Historia y Desarrollo de Los Salmos

July 18, 2018 | Author: KarlaAlfaroMoreno | Category: Psalms, Septuagint, Religion And Belief, Bible, Religious Texts
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HISTORIA Y DESARROLLO DE LOS SALMOS. 1 UNA INTRODUCCIÓN. Hablar de los Salmos no es una cosa sencilla pues, aunque estamos familiarizados con ellos, considerando que representan el culmen de la experiencia religiosa de un pueblo1, la oración dictada por el mismo Dios, la poesía y el canto religioso de una comunidad creyente y, definitivamente, una lengua y un uso de la misma, ajenos a nuestra cultura occidental, los Salmos, su consideración y su estudio son difíciles de digerir. Se me ha invitado a que comparta con este selecto grupo de personas algunos datos sobre la historia y desarrollo de los Salmos y he aceptado este encargo con temor y temblor, ya que no me considero especialista en este tema, pero sí con mucho entusiasmo ya que me ayudará a refrescar algunos conocimientos y a compartir con Ustedes algunas reflexiones. Si damos una mirada rápida al Salterio nos damos cuenta inmediatamente de algunas cosas fundamentales. fundamentales. a) Es una obra compuesta integrada por 150 poemas individuales muy distintos en su contenido. Casi la mitad de ellos tienen un encabezado que parece darnos la pista de supuestas autorías (David, Asaf, Etán, etc.), dato que ya de por sí hablaría hablaría de un origen plural; plural; en la misma línea se puede puede mencionar un dato, puesto también al comienzo de algunos poemas, que indica el tipo de salmo (sir, mizmor, miktam, maskil, etc.). Algunos salmos se refieren a la piedad individual, otros ofrecen características más bien de piedad colectiva; algunos parecen poemas escolares (por su estructura mecánica y formal), otros parecen piezas poéticas hechas por cantores o escritores que sólo pretendían el reconocimiento de sus cualidades artísticas (por ejemplo Sal 45,2) y, finalmente, cabe señalar que hay numerosos salmos en los que se notan huellas de reelaboración, principalmente debido a su falta de uniformidad (Sal 19; 22; 29; 50; 108; 133; 1 33; 136). b) Es poesía cultual por excelencia. excelencia . El Sal 102 declara dec lara que se trata de una plegaria del afligido cuando desfallece y derrama su queja ante Yahvé. Se percibe como una nota litúrgica en un caso particular, como si se tratara de una pieza de un 1

A. González afirma: Los salmos, en efecto, son la cima religiosa y literaria del genio de Israel. A. González, El Libro de los Salmos (Barcelona 1984) 9.

muestrario litúrgico. Por su parte el autor del Sal 40 nos informa de la sorprendente liberación de que fue objeto como respuesta a su plegaria y de su deseo de proclamarla (vv. 2-4). La proclamación es definida como canto nuevo de alabanza , cuyo contenido se contagia a quienes acompañan al orante (muchos al verlo), provocando su confianza en Yahvé. La mención que se hace en el v. 7 de un libro (manuscrito, rollo) parece hacer referencia a la presentación de un documento que habla de su propia experiencia de salvación y que contendría el himno compuesto para ser recitado por el orante y sus acompañantes. Es probable que estos documentos se conservaran en el santuario sea como memorial o bien para ser utilizados por otras personas en situaciones semejantes a la descrita, o con ambas finalidades. Con esta misma intención (poemas sálmicos para el culto) podemos encontrar numerosas referencias, como: Sal 5,8; 35,18; 42,5; 43,4; 51,18; 66,13; 69,31s; 101,7, etc. c) Son fruto de una experiencia religiosa. Notamos como los Salmos hacen una continua mención del Señor (o de Dios) que ponen de manifiesto su carácter religioso, muchas veces lleno de ternura (Sal 131). Sin embargo, no somos capaces de captar la naturaleza de dicha experiencia religiosa ya que se trata de la experiencia de unas personas que tenían una visión del hombre, del mundo y de Dios ciertamente muy distinta a la nuestra. Por lo demás hemos de decir que el campo de la piedad del salmista no sólo se refiere a la divinidad, sino que abarca múltiples aspectos, como la Ley (Sal 1; 119), el cosmos (Sal 8), la ciudad santa y su templo (Sal 122); la fraternidad (Sal 133); el ungido real (Sal 2; 72), etc. Además se trata de una experiencia religiosa bastante heterogénea pues a lo largo del salterio descubrimos poemas que reflejan una experiencia dolorosa para cuya solución se solicita la presencia o la ayuda de Dios (Sal 5; 57); a veces el salmista percibe la ausencia de Dios (Sal 10; 22); en ocasiones se descubre culpable (Sal 50) o inocente (Sal 73,13). También existen salmos en los que la experiencia religiosa se expresa mediante una alegría incontrolable (Sal 18), o la contemplación (Sal 8; 19) o también la confianza (Sal 23; 27; 42). Podemos decir que todos los sentimientos humanos (tristeza y alegría, temor y confianza, desasosiego y serenidad, introspección y contemplación cósmica) están presentes en los salmos y son signo de esa multiforme experiencia religiosa.

