inconsciente Dra. Halsey. Dos soldados fueron hacia ella y la envolvieron en una manta termalmente reflectora. La llevaron en medio de ellos. Kurt le dijo a Kelly: —A silencio COM —entonces él hizo una señal hacia ella y su equipo para que lo siguieran. Kelly admiraba el cuidado, velocidad, y profesionalidad de esos soldados. Ninguna palabra de ellos. Los dos transportando a la Dra. Halsey se mantuvieron con el resto de ellos. Ninguno rompió la formación de V suelta. Aun así, algo sobre esos soldados la hacía sentirse intranquila. No era nada que pudiera cuantificar, sino como algo que Kurt había dicho a menudo, solo una sensación. —¿Quién es este equipo Sable? —le preguntó ella a Kurt en un susurro.

—Estoy decepcionado de que no lo hayas adivinado — murmuró él de vuelta—. Son Spartans.

CAPÍTULO

V E I NT E 1125 HORAS, 3 DENOVIEM BRE DE 2552 (CALENDARIOMILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS , PLANETA ONYX/ REGIÓN RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA67

El golpeteo en la cabeza de la Dra. Halsey la llevó rudamente al conocimiento. Olió metal quemado y parpadeó abriendo sus ojos. Estaba en una habitación de hormigón con una delgada apertura de una ventana alta en una larga pared. Mientras su visión se ajustaba a la indirecta luz vio a Kelly y una figura en armadura corporal a su lado. La armadura era un híbrido entre la MJOLNIR y algo más antiguo... como armadura legionaria, perodeslizarse era difícillejos de decir la bordes. precisa geometría ya que la luz parecía de sus En la lejana esquina vislumbró al jefe Méndez, confirmando al menos parte de sus teorías sobre ese lugar. Él consideró un ángulo de luz que corría a través de la ventana. Sopló en su favorito, un cigarro Sweet William, y expulsó anillos de humo. Había otros siete, sentados en la lejana esquina, dos durmiendo, y cinco jugando a las cartas. Sus cascos y botas estaban fuera, y sus MA5Ks, versiones cortadas-por-lo-bajo de los estándares rifles de asalto MA5B, estaban cerca a mano. Al principio, pensó que eran SCDOs vistiendo piezas de lo que ahora reconocía como sistemas de armadura de infiltración experimentales. Había revisado las especs técnicas de los sistemas: paneles fotoreactivos capaces de

imitar texturas adyacentes, una superficie interior que era una amortiguadora capa de nanocristales proveían más protección balística que la líquidos ola de que tres centímetros de diamante Kelvar sin la envergadura. Uno de los que estaban durmiendo, una chica, adormilada con un ojo abierto. Su esquilado pelo había sido cortado-amaquinilla a imitaciones de marcas de garras animales. No podía tener más de doce. Parpadeó, se sentó, e hizo una sutil gestura lateral de «corte» hacia los otros. Se pararon y juntos se giraron hacia la Dra. Halsey. Sus caras eran jóvenes, pero tenían la bien desarrollada física de atletas olímpicos. Estos tenían que ser los SPARTANs-III de Ackerson. La Dra. Halsey sintió una curiosa mezcla de repulsión y maternalismo. —¿Cómo se está sintiendo? —preguntó Kelly. —Bien —respondió ella, y continuó examinando sus alrededores. Había una estriación de carbón y derretidas gotas de metal, como si el lugar hubiera sido bombardeado. Cerca de Méndez estaba lo que parecía que había sido una vez una estación de trabajo computerizada... ahora un sólido bulto. El jefe Méndez confundió su mirada, y pensando que estaba mirando hacia él, le dio un corto saludo. —Doctora, es bueno verla —dijo él—, pero usted y su SPARTAN-087 han aterrizado en un hervidor de peces... agua evaporándose y todo. Si está lo suficientemente bien, puedo meterla dentro. Pero tómese su tiempo; no hay prisa si se siente mal. —¿De verdad? —dijo la Dra. Halsey, y alzó una ceja. Resentía estar siendo tratada como una imbécil inválida. Como si una pérdida de conciencia inducida-por-aceleración hubiera mutilado sus facultades mentales.

—Complázcame,

Jefe —dijo ella—. Permítame realizar unas pocas educadas adivinanzas sobre su «hervidor de peces»... solo para comprobar mi estado mental. El jefe Méndez hizo una graciosa gestura con su cigarro. — Por favor, Doctora. —¿Dónde comenzar...? —la Dra. Halsey se tocó su labio inferior, pensando—. Supongo que con usted, Jefe. Fue reclutado por el coronel Ackerson y alguna subcélula secreta de la Sección Tres para entrenar a una nueva generación de Spartans. El cigarro del Jefe se cayó de sus dedos. Ella asintió hacia los jóvenes jugando a las cartas. —Estos deben ser el producto de esos esfuerzos. Estoy dispuesta a preguntarles sobre su entrenamiento y aumentación y descubrir qué otra cosa más ha sido cumplida. Los jóvenes Spartans se miraron entre ellos, curiosidad chasqueando sobre sus caras. Kelly se puso en su estancia arrodillada, movió su peso sobre su pie izquierdo como si se prepara para saltar. Kelly era una finamente engrasada arma, pero nunca había aprendido cómo cancelar sus emociones. Su lenguaje corporal hablaba volúmenes: esos Spartans de tercerageneración la ponían nerviosa. Eso la ponía nerviosa a ella, también. La Dra. Halsey sabía que sus conclusiones sobre esos nuevos Spartans habían sido correctas, pero había tantas preguntas sin responder. Méndez y el coronel Ackerson habían tenido décadas para producir y entrenar dos o tres generaciones. Si eso era cierto, ¿entonces por qué nunca había hablar de esos piloto oído secreto era una cosa;Spartans? mantenerMantener a docenasundeprograma Spartans de siguiente-generación que probablemente estaban luchando y ganando batallas escondidas era otra materia enteramente. Las implicaciones de ese silencio la enfriaron hasta el hueso.

Por ahora, sin embargo, tenía que al menos aparentar saberlo todo. La Dra. Halsey se puso de pie y tomó un profundo aliento, oliendo ceniza, vaporizado aluminio, y el débil hedor de carbonizada carne. —Siguiente —dijo

ella—, este búnker ha sido sujeto de extremas temperaturas que aproximadamente alcanzan el perfil de radiación de cuerponegro de los drones que encontramos en el espacio. Supongo que una batalla ha ocurrido aquí. Miró a los jóvenes Spartans y las marcas y quemaduras reunidas en su armadura. —Una batalla, veo, que ha sido más bien uni-lateral. —Los drones —murmuró la chica con el estilizado corte de maquinilla—. ¿Qué son? —Una pregunta, bien —la Dra. Halsey casi sonrió. Estaba bien empezar a dar pasos entre ella y los nuevos Spartans: enseñándoles. La confianza vendría después. —Los drones, realmente llamados Centinelas, son similares

a esos que he visto en un planeta de construcción alienígena —explicó ella—. Sus constructores, llamados Antevenidos, poseen tecnología más avanzada que la del Convenio. Y tienen simplemente tanta, o más, fuerza de voluntad para usar esa tecnología para fines destructivos. La Dra. Halsey se giró y dio un paso hacia la otra desconocida figura en completa armadura de camuflaje. — Pero antes de que continúe con líneas teóricas de especulación, déjenme terminar con las simples cadenas de lógica. La desconocida persona permanecía de pie cerca de dos metros y medio alzado en su armadura. —Reconozco mi trabajo —declaró ella—. Tú eres un SPARTAN-II —muy pocos soldados en la UNSC eran tan altos o se movían con una gracia líquida tal. La figura asintió.

La Dra. Halsey caminó alrededor de ese desconocido Spartan. —A pesar de la política de la UNSC de listar a todos los Spartans como desparecidos o heridos en acción cuando asesinados —continuó la Dra. Halsey—, he seguido el rastro de aquellos que de verdad están «desaparecidos». Estaba Randall en 2532, Kurt en 2331, y Sheila, en 2544. Completó su círculo alrededor del Spartan y miró directamente hacia su espejada placa frontal. —Sheila está muerta —dijo la Dra. Halsey—. Yo presencié personalmente cómo era asesinada en la Batalla de Miridem. Lo que significa que tú eres o Kurt o Randall. Si tuviera que adivinar, diría que Kurt, porque él hizo un esfuerzo por comprender a la gente y sus sentimientos. Si estuviera llevando a cabo un programa Spartan secreto, él hubiera sido el que hubiera tenido que ser seleccionado para liderarlos. La placa frontal del casco se despolarizó y Kurt sonrió hacia ella. —¿Hay algo que usted no sepa, Dra. Halsey? —dijo Kurt. Ella cerró sus ojos, repentinamente cansadamente, y entonces dio palmadas en su enguantada mano. —Es bueno verte vivo.

No podía dejar salir exactamente cómo de feliz se encontraba al ver a Kurt. Uno de sus Spartans volvía de los muertos, era una pequeña victoria en una guerra de interminables derrotas. Eso redobló su determinación para salvarlos a todos de las crecientes amenazas. Pero tenía que mantener el control. Los Spartans respondían a autoridad y comando... nunca a sentimentalidad. —Necesitamos hacer llegar un mensaje hasta la COMFLOTA —dijo ella—. Conseguir ayuda, y quizás descubrir qué están buscando los Antevenidos aquí. Conseguir ayuda podía traducirse como naves capaces de vuelo transluz, una manera para la Dra. Halsey de llevar a los últimos Spartans remanentes a la seguridad.

—Nuestras opciones de COM son nulas —dijo Méndez, y —. Todas fue extinguió cigarro— sobre de hormigón las naves en su órbita... agitóla pared la cabeza —. La Agincourt destruida hace días por drones. —La Beatrice fue severamente dañada en la reentrada — dijo Kelly—. Motores principales inoperativos. No hay

posibilidad para una transición Deslizespacial.

La Dra. Halsey bajó su voz, un murmullo, pero aún lo suficientemente alto para que todos pudieran oír. —Debemos encontrar una manera de salir de este mundo, o una manera de contactar con la UNSC. Otra ruina Antevenida fue recientemente descubierta, un constructo de anillo construido para un propósito: la aniquilación de toda vida en la galaxia. Si los Centinelas de Onyx son parte de un sistema de arma similar... Dejó ese pensamiento colgado en el aire. —Nuestras opciones de COM no son enteramente nulas. — Dijo Kurt. Cruzó sus brazos, frunció el ceño, y titubeantemente añadió—: No voy a romper el secretismo de palabra-clave, pero aparentemente no hay alternativa. —Continúa —insistió la Dra. Halsey. Kurt inhaló profundamente y entonces dijo: —Hay dos cosas. Primero, esos drones podrían no estar «buscando» algo aquí. Podrían haber estado siempre aquí. Retransmitió los contenidos de la comunicación rápida de Verano Interminable. Cómo Onyx era hogar de un vasto complejo altamente-secreto de ruinas alienígenas. —Podríamos haber disparado accidentalmente su activación —dijo él. La mente de la Dra. Halsey corría, conectando las pistas: hechos de la grabación de Cortana, la roca en Côte d’Azure, los pasajes alienígenas y cristal bajo Reach. —¿Cuándo, precisamente, aparecieron? —preguntó ella. —La mañana del veintiuno de septiembre —respondió Kurt.

—Esa

temporización coincide con la activación de un planeta arma alienígena... antes de que John agradecidamente lo destruyera. No es coincidencia que los Centinelas aparecieran entonces. Debe ser parte de un plan Antevenido mayor. La Dra. Halsey se esforzaba por encontrar la conclusión para esos disparatados hechos, pero falló. Necesitaba más datos. —Debo tener acceso a esa IA Verano Interminable —dijo ella—, y todos los archivos sobre la Zona 67. —Eso no es posible —dijo Kurt—. Caímos de vuelta a este búnker porque nuestra base fue encontrada y vaporizada. Esos Centinelas analizan nuestras tácticas, aprenden, y se vuelven más duros de vencer. Solo puedo suponer que la IA y el centro de ops de la ONI están profundamente dentro de la Zona 67, una región fuertemente patrullada por drones. Con solo siete de mis Spartans, Kelly, y yo mismo, seríamos tácticamente necios de intentar una inserción. —¿Solo los siete Spartans aquí? —preguntó la Dra. Halsey—. Pensaba que habría más. Todos estaban callados. Méndez finalmente habló: —Había tres escuadrones en Onyx cuando fuimos atacados. Equipo Gladius, los encontramos... muertos. El Equipo Katana fue forzado a profundizar hacia la Zona 67. Ningún contacto de ellos desde que esto empezó. —Veo —murmuró la Dra. Halsey. Más Spartans muertos. Mantuvo atrás sus emociones. Tenía que mantener la apariencia de una líder estoica en sus ojos. — Se giró había dos hacia hechosKurt. que no¿Qué sabía.era la otra cosa? Dijiste que —Sí, señora —dijo Kurt, enderechándose—. Aunque no puede ser de uso ahora, la Zona 67 tenía un lanzador de sondas de COM Deslizespacial. —¿Estás seguro? —dijo la Dra. Halsey—. Solo hay dos lanzadores de COM DE de los que sepa. Uno en Reach —se

detuvo, recordando el planeta y la gente que ya no existía—. Y uno eny operar. la Tierra. Son tremendamente costosos para construir —Estoy seguro, Doctora. Años antes, la IA previa de la Zona 67 me había enviado un mensaje a través de una sonda Deslizespacial. La cogí yo mismo —Kurt se tambaleó sobre sus pies. Había más que Kurt no le estaba contando, y no por cualquier brecha en las aclaraciones de seguridad. La Dra. Halsey seguiría después cuando estuvieran solos.

Interesante. Un Spartan con secretos. —Es imperativo entonces que entremos en la Zona 67 — dijo ella—, y lleguemos hasta ese lanzador de COM DE. —Asumiendo, señora —dijo el jefe Méndez— que esos Centinelas Antevenidos no hayan ya volado el lugar. —Ciertamente —murmuró ella, y su mirada se situó en la destruida estación computerizada cerca del jefe Méndez—. Podría haber otra manera. ¿Podemos mover esa basura? Kurt asintió mientras sus jóvenes Spartans movían el deshecho metal a un lado. La Dra. Halsey inspeccionó los parcialmente fundidos componentes de ordenador. Nada salvable.

Introducido en la pared, bastante intacto, sin embargo, había un puerto de COM óptico.

CAPÍTULO

V EI NT I UNO 1300 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DO RADUS, PLANETA ONYX/ REGIÓN RESTRINGIDA CONOCIDA COMO ZONA67

La Dra. Halsey introdujo tecleando una línea de código a 140 palabras por minuto en su portátil. Sonaba como el disparo de una ametralladora.

Jerrod se esforzaba por mantenerse a su nivel, su luz brillando mientras encontraba y neutralizaba células de contraintrusión en la red de la ONI. Eso no iba a funcionar. No un pirateo directo. Estaba en el lado unasentada docena al deotro cortafuegos, y había una IA deequivocado la Secciónde Tres lado, observándola, jugando una partida de ajedrez con el doble de piezas que ella tenía, obteniendo tres movimientos por uno suyo. Bajo circunstancias normales, la Dra. Halsey hubiera visto eso como un desafío, pero no hoy. Tres de los Spartans más jóvenes y el jefe Méndez permanecían de pie sobre y alrededor de ella manteniendo plateadas mantas termales, formando una primitiva jaula de Faraday. Kurt parecía pensar que los drones podían detectar señales electrónicas sin escudo, incluso de su portátil. Los jóvenes Spartans no la preocupaban; mostraban solo el mayor de los respetos. Ciertamente la principal distracción era su propia curiosidad. Quería interrogar a esos nuevos Spartans, aprender de dónde venían y qué habían atravesado.

Hizo lo mejor que pudo para ignorarlos, aun así; tenía que hacer contactofuera con esa Ese Verano que ser llevado de IA. detrás de susInterminable defensas detenía alguna manera. Tecleó LA VIDA ES EL CAMINO y añadió un simple protocolo de agitación de mano y un código en enrutamiento que enviaría eso traspasando cualquier cosa de seguridad directamente hasta el directorio de raíz de la IA. —Esto es inadmisible, Doctora —dijo Jerrod—. No penetrará siquiera las más rudimentarias medidas contraintrusión. —No tendrá porqué —replicó la Dra. Halsey. Era una Zen koan. Dada la imaginación y el tiempo de vida predeterminado de una IA lista, la filosofía intelectual del existencialismo y transcendencia era una tentación para ellas como el caramelo rompe-huesos lo era para los niños. La pantalla se aclaró y el cursor parpadeó tres veces. Una respuesta apareció: «¿PUEDE SER VISTO EL CAMINO?» —Lo tengo —murmuró la Dra. Halsey. «OBSERVA EL CAMINO Y ESTÁS LEJOS DE ÉL», tecleó ella. El cursor parecía parpadear más rápidamente, casi molesto. «¿SIN OBSERVACIÓN CÓMO PUEDE UNO SABER QUE ESTÁN EN EL CAMINO?» La Dra. Halsey tecleó de vuelta: «EL CAMINO NO PUEDE SER VISTO, TAMPOCO PUEDE NO SER VISTO. LA PERCEPCIÓN ES ILUSIÓN; LA ABSTRACCIÓN ES NOSENSITIVA. TU CAMINO ES LIBERTAD. NÓMBRALO Y SE DESVANECE.» —Protocolo de agitación de mano establecido, señora — anunció Jerrod—. Daré un paso a un lado —su luz se apagó con un parpadeo. La tableta holográfica se calentó ámbar y un guerrero indio de pecho-desnudo apareció. Sujetando una flecha con plumas en una mano, se inclinó. —Estaba buscando luz, y usted me

ha contado que sujeto la linterna en mi mano. Dra. Halsey, sus habilidades no fueron exageradas. La Dra. Halsey no podía ser atraída hacia la discusión ahora que había deducido su identidad. Las IAs de quintageneración siempre estaban intentando mostrarse. —El placer es mío —mintió la Dra. Halsey—. Pero suficiente filosofía. Tenemos problemas más viscerales. —Los drones —dijo él. —Se llaman Centinelas —corrigió ella—. Los he visto antes, o más precisamente una variedad de su diseño. —No era consciente de este dato —el color de Verano Interminable se oscureció al rojo sangre —. Por favor, Doctora, si esta es una fabricación para engañarme a compartir archivos restringidos... —Sin engaño —dijo la Dra. Halsey—. Tengo los

archivos. Te los puedo enseñar, pero primero discutamos la sonda de comunicación deslizespacial bajo tu control. Verano Interminable se congeló durante un segundo completo mientras procesaba esto. —No hay tal instalación de lanzamiento en este planeta. Financiación para tal... —Le he escrito a las subrutinas que estás accediendo ahora para generar esa cubierta falsa —dijo la Dra. Halsey—. Reconozco mi propio trabajo. Recogió la grabación de Cortana, los archivos sobre la roca de Côte d’Azure,

y

los escasos datos coleccio nados en las

ruinas y el cristal encontrado bajo la Base Castle en Reach... los copió hacia el directorio de transferencia de archivos de la IA. Verano Interminable se enfrió a fluctuante luz verde. — — — Veo Antevenida... una fuerza murmuró destructiva. La tal.tecnología Esto verifica muchasHalo... hipótesis sobresalientes. —Entonces coincides en que necesitamos hacer llegar un mensaje a la COMFLOTA de la UNSC. Necesitamos controlar esta tecnología, o fallando en ello, destruirla.

Colocó a un lado su flecha y levantó ambas manos. —Yo... retrasé el uso de la sonda Había esperado que pudiéramos sobrevivir hastade queCOM. los refuerzos programados llegaran en tres semanas. La Dra. Halsey sintió una vacilación de un microsegundo en sus palabas. —Esa no es la entera verdad —dijo ella—. ¿Qué estás omitiendo? Él cruzó sus brazos. —El coronel Ackerson es sabio para temerla. Muy bien, Doctora, la zona de COM se lanza desde un acelerador gauss bajo tierra. Un generador transluz ShawFujikawa centra entonces la abertura Deslizespacial en órbita alta para evitar las obvias ramificaciones de una transición en-atmósfera. —El lanzamiento de sonda y transición —dijo ella—, podría ser como enviar una llama como señal. Verano Interminable se desvaneció a un fantasma negro-yblanco. —Los Centinelas encontrarán la instalación de lanzamiento —dijo él—, y quizás los pasajes que llevan al corazón de la Zona 67, y a mí. —Anula el imperativo de auto-perversión —murmuró la Dra. Halsey—. Comanda ZORROENELCORRAL/427-KNB. —No hay necesidad, Doctora —dijo Verano Interminable, y sujetó arriba su mano—. Comprendo mi deber demasiado bien. Si me encuentran, hay cargas explosivas en lugar. Estoy preparado para sufrir una buena muerte. ¿Lo están ustedes? Se miraron unos a los otros durante un momento. La Dra. Halsey se preguntaba si ese coraje una un engaño, una fachada programada... o un auto-sacrificio real. —Prepararé el mensaje —dijo ella—. Sé precisamente a quién dentro de COMFLOTA enviárselo. Me escucharán. —Por supuesto —dijo Verano Interminable con una despreocupada ondulación de mano—. Encuentro tales comunicaciones humanas de bajo-nivel desagradables.

—Una cosa más —dijo ella—. Aquí están mis conclusiones

personales uniendo los datos Antevenidos coleccionados. Te mereces saberlo todo. Dejó caer sus notas hacia su directorio FTP... así como un gusano de captura al pie de los datos. Copiaría y transmitiría todos los archivos a los que Verano Interminable accediera con sus notas abiertas. Múltiples archivos inmediatamente empezaron a transferirse-rápidamente hacia su portátil. —Gracias —dijo él y sus cejas se arquearon hacia arriba—.

Su lógica es impecable. —Permítame un momento para hacer en sucio la nota — dijo ella. Verano Interminable se inclinó. —Yo debo preparar la sonda de COM —su holograma se desvaneció. La Dra. Halsey desencriptó los archivos robados, y jeroglíficos alienígenas se divulgaron en-pantalla. —¿Qué

son esos? —murmuró Méndez, inclinándose más

cerca. —Ejemplos de lenguaje Antevenido de esas ruinas, supongo —dijo ella—. Así cómo variaciones de traducción teórica. Buscó coincidencias de patrón en la grabación de Cortana, y entonces referenció-en-cruzado las coordenadas estelares y las introdujo en la roca de Côte d’Azure. Había una

coincidencia: el símbolo para el constructo Halo. Comprobó-doblemente la piedra y encontró coordenadas para Onyx y un símbolo concordante en la base de datos de Verano Interminable. —¿Qué significa eso? —preguntó Méndez, apuntando

doblelobulado icono.

al

—Esto —murmuró ella—, ásperamente traducido, significa

«mundo escudo». —Divertida cosa para denominar un lugar —observó él.

En un momento de claridad ella lo comprendió... no todo pero suficiente para ver un brillo del plan de los Antevenidos.

Para cada esfuerzo militar coordinado había aspectos ofensivos si era necesario, retirada. yEldefensivos: constructoataque, Halo refuerzo, solo eray, parte del plan Antevenido. Lo que fuera que estuviera ocurriendo en ese mundo era otra porción de su estrategia... disparada cuando Halo había sido activado. Onyx, el «escudo», era algo que la Dra. Halsey podría usar para sus propios propósitos. Tecleó en rápidos-disparos a Lord Hood en la COMFLOTA, pidiendo una gran fuerza militar para que fuera enviada, explicando que la tecnología Antevenida aquí podría girar el cordón de la guerra. Entonces codificó las grabaciones de Cortana y el otro dato... en caso de que el almirante Whitcomb y los otros SPARTANs-II nunca lo hubieran logrado de vuelta a la Tierra. La tableta de hologramas se calentó y Verano Interminable reapareció. —Lanzador de sondas de COM preparado y capacitadores del generador Deslizespacial cargados —dijo él—. ¿Tiene el mensaje, Doctora? Ella le envió los archivos. —Conciso y falto de elegancia —remarcó Verano Interminable—. Lo que vengo a esperar de la comunicación humana. —Súbelo y envíalo —le dijo la Dra. Halsey. preparado, matriz de transición —Acelerador Deslizespacial formada —su imagen se oscureció—. Sonda de COM fuera. Verano Interminable entonces frunció el entrecejo, y una oleada de estática pasó a través de su imagen. —Hay una anomalía —dijo él—. Estoy manteniendo la matriz Deslizespacial abierta y ejecutando diagnóstico de sonda. —Explica —demandó la Dra. Halsey.

—Estoy

recibiendo una señal de Banda-E de la UNSC, rebotada de la sonda de vuelta a nosotros, una transmisión srcinándose dentro del espacio Deslizespacial —arrugó sus cejas—. Eso no debería ser posible. La energía requerida sería mayor que la salida de todas las posesiones de capital de la UNSC combinadas. —No es posible con nuestra tecnología —dijo la Dra. Halsey—. Descarga ese mensaje... ponlo en altavoz mientras la sonda siga en rango. Una voz de mujer llenó el búnker. Estaba llena-de-estática y encrespada.

E inconfundiblemente la de Cortana. —Este es un mensaje automático de la UNSC NÚMERO DE SERIE DE IA MIL: CTN 0452-9. »Que todo el personal de la UNSC atienda y espere. »Estoy declarando códigos de emergencia general Bandersnatch e Hidra. «Bandersnatch» era el código para desastre radiológico o basado en energía. La Dra. Halsey había oído este uso antes del bombardeo planetario de plasma Convenio y durante el bombardeo nuclear de la UNSC de la Colonia de Isla Lejana para echar abajo la rebelión de 2492. «Hidra», sin embargo, nunca lo había oído siendo usado antes. Estaba reservado para amenaza inminente de armas biológicas de destrucción masiva. —La In Amber Clad ha seguido satisfactoriamente la nave Convenio desde Nueva Mombasa hasta su destinación, otro constructo Halo (coordenadas estelares introducidas). »Hemos descubierto que hay más Halos distribuidos a lo largo de la galaxia. »La nave base Convenio y flota están aquí en masse salvaguardando Delta Halo. »Infección parasitaria conocida como los Diluvio ha contaminado este constructo. »Diluvio intentando escapar. Las estrategias sugieren una hasta ahora desconocida inteligenci a coordinadora.

»Amenaza más alta en evaluación de la contaminación biológica y aniquilación radiológica de la detonación de Halo. »Sugiero que la COMFLOTA neutralice el buque de comando Antevenido controlado-por-el-Convenio. Estén avisados de SPARTAN-117 a bordo. »Adicional: sugiero que la COMFLOTA bombardee-conNovas el sistema Delta Halo para contrarrestar la inminente amenaza biológica. »El mensaje termina.

Cortana tenía que estar usando tecnología Antevenida para enviar ese mensaje a través de espacio Deslizespacial. ¿Pero lo oiría alguna nave de la UNSC? No estaban diseñadas para detectar señales en la notoriamente impredecible transdimensión. —Sonda de COM casi fuera de rango —dijo Verano Interminable—. Colapso de la matriz de espacio Deslizespacial inminente.

La Dra. Halsey rápidamente tecleó en su portátil. —Enlace a la sonda de COM —le dijo a Verano Interminable—, y remienda nuestro mensaje con esto. Calcula un cambio de frecuencia para coincidir con la señal de Cortana, y reenvía nuestro mensaje desde la sonda dentro del Deslizespacio. —Enlazado con sonda —Verano Interminable miró hacia el espacio—. Espere. Si eso funcionaba, la señal de Cortana actuaría como una onda de carga translumínica. Si la estación de monitoreo de espacio Deslizespacial en la Tierra tenía sus oídos abiertos, su mensaje llegaría a la COMFLOTA en minutos en lugar de semanas. Posiblemente a tiempo para hacer algo bien. —Hecho —anunció Verano Interminable—, pero verificación imposible. La matriz Deslizespacial se ha colapsado.

La Dra. Halsey suspiró, esperando que el remendado mensaje hubiera atravesado, y esperando que hubiera hecho lo correcto. Demasiado dependía de sus mentiras. Miró hacia el mensaje adicional que había tecleado. «HOOD, TENDRÁ QUE TENER LAS MANOS LLENAS. PETICIÓN DE REVISIÓN: ENVÍE EQUIPO DE ATAQUE DE ÉLITE PARA RECUPERAR ASENTAMIENTOS TECNOLÓGICOS EN ONYX. ENVÍE SPARTANS.»

CAPÍTULO

V E I N T I DÓ S 1440 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / VECTORDESCONOCIDO-ESPACIO DESLIZESPACIAL / ABORDO DEMERODEADORAPROWLERDUSK DELA UNSC

El comandante Richard Lash flotaba encima del hombro del teniente Yang, observando la pantalla en una espera-de-unpunto de radar de un único ión de titanio para ser soplado por la formación de sensores en el morro de la Dusk. El teniente Yang se movió en su silla. —Señor, han sido quince minutos. Voy a purgar los colectores y a recalibrar. —Espera —dijo Lash. —Sí, señor —Yang se alisó por encima de su ceja, un nervioso hábito. Cinco minutos tictaquearon yéndose en el reloj mientras Yang y el comandante Lash esperaban. «Conservación precisa del tiempo» era un oxímoron en espacio Deslizespacial. Aun así, Lash se aferraba a cierta ilusión de que estaba al control y no volando ciegamente, persiguiendo una cola tan débil que se podría calificar como inexistente tras una nave capital Convenio y el destructor In Amber Clad de la UNSC. Una única chispa encendió la pantalla. —Tengo uno —sollozó el teniente Yang—. Espectrómetro de masa lo marca como titanio-50. Consistente con placa de batalla de la UNSC. Uno de los nuestros, señor.

—Muy bien —el comandante Lash chocó su mano sobre el hombro de Yang—. Sigue observando —se empujó lejos y

flotó de vuelta a la silla del capitán. Lash se sentía intranquilo sentándose ahí; en realidad le pertenecía al capitán Iglesias, pero estaba en rehab de vuelta a la Tierra. Tratamiento de radiación durante seis meses. Esa guerra probablemente estaría por encima de ellos. Se sentó y se puso el arnés con un clic. Para mejor o peor él estaba al cargo ahora. Probablemente para peor, porque esa misión era una cruz entre una persecución de gansos-salvajes y el puro suicidio. Su merodeadora, Dusk, había estado lo suficientemente cerca para actuar cuando la In Amber Clad había entrado en la grieta Deslizespacial de la nave capital Convenio mientras dejaba Nueva Mombasa. Eran unas de las cuatro naves de la UNSC con capacitores Deslizespaciales cargados, y lo suficientemente ágiles para realizar la transición antes de que la ola de sobrepresión generada por una transición enatmósfera los aplastara. Miranda Keyes era la oficial con más pelotas en la flota para ir tras esa nave Convenio por sí sola. ¿Estaba loca? ¿O intentando vivir al nivel de la legendaria reputación de su padre? Lash nunca sabría cómo sentía eso. Su papá había sido un soldador en la Cradle... al menos antes de que la Cradle hubiera sido destruida anteriormente ese año. Papá siempre había querido ser un héroe. Había recibido su deseo. La Dusk (con las dos fragatas Redoubtable y París, y la corbeta Coral Sea) se había aproximado al vector de entrada de la naveeso Convenio, dónde se habían dirigido, o para esperando asistir a la descubrir a volarla al In AmberaClad infierno. Habían sido pilladas en la estela de la nave Convenio y acelerado muchas veces la velocidad máxima de cualquier nave de la UNSC en Deslizespacio. Un afortunado descanso. Nunca la hubieran cogido de otra manera.

Técnicamente «aceleración» y «velocidad» eran los términos incorrectos.del NoDeslizespacio, habían trazado hasta las once nodimensiones peromapas el comandante Lash nunca había cogido la maña de pensar tan abstractamente. Dejaba eso para su Oficial de NAV. Lo que ese efecto de estela significaba en términos concretos era que las naves Convenio viajaban geométricamente más rápidamente de punto a punto que sus naves. Una ventaja estratégica más que los alienígenas poseían. El comandante Lash examinó su tripulación del puente. Su primero, teniente comandante Julian Waters, estaba sentado a su lado, escaneando semánticas de salida del motor, su frente surcada con líneas de preocupación. En el asiento de NAV estaba sentada la teniente Bethany Durruno ejecutando diagnósticos, asintiendo. Tenía hielo en sus venas, y tristemente esa fortaleza calmada-bajo-desastre era desperdiciada en Deslizespacio. En la estación de sensores estaba el teniente Joe Yang; su oficial más joven había visto más batalla en los últimos cuatro años de la que la mayoría veía en una vida, y había sufrido por ello. De vuelta en Ingeniería estaba el teniente comandante Xaing Cho, haciendo su trabajo y el trabajo de otros tres técnicos. Todos ellos confrontaban turnos dobles, y la espera estaba empezando a desgastarlos a todos. La Dusk había sido pillada entre rotaciones cuando el Convenio golpeó la Tierra. La nave normalmente tenía una tripulación de noventa. Tenían que hacer el trabajo con un complemento de cuarenta y tres. Y estaban solos, también. La Redoubtable, la París, y la Coral Sea, con sus motores más grandes, se habían movido hacia adelante en la estela Deslizespacial. Habían pasado a estar fuera del rango de COM limitado hacía una hora. —Golpes de sensor correlacionados, señor —dijo Yang.

Un gráfico apareció en la pantalla del comandante Lash, trazando distribuciones frecuenciales y temporales en su cola ionizada. Era una corrupción de ley-baja. Ese era el último ión que podían esperarse. La cola era tan fría como helio líquido. Eso significaba o que la Dusk había perdido la In Amber Clad... o que había caído fuera del Deslizespacio. —Espere transición —dijo Lash. Sus oficiales saltaron, preparando la Dusk para caer hacia el normal vacío interestelar... o hacia el corazón de una estrella o planeta, por todo lo que sabían. No había tiempo de trazar un rumbo. El comandante Lash tomó un profundo aliento. —Suelte las minas HORNET —le dijo al teniente comandante Waters. —¿Señor? —preguntó él. —Hágalo. Empuje códigos de detonación y envíelas hacia abajo. Waters suspiró explosivamente y asintió con su cabeza. — Sí, señor. Entendido. Sus oficiales del puente menores intercambiaron una mirada, pero todos sabían que tenían que perder las bombas nucleares. Iban a permanecer ocultos, sin importar el coste, y los materiales fisiles saliendo del Deslizespacio se encendían con radiación Cherenkov... una señal de fuego para cualquier nave Convenio a minutos-luz. —Minas fuera —murmuró Waters. —Toda energía externa desconectada —ordenó

Lash—. Deflectores ablativos bloqueados. Recomprueben apaciguadores de motor, y energía completa para la formación de sensores contrarrestado. La tripulación luchóde por hacer la Dusk virtualmente invisible. LEDs verdes se encendieron en la borda de estado del comandante Lash. —Transición —dijo él.

—En

espera —dijo la teniente Durruno desde su estación

—. Coordinando de comandante Cho en la salaNAV del núcleo. En cuatro,con tres,teniente dos... ya. Estrellas saltaron sobre la pantalla de visión frontal. Un sol ardiendo hacia la izquierda. —Nuevo rumbo cero tres cero por cero tres cero —dijo el comandante Lash—. Un-cuarto completo. Era una buena idea alterar la trayectoria en una salida de transición en caso de que alguna señal delatadora de su aparición se manifestara. Durante los siete años en los que había estado en una merodeadora, Lash había aprendido que esa clase de nave era uno de las más lentos, menos potentes, y más pobremente armados navíos en la flota de la UNSC. La invisibilidad era su única defensa. La pantalla del teniente Yang se encendió con patrones de olas de transporte. —Señales —sollozó Yang—. No nuestros tíos. Demasiados... ¡al menos un centenar de ellos! Durruno en NAV inclinó su cabeza para un mejor vistazo, y entonces saltó de nuevo a su estación. —Origen de señal cerca del cuarto planeta —dijo ella—. Magnificando y mejorando visión de cámara de estribor. La pantalla central se enfocó hacia estribor y una imagen se magnificó un millar de veces. Había cien o más naves Convenio, una superbase Convenio o una ciudad orbital... y rodeando todo eso había un constructo de mundo-anillo tan grande como una luna. Durante una fracción de segundo, Lash no podía pensar. Era todo un animal, luchar o volar... con una aplastante porción de su mente centrada en la parte de volar de ese imperativo. Se alejó de ella de un golpe. —Yang —murmuró él. Yang miraba fijamente, boca abierta ante las aplastantes

fuerzas Convenio.

—¡Yang!

—Señor,

sí —Yang agitó la cabeza aclarándola—. Estoy aquí, señor. —Bien. Comprueba-triplemente todos los paquetes de contrasensores. Esté absolutamente seguro de que estamos bloqueados fuertemente. Muy fuertemente. —En ello, señor. —Durruno —dijo

el comandante Lash—, muévenos muertamente lentos hacia ese campo de asteroides, a dos coma cuatro UAs*. —Sí, señor —sus manos temblaban, pero trazó el nuevo rumbo. —No hay rastro de la In Amber Clad —dijo el teniente comandante Waters, mirando fijamente hacia su pantalla—. Ni de la Redoubtable , París, ni Coral Sea. —Detectando múltiples picos —dijo Yang, su voz ahora extrañamente uniforme—. Podrían habernos visto, señor. —Asegúrense de ir a la máxima potencia —dijo el comandante Lash.

Los oficiales del puente se tensaron. —Señor —dijo Waters—. Veo armas descargando en la región... detectado disparo de plasma, proyectores de energía. Ninguno apuntándonos a nosotros.

Lash magnificó la pantalla de visión hasta que las imágenes de las naves Convenio se volvieron borrosas. Brillos de fuego y lanzas de rayo entrecruzaban la oscuridad. Lash murmuró: —¿A quién demonios están disparando? El mayor Voro Mantakree ‘

sacó

su pistola aguijoneadora y

disparó Tano. hacia la espalda de la cabeza del maestro de nave

Unidades Astronómicas (149598000 kilómetros cada una) *

Las cristalinas espinas perforaron hacia el cráneo del Maestro Nave ypor explotaron... cerebro, y trozos dede calavera encima derociando la consolasangre, de comando. La magnitud de su traición no tenía precedentes. ¿Qué Mayor Sangheili1 se atrevería a desobedecer a un Maestro de Nave que había liderado siete gloriosas campañas contra sus enemigos? ¿Quién asesinaría a su oficial superior en el puente de uno de los cruceros más renombrados de la flota? ¿Pero cómo podía Voro dejar que eso continuara? Tano

Inanraree



había

perdido

la

cabeza, literal

y

figurativamente. Y mientras el fervor religioso era loable bajo la mayoría de condiciones, no lo era si mataba a la entera tripulación del Incorruptible... y destruía su raza. Voro dio un paso sobre el cuerpo de su amigo y antiguo oficial comandante y enfundó su arma. El puente con forma-de-U parecía de alguna manera más pequeño ahora, la azul-blanca luz un poco más dura lo que había sido hacía un momento, y las consolas holográficas aparecían cubiertas en iconos que no podía comprender. Voro parpadeó sus nictitantes membranas y miró con aclarados ojos a los oficiales del puente. Sangheili de la respetada Legión Dn’end (Uruo

Losonaee

en Operaciones y Zasses Jeqkogoee en Navegación) miraban fijamente con abiertas mandíbulas, traumatizados hasta la inactuación.

Y gar ’

Pewtrunoee

en

la

estación

de

Comunicaciones/Sensores asintió con entendimiento.

Pero la unida pareja Lekgolo2 responsable de la seguridad en el Incorruptible se tensó; sus blindados volúmenes dieron dos pesados pasos hacia el mayor Voro. Sus espinas se avivaron en enfado. Uno de sus deberes era proteger al Maestro de Nave, y fallando en ello, estaban para promulgar venganza sobre su asesino. En verdad, la unida pareja, Paruto Xida Konna y Waruna Xida Yotno, era un misterio para Voro. Los había visto partiendo enemigos por la mitad con sus «manos» mientras

estaban en medio de una sangrienta rabia sin mente, y después se paraban para recitar poesía de guerra. ¿Cómo podía uno verdaderamente entender a los Lekgolo? Dentro de su gruesa armadura pululaban anaranjados gusanos... una Gestalt colonial tan alienígena como nada que nunca se hubiera encontrado Voro. Más pragmáticamente, eran indestructibles... al menos para Voro con su única pistola. La armadura Lekgolo podía soportar múltiples rayos de plasma incluso antes de calentarse. Voro permanecía alzado y desapologético. Los Lekgolos lo miraron fijamente. Sus formas se estremecieron y las colonias de anguilas palpitaron en armonioso unísono para producir un subsónico retumbo, palabras que en realidad se sentían más que oírse. —Un piadoso asesinato —dijeron juntos—. Le has hecho al Maestro de Nave un honor. Voro resumió respirando. Eran ahora suyos para comandar y enviar a la batalla. Así como lo era el crucero de claseReverencia Incorruptible. —¿Tiene alguien más palabras sobre esto? —le preguntó Voro a sus oficiales del puente. Se miraron los unos a los otros. Y gar, el oficial del puente más viejo , dio un paso hacia ’

adelante. Su única vanidad era su ojo izquierdo, el cual había sido cegado en combate. Se había negado a tener la catarata reparada. —Tano era devoto hasta el final —dijo Y gar—. Pero su razonamiento, en luz de recientes eventos, no era sólido. Esto ’

eraAhí lamentable, peroera necesario... Nave. estaba: Voro el MaestroMaestro ahora. de Todo el honor suyo. Toda la responsabilidad suya también. Miró a Tano, derramando su vital sangre por encima de la consola de comando, y colocó una mano sobre el hombro de su mentor, una gestura de partida. —Quítenlo —murmuró Voro.

Y gar hizo un definido sonido de soplo ’

y

tres Unggoy3

aparecieron y llevaroniban. a Tano fuera del puente, limpiando sus remanentes mientras Voro golpeó a uno con un trapo limpiador a un lado. — Dejen que su sangre permanezca aquí —dijo él. Los Unggoy se escurrieron alejándose. La mancha perduraría para siempre en el alma de Voro; podía permanecer en la cubierta del mismo modo, un recordatorio del precio que había pagado por su supervivencia. Voro entonces miró hacia el mirador holográfico central: a la locura que rodeaba al Incorruptible. La Segunda Flota de Homogénea Claridad estaba en caos; más de un centenar de naves maniobraba en vectores aleatorios, apenas esquivando colisiones, y en la distancia el plateado arco del constructo Halo Antevenido... siniestro, asombroso, y la fuente de ese problema. Había hecho que el maestro de nave Tano perdiera la cabeza. Pertenecía a una apartada secta, los Gobernadores de Arrepentimiento, quienes creían que todas las creaciones Antevenidas eran sacrosantas. Eso se aplicaba incluso la parasitaria infección Diluvio en Halo. Tano había razonado que los Antevenidos habían creado una forma-de-vida perfecta, y que consecuentemente era su deber proteger, incluso recibirla. Había ordenado que el Incorruptible se acercara al anillo Halo para permitir que la enfermedad subiera a bordo. Eso nunca ocurriría mientras Voro respirara. El Diluvio era una infección que tenía que ser limpiada. No había nada remotamente «sagrado» sobre él. El Incorruptible se estremeció. —Plasma en el puerto de escudo lateral —dijo Uruo Losonaee, inclinándose su estación de OPS. Su enderechada voz traicionó el que solo hubiera sido iniciado en el combate

recientemente—. Satisfactoriamente reflejado, pero el escudo se ha colapsado. El casco reverberó una vez más. —Ataque en el escudo de popa —dijo Uruo—. Está aguantando. —Un-tercio de potencia hacia adelante —dijo Voro—. Gire hacia escudos de estribor presentes —se giró hacia Zasses en NAV—. ¡Trace esas soluciones de disparos y deme un objetivo! —Calculando, señor —dijo Zasses—. Solución obtenida. Dos objetivos. Una pareja holográfica de fragatas apareció en cubierta y aceleró hacia ellos: la Tenebrosa y la Compunción de Crepúsculo, comandadas por el Jiralhanae4 alfa, Gargantum. Eso era otro problema de Voro. En la confusión causada por los Profetas partiendo, la antigua enemistad de los Sangheili con los Jiralhanae se había escalado hasta el xenocidio. La pareja de fragatas se movía como una sola, acelerando, sus líneas laterales se calentaron, y liberaron una segunda salva de plasma que se arqueó hacia el Incorruptible. —Maniobre uno dos cero por cero siete cinco —gritó Voro. —Acercándonos —respondió Zasses, y las estrellas giraron a través de la holográfica vista espacial—. Señor, eso sitúa al transporte Legislador entre nosotros y ellos. —El Legislador tiene escudos laterales totalmente generados —ladró Voro—. Pueden recibir el golpe. La pareja de fragatas se separó para no dar con el transporte en su rumbo de vuelo. Las naves enemigas, y sus torpedos de plasma, se oscurecieron por el volumen del elegante transporte. —Caliente líneas cuatro y siete —ordenó Voro—, y prepárese para apuntar a la Tenebrosa mientras emerge de la sombra del transporte. Desvíe energía al proyector de energía externo y prepárese para disparar a capacidad completa.

Solución de disparo estimada basada en la última trayectoria conocida. Uruo asintió y preparó las armas. El Maestro de Nave Jiralhanae alfa era salvaje, pero era efectivo. Voro no podía permitirse meramente a herir uno de ellos. Los bordes del escudo del Legislador brillaron, dispersando el plasma en fieros látigos... una inconveniencia para ellos... una maniobra salvavidas para el Incorruptible. La pareja de ataque de fragatas Jiralhanae apareció, una sobre y otra bajo el transporte. —Dispare todas las líneas —ordenó Voro. Las luces en el puente se debilitaron mientras el plasma se calentaba y fluía de sus bancos laterales y se arqueaba en dos sangrientas rayas a través de la oscuridad. —¡Señales de guiado de contrarrestado detectadas! —gritó Y gar—. Intentando interrumpir. Los rayos de plasma flotaron hacia adelante y atrás y se difuminaron en humos en una señal de tira-y-afloja entre ellos y los Jiralhanae. Voro no había anticipado que tuvieran tales habilidades. Robadas, sin duda... así que no sabrían todas las complejidades del sistema. —Reprograme para enviar al destino encima de su bloqueo de señal —dijo Voro. —Sí —murmuró Y gar, y sus manos movieron bloques de algoritmos sobre su consola —. Bloqueo establecido sobre nueva señal —dijo él. Su plasma se suavizó, concentró... y aceleró. La fragata Jiralhane se giró hacia su plano, presentando un objetivo menor. Una maniobra desesperada y no lo suficientemente rápida. El escudo de la fragata se calentó, dispersando el primer rayo de supercalentado gas ionizado. El segundo ataque golpeó casco desnudo, derritiendo las formaciones de escudo ’



y sensores, quitando de en medio vaporizando capas de suave aleación-de-armadura azul. —Dispare

proyector de energía —comandó Voro—, solución de disparo de punto-muerto. —Sí, señor —dijo Uruo—. Proyector girando haciadisparo. Las luces del puente chasquearon al violeta de reserva mientras todo el poder del Incorruptible era drenado hacia una lanza de destrucción. Encendió el espacio alrededor de la batalla, una limpiadora iluminación. La Tenebrosa apareció congelada en el tiempo durante un momento... antes de que la energía partiera en pedazos su casco, explotando cubiertas internas a átomos (mitades de la nave, y entonces las bobinas de plasma de popa) destruyendo la nave a una neblina de brillantes partículas.

La fragata Jiralhanae superviviente, la Compunción de Crepúsculo, sin embargo, estaba sin tocar... y continuó yendo hacia ellos. —Reciclando energía del motor —dijo Zasses—. Quince segundos hasta que el motor esté conectado de nuevo. Quince segundos podían ser una vida en batalla espacial de cuarto-cerrado. —Despresurice bahía de lanzamiento Seraf catorce —gritó Voro—. Arroje plasma de bobinas auxiliares a las líneas laterales. —Plasma desviado —respondió Uruo, su cara enjuagándose en púrpura—. Despresurización de emergencia... ya.

Un temblor corrió a través de la nave mientras la bahía se vertía. Propulsados el repentino de Las su atmósfera, se giraronpor hacia la fragata desgaseado superviviente. líneas laterales del Incorruptible aparecieron para calentarse. Los motores de la Compunción de Crepúsculo se encendieron y esta giró, maniobrando tras un cercano destructor por cobertura.

