Hora Santa Tiempo de Navidad
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1.- MONICIÓN INICIAL Monitor: Navidad es un tiempo sagrado: contemplamos con alegría durante todos estos días el inefable y maravilloso misterio de la Encarnación. Dios nace, viene a nosotros como un niño, nace aquel que es el Hijo de Dios para hacernos a nosotros hijos de Dios. Navidad no es sólo un mero recuerdo del pasado, de un acontecimiento que sucedió hace más de 2000 años, sino que es algo que vivimos como presente, como algo que ha sucedido “hoy”. En esta Hora Santa, contemplemos en el Santísimo Sacramento expuesto al mismo que en Belén nació como Salvador del mundo. Nos disponemos para la exposición del Santísimo Sacramento.
2.- CANTO Y EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO 3.- ESTACIONES Guía: La Palabra se hizo carne Todos: Y puso su morada entre nosotros. Padre nuestro… nuestro… Dios te te salve María… María… Gloria Gloria al Padre…
CANTO Guía: La Palabra se hizo carne Todos: Y puso su morada entre nosotros. Padre nuestro… nuestro… Dios te te salve María… María… Gloria Gloria al Padre…
CANTO Guía: La Palabra se hizo carne Todos: Y puso su morada entre nosotros. Padre nuestro… nuestro… Dios te te salve María… María… Gloria Gloria al Padre…
CANTO
4.- COMUNIÓN ESPIRITUAL ALELUYA
5.- LECTURA BÍBLICA Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18 En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron. Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. Página 1
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios. Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’”.
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús
6.- REFLEXIÓN DIRIGIDA CANTO
7.- LOS SECRETOS DE LA NAVIDAD Lector 1: La Navidad es la fiesta cristiana más popular, sigue ilusionando a los niños, inspirando a los artistas, arrobando a los místicos y movilizando al mundo entero. Sin embargo, no somos capaces de comprender en su totalidad el mensaje que nos quiere transmitir. Podemos enumerar algunos secretos que nos puede comunicar la Navidad. Lector 2: El secreto de María: el silencio. Nuestra sociedad, ruidosa y consumista, necesita callarse para escuchar el mensaje de Dios. María, la gran coprotagonista de la Navidad, la que tendría tanto que decir, guarda silencio, medita en su corazón (cfr. Lc 2, 19. 51). El silencio de María no fue estéril ni superficial. Fue el espacio fecundo para reflexionar, profundizar y contemplar. Aprendamos de María a contemplar la grandeza del nacimiento del Hijo de Dios en el silencio de nuestro interior. Lector 3: El secreto de san José: la Providencia. Nuestra sociedad se ha hecho muy calculadora. José ciertamente también habrá hecho cálculos y previsiones, pero aún en esto optó por confiar en la Providencia. La apertura a la Providencia Divina nos ubica en nuestra realidad de creaturas de un Dios que ve y actúa más allá de las circunstancias prósperas y adversas, llevando siempre las cosas en el modo que nos conviene. Aprendamos de san José a confiar en la Providencia Divina. Lector 1: El secreto del buey y de la mula: la calma. Nuestra sociedad no tiene tiempo para nada, las personas avanzamos de aquí para allá queriendo realizar muchas cosas, pero el resultado no siempre es el más favorable. El buey y la mula, siempre presentes en los nacimientos, tienen un secreto que ofrecernos: la calma. El buey y la mula no se mueven, no se marchan, no tienen ninguna prisa. La calma supone estar donde debe estar en cada momento. Aprendamos de ellos y reconozcamos a Dios cerca de nosotros, así logaremos más calma en nuestra vida. Lector 2: El secreto del pesebre: la pobreza. Algo que caracteriza a nuestra actual sociedad es la avaricia y la ambición. Hay ciertas ambiciones legítimas, el problema es cuando la ambición se torna insaciable. El gran Página 2
secreto del pesebre fue la pobreza espiritual, el desprendimiento interior. Apliquemos a nuestra vida lo que el pesebre nos enseña, es necesario crecer en la humildad y en la sencillez para llenarnos de la mayor riqueza que existe, el Niño Jesús.
