I. S. en El Contexto Educativo
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Descripción: Goleman El Espiritu Creativo...
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La humanización de las relaciones sociales
Ci
COLECCIÓN INVESTIGACIÓN
CNIIE
Inteligencia social: aplicación práctica en el contexto educativo
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Inteligencia social: aplicación práctica en el contexto educativo La humanización de las relaciones sociales
Colección Investigación
Catálogo de publicaciones del Ministerio: mecd.gob.es Catálogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es Inteligencia social: aplicación práctica en el contexto educativo. La humanización de las relaciones sociales
Colección Investigación
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE Secretaría de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (CNIIE) Edita: © SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA Subdirección General de Documentación y Publicaciones Edición: 2014 NIPO: 030-14-124-4 ISBN: 978-84-369-5585-9
Editoras y autores
Editoras Carmen Écija Gallardo Lilian Velasco Furlong
Autores (por orden de capítulo) Alex J. Zautra, Ph.D. Foundation Professor Arizona State University Arizona, USA. Eva Kenney Zautra, MBA Founder and creative inspiration for the Social Intelligence (SI) Institute Resilience Solutions Group LLC. Carmen Écija Gallardo Directora Internacional del Instituto de Inteligencia Social Profesora Visitante Doctora en Psicología Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos. Lilian Velasco Furlong Profesora Ayudante Doctora en Psicología Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos. Margarita Cigarán Méndez Profesora Colaboradora Doctora en Ciencias de la Salud Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos.
Cecilia Peñacoba Puente Profesora Titular de Universidad Doctora en Psicología Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos. Carmen Gallardo Pino Profesora Titular de Universidad Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos Doctora en Medicina. Especialista en Promoción y Educación para la Salud Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos Ana Martínez Pérez Profesora Titular de Universidad Doctora en Sociología Departamento de Sociología. Facultad de Ciencias de la Comunicación. Universidad Rey Juan Carlos.
Índice
Prólogo............................................................................................................................................. 8 Alex Zautra y Eva Zautra Capítulo 1. Introducción a la inteligencia social.................................................................... 10 Carmen Écija Gallardo, Alex Zautra Eva Zautra 1.1. La inteligencia social en el marco de la Educación: Situación actual................................ 11 1.2. Diferenciación entre inteligencia general, inteligencia social e inteligencia emocional... 14 1.3. ¿Cómo se trabaja la inteligencia social en el marco de la educación?............................... 16 Capítulo 2. Los cinco pilares de la inteligencia social.......................................................... 21 Lilian Velasco Furlong, Alex Zautra y Eva Zautra 2.1. Procesos conscientes e inconscientes................................................................................. 21 2.1.1. Mecanismos de pensamiento y acción inconscientes.............................................. 22 2.1.1.1. Ley del mínimo esfuerzo: esquemas, hábitos y heurísticos........................ 23 2.1.1.2. Sesgos cognitivos........................................................................................... 23 2.2. Leyendo a las personas........................................................................................................ 25 2.2.1. La comunicación no verbal........................................................................................ 26 2.3. Ellos....................................................................................................................................... 27 2.3.1. Categorizando............................................................................................................. 28 2.4. Sincronización...................................................................................................................... 29 2.4.1. Conversaciones cara a cara........................................................................................ 30 2.5. Apego y neuroplasticidad.................................................................................................... 30 2.5.1. El desarrollo del cerebro infantil............................................................................... 31
Inteligencia social: aplicación práctica en el contexto educativo. Índice
Capítulo 3. Descripción del programa y aplicación en el marco de la educación......... 35 Lilian Velasco Furlong, Carmen Écija Gallardo, Margarita Cigarán Méndez, Alex Zautra y Eva Zautra 3.1. Módulo primero. Introducción a la inteligencia social....................................................... 36 3.1.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 36 3.2. Módulo segundo. Procesos conscientes e inconscientes................................................... 37 3.2.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 37 3.3. Módulo tercero. Leyendo a las personas............................................................................ 38 3.3.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 38 3.4. Módulo cuarto. Ellos............................................................................................................ 