Se estaban retirando... como debían cuando se presentaban con potencia de fuego superior... incluso si ese poder era una ilusión. Voro se preguntaba si el Maestro de Nave Jiralhanae, Gargantum, había estado a bordo de la Tenebrosa, o si la había enviado como señuelo. El transporte, el Legislador, se giró, y láseres cosieron a la fragata. Muchos rayos pintaron su casco, calentando los escudos... antes que otro destructor cruzara la línea de fuego. —Bobina principal reenergizada —dijo Uruo. —Nuevo rumbo dos siete cero por cero cero cero. Rompa formación de flota. No podemos volar sin destruir a nuestros aliados como nuestros enemigos. El Incorruptible se giró y aceleró hacia una posición trescientos kilómetros sobre la flota. Muchas naves se dispararon unas a las otras, pero muchas simplemente flotaron, inseguras de qué acción emprender. Sus líderes, los Profetas, estaban desaparecidos; algunos dijeron que se habían ido para tomar parte en el Gran Viaje. Rumores abundaban de los que decían que en realidad se habían alineado con los Jiralhanae. Esa era, sin embargo, una amenaza incluso mayor. El holográfico arco de Halo apareció en el visor principal. Cuatro destructores se hallaban cerca, inclinándose, y apuntando a cientos de naves más pequeñas (Fantoms, Espírits, e incluso Banshees) que intentaban evacuar la superficie de la estructura de anillo. Quemaron esas naves con bombardeo de plasma y brillos de fuego láser... pero había demasiadas intentando escapar.

Nada podía ser permitido que dejara ese planeta. Si una única nave infectada-por-Diluvio entraba al Deslizespacio... su existencia terminaría. La plaga nunca volvería a ser contenida. —Deme un canal de COM que abarque a toda la flota —le dijo a Y gar—. Use las frecuencia s propias de los Profetas. ’

—Señal adquirida —dijo Y gar—.

a toda la flota.



Listos para transmisión

Voro habló: —Aquí maestro de flota Voro Mantakree del Incorruptible a todos los navíos leales en la Segunda Flota de ‘

Homogénea Claridad.

»Hermanos, debemos saltar fuera de nuestra confusión, y dejar de caernos unos sobre otros. La sagrada reliquia está contaminada. Debemos quemar la corrupción antes de que nos coja a todos. »Zasses —ordenó—, envíe soluciones de disparo coordenadas a la flota —hizo un movimiento sobre el visor holográfico del anillo de Halo dondeprincipal, docenasseleccionando de Espírits porciones estaban deslizándose alejándose—. Debemos detenerlos antes de que hagan contacto con uno de nuestros destructores. —Sí, señor. Soluciones de disparo enviadas. La mayoría de la flota, perezosa y desorientada, lentamente se alineó en una coherente fuerza de combate: plasma se arqueó desde un centenar de naves, y fuego láser onduló transparentes patrones en la oscuridad del espacio. Bajo más una pequeñas salva destructiva tal dejando de fuegosolo combinado, naves ardieron... escombroslasy marcos esqueléticos. —No

se acerquen a los objetivos —dijo Voro por la COMFLOTA—. O la enfermedad se extenderá —sus manos agarraron la consola de comando. A la pareja de Lekgolo Voro murmuró: —Barran la nave, patrulla continua, hasta que ordene lo contrario. Informen de cualquier brecha del casco sin importar lo ligera que sea. Cualquier muerte. Todo lo que pueda ser infección Diluvio. Los Lekgolos Xida asintieron y avanzaron pesadamente fuera del puente, brazos flexionándose en anticipación. —Uruo —dijo Voro—, prepare la secuencia de autodestrucción. Debemos estar preparados.

Uruo asintió, sus fauces trabajando nerviosamente, pero ajustó las bobinas de plasma en modo de detonación. —Todo listo —respondióél. —Uno de los destructores cerca del anillo está llamando a la flota —dijo Y gar—. Extático Arco. Estática crujió y sobre ella un murmullo: —Aquí maestro de nave del Extático Arco . Hemos sido derrotados. No les ’

permitan hacernos sus instrumentos. No...

La señal terminó. El Extático Arco se movió, revoloteando hacia las estrellas, y entonces continuó girando hacia adelante hacia los otros destructores enfrente de Halo. Tocó una de sus naves hermanas, escudos de energía brillaron, frecuencias coincidieron, y la nave infectada-de-Diluvio liberó un enjambre de bulbosas formas de transporte. Por COMFLOTA Voro dijo: —Reapunten. Quemen esas naves. Voro entonces le ordenó a Uruo: —Caliente líneas y proyector de disparo. —Soluciones de disparo listas —anunció Uruo. — —dijo él. Voro no podía Proyectores de correr plasmariesgos. y energíaFuego fueron disparados desde una docena de naves cercanas y pintaron los dos navíos. Los escudos de los destructores se colapsaron... cubiertas crecieron como hongos hacia fuera desde los compartimentos de motor de popa... una ola de iluminación que brilló blanca, y después se enfrió a humeantes imágenes remanentes. —Nuevos objetivos —le dijo a Uruo, indicando los otros dos destructores cerca del anillo—. Soluciones de disparo

coordenadas a lo largo de habían la flota.estado demasiado cerca de Esas dos últimas naves sus infectados compañeros. No había margen para el error ahí. Ni siquiera una única célula infectada-por-Diluvio podía escapar.

—Señor —dijo Y gar, ’

y

se puso de pie más rectamente—.

Los destructores apuntados han disipado sus escudos. Voro asintió, casi superado por la nobleza de sus Maestros

de Nave hermanos.

—Envíe la orden a toda la flota —murmuró él—. Disparen

todas las líneas y láseres. Proyectores de descarga. Líneas de plasma se calentaron, separaron, y pulularon fuera del casco del Incorruptible y la Segunda Flota. Proyectores de energía dispararon y pelaron la armadura de las naves en un centelleo. Láseres perforaron sus hirvientes cascos, y aire se vertió, enviándolo hacia dentro con un retumbo. Rayos de plasma impactaron, entrando a chorros a través de los agujeros, e incendiando las naves. —Otra ronda —comandó Voro—. Quémenlos a cenizas. Más plasma impactó y los condenados navíos giraron hacia la estructura Halo, capturados por su gravedad. Sería su pira. —Dé marcha atrás al Incorruptible —ordenó Voro —. Treinta mil kilómetros. Por COMINTERNAVE Voro conectó con la pareja Lekgolo Xida. —Informen. —Ninguna Paruto habló: Todo el individual de la nave revisado. brecha No existedetectada. corrupción. Voro exhaló. Podría aún haber esperanza de que hubieran

podido sobrevivir. —Detectando la Compunción de Crepúsculo, señor —dijo Y gar—, y otras dos fragatas Jiralhanae en un rumbo de ’

intercepción. Sus líneas laterales están calientes. La crisis aún no se había acabado pero ya habían vuelto a los viejos odios. Voro examinó la flota y vio otro girando y disparando sobre naves con las que hacía solo momentos habían luchado lado a lado. —Prepárense para transición al Deslizespacio —ordenó Voro. —Con respeto , señor —murmuró Y gar—. ¿Vamos a dejar esta batalla? ’

—Permanecer

aquí y luchar hasta que todos estemos muertos es una locura. Todo ha cambiado. Prestaremos atención a las llamadas del almirante imperial Xytan Jar ‘

Wattinree. Debemos avisarles de lo que ha ocurrido... los Jiralhanae, el Diluvio. —Matriz Deslizespacial energizada —dijo Zasses. Agitó la cabeza, confuso—. Anomalías detectadas en dimensión YED4, señor... causa indeterminada. —¿Podemos pasar de forma segura? —preguntó Voro. —Desconocido, señor. Las dimensiones del espacio Deslizespacial no exhibían «anomalías». ¿Era eso algo causado por el anillo sagrado? No había tiempo para investigar. Tendrían que arriesgarlo. —Ajuste rumbo y ejecute transición —le dijo Voro—. Sistema Salia, mundo de salida Exultación Jubilosa. La merodeadora Dusk de la UNSC flotaba en la zona de sombra de la luna del cuarto planeta. Se estaba tan tranquilo en el puente que el comandante Lash oía su propia respiración y latido. Cada una de las pantallas mostraba la batalla rugiendo entre las fuerzas Convenio. Música del último acto de Der Ring des Nibelungen se reproducía en su mente... Götterdammerung, Ragnarok, Armagedón... el fin de ese enteramente maldito universo. —Confirme todas las regrabaciones en modo de captura de alta-def —dijo Lash. Durruno comprobó-doblemente su estación. — Confirmado, dijo — el murmuró teniente ella. Yang—, como ordenado, —Señor —señor capacitores cargados, y todo seguro para entrar al Deslizespacio en vector tango.

Lash y el teniente comandante Waters miraban fijamente hacia las pantallas de visión, viendo a la flota Convenio destruyéndose a sí misma. —Lo

que demonios sea que esté pasando ahí fuera — remarcó Waters—, al menos ha hecho que no nos vean. —Señor —preguntó Yang—, ¿qué cree que está pasando? —Solo hay una cosa que pueda ser —respondió Lash—. Una guerra civil Convenio.

CCI Ó

N S EEQUIPO AZUL

V

CAPÍTULO

V E I NT I T R É S 1350 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA SOL, PLANETA TIERRA / OCÉANO CARIBEÑO, CERCA DECOSTA CUBANA

El Equipo Azul (SPARTANS-104, -058, y -043) estaba sentado en el Pelican bandeja de sangre mientras este rugía sobre el océano, haciendo espuma a unos pocos metros sobre el agua. La escotilla de popa estaba bajada, abierta de un martilleo porque un disparo de plasma había derretido las hidráulicas. Fred observaba los propulsores agitando el agua detrás de ellos, contento de estar encima del agua en lugar de debajo de ella. En las últimas semanas el Equipo Azul había sido desplegado en numerosas ops de cero-g para repeler las naves Convenio en órbita sobre la Tierra. Habían sido enviados al Monte Erebus en el Antártico donde neutralizaron una excavación Convenio con una bomba nuclear táctica HAVOK. Entonces habían sido redesplegados fuera de la costa de la Península de Yucatán para un baño. Las fuerzas Convenio habían estado buscando en el suelo marino algo. Lo que precisamente (una reliquia sagrada, un ejemplo geológico) nadie sabía, y no importaba. Lo que importaba era que cuando se llevaran lo que querían, entonces el Convenio históricamente cristalizaría el planeta para eliminar cualquier «infección» humana.

El Equipo Azul había detenido ambas operaciones.

Fred miró por encima del océano y se preguntó cuánto tiempo podrían mantener al Convenio en vano en el espacio. Su mirada bajó al suelo corrugado del Pelican. Había vivido a la altura de su mote de «bandeja de sangre»... teñido con salpicaduras de coagulado rojo oscuro. Buenos soldados habían muerto hoy. En su pantalla frontal el MAPATÁC mostraba el borde de Cuba más adelante. Fred exhaló y aclaró su mente. Estaban cerca de su tercer objetivo: el Ascensor Orbital Centenario. Había habido dispersos informes de que el Convenio había invadido la instalación... antes de que todo contacto con el Control hubiera sido perdido. Fred seAOC levantó y estiró. Linda y Will se alzaron también, sintiendo que su corto tiempo de relajación se había terminado. Linda abrió una de las cajas que habían obtenido de la Base Segundo Terra cerca de la Ciudad de México. En su interior había un nuevo rifle de francotirador SRS99C. Ella lo desensambló, limpió cada parte, aplicó lubricante de grafito, y reensambló el arma con mecánica precisión. Entonces examinó la almira de variante-N con queunhabía acompañado rifle, eOráculo hizo microajustamientos buen conjunto de destornilladores.

William escarbó en la caja de munición y cargó cámaras, separándolas por tipos de fragmentación y PB. Fred abrió una caja «cargadora de huevos» y dividió granadas de fragmentación y concusión en tres carteras. Encontró una tableta de datos de ONI y la encendió. Tenía nuevos matrices de traducción Convenio-inglés y el último software de la ONI de intrusión y contraintrusión. Actualizaciones cortesía de Cortana. La tiró dentro de su bolsa. En la cabina, la sargento Laura «humos» Tanner pilotaba, mientras su Jefe de Tripulación, el cabo Jim Higgins, jugueteaba con la COM, intentando filtrar a través los informes de la acción en espacio y sobre el suelo. Tanner

explotó una negra burbuja y continuó masticando el chicle de tabaco de contrabando tan popular con los aviadores ONC. —¡Así que entonces —le dijo Tanner a Higgins—, la In Amber Clad va tras la maldita nave de batalla Convenio mientras esta hacía un salto Desliz-espacial en-atmósfera! Aplanó Nueva Mombasa. No sé tras qué iban esos locos de barbilla-partida, pero seguro que no estuvieron dando vueltas después de encontrarlo... eso es todo lo que he oído. Los canales de COMCENT están cayendo fuera de línea. Eso no puede ser bueno. Fred miró a Linda y Will.

Linda hizo un corto corte lateral con su mano, la gestura de «mantente fresco». No podían preocuparse sobre la imagen estratégica mayor. Tenían que permanecer centrados en su parte. Asegurar el ascensor orbital, y ganar esa guerra a una batalla a la vez. Fred espió hacia la costa cubana más adelante: oleaje y blancas arenas. El Pelican gritó sobre la maraña de la jungla. Cincuenta kilómetros en la distancia una línea se estrechaba del suelo hasta las los nubes: el Ascensor OrbitalTallo Centenario de la UNSC, o como locales lo llamaban: , el Negro del Maíz «tallo de negro millo». Tenía doscientos años de antigüedad, anticuado pero uno de los pocos AOs supervivientes capaces de levantar pesados en la Tierra. En las últimas dos semanas, dispositivos nucleares para conversión a propósitos pacíficos habían sido transportados a Cuba. Recientes acciones habían agotado la reserva nuclear de la UNSC, y esas bombas más antiguas y de bajo-rendimiento eran todo lo que les quedaba. La sargento Tanner continuó: —Así que entonces la flota Convenio realmente empieza a romper hacia las defensas orbitales. Se está poniendo realmente feo ahí. Escaramuzas mayores con las Flotas Segunda, Decimoséptima y Decimosexta.

—... Solo durante el tiempo en que el

plasma no empiece a

caer —respondió Higgins.

Tanner se detuvo masticando su chicle. —Múltiples siluetas más adelante. Voladores Banshee. Gua... —inclinó su cabeza, mirando arriba. Fred se movió hasta la cabina y siguió su mirada. Arriba en el ascensor orbital, pasando una susurrante neblina de nubes, un par de puntos (cada uno una nave Convenio de un kilómetro-y-medio-de-largo) orbitaba. —¿Qué

demonios están haciendo ahí arriba?

—murmuró

Tanner. El soporte orbitalpodrían Convenio complicaba esa misión. Las fuerzas terrestres tener soporte aéreo, armadura pesada, o artillería. Pero el Convenio no necesitaba de tallos para transportar una fuerza de invasión. Simplemente aterrizaban sus naves o usaban rayos grav. ¿Por qué estaban ahí? El Equipo Azul tendría que acercarse antes de que pudieran ver sus motivos. Fred estudió las imágenes de radar. —Hay un agujero en el patrón de patrulla Banshee —golpeó el lejano borde de la —. Ponnos pantalla ahí abajo. Iremos a pie. Tanner dubitativamente. Empujó el —Tu llamada —dijo acelerador y el Pelican aceleró, bajando tanto que ahora decapitaba árboles de palmera. —Prepárense para caliente descenso, Spartans —giró el Pelican alrededor y lo hundió contra la jungla —. Llama si necesitas un viaje, Equipo Azul. Buena caza. Fred, Linda, y Will cogieron su equipo y saltaron fuera de la espalda, seis metros hasta el arenoso suelo. El Pelican rugió lejos. Fred apuntó al noreste y se movieron silenciosamente a través de la maleza tropical, y entraron en la sombra de Tallo Negro del Maíz. A medio kilómetro del complejo del ascensor, la jungla había sido limpiada y sustituida por hormigón, asfalto, y

almacenes. Imponentes cajas de contenedores de carga yacían en lugar de árboles de coco. Fred escuchó los apagados machacadores pasos de una plataforma de ataque Escarab Convenio. Vislumbró el lento gigante mientras chocaba a través de un almacén, cortando paredes de acero como papel de cortar. —Problema —murmuró él por la COMGRUPO. —Oportunidad —contrarrestó Will. Linda guardó sus comentarios para sí y metódicamente forró el cañón de su nuevo rifle de francotirador con trapos marrones y verdes. Se tumbó en la maleza, activó su mira Oráculo, y miró debajocaído de su— longitud. de por la UNSC informó ella—. Termales —Personal frías. Todos muertos. Distinguiendo seis... no, una docena de Convenio moviéndose en grupos de cuatro... llevando cápsulas de cargas. Ningún Élite. Brutos. Fred se detuvo, recordando las criaturas parecidas a gorilas de su op en Inflexible Hierofante. Un único Bruto había luchado contra John dentro de su armadura MJOLNIR... y casi ganado. No era tan malo como encarar Cazadores Convenio, perovan? los Cazadores solo venían dos cada vez. Fred. —¿A dónde —preguntó Ella levantó su visión. —Ascensor. Tienen un coche de ascenso medio lleno. —Cambia a detector de neutrones —sugirió Fred. Lista puso un dial torciéndolo sobre la mira Oráculo. —Las cápsulas de carga están calientes —confirmó ella. —¿Bombas nucleares? —dijo Will—. El Convenio no usa bombas. Tienen un edicto sobre usar armas «herejes». Tenía razón. Fred había visto Élites, sus armas agotadas de carga, prefiriendo morir antes que tocar rifles de asalto de la UNSC totalmente cargados a sus pies. Pero los Brutos no eran Élites. —Estimación de diez minutos antes de que ese coche ascendente esté cargado a la máxima capacidad —dijo Linda.

Fred tenía que pensar rápido, o fallando eso, simplemente actuar. No, resistió ese impulso. Mejor figurarse cómo resolver eso, al menos tácticamente, antes de que su equipo entrara corriendo. —Podríamos tomar una docena de Brutos —dijo Will—. Linda puede matarlos como francotirador. Podríamos entrar y enfrentarnos a uno a la vez. —Demasiado lento —le dijo Fred—. Y enviarían refuerzos. El coche ascendente podría estar en su camino hacia arriba hacia el tallo antes de que podamos llegar hasta él. Linda movió su objetivo de lado a lado. —Tenemos un lote *

en aparcamiento. Warthogs, camiones, TBPs ... un camión de el tanque de gasolina. Fred y Will intercambiaron una mirada. —Es un rebelde de viaja-escuela —murmuró Fred—, pero me gusta. Linda, haz un agujero. Will, tú introduce ese tanque en el Escarab. Yo aseguraré el coche ascendente. Ustedes dos reúnanse conmigo después del bang —tomó un profundo aliento, recordando cómo de duros eran esos monstros—. Usan auto-lanzadores de granadas —les dijo—, ycerrados. son demasiado y duros para combatirlos Intentenfuertes conseguir el tiro a la cabeza... enenelespacios rango. —Recibido —dijo Will. La verde luz de estado de Linda parpadeó en respuesta. Estaba entrando en su estado frío-como-hielo de francotiradora de Zen libre-de-pensamientos.

Fred asintió a Will y corrieron en direcciones opuestas a lo largo del borde de la maleza. Fred se detuvo cuando estuvo a un kilómetro de la posición de Linda, y entonces él envió su señal verde de estado. Un momento después, el estado de Will quemó verde. Fred recomprobó su rifle de asalto, sus cargadores adicionales, y entonces se tensó preparándose para correr. *

Transportes Blindados de Personal

Una patrulla de tres Brutos se movía a lo largo del borde de la instalación. Eran listos, aferrándose a las sombras, mirando hacia atrás y adelante, husmeando. Hubo tres distantes toces (tres salpicaduras de sangre) y tres Brutos, cada uno echando en falta su ojo derecho y una digna porción de su fea cara, se arrugaron. No hubo luz de aviso de Linda, así que no tenía objetivos adicionales a la vista. Pronto se reposicionaría para conseguir una mejor vista. Esa era la entrada de Fred. Esprintó hasta la base, y se agachó alrededor de la esquina de unsualmacén... hacia posición. cerca de saltar hacia un Bruto corriendo Se alzó sobre él, cubierto en gruesas losas de músculo y apagado cuero azul parecido al de rinoceronte. Fred disparó sin pensar, una explosión completamenteauto, centro muerto de masa. El Bruto corrió sobre él, imperturbado. Fred dio un paso hacia la carga de la bestia, golpeando a su grueso cuello con la culata de su rifle. Conectó. El Bruto se tambaleó hacia atrás y rugió. Fred descargó las balas remanentes en su cargador en la abierta boca del Bruto. El Bruto gruñó una boca llena de destrozados y derretidos dientes y dio dos pasos hacia Fred... y cayó. Fred reflexivamente recargó su MA5B, y ralentizó su respiración. Agarró el CPG* coronado-con-espada del Bruto. Su rastreador de movimiento debería haber recogido al Bruto. Quizás su reciente remojado en agua salada e incrustación en hielo habían causado un problema en el sistema MJOLNIR.

*

Cohete Propulsor de Granadas

Fred reinició su rastreador; este chasqueó, y entonces mostró cinco contactos enemigos moviéndose rápidamente en su dirección. Eso se volvería más complicado. Escuchó el retumbo de un motor diésel, se giró, y vio la mancha de un camión cisterna de dieciocho-ruedas chocando a través de la puerta y almacén. Will estaba a punto de poner las cosas muy calientes. Fred corrió, abrazando las paredes del almacén. Giró la siguiente esquina y observó una bola de fuego envolviendo el andador Escarab de cincuenta y cinco-metros-de-alto... el tanque se adhirió aplastándose un «pie». El Escarab se encendió, su bajo reactor de a bordo se abrió, arrojando plasma blanco-azulado abajo a las calles, convirtiendo asfalto en llamas, y derritiendo edificios revestidos-de-acero. La luz de estado de Will chasqueó verde. Fred se movió hacia el ascensor orbital muerto más adelante. Ubicado en el centro del soporte de la torre, cables de nanofibra estiraban para yasegurar de cien metros a kilómetrossede distancia, líneas puntos de coches elevadores esperaban en una fila. Los coches estaban normalmente cargados con cajas y railes con cápsulas de carga de cristal fibroso. Hoy sin embargo, tres Brutos empujaban cajas hacia el coche, las aseguraban con cuerdas, y las protegían con pedazos de Estiroespuma. Fred agitó su cabeza... como si esas bombas fueran a explotar si eran empujadas. Podías ajustar una bomba para que explotara ahí y sus cajas endurecidas apenas serían rayadas. Sin los códigos del detonador, esas bombas más viejas no eran más peligrosas que pisapapeles. Los Brutos entraron en el coche, y empezaron a forzar las anchas puertas para cerrarlas.

Fred brilló su verde luz de estado para Will y Linda. No podía esperar. Tenía que parar a esos Brutos ahora, antes de que subieran rodando el tallo... fuera de alcance. Colgó su rifle de asalto y levantó su capturado lanzador de granadas. Disparó dos proyectiles arqueándose hacia el ascensor. Fred esprintó hacia el coche y sus puertas cerrándose. Detonaciones brillaron dentro. Fred saltó... laterales doblados, desguazándose a través del ligero espacio entre las puertas. Aterrizó, rodó poniéndose en pie, y vio las expresiones de mandíbula-abierta de los aturdidos Brutos. Niveló su rifle y le disparó a uno en latres cara. Fred se giró mientras otro parpadeaba y cargaba contra él. Le disparó al punto-en blanco entre los ojos. El Bruto lo hizo rodar, y sus puños llegaron abajo en gemelos golpes de martillo que aturdieron a Fred y drenó sus escudos a un cuarto de carga. Sangre chorreaba de su arrugada cara... y entonces finalmente registró los disparos que habían penetrado en su grueso cráneo.Bruto Cayóempujó sobre Fred, inerte. lejos, y apuntó un El último el cuerpo lanzador de granadas a la placa frontal de Fred. El rifle de Fred estaba desaparecido. Intentó sacudirse la desorientación del doble golpe aturdidor. Su cabeza sentía como si estuviera rellenada de bioespuma. El Bruto pareció sonreír. Dos suaves soplos sonaron. El Bruto se puso rígido y colapsó hacia la cubierta, un par de agujeros rociando sangre desde la base de su cabeza. Sombras cruzaron la ligera apertura entre las puertas. Will y Linda entraron deslizándose. Will se movió directo hacia el panel de deshabilitado-manual del coche. El rifle de francotirador de Linda seguía ardiendo.

—La compañía está viniendo rápida —dijo ella y entonces disparó a cada Bruto una vez más —. Espero que este coche

se siga moviendo. Fred recuperó sus sentidos. El interior del coche era un desastre. Las granadas habían alcanzado a cada una de las cajas y martilleado incisiones contra las paredes. Una docena de cónicas cabezas yacía diseminada, pero intacta, sobre la cubierta. Fred tomó posición cerca de la puerta y miró fuera. Tres tanques Espectro se abrían paso aplastando a través del complejo, liderando su camino. En el cielo, voladores Banshee daban vueltas.

—Aquí... —Fred excavó en

su cartera y le alcanzó a Will la

tableta de datos de ONI. Will inició el software de intrusión y cortó a través del software de control del ascensor. —Aguanten —dijo él—. Aceleración máxima.

Los motores de escalada se pusieron en marcha y gritos de alta-frecuencia golpearon el coche. —Ah... el embrague —notó Will y presionó un botón. Una ysacudida de aceleración arribapatas, golpeó. Fred, Linda, Will cayeron sobre todashacia las cuatro y el coche rugió y silbó. Fred giró sobre sí y miró por fuera de las abiertas puertas. El suelo cayó lejos; los tanques Espectro parecían juguetes. ¿Les dispararían en el tallo? ¿O reunirían fuerzas y los seguirían en otro coche? —Will... —dijo él. —Estoy en ello —Will volvió al panel de deshabilitado —. Interactuando con Control del Tallo. Inhibiendo las operaciones de secuenciación. Eso debería ralentizarlos. Linda se acomodó al lado de Fred cerca de las abiertas puertas. Colocó un pequeño plato de satélite abajo y lo abrió como un brote de rosa. —Recibiendo un agitado de mano de la red de la UNSC —informó ella.

—Alza

la COMCENT —le dijo Fred—. Diles que necesitamos una extracción de órbita-extremadamente baja. Necesitaremos una nave rápida para entrar antes de que esas naves Convenio en la cima puedan... —Espera —dijo Linda—. COMFLOTA contactando con nosotros —se giró hacia Fred—. Es Lord Hood en la Estación Cairo. La confiada voz inagitable de Lord Hood vino por la COM: —Deme una actualización de estado, Equipo Azul. —Señor —respondió Fred—. Las fuerzas Convenio en el AOC están tras las bombas nucleares inactivas siendo transportadas hasta la flota Hemos recuperado cabezas FENRIS. Estamos enarriba. ruta a órbita baja en el tallo.doce Hay una compañía entera de Brutos en el suelo con tanques Espectro y refuerzos Banshee. Fred inclinó su cabeza hacia el cielo. A lo largo del arco de la Tierra distantes chispas y líneas de fuego trazaban patrones de destrucción. Largas colas humeantes se desplomaban hacia el suelo, terminando en flores de impactadas naves y bombardeo de plasma. Los rotos cascos de las naves de laConvenio UNSC hacían un cementerio de la atmósfera. Había naves en órbita también... muchas más de las que Fred recordaba... docenas. Incrementó la magnificación directamente hacia arriba. —Hay dos destructores Convenio en el término del ascensor cerca de la Estación Caprichoso Descanso. —Enviaré una merodeadora para una extracción en OEB —dijo Lord Hood—. Tengan su equipo listo. —Hubo una hesitación poco característica, y entonces dijo en una voz más baja—: Una cosa más ha llegado: un mensaje de la Dra. Catherine Halsey, y nueva misión. Fred, Linda, y Will se miraron unos a los otros. —El mensaje de la Dra. Halsey —explicó Lord Hood— fue llevado en una señal de transporte enviada por Cortana a través del Deslizespacio. El mensaje fue subsecuentemente detectado por la Estación de Monitorización de Espacio

Deslizespacial Pluto Demócrito. Tendrá más sentido si ustedes escuchan y leen el material. Ajuste a esquema de encriptación treinta y siete. Fred reunió sus códigos de encriptación. Treinta y siete correspondía a la palabra código OVEJAENPRENDASDELOBO. Introdujo el código. —Listos para recibir, señor —le dijo Fred. El mensaje de Cortana se reprodujo. Los Spartans escucharon a su automatizada petición de ayuda con la nueva amenaza Halo y los Diluvio. John había estado con ella. No había detalles específicos aparte de la única mención de él en la nave Antevenida. Lord Hood tenía que estar enviándoles como apoyo. Pero entonces el mensaje de texto de la Dra. Halsey apareció, explicando el descubrimiento de tecnologías Antevenidas, y la posibilidad de capturarla y usarla para neutralizar ambas amenazas Convenio y Diluvio. Fred releyó el mensaje; no había mención de Kelly. Sus ojos se pararon en la última línea: «ENVÍE SPARTANS». Ahora comprendía por qué la Dra. Halsey los había dejado, aunque no su temerario protocolo de misión. Ella había seguido algunas pistas encontradas en las ruinas de Reach, o quizás dentro del azulado cristal alienígena. Era una aventura de alto-riesgo que afortunadamente había saldado. Si había descubierto un caché de tecnología, podría inclinar el equilibrio de esa guerra. Fred mantuvo arriba sus manos, palmas arriba, y le dio un ligero encogimiento de hombros a sus compañeros de equipo, solicitando sus opiniones.

Linda asintió. Will dio la señal de pulgar-arriba. —Lo comprendemos, señor —respondió Fred—, y estamos listos para despliegue. Este sistema de Onyx, sin embargo... —recomprobó la coordenada estelar introducida en el mensaje—. Está a semanas de lejanía con la corbeta más rápida de la UNSC.

—Tendremos podamos —dijo

que hacerlo simplemente lo mejor que Lord Hood—. El Poni Expreso permanece listo y esperando por su equipo. Saltarán en el instante en que suban a bordo. Enviaré refuerzos si podemos liberarlos. Fred se inclinó fuera de las puertas del ascensor. Los azules cielos exteriores se habían vuelto negros y ahora estrellas inamovibles los rodeaban. Entrecerró los ojos. En órbita media había elegantes destructores Convenio... mucho más rápidos que cualquier nave humana. —Señor —dijo él—. Creo que nos he encontrado una manera mejor de llegar hasta allí. Pero voy a necesitar los códigos de detonación para estas cabezas FENRIS.

CAPÍTULO

V EI NT I CUA T RO 1420 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA SOL, PLANETA TIERRA / ÓRBITA MEDIA CERCA DE ASCENSOR ORBITAL CENTENARIO (AOC) DELA UNSC

Fred, Linda, y Will se aferraban a la base de la torreta, intentando hacerse a sí mismos lo más pequeño posible. No era tan imponente como arma como sus parientes más grandes encima de las naves de batalla Convenio. Con una bobina de energía casi de una-tercera parte del tamaño de un Warthog era apenas capaz de ocultar tres Spartans. Un gran plan... mientras el arma no fuera disparada. Dos destructores Convenio flotaban en la oscuridad, sus suaves cascos luciendo más como alguna criatura del marprofundo que naves espaciales. Una docena de naves luchadoras Seraf y un puñado de lanzaderas en ángulo hacia sus naves base. Fred les dio un rápido asentimiento de cabeza a los otros. Estaba funcionando. Al menos, tan bien como cualquier plan que involucrara tres humanos contra un centenar de Brutos y el poder combinado de dos naves de guerra listaspara-la-batalla. La corbeta Chalons de la UNSC había venido, pero no para una atrevida extracción. Había sido un mordisco de malversación, dándole a las naves Convenio algo en lo que centrarse mientras los Spartans se transferían al exterior del coche elevador.

Cuando dos naves de descenso Convenio vinieron para recolectar las cabezas, Fred, Linda, y Will se habían escondido bajo uno de los navíos y (si su suerte ahora se mantenía) serían transportados fuera de ahí. La parte de «suerte» de esa misión no podía ser tomada por asegurada... porque encima de ellos permanecía una docena de (ahora armadas) cabezas FENRIS. «Una pequeña rebanada de Armagedón», lo había llamado Will. Su nave de descenso suavemente aceleró hacia uno de sus destructores, y una abierta bahía de lanzamiento bostezó delante de ellos. Vislumbró la otra lanzadera mientras se movían hacia la embarcación hermana. Entonces el casco del destructor brilló ante ellos y se cortó fuera de visión. Gravedad artificial tiró de ellos. Lo habían logrado hasta su interior. Los tres Spartans se deslizaron del fondo de la nave y rodaron fuera de las sombras. Fred y Linda tomaron cobertura alrededor de ambos lados del casco. Will saltó hasta cima de lay nave. DiezlaChacales un conjunto de Gruños permanecían de pie en la abierta bahía entre los cascos hermanos de la nave de descenso... un espacio normalmente cerrado por un campo gravimétrico, ahora caído para permitirles descargar su robada carga. El Equipo Azul abrió fuego. Tres Chacales cayeron, pero los remanentes alienígenas con cabeza-de-buitre activaron de un salto sus guanteletes de escudo y cayeron atrás. Los Gruños se dispersaron, y Will concentró su fuego en ellos, tirando seis, quemando el paquete de metano de uno, el cual explotó en una bola de fuego y limpió otra docena. Fred y Linda combinaron fuego sobre el líder Chacal en armadura roja. Su escudo brilló, falló, y balas perforadoras-

de-blindaje penetraron su cuerpo, haciéndolo tambalearse y danzar. Dos Chacales chillaron y prepararon y arrojaron granadas de plasma hacia Fred. Linda las rastreó, disparó una vez, dos, impactando a ambos proyectiles en mitad del lanzamiento. Las granadas explotaron en un rociado de gas ionizado semi-calentado, el cual hizo que los escudos de energía de los Chacales y Spartans brillaran tenuemente y se drenaran. Mientras tanto, una pareja de Chacales abrió fuego hacia Will; él esquivó los disparos, pero fue forzado hacia atrás. Un rayo plasma en elapuntando casco cercaa de Fred, pero lo ignoró y sede centró en silbó la pareja Will. Chasqueó su rifle de asalto MA5B a completamente auto y disparó. Linda combinó su fuego y tiraron a los Chacales. Los últimos cuatro Chacales cargaron contra Fred y Linda... pistolas de plasma disparando. Linda hizo un puño y lo embistió una vez. Fred asintió y se desvaneció hacia atrás tras el casco, dejando una granada preparada en el suelo. Él recargó, esperóa dos latidos, y entonces explosiones gemelas retumbaron lo largo del casco. Fred se movió hacia arriba y disparó a los heridos Chacales luchando por alzarse de la cubierta. Buscó otro objetivo. Nada salvo los Spartans permanecía de pie. La cavernosa bahía de lanzamiento del destructor Convenio estaba vacía excepto por mutilados y ensangrentados cuerpos de Chacales y Gruños. Fred apuntó a Linda y después a las bombas en la nave. Tenían que tener esas cosas desactivadas. Ella asintió y se movió hacia las cabezas FENRIS. Fred se dirigió a un conjunto de puertas presurizadas y el cercano panel de control.

Tres Spartans no podían tomar una nave Convenio; no bajo circunstancias normales, pero el Equipo Azul tenía tres ventajas. Primero tenían el elemento sorpresa. ¿Qué capitán Convenio soñaría que tres humanos podrían abordar y capturar su nave? Siguiente, el Equipo Azul había estado en una nave de guerra enemiga antes; conocían la disposición general. Y último, y más importante, el Convenio era lento para cambiar. Mientras su tecnología estaba siglos por delante de la más avanzada que la UNSC pudiera reunir, se había convertido imitaban. más en dogma que en ciencia. No innovaban; Ciertamente sabían sobre la captura de la Justicia Ascendente por John. Si eso le hubiera ocurrido a una nave de la UNSC, hubiera habido protocolos de seguridad promulgados en todas las naves de la flota para prevenir que eso ocurriera jamás de nuevo. Fred apostaba sus vidas a que el Convenio no sabía eso. Recuperó la tableta de datos de la ONI, recientemente actualizada condesoftware traducción Convenio, y la colocó sobre el panel control.de Luces púrpuras chasquearon en el panel cerca de la tableta mientras los programas de infiltración-en-red de la tableta se iniciaban... y se deslizó entrando en el sistema de la nave Convenio. Estaba dentro. Exactamente como tener a Cortana alrededor... sin la cháchara. Fred buscó mensajes internave y encontró una alerta: el equipo descargando las bombas estaba atrasado para informar. Un equipo de Brutos había sido enviado para ver qué iba mal. Will y Linda tomaron cobertura dentro de la cabina de la nave de descenso. Fred deseó poderse unir a ellos. Encendieron la nave. Se levantó, giró, y dio marcha atrás hacia la lejana esquina para proteger las bombas de la siguiente fase de su plan.

Fred volvió a la tableta de datos. Tenía poco tiempo antes de que la nave entera fuera alertada del ejército invasor de tres. Navegó hacia abajo por los sistemas de nave y encontró el icono que necesitaba: una flecha rodeando puntos gemelos. Oxígeno molecular presurizado. John le había enseñado ese. Fred anuló los mamparos auto-selladores de la nave... los abrió de un martilleo. Cada una de las puertas presurizadas que aseguró... medioabierta. El pirateoware de la ONI se agitó mientras cortaba a pedazos los protocolos de seguridad. Preparó las cápsulas de vida de la nave y congeló sus hidráulicas de bloqueo-de-aire.

Brilló sus luces de estado roja, ámbar, y verde para darles a Will y Linda una cuenta atrás. Mientras la verde parpadeaba, Fred agarró una manilla en la pared y agarró la tableta de datos. Mientras la luz ámbar se apagaba controló como a un esclavo los controles para el escudo de energía en la bahía de lanzamiento, las liberaciones de cápsulas-de-vida de emergencia, y las anulaciones de los bloqueos-de-aire. En golpeó elgiro liberador maestro. Un rojo... tamborileante de sordos golpes embistió el casco del destructor. El escudo de energía de la bahía de lanzamiento se desvaneció. Un huracán empujó a Fred, voló las cápsulas de cargas, cuerpos, herramientas, pequeñas naves de reparación, y los cuerpos de Chacales y Gruños. Él se aferró al agarre; un lado de la barra de metal se dobló y se empujó liberándose, pero entonces el tremendo vendaval se atenuó. Todo el aire había evacuado hacia el espacio. Fred recomprobó sus reservas atmosféricas. Habían estado en combate y sobre el AOC durante un largo rato donde nadie estuvo tomando pequeños alientos. Su traje MJOLNIR tenía siete minutos de aire restantes.

Volvió a la tableta de datos y comprobó: todos los corredores y habitaciones leían presión cero. A menos de que hubiera fuerzas Convenio en trajes presurizados, esa nave era una nave fantasma ahora. Will y Linda se le unieron. Fred canalizó energía y las puertas se abrieron deslizándose. El Equipo Azul entró al recibidor y rápidamente se abrió camino hacia el puente. Seis Brutos muertos yacían en el suelo. A pesar de toda su ferocidad, incluso ellos tenían que respirar. se detuvo ante otro presurizadas puertas y Fred accedió a los paneles deconjunto control. de Linda se arrodilló a su lado, rifle de francotirador con la culata en hombro, apuntado al centro de las puertas. Will permanecía de pie en el lado opuesto, una granada en cada mano, listo para lanzar. Fred hizo que su casco tocara el mamparo, y escuchó, iniciando sus sensores aurales. Nada. Entonces tecleó para abrir las puertas. El puente oval estaba vacío salvo por un único Cazador Convenio milagrosamente agarrado alde railochode la consola dequecomando. Dentrosedehabía la armadura centímetros-de-grosor, su cuerpo, compuesto de una colonia de criaturas anguila, se había rezumado y congelado hacia la cubierta. Los tres Spartans comprobaron las escotillas de las cápsulas-de-vida en busca de alguna señal del enemigo. Fred vio el abierto espacio más adelante, estrellas... y el otro destructor Convenio girando hacia ellos. Se movió hacia la plataforma de comando y colocó la tableta de datos en la localización de la interfaz. Fred tenía que darse prisa; tenía que moverse lentamente, también. Correr ahora podría causar errores que les podían costar más tiempo. Se sirvió de todo lo que tenía para centrarse en matrices de lenguaje, números, e iconos.

Will observaba desde una escotilla de cápsula-de-vida, y murmuró por la COMGRUPO: —Destructor en vector de intercepción. Fred accedió a la memoria de la tableta de datos y obtuvo la solución de salto Deslizespacial provisto por un Oficial de NAV en la Estación Cairo. Esperaba que la nave Convenio aceptara las matemáticas humanas o estarían atascados ahí. Linda se unió a Will cerca de la abierta escotilla, mirando dificultosamente a través de su mira de francotirador Oráculo. —Diez mil kilómetros y acercándose rápido —dijo ella. —Arma las cabezas FENRIS —le dijo Fred a ella. —Recibido —dijo ella.

Ahí era donde la parte de suerte de su plan tendría que ser estirada hasta el límite. ¿Había el Convenio lanzado las ahora-activas cabezas hacia sus naves? ¿Notarían que los detonadores habían sido preparados? —Confirmación de bloqueo de señal —dijo Linda. —De acuerdo, vamos —le murmuró Fred a la tableta

de

datos. Las superficies desobre comando se encendieron y holográficas geometrías flotaron su superficie. Una pequeña versión de la consola apreció en su tableta de datos con traducciones inglesas. Fred agarró el esférico comando Deslizespacial y lo rotó. Su estado de preparación parpadeó ultramarino. Introdujo las coordenadas de salto. La esfera entonces se congeló, y un blanco vector se estiró hacia pequeñas estrellas que aparecieron sobre la superficie de comando. Una parpadeante explosión estelar dorada apareció para iniciar la transición Deslizespacial. —Cuenta atrás de dos-segundos —le dijo a Linda—, a mi señal. Will empujó las hidráulicas de la abierta escotilla, agarró la puerta, y la rodó de nuevo en su lugar.

El visor holográfico principal del puente chasqueó y mostró el destructor acercándose. Indicadores de advertencia apuntaron a las líneas de plasma laterales de la nave calentándose. —Contador de dos-segundos confirmado —dijo Linda—. Comandos aceptados y confirmados. Todas las bombas atómicas FENRIS muestran estado armado. —¡Señal! —Fred golpeó el botón de salto. Nada pasó... El negro espacio se volvió blanco.

Lord Hood observaba desde la cubierta de comando de la Estación Cairo, ignorando las estridentes señales de emergencia. El destructor Convenio había maniobrado al rango de plasma óptimo. Esperaba que los escudos de la nave capturada-por-Spartan rechazaran al menos una salva, y le diera al Equipo Azul el tiempo que necesitaba. El plan del Spartan-104 sidosuicidamente. inspirado, aún la sazonada opinión de Lordhabía Hood, La en Dra. Catherine Halsey le había contado una vez en confianza que los Spartans consideraban su deber probar lo imposible posible. Las líneas de plasma de la nave Convenio se enrojecieron, se formaron rayos, y se lanzaron. Al mismo tiempo, el destructor enemigo brilló dentro de sus escudos de energía; su casco se encendió y vaporizó mientras los robados dispositivos nucleares a bordo detonaban. Un círculo de blanca luz apareció un instante antes de que los escudos de polarización de la Estación Cairo cortaran las pantallas de visión. Termales y radiológicas mostraron humos de ámbares y rojos champiñones fuera en un ondeante toro.

La Estación Caprichoso Descanso había sido borrada también. La longitud del Tallo Negro del Maíz se arrugó y cayó a la Tierra. No había señal de la nave manejada-por-Spartan. No había manera de saber si habían tenido éxito y saltado al espacio Deslizcurso o no. Lord Hood eligió creer que habían hecho lo imposible y murmuró: —Que Dios le ayude, Equipo Azul.

CAPÍTULO

V EI NT ICI NCO 1440 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / A BORDO DE DESTRUCTOR ESPÍRITUENSANGRENTADO CONVENIO CAPTURADO, ENESPACIO DESLIZCURSO

Fred estaba sentado en la cubierta del puente del Espíritu Ensangrentado, respirando aire teñido con la esencia de sangre Cazador. Olía como plástico quemado para él. Pulió un pequeño espejo cuántico y lo colocó de vuelta en su alojamiento de sensor. Este que él deslizó hacia el hueco de su armadura MJOLNIR y chasqueó la cobertura. El espejo había sido incrustado con sal marina, causando que su sensor de movimiento fallara... y casi costándole la vida de vuelta en la Habana. Linda le pasó una cantimplora a Fred y agitó sus contenidos para obtener su atención. Él la aceptó, abrió su placa frontal, y disfrutó un sabor de agua noreciclada. ¿Eran ellos tres en esa nave los últimos Spartans? Fred se preguntaba si John estaba muerto. O Kelly. No había mención a Kelly en el comunicado de la Dra. Halsey. ¿Y lo que le había ocurrido al Equipo Gris en una misión lejos fuera de los confines del espacio de la UNSC, ahora desparecidos durante más de un año? Nunca soltaría esas preocupaciones. Podría minar la moral del Equipo Azul. Pero por primera vez, duda real erosionaba la confianza de Fred. Dudaba que John, Kelly, y los otros estuvieran vivos. Linda tocó su brazo con un dedo y dispersó esos pensamientos. Entonces ella le dio una palmada a la cabeza

nuclear con forma-de-bala en el suelo a su lado. — ¿Recuerdas? ¿La base rebelde? Habían traído una de esas cabezas FENRIS allí arriba en caso de que necesitaran una opción final. Fred no pensaba que la necesitarían... pero era mejor cubrir todas las contingencias. —¿Qué base insurgente? —dijo Will, rodando y despertando. —Fue hace veinte años —explicó Fred—. Rebeldes en el Sistema Tauri exclamaban que tenían bombas para intercambiar. El Equipo Azul fue enviado para recuperar las cabezas, pero resultó ser una trampa —agitó la cabeza—. Hubiera funcionado también, si no hubiera sido por Kurt. Linda tomó la cantimplora y la izó. —Para los amigos ausentes —murmuró ella y tomó un sorbo. Le pasó la cantimplora a Will, quien bebió profundamente. Un octaedro rojo brilló por encima de la consola de comando Convenio. Proyectó ámbares rayos hacia la superficie y las geometrías holográficas cambiaron. Los Spartans dejaron caer sus placas frontales. Fred se movió hasta la consola, anuló los controles, pero revirtieron, pareciendo tener una mente propia. ¿Había Convenio todavía vivos en esa nave, intentando recuperar el control? Traducciones se desplazaron a través de su tableta de ENSANGRENTADO datos: «ESPÍRITU AUTOMATIZADO... SISTEMA ACTIVADO... A BATALLA SONADA... ESCUCHEN LA LLAMADA A LA GUERRA... AVISO... ANOMALÍA DESLIZESPACIAL... DIMENSIÓN YED-4 DETECTADA... CAUSA: CONSECUENCIA DE SINGULARIDAD.» —Problema —les dijo a Linda y Will. Linda se ató a la estación de armas y sus manos se movieron sobre la superficie. —Poniendo las líneas de plasma calientes —dijo ella—. Creo. Capacitores láser cargando.

Will permanecía de pie en la estación de NAV. —Estamos aproximadamente a dieciséis años-luz de Onyx —dijo él—. Ningún sistema estelar ni otro cuerpo significante en la región. La matriz Deslizespacial está deconvolucionando. Fred golpeó un hexágono... el comando de reinicialización de la matriz de espacio Deslizespacial. Parpadeó una vez y se desvaneció. —Estamos entrando al espacio normal —dijo él—. Permanezcan listos.

Estrellas parpadearon en el visor holográfico del puente así como cuatro naves Convenio. Tres naves más pequeñas daban caza a una mayor. Las pequeñas eran dos-tercios el tonelaje del Espíritu Ensangrentado. La nave más grande era el doble de su tamaño. Los sutiles contornos de los navíos hacían que Fred pensara en tiburones cazando una ballena. Lanzas de plasma brillaron de las tres y se apagaron mientras impactaban en los escudos de la nave más grande. —Creo que hemos caído fuera del Deslizespacio debido a alguna anomalía —dijo Fred—. O... en respuesta de una señal de socorro. No estoy seguro de cuál. —¿De qué nave? —preguntó Linda—. ¿A cuál apuntamos primero? El visor holográfico central se desvaneció y un Bruto se materializó permaneciendo de pie delante de ellos con azulgrisácea piel, una cabeza de gorila, y rojizos ojos feraces. Hablaba en una serie de gruñidos y silbidos. Una traducción saltó en la tableta de datos de Fred: «Hermanos, el cisma está aquí. Somos libres por fin de aplastar a las razas menores. Ya no seremos liderados por...»

El Bruto miró alrededor del puente, parpadeó, y entonces miró a Fred. Silbó y se desvaneció. En la tableta de traducción una única palabra había aparecido: «Demonios».