Lector 3: El secreto de los Reyes Magos: la docilidad. En muchas ocasiones tratamos de imponer en nuestra vida lo que creemos que es lo mejor para nosotros, olvidándonos de los posibles consejos que algunas personas nos pueden ofrecer y que probablemente nos llevarán a un resultado en nuestra vida. El secreto de los Reyes Magos es la docilidad a Dios. Ellos se dejaron guiar, fueron verdaderamente sabios al no fiarse de sí mismos, encontraron en el cielo la verdadera razón de su vida y el camino a seguir. Descubramos al igual que los Reyes las señales de Dios y sigámoslas con paciencia, subiendo que tarde o temprano nos llevarán al mejor de los hallazgos: Dios mismo. CANTO
8.- SALMO 97 Monitor: El salmo 97 se trata de un himno al Señor rey del universo y de la historia. Se define como "cántico nuevo", que en el lenguaje bíblico significa un canto perfecto, pleno, solemne, acompañado con música de fiesta. Dios está en el centro de la escena con toda su majestad, mientras realiza la salvación en la historia y se le espera para "juzgar" al mundo y a los pueblos. El verbo hebreo que indica el "juicio" significa también "regir": por eso, se espera la acción eficaz del Soberano de toda la tierra, que traerá paz y justicia. Desde la perspectiva cristiana, Dios realiza la salvación en Cristo, hijo de Israel; todas las naciones lo contemplan y son invitadas a beneficiarse de esa salvación. Ahora "todos los confines de la tierra" no sólo "han contemplado la salvación de nuestro Dios", sino que la han recibido. Con este salmo agradezcamos esa salvación que nos ha traído nuestro Señor Jesucristo en el misterio de la Encarnación. Lector: Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia.
Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Todos: Como era en el principio…
9.- RESPONSORIO Guía: Alabemos a nuestro Redentor, cuya gracia ha aparecido a todos los hombres y digámosle con humilde confianza: Gloria a ti, Señor Jesús.
Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones, que has sido anunciado al mundo. R. Gloria a Ti, Cristo Jesús, que vienes para reinar en nuestros corazones, que por tu palabra habitas entre nosotros con toda tu riqueza. R. Gloria a Ti, Cristo Jesús, que fuiste anunciado con gran alegría, que naciendo eres para nosotros el salvador, el Mesías, el Señor. R. Página 3
Gloria a Ti, Cristo Jesús, que tu nacimiento ha sido sagrado para nosotros, que por nosotros, has descendido como una gran luz. R. Gloria a Ti, Cristo Jesús, que por tu medio, el Padre nos ha hablado, que habitaste entre nosotros, para que lleguemos a ser hijos de Dios. R. Gloria a Ti, Cristo Jesús, que tu estrella apareció en el Oriente, como punto de referencia, que eres el Hijo amado del Padre a quien debemos escuchar. R. Gloria a Ti, Cristo Jesús, que eres el gran profeta que ha surgido entre nosotros, que eres el signo de que Dios ha visitado a su pueblo. R.
CANTO
9.- HIMNO El mal se destierra, ya vino el consuelo: Dios está en la tierra, ya la tierra es cielo.
Todos: Cristo nos ha nacido, ¡venid adorémosle! Ya el mundo es trasunto del eterno bien, pues está en Belén todo el cielo junto.
Todos: Cristo nos ha nacido, ¡venid adorémosle! Ya no habrá más guerra entre cielo y suelo: Dios está en la tierra, ya la tierra es cielo.
Todos: Cristo nos ha nacido, ¡venid adorémosle! Ya baja a ser hombre porque suba yo, ya están hombre y Dios en un solo nombre.
Todos: Cristo nos ha nacido, ¡venid adorémosle! Ya el hombre no tiene sueños de grandeza, porque el Dios que viene viene en la pobreza.
Todos: Cristo nos ha nacido, ¡venid adorémosle! Página 4
Ya nadie se encierra en su propio miedo: Dios está en la tierra, ya la tierra es cielo. Amén.
CANTO
10.-PRECES Guía: Acudamos alegres a nuestro Redentor, al Hijo de Dios hecho hombre para renovar al hombre, y digámosle confiados: Te lo pedimos, Señor. 1.- Dios eterno y lleno de misericordia, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, te damos gracias porque nos has enviado a tu Hijo al mundo y te pedimos que llenes de alegría a todos los hombres por su nacimiento. Oremos. 2.- Tú que has enviado a Cristo para anunciar la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y para proclamar un tiempo de gracia, concede al mundo entero la libertad y la paz. Oremos. 3.- Tú que iluminaste a los sabios de Oriente y los encaminaste para que adoraran a tu Hijo, ilumina nuestra fe y acepta la ofrenda de nuestra oración. Oremos. 4.- Tú que convocas a todos los hombres y, sacándolos del dominio de las tinieblas, los trasladas al reino de tu Hijo querido, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, haz que seamos siempre testigos de tu Buena Noticia. Oremos. 5.- Tú que quisiste que Cristo, nacido en Belén, fuera luz para alumbrar a las naciones, haz que la luz eterna brille sobre nuestros difuntos. Oremos. 6.- Tú que quisiste que el nacimiento de tu Hijo fuera anunciado por los espíritus celestiales y celebrado por los apóstoles, los mártires y los fieles de todos los siglos, concede a la tierra aquella paz que anunciaron los ángeles. Oremos.
Guía: Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres y que su amor se extienda por toda la tierra, pidamos al Padre que su reino venga a nosotros, diciendo: Padre nuestro…
10.-ORACIÓN FINAL Guía: Oremos ( Pausa) Señor Dios, que de manera admirable creaste la naturaleza humana y de modo más admirable aún la restauraste, concédenos compartir la divinidad de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
13.- RESERVA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
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