40 3.4.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 40 3.5. Módulo quinto. Tecnología.................................................................................................. 41 3.5.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 41 3.6. Módulo sexto. Sincronización.............................................................................................. 41 3.6.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 41 3.7. Módulo séptimo. Apego y neuroplasticidad....................................................................... 42 3.7.1. Reflexiones y actividades propuestas........................................................................ 42 3.8. Resultados de una experiencia piloto de formación en la competencia de inteligencia social en estudiantes universitarios..................................................................................... 43 Capítulo 4. Aportaciones desde el concepto de inteligencia social. Su aplicación en el ámbito de la salud..................................................................................................................... 45 Cecilia Peñacoba Puente 4.1. Inteligencia social e inteligencia general............................................................................. 46 4.1.1. Inteligencia social en personas con lesiones cerebrales, trastornos del desarrollo y psicopatología.......................................................................................................... 48 4.2. Inteligencia social y comportamiento interpersonal.......................................................... 50 4.2.1. La inteligencia social en la formación y desempeño laboral. Su papel en los procesos de liderazgo...................................................................................................... 53 4.3. Otras aplicaciones de la inteligencia social en el ámbito de la salud. Reflexiones y líneas de futuro............................................................................................................................... 54 Capítulo 5. Una experiencia de aplicación. la inteligencia social como eje transversal dentro del programa de universidad saludable en la Universidad Rey Juan Carlos..... 61 Carmen Gallardo Pino y Ana Martínez Pérez 5.1. Inteligencia social, universidad y salud............................................................................... 62 5.2. Éxito profesional y salud. Un programa de universidad saludable desde el modelo de habilidades para la vida....................................................................................................... 66
La escuela es un espacio de convivencia. Sin embargo, hablar de convivencia no significa hablar de ausencia de conflicto, sino de gestión positiva de la conflictividad. Para ello, es necesario un tratamiento de la identidad social que permita entender los problemas y generar identidad respetuosa hacia los demás. Es necesario compaginar actividades propiamente escolares con prácticas cuya finalidad sea la comprensión y la interiorización de los derechos humanos. Es ineludible una educación en valores a lo largo de la vida que contribuya a la formación de ciudadanos democráticos (profesorado, alumnado, familias y sociedad en general) y que abarque una formación en derechos humanos y para la ciudadanía. Si implicamos desde la escuela a los niños y jóvenes en la mejora de la convivencia a través de la participación social para que asuman protagonismo en sus procesos y toma de decisiones, no solo serán ciudadanos del futuro, sino que se concienciarán de que son ciudadanos y ciudadanas hoy. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa, ha diseñado un plan interno de Convivencia, Derechos Humanos y Sostenibilidad, en colaboración con las Comunidades Autónomas, como un espacio de coordinación y cooperación cuyo objetivo último es mejorar la atención educativa para cada uno de nuestros alumnos, ayudándolos a vivir y a buscar el camino de la felicidad, individual y colectivamente, formándolos como personas autónomas, críticas y con pensamiento propio, y promoviendo en ellos el desarrollo de la competencia social y ciudadana para facilitar la convivencia y favorecer una sociedad más justa. Por ello, la educación se convierte en el principal instrumento de movilidad social, que ayuda a superar barreras económicas y sociales y es generador de expectativas de futuro. Entendemos que es necesario ofrecer a los estudiantes espacios y posibilidades de reflexión, análisis y estudio de principios y derechos que constituyen el sustrato de la ciudadanía democrática en contextos participativos. Es importante, pues, facilitar desde el ámbito educativo propuestas didácticas sobre cuestiones vinculadas con la convivencia y el bienestar. Reflexionar sobre un nuevo enfoque en el diseño y elaboración del currículo destinado a aumentar la inteligencia social del alumnado, de las familias y la sociedad es una propuesta novedosa para conseguir una mejora de la calidad de la enseñanza en los diferentes niveles educativos.
Prólogo Alex y Eva Zautra Social Intelligence Institute www.socialintelligence institute.org