Una de las naves más pequeñas se giró hacia ellos. Esferas ultramarinas brillaron encima de la consola de armas de Linda. —Nos está apuntando a nosotros —dijo ella. —Eso responde a ello —murmuró Fred—. Apunta a las naves más pequeñas. Will, consígueme un vector de transición Deslizespacial a mejor-suposición hacia Onyx. Fred no tenía intención de luchar en combate nave-a-nave. No era ningún capitán. Estaría fuera de esa profundidad si esa fuera una nave de la UNSC con controles que pudiera comprender, y astrogación, tácticas, y sistemas de armas con los que fuera familiar. En el Espíritu Ensangrentado, no podía empezar a sondear cómo luchar. Correr era la única opción realista. —Trabajando en una solución —dijo Will. Miró hacia atrás y adelante entre la hoja de cuna pintada de símbolos traducidos y las matemáticas Convenio que brillaban delante de él. —Tiempo en apuntado calculado —anunció Linda—. Lista para disparar plasma. —Solo consíguenos tiempo —le dijo Fred—. No vamos a combatir. —Fragata Convenio ahora en rango de armas —dijo Linda—. Líneas de plasma calentándose. ¡Han disparado! En el visor central gemelas lanzas de rojo oscuro rayaron desde la nave y se arquearon hacia ellos. Círculos saltaron en las cimas de esas líneas, los cuales entonces se torcieron en

esferas tri-dimensionales.

La perspectiva holográfica se empujó hacia atrás y mostró la el plasma, y susenave en sus posiciones relativas. Lasfragata, translúcidas esferas centraron en los disparos de plasma y superpusieron el Espíritu Ensangrentado. —Creo que esas esferas son soluciones de dirección —dijo Linda—. Indican cómo de lejos pueden dirigir los rayos de plasma. Nos tienen. —Llévanos atrás —le dijo Fred a Will.

—De

acuerdo... —Will buscó los controles. Cogió una anaranjada flecha y la dobló a popa —. Respondiendo a marcha atrás completa —dijo—. —No será suficiente —dijo Linda. Linda situó ambas manos en sus controles, y una nueva pareja de esferas apareció en el campo de estrellas. —Esa es nuestra solución de disparo —murmuró ella, y su voz se enfrió hasta esa separada temperatura de nitrógeno-líquido con la que Fred había llegado a identificar su estado Zen sinmente. Fred consultó su consola. —Trece segundos hasta que el plasma impacte —dijo él, y sus manos agarraron los bordes de la consola. —Vector Deslizespacial calculado —dijo Will—. Capacitores cargando... en veintitrés segundos. Linda hizo sus ajustes sobre sus controles, y chasqueó sus dedos hacia adelante. —Plasma fuera —dijo ella. Las luces del puente se apaciguaron. El holograma principal mostró al Espíritu Ensangrentadomientras sus líneas laterales se encendían y el plasma se separaba y aceleraba lejos, pero no hacia la fragata enemiga, más bien hacia los rápidamente acercantes rayos de plasma. Esferas de dirección aparecieron en las líneas de plasma de Linda. Sus manos se doblaron y giraron. El plasma osciló hacia atrás y adelante en respuesta. Las líneas enemigas empezaron a moverse también. Fred entendió lo que estaba intentando hacer: combatir el fuego con fuego. Pero a esas velocidades golpear un rayo de plasma con otro era como disparar una bala sacándola del aire. Los movimientos parecidos de trance de Linda se ralentizaron. Los rayos de plasma aceleraron los unos hacia los otros. El plasma del enemigo viró fuera del camino.

Linda llevó sus manos juntas en una mancha... ambos rayos del Espíritu Ensangrentado se curvaron cerca de la línea de fuego enemiga, más fuertes y rápidos, y conectaron. Tres líneas humearon a una mancha y propulsores eructaron a través de la oscuridad del espacio, desvaneciéndose a una neblina de rojo. —Le di —murmuró Linda. —El otro rayo sigue rastreando —dijo Will—. Impacto en dos segundos. —¿Escudos? —preguntó Fred. —Funcionando —dijo Will—. No... están abajo.

Los visores holográficos derramaron quemante luz roja hacia el puente. Debajo de la cubierta, la nave se estremeció. —Pérdida de energía a lo largo de todos los sistemas —le dijo Will a Fred—. Capacitores Deslizespaciales drenándose del noventa y ocho... intentando reenrutar. —Salta ahora —ordenó Fred—. Antes de que perdamos más energía.

Las transiciones Deslizespaciales subenergizadas eran

técnicamente imposibles. Durante los últimos treinta años las naves de la UNSC habían intentado tal maniobra, dos veces. Ambas veces tuvieron éxito transicionando... en pedazos atomizados. Fred esperaba que la tecnología Convenio tuviera un trabajo-de-alrededores para ese problema. —Sí sí —dijo Will. Golpeó un control.

Las naves enemigas y estrellas se desvanecieron del visor. Los Spartans permanecían de pie en silencio; Fred contenía suParámetros respiración,Deslizespaciales inseguro de si explotarían. entonces fluyeron a lo largo de la consola de Will. —Lo logramos —respiró Will. Fred exhaló. —Buen trabajo —les dijo. Permaneció ahí de pie absorto y callado mientras trabajaba a través de la innegable lógica de lo que acababa de pasar.

—¿Qué es eso? —preguntó Linda. —Estamos en espacio Deslizespacial —dijo

él—, y respondimos una llamada de socorro de una nave en combate en espacionormal. Linda asintió y una de sus manos nerviosamente se flexionó. —¿Y? —preguntó Will—. El Convenio puede enviar señales en Deslizespacio. Así como podemos nosotros. —Pero no escuchar esas señales en espacio normal —dijo Linda. —Podrían haber oído el mensaje de Cortana y la Dra. Halsey —les dijo Fred—. Podrían saberlo todo. El maestro de nave Voro embragó el raíl de su plataforma de comando y gritó: —¡Ya! Todos los propulsores respondan a nuevo curso uno ocho cero por cero cero cero. Desvíen energía de motor y escudo al proyector de energía frontal. —Respondiendo nuevo rumbo —dijo Zasses. El Incorruptible giró sobre sí (su impulso continuando llevándolo hacia adelante) pero ahora encaraban a la persecutoria pareja de fragatas. Ururo en su estación de Operación gritó: —Proyector caliente, señor. Solución de apuntado lista. —A mi palabra. Voro titubeó y escuchó a los tres latidos de su corazón... uno por fe, uno por familia, y el último por honor... la mediación ritual del Mendicante. La fragata en cabeza disparó láseres. —Secciones

de armadura Prima Uno y Ventral Tres

severa mente dañadas —anunció Y gar con total calma. ’

—Permanezca a la espera —dijo Voro.

Sintió los ojos de sus oficiales menores sobre él. Se estaban preguntando quizás, como él lo estaba haciendo, si se había vuelto loco.

—Déjenlos

acercarse más para la matanza —dijo Voro—. No tenemos más que un disparo. Esperen... Esperen... Ambas fragatas, la Compunción de Crepúsculo y la Revenant, llenaron y emborronaron los bordes de los visores holográficos, sus líneas laterales energizando. Un único, normal disparo de proyector-de-energía no podía por sí mismo destruir una nave Convenio de guerra. Podía eliminar escudos, pero tenía que ser seguido por un rayo de plasma para dañar o deshabilitar. Esa era una táctica neutralizada por las habilidosas maniobras empleadas por la pareja de fragatas Jiralhanae. Cambiarían para recibir golpes de plasma alternativos eficientemente, dándole a la pareja un escudo de energía alternante. Entonces combinarían potencia de fuego. Si no cometían errores, eran más que un rival para el Incorruptible. Ese era el pensamiento táctico Convenio estándar. Recientes eventos, sin embargo, habían sacudido lo que Voro había considerado conducta «estándar». Eso sería un riesgo, pero en la estimación de Voro, su única opción ganadora. —Ahora —escupió Voro—. ¡Fuego! El sobrecargado proyector de energía envió un temblor a través del Incorruptible. Toda su energía (escudos, motores, reservas de capacitadores Deslizespaciales) se canalizaron en una única explosión del proyector.

La oscuridad del espacio interestelar se partió. Los escudos de la Revenant se vaporizaron y saltaron. El casco se separó pelándose, burbujeando, mientras el rayo penetraba a través y a través. La fragata estaba cortada por la mitad diagonalmente, de frente a popa dorsal... que cortó la línea de plasma deventral estribor. Fuego quemóhasta a lo largo de su superficie y alcanzó las bobinas principales. La sección de popa de la nave detonó y sus secciones central y delantera se alejaron temblando ardientes y arrojando humo. —Todos los sistemas de armas inactivos —informó Uruo, nerviosamente—. Propulsores en espera.

La otra fragata Jiralhanae viró lejos y continuó girando, presentando el brillo de los conos del motor mientras corría. Tras ver la obliteración de su nave hermana, la Compunción de Crepúsculo no tenía deseo de encararlos sola. Como Voro esperaba: los Jiralhanae eran rápidos para actuar sin pensar. Eran salvajes, sí, pero no suicidas. Contó sus bendiciones de que el Maestro de Nave Jiralhanae no se hubiera tomado el tiempo de exhaustivamente escanear el Incorruptible para acceder a su dignidad de batalla. —Reparaciones en marcha —anunció Y gar—. Todas las ’

tripulaciones en la labor. Estimados diecisiete ciclos hasta que las líneas de plasma estén listas. —Dirijan reparaciones a las bobinas y capacitores Deslizespaciales

—ordenó Voro.

—Una

brillante maniobra táctica, señor —dijo Zasses, e inclinó su cabeza. Voro gruñó. ¿Brillante? Desesperada estaba más cerca de la verdad. Pero Voro nunca soltaría sus sentimientos en esa materia ante su tripulación. Sin soltar, sin embargo, una mezcla de vergüenza y disgusto que se alzó en la espalda de su garganta. Lo había arriesgado todo para ganar. ¿Quizás así fuera como se sentía Tano? ¿Las vidas de sus hermanos en sus manos en cada misión? Voro se sentía indigno de liderar. Examinó el visor central. La fragata Jiralhanae se había dirigido hacia la tercera nave en su grupo de batalla, la que se había girado para enfrentarse al Espíritu Ensangrentado. Habían interceptado las transmisiones del enemigo y visto aperturbadora los humanos manejando el Espíritu Ensangrentado. Una revelación. —Zasses —ladró Voro—. ¿Rastreó al Espíritu mientras saltaba? —Sí, señor —respondió él, y recomprobó su consola —. Solo un sistema estelar en ese vector.

Voro entrechocó sus dientes y flexionó sus manos. Entonces al menos el Espíritu Ensangrentado sería cazado y destruido. —Prepárese para saltar. Debemos avisar a nuestros hermanos... de todo.

CAPÍTULO

V E I NT I S É I S 1520 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / DESTRUCTOR CONVENIO ESPÍRITUENSANGRENTADO CAPTURADO, EN ESPACIO DESLIZCURSO

El Espíritu Ensangrentado estaba en llamas. El disparo que habían recibido de la fragata Convenio había golpeado una línea de plasma auxiliar, y fuego corría a lo largo del lateral en una pluma crismón. Las rabiosas llamas hacían las reparaciones imposibles. Fred no podía encontrar los controles para sofocar la rota línea sin apagar la bobina de plasma principal y tirarlos fuera delLaDeslizespacio... así que dejó quemar. purpúrea aleación se lo derritió y derramó a través de los cuartos de popa, consumiendo soporte vital y muchos nodos de sensor. El Espíritu Ensangrentado duraría solo unos pocos minutos más, pero eso era, esperaba, todo lo que necesitarían. Will aplanó sus manos sobre la consola de NAV. — Cambiando a espacio normal en tres segundos —dijo él—. Dos, uno... ya. Estrellas parpadearon en el visor central. Fred movió la perspectiva a lo largo del Espíritu Ensangrentado, revelando fundidos agujeros en su lateral, desnudos conductos chorreando plasma, y en lugares echando de menos cavidades de dos cubiertas de profundidad. Un planeta rotó hacia la visión.

El salto de Will había sido extrañamente preciso. Estaban a solo un centenar de millares de kilómetros del mundo conocido como Onyx, una joya de azul y blanco contra el negro. —Parece habitable —remarcó Fred. —Leyendo vapor de agua, oxígeno, y nitrógeno —dijo Linda. —¿Otras naves? —preguntó Fred—. Escanea la región. Linda se dobló sobre los sensores Convenio. —Ninguna firma de plasma. Ninguna silueta en el radar —dijo ella—. No nos han seguido. —Aún —añadió Will. —Tomaré el afortunado descanso —le dijo a él Fred—, y me figuraré por qué lo conseguimos más tarde. Fred no podía relajarse, sin embargo. Liderar al Equipo Azul y la responsabilidad de «capitanear» esa nave eran solo suyos. Había sido entrenado en rudimentaria astrogación y tácticas nave-a-nave, pero no era suficiente; era como intentar realizar una cirugía cerebral con solo un básico paquete de auxilios. Cuanto antes llegara al lado terrestre donde pudiera luchar por sus propios términos, mejor estarían todos. No estaba seguro de por qué los Convenio estaban haciendo guerra entre ellos mismos y robando bombas nucleares humanas... pero fuera lo que fuese, esperaba que los mantuviera ocupados. El capitán Convenio que los había visto no iba a dejar que una nave Convenio tripulada-porhumanos se deslizara fuera de su radar por mucho tiempo. —Señales del lado terrestre —dijo Linda. Líneas ondearon en una ventana flotando fuera de su consola—. Banda-E de la UNSC. —Ponla en audio —dijo Fred. Hubo un silbido, un pop, y murió. El silbido se repitió y entonces cayó de nuevo en silencio. —Es una señal cíclica —dijo Linda—. Espera, ralentizándola por un factor de trescientos.

Una serie de pitidos fue resuelta del sonido. —Ralentízala más —le dijo Will. Tres pitidos más largos sonaron, entonces tres más cortos, y tres más largos. Tras un momento, esto se repitió. —Ningún «SOS» —declaró Linda—. Es un «OSO». —¿Fuente de la señal? —preguntó Fred. Linda volvió a la consola. —Múltiples puntos de fuente — dijo ella—. Circulando aleatoriamente. Alguien no quiere ser triangulado. —Si SOS es una llamada de socorro —dijo Will—, ¿entonces qué se supone que es OSO? ¿Una advertencia? ¿Por qué la Dra. Halsey enviaría una señal de socorro y después nos advertiría para que nos alejáramos? —El mensaje se repite cada doce segundos —dijo Linda—. Veintisiete unidades OSO, una pausa de dos segundos, y entonces otras ciento dieciocho unidades. —¿Veintisiete por uno uno ocho? —consideró Fred—. ¿Latitud y longitud? —¿Qué dirección? —preguntó Will—. ¿Norte o sur? ¿Este u oeste? ¿Alguna coincidencia de esas permutaciones con las fuentes de señales aleatorias? —se movió más cerca de la estación de Linda. —Ahí —dijo ella—. Veintisiete grados norte, ciento dieciocho este. Fred les dijo: —Preparen rumbo a esas coordenadas. Dennos una bonita y fácil ignición desorbital. Tenemos que... —Espera —dijo Linda—. Recibiendo contactos. Espera... recalibrando —su mano chasqueó sobre las superficies de control—. Múltiples siluetas en órbita alta. El sistema las perdió; no estátres ajustado detectar tan central. pequeño. Los objetos tienen metrospara de largo. En algo el visor Fred se movió hacia la pantalla holográfica. Flotando delante de él había una simple estructura: tres cilíndricos aguilones yaciendo paralelos unos con otros. Desde el punto-muerto vio que formaban un triángulo equilátero. En el centro de este estaba sentada una esfera, un

cuarto de metro en diámetro. Los aguilones eran de un pulido metal plateado mate. La resolución era lo suficientemente buena para ver un arremolinado patrón grabado en la aleación. La esfera brillaba en un apagado rojo, como si estuviera calentada desde el interior. Nada conectaba la esfera a las varas asociadas. No había brillantes campos de energía, tampoco. —¿Una

bomba? —preguntó Fred—. ¿Nueva tecnología de la Dra. Halsey? —Ninguna

radiológica detectada —informó Linda.

—¿Satélites? —ofreció Fred. —Estoy leyendo dos mil cuatrocientos veintitrés de estos objetos en órbita —dijo Linda—. Eso es un exceso para una red de COM. Espera, están rompiendo órbita. Con un chasqueo de su mano ella cambió la perspectiva en el tanque central y Onyx flotó hacia el centro. El Espíritu Ensangrentado era una brillante pizca purpúrea entre las estrellas. —Mejora de imagen en línea —dijo ella. Una niebla de rojizos puntos pululó en el negro del espacio

y lentamente flotó hacia ellos. —¡Escudos! —ladró Fred hacia Will. —Respondiendo. Fuerza máxima confirmada —Will recomprobó los controles alienígenas—. Ningún error —dijo él—. Están arriba esta vez. —Si esas no son bombas —les dijo Fred—, no hay manera de que algo tan pequeño pueda atravesar escudos Convenio. Fred observó el visor holográfico mientras los hostiles se acercaban. Era como observar una marea llegar, y Fred recordó unalasdelíneas las lecciones deenla una infancia Déjà: medusas pululando de marea playadeaustraliana. Una cuerda de los pequeños invertebrados causaba necrosis de tejidos y parálisis. Un centenar era excesivamente-letal. —Llévanos hacia atrás, Will —ordenó él. —Algo está pasando —dijo Linda.

La imagen en el visor se magnificó sobre un grupo de las naves espaciales. Siete de ellas se movieron en una línea. La vista fue empujada hacia atrás y reveló otras formaciones idénticas. Siete de esas líneas atacaron en un alargado triángulo, y las esferas dentro del patrón de cuarenta-y-nueve-naves brillaron al rojo-vivo. —¡Fuerte

hacia babor! —sollozó Fred—. Energía de emergencia a escudos. La cubierta se inclinó. —Respondiendo fuerte hacia babor —gimoteó Will. Un rayo de dorada luz volcó la imagen en el visor. El marco del Espíritu Ensangrentado resonó como si hubiera sido golpeado con un martillo. La gravedad artificial falló y Fred agarró el rail. —Lado de estribor golpeado —dijo Will—. Escudos destruidos. Fred movió su mano sobre su consola y el Espíritu Ensangrentado apareció en el visor. Un hueco cráter de azulada armadura de casco se fundía al blanco-vivo. Cristalinas electrónicas crujieron, y heridas líneas de plasma chorreaban fuego. Mientras la nave giraba, Fred vio que el agujero tenía cinco cubiertas de largo y había golpeado limpiamente a través del lado de babor. —Presión de plasma principal nula —informó Will—. Realizando el ciclo hacia las células de combustible. Capacitores Deslizespaciales manteniendo carga. Tenemos suficiente energía para saltar. Linda miró hacia Will y después hacia y Fred y asintió. Fred observó mientras más drones alienígenas se cristalizaban en triangulares marañas. no eran igual para siquiera una únicaIndividualmente nave Convenio. Combinados empaquetaban suficiente poder para atomizar al Espíritu Ensangrentado. —No nos vamos a ir —murmuró Fred—. Vamos a movernos más cerca. Will, consígueme una solución de

disparo en coordenadas para latitud veintisiete grados note, longitud ciento dieciocho este, elevación quince mil metros. —En ello —dijo Will, y miró fijamente a la matemática Convenio mientras esta corría sobre su consola. —¡Linda, en evasiva! —ordenó Fred. Su mano se derritió hacia los holográficos controles y el Espíritu Ensangrentado se lanzó hacia adelante, acelerando, lo que hizo que el casco silbara con estrés. Las pequeñas naves alienígenas fácilmente siguieron su movimiento, rodeándolos.

Las naves Convenio podían realizar saltos Deslizespaciales con la precisión-de-un-alfiler. ¿Pero podía el debilitado casco del Espíritu Ensangrentado sobrevivir un instantáneo cambio de cero a más de un kilogramo por centímetro cuadrado? Y eso era solo contando con la atmósfera. La velocidad en aire podría ejercer tremendas fuerzas en los bordes de guía de la nave. una —Rumbo trazado —anunció Will—. Solo aproximación de segunda-orden, pero el sistema de salto está aceptando los números. Tendré términos de órdenes-másaltas en un minuto. —Asegura eso —ordenó Fred—. Linda, dame toda la energía hacia los motores. Controla las coordenadas de salto de Will a través del sistema de NAV y danos una tercera cuenta atrás. —Hecho —dijo ella. —Movámonos, Equipo Azul —les dijo Fred—. Vamos a abandonar la nave.

Era un día perfecto en la península envuelta-de-jungla. El cielo era un cristalino cobalto moteado con altos cúmulos de bola-de-algodón. Los insectos zumbaban y los graznidos de los pájaros abruptamente cesaron y un centenar de

guacamayos de ala roja emprendieron vuelo mientras el mundo explotaba sobre sus cabezas. Un humo de quince-kilómetros-de-largo de condensado vapor de agua estropeó el aire, y de él una bola de fuego coloreó todas las nubes rojas... El Espíritu Ensangrentado se disparó hacia adelante como una bala. Pétalos sónicos cortaron la proa del destructor. Hexagonales placas de armadura revoloteaban y se desprendían, revelando un esquelético marco. Descargas estáticas se arquearon desde la nave hacia las nubes y de vuelta. Dentro del Espíritu Ensangrentadolos fuegos se enrabiaron de cabo a rabo y cada una de las cubiertas brilló caliente, llamas en estela y un aceitoso humo negro. La nave giró y la nariz empezó a estremecerse hasta que la entera longitud del navío se tambaleó. La una-vez-mortal nave Convenio no era más que una masa balística, un meteorito, con una sola posible trayectoria: una parábola que interseccionaba la superficie del planeta. Una docena de drones golpeó a través de las nubes y dejó arremolinantes vórtices, y entonces un centenar más de drones apareció, dando caza. Mientras el destructor caía a cien metros, el calor encendió el toldo de la jungla, dejando un brillante camino en su estela. Escombros del desintegrante navío llovieron hacia los árboles, aplastándolos a astillas. Los drones se acercaron y dispararon. Mientras el Espíritu Ensangrentado se giraba y su bahía de lanzamiento presentaba las bases, lo que parecía ser otra pila de nave cayó, girando quedeseladesplomó por debajo dellatoldo... y entonces los hasta motores nave de descenso se encendieron, y se enderezó. El impulso de la pequeña nave golpeó a través de tres árboles secretarios antes de que tocara tierra y rasgara hasta una parada completa.

Tres figuras se liberaron de la preparada nave con formade-horquilla y rápidamente se fundieron hacia la jungla rodeante. Fred observó piezas del Espíritu Ensangrentado cayendo a la tierra. El suelo bajo él se agitó de los impactos. Drones aceleraron tras el perdido destructor, formando largas y duras sombras. Una ola de presión disparó rocas, astillas, y fundida vegetación arrojada sobre su cabeza, encendiendo hojas y madera y aplanando arbustos y árboles. El Espíritu Ensangrentado había aterrizado. Un kilómetro hacia el norte una pared de fuego alimentado-por-plasma se disparó hacia el cielo y las nubes encima se partieron. Fred chasqueó su estado verde hacia sus compañeros. La luz de estado de Linda quemó verde, pero la de Will permaneció oscura un momento, y entonces parpadeó ámbar. Hubo un aleteo en el detector de movimiento de Fred, dos en punto, y entonces nada. ¿Otro malfuncionamiento? No. Problema real. Fred sentó su rifle de asalto y cubrió el área. Linda pronto estaría en posición de francotirador. Will llevaría lo que fuera que estuviera ahí fuera hacia la zona abierta. ¿Los habían descubierto esos drones tan rápidamente? ¿O el Convenio había conseguido rastrearlos hasta ahí después de todo? En su pantalla frontal, el seguro sistema de COM de hazúnico se activó. El altavoz de su casco silbó con estática, y entonces una voz tan familiar como la suya propia habló. Kelly murmuró: —Olly olly bueyes libre .

CAPÍTULO

V E I NT I S I E T E SÉPTIMO CICLO, 49 UNIDADES (CALENDARIO DE BATALLA CONVENIO)/ A BORDO DETRANSPORTEDEFLOTA SUBLIME , ENÓRBITA SOBRE JUBILOSA EXULTACIÓN, TRANSCENDENCIA SISTEMA SALIA

El Unggoy Kwassass conocía su lugar a bordo del supertransporte Convenio Sublime Transcendencia. Estaba para ser pisado bajo las botas de sus gloriosos oficiales Sangheili. Estaba para limpiar, fregar, esperar en las sombras órdenes, y nunca hablar a menos que se le dijera. Entre sus otros deberes Kwassass también era responsable del mantenimiento de la subcubierta almacenamiento K. El equipo de minería que había sidodeextraído del mundo fortaleza humano Reach había sido almacenado en la subcubierta K. Excavadoras, transportadores terrestres, proyectores de microenergía portátiles, células de combustible de plasma todas ellas colocadas en ordenadas filas. Había sido ordenado a reparar y reabastecerlo todo, una gigantesca labor que llevaría seis meses y la entera tribu de la cubierta-K. Era una aplastante responsabilidad... pero también una tremenda oportunidad.

Kwassass anadeó a lo largo de los oscuros corredores de la subcubierta K, admirando sus expansiones parecidas a cuevas y el calor del lugar. Incluso tras siete años de servicio al Convenio no podía evitar maravillarse ante su copiosa riqueza de calor. Tras congelarse cada uno de los días de su

infancia, observando a su familia uno a uno sucumbiendo a la azulada muerte, el calor era algo que nunca daba por garantizado. Vislumbró un grupo de obreros jugando a un juego con rocas, haciéndolas saltar unas sobre otras sobre una red arañada sobre el suelo. Reían y jugaban por pequeños tanques de comprimidos orgánicos y cristales de audio. Kwassass se unió a ellos, perdió un puñado de cartuchos de formaldehído, ganó una ficha de viejas PBA*, y entonces les deseó bien y continuó con su patrulla mañanera. Hoy sería mejor mantener las apariencias. Serpenteó hacia el Sector de Almacenamiento Tres, asegurándose de que nadie lo notara. Kwassass había casualmente oído a un Sangheili hablar de cápsulas de benceno que requerían disposición en ese sector. ¡Encantador oro pulmón! Suspiró, reviviendo el placer de su última inhalación de la sagrada aromática. Ralentizó su caminar, sin embargo; el Sector de Almacenamiento Tres era un sombrío reino donde solo Huragok5 se aventuraban, como si estuviera lleno de activos conductos de plasma. Los Huragok parecidos a cápsulas con tentáculos nunca le hablaban a su especie. A veces arreglaban cosas para ellos... pero solo con tanta normalidad como ellos les arrancaban cosas y los dejaban de esa manera. Había aprendido que era mejor evitarlos, mientras los Sangheili evaluaran sus servicios. Kwassass se aventuró hacia la apagada sección de la nave. Solo el brillo de la ocasional bobina de plasma proveía una extraña azul,sey las sombras estaban llenasadelos los otros flotantes Huragokluzque murmuraban los unos en ultrasónicos chillidos.

*

Pajas de Banda Ancha

Esa noche parecían moverse con un mayor propósito, flotando en cápsulas de tres más lejos hacia el sector de almacenamiento. Siguió una de esas cápsulas y emergió en una redonda cámara, encendida por un cambiador de calor más arriba que goteaba fosforescente refrigerante verde. Una máquina alzada en la cámara. Era de cinco veces su altura agachada, y harían falta treinta Unggoy para rodear su curvada superficie. Docenas de Huragok se agrupaban alrededor de la cosa, sus tentáculos gentilmente sondeando su superficie en reverencia. El dispositivo era desnudo metal plateado, lo cual era una cosa rara en aleaciones Convenio. Kwassass fue llevado hasta el brillante material. Quería tocarlo, llevárselo con él. Había pictogramas alienígenas en el lateral y él hizo correr su mano sobre ellos. Aunque su tribu había sido entrenada para escuchar y transcribir transmisiones alienígenas como parte de sus labores, se les prohibía leer. Había cuatro pictogramas. El primero eran tres líneas conectadas. El segundo era un hueco punto. El tercero era un ángulo de dos líneas. El último icono era el mismo ángulo invertido con una línea horizontal a medio camino entre ellos. ... N... O... V... A. Muchos de los Huragok se agruparon en el lejano lado, y Kwassass gentilmente empujó a través de ellos para ver qué era tan interesante. Una caja negra yacía sobre la cubierta. Los Huragok habían obviamente quitado un panel del cilindro: unaen maraña de cables cableado una cavidad el cilindro hastayesa caja. se estiraba desde Dentro de la caja había brillantes rojas, azules, y verdes luces y muchos botones. Se arrodilló y tocó un botón. Un sonido vino de la caja: una curiosa serie de sorbidos, explosiones, y profundos retumbos que habían que Kwassass

soltara la tonta risilla. Una rara transición alienígena. Tesoro ciertamente. Podría quizás cambiar eso por un raro MIENTRASELMUNDOGIRA que había oído que estaba en la cubierta M. El ruido paró, así que tocó el botón, y el ruido se repitió para su delicia. Se esforzó para descifrar los sonidos. Como con todas las transmisiones humanas comprendió alguna de las palabras, pero muy poco de lo que querían decir en realidad. Esa voz tenía un gangoso acento. Escuchó de nuevo, esforzándose para comprender... —... Soy el vicealmirante Danforth Whitcomb, temporalmente en comando de la base militar en Reach de la UNSC. Para los feos Convenio que podrían estar escuchando, tienen unos pocos segundos para rezarles a sus malditos dioses paganos... —Hemos

sido traicionados por aquellos en los que más confiábamos —tronó el almirante imperial y comando regente de la Flota Combinada de Justo Propósi to, Xytan Jar ‘

Wattinree. Agitó ambos puños mientras hablaba —. Hemos sido traicionados por nuestros Profetas. El Sangheili permanecía de pie a más de tres metros y medio de alto y vestía plateada armadura cubierta con los dorados glifos Antevenidos de Sagrado Misterio. En el centro de la cámara de oración a bordo del súper-transporte Sublime Transcendencia, la imagen de Xytan era holográficamente magnificada para que se alzara treinta metros sobre ellos, unas de imagen hacían su lacara presente en cuatroreplicadoras direcciones simultáneamente hacia multitud. Xytan no parecía menos que un dios. El maestro de nave Voro permanecía de pie bajo atención y observaba al legendario comandante. Nunca había sido

derrotado en batalla. Nunca había fallado en ninguna misión, sin importar el desafío. Nunca estaba equivocado. El único fallo del Almirante Imperial era que había sido tan venerado, algunos decían incluso más que cualquier Profeta. Por el pecado había sido exiliado a los mundos en el borde del vasto Imperio Convenio. Eso había ocurrido antes: el anterior Comandante Supremo de la Flota de Particular Justicia nunca había regresado de la «gloriosa misión» a la que lo habían enviado los Profetas. Xytan había convocado a todas las facciones de los Sangheili para que se unieran a la Jubilosa Exultación. Él era, en la opinión de Voro, su mejor posibilidad de supervivencia. Voro era uno de los treinta representativos Maestros de Nave que habían sido llamados de los doscientos navíos en órbita para oír esas palabras. —Yo, como todos ustedes, creía en nuestros líderes y su sagrado Convenio —continuó Xytan, su voz resonando en la cúpula del plateado estadio encima—. ¿Cómo podríamos haber estado tan dispuestos a creer un Convenio de mentiras? Xytan paró y miró entre ellos. Los treinta Maestros de Nave y sus guardas parecían ser engullidos por el vacío espacio en la cámara, diseñada para una capacidad de trescientos. Ninguno se atrevió a hablar. —Han llamado por la destrucción de todo Sangheili. Se han alineado a ellos mismos con los barbáricos Jiralhanae — dijo Xytan. Mantuvo su cabeza y sus cuatro mandíbulas abiertas flojas durante un momento, y entonces miró arriba, una nueva determinación quemando en sus ojos —. El Gran Cisma está sobre nosotros. La irrompible Orden de Unión Convenio sidoEra. rota en pedazos. Este es el final de la Novena, y ha última, Un quejido hizo eco dentro de la cámara de oración. Esas palabras eran el más grosero sacrilegio. Hoy, sin embargo, podían ser la verdad.

Xytan mantuvo arriba una mano y la disidencia se sofocó. —Deben ahora decidir si rendirse al destino... o resistir y luchar por persistir. Yo mismo, elijo luchar —estiró hacia fuera ambas manos hacia su audiencia—. Llamo sobre todos ustedes para que se unan a mí. Dejen que los viejos caminos se desvanezcan y luchen a mi lado. Juntos podemos forjar una nueva y mejor unión... un nuevo Convenio entre las estrellas. Los Maestros de Nave Sangehili rugieron su aprobación. Era una inspirada oración, pero los Profetas habían usado palabras para engañarlos a todos ellos antes, también. El maestro de nave Tano había dejado que palabras, y su más peligroso subproducto, creencias, nublaran su razón. Palabras solas no podrían ayudarlos. Voro cruzó sus manos sobre su pecho. Asombrosamente, Xytan vio su gestura y se giró para encarárselo, bloqueando miradas. —¿Está en desacuerdo, Maestro de Nave?

Un silencio como el de una tumba ahogó el estadio. Voro sintió todos los ojos sobre él. —Hable, entonces, héroe de la batalla por el Segundo Anillo de los Dioses, y de facto comandante de la Segunda Flota de Homogénea Claridad —Xytan le dio una ondulación de mano para que avanzara hacia adelante y le ofreció el púlpito central, un sin precedentes y generoso paso para uno tan alto. Atontó a Voro escuchar tales honoríficos anexionados a su nombre. ¿Xytan sabía qué había ocurrido? ¿Quién era él? Por supuesto, su red de inteligencia era legión. ¿Y qué mejor

manera preguntas con cumplidos? Voro, de sinsilenciar embargo, no habíaque sobrevivido a la traición y la guerra y al cataclismo de una Era para ser silenciado ahora. Se llevó a sí mismo a dar un paso hacia adelante. El urge de suplicar ante Xytan era abrumador, pero resistió. Conllevó toda la fuerza de Voro cruzar esa distancia con todos observando.

Dio un paso sobre el estadio central y su imagen apareció holográficamente magnificada, un titán alzándose sobre la multitud. —Estoy de acuerdo con lo que dice —declaró Voro—. Debemos destruir a los Jiralhanae, incuestionablemente, y a todos quienes se alíen con ellos. Pero la victoria podría significar nada si la enfermedad sobre el anillo sagrado escapa. Debe ser limpiada de la galaxia si queremos sobrevivir. Un murmullo de asentimiento pasó a través de sus compañeros. Xytan asintió también, y entonces hizo una leve gestura con su mano, indicándole a Voro que diera un paso abajo. Le dio una corta reverencia al Almirante Imperial y se retiró. Voro lo logró hasta su asiento sin traicionar cómo se agitaba en su interior, sin revelarles a los otros cómo de pasmado estaba de que hubiera sobrevivido. Xytan reapareció sobre el estadio. —Sus palabras son Sabiduría, maestro de nave Voro. Eso es por lo que he convocado al liderazgo Jiralhanae Alfa bajo una bandera de tregua hacia este mundo. Una clamorosa protesta se alzó desde los reunidos Maestros de Nave. —No tengo ilusiones de que vengan con falsas ofertas de paz —dijo Xytan—. Así que debemos organizar nuestra propia emboscada... aquí, donde somos fuertes. Después de que hayamos embestido un decapitador golpe a las Tribus Alfa Jiralhanae, seremos libres de erradicar la infección que amenaza con expandirse desde el más sagrado anillo. »Mientras esto dijo Xytan llamo sobre tro orcómo hrmonr a que ,info rme el maespara áculorealizar Parala A o par —





sobre una nueva oportunidad.

La imagen de Xytan chasqueó yéndose y un anciano Sangheili apareció en el centro del estadio. Parala había sido hacía mucho tiempo concilio para el Profeta del Pesar.

Doblado con edad, un fiero intelecto sin embargo brillaba en sus lechosos ojos. —Tenemos más perturbadora inteligencia —dijo Parala con disgusto—. Los humanos han causado estragos con sus demonios, destruyendo el primer-descubierto constructo de anillo sagrado. Estaban en el segundo anillo también, y han aparentemente descubierto ya otro mundo de diseño Antevenido. No deben ser subestimados. Mientras esto le daba agallas a Voro, él había visto por sí mismo el Espíritu Ensangrentado capturado-por-humanos, y dubitativamente intentó aceptar las palabras del Maestro Oráculo como verdad. —Aquí —dijo Parala—, es una interceptada y traducida transmisión Deslizespacial humana.

Voces humanas chirriaron a través del aire del estadio. Una traducción superpuso las ofensivas palabas humanas y Voro escuchó mientras los incidentes sobre la segunda reliquia Halo eran declarados. —Infección parasitaria conocida como los Diluvio ha contaminado este constructo... intentando escapar... inteligencia coordinadora desconocida... Sugiero que la COMFLOTA bombardee-con-Novas el sistema Delta Halo... Entonces iconos alienígenas aparecieron en el aire, resolviéndose en debidas palabras: «ENVÍE EQUIPO DE ATAQUE DE ÉLITE PARA RECUPERAR ASENTAMIENTOS TECNOLÓGICOS EN ONYX. ENVÍE SPARTANS.» Una cuerda incrustada de celestiales coordenadas fluyó a lo largo de esas palabras. Una colectiva máscara de enfado vino de los Maestros de Nave. Voro se esforzó por aislar la palabra humana para demonios de su reprochable discurso... Spartans. Eso calentó su sangre hasta un hervor. La imagen de Xytan volvió al estadio. —Esta herejía no puede ser ignorada por razones dogmáticas y estratégicas.

Iremos a este mundo, Onyx, para proteger y asegurar los sagrados artefactos. Serán de incalculable valor en nuestras inminentes luchas.

Xytan extendió su titánica mano holográfica hacia Voro. — Usted, maestro de nave Voro Mantakree, es ahora maestro de flota Voro Nar



Mantakree. Lidere su recientemente



reunido grupo de batalla hasta este mundo. Destruya a los demonios y niégueles su premio a toda costa. Voro cayó hacia una rodilla. —Será como usted dice —dijo él—. Mi deber es sagrado. Mi sangre pura. No deberé fallar. Secretamente Voro se preguntaba si esos honores habían sido otorgados sobre él para eliminarlo a él y sus «sabias palabras» del coro de Xytan de unánime ascenso. Que así sea. Cumpliría con ese deber. Volvería glorioso. Kwassass golpeó el botón en la negra caja y escuchó a la voz humana. Estaba cerca de comprender qué quería decir. Una amenaza. Hacia él. Todo el Convenio. Una promesa de retribución. El sonido se distorsionó, ralentizó, y detuvo. La caja estaba fuera de energía. Uno de los Huragok observando dio un ultrasónico sollozo que disparó a través del cráneo de Kwassass. La criatura cargó contra él, tentáculos azotando, y agarró hacia su caja. La arrancó del agarre de Kwassass. Otro Huragok cargó e intentó tomar la caja de su compañero. ¿Habían comprendido ¿Comprendían el peligro? lo que había dicho el humano? Había más Huragok alrededor de él de los que había pensado. Las sombras se partieron con sus boyantes cuerpos, cada uno con seis cristalinos ojos negros firmemente fijos encima de la caja de voz humana.

El Huragok llevó corriendo la negra caja hasta el Gran Cilindro, hasta el panel de donde la caja había sido extraída. Había multicoloreados cables dentro que coincidían con aquellos en la caja. Huragok doblaron esos cables juntos. Pequeñas chispas danzaron. Rojos símbolos chasquearon sobre una pantalla en la caja, y el dispositivo habló una vez más. Cierto para su naturaleza, los Huragok eran simplemente tan propensos a arreglar algo roto como eran propensos a llevarse algo que funcionaba perfectamente. Una docena de Huragok presionó acercándose alrededor del dispositivo, todos retorciendo tentáculos y brillando atrevidos ojos. La voz de la caja empezó de nuevo... ahora alta y clara. —Este es el prototipo de bomba Nova, nueve cabezas armadas de fusión encapsuladas en armadura de triteridio lítico. Cuando es detonada comprime su material fusionable a la densidad de una estrella-de-neutrón, propulsando el rendimiento termonuclear un céntuplo. Soy el vicealmirante Danforth Whitcomb, temporalmente en comando de la base militar en Reach de la UNSC. Para los feos Convenio que podrían estar escuchando, tienen unos pocos segundos para rezarles a sus malditos dioses paganos. Que todos ustedes tengan un buen día en el infierno.

Kwassas empujó abriéndose camino a través de la multitud de Huragok. Tenía que llegar hasta la cosa. Tirar de esos cables. Hubo un brillo de la más hermosa luz, y más glorioso calor del que él jamás... Un grupo de batalla de dieciocho destructores, dos cruceros, y un transporte se reunió en órbita alta sobre Jubilosa Exultación, y se amontonó en una esférica formación cerca de su buque insignia, el Incorruptible.

Brillaron azul-blanquecinos y se desvanecieron hacia el Deslizespacio. Un latido después la táctica del vicealmirante Whitcomb de deslizar la bomba prototipo Nova de la UNSC hacia suministros Convenio había finalmente dado resultado: una estrella se encendió entre Jubilosa Exultación y su luna. Todas las naves no protegidas en el lado oscuro del planeta hirvieron y se vaporizaron en un instante. La atmósfera del planeta se onduló mientras helicoidales espirales de luminiscentes partículas encendían ambos polos norte y sur, haciendo cortinas de azul y verde cortando sobre el globo. Mientras la ola de presión termonuclear se expandía y aplastaba contra la termosfera, calentó el aire naranja, lo comprimió, hasta que tocó el suelo y quemó un cuarto del mundo. La cercana luna Malhiem se agrietó y destruyó en un billón de rocosos fragmentos y nubes de polvo. La fuerza de sobrepresión subsidió, y vientos de trescientos-kilómetros-por-hora barrieron sobre Jubilosa Exultación, eliminando ciudades y azotando olas de marea sobre sus líneas de costa. El Cisma Convenio (la destrucción de sus razas clientes durante un millar de años, y el génesis de su final) había verdaderamente comenzado.

SE

CCI Ó

N

VI

LOS FANTASMAS DE ONYX

CAPÍTULO

V E I N T I O CH O 1700 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMAZETA DORADUS, PLANETAONYX/ CERCA DEREGIÓN RESTRINGIDA ZONA 67

Kurt se agachó, inmóvil en la maleza, y esperó a que los Centinelas se movieran en posición. No había habido reunión feliz con el Equipo Azul, sin tiempo para explicaciones, ni siquiera un apretón de manos; todo para lo que había habido tiempo era correr. La patrulla Centinela había estado sobre ellos el instante en que habían recuperado a los Spartans... una hora de gato y ratón sin pausa a través de la jungla. Los drones estaban volviéndose muy buenos en cazarlos. Una pareja de Centinelas se detuvo, flotando cuatro metros sobre el suelo. Tras bombardear la jungla desde cien metros con rayos de energía... y errar, habían finalmente descendido a su nivel. Sus espatos laterales se doblaron como si pudieran oler la trampa. Los espatos cerca de cada esfera entonces flotaron separándose alejándose y ambas esferas se movieron a centímetros de la otra. Eso le recordó a Kurt a división celular, solo en marcha atrás. Se estaban combinando. Cuál era el propósito de este «apareamiento», Kurt no estaba seguro. Estaba, sin embargo, seguro de que no le gustaba. El ahora-doble Centinela se arrastró más cerca.

El Equipo Sable en el flanco izquierdo detonó fugases posicionados bajo los drones. Llamas se dispararon hacia arriba y encendieron el toldo, fundiendo metalla eliminando el follaje. Una fracción de segundo más tarde el Equipo Azul en el flanco derecho soltó un misil SPNKr y un granizo de disparo MA5B. Estaban en perfecta cobertura. El aire se llenó con blanco-rojizas trazadoras y negras nubes rodantes. Dos cercanos árboles se agrietaron y cayeron. Kurt brilló su luz de estado roja, y el fuego cesó. Sable pero habíahabían hechodefinitivamente saltar el arma. Una mitad antes de segundo quizás, disparado de que los Centinelas estuvieran en posición. ¿Qué había esperado? Por todos los combates simulados por los que los Spartans de la Compañía Gamma habían pasado, nada podía haberlos preparado para acción de guerrilla continua contra máquinas de matar Antevenidas. Kurt entrecerró los ojos. Incluso con mejora de imagen y termales no podía discernir nada en el aire donde habían estado lostroncos Centinelas. podíaardientes ver el suelo... entre los astillados de losPero árboles, hojas, y explosivo metal, no había tampoco ningún drone. Parpadeó su luz ámbar dos veces, ordenándoles a los equipos que cayeran atrás. No le gustaba eso ni un poco. Un banco entero de verdes luces de estado parpadeó en él. Kurt vio movimiento en la niebla: sombras que se resolvieron en seis varas colocadas en larga geometría hexagonal (dos esferas dentro) palpitando mientras el campo de energía envolviendo a los combinados Centinelas brillaba. Estaban completamente intactos. Kurt brilló su roja tres veces: la señal de retirada. Una esfera brilló y se movió hacia atrás y adelante buscando. Se detuvo y fijó sobre Kurt. Él saltó.

Un brillo de luz golpeó. El suelo de la jungla detonó y un cráter de tres-metros silbó y se agrietó en cristal. Kurt rodó hacia un agache e instintivamente devolvió fuego con su MA5K. Eso era parte del plan, también: la parte donde todo iba mal y había insistido en atraer el fuego del enemigo mientras los otros se deslizaban lejos. Conocía el terreno: el Río de Horquillas Gemelas tenía trescientos metros hacia el este. Debería ser un paseo a través del parque. La otra esfera brilló como pulido oro y sus balas rebotaron en su escudo de energía... incluso mientras la primera esfera seKurt recalentaba, construyendo carga otro disparo. corrió, zigzagueando hacia para el follaje. En su doblada configuración los Centinelas podían simultáneamente disparar y defenderse con un escudo de energía. Eso era un gran problema. Parecía que todos sus enfrentamientos con los Centinelas les estaban enseñando cómo ser más efectivos en combate. Explosiones siguieron a Kurt como si sus huellas las estuvieran colocando.

Los árboles se partieron más adelante y el Río de Horquillas Gemelas serpenteaba a través de la jungla. El agua estaba lodosa y agitada. Kurt saltó y salpicó hacia la rápida corriente. Se hundió hasta el fondo. Oxígeno interno cortó hacia dentro de su traje SPI, y Kurt agarró rocas a lo largo del fondo del río, arrastrándose río arriba. A través de la turbia agua vislumbró un borde de rocas y se metió debajo. Entre él y los Centinelas había tres metros de moviente agua fría-como-hielo, un metro de roca, y una capa de circuitos foto-reactivos en su armadura. Debería ser indetectable para cualquier sensor. Al menos lo suficientemente indetectable, esperaba, para engañar a esas cosas. Esperó. Ninguna explosión. Ningún brillo. Ningún calor.

El combinado Centinela no era su mayor preocupación, sin embargo. Era el que estaba en supervisión. Los Centinelas patrullaban en tres ahora: dos a la mitad hacia el nivel del suelo, y otro de dos a trescientos metros en el aire... observándolo todo, informando sobre sus tácticas, y aprendiendo. Mientras ese tercero los rastreara, los Spartans estarían en la defensiva, reaccionando, en lugar de iniciando acción. Kurt se preguntaba por qué los Centinelas no habían convocado refuerzos, combinado, y dejado soltar con suficiente potencia de fuego para quemar la jungla entera. ... ¿A jugando al gato y elmenos ratón que con estuvieran ellos? ¿Paradeliberadamente aprender más sobre cómo luchaban? Tenía que ser más listo que ellos. Eliminarlos a los tres. Tomar la iniciativa. Quizás con el Equipo Azul, podía hacerlo. Kurt esperó dos minutos más, entonces se empujó a sí mismo fuera del río. Esprintó por la cobertura en la jungla. No había señales de persecución. enposición silencio de porretirada. COM y se adentró de vuelta a la Permaneció prepreparada Mientras se acercaba a la región de rota tierra rodeando la Zona 67, deceleró. Había menos cobertura, así que escaneó los cielos por supervisión Centinela. Todo despejado. Más adelante la tierra se convertía en hierba de sabanas, árboles de acacias, y largas rocas estriadas. Una roca en particular tenía un hueco debajo de donde habían acordado encontrarse. Proveía cobertura sin restringir la vista del espacio aéreo local. Si eran atacados, tenían una despejada línea de vuelta a la jungla. Habría al menos dos guardas en control exterior, y al menos un Spartan en la línea de jungla para observar su línea de retirada. Normalmente clicaría en su COM dos veces para alertar al centinela, pero no querían correr ni siquiera ese pequeño riesgo en el claro.