2 CARACTERÍSTICAS GENERALES. 2.1 EL NOMBRE DEL LIBRO.

El nombre castellano, Salmos, se remonta al término griego  psalmoi , que significa canciones para instrumentos de cuerda y es utilizado por la traducción griega de los LXX. En el NT se menciona varias veces el biblos  psalmorum , referido a esta obra canónica (Lc 20, 42: 24,44; Hch 1,20; 13,33). Entre los judíos, el libro de los salmos era conocido como sefer tehillim, libro de cantos. 2.2 LA NUMERACIÓN EN EL TM Y LXX.

Ambas versiones tienen el mismo número de salmos, pero difieren en la numeración. La razón de esto es la siguiente: Sal 9 y 10 TM, así como 114 y 115 TM, comprenden en cada caso un solo salmo en LXX. Además Sal 116 y 147 TM son divididos en dos partes en LXX. El Esquema de estos desajustes lo visualizamos así: TM 1-8 9-10 11-113 114-115 116 117-146 147 148-150

LXX 1-8 9 10-112 113 114-115 116-145 146-147 148-150

2.3 TEXTO Y VERSIONES.

La lengua original de los salmos es el hebreo. Los manuscritos son más bien tardíos, hacia finales del primer milenio d.C. El texto de numerosos salmos refleja un complicado proceso de transmisión que no siempre es fácil detectar. Podemos mencionar: las dudas que nacen de la misma lectura del texto consonántico, las alteraciones voluntarias o negligentes de algunos copistas, la transmisión oral en un primer momento (de 6 a 8 siglos) que dio lugar a cambios en el texto. Por lo que se refiere a las versiones, la traducción más antigua es la griega de los LXX, de finales del siglo II a.C., cuyo valor reside en ser el testigo más significativo de un primitivo texto hebreo, no tanto por su calidad de traducción. Al decir de algunos estudiosos es una traducción muy servil al original hebreo y al parecer los traductores no conocían bien ni el griego ni el hebreo. Sin embargo, los desajustes de los LXX respecto del

TM se pueden explicar pensando que el texto hebreo utilizado por los traductores era un poco diferente del TM. Las grandes recensiones del texto de los LXX, en torno al 300 d.C. fueron obra de Luciano en Antioquía y de Hesiquio en Alejandría. Otras versiones griegas, según citas de algunos Padres, sobre todo de San Jerónimo, fueron: la de Aquila (primera parte del s. II), la de Teodoción (segunda parte del s. II) y la de Símmaco (por el año 200). La primera traducción latina a partir de los textos originales fue hecha por San Jerónimo y es conocida como Psalterium juxta hebreos o Salterio de San Jerónimo. 2.4 LAS CABECERAS DE LOS SALMOS.

Antes del comienzo de un salmo, nos encontramos con una serie de indicaciones que pueden concentrarse en cinco apartados: términos referentes a colecciones, términos técnicos musicales y melódicos, instrucciones para el uso litúrgico, nombres propios y datos históricos. a) TÉRMINOS REFERENTES A COLECCIONES. Los más comunes son SIR y MIZMOR, usados en 37 ocasiones, a veces juntos en el mismo salmo (30; 65; 75, etc.). El primero significa canción y hace referencia probablemente al canto cultual del templo de Jerusalén, lugar por excelencia de la presencia de Yahvé. En ocasiones el término SIR aparece acompañado de especificaciones: SIR HAMMALOT 2, Canción de las subidas (Sal 123). La diferencia entre sir y mizmor no se percibe con claridad. Algunos piensan que Mizmor subraya el acompañamiento instrumental, mientras que Sir indica sobre todo la interpretación vocal o también que ambos términos tienen un valor intercambiable. También aparece el término MASKIL (13 veces; por ejemplo en Sal 32; 42). Es traducido como canción artística o canción didáctica. Lo más probable es que el término señale la calidad del salmo en cuestión: canción artísticamente concebida. Otro término es MIKTAM (Sal 16; 56-60), del cual se ofrecen dos posibles interpretaciones: según el significado cubrir-ocultar (de la raíz KTM en acádico), habría que traducir como salmo expiatorio, en cuanto que cubre o expía los pecados; o también como plegaria secreta, no publicada. Otra línea de interpretación, que se fundamenta en la traducción del término en los LXX como inscripción pétrea (stelographia), se traduciría como ser imborrable y, en tal caso, indicaría el salmo en cuanto escrito, por contraposición a la práctica habitual, consistente en la recitación. Otro término de 2

Se han sugerido diversas explicaciones de este título. Subida se referiría no tanto a desplazamiento en el espacio, sino más bien a un escalonamiento (canciones en serie o canciones en secuencia). Una interpretación cultual señalaría una escalinata en el templo donde se recitarían esta clase de salmos. Más razonable sería pensar que el término se refiere a las actividades de los peregrinantes que subían procesionalmente al templo de Jerusalén con ocasión de ciertas festividades. Cf. V. M. Asensio, Libros sa pienciales y otros escritos, (Verbo Divino 1994) 300.