Necesitamos tratarnos unos a otros de manera diferente. Esta verdad es evidente por sí misma, no solo en los actos de inhumanidad que aparecen en los titulares, sino también en las pruebas epidemiológicas: las relaciones sociales fuertes son saludables y cognitivamente enriquecedoras. La soledad no solo es perjudicial, también es una epidemia, una de cada siete personas es objetivo constante de maltrato. No se trata solo de niños que son víctimas de experiencias deshumanizantes, aunque el desprecio por los demás, aunque frecuentemente se dirige hacia grupos ecuménicos externos, disminuye a lo largo del ciclo vital. Tenemos que revertir esa tendencia y llegar a ser una cultura más comprometida socialmente que busque formas para humanizar las relaciones sociales en el hogar, en nuestras escuelas y universidades, en las organizaciones y en nuestras comunidades. Lo que a menudo falta en las explicaciones sobre las relaciones sociales es un análisis en profundidad acerca de hasta qué punto estamos “cableados” para conectarnos. La neurociencia social revela que hemos evolucionado como seres sociales y que nuestro estado biológico natural es conectar con los demás. Gazzaniga resume en su trabajo que no hay un único sitio en el cerebro que controle las interacciones sociales, sino que existen interconexiones separadas pero fluidas en todo el cerebro para guiar el desarrollo de las relaciones sociales (Gazzaniga, 2011). En su libro Inteligencia Social, Daniel Goleman escribió “Cada vez que nos conectamos cara a cara (o voz con voz, o piel con piel) con alguien más, nuestros cerebros sociales se entrelazan” (Goleman, 2006, p. 11). Como Wright (1999) señaló, las relaciones sociales no son juegos en los que la suma es igual a cero, cada una de las personas que participan en ellas se benefician de las conexiones sociales positivas. La evidencia empírica procedente de muchas fuentes confirma una fuerte asociación entre el funcionamiento social y la salud mental y física de las personas de todas las edades. Las personas con fuertes relaciones sociales tienen un funcionamiento cardiovascular más sano y una respuesta inmune más eficiente a los patógenos; además, tienen menos incapacidades como respuesta a las enfermedades y viven más tiempo (Berkman et al., 2000; Hawkey, 2010; Holt-Lunstad y Smith, 2010;
Inteligencia social: aplicación práctica en el contexto educativo. Prólogo
House et al., 1988; Nyqvist et al., 2014). La salud mental también depende de la calidad de las relaciones sociales. La ansiedad y la depresión están relacionadas con los vínculos sociales perdidos, o bajo amenaza de pérdida, y las personas que no tienen relaciones sociales tienen un mayor riesgo de suicidio (Bonanno y Hymel, 2010). Nuestras propias conclusiones, derivadas de los análisis de un proyecto financiado por el NIA (National Institute on Aging) durante 5 años (Alex Zautra, IP), ponen de manifiesto que los recursos clave que subyacen a la capacidad de recuperación entre los adultos de mediana edad son las relaciones sociales fuertes y sostenibles (Zautra, 2013). Otras investigaciones sobre la capacidad de recuperación han llegado a conclusiones similares (Luthar et al., en prensa). Estos beneficios no solo repercuten en la salud física y emocional, también se extienden a las capacidades cognitivas y creativas. En su artículo “Usos de la Conciencia”, el psicólogo británico N. K. Humphrey escribe: “Los seres humanos son criaturas sociables extraordinarias. El entorno al que están adaptados es, antes que nada, el ambiente de la familia, el grupo de trabajo, el clan. Las relaciones interpersonales humanas tienen una profundidad, una complejidad y una importancia biológica que superan con creces a las de cualquier otro animal. De hecho, sin la capacidad de comprender, predecir y manipular el comportamiento de otros miembros de su propia especie, una persona difícilmente podría sobrevivir al día a día”. La atención a tales complejidades nos mejora inmensamente, pero tenemos mucho que aprender acerca de nosotros mismos en las relaciones con los demás. En este monográfico pretendemos reflexionar acerca del enfoque que estamos aplicando para el diseño y elaboración de un currículo destinado a aumentar la inteligencia social de los jóvenes y los mayores; de los colegios, institutos y universidades; de las familias, de las organizaciones y de las comunidades de todo el país. Se trata de una búsqueda ambiciosa, por lo que no debemos retrasarlo más tiempo.
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Introducción a la inteligencia social Carmen Écija Gallardo, Alex Zautra y Eva Zautra
De todas las reacciones posibles ante la injuria, la más hábil y económica es el silencio. Santiago Ramón y Cajal
Centrémonos por un momento en la siguiente situación; dos chicas adolescentes de trece años se encuentran en el vestuario del colegio poniéndose sus zapatillas para acudir al entrenamiento de baloncesto. Una de ellas es bajita y regordeta, y la otra es alta y presenta un aspecto físico atlético. –¿Así que te has apuntado al equipo de baloncesto con lo bajita que eres?” –pregunta, en tono sarcástico y despectivo la chica alta y atlética a la chica bajita y regordeta, en una situación que, asumiendo los códigos sociales que rigen el comportamiento de los adolescentes, bien podría desembocar en un enfrentamiento entre ambas. La chica bajita y regordeta cierra entonces los ojos unos instantes, nota la presión en el pecho y respira profundamente, como si estuviera preparándose para un enfrentamiento con su amiga. Pero luego se dirige a su amiga con voz tranquila y serena diciendo: –Sí, ya sé que no soy muy alta y no puedo hacer mates en la canasta, pero aun así voy a intentarlo–, y luego, tras una breve pausa, agrega: –Pero lo cierto es también puedo jugar de base, sé organizar bien al equipo y además, también se patinar muy bien–. Después, dirigiéndose a su antagonista, añade: –¡Me parece fantástico que sepas jugar bien al baloncesto y que metas tantas canastas! ¡Me parece realmente fantástico! A mí también me gustaría jugar tan bien como tú. Quizás, si