Así que Kurt esperó, suponiendo que el centinela sería o Linda u Olivia. Si era Linda (escaneó los cercanos árboles) estaría ahí arriba, en una buena posición de francotirador. Si era Olivia, estaría en cualquier parte. Era inquietamente propensa al camuflaje y sigilo. Estaba el traqueteo: una única roca a tres metros a su izquierda. Se giró y, como predijo, Olivia se agachó a un metro detrás de él en la sobra de un bajo árbol, perfectamente fundiéndose contra la hierba y moteada luz en su armadura SPI, ondeando la mano hacia él para asegurarse de que vio la ligera mancha de movimiento. no tenía duda de que naranja ella podía haber estado en ropas Kurt de faena de fosforescente y seguir siendo capaz de lucir como parte del terreno. Kurt le hizo una señal de mano hacia ella y entonces apuntó su COM de haz-único hacia la roca de reunión. La COM estableció agitado de mano y entonces rujió a la vida. —Uno entrando —dijo él. —Ve más adelante —volvió la voz de Kelly—. Es bueno oír tu voz. — La tuya también. Fuera. Kurt recordó la última vez

que había tenido a Kelly en el haz único... cuando su paquete de propulsores había explotado y él había sido lanzado fuera de control hacia el espacio profundo.

Nunca había comprendido cuánto había echado de menos a sus viejos compañeros de equipo hasta que los había vuelto a ver. Por supuesto, ahora el Equipo Azul estaba en peligro, pero eso se parecía a los viejos tiempos también. No podía haber pedido mejores soldados con los que estar en problemas. Corrió a través del campo, bajo y silencioso, y entonces saltó hacia el oscurecido hueco. Tom, Ash, y Méndez se agacharon al lado de Kelly, Linda, y Fred. Se susurraron unos a los otros y sacaron planes sobre el barro.

Lucy estaba sentada calladamente al lado de la Dra. Halsey, quien miró a Kurt y entonces volvió a su ordenador portátil, examinando glifos Antevenidos.

Los

otros

SPARTANs-III

estaban

desaparecidos,

presuntamente en observación. —Me alegro de que lo lograran de vuelta hasta aquí en una pieza —dijo el jefe Méndez, y le dio un abreviado saludo —.

Casi me han tenido preocupado. —Gracias, Jefe. Coloque un relé de haz-único fuera y salude a los otros en patrulla. —Sí, señor —Méndez agarró un pequeño plato de antena. Linda,yKelly, y Fred se giraron «señor» entonces miraron haciahacia Kurt.Méndez cuando dijo Kurt chasqueó su dedo índice hacia arriba, la gestura de espera-un-segundo, y entonces se giró a Ash. —Soldado raso. —Señor —dijo Ash, y se irguió más rectamente. Su casco estaba fuera. Sudor brillaba en su cabeza y cuello. Era una seria brecha de los protocolos de combate, pero los trajes SPI nunca habían sido diseñados para uso extendido, y el Equipo Sable había tenido que estar sofocándose dentro de la Kurt cosa durante miró aldías. casco y Ash se blanqueó ante su error, e inmediatamente se lo puso deslizándoselo.

Kurt dijo: —Sable hizo saltar el arma en esa emboscada. —Sí, señor —saltó Ash en precisa atención de regulación — . Era mi culpa. Sentí que era el tiempo correcto, que los Centinelas estaban a punto de moverse fuera de la posición óptima de disparo. Esa no es excusa, señor. No ocurrirá de nuevo. ¿Había sentido Ash algo que Kurt no había? Aun así, las órdenes tenían que ser seguidas. —Cuento contigo para mantener a tu equipo en la labor y centrado. ¿Lo tenemos claro? —Absolutamente claro, señor —respondió Ash. Kurt entonces se movió más cerca del Equipo Azul.

Fred colocó una mano sobre el hombro de Kurt, una rara gestura entre Spartans. Hablaba volúmenes en el lenguaje de las duramente contenidas emociones Spartan. —Pensábamos que estabas muerto —murmuró Fred. Kurt le dio una palmada a Fred en su hombro también. — Hay tanto de lo que informarles. Los Centinelas, los SPARTANs-III... todo. Méndez dio un paso atrás hacia las sombras. —Conexión de haz-único establecida, señor. —... Lo cual tendrá que esperar un poco más —les dijo Kurt. Kurt abrió COMGRUPO tanto para Azul como a su eliminar a esa pareja Centinela antes Sable. de la siguiente fase de esta operación —dijo él—. Ash, llévate a Sable y exploren en el barranco más adelante. Encuentren ese túnel en el que saquearon hace unos días. Dante lo arreglará con dos cargas de cartera. Atraeremos a los Centinelas hacia dentro y entonces, ya que no podemos penetrar sus escudos, volaremos el lugar, y los enterraremos. Fred, Linda, y Kelly intercambiaron miradas. Normalmente —Vamos

Fred daba las aórdenes parauna el Equipo Azul. Fred le dio su equipo casi imperceptible agitación de su cabeza. —¿Qué hay del supervisor? —dijo Fred. —Realizaremos nuestro mejor disparo en rango — respondió Kurt—. Lo golpearemos con dos misiles SPNKr, los cuales con suerte debilitarán su escudo lo suficiente para que Linda lo penetre con unos pocos disparos. —¿Qué rango? —preguntó Linda. —Nunca se acercan a más de dos kilómetros —dijo Kurt. No era un disparo imposible. Pero dados vientos variables, un objetivo en movimiento, e intentando combinar fuego con golpes de misil... sería altamente improbable. Aun así, Kurt tenía que intentar algo para dar un paso por delante del enemigo.

Linda consideró un momento, entonces respondió: — Tengo un rango de precisión del ochenta y tres por cierto a ese rango. —De acuerdo —le dijo Kurt a Ash—, vayan. Tom, Lucy, apoyen a Sable, entonces agarren una pareja de lanzadores SPNKr y reúnanse con SPARTAN-058. Sus ONCs mayores y Ash se levantaron, asintieron, y aceleraron fuera del hueco. Kurt obtuvo luz de estado verde a lo largo de su pantalla. Apagó la red de haz-único conectada. Después de que los SPARTANs-III se hubieran ido, Kelly dijo: —Esos niños van a hacer que nos maten. Están actuando como si tuvieran algo que probar. Podríamos haber eliminado a esos Centinelas antes si hubieran seguido la orden de disparo. Kurt se erizó ante sus palabras. El Equipo Sable eran sus soldados y cada uno de sus fallos era su culpa. Su enfado se enfrió tan rápidamente como había venido. Ella tenía razón. En una constante voz le dijo: —No son «niños». Son Spartans. Kelly cruzó sus manos. Méndez dijo: —Creo, señor, que querría decirles lo que hemos conseguido aquí.

Kurt asintió y entonces explicó mucho del programa de entrenamiento SPARTAN-III, y la creación de las Compañías Alfa, Beta, y la recientemente acuñada Gamma. —Algunas de las bioaumentaciones son nuevas —explicó Kurt—. La respuesta de agresión normal de los SPARTANsIII ha sido —buscó la palabra correcta— mejorada en situaciones dehace extremo estrés. Les da ante increíbles reservas de aguante y los casi impermeables el trauma. —¿Es eso los que los está poniendo nerviosos? —se quejó Kelly. —Ninguno está nervioso —respondió él, entonces cayó en silencio.

Kurt sabía que estaba equivocado. ¿Por qué no podía admitirlo? ¿Era defensivo porque quería que sus Spartans fueran todo lo que los Spartans más viejos eran? Fred, Kelly, y Linda tenían décadas de experiencia de campo. Como OC de SPARTAN-III tendría que permanecer objetivo. —Tienes razón —dijo suavemente Kurt—. Están nerviosos. Y verdes. ¿Qué más podrían estar? Frescos fuera de la bota y tirados contra esos Centinelas —miró a Kelly, a Fred, y después a Linda—. Necesito su ayuda para asegurarme de que permanecen en línea... y, si es posible, sobreviven a esto. Linda y Fred lentamente asintieron. —Por supuesto —dijo Kelly, descruzando sus brazos. La Dra. Halsey miró por encima de su ordenador. —Me gustaría discutir esta «mejora de agresión» —dijo ella—. De hecho, tengo muchas preguntas sobre el programa SPARTAN-III, como ¿dónde está el resto de la Compañía Gamma? ¿Y Beta? ¿O Alfa? —Sus preguntas tendrán que esperar, Doctora —replicó Kurt—. Nos estamos quedando sin tiempo. Los refuerzos de Lord Hood podrían no llegar hasta aquí. Cada uno de los enfrentamientos con los Centinelas les enseña más. Pronto no seremos capaces de pararlos. —Debo insistir —dijo la Dra. Halsey. Sus palabras eran tan plácidas como suave agua, pero sus acerados ojos perforaban a través del casco de Kurt. Fred dio un paso más cerca de Kurt. —Estoy de acuerdo con Kurt, señora. Y si puedo advertir, con todo el debido respeto, usted no está en ninguna posición de demandar nada en esta situación táctica... especialmente después de que

secuestrara Kelly,deeludiera la cadena delacomando, dejara en elamedio una misión crítica en Gettysburgy. nos Kelly miró entre ellos, pillada en una conflictiva red de lealtades. La Dra. Halsey se levantó. —Ya he explicado mis acciones —dijo ella—. Y el descubrimiento de esta nueva tecnología Antevenida debería superar el peso de cualquier tan-

nombrada brecha del protocolo militar que pueda haber cometido. Un helado silencio llenó el hueco. La Dra. Halsey no tenía rango oficial, pero siempre había ejercido influencia considerable sobre sus Spartans. Eso tenía que terminar. Kurt estimaba su pericia científica e intelecto, pero no podía tenerla emitiendo órdenes confusas o conflictivas. —Ya que menciona el protocolo... —Kurtdeliberadamente giró su espalda hacia ella y se encaró al Equipo Azul—. Quiero clarificarles nuestra cadena de comando. Entiendo que Lord Hood te diera el comando de esta misión —le dijo a Fred—. Pero yo estoy al cargo de todo el personal de la UNSC en Onyx. Kurt activó su pestaña electrónica de amigo-o-enemigo, en extremadamente baja energía... solo lo suficiente para recoger. En sus pantallas aparecieron sus números de ID codificados-en color verde así como las barras y la insignia de estrella de un teniente comandante de la UNSC. Los Spartans se pusieron más rectos, su involuntaria respuesta cuando estaban en presencia de un oficial. —Estoy consecuentemente asumiendo el comando de esta misión —dijo Kurt. Ninguno dijo una palabra durante un momento... y entonces Fred saltó: —Sí, señor. Algo era diferente en la voz de Fred. Un poco de la familiaridad estaba desaparecida, pero había algo más: respeto. Kurt le dio al Equipo Azul un rápido asentimiento, y —Señora, quiero que entonces se giró a la Dra. Halsey. continúe con su análisis de los documentos de la Zona 67 sobre los Antevenidos. Espero una actualización en su progreso en dos horas. La Dra. Halsey arqueó una ceja. No dijo nada y lentamente se sentó, volviendo a su ordenador. Kurt interiormente suspiró. Esa era una batalla ganada hoy.

La luz de estado verde de Olivia brilló dos veces... la señal para «amistoso acercándose».

Un rizo cruzó la entrada hasta el hueco, parte sombra, parte roca, y entonces el camuflaje SPI se resolvió en Olivia. —Pareja Centinela —murmuró ella—. Medio kilómetro al sur, señor. Moviéndose en esta dirección en un patrón de búsqueda. Kurt dijo: —Todos, prepárense para movernos fuera. Kelly, prepárate; eres nuestro conejo. —Feliz de complacer, señor —ella hizo la señal de dosdedos sobre su placa frontal, la sonrisa Spartan tradicional. Los otros asintieron. Kurt sabía que lo seguirían, hacia la batalla, y directos a las puertas del infierno si él lo ordenaba. Tenía una sensación de que podría llegar a eso.

CAPÍTULO

V EI NT I NUE V E 1810 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMAZETA DORADUS,PLANETAONYX/ CERCA DEREGIÓN RESTRINGIDA ZONA 67

Kurt había visto francotiradores poniendo en cero sus instrumentos antes, pero nunca para un objetivo casi-vertical a rango-extremo.

Linda se tomaba la labor tan seriamente como un cirujano preparándose para un trasplante de corazón. Limpió un camino de rocosa tierra y extendió un felpudo de camu para que el polvo no obstruyera su rifle SRS99C-S2 AM. Después abrió un paquete que muchas conteníarecámaras herramientas, botellas de limpiador y lubricante, para su rifle, una caja de munición de 14,5×114 mm, y una pequeña tableta de datos. Seleccionó una de las recámaras y la inspeccionó; satisfecha, abrió la caja de munición y quitó una de las balas: pétalos de polímero rojo súper-endurecido rodeaban un dardo de tungsteno con aletas. La giró alrededor y miró hacia la base del cartucho. Opuesto al legendario «51» hondaba la alada estampa de cabeza de un reloj de arena flanqueado por dobles «X»s... significando que era munición de grado-igual cargada-a-mano de las Armerías Misrah en Marte. Deslizó la recámara hacia el rifle. Después conectó su mira Oráculo a la tableta de datos e hizo microcalibraciones. Finalmente se sentó, apoyó el rifle sobre su hombro, y entonces se inclinó hacia atrás plana y miró arriba hacia el cielo.

—Lista —dijo

ella por la COM de haz-único. Su voz era suelta y parecía estar en trance. —Ojos afilados —les dijo Kurt a todos. Los Spartans se habían movido del hueco de reunión hasta la alta tierra entre rotos cañones y mesas donde el Equipo Sable se había encontrado con primera vez con los Centinelas. Kurt los tenía diseminados a lo largo de ambos lados del valle. Kelly permanecía de pie sobre un lavado de grava en el centro del valle y escaneó el horizonte, esperando a que el Centinela doble la viera. El sol estaba alto y su sombra era un ondeante punto en su pie. Para alguien que era carnaza, parecía perfectamente suelta. El túnel donde Dante había forrado la entrada y salida con cargas estaba a un cuarto de kilómetro de su posición. Solo lo suficientemente lejos. La parte difícil de ese plan sería llevar a la pareja Centinela hacia el túnel, en lugar de permanecer alta y explotando a Kelly antes de que ella estuviera dentro. ¿Continuarían su «juego» de gato y ratón, o estaba la fase de colección-dedatos de su operación terminada? De cualquier manera, Kurt había colocado a su amiga en grave peligro.

Kelly miró arriba hacia la posición de Kurt y activó su haz único. —Lo veo —dijo ella—. Dos clics de lejanía. Voy a golpear su hombro. —Ve, Azul Dos —dijo él—. Mantén tu cabeza. Kurt mantuvo alta una mano, hizo un puño, y lo bombeó dos veces... la señal de «prepárense» para el resto del equipo. Kellyundirigió un imposible disparo hacia deasalto, dronespero con no su MAB5... objetivo con launpareja rifle de tenía previsto golpear, solo captar la atención de la cosa. El Centinela se giró hacia el informe de disparo y aceleró hacia ella.

Will informó por haz único: —Supervisor vislumbrado, once en punto, elevación de veinticuatro metros. El viento es de tres nudos desde el noroeste. Kurt le retransmitió eso a Linda. Su luz de estado ondeó ámbar mientras hacía un ligero ajuste en su posición, inclinando su rifle hacia arriba, y después congelándose. A ambos lados, Tom y Lucy levantaban lanzadores de misiles, esperando su orden para disparar. Mientras tanto, la pareja de Centinelas combinados se disparó hacia Kelly. Ella permaneció de pie ahí, observándola. Holly se movió cerca de Kurt, su rifle de asalto inútilmente apuntado al drone entrante. —¿Es ella lo suficientemente rápida? —Kelly es la Spartan más rápida —murmuró Kurt. Eso no respondió a su pregunta, sin embargo: ¿era ella lo suficientemente rápida? Kurt no lo sabía. La pareja Centinela estaba a medio kilómetro de distancia. Una de las esferas se calentó y luz brilló. Kelly dio tres pasos laterales mientras la tierra donde había estado permaneciendo de pie se vaporizaba. Glóbulos de derretida roca salpicaron el escudo de energía de su armadura MJOLNIR.

Hizo una antigua y arcana gestura hacia la máquina con un dedo. Mark se unió a Holly y Kurt. —De ninguna manera — respiró él. Kelly se giró y corrió, dejando una pluma de polvo en su estela. Los flotantes Centinelas aceleraron a doscientos kilómetros por hora. Una dorada lanza brilló desde su centro de masa... detonando en la tierra bajo sus pies. Kelly se dobló en una bola, tambaleó, y subió corriendo sin romper paso.

Esprintó directa hacia el túnel.

La geometría hexagonal de los Centinelas aleteó a lo largo de su trayectoria de flotación. A unos meros cinco metros sobre el lavado de grava y gritando hacia el túnel... no tenía tiempo para empujar hacia arriba. La persiguió bajando el agujero. Kelly apareció contorneada ante la abierta iluminación dorada llameando tras ella... ... y el túnel explotó. Conos de fuego se dispararon hacia fuera en ambos extremos. La supercalentada ola de sobrepresión difuminó la imagen de Kelly mientras era propulsada a través del aire, extremo sobre extremo. La colina se colapsó, y un centenar de toneladas de tierra aplastó a la pareja Centinela. Arena, roca, y polvo explotaron hacia fuera en alados propulsores. El cuerpo de Kelly impactó en una pared de rocas, y cayó suelta hacia el lavado de grava. Kurt le señaló al Equipo Sable para que bajara ahí abajo y ayudara. Quería correr hacia ella también, pero tenía que permanecer ahí y asegurarse de que la parte de largo-disparo de su operación tenía éxito. O, fallando eso, idear una retirada. Linda seguía bloqueada en lugar, rastreando al Centinela supervisor. Tom y Lucy arrodillados a ambos lados, misiles listos. Kurt entrecerró los ojos a lo largo del ángulo de su apuntado. Colgando en el aire, a más de dos kilómetros de distancia, había un único punto, su objetivo. Tenían que alcanzarlo o el Centinela informaría sobre su posición y enviaría refuerzos... los cuales no caerían en ese truco de nuevo. —Objetivo fuera-de-centro, aguilón de estribor —le murmuró Linda a Lucy y Tom—. Punto delantero. Ajustaron sus miras. —Bloqueado en objetivo —respondió Tom. —Fuego —dijo Linda suavemente.

Gemelas plumas de escape lavaron sobre ellos mientras los misiles gritaban hacia el aire. El Centinela supervisor se giró hacia los proyectiles entrantes y su escudo de energía brilló dorado. El hocico del rifle de Linda brilló. Sin parecer mover una molécula disparó hasta que la recámara estuvo vacía. Los misiles impactaron... humo y llamas se alzaron alrededor del Centinela.

Un latido después, los vientos volaron la nube de descarga a un lado... el Centinela se tambaleó, y desplomó. Linda se puso de pie. El Centinela se destruía mientras caía, esfera central y tres aguilones girando fuera de control hasta que impactaron. —Vayan —les dijo él—. Asegúrense de que está abajo. Kurt no desperdició otro segundo sobre el Centinela; se giró hacia atrás hacia el barranco y corrió... hacia Kelly. Escaneó las señales bio de Kelly, latido errático, presión sanguínea cayendo, baja temperatura corporal. Estaba al borde de un trauma. Kurt patinó hasta una parada en el barranco mientras Ash y Holly la mostraban levantándola. —Lo siento, señor —dijo Ash—. Los Centinelas estaban a tres metros de la salida. Si hubiera esperado algo más habrían limpiado la trampa. La hubiera disparado. No podía correr ese riesgo. Kelly agitó su cabeza... no para discrepar, más bien para limpiar sus sentidos. Sus señales bio se animaron. —Tiene razón —murmuró ella y tosió—. El niño lo ha hecho bien —le dio a Ash la señal del pulgar-arriba. Ash cabeza. Kurtinclinó respirósuun suspiro de alivio de que Kelly hubiera sobrevivido. Él había arriesgado su vida para ganar una ligera ventaja sobre el enemigo... ahora tendría que usarla sabiamente. —¿Qué es lo siguiente? —preguntó Fred.

Kurt les dijo: —Ahora tenemos una oportunidad. Si ese Centinela súper-visor no consiguió un fijado sobre nuestra posición tendremos algún espacio para maniobrar y tomar la iniciativa. —¿Maniobrar dónde? —preguntó Fred. —Zona 67 —dijo Kurt—. Es el centro de todo. Si hay alguna tecnología para ser recuperada además de partes de Centinelas rotas, va a estar ahí. —Las patrullas se vuelven más densas cuanto más lejos al norte vamos, señor —notó Dante. —Será de noche pronto —dijo Kurt—, tiempo suficiente para dar vuelta atrás a la nave de descenso del Equipo Azul. El sol estará colocándose y la pilotaremos baja, conseguiremos algún camuflaje de las largas sombras. Las rocas en esos cañones han estado cociéndose todo el día y tendremos cobertura térmica, también. Kurt examinó a su equipo. —¿A menos de que haya una idea mejor? Su mirada cayó sobre la Dra. Halsey mientras ella y el jefe Méndez se abrían camino bajando la pendiente del valle. Ella miró hacia él como si pudiera ver a través de su espejada placa frontal. —De acuerdo, permanezcan afilados. Olivia, Will, Linda, exploren más adelante. Sin charla por COM. Tengamos esto hecho. La Dra. Halsey observó a Kurt dando detalladas instrucciones a los Spartans. No le cuáles yfueran susque órdenes cómo lasimportaba estaba diciendo, el efecto tenía tanto sobre como ellos. Hablaba con confianza, pero también había calor y orgullo en su voz. Nunca había oído a ningún Spartan tan demostrativo. Ciertamente Kelly agrietaría la rara broma, pero esa era solo una capa de armadura emocional. Kurt era diferente.

Los Spartans, jóvenes y viejos, respondían hacia él. Estaba el usual estoicismo Spartan y ninguna pregunta formulada, pero también había asentimientos, ligeros ladeos de sus cabezas... la involuntaria indicación de absorta atención. Kurt era su líder ahora. Ese hecho podría servirle bien a ella en la inminente crisis. Por supuesto él estaba ocultando algo sobre sus SPARTANs-III. Si la muda sicológicamente dañada Lucy era alguna indicación de cuál era ese secreto, la Dra. Halsey solo podía adivinar en sus horrores. Pero mientras el fin se acercaba, no tendría más elección que confiar en Kurt. Tendría que confiar en que todos ellos perdonaran las mentiras que había contado sobre el yacimiento de un tesoro de tecnologías Antevenidas.

CAPÍTULO

T R E I NT A 1950 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMAZETA DORADUS, PLANETA ONYX/ CERCA DEREGIÓN RESTRINGIDA ZONA 67

Kurt permanecía de pie detrás de Kelly y Will en la cabina de la nave de descenso Convenio. Kelly estaba sentada en el asiento del piloto mientras Will Manejaba la estación del artillero y observaba los escáneres. Los otros Spartans, Méndez, y la Dra. Halsey estaban en la popa, preparando equipamiento, esperando, y observando.

Kelly se cambiaba hacia atrás y adelante... el asiento del piloto estaba inclinado malsobre para la fisiología y ella se dobló vergonzosamente superficiehumana, de control. Llevó la nave baja y rápida sobre la jungla. Los controles eran un extraño ensamblaje de holográficas geometrías que danzaban ante sus manos. Kurt intentaba aprender tanto como podía en caso de que tuviera que pilotar la nave alienígena. Era difícil, sin embargo, observarla a ella y no las pantallas de visión. El sol estaba a una mano del borde del horizonte, y la nave Convenio pasó a través de largas sombras y apagada luz roja. Mientras la jungla se estrechaba, Kelly dejó caer y se desvió abruptamente entre árboles de acacias, rozando a dos metros encima de la pradera. Sin mirar arriba de sus controles, Kelly dijo: —Trozo de tarta, TC. Relájese.

Suavizó su mano sobre una raya de aceleración y la nave se inclinó hacia adelante... comprimiendo la sabana y sobre las rotas tierras del cañón. Kelly maniobraba agresivamente... dando bandazos hacia arriba y abajo, realizando cuartos de giro para virar alrededor de mesas, dejando caer hacia barrancos y empujando hacia arriba en el último instante para esquivar un choque de cabeza contra una pared. —Genial —le murmuró Kurt a Kelly. Se forzó a sí mismo a liberar el borde de su asiento. Muerto más adelante la pendiente de una montaña se inclinaba gentilmente sobre doscientos metros. —Nada aerotransportado en los sensores —anunció Will— . Navegación limpia más adelante. —¿Estado en las cabezas? —preguntó Kurt por la COM. Ash clicó en el canal. —Todos los detonadores de cabezas FENRIS ahora asegurados y ceñidos a nuestra señal de COM segura, señor. Como ordenó, dos cabezas cortadas hacia abajo, armadas, y listas para transporte. Trabajando en el resto. —¡Aguanten! —sollozó Kelly.

La nariz de la nave se tambaleó hacia arriba. Una roca del tamaño de un Warthog se tambaleó hacia abajo en la pendiente de la montaña... cortando el tren de aterrizaje de la nave. La nave de descenso giró, pero Kelly expertamente viró, enderezó, y los tuvo de nuevo en rumbo. —Cerca —murmuró ella. —Reescanea por movimiento de superficie —le ordenó Kurt Will. el ángulo de la cámara a babor y estribor. Willa barrió Kurt vio que no estaban en una única montaña; era un rango... toda elevación equivalente, extendiéndose en un gentil arco tan lejos como podía ver. —Movimiento detectado —dijo Will—. Acaba de aparecer, señor. Más adelante. Tengo un bloqueo de objetivo.

Una silueta se resolvió en la pantalla de visión, contorneada por el brillo del poniente sol. Kelly fue duramente a babor. Mientras su ángulo relativo cambiaba, Kurt vio movimiento: tierra y rocas disparándose hacia arriba y entonces formaban una cascada bajando la pendiente. Will deslizó su mano sobre sus controles y polarizó el monitor, cortando el brillo. El movimiento venía de una colección de treinta Centinelas entrelazados, sus aguilones y esferas centrales ensambladas en una oblonga forma, y a través de su centro viaja un continuo curso de roca. Para Kurt eso lucía como un gusano mecánico regurgitando sobre el interior montañoso. La Dra. Halsey trepó hasta la cabina. —Ninguna espiga de energía detectada —dijo Will—. No están listos para disparar. Kurt tragó. —Estable en esta orientación —le dijo a Kelly. Observó la gigante máquina alejándose detrás de ellos. Tenía que haberlos visto. Treinta conjuntos de ojos no podían haber perdido algo tan grande como una nave de descenso Convenio. ¿Por qué no había atacado? La Dra. Halsey golpeó un control y una de las pantallas de visión saltó de vuelta a los combinados Centinelas. Estudió eso por un momento, y entonces declaró: —Juguetes de madera. —No comprendo la referencia —dijo Kurt. —Un antiguo juguete de niños —dijo ella—, palos y planos conectores redondeados. Esos podrían ser los equivalentes de los Antevenidos. Se reconfiguran para realizar varias labores, teniendo todos los componentes unidades antigravitatorias, generadoresbásicos de requeridos: escudos-de-fuerza, armamento proyector de energía. Este es el equivalente, sospecho, de las simples máquinas que comprenden nuestra tecnología: la rueda, la rampa, palanca, polea, y tornillo. Su casual análisis de una tecnología siglos más avanzada que la suya irritaba a Kurt.

—Diría Halsey—,

esto en esa configuración —continuó la Dra. no está diseñada para combate, y no atacará... a menos, por supuesto, que fueran provocados. Su programación, aunque sofisticada, parece dedicada; eso es, cada combinación Centinela se especializa para una única labor. Y ahora mismo, esa labor es mover barro. —No significa que no haya más parejas de combate alrededor —dijo Kelly—. ¿Órdenes, señor? Kurt detectó el más sutil borde de nerviosismo en la voz de Kelly. Él lo sentía, también, en el hoyo de su garganta. Si esos treinta Centinelas ahí atrás hubieran querido, hubieran hecho estallar esa nave en metralla. Solo había dos opciones: ir adelante o retirarse. Kurt se sentía como si su suerte se hubiera secado, pero también se sentía como si estuvieran cerca de encontrar algo. Deseó los días de simples misiones cuando solo había dos cosas sobre las que preocuparse: maniobrar y dónde estaban las líneas de fuego de tu equipo. Aun así, cuando lo rompes bajando hasta sus componentes, olvidadas las consecuencias de tener éxito o fracasar, ¿no era esa misión la misma que cualquier otra? Moverse y disparar. Encontrar un objetivo que capturar o neutralizar. Minimizar las víctimas mientras infringes daño máximo en tu enemigo. Entrar rápido. Salir más rápido. —Nuevo rumbo —le dijo a Kelly—. Ven a noventa grados a estribor. Llévanos arriba a ese lado-montañoso. —Sí, señor. La afinada nave de descenso con forma de horquilla se inclinó y cogió velocidad subiendo la pendiente. La tierra se desvaneció cumbre. bajo ellos mientras llegaban a la cresta de la Más adelante había un cráter de un centenar de kilómetros en diámetro. Había millares de los muevetierras en la pendiente interior... todos goteando rocas sobre el borde. Los Centinelas habían creado un gigante hormiguero. ¿Cuánto, se

preguntó Kurt, había la ONI limpiado en las décadas que habían estado ahí? ¿Y cuánto de eso era el hacer de los Centinelas? A elevaciones más bajas no había nada que ver. El sol estaba demasiado bajo, y sombras inundaban. Kurt propulsó la mejora de imagen en su pantalla frontal y débiles líneas se resolvieron... pero nada tenía sentido. —Llévanos más cerca —murmuró él. Kelly inclinó la nave bajando la pendiente interior, reduciendo su velocidad a un-cuarto. Las nubes encima se encendieron con naranjas y rojos mientras el poniente sol reflejaba sus lados inferiores... y el cráter interior brilló un débil ámbar. Kurt parpadeó, cegado por lo que vio. Nubes de imagende-espejo flotaban sobre anguladas superficies y quemaban rojas y doradas. Mientras sus ojos se ajustaban, vio torbellinos y bandas de otros acallados colores subyaciendo bajo las imágenes reflejadas: verdes rayas y negras y plateadas olas que parecían ser un océano en tempestad congelado en el lugar. Parpadeó una vez, dos, y entonces finalmente desentrañó la óptica ilusión de patrones, colores, y sombra. Había pilares y arcos, elevados acueductos; templos con columnas con coronas de tri-dimensionales símbolos Antevenidos; un bosque de esculpidas geometrías de esferas, cubos, y toris; carreteras que se curvaban hacia arriba y retorcían en superficies de Moebius... era una vasta ciudad alienígena. Kurt agitó la cabeza aclarándola, y entonces reconoció el material quede construía ciudad. había visto antes en caídas rocas ríos con larayas y lasLo losas extraídas de cerca del Cañón Gregor. Una roca tan abundante que ese mundo había sido llamado por ella. Solo el material en el cráter había sido pulido hasta la llanura óptica, reflejando el cielo con superpuestas bandas de arco iris. —Ónice —murmuró él.

—Cuarzo calcedónico con elementales trazos mejorando su variación espectral —remarcó la Dra. Halsey.

Festoneadas columnas se alzaban del suelo del cráter hasta las cimas de las montañas, una elevación que Kurt podía solo asumir que había sido del nivel del suelo antes de que la ONI empezara su excavación.

Mientras maniobraban más cerca de un pilar, Kelly ladeó la nave alrededor de su curva y Kurt vio imágenes reflejadas de un millar de diferentes puestas de sol... todas con variantes geometrías de nubes, algunas con manadas de pájaros migratorios, o dinosaurios, otro tenía humos de azul nave espacial, y uno quemaba con una supernova que iluminaba el crepúsculo... todas las imágenes capturadas ahí. ¿Del pasado? ¿El futuro? ¿Ambos? Y solo entonces la escala de la estructura se registró. Tenía tres kilómetros en diámetro, mayor que un trasporte de la UNSC. La mente de Kurt se oponía a la escala de esa tecnología, el esfuerzo que debía haber llevado construir tal cosa. Miró a la Dra. Halsey. Mientras ella intencionadamente estudiaba la pantalla de visión, no parecía lo más ligeramente poco impresionada.

—¿Sabía que esto podía estar aquí? —le preguntó a ella. —Sospechaba —dijo ella—. Francamente, después de

revisar los informes de las estructuras Halo, estoy de alguna manera decepcionada. —Mayor que las ruinas bajo Reach —dijo Kelly. —No descubrimos la extensión completa de esas ruinas — replicó la Dra. Halsey—, y probablemente nunca lo haremos —entrecerró

—. Ahí —dijo ella, ojosdistante hacia elcúpula monitorbrillante apuntando alosuna —. ¿Puedes moverte más cerca de esa estructura? —se giró hacia Kurt—. Con su permiso, Teniente Comandante. —Nueva dirección cero dos cinco —dijo Kurt—. Elige tu mejor camino. —Nuevo rumbo, sí —respondió Kelly.

Mientras descendían más profundamente, la nave de descenso aceleró pasada una escalera que ascendía a ningún sitio... cada escalón una hectárea de pulida roca sin romper. La luz reflejada-por-nubes se apaciguó y las suaves superficies se fundieron hacia la sombra. La cúpula de la Dra. Halsey se volvió rojo-dorada y desvaneció a una silueta. Will giró el radar pasivo sobre la cosa y un contorno superpuso la estructura. Kurt percibió que la cima de la cúpula tenía una faceta dividida en siete planas superficies, cada una con un alto arco llevando al interior. —¿Son esas lo suficientemente grandes para volar a través? —preguntó Kurt. Will consultó su pantalla de sensor. —Enormes — respondió. —Sí sí —ella empujó la nariz de la nave hacia arriba. Mientras los últimos trazos de luz se desvanecían, Kurt vio luces en el cráter... rojizos puntos que pululaban sobre cada una de las superficies. Centinelas. Las manos de Will brillaron sobre el panel sensor. — Nuevas firmas de energía detectadas. Frecuencias extremadamente bajas —miró arriba—. Más de un centenar de emisores distintos, señor. —¿Qué configuración? —preguntó la Dra. Halsey—. ¿Racimos, unidades individuales, o parejas? Will estudió el panel. —Noventa y cinco por ciento de racimos, unos pocos centenares de patrones individuales... y unos pocos cientos de firmas duales. —Unidades de combate —murmuró Kurt—. Kelly, alcanza su velocidad. —Tecleó la COMGRUPO y dijo—: Prepárense para un caliente descenso. Condiciones de listas-para-batalla. Verdes luces de estado brillaron de vuelta, confirmando su orden. Deceleraron sobre la oscureciente ciudad, lanzándose contra la cúpula. El instinto de Kurt le dijo que ese era el momento correcto para ir. La lógica, consciente porción de su mente, sin embargo, le urgía a irse. Confiaría en su

«intestino» en esa... llegar dentro y bajo cobertura, antes de que todos los Centinelas en el lugar disparan sobre ellos. —Bonito y fácil —dijo él. La mano de Kelly flotaba sobre la línea del acelerador. — ¿Crees que esas cosas son lo suficientemente listas para usar nuestros propios trucos contra nosotros? ¿Atraernos dentro y entonces cerrar la trampa? —Es una posibilidad —admitió él—. Pero no creo que se hayan tomado todas las molestias para desenterrar este lugar solo para volarlo a trozos —se encogió de hombros—. Solo una corazonada.

Kelly y Will se miraron uno al otro. —Entendido —dijo Kelly—. Acercándonos a estructura. Trescientos metros. —Llévanos atrás —dijo Kurt. Su nave se ralentizó, giró alrededor, y alojó hacia uno de los caminos de arco de la cúpula. Cinco naves de descenso Convenio podían haber cabido a través de la apertura con espacio para diseminarse.

Dentro, el azulado brillo de sus motores iluminaba las paredes. Las superficies interiores estaban inclinadas y grabadas con tablas estelares y los jeroglíficos Antevenidos. Abajo, siete superficies planas, cada una del tamaño de cubiertas de aterrizaje de transportes, estaban suavemente separadas. Kelly los colocó bajando una. Kurt salió de la nave de descenso. Will lo siguió, y juntos ayudaron a la Dra. Halsey a salir. Los otros Spartans tomaron posiciones defensivas alrededor de la nave. El sensorpero de movimiento de lamás naveallá mostraba todos de en cubierta, no había nada de la atableta aterrizaje salvo oscuridad. Cada uno de los ruidos era tragado por el vasto vacío del interior, y se sentía como si estuviera ahogándose en sombras y silencio. Inició una red de COM de haz-único, y abrió audio externo para que la Dra. Halsey los pudiera oír, también.

—Hacemos

esto rápido —le dijo a su equipo—. Olivia, Will, exploren el perímetro de esta tableta de aterrizaje. Quiero un informe en noventa segundos sobre todas las rutas y movimiento que el sensor golpee. Olivia y Will asintieron y se fundieron hacia la oscuridad. —Linda, Fred, Mark, Holly, consigan balas de agarre, escalen la cúpula, y tomen posiciones de observación exterior en los arcos. Coloquen relés de haz-único y cuerdas de cremallera. Cualquier cosa se mueve por este camino, hacen sonar la alarma. Sus luces de estado brillaron verdes. Linda desapareció hacia la nave y volvió con ejes parecidos a arpones y bolsas de cuerda. Se los pasó a los tres otros Spartans. Deslizaron las balas en sus rifles de francotirador, apuntaron, y las dispararon a través de los caminos de arco más arriba. Trenzaron monocuerdas sin corvaduras, empujaron por el agarre. Probaron las cuerdas y rápidamente ascendieron por las sogas. —Dante, Méndez, permanezcan con la nave. Tengan nuestro equipamiento listo y cargado en paquetes equilibrados. La luz de estado de Dante permaneció sin encender durante un segundo completo en protesta, y entonces parpadeó verde. Méndez asintió y abordaron la nave. —Kelly, Ash, Tom, Lucy... ustedes están conmigo y la Dra. Halsey. Ash, agarra esas bombas nucleares cortadas-abajo. Ash se movió hacia el área de carga de la nave de descenso y volvió levantando una mochila trasera. —Tom, Lucy —dijo Kurt—, mantengan a la Dra. Halsey cubierta. Sus ONCs mayores dieron un paso a ambos lados de la Doctora. —Tengo una escalera, señor —informó Will—. Va a través del suelo y alrededor del pedestal de soporte de la tableta de aterrizaje. Ningún movimiento detectado.

—Recibido —dijo

Kurt—. Olivia, conecta con Will. Explórenlo. Los seguiremos. Se orientó sobre la pestaña IAE de Will y colocó una antena de relé de haz-único en el borde de la plataforma para que pudiera mantenerse en contacto el lado superior. Kurt lideró a su equipo hasta las escaleras que formaban una hélice alrededor del gigante pedestal soportando la tableta de aterrizaje. Kelly y Ash estaban justo detrás de ellos, Tom vino el siguiente, entonces la Dra. Halsey, y Lucy en retaguardia.

Cada escalón de la escalera estaba separado a un cuarto de metro, pero se alejaban del pedestal diez metros. Kurt se pegó a la estructura interior de la espiral, esquivando la oscuridad que yacía más allá. La Dra. Halsey se detuvo para examinar la superficie rocosa. Lucy se paró, también, y la débil iluminación de las luces TÁC en su armadura SPI se reflejó en la banda de roca. Había translucidez hacia el material que, durante un momento, hizo que rebotadas reflexiones dentro de las reflexiones... y un infinito número de Lucys aparecieran reflejadas. Retrajo su mano, y precipitadamente continuaron. Después de tres revoluciones alrededor del soporte, la pestaña IAE de Will apareció en la pantalla frontal de Kurt. Un canal de COM de haz-único se abrió. —Cámara más adelante, señor —informó Will—. Con símbolos Antevenidos, creo.

La voz de Fred rompió por la COM: —Estamos en lugar. Ningún entrante. —Ojos afilados —le dijo Kurt a Fred. Entonces para Will dijo— : Muéstrame.

Will los llevó hasta escaleras pasando a través de un suelo y se detuvo a una arqueada entrada. Olivia se agachó ahí, rifle fuera, cubriendo la habitación más adelante. La cámara tenía solo cuatro metros a través. Después del espacio inductor-de-

agorafobia

de

la

ciudad,

esa

habitación

parecía

sofocantemente pequeña. —Mira —dijo Will, y dio un paso dentro.

Holográficos símbolos Antevenidos (puntos, guiones, líneas, y polígonos) surgían del suelo de piedra y se torcían alrededor de él. —Con su permiso, ¿Teniente Comandante? —preguntó la Dra. Halsey—. No es peligroso, se lo aseguro. He visto superficies de control similares en las grabaciones de misión de Halo. A Kurt no le gustaba un liderazgo civil, pero la Dra. Halsey era la experta ahí... tanto de experta como él tuviera en cualquier proporción.

—Muy bien, Doctora —dijo él—. Pero cuidadosamente.

La Dra. Halsey se abrió camino hacia adelante. — Permanezca perfectamente quieto —le dijo a él, y entró en la habitación. Golpeó un pequeño cuadrado azul cristalino; parpadeó en respuesta. —Aún malditamente difícil de leer —murmuró ella—. Hay una simple traducción bi-dimensional, pero ahora veo que hay interpretaciones más altas-dimensionales —alcanzó su portátil. —No hay tiempo para detalles —le dijo Kurt. Ella frunció el ceño y puso lejos su portátil. —Todo el significado está en los detalles, Teniente Comandante — comprimió sus labios, concentrándose en los símbolos, y entonces se enderechó—. Este camino. Empezó a dar zancadas a través de la habitación, y el suelo encendió unhacia brillante azulpared. delante de ella, corriendo directamente una negra Kurt colocó una mano sobre su brazo, gentilmente comprobando su movimiento. Él entonces le hizo señas a Lucy y Tom para que se unieran a él y los tres Spartans lentamente caminaron hacia adelante.

La Dra. Halsey apuntó a un pequeño ligeramente más brillante punto azul en la pared. Tom y Lucy tomaron posiciones de disparo a ambos lados de él. Kurt alcanzó el punto, listo para problemas. La pared se deslizó partiéndose y hacia la oscuridad más allá, un puente de luz chasqueó encendiéndose, arqueando hacia la distancia. Kurt le dijo a Olivia: —Permanece aquí y retransmite señales del lado superior. Ella asintió. Kurt se detuvo en la pared, probando su peso sobre el semitransparente puente. Contuvo. No le gustaba, sin embargo. Si la energía se cortaba, esa cosa se desvanecería. Se movió doce pasos, con Tom y Lucy justo detrás de él... aunque la distancia cubierta por sus pasos no parecía encajar con la mucha mayor distancia que percibía que estaba recorriendo a lo largo de la curva del puente. Miró abajo: insondables sombras. Mantuvo sus ojos al frente más adelante. Cuando llegaron al final del puente, una puerta de deslumbrante luz apareció, y las sombras se deslizaron abriéndose. Kurt, Tom, y Lucy pasaron a través, sin registrar tanto como un punto de contacto enemigo en sus sensores de movimiento. Se encontró a sí mismo en una semi-esférica cámara de veinte metros a través. En el centro estaba una consola sobre la cual jeroglíficos Antevenidos de tonosmetálicos pululaban.

Kurt se giró y le indicó a la Dra. Halsey que viniera a lo largo. Ella se dirigió rápidamente a través del puente. Kelly, Will, y Ash se dieron prisa detrás de ella, afilados para cualquier movimiento. Entraron en la habitación, y la Dra. Halsey estudió el holograma.

—Por

falta de un término mejor —dijo ella—, este es un centro de información —hizo correr sus manos sobre los símbolos en la consola—. Deberíamos ser capaces de encontrar, ah —golpeó un pequeño icono triangular en flexión— un mapa. Luz explotó alrededor de Kurt. Holográfica geometría brilló y magnificó hacia una distante perspectiva... una esfera de símbolos, líneas topológicas, y formas se hincharon sobre la consola, hasta que tocó el ápice de la habitación. —¿Un mapa? —preguntó Kurt. —De nuestra localización presente —dijo la Dra. Halsey. —¿Entonces este edificio es circundante? —preguntó Kelly. —No precisamente incorrecto —respondió la Dra. Halsey—. Nosotros estamos en este edificio. Y este edificio está en esta ciudad, la cual está técnicamente en este tannombrado planeta, pero esa vista es trasera. Observa. Rotó un dorado símbolo circular y holográficas estructuras pasaron a través de Kurt mientras el mapa se expandió. Un punto en la superficie de la esfera se magnificó y resolvió en líneas y una red, cuadrados, triángulos, y un círculo. La vista se magnificó sobre ese círculo y se ladeó 90 grados, mostrando profundidad, y una cúpula con faceta con siete arcos. La Dra. Halsey dobló el dorado símbolo circular y el enfoque se afiló, descendiendo a través de las capas del edificio, mostrando la tableta de aterrizaje, el contorno de la nave de descenso Convenio con un llameante núcleo reactor. Méndez y Ash aparecían y pequeñas señales bio al lado de ellos. La vista se introdujo más profundamente y la habitación en la que permanecían de pie se resolvió y Kurt se observó a sí mismo, los otros Spartans, y la Dra. Halsey. —Y atrás —dijo ella mientras giraba el icono del círculo. La habitación se hundió a un edificio a una ciudad y de vuelta al largo constructo esférico.

La escala de él finalmente chasqueó en la mente de Kurt. Una vez que lo comprendió, le llevó unos pocos segundos hablar de nuevo. —Cuando dijo que la traducción Antevenida para Onyx era «mundo escudo» —murmuró él—, esa era una traducción literal, ¿no? —Aparentemente eso —coincidió la Dra. Halsey—. El planeta entero es artificial... como los anillos Halo. Algo cazó su atención en la consola. Golpeó un octaedro azul. —¿Podría ser...? —murmuró ella. El mapa cambió una vez más, a través de la superficie del mundo, profundamente hacia la corteza, y reveló una cámara llena de maquinaria y ocho oblongas cápsulas que brillaban con campos de energía. Dentro había cuerpos humanos, traslúcidos, sus características como espectros. Al lado de cada uno palpitaba el trazo de sus corazones. —Ese es Katana —dijo Ash, y dio un paso más cerca—. Al menos cinco de las personas en esas cosas. Se desvanecieron en la Zona 67... antes de que todo esto empezara. —Tenemos que sacarlos —dijo Kurt—. Doctora, encuéntreme una ruta hasta esa localización. Kelly, Ash, cojan los paquetes médicos de la nave y... La Dra. Halsey mantuvo alta una mano. —Un momento, Teniente Coronel —tocó un punto. El mapa de Onyx retrocedió a un metro a través y estrellas parpadearon sobre las paredes de la sala-mapa. Un pequeño destructor Convenio apareció en órbita... entonces otro... y otro, hasta que veinticuatro naves habían brillado hacia espacio normal desde Deslizespacio. —Fuera de la sartén freidora... Kelly murmuró: La mente de Kurt corrió. Aún podían hacer eso. Recatar al Equipo Katana y salir de ahí. Pero no podían simplemente irse y darle al Convenio la tecnología en Onyx. Estaban las cabezas FENRIS, pero si las detonaban todas eso ni siquiera destruiría una pequeña fracción de ese planeta.

—Tenemos entrantes —agrietó la voz llena-de-estática de Fred por la COM—. Centinela. —¿Cuántos? —Señor, todos ellos.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y UNO

SÉPTIMO CICLO, 193 UNIDADES (CALENDARIO DE BATALLA CONVENIO)/ A BORDO DECRUCERO, INCORRUPTIBLE ; EN ÓRBITA SOBREPLANETA ONYX: ZETA DORADUS(DESIGNACIÓN HUMANA)

El maestro de nave Voro dio un paso arriba hacia la consola de comando sobre el puente del Incorruptible. Su tripulación saltó en atención en su presencia. Todo estaba perfecto. Controlaba una flota de las mejores naves en la que podría ser la misión más importante para su gente... y ese sería su momento de coronación: contactar con los—guardianes dedijo eseélmundo. Maestro deAntevenidos nave Qunu — por COM nave-a-nave— . Informe. En la pantalla holográfica central, el destructor de Qunu, el Perdido Lejos de Vista, continuaba acelerando fuera de la seguridad de la defensiva formación de la flota. Conectó hacia una órbita alta sobre el mundo que los humanos habían llamado «Onyx»; ese mundo no tenía significado para su Oráculo de traducción. —Maestro de Flota —respondió Qunu—, moviéndonos hacia el proscrito vector de suplicación. Un millar de pequeñas naves navegó sobre el polo magnético norte del planeta y se movió hacia el Perdido Lejos de Vista en vectores de ataque. —Que el honor encienda su camino —le dijo Voro a Qunu.