significado dudoso es SIGGAYON, que suele traducirse por lamentación o súplica. También aparece TEHILLAH (en la cabecera del Sal 145 y en el primer versículo de 33; 34; 65; 147; 149) y se refiere al canto de alabanza individual y al himno. b) TÉRMINOS TÉCNICOS MUSICALES Y MELÓDICOS. Aparece el término BINGINOT (Sal 4; 6; 54; 55; 67; 76), que hace referencia a instrumentos de cuerda. También encontramos EL HANNEHILOT que puede significar una indicación melódica o, por su cercanía al término halil, flauta, puede traducirse con acompañamiento de flauta. Otro término es AL MAHALAT (presente sólo en Sal 53 y 88) que se podría traducir como melancolía (si derivara de la raíz hlh, estar enfermo) o bien como danza cultual (si proviniera de Mahol , danza en corro). Los términos mencionados son los más importantes, aunque aparecen otros como: según la paloma de los terebintos lejanos (Sal 56); según la cierva de la aurora (Sal 22), según las azucenas (Sal 45 y 69), para las doncellas (Sal 46) y más. Todos hacen referencia a melodías de significado desconocido. c) INSTRUCCIONES PARA EL USO LITÚRGICO. Las palabras que aparecen para referirse al uso en la liturgia son: LAMeNASSEAH, del cual no se tiene una explicación satisfactoria. Basados en textos tardíos de Crónicas y Esdras, la raíz NSH significa sobresalir, ir a la cabeza o dirigir, en cuyo caso haría referencia al maestro de coro o a quien sobresale (por ser poeta o cantor). LeTODAH (Sal 100,1) tiene relación con la ofrenda de acción de gracias. LeANNOT (Sal 88) está relacionado con los verbos cantar o tocar. LeHAZQUIR (Sal 38 y 70) con cercano parentesco con la raíz ZKR, que significa recordar y en algún caso (Is 66,3) con valor de ofrecer y, entonces, significa canción para recordar, para rememorar o canción para una ofrenda. d) NOMBRES PROPIOS. Con frecuencia encontramos nombres propios de personas en las cabeceras de los salmos: DAVID (73 veces); ASAF (12 veces. Cf. Sal 50; 7383); SALOMON (dos veces; Sal 72 y 127); LOS HIJOS DE CORÉ (11 Veces. Cf. Sal 4249; 84s; 87s). Una ocasión HEMÁN (Sal 88); ETÁN (Sal 89) y MOISÉS (Sal 90). La mayor parte de estos nombres llevan la preposición lámed como prefijo, con un valor discutido. Los LXX le reconocen un valor material de dativo (para David); la Vulgata, en cambio, le da un valor de genitivo (de David) reconociéndole un valor de autoría (lámed auctoris). En opinión de especialistas en la materia, la preposición lámed no se refiere originalmente al autor del salmo en cuestión, sino a su categoría o a su pertenencia a una colección determinada. Por lo que se refiere a los nombres de Asaf, Hemán y Etán (cantores del templo) y a los Hijos de Coré (relacionados con los levitas y porteros del templo), los salmos que los tienen en en su encabezado estarían en relación con los gremios y músicos del segundo

templo como autores, recopiladores o supervisores de las tareas de composición o adaptación. e) DATOS HISTÓRICOS. Existen también algunos salmos que tienen en sus cabeceras supuestas situaciones históricas que dieron origen a dichos poemas. En Sal 3, después de su atribución a David se dice: cuando huyo de Absalón, su hijo; en Sal 51: cuando se presentó a él el profeta Natán a causa de su pecado con Betsabé; en Sal 57: cuando huyó de Saúl en la caverna. Otros semejantes son: Sal 7; 18; 34; 52; 54; 56; 59; 60; 63; 142. Habremos de decir que estas cabeceras históricas no corresponden a la época de composición de los salmos mencionados, sino que se trata de adiciones posteriores hechas por exegetas posteriores al exilio que buscaban así ayudar a su comprensión.

3 LA FORMACIÓN DEL SALTERIO. Entramos aquí a lo que viene a ser nuestro tema, después de las notas introductorias. Los puntos que trataremos nos ayudarán a comprender cómo se formaron los salmos, es decir, su desarrollo histórico. 3.1 Colección de colecciones. Sin mucho esfuerzo podemos ver que el Salterio ni constituye la obra de un solo autor ni es fruto de una sola recopilación, sino que se trata de una colección de colecciones. Es imposible prácticamente reconstruir las etapas de formación del Salterio que es el resultado de un largo y complicado proceso en el culto sinagogal y que dio comienzo en torno al año 200 a.C. Se pueden dar las siguientes razones: hay una amplia serie de duplicados (P. ej. Sal 14 y 53; 40,14-18 y 70; etc.). Sorprende el uso no indiscriminado del nombre de Dios: Yahvé y Elohim; así: en el bloque Sal 42-83 se usa casi exclusivamente Elohim (200x; Yahvé solo 43x), mientras que en el resto del Salterio se usa con toda naturalidad el nombre de Yahvé (642x; Elohim sólo 29x). Esto, desde luego, no es accidental; algunos opinan que se debe a una revisión elohísta del Salterio; otros suponen (y es lo más probable) la existencia de al menos dos colecciones, una yavista y otra elohísta, pues es incomprensible que la revisión elohísta afectase sólo al bloque 42-83. La nota de Sal. 72,20 (Aquí terminan las plegaria de David) significa que el editor no conocía otros salmos de David o que esa colección en concreto acababa ahí; de cualquier forma debe tenerse en cuenta que otros salmos catalogados después (p. ejemplo 86; 138145) también se atribuyen a David. Otro dato está en relación con los títulos de los salmos: mientras que el bloque 90-150 es anónimo en su mayor parte, en 1-89 los poemas son atribuidos a David,Asaf, Etán, los hijos de Coré. Estos datos mencionados confirman que el Salterio es una gran colección de colecciones menores.

3.2 Grupos de salmos en la colección. Sal 4-41: Salmos atribuidos a David (excepto el 10 y el 33). Sal 42-83: Colección elohísta. Sal 84-89: Salmos atribuidos a diversos cantores. En el grupo 90-150 se pueden descubrir otras pequeñas colecciones, como salmos de entronización (90-104), aleluyáticos 146-150), de peregrinación o de las subidas (120-134). 3.3 Evolución del Salterio. Se puede decir que la evolución del Salterio es una progresiva unión de otras colecciones a 3-41, que sería la más antigua. Se trata de poemas relacionados en su mayor parte con las necesidades del individuo, más que con intereses comunitarios. Se supone que junto al bloque mencionado circulaba una segunda colección davídica (51-72) con una historia distinta e independiente a la anterior. Con el paso del tiempo se añadió a ésta el grupo asafita (74-82, enmarcados por 73 y 83); el salmo 50 sería el poema introductorio a la unión de esas colecciones menores. En un tercer momento se incluyó el bloque coraíta (42-49). Los salmos 84-89 constituyen una especie de apéndice, y el 2 un prólogo. La historia del conjunto 90-119 es bastante complicada; es un conjunto de salmos bien distintos con algunos apéndices hímnicos; el Sal 1 y 119 vendrían a ser una gran inclusión (carácter sapiencial de ambos; la expresión feliz el hombre y la mención de la ley); por su parte el bloque 120-150 se fue incorporando gradualmente a todo el conjunto anterior. Conforme se fue imponiendo el uso de los salmos en la sinagoga, el Salterio acabó siendo dividido en cinco libros: 1-41; 42-72; 73-89; 90-106; 107-150. Se trata de una división arbitraria más que de carácter literario. 3.4 Datación del Salterio. Se trata de la datación del Salterio, no de los salmos individuales, ya que de éstos no es posible conocer ni aproximadamente la fecha de su composición. Tenemos que decir que no hay acuerdo entre los estudiosos. Algunos autores opinan que la mayor parte de los salmos fueron compuestos en la época macabea. Mowinckel y la Escuela Mito-ritual piensan que la monarquía fue la época dorada de los salmos, pero ninguno de los principios metodológicos manipulados por los autores ha sido suficientemente convincente.

No hay duda que, con anterioridad a David, se cultivaba la poesía religiosa en Israel (Ex 15,1-18; Jue 5). Además, debemos decir que la mayor parte de los salmos son, al menos en su origen, poemas cultuales; algunos ejemplos de los mismos pueden remontarse a los comienzos de la institución del culto en Jerusalén con David y Salomón. También hemos de notar que otros salmos nos hablan del destierro en Babilonia (Sal 137). Otros tienen mucha relación con la literatura sapiencial que nos hacen pensar en el avanzado periodo postexílico. Como consecuencia el Salterio es una colección de poemas compuestos en un arco de tiempo de varios siglos. Como término ad quem de la primera recopilación de los salmos habrá que pensar en los siglos III-II a.C. Finalmente, es indudable la existencia de un proceso histórico de reinterpretación de estos poemas religiosos. Numerosos salmos constituyen el resultado de la actividad de los escribas durante el periodo exílico o postexílico, quienes estaban más preocupados por los aspectos pietistas de la Torah o por la sabiduría que por la dimensión cultual (Cf. Sal 23; 33; 34; 103; 119; etc.).

4 LA POESÍA HEBREA Y EL SALTERIO. Este punto me parece importante para entender mejor la oración sálmica y su desarrollo ya que, como hemos dicho, el Salterio es una colección de poemas religiosos. Conviene aquí hacer algunas consideraciones: 1) que la expresión poética no es exclusiva del Salterio, ya que, prácticamente, la tercera parte del AT está escrito en forma poética; 2) que el salmista escogió la poesía por ser el vehículo expresivo religioso por excelencia; 3) para el hombre del Próximo Oriente antiguo la poesía es una auténtica forma de conocimiento. Si los salmos buscan dar a conocer la experiencia del hombre ante Dios, la poesía es el medio más adecuado para expresarla, transmitirla e interpretarla. Pero hemos de tener en cuenta que la poesía del AT es distinta de cualquier otro tipo de poesía, por lo menos de nuestra cultura occidental y, desde luego, de nuestra tradición castellana. Hemos de decir que la rima es virtualmente inexistente; el ritmo se fundamenta en un extraño sistema tonal; puede decirse que lo fundamental de la poesía hebrea está constituido por el paralelismo entre versos o entre hemistiquios (parallelismus membrorum), conocido también como paralelismo semántico, ya que se trata de correspondencia de contenidos más que de formas. 4.1 PARALELISMO DE MIEMBROS. La forma de trabajar del poeta hebreo consiste en presentar paralela y sucesivamente pensamiento frente a pensamiento y frase frente a frase. Si el paralelismo se da entre hemistiquios de un mismo verso, se llama interno; si se da entre versos, se llama externo.

El pensamiento puede ser repetido (paralelismo sinonímico), contrastado (paralelismo antonímico) o prolongado (paralelismo sintético o formal). a) Paralelismo interno. Con unos ejemplos podemos ilustrar esta clase de paralelismo. Adviértase que los hemistiquios están separados por una barra; los versos, por barra doble. Señor, no me corrijas con ira/  No me castigues con cólera//  Ten  piedad de mí, Señor, que estoy destrozado/  Sáname, Señor, que están se cos mis huesos//  (Sal 6,2-3).

Se trata de dos versos con paralelismo interno (entre hemistiquios) sinonímico: corregir = castigar; ira = cólera; tener piedad = sanar; estar destrozado = estar secos los huesos. No litiga eternamente/  No tiene ren cor  para siem pre//  No nos trata según nuestros  pecados/  No nos  paga según nuestras cul  pas// (Sal 103,9-10).

Litigar = tener rencor; eternamente = para siempre; tratar = pagar; pecado = culpa. Otros ejemplos en los que el poeta utiliza compensaciones al estricto paralelismo: Sal 98,5; 103,7; 43,3; 16,8. Tenemos ejemplos de paralelismo interno antonímico: El Señor conoce el camino del justo/  Pero el camino del malvado  perecerá// (Sal 1,6). Prefiero  pisar el umbral de mi Dios / 

 Antes que habitar en las tiendas de los im píos// (Sal 84,11). Quien des precia al hombre abyecto/  Pero honra a los temerosos del Señor// (Sal 15,4).

Más difícil de detectar es el paralelismo sintético; en los ejemplos siguientes el segundo hemistiquio avanza sobre el pensamiento del primero, completándolo. He invocado al Señor/ 

Y me encuentro a salvo de mis enemigos//  (Sal 18,4). Eres terrible: ¿quién  puede resistir/   Ante la vehemen cia de tu ira?// (Sal 76,8). ¡Qué hermoso y agradable/  Que los hermanos vivan unidos!//  (Sal 133,1).

b) Paralelismo externo. Se trata del paralelismo existente entre versos sucesivos. Líbrame de mis enemigos, Dios mío,/  Ponme a salvo de mis agresores// 

Líbrame de los malhe chores/  Ponme a resguardo de los sanguinarios// (Sal 59, 2-3).

Encontramos aquí paralelismo externo sinonímico en dos versos que, a su vez, cada uno tiene paralelismo interno sinonímico. 4.2 RECURSOS SONOROS. Ya hemos dicho que la poesía hebrea carece de rima, sin embargo, es tal su fuerza en sonidos e imágenes que no se percibe este supuesto defecto. El poeta hebreo tenía un oído finísimo para apreciar la textura de las palabras y sabía cómo utilizar éstas para provocar efectos brillantes. No nos detendremos en esto, ya que supone un elevado conocimiento de la lengua hebrea, simplemente mencionamos que utiliza la aliteración (consonancia de sonidos al comienzo de palabras o sílabas); la asonancia (correspondencia de sonidos en las vocales acentuadas); la paronomasia (juegos de palabras); la onomatopeya (una palabra o grupo de palabras suena como aquello que describe).

5 GÉNEROS LITERARIOS DE LOS SALMOS. Para entender el desarrollo del Salterio es necesario mencionar también los géneros literarios que en él se utilizan. Una simple lectura del salterio nos permite apreciar que los salmos pertenecen a géneros literarios diversos. H. Gunkel fue el primero

que codificó los géneros literarios; su sistema fue completado por G. Castellino (menciona hasta 11 géneros diferentes). Hemos de reconocer que es sorprendente la gran variedad de géneros; por otra parte, los géneros que tratamos de definir no son siempre perfectamente delimitados; muchos salmos quedan más o menos fuera de toda clasificación, mientras que en otros parecen entremezclarse o confundirse diversos géneros. Los resumimos en los siguientes: a) HIMNOS: El género hímnico aparece en toda la historia de la poesía religiosa de Israel, desde el canto de María (Ex 15,21), pasando por el de Débora (Jue 5), hasta el NT, donde el Benedictus y el Magnificat son Himnos inspirados totalmente en la antigua poesía israelita. Con relación a los salmos, se trata de composiciones destinadas a cantar a Dios, celebrando sus atributos y sus manifestaciones en la creación, en el hombre, en el pueblo de Israel, en el gobierno de los pueblos. Este género se halla en buena parte del Salterio, por ejemplo en Sal 8; 19; 29; 33; 67; 100; 104; 105; 111; 113; 114; 136; 145; 146; 147; 148; 149; 150. Lo que caracteriza al himno es el tono de alabanza, de glorificación, pero sobre todo que esta alabanza es esencialmente desinteresada; no hay peticiones a favor del orante, nada que lleve a pensar en él mismo: el himno es ante todo teocéntrico, se orienta totalmente hacia Yahvé y su gloria. Su estructura es quizá la más firme y constante en el salterio: tiene una introducción, invitación a alabar a Yahvé. El desarrollo expresa más ampliamente los motivos de la alabanza; generalmente Yahvé es directamente el motivo de esa alabanza, aunque se da también el caso de himnos dirigidos a Sión (48; 84, etc.). Los himnos terminan con una conclusión que repite, a veces, la fórmula de introducción o expresa una bendición o un voto. b) LAS SÚPLICAS: Para designar este género se emplea con frecuencia el término de lamentaciones. Las suplicas pueden ser colectivas (44; 79; 80; 83; etc.) o individuales (3; 5; 13; 22; 25; etc.). Este género manifiesta la reacción del creyente en presencia de los enemigos o de las desgracias que le asaltan. Perseguido o probado duramente, el salmista se vuelve a Dios para describirle sus desgracias y solicitar su ayuda. Su estructura es muy parecida a la de los himnos. Tiene una introducción, apenas esbozada; es un llamamiento a Dios, reducido en ocasiones a un simple vocativo. El desarrollo es siempre concreto y personal; se trata de describir una situación, de confesar la propia impotencia; para ello el orante se pone en primer término, hablando en primera persona, describiendo su desgracia, juzgando a sus enemigos, entremezclando sus gritos de angustia. Lo que pretende el salmista es obtener la intervención de Yahvé en su favor. La conclusión expresa casi siempre la confianza, la certeza de ser escuchado y, en ocasiones, se cierra con palabras de acción de gracias.

c) CANTOS DE AGRADECIMIENTO: Estos cantos acompañaban el sacrificio de acción de gracias que el fiel israelita, después del cumplimiento de sus peticiones debía realizar en el templo. Es probable que algunos de estos cantos hayan sido compuestos como expresión de piedad o de sentimientos privados e individuales (18; 32; 34; 40; etc.), y sólo en un segundo momento hayan sido adaptados al uso litúrgico (66; 67; 124; 129). Estos salmos de acción de gracias participan al mismo tiempo del himno y de la súplica. La introducción se parece mucho a la de los himnos. El desarrollo es generalmente narrativo. El salmista comienza recordando los peligros que ha corrido, los ataques o las persecuciones de que ha sido objeto, unas veces reconoce su falta y confiesa su debilidad, otras proclama su inocencia y protesta contra la persecución injusta. Luego menciona su oración, que recuerda los salmos de súplica; finalmente cuenta la intervención salvadora de Dios. La conclusión , cuando la hay, mira al porvenir; en ella renueva su confianza y la promesa de glorificar a Yahvé para siempre.

d) SALMOS REALES: Son oraciones de buen augurio e imprecatorias a favor del rey; o también celebraciones de alegres acontecimientos reales, como bodas o grandes empresas (2; 20; 21; 45; 89; 110; 132). Entra también en esta designación los salmos que cantan la realeza de Yahvé, subrayando que Él es rey sobre toda la tierra y sobre todos los pueblos (47; 93-99;). e) SALMOS MESIÁNICOS: Se trata de salmos que insisten en la gloria de la casa de David y de sus representantes, insisten en las virtudes morales y en las prerrogativas sacerdotales del hijo de David, de tal manera que, los autores del NT, al aplicarlos a Jesús, los ven como profecías mesiánicas realizadas en Jesús mismo. (Sal 118, 22 ver Mt 21,42; Sal 110,1 ver Mt 22,44; Sal 41,10 ver Jn 13,18; Sal 16,8-11 ver Hch 2, 25-28). f) SALMOS DE SIÓN: Tiene la estructura de los himnos y celebran la gloria de Jerusalén, con rasgos más o menos idealizados (Sal 46; 48; 76; 87; 132). Proclaman la elección de Sión por Dios como lugar privilegiado de su presencia y como centro de su culto. Expresan los sentimientos de veneración, de confianza del pueblo de Israel para con su santuario nacional. g) SALMOS SAPIENCIALES: Son oraciones que tienen como objeto la ley, la sabiduría, la vida moral. Parece que estos salmos estaban destinados a la instrucción más que al uso litúrgico (Sal 9-10; 25; 34; 37; 111; 112; 119; 145).

6

ALGUNOS TEMAS DOCTRINALES DE LOS SALMOS (TEOLOGÍA).

6.1

DIOS.

Dios, por su grandeza y perfecciones es el objeto principal del salterio. Todos los salmos se dirigen a Dios; hasta se puede decir que sólo se dirigen a Dios y sólo hablan de Dios. Todos los demás temas son referidos a Él: el mundo que le debe su existencia y canta su gloria; Israel al que Dios ha escogido; el hombre, objeto de la cercanía amorosa de Dios. Podemos enunciar las siguientes ideas sobre Dios que aparecen en los salmos: -

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Dios es único. Este es el punto de partida de toda oración israelita. No encontramos en los salmos afirmaciones teóricas del monoteísmo israelita; lo que encontramos en cada página es la afirmación de la grandeza de Dios, su carácter incomparable, su superioridad sobre todos los ídolos, que ante Él son nada y vanidad (115,4-8; 135,15-18; 81,10); que han de postrarse ante Yahvé, pues Él es  el Dios de los dioses,  el Señor de los señores  (136,2-3) y, por eso, sólo Él debe ser adorado. El lugar de Dios es el cielo (104,2-4; 115,3), Él cabalga por las nubes (68,5.34) y, sin embargo, no deja de estar en relación con el mundo y el hombre. Dios es creador del mundo (8; 33,6-7; 104) y es en la creación donde, ante todo, Dios revela su grandeza. El mundo entero y sus maravillas cantan la gloria de Dios (19; 89; 93; 111; 147,8-9; 148). Dios aparece poderoso,  más temible que todos los dioses  (95), se muestra a través de los cataclismos, los terremotos, las tempestades (29). Todo esto engendra temor, pero también confianza. El Sal 104 manifiesta un extraordinario optimismo, pareciera que Dios ha puesto la naturaleza al servicio del hombre y que todo lo haya creado en paz y armonía y, si se hace alusión al temor cuando Yahvé  oculta su faz, o cuando retira su so plo  (v. 29), no es más que una posibilidad que se enuncia para hacer sentir mejor el poder vivificante del soplo divino. El poder de Dios se manifiesta también en la historia, en particular, en su solicitud por Israel. Con frecuencia se evocan los grandes acontecimientos de la historia pasada: la salida de Egipto (114; 147,2-4); el traslado del Arca de la Alianza (68; 132); la destrucción del templo (74; 80); el retorno de la cautividad (126). A veces, con ocasión de un acontecimiento importante, como una victoria (47) o una derrota (44), el salmista se abandona a una meditación sobre la historia. Sobre todo en épocas tardías, se cultivó este género: 77; 78; 105; 106; 107; 135; 136.

6.2

DIOS Y EL HOMBRE.

Dios es justo y se preocupa del hombre para orientarlo, para recompensarlo o castigarlo. Aunque es un Dios oculto (10,1-5), aunque los impíos se burlan de Él y proclamen un éxito paradójico (73; 123; 140), este escándalo es sólo pasajero, pues Dios se manifestará un día como juez de la tierra (58); manifestará a un tiempo su poder y su bondad (18) contra los enemigos de la nación (79; 82; 83) y contra los pecadores en general. Hunde a los impíos y salva a los humildes (9-10; 46; 75). Es extraño, pero la idea de paternidad divina no está expresada con frecuencia en los salmos (103,13; 89,27; 2,7, en donde se proclama a Dios padre del rey mediante una fórmula de adopción). Sin embargo, el recuerdo de su bondad para con Israel (121), para con los justos (146), en particular los más desamparados (68,6), demuestra perfectamente bien que la idea de paternidad está subrayada en ellos. La bondad de Dios, el amor para con los hombres, se expresa en todo el salterio (136: el estribillo  eterno es su amor ; 100,5; 118,2.3; 33,6; 106,1; 107,1), Más aún, en ciertos salmos, especialmente ricos en sentimientos, Dios se presenta como  coronando (al hombre) de amor y de ternura  (103,4.8.17). 6.3

CONFIANZA EN DIOS.

Todos los salmos de súplica y de acción de gracias son salmos de confianza. Sabemos que toda plegaria supone la esperanza de ser escuchada; pero los salmos expresan esta confianza con especial insistencia, bajo formas muy diversas. Así: se invoca a Dios en auxilio contra los malos y los pecadores (14); también en forma de imprecaciones (109; 142). Son también muy interesantes las súplicas dirigidas a Dios en las situaciones de apuro nacional (79; 82; 83):  ¿Hasta cuándo, Yahvé, será tu enojo? ¿Para siem pre arderá tu furor igual que el fuego?... Venga tu miseri cordia de  prisa a nuestro encuentro, que estamos extenuados  (79,5.8). Es significativa también esta plegaria de un

rey:  Tu que das a los reyes la vi ctoria, y el que libra a David, su servidor, de la es pada  funesta, arráncame y líbrame del  poder de los hijos de extranjeros Di choso el  pueblo cuyo Dios es Yahvé (144,10-11.15).

Encontramos estos mismos sentimientos y expresiones en los salmos de acción de gracias después de toda clase de favores recibidos: de una victoria (66; 138; 124; 149), de una cosecha abundante (67), pero sobre todo después de la liberación individual de un desgraciado, hundido por la enfermedad, la calumnia, la persecución (30; 40; 41-43; 65; 116; 144). Algunas de estas plegarias hacen referencia a casos particulares: un desterrado (61; 137); el rey que ora en ocasión de la unción real (110), o de una revuelta de sus súbditos (2), o de su matrimonio (45).

6.4

EL CULTO Y EL TEMPLO.

Todos los salmos fueron introducidos en la liturgia, de forma que todos fueron, tarde o temprano expresión de la vida cultual de Israel; pero, cuando hablamos de culto, notemos que no puede tratarse más que de Jerusalén y de su templo; la unidad de santuario aparece como una ley absoluta en el salterio; esto no excluye que los salmos se compusieran y emplearan antiguamente en otros santuarios. Algunos son especialmente interesantes. Ante todo debemos mencionar los salmos de peregrinación que evocan para nosotros los que los israelitas piadosos sentían cuando subían a Jerusalén para adorar a Yahvé. Así se expresa la alegría que se apoderaba del peregrino a la vista de Jerusalén (122) y las manifestaciones litúrgicas que lo acompañaban (134). Algunos salmos se consideran como adaptados para festividades precisas, por ejemplo, los salmos 81 y 118 para la fiesta de los Tabernáculos; otros para la Pascua (114 y los salmos del hallel: 113118). 6.5

LA PIEDAD INDIVIDUAL.

Dios conoce lo interior del hombre, sus pensamientos más secretos, nada se le escapa (7; 44; 64; 139); el salmista, tomando conciencia de esto, v ive una especial relación de piedad con Dios. Algunos salmos nos revelan la actitud tradicional del fiel israelita frente a su Dios. Los dos caminos que se abren ante él y entre los que tiene que elegir (1; 15; 16; 92; 112) y la recompensa que Dios le tiene reservada de acuerdo a su conducta (49; 94; 129). El hombre no tiene más objetivo, más alegría, que buscar a Dios y descansar en Él (63). En época reciente, la piedad israelita tomo formas nuevas: veneración de la Ley y la Palabra de Dios (119); un ideal de pobreza y humildad (40; 109; 142: se repiten los términos hebreos que significan pequeñez, pobreza, debilidad, desvalimiento).

7 A MODO DE CONCLUSIÓN: PROYECCIONES DE PASTORAL LITÚRGICA. Espero que este recorrido por la poesía sálmica nos ayude a valorar esta forma de orar tan propia del pueblo judío y, desde los comienzos de la Iglesia, convertida también en oración y contemplación. Efectivamente, los Salmos se han leído en el campo del culto cristiano, como profecías que se refieren al misterio de Cristo, el cual permite, a su vez, interpretar el sentido último de los Salmos. La tradición cristiana, patrística y litúrgica, ha aprendido a leer a Cristo en los Salmos y a los Salmos en Cristo

Para Ustedes que tienen ese cometido de hacer hermosa y viva la Liturgia con este ministerio de la música y, ahora que tienen la oportunidad de aplicar su arte y su experiencia a la Liturgia de las Horas, en donde los Salmos ocupan un lugar privilegiado, podemos hacer algunas sugerencias: 7.1 Esforzarnos por conocer cada día más el salterio dentro de la Historia de la Salvación que se hace viva en la Liturgia. 7.2 Tener en cuenta lo referente a la interpretación celebrativa de los Salmos. Conviene recordar aquí lo que dice la OGLH en el N° 103:  Los Salmos no son le cturas ni  preces com puestas

en  prosa, sino com posi ciones  poéti cas de alabanza Con razón se les llama en

hebreo T ehillim , es decir, cánti cos de alabanza, y en griego

Psalmoi   ,

es decir, cánti cos que

han de ser entonados al son del salterio. De aquí que, la interpretación celebrativa de

los salmos en la liturgia ha sido y sigue siendo un campo amplio de investigación para los pastores y para los especialistas en la música litúrgica en orden a encontrar las formas musicales más adecuadas a los diversos tipos de comunidades y a las diversas celebraciones; por eso, se deben revitalizar y dar a conocer las melodías propiamente sálmicas. 7.3 Buscar nuevas melodías siempre acordes con la espiritualidad de los salmos, teniendo en cuenta el género de cada uno. Agradezco a todos su amable atención.

BIBLIOGRAFÍA.

1.- A. González, El Libro de los Salmos, (Barcelona 1984). 2.- W. H. Schmidt, Introducción al Antiguo Testamento, (Salamanca 1990). 3.- V. M. Asensio, Libros sa pienciales y otros escritos, (Estella 1994). 4.- AA. VV., Nuevo Di ccionario de Liturgia, (Madrid 1987). 5.- L. Alonso, Salmos I, (Estella 1994). 6.- AA. VV., Comentario al Antiguo Testamento, (Estella 1997).

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