sigo entrenándome, acabe consiguiéndolo. –La verdad es que no juegas tan mal y no hace falta ser alto para poder meter canastas –responde entonces la chica alta, completamente desarmada, en un tono muy cariñoso–, si te interesa quizás pueda enseñarte algunas cosas. La eliminación de la discriminación social y el desprecio por el otro requiere, en palabras de Alex Zautra (2013), la necesidad de trabajar a través de programas educativos que promuevan la humanización de las relaciones sociales. El fomento de las prácticas socialmente inteligentes dentro de los grupos y las diferentes comunidades y culturas persigue el entrenamiento y desarrollo de la competencia de inteligencia social (IS) en nuestra sociedad, que implica una capacidad de reflexión sobre nosotros mismos que, combinada con una mayor comprensión de nuestro mundo social y una
Inteligencia social: aplicación práctica en el contexto educativo. Capítulo 1
mayor motivación hacia la capacidad empática, implican la evitación de conductas antisociales, así como la capacidad de estar más en contacto con los demás, aumentando las capacidades personales y el bienestar psicológico (Zautra et al., 2013). Gazzaniga (2011) señala que a nivel neurológico no existe una estructura única responsable del control de las interacciones sociales, pero sí existen multitud de interconexiones entre estructuras cerebrales responsables de guiar su desarrollo. La conciencia de las conexiones sociales es un factor imprescindible en el desarrollo de las personas, así como también la comprensión de los pensamientos y sentimientos de otros (Saxe et al., 2009; Shakoor et al., 2011). El episodio descrito en el párrafo anterior constituye un ejemplo magistral de inteligencia social en acción que puede acabar convirtiendo en una buena amistad lo que perfectamente podría haber generado una enemistad. Y es que nuestra jugadora de baloncesto no solo ha sabido capear las turbulentas corrientes sociales de la enseñanza secundaria, sino que ha superado también con creces una competición intercerebral invisible y mucho más sutil. Como se observa en el ejemplo, la IS implica, por tanto, la capacidad de entender y relacionarse con otros, competencia que otorga a nuestro cerebro una capacidad interna de conexión social y una conciencia de su valor (Zautra et al., 2013). El concepto de inteligencia social va así más allá del conjunto de capacidades humanas internas que nos permiten gestionar adecuadamente nuestras emociones y establecer relaciones positivas; ampliando el marco de referencia más allá de las capacidades intrapersonales, y adentrándose en las capacidades interpersonales, es decir, en las relaciones que mantenemos con los demás. Investigaciones recientes en el campo de la neurociencia ponen de manifiesto que nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás de manera que el mismo diseño del cerebro nos torna sociables, al establecer inexorablemente un vínculo intercerebral con las personas con las que nos relacionamos. Este puente neuronal nos deja a merced del efecto que los demás provocan en nuestro cerebro y, a través de él, en nuestro cuerpo y viceversa (Goleman, 2006). Podríamos afirmar que nuestro cerebro ejecuta una danza emocional y nuestras interacciones sociales funcionan como moduladores, termostatos interpersonales que renuevan de continuo aspectos esenciales del funcionamiento cerebral que orquesta nuestras emociones. Las sensaciones resultantes son muy amplias y repercuten en todo nuestro cuerpo, enviando una descarga hormonal que regula el funcionamiento de nuestra biología, desde el corazón hasta el sistema inmunitario (Goleman, 2006). Tradicionalmente, la inteligencia social ha sido definida como la capacidad para negociar eficazmente en entornos que implican relaciones sociales complejas. El profesor Alex Zautra, director del Instituto de Inteligencia Social (www.socialintelligenceinstitute.org), basa sus formulaciones en Cantor y Kihlstron (1978; 2010) que perciben la IS como el conjunto de conocimientos de un individuo sobre el mundo social. Así nuestra inteligencia en relación con los otros no sería un rasgo fijo, como el cociente intelectual, sino un conjunto organizado de principios cognitivos que permiten juicios precisos y decisiones sabias en las interacciones. De hecho, cada uno de nosotros no tiene un nivel general de IS; más bien tenemos muchas inteligencias sociales, y cada una corresponde a una situación diferente. Colectivamente, todas ayudan a caracterizar la capacidad total de una persona para comportarse inteligentemente con los demás, pero incluso alguien con aparente facilidad y habilidad avanzada, todavía tiene que aprender más. Se adopta así desde este enfoque un significado más profundo. En esencia, vemos la IS no solo como un marco para entender y relacionarse los unos con los otros, sino también como una conciencia del valor de la relación con el otro. Cuando una persona adopta este marco cambia, fundamentalmente, de un organismo centrado en sí mismo, a un ser social, capaz y dispuesto a formar y mantener relaciones sociales significativas. 1.1. La inteligencia social en el marco de la educación: situación actual Los últimos 25 años de investigación en ciencias sociales proporcionan amplia evidencia de que las relaciones sociales juegan un papel fundamental en la mitigación de los efectos de las experiencias más estresantes de la vida (Cohen y Wills, 1985; Cook y Bickman, 1990; MacGeorge, 2004). En el ámbito que nos ocupa, la educación, las interacciones sociales abusivas son problemáticas y genera11
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