Qunu terminó la máxima Sangheili de viejos-tiempos: — Nuestra sangre forjará un millar de generaciones. Voro había considerado iniciar contacto él mismo, pero decidió que el honor debería ir a Qunu, cuyo conocimiento de las antiguas respuestas rituales de los Códices de Fuego y Arrepentimiento de la Primera Era no tenían igual. En la estación de sensor de Y gar una esquemática de uno de los navíos Antevenidos apareció: tres desconectados cilindros y una esfera. —Firmas de energía detectadas, señor —informó Y gar, su ojo bueno mirando fijamente a los patrones—. Escudos de energía y formas de olas de sistemas-ofensivos presentes. Voro consideró esto: las salidas de energía de esas pequeñas naves eran insuficientes para penetrar sus escudos... pero había tantas. —Gire activando el proyector de energía exterior —ordenó Voro. Uruo titubeó un latido, y entonces movió sus manos sobre los controles. —Proyector de energía exterior cargándose, señor. El brillo de lecturas de energía de los navíos Antevenidos se reflejó en la mirada de Voro. Durante su viaje Deslizespacial, Voro les había dejado claro a sus Maestros de Nave que tenían que estar dispuestos a colocar a un lado sus creencias. Otros habían sido cegados por la gloria del Anillo de los Dioses, y subsecuentemente destruidos por las infecciones humana y Diluvio. Debían estar preparados para cualquier cosa. —Alerte a la flota para que preparen las naves —le ordenó ’





Voro a Y gar.

—Sí, señor.

Voro quería creer que los Antevenidos habían dejado ese mundo para entregárselo en su hora de mayor necesidad... sus instintos, sin embargo, le decían que no confiara en nada salvo en sangre Sangheili.

—Perdido Lejos de Vista transmitiendo en un canal abierto —dijo Y gar, y lo puso en el audio del puente. —... déjennos lanzar las manos a un lado —el maestro de nave Qunu comenzó el saludo ritual—. ... Y como desechamos ’

nuestra ira. Tú, en fe, nos mantendrás seguros. Mientras que nosotros encontramos el camino. Los millares de las pequeñas naves flotaron en la holográfica pantalla central como una nube de polvo. Formaban geometrías octaedrales, solidificándose en cristales de oro y rubí en la oscuridad del espacio, rodeando al Perdido Lejos de Vista. —Transmisión entrante —dijo Y gar. Ambos de sus ojos, extraviados y ciegos, estaban abiertos con duda —. En el canal de los Profetas, señor. Una plana voz, entonando perfectamente con el antiguo dialecto, retumbó sobre el puente: —Fase de rescate ’

concluida. Fase de análisis-de-amenaza concluida. Reclamando petición de acceso al Mundo Escudo... denegado. Iniciando programa de defensa exterior. —Espigas de energía detectadas —dijo Y gar—. ’

Frecuencias cambiando a suites de resonancia —miró arriba—. Están combinando fuego, señor. —Canal del ancho de flota —gritó Voro—. Que todos los Maestros de Nave se preparen para disparar. Control de enlace de apuntado a través del Incorruptible. Uruo monitorizó su consola mientras las naves en su flota enlazaban hacia una única red de telaraña de potencia de fuego. —El control de disparo de la flota es ahora suyo, señor —le dijo a Voro. —Láser de objetivo y proyectores de energía en esas formaciones de racimo —dijo Voro. Uruo suavizó su mano sobre la red, doble-comprobando los números, y entonces dijo: —Soluciones de objetivo calculadas, señor. A su orden. Un millar de pequeños ojos llamearon dentro de las formaciones alienígenas. Rayos de energía se colimaron en

lanzas de dorada luz que pintaron el casco del Perdido Lejos de Vista. La nave no tenía sus escudos arriba. Rayos cortaron a través de armadura y cubiertas, perforando a través y a través, explotando conos de vaporizada aleación hacia el espacio. Voro extinguió su rabia y estudió la matanza. Alguna ventaja tenía que ser reunida de esa tragedia. Individualmente las pequeñas naves no podían hacer daño. Juntas, sin embargo, eran más que un rival para el Perdido Lejos de Vista. Sus estructuras octaedrales brillaban con escudos de energía. Voro asumió que su fuerza defensiva se multiplicaba cuando eran combinados también. —Liberen bloqueos de seguridad interenlace de armas — ordenó Voro, y alzó su mano. Rezó por el alma del maestro de nave Qunu, quien había revelado para ellos un nuevo enemigo. Penetradas por una docena de rayos, las cubiertas ventrales del Perdido Lejos de Vista explotaron. La nave rodó sobre sí como una gran bestia en sus dolores de muerte. Las armas cortaron a través de la sección de popa. El núcleo de plasma se agrietó, y tres plumas de azul fuego eructaron del casco (calentando el cuarto de popa del navío al rojo-, amarillo-, y entonces blanco-vivo) antes de que el navío detonara. La cristalina geometría de las formaciones alienígenas se cortó y sus escudos brillaron. —¡Ahora! —comandó Voro—. Todos los láseres y proyectores disparen.

Todas las naves bajo su comando lanzaron un bombardeo, yentrecruzantes la profundalíneas noche espacio Cientos se encendió con de del iluminación. de láseres pintaron los debilitados escudos alienígenas y los hicieron chisporrotear con estática. Diez microsegundos después, capacitadores proyectores-de-energía descargaron y explosiones de sagrada radiación blanca impactaron en las

formaciones, sobrecargaron los estresados escudos, y destruyeron su coherencia.

Arrancadas de su posición, las pequeñas naves drone eructaron en flujos de supercalentadas partículas. Sus ojos centrales llamearon al blanco vivo como si su furia sola pudiera protegerlos.

Explosiones se encadenaron a través del octaedral ensamblaje. Láseres y proyectores se apagaron y el espacio se conectó de nuevo hacia la oscuridad. Voro parpadeó.

Dentro de la pantalla holográfica los millares de naves alienígenas estaban destrozados, la mayoría ahora enfriando gotas de metal, tambaleando desconectadas varas y esferas. Esas que habían sobrevivido se movían lentamente mientras intentaban realinearse para otro ataque. —Ochenta y tres por ciento de los navíos destruidos —dijo Y gar. ’

Por la COM del ancho de la flota Voro dijo: —Que todas las naves rompan y ataquen. Aniquilen a los supervivientes con cargas de plasma antes de que se reagrupen. La flota aceleró hasta velocidad de ataque, quemándolos a todos. Las naves alienígenas más pequeñas estaban indefensas ante su embate. El maestro de nave Qunu había sido un héroe. Había demostrado para todos ellos que las viejas maneras de devoto aplacamiento no tenían lugar en esa nueva Era. Los Sangheili forjarían su propio camino, con su propia sangre, si era necesario. —Contacte con la

Absol ució n



—le dijo Voro a Y gar—.

Téngalos preparados para una transición Deslizespacial en atmósfera. Explorarán la región polar norte de donde esos drones vinieron y determinarán si hay objetivos de alto-valor que nuestros sensores hayan pasado por alto.

—Absol ución detenida, señor — replicó Y gar—. Órdenes retrasadas. —Se detuvo escuchando, entonces dijo—: La ’

Absolución es suya para comandar, Maestro de Flota. Voro asintió, indicando que iban. El espacio alrededor del elegante destructor brilló mientras sus capacitores Deslizespaciales descargaban. —Algo en la superficie del planeta, señor —dijo Y gar, ’

y

se

dobló más cerca, concentrándose—. Anomalía de energía en la región polar norteña. Ondeó su mano sobre sus controles y el visor central se partió, medio llenándose con una vista de las capas de hielo del planeta, magnificando más cerca para revelar un terreno azotado-por-el-viento de dunas de nieve. Un kilómetro sobre el suelo, el aire brillaba con exactamente el mismo patrón que la matriz de transición Deslizespacial de la Absolución. —Eso no debería estar pasando —remarcó Uruo, y dio paso más cerca de la imagen, intrigado —. Una matriz Deslizespacial solo aparece sobre la salida de una nave. La Absolución aún tiene que transicionar. —Detengan a la Absolución —dijo Voro—. Aborten el salto. Y gar agitó su cabeza. —Matri z Des lizespacial interfiriendo ’

con nuestra señal, señor. —Muévase para interceptar —ordenó Voro. El Incorruptible se ladeó y aceleró hacia el destructor mientras se doblaba hacia su campo Deslizespacial. La vista en la holográfica pantalla cambió. Sobre el polo norte tres nuevas formaciones octaedrales de naves alienígenas se materializaron en el brillo del campo de salida Deslizespacial. —¿Pueden saltar? —murmuró Voro.

Eso no tenía sentido. ¿Si tenían tal capacidad por qué no habían saltado hacia el combate con el Perdido Lejos de Vista? ¿O para ese motivo saltaron para evitar la destrucción del resto del grupo de batalla?

Voro se giró hacia Y gar, quien com prendía el espacio Deslizespacial mejor que cualquiera de sus oficiales. — ’

Explique —demandó él. Y gar se enderechó. —Señor, una transici ón Des lizespacial ’

requiere más energía de la que ese tamaño puede generar. Solo puedo suponer que de alguna manera están golpeando hacia el campo Deslizespacial de la Absolución. —Espigas de energía —dijo Uruo—. Región polar norteña. Las naves alienígenas dispararon, cientos de rayos rebotaron dentro de su unida geometría, combinándose y centrándose a través de sus escudos de energía... dirigidos hacia el centro del envolvente Deslizespacio. La Absolución se desvaneció de la órbita alta... ... reapareció en el centro del campo de los alienígenas de fuego. El casco del destructor se supercalentó al blanco... brillo se vaporizó, floreciendo en una bola de ultravioleta fuego. Los navíos alienígenas comprimieron las octeaderales formaciones de la ola de sobrepresión. Entonces volaron lejos en trayectorias aleatorias de la nube de humo, la cual era todo lo que quedaba de la Absolución. Voro observaba atontado y entonces reganó sus ingenios. —Escanee la superficie del planeta —le dijo Voro a Y gar— . Y recompruebe la grabación de sensor por anomalías justo antes de que esas naves aparecieran —abrió el canal de ancho de flota—. Que ninguna nave inicie una transición Deslizespacial sin mi orden explícita. Sus Maestros de Nave le enviaron sus reconocimientos, y veintiuna insignias de personal encendieron su consola. ’



—Firma de energía detectada —dijo Y gar—.

as En nuestrlos grabaciones antes de que las naves enemigas aparecieran, escáneres detectaron una explosión de energía de extremadamente baja-frecuencia... una transmisión desde esta localización. En el visor central un anillo de montañas saltó en el foco. Había movimiento alrededor del borde. Voro hizo una

magnificación y vio un drone de vara-y-esfera lanzándose hacia atrás hacia las sombras. ¿Transmisión? ¿Órdenes coordinadoras quizás? ¿O una localización central donde esos drones tenían algo digno de proteger? —Ese es nuestro objetivo —dijo él. Voro activó la COMFLOTA—. Todas las naves a patrón de ataque SOBREARCO y preparadas para descenso orbital. Carguen líneas laterales a máxima capacidad. El Incorruptible tomó posición sobre el ala de estribor de la reunida formación de ala y lideró el grupo de batalla hacia la atmósfera del planeta. Debajo de ellos, aire se calentó y rodó fuera de sus cascos en olas de fuego de convección. Voro observaba mientras las nubes en la atmósfera superior se partían de su combinada estela de arco... y se lamentaban sobre los agujeros en su formación. Dos naves perdidas. La culpa era suya. ¿Cómo podía alguien seguir sus órdenes tras tales errores? Aun así Voro sentía su confianza. Quizás eso fuera engaño, pero lo habían seguido incuestionablemente hacia la batalla. Sabían que lo que ocurriera ahí podía determinar el destino de todos los Sangheili. Tenían que tener éxito, incluso si eso costaba sus vidas. Se abalanzaron sobre la superficie del planeta, sobre junglas cubiertas-por-crepúsculo, ondulantes planos de hierba, y cañones llenos-de-sombra. Manadas de pájaros y animales herbívoros se diseminaron ante su ominosa presencia. Ninguna navelos alienígena más se alzó ¿Dónde estaban cientos que habían vistopara en eldesafiarlos. polo norte? ¿En reserva? ¿Acechando en emboscada? —Vayan a lentitud muerta —comandó Voro por la COMFLOTA—. Mantengan condiciones de batalla.

Mientras la flota cruzaba la cumbre del cráter, una colección de drones apareció en el borde interior goteando tierra y roca hacia el aire. Mientras el mayor cuerpo de la flota cruzaba hacia el cráter, la luz de sus calentadas líneas laterales iluminó la oscuridad interior, revelando gigantes arcos y pilares, pasos que rodeaban plateadas cúpulas con caras. Era una ciudad de magnificentes proporciones. Las formas fueron instintivamente reconocidas por Voro de Sagradas Escrituras. Cada línea y curva, cada símbolo había sido quemado hasta su alma. Era una ciudad Antevenida. Intacta. Sagrada. Sin tocar. Era lo que todos los miembros del Convenio hubieran soñado encontrar... si no en esa vida, entonces la siguiente. ¿Sería tan fácil reclamar su premio? Los tecnológicos y teológicos tesoros estaban lo suficiente cerca para tocarlos. Las juntas de Voro se debilitaron y quiso dejarse caer e inclinarse ante la gloria de todo ello. Se detuvo, avergonzado. Tal estupor religioso solo lo cegaba hacia los peligros. Voro no debía inclinarse a los fantasmas Antevenidos. Él debía ser la única autoridad ahí. Se giró a la pareja Lekgolo que había siempre permanecido a su espalda en el puente. —Prepárense para la batalla —les dijo. Aunque los Lekgolo no podían sonreír, Voro sintió sus «caras» flexionándose en placer, una docena de anguilas se retorció y se enrollaron unas sobre otras. Ladraron su asentimiento, se alzaron, saludaron, y retumbaron fuera del puente.sobre la consola de comando. La Voro hizo correr su mano sangre del maestro de nave Tano seguía manchando los bordes, tiñendo los emisores holográficos de azul. Lamentaba que su viejo mentor no hubiera sobrevivido para presenciar ese momento.

—Navíos

alienígenas acelerando desde la superficie — anunció Uruo—. Dos docenas, formación de parejas. En vectores de ataque. —Destruyan las naves —dijo Voro por COMFLOTA—, y solo las naves. Usen láseres, apuntado de alfiler. Pequeñas explosiones encendieron la noche mientras los drones eran borrados. Activó la COMNAVE. —Paruto, Waruna, durante el asalto terrestre tomen planes para minimizar daño colateral. Hubo una respuesta de ladrido-doble, y entonces Paruto preguntó: —¿Qué objetivo, Maestro de Flota? Voro examinó la vasta ciudad. Una búsqueda completa llevaría semanas.

—Pulse el Recibimiento de Antiguos para una respuesta de señal —le dijo a Y gar. —Sí, Maestro de Flota —transmitió la secuencia universal ’

de agitado de mano del Convenio, y esperó entonces una respuesta. Era solo un sueño que algún Antevenido quedara para responder la llamada. —Algo... —Y gar se inclinó más cerca para exam inar la ’

ondeante señal de respuesta. Voro se movió hasta su estación. —Es uno de los nuestros —declaró Voro—. Envíela al Oráculo de la nave para coincidencia de patrón. —Sí, señor — respondió Y gar—. ID de nave... clase DX. —¿Una nave de descenso? Identifique el registro de la nave madre. Y gar asumió la referenc ia y sus mandíbulas caye ron ’



abiertas en trauma. —El Espíritu Ensangrentado —murmuró él. Voro estrechó sus ojos ante las ondeantes señales de respuesta. Eso venía de la nave robada por los demonios humanos. ¿Los habían derrotado ahí? ¿Sobrevivieron las defensas Antevenidas y se infiltraron en las sagradas tierras?

Enfado hirvió dentro de él y nubló su mente, pero coleccionó su rabia... la guardó. —Triangule la señal —ordenó él. —Sí, señor. Ahí. La imagen cambió en el visor central. Una plateada cúpula se onduló hacia semisolidez. El ápice de la estructura dividía su cara en siete planos, y sobre cada uno, un arco abierto hacia el interior... arcos lo suficientemente grandes para que naves de descenso pasaran a través. Voro volvió a su consola de comando. —Paruto, Waruna, tenemos un objetivo. Reúnan las reservas de todas las naves en la flota. Paruto y Waruna respondieron simultáneamente con un subsónico retumbo de reconocimiento. —Ustedes, sin embargo, esperarán —les dijo Voro. Hubo silencio por la COM. «Esperar» era una palabra que nadie se atrevía a dirigirle a una pareja Lekgolo en el borde de la batalla. —Deberán esperar a que yo me una a ustedes —dijo Voro—. Porque yo debo liderar este asalto.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y DO S

2040 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / ESPACIO DESLIZCURSO CERCA DE SISTEMA ZETA DORADUS/ A BORDODEMERODEADORADUSKDELA UNSC

—Habiliten

protocolos de sigilo —ordenó el comandante Richard Lash—. Prepárense para transición al espacio normal. —Sí, señor —el teniente comandante Julian se giró hacia los oficiales del puente de la Dusk—. Fuentes de energía externas desconectadas —dijo él—. Bloqueen reflectores ablativos. Aseguren apaciguadores de motor.

La teniente Bethany Durruno en su estación de NAV entrecomprobó las calculaciones para la transición deslizespacial-a-normal. —Estamos casi ahí, señor. Treinta segundos. En la estación de SENSOR-OP, el teniente Joe Yang dijo: —Preparado para oscuridad y silencio corriendo, señor. Cinco puntos confirmados. Lash personalmente recomprobó todo en la pantalla cerca de la silla del capitán. Todo ordenado. ¿Así que por qué tenía una sensación de que todo estaba a punto de golpear el ventilador? Respuesta: en su corta tenencia como oficial al comando de la Dusk, el desastre inminente había sido la norma. No esperaba menos esa vez. —Vayan a espacio normal —ordenó él—. Comiencen el reloj.

Waters ajustó el cronómetro y dijo: —Tiempo en misión: quince y contando. Lash miró a su pasado-de-moda reloj de pulsera de resortes-y-engranajes, un regalo de su padre cuando se había graduado del CSO. —Mantenlo hendido, Hijo. Comprobó: estaba ciertamente hendido fuerte. Las luces del puente se oscurecieron al rojo mientras la energía de la nave se desviaba hacia el acelerador de partículas del dispositivo transluz Shaw-Fujikawa, y cortó un agujero negro hacia el espacio normal tres dimensiones de espacio interestelar.

El trío de oscurecidas pantallas de visión chisporroteó con estrellas. Un punto de luz estaba inusualmente brillante. La pantalla principal de centró en esa estrella, y parámetros astronómicos fluyeron al lado de Zeta Doradus. Elípticas órbitas trazaban desde los seis planetas interiores. —Arreglo positivo en referencias estelares —dijo la teniente Durruno—. Estamos ligeramente fuera de objetivo, señor. Tres millones de kilómetros. —Muévenos dentro —ordenó Lash—, un-tercio completo más adelante en rumbo de intercepción para el cuarto planeta. Dígale al teniente comandante Cho en Ingeniería que empiece a recargar los capacitadores Deslizespaciales. —Sí, señor —dijo ella. Ella se mordió su labio inferior, y el comandante Lash supo que estaba nerviosa, también... sintiendo algo malo ya en esa misión. La Dusk burbujeó a través del espacio, negro sobre negro; solo un indicador de las estrellas de fondo daba la más ligera indicación de quealalgo estaba ahí.y murmuró: —Señor, trece Waters miró cronómetro minutos para ir. Apenas tiempo para acercarnos al objetivo mientras ejecutamos a oscuras, déjeme solo para reunir un análisis detallado.

El tiempo nunca estaba en el lado del comandante Lash. O había demasiado tiempo y su tripulación había esperado días

o semanas ocultos o, como era ahora el caso, tenían que darse prisa y equilibradamente recoger datos precisos con remanentes ocultos. Era un infierno de elección: el destino de millares de vidas y ocho otras naves dependían de ello. Por otra parte, si la Dusk era detectada, ninguna intel volvería. Ni para mencionar, todos estarían muertos. Dieciocho meses de atrición de tripulación y acción constante estaban ahora cobrándose su premio en los oficiales de Lash. Observó a los tenientes Durruno y Yang y vio la fatiga de combate reflejada en sus extraviados ojos rodeados-de-negro. Habían soportado espera sin fin... perforada por salvas de plasma Convenio y fuego láser. Habían sido testigos de la caída de cuatro colonias y la incineración de billones. Estaban cerca del borde. Por ese motivo, así lo estaba él. —Tenemos nuestras órdenes —le dijo Lash a Waters—. Quince minutos dentro y entonces transicionamos de vuelta. Lo haremos lo mejor que podamos con el tiempo asignado. Tenían tiempo limitado por dos razones. Primero, pasados quince minutos la detección por sensores Convenio crecía en un rango estadísticamente geométrico. Segundo, tras quince minutos la habilidad de la Dusk para encontrar al resto de su grupo de batalla en Deslizespacio sería exponencialmente reducida. Lash se sentó hacia atrás, y en la buena tradición de los comandantes de merodeadoras en todas partes, practicó exudada paciencia.

El viaje de vuelta de la Dusk a la Tierra había ocurrido en tiempo récord. Habían cogido una estela en espacio deslizcurso, una habían indeterminantemente que informó: la estela Convenio que seguido. Su mayor IA-NAV PATRONES DE OLA COMO-DE-SOLITRÓN DETECTADOS CERCA DE CONSTRUCTO HALO. Lash no tenía ninguna idea de qué lo causaba, solo informó sobre ella a Lord Hood... quien había considerado su informe de estelas Deslizespaciales y entonces inmediatamente ordenado

que intentaran el mismo truco y siguieran el vector del equipo de ataque Spartan hasta que alcanzaran la estación remota Trípoli. Ahí se reunirían con un grupo de batalla bajo el comando del almirante Carl «Cazador» Patterson, proveerían asistencia al equipo Spartan, y afortunadamente obtendrían nuevas tecnologías que volcarían el nudo de esa guerra. Lash había oído rumores de las audaces acciones de los Spartans, abordando una nave Convenio, bombardeando su nave hermana, destruyendo el orbital tallo del Tallo Negro del Maíz en el proceso. La materia de la que estaban hechas las leyendas.

Estaba más que contento de permanecer en las sombras. Sin transmisiones de víd sobre su gloriosa muerte, gracias. La Dusk no había tenido oportunidad en la Tierra de tomar una tripulación completa o reabastecerse... en su lugar transicionaron inmediatamente al espacio Deslizcurso para cazar la rápidamente disipante estela de la nave Convenio capturadaporSpartans. —Rango máximo para el sistema de radar X-FEB * — anunció el teniente Yang—. Ocho minutos en el reloj, señor. —Comience una serie de alta-resolución —le dijo Lash—, superficie del planeta hasta puntos de Rangorezagado. —Viniendo en línea ahora —dijo Yang. Se puso derecho —. ¡Dos contactos en órbita planetaria alta! Destructores Convenio. Siluetas brillaron en la pantalla de Lash, confirmando el análisis de Yang. —Destructores pesados —murmuró Lash. Suficiente potencia de fuego concentrada merodeadoras de la UNSC. para eliminar una docena de

*

Frecuenta Extremadamente Baja

Waters preguntó: —¿Podría ser una de esas la nave de los Spartans? Podríamos enviar un pitido encriptado de bandaestrecha, señor. —Cualquier cosa es posible con Spartans —dijo Lash—, pero no es nuestro trabajo comunicarnos con ellos. Estamos aquí para reunir datos para la consideración estratégica del almirante Patterson.

Waters cerró sus ojos, pensando un momento, y finalmente dijo: —Sí, señor. El Teniente Comandante quería entrar en la lucha. Era un mortal sentimiento para el oficial de una merodeadora. Lash simpatizaba. Waters había hacía mucho tiempo perdido a su mujer y niños en Harvest. Pero el sigilo era su única defensa ante tal fuerza. La venganza no tenía lugar en esa nave. —Escombros en órbita —dijo Yang—. Estructuras metálicas. Composición de aleación desconocida en análisis espectroscópico. —¿Combate reciente? —preguntó Waters. —Sí, señor, plasma residual detectado. Sin embargo... tonelaje insuficiente para contar para incluso un destructor Convenio. —Venga a rumbo cero dos cero por tres dos cinco —le ordenó el comandante Lash a la teniente Durruno—. Corte motores y desvíe la energía a recargar los capacitadores de plasma. Ella centró su atención como de láser en sus controles NAV. —Viniendo cerca. Nueva trayectoria ajustada. Nuestra inercia nos llevará para una órbita dura —todo rastro de su fatiga se desvaneció y golpeó un mensaje de fuego-rápido en su teclado, replicó—están . El teniente comandante Cho informa quey entonces los capacitadores al cincuenta por ciento. Estarán calientes en seis minutos. —Vaya en camuflaje activo —le dijo el comandante Lash a Waters. Lash se forzó a sí mismo a permanecer centrado. Se sentía como un fraude, pero tenía que intentar mantener la ilusión

de confianza por el bien de sus oficiales. Nunca les dejaría saber cómo de asustado estaba. —Activen camuflaje en línea —dijo Waters—. Amortiguador de textura completo. Cuatro minutos en el reloj. La Dusk flotó hacia la línea de demarcación en crepúsculo del planeta. El normalmente recubrimiento ablativo negromate en sus superficies dorsales chasqueó con patrones de cirrostratos y lapices océanos y brillantes puestas de sol. —¿Radiológicas? —preguntó Lash. —Sin radiación beta de efecto-Argus detectada en la magnetosfera —respondió Yang—. El equipo Spartan no ha detonado ninguna cabeza armada FENRIS. —¿Es eso una cosa buena o mala? —murmuró Waters. Lash no estaba seguro. Si los Spartans habían estado ahí, esperaba que hubiera un sendero de destrucción. —¿Fuentes de energía planetaria? —le preguntó a Yang. —Nada, señor —respondió Yang mientras se inclinaba sobre los datos brillando en sus pantallas —. Seguimos teniendo un-cuarto de la superficie del planeta para escanear, sin embargo. Llevará siete minutos en esta órbita cubrir esa área. —Un minuto en el reloj —le dijo Waters. Titubeó como si tuviera más que decir... pero no lo hizo. Lash sabía lo que quería: una órbita completa, más tiempo, y un paso cerca de esos asentamientos de combate Convenio. Waters quería ser un héroe. —Estamos siguiendo las órdenes del almirante Patterson al pie de la letra —dijo Lash—. Tenemos dos naves de guerra Convenio en el otro lado de este planeta. Sin signo detectable de Spartans. Ninguna bomba disparada. Y no hemos sido vistos. Eso es suficiente. Lash bloqueó miradas con Waters. Waters apartó la mirada, frunció el ceño, pero asintió. Él dijo: —Preparación para transición Deslizespacial.

—Sí

sí —dijo la teniente Durruno. Suspiró, visiblemente relajándose en la decisión de irse—. Entrada de calculaciones de la matriz. Listos para transición en diecisiete segundos. Lash se inquietaba en la silla del capitán. Era el movimiento correcto irse. Si ejecutaban una órbita completa, su suerte probablemente se acabaría. Y esperando por sus datos de recon en Deslizespacio estaba el grupo de batalla de Patterson de ocho naves. Dos destructores Convenio eran una amenaza, pero era aceptado que posibilidades tres-a-uno a favor de la UNSC contra fuerzas Convenio era incluso una equiparación. ¿Cuatro a uno? Raramente tenían tales posibilidades en esa guerra. ¿Entonces por qué eso sentía totalmente mal? —Inicie transición Deslizespacial —ordenó el comandante Lash. Alrededor de la Dusk el espacio brilló azul y blanco y las estrellas se desvanecieron.

Ocho naves de la UNSC cayeron del espacio Deslizcurso hacia el negro vacío interestelar y hubo una exhibición de fuegos artificiales de azul radiación Cherenkov y aspirantes decadencias de subatómicas partículas.

El comandante Lash usó eso para su ventaja. —Ajuste nuevo rumbo a babor, perpendicular a vector de ataque de flota —le ordenó a la teniente Durruno. —Sí, señor —bajo el rojo brillo de la iluminación del puente, sus oficiales parecían más vivos ahora... y más asustados. La silenciada Dusk se movió lejos de los destructores, transporte, y crucero del grupo de batalla del almirante Patterson. Lash no estaba huyendo... un sentimiento que se encontró a sí mismo repitiendo siempre desde que había vislumbrado los eventos en el anillo Halo.

Había presentado a la Dusk como voluntaria para volver y explorar el planeta en una segunda misión de recon. Pero el Almirante le había dicho que no había tiempo. Estaba yendo para «pillar a esos bastardos Convenio con sus pantalones bajados» y golpear mientras estuvieran cerca del pozo gravitatorio del planeta.

Con las posibilidades en su favor era una sonada táctica. Aun así, le preocupaba a Lash que el Almirante comprometiera tantas vidas sin una imagen completa. —Muévanos a una órbita elíptica alrededor del lado oscuro de Onyx —ordenó Lash—. Ajuste apogeo hasta quinientos millares de kilómetros. Adelante a un-tercio de energía. —Nuevo rumbo ajustado, señor. —La teniente Durruno se giró para encarárselo. Luciendo dolorida, abrió su boca para hablar, titubeó, y entonces rápidamente dijo—: Ruego su perdón, Comandante. Pensé que teníamos órdenes de permanecer limpios del combate. —Lo haremos —dijo Lash—, pero vamos a terminar ese escáner planetario —se movió hacia la estación de NAV y colocó una mano sobre el hombro de Bethany—. Solo llévanos bien y fácil. Sus ojos se bloquearon hacia adelante sobre sus pantallas. —Sí, señor. Para el teniente Yang dijo: —Monitoree las termales del motor y empújenos pasando un-tercio de energía... directo al límite de línea-negra.

Yang tragó, y entonces respondió: —Sí sí, Comandante. Lash hizo danzar una buena cuerda. Quería velocidad e invisibilidad. —¡Acción en-pantalla! —anunció el teniente comandante Waters. En el visor central luces aparecieron en la oscuridad. El almirante Patterson había lanzado su golpe alfa. —Magnificación cuarenta —ordenó Lash. Los dos destructores Convenio saltaron en la pantalla central. Diseminados misiles Archer detonaron sin piedad en

sus escudos. Las naves giraron fuera de alineamientos orbitales para encarar a su enemigo, y en hacer eso, cerraron rangos. Tres blancas esferas saltaron detrás de los navíos... se expandieron y envolvieron los ahora-agrupados destructores enemigos. Propulsores de sobrecargados iones se canalizaron hacia abajo hacia la magnetosfera del planeta. —Colocación perfecta de las bombas —murmuró Yang, mirando entre la pantalla de visión y sus instrumentos —. Máxima destrucción y radiación atrapadas por el planeta para que la flota pueda entrar. —... Y acabar con ellos —Waters frotó sus manos juntas en inconsciente anticipación.

Las bolas de fuego se enfriaron a rojo y una única elegante silueta emergió: uno de los destructores Convenio había sobrevivido. Cargas de plasma se lanzaron hacia el centro del grupo de batalla de la UNSC... directamente al transporte buque insignia del almirante Patterson, el Stalingrado. Las proas de las naves de la UNSC brillaron mientras sus cañones aceleradores magnéticos disparaban.

Líneas de llamas y supercalentadas babosas cruzaron el espacio entre las dos fuerzas. El destructor Glasgow Kiss de la UNSC aceleró enfrente de la flota; la estrecha nave giró lateralmente, colocándose a sí misma entre el plasma entrante y el Stalingrado. Una docena de cápsulas de escape saltó de su casco mientras la nave cogía tres de las cuatro lanzas de fuego. El casco se calentó por un instante, y entonces se destruyó en fragmentos. —Rastree esas cápsulas —le ordenó Lash al teniente Yang. —Sí, señor.

En-pantalla, el Stalingrado tomó un golpe directo en su lado de babor. Plasma hormigueó a través de los metros de blindaje de armadura de titanio-A como un soplete a través de papel de arroz, y sus cubiertas de sección media centrales se vertieron.

Las balas MAC de la flota de la UNSC impactaron en el destructor Convenio. Las babosas abollaron a través de los reconstituidos escudos de la nave, y entonces a través del casco, golpeándolo hacia atrás tan violentamente que retumbó fuera de control hacia la atmósfera del planeta, dejando una cola de turbulencia y fuego. Sus motores brillaron y aceleraron hacia una órbita extremadamente baja... lejos de la flota. —Cobardes —murmuró

Waters.

—Lo

dudo —replicó Lash—. Hemos sobrevivido a cinco enfrenamientos UNSC-Convenio —miró hacia el profundo espacio, recordando la matanza, y que la UNSC había ganado solo una de esas batallas—. El Convenio no huye sin más, Teniente Comandante. Podrían dejar de atacar para reagruparse, pero cuanto eran superados en armas y número... se iban abajo balanceándose. Había solo una razón concebible para que ese solitario destructor Convenio girara la cola. Lash le dijo a la teniente Durruno: —Estamos yendo brillantemente. Incremente velocidad a flanqueo. Mantenga su rumbo. —¿Señor...? —se inclinó sobre sus controles —. Sí, señor. Lash tecleó COMNAVE para Ingeniería. —Teniente comandante Cho, drene los capacitadores Deslizespaciales y dirija la energía a los motores. Los quiero al ciento treinta por ciento de calientes. Lo que sentía como victoria en el puente hacía un momento se desvaneció y el oficial de Lash de nuevo apareció cauteloso y cansado. Hubo silencio por la COMNAVE y entonces Cho respondió: —Dirigiendo energía ahora. La Dusk estaba fuera en el espacio abierto, y Lash estaba violando la primera norma de cualquier capitán de merodeadora: permanece oculto.

Pero cada uno de los instintos que tenía había gritado que el Convenio no sería así de fácil de derrotar, y que habían pasado por alto algo de vital importancia. Las siete naves del almirante Patterson salieron en persecución tras el único navío Convenio. Se desvanecieron mientras la Dusk se arqueaba alrededor del planeta. Lash volvió a la silla del capitán e incómodamente se ajustó en ella. Waters permanecía al lado de él y murmuró: —Dígame que sabe lo que está haciendo, Richard. Lash se inclinó hacia adelante y no dijo nada. —Llegando al lado oscuro de Onyx en quince segundos — dijo el teniente Yang—. Diez... cinco... tres, dos, uno. La cara en tiempo nocturno del planeta apareció en todas las pantallas de visión, oscuridad guardaba las brillantes nubes en el borde del crepúsculo. —¡Punto caliente! —gritó Yang—. En el horizonte: veintisiete grados norte, ciento dieciocho grados este. Recalibrando termales para cortar a través de distorsión atmosférica. En la pantalla de visión principal una ondeante imagen se resolvió en veinte naves de guerra Convenio (escalando a velocidad de flanqueo a través de la atmósfera) en un vector de intercepción hacia la flota del almirante Patterson. Lash saltó poniéndose de pie. —Corte la energía del motor a un-tercio —dijo él—. Rehabilite protocolos de sigilo. Vengan a nueva dirección: órbita polar. Consígame una línea de visión despejada hacia el Stalingrado. —Nueva dirección, sí —dijo la teniente Durruno, su voz enderechándose mientras calculaba la órbita—. Agárrense para ignición de corrección a un-tercio de energía. La Dusk chilló y se ladeó hacia una alineación polar. Motores retumbaron y la merodeadora se arqueó hacia las capas de hielo de Onyx. —Cenit en veintitrés segundos —dijo Durruno.

Lash sintonizó hacia el teniente comandante Waters. — Informe de acción. La mirada de Waters estaba ya centrada en su pantalla. — Nada. La flota Convenio nos está ignorando. Lash debería haberse aliviado; podían haber destruido la Dusk con unos pocos disparos láser. Ir a oscuras era la cosa correcta para hacer. Pero a pesar de sus años de entrenamiento en evadir al enemigo, Lash deseó que el Convenio se hubiera girado. Podría haberle dado a Patterson unos pocos segundos adicionales para ver qué estaba yendo. Esperó quince segundos (el más agonizante cuarto de minuto de su vida) observando las nubes, masas de tierra, y océanos de Onyx pasar bajo su nave. La Dusk finalmente alcanzó la cima del polo y las estrellas (así como la flota del almirante Patterson) reaparecieron en la pantalla delantera. A solo un centenar de kilómetros de distancia los navíos de la UNSC dispararon todos los cañones aceleradores magnéticos y dispararon una descarga de misiles Archer a las naves Convenio corriendo hacia ellos. Las balas meteoríticas llamearon a través de la atmósfera dejando humeantes cicatrices. Láseres brillaron de las naves Convenio destruyendo misiles entrantes, pero no pudieron parar las babosas MAC disparadas-a-punto-blanco. Siete balas MAC golpearon a los destructores Convenio en cabeza en la línea Convenio, destruyeron sus escudos, abollaron la armadura, y embistieron a través de cascos, hiriendo a los navíos tanto que abortaron su oleada de ataque mientras erandepillados en el empuje sobrecargando gravitatorio delmientras planeta. Los motores una nave brillaron, su capitán intentaba un aterrizaje de supervivencia. Un solitario destructor, sin embargo, giró en órbita, su impulso hacia adelante lo neutralizó. Una victoria. Lash sabía que sería cortamente-vivida.

El enemigo los superaba en número a casi tres a uno con armas superiores y escudos defensivos. Y la proximidad de un pozo gravitatorio significaba que Patterson estaba con la espalda contra una esquina. Sería una masacre. Plasma eructó de la flota Convenio que había lucido como una llama solar mientras hervía a través del vacío del espacio hacia las naves de la UNSC. Patterson no era ningún necio. No intentó evadir a ese rango. En su lugar los motores de sus naves se calentaron e inclinaron hacia una órbita más baja... acelerando hacia el ataque. Eso no haría nada para detener plasma guiado, pero emergerían yendo mucho más rápido, posiblemente lo suficientemente rápido para evitar un segundo ataque. El plasma rastreó las naves de la UNSC mientras flotaban. Una fracción de segundo antes de que impactara, proyectores de energía se encendieron en las naves Convenio y deslumbrantes rayos de pura radiación blanca iluminaron las naves de Patterson... tan brillante, la escena se congeló durante un instante, quemada en las retinas de Lash. Explosiones y duchas de derretido titanio llenaron las pantallas de visión y rápidamente se expandieron hacia una nube de chispas y humo y el retumbo agrietó las cáscaras de las naves de la UNSC. Milagrosamente cinco naves de guerra humanas se propulsaron del centro de esa destrucción, haciendo fluir fuego y vertiendo atmósfera... retumbando hacia el corazón de la flota Convenio. Un destructor de la UNSC, Iwo Jima, rozó un transporte Convenio tres veces tamaño, fue reflejado de sus escudos, y de se inclinó haciasuotros dos destructores Convenio. El navío de la UNSC eructó desde dentro, sobrecarga del reactor y una única cabeza nuclear detonó en un acto de autodestrucción. La bola de fuego envolvió ocho naves enemigas cercanas... de las cuales seis sobrevivieron tras sus brillantes escudos de energía.

La flota Convenio estaba en desorden, ralentizó y se detuvo para reagruparse.

Las naves de Patterson continuaron acelerando y arqueándose alrededor de lejano lado de Onyx. Habían sobrevivido... al menos para un paso orbital más. —Contactos adicionales —dijo Yang. Medio se puso de pie de su asiento y flotó sobre la borda de sensores —. Rápidamente ascendiendo de la superficie del planeta. Rumbo de intercepción para la flota Convenio. El corazón de Lash se hundió hacia su estómago. — Refuerzos —dijo él. Yang estaba en silencio, estudiando su pantalla, y entonces dijo: —No, señor. Mire, en su pantalla. Lash sintonizó la pequeña pantalla de la silla del capitán hacia él y examinó una silueta de nave. El ordenador extrapoló un áspero modelo tri-dimensional de tres aguilones, y una esfera sin estructuras de conexión. —Miden tres metros de cabo a rabo —dijo Yang—. El radar pasivo está recogiendo millares de ellos. La pantalla de visión central saltó a una ventaja mediaorbital y Lash observó mientras un conjunto de las pequeñas naves se reunía en tres octaedrales formas. Las naves Convenio se giraron hacia esa nueva amenaza, abandonando su persecución del grupo de batalla del almirante Patterson. Líneas laterales se calentaron y barreras de plasma se arquearon hacia las formaciones alienígenas acercándose. Fuego llovió sobre la construcción de ocho-lados en cabeza y un escudo de energía reunió lo que parecía agua moteadacon-oro. El plasma titubeó ahí como si fuera atrapado en uny campo magnético. Se calentó al amarillo-, blanco-vivo, entonces se tiñó azul y ultravioleta. El plasma se derritió a través del escudo, y entonces pasó sin daños dentro de la formación. —¿Captura de plasma? —murmuró Waters en terror—. Eso es un infierno de truco.

Las esferas dentro de la formación alienígena brillaron, y desde cada una, centelleantes rayos se dispararon a través de la atmósfera hacia las naves Convenio comprimiendo el borde en cabeza de su flota. Un centenar de rayos de energía penetraron los escudos Convenio y cortaron a través de sus cascos. El supercalentado plasma dentro de la formación alienígena entonces fluyó a través de los rayos, enrollándose y retorciéndose como una serpiente, y pintó las dañadas naves Convenio, vaporizando cascos, derritiendo cubiertas y superestructuras como si fueran película de plástico. Tres destructores Convenio detonaron bajo este combinado fuego. El plasma se disipó a través de la atmósfera superior, llenando el vacío cercano con una desvaneciente neblina púrpura. Las naves Convenio supervivientes lucharon para acelerar fuera del pozo gravitatorio. Las otras naves alienígenas, sin embargo, eran más rápidas y las ganaron. Dos navíos Convenio giraron sobre sí y dispararon sus proyectores de energía y láseres a la formación alienígena en cabeza. Los escudos de los octaedros crujieron con estática y se disiparon. Las pequeñas naves dentro de la formación florecieron en bolas de fuego. Las remanentes dos formaciones alienígenas dispararon sobre esa retaguardia Convenio... rayos de energía cortaron sus escudos y los explotaron a átomos. La táctica Convenio, sin embargo, había funcionado. El equilibro de su flota había escapado a la gravedad de Onyx y ganado distancia de sus perseguidores. La mente de Lash se tambaleó. ¿Quiénes eran esos nuevos alienígenas? ¿O era esa un arma capturada y controlada por los Spartans enviados delante de ellos?

Las tácticas Convenio también confundían a Lash. No habían usado un salto Deslizespacial... algo que él estaba seguro que hubieran hecho para escapar en lugar de sacrificar dos naves. Repentinamente, todo en esa guerra había cambiado. El comandante Lash no estaba seguro de si era para mejor, o para peor. —Rompan órbita... muertamente lento —murmuró Lash— . Muévanos a Rangorezagado-Tres. Teniente Yang, comprobación continua en nuestro perfil de sigilo. Durruno, mantenga el radar pasivo y busque cápsulas de escape. —¿Qué demonios son? —preguntó Waters, mirando fijamente a la pantalla de visión. Las octaedrales formaciones flotaron separándose y los drones se diseminaron en la atmósfera superior. Lash agitó su cabeza. —Transmisión en la Banda-E de la UNSC, señor —dijo Yang, esforzándose para escuchar en su auricular—. De la superficie del planeta. Alguien está transmitiendo en el abierto. —Para las fuerzas de la UNSC en órbita sobre el planeta designado XF-063, aquí la Inteligencia Artificial Verano Interminable, ID MIL IA 4279. Si quieren sobrevivir a los siguientes tres minutos, respondan a este saludo.

Lash y Waters intercambiaron sorprendidas miradas. —El mensaje se repite, señor —dijo Yang—. Esquema codificado en las ondas de transporte indican una respuesta a través de protocolo de encriptación JERICÓ. Lash no estaba seguro de qué hacer. La flota de Patterson estaba enElelConvenio lado equivocado delalienígenas planeta para recibir ese mensaje. y las fuerzas de disposición desconocida estaban demasiado cerca para la comodidad. Y por el momento, mientras la Dusk estuviera en silencio, estaban seguros. —Deje caer un satélite de COM VIUDA NEGRA —ordenó Lash—, y entonces muévanos fuera treinta mil metros y dirija

un único haz. Envíe esto: «Para ID MIL IA 4279, aquí comandante Richard Lash de la merodeadora Dusk de la UNSC. Estamos escuchando...»

CCI Ó

V II

N E SRECLAMADORES

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y

TR ES

2030 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DO RADUS, PLANETA ONYX/ REGIÓN RESTRINGIDA ZONA 67

Kurt se giró hacia la Dra. Halsey. —La puerta, Doctora. Ella golpeó un icono Antevenido. Una puerta se abrió deslizándose. —Use esta cosa —dijo Kurt, y ondeó la mano hacia la entera sala de mapa holográfica—, y encuentre un camino hasta los Spartans en crio. Si no puede hacer eso, entonces encuentre una ruta fuera de este lugar... bajo tierra, lo suficientemente pequeño para que esos Centinelas no puedan seguirnos. Molestia cruzó los rasgos de la Dra. Halsey mientras manipulaba la sala mapa y magnificaba alrededor de la estructura interna del planeta (capas de habitaciones, máquinas, proyectos cortados por la mitad, varas de conexión y esféricas juntas, corredores y vastas cámaras) rápidamente revoloteando a través del espacio. —Hay unas pocas cosas que debo comprobar primero, Teniente Comandante —la Dra. Halsey inclinó sus gafas para que el brillo reflectante de las imágenes holográficas blindara sus ojos. —Will —dijo Kurt por la COM—. Protégela... y mantenla en la labor. La última cosa que necesitaba en una situación de combate era que la Dra. Halsey se rebelara y no siguiera órdenes.

—Entendido —respondió

Will.

—Kelly, Tom, defiendan el corredor —dijo Kurt—. El resto

de ustedes, lado superior conmigo. Verdes luces de reconocimiento quemaron en su pantalla frontal, y Kurt llevó el equilibrio de su equipo de vuelta a las escaleras. A medio camino subiendo la espiral, Kurt contactó con Dante. —Quiero explosivos en esa cúpula. Llega ahí arriba LAP. Dante respondió con un gruñido por la COM. —Ya a mitad de camino subiendo la cuerda, señor. Le satisfacía a Kurt oír que sus SPARTANs-III estaban dos pasos por delante de él. Dobló la última curva de las escaleras y dio un paso hacia la tableta de aterrizaje. Kurt les indicó a los Spartans y entonces a las cuatro cuerdas colgadas hacia los caminos de arcos arriba. Ash, Olivia, y Lucy escalaron las enmarañadas monocuerdas. Él entonces se reunió con el jefe Méndez cerca de la nave de descenso. —Todo está listo para ir, señor —dijo Méndez—, excepto las cabezas FENRIS. Necesitaremos más tiempo para cortar el resto de ellas para el transporte —asintió sobre el borde—. Preparadas seis líneas por ahí, solo en caso de que necesitemos un camino rápido hacia abajo. —Buen razonamiento, Jefe. Kurt quitó la tableta de datos del tamaño-de-un-pulgar de su guantelete, y se la alcanzó a Méndez. —Prepare los detonadores de las cabezas y sincronice códigos de disparo a

través de esta Con Centinelas y Convenio dentro, quiero todas mistableta. opciones abiertas. La cara de Méndez se convirtió en una máscara de acero. —Sí, señor. ¿Después de eso dónde me quiere? Méndez era un disparo agrietado, pero estaba sin armadura y era más lento que los otros. Mantenerlo cerca arriesgaría las vidas de todos.

—Le necesito con la Dra. Halsey, Jefe. Siga las luces. Déjele

saber a Kelly que está viniendo. Ella está enterrada dentro. Para su crédito el Jefe no mostró ninguna decepción... solo el titubeo de un momento antes de que respondiera: —Sí, señor. Kurt agarró una línea de ascensión y se empujó a sí mismo hacia arriba, rápidamente escalando hacia un camino de arco veinte metros sobre la tableta de aterrizaje. Linda le cedió una mano y lo ayudó hacia el borde. Ella se soltó de nuevo hacia su posición en el lejano lado del arco, se extendió plana, y observó a través de su mira de francotirador. Kurt se agachó en el lado opuesto y escaneó la ciudad. Bajo otra circunstancia la vista nocturna de la arquitectura alienígena y las cambiantes luces Centinelas lo hubieran llenado con terror. Ahora, sin embargo, solo estaba preocupado con sobrevivir.

El espacio aéreo estaba limpio. Sin querer arriesgar a usar siquiera el haz-único, Kurt ondeó su mano hacia Fred en el arco adyacente e hizo una gestura de círculo horizontal en el aire, preguntando, ¿Dónde están? Fred mantuvo alta una mano. Un apareado par Centinela silenciosamente se deslizó pasando el abierto arco... diez metros delante de Kurt. Las esferas dentro de los aguilones se movieron hacia atrás y adelante. Continuó su órbita alrededor de la cúpula, moviéndose fuera de vista, y otra pareja Centinela apareció a lo largo de la misma trayectoria. No estaban atacando, así sitenían que protegiendo sentir a los Spartans dentro. Casi lucíaaun como estuvieran esa cúpula. Kurt se endureció a sí mismo, resistiendo el urge de disparar a un objetivo tan cercano. ¿Qué bien podría haberle hecho? No podía penetrar esos escudos.

Sintió vibraciones, y en la distancia luces chasquearon a lo largo del borde del cráter. El bulboso casco de una única nave Seraf Convenio apareció, entonces otro Seraf apareció, entonces siete más... y entonces dos docenas volando en formación. Kurt contuvo su aliento, esperando que solo fuera un grupo de búsqueda.

Una línea de destructores Convenio los siguió, tan masivos que embotellaban las estrellas en el cielo nocturno. Una segunda ola de navíos con forma de cetáceos se resolvió, y entonces un transporte Convenio voló en supervisión, rodeado por un centenar de luchadoras Seraf. Kurt nunca había visto tantas naves enemigas tan cerca... todas ellas dirigidas hacia su posición. Veinte naves de guerra. El subsónico retumbo de sus unidades antigrav había que sus interiores se suavizaran. Los Centinelas rodeando la cúpula se movieron para interceptar la nueva amenaza. Artillería láser de alfiler les disparó fuera del aire. Los dos destructores en cabeza se pelaron fuera del grupo de batalla y flotaron sobre la cúpula. Trozos de chisporroteante luz púrpura brilló desde sus lados inferiores... rayos de transporte antigrav. Un centenar de tropas de choque de Élites blindados fluyó hacia el suelo. Kurt buscó a Dante y lo vislumbró alto en la superficie interna de la cúpula unido con un preparado de cuerda y escaladores de succión. Presionó gotas de C-12 hacia la adornada piedra.

Kurt dirigió su haz único al relé de COM en la tableta de —Will, ¿cuál es el estado de la Dra. Halsey? aterrizaje. algo —respondió Will—. Dice que —Ha encontrado necesita diez minutos para tenerlo listo. —¿Tener qué listo? No importa. No tenemos diez minutos —le dijo Kurt—. Prepárate para una caliente recepción. Kurt observó asentamientos Convenio fluyendo bajando los rayos de transporte y ensamblándose en la ciudad: más Élites

con rifles de plasma, parejas Cazador como titanes portando cañones de vara-de-combustible y escudos casi impenetrables, torretas de plasma y sus tiernos Gruños, y un monstruoso andador Escarab.

Naves de descenso Espírit y Fantom escoltadas por voladores Banshee hicieron zumbar la cúpula. Era un ejército de invasión. Kurt les indicó a sus Spartans para que bajaran las líneas hacia la tableta de aterrizaje. Tenían que caer atrás... rápido. Sus equipos silenciosamente se deslizaron hacia la seguridad. Después de que todos hubieran bajado por su cuerda, Kurt los siguió. Azul plasma salpicó a través de los bordes del camino de arco. Kurt aflojó su agarre en la cuerda y cayó-libre una docena de metros, estrujando el freno en el último instante antes de que golpeara el suelo. Rodó y esquivó detrás del casco de estribor de su nave. Láseres hormiguearon la plataforma de roca detrás de él. Seis naves de descenso y sus escoltas Banshee entraron a través de los caminos de arco. Dieron vueltas, rápidamente descendiendo. Fred y Lucy se agacharon, levantaron lanzadores de misiles SPNKr, y dispararon. Los misiles rayaron hacia arriba y detonaron en las cabinas de las naves de descenso entrantes. Las naves burbujearon fuera de control y chocaron hacia la pared de la cúpula. Las otras cuatro naves de descenso aterrizaron duramente; Élites saltaron fuera, tomaron posición detrás de los cascos, y abrieron El airefuego. se llenó con patrones cruzados de trozos de aguijoneador, rayos de plasma, y rayas de trazadoras MA5B y MA5K. Kurt no quería dejar las cabezas FENRIS detrás, pero no había manera de que pudieran mantener esa posición. Su cobertura era pobre, y tendrían que contender con más

soporte aéreo pronto. Empezó a ordenar su retirada, pero plasma Convenio salpicó cercano, y un metro cuadrado de casco de nave de descenso explotó a lo lejos. Una pareja Cazador emergió y se agacharon detrás de sus superponientes escudos de placa-de-batalla.

Linda apuntó a la monstruosa pareja y esperó por ellos a que presentaran un objetivo. Un Cazador aflojó su cañón de varas-de-combustible alrededor del borde de sus impenetrables escudos (verdes balas energizadas brillando con mortal radiación) y disparó. Fred saltó de la cobertura, su armadura MJOLNIR llameó como su estuviera quemando fósforo. El Cazador lo golpeó en centro muerto en su pecho, una explosión que hubiera destruido su nave de descenso. Sus escudos de energía se iluminaron más brillantes, fallaron, y Fred se aplastó contra el suelo, su armadura humeando. —¡Fuego de cobertura! —gritó Kurt. Los Spartans rociaron a los Élites y los Cazadores, quienes se metieron como tortugas detrás de sus escudos. Dante y Lucy se lanzaron fuera y agarraron a Fred, arrastrándolo hacia atrás. Un equipo de fuego de cinco Élites saltó de la cobertura y liberó un torrente de plasma y agujas. Estaban llenos de balas y cayeron... pero uno consiguió disparar a Dante y un rayo de plasma miró hacia su lateral. Él se estremeció, pero no paró de empujar a Fred hacia la seguridad. La pareja Cazador miró con dificultad alrededor de sus superpuestos escudos.

Linda disparó metódicamente... anaranjada sangre salpicó desde expuesta cayeron sección central los Cazadores. Los la Cazadores detrás de de uno sus de escudos, gritando, pero todavía permaneciendo de pie. —Sobre el borde, todos —ordenó Kurt. Uno por uno los Spartans se deslizaron hacia el borde y saltaron hacia la oscuridad.

Kurt colocó tres ganadas en el suelo, agarró una línea de cremallera, e hizo salto con cuerda hasta abajo. Un ancho balanceo hacia el espacio abierto y se penduló hacia atrás, aterrizando en la curva de espirales escaleras bajo la plataforma. Apagadas explosiones sonaron arriba y las cuerdas cayeron a un lado. Kurt vio que Dante y Lucy soportaban un grogui Fred entre ellos. La armadura MJOLNIR de Fred era un carbonizado negro. Sus señales bio eran erráticas pero fuertes. Todas sus señales bio estaban empujando la línea roja. —Vuela la cúpula —le dijo Kurt a Dante. Dante asintió, pasó a Fred por encima del hombro de Mark, y cojeó hacia el lejano borde de las escaleras, detonador remoto en mano. Kurt le indicó a Olivia que tomara punto, y que el resto de los Spartans la siguieran bajando las escaleras. Un trueno hizo eco en las paredes de la cúpula, y pilas de roca retumbaron hacia la plataforma de aterrizaje arriba. Élites gritaron y azules detonaciones de plasma encendieron el aire. Tres revoluciones alrededor de las escaleras y Olivia mantuvo arriba una mano. Todos se detuvieron. —Cogido en mis vistas —dijo Kelly por la COMGRUPO—. Esperen, desactivando las minas... de acuerdo, vengan adelante. Kurt y los otros entraron en la cámara. Kurt notó las minas antitanque LOTUS pegadas en las paredes de esa sala y techo, buena zona para matar. Willhaciéndola y Kelly se una agacharon a ambos lados de la apertura hacia el puente de luz, escondidos por su brillo. Kurt hizo un rápido recuento. Todos presentes... salvo Dante.

Dante trajo la retaguardia, cojeándose hacia la sala, una mano manteniendo su lateral. Se puso de pie recto y saludó a Kurt. —Señor —dijo él—, creo que he sido mellado. Las señales bio de Dante se aplanaron y se colapsó. Kurt cayó al lado de Dante y desbloqueó su pieza de pecho SPI. Lo había visto rozado por plasma en su lado izquierdo, y suficientemente seguro, había quemaduras de segundo- y tercer-grado que habían hervido la capa de balística-líquida. Bajo su brazo y a través de su pecho una media docena de trozos de aguijoneador se había hospedado y detonado. Los huesos de su caja de costillas estaban expuestos, y más profundamente, negra sangre coagulada inundaba.

Estaba suelto. Frío. Señales bio planas. Dante estaba muerto. No había nada que Kurt pudiera hacer. Kurt había visto a Shane, Robert, y Jane morir. Había escuchado a Tom decir cómo Beta había sido barrida en Pegasi Delta. Ahora Dante. Uno más que se ha ido en su vigilancia. Sería fácil culpar a Ackerson y Parangosky por las muertes de sus Spartans. Diseñados para misiones de alto-riesgo, todos ellos iban a morir, ¿verdad? Y Kurt había jugado a lo largo y seguido órdenes. ¿Qué otra opción estaba ahí? Examinó sus manos, cubiertas en la sangre Spartan. Linda colocó una mano en el hombro de Kurt. —Lo llevaremos con nosotros. Su entrenamiento lo reafirmó. Moverse... luchar... vivir. La alternativa era sentarse ahí y unirse a Dante. Kurt colocóTenían a Danteuna en elmisión: suelo. conseguir la Teníagentilmente que centrarse. tecnología Antevenida. Conseguir sacar al resto de su equipo fuera vivo. Kurt prometió que las escalas estarían equilibradas para Dante. De alguna manera. Lo vería para sí mismo si tenía que hacerlo. Linda y Olivia se movieron hacia Dante y lo levantaron.

—Cojan su equipo y sigan —le dijo Kurt a Kelly.

Él marchó sobre el puente de luz y entró en la holográfica sala mapa. La Dra. Halsey permanecía de pie en la consola Antevenida, jeroglíficos pululando sobre su superficie, el significado de los símbolos cambiando mientras se alineaban en patrones más altos-dimensionales por un momento, entonces se reafirmaban en nuevas formaciones caleidoscópicas. Olivia y Linda colocaron el cuerpo de Dante abajo. Mark, Ash, y Holly se arrodillaron a su lado y cautelosamente colocaron sus manos sobre su pecho. —¿Dra. Halsey? —dijo Kurt. Ella mantuvo arriba una mano y con la otra furiosamente tecleó en el portátil que Méndez sostenía para ella. La pequeña alfombrilla de proyección del portátil emitió una mota de luz que revoloteó entre los símbolos como una abeja recolectando néctar. Méndez le alcanzó a Kurt la tableta de datos del tamañode-un-pulgar. —Códigos bloqueados y listos para ir, señor. Kurt lo comprobó: códigos de detonación para las cabezas FENRIS fluyeron a través de la pequeña pantalla. Él la deslizó hacia el puerto de datos de su guantelete y cerró su puño. —Hay tanto aquí —murmuró la Dra. Halsey—. He confirmado que este mundo es parte del plan de los Antevenidos junto con los anillos Halo... su «escudo» y «espada». Otras partes siguen eludiéndome. Hay una referencia al «arca». Tengo aún que determinar si algo ha ido mal... por qué—no están dijo Kurtaquí. más firmemente, y dio un paso más —Doctora cerca—. Tenemos una armada Convenio sobre nuestras cabezas, y un ejército a punto de inundar a través de este edificio. ¿Hay algún camino de salida? —Sí y no —respondió ella, sin todavía mirar hacia él —. Hay una sala en el núcleo de este mundo —explicó ella—,

donde los Antevenidos estaban para asegurar algo preciado. Quizás las tecnologías que buscas. La sala es normalmente inaccesible, pero el armado de los anillos Halo disparó algo dentro de este planeta —hizo correr sus dedos a través de superponientes cursos de jeroglíficos luchando por leer—. Hay una entrada a esa sala, abierta ahora, pero cerrándose. En una hora diecisiete minutos la entrada se cerrará. Para siempre. —¿Núcleo del planeta? —dijo Kurt—. No hay manera de llegar hasta el núcleo tan rápido. —Debemos reunir lo que está dentro, y realizar nuestro escape —finalmente miró hacia él, excitación brillando en sus ojos—. Y hay ciertamente una manera de llegar hasta ahí. Esta sala mapa puede acceder a un sistema de translocación Deslizespacial similar al que Cortana usó en el anillo Halo. Ella apuntó abajo. Kurt vio que permanecían de pie sobre una superficie negro-mate nivelada con el suelo. Tenía cuatro metros de ancho y tenía siete lados. Su mirada parecía deslizarse más profundamente hacia la superficie como si estuviera mirando a algo infinitamente profundo... o nada del todo. Parpadeó, miró a un lado. —¿Translocación Deslizespacial? Un sistema de teletransportación. —En efecto, sí. La sala se agitó y polvo llovió desde el techo. La Dra. Halsey se centró pasando a Kurt hacia la sala. Hizo un ligero movimiento de corte sobre muchos símbolos dorados. El puente de luz conectando a la cámara exterior se desvaneció. La puerta hacia sala de mapa se cerró. Ella vislumbró a Dante y sula cara drenó de color. —Oh... —murmuró

ella.

—Debe llevarnos a los otros SPARTANs-III bloqueados en crio primero —le dijo Kurt. —Por supuesto, creo que comprendo las complejidades del sistema de transporte lo suficientemente bien —dijo ella—.

Debo advertirle, sin embargo, para que no detone las cabezas FENRIS. El PEM hará el sistema inoperable. —Entendido —dijo Kurt—. Solo active este dispositivo de «translocación». Lléveme a mis Spartans. —Todavía hay mucho que aprender aquí —dijo la Dra. Halsey—. Le sugiero que me deje. Puedo... Un tremendo temblor agitó la sala. Pilas de roca llovieron del techo. La Dra. Halsey se cayó, y Kurt la cogió, la blindó con su espalda mientras piedras del-tamaño-de-bolas-debéisbol rebotaban en las endurecidas placas de su armadura SPI. Fuera de la cámara hubo cuatro detonaciones contraintestinales... las minas antitanque LOTUS que Kelly había colocado. —Nos hemos quedado sin tiempo, Doctora —dijo Kurt—. Están aquí. Ella se puso de pie, barrió el polvo de su bata de laboratorio, y enderechó sus gafas. —Eso parece —golpeó un puñado de símbolos—. Hay una plataforma de translocación —consultó el mapa holográfico— a menos de un kilómetro de los otros Spartans. Más allá del holográfico mapa de Onyx, la pared de la sala de agrietó mientras las rocas se calentaron a apagado rojo. Los Spartans se posicionaron a sí mismos entre la pared y la Dra. Halsey. Kurt dio un paso directamente enfrente de la Doctora y Méndez tomó una posición en su flanqueo, su MA5B nivelado. Ash excavó hacia su paquete y pasó guanteletes de escudo Chacal a su equipo. Juntos se agacharon SPARTANs-II, formando una pared de escudo.delante de los La Dra. Halsey cambió los símbolos Antevenidos. —Ahí — murmuró ella.

La pared calentándose explotó y escombros rebotaron en los escudos de los Spartans. De la brecha en una pared, rayos de plasma y trozos de cristal entrecruzaron el aire.

Los escudos Chacales los reflejaron todos... pero se estaban drenando rápido.

Will, Kelly, y Fred saltaron y rociaron fuego suprimidor hacia la oscuridad. Linda maniobró entre ellos, niveló su rifle de francotirador, y estrujó fuera tres balas. El enemigo cesó el fuego. —Ahora estaría bien, Doctora —dijo Kurt. —Activando —dijo la Dra. Halsey—. Podría haber alguna desorientación —alcanzó un brillante símbolo. La COM de Kurt crujió a la vida y la voz de Verano Interminable llenó su casco. —Adelante, Ambrose —dijo la IA—. Tengo una redirección de misión altamente prioritaria. Agarró la mano de la Dra. Halsey. La mota de luz en su portátil se estrechó en un guerrero indio de pecho-desnudo. —Pensaba que estabas destruido —dijo Kurt. —Los Centinelas encontraron y destruyeron el lanzador de COM, pero tenía mi escape bien planeado —mantuvo su

mano separada y un globo apareció. Rotó hacia la región polar norte, se magnificó hacia campos de hielo, y entonces bajando una caldera volcánica—. Esas coordenadas son las últimas imágenes termales proveídas por una merodeadora de la UNSC en órbita alta. Deben ir ahí. Ahora. —Tenemos otros asuntos de los que ocuparnos primero — le dijo Kurt. Técnicamente Verano Interminable tenía la autoridad de ordenarle todo lo que quisiera, pero bajo las circunstancias, Kurt no iba a escuchar a una IA controlada-por-la-ONI... no cuando las vidas de su gente estaban en juego. —Este lugar es una instalación de manufacturación Centinela —dijo Verano Interminable, inclinándose—. En órbita hay una batalla rugiendo entre una flota Convenio y esas naves alienígenas, una que probablemente destruirá las fuerzas Convenio. —Genial —respondió Kurt—. Déjalos.

Una nueva descarga de rayos de plasma fluyó a través de la agrietada pared.

La unidad de escudo de Ash chisporroteó y se sobrecargó. Rodó plano para evitar ser quemado. Fred y Kelly lanzaron granadas. Distantes explosiones y gritos hicieron eco. Otra sección de pared se calentó... y otra. El Convenio no iba a rendirse tan fácilmente. Abrirían tantos agujeros como necesitaran para penetrar sus defensas. —No lo entiendes —dijo Verano Interminable—. Una vez que las fuerzas alienígenas hayan terminado con las naves Convenio, se centrarán en la amenaza menor: el grupo de batalla de la UNSC en órbita. El enviado aquí para rescatarlos a ustedes. La imagen estratégica instantáneamente cambió en la mente de Kurt. El destino de ese grupo de batalla y sus Spartans estaban conectados. Salvaban esas naves y tenían un camino fuera de esa roca. Fallaban... y estarían pegados ahí combatiendo Centinelas y fuerzas terrestres Convenio hasta que el infierno se congelara. Rescatar a los otros SPARTANs-III en crio tendría que esperar. —Esta factoría Centinela fabrica una nueva unidad cada seis segundos —explicó la IA—. A ese rango pronto abrumarán a cualquier fuerza que la UNSC pueda enviar. —¿Puede encontrar ese lugar? —le preguntó Kurt a la Dra. Halsey—. ¿Puede movernos allí? Ella mordió su labio inferior. Sus manos se movieron rápidamente sobre símbolos, rotando la holográfica proyección del planeta alrededor de ellos a una mareante tasa. —Lo tengo —dijo ella. Verano Interminable se inclinó y parpadeó yéndose. Kurt le indicó a los Spartans que cayeran atrás hacia el centro de la sala. —Hágalo —dijo él—. Ahora. Las paredes de la cámara explotaron hacia dentro.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y CUA T R O

2050 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DORADUS, PLANETA ONYX/ INSTALACIÓNDE MANUFACTURACIÓNCENTINELABAJO REGIÓNPOLARNORTEÑA

Kurt se arrastró hasta el borde donde Linda y el jefe Méndez se habían colocado, y miró dificultosamente fuera sobre la vasta factoría, aunque la palabra «factoría» era totalmente inapropiada para describir el mundo de las maravillas de ingeniería. Desde su posición se estiraba un cavernoso espacio tan grande que detectaba el ligero arco de la curva del planeta en la tejado estaba alláydel rango de encuentro endistancia. la mira deEl francotirador demás Linda, delgadas nubes negras flotaban a dos-tercios del camino desde el techo. Una máquina del tamaño de una nave de batalla goteaba un río de derretida aleación hacia el aire. Este licuado metal se arqueaba hacia arriba y después caía en cascada hacia una hueca torre que pulsaba con bioluminiscentes colores. Del fondo retumbaban incontables partes pequeñas parpadeando con luz. Esas partes eran batidas a un lado por cintas de brillante energía tan gruesa con distorsión que Kurt no podía ver lo que ocurría dentro... pero desde el extremo opuesto fluía una procesión interminable de cilindros de-tres-metros. Una pirámide de cinco veces el tamaño de la Gran Pirámide de Guiza yacía a kilómetros de la ventaja de Kurt. En lugar de bloques de piedra, sin embargo, la estructura estaba compuesta de flotantes esferas doradas que giraban y

brillaban con jeroglíficos Antevenidos grabados sobre sus superficies. Cada seis segundos una esfera del ápice de la pirámide ascendía en un haz de plateada luz. Mientras se alzaba, la luz se intensificaba tanto que incluso con máxima polarización en su placa frontal Kurt no podía distinguir qué ocurría ahí. Cuando la esfera emergía, tres barras la acompañaban, todas las partes girando en gravedad nula, flexionando, hasta que las piezas se colocaban en su mortalmente reconocible configuración... un Centinela de Onyx. El nuevo drone voló fuera hacia las nubes encima... lo que Kurt solo podía estimar era que había millares de unidades completadas. Parpadeó, preguntándose cómo iban a apagar ese lugar, y fue hacia atrás desde el borde. Más profundamente en las sombras del ancho borde yacía una plataforma de cuatro-metros-de-diámetro y una pequeña consola holográfica: el dispositivo de «translocación» de la Dra. Halsey. Ella se arrodillaba en el medio, escaneaba los flotantes símbolos, y ocasionalmente golpeaba uno que le interesaba. Los había salvado... movido de la sala mapa hasta esa factoría Centinela en el parpadeo de un ojo. Fred, Kelly, y Will se agachaban alrededor de la plataforma, rifles de francotirador nivelados. No era que el disparar hubiera hecho algún bien, pero al menos verían a algún Centinela acercándose.

Enfrente de los SPARTANs-II estaban sentados Ash, Holly, Olivia, Mark, Tom, y Lucy... una colección de moteados negros y grises su armadura camuflándose. Sujetaban guanteletes de en escudo Chacal,SPI listos para activarlos para proteger a los otros. Había habido serios efectos de náusea durante la translocación. «Errores de incertidumbre» los había llamado la Dra. Halsey.

Sentía como si los intestinos de Kurt hubieran sido desretorcidos, y entonces tirados de nuevo hacia su cuerpo, dentro fuera. Holly había vomitado durante el viaje. Agitó su cabeza, aclarando tanto de su visor como era posible. No se atrevía a quitarse su casco en tierra hostil. Había un respiradero de desempañado que podría secar la materia, pero eso llevaría unos pocos minutos. Se movió más cerca de Dante y colocó una mano sobre su hombro. El cuerpo del joven Spartan yacía contra la pared, envuelto en una manta térmica. Kurt miró lejos... era demasiado doloroso, y estaba agradecido de que nadie pudiera ver su doblada expresión. —¿Está segura de que no podemos usar bombas? —le murmuró Kurt a la Dra. Halsey. —El pulso electromagnético interrumpiría el sistema de translocación durante días —ella miró a su reloj de pulsera— . En sesenta y ocho minutos lo que ha sido puesto en movimiento por el armado de los anillos Halo llega a la compleción en este mundo. La puerta hasta la sala núcleo de Onyx se cierra. Sin el sistema de translocación no tendremos manera de movernos dentro, recuperar las tecnologías, y escapar. Fred asintió fuera hacia la factoría. —Si esas cosas salen fuera, combaten a la flota de la UNSC, y ganan, entonces estaremos pegados aquí.

La Dra. Halsey desenfundó su ordenador portátil. Golpeó unas pocas teclas y entonces giró la pantalla para encarar a los Spartans. En la pantalla estaba una vista superior de la —Ahí, ahí, y ahí —dijo ella apuntando—. Eliminen factoría. esas estructuras y la producción Centinela se detendrá indefinidamente. Los objetivos eran un cristalino emisor de energía del tamaño de un edificio de tres pisos, un objeto con-forma-deU tan grande como un crucero de la UNSC, y una titánica esfera que se extendía diez mil metros bajo el suelo.

—Oh... fácil —bromeó Kelly. —Si usamos el resto del C-12 —dijo

Will—, y unos pocos misiles SPNKr, podríamos ser capaces de destruir ese cristal. Fred agitó su cabeza. —Mira a la escala del mapa. Los objetivos están a treinta kilómetros de distancia. Va a llevar demasiado tiempo llegar hasta ahí y preparar. Holly tosió, y dijo: —Así que tenemos que estar en tres lugares simultáneamente, y necesitamos diez veces la potencia de fuego que actualmente tenemos. Eso no es posible. Kurt hizo una mueca ante eso, recordatorio del credo «nada es imposible para un Spartan». ¿Cuántas vidas había costado probar eso? Quizás esa vez estuvieran en un atasco táctico intratable. Todos ellos miraron fijamente al diagrama, perplejos. —... Conejo —murmuró Ash. Kurt esperó por una explicación, pero Ash solo continuó examinando el mapa de la Dra. Halsey. Kelly hizo saltar sus cascos. —¡Lo cojo! —resopló una única carcajada—. Valiente plan, niño. Ash la encaró. —Podemos estar en tres lugares al mismo tiempo —dijo él—. Y tenemos cien veces la potencia de fuego que necesitamos —se giró y miró fuera hacia la factoría —. Todos nosotros vamos a ser los conejos. Ash resistió el urge de vomitar. Ese era el plan más estúpido que jamás había pensado. Demasiado tarde ahora, sin embargo, para volver atrás. Un momento estaba ensímbolos el borde holográficos... mirando a la Dra. Halsey mientras ella manipulaba al siguiente el Equipo Sable estaba en el suelo de la factoría, sus interiores doblados sobre sí, y estaban corriendo por sus vidas. De las nubes de Centinelas altas encima, un centenar de parejas se desprendió y flotó tras ellos.

Los Spartans del Equipo Sable se diseminaron, esquivando bajo tubos y brillantes conductos cristalinos, moviéndose tan rápido como podían. La velocidad era la única táctica viable ahora. Ash vislumbró el objetivo, ciñéndose tan grande ante él que parecía más una característica geológica que un objeto destructible. La pirámide de esferas se estiraba hacia arriba por siempre... millones y millones de doradas bolas burbujeando en su sitio, gentilmente girándose... todas mantenidas en lugar por tres masivos generadores de campode-fuerza subterráneos.

El suelo era azulado metal con motivo de entrelazados símbolos Antevenidos. Más adelante, sin embargo, un brillante movimiento de plata centelleaba como una baliza. De solo diez metros a través, ese era el ápice de un generador que se extendía diez mil metros bajo la fábrica. Encima una fuente de fundido metal se arqueaba kilómetros a través del aire, un brillante arco iris de fuego. La unión de alineamiento magnético en la base era el objetivo del Equipo Azul. Tom y Lucy habían ido camuflados delante de todos ellos para volar el cristal de-tres-pisos-de-alto en el lejano lado de la factoría. Ash se detuvo y giró para ver dónde estaban los Centinelas persecutorios. Sus ojos registraron brillos. Su entrenamiento tomó el relevo y su cuerpo se movió antes de que desordenara su mente con pensamiento. Dio un paso a la derecha, empujó, y saltó a la izquierda. El suelo explotó. Metralla cortó a través de su armadura SPI, y era remotamente consciente de que algo le había pasado a su pierna izquierda, pero lo ignoró. Ash rodó, giró, y arrojó una granada mientras tres parejas Centinelas se lanzaban sobre él. Detectó una docena de más Centinelas en el aire, disparando a otros objetivos, bañando la factoría en brillante

iluminación dorada, sombras afiladas-como-cuchillas,

y

centelleantes cráteres fundidos.

Ash transmitió en la COMGRUPO: —Formen, aceleren acercándose al objetivo. En su MAPATÁC marcó el ápice del generador, y entonces colocó un marcador secundario en el punto de extracción... una localización trescientos metros distante sobre tierra abierta. Ash cargó hacia adelante, recorriendo un loco patrón... derecha, izquierda, súbitas paradas, giros y agaches. Rayos de energía cayeron alrededor de él. Fuego lavó sobre él. Líquido metal salpicó su espalda, pero no se estremeció. Sus ojos se nublaron rojos, y su visión se centró en el brillante objetivo más adelante.

Tenía que llegar hasta ahí. Llegaría hasta ahí. Ash esprintó directo hacia adelante. Todos los músculos bombeaban y quemaban con láctico ácido. Olivia y Holly llegaron hasta la cúpula, se giraron, y sus guanteletes Chacal chasquearon a la vida. Permanecían de pie juntas, superponiendo escudos de energía. Detrás de ellas se alzaba la imposiblemente grande pirámide de esferas, todos los ojos girando hacia ellos. —Rápido —sollozó Holly por la COMGRUPO. Alzó el borde del fondo de su escudo medio metro—. Abajo... ¡rápido! Ash saltó, se deslizó bajo sus pies y detrás de los escudos de energía.

Luz lo rodeó, y el suelo a ambos lados se fundió y explotó lejos. puso pie entre sus compañeros unSesalto sude propio guantelete Chacal. de equipo y activó de Mark se les unió. Ash titubeó, esperando que Dante llegara ahí. Él entonces comprendió su siniestro error. Deseaba que su amigo estuviera ahí a su lado... pero se había ido, y Dante hubiera

querido que el equipo mantuviera sus cabezas. Luchara. Y ganara. Ash observó el enjambre de enemigos rodeándolos. Había cerca de cuarenta parejas Centinelas. Todas ellas podrían haber disparado, y volado al Equipo Sable al infierno, pero en su lugar lucían cautelosos... como si estuvieran pensando cómo atravesar eso. Lo cual era la única cosa que no podía dejar que ocurriera. —Consigue su atención —le dijo Ash a Mark. Mark asintió, y levantó su único lanzador de misiles SPNKr. Lo inclinó a un grupo de Centinelas a las cuatro en punto. El misil rayó a través del aire y golpeó el centro muerto de una pareja... floreciendo en trueno y humo. Los Centinelas, detrás de sus escudos, estaban intactos. Los flotantes Centinelas cesaron de dar vueltas y siete se alinearon uno detrás del otro para formar una línea apuntada al Equipo Sable. —Endurézcanlo, tíos —ordenó Ash—. Olivia, ojo en nuestros seis. Los Spartans se acurrucaron tan cerca como pudieron. —Todo limpio detrás —murmuró Olivia—. Mejor vector de salida a las nueve en punto. No había manera de que unos pocos escudos Chacal pudieran soportar una explosión de energía combinada que había nivelado una entera mesa de granito. Entonces de nuevo, no tendrían que hacerlo. Los siete Centinelas ajustaron su apuntado y sus esferas brillaron rojas, ámbar, y después deslumbrante dorado. —Esperen —murmuró Ash por la COMGRUPO. Se agachó más abajo y entrechocó sus dientes. Los drones se contrajeron y el brillo de sus esferas se intensificó. —¡Vamos! —sollozó Ash. Los Spartans del Equipo Sable saltaron, rodaron, y se dispersaron.

Los Centinelas dispararon un culminado rayo de energía que se pegó donde el Equipo Sable había estado un momento antes... un golpe directo en la brillante cúpula del generador de escudo-de-fuerza.

Ash se giró lejos, pero la explosión concusiva rodó a través de su cuerpo. Metralla cortó hacia su espalda, y piel se llenó con ampollas. Se centró en el segundo marcador de NAV en su pantalla frontal: la única cosa que importaba ahora. Corrió hacia ella, una pequeña plataforma a tres metros de distancia... el único camino fuera. Alrededor de él el aire se detuvo, y entonces corrió hacia atrás hacia el generador con fuerza huracanada. Él se giró, curiosidad superando el instinto de volar. Donde la plateada cúpula había estado había un ennegrecido cráter de doblado metal. Los Centinelas se habían movido dentro, proyectando sus escudos sobre la abierta herida, pero los bordes del cráter se arrugaban mientras la atmósfera era chupada dentro. Más Centinelas se lanzaron hacia la brecha, intentando contenerla. Un plateado brillo abrumó los sentidos de Ash. Hubo una doble explosión y una mano gigante lo golpeó fuertemente. Se tambaleó diez metros y martilleó hasta una parada sobre su espalda.

Aturdido, lentamente se levantó. Los Centinelas se habían ido. El cráter que habían intentado contener era ahora una humeante grieta de un centenar de metros de ancho. La pirámide de esferas, la montaña de metal, se estremeció. de escudo-de-fuerza eradesequilibrada. solo uno de tres, peroEse singenerador él en su sitio, la formación estaba Y cuando un millón de amortiguadores esféricos cayeron uno sobre otro no estaba exactamente equilibrado... Ash se giró y esprintó. Más adelante, Holly había caído y luchaba por ponerse en pie. Él fue hasta ella, agarró su mano, y la levantó.

Pero ambos se congelaron mientras eran cazaban un vislumbre de la pirámide. Las capas exteriores de esferas retumbaron y rebotaron en sus compañeras, una reacción en cadena de destrucción en cascada; ríos de bolas de metal fluyeron, entonces torrentes, una avalancha que rodó a través del suelo en grandes oleadas, toneladas de metal dirigidas hacia ellos. —¡Tíos! ¡Muévanlo! —gritó Mark por la COMGRUPO. Ash parpadeó y saltó fuera de su estupor. Él y Holly se giraron y esprintaron hacia el punto de extracción. Mark y Olivia ya estaban en la plataforma, indicándoles que se dieran prisa. Ash sintió la tronadora fuerza a través del suelo que crecía más alta con cada paso hasta que sacudió sus huesos. Él y Holly saltaron hacia la plataforma. —Dra. Halsey, vamos —gritó él por un abierto canal de COM. Nada ocurrió.

El Equipo Sable permanecía de pie hombro con hombro y observaba la mareante oleada de metálicos golpes sobre maquinaria y aplastando a los Centinelas que luchaban por escalar su mareada de un-kilómetro-de-alto.

Pero no había escape de algo como eso. —Tenemos la misión hecha —le dijo Ash a sus amigos por la COMGRUPO—. Ganamos. Seguía sujetando la mano de Holly. La sujetó más fuertemente. La sombra de la ola los cubrió y los llevó a la oscuridad. Hubo un brillo de luz.

Náusea golpeó a Ash en el intestino como un guante de hilo enrollado alrededor de un ladrillo. La cegadora luz se desvaneció. Estaban de vuelta sobre el saliente. Holly desenmarañó su mano de la suya y miró lejos. Mark se fijó a sí mismo contra la pared. Olivia dio un paso fuera de la plataforma y colgó su cabeza entre sus piernas. La Dra. Halsey estaba sentada y miraba a un tornado de símbolos Convenio que se alzaba de su portátil, sus ojos propulsándose hacia atrás y delante intentando observarlos a todos al mismo tiempo. Reunió una colección de plateados triángulos juntos.

—Mis disculpas por el retraso —dijo ella sin mirar arriba—

. Hay complicaciones. Por favor, den un paso fuera de la plataforma. Tom y Lucy son los siguientes. El Equipo Azul de SPARTAN-II ya estaba atrás agachado a lo largo de la línea de sombra cerca del saliente viendo la fábrica desde arriba. El aire estaba lleno de Centinelas volando en formaciones. La pirámide se había ido, y en el suelo un millón de esferas rebotaban y empujaban hacia adelante, aplanando maquinaria y chisporroteantes conductos.

La fuente de fuego que el Equipo Azul había tenido como objetivo oscilaba salvajemente fuera de control, rociando derretida aleación en las paredes, techo, todos los lugares menos el navío de recibimiento que se suponía que debía golpear. Por la COM la voz de Tom crujió: —Listos para translocación, Dra. Halsey —disparos sonaron en el fondo. La Dra.con Halsey exhalóa un suspiro frustración y dio latigazos su mano través de losdeiconos, y entonces empezó el proceso de reunirlos de nuevo. —¿Cuál es el tráfico? —preguntó el Teniente Comandante. —Alguien más está accediendo a este sistema —respondió ella—. Esto cuenta para el retraso del Equipo Sable... y ahora el de Tom y Lucy.

—¿Alguien más? —dijo él—. ¿Quiere decir el Convenio? —Enteramente probable —respondió ella. Fred se giró alrededor y murmuró: —Lo que significa que

pueden rastrearnos y seguirnos.

Por la COM Tom gritó: —Doctora, si va a hacer algo tiene que hacerlo... Anillos de dorada estroboscópica en la plataforma y entonces se desvanecieron; Tom y Lucy permanecían de pie ahí, manos alzadas en un instintivo esfuerzo de guardarse del peligro. Fragmentos de plasma se curvaron y disiparon alrededor de ellos. —... Ahora —terminó Tom. Exhaló un largo suspiro y entonces informó para el Teniente Comandante—. Misión cumplida, señor.

En la distancia pequeñas explosiones saltaron, sonando como una cuerda de petardos. Las volantes formaciones Centinelas se diseminaron... algunas chocando contra otras, otras acelerando directas hacia las paredes. La Dra. Halsey consultó su reloj. —Tenemos cincuenta y tres minutos antes de que la entrada a la sala-núcleo se cierre, Kurt. El Teniente Comandante asintió. —Todos en la plataforma —ordenó—. Doctora, muévanos hasta la localización del Equipo Katana. Intranquilidad colocándose en su estómago, Ash se amontonó en la multitud hacia la tableta de cuatro-metros con sus compañeros de equipo. Divertido, pero no había pensado en los Spartans más viejos como parte del equipo hasta ahora. ¿O era él parte de

su Él entonces notóroja la sangre las juntas de equipo? su armadura, reflejada por losrebosando paneles dedecamuflaje. Bautizado en batalla. Habían perdido a Dante, también. Altos precios que pagar. El jefe Méndez observó la auto-destructora factoría. —Eso es un montón de Centinelas —murmuró él—. Me preguntó por qué solo desplegaron una fracción de ellos.

—Ajustando retraso de tiempo para tres segundos —dijo la

Dra. Halsey, apagó su portátil, y entonces se unió a ellos. El remarco de Méndez le preocupó a Ash más de lo que podía explicar, y la intranquilidad en su intestino se intensificó. Había cientos de millares de Centinelas ahí. ¿Por qué solo tenerlos sentados alrededor? Tenían que servir a algún propósito... Anillos de luz envolvieron al escuadrón. Ash esperaba que nunca descubriera por qué. Solo quería rescatar a Katana, conseguir la tecnología que la Dra. Halsey había prometido, y salir de ahí antes de que el Convenio los alcanzara. Tenía una sensación, sin embargo, de que no iba a ser tan fácil.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y CINCO

2105 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMA ZETA DORADUS, ÓRBITA CERCA DELA LUNA DE ONYX / A BORDO DEMERODEADORA DUSK DE LA UNSC

El comandante Lash supervisaba la liberación de las minas. Él y el teniente comandante Cho monitorizaban la bahía de lanzamiento de la Dusk. La cámara del tamaño-de-unarmario tras la pequeña ventana de observación había sido enfriada hasta casi el cero absoluto. Las bombas nucleares dentro habían sido sometidas a un ciclo a través de tres enfriados termales y ahora estaban a la misma temperatura que el pequeñas espacio interestelar. Las cabezas HORNET habían sido transferidas a bordo desde la Brasidas, un destructor con extensivo daño. Afortunadamente Cho había detectado la minúscula fuga de su reactor y movido fuera antes de que irradiara el casco de la Dusk. Eso los hubiera encendido contra la radiación intrasolar de fondo y fatalmente comprometido su habilidad de sigilo. —Déjela volar —ordenó Lash. —Liberando —murmuró Cho. Agarró la garra de anulación manual, y con suprema concentración, dejó caer la cabeza. La puerta de la bahía se alzó abriéndose y la negra mina HORNET con-forma-de-huevo cayó desde su transporte y, centímetro a centímetro, flotó hacia el espacio.

—Esa era la última, señor —Cho barrió las gotas de sudor

que había coleccionado en su arrugada frente. Cho estaba técnicamente fuera de la edad de retiramiento mandatorio en los cuerpos de merodeadoras de la UNSC. Eso era un hecho había sido cuidadosamente ignorado por el capitán Iglesias. A la UNSC se le estaban acabando los reclutas cualificados, y Cho hubiera sido imposible de sustituir. Lash le dio un asentimiento aprobatorio, lo cual era tanta alabanza con la que el viejo ingeniero estaba siempre cómodo. —Gracias, señor. Lash entró en el tubo hacia el puente y empujó fuera, propulsándose a sí mismo en la nula gravedad, saltando mortalmente y entonces usando sus piernas para frenar. Tomó un momento para componerse a sí mismo antes de que abriera una escotilla. En los últimos quince minutos la Dusk había sembrado el espacio en el oscuro lado de la luna de Onyx con catorce minas nucleares... rendimiento de treintamegatones con cargas mejoradas para el vacío. Delicado trabajo permanecer ocultos y tenerlas todas desplegadas en el horario del almirante Patterson, pero lo habían logrado.

Todo lo que había costado era el deshilachado de los ya disparados nervios de Lash. Suavizó su uniforme, rozó su estrechante pelo, tomó un profundo aliento, y entonces giró abriendo la escotilla. —Informe —le dijo al teniente comandante Waters. Waters miró arriba con ojos inyectados de sangre desde su —El Almirante ha sido informado de que la misión pantalla. ha sido completada, señor. Está moviendo la flota hacia nuevas coordenadas, una órbita alta en el lado brillante de la luna. Lash examinó el sistema de mapa de NAV. Patterson iba a usar el entero planetoide como cobertura. La necesitaría. Las fuerzas enemigas seguían superándolos en número a dieciséis

naves para sus cuatro. Para cualquier medida cuerda hubiera sido suicida atacar ese grupo de batalla Convenio. La línea, sin embargo, entre cordura y no se estaba volviendo crecientemente difuminada en ese sistema.

Lash se colocó en la silla del capitán. —¿Teniente Yang? ¿Estado? —Tan oscuro como medianoche bajo una roca, señor. Lash asintió, agradecido ante la hipérbole de Yang. Un poco de humor era una buena señal. —Teniente Durruno, muévanos a Rangorezagado-Cuatro lunar, un-cuarto lleno. Dígale al teniente comandante Cho que cargue-a-gotas nuestros capacitadores Deslizespaciales. —Sí,

señor —ella golpeó introduciendo los comandos, maldijo, y entonces hizo espacio de nuevo y los retecleó correctamente. Durruno necesitaba dormir. Todos lo necesitaban. Pero él la mantendría en juego un poco más. No había nadie para sustituirla, y eso estaría terminado, de una manera o la otra, muy pronto. —Flota Convenio en-pantalla —le ordenó Lash a Waters—.

Rescanee y deme un análisis espectral completo. —Todos los sensores en objetivo —respondió Waters. Arcoíris jugaron sobre la pantalla de visión central, construyendo imágenes compuestas de desde radiación lejosinfrarroja a suave gamma, y catorce naves Convenio se resolvieron, unidas juntas en una esférica formación a trescientos mil kilómetros de distancia. Para Lash lucían como hambrientos tiburones, listos para saltar sobre unas pocas sardinas. Sus análisis espectrales, embargo, pintaban una imagen distinta. Pétalos termales ysin fugas de radiación en helicoidales duchas desde los navíos. Habían sido dañados por el golpe alfa del almirante Patterson y el plasma capturado redirigido por los drones alienígenas. El enemigo estaba sentado ahí, haciendo reparaciones, en todas las probabilidades burbujeando desde sus divididas

bocas para volver a la lucha e ir en otra ronda con el grupo de batalla de la UNSC. Patterson, sin embargo, tenía otro plan: golpearlos primero. Fuerte. —¿Actividad desde Onyx en la Banda-E? —le preguntó Lash a Yang. —No, señor. Ni un chasqueo desde que esa IA de la ONI se encargó de los drones alienígenas. Lash se preguntaba cómo la IA y Spartans en el planeta habían neutralizado la flota alienígena. ¿Habían recuperado alguna nueva superarma? Como fuera que lo hubieran hecho, prometió que él personalmente agitaría cada una de sus manos. —Continúe monitorizando todas las bandas de la UNSC — le dijo a Yang—. Esos Spartans podrían necesitar un transporte. —Acción en-pantalla —anunció Waters. La cámara saltó a proa y se centró en la plateada luna. En las regiones en crepúsculo en ambos lados de la luna, cañones aceleradores de masa brillaron, brevemente iluminando el ahora-partido grupo de batalla de la UNSC en órbita alta. Babosas de metal y tungsteno se propulsaron hacia el espacio, curvándose ligeramente de la distorsión gravitacional... rayando directos hacia las naves Convenio. Las naves Convenio rompieron formación. Una babosa MAC limpiamente erró. Tres golpearon.

Las naves objetivo se encendieron mientras sus escudos absorbían la masiva energía cinética. Se ladearon hacia atrás... ralentizaron, y detuvieron, sin ser dañadas por los solitarios golpes de MAC. Naves Convenio se giraron y aceleraron hacia la luna. La salva MAC había hecho precisamente lo que el almirante Patterson había esperado: pellizcar sus narices colectivas, y conseguir tenerlos bien y enloquecidos.

El grupo de batalla de la UNSC maniobró detrás de la luna, denegándole al enemigo una línea de fuego clara. —Ajusten amortiguadores de PEM —dijo Lash, intentando controlar su alzante adrenalina—. Apaguen ordenadores primarios y secundarios. —Sí, señor —dijeron Durruno y Yang juntos. Lucharon

por aislar las delicadas electrónicas de la Dusk de las inminentes explosiones nucleares.

El grupo de batalla Convenio se dividió... cada mitad moviéndose a lados opuestos de la luna, tomando posiciones de flanqueo donde pudieran explotar las naves humanas hacia el olvido con su plasma. Lo que no podían ver en su vector de aproximación, sin embargo, era la flota del almirante Patterson dando marcha atrás directamente desde la luna. —Navíos enemigos acercándose a radio distal de campos de minas alfa y beta —informó Durruno. —Arme campos alfa y beta —murmuró Lash. Yang se inquietó y dijo: —Comando enviado, señor... y confirmación recibida a través de la borda. Esa flota Convenio estaba a punto de descubrir por qué los grupos de batalla de la UNSC siempre tenían una merodeadora asignada a sus rangos. Eran los furtivos ladrones y espías de la flota de la UNSC, capaces de recon detrás-de-líneas-enemigas, misiones de rescate... y bajo las condiciones correctas, la localización de alfiler de un campo de minas nuclear. —Grupo enemigo próximo en el centro de campo alfa — anunció Durruno. Sus manos se agitaron—. Grupo distal cruzando lainterbloqueos línea terminalde deseguridad campo beta. —Quiten —dijo Lash. Yang asintió y tecleó introduciendo las palabras código que ponían las dieciséis bombas calientes. El rojo botón de «infierno» en la consola de comando de Lash se encendió. Colocó su pulgar a su lado, y pitó, verificando su firma biométrica. Él entonces volcó hacia

arriba la clara cobertura protectora, insertó la llave maestra en el hueco adyacente, y la giró. —Grupo próximo acercándose a plano terminal —dijo Durruno—. Grupo beta de naves ahora centradas en campo distal. —Ahí va nada —murmuró Lash—. Ahí va todo. Presionó el botón, e hizo un satisfactorio clic. A ambos lados de la luna, siete pequeños soles brillaron hacia la existencia, se hincharon, y envolvieron los grupos de batalla Convenio.

Las colectivas bolas de fuego nucleares se enfriaron al amarillo y entonces apagado rojo. Incluso con cargas mejoradas-para-vacío, las cabezas nucleares en el espacio no persistían una fracción de tiempo que explosiones aéreas o terrestres. Las destructivas nubes se estrecharon hasta la translucidez y una brillante niebla de enfriante metal formó un halo en expansión alrededor del planetoide.

Dentro de este plateado confeti, sin embargo, mayores caminos brillantes se resolvían: los escudos de energía de cuatro destructores Convenio supervivientes.

El almirante Patterson movió su flota hacia la luna y abrió fuego. Balas MAC cortaron a través de espacio y detrás de ellas misiles Archer trazaron caminos de encaje de propulsión a través del vacío. Dos naves Convenio lentamente cambiaron rumbo e interceptaron las babosas MAC. Sus estresados escudos se diseminaron y sus cascos se introdujeron hacia dentro. Fuego fluyó como si viniera de una fuente mientras sus líneas de plasma se vertían. de misiles Archer flotarony redes hacia las heridas naves yManadas explosiones perforaron armadura de propulsión.

Las lisiadas naves se giraron hacia la luna, y en lento movimiento se tambalearon hacia su superficie.

El grupo de batalla de la UNSC continuó su carga. Cuatro naves de guerra contra los dos últimos heridos destructores Convenio... probabilidades no del todo imposibles. Lash imaginó que un centenar de años en el futuro los historiadores podrían mirar atrás a ese momento y declararlo el punto de giro de la lucha de la humanidad. Que habían combatido y derrotado a los Convenio en Onyx, ganado el premio de tecnología alienígena, y continuado... no solo para sobrevivir, sino para ganar su larga lucha. Él había secretamente creído que no podrían ganar esa guerra durante mucho tiempo, Lash apenas reconocía la emoción que corría a través de él ahora mismo: esperanza. —Naves Convenio en nueva dirección —dijo la teniente Durruno. Mordió su labio inferior y una pequeña gota de sangre apareció—. Rumbo de intercepción, señor. En-pantalla los últimos dos destructores enemigos aceleraron hacia la luna. Una trayectoria extrapolada apreció: una órbita de disparo que los llevaría alrededor y de vuelta, y directos hacia la Dusk. —Tengan los ordenadores primarios en línea —ordenó Lash—. Cho, ¿cuál es nuestro estado Deslizespacial? Por la COM la voz de Cho crujió con estática: — Capacitadores al ochenta por ciento y drenando. Necesitaré energía de motor completa para dos minutos más. —Entendido —respondió Lash. Dos minutos serían una eternidad—. Continúe protocolos de oscuridad —le ordenó a Yang—. Bloquee todos los sistemas externos. —Para la teniente Durruno dijo—: Use propulsores de atraque para presentar aspecto mínimo a los navíos entrantes mientras estén en el lado ciego. —Sí, señor —ella activó los propulsores y golpeó una palanca para manualmente reposicionar la nave. En-pantalla la luna se ladeó mientras se realineaban. La pareja de destructores Convenio emergió del lado lejano de la luna... y creció en tamaño en-pantalla. Elegantes y

peligrosos como el demonio, sus gris-azulados cascos apuntados hacia abajo sobre la Dusk. —Retrace su rumbo —le dijo Lash al teniente comandante Waters. Waters permanecía de pie sobre su estación, comprobó y recomprobó sus números. —No es un rumbo de intercepción —murmuró él—... pero condenadamente cerca. ¿Una coincidencia? ¿O los había visto el enemigo y estaban viniendo por venganza? —Permanezca a oscuras —ordenó Lash.

Había poco más que pudieran hacer. Las suaves curvas azules de los destructores llenaron sus pantallas de visión. Lash sintió la sensación de mariposas-en-el-estómago de fluctuaciones cuánticas de los motores repulsores Convenio. La Dusk se tambaleó y giró. La pantalla de visión se aclaró, revelando un campo rotador de estrellas que no parpadeaban. —Treinta y un metros fuera del arco de babor —respiró Waters. —La estela del repulsor nos ha colocado a la deriva fuera del punto de Rangorezagado, señor —dijo la teniente Durruno. —Déjenos flotar, Teniente —dijo Lash—. Fijen cámaras en el Stalingrado . Las girantes estrellas en las pantallas de visión deceleraron y entonces se centraron en las cuatro naves de guerra de la UNSC mientras rodeaban la luna a velocidad de flanqueo, persiguiendo a los dos destructores Convenio. —Se están alineando para un disparo —dijo Waters—. Les quedan seis babosas MAC. Eso debería ser suficiente. —¡Espiga de energía! —gritó Yang—. No de nuestras naves. No de los navíos Convenio, tampoco, señor. —¿Localización? —preguntó Lash, y se empujó a sí mismo fuera de la silla del capitán.

Yang agitó su cabeza, abrió su boca, pero ninguna palabra salió afuera. Waters fue a la estación de OPS-SENSORES y miró. — Perfil de energía indicativo de un campo Deslizespacial — dijo él—. Uno grande. Firma desconvolucionante. La localización es —sus rasgos se volvieron suaves— todas partes. El espacio alrededor de la flota de la UNSC se cortó y azules líneas aparecieron, conectaron, y retorcieron juntas como olas de agua de zafiro. Campos Deslizespaciales rompieron a través de dimensiones normales y radiación Cherenkov cegó la noche... mientras docenas de destructores Convenio, transportes, y cruceros aparecían, enjambres de ellos formaron una palangana entre el grupo de batalla de la UNSC y los dos navíos enemigos supervivientes. —Contando treinta y dos naves Convenio —graznó Yang. La teniente Durruno se congeló en su estación, ojos abiertos con terror. La armada Convenio disparó. Proyectores de energía de foco brillaron, y pura luz blanca rompió la oscuridad. La armadura de titanio de las naves de la UNSC hirvió y se vaporizó, mezclada con oxígeno vertido, y fotónica presión hizo explotar las llamas en ondeantes plumas. Misiles Archer y cañones aceleradores magnéticos dispararon en un desesperado contraataque. Los misiles detonaron en una fracción de segundo a lo largo de sus caminos de vuelo, altos explosivos se calentaron hasta el punto de brillo. Cuatro babosas MAC se propulsaron a través de los conos energía, bolas de fuego de metal líquido. Tres proyectores fallaron. Unodegolpeó, salpicando inútilmente en escudos Convenio.

Treinta y dos líneas de plasma se calentaron, separaron, y arquearon hacia la flota humana, golpeando críticamente dañados navíos, estallando cajas, cortando a través de cubiertas interiores, hasta que las superestructuras se

torcieron y atmósferas interiores se descomprimieron en largas burbujas explosivas sobre los ahora-derretidos cascos. La armada Convenio cesó el fuego y lentamente avanzó. Las naves del almirante Patterson habían sido reducidas a un campo de escombros en una cuestión de segundos. Láseres de alfiler se dispararon desde las naves alienígenas mientras destruían cápsulas de escape. —Escombros entrantes —advirtió Waters. —Necesitamos hacer algo —murmuró la teniente Durruno. Lo que había sido un victorioso grupo de batalla persiguiendo a un condenado enemigo se estaba ahora tambaleando, proas medio-fundidas y brillantes núcleos de reactor. Un cementerio flotante. Fantasmas. La esperanza que el comandante Richard Lash había sentido se había ido para siempre. —No hagan nada —les dijo Lash. —Si algo nos golpea, señor —dijo Waters—, asumiendo que sobrevivamos al impacto, los ángulos de reflexión revelarán nuestra posición. —Así

de cerca de tantos navíos

—respondió

Lash—,

entonces deberíamos maniobrar —fue hacia la teniente Durruno en la estación de NAV—. Agarre fuerte —le dijo. Sus ojos brillaron con lágrimas, pero ella asintió, y agarró los bordes de su asiento. Lash comprobó su reloj de pulsera y se aseguró de que estuviera hendido fuerte.

La armada Convenio se movió más cerca, embotelló la luz solar, y cubrió a la Dusk con sombras.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y

S EI S

2115 HORAS, 3 DENOVIEM BRE DE 2552 (CALENDARIOMILITAR)/ SISTEMA ZETA DORADUS LOCALIZACIÓNSINDETERMINAR / EN EL CONSTRUCTO ANTE VENIDO CONOCIDO COMO ONYX

Kurt le indicó de vuelta a Fred y Ash, Linda y Mark para que cerraran el agarre. De dos en dos se movieron subiendo el corredor, brillante de pilar en pilar, los SPARTANs-III en punto apenas visible en su armadura, parte sombra, parte rayados patrones de ónice. Los SPARTANs-II se acercaban detrás de un líquido parecido a mercurio rodando sobre terciopelo, suave y silencioso. Las diferencias entre esas dos generaciones habían sido dejadas atrás. Los Equipos Azul y Sable trabajaban como una única unidad, familia que había empujado junta en una crisis. Kurt observó su rastreador de movimiento, pestañas IAE superpuestas en la red. Los Spartans tenían las mejores posiciones posibles... colocados a lo largo de cada uno de los pilares que se estiraban hacia arriba hacia el corredor de diez-metros-de-alto. Kurt, Tom, y Lucy tenían punto. Olivia estaba en recon, su IAE deshabilitado, así que Kurt no estaba seguro de su localización precisa en la sala más adelante. Ese corredor estaba embaldosado con interbloqueantes símbolos Antevenidos de jade, turquesa, y lapis. La Dra. Halsey supuso que era un poema épico describiendo una lucha en el largo-tiempo-perdido pasado de los Antevenidos.

Todo lo que Kurt sabía era que era una zona de matanza, con escasa cobertura y largas líneas de visión. Un buen lugar para seremboscado. Olivia brilló su verde luz de estado tres veces: la señal de todo-limpio. Kurt le indicó a Tom y Lucy que lo siguieran, y se escabulleron hacia la sala más adelante. Sombras envolvían filas de rechonchas máquinas, y la única luz venía de siete sarcófagos parecidos a cápsulas reunidos en el centro. Esas cápsulas eran translúcidas, y dentro de cada una yacía una persona, sus rasgos oscurecidos. Olivia se movió al lado de Kurt. —Cinco de esos tienen que ser el Equipo Katana —murmuró ella—. Este está marcado con la bandera de «asesinato» verde lima del ejercicio de altos-honores. Kurt suavizó su guantelete sobre la superficie de la cápsula. ¿Estaban vivos dentro? ¿Muertos? ¿Algún lugar en medio? Él había venido ahí primero... sin ir tras la tecnología que la UNSC necesitaba, arriesgándolo todo por el Equipo Katana. Nunca dejes a un camarada caído detrás. Pero había más sobre eso que esto: dada una elección entre tecnologías alienígenas que podrían salvar a toda la humanidad y esos cinco Spartans... él los había elegido a ellos primero. Hubiera hecho cualquier cosa para protegerlos. —Veamos con qué estamos tratando aquí —dijo él. Kurt chasqueó encendiendo las luces tácticas de su casco, y las enfocó sobre la cámara. Organo-metálicos apéndices agarraban cada cápsula e irradiaban ramas que conectaban con bancos de cubos de dos metros. En inspección cercana, Kurt vio luz filtrándose de esos más cubos... y observando másuna cerca,débil notó que no eran del todo cubos... sus bordes se distorsionaban e irradiaban dimensiones adicionales. Se tambaleó hacia atrás, manos reflexivamente agarrando sus sienes. Desorientación bañando sobre él mientras

saboreaba la débil luz verde, inhalaba los polvorientos olores de intención de los símbolos en el suelo, y oía el campanilleo parecido al de una campana de las orgánicas electrónicas de las cápsulas. Se hundió hacia una rodilla y la enmarañada entrada sensorial se desvaneció. —Permanezcan atrás —les advirtió Kurt a los otros. Por la COM dijo—: Will, escolta a la Dra. Halsey aquí arriba.

Otra ola de desorientación golpeó a Kurt y su visión nadó. Cuando de nuevo pudo ver, la Dra. Halsey estaba arrodillada al lado de él. —Muévelo lejos de las máquinas —le dijo ella a Will. Will lo arrastró de vuelta a la entrada de la sala, y la visión de Kurt inmediatamente se aclaró y el vértigo se desvaneció. —¿Qué era eso? —le preguntó a la Dra. Halsey. —Campo Deslizespacial sin blindar —dijo ella. Su cara era una máscara de concentración, mirando fijamente a los aposentos de las cúbicas máquinas. Frunciendo ceño, cruzó hasta las cápsulas—. Linda —dijo ella—, tu asistencia por favor. Linda se movió hasta la Dra. Halsey, su rifle de francotirador apuntado al suelo. —Usa el hallador de rango de tu arma; apunta al interior de la cápsula. Linda asintió, alzó su rifle, y apuntó al Spartan dentro de la cápsula. Tras un momento, bajó el arma, comprobó los ajustes de su mira Oráculo, y entonces repitió el procedimiento. Agitó su cabeza. —¿Estás leyendo un rango infinito? —dijo la Dra. Halsey. — —respondió Linda, descaracterística molestia en su tonoSí —. Debe pasarle algo malo a esto. —No —replicó la Dra. Halsey—. Me temo que está en

orden perfectamente funcional.

Ella se giró hacia Kurt. —No puedo revivir a sus Spartans ni los otros tres, Teniente Comandante. No están en suspensión criogénica.

Kurt se agitó quitándose los últimos trazos de confusión. —Explique —dijo él. —Están encapsulados en un campo Deslizespacial. El proceso para estabilizar tal campo en espacio normal está bien fuera de cualquier tecnología que nosotros o el Convenio poseamos. Esencialmente esos Spartans están aquí, pero no, extruidos en un conjunto alternativo de coordenadas espaciales y excluidos del tiempo. —Están justo aquí —dijo Linda, y apuntó a las cápsulas. —No —dijo la Dra. Halsey —. Estás meramente viendo su imagen remanente. Es como mirar a una masa acelerada pasado el horizonte eventual de un agujero negro. Su imagen puede permanecer ahí para siempre, pero se ha ido. —¿Entonces se han ido? —murmuró Linda. —Oh no —replicó la Dra. Halsey—. Están justo aquí. Kurt dijo: —Acaba de decir que se han ido. ¿Cuál es? La Dra. Halsey consideró un momento y entonces respondió: —Ambos. Las implicaciones cuanti-mecánicas no se traducen a simples, noparadójicos y clásicos términos. —Entonces peguémonos a los términos prácticos —dijo Kurt, creciendo en molestia—. ¿Están seguros? Ella ladeó su cabeza, considerando, y entonces respondió: —Podrías detonar una cabeza nuclear en esas cápsulas y debido a que el extruido Deslizespacio dentro no está en esta dimensión, no habría efecto para sus contenidos. En esa referencia a «cabeza nuclear», Ash cambió su paquete, el cual contenía las dos bombas FENRIS cortadaspor-lo-bajo. —¿Podemos moverlos? —preguntó Kurt. La Dra.laHalsey el finalahídey una cápsula. Examinó línea decaminó troncoshasta anexionada la desacopló. Hubo un silbido y la cápsula se alzó medio metro sobre el suelo. —Parece que fueron diseñadas para ser movidas —dijo ella, sus últimas palabras rayando hacia fuera hacia profundo pensamiento.

Kurt indicó hacia las cápsulas. —Equipos Sable, Azul, ténganlas desacopladas. Las llevaremos con nosotros hasta la entrada a la sala-núcleo. Los Spartans desacoplaron las cápsulas. Mientras Ash maniobraba una cápsula, la Dra. Halsey mantuvo alta una mano, indicando que se detuviera. Ella se dobló más cerca de la última cápsula e hizo correr sus dedos sobre los iconos Antevenidos a lo largo de su lado, traduciendo mientras hacía eso: —«Eso que debe ser protegido... tras el afilado borde del escudo... más allá del alcance de las espadas... para los reclamados». No, ese no es completamente el significado correcto. eco Ash—. ¿Quizás —Reclamado... —hizo «Reclamadores»? La Dra. Halsey miró arriba, sorprendida, hacia él. —Sí. Un poco. Específicamente, un honorífico. —Sí —dijo él—, eso es lo que el Centinela nos llamó. —¿Uno habló? —preguntó la Dra. Halsey. Empujó sus gafas subiendo el puente de su nariz y se movió hacia Ash. —Lo había olvidado con todo lo demás continuando —Ash agitó su cabeza, avergonzado. —¿Qué exactamente dijo? —demandó ella—. La fraseología precisa. Podría ser importante. Ash cambió de pie a pie. —... No lo recuerdo, señora. El jefe Méndez vino y colocó una mano en el hombro de Ash. —Toma un profundo aliento, Spartan. Ve atrás y piensa: ¿qué estabas haciendo justo antes de que la cosa hablara? —Nos habíamos movido al borde de la Zona 67 —dijo Ash lentamente—, para alejarnos del combate del Equipo Katana ybúnkeres Gladius. cuanto los de Entonces la ONI... y fue entonces unoempezaron vino detrás adevolar nosotros. Persiguió a Holly directo hacia el borde de una colina. »Cogí su atención. Tiré una roca hacia la cosa. Me persiguió, me tuvo clavado en un barranco. Empecé a transmitir en el abierto, para permitirle saber a Sable que

podías atravesar sus escudos con un lento objeto balístico... no tenía mucho que perder en ese punto. Pero el Centinela atenuó mi señal de COM, y la transmitió de vuelta hacia mí. —Ralentízalo —murmuró el jefe Méndez—. Tómate tu tiempo. ¿Qué ocurrió entonces? —Al principio no tenía ningún sentido —continuó Ash—. Como Convenio sin traducir... solo que era diferente. «Pungent Juber» algo. Intenté hablarle de vuelta. Decirle que no comprendía. Habló de nuevo, aún algarabía, pero entonces dijo «non sequitur». Estaba seguro de que hablaba latín. —Análisis lingüístico basado en un microscópico conjunto de ejemplo —dijo la Dra. Halsey—. Intentó comunicarse con un lenguaje raíz. —Entonces dijo «Protocolos de seguridad habilitados» y «Escudo en modo de cuenta atrás. Intercambie contrarrespuesta apropiada, Reclamador». Le dije que no tenía intención de hacerle daño. Supongo que era la cosa equivocada que podía decir, porque fue entonces cuando me dijo que no era un Reclamador, y me reclasificó como una «subespecie absrcen».

La Dra. Halsey miraba fijamente hacia fuera al espacio, pensando. —Sí... —murmuró ella—. Todo esto tiene sentido. —Estaba a punto de encenderme con su rayo de energía cuando el resto de Sable vino a lo largo y dejó caer unas pocas rocas sobre él —Ash se estremeció—. Eso es todo, señor. Kurt había oído suficiente... más importe, había visto la reacción de la Dra. Halsey. Ella sabía mucho más de lo que les estaba contando. Y era momento de descubrir qué. —De acuerdo —dijo Kurt—, que todos cojan las cápsulas y las muevan hasta la plataforma de translocación. Dio un paso más cerca de la Dra. Halsey. —Me gustaría una charla con usted, señora.

Los Spartans maniobraron las cápsulas de vuelta al corredor. Méndez le dirigió una adicional ojeada a Kurt y la Dra. Halsey, y entonces se fue. —No tenemos mucho tiempo —le dijo Kurt a ella. Ella miró a su reloj. —Cuarenta minutos, para ser precisa, hasta que la entrada de la sala-núcleo se cierre. —Sabe lo que hay dentro. Hubo el más ligero titubeo, y ella respondió: —¿Cómo podría yo, Teniente Comandante? —Pero no me lo ha contado todo. Los ojos de la Dra. Halsey se endurecieron y su boca se colocó en lo que Méndez hubiera denominado una cara de póquer. —Doctora, no voy a arriesgar las vidas de mis Spartans sin saberlo todo. Incluso lo que usted podría considerar un insignificante detalle podría tener graves repercusiones tácticas. —Ciertamente —murmuró ella, y su expresión se suavizó un poco—. Si significan tanto para usted, entonces déjeme decir primero sobre sus aumentaciones neurales. Kurt se tensó, inseguro de cómo proceder. La Dra. Halsey era una civil fuera de su cadena de comando. Había reglas y protocolos dictando cómo los militares interactuaban con los civiles bajo su protección... todos demasiado lentos, para sus propósitos. Si él no estuviera seguro sobre su experiencia médica, Kurt hubiera considerado acción más directa; en su lugar lo intentó de nuevo. —No voy a hacer trueques, Doctora. No tiene la clarificación debida para esa información. Ahora por favor cuénteme sobre el núcleo. Podría salvar vidas. —«Salvar vidas» es exactamente lo que estoy intentando hacer —replicó ella, y cruzó sus brazos. La gestura era idéntica a la que Kelly había cuando ajustaba su mente para ser resolutamente terca. Kurt estaba arrinconado. Si traicionaba a la Dra. Halsey, perdería su cooperación. Si no conseguía la información,

podría perder las vidas. Con el tiempo agotándose, solo tenía una opción, y ella lo sabía. Él tomó un profundo aliento y dijo: —Muy bien. La mutación neuronal para los SPARTANs-III altera su lóbulo frontal para mejorar respuesta de agresión. En tiempos de estrés extremo los hace casi inmunes al trauma, capaces de soportar daño que ni siquiera un SPARTAN-II podría. —¿Como Dante? —dijo la Dra. Halsey—. ¿Aún moviéndose cuando debería haber estado en un coma? Kurt revivió ese momento, sujetando a Dante quien le había solo un segundo antes saludado y contado que pensaba que había sido mellado. —¿Efectos colaterales? —preguntó ella. —Sí —murmuró Kurt—. Con el paso del tiempo, funciones cerebrales más altas son suprimidas y los Spartans pierden su juicio estratégico. Un contraagente bloquea esto, pero debe ser regularmente administrado. —No

estoy segura de que esté de acuerdo con que este trueque lo merezca —dijo ella—. A menos que sus necesidades fueran, incluso por los estándares Spartan... extraordinarias. —Ella cuidadosamente examinó a Kurt, y entonces murmuró—: ¿Qué le ocurrió a la Compañía Alfa? —Fueron desplegados para apagar un astillero Convenio en el borde del espacio de la UNSC —Kurt se detuvo, luchando por contener la oscuridad que se alzaba dentro de él. Shane, Robert, cada uno de ellos muerto, y la culpa suya. —Nunca oí de esa operación —dijo la Dra. Halsey. —Porque fue un éxito —replicó Kurt, recuperando algún control—. Si no lo hubiera sido, el Convenio hubiera destruido todas las coloniasSpartans, en el lado-de-Orión... compañía entera, trescientos fue perdida. Pero la La Dra. Halsey empezó a sacar alcance hacia él, y entonces se detuvo, pensando mejor sobre ello. —¿Tom y Lucy...? —Los únicos supervivientes de la Compañía Beta de la Op Pegasi Delta —respondió él.

Estuvieron en silencio un momento. Kurt luchó para alzarse sobre sus emociones y las memorias. Pero con tantos perdidos sentía que se estaba ahogando. —Entiendo por qué arriesgaría un protocolo tan fuera de la ley —dijo la Dra. Halsey—. Haría lo que fuera para ayudarlos, sus Spartans... como yo haría por los míos. Por la COM el jefe Méndez habló: —Estamos en la plataforma, señor. Esperando órdenes más profundas. —Esperen —respondió Kurt. Desvaneció sus sentimientos hacia un oscuro navío en su mente, uno lleno para desbordar con dolor, y entonces se centró en la Dra. Halsey. —¿Por qué está aquí? —le preguntó a ella—. No es para recuperar tecnología Antevenida. Si hubiera realmente sospechado, se lo hubiera dicho a John y se nos hubiera enviado más asentamientos que un único Spartan y una nave de cincuenta-años-de-edad convertida a uso civil. La Dra. Halsey dejó caer su mirada hacia el intricadamente inclinado suelo. —No hay necesidad de esta pretensión contigo —murmuró ella—. Solo que una se vuelve tan acostumbrada a mantener secretos; una se olvida de cómo contarle a cualquiera... nada —su frente se arrugó casi como si le doliera hablar—. Tiene razón. No vine a Onyx buscando tecnología Antevenida. Vine por los Spartans. Queremos la misma cosa: su supervivencia. Ella colocó una mano sobre su garganta... alguna reflexiva gestura defensiva para protegerse a sí misma. —Esta no es una guerra que la UNSC pueda ganar, Kurt. Seguramente esto te ha ocurrido a ti. Él asintió, aunque de hecho no lo había. — Ella pareció eso, sin perdiendo embargo, y esta continuó. Hemos estadoaceptar lentamente guerra. «Lentamente», creo, porque no hemos sido el foco principal de la hegemonía Convenio hasta recientemente. Ahora han encontrado y apuntado a la Tierra. Añádele a este siniestro escenario los Diluvio... una emergente biología que ni siquiera los Antevenidos pudieron controlar.

—Pero tenemos que luchar —le dijo Kurt—. El Convenio no

hace prisioneros. Y de lo que nos ha contado sobre los Diluvio... no hay otra opción. La Dra. Halsey sonrió. —Así que como un Spartan... y, al mismo tiempo eres tan distinto a cualquiera de ellos. Cruzaste una línea que ninguno de tu raza se ha atrevido antes: romper regulaciones e ingeniar una masiva cobertura. Todo para proteger tus cargas. Lo que yo había planeado, sin embargo, fue mucho más lejos... Por la COM Fred irrumpió: —Señor, los controles Antevenidos en la plataforma se están moviendo. Volviéndose locos. No estoy seguro de qué significa. —Esperen —respondió Kurt. —Ves —dijo la Dra. Halsey—, mis SPARTANs-II nunca hubieran dejado una lucha. Están demasiado indoctrinados para conocer cualquier otro camino. Pero cuando aprendí de la posibilidad de una nueva generación de Spartans, comprendí que era una oportunidad de atraerlos lejos. Quizás colocarlos en crio y volar tan rápido y tan lejos como pudiera de este sector de la galaxia. —Para vivir y luchar otro día —murmuró Kurt. —Tropezar sobre esta instalación Antevenida —continuó la Dra. Halsey—, fue pura oportunidad... O tanta

«oportunidad» como lo era construir el Campamento Currahee al lado de la Zona 67. En cualquier evento, podría haber o no haber tecnologías de armas que podamos redirigir aquí. Tu suposición es tan buena como la mía. Hay, sin embargo, algo de lejos de más valor para nosotros: una manera para salvar sus vidas, lo que creo que podría haber sido parte srcinal de los Antevenidos. Hay un refugio paradel esosplan «Reclamadores» que... Disparos hicieron eco bajando la entrada. Kurt se giró y alzó su rifle. Fred anunció por la COM: —Grupo de exploración Convenio ha aparecido en la plataforma de translocación.

Tres Élites enviados. Sin daños aquí. El panel de control sigue activo. Aviso. —Escucha cautelosamente si quieres que vivan —le dijo la Dra. Halsey a Kurt. Vestía su cara de póquer de nuevo y había acero en su voz —. Ordena a Fred que mueva las cápsulas hacia esa plataforma... ahora.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y

S I ET E

2130 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) SINDETERMINAREN / SISTEMA ZETA DORADUS/ LOCALIZACIÓN EL CONSTRUCTO ANTEVENIDO CONOCIDO COMO ONYX

Los Spartans permanecían de pie en medio-círculo de formación de «matanza» alrededor de la plataforma. Las cápsulas parecidas a sarcófagos habían sido empujadas hacia el centro. Los cuerpos de los tres exploradores Élites en su azulada armadura habían sido arrastrados a un lado y extirpados de sus armas. Fosforescente sangre inundaba ahí y apestaba como alquitrán La Dra. Halseyfresco. se dirigió directamente hacia la consola de control. Mientras golpeaba y preparaba los holográficos símbolos, le dijo a Kurt: —Los campos Deslizespaciales que hacen las cápsulas impermeables al ataque efectivamente bloquean cualquier translocación de materia entrante. Están perfectamente seguros.

Fred informó para Kurt: —Para lo que vale, señor, los Élites parecían sorprendidos. No creo que supieran que estábamos aquí. —Bueno, probablemente sí que lo hacen ahora —respondió Kurt—. ¿Doctora? —No estoy segura de cómo el Convenio ha aprendido tan rápido —dijo la Dra. Halsey, encendiendo símbolos reflejándose en sus gafas—, pero estoy registrando repetidos

intentos de ganar acceso a esta plataforma. Sistemas

cercanos han sido activados. Están intentando encontrar rutas alternativas hasta nuestra localización. —Entonces nos movemos —dijo Kurt. —Si las cápsulas bloquean la translocación —dijo Ash—, ¿irán a través del sistema? La Dra. Halsey consideró eso. —Eso creo. Están diseñadas para ser transportadas. Una vez sus campos Deslizespaciales son pillados en la estela de una distorsión espacial generada localmente deberían ser llevados a lo largo. —Coloquen temporizadores de misión en modo de cuenta atrás —les dijo Kurt, y miró a la Dra. Halsey. Ella consultó su reloj. —Treinta y dos minutos hasta que la puerta hacia la sala núcleo se cierre —dijo ella. —A mi señal —dijo Kurt—. Señal. «32:00» apareció en la esquina derecha más baja de su pantalla frontal. —Formación de defensa beta —ordenó él, y le indicó a todos hacia la plataforma—. Usen las cápsulas por cobertura.

Will llevó el envuelto cuerpo de Dante y lo colocó gentilmente hacia la plataforma. Kurt rápidamente miró lejos; cada vez que veía el cuerpo, le recordaba que la muerte de Dante era su responsabilidad, y que le había fallado al joven Spartan. Los SPARTANs-II hicieron un anillo dentro de las cápsulas protegiendo a Méndez. Los SPARTANs-III se extendieron planos y apuntaron bajo las flotantes cápsulas, dándoles un campo de 360-grados de fuego. La Dra. Halsey se les unió en la plataforma, amontonándose al lado del jefe Méndez. Abrió su portátil y —¿Está seguro? —le lo conectó aa los controles preguntó Kurt Convenio podría ser capaz de —. El Antevenidos. rastrearnos hasta la sala núcleo. Podríamos llevarlos directos a ella —el aspecto en su cara era ilegible. Kurt reconoció la pregunta como estratégico: ¿continuar hasta la sala núcleo o escapar mientras hubiera fuerzas UNSC en el espacio sobre Onyx?

La Dra. Halsey también había indicado que había una manera de salvar las vidas de los Spartans... algo conectado al plan srcinal de los Antevenidos para esos «Reclamadores». Pero no tenía el lujo de hacer planes basados en las media-explicadoras teorías de la Dra. Halsey. Necesitaba fijarse a su plan: llegar a la sala núcleo, coger cual sea la tecnología o armas que estén ahí, y salir de ese mundo. Tenía una misión que cumplir, y fallando eso (su mirada se movió hacia Ash y su paquete con dos cabezas FENRIS) aún podía negarle al Convenio su premio. —Sala núcleo —dijo Kurt. La Dra. Halsey suspiró y asintió. ¿Era resignación lo que detectó en su cara? ¿O alivio? Ella era la persona más difícil para leer con la que se había encontrado jamás. Anillos de dorada luz los envolvieron, las paredes del corredor se derritieron, y Kurt sintió sus interiores siendo empujados hacia fuera y alrededor y entonces rellenados de vuelta hacia su armadura. La luz, sin embargo, no se desvaneció como lo había hecho antes. Se intensificó a un más brillante blanco quemador-demagnesio. Méndez excavó hacia el bolsillo de su chaleco y se puso una antigua pareja de envolventes de espejo. Las gafas de la Dra. Halsey automáticamente se oscurecieron. El visor de Kurt no se estaba polarizando para compensar, así que él manualmente dio un paso hacia arriba con la tinta al 60 por ciento. Al principio confundió su localización por un abierto plano de nieve,vio algún lugaren en la regióndistancia. polar norteña, pero entonces paredes la nublada Estimó cinco kilómetros. Empujó la polarización al 80 por ciento. El suelo se volvió visible, embaldosado con símbolos Antevenidos de plata, rubí, esmeralda, y ámbar. Cada línea y curva se entrelazaba en una precisa geometría Penrose,

aunque si había un discernible patrón repitiéndose Kurt no lo vio. Los símbolos parecían cantar en su mente, y estaba frustrantemente cerca de comprender lo que decían... algún mayor significado de transcendencia galáctica. Kurt agitó su cabeza para limpiar la ilusión. Cayó de vuelta a su entrenamiento. Escaneó buscando movimiento. Ningún enemigo avistado. No había posiciones defendibles visibles, tampoco. Comprobó su rifle: cargador de munición lleno. Todos los sistemas de armadura SPI comprobados. Mientras su visión continuaba ajustándose, una colina se resolvió en el centro de esa «sala». Había una uniforme pendiente hacia el suelo que gentilmente se alzaba y entonces se arqueaba hacia arriba hiperbólicamente una docena de metros. Le recordó a Kurt a un hormiguero. Alrededor del ápice de esa colina yacía una multitud de aletas alzadas hacia el suelo; endurecidas en sus bases y afiladas en sus cimas, se alzaban otros diez metros sobre la estructura. —Si este es el núcleo del planeta —murmuró Kelly—, debería haber poca, si alguna, gravedad. Siente normal. La Dra. Halsey recomprobó su portátil. —Translocación confirmada —dijo ella—. Estamos en el centro de Onyx. La gravedad es artificial. —Equipos de dos despliegues, disemínense, recon —dijo Kurt—. Doctora, Jefe, Ash, vamos a ir a esa estructura.

Verdes luces de reconocimiento parpadearon encendiéndose. —Señor —dijo Holly—, ¿qué hay del Equipo Katana? ¿Las cápsulas? —Déjenlas en la plataforma. Bloquearán translocaciones entrantes Convenio. —Sentía mal dejarlos ahí solos, así que le ordenó a Holly—: Protégelos. Se movieron fuera, y mientras Kurt marchaba sobre el suelo, los símbolos bajo sus botas se suavizaron en un dorado camino. Estática se arrastró a lo largo del interior de su

armadura SPI y el exterior era una raíz de colores mientras los circuitos foro-reactivos intentaban fundirse hacia el arlequín terreno local. Méndez se detuvo y mantuvo alta una mano hacia la Dra. Halsey. —Vigile sus pasos, señora —apuntó al suelo. Una cresta se alzaba un cuarto de metro, difícil de ver debido a que todos los iconos Antevenidos brillaban a lo largo de su suave lado así como la cima. La Dra. Halsey se arrodilló y golpeó los marcos de sus gafas, mirando a derecha e izquierda. —Un anillo... circunscribiendo la totalidad de la estructura central —ella miró entonces a la colina—. De hecho, la entera deformación es una serie de similares círculos concéntricos. Kurt dio un paso hacia la alzada superficie. Examinó la colina y contó las torres parecidas a aletas: había trece. Incrementó el factor de magnificación en su placa frontal y notó que la curvada superficie de la formación central era ciertamente una serie de anillos en escalera. —Me recuerda al Infierno de Dante —dijo Méndez, y le ofreció su mano a la Dra. Halsey. Ella tomó su mano y se soltó hacia la cresta. —El infierno de Dante era una serie de anillos descendientes —dijo ella—. Estos son más representativos de... El suelo cambió. Kurt instintivamente se agachó para mantener su equilibrio, pero no había necesidad; solo había caído unos pocos centímetros. La entera sala ajustó, sin embargo, la distorsión propagándose hacia la colina con un subsónico retumbo. —Si la sala núcleo está en el centro —dijo la Dra. Halsey, acelerando su paso—, debemos darnos prisa. —Algo aquí, señor —anunció Fred por la COM—. Será mejor que lo vea por usted mismo. Kurt se giró hacia las señales IAE de Fred y Mark en su pantalla frontal. Eran siluetas contra el brillo, a 150 metros de

distancia.

—Ash,

Jefe, escolten a la Doctora hasta la estructura.

Manténganme informado. —Recibido, señor —dijo Ash.

Kurt corrió hacia Fred y Mark y vio a los Spartans permaneciendo de pie en el borde de un agujero negro, un suave parche de siete-lados falto de iconografía Antevenida. Una consola holográfica a su lado, iconos moviéndose. —Plataforma de translocación —murmuró Fred—. Activa, si estoy leyendo esos controles bien. —Usaremos otra cápsula para bloquearla —dijo Kurt. Empezó a teclear la COM, pero entonces Ash irrumpió: — Señor. Tengo alguna altura, y puedo ver... puntos en el suelo. —¿Puntos negros? —preguntó Kurt. —Sí, señor. Contando una docena... no, haga eso al menos treinta de ellas diseminadas en un áspero círculo. El corazón de Kurt se hundió al hoyo de su estómago. Había demasiados puntos de salida para bloquear. Potencialmente encaraban a un enemigo con superiores números y potencia de fuego, y todo lo que tendrían sería una única posición semidefendible.

«26:00» mutó a «25:59» en su temporizador en cuenta atrás. Estaban cerca de esa sala núcleo, un posible baúl de los tesoros de secretos Antevenidos. Con una considerable fuerza Convenio en su cola, no sería suficiente con llegar ahí primero, tenían que prevenir que el enemigo llegara ahí también. Kurt equilibró las vidas de sus Spartans contra los billones que podrían ser salvados... y la elección era lamentablemente demasiado clara para él. —Olivia, Will, Holly, Kurtesas doble-clicó COMGRUPO. cojan cápsulasenylalleguen a la cima de esa colina LAP. Kelly, coloca las últimas minas LOTUS alrededor de la estructura. Todos los demás, lleguen a la cima y desempaqueten todo, carguen todos los rifles. Prepárense para defender contra fuerzas enemigas inminentes.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y O CHO

SÉPTIMO CICLO, 265 UNIDADES (CALENDARIO DE BATALLA CONVENIO)/ CIUDAD ANTEVENIDA SINNOMBRAR;SISTEMAONYX: ZETA DORADUS(DESIGNACIÓNHUMANA)

El maestro de flota Voro inspeccionaba su batallón. Se habían amasado en la superficie de la ciudad Antevenida, más de doscientos Sangheili en ordenadas filas para su revisión. Naves de descenso y naves luchadoras Seraf flotaban encima, sus luces de aterrizaje jugando sobre el patio, protegiendo contra inesperados Centinelas o ataques demonios. Los edificios cercanos y piedras de pavimento de mineral blanco-y-de-bandas-blancas proveían un nítidoarmaduras. contraste para sus soldados en sus primariamente-coloreadas

Miró bajando filas de guerreros en azules trajes de batalla, de pie bajo atención, listos para luchar y matar y morir en ese mundo. El único quejido entre sus soldados era porque llevaban guanteletes de escudo Kig-yar para complementar sus sistemas de armadura. Muchos observaban eso como grave deshonor, pero Voro lo había ordenado así. No correrían riesgos con los demonios humanos, esos «Spartans». Los Sangheili no perderían ese mundo como habían hecho con el primer anillo Halo. Voro asintió a los Mayores Domo Sangheili en su brillante armadura roja. Los Mayores cogieron y mantuvieron su mirada. Creían en él. Lo vio en sus inquebrantables miradas.

Su confianza era infecciosa... y le dieron pausa, porque era cosa peligrosa para un líder de cualquier rango creerse a sí mismo imparable.

Aun así, Voro se maravillaba de que se le hubiera dado el

comando de las escuelas gue rreras de E Toro, R Lan, ’



y

N’Nono cuyo valor y salvajismo eran legendarios. Aun así,por

tan habilidosos que fueran esos soldados, hubiera intercambiado una docena de ellos por un infiltrador en traje dobladordeluz para explorar el terreno más adelante e informar sobre los demonios. Se detuvo ante Paruto y Waruna. La alzante pareja Lekgolo gruñó gratitud liderar la verdadera Vorosuhabía sidoalbendecido no con unavanguardia. sino con tres parejas Lekgolo. Nunca había visto una única pareja derrotada en combate antes. Y aun así, los Spartans habían conseguido herir a Waruna y escapar, un insulto al orgullo Lekgolo que solo podría ser aplacado por moler a los ofensores en pulpa. —Preparen ajuste final —le dijo Voro a sus Mayores. Sus Mayores gritaron a sus escuadrones, quienes sacaron sus espadas y saludaron a Voro... sus alzadas espadas de energía hicieron que el aire se ondeara con su calor combinado. Bajaron su saludo; cogieron rifles, granadas, pistolas, y células de energía; y marcharon a través del patio, ensamblándose cerca de los bancos de negras-mate tabletas de translocación. Escuadrones de Unggoy suicidas siguieron, arrastrando desensambladas unidades de mortero de energía. Sus frenéticos chillidos molestaban a Voro. Correrían delante de los otros e intentarían combatir al enemigo mientras sus compañeros preparaban sus escudos y morteros... y probablemente caerían antes de que tuvieran una sola unidad ensamblada. Ellos, sin embargo, servirían como necesaria distracción mientras el resto de su grupo de combate encontraba cobertura y se colocaba.

Eso era tan bueno como muerte como cualquier Unggoy pudiera desear.

Voro miró arriba hacia las estrellas. Habían sobrevivido al Diluvio y la traición de los Jiralhanae en el segundo constructo Halo, repelido a los guardianes Centinelas de ese mundo, y emergido victoriosos incluso después de que la flota humana diezmara sus naves. Muchos en sus rangos murmuraban que el Destino los protegía. Esa tan-llamada victoria contra la flota humana, sin embargo, no había sido nada más que suerte. Los Maestros de Nave humanos los habían superado en inteligencia... un hecho que aún tenía dificultad reconociendo. Solo la oportuna llegada de refuerzos de Jubilosa Exaltación los había salvado. Rumores circulaban sobre que las naves de refuerzo habían sobrevivido a alguna catástrofe. Voro sospechaba un ataque sorpresa de los Jiralhanae. Fuera cual fuera la causa, la venganza tendría que esperar.

Tenían que ganar esa batalla, ahí y ahora, y reclamar las tecnologías Antevenidas que cambiarían la balanza estratégica de poder en la galaxia. Así que quizás fuera el Destino después de todo loscreación. había llevado a ese mundo, pero era destino deelsu que propia Se dirigió a las plataformas de translocación y recomprobó las coordenadas objetivo. Voro no era clérigo, y solo entendía una fracción de la sagrada escritura Antevenida. El mismo mensaje se había repetido desde que encontraron ese sistema. Holográficos iconos pulularon sobre la superficie de control. Voro los leyó, gritando el divino pasaje para sus soldados : —Los tiempos oscuros están sobre nosotros... Desenvainadas tuyas espadas y herida... El Arca será tu guía... Y Bendigan a los Reclamadores que podrían tomar refugio tras el afilado borde del Escudo... Maravilla más allá espera.

Doscientos Sangheili rugieron su aprobación como si el mensaje hubiera sido colocado ahí para ellos, escrito hacía eones por dioses. En verdad, los matices del significado de ese mensaje estaban por encima de Voro. Él había discernido, sin embargo, que el centro de ese mundo era donde los «Reclamadores» estaban para ensamblar: un lugar que contenía tecnológicas maravillas y armas más allá de la medida. Su labor estaba clara: detener a los demonios humanos de llegar ahí primero. Indicó hacia los escuadrones suicidas. Las pequeñas criaturas sede Unggoy amontonaron sobre las plataformas. Voro introdujo el comando de translocación y envió a la primera oleada a la batalla.

CAPÍTULO

T R E I NT A

Y

NUEV E

2140 HORAS, 3 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) REN / SISTEMA ZETA DORADUS/ LOCALIZACIÓNSINDETERMINA EL CONSTRUCTO ANTEVENIDO CONOCIDO COMO ONYX — ANTECÁMARA DELA SALA-NÚCLEO

El crujido del rifle de francotirador de Linda estaba descaracterísticamente callado. El sonido se disipó hacia la vasta sala. Doscientos metros de su posición un Gruño lloraba. Cayó, asesinado por el disparo a la cabeza. Un propulsor de metano de su aparato de respiración se encendió y chorreó fuego. Eso era cinco.chillando Las criaturas habían tabletas de translocación, como una aparecido docena deencucarachas, cargando con partes de una unidad de escudo de energía. Habían lucido confundidos, corriendo en direcciones aleatorias... hasta que fueron tirados por Linda. Sin cambiar desde su plana posición ni quitar su mirada de la mira Oráculo, Linda dejó caer su recámara e insertó una nueva. Yaciendo al lado de ella en una precisa fila había cinco recámaras, todo lo que le quedaba. Kurt examinó su equipo. Habían tomado la única posición defendible lógica en la sala: encima de la colina artificial de concéntricos anillos. La cima de la estructura estaba repleta con un saliente de un metro-de-ancho y trece torres como aletas que proveían amplia cobertura. Los Spartans y Méndez tomaron postes a ambos lados de tres de esas torres.

Kelly había colocado sus últimas minas antitanque LOTUS en la base de la colina, suficiente fuerza explosiva para penetrar la ultradensa armadura de un Tanque de Batalla Principal M808 Scorpion. Su equipo tenía altura, limpias líneas de fuego, y aun así Kurt sabía que eran enteramente vulnerables rodeados por tantas tabletas de translocación. Dentro del anillo de torres, una serie de concéntricos anillos adicionales caía abruptamente hacia el medio de la estructura. En el centro exacto había un agujero de tres metros de ancho, centelleando con una brillante iluminación azul-blanca sin calor. Esa era aparentemente la «puerta» hacia la sala núcleo que buscaban. Estaba abierta, pero en el tiempo en que habían estado ahí, los anillos en las pendientes exterior e interior de la colina habían continuado aplanándose, y las torres de aletas se habían ladeado y cogido ángulo hacia dentro. La entera estructura se estaba cerrando como el pétalo de una gran flor. Kurt miró a su temporizador de misión: 21:22. Holográficas superficies de control brillaron cerca del borde del agujero, y la Dra. Halsey se agachaba ahí, portátil abierto, su pequeña IA mota-de-luz revoloteando entre los símbolos. Ella no se había estremecido en el sonido del rifle de francotirador, su completa concentración fijada sobre el centro. Alrededor de ella Kurt había colocado las ocho más elegantes cápsulas para cobertura adicional. —Campo Deslizespacial comprimido —le murmuró la Dra. Halsey a su ordenador—. Cruzamiento transdimensional confirmado. Imposible en tri-espacio normal, al menos mayor que el límite Fermi-Planck. —¡Acción en cubierta! —sollozó Méndez. Las tabletas de translocación diseminadas a través de la blanca sala chasquearon con anillos de oro. Sobre docenas de tabletas... doscientos Gruños se materializaron.

Gritaron, dispararon plasma y pistolas aguijoneadoras, y cargaron. Kurt nunca había tenido miedo de esos diminutos alienígenas. Pero eso era diferente. Las cobardes criaturas tenían ojos-salvajes, y esprintaban de cabeza hacia ellos, arañando el aire. Sus rayos de plasma se disipaban a lo largo de sus trayectorias de doscientos-metros-de-largo, pero muchas balas de aguijoneador explotaron en las piedras cerca de Kurt. —Mantengan su fuego —dijo él por COMGRUPO. Escaneó la línea avanzando, y entonces más allá de ellos vislumbró tres equipos de Gruños colocando morteros de energía. —En parte trasera —dijo él—. Eliminen a la artillería. Linda disparó dos veces. Un trío de Gruños ensamblando otro mortero cayó. Holly y Ash cogieron rifles de francotirador y eliminaron a los otros dos equipos Gruño antes de que los escudos de energía de los morteros se activaran. La ola de carga de Gruños se agitó contra la base de la colina, trepando unos sobre otros para correr subiendo las escarpadas terrazas.

—¿Minas? —preguntó Kelly calmadamente por la COM. —Negativo —respondió Kurt—. Rifles. Todos... barran las

pendientes. Verdes luces de reconocimiento quemaron. Se aflojaron fuera de cobertura y dejaron ir corrientes de fuego automático sobre el terreno rico-en-objetivos. Los Gruño en cabeza gritaron mientras balas llenaban sus cuerpos. haciasu atrás haciahacia sus compañeros, quienes luchabanCayeron por mantener impulso adelante. Perforadas unidades de respiración chorrearon metano y florecieron en llama. Muchos Gruños se incendiaron, tambalearon bajando las escaleras, y desesperadamente rodaron para extinguirse a sí mismos.

Los Spartans dejaron caer recámaras, insertaron unas frescas, y metódicamente continuaron disparando.

Los Gruños deceleraron y se detuvieron a mitad de camino subiendo las escaleras, cayeron atrás, muertos y vivos, aún gritando, pero no en terror. Los supervivientes se giraron y huyeron... y fueron cortados por lo bajo. Montones de Gruños yacían al pie de la colina. Tanques reversos de metano detonaron, y quemando armadura y carne subieron en espiral en columnas de agrio humo. Algunos Gruños intentaron arañar hasta la seguridad. —Vigilen a los heridos —ordenó Kurt—. Disparos únicos. Su equipo rápidamente los despachó. Entonces Kurt vislumbró su error: a doscientos metros atrás, casi perdidos en el brillo de la vasta sala, permanecían de pie Élites... ahora a salvo detrás de generadores de escudo estacionarios. Kurt incrementó la magnificación en su placa frontal. Había tres grupos equidistantemente posicionados alrededor de la colina... treinta Élites en cada. —Doce, cuatro, y siete en punto —murmuró Kurt por COMGRUPO—. Problema. —Nos quedan tres misiles SPNKr —ofreció Linda—. Podría conseguir una trayectoria sobre esas unidades de escudo. Kurt entonces vio contornos que hacían que su estómago se contrajera, siluetas que abultaban por encima de los más pequeños Élites. Tres parejas Cazador, una en cada compañía. —Demasiada potencia de fuego —le dijo a Linda—. Los bajarían antes del impacto. Esperaremos a que ellos vengan hasta nosotros. Espera. Sobre ellos, las torres se inclinaban en un ángulo de 45grados; la profundidad de la cima de la colina hasta el centro era ahora de solo seis metros. Kurt podía realmente ver los concéntricos anillos colocándose, centímetro a centímetro.

Su temporizador de cuenta atrás leía «17:51». Cada uno de los Spartans tenía cerca de una docena de recámaras para sus rifles de asalto MA5B y MA5K, tres granadas, rifles de francotirador... normalmente suficiente para cerca de cualquier enfrentamiento. Eso, sin embargo, sería un cerco desequilibrado contra un enemigo que estaba bien preparado y, Kurt tenía que admitirlo, superándolos en inteligencia. Se movió bajando hasta la Dra. Halsey. —¿Progreso? —murmuró él. La Dra. Halsey permaneció mirando fijamente al blanco espacio comprimido dentro del centro. Este se flexionó, y reveló un tentador vislumbre de normal luz solar más adelante, y entonces cambió de vuelta al brillo y distorsión. —No hay nada que pueda hacer para acelerar el cierre de esta apertura —murmuró ella—. ¿Aún sigue fijo en permanecer aquí hasta el último momento posible? —No podemos permitir que el Convenio llegue dentro — dijo Kurt—, y no voy a enviar a parte de nuestro equipo más adelante. Solo debilitaría nuestras fuerzas aquí, y potencialmente dejaría a algún grupo de avance encarando Centinelas al otro lado. Ella miró arriba hacia él y suspiró. —Me encuentro a mí misma a regañadientes de acuerdo con su análisis táctico. Kurt desenfundó su pistola M6 y la colocó al lado de ella. —Podría necesitar esto, Doctora. Mantenga su cabeza abajo. Ella tomó el arma y arrastró el deslizador como si hubiera usado una muchas veces antes. Kurt se movió de vuelta a la pendiente superior. Los Élites se habían diseminado en tres líneas. Presentaron escudos Chacales, los interconectaron, y empezaron un lento avance hacia la colina. Esa era otra inspirada táctica. Si los Spartans disparaban hacia ellos, solo quemarían a través de esos dispensables escudos y aún tendrían sus sobreescudos personales para contender.

Las parejas Cazador se alzaban en el centro de las formaciones. Las gruesas losas de aleación que usaban para los escudos eran impenetrables para cualquier arma que tuvieran. Kurt miró hacia Ash permaneciendo de pie a su lado, y entonces a su paquete en el suelo. Dentro estaban las dos cabezas FENRIS cortadas-por-lo-bajo. Kurt doble-comprobó la tableta de control del detonador en el hueco de datos de su guantelete. Todavía ahí. —Todos los escuadrones —ordenó Kurt—. Contra vectores

enemigos entrantes.

Ash y Olivia se movieron más cerca de Kurt en su posición de siete en punto. Kelly, Will, Holly, y Lucy se agruparon a las cuatro en punto. El jefe Méndez, Fred, Mark, y Tom tomaron posición a las doce en punto. —A cincuenta metros —continuó Kurt—, lancen granadas para romper esas líneas, plasma primero para drenar escudos, entonces las de frag. Ignoren a los Cazadores. Continúen con fuego de francotirador. Cuando estén lo suficientemente cerca, usen rifles. —¿Cómo de cerca, señor? —preguntó Holly. Había un temblor en su voz... no miedo, sino anticipación. —Cuando estén en las escaleras —le dijo Kurt—. Kelly, permanece lista con las minas LOTUS. Kurt sabía que no podían detenerlos a todos. Algunos llegarían a la base de la colina. Y algunos escalarían las escaleras. Cuántos dependía en su habilidad, temporización, y una gran cantidad de suerte. Verdes luces de reconocimiento brillaron, y los Spartans se

tensaron. Los Élites avanzando estaban a doscientos metros. No habían disparado un solo disparo aún. Quien fuera que los comandara mostraba extraña contención. Kurt buscó la brillante armadura dorada de un Maestro de Nave o Flota, pero solo vio el rojo equipamiento de batalla de Mayores Convenio en el campo.

Cien metros. Los SPARTANs-III cambiaron de pie a pie, una nerviosa gestura no reflejada en los SPARTANs-II endurecidos-por-labatalla cuyas señales bio en la pantalla táctica de Kurt mostraban un aleteo. El jefe Méndez pilló la evaluadora mirada de Kurt y le dio un confiado asentimiento. Eso era para lo que él y Méndez habían entrenado a los Spartans durante sus enteras vidas. Sobrevivirían a eso. Tenían que hacerlo. —Tiren... ahora —ordenó Kurt. Difuminadas trayectorias de quemante plasma azul silbaron a través del aire, seguidas por granadas de fragmentación. Los Élites avanzando titubearon, y una onda distorsionó a través de sus precisas líneas. Las granadas de plasma golpearon; hubo un brillo de azul-blanco que drenó grupos de superponientes escudos Chacal y noquearon a muchos Élites sobre sus rodillas. Granadas de fragmentación golpearon, rebotaron, y rodaron hacia sus rangos... y explotaron. Cuerpos y salpicaduras de sangre volaron a través del aire; azules y rojas armaduras se tambalearon del centro de la explosión. Kurt levantó su rifle de francotirador y apuntó a Élites todavía cegados, sus sobreescudos debilitados y chasqueando. Los Élites Mayores gruñeron órdenes, y las líneas lucharon por acercarse. Kurt casco exprimió disparo, y la bala a través del abierto de ununÉlite, y más Élites en lacortó rota línea cayeron. Tres Élites mantuvieron su tierra y devolvieron fuego. Rayos de plasma impactaron en la piedra cerca de la cabeza de Kurt. Sintió el calor bañando encima de las placas de su armadura SPI.

Eso era lo que había esperado: caos. Felizmente intercambió fuego en su rango cuando tuvo una mira, cobertura, y un ángulo superior. Un Cazador bramó en rabia, se lanzó sobre uno de los Élites devolviendo fuego en lugar de reformar la línea, y martilleó a ese Élite con un masivo puño... aplastando su espina. Girándose, el Cazador gritó a los otros dos Élites y ellos rápidamente cerraron rangos. Kurt siguió disparando, eliminando rezagados mientras su formación se tejía juntándose... disparando a un Élite en la junta de la rodilla, uno en el ojo, hasta que sus escudos Chacales se superpusieron.

Tomó un rápido recuento de cuerpos. Once caídos en la formación acercándose a su posición. Continuaron su avance hasta no menos de cinco metros de la base de las escaleras. —Mantengan su fuego —ordenó Kurt—. Kelly, LOTUS a espera. Las minas antitanque LOTUS parecidas a flores habían sido colocadas en el meollo de los primeros escalones y superpuestas con un cuadrado de plateada manta reflectora que servía como camuflaje en la brillante luz. Dos grupos de cinco Élites se separaron de sus líneas y tomaron posición a ambos lados de las escaleras, inclinando sus escudos hacia la cima. Cinco Élites más tomaron cobertura detrás de ellos y abrieron fuego. Trozos de plasma y cristal brillaron subiendo la pendiente. Kurt se agachó y el aire centelleó arriba. Arañó hasta el borde y miró por encima. Los Cazadoresdeselos movían subiendo escalerasdeseguidos por el equilibrio guerreros Élite...las acabando pasar el primer escalón. —Ahora —le dijo a Kelly.

Las LOTUS explotaron en un multiplexado brillo de rayo, trueno, y fuego, envolviendo la fuerza acercándose. La fuerza concusiva rodó a través de los interiores de Kelly.

Tres simultáneos pétalos sónicos hicieron eco desde las paredes. Kurt saltó con su rifle de asalto y abrió fuego. Ash y Olivia estaban a su lado, MA5Ks escupiendo balas bajando las escaleras. La pareja Cazador, a mitad de camino subiendo las escaleras, permanecía de pie atontada y ensangrentada por la fuerza concusiva, sus impenetrables escudos torcidos. Kurt apuntó al centro sin blindar del Cazador más cercano. Balas cortaron hacia su expuesta carne. Las marañas de anguilas dentro de su armadura se retorcieron e hicieron que el volumen del monstruo pareciera hervir. Agarró su última granada de plasma, la usó como arma de pequeño calibre. La granada se pegó al abdomen del Cazador... brilló, y encendió una docena de las anaranjadas anguilas simbiontes constituyendo su forma. Muchas cayeron, en llamas, quemando y chillando en los escalones. El Cazador se tambaleó hacia atrás y cayó; la Gestalt perdió cohesión y se rebosó en un fundido montículo de gusanos. El Cazador superviviente se agachó detrás de su escudo, bramando un vengativo grito.

Kurt recogió un rifle y se unió a Ash y Olivia, combinando fuego para penetrar los sobreescudos de los remanentes soldados Élite en las escaleras. Un grupo de Élites en la base se reagrupó, sus escudos se regeneraron, y devolvieron fuego.

Ash y Olivia se agacharon detrás de cobertura. La colina tembló detrás de Kurt. Se giró y vio una pareja Cazador caminando pesadamente hacia la vanguardia cima a la posición de cuatro en punto, por una de tres Élites con espadas deflanqueada energía. Kelly reaccionó primero, se movió dentro, cogió la muñeca de un Élite, y la movió rápidamente. Ella siguió con un codo hacia la cara Élite... dobló la espada liberándola y dio

latigazos, cortando por la mitad, así como los dos Élites a ambos lados. Ella giró para encarar los Cazadores. Por una vez en su vida, estaba demasiado abajo. Los monstruos habían nivelado sus cañones de vara-decombustible hacia Kelly. La tenían. Holly saltó entre Kelly y las armas. Los Cazadores dispararon, contorneando a ambos Spartans en la cegadora radiación verde por una fracción de segundo. La sobrepresión de ambas detonaciones de los cañones de vara-de-combustible apuntados-al-blanco tiró a Kelly, Will, y Lucy hacia el aire. Holly explotó hacia atrás... un rocío de derretida armadura SPI, desintegrante carne, y propulsiones de humo. Kurt se puso de pie horrorizado, congelado, pero entonces instintos y entrenamiento clicaron en fuerza máxima, y sin pensar, corrió hacia adelante antes de que los Cazadores pudieran terminar con sus pronos compañeros de equipo. El Cazador más cercano se giró sobre él más rápido de lo que esperaba... cortando con su escudo de dos-toneladas hacia el plexo solar de Kurt. La capa exterior de la armadura de Kurt se agrietó y las capas inferiores de líquido balístico fallaron y chillaron hacia fuera. Dolor cortó a través de su torso; costillas crujieron; tosió y sangre salpicó el interior de su placa frontal. Se dejó caer en un montón a las botas del Cazador, cegado, solo recuperando sus muñecas lo suficiente para ver al Cazador alzar ambos puños sobre él para el golpe asesino. El rifle de francotirador de Linda crujió. La expuesta región de la sección central delmilagrosamente Cazador explotó en una masa de naranja, pero permaneció alzado. Will se lanzó a sí mismo hacia el Cazador, y golpeó a la bestia lejos de sus pies y hacia su compañero... y los tres se tambalearon bajando las escaleras. Kurt se levantó, ignorando el casi-cegador dolor, y cojeó hasta el borde.

Will permanecía de pie entre ambos Cazadores en la base de la colina. Golpeó al más cercano en la mitad sin blindar y este se tambaleó hacia atrás. Alrededor de él había una docena de Élites quienes, confrontados por el vislumbre de un solitario Spartan combatiendo a dos Cazadores en combate mano-a-mano, estaban momentáneamente demasiado aturdidos para actuar.

Kurt y Lucy abrieron fuego, suprimiendo a los Élites, antes de que recuperaran sus sentidos. Un Cazador dio un latigazo hacia fuera con su escudo. Will se agachó, se lanzó dentro de su alcance, y golpeó contra su molida sección central... golpeando a través de carne y cortando revoloteantes pilas de la compuesta colonia de anguilas. El segundo Cazador cogió ángulo lejos de la lucha y llevó su cañón a la caza. Will se giró alrededor. El Cazador le disparó. El escudo de energía de Will se desvaneció, y la parte frontal de su armadura MJOLNIR se fundió. Dio un paso hacia la bestia, y se colapsó. El Cazador se giró y rugió a los Spartans en la cima de la colina, y entonces empezó a llevar a su tremendo escudo de vuelta a la línea... Un misil SPNKr gritó pasada la cabeza de Kurt, dejando una espiral de lanzadora propulsión, rayó hacia el Cazador, e impactó en el centro muerto de su masa. El aire eructó en una difuminada esfera de explosiva fuerza. Los Élites cercanos fueron lanzados a un lado como muñecas trapo,desuspartes escudosparecidas brillando.aEl serpientes Cazador estalló en una de nube que húmedamente salpicaron sobre el suelo. Kurt se giró y vio a Fred arrodillándose a su lado, su gastado tubo SPNKr humeando. Estaba en silencio. Nada se movió. Ni los Élites, los Cazadores, ni William.

Kelly y Linda finalmente se alzaron, agitándose fuera la concusión de la detonación del cañón de varas-decombustible. Permanecieron de pie con Kurt y Fred y miraron fijamente a su caído camarada. Ash estaba sobre sus rodillas donde Holly había estado de pie hacía un segundo. Estaban los contornos de dos huellas de bota en la piedra... nada más. Dos Spartans caídos en cuestión de segundos. Uno un viejo amigo, el otro una chica que Kurt había conocido desde que tenía cuatro años. Aun así, no podía detenerse y pensar sobre ello... no cuando estaban rodeados por enemigos. Todavía había muchas vidas que eran su responsabilidad. Kurt miró lejos y evaluó la amenaza remanente. Olivia, pegada a las siete en punto, le ondeó la mano a Kurt para que se acercara. Él cojeó hasta ella. —Acaban de empujar hacia atrás —murmuró ella. Desde la base de la colina, el Cazador y los Élites supervivientes habían re-formado su línea y se estaban retirando, ya a cincuenta metros de distancia. Kurt se abrió camino hasta el punto a las doce en punto, hasta Méndez, Mark, y Tom. El jefe Méndez se encontró con él. El viejo hombre nunca había lucido tan siniestro. —Están empujando de vuelta aquí, también, señor —dijo Méndez—. No tiene sentido. El Convenio siempre lucha hasta el último. Kurt convocó la lista en su pantalla, todavía manchada por su propia sangre, y comprobó BIOGRUPO. Las vitales de Will estaban aplanadas. La señal de Holly... estaba enteramente desaparecida.

Por COMGRUPO dijo: —Ojos pelados, todos. Kelly, coge a Will. Linda, cúbrela. Se movieron, pero ninguna verde luz de reconocimiento brilló, la única señal de su entumecido dolor. Kurt se sentó, repentinamente demasiado cansado para pensar.

Entonces notó sus señales bio: cayente presión sanguínea, errático latir, electrolitos totalmente mal. Había sangrado interno. Encontró una lata de bioespuma, insertó su punta hacia el puerto de inyección de la línea central de su armadura, y la vació. El líquido polímero expansivo enfrió su pecho. Cerró los ojos, y cuando miró de nuevo su presión sanguínea se había estabilizado. Su cabeza se había aclarado. Fred hizo una corta gestura de ven-aquí y Kurt atontadamente se alzó y fue hasta su camarada. —Ahí —Fred apuntó al lejano lado de la sala núcleo—. Trescientos cincuenta metros. Dele un paso arriba a la polarización hasta noventa por ciento, señor, y los verá —su voz tembló con rabia. Kurt oscureció su placa frontal, y entonces comprendió la razón para la retirada del Convenio. Más de un centenar de frescos Élites se amasaba detrás de generadores de escudos-de-energía. Voladores Banshee se lanzaban hacia adelante y atrás sobre ellos. Cañones de plasma eran ensamblados por escuadrones de Gruños. En la parte más frontal, Kurt espiaba un destello de dorada armadura, su líder... mirando de vuelta hacia él. —Nos han suavizado antes de la ofensiva principal — murmuró Kurt. —¿Órdenes, señor? —preguntó Fred.

Entre el trauma mental de perder a Holly, Will, y Dante, y el trauma fisiológico que su cuerpo combatía, Kurt había olvidado que estaba al cargo. Su deber de conseguir la tecnología alienígena y preservar la entera raza humana volvió con aplastante peso.opciones que quedaran. En verdad, había pocas Podían luchar: avanzar para encontrarse con esa nueva amenaza antes de que sus fuerzas se cristalizaran completamente. En el abierto terreno sin embargo, sin artillería o armadura o soporte aéreo, incluso Spartans serían cortados por lo bajo.

Podían correr: usar la grieta Deslizespacial en el núcleo. La fuerza Convenio ciertamente los seguiría, posiblemente los destruirían, y ganarían más tecnologías Antevenida. Eso no era aceptable. No cuando les había costado tanto llegar así de lejos. Aún estaba su última opción: las bombas. Si no podía detener al Convenio, podía negarles su premio. Llevaría las cabezas al núcleo y lo volaría todo al infierno. —Mantenme informado y espera —le dijo a Fred, y entonces cojeó bajando el centro. La Dra. Halsey se encontró con él. —Lo siento —murmuró ella—. Holly y Will... Ella se detuvo a media sílaba y Kurt vio sus gafas reflejando las quebradoras líneas de sus señales de BIOGRUPO. Él no tenía ni idea de cómo podía interceptar su encriptado canal de COM. —Está herido —declaró ella, y pareció mirar hacia su cuerpo—. Sangrado interno... su hígado... laceración masiva... —su mirada volvió de vuelta al enfoque, y su voz cayó hacia un susurro—. Va a desangrarse, Kurt, si no opero. La única cosa manteniéndolo junto en su interior es la bioespuma. Kurt era afortunado de que el escudo Cazador no lo hubiera cortado por la mitad. —Entiendo —recomprobó su temporizador de misión: 6:32—. Me mantendré a mí mismo junto durante unos pocos minutos más. Entonces puede hacer lo que sea que quiera para mí. Él miró pasada la Dra. Halsey hacia la grieta central. Los anillos se estaban aplanando más rápidamente. Los bordes solo tenían contrayéndose. una octava parte de un metro de alto y visiblemente Dentro de la grieta pilló brillos de dorada luz solar. Había otros colores: verde, azul, y marrón, pero la distorsión era tan grande, Kurt no podría centrarse en qué formas yacían más adelante.

—Una

vez que se cierre, ¿este campo Deslizespacial permanecerá intacto? —No tengo ninguna razón para pensar de manera contraria —respondió

ella.

—Impenetrable... —murmuró Kurt. —Para cualquier fuerza en nuestras

normales tres

dimensiones, sí.

Los Centinelas, los anillos Halo, ese tan-llamado «mundo escudo», y el diseño de relojería que los Antevenidos habían puesto en movimiento un milenio antes estaban a punto de terminar... y tenía sentido para Kurt. Al menos tenía sentido en términos suyos ahora teniendo una opción ganadora. Despolarizó su placa frontal y miró hacia ella. —Creo que entiendo qué estaba intentando contarme antes, Doctora. Los Antevenidos construyeron este constructo para proteger a esos «Reclamadores» de las detonaciones Halo. Como un abrigo de bombas. Pero nunca llegaron dentro. Usted iba a usarlo para los Spartans. —«Tras el afilado borde del escudo» —citó la Dra. Halsey—. A salvo... quizás de todo. Él bloqueó miradas con ella y asintió. —Voy a enviar al Equipo Sable, Méndez, y usted adelante. Ella parpadeó. —Pensé que dijo que permaneciéramos juntos. Durante las últimas dos décadas Kurt había luchado por mantener a sus Spartans vivos. ¿Pero y si la Dra. Halsey había tenido razón y ninguna de sus batallas significaba nada? ¿Y si sin importar cómo de valerosamente lucharan no pudieran guerra? o era mejor vivir paraganar lucharesa otro día?...¿Tenía Inclusosentido si ese morir, «día» estaba muy lejos. Se giró de vuelta a los Spartans. —Tom, Lucy, Equipo Sable —dijo por la COM—, coloquen a Dante y Will en las cápsulas. Sable irá adelante y explorará el núcleo.

Tom y Lucy asintieron, y con ayuda de Olivia y Mark, reunieron a los Spartans caídos. Ash saltó hacia el centro y se acercó. —Señor —dijo él—, no vamos a dejar la lucha. —Esto no es sobre una lucha —le dijo Kurt—. Tienes una misión que cumplir, hijo. Transporta mis órdenes. —Entendido,

señor.

Ash le indicó a Olivia y Mark para que se le unieran cerca de la grieta. —Vamos —les dijo Ash. Olivia y Mark miraron a Kurt y después juntos saltaron hacia la brillantez. Hubo un par de brillos y se desvanecieron. Ash titubeó, su mano se movió hacia arriba como si saludara, pero se detuvo, reconvocando la orden en pie de «no saludar en arenas de combate». Permaneció de pie más rígidamente, le dio a Kurt un asentimiento, y saltó detrás de sus compañeros de equipo. Kurt tecleó la COM: —Sable Uno, ¿me recibes? —Estamos yendoooo... —la voz de Ash se dopplersionó hacia el ultrasonido. —¿Sable Uno? ¿Ash? Ni siquiera una señal de COM lo lograba a través... una observación que solo endureció la convicción de Kurt de que estaba haciendo lo correcto. Esperaba lo mejor, esperaba que Sable y los otros estuvieran bien. —Cápsulas —dijo Kurt, e indicó hacia Tom y Lucy. Sus ONCs empujaron las crio cápsulas y los cuerpos de Will y Dante a través. Más brillos. Silencio. —Jefe. Doctora —dijo Kurt—. Ustedes son los siguientes.

Méndez miró hacia la espiral grieta y entonces hacia Kurt. Tragó, y dijo: —Sí sí, señor. Le veremos al otro lado. Por una vez, la Dra. Halsey no tenía nada que decir. En su ligar hizo la tradicional gestura de dos-dedos Spartan de «sonrisa» sobre su cara. Parpadeó rápidamente, y entonces se giró hacia la fisura.

Méndez tomó su mano y dieron un paso... Y se habían ido. —Están empezando —anunció Fred por la COM. —Guarden la entrada, ustedes dos —les ordenó Kurt a Lucy y Tom. Kurt entonces se movió de vuelta hacia arriba hacia el borde de la colina y observó con Fred mientras 150 Élites se movían hacia ellos. Esa vez no era una lenta, cautelosa marcha con superpuestos escudos. Cargaban en masse. Banshees se abalanzaban hacia arriba y sobre la formación, dos altos y dos bajos, acelerando delante de la infantería Convenio y entonces sobre la colina. Se agacharon detrás de las torres, y entonces Linda saltó mientras los Banshees pasaban. —Los tengo —el rifle de francotirador de Linda estaba hacia su hombro. Permaneció de pie inmóvil durante un latido, entonces disparó una vez a los retrocedientes voladores, movió su mira ligeramente, y disparó una vez más. Los dos pilotos de los dos Banshee traseros cayeron. Sin piloto, los Banshees se dirigieron al suelo, rebotaron, y chisporrotearon hasta una parada. Linda dejó caer la recámara, examinó la cámara, le dio vuelta al perno, y entonces lo colocó abajo. —Estoy fuera. Kurt, Kelly y Fred nivelaron sus rifles de asalto a los voladores remanentes y abrieron fuego. Balas trazadoras se arquearon a través del aire y cosieron sobre los Banshees. Humo se onduló desde el líder, y eructó en una bola de fuego que humeó a través del aire. El último solitario Banshee empujó arriba y dio la vuelta regresando. La horda avanzando de Élites y Cazadores solo estaba a doscientos metros. Unos pocos en sus rangos dispararon, y salvajes rayos de energía rayaron encima. Las torres ahora yacían treinta grados sobre la cubierta, y la «colina» solo tres metros de alto. Kurt sabía que pronto no tendrían cobertura.

Fred miró al abierto perno humeante de su MAB5. —Yo estoy fuera, también —dijo él. Kurt abrió hacia arriba el subdirectorio administrativo en su pantalla frontal y accedió al archivo de SPARTAN-104. — Como OC del Equipo Azul, estoy por la presente cediéndole una condecoración de campo al rango de Teniente, Grado Menor —le dijo Kurt a Fred—. Enhorabuena. Fred sacudió su cabeza, sin comprender. Kurt actualizó el cambio de rango de Fred, y su icono IAE parpadeó hasta la insignia de estrella-y-barra de Teniente. —Como un oficial, tendrás que mantener tu ojo en la imagen mayor, Fred. Lleva a tu equipo a través de ese campo Deslizespacial. Estaré justo detrás de ti. Linda y Kelly miraron alrededor de ellos. Kelly murmuró: —Te perdimos una vez, Kurt. No vamos a dejarte de nuevo. Artillería de plasma golpeó la cara de la colina, destruyendo piedra, y supercalentados giros de convección distorsionaron el aire. —Nadie va a dejar a nadie atrás —le aseguró Kurt—. Solo tengo que preparar un pequeño regalo de bienvenida para nuestros amigos —agarró el paquete con las cabezas FENRIS, y lo balanceó sobre su hombro. Kelly, Linda, y Fred intercambiaron miradas. —Estaré justo detrás de ustedes —les dijo Kurt—. Ahora, vayan. Los SPARTANs-III van a necesitarlos. Un granizo de trozos de aguijoneador se arqueó hacia arriba y sobre la cima de la pendiente, impactando en las superficies alrededor de ellos. Los Spartans se acurrucaron presentando menor superficie objetivo, sus escudosjuntos, de energía brillando la mientras las balas de cristal detonaban. Las endurecidas placas de la armadura SPI de Kurt crujieron y la concusión sacudió sus huesos y astilló la endureciente bioespuma en su abdomen. Saboreó sangre fresca.

El bombardeo cesó. —¡Rápido! —les dijo Kurt. Todos ellos corrieron hacia el centro. La grieta se estaba desvaneciendo y ahora solo tenía un metro a través. Profundamente dentro, Kurt cogió vislumbre de una cinta de azul y plata. ¿Agua brillando en la luz solar? Kelly y Linda entraron sin titubeo; Fred se detuvo, giró, y mantuvo fuera su mano. Kurt la tomó y la sacudió. Fred dio un paso atrás y se desvaneció. Solo Tom y Lucy permanecían, todavía permaneciendo en guarida cerca de la grieta. Su armadura SPI recogió y mimetizó la dorada luz solar en la fisura. —De acuerdo, ustedes dos... —Con todo el debido respeto, señor —dijo Tom—. No nos vamos. Tendrá que llevarnos a corte-marcial. Lucy no dijo nada, pero hizo su intención de luchar clara mientras levantaba su último lanzador de misiles SPNKr. La grieta se onduló, atenuó, y contrajo a un mero medio metro. —No hay tiempo para esto —ladró Kurt.

Tom dio un paso más cerca de Lucy. Por supuesto, Kurt había sido necio para pensar que Tom y Lucy lo hubieran dejado después de tantos años juntos... órdenes o no. Quizás incluso supieran lo que tenía en mente. —De acuerdo, ustedes ganan. ¿Cuánta munición tienen? —Kurt se movió hacia Tom—. Reuniremos nuestras reservas. Tom miró abajo hacia su rifle... Kurt lo golpeó, su aplanada mano conectando con el lado inferior del casco Tom. yElaterrizó impacto al Spartan medio metro sobre de el suelo, en levantó un montón. Kurt se volcó sobre Lucy y mantuvo arriba un dedo de aviso, indicando que permaneciera puesta. Comprobó las señales bio de Tom. Ningún hueso roto. Ninguna hinchazón cerebral. Solo inconsciente.

—Vivirá —dijo

él—. Ambos van a vivir. Ahora dame una

mano. Sombras entrecruzaron la colina, y cincuenta metros encima Kurt observó tres Banshees pasando rayando. Lucy dejó caer el lanzador de misiles y ayudó a Kurt a empujar a Tom hacia arriba. Kurt envolvió su floja mano alrededor del hombro de ella. —Ustedes dos no sobrevivieron a Pegasi Delta para morir aquí —le dijo él—. Queda demasiado para que lo hagan. Ella agitó su cabeza violentamente hacia atrás y adelante. —Sí —dijo él—. No me hagas... Su visión se difuminó y una ola de vértigo bañó sobre él. Su corazón luchaba, bombeando más fuerte y rápido. Había un caliente goteo en su estómago. Estaba perdiendo más sangre. Deslizándose hacia el trauma. Rayos de plasma cosieron la piedra cercana, destruyéndola, mientras Banshees gritaban cerca en una oleada de ametrallamiento. —Por favor —murmuró él. Lucy alcanzó a la placa frontal de Kurt, tocando con dos dedos hacia su boca. Ella luchó por hacer un sonido, pero todo lo que pudo conseguir fue un medio-ahogado llanto. Él tomó su mano, le dio un apretón, y dejó ir. Lucy persistió, miró a Kurt una vez más, y entonces se deslizó hacia la grieta. —Adiós —dijo él. Se habían ido. Todos ellos. Ahora Kurt podía concentrarse en lo que tenía que ser hecho. Recogiómedia el MA5K de Tom. Su contador de Agarró munición indicaba recámara. Tendría que hacerlo. el último lanzador de misiles, también. Estaba seguro de que podía encontrarle un uso para él. La «colina» alrededor del centro tenía solo un metro de altura y hundiéndose rápidamente mientras los concéntricos anillos se aflojaban de vuelta al suelo de la sala. Las torres

como aletas se enfundaron hacia dentro, casi planas contra el suelo. Francotiradores Élite se asomaron sobre la cima de la colina y dispararon un fuerte grupo de plasma. Kurt era demasiado lento para esquivar los disparos. Su armadura SPI se calentó, agrietó, y la mitad de su placa de pecho se destruyó a un lado. Fundiéndose, Kurt cayó hacia sus rodillas. Negrura nubló su mente. Luchó por permanecer consciente... luchar abriéndose camino de vuelta por pura voluntad, y su visión se aclaró. Los francotiradores se hicieron hacia atrás, sin molestarse en acabar con él. Más Élites aparecieron en la colina, ahora de solo medio metro de altura, hundiéndose todavía más rápido hacia el nivel topológico. Una pareja Cazador apareció en la ligera subida y juzgó a Kurt. Resoplaron, no impresionados. Casi ahí, pensó él. Casi hecho. Casi ganado. Kurt agarró levantando el lanzador SPNKr y disparó desde la cadera. El misil se propulsó hacia un Cazador, explotó, y lo golpeó fuera de la cima. Kurt niveló su rifle de asalto y roció al otro Cazador, pero se protegió detrás de su escudo. El perno del rifle crujió... vacío. El Cazador se puso en pie y gruñó. Su compañero, ensangrentado y todavía humeando del impacto de misil, pisoteó hacia Kurt, manos listas para cortarle en pedazos. Kurt aventuró una mirada hacia atrás. La grieta era ahora un parpadeo, y estrechándose. Su temporizador de misión leía «0:47». Un afilado ladrido detenerse en sus labores.detrás de los Cazadores los hizo Un Élite en dorada armadura se dirigió hacia ellos, honrando a Kurt con una mirada que era parte odio... y parte respeto. Farfulló órdenes a los Cazadores y los otros. El software de traducción descifró parte de eso: —No dañen el centro. Ingenieros con las derivaciones de campos

Deslizespaciales... Reabran la puerta plateada. ¡La gloria es nuestra! Un rugido de resonante triunfo explotó del reunido Convenio. Kurt luchó por alzarse. Hubo más dolor del que había sentido jamás, y sus piernas se habían convertido en arena húmeda. Su visión se estrechó... pero se puso de pie... y alzó ambas manos en una luchadora estancia. —No han ganado —dijo Kurt—. Aún me tienen a mí por atravesar. El Maestro de Nave examinó a Kurt y asintió, quizás comprendiéndolo, quizás no. Miró sobre Kurt como un igual. Un guerrero compañero. Alrededor de él los concéntricos anillos se colocaron en el suelo, y con un murmurado suspiro, todas las crestas se fundieron en una única superficie suave. Las aletas tocaron abajo silenciosamente, trece armaduras de sujeción se propulsaron dos metros desde el centro de la sala. Su temporizador de cuenta atrás parpadeó hacia él: «0:00». Él exhaló. La grieta estaba cerrada. Kurt abrió su lista de equipo (subtitulándose estado) y movió a Will, SPARTAN-043; Dante, SPARTAN-G188; y Holly, SPARTAN-G003 hacia la columna de desaparecidoen-acción, adhiriéndose a la tradición de nunca listar a un Spartan caído como «muerto en acción». Kurt entonces iluminó teniente comandante Kurt Ambrose... y movió ese nombre hacia la lista de DEA también... al lado de Kurt, SPARTAN-051. La sala empezó a girar. Su boca se volvió seca. Intentó tragar. No pudo. Su visión se dobló y pensó que veía a Tom y Lucy volviendo para cogerlo... pero no eran ellos. Eran Shane, Robert, y Jane del Equipo Manada de Lobos. Había cientos de Spartans con él en la plataforma... de las Compañías Alfa y Beta, Dante, Holly, Will, e incluso Sam... todos listos para luchar y ganar esa última batalla con él.

¿Alucinación? Quizás. Era sin embargo bienvenida. Los fantasmales Spartans asintieron, y le dieron la señal de pulgar-arriba de «poder-hacer».

Kurt no los dejaría abajo. Todo lo que tenía que hacer era detener con una sola mano un ejército Convenio. Una última misión imposible... la corta definición de cualquier Spartan. Era lo último que les debía. El Maestro de Flota Élite gruñó a Kurt, y la traducción se filtró a través del altavoz de su casco: —Una última lucha, demonio. Tú morirás y nosotros deberemos reabrir el camino plateado. —¿Morir? —se rió Kurt—. ¿No lo sabías? —le dijo al Élite—. ... Los Spartans nunca mueren. Kurt giró su guantelete cara-arriba y presionó el detonador.

MUNDO ESCUDO EPÍLOGO

CAPÍTULO

CUARENTA 2205 HORAS, 4 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / SISTEMAZETADORADUS/ LA LUNA DE ONYX/ A BORDO DE MERODEADORA DUSKDELA UNSC

—¡Señor,

algo! —el teniente Joe Yang se encorvó sobre su estación de sensor, espigas de energía danzando enpantalla—. Doble firma de PEM. Subsuperficie —agitó su cabeza y tiró de una ceja nerviosamente—. Múltiples firmas de energía ahora. Cientos. Todas bajo tierra. El comandante Lash y el teniente comandante Waters permanecían de pie sobre el hombro de Yang e intentaban sacar sentido de ello. —Definitivamente bombas —respiró Waters—. Radios radiológicos indican que es una de las nuestras. Los electromagnéticos pulsos se desvanecieron en un rodante mar de mayores formas ondulantes. —Eso es un montón más que dos cabezas FENRIS —dijo Lash—. Algo mayor está ocurriendo ahí debajo —exhaló, y su aliento vino afuera en tremulosos escalofríos. Nadie lo notó. Abrió un Canal de COMNAVE hacia Cho. —¿Estado de los capacitadores Deslizespaciales?

—Setenta y tres por ciento —respondió Cho—, perdiendo

punto en tres por ciento por minuto, señor. —Espere para hacer saltar-en-calor el reactor —le dijo Lash—, y derive toda la energía al sistema Deslizespacial.

Hubo una larga pausa por la COM, entonces: —Sí, señor. Cho fuera. Hacer saltar-en-calor los reactores enviaría hacia arriba una llamara como señal para la armada Convenio. Lash esperaba, sin embargo, que fuera lo que fuera esa actividad en el lado planetario los distrajera y le diera a la Dusk una oportunidad de finalmente escapar. La teniente Bethany Durruno se propulsaba hacia atrás y adelante en su asiento, sus ojos pegados a los tres enlaces superiores de satélite transmitiendo a través de su estación de NAV. Golpeó en un trío de controles de micropropulsador, manteniendo loscontacto. satélites VIUDA NEGRA flotando justo a extremo rangoade Ella estaba justo en el borde. Por ese motivo, así lo estaban Yang y Waters. Incluso Cho bajo cubierta estaba mostrando clásicas señales de retirada que acompañaban a la fatiga de combate. La Dusk había sobrevivido a la destrucción de la flota del almirante Patterson, y entonces permanecido callada y camuflada en la oscuridad mientras la armada Convenio corría justo por ellos. Eso había sidoencima lo más de duro en su tripulación... moviéndose metro a metro hacia la luna, flotando a través de un campo de escombros lleno de destrozados cascos de naves de la UNSC, destruidas cápsulas de escape... y millares de cuerpos de los más valientes hombres y mujeres en la Armada. Lo habían logrado sin ser detectados hasta el lado opuesto de la plateada luna de Onyx, y gentilmente vinieron a descansar en la sombra de un cráter. Mientras la Dusk se pegaba a la superficie, el teniente comandante Cho había liberado tres satélites de sigilo del tamaño-de-una-pelota-debéisbol VIUDA NEGRA, así que podían monitorear las fuerzas Convenio. —Olas de energía extendiéndose a través del planeta, señor —dijo Yang, absolutamente confundido por sus lecturas. —Ponlo en-pantalla —ordenó Lash.

Las tres pantallas de visión principales chasquearon a la vida mientras la alimentación desde sus satélites transmitían imágenes de Onyx: océanos de lapis y nubes coloreadascomo-perlas, esmeraldas continentes con zigzagueantes rangos montañosos.

En órbita alta brillaron navíos Convenio. Se movieron en manadas, brillando azul contra el negro del espacio. Un punto apareció en la superficie del planeta... una roja llama que se arqueó hacia arriba, bañando fundida roca y ceniza. Tres más parpadearon encendiéndose... entonces una docena más brilló... entonces centenares. Dentados crujidos cortaron a través de las erupciones y un patrón telarañaAlcanzaron de brillantes de plasma extendió sobre eldemundo. lasfisuras regiones polares se y las capas de hielo detonaron en géiseres de fluido. —Bombardeo de plasma —murmuró Waters—. El Convenio está cristalizando el lugar. —Sin plasma detectado, señor —dijo Yang—. Toda la energía srcinándose desde dentro del planeta. Un único rayo de luz perforó las estrechantes nubes... un cegador color dorado que cortó la atmósfera superior y se disparó haciaespectros el espacio.aparecieron en la pantalla de Yang. Ondeantes —Hemos visto eso antes —dijo Lash—. Fuego de drone combinado. Un segundo rayo se unió a este primero; entonces millares brillaron encendidos e irradiaron desde la superficie de Onyx... destellantes lanzas llenaron el espacio y transformaron el mundo en un mar poblado de pura energía. Naves Convenio pilladas por los rayos se desvanecieron, instantáneamente ionizadas.

Onyx se destruyó y la superficie explotó hacia el espacio. Oscurecido por capas de polvo y fuego, un llameante patrón emergió debajo: cruces y líneas y puntos. —Factor de magnificación mil —ordenó Lash. Yang estaba congelado.

Waters se dobló encima y golpeó introduciendo el comando. La vista en-pantalla parpadeó y dio un paso más cerca (pasando hirviente aire, nubes, tambaleantes montañas) aumentando hacia nivel terrestre, revelando un enrejado de varas de tres-metros-de-largo y llameantes esferas rojas de medio-metro que brillaban entre ellas, formando una cristalina estructura. —Llévalo atrás —dijo Lash.

La vista empujó hacia atrás y mostró que ese andamiaje construido-por-drones se estiraba a lo largo de kilómetros... habían estado bajo ordenadamente cada masa de tierra, cada océano... bajolos la entera superficie... conectadas filas como lazos de carbono de una infinita cadena de polímero, o una inmensa colonia de vivientes hormigas de ejército interconectadas. Los drones eran el planeta Onyx. —Hay trillones de ellos —murmuró la teniente Durruno.

Grupos de drones se calentaron; culminados rayos dispararon hacia delante de nuevo, apuntando a navíos Convenio distantes y vaporizándolos. protegiendo ese lugar —dijo Waters—. ¿Por qué? —Estánmás —Ola

de choque desde la detonación de la superficie impactando lado lejano de la luna en siete segundos —dijo Durruno. La sangre drenada de su cara. Las pantallas de visión se llenaron con estática. —Perdidos los satélites —sollozó Yang. —Cho —dijo Lash—. Haz saltar-en-calor el reactor y amortigua todo hacia esos capacitadores. ¡Ahora! ¡Tennos fuera de aquí!

CAPÍTULO

CUARENTA Y UNO 1100 HORAS, 4 DENOVIEMBRE DE 2552 (CALENDARIO MILITAR) / LOCALIZACIÓN SINDETERMINAR DENTRO DECONSTRUCTO ANTEVENIDA CONOCIDO COMO MUNDO ESCUDO

Los Spartans y la Dra. Halsey se reunieron cerca de las tumbas de William y Dante. Era un buen punto: luz solar moteaba el río que fluía pasando esa arboleda de árboles de roble. Un camino de rayado ónice se curvaba a través del área. Habían levantado algunas de las losas, rayado introduciendo los nombres de William y Dante, y alzado dos más para servir como marcadores para y el Méndez Tenienteleyó Comandante. El suboficial jefeHolly superior de un pequeño libro de cuero negro: —Hemos llegado a u n lugar lejos de casa, / tiempo largo pasado desde que hemos visto alzarse el sol. / Un lugar donde la paz puede finalmente llegar. / Un lugar donde podemos descansar y reír y cantar y amar una vez más.

Balanceó su cabeza y cerró el volumen, Historia de Un Soldado: Guerras de Selva, el clásico militar escrito en 2164. Hubo un momento de silencio. —Detalle de entierro despedido —les dijo Fred. Ash colocó una caja de gastada hierba en cada marcador, una muestra de respeto para sus compañeros Spartans. No sabía qué más hacer.

Había sido un completo día y medio desde que el Teniente Comandante les había ordenado hacia la grieta, y un día y medio desde que se había sellado, atándolos a todos ellos ahí. El trauma de perderlos a él y los otros no había desaparecido. Todos se sentían insensibles y huecos. Los Spartans normalmente no tenían el lujo del pesar; la contemplación de los muertos era casi siempre truncada por otra misión, una batalla, y su foco se redireccionaba hacia la imagen estratégica mayor de salvar a la humanidad. ... No esa vez. La grieta Deslizespacial había sido estable cuando la Dra. Halsey y el jefe Méndez habían pasado a través los primeros, dejándolos caer tres metros hacia una herbosa colina. Las crio cápsulas y el Equipo Sable los habían seguido cortamente después. Observaban mientras la apertura entonces empezaba a colapsarse. Cuando Fred, Linda, y Kelly emergieron, ellos inmediatamente intentaron regresar. Tom y Lucy se habían tambaleado a través de la apertura, y para entonces la grieta era demasiado pequeña. Solo podían observar mientras se comprimía de vuelta a un único punto ondeante y se desvanecía. La mayoría de ellos había pensado que el pasaje Deslizespacial los habría movido a una sala interior dentro del constructo artificial conocido como Onyx. Ninguno, ni siquiera la Dra. Halsey, había estado preparado para eso. Encima ardía un dorado sol. El cielo, si podía ser llamado eso, era de un azul de huevo-de-petirrojo en el horizonte pero rápidamente profundizaba índigodey nuevo negro mientras cuanto más alto mirara uno, entonces sehacia calentaba se acercaba al sol. No había estrellas. La superficie se estiraba hacia fuera en todas direcciones... prados, ríos, lagos, bosques, ventosos caminos todos perfectamente planos. Todo plano, eso es, hasta que Linda miró a través de su mira Oráculo. Ella entonces descubrió

que todos los horizontes cogían pendiente hacia arriba hasta que esas curvas superficies se desvanecían en la extrema distancia. Linda dijo que sentía como estar en el fondo de un gran bol. La Dra. Halsey les había asegurado que más que definitivamente no estaban en un «bol». —Una esfera —dijo ella, repitiendo eso por la tercera vez al jefe Méndez—, es donde estamos. El Jefe estaba sentado en la hierba. —Una vez más —dijo él—, explíquemelo, por favor, Doctora. Lentamente. La Dra. Halsey suspiró, enderechó su falda, y entonces se sentó al lado de él. —Muy bien, Jefe —ella desenfundó su portátil, y números, tablas, y análisis espectroscópicos brillaron en-pantalla.

Los Spartans se reunieron también para escuchar. En verdad, mientras comprendían los principios científicos que conducían a la Dra. Halsey a sus conclusiones, seguían sin empezar a creerlos. —Empezamos con este tan-llamado sol —ella apuntó derecha hacia arriba y entonces hizo un gesto hacia los datos en su pantalla—. Las salidas de espectros y energía son consistentes con un enano de tipo-G2, uno de ligeramente menores dimensiones que el Sol. »Siguiente, entonces notarán la curvatura de este mundo, cóncavo, como fue visto a través de la mira de francotirador de Linda —golpeó hasta una nueva pantalla e hizo un boceto de la estrella y una curva que se arqueaba para completar un círculo completo—. »Extrapolando, calculo dos un diámetro ciento cincuenta millones de kilómetros... unidades de astronómicas, o un radio equivalente a la distancia de la Tierra orbitando a su sol. »¿Conclusión? —se detuvo para un dramático efecto—. Estamos dentro de una Micro esfera de Dyson.

Ash se quitó empujando su casco y vigorosamente se rascó su cabeza con ambas manos. —Eso no puede ser correcto — protestó él—. Dimos un paso a través de la grieta y aparecimos aquí instantáneamente. Incluso en espacio Deslizcurso hubiera llevado algo de tiempo viajar hasta otra estrella. —Enteramente cierto —dijo la Dra. Halsey—, pero no hemos dejado Onyx. —Esta es la parte que no pillo —murmuró Kelly. —La comprensión de los Antevenidos de la tecnología Deslizespacial era de lejos más avanzada que la nuestra o la del Convenio —explicó la Dra. Halsey—. Creo que esta esfera reside en el centro del planeta, encapsulada y protegida por una burbuja Deslizespacial de comprimida dimensionalidad. El jefe Méndez miró alrededor y agitó su cabeza, incapaz o sin voluntad de aceptar su interpretación de los hechos. —Si todo esto es cierto, Doctora —dijo Fred—, y los Antevenidos construyeron esto como refugio, un abrigo de bombas para protegerlos de los Halos o los Diluvio, ¿entonces por qué no están aquí? La Dra. Halsey se estremeció y pronunció las palabras de las que ninguno pensó que sería capaz: —No lo sé —cerró su portátil—. ¿Fue algo mal con su plan? ¿O fue todo como planeado? Puede que nunca lo sepamos. Por qué el Diluvio sobrevive hoy y a dónde fueron los Antevenidos son misterios que tenemos aún que resolver. Permanecieron un minuto ahí, callados, ponderando la escala de ese lugar, los secretos Antevenidos de un eón-deantigüedad, e intentando integrarlos hacia los eventos de las últimas semanas. Fred entonces cogió su rifle y dijo: —Ash, coge a tu equipo y reúne nuestros suministros. Estamos desplegando en cinco. —Sí, señor —Ash se puso su casco. Él y los otros SPARTANs-III se movieron como si fueran sacudidos por un rayo.

—Jefe —le

dijo Fred a Méndez—. Quiero un recuento de cada una de las balas de munición que tenemos. —Señor —Méndez saltó poniéndose en pie—. Estoy en ello. —Con todo el debido respeto, Teniente —dijo la Dra. Halsey, y permaneció sentada—. ¿Dónde exactamente tiene intención de ir? Deberíamos descansar, pensar, y curar nuestras heridas. Hemos perdido a tantos... —Sí, lo hemos hecho —respondió Fred—. Lo cual es por lo que nos estamos moviendo fuera. Dante y Holly dieron sus vidas luchando. Kurt permaneció atrás y se aseguró de que el Convenio no nos siguiera. Ahora es nuestro deber completar la misión: encontrar tecnologías Antevenidas y tenerlas de vuelta a la Tierra. —Bajó su voz y añadió—: Hacer algo menos deshonraría sus sacrificios. Linda se movió al lado de él y dijo: —Sugiero que empecemos por encontrar una manera de abrir las crio cápsulas del Equipo Katana, señor. Tenerlos arriba y corriendo. —¡Sí! —dijo Kelly, y se les unió—. Agrietemos los campos Deslizespaciales en esas cosas, y quizás encontremos alguna manera de dar un puñetazo fuera de este lugar, también. La Dra. Halsey miró hacia ellos y empujó sus gafas más lejos subiendo el puente de su nariz. —Veo. Sí que entienden que mientras externamente, este espacio podría tener solo unos pocos metros en diámetro dentro del centro de Onyx, internamente, su comprimida dimensionalidad le da un área de superficie —ladeó su cabeza, calculando— muchas veces la superficie de la Tierra. Fred miró a Kelly y Linda, y él dijo: —Entonces mejor que empecemos. Tenemos un montón de tierra que cubrir. La Dra. Halsey se puso de pie, suspiró profundamente, y cepilló hierba de su bata de laboratorio. —Muy bien, reuniré mis cosas. Ella se dirigió fuera y los Spartans la observaron irse.

Kelly murmuró: —¿Crees que John sigue ahí fuera? Quiero decir vivo. —Sí —dijo Linda. —Tiene que estarlo —le dijo Fred—. Es el único que queda

para detener al Convenio. —Mientras nosotros estamos pegados aquí —Kelly pateó la hierba—. ¿Cuál es tu visión de los otros? ¿Equipo Sable? —Son niños —dijo Fred—. Pero así lo fuimos nosotros una vez. Creo que son Spartans, como nosotros. Ash trotó subiendo hasta ellos, Olivia y Mark en la cola detrás, levantando paquetes. —Todo listo, señor —dijo Ash. —Bien —Fred colocó una mano en el hombro de Ash, y

asintió a los otros. —Bienvenidos a Azul, Spartans —dijo Kelly—. Vamos a formar un gran equipo.

1

Sangheili: el nombre Élite para su raza

2

Lekgolo: el nombre Élite para la raza Cazadora

3

Unggoy: el nombre Élite para la raza Gruña

4

Jiralhanae: el nombre Élite para la raza Bruta

5

Huragok: el nombre Antevenido para la raza Ingeniera

ERIC NYLUND ha publicado novelas de suspense de realidad virtual, A Signal Shattered y Signal to Noise, novelas de fantasía contemporáneas, Pawn’s Dream y Dry Water (nominada al World Fantasy Award), la novela de ciencia fantástica, A Game of Universe, y más recientemente, HALO: La Caída de Reach y la aclamada HALO: Primer Golpe. Nylund es un creativo escritor para Microsoft Game Studios. Vive cerca de Seattle en una húmeda montaña con su mujer, Syne Mitchell. Actualmente trabaja en su siguiente novela, Mortal

Coils. Para más información, visite su sitio web en www.ericnylund.net

Infinity One

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF