Historia General Moquegua - Mardonio Jesús Vargas Vargas

August 25, 2018 | Author: Moquegua | Category: Pleistocene, Americas, Ice Age, Homo Sapiens, Continent
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Descripción: Nuestra cultura es el resultado del paciente esfuerzo y del trabajo arduo del hombre sobre el medio. Medio ...

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PRÓLOGO Nuestra cultura es el resultado del paciente esfuerzo y del trabajo arduo del hombre sobre el medio. Medio agreste, hostil, disímil que ha exigido ―y exige― suprema acción frente a un reto que no se puede desestimar. Precisamente, las respuestas que damos a ese reto constituyen materializaciones culturales que representan la trayectoria del hombre moqueguano. El propósito de este trabajo, dedicado a la Historia General de Moquegua, es entregar una visión panorámica de nuestra Historia con absoluta rigurosidad desde la Prehistoria hasta nuestros días haciendo acopio, en forma sustantiva y esencial, de los hechos y personajes que forman nuestra nacionalidad. Se entrega de manera resumida, pero completa, todo aquello que debe conocerse y recordarse en orden cronológico y con la información básica imprescindible como para que en la lectura se fijen conocimientos adquiridos, se –recuerden estudios realizados o se actualice, lo que va a permitir la permanente presencia del devenir histórico en la memoria de quienes se identifiquen con el pasado, presente y futuro de Moquegua. En realidad, este libro ha sido escrito pensando en lo que al autor le hubiera gustado leer sobre Moquegua, de modo que es una suerte de compromiso personal, de escribir aquello que sintió como necesidad muchos años atrás, cuando sólo pudo encontrar en las viejas crónicas españolas una fácil lectura de la antigua Historia del Pueblo andino. En cuando ha sido posible, se deja hablar a los documentos y a los mismos actores, aspirando a que el lector viva una época ya alejada de la nuestra y conozca ahora lo que en otro tiempo era júbilo o desolación. Con el transcurrir de muchos milenios, al descubrir la agricultura, alcanzó el hombre uno de sus grandes triunfos. En vez de recogerlos o capturarlos pudo producir frutos por sí mismo.

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Los pueblos encuentran en su Historia la raíz de su grandeza y la esencia de su nacionalidad. No hay pueblo sobre la faz de la tierra, que no se haya preocupado por definir y hacer comprender el desarrollo de un proceso histórico. Moquegua no es, ni puede estar ajena a esta sana como noble preocupación. Extraigamos de los hechos del pasado la simiente fructífera para un porvenir pleno de progreso y bienestar. El Imperio Incaico, que tanto influyó en la Cultura Moqueguana, tuvo que enfrentarse a elementos culturales y técnicas bélica más avanzada a los que, sin embargo, opusieron tenaz resistencia; estamos, pues frente al choque de dos culturas en grados diferentes de evolución. Nuestra Historia General, necesariamente, la hemos relacionado con otros pueblos vecinos (Tacna, Puno, Cuzco, Arequipa, Lima, etc.), ya que a través de ellos en el curso de la historia de cada uno, ha tenido que ver con el devenir de nuestro pasado. No podemos dejar de lado, por ejemplo, al pueblo de Chucuito que tanto influenció en los valles interandinos Moqueguanos y hasta en el valle costeño de este suelo. Tiahuanaco con su cultura. Tacna con sus revoluciones por la independencia. Arequipa, con sus fundadores. Cuzco con el Imperio y Lima con su enorme poder colonial. El Norte de Chile por su relación costeña, etc. Todos estos hechos y realizaciones procuramos explicarlos en forma sencilla a fin de que sean fácilmente comprendidos. La meta que nos proponemos es la difusión de nuestra Historia. Nuestra recompensa no será otra que aquella de saber que hemos logrado penetrar en la conciencia del lector por lo que expresamos nuestra cordial gratitud. El español, al radicarse en esta tierra, recibió el impacto de la influencia indígena. Incorporó a sus comidas la papa, el ají, la quinua, el choclo, el camote, etc. Enriqueció su lenguaje con voces de los idiomas locales. Hasta cubrió los altares con finas láminas de pan de oro para darle una suntuosidad que maravillara a los vencidos.

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Y aun más, no obstante sus arraigadas creencias católicas, muchas veces hasta hacía suyas las que tenía por supersticiones indígenas. Ambas culturas, la española y la indígena, en cierta forma subsistieron lado a lado pero compenetrándose una con la otra. Debemos confesar que, conociendo lo abrumador de la tarea y nuestras limitaciones, emprendemos un trabajo que nos demostrará que la Historia General de Moquegua está comenzando a ser escrita de nuevo, con mayor limpidez y veracidad. De otras épocas, nuevos materiales aportados y nuevos conceptos obligan a efectuar importantes revisiones cada cierto tiempo. A veces se hace necesario transformar todo el sentido de lo que habíase tenido durante decenios como verdades supremas. Mucho aun tendrá que seguirse investigando y escribiendo y para algunos aspectos de nuestro remoto pasado será necesario que pasen años o siglos antes de que puedan hacerse exposiciones que lleguen a considerarse como del todo válidas. Cobra un particular interés al tratar de penetrar en la vida anímica de nuestros hombres antiguos, como vamos a intentarlo en la primera parte de este trabajo. Es por ello que desarrollaremos la exposición procurando compenetrarnos, dentro de lo posible, con el sentido propio del ambiente cultural en cada fase de nuestra pasada existencia. Esto es lo que nos concierne como individual unidad. Pero si hemos de mirar también hacia el futuro, como ya no cabe dejar de hacerlo, no pueden terminar llegando al borde de nuestros límites territoriales, ni nuestra visión ni nuestro empeño. Ni los individuos ni las naciones pueden ya vivir aislados en el mundo. No podemos pretender mantenerlos como orgullosas fratrías excluyentes. Formando grandes conjuntos a veces todavía heterogéneos, pero cuyo irrenunciable destino los obliga a unirse. Somos en extremo parecidos. Con algunos nos unen estrechos vínculos tradicionales. En antigua época hasta gozábamos en parte de una común geografía e igual gobierno. Confiamos en que el esfuerzo que significa la presente edición se justifique por la utilidad que pueda prestar a los estudiosos el hallar

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los materiales necesarios para ampliar y profundizar el conocimiento de nuestro rico pasado. Será para los demás lectores un extenso campo de información histórica así como un atractivo objeto para realizar comparaciones entre los diversos autores y someterlos a serena crítica. Al recorrer nuestro pueblo, no podremos hacerlo con fruto si no estamos informados de que este territorio en que vivimos se acondicionó para residencia humana por obra de nuestros antepasados, a quienes somos deudores de la tierra cultivada, del alimento indígena, del camino, de su habilidad artística, de su paciente esfuerzo. MARDONIO JESÚS VARGAS VARGAS

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HISTORIA GENERAL DE MOQUEGUA Tomo II

CONTENIDO I. LA EVOLUCIÓN GEOLÓGICA Y SU POBLACIÓN (1) II. LA RELACION CON LOS VECINOS (60) III. ÉPOCA INCAICA (76) IV. ÉPOCA COLONIAL (110) V. HISTORIA DE NUESTROS PUEBLOS (378) VI. LAS LUCHAS POR LA INDEPENDENCIA (511) VII. ÉPOCA REPUBLICANA (620) VIII. LA GUERRA CON CHILE (674) IX. LA CULTURA Y LA CIVILICACIPON MOQUEGUANA (725) X. PRONTUARIO DE LEGISLACIÓN (766) XI. SENADORES, DIPUTADOS Y CONSTITUYENTES (780) XII. DOCUMENTOS (787) XIII. BIBLIOGRAFÍA (863) XIV. ÍNDICE (870)

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I.

LA EVOLUCIÓN GEOLÓGICA Y SU POBLACIÓN A) La Geología y la Paleontología

La evolución geológica de la tierra es un punto de referencia básico, para conocer ordenadamente la aparición y desarrollo de las plantas, animales y especie humana; por ello es preciso tener una idea sobre los períodos y épocas geológicas, a fin de ubicar en ellas a los diferentes restos fósiles que han servido de sustento en la reconstrucción de la aparición del hombre y la evolución de su cultura. La corteza terrestre se compone de un conjunto de capas compuestas por sedimentos que contienen algunas veces restos de animales y plantas que vivían en épocas remotas y gracias a estas sedimentaciones, los científicos han podido reconstruir la evolución de la tierra y de las especies. La tierra, que en un comienzo era una bola incandescente, sufrió hace unos 3,500 millones de años, un enfriamiento tal que se cubrió de una dura corteza (la Era Arcaica). Los rastros de seres vivientes, encontrados en rocas de Sudáfrica, apenas si tienen 3,000 millones de años. Hace 2,500 millones de años surgieron las primeras algas, que fueron encontradas petrificadas en el Canadá. A partir de estos orígenes surgieron el reino animal y el reino vegetal, en un intervalo de tiempo sumamente largo. Se denomina Era Paleozoica (o Primaria) a la segunda etapa en orden de antigüedad en la Historia de la Tierra, al finalizar la cual ya vivían numerosas especies de animales y vegetales. Sin embargo, aún faltaban todos los animales vertebrados. La Era Paleozoica, comenzó hace unos 600 millones de años. Los geólogos dividen esta Era de la Historia de la Tierra en seis períodos. Uno de ellos es el Carbonífero, el período de los bosques pantanosos. Durante la Era Paleozoica se desarrollaron los animales vertebrados: primero los peces, luego los anfibios y los pájaros. (/1/)

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Hace 230 millones de años aparecieron los grandes Saurios, a esta Era que se le ha denominado Mesozoica, 70 millones de años atrás, comenzó la Era Cenozoica. Se compone de los Períodos Terciario y Cuaternario. Estas denominaciones se aplicaron cuando la ciencia geológica sólo conocía cuatro períodos de esta era de la Tierra. Durante el Período Terciario predominó en toda la tierra un clima subtropical estable. Al comienzo de este período surgieron numerosos antepasados de los actuales mamíferos, entre ellos, las especies más antiguas de monos. En los últimos estudios del Terciario, en el Plioceno, ya vivieron los antepasados directos del hombre. La última formación geológica de la Tierra es el Cuaternario, que fue la más corta de todas. A la época más antigua del Cuaternario se le denomina Pleistoceno (del latín: la nueva) y a la que le sigue se le llama Holoceno (del latín: novísima o reciente). Durante el Pleistoceno se produjeron períodos glaciares (Gunz, Mindel, Riss y Wurm), que trajeron consigo profundos cambios en el clima reinante en vastas extensiones de la tierra. Ese hecho influyó poderosamente en el desarrollo de los hombres primitivos. De ahí que se debe conocer la Historia del Clima para comprender correctamente la Historia de los antepasados del hombre en el Pleistoceno. Durante el Pleistoceno, que comenzó hace alrededor de un millón de años y terminó 20,000 años a. C., se produjeron sucesivos y fuertes empeoramientos del clima, que hicieron que grandes extensiones de Europa fueran cubiertas por una gruesa capa de hielo. Donde llegaba el hielo, se extinguía la vida, y aun más allá del margen de la zona helada sólo pudo mantenerse vivo un mundo vegetal semejante al que podemos hallar hoy en la tundra siberiana. Abedules y matas enanas, musgos y líquenes fueron las plantas características de la Era de los Glaciares en el territorio de la República de Alemania. (/2/) Algo similar ocurría con el reino animal. Aparecieron animales actualmente conocidos en los altos Alpes, como la cabra montés, la marmota alpina, el gallo de los Alpes. En las estepas del Este aparecieron el caballo salvaje, una especie 2

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de antílope y el zorro de las estepas. Pero más conocidos son los mamíferos ya extinguidos como el mamut, un elefante medianamente grande, de piel cubierta de pelos largos. Entre los períodos de frío hubo lapsos cálidos y estables, e incluso dentro de los períodos de frío hubo cortas fases cálidas. En ésta época vivían en Europa Central elefantes, hipopótamos, tigres de diente de sable, cuervos gigantes. El cambio de clima en Europa ha sido bien investigado. En las regiones de África y Asia ecuatorial los cambios producidos por los períodos fríos tuvieron sus repercusiones. El conocimiento de estos hechos posibilitó a los investigadores ordenar los objetos de uso humano descubiertos en los períodos correspondientes de la época glacial. La moderna Física Nuclear ha brindado posibilidades para precisar la edad de las capas rocosas de la Tierra en las que se hallaron distintos fósiles. Diversas rocas contienen isótopos radioactivos. Se trata de núcleos de átomos en descomposición que despiden radiaciones. Los físicos hallaron métodos por medio de los cuales han podido determinar el tiempo que tardan dichos isótopos en descomponerse totalmente. El más conocido de ellos es el isótopo C 14 del carbono que permite calcular la edad de los fósiles por centenares de años. Hasta ahora todo parece indicar que el Viejo Mundo, es decir, Asia y África, inició el desarrollo de la Cultura mucho antes que lo hicieron los hombres de América. Desde luego, aquí los vestigios arqueológicos nos dan una antigüedad cultural más reciente, lo cual indica que el hombre ocupó este continente más reciente que el resto de nuestro planeta. Por esta razón los enormes períodos de tiempo que distinguen el desenvolvimiento del Paleolítico en el Viejo Mundo, aquí, en América, deben reducirse a una máxima total de unos 30,000 años. (/3/)

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B) América Arcaica: Los Primeros Pobladores Esteva Fabregat, indica que "Los testimonios culturales más antiguos respecto a América, y comparables tipológicamente con los del Viejo Mundo, son los de Tule Springs (Nevada), en los Estados Unidos, donde se han encontrado lascas y nódulos tallados con una técnica muy rudimentaria. Estas culturas paleolíticas de Norteamérica, las más vetustas del Continente, tienen su origen en el Extremo Oriente y se propagaron por todo el territorio Americano a partir de su entrada por el Estrecho de Bering. Sobre este particular hay que establecer una serie de supuestos importantes". Así es: cuando los asiáticos atravesaron el Estrecho de Bering y desde Alaska comenzaron la ocupación del Hemisferio Occidental, América vivía una Era Glacial. La idea más aceptada es que esta migración se produjo durante la Fase Geológica llamada Wisconsin, fase que en Norteamérica corresponde a la parte final del Pleistoceno o Edad de los Grandes Glaciares, durante cuyo transcurso aparecieron nuevas especies de plantas y de animales. La mayoría de los especialistas coinciden en que estas primeras migraciones humanas procedentes de Asia vía América debieron ocurrir entre 30 y 20,000 años. La Glaciación Wisconsin está constituida por cuatro estratos geológicos, el último de los cuales, el llamado Mankato, posee una edad que comenzó hace aproximadamente 30,000 años y terminó hace 11,000 años, y es todavía considerado como el estrato que registra una antigüedad cultural más profunda. La Fase Mankato pertenece a un período de gran intensidad pluvial y de escasa evaporación, el resultado de la cual fue la formación en Norteamérica de lagos enormes. Por otra parte, la glaciación Wisconsin parece haber introducido cambios climáticos en esas regiones que condujeron a la modificación de la Flora. En algunos casos, esta modificación favoreció la supervivencia de unos animales y perjudicó a 4

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otros.(/4/) El caso es que la fauna históricamente más antigua de América es la característica de los climas fríos: bisonte, mamut, castor gigante, oso, ciervo y lobo, entre los más importantes. Animales como éstos y otros como el caballo – rápidamente extinguido y quizá no utilizado por los primeros habitantes del Nuevo Mundo– el camello y algunos más, precedieron tal vez a los pequeños grupos de cazadores, que de simples exploradores se convirtieron en usuarios definitivos del territorio Americano. Respecto a la adaptación de esta fauna al continente Americano, la presencia de dichos animales en depósitos geológicos situados en el Sur, en el Centro y en el Norte de América, incluida Alaska, sugiere que hubo un tiempo en que éstos encontraron facilidades para moverse de una a otra parte de la tierra americana. Los primeros seres humanos que desde el Este de Asia penetraron en Alaska eran, probablemente, grupos de cazadores que dependían para subsistir, de dichos animales y que, por lo mismo, se adaptaron a las exigencias de su ciclo migratorio. En el lado de Asia Oriental y en la parte septentrional de América encontramos pruebas de ocupación de ambos territorios por la misma clase de animales. Y es indudablemente que fueron cazados por los mismos hombres, tanto en el Este de Siberia como en el Noroeste septentrional de América. El hecho de que esos animales ocuparan ambos puntos indica que la vegetación y el clima eran lo bastante perecidos para permitir la existencia de los mismos grupos de fauna y flora. Ese mismo hecho hacía que los cazadores que dependían de ellos adaptasen su cultura a las condiciones de un medio ambiente que les era relativamente favorable. En el caso de América, los animales encontraban facilidades de subsistencia gracias a que el período glacial se distinguía por estar contraídas sus enormes masas de hielo, lo que permitía que se liberaran grandes espacios y que crecieran en ellos los pastos donde se alimentaban. (/5/) ¿Dónde apareció primero el hombre? Los paleontólogos todavía mantienen diferentes puntos de vista. Algunos opinan que está en África, otros en Europa, y muchos 5

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creen que está en Asia. Por muchos años la cuestión ha estado girando en torno de esos tres continentes, cuanto que la Antártica, Oceanía y las Américas no se han considerado de ningún modo. Descontada la Antártica, la más remota evidencia confiable desenterrada en América septentrional escasamente llega a 20 mil años y en América meridional, en Venezuela, sólo hay vestigios de 14 mil años de antigüedad. En el extremo más al Sur de este continente, los hallazgos son de más cercana historia. Europa había clamado ser el origen del hombre cuando se dio el primer descubrimiento de cultura paleolítica en 1830, y una cronología de la era paleolítica de Europa fue compilada a fines de 1860. No obstante, hasta ahora, tomando el mundo en su conjunto, Europa ha tenido mucho menos fósiles humanos y artefactos de gran antigüedad que Asia y África. La tesis que Asia meridional es suelo nativo del hombre parece más defendible. F. Engels, en su libro "El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre", afirmó: "hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no establecida definitivamente, de aquel período del desarrollo de la Tierra que los geólogos denominan terciario, probablemente a fines de este período, vivían en algún lugar de la zona tropical ―quizás en un extenso continente hoy desaparecido en las profundidades del Océano Indico― una raza de monos antropomorfos extraordinariamente desarrollada". Entre todos los fósiles de monos descubiertos en el mundo, los de Ramapithecus han atraído la mayor atención. Este nombre genérico fue dado primeramente al dueño del fragmento derecho de mandíbula superior de humano-simio encontrado en 1930 por un lugareño de la zona de Siwalik en India septentrional. Entre todos los fósiles conocidos de mono, el Ramapithecus es el más cercano al hombre, poseyendo más características humanas que cualquier género. Juzgar por este hecho y el período en que vivía, puede considerársele como el simio antecesor del hombre con cualidades inherentes que lo capacitaban para evolucionar 6

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hacia el hombre. (/6/) El había cruzado el umbral de la etapa de los homínidos. Se ha mostrado con cada vez más evidencias que el lugar de nacimiento del hombre es Asia. Hace pocos años, fósiles de Ramapithecus han sido descubiertos en Pakistán y en la provincia de Yunnan, (China). Otro lugar que no debemos ignorar como posible origen del hombre es la meseta de Qinghai, en el Tíbet. Durante el período de transición del mono al hombre, la meseta Qinghai era una región todavía adecuada para la evolución de los primates superiores, lo que hace que la región sea un lugar de esperanza para buscar el eslabón perdido en la evolución del hombre. La capacidad de fabricar herramientas es el criterio básico para distinguir al hombre del mono. En 1931 Bian Meinian y Jia Lampo participaron en un trabajo de excavaciones en Gezitang, sector noroeste de la Cueva del Hombre de Pekín, encontrando una mandíbula inferior del Hombre de Pekín, descubriéndose que no sólo tenía la capacidad de elaborar instrumentos líticos sino que empezaba a hacer uso del fuego. Se calcula que el Hombre de Pekín habitó la aldea de Zhoukoudian durante 300,000 años. Sus vástagos se trasladaron a Xujiayao a 210 kilómetros hacia el Oeste de Beijing Hace 40,000 años, comenzó la etapa del hombre actual. El hombre de entonces, tanto en fisonomía como en altura, no era ya muy diferente del hombre de nuestros días. Si alguien de esos tiempos viviera y caminara junto con nosotros por las calles, vestido tal como nosotros, nadie le miraría con extrañeza. Los antropólogos han dado a los miembros existentes en aquellos momentos y los del presente el nombre de Homo Sapiens u "Hombre Sabio Avanzado". En el período que va desde hace 40,000 hasta 10,000 años, el mundo empezó a poblarse de seres humanos. En Asia, Europa, África y Oceanía ya dejaron sus huellas. La diferencia racial era muy evidente. Una rama, la raza amarilla, marchó hacia el Norte persiguiendo a los enormes animales, como el mamut lanudo. Por encontrarse en el período glacial, la superficie del mar bajó y apareció un puente terrestre en el actual Estrecho de Bering. Esta rama de la raza amarilla entró 7

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en América. Ellos fueron los primeros dueños de América, antecesores de los indios. (/7/) B) La Migración por el Estrecho de Bering En principio, pudiera parecer muy difícil aceptar la Teoría Migratoria en cuanto a los animales, a menos que existiera un puente seguro que les permitiera transitar por ambos Hemisferios. La duda, empero, se aclara bastante cuando pensamos que, según los datos geológicos disponibles, el continente asiático y el americano estaban unidos por un sólido paso constituido a consecuencia de la retirada de aguas marinas que absorbía la glaciación. La enorme extensión y acumulación conseguida por los glaciares determinó el descenso de las aguas y el levantamiento de las costas, hasta el punto de producirse un puente por el cual se comunicaban ambos continentes. Hoy mismo se destaca que se podría pasar de un lado a otro del llamado Estrecho de Bering por un camino que nunca sobrepasa la profundidad de 37 metros. Actualmente, Alaska está separada del continente asiático por unos cien kilómetros y existen dos islas intermedias, las Diomedes, colocadas en mitad del camino, que acorta indudablemente el itinerario. El hombre pudo haber pasado el Estrecho por medio de botes de piel -empleados desde muy antiguo en toda el área Ártica- o caminando durante alguna de las temporadas de invierno en ciertos períodos del gran glacial, cuando existía una capa de hielo suficientemente gruesa para que el hombre pudiera recorrerla. En el interior de Alaska la precipitación era escasa, como ahora, y en la mayor parte de él había buenos pastos y regiones comparativamente fáciles de transitar. De acuerdo con los hábitos culturales de los cazadores, para el hombre no constituía dificultad insuperable seguir el camino de aquellos animales y cazarlos para subsistir y resolver otras necesidades de vestimenta, abrigo y utensilios tecnológicos, El nomadismo del cazador condujo a pequeños grupos familiares a establecerse en los territorios americanos 8

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próximos a sus puntos asiáticos de origen. Con el tiempo, sus exploraciones les llevaron hacia territorios más al Sur, y mientras los descubrían iban también ocupándolos y explorándolos. (/9/) Una vez alcanzadas las tierras americanas, los cazadores asiáticos empezaron a reconocer las regiones menos septentrionales, que a su vez eran de clima más benigno. El itinerario migratorio que se considera más probable se piensa fue el que parte de los grandes llanos centrales de Alaska, desde los cuales, siguiendo por un corredor que bordeaba las faldas orientales de las Montañas Rocosas, los grupos asiáticos continuaron hacia el Sudeste, hasta que, recorridas las regiones centroamericanas, penetraron en el Sur del Continente. Las rutas de penetración hacia Norteamérica parecen haber sido el Valle de Mackenzie, como punto de partida y de ahí hacia la Región de los Grandes Llanos situados al Este de las Rocosas. Otras tribus debieron de seguir el curso del Rio Misuri, y desde allí penetraron en el Sector Occidental de las Rocosas. Ciertos grupos tomaron, posiblemente, la ruta más difícil, la del Rio Yucón. D) La Ocupación de Sudamérica Los pueblos que alcanzaron Sudamérica se cree que penetraron en los altiplanos andinos siguiendo los valles de los Ríos Cauca y Magdalena, en Colombia. Por su parte, otros grupos habían tomado la dirección del Este para internarse hacia el territorio actualmente venezolano, hasta terminar ocupando las cuencas del Orinoco y el Amazonas. Las junglas amazónicas, de tránsito difícil, lo mismo que las de la parte norteña de Colombia y Ecuador, no lo son tanto cuando la internación se plantea desde los altiplanos andinos. Lo mismo ocurre con el paso hacia la Argentina, si tenemos en cuenta la existencia de corredores montañosos, como el de Humahuaca, de unos 150 kilómetros de extensión. Los primeros cazadores de grandes animales que iban ocupando el Continente, eran pueblos de cultura rudimentaria, 9

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que carecían de conocimientos agrícolas y de cerámica, y sus dificultades para subsistir, debieron de ser muchas, pues tanto el clima como la flora y la fauna constituyeron sin duda grandes obstáculos para sobrevivir. (/9/) Políticamente, su organización era el Clan, aunque a veces constituían alianzas con otros grupos. Como torcían las fibras vegetales hasta convertirlas en cuerdas resistentes y se supone que conocían algo de la industria del tejido, su tecnología ha sido comparada con la del Paleolítico del Viejo Mundo. Las armas principales de esas gentes fueron probablemente los proyectiles de piedra, como puntas afiladas y bolas, que lanzaban para cazar. Asimismo, disponían de cuchillos, hachas, cinceles, taladros, raspadores y pulidoras, entre otros utensilios de piedra, además de instrumentos de madera. Con los huesos de animales se fabricaban utensilios diversos, como agujas, leznas, puntas y otros derivados. Cardich, agrega lo siguiente: "El problema del origen del hombre está ligado, claro está, a un tema más amplio, el que se refiere al más antiguo poblamiento de Sudamérica y, en general, de todo el continente Americano. Probablemente la Arqueología nunca alcance una seguridad plena para responder en forma precisa al interrogante de cuándo llegó por primera vez el hombre a este continente. Sin embargo, va alcanzando aproximaciones, aunque gruesas, pero lo suficientemente orientadoras como para decir que América, también en la instancia prehistórica, ha constituido un „Nuevo Mundo‟ para el hombre, quien ya había estado ocupando con anterioridad, y durante dilatados espacios de tiempo, importantes sectores de los otros continentes". También en Sudamérica se producen hallazgos precursores, como los del Lago Santa (Brasil), ya tan temprano como en 1843, de restos culturales y esqueletos humanos en asociación con huesos de fauna extinguida y también actual, que favorecían a la idea de una notable edad. Otra región que alcanzó gran notoriedad dentro del tema fue la Pampa Argentina, mediante los hallazgos de F. Ameghino a partir de 1869, de indicios y restos de humanos que habrían convivido con esa rica megafauna sudamericana de 10

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megaterios, texodontes, gliptodontes, de apariencia tan arcaica. (/10/) Este conocido Paleontólogo, con posterioridad a sus ajustados trabajos arqueológicos realizados en Córdova, mediante otros encuadres metodológicos, estructuró su infortunada teoría que señalaba el origen sudamericano del hombre, con una línea filogenética antecesora que se habría originado ya en el Mioceno, tesis que ha sido hace tiempo completamente rebatida. Volvamos al tema de los orígenes. Veamos, primeramente, cómo habrían sido desde el punto de vista de la Antropología Cultural, estos antiguos inmigrantes. Según uno de los más renombrados antropólogos del pasado, el Checo-norteamericano Alex Hardlicka, el poblamiento de América se habría producido muy tardíamente, ya en los tiempos Postglaciales, a través de Bering, y por hombres pertenecientes a una misma raza, la mongólica, aunque de varias ramas. Por ahora no podemos aceptar una ocupación anterior del continente americano por individuos procedentes de Oceanía, puesto que las pruebas arqueológicas más antiguas que se poseen, existentes en Norteamérica, lo mismo que sus conexiones geológicas científicamente demostrables, se refieren a la ocupación anteriormente indicada. Por lo tanto, es difícil aprobar la Teoría Migratoria por el Pacífico con desembarco en Sudamérica, por lo menos en lo que atañe a la fase cazadora y recolectora, que es, indudablemente, la más lejana en el tiempo. En último extremo, la ocupación de parte de Sudamérica, e incluso de Centro América, por individuos procedentes de Oceanía, sólo pudo haberse producido en tiempos comparativamente recientes, hasta el punto de haber podido ser estos inmigrantes los propagadores de la cultura agrícola y otros elementos ocurridos en ambas áreas geográficas. Pero esto es sólo una hipótesis, no una comprobación científica. Por no basarse en una prueba solvente estamos obligados a mantener, por otro lado, el criterio de que la agricultura de los indígenas americanos se originó en un desenvolvimiento efectuado dentro del mismo continente.

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El Nuevo Mundo ha sido, parece, habitado primero por pueblos cazadores y recolectores que ajustaban su modo de subsistencia al ciclo migratorio de los grandes animales. (/11/) Hasta el presente no se ha encontrado en este continente ningún primate que nos permita inducir la existencia de un proceso evolutivo semejante al que se ha establecido por el Viejo Mundo. A diferencia de lo que ocurre en éste, en el continente americano las pruebas geológicas más antiguas se distinguen por el hecho de que en los yacimientos abundan, relativamente, los artefactos, pero faltan restos humanos que proporcionen igualo parecida certidumbre temporal. Algunos hallazgos de restos humanos antiguos, como el femenino de Minnesota, el masculino de Browns Valley, también en Minnesota, si bien han sido considerados como pertenecientes a la fase holocénica o parte final del Pleistoceno, carecen de certificación científica suficiente. Lo mismo sucede con los del Ecuador, Argentina, etc. Los pueblos de cazadores y recolectores que alcanzaron América en los tiempos que hemos indicado, pertenecían, desde un punto de vista somático, al grupo racial mongoloide, dentro del cual se incluye varios subtipos. Los Recolectores Simples se distinguen por ser grupos que dependen de la producción natural del medio en que viven, tipo de economía que es el más primitivo. Forma, a menudo, bandas que recorren el área geográfica en que viven extrayendo raíces, semillas y plantas, no sin dedicarse a la caza y la pesca cuando ambas son propicias. Debido a las escasas reservas de alimentos con que cuentan, estos grupos se ven obligados a efectuar una migración permanente, por cuyo motivo no pasan de un centenar de individuos. Habitualmente se reduce este número a un núcleo familiar estricto. Por su débil base económica, los recolectores simples suelen vivir en habitaciones muy frágiles, y la división social del trabajo es también entre ellos muy simple, limitada para las mujeres y los niños a la recolección de vegetales y para los hombres a funciones de caza y pesca.

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Históricamente, estos recolectores se identifican con las culturas paleolíticas de grado inferior. (/12/) Los Recolectores Avanzados o especializados, se caracterizan por el hecho de que basan su vida económica en un alimento abundante que les permite disponer de cierto excedente. Por esta razón son grupos económicamente más ricos y suelen ser sedentarios. Los Agricultores Simples practican el cultivo de Roza, cuya técnica principal consiste en el corte y quema de árboles para sembrar, en el espacio así abierto, mediante el palo plantador. Una vez hecha la siembra, se espera a que las lluvias hagan fructificar la planta. Cuando, como es casual, se agota el terreno, el grupo suele emigrar y lo deja en el período de barbecho. E) El Hombre de Toquepala Rodeados de misterios, en el territorio que desde la Cordillera de los Andes desciende hasta el Pacífico, los restos de nuestra enigmática civilización invaden buena parte del actual Perú. El territorio moqueguano, se presenta dividido verticalmente en dos haces irregulares: la Costa y la Sierra. Esta subdivisión, que los escolares moqueguanos repiten de memoria desde la primera lección de Geografía, es importante porque ha influido en la Historia de la Cultura y la Civilización Moqueguana. Estos dos haces recorren el territorio y la Sierra se va ensanchando entre las dos cadenas montañosas. La Cordillera Occidental y la Cordillera Oriental. Transversalmente ambas cordilleras, van formando así vastas cuencas. Los numerosos ríos, que ocultan sus fuentes entre los picos nevados de las Cordilleras y entre las montañas y altiplanicies, raramente logran perforar el bastión occidental andino para desembocar en el Pacífico. Estos ríos manan de las nieves perpetuas de los picos andinos, y luego se precipitan para regar los desnudos y monótonos territorios andinos, para buscar luego una garganta o un desfiladero y 13

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adentrarse en la Costa o pampa seca y desembocar en el mar. La Costa está formada por una estrecha franja de terreno áspero y desnudo, surcado por un río corto, que corre por la vertiente occidental de la Cordillera andina, para desembocar de repente allí en el Pacífico, formando un pequeño valle fértil, separado por desiertos arenosos. (/13/) La Costa es húmeda y lujuriante y su valle estaba habitado por pueblos que aún vivían en comunidades primitivas cuando comenzó, desde la bahía de Tumbes, la conquista española. La diferencia del clima y de vegetación se debe especialmente a las corrientes marinas ya que una gran masa de agua procedente del Antártico corre hacia el Este hasta chocar en la Costa Moqueguana. Esta corriente, descubierta y estudiada por el geógrafo alemán Alexander Von Humboldt y llamada de hecho "Corriente de Humboldt" tiene un frente de 150 a 200 kilómetros, y es unos tres grados más fría que la temperatura del aire, y al cortar las aguas del Pacífico toma un color verdoso. Después de chocar con la Costa Moqueguana, la Corriente se remonta hacia el Norte. Esta corriente y su recorrido en el Océano Pacífico son importantes porque influyen en la Civilización Costera, no solamente desde el punto de vista climático: en efecto, la temperatura relativamente baja y constante de las aguas implica un menor grado de salinidad y eso favorece la multiplicación de plancton. La presencia de comida atrae cantidades de peces, y éstos, a su vez, hacen que la faja verde de la Corriente esté sobrevolada por infinidad de aves; los excrementos de las aves forman, finalmente, auténticas montañas de guano, el abono nitrogenado natural que aún hoy constituye una de las riquezas de estas costas. La Costa Moqueguana es seca y desértica. La Cordillera forma una barrera natural contra las nubes que llegan del Este, mientras que la Corriente de Humboldt al Oeste, refresca y reseca la brisa marina. La lluvia, llamada garúa, es tan sumamente rara, que, a pesar de ser de escasísima violencia, acaba por destruir las cosechas y las construcciones hechas de barro y de adobe o ladrillo crudos. 14

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En el curso de varios meses, entre abril y noviembre, hay un ambiente brumoso, provocado por una niebla rala que viene del Océano, pero que no logra convertirse en lluvia. (/14/) Esa niebla, en algunas partes, en aquellas donde es más espesa y constante y donde la tierra lo permite, con su humedad provoca unos extraños Oasis a los que conocemos con el nombre de "Lomas". Las lomas son verdes durante los meses de invierno brumoso, pero luego vuelven a ser desérticas en el verano seco y caluroso. Mientras hay esta bruma invernal en la Costa, en la Sierra hay una dura sequía, que hace que los pastos se vuelvan amarillos y duros y las plantas tiendan a secarse. En cambio durante el verano seco y caluroso de la Costa, en la Sierra hay abundantes lluvias, que humedecen la tierra y aumentan el caudal de los ríos, logrando, con estas "Crecidas", más agua útil para la irrigación de los campos. Por eso, los agricultores de la Costa están siempre pendientes de las lluvias de la Sierra. Pero de la civilización costera ha quedado relativamente poco para los arqueólogos. Es en la meseta andina donde se establece la Civilización. A una altura entre los 1,000 m. y los 3,000 m. sobre el nivel del mar se cultivan árboles frutales, maíz, legumbres, etc. con mucho contenido proteínico y vitamínico. En la Sierra, entre montaña y montaña, hay quebradas donde corren cursos de agua de diverso volumen, algunas de las cuales forman valles. En la parte más alta de la Sierra están las lagunas que se forman con el deshielo de los glaciares cercanos, de los picos nevados. La Cordillera Andina produce diferentes características ambientales. De entre los terrenos accidentados que caracteriza la Región de la Sierra toda, se distinguen planicies elevadas, separadas por cañones, que forman el eje de los valles serranos y que suelen extenderse a medida que alcanzan menos altura. La divisoria se establece siguiendo una línea central a lo largo de la Cordillera, tributando los ríos sus aguas a la Costa o hacia el Lago Titicaca. La altura de los valles altos oscila entre los 2,500 y los 3,800 m. La agricultura se 15

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desarrolla en los valles profundos (zonas Yunga, ChaupiYunga) y en las sierras (Quechua). Sin embargo, los picachos nevados alcanzan hasta más de 5,000 m. Son frecuentes las lagunas de origen glacial. La vida vegetal está supeditada a la altitud. (/15/) Los auquénidos tienen su hábitat en la Sierra, y el hombre se ha aclimatado a las alturas sorprendentes. Los arqueólogos señalan que en los últimos 10,000 años, las características climáticas no debieron ofrecer un panorama enteramente distinto al de hoy. Lo prueban las plantas silvestres antiguas que se han encontrado y las cultivadas, que datan de 5,000 años atrás. Sin embargo Cardich supone que el clima del Altiplano pudo ser menos agresivo que el de hoy, hace 8 o 10,000 años. La vida se ha dado siempre cerca del agua. El hombre moqueguano siempre fue tras el curso de las aguas, por eso en la Costa la vida tiene un curso natural que va de las montañas hacia el mar y viceversa. Es transversal. Ese es el medio geográfico del moqueguano: su hábitat. En él se desarrolló haciendo Cultura y Civilización en un tiempo de 10,000 años. Veamos ahora su ocupación por los primeros habitantes, los primeros moqueguanos. Hasta no hace mucho tiempo, nos hemos hallado frente a un campo prácticamente inexplorado en lo que se refiere al estudio del hombre antiguo de Moquegua, y en tal sentido es mucho lo que queda aún por hacer y desentrañar. Los datos que poseemos acerca de las épocas preincaicas sólo provienen de los restos materiales que han sido hallados por los Arqueólogos. Lo ocurrido en América es algo extraordinariamente peculiar en la Historia del Hombre. Las condiciones de nuestro desenvolvimiento, fueron muy distintas que las vigentes en otros lugares. Es un hecho que nuestros antepasados moqueguanos y los de América en general, vivieron aislados y desprovistos de contacto con las demás regiones del mundo. Luego de su arribo a este continente, se presentaron sólo provistos de su primitivo equipo de cazadores nómadas y fueron creando luego, autónomamente, las órdenes de su 16

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propio desarrollo social, material y espiritual, sin auxilios ni préstamos extraños. (/16/) En realidad, este hecho túvose por mucho tiempo, por tan asombroso, que no se creía que hubiera ocurrido así y se idearon muchas hipótesis, unas curiosas y otras absurdas, acerca de la verdadera procedencia del hombre de América o de las posibles sucesivas incursiones humanas en estas tierras. Y, sin embargo, todo hace ver ahora que, luego de las más remotas inmigraciones asiáticas, el hombre aquí quedó aislado. Podría decirse prisionero, sin saberlo, en este continente luego de quedar abierto y haberse ido ensanchando, cada vez en mayor amplitud, el Estrecho de Bering, desapareciendo así el istmo por donde habían ellos pasado. Hace más o menos 20,000 años, lo que ahora vemos como desiertos a "La Clemesí" y "Las Pampas de Ilo", antes no era así; los secos desiertos de la Costa eran escasos y, en cambio, había más humedad y bosques con plantas y animales feroces. En lo que hoy es la Sierra, las nieves perpetuas bajaban hasta muy cerca de los ríos: todo esto ocurrió en el Pleistoceno. Por aquellos años llegaron nuestros primeros antepasados, corriendo detrás de los mastodontes y megaterios y los tigres con colmillos muy grandes, como sables. Los ciervos eran veloces con enormes cuernos. Los mastodontes vivían en la Sierra: todos poco a poco se fueron extinguiendo. Los hombres que llegaron por primera vez fueron sus cazadores y comieron su carne por varios milenios. Todos sus restos han desaparecido. Es probable que estos grupos ya, cada cual, algunos rasgos distintivos, según las variaciones raciales y de cultura de la Región de origen, y en atención al tiempo en que se produjo la inmigración. Los grupos tardíos, braquicéfalos protomongoloides, debieron desplazar, mezclarse e influir sobre los primeros, llegados con anterioridad. Nuestros antepasados vivían en pequeñas agrupaciones en las que debió ser el jefe el más fuerte estando prácticamente toda su actividad centrada en conseguir la alimentación, la que aseguraba la sobrevivencia 17

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de las familias o agrupaciones mayores. Y esta actividad económica absorbía el tiempo de estos antiguos pobladores que, aunque humanos físicamente, por su status cultural estaban muy cerca de la escala animal. (/17/) Precisamente por el hecho de que su preocupación fundamental, consecución de alimentos no les confería más tiempo que la que les demandaba la actividad para asegurar su sobrevivencia, basada en el tipo "Parasitario" de economía. Esta es la forma elemental de la vida dependiente del todo de los esfuerzos para alimentarse. La forma cómo procuraba su alimentación viene a estar, en cierta forma, reflejada en los utensilios que para efecto lograba elaborar. Estos implementos consisten en utensilios líticos, puntas, hachas, raspadores, etc. Seguramente usaron de otros materiales también para la confección de sus armas, los complementos para sobrevivir, tales como la madera o el hueso de los animales. Pero nada resistió al tiempo como la piedra. La etapa lítica, se caracteriza o evidencia especialmente por los implementos pétreos manufacturados por aquéllas gentes. Estos nos informan sobre el comportamiento de esos hombres. Conocían diferentes técnicas para fabricar dichos instrumentos y los cambios que en ellos se observan pueden revelar intensiones nuevas, o adaptaciones, según los casos. De todos modos, cambios, frecuentemente motivados en una respuesta a la naturaleza: a los animales que les servían de sustento y que debían matar. Y es que el tipo de implementos o armas nos hablan, en efecto, del tamaño de los animales a que debían enfrentarse, etc. La forma de alimentación influye notablemente en la Cultura toda del grupo y, ésta, a su vez acondicionada al tipo de animales disponibles en el área. Los cazadores de vizcachas no tuvieron oportunidad de desarrollar lazos afectivos de comunidad, como los cazadores que debieron enfrentarse a animales grandes, que requieren las fuerzas mancomunadas de muchos individuos para ser apresados. Al respecto se han realizado algunos estudios en el Departamento de Moquegua: el sondeo (1 m de lado y 1.20 m de profundidad sin haber agotado el yacimiento) que realizara 18

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el Ing. Alemán Gerd Schroeder por indicación de Osvaldo Menghin en un reparo de Ichuña, en la Sierra Moqueguana. (/18/) En dicho sondeo encontraron 19 puntas, que hoy sabemos pertenecen al Precerámico final, pues no aparecen los tipos básicos de puntas de esta tradición, sino las formas locales tardías como las puntas con escotadura basal y otras con pedúnculo. En ninguno de estos hallazgos se hicieron cronologizaciones. Los hombres de esta tradición de puntas foliáceas que llegaron a los Andes Moqueguanos eran de cabeza alargada y alta, con una cara medianamente ancha y una estatura de alrededor de los 1.62m. Estos grupos han dejado también algunas expresiones artísticas en sus pinturas rupestres. La pintura en cuestión, aparte de su valor artístico resulta un documento de primer orden, pues nos presenta un cuadro de la vida de los antiguos pobladores moqueguanos, sentida y expresada por sus propios artistas. Podemos, gracias a ella, observarlos en su actividad más importante (determinar también el tipo de caza, el número de participantes), a pesar de los milenios transcurridos, sin tener que suponer o estructurar escenas a partir de simples piezas líticas. Por otra parte, desde el punto de vista artístico, alcanzó una buena estilización, perfil perfecto en los trazos de figuras, en la amplificación del tamaño de las orejas de los animales, etc. una notable expresión de dinamismo. Manifestaciones de pinturas similares de escenas de caza, se encuentran también dentro del grupo de pinturas rupestres en las cuevas y abrigos de Toquepala, y consideramos aceptable también adjudicar la edad a los niveles culturales más tempranos detectados en el sitio que se acerca a los 10,000 años. Dentro de este gran estilo de pinturas que llamamos de "Escenas con representación Seminaturalistas" de los cazadores precerámicos de los Andes, hay que destacar la presencia de una serie de conjuntos hallados en abrigos y cuevas del Sur, como los que fueron descritos por Máximo Neira, en Sumbay (Sierra de Arequipa), donde destacan unas magníficas 19

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representaciones de camélidos, en dibujos de mayor tamaño que las representaciones de Lauricocha y Toquepala y acercándose a un mayor naturismo pero acentuando estilaciones muy bien logradas. (/19/) Resulta necesario describir el sitio epónimo de esta antigua tradición de cazadores y recolectores andinos. La visión de este escenario nos permitirá percibir ante todo las excelencias y limitaciones del medio físico elegido, proyectar estas condiciones dentro de la perspectiva de los cambios paleoclimáticos para luego con esta aproximación y la compulsa de los vestigios arqueológicos obtenidos, tratar de entender mejor el juego dinámico de esta tradición cultural y los ajustes adaptativos a la realidad de este medio; recordando que estos ajustes significaron la creación de una tradición andina, es decir una tradición singular que alcanzó una vigencia armónica de muchos milenios, a caso la más prolongada de cultura alguna en nuestro suelo, constituyendo, además, el basamento cierto sobre el que se formaron y evolucionaron las magníficas culturas alfararero-agrícolas que tanto admiramos. Con respecto a Toquepala se trata de cuevas en las que, en 1963 se descubrió pinturas, en muchos casos, sobrepuestas. Por su primitivismo y por las escenas de cacería y semejanza con pinturas rupestres encontradas en diversas partes del Viejo Mundo, calificadas como preagrícolas y fechadas por el radiocarbónico, logrado por Emilio Gonzales García, la persona que llamó la atención sobre estos hallazgos, indica una antigüedad de 9,580 años. Jorge C. Muelle dirigió una expedición y Pedro Rojas Ponce reprodujo las pinturas. Se recolectó material Lítico y se habló de que se había logrado establecer estratos correspondientes a fases aún más antiguas a las que pertenecen las pinturas. No se tiene, empero, publicación especializada. Interesantes juicios han sido vertidos aisladamente sobre las pinturas en mención por el Sr. R. Lage, que las ha analizado con detención. La fecha radiocarbónica que indica unos 10,000 años de antigüedad para Toquepala, no prueba que las pinturas mismas y cuáles de ellas podrían tener esa antigüedad y es que es necesario 20

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comprobar de si el estrato fechado corresponde a la época en que se ejecutaron las pinturas. Con todo, estilísticamente hablando, y por la temática, no se puede destacar la posibilidad que hayan sido ejecutadas por gente preagrícola. (/20/) Pero hay que tener en cuenta que grupos preagrícolas, pudieron subsistir hasta tiempos relativamente tardíos, como es el caso de grupos humanos del Norte de Chile, que adoptaron la Alta Cultura en tiempos posteriores, cuando sus vecinos de la Sierra Central del Perú hablan dejado este status cultural hacia 2,000 años. La caza principal debió consistir, sin embargo, como se aprecia en Toquepala, de tarugas, mamíferos parecidos a los ciervos, algo más grandes y más veloces que la vicuña. En estas cuevas se hallaron también restos de habitación humana de sucesivas ocupaciones posteriores. Los descendientes de los primeros ocupantes cazarían después guanacos, vicuñas, llamas y otros animales. En aquellos tiempos la fauna era considerablemente más abundante que hoy. En las cuevas de Toquepala, también se han encontrado fragmentos de conchas marinas lo que indica que estos cazadores tenían establecido un directo contacto con la Costa. Como también se hallaron los rústicos pinceles con mechón de lana que conservaban restos del mismo pigmento utilizado para las pinturas. Son muy realistas las representaciones en esas figuras. Grupos de animales, en que predominan los huanacos, son rodeados y atacados con dardos por cazadores desnudos, pero provistos de máscaras de animales. Tanto máscaras, como trampas parecen indicar prácticas, muy usuales en cazadores primitivos. Se observa, además, que las figuras muestran huellas de tajos o puntazos asestados, lo que, como también ocurre con pinturas rupestres de otras partes, corrobora su empleo en tal clase de ritos. Entre los pueblos cazadores la caza da gran prestigio. Los hombres valientes son admirados y constituyen el orgullo de la tribu, sobre todo si han dado muerte a alguna fiera, 21

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como jaguar o puma, enemigos de los hombres. Si estos animales se atreven a atacarlos, deben estar poseídos de ciertas facultades extraordinarias. Para vencerlos, también los cazadores tienen que estar dotados, además de astucia y valor, de gran poder y especiales virtudes. Suelen volverse por ello arrogantes e independientes. A veces, ni a los jefes nombrados por la tribu respetan, como ha sido observado muchas veces. (p.21/) Creíase que así como los hombres designaban al más apto para dirigir una casería, también los animales lo hacían, para su defensa. Tenían un Jefe, un Gran Señor que los dirigía y representa. El cazador debía poner en él todos sus pensamientos, pues este Señor de los Animales era quien protegía a sus semejantes y permitía o no su caza. Si no se le pedía antes autorización, o perdón después, se enfadaban y no consentía que los otros animales bajo sus órdenes se dejara cazar. Muchas veces este personaje fue adoptando características temibles y demoníacas sobre todo cuando correspondía a animales fieros. Aunque no es posible comprender del todo sus raciocinios que están envueltos en factores místicos y en sentimientos cuya verdadera índole ignoramos, se sabe que eran importantes y complejas las relaciones que el cazador creía que existía entre él y los animales que cazaba. Había que realizar danzas y ceremonias antes de emprender una cacería. Se pedía en ellas la intercesión del "Señor de los Animales" para que diera su consentimiento. Como compensación, sometíanse los cazadores a ayunos y mutilaciones, se pintaban el cuerpo, se abstenían de relaciones sexuales. Después de la caza o pesca eran también frecuentes las ceremonias para congraciarse con los animales y evitar su venganza. Es también práctica muy extendida entre los pueblos no quebrantar los huesos de los animales sacrificados, sino enterrarlos, porque de ellos tienen que proveerse nuevos seres para nacer como hasta ahora se cree y se realiza entre algunos pastores de la puna. El modo de vida de esos hombres era sumamente primitivo. Desde antiguo debían haber aprendido la 22

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preparación y conservación del fuego, pero muy lejos se hallaban de conocer la agricultura, ni otras adelantadas técnicas como la cerámica, el arte textil o la metalurgia. Además de algunos productos de la caza, su principal alimentación consistía en semillas, raíces, hierbas, insectos, hormigas, que mujeres y niños recolectaban. (/22/) Cuando lograban cazar algún animal, además de alimentarse con su carne, quedaba la grasa, que les servía de calefacción. Con la piel de los animales se preparaban rudimentarios vestidos. Labraran toscamente unas piedras con otras y se hacían primitivas armas, como puntas de lanza para la caza, hachas de mano, raspadores y cuchillos para despellejar y descuartizar a los animales. En las nuevas tierras que pisaban fueron encontrando grandes accidentes geográficos, enormes distancias, inmensas cordilleras. Mucho se necesitaban los hombres recíprocamente. En caso de llevarse a cabo una cacería, era ella considerada como una empresa cooperativa, en que todas las hordas próximas debían beneficiarse por igual. Celebrábase el acontecimiento con manifestaciones de regocijo, pues podría ella satisfacer el hambre de mucha gente. Intercambiábanse también cortesías. Organizábanse juegos y fiestas, con saltos, carreras y chillidos. Se relataban también las grandes aventuras ocurridas en los viajes o en las hazañas de caza. Se destacaba el mérito de los valientes. Como expresión de esta reciprocidad, reinaba en fiestas y reuniones la promiscuidad. Cobijándose ocasionalmente en cuevas, se protegían tras paravientos o preparaban cobijas o chozas improvisadas. Casi no tenían organización entre ellos, pero mantenían entre sí gran unidad. Nada se resolvería de modo individual, sino con el consenso del grupo. Las decisiones importantes eran tomadas por un Consejo entre los Mayores de la Familia. Quizás en casos en que había que iniciar una cacería peligrosa haríase necesario designar a uno de ellos. Lo sería el de más astucia y experiencia. Igual procedimiento se seguirá para designar un jefe en caso de 23

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tropezarse con algún grupo belicoso con el que había que disputarse un terreno propicio para la recolección o la caza. Las familias de esos antiguos cazadores no permanecían por mucho tiempo en un mismo sitio. Las variaciones estaciona les los empujaban a buscar alimentos de una a otra parte. (/23/) Los primeros recolectores y cazadores que llegaron a nuestras tierras, ya en su época estaban muy atrasados culturalmente en comparación con los grupos que habitaban en Europa, sobre todo los de las regiones que bordeaban el Mediterráneo. Parece que desde temprana época venían los emigrantes acompañados por el perro. Fueron adiestrándolo para utilizar su ayuda en la caza y acostumbrándolo a no devorar sino guardar, para ser cobradas por el amo, las piezas obtenidas. A cambio de ello el amo le aseguraba su comida, lo cuidaba y acariciaba. En la Sierra hallaron un territorio de violentos contrastes, quebrado, imponente. Se dieron con inmensos principios y elevados picos rocosos, cubiertos de nieves perpetuas. La grandeza de proporciones, la reciedumbre del clima, producen una impresión de poderío desafiante, de pujanza, que causan en el hombre sentimientos de soledad y desamparo, viendo su propia pequeñez enfrentada a tan descomunales dimensiones. Allí la rudeza del frío, las heladas y las temperaturas impiden la vegetación. Sin embargo, ciertas tierras de menor altura, templado clima y rica vegetación debida a precipitaciones pluviales mayores que las actuales, podían representar el paraíso de los cazadores. Grandes manadas de auquénidos discurrían allí en busca de los naturales pastos. Animales mansos, su caza no representaba otro peligro que el ofrecido por los accidentes topográficos, que el hombre se había vuelto diestro en vencer. En las cuevas y en los campamentos abrigados, los cazadores fabricaban finos instrumentos de piedra, especialmente hechos para cazar animales, para hacer lanzados como puntas de dardos que penetraban en el cuerpo 24

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de los animales y los herían y mataban. Hacer esas puntas no es fácil, requiere de una técnica especial y mucha experiencia; hay que saber dónde golpear cada piedra, con qué intensidad y en qué dirección. (/24/) Ahí están los "Cazadores superiores" coincidiendo con la iniciación del período llamado "post-glacial" que sucede al pleistoceno o "edad de los hielos"; es ésta una era de mejor vida para los hombres. Las familias reunidas aun en "bandas" de reducido número, dispusieron, al parecer, de más alimentos, no porque hubieran más animales para cazar y más plantas o insectos para recolectar, sino porque sus instrumentos eran mejores y facilitaban una más regular obtención de recursos. El hombre que pudo cazar con dardos, no tiene que esperar que los animales mueran para consumirlos; además no tienen que aproximarse a ellos para matarlos, si sus dardos pueden ser arrojados con un propulsor. Pero no todos los inmigrantes que quedaron en estas tierras permanecieron en la Sierra. Se volvieron, a su vez, otros grupos hacia el Oriente, descendiendo las vertientes andinas, hundiéndose en aquella inmensa selva amazónica, de exuberantes vegetación, variada fauna, clima tórrido, grandes ríos y precipitaciones pluviales. Otras familias, persiguiendo a guanacos y vizcachas, avanzaron en sentido opuesto, hacia el Occidente, por las quebradas de los ríos que descienden a la Costa. Descubrieron allí las lomas, extensas laderas de suave declive, ya próximas al mar que, gracias a las espesas nieblas y garúas, se llenaban de tupida vegetación estacional. Eran ricas en semillas, que podían molerse y convertirse en harina, mediante grandes batanes de piedra. Había en las lomas pequeñas papas silvestres, así como lagartijas, serpientes, lechuzas y cóndores. Tampoco escaseaba la fauna algo mayor en tarugas, guanacos, tigrillos, venados, zorros y grandes manadas de vicuñas. Ni estaban ausentes los animales depredadores, como jaguares o uturuncos, pumas, gatos monteses, que descendían de la Sierra por las

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quebradas, causando estragos en la fauna y alarma entre los hombres, de más reciente aparición. Con el tiempo el clima era más benigno tanto en la Sierra como en la Costa, la vegetación en las lomas era abundante y la extensión de estas alcanzaba en algunos lugares muchas veces mayores que la actual. Sus condiciones eran bastante propicias para la subsistencia humana, aunque sólo durante temporadas, lo que obligaría, fuera de ellas, a buscar el sustento en otras partes. (/25/) Al igual que sus predecesores, no tenían una habitación estable y permanente: eran trashumantes. Ellos tenían un territorio conocido por el cual hacían un periódico recorrido en el curso del año, de esta manera, tenía varios campamentos a los que llegaban en ciertas temporadas. Era una especie de circuito a lo largo de un territorio de caza y recolecta; en la estación lluviosa, cuando hay frutas y maduran los granos y los tubérculos y los animales encuentran pasto verde, se establecían en un campamento de las partes bajas, mientras que en la temporada de sequía el campamento más favorable debía ser el del páramo en donde vivían los guanacos, aunque no hubiesen muchas plantas para comer. Pero el ejercicio intensivo de la case ría requería también un constante abastecimiento de artículos de piedra, de hueso y de madera, puntas para lanzas, cuchillos para cortar, raspadores con qué preparar las pieles, hachas, puñales, mangos y otros. Parece que desde entonces se constituyó la primera diversificación importante en las actividades humanas. Si en un principio cada cazador preparaba sus propias herramientas líticas, luego se hizo notar la conveniencia de establecer centros para su fabricación de las canteras que ofrecieran material adecuado. Un cuerpo de especialistas se dedicaría allí a preparar los necesarios artefactos a cambio de que les proporcionaran sus alimentos. Encontrar buenos lugares para que la banda se establezca, no es, a no dudarlo, un tarea fácil, se trataba de lugares abrigados: las cuevas son inmejorables y la banda en posesión de ellas debió cuidarlas con mucho celo. Las cuevas 26

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fueron una suerte de santuarios y los cazadores pintaban en sus paredes mensajes que se han conservado por milenios. En estas pinturas rupestres, con gran frecuencia aparece el hombre ligado al animal vital, el guanaco que le servía de alimento. Según se cree, nuevas olas de inmigrantes hicieron además su presencia de estos territorios. Eran cazadores más avanzados, de una cultura llamada Ayampitiense. (/26/) Algunas veces, los hombres veíanse obligados a variar de hábitos y sistemas de vida cada vez que, de un lugar pasaban a otro diferente. Durante generaciones, hablan sufrido muchos periodos de hambre. Tenían que luchar por su supervivencia. A veces, encontraban parajes desprovistos de animales o de vegetales utilizables. Las variaciones climáticas y la persecución alejaban velozmente a la fauna. Dotado de gran resistencia física, a veces corría el hombre días y días tras un animal, para alcanzarlo sólo cuando lo dejaba exhausto. El organismo humano tenía que readaptarse constantemente en forma diferente. Por aquellos tiempos, la Costa y su Valle presentaban un aspecto muy distinto del actual. El sauce y otros árboles cubrían de bosques muchas extensiones, como también habla espesos totorales. Igualmente se encontraban productos comestibles, calabazas, zapallos silvestres y árboles frutales, como la lúcuma y el pacae. Las aguas del río discurrían libremente en las épocas de avenidas. Abundaban muchas clases de aves, insectos, batracios, reptiles, camarones, zorros, hurones, venados y vizcachas. La caza, y más tarde el incremento de la población humana iría ahuyentando a la mayor parte de la fauna. Al bajar a la Costa se hallaron los hombres que estaba bordeada por un mar que forma inmensas playas de guijarros o de arena. Había gran abundancia de lobos marinos y de mariscos. Pero, sobre todo, el mar es muy rico en plankton y en fina vegetación suspendida. De ella se nutren cantidades inmensas de peces de gran variedad. Los viejos cazadores se dedicarían a cazar lobos. Como los lobos salían a las playas en gran cantidad, eran 27

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sorpresivamente acometidos por grupos de personas provistas de garrotes, que les daban muerte mientras los animales se arrastraban tratando de alcanzar el mar. Las pieles servían como abrigo y sus huesos para fabricar utensilios. Otros se irían convirtiendo en pescadores. La economía se habría ido así transformando paulatinamente de cazadora-recolectora en cazadora-recolectora-pescadora, para volverse después, conforme iba disminuyendo la fauna terrestre, por la caza y la poca extensión del valle, solamente en pescadora-recolectora. (/27/) Enormes amontonamientos de conchas y diversos residuos de alimentos, dan fe de la existencia de estos antiquísimos habitantes. Habríanse establecido entonces éstos nuevos moradores en la Costa, de modo permanente, dedicándose a la recolección de moluscos en las orillas del mar y a coger peces de peña fácilmente capturables, así como de camarones en el río. Poco a poco hubieron de aprender a fabricar utensilios para su nuevo tipo de actividad, como anzuelos hechos de espina de pescado o de cactus, de concha o de hueso; pudieron entonces coger peces mayores. Con el pasar de los tiempos, volviéronse grandes nadadores. Mientras tanto, la mujer para completar o variar la dieta, habría seguido dedicada, además de los mariscos, a recolectar frutos, hierbas y tubérculos que crecían en el valle. Encontró también ella el algodón silvestre, que algo más tarde iría aprendiendo a hilar para hacer redes y tejidos. Fabricaba también cucharas, flotadores para las redes de pesca y otros diversos accesorios. Tenían también disponibles los antiguos pescadores grandes cantidades de carrizo o caña brava y juncos, con los que hacían petates y canastas. Después aprenderían a hacer balsas. Es el caso que el mar, en las proximidades del valle, fue establecido como fuente principal de la economía humana y de él provenla la base de la alimentación, haciéndose abandono definitivo de las lomas. En el valle se encontraba el aprovisionamiento de agua dulce y de comestibles vegetales. Se habla producido en estas extensas playas un fenómeno de suma importancia. Frente a su gran riqueza marina y con un 28

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adecuado complemento vegetal, el hombre hablase vuelto sedentario. Parece también que desde esas antiguas épocas construyeron amplias terrazas que servían para secar pescado. Todo esto fue ocurriendo en el curso de algunos miles de años. Los progresos, constituían triunfos de la habilidad de adaptación del hombre. (/28/) El Valle se encuentra separado por considerables distancias con otros y los desarrollos culturales tenían que presentar en unos y otros, características algo diferentes. Los cambios más importantes en los patrones de subsistencia en la Costa ocurrieron entre los años 3,000 y 1,500 a.C. siendo este período de 1,500 años en que ocurren tres fenómenos arqueológicos temporales; el fin del período lítico estadio precerámico, y el comienzo del Período Inicial que en términos de Historia Cultural se aglutinan en el denominado Período Arcaico. Hacia el año 5,000 a.C. entre los grupos humanos que transitaban la Costa se había operado un cambio económico importante: la pesca había reemplazado a la caza. El medio aparentemente había sufrido alguna modificación y la caza mayor se había extinguido totalmente. En el vasto territorio andino, la Costa se había transformado en árido desierto. La caza mayor y plantas cuya vida requiere mucha agua, había cedido su lugar a los animales más pequeños y a las plantas de temporada aclimatadas al desierto. Como todos los organismos vivientes, los cazadores y sus mismas presas dependían, a fin de cuentas, de las plantas. Para sobrevivir, los organismos requieren combustibles que se traduzcan en energía, y las plantas resultan un elemento estratégico en la cadena vital. Los cazadores de la megafauna perdieron la batalla de supervivencia, en provecho de los grupos que explotaron las lomas y el mar. Los grupos recolectores de las lomas también alcanzaron un nuevo éxito cuando hacia el año 4,000 a.C. empezaron en algún lugar a interferir con éxito en el proceso de la plantación, germinación y explotación de las plantas 29

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silvestres. Los Antropólogos han considerado desde hace mucho tiempo realización tecnológica como un pilar en la Evolución de la Cultura Humana, e incluso la primera gran revolución en la existencia del hombre. Hacia el año 3,500 a.C. se acelera el reemplazo de una dieta de recolección y caza continental por una de base marina, la que a su vez está acompañada por un proceso de sedentarización, el cual llevaría al cultivo del primer modo económico de producción, base sobre el que se define y funde el estadio precerámico 2,500 a.C. (/29/) De modo general, entre los años 2,500 y 2,000 a.C. en la Costa Peruana, se encontraban establecidos ya numerosos pueblos pequeños, y aunque existía mucha variedad de un pueblo a otro, había también gran homogeneidad; y en cierta manera participaban de un patrón de vida común. Varios patrones culturales eran compartidos por estos pueblos. Vivían de la riqueza del mar y de la agricultura en pequeña escala. Un arma, muy popular en la Costa Sur, utilizada aún en tiempos históricos, para la caza de lobos, era la porra, probablemente utilizada también por los pueblos precerámicos para este fin. La pesca se hizo utilizando tanto redes como cordeles, sistema que se utilizó también para coger aves, donde éstas se concentran en gran número. En la gran mayoría de los moluscos que se recogían, eran de aguas poco profundas: choros (choromytilus éhorus) y almejas (mesoderma donacium). Se sembraban algunas plantas y se recogían otras. Si bien ciertas plantas eran comunes a todos, otras se circunscribían a determinadas áreas. Los terrenos agrícolas están cerca del río, en la orilla más baja de la Costa. Un rasgo característico del hábitat costeño de esta época, utilizado para ubicar los poblados, son las faldas de los espolones, de las estribaciones finales de la cordillera, en las zonas en que los cerros se aproximan al mar, evidentemente como un modo de concentrar los recursos marinos y fluviales. No se han descubierto estructuras públicas, apreciándose solamente ligeras depresiones circulares que al parecer representaban los pisos de casas hechas con caña o 30

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quincha, usando piedras y adobes. Lástima que ya desaparecieron hace más de cuarenta años. En la Costa el período precerámico, particularmente en sus últimas fases, fue testigo de una gran explosión. Tanto en tamaño como en densidad demográfica. (/30/) Este aumento de la población se debió indudablemente a un cambio en los patrones de subsistencia, y se inició cuando las comunidades de cazadores nómadas se establecieron en las playas y se empezó a cultivar el algodón. Uno de los factores para este cambio fue evidentemente de orden climático y al parecer estuvo vinculada' al retroceso de las lomas y enriquecimiento del mar. Hacia el segundo o tercer milenio a.C, el Ecuador Térmico se desplazó hacia el Norte, y con éste también la zona cálida y húmeda y la Corriente Peruana, produciendo un desecamiento de la zona continental y un enriquecimiento de la biomasa marina. La anchoveta (engranlis ringens), hasta entonces circunscrita al Litoral Sur, al desplazarse hacia el Norte, siguiendo las aguas frías de la Corriente Peruana, provocó un notable enriquecimiento de la fauna marina y, en consecuencia, la aparición de un nuevo recurso económico lo suficientemente importante para el establecimiento de poblaciones sedentarias en una zona continental empobrecida. El hecho de que el mar peruano sea uno de los más ricos del mundo, capaz de sostener exclusivamente una fuerte población puede considerarse entre uno de los factores decisivos de su sedentarización. Si bien la tecnología de la que disponían no fue lo suficientemente desarrollada, con limitados recursos: redes y cordeles para la pesca, fue posible extraer los productos para una subsistencia sin mayores apremios. Testimonios del siglo pasado y las informaciones etnográficas relatan la presencia de guanacos y vizcachas en la región cisandina, es decir, entre las lomas de la Costa y de los contrafuertes andinos. Hasta hace poco los pastores de llamas bajaban con sus rebaños en busca de productos. En cada temporada de cosecha bajaban a trocar sus productos. Este desplazamiento debió ocurrir siempre, pero 31

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recientemente son cada vez menos significativos. Los camélidos, son animales que prefieren ambientes abiertos, con suelos más o menos homogéneos y vegetación baja que no afecte su cobertura la lana, muy espesa. (/31/) En el caso de los animales menores, principalmente de los roedores, se tiene la misma impresión, pues las vizcachas (Iagidium) y los cuyes (cavia parcellus linnacuy), comúnmente denominada kututo, hace su aparición después del pleistoceno. Es decir, suben y habitan las alturas asociadas con el holoceno, cuando el hombre los llevó o los obligó. Se fueron escapando de la acción depredadora de los cazadores, o quien sabe en busca de un hábitat más favorable. De todas maneras, su presencia en las punas ocurre después o junto con la ocupación humana de esta Región, aumentando su densidad después del Optimum Climatium (6,000 a.C.). Estos animales, de los cuales una especie (el cavia pocellus limmacus y cavia cobayo) ha sido domesticada, mientras que otras aún permanecen salvajes. En las narraciones de los siglos XVI y XVII aparecen como animales de la dieta del hombre, de agradable calidad y de rápida proliferación. Hay buenos indicios acerca de su domesticación en estas tierras. Se admite ya por los especialistas que estas dos especies son originarias de los Andes tropicales, y que alcanzaron su máxima difusión, desde la Costa hasta los altiplanos, después del clima benigno (6,000 a.C.) con mayor énfasis después de la domesticación del cuy, ocurrida hace 3,500 a 2,500 a.C. Sin embargo, como ocurre con los camélidos, los cuyes también buscaron regiones de refugio frente a la fuerza depredadora tanto del hombre como los demás carnívoros, principalmente los felinos y los caninos. De tal suerte que actualmente encontramos cuyes silvestres en las alturas de los departamentos de Moquegua y Puno. La Biomasa les ha permitido desarrollar varias técnicas en la captura de animales. Para ello conocieron bien el comportamiento de cada especie. Recuérdese la multiplicidad de fauna existente, desde los grandes herbívoros hasta las aves y roedores menores. En algunos casos fue necesario el "chaco", especialmente cuando se trataba de 32

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felinos; mientras que en otros, como los camélidos, desarrollaron la caza individual, quizá mediante "emboscada", o utilizando trampas, procurando conservar la especie. Se utilizaba en algunos casos sogas entre varias personas, para acorralar primero a los animales, y atraparlos luego individualmente. (/32/) En esta tarea deben haber desempeñado un gran papel los perros. A pesar de su pequeña alzada, fueron excelentes auxiliares en la caza. Además, en algunos casos pueden correr más que los camélidos y desviarlos en su recorrido. Finalmente, en algún momento todavía no precisado, se utilizó también la boleadora, o liwi, tanto para la caza de camélidos como para la de los patos y parihuanas. Las Condiciones Culturales que hemos relatado sobre la conducta social y la vida gregaria con territorialidad limitada de los camélidos, que se suman a la biomasa y recursos estables de la puna, han permitido, a su vez, condiciones favorables para una economía sólida y estable, basada primero en la caza, luego en la crianza y finalmente en el pastoreo avanzado. Con respecto a las llamas y alpacas, es de suponer que estos animales de por sí se concentraron en determinados nichos ecológicos de la puna, en algunos casos sometidos a "cautiverio". La Geomorfología de esta Región ecológica permite, en muchos casos, acorralar rebaños o manadas en espacios limitados y fácilmente controlables por el hombre. En este sentido, deben haber cumplido papel importante los "campamentos bases", que podrían ser Toquepala, entre los principales. Dentro de estos espacios de cautiverio, los animales prácticamente vivieron como semisalvajes o semidomésticos, lo que en la economía andina debe haber originado la primera economía de reserva, pero, a su vez, de control y selección de los animales de matanza. La captura en este caso, era principalmente de emboscada o de rodeo. La caza nunca dejó de ser empleada por el habitante andino. Sólo unos pocos animales fueron domesticados, y la gran mayoría era siempre conseguida mediante la caza. En tal 33

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sentido, esta forma de economía ha desarrollado una serie de mecanismos y técnicas en la captura de animales. La domesticación como supone Elizabeth Wing, debe de haber ocurrido entre los años 5,500 a 2,500 a.C. Posteriormente, las dos especies conocidas como llamas (lama glama) y alpaca (lama pacos) fueron los únicos animales de crianza y pastoreo, convirtiéndose luego en la segunda potencia económica en la sociedad andina. (/33/) Veamos ahora algunos puntos importantes de las Excavaciones Arqueológicas en Toquepala. A partir de setiembre de 1963, el Museo Nacional de Antropología y Arqueología, inició su programa de investigaciones arqueológicas en la zona de Toquepala, bajo la dirección del Dr. Jorge G. Muelle y con apoyo de la Souther Perú. En el año de 1970 se cumplió con la segunda temporada de investigaciones, orientada principalmente a la excavación del Abrigo N° 2 y a la exploración de las zonas de Quellaveco y Cuajone. El Abrigo N° 2 se encuentra a un costado de la gruta principal (13 km. al S.E. de la Villa Staff del Campamento Minero de Toquepala). Sus medidas son: 12m de largo, 5.50m de profundidad y 4.65 m de alto. Un pozo de sondeo excavado en el extremo Sur de la planta tras penetrar completamente los sedimentos arqueológicos hasta una profundidad media de 0.80 cm., produjo algunos artefactos líticos, huesos partidos de mamíferos y pocos restos vegetales. La excavación señaló la existencia de cinco estratos arqueológicos y dos niveles culturales, cuya transición de uno de Cultura Fundamental, correspondió al parecer a cazadores que registran una creciente aculturación. La Primera Cultura Documentada se manifiesta en los tres últimos estratos (3-5) y correspondería a un complejo de cazadores-recolectores, cuya fuente económica principal parece venir de la caza de mamíferos (guanacos). Las gentes de esta cultura se habrían desplazado en ciertas épocas del año entre el altiplano y el mar. En estas condiciones, 34

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Toquepala representaría una zona de campamentos temporales. Sus contactos con el mar se manifiestan en la basura, con la presencia de algunos fragmentos de mytilus chorus. Sus elementos más típicos son las puntas foliáceas con bordes aserrados trabajadas muy finamente a presión, en rocas eruptivas locales. (/34/) La Segunda Cultura aparece en los estratos superiores. Se nota un cambio en el tipo de implementos, con predominio de las puntas de proyectil pequeñas, de lados curvos y base escotada. Sin embargo, subsisten las puntas lanceoladas, otras con pedúnculo. En su confección se utiliza de preferencia la diorita, el cuarzo y el ópalo. Las condiciones ecológicas no parecen haber cambiado mayormente. Las puntas características de este complejo, aparecen en fechas tardías; por ejemplo, en Ichuña y Arcata, en Pichalo (Chile) y en las capas superiores de la gruta Intiwasi (Argentina). Para entonces, señalan a la presencia de grupos a alfareros en algunos puntos de la región andina. Las dos fechas obtenidas para la primera ocupación de la Cueva N° 1 de Toquepala han puesto de manifiesto su gran antigüedad. Los resultados propuestos por el C 14, pese al reducido número de muestras, deben contarse como satisfactorias, siendo ya posible situar a la capa profunda del yacimiento con las industrias de cazadores superiores, que se datan entre 8,000 y 6,000 a.C. La cueva N° 1 de Toquepala, se encuentra en las proximidades del kilómetro 160 del ferrocarril Toquepala-llo, 13 km. al S.E. de la Villa Staff, entre los meridianos 70°37' y 70°45' de longitud O, y los paralelos 17°15' y 17°20'de Latitud Sur. Medidas, perfil y planta de la gruta han sido publicadas por Emilio Gonzales García y Richard Lage en “El Mensajero" de Toquepala el 26 de febrero de 1964, págs. 6-7. El clima de la zona es seco y frígido, sin embargo 'testigos presenciales afirman que hasta hace unos 20 años las precipitaciones han sido grandes, el pasto abundaba y que mucho antes de iniciarse los trabajos de la Utah la vida 35

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silvestre prosperaba". Se ignora la profundidad de la capa freática El suelo está cubierto por materiales aluviónicos pobremente consolidados, pero no son visibles las capas calcáreas. La vegetación actual es una forma xerófila pobre. Antes del cateo practicado por Gonzáles García no se advirtieron señales de remoción. (/35/) Las capas culturales se presentan separadas por acumulaciones naturales de arena y arcilla y selladas finamente por una capa de transporte eólico. El crecimiento del suelo ha sido lento, sólo 1.80 m. en 10,000 años, sobre un piso natural formado por arena fina, producto de la desintegración de la toba. La edad para las capas arqueológicas superiores es difícil establecer, sin embargo es seguro que alguna de ellas sean sincrónicas con las del Abrigo N° 2 Y las Cuevas de Quellaveco. Los fechados obtenidos se relacionan a su vez con la fecha de 7575 más 250 proporcionada por el Laboratorio Isótopos Incorporated de Estados Unidos, para el Horizonte I de las Cuevas de Lauricocha (Huánuco). Los fechados de Toquepala fueron hechos por el Radio Carbón Yale University, según el método del dióxido de carbono en "Higs Pressure Proportional Counter" y los resultados son: Y 1325 muestras procedentes de la capa orgánica inmediatamente yuxtapuesta al nivel original de la cueva, formado por arena eólica producto de la desintegración del tufo volcánico que forma las paredes. La muestra analizada consistió en excrementos de animales mezclados con ceniza. No se conocen asociaciones. La muestra fue obtenida en excavaciones realizadas por Emilio Gonzales G. en marzo de 1963, con el apoyo económico de Souther Perú. La muestra se presentó con los requisitos correspondientes hasta su envío al Laboratorio, vía Braniff, el 19 de marzo del mismo año, a través del conducto del Dr. George Kubler. Los resultados obtenidos, comunicados por el Dr. Minze Stuiver, en carta fechada el 3 de julio de 1963, fueron: 9580 + 160 B.P. o sea 7630 + 160 a. C.

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Y 1372 muestras de carbón vegetal, procedente de la excavación de una trinchera perpendicular a la abierta por Emilio Gonzáles G. Fue extraída del piso original de la cueva por la Misión Arqueológica del Museo Nacional de Antropología y Arqueología, que dirigía el Dr. Jorge C. Muelle, en setiembre de 1963. Tampoco se conocen asociaciones culturales. (/36/) La muestra entró en el laboratorio en abril de 1964. Su preservación y recolección se hizo con los procedimientos usados para tal caso. El resultado comunicado por el Dr. Minze Stuiver en carta fechada el 7 de abril de 1964, dio: 9490 + 140 B.P. o sea 7490 + 140 a. C. La Cueva de Toquepala se encuentra en las proximidades del Kilómetro 160 del ferrocarril industrial, es producto de la erosión en una formación de roca arenisca. Desde ella se domina una amplia extensión de terreno que se extiende hacia el mar, impresionante Atalaya desde la cual sería posible mirar las playas de Ilo o Ite de no mediar las nubes, las medidas promedio son 10m. de largo, 5 m. de ancho y 3 m. de alto. Su interior está decorado con pinturas rupestres, nombre genérico que se da a los dibujos hechos por el antiguo en la roca usando diferentes pigmentos minerales mezclados con grasa. Las escenas de caza que ilustran los grabados están hechas en su mayor parte con un color rojo oscuro, pero hay también huellas de haberse usado el color verde y amarillo. El fechado indica, en el mejor de los casos, que el hombre comenzó a usar la Cueva de Toquepala y prendió fuego por primera vez hace aproximadamente 9580 años. Las escenas de caza que representan las pinturas rupestres muestran a un tipo de animal muy parecido al guanaco, auquénido de vida muy frecuente en la Sierra de Moquegua. También aparecen los llamados Quirquinchos o Armadillos, ejemplares que aún pueden cazarse en la zona del Altiplano y cuya caparazón muestra cierta flexibilidad. Roger Ravines, arqueólogo peruano, analizando las características de la Cueva y los resultados de las excavaciones preliminares, dice: "La historia natural de la 37

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zona podemos clasificarla en tres diferentes complejos o niveles: NIVEL INFERIOR: El más antiguo nivel de ocupación corresponde a un estrato que se caracteriza por la presencia de implementos líticos, de puntas foliáceas largas y anchas. (/37/) NIVEL MEDIO: Nivel más conservado, muestra una cierta unidad en sus materiales. Se hallaron puntas foliáceas con retoques escamosos. También unas puntas romboidales de lados simétricos y ligeramente curvos. NIVEL SUPERIOR: Los artefactos característicos son: raspadores, implementos denticulados (cepillos), machacas y puntas de proyectil, vestigios de última cultura prealfarera de la zona. De estas investigaciones y hallazgos se desprende que la Cueva de Toquepala parece haber sido ocupada durante periodos estaciona les por simples grupos, en tránsito. La Cueva de Toquepala pudo haber sido también un sitio de carácter sagrado dedicado a prácticas de la caza, a juzgar por los dibujos que representan hombres armados de garrotes y animales en los más patéticos trances de agonía o muerte. Las obras del Arte Mobiliar de Toquepala están representadas por lajas de felcita porfirítica, canteadas muy ligeramente y halladas, exclusivamente, en el interior de la Cueva. Sin embargo, la movilidad para el Hombre de Toquepala depende de las posibilidades del espacio y del tiempo, de lo predecible y relativamente abundantes que sean los recursos básicos de la dieta humana. La movilidad depende también en un grado importante de los objetivos más amplios que el grupo se traza. Por ejemplo un objetivo podría ser alcanzar un óptimo nivel de energía como resultado del mayor trabajo (domesticando animales de carga, en sustitución del transporte humano). Otro objetivo podría ser disminuir el riesgo de la acumulación o captura de recursos (recogiendo 38

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mariscos en vez de cazar animales grandes y raros). También fueron posibles las estrategias complejas con objetivos múltiples. Las opciones y el modo de alcanzarlas pueden llevar a una considerable complejidad de testimonios arqueológicos. (/38/) Desde luego, los seres humanos explotan especies determinadas y no simplemente del medio, de tal modo que es necesario considerar las características de conducta de dichas especies así como su abundancia y hábitos predecibles. Usando los principios del resultado óptimo, como guía general, podemos identificar dos conjuntos de especies básicas de la subsistencia humana durante el período arcaico: el pescado y los mariscos; así como la vicuña y el guanaco. En el litoral, los mariscos y el pescado son en extremo abundantes, pero si el medio costeño fue inestable hasta el año 3,000 a. C. estos recursos no deben haber sido ni muy predecibles, ni tampoco abundantes. La vicuña, recurso abundante, predecible, habitó la puna. Es un animal no migratorio y fácil de matar, debido a su curiosidad. Menos se sabe acerca del guanaco, especie que fue probablemente abundante entre el período arcaico pero que hoy se encuentra próxima a la extinción. Aparentemente es migratoria y se sabe que habitó las tres principales zonas ecológicas de la región. Sin embargo, si la población de camélidos silvestres no fue lo suficientemente grande como para sostener poblaciones humanas altamente sedentarias, debemos imaginar alguna forma de movilidad. Una de estas estrategias acaso habría sido la caza de la vicuña en la puna durante los meses de verano (de noviembre a abril) y del guanaco a menores alturas, durante los fríos meses invernales (de mayo a octubre) de ser así, los materiales arqueológicos hallados en la Sierra deberían parecerse mucho a los encontrados en la puna. La cuestión clave radica en saber a qué altura se movieron las poblaciones arcaicas. Si suponemos alguna dependencia del guanaco en las alturas menores, la única estación en que los humanos podrían haber confiado en 39

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explotar estas especies en el litoral, habrían sido los meses de niebla y garúa, entre noviembre y abril. Ello presentaría un conflicto potencial con la explotación de la vicuña en la puna, y es así donde se hace crítica la disponibilidad y abundancia previsibles de los mariscos. Si fuese válida la noción de inestabilidad costeña hasta el año 3,000 a.C. debemos suponer que la utilización humana del litoral fue esporádica. Los lugares arqueológicos habrían de existir en esa zona, pero serían pequeños y de baja densidad. (/39/) La cantidad de material que ha llegado hasta nosotros seria mayor de lo previsible en cuanto al uso del litoral, si es que se plantea la hipótesis del sedentarismo en la puna. Si el litoral no fue inestable, habría sido más predecibles los mariscos y mayor de intensidad del aprovechamiento de dicho litoral. En efecto los mariscos podrían haber sido sustituidos por la vicuña, al menos hasta cierto punto. En tal hipótesis, el litoral presentaría mayor número de lugares arqueológicos con claras afinidades a los de la puna. Las puntas de proyectil más antiguas fueron hechas siempre de andesita y cuarzo criptocristalino y se encuentra casi exclusivamente en la puna y en la Sierra. Pocas puntas hechas de andesita o cuarzo cristalino se hallan en el litoral y ellas no se presentan en concentraciones. Más parecen objetos perdidos que indicadores de una ocupación sustancial. A la inversa, en el litoral no se hallan puntas de cuarzo traslúcido en los estilos arcaicos primitivos. Es aún más interesante que por el año 2,500 a.C. próximo al fin del periodo arcaico en esta región las puntas del proyectil se hiciesen de todos los tipos de materia prima disponibles, especialmente de cuarzo criptocristalino traslúcido y que ellas se encuentran en las tres zonas arqueológicas de la cuenca. Estos descubrimientos son provocativos. Sugieren que podría ser acertado el modelo que postula una limitada movilidad de las poblaciones arcaicas, entre la puna y la Sierra, con una utilización reducida o esporádica del litoral. La información podría no ser concluyente, pero tampoco parece apoyar el modelo del primitivo sedentarismo en la puna.

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La distribución de materiales los modelos de movilidad y de subsistencia de los cazadores y recolectores en la cuenca del Río Moquegua cambiarán drásticamente con el tiempo. Al final del período arcaico, los cazadores y recolectores parecen haber aprovechado de las zonas amplias, y especialmente el litoral, tanto para la recolección de mariscos como para la caza del guanaco Cuando ocurrió esta transición y qué condiciones la ocasionaron, son temas que hay que investigar. (/40/) Es importante recordar que la información acerca de las puntas de proyectil y de sus fuentes de materias primas no nos habla directamente de la subsistencia, sino tan sólo del movimiento de las piedras y por implicancia del movimiento de gente a lo largo de dicho ambiente. Más aún, otros mecanismos, como el comercio o el trueque, podrían invocarse para explicar tal movimiento. Sabemos que una adaptación fundamental de subsistencia, en los estados incaico y preincaico, fue el desarrollo de la que ha sido llamada complementación vertical, economía basada en las plantaciones de la gente de una aldea determinada, o bien de aldeas vinculadas por el comercio, de conjuntos de cosechas complementarias (por ejemplo, papas y maíz), a diferentes alturas. Debido a lo inclinado de los terrenos, los lugares muy distantes, podía apoyarse entre. Las poblaciones basadas en la puna intentaron establecer colonias, o bien relaciones permanentes de intercambio con poblaciones a menor altura. Estas acciones defensivas frente a lo predecible a los factores climáticos en la puna, puede verse como mecanismos atenuantes, para asegurar que los recursos disponibles pudiesen distribuirse más o menos equitativamente en un medio disímil. Se desconoce la fecha de esta adaptación, pero ella precede a los incas en millares de años. Es probable que no pudiese haberse desarrollado hasta que las poblaciones se establecieron firmemente en altitudes menores. Asimismo se ha venido realizando estudios de algunas Cuevas que colindan con las de Toquepala, como es el caso de la "Cueva de Cimarrona", situadas más o menos unos 17 41

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km. de la carretera que va de Toquepala a la Pampa de Vaca. La cueva tiene un ancho de 28 m. y la altura es de 5 m. en sus mediaciones se encuentra una fauna impresionante conformada por vizcachas y zorros, a una altura de 3,600 m. sobre el nivel del mar. (/41/) Se ha podido encontrar algunas pequeñas excavaciones por gente inescrupulosa que, ante el conocimiento de descubrimientos han empezado ha realizar acciones de saqueo, por lo que las paredes, producto del movimiento de la tierra ha llenado de polvo el yacimiento arqueológico: las paredes se encuentran cubiertas de un hollín, pero con similares características que la cueva de Toquepala. A los rebaños los podemos apreciar que se encuentran corriendo o saltando. Se puede apreciar que la Cueva de Cimarrona ha sido ocupada en diferentes períodos por cazadores del paleolítico superior. Las pinturas casi no se dejan notar, por el tiempo, o también por la destrucción de manos ajenas. Los colores que se han venido utilizando son el rojo ocre, el amarillo y el carbón. Hace años que los moqueguanos nos regocijamos con la noticia de que, en las inmediaciones del campamento minero de Toquepala, que en ese entonces estaba comenzando a desarrollarse, el ingeniero Bojovic había descubierto pinturas rupestres en una caverna situada en la desértica quebrada de Cimarrona. Estos importantes hallazgos arqueológicos, despertaron la atención de los estudiosos pero, como con cierta frecuencia sucede entre nosotros, tan valiosas reliquias de nuestro pasado pronto cayeron en el olvido de quienes deberían proteger nuestro patrimonio histórico y cultural. A pesar de los esfuerzos desplegados por la Souther Perú que cerró con rejas la entrada a la caverna de Toquepala, irresponsables depredadores violaron el ingreso y han destruido el importante documento rupestre en forma ahora irrecuperable. La pérdida de las pinturas de Toquepala es profundamente lamentable, pero la dolorosa lección recibida no podía continuar flotando a la deriva. Una vez descubierto un vestigio arqueológico, necesita protección continua y estudio permanente. Necesita ser integrado dentro de un programa administrativo que no 42

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solamente lo proteja contra la depredación irresponsable sino que lo ponga al alcance de los visitantes bien intencionados. Programa que no solamente permita la investigación científica y que promueva el turismo. F) Arqueología Moqueguana Durante el Período Arcaico, existen evidencias de la presencia de primitivos habitantes desde hace 10,000 años, principalmente en la cuenca alta del Río Osmore. En algunos de los abrigos como en Ccoscocollo, Cruz Laca y Huacacani, hay dibujos rupestres que combinan motivos geométricos en zig-zag o lineales y naturales, de llama, sol, cazadores, vegetación, etc. Una notable evidencia ocupacional, asociado a casas en campamento al aire libre fue registrada a 3,450 metros de altitud, en la ribera del Río Asana, cerca del asiento minero de Quellaveco. La muestra radiocarbónica obtenida a 2 m de profundidad, arrojó un fechado de 8,530 años de antigüedad. En la zona del litoral, la actividad tectónica es productiva. En Ring Site (Sitio Anillo de Concha), en Pampa del Palo, al Sur de 110, con un fechado del radiocarbono mostró una antigüedad de 8,600 a.C. Un enterramiento precerámico en Villa del Mar (110), se encontró una persona del sexo femenino, de más o menos 20 años. El uso del algodón que acompañaba a la persona nos indica su utilización. En el Horizonte Temprano, las primeras ocupaciones en la cuenca del Río Osmore evidencian el uso de la cerámica con la presencia de fibra vegetal. Esta misma evidencia se la puede encontrar en la Pampa de Huaracane y Yaway, en la parte media del Río Moquegua. En el Cerro Trapiche, se ha encontrado cerámica de la Cultura Pukara, presentando dos variantes, uno policromo y el otro negro sobre rojo. La cerámica pertenece al altiplano puneño. En Trapiche se encontró canastas y textiles de lana y plumas. En el Horizonte Medio (500 - 850 d.C.) hay evidencias de la presencia de Tiwanacu y Wari, principalmente en el Cerro Baúl, amo y Chen-Chen. Amo de Tiwanacu fue ocupada 43

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entre el 300 y 1,200 D.C. y está ubicado en un grupo de colinas a 10 km. de Moquegua, siendo una estructura de adobe y casi 35 hectáreas de restos domésticos y entierros, siendo sus habitaciones de quincha y barro. La cerámica incluye keros, vasos, pintados de negro, blanco y naranja sobre rojo. En los siglos que van del 1,000 a 1,200 d.C. principalmente en Tumilaca, la cerámica tiene una pérdida gradual del contacto altiplánico y una transición: hacia el Estilo Chiribaya. (/43/) En el período Intermedio Tardío el sitio más (p.43/) importante es Estuquiña, con una antigüedad de 1,100 Y 1,350 d.C., consiste en una área doméstica y tres cementerios, actualmente saqueados. Las personas fueron enterradas flexionadas de cuclillas. Los bienes de las sepulturas incluyen cerámica (cuencos, ollas, jarras, etc.), asimismo calabazas y restos de animales (cuyes, peces, aves), mazorcas de maíz, hojas de coca, instrumentos musicales, etc. El sitio de Yaral, ubicado en una terraza al final del Río Moquegua, tiene filiación de la Cultura Chiribaya, en el litoral. En el pueblo de atora, al noreste de Moquegua, se evidencia una importante influencia de Tiwanacu y posteriores relaciones con habitantes del Lago Titicaca. Sus famosos andenes que poco a poco se van deteriorando, fueron abandonados por la escasez de agua. En el Horizonte Tardío, se aprecia la enorme influencia del Imperio de los Incas en los valles de Moquegua. El sitio de Camata (Torata), se encuentra asociado con un sistema de andenes de 25 km. cuadrados. Torata Alta, se encuentra en una colina superior de dicho pueblo. Está conformada por más de 200 habitaciones, patios, calles y manzanas configuradas en un plano reticulado. Es posible que Torata Alta sea la comunidad Inca de Cochuna. Merece mencionarse a los estudiosos del pasado moqueguano que hicieron conocer al mundo nuestro rico pasado histórico, entre ellos tenemos: Leonidas Bernedo Málaga quien escribió "La Cultura Puquina". En el curso de los años 1959 y 1960, Gary S. Vescelius efectuó un "Reconocimiento Arqueológico de la Costa Extremo Sur", 44

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principalmente en el Valle de Ilo y en Gentilar, al Sur de Ilo. Hans Dietrich Disselhoff, en 1965, llevó a cabo estudios en el Valle de Moquegua. Eloy Linares Málaga, es un estudioso paciente del pasado de Moquegua, principalmente en Puquina. Mark S. Aldenderfer, arqueólogo de la Universidad norteamericana del Noroeste, realizó estudios en el Río Osmore, principalmente en Titijones. En el "Programa Contisuyo", hay que destacar el valioso aporte de los arqueólogos Mossey, Feldman, Watanabe, Barúa, Stevenson y otros. (p. 44/) Los restos arqueológicos de Puquina, descubiertos en 1931 por el Sacerdote Leonidas Bernedo Málaga, quien realizó excavaciones hallando cantidad de cerámica que entregó al Museo de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, se le conoce también con los nombres de Churajón y Yuli, ubicada entre los Distritos de Puquina y La Capilla (Moquegua). Consiste en un Laberinto de paredes que encuadra y encierra numerosas habitaciones con patios pequeños y plazas. Más que una ciudad podría tratarse de un campamento agrícola. Según Bernedo Málaga el sitio conocido como "La Huaca" y que según la tradición transmitida por el indígena Juan Huaranca, fue centro donde dominaba el cacique Churajón. Sus habitantes eran grupos de agricultores de maíz que buscaban su tecnología, principalmente en el uso de terrazas agrícolas y canales muy complejos de irrigación. Cerámica encontrada en Tingo (Arequipa) en un cementerio que fue explotado por M. Suárez Polar y José María Morante, en el sitio denominado "Tres Cruces". Esta cerámica es tosca empleando los colores rojo, negro y blanco. Usa diseños geométricos de tipo zig-zag. Casa Patac, uno de los poblados más notables, cerca de Tingo. Tiene una extensión de más o menos 2 km. de largo por 500 m. de ancho. Está dividido en dos partes, la primera está rodeada de una gran muralla de piedra sin labrar en dos hileras, unidas con barro; las habitaciones son cuadradas o rectangulares. El segundo grupo lo forman unos edificios y muros de defensa, asentados en la cumbre del Cerro Huacuchara. Se 45

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trata de una ciudad-fortaleza donde también hay chulpas de barro y piedra. El Dr. Eloy Linares Málaga a todas estas ruinas las a rebautizado con el nombre de Yuli. Dice Alfred L. Kroeber que son un grupo de cerámica particular de la Provincia de Arequipa y que tiene su extensión en los valles costeños de Moquegua, Ilo, Moliendo y Locumba. Leonidas Bernedo Málaga, agrega que: "Churajón consiste en un laberinto de paredes que encuadran y encierran numerosas habitaciones, como patios pequeños, plazas y cementerios". (/p.45/) La cerámica de Churajón según Rowe "está dividida en dos estilos: Churajón Rojo y Churajón Polícromo. Se caracteriza por vasijas de acabado irregular, alisadas descuidadamente y luego pulidas con un instrumento liso. El pulimento es igualmente descuidado, observándose estrías provocadas por el instrumento utilizado con tal fin. La parte interna de las vasijas es irregular y por lo general presenta marcas y huellas profundas de un brochado". En la decoración de las vasijas tipo Churajón Polícromo, se emplea hasta cuatro colores: rojo oscuro, negro, blanco y crema amarillento. La pintura es bastante gruesa y en algunos casos tiene una tonalidad brillante. Los motivos son geométricos y a base de líneas quebradas, se distribuyen generalmente en casi todo el cuerpo de las vasijas cerradas y en el interior de los platos y cuencas. En cuanto a la Cultura Chiribaya, indicamos que sólo a partir del período caracterizado por la expansión de Tiwanacu, la Región del Sur se suma al ciclo de la Alta Cultura, dejando atrás su carácter precerámico. Hay factores que hablan en pro de una relación con la llamada Cultura Atacameña, advertidos desde tiempo atrás. Pero puede en este caso tratarse mas bien de relaciones colaterales con lo atacameño postTiwanacu. La Costa del Sur, debió tener mayor vinculación con el Altiplano que con otra Región. El hecho mismo de que la Costa del Sur careció de vinculaciones con el resto del área andina hasta sólo la época de Expansión Tiwanacu ha motivado que los testimonios arqueológicos que presenta no tengan la singularidad del estilo Mochica o Nazca. En tiempos de estas Culturas la de la Costa Sur se encontraba sumida en 46

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una etapa de Cultura Incipiente. Los estilos típicos de la región, desarrollados a partir de lo Tiwanacu, son insípidos comparados con otros estilos peruanos. En 1955 Humberto Ghersi, excavó un cementerio ubicado a 7 km. Del Puerto de Ilo (Moquegua), en la parte baja del Valle, en el sitio denominado Chiribaya. Es un conjunto de cementerios, con un gran poblado, edificado sobre una serie de terrazas acondicionadas en la falda de una colina baja a cuyo pie corre el Río Moquegua, constituido por un agregado de casas de planta cuadrangular con paredes de quincha. (p.46/) La cerámica tiene cierta semejanza a la de Churajón, aunque con (p. 46/) variaciones locales notables. El tratamiento de las vasijas de Chiribaya es más fina que Churajón. Los colores empleados en la decoración son blancos, negros y algunas veces los diseños son geométricos. También se emplea el color naranja sobre engobe rojo. Los diseños geométricos están en forma de bandas de colores blancos y negros. Otras veces también están formando semicírculos con puntos blancos en el centro, o formando figuras en forma de Y, en las que en la parte superior es un semicírculo de color rojo, rellenado con puntos blancos sobre fondo negro. Otros motivos típicos, son: triángulos y escalones combinados, de distintos colores, formando paneles interrumpidos, de distintos colores, formando paneles interrumpidos por semicírculos, delimitados con líneas negras. Los puntos blancos que se encuentran en todo el contexto decoratívo, junto con los escalones constituyen rasgos distintivos del estilo. Las formas más características de la vajilla Chiribaya, son: cántaros de cuerpo casi trapezoidal y cuello corto con un asa circular pequeña entre el labio y la unión del cuello o el cuerpo, y base circular plana. Vasijas cerradas de cuerpo globular, base plana y cuello recto con un asa cintada que une el borde con el cuerpo de la vasija. Vasos cubilete con asa circular en el borde, y cuencas con decoración interior y con asa ojal en el borde. La posición temporal del estilo tampoco ha sido precisada, aunque se ha reconocido cierta filiación con el denominado estilo Maynas del Norte Grande de Chile, al que 47

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se considera derivado del estilo Tiwanacu expansivo. Sin embargo, la semejanza Churajón, Chiribaya y Maynas, así como entre los diversos estilos del área del Sur es tan grande, que todo parece indicar la supervivencia y consistencia de variantes regionales derivadas de un tronco común vinculado con culturas del Altiplano del Titicaca G) El Inicio de la Agricultura Pasaron los siglos y el ambiente cambió en nuestra tierra. Los bosques se convirtieron en zonas casi desérticas. Los animales murieron, extinguiéndose muchas especies. (p.47/) Desapareció la fauna de los gigantes mastodontes y megaterios, desaparecieron también los tigres "dientes de sable". En cambio el guanaco y la vicuña, ambos descendientes del "paleolama", crecían en número y reemplazaban a los animales extinguidos. Los venados y las vizcachas formaban un mundo nuevo. Junto a esta nueva fauna aparecieron también nuevas costumbres. En las cuevas se empezó a fabricar finos instrumentos de piedra, especialmente hechos para cazar animales. Y, sin embargo, estaba ya el hombre al borde de iniciar sus actividades en otro campo, que habría de revolucionar su modo de vida, sus costumbres, su vivienda, su organización social y hasta sus creencias. Era el campo de la agricultura. Es muy posible que los comienzos de la agricultura estén vinculados con el cuidado del algodonero silvestre, cuya fibra se sabe que fue utilizada desde épocas bastante tempranas. Vivían en chozas circulares de paja, palos y juncos. La vivienda era circular y semisubterránea, con el fondo cubierto de esteras de junco y con cobertizo de cañas y ramas de sauce o grama. Otras veces el techo estaba armado con vigas de madera o costillas de ballena, material que abundaba y era cubierto con cueros de lobos marinos. Las viviendas fueron juntándose cerca de la desembocadura o al costado del Río.

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Habiendo observado durante años y sucesivas generaciones la germinación de las semillas y conociendo ya algo del cuidado que hay que prestar a los árboles frutales, el pueblo recolector, en su etapa avanzada, está ya a las puertas de convertirse en cultivador. El origen de los conocimientos del cultivo agrícola por el antiguo moqueguano y por lo general de todos los grupos americanos aún no está bien esclarecido. Sin embargo, muchos datos existen que hacen ver que el hombre o probablemente la mujer, conocían minuciosamente las características y condiciones de las hierbas y plantas que los rodean. Seguramente sabría ya ella en qué territorios se producían periódicamente ciertos granos o plantas, dónde y (p.48/) cuándo aparecían sus cosechas y la de los árboles frutales. Podría haber ordenado sus itinerarios para visitar esas zonas en los períodos adecuados y, luego de recoger los frutos, cuidar el árbol, desperdigar un poco de semilla en la tierra, y limpiar la maleza antes de abandonar el lugar, preparando así una nueva cosecha para el futuro. Es lo más probable, por eso, que una primitiva horticultura haya sido establecida independientemente en varios lugares. No era por falta de conocimiento que no hubiera hecho antes la siembra y cultivo en mayor escala, sino por la existencia errática que llevaba. Para lograr la conquista agrícola tendría que haber concurrido ciertas circunstancias por las cuales un grupo humano pudiera haber permanecido en un mismo sitio durante un tiempo largo. Con la aparición de la agricultura, aparece un nuevo tipo de economía que viene a derrumbar una antiquísima tradición de cacería y recolección y de nomadismo, que se remonta nada menos que a los propios orígenes del hombre. En la Sierra, desde muy temprano, parece que cerca del año 5,000 A.C. se ensayaba ya con la domesticación de algunas plantas. Se conocía la quinua, que tiene un grano muy rico en proteínas e hidratos de carbono, es decir, un gran alimento. De igual forma ocurrió con la papa. Un poco más 49

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tarde se domesticaron las calabazas y zapallos, así como algunas legumbres como el paliar y el frijol, esto es en la Costa. Esta actividad obligó al hombre a cambiar de residencia con la finalidad de cuidar lo sembrado, por lo que su vivienda no podía hacerse en cualquier lugar, sino en donde la tierra era más favorable. El aumento de la población conduce también a perfeccionar las técnicas agrícolas. Se hace necesario abrir canales, regularizar el agua y al intensificarse la agricultura, esta requiere de la colaboración del varón. En la Costa, cerca del mar, los cambios no debieron ser, muy drásticos, pues desde años atrás estas comunidades se dedicaron a la pesca y a la caza de animales marinos; y eso asegura la estabilidad de la gente, sobre todo si hay suficiente pesca, suficientes mariscos para recolectar y suficientes lobos marinos para cazar. (p.49/) Pero la dieta alimenticia requería de productos vegetales, de modo que cuando en el valle se inició la actividad de la agricultura, los pescadores estrecharon sus contactos con el valle e intercambiaron productos, sin grandes cambios. El Valle, aunque estrecho, en antiguos tiempos era más abundante en agua que actualmente y había una rica fauna, desarrollada entre tupidos montes y bosques. Igualmente generosas eran las corrientes subterráneas con sus napas freáticas de nivel próximo a la superficie. En un principio, el vestido se fabricaba con fibra de cactus, trabajando en la técnica de! entrelazado. Usaban también pieles de vicuñas que se los aseguraban con espinas de cactus. Posteriormente la mujer aprendió el uso de la fibra del algodón que rápidamente se extendió entre los habitantes de la Costa. Con un tejido entrelazado fabricaría telas que vinieron a reemplazar en el vestido a los de fibras más toscas, aunque continúan estos empleándose, para diversos usos caseros. Pronto mejoraron también los tejidos y comenzaron a introducirse nuevas técnicas con sentido más decorativo. El algodón sirvió también para la fabricación de redes y atarrayas para la pesca. La presencia de redes de pescar indica además una cierta práctica de navegación. 50

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Producíanse en la Costa más de 30 plantas alimenticias como la yuca, el maní, el paliar, el ají, el zapallo, el tomate, la caigua y como frutales había chirimoyos, guanábanos, guayabos, paltos, papayas, la granadilla, la piña y la tuna. Por lo general el Perú se ofrece como el más grande país agrícola de América, con un aporte de más de 70 plantas cultivadas. Entre las plantas cultivadas más importantes fue el maíz: su incorporación debió haber ocasionado un revuelo entre nuestros primitivos agricultores. Puede adaptarse a ambientes de muy diferentes características, su resistencia a las enfermedades, facilidad de conservación, riqueza nutritiva y múltiple utilidad de sus componentes como alimentos humanos y animales. No se ha determinado todavía con certeza cuál fue el lugar donde primero se cultivó el maíz. En Meseoamérica después de años de estudio en la zona de Tehuacán (México), se ha comprobado que ya se cultivaba (p.50/) el maíz hace 9,000 años. Asimismo se ha hallado en la Sierra peruana maíz cultivado hace unos 6,000 años de tipo distinto al de México. Si esto fuera así, la duda iría llegando a su término dándose la razón a quienes pensaban que el desarrollo de la planta fue logrado en ambos territorios en forma independiente. Indudablemente que nuestros agricultores ya sean los del valle como los de la parte altoandina, encontraron una serie de dificultades, desde que apareció la agricultura. Encontramos los siguientes: 1) El período de crecimiento de las especies cultivadas, de 6-8 meses, limitando la producción a los períodos de lluvias. 2) Precipitación irregular con años de sequía y de fuertes lluvias. 3) Topografía desfavorable, con pendientes agudas y erosión creciente. 4) Suelos pobres, y 5) La ausencia de animales de tiro.

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Frente a estos problemas, el hombre andino logró una serie de invenciones para alcanzar un alto grado de desarrollo en el manejo agrícola, siendo los siguientes: 1) Instrumentos de trabajo, con el descubrimiento del arado de pie (chaquitaclla). 2) La construcción de andenes y terrazas para la defensa de la erosión. 3) El sistema de riego, durante la agricultura avanzada. 4) La estrategia en la conservación de alimentos, tanto de origen animal como vegetal, como el "charqui", chuño, etc. 5) Uso de los fertilizantes. La Tecnología de Riego implica construir, rehabilitar y mantener una infraestructura para captar, conducir (eventualmente almacenar), distribuir y aplicar el agua de riego a nivel de parcelas. Es el arte del manejo del agua y del suelo a nivel de parcela para asegurar el riego efectivo y eficiente, evitando erosión en pendientes mayores. (p.51/) Hay que saber manejar un plan de cultivo bajo riego, su calendario diferente y rotaciones distintas en el tiempo. Todo esto dentro de un sistema de producción coherente donde se articula y complementa la agricultura en secano con la de riego. Parte sustancial de esta Tecnología es la planificación, organización y gestión para la distribución del agua, mantenimiento del sistema y el manejo de conflictos (sobre el agua, derechos, uso, turno, cantidad, etc.). H) La Textilería Existen factores que contribuyeron al desarrollo textil de los primeros moqueguanos. Por un lado el clima frío de la cordillera que exigía llevar ropas de abrigo; por otro lado, el hecho de que ya había llegado a domesticar la llama y la alpaca y que podían cazar las vicuñas y cuyas lanas podían utilizar con este objeto. Además, disponían de tiempo libre, la mayor parte del año, puesto que las labores agrícolas sólo ocupaban una parte de éste y vivían por aquella época en un

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ambiente de gran desarrollo tecnológico con una organización social muy avanzada sin parangón entre las culturas antiguas. Si bien es cierto que la lana no puede hilarse tan finamente como el algodón, los hilados de lana que hacían nuestros prehispánicos son los más finos que jamás se hayan hecho ni aún con las máquinas más modernas. Moquegua es una zona privilegiada en la obtención de materia prima para los tintes que tanta importancia tiene y tuvieron en los tejidos de todos los tiempos. Uno de estos . productos es la cochinilla, llamada magnú en quechua. La cochinilla (Dactylopius confusus) es un pequeño animal parasito de la tuna (Oputía ficus indica) que, como se sabe, ha sido considerada por muchos especialistas como una planta no originaria del Perú, sino procedente de México y traída recién por los Españoles. La cochinilla da un tinto fijo de color rojo, muy apreciado por los tintores y lo podemos encontrar tanto en los valles interandinos de Carumas, Cuchumbaya, Calacoa, etc. como en los valles cálidos de Omate y Moquegua. (p. 52/) Pero no sólo se trata de la cochinilla, pues en asociación con ella aparecen también otras plantas famosas por sus cualidades tintóreas como la Tara (Caesolpimia tinetoria) cuyas vainas eran usadas para obtener el color negro en los tejidos y que es abundante en toda la zona moqueguana; el molle (Schinus molle), un árbol que da tintes amarillos; la chilca (Baccharis polyantha) de donde se obtiene tintes verdes o amarillos, como así también la hediondilla. Todos ellos crecen generalmente en las orillas de los ríos. Los tejidos fueron decorados combinando hilos de distintos colores o pintándolos. Los diseños son de tipo geométrico representando animales, principalmente aves y, posiblemente, algo parecido a una serpiente. Algunos tejidos fueron decorados con plumas. En el hogar, se desconocía las mesas y las sillas: los esposos se sentaban en cuclillas y dormían en haces de paja o en lana de llama, Guanaco o vicuña. Los cueros servían como refuerzo de la cama. La mujer se dedicaba a las faenas de la casa, además de hilar la lana para sus vestidos. Los 53

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vestidos de los hombres y mujeres tenían distintivos, según la clase social y el cargo. En general, el hombre llevaba el Unco, camisa ajustada, sobre lo que endosaba una especie de manta con abertura para la cabeza, llamada Yacolla, que venía a ser el poncho actual. Completaba el atuendo una ancha faja, atada a la cintura, que pasaba por entre las piernas. La mujer usaba el Acsu, pieza de tela que llegaba hasta los pies. Tanto hombres como mujeres calzaban sandalias hechas de cuero, que sujetaban con correas al tobillo. I) El Pensamiento de los Aborígenes Pensaban los aborígenes que muchas enfermedades son espíritus diabólicos que vagan en las noches, y el que se encuentra con uno de ellos (la "üra") puede enfermar y enloquecer al sujeto. Que hay otros que son visible, en forma de mujeres bonitas, de animales deformes o de personas mal vestidas, o sea el "anchanchu", que ocasiona enfermedades.(p.53/) La "ürija" es la influencia maligna de la "intemperie" en el niño o en su ropa que lo hace llorar. Cuando el espíritu de un individuo se extravía y no puede volver a su cuerpo, llega la muerte. El cuerpo queda en su lugar, pero el espíritu vaga lamentándose por los lugares que frecuentaba en vida, a veces, desde antes de su muerte. Se le vela en la casa, pero su ropa se lleva para quemarla en algún lugar apartado. Los acompañantes a esta ceremonia dicen que ven, en el humo de la ropa, la forma del cuerpo de la persona que va a morir próximamente llevado por el difunto que se está despachando para que deje de penar en este mundo. Estos espíritus tienen las mismas necesidades pasiones que los hombres: hambre, sed, cólera, compasión y sentimientos de justicia para premiar o castigar. Hay que "pagar" al "ayhuiri" para tener éxito en los negocios. Los "auquis" o espíritus de los padres y los "achachilas" de los abuelos, moran en los cerros o montañas mayores.

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Las ceremonias de "pagar" a los espíritus, varían según la importancia de los actos o trabajos que se inician o cumplen o da lo que se pide. Para iniciar la siembra, la cosecha, hacer un cerco, una zanja, es suficiente la "jenqquencha" o "qqosinchi", que consiste en sahumar con unas hojas de coca. Lo mismo se hace para evitar el granizo que se avecina. La marca del ganado es una ceremonia seria, ritual, que se celebraba en setiembre, en la que se rendía culto a la tierra y al sol que han sido generosos en la procreación del ganado. En esta ceremonia, que a veces duraba varios días, después de acorralar al ganado en el "cachi", se cogía a la llama blanca "qomi", estéril, designada para el ."cuchu" (sacrificio); luego el Paqo o Yatiri la sacrificaba cortando en el costado izquierdo y arrancando el corazón y los pulmones empiezan a ver la sangre y por ende la suerte. La sangre recibida en una fuente sirve para la "thinca". Este acto se realiza al pie de la "mesa" que es una piedra destinada para este acto. En el "cachi" se escogía dos llamitas o alpaquitas "ancutas" de un año, un macho y una hembra, para adornarlas con lanas teñidas de vistosos colores y celebrar el casamiento uniéndolas por el cuello con una borla nueva (qqorahua), echándoles flores y sahumándolas con coca. (p.54/) Luego comienza la marca en la oreja con la señal de costumbre. Cuando terminan de marcar el ganado se hace el "despacho" a media noche quemando el "kkintu", con coca, etc. La ceremonia de la techumbre de la casa o "tapa" (Achuqallo, en Aimara y Huasichacuy, en Quechua) daba lugar a una ceremonia tan importante como la anterior con "mesa"y "thinca", así como bailes y cantos. El Qolliri o médico es el que cura las enfermedades. Generalmente es el mismo Yatiri, que adivina por medio de las hojas de coca par tener los primeros datos sobre la enfermedad que aqueja al paciente. Cuando el niño esta nervioso y llorón y no duerme, es porque se ha asustado y su espíritu extraviado: está 55

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"urañasca". Es necesario llamar el espíritu extraviado del niño, a la salida y a la puesta del sol con frases conocidas, haciendo señas con su ropa y conducir al espíritu perdido hasta la cama del niño y ponerle la ropa con la que ha vuelto el espíritu a su cuerpo. Las lastimaduras con hematomas, las curan con coca masticada. Las diarreas se curan con masajes al vientre y faja sosteniendo yerbas. Todas estas curaciones van acompañadas con 'pagos' a la casa y a la tierra que deben estar descontentos con el paciente. Otra práctica mágica es la "turca", que consiste en un cambio, rescate o reemplazo del enfermo, colocándole en sus cuerpo un cuy vivo que, con la influencia de la fiebre del enfermo, también se enferma y se queja. Luego se saca el cuy afiebrado, se le sacrifica y se le hace la autopsia, para examinar sus órganos internos y encontrar congestionado el órgano enfermo, lo que permite diagnosticar y afirmar cuál órgano está enfermo, o efectado. El "Laica" o Brujo es el que hace los maleficios para que alguien ejerza sus venganzas contra sus enemigos. (p.55/) Se vale de sapos que los atraviesa con espinos, para que los dolores los sienta el embrujado y cuando el sapo muera, deberá morir también aquél. Así como sabe colocar el hechizo o brujería en algún lugar cercano a la vivienda de la víctima, o debajo de la cama, etc. También los brujos saben encontrar el hechizo y quemarlo para que sus efectos recaigan en el enemigo que mandó hacer el brujería. En muchos cerros residían los Aukis, que constituían el mismo espíritu de ellos. Tenían sus ganados, guardados por sus servidores, que consistían de cóndores, felinos. Eran estos últimos los más temibles, pues lanzaban rayos y granizo, destruían las cosechas y mataban a los hombres. También el arco iris se cree que es una gran serpiente, que constituye el nexo o unión entre la tierra y el cielo y se le tiene gran temor.

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J) El Uso del Veneno El Inca Garcilaso de la Vega, refiriéndose a los pueblos de Moquegua y Cuchuna, indica: "...alcazaron a saber que entre aquéllos indios, no tanto para los matar para traerlos afeados y lastimados en su cuerpo y rostro. Era un veneno blando, que no morían con él sino los de flaca complición; empero los que la tenían robusta vivían, pero gran pena, porque quedaban inhabilitados de los sentidos y de sus miembros y atontados de su juicio y afeados de sus rostros y cuerpos. Quedaban feísimos, albarazados, ahoverados de prieto; en suma quedaban destruidos interior y exteriormente y todo el linaje vivía con mucha lástima de verlos así. De lo cual holgaban más los del tócigo, por verlos penar, que no de matarlos luego. Los Capitanes. sabida esta maldad, dieron cuenta de ella al lnca, el cual les envió a mandar quemasen vivos todos los que hallesen haber usado de aquella crueldad, hicieron de manera que no quedase memoria de ellos. Fue tan agradable este mandato del Rey a los naturales de aquellas provincias, que ellos mismos hicieron la pesquisa y ejecutaron la sentencia; quemaron vivos a los delincuentes y todo cuanto tenían en sus casas, las cuales derribaron y sembraron de cascajo piedra, como a cosas de gente maldita; quemaron sus ganados y destruyeron sus heredades, (p.56/) hasta arrancar los árboles que habían plantado; mandaron que jamás las diesen a nadie, sino que quedasen desiertas, porque no heredasen con ellas la maldad de los primeros dueños. La severidad del castigo causó tanto miedo en los naturales que, como ellos lo certifican, nuca más se usó aquella maldad en tiempos de los Reyes Incas, hasta que los españoles ganaron la tierra. Ejecutando, pues, el castigo y asentada la población de los transplantados (mitimaes) y el gobierno de los conquistados, se volvieron los capitanes al Cozco a dar cuenta de lo que habían hecho. Fueron muy bien recibidos y gratificados de su Rey". Carlos Paz Cafferatta, señala: "La tradición atribuye a los moqueguanos una cualidad especial para el uso de las hierbas. Cuentan que cuando los Incas dominaron a los 57

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Cuchunas, que se habían hecho fuertes en el Cerro Baúl, los vencidos ofrecieron en señal de sumisión chicha envenenada que a los fuertes deja débiles ya los débiles los mata, lo que provocó la tremenda represalia Inca". El Padre Torres, continuador de la "Crónica Agustina" de Calancha, escribe también de la espantosa erupción del volcán Ubinas, que ocurrió por el año de 1600, cuando gobernaba el Virrey Luis de Velasco: algunos días antes se apareció a sus hechiceros y magos, que eran muchos −dice Torres− en los pueblos más cercanos al volcán "les habló visiblemente, como solía, dentro de un río, en figura deforme de culebra con rostro humano, de notable fealdad, a quien los indios nombraban Pichinique, aparecióseles, pues, y con ceño feroz les dijo: que dentro de pocos días verían una tempestad espantosa, jamás hasta entonces vista que les había de enviar sobre todos los pueblos de aquella comarca, en castigo a su deslealtad, por haber dejado su adoración y recibido el bautismo y la ley de los cristianos, causa por lo que huían de ofrecerles sacrificios, como antes... completando la relación, un testigo de la catástrofe, Simón Pérez de Ponce, contó con el remedio que los indios solían ofrecer era echar en las fauces del volcán a diez o doce doncellas vivas, lo que habían dejado de hacer desde la llegada de los españoles, provocando la ira de Zupai, el diablo del volcán". (p.57/) La magia también se ejercitó en un principio como un impulso por establecer nexos causales entre deseo y realidad y procurando, por medio del ilusionismo y de una imposición de la voluntad sobre fuerzas impersonales, influir bien fuera sobre los fenómenos naturales o en fines simplemente utilitarios. También se pretendía conocer el porvenir, a fin de modificar, cuando fuera necesario, los sucesos. La acción del hechicero tendía a ejercer su acción por medio de técnicas racionales, de acuerdo con un sistema bien articulado. Contra el temor a los fenómenos de la naturaleza Actuaba en forma impositiva, estimando como naturales y lógicos los efectos de su acción. Constituye un aspecto sustancial de las creencias mágicas la idea de que lo que se hace a la parte es lo mismo 58

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que hacerlo al todo,. Quien poseía cabellos o uñas de otra persona podía ejercer sobre éstos, mediante los oficios de un buen hechicero, la mala influencia que se deseaba hacer recaer sobre aquélla. Tomó el hechicero a su cargo la organización de las ceremonias con que se invocaba a las fuerzas místicas que se manifestaban desde los cielos para que cumplieran su misión de traer la vida a los campos y el bienestar de los hombres. Eugenio Alarco, dice: "era, además, el hechicero un oráculo natural podía hacer presagios, interpretando los deseos de los espíritus. Pero, sobre todo, ejercitó como una de sus más importantes misiones la curación de las enfermedades... constituía, por eso, el hechicero el eje alrededor del cual giraba la vida de la tribu, y su persona alcanzaba una importancia trascendental. En su ciencia misteriosa tenía ciega fe toda la comunidad. No era él un individuo corriente. Era un ser predestinado, que había recibido de las fuerzas místicas una señal, que hacía reconocerlo por tal, como la de ser jorobado, ventrílocuo, tuerto o ciego". Bien podía poseer facultades hipnóticas, haber sobrevivido al impacto de un rayo, etc. (p.58/) Para aumentar su eficiencia en el ejercicio de sus funciones de curandero, estudiaba la influencia y propiedades de las plantas, productos animales, de la tierra, de los metales. Poseía los secretos para la preparación de venenos, que también le servía como valioso artículo de intercambio. Conocía la anatomía humana y animal, constituyéndose ellos en los primeros cirujanos de nuestra Historia. (p.59/)

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II. LA RELACIÓN CON LOS VECINOS A) Tacna, Arica y Tarapacá El hombre antiguo había logrado gran número de bienes y de conocimientos. No puede pensarse que unos u otros desarrollos culturales se hubieran producido y perfeccionado en lugares determinados del vasto territorio americano. Todo tiende a indicar que nunca dejó de existir un cierto intercambio entre las poblaciones de las diversas Regiones, que fue precisamente lo que originó, como en otras partes, una rápida difusión de la agricultura. Ya desde antiguos tiempos se hacen presentes, en efecto, estas actividades de trueque a través de grandes distancias. En Tarata (Tacna), ha sido hallada una cueva o abrigo llamado "Caro", que se revela como de antigua ocupación. Está situada en las laderas de un cañón que forma la quebrada de Caparaja, a más de 3,000 m.s.n.m. En su interior había diversos instrumentos líticos, un punzón de madera, adornos de conchas marinas y otros objetos. Esto denota que también, al igual que Toquepala, sirvió de refugio a los antiguos cazadores de tarugas o guanacos, en el curso de la playa hacia las alturas. En las paredes hay pictografias. Su edad alcanza algo más de 8,000 a.C. En una sepultura de Arica, perteneciente a muy antiguos pescadores, se encontró un saco con unos 5 kilos de semillas de quinua, que provenían de la Sierra. Es de. suponer que el transporte se realizaba primero Ilevándolas en sus espaldas pero posteriormente con la domesticación de la llama, la capacidad de transporte pudo ser aumentada substancialmente. Los historiadores indican que los habitantes de la Costa Sur mantuvieron una cultura mayormente dependiente de productos marinos. En Arica hubo grupos primitivos que alcanzaron escaso desarrollo cultural, debido seguramente a su aislamiento. Se dice que eran de baja estatura y que casi 60

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no usaban adornos. (p.60/) En varios sitios, a lo largo de una ocupación regularmente larga, no tenían telas, ni usaban ropa o bien se cubrían con una pequeña pieza de cuero.. sujeta a un cinturón hecho de cabello humano trenzado. Las tumbas muestran enterramientos en posición tanto tendida como flexionada, de acuerdo con la época de la ocupación. Algunos cadáveres estaban con el rostro o todo el cuerpo pintado de rojo o a veces de otros colores, y acompañados con trozos de pintura roja. Muchos de ellos habían sido modificados al fuego. En algunas tumbas habían flautas hechas de huesos de aves, cascabeles para amarrarse en las piernas y máscaras. En una se halló también un perro sacrificado. Se ha podido observar que, por lo menos en ciertos casos, se practicaba la deformación craneana. La cerámica les llegó tardíamente, muy poco antes, en todo caso, de recibir la influencia de Tiwanacu. La producida por ellos era al principio simple y sin decoración. Se ve, pues, que era muy primitiva. Sin embargo, se habían vuelto expertos navegantes. Viajaban en grandes odres inflados, hechos de cuero de lobos de mar. También utilizaban balsas formadas por tres maderos amarrados e impulsados por remos. Cuando llegaron los españoles, los pescadores de Arica a los que se les llamó Changos, continuaban llevando una vida muy primitiva; no sólo usaban ya balsas infladas de madera, sino las de totora, con velas. Estos antiguos habitantes tenían bolas de piedra que quizás utilizaban cono boleadoras, para la caza de lobos marinos, aunque sería difícil saber cómo las empleaban y también se ha puesto en duda que utilizasen redes de pescar. Pero toda clase de aparejos para ese uso, con hilos de algodón, cuerdas, sogas, anzuelos de concha, bolas de piedra empleadas como pesas en las redes y otros útiles de cuero o hueso se fueron perfeccionando notablemente y muestran, aún en medio de sus lejanías, el ingenio con que otros primitivos luchadores hacían frente a las necesidades de la vida.

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Cuando conocieron la agricultura, no abandonaron su principal ocupación pesquera. (p.61/) Los Changos llevaban una vida que parecía no haber cambiado demasiado a través de innumerables siglos. Un viajero de mediados del siglo XIX informaba haberlos visto en sus viviendas hechas con armazón de costillas de ballenas o troncos de cactus, cubiertas de cueros de cabras, telas viejas o simplemente algas marinas. Un estómago de foca les servía de recipiente de agua para beber. Sólo tenían como otro menaje un par de ollas y una batea. Se alimentaban principalmente de productos marinos. Más al Sur, en Punta Pichalo, cerca de Pisagua, llegaron a producirse antiguamente telas, cerámica de un solo color, canastas y abanicos de plumas. En muchas tumbas se colocaba un poste de huarango que sobresalía del suelo para marcar su ubicación. Se ha encontrado además en la Región de algunos antiguos bosques de esos árboles, ya enterrados bajo la arena y otras huellas que indican que muchos de los actuales desiertos de esta Región estuvieron en épocas anteriores cubiertos de bosques. Algunos cadáveres mostraban haber sido sepultados mucho tiempo después del fallecimiento, en un estado de putrefacción. Los entierros más antiguos eran en posición echada. Más tarde en posición flexionada, cubiertos con vestidos de pieles de aves o de guanacos. En Calama, había viviendas rectangulares de piedra sin pulir. Sus habitantes llegaron a fabricar distintos modelos de cerámica simple, a veces con dibujos geométricos de dos colores, así como muy numerosos útiles de madera y artículos de cuero. También algunos de oro y plata. Se considera este lugar el centro de la Cultura Atacameña, con agricultura, pastoreo de llamas, pueblos con casas alineadas formando calles. Tenían una cerámica simple, a veces adornada con decoraciones geométricas. Trabajaban muchos objetos de madera y también en cuero, así como canastas y calabazas, tejidos y, más tarde, artículos de oro. (p.62/) Los antiguos indios de la Isla de Chiloé, se pintaban el cuerpo de rojo en son de guerra y de blanco en el de la paz. 62

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Como los lobos salían a las playas en gran cantidad, eran sorpresivamente acometidos por grupos de indios, provistos de garrotes, que les daban muerte mientras los animales se arrastraban tratando de alcanzar el mar. Como éstos, también los de remotos tiempos derretían la carne para extraer el aceite. Las pieles servían de abrigo y para fabricar sogas. Los Araucanos no permitían que el enemigo conociera su nombre, pues así le serían imposible a éste hacerles el daño que intentara. Los indios Onas de la Patagonia, decían que sus sociedades secretas habían sido fundadas en tiempo inmemorial para vencer la tiranía de las mujeres. Sólo a partir del período caracterizado por la expansión Tiwanacu (Wari), la Región del Norte de Chile se suma al ciclo de la Alta Cultura dejando atrás su carácter precerámico. Los atacameños, llamados también Lipes u Olipes, se hallaban establecidos en el valle del Río Loa. Junius Bird ha hecho notar que en Arica, además del Tiwanacu Expansivo, se presenta la cerámica con los colores de negro sobre blanco, llamada también Arica 1, de origen extra Tiwanacu, tal vez derivada de la veta alfarera atacameña de rasgos típicos cuya tradición si inicia antes de Tiwanacu. Este estilo evolucionó en Arica 11, gracias a nuevas combinaciones. Cuando Max Uhle, revisó la Arqueología de Tacna y Arica, llegó a la conclusión de que la Cultura Lítica había sobrevivido en esta Región hasta el advenimiento de Tiwanacu Algunas de las poblaciones mencionadas se establecieron en áreas cercanas a las desembocaduras de los ríos y tuvieron mayores posibilidades de iniciar más tarde una agricultura incipiente con prácticas de riego artificial e introducción paulatina de la alfarería. Surgen así, los grupos que componen el complejo que en el área chilena se ha denominado como Chinchorro, que perdura hasta el 500 a.C. aproximadamente, y de cuyos finales son buenos representantes los sitios de Faldas del Morro y El Laucho, en Arica; y los sitios de Catarindo, Matarani, Mollendito, en 63

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Arequipa y el estrato final de la cuenca de Toquepala (Moquegua). (p.63/) Estos grupos parecen estar vinculados a elementos de las tierras bajas orientales. Su organización inicia! fue al parecer a nivel de banda, para luego desarrollar una estructura semialdeana. El inventario de la cultura material es variado e incluye cestería decorada, gran cantidad de calabazas, tejidos sencillos de lana en colores natural y rojo, tocados de fibra con plumas de aves tropicales, y en las fases más desarrolladas elementos confeccionados en madera y hueso, correspondientes al empleo de alucinógenos. Son comunes en estas fases anzuelos de cactus, propulsores y arpones de hueso. Las complejas prácticas mortuorias, como las observadas en Faldas del Morro y Matarani, comprenden tratamiento post mortem de disecación, vaciado del cuerpo, y posterior relleno con pajas y basuras, y su cobertura final con capas de barro. La presencia de deformación craneana intencional, sugiere un elaborado sistema de creencias. Durante este período se observa una diferente modalidad de ocupación de hábitat y corresponde a los pueblos llamados Conanoxa en Chile, y que se detecta también en Pichalo y Tiviliche (Chile), 110 y Toquepala (en Moquegua). Estos grupos muestran una dinámica de desplazamientos estacionales o transhumancia, que van de la Costa a las Lomas y de las Lomas a los valles y pampas interiores. Esta transhumancia obedecería de manera fundamental a necesidades alimenticias básicas y de complementariedad, teniendo como base el aprovechamiento máximo de diversos recursos en microambientes. Una característica de este complejo es una industria lítica muy compleja de cuarzos críptico cristalinos, trabajados por percusión y presión. B) Tiwanacu La Cultura Tiwanacu, se encuentra ubicada al Sur del Lago Titicaca, sobre territorio boliviano a una altura de 3,825

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m. sobre el nivel del mar, en un valle altoandino propicio para el pastoreo. La primera referencia a los monumentos pétreos es la de Pedro Cieza de León, quien visitó el lugar entre 1540 y 1550. Cieza encontró Tiwanacu ya en ruinas y fue informado por los naturales de su antigüedad anterior a los Incas. (p.64/) Las principales edificaciones que destacan son el cerro Fortificado de Acapana, las megalíticas estructuras de Kalasasaya, la arquitectura de Puma-Punco y los frisos artísticamente tallados de la Puerta del Sol. Todo este conjunto de edificaciones condujeron a Posnanski a suponer que Tiwanacu fuese la cuna de la Cultura Americana, con antigüedad superior a los 14,000 años. Aunque las descripciones y los planos que incluyen los trabajos de Posnanski son de las más precisas, sus comentarios, interpretaciones y conclusiones han sido erradas. Uhle y Stubel además de sus observaciones y estudio in situ, ofrecen una excelente guía bibliográfica acerca de las ruinas de Tiwanacu, desde los cronistas del siglo XVI hasta los viajeros del siglo XIX, que completan con sus propias descripciones. En 1932 Wendell C. Bennett, inicia las investigaciones propiamente científicas. Realiza excavaciones estratigráficas que le permiten separar cuatro fases culturales:, Tiwanacu Primitivo, Clásico, Decadente y Post Inca. Esta secuencia tuvo implicancias en la cerámica y lito escultura. En 1957 el arqueólogo boliviano Carlos Ponce Sanjinés, postula como resultado una nueva periodificación, Con Cuatro fases antes del Tiwanacu Expansivo. Las épocas I y 1I son consideradas como formativas, especialmente Tiwanacu I, relacionado con Qaluyo; mientras que el II, coetáneo y vinculado con Pucará, con cerámica sencilla, utilitaria y escasos decorados y engobados, vendría a constituir la fase del desarrollo aldeano de Tiwanacu. Las épocas III y IV corresponden al período de Desarrollo Regional. La última época, V, está identificada con el Expansivo, que tiene gran difusión en el área de los Andes Meridionales, principalmente en relación con la búsqueda de tierras de cultivo en los valles de la Costa. Durante la época III 65

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Tiwanacu alcanza una jerarquía especial en el Altiplano. Es ya una ciudad con sectores de administración, centros ceremoniales, necrópolis, aunque no se ha definido todavía el Barrio Residencial. (p.65/) En los últimos años ya se viene descubriendo varios sitios con ocupación Tiwanacu en territorio peruano como Cabanillas y Huancané, entre otros, que se suman a las afinidades estilísticas que guarda el complejo de Pukará con los tiwanaquenses de períodos tempranos. La cerámica tiene cualidades propias. Constituye una tradición altiplánica, que más tarde se difunde ampliamente, depurando sus influencias o directamente. La época III es una continuación de las anteriores. Los diseños son casi estilizaciones del felino, aves, peces y serpientes. Luego son una constante los dibujos geométricos, líneas escalonadas, zig zag, triángulos y cuadrados sucesivos, aspas (x), círculos, etc. Hay figurines antropomorfos y zoomorfos. La fase IV se conoce también como Fase Clásica en el desarrollo de la Cultura Tiwanacu. La cerámica es muy fina y con variedad en formas y diseños decorativos. Las formas más comunes son los vasos en forma de Kero, acampanulados, copas con base muy angosta que parecen "embudos invertidos". Algunos vasos tienen la cabeza de felino modelada en el borde, otras asas proyectadas, vasos con cintura, los llamados "vasos timbales". Hay también cántaros semiglobulares, con cuello alto, botellas, platos, tazas, etc. Lumbreras, señala que: "Casi nunca la decoración pintada está en relación con la decoración incisa, la última de las cuales se reserva generalmente para las piezas reducidas, que son de color negro, de tipo buchero". La arquitectura es otro aspecto notable de la Cultura Tiwanacu. Ponce señala, que hay seis complejos de edificios, siendo el más grande e importante el Kalasasaya, ubicado en el centro del conjunto, el templete subterráneo, los recintos de Putuni, Laka-Kolla y Queri Kala, el Montículo de Acapana, y el Cementerio que ocupa el litoral del Lago. Los arqueólogos coinciden en señalar que Tiwanacu debe ser considerado 66

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como un "gran centro ceremonial habitado por personas dedicadas a atender los servicios del culto". (p.66/) La Estela encontrada por Bennett en 1932, hoy llamada "Estela Bennett" debe corresponder a la época IV. La estatua tiene 7.30 m. de alto por 1.20 de ancho, tallada en un sólo bloque, con corte rectangular. Lleva un tocado recto, que podría ser una banda que cubre toda la frente. Tiene un collar, yen una mano lleva un kero y en la otra un instrumento, quizá un pututo, ambos pegados al tórax. El Templo de Kalasasaya, está edificado sobre una plataforma, con acceso mediante escalinatas. Tiene un patio interior, donde Ponce descubrió otro Monolito, ahora llamado "Monolito Ponce" y que se parece a la gran estatua. Tiene 3m. de altura. En la parte central (dintel), hay una persona sosteniendo báculos en ambas manos y con la cabeza radiante. A sus costados hay tres filas de individuos a cada lado, en actitud de correr o danzar con rostro de ave (halcón) y mirando hacia la persona central. El pueblo de Tiwanacu a la par que agricultor era ganadero; en realidad, la ganadería de llamas y alpacas era de mucha importancia, mientras que los cultivos estaban limitados al tipo de plantas de altura, capaces de soportar la dura alternancia climática cordillerana. Naturalmente que las plantas aquellas son de un valor nutritivo excepcional como es el caso de la papa y la quinua. Gracias a las posibilidades ganaderas de la Región, los tiwanaquenses tuvieron posesión abundante de la lana y también de carne. La carne como la papa era deshidratada y conservada en este estado por tiempo indefinido de modo que podría ser transportada a grandes distancias como producto de intercambio. La lana, la carne y la papa podrían ser llevadas junto con otros productos suntuarios a diversos lugares, a cambio de los productos de las tierras bajas. Pero Tiwanacu no llegó a constituir un gran Imperio. Debió ser un estado expansivo con dominio sobre muchos territorios, pero sobre todo un estado colonizador más bien que uno de carácter imperialista. (p.67/) 67

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El gran Estado Tiwanaquense viene a ser una gran metrópoli con otras ciudades menores cerca del inmenso Lago Titicaca, y una infinidad de "enclaves" dispersos en los valles de la Costa cerca del mar, donde se producía el maíz, varias legumbres y se obtenía una gran variedad de peces y otros mariscos, dispersos en las quebradas intermedias de la Sierra, donde también hay maíz del bueno y árboles frutales. En algunos lugares de la Costa del Sur del Perú y Norte de Chile, las colonias altiplánicas encontraron pueblos muy atrasados de pescadores y recolectores, con los cuales coexistieron pero no se mezclaron, no convivieron, algunas poblaciones asimilaron los logros tecnológicos tiwanaquenses y desarrollaron formas superiores de Cultura. La metalurgia tuvo un desarrollo notable. Se descubrió la aleación del cobre con el estaño y se dio origen al bronce, que tuvo su máximo esplendor en la Fase IV. Conocieron el oro, que trabajaban en láminas, y con el cobre fabricaban grapas para unir grandes piedras. La religión jugó un rol importante y en ella encontramos la razón de su "Capital". Es posible que la figura de la Portada del Sol, llamada Dios Wiracocha, fuera uno de los dioses más importantes. También existió el culto a los muertos. Los cráneos eran deformados, cumpliendo una función estética, o tal vez cultista; los cráneos en calidad de trofeo sí cumplieron un rol en el culto. El Centro de Poder de Tiwanacu no estuvo circunscrito a una sola ciudad, o a una sola Región. Desde el comienzo se dibujaron dos polos de desarrollo regional altiplánico; por un lado la Cuenca del Titicaca constituida por los valles y praderas que rodean al sistema de los ríos que desaguan en el extremo Norte del Lago Titicaca y, por otro, la Costa del Lago, los valles, las praderas y los bosques del Sudeste del Lago. En el Norte se condensó el proceso en torno a Pucará, por el Sur entorno a Tiwanacu, como antecedente de Pucará desarrolló la Cultura Kaluyo; y como antecedente a Tiwanacu la Cultura Chiripa.

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Tiwanacu se expandió por toda Bolivia, el Sur del Perú (Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna), Arica y Antofagasta. (p. 68/) En la Costa, hasta ahora lo que se conoce de Tiwanacu son unos cuantos cementerios, desde Moquegua hasta San Pedro de Atacama, pero no se han excavado sitios de poblamiento y no hay ningún sitio -menos una fortificaciónque se conozca y que sea asignable al período, en términos tales que podamos hablar de una "ocupación Tiwanacu". Todo. esto, aunque queda la duda por falta de investigación, nos indica que quizá los cementerios tiwanaquenses son la expresión de una colonización altiplánica de tierras del Valle, hecha de modo pacífico en zonas con enfermedades endémicas, tipo Malaria, que afectaron seriamente a los migrantes. En el Valle de Moquegua, esto es particularmente dramático, pues los cementerios son inmensos, sin una expresión habitacional equivalente; parecería que en muy poco tiempo murió una gran cantidad de gente tiwanaquense. No parece que fueran muertos de batalla, a menos que en el futuro se demuestre lo contrario. Pero uno de los efectos más importantes de Tiwanacu, fue el que produjeron uno o varios de sus "enclaves" en la Sierra Central del Perú, en Ayacucho. Allí, los "colonizadores" tiwanaquenses se encontraron con una sociedad que había desarrollado su tecnología y avanzado socialmente, de modo que de la coexistencia de ambas surgió una nueva conocida como Wari. La Ciudad de Wari, está ubicada a 25 km. al Noreste de Ayacucho. Fue la capital de un complejo Estado Imperial, cuya área de influencia cubría desde Cajamarca y Lambayeque por el Norte, hasta Arequipa y Cuzco por el Sur. Anteriormente en Ayacucho existió la Cultura Huarpa, la cual desarrolló importantes contactos económicos con Nazca, permitiendo que se produjera en Ayacucho un acelerado crecimiento de la producción artesanal, que rápidamente devino en la formación de centros de producción de cerámica. Esto fue posible porque Nazca exportó a Ayacucho nuevos 69

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elementos y técnicas desarrolladas en el tratamiento de la cerámica. (p.69/) En Ayacucho ya se conocía el trabajo con metales para la elaboración de objetos ornamentales y ahora con los contactos con Tiwanacu permitieron ampliar y perfeccionar este sector de la producción artesanal y elaborar ya no sólo adornos, sino instrumentos como punzones y también armas. Los dioses de Tiwanacu lograron cada vez una adopción más difundida. Es así que se desarrolla una cerámica ritual conocida como Robles Moqo, que especula con la imagen de la divinidad central de la famosa Puerta del Sol de Tiwanacu, combinándose con símbolos de una economía altiplánica y de la economía ayacuchana. Entonces podemos decir que los cambios de la Cultura Huarpa a la Cultura Wari se producen sobre la base de una economía agropecuaria fuertemente desarrollada, que logró transformar el medio ambiente y desarrollar notablemente la tecnología artesanal. Con el desarrollo de la Ciudad de Wari y sus estímulos de atracción para los campesinos, se produjo un paulatino abandono del campo y un superpoblamiento urbano que desembocó en la pauperización regional. Era éste un tiempo en que las ciudades pugnaban por su desarrollo, y la guerra se desató entre ellas con la finalidad de lograr una hegemonía sobre la producción para poder garantizar la supervivencia y estimular el desarrollo. Ayacucho logró rápido éxito en esa carrera militarista y consiguió imponer mediante las armas sus productos urbanos para absorber los productos rurales de cuanto Valle fuera posible y lograr así alimentar a la élite que vivía en Wari. El trato que tuvieron los Waris con las colonias fue muy particular. En el caso de los mochicas, la llegada de los Waris provocó cambios importantes en el conjunto de la sociedad.

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Durante la época Wari, a lo largo de toda la Costa, se integraron muchas representaciones religiosas, cuyo origen más lejano estaba en los dioses de Tiwanacu y luego en los de Wari y Pachacámac. Durante esta etapa se generaliza en casi todo el país el uso de los objetos de bronce que Wari tomó de Tiwanacu, con lo cual aumentó la especialización y el desarrollo de la producción metalúrgica. (p.70/) En el curso de los años, los especialistas de Ayacucho se congregaron en la ciudad de Wari, que fue creciendo inorgánicamente: allí vivían alfareros, los orfebres, los picapedreros, etc. La ciudad, además, tenía un ejército que se dedicó a conquistar a los pueblos del Oeste, del Norte y del Sur, menos el Altiplano. Las casas estaban dentro de unos recintos muy grandes de piedra, con murallas de seis o más metros de alto. Debieron vivir allí unas 40,000 personas. En cada lugar estableció una ciudad, a manera de centro colonial de administración. Estas ciudades, si bien eran hechas a imagen de la de Wari, eran en cambio ciudades muy bien planificadas, con extensas zonas dedicadas para depósitos y con protección militar. Pero las ciudades que estableció Wari en cada Valle, siendo la mejor conservada la de Pikillacta, al Sur de la ciudad del Cuzco ("Cabezas de Región") que fueron obteniendo autonomía e importancia propia. Algunas de ellas como la ciudad de Pachacámac, en Lima, se convirtió en poco tiempo en un centro casi con igual importancia que Wari "exportando" sus productos a lo largo de toda la Costa, en mayor proporción que Wari. Cuando cayó Wari, el prestigio de Pachacámac se mantuvo y aún en los tiempos de los Incas, siguió siendo de primerísima importancia, conservando sus propios dioses que seguramente fueron los de Wari, ciudad que en tiempos de los Incas era ya sólo una ruina. En la zona de Ayacucho, la producción de alimentos bajó porque los campesinos habían abandonado sus tierras porque se habían vuelto improductivas. 71

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Las colonias se liberaron. La insurrección armada de caudillos o de jefes ambiciosos: todo ocurrió en pocos años y el Imperio cayó. Se liberaron los pueblos pero fueron apareciendo nuevos Señores que reemplazaron a los precedentes sólo que esta vez eran nativos. (p.71/) Parece que los Señores Locales trataron de "volver" a las viejas costumbres que los Waris habían totalmente trastocado pero eso no fue posible sino luego de un lento proceso, durante el cual se conservaron varias de las divinidades impuestas por Wari y varias de otras costumbres. Por eso Max Uhle llamó "epigonales" a las artes que se desarrollaron en este campo. C) Los Reinos Aymaras Muchos pueblos circundantes del Lago Titicaca, para poder abastecerse, de los productos de la Costa, mantenían colonias de su propia gente en los contrafuertes andinos y en el Valle Moqueguano, a una distancia de 20 días de camino, utilizando las recuas de mulas. Tuvieron colonias en muchos lugares y mediante este sistema adquiriendo sal, ají, algodón, maíz, vinos, aguardientes, etc. Para poder controlar este sistema los Señoríos debieron tener una capacidad militar, política y económica muy grande. Los Lupaca, según los cronistas españoles del siglo XVI, constituyeron un Señorío importante en el Altiplano del Titicaca. Ocupaban la margen Sur de! Lago, entre Puno y el Río Desaguadero, donde se encontraban los pueblos de Chucuito, Acora, llave, Pomata, Yunguyo y Zepita. Tenían como capital al pueblo de Chucuito. El Señorío Colla, tenía como capital a Hatunccolla, en las inmediaciones de Sillustani, teniendo como dominio las cuencas de los Ríos Pucará, Ramis y Coata. Cieza de León, dice específicamente, "concuerdan unos y otros que sus antecesores vivían en poco orden 72

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antes ,de que los Incas los señoreasen, y que por lo alto de los cerros tenían sus pueblos fuertes, de donde se daban guerra". Efectivamente, entre ambos Señoríos, existían pugnas y muy fuertes riñas. Los relatos dicen que los descendientes del rey Colla, llamado Zapana, luchaban constantemente con los descendientes de los Reyes Lupacas llamados Cari y Cusi. Los Señores tenían un gran número de servidores, los mittani, que eran temporales y los yana, por vida. Estos servidores eran pastores, agricultores, sirvientes domésticos y también algunos colonos que cultivaban este valle y sirvientes que eran heredados. (p.72/) Los Señores locales formaron una Casta de Poder. Por debajo de ellos estaban los campesinos y los artesanos y, en la escala más baja, los Yanas. En la zona Altiplánica se ha encontrado una cerámica tricolor y bícroma llamada "Allita Amaya" y "Kollau". La Allita Amaya ha sido encontrada sólo en tumbas propias del área Lupaca. Está decorada con colores negro y blanco sobre una superficie roja de varios tonos y diseños geográficos, principalmente de triángulos dispuestos en hilera con el interior reticulado. La cerámica "Kollau" fue encontrada en sitios de habitación que posiblemente correspondieron a territorio Colla. Se ha encontrado en Sillustani, Kojra, Paro-Paro, Cutimbo, etc. Se caracteriza por ser tosca y su decoración está hecha con englobe rojo o pintada con líneas negras sobre la superficie. Con respecto a los años posteriores, Waldemar Espinoza Soriano, ha realizado una detenida y minuciosa búsqueda en el Archivo Sevillano sobre la "Visita de la Provincia de Chucuito", realizada por Garcí Diez de San Miguel en los años de 1567-1568, quien hizo una serie de preguntas a los naturales con respecto a cómo era el tributo en tiempo de los Incas. Debe tenerse presente que cuando se habla de las cantidades de productos que eran entregados al Inca la referencia es a los que cosechaban en las tierras del Estado y no en las de Comunidad. Lo 73

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mismo en lo relativo al ganado auquénido. En la declaración del indio "más viejo de la Provincia” aparecen muy sugestivos detalles acerca del servicio militar y del Servicio Civil y, pese al resentimiento que pudiera haber por las muchas muertes de comuneros que iban a la guerra, el declarante sostiene que a los indios que trabajaban les daban de comer carne y maíz y chicha y otras cosas y los trataban muy bien". Asimismo declaraban que en tiempos de los Incas, los indios hacían depósitos y de allí daban a los caciques y éste al Inca, sólo de la parcialidad de Anansaya, cincuenta y sesenta piezas de ropa cada año como así doscientos o trescientas llamas cada año para que tuviese cargo de dar de comer a los pasajeros que pasen a la guerra. (p.73/) Asimismo pescado y ojotas y cien fanegas de chuño. En cambio, el Inca le proporcionaba al Cacique Principal de dicha parcialidad de Anansaya, una india para que sirviese al dicho cacique en sus haciendas. Esto también le había manifestado al declarante Don Alonso Conanequi, quipucamayo que ya había fallecido. Asimismo, se manifiesta que los indios daban al Inca algunos indios que servían para hacer paredes y casas y para su servicio y le daban oro y plata que sacaban de Chuquiapo (La Paz, Bolivia). Se manifiesta que los indios tributaban desde los 30 años hasta los 60 y de 30 años abajo le recolectaban plumas para el Inca. En Chucuito, el día 25 de febrero de 1567, el Visitador Garcí Diez de San Miguel, estando presente Lope Martín Ninaraqui, quipucamayo de la parcialidad de Lurinsaya, Luis Cutipa y Gómez CHuracala, Rodrigo Laime, Diego Cacatora, Rodrigo Vilca, Gómez Charaja y Martín Calla, principales de la parcialidad del Lurinsaya, del que era Cacique Martín Cusi y otros indios, de dicha parcialidad, les preguntó qué tributaban al Inca, lo que respondieron que tributaban maíz que lo traían de la Costa. Asimismo 6,000 indios para la guerra de Tomebamba, muriendo en

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la guerra 5,000 y a otros los enviaba n a la Costa para recolectar comida. En este mismo documento se consigna los siguientes datos: "Los indios Aymaras es la mejor gente. Tienen llamas, papas, chuño, quinua, cañahua. Además. chacras de maíz en Moquegua, Sama, Capinota y Larecaja. Salen a rescatar aquel cereal a Arequipa, Moquegua y la Costa. En sus trueques, llevan llamas, carne seca o charqui y lana". Había en Chucuito 20,270 indios tributarios, de los cuales 4,119 eran Urus y 16,151 Aymaras, según el Quipu del Cacique de Anansaya, Martín García. (p.74/) También se habían desarrollado ya otras etnias que antes o durante el Tawantinsuyo habitaron en la Región: los pacaje, en la margen izquierda del Río Desaguadero; los Umasuyo, entre Huancané, Moho, Huaycho, Carabuco y Achacachi; los Larecaja, en la vertiente oriental de la Cordillera entre Sorata y Camata; los Caranga, al Norte del Lago Copaisa y los Charca, al Norte del Lago Poopó. Se estima que el idioma principal era el aimara. Las leyendas sobre los pueblos del Collao señalan su origen en Tiwanacu. Los Collas fueron conquistados tempranamente por los Incas, pero no debieron alterar mucho sus costumbres preincas hasta la llegada de los españoles. Ciertas formas de chullpa o torres funerarias de la zona del altiplano, deben de pertenecer a esta época. Todos los Señoríos mencionados debieron enfrentarse, finalmente, a los Incas del Cuzco. Fueron sometidos políticamente e influenciados en lo cultural por ellos, a partir de la primera mitad del siglo XV. En sus tiempos de apogeo se expandieron hasta los Valles del Norte de Chile; llegando hasta Antofagasta; por el Oriente, hasta las Selvas Bolivianas; por el Sur, hasta el Noroeste argentino, donde existen sus rastros en la Quebrada de Humahuaca y zonas adyacentes. (p.75/)

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III. ÉPOCA INCAICA A) El Imperio De Los Incas Son dos las leyendas que nos hablan del origen de los Incas fundadores del Cuzco. La primera cuenta cómo un hombre y una mujer, Manco Cápac y Mama Ocllo, salieron del Lago Titicaca y se dirigieron al Valle del Cuzco, por mandato del Dios Sol, para civilizar esas tierras. Su Padre el Sol le había entregado a Manco Cápac una vara mágica, para que en el lugar que ella se hundiera fundase el Cuzco. La otra leyenda dice que el origen de los Incas proviene de los Cuatro Hermanos Ayar: ellos eran Ayar Cachi, Ayar Manco, Ayar Auca y Ayar Uchu, que fueron acompañados de sus esposas llamadas Mama Huaco, Mama Ocllo, Mama Cora, Mama Rahua. Después de muchos años sólo quedó Ayar Manco. Posteriormente se estableció la siguiente dinastía: Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, Mayta Cápac y Cápac Yupanqui; luego Inca Roca fundó una segunda dinastía, llamada de los Hanan Cuzco (Cuzco Alto), a diferencia de la primera llamada "Urin Cuzco" (Cuzco Bajo) ". Sucedieron a Inca Roca los Reyes Yawar Waca , Wiracocha, Pachacútec, Túpac Yupanqui, Waina Cápac, Wascar y Atawallpa. Los primeros estaban en permanente pugna con los Canas y los Canchis, al Sur, como así con los Chancas del Norte. Producida la conquista de los Chancas, Pachacútec consolidó su poder en el Cuzco realizando una campaña que incluyó los Valles de Urubamba y Vilcanota, de donde se dirigió a la Región quechua que era su aliada y pasó a la conquista de Vilcashuamán y los Soras.

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Pachacútec se dedicó entonces a la administración del área conquistada y a la remodelación del Cuzco, mandando construir la fabulosa Ciudad Imperial. (p.76/) El mando militar se lo entregó a su hijo Túpac Yupanqui quien conquistó desde Quito, por el Norte, hasta la costa Surperuana. Hacia el año de 1470 Pachacútec fue sucedido por su hijo Túpac Inca Yupanqui que conquistó Huachipaise y la zona selvática del Cuzco; pero sus planes fueron frustrados al sublevarse los Lupacas, Callas, Omasuyos y los Pacajes, de la zona de/ Lago Titicaca. La sublevación fue dominada por los Cuzqueños , quienes siguieron avanzando hasta Bolivia, Chile y Noroeste argentino. Por el año de 1493; el trono fue entregado a Huayna Cápac, quien con sus ejércitos llegó hasta Guayaquil y la Isla de Puná. Huayna Cápac murió cuando estaba en campaña, por Quito y es muy posible que antes de su muerte, que debió ocurrir por el año de 1527, ya supiera de la presencia de los Españoles, que desde esa época venían haciendo viajes por las costas peruanas. En el Cuzco, cuando se enteraron de la muerte de Huayna Capac, coronaron a su hijo Huáscar. Pero al morir Huayna Cápac en Quito, lo acompañaba en su campaña otro de sus hijos llamado Atawallpa, el cual asumió el comando de Quito. Surgió entonces una situación dual de gobierno que fue dirimida en cinco años de guerra civil, hasta la llegada de los españoles en 1532. Atawallpa fue tomado preso por Francisco Pizarro en Cajamarca cuando éste recibía la noticia de que sus aliados habían dado muerte a su hermano Wáscar. Los españoles condenaron con la pena de muerte a Atawallpa quien no llegó a gobernar ni un solo día el grandioso Imperio. El Imperio de los Incas fue un Imperio Militarista. El Instrumento que permitió a los Incas realizar sus conquistas y por tanto someter a los pueblos del Perú Antiguo a su dominación fue el ejército imperial. El ejército estaba formado por todo individuo físicamente capaz, 77

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entre los 25 y 50 años de edad. Si era fuerte y diestro ingresaba como combatiente; si no lo era ingresaba como servidor. Se llamaba por turno a un décimo de la población y el resto se quedaba dedicado a las faenas agrícolas para no entorpecer la vida de/Imperio. El ejército era mandado por un generalísimo, que era el hijo o pariente muy cercano al Inca. (p.77/) A veces lo mandaba el propio Inca. Estaba dividido en grupos de 10, 100, 1,000 y 10,000 hombres y se procuraba mantener que los de un mismo Ayllu permanecieron unidos en el ejército. Junto con los combatientes iban los servidores y también mujeres, encargados de llevar algunos víveres y elementos de guerra así como para el cuidado de los soldados. Los ejércitos se aprovisionaban en el lugar especialmente construido y que se denominaban Tambos, que existían de trecho en trecho a lo largo de los grandes caminos. Como armas ofensivas usaban de preferencia la honda, la flecha y las boleadoras. Para el combate cuerpo a cuerpo empleaban una maza, porra o macana, que podía ser de madera, piedra o metal, a la que sostenían con anchas manos y la amarraban al brazo izquierdo, previamente cubierto de algodón. Utilizaban también hachas de piedra, cobre o plata,. Se supone con fundamento que los Incas llegaron tener en el momento del apogeo del Imperio un ejército de unos 200,000 hombres. Pero los Incas no siempre emplearon la fuerza. Reinos como el de los Chinchas y el Gran Chimú fueron incorporados al Imperio por medios pacíficos. Pero tampoco descuidaron su defensa. En diferentes lugares importantes y estratégicos, construyeron grandes fortalezas de piedra o adobe. Una de esas grandes fortalezas es la de Sacsahuamán construida en las afueras del Cuzco. A principios del siglo XV el Imperio de los Incas o Tawantinsuyo era el más importante Estado en América del Sur, tanto por su notable organización cuanto por su adelanto Cultural y su vasto domino territorial. Se extendía desde el . Río Ancasmayo, pequeño afluente del Patía, en las inmediaciones del Nudo de Pasto, en Colombia (2° de 78

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Latitud Norte), hasta el Río Maule, y el actual puerto de Constitución, en Chile (al Sur de los 35° de Latitud Sur). Su frontera oriental era la selva amazónica a la cual los Incas no llegaron. (p.78/) Del Cuzco partían caminos hacia las Cuatro partes del Imperio. Manco Cápac, al fundar el Cuzco, inició la construcción del templo llamado Inticancha dedicado al culto del Sol. Pachacútec en su gobierno, dispuso el embellecimiento del Cuzco. Ordenó la reconstrucción del Templo del Sol., que desde entonces se conoce con el nombre de Coricancha . También dispuso la construcción de la Fortaleza de Sacsahuamán. El Cuzco Imperial estaba dividido en dos partes: La Baja, denominada Hurin Cuzco, al Sureste y la Alta o Hanan, al Norte. Cada Inca construía su propio palacio. Pachacútec organizó el Imperio dividiéndolo en 4 Sectores denominados Suyos, que en quechua quiere decir parcialidad o Región. Los Suyos fueron los siguientes: Collasuyo, al Sureste del Cuzco, comprendía la Región más grande del Imperio. Comenzaba en Urcos, al Sur del Cuzco y penetraba a la Región de la Meseta del Collao y por la Costa se extendía desde el Sur de Arequipa hasta el Río Maule. Contisuyo, al Sur y Oeste del Cuzco, y se extendía hasta la Costa entre los valles de Ica y Quilca. Chinchaysuyo, comenzaba al Noroeste del Cuzco y se extendía por Apurímac, Ayacucho e Ica hacia el Norte, por la Costa y la Sierra hasta el Río Ancasmayo. Antisuyo, comenzaba al Norte y Este del Cuzco y se extendía hasta los comienzos de la selva amazónica, Comprendió las cabeceras del Río Madre de Dios y del Paucartambo. El Imperio de los Incas llegó a tener en el momento de su mayor desarrollo una población no menor de diez millones de habitantes. Esta población estaba integrada por tres grupos raciales y son los siguientes: Los Collas y Aimaras, que habitaban al Sur de la Cordillera Occidental 79

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de los Andes y los alrededores del lago Titicaca; Los Quechuas que constituían la mayor población del Imperio, habitaban desde el Sur del Cuzco hacia el Norte por toda la Sierra; los Yungas o habitantes de la Región de la Costa. En cuanto a los idiomas que hablaban en el Imperio era de uso obligatorio el Quechua que es la lengua oficial de los Incas. También se hablaban los idiomas de aquellos pueblos que los Incas conquistaron. En el altiplano y la Región del Collasuyo se hablaban el Aimara. (p.79/) En la Costa Norte se hablaba el Mochica; el Puquina en el Sureste y el Uro, en la cuenta del Río Desaguadero. Pero todos hablaban obligatoriamente el Quechua que era la lengua oficial. El Imperio de los Incas era una monarquía absoluta de carácter teocrática, por considerarse los Incas Hijos del Sol. El Inca ejercía el gobierno en forma absoluta y personal y frecuentemente su voluntad era la Ley. No fue un gobierno despótico ni sanguinario, sino un gobierno absoluto de carácter paternal, pues los Incas por mandato del Sol buscaban el bienestar de su pueblo. El Inca usaba las siguientes prendas: el llauto, que era un turbante formado por una cinta de varios colores que le daba varias vueltas a la cabeza; la Mascapaicha que era la insignia real que consistía en una borla de lana roja que le pendía sobre la frente; las Plumas de Corequenque, de color negro con blanco, según Garcilaso, que el Inca usaba sujetas al llauto; las orejeras, que eran unas láminas de metal que las amarraban a los orificios que hacían en el pabellón de las orejas; el Topayauri, centro o bastón de oro con plumas, que era la insignia de mando; el Champi, hacha o porra de oro que usaba como insignia. Sus vestidos constituían en el Uncu que era como una camisa larga que le llegaba hasta las rodillas, sin manga ya la que ceñían a la cintura una faja de lana tejida con adornos. Luego, usaba una túnica o capa que se le amarraba al cuello. Usaba sandalias hechas con cuero, de los

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auquénidos. En el pecho se colocaba un pectoral de oro representando al Sol. Para colaborar con el Inca en el mejor gobierno, existía en el Cuzco un Consejo Imperial compuesto por los Jefes de cada Suyo. Éstos funcionarios se llamaban los Suyoyucapu y eran cuatro. Integraban también el Consejo Imperial otros Delegados o representantes de cada Suyo. Los Cápac Apo, eran los Gobernadores designados para cada lugar importante. Así Atawalpa fue designado por Huayna Cápac, Gobernador de Quito. Los que visitaban el Imperio eran los Tucuyricuy. Simultáneamente estaba el Curaca que era el Jefe del Ayllu. Los Incas no tuvieron lenguaje escrito, pero inventaron un sistema de numeración y memoria por medio de cordoncillos y nudos que se denomina Quipu, que constaba de un cordel delgado que puede tener 1 m. de longitud, del cual penden otros cordoncillos de distintas longitudes y colores y en cada uno de ellos hay varios nudos. Por medio de los. Quipus se llevaba las cantidades que producían las cosechas, el número de habitantes, el tributo que debían pagar, etc. El Imperio de los Incas fue una sociedad clasista. Había dos clases sociales; la nobleza y el pueblo. La nobleza estaba formada por todos los miembros de la familia real. También estaban los descendientes de los Ayllus fundadores del Cuzco y las personas que por sus importantes servicios al Imperio habían sido incorporados a dicha nobleza. El pueblo estaba formado por la gran masa social de Imperio, dedicada al trabajo y sometida al poder absoluto delinca. Al hombre del pueblo se le llamaba Hatunruna. El pueblo vivía en los Ayllus , en el campo, formado por pequeñas aldeas. En la clase popular se formaron dos grupos que tenían una situación distinta a la del pueblo en general, eran los Mitimaes y los Yanaconas. Los Mitimaes o Mitmac, eran gentes que se les trasladaba a vivir en otro sitio con el carácter de colonizadores. Tenían la misión de llevar a las Regiones 81

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recién conquistadas la Cultura Inca para difundirla . Estos Mitimaes en razón del servicio que prestaban al imperio gozaban de privilegios que no tenían las gentes del pueblo. Pero al lado de éstos Mitimaes colonizadores habían otros que eran trasladados por castigo, principalmente porque eran vencidos que permanecían en estado de rebeldía en su lugar de origen. Los Yanaconas eran gentes que estaban en una situación inferior a la del pueblo o hatunruna. Eran por lo general prisioneros de guerra a quienes se les perdonaba la vida a cambio de prestar servicios personales al Inca y a miembros de la nobleza,. Como una clase social privilegiada se considera también a los miembros del Culto o Sacerdotes del Imperio. En el Cuzco vivían en el Coricancha. Otra clase que gozaba de privilegios eran los artesanos y artistas en general. (p.81/) La tierra en que vivían era usufructuada por todos. Trabajaban solidariamente en las labores agrícolas, en las cosechas, siembra y el cuidado de las plantaciones. El Curaca, era el más anciano y sabio. El Sinchi, era el más fuerte y diestro. No había propiedad individual, porque existía la propiedad comunitaria. Pero también se desarrollaba una política de bienestar social al disponer que ningún súbdito dejara de poseer una parcela de tierra. Las tierras se repartieron para el pueblo, el Inca y el Culto. A cada persona se le entregaba una porción de tierra que se denominaba Topo (alrededor de unos 2,700 m.) y a cada mujer se le daba medio topo. Las tierras del Inca, eran destinadas a sus necesidades, de la nobleza, del gobierno y de! ejército. Las tierras del Culto, eran destinadas al personal dedicado a esta función socialreligiosa. El tawantinsuyo, fue un pueblo esencialmente agrícola, un pueblo de agricultores. Los Incas establecieron el sistema de trabajo comunitario para hacer frente a las necesidades de la nación. El trabajo era una obligación. Las formas de trabajo, fueron: El Ayni , trabajo de solidaridad para todos los miembros y Jara los que no estaban en condiciones de 82

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hacerla. La Minca, era el trabajo comunitario en beneficio de las tierras del Inca y del Culto, o en beneficio de la comunidad, como caminos, puentes, edificios públicos, etc. La Mita, era la contribución del trabajo en beneficio del Estado: tala de bosques, cultivo de la coca, en las minas, etc. Para obtener en la Sierra terreno plano inventaron los andenes. Son terrazas o graderías anchas para el cultivo. Para las labores de labranza utilizaron la Taclla o Chaquitaclla. Para suplir en la Costa la falta de agua supieron utilizar el agua del subsuelo abriendo pozos. Supieron construir acequias y acueductos para llevar el agua de los ríos a lugares distantes. Supieron utilizar el abono para aumentar el rendimiento de las tierras. Cultivaron plantas alimenticias como la papa y el maíz, el olluco, la arracacha, la achira, la quinua, el zapallo, la cañigua, el frijol, el pallar, etc. Conocieron también árboles frutales como la piña, el pepino, el chirimoyo, el lúcumo, el pacae, etc. (p. 82/) Entre las plantas industriales conocieron y cultivaron el algodón. Asimismo el maguey, con cuyas fibras hacían sogas para la construcción de puentes. Conocieron la llama, la alpaca, el guanaco y la vicuña, que les proporcionaban la lana y la carne. La industria del tejido tenía gran demanda. La minería ocupaba bastante gente para la extracción del oro, la plata y el cobre. Las minas eran de propiedad del Estado. Con el oro y la plata se hacían artículos objetos destinados al culto del Sol y al uso del Inca y su corte. Se empleó el comercio del Trueque. Necesitaron enviar desde la capital imperial, Cuzco, sus órdenes, funcionarios y ejércitos, para lo cual construyeron magníficos caminos. Por estos caminos transitaron los Chasquis, corredores-correos al servicio del Imperio. A lo largo de los caminos existían los Tambos para el descanso y alimentación de los caminantes, funcionarios o el ejercito. 83

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La justicia estuvo basada en tres principio básicos; Ama Súa (No Robar), Ama Quella (No seas Flojo), Ama Llulla ( No seas Mentiroso) . La divinidad suprema, que tenía plenitud de poderes y conocimientos, era llamada Huiracocha, el Dios creador de todas las cosas. Le seguía en importancia el Inti (Sol) , divinidad visible y padre del Inca. Otras divinidades, fueron la Quilla (Luna), Illapa (El rayo), Choque Chinchay (La Constelación del Orión), Chaska Coyllur (Venus), y otros fenómenos cósmicos, entre los que está el Arco iris. La tierra era llamada Pacha Mama, el agua (Mama Cocha), que junto con los cerros, fueron también formas de divinidad. El Huillac Umu, era el Sacerdote Principal, estaba muy cerca del Inca y vivía rodeado con otros sacerdotes y personas que estaban a su servicio, como las llamadas Acllas (Las Escogidas). El Calendario fue el Inti Huatana o reloj de piedra. El Calendario tenía doce meses Los Incas fueron momificados y conservados en el Coricocha. La Panaca era la familia del Inca. Sólo a él le era permitido la poligamia y la relación incestuosa con sus hermanas. La Coya, su esposa, era su propia hermana. (p.83/) En el pueblo existía el Sirvinacuy (Matrimonio de Prueba) y la monogamia. La cerámica adoptó formas muy particulares. La forma más típica es la llamada Arybalo, que consiste en un cántaro de cuello angosto y largo que termina en una boca de labio plano y expandido. Los colores que se utilizaron fueron el negro, el blanco y rojo. Existían también unos vasos de madera llamados Queros, en los que se representaba escenas de la vida real Los incas establecidos en el Cuzco y que con el tiempo constituyeron el Gran Imperio del Tawantinsuyo, tuvieron hasta la llegada de los españoles doce gobernantes, que fueron los siguientes: Manco Cápac, Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, Mayta Cápac, Cápac Yupanqui, Inca Roca, Yawar Waca, Viracocha, Pachacútec Inca Yupanqui, Tupac Inca Yupanqui, Huayna Cápac y Huáscar. 84

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Atawallpa en ningún momento fue coronado Inca del Imperio. Fue un usurpador que cometió el delito de ordenar la muerte de su hermano Huáscar. B) Yàguar Huácac y el Capitán General Mayta Durante el reinado de Inca Roca un hermano suyo, muy valiente, llamado Apoc Mayta, atacó a los Mascas en las proximidades del Cuzco, que estaban muy soliviantados. Los derrotó dando muerte a sus capitanes. A su curaca principal Guarihuaca lo capturó y lo llevó al Cuzco. Entre las pocas obras de Inca Roca se cuenta la de haber fundado el Yachaywasi, la Casa de la Enseñanza, en que vivían los Amautas o sabios, así como los Harávecs o poetas, que fueron muy estimados por los Incas. Tenían numerosos discípulos, principalmente de sangre Inca. Al nacer su hijo primogénito a quien se llamó Titu Cusi Huallpa, se hizo una fiesta muy solemne. La plaza, el Templo y las calles del Cuzco se adornaron con hermosos arcos hechos con plumas de pajaritos. Entonáronse himnos de gracias a los dioses, acompañados con el son de grandes tambores. (p.84/) Cuando este hijo alcanzó unos ocho años de edad fue secuestrado, a causa de rivalidades y venganzas y valiéndose de engaños, por los del pueblo de Guayllacán, cercano a los Ayarmacas, con los que estaban siempre guerreando y robándose entre sí. A los .Ayamarcas pertenecía Mama Micay, madre de Titu Cusi Huallpa. Llevado éste a presencia del jefe Guayllacán , alegó con altanería ser hijo de Inca Roca causa por la que aquél le condenó a muerte. Refiere la leyenda que al escuchar la sentencia el niño comenzó a llorar brotándole lágrimas de sangre mientras maldecía y amenazaba al Sinchi. Se consideró esto como misterioso, que asustó a todos. Después de diversas peripecias fue devuelto a su padre quedando desde entonces con el nombre de Yáwar Huácac que significa "Lloro de sangre" por lo que fue 85

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conocido. Según versiones más prosaicas, se le nombraba así por padecer mal de ojos. Por la ayuda que habían prestado en la liberación de su hijo, Inca Roca otorgó a los del pueblo de Anta el honor de que se les tuviera por parientes de los Orejones del Cuzco. Garcilaso dice que "Gobernó con justicia, piedad y mansedumbre, acariciando sus vasallos, haciéndoles todo el bien que podía... empero, por no mostrarse tan pusilánime que entre todos los Incas fuese notado de cobarde por no haber aumentado su Imperio, acordó enviar un ejército de 20,000 hombres de guerra al Suroeste de Cuzco, la Costa adelante de Arequipa, donde sus antepasados habían dejado de ganar una larga punta de tierra, aunque de poca población. Eligió por Capitán General a su hermano Inca Mayta, que desde aquella jornada, por haber sido general en ella, se llamó siempre Apu Mayta, que quiere decir el Capitán General Mayta. Nombró cuatro Incas experimentados para Maeses de Campo. No se atrevió el Inca a hacer la conquista por su persona, aunque lo deseó mucho más nunca se determinó a ir, porque su mal agüero (en cosa de la guerra) lo traía sobre olas tan dudosas y tempestuosas, que de donde le arrojaban las del deseo lo retiraban las del temor. Por estos miedos nombró al hermano y a sus Ministros, los cuales hicieron su conquista con brevedad y buena dicha, y redujeron al Imperio de los Incas todo lo que hay desde Arequipa hasta Tacana (Tacna) que llaman Collisuyo, que es el fin y término por la Costa de lo que hoy llaman Perú. La cual tierra es larga y angosta y mal poblada y así se detuvieron y gastaron más tiempo los Incas en caminar por ella que en reducirla a su Señorío. Acabada la conquista, se volvieron al Cuzco y dieron cuenta al Inca Yáhuar Huácac de lo que habían hecho..." (p.85/) El cronista Sarmiento de Gamboa, dice que el Inca murió a los ciento quince años. Guamán Poma de Ayala le atribuye ciento treintainueve y Gutiérrez de Santa Clara, sostiene que gobernó ochenta. 86

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C) Los Colonos o Mitimaes Collas El Imperio Incaico fue, un pueblo esencialmente agrícola, fue un pueblo de agricultores. En el Imperio no había lo que se denomina propiedad individual o sea que los individuos o personas no pueden ser propietarios o dueños de un terreno, una casa, un negocio, etc. porque existía lo que se llama la propiedad comunitaria. Garcilaso, escribe que: "Los Reyes Incas trasplantaron indios de unas provincias a otras para que habitasen en ellas, hacíanle por causa que las movían, unas en provecho de sus vasallos, otras en beneficio propio, para asegurar sus reynos de levantamientos y rebeliones... y de las provincias del Callao sacaron por su cuenta y razón muchos indios y los llevaron al poniente, que es la Costa de la Mar, en las cuales regiones había grandes valles fertilísimos de llevar maíz y pimiento y frutas, las cuales tierras y valles antes de los Incas no se habitaban, estaban desamparados, como desiertos, porque los indios no habían sabido ni tenido maña para sacar acequias para regar los campos. Todo lo cual bien considerado por los reyes Incas, poblaron muchos valles de aquellos incultos con los indios que, a una mano y a otra, más cerca les caían; diéronles riego, allanando las tierras para que gozasen del agua, y las mandaron por ley, que se socorriesen como parientes. También hicieron esto los Incas por su provecho, por tener renta de maíz para sus ejércitos. Los Collas llevaban para trocar con los parientes transplantados, grandísima cantidad de quinua y chuño; asimismo charqui, y volvían cargados de maíz, pimientos y frutas" (p.86/) Pedro Cieza de León, escribe lo siguiente sobre este mismo propósito: "Siendo el año abundante, todos los moradores de este Collao viven contentos y sin necesidad; más si es estéril y falto de agua, pasan grandísima necesidad... pero salían cierta cantidad de indios con sus mujeres, y éstos tales, puestos en las partes que sus 87

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caciques les mandaban y señalaban, labraban los campos en donde sembraban lo que faltaba en sus naturalezas, proveyendo con el fruto que cogían a sus Señores y Capitanes, y eran llamados Mitimaes. Hoy día viven y sirven y están debajo de la Ecomienda Principal" Los mitimaes o Mitmac, eran gente que se les trasladaba a vivir en otro lugar con el carácter de colonizadores. Tenían la misión de llevar a regiones recién conquistadas la cultura incaica para difundirla. Estos mitimaes en razón del servicio que prestaban al Imperio, gozaban de privilegios que no tenían las gentes del pueblo. Pero aliado de éstos mitimaes colonizadores habían otros que eran trasladados por castigo, principalmente porque eran vencidos que permanecían en estado de rebeldía en su lugar de origen. Garcí Diez de San Miguel, agrega: "Algunas veces se adjudicarían más tarde a una provincia, además de las propias, tierras en otras de distinto clima, aunque estuvieran lejos, a fin de que la gente se beneficiara con el intercambio de productos diferentes, que transportaban entre uno y otro lugar con sus llamas. Estas tierras solían pertenecer a los Curacas, pero también lo eran de los naturales o sus Ayllus. Se debe por ejemplo que, en los últimos años del dominio incaico, los Curacas e indios de Chucuito en el Collao poseían tierras en varias regiones diversas, como en Moquegua". Con respecto al abono utilizado en el cultivo de las plantas, Garcilaso, agrega: "En la Costa de la mar, desde más abajo de Arequipa hasta Tarapacá, que son más de doscientas leguas de Costa, no echan otro estiércol sino el de los pájaros marinos, que los hay en toda la Costa del Perú grandes y chicos y andan en bandas tan grandes que son Increíbles si no se van. (.87/) Crían en unos islotes despoblados que hay por aquella Costa, y es tanto el estiércol que en ellos dejan, que también es increíble Cada isla estaba, por orden del Inca señalada para talo cual Provincia".

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Pedro Cieza de León, quien se encontraba en Chucuito por el año de 1550, dice: "Tienen muchos mantenimientos de los naturales y mitimaes para sembrar maíz... Cariapaza fue Señor de este pueblo, antes fue Señorío de los Incas, siendo dos sus principales: Cari y Yumala. En este tiempo es la cabecera de los indios de Su Magestad. Cuando yo pasé por aquella parte era corregidor Ximón Pinto y Gobernador Don Gaspar, indio, harto entendido y de buena razón...también he oído a los españoles e indios que en el valle que está cercano a la mar se han visto y se ven continuos ojos de agua que van por debajo de la tierra a dar a la misma mar y creen que podría ser que el agua de estos lagos, desaguando por algunas partes, abriendo camino por las entrañas de la misma tierra, hasta ir donde todas van, que es la mar... pero las tierras Collas por ser tan frías no eran tan fértiles y abundantes como la de los pueblos cálidos y bien proveídos, mandaron que, pues la gran serranía de los Andes comarcaba con la mayor parte de los pueblos, que de cada uno saliese cierta cantidad de indios con sus mujeres, y éstos tales, puestos en las partes que sus caciques los mandaban y señalaban, labraban sus campos, en donde sembraban lo que faltaban en sus naturalezas proveyendo con el fruto que cogían a sus señores o capitanes, y eran llamados Mitimaes. Hoy día sirven y están debajo de la encomienda principal. or manera que, en todo el Callao no se coge ni siembra maiz , no les falta a los señores naturales de él ya los que le quieren procurar con la orden ya dicha, porque nunca dejan de traer cargas de maíz y frutas de todo género y cantidad de miel hay criada en la concavidad de los árboles... y que por el Puerto de Ilo sale a la mar un río de agua muy buena que tiene el mismo nombre del puerto, el cual está en diez y ocho grados y un tercio... cerca de la mar, en la comarca de estos valles hay algunas islas bien pobladas de lobos marinos. /p.88/) Los naturales van a ellas en balsas y de las rocas que están en sus altos traen gran cantidad de estiércol de las aves para sembrar sus 89

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maizales y mantenimiento, y hállanle tan provechosa que la tierra es para con ellos muy gruesa y fructífera, siendo en la parte que lo siembran estéril; porque si dejan de echar de este estiércol, cogen poco maíz, y no podrían sustentarse si las aves, posándose en aquellas rocas de las islas de susodichas, no dejasen porque después de recogido se tiene por estimado, y como tal contrastan con ello, como cosa preciada, unos con otros. Decir más particularidades de las dichas en lo tocante a estos valles hasta llegar a Tarapacá paréceme que poco importa, pues lo principal y más sustancial se ha puesto de lo que yo vi y pude alcanzar. Por lo tanto, concluyo en esto con que de los naturales han quedado pocos, y que antiguamente había en todos los valles aposentes y depósitos como en los pasados que hay en los llanos y arenales. Y los tributos que daban a los Reyes Incas, unos de ellos los llevaban al Cuzco, otros a Hatuncolla, otros a Bilcas y algunos a Cajamarca, porque las grandezas de los Incas y las cabezas de las provincias, lo más substancial era en la Sierra... por toda esta Costa se mata pescado, y alguno bueno y los indios hacen balsas para pesquerías de grandes haces de avena o de cuero de lobos marinos, que hay, tantos en algunas partes que es cosa de ver bufidos que dan cuando están juntos". Aurelio Miro Quesada, comenta lo siguiente: "Es muy reveladora a este respecto una Declaración de Martín Cari, Cacique de la parcialidad de Hanansaya, hecha en Chucuito en 1567; con la circunstancia de que su antigüedad en la tierra se comprueba porque en él se repite el nombre del viejo curaca Carí del que habla Cieza de León en su Crónica y en el Señorío de los Incas y el capitán colla Apocari, o Apu Cari , que recuerda Cabello Balboa en su Miscelánea Antártica. El indio Martín Cari afirma que "Los Indios de esta provincia (Chucuito) van los más años a rescatar maíz a Arequipa y a la costa de la mar y a Moquegua y llevan para comprarle ovejas de la tierra y lana y charqui, que es una carne seca que hacen al sol y sin sal". (p.89/) Y Pedro Pizarro, en su "Relación 90

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del Descubrimiento y Conquista de los Reinos del Perú", cuando en su nostálgica vejez en Arequipa, en 1571, consigna algunas noticias que se le vienen a la memoria, "por no olvidarlas", hace la misma afirmación: "comen algún maíz de los valles que tienen en la parte de la mar del Sur y otros que están en los Andes hacia la mar del Norte, de rescate con lana y ganados que tienen éstos mucho". En la referida Visita a Chucuito de Garcí Diez de San Miguel, Juan de Matute, residente en el valle de Sama desde 1561, declara que entre Sama y Moquegua había indios tributarios, "y que en éstos entraban todos los indios naturales que llaman yungas y mitimaes puestos por el Inga e indios venidos de fuera por muchos años". La tasa de la Visita general de Francisco de Toledo (Versión paleográfica del Noble David Cook), reitera que en la provincia de Chucuito había entonces 17,779 indios tributarios de dieciocho a cincuenta años, los 13,725 aimaras con 721 mitimaes e Ingas de los valles de Moquegua, Cama, Hinchuña y Larreacaxa, y los restantes son Uros". La conveniencia del intercambio no se hallaba sólo en un trueque o rescate del maíz por papas o por lana, sino que, con el mayor avance de los Incas y el creciente contacto con gentes de la Costa, la alimentación se enriquecía gracias a sistemas aprendidos a la orilla del mar. Al fertilizante conseguido con las deyecciones de las aves guaneras, depositadas en los peñascos o en las islas cercanas, se unió la excavación de "jagüeys" u hoyos (como todavía se ven en el Norte de Ilo), en que el abono se obtenía con cabezas secas de anchovetas. "Quienes hayan sido los inventores de estos hoyos u hoyas, decía Garcilaso, para señalar su imprecisa antigüedad no lo saben decir los indios; debióle de ser la necesidad, que aviva los entendimientos". "El maíz no se da sin guano, que es estiércol de pájaros que está en las islas de la mar", decía por su parte Juanes de Villamonte, en 1567. 91

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Garcí Diez de San Miguel, con información muy detallada sobre los indios de Moquegua, confirmaba: "No se puede coger maíz si no es echado en la sementera que hacen cuando está algo crecido estiércol de pájaros de la costa de la mar que llaman guano". (p.90/) Conocedor, al parecer, de la versión de Garcilaso, el carmelita Vásquez de Espinoza, dice a su vez: "Mayta Cápac, después de reducir a varios pueblos del Callao pasó al poniente, a la provincia de Chuna (Cochuna) que estaba poblada en una sierra; y porque tiran con yerba o veneno, hizo en ellos cruel castigo quemándoles vivos, y los que no tenían la culpa los pobló en el Valle de Moquegua, cinco leguas de aquel paraje". La declaración de Juanes de Villamonte en la "Visita" hecha a Chucuito por Garcí Diez de San Miguel, revela claramente la incorporación de nuevos productos agrícolas y animales en cuanto a los indios de la parte de Sama, cuando dice que tienen "ganado de Castilla que serán mil cabezas de hembras y machos y una viña... asimismo tienen una chacra de algodón y... que siembran trigo y maíz y ají y vienen a rescatar de la sierra aquí indios que les traen carneros de la sierra y lana y ropa por el trigo y maíz y ají, y asimismo plata y que tienen contrataciones con españoles". Y lo mismo se ha visto en la "Tasa" del Virrey Toledo, con tributos de trigo y gallinas de Castilla, en Carumas y en Ilo. El trato personal a los indios, como es lógico, variaba según la calidad moral y la formación de cada uno. Pero desde el punto de vista material fue inevitable que el deseo de ganancia rápida, hiciera caer muchos casos en exploraciones abusivas, en durezas injustas, en alza indebida de tributos y hasta en servicios personales aunque estuvieran prohibidos. Eran frecuentes las quejas por invasión de tierras, por especulaciones con los precios, por llevar los indios "contra su voluntad" para trabajar en las haciendas, por venta al fiado de artículos innecesarios que luego se hacía pagar por ganado. La escasez de agua había determinado que los Incas 92

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establecieran un régimen estricto, que los españoles no siguieron. (p.91/) Garci Diez de San Miguel, por ejemplo, escuchó este reclamo en su "Visita": "Los dichos indios de Moquegua tienen falta de agua en verano y entre ellos y sus comarcas se ha guardado la orden que el Inca les dio o dejó en el repartir del agua y ahora a causa que Juan de Castro y Hernán Bueno y un Cansino han plantado muchas viñas en el dicho valle y hecho un molino y siembran mucho trigo, toman el agua a los dichos indios de Moquegua y se les pierden las sementeras". El Licenciado Lope García de Castro lo atendió, y proveyó en Los Reyes, el 26 de Octubre de 1568, que "se haga guardar la orden que en el repartir del agua tenían los dichos indios en el tiempo del Inca". Otro caso fue el de los Mitimaes, o tal vez más propiamente colonos de Juli, trasladados de Chucuito a Moquegua para la siembra y cosecha de maíz, y que los españoles tomaban para sí. El Licenciado Polo de Ondegardo se jactaba de que por su intervención "a la provincia de Chucuito se le volvieran los indios y las tierras que tenían en la Costa en el tiempo del Inga, donde cogían sus comidas". Otra expansión de los pobladores españoles que en número creciente fueron asentándose en el Valle, la determinaron los tratos comerciales con la Costa. El intercambio directo y "vertical", por razón de climas y de altura, se ensanchó a una región más vasta, con salida marítima por los puertos de Ilo y de Arica, y con ascenso desde este último hasta el riquísimo centro minero de Potosí. Se produjo así un fluir constante entre Sierra y Costa, en una línea que bajaba de Chucuito, Arequipa, Moquegua, Ilo y Arica y luego volvía a ascender a la Sierra de Charcas. Zenón Vera Antillaqui, ha realizado estudios muy interesantes sobre los Mitimaes Capangos, que se instalaron en el Valle de Moquegua. He aquí sus apreciaciones: "Los Capangos, eran pacíficos pobladores que vivían en las orillas del Lago Titicaca, región de 93

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Copacabana, que fueron traídos a raíz de la oposición presentada por los moqueguanos a la invasión de las fuerzas imperiales quienes vienen a llenar los vacíos dejados por los valientes defensores de Yacango. Y lo que hoy es el Alto de la Villa y que en los escritos se denomina Charsago, Escapalaque, Escapagua, Quilancha, etc. que constituyen el Valle de Moquegua, que por la diversidad de pueblos que la poblaron con la venida de los Incas, tomaron diversos nombres, que se perpetuaron a través del tiempo. (p.92/)Los Capangos, ya establecidos, mantenían sus usos, sus costumbres y sobre todo sus autoridades, siendo posiblemente el Cacique Principal Juan Viza, quien está presente en la fundación de la ciudad de San Sebastián de Escapagua, en el Alto de la Villa, pues es el cacique citado en los documentos del siglo XVI y que está hasta el año 1590 en que muere y deja una menor hija llamada Angélica Antacocho, quien hereda todas las propiedades del Cacique: viñas, en lo que hoy es el campo de aterrizaje, hasta Quilancha (El Rayo), pero como tutor de la menor Angélica Antacocho queda el distinguido Diego Ochoa, quien pide al Teniente de Corregidor de San Sebastián de Escapagua, Don Pedro de Guevara y que a la vez desempeña el cargo de Juez Visitador de Tierras de los indios de Torata, Tumilaca y Capangos, que le dieran el título de dichas tierras para adquirirlas a censo lo que se resuelve favorablemente para Diego Ochoa el15 de setiembre de 1595, tres años después Diego Ochoa pide al Corregidor Lope de Agüero, Corregidor de la Provincia de Colesuyo, sacar a remate dichas tierras, por lo que se hizo lo que pidió el Conquistador y se procedió de acuerdo a lo establecido para estos casos: Publicación, mediante bandos y mediante el indio "Martín" (ladino en el idioma de Castilla, quien en las fiestas, domingos y reuniones especiales, se ponía al lado de la puerta de la Iglesia a pregonar las noticias y remates). Lorenzo de Robles, el Escribano, sentaría el Acta de la Junta de Almonedas. Llevado a cabo el remate, hubo un solo opositor: Juanes de Saconeta, 94

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quien saca como único postor el censo de la viña en 750 pesos siendo el precio base 700 pesos corrientes de a ocho reales el peso; la viña incluía unas casas que fueron del Cacique Pedro Anahua, aliado del camino a Quilancha, en lo que después sería camino que siguió el ferrocarril hacia la estación del Alto de la Villa, en fecha de 19 de agosto de 1598. (p.93/) Como testigos se tiene a los que entonces eran personas notables de San Sebastián de Escapagua: Bartolomé de Rivera Villalta, Jerónimo Cabañero, Cristóbal de Arana, el tutor de Angélica Antacocho, Don Diego Ochoa, que a su vez era escribano del Juzgado, del Capitán Pedro de Vergara y Muñatones, a la Sazón Corregidor de la Provincia de Colesuyos y de este Valle de Cochuna. Juanes de Saconeta presto saca un testimonio del dicho remate "a censo" y hace traspaso de la viña a Gonzalo de Mazuelo, iniciándose el camino de la viña hacia manos de los españoles, que nunca más volvería a manos de los Caciques de los Capangos". D) Kontisuyo, Collisuyo o Colesuyo Se hace necesario realizar algunos comentarios sobre los límites de los pueblos moqueguanos, tomando en consideración a los cronistas. Garcilaso, escribe: "Redujeron -los Generales de Yáhuar Huácac- al Imperio de los Incas todo lo que hay desde Arequipa hasta Tacama (Atacama) que se llama Collisuyo, que es el fin y término por la Costa en lo que hoy llaman Perú". El mismo Garcilaso repite el nombre en el T.I. página 171, Ed. Urquiaga, sin aclarar si se refiere al Collisuyo incaico o al Colonial, que son distintos. La significación literal de ColliSuyo, es "Región de Colli". Y colli es un árbol que, según el Padre Cobo (T.II, pág., 54) crece lo mismo en "páramos frígidos que en tierras templadas" y agrega que aquel nombre le dan los Aymaras y que los quechuas le llaman “quishuar”, ¿Fue efectivamente el colli el que dio origen al nombre en cuestión?

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Al respecto no hay una respuesta concreta ya que el colli casi no se conoce en esta zona, Con la conquista se perdió el nombre de Collisuyo: sólo la ha conservado Garcilaso. En documentación que data de los primeros años del siglo XVII, encontramos dicho nombre ya transformado en Colesuyo denominando cierto punto o parte del territorio que hoy constituye la zona de Moquegua. Al respecto Francisco Mostajo, aporta algunos datos interesantes: "Una diligencia de 1610, en la cual, no obstante de decirse que se practica en Moquegua, se habla en ella de los ".indios icasos de Colesuyo", Una provisión del Virrey Príncipe de Esquilache, de 1619 en la que nombra a Luis Hidalgo visitador de Camaná, Arequipa,Vítor,. Characato, Siguas, "Colesuyo", Chule y el "Valle de Moquegua" (p. 94/) y, una

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presentación en el mismo año del Almirante Juan de Ojea, en la que se titula "vecino de la Villa de San Francisco de Esquilache, heredado (propietario) de la jurisdicción de "Colesuyo". Entonces se podría indicar de que, en un principio Colesuyo era la parte y no el todo. Asimismo en un principio, los pueblos de Ubinas y Carumas adquirieron gran importancia por lo que parece que Colesuyo era la región de estos pueblos, sin indicar e incluir el Valle de Moquegua. Este Valle moqueguano formaba parte primero de la jurisdicción de Chule y después de la de Chucuito. Como también formó parte en un tiempo de Arica. Así se explica que en un documento de 1610 se haga referencia en un sitio a la "Provincia de Colesuyo" y en el otro el "Valle de Moquegua" de la jurisdicción de la "Provincia de Chucuito". Mostajo, agrega: "de modo que han padecido error los historiadores que han creído que desde un principio la Provincia de Colesuyo era lo que hoy es la Provincia de Moquegua". Otro dato importante es el que proporciona el Almirante Juan de Ojea, al obtener las tierras de Homo, pues dice que éstas se encuentran en Colesuyo y van desde la toma principal de la acequia hasta los mojones de Cupina. ¿Garcilaso extendió el nombre de una provincia de límites más o menos reducidos a toda la región que se llama Collisuyo? Cieza de León, incluye en el Contisuyo a los Ubinas, que Garcilaso hace formar parte del Collisuyo. Los límites de Moquegua llegaron en un tiempo hasta Mollebaya, reduciéndose después hasta Puquina, inclusive. ¿Llegaron ahí los del Collisuyo incaico? ¿Avanzaron hasta Arequipa, y por eso en una Provisión de Pizarro y en el Acta de la Fundación de Arequipa se denomina Colesuyo al sitio en que hoy se asienta esta? (p.95/)

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La Provincia de Collesuyo o Colesuyo, por lo demás, según el Visitador Juan Maldonado de Buendía, en carta al Rey, desde La Plata en 1575, tenía "desde el río de la dicha ciudad (Arequipa) hasta la provincia de Loa ciento y veinte leguas de longitud por la Costa de la mar hacia Chile y de latitud desde la cordillera de la Sierra hasta la mar veinte y treinta", ("Todo lo que hay desde Arequipa hasta Atacama, que llaman Collisuyo", iba a escribir el Inca Garcilaso). En esa extensión tan vasta, hubo una imprecisa división administrativa y cierta confusión o superposición en una parte entre Arequipa y Chucuito. La Provincia de Colesuyo estaba administrativamente ligada al Distrito de Arequipa y pertenecía a la Audiencia de Lima, y tenía a su frente un Corregidor nombrado por el Virrey, que tenía que prestar fianza en las Cajas Reales de Arequipa, ante cuyo Cabildo hacía su juramento. Pero el Valle de Moquegua , donde desde antiguo había colonos de Chucuito que sembraban aquí el maíz que no podían obtener en la altura, se mantuvo como una proyección o enclave que dependía de la Provincia de Chucuito, del Patrimonio de Su Majestad, comprendida en la Audiencia de los Charcas y que desde 1578 no tenía un Corregidor, sino un Gobernador que ponía en Moquegua un Teniente. La palabra Kuntisuyo, proviene del idioma quechua, que quiere decir "Región de los Kuntis", abarcando, prácticamente, casi todo lo que es ahora el Sur del Perú. Hablaban, muchos de ellos, diferentes lenguas: así como el modo de cultivar sus tierras y la producción de sus alimentos. Algunas de estas "naciones" usaban diferente indumentaria, ya sea aquellos que vivían en la Sierra y en la Costa, así como en la producción de la cerámica y en sus idiomas '(puquina, quechua y aymara), ya que existían desde mucho antes de la formación del Imperio Incaico. Tenían constante relación entre ellos, principalmente para el intercambio o trueque de alimentos. Muchas de las "naciones” colindantes, llegaban al suelo "moqueguano" con la finalidad de cultivar el maíz, principalmente los habitantes de la Sierra, en tierras desocupadas, 100

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estableciéndose, hasta cierto punto, una "cultura de enclave" . (p.96/) Esto es lo que acontecía al nacer el Imperio Incaico y siguió funcionando, durante gran parte de la colonia que, con el establecimiento del Virreinato, Corregimientos, Intendencias y Encomiendas, dieron por terminado el Kuntisuyo Incaico. Si el Kuntisuyo era el todo que abarcaba el Sur, tendríamos que ver qué naciones o etnias estaban asentadas en él, o las "partes": los Chumbivilcas, que tenían su morada en la orilla nororiental del Río Santo Tomás y los Yanaguaras en la Suroccidental del mismo, en los límites de Arequipa y Cuzco. En lo que hoy es la Provincia de Santo Tomás (Cuzco) vivían los orgullosos chumbivilcanos. Los Collaguas, a orillas del Río Colca, en gran parte de lo que hoy es la Provincia de Cailloma (Chivay) en Arequipa y su relación con Majes, Camaná y Condesuyos (Chuquibamba); en esta parte eran conocidos los Kabana Kunti (Cabanaconde), Maca, Yanque, etc. Los Aruni de Andaray, Yanaquigua, etc, Los Collaguas, que muchos los confundían con los Collas (Puno), hablaban el aimara, al igual que éstos, Los Chilpacas, entre los Limites de Arequipa y Ayacucho. Muchos de éstos pueblos tenían sus "enclaves" dentro de otros. Los Yanaguaras, también se establecieron en la Chimba arequipeña (margen derecha del Río Chili). Garcilaso, prefiere llamar a esta Región Contisuyo y decía "lo que está al poniente del Cuzco, que es lo que llaman Contisuyo". Más al Sur, en lo que hoyes Moquegua, el Collisuyo o Colesuyo, puquina hablante, en donde se encontraban los pueblos de Omate, Puquina, Carumas, etc. de gran tecnología agraria ya que en la parte andina construyeron magníficos andenes y terraplenes para el aprovechamiento de la lluvia y el de regadío, lo mismo en la Costa del Valle moqueguano la utilización de canales de regadío, con la finalidad de aprovechar al máximo el poco caudal del río. 101

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Tenían gran relación económica, principalmente con pueblos de la región del Collasuyo y Tiwanacu, Lupacas, Pacajes, Chucuito, Ácora, etc. a donde llevaban los productos para realizar el trueque. (p.97/) Pachacútec, según Martín de Morúa, fue el que conquistó la parte Sur del Kuntisuyo hasta la nación araucana, como así los Uros y Puquinas. Este autor, se desempeñó como religioso en Capachica (Puno) donde se hablaba el idioma Puquina. En cambio Pedro Cieza de León, señala que Maita Cápac murió antes de iniciar la conquista del Kuntisuyo. No tenemos conocimiento de que algún Inca haya fundado una ciudad en nuestros valles. Lo que sí hubo es que los cápacs trajeron sus mitimaes para resguardar sus conquistas, dictando medidas administrativas para el sometimiento de las etnias aborígenes, Historiadores, como Francisco Javier Echevarría, dice que el Ccollisuyo (Colesuyo, como decían los españoles), iba desde la orilla oriental del Río Chilí, hasta más allá de la cuenca del Río Moquegua. Parece que el Colesuyo, en un principio, los españoles empezaron por denominarle como Corregimiento de Ubinas, cuyo encomendero era nada menos que Garcí Manuel de Carbajal, fundador de Arequipa. El 2 de agosto de 1565, Don Lope García de Castro (Gobernador) nomina como Corregidor a Hernando Madueño, con funciones en los repartimientos de Pocsi, encomienda de Diego de Cáceres y Solier; Puquina (pukinatambo) de Diego Hernández de Mendoza; Omate, de Martín López de Carbajal; Quinistacas, del Bachiller Miguel Rodríguez de Cantalapiedra; Carumas, de Hernán Bueno y Lucas Martínez Vegazo. El Virrey Francisco de Toledo, estando en Arequipa, y con fecha 6 de noviembre de 1575, lo nombraba a Francisco Márquez, Juez de Naturales, e incluía dentro del Corregidor Hernando Madueño, a los habitantes de Cochuna "del sector de Escapalaque, Samegua y Tumilaca". El Gobernador Licenciado Lope García de Castro (antecesor del Virrey Francisco de Toledo), designaba a los Cochunas y Cabayas, en la 102

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jurisdicción de Tacna depositados en Juan de Castro "El Cochuna" También se encontraban otros pueblos más al Sur, que eran puquina hablantes, como Locumba e Ilabaya, encomendados a Hernán Rodríguez de Huelva. (p.98/) A los habitantes de Ilo e Ite, puquina hablantes, Lope García de Castro, los juntó con Tacna, Arica y Tarapacá, bajo un solo Corregimiento, tomando en cuenta la encomienda de Lucas Martínez Vegazo, A los Cochunas y Cabayas, poco después, se los incluyó nuevamente en Collisuyo o Colesuyo. Años después, se le designó a Diego Mazo Alderete, el Corregimiento de Ubinas, Pocsi, Carumas, Omate, Cochuna, Puquina, Quinistacas; el Virrey García Hurtado de Mendoza, por provisión del 8 de agosto de 1590 le agregó a los mitimaes de Diego de Peralta y mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca. Más al Sur, habitaban, los Tacanas, los Changos o Camanchacos, Urus y La Quíaca, de la Boca del Río. El arqueólogo Max Uhle, indica que sus habitantes son de origen tarapaqueño. Según Isabel Flores de Lumbreras "Apuntes para la Prehistoria de Tacna", manifiesta que "nuestra región permaneció aún sin ser ocupada por los Incas, hasta que el Inca Túpac Inca Yupanqui, por el año de 1475, conquistó la región de Tacna." Los primeros encomenderos de Tacna, fueron Pedro Pizarro, primo de Francisco Pizarro y Hernando de Torres, por Provisión del 20 de enero de 1540; pero en 1588, estaba como único dueño Martín Pizarro hijo de Pedro Pizarro, con Diego Caqui, como Cacique, por escritura de Convenio entre Pedro Pizarro y Hernando de Torres, firmada en Arequipa, el 3 de agosto de 1540. Por Provisión de! 24 de septiembre de 1549, firmada por el Licenciado Pedro de la Gasca , se le encargaba a Hernán Rodríguez Huelva, la encomienda de Ilabaya y a sus caciques sobre el pago de los tributos. Por Provisión de Francisco Pizarro, fechada el 14 de diciembre de 1547, se le daba un nuevo título al encomendero Pedro Pizarro "porque el anterior se había 103

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rasgado". El Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, el 8 de mayo de 1559 le entregaba a Pedro Pizarro, el pueblo de Capanique. Pedro Pizarro, había nacido en Toledo por el año de 1515 y, cuando aún contaba con 15 años, partió para el Perú. Participó en la Batalla de Las Salinas. La mayor parte de su vida la pasó en Arequipa, como casi todos los encomenderos del Sur, casándose en dicha ciudad con la dama arequipeña María Cornejo, teniendo como hijo a Martín Pizarro. Pedro Pizarro, escribió la obra "La Relación del descubrimiento y conquista del Perú". (p.99/) El Virrey Francisco de Toledo, a partir de 1570 hasta 1575 realizó las Reduccciones de Indios en poblados. Juan Maldonado de Buendía, visitó la Provincia de Colesuyo, quien en carta. al Rey, le decía: "Que esa Provincia se extendía desde el río de Arequipa hasta el Río Loa, con una longitud de 120 leguas y de 20 o 30 de latitud. El territorio es áspero en Sierras y arenales. Hallé como doscientos veintiséis pueblos y redújelos a veintidós". Por el año de 1597 se registró una plaga de sarampión, viruelas y escarlatina, muriendo muchos españoles y naturales de Moquegua, donde viajaban comerciantes de Chucuito llevando arrieros y cargadores para comprar harina y otros alimentos. Estos últimos informaban de esta plaga en un documento del 7 de julio de 1597. El historiador Germán Leguía y Martínez en su obra ´'Historia de Arequipa", refiriéndose al Cuntisuyo, dice: "Zona occidental del Imperio, comprendía los pueblos y territorios de los Chilques. Masques (Paruro), quechuas, aymaras, Chupihuilcas; y las provincias siguientes, que más tarde formaron la Intendencia de Arequipa: Collaguas (Cailloma), Cuntisuyus (Condesuyos), Camana ( Camaná) Arequepay (Arequipa), Ariacca (Arica), Moquecha (Moquegua), Taripaca (Tarapacá), Tacana ( Tacna) y Tacama (Atacama)”.

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Desde 1565 se produjo la fragmentación del Kuntisuyo incaico, Se crearon varios corregimientos en la comprensión del Kuntisuyo: Arequipa, Camaná, Collaguas y Cabana, el de Tacna y Arica, el de Colesuyo (Moquegua), el de Characcato y dos de Condesuyos, uno en la parte alta y otro en la baja. La historiadora María Rostworowski de Diez Canseco en su obra: "Pachacútec Inca Yupanqui", al referirse a la vida y conquista del Inca Mayta Cápac, citando al cronista Bernabé Cobo, dice: que el cuarto Inca se casó con Mama Tancarayo Tacuraray, hija del curaca de Collaguas; pero duda al referirse a las conquistas que menciona Garcilaso de la Vega, Efectivamente, hay cronistas que niegan que Mayta Cápac haya sido el conquistador de los pueblos alejados del Cuzco, como la región del Cuntisuyo. (p.100/) Uno de los historiadores de la colonia que niega tal posibilidad es Pedro Cieza de León en su obra "Del señorío de los incas" y dice: "De éste Inca no cuentan los orejones más de que Mayta Cápac reynó en el Cuzco algunos años; y estando allegando gente para salir a lo que llaman Condesuyo, le vino tal enfermedad que hubo de morir'. Cieza, también agrega: "digo que los indios que llaman Chumbivilcas y los Ubinas y Pomatambo y otras naciones muchas que no cuento, entran en lo que llaman Condesuyo. Algunos de ellos, fueron belicosos, y los pueblos viven en tierras altísimas. Poseían suma sin cuento de ganado doméstico y bravo. Las casas son de piedra y paja. En muchos lugares habían aposentos de los señores y tuvieron éstos naturales sus ritos y costumbres como todos y en sus templos sacrificaban corderos y otras cosas; y es fama que el demonio era visto en un templo que tenían en cierta parte de esta comarca" La Región Sur del Perú fue visitada de acuerdo a Reales Cédulas dictadas en marzo de 1533 y julio de 1534, por medio de las cuales Francisco Pizarro dispone la visita de estos territorios. Llegaron por primera vez al Contisuyo a fines de 1534 y comienzos de 1535. El primer repartimiento que efectúa Francisco Pizarro en calidad de 105

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Depósito, data del 3 de julio de 1535, por el que se concede a Cristóbal de Burgos 1,800 indios en el Repartimiento de Atico y Caravelí. Martín de Murúa, coloca en el reinado de Pachacútec, Inca Yupanqui la conquista de toda la parte Sur del Kuntisuyo, incluidos los araucanos que vinieron a "darle obediencia," los Uros, Collas y Puquinas. Al finalizar la colonia y en el advenimiento de la República, eran provincias de Arequipa, las siguientes: Camaná, Condesuyos, Caylloma (que seguía uniendo a Collaguas y Cabanaconde), Arequipa, Colesuyo (Moquegua), Tacna (más Arica y Tarapacá). El Rey de España, Felipe III, comisionó al Virrey Juan de Mendoza, Marqués de Montesclaros, el 5 de junio de 1612 para que practicara la división de los Obispados de Guamanga y Arequipa. (p.101/) El Virrey, por Auto de 17 de octubre de 1613, hizo la división eclesiástica y política del Obispado de Arequipa, en el referido Auto, se establece la demarcación en siete Corregimientos: Arequipa, Collaguas, Condesuyos, Camaná, Vítor, Ubinas y Valle de Moquegua y Arica con la provincia de Tarapacá. En el Colesuyo moqueguano, ocurrieron acontecimientos importantes en el trascurrir de los años, es así que en el año de 1593, el Corregidor de Moquegua, Diego Mazo de Alderete, expedía una resolución a favor de Martín Cutipa, Cacique del Colesuyo. Este cacicazgo estaba en pleitos por más de veinte años entre otros caciques menores de Torata y Moquegua. A comienzos del año 1630 la Doctrina de Moquegua, se subdividió en siete Doctrinas: Torata, Ubinas, Carumas, Puquina, Omate, Ichuña, y Pocsi. El Virrey Francisco de Toledo, desde Arequipa, expedía una Provisión en 1575 enviando a Moquegua Visitadores para organizar un mejor gobierno. El Visitador Juan Gutiérrez Flores, al llegar a los Repartimientos de Torata y Moquegua, de la Encomienda Real, averiguó que el cacique principal de la parcialidad de Hurinsaya Don Pedro Conta, es de habilidad y de suficiencia y de buen 106

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ejemplo. Pero a mediados del año 1700, los caciques habían desaparecido del escenario político de Moquegua. Sin embargo muchos de sus descendientes gozaban de poder económico como los Thone, en Puquina. Los hermanos Melchor, Thomás y Joseph hacían alarde de su poder económico. Thomás Tone contaba con 20 topos de terreno, un centenar de cabezas de ganado, varias casas y más de cien pesos en metálico. El Cacique Martín Cutipa, del Colesuyo, era descendiente por línea directa de Tacasi, quien había sido nombrado Primer Cacique de Hurinsaya por el Inca Huayna Cápac, hacia 1530. Este cacique presentó pleito contra Pedro Conta, descendiente a su vez en línea directa de Pari, que fue su lugarteniente de Tacasi en esa misma parcialidad. Por su parte la candidatura de Hanansaya había desaparecido tras la muerte, hacia 1590, de su último titular, Carlos Pacaxa, no habiendo candidatos que la reclamaron habida cuenta de que en esta parcialidad no se reconocían derechos hereditarios. (p.102/) En 1793, los Ayllus de Pocata y Coscore (Altos de Coscore), perdieron sus tierras comunales al pasar a la familia de Baltazar Mazuelos, concretamente a Eusebia Mazuelos en un remate público. Montenegro y Ubaldi, manifiesta que Santa Catalina de Guadalcázar, se encuentra en la parte Sur del Valle y San Sebastián de Escapagua, en la parte Norte. Esta población tomó el nombre de Villa de San Francisco de Esquilache por los años de 1615 y siguientes hasta 1624 ó 25 "a causa de que el Virrey, Príncipe de Esquilache, Francisco de Borja y Aragón le proporcionó el Título de Villa, donde residía el Corregidor de la Provincia de Colesuyos, el Cabildo, que creó el Virrey, un Escribano Público y muchas familias nobles. "Con el curso del tiempo -agrega- como en este lado y pueblo de Señora Santa Catalina había también muchas familias nobles, se trasladó la Villa a este lado, quedando aquella antigua Villa de San Francisco de Esquilache hasta hoy con sólo el 107

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nombre de Alto de la Villa Vieja, o bien con el nombre de Pago de la Villa Vieja". El Capitán y Almirante Don Juan de Olea, fue Regidor de la Villa de San Francisco de Esquilache y Corregidor de la Provincia en 1613 cuando se llamaba Colesuyos. Entre sus descendientes se cuenta al Capitán Domingo Olea, de la Orden de Santiago, Alcalde de Lima en 1637, ascendiente de Alonso de la Cueva Ponce de León, casado con Constanza Aquinaga. El Padre Nicolás de Olea, fue hijo de éstos; lo mismo que María Olea, que fue madre del Obispo del Cuzco, Juan de Sarricolea, natural de Huánuco. El fraile Nicolás de Olea, nació en Huánuco el12 de septiembre de 1635: fue hijo del General Domingo Olea, de la Orden de Santiago, y Corregidor de Larecaja y Colesuyos (Moquegua) y Alcalde de Lima en 1637 y de Doña Constanza de Aguinaga y de la Roca. Escribió "Teología Escolástica", Lima, 1694; "Memorial de la Vida de Allora ", "Curso de Artes", Lima, 1693, "Tratado de Filosofía," "Absoloción de dudas", "Compedium Universi Vetoris", Lima, 1675, "Informe sobre el Monasterio de Jesús y María", y otros. Falleció el 27 de marzo de 1707, de 72 años. (p.103/) El Licenciado Alonso Martínez de Rivera, natural de Medellín, fue Corregidor de Arequipa en 1556 y propuso que los habitantes de Moquegua contribuyeran para la edificación de un puente en el Río Chili. El costo total del puente en Arequipa ascendía a 150,000 pesos, fuera de las faenas gratuitas de los vecinos. Cuando se quiso que los de Colesuyos (Moquegua) pagaran cierta contribución, se quejaron éstos al Virrey diciendo que estaban a 40 leguas de Arequipa y ningún provecho les venía del puente, que allí se edificaba. A partir de 1625, se denomina a esta población Pueblo y Valle de Moquegua del Patrimonio Real del Perú, hasta el mes de abril de 1625. A partir del 10 de mayo se le denomina Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, del Valle de Moquegua. Entre los meses de abril y mayo de 1625 tuvo Moquegua conocimiento de haber sido elevado 108

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a Villa, durante el tiempo del Virrey de Guadalcázar. El 6 de enero de 1653, se reunió el Cabildo, conjuntamente con el español Antonio Bernardo de Quirós, Corregidor y Justicia Mayor de esta Villa y su Provincia de Colesuyo, con la finalidad de recuperar la Cédula por la que se nombraba Villa a Moquegua. Le acompañaban Diego Rodríguez, Alcalde Ordinario, Cristóbal Carbonera, Alcalde Provincial, Pedro Marínez de Cuéllar y Lorenzo de Vizacarra (Fiel Ejecutor). Se le nombra Villa, desde el 10 de mayo de 1625. (p.104/)

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IV. ÉPOCA COLONIAL A) Las Gobernaciones de Pizarro y Almagro Sobre el territorio del Imperio de los Incas, el Rey de España, estableció las Gobernaciones de Pizarro y de Almagro. La de Pizarro se extendía desde el Pueblo de Tenimpulla o Santiago, al Norte de Quito, doscientas setenta leguas hacia el Sur siguiendo el Meridiano, hasta el Sur de Chincha. Doscientas leguas concedidas en la Capitulación de Toledo el 26 de julio de 1529 y las 70 restantes por Real Cédula del 4 de mayo de 1534. La Gobernación de Almagro, se iniciaba inmediatamente después de la de Pizarro y se extendía otras doscientas leguas hacia el Sur, hacia la Región del Collasuyo, parte de la cual después constituyó la República de Chile. A la Gobernación de Pizarro se le llamó Nueva Castilla y a la de Almagro Nueva Toledo. Para incorporar estos territorios a su Autoridad, Almagro preparó una gran expedición que el 3 de julio de 1535 partió del Cuzco y tomando el camino de la Meseta del Titicaca, llegó a la Región de Tupiza y Jujuy (Norte argentino) por el Paso de San Francisco, atravesó la Cordillera de los Andes, sufriendo muchos padecimientos y gran mortalidad de indios, españoles y caballos, muchos de los cuales murieron congelados por el intenso frío. Descendió por el Valle de Copiapó al actual Chile y prosiguió al Sur, llegando a las actuales Provincias de Santiago y Valparaíso. Almagro había salido, con sólo una parte de sus tropas, dejando a su Lugarteniente para que le siguiera con el resto. En las primeras jornadas se aprovechó el gran camino militar de los Incas, que se extendía a lo lejos hacia el Sur; pero al acercarse a Chile se encontró empeñado en los desfiladeros de las montañas, donde ningún vestigio de camino se descubría. (p.105/) 110

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Allí impedían su marcha todos los obstáculos propios de la aspereza y escabrosidad de las Cordilleras: profundos y escarpados barrancos, cuyos lados rodeaba un estrecho sendero, "capaz solamente para cabras, y que subía serpenteando hasta las alturas que dominaban aquellos horrendos precipicios", como dice Prescott. También se encontraron con ríos que caían con furia por los declives de las montañas, formando espantosas cataratas y hundiéndose en el profundo abismo; negros bosques de pinos, que parecían no tener fin, y después largos páramos, sin el menor arbusto que pudiera poner a cubierto al atrevido viajero de la brisa penetrante que despedían las heladas cimas de la Sierra. El frío era tan intenso, que muchos perdieron las uñas de los dedos, los mismos dedos, y a veces los miembros. Otros cegaron a consecuencia de la reverberación de la nieve que reflejaba los rayos de un sol intolerablemente brillante en la delgada atmósfera de aquellas elevadas regiones. El hambre vino, como de costumbre, en pos de esta serie de calamidades; porque en aquellas tristes soledades, no se advertía vegetación que pudiera bastar para el alimento del hombre, ni se veía ser alguno viviente, a excepción tan sólo del cóndor, que se cernía sobre sus cabezas esperando el banquete que le proporcionaban con frecuencia el gran número de desgraciados indios, que incapaces de resistir con sus tenues vestiduras a los rigores del clima, perecían en el camino. Tanto llegó a acosarles el hambre, que los miserables se alimentaban de los cuerpos muertos de sus compañeros, mientras los españoles se sostenían de los cadáveres de sus caballos, que se quedaban helados en los . desfiladeros de la montaña. Tales fueron las horribles penalidades que la naturaleza impuso a los que tan precipitadamente, se introdujeron en sus más solitarios campos. Para seguir adelante, los indios eran encadenados en cuadrillas de diez o doce, y en las enfermedades, ni la debilidad del cuerpo excusaban al desgraciado cautivo de llevar su parte en el trabajo común. 111

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Desde el agreste caos de montañas, salieron los españoles al verde valle de Coquimbo. Allí hicieron alto para descansar en tan abundantes llanuras. (p.106/) Entretanto Almagro despachó a un oficial al Sur, el que regresó pronto sin noticias alentadoras. Almagro también tuvo la satisfacción de ver llegar al resto de sus fuerzas a las órdenes de su Teniente Rodrigo de Orgóñez, persona notable e íntimamente ligada con la suerte futura de Almagro confiriéndole sus nuevos poderes y jurisdicción territorial. Los Pizarro habían detenido este documento hasta el último momento. La tropas de Almagro, disgustadas ya de su penosa e inútil marcha, clamaban porque se emprendiese la retirada. Decían que el Cuzco caía dentro de los límites de su Gobernación, y que era mejor tomar posesión de sus cómodos cuarteles, que vagar como proscriptos por aquellas terribles asperezas. Almagro emprendió el regreso al Norte, desanimado por las dificultades que ofrecía el paso de los montes, tomó, a lo largo de la Costa, el camino que atraviesa el Gran Desierto de Atacama. Al cruzar aquellas terribles soledades, que se extienden por espacio de cien leguas hasta los límites septentrionales de Chile, soledades en que apenas una hoja verde viene a reanimar al fatigado viajero, experimentaron Almagro y sus tropas tantos trabajos, aunque de diversa especie, cómo los que sufrieron en el paso de las cordilleras. En realidad no se encontraría en la época actual un Jefe que se aventurase a conducir su ejército a través de aquella región. Pero los españoles del siglo XVI tenían una fuerza de cuerpo y una viveza de espíritu tales, que las hacían despreciar toda clase de obstáculos. B) Los Primeros Españoles y Nobles Incas en Moquegua El primer súbdito de España que llegó a Moquegua, fue el sevillano Pedro Calvo de Barrientos, que fue objeto de afrenta por parte de Francisco Pizarro, al hacerle cortar 112

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las orejas en Jauja donde había sido acusado de robo, por lo que decidió radicar en el lugar más alejado. Tomó la ruta del Sur donde, posiblemente, radicó por algún tiempo en el valle moqueguano. Continuando su viaje llegó hasta el valle de Aconcagua, donde fue encontrado por los soldados de Diego de Almagro. (p. 107/) Malgarida de Almagro, esposa de este conquistador, fue la primera dama que llegó a Moquegua, después de la conquista de Chile. Doña Inés de Suárez, esposa del conquistador Pedro de Valdivia, fue la segunda en su tránsito para la conquista de Chile. Según Vicente Dagnino, autor de "El Corregimiento de Arica", manifiesta que "las primeras fuerzas organizadas castellanas que atravesaron territorio ariqueño fueron las comandadas por el Capitán Ruy Díaz, quien había organizado una expedición en tres barcos para ir en ayuda de Almagro. Los navíos partieron del Callao rumbo al Sur a principios de 1535; un barco encalló frente a Chincha, otro en Arica, y sólo el tercero prosiguió su ruta. Después del percance de Chincha parte de la tropa prosiguió la marcha por tierra, llegando hasta Arica, donde los naturales les presentaron resistencia matando cuatro soldados y algunos caballos". Diego de Almagro, después de atravesar el terrible desierto llegó a Moquegua. El historiador Ladislao Cabrera Valdez, dice que Almagro "atravesó el despoblado de Atacama y los poblados de Tacna e Ilo". Es muy probable que Almagro recorriese gran parte del Valle de Moquegua, conociendo sus diferentes poblados, por la información tal vez recibida de los habitantes del Collao, por la íntima relación que existía entre los habitantes del altiplano, principalmente Chucuito, donde meses antes había estado. Tampoco se descarta que Diego de Almagro, encontrándose en Moquegua, supiese y con asombro de la insurrección de los partidarios de Manco Inca. Se calcula que Diego de Almagro, estuvo en este Valle Moqueguano, en los primeros días de enero de 1537, permaneciendo más o menos un mes. Además se 113

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encontraba en "sus dominios," ya que, de acuerdo a la Capitulación de Toledo, este valle le correspondía gobernar. Agrega Cabrera Valdez, que "Almagro cruzó el Río Tambo en balsas y llegó en la mayor miseria y extenuación al Valle de Arequipa, el21 o 13 de febrero de 1537 y que es de suponer que las tropas de Almagro, ocupasen los pueblos de Paucarpata y Sabandía. (p.108/) En el mes que permanecieron, se habilitaron de ropa, calzados, y víveres. No encontraron español alguno; y sólo por noticias de los indios, supo con gran asombro el sitio del Cuzco; apresuró su marcha para ir en su socorro. Con toda seguridad, sólo podemos, pues, saber que Almagro y sus compañeros fueron los primeros españoles que pisaron el Valle de Arequipa." Prescott, al referirse a la gente que acompañaba a Diego de Almagro, anota: "El Mariscal levantó bandera para Chile, y muchos, atraídos por sus maneras populares y por su generosidad que casi rayaba en prodigalidad, se alistaron con gusto en la empresa confiados en hallar todavía mayores riquezas que las que habían encontrado en el Perú. Dos indios, el uno Paullo Topa, hermano de Manco Inca, el otro Villac Umu, Gran Sacerdote de la Nación, fueron enviados delante con tres españoles para preparar el camino al pequeño ejército. Púsose después en marcha un destacamento de ciento cincuenta hombres a las órdenes de un oficial llamado Saavedra. Almagro se quedó detrás a reunir más reclutas; pero, antes de completar el número de éstos que pensaba llevar, emprendió su marcha no creyéndose seguro con sus cortas fuerzas al lado de Pizarro. El resto de sus tropas debía seguirle luego que se reuniese". El 20 de mayo de 1535, Francisco Pizarro y Diego de Almagro, se encontraban en el Cuzco con la finalidad de efectuarse la reconciliación entre los dos bandos por ellos protagonizados acordándose que su amistad continuaría siempre inviolable, estipulándose que ninguno de ellos hablaría mal del otro en sus comunicaciones al 114

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Emperador, y que ninguno se comunicaría con el gobierno sin el consentimiento del otro. El 12 de junio de 1535 tuvo lugar el juramento de paz, amistad y compañía entre Pizarro y Almagro. El juramento fue pronunciado ante los Sacramentos en manos del Padre Bartolomé de Segovia que concluyó la ceremonia celebrando la misa. En setiembre o julio de 1535, Diego de Almagro partió del Cuzco rumbo a Chile. Algunos autores dicen que la expedición de Almagro a Chile empezó el 3 de julio de 1533 y en el mes de agosto le siguió otro refuerzo. Entre la ida y el regreso demoró más de dieciocho meses. Llegaron al Cuzco el 8 de abril de 1537. Otros indican que partió el 3 de julio de 1535. (p.109/) Almagro en este viaje estuvo acompañado por los sacerdotes Bartolomé de Segovia, que era Capellán, Cristóbal de Molina (El Almagrista), Rodrigo Pérez (quien falleció en 1550 en Lima), y los mercedarios Antonio de Solís y Antonio de Almansa. Otros autores agregan también a los mercedarios Antonio Rendón y Francisco Ruiz. Poco después de la partida de Almagro para Chile, se inicia la Guerra de Reconquista protagonizada por Manco Inca, con sus escasos veinte años, quien pone cerco al Cuzco el 13 de marzo de 1536 y dos meses después a Lima. Posteriormente, desde principios de abril de 1537, con la vuelta de Almagro de Chile al Cuzco, se inician las Guerras Civiles entre "pachacamas" (pizarristas) y "chilis" (almagristas). Diego de Almagro fue ejecutado por los pizarristas el 8 de julio de 1538 y Francisco Pizarro el 26 de julio de 1541. Diego de Almagro ("El Mozo") fue derrotado por Vaca de Castro, en la Batalla de Chupas, el16 de setiembre de 1542 y ajusticiado poco después. Entre los acompañantes de Diego de Almagro que cruzaron el Valle de Moquegua, se encontraban los siguientes: Paullo Topa Inca, Pedro Barroso (Alcalde Mayor) Rodrigo Orgóñez, Juan de Herrada, Rodrigo Núñez, Juan de Saavedra, Rodrigo de Salcedo , Benito García, Gómez de Alvarado , Cristóbal de Sotelo, 115

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Jerónimo Cestilla, Luis de Matos, Diego de Alvarado, Bartolomé de Segovia . Cristóbal de Molina, Rodrigo Pérez, Malgarida de Almagro, etc. Veamos la vida y la obra de algunos de los acompañantes de Almagro: 1. CRISTÓBAL DE MOLINA.- Es el autor de la obra "Conquista y población del Perú; fundación de algunos pueblos; relación de muchas cosas acaecidas en el Perú (1533)," Lima, 1943; Madrid, 1968. Esta obra le sirvió como referencia al Padre Bartolomé de las Casas para escribir sus obras "Brevísima" y Apología Histórica", Llegó al Perú procedente de Santo Domingo (Isla La Española), desembarcando en Tumbes y llegando al Callao en 1535. En el subtítulo de su obra se puede leer: "para entender a la letra la manera que se tubo en la conquista y poblazos destos reinos y para entender cuanto daño y perjuicio se hizo de todos los naturales universalmente de esta tierra y cómo por la mala costumbre de los primeros se ha continuado hasta hoy la grande vejación y destrucción de la tierra". Asimismo -agrega- que "tercer valle que conoció el Mariscal fue el de Quaquizago... llegando al pueblo principal de Chile que se llama Concunicagua y tenían consigo un español que se había venido huyendo del Cuzco, solo, porque el Marqués le había afrentado y mandado a cortarle las orejas, que se llamaba entre los indios Barrientos... pasado el despoblado de Atacama, supo Almagro cómo el Inca se había alzado en el Cuzco y daba guerra y dióse mucha prisa con esta nueva para descercar los españoles del Cuzco y socorrerlos, y sin descansar casi día, por la costa la vuelta de Arequipa, donde se demoró algo, tomó la vuelta del Cuzco... viéronse tan trabajados los españoles en este cerco, que hubo Cabildo y votos para desamparar la ciudad del Cuzco e ir la vía de Arequipa por los llanos a la ciudad de Los Reyes... el Adelantado y los suyos, después de haberse reformado algunos días en Arequipa, saliéndole la 116

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tierra de paz, caminó la vuelta del Cuzco, que es 70 leguas de esta Provincia de Arequipa, llegó dos meses antes al Cuzco que Alonso de Alvarado, con 430 hombres". En realidad esta "Relación" es anónima. Tradicionalmente se ha venido atribuyendo a Cristóbal de Molina, el almagrista (para distinguirlo de otro homónimo). Pero Raúl Porras Barrenechea, ha cuestionado al autor afirmando que puede ser el clérigo Bartolomé de Segovia, quien también acompañó a Almagro a Chile. El contenido de la "Relación" sólo llega hasta la entrada de Diego de Almagro en el Cuzco después de su vuelta de Chile. (p.111/) El Padre Molina, regresó a Chile, llegó a ocupar el cargo de Vicario General. Estando en estas funciones tuvo que actuar ante las desavenencias suscitadas en Chile, el6 de marzo de 1562, entre Fray Juan Gallegos (franciscano) y el dominico Fray Gil Gonzáles de San Nicolás, por el nombramiento de Francisco de Villagrán como nuevo gobernador de Chile, quien había nombrado como su Lugarteniente a Juan Jofré y encargó la guerra contra los araucanos al Licenciado Juan de Herrera. El 25 de julio de 1563 (en la fiesta de Santiago de Chile). Patrono de la ciudad, predicó Fray Gil un sermón delante de todas las autoridades contra la opresión e injusticias que se hacían a los indios. Asimismo, al parecer, Fray Gil habría dicho o predicado que los pecados de los ascendientes pasan a los descendientes. El entonces Vicario General Cristóbal de Molina (en que había delegado el titular y ya nombrado Obispo, auque sin haber recibido las Bulas, Rodrigo Gonzales Mormolejo, por encontrarse enfermo impedido), abrió proceso contra Fray Gil. El franciscano Fray Cristóbal de Ravaneda recurrió al favor de Fray Gil alegando que era exento. El Lugarteniente Jofré metió en prisión a Molina. El Vicario Titular, Gonzales Marmolejo, procedió contra Jofré. El Gobernador de Chile Villagrán, primero favoreció a Jofre, pero después, bien informado, destituyó a Jofré, y repuso 117

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a Molina; así siguió el proceso, que al parecer, no tuvo consecuencia, quizás por explicación o retracción de Fray Gil. Cristóbal de Molina (1491-1578), después de la muerte de Almagro, se estableció en Lima, donde escribió, asimismo, en 1539 una carta al Emperador Carlos V, en la que exponía los servicios que había prestado. Regresó a Chile en 1556. (p.112/) Cuando falleció el Inca Paullo, escribió: "Quiero poner aquí una cosa que hicieron todos los naturales del Cuzco el día de su muerte, por ser cosa notable y de buena disciplina y ejemplo. Como supieron que había expirado, todos los indios de guerra, vecinos del Cuzco, con todas sus armas de flechas y lanzas porras, cada uno, se subieron a las casas de dicho Paullo y daban grandes voces y grita... eran 500, dijeron que era costumbre que cuando moría el Señor... y no se volvían a sus casas hasta que el hijo legítimo del señor muerto quedase señalado por Señor Universal del Imperio". Cuando la esposa de Almagro, Malgarida de Almagro, fundó una Capellanía para el Convento de La Merced del Cuzco, Molina tuvo que firmar por ella, porque Malgarida no sabía firmar. Hernando de Luque, el religioso que fue socio de la conquista del Perú, con Pizarro y Almagro, en carta dirigida al Emperador, desde Panamá, el 20 de octubre de 1532, daba a. conocer que en la flota de Almagro viajaba al Perú el clérigo Cristóbal de Molina. Se encontraba ya en el Cuzco a principios de abril de 1537. Molina, también informaba que Manco Inca Yupanqui se había constituido Inca en rebelión en el Cuzco en abril de 1535, después de asesinado Huáscar, ajusticiado Atawallpa y muerto el hijo de éste Túpac Wallpa, en Jauja a los dos o tres meses de haber recibido de Pizarro la mascapaicha o borla del Inca. Molina, escribió su obra a fines de 1552.

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2. BARTOLOMÉ DE SEGOVIA. El 23 de enero de 1534, el Adelantado de Guatemala, Don Pedro de Alvarado, partió del Puerto de Posesión (Realejo), cerca de León de Nicaragua, con rumbo al Perú, llegando a Puerto Viejo el 10 de febrero. El mismo Alvarado dice que llevó al Perú varios franciscanos, dos mercedarios y seis clérigos. Entre él los (clérigos) se encontraba Bartolomé de Segovia, Francisco Pineda y Fulano Fontes, el Licenciado Pedro Bravo, Provisor de las Provincias de Nicaragua; el Licenciado Ocaña. (p.113/) Los Franciscanos eran Fray Marcos de Niza, Fray Jodoco Rique, Fray Pedro Gocial y Fray Pedro Rodeñas. Los mercedarios fueron Hernando de Granada y Juan de Torreblanca. A fines de marzo de 1534, estuvieron en San Miguel de Piura, donde se encontraron con Diego de Almagro. De San Miguel, Bartolomé de Segovia, acompañó a Almagro hasta Quito, en donde fueron en busca de Sebastián de Benalcázar, quien había organizado una expedición a Quito par a adelantarse a Alvarado. El 15 de agosto de 1534, Almagro funda en Riobamba la ciudad de Santiago de Quito. El 26 de agosto, en Santiago de Quito, se hicieron las escrituras de venta de la armada de Alvarado a Almagro. El 28 de agosto repuebla llamando a la ciudad que acababa de fundar San Francisco de Quito, y da orden a Benalcázar de que la traslade después al, mismo Quito. En agosto de 1534, Diego de Almagro, en compañía del clérigo Bartolomé de Segovia y Alvarado se regresan a San Miguel de Piura, con intención de ir a Jauja donde creían hallar a Francisco Pizarro, para que confirmase el trato de la compra de la armada de Alvarado e hiciese efectivo el pago de la misma. De San Miguel de Piura, Diego de Almagro envió al capitán Francisco Pacheco a Puerto Viejo para que fundase el pueblo de Villanueva de Puerto Viejo el 12 de marzo de 1535. En noviembre de 1547, Bartolomé de Segovia, estaba con La Gasca en Jauja; y éste le envió con una Provisión

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para Diego Centeno. También se dice que podría ser el autor de "Conquista y población del Perú…" Segovia, decía que: "por orden de Almagro fue al Real del dicho Adelantado a hablar con él dos veces que siempre oyó decir en el Real del dicho Adelantado que iban al Cuzco, porque era de su Gobernación...". Cuando se produjeron las diferencias entre Pizarro y Almagro, Segovia estuvo presente en Lima el 5 de octubre de 1537, en la firma del Acta correspondiente, como testigo de Almagro. (p.114/) Estando en el Cuzco, el 24 de enero de 1539, firmó la Carta dirigida al Rey en favor de Alonso Enríquez de Guzmán a quien habían acusado injustamente. Bartolomé de Segovia, dijo la misa en el Cuzco en la que hicieron el juramento Pizarro y Almagro, de no molestarse mutuamente. En la conquista de Chile, Segovia viajaba como Capellán del ejército. Martín López de Carbajal, era el encomendero de Omate, por Provisión firmada en el Cuzco por Francisco Pizarro el 22 de enero de 1540. López la recibió el 9 de febrero de 1540, de manos de Garcí Manuel de Carbajal , Alcalde de Camaná, en compañía del Cacique Cayla. Este Cacique Cayla en 1560, decidió seguir la doctrina cristiana, para lo cual se hizo bautizar con Bartolomé de Segovia. 3. JUAN DE SAAVEDRA. Participó, en forma conjunta con Almagro, en la preparación de la expedición a Chile. Eso duró hasta el mes de Julio de 1535, fecha en la que salió la vanguardia de órdenes de Juan de Saavedra. El primero en partir, fue Juan de Saavedra, con unos cien hombres a caballo, a los cuales se unieron en el Alto Perú los hombres que obedecían a Gabriel de Rojas. El 3 de julio salió Almagro con unos cincuenta y un buen número de indios y se dirigió a Paria, en donde le esperaba Saavedra, que había aprovechado el tiempo, aprovisionándose y reclutando indios de la región. Tuvieron que detenerse cerca de un mes en este lugar, por haberles advertido los guías que, hallándose en la 120

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estación de invierno, convenía guardar que aminorase el frío que en esas regiones es intenso, sobre todo en las noches. Prosiguieron su camino, pero, luego de bordear el lago Aullagas, se desviaron hacia el Este en busca de Tupiza, de clima más templado. En la sublevación de Manco Inca, Saavedra, concentró sus fuerzas en Urcos (Cuzco). En Lima, dice Cieza, había personas muy respetables como Saavedra, antes y después del asesinato de Pizarro. Durante el alzamiento de Gonzalo Pizarro, (/115/) estuvo preso en la cárcel de Lima. Habiendo salido en libertad, prestó su colaboración al Virrey Blasco Núñez habiendo estado presente en su recibimiento. Al llegar al Perú el Pacificador La Gasca también le prestó su colaboración. La Gasca, eligió por Capitanes a Juan de Saavedra, Gómez de Alvarado y Pedro Cabrera. Estando en Jauja La Gasca, mandó hacer picas y armas y equipó su ejército lo mejor que pudo. Ayudole en la tarea los muchos capitanes que ya se le habían juntado, entre ellos Saavedra. Pacificado el Perú, Saavedra se desempeñó como Corregidor del Cuzco el 28 de setiembre de 1549. Al respecto La Gasca, le escribió una carta a Saavedra donde le indica que muchos indios van a las minas de Potosí con gran ilusión pero que estando allá padecen grandes penurias, por lo que se hace necesario prestar atención a estos problemas. Apenas había vuelto las espaldas el Presidente La Gasca, cuando vino a ser el Cuzco teatro de un incidente que pudo tener graves consecuencias. Habíase dado a Francisco Hernández Girón la conquista de los chunchos y desde Lima comenzó a llegar gente, enviando emisarios a otras ciudades para que le buscasen soldados. Algunos vecinos del Cuzco y el mismo Corregidor, el Capitán Juan de Saavedra parece que pensaron estorbarle la entrada, mas al fin no pusieron por obra su intento. Ya en ella, comenzaron a inquietarse los de uno y otro bando, hasta el punto de verse obligado Francisco Hernández a mantener guardia en su casa. El Corregidor Saavedra lo 121

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llevó a mal y aquél también se lastimó por el hecho de haberle rondado con buen golpe de vecinos su alojamiento. Nuevos incidentes estuvieron a punto de precipitar al uno contra el otro y el jueves 17 de abril de 1550 se disponía ya todo para trabarse en combate, insistiendo los soldados de Girón en decidir el asunto por la fuerza. Los clérigos y vecinos del Cuzco intervinieron en la (/116/) pacificación. Del careo salió por conclusión que Francisco Hernández deshiciese la gente armada que consigo tenía y entregase al Corregidor Saavedra a siete u ocho de los más culpados, los cuales habían de ser desterrados de Lima. Girón se avino a hacerla y con efecto lo comunicó a los suyos. Estos pusieron resistencia y a la mañana siguiente hubo de ir en persona el mismo Francisco Hernández a casa del Corregidor para aplacarle y darle explicaciones. Luego que llegó se le puso preso y con guardias y esto bastó para que los suyos se desbandaran. Algunos fueron habidos y de ocho que se prendieron al uno se le dio muerte y a otros cortaron las manos. No paró aquí el inflexible Corregidor; abrió proceso contra Girón y aceleradamente le condenó a ser ajusticiado. No hubo, por fortuna, letrado alguno que quisiese firmar la sentencia y, como el reo le hubiese recusado y pedido término para su descargo, resolvió enviarlo a Lima con buena custodia y después de haberle exigido promesa y pleito homenaje por tres veces, a usanza de los caballeros, que había de presentarse ante la Audiencia. Ésta le retuvo algunos días en la prisión, dándole luego por libre y permitiéndole volver al Cuzco, donde, en una segunda tentativa de los díscolos y malcontentos, había de convertirse, por su desgracia, en Capitán. En el Corregimiento del Cuzco se produjo un cambio: salió Saavedra y nombraron a Gil Ramírez. Nuevamente empezaron los disturbios encabezados por Francisco Hernández Girón, quien tomó preso al nuevo Corregidor. Este movimiento repercutió en todo el Perú. Saavedra huyó hasta Juliaca. Había salido del Cuzco con un grupo de leales y en Paucarcolla se encontró con otro 122

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de sus ayudantes: Sancho de Ugarte, que se le había adelantado con 200 hombres llegados desde La Paz y al cual ordenó le esperase allí, dando a Saavedra el título de Justicia Mayor de la ciudad del Cuzco. En cambio Girón con sus tropas avanzó por Huamanga rumbo a Lima, por lo que Saavedra entró (/117/) al Cuzco. Saavedra desde el Cuzco, regresó nuevamente a Juliaca, a fin de cortarle el paso a Girón que había logrado huir y avanzaba por Arequipa, rumbo a La Paz; había sido derrotado por un ejército organizado por la Audiencia de Lima. Entretanto Girón, al levantarse en armas, se hizo nombrar Procurador y Capitán General del Reino. Encabezaba a los encomenderos descontentos y se levantó en el Cuzco el 12 de noviembre de 1553. La rebelión se concentra en la Sierra y en el Sur andino. La Audiencia para hacer frente a la rebelión designa al Mariscal Alonso de Alvarado, el que organiza sus tropas en la provincia de Charcas. La Batalla se da en Chuquinga el 21 de mayo de 1554 con la victoria de las tropas rebeldes. Al informarse de esta derrota la Audiencia, se organiza para dar batalla en Lima, pero Girón regresa a los Andes y es derrotado en Pucará el 8 de octubre de 1554; Girón es hecho prisionero y llevado a Lima y ejecutado en la Plaza de Armas el 7 de diciembre de 1554. 4. RODRIGO PÉREZ. Era Arcediano. En agosto de 1547 lo envió Centeno, que era leal al Rey, a hablar con Alonso de Mendoza, a fin de ganarlo a su causa. Alonso de Mendoza, fue el fundador de la ciudad de La Paz. Anteriormente había acompañado a Diego de Almagro en la Conquista de Chile, donde le acompañaron los clérigos Bartolomé de Segovia, que iba de Capellán, Cristóbal de Molina y Rodrigo Pérez, quien murió en 1550, en Lima. 5. ANTONIO DE SOLÍS. Antes de partir a la conquista de Chile, entregó algunas cartas poderes a Gerónimo de Aliaga y Cristóbal de Badajoz, fechadas en el Cuzco el 23 de julio de 1535, con la finalidad de que cuiden sus 123

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intereses. Estando en Panamá, antes de partir para el Perú, realizó una declaración pública de descargos del juicio de residencia que se la había (/118 /) seguido al Licenciado Pedro de la Gama, fechado en Panamá el 17 de marzo de 1534. También estuvo en Santo Domingo y Nicaragua. Se desempeñaba en la orden religiosa de Nuestra Señora de La Merced. Estando en Panamá había declarado que contaba con treinta años de edad. De regreso al Perú, después de la expedición a Chile, fue muerto por los indios cerca del Cuzco. 6. ANTONIO DE ALMANSA. Estando en el Cuzco, el 20 de mayo de 1535, de la Orden de La Merced, quintó cien marcos de plata de que sacados los derechos pagó de quinto diecinueve marcos y VII onzas, que recibió el tesorero Diego de Mercado. Con fecha 24 de enero de 1539, firmó una carta dirigida al Rey, de los Religiosos y clérigos de la ciudad del Cuzco en favor de Alonso Enríquez de Guzmán. Tenía en ese entonces 32 años. Esta es la última noticia del Padre Almansa en el Perú. Volvió a España en fecha desconocida. El 29 de octubre de 1571, se encontraba en España en el Convento de Huete, con el título de Prior. 7. PEDRO BARROSO. Participó en la expedición a Chile con Diego de Almagro como Alcalde Mayor. Estuvo también en la Fundación de la Villa Hermosa en el Valle de Camaná, posiblemente en el lugar llamado Huacapuy, en los primeros días de noviembre de 1539. Fue su Primer Alcalde Ordinario, conjuntamente con Garcí Manuel de Carbajal, Encomendero de Ubinas. En el traslado de Camaná para la fundación de Arequipa por Grací Manuel de Carbajal el 15 de agosto de 1540, Pedro Barroso vivía en la Calle Mercaderes y poseía 12 fanegadas encima de la Barranca. En Arequipa, a comienzos de 1540, Barroso era Alcalde Ordinario conjuntamente con Garcí Manuel de Carbajal. El Alcalde Mayor era Alonso de Cabrera. Barroso 124

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poseía cierta cultura, por (/119/) lo que era considerado Hidalgo. Participó también en la fundación de varias ciudades. Con respecto a la ciudad de León de los Caballeros de Huánuco se había producido un inconveniente por la oposición de los indios. Fue Pizarro el que pensó fundarla y encomendó esta tarea a Gómez de Alvarado, el otro acompañante de Almagro en la conquista de Chile, pero éste capitán no llegó a establecerla y, así por la oposición que hicieron los vecinos de Lima, como por las hostilidades de los indios, hubo que dejar la empresa. Le sucedió Pedro Barroso, pero también sin éxito. Más tarde, después de Chupas, Vaca de Castro envía a Pedro de Puelles a fundarla, haciendo que los primeros pobladores se trasladen al lugar escogido por él. Fue el 2 de febrero de 1543. En Arequipa, con fecha 11 de octubre de 1540, el Cabildo concede a Pedro Barroso y al Capitán Andrés Jiménez un Poder para que obtengan mercedes del Marqués Francisco Pizarro y del Obispo Vicente de Valverde. Esta misma situación se repitió en Arequipa el 2 de mayo de 1541. Pedro Barroso, antes de venir al Perú, se desempeñó en la ciudad de Granada (Nicaragua). Con fecha 13 de diciembre de 1533, Barroso presentó una solicitud ante Antonio Velásquez, Alcalde de Granada, solicitando una Provanza de servicios para presentarla ante el Rey, como así ante el Presidente y los Oidores del Consejo de Indias (Sevilla, España). De igual manera y con el mismo fin, con fecha 21 de febrero de 1539, solicitó información de servicios en el Cuzco; en ella argumentaba que “a más gasté mi hacienda y me empeñé en mucha suma de pesos de oro para ir a servir a su Majestad con el Gobernador Don Diego de Almagro en el descubrimiento o jornada de Chile que es junto hasta el Estrecho el cual me hizo su Alcalde Mayor y serví del dicho oficio a Su Majestad desde que principió la dicha jornada hasta que la batalla se dio administrando justicia...", presentando como testigo (/120/) a Diego de Peralta, Pedro de San Millán, Fernando de 125

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Sosa, Juan de Mañueco, Nicolás Martínez y a fray Juan de Castañeda. Posteriormente agregó al Padre Rodrigo Pérez, que también estuvo en la Conquista de Chile. Estando también en Arequipa, con fecha 12 de agosto de 1542, firmó un documento donde aceptaba ser albacea de Juan de San Juan, como así aceptar la documentación de su testamento. Lo firmó conjuntamente con el clérigo Lázaro García. 8. HERNANDO DE SOSA. Fue relator de la Audiencia de México. Vino al Perú con Pedro de Alvarado y fue Secretario cuando viajó a la Conquista de Chile con Almagro. Estuvo presente en la entrega de la Real Cédula al capitán Diego de Mercado, nombrándolo Factor de la Gobernación de Nueva Toledo y su reconocimiento, en el Cuzco, por Diego de Almagro. Fue testigo y firmó el documento que hizo Diego de Almagro ante Fray Francisco de Bobadilla, que tuvo que intervenir como Juez Arbitro en la enojosa contienda de la delimitación de las Gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva Toledo. Bobadilla, expidió su sentencia en Mala, el 15 de noviembre de 1537 y determinó también el18 del mismo mes que Diego de Almagro "pueda estar en los valles de Ica y Nazca y la Costa adelante adonde quisiere", Asimismo firmó el documento que presentó Pedro Barroso, Alcalde de Arequipa, ante el Rey de España, reclamando su tiempo de servicios. Sosa, manifestó que Barroso padeció "hambres y fríos" en la conquista de Chile. 9. MALGARIDA DE ALMAGRO. Fiel compañera del Adelantado Diego de Almagro. Le acompañó en la Conquista de Chile. Fundó en el Convento de La Merced del Cuzco una Capellanía en Memoria de los Almagro y de los que murieron en la Conquista de Chile. Dicho documento lo firmó en Los Reyes el 16 de setiembre de 1553. En realidad el que firmó dicho (/121/) documento fue

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el Padre Cristóbal de Molina, porque Malgarida no sabía firmar. Malgarida vivía en Sevilla y pasó a Santo Domingo y de ahí al Perú. Sobre su vida se pueden leer algunos documentos estudiados por el Padre Víctor M. Barriga: "Sevilla, año de 1513: Antón Palma, jubetero, marido de Leonor Rodríguez, vecino de Sevilla, en la colación de Santa María, en la calle de Génova, vende al maestre Juan Fiuco, vecino de la Villa de Santo Domingo, una negra esclava preñada, llamada Malgarida de veinticinco años, en precio de 12,000 Maravedís". En el año de 1526: "Francisco Díaz Sahagún, mercader, vecino de Sevilla, se obliga a pagar a Agustín Ribaldo, genovés, estante en Santo Domingo, doce ducados de oro, por una licencia que el dicho Ribaldo le dio para pasar a las Indias una negra esclava llamada Malgarida". En el año de 1551: "Rodrigo de Illescas, en virtud del poder que tenía de Malgarida de Alamagro, estante en la Ciudad de Los Reyes del Perú, recibe de Tome García, vecino de San Lúcar de Barrameda 655,824 maravedís que la susodicha le había dado en el Perú para entregar al otorgante". En el año de 1553: "Malgarida de Almagro, funda en el convento de La Merced del Cuzco una Capellanía en memoria de Don Diego de Almagro y de los que fueron a la Conquista de Chile". 10. PEDRO DE SAN MILLÁN. En el mes de febrero de 1539, contaba con treinta años, según el documento que firmó a Pedro Barroso que reclamaba su tiempo de servicios. Estando en la jornada de Chile "vido ser Alcalde Mayor a Barroso en toda la jornada fasta tanto que volvieron al Cuzco...que en dicho viaje a Chile a Barroso se le habían mancado dos caballos y que perdió negros, indios y esclavos...que por este viaje no le han remunerado sus servicios..." Cieza, nos ha dejado los nombres de los que asaltaron el palacio de Francisco Pizarro para darle (/122/) muerte: Juan de Herrada, Pedro de San Millán, Martín de Bilbao, 127

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Baltazar Gómez, Diego de Hoces, Juan de Guzmán, Juan Sajo (natural de Navarra), Narváez, Francisco Núñez (de Granada), Juan Rodríguez Barragán (natural de Los Santos), Porras (de Ciudad Rodrigo), Pedro Cabezas, Velásquez, el Comendador de San Juan, Bartolomé de Anciso, Arbolancha, Jerónimo de Almagro, Enrique Losa, Pineda (Paje del Adelantado). Otros quedaron en la plaza a fin de evitar que pudieran venir en su ayuda o bien se apercibieron para apoyar a los agresores. Muerto Pizarro, salieron los almagristas a la plaza, diciendo a voces: "El tirano a muerto". Pedro de San Millán, llegó a ser uno de los más ricos de Lima, dando agasajos a una serie de amigos. 11. FRANCISCO DÁAVILA. En el mes de febrero de 1539, contaba con treintaiún años, según lo manifestó en el documento a favor de Pedro Barroso que reclamaba sus tiempos de trabajo al servicio del Rey, principalmente en la jornada de Chile. Dávila, en ese documento, narró las peripecias que pasaron los Conquistadores, donde murieron muchos esclavos negros e indios. 12. ALONSO ARIAS. Estuvo también en la Conquista de Nicaragua al servicio de Pedro Arias Dávila, Gobernador de Panamá. Pedro Arias Dávila, fue de Panamá a Nicaragua a principios de 1526, cuyas provincias habla mandado pacificar con Francisco Henández de Córdova. Arias (Pedrarias) falleció en Nicaragua en marzo de 1531 y fue enterrado en el Convento de La Merced. Alonso Arias manifestó que contaba con 33 años, en 1539. Estuvo en San Miguel de Piura con Diego de Almagro al que después acompañó hasta la Conquista de Chile. (/123/) 13. ALONSO GIL. Contaba con 40 años en 1539. Estuvo en Nicaragua al servicio de Pedro Arias Dávila. En la conquista de Chile "este testigo fue a dicho viaje e vido que se pasaron los dichos trabajos e todo lo demás..." 128

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14. ALONSO YÁÑEZ. Contaba con 45 años en 1539. Estuvo en Nicaragua al servicio del Gobernador Pedro Arias Dávila. Asimismo "vido que Pedro Barroso fue de viaje a Chile con el Gobernador Diego de Almagro e que vido que en dicho viaje hasta que agora fue preso el dicho Adelantado..." 15. BACHILLER GUERRERO. Contaba con 25 años en 1539. Conocía la ruta de Chile "porque fue en la dicha jornada..." 16. FRANCISCO MADUEÑO. A fines de enero de 1541, se encontraba en Arequipa, siendo testigo de Barolomé Bejarano, espadero, que vendió a Gregorio, Álvarez, carpintero, el medio solar que le fue asignado. EI4 de junio de 1541, se desempeñaba como Alguacil Menor en Arequipa, así se deduce del Poder General de Martín López, Alguacil Mayor, que le concede a Madueño para que administre sus indios. También fue testigo, el14 de octubre de 1561, en la Información de Méritos y Servicios de Miguel Cornejo, Tesorero que fue de Su Majestad en Arequipa, hecha ante la Audiencia de la Ciudad de Los Reyes, a petición de sus hijos y herederos, También fue testigo en la Provanza de Méritos y Servicios de Diego de Peralta, vecino de La Paz, hecha en Arequipa ante Juan Ruiz, Corregidor de la ciudad, el16 de febrero de 1566. En ese año de 1566 contaba con 50 años y manifestó que estuvo en la Conquista de Chile con Diego de Almagro. Estando en el Cuzco fue testigo del retiro de Manco Inca a Yucay y de ahí a Viticos con toda su gente. Fue compañero inseparable de Rodrigo Orgóñez, (/124 /) Lugarteniente de Diego de Almagro. Estuvo también en Jauja y presenció la llegada del Licenciado Vaca de Castro y la Batalla de Chupas contra Diego de Almagro "el Mozo". Estando en el Cuzco presenció el alzamiento de Francisco Hernández Girón. En Ayacucho estuvo al servicio del Capitán Gómez de Solís. 129

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El pueblo de Yumina, fue entregado en Encomienda a Diego Hernández, en 1540, Al morir le sucedió su hijo Diego Hernández de Mendoza, en 1549, como era menor de edad, la Encomienda la administraba su tutor y padrastro Francisco Madueño. Madueño, fue Corregidor de Lonja, Alguacil Mayor y Ensayador, Juez de Naturales en la Provincia de Condesuyos. Representante de los pueblos de la banda oriental del Río Chíli. Formó también una Compañía de Carretas. Estando en Camaná de autoridad, prohibió que salgan los vecinos y estantes, sin licencia de las autoridades respectivas, el15 de abril de 1540. En esta misma ciudad y con fecha 8 de julio de 1540, estuvo como testigo del contrato de compensación entre Juan de Almonacal y Francisco Martínez, por recibir objetos personales y aprestos de guerra. En Arequipa, y con fecha 14 de octubre de 1540, fue testigo en el poder que Juan Flores, Alcalde Ordinario entregó a Alonso de Ruiz para que alcance mercedes del Rey. Martín López de Carbajal, Encomendero de Omate y Alguacil Mayor de Arequipa el día 4 de junio de 1541, otorgó poder a Francisco Madueño, Alguacil Menor, para que administre sus indios. En Arequipa, el 16 de febrero de 1566, en la probanza de los méritos y servicios de Diego de Peralta, vecino de La Paz, hecha en Arequipa ante Juan Ruiz, Corregidor de Arequipa, Francisco Maduer'lo, manifestó tener 50 años de edad y que estuvo en el Cuzco cuando Manco Inca se refugió en Viticos y que estuvo también en Jauja con el Licenciado Vaca de Castro y en (/125/) Arequipa cuando se presentó Francisco Hernández Girón, el encomendero rebelde. Madueño, siendo autoridad de Arequipa, el1 de marzo de 1555 le entregó a Pedro Pizarro una chacra en Chilina. El Gobernador y Presidente de la Audiencia de Lima, Lope García de Castro, creaba el 3 de julio de 1565 el corregimiento de la parte alta de Condesuyos, al designar 130

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como corregidor de ella a Cristóbal de Chávez; pero su proceder fue tan vil que era subrogado mediante provisión del 20 de noviembre del mismo año. En lugar suyo nombró Juez de Naturales (no corregidor) a Don Francisco Madueño, con el cargo adicional de Juez de Residencia, para tomar cuentas a Chávez y al escribano Lorenzo de Mesa. Francisco Madueño contaba con recua de mulas, por lo que ofrecía sus servicios para el transporte, principalmente, entre Tambo y Arequipa. 17. LORENZO DE ALDANA. A fines de diciembre de 1554, la ciudad de Arequipa le confiere poder para que suplique ante España sobre algunas ordenanzas que se habían dado en el Consejo de Indias. El Capitán Lorenzo de Aldana, previamente estuvo radicado en la ciudad de San Juan de la Frontera (Chachapoyas). En la probanza de méritos y servicios de Pedro de Las Casas, uno de los conquistadores del Perú, manifestó que le correspondía todos sus derechos ya que él había sido testigo de todos sus trabajos. EI6 de noviembre de 1557, Aldana, se encontraba en la ciudad de La Plata al parecer enfermo, por lo que el Virrey Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, le concede una Provisión dando vecindad a Lorenzo de Aldana en la ciudad de Arequipa y en compensatoria "en haber ido al descubrimiento de las provincias de Chile y también como de los trabajos que en todo ello ha pasado se le ha recaído cierta enfermedad así de la falta de la vista de los ojos... y que no vaya a La Plata en cuya jurisdicción tiene encomendado el (/126 /) repartimiento de Paria". EI12 de Junio de 1562 lo encontramos expidiendo unas ordenanzas del Cabildo de Arequipa para mejorar la festividad del Corpus Christi. Gonzalo Pizarro argumentaba que él y sus familiares habían logrado la conquista del Perú, por lo que pretendía que el Rey de España lo nombre como Virrey o 131

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Gobernador, para lo cual pensó nombrar a Lorenzo de Aldana para que viaje a España y fundamente este pedido ante el Rey. En esta delegación viajaría el Obispo de Lima, En esas circunstancias llegó al Perú el Presidente La Gasca. Se dice que Gonzalo Pizarro comisionó a Aldana para que al Presidente se le ofreciera 50,000 pesos de oro con la condición de que se regresara a España. AUn así, Aldana salió para Panamá encontrándose con La Gasca. Las cosas se cambiaron y Aldana, escribió a Gonzalo Pizarro que lo mejor sería era La obediencia del Rey. El pueblo de Panamá ofreció un gran recibimiento a La Gasca y el mismo Aldana se pasó a su lado, siendo nombrado Jefe de la Armada. Al tenerse conocimiento de esta situación en Lima, causó tremendo estupor. El Oidor Cepeda, declaró traidores a Aldana y La Gasca, condenándolos a la pena de muerte por haber conspirado contra el gobierno de Gonzalo Pizarro. Mientras esto sucedía en Lima, la escuadra de Aldana y La Gasca, se presentaron en el Callao en el mes de marzo de 1547. Aldana y La Gasca decidieron concentrar sus tropas en Cajamarca. Después continuó el viaje a Lima. El primer acto que realizó Aldana, fue remitir a su antiguo jefe, Gonzalo Pizarro, las copias del nombramiento de La Gasca, por parte del Rey. Al mismo tiempo Aldana, hacía circular rumores en el sentido de que el soldado o cualquier habitante si no obedecía al Rey sería muerto causando tremendo temor. Francisco de Carbajal, "El Demonio de Los Andes" y Lugarteniente de Gonzalo Pizarro, al ver que sus soldados, se pasaban al lado (/127/) de Aldana, decía: "Estos mis cabellicos maire, dos a dos me los lleva el aire". Las fuerzas de Pizarra se retiraron lejos de Lima, por lo que Aldana y su ejército entró en Lima. La Gasca, entró también triunfante a Lima y nombró Corregidor de Lima a Lorenzo de Aldana. La Gasca, de Lima pasó al Cuzco en busca de Pizarra y en Jaquijahuana logra derrotarlo el 9 de abril de 1548. Su Lugarteniente en Arequipa era Lucas Martínez Vegazo, aunque él lo negaba. Este último era uno de los hombres 132

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más ricos del Perú su encomienda empezaba en Ilo y terminaba en Tarapacá. Gonzalo Pizarro y su Lugarteniente Carbajal, fueron decapitados. Lorenzo de Aldana, hombre múltiple, fundó la ciudad de Pasto (hoy de Colombia), en 1539. 18. PEDRO DE LAS CASAS. Fue uno de los primeros pobladores y conquistadores llegados de España "donde he servido veinte y siete años entrando como entré en esta tierra con mis armas y caballos y como persona de honra y así he servido siempre en la conquista della y descubrimiento de Chile con el Adelantado Don Diego de Almagro". También estuvo luchando contra el levantado en armas de Francisco Hernández Girón. Era casado y tenía nueve hijos con una pensión de mil pesos que no le alcanzaban por lo que solicitó a Su Majestad incremento de su pensión, contratando a Alonso de Herrera para que, con fecha 4 de febrero de 1555, presentara la Provanza de los méritos y servicios a la Audiencia de Lima por participar en la conquista de Chile. También estuvo en Puerto Viejo, a órdenes de Francisco Pacheco, quien fue el conquistador de dicha provincia. En la conquista de Chile estuvo muy cerca de Ruy Díaz, quien fue su colaborador. Al volver de Chile con Diego de Almagro fue en busca de Manco Inca quien se encontraba en Yucay. Con Rodriga Orgónez, Lugarteniente de Diego (/128/) de Almagro, siguieron la lucha contra Manco Inca. Por orden de Francisco Pizarro y conjuntamente con el capitán Alonso de Origuela, fue a pacificar la provincia de Chinchaisuyo. Estuvo, también, con el capitán Juan Pérez de Guevara en la conquista y población de Moyobamba y los Motilones. También se dedicó a la agricultura: en Paracas, Pedro de las Casas, contaba con 240 botijas de vino que le fueron arrebatadas por los partidarios de Hernández Girón. Peleó en la Batalla de Pucará contra Hernández Girón, logrando derrotarlo. Era casado con Catalina de las Casas y radicaba, ya anciano, en el valle de Ica, el 25 de 133

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Febrero de 1555, donde recordaba que con el conquistador Pedro de Candia, había ido a la conquista de los chunchos. Estuvo al lado de Vaca de Castro en la Batalla de Chupas contra Diego de Almagro "El Mozo". Con el capitán Juan Pérez de Guevara estuvo en la conquista de Moyopamba y Motilones. El día 4 de febrero de 1555, presentó su Probanza de los méritos y servicios, donde reclamaba sus beneficios a España. 19. MATÍN DE PAREDES. Había nacido en el pueblo de Carrión de los Condes (España). A principios de febrero de 1555 contaba con 40 años de edad. En la Conquista de Chile "fue con el capitán Ruy Díaz en seguimiento del Adelantado Don Diego de Almagro, hasta llegar a la Provincia de Chile...iba con los que estaban adelante...". A su regreso de Chile, presenció, en el Cuzco, el levantamiento de Manco Inca y los sucesos de Yucay. actuando conjuntamente con los Capitanes Rodrigo Orgóñez y Pedro de las Casas. 20. FRANCISCO NOGUEROL DE ULLOA. A mediados del mes de enero de 1555 manifestaba que había veinte años que llegó al Perú y que fue "con el Gobernador Don Diego de Almagro al descubrimiento de las provincias de Chile y les ayudé a descubrir y (/129/) ganar y en el dicho descubrimiento se pasaron muy grandes y excesivos trabajos". Nogueral estuvo en contra de Diego de Almagro "El Mozo", pasándose a las filas pizarristas, porque en un navío en que viajaba de Arequipa a Lima fue asaltado por las fuerzas almagristas en Nazca, con un cargamento de oro y plata para el Rey, por lo que tuvo que ayudar a dirigir dicho navío a tierra firme para evitar el saqueo. Al ponerse al servicio del Virrey Blasco Núñez Vela, Gonzalo Pizarra ordenó a su Teniente Pedro de Fuentes, en Arequipa , le quitaran sus tierras y sus indios. Para defenderse buscó ocho soldados logrando hacer huir y capturar algunos soldados de Gonzalo Pizarro, que sumaban más de cuarenta. Asimismo, 134

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conjuntamente con sus armas, caballos y esclavos negros fue a Desaguadero en ayuda de Diego Centeno que se había sublevado contra Gonzalo Pizarra, llevándose a cabo la Batalla de Huarina, cerca del Lago Titicaca, el 20 de octubre de 1547, saliendo victoriosas las fuerzas pizarristas dirigidas por Francisco de Carbajal, Lugarteniente de Gonzalo Pizarro. Nogueral logró matar al Licenciado Cepeda que dirigía una columna pizarrista. Después fue a Vilcas y Ayacucho en busca del Presidente La Gasca quien había llegado al Perú para pacificarlo. Ambos ejércitos se encontraban en Jaquijahuana (Anta, Cuzco) el 9 de abril de 1548, siendo derrotadas las huestes de Gonzalo Pizarro. Un Consejo de Guerra condenó a Pizarro a ser decapitado y Francisco de Carbajal fue ahorcado y descuartizado. Los restos de Gonzalo Pizarro fueron sepultados en el Templo de La Merced, del Cuzco, en el mismo sitio donde yacían los de Almagro "El Viejo" y Almagro "El Mozo". Estando en Arequipa se pronunció contra la sublevación de Sebastián de Castilla en Los Charcas (Bolivia). Lo mismo hizo ante la sublevación de Francisco Henández Girón, en el Cuzco. Sus fuerzas, en Arequipa, "me tiraron muchas cuchilladas y lanzadas". (/130/) Noguerol, se desempeñaba como Regidor. Hernández Girón, avanzó por Arequipa hasta Pachacámac. En Arequipa, el Capitán Juan de Piedrahita, ordenó que le quemasen sus casas con pólvora, previo robo de sus pertenencias. En Arequipa Noguerol fue encomendero de Yanque Collagua, que antes era de Gonzalo Pizaro, la transfirió el Gobernador Pedro de La Gasca a favor de Noguerol . Su casa en Arequipa quedaba en la calle Santa Catalina, cerca de la Plaza de Armas y contaba, en el ejido, con 10 fanegadas de terreno y se desempeñaba como Regidor y Mayordomo del Hospital. Viajó a España para pedir mercedes a S.M. y para que le perpetuara sus encomiendas por sus servicios prestados. Allí se le siguió un largo juicio protagonizado por Beatriz de Villasur, 135

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vecina de Saldaña, que sostenía se había desposado de ella. Se le concedieron repetidas prórrogas para permanecer en España donde seguramente murió, habiendo sido antes sentenciado a la pérdida de la mitad de sus bienes y rentas tanto en España como en el Perú. En la penúltima década del siglo XVI eran "de su majestad" los repartimientos Collaguas, Hanansaya y Hurinsaya, que antes tuvo Francisco Noguerol de Ulloa, así como su enclave de la Chimba arequipeña. Noguerol de Ulloa, tenía rango social en España, ya que su padre había sido Alcalde de Simancas. Sus huertas en Arequipa tenían precios bajos a causa de su poca extensión. Garci Manuel de Carbajal vendió a su familiar Martín López de Carbajal, mediante poder, la que el General Pedro de Hinojosa había adquirido de Francisco Noguerol de Ulloa y colindaba con las huertas de Lucas Martínez Vegazo y con la del mismo Martín López de Carbajal, la Barranca y el río: 125 pesos. En Arequipa, con fecha 26 de enero de 1541, realizó un contrato con Nicolás de Candia y Juan Vélez para hacer hornos para fundir metales, afinarlos y (/131/) beneficiarios. Estando en Lima, el 18 de Enero de 1555, presentó una probanza de los méritos y servicios, ante la Audiencia de los Reyes. En el Cuzco, con fecha 22 de enero de 1540, y por Provisión de Francisco Pizarro concede a Francisco Nogueral de Ulloa varios pueblos con sus indios en la provincia de Ubinas con el cacique principal Sisquicha. También en el Cuzco y con fecha 29 de enero de 1548, se firmó una Provisión del Licenciado Pedro de La Gasca concediendo a Garci Manuel de Carbajal la encomienda del Repartimiento de Ubinas que antes tuvo Francisco Nogueral de Ulloa. Nogueral de Ulloa, estando en Toledo (España) y con fecha 11 de diciembre de 1560, solicitaba prórroga de 8 años para permanecer en España, donde seguía un pleito con Beatriz Villasur. El pedido fue concedido pero Francisco Nogueral de Ulloa, no regresó al Perú. 136

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21. JERÓNIMO COSTILLA. En la expedición a la Conquista de Chile pasaron mucho trabajo, hambre y sed y fríos extraños, o como dice Costilla: "donde perecieron en la jornada más de mil piezas de indios e indias de servicio e cantidad de negros y muchos caballos que se helaron y los negros con las riendas en las manos y en asentándose se helaban...". No fue más venturoso el viaje de Rodrigo Orgóñez, a quien acompañaban Jerónimo Costilla y Cristóbal Sotelo. A su paso hallaron a los indios sublevados, y en el cruce de la cordillera, por haber ya empezado a cubrirse de nieve, hubo de ser más penoso. Los negros e indios murieron casi todos y los que no perdieron la vida quedaron ciegos o mutilados. Al fin con unos 30 hombres llegaron a Copiapó. Estando ya en el Cuzco, Jerónimo de Costilla, continuó siendo un gran partidario de la obediencia al Rey. Pero no todos comulgaban con sus ideas. Por disposición del Rey de España y por ende las autoridades de la Audiencia del Cuzco, habían (/132/) prohibido llevar indios a las minas y se obligaba a sacar a los llevados a ellas. Esto ocasionó que los ánimos se alteraran entre un grupo de españoles. Jerónimo Costilla, partidario del Rey, al igual que otros, se juntaron en la casa del Corregidor del Cuzco decidiendo que lo mejor sería apelar de lo resuelto por la Audiencia, porque corrían voces por todo el Cuzco que querían asesinar a Costilla, por ser el más ardiente defensor. Al tener conocimiento de esto la Audiencia de Lima decidió nombrar como Corregidor del Cuzco al Mariscal Alonso de Alvarado, que una vez más había de poner su espada al servicio de la lealtad al Rey. Estando así las cosas, arriba al Perú el nuevo Virrey Mendoza, que de alguna manera se calmaron los ánimos en espera de su pronunciamiento del impase suscitado. Sin embargo se produjo el levantamiento de Francisco Hernández Girón. Éste, estando en Huamanga, envió una pequeña guarnición, al mando de Piedrahita, hacia Jauja y Huarochirí, donde se encontraba Jerónimo Costilla, al 137

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mando de un ejército que estaba al servicio del Rey. Costilla huyó con rumbo a Lima con sus soldados reclutados por la Audiencia. El Virrey Francisco de Toledo, llegó a Lima el 30 de noviembre de 1569, y lo primero que hizo fue consultar con personas notables sobre la mejor manera de gobernar este Virreinato. Uno de éstos consultados fue Jerónimo Costilla, junto con otras grandes personalidades de ese entonces, como: Licenciado Polo de Ondegardo, el Padre Cristóbal de Molina, Martín Hurtado de Arbieto, el Padre Jerónimo Ruiz del Portillo, el Padre Juan de Bivero, los Oidores de La Plata, Matienzo y Recalde, Fray Reginaldo de Lizárraga, el Padre José de Acosta, Deán de Charcas y otros. 22. LUIS DE MATOS. En la Conquista de Chile, el Conquistador Juan de Herrada, seguía muchos kilómetros atrás a Diego de Almagro. Su posterior (/133/) desplazamiento se debió a que tenía que recibir de Hernando Pizarra los documentos que asignaban a Almagro la Gobernación de Nueva Toledo que le enviaba el Rey. El fiel acompañante de Herrada era Luis Matas. Ambos salieron del Cuzco rumbo a Chile en el mes de enero de 1536, seguidos por 38 hombres, entre los cuales se contaba Lorenzo de Aldana. En la provincia de los Chichas, cerca de Tupiza, se le unieron otros 50 soldados y con todos ellos prosiguieron su marcha trabajosamente, hasta llegar al pie de la cordillera. Juan de Herrada no se atrevió a franquearla y envío a Luis de Matas con otros cuatro hombres, para que a la ligera se dirigiesen a Copiapó y pidiesen auxilio a Orgóñez. Éste se lo remitió y por el mes de agosto cruzó los Andes, en medio de grandes privaciones, pero sin que llegase a perder uno solo de sus hombres. 23. ALONSO MORENO. Habría continuado hacia adelante Almagro, si no hubiera recibido aviso de la llegada a Copiapó de Alonso Moreno y Ruy Díaz, los 138

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cuales habían quedado en Lima con orden de aprestar la expedición marítima, en la cual había de tomar parte el galeón que había traído Alvarado de Guatemala y hacía de Capitana de la armada, con cerca de 300 toneladas. Esta nave estaba pilotada por Juan Fernández y debía pasar a las costas de Chile y, siendo posible, había de cruzar luego el Estrecho de Magallanes y pasar a España. La otra nave, Santiago, a bordo de la cual se embarcó Alonso Moreno y Ruy Díaz, hubo de detenerse en Chincha y, dejándola allí, se resolvió a continuar por tierra con sus compañeros. En Arica, hallaron la tercera nave. San Pedro, y en ella, se embarcaron algunos de los expedicionarios que conducía Ruy Díaz y Alonso Moreno. Éstos continuaron por tierra y alcanzaron a llegar a Copiapó. La nave San Pedro, desembarcó los efectos que traía y tan útiles habían de ser a la expedición, y continuaron su (/134/) viaje a lo largo de la Costa hasta llegar al puerto o bahía de Quintero, que lleva el nombre del piloto que la conducía. Con la venida de Moreno y Díaz que trajo consigo unos ciento y tantos hombres, Almagro decidió enviar al Sur a Gómez de Alvarado y permanecer él en Aconcagua, explorando los alrededores, como lo hizo. No fueron menores las penalidades pasadas por Moreno y Díaz, sobre todo al atravesar el desierto de Atacama. Alonso Moreno, en su Informe presentado ante las autoridades de Lima, decía que "pasamos muchos trabajos, hambre, sed y fríos extraños...". 24. FRANCISCO DE CHÁVEZ.- A su regreso de Chile, se estableció en Arequipa, siendo uno de los fundadores, desplegando gran actividad benéfica, tan es así que en Asamblea del Cabildo realizada el12 de octubre de 1558 le nombraron Visitador del Hospital de esa ciudad como así de su equipamiento por medio de rentas propias y limosnas. En un nuevo acuerdo celebrado el 30 de setiembre de 1558 se lo ratificó en el cargo. En otra reunión del Cabildo el 8 de enero de 1560 se le nombra para solicitar un profesor de Gramática; se hagan 139

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procesiones por falta de lluvias; se dé vino y aceite a los conventos y concierto para hacer la Iglesia de Santa Marta. Por Asamblea del Cabildo de fecha 12 de junio de 1562 se le comisiona para hacer los altares en la procesión de Corpus Christi En la probanza de sus méritos y servicios de Diego de Peralta, vecino de La Paz, hecha en Arequipa ante Juan Ruiz, Corregidor de la ciudad, con fecha 16 de febrero de 1566, se manifestó que dicho Diego de Peralta y Francisco de Chávez estuvieron en Huánuco y Conchucos con la finalidad de apaciguar a los indios que se hablan alzado y habían muerto muchos españoles teniendo cercado a Gonzalo Pizarro y a toda su gente que iba al descubrimiento del Río Marañón y Provincias de la canela. En Arequipa residía (/135/) en la calle San Agustín, cerca de la Plaza de Armas. Tenía la encomienda de Machaguay. Marchó con Almagro a Chile: sus servicios en esa difícil y azarosa campaña fueron de los más distinguidos. Reforzando al Capitán Salcedo, cooperó al castigo de los indios que en Tupiza mataron a varios españoles, y de los que en Jujuy luchaban contra los soldados de Salcedo. Dejándolos desbaratados, continuó con Almagro y penetró en el territorio de Chile: allí concurrió a todas las operaciones, combates y descubrimientos que ocurrieron hasta que se decidió Almagro a abandonar aquella conquista y regresar al Perú con su ejército. Cuando los expedicionarios de Chile, se presentaron en el Cuzco, Chávez figuró con buena suerte en los reconocimientos y escaramuzas. Participó contra la sublevación de Manco Inca y en Abancay contra Alonso de Alvarado. El ejército de Almagro llegó hasta Chincha, y cuando se trató de resolver la complicada cuestión de los límites territoriales de su gobierno y el de Pizarro, Francisco Chávez fue uno de los capitanes que hicieron juramento y pleito homenaje de que en la entrevista de ambos caudillos que iba a efectuarse en Mala, no habría engaño ni ofendería un partido a otro. Estuvo también Chávez en la reunión de oficiales notables con los que 140

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acordó Almagro dar soltura a Hernando Pizarro en virtud de las bases quese habían fijado para la transacción que se proyectaba. Combatió Chávez en la Batalla de Salinas el 6 de abril de 1538 (el cronista Herrera dice que el día 26) en la cual quedó vencido completamente el ejército del infortunado Almagro. Después vivió en Lima en la más completa miseria. Era Chávez uno de los 12 que salían al público por turno a causa de tener que servirse de una misma capa. Según dice el cronista Herrera, parece que Francisco Pizarro mandó ofrecer a los capitanes Chávez, Saavedra y Sotelo, que les daría indios de (/136/) repartimiento, y que los tres se negaron a admitirlos por no recibir beneficio alguno del Gobernador. Chávez, supo por Juan de Rada (Herrada, Herrera) que los almagristas planeaban tomar la casa de Pizarro. Cómplice ya de este plan, tocó a Chávez acompañar al hijo de Almagro al tiempo de la ejecución, para impedir que acudiera gente a favorecer a Pizarro. El domingo 26 de junio de 1541 Rada y su comitiva de asesinos consumaron ese hecho, y por consecuencia de él se proclamó por Gobernador del Perú a Diego de Almagro. Sin embargo, los propios almagristas se fueron distanciando entre ellos, principalmente por asuntos amorosos con las indias. Dícese que Chávez le quitó su india a Sotelo. Estando en el CUZCO, se hizo gran amigo de Tito Atauche, hijo de Huayna Cápac y hermano de Wascar y Atawalpa, situación que facilitaba la pacificación con los indios. Chávez, había nacido en Jerez y contaba con inclinaciones intelectuales. Era encomendero de Machaguay, en Arequipa. Estando en Los Reyes, el día 6 de diciembre de 1538, se desempeñaba como Teniente de Gobernador y colaborador del Cabildo, por lo que concedió licencia a Juan Vallejo para que cargue su navío y vaya a Arequipa con su hacienda. 141

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En Arequipa también se desempeñaba como Regidor, conjuntamente con Hernán Bueno y el día 30 de setiembre de 1558 se expidió una ordenanza para el buen gobierno y administración del Hospital fundado en esa ciudad. En Los Reyes, y con fecha 26 de octubre de 1570, por Provisión del Virrey Francisco de Toledo concediendo a Diego de Sosa la encomienda de los indios Machaguaes que fueron de Francisco de Chávez con cargo de diezmo y doctrina y mil quinientos pesos de salario a Hernando de Cárdenas. 25. ALONSO QUINTERO. En la Conquista de Chile, (/137/) Almagro permaneció por algún tiempo en Coquimbo y aquí recibió a algunos caciques del Valle de Aconcagua, enviados por un español, Gonzalo Calvo que, venido del Perú, se había establecido entre ellos y había logrado ganarles la voluntad. El 25 de mayo de 1536 se encontraba en el sitio denominado La Retama y aquí recibió al mensajero enviado por los tripulantes de la nave San Pedro, pilotada por Alonso Quintero. Aunque la nave era de escaso tonelaje, pues apenas alcanzaría a las 50 toneladas, traía a bordo hierro, provisiones, armas y ropa para los expedicionarios. Éstos se regocijaron con su arribo y continuaron su marcha al Sur. 26. RODRIGO SALCEDO. La expedición a la conquista de Chile se hallaba en Tupiza, cuando de pronto desapareció el Villac Umu, Supremo Sacerdote del Imperio de los Incas, que acompañaba a la delegación, seguido de sus mujeres y criados. No fue posible darle alcance porque su huida se efectuó durante la noche y tomó caminos extraviados. Es muy posible que recibiera algún aviso de la insurrección que preparaba Manco Inca. Entonces hubo de cuidar a su hermano Paullu, que se encontraba en la expedición, por el temor de que siguiera su ejemplo. A partir de este lugar, según consta por las informaciones de algunos de los que compondrán la expedición, los indios no se mostraron tan pacíficos, antes 142

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al contrario, acometían a los españoles y les hacían todo el daño posible. Hubo que enviar a Jujuy a Rodrigo de Salcedo a castigar la muerte de un Benito García que, con otros seis españoles, sr habían aventurado a entrar en la región, en busca de provisiones. Los indios les dieron muerte y Salcedo con unos 60 hombres entró en busca de los agresores, pero fue inútil su intento, porque los indios se hicieron fuertes en una especie de fortaleza y sólo la abandonaron cuando acudió un nuevo refuerzo en ayuda de Salcedo. En los primeros días de enero (/138/) de 1536, salió Almagro de Tupíza y llegó poco después al llano de Chicoana, al Oeste de Salta. 27. CRISTÓBAL DE SOTELO. Conjuntamente con Cristóbal de Sotelo, Rodrigo Orgóñez y Jerónimo Costilla, formaban una compañía de avanzada en la expedición de Almagro para la conquista de Chile. Posteriormente en la Guerra de las Salinas, Cristóbal de Sotelo prestó gran ayuda a Almagro. Estando en Lima, dice Cieza, habría por este tiempo más de treinta almagristas, entre ellos Cristóbal de Sotelo, que esperaban el momento para asesinar a Francisco Pizarro. Muerto Pizarro, fueron saqueadas las casas de los pizarristas. Deseando que el Cabildo de Lima reconociese por Gobernador a Almagro "El Mozo", sacaron de la iglesia en donde estaban recluidos algunos de los regidores, y con guardas, los condujeron a la Sala del Ayuntamiento y allí les pidió a todos, Juan de Herrera que aceptasen a Diego como Gobernador. Habiendo sido reconocido como Gobernador, nombró éste por su Teniente a Cristóbal de Sotelo. Entre la Guerra de Almagro "El Mozo" contra Vaca de Castro y principalmente en la Guerra de Chupas, Sotelo era el Jefe del Ejército de Almagro. Almagro "El Mozo", desde Huamanga, envió a Arequipa, a García de Alvarado a recoger gente y dinero y continuó al Cuzco, a donde a poco llegó Diego Méndez que había sido enviado a la Villa de La Plata, de donde y de las minas de Porco trajo buena suma de oro con lo cual hubo para pagar a los soldados y 143

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aún para reclutar gente. Todo esto cedía en favor de la causa de Almagro, pero, como en toda contienda, los capitanes entre sí muchas veces no se entendían y se suscitaban pendencias y choques que, unas veces se componían amistosamente pero otras era la espada la que venía a dirimirlos. De este modo Cristóbal de Sotelo, buen capitán y uno de los pilares del ejército de Almagro "El Mozo" vino a morir en manos de García de Alvarado, (/139/) joven impetuoso y presumido, que cometió la bajeza de dar muerte a Sotelo cuando se encontraba enfermo en cama. Sintiólo muy de veras Don Diego y disimuló por entonces, pero en cuanto se le ofreció la ocasión, decidió deshacerse de él. 28. RODRIGO DE NÚÑEZ.- En la empresa de la Conquista de Chile, el mismo Almagro asumía el mando del ejército. Rodrigo Núñez, ejercía el cargo de Maestre de Campo, es decir, su adjunto. Rodrigo de Benavides que debía tomar la ruta de la Costa y Juan de Herrada que debía seguirle por la vía del Alto Perú. En el Cuzco dejó a Rodrigo Orgóñez y también a Francisco Noguerol de Ulloa que había de conducir a los rezagados. 29. CRISTÓBAL PAULLU INCA. Paullu Inquill Túpac Inca, fue hijo de Huayna Cápac, en su esposa la Coya Anac Collque, la cual andaba con quitasol y en andas, por ser reina, por tanto Paullu era heredero de Huayna Cápac y era menor de Manco Inca en muy poco tiempo. Cuando Huayna Cápac y su esposa iban a sus casas de Yucay, en el lugar actualmente conocido con el nombre de Paullu, nació el Príncipe de quien tratamos, por consiguiente fue hermano de Huáscar, Toparpa o Tubalipa y de Manco Inca. Por no haber sido coronado como Emperador Inca, por Pizarro, se sintió postergado, por lo que tomó el partido de Almagro, siendo su mejor aliado y compañero en todas sus luchas, actuando en contra de su hermano Manco en todas las etapas de su vida. 144

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Diego de Almagro, para la conquista de Chile, pidió ayuda a Manco Inca y éste resolvió que le acompañasen sus hermanos Paullu y el Villac Umo o Sumo Sacerdote. Parece que éste último abandonó la empresa antes de llegar a lo que ahora sería la frontera entre Bolivia y Argentina. En cambio Paullu, lo acompañó hasta el final de la empresa. (/140/)´ Paullu intervino en la ocupación del Cuzco y en la prisión de Hernando y Gonzalo Pizarro, por parte de Almagro, tomó parte activa en la Batalla de Abancay en la que Almagro desbarató a las fuerzas del Mariscal Alvarado, que venía a la recuperación del Cuzco, siguiendo las instrucciones de Pizarro. Posteriormente, vencido Almagro, en la Batalla de Salinas y en la que Paullu intervino con gran decisión, se ocultó para sustraerse del encono de los Pizarro. La Corona de España, ameritando la leal actuación de Paullu, le hizo merced de un escudo de armas en el año de 1544, firmándose el mandato real en Valladolid y consta de la siguiente: el Escudo tiene dos partes: en una de ellas está una águila rampante en campo de oro y a ambos lados dos llaves y en la parte inferior un tigre, encima una borla colorada y dos sierpes coronadas de oro en campo azul y por borla unas letras alternadas con cruces de Jerusalén que dicen: Ave María, todo en campo colorado, con perfiles de oro y por timbre un yelmo cerrado, todo esto rematado por un águila que sustenta sus transcolores y plumajes. Cristóbal Paullu Inca, tuvo por hijo a Carlos, que a su vez engendró a Melchor Carlos o sea nieto del primero, éste viajó a España en 1602 a reclamar la encomienda de Pichigua a Jatun Cana, que había sido instituida por Pizarro, sólo por un período de dos vidas y que al momento se extinguía y que pidió en la metrópoli, que por lo menos se alargara por todo el tiempo de su existencia. Don Melchor Carlos fue casado dos veces, en la primera vez con Leonor Carrasco y en segundas nupcias con Carmen Silva. 145

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En 1604 el Inca Melchor Carlos obtuvo un decreto real que le asignó una pensión de 7,500 ducados, falleciendo en 1610, en Alcalá de Henares. Paullu Inquill Túpac Inca, fue casado con la Ñusta Tocto Usca, descendiente de Inca Roca, los dos (/141/) esposos se bautizaron en 1535 y optó el nombre de Cristóbal Paullu Túpac Inca y su esposa recibió el nombre de Catalina Tocto Usca, al mismo tiempo, se bautizaba también la madre de Paullu, con el nombre de Juana Anac Colque y su hermana Beatriz Huaylas Ñusta, la cual se casó con Mancio Sierra Leguízamo y cuando viuda con Juan de Bustinza. De Paullu y Catalina, nació Carlos Inca Yupanqui, que adquirió una educación esmerada a la usanza española, con ayos y criados, hispanos, con caballos y otros aderezos. Carlos Inca Yupanqui, a su vez se casó con María Esquivel, española, natural de Trujillo, Extremadura, hija de nobles. De este matrimonio nació Melchor Carlos Inga, a quien hizo bautizar el Virrey Francisco de Toledo, siendo madrina María Arcos, mujer de Martín Olmos. Se hicieron muchas fiestas, toros y cañas. Este Inca fue el último descendiente legítimo de Huayna Cápac. Melchor Carlos Inga se casó con Leonor Carrasco, de este matrimonio nacieron Felipe Carlos Inga, Juana Yupanqui, Juan Carlos Inga, Maria Coya y Melchora Clara Coya. Cristóbal Paullu Inca, murió en el Cuzco en 1549 y se enterró en la Capilla de San Cristóbal, por él mandada a edificar. Fue hijo de Huayna Cápac. Melchor Carlos, tuvo un hermano ilegítimo llamado Bartolomé Quispe Atauche, la hermana de éste casó con Nicolás Sahuaraura y éste fue padre de Justo Sahuaraura, peleó en las batallas de Junín y Ayacucho. Cristóbal Paullu Inga, tuvo tierras en Copacabana y allí dejó descendencia no legítima.

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30. FELlPILLO. Según los cronistas, este personaje tenía dos nombres: unos le llamaban "Felipillo" y otros "Lengua" o intérprete. En la expedición de Almagro a Chile, fue Felipillo, pero en el fondo era un aliado de Manco Inca ya que estuvo comprometido en el (/142/) alzamiento y sitio del Cuzco, por eso trató de inducir a los Caciques de Chile para que recibieran hostilmente a Almagro, pero no consiguió su objetivo y por las declaraciones que él mismo hizo, en su prisión, de que su misión principal era matar a Almagro y a todos los cristianos, éste, furioso por ese propósito lo hizo descuartizar. Manco Inca, con este hecho, perdió un gran aliado en las filas almagristas. Los historiadores dicen de él: "el destino quiso que su alma estuviera llena de maldades, envidia, posponiendo los sagrados intereses de los conquistadores y conquistados, urdió un cúmulo de maldades para sacar provecho personal". Felipillo era un hombre que nunca podía permanecer fiel a una sola causa. En su primera intervención fue beneficiosa para su amo: fue él quien le dio aviso a Pizarro de que los indios de la Puná estaban listos para cortar las amarras de los barcos de los españoles y ahogar a los cristianos. Felipillo, hablaba el castellano, limitadamente, por lo que es muy probable que por esa causa entendiera mal y tradujera defectuosamente los asuntos de que se trataba. Una vez terminada la captura de Atawalpa, muchas fueron las entrevistas que sostuvo Pizarro con el Inca, en las cuales participó Felipillo, quien en esos momentos se había enamorado de una de las bellas mujeres de Atawalpa. Pensando en la eliminación de la vida del Inca, dicen que urdió una serie de mentiras y maldades, haciendo creer a los españoles que el Inca, en secreto, juntaba gente para destruir a los peninsulares y recuperar su libertad. Por este hecho Pizarro decidió la muerte de Atawalpa. Felipillo, estando al lado de Pizarro, se fue donde Almagro, con quien partió a la conquista de Chile. 147

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Enterados de la rebelión de Manco Inca, se produjo un desconcierto en las filas de Almagro, por este motivo huyeron muchos indios, con la esperanza de unirse a las huestes del Inca alzado, entre ellos se encontraba Felipillo, por su carácter versátil. Almagro por este (/143/) motivo ordenó su captura: lo cogieron y ahorcaron. 31. GÓMEZ DE ALVARADO. Almagro, al volver de Quito, se detuvo en el Valle del Chimú y allí pobló una ciudad. Encargó a Miguel de Estete, de cuidar por ella. Después Pizarro, en persona, le dio el nombre de Trujillo, que estaba en sus dominios. Almagro la fundó el 5 de marzo de 1535. Uno de los primeros pobladores fue Gómez de Alvarado. En la conquista de Chile, con la llegada de Ruy Díaz, Almagro decidió enviar al Sur a Gómez de Alvarado y permanecer él en Aconcagua. Gómez de Alvarado; había venido al Perú, procedente de Guatemala, en la flota de Pedro de Alvarado. Al regreso de Chile Gómez de Alvarado tomó la delantera con la finalidad de hacer reconocer a Almagro como legítimo Gobernador de esta parte o Nueva Toledo. Estuvo también en la conquista de los Chachapoyas. Pizarro le encomendó la fundación de León de los Caballeros de Huánuco, pero no se produjo por la oposición de los indios. En el asesinato de Francisco Pizarro, no estuvo de acuerdo y con el mismo asesino, se dice, tuvo un cambio de palabras, pese a que era partidario de Almagro. Entretanto el Gobernador Vaca de Castro había llegado a Lima y Gómez de Alvarado se alistó en su ejército, siendo nombrado como Jefe de Caballería. Apaciguados los ánimos, Alvarado fue nombrado Corregidor de Chachapoyas y con licencia para la conquista de las tribus de los Omaguas. Gómez de Alvarado, murió peleando contra Girón, cerca de Ayacucho. 32. DIEGO DE ALVARADO. Llegó al Perú con Francisco Pizarro, procedente de Trujillo, Extremadura, España. Estando en la Conquista de Chile, influyó en 148

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Diego de Almagro para tomar la retirada. Se adelantó a la llegada al Cuzco, para hacer reconocer a Diego de Almagro como legitimo Gobernador de esa ciudad. En el levantamiento de Girón, fue designado Maestre (/144/) de Campo. Habiendo ganado una de las batallas de Lucanas, hizo dar muerte al Comendador Romero, sin tomar el conocimiento de Girón. Siempre bajo las filas de Girón, entró al Cuzco con el Título de Teniente General. Habiendo perdido, al fin, la guerra, escapó a España para denunciar estas guerras civiles. 33. JUAN DE HERRADA. En la Conquista de Chile, Herrada o Herrera, viajaba posteriormente a la partida de Diego de Almagro, por la vía del Alto Perú, el motivo era que Hernando Pizarra debía entregarle la Provisión enviada por el Rey de España donde le designaba a Almagro el gobierno de estas tierras. De vuelta al Perú, se instaló en Lima, en la más completa miseria, debiendo turnarse la capa con sus compañeros, pero planeaban la venganza, Los conjurados decidieron llevar a cabo su plan el día domingo 26 de junio de 1541. Una veintena de ellos, con espadas desenvainadas, y algunas ballestas y hasta un arcabuz, salieron de la posada de Diego de Almagro "El Mozo" y atravesaron la plaza dando voces "Viva el Rey, mueran los tiranos". Penetraron en palacio donde se encontraron Francisco Pizarro, quien después de haber recibido muchas heridas, cayó muerto en tierra, invocando el nombre de Jesús. Muerto Pizarro, salieron los almagristas a la plaza, diciendo a voces; "El tirano es muerto". Juan de Herrada solicitó a los miembros del Cabildo que reconocieran como nuevo gobernante a Diego de Almagro "El Mozo". Al llegar el Presidente Vaca de Castro al Perú, Herrada no pudo asumir la Jefatura del Ejército, por encontrarse enfermo y murió poco después en Jauja. 34. RODRIGO DE ORGÓÑEZ. El 23 de marzo de 1534, se produjo la fundación del Cuzco por Francisco 149

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Pizarro. Fueron nombrados Alcaldes Ordinarios Beltrán de Castro y Pedro de Candia y por Regidores Juan Pizarro, Gonzalo Pizarro, Rodrigo Orgóñez, Pedro del (/145/) Barco, Juan de Valdivieso, Gonzalo de los Nidos, Francisco Mexía y Diego Bazán. En la conquista de Chile, Almagro dejó a Rodrigo Orgóñez y también a Francisco Noguerol de Ulloa en el Cuzco ya que habían de conducir a los rezagados. A Orgóñez lo acompañaban Cristóbal Sotelo y Jerónimo Costilla. A su paso hallaron a los indios sublevados, y el cruce de la cordillera, por haber ya empezado a cubrirse de nieve, hubo de ser más penoso. Los negros e indios murieron casi todos y los que no perdieron la vida quedaron ciegos o mutilados. Al emprender el retorno por el mes de setiembre, se informó bien de las aguadas que existían en el trayecto y mandó reunir buen número de odres y calabaz4s para transportar el agua. Con muy buen orden y divididos en grupos cruzaron el desierto los 400 hombres que componían la expedición, yendo Orgóñez en la vanguardia y Almagro en la retaguardia. Con todo, ya en Octubre se hallaba Orgóñez en San Pedro de Atacama. Llegados al Cuzco, pronto llegó la Batalla de Las Salinas, entre los conquistadores. Almagro salió del Cuzco con poco más de 400 soldados y, llegado a las cercanías del Puente de Abancay, Francisco de Chávez, que iba en la delantera sorprendió a Perálvarez. Orgóñez, en la madrugada del 12 de julio de 1537, atravesó con la caballería el vado principal y arrolló a la gente de Juan Pérez de Guevara. El triunfo de Abancay le ofrecía a Almagro la ocasión de avanzar hasta Lima. Orgóñez insistía en que se cortase por lo sano y se diese muerte a Hernando y a Gonzalo Pizarro y se tomase el camino de la ciudad de los Reyes. Almagro no oyó este consejo que, al final, le fue fatal, porque después lo mataron a él y a Orgóñez. Pero, como medida de prevención, fueron tomados presos los pizarristas Garcilaso de la Vega (el padre) y Gómez de Tordoya, en el Cuzco. Llegado el momento culminante en Las Salinas, el sábado 26 de abril de 1538, cerca del 150

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Cuzco, la batalla se inclinó por los pizarristas y Diego de Almagro y Rodrigo de Orgóñez (/146 /) fueron muertos. Les cortaron la cabeza. Cuando el Virrey Francisco de Toledo llegó al Cuzco, y la posterior ejecución de Túpac Amaru I, el Virrey se alojó en las casas de la viuda de Diego de Silva, hija del veterano almagrista Rodriga Orgóñez y pariente cercana del Virrey. Porras Barrenechea, juzga infundado el parentesco de Toledo con Doña Teresa Orgóñez y su marido Diego de Silva. Doña Teresa era hija de Rodriga de Orgóñez y de Doña María de Valverde, hermana del Obispo Vicente de Valverde. Éstos eran naturales de Oropesa y su padre, Don Francisco, tenía vínculo estrecho con Doña Ana Álvarez de Vallegeda, prima hermana del Conde de Oropesa. Era, pues real, el parentesco que unía a Don Francisco y a los esposos Silva y Orgóñez. Rodrigo Orgóñez, había peleado también en Italia, distinguiéndose por su valor y pericia. Llegó a merecer el título de Mariscal y en posesión de él vino a morir luchando en la Batalla de las Salinas. Vasco Arias de Valverde y Contreras, Obispo que fue de Popayán (Colombia) y Ayacucho, envió al Rey la información de sus servicios. 35. DIEGO DE ALMAGRO. Por el año de 1524 vivía en Panamá. No debía andar muy sobrado de dinero y lo pasaba medianamente como la mayor parte de los pobladores que andaban pendientes de los viajes al Sur con la finalidad de mejorar su posición, para lo cual logró reunirse con Francisco Pizarra y el clérigo maestrescuela Hernando de Luque para formar una empresa que llegaría hasta el Imperio de los Incas. Contaron con el apoyo del Gobernador Pedro Arias Dávila (Pedrarias) y compraron un navío a Vasco Núñez de Balboa, contratando como piloto a Hernán Peñate, prestigiosos navegantes. Previamente realizaron el contrato correspondiente entre ambos socios. El Padre Ricardo Cappa dice que: "es probable que el Padre Luque, conociendo que las 151

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relaciones (/147/) entre Pizarro y Almagro estaban resfriadas, propusiera antes de la partida el célebre contrato religioso-civil para estrechar más los vínculos de ambas partes. Firmándose el 10 de marzo de 1526. Celebróse la misa por parte del Padre Luque y de la hostia consagrada se comulgaron, junto con él, Pizarro y Almagro". Luque puso en manos de Pizarro y Almagro 20,000 pesos en barras de oro, de 450 maravedís el peso, en presencia del escribano Hernando de Castilla. A mediados de noviembre de 1524, lograron reunir 80 hombres, nombrando como Alférez a N. Sauceda, por Tesorero a Nicolás de Rivera y por Veedor a Juan Carvallo, y se embarcaron rumbo al Sur en un barco de 60 toneladas y 4 caballos. Partió en el Pizarro, dejando dispuesto que Almagro, encargado de reclutar gente, le siguiera en otro barco más pequeño y abastecido. Así fue y Almagro logró reclutar 60 hombres más y partió al Sur, cruzándose en el camino con Pizarro que había desembarcado en Chicama y Almagro en Pueblo Quemado, donde resistió el asalto de los indios y del encuentro le vaciaron un ojo, de un golpe de dardo. Almagro continuó hasta San Juan y regresó a Panamá. Aquí encontró, al principio, obstáculos para reclutar más gente por parte de Pedrarias Dávila. Al parecer éste le nombró como Capitán, ante el enojo de Pizarro. Fue el primer germen de la discusión que había de surgir entre ellos. Los socios consiguieron 2 nuevos navíos al mando de Bartolomé Ruiz y se dirigieron hasta el Río San Juan donde hallaron oro por valor de 15,000 castellanos. Almagro regresó a Panamá para informar de este tesoro en un nave y Pizarro continuó hasta la Isla del Gallo, descubriendo la Bahía de San Mateo. Pedrarias Dávila informaba a España de estos acontecimientos en el mes de abril de 1525. Almagro, poco después, continuó nuevo viaje para reunirse con Pizarro con 40 nuevos soldados y 6 caballos. Se enteraron de que Pedro de los Ríos había sucedido a Pedrarias Dávila. Estando ambos socios en Taboga, se 152

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produjo el primer rompimiento entre ellos ya que Almagro (/148/) proponía continuar al Sur y no estar yendo y viniendo entre Panamá y la Costa. Ambos echaron mano a sus espadas, interviniendo en la pacificación el piloto Ruiz y Nicolás de Rivera. Almagro regresó nuevamente a Panamá, acordando reunirse, a su vuelta, en la Isla del Gallo. Con el fin de limar asperezas, las autoridades de Panamá enviaron a Juan Tafur a la Isla del Gallo, para que recoja a todos los soldados disidentes, por lo cual Pizarro trazó en el suelo, con la daga, una línea, de Este a Oeste y, señalando el mediodía, dijo a los que le rodeaban: "Camaradas y amigos: por aquí se va a recoger el fruto de nuestros trabajos; por allí, señalando el Norte, a Panamá, a vivir en pobreza y olvido". La historia ha fijado el número de trece los que cruzaron la raya y demostraron voluntad de seguirlo. Cieza de León, menciona los siguientes nombres: Cristóbal de Peralta, Nicolás de Rivera, Pedro de Candia, Domingo de Saraluca, Francisco de Cuéllar, Alonso de Molina, Pedro Alcón, García de Jerez o Jarén, Antón de Carrión, Alonso Briceño, Martín de Páez, Juan de la Torre y Martín de Trujillo. Tafur regresó a Panamá a informar de este acontecimiento. Por Real Cédula del 10 de noviembre de 1525 se le ordenaba a Pizarro que se presentase a Panamá en el término de seis meses. Pero la empresa continuó y Almagro logró embarcarse al Sur con el piloto Ruiz llegando hasta la Gorgona, donde se hallaban los Trece de la Isla del Gallo. Los expedicionarios continuaron su viaje hasta el Golfo de Guayaquil y la Isla de Santa Clara, encontrando objetos de oro y plata como así cinco balsas con guerreros tumbecinos. Alonso de Molina les obsequió cerdos y gallinas. En el Puerto de Santa Cruz la cacica del lugar le correspondió con regalos a Molina. Lo mismo ocurrió en Tumbes. Aquí se les unieron a la expedición dos naturales: Felipillo y Don Martín. Se acordó que Pizarro regresase a España a solicitar del Rey la licencia para la conquista y población del Perú, 153

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llegando a Sevilla en la primavera de 1526. El Rey se encontraba en Toledo y allá se encaminó Pizarro, obteniendo la Cédula en la cual se le concedía la Gobernación de las (/149/) Provincias recién descubiertas. Ante este nombramiento algunos vecinos de Trujillo, lugar de nacimiento de Pizarro, decidieron unirse a su empresa, entre ellos estaban Lucas Martínez Vegazo, futuro encomendero de Ilo, Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro, sus hermanos. También su hermano por parte de madre Martín de Alcántara; Francisco de Orellana, su pariente, el descubridor del Amazonas; Juan Pizarro de Orellana, su primo, Juan Pesoto de Herrera, Perálvarez Holguín, Garcí Manuel de Carbajal, futuro encomendero de Ubinas y fundador de la ciudad de Arequipa; Diego de Trujillo, Ñuflo de Chávez, Alonso de Toro, Diego de Alvarado que acompañó después a Almagro en la conquista de Chile, Francisco y Diego de Chávez, Diego Pizarro, Gonzalo de Tapia y Fray Jerónimo de Loayza, después Arzobispo de Lima, entre otros. En Toledo, se extendieron las llamadas Capitulaciones. Suscribiolas la Reina Doña Juana, el 26 de julio de 1529 y las refrendó el Secretario Juan Vásquez, añadiendo su signo el Conde Don García y el Dr. Beltrán. Por dichas Capitulaciones se le nombraba a Pizarro Gobernador y Capitán General con 725,000 maravedís al año y el Título de Adelantado. A Almagro se le daba la tenencia de la fortaleza de Tumbes, y un salario de 5,000 maravedís al año. Esta fortaleza no existía. A Bartolomé Ruiz se le daba el título de Piloto Mayor de la mar del Sur y 75,000 maravedís al año. A los 13 de la Isla del Gallo, Hidalgos y Caballeros. Pizarro, de Toledo, se dirigió a Trujillo, para encontrarse con sus familiares y parientes como Hernán Cortez, Conquistador de México. Al enterarse Diego de Almagro, en Panamá, de estos últimos acontecimientos llegó hasta pensar en separarse de la compañía de su socio e intentar por su cuenta la conquista. Pero la sociedad continuó. De regreso de 154

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España, Pizarro se embarcó para el sur, llegando hasta Tumbes. El 16 de mayo de 1532 llegó al Valle del Chira, Amotape y Poechos. En San Miguel de Piura, se fundó la primera ciudad española, en suelo peruano. La fecha de fundación no ha (/150/) sido posible fijarse con exactitud. Se supone el 29 de setiembre, día dedicado a San Miguel Arcángel, pero resulta que el 24 de setiembre de 1532 Pizarro salió de San Miguel, con rumbo a Cajamarca, llevando consigo 67 hombres de a caballo y 110 de a pie. En el camino salieron al encuentro de Pizarro algunos mensajeros de Atawalpa. En Cajamarca se dispuso que Hernando Pizarra haría las veces de intermediario con el Inca Atawalpa. Éste, el día sábado 16 de noviembre de 1532 envió un mensaje a Pizarro, donde le decía que iría a Cajamarca para parlamentar. Este mismo día fue apresado. Fue muerto y enterrado el 29 de agosto de 1533. En su ejecución estuvo presente el fraile Vicente Valverde quien lo bautizó momentos antes de ser ejecutado y el clérigo Francisco de Morales, quien lo enterró. El 14 de abril de 1533, entró Almagro en Cajamarca con unos 150 hombres de a pie y otros 50 de a caballo. Había venido de Panamá en 3 embarcaciones y había salido de aquel puerto el15 de setiembre de 1532. Almagro, al llegar a Cajamarca, presenció la fundición de los metales del rescate que estuvieron a cargo de Pedro de Pineda. Entró en la fundición no sólo el oro recogido por orden del Inca, sino también todo el que habían tomado a los indios en el viaje de San Miguel a Cajamarca. Según Porras Barrenechea el rescate ascendía a tres millones y medio de libras esterlinas o bien quince millones de dólares. Al mismo Almagro se le dio 10,110 marcos de plata. Antes de abandonar Cajamarca, Pizarro despachó a Hernando Pizarra para España llevando los quintos reales a Su Majestad, y reconoció como Inca a Túpac Wallpa, hijo de Huayna Cápac. El lunes 11 de agosto de 1533 partieron de Cajamarca conjuntamente con el Inca Túpac Wallpa y también el 155

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general Chalcuchima, en calidad de prisionero. Llegaron a Huamachuco el17 del mismo mes. Entraron en Jauja el 11 de Octubre, permaneciendo cuatro días. La fundación de esta ciudad la llevó a cabo Pizarro, a su vuelta del Cuzco, el 25 de abril de 1534. El 7 de noviembre llegaron a Andahuaylas. Un día antes de su arribo al Cuzco, Manco Inca, hijo de Huayna Cápac, pasó a entrevistarse con Pizarro. Entraron al Cuzco el sábado 15 de noviembre de (/151/) 1533. Pizarro ocupó las casas que habían sido de Huayna Cápac. El reparto del Cuzco fue aun más cuantioso que el de Cajamarca: el total repartido ascendió a 588,266 pesos de oro. Dejadas las cosas en el Cuzco en el mejor orden que fue posible, Pizarro en compañía del Inca Manco, abandonó la ciudad y se dirigió a Vilcas. También Almagró salió hacia Pachacámac, a recorrer la Costa, enterándose que Pedro de Alvarado había invadido, desde el Norte, los dominios de Pizarro y Almagro y que le había salido al encuentro Belalcázar, al cual Almagro debería unirse. Así se hizo y se reunieron en Quito, tranzando una gran amistad. Almagro fundó la ciudad de San Francisco de Quito el 28 de agosto de 1534. Belalcázar cedió toda su armada a Almagro a cambio de 100,000 castellanos. En enero de 1535, Pizarro, estando en Pachacámac se reunió con Pedro de Alvarado, Conquistador de Guatemala quien recibi6 el dinero pactado. Almagro se encaminó al Cuzco. En Abancay se enteró que se le había nombrado Adelantado y la concesión de 200 leguas al Sur de la Gobernación de Pizarro. El Nombramiento de Almagro había de traer por consecuencia el que se agriasen un tanto las relaciones entre ambos socios. Almagro, para La Conquista de Chile, gastó 500,000 pesos de oro con 200 soldados españoles. Pidió ayuda a Manco Inca y éste resolvió que le acompañasen sus hermanos Paullu y el Villac Umo o Sumo Sacerdote. A Lima fueron enviados Ruy Díaz, el cual había de encargarse de enviar por mar algunos navíos a Chile; Rodrigo de Benavides que debía tomar la ruta de la Costa 156

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y Juan de Herrera que debía seguirlo por la ruta del Alto Perú. En el Cuzco dejó a Rodrigo Orgónez y también a Francisco Nogerol de Ulloa que había de conducir a los rezagados y Rodriga Núñez ejercía el cargo de Maestre de Campo. El primero en partir fue Juan de Saavedra, por el mes de junio, con 100 hombres a caballo, a los cuales se unieron en el Alto Perú los hombres que obedecían a Gabriel de Rojas. Los historiadores exponen diferentes fechas de partida de Almagro del Cuzco para la (/152/) Conquista de Chile. Rubén Vargas Ugarte dice que fue el 3 de julio con 50 soldados y un buen número de indios. Miguel del Espinar, manifiesta en setiembre de 1535, agregando Cristóbal de Molina: "en cuya expedición tardó de ida y vuelta más de 18 meses, el cual se hizo en el año de 1535 y 1536". Francisco Esteve Barba, manifiesta que le acompañaban a Almagro los clérigos Bartolomé de Segovia, que iba de Capellán. Diego de Almagro "El Mozo", manifiesta que también le acompañaban los frailes Cristóbal de Molina y Rodriga Pérez, quien murió en 1550 en Lima, y los mercedarios Antonio de Salís y Antonio de Almanza. En octubre de 1535, poco después de que Almagro partiese para Chile, Francisco Pizarro, partió para Lima. Almagro, se dirigió a Paria, donde le esperaba Saavedra. Estando en Moina a 5 leguas del Cuzco, envió correspondencia a España. Rubén Vargas Ugarte indica que el Villac Umo desertó del viaje acompañado de sus mujeres y criados. Se ordenó vigilar a Paullu. Hubo de enviar a Jujuy a Rodrigo de Salcedo a investigar la muerte de Benito García, muerto por los naturales. Almagro, en los primeros días de 1536, salió de Tupiza y llegó a Chicoana, al Oeste de Salta. Nogueral de Ulloa se le unió en ese lugar con 50 hombres. Siguieron por Quilmes y Laguna Blanca en donde acamparon en el mes de marzo de 1536. Adelantándose Almagro con 20 soldados; bajó la Cordillera y llegó al Valle de Copiapó, siendo bien recibido, aunque la travesía, según Mariano de Lobera, le costó 5,000 muertes. Al llegar a Coquimbo, Almagro recibió a los 157

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caciques del Valle de Aconcagua, enviados por un español apellidado Calvo que, viniendo del Perú, se había establecido entre ellos. Entre los indios que acompañaban a Almagro estaba el famoso lengua Felipillo. En Copiapó recibió la llegada de Ruy Díaz, el cual había quedado en Lima con orden de aprestar la expedición marítima, con los barcos comprados a Alvarado, traídos de Guatemala; pero la nave "Santiago" en la que viajaba Díaz se malogró en Chincha, teniendo que continuar por tierra con 100 hombres. Al producirse una serie de calamidades, se decidió (/153/) volver por el camino de la Costa. No se había realizado ninguna fundación estable. Almagro, con 400 soldados se dirigió al Perú, yendo adelante Rodrigo Orgóñez y en la retaguardia el mismo Almagro. Éste, en octubre, estando en San Pedro de Atacama, se encontró con gente de Nogueral. Juntos llegaron al Valle de Pica (futura Encomienda de Lucas Martínez Vegazo). Pronto supieron la sublevación de Manco Inca. Pasaron por Arica y Tacna. En los primeros días del mes de enero de 1537 se encontraba en Moquegua. Cruzó el Río Tambo, llegando a lo que hoy es Arequipa y tomó el camino del Cuzco el 12 de marzo de 1537, según Vargas Ugarte. En ésta última ciudad, Almagro trató de atraerse la amistad del Inca Manco, a quien estando Almagro en Chile le había escrito, tratándole de hijo y amigo. En la noche del 19 al 20 de abril de 1537, pero otros indican el día 8, los almagristas entraron en el Cuzco y sorprendieron a los hermanos de Francisco Pizarro en la casa que habitaban guardándoles la consideración debida. La ruptura de Pizarro y Almagro habría por fin de estallar. El Rey había encomendado a Fray Tomás de Berlanga, Obispo de Panamá, la tarea de dividir ambas gobernaciones y fijar sus límites, pero esto quedó pendiente, porque no había uniformidad de criterios. Pizarro hacía cargo a Almagro de haber entrado en el Cuzco a mano armada. Los Pizarro fueron tomados presos. Almagro decidió salir del Cuzco, rumbo al Norte, 158

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con 400 soldados. En Abancay, sorprendió a un grupo de soldados pizarristas comandados por Perálvarez. Pizarro, deseando acelerar las negociaciones y sobre todo ver libres a sus hermanos, decidió enviar a Chincha al Factor Yllán Juárez y al Padre Francisco de Bobadilla, para llegar a un acuerdo de Paz. Bobadilla, estando en Mala, el 28 de octubre de 1537, citó a Pizarro y Almagro para firmar la paz. Pizarro se presentó con su hija Francisca y Almagro se presentó con su hijo Diego. La sentencia era favorable a Pizarro ya que Almagro debía entregar el Cuzco y poner en libertad a Hernando Pizarro. Ya en el Cuzco, Almagro, enfermo y achacoso, decidió enfrentar a los pizarristas en las afueras de la ciudad, en las pampas de Salinas. El sábado 26 de (/154/) abril de 1538 se produjo la batalla siendo favorable a los pizarristas. Almagro escapó pero fue hecho prisionero en el Cuzco. Entre la prisión y la muerte pasaron más de 2 meses. Previamente hizo su testamento y recibió los mandamientos de la Iglesia. Se le dio garrote en la cárcel y luego se condujo el cadáver al rollo, en donde se le cortó la cabeza. Llevaron sus restos a la Iglesia de La Merced, en donde se celebraron los funerales. Asistió Hernando Pizarra. Allí mismo se le dio sepultura. Había sido de origen humilde, mal encarado y pequeño de cuerpo. Su fealdad se hizo mayor al quedar tuerto de un ojo. Murió de 63 años y, endurecido por los trabajos que lo avejentaron antes de tiempo, se mostró siempre constante, liberal y muy amigo de sus amigos. Le sobró ánimo en las empresas en que intervino y, aunque no de mucho entendimiento, tenía habilidad para los negocios y era diestro en la práctica. Sin embargo la hoguera seguía encendida. En Lima, dice Cieza, habría por ese entonces más de 30 almagristas y entre ellos los más notables eran: Juan de Saavedra, Francisco de Chávez, Cristóbal Sotelo, Juan de Herrada. Alonso de Monte Mayor y el Contador Juan de Guzmán, usaban capa y querían tomar venganza contra 159

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Francisco Pizarro. Por entonces, también vivía en Lima el hijo de Almagro. Don Diego, que, por ser menor de edad, Francisco Pizarra lo tenía a su cuidado, pero luego se desatendió de él y Don Diego "El Mozo" tuvo que buscar abrigo en otra parte. Había nacido en Panamá, y su padre lo trajo al Perú. Los conjurados, después de reunirse previamente, acordaron tomar por la fuerza la casa de Francisco Pizarro, para el domingo 26 de junio de 1541. Así fue: el Marqués, después de haber recibido muchas heridas, cayó muerto. Era el 26 de junio de 1541. Diego de Almagro, había muerto el 8 de julio de 1538. Resumiendo podemos decir que entre los primeros españoles que llegaron a Moquegua, fueron los siguientes: Diego de Almagro, Rodrigo Orgónez, Paullu Inca, Juan de Herrada, Rodriga Núñez, Juan de Saavedra, Rodrigo de (/155/) Salcedo, Benito García, Gómez de Alvarado, Cristóbal Sotelo, Jerónimo Costilla, Luis de Matos, Diego de Alvarado, Bartolomé de Segovia, Cristóbal de Molina, Rodrigo Pérez, Antonio de Solís, Antonio de Almansa, Pedro Barroso, Hernando de Sosa, Malgarida de Almagro, Pedro de San Millán, Francisco Dávila, Alonso Arias, Alonso Gil, Alonso Yánez, Bachiller Guerrero, Francisco Madueño, Lorenzo de Aldana, Pedro de Las Casas, Martín de Paredes, Francisco Noguerol de Ullca, Alonso Moreno, Alonso Quintero, Francisco de Chávez, Felipillo, etc. Fueron cerca de 400. C) La Expedición de Pedro de Valdivia El 20 de enero de 1540, emprendió nuevamente la Conquista de Chile, Pedro de Valdivia, saliendo del Cuzco, dirigiose a Arequipa, pasando por Moquegua. Esta fuerte expedición, que se estableció en el Valle del Mapocho, fundó, en 1541, la ciudad de Santiago de Extremadura. Tuvo que luchar desde el principio con mil dificultades, entablándose, desde su llegada, con los indomables araucanos, una lucha que había de durar siglos. Pedro de 160

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Valdivia cayó en manos del caudillo Caupolicán, después de la derrota de Tucapel, y pereció en horrible suplicio. Su sucesor, Francisco de Villagrán, fue a su vez vencedor de los indios en Pitorca. Poco después, Hurtado de Mendoza, hijo del Virrey del Perú, se apoderó de Caupolicán y lo hizo morir azotado vivo. El célebre poeta Ercilla, que acompañaba la expedición, se inspiró en dicha guerra para escribir su hermoso poema "La Araucana". Mucho tardaron, sin embargo, los españoles en dominar el país. Sólo a fines del siglo XVII consintió el cacique Lincopichu en firmar con los españoles un tratado que reconocía la autonomía araucana. Las rebeliones no cesaron sin embargo hasta 1780. Dos años antes había sido erigido Chile en Capitanía General, dependiente del Virreinato del Perú. Nada ocurrió de particular en Chile durante la época del Coloniaje. Por otra parte la escasez de oro y plata alejó de Chile a los inmigrantes, constituyéndose sin embargo poco a poco una población agrícola, laboriosa, seria y poco mezclada con elementos extranjeros. (/156/) Pedro de Valdivia había nacido por el año de 1510 en Extremadura (España). Militante en las filas pizarristas, participó como Maestro de Campo en la Batalla de las Salinas. La Infantería estaba bajo el mando de Gonzalo Pizarro, sostenida por Pedro de Valdivia. Hernando Pizarro, después de lo sucedido en Las Salinas, recomendó a Pedro de Valdivia, ante Francisco Pizarro, para la conquista de Chile, armando su expedición en el Cuzco y Arequipa. Después de la Batalla de Chupas (Ayacucho) en que Vaca de Castro derrotó a Diego de Almagro "El Mozo" el sábado 16 de setiembre de 1542, Pedro de Valdivia, había pasado a la Conquista de Chile, partiendo del Cuzco y pasando por Arequipa, donde, en ésta última ciudad el 20 de noviembre de 1539, según el padre Víctor M. Barriga, Valdivia había firmado un contrato con Mizer Francisco, para la construcción de uno o dos barcos para ir a la conquista de un puerto de .la Provincia de Chile; el año 161

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siguiente, firmando también, dicho documento los capitanes Alonso Monroy, Cristóbal de la Peña y Francisco Martínez, ante el Escribano Alonso de Luque, siendo testigos Pedro de Villa Grande, Francisco Pinto y el Padre Diego Pérez. El Padre Rubén Vargas Ugarte, dice: "que hubo de entender en el reparto de tierras y en dar ocupación a los soldados y capitanes, enviándoles a una y otra parte. Pedro de Valdivia que había pasado a Chile y andaba poblando la región envió al capitán Monroy para que se le enviase alguna gente y Vaca de Castro procuró que fuesen en su compañía cerca de cien hombres y lo proveyó de armas y caballos. Toda esta gente pasó a la Costa para dirigirse por mar a Chile". En el juicio criminal que se le siguió a Lucas Martínez Vegazo, encomendero de Ilo hasta Tarapacá, en el Cuzco, ante el Licenciado Andrés de Franco, con fecha 9 de julio de 1548, Martínez había manifestado que para el socorro de Pedro de Valdivia, que se encontraba en Chile, envió un navío cargado a su costa, con ropa y gente y nombró por capitán a Diego García de Villalón. Asimismo ayudó con dinero, armas y caballos al capitán Alonso de Monroy, para (/157/) que "la gente que llevó por tierra" sin la cual no se pudiera hacer el socorro, en lo cual el dicho Lucas Martínez gastó mucho. Para el descargo de dicho juicio Martínez Vegazo, presentó como testigo a Diego García de Villalón, de 33 años, quien manifestó: "que con la llegada de dicho Alonso de Monrroy, que iba por tierra, se conquistó la tierra". Otro testigo, el Bachiller Alvaro Marín, manifestó: "dicho Lucas Martínez envió un navío suyo cargado a Chile con Diego García Villalón para socorrer al dicho Gobernador Pedro de Valdivia, el cual navío fue cargado de bastimentos y cosas necesarias para la armada y que fue causa para que la gente que estaba en las dichas provincias de Chile, no padeciesen...". La sentencia ante el Licenciado Andrés de Franco, de Lucas Martínez, le fue desfavorable y revocada por la Audiencia en grado de apelación, el 4 de marzo de 1550, en ella dice: "absolvemos y damos por libre e quito al 162

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dicho Lucas Martínez de la acusación contra él puesta e por esta nuestra sentencia definitiva, juzgando así lo pronunciamos en estos escritos e por ellos sin costa. El doctor Bravo de Saravia. El Licenciado Maldonado. El Licenciado Fernando de Santillán". Acompañaron a Pedro de Valdivia, el padre Rodrigo González Marmolejo, según una Relación que envió Valdivia al Emperador, en Concepción, el 15 de octubre de 1550. El Pacificador La Gasca, en setiembre de 1548 le nombró Gobernador y Capitán General desde Copiapó hacia el Sur. Algunos autores indican que Pedro de Valdivia pasó a Chile sin clérigos ni religiosos. El Virrey del Perú, Conde de Nieva, nombró el 12 de junio de 1554, como nuevo Gobernador de Chile a Francisco de Villagrán, nombrando como su Lugarteniente de la ciudad de Santiago a Juan Jofré y encargó la guerra contra los araucanos en 1561 al Licenciado Juan de Herrera. D) Poblamiento de Moquegua Por orden de Francisco Pizarro, dictada en el Cuzco el15 de setiembre de 1540, se procedió al distribuir tierras, en Arequipa, entre otros a Juan de la Torre quien recibió 11 (/158/) fanegadas de buenas tierras ubicadas en el Ejido; fue la de mayor cantidad por que se desempeñaba como Alcalde, en cambio a Lucas Martínez Vegazo, le toco 10 fanegadas. El 16 de noviembre de 1551, Juan de la Torre desempeñándose como Regidor de Arequipa solicitó y se le adjudicó un asiento de tierras en Las Lomas, a cuatro leguas de Camaná, donde él tenía ciertas vacas y yeguas. El 13 de febrero de 1553, se acepta la petición de Juan de la Torre entregándosele 50 fanegadas de tierras en el valle de Camaná, diferentes a las que ya tenía. El 15 de octubre de 1557, también se le entregaba tierras en el valle de Pitay, aunque no se especifica la cantidad. El Gobernador del Perú Lope García de Castro, el 30 de Junio de 1565, reconocía que el Repartimiento de Cabana era 163

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Encomienda de Juan de la Torre, pero otra parte de esas tierras le correspondía a Diego Hernández de la Cuba Maldonado. A Juan de la Torre, que fue reconocido como uno de los Trece de la Isla del Gallo, se le había concedido el Título de Caballero de Espuela Dorada. El 30 de setiembre de 1552, el Cabildo, Justicia y Regimiento de Arequipa, designa a Juan de la Torre, para que buscara y comprara un terreno para 'la edificación del Hospital de Nuestra Señora de los Remedios. Se compró algunas casas de Francisco de León, informándose en sesión del14 de noviembre de 1552. Sin embargo la situación entre Juan de la Torre y su hijo Juan de la Torre y Villegas, apodado "El Madrileño", no era tan buena. El padre siempre estuvo con el Rey, en cambio su hijo era de tendencia anticolonial, llegando a vejar, en Añaquito, el cadáver del Virrey, arrancándole los pelos de la barba y adornando con ellos el escudo de su chambergo, por lo que poco después fue ahorcado por este hecho. Su padre llegó a festejar el ahorcamiento, paseándose por las calles de Arequipa, con su capa roja, como signo de lealtad al Rey. Hernando de la Torre y Casillas, vecino de Moquegua, era otro hijo de Juan de la Torre. El historiador Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, señala que: "en el documento de abril 3 de 1713, que obra en el libro primero de actas capitulares, consta que el Maese de Campo, General Juan de la Torre, es uno de los Trece de la Gorgona, a quienes se debió la (/159/) conquista de este reino y de quien es cuarto nieto Don Diego de Espinoza y de la Torre que hace relación de su filiación este citado documento". Otros de los descendientes de Juan de la Torre fue el Capitán Juan de la Torre y Cárdenas, Corregidor de Moquegua el 1649, bisnieto de Juan de la Torre. El Gobernador del Perú Don Pedro de la Gasca, encomendó a Juan de la Torre y a su esposa Ana Gutiérrez, el Valle de Ocoña, recayendo la sucesión en su hijo Hernando de la Torre. Vivían en Arequipa en la Calle del Teatro, siendo sus vecinos Juan de San Juan, Antón Quiroz y Alonso Picado. 164

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Desde los primeros tiempos de la conquista, Moquegua fue poblándose de Españoles, dando lugar a diferentes familias y descendientes. Entre los primeros tenemos a Hernán Bueno, que tenía su residencia en Arequipa en la Calle Mercaderes, siendo sus vecinos el Capitán Gerónimo de Villegas y Pedro Barroso, que acompañó a Almagro en la conquista de Chile. El Virrey Francisco de Toledo, al llegar a Arequipa el 25 de Julio de 1575, se le presentaron Hernán Bueno y Juan de la Torre informándole sobre la participación de los ciudadanos en la batalla de Chupas contra Diego de Almagro "El Mozo" por lo que Toledo concedió a Arequipa el título de "Muy Noble y Muy Leal Ciudad". El Gobernador La Gasca, entregó la encomienda de Carumas a Hernán Bueno. Entre los descendientes de Hernán Bueno, están: Beatriz Bueno de Arana, casada con Diego de Vizcarra, Primer Corregidor de Moquegua en 1583. La hija de ambos, Isabel de Vizcarra, se casó con el capitán Diego Fernández Godínez Maldonado, natural de Useda (España), hijo del Licenciado Agustín Fernández y Francisca Godínez Maldonado. Otros descendientes, fueron: “el capitán Cristóbal de Arana, Teniente de Corregidor en Colesuyo y Teniente de Gobernador en Moquegua, cuando pertenecía a Chucuito, en 1606. El Bachiller García Hurtado de Mendoza Pérez del Pozo y Villamisar Bueno de Arana, natural de Moquegua, cura interino el 28 de julio de 1671; Andrés Bueno de Arana, cura interino, el 29 de agosto de 1682. Montenegro y Ubaldi, agrega: "El capitán Don Hernán Bueno de Arana, feudatario de la ciudad de Arequipa y encomendero del pueblo (/160/) de Tacna, cuya encomienda le dio el Señor Virrey Don Luis de Velasco por su calidad y servicios señalados en la conquista, y a quienes los señores virreyes de su tiempo honraron como a tal conquistador, se casó con Doña Mariana de Saavedra, y es contenido en la Real Provisión dada por el Excelentísimo Señor Virrey Don Luís de Velasco, su fecha en los Reyes, octubre 13 de 1601. Así obra en la información de 165

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hidalguía que produjo el capitán Don Juan José Rodríguez de Vez, en noviembre 15 de 1690 y Auto pronunciado por el capitán Don Antonio Pérez del Cuadro, Justicia Mayor de esta Villa, por ausencia del Señor Corregidor Don Bartolomé Gil de la Bentosa, ante Tomás de Valcárcel, escribano público". El mismo autor, en otro acá pite, realiza el siguiente comentario: "en junio 26 de 1603, día jueves, Pedro Dávila, cirujano, abrió por la orina a una niña, Doña Gerónima de Arana y le sacó una piedra de onza y media de peso, que le hacía padecer graves dolores. Quedó la niña buena y sana, de lo que su padre Don Hernán Bueno de Arana, manda al escribano Diego Dávila lo certifique y lo ponga en el Archivo de este pueblo de la Señora Santa Catalina de Moquegua, siendo testigos: Diego Fernández de Córdova, Lorenzo de Robles y Hernando de Tovar. Asimismo informaba que "la conformación del 1er. Cabildo de Moquegua, en 1625, el Fiel Ejecutor Alonso de Vizcarra Bueno de Arana, pagó por el cargo o vara 7,000 pesos. Los otros integrantes eran Alguacil Mayor, Luis Vélez de Córdova y Vélez Ladrón de Guevara, natural de Moquegua (3,000 pesos). Alférez Real, Francisco Galdames Garay (3,000 pesos). Depositario General, Bartolomé Martín Quintanilla, natural de San Lúcar de Barrameda (España), (1050 pesos). Alcalde Provincial, capitán Agustín Fernández Maldonado y Vizcarra, natural de Moquegua (7,000 pesos). Regidor Primero: Pedro Martínez de Cuéllar y Muñoz, natural de Cuenca (España). Regidor Segundo, Diego Fernández Dávila, esposo de María Montenegro y Contreras Méndez Madueño, natural de Moquegua. Regidor Tercero: Juan Rodríguez de Vez, natural de Uceda (España), 700 pesos. Regidor Cuarto: capitán Pedro de Peñaloza, Mayordomo Ecónomo de la Iglesia, 700 pesos. (/161/) El Corregidor era el capitán Diego Cáceres de Ulloa. El cura vicario, era el licenciado Domingo Pérez, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición. El 7 de diciembre de 1838, falleció a los 58 años, José María Hurtado de Mendoza Bueno de Arana Pérez del Pozo, clérigo presbítero. El 14 de agosto de 166

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1611, residían en el pueblo de Santa Catalina de Moquegua Clara de Arana y Mariana de Saavedra. En este mismo pueblo, el 29 de junio de 1614, residía Juan Bueno de Arana. El 18 de setiembre de 1710, se encontraba residiendo en Arequipa, cerca de la iglesia de Santa Marta, Tomás Bueno de Arana. Carumas, comprendía dos Encomiendas: una, entregada por el Licenciado Castro a Hernán Bueno, a quien sucedió su hijo Hernán, que fue ratificado por La Gasca; la otra Encomienda, fue otorgada a Lucas Martínez Vegazo. El Valle de Catari o Carumas, fue otorgado a Hernán Bueno el 22 de enero de 1540. Pero por Cédula del 24 de noviembre de 1542, Cristóbal Vaca de Castro otorgó a Hernando de Silva el Valle de Catari con 249 indios y el Cacique Alique con 125 indios en La Cochuna. El Gobernador Pedro de La Gasca, el 20 de noviembre de 1549, fechado en Los Reyes, entregó nuevamente a Hernán Bueno "El Mozo", el Valle de Catari. Otro de los primeros pobladores es Juan Cansino: por Provisión del año de 1540, se dispone el reparto general de tierras de sembrío entre los fundadores de Villa Hermosa de Arequipa, de la siguiente manera: en el Ejido, se le distribuyó a Juan Cansino 9 fanegadas de tierras. Estas chacras Juan Cansino las vendió a Juanes Navarro que, a su vez, las vendió en 195 pesos al carpintero Rostran Tuxia y colindaban con chacras de la Orden de Santo Domingo y las de Juan de San Juan. Uno de los primeros Cansino que llegó a Moquegua es Pedro Cansino, español, casado con Josefa de Bilbao; entre sus hijos conocidos, están: Pascual y Juan Cansino y María de Bilbao, que se casó con Andrés de Espinoza, español. En el año de 1597, Pedro Cansino y Juan Cansino y Bilbao, tenían tierras de cultivo de vid en el pueblo de Santa Catalina de Guadalcázar. El 7 de octubre de 1613, Juan Cansino se dedicaba a la misma actividad pero en el pueblo de San Sebastián de Escapagua. Se dice que el (/162 /) historiador Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, desciende de la familia de los Cansino. 167

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Poco a poco la ciudad de Moquegua y el resto del Departamento, se fue poblando de españoles, venidos principalmente de la ciudad de Arequipa, incluso de aque1los que habían participado en su fundación. Así, por ejemplo, lo tenemos, nada menos, que al fundador de la ciudad de Arequipa por orden de Francisco Pizarro, Garcí Manuel de Carbajal, a quien le entregaron "en premio" la Encomienda de Ubinas, por orden del Gobernador Pedro de la Gasca. Muerto Pizarro, Garcí Manuel de Carbajal, su gran amigo, se puso bajo las banderas del vencedor Álvarez Holguín. Carbajal, estando preso en la cárcel de Camaná, logró escapar, viajando hasta Tumbes, para darle la bienvenida a La Gasca y, después, estuvo en la Batalla de Jaquijahuana. Es decir, tan pronto en un lado como en el otro. La Encomienda de Ubinas había sido entregada por Francisco Pizarro, por Provisión del 22 de enero de 1540 a Francisco Noguerol de Ulloa, que fue otro de los que estuvo en la fundación de Arequipa, al lado de Garcí de Carbajal y que había acompañado a Diego de Almagro en la Conquista de Chile. Incluso Noguerol fue el primero en ser llamado para repartirle los lotes de la ciudad de Arequipa. Todo indica que hubo enemistad entre Garcí Manuel de Carbajal, fundador de Arequipa, y su amigo y compañero de fundación, Francisco Noguerol. Carbajal, por intermedio de La Gasca, se adueñó de La Encomienda de Ubinas, del que era propietario Noguerol. Carbajal, por mandamiento del15 de setiembre de 1540, tenía 11 fanegadas de tierra en la ciudad de Arequipa. Cuando se fundó la ciudad de Arequipa, por orden de Francisco Pizarro, pero el que buscó el lugar de la fundación fue el Teniente Gobernador Garcí Manuel de Carbajal, quien nombró como Primer Alcalde a Juan de la Torre. En un instrumento del 3 de abril de 1713, consta que el Maestro de Campo, General Juan de la Torre es uno de los Trece de la Gorgona a quienes se debió la Conquista del Perú. A Juan de la Torre, Alcalde de Arequipa, también lo (/163/) tenemos en Moquegua, 168

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conservando su Encomienda de Camaná. En Arequipa poseía 11 fanegadas de tierras. Con respecto a Lucas Martínez Vegazo, que era encomendero de Ilo hasta Tarapacá, asimismo, acompañó a Garcí Manuel de Carbajal y Juan de la Torre, en la Fundación de Arequipa y que también por mandamiento del 15 de setiembre de 1540, se le distribuyó 10 fanegadas de tierra en el Ejido. Pero, a su vez, por disposiciones de los primeros días de enero de 1540, se le entrega "su encomienda" que abarca de 110 hasta Tarapacá, Asimismo, a Diego Mendoza que, en el momento de la Fundación de Arequipa y también por fl.1andamiento de Pizarro del 15 de setiembre de 1540, se le distribuyó 10 fanegadas de "tierras vacantes, practicando esta diligencia ante mí, Alonso de Luque, escribano nombrado". Estas tierras estaban, asimismo, "encima de la Barranca". También se le encomendó las tierras de Puquina, con el Cacique o Caciques, Caya, Incaya y Antichaque. En algunos documentos aparece como Diego Hernández Mendoza, pero en la mayor de las veces como Diego Mendoza. Al único que se le dio tierras, no siendo fundador de Arequipa, es al español radicado en Camaná Don Martín López, a quien se le entregó la Encomienda de Omate. Como Alcalde de Camaná estaba el fundador de Arequipa Garcí Manuel de Carbajal, quien le hizo entrega del Cacique Yla, a principios de 1540. La relación de los primeros habitantes y fundadores de Arequipa, que aparecen en diversos documentos, se han ido malogrando, debido a su mal estado de conservación. Es así, que con la finalidad de aclarar los nombres e insertar otros, el Virrey Francisco de Toledo hizo agregar, entre otros, a los siguientes: Bachiller Miguel Rodríguez de Cantalapiedra, a quien se le entregó la Encomienda de Quinistaca; Juan López Ricalde, que se le entregó primero la Encomienda de Omate; Hernán Bueno, que se le entregó la Encomienda de Carumas, por Cédula del 24 de 169

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noviembre de 1540, expedida por Vaca de Castro. Asimismo, en 1542 pasó a Hernando Silva, quien era propietario en Arequipa de 12 fanegadas (/164/) "encima de la Barranca", como fundador de Arequipa, pero, según parece, la Encomienda regresó a los Bueno. Como podemos ver, Diego de Almagro estuvo en este Valle de Moquegua en los primeros días del mes de enero de 1537, pero recién a partir del año de 1540, empezaron a llegar los primeros españoles que, en cierta medida, eran los mismos que habían fundado la ciudad de Arequipa el 15 de agosto de 1540. Allá en Arequipa, tenían sus tierras de las que no alcanzaban las 12 fanegadas, pero cuando llegaron a Moquegua, ya eran encomenderos, todos. La mayor parte del tiempo radicaban en Arequipa y sólo venían cada seis o siete meses para cobrarles a los indígenas los tributos y las cosechas y se regresaban a Arequipa. Sólo sus descendientes se fueron instalando, poco a poco, en estas tierras. Se había producido un cambio total, a partir de 1540, sobre la tenencia de la tierra en Moquegua, mientras que los chucuiteños tenían sus tierras para cultivar el maíz y llevarlo al Collao, trayendo ellos los productos de su tierra, como carne, papas, chuño, quinua, etc., con la llegada de los "españoles arequipeños", al arrebatárseles las tierras, se cambió radicalmente el tipo de producción -vid por maíz- que desorientó a los mismos naturales. Los chucuiteños se alejaron completamente; con los perjuicios que se ocasionó especialmente en la producción de alimentos y en su comercio. Tiempo después floreció el comercio de vinos y aguardientes. Por la orden que le impartió Pizarro, el Teniente Gobernador Don Garcí Manuel de Carbajal y su Primer Alcalde Don Juan de la Torre, por nombrar sólo a los principales, fundaron Arequipa el15 de agosto de 1540; pero resulta que éstos mismos españoles, incluso meses antes ya eran Encomenderos de diferentes pueblos de Moquegua, como Lucas Martínez Vegazo, que a partir del 170

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22 de enero de 1540 ya era el encomendero de Ilo. Con la misma fecha Diego Mendoza era Encomendero de Puquina y Martín López, en Omate. Por otro lado, también podemos decir que Diego (/165/) de Almagro, primero estuvo en Moquegua y después pasó a Paucarpata, porque Arequipa no había sido fundada. Al respecto Fray Víctor M. Barriga, realiza el siguiente comentario: "En la fundación de la Villa Hermosa de Arequipa en el Valle de Camaná, Garcí Manuel de Carbajal y Pedro Barroso, fueron los primeros Alcaldes Ordinarios. Bien pronto las fiebres palúdicas comenzaron a diezmar a los flamantes fundadores y éstos acordaron enviar una Comisión presidida por el Primer Alcalde para que expusiera al Gobernador Don Francisco Pizarro los estragos que venían sufriendo los españoles y nativos. La Resolución fue que la permanencia o éxodo en busca de clima mejor decidiera mediante un plebiscito. Para cumplir esta decisión Pizarro designó a Garcí Manuel de Carbajal invistiéndole con el cargo de Teniente Gobernador y nombró a su lugar como Alcalde Ordinario a Juan de la Torre. La votación fue adversa al Valle de Camaná y despoblado aquel paraje llegaron a las riberas del Chili, donde eligieron el sitio más a propósito y plantaron y realizaron el ceremonial de la Fundación de Arequipa actual, en el memorable 15 de agosto de 1540, ceremonia que se realizó en el que hoyes la Plaza de Armas, delineada y destinada para ese fin desde su fundación y no en el barrio de San Lázaro... El cambio de ubicación de la Villa Hermosa, desbarató los planes del Marqués Francisco Pizarro, de fundar una ciudad en Arequipa vecina al mar, que a la vez sirviera de puerto para la más fácil comunicación con las regiones del Callao, Cuzco y Charcas, a cuyo fin mandó la Comisión que recorriera la Costa y escogió la vega fértil de Camaná; pero con el éxodo Decretado por Garcí Manuel de Carbajal, la villa ganó en clima y en belleza panorámica elogiosamente comentada".

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Estando a la información del cronista y cosmógrafo de Felipe II, Juan López de Velasco, en su obra sobre las indias, editada en 1576, se fundaron, hasta aquella fecha, en América, 200 pueblos de españoles vecinos, fuera de los que organizaron o repoblaron, por existir ya aborígenes en ellos. Desde Carlos V, se consideró un deber social de (/166/) asistencia la ayuda recíproca humana en los poblados; de ahí la orientación de la ciudad como reducción de indios, o sea, concentraciones de aborígenes en zonas urbanas, para auxiliarles espiritual y temporalmente. Con Felipe II se dan las Ordenanzas de Poblaciones, especie de Código de las Ciudades, que atendían, no sólo a la concentración humana, sino al desarrollo y a la estética de aquellas. Panorámicamente, las Ordenanzas establecieron: es estudio del terreno, "reconociendo (en los alrededores) si se conservaban hombres de mucha edad y mozos de buena complexión". El lugar debía tener "el cielo claro y benigno y aire puro y suave, sin exceso de calor o frío; y, habiendo de declinar a una u otra, escojan el frío". Debía existir, en el área por poblarse, "pastos y tierras para sembrar, aguas muchas y buenas para beber y regar. En condiciones favorables debían los pobladores proceder sin perjuicio de los indios y naturales, o con su libre consentimiento". La distribución de la ciudad se hará repartiendo sus plazas, calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor y sacando, desde ella, las calles a las puertas y caminos principales, y dejando tanto campo abierto que, aunque la población vaya en gran crecimiento, se puede seguir y dilatar siempre en la misma forma. No elegir sitios demasiado altos, por las molestias de los vientos y dificultad del servicio y de los acarreos, ni en lugares bajos, porque suelen ser enfermos, haciendo observaciones de lo que más convenga a la salud y accidentes que puedan ofrecer”. Los Ejidos sean en tan competente disposición que, si creciere la población, siempre quede bastante espacio 172

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para que la gente se pueda recrear, y salir los ganados sin hacer daño. Garcilaso, cuenta que cuando los capitanes Incas se extendieron por las serranías moqueguanas, se detuvieron por algún tiempo para asegurar la conquista pacífica y pidieron más gente para establecer dos pueblos, "porque les pareció fértil y capaz de mucha más gente de la que tenían". El Inca envió un buen número, con mujeres e hijos, "de los cuales (p.167/) poblaron dos pueblos: el uno al pie de la Sierra, donde los naturales habían hecho el fuerte, llamáronle Cochuna, que era nombre de la Sierra; al otro llamaron Moquegua. Dista un pueblo del otro cinco leguas". Montenegro y Ubaldi, anota que: "Esta población Cochuna que fabricaron los generales del Inca, probablemente es hoy la Villa de San Agustín de Torata, distante cinco leguas de Moquegua", concluyendo que "otros intentan que el pueblo de Cochuna se fundó en Tumilaca, valle arriba de este Valle de Moquegua, en donde hubo un pueblo denominado San Mateo de Tumilaca. Pero se debe notar que esta opinión no tiene fundamento, pues este pueblo de Tumilaca no dista cinco leguas de Moquegua sino sólo dos o tres, cuando más". Asimismo, otros historiadores indican que el pueblo de Cochuna, estaba ubicado en lo que hoy es Torata Alta. Los españoles que se fueron estableciendo en diversos puntos de la Sierra y del Valle de Moquegua, mantuvieron y aprovecharon las costumbres indígenas y los sistemas de trabajo que en estos lugares encontraron. Los encomenderos pasaron además por las alternativas generales, políticas y jurídicas, de la institución de la "encomienda" en el país, la que quedó frenada y limitada, no sólo con la negativa de la perpetuidad, sino con la triple medida de la Visita, la tasa y la sanción por el Virrey. Quienes no eran encomenderos, pero se dedicaron a faenas del campo, se superpusieron a los caciques y acrecentaron el valor económico de las tierras con la introducción de nuevos productos (el trigo, la vid y el olivo, 173

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etc.) nuevos animales (gallinas, caballos, mulas), nuevos sistemas de labranza, o nuevos elementos mecánicos (molinos). Garcí Diez de San Miguel, agrega que "los dichos indios de Moquegua tienen falta de agua en verano y entre ellos y sus comarcas se ha guardado la orden que el Inca les dio en el repartir del agua y ahora a causa que Juan Castro y Hernán Bueno y un Can sino han plantado muchas viñas en el dicho valle y hecho un molino y siembran mucho trigo, toman el agua a los dichos indios de Moquegua y se les (/168/) pierden las sementeras". El Licenciado Lope García de Castro, le atendió y previó en Los Reyes, el 26 de octubre de 1568, que "se haga guardar la orden que en el repartir del agua tenían los dichos indios en el tiempo delinca". Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, recogió datos de interés sobre el comienzo del cultivo de vides en la región. La más antigua referencia que aporta es el de la venta hecha por Pedro de Bóveda a Diego de Ávila, el 16 de agosto de 1587, de 100 botijas de vino por el precio de 400 pesos, lo que representa, según él, que por lo menos diez años antes ya habían sido plantadas las vides. Por cierto que no fue siempre fácil el comercio del Vino. En diferentes ocasiones el Rey de España ordenó a los Virreyes que no permitieran viñas ni olivares. Pero en un documento fechado en Lima en 1630, preparado por el Contador Mayor Francisco López de Cervantes decía que "aunque Su Majestad tiene prohibido plantar viñas en estas Provincias, no se ha guardado ni se guarda". Desde los primeros años se establecieron dos Asientos, colocados a ambos lados del río. Uno fue el de Escapagua, en la parte alta, que tomó como Patrono a San Sebastián; y donde según Montenegro y Ubaldi se celebró la Primera Misa. El otro se ubicó en las laderas del Chenchén, en el lugar que ocupa actualmente la ciudad, menos abierta que el primero, más abrigado y protegido. La rivalidad entre dos poblaciones tan cercanas no tardó mucho en producirse. Parece que en un comienzo 174

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tuvo mayor importancia Escapagua, en especial con el favor del Virrey Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache, quien la elevó a Villa, cambiándole su nombre por el de San Francisco de Esquilache el 27 de marzo de 1618, pero los vecinos de Santa Catalina protestaron, haciendo notar que el otro Asiento estaba en arenales pedregosos donde se consumía el agua del río, o donde, por el contrario, en tiempo de avenidas, "no se podía pasar a oír misa. La disputa fue creciendo a tal punto que el Obispo de Arequipa, Pedro Perea de Grimaldos, se esforzó en reconciliar a los bandos, enviando como delegados a los jesuitas Padres Diego de Miranda y (/169/) Juan Bautista Chacón, quienes consiguieron que las dos vecindades se reunieran y abrazaran ante el Teniente General de Corregidor, Juan de Mesa Montalvo, convinieran en la mediación del Virrey. Éste, que lo era a la sazón Don Diego Fernández de Córdova, Marqués de Guadalcázar, se decidió a favor de Moquegua, erigiéndola en Villa con el nombre de Santa Catalina de Guadalcázar, en una fecha del año de 1625, posiblemente el primero de mayo, que no se ha podido precisar, porque el documento en que constaba se perdió al quedar más tarde en rehenes en Lima, en poder de Pedro Jaraba y Bartolomé Astete de Ulloa". Mendiburu, que se refiere a procesiones realizadas en la ciudad en honor de Santa Catalina de Alejandría, se ha creído poder señalar como fecha de fundación el día de esta Santa, el 25 de noviembre de 1541. Aurelio Miro Quesada, agrega: "aunque sólo dentro del terreno amable pero peligroso de las conjeturas". El Primer Cabildo de la población reunificada lo encabezó como Alcalde un sobrino-nieto de Alonso de Estrada: Agustín Fernández Maldonado y Vizcarra; y en él figuraron además otros dos deudos suyos: Juan Rodríguez de Vez y Alonso de Vizcarra. Corregidor fue nombrado Diego Cáceres y Ulloa, que ya lo había sido antes. Y a pesar de protestas atenuadas (hasta el siglo pasado Montenegro y Ubaldi decía que "se llorará 175

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eternamente" el paso de la parte alta a la baja), lo cierto es que la Villa de Santa Catalina se afianzó, que se amplió su jurisdicción en varias leguas, que ya desprendida de Chucuito se constituyó en "cabeza del corregimiento de la Provincia de Collesuyo" y que, en el mismo lugar hasta hoy, fue adelantando en prestigio y riqueza. En un primer momento San Sebastián de Escapagua, ocupó la margen derecha del Río Moquegua, dependiendo de la Real Audiencia de Lima. Los de Santa Catalina ocuparon la margen izquierda dependiendo de la Audiencia de Charcas. El escribano de San Francisco de Esquilache, Pedro Ibáñez, certificó que el día miércoles 6 de Junio de 1618, antes del mediodía, el Capitán Francisco de Salazar, que (/170/) fue Corregidor y Justicia Mayor y fundador de esta Villa, paseó el estandarte real en la plaza mayor. Celebróse una misa que estuvo a cargo del Cura de Carumas Lucas López de Gordejuela. Dicho Corregidor, instalado en un tabladillo levantó el Estandarte Real, vivando al Rey Felipe III. El Chantre de la Catedral de Arequipa, Padre Pedro Alonso, el 19 de mayo de 1619, daba a conocer al cura y Vicario de Moquegua, Jerónimo Catano de Aragón, que ante la insistencia del Corregidor Francisco de Salazar, se disponía el traslado de los bienes de la Iglesia de Santa Catalina a la de Escapagua. Como Visitador de las dos Iglesias estaba a cargo de Lucas López de Gordejuela. Una de las primeras autoridades de Santa Catalina de Guadalcázar era el Alférez Real Francisco Galdámez Garay quien, a solicitud de los vecinos fue cambiado por Agustín Fernández Maldonado y Raya. El Virrey Francisco de Borja y Aragón, elevó a Villa de San Francisco de Esquilache, el 27 de marzo de 1618, donde también se había edificado la Iglesia de San Sebastián. Los primeros habitantes, fueron: El Almirante Juan de Ojea, Vicario Jerónimo Catano de Aragón, María del Río, viuda de Cristóbal Pérez, Toribio de Castañón, Rodrigo Núñez Vélez, Pedro Arbisú, Lorenzo Vizcarra, 176

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Domingo Hurtado de Mendoza, Luis del Alcázar, Rodrigo de Cebadilla, Isabel de Vizcarra, Martín de Córdova, Ana Vásquez, Juan de Pomareda, Fernando de Tovar, Pedro Ruiz, Clara de Córdova, Mariana de Saavedra, su hijo Hernán Bueno de Arana y su yerno Pedro de Montalvo. El Procurador era Juanes de Zaconeta y los Regidores: Jusepe de Córdova, y Cristóbal Cornejo. Se desempeñaba como Teniente de Corregidor Juan Chacón. Como regidores de la Villa de San Francisco de Esquilache, en agosto de 1618, aparecen los siguientes: Almirante Juan de Olea y Medina, natural de la Villa de Villar Don Pardo, Cristóbal Fernández Cornejo y Paz, José Fernández Cornejo y Arana, Diego Fernández de Córdova, Alcalde de la Hermandad y Juan Ponce de Salazar, que se desempeñaba en 1602. Lo cierto es que la Villa de Santa Catalina se (/171/) afianzó, que se amplió su jurisdicción en varias leguas, que ya desprendida de Chucuito se constituyó en "cabeza del Corregimiento de la Provincia de Collesuyo" y que, en el mismo lugar hasta hoy, fue adelantado en prestigio y riqueza. En un primer momento San Sebastián de Escapagua, ocupó la margen derecha del Río Moquegua, dependiendo de la Real Audiencia de Lima. Los de Santa Catalina, ocuparon la margen izquierda dependiendo de la Audiencia de Charcas. En 1616, el Virrey comisionó al Almirante Juan de Olea, Teniente de Corregidor de San Sebastián de Escapagua, para que hiciera las indagaciones de la fundación en el Alto de la Villa de la población que llevara su nombre, tan es así que el seis de junio de 1618 el Capitán Don Francisco de Salazar, Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Collesuyo, fundó la Villa de San Francisco de Esquilache. El Gobernador-Intendente de Arequipa, Antonio Álvarez y Jiménez, se lamentaba "del desgreño con que de tiempo inmemorial había corrido la custodia y aliño que piden los libros, Autos y Papeles públicos. En Moquegua 177

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no fue posible hallar allí los documentos que buscaba por haber sufrido anteriormente el oficio del Cabildo un incendio que consumió la mayor parte de sus papeles, y los que se libertaron fueron destrozados". En el pleito de ambos pueblos, representaban a San Francisco de Esquilache los siguientes Regidores: Almirante Juan de Ojea, Señor de los pueblos de Ante, Dehesa y Río de los Conejos en el Reino de España, José Fernández de Córdova y Arana, Cristóbal Fernández Cornejo, el Procurador Fernando Tovar así como los vecinos más notables como Juan de Zaconeta, Ramón Hurtado de Mendoza, Diego Fernández de Córdova, Andrés de Espinoza y Juan Martínez de Urdanivia. Defendían al Valle de Moquegua, o Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, los siguientes: Juan Rodríguez de Vez, Francisco de Paz Orihuela (Capitán y Teniente de Corregidor), Luis Vélez de Córdova, Francisco de Galdámez, Pedro de Arbisú, Pedro de Montalvo, Diego de Avila, (/172/) Gerónimo de Mazuelos, Capitán Luis de Alcázar y Padilla,etc. Entre los vecinos notables de la Villa de San Francisco de Esquilache, se encontraban los siguientes: Juan Cancino y Bilbao, Diego Fernández Talavera, Cristóbal Perea Cugate, Juan de Dios Escobar, Nicolás Hernández, Hernán Paria, Diego Velásquez, Bernabé Rivera Villalta, Alonso de Vargas Carbajal, Andrés de Espinoza Velásquez, Diego de Ochoa, etc. Entre los vecinos notables de Santa Catalina de Guadalcázar, están los siguientes: Juan de Dios Ochoa, Diego Fernández de Ávila, Pedro Ladrón de Guevara (El Mozo), Alonso Fernández Andrade, Diego y Bernabé Vélez de Córdova, Diego Fernández Godines Maldonado; etc. Otro de los primeros habitantes españoles, que vivió en Moquegua, fue el general Juan de la Torre, uno de los Trece de la Gorgona. Uno de sus descendientes fue Diego de Espinoza y de la Torre, según se especifica en documentos del 3 de abril de 1713. También está Don 178

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Pedro Cansino, casado con Doña Josefa de Bilbao. Tuvieron varios hijos, entre ellos a Pascual y Juan Cansino, que llevaron el apellido de su padre y María de Bilbao, que llevó el apellido de su madre, casada con Andrés de Espinoza. En el año de 1583, se hacía recordar que el pueblo y Valle de Moquegua, pertenece a la jurisdicción de la Provincia de Chucuito, del Patrimonio Real del Perú, cuya expresión se encuentra en todos los documentos hasta el mes de abril de 1625. Las causas de apelación se sentenciaban en la Real Audiencia de Chuquisaca. El fondo de los curas se pagaba en las Reales Cajas de Chucuito. El Gobernador de Chucuito tenía su Teniente Gobernador en el pueblo de Santa Catalina, hasta 1625. En el pueblo de San Sebastián de Escapagua, al lado Cochuna, había el Corregidor y a veces un Teniente de Corregidor. Entre estos dos pueblos, entre 1610 y 1615, llevaron adelante un ruidoso pleito por alcanzar la supremacía. El Almirante Juan de Ojea defendía a San Sebastián y el Capitán Rodríguez de Vez, a Santa Catalina. En 1622, el Obispo de Arequipa, Pedro Perea de Grimaldo, interpuso sus buenos oficios para dirimir esta (/173/) controversia. Pero al continuar las contrariedades, por el año de 1624, el Virrey Marqués de Guadalcázar, dirimió la controversia, al decir que la población de la margen izquierda del río, donde actualmente está, se fundase la Villa con el nombre de Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, Valle de Moquegua, Capital de la Provincia de Colesuyo, separando a este pueblo de la jurisdicción de Chucuito y haciéndola cabeza de Provincia y que sus causas fuesen en apelación a la Real Audiencia de Lima. Asimismo, creó el Cabildo de un Alcalde Ordinario, un Alguacil Mayor, un Alcalde Provincial, un Fiel Ejecutor, un Depositario General y veinticuatro Regidores Perpetuos. Posteriormente se agregó un Síndico Procurador, dos Alcaldes: uno de Aguas y otro de la Santa Hermandad. A partir de 1625 a esta población se le empezó a nominar como Pueblo y Valle de Moquegua, del 179

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Patrimonio Real del Perú. Pero a partir de mayo de 1625, se le denominaba Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, del Valle de Moquegua. Por los meses de abril y mayo de 1625, se elevó esta población a la categoría de Villa. Los originales de dicho documento al parecer se encontraban en Los Reyes, por lo que las autoridades de ese entonces hicieron las gestiones para su devolución, entre ellas se encontraban Antonio Bernardo de Quiroz, Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Colesuyo, Diego Rodríguez Trejo, Alcalde Ordinario, Pedro Martínez de Cuéllar, Cristóbal Carbonera (Alcalde Provincial), Lorenzo de Vizcarra (Fiel Ejecutor), Rodrigo de Mireles (Regidor) y José Rodríguez de Vez. No se tiene conocimiento de la recuperación de dicho dispositivo. Los primeros vecinos conocidos del pueblo de Santa Catalina de Moquegua, el 14 de agosto de 1611, eran los siguientes: Bachiller y Cura Juan Guerrero de Vargas, Diego Fernández Maldonado, Ramón Hurtado de Mendoza, Alonso de Vizcarra, Luis del Alcázar y Padilla, Juan de Mazuelo, Andrés de Espinoza, Juan de Adrada, Francisco Vasco de Saavedra, Luis Vélez de Córdova, Cristóbal Pérez Cugate, Martín Vélez de Córdova, Juan Bueno de Salazar, Pedro de Villalobos, etc. Los primeros vecinos conocidos del pueblo de San (/174/) Sebastián de Escapagua, el 7 de octubre de 1613, eran los siguientes: Juan de Olea y Medina, Román Hurtado de Mendoza, Juan de Mazuelo, Doña Clara de Arana, Doña Mariana de Saavedra, Doña María de Guevara, Bartolomé Martín Quintanilla, Juanes de Zaconeta, Luis Vélez de Córdova, Francisco Corzo, Gabriel de Guevara, Diego Hernández Talavera, Juan Cansino, Pedro Villa lobos y Juan García. Los vecinos del pueblo de Moquegua, confirmaron la paz y concordia, condiciones y capitulaciones que entre los vecinos de Moquegua y de la Villa de San Francisco de Esquilache en el Asiento de Escapagua, Valle de Cochuna, tenían tratado y concertado. Estos vecinos eran los siguientes: Capitán y Sargento Mayor Francisco de 180

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Arteaga y Sotomayor, Alcalde de la Santa Hermandad de la Villa de San Francisco de Esquilache; Capitán Rodrigo de Arteaga y Sotomayor, su hermano, Pedro de Mesa Montalvo, Luis del Alcázar y Padilla, Pedro de Arvisu, Gonzalo de Mazuelo, Hernán Velásquez Dávila, Luis Vélez de Córdova, Alonso de Estrada, Gabriel Vélez de Guevara, Rodrigo de Mireles, Bartolomé Martín Quintanilla, Martín Vélez de Córdova, Antonio Rodríguez Corte Real, Juan del Río, Juan de Pomareda, Juan de Loayza, Juan Bautista Escobar, Diego Felipe de Ulloa y Juan Rodríguez de Vez (Teniente de Corregidor del Partido de Colesuyo. Faltó al compromiso hecho el16 de junio de 1620, desairando al Obispo de Arequipa Pedro de Perea Y Grimaldo que había dispuesto el lugar y las condiciones de la fundación de la nueva ciudad). Siguió el pleito adelante. Rodríguez de Vez, canceló mil pesos a Luis Hidalgo, Visitador de Tierras, para que apele ante el Virrey, un nuevo lugar. El 2 de junio de 1621, extendió un nuevo poder al Sargento Mayor Francisco Arteaga y Sotomayor a fin de que consiga una Provisión del Virrey Esquilache para que "no quede nombre de Villa a la que llaman Villa de San Francisco de Esquilache y si esto no se pudiese, que se haga y funde la Villa en este pueblo de Señora Santa Catalina de Moquegua". Habiendo viajado a España el indicado Virrey, el pleito se llevó a la Real Audiencia de Lima y posteriormente ante el nuevo Virrey Marqués de (/175/) Guadalcázar. El Obispo Perea de Grimaldo, no cesó en amistarlos, enviando a los padres Diego Miranda y Juan Bautista Chacón, jesuitas, que, al parecer lograron calmar los ánimos. Se abrazaron y sentaron el Acta respectiva entre Juan Chacón, Juan de Mesa Montalvo, Teniente de Corregidor, por el pueblo y Valle y Provincia de Colesuyo: y Francisco de Paz Orihuela, Corregidor de la Provincia. Se acordó respetar el veredicto del Virrey, Marqués de Guadalcázar. Este Virrey a nombre del Rey Felipe III, la hizo Villa al Pueblo de Santa Catalina de Moquegua, dándole el Título de su Marquesado, a partir del 1 de mayo de 1625. 181

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Los vecinos que firmaron la paz, representando al Pueblo de San Francisco de Esquilache, eran los siguientes: el Almirante Juan de Olea, Regidor de esta Villa, Juanes de Saconeta (Regidor), Ramón Hurtado de Mendoza, Diego Fernández de Córdova, José Fernández de Córdova y Arana (Regidor), Andrés de Espinoza, Fernando Tovar (Procurador de Villa), Cristóbal Fernández Cornejo (Regidor) y Juan Martínez de Urdanivia. Los vecinos que firmaron la paz representando al Pueblo de Santa Catalina de Guadalcázar, eran los siguientes: Juan Rodríguez de Vez, Diego de Ávila, Gerónimo de Mazuelos, Capitán Luis de Alcázar y Padilla, Pedro de Montalvo, Pedro de Arbisu, Francisco de Galdámez y Luis Vélez de Córdova. E) Las Autoridades del Virreinato 1. EL VIRREY Era la primera autoridad en el Virreinato como representante del Rey de España. Tenía funciones políticas porque era Jefe del Gobierno Colonial; judiciales, era Presidente de la Real Audiencia; militares, porque a sus órdenes estaban, como Capitán General que era, las fuerzas militares y navales del Virreinato; económicas, porque recaudaba los impuestos y ejercía otras atribuciones de acuerdo a la política establecida por el gobierno español; religiosas, por el Derecho de Regio Patronato que intervenía en el nombramiento de los religiosos y asumía otros (/176/) menesteres de la Iglesia. En resumen: al Virrey le correspondía "Todo lo que el Rey hiciere en caso de estar presente". Al término de su mandato, que era de cuatro años o más, el Virrey estaba sujeto a un Juicio de Residencia, en el que debía dar cuenta de sus actos al Consejo de Indias, que tenía la obligación de juzgar su gobierno. Al dejar el cargo debía entregar escrita una Memoria en que estaba una relación de todo lo que había hecho y de lo ocurrido durante su Gobierno. 182

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1.1. ESQUILACHE EI18 de setiembre de 1615 hacía su entrada a Lima Don Francisco de Borja y Aragón, Conde de Mayalde. Comendador de Azuaga y Príncipe de Esquilache. Había contraído matrimonio con. su prima Ana de Borja. Su nombramiento se realizó en el mes de julio de 1614. En los primeros días de octubre de 1615, se encontraba en Guayaquil. Don Francisco era hijo de Juan de Borja y de Francisca de Aragón y nieto de San Francisco de Borja, cuarto Duque de Gandía, quien con la santidad de su vida había de reparar los escándalos y uniones ilícitas que manchaban su apellido. Había nacido en Génova y Felipe III le había honrado nombrándole su gentil hombre. Casó con Ana de Borja, hija de Pedro de Borja, cuarto Príncipe de Esquilache y de Isabel Pignatelli; hija del Duque de Montelón, de modo que por sí y por su consorte estaba enlazado con las Casas más ilustres de España y de Nápoles. Al llegar a Lima, el 18 de setiembre de 1615, desembarcaron con él: Antonio de Calatayud, su letrado de Cámara; Sebastián de Maldonado y Sotomayor; Nicolás de Guevara, su Secretario. Posteriormente su Asesor fue Leandro de Larrinaga Salazar. Una de las primeras atenciones del Príncipe fue la defensa del Reino. La reciente incursión de los piratas holandeses había puesto una vez más en evidencia la necesidad de guarnecer la Costa y de equipar convenientemente la armada. (/177/) La era de los descubrimientos había terminado en el siglo XVI, pero la obra de la colonización de estas vastas regiones y, sobre todo, la Conquista de la Amazonia estaba por hacer y Esquilache realizó esta gran acción enviando colonizadores a Beni, Pando, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), así como San Juan del Oro (Puno). Marcan, también, el gobierno del Príncipe de Esquilache, la erección de los Obispados de Trujillo, la 183

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Concepción y Buenos Aires, en 1616; el fallecimiento de Santa Rosa de Lima el 24 de agosto de 1617; la fundación del Colegio del Príncipe, en Lima, para la educación de los indios nobles en 1620 y la de los Colegios de Borja y de San Bernardo en el Cuzco, el primero con el mismo objeto que el del Príncipe en Lima y el segundo para la educación de los hijos de los conquistadores. El Príncipe de Esquilache, fue desde su juventud muy aficionado a las letras y las cultivó siempre con esmero. Este gusto que le inspiró su padre el 1er. Conde de Mayalde, autor del libro titulado "Empresas Morales" que, dedicado a Felipe III, se imprimió en 1589. Digna de recordación, dentro de la obra de Esquilache, es la fundación de ciudades. Así fue con la disposición de la entrada en Mainas por Diego Vaca y Vega, Corregidor de Yahuarsongo, la cual culminó con la fundación de Borja; la única población que todavía nos recuerda el gobierno de Esquilache. En el Valle de Moquegua también fue bautizada otra población con su nombre: San Francisco de Esquilache, comprensión de la Provincia de Colesuyo, dependiente del Gobernador de Chucuito. En 1618 gobernaba en Moquegua Don Francisco de Salazar, pero ese mismo año, por una Provisión suscrita en el Callao el 17 de agosto, revocaba el Virrey Esquilache cualquiera otra dada en favor del mismo y ordenaba se restituyese al Gobernador de Chucuito Don Pedro Jarava, la Jurisdicción del Valle de Moquegua. (/178/) Para fundarse San Francisco de Esquilache, se escogió la margen derecha del Río Moquegua, que da hacia el Norte, en el lugar conocido como Escapagua y con fecha 27 de marzo se extendía la orden para su fundación "donde se han de recoger todos los españoles que viven en el Valle de Moquegua, así de la una parte como de la otra del Río". Se empezó a realizar el trazado de sus calles, en lo que ahora es el Alto de la Villa, y se puso la picota en la Plaza Principal, tomando posesión del mismo en nombre de Su Majestad, destinándose los 184

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terrenos para la Iglesia, Cabildo, Cárcel, Hospital y Tambo. La Justicia y Regimiento debía estar compuesto por 2 Regidores y un Procurador. Se extendió la jurisdicción de la Villa hasta una legua en torno. Quedaba sujeta a la Audiencia de Los Reyes, porque con fecha del 10 de junio de 1616, Don Juan de Olea, Corregidor del Partido de Colesuyo, había hecho conocer los inconvenientes que tenía este Valle, pues mientras los de la Banda Sur obedecían a la Audiencia de Charcas o La Plata, los de la Banda Norte reconocían a la ciudad de Lima. Al ocurrir entredichos entre los moradores de una y otra Banda del Río, Don Francisco Corzo, el 12 de octubre de 1618 se presentó ante el Deán y Cabildo del Obispado de Arequipa y solicitó la apertura de la Iglesia de Santa Catalina de Moquegua, la cual había sido cerrada por disposición del Corregidor Francisco de Salazar, en vista de la Fundación de Escapagua o San Francisco de Esquilache. Al respecto, el periodista e historiador Santiago Martínez, en su artículo "Fundación de la Villa de Moquegua", aparecido en el diario "El Comercio", de Lima, con fecha 30 de noviembre de 1930 y en la Revista Histórica, Tomo I, dice que: "en cambio Don Alonso de Salazar, representaba, que de las 21 heredades que había en el Valle, las cuatro pertenecían a la jurisdicción de Chucuito y las otras restantes a la de Colesuyo y que, antes de la Fundación de Escapagua, Luis (/179/) Fernández Barchilón, cura del Valle, hizo que todos se aparroquiasen en la Iglesia de Santa Catalina y que los bienes de la Iglesia de San Francisco pasasen a ésta". Pero parece que aun antes de la Fundación por Esquilache ya existían en Escapagua una Iglesia. La nueva población data, probablemente, de la segunda mitad del año 1618, pues todavía el 22 de julio, los vecinos de Moquegua, presididos por el Sargento Mayor Francisco de Arteaga y Sotomayor dando su Poder, revocando el que habían dado a Juan de la Raya y Cámara y a Juan de Arriola y Peñarieta, el 14 de agosto de 1611, para que en 185

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nombre suyo soliciten al Virrey algunas mercedes y entre otras el de poblar en el dicho Asiento, oponiéndose al intento de las que "por sus particularidades intereses han pretendido que dicha población se haga en el Asiento que llaman de Escapagua, que es en la otra parte de la Cochuna, compuesta de arenales pedregosos, llenos de sepulturas de indios antiguos, donde se consumiría todo el río de este Valle y se perderían todas las haciendas de indios y españoles". La Villa de San Francisco de Esquilache fue fundada el 27 de marzo de 1618, disponiéndose que a la Villa recién fundada se le unieran los habitantes del Valle de Moquegua, tanto españoles como indios que dependían hasta entonces de Chucuito. El Virrey Esquilache, el 22 de octubre de 1618, escribió al Cabildo de San Francisco, indicando que ambas poblaciones se mantuviesen donde estaban en setiembre de dicho año. El 19 de julio de 1618, Don Alonso de Vizcarra, Mayordomo de la Fábrica de la Iglesia, se presentó ante el cura Gerónimo Catano de Aragón aduciendo que la Iglesia es de advocación de Santa Catalina y que "fue erigida hace más de 45 años". Los que pretendían despojarla, como Alonso de Salazar, intentaban llevar a los vecinos al Asiento de Escapagua "donde hay sólo una Capilla, en parte yerma y despoblada, pues sólo (/180/) hay 4 o 5 casas, distantes una de otra y la más cercana a cuatro cuadras de dicha Iglesia, que es la de Juan de Olea, soltero, el cual casi siempre está en su chacra y la de Román de Mendoza está más de 6 cuadras y la de Luis del Alcázar, ausente del Valle y la de Mariana de Saavedra, dista más de una milla de la plaza". Por todo esto y porque en el Asiento de Moquegua hay más de 34 casas y no es justo que se les despoje de su derecho, pide se haga información, como se hizo, compareciendo varios testigos, el primero de los cuales fue el cura Pedro Becerra, de la Orden de Santo Domingo. El tiempo dio la

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razón a Vizcarra y la Villa de Escapagua vino a desaparecer. Montenegro y Ubaldi, dice que en 1625 vinieron a reunirse una y otra vez y que los Regidores de Escapagua se reunieron los días 13 al 19 de agosto de 1618, por lo que la Fundación debió tener lugar entre el 22 de julio y las fechas indicadas. Los nombres son los siguientes: Jusepe Fernández de Córdova y Arana, hijo de Diego Fernández de Córdova y de Clara de Arana; Cristóbal Cornejo y Paz, hijo de Luis Cornejo y Méndez y de María Paz y nieto del fundador de Arequipa, Miguel Cornejo "El Bueno". También hay que agregar los nombres del Almirante Juan de Olea y Medina, natural de la Villa de! Vil lar Don Pardo, Francisco de Arteaga y Sotomayor, Rodrigo Cebadilla, Hernando de Tobar, Pedro Ruiz, Hernán Bueno de Arana y Pedro de Montalvo. Santiago Martínez, informa de los nombres de los primeros vecinos: Juan de Pomareda, Martín de Córdova, Cristóbal de Lara, Lorenzo Vizcarra, Pedro de Arbisu, Rodrigo Núñez Vélez, Juan de Andrada y Toribio de Castañón. La dependencia del Valle de Moquegua a Chucuito y la Audiencia de Charcas, fue hasta 1618, en que pasa a depender de la Audiencia de Lima, como había venido sucediendo con San Sebastián de Escapagua. El Almirante Juan de Olea y Medina, autoridad de (/181/) la Provincia de Colesuyo' y vecino de Escapagua, el16 de junio de 1616, hacia ver al Virrey Francisco de Borja y Aragón la inconveniencia de las dos jurisdicciones, pero que Escapagua "queda en una llanura, con buen temperamento, buena agua, sin sabandijas y con vista agradable, sana y deliciosa". I27 de marzo de 1618, el Virrey ordenó que en San Francisco de Esquilache se recogiesen los habitantes de una y otra parte del Río. Esta situación trajo consigo un pleito entre ambas poblaciones por algo más de siete años, hasta que el 25 de mayo de 1624 lograron reunirse, pero el Virrey

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Fernández de Córdova, falló en abril de 1625 a favor del Valle de Moquegua. Sin embargo en muchas oportunidades se le venia tomando en cuenta al Alto de la Villa, principalmente cuando se producía algún terremoto, como ocurrió el 19 de enero de 1870, en que la población regresaba al lugar. Uno de los primeros Corregidores de San Sebastián de Escapagua, lado Cochuna o San Francisco de Esquilache, fue el Capitán Diego de Vizcarra, en 1583, casado con Beatriz Bueno de Arana. En 1585,Cristóbal Gonzales Cuaresma; en 1588, Juan Bato de Saavedra; en 1590, Miguel de Contreras; en 1595, Acasio de Las Casas; en 1598, Lope de Agüero; en 1621, Pedro Vergara y Muñatones; en 1603, Luis de León y Mendoza, casado con Gerónima de Zúñiga; en 1607, Gabriel de Chachas; en 1609, Juan Segura de las Roelas; en 1613, Diego de Vargas y Carbajal; en 1613, también el Almirante y Capitán Juan de Ojea, Señor de los Pueblos de Ante, Dehesa y Río de los Conejos; en 1614, Francisco de Salazar; en 1616, Juan de Zegarra y Casaus; en 1619, Diego Cáceres de Ulloa; en 1620, Juan de Naxera, y en 1621, Pedro de Zaldegui (en los pueblos de San Francisco de Esquilache y Santa Catalina de Guadalcázar). Siguiendo a Montenegro y Ubaldi, los Tenientes de Corregidor que se desempeñaron en San Francisco de (/182/) Esquilache, perteneciente a la Provincia de Colesuyo, son las siguientes: En 1593, Diego Fernández Godines Maldonado, nacido en Usenda, España, hijo de Agustín Fernández y de Francisca Godínez Maldonado. Se había casado con Isabel de Vizcarra, hija de Diego de Vizcarra y de Beatriz Bueno de Arana. En 1595, Pedro Ladrón de Guevara y Sisa, el Mozo, hijo de Pedro Ladrón de Guevara, el Viejo, y de Catalina de Sisa, vecinos del Cuzco. El Teniente de Corregidor era casado con Luisa de Silva y Costilla y Rodríguez del Pozo, Palla del Cuzco. En 1598, Juan de Eyzaguirre. En 1606, Cristóbal de Arana, Corregidor en Colesuyo y Teniente Gobernador en Moquegua, perteneciente a Chu cuita. En 1611, Andrés de 188

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Espinoza y Pedro Meza Montalvo. En 1618, Diego Fernández de Ávila y Andrada. En 1614, Juan Chacón de Cabrera. En 1616, Francisco de Arteaga y Sotomayor. En 1620, Juan Rodríguez de Vez. En 1622, Juan de Ugarte. En 1624, Juan de Meza Montalvo. En 1624, Hernán Velásquez de Ávila. Los Regidores de San Francisco de Esquilache, en 1618; eran los siguientes: el Almirante Juan de Olea y Medina, natural de la Villa del Villar Don Pardo. Cristóbal Fernández Cornejo y Paz, José Fernández Cornejo y Arana y Diego Fernández de Córdova. En 1602, se había desempeñado como Alcalde de la Hermandad, Juan Ponce de Salazar. Entre los principales y primeros vecinos de San Francisco de Esquilache, San Sebastián de Escapagua o Cochuna, tenemos los siguientes: Juan de Olea y Medina, Román Hurtado de Mendoza, Juan de Mazuelo, Clara de Arana, Mariana de Saavedra, María de Guevara, Bartolomé Quintín Quintanilla, Juanes de Saconeta, Luis Vélez de Córdova, Francisco Corzo, Gabriel de Guevara, Diego Hernández Talavera, Juan Cansino, Pedro Villalobos, Juan García, etc. Desde el año de 1625 el asiento de Escapagua quedó con el nombre de Alto de la Villa Vieja o Pago de la Villa Vieja. (/183/) El Virrey Esquilache, no hizo gala de fecunda labor administrativa. Su temperatura no se inclinaba a estas tareas, pesadas y prolijas, que exigían un atento estudio de la realidad y una fácil perspectiva. Su Asesor, el Dr, Leandro Larrinaga Salazar y el Dr. Alberto de Acuña, hombres de ciencia y de experiencia, le debieron aliviar la tarea con sus consejos y su cooperación. El 31 de marzo de 1621, fallecía en Madrid Felipe III, Su hijo y sucesor Felipe IV por Cédula del 1 de abril comunicó a Esquilache la noticia y ordenó que se hiciesen las acostumbradas manifestaciones de duelo. El fallecimiento también de una humilde y modesta joven de 31 años que el 24 de agosto de 1617 se 189

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extinguía. Llamábase Rosa Flores de Oliva pero las personas que le conocían la solían llamar Rosa de Santa María, la Santa. Esquilache, en su período de seis años trató de cumplir con su obligación, aunque no le faltaron críticos, Esquilache abandono Lima el 31 de diciembre de 1621, dejado el Gobierno en manos del Oidor Decano, Juan Jiménez el Montalvo. El juicio de Residencia del Virrey quedó a cargo del Fiscal de la Audiencia, Luis Enríquez. Esquilache no esperó a su sucesor. Falleció en Madrid, el 26 de setiembre de 1658, a los 76 años de edad, 2. GUADALCÁZAR Diego Fernández de Córdova, Primer Marquéz de Guadalcázar, gobernaba la Nueva España (Mexico), desde el 28 de octubre de 1612 y, satisfecho el Rey Felipe III del celo e inteligencia con que había procedido, lo nombró en 1620 para suceder a Esquilache, En el mes de febrero partió de Acapulco, llegando a Paita el 27 de abril de 1622, El 5 de julio llegó a Lima. En su comitiva figuraban Luis Fernández de Córdova y Arce, su sobrino, más tarde Gobernador de Chile, Francisco de Zapata y Maldonado, Andrés de Almoguera y el Padre Confesor, Diego de Santisteban, de la Compañía de Jesús, Su primera acción que hizo fue la de enfrentar al (/184 /) pirata L'hermite. Guadalcázar puso empeño en socorrer al Rey, enviándole la suma de 6,055,431 pesos, de los cuales sólo el Gobernador de Chucuito depositó 300,000. En tiempos de este Virrey se hizo la fundación de Santa Catalina de Guadalcázar, de Moquegua, que al decir del historiador Rubén Vargas Ugarte "no merece ese nombre, pues sus vecinos ya hacía tiempo que se habían radicado allí". En tiempos de Guadalcázar, el Obispo de Arequipa, Pedro de Perea, en el año de 1624, envió a Moquegua a los Padres de la Compañía de Jesús, Diego de Miranda y Juan Bautista Chacón, con el objeto de obtener la 190

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deseada concordia entre los habitantes de San Francisco de Esquilache y los del Valle de Moquegua. Tuvo éxito su intervención, pues el25 de mayo de 1624 ante el Escribano Pedro de Peña loza y en presencia del Corregidor, Juan de Mesa Montalvo se reconciliaron unos vecinos con otros y firmaron un Convenio, cuya cláusula principal decía que estarían y pasarían por todo cuanto el Virrey ordenara. El 1 de mayo de 1625 libró una Provisión, por la cual ordenaba el traslado de la población de Escapagua, cuya denominación habría de ser en adelante Santa Catalina de Guadalcázar, ampliándose la jurisdicción que Esquilache le había concedido hasta cinco leguas en redondo. Constituyeron su Primer Cabildo, el Alcalde Agustín Fernández Maldonado y Vizcarra. Los Regidores fueron: Pedro Martínez de Cuéllar, Diego Fernández Dávila, Juan Rodríguez de Vez y Pedro de Peñaloza; Alguacil Mayor, Luis Vélez de Córdova; Alférez Real, Francisco Galdames; Fiel Ejecutor, Alonso Vizcarra Bueno y Depositario General, Bartolomé Martín Quintanilla. En documentos que datan de 1583, actuados por Diego Dávila, Escribano de Su Majestad, consta que el Pueblo y Valle de Moquegua es de la jurisdicción de la Provincia de Chucuito del Patrimonio Real del Perú, cuya expresión se aprecia hasta el mes de abril de 1625. Sus causas de apelación se sentenciaban en la Real (/185/) Audiencia de Chuquisaca. El Sínodo de los Curas se pagaba en las Reales Cajas de Chucuito. El Gobernador de Chucuito tenía su Teniente Gobernador en el pueblo de Santa Catalina de Moquegua. Al crearse la Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, pasó a ser la capital de la provincia de Colesuyo, separando a éste pueblo de la jurisdicción de Chucuito y haciéndolo cabeza de la Provincia y sus causas iban en apelación a la Audiencia de Lima, concediéndose cinco leguas de jurisdicción. Hasta el mes de abril de 1625 se le denominaba Pueblo y Valle de Moquegua del Patrimonio Real del Perú. A partir

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del 10 de mayo de 1625 se le denomina Villa de Santa Catalina de Guadalcázar del Valle de Moquegua. Montenegro y Ubaldi, da a conocer un Acta fechada el 4 de enero de 1653 en la cual el Corregidor y Justicia Mayor, Antonio Bernardo de Quiroz y el Alcalde Ordinario, Diego Rodríguez Trejo; el Alcalde Provincial, Cristóbal Carbonera y el Procurador General, José Rodríguez de Vez, entre otros; solicitaban la devolución: del Título y Real Cédula por la cual se confería el Título de Villa, y que dicho documento estaba en Los Reyes en poder de los Jueces Reales Pedro Xaraba y Bartolomé Astete de Ulloa, concluyéndose que a partir del 10 de mayo de 1625 en documentos oficiales se le empezó a denominar Villa de Santa Catalina de Guadalcázar del Valle de Moquegua, a partir del 10 de mayo de 1625, en que se reunieron ambos pueblos. Los Tenientes de Gobernador más antiguos del pueblo de Santa Catalina de Moquegua, cuando pertenecían a la Provincia de Chucuito, eran los siguientes: En 1596, Pedro Xaraba; en 1597 Diego Fernández Godines Maldonado En 1600, Gonzalo de Mazuelo, etc. Los Tenientes de Corregidores y Justicia Mayor, cuando los dos pueblos se reunieron bajo una sola jurisdicción y Corregimiento de la Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, eran los siguientes, entre los más antiguos. En 1626, José Fernández de Córdova y (/186/) Aguilar; en 1627, Jerónimo Quintana y Benavides; en 1628, Alonso de Usela, etc. Los Corregidores de Moquegua, cuando se reunió a San Francisco de Esquilache, entre los más antiguos y principales, eran los siguientes: En 1625, Diego Cáceres de Ulloa. En 1626.. Lázaro de Gamboa. En 1628, Diego de Benavides. En 1630 Rodrigo Carbajal y Robles. En 1770, Pedro Remigio Fernández Maldonado y Churruca. A este Corregidor se debe la fuente pública en la Plaza de Moquegua. En 1777, Mariano Antonio de Oribe, quien posteriormente hizo frente a la rebelión de Túpac Amaru.

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Los Subdelegados, eran los representantes del Intendente de Arequipa, a cuya jurisdicción después pertenecía Moquegua, siendo los principales los siguientes: En 1785, el coronel Manuel Modesto de Artieda, natural de Lima, casado con Nicolasa Cabello y León. En 1795, Raimundo Álvarez y Jiménez. En 1809, Francisco de Paula País, en cuyo tiempo se rebelaron los negros del Valle de Moquegua. En 1814, el capitán Bernardo Landa y Vizcarra. En 1821, Anselmo Gago, el último. Los subprefectos de Moquegua, dependientes del Prefecto de Arequipa, eran los siguientes: En 1825, Basilio de la Fuente y Bustamante, jurándose la Constitución de la República del Perú. En 1840, José Clemente Arguedas y Landa, etc. En cuanto al Virrey Guadalcázar, con fecha 6 de enero de 1628, se le enviaba una Real Cédula fechada en El Pardo autorizándole a dejar en manos de la Audiencia el Virreinato, sin guardar la venida de su sucesor. Los pleitos de Potosí, lo habían gastado, donde los partidos de vascongados y extremeños, que hacía mucho tiempo venían turbando esa rica provincia y que Guadalcázar se lisonjeaba con la idea de haber terminado definitivamente, lo que desgraciadamente no fue así. Había gobernado seis años, cinco meses y diecinueve días. El Título de Marqués de Guadalcázar recayó a la muerte del Virrey, por sentencia judicial, en un (/187/) deudo suyo nacido en Lima, llamado Don Luis, que fue Teniente General de Caballería, Caballero de la Orden de Alcántara y Alcalde Ordinario de Lima en 1673, el cual falleció sín sucesión, por lo que pasó el Título a un hermano suyo llamado Don Antonio, que fue el Tercer Marqués de Guadalcázar, después del cual nadie ha usado ese Título en el Perú. 2. LA REAL AUDIENCIA Era el organismo que administraba justicia en la colonia. Estaba integrada por un Presidente, varios 193

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Oidores o Jueces nombrados por el rey, así como un Fiscal que defendía los intereses de la corona. Sus fallos podían ser elevados en revisión al Consejo de Indias. A sus funciones judiciales unía también políticas, pues asesoraba al Virrey, lo reemplazaba en caso de fallecimiento, y hasta nombraba algunos funcionarios en su jurisdicción. La Audiencia de Lima, así como la de México, era presidida por el Virrey, las otras que existieron en América española tenían su propio Presidente, pero estaban subordinados a la de Lima o México. Muchos de los países tomaron su territorio en base a las Audiencias. El principio de constitución territorial se llama utti posidetis jure (lo que poseo por Derecho), principio de ordenación territorial que se remonta a 1810, o sea al Acuerdo Internacional por el que se crearon las actuales naciones jóvenes de América. Así tenemos que lo que es hoy Bolivia se constituyó sobre la base de lo que fue la Real Audiencia de Charcas. La Audiencia de Charcas, fue creada por Real Cédula de 1559, dependió simultáneamente primero, del Virreinato de Lima y luego del Virreinato de Buenos Aires. Abarcaba cuatro Intendencias y dos Territorios o Gobernaciones. Las Intendencias fueron: la de Potosí, que comprendía el mar, esto es, una extensa costa; la Intendencia de La Paz, con Lampa, Carabaya y Azángaro; la Intendencia de Cochabamba y la Intendencia de La Plata o Charcas. Las Gobernaciones eran dos: la Gobernación de Apolobamba o Mojos, y la Gobernación de Chiquitos, que comprendía el Acre, actual (/188/) Panda y Beni. Esta última, Santa Cruz, el Chaco Boreal y Central o Gualamba. La Audiencia de Charcas tenía autoridad en 100 leguas a la redonda y sus fallos conocían hasta 6,000 pesos. Más allá de esa cantidad, el asunto debía conocer el Consejo de Indias, en España. El Alto Perú dependió de Lima hasta 1778, fecha en que se estableció el Virreinato de Buenos Aires, del cual dependió hasta la Proclamación de la República.

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Para darnos una idea cabal de la sociedad colonial que caracterizó el Alto Perú durante cerca de tres centurias, nada mejor que reproducir la vida de entonces en una ciudad como Chuquisaca, centro de actividad descollante por la Audiencia. También podríamos tomar como ejemplo a La Paz o Potosí. Cinco eran los elementos componentes de esta sociedad de los siglos XVI ,XVII y XVIII en el Alto Perú: 1) Los indios originarios del suelo, 2) Los españoles puros, nacidos en la Península, 3) Los criollos o hijos de españoles nacidos bajo el cielo de América, 4) Los cholos o hijos de españoles e indios, y 5) En mínima parte, los negros, traídos del África por los portugueses y holandeses. Los primeros vivieron completamente esclavizados, bajo el régimen de Encomienda. Su única esperanza era volver a restablecer el Imperio de los Incas. Por este ideal llegaron a sacrificarse en forma heroica como ocurrió en los levantamientos de 1780-1781. Los españoles puros o chapetones se glorificaron de su limpieza de sangre. Su mayor orgullo era haber nacido en España. Sentían profundo desprecio por los hijos de! país. No menos arrogantes eran los criollos, que no cedían en linaje y oropeles, aunque igualmente eran vistos con desdén por los españoles puros. Los cholos formaban la gran masa del pueblo, y eran por su número "una potencía formidable". Resuelta y temeraria en todo momento, cuando se trataba de la libertad, era temida por lo españoles. De estos cholos salieron los precursores como Gallardo, Calatayud, Murillo, verdaderos caudillos del pueblo boliviano. (/189/) Los negros y los mulatos, componían una "mínima mayoría", sin gravitación alguna en la sociedad colonial. Estos cinco elementos no guardaban unidad conciencial. Los indios puros u originarios no hicieron al comienzo causa común con los cholos a quienes consideraban tan odiados como los blancos. Los hechos 195

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de la Independencia de Bolivia los unieron a los cholos, en la común empresa de conquistar la libertad. En un tiempo, Moquegua tenía que hacer sus apelaciones a la Audiencia de Chuquisaca. "En otros instrumentos -dice Montenegro y Ubaldi- consta que las causas en Apelación se sentenciaban en la Real Audiencia de Chuquisaca". Por su parte Antonio Vásquez de Espinoza, agrega: "El río de este hermoso valle, divide las jurisdicciones de las Audiencias de Lima y la de Charcas. La banda del Sur, donde está fundada la Villa, está la Iglesia y el Valle con su advocación a Santa Catalina, donde hay algunas viñas, es de la jurisdicción de la Audiencia de Charcas, en esta parte pone el Gobernador de Chucuito un Teniente, por ser de su gobierno". El Concilio, Sínodo o reunión de sacerdotes para deliberar y decidir sobre materias de dogma y disciplina, se realizaba en Chucuito, previo pago en las Cajas Reales de esa ciudad. En la parte Norte y margen derecha del Río Moquegua, conocida como el Alto de la Villa o Pago de la Villa Vieja, comprendía la zona de los Cochuna, Provincia. de Colesuyo (San Sebastián de Escapagua o San Francisco de Esquilache) era de la jurisdicción de la Audiencia de Lima y eclesiásticamente de Arequipa. Lo que ahora es Bolivia, en tiempos de la conquista incásica, era parte del Collasuyo, comprensión del Tawantinsuyo. Durante la conquista española y en la división introducida por Carlos V comprendía parte de la Nueva Toledo. A partir de 1561, pertenecía a la Audiencia de Charcas y del Virreinato del Perú. Consumada la Conquista y por disposición de Francisco Pizarro, dada a Pedro Anzures de Campo Redondo, fue fundada Chuquisaca el29 de setiembre (/190) de 1538, para servir de cabeza de pueblos a una extensa región del Collasuyo. Es la ciudad de los Cuatro Nombres: Chuquisaca, Charcas, La Plata y Sucre, correspondiéndole cada nombre a algún acontecimiento histórico. 196

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El casual descubrimiento del Cerro Rico por el indio Diego Huallka, en enero de 1545, determinó que los encomenderos Juan de Villarroel y Diego Centeno, fundaran la ciudad de Potosí, en los primeros días de abril de 1545. Potosí resume, en gran parte, la Historia Económica de Bolivia. Lo que es hoy Bolivia, se constituyó sobre la base de lo que fue la Audiencia de Charcas, por el principio de Utti Posidetis Jure (lo que poseo por derecho). La Audiencia de Charcas, fue creada por Real Cédula del 4 de setiembre de 1559, dependiendo simultáneamente primero del Virreinato de Lima y luego del Virreinato de Buenos Aires (1796). Abarcaba cuatro Intendencias, y dos territorios o gobernaciones. Las Intendencias, fueron: la de Potosí, que comprendía hasta el mar, la Intendencia de La Paz, que abarcaba hasta las provincias puneñas de Lampa, Carabaya y Azángaro, la Intendencia de Cochabamba y la Intendencia de La Plata o Charcas. La Gobernaciones, eran dos: Apolobamba o Mojos y la Gobernación de Chiquitos. La Audiencia de Charcas tenía autoridad en 100 leguas a la redonda y sus fallos conocían hasta 6,000 pesos. Más allá de esa cantidad, el asunto debía conocer el Consejo de Indias, en España. La República se inició con la Proclamación de la Independencia del Alto Perú, el 6 de agosto de 1825, cuando ya todos los pueblos de América eran naciones libres. El Alto Perú, había sido la tierra del primer grito libertario y la última en alcanzar el goce de la libertad. Bajo la forma de gobierno democrático-representativo, con régimen unitario, la nueva nación tomó el nombre de Bolívar para inmortalizar el genio del Libertador, dándole a su capital Chuquisaca, el nombre de Sucre. Empezaron en Chuquisaca las primeras rebeliones, en particular de la de Pedro Domingo Murillo, en 1809, pronto (/191/) sofocada, y allí se mantuvo "largo tiempo el general Goyeneche, luchando contra Balcarce y Belgrano. La victoria de Ayacucho en 1824 "libertó el territorio. 197

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Reuniose en 1825 un Congreso en Chuquisaca, que Declaró la Independencia del Alto Perú, con Bolívar por Presidente y Sucre por Vice Presidente, gobernando éste hasta 1828, fecha en que lo derribó una sedición militar. Sucediole Santa Cruz, quien logró continuar el trabajo libertario y constituir en 1836 la Confederación de Bolivia con el Perú. Políticamente Bolivia está conformada por nueve Departamentos: Beni (capital Trinidad), Chuquisaca (capital Sucre), Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz, Tarija y Pando (capital Cobija). La Capital del país por Derecho es Sucre y por hecho La Paz (administrativa). El Pacificador Pedro de La Gasca, después de derrotar a Francisco Hernández Girón, en la Batalla de Pucará el 8 de octubre de 1554, siendo condenado a muerte y ejecutado en la Plaza de Lima, viajó a España, donde propuso al Consejo de Indias y al Emperador la creación de una nueva Audiencia en el Distrito de Charcas con la finalidad de asegurar la pacificación. La Real Audiencia, presidida por el Virrey e integrada por los Oidores representaba tribunales superiores de justicia. Pero al mismo tiempo, la Real Audiencia ejercía fuerza política poderosa, debido a su contacto permanente con el Consejo de Indias ya que actuaba en nombre del Rey. En atención a la distancia geográfica con la Metrópoli, resolvía asuntos urgentes de trascendencia. En determinados casos a la muerte de un Virrey, asumía el gobierno del Virreinato. La Real Audiencia de Lima fue establecida en 1543 y su jurisdicción primitiva cubría toda Sudamérica occidental. Después se creó la de Santa Fe de Bogotá en 1549, la de Charcas en 1559 y la del Cuzco en 1787. La propuesta para el funcionamiento de la Audiencia de Charcas, fue de que debería tener cuatro Oidores, sujetos a la jurisdicción al Virrey de Lima, el cual la presidiría en el caso de residir donde se estableciese. En 1554 y con motivo del levantamiento de Girón volvieron a 198

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instar el punto, pero (/192/) sólo al siguiente año recibieron orden de mirar quiénes podían ser elegidos para su instalación en la Villa de La Plata. El 2 de julio de 1557, proponían al Licenciado Pedro Ramírez de Quiñónez, Oidor de la Audiencia de Guatemala o de los Confines, para Regente; a los Licenciados Marquina, Matienzo, Haro y al Dr. Lope Diez de Armendáriz, para Oidores y al Licenciado Rabanal para el oficio de Fiscal. Exceptuando al Licenciado Marquina que fue sustituido por el Licenciado Recalde y el Dr. Lope Diez de Armendáriz que fue enviado con posterioridad, todos los demás, merecieron la aprobación del monarca. Ramírez de Quiñónez, Matienzo y Haro fueron los primeros en llegar al Perú y el 7 de setiembre de 1557 con las solemnidades de estilo, tomaron posesión, posteriormente, el 6 de agosto de 1563, erigieron este alto tribunal en la pequeña Villa de La Plata. Es curioso observar que desde su instalación y aun antes de ella era voz común que el sitio no estaba bien escogido. Muchos eran de opinión que mejor estuviera en Arequipa. Algunos fueron más allá y juzgaron que su creación era innecesaria. A su juicio bastaba una sola Audiencia, en Lima, con seis Oidores; dos de los cuales podían por turno recorrer el país y examinar "por vista de ojos" lo que estuviera falto de remedio. La división de poderes había de ser nociva, porque si a la Audiencia de Charcas se le otorgaban facultades de Gobierno serían inevitables los lances con el Virrey y si se ceñían a la administración de la justicia apenas tendría que hacer porque no había pleitos de importancia y todos convenían en que era necesario evitar que los indios fuesen hasta ella. Sobre la jurisdicción de la Audiencia de Charcas, se le encomendó al Virrey de Lima, Conde de Nieva, quien tomó la decisión de darle cien leguas en derredor. Pero el 29 de agosto de 1563, el Rey Felipe II, desde Guadalajara (España), expidió una Real Cédula en la cual se le daban por términos la Gobernación de Tucumán, juríes y 199

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diaguitas, la provincia de Mojos y Chunchos y lo demás que se poblase en la extensión quedaría sujeta a dicha Audiencia. Con fecha 30 de noviembre de 1568 le fue devuelta a la Real Audiencia (/193/) de Lima toda la comarca del Cuzco, medida acertada, sin duda, pero que aún fue necesario modificar. En Madrid, el 26 de mayo de 1573, se hizo una partición de los términos del Cuzco, señalando como distrito de Lima todo lo que está comprendido desde el pueblo de Ayavíri y del de Asillo, exclusive, hasta la ciudad Imperial y a la de Charcas todo cuanto quedaba desde dichos pueblos hacia el Collao, más las provincias de Sandia y Carabaya. Al crearse la Villa de Santa Catalina de Guadalcázar del Valle de Moquegua, capital de la provincia de Colesuyo, separando a este pueblo de la jurisdicción del de Chucuito y haciendo Cabeza de Provincia y que sus causas fuesen en apelación a la Real Audiencia de Lima, a partir de 1625, posiblemente desde el 10 de mayo. Por el año de 1619, el religioso carmelita Antonio Vásquez de Espinoza manifestaba que "el Río Tambopalla servía de límite entre la Audiencia de Lima y la de Charcas, porque todo el valle y viñas que están de la parte del Norte del Río que corre este oeste pertenece a la Audiencia de Lima, y en esta parte pone el Virrey un Corregidor para su buen gobierno y que administre justicia... La otra parte del Valle de la banda del Sur, donde está fundada la Villa, está la Iglesia del Valle y su advocación es Santa Catalina donde hay alguna viña, es de la jurisdicción de la Audiencia de Charcas, en esta parte pone el Gobernador de Chucuito un Teniente, por ser de su Gobierno". Por el año de 1561, la Provincia de Ubinas y Valle de Moquegua, fue agregada al Corregimiento de Chucuito, casi al finalizar el mandato del Virrey, Andrés Hurtado de Mendoza. Este Corregimiento pertenecía a la Audiencia de Charcas. Esta situación de agregar Moquegua a Chucuito se debería al informe de fray Domingo Tomás de Navarrete, Obispo de Chuquisaca. El 28 de febrero de 200

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1568 se nombraba a Diego Galdo como Corregidor de Chucuito, Moquegua y Sama. Por Real Cédula del 1 de febrero de 1796 los pueblos de Lampa, Azángaro y Carabaya, regresaron al Virreinato del Perú, constituyéndose en Intendencia de Puno. La Audiencia de Charcas, pasó al Virreinato de Buenos Aires (/194/) por Real Cédula del 29 de marzo de 1778. Escribía el Licenciado Cepeda, Presidente de la Audiencia de Charcas a Su Majestad, en enero de 1588, ufanándose de que en su tiempo se hubiese extendido las fronteras de la Nueva Toledo más allá de la Cordillera de los Chiriguanos, gracias al valor y destreza de Lorenzo Suárez de Figueroa, Gobernador de Santa Cruz el cual había poblado a San Juan de Rodas en los Valles de Tomina y Sapochuy, a San Juan de la Frontera en los Valles de Paspaya y el Villar en el valle y Río de San Marcos. 3. EL CABILDO Era el organismo o institución que se ocupaba del Gobierno de las ciudades y que ha dado lugar a las Municipalidades actuales. El Cabildo estaba formado por dos Alcaldes, varios regidores (Concejales), unas veces elegidos por los pobladores y otras veces nombrados por la Autoridad. En el siglo XVII y primeros decenios del XVIII, el Cabildo perdió su importancia; su labor fue deficiente y los cargos de Regidores eran adquiridos por compra de cargo. Pero a fines del siglo XVIII y principios del XIX, el Cabildo fue una institución renovadora, por la presencia en ella de criollos con ideas reformistas. En los pueblos de indios o Reducciones había también Cabildos y el Alcalde, llamado también Varayoc, no fue una autoridad del tiempo del Imperio de los Incas, sino de la dominación española. Como prerrogativas los Cabildos tenían la facultad de oponerse a las decisiones del Gobernador; armar ejércitos para combatir a una sublevación; combatir el bandolerismo 201

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y la de nombrar personeros llamados Procuradores ante la Corte de Madrid, para solicitar al Rey alguna merced para la ciudad. En un principio, Felipe II en 1552, suprimió los Municipios siendo reemplazado por una Junta de Notables, que era designada a criterio de la autoridad virreinal. Esto perduró hasta que la Constitución Liberal de 1812 restituyó los Cabildos y su esencia popular. Importancia decisiva desempeñaron los Cabildos (/195/) en el proceso de la Independencia. Entre 1809 y 1810 las Juntas de Gobierno que se formaron en América tuvieron por base la convocatoria de los Cabildos. Fue por voluntad del Cabildo Metropolitano de Lima y ante él, que San Martín juró primero la Independencia del Perú. El historiador boliviano Dr. Felix Eguino Zaballa, con respecto a las ciudades Alto Peruanas, dice: "La obra de España en América alcanzó su máximo designio o significado histórico, con la fundación de ciudades en el amplio territorio americano. Hablando concretamente de nuestro territorio, diremos que los actuales núcleos urbanos proceden del régimen español: otras ciudades o nuevas ciudades, no han sido durante siglo y medio de régimen republicano. Estos núcleos urbanos constituyen toda la actividad y la vida nacional en la esfera política, económica e intelectual. Siguiendo un método cronológico, diremos que el orden de fundación de ciudades por los españoles, en nuestro territorio, fue el siguiente: consumada la conquista y por orden del Gobernador Francisco Pizarro, dada a Pedro Anzures de Campo Redondo, fue fundada Chuquisaca el 29 de setiembre de 1538, para servir de cabeza de pueblos a una extensa región del Collasuyo y ofrecer cultura, entendiendo por cultura el conjunto de Valores éticos y científicos que informan una época determinada de la Historia, en un determinado territorio; y por espíritu, el estilo, la forma de sentir y de ver aquellos valores. Los Reyes de España no prestaron mayor atención a la Instrucción en las Colonias, por considerarla altamente peligrosa". 202

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4. EL CORREGIDOR Era el funcionario encargado del Gobierno de una Provincia que entonces se llamaba Corregimiento. Era nombrado por el Rey por un plazo de cuatro o cinco años y debía ocuparse de defender a los naturales contra los abusos que los encomenderos o de los funcionarios y autoridades. Debía de cobrar algunos impuestos, especialmente el Tributo que era un impuesto especial que pagaban los indios al Rey de España en señal de vasallaje. (/196/) En 1561, Moquegua pertenecía al Corregimiento de Chucuito que, a su vez, éste, pertenecía a la Audiencia de Charcas. En 1568, Diego Galdo, era nombrado Corregidor de Chucuito. Por Real Cédula de Felipe II del 22 de julio de 1592, se ordenó que el Corregimiento de Arica, estaría bajo el dominio de la Audiencia de Charcas. El crecimiento de Arica, fue debido, principalmente a las minas de plata de Potosí, que eran trasladadas, generalmente, por Tacna. A su vez Tacna, también pertenecía, en una época al Corregimiento de Arica. A partir de 1583 a la ciudad de Moquegua se le considera como Cabeza de Corregimiento, siendo nombrado Diego de Vizcarra y que tenía como esposa a Beatriz Bueno de Arana, emparentados con familias de Arequipa. Dice Montenegro y Ubaldi: "en el protocolo de 1587, se recuerdan algunos sucesos de 1583, actuando ante Diego Dávila, escribano de su magestad, consta que el pueblo y Valle de Moquegua de la Jurisdicción de la Provincia y antigua ciudad de Chucuito del Patrimonio Real del Perú, cuya expresión se encuentra en todos los instrumentos hasta el mes de abril de 1625. El Gobernador de Chucuito tenía su Teniente Gobernador en el Pueblo de Santa Catalina de Moquegua. En el otro pueblo de San 203

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Sebastián de Escapagua; aliado Cuchuna, había Gobernador. En el Protocolo de 1610, hasta 1615, ya aparece y consta el grande y ruidoso pleito que tuvieron los vecinos del pueblo de San Sebastián y Villa de San Francisco de Esquilache, con los vecinos del pueblo de Santa Catalina, Virgen y Mártir de Moquegua sobre en qué lado había de ser la población y Villa Principal. Muchos pleitearon estos negocios. El Capitán por parte del pueblo de San Sebastián fue el Almirante Don Juan Olea, y el Capitán por parte del pueblo de Santa Catalina fue Juan Rodríguez de Vez, ambos españoles y hacendados de este valle... el castellano Antonio Bernardo de Quiroz, Corregidor y Justicia Mayor de esta Villa y su Provincia de Colesuyo". Aurelio Miro Quesada, dice: "La rivalidad entre dos (/197/) poblados tan cercanos no tardó mucho en producirse. Parece que en un comienzo tuvo mayor importancia Escapagua, en especial con el favor del Virrey Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache. Pero los vecinos de Santa Catalina de Moquegua se agitaron, haciendo notar que el otro asiento estaba en arenales pedregosos donde se consumía el agua del río, o donde, por el contrario, en tiempos de avenidas, no se podía pasar a oír misa. La disputa fue creciendo a tal punto que el Obispo de Arequipa, Pedro Perea de Grimaldos, se esforzó en reconciliar los dos bandos, enviando como delegados a los jesuitas Padres Diego de Miranda y Juan Bautista Chacón, quienes consiguieron que las dos vecindades se reunieran y abrazaran ante el Teniente de Corregidor, Juan Meza Montalvo, y convinieron en la mediación del Virrey. Éste, que lo era a la sazón Don Diego Fernández de Córdova, Marqués de Guadalcázar, se decidió a favor de Moquegua, erigiéndola en Villa con el nombre de Santa Catalina de Guadalcázar, en una fecha del año de 1625 que no se ha podido precisar, porque el documento en que constaba se perdió al quedar más tarde en rehenes en Lima, en poder de Pedro Jaraba y

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Bartolomé Astete de Ulloa, como lo ha recordado en un artículo José Rivero Vélez". El 6 de junio de 1618, el capitán Don Francisco de Salazar, Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Colesuyo, funda la Villa de San Francisco de Esquilache. El Virrey Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache la elevó a Villa de San Francisco de Esquilache el 27 de marzo de 1618. Vásquez de Espinoza, realiza el siguiente comentario: "es muy abundante y regalado este valle, dándose en él muy buenos membrillos, melocotones, duraznos, camuesas, higos y otras frutas de España y de la tierra buenos melones; hay ingenios y trapiches de azúcar; por el valle abajo, muchas chacras y sembrados de trigo, maíz, guaranzos, frijoles, pallares y otras semillas y mucho ají y pimiento que se coge en este valle, y todo tiene mucho valor por la mucha salida que hay de los frutos a la Provincia de Chucuito, y a toda tierra arriba; cógense en este valle (/198/) muy buenos camarones y es todo abastecido y rico y parece un paraíso". Los Corregidores constituyeron en la práctica los funcionarios de más triste recordación y que contribuyeron con su maldad y su perfidia al descrédito del gobierno español en América y a hacer dolorosa la condición del indígena. Los abusos que ellos cometieron han quedado como el motivo de ataque más profundo a la dominación española en América. Por enriquecerse ilícitamente, hicieron lo contrario de lo que debían hacer. Favorecieron a los encomenderos en contra de los derechos de los indios; obligaron a los indígenas a trabajar en las minas, en los obrajes (fábricas de tejidos) y en sus tierras. Les vendían obligatoriamente mercaderías como telas, sombreros, hebillas, zapatos, etc. a precios muy altos obteniendo grandes ganancias. El tributo que debían cobrar, les cobraban el doble, o cobraban a los enfermos, ancianos que no debían pagar y debido a los abusos que cometían y a las quejas y protestas a que dieron lugar, el Rey de España Carlos III 205

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los cambió, nombrándose a los Intendentes. Tamayo Vargas, tomando una cita de Garcilaso, agrega: "el corregimiento de Moquegua corresponde a la parte de Arequipa, del lado Sur, y dista de esta ciudad a la Villa Principal de él como 40 leguas; su situación es con corta distancia a 16 leguas de la Costa del Mar del Sur. La principal que tiene el mismo nombre, se compone de españoles, y entre ellos algunas familias nobles de conveniencia; en lo que se entiende a la jurisdicción de este Corregimiento, que es como 40 leguas, por ser de temperamento muy benigno, hay grandes haciendas de viñas, y se hace mucho vino y aguardiente; en cuyos frutos consiste todo su comercio, proveyendo de ellos las provincias de la Sierra hasta Potosí a donde llevan por tierra; por mar, se conduce también al Callao, y en el que merece siempre estimación; produce, asimismo, papas y algunas aceitunas". Es grato recordar a Don Andrés Pérez del Castillo y Ayala, Corregidor de Moquegua, en el siglo XVII. Le recordamos por haber dado una disposición bastante original contra los artesanos, Les obligó a que diesen fianzas de (/199/) cumplir sus contratos en cuanto a las condiciones y a los plazos en que habían de ejecutarse las obras mecánicas de todas clases y de pagar el valor de las que echasen a perder por defectuosos en su trabajo, dimensiones u otras faltas. No debe extrañarse que tal orden se diera en una población en que se lanzó en aquella época excomunión mayor contra las personas que rehusasen satisfacer sus deudas a las cofradías, medio por cierto bastante eficaz para recaudarlas. El Corregidor más antiguo de que se tiene noticia es el Capitán Diego de Vizcarra, casado con Beatriz Bueno de Arana, Corregidor en 1583. Le siguen, dentro de los primeros, Cristóbal Gonzales Cuaresma, en 1585; Juan Vasco de Saavedra, gentilhombre de la Compañía de Lanzas de estos reinos en Lima, en 1588; Miguel de Contreras, Corregidor de Colesuyo y Moquegua, en 1590. Los últimos fueron: Capitán Juan de Náxera, Corregidor en 206

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1620 y Pedro de Zaldegui, Corregidor en Colesuyo y Moquegua. Éste es el segundo Corregidor que reunió el gobierno de ambos pueblos, San Francisco de Esquilache y Santa Catalina de Moquegua, en 1621. Entre los Corregidores de Moquegua, cuando se reunió con Colesuyo, están: Capitán Diego Cáceres de Ulloa, Corregidor en 1625; el Almirante Lázaro de Gamboa, en 1626; capitán Diego Benavides, en 1628, entre los primeros. Entre los últimos, están: Pedro Remigio Fernández Maldonado y Churruca, quien edificó la fuente pública en la plaza de Moquegua. Nacido en Moquegua, fue Corregidor en 1770; Miguel de Perochena y Espejo, en 1775; Mariano Antonio de Oribe, Corregidor en 1777. En tiempos de este Corregidor se produjo la rebelión de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amarú. Proporcionó seguridad a la Villa de Moquegua, conjuntamente con el Conde de Alastaya, Don Antonio Nieto y Juan José de Santa Cruz, en 1782. En su tiempo se produjo el terremoto del 13 de mayo de 1782 cayendo la Iglesia Matriz, acabándose su reedificación en 1792. En la división del Obispado de Arequipa, el Virrey Luis de Velasco, Marqués de Salinas, el 17 de octubre de 1613, promulgó un Auto por el cual se deslinda el Obispado (/200/) de Arequipa. A partir de ese entonces empezó comprendiendo siete Corregimientos: Cercado, San Marcos de Arica con la Provincia de Tarapacá hasta el Río Loa, Collaguas, los Ubinas y Valle de Moquegua, Vítor, Condesuyos y la Villa de Camaná hasta el pueblo y valle de Acarí, colíndando con el valle de Nazca con todas las parroquias y doctrinas que eran 58, de las que 40 estaban bajo el control del clero secular y 18 del regular. En cuanto al Corregimiento de los Ubinas y Valle de Moquegua, el clero secular tenía bajo su control el cuidado espiritual de los naturales del Valle y pueblos de Torata con Challaguay, los Carumas y San Sebastián, los Ubinas y Omate. En total cuatro clérigos. En cuanto al Corregimiento de Vítor, éste tenía a su cargo el valle de Ilo del Corregimiento de Arica, abarcaba Pocsi y Mollebaya. 207

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4.1. CHUCUITO Los tiempos idos en que los Caris, Lupacas y Zapanas, en épocas posteriores al Tiwanaco, que unidos a los Señores de Hatun Colla y Chucuito, formaron una poderosa Confederación y pudieron contener a las huestes del Inca Lloque Yupanqui y obligaron a Mayta Capac a pactar sobre la base del respeto a la vida de esos bravíos Collas así como a organización económica y social. En ese entonces existía en la Meseta del Callao una sociedad ya organizada cuya principal ocupación era el pastoreo, con grandes rebaños de llamas y alpacas en estado de domesticación, utilizando la lana para confeccionar sus vestidos y su carne para disecarla. Conocieron el sistema de andenes para el cultivo de la papa, la quinua y la cañihua. Restos de cerámica y alfarería encontrados y sometidos al análisis del Carbono 14 dieron una antigüedad aproximada a los diez mil años. Las primitivas tribus nómades, se habían transformado ya en sedentarias con una organización patriarcal predominante. Los monumentos funerarios, conocidos como Chullpas, perduran hasta nuestros días como símbolo de sus creencias en la vida terrena y en (/201/) el del más allá. . Chucuito, lugar de descanso de los Incas, en sus conquistas, construyeron magníficos palacios como el Inca Ullo, dedicado al Falo, quizás como símbolo de la fertilidad. Los primeros españoles que llegaron a Chucuito se sorprendieron de la gran cantidad de ganado auquénido que había y lo bien cuidado que estaban los rebaños y los pastales. A los habitantes de Chucuito se los consideraba como "los indios ricos del Perú", al decir de los cronistas Polo de Ondegardo, Pedro Sancho, Pedro Pizarro, el Licenciado Matienzo, etc. En Chucuito se establecieron diferentes órdenes religiosas que levantaron hermosos templos en cuya 208

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construcción se puso de manifiesto su nota características en el barroco y el churrigueresco que traídos de España adquirieron la nota característica de amestizamiento, siguiendo el barroco neoandino. Los religiosos también se dedicaron al cultivo de tierras, respetando la organización social de los nativos a los que comenzaron a evangelizar con criterio paternal. En 1572, el Oidor Barros, de Charcas, en carta dirigida al Rey le decía que Chucuito "era lo mejor del reino". El cronista Cieza de León, que estuvo en Chucuito en 1550, escribía que era una densa población con grandes rebaños de alpacas y llamas y con excelentes cultivos de papa y quinua. La configuración geográfica, hace que Chucuito sea un verdadero mirador del inmenso Lago Titicaca e inspirador de poesía y canto. Probablemente, cuando los dos primeros españoles que pisaron el suelo de la meseta, que fueron Diego de Agüero y Pedro Martínez de Moguer, Chucuito ya existía, pues la situación a/ centro de una bahía amplia, debió ser escogida para vivienda y posteriormente cabecera de región. Las dos primeras agrupaciones humanas conocidas como son los Col/as y Lupacas, se encontraban en (/202/) permanentes guerras. Los Collas, instalados al noroeste del Lago, tenían como capital a Hatuncolla, con su Rey llamado Zapana, mientras que los Lupacas, instalados al Sur, tenían como capital a Chucuito y su Rey se llamaba Gario Los vecinos de ambos, situados al Oeste, eran las Ubinas. En épocas anteriores, los Tiwanaquenses tenían sus enlaces y enclaves en Moquegua, adonde llegaban para cultivar el maíz, el ají, etc. que en sus dominios no producían, pero a su vez traían para el trueque la papa, el olluco, la oca, la quinua, etc. Esta situación se continuó una vez que cayó Tiwanaku, por intermedio de los Collas y Lupacas.

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La Historia de Chucuito, guarda íntima relación con la de Puna, principalmente en lo relacionado con las minas. Las minas del Cerro de Laicacota habían sido descubiertas el 1 de mayo de 1657 por Gaspar de Salcedo, que al ser explotadas con el apoyo de su hermano José, llegaron a ser los hombres más ricos del reino. La odiosidad entre andaluces y vascongados, que era antigua en el virreinato, vino a poner fin a la tremenda fortuna. En 1665 los Salcedo estaban en pie de guerra. Regía el asiento minero el Capitán Pedro de Arquíñigo y él, así como el Asistente General Francisco de Guzmán y Toledo, Gobernador de Chucuito, lograron, al mando de la gente de Laicacota oponerse con más de cien hombres españoles, a los alzados. Gaspar de Salcedo pagó el sustento y las armas de esa gente y hasta a su costa hizo piezas de artillería y se dirigieron a Chucuito, donde saquearon a la población y mataron al cacique del pueblo, el 28 de octubre de 1661. El final de los Salcedo fue muy triste ya que fueron ajusticiados el12 de octubre de 1668 por el Virrey Conde de Lemas. El Corregidor de indios de Chucuito, Don Gerónimo de Silva conjuntamente con Don Pedro Mejía, Corregidor de españoles del Callao, fundaron Juli el 2 de abril de 1565 sobre las ruinas de la casa del curaca Cariapaza. Cieza de León, dice que: "Cariapaza para ser indio fue (/203/) muy entendido". Con la finalidad de atender con mayor solicitud al bien espiritual y temporal de los naturales, era preciso recogerlos de la dispersión y agruparlos en pueblos para catequizarlos. El dominico Francisco de San Miguel, Provincial de Chucuito y Tomás Román, Prior del Convento de San Vicente de Chucuito, asociados de doce frailes, fundaron el Convento de San Pedro Mártir de Juli. Los primeros frailes que llegaron a Chucuito fueron los dominicos en 1534. El virrey García Hurtado de Mendoza, había ordenado la tasación de los retablos de todas las iglesias de Juli, en vista de que el Prior del Colegio de Juli, Antonio de Asán, solicitaba se le cancele el valor de esos 210

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gastos. El Virrey, mediante ordenanza, se contrató a los maestros carpinteros de la ciudad del Cuzco, los hermanos Juan y Antonio Gómez para realizar la tasación, en presencia del Gobernador de Chucuito, Don Antonio de Monroy; efectuada la valorización se informó el 2 de mayo de 1592 al Vicario José de Crisería, del Cuzco, quien a su vez informó al Virrey que lo había ordenado. El trabajo ser realizó en las siguientes iglesias: San Pedro (1,200 pesos), Asunción (1,050 pesos), San Juan (1,040 pesos), Santa Cruz (1,040 pesos). Valor de la mano de obra y la madera: mil pesos. Estuvieron en Chucuito tres jesuitas de gran prestigio: Ludovico Bertonio, en 1581. Fundó la segunda imprenta en Sudamérica, en 1612, en Juli y escribió "La Historia de los Cuatro Evangelios". Murió en Lima en 1625; Alonso de Barzana, que en 1579 escribió en quechua y aimara catecismos, gramáticas y vocabularios; Diego de Torres Rubio, escribió en 1603, en Sevilla, un vocabulario en quechua y castellano. Bernabé Cobo, dice: "en cambio el cacique de los Lupacas, que residía en Chucuito, guardó paces con Pachacútec quien se quedó algunos días en Chucuito. No obstante los Lupacas de Juli construyeron fortalezas (/204/) en el Cerro Pucarani donde se batieron como leones, sólo con súplicas y engaños pudo caminar el Inca". En mayo de 1781, Túpac Katari, al frente de los pueblos de Ilave y Àcora, partidarios de Túpac Amaru, al marchar sobre Puno, incendia totalmente la ciudad de Chucuito, la que ha permanecido en ruinas y olvidada por muchos años. Por ser Puno una zona minera, principalmente Sandia, Ananea, Poto, etc. se instalaron en Chucuito y Carabaya las Cajas Reales. En total eran 17 las existentes en todo el virreinato. Después del asesinato de Francisco Pizarro, la discordia entre los españoles continuó hasta 1554. El motivo principal de estos sangrientos alborotos fue que los 211

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conquistadores desconocieron la autoridad de los funcionarios reales que querían hacer cumplir disposiciones de! gobierno español que estaban en contra de los privilegios de los conquistadores. Tan es así que Chucuito se convirtió en el centro o Cuartel General en la guerra entre Gonzalo Pizarro y el conquistador Diego Centeno que defendía la autoridad real. Centeno fue derrotado por Pizarro en la Batalla de Huarina el 20 de octubre de 1547, cerca del Lago Titicaca. En la rebelión de Francisco Hernández Girón contra la Audiencia de Lima por haber regresado a España Pedro de la Gasca, logró derrotar en la batalla de Chuquinga el 18 de mayo de 1554 a un primer ejército enviado por la Audiencia. Esto animó a que Antonio Cerrillo, lugarteniente de Girón, tomara La Paz en su nombre y se había mostrado demasiado codicioso, pero vino a perecer a manos de Juan Vásquez, Corregidor de Chucuito. Asimismo un segundo ejército enviado contra Girón, lo derrotó en la Batalla de Pucará el 8 de octubre de 1554 siendo condenado a muerte y ejecutado en la plaza de Lima. El virrey, Francisco de Toledo, desde el Cuzco, en el mes de febrero de 1571, nombró como autoridades (/205/) de Chucuito al Capitán Pedro Mejía y al Licenciado Pedro Gutiérrez Flores. Éstos, en el paso del Virrey hacia el Alto Perú, le organizaron en Chucuito magnífico recibimiento. Juntamente con la Visita que podemos llamar oficial y pública hizo el Virrey que se llevase a cabo otra secreta, especialmente en lo que toca a las doctrinas y conducta de los doctrineros, Ruidosa, por sus consecuencias, fue la llevada a cabo en la provincia de Chucuito por Pedro Gutiérrez Flores y Juan Ramírez de Zegarra, en 1572. Tenían a su cargo los dominicos la mayor parte de las iglesias del distrito y el resultado fue ordenar que Toledo se les quitasen. Al año siguiente Fray Alonso de Sotomayor que había sido Prior en el Perú, presentó al Rey un Memorial en nombre del Provincial Fray Alonso de la Cerda. En él se decía lo siguiente: "y ahora Don 212

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Francisco de Toledo, Virrey de los dichos reynos, desfavoreciendo a dicha orden y religiosos de ella, maltratándolos con palabras feas y deshonor; tales que serían graves a sus esclavos, teniendo en poco el trabajo y servicio de los demás religiosos, les ha quitado la Provincia de Chucuito". El mismo Virrey Francisco de Toledo, receloso de algunos descendientes de los Incas, principalmente de Carlos Inca, el hijo de Paullu, les ordenó que pasasen a Lima y les confiscó sus bienes, firmando la sentencia el 12 de noviembre de 1572, en Chucuito, cuando se hallaba de camino para Charcas: Asimismo el Virrey Toledo, con fecha de 30 de noviembre de 1574, informaba al Rey que al finalizar dicho año concluía con la visita de Chucuito, sea en forma personal o con delegados. En tiempos del Virrey Conde del Villar aparecieron en las costas los piratas haciendo estragos: el pirata Cavendisah (1585 - 1588), había estado operando en Arica, por lo que el Virrey mandó que Luis de Carbajal, Alcalde de Minas de Potosí y Hernando de Córdova, receptor de tributos de Chucuito, alistasen hasta 200 hombres y los condujesen a Arica. La expedición (/206/) se frustró por falta de recursos. Los abusos por parte de algunas autoridades no tenían cuando acabar, principalmente en el cobro de los tributos. El Gobernador de Chucuito, Gabriel de Montalvo, enviaba a España 60,000 pesos. Al virrey le pareció excesivo el que, no teniendo sino 3,000 pesos de salario al año, hubiese acumulado dicha suma en cuatro que le duró el gobierno, ordenó que se le embargase esa cantidad y se le condujese a España. La Provincia de Chucuito, era considerada como una de las más ricas del Perú, en tiempo de la colonia. Comprendiendo un territorio varias veces menor, producía tanto como la de Trujillo que abarcaba hasta Lambayeque y Cajamarca. Al encontrarse con problemas económicos el Rey, de España, los habitantes de Chucuito, principalmente el 213

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Gobernador, enviaron al monarca, por intermedio del Virrey Guadalcázar, 3,000 ducados. En tiempos del Virrey Conde de Santisteban ocurrió el alzamiento de los mestizos de La Paz. Era corregidor de esa ciudad Cristóbal de Canedo, quien solicitó apoyo al Gobernador de Chucuito, el General Francisco de Guzmán y Toledo, batiendo a los revoltosos que se dirigían a Puno a tomar la ciudad. Al crearse la Villa de Santa Catalina de Guadalcázar del Valle de Moquegua, Capital de la Provincia de Colesuyo;, se separó a este pueblo de la jurisdicción del de Chucuito y haciendo Cabeza de Provincia y que sus causas fuesen en apelación a la Real Audiencia de Lima, posiblemente a partir del 10 de mayo de 1625, en tiempos del Virrey Marqués de Gualdacázar. El 4 de enero de 1625, Antonio Bernardo de Quiroz, Corregidor y Justicia Mayor de la Villa de Moquegua y de la Provincia de Colesuyo). Diego Rodríguez, Alcalde Ordinario, Cristóbal Carbonera, Alcalde Provincial; Lorenzo de Viscarra, Fiel Ejecutor General, conjuntamente con Pedro Martínez de Cuellar, Regidor y Procurador, solicítaron a cabildo de Lima la devolución (/207/) del Título de Villa de Santa Catalina de Gualdacázar, que había sido empeñado a los Jueces y Oficiales Reales, en la persona de Pedro Jaraba y Bartolomé Astete de Ulloa, quienes manifestaron el 4 de noviembre de 1631 que el Título de Su Majestad quedaba en poder de ellos, ya que por documento fechado en Madrid el 19 de julio de 1629, se debía previamente cancelar 1,000 pesos de a ocho reales, por lo que se tuvo que realizar una prorrata entre los vecinos de Moquegua, por disposición dada en Lima el 7 de noviembre de 1631, firmado ante el escribano Gerónimo de Vaillalobos, las siguientes personas: Antonio Bernardo Quiroz, Pedro Rodríguez de Vez, Fernando Calderón, Pedro Martínez de Cuéllar, García de Mazuelo, Cristóbal de Carbonera y Villarroel, Lorenzo de Vizcarra y Estrada, Rodríguez de Mireles y José Rodríguez de Vez.

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También el 5 de octubre de 1631, se había solicitado del Virrey el Título de Villa, por intermedio del Síndico Procurador, pero como dice Montenegro: "se ha buscado este Título y no se encuentra; se habla perdido o quemado en un incendio, que por tradición sabemos sufrió este archivo. O tal vez en ambos papeles que se llevaron a la ciudad de Chucuito hubiese ido esta Real Cédula o Título". En la "Visita de la Provincia de Chucuito", realizada en 1567-1568 por Garcí Díez de San Miguel, con la investigación de Waldemar Espinoza Soriano, se dice que Chucuito constaba con siete cabeceras principales: Chucuito, Acora, llave, Juli, Pomata, Yanguyo y Zepita. Suacaya era pueblo de plateros y Copi, de olleros. Los habitantes de Chucuito tenían además chacras de maíz en Moquegua, Sama, Capinota y Larecaja. Salen a rescatar el maíz en Moquegua, Arequipa y la Costa. Viajan hasta el Cuzco y Chuquiabo. Anansaya de Chucuito tiene diez ayllus de indios aymaras y cinco de indios pescadores Uros. En Lurinsaya, diez de Aymaras, cinco de Uros, uno de olleros y uno de plateros. El tiempo de los últimos Incas, había en Chucuito (/208/) 20,270 indios tributarios, de los cuales 4,119 eran Urus y 16,151 ayamaras, según el último quipu del cacique principal de Anansaya Martín Garcí. Antonio Peraza Ayala Castilla y Rojas, Conde de La Gomera, fue Gobernador de la Provincia de Chucuito, nombrado por el Rey después del desastroso fin que tuvieron sus tíos Baltazar y Sebastián de Castilla. En ese entonces Moquegua dependía de la Autoridad de Chucuito, la cual enviaba Tenientes Gobernadores a Moquegua y Torata y éstos prestaban juramento y daban fianzas de residencia en la capital de Chucuito. El Conde de La Gomera pasó a Guatemala de Capitán General y Presidente de la Audiencia, cuyo cargo desempeñó hasta 1619. Gabriel Montalvo y Peralta, Gobernador que fue de Chucuito a fines del siglo XVI, con fecha 13 de octubre de 1590, estando en Moquegua, contrató con Juan Gómez y 215

Historia General de Moquegua

Juan López, maestros de carpintería, y Juan Jiménez, de albañilería, la fábrica de 16 iglesias que habían de hacerse en 3 años en compañía con el dicho Gobernador nombrado veedor y director de esas obras. Mandáronse edificar por el Virrey Conde del Villar Don Pardo y fueron 3 en Chucuito y 3 en Juli; 2 en cada uno de los pueblos de Acora, Ilave, Pomata, Yunguyo, y Zepita. En ese tiempo el Valle de Moquegua dependía del Gobernador de Chucuito. El escribano de Moquegua, Don Diego Dávila, tenía en su Archivo aquel instrumento y otros semejantes correspondientes a la Provincia de Chucuito. En 1589, se produjo en Moquegua una epidemia de sarampión, viruela y escarlatina, muriendo muchos lugareños y chucuiteños. En 1597, se registró otra epidemia con más fuerza. A Moquegua viajaban comerciantes de Chucuito llevando arrieros y cargadores lupacas para comprar harina y otros alimentos. Durante su estancia habían muerto muchas personas llegadas de la Sierra, igual que originarios moqueguanos, así como arrieros y yanaconas lupacas y pacajes. En un (/209/) documento fechado en Moquegua el 7 de Julio de 1597, ante el escribano Diego Dávila, se informa de estas plagas. 5. EL INTENDENTE Después de la Revolución de Túpac Amaru ocurrida como protesta por la triste situación de los indígenas (1780), debido en gran parte a los abusos de los Corregidores, Carlos III abolió los Corregimientos creando las Intendencias a cargo de un funcionario llamado Intendente que tenía más atribuciones que el Corregidor, pero menos privilegios y era un pequeño Virrey en su Intendencia, pero sujeto a la vigilancia del Virrey de Lima. Eran algo así como los Prefectos actuales y la situación de los indígenas mejoró.

216

Historia General de Moquegua

El territorio del Virreinato del Perú, fue dividido en 8 intendencias, que fueron: Trujillo, Lima, Tarma, Huancavelica, Huamanga, Arequipa, Cusca y Puna. Estas Intendencias dieron lugar a los primeros Departamentos republicanos. Moquegua, en 1795, se había convertido en Partido, estando a cargo del Subdelegado Don Manuel Modesto Artieda, bajo la supervisión de la Intendencia de Arequipa. Es inseguro señalar los comienzos, tanto por la espontaneidad de los asentamientos iniciales, cuanto por la imprecisión de las divisiones administrativas de la época. El Gobernador-Intendente de Arequipa, Don Antonio Álvarez y Jiménez, que por instrucciones de la Corona hizo una detallada descripción de su Partido en el siglo XVIII, se lamentaba "del desgreño con que desde tiempo inmemorial había corrido la custodia y aliño que piden los libros, autos y papeles públicos", y añadía, al hablar particularmente de Moquegua, que no le fue posible hallar allí los documentos que buscaba "por haber sufrido anteriormente el oficio del Cabildo un incendio que consumió la mayor parte de sus papeles, y los que se libertaron fueron destrozados". En los repositorios españoles y en los testimonios notariales, sin embargo, pueden hallarse suficientes indicios para reconstruir algo de la vida en esos años. (/210/) El Rey Carlos III, en la ciudad de El Pardo, expide una Real Cédula el 2 de febrero de 1784, confiriendo al Capitán del Regimiento de Galicia, graduado de Teniente Coronel, la Intendencia de Arequipa, al recordado por la Historia de Moquegua, Don Antonio Álvarez y Jiménez, quien se caracterizaba por su recia personalidad y gran prestancia. Durante su carrera militar prestó grandes servicios a la Corona. A partir de ese entonces se dedicará en pleno a servir a la Intendencia que le habían encomendado, principalmente desde 1785 hasta 1796, en que es reemplazado por Don Bartolomé María de Salamanca. Se distinguió en su labor de gobierno que merece calificarse de excepcional. Fue un hombre muy 217

Historia General de Moquegua

dinámico y emprendedor. Su interesante información de Moquegua, fue exhumada por el Padre Mercedario Víctor M. Barriga. Inicia su visita por Arequipa y los pueblos cercanos, informando al Rey el 30 de enero de 1787. La segunda etapa es la visita a Condesuyos y Moquegua, entre los años de 1790 y 1793. La tercera Etapa comprende también Moquegua, entre los años de 1793 y 1796. En Moquegua permaneció dos meses: setiembre y octubre de 1791, visitando los pueblos de Samegua, Yacango y Torata. En este último pueblo estuvo el 17 de noviembre de 1791; en Carumas el 24 de noviembre de 1791; en Omate el 6 de diciembre de 1791; en Puquina el 6 de setiembre de 1792; en Ilo, el 19 de julio de 1793. En la Visita realizada por Álvarez y Jiménez, participa un buen número de funcionarios, destacándose Miguel Tadeo Fernández de Córdova, asesor, Pedro José de Zuzunaga, Andrés Tinajero de la Escalera, Francisco Véldez, topógrafo, etc. En 1795 el Rey decidió cambiar a Álvarez, después de 10 años de servicios destacados y lo reemplaza por Bartolomé María de Salamanca, hijo de Fernando Rodríguez de Salamanca, Conde de Fuente Alsalse. Salamanca ingresó a la Marina Española en 1779. Salamanca asume la Intendencia en Arequipa en 1796 y se desenvuelve en la misma hasta diciembre de 1811 en que hace entrega del mando a José Gabriel Moscoso, natural de Cochabamba, pero de padres arequipeños. El Intendente Juan Pío de Tristán y Moscoso, (/211/) fue nombrado en diciembre de 1814 por el General Ramírez. Pío Tristán, era natural de Arequipa, hijo del Teniente Coronel José Joaquín Tristán y de María Mercedes Moscoso Pérez Oblitas. Fue educado en Europa y le tocó hacer frente a los movimientos patriotas. El último Intendente fue Juan Bautista de Lavalle y Sagasti, natural de Lima, hijo del Conde de Premio Real don José Antonio de Lavalle. Estuvo al frente de la Intendencia desde el 22 de marzo de 1817 hasta el15 de enero de 1825; en su tiempo se realiza la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre 218

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de 1824, con la que se sella la Independencia del Perú. Arequipa jura la Independencia el 6 de febrero de 1825. F) Corregidores, Subdelegados y Subprefectos 1.1. CORREGIDORES Capitán Diego de Vizcarra, primer Corregidor conocido, casado con Beatriz Bueno de Arana, gobernaba en Cristóbal Gonzáles Cuaresma Juan Vasco de Saavedra, gentil hombre de la Compañía de los Lanzas de Lima Capitán Marcos Alderete Capitán Miguel de Contreras. Este Corregidor gobernó las 2 poblaciones: de Escapagua que daba a la parte de Cochuna, Provincia de Colesuyos y la de Santa Catalina del Valle de Moquegua que correspondía al Gobierno de Chucuito Capitán Acasio de Las Casas Capitán Lope de Agüero Capitán Pedro Guevara y Muñatones. Pidió prórroga al Virrey y firmó una obligación pública de dar 1,200 pesos al Capitán Cristóbal Sánchez Layme, si le llevaba dicha concesión. Luis de León y Mendoza. Fue Corregidor de Colesuyo y Moquegua, nombrado por el Rey. Casado con Gerónima de Zúñiga (/212/) Cristóbal de Chayas Juan Segura de Roelas Diego de Vargas Carbajal, del Hábito de Alcántara Capitán y Almirante Juan de Olea, Regidor de 219

1583 1585 1588 1589

1590 1595 1598

1601

1603 1607 1609 1613

Historia General de Moquegua

Capitán

Capitán Capitán

Capitán

la Villa de San Francisco de Esquilache. Señor de los pueblos de Ante, Dehesa y Río de los Conejos en España. y Almirante Francisco de Salazar, casado con Andrea Gascón Juan de Zegarra y Casaus Diego Fernández de Avila Adrada, que fue después uno de los primeros regidores de la nueva Villa de Santa Catalina de Guadalcázar de Moquegua y Alcalde de la Santa Hermandad en Escapagua de Colesuyos y Justicia Mayor Diego Cáceres y Ulloa Juan de Nájera Pedro de Zalduegui. Este corregidor lo fue en Colesuyos y Moquegua Francisco Paz y Orihuela, Corregidor y Juez de Bienes de Difuntos

1613

1614 1616

1618

1619 1620 1621 1622

FUE ERIGIDA LA PROVINCIA ACTUAL UNIENDO LA DE COLESUYOS Y LA PARTE QUE DEPENDÍA DE CHUCUITO Y SE ERIGIÓ POR CAPITAL A MOQUEGUA CON TÍTULO DE VILLA DE SANTA CATALINA DE GUADALCAZAR Capitán Diego Cáceres y Ulloa, segunda vez 1625 Almirante Lázaro de Gamboa 1626 Capitán Diego de Benavides 1628 Alonso de Viceda, Justicia Mayor 1628 Capitán Rodrigo de Carbajal y Robles Melchor Maldonado de Saavedra, Teniente de Corregidor. 1631

220

Historia General de Moquegua

Capitán

Capitán

Capitán

Capitán

Capitán

Capitán

Capitán Alférez

Fernando Ordóñez y Valencia, falleció en el mismo año. Juan Peralta, Teniente de Corregidor (/213/) Lorenzo Ávila de Herrera y Jerez Fernando Arias de Ugarte, esposo de María de Espinoza y Sargento Mayor Pedro López de la Rocha Luis de Vizcarra, Teniente General de Corregidor y Justicia Mayor Juan de Lachén Francisco de Obando Alonso de Mazuelos, Teniente de Corregidor Alonso de Mujica y Buitrón Juan de la Torre y Cárdenas Sebastián Funes Zapata, Teniente de Corregidor Agustín Fernández Godines Maldonado, Alcalde Provincial y Justicia Mayor Francisco Mazuelos, Alcalde Ordinario y Justicia Mayor, por ausencia de La Torre Antonio Bernardo de Quirós, español, esposo de Josefa Vélez de Guevara. Francisco de Mireles, Teniente de Corregidor y Depositario General Juan de Acevedo José Hurtado de Mendoza Pérez del Pozo, Teniente de Corregidor Juan Sáenz de Aramburú, Caballero de la Orden de Santiago Francisco Mazuelos, Teniente en ausencia del anterior Francisco de Guzmán y Toledo, de la Orden de Calatrava 221

1635 1635 1636

1640

1643 1646 1646 1647 1649 1650 1650 1651 1651 1653

1653 1655 1655 1656 1660

Historia General de Moquegua

Capitán Sargento Mayor Maestro de Campo Maestro de Campo Capitán Comanda nte Maestro de Campo Capitán Maestro de Campo

Capitán

Capitán Capitán Capitán Capitán

1658 Lorenzo de Vizcarra y León, Fiel Ejecutor, Teniente de Corregidor Andrés del Castillo y Ayala Rodrigo de Paz Orihuela, Justicia Mayor Francisco de Paredes y Prado, nombrado por el Rey (/214/) Vicente de Suárez de Sayavila

Diego de Paredes y Prado General de Caballería Juan Vargas Machuca, Fedatario de Arequipa José Crispiniano García de Nájera Luis de Saavedra y Guzmán, Teniente de Corregidor Juan Tomás de Ayala y Astudillo, se recibió en el Cabildo de Arequipa José de Roa, Alguacil Mayor de la Inquisición de La Paz (Bolivia) Francisco Ramírez Segura, Teniente de Corregidor Á Lorenzo Vizcarra y Tapia, Teniente de Corregidor Antonio Rodríguez del Cuadro, Alguacil Mayor y Justicia Mayor, accidentalmente Francisco José Carrillo de las Torres Juan José Rodríguez de Ves, Teniente de Corregidor y Justicia Mayor Antonio Pérez del Cuadro, Alguacil Mayor y Teniente de Corregidor Fernando Alfaro de Arguedas y Usquiano, nombrado por el Rey Bartolomé Gil de la Ventosa Ramón Cerdán y Fosés 222

1660 1661

1668 1670

1671 1673 1677 1678 1679 1682 1682 1682

1683 1685 1685 1687 1688 1690 1693

Historia General de Moquegua

Capitán

Manuel Jiménez Urbano y Ortega, Teniente de Corregidor 1693 Domingo Maldonado y Sotomayor, de la 1695 Orden de Alcántara

223

Historia General de Moquegua

Capitán

Capitán

Capitán

Capitán

Luis Vélez de Córdova Ladrón de Guevara, "El Mozo", nombrado por el Rey Juan Antonio de Musquiz y Ascona, Caballero de la Orden de Calatrava, esposo de Ana Chávez (/215/) Alonso de Paz y Orihuela, Duque de Estrada, Caballero de la Orden de Calatrava Pedro Alvarado y Angulo Antonio García y Guzmán, nombrado por el Rey Alfonso Martín de Almagro y Toledo, nombrado por el Rey Juan José Gallegos Félix de Angulo Gil de Salazar, Mayordomo de la Cofradía del Santísimo Sacramento y de la fábrica de la Iglesia Matriz, casado con María Fernández Maldonado Gutiérrez Daza Bernardo Carbonera y Sotomayor, Justicia Mayor José Carrasa Bernardo Carbonera y Sotomayor, Alcalde Provincial Baltazar Pastor de Velasco Martínez Fernández de García, nombrado por el Rey, natural de la Villa de San Cipriano de Campos, Obispado de Palencia Diego Hidalgo de Cisneros, casado con Francisca Castellanos Francisco José Carrillo de las Torres, nombrado por el Rey Vicente Julio Espinola y Rospigliosi, nombrado por el Rey 224

1695

1698

1703 1706 1708 1715 1717

1718 1718 1722 1724

1725 1731 1735 1740

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Capitán

Capitán

Capitán

Francisco José Carrillo de las Torres, por tercera vez, Alcalde Mayor de Minas y Comisionado de Bienes Difuntos Francisco Nieto de Peñaloza, Regidor y Justicia Mayor Felipe Bustamante y Benavides, falleció en el cargo (/216/) Diego Francisco Bustamante y Benavides, hermano El Cabildo sirvió el cargo de Corregidor Felipe Zavala Vosmediano Juan Fernández Maldonado, Justicia Mayor Juan de Vinatea y Torres Pedro de Cevallos, de la Orden de Santiago José Fernández de Lastra, Justicia Mayor Pedro Remigio Fernández Maldonado y Chorruca, natural de Moquegua, nombrado por el Rey. Hizo la fuente de la Plaza Mayor 1770 Miguel de Perochena y Espejo Mariano Antonio Oribe de los Ríos y Valenzuela, de la Real Compañía de Arqueros de la Guardia de los Virreyes. En su tiempo se produjo la rebelión de Túpac Amaru. Proporcionó seguridad a la Villa, saliendo una expedición a cargo del Conde de Alastaya, Don Antonio Nieto hacia la parte altoandina Juan José de Santa Cruz Silva de la 225

1745

1749 1751

1754 1759 1761 1762 1763 1765

1768

1768 1775

1777

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Capitán

Banda, Consultor del Santo Oficio, Alcalde Mayor de Minas, Teniente de Capitán General, Juez Comisionado del Juzgado de Bienes de Difuntos, Regidor Perpetuo de Santiago de Chile. En su tiempo se produjo el 1782 terremoto del 13 de mayo de 1782, viniéndose a tierra la Iglesia Matriz, culminándose su reedificación en 1792 Juan José Fernández Maldonado, Alcalde del Primer Voto, Justicia Mayor, accidentalmente. 1784 (/217/)

1.2 SUBDELEGADOS Coronel de Caballería del Regimiento Lima, Manuel Modesto de Artieda, natural de Lima, casado con Nicolasa Cabello y León. Pedro Laureano de Arguedas, Interino Dr. José de Prada Raimundo Álvarez y Jiménez, Juez de Aguas Coronel de Caballería del Regimiento de Lima Francisco de los Ríos Salazar y Tamayo, Marqués de Villa Hermosa, Conde de San Donás. Bachiller Francisco de Paula Pérez, abogado de los Reales Consejos de su Majestad, natural de España. En su tiempo se rebelaron los negros del Valle de Moquegua. Se pusieron veredas a las calles, otras se empedraron, se arreglaron los caminos de Cupina y Yaracachi. 226

1784 1789 1793 1795

1801

1809

Historia General de Moquegua

Capitán

Capitán Coronel Capitán Capitán

Miguel Fernández Godínez Maldonado "EL Mozo", interino Juan Antonio Bustamante Bernardo Landa y Vizcarra Toribio Lainfiesta Mariano Portocarrero, Comandante Militar, interino y Teniente coronel Alselmo Gago Julián Lacarta, Interino

1.3 SUBPREFECTOS Basilio de la Fuente y Bustamante, se juró la independencia. Coronel Manuel Muñoz José Clemente Arguedas y Landa. Se remodeló la cárcel Dr. Victoria no Joaquín Cornejo y Montenegro, Abogado Tomás Ordoñez y Vizcarra (/218/) Coronel Narciso Bonifaz Dr. Tadeo Ordóñez Mariano Calderón Portocarrero Pérez de Túdela Ezequiel de Mendoza Iramátegui José Clemente Arguedas y Landa

1812 1813 1814 1820 1821 1821 1822

1825 1826 1827 1830 1833 1835 1835 1836 1839 1840

Los TENIENTES DE CORREGIDOR de San Sebastián de Escapagua, Villa de San Francisco de Esquilache, Provincia de Colesuyo, eran los siguientes: Pedro Ladrón de Guevara y Sisa, "El Mozo". Su madre era Catalina de Sisa, del Cuzco. Su esposa era Luisa de Silva y Costilla y Rodríguez del Pozo, Palla del Cuzco, gobernó en 1595; Capitán Diego Fernández de Godines Maldonado, natural de Useda (España), hijo del Licenciado Agustín Fernández y de Francisca Godines Maldonado, esposo de Isabel de Vizcarra, hija del Capitán 227

Historia General de Moquegua

Diego de Vizcarra y de Beatriz Bueno de Arana. Gobernó en 1693; Juan de Izaguirre, en 1598; Capitán Cristóbal de Arana, gobernaba Colesuyo y Moquegua, cuando pertenecía a Chucuito, en 1606; Capitán Andrés de Espinoza, en 1611; Diego Fernández de Ávila y Adrada, en 1618; Juan Chacón de Cabrera, en Colesuyo y Moquegua, en 1614; Capitán y Sargento Mayor Francisco de Arteaga y Sotomayor, Alcalde de la Hermandad en la Villa de San Francisco de Esquilache, en 1616; Capitán Juan Rodríguez de Vez, en 1620; Capitán Juan de Ugarte, en 1622; Capitán Juan de Meza Montalvo, en 1624; Henán Velásquez de Ávila, Alcalde de la Hermandad, en 1625; Capitán Diego de Mazuelo, de San Francisco de Esquilache y Santa Catalina de Moquegua, en 1601; Pedro de Meza Montalvo, en 1611; Capitán Diego Fernández Godines Maldonado, en 1610. Los TENIENTES DE CORREGIDOR de Santa Catalina, del Gobierno de Chucuito, eran los siguientes: (/219/) Pedro Jaraba, en 1596; Capitán Diego Fernández Godines Maldonado, en 1597; Alférez Gonzalo de Mazuelo, en 1600; Juan Ponce de Salazar, en 1600; Juan de Eyzaguirre, en 1600; Diego De Mazuelo, en 1601; Gerónimo de Villalobos, en 1602; Román Hurtado de Mendoza Pérez del Pozo, en 1606; Capitán Diego Fernández Godines Maldonado, en 1608; el Alférez Pedro de Meza Montalvo, en 1611; Capitán Diego Alonso Vizcarra Bueno de Arana, en 1611; Juan Chacón de Cabrera, en 1616; Capitán Rodrigo de Arteaga y Sotomayor, en 1619; Pedro Rodríguez Carbonera, en 1625. Los TENIENTES DE CORREGIDOR, cuando se juntaron ambos pueblos con una sola jurisdicción en la Villa de Santa Catalina de Guadalcázar, eran los siguientes:

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Historia General de Moquegua

Gerónimo Quintana y Benavides, en 1627; Alonso de Useda, en 1628; Capitán Juan de Mesa Montalvo, en 1628; Diego Fernández de Ávila y Adrada, en 1631; Melchor Maldonado de Saavedra,en 1635; Luis de Vizcarra, en 1640; Sebastián Fernández Zapata, en 1650; Francisco Mazuelo, en 1653; José Hurtado de Mendoza Pérez del Pozo Mazuelo y Villamisar, en 1655; Francisco Ramírez Zegarra, en 1682; Lorenzo de Vizcarra y Tapia, en 1682; Antonio Ramírez del Cuadro, en 1683; Juan José Rodríguez de Vez, en 1685; Manuel Jiménez Urbano y Ortega, en 1693; Capitán Luis Vélez de Córdova y Vélez Ladrón de Guevara, Síndico y Procurador General, esposo de Inés Salgado y Araujo Pérez de Grimaldo, nombrado por el Rey, en 1698; Bernardo Carbonera y Sotomayor, en 1718; Francisco Nieto de Peñalosa, en 1749. G) Lucas Martínez Vegazo Era considerado como uno de los hombres más ricos de la colonia. En enero de 1540, siete meses antes de la Fundación de Villa Hermosa de Arequipa, le entregaron los Mitimaes de Characato, que antes le pertenecían a Pedro Godlnez. El mandón que tenía Martínez se llamaba Ayta, que dependía del hatunruna Cacha, de la Provincia de Canas. Sus dominios abarcaban también hasta Yumina, (p.220/) cuyo Curaca, en 1540, era Curi (Cusi) Maqui. En Yumina había Mitimaes Canas que habían pertenecido antes del 22 de enero de 1540, a Pedro Godínez y los Encomenderos Negral y Solar. En la visita toledana, realizada en 1571, solamente le beneficiaban a su joven viuda los Guaypar de Yumina. Los mitimaes tenían otros dueños. Estuvo en la fundación de la Villa Hermosa de Camaná como Regidor, conjuntamente con Gómez de León, Hernando de Silva, Hernando de Torres, Luis de León y el Capitán Andrés Jiménez. Alcalde Mayor era Alonso Cabrera y Alcalde de Ordinarios Garcí Manuel Carbajal, conjuntamente con Pedro Barroso. Asimismo participó en la fundación de la Villa 229

Historia General de Moquegua

Hermosa de Arequipa, el 15 de agosto de 1540, conjuntamente con el Teniente Don Garcí Manuel de Carbajal. Pronto hizo mucho dinero, llegando a ser uno de los más ricos de la Colonia ya que era encomendero, minero, comerciante y empresario (aportó doce mil pesos y dos barcos a Pedro de Valdivia, para la conquista de Chile). En la ciudad de Arequipa contaba con 10 fanegadas, en el ejido. Siendo autoridad municipal por Arequipa, firma el documento en San Juan de la Frontera, el 24 de setiembre de 1542 en apoyo de Almagro "El Mozo", contra Vaca de Castro, dando lugar a la Batalla de Chupas. Estuvo comprometido también en la campaña de Jaquijahuana contra Pedro de la Gasca; Gonzalo Pizarro ordenó a su Teniente de Gobernador Lucas Martínez Vegazo, que organizara un regimiento y marchara a la capital, lo que cumplió con el encargo; al avanzar dos leguas de Arequipa sus topas se sublevaron y lo apresan. Derrotado Gonzalo Pizarro por La Gasca, el Oidor Cianca sentencia a Lucas Martínez declarándolo traidor, desterrándolo en forma perpetua a España con pérdida de la mitad de sus indios y confiscación de la mitad de sus bienes. Gonzalo Pizarro le había concedido el Título de Corregidor y Capitán General de Arequipa: poco tiempo gozó del mando. Reconocido por el Ayuntamiento el 6 de abril de 1547, lo desconoció el vecindario el 12 de junio del mismo año, ante la noticia de que el Gobernador Pedro de La Gasca, traía (/221/) carta de perdón para quienes dejaran las filas pizarristas, por lo que los vecinos de Arequipa lo desconocieron a Gonzalo Pizarro y a Lucas Martínez y nombraron en su reemplazo a Jerónimo de Villegas, como Capitán y Alférez General. A Lucas Martínez se le perdonó el destierro, por intervención del Alcalde de Lima Nicolás de Rivera "El Viejo". También había tenido encomienda en el Cuzco, en Hatun Cancha. A fines de diciembre de 1538, había manifestado contar con 28 años de edad. Lucas Martínez, con algunos amigos, y el acompañamiento de criados suyos, salió en uno de sus barcos hasta Piura para encontrarse con Vaca de Castro y

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vino con él y peleó contra Diego de Almagro "El Mozo", saliendo herido. Pero Martínez, también colaboraba con obras en la ciudad de Arequipa: en 1552 donó uno de sus terrenos para la construcción del Convento de San Francisco, obra que la inició el Padre Alonso Rincón. También vendió parte de sus terrenos para la edificación del famoso Convento de Santa Catalina. Pero la mayor parte de sus tierras eran las que iban de Ilo a Tarapacá. Dentro de este territorio se encontraban diversidad de minas, que hicieron de Lucas Martínez el millonario de los primeros tiempos de la colonia. Había nacido en Trujillo (Extremadura, España), al igual que otros conquistadores. Estando en Arica con el Corregidor Alonso Martínez de Rivera, se enteró que el Hospital Nuestra Señora de la O (Arequipa), era muy pobre, donó algunas de sus casas para que se construyera dicho Hospital el 17 de octubre de 1558. Compraba y vendía esclavos, muchos de ellos costaban hasta 500 pesos. Martínez Vegazo, había estado en la Isla Puná y participó en la toma de Cajamarca recibiendo una parte del Botín que ascendía a 135,6 marcos de plata y 3,300 de oro. Posteriormente acompañó a Francisco Pizarro hasta el Cuzco, donde también le tocó su parte del tesoro, después de destrozar los adoratorios, principalmente del Coricancha. También era marinero: firmó contrato con el (/222/) Maese Gallego, el 4 de diciembre de 1554 para la construcción de un barco y que le arregle otros. La construcción del barco le costó 250 pesos corrientes de 8 reales cada uno. La madera la ponía Martínez. Mandó traer de España el Estandarte bordado de la ciudad de Arequipa que como Alférez Real sacaba anualmente en el paseo que el día de La Asunción conmemoraba la fundación de la ciudad. Pedro Pizarro, nos relata el trabajo que se realizaba en las minas en tiempo de los Incas y primeros años de la colonia. Se refiere específicamente a las de Tarapacá "que 231

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están en unos arenales de la costa y que el metal de plata que de ella se extrae es muy rico, pues es plata blanca acendrada con quilates de oro que aparece en veneros a manera de vetas en un área como de diez leguas y que las venas tienen forma de hoja dé col. No se seguía explorando por la falta de agua y que tuvo noticia de una veta que llaman "La Veta del Sol". Tiene dos pies de ancho, toda de plata blanca que los indios tienen tapada. Cuenta de una mina que exploró el propio cronista Pizarro, de la que extraían piedras a una manera de adobes de plata blanca que no se hacía sino golpearlas con una almadana que hacía saltar una costra de piedra convertida en plancha de plata. cuenta también lo ocurrido con Lucas Martínez a quien los indios ofrecieron mostrarle "La Veta del Sol" y que estando por hacerla ocurrió un eclipse y tembló la tierra, señales que interpretaron como prohibición y dijeron entonces que aunque los matasen no descubrirían la mina. Según Miró Quesada: "El 22 de enero de 1540, el Marqués Francisco Pizarro, desde el Cuzco, otorgó al extremeño Lucas Martínez Vegazo, vecino y Regidor de la Villa Hermosa (que lo era entonces todavía Camaná) una extensa Encomienda con pueblos de Arequipa y de Tarapacá con sus Caciques y Mitimaes en un total de 1,637 indios tributarios; entre ellos un pueblo que se dice Ilo que está a la boca del Río Moquegua, con veinte indios, tiene su estancia que se dice Chiri de pescadores, con seis indios". Dos años después, el 24 de noviembre de 1542 y también en el Cuzco, (/223/) el Gobernador Cristóbal Vaca de Castro "deposita" en Hernando de Silva al "Cacique principal de la provincia y tierras que llaman Catari" y "en el Valle de Cochuna un principal que se dice Alique con 125 indios mitimaes". Y más, depositó dos pueblos que están entre los de arriba de Catari, que están despoblados que se dicen el uno Ocho y otro Coruma con los indios que allí estuvieron recogidos, que habían sido de Gómez de Tordoya, el valiente Capitán muerto trágicamente en la Batalla de Chupas” En 1544, el mencionado Hernando de Silva tuvo que canjear con otros de Martínez Vegazo 175 indios que tenía en 232

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el Valle de Cochuna. Tres años después, Gonzalo Pizarro nombró a Martínez Vegazo Teniente de Gobernador y Capitán General de Arequipa. Meses después los arequipeños tomaron preso a Martínez Vegazo por orden del Presidente La Gasca, quitándole todas sus pertenencias, pasando a propiedad de Jerónimo de Villegas. Realizando las gestiones correspondientes logró recuperar "Carima, Ilo, Arica, Tarapacá, Yumina, Capahuaya". A la muerte de Lucas Martínez, quedó como rica heredera su viuda María Dávalos, quien se casó en poco tiempo con Alonso de Carbajal. Las tierras de Carumas, de Martínez Vegazo, por orden del Gobernador Vaca de Castro pasaron a Hernán Bueno "El Viejo" here, (sic) dándolas su hijo Hernán Bueno "El Joven" quien había sido un prominente vecino, Regidor, y Alcalde de Arequipa. Sus hijos, fueron: Hernán Bueno de Arana, como el padre, que se casó con Mariana de Saavedra; Cristóbal de Arana; Pedro de Arana; Beatriz de Arana, que se casó con el .Capitán Diego de Vizcarra, Corregidor de Colesuyo; Jerónima de Miranda, que se casó con Alonso de Estrada; Clara de Arana, casada con Diego Fernández de Córdova; Inés de Villamisar, que se casó con Gonzalo de Mazuelo. Tamayo Vargas, nos agrega la siguiente novedad: "después de mil vicisitudes en que Martínez Vegazo, pierde y gana su extensísima encomienda, la hereda su viuda María Dávalos de Rivera, hija de Nicolás de Rivera, El Viejo, que se casa luego con Alonso Vargas Carbajal, Señor de Valero y quienes resultan mis más antiguos antepasados, en línea (/224/) directa, en el Perú por el lado materno. Y así "carima, hilo, arica, tarapacá, yumina, capahuaya, cochuna y moquegua me resultan intimos y aparecen entre encomiendas que pertenecen o ceden esos lejanos personajes que tanto tuvieron que ver con Moquegua y de los que algo o mucho aún queda en mi -gentes que afluyen por mis dos vertientesproyección en el trasfondo de mi conciencia". La heredera de esta gran fortuna era María Dávalos de Rivera. Era hija de Nicolás de Rivera "El Viejo", quien fue compañero de Pizarro desde Panamá. Explorador audaz, uno de los "Trece de la Isla del Gallo", uno de los cuatro a quienes 233

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agasajó con ese banquete memorable la hermosa Cacica Capullana de Chanchán, fundador de Lima, autor de su plano, repartidor de sus solares. Llevaba sangre de los Adelantados de Andalucía, famosos por la guerra con los moros, y por eso, a los honores concedidos a todos los de la primera hora, el Rey le añadió el de Caballero de la Espuela Dorada. Era de rostro atezado y cuerpo robusto, intrépido en las campañas, pero en la vida de relación excepcionalmente equilibrado, sagaz y discreto. Hizo mucho por conjugar y atemperar las guerras civiles que ensangrentaron el Perú de su tiempo. A su muerte, ocurrida en 1563, la ciudad era ya crecida y bella y él poseía una mansión alhajada de finos muebles, platería, terciopelo y damasco. Casó en Lima con Doña Elvira Dávalos Solier, de rancia progenie castellana pero nacida en la Isla La Española, hija de uno de los primeros conquistadores de este continente. Él y su esposa fundaron la capilla de Santa Ana en la Catedral de Lima, donde se enterraron, que ostenta sus escudos sobre la labrada reja y que Don José de la RivaAgüero y Osma, prócer de la Independencia y también su descendiente, propició reconstruir devotamente devolviéndole su maciza y armoniosa prestancia. Fueron sus hijos: Ana, Leonor, Alonso, Salvador, María, Isabel, Beatriz, Juan y Jusepe. Con excepción de Alonso y Beatriz que murieron jóvenes sin dejar descendencia, de Leonor cuyos sucesores no se conocen y de Salvador que siguió los estudios de fraile dominico, los demás fueron tronco de largas e historiadas familias, decoro de los siglos coloniales y republicanos. (/225/) La que nos interesa preferentemente es la línea de María, quien casó en primeras nupcias con Lucas Martínez Vegazo, encomendero de la región que va de Ilo a Tarapacá, el cual estando muy enfermo desde antes de la boda, murió a los diez días de realizada ésta (30 de abril de 1567).En realidad el matrimonio fue sólo una forma de testar. Dejó a su hermosa mujer heredera de riquísima fortuna y dilatado feudo. Ésta, uniose en nuevo matrimonio el 26 de mayo de 1575 con el Capitán Don Alonso de Vargas Carbajal Contreras y Carrillo de Mendoza, Señor de la Villa de Valero, en Extremadura, España, vinculado a ricos hombres de Castilla. Fue Caballero 234

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de Alcántara, Almirante de la Escuadra contra el corsario Hawkins en 1594 y Alcalde Lima en 1598. Su hijo Don Nicolás de Vargas Carbajal y Rivera, heredó el Señorío de Valero; fue Corregidor y gran protector del arte dramático por lo que le llamaban "El Corregidor de las Comedias". Casó con Doña Petronila de Guzmán y Tovar, de notoria nobleza, perteneciente a la Casa de Berlanga. Su hija Doña Jordana de Vargas Carbajal y Guzmán heredó el mencionado Señorío por falta de sucesión de su hermano Don Rodrigo y casó con Don Sancho de Castro y Rivera, limeño, que fue Alcalde de Lima en 1682 y que descenderá del conquistador Nicolás de Rivera "El Mozo" y de su primogénito hijo el Capitán Don Sancho de Rivera y Bravo de Lagunas, el poeta peruano a quien elogia con tanta simpatía Cervantes en el Canto de Calíope: "Que es Sancho de Rivera en toda parte Febo primero y sin segundo Marte". Tuvieron cuatro hijos, de los cuales sólo alcanzó sucesión Doña Brianda de Castro y Vargas Carbajal, a cuya línea pasó la herencia del Señorío. Ésta casó con Don José de Castro Isasaga, limeño que fue Familiar de la Inquisición y Corregidor de Jauja, además de otros cargos, y contaba entre sus antepasados a Pedrarias Dávila, fundador de Panamá. De sus ocho hijos, continuó el Mayorazgo en Don Sancho de Castro y Vargas Carbajal. Unióse éste a Doña María Jiménez de Lobatón y Azaña, hija del Presidente de la Audiencia y Caballero de Calatrava Don Juan Jiménez de Lobatón y Morales(/226/) El único vástago de éste enlace fue Doña Brianda de Castro y Jiménez de Lobatón y Azaña y por lo tanto Señora de Valero. Doña Brianda, ya nacida en el siglo XVIII, casó con el Capitán y Mayorazgo limeño Don Antonio Sancho Dávila y Bermúdez de Castilla, Alcalde de Lima en 1733-34, cuyo linaje se remonta al Rey Pedro de Castilla; poeta de las Academias de Don Pedro de Peralta y del Marqués de Casa Calderón. Procrearon siete hijos de los cuales Don Felipe Sancho Dávila y Castro, el Mayorazgo, fue el Primer Marqués de Casa Dávila, y murió sin dejar descendencia. Otros de sus hermanos fueron sacerdotes y monjas, por lo que el Señorío 235

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de Valero así como el Marquesado de Casa Dávila, pasaron al sétimo, Don José María Sancho Dávila y Castro. Este casó con Doña Andrea de Mendoza y Sánchez Boquete Ríos Navamuel y Román de Aulestia, de la Casa de los Marqueses de Montealegre de Aulestia. En la Provisión de Francisco Pizarro concediendo a Lucas Martínez Vegazo 1637 indios en Moquegua, se lee lo siguiente: "Cuzco, 22 de enero de 1540.-EI Marqués Don Francisco Pizarro, Adelantado, Capitán General y Gobernador por sus Magestades en estos Reinos, etc. Habiendo consideración que vos Lucas Martínez, vecino y Regidor de Villa Hermosa, sois de los primeros conquistadores y pobladores que conmigo pasaron de España a la Conquista y pacificación de estos reinos y os hallasteis conmigo en la prisión de Atahualpa...y sois persona de honra; en tanto que se hace el repartimiento general que está cometido a mí y al muy reverendo y magnífico Fray Vicente de Valverde, Obispo de esa ciudad del Cuzco, en vos deposito...un pueblo que se dice Ilo que está a la boca del Río de Moquegua con veinte indios que tienen una estancia que se dice Chiri de pescadores con seis indios...os deposito unos y otros en los dichos pueblos mil seiscientos treintisiete indios de los cuales os habéis de servir conforme a los mandamientos y ordenanzas reales y so la pena de ellas.- Toma de poseción.En Villa Hermoza a diecisiete días del mes de febrero de mil quinicientos cuarenta años ante el muy noble señor Garcí Manuel de Carvajal, Alcalde Ordinario de esta dicha Villa por su Majestad (/227/) y en presencia de mí Alonso de Luque, escribano de sus Majestades y de los testigos, se presentó Lucas Martínez, vecino y Regidor de esta Villa y presentó ante su merced esta cédula...y pidió y requirió a su merced la meta en la poseción de todos los indios caciques y principales...trajo ante su merced a los principales Pauca del pueblo Collopura y a Matax del pueblo Hichulla Ynmina y al principal Cayta del pueblo Uchulla Ynmina y al principal Cullimaqui del dicho pueblo...luego el dicho señor Alcalde en cumplimiento de la dicha cédula tomó por la mano al dicho Lucas Martínez y le entregó los dichos principales, y dijo que 236

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le metía y metió en la poseción de los dichos principales...siendo testigos Luis de León y Rodrigo Ximón y Juan Romo...y yo Alonso de Luque escribano de su Majestad...hecho, sacado y corregido y concertado que fue en la ciudad de Arequipa a los dieciocho días del mes de marzo de mil quinientos cuarentaiseis años...siendo testigos en el corregir Rodrigo Velásquez y Baltazar Puerta...y yo Juan de Grajeda escribano de número de Arequipa quien indico que está presentado un proceso de pleito entre el dicho Lucas Martínez y Hernando de Silva...". En la Provisión del Gobernador Pedro de La Gasca concediendo al Capitán Gerónimo de Villegas la encomienda de indios que tenía Lucas Martínez, se lee lo siguiente: "el licenciado Pedro Gasca del Consejo de Su Majestad, Presidente de estos reinos y provincias del Perú...vos Gerónimo de Villegas, según he sido informado, hace doce años que pasaste a estos reinos y a que en ellos habéis servido...siendo notorias las alteraciones de estos dichos reinos causados por Gonzalo Pizarro y sus capitanes que los tenían tiranizados y rebelados contra el servicio de Su Majestad hallándoos en la ciudad de Arequipa donde erais vecino con el buen zelo que a su real servicio teníades, prendiste a Lucas Martínez Vegazo vecino de ella que allí residía por su capitán y teniente general y redujiste las banderas que tenía...os deposito y encomiendo y para que con honestidad os podáis sustentar todos los caciques y principales indios y pueblos a ellos sujetos que tuvo poseyó Lucas Martínez Vegazo...entendiéndose que no se os (/228/) encomiendan los indios que en dicho repartimiento el dicho licenciado Vaca de Castro encomendó a Martín Pérez de Villabona...en el dicho nombre trajo y presentó ante el dicho señor justicia mayor a un indio principal que dijo llamarse Estaca señor principal de los Carumas de los contenidos en la dicha cédula...hecho y sacado fue este dicho traslado de la dicha cédula original en esta ciudad de los Reyes el diez de abril de mil quinientos cincuentinueve años, siendo testigos Luis Salazar y Francisco Palma y Domingo de Vergara y yo

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Alonso de Valencia escribano.- Dicha Provisión lleva fecha original en el Cuzco el 27 de agosto de 1548". En la información que solicitó Juan de Castro sobre la conveniencia de la permuta de Pica con Cochuna y de la utilidad que se seguiría, se manifiesta lo siguiente: "Arequipa, 20 de octubre de 1558, por 1as preguntas siguientes sean preguntados los testigos que fueron presentados por parte de Juan de Castro, vecino de la ciudad de Arequipa, sobre el pro y utilidad que a los indios de Pica en él encomendados se le seguiría en hacer trueque y cambio con Lucas Martínez Vegazo vecino de esta ciudad.- l.-Primeramente sean preguntados si conocen al dicho Juan de Castro y al dicho Lucas Martínez...y si tienen noticias de los repartimientos de Pica encomendados en el dicho Juan de Castro y del repartimiento de Tarapacá encomendado en el dicho Lucas Martínez .-II.- Si saben o vieron u oyeron decir que los dichos indios de Pica encomendados en el dicho Juan de Castro conminan con el repartimiento o indios de Tarapacá encomendados en el dicho Lucas Martínez y que los más lejanos del dicho repartimiento de Tarapacá estarán diez leguas poco más o menos.- III.- Si saben que si entre los dichos Juan de Castro y Lucas Martínez se hiciese trueque y cambio de que los dichos indios de Pica fuesen del dicho Lucas Martínez, por los del Valle de Cochuna que eran de doña Isabel Palla, vecina que fue de esta ciudad, los dichos indios de Pica recibirían gran provecho y utilidad por estar como están juntos con los de Tarapacá siendo todos unos de un encomendero.- IV.-Si saben que los dichos indios de Pica reciben gran trabajo y detrimento en traer los tributos que se (/229/) les manda como están de esta ciudad cien leguas lo cual los testigos saben y tienen por cierto no recibirían si su Excelencia del Señor Virrey les diese licencia y facultad de que los dichos Juan de Castro y Lucas Martínez hiciesen el dicho trueque y cambio y los dichos indios de Pica podrían dar sus tributos al dicho Lucas Martínez muy descansadamente en las partes y lugares donde lo dan los dichos indios de Tarapacá, digan lo que saben: El testigo Domingo Rodríguez, manifestó: que ha estado en dichos repartimientos y ha visto 238

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por vista de ojos los dichos repartimientos de Tarapacá y Pica...que tiene por cierto que si los dichos indios de Juan de Castro y los de Lucas Martínez hiciesen trueque y cambio de que los dichos indios de Pica fuesen del dicho Lucas Martínez y los diesen por los del Valle de Cochuna que eran de doña Isabel Palla...los indios de Pica recibirían gran provecho y utilidad por estar como están juntos a los de Tarapacá.- El testigo Cristóbal de Villegas.- manifestó que conoce los epartimientos porque ha estado en ellos...que si Juan de Castro y Lucas Martínez hicieren trueque de los indios de Pica con los de la Palla, que está en el Valle de Cochuna, que son encomendados a Lucas Martínez, los dichos indios de Pica recibirían gran provecho...y los dichos indios de Pica podrían dar sus tributos al dicho Lucas Martínez.- Asímismo en igual forma manifestaron los siguientes testigos: Lucas de Salazar, de 36 años de edad, Gregario Azeleque, de 35 años, Pedro de Ayala, Fernando de Salcedo.- Testigos: Hernando de Carmona y Diego de Aguilar.- Juan de Torres, escribano público". En la Provisión del Virrey Hurtado de Mendoza aprobando la permuta de las encomiendas de Cochuna con Pica entre Lucas Martínez y Juan de Castro, se manifiesta lo siguiente: "Arequipa, 29 de diciembre de 1559.- Don Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Virrey...por cuanto Francisco Fajardo en nombre de Lucas Martínez Vegazo y Juan de Castro vecinos de Arequipa, me fue hecha relación diciendo que entre ellos ha habido cierta concordia de tal manera que el dicho Lucas Martínez cede y traspasa al dicho Juan de Castro el derecho que tiene en la encomienda y (/230/) cobranza de los tributos de los indios de Cochuna que tiene encomendado porque en recompensa de ellos el dicho Juan de Castro le cede o traspasa el derecho que tiene a la encomienda y cobranza de los tributos de los indios de Pica que asimismo tiene encomendados por ciertas consideraciones...que los indios que se llaman Cochuna que fueron de Doña Isabel Palla de que son principales y caciques don Diego y Don Hernando...Lucas Martínez dijo que cedía y cedió el título que tiene a los dichos indios de Cochuna que 239

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fueron para que el dicho Juan de Castro los haya y tenga y lleve los tributos de ellos.- Testigos: Juan de Torres, Juan Góngora, Alonso de Zorita y Cosme de Chávez.- Juan de Vera: escribano.- Fecha: Reyes, catorce de febrero de mil quinientos cincuentainueve.- Por mandato de su Majestad y excelencia: Juan Muñoz Rico.- en Arequipa: a los catorce días del mes de abril de mí] quinientos cincuentainueve.- Vista la escritura por el Corregidor.- Juan de Castro para el dicho efecto trajo ante el señor Corregidor a Don Hernando Cara, cacique principal de Cochuna... Juan de Castro tomó de manos del dicho señor Corregidor al dicho Don Hernando Cara Cacique y le quitó la manta que tenía y se la tornó a cobijar e hizo otros autos de poseción... y con asistencia de Lucas Martínez y con consentimiento le tomó por las manos y le entregó al dicho Juan de Castro... el licenciado Alonso Manuel de Anaya y yo Gaspar Hernández escribano de Su Magestad fui presente con el señor Corregidor al dar esta posesión...". En el Convenio entre Hernando de Silva y Juan Vélez en representación de Lucas Martínez por los indios del Repartimiento del Pueblo de Cochuna, encontramos lo siguiente:"Arequipa, 12 de Febrero de 1544, sepan cuantos esta carta vieren cómo nosotros Hernando de Silva... y yo Juan Vélez en nombre de Lucas Martínez, vecinos de esta ciudad... Hernando de Silva por el ilustre señor gobernador Cristóbal Vaca de Castro me fueron depositados en el valle de Cochuna ciento treintaicinco indios según se contiene en la cédula y son mitimaes del Collao y el dicho Lucas Martínez dice tener derecho a ellos queríamos tratar y tratamos pleito... (/231/) yo Hernando de Silva cedo y traspaso el derecho y acción que a los dichos indios de Cochuna Traspaso en el dicho Lucas Martínez para que sean suyos... y yo Juan Vélez en nombre del dicho Lucas Martínez cedo y y traspaso el derecho y acción del principal Canche y el principal Cana que el dicho Lucas Martínez tiene en este Valle de Arequipa en los pueblos de Uchulla y Umina con todos sus indios e indias... que se llaman Canche Páucar y Cana Condorcapa... para que el señor gobernador Don Cristóbal Vaca de Castro lo confirme 240

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y apruebe.,.. yo Juan Vélez digo que si no cumplimos me obligo de dar y pagar a vos el dicho Hernando de Silva que sois presente o a quien por vos hubiera de haber dos mil pesos de buen oro de valor de cada uno de cuatrocientos cincuenta maravedís. Arequipa a doce días del mes de febrero de mil quinientos cuarentaicuatro años.- Testigos: Luis de León, Alonso Rodríguez Picado, Francisco Hernández, Rodrigo Simón.- Firmas: Hernando de Silva.-Juan Vélez". H) Manuel de Espinal, Blasco Núñez Vela y Gonzalo Pizarro. Siendo la conquista una empresa privada y no habiendo cómo retribuir a los conquistadores sus servicios, la paga no fue otra sino el reparto de las tierras conquistadas más todo el oro y la plata que poseían los indígenas, deduciendo de su valor los quintos reales que pertenecían al Soberano. Las tierras no podían dar mucho por sí solas, si no se las labraba y trabajaba y como los españoles, aunque muchos de ellos habían sido agricultores en su país de origen, en América no eran capaces de empuñar un azadón o de manejar la esteva del arado. Se hizo pues necesario echar mano de los indios y, por consiguiente a cada extensión de tierra que se concedían al conquistador le correspondía un número, mayor o menor de indios, según las regiones, los cuales estaban obligados a servirle y a trabajar en su provecho. De este modo se crearon ya desde los comienzos de la conquista los repartimientos y las encomiendas. Este despojo de las tierras que los naturales poseían pacíficamente y este servicio personal que se les comenzó a imponer, no (p.232/) pudo menos de parecer injusto a quienes tenían algún sentido de justicia. De ahí el que muchos clamaron contra el sistema y salieron en defensa de la libertad de los indios. Esta situación dio lugar a que el Rey convocase una Junta, en la cual intervino el famoso autor del "Requerimiento". el Dr. Palacios Rubio y esta Junta extendió siete proposiciones que en principio reconocían que los indios eran libres y no se les podía obligar contra su voluntad a 241

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servir. Este conjunto de disposiciones, cuyo número era de 32, se conoce con el nombre de Leyes de Burgos y fueron promulgadas el 27 de diciembre de 1512. Ante las sugerencias de que se mejoren estos dispositivos a favor de los indios, aparecieron las Leyes Nuevas que fueron aprobadas por Carlos V en Barcelona el 20 de noviembre de 1542. El padre Bartolomé de las Casas, posterior Obispo de Chiapas (México), podía darse por satisfecho, pues había obtenido lo que tanto deseaba y por lo cual había venido luchando hacía bastantes años. Pero este triunfo del insigne dominico fue efímero: pudo más el interés y ,la codicia de los que vivían a costa del sudor del indio que la razón y la justicia. Las Leyes fueron enviadas a América y a los Virreyes y Gobernadores se dio orden de promulgarlas: el descontento y alboroto que produjeron fue enorme. En el Perú se encontraba, por ese entonces, el Visitador Cristóbal Vaca de Castro, intentando poner fin al desconcierto de las Guerras Civiles entre "pizarros" y "almagros" después de haber vencido a Diego de Almagro "El Mozo", el 16 de setiembre de 1542, en la Batalla de Chupas y de haberlo ejecutado algunos meses después. En el Perú, se enteraron tempranamente de las Nuevas Leyes. Muchos meses antes de la llegada del Virrey Blasco Núñez Vela con el texto oficial para ejecutarlas, ya conocían en el Perú el texto. Ahora ya no se trataba de un enfrentamiento entre "pizarristas" y "almagristas", sino de un enfrentamiento entre Gonzalo Pizarro seguido de sus peruleros y las autoridades enviadas al Perú desde la metrópoli: Primero, el Virrey Blasco Núñez Vela, a quien venció y ejecutó Gonzalo Pizarro en la Batalla de Añaquito ( Ecuador) el 18 de Enero de 1546; (/233/) y después, el Primer Presidente de la Audiencia, el Licenciado Pedro de la Gasca, quien terminará por vencer a Gonzalo Pizarro en la Batalla de Jaquijahuana el 09 de Abril de 1548 y lo ajusticiará algunos meses después. Era Blasco Núñez Vela, natural de Ávila y hombre a la sazón avanzado en años, honrado, valiente, enérgico, leal y devotísimo al Emperador. Era duro como el clima y áspero 242

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como la tierra en que habla nacido. Se le nombró Caballero de la Orden de Santiago y había sido Corregidor de Málaga y de Cuenca. Estaba casado con Doña Brianda de Acuña en la cual tenia tres hijos. En abril de 1543 se le confirió el Título de Virrey, Gobernador y Capitán General de los Reinos del Perú, Tierra Firme y Chile y Presidente de la Real Audiencia. Llegó a Lima el17 de Mayo de 1544, en la que fue recibido con una pompa y un esplendor verdaderamente regios. El fuego había prendido y muchos, empezando por el que había de ser cabecilla del movimiento, tenían empeño en que cundiese y se propagase: la rebelión estalló. Hallábase Gonzalo Pizarro en su repartimiento de Charcas (Bolivia) en compañía de sus partidarios Bustillo , Alonso de Toro, Alonso Palomino, Antonio de Rivera, Luis de Almao, quienes se dirigieron al Cuzco. En Charcas, también el Cabildo eligió a Diego Centeno y a Pedro de Hinojoza para que se entrevisten con el Virrey Blasco Núñez Vela. Centeno se entrevistó con el Virrey y quien le impartió órdenes para Vasco de Guevara, que estaba de Corregidor de Huamanga y también para Gonzalo Pizarro que estaba en el Cusco, instándolos para que se mantuviesen fieles al Rey. Sin embargo Gonzalo Pizarro se hizo nombrar Procurador General del Perú y Capitán General, tomando para esto último, como pretexto, la necesidad de hacer frente al Inca Manco. El Virrey Blasco Núñez Vela, con fecha 25 de julio de 1544, dirigió una Carta a los habitantes de Arequipa; les hace conocer que los vecinos del Cuzco han caído en desacato contra el servicio de Su Majestad y aquéllos que están en contra del Rey serían declarados traidores y que (/234/) como tal serán castigados en sus personas y bienes, para lo cual nombró al Tesorero de Arequipa Manuel de Espinal para que a los traidores les pueda prender y secuestrar sus bienes y enviarlos a Lima presos. Le ordenaba también que a los leales debieran reunirse con él en Lima. Si alguna persona estuviera de parte de Gonzalo Pizarro y de sus secuaces, daba poder a Manuel de Espinal para que les de pena de muerte, sin proceso, para lo cual lo nombró Capitán de Su Majestad. Espinal podía nombrar uno o 243

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dos Alguaciles. Manuel de Espinal, para empezar su empresa, sólo contaba, desde el 30 de julio de 1537, con un caballo y un negro, que los había comprado en Nazca al Veedor García de Salceda por 1,600 pesos. Lucas Martínez Vegazo, el dueño de las tierras que comprendían desde Ilo a Tarapacá, en carta Fechada en Arequipa el12 de abril de 1547, dirigida el Licenciado Cepeda, dándole cuenta de haber recibido Vara de Corregidor de Arequipa y le anunciaba que había estado en Arica y que en el Callao andaba Manuel de Espinal, con diez de a caballo, robando y asaltando a los que iban por el camino, según una carta que le había enviado Pedro de los Ríos, por lo que Martínez Vegazo decidió enviar al Alcalde Alonso de Ávila con 17 de a caballo a prenderle y a castigarle. Se decía que Espinal no podía escapar porque Martínez Vegazo tenía sus espías en Tarapacá. En el Puerto de Ilo, actuaba su Lugarteniente Juan Bautista Pastene. El mismo Martínez Vegazo, en carta fechada en Arequipa el 20 de abril de 1547, dirigida a Gonzalo Pizarro, donde le comunicaba del envío que había hecho del Alcalde Ávila y también le informaba de Manuel de Espinal "que andaba robando con diez de a caballo cerca de la costa que dicen Moquegua". En una nueva carta dirigida a Gonzalo Pizarro, fechada en Arequipa el 08 de mayo de 1547, Martínez Vegazo le comunicaban que "el Alcalde Alonso de Ávila, con 17 de a caballo en el Callao en busca del Tesorero Manuel de Espinal tuvo nuevas en el camino, y fuele siguiendo por unos despoblados hasta 25 leguas desta ciudad, y en unos indios (/235/) del Rey, mitimaes, questán cerca de la Costa que dicen Moquegua, se escapó Manuel de Espinal y huyó a los despoblados de Chucuito, llevando consigo sólo un hombre que se dice Hernando Montáñez y los otros se huyeron cada uno por su parte: no se pudo tomar ninguno de ellos". Le informaba también de la situación de Sama, Arica y Tarapacá y le indicaba que "'mi repartimiento que, aunque es pequeño, vale más que toda la Gobernación de Chile".

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En una información de Testigos, en la Causa Criminal seguida en el Cuzco por el Fiscal contra Lucas Martínez Vegazo, fechada en el Cuzco el 2 de mayo de 1548, había manifestado que Gonzalo Pizarro hacía sus manifestaciones a costa de su honra y que más bien se juntó con algunos amigos para ir a servir al Virrey y que para lo cual hizo en el Puerto de Ilo una chalupa, en que entraron él y sus criados y los que pudo llevar hasta el puerto de la Ciudad de los Reyes, donde creyó encontrar al Virrey; pero los recibió Hernando de Machicao quien entró con fuerza militar en la chalupa y prendió a Lucas Martínez y lo apresó y le robó todo lo que tenía, plata y oro, y así preso, le llevó a Los Reyes, donde estaba Gonzalo Pizarro, alzado por Gobernador. Sin embargo Gonzalo Pizarro, le nombró Teniente de la Ciudad de Arequipa. Al hacerse presente con este Título en esta ciudad, le salió al frente Hernando de Silva, su enemigo capital, quien le ordenó que, dejase la espada, por lo que Lucas Martínez le respondió: "no quiero: que ya se ha hecho la fiesta sin vos"; el Capitán Jerónimo de Villegas importunó a Lucas ,Martínez, diciéndole que le convenía al servicio del Rey, y Lucas Martínez, amigo y compadre de Villegas, le hizo cabalgar en una mula y le llevó preso a Arequipa. Por ese entonces entraba también en Arequipa Diego Centeno, partidario del Virrey Blasco Núñez Vela, y Lucas Martínez se puso de su lado, peleando contra Gonzalo Pizarro en la Batalla de Huarina. Garcí Díaz, testigo de dicha batalla, oyó decir a Pizarro sobre Lucas Martínez: "Hi de pucha y qué buen amigo!". El Tesorero Manuel de Espinal también había intervenido en los litigios de Diego de Almagro y Francisco (/236/) Pizarro: escribiendo a Su Majestad, desde Lima, en la Pascua de Reyes de 1539, le decía: "que Fray Francisco de Bobadilla, se había ofrecido a Almagro a servir de árbitro, que si se ponía esto en sus manos, le prometía por el Hábito de Nuestra Señora de La Merced, cuya profesión él tenía, de darle sentencia si su Gobernación quedaba en el Cuzco y que llegasen los límites hasta 20 leguas de Lima, por encima del Cacique de Huarco y debajo del poblado de Chincha". Esto, 245

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claro, si es que era cierto. Espinal, asimismo, escribía a Su Majestad,. en junio de 1539, sobre el fallo de Bobadilla y la ejecución de la sentencia. El 23 de agosto de 1544 Manuel de Espinal y Juan de Guzmán, fueron nombrados Procuradores por Arequipa por la Real Audiencia. Blasco Núñez, viendo que los suyos y los que más adhesión a su causa habían aparentado le hacían traición y crecía su impopularidad. En un arrebato de cólera mataba a puñaladas, con su propia mano y en su propia instancia al Factor Yllán Suárez de Carbajal. El bárbaro asesinato de Yllán Suárez, colmó las medidas del sufrimiento de la Audiencia, que creyendo hallar apoyo en Gonzalo Pizarro, que se aproximaba, resolvió deponer a Blasco Núñez y despacharle a España. Abandonado de todos, fue tomado preso y conducido a los jueces. El Oidor Álvarez debería de acompañarle a España. Cerca de la Isla de San Lorenzo le dejó libre, desembarcando en Tumbes. Pizarro entró a la capital el 28 de octubre de 1544. Los Jueces tomaron a Gonzalo el juramento proclamándolo Gobernador y Capitán General del Perú. El primer acto de la administración de Gonzalo Pizarro fue mandar prender a los que habían tomado parte activa contra él. La persecución de Blasco Núñez Vela terminó el 18 de enero de 1546 en la Batalla de Añaquito (Ecuador). Combatió en ella éste último, lanza en mano, no obstante sus años, hasta que cayó de un golpe en la cabeza que le descargó Hernando de Torres, vecino de Arequipa. La cortada cabeza fue arrastrada hasta Quito y colocada en la picota. Diego Centeno, el jefe realista, se había refugiado, huyendo de Carbajal, el lugarteniente de Gonzalo Pizarro, (/237/) en Chucuito. Salió de su retiro, donde había estado un año, y al saber la llegada del Licenciado Pedro de La Gasca levantó de nuevo el Estandarte Real. El Capitán Diego Centeno levantó sus armas hasta la región de Charcas y se organizaba contra Gonzalo Pizarro, pero fue combatido por Pizarro: lo derrotaron en Huarina el 20 de octubre de 1547. Para destruir el enorme poder de Gonzalo Pizarro, el Rey de España envió a un pobre clérigo sin más armas que 246

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su capa de uso y su breviario, únicas prendas que traía consigo y que con su genio, su paciencia, su astucia y su constancia, fue bastante para conseguirlo en la Batalla de Jaquijaguana el 9 de abril de 1548 y lo ajusticiaron algunos meses después. Tenia en ese entonces 42 años, la mitad de su Lugarteniente Francisco de Carbajal "El Demonio de los Andes". Este último, al ver que sus partidarios se pasaban a las filas de Pedro de la Gasca, manifestó: "Ay mis cabellicos maire, uno a uno se los lleva el aire" y "Niño en cuna que fortuna", cuando lo trasladaban preso en un cerón de una mula. Participaron en esta batalla a favor de Rey Diego Centeno y Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile, que también había participado en las guerras de Italia. Con fecha 3 de abril de 1543, el Tesorero Manuel de Espinal habla entregado un poder al Presbítero García Yáñez, a Pedro de Porras y Antonio Hurtado para que pidieran en su nombre vecindad en Chile y reciban solares y tierras de cultivo. I) Vásquez de Espinoza: Una Relación Comparada El Padre Antonio Vázquez de Espinoza, es un agudo investigador del pasado histórico, recorriendo gran parte del territorio. Al llegar a la Cordillera que corre a todo lo largo desde Santa Marta hasta el Estrecho de Magallanes por espacio de 1,500 leguas se refiere al camino real que trazaron los Incas desde Pasto hasta Chile con una longitud de mil leguas y ancho y medio de veinte pies y con aposentos reales de tres en tres leguas, alrededor de los que se levantaban otros edificios para alojamiento, para almacenes y graneros, todos labrados de muy buena cantería "Puesta y encajadas (/238/) las piedras o peñas unas sobre otras con tan gallardo y sutil artificio que no se les conoció pusiesen alguna mezcla en medio ni otra cosa para que pegase". Recuerda el servicio de postillones con sus casetas colocadas de legua en legua y con la constante presencia de los hombres en cada una y como cada postillón corría muy prestamente tocando su cornetilla o caracol y daba al otro mensajero el recaudo o 247

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encargo y corría con él de idéntica manera, hasta alcanzar comunicación entre Quito y Cuzco, en ocho días. Haciendo alusión al otro camino de la Costa, a vista del mar, dice que tenía veinticuatro pies de ancho y "era como una calle muy derecha hecha entre dos paredes de tapias...yo las he visto en todos los más de los llanos de aquel reino". Este camino de la Costa, sale de Tumbes, atraviesa todos los valles hasta llegar a Chile, donde se junta con el otro de la Sierra. Allí donde por lo deshabitado de sus arenales no se podía levantar muros, dice el cronista: "tenían hecho y señalado el camino con piedras y palos hincados en la arena". El cronista viajero reanudó su recorrido por la Costa y habla del rocío muy menudo o garúa que al caer sobre la tierra la fecunda y hace producir mucha hierba, muy buena y de pronto los campos se ponen floridos y que en este tiempo se lleva a esas zonas el ganado, que permanece por tres o cuatro meses. Esto es las Lomas. De la ciudad de Arequipa, dice estar en la zona de Chaupiyunga y al pie del volcán, en cuya cumbre hacían los antiguos sus sacrificios. El cronista viajero que estuvo en aquella ciudad por el año de 1618 habla de una numerosa población india y de muchas casas cubiertas de paja. Su jurisdicción, dice, alcanza a Arica, Ubinas, Moquegua y Quinistaca . Cuando trata "de la Provincia de los Ubinas", dice que tiene sierras y volcanes nevados que son vistos desde Arequipa y que es mucha la extensión seca y desierta con un despoblado de más de doce leguas, que todo es arena y ceniza. Llegando a la Costa dice que encontró grandes pesquerías, de las cuales se provee todo el interior hasta el Cuzco. Recuerda que toda esta región está sujeta a fuertes (/239/) temblores y erupciones y cuenta que en el cataclismo de febrero de 1,600 "Los indios andaban con agorerías y hechicerías, y con falta de fe, decían que el mundo se acababa y que si morían, se comiese y bebiece (sic) cuanto tenían". Llegando al Valle de Ilo, anota la presencia de grandes lomas. Se detiene en el hermoso Valle de Moquegua, que es 248

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abundante y regalado, en el que se producen variedad de frutas y existen muchas chacras de maíz, frijoles, pallares y mucho ají, de que se proveen los habitantes de la Provincia de Chucuito y todas las demás tierras altas. "En el Valle de Ilo, donde hay muchos olivares, higuerales y viñas, el Licenciado Perea, que allí reside, en sus haciendas, casi a la playa tiene todos los años más de 6,000 pesos de sólo aceite; este Valle no tiene agua, porque se seca, y si en algunas partes la hay, viene por concavidades y angosturas que no puede aprovechar". El Valle de Moquegua, comenta, de quien es Patrona la Gloriosa Santa Catalina mártir de los temblores, en el se fundó la Villa de Santa Catalina, que tendrá 80 españoles de vecinos de viñas. El Río de este hermoso valle divide las jurisdicciones de las Audiencias de Lima y la de Charcas, porque todo el valle y viñas que están en la parte Norte del Río, que corre este a oeste pertenece a la Audiencia de Lima y en esta parte pone el Virrey un Corregidor para su buen gobierno y que administre justicia, cógense en esta parte más de 30,000 botijas de vino. La otra parte del Valle, hacia el Sur, donde se funda la Villa, está la iglesia de Santa Catalina donde hay algunas viñas y es de la jurisdicción de la Audiencia de Charcas, a esta parte pone el Gobernador de Chucuito un Teniente, por ser de su gobierno. Indica que en el Valle se produce toda clase de frutas que se comercian con Chucuito, pero también en el río abundan los camarones. Sigue el valle de Locumba, fértil y abundante y con buenas lomas; después habla del de Sama y del Tacana, así como del de Lluta y del de Chacalluta. Cita las poblaciones de Tarata y Putina y la de San Pedro de Tacana (Tacna), distante nueve leguas del Puerto de Arica, desde aquí fija el principio del camino a Potosí, con los pueblos intermedios de Huanta, Copataya, Acesapa, Atitiri y Achoma. Del morro (/240/) de Arica dice que en él mueren infinidad de aves marinas, lobos y pescados que corrompen el aire; por lo cual piensan que es en la otra banda de la Chimba donde debía fundarse la ciudad. Enumera los siguientes pueblos: Lluta, Socoroma, Putrex. Tocrama, Lacnama, Lupica, Sacsama, Timar, etc.

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Habla de las grandes minas de sal, muy buenas, que pudieran abastecer a todo el mundo. Pinta en seguida un panorama muy sugestivo de la inmensa cantidad de pescados que cubre la Costa perseguidos por un gran número de ballenatos, lobos marinos y peces grandes, y que al mismo tiempo atraen considerable número de gaviotas, alcatraces y otros, aparte de los cóndores que son unos negros y otros pintados y tan grandes que de un ala a la otra tienen más de dieciséis pies, y tan feroces que atacan rápidamente a los lobos marinos. Para terminar su descripción de la Costa en este extremo meridional, se refiere a Tarapacá y Pica como los dos últimos valles. Indica que en Atacama no hay valles, porque el agua de los ríos no llega pues se embebe en los arenales. Que los indios que habitan esta región son sólo pescadores, que sus casas son hechas de cueros de lobos marinos y que las hacen transportables: que con estos mismos cueros hacen sus vestidos y aún sus barcas que las construyen uniendo dos cueros llenos de viento. Que lo que pescan son congrios, tollos, lisas, bagres, jureles, atunes, pulpos, etc. Mucho de lo que pescan lo salpresan y conducen al interior. Alimentándose también de mariscos y beben aceite de ballena. El procedimiento para cazar ballenas lo describe Vázquez de Espinoza en el siguiente párrafo: "Hay en aquella Provincia cantidad de cobre, del cual hacen púas o garrochuelas menores que garrochones, éstos les ponen en unas astas pequeñas de tal suerte dispuestas y atadas por un látigo de cuero de lobo de las muñecas, van a tirar a las ballenas, las cuales de ordinario en aquella Costa duermen de medio día para arriba dos o tres horas con gran reposo y profundo sueño, sobre aguadas, y con una ala pequeña que tienen sobre el corazón se cubre la cabeza para dormir por el sol. Entonces que la ha acechado el indio cuando duerme, en (/241/) que está diestro, llega en su balsita de lobo, en que va para valerse de ellas sin que la pueda perder, y se llega donde la ballena duerme y le da un arponazo debajo del ala, donde tiene el corazón, e instantáneamente se deja caer al 250

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agua, por escaparse del golpe de la ballena y que viéndose herida se embravece, dando grandes bramidos y golpes en el agua, que la arroja con la furia y cólera que le causa el dolor, y luego tira bramando hacia el mar hasta que se siente cansada y mortal; en el ínterin el Indio vuelve a cobrar su balsita, y se viene a tierra a otear, y atalayar a donde viene a morir en la Costa, y así están en centinela, hasta que la ven parar; a donde va luego toda aquella parcialidad y parentela que ha estado con cuidado mirándola, juntos todos con los amigos y vecinos para el convite, la abren por un costado, donde están comiendo unos dentro y otros fuera de seis a ocho días hasta que el hedor no pueden estar allí; en este tiempo hinchan todas sus vasijas (que las más son de tripas de lobo marino), de lonjas de la ballena, que con el calor del sol se derriten y convierten en aceite; el cual aceite es su bebida ordinaria; estas botas o tripas de lobo son algunas tan grandes que cabe en cada una largamente una arroba de aceite, y como los indios andan de ordinario en esta comida de su ballena dentro de ella, y se untan con aquella grasa y traen los cabellos rubios como el oro, candela, y como andan tostados del rigor del sol, que hay en aquella cálida región, es mucho de ver sus figuras y cataduras negras y los cabellos rubios. Al describir el Collao, indica que los indios de esa , Región visten de lana, y las mujeres llevan por tocado un bonete negro que llaman panta, de más de media vara de alto que remata en media luna. El autor admira la enorme cantidad de ganado que sustenta esta región, y la gente se dedica a hilar la lana. La Provincia de Chucuito, afirma el cronista, es la principal del Collao con gran abundancia de pastos y ganado: todas sus poblaciones están a las orillas del Lago Titicaca. En sus islas hubo un famoso y riquísimo Templo del Sol. Recuerda el Puente que flota en el Río Desaguadero. Trata después de la Provincia de Omasuyos con el (/242/) pueblo de ese nombre. De Tiwanacu dice que se encuentran suntuosos y soberbios edificios y un cerro o collado hecho a mano donde 251

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comenzaron a edificar y allí cerca de dos grandes figuras humanas de piedra labradas con vestiduras largas y en la cabeza una diadema. Señala en el pueblo de Cara buco donde había el recuerdo de haberlo visitado un hombre divino, Hijo del Sol. Se ocupa de Copacabana y Guaqui, donde los Incas tuvieron sus Casas Reales. Cuando trata de Chuquiabo o La Paz, dice que se levanta en el Valle un Templo del Sol y un Palacio de los Incas; y cuando se refiere al Valle de Pelechuco afirma que los habitantes de la Provincia de Omasuyos tienen en él sus huertas y chacras con frutas. Estos territorios, dice, confinan con los valles de Locumba, Sama y Tacna. Encuentra un pueblo de Urus con el nombre de Challacollo y dice de aquéllos que andaban como salvajes por los campos, ríos y Laguna de Paria, sustentándose de las raíces de totora: reducidos a dicha población, poseían grandes sementeras en el Valle de Cochabamba que afirma el autor eran administradas por el Prior del Convento de San Agustín y que todo lo que producen se encierra en dicho Convento, el cual proporciona a los Urus lo necesario, "porque si no los gobernaran de esta suerte, entiendo perecerían por no saber gobernarse, guardar, ni conservar cosa alguna". Cuando el autor describe la Provincia de los Caranga pondera la gran cantidad de ganado silvestre y cimarrón que puebla sus campos, en especial huanacos, avestruces, perdices, etc. Veamos un Cuadro de Población Indígena, proporcionada por Vásquez de Espinoza, comparándola con la proporcionada en la Visita General mandada realizar por el Virrey Francisco de Toledo, principalmente en el Corregimiento de los Ubinas. (/243/)

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Vásquez l Toledo Corregimiento de Ubinas Ubinas Rocossi Carumas de Bueno Otros Carumas Cochuna Omate Quinistaca Puquinas Cheque Mitimas Toratas

los

T

V

N

M

T

V

N

M

380 378 162 140 14 82 99 82 16 117

160 123 70 47 1 17 33 30 3 29

339 689 262 167 16 101 143 94 17 129

914 440 574 446 25 192 292 238 33 271

532 440 216 199 73 128 206 125 16 -

164 134 59 42 14 26 48 40 3 -

568 504 229 208 62 102 227 131 17 -

1481 1179 617 527 195 287 483 346 33 -

ILUSTRACION: T = Tributarios V = Viejos de más de 50 años impedidos de tributo N = Muchachos menores de 17 años M = Mujeres de toda edad y estado

Antonio Vásquez Espinoza, es autor de la obra "Compendio y Descripción de las Indias Occidentales", donde da a conocer que el Río Tambapalla servía de límite entre las Audiencias de Charcas y Lima. Fue religioso Carmelita descalzo. Había nacido en Jerez de la frontera. Murió en Sevilla en 1630. Estuvo en el Perú en 1613. En 1618 realizaba estudios en Arequipa. Se calcula que por el año de 1619" se hace presente en Moquegua. El erudito inglés Charles Upson Clark, en 1919, encontró, en la Biblioteca del Vaticano, la crónica que describimos. Los datos de Toledo fueron registrados en 1575. . J) El Olivo, la Vid y la Palta La Historia del Olivo (olea europea), es muy sugestiva. Había viajado a España Don Antonio de Rivera, como representante de los Encomenderos y, a su regreso, en 1560, trajo consigo en dos tinajones muchas posturas de olivo, sacadas del aljarafe o vega de Sevilla. No llegaron vivas sino dos o tres, dice el Padre Cobo y las mandó plantar en un huerta, situada entonces en las afueras de Lima, llamada la "Huerta Perdida". Parece que sólo se logró una, (/244/) pese 253

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al cuidado que él y su esposa Doña Inés Muñoz, pusieron en que arraigase. En un principio llegaron a tener las aceitunas un precio muy alto y su producción se fue propagando en toda la Costa, principalmente en Ilo donde alcanzó su máximo rendimiento. Antonio de Rivera, cuando plantó los olivos, puso a cuidarlos a "un gran ejército que tenía más de cien negros y treinta perros". Pero la mala suerte y algún descuidado negro o de perros, resultó la desaparición de una planta de las plantas sobrevivientes que, días más tarde, apareció en Chile, donde en pocos años dio origen a un pequeño olivar. Lo interesante de la historia es que, con su influencia en la comunidad, Don Antonio consiguió la excomunión para los ladrones de su olivo, hasta que un día, a los tres años del robo, la p1anta apareció puesta en el mismo lugar de donde la habían sacado, con tan buena maña y secreto, que ni el hurto, ni la restitución supo su dueño jamás quién la hubiese hecho. Ricardo Palma, en una de sus Tradiciones, no dice que el autor del robo sería un distinguido caballero avecindado en Chile, quedando tan confundido que, en descargo de su conciencia, no sólo repuso el olivo sino que dejó una bolsa con mil pesos en los jardines del agraviado, y donó otros dos mil para el Hospital de Santa Ana, que tanto absorbía en aquel tiempo al activísimo Arzobispo Loayza. Desde entonces, los olivos plantados por Rivera fueron multiplicándose. En 1574, López de Velasco, al referirse a la Audiencia de Lima, también tocaba el tema de los olivares, refiriéndose a que, en ese entonces, también se producían productos como el aceite de oliva agregando que a corto tiempo se iba a superar esa producción. Una pequeña rama fue colocada un día en la custodia que iba a ser paseada y reverenciada por las calles en la procesión del Corpus Cristi. "Tan pobre de agua es este valle - decía el Intendente Antonio Álvarez y Jiménez- que lo único que se sustenta sin peligro son los olivares". A veces, se recordaba también su origen sevillano. Como en esa elección conventual de 1709 que (/245/) narra el Padre Cappa, en que al saberse el triunfo de Fray Alejandro Paz, natural de Sevilla, sobre Fray Pedro 254

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Zavala, vizcaíno, los partidarios del nuevo Prior se lanzaron al claustro, entonando una cuarteta: De Sevilla fue el olivo,/ primero que vino acá./ ¡Vítor por Sevilla!, !Vítor!, / !Vítor por el Padre Paz! Eran famosos los olivares de Ilo, conocidos como San José, Alfaro, Quebrada Seca, Pocoma, Tacahuay, Talamolle o Alfarillo. Al producirse la cosecha, conocida también como la "raima", se empezó a colocar sus frutos en depósitos de barro, para cambiarlos por los de madera. Se les hecha agua salada, cambiándola varias veces para quitarles el amargor. Para apurar su curación se le hecha sal: cuando la aceituna flota, es señal de que ya no requiere más sal. A través de los años se ha venido mejorando su producción, llegándose hasta conseguir su exportación, tanto de la aceituna como del aceite de oliva. El 16 de agosto de 1587, en Moquegua, Pedro de Bóbeda, vende a Diego de Ávila cien botijas de vino en 400 pesos. EI16 de julio de 1588 aparecen otros viñateros como Alonso de Andrada y Pedro de Guevara. Desde los primeros tiempos, en Moquegua se había construido una Capilla o ermita dedicada al Segundo Patrón de Moquegua, el apóstol San Bernabé, ubicada en la cima del cerro del mismo nombre hecha por Gaspar Fernández Cabeza de Vaca, maestro de primeras letras,: "ermitaño y sin votos. En dicho cerro se hacía . la fiesta dedicada a dicho santo por los productores de vinos y aguardientes. En la mañana se realizaba la misa solemne en la Iglesia Matriz y por la tarde se le llevaba en procesión a la Capilla de! Cerro, haciéndose un altar y oraciones, regresando por calle diferente al templo. Era costumbre que los viñateros proporcionaran a los religiosos una botija de vino para las celebraciones eclesiásticas, pero la costumbre se fue perdiendo y lo incómodo de su traslado de la viña a la iglesia, por lo que los viñateros prefirieron pagar a los curas tres pesos por intermedio de su representante. Esta costumbre sólo quedó en el recuerdo. (/246/) Otros de los viñateros, por el año 1597, dentro de la comprensión del pueblo de Santa Catalina de Moquegua, están: Bernabé Vélez de Córdova, Alonso de Estrada y 255

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Vizcarra, Pedro Ladrón de Guevara "El Mozo", Diego Fernández de Córdova, Alonso Fernández Andrada, Diego Fernández Godines Maldonado, Alonso de Vargas Carbajal, Bernabé Rivera Villalta, Diego Velásquez, Hernán Paria, Nicolás Hernández, Pedro Cancino, Diego Fernández Dávila, María de Sepúlveda, Antonio Delgado de Abriego, Juan de Dios Ochoa., Juan Cancino y Bilbao, Diego Fernández Talavera, Manuef de Acosta, Francisco Corzo, Juanes de Zaconeta, Cristóbal Pérez Cugate, Juan de Dios Escobar, Ramón Pérez, Diego de Ochoa, Andrés de Espinoza Velázquez, etc. En la colonia la exportación de vinos y aguardientes estaba restringida con la finalidad de dar oportunidad a los productores en España. El Virrey Enríquez, respondió que el vino se cosechaba en cantidad reducida y sólo para el gasto local. En 1584 se seguía renovando la prohibición y se encargaba al Virrey Luís de Velasco su cumplimiento, porque "van en gran aumento" y así es menester "no dar licencia para plantar viñas ni reparar las que se vayan acabando". Pero la realidad se impuso y demostró a los gobernantes la necesidad de modificar el sistema. La metrópoli olvidó que cuanto contribuyera a fomentar la riqueza en la colonia e intensificar el comercio redundaría en su provecho y más bien insistió en el régimen monopolista, ruinoso para ambas, fuera de que las ingentes salidas de oro y plata de éstos países los privaban del capital necesario para su progreso económico. Don Hernando de Montenegro, uno de los vecinos originales, en Lima, trajo la vid (vitis vinifera). La cultivó con gran cuidado y logró, por fin, obtener una cosecha suficiente como para salir al mercado en 1551. Pero a la hora de fijar el precio, el ejecutor Don Rodrigo Niño lo estableció en medio peso de oro, lo que disgustó sobremanera al dueño de las uvas y se produjo serio conflicto que llegó hasta la Real Audiencia. Eso fue con las uvas verdes (Italia). Las uvas negras llegaron a Lima por encargo de Francisco de Caravantes Toledano. (/247/) En Moquegua, la vid generó una próspera industria de vino y aguardiente que dio el tono económico al Valle durante 256

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toda la época colonial. No sólo españoles, sino también indios poderosos del Altiplano participaron en la producción de vino y aguardiente y su comercialización a gran escala permitió a algunos amasar considerable fortuna, como es el caso del cacique Gabriel Fernández Guarache, del pueblo de Jesús de Machaca (frontera peruano-boliviano) y del cacique de Pomata, Diego Chambilia. Estos productos se convirtieron en objeto de demanda para el consumo local de españoles como de indios. El aguardiente pasó a formar parte de la dieta habitual de éstos últimos. También el cultivo de la caña de azúcar se asocia a la vid, siendo de hecho el cañaveral el primer cultivo importado en Moquegua, y cuya producción se afirmó a partir del siglo XVII para atender a la creciente producción de aguardiente en la región. Las altas cuotas de producción vinícola pueden constatarse por las ruinas de las 102 bodegas coloniales que se conservan en este valle. En ellas existen todavía unas mil cuatrocientas tinajas fechadas entre 1590 y 1853 Y cuyas inscripciones aluden invariablemente a la advocación de un Santo o una Virgen. Dependencias domésticas y corrales se combinan con capillas, nichos y altares así como con estructuras relacionadas con la industria vinícola con la que se asocian los lugares, hornos y falcas para la destilación. El cultivo de la vid a gran escala tuvo también sus efectos en el medio ambiente al demandar una sobredosis de agua para el riego o interceptar el flujo hidráulico en los tramos del valle, provocando, como refería a comienzos del siglo XVIII e¡ viajero Francisco Frezier, que "El agua y los alimentos a veces faltan, especialmente el agua en 110 ya que es utilizada en su mayor parte en recorrer los ricos viñedos de Moquegua". La decadencia en la Producción de la vid, se inició tras el terremoto de 1868, viéndose acelerada por la Guerra del Pacífico de 1879-1883 y, finalmente, por la plaga de la (/248/) Filoxera que terminó asolando prácticamente todas las cepas del valle.

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Los vinos y aguardientes siempre fueron elaborados diestramente con el zumo de uvas blancas como la clásica Italia o la Albilla, o de uvas negras como la quebranta y la moscatel. Como así la fabricación o elaboración de la "chicha baya". Como así los aguardientes, como el "mosto verde", que se prepara con una morosa delectación. y que se bebe como un rito. En realidad, Moquegua ha sido el centro vinícola más importante del país, desde los primeros tiempos de la colonización española. Parece que fue Fray Vicente Valverde quien se adelantó en recomendar el cultivo de la vid en la colonia entonces recientemente conquistada. Sin referirse exclusivamente a Moquegua, pondera las excelencias de toda la Costa del Perú. "Es muy extremada tierra para viñas, a lo a que a todos parece, "decía en Carta al Emperador Carlos V, fechada en el Cuzco el 20 de marzo de 1539, y añadía: "espéranse ahora plantas, ansí de vides como de otros árboles que se traían de Guatemala". No fue de Guatemala precisamente sino de las Islas Canarias, de donde vinieron los primeros sarmientos al Perú. El introductor fue el activo Francisco de Caravantes, toledano. La fecha de la llegada de las primeras vides no puede señalarse con certeza. Córdova y Urritia, en "Las Tres Épocas del Perú", señala como año el de 1556. Pero en el libro de Cabildos de Lima, en la sesión del 7 de enero de 1549, se lee que "se acordó, porque así conviene a la República, que ninguno puede comprar fruta ninguna de Castilla, como son uvas y granadas e melones e higos, para tomar a revender", lo que indica, que ya se estaba realizando el comercio de uvas. En Moquegua, en un instrumento otorgado en Juli, por Pedro de Bóveda se hacía referencia que se vendía viñas a Diego Ávila como así cien botijas de vino por el valor de 400 pesos. En el fallecimiento de Alonso de Estrada, en Moquegua, ocurrido el 11 de mayo de 1610, y por su testamento de fecha 11 de Abril, del mismo año, se refiere a las botijas, lugares y bodegas, más la implementación utilizada (/249/) para la fabricación de los vinos en Yaravico, donde había cultivado 38,000 cepas. En 1791, el valle de 258

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Moquegua, produjo 14, 234 litros de vinos buenos y generosos que competían con los más famosos de Europa. En 1874, se produjeron 2,384,544 litros de vino "con métodos importados de Francia" y 6,791,250 litros de aguardiente puro de uva. Después de la Guerra del Pacífico, la producción bajó a 478,948 litros de vino. En 1979 se produjo solamente 15,900 litros de vino y 17,887 de aguardiente. Esta región contribuyó, con su agricultura, como ahora hace con su minería, a sostener substancialmente la economía del Perú. Las estadísticas de 1868 revelan que después de Lima, que contribuía con el 42% de las riquezas nacionales, venía Moquegua con 10% Y en tercer lugar Arequipa con 9%. Quizá también una de las primeras menciones escritas de elaboración del vino en Moquegua, data del año 1587, pero referencias publicadas de bodegas y sus propietarios nos resulta común para las primeras décadas del siglo XVII. Produjeron unas 30,000 botijas de vino a principios del siglo XVII y más de 100,000 un siglo después (una botija contiene entre 50 y 60 litros). Mucho del vino y aguardiente fue consumido al Este y Suroeste de los Andes, en el área de Puno y especialmente en Bolivia. Entre 1868 y 1884 una serie de desastres llevó a la declinación de la industria vitivinícola en Moquegua: terremotos, la Guerra con Chile y la Filoxera. Ahora, sólo aproximadamente el 2% de la tierra agrícola del Valle de Moquegua es dedicada a la Vid. Se han registrado cerca de 20 Falcas en las bodegas. Muchas bodegas tienen hornos para cocinar las tinajas (Usadas antes del siglo XVIII para fermentar el mosto); 24 hornos han sido registrados en el Valle. Las tinajas de barro originalmente fueron enterradas a la altura del hombro y ubicadas en hileras a lo largo de la "Sala de Tinajas". Tuvieron tapas de piedra calicanto, redondas y planas. Las tinajas son de forma ovalada, con un tamaño que varía entre 1.5 a 2.4 metros y un diámetro máximo de 1.1 a 1.4 metros. La capacidad de una tinaja de tamaño promedio (de 1.8 a 2.0 metros de altura) se calculó como aproximadamente 1,500 a 1,700 litros. (/250/)La fabricación de las tinajas apeló a las técnicas del enr¡6l1ado y 259

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paleteado. Estas vasijas tienen inscripciones en sus hombros e incluyen nombres de santos o personas particulares y fechas. Se han registrados 376 fechas. La mayoría, el 60% son de la primera mitad del siglo XVIII. La fecha más antigua data de 1590, hallada en el sitio de la bodega Yaravico Viejo. También hay una tinaja con fecha de 1540 en la Municipalidad de Moquegua, desconociéndose su procedencia. Muchas de las tinajas tienen también letras o símbolos cerca a la inscripción y probablemente refieran las iniciales de los fabricantes de las tinajas. Todos los nombres, fechas, etc. eran inscritos en el barro mojado de la tinaja, previo al de secado y quemado en el horno. Los hacendados de Moquegua, dieron poder a Mateo Cosío, vecino de Arequipa, el 1 de abril de 1796 para que se opusiese al plantío de viñas en la ciudad de La Paz (Bolivia) por los perjudiciales resultados que sobrevendrían a aquellos. Encargándole igualmente recabase la prohibición, a una Compañía existente en Chile, de internar aguardientes en Potosí. Cosío, era Caballero de Santiago y Brigadier de los Reales Ejércitos. En el año de 1792 era Teniente Coronel de Ejército y Coronel del Regimiento de Milicias de Arequipa. En esa época desempeñaba el cargo de Director de la Sociedad Mineralógica, establecida en Arequipa y de cuya organización, objetos y reglamento dio noticias el Mercurio Peruano, el 16 de Agosto de 1792. Fueron hijos suyos: Mariano, que sirvió en la Marina Española y estuvo en el Combate de Trafalgar en 1805. Figuró en Arequipa como Diputado Departamental, Alcalde y Prefecto; Mateo Joaquín, egresado de San Marcos, cura del Sagrario de Arequipa y Canónigo Doctoral. Pronunció la Oración Fúnebre en las exequias del Intendente José Gabriel Moscoso, fusilado en el Cuzco en 1815. Falleció en 1846. Otra hija de Cosío y hermana de los anteriores era Magdalena, casada con el Coronel Raymundo Gutiérrez, Caballero de Santiago, de quienes proceden Gregoria, esposa del Coronel Luis de Gamio; Inés, Viuda de Juan Francisco de Iscue, y la esposa del Coronel Juan A. Ugarteche, cuya hija Magdalena se casó con el General Mariano Ignacio Prado, Presidente del Perú, en 1866. (/251/) Pedro Sánchez Albo, de 260

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Oficio alfarero, hallábase en el Valle de Vítor en el año de 1569, cuando empezó la vendimia. Se le prohibió regresar a España, como quería hacerlo, para que enseñara a trabajar tinajas haciéndolo de buena gana. Le aprendió este oficio Mateo Atiquipa, quien fabricó algunas en 1570. En 1740 se beneficiaron los odres y cuero de chivo con betún en su interior después de curtidos y para ello se empleaba la brea del Cerro de Chumbi, lo mismo que para barnizar por dentro las tinajas. En aquellos Odres se hizo el carguío de vino y aguardiente para diferentes lugares. Con fecha 9 de setiembre de 1701, se da a conocer el haberse elaborado aguardiente de uva, en la Hacienda del Carmen, en el Alto de la Villa, que era de propiedad de la familia Fernández Cornejo. La palta o aguacate (Persea qratisima) (el primer nombre es quechua y el segundo mexicano) estaba extendida por todo el continente cuando vino la invasión europea. Los antiguos peruanos realizaban grandes festividades de la fertilidad en relación a la cosecha de paltas. En tumbas muy antiguas se han encontrado claras pruebas de que esta fruta era utilizada desde hace mucho tiempo en el Perú. Efectivamente, algunos estudiosos vienen considerando al palto como originario de América Central, pero otros la consideran originaria del Perú. Los estudios posteriores aclararán este panorama. En México todavía se puede encontrar especie del Género Persea, o aguacate. En los países de habla inglesa se le conoce como "abocado". Garcilaso de la Vega, señala que el palto se cultivaba en el país mucho antes que la llegada de los españoles. Las paltas de Samegua, son consideradas como las más sabrosas del Perú. La palta también es considerada como una contribución alimenticia a la civilización occidental. Los origenes de la agricultura peruana, como en todo el nuevo mundo, no ha sido aún cabalmente determinados. La agricultura del nuevo mundo (/252/) constituye un desarrollo independiente. Tanto las técnicas como las plantas cultivadas difieren notablemente de las del viejo mundo. Además la palta (persea americana) ha venido obteniendo los esfuerzos de domesticación de 261

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nuevas especies por muchos siglos. Térmica y climáticamente, los primeros siglos de nuestra era fueron los más benignos después del Optimun Climaticum. En efecto, es de suponer que la aclimatación de los cultígenos a nuevos pisos ecológicos, así como la multiplicación de las especies, habrían ocurrido con mayores ventajas durante este período, que, además, podría ser considerado como el de mayor explosión demográfica, de perfeccionamiento de tecnologías y de conocimiento de los suelos. La agriculturación debe haber alcanzado la plenitud de su desarrollo durante el período de Desarrollo Regional. En estos momentos la producción de palta moqueguana viene pasando por una etapa de crisis debido a las enfermedades y la acción de la mosca de la fruta. Esperamos que esta crisis pase pronto y se llegue posteriormente a la etapa de la exportación. K) Las Tasas del Virrey Toledo Don Francisco de Toledo, era hijo tercero de Don Francisco Álvarez de Toledo, Tercer Conde de Oropesa y de Doña Manuela de Figueroa, hija del Conde de Feria Don Gómez Suárez de Figueroa. Al tiempo de su nombramiento, Toledo gozaba de una Encomienda en la Orden de Alcántara y antes de venir al Perú, fue nombrado Mayordomo de Palacio, sirviendo de esta manera a Carlos V, especialmente en las Jornadas de Argel y luego en Italia. En 1565 se le nombró Asistente Real del Concilio Provincial que debía celebrarse en Toledo y el 30 de noviembre de 1568 se le expidió sus despachos de Virrey del Perú, tenía por entonces 52 años. No tenía esposa ni hijos. La falta de hogar le hizo poco sensible. EI 19 de marzo de 1569, se embarcó en San Lúcar, en la Armada que comandaba el General Diego Flores de Valdez, acompañado de su sobrino Jerónimo de Figueroa, (/253/) de su primo el padre Domingo García de Toledo, como así de Juan de Acuña, Diego de Herrera (Secretario), Juan de Silva (Mayordomo), Francisco de Barsana y Jerónimo 262

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Pacheco (Hidalgos los dos de la Casa de Villena y la de Oropesa). Al llegar a Lima, en el mes de noviembre de 1569, inmediatamente planificó su Visita al Virreinato en compañía de su Secretario nuevo Ruiz de Navamuel. Esto ocurría el 23 de octubre de 1570. Lo acompañaban también el Dr. Gabriel de Loarte, su sobrino Jerónimo de Figueroa, Martín García Oñaz de Loyola (Capitán de la Guardia de Toledo), Jerónimo Carabeo. Estaban también los sacerdotes García de Toledo, Pedro Gutiérrez Flores y Jerónimo Ruiz de Portillo, Provincial de la Compañía de Jesús. Se agrega, asimismo, a Luis López, Pedro Sarmiento de Gamboa (cosmógrafo). Tomás Vásquez (naturalista), Sánchez Pinedo (médico). Completaban la delegación 20 lanceros y 10 arcabuceros de a caballo. En el Cuzco se le unió los Licenciados Polo de Ondegardo y Juan de Matienzo. El camino por recorrer fue trazado así: Lima, Huarochiri, Jauja, Huamanga, llegando al Cuzco a mediados del mes de febrero de 1571. En el Cuzco se alojó en la casa de la viuda de Diego Silva, que fue hija de Rodrigo Orgóñez, quien acompañó a Diego de Almagro en la Conquista de Chile, relacionada cercana al Virrey Toledo. Propúsole Toledo al Rey, hacer del Cuzco la Capital del Virreinato, pero no fue atendido. Permaneció en el Cuzco dos años (otros dicen sólo 13 meses). Dividió a los indios en Ayllus o Parcialidades, señalando a cada uno su barrio. Comisionó al Padre Gabriel de Oviedo y al Licenciado Rodríguez, para que llevando una carta suya fueran a Vilcabamba para reducir a la obediencia al Inca Tito Cusi Yupanqui, quién falleció poco después. En su tiempo se realizaron actos ingratos como la muerte de Túpac Amaru I, al cual hizo sacar por la fuerza de Vilcabamba y tras un juicio irrisorio hizo degollar, en la Plaza Mayor del Cuzco, en el mes de agosto de 1572. El Rey desaprobó la conducta de su Virrey por Cédula datada en El Pardo el 21 de diciembre de 1573, dirigida a la Audiencia de Lima. (/254/) Su viaje lo continuó por Puno, Chuquisaca o La Plata y Potosí. A fines de 1575, regresó a Lima, pasando por Arequipa. En esta última ciudad ordenó realizar las reducciones indias de Moquegua para su mejor gobierno. 263

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Reglamentó la vida y el trabajo de los indígenas, obligándolos a vivir en pueblos de indios llamados "Reducciones"; organizó el cobro del tributo que debían pagar todos los hombres hábiles entre los 18 y 50 años. Deseoso de que los gobernantes de la colonia y las autoridades en España tuvieran una información exacta del país, encargó a notables hombres de estudio una descripción detallada de toda esta Región, especificando su realidad geográfica, las costumbres de sus habitantes y su Historia. Estas Informaciones y estudios sobre nuestro pasado publicados después, constituyen un valioso testimonio de información histórica. Toledo estuvo en Arequipa desde el18 de junio de 1575 hasta la segunda semana de noviembre del mismo año. Allí dicta una serie de Ordenanzas para el mejor gobierno de los pueblos de Moquegua el 6 de noviembre de 1575. El virrey Toledo envió a la Provincia de Colesuyo (Valle de Moquegua y pueblos aledaños) a Juan Maldonado de Buendía, quien realizó un prolijo trabajo pueblo por pueblo, cuyo documento constituye una pieza histórica fundamental para Moquegua. Informaba al Rey: "que esa Provincia se extendía desde el Río de Arequipa hasta el Río Loa con una longitud de 120 leguas y de 20 a 30 de latitud, áspero de sierras y arenales. De 226 pueblos redújelos a 22, trece doctrinas donde cada cura puede administrar sacramentos". Juan Maldonado de Buendía, no era ningún improvisado. Había luchado algunas veces aliado de Francisco Hernández Girón, otras veces en contra. Hernández Girón se rebeló contra la Audiencia de Lima, por disposiciones en contra de los encomenderos, después del regreso a España del Pacificador Pedro de La Gasca. Girón logró derrotar al ejército en la Batalla de Chuquinga, el 8 de mayo de 1554, a un primer ejército, pero en un segundo ejército enviado contra él, le derrotó en la Batalla de Pucará, el 8 de octubre de 1554, siendo condenado a muerte y ejecutado en (/255/) la plaza de Lima. Juan Maldonado de Buendía, también había tenido sus inconvenientes con el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, quien lo deportó a España, pero le 264

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perdonó la pena. En tiempos del Virrey Toledo, Maldonado de Buendía se desempeñó como Regidor de Arequipa y Lima. Vargas Ugarte, dice de Juan Maldonado de Buendía, que estando en Moquegua: "el resultado no fue, con todo, desfavorable, pues para no citar más que dos ejemplos, en el Distrito de Arequipa, en los Corregimientos de Moquegua y Arica que visitó el Licenciado Juan Maldonado de Buendía se redujeron a 22 pueblos de indios esparcidos en cerca de 226 lugarejos; se suprimieron muchos servicios personales que estaban autorizados y se devolvió a los indios buena cantidad de pesos que hablan pagado para que se les enseñase la doctrina y por otras cosas que no habían sido satisfechas, según Carta al Rey del 25 de mayo de 1575". Juan Maldonado de Buendía, tuyo el honor de ocupar la Alcaldía de Lima y como tal recibió el15 de mayo de 1581 al nuevo Virrey Martín Enríquez de Almansa. Con este Virrey vino su confesor Fray Bartolomé de Ledesma, que realizó una gran labor pastoral en Lima, por lo que cupo al Alcalde de Lima, Juan Maldonado de Buendía y a su Regidor Francisco Ortiz de Arbildo felicitarlo; pero dos años más tarde al referido lo nombraron como Obispo de Oaxaca (México), teniendo que trasladarse a ese país. Por su destacada actuación al frente de la Alcaldía de Lima, el Virrey Enríquez nombró a Juan Maldonado de Buendía por Provisión del 20 de noviembre de 1581, Corregidor de Huancavelica. La Reducción había de facilitar también el empadronamiento y Tasación de los tributos. No satisfizo a muchos esta medida y uno de ellos fue el Arzobispo de Lima, Loayza, el cual en Carta al Rey, si bien alaba lo bueno que había en las Nuevas Tasas publicadas por el Virrey Toledo, no deja de señalar como inconveniente el haber de pagar en plata ensayada. En cuanto a la manera cómo se cobraba el tributo, (/256/) comúnmente solían hacerla entregando al Corregidor en la Cabeza del Repartimiento la parte correspondiente a la corona y la que había de depositarse en las Cajas de Comunidad 265

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y del mismo recibían los indios un Certificado de Pago. Esta operación la realizaban dos veces al año, por San Juan y Navidad y como algunos residían algo lejos se les indemnizaba por el viaje emprendido. Las Cajas de Comunidad, se instalaron en cada Corregimiento, con tres llaves: una para el Corregidor y las otras los caciques y ahí se depositaba el oro y la plata de la Tasa, de donde se sacaba para pagar a los encomenderos, sacerdotes, Corregidores, caciques, fábricas de iglesias y necesidades de los hospitales. Las Principales Ordenanzas del Virrey Toledo y que deberían de acatarse en Moquegua, eran las siguientes: Ordenanzas sobre el defensor general de los indios, fechado en Arequipa el10 de setiembre-de 1575; Ordenanzas sobre las funciones que ha de tener el intérprete general de los indios en quechua, puquina y aimara, fechado en Arequipa el 10 de setiembre de 1575; Ordenanzas sobre los caciques principales, fechado en Arequipa, el 6 de noviembre de 1575; Ordenanzas sobre la doctrina y enseñanza de los indios, fechado en Arequipa el6 de noviembre de 1575; Ordenanzas sobre los que han de guardar a los indios de las Reducciones y Poblaciones, con la misma fecha que la anterior. En la Provisión de Título de Cacicazgo, dado por el Virrey Francisco de Toledo, en favor de Pedro Conta de acuerdo a la "Visita de Juan Gutiérrez Flores al Colesuyo" sobre los cacicazgos de Torata y Moquegua encontramos lo siguiente "Don Francisco de Toledo, Mayordomo de Su Majestad, Visorrey, etc. por las informaciones que mandé hacer a los Visitadores...y nombrar caciques principales de los repartimientos de este reino...según la orden que antiguamente tuvieron he acordado que se provean de aquí en adelante a los hijos de los caciques que murieran que más habilidad y cristiandad ~vieran teniendo edad para ello y no la teniendo a los hermanos y parientes y otros indios... que sean de la dicha suficiente y virtud que esta sea la más principal herencia y sucesión...pues es llano que teniendo (/257/) los dichos caciques de estas partes a los demás indios sujetos los seguirán en la dicha virtud y cristiandad y que los caciques que se hallaran que sean idólatras predicadores...de idolatrías 266

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y hechicerías y otras supersticiones o que consientan que las hagan...pierdan los dichos cacicazgos...y por el mismo caso sean desterrados de sus naturalezas...porque en la Visita que Juan Gutiérrez Flores hizo del repartimiento de Torata y Moquegua de la encomienda de la Real Corona averiguó que el Cacique principal de la parcialidad de Hurinsaya Don Pedro Conta...es de habilidad y de suficiencia y de buen ejemplo...dado en la ciudad de Arequipa a 2 de octubre de 1575". Esta situación muchas veces daba lugar a rivalidades entre los caciques y las comunidades de Moquegua. Tan es así que en el año de 1593, el Corregidor de Moquegua, Don Diego Mazo de Alderete, dictaminaba sentencia en favor de Don Martín Cutipa, como cacique único del Colesuyo. Se daba así por concluido un pleito iniciado veinte años atrás por los derechos al cacicazgo entre los titulares de Torata y Moquegua, correspondientes a sendas parcialidades de Hurinsaya y Hanansaya. El pueblo de Moquegua (Cacicazgo de Hanansaya), pasó a ser sede del Corregimiento en el que esta región quedó inscrita. El sistema de Reducciones homogeneizó a la población indígena del Colesuyo, formado en gran parte por mitimaes llegados de los Señoríos Aymara, Lupaca y Pacajes, de las orillas del Lago Titicaca. El Cacique Martín Cutipa, en 1592, era descendiente por línea directa de Tacasi, quien había sido nombrado primer cacique de Hurinsaya por el Inca Huayna Cápac hacia 1530. Este cacique presentó pleito contra Don Pedro Conta, descendiente a su vez en línea directa de Pari, que fue su seguidor de Tacasi en esa misma parcialidad. Por su parte la candidatura de Hanansaya había desaparecido tras la muerte, hacia 1590, de su último titular, Don Carlos Pacaxa, no habiendo candidatos que la reclamaran habida cuenta de que en esa parcialidad no se reconocían derechos hereditarios. La legitimidad del Cacique Carlos Pacaxa, fue desestimada por el Visitador Juan Gutiérrez Flores, en 1573. (/258/) La Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1975, con la Introducción y Versión Paleográfica del Noble David Cook y los estudios del Dr. Alejandro Málaga Medina y 267

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Therese Bouysse Cassagne, realizaron el estudio correspondiente a la "Tasa de la Visita General de Francisco de Toledo", cuyos puntos importantes referentes a Moquegua, son los siguientes: 1) UBINAS El repartimiento de Ubinas está puesto en la Corona y Patrimonio Real de Su Majestad en el cual se hallaron por el año de mil quinientos setentaitrés, 532 indios tributarios; 174 viejos e impedidos que no pagan tributo; 578 muchachos de 17 años para abajo; 1481 mujeres de todas las edades y estados. Por todas son 2745 personas. TASA: De los dichos indios tributarios se sacan seis para caciques y los que restan pagan cada año 2,104 pesos de plata ensayada y marcada, 63 piezas de ropa de algodón de hombre y mujer por mitad a dos pesos de la dicha plata cada pieza montan 126 pesos. Suma y vale toda la dicha tasa con el precio de la dicha ropa de algodón y abasca 2630 pesos de plata ensayada y marcada. Sácanse de la dicha tasa: 550 pesos de plata ensayada y marcada que se dan de salario a un sacerdote clérigo que doctrina a los dichos indios. 329 pesos de la dicha plata para justicias y defensores de los indios conforme a las dichas provisiones del residuo general quedan para el dicho efecto los 290 pesos y lo que resta es para los dichos indios. 180 pesos de la dicha plata para el sustento y salario de los dichos caciques. Monta todo lo que se saca para los dichos efectos 1059 pesos cada año. Restan de la dicha tasa para Su Majestad 1045 en plata y más la dicha ropa de abasca y algodón los cuales se cobran por Hacienda Real (Plata 1405 ps. Y la ropa) (/259/) 1) CARUMAS El repartimiento de Carumas (como así los indios de Tarapacá, Pica, Loa, Lluta, Arica, Loeyte, Guaypaz y Yuminas), tiene en encomienda en segunda vida Doña María Dávalos, sucedió en ellos por muerte de Lucas Martínez 268

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Vegazo, su primer marido, con el cual trajo pleito sobre los dichos indios el Fiscal de Su Majestad por culpado en la alteración de Gonzalo Pizarra o Francisco Hernández Girón y por ejecutoria del Real Consejo de Indias, fue dado por libre de dicho pleito y amparado en la posesión de sus indios y con este titulo los posee la dicha Doña Marra Dávalos como sucesora del dicho Lucas Martínez Vegazo, la cual está al presente casada con Don Alonso de Carbajal. En la dicha Visita que por orden del Virrey Don Francisco de Toledo se hizo en estos reinos se hallaron en los dichos repartimientos los indios e indias siguientes: En los Carumas: 199 indios tributarios y 42 viejos e impedidos de tributo. 208 muchachos de 17 años abajo. 527 mujeres de todas las edades y estados. Son todas 975 personas. Tasa de los Carumas: De los 199 indios tributarios de los Carumas se sacaron dos para caciques y los que restan pagan cada año 806 pesos y 4 tomines de plata ensayada y marcada. 70 piezas de ropa de algodón a 2 pesos de la dicha plata, cada pieza montan 140 pesos. 30 fanegas de trigo a 6 tomines la fanega valen 22 pesos y medio ensayados. 20 fanegadas de maíz a 6 tomines la fanega montan 15 pesos de la dicha plata. 156 gallinas a un Tomín, montan 19 pesos y medio ensayados. (19 ps. 4 ts.). Suma esta tasa de los Carumas 1083 pesos y cuatro tomines de plata ensayada y marcada. Tasa de los Carumas: 275 pesos de plata ensayada y marcada para la doctrina de los dichos indios. 124 pesos de la dicha plata para justicias y defensores de los indios y conforme a las dichas provisiones del residuo se aplican para el dicho efecto 180 pesos y lo demás a la comunidad de dichos indios. 20 pesos de la dicha plata para salarios de los dichos caciques. (/260/) CARUMAS DE HERNAN BUENO. El repartimiento de los Carumas que tiene y posee Hernán Bueno es por sucesión de Hernán Bueno, su padre, difunto a quien lo encomendó el Licenciado Pedro de la Gasca y el Marqués de Cañete, Virrey 269

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que fue de estos reinos, hizo nueva encomienda de este repartimiento al dicho Hernán Bueno por dos vidas no obstante que por muerte de su padre había sucedido en los dichos indios en segunda vida y por este título los posee. Halláronse en el tiempo de la dicha visita general 216 indios tributarios.59 viejos e impedidos que no pagan tasa. 229 muchachos y mozos de 17 años abajo. 617 mujeres de todas las edades y estados. Son todas 1121 personas. TASA: de los dichos 216 indios tributarios se sacan dos para caciques y los que restan pagan el tributo 963 pesos de plata ensayada y marcada en cada año. 80 piezas de ropa de algodón de hombre y mujer por mitad a dos pesos ensayados cada pieza montan 160 pesos. 40 fanegas de trigo a 6 tomines, de la dicha plata montan 30 pesos. 20 fanegas de maíz al mismo precio valen 15 pesos ensayados. 72 gallinas a un tomín montan 9 pesos de la dicha plata. Suma y vale toda esta tasa 1177 pesos de plata ensayada y marcada. Tiene de costas: 270 pesos de plata ensayada y marcada que se sacan de la dicha tasa para el sacerdote que doctrina dichos indios; 270 pesos. Se sacan otros 148 pesos de la dicha plata para salarios de justicias y defensores de los indios, aplicáronse después 129 pesos para el dicho efecto y lo que sobra se vuelve a los mismos indios. 20 pesos de la dicha plata que se sacan para los dichos caciques. Montan todo lo que se saca para los dichos efectos 438 pesos cada año. Restan de la dicha tasa libres de costas para el encomendero 525 pesos en plata y más todas las dichas especies de la tasa declaradas: (Plata 523 ps. y especies). (/261/) 3) ILO e ITE También de propiedad de Lucas Martínez Vegazo y después de su esposa María Dávalos, la tasa era la siguiente: de los 50 indios tributarios de Ilo e Ite se sacó un cacique y los que restan pagan en cada un año 220 pesos y 4 tomines de plata ensayada. 70 arrobas de pescado seco de la mar a 4 270

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tomines la arroba montan 35 pesos ensayados. 112 aves de Castilla a un tomín cada una montan 14 pesos ensayados. Suma toda la dicha tasa 269 pesos y medio de plata ensayada y marcada. De la tasa de Ilo e Ite: 69 pesos de plata ensayada para la doctrina de los indios y por las dichas provisiones del residuo se aplican para esto solamente 22 pesos y lo demás a la comunidad de los dichos indios (33 pesos). 4 pesos para el salario de un cacique de éstos indios. 18 pesos de la dicha plata los 12 para su doctrina y los 6 para las dichas justicias de que se aplicaron por las dichas provisiones del residuo 2 pesos a la comunidad de estos indios. Suma y monta todo lo que se saca de las dichas 6 tasas para la paga de las dichas costas generales 2772 pesos cada año. Restan de todas las dichas para la dicha encomendera (Plata 3595 ps. 4 ts.) libres de las dichas costas 3595 pesos y medio en plata y más todas las dichas especies que valen 696 pesos. Junto monta 4291 pesos y medio ensayados. 4) PUQUINA La propiedad de los repartimientos de los Puquinas (también Aravaya, Copoata, Chichas, Guasacache, Orejones y Yuminas), que fueron de Diego Hernández de Mendoza, difunto, encomendó el Virrey Don Francisco de Toledo por dos vidas a Diego de Porres, vecino de la ciudad de Arequipa, (/262/) con las sobras de los tributos de ellos pagada la situación que en ellos tiene el capitán Martín García de Loyola de 1500 pesos ensayados de renta que el dicho Virrey Don Francisco de Toledo le situó e hizo merced en los dichos repartimientos libres de todas costas y por dos vidas están ambos en primera vida. En la visita general de este reino que se hizo por orden del dicho Virrey se hallaron en los dichos repartimientos los indios e indias siguientes: En los Puquinas: 125 indios tributarios. 40 viejos e impedidos de tributo. 131 muchachos de 17 años abajo. 346 mujeres de todas edades y estados. Son por todas 271

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642 personas. Tasa de los Puquinas: de los 120 indios tributarios de los Puquinas se sacan 2 para caciques y los que restan pagan en cada año la tasa que se sigue: 553 pesos y 4 tomines de plata ensayada y marcada. 40 vestidos de algodón de hombre y mujer por mitad a 2 pesos cada pieza montan 80 pesos. 20 fanegas de maíz a 6 tomines la fanega, 15 pesos de la dicha plata. 20 fanegas de trigo a peso la fanega, montan 20 pesos. 64 gallinas a tomin, 8 pesos. Suman esta tasa 676 pesos y 4 tomines. Sácanse de las dichas tasas por costas generales lo siguiente: 145 pesos de la tasa de los Puquinas. 77 pesos de plata de la tasa de los Puquinas, de estos se aplican para las dichas justicias 67 pesos y los 10 se vuelven a los indios. Para los caciques de los dichos repartimientos: 30 pesos. 5) OMATE El repartimiento de Omate tiene en encomienda por dos vidas Francisco Fernández Tarifeño por encomienda y merced que le hizo el Virrey Don Francisco de Toledo. Está en primera vida en la cual se hallaron al tiempo de la dicha Visita general 128 indios tributarios. 27 viejos e impedidos de tributo. 102 muchachos de 17 años abajo. 287 mujeres de todas las edades y estados. Que por todos son 543 personas. (/263/) Tasa: Sácanse dos caciques de los dichos indios tributarios y los que restan pagan cada año la tasa que se sigue: 346 pesos y medio más 4 tomines. 200 fanegas de trigo a peso y 2 tomines de plata la fanega montan 250 pesos. 100 fanegas de maíz a 6 tomines fanega montan 65 pesos. 172 gallinas a tomín valen 21 pesos y medio. Suma y vale la dicha tasa toda 693 pesos. Sácanse de ellos: 148 pesos para la doctrina de los indios. 88 pesos para salarios de justicias y defensores de los indios, de estos se aplicaron después los 77 pesos y lo demás se vuelve a los dichos indios. 30 pesos para salarios de los caciques. Todo lo que se saca de esta tasa para las dichas costas monta 266 pesos cada año. Restan para el encomendero libes de las costas 80 pesos y medio, más las especies. 272

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6) QUINISTACA El repartimiento de Quinistaca tiene en segunda vida Doña Isabel Vaca, que al presente está casada con Juan Durán de Figueroa y ambos fueron a los reinos de España con licencia del Virrey Don Francisco de Toledo; habrá dos años que la dicha Doña Isabel Vaca sucedió en el dicho repartimiento por muerte del Bachiller Cantalapiedra, difunto su primer marido, a quien los encomendó el Licenciado Pedro de La Gasca. En el cual se hallaron al tiempo de la dicha visita general 206 indios tributarios. 48 indios impedidos de tributo. 227 muchachos y mozos de 17 años abajo. 483 mujeres de todas las edades y estados. Que por todos son 984 personas. Tasa: de los dichos indios tributarios se sacan dos para caciques y los que restan pagan de tributo en cada un año 918 pesos. 50 piezas de ropa de algodón de hombre y mujer por mitad a 2 pesos cada pieza, montan 100 pesos. 60 fanegas de maíz a 6 tomines montan 45 pesos. 38 fanegas de trigo a peso la fanega montan 8 pesos. 168 gallinas a tomín cada una montan 21 pesos. Suma y vale la dicha tasa 1122 pesos. 239 pesos para la doctrina de los dichos indios. 128 pesos para salarios de justicias y defensores de los indios se aplican solamente 101 pesos y lo que resta se vuelve a los dichos indios para la comunidad. 30 pesos para los caciques. Monta todo lo que se saca para los dichos efectos 397 pesos cada año. Restan de la dicha tasa libres de costas para el encomendero 521 pesos y más toda la dicha ropa y especies. (/264/) 7) COCHUNA Los repartimientos de Cochuna (incluida también Socabaya y Porongoche), son de La encomienda de Juan de Castro "El Cochuna", que tiene por dos vidas con Título del Marqués de Cañete que se lo encomendó, y el de Socabaya y Porongoche: lo tiene por la vida de Ana Gutiérrez, su mujer, la cual sucedió en él por su muerte de Martín Pérez de Lescano, su primer marido. Halláronse en los dichos 273

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repartimientos en la visita generar los indios e indias siguientes: En Cochuna: 73 indios tributarios. 14 viejos e impedidos de tributo. 62 muchachos de 17 años abajo. 195 mujeres de todas edades y estados. Son personas 344. Tasa de Cochuna: de los 73 indios tributarios de Cochuna se sacó uno para el cacique y los que restan pagan de tributo en cada año 198 pesos. 80 fanegas de trigo a peso y medio la fanega, montan 120 pesos. 104 fanegas de maíz a seis tomines la fanega montan 78 pesos. Monta esta tasa 396 pesos. Costas: de la tasa de Cochuna, se saca en cada año 105 pesos son 50 para l la doctrina de los indios y 6 pesos para su cacique y 49 pesos para las justicias y defensores de los indios a los cuales se les paga solamente 42 pesos y los demás se vuelve a los dichos indios. Que descontados de las dichas tasas restan para el encomendero libres de costas 93 pesos. (/265/) El Virrey Francisco de Toledo, achacoso, padeciendo el mal de gota y de cálculos al hígado, el Virrey escribió al soberano pidiendo relevo. Le decía que había cumplido su misión, que el Perú estaba aquietado y que habla fundado muchas ciudades a lo largo de su territorio. Que ya estaba casi terminada la visita a los indios que por su orden habla emprendido v multitud de funcionarios y que también quedaba instalado el Tribunal de la Inquisición. La Universidad de Lima había recibido igualmente sus beneficios y los hijos de los caciques tendrían pronto sus colegios, pues ya habla mandado su erección. Su ideal había sido dar escuelas a todos los indios del Virreinato, pero esto, por la falta de rentas, le había resultado poco menos que imposible. Mas el monarca pensó que Toledo podía poner término a la Guerra de Chile y seguir sirviendo de freno a la Audiencia; que él, mejor que nadie, debía terminar la fortificación del Estrecho Magallánico; en otras palabras, que deberla seguir al frente del Perú. Por eso tardó en buscarle sucesor. Pero a la postre, informado el Rey de la mala salud de Don Francisco, nombró para reemplazarlo a Don Martín 274

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Enríquez Almanza. Don Francisco de Toledo podía regresar a España a descansar. Pero desembarcado en Castilla, cuando esperaba que el monarca le agradeciera sus servicios, Felipe II se mostró frío con él. La leyenda sostuvo muchos años que el Rey prudentemente le habla dicho: "Idos a vuestra casa, Señor de Toledo, que yo os envié al Perú a servir a reyes y no a matarlos". Pero esto no es verdad. Lo cierto fue que una grave acusación nacida de la calumnia, hizo que el Consejo de Indias lo creyera deudor de gruesas sumas y le confiscara 40,000 pesos. Amargado y triste, Don Francisco marchó entonces a su casa de Oropesa. Lo hizo por decisión propia y no bajo pena de destierro por haber muerto al último Inca. Allí vivió esperando el fallo de la justicia. Pero este llegó demasiado tarde. (/266/) Sólo después de su fallecimiento se comprobaría su inocencia y retiraría su acusación la Corona. Recluido en su natal Villa de Oropesa, dedicó sus postreros días a edificar un Colegio que confió a los jesuitas, un Hospital en que se pudiesen atender los enfermos comarcanos, y un Seminario donde siguieran estudios eclesiásticos todos los muchachos de la Villa que tuviesen vocación. No contento con lo hecho, creó unas rentas perpetuas para casar a las huérfanas pobres. Falleció en la Villa de Escalena, el sábado 21 de abril de 1582, entre las ocho y las nueve de la noche. Conforme a sus últimos deseos se le sepultó tres días después debajo del altar mayor de la iglesia de San Bernardo de Oropesa. Dicen que se enterró allí para que siempre lo pisaron los sacerdotes que en dicho altar dijeran misa. Austero hasta con la piedra de su sepultura, prohibió esculpir en ella su escudo de armas o largos epitafios, conformándose con que se pusiera: "Aquí está sepultado Don Francisco de Toledo, de la Orden y Caballería de Alcántara". L) Doña Usenda de Loayza y Bazán El Intendente Antonio Álvarez y Jiménez, no sólo fue una magnífica autoridad, sino también un gran investigador de 275

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la Historia de Moquegua. Los trabajos de Álvarez fueron publicados por el Padre Víctor M. Barriga, en 1941, pero también proporcionando para Moquegua el fruto de sus trabajos históricos. Se tenía conocimiento, hasta 1791, que muchas de las haciendas de Moquegua eran administradas por el Convento de los Mercedarios de la ciudad del Cuzco dadas en contrato enfitéutico, por lo que Álvarez y Jiménez, estando en Moquegua, con fecha 23 de setiembre de 1791, oficiaba al Subdelegado del Partido, Alcalde, Regidor y Conde de Alastaya, le informen sobre los bienes o terrenos que ocupaban en este valle, las Haciendas pertenecientes al Convento de Religiosos Mercedarios de la ciudad del Cuzco; (/267/) cuántas son éstas; qué origen trae su dominio y propiedad; cuál puede ser su valor; quiénes la poseen en el día; qué cánones satisface cada una; a cuánto asciende el todo de estos por cada año; qué tiempo es el señalado en los enfiteusis, etc. Esta información era solicitada al Alcalde Ordinario de 1er. Voto y Regidor Decano, Coronel Manuel Modesto de Artieda, Juan Antonio del Piélago y el Conde de Alastaya, a lo que respondieron que para dar la debida y más completa razón era necesario mucho tiempo, pero que adelantaban lo siguiente: "el terreno de que goza y de que tiene directo dominio la Comunidad de La Merced del Cuzco en este valle llega a dos y media leguas por una y otra banda del río en todo lo que se extiende hasta los cerros, desde parte del Pago de Corpanto hasta la Rinconada o Angostura, a excepción de cuatro haciendas que su primer Autor o donante de esta tierra dio en ella para que hicieran en canje de la construcción o plantío de otra, en los principios que la hubo, como que fueron las primeras viñas que se pusieron en el valle". Estas 4 haciendas así excepcionadas de todo dominio del Cuzco pertenecían en 1791 a los herederos de Cristóbal de Carbonera y las poseían Isabel y Apolinar de Carbonera, en el Pago de Cupina. También Vicente de la Torre y Agustín de Mendoza con los mismos Isabel y Apolinar, en el Pago de Sacata; fuera de la Hacienda Santo Domingo, en el dicho 276

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Pago de Cupina, que la poseía Pablo de Vizcarra y que no ha podido saberse la razón de excepcionada de la propiedad de los Religiosos, estando incluida en el mismo terreno. El sacerdote e historiador Víctor M. Barriga, comenta lo siguiente: "Doña Usenda de Loayza y Bazán fue casada tres veces: la primera con Don Diego de Vargas y Carbajal, Caballero de la Orden de Alcántara (1624); la segunda con Don Alberto Cervantes y Carranza, Caballero de la Orden de Calatrava (1628); y por último con Don Diego Sandoval, Caballero de la Orden de Santiago (1639); no tuvo descendencia". (/268/) El mismo Padre Barriga, tomando una cita del historiador moqueguano Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, en 1941, comentaba: "en tiempo de los dos primeros maridos hizo trato con Don Cristóbal Rodríguez Carbonera y con el Licenciado Don Domingo Pérez, cura y vicario de Moquegua, para que éstos cultivasen las viñas, alfalfares y huertas, todo lo que pudiesen del Valle de Cupina propio de ésta señora, y después partieron por la mitad una parte para su dueña, Doña Usenda y la otra parte para los dos dichos señores Carbonera y cura Vicario Pérez". "Que este con el número de 100 a 120 fanegadas informaba el Intendente Álvarez al Rey de España- le hubo Don Alonso de Vargas Carbajal, Caballero de la Orden de Alcántara, por compra que hizo a S.M. en cantidad de 3,000 pesos, por lo que, y por los distinguidos servicios le hizo merced el Exmo. Señor Don García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Virrey que fue de estos reinos, según por menor consta del Superior Despacho y Título que citan, librado el 26 de enero del año de 1596. Que por muerte de dicho Don Alonso heredó estas tierras su hijo Don Diego de Vargas Carbajal, Caballero de la misma Orden y marido que fue de Doña Usenda de Loayza y Bazán, de cuyo matrimonio, no habiendo tenido sucesión, muerto Don Diego instituyó heredera suya a su mujer Doña Usenda y ésta en su fallecimiento al Convento de la Merced del Cuzco con varias pensiones; y que de allí le viene el dominio y propiedad de “dichas tierras".

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El Padre Barriga, al realizar una escueta biografía, en 1941, manifestaba: "Don Alonso de Vargas y Carbajal, era natural de Trujillo, en España, hijo legítimo de Don Diego de Carbajal, Señor de la Casa de Valero y de Doña Elvira de Contreras; casado con Doña María Dávalos viuda del Capitán Lucas Martínez Vegazo. Falleció en la ciudad de los Reyes el 8 de noviembre de 1607 y dispuso ser enterrado en la Capilla de Santa Ana de la Catedral. Su testamento se abrió a petición de Don Juan Dávalos de Rivera y Don José de Rivera, Alcalde Ordinario y Pedro Gonzáles de Contreras, Escribano de Su Majestad". Su esposa María falleció el 17 de mayo de 1608. Sus hijos fueron: Diego Domingo, Nicolás y Elvira. Se habían casado el 25 de mayo de 1575, después de 8 años de quedar viuda María”. (/269/) El Convento de La Merced, del Cuzco, desde los primeros años de su fundación en aquella ciudad, tenía por Patrón a Don Juan Alonso Palomino, sus herederos no cumplieron con las obligaciones estatuidas por lo que se dio por cancelado ese Patronato y lo tomó Doña Usenda de Loayza y Bazán por escritura del 18 de julio de 1639, ante el Escribano Francisco Ruíz Negrete, dando al Convento del Cuzco 300 fanegadas de tierras y viñas con sus casas y bodegas en el Valle de Moquegua, con el cargo de cancelar las deudas y obligaciones que las afectaban: pagar 4,000 pesos por un lado y 1,900 por otro; 30,000 a los indios de Collana Aymara; 30,000 a los Conventos de Santo Domingo, San Francisco y San Agustín, para lo que fue necesario vender algunas propiedades. Doña Usenda mandó que se fundase en el Templo de La Merced una Capellanía de misa diaria con renta anual de 2,000 pesos y 40,000 de capital; 9 misas solemnes con sermón en las Fiestas de la Virgen, con 500 pesos de dotación y 10,000 de capital; 2 Capellanías, una de 130 misas anuales y la otra de tres semanales con 675 pesos de renta y 13,500 de capital; otra Capellanía para un sobrino de la fundadora de 50 misas y 2,000 pesos de capital. Donó también, en 1641, las casas de su morada donde después se establecieron los Carmelitas Descalzos, con varias obligaciones de 18,000 pesos que los mercedarios 278

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tuvieron que pagar. Esas casas las donó para el Colegio de los Coristas de la Orden, que no llegaron a ocupar por los gravámenes que tenía y de las rentas de Moquegua debía destinarse 8,000 pesos para dotación del Rector, Regente y demás cargos y profesores, libros, vestidos, etc. El Colegio debía llevar el nombre de San Pedro Nolasco, guardar los Estatutos del de la Vera Cruz de Salamanca y enseñar la doctrina de Santo Tomás, y de no cumplirse con estas condiciones todo debía pasar al Convento de San Agustín donde se enterró una hermana de su padre y la Capellanía de 10,000 pesos que tuvo que dotar La Merced. Estas tierras fueron dadas por los Mercedarios en enfiteusis a los vecinos de Moquegua, para que explotaran las viñas base de la riqueza de esta valle. (/270/) En los días de la Independencia Nacional Don Simón Bolívar, exigió del producto de esas heredades una renta anual de 8,000 pesos para el sostenimiento del Colegio Nacional de la Villa de Moquegua, situación que obligó a los religiosos a proponer un nuevo plan a los enfiteustas con un tanto de recargo, lo que originó las naturales protestas y por fin se negaron en absoluto a satisfacer los pagos adeudando por ese concepto más de 40,000 pesos. A fuerza de pleitos se pudo conseguir en el último cuarto del siglo pasado que reconocieran sus obligaciones con la acumulación de los devengados; entonces los enfiteustas apelaron a las malas y, como dicen algunos autores "compraron en Lima a la justicia" y fuera de toda ley se quedaron con todas las propiedades, que habían sido de Doña Usenda y que a su vez las donó al Cuzco a los religiosos. Montenegro y Ubaldi, por su parte, realiza el siguiente comentario: "En tiempos de los dos primeros maridos (Vargas Carbajal y Alberto Cervantes y Carranza), hizo trato con Don Cristóbal Rodríguez Carbonera y con el Licenciado Domingo Pérez, cura y Vicario de Moquegua, para que éstos cultivasen sus viñas, alfalfares y huertas...la parte que perteneció a Don Cristóbal Rodríguez Carbonera, la posee esta familia hasta el día de hoy (31 de julio de 1840). La parte del cura Don Domingo Pérez, no se tiene noticia quién la posee...se fue a 279

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España con condición de que cada año mandase fe de vida; así lo ordenó y dispuso el Obispo de Arequipa Don Pedro de Villagómez...dejó de mandarla según consta en el documento del 15 de octubre de 1640...Doña Usenda de Loayza y Bazán, testó en el Cuzco, en junio 25 de 1646, testamento cerrado, ante Bartolomé de Arce, escribano público y de Real Hacienda. En el Protocolo de 1650, en fojas 340 del oficio del Cabildo, se hallan en testimonio, con cabeza y pie, varias cláusulas de este testamento. Sus albaceas son el Dr. Francisco Calderón de Robles, Deán de la Santa Iglesia, su hermano, Caballero del Hábito de Santiago, Don Alejo de Salas y Valdez, su primo, Caballero de la Orden de Calatrava; Don Juan de Salas, su primo, feudatario de esta dicha ciudad del Cuzco (/271/) y Fray Marcos de Medina, de la Orden de Nuestra Señora de Las Mercedes, albacea testamentaria quien presentó los títulos de sus haciendas, que comprenden desde la angostura del Río Osmore, hasta las tierras de los indios de Carumas, que es compra y merced que se le hizo por el Exmo. Don Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Virrey de estos dominios a Don Alonso de Vargas Carbajal, en cuyo derecho sucedió Doña Usenda de Loayza y Bazán, y en el suyo, por herencia los religiosos de Nuestra Señora de La Merced de Cuzco". Las haciendas que iban desde el Pago de Corpanto hasta la Rinconada o Angostura, en 1791, eran 35 (con excepción de las cuatro nominadas que no pertenecían a los religiosos del Cuzco). Estas 35, subdivididas en varios Sucesores, pasaban de 50 los poseedores, que las habían comprado en .infiteusis a los religiosos por 3 vidas de a 50 años cada una los más y algunos por nueve arrendamientos, cumplidores en 81 años. En 1791, la mayor parte de éstos compradores estaban en principios del goce de la Segunda Vida, a segundos 50 años, de modo que les faltaba más o menos 80 a cada uno, de acuerdo a la escritura. En dicho año se hizo una valorización de las haciendas, alcanzando el millón trescientos mil pesos. El canon que pagaban esos deudos a los religiosos del Cuzco era de 17,000 pesos anuales. Se calculaba que para una Segunda Vida, llegaría a 280

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30,000 pesos y que para la Tercera y última llegaría a 80,000 pesos. Ese año de 1791 las 35 haciendas produjeron más de 72,000 botijas de vino, pagándose un peso por botija. El Convento de La Merced, del Cuzco, evoca los más intensos días coloniales. Allí están enterrados los dos Almagros (El Viejo y el Mozo), como así también Gonzalo Pizarro. Dicho convento cayó por tierra en el terremoto de 1650. Al ser reedificado muestra hermosas líneas. En ningún otro convento hay un claustro de piedra de tan puras líneas. Se puede apreciar también la riqueza de la pintura cuzqueña. El retrato de sus benefactores del convento Don Diego de Vargas Carbajal y su esposa Doña Usenda de Loayza y Bazán, debidos al mestizo Juan Osorio. (/272/) Doña Usenda era natural del Cuzco: perteneció a distinguidas familias del Primer Arzobispo Jerónimo de Loayza, cuyo sobrino Alonso casó en el Cuzco en 1553 con una sobrina de los Castillos, hijos del Conde de la Gomera, Gobernador de Chucuito. Éstos fueron abuelos de Doña Usenda, y sus padres Francisco de Loayza y Castilla y Catalina de Chávez y Valdez. Estando en Moquegua, el 10 de enero de 1628 se celebró una escritura para plantar en Cupina 60,000 cepas, hacer 2 casas, 2 bodegas y 2 huertas. Lucas Martínez Vegazo, partidario de Gonzalo Pizarro, tuvo problemas con el Pacificador de La Gasca, siendo defendido por el Alcalde de Lima Nicolás de Rivera "El Viejo". En lecho de muerte Martínez se casó con Elvira Dávalos hija del Alcalde. Fue una forma de testar. Ll) El Juicio del Siglo XVIII A mediados del año de 1756, se inició un ruidoso y candente litigio entre las Autoridades y pueblo de Moquegua, en contra del acaudalado comerciante arequipeño Don Antonio de Luna, quien venía internando y comercializando desde Chile en los pueblos del interior y del Alto Perú, productos que Moquegua los venía abasteciendo, principalmente con vinos y aguardientes.

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Ante un recurso de apelación presentado por Don Antonio de Luna, ante el Virrey, Moquegua solicitó el apoyo de las autoridades y pueblo de Arica y Arequipa. Se desempeñaba como Virrey Don José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda. Los hacendados de Moquegua, Arica y Arequipa habían iniciado el juicio ante las autoridades ediles y eclesiásticas de Arequipa, por lo que el Deán y el Cabildo ordenaron que por los Puertos Intermedios del Sur no se desembarcasen vinos, aguardientes y harinas del Reino de Chile y que los curas de dichos Puertos lo impidiesen y censuraran, por lo que Antonio de Luna elevó su queja ante el Virrey Manso de Velasco, quien por decreto expedido el 20 de octubre de 1756, disponía que el Fiscal de la Real Audiencia de Lima "dé visita" y se pronunciara al respecto, manifestando que le extrañaba lo manifestado por (/273/) las autoridades de Arequipa a quienes no les competía ese pronunciamiento y que sólo deberían de hacerlo los Magistrados Seculares, por lo que el expediente de reconsideración debía resolverlo la Audiencia de Lima, previo Real Acuerdo de Justicia y se expidiera una Real Provisión a ruego y encargo del Deán y Cabildo, previo envío de los Autos Originales, pero que mientras tanto quedaba suspendida cualquier disposición y que mientras tanto Don Antonio de Luna no podía perjudicarse, pudiendo seguir con las embarcaciones desde Chile, por lo que el Virrey dispuso que los Gobernadores, Oficiales Reales y Tenientes de los Puertos Intermedios le proporcionasen las garantías necesarias. Ante la insistencia del pueblo de Moquegua, el Virrey Manso de Velasco, expidió un Decreto el 21 de octubre de 1756, tomando en consideración lo decretado por el Fiscal y que "las justicias de los Puertos de 110, Arica e Iquique y las demás de dicha jurisdicción no estorbasen la introducción de ellos y en su virtud habiéndose librado los respectivos despachos por mi Secretaría de Gobernación y Guerra en el dicho día, mes y año ya expresados en este estado el Dr. José de Salazar y Zeballos, Gobernador de aquel Obispado en carta que me escribe indicándome que no hay novedad en 282

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la entrada de aguardientes y trigos, desde Chile, por los Puertos Intermedios". Moquegua, se reunió de urgencia y solicitó el pronunciamiento de Arica. Las autoridades de ambos pueblos acordaron la elaboración de un Memorial dirigido al Virrey, en nombre de los Cabildos y Visitadores de Moquegua y San Marcos de Arica, otorgando el poder correspondiente a Don Antonio José de Ascurrutia, quien viajó a Lima, llevando además una Carta del Cabildo de Moquegua, donde se expresaba que el vecindario se encontraba consternado por la desleal competencia, por parte del Reino de Chile, con su producción de piscos y aguardientes, de baja calidad, en los pueblos de Puno, La Paz y Potosí, y que el perjuicio se había empezado a sentir por la falta de entrada de Víveres, pues en Moquegua no se producía más que vinos, por lo que se manifestaba que se estaba produciendo un (/274/) agravio en contra de este pueblo, contra toda regla de comercio, con el orden de caridad y contra las razones de gobierno y justicia, siendo una temeridad inconsiderada en que por particulares intereses no reparaban dichos particulares al dicho vecindario y que hallándose sus haciendas tan gravadas de pensiones e impuestos para los Monasterios, Religiones y Capellanías, por lo que ahora se perderán dichas rentas. Anexo al Documento, el Procurador de Moquegua, indicaba que también se verían perjudicados los impuestos que se pagaba al Rey o sea los Reales Novenos y las Alcabalas por el total desorden y ruina de Moquegua, ya que los productos chilenos se venían internando por los Puertos de Cobija, Iquique, Ilo y Arica con dirección a Potosí y Oruro y lo mismo hacían los productores de vinos y aguardientes de Pisco y Nazca que antes los internaban en Huancavelica, Ayacucho y Cuzco, por lo que en Moquegua se había producido una crisis económica; no había dinero con qué comprar víveres de otros pueblos porque aquí sólo se producían vinos y aguardientes. Don Antonio de Luna, amparándose en lo dispuesto en la Ley Octava, Título Dieciocho, Libro Cuarto de Indias, manifestaba que había comprado de Chile 1,500 barriles de vino y que se arruinaría si no tuviese éxito su internación. 283

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El Delegado de Moquegua, ante el Virrey, manifestaba que en Moquegua no había minas ni ferias y que sus habitantes vivían del comercio de sus propios frutos y que las carnes y granos los adquirían de la Sierra, pero al no haber dinero con qué comprarlos "nadie en Moquegua puede mantenerse de aguardientes y vinos", por lo que únicamente para solucionar este inconveniente era la prohibición del internamiento de los productos de Chile. En el expediente remitido al Virrey, desde Moquegua, se agregaba que "Don Antonio de Luna se apoderó de esta acción estableciendo Compañía siendo el primer paso internar 1,500 barriles de aguardientes con el propósito ya se ve de aumentarlo cada año hasta donde alcanzasen las fuerzas de su Compañía. Este solo individuo está causando considerable daño, pero es mayor el que ocasiona que el que causa (/275/) porque a su ejemplo, por el camino abierto, los comerciantes de aguardientes de Pisco y Nazca que, juntados a los de Chile, a poca diligencia se encontrará el término de Moquegua y Arica y los que es peor que éstas Compañías también cuentan con sus aprestos de mulas para conducir los barriles a las Provincias: ¿Cuál será la suerte de éstos valles, sin víveres de qué mantenerse y sin entrada de dinero para las necesidades de la vida?, cesarán las alcabalas, cesarán los diezmos, perecerán las familias, desertará la plebe, faltarán los religiosos, los Monasterios, las iglesias y la inutilidad de los frutos será una interdecisión de aguas y fuego, para todo el común que en ella se internase". En el Memorial de Recurso, presentado por Don Antonio de Luna, al Virrey Manso de Velasco, Conde de Superunda, manifestaba: "Que la Ley Octava del mismo Título dieciocho, Libro Cuarto, de las Indias, se permite que los mantenimientos, bastimentos y bandos, se pueden comerciar y trabajar libremente por todas las provincias de las Indias y que las justicias, Consejos, ni personas particulares no impidan ni sobre esto hagan algunas ordenanzas...ya que éstas leyes fueron promulgadas por el Emperador Carlos V referidas a aquel tiempo a favor de los vinos, harinas y otros víveres que traían los mercaderes de España a éstos reinos y 284

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que no se ponga impedimento en su tráfico por parte de particulares y Cabildos...ya que también los productores de la ciudad de Pisco, remiten sus aguardientes a Lima y toda la serranía que corre desde Jauja hasta Huancavelica y Guamanga. En cambio el suplicante no tiene otro término que el de Potosí", El Virrey Manso de Velasco, Conde de Superunda, por Decreto del 3 de enero de 1757, dispuso que el expediente pasara donde el Señor Fiscal de la Real Audiencia de Lima, para que éste proceda a dar su Visto, dando cumplimiento el día once del citado mes y año, en los siguientes términos: "...y la parte de los Cabildos y vecindario de la dicha Villa de Moquegua era de justicia...porque de lo contrario traería por consiguiente la baja de los precios y la pérdida de todo el fruto por sobrar el consumo y que de este modo el Patrimonio (/276/) de aquéllos hacendados en quienes consistía el principal de su vecindario se aniquilaría los Monasterios y Capellanías. Vendrían a perecer sus Censos y la Mesa Capitular. Los Reales Novenos y alcabalas entrarían en igual forma. Y que el único medio de remover este inconveniente y conservar tantas haciendas era el de prohibir dicha internación y que a este fin ocurría dicha ciudad por su inminente ruina...". Don Antonio de Luna, no aceptó dicho fallo,procediendo a una nueva Apelación, por lo que Juan José Melgarejo, Procurador de Número de la Real Audiencia, presentó un Memorial ante el Virrey en nombre de Antonio de Luna, en los términos siguientes: "Juan José Melgarejo, en nombre de Antonio de la Luna, comerciante de la ciudad de Arequipa, en los autos que sigue la parte del Venerable Deán y Cabildo de la ciudad de Arequipa, el Cabildo, Justicia y Regimiento de Moquegua, sobre que no se introdujeran efectos de Chile en ella...la introducción y desembarque de harinas, vinos y aguardientes en los Puertos Intermedios...estos frutos que siempre sean conducidos del Reino de Chile, lo que es conforme a Derecho...que toda esta novedad sólo la ha producido el Cabildo Eclesiástico de Arequipa, usurpando la Privativa Real a quien corresponde y 285

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aún a la superior del Virrey a quien únicamente es permitido por razón de gobierno sujetar los comercios...asimismo es falsa la compra de mulas que el suplicante alega que tenía hecha para la conducción de harinas y aguardientes, lo que hace ver la poca substancia de la contradicción...y para sujetar a las Provincias de arriba a que únicamente comercien con Moquegua y Arequipa es necesario oír a unos y a otros de los interesados porque de lo contrario contendrá nulidad cualquier Providencia; por lo tanto es necesario hacer justicia: firmado Juan José Melgarejo". El Virrey Manso de Velasco, Conde de Superunda, remitió el expediente donde el Fiscal de la Audiencia de Lima, con fecha 15 de marzo de 1757. El Fiscal manifestó en el Expediente lo siguiente: "La Ley Octava, Título Dieciocho, Libro Cuarto, de las recopiladas de Indias que ahora se vuelve a alegar por parte de Don Antonio de Luna para la introducción (/277/) libre de aguardientes y vinos de Chile en los Puertos de Arica, Ilo y otros de aquella Costa, y siendo este caso muy semejante al primer añadiéndose la particular circunstancia de ser los vinos y aguardientes de Arequipa, Moquegua y Arica los únicos frutos que se cosechan en aquel Distrito cuyo producto sirve a su propia mantención y subsistencia, podrá Vuestra Excelencia tomar otra igual Resolución la que sea de su Superior Arbitro. Lima, abril veintitrés de mil setecientos cincuentaisiete: Dr. Jeronda". En vista de estarse dilatando demasiado dicho juicio, el Virrey vio por conveniente que todo lo actuado se lleve a un Real Acuerdo con los miembros de la Audiencia, previa notificación hecha a Don Cristóbal Rodríguez como apoderado del dicho Don Antonio de Luna, y es como sigue: Auto de Real Audiencia.- En la ciudad de los Reyes, a los cinco días del mes de mayo de mil setecientos cincuentaisiete años estando en Acuerdo Real de Justicia el Excelentísimo Señor José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda, Virrey y Gobernador y los Señores Doctores Pedro Bravo de Rivero, Antonio Hermenegildo de Querajasu y Mollinedo, Manuel de Surbarán., Manuel de Lorena, Manuel Isidro de Miromes y Benavente, Domingo Urrutia, Pedro Antonio de 286

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Echeverría y Sulevia, Presidente y Oidores de esta Real Audiencia a que asistió el Señor Fiscal en lo Civil de ella, se vieron por voto consultivo los Autos que se siguen la parte de Don Antonio de Luna, con el Venerable Deán y Cabildo y Justicia y Regimiento de la Villa de Moquegua sobre que no se introduzcan en aquellos Puertos Intermedios ni desembarquen efectos del Reino de Chile como son harinas y aguardientes manifestando para esto los graves perjuicios... y si se dejase libre este comercio como solicita dicho Don Antonio de Luna, fundado en la Ley Octava.. . los mismos vinos y aguardientes del Reino de Chile no deben ni pueden introducirse en los Puertos de Ilo, Arica, Iquique, ni otros lugares de las Provincias de Moquegua y Arequipa... se le notifique no sólo al apoderado de Don Antonio de Luna, sino a todos los dueños y Maestros de Navíos de la carrera para que con pretexto de ignorancia ni otro siguiente se les (/278/) conduzcan y un apercibimiento de que se darán los decomisos con cuyo parecer confirmado su Excelencia le rubricó con dichos Señores y para ello se libre el despacho necesario: ocho rúbricas.- el Marqués de Salinas. En la ciudad de Los Reyes, el once de mayo de milsetecientos cincuentaisiete, el Receptor de la Audiencia de Lima, hizo saber el Auto de arriba y con el se contiene a Don Cristóbal Rodríguez como Apoderado de Don Antonio de Luna en su persona, dando fe.- Antonio Tamayo.- Receptor. El Virrey también expidió el siguiente Decreto: "... teniendo presente el beneficio de los indios y su propensión a la embriaguez, doy el presente por el cual declaro que los vinos y aguardientes del expresado Reino de Chile no deben ni pueden introducirse en los Puertos Intermedios de Arica, Iquique., Ilo ni en otras de las Provincias de Moquegua y Arequipa por resultas de este perjuicio a los mismos vecinos... que con pretexto no conduzcan los citados efectos bajo del apercibimiento de que si lo contrario hiciesen se dará por decomisado todo lo cual se cumplirá y ejercitará... pena de un mil pesos para la Real Cámara de su Majestad.- Dado en Los Reyes el trece de mayo de mil setecientos cincuentaisiete.- El Conde de Superunda.-Por mandato de Su Excelencia, José 287

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de Agüero, Teniente Mayor del Gobierno.- Así consta de la dicha Provisión Original que queda en el Archivo del Cabildo de esta ciudad de mi cargo, de donde hizo sacar y saqué este traslado por pedimento de parte del Cabildo, Justicia Mayor y Regimiento de la Villa de Moquegua, doy el presente en la Muy Noble Leal ciudad de Arequipa, en doce días del mes de julio de mil setecientos cincuentaisiete.- En fe de ello lo signo y firmo en testimonio de la verdad.- Bias de Tapia, Escribano Público y de Cabildo.- Rúbrica". M) Los Nobles Es una clase de individuos que, por su nacimiento, o por merced del Soberano, o por haberlos comprado, gozaban de ciertos privilegios o poseían títulos que los distinguían de los demás ciudadanos. (/279/) La nobleza ha desaparecido en la república moderna. Desde los Reyes Católicos, en España, la nobleza adquiere preeminencias sociales y políticas descollantes. Este rango confiere a las clases primordiales, la superioridad. Los hombres que pertenecen a dichas clases, íntimamente y no sólo por el nombre, son verdaderamente algo distinto del resto; su vida, en oposición a la vida aldeana y burguesa, va sustentada en una dignidad simbólica. Este tipo selecto, se difundió en la Moquegua colonial, sobre las ruinas de la clase imperial indiana, casi extinguida por la conquista. Lima, Arequipa, Trujillo y Moquegua, fueron los centros principales de esta clase privilegiada. El Perú llegó a contar ciento cinco altos títulos, desde duque hasta vizconde, sin mencionar, ni los hidalgos, ni los caballeros cruzados. Y fue el Perú, el de mayor porcentaje nobiliario de los pueblos de América, porque sólo las grandes fortunas de los residentes en Nueva Castilla, podían sufragar los fuertes gastos de tributación de los selectos sociales. El Perú compró, en tiempos de Felipe IV, ocho títulos nobiliarios; en el reinado de Carlos II, veintiuno; bajo Fernando VI, quince; más de veinte los adquiridos en el gobierno de Carlos III; siendo más numerosos en los reinados de los reyes Carlos IV y Fernando VII. 288

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A las preeminencias sociales de la nobleza correspondían sus derechos particulares a los cargos públicos, al usufructo del poder, al fuero particular, a la prebenda por ministerio de la ley. Afanosa del honor, orgullosa del invalorable pergamino, exhibía la simplicidad de su espíritu y su honor al trabajo, en el acicalamiento refinado de su persona, y en la pompa insolente de su vida. La función nobiliaria, inherente a su condición privilegiada, era el sostén del trono. La vecindad también era un título distinguido, que otorgaban los Cabildos, a los hijosdalgo, conquistadores o pobladores, que tenían repartimientos. El Título de Vecino equivalía a "Señor de Vasallos" y era estimado por las prerrogativas naturales que alcanzó. El clero no constituía una clase, pero era una fuerza, la mayor fuerza social del Virreinato. (/280/) Por sus fueros, por su riqueza, por sus privilegios y por su organización corporativa. Descendientes de los colonizadores, nacidos en el suelo peruano los criollos tenían ciertos privilegios, pero estaban excluidos de los cargos públicos, como medida política precaucional. La injusticia que los privaba de títulos y prebendas, auspició la reacción de este valioso elemento, en hora oportuna, a favor de la rebeldía liberal. En la colonia, la clase media estaba integrada por tres elementos cardinales: los españoles de mediana posición económica, los criollos de idéntica categoría y los mestizos. Sus funciones de auxiliares, completaban el gran engranaje de la maquinaria social. Sobre el indio desheredado, entregado a los menesteres del obraje, vivía la gente del arrabal, en oscuras pocilgas. Estaba privado de la cultura y de la escuela. La plebe, constituida por los humildes aventureros españoles, los arrojados, como deshecho pernicioso de la península, como así los libertos. Los esclavos, negros africanos, adquiridos a vil precio, realizaban labores domésticas en las ciudades y en los campos.

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El indio, martirizado en el campo y en la mina, era la fortuna del conquistador. Estaba bajo el látigo impío del encomendero. El cura, ejercía su tiranía sacerdotal sobre el infeliz aborigen, si bien le daba la compensación: la fiesta del santo patrono, o sea, la oportunidad de olvidar, en el alcohol, la infinita amargura de su vida. Moquegua, se convirtió en uno de los centros de más prestigio y más decorados blasones de nuestra vida virreinal; profusión de familias de abolengo, entre las que se contaron, como presidiendo el largo coro de sus apellidos resonantes, los Marqueses de Casa Calderón o Villa Hermosa, los Condes de Alastaya, de Las Torres, o de Levasco y Del Portillo, iluminándose los salones de boato y rancio abolengo. (/281/) El Conde la La Gomera, fue uno de los Títulos más antiguos que llegaron al Perú desde los tiempos de la conquista española, teniendo su radio de acción en el Cuzco y abarcaba Moquegua y el Alto Perú, teniendo como centro Chucuito. Este rico encomendero dedicábase a las minas y actividades agropecuarias, en tan vasta región. El Peñón de La Gomera, era un presidio menor en un islote de Marruecos, dependiente de la ciudad de Melilla, Norte de África, colonia actual de España. También se conocía como Gomera, a una de las Islas Canarias, a 25 Km. Al Oeste de la Isla de Tenerife, con su ciudad principal San Sebastián. Al llegar al Perú el Conde de la Gomera, trajo dos conocidos hijos: Baltazar de Castilla y Sebastián de Castilla. Baltazar de Castilla, abrazó la causa de Gonzalo Pizarro, en las Guerras Civiles entre los conquistadores, acompañando a éste hasta Lima, desde el Cuzco, con la finalidad de hacerle reconocer a Pizarro, ante la Audiencia como Gobernador del Perú, Mientras Gonzalo, entronizado ya en el palacio de Lima, se rodeaba de una especie de Corte y se trataba como Señor y cabeza de todos estos reinos, los Oidores, arrepentidos de lo hecho, pidieron al Secretario Jerónimo de Aliaga, el 28 de octubre de 1544, les diese testimonio de cómo habían extendido el nombramiento de Gobernador en favor de Pizarro, de puro temor, no les 290

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quitasen la vida. Baltazar de Castilla, viajó hasta Panamá con la finalidad de informar a las autoridades de este acontecimiento y solicitar el debido respeto a Gonzalo Pizarro. Pero al llegar al Perú el Pacificador de La Gasca, se pasó a su lado. Estando en Jauja, fue nombrado como Capitán de Infantería. Como capitanes de a caballo, se encontraban Gómez de Alvarado y Juan de Saavedra. En la guerra de Jaquijahuana, el clérigo Don Pedro de La Gasca, derrotó a Gonzalo Pizarro el 9 de abril de 1548, cerca del Cuzco, siendo condenado a muerte junto con su Lugarteniente Francisco de Carbajal. Ahí estuvo presente Baltasar de Castilla. Sin embargo, la situación de las guerras no había terminado, principalmente en el Alto Perú, donde los encomenderos protestaban por la dación de las Nuevas Leyes que los perjudicaban. La Audiencia de Charcas nombró como defensor del Rey al Capitán Pedro de Hinojosa. (/282/) La soldadesca que vio disiparse la posibilidad de un alzamiento fijó entonces sus ojos en un caballero audaz y vanidoso, llamado Sebastián de Castilla, hijo del Conde de La Gomera. Desde el Cusco, la Audiencia envió refuerzos al mando del Mariscal Alonso de Alvarado, quien con mano firme reprimió las demasías de los disturbios. En la ciudad de La Plata, Sebastián de Castilla, tomó prisionero a Hinojosa y se le pretendió dar muerte. Don Sebastián temiendo por su vida y sintiéndose vigilado, optó por abandonar la ciudad, tomando caminos extraviados. Los conjurados, a los gritos de "Viva el rey", en la noche del 6 de mayo de 1553, entraron en su casa y le mataron a estocadas. Egas de Guzmán, a quien Don Sebastián había dejado en Potosí para fomentar la rebelión, se hizo pronto dueño de la ciudad y se vengó de sus contrarios, entre los cuales se hallaba el contador Hernando de Alvarado. Al siguiente día de estos trágicos sucesos llegó a La Plata Vasco Godínes, uno de los motores del alzamiento y Don Sebastián pensó en entregarle al mando. Ojalá lo hubiera hecho porque escapara de ser víctima de su deslealtad. Fue el caso que a La Paz fueron destacados con competente escolta Garcí Tello de la Vega y Juan Ramón: éste, sabedor en el camino de la proximidad de Alvarado, cambió de 291

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bandera y resolvió pasarse al campo de los leales, desarmando a García Tello y a los que no entraron en su juego. Cuando en La Plata se supo la traición comenzaron los alzados a recelar y Godines pidió a Don Sebastián se hiciera justicia de los que parecían menos fieles. No se avino a hacerla el caudillo y entonces se revolvieron contra él. En el quinto día del levantamiento asaltaron Godines y sus adictos la Morada de Don Sebastián y con verdadera saña le dieron muerte el 11 de marzo de 1553. Alvarado terminó con la pacificación. En el Bajo Perú la rebelión continuó con Francisco Hernández Girón. Diego Fernández, había sido hecho cronista del Perú por el Virrey Marqués de Cañete hacia julio de 1556, con el mandato de que escribiese la historia de la reciente revuelta, que había tenido lugar durante el anterior gobierno de la Audiencia. (/283/) Al morir el virrey el 14 de setiembre de 1560, Fernández partió para España y escribió esa historia con el título siguiente: "La tiranía de los Contreras y de Don Sebastián de Castilla y de Francisco Fernández Girón". La presentó al Presidente del Consejo de Indias, Don Francisco Tello de Sandoval (quien lo fue desde el 07 de abril de 1565 a Agosto de 1567), el cual la aprobó. Obtuvo Diego Fernández la licencia de impresión y de venta en Indias el 2 de febrero de 1568, a la vez que se le ofrecía al Virrey Toledo el Virreinato . El original de esta historia, casi seguro que fue uno de los documentos que leyó el Virrey Toledo en los meses siguientes. EL Valle de Moquegua o Moquecha, llamado así desde antes de la conquista, y que perteneció a Chucuito, feudo de los Condes de La Gomera tenía a su inmediación el valle de Cochuna, con el asiento denominado Escapagua. Otro de los descendientes de los Condes de La Gomera, era Antonio Peraza Ayala Castilla y Rojas. Fue Gobernador de la Provincia de Chucuito, nombrado por el Rey, después del desastroso fin que tuvieron sus tíos Baltazar y Sebastián de Castilla. En ese entonces Moquegua todavía dependía de la Autoridad de Chucuito, la cual enviaba Tenientes 292

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Gobernadores a Moquegua y Torata y éstos prestaban juramento y daban fianzas de residencia en la capital de Chucuito. Este último Conde de la Gomera, se trasladó a Guatemala con el alto cargo de Capitán General y Presidente de la Audiencia, cuyo cargo desempeña hasta 1619. El Rey Carlos III, el 10 de octubre de 1769, confirmó el Título de Conde de Alastaya a Don Ignacio Nieto y Roa, vecino de Moquegua, Alcalde entonces y Regidor, nombrado por el Rey, desde el año de 1760. Se le declaró exento de las contribuciones de lanzas y media anata, respecto a haber entregado en la Tesorería General de Madrid 160 mil reales para su redención. Don Ignacio murió sin hijos y recayó el titulo en su hermano Don Antonio Nieto, despachándole Cédula de Sucesión el 02 de setiembre de 1776, fue el último proveedor y falleció el 26 de agosto de 1803. (/284/) Era Caballero de la Orden de Santiago, Teniente Coronel del Ejército y Coronel del Regimiento de Milicias de Moquegua. Doña Antonia Lutgarda Nieto, era hermana paterna de los anteriores y contrajo matrimonio con el Doctor Blas Quiroz. Blas Quiroz, era un inteligente Abogado que se hizo muy notable por su energía y odioso por sus avances y su vehemencia. Siguiósele un pleito para que cumpliera el compromiso que tenía de contraer matrimonio y fue sentenciado a verificarlo, por Resolución de la Audiencia de Lima que presidió el Virrey Amat interesado abusivamente en que se dictara dicho fallo, Quiroz fugó en hábito de fraile y perseguido hasta su tierra de Arequipa, se trasladó a La Paz (Bolivia), permaneciendo oculto en un convento hasta que Amat dejó de gobernar. Entonces volvió a Lima y litigó contra el Virrey en el juicio de su Residencia, pero al fin desistió de sus gestiones por efecto de una cantidad de dinero que se le dio para hacerlo callar. Después se casó en Moquegua con Doña Antonia Lutgarda Nieto. Benjamín Vicuña Mackenna en su obra "Trabajos revolucionario del Doctor Francisco de Paula Quiroz", págs. 220-230, manifiesta: "El célebre Doctor Blas Quiroz, hombre tan eminente por su saber, como había sido notado desde su juventud por ruidosos amores y escándalos de palacio, una 293

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tradición reciente, pero profundamente misteriosa, le atribuía además relaciones de cuna, que remontan su origen hasta el solio mismo de la Inquisición de que por esos años era jefe, aquel clérigo infame Don Mateo de Amusquíbar, que condenó al francés Moyen a 20 años de martirio por haber dicho que una mula era criatura de Dios y creer a su manera que el sexto precepto del Decálogo, era tal cual está concebido un error de pluma del amanuense de Moisés, o que por lo menos merecía del cielo una amnistía tan completa, que habría de comprender en primera línea al santo verdugo del Santo Oficio". El General Anselmo Quiroz y Nieto, fue nombrado Prefecto de Arequipa el 20 de Julio de 1835, gobernando hasta el 06 de Octubre del año siguiente. (/285/) Fue benemérito a la Patria en grado herOico, condecorado con las medallas de Junín, Ayacucho, Toma del Callao, Aranda, Gramadal y Socabaya. Fue, asimismo, Comandante General de la División Quiroz. Nació en la ciudad de Arequipa, el 21 de abril de 1797, siendo sus padres el abogado Blas Quiroz, natural de Valle de Majes y Doña Antonia Lutgarda Nieto y Zapata, natural de Moquegua. Fue casado con Doña María Dolores Palomeque y Albizuri , natural de Lima. El 19 de junio de 1838, nació su hija María Rosa, siendo Don Anselmo Ministro de Guerra y Marina. Fueron sus hermanos de Don Anselmo, Ángel Fernando, célebre poeta de Arequipa; el Dr. Mariano Santos, abogado de los Tribunales Nacionales; el Dr. Francisco de Paula Quiroz y Nieto, abogado Recibido en la Real Audiencia de Lima, Coronel Oficial de la Legión de Honor del Perú y un héroe insignia y Valeroso que trabajó por la libertad a su patria, lo que le valió ser encarcelado, falleciendo tempranamente en 1819. Había otros hermanos. Le sucedió a Don Anselmo en la Prefectura de Arequipa Don Juan Pío Tristán el 06 de octubre de 1835. Fue nombrado por segunda vez el 06 de marzo de 1836, juramentando el cargo el día 09, .Se ausenta Don Anselmo y se hace cargo de la Prefectura Don Fernando de Rivero, arequipeño. Al volver a la Prefectura gobernó hasta el 26 de agosto y en esa fecha entrega el cargo

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el General Blas de Cerdeña, quien juramenta el día 13 de setiembre. El Capitán Don Fermín Diez Canseco y Nieto, fue Subprefecto de Arequipa en el año de 1841, y como tal desempeñ61a Prefectura accidentalmente, en ausencia del Prefecto. Era hijo legítimo de Capitán José Diez Canseco y Moscoso y de Manuela Nieto Hurtado Zapata, hermana paterna de los Condes de Alastaya Don Ignacio y Don Antonio, naturales de Moquegua. El Capitán Fermín Diez Canseco y Nieto era el bisabuelo de la esposa del Presidente del Perú, Mariscal Oscar R. Benavides. El General Manuel Diez Canseco, fue Prefecto de Arequipa en 1860, Comandante General de Arequipa en 1859. El cargo de Prefecto lo desempeñó hasta 1862. Era hijo de Don Manuel Diez Canseco y Nieto y de Mercedes Corbacho (/286/) y Santisteban. El General Diez Canseco fue Presidente del Perú por 24 horas. Casó con Gabina Olazábal y Abril el 24 de mayo de 1851. Fueron sus hijos el Coronel Manuel Francisco Diez Canseco y Olazábal, que casó con María Josefa Romaña y Bustamante, que falleció en 1887; su esposo casó en segundas nupcias con Josefa Ríos, natural de Moquegua. El abogado Francisco de Paula Quiroz y Nieto, nació en Arequipa en 1783, hijo del Dr. Blas Quiroz y de Doña Antonia Lutgarda Nieto, natural de Moquegua.. Adquirió fama como letrado y se hizo temer por su audacia. Perseguido por el Virrey Abascal fugó para Arequipa. El Mariscal Domingo Nieto y Márquez, nació en Ilo el 5 de agosto de 1803, del matrimonio de Don Francisco Nieto con Doña María del Carmen Márquez, probablemente en la Hacienda Chiribaya cuyo propietario era su padre. Quedó en posesión de la Hacienda Bartolomé, hermano del General. El Mariscal Nieto fue bautizado el 15 de agosto de 1803, por el Padre Pedro Cabello de la Iglesia de San Gerónimo de Ilo, siendo sus padrinos Pedro Mugartey e Isabel Márquez. Estando el Mariscal Guillermo Miller en Moquegua, se enroló en su ejército, contando con 18 años 295

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de edad. Participó en las Campañas por Puertos Intermedios, en las Batallas de Torata, el 19 de enero de 1823 y Moquegua el 21 del mismo mes y año. En las campañas del Alto Perú, estuvo con Sucre y como Capitán en Junín y Ayacucho, siendo ayudante del Mariscal José de la Mar. En la Guerra con Colombia, en el lugar denominado Portete de Tarqui, el 27 de febrero de 1829, se enfrentó a lanza con el Comandante colombiano Camacaro, matándolo. Se opuso a la Confederación Perú-Boliviana que perseguía Andrés de Santa Cruz. Fue Presidente de La Suprema Junta de Gobierno Provisorio de los Departamentos Libres. Siendo Presidente del Perú el General Francisco Vidal, se le comunicó que con fecha 22 de febrero de 1843, se le había nombrado General a lo que Nieto no aceptó. Estando en el Cuzco, y siendo las siete de la noche del 17 de febrero de 1844, falleció a la edad de 41 años. Momentos antes había hecho su testamento, ante el Escribano Pedro del Mar y Tapia, (/287/) estando presentes el General Francisco Vida!, Prefecto del Cuzco, los Coroneles José Gonzales y Mugaburu y Francisco Forcelledo. Su albacea fue el Coronel Manuel de Mendiburu (ausente) y apoderado el Sargento Mayor Javier Mesa, disponiendo que su cuerpo sea trasladado a Moquegua y sepultado en Sancara (Alto de Yunguyo). Nieto estaba casado con Doña María Asunción Solís, teniendo los siguientes hijos: Beatriz del Carmen, Bárbaro Leonidas y Domingo. Otros fallecieron, siendo pequeños. Después nació Fortunata. José María Sancho-Dávila y Mendoza, Tercer Marqués de Casa-Dávila, que recuperó en España la posesión del antiguo bien, ya desvinculado, de Valero. Casó con Doña Fortunata Nieto y Solís, otra hija del Mariscal Domingo Nieto y de Doña María de Solís, no habiendo hijos en el matrimonio. El día 2 de enero de 1810 Doña Antonieta Lutgarda Nieto y Zapata, viuda del Dr. Blas Quiroz, Abogado de la Real Audiencia de Lima, presentó un Expediente de obras Pías sobre la solicitud de 2,500 pesos de la Obra Pía del Señor de la Caridad de la Parroquia de Santa Marta de Arequipa para beneficiar a sus menores hijos. 296

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Desde los tiempos del Virrey Amat, se habían adoptado diversas medidas para el buen orden, aseo y limpieza de las calles de la ciudad de Lima, pero al Virrey O'Higgins, más que a otro alguno se le debe su adelanto. Tanto o más que la policía de la capital le preocupaban los continuos hurtos, pendencias, escándalos y excesiva licencia con que procedía la gente de mal vivir, aún en los barrios menos apartados del centro. El Marqués de Casa Calderón apoyó la medida del Virrey prestándole todo su apoyo, armando rondas nocturnas a partir de las diez de la noche. El Cabildo de Lima, una vez recibida la noticia de la jura de Fernando VII, decidió nombrar los diputados para las fiestas y recayó el nombramiento en los Alcaldes Ordinarios, Marqués de Casa Calderón y Don Antonio Álvarez del Villar y el Regidor Javier María Aguirre. El 23 de setiembre de 1808 se publicó por Bando en los lugares de costumbre la Real Audiencia del 10 de abril de dicho año, en la que se daba aviso de la sucesión en el trono de Fernando VII por abdicación de su padre Carlos IV. (/288/) El Título de Marqués de Casa Calderón, fue otorgado por el Rey Felipe V, por Real Cédula del 12 de enero de 1734, conferido a Ángel Ventura Calderón, Caballero de la Orden de Santiago, Regente del Tribunal de Cuentas de Lima: libre perpetuamente de lanzas y media anata. Fue casado con Teresa Vadillo y tuvo por hija a Juana Calderón, la cual se enlazó con Gaspar Cevallos, también Cruzado de Santiago, colegial que fue del Mayor Arzobispado de la Universidad de Sala manca. Por fallecimiento de la Marquesa e impedimento de su hijo mayor Juan Evangelista, que era sacerdote, recayó el Título en su hijo segundo Gaspar Cevallos y Calderón, natural de Lima, Oidor de la Audiencia quien fue el último Marqués. Estuvieron emparentados con familias de Moquegua. El doctor Gregorio Hurtado de Mendoza Zapata y Bécquer, natural de Lima y bautizado en la parroquia de San Marcelo el 29 de agosto de 1722. Conde de las Cumbres Altas, por cuyo Título dio al Rey por media anata 24,816 reales aparte del servicio de lanzas. Estudió en el Colegio de Juan Martín, de Lima y recibió sus grados en ambos Derechos 297

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en la Universidad de San Marcos. Contrajo matrimonio en Lima el 11 de abril de 1761 con Catalina Matheu Villamar y Henríquez de Guzmán, hija de Gregario Matheu, de la Orden de Calatrava, Marqués de Maenza y de Doña Mariana Enríquez de Guzmán y Ayesa. Fueron padres de Mendoza y Bécquer, Gregorio Hurtado de Mendoza y Zapata, nacido en Moquegua el año de 1695 y Doña Cipriana Josefa Bécquer, natural de Lima. Esta familia procedía de los conquistadores Martín Bueno y Juan de La Torre, el primero que recibió del pretendido rescate de Atawallpa 135 marcos de plata y 4,440 pesos de oro; y el segundo que fue uno de los Trece de la Isla del Gallo. Dicha familia tuvo un entroncamiento con otras que fueron distinguidas y respetuosas en el Perú, Quito, Chile y España y cuyos miembros prestaron muy notables servicios. Mendoza y Bécquer heredó de su padre el Patronato del Colegio de la Compañía de Jesús de Moquegua y obtuvo del Rey el Hábito de una de las Ordenes Militares. (/289/) El Rey Felipe IV, el13 de febrero de 1642, concedió el Título de Vizconde del Portillo a Don Agustín Sarmiento de Sotomayor, de la Orden de Santiago, vecino de la ciudad de Lima, nacido en Cartagena de Indias y casado con Doña María Gutiérrez de los Ríos; lo erigió en Condado el Rey Carlos 11 el17 de julio de 1670 a favor de su hijo Francisco Sarmiento, Corregidor y Teniente de Capitán General de la Provincia de Cajamarca, Capitán de la Infantería del Presidio del Callao y Alcalde Ordinario de Lima en 1714, 1715, 1718 y 1721. El año de 1653, se seguía en Moquegua un juicio criminal para descubrir a los autores de la muerte de Don Agustín el Vizconde del Portillo. Ignorándose el resultado que tuvo, pero es cierto que denunciada la complicidad de Don Alejo de Valdez y Barán, de la Orden de Calatrava, se le embargó la Hacienda de Cupina y otros bienes en Moquegua. Habiendo fallecido en España Don José Joaquín Sarmiento, heredó el Título su hermano Don Nicolás Sarmiento, Corregidor que fue de la Provincia de Cañete, natural y vecino de Lima. Alcalde Ordinario en 1785 y Rector de la Real Universidad de San Marcos en 1778 a quien se expidió Carta de Sucesión el 20 de enero de 1782. Fue casado con Doña 298

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Francisca Cevallos, hermana del Conde de las Torres y no tuvo hijos, Este Título consiguió privilegios para el Derecho de Lanzas en 1754. Don Bartolomé María Rodríguez de Salamanca, Caballero de la Orden de Alcántara, nació en Lora (Sevilla), hijo segundo de Fernando Rodríguez Salamanca, Conde de Fuente Elsalse, de la Orden de Calatrava, coronel de ejército y doña María Manuela Quintanilla y Montalvo. Estudió y fue Guarda-Marina en el departamento de la Isla de León desde 1765. En 1780 se embarcó habilitado de oficial en el barco "San Sebastián" y sirvió en el bloqueo de Gibraltar. Allí se le confió el mando de una cañonera. En atención a sus servicios y por haber quedado de pronto en imposibilidad de continuar en el ejercicio activo marítimo, destinó el Rey a Salamanca al gobierno e Intendencia de Arequipa, Comandancia General de las Armas y de la Costa desde Arequipa hasta Atacama, Tomó posesión de su nuevo mando en el año de 1796. (/290/) A causa de la Guerra con la Gran Bretaña, organizó 10 Regimientos de milicias disciplinadas y urbanas; visitó todo el litoral. Construyó un Fortín en Arica e hizo fundir en Tacna 4 cañones de grueso calibre que sirvieron para la defensa de ese puerto. Estando en Moquegua, organizó un Cuerpo de Tropas al mando del Teniente Coronel Conde de Alastaya. Asimismo, otro en Tarapacá a órdenes del Coronel José de La Fuente. En Arica el tercero a cargo del Teniente Coronel Diego Calvo Encalada y el cuarto en Camaná, bajo las órdenes de Plácido Barberena. Contrajo matrimonio en Arequipa con Petronila O'phelan y Recavarren. Cesó en su cargo en 1810, relevado por el Teniente Coronel José Gabriel Moscoso. El Virrey Pezuela le encomendó algunos trabajos en Lima. Proclamada la Independencia se embarcó en la fragata "Laura" y se dirigió a Río de Janeiro, donde falleció en 1822. Don Alonso de Paz y Orihuela, Duque de Estrada, Caballero de la Orden de Calatrava, se desempeñaba como Corregidor de Moquegua, en el año de 1703. El Coronel don Francisco de los Ríos Salazar y Tamayo; natural de Lima, Marqués de Villa Hermoza, Conde de San Donás, se desempeñaba como Subdelegado en 299

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Moquegua, en el año de 1801. Estaba en posesión del Título de Conde de San Donás, pues consta que lo utilizaba en sus dictados. Fue también Subdelegado en Sica Sica, en Tarma en 1792 y en Tayacaja en 1794. Fueron sus padres Francisco de los Ríos Tamayo de Mendoza y Mauricia Salazar y Cuervo. Estuvo casado con Josefa Gallegos, hija de los Condes de Casa Dávalos y usó el Título de Conde de San Donás. En Moquegua mandó construir varios pilones, las acequias de las calles de piedra labrada y veredas en muchas de ellas. Compuso los caminos. En su época se sublevaron los negros esclavos de las haciendas del Valle con la mira de matar a los blancos y coronar a uno de su raza. El Marqués de Villa Hermosa pacificó el pueblo restableciendo el orden y la paz con acertadas y enérgicas providencias. Sin embargo de estos servicios el Marqués tuvo allí graves disgustos y aún estuvo sometido a juicio y depuesto por causas de carácter privado. Falleció en 1808. (/291/) El general Jerónimo Valdez, de las filas realistas, victorioso en las Batallas de Torata y Moquegua, en las Campañas por Puertos Intermedios: Torata (19 de enero de 1823) y Moquegua (21 de enero de 1823), el Rey de España le confirió el Título de Vizconde de Torata, además el de Mariscal de Campo. Por estas acciones militares el gobierno de José La Mar, promulgó el 6 de junio de 1828, concediéndole a Moquegua el Título de "Benemérita a la Patria". Al fallecer el Mariscal Nieto, le nació su hija Fortunata, quien años después contraería matrimonio con el Marqués de Sancho Dávila, de rancia estirpe y una de las familias más acaudaladas de su época. Otros hermanos de Fortunata fueron: Beatriz del Carmen, Bárbaro Leonidas y Domingo. Su madre, doña María Asunción Solís, natural de Chiclayo, tuvo varios hijos con Nieto, uno de ellos fue bautizado en Moquegua en 1830, siendo Nieto Teniente. Algunos fallecieron siendo menores. Los descendientes de Nieto, algunos viven en el Perú y otros actualmente en España, en este año de 1998. Los más conocidos, son: Carlos de Abreu y Zeballos y Rafael Loredo 300

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de Abreu, descendientes del Primer Conde de Alastaya, Don Ignacio Nieto y Roa. Entre el patrimonio con que cuentan están los Títulos empastados en cuero y con folios en pergamino, pero en ellos se perfila nítidamente el árbol frondoso de una familia que se remonta a la época del siglo IX durante el reinado del Rey Don Ramiro y de la Reina Doña Urraca, su esposa. Como en aquellos tiempos se creaba apellidos le dieron a su nieto Alonso, el de Nieto, por la filiación. Este Alonso, en España, fue el tronco fundamental de las ramas en La Rioja, Trujillo, Ledesma, Cuenca, Alconchel, el Reino de León, Castilla y Vizcaya, donde tuvo su estirpe propiedades y Señoríos. El fraile maestro Felipe de la Grandara, cronista general de los mencionados Reyes de Aragón y de Galicia, registró el crecido honor de sus miembros que fueron Caballeros del Hábito de San Juan y Alcántara, Condes de Torrejón y otros. (/292/) Carlos de Abreu y Rafael Loredo, son sobrinos Choznos (cuarto nietos) del Conde de Alastaya. En el escudo de éste último se puede distinguir el fondo zafírico celeste o turquí que simboliza los elementos del aire, virtudes cardinales como la templanza y calidades humanas, como la inocencia, piedad, dulzura, felicidad, perseverancia, recompensa y lealtad. El campo rojo, bermellón, llamado de gules, se encuentran los elementos del fuego, las virtudes teologales, la fortaleza y las calidades humanas: honor, valor, generosidad y solicitud. El león es símbolo de los héroes, señal de valor y majestad de espíritu, ánimo guerrero y soberano. Las flores de Lis son divisa desde el Rey Clodoaldo sacro y pertenecen a Francia, como galanura de sus jardines. El campo plateado, representa los elementos agua, de las virtudes, la fe, la pureza, la integridad, obediencia, vigilancia y gratitud. Aparte del escudo se encontraban los Sellos Reales; en ellos el Rey mandaba que el Conde de Alastaya adorne su Escudo con los trofeos de guerra que goza o gozare en el futuro. Ignacio Nieto y Roa, Conde de Alastaya, fue también autorizado a llevar su blasón en las puertas de su casa, en su 301

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carroza, muebles y plata labrada. Asimismo, con una corona de oro embutida, pedrería morada y nueve perlas gruesas, en sortijas y medallones cuando asistiera a ceremonias y torneos. Ignacio Nieto y Roa, no tuvo hijos y heredó el Mayorazgo su hermano Antonio Nieto, Capitán de Caballería y Regidor Perpetuo de la Villa de Moquegua. El segundo Conde de Alastaya casó con Nicolasa Nieto y Fernández Maldonado, su tía. Parece que con él terminó el Linaje. (/293/) En el testamento de Antonio Nieto y Roa, por los años de 1798 y 1799, se puede leer: "Sepan cuantos esta carta de testamento por última y por primera voluntad vieren como yo, Don Antonio Nieto y Roa, Conde de Alastaya, teniente coronel de exercito, coronel del regimiento de infantería de esta Villa de Moquegua...también declaro que he casado a la referidas mis cuatro hijas...la primera con el teniente coronel del ejército Dr. Ramón de Roxas y Orueta, finado, la segunda con el sargento mayor don Gregorio de la Flor y Roa, de la Orden de Santiago, la tercera con Antonio Saez de Texada y la cuarta con Don Marciano (ilegible) hidalgo contador de la Reales Rentas venidas de la ciudad de Huamanga...también declaro que durante el matrimonio hemos adquirido doce tiendas que hemos fabricado en dos casas que compramos están en la calle que llaman del medio como consta de las escrituras de venta que me refiero declarándolas por bienes para que conste..." Don Gregario de la Flor y Roa, Caballero de la Orden de Santiago, fue casado don Doña María Teresa, hija de Don Antonio Nieto y Roa y de Doña Nicolasa Nieto y Fernández Maldonado. En el frontis de la casa, ubicada en la calle Moquegua, se puede leer: "Nuestra nobleza blasona que en su santidad se encierra (deteriorado) de un gran señor de la tierra cavesa de los coroneles (deteriorado) Año de 1750". Dicho inmueble pasó a pertenecer a diferentes familias que van desde los descendientes de Gabriel Martínez del Solar, hasta la familia Yáñez Pinazo. Carlos de Abreu y Rafael Loredo, son tataranietos del Mariscal Domingo Nieto Márquez. Algunos historiadores 302

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comentan que cuando el Mariscal, estando en el Cuzco, donde cayó enfermo, le pidió al coronel Tadeo Barrios que le sacara el corazón y lo enviara a su esposa. Su corazón aguardó hasta 1890, cuando Fortunata, su hija póstuma, lo recibió de Melita, hija del coronel Barrios, y lo depositó al lado de los restos de su madre que se encuentran en Lima en el cementerio Presbítero Maestro. Otros historiadores comentan que María Solís Martínez de Pinillos, se casó con el Mariscal cuando sólo tenía 14 años de edad y que por la inestabilidad política la confinan en un monasterio y escapa con sus hijos Beatriz, Leonidas y Domingo a Panamá. Cruza el itsmo en mula y sigue a Francia. Nunca volverían a verse porque el héroe libró solo su encuentro con la muerte en 1844. (/294/) N) El Obispado y las Órdenes Religiosas Desde los primeros días de la colonia, Moquegua pertenecía eclesiásticamente al Cuzco, Fray Solano, siendo Obispo del Cuzco por el fallecimiento del Obispo Vicente Valverde, había viajado a España en 1562, para hacer conocer a las Cortes que el territorio de su Obispado era demasiado extenso y que para una mejor atención se hacia necesario desmembrarlo. Posteriormente presentó su renuncia y viajó a Roma donde profesó hasta su muerte. El Obispado de Arequipa, comprendía los territorios de los siete Corregimientos, desde Nazca, por el Norte hasta el Río Loa, por el Sur y las Provincias de Condesuyos, Collaguas, Carumas, Ubinas. Es decir los actuales departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna y las provincias chilenas de Arica y Tarapacá. En estos territorios se establecieron 58 doctrinas; 40 a cargo de sacerdotes seculares y 18 regulares. El sucesor de Solano, Sebastián de Lartaún, defendía la sede del Cuzco, aún cuando el Rey Felipe II coordinó con la Santa Sede quien el 15 de octubre de 1576 creó el Obispado de Arequipa. Pero con la presión de Arequipa y los buenos oficios del Virrey Juan de Mendoza, Marqués de Montesclaros, es que el Papa Paulo V expide la Bula del 20 de julio de 1609 y el Breve del 6 enero de 1612 por el que se 303

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crea el Obispado de Arequipa, al cual eclesiásticamente Moquegua estuvo inmerso abarcando desde Arequipa hasta Tarapacá. Una de las doctrinas más antiguas fue la de Omate, pues el14 de abril de 1586, el Obispo del Cuzco puso por sacerdote a Don Diego Chávez Carbajal. El primer Obispo fue Fray Cristóbal Rodríguez, quien falleció en Camaná en 1613, sin poder hacerse cargo. Le suceden Fray Juan de las Cabezas Altamirano y Fray Pedro de Perea y Grimaldo, quien dispuso que se funde una Doctrina en los pueblos de Torata, Yacango y Tumilaca. Al tener conocimiento de las divergencias entre los pueblos de uno y otro lado de! Río Moquegua, se hizo presente en 1622, con la finalidad de reconciliar a los vecinos, más no pudo alcanzar su objetivo, regresando desairado a Arequipa. (/295/) Posteriormente envió a los religiosos jesuitas Diego Miranda y Juan Bautista Chacón para continuar con las conversaciones. Fray Pedro de Villagómez y Vivanco, se desempeñaba en 1635, como Obispo de Arequipa. En Moquegua estaba como Sacerdote Melchor Fernández de la Cuadra Laso de la Vega, quien celebró una acta capitular el 16 de abril de 1633, haciendo conocer al Cabildo la extrema pobreza, ruina e indecencia de la Iglesia Matriz, por lo que solicitaba la intervención de las autoridades moqueguanas, dirigiéndose al Rey de España para solicitar alguna asignación, principalmente el noveno de diezmos para sufragar su reconstrucción. También se ofició al Obispo Villagómez con la intervención de Gerónimo de Villalobos, Escribano Público y del Cabildo. A Villagómez le sucedieron Agustín Ugarte y Saravia, Pedro de Ortega y Sotomayor, Gaspar de Villareal, Juan de Almoguera, Juan de la Calle y Heredia y Antonio de León. El Obispo Juan de Otárola Bravo de Lagunas, fue el que dio el paso para que en Moquegua se creara una Hospedería en Nuestra Señora del Rosario de la Orden de Predicadores en el Convento y Monasterio de esa Orden. El Rey Felipe V expidió la Real Cédula el10 de marzo de 1717. Asimismo el Virrey Carmino Nicolás Caracciolo, Príncipe de 304

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Santo Buono, el 9 de setiembre de 1718, dio también el paso y obediencia de la Real Cédula, remitiéndola al Obispo Otárola, quien por intermedio de su secretario el Dr. Alfonso Diez Coronel lo remitió al Cabildo, Justicia y Regimiento de la Villa de Moquegua, dio su obedecimiento el 23 de noviembre de 1718, transcribiéndole dicha Real Cédula al Padre y Maestro Clemente Cuéllar Berocochea, Ministro del Santo Oficio, Juez Comisario y Prior de la Hospedería de Predicadores de Moquegua. (/296/) En esta época actuaba como Provincial de la Orden de Santo Domingo el Padre Juan Moreno. El Cabildo y vecindario de Moquegua coadyuvaron en los gastos de dicha confirmación. Una de las principales condiciones de esta Hospedería y posteriormente Convento Monasterio, es que los Padres enseñen a la Juventud de Moquegua las primeras letras y la latinidad. Así constaba en el Cabildo lo mismo que la Real Confirmación. Todo el pueblo colaboró. Al Obispo Otárola le siguió Fray Juan Cavero de Toledo. En tiempos del Obispo Cavero, también de grata recordación en Moquegua. Aquí se desempeñaba como sacerdote José Cavero de Francia, alternando con el Padre Juan Cayetano Rodríguez de Vez y Fernández Dávila. El rey Carlos III expulsó a los jesuitas en 1767. La noticia llegó a Arequipa cuando el Obispo Diego de Salguero y Cabrera se encontraba en Moquegua, por lo que dispuso que el Arcediano de la Catedral de Arequipa, Padre Juan Manuel Moscoso y Peralta, que antes se desempeñó en Moquegua, diera cumplimiento a la orden real, al mismo tiempo que lo proponía como Obispo Auxiliar. Continuaron los siguientes Obispos: Juan Bravo de Rivero, Jacinto Aguado y Chacón y Manuel Abad y Llana. Abad y Llana, se hace cargo del Obispado de Arequipa el 13 de mayo de 1772. En Moquegua fundó el Colegio de los Padres Misioneros. El Obispo Miguel Pamplona, se encontraba en Moquegua el 29 de mayo de 1784, siendo testigo de los terremotos de los días 13 y 14 de mayo de dicho año, por lo

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que realizó diferentes procesiones por las diferentes calles de esta ciudad. Continúa Fray Pedro José Antonio León Chávez de La Rosa Galván y Amado, siendo muy querido. Se hace cargo el 6 de setiembre de 1788. En el mes de junio de 1789, efectúa la Visita pastoral a Moquegua. Llegó acompañado del prestigioso sacerdote Juan Domingo de Zamácola y Jáuregui, quien escribió "El Diario de la Visita", el cual en sus partes importantes manifiesta que Moquegua es una ciudad donde habita muy esclarecida nobleza y que su principal nervio de producción son, sus vinos y aguardientes, muy cotizados. (/297/) El Obispo Chávez de la Rosa, también estuvo en Omate el 27 de junio de 1789, estando de cura Juan Baltazar Pacheco. El Intendente Antonio Álvarez y Jiménez, quien estuvo en Moquegua en 1791, informaba de la buena labor que había realizado el Obispo, principalmente en la reconstrucción de los templos. . El Obispo Luis Gonzaga de la Encina Díaz y Perla, también estuvo en Moquegua en 1814, realizando magnífica labor. Durante su estancia se hizo un cementerio en la afueras de la ciudad para enterrar a toda clase de personas, cuya obra apoyó la población como así económicamente el Cabildo. Lo bendijo el mismo Obispo. El Obispo José Sebastián de Goyeneche y Barreda, ordenó que los dignatarios eclesiásticos, Cabildo, etc. De Arequipa, juraran la Independencia de! Perú en la Catedral el 1 de febrero de 1825. El Obispado de Arequipa, comprendía siete Corregimientos: Arequipa, Vítor, Camaná, Collaguas, Condesuyos, Los Ubinas y Valle de Moquegua y Arica. Las Ordenes Religiosas en Moquegua, eran las siguientes:

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1.1 CONVENTO DE SANTO DOMINGO A partir del mes de marzo de 1652 empezaron a predicar en la Ferias de los Miércoles y Viernes de Cuaresma dos piadosos religiosos de la Orden de Predicadores que llegaron de Arequipa al llamado del Cura Vicario Melchor Fernández de La Cuadra Laso de la Vega, en la Iglesia Matriz. Al llegar a Moquegua recibieron todo tipo de apoyo. La nobleza proporcionó sus viviendas para el alojamiento de los religiosos quienes no sólo predicaban la fe, sino también auxiliaban a los enfermos; enseñaban a la juventud trabajando con celo, amor y constancia. Gestionaron ante las más altas esferas del gobierno y e l Rey para el funcionamiento de una Hospedería consiguiéndolo. Fue así que el 25 de febrero de 1653 se presentó con dicha licencia el Padre Antonio Morales, transcrita por el Virrey Conde de Salvatierra. (/298/) Al respecto transcribimos el siguiente documento: "En setiembre 5 de 1684, Don José de Roa, Corregidor de la Villa de Moquegua por su magestad y Alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición de la ciudad de La Paz, certifico: que hoy día de la fecha, como a las cuatro de la tarde, poco más, a pedimento del Padre Antonio de Morales, Prior de la Hospedería d{ la Orden de Predicadores de esta Villa, me pidió les diese por testimonio cómo en dicha Hospedería se enseñaba Gramática a los hijos de esta Villa, y a leer y a escribir. Y habiendo yo, el dicho Corregidor, ido a dicha Hospedería, y hallé debajo de una ramada que está en el patio principal de dicha Hospedería que cae a la entrada de la Capilla que hoy sirve de Iglesia, once muchachos que en mi presencia les preguntó el dicho Padre Prior algunas oraciones en castellano y las tradujeron al Latín. Y asimismo en otro patio, más adentro, en una enrramada que está hecha para resguardo de tres celdas, que están en pos de otra, vi y oí estar leyendo muchos niños. Y para que conste doy el presente, a pedimento del dicho Prior, en la Villa de Moquegua".

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1.2. COLEGIO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS Se fundó con el nombre de Señor San José, con la decidida intervención del Capitán José Hurtado de Zapata y Echagoyen, familiar del Santo Oficio de la Inquisición. Era hijo del Capitán Pedro Hurtado de Mendoza y de Antonia Zapata y Echagoyen. José, sin dejar descendencia, realizó su testamento el 1 de setiembre de 1708, indicándose en la cláusula novena que la fundación se haga por el espacio de ocho años con el nombre de San José; sí no se hiciese, se funde La Recoleta del Padre de San Francisco. Dejaba al Colegio de la Compañía de Jesús sus haciendas y caudales, solicitando simplemente lo encomienden a Dios, recen por su alma, prediquen, hagan bien por los pobres y enseñen la religión. (/299/) Este testamento se hizo de conocimiento del Padre Provincial Luis de Andrada de la Iglesia de San Pablo de Lima, según lo ordenado por su fundador. El Padre Andrada se comunicó con el Cabildo de Moquegua a fin de que por su intermedio solicitasen al Virrey y a su Majestad dicha gracia, realizándolo el 17 de enero de 1709. EI10 de julio de 1709 se cumplió con hacer la entrega de lo estipulado en el testamento en la persona del Padre José Flores, de la Compañía de Jesús, a fin de que se vea la forma de construir dicho Colegio de San José. La entrega se hizo por medio del Doctor José Fernández Maldonado, Presbítero y Abogado de la Real Audiencia de Lima y Don Pedro Hurtado Zapata y Echagoyen, hermano del fundador, sus albaceas, en presencia de Don Luis de Ulloa Tavera, escribano público y de Cabildo. Para su funcionamiento el Virrey solicitó informes del Cabildo y Obispado de Arequipa, en el sentido si era útil su funcionamiento y si se contaba con los medios económicos. Parece que empezó su funcionamiento el 25 de agosto de 1711, con el nombre de Colegio del Señor San José de la Compañía de Jesús, para lo cual se acondicionó el local. Empezó a funcionar en el Colegio La Libertad, hoy Santa Fortunata. 308

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Después de 1766 sirvió de Hospicio a los Padres de la Observancia de San Francisco. Seguidamente como Colegio de propaganda FIDE del Colegio de Tarija (Bolivia). Después la Misión de Fray Tadeo Ocampo en octubre de 1798, natural de Tacna, quien trajo a Moquegua el cuerpo de Santa Fortunata. También sirvió como Colegio de Ciencias y Artes. Los Padres de Propaganda Fide se fueron a España en el mes de marzo de 1825. (/300/) 1.3. CONVENTO-HOSPITAL BETLHEMITA El fundador fue el Presbítero Don Antonio Isidro Maldonado y Raya, hijo del Alcalde Provincial Don Agustín Fernández Maldonado y de Doña Juana de la Raya, Antonio Isidro testó el 4 de diciembre de 1726 ante Juan Francisco de Bustíos, escribano público e interino del Cabildo, quien dejaba como herederos a los Padres de la Sagrada Orden Hospitalaria Bethlemita de Lima, con la condición de que funden en Moquegua un Hospital, para lo cual nombra como Patrón del Convento a su sobrino el coronel Baltazar Fernández Maldonado; y después de éste a los hijos de su hermano el Alférez Real José Fernández Maldonado. Antonio Isidro logró ver en vida sus deseos, pues el 2 de enero de 1725, se hace la donación de los bienes, reservándose el usufructo. El 17 de diciembre de 1731, estando presente el Padre José de la Cruz, le hizo entrega de todos los bienes en presencia del Maestre de Campo y Alcalde Ordinario Don Juan Bautista Jiménez Urbano y Ortega. En 1729 el Cabildo, con la colaboración económica del pueblo, se empezó a construir el Hospital Betlhemítico. Parece que se hizo la fundación en el año 1726. Prefecto del Hospital era el moqueguano Padre José de Santa Gertrudis y Cabello, desde mayo de 1809 hasta el14 de Junio de 1834, en que falleció. Antonio Isidro, desde los primeros años de su sacerdocio hizo funcionar el Hospital en su casa, situada en la 309

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Hacienda Locumbilla, alojando a los enfermos, principalmente indios, con médico y medicinas. Tomó el hábito religioso en 1731 y en 1732 se llamó Fray Antonio Isidro del Espíritu Santo. El Patrón del Hospital fue San Antonio de Padua. El Virrey José de Armendáriz Marqués de Castelfuerte, autorizó su funcionamiento. El Rey de España, Felipe V, por Real Cédula del 7 de diciembre de 1743, dirigía al Virrey José de Mendoza, Marqués de Villagarcía, aprobando su funcionamiento "con calidad de que en el lugar del convento sea casa hospital, que ha de estar a cargo de los Padres Betlhemitas, bajo de las reglas y formas que se halla establecida por la administración de los hospitales".(/301/) EI 19 de marzo de 1819 se estrenó la Enfermería con la intervención del Capitán José Carlos de Mendoza de Arguedas y las actividades del Padre Prefecto José de Santa Gertrudis y Cabello. Predicó el Padre José Maldonado, de Propaganda Fide. Este Colegio estaba ya secularizado como Colegio de Ciencias y Artes de la Libertad, bajo la dirección de José Cayetano Fernández Maldonado. De la mutilada Iglesia Matriz, cuyos cimientos datan desde 1595, fueron remodelados y reconstruidos varias veces hasta su final abandono a raíz del sismo de 1868; de la iglesia de Santo Domingo, fundada en 1652 y actualmente templo principal de Moquegua, relicario de los restos mortales de Santa Fortunata; de la Iglesia de Belén, erigida sobre la Capilla de San Juan del Huaico en 1653; y de la Iglesia de Torata, levantada en 1691. En los viejos muros y en los vetustos cimientos y antiguos camposantos de estos venerables recintos, al lado de retratos olvidados de la historia de Moquegua, los restos mortales de muchos ciudadanos notables cuyas vidas enmarcan una tradición de enaltecedores recuerdos. En lo que ahora es el Alto de la Villa, lugar preciso todavía no determinado, se erigió la Iglesia de San Sebastián , siendo una de las primeras de Moquegua. La Capilla de San Pedro, funcionaba en la destruida Iglesia Matriz, con la colaboración económica de Don Pedro de Guevara y Sisa, quien aportó tres mil pesos. Siendo 310

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Corregidor de Moquegua Don Francisco de Salazar, dispuso la clausura de la Iglesia de Santa Catalina, con la finalidad de darle funcionamiento a la Iglesia de San Sebastián de Alto de la Villa. Esta situación dio lugar a los reclamos correspondientes, principalmente por intermedio de Don Alonso de Vizcarra, quien comprometió la intervención del sacerdote del Valle Don Jerónimo Catano de Aragón. (/302/) Posteriormente se cerraría la Iglesia de San Sebastián, pasando sus enseres a la Iglesia de Santa Catalina. Según Montenegro y Ubaldi, la Iglesia de San Sebastián estaba ubicada en la Hacienda del Carmen, que era de propiedad de los Fernández Cornejo, y que limitaba con otra hacienda del Maestra de Campo José Montenegro y su esposa Constanza de Peñaloza. Un gran benefactor de los templos de Moquegua fue el Capitán Alonso de Estrada, quien además era un gran cultivador de las letras, siendo ensalzado por el gran escritor español Miguel de Cervantes y Saavedra en su libro "La Galatea". Con su peculio compró los terrenos de Juan Porcel para edificar la Iglesia Matriz. En esta Iglesia funcionaban diferentes Capillas erigidas por diferentes benefactores como la realizada por el Corregidor Pedro de León de Guevara y Sisa. Asimismo Cristóbal Pérez Cugate levantó la Capilla de Nuestra Señora del Rosario. Doña Lorenza Fernández de la Cuadra, edificó la Capilla de la Purísima Concepción, en 1636. Los continuos terremotos, una y otra vez, la fueron destruyendo hasta convertirla en garaje. Don Gaspar Fernández de Lugo Cabeza de Vaca, queriendo perennizar al Patrono de los viñedos, mandó construir la Ermita a San Bernabé en el cerro de su nombre. Un 11 de abril de 1656, se demolió la Capilla de San Juan que estaba ubicada al finalizar la calle Moquegua, en el barrio de Belén. Don Diego Fernández de Santiago y su esposa Doña Antonia Zapata, en 1655, fundaron el hospital, que posteriormente se le denominó San Juan de Dios. En la hacienda Locumbilla funcionaba un hospital, siendo su benefactor Antonio Isidro Fernández Maldonado y Raya que 311

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había sido hijo de Agustín Fernández Maldonado y Raya y de Juana de la Raya. Como en ninguna época anterior a la Iglesia Católica desempeñó preponderante papel en la historia de los pueblos: fue ella el más poderoso pilar sobre el que descansó la sociedad. (/303/) Su influencia se dejó sentir en todos los aspectos de la vida y los Papas lograron concentrar en sus manos un tremendo poder espiritual y político. La Iglesia fue, además, la depositaria de la cultura y la poseedora de un inmenso poder económico. Por sobradas y justificadas razones, la Iglesia logró considerable influencia y autoridad, principalmente por su obra cultural. El Clero, era la única clase culta, ilustrada; sus miembros dirigían las escuelas y colegios. Los valores de la cultura se salvaron en las iglesias y conventos. Desde el punto de vista social, la Iglesia se unía íntimamente a la vida del hombre, ya por medio de la educación o de las obras de beneficencia. Asimismo por enseñanzas morales, espirituales y humanas. Desde el punto de vista intelectual, mucho es lo que se debe a la Iglesia y especialmente a los monjes, éstos cultivaron y enseñaron a cultivar la tierra, fabricaron tejidos, muebles, objetos artísticos y, sobre todo, recopilaron en sus manuscritos el saber antiguo, salvándolo del olvido. La Iglesia, por intermedio del clero, tuvo a su cargo la organización y dirección de la enseñanza. Los primeros centros de estudio halláronse establecidos en los monasterios o conventos (escuelas monásticas), a cargo de monjes. Gaspar Fernández de Lugo Cabeza de Vaca, fue el continuador de esta tradición histórica. Por, su vida tranquila que llevaba, fue conocido con el nombre de "El Ermitaño". Estaba emparentando con Hernán Bueno de Arana, dueño de Escapalaque. Su actividad se desarrolla en la Escuela que fundó para los hijos de españoles y de los caciques de Moquegua. Sus padres fueron Florián Benavides Cabeza de Vaca y Ángela Fernández de Lugo. Gaspar adquirió como regalo de sus familiares una huerta en una parte de que hoy ocupa el Colegio Santa Fortunata, donde funcionaba su Escuela. (/304/) En la Iglesia de Santa Catalina, se 312

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desempeñaba como Jefe de la Hermandad y como tal, tuvo especial interés en construir una Ermita dedicada a San Bernabé, fiesta que se celebraba el14 de junio. Patrón de los hacendados de vides, quienes con el tiempo dedicaron un porcentaje de las cosechas para su festival. Pero Gaspar, lo hizo para que "los naturales del pueblo de los Toratas no hicieran sus ritos a los Muertos". En el año 1600, viajó al Santuario de Copacabana, acompañando a la familia de Pedro de Guevara y su esposa Lucía de Silva, llevando presentes a dicho Santuario, consistentes en mantos sagrados, joyas y aceite de oliva para la lámpara del Santísimo Sacramento. En Moquegua, junto con su amigo Alonso de Estrada, trabajó por el embellecimiento de la Iglesia de Santa Catalina para lo cual recibió la colaboración de muchos vecinos, quienes dejaron en su testamento valiosos aportes para qué Gaspar pudiera seguir en su trabajo de profesor y a la vez el cargo de Jefe de la Santa Hermandad. Así tenemos que Andrés de Espinoza, el Capitán García de Castro, encomendero de Locumba e Ilabaya, Alonso de Estrada y Hernán Bueno, le establecieron el sistema de "Capellanías" en dicha Iglesia colaborando con sus aportaciones. Para dicha Iglesia también el Licenciado Alejo Taboada de Ulloa, dejó en su testamento una cadena de oro y 100 pesos el 22 de setiembre de 1663, para el sostenimiento de la Escuela y obras pías. Al morir Gaspar, que no tenía hijos, dejó su pequeña herencia para que continuara y se engrandeciera dicha Escuela. Por todo lo que hizo Gaspar por la educación moqueguana, es considerado el Primer Maestro de Moquegua. Antonio Isidro Maldonado y Raya, es uno de los moqueguanos ilustres por su labor de filantropía más antiguos que haya conocido Moquegua. Descendiente de ilustres familias de los primeros pobladores de Moquegua. había heredado la Hacienda Locumbilla, lugar de su nacimiento, y que influido por su amor al prójimo lo hizo de su hacienda un Hospital, para "que sirviera a los indios, negros y pobres". (/305/) Él mismo, con sus pocos conocimientos de la medicina, los curaba; o de lo contrario contrataba personas 313

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entendidas para que ofrezcan servicio de medicina a gente con pequeños recursos. Este hospital, funcionaba en forma espontánea, sin licencia, ni autorización oficial; se encargaba, incluso, del entierro de los que en dicha institución morían, Preocupado de la perpetuación de esta obra, que la había levantado con tanto sacrificio en bien de los pobres de Moquegua, es que deja todo su dinero, que provenía de sus heredados, para el sostenimiento de este su hospital al que lo denominó "Hospital de Belén de Locumbilla". Fueron sus padres Agustín Fernández Maldonado y Juana de la Raya. Sintiéndose cansado, toma el hábito sacerdotal, ordenándose en el año de 1723. Por la misma situación en que vivía, en contacto con los enfermos, hace que contraiga una de las enfermedades que no pudieron curar los médicos, tan es así que fallece, dejando en su testamento dicho hospital, el 2 de enero de 1725. Su muerte fue llorada por todos los pobres que se habían servido de su noble corazón, principalmente los indios y los negros que vieron partir un alma caritativa que les tendió la mano cuando las enfermedades los atacaron y nunca pidió dinero sino que curaba gratis. La idea implantada por Maldonado y Raya, fue madurando tan es así que se establece en Moquegua, en el año de 1726, el Convento de los Belemitas o Bethlemitas, quienes,/en memoria de Antonio Isidro Maldonado y Raya, siguieron llamando Hospital de Belén al creado por su benefactor, pero ya funcionando al costado del Hospital de Belén hasta el año de 1960, trasladándose después al loca! que actualmente viene ocupando. Alonso de Estrada "El Sevillano", asentado en el Valle de Moquegua, es el poeta de tal nombre alabado por Cervantes en el "Canto de Calíope". Radica por los años comprendidos entre 1570 y 1610. Hernán Bueno ”El Viejo"', habla conseguido una parte de la encomienda de Carumas, la cual era en su mayor parte de Lucas Martínez Vegazo, (/306/) Hernán Bueno, con el apoyo del Gobernador Vaca de Castro, había logrado adueñarse de gran parte de Carumas. Fallecido Bueno, el Pacificador Pedro de la Gasca, por Provisión extendida en 314

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Lima el 20 de noviembre de 1549, la concedió a su hijo Hernán Bueno de Arana, por su actuación al servicio del Rey, como su padre, y más tarde confirmada por el Virrey Marqués de Cañete. En la Tasa de la Visita General del Virrey Toledo, se distinguen claramente las dos secciones: de una parte la que fue de Martínez Vegazo, con 975 indios que debían tributar 30 fanegas de trigo, 20 fanegas de maíz, 156 gallinas y 70 piezas de ropa de algodón, con un total de 1,086 pesos; y de la otra parte de Hernán Bueno, con 1,121 indios. Hernán Bueno “El Mozo", no sólo fue un prominente vecino, Regidor y Alcalde de Arequipa, sino uno de los más resonantes caballeros que dejó descendencia y perpetuó su nombre. Sus hijos fueron Hernán Bueno de Arana (como su padre), que se casó con Mariana de Saavedra; Cristóbal de Arana, Pedro de Arana; Beatriz de Arana, que se casó con el Capitán Diego de Vizcarra, que fue Corregidor de Colesuyo; Jerónima de Miranda, que se casó con Alonso de Estrada; Clara de Arana, casada con Diego Fernández de Córdova; e Inés de Villamil, que se casó con Gonzalo de Mazuelo. Sus nietos y bisnietos quedaron asentados en la región. Fue así como Alonso de Estrada "El Sevillano", Capitán, hacendado, luego clérigo, recibió indios y tierras de Torata y Carumas que pertenecían a su esposa Jerónima de Miranda, y que ésta le dejó en herencia "por el mucho amor que le tengo, nacido de las buenas obras que me ha hecho en el discurso de nuestra compañía, como por haberse ganado y aumentado los dichos bienes por su industria y buenas trazas". (/307/) Alonso de Estrada, que tenía su hacienda en Yaravico, por testamento que deja el 11 de abril de 1610, habla de su heredad, con 38,000 cepas y árboles de Castilla y de la tierra; y junto a ellos botijas y calderos de cobre, pailas, peroles, etc. eran estas muy importantes y servían para la fabricación del vino. En Carta de Gonzalo de Mazuelo, a su cuñado Alonso de Estrada, cuando éste se hallaba en Lima de 1597 y que habla de que Moquegua estaba convertida en un "empedradillo de Potosí según hay de gente y cuchilladas", 315

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revela las disputas que desde entonces agitaban a una comunidad que debía haber sido más tranquila. Alonso de Estrada, como viejo poblador, tenía deudos a uno y al otro lado del río, motivo de muchas disputas. En la parte de Escapagua, estaban las posesiones de Mariana de Saavedra, esposa de su cuñado Hernán Bueno de Arana, y de otra cuñada, casada con Diego Fernández de Córdova,. En el lado Sur, y en mayor número, había posesiones que también provenían de Hernán Bueno "El Mozo" y que habían sido acrecentadas con el tiempo. Allí estaba su propia casa habitual de vivienda (la de Yaraviso, al lado del Río, era de campo), y en esta parte iban a quedar asentados sus sobrinos, hijos de su hermano Diego de Vizcarra: Alonso de Vizcarra e Isabel de Vizcarra, casada con Diego Fernández Maldonado y otra sobrina, hija de Hernán Bueno; Juana de Arana, que casó con el español Juan Rodríguez de Vez. El Primer Cabildo de la población unificada, la encabezó como Alcalde un joven sobrino-nieto de Alonso de Estrada: Agustín Fernández Maldonado y Vizcarra: y en él figuraron además otros dos deudos suyos: Juan Rodríguez de Vez y Alonso de Vizcarra. Corregidor fue nombrado Diego Cáceres y Ulloa, que ya lo había sido años antes. Alonso de Estrada, nace en Sevilla, España, hijo de Diego de Vizcarra y de Isabel de la Barrera. (/308/) Estuvo por Santiago de Chile, en la década de 1550, donde adquiere casas y propiedades de Cristóbal Luis de Guevara que quedaban junto a las de Gerónima Justiniano y de Antonio Jiménez. La ciudad de Santiago, no fue del todo placentera y pronto llegó a Moquegua, teniendo amistad con el Capitán Bartolomé García Grimaldo, residente en el puerto de 110, quien establece un rico negocio: capturar caballos y burros cimarrones de las lomas de Ilo y amansarlos para después venderlos. Con dicho Capitán tendría múltiples tratados comerciales y también con el primer maestre de que se tenga noticia en Moquegua: Gaspar Fernández de Lugo Cabeza de Vaca “EI Ermitaño". En sus propiedades de Yaravico, construyó un molino y trapiche; para lo cual solicitó autorización, la cual le fue 316

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concedida. Asimismo construyó la acequia que se denominó "Del Molino", que pasaba cerca de la que hoy es la calle Lima. A Don Alonso, le gustaba el buen vestido, encargando sus prendas a España. Pero el sueño de Don Alonso, era la construcción de un Colegio para la educación de las juventudes y es así que conjuntamente con Gaspar Fernández de Lugo Cabeza de Vaca, realizan las gestiones correspondientes. Al morir, Don Alonso.. dejó parte de su fortuna para el funcionamiento del Colegio, pidiendo que lo entierren "sin pompas ni vanidades", en la Capilla de San Antonio de Padua, que estaba en la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de Santa Catalina. La rica heredad la obtuvieron sus hijos Felipe, Alonso y María: falleció en 11 de abril de 1610. El Prior del Colegio de Jesuitas de Arequipa, Don Gaspar de Arroyo, vino a tomar posesión de la rica heredad, pero después de algunas gestiones y juicios y pasados ya más de 400 años, se cumplió su sueño porque en Yaravico funciona el Colegio Agropecuario y el Instituto Superior Pedagógico. El Padre Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, es considerado como "El Primer Historiador de Moquegua". Había nacido el 21 de junio de 1782, en Moquegua, siendo sus padres Manuel Montenegro y Catalina Ubaldi. Dedicándose a la vida religiosa le cupo desempeñarse en diferentes campos, tanto en Moquegua y en varios pueblos del Perú. Como Abogado, se desempeñó en Bolivia. (/309/) En el año de 1818, se desempeñaba como cura interino de la Santísima Trinidad de Conaica, comprensión del Obispado de Ayacucho, hasta el año de 1821, donde pasa a desempeñarse con igual cargo en Ylabaya (Tacna), a partir de 1825. Al año siguiente ya lo encontramos en Moquegua, como cura primero de la Iglesia Matriz y Vicario. Al trasladarse a Bolivia, se desempeña como Abogado y, posteriormente, es el Examinador Sinodal del Obispado de Arequipa. Acucioso investigador, fue recopilando cuanto documento se le presentaba, como así algunos documentos que los vecinos de Moquegua le iban proporcionado, hasta 317

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que en el año de 1840, termina un Primer Cuadernillo, de los doce que había producido, sobre "Noticia de la creación y conquista del Valle de Moquegua por Mayta Cápac, 4to. Emperador del Perú. Su conquista por los españoles en 1540 años. Creación del pueblo de San Sebastián de Escapagua en Villa de San Francisco de Esquilache...". Gran parte de la obra de Montenegro ha sido difundida por otro gran investigador de la Historia de Moquegua, como es Ismael Pinto Vargas, en su "Pequeña Antología de Moquegua". Montenegro, falleció el 11 de mayo de 1854. Mencionamos a Don José Montenegro y Ubaldi, hermano del anterior, quien se educó en España y allí hizo su carrera, hasta alcanzar el Grado de Coronel de Infantería. Volvió al Perú en 1818. Había nacido en Moquegua en el año de 1766. En el Perú desempeñó el alto cargo de Gobernador Intendente de la Provincia de Huamanga. (/310/) Con motivo de haber ocupado el General Arenales el Departamento de Huamanga con una División del Ejército Libertador, a fines de octubre de 1820, Montenegro y Ubaldi tuvo que retirarse con su tropa al Valle de Jauja donde no encontró a las tropas de la División del Brigadier O'Reilly como lo suponía. Alcanzado por las tropas de Arenales, al mando del mayor Lavalle, fue dispersada la Compañía llamada "Cárdenas" que llevaba a sus órdenes, quedando prisionero el mismo Montenegro y Ubaldi. Saliendo libre se incorporó nuevamente a su ejército real cuando éste ocupó Lima en 1823. Fue Intendente de Huamanga desde 1818 hasta 1820 y en este mismo año ascendió a Brigadier. Después de la Batalla de Ayacucho, se tras1adó con su familia a España donde obtuvo varias condecoraciones. Su hija Fernandina, natural de Mahón (España) se casó en Huamanga en 1823 con el coronel del Batallón "Centro" Don Felipe Rivero, natural de Bolivia" quien más tarde fue Teniente General y Senador en España. José Alcázar y Padilla, vecino de Moquegua. Dispuso que, después que falleciera su esposa Ana María de Peñaloza, sus bienes y la de ésta, según voluntad de ambos, sirviesen para fundar un Monasterio de Monjas, cometido el encargo el cura Miguel Cornejo Alcázar falleció en 1710 y 318

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Doña Ana María en 1724, Hubo un ruidoso pleito que terminó años después, poniéndose a disposición del Obispo de Arequipa los bienes que se obligaban. Los vecinos de Moquegua pretendieron que se estableciera en esta ciudad el Convento que estipulaba el testamento; pero por Cédula Real del 23 de febrero de 1740, resolvió el Rey se fundase en Arequipa dicho Monasterio con el Título de Santa Rosa y que fuesen preferidas las hijas de Moquegua en las becas. El Obispo Juan Bravo, hizo el plano de la construcción con 13 mil pesos de la venta de las propiedades, así como la compra de una fanegada de tierras en 6 mil pesos que era de propiedad de la familia Arve. EI18 de agosto de 1744, se empezaron a abrir los cimientos depositándose debajo de ellos monedas para el recuerdo. Gastáronse en Arequipa en la construcción del Monasterio 75,828 pesos. Los adornos los costeó el Obispo. (/311/) Calculose en 112 mil pesos el total de los gastado y se trabajó durante 2 años y diez meses, siendo el edificio de piedra. La costosa custodia del Altar .Mayor, se hizo a expensas de Doña Francisca Barrera, quien colocó en ella posteriormente las alhajas de su uso de que hizo donación. Luis Fernández Barchilón, fue uno de los primeros sacerdotes de Moquegua en el siglo XVI y antes de la Fundación de Moquegua, era cura del valle y de las poblaciones de Cochuna y Escapagua obligando a los vecinos le diesen 300 pesos anuales por sus servicios so pena de excomunión. Una vez que falleció este cura, su sucesor, que era Canónigo del Cuzco, quiso hacer lo mismo, pero los vecinos, que por diezmos y primicias pagaban 4,000 pesos, acordaron no dar aquella contribución desconocida, sino sólo por un año más, explicando que no era como salario sino que abonarían por la administración de los Sacramentos a los indios yanaconas a fin de librarlos de las vejaciones que sufrían. Don Lorenzo Barrios, era natural de Moquegua y cura de Torata. Falleció el 4 de octubre de 1822. Dejó su casa, unos solares y varias propiedades rústicas que poseía en Sancara, para que se fundase en Moquegua una Casa de 319

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Recogidas, haciendo patrones de ella a los primeros curas. La Capilla se estrenó en 1847. El Capitán Félix Angulo, vecino de Moquegua, contrató el16 de abril de 1705, la construcción del Altar Mayor de la Iglesia Matriz, para lo cual hizo traer trabajadores y maestros indígenas de Juli siendo ellos Juan Huacán y Marcos Rengifo. Angulo costeó toda la madera y pagó por el trabajo 3,250 pesos. El Alférez Francisco Bueno y Zaconeta, ordenó en su testamento que después de sus días y los de sus hermanas, pasase al Hospital de Belén su hacienda de viña que se estimaba en 60 mil pesos. El Alférez Fernando Calderón, compró a Luis Antonio de Peña loza una finca que donó luego a los religiosos dominicos que establecieron una Hospedería en 1652 que después fue convento. Dioles también 2 esclavos y 1,400 pesos. (/312/) Helena Rodríguez de Corte Real, era natural de Moquegua, y procedía de una familia conocida, principalmente su pariente Ambrosio Javier Rodríguez de Corte Real, que fue cura de Moquegua 33 años y reedificó la Iglesia Matriz con su peculio. Helena era casada con el Capitán Benito Galdames, nacido también en Moquegua y descendiente de Francisco Galdames Garay Primer Alférez Real en el año de 1629. Regidor del Cabildo y Alcalde en 1633. Doña Helena, al trasladarse a Lima y en su estado de viudez, determinó formar el Monasterio de Santa Rosa en Moquegua, para lo cual donó 130 mil pesos, producto de la venta de 2 haciendas y unas casas. Algunas personas también proporcionaron otros recursos llegándose a juntar 400 mil pesos, Se obtuvo la autorización del Rey el 26 de enero de 1704 a instancias de las personas que vivían congregadas en el Beaterio de Santa Rosa. Este se instaló en 1678 por los religiosos dominicos que compraron una finca frente al Santuario. Después se trasladó a la Calle conocida con el nombre de San Sebastián. Inaugurose el Monasterio el 2 de setiembre de 1708. Doña Helena fue nombrada fundadora y Patrona, concediéndose a ella y a sus sucesores el privilegio perpetuo de que pudiesen 320

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nombrar una monja que entrase al Claustro sin dote. La regalía del Patronato la cedió el cura Antonio Ortiz Martínez el cual en un codicilo que hizo, la traspasó al Oidor Decano Miguel Núñez de Sanabria. El Rey se reservó el derecho de nombrar también su dote: cuatro monjas que fuesen hijas de empleados. Pasaron del Convento de Santa Catalina a establecer el de Santa Rosa, 2 monjas que después se restituyeron aquella comunidad, quedando de Superiora en el nuevo Convento la hija del Virrey Conde de Moncloa, Josefa Portocarrero, que colaboró bastante en la terminación del Monasterio, como así el Padre Alonso Messía, jesuita. (/313/) En la Iglesia que inauguró el 24 de agosto de 1739, contaba con una extensión de 51 varas y once de ancho. Asimismo Doña Helena Rodríguez de Corte Real, en su testamento dejó 4,000 pesos a la Iglesia Matriz, en que fue bautizada. Martina Fernández Cornejo y Fernández de Córdoba, había nacido en Locumba (Tacna), pero avecindada por muchos años en Moquegua, poseedora de cuantiosos bienes. Fue hija de José Fernández Cornejo y Rendón y de Manuela Fernández de Córdova. Estaba casada con el Capitán José Carlos de Mendoza y Arguedas y su hermana María Bernarda, con el Coronel Tomás Moreno Chocano. José Carlos, fue hermano de Blas Antonio de Mendoza, cabeza de una familia respetuosa de Moquegua. Martina, fundó varias obras pías en Moquegua, destinando capitales y bienes raíces. Empleó 14 mil pesos en la construcción de la Iglesia del Hospital de Belén y en edificar la portería, sacristía, campanario y una botica. Su esposo, José Carlos, había contribuido con algunos miles de pesos para la construcción de la Enfermería. Este Hospital se autorizó construir por el Rey en 1743, en atención a que los religiosos Betlh1nitas, desde que tuvieron Hospicio en Moquegua asistieron a los enfermos pobres y enseñaron gratis a leer y escribir a los niños. La familia Fernández Maldonado, se distinguió empleando sus recursos en objetos de beneficencia y fomento del culto. Contribuyó con más de cien mil pesos para continuar con la terminación del Hospital, principalmente el 321

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Presbítero Isidro Antonio, hijo del Capitán Agustín Fernández Maldonado y Vizcarra, Alcalde Provincial y Regidor Perpetuo. Fue luego religioso Bethlemita, llamándose Fray Isidro del Espíritu Santo. Donó a dicho hospital su hacienda de Locumbilla y otros bienes y preseas. Falleció en 1732 y de su sepulcro que estaba en el Presbiterio de la Iglesia Matriz, se trasladaron sus restos a la del Hospital. Paula Fernández Maldonado, dejó en 1759 capitales para dotes y obras pías, principalmente para comprar alimentos para los enfermos del Hospital. (/314/) El capitán Miguel Fernández Maldonado, contribuyó con 300 pesos mensuales para la terminación de la reconstrucción de la Iglesia Matriz, dejando constancia de que si fallecía antes de la conclusión dejaba 5,000 pesos para continuar con los trabajos. Diego Fernández de Santiago, natural de Extremadura (España), alférez del ejército y vecino de Moquegua, dejó su hacienda de Escapalaque y otros bienes a su esposa Antonia Zapata, ordenando que después de sus días pasasen a la Comunidad de San Juan de Dios con la condición de que ésta fundase un Hospital para pobres y que en el caso de no hacerlo quedasen estos bienes a beneficio del Convento de Santo Domingo. El licenciado Bernardino Guevara y Quintanilla, natural de Moquegua, cuya familia poseía una Vara de Regidor. Fue en 1649 el Primer Maestro de Gramática que hubo en Moquegua. Después se ordenó de Sacerdote, llegando a ser Visitador del Obispado de Arequipa y benefactor de la Iglesia Matriz de Moquegua. El Virrey Manuel de Guirior, con fecha 15 de noviembre de 1777, dispuso que al Colegio de Moquegua sean destinados los Misioneros Recoletos de San Francisco pertenecientes al de Propaganda Fide de Tarija (Bolivia). Dicho Colegio, por Decreto del 6 de marzo de 1768 se hallaba ocupado por los franciscanos, que desde 1748 tuvieron en Moquegua un Hospital. El Rey, oyendo la reclamación que hicieron, ordenó se les conservase en el Colegio por Real Cédula del15 de julio de 1778, quedando excluidos aquéllos misioneros por entonces, pues más tarde lo consiguieron. 322

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El Capitán José Hurtado y Echagoyen, natural de Moquegua, familiar de la Inquisición, fue hijo del Capitán Pedro Hurtado y de Antonia Zapata y Echagoyen. Testó el 01 de setiembre de 1708 y falleció soltero. Mandó erigir en Moquegua el Colegio de la Compañía con el Título de San José, adjudicándole su hacienda de viña de Yaravico y además su casa-habitación. (/315/) Ordenó que si en el término de 8 años no se fundaba el Colegio, se hiciese una Casa para la Recoleta Franciscana. Dejó varios legados a favor del culto. Este colegio en 1773, lo ocuparon los religiosos de Propaganda de Tarija quienes salieron para España en 1825, año en que se estableció el Colegio San Simón y después La Libertad. Manuel Hurtado de Mendoza, estaba casado con Constanza Eyzaguirre, naturales y vecinos de Moquegua. Viéndose sin sucesión, mandaron que después de sus días se fundase en Moquegua, un Convento de Hospedería de la Orden de La Merced. Otorgaron escritura el 10 de enero de 1742, adjudicando para el efecto su hacienda Yaracachi que valía 21 mil pesos y que no tenía más pensión que la de 400 pesos que reconocía el Convento de Santo Domingo, además unas tiendas que poseían en la ciudad. Previnieron que si a los 20 años no se hubiese fundado, pasara la renta, producto de aquellos bienes, al Colegio de la Compañía, y que si éste no lo admitía se diese al Convento de Santo Domingo. Los mercedarios aceptaron la donación, expidiéndose el instrumento por el Padre Simón Eyzaguirre, facultado por el Provincial respectivo. El Virrey José Antonio Manso de Velasco, expidió una Provisión a los Oficiales Reales de Arica con la finalidad de que no cobren derecho alguno de los frutos de la Hacienda Chiribaya de Ilo, que en un tiempo la administraba el Colegio de La Compañía, en Moquegua, en 1755. Miguel Nieto y Bustillos, natural de Moquegua, dejó en su testamento del 21 de julio de 1798, fundar una obra Pía en su hacienda para que con su producto se costeasen camas para enfermos pobres en el Hospital. Esta sala para mujeres se estableció en 1819. 323

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Baltazar Alcázar y Padilla, había nacido en Moquegua; hombre ya de edad, viudo y con hijos mayores, se obligó por escritura Pública en 1649 a pagar 600 pesos anuales al abogado Pedro Guevara y Quintanilla para que le enseñara la Gramática Latina. (/316/) Después se ordenó de Sacerdote, llegando a ser Visitador del Obispado de Arequipa. Fue también benefactor de la Iglesia Matriz de Moquegua. Pedro Peñaloza, Presbítero natural de Moquegua, dejó sus bienes para la fundación del Colegio de La Compañía. Sus parientes por esto promovieron gran litigio que terminó dándose la tercera parte al Colegio, esto es, la Hacienda de Santo Domingo, en el Pago de Cupina. Este Colegio también recibió otras donaciones y llegaron a poseer 59,194 pesos de capitales que redituaban 1,123. Juan de Dios Salas, era aficionado a la música y a la construcción de instrumentos musicales en Arequipa, hasta fines del siglo XVIII. Salas construyó el órgano de la Iglesia Matriz. Principió su obra en 1783 y vino a concluirla en abril de 1795, venciendo muchas dificultades. Pedro Sisa Ladrón de Guevara, natural del Cuzco y avecinado en Moquegua. Fundó a su costa la Capilla de San Pedro en la Iglesia Matriz, dotándola con la renta de 3,000 pesos que adjudicó con dicho objeto. El Presbítero Rodrigo Velásquez, natural de Moquegua, impuso en la Hacienda de Omo una cantidad a censo destinado su producto a la compra de cartillas, catecismos y rosarios para los niños de las Escuelas. Otro capital de 2,800 pesos escrituró en la misma hacienda para que sus intereses sirviesen a la alimentación de los presos de la cárcel, en 1757. El Doctor Lorenzo de Vizcarra y Hurtado de Mendoza, natural de Moquegua, cura propio desde 1792 y mucho antes interino de la Iglesia Matriz, la cual la reedificó gastando de su peculio 29,000 pesos. Dejó al templo, no pocos ornamentos y preseas. Aquella obra tuvo un costo de 76,000 pesos, según cuenta que aprobó el Obispo Chávez de La Rosa en el año de 1798. Varios vecinos ayudaron con sus erogaciones, entre ellos Juan Cabello y Hurtado, Comisario de la Inquisición. 324

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(/317/) El templo tenía tres naves con 67 varas y media de largo y 30 y media de ancho, formado de piedra y cerrado de bóvedas. Una de las primeras personas que contribuyó con la construcción del templo fue Doña Mencía de Castro, que gastó en el 35,000 pesos. El Obispo de Arequipa, Pedro de Perea, dispuso que los habitantes de Moquegua y del Valle de Ilo cancelaran los Diezmos a dicho Obispado en especies, principalmente en vino, trigo, maíz, alfalfa, papas, becerros y ropa, siendo la aportación de estas dos últimas mínima en relación con los otros productos. Para hacer efectivo estos diezmos se vio por conveniente arrendarlos o sacarlos a licitación para su cobro, tan es así que para el valle de Ilo y Tambo se los arrendó a Diego Gutiérrez Terán, siendo fiadores García de Cevallos y Francisco Muñoz, con Escritura de Notario. Estos valles proporcionaban 1,400 pesos en diezmos. Los diezmos de los Valles de Sama, Tacna, Locumba y Moquegua los cobraba Antonio Rodríguez de la Vaca, siendo fiadores Juan Rodríguez de Vez y Gregorio Gómez Cornejo, ante Notario. Alcanzaba a 27,315 pesos. Para el cobro de los diezmos de la alfalfa en Moquegua, se remató dichos diezmos a Pedro de Peñaloza, Juan Rodríguez de Vez y Diego Dávila por la cantidad de 4,000 pesos. También por la alfalfa en el Valle de Ilo se remató en 1,400 pesos a Diego Gutiérrez Terán. En el año de 1625, se sacaron a remate los diezmos de los alfalfares de Moquegua en 1,550 pesos a José de Córdova y Aguilar como también a Andrés Dávila y Diego Dávila, siendo fiadores o también rentistas Pedro de Peñaloza, Rodriga de Mireles y Juan Rodríguez de Vez por 4,270 pesos. Los diezmos de los Valles de Ilo y Tambo por la alfalfa el mismo año de 1625, se adjudicaron a Fernando de Peralta, Gregorio de Vargas Machuca y Francisco de Paz Orihuela por 2,000 pesos. (/318/) Como Moquegua se estaba retrasando en el pago de los diezmos, el Obispo de Arequipa Gaspar de Villarroel, nombró al Padre Basca de Figueroa para que viaje a Moquegua como Visitador y Comisario para hacer pagar los diezmos, reconocer los remates antiguos, asistir a los que se hiciesen de nuevo, a averiguar las soluciones que han 325

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intervenido entre los ponedores y a todas las demás causas y cosas pertenecientes al mejor cobro y disposiciones de las rentas que tocan al Obispado. La orden fue firmada por el Obispo y su Secretario Juan Jacinto Enríquez. Los miembros del Cabildo se reunieron y trataron (Cabildo Eclesiástico de Arequipa) sobre la diezmería de las lomas de Quilca hasta el Morro de Sama, los cuales diezmos había sacado Francisco de Morales como último imponedor por 3 años y por no haber dado fianza el primer año, se convinieron en rematar por razón de turno a José Rodríguez de Vez, vecino de la Villa de Moquegua, el cual por razón referida ha tenido menoscabo en el recogimiento de dichos diezmos a cuya cause pidió se le haga rebaja de 200 patacones el primer año y que los demás estén por postura. El Obispo Pedro de Perea, estando en Moquegua, expidió un documento el 11 de noviembre de 1621, por el cual solicitaba el aporte de esta población para la construcción de la Iglesia Catedral de Arequipa. El 22 de marzo de 1672, se le exigía al Capitán Martín de Mallea, que tenía arrendados los diezmos en el Partido de Moquegua, que pague los diezmos, o de lo contrario se haga ejecución de sus bienes. Al darle otra oportunidad para que pague, el 12 de agosto de 1672, sólo se le cobraba 350 pesos que debía de los diezmos. Pero resulta que ya el 14 de mayo de 1673 el Capitán Martín de Mallea había fallecido, pero todavía se le exigía el pago de los diezmos. El 20 de junio de 1803, se seguía un pleito entre Don Manuel Menaut, Abogado de la Real Audiencia de Lima y Cura Rector de la Iglesia de Santa Marta, de Arequipa, en contra de José Félix Fernández Dávila, vecino de Moquegua, sobre la fundación de una Capellanía de 4,000 pesos con cargo de 50 misas rezadas que mandó fundar Juan Marcelino Fernández Dávila. (/319/) Los más antiguos sacerdotes que propagaron la fe católica, son los siguientes: el licenciado Alonso de Cañete y Valleumbroso, natural de la Villa de Aguilar, del Marquesado de Priego (España), teniendo a su cargo las doctrinas de Moquegua, Colesuyo, Torata y Tumilaca, en el año de 1588; 326

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José de Andrada, en 1589; Luis Fernández Barchilón, en 1592 (ganaba 300 pesos); Juan Alonso de Tapia, Canónigo de la Iglesia Catedral del Cuzco, en 1597; Juan Rivera de Villalta, en 1598; Juan Manuel de Moscoso y Peralta, ordenándose de Presbítero a Título del Curato de Moquegua. Era natural de Arequipa, de donde fue Alférez Real y Alcalde Ordinario de primer voto, comisario de ambos tribunales de la Inquisición y de Cruzada, Examinador Sinodal del Obispado. De Moquegua pasó a Arequipa como Canónigo Magistral de la Catedral, Obispo de Tricomi, Obispo Auxiliar de Arequipa, de Córdova y del Cuzco. Pasó como Arzobispo de Granada (España). En Moquegua estuvo en 1755. Estando en el Cuzco se produjo el levantamiento de Túpac Amaru. El 18 de abril de 1815, el Curato de la Villa de Moquegua, informaba lo siguiente al Obispo de Arequipa: "Extensión de este Curato; tiene el valle diez leguas de largo. Es regado por tres ríos escasos y sólo abundantes en los meses de enero y febrero. Pueblos de que se compone: hay un solo pueblo grande, con una Iglesia parroquial y tres de las religiones de Santo Domingo, Misiones de Propaganda Fide y Hospital de Beletmitas. Número de Almas: consta este vecindario de seis mil doscientas con inclusión de ambos sexos. Ministros que la sirven: dos curas, el Vicario Luis Prieto; el confesor Manuel Hurtado y Zapata y el Renunciante Lorenzo de Vizcarra, con dos ayudantes Presbíteros que son Mateo Hurtado e Hilario Hurtado. (/320/) Nombres de los Clérigos: Presbíteros, Juan Cabello, Pablo Roa, José Antonio Dávila, Juan de Dios Zeballos, Andrés Alcázar, Manuel Vizcarra, Francisco de la Flor, Pedro del Cuadro, José Vélez, Mariano Ramírez, Evaristo Eyzaguirre, Mariano Eyzaguirre, José Santos Berríos, Matías Mazuelos, Juan Antonio Montenegro, José María Hurtado, José María Recavarren, José Bamóndez, Narciso Velásquez, Baltazar Zeballos, José Pérez. Diáconos: Estanislao Beltrán, José Fernández Dávila. Minoristas: Juan Cabello, Nicolás Vélez, Vicente Churruca, José Vargas, Francisco Vélez, Saturnino Núñez, José Santos 327

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Vélez, Francisco Elías, Juan Salazar; Juan Bautista Arguedas, Vicente Pinto, José Antonio Gil, José Vicente Pérez, Mateo Prieto, Aquilino Ponce, Domingo Godínez Resumen: Presbíteros 21, Diáconos 02, Minoristas 21, total 44. Importe total de ambos curas: cuatro mil pesos. Fondos de que se percibe: dos mil pesos dé Capellanías y dos mil pesos por derechos eventuales. Moquegua, abril 18 de 1815". Ñ) Autoridades en el Año de 1791 Para iniciar cualquier trabajo, muchas veces se encuentran algunos inconvenientes, principalmente aquellos que se refieren a la investigación. Esto le puede ocurrir a cualquiera; pero es el caso que por los meses de setiembre y octubre de 1791 se encontraba en Moquegua el Intendente de Arequipa Don Antonio Álvarez y Jiménez (Visita relatada por el Padre Víctor M. Barriga en "Memorias para la Historia de Arequipa"). Dicha autoridad, apenas había llegado a Moquegua se preocupó por su ornato, limpieza y aseo de sus calles, obras y edificios públicos; pero su preocupación era también averiguar quiénes eran los encargados de estas tareas en años anteriores, para lo cual solicitó a las autoridades moqueguanas de este entonces la documentación histórica, quienes inmediatamente le respondieron: "No es posible hallar dichos documentos por haber sufrido anteriormente el Cabildo un incendio que consumió la mayor parte de sus paredes y los que se libertaron fueron destrozados y sin suministrar las luces que se solicitan", por lo que el Intendente Álvarez decidió enviar un oficio al Cabildo con la finalidad de que éste se declarase en Cabildo Abierto. (/321/) Al realizarse el Cabildo, dicha autoridad reprendió a las autoridades locales por no poner el empeño en cuidar la documentación histórica y les recordó, también, "no ser decente ni creíble que una Villa Caudalosa y un vecindario Noble y ostentoso no disfrutase de comodidades y proponiéndoles deliberar entre los presentes la mejor manera de encontrar fondos propios para que se inviertan en utilidad 328

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pública, principalmente en construir la Casa Capitular de la Cárcel". Estando todos los asistentes en completo acuerdo ya que "esta Villa se hallaba desde tiempo inmemorial en la pensión y loable costumbre de contribuir anualmente con un cuartillo por cada botija de vino que cosechaban para la Fiesta del Glorioso San Bernavé , Patrono de la Villa, alternándose esta contribución por las haciendas hasta completar la cuota de dicha fiesta". El Intendente, al considerar muy pequeña su contribución para realizar obras en el pueblo de Moquegua, les propuso que, por única vez, los vecinos y hacendados contribuyeron con medio real, siendo aceptada la propuesta no obstante que ese año de 1791 iba a estar baja de cosecha de la vid. Producida la cosecha anual ascendía la producción del valle a 249,724 botijas de vino. Cada hacendado pagaba medio real por cada botija. Se recolectó 15,607 pesos 6 reales. Sólo 12,000 pesos se utilizó en préstamos al cinco por ciento anual, por lo cual la Villa de Moquegua pudo contar con 600 pesos anuales y otros 3,607 pesos 6 reales quedaron para la construcción de las Casas Capitulares, Cárcel y Cabildo, resguardados con separación de ambos sexos, capilla, habitación del Alcalde, Oficios de Escribanos, etc. A estas contribuciones se agregaron otros hacendados que no contaban con viñas, pero que veían que era importante el aporte para el progreso de su ciudad. (/322/) En el año de 1775, se encontraba desempeñándose como Alcalde Ordinario de Moquegua Don Juan Antonio de la Flor, vecino que entonces era, quien tenía en su poder 500 pesos, producto de un prorrateo que dicho Cabildo y vecindario habían realizado para impedir se internasen aguardientes de Pisco y Nazca; pero en realidad no llegó a cumplir si objetivo, porque lo tomó ese dinero al rédito del cinco por ciento el Regidor Don Pedro Vizcarra, sin que hasta el año de 1791 se cumpliese con el compromiso. Pero este Señor ya había fallecido por lo que se acordó cobrarles a los herederos los 1150 pesos que se suponía era la nueva suma. El trámite siguió la suerte de muchos juicios. 329

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Las autoridades locales de Moquegua, en 1791, eran las siguientes: Alcalde Ordinario, Juan Antonio del Piélago; Ejército, Sargento Mayor Anselmo Beasuaín; Regidor Decano, Conde de Alastaya; Cura Vicario, Dr. Lorenzo de Vizcarra; Rector Eclesiástico Dr. José Idelfonso Velarde; Mayordomo Ecónomo de la Iglesia Matriz, Pedro del Cuadro y Castañón; Tesorero Interventor de la Iglesia Matriz, Pedro Laureano de Arguedas; Prefecto de los Bethlemitas, Fray Melchor de la Encarnación; Convento de los Predicadores (Santo Domingo), Fray José Modesto Zabala; Presidente de Misioneros Apostólicos, Fray Tomás Nicolau; Regidor, Eugenio Zepeda; Caballería, Teniente Coronel, Francisco de la Llosa; Subdelegado del Partido de Moquegua, Coronel Manuel Modesto de Artieda; Administrador de la Real Aduana, José de Andía; Visitador de la Renta, (tabacos), Cristóbal de Messía; Teniente Proto Médico, Dr. Isidro Elías. El Alcalde de Ilo, era Don Ildefonso Mazuelos. El Alcalde de Torata, era Don Antonio Marcelino Cornejo; el Párroco de Torata, era Don Mariano Herrera. El Subdelegado de Moquegua, Don Manuel Modesto de Artieda, colaboró con la fundación de la Caja de la Comunidad del Pueblo de Pocci, perteneciente al Partido de Moquegua. Para lograr dicho fin Se impuso un impuesto anual de 1,000 pesos a la Hacienda que ese año de 1791 poseía el Licenciado José Alejandro Rodríguez, Presbítero. Otro impuesto de 800 pesos anuales a la Hacienda de Escota, que pertenecía al Capitán Juan José de la Llosa, haciendas situadas en el Valle de Esquino. Se acordó de que si quedaba algo de dinero se debería invertir en el funcionamiento y nombramiento de maestros en las localidades de Pocci, Mollebaya, Quequeña y Yarabamba. (/323/) El Subdelegado del Partido de Moquegua, Coronel Manuel Modesto de Artieda, el 3 de octubre de 1791, al practicar una visita a la cárcel de Moquegua, se enteró que el reo mulato Lucas Maldonado, ya había cumplido su pena y por lo tanto el inculpado le solicitó su excarcelación. Inmediatamente dicha autoridad lo puso en venta para

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buscarle un nuevo amo y así alivianar su condena, previo compromiso de no volver a cometer ninguna falta. El 21 de octubre de 1791, estando presente en Moquegua el Intendente de Arequipa, Don Antonio Álvarez y Jiménez, le informaron que en el pueblo de Torata se había producido la peste de las fiebres pútridas o tabardillo, para lo cual inmediatamente coordinó con el Subdelegado del Partido de Moquegua, con la finalidad de prestar la ayuda correspondiente coordinándose también con el Padre Enfermero Mayor y Médico del Hospital, quienes convinieron de que no se debía escatimar esfuerzos pecuniarios, ya que dicho Intendente se comprometía a "correr con los gastos, en obsequio de la humanidad y del especial amor con que el Soberano atiende a todos sus vasallos y señaladamente a los miserables indios". El mismo Intendente, el 15 de setiembre de 1791 se llevó una gran sorpresa. Estaba recorriendo las diferentes reparticiones del Estado, cuando de pronto se vio interrumpido por la esclava negra María del Carmen, quien le informó que . continuamente era maltratada por su ama Doña Gregoria Tapia y que "prefería quitarse la vida antes de regresar a esa casa; por lo que el Intendente (él mismo lo dice en su informe al Rey de España) "resolví provisionalmente depositarla en casa del Sargento Mayor Don Anselmo Beasuaín, donde al presente se halla", Tomando en cuenta las ocupaciones de dicha Autoridad en su Visita a Moquegua, ofició inmediatamente al Alcalde Ordinario Don Juan Antonio del Piélago, para que se haga cargo del caso y entienda la miserable condición de dicha esclava y la imposibilidad que por ella tiene de acudir al costo de un juicio lato y contencioso, expide en el más breve y sumario su demanda, con la justificación necesaria y con la integridad que corresponde, avisándole de su resultado. (/324/) El Intendente Álvarez Y Jiménez, celoso guardián de los intereses de Su Majestad, principalmente de aquéllos que ofrecían servicios a los indios dispuso que en el menor tiempo posible el Cabildo, Justicia y Regimiento de la Villa de Moquegua, le informe sobre los servicios que ofrecía el 331

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Convento-Hospital Bethlemítico, ya que él en forma personal no lo podía realizar ya que de por medio había una Real Orden de que los Ministros Seculares, no podían entrometerse en las cuentas o rentas de los religiosos, por lo que solicitaba que, por intermedio del Cabildo, se le informe a cuánto ascendían las limosnas de dicho Convento-Hospital, cuál y de qué especie es la asistencia que ofrecen; la disposición de las salas de enfermería, sus camas y la labor del médico y del cirujano; en qué situación se encontraba las donaciones que años antes habían dado los benefactores el Licenciado y Presbítero Don Antonio Isidro Fernández Maldonado y el Alférez Don Francisco Bueno de Zaconeta. Importante labor realizó dicho Intendente en Moquegua, principalmente en lo educativo, ya que hizo refaccionar las Escuelas de los Conventos, e instó a los padres de familia para que envíen a sus hijos a dichos Centros Educativos. Con fecha 26 de setiembre de 1791, se realizó un Cabildo Abierto, donde se trató diferentes aspectos para el progreso de la ciudad. Al informar de este acontecimiento al Rey de España, en sus escritos, dice: "para el lunes 26 del que rige mandé convocar a Cabildo Abierto, que aunque debía celebrarse en esta Casa de mi alojamiento; lo estrecho de ello obliga a que sea en la del Regidor Decano, Conde de Alastaya, que tiene dos piezas bastante cómodas y aparentes para ello". En ese Cabildo dicha autoridad había manifestado que aun antes de venir a Moquegua, ya se había enterado del desorden, escasez y lo caro que se vendían los productos de primera necesidad en el mercado por lo que dispuso que se metodice y reforme y que con esto ganaban pobres y ricos. (/325/) Asimismo dispuso que las Autoridades y miembros del ejército lleven o porten constantemente los uniformes respectivos "como los usan el Cabildo de la Capital del Reino". Ante las quejas de los presos de la cárcel, principalmente en lo referente a su alimentación, dispuso que le informasen cuál y cuánta es la renta señalada para la mantención de dichos presos que había dejado establecido el Arzobispo de Granada Doctor Juan Manuel de Moscoso y Peralta, por lo que el 332

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Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento, indicó que dicha renta de la Cárcel estaba a cargo del cura más antiguo y que ascendía a 385 pesos de renta anual. En esa oportunidad también se descubrió que la hacienda de Doña Juana Velázquez, estaba debiendo 500 pesos de renta, por lo que se dispuso que ese dinero se destinara para la compra de cartillas, catecismos de Ripalda y papel para la Escuela que mantenían los ex jesuitas. Esta Escuela la regentaban los Padres Misioneros, siendo Prior Fray Tomás Nicolau. La otra Escuela, estaba a cargo del Convento de Predicadores y superiores de Santo Domingo y Bethlemitas, que en ese ano fueron los Padres José Modesto Zabala (Convento de Predicadores) y Melchor de la Encarnación (Prefecto del Convento-Hospital de Bethlemitas). El Intendente también recibió las quejas del público y principalmente del Cabildo sobre la mala atención que se ofrecía en el Hospital Betlemítico, por lo que se elevó esa protesta al Padre General de los Bethlemitas Fray Pascual de San José para que tome las providencias para la mejor atención del hospital "ante tan deplorable estado en que parece que los miserables enfermos son víctimas del maltrato y abandono y en que solicitando la salud dan de rostro con la necesidad, con el hambre y con la muerte". Solicitó al Cabildo le presenten copia legalizada de la escritura de imposición de renta para la Fiesta de Santa Catalina. Esta renta rendía 2,400 pesos anuales que pagaba la Hacienda del Regidor Don Eugenio Zepeda. Se recuperó también las rentas de la Hacienda de Doña Antonia Hurtado de Zapata que ascendía a 2,800 pesos destinándose a los presos; en igual forma los 140 pesos que había dejado Don Rodrigo Velásquez; también la dotación de 200 pesos anuales que pagaba la Hacienda Quilancha del Teniente Coronel Don Francisco de la Llosa; esta renta se destinó a la Escuela que regentaban la Orden de Predicadores, dirigidos por Fray Mariano Luján. (/326/) Una de las mejores acciones del Intendente Álvarez y Jiménez, fue la disposición realizada el 30 de setiembre de 1791, por la cual el Valle y Puerto de Ilo, volvían a depender

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de las Autoridades de Moquegua, ya que hasta ese entonces dependía Ilo de las autoridades del Puerto de Arica. La Intendencia de Arequipa, estaba conformada por siete Partidos: el Cercado de Arequipa, Moquegua, Tarapacá, Arica, Caylloma, Camaná y Condensuyos. Dicho Intendente también informaba al Rey de España, que el Partido de Moquegua cría toda especie de ganado mayor y menor que pastan en Las Lomas de Tambo y Amoquinto y todo se consume en este pueblo. Que los pueblos de la Sierra usan el mismo tejido que los de Caylloma, pero que los de la Costa, más civilizados, es diferente. El trigo y el maíz se compran de Arequipa. Del valle moqueguano se obtiene abundante cosecha de vid ascendiendo a 300,000 botijas al año y se vendía a 3 pesos la botija "por ser el más generoso del Reino"; el aguardiente variaba de ocho a doce pesos conduciéndose a las Provincias de Potosí, Chuquibamba, Oruro, La Paz, Chucuito, Puno :"donde se prefieren a todo lo de los otros valles". Otros pueblos cercanos producían trigo, maíz, papas, frijoles, cebollas y frutales del valle de Omate que los consumían los mismos naturales y lo que quedaba lo vendían en Moquegua, utilizando para el transporte las recuas de mulas que eran 1,800 Y que cruzaban el puente Jaguey en el Río Tambo. El Intendente califica a Moquegua de "Villa caudalosa y vecindario noble". La Iglesia y Convento de la Observancia de San Francisco como así el de Misioneros de Propaganda Fide, poseen haciendas que las regentaban el Coronel Ángel Ignacio de Baraybar y Doña Juana María Eyzaguirre. La Villa de Moquegua, tenía 2 mesas de truco y una de villar. (/327/) La fuente pública proporcionaba sus aguas a la casa de Don Pedro Remigio Fernández Maldonado (de una vertiente de una viña de Samegua que era de propiedad de Doña María Gárate, se condujo en 1770 el agua para la fuente pública, a costa del Corregidor Pedro Remigio Fernández Maldonado y Churruca). Dirigía un sector del ejército el Coronel de Caballería Don Tiburcio de Mendoza y Maldonado. Las calles de la Villa eran arenosas de mal piso y con poco aseo; sus edificios eran 334

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de perspectiva rústica. Que los Caciques de Puquina, Omate, Carumas y Ubinas, enviaban gente a Las Salinas para abastecerse de sal a sus comunidades, aunque eran de propiedad de Su Majestad, se les permitía utilizarla. Ese año, también, los dos oficios de Escribanos estaban vacantes: Don Juan Vicente Godínez (Escribano del Cabildo) y Don Enrique del Alcázar (Escribano Público) habían fallecido hacía ya un buen tiempo y no se había nombrado a sus reemplazantes, por lo que toda la documentación pública la atendía el Escribano Real Don Damián de Puertas y Valencia, quien se encontraba completamente enfermo, procediéndose a designar a Don Pedro del Castillo a fin de que guarde en un lugar seguro la documentación. El Cabildo carecía de dinero para contratar a otros letrados. En años anteriores el Corregidor Don Mariano Antonio de Orive, ordenaba y cuidaba bien dicha documentación. Los continuos temblores y terremotos que se han venido produciendo en Moquegua, en el trayecto de toda su historia, producían la ruina tanto en propiedades particulares, como en edificios públicos y religiosos en todo el departamento. El Obispo Pedro José Chávez de La Rosa, informaba que la Iglesia Matriz, fue destruida por el terremoto de 1868 quedando en ruinas, sirviendo de templo parroquial el de Santo Domingo, habiéndose gastado en la reconstrucción 75,784 pesos y 5 reales, producto de las limosnas y piadosas erogaciones del vecindario. El sacerdote que puso gran interés en su reedificación fue Fray Pedro de Santa María, quien a su vez, dio gran impulso a la devoción de la milagrosa imagen de la Virgen de la Candelaria de Quilca, cuyo templo hizo construir a sus expensas. (/328/) Para perpetuar esa devoción compró una chacra en Tiabaya (Arequipa) el 9 de noviembre de 1791 ante el Escribano Mariano Tapia y al morir dejó otras obras pías. Continuador de su trabajo en la reconstrucción fue Don Pedro del Cuadro y Castañón a quien se le otorgó el Título de Mayordomo Ecónomo y el Dr. Pedro Laureano de Arguedas, quienes rindieron cuentas al Obispo 335

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Chávez de La Rosa, quien se encontraba de Visita en Moquegua por el año de 1789. Las rentas de la Iglesia Matriz eran las siguientes hasta 1791: 25 pesos por el majuelo de Samegua que lo trabajaba Don José Beltrán; 20 pesos la casa de Doña Gregoria Vargas; 12 pesos y 4 reales Don Apolinar Carbonera (Depositario General); 9 pesos y 4 reales el Capitán Marcos Angulo; 10 pesos la hacienda de la Chimba de Don Juan José Zepeda y 2 pesos 4 reales, Don Santiago Hurtado y Zapata, en Samegua. Puso también ¡gran empeño en su reedificación el Vicario Don Lorenzo de Vizcarra y el Dr. Clemente Antonio Galdo de Arellano y el Dr. José Ildefonso Velarde. El total de personas que colaboraron en diferentes acciones ascendieron a 4,041. El Convento de Predicadores en 1791 contaba con 2 sacerdotes: el Prior José Modesto Zavala y Fray Tadeo Hurtado. Los religiosos de la Orden de Santo Domingo se establecieron en Moquegua en 1652 y permanecieron hasta los días de la Independencia. El Rey Felipe V, expidió en Aranjuez el 30 de mayo de 1721 la orden para que los Padres Bethlemitas administraran Conventos-Hospitales. El Papa Inocencia XI en Breve del 26 de marzo de 1687 les proporcionaba también esta alternativa. Por Real Cédula dada en el Buen Retiro el 7 de diciembre de 1743, se otorgaban licencia a los Padres Bethlemitas para que se fundara el Convento-Hospital en Moquegua, en atención a que el Licenciado Don Antonio Isidro Fernández Maldonado, Presbítero, fallecido, hizo donación, con sus aperos y esclavos por el valor de más de cien mil pesos, de sus haciendas de viñas y cañas; y a que el Alférez Francisco Bueno de Zaconeta, en su testamento dejaba también haciendas de viñas por el valor de 60 mil pesos para dicha fundación. (/329/) Presentada la Real Cédula al Virrey José Antonio de Mendoza, Marqués de Villagarcía el 17 de mayo de 1745 la mandó guardar y cumplir, librando el Despacho correspondiente, en cuya virtud el Dr. Don Juan Bravo de Rivero, Obispo de Arequipa, acató dicha disposición en el mes de setiembre de 1745 .en noviembre de ese año el Cabildo, Justicia y Regimiento de Moquegua hizo lo propio. 336

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El Colegio de Misioneros Apostólicos de Propaganda Fide, estaba situado en la casa que ocupaban los expatriados jesuitas. La fundación del Colegio de estos religiosos fue autorizada por Cédula del 5 de octubre de 1711, firmada por el Rey en Corella: "por la presente doy y concedo licencia a la referida religión de la Compañía de Jesús, para que pueda fundar un Colegio en la Villa de Moquegua, de la jurisdicción del Obispado de Arequipa, con las haciendas que donó para este fin Don José Hurtado Echagoyen, vecino de ella" y con la condición de que las dos terceras partes de los religiosos sean misioneros. No fue fácil conseguir la autorización, ya que se oponían los religiosos de la Providencia de San Antonio de los Charcas de Religiosos Observantes de San Francisco. Después de muchos trámites se autorizó por el Rey el establecimiento definitivo de los misioneros franciscanos de Tarija en Moquegua, por Cédula firmada en Madrid el 8 de diciembre de 1783 "habiendo la Junta Superior de esa capital de Lima visto lo propuesto, informes del Obispo de Arequipa, del venerable Deán y, Cabildo de su Iglesia Catedral, del Ayuntamiento, del Comisionado y del Cura de la Villa de Moquegua, y oído al Fiscal y al Protector de Indios de esa Audiencia, aplico el edificio de! colegio con la Iglesia que en dicha Villa tuvieron los enunciados ex jesuitas a los religiosos Recoletos Franciscanos Misioneros del Colegio de la Villa de Tarija por considerar ser este destino no sólo el más necesario en aquel país, sino el de mejor servicio de Dios y mío, y el más ventajoso a su numerosos vecindario, mediante estar falto de pasto espiritual. (/330/) A esta aplicación se opusieron los religiosos franciscanos observantes de la Provincia de los Charcas con motivo de habérseles concedido antes interinamente mi Virrey del Perú Don Manuel Amat para los religiosos que residen en el hospicio...y que se los entregue con todas sus habitaciones, oficinas, iglesias, adornos, ornamentos, vasos sagrados y alhajas de primera clase de la misma Iglesia, separando los de segunda y tercera para venderlos en el modo y bajo de las reglas comunicadas a todos os comisionados y Juntas así de España como de América". 337

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En 1791, el Colegio contaba con 14 religiosos, 6 sacerdotes incluido su Presidente Fray Tomás Nicolau, 4 Legos y 4 Hermanos o Donados. Los religiosos destinados por el Guardián de Tarija (Bolivia) para la fundación, fueron: Fray Tomás Nicolau, como Presidente; Fray Mateo Camplá, Fray José Ciniales, Fray Antonio Avellá y Fray Pedro Sánchez Pasarón y los Hermanos Legos Fray José Simón y Fray José Conde. Por encontrarse el Padre Nicolau en las Misiones de los Chiriguanos, el Padre Camplá tomó posesión del Colegio el19 de setiembre de 1787. Estos religiosos solicitaron al Cabildo de Moquegua su independencia de Tarija que, a su vez, dependían del Virreinato del Río de la Plata, por lo que el Cabildo tuvo que solicitarlo al Rey. El Colegio contaba con algunas rentas, como la hacienda de Doña Antonia Hurtado y Zapata donde se reconocían por disposición del Licenciado Rodriga Velásquez 2,800 pesos destinando sus réditos de 140 anuales a que se diera de comer a los encarcelados en los días de fiestas importantes. Disposición, que habiendo estado a cargo de los jesuitas expatriados la continuaron los Misioneros Apostólicos. Otra de las rentas con que contaba el Colegio es aquella en que Doña Paula Fernández Maldonado dejó en su Hacienda de Calaluna y que en 1791 la administraba el Conde de Alastaya. La Hacienda de Viña que poseía el Regidor Don Eugenio de Zepeda donaba anualmente 2,400 pesos que se destinaban para la celebración de la Fiesta de la Virgen de Santa Catalina, Patrona de la Villa de Moquegua. (/331/) Dicho dinero lo cobraba el Alférez Real, quien el día de la Fiesta alzaba el Real Pendón en memoria de la Conquista de España. No se encontró una documentación de contrato que obligue a que todos los años dicha hacienda realice la Fiesta. El mismo Zepeda tampoco la conocía. El nombre de Moquegua se le encuentra en el Título de concesión de Encomienda concedida a Lucas Martínez Vegazo por el Marqués Francisco Pizarro el 22 de enero de 1540; entre otros pueblos se le concede "un pueblo que se dice Ilo, que está en la boca del Río Moquegua con veinte 338

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indios", Martínez Vegazo, hizo permuta en 1559 con el pueblo de Pica de Juan de Castro a quien pasó la Encomienda de Martín Pérez de Lezcano por haber contraído matrimonio con su viuda Ana Gutiérrez. En otro acápite de la información que hacía el Intendente Álvarez y Jiménez al Rey, en 1791, decía: "Moquegua, no tiene más que tres calles desiguales en su rectitud y de longitud cuenta la mayor que llaman larga o del medio, ocho cuadras imperfectas...consta de seis transversales con bastante descanso...el empedrado de las calles es ninguno...corre el agua frente a sus puertas por medio de una acequia...la plaza es regular, no mal cuadrada, con un pila o fuente pública de basta construcción. Los vecinos y moradores son en su mayor parte nobles, de estatura regular, de natural sanguíneos..., inclinados a la agricultura; su comercio es el de aguardientes. El carácter de las mujeres es bello, dócil y amable: ellas son por lo natural ingeniosas, aplicadas a la virtud, amantes del retiro y adelantamiento de sus casas. El lujo de ambos sexos es excesivo. Hay cuatro Iglesias a saber: la Matriz que está colateralmente en la Plaza y que se está construyendo de nuevo; San Francisco con su correspondiente Plazuela de cal y piedra; la de Santo Domingo y la de los Padres Bethlemitas, ambas son de adobe con sus plazuelas regulares y arriesgadas a demolerse con algún recio terremoto".(p./332/) El Valle de Moquegua era considerado como "uno de los más poderosos del reino y sumamente delicioso por la abundancia de sus viñas y por la hermosura de las chacras y huertas que le rodean produciendo a veces hasta 270 botijas compuestas de 57 litros y producen al año más de cuarenta mil quintales de aguardiente compitiendo con los famosos de Europa, cosechadas en las haciendas del Garbanzal, Sacata, Sacatillo, Rinconada, Corpanto y Calaluna". El cultivo de las viñas lo realizaban los esclavos negros, pero en época de poda y vendimia llegaban jornaleros de Puquina, Ubinas, Omate, Carumas y Torata, a los cuales los atacaban las fiebres palúdicas, tercianas, diarreas, etc. El valle también era famoso por la crianza de caballos siendo cotizados en gran 339

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parte del reino. Crecían también pastos naturales en las Lomas, principalmente entre Ilo y Yerbabuena, donde los ganaderos criaban diferentes animales. Se realizaban ceremonias importantes en las Estancias como la marca del ganado y los rodeos. Terminada la estación se trasladaban a Los Altos en busca de nuevos pastos. El pueblo de Moquegua, en reunión de Cabildo, acordó que a partir del 1 de enero de 1792 deberían de haber cuatro Alcaldes Comisarios repartidos por cuatro islas que distinguen las cuatro esquinas de la Plaza, con la finalidad de propiciar el adelanto y aseo de la ciudad. En igual forma se debía nombrar otros cuatro para el valle en la siguiente forma: uno desde el canto de la ciudad hasta el Pago de Homo; otro desde allí hasta La Rinconada; uno en el Pago de Charsagua y el otro en Samegua. El Valle, en ese entonces, sufría por la poca cantidad de agua de sus ríos denominados desde antes como Tumilaca, Ccolla u Ocolla y Huaracane. Las Doctrinas de Pocsi y Yarabamba, hoy Distritos de la Provincia y Departamento de Arequipa, pertenecían a Moquegua, e incluso en algún tiempo de la colonia Mollebaya y Quequeña, Pocsi y Yarabamba, pertenecían a Moquegua hasta los primeros años de la República. El Intendente de Arequipa, Don Antonio Álvarez y Jiménez, cuya circunscripción comprendía de Arequipa a Tarapacá, en un oficio fechado en Moquegua el 12 de setiembre de 1791, dirigido al Subdelegado de esta Villa Don Manuel Modesto de Artieda, donde le solicitaba su cooperación para el establecimiento de la Caja de Comunidad, (/333/) le agregaba: "al tiempo de la Visita de la Doctrina de San Francisco de Pocsi correspondiente a este Partido del cargo de Vuestra Merced, fue una y la más principal establecer la Caja de Comunidad conforme al Artículo 28 de la Real Ordenanza para los importantes y provechosos fines señalados en Leyes y Ordenanzas municipales. El efecto correspondió al cuidado y celo que en esta materia se empeñaron; resultando quedar establecida con el anual ingreso de 273 pesos compuestos de los noventa

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que hacen los réditos de 2 censos antiguos y hasta aquí usurpados...". El Intendente obtenía dicho dinero de los impuestos que pagaban las haciendas; una en el Valle de Esquino que la poseía el Presbítero José Alejandro Rodríguez (1,000 pesos); otra fue la Hacienda de Escota del Capitán Juan José de la Llosa (800 pesos) y otras tierras arrendadas. Dicho dinero estaba destinado, se decía, "a las dotaciones de cuatro Escuelas en los cuatro principales vecindarios de Pocsi, Mollebaya, Quequeña y Yarabamba". En otro documento también fechado en Moquegua el 26 de octubre de 1791, suscrito por el mismo Intendente, señala lo siguiente: "como al tiempo de Visitarse la Doctrina de San Francisco de Pocsi había tenido segura noticia de que por el espacio de ocho años o más no se había cobrado los Encabezonamientos de las Haciendas de varios españoles vecinos del Pago de Yarabamba y de otros lugares sitos en la misma Doctrina de la comprensión de éste Partido". Indudablemente que se refería al Partido de Moquegua, agregando: "juzgando corresponder el cobro de ellos a la Administración de.Aduana de esta Villa, se reservó indagar en ella y en la de la presente Causa, la de la emisión advertida en el particular. Pasé al Administrador el correspondiente oficio para que la expusiera y en respuesta dijo: que desde el año de 1785 en que entró a servir la Administración se había gobernado por las instrucciones que le pasó su antecesor Don Juan Bautista de Alayza a quien las entregó Don Anselmo Beassoaín que lo fue suyo y que desde que las Alcabalas corrían en arrendamiento en este Partido, no se incluyó la Doctrina de Pocsi, asegurándose que el cuidado de ella corría a cargo de los Ministros Principales de Arequipa, por la inmediación que a aquella Ciudad tiene la expresada Doctrina". (/334/) Al Intendente lo que le importaba era el cobro de los impuestos que le correspondían al Rey: "lo sucedido con el Cacique de la Doctrina de Pocsi Don José Chávez que se denunció de 87 y medio topos de tierras que él y sus allegados gozaban con defraude dela Real Corona a quien pertenecía, cuyas tierras las daba en arrendamiento y la utilidad era para los 341

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usurpadores, comprando el Cacique le extraía de los Derechos Reales, allanándose a enterar en las Cajas Reales 800 y más pesos de el tiempo que las había arrendado, devolviendo las tierras a la Corona, para que ella como dueña determinase el destino que habían de tener". En la Visita que se hizo en época del Virrey Francisco de Toledo al Colesuyo, se concluían los curacazgos de Pocsi, Puquina, Omate, Quinistaca -, Ubinas, Carumas y los Mitimaes de Cheque. En la Visita Toledana, llevada a cabo por intermedio de Juan Maldonado de Buendía a Pocsi, había sucedido en el goce tributarial a Alonso de Cáceres, su hijo Diego de Cáceres y Solier. La encomienda la dio La Gasca e incluía, además del Curacazgo de Pocsi, una parcialidad en Chule y Tambo. La otra parcialidad había pertenecido a Diego Hernández que en 1.571 era de su hijo Diego Hernández de Mendoza. La Visita toledana indicaba que en Pocsi había 440 tributarios y el total de personas ascendía a 2,257. Diego de Cáceres recibía 1,536 pesos cada año; también los indios tenían que sembrarle sus tierras de doce fanegadas. Don Alonso, Curaca de Pocsi, pagó 502 pesos y 2 tomines por no entregar 118 piezas de ropa. Don Francisco Haco, sucedió en el curacazgo de Pocsi, pero en la parcialidad de Hanansaya, a Don Alonso. La parcialidad de Hurinsaya la dirigía Pedro Malco. Años después, al darse al Capitán Diego Mazo Alderete, el Corregimiento de los Ubinas, Pocsi, Carumas, Omate, Puquina, Quinistaca y Cochuna, agregó el Virrey García Hurtado de Mendoza, mediante Provisión del 8 de agosto de 1590 a los "mitimaes de Diego de Peralta y mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca". El Deán Valdivia, en sus Memorias, escribe que el ejército de la Confederación se concentró en Pocsi y Puquina. (/335/) Yarabamba, es un sitio histórico, ya que se han encontrado piezas líticas que alcanzan una antigüedad de 8,000 años comparables sólo con la antigüedad de las Cuevas de Toquepala. Se encontraron estas piezas en Huanaqueros, en la margen derecha del Río Yarabamba, realizándose un gran esfuerzo ya que dichas piezas estaban cubiertas con productos de la erupción del volcán 342

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Huaynaputina del año de 1600. En febrero del año de 1537 pasaron por Yarabamba las huestes de Diego de Almagro, después de la conquista de Chile. En 1867, siendo Presidente del Perú el coronel Mariano Ignacio Prado, decidió viajar a Arequipa para derrotar una insurrección contando con el apoyo del Coronel José Gabriel de los Ríos, que se encontraba en Moquegua y el General Pedro Bustamante, instalado entre Puno y Arequipa. En el mes de octubre de dicho año el general Bustamante se instaló en Yarabamba, mientras De Los Ríos avanzaba por Vítor. El pueblo de Arequipa organizó la resistencia a órdenes del Mariscal Domingo Nieto y del General Pedro Diez Canseco, más la ayuda del Coronel Andrés Segura que llegó desde Moquegua. El 26 de diciembre de 1867, las tropas de Prado levantaron banderas blancas y rendidos entraron en la ciudad en calidad de prisioneros. La falta que habla cometido fue cruzar el Río Chili para atacar a la ciudad con todo el armamento mojándose e inutilizándose. Prado, al llegar a Lima, renunció a la Presidencia de la República el 5 de enero de 1868. Los terremotos del 15 de enero de 1958 y el del13 de enero de 1960, dañaron bastante a la Iglesia de Yarabamba, como así a las de Omate, Puquina y del mismo Moquegua. Pero volviendo al año de 1791, manifestamos que en ese año venía funcionando en Moquegua, en la calle del medio, muy cerca de la Plaza, el Estanquillo de Tabacos, que estaba a cargo de Don Diego de Castro, que por ser pequeño el sueldo, renunció a seguir administrándolo nombrándose en su lugar a Don Pedro de Recabarren. (/336/) Asimismo, por motivos de seguridad de la población, habla 3 barriles conteniendo 372 libras de pólvora, cuyos almacenes estaban instalados en El Portillo, cuyas dimensiones eran de 8 varas de largo y 2 y media de ancho, construidas de adobe y con bastante espesor, bien resguardadas con un alto de 2 varas, construidas con el peculio de su administrador Don José Sánchez Sirgado que con un sueldo de 6 pesos al año no podía sostener a su familia, más el vivir en sobresalto, por lo que las autoridades

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resolvieron consultar el pedido ante el Virrey, no teniéndose noticias de la respuesta. Tampoco faltaban en ese año de 1791 las desavenencias entre los mismos empleados: el Administrador de la Aduana en Moquegua Don Hilario Ruiz con el Contador de la misma Don Juan Constancio Somoza, continuamente se lanzaban acusaciones en alto tono sin que se tranquilizaran los ánimos ni unieran voluntades. El pleito llegó a oídos del Virrey quien decidió cortar por lo sano, trasladando a dichos empleados a otras dependencias de la Aduana en diferentes ciudades entregándole las llaves de la oficina al Conde de Alastaya, manifestándosele que Don Baltazar Fernández Dávila, tenía en su poder un dinero, producto de la cobranza que todavía no le había entregado. El Alférez Real de la Villa de Moquegua, era Don Juan Antonio del Piélago, que entró a servir su Oficio por Título librado por el Superior Gobierno del Reino con fecha 5 de octubre de 1784 y que obtuvo la Real Confirmación por Real Cédula de Su Majestad dada en Madrid el 3 de diciembre de 1787 de que se tomó razón en la Real Caja de Arequipa , el 7 de enero de 1789. El Alguacil Mayor, Don José de Angulo, entró a servir su empleo por igual Título, despachado el 19 de mayo de 1772 y que obtuvo la Real Confirmación por Cédula despachada en San Lorenzo, el 2 de noviembre de 1775 en que se tomó razón en la misma Real Caja el14 de agosto de 1776. El Depositario General Don Apolinar de Carbonera, se posesionó de su empleo por Título que le libró el Señor Superintendente General Don José Antonio Arrece el 22 de junio de 1782 y que obtuvo la Real Confirmación por Real Cédula dada en Aranjuez el 3 de mayo de 1785, pero no parece que se hubiese tomado razón en dicha Caja. (/337/) El Regidor Decano, Conde de Alastaya, servía su empleo por Título librado en el Superior Gobierno el 28 de setiembre de 1762 y que obtuvo su Real Confirmación por Cédula Real dada en San Ildefonso el 31 de agosto de 1767

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de que se tomó razón en la mencionada Caja el 13 de diciembre de 1768. El Segundo Regidor, Don Juan Félix Valcárcel, entró en este oficio con Título del Superior Gobierno el17 de enero de 1780 confirmado por S.M. en Real Cédula dada en San Ildefonso el 7 de agosto de 1787, de que fue tomada razón el 30 de setiembre de 1788. El Tercer Regidor, Don Eugenio de Zepeda, entró a servir su oficio por Título que le libró el Sr. Superintendente General ya mencionado el19 de enero de 1782, No se conoce su real Confirmación, pero al parecer fue dada en San Ildefonso el 14 de noviembre de 1788, así se desprende de la Contaduría General del Consejo en un Informe proporcionado por el Virrey Cavallero de Croix y por lo expuesto por el Señor Fiscal de la Real Audiencia de Lima el 26 de noviembre de 1789. El Fiel Ejecutor Don Juan Manuel Ruiz, servía su oficio con Título librado por el Superior Gobierno el 31 de julio de 1788, no se conoce su Real Confirmación. El Alcalde Provincial, Don Juan Esteban de Vizcarra, entró a servir su Oficio con Título del Superior Gobierno del 12 de diciembre de 1761. Contaba con Real Confirmación, según constaba en la Real Caja. Desde el ingreso de Don Juan Manuel Ruiz como Fiel Ejecutor estaba vacante la Novena Vara y Oficio del Cuarto Regidor que antes de ella la obtenla, procediéndose a realizar las diligencias para el remate del cargo. La Villa de Moquegua, en 1791, carecía de Escribanos del Cabildo y Público, vacantes, el primero, desde el 30 de mayo de 1790 en que falleció Don Juan Vicente Godínez, que lo obtuvo en propiedad, y el Segundo, desde el 2 de agosto de 1787 en que falleció Don Enrique del Alcázar, después de 24 horas de haberse desempeñado como (/338/) Escribano Público y que con una sola actuación cayó gravemente enfermo, nombrando a sus hijos como sucesores del oficio y a su viuda como Albacea; ésta, tuvo que pagar a S.M. 400 pesos, mitad del valor en que le fue rematado el oficio; para lo cual su marido le dejó una esclava y le empeñó una hacienda 345

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de Viña, propiedad de la viuda que quedaba, además, con 5 hijos, casi todos menores, y en la mayor orfandad, y que por tal motivo solicitaba le nombrasen a uno de sus hijos para desempeñarse en el cargo. El Virrey Cavallero de Croix, para lo cual envió a realizar una Visita al Señor Fiscal, quien opinó por el procedimiento legal, presentándose como postulantes Don Tadeo Manrique que, ofreciendo 810 pesos y Don Lorenzo de la Cuba, que ofreció 820 pesos. Esta situación se fue dilatando por muchos años saliendo perjudicada también la Real Hacienda. Antes del fallecimiento de Don Juan Vicente Godínez, delegó el cargo para su hermano Don Antonio y si no lo aceptaba pasaba a Don Juan de Dios Rospigliosi. Don Antonio Godínez se ocupó del oficio pero falleció también en el mes de junio de 1791.Debía sucederle Don Juan de Dios Rospigliosi, pero éste delegó el cargo en Don Pedro Juan Velásquez. Al igual que el anterior caso la situación también se fue dilatando. En este último año también la Aduana de Moquegua, contaba con 2,846 pesos más cuatro reales y medio; más 3,878 pesos y 4 reales y medio que se comprometió a pagar el Teniente Coronel Don Juan Pedro Ezlémburu. Las cuentas por cobrar ascendían a 5,000 pesos. El domingo 23 de octubre de 1791 se realizó una Parada Militar presentándose los Regimientos de Infantería que estaban a cargo del Teniente Coronel del Ejército el Conde de Alastaya; el Regimiento de Caballería, que estaba a cargo de Don Tiburcio de Mendoza y Maldonado y el Regimiento de Dragones a cargo del Subdelegado del Partido don Manuel Modesto de Artieda. (/339/) El Conde de Alastaya, estaba al mando de las siguientes Compañías: La Compañía de Granaderos, con el Capitán Propietario Don Juan José Fernández Maldonado y Peralta, contando con 65 hombres. El Piquete de Gastadores, a cargo del Sargento Casimiro de la Flor. La Primera Compañía de Fusileros estaba a cargo del Capitán Don Pablo de Vizcarra, contando con 75 hombres. La Segunda Compañía, a cargo del Capitán Don José Diez Canseco, con 346

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70 hombres. La Tercera Compañía, a cargo del Capitán Don Gregorio de la Flor y Roa, Alcalde de Moquegua, con 84 hombres. La Cuarta Compañía, a cargo del Capitán Don Nicolás Velarde, se componía de 76 hombres. La Quinta Compañía, a cargo del Teniente Coronel Graduado Don Juan Pedro de Ezlémburu, con 66 hombres. La Sexta Compañía a cargo del Capitán Don Manuel Montenegro y Quezada, se componía de 81 hombres. La Sétima Compañía, a cargo del Capitán Don Francisco Montalvo e Yzaguirre, con 78 hombres. La Octava, a cargo del Capitán Don Juan Francisco Zeballos, con 79 hombres. Las Compañías de Caballería a cargo de Don Tiburcio de Mendoza y Maldonado, eran las siguientes: Primera Compañía, a cargo del Capitán Don Miguel Fernández Maldonado, con 51 hombres. Segunda Compañía, a cargo del Capitán Don Bias Antonio de Mendoza, con 50 hombres. La Tercera Compañía a cargo del Capitán Don Pedro de la Llosa, con 48 hombres. La gente de la Primera y Segunda Compañías residían en Torata. La Tercera Compañía radicaba en Omate y Carumas. Las Compañías de Dragones a cargo del subdelegado del Partido Don Manuel Modesto de Artieda, eran las siguientes: Primera Compañía a cargo del Capitán Don Marcos de Angula, con 61 hombres. La Segunda Compañía a cargo del Capitán Don José Carlos de Mendoza, con 72 hombres. Tercera Compañía a cargo del Capitán Don Juan Félix de Valcárcel, con 156 hombres. Los soldados eran reclutados desde Mollebaya y Quequeña, comprensión del Partido de Moquegua. El Subdelegado, era el que cuidaba las armas y pertrechos que se componían de Rejones, Cureñas y fusilería. El vecindario de Moquegua contaba con 120 escopetas, 200 pistolas, 500 armas blancas (espadines, espadas y esmeriles) (/340/) O) Puno y el Moqueguano Diego Trejo La Cultura Puneña, en cuanto al área-espacio se refiere, se encuentra, desde sus orígenes, inmersa en otra de 347

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grandes dimensiones: La Cultura Andina. Posee hondas y profundas raíces en nuestra Historia Nacional. El quehacer humano prodigioso y enérgico en la altiplanía collavina, felizmente ha dejado sus rastros en variedad de elementos que hoy son material valioso de estudio para los especialistas dedicados a la investigación de los orígenes, del proceso de evolución y la estructura de la Cultura de los pueblos. El Antropólogo puneño, Walter Tapia Bueno, agrega: "Y volviendo los ojos hacia la dimensión retrospectiva de nuestra Historia Cultural, ya que ella nos permite aprovechar lecciones llenas de vida y experiencia fructífera, creada, sentida por los antiguos peruanos, cuya antigüedad al enfoque de la ciencia, arroja una distancia cronológica con Toquepala de 10,000 años. Mientras que el Ichuñense representa a un grupo social de cazadores y recolectores con una economía bastante diversificada, que se desplaza desde el cazador de la cordillera hasta el recolector de mariscos de la Costa. El Ichuñense, nombre derivado del yacimiento Ichuña, se caracteriza por una industria lítica más fina que la de otros centros arqueológicos anteriores con antigüedad mayor en toda el área andina. A estas alturas los cazadores del altiplano puneño ya poseían una tecnología avanzada de caza, tal como ocurre con el Hombre de Karimi, lugar altiplánico situado actualmente en el Departamento de Tacna". La Historia Cultural de Puno, está íntimamente relacionada con el Lago Titicaca. En Aimara el nombre del Lago es Tartaptattacota, que quiere decir "Lago del Cataclismo" o Lago formado por reunión de las aguas. "En boca de muchos indios circula una versión que cuenta de un gran diluvio o cataclismo que habría ocurrido a consecuencia de las faltas que los hombres cometieron. Un gran Dios, de una humanidad anterior a la actual, irritado por los desmanes que los hombres cometían decidió castigarlos y para ello provocó un gran diluvio. (/341/) Así habría nacido el Lago Titicaca. Un lago que, bajo sus aguas, tendría sepultados a varios pueblos -dice el médico puneño Dr. David Frisancho-. "Claro que todo esto no es más que una leyenda -continúa el Dr. Frisancho; forma parte de los mitos que crean todos los 348

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pueblos para explicar su mundo, ubicarse dentro del universo. Pero resulta que, investigaciones realizadas dentro del Lago, por algunos científicos extranjeros, han demostrado que bajo las aguas del Titicaca existen restos de los que aparentemente serían ciudades o grandes construcciones de pasadas Culturas". (“) A 4,000 metros de altura sobre el nivel del mar, se conserva una de las manifestaciones Artísticas y Culturales más interesantes del pasado milenario del Perú, la música, con típico acento peculiar y ritmo inconfundible", dice Jorge Huirse. El 15 de noviembre de 1533, llegaron los conquistadores al Cuzco y allí tuvieron noticias de la existencia del pueblo del Collao y del Lago Titicaca en el cual, decían, que había una Isla cubierta de oro. Deslumbrados ya desde Cajamarca por el oro, tal noticia no era para que permanecieran inactivos y rápidamente destacaron a Diego de Agüero y a Pedro Martínez de Moguer, para que reconocieran la región. Demoraron 40 días y a su regreso al Cuzco, dijeron: "que era un país frío, lejano del mar y que los paisanos no tenían noticia de él. Que las casas eran de piedra y cubiertas de paja, que estaban sujetas a Señorío y era muy poblado el país. En medio del Lago hay una Isla donde habita el Diablo". Poco después llegó Pedro Anzures, quien descubrió las minas de oro de Carabaya. En 1534, arribó al altiplano Fray Tomás de San Martín, del Real Convento de San Pablo de Córdova, que fue el primer misionero en hacerse presente en el altiplano. EI 26 de setiembre de 1567, llegó a Lima el Virrey Francisco de Toledo, enviado por Felipe II, el cual encontró que las ordenanzas de buen gobierno dictadas por sus antecesores habían caído en desuso unas., otras eran contradictorias entre sí. (/342/) En afán de reorganizar el Virreinato decidió recorrerle. En 1571 estuvo en el Cuzco de donde pasó por el Collao, rumbo a Charcas. En el séquito del Virrey Toledo también estuvo el Padre Acosta, de la Compañía de Jesús, el cual había estado ya predicando en Juli en 1563. Los jesuitas implantaron en 349

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Juli una imprenta, que fue la segunda en el Perú, y el Padre Ludovico Bertonio, publicó el "Vocabulario de la Lengua Aymara", en 1611. En 1657, siendo Virrey del Perú, el Duque de Alba, las famosas Minas de Laycacota ya eran explotadas en pequeña escala. Un joven andaluz, de 25 años, llamado José Salcedo, vino a ser el propietario de esas minas, conjuntamente con sus hermanos cuyo secreto lo había revelado una joven india en compensación de su cariño y que rápidamente ese asiento minero fue convertido en un lugar de opulencia. La fama de la ingente riqueza atrajo hacia Laycacota "grupos de gente aventurera, barateros y matones, holgazanes, frailes sin pudor y sin freno, mujeres de mal vivir", entre los cuales cundía la envidia y por otra parte la rivalidad entre vizcaínos y andaluces tuvo que culminar en violentos disturbios cuya salvación tenía que darla un Virrey. En setiembre de 1667, atravesando la aldea de Puno, llegó a Laycacota el Virrey Conde de Lemos para resolver el conflicto planteado y entonces había "311 casas, 4 templos y 1 hospital". El Conde de Lemos condenó a muerte a Salcedo, ejecutándose la sentencia el 16 de octubre de 1668 y al día siguiente ordenó la demolición de Laycacota que duró cinco días. Para reemplazar este pueblo el 3 de noviembre decretó el Virrey que en adelante la Villa de Puno sería la capital de la Provincia de Paucarcolla, llevándose a cabo la advocación de "San Carlos Borromeo". Es así como nace Puno. Al respecto, hay que tener presente que, como dice Encinas, "no hubo una verdadera fundación sino simplemente el traslado político de la capital de Paucarcolla a otro pueblo que ya existía". (/343/) El Conde de Lemos, Virrey del Perú, el 7 de setiembre de 1668, dispuso -según Vladimiro Bermejo- "que todos los habitantes de Laycacota se trasladacen al cacerío de Puno, el que en honor del Monarca se le llamaría en adelante "San Carlos de Puno". Se dispuso la distribución de 6 solares y sitios para las Iglesias. Pero la confusión surge, desde el momento en que los habitantes de la actual Puno, 350

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reconocieron a San Carlos Borromeo como Patrono de la Ciudad, en cuya festividad corresponde el 4 de noviembre, reconocen este día como Aniversario de Fundación". Veamos un poco de la Historia de los Hermanos Salcedo: Gaspar, José y Jesús. Las sediciones en Puno comienzan en 1661, durante el Corregimiento de Pedro Esteban de Ávila. Gran número de mestizos fueron expulsados, los cuales con la simpatía de criollos principales y vascongados, se reunieron .en la ciudad de La Paz. Allí el Corregidor Cristóbal de Cañedo, los acogió confiadamente. A raíz del apresamiento de uno de ellos, los restantes se amotinaron, atacaron la casa del Corregidor, dándole muerte; eligieron a Juan de Vega y con "banderas tendidas y al son de capas marcharon en orden militar" a Puno. Durante el trayecto se les sumaron 200 hombres. El Corregidor del Cuzco, Martín de la Riva Agüero, se declaró a favor del Gobierno de Lima. La actitud enérgica del Sargento Mayor Pedro de Erquíñigo, Corregidor de Paucarcolla, conjuntamente con el Gobernador de Chucuito, General Francisco de Toledo y Guzmán, reunieron fuerzas para oponerse a los sediciosos. Gaspar de Salcedo, al ver amenazado sus intereses, se unió a las autoridades del orden, ofreciendo "tallar" por las cabezas de los amotinados. Su hermano José, nombrado Maestre de Campo, de Puno, reunió gente considerable. Estas fuerzas derrotaron a los sediciosos, el 28 de setiembre de 1661, resultando muertos muchos de ellos, entre los cuales figuró el cabecilla Juan de Vega. Se hizo justicia, ahorcándose a ocho de ellos, principales, y él con resto de sublevados, se dispersaron. Los Salcedo, de Andalucía, habían alcanzado fama y fortuna y estaban en constantes pendencias con los vizcaínos.(/ 344/) Al hacerse cargo del Virreinato el Conde Santisteban, nombró Corregidor de Paucarcolla a Luis César Scauzolo, quien resultó un sujeto blando, sin carácter ni autoridad, al extremo que los sediciosos le quemaron la casa en que habitaba, por lo cual el Virrey se vio obligado a nombrar como su sucesor al Alcalde del Crimen de la Audiencia de Lima, 351

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Andrés Flores de la Parra, en el mes de abril de 1665, que en ese entonces se hallaba en el Cuzco. Flores de la Parra, mandó a encarcelar a los Vascos, mientras que Gaspar de Salceda "El Señor de Laycacota" se pavoneaba orgulloso. El Corregidor Flores de la Parra pidió licencia para retirarse de Laycacota, pretextando motivos de salud, pero más por temor, ya que los vascos le habían amenazado con darle muerte, por su manifiesta parcialidad con los Salcedo. El Virrey Conde de Santisteban, al tener conocimiento de estos sucesos, nombró en su reemplazo a Don Ángel de Peredo y Villa, quien acababa de llegar de Chile, donde había desempeñado el cargo de Gobernador Interino y ser diestro en proezas militares, Peredo estaba casado con una vizcaína, por lo cual, desde el principio se inclinó hacia la causa de los vascongados. Llegó a Laycacota el 12 de octubre de 1665. El día 17, dio un bando en "que se prohibía sacar espada y andar en cuadrillas". El día 18, Peredo fue a Puno para despedir a Flores de la Parra. En el camino, Peredo se encontró con los vascos quienes dieron muerte a Francisco Trillo, Escribano de Peredo. Flores de la Parra y Peredo, acordaron, reunirse en la Capilla de los Santos Lugares, para llegar a un acuerdo. Gaspar de Salcedo acordó el nombramiento de Teniente General de Laycacota a Juan Ibarra, situación que aceptó Peredo, teniendo que capitular ante la arrogancia del minero. Los vascos, al verse perdidos, que eran en número de 40, se dirigieron a las minas de San Antonio de Esquilache. La paz duró poco, porque el 4 de noviembre el Capitán Cristóbal Méndez, extremeño y el vasco Miguel de Garmendia, quisieron posesionarse nuevamente de la Mina de Laycacota, siendo nuevamente expulsados por la gente de Salcedo. (/345/) Ante nuevas escaramuzas, Gaspar de Salcedo huyó al Cuzco a pedir garantías. Peredo ocupó Laycacota en compañía del Gobernador de Chucuito Pedro Macedo Leite y el Corregidor de Lampa, Juan de Salazar Osorio.

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Los Salcedo conspiraban desde el Cuzco, Lampa y Juliaca. Peredo envió al Corregidor de Lampa, Juan de Salazar Osorio a combatirlos, pero lo que hizo Salazar es darles la razón a los Salcedo, por lo que Peredo nombró al Corregidor de Chucuito, Pedro Macedo Leite a parlamentar con los Salcedo, que ahora se encontraban en Juliaca, pero también fracasó la reunión. El Virrey Conde de Santisteban, en Lima, reunió a la Audiencia, en donde el Fiscal Baeza, opinó porque se llamase a Lima a Gaspar de Salcedo. Vista la petición del Fiscal, el Virrey convocó a una Junta Particular, el 2 de marzo de 1666, la que resolvió la expedición de un Mandamiento, por el cual se ordenaba a Flores de la Parra, que con el auxilio de los Corregidores del Cuzco y Paucartambo, condujesen a Gaspar de Salcedo a Lima. Fue imposible apresarlo. Estando Gaspar de Salcedo en el Cuzco, se reunió con el moqueguano Diego Trejo, a quien le habría dicho: "Sólo los criollos debemos tener comodidad, y no los españoles, que están en nuestra tierra", es así que el movimiento no giraba ya solamente a los intereses de los Salcedo, sino que empezaba a incubarse un anhelo reivindicacionista de los peruanos. Gaspar de Salcedo y el moqueguano Diego Trejo, le conversaron de sus planes al Presbítero sevillano Licenciado Francisco de España, al Bachiller Juan de Mestas, al Capitán Juan de Hurtado y al andaluz Pedro de los Ríos. Nombraron como Capitán General al Presbítero sevillano Licenciado Francisco de España, quienes se pusieron en marcha sobre Laycacota, para tomar el asiento minero de plata "a viva fuerza". Se dividieron en tres cuerpos a pie y a caballo, sumando un ejército de 600 hombres, además de una multitud de indios servidores. (/346/) Peredo les envió al Comisionado Capitán Pedro de Villa Alvarado, ofreciéndole condiciones indignas, según ellos, las que fueron rechazadas por el fraile España, que quería pasar a cuchillo a los leales y enriquecerse con el saqueo que les había prometido Salcedo. En la capital del Virreinato, hicieron valer sus gestiones los representantes de Gaspar de Salcedo, Luis Pimentel y el sanjuanista Juan de Céspedes y Toledo, con resultados 353

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positivos para los rebeldes, por lo que el Virrey Conde de Santisteban, demostrando una vez más su debilidad, dispuso que el Obispo de Arequipa, Juan de Almoguera, en calidad de Subdelegado y representante del Virrey, se constituyese a Puno y lugares afectados por la rebelión. La misión era pacificar y conceder perdón de todos los delitos; debía asesorarse de los consejos de Peredo, de Macedo Leite, del Corregidor de Arequipa José de Avellaneda e incluso del desleal Salazar. Mientras tanto los rebeldes en Juliaca tomaron como pretexto de que sus representantes habían sido apresados, para marchar definitivamente sobre Laycacota. El asalto sobrevino el Lunes de Carnaval, el 8 de marzo de 1666, al grito de "Muera el mal gobierno, el Rey y el Papa". Peredo contaba con 200 hombres entre extremeños, castellanos viejos, montañeses, algunos vascongados, uno que otro andaluz y criollos leales, los que perdieron la vida y hacienda, en su mayor parte. Peredo se atrincheró en su casa y sostuvo el combate hasta el martes 9; al saber que el Gobernador de Chucuito Macedo Leite, lo esperaba en las afueras de Laycacota salió con riesgo de su vida, siendo apresado, por lo que sus leales huyeron. Murieron 15 vascos, 43 leales, sin contar a los indios que estaban a su lado. El Clérigo Francisco de España y sus compañeros del Cuzco, fueron a visitar en la prisión a Peredo, matando a dos de sus guardianes. Peredo, herido, pidió un sacerdote para confesarse. Le respondieron: "Dios perdona, nosotros no". Peredo entregó los papeles de la sumaria incoada contra los sediciosos que los quemaron. A Peredo le llevaron a Juli, donde se restableció. (/347/) El Obispo de Arequipa, Almoguera, llegó a Laycacota el 31 de marzo de 1666. Le salió al encuentro Gaspar de Salcedo con 40,000 pesos en la mano que se los obsequiaba al Obispo para la Fundación de un Convento, por lo que el Obispo les dio el perdón el 1 de abril de 1666. El Obispo "enfermó" y se marchó a Arequipa, dejando al capitán Juan Gómez de Medina, afiliado al bando de los Salcedo, como Teniente General y Justicia Mayor de Laycacota. 354

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Mientras tanto los Vascongados se habían congregado en Caylloma (Arequipa) y contaban con refuerzos del Cuzco y Lima. El Corregidor Avellaneda de Arequipa, que se encontraba en Puno, logró reclutar un ejército de mil hombres para apresar a los Salcedo, pero ocurrió que el joven e inexperto Avellaneda, a instancias de los Salcedo, les entregó el ejército y designaron a Salcedo para mandarlos con el Título de Maestre de Campo. Las fuerzas, renovadas y conjuntas, salieron rumbo a Cailloma en enero de 1666. Llegados a Cailloma se dieron con la sorpresa que el Corregidor de la Provincia había expulsado a los vascos, pero obligaron al Corregidor que a Gaspar de Salcedo lo recibiera bajo Palio y se cantase el Te Deum. Acostumbrados a hacerse la guerra, bien pronto se enemistaron entre ellos, dividiéndose el ejército. Unos se fueron hasta Potosí y Chuquisaca, levantando a los pueblos. Surgieron otros bandos, los del Alto Perú, acaudillados por los Hermanos Vargas Ugarte, allegados a Gaspar de Salcedo y los vascos que habían estado buscando refuerzos. Se encontraron a orillas del Río Desaguadero, siendo expulsados por los Hermanos Vargas Ugarte. Se decía que Gaspar de Salcedo había remitido a Lima 50,000 pesos a las autoridades "pero que doblaba la cantidad", si lo nombraban Corregidor. Mientras tanto allá, en Lima, habla muerto el Virrey Conde de Santisteban y se encontraba como Interino el Visitador del Perú, Juan Cornejo. (/348() Transcurrido poco tiempo llegó a Lima la nueva autoridad. Se llamaba Pedro Antonio Fernández de Castro Andrade y Portugal, Conde de Lemas, VII Marqués de Sarria, VIII Conde de Villalba, VI Conde de Andrada, Señor de las Casas de Mariñas y Viezma, Grande de España, de Primera Clase y Antigüedad, VII Conde y Señor Castro, Duque de Taurisano y Barón de la Mota de Santa Ágata, Regidor Perpetuo de su Real Audiencia y Pertiguero Mayor de la Tierra y Arzobispado de Santiago de Compostela.

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Había nacido el 20 de octubre de 1632, en el Palacio de Monteporte de Lemas (Galicia). Se había casado con su prima Doña Ana, Francisca, Hermenegilda, Justina, Joseja, Benita, Vicenta, de Borja y Centellas Doria y Coloma, viuda del 5to. Marqués de Távara, de 24 años de edad. La boda tuvo lugar el 20 de julio de 1664, en Madrid. El 9 de noviembre de 1667 llegó al Callao, y lo primero que le informaron fue sobre los sucesos de Laycacota, por lo que apresuradamente, nombró a cuatro asesores togados: los Oidores Diego Cristóbal Messía y Alvaro García de acampo, al Alcalde del Crimen García Ovalle y al asesor General León Pinelo, todos "libres de cualquier contaminación" con los Salcedo. El Conde de Lemos, ordenó "que en el término de la distancia, los Hermanos Salceda se presenten en Lima". Gaspar de Salcedo le había dicho a sus allegados: "con 30,000 pesos soluciono este asunto". Se embarcó en Islay y llegó a Lima el 14 de marzo de 1668. Apenas llegó fue tomado preso conjuntamente con Salazar, el excorregidor de Lampa. Salcedo llevaba los 30,000 pesos. El Virrey en persona le tomó la confesión, le embargó los 30,000 pesos ordenando se deposite en la Caja Real. El Virrey le había manifestado a Gaspar Salcedo, que lo llevaría a Puno para que haga su descargo, a lo que Salcedo se quitó la ropa y no quería salir de la cárcel. Lo agarraron y, a viva fuerza, lo embarcaron. El Virrey Conde de Lemas, desembarcó en Islay y pasó por Arequipa, con 300 hombres. (/349/) Decidido a imponer la autoridad del Rey, el Conde de Lemos, ordenó la toma de Laycacota a sangre y fuego: la gente de Salcedo huyó despavorida. El Conde de Lemos pidió que busquen al moqueguano Diego Trejo y que lo llevaran a su presencia. Trejo, haciendo honor a su apellido, se defendió como pudo, logrando escapar y se escondió en unas cuevas cercanas a Laycacota, pero por una traición fue divulgado y tomado preso el17 de agosto de 1668. El Virrey ordenó que al moqueguano había que 356

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ajusticiarlo primero, porque fue el principal instigador en los levantamientos. Se le hizo juicio sumario, los Oidores votaron por el ajusticiamiento. En el patíbulo alcanzó a decir "Viva el Perú". Le ahorcaron. Mientras tanto uno de los hermanos de Diego Trejo, que había llegado del Cuzco, logró escapar. En cuanto a Vargas Machuca, compañero de Diego Trejo, saltó de la celda y huyó. Era éste un mulato cuarentón y feroz en la guerra. En su huída y, estando ya en el pueblo de Sicasica, asaltó a un viajero que iba a Lima, quitándoles 40,000 pesos, que le sirvieron para juntar un ejército de 170 hombres, entre los que se hallaban los hijos de Salcedo, declarándose "restauradores y defensores de los indios", decían que les iban a redimir de sus tributos. El Virrey Conde de Lemos, dispuso que tres columnas de 200 hombres cada una al mando del Corregidor de La Paz, Fadrique Planquete, Marqués de Mayo, el Corregidor de Oruro, Juan Roldán y del Corregidor de Cochabamba, Gregorio Gómez, tomaron preso a Vargas Machuca. Ante la aproximación de las tropas del Virrey, las fuerzas de Vargas Machuca fugaron y su jefe fue tomado prisionero, luego conducido a La Paz, donde se le condenó a la horca el 2 de octubre de 1668, su cabeza fue remitida a Laycacota y exhibida en la picota. Otro grupo de fugitivos, bajo el mando del clérigo Francisco de España, compañero también del moqueguano Diego Trejo, había compuesto un ejército de 250 hombres. Se dirigieron hacia Mojo, en la Región de Larecaja. (/350/) No obstante haber implorado el perdón del Rey, fueron capturados por el Corregidor de la Provincia y ajusticiados los cabecillas, entre los que se encontraba Francisco Lara, que confesó haber dado muerte a 48 personas y Antonio Jiménez "El Rochano". Los que huyeron fueron tomados presos en San Antonio de Esquilache, Lampa y Carabaya, siendo ahorcados. Otros fueron desterrados a Valdivia (Chile), siendo embarcados en el Puerto de Islay a bordo del "Apóstol Santiago". 357

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El Virrey desencadenó todo el furor de su cólera y el peso de su resentimiento en la persona del hermano de Gaspar, José de Salcedo. Fue tal su inquebrantable deseo de escarmentar en la persona del menor de los Salcedo, que hizo depender la decisión de su juzgamiento en su propia persona. El Juez que sentenció la causa fue el Oidor García Ovalle y el Fiscal que acusó Diego de Baeza. El defensor de José de Salcedo, fue Lorenzo de Burgoa, quien sustituyó a Francisco de Villena, el que negó todos los cargos. Le dieron la pena del garrote en la prisión, hasta que le saltaron los ojos, y su cuerpo se colgó en una picota en la plaza Horcopata. El Conde de Lemos, se fue a Copacabana a rezar a la Virgen el 27 de agosto de 1668; de regreso se detuvo en Juli algunos días. Mientras tanto, en Puno, se le seguía el juicio a Gaspar de Salcedo. A pedido del Licenciado Baeza, se le abrió autos de causa criminal. El Defensor fue Manuel de Taboada, quien alegó que su defendido había aportado 1'700,485 pesos por pago de quintos reales hasta el mes de enero de 1668 y diferentes préstamos a la Real Hacienda. Ofreció servir con un donativo de 200,000 pesos en barras y metales, más medio millón en el plazo de un año, obligándose a labrar la rica veta de Laycacota, si la causa era sometida a la Jurisdicción del Consejo de Indias. Se le condenó a Gaspar de Salcedo a la pena de la horca. (/351/) Pero, el 15 de setiembre de 1671, el Consejo falló la revocación de la sentencia expedida en Lima en cuanto a la pena capital. También el Obispo Almeguera pidió indulto. El 15 de noviembre de 1671, salió en libertad Gaspar de Salcedo. Era el hombre más rico del Perú en su tiempo. La Corona, al poco tiempo, rehabilitó el linaje de los Salcedo. El 7 de febrero de 1703, expidió para un hijo de Gaspar el Título de Marqués de Villarica. El Virrey Conde de Lemos, estuvo 70 días en Puno, desde el 3 de agosto hasta el 13 de octubre, en que partió 358

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rumbo al Cusco, el día del ajusticiamiento de José de Salcedo. Estando en Puno, dispuso el traslado de las Cajas Reales de San Antonio de Esquilache a Chucuito. En el Cuzco estuvo el 24 de octubre. Partió del Cuzco el 8 de noviembre, pasando por Arequipa. Se embarcó en Islay el 26 de noviembre, rumbo a Lima, después de haber caminado 630 leguas. Queremos insertar algunos datos de la Historia de Puno: por Real Cédula del 11 de enero de 1570, Puno fue elevado a categoría de Corregimiento. En 1776 pasó a formar parte del Virreinato de Buenos Aires. En 1785, llegó a ser la Octava Intendencia del Virreinato del Perú. Los Jesuitas fueron expulsados de Juli, de acuerdo con la Real Cédula de Carlos III, el 4 de setiembre de 1768, siendo Virrey Don Manuel Amat y Junient y Gobernador de Chucuito, el Marqués de Aro. En 1672 y siendo Gobernador de Puno Don Gracián Diez Medina, aparece el barbero Pascualillo, que al mismo tiempo se dedica a la profesión de enfermero, siendo el primero de esta profesión. En las postrimerías del Virreinato, hacia 1798 estaba de Intendente de Puno Don Tomás de Semper, Caballero de la Orden de Santiago. Es importante también resaltar la presencia en Puno de Diego de Almagro, de paso a la tierra araucana y de Hernando Pizarro, hacia la región de los Charcas. En 1668 era Corregidor de Paucarcolla Ordóñez del Águila. (/352/) En las "Ordenanzas de Tambos", del Virrey Toledo en 1543, en donde se menciona que Puno pertenece a Mazuelos. En otro documento reza lo siguiente: "En el pueblo de Puno, Repartimiento de Indios encomendado a Martín Dolmos, vecino de la ciudad del Cuzco, que el dicho pueblo de Puno está en 3 leguas de Chucuito, veintidós días del mes de diciembre de mil quinientos sesenta y siete años el dicho Señor Visitador tomó y recibió juramento de Derecho a Alfonso Vélez residente al presente en el dicho pueblo de Puno". 359

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Puno fue Encomienda de Martín Dolmos y en el que habitaban españoles desde 1567, como consta del testimonio de Garcí Diez de San Miguel. En 1538, al parecer, estaba en Carabaya, Pedro Anzures buscando minas de oro. P) Arquitectura Moqueguana En su primera época, que puede ser señalada desde los inicios de la ciudad, hasta mediados del siglo XVII, ella estuvo caracterizada por el edificio de tierra y paja. En la segunda, que podría decirse que se extinguió con la colonia, alcanza su propio desarrollo. En la tercera, que llega a los primeros años del siglo XX domina un estilo compuesto, denominado "Republicano", en el cual, de un lado, se sigue las normas coloniales sobre resistencias y distribuciones y del otro, se sustituye sus elementos decorativos por grandes cornisas (cornisiones), como remate de los muros de fachada y por pilastras, con o sin estrías, con capiteles, generalmente de estilo toscano. La arquitectura de la segunda época surgió como un maravilloso maridaje del castellano conquistador, con el indio nativo y de elementos psíquicos y culturales con factores telúricos y físicos. Sus signos distintivos resultaron, por lo tanto, mestizos y a la vez, originales. Todo ello puede apreciarse a través de sus materiales, estructuras, distribuciones y decoraciones. (/353/) En tal arquitectura, España estuvo presente con su arte plateresco o de orfebrería, mediante sus columnas de fustes primordialmente adornados, sus escudos, realzados con guirnaldas, medallones; el barroco, caracterizado por frontones y fachadas, en distintos planos, con acentuados entrantes y salientes, columnas salomónicas y volutas en espiral, adicionando todo ello con ciertos matices de arte mudéjar. La traza de sus casonas es bien conocida: fachadas de muros, generalmente lisos o con pequeñas molduras de remate; resaltes y perillones esquineros; gárgolas con cabeza de puma; grandes portones, con postigo, lIamadores y perillas de bronce; y las más importantes, con imponentes frontones, 360

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que cuando eran de nobles llevaban sus escudos y, en caso contrario, remedos de éstos, a base de monogramas, imágenes e inscripciones; ventanas con rejas de fierro, fabricadas acá o traídas de Chile y con recuadros y dinteles que les daban mayor realce y sensación de altura. Por dentro, amplios zaguanes, con patillas (asientos) y argollas para las cabalgaduras; un primer patio, en el que se situaba el salón (frente al pórtico y comunicado con el comedor); el escritorio y dormitorios, y, bajo la grada, el cuartito para el sirviente mandadero; un segundo patio o jardín, al que miraba el comedor con arcos en el que se hallaba el adoratorio; hacia el fondo, los servicios, la vivienda de los esclavos y la huerta. El pavimento de los patios y pasadizos era de sillar o ladrillo y piedra redonda, formando cuadros, el de los ambientes interiores, era de ladrillo. Las puertas y ventanas eran sencillas porque no permitía mayor ornamento el sauce y el molle, que era la madera usada. Una característica del techo que fue muy frecuente y hasta hoy se ha conservado en Moquegua, de pares u nudillos en los que se omitía el triángulo superior y se colocaban los faldones poco inclinados, de manera que el techo asumía un perfil trapezoidal que se acusaba en fachada en los mojinetes de esta forma que aún le dan a la ciudad su fisonomía características. El sistema se siguió utilizando en la República. (/354/) En el mes de octubre de 1791, el Intendente de Arequipa, Antonio Álvarez y Jiménez, le informaba al Rey de España las características de la ciudad de Moquegua: "La situación no es muy agradable a la vista a causa de hallarse sepultada entre cerros que, por su aridez, le quitan todo el lustre que necesita para el buen gusto, igualmente que por ser su construcción mal formada. No tiene más que tres calles desiguales en su rectitud y longitud; cuenta la mayor que llaman larga o del medio, ocho cuadras imperfectas, que no guardan proporción en la medida. Consta de seis transversales con bastante descanso, sin más largo que el de cuatro cuadras, asimismo imperfectas con algunos callejones, al extremo de que la Villa por la parte de su cabecera al Oriente y en las inmediaciones del Hospital del Betlemitas. El 361

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empedrado de las calles es ninguno y sólo tres casas tienen sus pertenencias en adorno, de aquí es que el piso arenoso se hace más molesto por la reverberación de los rayos del sol, por lo pesado de sus arenas y por el poco aseo los habitantes dejan correr el agua que pasa al frente de sus puertas por medio de una acequia con que pudiendo tener limpias sus pertenencias se librarían de varias enfermedades. La plaza es regular, no mal cuadrada, con una pila o fuente pública de basta construcción y piedra tosca. El adorno de dicha plaza es ninguno, por no tener edificio de consideración ni casas capitulares que le hermoseen". El mismo Intendente informaba que en 1791 había cuatro Iglesias, a saber: La Matriz, ubicada en la Plaza, se estaba reconstruyendo. La de San Francisco, con su plazuela, era muy antigua y arruinada, pero que se estaba reconstruyendo con cal y piedra y que "acabada será la mejor alhaja que tenga la Villa por su buena arquitectura", La de Santo Domingo y la de los Padres Bethlemitas, ambas son de adobe con sus plazuelas y arriesgadas a demolerse con un recio terremoto, agregando que, "los edificios de la Villa, en lo general, son malos y fastidiosos por su mala construcción a excepción de cinco o seis que, por ser de personas distinguidas, ofrecen mayor gusto en lo interior y exterior; son todas fabricadas de adobe y madera de Guayaquil, en que algunas tienen doble aseo por lo costoso y fino de las vigas y tablazones". (/355/) En la reedificación de la Iglesia Matriz, puso gran empeño desde 1781, Don Pedro del Cuadro y Castañón, quien se desempeñaba como Mayordomo y Ecónomo, quien contando sólo con limosnas y pequeñas donaciones levantaba el templo. Este cargo le había conferido el Deán Dr. Pedro de Santa María; el Fiscal era el Dr. Pedro Laureano de Arguedas que en 1789 rindió cuentas de dicha reedificación al Obispo Dr. Pedro Chávez de la Rosa, cuando estaba de visita en la Villa de Moquegua. En 1791 también aportaron con su trabajo y propio peculio en la reedificación los Sacerdotes Lorenzo de Vizcarra, Clemente Antonio Galdo de Arellano, José Idelfonso Velarde y Pedro de Santa María. 362

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Los principales estilos de la arquitectura española en relación con la arquitectura colonial en el Perú, son: El Renacentista, del que destaca el plateresco, con sus reminiscencias góticas y arábigas y principalmente del clasicismo; abarca el período de la conquista y primeros años del Virreinato. El estilo Barroco, se inicia a comienzos del siglo XVII y se extiende hasta finales del siglo XVIII, en que se nota la influencia del Rococó y el Neoclásico. El Neoclásico, se inicia en el primer cuarto del siglo XIX. Los factores principales que actúan, y muchas veces determinan la formación de una arquitectura, son: el geográfico, geológico, climatológico, religiosos, social e histórico. Los frecuentes movimientos sísmicos arruinan constantemente la ciudad y sólo en algunos casos se le reconstruye; hasta la fecha siguen caídas la Iglesia Matriz y sólo el frontis permanece incólume, y la de San Francisco. El sistema de la arquitectura moqueguana podríamos decir que es muy respetada, pese a encontrarse, en pequeñas cantidades la piedra volcánica y la escasez de la madera. El enorme espesor de los muros es una necesidad en los arranques de las bóvedas y, al mismo tiempo, constituyen una garantía contra los movimientos sísmicos y un aislador del frío. Por otra parte, la piedra sillar se emplea con frecuencia en las portadas y ventanas, guardando equilibrio y belleza. Desde los primeros tiempos, ante la conjunción del español y el aprendiz o artesano nativo se llegó a la conclusión de que ambos paulatinamente van perdiendo alguna parte de su mundo de perspectivas tradicionales y con proyecciones futuras de esperanza. (/356/) Y ambos, en este nuevo campo, se someten a un reajuste social lleno de sorpresas. El español se entregó a la tierra del nuevo mundo y mezcló su sangre con la indígena. El artista local o colonial, no titubea en utilizar los motivos de la flora y de la fauna circundante e incorporarlos en sus trabajos. La arquitectura civil alcanza su mayor esplendor en el siglo XVIII, en que florecen las casonas más representativas de Moquegua. Se caracteriza, generalmente, porque es de

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una sola planta, con macizos muros y muchas de ellas con bóvedas de sillar. La fachada de la Iglesia de San Agustín de Torata, de sencillo esquema, es la obra más importante de la primera mitad del siglo XVIII. Los elementos arquitectónicos y decorativos, destacan en el fondo. Resultan así un conjunto no superado por otras fachadas en fuerza expresiva. Presenta un gran muestrario de temas ornamentales, diseñado con más soltura y la decoración luce con claridad. Carteles y rollos se desbordan por los laterales, como una blonda de encajes rizados que quiebra la luz con intensas vibraciones del claro oscuro. La Iglesia de San Agustín, de Torata, fue construida el 1691, por el Bachiller y cura Ambrosio Javier Galdámez y Corterreal. Su restauración la llevó a efecto la Corporación de Desarrollo de 1961 al 65, donde se festeja cada dos de febrero a su Patrona la Virgen de la Candelaria. Es necesario destacar que en gran parte de nuestras iglesias, predominan los cuadros pintados en diferentes épocas y en diferentes estilos muchos de ellos dirigidos a la vida de los santos. Los cuadros de la Iglesia de San Agustín de Torata, merecen un mejor cuidado, realizándose los estudios para determinar en forma prolija la Escuela a la que pertenecen. El repujado de madera o retablos o portadas es digno de reconocer en muchas Iglesias. Los conjuntos arquitectónicos de los conventos (Santo Domingo y San Francisco, principalmente) y colegios religiosos coloniales eran como pequeñas ciudades enclavadas dentro de la ciudad, ocupando generalmente una manzana entera. (/357/) Su planeamiento y formas distributivas siguieron en términos generales las pautas que se establecieron desde la Edad Media para la arquitectura conventual y monástica. Pueden reconocerse en ellos cuatro tipos de espacios de acuerdo a sus funciones y envergadura: 1.La Iglesia, 2. Las grandes salas de uso común (sala capitular, biblioteca, refectorio), 3. Las habitaciones de la comunidad (celdas o dormitorios comunes) y las de sus dependientes y esclavos, y 4. Los servicios (cocina, panadería, letrinas, depósitos de leña y útiles diversos), a las 364

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que habría que agregar la zona de caballeriza, gallineros y la huerta. La Iglesia, era (y es) siempre accesible desde la calle para el culto público sirviendo de eslabón entre el convento y la ciudad. Los coros altos adosados al muro frontal y formando un sotocoro a guisa de vestíbulo, profundos y provistos de sillerías de madera. Las plantas de los conventos nunca son simétricas o axiales pero sí bastante regulares, estando formadas por patios de arquería o claustros en torno a los que se disponen las salas o habitaciones. La mayoría de las Iglesias conventuales se fundaron y construyeron en el curso del siglo XVI y fueron ampliadas, alteradas o reconstruidas parcial o totalmente en los siglos sucesivos. Actualmente algunas se encuentran destruidas y otras desaparecidas como la Iglesia de San Sebastián en el Alto de la Villa. En los templos de los siglos XVII Y XVIII, en la Sierra, encontramos que la estructura básica es por lo general de piedra. En los muros y pilares de mayor sección, la masa de estos está formada por un núcleo o relleno de hormigón de cal, arena y piedra de río. Los techos son de zinc (calamina) en forma de tijera les. Los métodos de construcción que prevalecieron en la Costa se basaron en el empleo simultáneo de cuatro materiales principales: el adobe, ladrillo, madera y la quincha. El empleo decorativo del yeso constituyó también una característica saltante de la arquitectura de la Costa. Otro elemento en el que se manifestó con fuerza el estilo fue el mobiliario fijo y decorativo, cuyo carácter era, desde luego, tanto funcional como simbólico; púlpitos, confesionarios, pintura mural o en lienzos y escultura en relieve o en bulto, tapices y colgaduras. (/358/) Las casas de los estratos más altos de la sociedad colonial, tuvieron un carácter predominantemente hispánico en su forma y apariencia y, desde el punto de vista artístico, un parentesco bastante explícito con sus prototipos peninsulares, En la Costa, los muros se fabricaban también de adobe, o, en viviendas más humildes, de mangles o caña entretejida, que podía revestirse o no con barro, sostenidos por una estructura de troncos de árbol. Estos se usaban 365

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también para sostener el techo de cañas o esteras recubiertas con una capa de barro. Lo benigno del clima de la Costa determinó que la casa se le agregara una ramada en la parte delantera, que le servía a la familia como una especie de cuarto al aire libre. Las familias más pudientes hicieron construir sus balcones señoriales con su respectivo repujado, que todavía actualmente admiramos. En la Sierra, los muros eran esencialmente de adobe, adobón, o pirca (muro); el techo a dos aguas de troncos de árboles y paja (ichu). En el extremo opuesto del espectro social y económico estaba la casa-hacienda, principal edificación del conjunto de construcciones que formaba el núcleo de la habitación y servicios tales como depósitos, caballerizas, corrales, viviendas de dependientes y trabajadores y rancherías o galpones para esclavos. La edificación más prominente de! conjunto, como hasta hoy existe, era con frecuencia la Capilla o Iglesia de la casa o hacienda. El más modesto, y que tenía el carácter de vivienda colectiva de los más humildes, fue el llamado "callejón de cuartos" que, formado por un pasaje sin techo o calle angosta flanqueada por unidades de vivienda de una, dos o tres habitaciones, apareció desde los inicios del Virreinato y fue un tipo que también se utilizó en los tambos, posadas y asilos. La forma de distribución de las casas solariegas varió considerablemente, pero todas estaban constituidas por hileras de cuartos. La puerta de acceso desde la calle al zaguán y primer patio se hacía normalmente de gran tamaño, porque al patio debían poder ingresar acémilas, jinetes y carruajes. (/359/) Las Quintas, eran casas situadas en zonas campestres o de huertas en las afueras de la ciudad. En la República, la arquitectura siguió recibiendo su impulso desde Europa, pero ya no, como en la Colonia, a través de España, sino directamente; en muchos casos superviven elementos arquitectónicos del Virreinato o Colonia. En otras palabras, se manifiesta una cierta dicotomía, coexistiendo, al lado de lo nuevo y lo moderno, una tendencia bastante marcada a la permanencia de la herencia colonial. 366

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La principal manifestación de esta permanencia de lo colonial se da en la arquitectura de las casas. En el siglo XIX se desarrolló considerablemente el tipo arquitectónico del "Rancho" nombre que se le da a las casas de las poblaciones ubicadas fuera de la ciudad, en zonas de campo o cerca del mar. Don Aurelio Miró Quesada, hacía el siguiente comentario: "En cuanto a las casas particulares, si no descuellan por sus galas externas, dan sin embargo a la ciudad la nobleza atrayente de su aspecto severo y homogéneo. Casi siempre de un piso, con patios alegres y floridos, y "patillas" o poyos en los zaguanes, sus fachadas austeras pintadas por lo común de ocre rojizo, sólo se animan con las portadas blancas y las puertas de cedro, que se trajeron ya talladas desde el Alto Perú. A pesar de los blasones o los motivos ornamentales de algunas de ellas, ninguna demuestra ostentación; tal vez porque, en muchos de los casos, las familias, vinculadas al campo, tenían un lugar de habitación en la ciudad, pero preferían vivir en las haciendas 'del valle. La de aspecto más noble es la españolísima de los Fernández Maldonado, con ventanillas cuadradas, de reja, aliado de una de las puertas que abre sus anchas hojas en la pared gruesa y rojiza. La que fue del Doctor Martínez, tiene una atrayente puerta labrada con dos imágenes, una Cruz y dos hermosos escudos nobiliarios, en uno de los cuales se pueden ver leones rampantes. Ornamentaciones curiosas, con figuras y frutas, hay en la casa de la viuda del héroe de Arica Mayor Manuel Zevallos; (/360/) así como un extraña portada con doble ojiva en la que se dice fue de Don Pacífico Barrios y una magnífica puerta de madera tallada en la de Don Miguel Moreno. En la calle Arequipa está la residencia que se señala como alojamiento de Santa Cruz. En la casa de Don Samuel Ordóñez, se efectuó el baile resonante -posiblemente el más suntuosos de la vida republicana de Moquegua- que se diera en honor de Don Francisco Balta, Ministro y hermano del Presidente de esa época. ¡Cuántas escenas nos podrían contar estas viejas casonas de Moquegua! Mudanzas de asientos y fortunas, 367

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episodios heroicos, leyendas de minas y tesoros, preocupaciones religiosas, frecuente amenaza de temblores, o charlas de ricos viñateros en que se discutirían los graves problemas de las cosechas, las botijas de estaño o las falcas difíciles. En tanto en las habitaciones interiores, recatándose de las vistas extrañas, finas figuras de mujer prepararían con sus manos expertas el sabroso despliegue de la repostería moqueguana: los alfajores de Penco, los de pasta de almendra, las hojuelas, los oquendos rellenos y bañados, la leche asada, las tortas de maíz, las hojarascas, los guargüeros. Suaves halagos del hogar y alta y cernida gentileza, que hicieron decir al cura Zamácola, cuando acompañó en su visita pastoral al Obispo Chávez de la Rosa en 1789, que Moquegua no sólo era la Villa que él prefería en estas tierras, sino también hacía competencia, por "sus bellas cualidades, distinguida nobleza y comercio, a las primeras ciudades del Reino... ". Destacan, por su valor histórico, las siguientes residencias: 1) Casona de una planta, ubicada en la esquina de la Calle Ancash No. 408-418 y Ayacucho No. 474, que fue de Doña María Chocano del Alcázar, poseyéndola actualmente Doña Teresa de Podestá. El hermoso patio central posee columnas confeccionadas de madera de cedro procedente de Cochabamba (Bolivia). 2) La casona que fue del Dr. Martínez, ubicada en la calle Ayacucho No. 828. Posee una puerta labrada con dos imágenes, una Cruz y dos escudos nobiliarios, en uno de los cuales se aprecian leones rampantes. En la portada se aprecia motivos de ángeles en relación a tallos trenzados con flores y hojas. (/361/) 3) La casa de Doña Herminia de Zevallos, viuda del Héroe de Arica, Mayor Manuel M. Zeballos, se encuentra ubicada en la Calle Callao No. 360. Su portada presenta hechura mestiza, presentando ángeles, ornamentación de flores y frutos.

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4) La casa de Don Miguel Moreno, ubicada en la Calle Moquegua No 831, siendo su mejor atractivo la puerta de madera tallada. 5) La casa de Don Samuel Ordóñez, ubicada en la Calle Lima No. 849, actualmente está al servicio de Radio Patrulla. 6) La casona de dos plantas que perteneció al Regidor Perpetuo de la Villa de Moquegua, Don Ignacio Nieto y Roa, ubicada en la esquina de las calles Moquegua No. 404-414 y la Calle Libertad. Su fachada es una de las más hermosas de la ciudad de Moquegua, esculpida sobre cal y canto. Se compone de dos escudos, blasones, medallones y motivos florales. Sus ventanas están ornamentadas con rejas de fierro, apreciándose candelabros. En su portada se puede leer "Nuestra nobleza blasona...de un gran Señor...de la tierra...año de 1750". 7) Se dice que en la cuadra dos de la calle Arequipa, estarla el albergue del General boliviano Andrés de Santa Cruz. 8) La casona de una planta que fue de la familia Fernández Dávila, posee ventanas con magníficas rejas. Está situada en las esquinas de la Calle Moquegua con Tacna. 9) La casona de dos plantas que perteneció a la familia Fernández de Córdova, propiedad del Dr. Herbert de la Flor Angulo, ubicada en la Calle Ayacucho No. 540548. Posee dos ventanas de reja en el primer piso y el señorial balcón del segundo piso (Plaza de Armas) (/362/). 10) La casa de las Serpientes, ubicada en la esquina de Tarapacá Nº 390-398 y Ayacucho No. 861, ostenta el motivo en el dintel de una de sus puertas que da a la Calle Tarapacá. EI zaguán es abovedado, patio con baldosas. Amplias habitaciones con gruesos muros de adobe sobre cimiento de cal y canto. Data del siglo XVII. Las molduras talladas y el entablamiento del techo, responden al barroco mestizo. Esta casona fue 369

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de propiedad de la familia Jiménez de la Flor y después de Los Chocano. Fue también Cuartel de Gendarmería durante la Guerra de 1879. Escuela de Primeras Letras siendo Director el destacado maestro Don Rafael Díaz. Actualmente se encuentra magníficamente restaurada por el arquitecto arequipeño Luis Felipe Calle con el respaldo económico del Banco Hipotecario. Hoy es propiedad del Instituto Peruano de Seguridad Social. 11) La casona que fue de la familia Diez Canseco, se encuentra ubicada en la esquina de Tarapacá No. 409419 con Ayacucho. Su inscripción, según se lee, data de 1868. 12) La casona de dos plantas que era propiedad de la familia Jiménez (precediendo los Jiménez de la Flor a los Jiménez Gómez), está situada en la Calle Ayacucho N° 550-570, esquina con la Calle Tacna (Plaza de Armas), propiedad del Ministerio de Transportes; sirve de Correos. 13) La casona que fue de Don Pacífico Barrios, ubicada en la Calle Moquegua No. 818-822, propiedad de los herederos del que fue gran maestro Hugo Díaz Vargas. Su portada es a doble ojiva. El estudio de la defensa de la antigua ciudad de Moquegua, realizado por el Arquitecto Víctor Pimentel, en el año de 1966, dio sustento a la Resolución Suprema No. 2,900 del 28 de diciembre de 1972, que definió la zona monumental, destacándose 24 inmuebles de valor histórico. La Resolución Ministerial No. 0928 del23 de julio de 1980, amplía en dos la relación de los inmuebles declarados como Monumentos Histórico-Artísticos, y son: (/363/) Calle Ancash: asignadas con el No. 198 y Lima No. 499; No. 210; 230; 262-273; 360-370; 380; 408-418, esquina con Ayacucho No. 474; 530; 555. Calle Arequipa: No. 231; 241-251; 272; 444; 485; 515. Calle Ayacucho: 464; 520; 530; 540-548; 550-570; 626; cuadra seis Iglesia Santo Domingo; 707 y Arequipa cuadra 3; 770; 808; 824-828; 939; 940; 1010; 1211; 1271; 1350. 370

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Calle Callao: No. 231; 241-251; 313; 350; 360. Calle Cajamarca: No. 260-270-274. Calle Cuzco: No. 574; 544. Calle Junín: No. 367-373; 377; 374; 431-435; 424-434 y Libertad cuadra 5; 444; 520; 530; 698; Cuadra No. 8 intersección con Tarapacá 4ta. Cuadra. Calle Libertad: No. 470 Calle Lima: No. 337; 363; 367; 398; 474; 515; Cuadra No. 6 y 7; 626; 819-817 y Callao cuadra 1; 848 (tiene fecha de 1881); 849; 905; 928; 965; 1014; 1031. Calle Moquegua: No. 303; 323; 364; 370; 388-394; 404-414; 418; cuadra No. 5; e iglesia matriz; 625; 650-656; 722-732738 (tiene fecha de 1849); 741; 758-762-768; 778 y Callao N° 310; 817-821; 818-822; 827-831; 832-838-848; 641-851- 857; 904-910; 954;993 y Amazonas; 1014; 1038-1044; 1068; 1092; 1141; 1142-1152; 1162-1172, cuadra N° 11 Iglesia de Belén. Calle Tacna: No. 206; 243; 303-313; 444; 464 y Junín cuadra No. 5; cuadra 2 y Lima cuadra No. 6 (Banco de al Nación). Calle Tarapacá: No. 333; 383 Y Ayacucho cuadra No. 9, 390393-398 Y Ayacucho No. 861; 409; 469. Q) Terremotos Moquegua, al estar inmersa en la Cadena Volcánica del Pacífico, ha sufrido, a través de su Historia, diferentes terremotos sembrando pánico y desolación entre sus habitantes. Los destrozos causados se pueden ver aún en los diferentes edificios principalmente en las Iglesias de todo el Departamento. Los cronistas del siglo XVI, nos comunican que "hubo por esos tiempos grandes terremotos y cayeron muchos cerros altos. De los indios de la Costa se supo a ese mismo tiempo, que la mar con sus crecientes y menguantes salía muchas veces de sus términos comunes..." (/364/) EI reputado historiógrafo Ismael Portal, dice que el primer temblor que aquí sintieron los españoles, fue en 1533, en Pachacámac, cuando aún no se había fundado la ciudad de Lima y estaba allí con su gente Hernando Pizarro. 371

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El segundo temblor que sintieron los españoles fue en 1552, el 2 de julio, a las 5.30 de la manaña. El volcán Quinistaquillas arrojó tantas cenizas que en Moquegua destruyó muchos viñedos. El temblor se sintió hasta 150 leguas. El 22 de enero de 1582, un violento terremoto sembró la desolación en casi todos los pueblos de Moquegua. Alcanzó fama, el terremoto del sábado 19 de febrero de 1600, siendo las cinco de la tarde, producto de la erupción del Volcán Huaynaputina alcanzando, según se dice, el Grado 9 de la Escala de Mercali. La ceniza cubrió diferentes pueblos principalmente Quinistaca, Omate, Quinistaquillas, Puquina y Ubinas, haciendo desaparecer su producción agropecuaria. El remezón se sintió en todo el continente, creyendo la gente que había llegado el día del juicio. La lava volcánica dio Jugar al represamiento del Río Tambo. En 1604, se produjo un fuerte terremoto que dejó en ruinas los pueblos de San Sebastián de Escapagua y el de Santa Catalina de Moquegua y sus Iglesias, siendo reedificadas por el Almirante Juan de Olea (San Sebastián) y Don Alonso de Estrada (Santa Catalina). Al producirse un nuevo terremoto el 20 de octubre de 1687, en que se vino abajo la Iglesia Matriz, el Mayordomo Capitán Pedro Antonio de Salcedo y el sacerdote Antonio Coronel Cáceres de Ulloa, trabajaron su reedificación. El 22 de agosto de 1715, al producirse un nuevo terremoto que destruyó la Iglesia Matriz, fue reedificada por el Capitán Pedro del Alcázar y Padilla, Mayordomo Ecónomo de dicha Iglesia. EI13 de agosto de 1869 (algunos autores dice que fue en 1868), a las cinco de la tarde, un fuerte terremoto sacudió toda la Costa. Junto con el movimiento sísmico, y probablemente a consecuencia del mismo, el mar invadió en muchos lugares, originando considerables daños. (/365/) La tierra continuó temblando, y aún después de algunas horas, se advertía sacudidas menos intensas. Según informes de la época, los fallecidos en Moquegua fueron 1500. En Ilo, el mar se retiró y dejó en seco a las embarcaciones que había en el 372

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Puerto. En Moquegua, apenas se podía transitar por las calles, que estaban llenas de escombros. La población no sabía donde refugiarse, porque los sacudimientos de la tierra continuaron. Muchos se preocupaban y hasta se desesperaban dudando que estas ciudades pudieran surgir de nuevo de entre las ruinas, pero por fortuna, los sobrevivientes con su entusiasmo y su trabajo, lograron que en pocos años se repararan los daños sufridos. El Presidente Balta, dirigió el 21 de agosto una proclama condoliéndose por los males que los afligían y ofreciendo ayudarles en cuanto le permitan los recursos fiscales. En 1782, se derrumbó la Iglesia del Hospital Bethlemítico, siendo reedificada por el Padre Juan de Santa Teresa, empleándose como material el adobe. Con el tiempo nuevamente se arruinó siendo nuevamente reconstruida de piedra y cal por Doña María Martina Fernández Cornejo y Fernández de Córdova. EI13 de mayo de 1784, las convulsiones de la tierra fueron tales que con poco más hubiera asolado toda la ciudad y perduraron los movimientos hasta cuatro meses después, aunque con mucha menos violencia y con intervalos de calma. Casi todas las Iglesias quedaron en mal estado. En los otros pueblos apenas hubo alguna que no se viniera al suelo, en todo o en parte. Este terremoto también destruyó casas y haciendas. Se hallaba a la sazón en Moquegua, el Obispo de Arequipa Miguel Pamplona, capuchino, quien 'informaba que en IIo se retiró el mar más de 12 horas. En Moquegua se arruinaron muchas casas y bodegas y, principalmente, la Iglesia Matriz, siendo preciso sacar al Señor Sacramentado a la Plaza de Armas, y allí se celebraron los oficios divinos y la gente morase en las calles y plazas. Por orden del Obispo Pamplona, se dispuso se hiciesen tres días de riguroso ayuno. (/366/) Sólo la Iglesia de los expatriados jesuitas quedó sin deterioro, disponiéndose que sirviera como Vice-parroquia y que allí se colocasen las reliquias de imágenes que se habían sacado de las iglesias, principalmente, dijo el Obispo, la imagen de Nuestra Señora de Pampacolca, que fue la que protegió Moquegua para que no padeciese mayor estrago, y 373

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por lo que todos los fieles se entregaron devotamente a su sacrosanta imagen y le rindieron las gracias por la merced reconocida, quedando esta imagen en un altar que le acomodaron en la Plaza de Moquegua. Puso un gran empeño en reedificar la Iglesia el sacerdote Lorenzo Vizcarra y Hurtado, con el apoyo del Mayordomo Ecónomo Pedro del Cuadro. En 1798, por causa de otro terremoto, se empezó a reedificar la Iglesia de Santo Domingo, terminándose en 1828. Por los terremotos del 8 de octubre de 1731, a las nueve de la noche y del18 de setiembre de 1833, a las 6.15 de la mañana, que destrozaron gran parte de la ciudad, pero principalmente la media naranja de la Iglesia Matriz, y otras averías en las torres, sacristía, puerta del pie de la Iglesia y el bautisterio, fue reconstruida en 1838. Es larga la relación de terremotos y maremotos, sentidos en Moquegua, para lo cual sólo enunciamos los que creemos fueron los más fuertes y por lo tanto los más devastadores. Se tiene noticia del terremoto y maremoto de 1604. El terremoto del 16 de setiembre de 1615 que alcanzó grandes proporciones. Se decía que en muchos de ellos "al retirarse el mar, hervía y echaba humo y zinc, como si fuera fuego, que oscurecía toda la Costa y en medio de esta humareda se levantó un mar tan grande que parecía un alto monte". Otros terremotos también se produjeron el 14 de noviembre de 1810; el 8 de setiembre de 1831; el 18 de setiembre de 1833. El más terrible fue el del 13 de agosto de 1868 donde las olas gigantescas arrastraron a dos buques y después quedaron varados en la playa. Otros se hundieron, pereciendo sus tripulantes. La población quedó destruida en su mayor parte. (/367/) Una de las grandes calamidades que ha sufrido Moquegua, fue la erupción del Volcán Huaynaputina, ocurrida el19 de febrero de 1600, en Quinistaquillas, trayendo consigo no sólo pérdidas humanas, sino también grandes consecuencias económicas y agropecuarias en todo el Departamento de Moquegua. La onda sísmica alcanzó a todo 374

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el Perú produciendo grandes estragos en el país. La ciudad de Arequipa, se vino abajo en su tercera parte, con pérdidas humanas; se desbordó el Río Tambo, inundando todas las cementeras. Los sobrevivientes se ausentaron quedando los sitios aledaños en un desierto de ceniza, Iodo y piedras volcánicas. Actualmente se puede apreciar la lava volcánica principalmente en los alrededores de Omate y Quinistacas. Se encontraba gobernando el Virreinato del Perú, Don Luis de Velasco, quien prestó su colaboración para la rehabilitación de los daños sufridos. Mucha gente, incluso algunos intelectuales, como Ventura Trabada y Córdova, manifestaba que dicha erupción era una manifestación divina. Según informes de la época se dice que tanta era la ceniza y el polvo que produjo que "no se vio el sol en medio mes". Muchos pueblos, situados en las cercanías del volcán desaparecieron para siempre: sólo los encontramos en los documentos de la época. En la desembocadura al mar del Río Tambo "bajó por el un río de fuego y Iodo que coció el pescado en el mar por espacio de dos leguas". La erupción del Huaynaputina, atrajo la curiosidad de investigadores y científicos como Antonio Raimondi en los primeros días de marzo de 1864 y, más cercanamente a la erupción Antonio Vásquez de Espinoza, en 1617, comprobando personalmente los estragos producidos.(/368/)

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V. HISTORIA DE NUESTROS PUEBLOS A) Ilo Los primeros habitantes que ocuparon Toquepala, plasmaron un conjunto de pinturas rupestres que representaban escenas de caza propias de la época; hombres persiguiendo a auquénidos en un afán de atraparlos y que, por ello mismo, son figuras que muestran una sensación de estar en movimiento. Esta pintura, con matices colorados, amarillos, blancos y negros, nos explicaría la forma de vida de los cazadores nómadas de este período que recolectando, además, semillas, caracoles y persiguiendo a manadas de auquénidos habitarían las cuevas ribereñas o en la que existían al pie de las montañas. Allí no sólo confeccionaban sus armas sino que practicaron su magia y religión, así como pintaron sobre sus paredes de las cuevas sus experiencias de caza o su creencia mágico - religiosa. Conforme transcurría el tiempo, el ambiente físico y climático de nuestro suelo iba cambiando; mientras algunas especies de animales se extinguían, otras hacían su aparición. Esto influyó notablemente en el cambio de las costumbres y modos de vida de los hombres de aquel tiempo que organizados en comunidades de pastores - cazadores y recolectores, llegaron a poblar todos los pisos ecológicos de nuestro suelo. En la región andina se establecieron en los valles, quebradas y altiplanicies; en la Costa lo hicieron en los valles y en las lomas. Entre ambas regiones se estableció una migración estacional; entre julio y agosto, cuando no hay lluvias en la Sierra, y, por lo tanto, los pastos escasean, emigraban hacia las lomas costeñas con sus animales. A partir de Diciembre retornaban hacia la región andina. Había, pues, un desplazamiento vertical que también se daba en la región andina entre los pisos altos y los pisos bajos. Las gentes de esta cultura se habrían desplazado, entonces, en ciertas épocas del año entre el altiplano y el mar. (/369/)

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En estas condiciones, Toquepala representaría una zona de campamentos temporales. Sus contactos con el mar se manifiestan en la basura, con la presencia de algunos fragmentos de mytilus chorus. Sus elementos más típicos son las puntas feliáceas con bordes aserrados trabajadas muy finamente a presión, en rocas eruptivas locales. El hombre halló en la Costa varios poderosos enemigos: aparte de las dolencias, que la hacían tierra insana y temida, el desierto lo cercaba con sus candentes arenas, incomunicándolo de los otros lugares de poblamiento situados siempre en estrechos valles, la eventualidad de las aguas, unas veces excesivas hasta producir la destrucción, otras tan escasas que provocaban la muerte. Sólo pudo ser dominado el medio geográfico por gentes avezadas a esta lucha, con suficiente desarrollado cultural y social para emprender grandes obras de riego artificial, de construcción de terrazas agrícolas, de desarborización viciosa, de cultivo sistematizado con plantas adecuadas a la escala de climas cisandinos. Necesitábase para obra tan considerable de una organización que contaran con numerosos trabajadores disciplinados bajo la dirección de técnicos consumados. La colonización de la Costa no pudo producirse sino por el descendimiento de pueblos altamente civilizados en la Sierra moqueguana. Es a todas luces el litoral la última zona que el hombre aprovechó, después de largas experiencias culturales obtenidas en las tierras altas y en los valles orientales. Posteriormente, "la agricultura había aparecido, y con ella la civilización" anota Luis E. Valcárcel. Víctor Ezpinoza Rueda, realiza el siguiente comentario: "estos primitivos habitantes llegaron a la Costa en un momento que el mar contenía una rica fauna, la que capturaban con sencillos instrumentos hechos de choros, de espina de cactus, de huesos de aves y mamíferos marinos. Roedores y guanacos que vivían en las lomas y las plantas que allí crecían fueron aprovechados por estos primitivos hombres. En Pampa del Palo, ubicado.a 7.5 Km. Al Sureste de Ilo, existen restos de lo que pudo ser esta forma de vida en el litoral ileño. (/370/) Investigaciones realizadas por miembros 379

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del Programa Contisuyo en el sitio Ring o Anillo de Conchas, situado frente a los yacimientos de Coquina, demuestran una economía marítima asignable entre los años 7,500 a 10,000 a.C. Los indicios hallados indican que están esparcidos en este lugar. Además se han hallado un gran número de morteros y piedras de molienda". Según los hallazgos y estudios realizados desde 1956 por el arquéologo ileño Humberto Ghersi Barreda, el origen de los primitivos ileños los ubica en los descendientes de los UroPuquinas que llegaron a Ilo siguiendo, al parecer, el curso de los Ríos Tambo y Moquegua, huyendo de los aimaras que emprendieron una guerra de exterminio. Los restos encontrados por Gersi, señalan que la pesca, caza, agricultura y ganadería fueron actividades productivas importantes. Dentro de sus Manifestaciones Culturales sobresalen su textilería y cerámica. Los tejidos tienen dibujos geométricos y zoomorfos de color rojo, café y negro, confecciohando gorros, chusmas, mantas, camisas y hondas. La cerámica fue decorada con motivos que se emparentan con diseños altiplánicos donde sobresalen dibujos geométricos de color ocre, naranja, crema y rojizo. Los sitios arqueológicos detectados en Ilo, son los siguientes: Chiribaya, Algarrobal, Loreto, Carrizal, Villa del Mar, Loreto Viejo, etc. Luis Watanabe, menciona que "hace 1300 años en el valle de Ilo ya los peruanos fundían el cobre. En la actualidad, como ocurrió en el pasado prehispánico, la explotación de la entraña minera Región del Cuntisuyo –que comprende básicamenete los Departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna- polariza la disposición del esfuerzo humano ocupacional, en áreas que el cobre adquiría propiedades metálicas de pureza. La tradición minera en Moquegua se remonta de manera definida, desde aproximadamente 1300 años atrás con el hallazgo de mineral de cobre y de materias no metálicas como la obsidiana, el lapislázuli, etc. en talleres del imponente Cerro Baúl, proyectándose hasta la extracción a cielo abierto, el sofisticado proceso de elaboración cuprífera de Cuajone. (/371/) El hallazgo en el Valle de Ilo, la Provincia 380

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Litoral de Moquegua, de la mena y los hornos de beneficio prehispánico, enriquece la proficua y fecunda tradición productiva". Modesto Basadre, recordando los buenos tiempos, dice: "En días felices, cuando el Valle de Ilo se comunicaba normalmente con el de Ite donde frecuentaban millares de burros que conducían los productos de Arequipa y el Valle de Tambo a los convenientes mercados de Tacna y Arica. Hoy ese camino se halla desierto:en completo abandono. Los comerciantes de Arequipa, los hacendados de Tambo, ya no llevan por esa ruta, sus harinas, alfeñiques, mieles, etc. Las harinas de Chile, los azúcares del Norte del Perú, han destruído ese tráfico: los vapores han reempazado a los burros en el carguío de esas mercancías. Entre Ilo o Ite en el año de 1824, los pastos eran más altos que un hombre a caballo. Los cerros de esas lomas en varios puntos se hallaban cubiertos de plantas, de heliotropos, cuya, fragancia hacía grata a la atmósfera". Ismael Pinto Vargas, por su parte haciendo Historia, agrega: "Lo cierto es que Ilo era un importante enclave económico de los caciques de Chucuito, y por ende de toda la zona altiplánica, a quienes proveía de pescado y de fertilizantes. Y si bien es cierto que el circuito económico se quebró, no por ello, muchísimos años más tarde en el puerto venden guano de pájaro que lo exportan los indios para la Sierra. Y que la pesca es la ocupación de varios individuos: entran al mar en balsas de cuero de lobo y han aprefldido de los cobijados a pescar a lanza. Por otro lado, Ilo, tempranamente, se prepara para entrar y quedarse definitivamente en la rica historia de la culinaria peruana. Un acucioso memorialista registra que después de 1560 se introdujo el olivo en Camaná gracias a Don Antonio de Rivera,e inmediatamente, desde Quilca hasta Ilo se plantaron en las lomas trece olivares. En la historia un tanto romántica del filibustero igualmente el nombre de Ilo es una constante. Y, mientras no se pruebe lo contrario, fue el puerto peruano donde) arribó el primer contrabandista de Saint Maló:

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Mensieur Beauchesne Gouin, en el año de 1699, quien vendió (/372/) su rica carga de sedas de Lyons y de Toure, de cintas multicolores, encajes, sombreros de caster, papeles, alhajas, porcelanas y otras bellas baratijas. En Ilo, quedaron todas sus mercancias en tránsito al Alto Perú, y el osado aventurero regresó a Francia cargado de oro". Aurelio Miró Quesada, recordando un visita realizada a Ilo, dice: "No estoy precisamente en Ilo, sino en la antigua Pacocha, ya que la primitiva ubicación de Ilo se hallaba más al Norte, donde ahora sólo se ven algunas rústicas casas, como marcando el lugar en el que se realizaban las faenas del puerto hasta que el terremoto de 1866 obligó a trasladar la población. En todo caso, los dos nombres se unen en la Geografia y en la Historia, como los dos extremos de una playa que ha sido esenario muchas veces de gallardas aventuras. Así, sobre la calma espejeante de sus aguas, el 29 de mayo de 1877 se trabó el combate desigual entre el "Huáscar", que enarbolaba la bandera rebelde de Piérola, y los buques ingleses "Shah" y" Amethyst", singular episodio que nimbó el prestigio romántico el nombre sonoro de! caudillo, y fue como el anuncio de la bravura heroica, que, dos años después, iba a cubrir la gloria al Monitor, que hoyes el símbolo y el numen más alto y encendido de la Marina del Perú". Augusto Tamayo Vargas, tomando una cita de Aurelio Miró Quesada, comenta: "El 22 de enero de 1540, Francisco Pizarro otorgó al extremeño Lucas Martínez Vegazo, vecino y Rfgidor de la Villa Hermosa, que lo era entonces Camaná, una extensa Encomienda con pueblos de Arequipa y de Tarapacá con sus caciques y mitimaes y un total de 1637 indios tributarios, entre ellos un pueblo que se dice Ilo, que está en la boca del Río Moquegua con veinte indios. Tiene una estancia que se dice Chiri de pescadores, con seis indios. Después de mil vicisitudes en que Martínez Vegazo pierde y gana su extensísima encomienda, la hereda su viuda María Dávalos de Rivera, hija de Nicolás de Rivera "El Viejo", que se casa luego con Alonso de Vargas Carbajal, Señor de Valero y quienes resultan mis más antiguos antepasados, en línea 382

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directa, en el Perú por el lado materno. y así "Carima, Ilo, Arica, Tarapacá, Yumina, Capahuaya y Cochuna y por su puesto Moquegua, me resultan íntimos y aparecen entre encomiendas que pertenecen o ceden esos lejanos personajes que tanto tuvieron que ver con Moquegua y de los que algo o mucho queda en mí, genes que afluyen por mis dos vertientes, proyección en el transfondo de mi conciencia". (/373/) El Puerto de Ilo, fue visitado por los españoles desde los primeros años de la conquista. Después del regreso de Diego de Almagro de la Conquista de Chile, Ilo fue uno de los principales puertos que sirvieron de embarque para futuras conquistas conjuntamente con el Puerto de Chule (Valle de Tambo), tan es así que el Cabildo de la ciudad de los Reyes, el 6 de diciembre de 1538, concede Licencia a Juan Vallejo, para que cargue su navio y vaya a Arequipa (Chule) ello, con su hacienda, y continúe con la Conquista de Chile, dicho documento está firmado por el Teniente de Gobernador Francisco de Chávez y los Alcaldes Ordinarios Juan de Barbarán y Hernando de Montenegro y como Testigo Pedro de Salinas, escribano público. En otro documento antiguo, fechado en el Valle de Ilo, el21 de Julio de 1539, Juan Vallejo, otorga poder a Mizer Francisco para pleitos, ventas, compras y que pueda tomar su navío San Josefa. Pero Mizer Francisco necesitaba dinero y personal, por lo que estando en Arequipa el 20 de noviembre de 1539, firma un contrato con los capitanes Pedro de Valdivia, Alonso Monroy, Cristóbal de la Peña y Francisco Martinez para llevar uno o dos n¡¡vios a la Conquista de Chile, para el año venidero de 1540. Casi por esos mismos días, en un documento firmado en Arequipa el 23 de noviembre de 1539 otorga también poder a los capitanes Pedro de Valdivia, Alfonso Monroy, de la Peña, Francisco Martínez y a Mizer Francisco, para que en la ciudad de Los Reyes o en otras partes compre esclavos, caballos, mecaderias y herramientas para la Conquista de Chile. Mizer Francisco, estando en Arequipa se hizo prestar 420 pesos de oro del mercader Alonso de Carmona, quien otorga poder a

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Juan de Vargas para que le cobre la deuda en un documento fechado en Arequipa el 29 de Agosto de 1540. (/374/) Por Provisión de Francisco Pizarro, fechada en el Cuzco, el 22 de Enero de 1540, concede a Lucas Martrnez Vegazo la encomienda de Ilo, Tarapacá, Arica y otros pueblos. En dicho documento se lee: "en un pueblo que se dice Ilo, que está a la boca del Río de Moquegua, con 20 indios, tiene una estancia que se dice Chiri de pescadores, con 6 indios". El Licenciado Pedro de la Gasca, el día 4 de marzo de 1548, desde el Cuzco, autoriza a Pedro de Valdivia, para que pueda realizar la Conquista de Chile. El mismo La Gasca el 27 de agosto de 1548, desde el Cuzco, concede al Capitán Gerónimo de Villegas, la Encomienda que tenía Lucas Martínez Vegazo, menos los concedidos a Martín Pérez de Villabona. A partir de 1958 y hasta 1960, el arqueólogo Gary S. Vescelius, efectuó un estudio arqueológico de la Costa del Sur del Perú, principalmente en el Puerto de Ilo, en el sitio dominado "El Gentilar". Bernabé Cobo, en su "Historia del Nuevo Mundo", se refiere a las Lomas y comenta: "el tiempo que duran las garúas se ponen tan verdes, floridas y deleitosas, por vestirse de librea nueva, que no he visto yo en lo que he andado de Indias, ni aún en España más amenos campos y praderías... las más abundantes Lomas y pastos de toda la Costa donde más llueve y la yerba es más crecida y dura más tiempo es en la Diócesis de Arequipa, los cerros de Ilo, Atico y Atiquipa". En el Corregimiento de Colesuyo, se hablaba, generalmente, el idioma Puquina. El encomendero de Locumba e Ilabaya, era Hérman Rodríguez de Huelva y se los incluyó a los pescadores de Ite y de Ilo, también puquina hablantes. La Real Audiencia, incluyó también a, estos últimos pueblos en el Corregimiento de Tacna, Arica y Tarapacá, tomando en consideración la Encomienda de Lucas Martínez Vegazo.

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EI17 de octubre de 1613, el Virrey Luis de Velasco, deslindó el Obispado de Arequipa en siete Corregimientos. (/375/) El Corregimiento de Vítor, estaba conformado por once curas, nueve frailes y dos clérigos (abarcando a los valles de Vítor, el Puerto de Chule o Tambo), pero también se incluyó en este Corregimiento, al Valle de Ilo, del Corregimiento de Arica. Lucas Martlnez Vegazo, el encomendero más rico del Sur, contaba con las tierras de Ilo, Ite, Tarapacá, Pica, Loa, Lluta y Arica, además de Carumas. Estando en Tarapacá le hicieron conocer las minas de oro del tiempo de los Incas, gozando de dinero, fama y poder. El Virrey Franciso de Toledo, que habla recorrido gran parte del Virreinato, realizó las "Reducciones" (1570-1575), consistente en agrupar pueblos distantes, diseminados en diferente lugares del Virreinato. El Corregimiento de Arica, abarcaba hasta Tacna y se subdividla en el Repartimiento de Ilo e lte, comprendiendo a las reducciones, de San Antón de Ite e llo. Rómulo Cúneo Vidal, en su obra "Los Caciques del Sur del Perú", refiriéndose a los primeros Caciques de Tacna, informa: "Los Ara fueron gobernadores y caciques hereditarios y toda su comarca que comprendla el territorio situado entre Ilo y Camarones, zona muy rica y fértil cuyos productos tenlan gran demanda en Potosi y demás provincias de la puna". Por el año de 1609, se desempeñaba como Corregidor de Arica, Don Antonio Beltrán de Guevara. En 1628 en un manifiesto de Aduana en Arica se hacia alusión a los higos del Puerto de Ilo. Durante la sublevación de Túpac Amaru, los indlgenas de Tacna no permanecieron tranquilos apoyando a los insurgentes del Cuzco. Carlos Basadre en su Obra "Apuntes sobre la Provincia de Tacna", manifiesta que ante esta insurrección "las indiadas de Candarave y Tarata bajaron hasta Pachía, amenazando a Tacna y la población española estaba presa de pánico, porque el Corregidor Ordóñez quien viendo que su vida corrla peligro en Tacna, decidió trasladarse a Ilo. Al quedar el pueblo sin autoridades se reunieron los 385

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vecinos principales para tomar las medidas necesarias en caso de un asalto. Se encargaron de la protección de la plaza al Coronel Francisco de Navarro, del Corregimiento de Arica". (/376/) Al producirse la revolución de Paillardelle el 10 de octubre de 1813 en Tacna, el Intendente de Arequipa José Gabriel Moscoso reunió a las tropas en una Junta de Guerra para sofocar dicha revolución, nombrando al Coronel José García de Santiago como Comandante en jefe al frente de 200 soldados, 150 de infantería y 50 de caballería, partiendo de Arequipa el 23 de octubre rumbo a Tacna. Pero días antes había partido con otro grupo de soldados el Comandante José Manuel Antezana, quien previamente acampó en el Puerto de Ilo el 13 de octubre, demorando ocho días desde Arequipa y continuaron rumbo a Arica para reformar aquella guarnición. Al llegar las tropas del Coronel José García de Santiago a "La Rinconada" del valle moqueguano, fue reforzada con 100 civiles de Moquegua, reclutados por José María Artieda y Santiago de la Flor, dirigidos por el Subdelegado Juan Antonio Bustamante y Quijano, quienes se dirigieron por la Ruta de Sitana y Sama, encontrándose frente a frete en la Batalla de Camiara el 28 de Octubre. Las tropas patriotas fugaron a Tacna y el Alto Perú. En la Batalla de Mirave, efectuada el 21 de mayo de 1821, el General Patriota Miller llegó a Moquegua para proteger la ciudad, enterándose el General Ramírez, realista, quien se encontraba en Puno y en forma conjunta las tropas acantonadas en Puno y Arequipa hicieron frente a Miller, quienes fueron vencidos fugando a la Sierra. Miller tomó Torata y Moquegua y el 10 de Junio pernoctó en el Puerto de Ilo. En la Guerra con Chile, el ejército chileno compuesto por 14,000 soldados al mando del General Baquedano, desembarcaron en Ilo y Pacocha, con la finalidad de apoderarse de Torata y Moquegua que eran sitios estratégicos que unían por el Norte con Arequipa y por el Sur con Tacna. En Moquegua, las fuerzas peruanas dirigidas por

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el Coronel Gamarra, se instalaron en el cerro "Los Angeles". El 22 de marzo de 1880 se libró la batalla en ese lugar y ante la mayoría invasora, tuvieron que retirarse. (/377/) EI 27 de febrero de 1767, el Rey Carlos III firmó el Decreto de Expulsión de los Jesuitas del Perú. El 16 de setiembre partieron 41 jesuitas del Cuzco con rumbo a Ilo, a órdenes del Conde de Vista Florida, Corregidor de Cotabambas y Coronel de Dragones. De Ilo los embarcaron para Lima, llegando en Diciembre de 1767, siendo concentrados en la Casa Profesa de Nuestra Señora de los Desamparados. En marzo de 1768, fueron embarcados 170 Jesuitas, reclutados de diferentes lugares del Virreynato, con rumbo a Cádiz (España), por la vía de Cabo de Hornos. Uno de los más distinguidos que llegaó a Ilo fue el Precursor de la Independencia Americana, natural de Pampacolca (Arequipa) Juan Pablo Viscardo y Guzmán. El antiguo pueblo y templo de 110, estaba en la banda derecha del Río y Don Vicente Córdova los trasladó al lado izquierdo, donde estaba el cementerio y años después a la Caleta de Pacocha. Para la construcción de la Iglesia y Casa Parroquia! se concedió una manzana de tierras de 42 áreas y 10 centiáreas. Esta parroquia tenía en propiedad las haciendas de "El Sacramento" y "Buena Vista" y le pagaban censos las del "Majuelo" y "Pampa de Jiménez". El 19 de julio de 1793, Ilo recibió la visita del Intendente de Arequipa, Don Antonio Alvarez y Jiménez. A Ilo se le conocía también como Puerto y Valle de San Jerónimo de Ilo y, en ese año de 1793, se desempeñaba como sacerdote Don Cayetano de Tapia; su parroquia estaba construída de adobe y barro y el techo en forma de tijerales y cubiertas por tablones de madera, traídos de Chile y como propiedad una hacienda que rentaba 60 pesos para la devoción al Señor Sacramentado. Dicha Iglesia no contaba con un Mayordomo Económico que realice actividades para la reconstrucción de dicho templo. Por esa fecha, Ilo contaba con 435 habitantes de entre hombres y mujeres. También en 1793, en Ilo se desempeñaba como Alcalde el Capitán Vicente de Córdova que hacía las veces de Subdelegado de 387

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Marina. La cárcel de Ilo estaba ubicada en una habitación del domicilio del Capitán Tomás del Alcázar y Padilla. Los habitantes se dedicaban a la agricultura y cultivo del olivo, pese a la poca agua de su río. (/378/) Los derechos de la Real Hacienda eran depositados a Don Vicente de Córdova, quien rendía sus cuentas a la Administración Particular de Rentas Unidas de Moquegua. Don Vicente de Córdova, cobrava también los impuestos por el guano que se expedía: 6 pesos por el Real Derecho de Alcabala; 3 pesos el de Almojarifazgo de entrada y uno de consulado. El mismo Córdoba se encargaba del Estanquillo de Tabacos. En dicho año también se adquirió una Barraca, situada en Pacocha, por el precio de 700 pesos de Don Juan Bautista de Alaiza, para Almacenaje de productos que se internaban por el Puerto. Se contaba con un pequeño destacamento militar de 68 soldados, dirigidos por el Capitán Tomás de Alcázar y Padilla. El Puerto de Ilo, administrativamente, dependla de Arica, realizándose las gestiones para incluirlo en la administración de Moquegua, por su cercanla. Del Curato de Ilo, dépendía el Valle de Tambo y fue separado en 1682 por el Obispo de Arequipa Antonio de León. Los españoles plantaron olivares en Amoquinto, Yerbabuena, San José, Alfarillo, Quebrada Seca, Pocoma, Miraflores, Alastaya, Chura, Tique, Tacahuay y Talamolle. Arqueológicamente, la zona de Ilo, es considerada, como la más abundante, ya que los restos encontrados se acercan a los diez mil años de antigüedad, destacándose el sitio denominado" Anillo" estudiado por el Programa Contisuyo que, sometido al Carbono 14, proporciona datos que hacen suponer que son los más antiguos de la Costa del Perú. Otro sitio arqueológico es el "Conchal", frente a la Planta Industrial de Coquina, y la zona de la Pampa del Palo. La Cultura Chiribaya, asimísmo, fue una de las más adelantadas del Sur del Perú, descubierta y estudiada por Humberto Ghersi, en 1956. Su cerámica presenta características singulares: sus vajillas son de base plana (cuencas, cántaros, tazas, jarras, ollas, etc), su diseño emplea figuras geométricas, con bandas escalonadas a maifera de 388

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semicírculos, empleando los colores naranja, marrón, blanco y negro. Para sus confecciones en textiles, utilizaban la lana de camélido, pintados de diferentes colores como el verde, blanco, marrón, rojo, etc, utilizando para ello la cochinilla. (/379/) Sus viviendas eran construídas empleando el barro y la caña (quincha) y la madera de arboles frutales, como así de Molle y Sauce. EI 17 de Junio de 1565, el Gobernadory Presidente de la Audiencia, de Lima, Lope García de Castro, entregaba el mando de una extensa zona de la Provincia de Arequipa a Hernán Rodríguez de Almeida. En atención de su prosapia, dijo, pasaba a desempeñar funciones político - judiciales en los repartimientos de Ilo, Arica, Pica y Tarapacá, pertenecientes a Lucas Martínez Vegazo; más Tacna, Codpa y La Quiaca, de Pedro Pizarro y sus pescadores; Hilavay a, que en esos años era encomienda de Catalina de Castro y su hijo, por muerte de Rodríguez de Huelva; y, también se incluyó a los Cochunas y Cabayas, de Juan de Castro. Después se los incluyó en el Colesuyo. Jorge Juan y Antonio de Ulloa, viajeros españoles que acompañaron la misión científica francesa presidida por La Condamine, encargada de medir en Quito un arco del meridiano terrestre, escribieron una "Relación o Informe en 1748 Y Noticias secretas de América", publicadas en 1826, sobre la situación de las colonias españolas en América Meridional, obra a la cual pertenece el fragmento: Puertos del Perú, realizando el siguiente comentario: "El puerto de Ilo, consiste en una rada abierta y resguardada en parte de los vientos Sures por una punta que se avanza al mar; tiene agua de un río que pasa junto al pueblo de Ilo, y sale al mar, aunque suele secarse eternamente con los calores del verano, lo cual se experimenta siempre que en el invierno han sido escasas las aguas en la Sierra. El Fondeadero es bueno; las embarcaciones quedan apartadas de la playa a media legua, en doce o trece brazas de agua sobre arena fina y lama; el desembarcadero de la playa es malo, pues siendo toda costa abierta, aunque los Sures lleguen quebrados de fuerzas, no teniendo embarazo la mar entra libremente en 389

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toda la playa y causa fuerte resaca. Para que las lanchas y botes, puedan llegar a ella sin tanto peligro hay una caleta cerca del río, a la parte del Sur de su desembocadura; pero cuando la mar está hinchada se hace esto tan impracticable como en toda la Costa. (/380/) La punta que forma esta caleta echa al mar algunas piedras que se alargan de ella como medio cuarto de legua; la de más afuera es muy peligrosa porque no se manifiesta, y así es menester tener cuidado con ella cuando se quiere salir a tierra. El paraje donde los navíos fondean está al Oeste de esta punta, que es algo más al Sur que la dirección de este rumbo respecto al río. La población, que está a su desembocadura, consiste de una parroquia y cosa de cincuenta casas a manera de ranchos como los de los valles, en donde viven otras tantas familias, la mayor parte gente pobre. Ni el puerto ni el pueblo tiene defensa alguna, y por esto ha sido uno de los más libres, adonde iban los franceses cuando pasaban a comerciar a la mar del Sur, porque estaban en él como si fuera puerto propio, y hacían libremente su comercio con los que bajaban de las provincias interiores del Cuzco, Chucuito, Arequipa y otras. Al presente son pocas las embarcaciones que van a este puerto, porque mantiene poco comercio con los otros del Perú; sólo suele ir uno o dos barcos mercantes cada año, los cuales recorren todos los puertos que hay entre Valparaíso y El Callao, que se distinguen allí con el nombre de Intermedios, dejando en ellos algunos géneros que llevan de Chile y hacen falta allí, y recogiendo otros que se producen en aquellos países para Ilevarlos al Callao; pero es muy raro cuando los navíos de guerra llegan a ellos". El Arzobispo de Lima, se encontraba interinamente desempeñando el Virreynato del Perú (1678-1681). Su nombre era: Melchor de Liñán y Cisneros y había recibido el 28 de Junio de 1680 una carta de Panamá donde le anunciaban los asaltos que venían realizando los piratas en esos lugares. El famoso pirata Sharp, se dirigía al Sur con algunos prisioneros españoles tomados presos en diferentes puertos. Estando frente a la Costa de Trujillo abandonó a algunos de los prisioneros, prosiguiendo su camino hacia Ilo. 390

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Por las declaraciones de los ex-prisioneros se supo que su objetivo era Pisco y en su busca se despachó el patache "San Lorenzo", a las órdenes del Capitán Manuel Pantoja, para que se mantuviese en observación en la Isla de Sangayán. (/381/) No hallando al enemigo continuó hasta Ilo, pero cuando arribó, ya había partido el corsario, por lo cual se volvió al Callao reconociendo la Costa. Sharp, llegó el13 de diciembre al puerto de Coquimbo y no hallando resistencia en los habitantes que se retiraron al interior, desembarcó a mansalva y se dirigió a La Serena, donde a la primera carga de los piratas huyeron los pocos que se hablan animado a cerrarle el paso. Sin embargo se logró ubicar a Sharp en la Isla Juan Fernández. El corsario supo burlar a sus adversarios y, en la oscuridad, no dio lugar a que la abordasen, enderezando su rumbo no al Sur, como se pensó, sino hacia el Norte. La discordia se introdujo entre los audaces filibusteros y Juan Watling tomó el mando en reemplazo de Sharp que fue reducido a presión. El 9 de febrero de 1681 avistaba el Morro de Arica que se habla preparado para el ataque, gracias a su Corregidor Juan de Navarrete y, sobre todo, del Maese de Campo Gaspar de Oviedo. A la cabeza de 92 hombres dirigió Watling sus chalupas a la ensenada de La Chacota y trepando por la falda del Morro, llegó a la cumbre y de ella se descolgó hacia la ciudad que ocupó con ligeras pérdidas. Los vecinos, una vez repuestos de su sorpresa, salen al encuentro del enemigo y valerosamente se defienden tras las trincheras preparadas. El combate duró siete horas, viniendo en auxilio de los piratas sus compañeros y sin dar un paso atrás los defensores. Al fin, Watling cayó mortalmente herido y Sharp hubo de tomar el mando, pero sólo para retirarse maltrecho y a duras penas a sus botes. El enemigo perdió 28 hombres, de ellos 19 muertos y los demás prisioneros, fuera de 17 heridos. Los ariqueños tuvieron que lamentar la pérdida de 23 hombres, pero abatieron el orgullo de los ingleses, obligándoles a abandonar la empresa. El 29 de Mayo de 1877 a la altura de Pacocha, el "Huáscar" se enfrenta a dos cruceros ingleses, el "Shah" y el "Ametiste", que comanda el almirante Horsey que habla sido 391

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enviado por el gobierno para capturar al Huáscar sublevado. El "Huáscar" sostiene un combate que dura tres horas contra las naves inglesas, logrando burlar el bloqueo. (/382/) Después, por acto voluntario de sus jefes y tripulación, el "Huascar" es reducido a la obediencia. En 1814, las huestes libertarias de Pumacawua, llegan, hasta las proximidades de Tacna. El subdelegado español, Moscoso, amedrentado, huyó hasta el puerto de Ilo. Los franceses, que habían mostrado singular predilección por la rada de Ilo, hecho que ha dado motivo para que se les considere como fundadores de la población, verificabanr popr ella sus tratos y contratos y como el Corregidor de Arica Don Jorge de Negreiros, ordenase a uno de sus Tenientes fabricar un rancho o bahareque, el Capitán del navío francés Saint Charles, Sr. Gille, le mandó poner fuego. El mismo Corregidor, en compañía de un oficial real, logró apoderarse de algunos géneros que habían desembarcado otro navío eJ Saint Baptiste y su capitán Julián Carman, envió a su gente que a tiros recobró la plata y ropa decomisada y ahuyentó al Teniente y a sus guardas dos lenguas del puerto, a fin de dar lugar a que las recuas de los traficantes se pudieran internar a salvo. Fueron brillantes las campañas por la independencia que realizó Guillermo Miller, principalmente en Moquegua. En Ilo estuvo el 10 de junio de 1821, disponiendo el embarque de los enfermos que allí estaban hospitalizados, Miller reincorporóse con el ejército de Sitana y entró en Tacna unos días después. La expedición de Miller tuvo completo éxito, gracias a la rapidez y sangre fría de su jefe y también a la entusiasta cooperación que halló entre los paisanos y los indígenas. Miller los hace constar en sus "Memorias" y al mismo tiempo enaltece la conducta de sus soldados. También en las luchas por la independencia tuvieron destacada actuación los tambeños el Comandante Feijoo y Valerio Arrisueño, que después llegó a ser coronel. Arrisueño sorprendió las comunicaciones que el general español Valdez, enviada de Moquegua al Virrey La Serna. Valerio cogió las comunicaciones en la Pampa de La Clemesí y las entregó a 392

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Feijoo, que se hallaba en las lomas de Mataral, con su montonera. (/383/) Se dirigieron hacia VIo, por la Costa, tras las pisadas del general español Bobadilla, que salió de Arequipa al mando de 500 hombres. Pasó por Tambo y siguió por Ilo hacia Arica. Bobabilla pasó rápidamente por Ilo y dejó allí al capitán de caballería Linier, con una fuerza de inspeccíón. Al frente de Ilo había un buque de guerra para proteger a los dispersos de Oruro, pues los demás buques que recibieron a bordo a Gamarra y demás dispersos se habían alejado del puerto. Luego que Feijoo y Arrisueño llegaron cerca de Ilo, tomó éste último parte de la montonera y se acercó al puerto para oponerse a Linier. Éste salió de Ilo y lejos de cargar sobre Arrisueño, se retiró hacia la cuesta sobre el camino de Moquegua y se puso allí en observación. Arrisueño se mantuvo firme en el puesto que había escogido y entretanto Feijoo, haciendo señas, se hizo ver por los buques, de donde le enviaron una lancha protegida con fuerzas para recogerlos. Llegó a bordo del buque y entregó las comunicaciones al Almirante Guise. Inmediatamente lo volvieron a tierra, ofreciéndole mandar un buque a Yerbabuena, para él y los suyos. Guise levó anclas y se dirigió al Puerto de Arica, donde apresó al general Portocarrero y otros. Guise mandó a Yerbabuena un buque guanero, que fue de propiedad del tambeño Manuel Cáceres a recoger a los patriotas y ponerlos a salvo. En las Guerras Civiles de los primeros años de la República, al retirarse las fuerzas de Vivanco de Arequipa, pudo San Román situarse en los altos de Paucarpata, desde donde lo había dominado su contrario, atribuyéndose la victoria sobre él, pero sin efecto alguno, pues al fin se decidió a retirarse a Quequeña. Tal fue la acción de Yumina, realizada el 29 de junio de 1857, en la cual ciertamente la pequeña fuerza de Vivanco dominó a San Román, que tenía a sus órdenes 3,500 hombres. Castilla, decidido a poner término a la revoluciór: de Vivanco, apenas llegado a Lima, decidió marchar en persona al Sur, aun cuando existía el peligro de la escuadra. Hizo que la nave que lo conducía tomara altura y

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vino a desembarcar en VIo, poniéndose luego en marcha para unirse a San Román. (/384/) En la Guerra con Chile, el Almirante Miguel Grau, solía abastecerse de carbón para el Monitor Huáscar en el puerto de Ilo, en sus diferentes correrías por el litoral. En Moquegua, había sobrevenido un pequeño motín, en el cual fue apresado el Prefecto Abel Méndez y, en su lugar, vino a quedar el coronel Julio César Chocano, partidario de Piérola, el Departamento pasó por un período de acefalía, que permitió al enemigo disponer la invasión del Departamento sin mayor dificultad. El 8 de diciembre de 1880 se presentaron en Pacocha los buques Chacabuco y Magallanes y, luego de hundir algunas lanchas, establecieron el bloqueo. Unos veinte días más tarde, como el Jefe de la Escuadrilla se diese cuenta de hallarse el puerto sin defensa alguna, envió al buque Chacabuco a Pisagua a dar cuenta al general Escala de lo que pasaba y de la oportunidad que se ofrecía para un desembarco. Sin pérdida de tiémpo, se dispuso la salida del Copiapó, llevando a bordo el Regimiento Lautaro de 550 piezas, al mando del teniente coronel Arístides Martínez, la expedición llegó la noche del 30 y se resolvió que a la madrugada del siguiente día se efectuara el desembarco. El ejército chileno, dueño de Pacocha, se extendió hasta Hospicio, haciendo uso del ferrocarril. EI 20 de mayo de 1879, la Municipalidad de Ilo, hizo un donativo de 1,800 soles para afrontar la Guerra con Chile, remitiendo el dinero a Lima. Al promulgarse la Constitución del año de 1823, el 12 de noviembre, el Puerto de IIo, asumió la categoría de Distrito, ya que antes había sido Doctrina, en tiempos de la Colonia,. No cambió tampoco su situación política de Distrito cuando se creó el Departamento de Moquegua (con Tacna, Arica y Tarapacá), por Ley promulgada el 2 de enero de 1857, como así el 25 de junio de 1875, cuando se promulgó, durante el gobierno de Manuel Pardo, la Ley que disponía la constitución de Provincia Litoral de Moquegua. IIo, pasó a formar parte de la Provincia Mariscal Nieto, al crearse por Ley del 3 de abril de 1936, promulgada por el Mariscal Oscar R. Benavides, creando el Departamento de Moquegua. El 26 de mayo de 394

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1970, por Ley No. 18298, se creó la Provincia de IIo, creándose los Distritos de IIo, Pacocha y El Algarrobal..(/ 385/) Como ha venido ocurriendo con muchos de nuestros pueblos religiosos los Santos Patrones han venido cambiándose a través de la Historia. En IIo, era una fiesta muy celebrada cada 30 de setiembre. Lo mismo ha ocurrido con Nuestra Señora del Rosario, que se celebraba cada 5 de octubre. Ahora la que alcanza mayor celebridad es la que se realiza cada 29 de junio, al celebrase el Día del Pescador, la fiesta de San Pedro y San Pablo y el Día del Papa. El naturalista italiano Don Antonio Raimondi, estuvo realizando estudios en IIo en los primeros dlas de marzo del año de 1864, después de haber estado en diferentes pueblos del Departamento de Moquegua, como Omate, Ubinas, Puquina, Quinistaquillas, Torata, Moquegua, etc. Uno de los mayores pasos de avanzada en el camino hacia el desarrollo del Perú y Bolivia, fue el que dieron el Presidente del Perú, Alberto Fujimori y el de Bolivia, Jaime Paz Zamora, el 24 de enero de 1992. Ambos mandatarios firmaron una serie de acuerdos que tienen como objetivo común el encarar sólidamente los desafios del próximo siglo. La Zona Franca Industrial de Ilo (Zofri-Ilo) 23 de diciembre de 1989, es de carácter binacional, para permitir a los bolivianos emprender su desarrollo industrial en la cuenca del PacIfico. La Zofri-Ilo, es una porción del territorio peruano perfectamente delimitada, gozando de modificaciones en el régimen aduanero, tributario, cambiario, laboral y financiero, de acuerdo a lo establecido en el D.L. 704, Ley de Bases de Zonas Francas, Zonas de Tratamiento Especial y Zonas Especiales de Desarrollo, que busca promover y desarrollar procesos de industrialización de bienes y servicios destinados al mercado externo. Está ubicada en Pampa del Palo, ocho kilómetros al Suroeste de Ilo, y comprende un territorio de 327 hectáreas. Con la creación de la Zona Franca, se desea estimular la inversión y el desarrollo tecnológico, contribuyendo así a la generación de divisas para el pals. El ingreso y salida de bienes de la Zona Franca Industrial está 395

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excenta del pago de los derechos de Aduana y demás tributos creados o por crearse, así como de todos los mecanismos para arancelarios de regulación de comercio exterior. (/386/) En los trámites aduaneros que se realicen en la Zofri-Ilo, no se requiere la intervención del Agente de Aduana. Los productos provenientes de Zofri-Ilo, podrán ser internados en el territorio nacional bajo regímenes de administrac!ón temporal, internamiento temporal y reposición de stocks. También podrán ser comercializados en el territorio nacional, los productos que fabrique un usuario de la Zofri-Ilo hasta por un monto que no exceda del 20% de sus ventas totales anuales. En el acuerdo de Ilo, se establece la cesión de la administración de una porción de terreno no mayor de 163.5 Hectáreas a una empresa privada boliviana. Por otra parte, el D.L. 704 nos faculta para hacer negociación con cualquier tipo de promotora peruana para que subalquilen una determjnada área. Para poder realizar las obras civiles, Zofri- Ilo cuenta con fondos del Presupuesto General de la República, así como con el 17% de lo recaudado por el arancel especial del 10% de la Zotac. Con la construcción de dos importantes vías, como son la Carretera Transoceánica (Ilo-Santos, en el Brasil), y la Carretera Binacional (Ilo-La Paz, en Bolivia), más la ampliación de las instalaciones de la empresa Southern, Ilo se ha convertido en el nuevo polo de desarrollo del Sur. B) El Algarrobal ... Este pueblo alcanzó notoria importancia al descubrirse los restos arqueológicos de Chiribaya, por la cual demostró que sus antepasados habían adquirido notable avance cultural, principalmente en la agricultura construyendo magníficos terraplenes para llevar el agua hacia sus sementeras. Siendo el agua escasa supieron almacenarla principalmente en estanques para las grandes épocas de sequía. Cultivaban diferentes productos como el maíz, frijol, yuca, paliar, camote como así árboles frutales nativos: lúcuma, guayaba, pacae, como así la madera, principalmente 396

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el sauce y el molle. Estos mismos productos se cultivaban en toda la Costa Peruana de entonces. (/387/) Sus excedentes eran enviados al altiplano o cambiados por productos nativos de la Sierra como chuño, quinua, olluco y carne. Su arquitectura, al ser tan rústica, casi poco ha quedado, ya que su fabricación a base de barro y caña, no ha soportado el devenir de los tiempos. Sin embargo, el magnífico Museo de Sitio de Chiribaya, lo que es un gran orgullo para Moquegua. Se continúan con los trabajos de exploración arqueológica, lo que redundará para conocer nuestro rico pasado. Con la llegada de las Aguas de Pasto Grande, se ha visto incrementada su agricultura, no sólo con productos ya tradicionales como el olivo, sino también con productos de panllevar, que antes se los traía de otros departamentos. Esto también ha dado lugar al incremento de la ganadería, principalmente ganado lechero y el sembrío de alfalfa, ya que hasta hace pocos años, no se producía un solo litro de leche, siendo llevado desde Moquegua. Se hace necesario que los habitantes del Algarrobal, vivan en su Distrito, ya que, quizás por mejores comodidades, se trasladan a pernoctar en el Puerto de Ilo. Se hace necesario tarnbién que las autoridades presenten un plan de expansión urbana, con la finalidad de poder albergar a nuevas familias que deseen establecerse en el Distrito. La construcción de mejores vías de acceso hará posible un mejor flujo económico. El Algarrobal, nació como Distrito por Ley No. 18298, que creaba la Provincia de Ilo, el 26 de mayo de 1970. Con la construcción del local municipal y la Plaza de Armas, dará lugar al embellecimiento del Distrito. C) Pacocha Las primeras informaciones que se tiene de Pacocha, es cuando el 21 de julio de 1539, Juan Vallejo, estando en el Valle, en poder que otorga en esa fecha a Mizer Francisco, que también se encontraba en el valle, le dice: "para que pueda cobrar mi hacienda de mi navío o navíos en que venga, 397

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para que puda vender, comprar y para que pueda hacer y haga todas y cualesquiera cosas que a mi hacienda convenga y para que pueda tomar mi navío que se llama Sant Josepho y hacer de él todo lo que yo mismo pueda hacer". (/388/) Este Mizer Francisco el 20 de noviembre del mismo año contrata en el Valle de Arequipa, con los capitanes Pedro de Valdivia, Alonso Monroy, Cristóbal de la Peña y Francisco Martínez para llevar uno o dos barcos a la Conquista de Chile, a razón de cuatro mil pesos de oro el flete por cada uno. Fue parte de la Encomienda del Regidor de Arequipa, Lucas Martínez Vegazo, concedida por Francisco Pizarra, en el Cuzco, el 22 de enero de 1540, "un pueblo que se dice Ilo, que se está en la boca del río de Moquegua, con veinte indios; tiene una estancia que se dice Chiri, de pescadores, con seis indios". El antiguo pueblo de Pacocha, estaba ubicado en la banda derecha del río y Don Vicente Córdova lo trasladó aliado izquierdo donde estaba el cementerio y años después a la caleta de Pacocha. En el mes de julio de 1793, se desempeñaba como Alcalde de IIo, el Capitán Vicente Córdova, obteniendo también el empleo de Subdelegado de Marina. El puerto dependía de Arica, pero con fecha 17 de junio de1793 empezó a depender del Partido de Moquegua. Existía en este año un pequeño destacamento militar con 68 soldados, bajo el mando del Capitán Tomás del Alcázar y Padilla y tenía como nombre Regimiento de Caballería del Partido de Arica, careciendo de armas, montaje y uniforme. El renacer de Pacocha se hizo realidad nuevamente a partir del año de 1955, después que la empresa Southern, el 11 de noviembre de 1954, firmara el convenio de explotación de Toquepala con el gobierno peruano. Dicha empresa ha instalado la mayor parte de su implementación dentro de este Distrito como son la planta desalinizadora de agua de mar, viviendas, ferrocarril a Toquepala y Cuajone, como así la Refinería de cobre. Es uno de los Distritos más ricos del Perú, por su bienestar económico, vivienda, alimentación y educación. (/389/) 398

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La Capital del Distrito de Pacocha es Pueblo Nuevo, creado por D.L. que elevó a IIo a la categoría de Provincia No. 1829,8 del 26 de mayo de 1970. Según dicho dispositivo se indica que sus límites son: Boca del Río IIo, límite de playa hacia el Norte hasta el Límite departamental con Arequipa; continúa por este límite hacia Cerro Morrillo; de este punto hacia el Sur, pasando por Cerro Gordo, Jaboncillo y Tora hasta la Glorieta en el Río VIo; de este punto, el Río IIo, aguas abajo hasta su desembocadura. D) Samegua El 6 de noviembre de 1575, en la ciudad de Arequipa, se extendía el Título de Juez de Naturales a favor de Don Francisco Márquez, por orden de! Virrey Francisco de Toledo, debiendo desempeñarse en Cochuna, Escapalaque, Samegua y Tumilaca. Posteriormente, al darse al Capitán Diego Mazo de Alderete, el Corregimiento de los Ubinas, Pocsi, Carumas, Omate, Puquina, Quinistaca y Cochuna, agregó el Virrey García Hurtado de Mendoza, mediante Provisión del 8 de agosto de 1590, a los "mitimaes de Diego de Peralta y mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca". En el informe que presenta al gobierno de Lima, el 25 de octubre de 1569, Fray Domingo de Santo Tomás y Navarrete, Obispo de La Plata, manifiesta que en Chucuito y su Distrito habían' cuatro Sacerdotes; en Acora, cuatro Sacerdotes; en Zepita, tres; en Yunguyo, tres; en Ilave, tres; y en los mitimaes que residen en Sama, Moquegua y Samegua, tres. Uno de los primeros encomenderos españoles de la Villa de Moquegua fue Juan de Castro, a quien le sucedió Hernán Rodríguez de San Juan y Huelva, vino casado con Doña Catalina de Castro y Mazuelo. Trajeron consigo al hijo Gonzalo Rodríguez de Castro. En ese entonces los mitimaes Carumas, habitaron el Pago de Omo y otros el de Samegua. Después del desastre producido en la Batalla de Torata, en la Primera Expedición a Intermedios, llevada a 399

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cabo el 19 de enero de 1823, entre las tropas peruanas, dirigidas por el General Rudecindo Alvarado y las españolas dirigidas por los Generales Valdés y Canterac, decidieron replegarse, los independentistas, hacia IIo, por falta de municiones, por las pérdidas sufridas, ya que entre los heridos y dispersos pasaban de 600. (/390/) Después de la derrota, ese mismo día, y siendo las diez de la noche, emprendió el ejército la retirada, llegando a Moquegua al día siguiente. Sin embargo las tropas españolas venían siguiéndolos. El día 21 (o sea con dos días de diferencia), nuevamente empezaron las escaramusas entre ambos bandos. Las tropas independientes se instalaron cerca del cementerio, movilizándose con rumbo a Samegua. Las tropas españolas, al mando de Canterac y Valdés, se instalaron en el Río Moquegua, dando frente a las tropas peruanas comandadas por Rudecindo Alvarado. El General Valdés atacaó el flanco derecho de Alvarado, mientras que el realista Monet lo hacía por el centro. Alvarado, por falta de municiones, no pudo defender las alturas de los cerros cuando retrocedía y giró hacia la izquierda. Su derecha, compuesta por los Batallones del Río de La Plata, se dispersó bien pronto y el centro, en la cual combatía la Legión Peruana, auxiliado por el Batallón No. 11, que consistía en reservistas y los Batallones Nos. 4 y 5 de Chile en la izquierda, trataron de contener el avance del enemigo. Éste, una vez franqueado el río, se empeñó con brío en la llanura, rechazando a los grupos patriotas que aún se defendían. Alvarado ordenó a los Granaderos de los Andes que cargaran y aunque repitió la orden no fue obedecido: la derrota era completa. Los restos del ejército tomaron la dirección de IIo, sin que la persecución alcanzase más de cinco leguas. Se perdió la artillería y las bajas sufridas llegaron a 600. Para colmo de males, dos de los transportes en que eran conducidas las tropas, encallaron en Pisco. Sin embargo Alvarado se dirigió a Iquique para recoger un contingente dejado ahí, pero éste se había ido a Valparaíso, ante la amenaza del español Olañeta que se encontraba en el Alto Perú. Sin embargo hay que resaltar las acciones heróicas del Teniente Coronel La Rosa y del Sargento Mayor 400

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Taramona, que, en las dos Batallas de Intermedios pelearon denodadamente por la líbertad. Sus restos mortales fueron llevados a Lima con los honores de Héroes. Habían sucumbido en un accidente marítimo. (/391/) En la Guerra con Chile, las tropas enemigas, comandadas por Baquedano y las patriotas comandadas por Gamarra se encontraron en Los Angeles. Los chilenos contaban principalmente con cuatro batallones, una Batería Krupp de Montaña y el Escuadrón de Cazadores a Caballo. A estas tropas se unieron una Compañia Aligerada del Regimiento Buín, otra baterfa de montaña, una baterfa Krupp de campaña y unos 600 hombres más de caballerla, de modo que el total llegaba a 5,000 hombres con 18 piezas. En cambio el ejército peruano de Gamarra apenas contaba con 1,300 hombres, divididos en cuatro batallones, a los cuales se unieron los Gendarmes de Moquegua a órdenes de Teniente Coronel Jiménez. El Coronel Gamarra dividió su tropa, colocando al Batallón Grau en la cumbre de los Ángeles, puesto que su Jefe el Coronel Chocano solicitó con afán "por ser hijo de Moquegua y haber peleado otra vez defendiendo esa posición". El 22 de marzo de 1880 se encontraron ambos ejércitos. Baquedano dispuso que por Samegua y el Río Tumilaca se avanzara hasta la Quebrada de Quilinquile, en tanto que él, en la madrugada, hacia una demostración, frente a Tombolombo. El resultado fue un desastre para las tropas peruanas. Sin embargo, los historiadores no se ponen de acuerdo al número de bajas. Rubén Vargas Ugarte dice "en el campo de batalla quedaron como unos 30 muertos de las tropas peruanas y fueron heridos unos 70; los chilenos tuvieron mayores bajas, contándose los muertos como un centenar. Las tropas de Gamarra siguieron a Yacango y Torata, en donde se concentraron aguardando al enemigo, éste no continuó la persecución. El 23 estaba Baquedano en Yacango, de este punto retrocedió al Alto de la Villa". En cambio Mariano Felipe Paz Soldán, manifiesta: "Las pérdidas de la división Gamarra entre muertos, heridos, dispersos y 401

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prisioneros no llegaron a cien hombres; las de los chilenos, si se da crédito a sus partes oficiales, fueron de 9 muertos y 41 heridos". (/392/) El Mariscal Ramón Castilla había llegado a Moquegua, con un grupo de soldados tacneños, persiguiendo a los partidarios del Genera! La Fuente. En Moquegua, Castilla no era bien visto, por lo tanto le hicieron resistencia: el joven José Beltrán se propuso emprender contra los tacneños. Buscó armas, municiones y dinero. Logró reunir en Samegua a 29 paisanos. Habló en reserva con el Coronel Ríos para la empresa. Ríos fue a Samegua y encontrando 29 paisanos, se indignó contra Beltrán porque exponía a esos hombres y a la población a una catástrofe y regresó a Moquegua, José Beltrán, lejos de desanimarse, peroró a sus compañeros y los armó con carabinas y fusiles y se dirigió a Moquegua. Castillla se encontraba en la Plaza de Armas, en uno de los domicilios colindantes con la cárcel y sus dos batallones estaban en la esquina de la plaza y el otro al costado de la cárcel. Castilla, que recién se sentaba a la mesa, al servirse el primer plato de sopa oyó los primeros tiros; tomó su espada y corrió a la plaza, seguido de cuatro asistentes. En el camino le mataron a dos. A Castilla un bala le llevó un bocado de su espada; otro le voló la charretera a la izquierda; otra le horadó la charretera derecha que le rompió la casaca y la camisa, hiriéndole el hombro. Tres agujeros le hicieron en la levita, pero continuó su marcha llegando hasta la puerta de la cárcel, donde estaba la Compañía de Cazadores. Entretanto cayeron quince castillistas muertos. Este combate sucedió el 29 de setiembre de 1842. Castilla y sus pocos soldados que le quedaban, corrió con dirección a La Alameda y de ahí a El Portillo. Los infantes de Castilla, quedaron prisioneros. Los tacneños presos, fueron bien atendidos. Castilla, tomó el camino de Tacna. Después se embarcó para Lima. En la Revolución a favor del General Manuel Ignacio de Vivanco, el General Domingo Nieto, se encontraba en Moquegua, solicitando el apoyo del General Ramón Castilla, que se encontraba en Tarapacá. Castilla, olvidando rencores, se dirigió a Moquegua. Nieto recibió aviso de Puno, de que el 402

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Genera! Guarda, se dirigía a Moquegua. Estando en Ilubaya le envió intimidación a Nieto para que se rindiera. Nieto supo que las órdenes dadas por Vivanco a Guarda eran terminantes, para no dar a los Generales Nieto, Castilla y sus Jefes garantía alguna, ni admitir capitulación. (/393/) El General Nieto, con dos Compañías y una mitad de caballería se situó en Sancara. Castilla, se situó en Samegua. Guarda, avanzaba por Tumilaca, conjuntamente con el Coronel Ugarteche. Castilla resguardaba Samegua, hasta las alturas de Tumilaca. Guarda, al llegar a la altura del Río Tumilaca, recibió el fuego de Nieto, desplazándose por el Río abajo y no paró hasta llegar a Homo. Nieto se instaló, casi al empezar la noche, en El Portillo, dando descanso a sus tropas. Al día siguiente Guarda, empezó a dirigirse a San Antonio. Colocó a su derecha la artillería, apoyada con parte de la caballería y algunas compañías de Infantes. Colocó, al centro, al Batallón Lima; a la izquierda el Batallón Lanao; a la retaguardia, la caballería a órdenes del Coronel Juan Francisco Balta y de otro Coronel: Fernando Alvizuri. Guarda, antes del combate, hizo desplazar, por partes, a su tropa al río con la finalidad de hacerles saciar la sed. Castilla, corrió a tomar la Casa de los Chocano, en Homo, y de ahí disparaba incesantemente a los soldados que huyeron despavoridos. Castilla, eliminó a muchos de ellos y a otros los tomó prisioneros. Nieto, atacó de frente. Balta, fue herido en la mano. El general Castilla, vio a distancia al Batallón Lanao, con las armas en descanso y con voz resonante, le gritó: "Batallón armar pabellones al agua". Todos se fueron a tomar agua al río. Castilla, se apoderó de los fusiles y se dirigió a buscarlo a Guarda, que lo encontró conversando con Nieto sobre una capitulación. Castilla, le dijo a Guarda: "Qué capitulación. Ud. es mi prisionero, y lo tomó por las manos". Esto ocurrió el 28 de octubre de 1843. Nieto y Castilla, se dirigieron al Cuzco. En esta ciudad, Nieto, se puso muy enfermo, pues sufría del hígado. Castilla continuó hacia

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Ayacucho. Nieto falleció en el Cuzco el 17 de febrero de 1844. (/394/) El Distrito de Samegua, fue creado por Ley promulgada por el Mariscal Andrés A. Cáceres el 8 de noviembre de 1894, durante su Segundo Gobierno. Gobernó desde el 10 de agosto de 1894 al 20 de marzo de 1895, en que fue sacado del gobierno por la Coalición Nacional, dirigida por Piérola, asumiendo las funciones gubernativas una Junta Presidida por Manuel Candamo, con encargo de realizar elecciones. Después gobernó Piérola, desde el 8 de setiembre de 1895, al 8 de setiembre de 1899. El Primer Gobierno de Cáceres, empezó el 3 de junio de 1886, hasta el 10 de agosto de 1890. Este dispositivo sólo se hizo efectivo en 1975, cuando el Prefecto de Moquegua, Dr. Eduardo Gómez Becerra; dispuso el nombramiento como Primer Alcalde a Don Javier Rojas Benavides. Se consideraba que los Pagos de Samegua y Tumilaca, reunían las condiciones para constituir un Distrito, por lo tanto se creaba el Distrito de Samegua, en la Provincia Litoral, siendo su capital Samegua, teniendo como límites los que en ese entonces tenían Samegua y Tumilaca. En el Congreso se firmó el 25 de octubre de 1894, siendo Présidente del Senado César Canevaro. Presidente de Diputados, era Manuel María del Valle. El Presidente Cáceres firmó la ley el 8 de noviembre de 1894. Por muchos años este distrito de Samegua, casi permaneció en el olvido. Su única calle antigua le daba un aspecto deplorable. Pero de pronto, muchas familias de inmigrantes se fueron instalando en la parte alta de la población, dando lugar a nuevas urbanizaciones que hacen de Samegua uno de los Distritos más poblados del Departamento de Moquegua. Con la construcción de una autopista que vincula rápidamente con Moquegua, le proporciona un nuevo renacer económico, como así con otros pueblos del Departamento y del resto del país. Como ha venido ocurriendo desde los primeros años de la Colonia, la palta sigue siendo el principal producto de la 404

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actividad económica de los agricultores, proyectándose hacia la exportación, una vez que se hayan salvado algunos problemas de enfermedades y otros inconvenientes. La palta estaba extendida por todo el continente cuando llegaron los españoles. (/395/) Los habitantes de Samegua siempre han venido realizando sus actividades religiosas en su iglesia que, al igual que muchas del Departamento de Moquegua, han corrido casi la misma suerte. Terremoto producido, iglesia que se ha venido abajo. Los habitantes, tampoco se daban por vencidos,. Venia una nueva construcción. En estos últimos años las festividades de la iglesia de Samegua, han dado lugar a que muchas personas realicen peregrinajes desde diferentes lugares del pais. Derrocado el Coronel Prado, el Vice-Presidente encargado del mando General Pedro Diez Canseco dispuso concluir la iglesia de Samegua por Ley promulgada el 28 de enero de 1868. Sin embargo sus fieles han continuado con la construcción de otros ambientes, que en la actualidad muestra gran prestancia, también con la decidida participación de los diferentes religiosos que se han venido sucediendo. Diferentes reparticiones públicas, tanto de Samegua, como de Moquegua, le han venido prestando su apoyo, principalmente en el gobierno del Arquitecto Belaúnde, a través del que fue Presidente de la Corporación de Desarrollo el lng. Germán Becerra de la Flor. En Samegua se celebran muchas festividades, siendo una de las principales la Inmaculada Concepción, que se celebra cada 8 de diciembre. E) Torata Las crónicas dicen que Lloque Yupanqui, era zurdo, de nariz corcovada, feo, mal inclinado y miserable. La gente huía de él "por no verle la cara". Estando ya muy viejo Lloque Yupanqui y, al no tener descendencia, la gente hacía muchos sacrificios tanto en Huanacauri como en el Templo del Sol, pidiendo que le enviara un heredero. Habiéndolo ofrecido asi el oráculo lo tomó a burla por encontrarse él ya muy anciano y 405

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los criados se encargaban de poner al viejo régulo sobre la Coya lo cual indica no obstante las infulas que ellos pretendian darse, la gente que los rodeaba era aún sencilla y campechana y no guardaban el respeto que hubiera merecido un Hijo de Sol. (/396/) Según otra versión, un hermano de Lloque Yupanqui le buscó una mujer llamada Mama Cana, en el pueblo de Oma, a dos leguas del Cuzco, la pidió a sus padres, se la trajo y con ella contrajo matrimonio. De uno u otro modo, tras muchas ceremonias e invocaciones, resultó embarazada la Coya y nació el hijo llamado Mayta Cápac. Es de notar que el nacimiento ocurrió a los tres meses de producido el matrimonio. Un hijo llegado bajo tan singulares condiciones hubo de ser tenido como maravilloso acontecimiento y rodeóse su infancia de numerosas leyendas. Desde joven Mayta Cápac mostró altanería, valor y ferocidad. Todos los vecinos estaban temerosos del porvenir que les esperaba si éste impetuoso mancebo llegaba a gobernar el Cuzco. Vivo aún su padre, que debería estar ya sumamente viejo, se produjeron grandes y sangrientas luchas con los Alcavizas y Culumchimas. Pero fueron todos derrotados. Mayta Cápac sembró el terror entre las cercanas comarcas, a las que redujo a obediencia y obligó a sus pobladores a pedir perdón. A la muerte de Lloque Yupanqui, se le hicieron prolongadas honras: muchas de sus esposas y varios muchachos se enterraron a su lado para ir a servir al otro ser muerto en el mundo de los difuntos. De su cuerpo hízose una momia, para ser honrada y paseada en procesión en las fiestas. Después de sus arrestos de adolescente, a Mayta Cápac le fueron perforadas las orejas y se le impuso la borla o Mascapaicha, insignia de mando. Se volvió entonces reposado y reflexivo, Visitó dos veces el Reino acompañado de hombres viejos y experimentados. Cumplía las normas de bondad y mansedumbre que le inculcó su padre. Se dice que se convirtió en un gran sabio, que conocía las medicinas

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y predecía los acontecimientos futuros. Lo que debió ser es un notable hechicero. Cobraron gran auge por aquellos tiempos las ceremonias mágicas. Adivinos, agoreros y magos alcanzaron alto prestigio. El Cuerpo Sacerdotal estaba íntimamente vinculado a los magos: éstos designaron a uno de sus hijos de Mayta Cápac como Sumo Sacerdote. Se enriqueció el ceremonial. Realizáronse sacrificios de niños, enterrándolos con mucho oro y plata. Se hacían aspersiones con sangre humana, o de pequeñas llamas y cuyes. (/397/) Parece también que desde esa época se introdujo el uso de los quipus. Mayta Cápac armó a un ejército de doce mil hombres y cuatro Maeses de Campo y un gran número de oficiales y se dirigió al Río Desaguadero, encontrando en su camino a gente dócil. Llegando al Desaguadero mandó hacer grandes balsas para que pase su ejército. Redujeron a los habitantes del Tiwanacu, al igual que a los habitantes de la Provincia llamada Hatunpacasa, que, dicen, está a la margen izquierda del Desaguadero. Posteriormente pasó a otro pueblo llamado Cacyauri quienes, sabiendo que el Inca iba a conquistarlos, se conformaron y redujeron en un cerro que hay en aquella comarca donde se escondieron llevando comida para poder resistir. El Inca les propuso los requerimientos acostumbrados y contestaron que los Incas se fuesen en paz y ensei'iasen a otros lo que quisiesen, que ellos no lo querlan aprender. Entonces Mayta Cápac repartió su ejército en cuatro partes y cercó el cerro. Mas viendo que no querlan pelear los trataron de cobardes y se les avalanzaron matando a la gran mayorra por lo que tuvieron que pedir misericordia, estando todos los sobrevivientes con las sogas al cuello y lo reconocieron como Hijos del Sol. El Inca les perdonó no sin antes recomendarles vasallaje y que obedeciesen lo que les mandasen. Al tener conocimiento de este acontecimiento muchos pueblos cercanos concurrieron al Inca para someterse, principalmente aquellos pueblos que estaban en las cercanías de Hatunpacasa, como son Cauquicura, Mallama y Huarina 407

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(donde fue la sangrienta batalla de Gonzalo Pizarro y Diego Centeno). Mayta Cápac, decidió entonces regresar al Cuzco cruzando nuevamente el Río Desaguadero. (/398/) Estando en Hatun Colla (Puno), envió el ejército con cuatro Maeses de Campo al poniente y les ordenó que, pasando el despoblado de Hatunpuna (hasta cuyas faldas había llegado el Inca Yupanqui), redujesen a su servicio a los pueblos que se encontraban de la otra parte del despoblado. Les exigió que de ninguna manera empleasen las armas, pero si encontrasen algunos que no quisiesen someterse "que los dejasen, que más perderían los bárbaros que ganaban los incas". Garcilaso, nos narra el siguiente acontecimiento: "Con muchas provisiones de abastecimiento que les iban llevando de día a día caminaron los capitanes y pasaron la cordillera nevada con algún trabajo, a causa de no haber camino abierto y tener por aquella banda treinta leguas de travesía de despoblado. Llegaron a una Provincia llamada Cuchuna, de poblazón suelta y derramada, aunque de mucha gente. Los naturales, con la nueva del nuevo ejército, hicieron un fuerte donde se metieron con sus mujeres e hijos. Los Incas les cercaron y, por guardar el orden de su Rey, no quisieron combatir al fuerte, que era alto flaco; ofreciéndoles los partidos de paz y amistad. Los enemigos no quisieron combatir ni recibir nada. En esta porfía estuvieron los unos y los otros más de cincuenta días, en los cuales se ofrecieron muchas ocasiones en que los Incas pudieron hacer mucho daño a los contrarios, mas por guardar su antigua costumbre y el orden particular del Inca, no quisieron pelear con ellos mas que apretarlos en el cerco. Por otra parte, los apretaba el hambre, enemiga cruel de la gente cercada, y fue grande, a causa que por la repentina venida de los Incas no había hecho bastante provisión ni entendieron que porfiaran tanto en el cerco, sino que se fueran, viéndolos pertinaces. La gente mayor, hombres y mujeres, sufrían, de hambre con buen ánimo, más los muchachos y niños, no pudiendo sufrían, se iban por los campos a buscar yerbas, y muchos se iban a los 408

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enemigos, y los padres los consentían por no verlos morir delante de sí. Los Incas los recogían y les daban de comer algo que llevasen a sus padres, y con la poca comida les enviaban los partidos acostumbrados de paz y amistad. Todo lo cual, visto por los contrarios y que no esperaban socorro, acordaron entregarse sin partido alguno, pareciéndoles que los que habían sido tan clementes y piadosos cuando eran rebeldes y contrarios, lo serían mucho más cuando los viesen rendidos y humillados. (/399/) Así se rindieron a la voluntad de los Incas, los cuales los recibieron con afabilidad, sin mostrar enojo ni reprenderles de la pertinencia pasada; antes les hicieron amistad y les dieron de comer y los desengañaron diciéndoles que el Inca, Hijo del Sol, no procuraba ganar tierras para tiranizarlas, sino para hacer bien a sus moradores, como se los mandaba su Padre el Sol. Y para que los viesen por experiencia dieron ropa de vestir y otras dádivas a los principales, diciéndoles que el Inca les hacía aquellas mercedes; a la gente común dieron bastimento para que se fuesen a sus casas, con que todos quedaron muy contentos. Los capitanes Incas avisaron de todo lo que había sucedido en la conquista y pidieron gente para poblar dos pueblos en aquella Provincia, porque les pareció tierra fértil y capaz de mucha más gente de la que tenía, y que convenía dejar en ella presidio para asegurar lo ganado y para cualquier otra cosa que adelante sucediese. Ellnca les envió la gente que pidieron, con sus mujeres e hijos, de los cuales poblaron dos pueblos; el uno al pie de la Sierra donde los naturales habían hecho fuerte, lIamáronle Cuchuna, que era nombre de la misma Sierra; el otro llamaron Moquegua. Dista el un pueblo del otro cinco leguas, y hoy se llaman aquellas Provincias de los nombres de estos pueblos, y son de la jurisdicción de Collasuyo. Entendiendo los capitanes en fundar los pueblos y dar la traza y orden acostumbrada en la doctrina y gobierno de eílos, alcanzaron a saber que entre aquellos indios había algunos que usaban de veneno contra sus enemigos, no tanto para los matar cuanto para traerlos afeados y lastimados en su cuerpo y rostro. Era un veneno blando, que no morían con él, sino los de flaca complición; empero los que las tenían 409

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robusta vivían, pero con una gran pena porque quedaban inhabilitados de los sentidos y de sus miembros y atontados de su juicio y afeados de sus rostros y cuerpos. Quedaban feísimos, albarazados, ahoverados de prieto y blanco; en suma, quedaban destruídos interior y exteriormente, y todo el linaje vivía con mucha lástima de verjas así. (/400/) De lo cual holgaban más los del tósigo, por verlos penar, que no de matarlos luego a los capitanes, sabida esta maldad, dieron cuenta de ella allnca, el cual les envió a mandar quemasen vivos los que se hallacen haber usado de aquella crueldad, y hicieron de manera que no quedase memoria de ellos. Fue tan agradable este mandato del Rey a los naturales de aquellas Provincias, que éllos mismos hicieron la pesquisa y ejecutaron la sentencia; quemaron vivos a los delincuentes y sembraron de cascajo y piedras como a cosa de gente maldita; quemaron sus ganados y destruyeron sus heredades, hasta arrancar los árboles que habían plantado; mandaron que jamás diesen a nadie, sino que quedaron desiertas, porque no heredasen con ellos la maldad de los primeros dueños. La severidad del castigo causó tanto miedo a los naturales que, como e1los lo certificaban, nunca más se usó aquella maldad en tiempo de los Reyes Incas, hasta que los españoles ganaron la tierra. Ejecutado pues el castigo y asentada la población de los transplantados y el gobierno de los conquistados, se volvieron los capitanes al Cuzco a dar cuenta de lo que habían hecho. Fueron muy bien recibidos y gratificados por el Rey". Pasados algunos años, determinó el Inca Mayta Cápac, salir a nuevas conquistas, llegando hasta la Provincia de Llaricasa, y sin resistencia alguna redujo a los naturalles. De allí pasó a la Provincia Saucan, y con la misma facilidad la atrajo a su obediencia. Hecha la conquista, llegó al camino real de Umasuyu, cerca del pueblo de Huaychu. Allí supo que más adelante había gran número de gente que le esperaba para enfrentársele. Ambos se encontraron a orillas del Río Huaycho, mucho más alla de la población. Le salieron al frente catorce mil indios al Inca Mayta Cápac, a los que les 410

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ofreció paz. No llegando a ningún acuerdo empezó la batalla durante todo un día; incluso el mismo Mayta Cápac entró en la contienda que, al final resultó victoriosa para el Inca. A Huaychu llegaron posteriormente diferentes delegaciones de Provincias lejanas a presentarle el saludo, como los Callamarca (Charcas). Siguió avanzando y llegó al Valle de Chuquiapu (La Paz). (/401/) En todo este recorrido que duró tres años, impartió ordenanza para el buen gobierno y regresó al Cuzco. Habiendo descansado tres años que eran muchos "porque le molestaba estar ocioso", emprendió la conquista del Contisuyo. Cruzó el Río Apurímac, construyendo un magnífico puente, que fue motivo suficiente para que los naturales admiraran la magnífica obra y se entregaran. Entró triunfante a las Provincias de Alca, Taurisma, Cotawasi, Pumatampu y Parihuana Cocha. De este lugar siguió avanzando hasta llegar al Coropuna, bajando hasta la Provincia de los Collaguas. Estando en Arequipa, acordó proporcionarles muchos habitantes de los pueblos que había conquistado. Fundó los pueblos de Chimpa y Socabaya. De regreso al Cuzco, fue recibido con gran solemnidad; hubieron fiestas y recojidos, bailes y cantares, compuestos en loor de sus hazañas. El Inca, habiendo regalado a sus capitanes y soldados con favores y mercedes, despidió a su ejército, y, pareciéndole que por entonces bastaba lo que había conquistado, se dedicó a descanzar y a ocuparse de sus leyes u ordenanzas para el buen gobierno de su reino, con particular cuidado y atención en beneficio de los pobres, viudas y huérfanos. Algunos piensan que gobernó treinta años. Falleció lleno de trofeos y hazañas que en paz y guerra hizo. Fue llorado y lamentado un año. Dejó por su heredero a Cápac Yupanqui, su hijo primogénito y de su hermana Mama Cuca. Según cierta versión, Mayta Cápac murió por envenenamiento debido a una envidiosa cuñada. No hay unanimidad en los cronistas sobre la vida y obra de Mayta Cápac. Cieza, Sarmiento y Cobo coinciden al no señalar a Mayta Cápac como conquistador, pues no salió 411

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del Cuzco y sólo vinieron a visitarle los señores de muchas Provincias y sus hijos, según Cobo y Sarmiento; Cieza, sin embargo, anota que en momentos de reunir gente para la conquista de Condesuyos, enferma y muere. (/402/) Charles Stanish e Irene Pritzker, sostienen que "la que podría haber sido la antigua Cuchuna se halla situada en las alturas de la actual Villa de Torata, en una colina baja y amplia, a unos 10 kilómetros de la base del Cerro Baúl. El lugar arqueológico incluye una aldea y un impresionante complejo de edificaciones en un estilo arquitectónico totalmente diferente. Dicho complejo conocido como Torata Alta, muestra claras evidencias del urbanismo incaico, con calles uniformes y estrechas, organizadas en un modelo de gran enrrejado, que recuerda los campamentos militares romanos y también los primeros pueblos españoles. Pero al investigar los númerosos edificios encontrados solamente había restos de cerámica característicamente incaica, lo que sugiere que, el lugar fue probablemente un pequeño centro administrativo de la compleja jerarquía imperial". La incorporación del Contisuyo al Imperio Incaico, habría requerido no solamente la administración de la gente y el trabajo, que Torata Alta debía manejar, sino también de la producción agrícola. Sus construcciones son típicamente incaicas. Todavía falta explorar multitud de instalaciones incaicas creadas a raíz de la conquista y reorganización de la zona de Torata Alta. Pero es claro que la imposición de un nuevo orden político y económico exigió la formación de asentamientos de toda jerarquía, desde el magnífico complejo administrativo de Torata Alta, hasta los depósitos de alimentos que se han encontrado en Camata y los Núcleos de Pastoreo o comunicación de Suches. El interés se encuentra en el más grande de todos los monumentos arqueológicos locales: las andenerías. Torata Alta, está rodeada de estas estructuras con muros de piedra. Es muy difícil distinguir entre andenerías y canales incaicos y preincaicos, pero para comprender el impacto económico de la ocupación incaica y el proceso de la administración 412

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imperial, es vital determinar con claridad los sistemas agrícolas y trabajados por la jerarquía Inca. Las terrazas se construyeron mediante un modelo de murallas segmentadas que probablemente reflejaban el trabajo de la mita. los andenes abandonados significaban por lo menos un 30 por ciento más que la tierra cultivada hoy en la región. (/403/) Paz Cafferata, dice que el nombre de Torata, proviene del Puquina Turata, que quiere decir "Resplandeciente". Rey de Castro, dice: "el 22 de enero de 1540, desde el Cuzco, Francisco Pizarro repartía en encomiendas las tierras que habían sino de Moqueguas y Cuchunas desde los días del Inca Mayta Cápac. La Zona de Torata correspondió a Don Lucas Martínez Vegazo. Pero Don Hernando de Silva, afincado en Arequipa; tenía también Real Cédula que le señalaba la propiedad de 135 indios mitimaes que habitaban en Cuchuna y tierras aledañas. El litigio de ambos españoles se resolvió por escritura del 12 de febrero de 1544, por bien de paz y concordia, quedando Martínez Vegazo en la propiedad de la vivienda de Cuchuna... pero ¿Por qué el poblado que conquistaron los capitanes de Mayta Cápac y habitaron quechuas, yacangos y moqueguas, dejó de llamarse Cuchuna o Cochuna y se llamó Torata? La tradición explica que los nuevos pobladores comenzaron a lIamarlo "Turita", voz que significa deternerse sin caer, pararse firmemente, mantener el equilibrio. Piensan los historiadores que el nuevo nombre alude a las desigualdades del terreno: campos, huertas y calles se inclinan hacia el fondo de la garganta, en pronunciado declive. Hasta 1575, Torata dependió de la Audiencia de Charcas, como parte del Corregimiento de Chucuito. En esa fecha, Moquegua pasó a ser cabeza de Corregimiento y un Teniente Gobernador era la Autoridad en Moquegua y Torata. En 1791, el Gobernador Intendente y Vice-Patrón Real de Arequipa, Antonio Alvarez y Jiménez informa en su "Visita" haber encontrado en Torata 1,147 almas, distribuídas en los pueblos de Yacango, Tumilaca, Chuchusquea, Quele y Torata. Los habitantes españoles son por entonces 115 ". (/404/) 413

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En una escritura pública, celebrada en Arequipa, el 12 de febrero de 1544, Hernando de Silva manifestaba que por disposición del Gobernador Cristóbal Vaca de Castro le fueron entregados en el Valle de Cochuna 135 indios mitimaes del Collao, a los cuales también reclamaba derechos Lucas Martínez Vegazo, por lo que ambos fueron ante la justicia, acordando que Hernando de Silva le cedía a Martínez en traspaso, el derecho y acción de los dichos indios de Cochuna, con la condición de que Martínez le ceda a los caciques de Cancha Páucar y Cana Condorcopa, que tenía en el Valle de Arequipa en los pueblos de Uchulla y Yumina, con todos los indios e indias, solicitando al Gobernador Cristóbal Vaca de Castro la confirme y apruebe. Si esto no sucediere Lucas Martínez se comprometía a pagar dos mil pesos. En el Protocolo celebrado en Arequipa el 29 de diciembre de 1559, entre Lucas Martínez Vegazo y Juan de Castro, Martínez le cede o traspasa a Castro el derecho que tiene en la encomienda y cobranza de los tributos de los indios de Cochuna que tenía encomendados porque en recompensa de ellos, el dicho Juan de Castro le cede o traspasa el derecho que tiene a la encomienda y cobranza de los tributos de los indios de Pica (Tarapaca), por ser más provechoso para los naturales. La encomienda de Cochuna, que fue de Doña Isabel Palla, vecina de Arequipa, contaba con dos Caciques Principalmente, Don Diego y Don Hernando. Los Caciques Principalmente de Pica (Tarapacá), eran Amastaca y Pedro Clauche. Lucas Martínez, ya tenía dentro de su encomienda algunos pueblos cercanos a Pica, Juan de Castro, por su parte, también tenía otra Encomienda en Socabaya (Arequipa), con su cacique principal Pedro Chui. Hecha la transación correspondiente, firmaron como testigos Juan de Torres, Juan Góngora, Alonso de Zorita y Cosme de Chávez y como Escribano Juan de Vera, poniendo en conocimiento del Corregidor de Arequipa. El 14 de abril de 1559, el Corregidor Alonso Manuel de Anaya y en presencia del Escribano Gaspar Hernández, Juan de Castro presentó dicho documento firmado por el Virrey Hurtado de Mendoza por el cual le concedía la encomienda de los indios Cochuna, 414

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siendo testigos Antonio de Llanos, el Licenciado Gómez Hernández y el Alguacil Mayor Antonio Venero, siendo escribano Gaspar Hernández. Acto seguido, Juan de Castro presentó ante el Corregidor al Cacique Principal de Cochuna Don Hernando Cara, en presencia de Lucas Martínez Vegazo, realizándose la ceremonia de entrega. (/405/) Por una Ordenanza Municipal de Arequipa del 12 de junio de 1562, Lucas Martínez y Juan de Castro se comprometían a hacer los altares para la procesión del Corpus Christi cada año. También se comprometían, entre los más conocidos, el Bachiller Cantalapiedra, Juan de la Torre, Hernán Bueno, Lorenzo de Aldana, Francisco Madueño, Francisco de Chávez y Martín López. Previamente, con fecha 20 de octubre de 1558, se había seguido un proceso para demostrar la utilidad que tenía el cambio de dueños de las encomiendas de Cochuna y Pica. El Testigo Domingo Rodríguez, de 50 años de edad, manifestó que conocía Pica y Tarapacá, por haber estado alll, y que los indios de Pica confinan con los de Tarapacá, propiedad de Martínez, y que sería bueno que realizen el cambio por los del Valle de Cochuma. Esta misma situación manifestaron los Testigos Cristóbal de Villegas, Pedro de Ayala y Fernando de Salcedo, quienes también hablan estado en Pica y Tarapacá. El Pueblo de Socabaya (Arequipa), por disposiciones de Francisco Pizarro, lo dividió en Hanansaya y Hurinsaya, que fueron adjudicadas a Andrés Jiménez y Miguel Cornejo, respectivamente. Al fallecer Andrés Jiménez, la encomienda pasó a Martín Pérez de Lezcano y a su esposa Ana Gutiérrez. Muerto Pérez, Ana Gutiérrez contrajo nuevas nupcias con Juan de Castro, resultando también propietario de las encomiendas de Socabaya y Porongoche, documento que expidió Andrés Hurtado de Mendoza, Virrey del Perú, el 7 de diciembre de 1556. Juan de Castro, encomendero de Cochuna tenía como apodo "El Cochuna". Estando en Arequipa colaboró con la edificación del puente, al igual que Martín López de Carbajal, Juan de la Torre, Hernán Bueno, etc. según Resolución del Cabildo del 23 de julio de 1557. 415

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Siendo Alcalde de Arequipa, el 3 de agosto de 1583 solicitaba al Padre Provincial de la Compañía de Jesús, el funcionamiento de una Escuela, reiterando con otro documento emitido el 9 de Julio de 1591. (/406/) Parece que Ana Gutiérrez había contraído nuevas nupcias con Juan de la Torre encomendero de Ocoña y Acarí. Ana Gutiérrez, esposa de Juan de la Torre; Beatriz García, esposa de Hernán Bueno, estuvieron enemistadas con Ginesa Guillén (esposa de Lope de Alarcón), porque era partidiaria de Gonzalo Pizarro. Antes de que los Incas existieran y conquistaran el Suroeste andino, antes de que esta franja del continente fuera llamada por el Incario Kuntisuyo (Región Kunti), vivieron diseminadas aquí varias naciones que alcanzaron un alto grado de progreso. Así lo revelan los vestigios que dejaron y su presencia constante en la documentación temprana de los conquistadores europeos que, para su beneficio, supieron conservar. Estas etnias preincas, forjadoras verdaderas de la nacionalidad peruana, hablaban, generalmente, el puquina. Varias de ellas perdieron hasta su nombre; a otras, los conquistadores (nativos o extranjeros) las rebautizaron o, confundidos, les dieron designaciones no étnicas, sino topónimas, e idiomáticas. Mas tarde, las naciones, siguieron produciendo, en tanto cumplían su ciclo vital. Es así como se sabe que existieron las naciones Cochuna, Ubinas, Omate, Coalque, Matalaque, Carumas, Moquegua, Quinistaca, Pocsi, etc. El Tambo de los Puquinas (que acabó designándose simplemente Puquina), todas ellas dentro del Ccollisuyu. El Virrey Luis de Velasco, Marqués de Salinas, el 17 de octubre de 1613, promulga un Auto por el cual se deslinda el Obispado de Arequipa. Dicho Obispado comprendía siete Corregimientos. En el Corregimiento de los Ubinas y Valle de Moquegua, el clero secular tenía bajo su control el cuidado espiritual de los naturales de los pueblos del Valle y pueblo de Torata con Challaguay, Carumas, San Sebastián, Ubinas, Omate, haciendo un total de cuatro clérigos.

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Estas naciones originarias recibián la fuerza expansiva de Lupacas y Pacajes, del Collao, entre otros. Simultáneamente llegaba al Collao la influencia de las culturas Puquina-Hablantes. Tal el panorama de las naciones y pueblos que conformaron posteriormente el Kuntisuyo de los Incas, cuando ellos iniciaron sus conquistas hacia la Costa del Sur. (/407/) En la Ciudad de Arequipa, el 6 de noviembre de 1575, extendía Título de Juez de Naturales a favor de Francisco Márquez, el Virrey Francisco de Toledo, en los pueblos de Cochuna, Escapalaque, Samegua y Tumilaca. Con anterioridad, Lope de García Castro, había puesto dentro de la circunscripción de Tacna a los Cochunas y Cabayas depositados en Juan de Castro, apodado justamente "Cochuna". El 2 de agosto de 1565, Lope García de Castro había nominado como Corregidor a Don Hernando Madueño, con funciones en los repartimientos de Pocsi, encomienda de Diego de Cáceres y Solier; Puquina, de Diego Hernández de Mendoza; Omate, de Martín López de Carbajal; Quinistaca)J del Bachiller Miguel Robríguez de Cantalapiedra; Carumas, de Hernán Bueno y Lucas Martínez Vegazo y Ubinas, con todos sus pueblos, estancias, originarios y mitimaes. El Gobernador Francisco Pizarro, dividió a Socabaya (Arequipa) en dos parcialidades: Hanansaya y Hurinsaya, que fueron adjudicadas al Capitán Andrés Jiménez, y a Miguel Cornejo, cada una de ellas. A la muerte de aquél en la Batalla de Chupas que se dio contra Diego de Almagro "El Mozo", en 1542, la encomienda fue entregada a Martín Pérez de Lezcano, quien a su vez, fue ejecutado por Tomás Vásquez, uno de los secuaces del rebelde Francisco Hernández Girón. En consecuencia, la viuda de Pérez de Lezcano, Ana Gutiérrez, pasó a ser encomendera de Socabaya y Porongoche. Doña Ana, contrajo muy pronto nuevas nupcias con Juan de Castro "El Cochuna", al cual se le adjudicó tal beneficio por el Virrey Antonio Hurtado de Mendoza, mediante Provisión del 7 de diciembre de 1556. Después pasó a Doña Ana de Castro y en 1625 a Doña Ana María Pacheco, viuda de Nicolás de Cáceres hermano del Teniente de Gobernación 417

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y Secretario Virreinal Don José de Cáceres Ulloa. La otra parcialidad la entregó Pizarro a su compañero Miguel Cornejo. Juan de Castro, además de pudiente se preocupaba de la educación de las comunidades. (/408/) El 3 de agosto de 1583, siendo Alcalde de Arequipa, su Regidor Fabián de León y el Oficial de la Caja Real Francisco de Almonte, solicitaron entrevistarse con el Provincial de la Compañía de Jesús, a fin de tratar sobre la enseñanza de los niños de la ciudad. El 9 de julio de 1591, insiste el Ayuntamiento en escribir al Rector Jesuita, solicitándole que escriba al Provincial que remitiera a esa ciudad a dos religiosos para que "pongan estudios" y enseñen a los hijos de los vecinos. El 12 de noviembre de 1591 se respondió "que no hay aún sujetos en la Compañía con qué poder cumplir lo que se pide". El año de 1583, también era Regidor Martínez de Rivera, siendo elegidos Alcaldes en ese período Hernando de la Torre y Juan de Castro. En Arequipa, el 7 de mayo de 1558, el Alcalde Juan de Castro, conjuntamente con Hernán Bueno (encomendero de Carumas), nombran al Licenciado Gómez Hernández Procurador de la ciudad, para que reclame acciones sobre la fundación y Iímites de la Villa de Rivera (Camaná). En Arequipa, el 20 de octubre de 1558, Juan de Castro solicitaba información a una serie de vecinos notables sobre la conveniencia de la permuta de Pica con Cochuna y de la utilidad que se seguiría, con Lucas Martínez Vegazo. Castro, puso como testigos a : Domingo Rodríguez, Cristóbal de Villegas, Pedro de Ayala, Fernando de Salcedo, quienes manifestaron que era conveniente el cambio y que el valle de Cochuna había sido de propiedad de Doña Ysabel Palla, vecina que fue de Arequipa. Lucas Martínez Vegazo, había adquirido estas tierras, por Provisión del Marqués Francisco Pizarro, dada en el Cuzco el 22 de enero de 1540, concediéndole 1637 indios y varios pueblos de Arequipa, Moquegua y Tarapacá. En el Cuzco, el 24 de noviembre de 1542, por Provisión del Gobernador Cristóbal Vaca de Castro, concede

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a Hernando de Silva, el repartimiento de los indios de Catari y del Valle de Cochuna. En Arequipa, el 29 de diciembre de 1559, por Provisión del Virrey Hurtado de Mendoza, aprobaba la permuta de las encomiendas de Cochuna con Pica entre Lucas Martínez y Juan de Castro. (/409/) El sitio más espectacular de la arqueología de Moquegua es el Cerro Baúl. Emerge en el paisaje como un impresionante acorazado que surca un mar de cerros, rocas y arena, y su imponente perfil domina el paisaje en los valles de Moquegua y Torata. Sus escarpadas laderas, verdaderos acantilados de hostiles soledades, lo hacen fácilmente defendible por un puñado de hombres decididos. Cincuenta días con sus noches estuvieron sitiados allí los moqueguanos por las huestes conquistadoras de Mayta Cápac hasta que el hambre y la sed los hizo sucumbir. En la cumbre de este gigantesco baluarte natural están las extensas ruinas de una ciudad de casi diez hectáreas de superficie, con amplias plazas ceremoniales, edificios y centros de almacenamiento. En Arequipa, con fecha 12 de febrero de 1544, se firma un Convenio entre Hernando de Silva y Juan Vélez, en representación de Lucas Martínez Vegazo, por los indios del repartimiento de Cochuna. En dicho documento las tierras de Lucas Martínez en Arequipa como eran Uchulla y Umina, pasaban a Hernando de Silva. En el año de 1791, se produjo en Torata la peste del tabardillo, resultando también enfermo el sacerdote José de Escobar, falleciendo posteriormente, siendo su muerte muy sentida. Por ese entonces también se encontraba en Moquegua el Intendente de Arequipa Don Antonio Álvarez y Jiménez, quien al tener conocimiento de esta peste, solicitó informes al Dr. Isidro Elías, Teniente Protomédico de Moquegua, quien había asistido al Padre Escobar, certificando que en Torata se había producido la peste de Fiebre Pútrida maligna y epidémica, para lo cual se solicitó también la intervención del Padre Prefecto del Convento Hospital de Belethmitas para la curación de los enfermos, destacándose al Padre Enfermero Mayor Fray Antonio de San José, sin 419

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cobrar ningún beneficio, quien fue auxiliado por el cura interino de Torata Don Mariano José de Herrera. La peste también se había propagado a Yacango y otros pueblos vecinos. Desde el siglo XVII es venerada en el Templo de Torata la imagen de la Virgen de la Candelaria o de la Purificación, festejándose el 2 de febrero, siendo muy concurrida por fieles llegados de diferentes lugares. (/410/) En su construcción se ha empleado cal y canto y la piedra. El terremoto del 13 de mayo de 1784 hizo grandes estragos. Por ese entonces el Tabernáculo estaba adornado de plata labrada. Como Mayordomo de la Iglesia, estaba Don Ambrosio Solórzano, quien organizó la reconstruccción. A principios del siglo XIX el Bachiller Don Ambrosio Javier Corte Real, cura de Torata, dejó para la iglesia 8,040 pesos y que sus réditos anuales sirvan para sus reparaciones. Hasta 1791 habían ya producido 2,400 pesos en réditos. En 1791 también en Torata se había organizado un Patronato para la administración de la hacienda de Viña del Pago de Corpanto, que fue de Don Juan de Arguedas, hasta principios de ese año, en el que el Dr. José Severino de Arguedas, su hijo, hizo oblasión de 7900 pesos que habían quedado impuestos en la referida hacienda por estar otro ramo en la de Don Juan Antonio Piélago y Calderón. El Fiel Ejecutor Don Juan Manuel Ruiz y su esposa Petronila Peñaloza, tomaron 1,900 pesos, por el término de cuatro años, cobrándoseles el interés de ese dinero. Otros 4,000 pesos recibió el Teniente Coronel Juan Manuel de Elésburu, propietario de la hacienda Calaluna, cobrándose también el interés. Los 2,000 pesos los percibió el Subdelegado Don Manuel Modesto de Artieda, por el término de 3 años, hipotecando sus tres haciendas que tenía en Moquegua, en la Calle del Medio. La Iglesia de Torata, contaba con la Viceparroquia de Tumilaca, en donde se celebraba la Fiesta del Glorioso Apóstol y Evangelista San Mateo, Patrón del Pueblo. Hasta años antes de 1800, Torata contaba con 1747 personas, distribuídas de la siguiente forma: españoles 112 (entre hombres y mujeres); Quele, 24; Tumilaca, 31. En ese 420

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entonces en Torata había 5 negros (entre hombres y mujeres) y 22 zambos. Había 570 indios. En Yacango, 383; Chuchusquea, 236; Tumilaca, 262; Quele 296. (/411/) La Parroquia de Torata, contaba también con otras rentas como la Hacienda de Viña del Pago de Escapalaque; la Hacienda del Pago de Charsagua, que la poesía Francisco Hurtado y Zapata, pagando 100 pesos cada año. Las fiestas que se celebraban en Torata, eran: Corpus Christi, San Agustín (Patrón del Pueblo), siendo, en 1791, el Alferado Don Antonio Marcelino Cornejo. En ese entonces también, Torata contaba con tres calles largas y cinco transversales. Sus casas estaban construídas de adobe con techo de paja de trigo que se producía en abundancia. Se producía también maíz, papas, habas, legumbres y alfalfa para el ganado. Una gran ocupación de los pobladores era el carguío de leña para los hogares. La mayor parte de los españoles se dedicaban también a la arriería, con sus recuas de mulas, para el comercio con la Sierra, principalmente con vinos y aguardientes a la ciudad de La Paz (Bolivia). Existían tres molinos: uno de ellos era de propiedad de Lucas Rivera; otro de Melchor Becerra y el otro de Doña María Zevallos. Siempre por el año de 1791, se desempeñaba como Preceptor de Primeras Letras el Profesor Don Ramón Quezada, quien percibía una renta que se cobraba por 12 topos de terreno en Yacango y 2 de alfalfar en La Pascana, que los tenía Don Lorenzo Machicao. Los antiguos habitantes indígenas de Torata y sus descendientes alegaban que con la llegada de los españoles sus tierras habían pasado a pertenecer a estos últimos. Los españoles alegaban sus antiguas poseciones como el Presbítero Juan Antonio Quintanilla; Ambrosio Solórzano, casado con María Josefa Fernández Dávila; Bias Rodríguez; Luis de Rivera; Tomás Valdivia y su esposa Martina Valdivia; Pedro del Alcázar; María Zevallos de Eyzaguirre; Fabián Hurtado; María Antonienta Velásquez; Narcisa del Alcázar, 'viuda de Tiburcio Quesada; Gregorio Fernández Dávila y sus hermanos Isidro Corbacho y Josefa Valdivia viuda de Bernardo Tumba. Muchos de ellos acordaron cancelar hasta 421

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cinco pesos anuales, como compensación, pero para la construcción de Casas Capitulares del Pueblo o la Caja de la Comunidad. Otras propiedades de la Parroquia habían sido vendidas sin autorización, como ocurrió con la Venta que realizó el cura Pablo Montenegro en 1783 de un alfalfar. El nuevo Sacerdote, en 1791, Don Lorenzo de Vizcarra, siguió el recurso correspondiente de lo que suponía mal vendido por dicho cura Montenegro. (/412/) La sentencia decía que se declaraba libre el uso y dominio de la Iglesia en el alfalfar y tierras que se llamaban "de la Virgen", para que las goce, tenga y posea desde el siglo anterior. Así también lo confirmó el Obispo de Arequipa Don Antonio León. También se recuperó un Granero y la Huerta que quedaba a espaldas de la Iglesia. Pero el Alcalde Cornejo, pidió el Granero pagando 20 pesos anuales para la Caja de la Comunidad. El Estanquillo del Tabaco, estaba a cargo de Lucas Rivera. Existía en Torata, hasta antes de 1800, un pequeño depósito de armas y municiones: 12 escopetas, 8 pistolas y 8 sables. La mayor parte de los soldados de la guardición de Moquegua, eran torateños: Un cuerpo del ejército, compuesto por 51 soldados, era dirigido por el Capitán de Caballería Don Miguel Fernández Maldonado y el otro era dirigido por el Capitán Bias Antonio de Mendoza, con 48 soldados. Estando presente en Torata el Intendiente de Arequipa Don Antonio Alvarez y Jiménez, el17 de noviembre de 1791; se presentó el Coronel de Dragones Don Manuel Modesto de Artieda, Subdelegado de Moquegua, solicitando que, por sus méritos, se le adjudicase un solar de doce varas de frente y su correspondiente fondo, y en el sitio que comprende la Huerta que la tenía Martín Rivera, y que había pasado "a la Virgen", ofreciendo seis pesos al contado en beneficio de la Casa Capitular, el Intendente de Arequipa, le adjudicó dicho solar, por Decreto, haciendo de conocimiento del Alcalde Ordinario de Españoles y Cabildo de Naturales de Torata. A partir de 1630. Moquegua había sido dividida en siete doctrinas: Torata, Carumas, Ubinas, Omate, Puquina, Pocsi e Ichuña, con sus correspondientes Pagos, Anexos, Estancias y Ayllus. En 1793, los Ayllus de Pocata y Coscore 422

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(Altos de Coscore), perdieron sus tierras comunales, las cuales pasaron a manos de la familia de Baltasar Mazuelos, y a su descendiente Eusebia Mazuelos. Este cabecilla le había ordenado al Alcalde de dicha comunidad que sacara a remate público dichas tierras. (/413/) Los diezmos que pagaba la población al Obispado de Arequipa, se hacía en: vino, trigo, maíz alfalfa, papas, becerros y ropa, siendo la aportación de estas dos últimas mínima en relación con los otros productos. Para hacer efectivo estos diezmos se sacó a remate a particulares para poderlos cobrar, principalmente en los años de 1811 hasta 1816. Una gran parte de las tierras indígenas fueron transferidas a los españoles o a indios adinerados por diversas vías y a menudo con el consenso de los propios caciques. En Torata, en 1813, sólo la tercera parte de las tierras permanecran en poder de los indios. De las 58 haciendas de cultivo que comprendía la Reducción ordenada por el Virrey Toledo tan sólo cinco permanecían en poder de la comunidad, lo que en términos de superficie equivalía a tres mil topos en poder de españoles frente a novecientos topos en poder de la comunidad. En Torata, la mayor producción agraria era el maíz seguido del trigo, papas/frijoles, etc. , que servran también para entregar un porcentaje a la Iglesia como demanda religiosa (primicias y diezmos), alcanzando, en muchas oportunidades, la entrega de 100 arrobas de maíz, 200 fanegadas de trigo y otras tantas de papas. El trigo se cultivaba en marzo y abril y se cosechaba en noviembre. Se obtenra una producción aproximada de 29 fanegas por topo (un topo equivalra a la tercera parte de una Hectárea). Una gran parte de su producción se destinaba a Moquegua y el altiplano. El trigo se convertía en harina en los molinos de Torata y Tumilaca, que estaba comprendida en la Reducción de Torata. Generalmente la población de Torata la componían indios mitimaes venidos del altiplano, como también de Carumas y otros pueblos de la Sierra. Religiosamente, la 423

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Doctrina de Torata fue creada por el Obispo Villagómez, en 1638. El pueblo contaba con Alcalde y Regidores, más un Escribano. Era considerado el Pueblo con mayor abundancia de vrveres, tomándose en cuenta a su producción como as[ era el tránsito obligado de las mercaderías entre la Costa y la Sierra. (/414/) El templo está dedicado a San Agustín, construido de cal y piedra. Se venera la imagen de la Purísima de María Santísima, répica de la imagen de Copacabana y data de 1600. El cura Bernedo Holmos, fue uno de los más dinámicos. En su archivo, se llevaban libros de capellanías, confirmaciones, cuentas de fábrica, diezmos, expedientes administrativos, civiles, matrimoniales y penales. También obras pías, pedimentos, visitas, patrones, inventarios, etc. Los Decretos del 26 de abril de 1845 y del 3 de julio de 1847, dieron normas para la organización del ejército. Sus efectivos en tiempo de paz no debían pasar de tres mil hombres, con una brigada de artillería, seis batallones de infantería y tres regimientos de caballería. El último de los decretos mencionados señaló la composición y la plana mayor de la brigada, el escuadrón y las compañías volantes anexos a ella, los batallones y las compañías que los integraban, los regimientos de jefes y oficiales y los asuntos conexos con el forraje de las caballerias. Los seis batallones de infantería llevaron los siguientes nombres: Lanceros de Torata, Pichincha N°1, Granaderos de Zepita N°2, Callao N°3, Junín N°4, Ayacucho N°5, Yungay N°6. Los de Caballería también estaban conformadas por el Lanceros de Torata, Húsares de Junín y Escolta del Presidente de la República. En la Guerra del Pacífico, después que los chilenos dominaban el Sur del Perú, el Presidente Nicolás de Piérola, organizó un Ejército de Emergencia. Se reunió en Lima contingentes del interior y del Norte, los que incrementados con los de la capital, formaron numerosas unidades de infantería que fueron organizadas en batallones de cerca de 600 hombres y agrupados en divisiones de 3 batallones de cada uno, integrados en dos agrupamientos para construir los "Ejércitos del Norte" y "El Centro", conformando el "Ejército de Línea". En la capital se efectuó el llamamiento de los varones 424

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de 18 a 60 años, quienes ante la inminencia del ataque invasor, se reunían periódicamente para recibir instrucción militar, agrupados en batallones de 400 hombres. Piérola, nombraba como jefes a los más distinguidos. Tanto Nicolás de Piérola, como Andrés A. Cáceres, habían estado en Torata y decidieron ratificar el nombre del escuadrón "Lanceros de Torata" a una parte de este ejército para la resistencia de Lima, contra los chilenos. (/415/) Este Escuadrón venía desde años atrás con el Presidente Balta. En la Batalla de San Juan (Lima: 13 de enero de 1881), la defensa se organizó en la siguiente manera: Comandante General: Nicolás de Piérola. Jefe de Estado Mayor: General Pedro Silva. Cuerpo del Ejercito: Coronel Iglesias con 8 batalbnes: Lanceros de Torata, Guardia Peruana, Cajamarca, 9 de Diciembre, Tacna, Junín, Ica, Cajamarca, Callao y Trujillo, con 48 piezas de artillería y 20 ametralladoras. Cuerpo del Ejército: Justo Pastor Dávila (moqueguano); 7 batallones: Libertad, Piura, 23 de Diciembre, Cajamarca, Unión, Cazadores de Junín, Reserva, Guardia, Columna Volante. Otros cuerpos de Ejército los diriglan los Coroneles Cáceres y Suarez. En la Batalla de Miraflores (Lima; 15 de enero de 1881), la Caballería Peruana, estaba compuesta principalmente por los "Lanceros de Torata", de descollante actuación, ya que con efectivos reducidos a sólo 200 soldados, protegieron valientemente a los hombres del Coronel Suaréz, toda vez que los jinetes chilenos, comandados por Bulnes, olvidándose de su misión de ataque al flanco, distrajeron su accionar atacando a la caballería peruana y éstos al ver la superioridad de la caballería enemiga se replegaron tras la Ilnea de defensa, luego de haber impedido el ataque del flanco peruano. En la defensa de Lima, el Jefe del Regimiento "Lanceros de Torata", era el Coronel Manuel Zamudio. Entre los inminentes miembros de este Regimiento se encontraban los hermanos Toribio y Alberto Seminario Cortez, de 19 y 18 425

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años de edad, respectivamente, que sucumbieron en la Batalla de "San Juan" el 13 de enero de 1881, tras haber demostrado pundonor, coraje, tenacidad e indesmayable amor a los sagrados intereses territoriales del Perú. Toribio y Alberto, ingresaron como alumnos al Colegio Militar el 8 de agosto de 1878. Toribio llegó a ascender a Sargento Segundo y el 14 de noviembre de 1879 a Sargento Primero. (/416/) Días después se le nombró Alférez de Caballería. Alberto, el menor, con el grado de Subteniente, llegó a servir también en el Regimiento "Lanceros del Rímac". En tiempos de Balta, la jefatura del Regimiento "Lanceros de Torata", estuvo a cargo del Coronel Rufino Torrico Mendiburu, que llegó a ser Alcalde de Lima: había nacido en Lima el 8 de junio de 1823 y asumió en enero de 1881 la difícil tarea de entregar la ciudad al ejército chileno. Torrico ostentaba la jerarquía de Coronel al declararse la Guerra de 1879, y se encontraba fuera del ejército, en el desempeño de actividades personales. Sin embargo, dadas las circunstancias, ofreció su concurso y se le nombró Alcalde al renunciar el Dr. Melitón Porras. Organizó la Guardia Urbana y contribuyó a la formación del Hospital de Sangre. Mediante Bandos controló la especulación. Otro destacado miembro del Escuadrón "Lanceros de Torata", era el Coronel Celso N. Zuleta Heredia: había nacido el 28 de julio de 1849 y casado con Doña María Emilia Parodi; la boda se realizó el18 de setiembre de 1901. Él era limeño y ella de Acarí, hija de Antonio Parodi y Rosa Torres. Estudió en el Instituto Peruano-Franco-lnglés. Fue hijo del Dr. José Gregorio Zuleta y de María Concepción Heredia Pérez. Los torateños participaron activamente en la lucha por la Independencia, llevándose a cabo la Batalla de Torata el 19 de enero de 1823, donde intervinieron los generales más representativos de España, como son Canterac, Jerónimo Valdez, Monet y Andrés García Camba y , por el lado de los patriotas, el insigne moqueguano Domingo Nieto, con sólo 19 años de edad. La victoria en la Primera Campaña por Puertos Intermedios, favoreció a las tropas reales. Rudecindo Alvarado, dirigía a los peruanos. 426

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En mayo de 1821, poco antes de ser Proclamada la Independencia, Miller sorprende y derrota en las quebradas de Torata a las tropas españolas del Comandante Rivera, en la Calera. (/417/) El 6 de junio de 1828, el gobierno de José de la Mar, promulgó la Ley del Congreso otorgando a Moquegua el Título de "Benemérita a la Patria" y elevando a Torata a la categoría de Villa de San Agustrn. Durante los gobiernos del Gran Mariscal Castilla, se creó el Regimiento de Caballería "Carabineros de Torata". En 1873, Nicolás de Piérola formó sus legendarias "Montoneras" para derrotar al gobierno de Manuel Pardo, siendo derrotado en Yacango por Andrés A. Cáceres. Otra figura histórica es Juan Luis Pacheco de Céspedes con su Escuadrón "Los Cabitos" que hostilizó con bizarría y denuedo a las fuerzas chilenas de ocupación. Falleció en Torata el domingo 27 de enero de 1895. Merecen hacer alusión a Manuel C. De la Torre, Vitaliano Becerra, etc. Algunas fiestas como la del 28 de agosto en que se festejaba a San Agustín, Patrón del Pueblo, ha desaparecido, en cambio se ha venido dando mayor preferencia y devoción a la Virgen de la Candelaria o María Santísima de la Purificación, cuya imagen se venera el 2 de febrero de cada año. Su templo, cuya construcción fue de adobe y caña, ha sido reemplazado por uno de piedra y cal, mandado levantar por el Vicario de Torata, Bachiller Ambrocio Javier Galdámez y Corterreal. El 12 de noviembre de 1823, se promulgó la Constitución, por la cual la Villa de Torata, se convertía en Distrito. El General La Mar, la había elevado, la población de Torata, a la categoría de Villa el 6 de junio de 1828. El arquitectónico templo religioso de Torata, ha venido sufriendo los estragos de los terremotos. Levantado por el año de 1691 demorando 23 años en su construcción, principalmente con la intervención de Bachiller Ambrosio Javier Galdámez y Corterreal. Fue reconstruído posteriormente, después de haber estado en ruinas por

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muchos años, por la Corporación del Desarrollo, desde 1961 a 1965. La explotación de la mina de Cobre de Cuajone, es una de las más grandes empresas realizadas por el capital privado en el Perú. Southern Perú Cooper Corporation negoció, durante 18 meses, los términos de un Convenio Bilateral que fue suscrito el 19 de diciembre de 1969. (/418/) El complejo minero-metalúrgico de Cuajone desde 1976 incrementó la capacidad productiva peruana de cobre en un 80%. El complejo de Cuajone, se extiende por una amplia y árida zona de! Sur del Perú, que comienza a una altura de 4,600m.s.n.m. y termina a 140 km. de distancia, al nivel de! mar, en la fundición de 110, así como en el área de disposición de relaves en la playa de Ite. El yacimiento de Cuajone, es un depósito de sobrediseminado de tipo porfirítico, ubicado a una altura promedio de 3,500 m.s.n.m., en una zona de fuerte relieve topográfico. Este depósito contiene un estimado de 470 millones de toneladas cortas de sulfuros con un promedio de cobre de 1 % y unas 20 millones de toneladas cortas de óxidos. El depósito contiene también molibdenita diseminada en pequeñas cantidades. A su vez el depósito está cubierto por 1 mil 160 millones de toneladas de roca estéril, de las cuales 220 millones han sido removidas en una gigantesca operación: La mina se explota por el sistema de "tajo abierto" y los bancos tienen una altura de 15 metros cada uno. El ritmo inicial fue de 40,000 toneladas cortas de mineral por día. La relación mineral-desmonte es de aproximamente 1 a 3, con lo que el movimiento total de material por día era de 160, 000 toneladas cortas. Es posible que se hayan superado estas cifras. Southern, es una empresa constituída por ASARCO Inc., Cerro Mormon, Phelps Dodge y Newmont Mining Corporation. El esfuerzo de SPCC en asociación con Billiton B. V. de Holanda, ha permitido que el Proyecto Cuajone se hiciera realidad después de 6 años y medio de intensos trabajos y con una inversión de más de 720 millones de dólares. La 428

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financiación ha sido cumplida a través de recursos propios y con préstamos de 404 millones de dólares obtenidos de 54 Bancos e Instituciones Financieras de más de diez países de América de Norte, Europa y Japón. Es posible también que se haya ampliado estas cifras de inversión, para realizar trabajos complementarios. (/419/) F) Carumas En diferentes épocas a Carumas se le ha conocido indistintamente como Carumas y como Catari, aunque ha venido prevaleciendo el primero, cuyo idioma, en un principio, era el puquina. El capitán Diego Mazo de Alderete, fue el Corregidor de Ubinas, Pocsi, Carumas, Omate, Puquina, Quinistaca y Cochuna. El Virrey García Hurtado de Mendoza, el 8 de agosto de 1590 agregó a los mitimaes de Diego Peralta, mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca. El Virrey Luis de Velasco, el17 de octubre de 1613, emitía una Provisión por la cual se desmembraba el Obispado de Arequipa, tan es así que en el Corregimiento de los Ubinas y Valle de Moquegua, se designó a 4 clérigos, distribuidos en Torata, Carumas y Omate. Por un tiempo Carumas era Encomienda de Lucas Martínez Vegazo. Pero el Gobernador La Gasca, en compensación por servicios al Rey, entregó a Hernán Bueno, la encomienda de Carumas. Hernán Bueno, vivía en Arequipa en la Calle Mercaderes y fue testígo ante Juan Ruíz de Gamarra., escribano, en los informes que se solicitaban para que el Virrey Francisco de Toledo, expidiera el Título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad, de Arequipa. En esta ciudad demostró sus dotes de intelectual, por la instrucción que había recibido. Anteriormente, por Provisión del Gobernador Cristóbal Vaca de Castro, concede a Hernando de Silva el Repartimiento de los Indios de Catarí y del valle de Cochuna, que antes eran de Gómez de Tordoya. Gómez de Tordoya, según Provisión del Virrey Conde de Nieva, el14 de diciembre de 1561, fue comisionado para que hiciese entrada por el Río 429

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Tono, a descubrir y poblar la selva,para lo cual le concedió el Título de Gobernador, Capitán General y Justicia Mayor, en el territorio de 150 leguas que le designó y 100 de latitud, 50 al Sur y 50 al Norte. El virrey revocó esta concesión por ciertas sospechas graves que hubo y causaron la prisión y destierro de diferentes personas. (/420/) Hernán Bueno, se encontraba el 9 de octubre de 1570 desempeñando el cargo de Alcalde Ordinario, en Arequipa. En Los Reyes, el 20 de noviembre de 1549 y por Provisión del Licenciado Pedro de la Gasca se le concedía la encomienda del Valle de Catari a Hernán Bueno, la misma que había sido dada a su padre por Vaca de Castro. En ese entonces ya había fallecido Gómez de Tordoya. En la ciudad del Cuzco, con fecha del 24 de noviembre de 1542, por Provisión del Gobernador Cristóbal Vaca de Castro, le concede a Hernando de Silva el repartimiento de los indios de Cafári y del valle de Cochuna. En esa misma ciudad, pero con fecha del 27 de junio de 1543, Hernando de Silva enviaba sus méritos y servicios al Licenciado Andrés de Cianca, Oidor de la Real Audiencia de la Ciudad de los Reyes, para ello ponía como testigos a Garcí Manuel de Carbajal y a Martín López. Al fundarse la Villa Hermosa ( de Camaná), Hernando de Silva ocupaba el cargo de Regidor, conjuntamente con Lucas Martínez Vegazo; su primer Alcalde fue Alonso Cabrera y Alcaldes Ordinarios eran Garcí Manuel de Carbajal y Pedro Barroso. Los fundadores de Camaná, al trasladarse a fundar Arequipa, conservan las tierras y los indios. Al fundarse Arequipa, Hernando de Silva también es elegido Regidor. Juan de la Torre, es elegido Alcalde Mayor, por ser uno de los Trece de la Isla del Gallo. También están presentes Lucas Martínez, Pedro de Valdivia, etc. Silva, era propietario en Arequipa, de 12 fanegadas de tierra. El Cabildo, Justicia y Regimiento de Arequipa sale con las fuerzas leales y participa en la Batalla de Chupas, entre el hijo de Almagro (El Mozo) y Cristóbal Vaca de Castro el 16 de setiembre de 1542. Ahí encontró la muerte Gómez de Tordoya, dicha información fue firmada por Hernando de Silva. En la Caja Real de Arequipa, Hernando de Silva, se desempeña como 430

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Veedor. El Contador era el viejo Juan de la Torre. Muchos de los habitantes primeros de Arequipa, contaban con los estudios necesarios: Bachiller Miguel Rodríguez de Cantalapiedra, Francisco Madueño, Gómez de Tordoya, Garcí Manuel de Carbajal, Hernando de Silva, Lucas Martínez, Hernán Bueno, Pedro Barroso, Martín López de Carbajal, Juan de la Torre (Caballero de Espuela Dorada). (/421/) Todos ellos tuvieron que ver con la Historia de los pueblos de Moquegua. El templo más antiguo de Ayacucho es el de San Cristóbal: Allí fue enterrado Gómez de Tordoya, Capitán del Bando Real en la Batalla de Chupas. Beatriz García, era la esposa de Hernán Bueno. Siendo testigo de un juicio contra Ginesa Guillén, partidaria de Gonzalo Pizarro, el 13 de agosto de 1548, declaraba tener 45 años. Hernán Bueno declaró que había nacido en la villa de Aranda (España). Por Provisión del Licenciado Pedro de la Gasca, fechada en el Cuzco el 10 de setiembre de 1548, se le concede a Hernando de Silva, el repartimiento de indios que tenía Francisco Negral en la Villa de La Plata (Bolivia) . Era natural de Ciudad Rodrigo (España), pero se encontraba en Valladolid el 16 de julio de 1557. Hernando de Silva, fue uno de 105 Regidores de la Villa Hermosa, fundada en el Valle de Camaná, y con el mismo cargo estuvo en 1540 cuando se trasladó y se fundó Arequipa. En diciembre de 1551 ante el escribano de Arequipa Gaspar Henández, otorgó escrituras a favor de Garcí Manuel de Carbajal ( Fundador de Arequipa) dándole poder para cobros y para que administre sus bienes, porque estaba de camino para España donde ejecutó los trámites anteriores. En 1567, el Curaca de Pocsi, Don Alonso, al no poder contribuir con 55 cestos de ají, se desplaza a Carumas, donde había mejor clima y tierra para su producción y poder cumpir con su tributo. Sucedióle en el Curacazco de Pocsi, principalmente en Hqnansaya, Don Francico Haco. La Parcialidad de Urinsaya estaba a cargo de Don Pedro Malco: ambos, en el mes de agosto de 1574, contribuían con coca 431

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que la extraían de Cocachacra y Cocotea (Valle de-tambo), según Juan Maldonado Buendía, Juez Visitador Toledano. Dentro de los Carumas, "pueblo de gente grande o alta", exitían familias muy poderosas como los Huacán, los Cani y los Saru, que llevaban sus productos a comercializarlos con sus vecinos del Lago Titicaca. (p.422/) Uno de sus decendientes, Fernando Saru, llegó a ser Gobernador de los Carumas, en los primeros años de la Colonia. La economía de los Carumas estaba basada principalmente en la ganadería de llamas y alpacas. Los Señores eran propietarios de la mayor cantidad del ganado; se sabe que poseían millares de animales; dentro de tal sistema existieron los Ilamados "indios ricos" que tenían en su poder una importante cantidad de ganado. El ganado les porporcionaba la lana, transporte y carga. Existieron grupos especiales de pastores dedicados a la crianza de los animales. La recolección, la caza, la pesca, eran actividades complementarias. Pero además de los productos aclimatados en los contrafuertes andinos está principalmente el maíz, que servía para el comercio con el altiplano. Esta gramínea isotérmica de la Costa que a través de un milagroso proceso de adaptación paulatina, ha logrado a través de siglos o milenios, lograron cultivarlo en los frígidos parajes. Entre los descendientes de los Saru, se encontraba Fernando Saru, que contaba con una enorme recua de mulas para realizar el comercio de vinos y aguardientes con el altiplano y el Alto Perú. Tenía su finca de viña en Samegua, pero la empeñó en 1,000 pesos a Juanes de Saconeta y María Juana, hija de Don Hernán Bueno de Arana, descendiente de Hernán Bueno El Viejo, que heredó las tierras de Escapalaque. Fernando murió joven, dejando un hijo; Felipe Huacán, quien murió a los 06 años y la viuda se casó con Nicolás Hernández, mestizo de Huánuco quien a la postre heredó todo, como consta en el testamento fechado el 03 de julio de 1925 terminando de esta manera una de las ramas de los caciques de los Carumas. En tiempo de los Incas, Ios Carumas participaron en acciones de oposición a la fuerza dominadora del lmperio, por 432

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lo que les cupo la suerte de salir como mitimaes para el Valle de Moquegua, estableciéndose desde Samegua hasta Omo. En 1580, se encontraba como cacique de Carumas Alonso Chaco, casado con Inés Chaquiña: dentro de sus descendientes se encuentran: Martín Estaca y su hemano García Huacán. (/423/) Pedro Gómez Cata, quien se desempeñaba como Segundo Cacique del pueblo de Ichu, cerca de Chucuito, (Puno), llega a Moquegua porque tenía una deuda de 812 pesos, saliendo como fiador Martín Estaca, quien tampoco la pudo pagar, siendo tomado preso. Su hermano García Huacán, reune el dinero que sirvió para sacar de la cárcel a Martín Estaca. Pedro Gómez Cata muere sin haber podido pagar la deuda, por lo que Francisco Ticona, primo hermano de Martín EstacaJviaja a Chucuito, para cobrar a los herederos, sin conseguirlos. A partir del año 1603, se estableció" El primer Obraje" en Carumas, en la " Villa de San Antonio del Cerro de Oro de Carumas", como se le conocía en ese entonces, formándose una sociedad encabezada por Antonio Soria, quien proporciona la lana y el capital, para la f9:bricación de tejidos, principalmente frazadas, extendiéndose la escritura correspondiente ante Francisco López de La Fuente, escribano de Carumas, nombrado por el Conde de la Gomera, desde Chucuito, firmándose dicho contrato en Carumas , el 01 de Julio de 1591, con un capital incial de 403 pesos, siendo Teniente de Gobernador el Capitán Pedro de Corona, estampando su firma también Antonio de Soria. Asimismo Gabriel Soria, español, que llegara primero a Ilo, donde trabajó domando potros y asnos que se criaban en las lomas y con unos cuantos de ellos se trasladó a Carumas formando compañía para que con dichas bestias poder llevar los . productos hasta el Cuzco, recibiendo de sus socios 566 varas de paño de la tierrra, 15 frazadas y 500 pesos de plata, según documento, que conserva Antonio de Soria, quien muere y deja como heredero a su hermano Bartolomé de Soria, que en Moquegua comisiona a su hermano menor, Juan de Soria, para cobrar de Gabriel Sánchez y de Juan Carabajo parte de 433

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la herencia dejada por el difunto en Carumas: son tetigos de los documentos firmados en Carumas: Andrés Jiménez, Gabriel Díaz, Alonso de la Torre y Juan Muñoz, siendo el escribano de Carumas , Rodrigo Arcos. (/424/) En Carumas, siendo 12 de diciembre de 1751, se denunció al Teniente de Corregidor José Cortez por la ocupación que hizo de doce topos de tierras, por el uso de servicios indígenas sin remuneración para la siembra de sus chacras, para el pastoreo de sus ganados y para el trabajo de sus minas, por haber montado pulperías de vino, aguardiente, coca y chita "Obligando a los indios a repartir botijas a exhorbitante precio", denuncias por las que Juan Quispe, Alcalde de Muilaque, fue "Amarrado en el Rollo y puesto en el cepo desde las tres de la tarde hasta las ocho o nueve del día". En el mes de oviembre de 1791, se encotraba como Párroco el Licenciado Juan Baltazar Pacheco. La Iglesia tenía pared de adobes con el techo de madera, cubierta de paja de la puna, con una torre de cal y piedra, acondicionaba por el Sacerdote anterior ellicendiado Félix Ponce. La Iglesia de Carumas contaba con algunas propiedades en el Valle de Moquegua, que le producían rentas. La hacienda que la administraban los herederos de José Vélez, Moquegua, pagaba al año 115 pesos, la Hacienda de Homo, que la administraba Agustina Zevallos, 50 pesos; el Dr. Luis Prieto pagaba 75 pesos; el capitán José Carlos de Medina, 125 pesos anuales por la casa de la esquina de la Plaza de Armas; la hacienda de Viña de Samegua a cargo de Vicente Zevallos, paga 50 pesos; la de Estuquiña, que la tenía Antonio Villanueva, 50 pesos; la de la Villa Vieja, que la tenía Diego de la Torre y posteriormente los herederos del Dr. Pedro Cornejo, 127 pesos. Asimismo tenía otras propiedades alquiladas al Dr. Pedro Laureano de Arguedas y una hacienda en Tumilaca que la dirigía Agustina Fernández Dávila. Todo esto le rentaba anualmente 542 pesos, que los cobraba el mayordomo de Fábrica. El Mayordomo Ecónomo de la Iglesia era Francisco del Alcázar y rendía cuenta al Obispo de Arequipa, por intermedio de Tomás Quintanilla. 434

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Las fiestas, hasta fines del siglo anterior, eran la de la Purísima Concepción y la del Apóstol San Felipe, que era el Patrono del Pueblo: todavía continúa; la de Corpus, San Miguel, El Carmen, San Pedro, San José, la Cruz y Dolores. (/425/) También la fiesta de San Martín en Muilaque; San José, en Sijuaya; San Antonio de Padua, en Huatalaque; San Isidro, en Sacuaya; San Francisco, en Cuchumbaya y San Antonio, en Cambrune. Estando el Intendente de Arequipa, en Carumas, Don Antonio Alvarez y Jiménez, el 24 de noviembre de 1791, remitió al Rey de España sus Relaciones de la Visita. Había en Carumas 2,060 personas en ese año, de todas las edades y sexos. En el cobro de tributos se cometían algunas irregularidades que las había detectado el Corregidor Juan de Vinatea el año de 1765, informándose al Virrey Manuel de Amat. En Carumas, tanto la Casa Capitular y la Cárcel, estaban bastante descuidades. Muchas de las Chacras, no contaban con la inscripción correspondiente. Así, los herederos de Tomás de la Torre, no sabían si su padre la había inscrito, ni sabían de cuántos topos se componía dicha chacra que estaba ubicada en Huatalaque. También en Carumas funcionaba un Estanquillo de Tabacos, en ei año de 1791, que estaba a cargo del Alcalde Ordinario de Españoles Tomás de Quintanilla. Dicho pueblo no contaba, hasta fines del siglo XIX, con una Escuela. En el año de 1788 el Dr. José Cabello que fue cura de Carumas, dejó afincados 2,000 pesos, para que sus réditos de 100 pesos se dieran a los indios sumarios de la Bula de la Santa Cruzada en cada bienio. El Dr. Cabello, llegó a ser Prevendado de la Catedral de Arequipa; su nombre completo era Juan José Cabello y Zañudo, natural de Huaura. Fue hermano del Padre Mercedario Gabriel García Cabello y Zañudo, que hizo pintar la vida de San Pedro Nolasco en los Claustros de La Merced, en Lima. Ambos hijos de Don Juan García Cabello y de Doña Francisca Zañudo. El Presbltero Juan José, párroco de SaltTianca y después de Carumas, 435

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además de la asignación establecida a favor de sus feligreses de Carumas, fundó una Capellanía para sus parientes y los de Don Fernando Masías. Ejerció el cargo de Racionero en el Coro de la Catedral de Arequipa desde el año de 1747. Otorgó el testamento en esa ciudad ante el Escribano Pedro de Salazar el 05 de enero de 1762, en cuyo mes y año murió. (/426/) Son dignos de mención como Sacerdotes que contribuyeron a la edificación de la iglesia de Carumas a Álvaro Mogrovejo que la reconstuyó en el año de 1640, conociéndosele, en ese entonces, como La Concepción. El Padre Pedro Gregorio Peralta, natural de Arequipa, Cura de Carumas y de la Catedral de Arequipa. Lo ascendieron como Racionero, Canéllígo Magistral, Dignidad y Dean de esa Catedral. En 1603, se hace una relación de la Villa de San Antonio del Cerro de Oro de Carumas, de cuyo Cabildo era Regidor Juan de la Coria. En Intendente de Arequipa, Antonio Álvarez y Jiménez, informaba al Rey de España que en el Partido de Moquegua no había más bienes de la Comunidad que 553 pesos anuales que tenía el común de indios de Carumas, y cuya cantidad hacía más de 28 años se depositaba en la Real Caja de Arequipa y que según se había informado el 05 de abril de 1791" está muy a la mira este Gobierno “para establecer con ellos la dotación de Escuelas, llegada que sea a la vez de su Visita en que se estaba pensando, con lo cual lograrían los pueblos de éste Partido aquel establecimiento, como lo han conseguido los demás que se han podido visitar". De acuerdo con la Promulgación de la Constitución del 12 de noviembre de 1823, lo que fue Partido de Moquegua, pasó a formar parte de la Provincia de Moquegua y sus Doctrinas, se convirtieron en Distritos, como en el caso de Carumas. Siendo Presidente del Peru el Dr. Manuel Prado y Diputado por la Provincia de Mariscal Nieto, el Dr. Humberto Solari Hurtado, con fecha 31 de Enero de 1944, el Distrito de Carumas, se dividió para formar parte de los Distritos de San 436

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Cristóbal y Cuchumbaya. Carumas, cuenta, a su vez con los Pagos de La Cascate, Solajo, Cambrune, Sailapa, Pantín, Somoa y Ataspaya. (/427/) Un Acontecimiento científico importante para Carumas, fue la presencia del científico Antonio Raimondi, el 12 de Marzo de 1864, quien realizó estudios de la flora, fauna y análisis químicos de su aguas. La iglesia de San Felipe, varias veces reedificada, empezó una nueva reconstrucción en 1813 y se terminó en 1820. Siempre se había considerado a San Felipe, como Patrón del Pueblo, realizándose sus festejos cada 13 de setiembre. Se festeja también a la inmaculada Concepción, cada 08 de diciembre. G) Cuchumbaya El vocablo Cuchumbaya, parece provenir del idioma Puquina, al igual que otras poblaciones cercanas como Sacuaya y Quebaya. Asi mismo encontramos estas mismas terminaciones en nombres como Sabaya, Ylubaya, Chiribaya, Hilabaya. Estos mismos topónimos con los sufijos Baya, los encontramos en poblaciones colindantes con Moquegua como son Tiabaya, Socabaya, etc. La topografía quebrada del Distrito, considerada un obstáculo para la comunicación y la producción modernas, ha proporcionado a los habitantes una gran variedad de nichos ecológicos por las diferencias en altura, orientación, acceso al riego y otros factores geográficos, permitiendo el acceso a diferentes tierras agrícolas y a zonas de pastos naturales. Los cultivos eran el maíz, la quinua, papas, el ají, las tunas. Introducidos gradualmente durante la época colonial fueron la cebada y la alfalfa. El ganado consistla de llamas y alpacas. A partir de fines del siglo XVI, fue introducido el ganado europeo vacuno, ovejuno, caprino y caballar. Hasta ahora, la investigación arqueológica y etnohistórica ha proporcionado poca información respecto al uso prehispánico de la tierra y de organización social de Cuchumbaya. Sin embargo parece ser que la agricultura se inició en secano en la altura, 437

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posiblemente asistida por el control de la escorrentla por aguaceros. (/228/) Paulatinamente se fueron incorporando las laderas bajas al constituirse canales y terrazas irrigadas, posiblemente como respuesta a la mengua de la estación de lluvias, a las frecuentes sequías, y/o para abastecer la administración incaica con el maíz, importante cultivo ceremonial. También se desarrolló el cultivo de la tuna o nopal para la crianza de la cochinilla, un insecto que contiene un tinte colorado utilizado en el teñido de las lanas. Los campesinos aún practican el sistema de chacras dispersas en los varios microclimas dentro y fuera del ámbito del pueblo. Pero el monocultivo de la alfalfa que pratícan los mayoristas ha consolidado las pequeñas chacras en galpones mayores, utilizando el arado con tracción animal. Esta misma situación se ha venido sucediendo en los Distritos vecinos de Carumas y San Crjóbal, pero hay que tomar en cuenta que Cuchumbaya, se encuentra en la parte más profunda de los contrafuertes andinos, Esto mismo hace que el clima de este Distrito sea el más abrigado de todos ellos. Sus aguas termales, a pesar del tiempo, siguen esperando la llegada de turistas que harían que este pueblo, alcance el nivel de desarrollo a que está destinado. Con el mejoramiento de sus vías de acceso y el mejoramiento de sus instalaciones, principalmente sus baños termales, Cuchumbaya, a no dudarlo, alcanzará su progreso. Siendo Presidente del Perú el Dr. Manuel Prado y Diputado por la Provincia de Mariscal Nieto, el Dr. Humberto Solari Hurtado, con fecha 31 de enero de 1944, el Distrito de Carumas, se dividió para formar uno nuevo con el nombre de Cuchumbaya, por la ley N° 9940, comprendiendo los pueblos de Cuchumbaya, Soquesani, Quebaya, Sacuaya, Huatalaque, Yojo y Sotolojo. H) San Cristóbal La zona de estos tres últimos Distritos, comprendía dos encomiendas: una entregada por el Licenciado Castro a 438

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Hernán Bueno, a quien sucedió su hijo Hernán que fue ratificado por La Gasca; la otra Encomienda fue otorgada a Lucas Martínez Vegazo. (/429/) Por disposición del Virrey Francisco de Toledo, se hizo la reducción de los naturales que estuvo a cargo de Juan Maldonado de Buendía, quien dejó el pueblo trazado desde una plaza principal. Los escasos estudios históricos no permiten precisar a qué encomendero, de los antes citados, pertenecía el actual Distrito de San Cristóbal, con su capital Calacoa. Históricamente existían los pueblos de Cambrune, Carumas Cuchumbaya, Calacoa, Sijuaya, y Muylaque, cada uno de ellos con su respectiva Capilla. En la zona existían ricos yacimientos mineros, que ya en la colonia se explotaban a pequeña escala. En su largo proceso evolutivo, de más de 10,000 años de antigüedad, han pasado éstos pueblos por diferentes etapas, que empieza con el desarrollo autónomo, pasando por la dominación incaica, hasta la conquista, el 16 de noviembre de 1532. En el devenir del tiempo han logrado configurar sólidos patrones culturales de comportamiento, de valores, de solidaridad, de legitimidad, de trabajo, de cooperación, de adaptación a un medio vertical y de creatividad. Estas circunstancias han hecho que nuestros pueblos desarrollen su propia cultura, ya sea en el campo del arte como la técnica alcanzada en la agricultura. Nuestra cultura, hizo su evolución social y cultural propia, conquistó y cultivó su territorio, estructuró un tipo de sociedad, en una palabra logró una cultura propia. Se propagó y diversificó en un área muy extensa, desarrollando núcleos de variada conformación y cohesión, abrió multitud de posibilidades y perspectivas y, en muchas formas y tiempos, despertó sentimientos de legitimidad hacia la pequeña o gran región. Este Distrito se encuentra ubicado en las más altas cumbres de nuestra agreste Geografía, que hacen de Moquegua, la zona más arrugada del planeta. Está por difundirse sus famosas aguas termales que harán también de San Cristóbal, uno de los pueblos de mayor atracción turísticas, mejorando sus instalaciones y vías de acceso. 439

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También por la ley N° 9940, del 31 de enero de 1944, fue creado éste Distrito, separándolo del de Carumas. Comprende los siguientes pueblos: Calacoa, Putina, Bellavista, San Cristóbal, Muylaque y Sijuaya. (/430/) I) Omate A comienzos del año 1540, en Arequipa, Martín López de Carbajal, el rico Encomendero de Omate, se desempeñaba como Alguacil Mayor, El Alcalde Mayor era Alonso de Cabrera y los AIcaldes Ordinarios Pedro Barroso y Garcí Manuel de Carbajal. Los Regidores: Juan de la Torre, Andrés Jiménez, Hernando de Silva, Lucas Martínez Vegazo, Luis de León, Hernando de Torres y Gómez de León. Estos mismos cargos los venían desempeñando en la Villa Hermosa de Camaná, cuando se trasladó la ciudad a la Villa Hermosa de Arequipa. Cuando Martín López se desempeñó como Alcalde de Arequipa, se preocupó del mejoramiento de la agricultura y ganadería, ya que conjuntamente con los Regidores Juan de San Juan, Hernando Alvarez de Carmona y Francisco Bosso, el 21 de junio de 1557, escogieron el lugar para el mejoramiento de la ganadería que comenzaba en el Camino Real que va a Chule (Valle de Tambo), y por otra parte el Río Socabaya que pasa por la Peña, incluyendo las aguas que son vertientes de manantiales y del Río Postrero. En reunión del Cabildo de fecha 23 de julio de 1557, se acordó la construcción de un puente bajo la supervisión de Francisco Bosso. El 28 de agosto de 1553, como Alcalde, y Francisco Noguerol de Ulloa, compraron las casas a Juan de San Juan y exigían su entrega, por lo que intervino el Corregidor Alonso de Cáceres, dando cumplimiento con la entrega. Cuando el Cabildo había nuevamente elegido para Regidor a Martín López de Carbajal en un nuevo período no aceptó el cargo por haberse desempeñado en el mismo varias veces, por lo que intervino el Corregidor Licenciado Miguel de Cuéllar y le ordenó que aceptase el cargo.

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Como fundador de Arequipa, contaba con 12 fanegadas de tierras, encima de la Barranca, Las huertas, por su poca extensión, eran baratas. Su familiar, Garcí Manuel de Carbajal, le vendió a Martín López, por poder, algunas huertas en la Barranca y a orillas del Chili, en 125 pesos. Estas tierras habían sido del General Pedro de Hinojosa y colindaban con las de Francisco Noguerol de Ulloa y con las de Martín López de Carbajal. (/431/) Martín López, intervino en la Batalla de Chupas, donde fue derrotado Almagro El Mozo, teniendo destacada actuación, por lo que informó al Rey de este acontecimiento. En las declaraciones que hizo Martín López a favor de los servicios de Hernando de Silva, fechado en el Cuzco el 27 de junio de 1548, manifestó que en ese año contaba con 50 años de edad. Cuando se sublevó Manco Inca, él se encontraba en Lima y vio que Hernando de Silva con el Capitán Godoy, fueron en defensa de los españoles en Jauja. Asimismo informó que estando en Lima vio también salir a Alonso de Alvarado, con dirección al Cuzco, con el mismo fin. En el levantamiento de Gonzalo Pizarro vio que su Teniente era Pedro de Fuentes, acordando con Hernando de Silva la mejor manera de prenderlo, previo acuerdo que Sílva había tenido con Diego Centeno, partidario del ejército real. Cuando las fuerzas del Rey, tomaron preso a Lucas Martínez Vegazo, pizarrista, Martín López vio que el pueblo de Arequipa quería nombrar como Capitán General a Hernando de Silva, lo cual éste declinó, nombrándose a Gerónimo de Villegas y Maestre de Campo a Silva. El 27 de octubre de 1548, ante el Alcalde Pedro Barroso, estuvo de Testigo en la presentación de Melchor Gutiérrez en nombre de Hernando de Rivera, para que le entreguen Casiques e indios para su encomienda. En Arequipa, el viernes 26 de abril de 1549, por la mañana, siendo Alcalde, se presentó a su despacho Juan de la Torre, con un documento firmado por La Gasca, Gobernador del Perú, donde se enunciaba que de la Torre, tenía derecho a una cierta cantidad de indios y caciques, por lo que se procedió a entregársele a su nombre y la de su 441

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esposa, Ana Gutiérrez. Los Repartimientos eran los de Camaná, Ocoña y Acarí. En un documento fechado en Los Reyes, el 4 de noviembre de 1551, emanado del Virrey Antonio de Mendoza, concediendo a Diego Hernández de la Cuba la encomienda de Cabana por haberse casado con Juana de Mercado viuda de Juan Pérez de Vergara, aparecen los nombres de Martín López de Carbajal y de Miguel Rodríguez de Cantalapiedra, vecinos de Arequipa, que habían hecho una visita a los indicados pueblos. (/432/) En Arequipa, siendo el 1 de marzo de 1555, Martín López y Juan de San Juan, estuvieron de acuerdo en que el Cabildo conceda a Pedro Pizarro una chacra en Chilina, sin perjuicios de terceros, porque ellos fueron a constatar. El 13 de setiembre de 1571, estuvo como testigo de Francisco de Santander, en las averiguaciones por Cédula y Provisión Real de los que desempeñaron el Cargo de Oficiales Reales desde la Fundación de Arequipa hasta 1545, Martín López, manifestó, en 1571, tener más de 70 años y que sólo se acordaba de Manuel de Espinal, Tesorero; de un 'ulano Mercado, marido de María Manrique; del contador Juan Guzmán y del vecino Gómez de León. EI 14 de febrero de 1558, siendo Tutor de Diego de Carbajal, hijo del Fundador de Arequipa Garcí Manuel de Carbajal, le solicita permiso, para firmar un poder a favor de AIonso Núñez, suegro de Martín López de Carbajal, para que en España haga información dé los servicios de su padre. En el levantamiento de Francisco Hernández Girón, que encabezaba a los Encomendadores descontentos en la ciudad del Cuzco el 12 de noviembre de 1553, envía a Tomás Vásquez y al Capitán Piedrahita hacia Arequipa, los cuales le robaron e incendiarion las casas de Martín López de Carbajal y de Noguerol de Ulloa. Pero por Provisión de Francisco Pizarro, fechada en el Cuzco el 22 de enero de 1540 se le concede la Encomienda de Omate y sus pueblos a Martín López, donde, a nombre de Fray Vicente de Valverde, Obispo del Cuzco, le deposita Omate y el Cacique Caila y sus pueblos de 287 indios y el 442

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pueblo de Coalaque de 25 indios y el pueblo de Tamaña, con 45 indios, Humbasi, con 45 indios; Jurama, con 20 indios; Lagi, con 10 indios; Chica con 20 indios, excepto 8 indios que son del Cacique Capachica. Por la misma Provisión, pero en la Villa Hermosa de Camaná, el 9 de Febrero de 1541, el Alcalde Garcí Manuel de Carbajal, tomó a mano de! Cacique Ila y lo entregó a Martín López, firmando el documento el escribano Alonso de Luque. (/433/) En Arequipa, el 10 de junio de 1541, Francisco de Montenegro, Alcalde Ordinario, da posesión de las tierras concedidas a Martín López, Alguacil Mayor. Estas tierras estaban en la margen izquierda del Río Chili, encima de la Barranca, junto a sus propiedades y, de acuerdo a la costumbre, estuvo paseándose en su nueva propiedad de un lado para el otro, siendo testigos Lorenzo de Arévalo y Hernando de Segovia y firmando ante el Escribano Juan de Herrera. Martín López de Carbajal, estuvo casado con Inés García, teniendo como hijos a Gaspar (que contrajo matrimonio con Giomar de Grado Maldonado); Elvira (que se casó con Diego Cornejo). Francisco Hernández Tarifeño, por disposición del Virrey Francisco de Toledo, heredó las tierras de Martín López y concedió a Gaspar López, en Omate, una pequeña extensión de tierras en compensación. EI 2 de Agosto de 1565, Don Lope García de Castro, nominada como Corregidor a Hernando Madueño, con funciones en los repartimientos de Pocsi, encomienda de Diego de Cáceres y Solier; Puquina, de Diego Hernández de Mendoza; Omate, de Martín López de Carbajal; Quinistaca, del Bachiller Miguel Rodríguez de Cantalapiedra; Carumas, de Hernán Bueno y Lucas Martínez Vegazo. Años después, al darse al Capitán Diego Mazo Alderete el Corregimiento de los Ubinas, Pocsi, Carumas, Puquina, Quinistaca y Cochuna, agregó el Virrey García Hurtado de Mendoza, mediante Provisión del 8 de Agosto de 1590, a los "mitimanes de Diego de Peralta y mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca". 443

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El Intendente de Arequipa, Antonio Alvarez y Jiménez, llegó a Omate la tarde del día 29 de noviembre de 1791. En este año se encontraba como Párroco Interino el Licenciado Juan José Rendón y como Mayordomo de la Iglesia Don Eugenio Acencio. También el Obispo de Arequipa, Chávez de la Rosa, estuvo en Omate el 1 de julio de 1789. Por ese entonces residían en Omate 557 personas entre españoles y mestizos de ambos sexos y todas las edades en esta forma: españoles en el pueblo de Omate, 127; en Moromoro, 55; en Quinistaca , 145 viudas. (/434/) En la clase de indígenas, era así: Omate, 584 personas originarias y 81 forasteros; Coalaque, 209 originarios y 97 forasteros; Quinistaca, 391 originarios y 69 forasteros. La suma total, contando con todos los anexos, ascendla a 2,137 personas. El Pueblo de San Lino de Omate, estaba considerado como Cabecera de Doctrina y comprendía los siguientes pueblos: San Bernardo de Quinistaca "San Clemente de Coalaque y La Asunción de Quinistaquillas. Comprendía también las Estancias de Tambillo y Cabrería de Charicucho. El Bachiller Don Miguel Rodrlguez de Cantalapiedra, natural de la Villa de Catalapiedra, en España, fue Emcomendero de Quinistaca. En su testamento otorgado en Arequipa 7 de enero de 1571 ante el Escribano Gastar Hernández, declaró que dejaba gran cantidad de ganado cabrío y ovejuno "para el hospital hecho o que se hiciese en el Repartimiento de Quinistaca., o en el pueblo de Coporaque". Mandó que su cuerpo fuese enterrado en la Capilla Mayor del Monasterio de Nuestra Señora de las Merecedes de Arequipa. En 1791, se encontraba como Alcalde de Omate Don Lorenzo Pastor. Algunos años antes Omate era Anexo de Puquina. En ese año Don Mariano Hurtado se desempeñaba como Recaudador de los Reales Tributos y presentó un Expediente al Intedente de Arequipa donde le solicitaba que le fuesen adjudicados unos topos de tierras eriazas en el Pago de Moromoro, ubicadas a ambas bandas del Río Tambo, pagando 8 pesos a beneficio de las Cajas de las Comunidades de Omate y Puquina. Construirla, asimismo, un puente y un alojamiento, por lo que se le adjudicaron dichas 444

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tierras. Parte del dinero se remitió al Alcalde de Puquina Don Antonio Bernedo, comisionándose a Don Juan de Dios Bernedo para que se le entregue las tierras. (/435/) Se dice que en un pricipio a Omate se le conocía con el nombre de Ansí. De temperamento suave y fértil, abundan las frutas, principalmente en Quinistaquillas, que desde los primeros tiempos las comerciaban con Arequipa y Moquegua. El guano de Isla de Ilo servía para el abono de sus árboles. Las erupciones del volcán Huaynaputina, ocurría el 19 de febrero de 1600, arruinó sus fundos. De grata recordación es el Padre Juan Baltasar Pacheco, quien hizo construir un puente de madera, fijado en dos peñones que por una y otra banda estrechan el Río Tambo. En 1788 con ayuda de sus feligreses, principalmente de Quinistaquillas, logró fijarlo sobre vigas y cables. En 1791, se dispuso que Don Mariano Hurtado, recaudador de Tributos de Omate y Ubinas, sea el encargado de organizar su mantenimiento cada año, antes de las avenidas, lo mismo que arreglar el camino cercano, principalmente la Cuesta de Pachas. El Padre Pacheco se quejaba que los habitantes de Quinistaquillas estaban cobrando hasta dos reales por persona por utilizar el puente, por lo que se autorizó que el tránsito sea libre y Franco, dejándolo compensado con la mutua cooperación de unas y otras Doctrinas su reparación. El Padre Juan Baltazar Pacheco también contribuyó a realizar importantes obras en Characato. Por este año también vivía en Omate el Licenciado José Alejandro Rodríguez, quien era propietario de un molino; asimismo Don Lázaro Ramos Cayla, agricultor; Mariano Hurtado, a cargo de un Estanquillo de Tabacos. Omate tenía 137 contribuyentes originarios y 43 forasteros, cuyas tasas a razón de 8 pesos 5 reales en los primeros y de 7 pesos y medio reales en los segundos, compan(an el total de 2677 pesos cuatro y medio reales en cada un año. Las pocas tierras de la Comunidad o de la corona habían estado arrendadas a Cipriana Cornejo, Úrsula Atencio, Nicolás Ayala y Antonio Ticona, habiendo acostumbrado pagar 10 pesos la primera; 3 la segunda; 10 el tercero y 20 445

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reales el cuarto. Este dinero se dispuso que strva para el mantenimiento del puente. Al español Francisco Zaconeta, el 6 de diciembre de 1791, se le adjudicó un topo y medio de tierras para que pueda sostenerse y haga las veces de Preceptor a los hijos de los naturales, sin pensión alguna y el encargo de proporcionar cartillas y papel. (/436/) El 14 de abril de 1586, desde el Cuzco, el Obispo de esa ciudad procede a nombrar como cura de Omate al Padre Diego Chávez Carbajal. El 22 de febrero de 1786, el Obispo de Arequipa Fray Miguel de Pamplona, procedió a dividir la Parroquia de Puquina, ante el reclamo de los habitantes de Omate, principalmente de Don Tomás Cojoma, Alcalde de Aguas de Omate, como así del Alcalde Ignacio Ramos, quienes manifestaban que la Parroquia de Puquina quedaba muy distante. El 12 de abril de 1794, se desempeñaba como Teniente de Cura de Quinistaca Don Pedro de Villanueva. El 27 de junio de 1789, se encontraba de Visita pastoral el Obispo de Arequipa, Chávez de la Rosa. El 14 de agosto de 1803, se desempeñaba como Párroco de Omate José Antonro Rodríguez y Salamanca. En Omate, algunas personas con rango de Caciques pasaron después a desempeñarse como Alcaldes de Naturales. Esta circunstancia se daba cuando dichos ex-caciques mostraban su capacidad y al mismo tiempo su adhesión incondicional al régimen colonial. Tenemos el caso del Alcalde de Omate Don Francisco Ramos, quien con motivo de una composición de tierras se identificaba como "natural descendiente de caciques principales que han sido de este pueblo de Omate" y declaraba que por el hecho de ser "benemérito por buenos servicios permanezco en el real servicio administrando justicia, con Título de Alcalde Ordinario de Naturales por dos Años y como recaudador de reales tributos y en tercerr lugar como admistrador y haber de la Caja de la Comunidd después de haber ejercido como medidor en la mensura de tierras". (/437/)

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Manuel Zuni, Alcalde de Naturales de Omate, fue denunciado por el Cacique Mariano Hurtado, criollo que se desempeñaba como Teniente de la Comunidad, porque según argumentaba "influye a todos los indios del común para que no colaboren en la construcción de la iglesia y en todas las demás cosas que son costumbre... y así Don Diego Camacho, Alcalde de Españoles, en Navidad no recibió un peso de ninguna persona... por lo tanto pido suspender a dicho Zuni de su cargo de Alcalde y se nombre otro ..." En los años de 1811, 1831 Y 1827, se sacaron a remate los diezmos de las parroquias de Ilo, Puquina, Ubinas, Omate y Pocsi. El día 25 de enero de 1869, falleció en Moliendo el Presbítero Francisco Javier Oviedo, natural de Omate, de 28 años, atacado por la fiebre amarilla. En su Partida de defunción se lee: "Con motivo de haber querido cumplir su deber hasta el sacrificio no vaciló en obedecer al Señor Vicario Don Pedro de la Flor y vino a este Puerto con el objeto de reemplazar al que suscribe - Firmado José María de la Cuesta". El Bachiller Miguel Rodríguez de Cantalapiedra, el Encomendero de Quinistaca, pertenecía, en Arequipa, a distinguidas familias de intelectuales de los primeros años de la conquista, conjuntamente con los Licenciados Miguel de Cuéllar y Hernando de Rivera, los Bachilleres Alvaro Martín y Juan de Nava; I os Presbíteros Rodrigo Bravo, primer párroco de Arequipa y García Díaz Arias, que fue Obispo de Quito; Lázaro García, Diego Manso y Bartolomé de Ojeda; los Escribanos Alonso de Luque, Alonso de Carmona, Juan Romo y Juan de Herrera; el Alguacil Francisco Madueño; Felipe Gutiérrez (hijo del tesorero de Carlos V); Francisco Noguerol de Ulloa, hijo del Alcalde de Simancas (España). En una Provisión, fechada en Los Reyes, el 4 de noviembre de 1551, del Virrey Antonio de Mendoza, concediendo a Diego Hernández de la Cuba, la Encomienda de Cabana (Cailloma, Arequipa) por haberse casado con Juana de Mercado, viuda de Juan Pérez de Vergara, aparecen el Bachiller Miguel Rodríguez de Cantalapiedra y 447

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Martín López como Visitadores de ese pueblo en el mes de mayo de 1549, encontrándose con los Caciques Alacanabache y Alayaunquiche, que en un tiempo los tenía Juan Pérez de Vergara. (/438/) En una información, fechada en Arequipa el 29 de agosto de 1575, sobre los servicios realizados a Su Majestad por los pobladores, mandada practicar a petición de la ciudad por el Virrey Francisco de Toledo y por el cual le concedió el Título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad, aparece la Declaración del testigo Alonso de Luque, enunciando el nombre de Cantalapiedra, como uno de los primeros pobladores, conjuntamente con Pedro Pizarro, Miguel Cornejo, Martìn López de Carbajal, Juan de la Torre, etc. El Pacificador del Perú, Licenciado Pedro de la Gasca , después de la derrota que sufrió Gonzalo Pizarro en 1549 en Jaquijahuana, dispone la Visita de Cantalapiedra y Martín López de Carbajal de algunas provincias del Norte de Arequipa para comprobar la pacificación y ver la factibilidad de hacer una redistribución de las tierras, principalmente de aquéllos que habían estado a favor de Gonzalo Pizarro, para entregárselas a nuevos dueños. Cantalapiedra, por ser uno de los más antiguos fundadores, por el año de 1570, dijo tener 77 años. En el matrimonio con Doña Isabel Vaca, en el Templo de La Merced, auspiciaron de padrinos Martín López de Carbajal y su esposa Inés García; vivían en la calle de los Ejercicios, (hoy Álvarez Tomas) y se desempeñaba como alguacil de Arequipa. Murió en esta última ciudad, el 7 de enero de 1571,a la edad de 78 años, siendo enterrado en la Iglesia de La Merced. El Bachiller Cantalapiedra, en su Testamento otorgado en Arequipa el 7 de enero de 1571 ante el Escribano Gaspar Hernández, declaró que dejaba gran cantidad de ganado cabrío y ovejuno "para el hospital hecho o que se hiciere en Quinistaca o en Coporaque y la lana se reparta a los pobres. Mandó que su cuerpo fuese enterrado en la Iglesia de La Merced, en Arequipa. Había nacido en la Villa de Cantalapiedra en 1493. El Escribano de esta Villa, en España, Don Antón Rodríguez, fue 448

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su padre. Doña Marina Rodríguez de Mercado, su madre. Había estudiado en la Universidad de Salamanca. El sabio Antonio Raimondi, estuvo en Omate, en el mes de marzo de 1864. Pero la Doctrina de San Lino de Omate, según la Constitución de 1823, del 12 de noviembre, elevó a la categoría de Distrito a esta población. (/439/) En 1916, según Ley del 4 de diciembre, se elevó a la categoría de Villas a Omate y Puqui¡na, comprensión de la Provincia Litoral de Moquegua, por los servicios que éstos pueblos prestaron a la patria en la Guerra con Chile. Cuando se creó el Departamento de Moquegua, el 3 de abril de 1939, por Ley Nro 8320, se creaba también las Provincias de Mariscal Nieto y General Sánchez Cerro. El Presidente José Pardo por ley Nro 2382, del 2 de marzo de 1917, elevó a la categoría de Villas a Omate y Puquina. J) Ubinas El cronista Pedro Cieza de León, al referirse a Ubinas, dice: "Los Hubinas, Chiquihuanita, Quinistaca y los Collaguas, son pueblos sujetos a esta ciudad (Arequipa), los cuales antiguamente fueron muy poblados y poseían mucho ganado de sus ovejas". Algunos autores, como J. Alden Mason y Julian H. Steward, sostienen que los habitantes de Ubinas, hablaban el Aimara; en cambio otros sostienen que hablaban el Puquina. Esto ha sucedido a diferentes épocas por la cercanía a la nación Colla, y a la etnia Puquina. Posteriormente se habló el Quechua, como ahora, por la influencia del Imperio Inacaico. La región del Ccollisuyo o Colesuyo, era generalmente puquina hablante, y en él estaban considerados diferentes pueblos como: Ubinas, Carumas, Matalaque, Coalaque y Omate. Al poblado de Ubinas, se le conocía, con el nombre de "Corregimiento de Ubinas y Valle de Moquegua", y contaba con varios pueblos: Carumas, Omate, Pocsi, Puquina, Quinistaca, Cochuna, etc. 449

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El encomendero de Ubinas era Garcí Manuel de Carbajal. Al fallecer, su hijo no pudo heredar, por limitaciones mentales. Al ir creciendo la ciudad de Arequipa, se hizo necesaria la construcción de un nuevo camal o matadero; esto se hizo realidad, ya que en la construcción trabajaron canteros indígenas de Ubinas. (/(440/) Eclesiásticamente, Ubinas, empezó a depender del Obispado de Arequipa, al igual que otros pueblos tan distantes como Loa (Chile), Collaguas, Condesuyos, Carumas, etc. abarcando siete Corregimientos, uno de ellos era el "Corregimiento de Ubinas y Valle de Moquegua". Al finalizar el siglo XVI, la encomienda de Ubinas era considerada "De Su Magestad". Con fecha 27 de abril de 1541, Garci Manuel de Carbajal, Teniente de Gobernador de Arequipa, otorga poder a Alonsode Cuevas para que en Ubinas explote una mina de su propiedad, en su nombre y realice todos los actos y diligencias que convengan, siendo testigos Francisco de Montenegro, Rodrigo Espinoza y Diego Del Campo. En una Provisión fechada en el Cuzco, el 22 de enero de 1540, Francisco Pizarro, concede a Francisco Noguerol de Ulloa, varios pueblos con sus indios en Ubinas, con el Cacique Principal Sisquicha. Otra Provisión, también fechada en el Cuzco, el 29 de enero de 1548, expedida por el Licenciado Pedro de La Gasca, concede a Garcí Manuel de Carbajal la Ecomienda de Ubinas, que antes la tuvo Francisco Noguerol de Ulloa. En Los Reyes, el1 O de Junio de 1566, el Licenciado Lope García de Castro, concede a Pedro de Puerta, para toda su vida, el Repartimiento de Ubinas y Majes. Francisco Noguerol de Ulloa, además de la Encomienda de Ubinas, contaba con la Encomienda de Yanque-Collagua (Arequipa), que se la havía transferido el Gobernador Pedro de La Gasca y que antes había pertenecido a Gonzalo Pizarro. Noguerol había viajado a España y no pudo retornar al Perú, por lo que su propiedad fue declarada "Encomienda de Su Magestad" y sus rentas 450

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unas veces se destinaban para la ciudad de Arequipa, recaudadas por la Caja Real, Contador y Tesorero. Otras veces las rentas eran remitidas al Rey de España, como ocurrió con el Virrey Francisco de Toledo, que realizó importantes remesas al Rey Felipe II. (/441/) Noguerol de Ulloa, había viajado, con Diego de Almagro, a la Conquista de Chile y, posteriormente, participó en la fundación de Arequipa y su casa estaba situada en la calle Santa Catalina; contaba, también con 10 fanegadas de tierras en El Ejido, en Arequipa. En esta ciudad, y por acuerdo del Cabildo del 14 de enero de 1553,se nombró como Mayordomo del Hospital a Noguerol. Él mismo, el 25 de Enero de 1541, firma un contrato con Nicolás de Candia, para hacer hornos para fundir metales, afinarlos y beneficiarios. Las minas de Cailloma, eran de Noguerol de Ulloa, comprendidas en su Encomienda de Collaguas. Con fecha 10 de marzo de 1543, se desempeñaba en Arequipa como Alcalde Ordinario. El 5 de agosto de 1544, firma un Acuerdo del Cabildo, por el que se toman acuerdos para el mejor servicio a Su Magestad. El 22 de diciembre de 1544, firma el Poder de la Ciudad de Arequipa, a favor de Lorenzo de Aldana, Diego Maldonado y otros, para que a su vez supliquen nuevas ordenanzas al Consejo de Indias. Aldana, habla participado con Almagro en la Conquista de Chile. Noguerol de Ulloa, en la Ciudad de Los Reyes, el 18 de enero de 1555, presentó una Probanza de los méritos y servicios ante la Audiencia para presentar a Su Majestad, manifestando en ella que habia estado en desacuerdo con Diego de Almagro "El Mozo" y con Gonzalo Pizarro, ya que, este último habla enviado a Pedro de Fuentes, como su Teniente a Arequipa, para que le quitase los indios que tenia, lo mismo que su Hacienda, por lo que se unió a Diego Centeno, partidiario del Rey, en Desaguadero, y puso a su dispocición caballos y negros esclavos, participando en la , Batalla de Huarina, peleando, frente a frente, contra el Licenciado Cepeda, Capitán General de Gonzalo Pizarro, saliendo herido. Asimismo, participó contra Gonzalo Pizarro 451

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en la Batalla de Jaquijaguana (Provincia de Anta, Cuzco), el 9 de abril de 1548, donde Pizarro fue decapitado y sus restos enterrados en la Iglesia de La Merced del Cuzco; en el mismo sitio yacian los restos de Diego de Almagro "El Viejo" y "El Mozo". Su Lugarteniente, Francisco de Carbajal, corrió la misma suerte: fue ahorcado y después descuartizado. (/442/) Noguerol, siempre al servicio de Su Majestad, levantó el Estandarte Real, contra Francisco Hernández Girón, en Arequipa, recibiendo "muchas lanzadas y cuchilladas". Siendo Corregidor de Arequipa, Jerónimo de Villegas, partidiario de Hernández Girón, Noguerol fingió estar enfermo para no comprometerse con el levantamiento; ante la insistencia, montó su caballo y apareció en la ciudad de Lima, regresando hasta Chincha, para impedir la toma de la Capital. Mientras tanto Juan de Piedrahita, Lugarteniente de Hernández Girón, quemaba las casas de Noguerol, en Arequipa. También estuvo al servicio del Virrey Vlasco Núñez Vela. Noguerol de Ulloa, habla viajado a España. Solicitó prórroga de 8 años para permanecer allf, donde seguía un pleito con Beatriz Villasur, concediéndosele 2 años, según documento firmado en Toledo, el 11 de diciembre de 1560, por el Comisionado Santander, Habfa regresado a España en 1557, donde sostuvo pleito cón Beatriz Villasur que alegaba ser su esposa, ordenándose regresar al Perú para atender a su encomienda. Al pedir prórroga, falleció en España. Sus indios fueron dados por La Gasca a Garcf . Manuel de Carbajal, fundador de Arequipa. Garcí Manuel de Carbajal, al principio, estuvo dentro de los principales fundadores de la Villa Hermosa de Camaná, en el lugar llamado Huacapuy, posiblemente en noviembre de 1539, teniendo como Primer Alcalde a Alonso Cabrera y como Alcaldes Ordinarios a Garcí Manuel de Carbajal y Pedro Barroso (que par1icipó con Diego de Almagro en la Conquista de Chile), y Regidores a Hernando de Silva, Lucas Mar1ínez Vegazo, etc... Fundadores también fueron Mar1ín López de Carbajal, Francisco Noguerol de Ulloa, Diego Hernández de la Cuba, etc.

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Con fecha 6 de Junio de 1539, desde Los Reyes, Francisco Pizarro ordena a Garcí Manuel de Carbajal, trasladar la ciudad de Camaná al Valle de Arequipa, fundándola el 15 de agosto de 1540, siendo su Alcalde Juan de la Torre, uno de los Trece de la Isla del Gallo, y Alcaldes Ordinarios Garcí Manuel de Carbajal y Pedro Barroso. (/443/) Como Regidores estaban Hernando de Silva y Hernando de Torres y Cervantes. Otros Fundadores, fueron: Lucas Martínez Vegazo, Pedro de Valdivia, Cristóbal de Peralta, Gómez de Tordoya, etc. Garcí Manuel de Carbajal, vivía en Arequipa en la calle La Merced, contando con un solar en el Pasaje de la Catedral y contaba con 12 fanegadas de tierras Encima de la Barranca. Después de la muerte de Francisco Pizarro, Almagro "El Mozo", se adueña del mando, enviando a Arequipa a Cristóbal de Hervas, para que el Cabildo reconociera a Almagro como Gobernador del Perú, teniendo que Garcí Manuel de Carbajal abandonar la ciudad. Gómez de Tordoya, desde el Cuzco, marcha sobre Arequipa para desalojar a Hervas. Carbajal, dejó como descendencia a un hijo que, incapacitado mentalmente, se encontraba en continuo tratamiento. Carbajal, al ser nombrado Alcalde de Arequipa, ordenó la construcción de la Catedral el 14 de febrero de 1544, vendió en 125 pesos una pequeña chacra a su pariente Martin López de Carbajal, que colindaba con la chacra de este último y con la de Lucas Martínez Vegazo. Garcí Manuel de Carbajal fue el custodio, a partir del 12 de febrero de 1550, como Regidor, del escudo y la bandera de Arequipa y por ser también Caballero de Espuela Dorada. Por Provisión fechada en el Cuzco el 29 de agosto de 1548, el Licenciado Pedro de la Gasca, concedió a Garcí Manuel de Carbajal la encomienda del Repartimiento de Ublnas, que antes tuvo Fransisco Noguerol de Ulloa. En un documento de declaración e información de servicios de Hernando de Silva, fechado en el Cuzco el 27 de junio de 1548, Garcí Manuel de Carbajal declaró tener 48 453

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años. En diciembre de 1551, por poder, Carbajal empezó a administrar los bienes de Hernando de Silva, quien había viajado a España, de donde no volvió. Por mandato de Francisco Pizarro, fechado en Los Reyes, el 7 de mayo de 1541, se dispone que Garcí Manuel de Carbajal. Teniente Gobernador de Arequipa, reclute 100 hombres y mil pesos para la guerra contra ellnca Yupanqui. (/444/) El 22 de diciembre de 1544, siendo Garcí Manuel de Carbajal, Alcalde Ordinario y FranCisco Noguerol de Ulloa, Regidor, otorgaron poder a Lorenzo de Aldana, vecino de San Juan de la Frontera, de la Provincia de Los Chachapoyas, quien había viajado a España, para que el Concejo de Indias, otorgue nuevas Ordenanzas para el progreso de Arequipa. En esta misma ciudad, el 14 de febrero de 1558, Diego de Carbajal, hijo de Grací Manuel de Carbajal, otorga poder a Alonso Núñez, para que en España haga información de los servicios de su padre, contando con 25 años, siendo su apoderado Martín López de Carbajal. Anteriormente, el 27 de abril de 1541, Garcí Manuel de Carbajal, otorgó poder al Teniente Gobernador, Alonso de Cuevas, para que viaje a Ubinas y explote su mina. Francisco Pizarro, viajó a España en los últimos meses de 1528, acompañado de Pedro de Candia, que siempre se le había mostrado muy adicto, llevando consigo a algunos indígenas y los productos del país. Cuado regresó, que pudo ser al año siguiente, llegó acompañado de su hermano Hernando Pizarro, el único legítimo y de Juan y Gonzalo, hermanos de padre. Tras Francisco Pizarro, llegaron al Perú Garcí Manuel de Carbajal, Lucas Martínez Vegazo, Diego de Alvarado, Francisco y Diego de Chávez, procedentes de Trujillo (España). El Corregimiento de Ubinas y Valle de Moquegua, en 1557, se agregó al Corregimiento de Chucuito, durante el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza. Este Corregimiento dependía, a su vez, de la Audiencia de Charcas como así de su Obispado, tomando en consideración a los indios mitimaes existentes en Moquegua, procediéndose a nombrar a Diego 454

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Galdo como Corregidor de Chucuito, abarcando Moquegua y Sama. Ante esta situación el Cabildo de Arequipa presentó un reclamo porque las rentas que proporcionaban estos últimos pueblos pasaron a Chucuito. El Rey de España solicitó informes a la Audiencia de Lima y a la de Charcas, por Real Cédula fechada el 28 de febrero de 1568, Charcas, a su vez, dependía del Virreinato del Río de la Pata, abarcando las provincias de Puno, Azángaro, Lampa y Carabaya. (/445/) Posteriormente por Real Cédula del 1 de febrero de 1796, pasaron a depender del Virreinato del Perú, siendo Virrey Ambrosio O'higgins. Estando en Arequipa, el Virrey Francisco de Toledo, en 1575, nombró a Francisco Márquez, como Corregidor de Ubinas, pero sin mencionar al Vallle de Moquegua, que seguirá dependiendo de Chucuito. Pero Arequipa, empezó a cobrar las Tasas provenientes de Ubinas. Moquegua empieza a tener Corregimiento en 1583, con su Primer Corregidor Diego de Vizcarra, esposo de Beatriz Bueno de Arana. Los naturales de la Encomienda de Ubinas, declarados vacantes, fueron reservados a la Corona Real, en la relación de los Repartimientos de Arequipa, en 1578. En ella se lee.: "El repartimiento de Ubinas, de la Corona Real, tiene 30 indios tributarios y 2745 personas reducidas en un pueblo llamado San Felipe". También se le conocía con el nombre de La Concepción de Ubinas, hasta fines del siglo pasado, conformando una sóla Doctrina con Ichuña y Querala, hasta el fallecimiento del Padre Francisco Urbicaín. A partir de entonces, el Obispo de Arequipa Monseñor Miguel de Pamplona, decidió dividirlas. En 1791, se encontraba de Párroco de Ubinas Don Pedro José de Salas, estando a su cargo las ventas de la Iglesia que eran mínimas, solicitando que de ellas se encargarra algún miembro de la comunidad. La iglesia, estaba construída de piedra y barro, con techo de madera y paja y una torre de igual construcción, contando con tierras de diferentes Pagos; así: en San Miguel, 4 Topos; en Taguaca, 4; en Cococtea, 4; en G. Juatagua, 4 y con el nombre de la Virgen, 4 más; en Anascapa, 3; en Huarina, 2; 455

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en Alalaqui, 4; en Paraje, 3 y en Matalaque, 1. Llegaban, más o menos, a 33 topos de tierras que eran propiedad de la Iglesia. En ese año de 1791, Ubinas contaba con 30 matrimonios de españoles; un viudo, 15 viudas, 63 solteros y 66 solteras. (/446/) Los mestizos conformaban 36 matrimonios; 4 viudos; 12 viudas; 67 solteros y 49 solteras. Por su parte los indios conformaban 317 matrimonios; 18 viudos; 174 viudas; 531 solteros y 485 solteras. El total de habitantes era de 2261 personas. Las fiestas, eran: La Concepción (Patrona). Corpus Christi y 4 misas de Aguinaldo de a 4 pesos cada una. Se cobraba más para las Parcialidades de Anansaya yUrinsaya, que estaban a cargo de los Ylatacas. Esta situación causaba protesta, expresando que debería ser de pura devoción. El pueblo de Ubinas, contaba con Parcialidades bastante distantes. Por el Norte, hasta el Cerro de Para y Apacheta de Timillo; por el Sur, hasta Paty; por el Oeste hasta la mitad de la Laguna de Salinas y Tonoguay, Anascapa, Huatagua, Huarina, Matalaque (con Capilla, que hace las veces de Vice Parroquia) y Cacahuara, con capilla pequeña. También abarcaba los pueblos de Escacha y San Miguel, hasta el límite con Carumas que los dividía el Río Coralaque. Juan Domingo de Zamácola y Jáuregui, en su libro "Apuntes para la Historia de Arequipa", manifiesta que "en el pueblo de Ubinas, que dista 30 leguas (de Arequipa) hay un volcán que continuamente está exhalando humo: así lo observé cuando fuí a aquél pueblo, de Secretario de Visita del Prelado Obispo Chávez de la Rosa". Zamácola, era natural de Dima, Señorío de Vizcaya, e hijo legítimo de S antiago de Zamácola y María de Jáuregui. Inició su carrera religiosa como familiar del Obispo Manuel Abad y Llana, con quien llegó a Arequipa el 13 de mayo de 1772. Nombrado Cura de Cayma (Arequipa), actuó, en ese ministerio, desde el 14 de octubre de 1778, hasta el 25 de mayo de 1823, en que falleció, lo que quiere decir más de 42 años, descontando los dos que sirvió en Socabaya (Arequipa).

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Si bien es cierto que, en tiempos de la colonia, el Repartimiento de Ubinas, se otorgó a Francisco Noguerol de Ulloa con 995 indios de 19 pueblos, también a Pedro de la Puerta se le otorgó indios de 2 pueblos. (/447/) El Mapa de la Reducción de Ubinas, se confeccionó en 1792, por orden del Obispo de Arequipa. Pedro José Chávez de la Rosa; en el se muestra el despliegue de capillas que debieron edificarse a la dispersa feligresía de cada una de las Reducciones cuyos linderos sobrepasaban las 25 leguas de perímetro. Denominada Doctrina de la Inmaculada Concepción, en 1770, tuvieron que sacar a la Virgen en procesión para que calmara la furia del volcán. Como toda la gente vivía diseminada costó mucho reducirla. Su población se dedicaba al tejido de ponchos, sayales, cumbis, guantes y medias. Los jesuitas se encargaron de predicarles el Evangelio. De esta Doctrina dependían los Anexos de Jesús de Tonohaya, San Cristóbal Matalaque, San Antonio de Cacahuara, La Calendaria de Yalahua, La Magdalena, de Lloque y San Lorenzo de Chuhuata. En el nombramiento de Corregidor que se le expide a Diego Galdo, el 28 de Febrero de 1568, no sólo se estipula Chucuito y pueblos principales del Altiplano, sino los correspondientes a Ubinas y Moquegua. En el Informe que presenta el gobierno de Lima el25 de octubre de 1569, Fray Domingo de Santo Tomás y Nava rrete , Obispo de La Plata, manifiesta que en Chucuito había cuatro sacerdotes y en Sama, Moquegua, Torata y Samegua, tres. Por el año de 1590 se nombra a Diego Mazo de Alderete como Corregidor de Ubinas con los mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca. EL Gobernador Pedro Gasca, al recompensar con el Repartimiento de Ubinas, los servicios de Garcí Manuel de Carbajal, hace una síntesis de los hechos en que intervino el Fundador de Arequipa, desde su llegada al Perú en 1537, hasta la Batalla de Jaquíjahuana en 1548. EL documento es el siguiente: (/448/)

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"Encomienda de Gasca a Garcí Manuel de Carbajal. Yo el licenciado Pedro Gasca del consejo de su majestad de la santa y general Inquisición y su presidente de estos reinos y provincias del Perú, etc. Por cuanto e sido informado que nos Garcí Manuel de Carbajal que residís en estos dichos reinos del Perú once años, y en ellos aveis servido así en las sustentación y pacificación de ellos como en otras cosas que se han ofrecido tocante al servicio de su majestad con vuestra persona, armas y caballos a vuestra costa y mención como caballero hijo hidalgo y leal vasallo de su magestad, especialmente sois uno de los primeros fundadores y pobladores de la ciudad de Arequipa y por mando del marqués don Francisco Pizarro la fuisteis a fundar y poblar como su capitán y teniente general, y después de este servisteis en la pacificación de los naturales de estos dichos reinos cuando se revelaron contra el servicio de su majestad hasta que se pacificaron y pusieron en su obediencia y real servicio, y continuando el buen celo que al servicio de su majestad teníades y tenéis sabido por vos la muerte del dicho marqués e gobernador causada por don Diego de Almagro el Mozo y sus secuaces y que tenían tiranizados estos dichos reinos, os partisteis de la dicha ciudad de Arequipa y venisteis a esta del Cuzco a os juntar con Pedro Alvarez Holguin que había alzado en ella bandera por su Magestad con cierta enfermedad que os sobrevino os quedasteis en ella malo y estuvisteis hasta tanto que Gómez de Rojas entró en ella con ciertas provisiones del licenciado vaca de castro gobernador proveído por su majestad en estos dichos reinos, así para esta dicha ciudad como para la de Arequipa y otras partes, y porque era cosa conveniente al servicio de su majestad llevar las que venían para dicha ciudad de Arequipa y os partisteis luego con ellas y las Ilevaisteis para que se entendiese la venida de dicho gobernador de su magestad a estos dichos reinos, y llegado que fuisteis con ellas en la dicha ciudad de Arequipa los haceisteis pregonar y hechas estas diligencias y vos partisteis luego para la ciudad de los reyes donde tuvisteis noticias que estava dicho gobernador vaca de castro acudiendo a la voz de 458

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su magestad y a los servir, y sucedió en el camino que garcía de alvarado capitán del dicho don diego de almagro os prendió e os tomó el caballo y armas que Ilevávades y os traxo preso desde Atico hasta Camaná, donde mediante vuestra diligencia entendidas sus tiranías os huisteis de la prisión en que estavades y os fuisteis a juntar con os el gobernador vaca de castro y metisteis debajo del estandarte real, en cuyo acompañamiento anduvistes sirviendo en la guerrra en lo que se ofreció hasta tanto que el ejército de su magestad dio batalla al dicho don diego de almagro y sus (/449/) cecuaces en las lomas de chupas, donde fue vencido y sus campañeros presos y muertos en la cual os hallasteis personalmente, donde vos mataron un hermano vuestro a arcabuzazos; y después de esto aviendo subcedió en estos dichos reinos las alteraciones y tiranías pasadas causadas por gonzalo pizarro y sus capitanes y alidos, y hallándolos en la dicha ciudad de Arequipa su teniente y capitán teniéndolos por persona sospechosa para las cosas que tocaban a su dañada opinión, y porque entendía el zelo que teníades al servicio de su magestad y vos tuvo preso y hizo muchas molestias y daños, y al tiempo que en ella se alzó bandera en nombre de su magestad fuisteis uno de los que dieron orden para que se alzase con su real voz, y con la brevedad posible entendida mi venida a estos dichos reinos a los pacificar y castigar los alterados os metisteis en una fragata que en el puerto de Quilca estaba, y fuisteis en mi busca al puerto de tumbes a darme razón y cuenta de! estado en que allí quedaban las cosas, donde me encontrasteis y me entregasteis ciertos encargos y despachos que lIevavadeis y me entregaisteis la dicha fragata y metisteis debajo del estandarte real, en cuyo acompañamiento y mío anduvisteis sirviendo en la guerra en todo lo que se vos mandó y se ofreció hasta tanto que sabido por el ejército de su magestad y por mi como estaba el dicho Gonzalo Pizarro y sus capitanes en el valle de xaquixaguana puestos ert campo y en orden para dar la batalla al estandarte real se fue en su busca, y allí se le dio, donde fue vencido y preso y sus capitanes muertos, y la demás gente desbaratada, en la cual estos 459

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dichos reinos reducidos al servicio de su majestad, en la cual vos hallasteis personalmente y servisteis e hicisteis conforme a la confianza que en vuestra persona y méritos que tenéis y a los excesivos gastos que en la empresa se voz rrecrecieron y siguieron el que resultó quedar adeudado, en alguna enmienda y remuneración de ello en nombre de su majestad y por virtud de sus reales comisiones y poderes que para ello tengo que por estar publicados y ser tan notorios aquí no van insertos, os encomiendo y deposito en los términos y jurisdicción de la ciudad de Arequipa todo el repartimiento y indios con los caciques principales e indios y estancias y chacras a ellos sujetos, (/450/) que tuvo en encomienda en el término de la dicha ciudad que se dicen los ovinas Francisco Noguerol de Ulloa vecino de ella para que los tenga y posea según y de la manera que el dicho Noguerol de Ulloa los tenía y poseía conforme a los títulos que de ellos tenía, y para que os sirváis de ellos conforme a las ordenanzas reales con que dexeis a los caciques sus mujeres e hijos e indios de su servicio y con que los doctrinéis y hagáis doctrinar en las cosas de nuestra santa fe católica como su majestad lo manda, y sino lo hiciéredeis. y en ello hubiere algún descuido cargue sobre vuestra conciencia y no sobre la de su majestad ni mía que en su real nombre vos lo entrego, encargo y mando, y que a ellos y a los demás indios los trateis bien y procureis su conservación pidiéndoles tributos moderados y tales que buenamente los puedan dar con apercivimiento que si en ello excediéredeis aliente de ser penado y mandará tomar la demasía en parte de pago para lo que adelante oviéredes de aver conforme a la tasación que de los tales trubutos que ovieren de dar los dichos indios se hiciere y por ser cosa notoria que con las guerras y alteraciones pasadas y ávidas en estos dichos reinos quedan los naturales disminuídos, cansados y faltos de comida, y si no fuesen sobrellevados y reservados de trabajo este presente año dándoles tiempo para poder hacer sus sementeras y dexarles semilla para ellas, está claro el daño que adelante se seguiría así a los españoles como los dichos naturales: por tanto os encargo y mando que por todo un año primero siguiente 460

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sobrellevéis los dichos indios lo más que pudiereis para que tenga efecto este beneficio y por la presente, encargo y mando a cualquier justicias mayores y ordinarias así de la ciudad de Arequipa como de otras cualquier partes y lugares de estos dichos reinos, que luego que por vos o por quien vuestro poder hubiere fuere pedida posesión de los dichos indios os la den enteramente para que de ellos os sirváis libremente, y metido os amparen y defiendan en ella y no concientan que de ella seáis despojado sin ser primero oído en juicio y vencido en justicia por derecho, lo que mando que así hagan y cumplan (/451/) so pena de cada mil pesos de oro para la cámara de su majestad. Fecho en la ciudad del Cuzco a veintinueve de agosto de milquinientos cuarentiocho años. El licenciado Gasca pasó ante mí, Juan de Aulestia, escribano de su majestad. Fecho sacado fue este traslado de la dicha encomienda que está acentada en el dicho libro y corregido y concertado con ella, en la dicha ciudad de los Reyes en veintiocho días del mes de abril de milquinientos setentaicuatro años, testigos que fueron presentes a lo ver y corregir y consertar Melchor Castillo y Joan de Hortega Guillen y Francisco Lucero, residentes en esta dicha ciudad. En fe de los cual fize aquí este mi signo (signo), en testimonio de verdad. Francisco de Carbajal". Es muy interesante la Histora de los Mitimaes Ubinas y Carumas en Copacabana y en las Islas del Sol y de la luna, en el Lago Titicaca. Leamos: Sojuzgada la rebelión Colla, el Inca Túpac Yupanqui quedóse un tiempo en Chucuito. En su estadía dio muestras de su gran capacidad y talento como político, restaurador y legislador. Siguiendo la tradición incaica de respeto a las costumbres que no fuesen directamente en contra del Culto del Sol, de la obediencia absoluta al Inca y de la aceptación sin réplica de los principios éticos Incas, Tupac se interesó vivamente de la religiosidad de los Collas. En la Capital de los Lupacas, recibió el Inca la visita de uno de los Sacerdotes de la Huaca del Titicaca. En la 461

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entrevista el Ministro Sagrado habló a Túpac del origen y antigüedad del adoratorio, así como de las maravillas y oráculos que dispensaba el ídolo. Y para convencer al jefe del Tawantinsuyo de lo necesario que era visitar la Isla y la Peña Sagrada, le describió la.belleza singular de aquella tierra privilegiada y de los edificios que se estaban realizando por mandato de Pachacútec Inca Yupanqui, el padre de Tupac Yupanqui al comprender la importancia de la deidad del Titicaca en el alma de sus nuevos súbditos, quiso aprovechar las tradiciones de los Collas y Lupacas para orientarlas hacia una primacía efectiva del culto y gobierno incaico. (/452/) Se pudo lograr que el culto "Achachila" de la Peña Sagrada, se relacionara con el Sol. El Inca Túpac Yupanqui aceptó la propuesta del Sacerdote de viajar a la Isla. Aunque se opusieron los Capitanes del Inca por el riesgo que suponía la navegación y por el descuido de los importantes asuntos del gobierno, Túpac Yupanqui emprendió la romería. Llegando a Yampupata, el puerto peninsular más cercano de la Isla del Sol, se embarcó en una balsa espaciosa, después de solemnes ceremonias de purificación y sacrificios.Habiendo el Inca arribado a la Isla, el jefe de los Ministros de la Huaca lo acompañó hasta la Roca del Gato. Como señal de respeto al lugar sagrado se descalzó y con grandes muestras de sumisión la adoró. Túpac Yupanqui, queriendo dar más misticismo a la Peña del Gato y relacionarla más íntimamente con el Sol, ordenó que el oro y la plata ofrecidos se fundiesen en planchas. Con las láminas de los preciosos metales se revistió el cóncavo de la Peña. De este modo se logró que el Sol reverberara en la Roca Sagrada, haciéndola refulgente como ascua y quedando totalmente asimilada al culto solar. Se le colocó una cortina, un delicado y admirable Cumbi que cubría la superficie de la Huaca. Siguiendo los consejos del anciano Ministro, Túpac Yupanqui escogió para realizar el culto algunos viejos instruídos en los ritos de la deidad del Titicaca. Aunque el Templo del Sol y el palacio del Inca se iniciaron por orden de Pachacútec, a quien se atribuyen estas 462

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construcciones es a Túpac Yupanqui. El fue quien impulsó dichas obras. El Templo del Sol de la Isla del Titicaca, sito en las cercanías de la Roca Sagrada, llegó a adquirir tanta importancia que fue considerado de los más célebres del Tawantinsuyo. Dos solamente lo emulaban: el de Coricancha, en el Cuzco y el de Pachacámac, en el Valle del Lurín. En sus paredes, forradas de planchas de oro, aparecían pintadas imágenes de pájaros, tigres y pumas. (/453/) Sus muros igualmente estaban decorados con pinturas de hombres de todas las naciones del Imperio: Incas, Chancas, Ubinas, Carumas, Carangas,etc. En dicho adoratorio se rendfa culto al ídolo formado por tres estatuas unidas: "Apuinti", que es lo mismo que Padre y Señor Sol; "Churipinti", el Hijo del Sol; "Intipguagui", el Hermano del Sol, según Calancha-Torres. Como la Isla del Sol, de configuración rocosa, no era muy apropiada para el cultivo ni era posible adornarla con hermosas jardines, los Incas se preocuparon de allanarla y formar andenes. Para lo cual llevaron a los hombres más diestros el Imperio en andenerfas, quienes llevaron tierra desde lejos para que las Chacras del Sol produjeran maíz y otras legumbres. Las mazorcas cosechadas (actualmente se cosechan en la Isla) en la Isla Sagrada eran enviadas allnca que las llevaba al Templo de Coricancha. "De ellas enviaban a las Vfrgenes Escogidas que estaban en el Cozco, y mandaban que se llevasen a otros conventos y templos que por el reino había, un año a unos, y otros a otros, para que todos gozacen de aquel grano, que es como traido del cielo", a decir de Garcilaso. Túpac Yupanqui, al realizar el culto al Sol en la Isla del Titicaca, vio por conveniente enraizar el Culto a la Luna, que reuniese las mismas características sagradas que la Roca del Gato. El sitio adecuado lo halló en una pequeña Isla a unos nueve Kilómetros y medio al oriente del Titicaca."Llámele Coata o Coyata, que es acústico de Coya, y menta tanto como decir, a la Reina, de que tomó este nombre la Isla", acota Calancha -Torres.

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Fundó un famoso adoratorio con sacerdotes y vfrgenes al servicio de la Luna. Este Templo se hallaba situado en una quebradita y guardaba una estatua de oro de la Luna a semejanza de una Coya. Huayna Cápac, hijo de Túpac Yupanqui, fue el que llevó adelante la obra de su padre en Coatí, queriéndole aventajar en la monumentalidad y perfección de los edificios. EL adoratorio con sus dependencias que hoy componen lo que se demonia Acllawasí encerraban el altar o Capilla de la Luna y los monasterios separados de los sacerdotes y doncellas. (/454/) La relación de los servidores sagrados del Titicaca con los de Coati era estrechísima. "Había muchas y muy frecuentes misiones de una Isla a la otra, llevando los Ministros recaudos amorosos, siendo recíprocas las caricias", a decir de Calancha - Torres. Siguiendo a Túpac Yupanqui en su labor restauradora, dispuso que los pobladores autóctonos de Copacabana acompañasen a los expulsados del Titicaca en su destierro y asentamiento en Yunguyo. Para el Inca, Copacabana reunía todas las condiciones para un control efectivo de los romeros a las Islas Sagradas, como había sido ya desde antaño. Por tanto, mandó nuevamente que mitimaes Ubinas poblaran y colonizaran el lugar. Así mismo se llevó, según el Padre Ramos, a gentes de 42 naciones o tribus: "Hubinas , Amiscos, Hurincuzcos, Ingas, Chinchaysuyos, Quitos, Pastos, Chachapoyas, Cañares, Cayambis Latas, Cajamarcas, Guamahucos, Guailas, Yauyos, Ancarás, Quichuas, Mayos, Guancas, Andesuyos, Condesuyos, Chancas, Aymaras, Yanahuaras, Chumbivilcas, Pobrechilques, Collaguas, Canches, Canas, Quinarguaros, Lupacas, Capangos, Pucopucos, Pacajes, Yungas, Caranzas, Quilcas, Chichas, Soras, Copayapos, Colliyungas, Guánucos y Huruquillas". Como gobernadores de los mitimaes escogió a parientes suyos, miembros de la nobleza incaica. El primero fue Apu Inca Sucso, nieto de Wiracocha y primo hermano del propio Inca Túpac Yupanqui. Los atributos del Gobernador Inca de Copacabana, eran idénticos a los del Inca del Cuzco 464

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aunque supeditados al de la capital del Tawantinsuyo. El signo de nobleza y autoridad -la borla real- lo portaba el Gobernador a un lado en vez de caído sobre la frente, esto último era exclusivo del Inca cuzqueño. La misión del gobernador copacabaneño era buscar la paz y la laboriosidad de todos sus súbditos. El Padre Alonso Ramos, manifesta "Tenía el pueblo tan sujeto que los habitantes y concurrentes no se atrevían a embriagarse los días particulares tampoco osaban robar, ni aún cosas menores, pues el hurto se miraba como un gran delito infamante que se castigaba con rigor: y así podían dejar su casa y su chácara con seguridad. No se atrevían a reñir unos con otros, porque el castigo contra pendencieros era riguroso" (/455/) . En tiempos de la República, pese a los intentos de Gamarra de pacificar el país, éste segundo gobierno del Mariscal de Zepita se vio turbado por continuos levantamientos y revoluciones que impedieron poder realizar una obra constructiva. Gamarra había enviado a La Fuente al Sur, desmbarcando en Islay, de donde se trasladó a Arequipa. En esta ciudad surge la revolución de Vivanco, el cual se denominó Jefe Supremo de la República y contaba con la guarnición y con la ayuda de San Román que se encontraba en Puno, pero éste último faltó a sus compromisos; esta media vuelta del general puneño, de la cual se hallan muchos ejemplos en su carrera militar, sirvió para afirmar la causa de Vivanco en Arequipa, dado el odio que los arequipeños tenían a San Román. De este modo Vivanco pudo organizar sus tropas, las cuales puso a órdenes del Coronel Ugarteche. Juan Francisco Balta, Boza y otros. Entretanto, Ramón Castilla recibió orden de sofocar la rebelión de Vivanco y en el mes de marzo de 1891, abandonó la ciudad y se encaminó a Arequipa, llegando a la posición de Cachamarca, como a unas cinco leguas de ésta ciudad. Vivanco salió en su busca, acompanado de un batallón de paisanos y se encaminó a Paucarpata. En la noche, hizo un movimiento atrevido e inesperado y se colocó a tiro de canon en la loma de Collarmarca, en el flanco izquierdo de Castilla; al amancecer, la tropa de éste no esperaba al 465

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enemigo, de modo que los tiros de cañon la vinieron a sorprender. Entre tanto Ríos y Salgado, con sus respectivos batallones cruzaron la quebrada y empezaron a tirotear a las tropas de Castilla, éste se retiró en desorden por una de las laderas del Pichu-Pichu y alcanzó a concentrarse en Ubinas. (/456/) Vivanco, en vez de perseguir al enemigo y destrozarlo, como parecía que podía hacerlo, se volvió a la ciudad, dando orden al coronel Ugarteche para que se encaminase a Puno, como lo hizo, llegando a Cuevilla, donde dio descanso a su tropa y se preparaba a seguir su ruta. Castilla que tuvo noticia de la marcha de Ugarteche, decidió sorprenderlo, marchó toda la noche y, al amanecer, sorprendió a sus tropas y las dispersó; sin perder momento siguió a los prófugos y llegó a Porongoche, como a las cuatro de la tarde, al tiempo que se desataba una fuerte lluvia. Vivanco, al tener noticia de la aproximación de Castilla ordenó al coronel Manrique se retirase, por Socabaya, a Moquegua a donde él mismo se dirigió, pensando batir a Iguaín que con Gamarra habla desembarcado en Arica. Aun cuando no le faltaban a Vivanco partidarios en Moquegua, sin embargo, en una junta de jefes se resolvió disolver el ejército, orden que fue cumplida, excepto por el coronel Salgado, que salió con una partida hacia Puquina, con ánimo de enfrentarse a San Román. Sin embargo, su tropa se insubordinó y Salgado hubo de apelar a la fuga. Castilla posesionado de Arequipa, decretó sentencia de muerte contra Vivanco y sus seguidores, pena que no llegó a cumplirse, salvo con el comandante Boza, a quien se fusiló sin más trámite. De grata recordación en Ubinas, es la obra realizada por el Párroco Clemente Valencia. En 1958, fue trasladado a la Parroquia de Tacna. Se distinguió el Padre Valencia por su afición a la Música sagrada y sus prédicas religiosas. Ubinas, conjuntamente con Ichuña, fueron creados el 29 de diciembre de 1847. Otros dispositivos también señalan, posteriormente, como fecha de creación de éstos Distritos el 02 de enero de 1857. 466

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K) Puquina A Manco Cápac, sucedióle su hijo Sinchi Roca. El Padre Blas Valera, dice que Roca significa" Principe maduro y prudente". Por su parte Garcilaso, indica que "Sinchi es adjetivo y quiere decir valiente, de muchas fuerzas, aunque no las ejercitó porque no tuvo guerra con nadie". Sinchi Roca, fue el que continuó con la expansión del territorio del Tawantisuyo hacia el Sur del Cuzco, llegando hasta la actual Provincia de Omasuyos, en territorio boliviano. (/457/) Habiendo cumplido con la solemnidad de las excequias de su padre y tomando la corona de su Reino, que era la Borla colorada, se propuso aumentar su Señorío. Garcilaso, escribe que: "Hizo el llamamiento de los principales Curacas que su padre le dejó, ya todos juntos les hizo una plática larga y solemne y entre otras cosas les dijo...le ayudasen a reducir a aquellos bárbaros, para que, viendo los beneficios que en ellos se habían hecho, acudiesen con más facilidad a recibir otros semejantes. Los Curacas respondieron que estaban prestos para obedecer a su Rey hasta entrar en el fuego por su amor y servicio. Con esto acabaron su plática y señalaron el día para salir. Llegado el tiempo, salió el Inca bien acompañado de los suyos y fue hacia Collasuyo, que es el mediodía de la ciudad del Cuzco. Convocaron a los indios, persuadiéndoles con buenas palabras, con el ejemplo, a que se sometiesen al vasallaje y Señorlo del Inca y a la adoración del Sol. Los indios Puquina, que confinan por aquellos términos, simplicísimos de su natural condición y facilísimos a creer cualquier novedad, como lo son todos los indios, viendo el ejemplo de los reducidos, que es lo que más les convence de en toda cosa, fueron fáciles de obedecer y someterse a su Imperio". La división administrativa y social de los Incas, Impuesta en todas las poblaciones del Tawantisuyo, tuvo grandes consecuencias. Los pueblos divididos en barrios Hanan Suyo (Distrito Alto) y Hurin Suyo (Distrito Bajo)respondía a una concepción de clases basada en el Hanan 467

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Ayllu y Hurin Ayllu ( a la Alta y a la Baja Sociedad). Los Incas y demás linajes que por confianza eran trasladados a los pueblos conquistados formaban la Alta Sociedad y se denominan Hanan Suyos. Los Hurinsuyos, naturales del lugar, pertenecían a la Clase Baja. Este esplritu clasista llevó al linaje de los Incas a excluir a los Puquinas y a evitar la partición plena en el culto de la Peña Sagrada. Sobre los Puquinas y el culto en el adoratorio de la Peña Sagrada del Lago Titicaca, escribe Fray Reginaldo de Lizárraga: "Para su servcio mandaba que de las demás provincias de él que señalaba le sirvieron alll indios; sólo a unos exceptuaba, llamados Puquinas, que viven la mayor parte en el camino de Omasuyo, que es de la otra parte de la laguna, por ser gente, como de suyo es muy sucia, más que de otra de éstos reinos, como si el demonio fuera limpio". (/458/) Habría que averiguar si Lizárraga se refería a los Puquinas de Moquegua o, como también se les llamaba a los Uros, habitantes del Lago Titicaca y el Río Desaguadero, por tener la lengua Puquina. El lenguaje no sólo sirve para comunicar ideas sino para poder pensar e incluso para poder sentir, para indentificar sensaciones. Algunas lenguas tienen escritura y otras no, y es una relación con la escritura que muchos consideran el término "primitivo" como permanente a las sociedades que carecen de ella. Los sistemas de escritura son inventos que sólo se remontan a épocas relativamente recientes, a las edades del broncey del hierro. No obstante la escritura abrió el camino de la civilización y mediante ella que pueden consignarse.. transcribirse y conservarse las formas del pensamiento. Como dice Riesman: "Puede observarse que cuando sólo existe una tradición oral, existe la tendencia a colocar a los ancianos en una situación privilegiada, porque son ellos los que tienen almacenados en su memoria la experiencia y la sabiduría del grupo. La escritura en cambio tiende a promover la jerarquía del conocimiento, más que la jerarquía de la edad". El Padre Bias Valera, que trata de la Lengua Quechua, manifiesta: "Que aunque es verdad que cada provincia tiene su lengua particular diferente de las otras, una es y general la 468

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que llaman Cuzco, la cual en tiempo de los Reyes Incas se usaba desde Quitu hasta el Reino de Chile y hasta el Reino de Tucma (Tucumán), y ahora la usan los caciques y los indios que los españoles tienen para su servicio y para ministros de los negocios. Los reyes incas, desde su antigüedad, luego que sujetaban cualquier reino o provincia, entre otras cosas, para la utilidad de los vasallos se les ordenaba que aprendiesen la lengua cortesana del Cusco y que la enseñasen a sus hijos... de más de esto, en muchos lugares donde todavía vive la lengua cortesana, está ya tan corrupta que casi parece otra lengua diferente...y así los indios Puquinas, Collas, Urus, Yuncas y otras naciones..." (/459/) Tal como los Incas se sirvieron de una concepción religiosa oficial, parte de la cual era impuesta en las provincias conquistadas, con el fin de acrecentar la unidad de su vasto Imperio, así, también, consideraron que la difusión de una lengua oficial era instrumento de unidad. Su idioma, RunaSimi, o lengua del mundo (del hombre), se introducía, siguiendo los mismos métodos ingeniosos aplicados en la difusión cultural a través de sus conquistas. Las lenguas ancestrales de las tribus sometidas eran consideradas aliado de la "Lengua general delinca", pero cedían poco a poco al ímpetu de Ruma-Simi y la cultura cuzqueña toda. Se las calificaba genéricamente de "Huahua-Simi", o lenguas habladas por gente forastera. Con todo, varios idiomas preincaicos lograron sobrevivir y, aun más, reverdecieron en la colonia, por la emancipación de la tutela Inca. El aimara, propio de la Región Colla y gran parte del Sur y de Bolivia, todavía se habla en toda esta extensa Región. El Runa-Simi, comenzó a llamarse Quechua, en la época colonial. Esta denominación está vinculada a la tripartición de las zonas climáticas establecidas por los Incas. Los Incas "Quechuanizaban" las tribus conquistadas llevando a los hijos de los nobles provinciales al Cuzco, enviando maestros cuzqueños a las tribus anexadas y prefiriendo en los cargos administrativos a los que hablaban el Runa-Simi. Garcilaso,

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menciona un idioma particular hablado por los Incas, llamado el "Inca-Simi". Del idioma "Puquina", sólo quedan referencias y la traducción de algún trozo de la Liturgia Cristiana en una de las obras del Padre Oré. Se habló en zonas ubicadas en lo que hoy es Moquegua, Arequipa, Tacna y Tarapacá. AIMARA 1. Maya 2. Puya 3. Quimsa 4. Pusi 5. Pisca 6. Soxta 7. Pacallco 8. Quimsa Callco 9. Llallatunca 10. Tunca 100. Pataca 1000. Huaranca

QUECHUA Huc Iscay Quimsa Tahua Pisca Soxta Canchis Pusac Iscon Chunca Pachac Huaranca

PUQUINA Pesc So Capa Sper Tacpa Chimchum Stu Quina Checa Scata ----

Fray Pedro de Villagómez, Obispo de Arequipa, en el año de 1638, en las "Constituciones Sinodales", disignaba a los Bachileres Álvaro Mogrovejo, cura de Carumas y a Miguel de Arana, cura de Ilabaya y Locumba, para que realizaran una faducción del Catecismo del castellano al idioma Puquina, ya que sin este requisito era imposible evangelizar a los indios que habitaban dentro de su diócesis que, en realidad, abarcaba todo el Sur. Esto nos hace ver la importancia que se daba, en los primeros años de la colonia, a los idiomas con la finalidad de difundir la doctrina de Cristo y la Bulas que habían expedido los Papas a los reyes de España, para iniciar la conquista del imperio incaico. Tan importante fue este idioma que Luis Gerónimo de Oré, en su libro, que se publicó en 1607, en Napoles (Italia) titulado "Rituale seu Manuale Peruanun", informaba de la organización de oraciones del Puquina que se utilizaban para diferentes actos litúrgicos, 470

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como para las confesiones, comunión, penitencias, matrimonio. Oré, dividió su libro en diferentes partes, pero las más importantes, son las siguientes: "La instrucción Breve" y "Símbolo Católico Indiano". En este libro también se puede apreciar una Doctrina Cristiana, traducida por Alonso de Barzana, jesuita, en la que leemos el Padre Nuestro: "Señ yqui, hinigo pacas cunana aschenco mana upallisuhanta; pocapaca achano señ gula huachunta, po hatano callacaso hanta, quiguri hanigapa casna ehe cahu cahua casna hamp: koa gameque ahesuma. Señ guta camen Señ Tanta señ hochaghe pampeche sumao quiquiri, señ señ guta huchacchacqueno gata pampa chamganch cago. Ama ehe acrosuma huchaguta señ hotonomá entonana quespina suman. Amén". (/461/) El idioma Puquina, se hablaba en gran parte del Sur, pero su centro era Moquegua, Así tenemos que los Uros, habitantes de la parte suroccidental del Lago Tticaca, las orillas del Río Desaguadero y hasta gran parte del Lago Poopó (Bolivia) hablaban también este idioma. Lo mismo sucedía con algunos indígenas mitimaes en Arica (Chile) llegados del altiplano. Igualmente sucedía en la Península de Capachica, Huata y Coata (frente a la ciudad de Puno, cruzando el Lago). Pero, como en todo idioma, se produce la dialectalización, que es la diferencia que existe en la entonación y pronunciación, de una zona geográfica a otra; aunque también una palabra de una zona no significa los mismo en otra. Esto ocurre en casi todos los idiomas del mundo. El Padre Martín de Murúa, informaba que el Inca Pachacútec, tuvo a su cargo la conquista del Kuntisuyo, que los Puqinas le dieron obediencia y que en Capachica, donde fue Sacerdote, se hablaba el Puquina. Por la expansión del Imperio Incaico, se fue expandiendo también el quechua, tan es así que, en lo que hoy es la Provincia General Sánchez Cerro, el centro del Idioma Puquina, hoy se habla el Quechua principalmente en Ychuña, Lloque, Chojata, Yunga, Ubinas, etc. En cambio, por la constante llegada de mitimaes Collas del altiplano, difundieron el Aimara, principalmente en los puebles de 471

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Carumas, Cuchumbaya y Calacca. As!, el idioma Puquina, fue desapareciendo paulatinamente a lo largo del siglo XVII, aunque todavía en el siglo XX, por estudios de J.J.Kimmich, y Leonidas Bernedo Málaga, todavía seguían encontrando algunas palabras del Puquina, mezcladas con el Quechua y el Aimara. Las terminaciones "aya", "aque", "aca", es una constante en la toponimia de algunos pueblos de origen Puquina. As! tenemos: Sabaya, Socabaya, Quebaya, Sihuaya Cuchumbaya, Ylabaya, Ylubaya, Sacuaya, Chiribaya, Yaribaya, Tasahuaya, Yarabaya, Polobaya, Tiabaya, Tumilaca, Camilaca, Matalaque, Coporaque, Hanansaya, Urinsaya, etc. Resulta que el que hoy denominamos Departamento de Moquegua, está dividido en "tres naciones" lingüísticamente hablando, (/462/) A partir de las orillas nororientales del Río Ichuña o Tambo se habla el Quechua. A partir de las orillas Suroccidentales, del mismo Río, se habla el Aymara y, principalmente en la zona costeña el español y habitantes bilingües. Los idiomas que se habló en el Imperio Incaico fueron el Quechua, el Aimara, el Puquina, el Mochica o Yunga, el Sec, el Quingnam, el Culli, la Lengua Pescadora el Chumbivilca, el Lupaca, el Tampu, el Kauki, o Jake Aru y muy numerosos idiomas y dialectos en la región amazónica. Además, el Uru. El Quechua presenta varios grupos regionales, como el Chinchaysuyo, el Huanca, el Chanca. El verdadero nombre con que era conocido fue el de Runa-simi o "lengua del hombre", con su equivalente en Aimara, Jaqe Aru. La denominación de aimara, parece ser impropia, pues los aymaraes de la zona apurimeña eran quechuas. El idioma Sec (en Piura). El Qúignam y la Pescadora (Costa Norte), el Culli (Callejón de Huaylas), el Chumbivilca (Apurímac y Cuzco), el Kauki (Provincias serranas de Lima), el Lupaca (Provincia de Chucuito, Puno). Las únicas lenguas sobrevivientes son el Quechua, el Aymara y el Kauki. El huamanguino fray Luis Jerónimo de Oré, que llegó a ser Obispo de La Imperial de Chile, publicó en Nápoles en 1607 un libro de ritual en latín, castellano, portugués, quechua, aymara, puquina, muchic y guaraní. 472

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En el mes de marzo de 1586, en el documento denominado "Relación de la Ciudad de La Paz", se enuncia "que el puquina es una lengua particular que se habla en algunos pueblos, aunque la hablan pocos". En la Constitución Sinodal del Cuzco, realizada en 1591, se disponía que las confesiones se reciban en el idioma Puquina. El Obispo del Cuzco, Don Antonio de la Raya, en 1599, solicita a los jesuitas que los futuros curas deberían hablar el Puquina. Fruto de esta ordenanza, se dispuso la apertura, en 1603, en el Cuzco, de una cátedra de Puquina. La Crónica, de Vásquez de Espinoza, de 1630, se dice que en la ciudad de La Plata, (Chuquisaca o Sucre) se habla el Puquina. En estas regiones del altiplano el Puquina se mezcló con el idioma Callahuaya, apareciendo nuevas palabras. (/463/) En la ciudad de Arequipa, en 1575, el Virrey Toledo designa a Gonzalo Holguín como su intérprete en Puquina, Quechua y Aimara. El ejército imperial, según Murúa, "era integrado por toda suerte de gentes, como los Collas, Puquinas y Urus; estos últimos eran reclutados y se les forzaba a servir como soldados no sabiendo ni tomar el arco en sus manos y marchaban casi sin armas y morían ellos y los Puquinas como moscas, porque no tenían ejercicio militar". Pedro Pizarro, presenta un aspecto nuevo en la vida .del ejército: "Para traer la gente de guerra contenta y que no echasen de menos sus tierras y largas ausencias que hacían, traían estos señores de sus campos y ejércitos muchas mujeres solteras, hijas de orejones y caciques y de las principales de la tierra de ellos, porque estos indios no tenían cuenta en que sus hijas fuesen doncellas o no, ni las repredendían hasta que fueran casadas. Pues, como digo, andaban mucha gente con las mujeres, con sus padres y hermanos de guerra; tenían de constumbre de que todas las noches como no lloviese se salían al campo estas mujeres y asimismo varones, y hacían muchos coros, desviándose un trecho unos de otros; y tomándose por las manos los varones a las mujeres y las mujeres a los varones y cantando uno de e'llos a voz alta todos los demás le respondían andando alrededor. Oíase estos bailes muy lejos y acudían a ellos 473

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todas las mujeres libres e indios solteros, los Orejones aparte y cada Provincia ni más ni menos". Es de Murúa, el siguiente párrafo: "cuando había de ser público la guerra, primero lo hacían saber a los capitanes, los cuales tenían a su cargo mucha gente: cada uno de éstos tenía por insignia delante de sus campos en la guerra una banderilla con sus armas, por donde se conocía a cada capitan; y cuando salían a batalla llevaban banderas de diferentes colores para que les conociese; y así cuando iban ordenadas las batallas, las banderas del Capitán General iban delante y eran preferidas a los demás". El Escudo de Guerra de los Incas, se componía de una Borla de lana de muchos colores que era la Insignia Suprema. Se dibujaba una casa grande, un cóndor, dos culebras y un tigre o uturunco al pie de un árbol", (/(464/) Gutiérrez de Santa Clara, hace una descripción de Atawallpa, antes del encuentro con Pizarra: "Venía sentado en un tablón todo dorado de oro fino, y encima del tablón traía un cojín de lana fina, guarnecido de muchs piedras de gran valor; colgábale una gran borla colorada de lana finísima y con hilo de oro, de la frente, que le cubría las cejas y las sienes, que lo hacían muy feroz...". El Padre Cabo, dice: "Que el ejército estaba organizado por sus decurias y centurias, siendo todos sus capitanes y maeses de campo y oficiales principales de la sangre y el linaje de los Incas. La paga que recibían los soldados era que mientras servían, ausentes de sus casas, el Estado les daba de comer y vestir... el modo de pelear que tenían era embestir en tropel y con gran algazara". Anota el Padre Murua: "El que vencía, prendía o mataba al otro, se pintaba un brazo la primera vez, y la segunda los pechos, y la tercera se echaba un betún por la cara hasta las orejas". Dice Zárate: "En los tambos había abundante provisión para los ejércitos, no solamente de mantenimientos sino de armas y vestidos". Refiere Cabello Valboa: "el hecho insólito de haber el Inca Yupanqui inmolado a Colla Cápac, Señor Principal de la 474

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Provincia del Callao, como sacrificio al Sol en agradecimiento por el triunfo alcanzado contra los Collas...este fue el primer sacrificio de carne humana que hicieran los incas en celebración de la Victoria". El Padre Velasco, menciona las siguientes denominaciones para el personal militar del ejército: Apuquipay o General Supremo; Apusquín, Teniene General; Hatun Apun, Comandante de cuatro a cinco mil soldados; Apu, Capitán. Según Polo de Ondegardo: "Los Puquinas deformaban los cráneos artificialmente en las dos variedades llamadas Sayto Uma y Palta Uma; el proceso físico de dicha deformación era acompañado de ciertos ritos religiosos". (/465/) Gustavo S. Guerra, agrega que: "Esta costumbre también está perfectamente conocida en los antiguos Collas. La cantidad de cráneos deformados encontrados en la Región del Altiplano ha sido tan abundante que ha servido para considerarla entre las siete principales zonas de deformación de la América". En cuanto a la razón de ser de las deformaciones nada se sabe todavía. Algunos suponen que hubiera sido debido a una superstición de índole totémica, es decir, que hubieran tratado de "tener la cabeza parecida a un cerro o volcán de donde salieron sus antepasados" y otros creen que se debía a una creencia religiosa o simplemente al criterio guerrero, ya que consideraban que el cráneo levantado impondría mayor pánico y fiereza en el combate". La defomación llamada "Aimara", corresponde al tipo tubular oblícuo de la Clasificación de Imbelloni o Sayto Uma, aún cuando no han dejado de encontrarse algunos cráneos correspondiftes al tipo horizontal o Palta Uma. El más generalizado era el primer tipo, utilizándose para ello el "Chuco" que consistía en dos tablillas que se colocaban una en el frontal y la otra en el occipital, unidas por fuertes cuerdas. En el estudio de los cráneos encontrados en Puno se aprecia visiblemente el aplanamiento del frontal en sus tres cuartos inferiores, marcándose un abultamiento notable en el 475

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borde superior como fruto del rebalsamiento óseo debido a la comprensión inferior. Por esta misma razón en el occipital se observa la desaparición de la protuberancia imana. Posiblemente también emplearon el sístema de compresión 'circular o cofia compresora que denomina Imbelloni. (/466/) La costumbre de la deformación estuvo tan extendida que ello motivó que se consideraba como una particularidad especial de la raza, llamándose de la "Deformación Aimara" y superviviendo hasta la época de la colonia motivando diversas resoluciones prohibitivas al respecto, como la del Sínodo que reunió en Lima el Primer Arzobispo, fray Gerónimo de Loayza, el 17 de julio de 1595, que dictaminó "que la superstición de amoldar las cabezas de los muchachos en ciertas formas que los indios llaman Sayto Uma y Palta Uma, del todo se quiten", así como la VIII Ordenanza del Virrey Toledo en 1573, que dice: "Mando que ningun indio ni india apriete la cabeza de las criaturas recién nacidas, como la suelen para hacerla más larga, porque de haberlo hecho se les ha crecido y recrece daño y vienen a morir por ello, y esto tengan gan ciudado los Jesuitas, sacerdotes y alcaldes y caciques en que se hagan". Jiménez de la Espada, anota que: "Los Collaguas se deformaban la cabaza para adaptarle un sombrero, puntiagudo o Chuco". Jime'nez de la Espada, continúa: "Los Cabanacolla creían descender del nevado Hual Hualca. Deformaban la cabeza hacia lo ancho y chato, atándola con unas cuerdas bancas, para diferenciarse de los Collahuas. Cuando Túpac Inca Yupanqui los conquista después de haber derrotado a los pacajes en la Batalla de Llallagua, los dividió en Hanan Saya y Urin Saya, repartió el ganado, la mitad al culto del Sol y del Apu Illapa. . Estaban también obligados a hacerles chacras de quinua, cañigua y papas y tejer ropa de lana, cumbi y abasca. Les señaló tierras de maíz en los valles de Cochabamba y Caguari y en la Costa desde Arica hasta Arequipa y sus productos eran juntados en depósitos, saliendo de alli parte de los mantenimientos de los soldados que iban a los Charcas". EI 15 de abril de 1931, Monseñor Bernedo Málaga, descubrió las ruinas de la Cultura Puquina, en ella se 476

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encuentran, tumbas y chulpas y restos de su arquitectura de su centro administrativo, como así sus andenerías, dando lugar a que Bernedo Málaga, publicara su obra "La Cultura Puquina". Las ruinas fueron estudiadas, también, por Luis E. Valcárcel, Eloy Linares Málaga, que las bautizó con el nombre de "Churajón", primero, y después con el nombre de Yuli, y Máximo Neira Avendaño. En 1988, fueron estudiadas por los arqueólogos de la Expedición Científica de la Universidad de Tokio. El nombre "Churajón", se debe a un cerro cercano a las ruinas, que lleva ese nombre. La cerámica ha pasado por diferentes etapas, siendo las más toscas las de sus inicios. En el avance de su perfeccionamiento se empleó un engobe que es de color rojo, indio y claro. Después, la cerámica fue decorada con rojo y negro y posteriormente en el lugar denomiando "Tres Cruces". (/467/) Al expandirse hacia el Norte, llegó hasta Characato, que fue motivo de estudios del Dr. Vescelius. En su máxima etapa de perfeccionamiento, se utilizó un modelado especial principalmente dirigido al sexo femenino, dando lugar a que Bernedo Málaga, le pusiera el nombre de "Diosas de la Fecundidad". Don Alonso de Cabrera, se desempeñaba como Alcalde de la Villa Hermosa de Camaná, el 8 de febrero de 1540, y fue el encargado de entregarle la encomienda de Puquina a Diego Hernández, legalmente. También se le conocía a Puquina como Tambo de Puquina. El 2 de agosto de 1565, Don Lope Garcia de Castro, nombraba como Corregidor a Don Hernando Madueño, con funciones en los Repartimientos de Pocsi (de Diego de Cáceres y Solier); Puquina (de Diego Hernández de Mendoza); Omate (de Martín López de Carbajal); Quinistaca. (de Miguel Rodríguez de Cantalapiedra); Carumas (de Hernán Bueno y Lucas Martínez Vegazo). Lo mismo ocurrió en Ubinas. Por el año de 1580, el Virrey Francisco de Toledo, encomendó por dos vidas dicha propiedad a Diego de Porres, quien se casó con Ana Ulloa y Angulo, viuda de Gonzalo de Cabrera y Zea, teniendo como hijo a Diego de Cabrera y Ulloa, quien a la muerte de Diego de Porres, pasó a 477

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beneficiarse con los tributos de los habitantes de Puquina, Yumina y Huasacache. Algunos autores indican que Diego de Porres y su hijo político Diego de Cabrera y Ulloa no gejaron descendencia. En Arequipa, el 10 de junio de 1541, Diego Hernández (padre) da mil pesos para su matrimonio con María de Mendoza. En el Cuzco, el 22 de enero de 1540, por Provisión de Francisco Pizarro, concede la Encomienda de Socabaya, Tilumbaya, Capoata, Yumina y Puquina y otros pueblos a Diego Hernández. En Puquina se le entregó al Cacique Ate., con 234 indios. También Iscaya, Coa y Antichaque. (/468/) Diego Hernández, natural de San Lúcar de Barrameda (España), también encomendero de "un pueblo que se dice Pusquea con veinte indios, otro que se dice Chilata con veinte indios y otro que se dice Curata con diez indios y otro que se dice Seque con doce indios y otro que se dice Chacobaya que se halla despoblado y por confesión de los Caciques estaban los vecinos ausentados por estar cerca del camino pareció tener a la discreción del Visitador diecisiete indios, dice Tila con veinticuatro indios y otro que se dice Capoco con doce indios y otro que se llama Siche con ocho indios y otro que se dice Molleguaya con seis indios y en el mismo Tambo de Puquina donde el mismo Cacique reside cincuentaicinco indios y otro que se dice Llata con treinta indios y otro que se dice Congona con siete indios y otro que se dice Mollillaca y otro que se dice Culluguaya con veinte indios y otro pueblo que se dice Yalaca con seis indios. Le dio poseción de esos pueblos, Caciques e indios Don Alfonso de Cabrera, Alcalde Mayor de la Villa Hermosa en el Valle de Camaná". Diego Hernández, fue el primero que construyó un Molino en Arequipa, para lo cual pidió autorización al Ayuntamiento el 30 de diciembre de 1541 "porque quiero hacer un Molino de esta banda del río frentera de mi posada y porque de esa manera pienso sacar la acequia para el y hacerla crecida", petición que le fue concedida. En 1550, era difunto y sus hijos estaban a cargo de un tutor.

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Diego Hernández, también poseía una propiedad en Arequipa, situada en el barrio de San Lázaro (indios yarabayas) y otras tantas en Copoata y Tilumbaya. Por la misma Provisión del 22 de enero de 1540, firmada por Pizarro, en el Cuzco, se le encomendaba a Diego Hernández las tierras y naturales de Chiguata y Socabaya, en Arequipa. El 23 de Noviembre de 1539, se otorga poder a Mizer Francisco, estante en el valle de Arequipa, para que viajara a la ciudad de Los Reyes o a cualquier otra ciudad en busca de mercaderías, caballos, esclavos y herramientas para minas, así como otro género de mercancías hasta la cantidad de diez mil pesos de oro fino, Estas mercancías se trasladarían en uno o dos navíos a Chile. Este documento fue suscrito ante Alfonso de Luque, escribano público, y firmaron como testigos Garcí Manuel de Carbajal, Diego Hernández y Luis de León. (/469/) En el reparto general de tierras de sembrío entre los fundadores de Arequipa, a Diego Hernández le dieron 12 fanegadas, encima de la Barranca. Diego Hernández, como gran parte de españoles, sólo sabía poner o firmar su hombre, pero eran privilegiados en la repartición de las tierras por que habían contribuído "a ganar la tierra". En 1550, Diego Hernández, era propietario de una recua de mulas que transportaban las mercaderías del puerto de Chule (Tambo) hacia Arequipa. Había formado, el 14 de abril del indicado año, una empresa con dicho fin, siendo sus socios Gaspar Hernández y Francisco Madueño, contando con 32 mulas. En la Provincia de Arequipa,Diego Hernández también se desempeñaba como Veedor de las cuentas de la ciudad, desde la fundación. Gran parte de las propiedades de Diego Hernández, las heredó su hijo Diego Hernández de Mendoza. El 2 de agosto de 1565, Don Lope García de Castro, nominaba como Corregidor a Don Hernando Madueño, con funciones en los repartimientos de Pocsi, encomienda de Diego de Cáceres y Solier; Puquina, de Diego Hernández de Mendoza; Omate, de 479

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Martln López de Carbajal; Quinistaca, de Miguel Rodrlguez de Cantalapiedra; Carumas, de Hernán Bueno y Lucas Martlnez Vegazo. Al producirse un problema de gravamen de encomienda en contra de algunos encomenderos, el Virrey Francisco de Toledo, adjudicó las sobras de la antigua encomienda de Diego Hernández (que inclula Yarabaya, Copoata, Puquina y mitimaes de Huasacache y Orejones de Yumina), a favor de su acompañante de Visita, Diego de Porres. En lo concerniente a la encomienda de Diego de Porres, este encomendero casó con Ana Ulloa Angulo, viuda de Gonzalo de Cabrera y Zea, uno de cuyos hijos era Diego de Cabrera y Ulloa, que luego de la muerte de su padrasto Porres, pasó a tener el beneficio del tributo de los citados nativos Yarabayas, Copoatas, Puquinas, Orejones de Yumina y Chichas de Huasacache. (/470/) En esta transferencia se notó la mano de su primo José de Cáceres y Ulloa, quien a cambio se quedó con las guaneras e islas de Camanchaca del puerto de Chule, dando a su hermano Diego de Cáceres y Ulloa los citados camanchacas. Nicolás de Cáceres y Ulloa llegó a tener las encomiendas de Characato, que antes fueron del Rey, y de Chiguata que perteneciera a Francisco y Juan Bosso. .Igual que su padrastb Porres, Diego de Cáceres y Ulloa no dejó descendencia, de modo que el virreinato quedó en libertad de dar su encomienda a Ana de Espinoza y Arévalo o como también firmaba, Ana de Arévalo y Espinoza. Estas familias, por lo general, vivían en Lima o España. El Intendente de Arequipa, Antonio Álvarez y Jiménez, llegó a Puquina el día cuatro de setiembre 1792, a las cinco de la tarde. En esa fecha se desempeñaba como sacerdote Andrés José Delgado, quien había trabajado en la remodelación de la iglesia que sufriera graves daños en el terremoto de 1784. La Doctrina de Puquina formaba Curato separado de Omate, que antes fue anexo de Puquina y, provisionalmente, fue dividida por el Obispo de Arequipa, Miguel de Pamplona. El dicho Padre Delgado, realizó el censo correspondiente de personas, contando las parcialidades de Anansaya y Urinsaya, obteniendo el siguiente resultado: 4,690 480

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personas, a saber: hombres 2,470; mujeres, 2,228. El Mayordomo de la Iglesia era Don Antonio Bernedo, quien se desempeñaba como tal desde el 22 de junio de 1789. La Iglesia de Puquina contaba con dieciocho y medio topos de terreno, que rendían 203 pesos y 4 reales que servían para el arreglo de la misma. El 2 de junio de 1678, por ante el Escribano Diego de Silva, el artífice Diego de Alba se obligó "a dorar un retablo del Altar Mayor con sus colaterales del Pueblo de Puquina y a poner el bol. y asimismo ha de hacer 4 ángeles de bulto con sus instrumentos, y por el dicho mi trabajo y lo demás que va declarado, se me ha de dar cuatrocientos cincuenta pesos de a ocho reales". Pagó esa cantidad Doña Isabel de Yrreguas. (/471/) Don Antonio Bernedo, además de desempeñarse como Mayordomo de la Iglesia, era el Alcalde de Puquina. En dicho pueblo, discurren pequeños riachuelos que, siguiendo a una quebrada, llegan hasta el Pago de Escota y el Vallecito de Esquino, que logrando mejor temperamento y mejores tierras se han posesionado gran número de agricultores y que hasta finales de la colonia de España se contaba con molinos, siendo uno de ellos de propiedad del Cacique Juan Bautista Toni y Esquiagola; otro molino se encontraba en el Pago de Escota perteneciente al Capitán del Ejército Juan José de la Llosa, vecino de Arequipa. En el mes de setiembre de 1792, el Intendente de Arequipa, Antonio Álvarez y Jiménez, autorizó el funcionamiento de la Escuela, enseñándose por separado a hombres y mujeres. También la construcción de un puente en el lugar denominado Esquino, para lo cual se formó la Comisión correspondiente conformada por el Alcalde Antonio Bernedo y el Cacique Gobernador Manuel José Lajo Olim. Este último también tenía a cargo el Estanquillo Real, donde se expendía cigarrillos, que eran remitidos por el Administrador Particular de la Villa de Moquegua. Don Francisco Rosas, era el Recaudador de los Reales Tribultos de la Doctrina de Puquina, pero en la Parcialidad de Anansaya, por Nombramiento expedido en Arequipa por el Intendente Álvarez y Jiménez el 13 de julio de 1786, según el 481

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mismo Intendente lo manifestaba. Don Manuel Lajo Olim, Cacique Gobernador Propietario, contaba con Nombramiento y Título del Superior Gobierno del Distrito librado el 1 de diciembre de 1779. Sumando el número de habitantes de los Anansayas y Urinsayas ascendía a 505 naturales y 87 forasteros, pagando los primeros la Tasa señalada de 8 pesos y 6 reales, incluso el Tomín de Hospital, y los segundos 7 pesos y medio reales. EI11 de setiembre de 1792, se creó la Escuela de Puquina, por iniciativa del Intendente Antonio Álvarez y Jiménez, siendo su primer Preceptor Don José Fermín Rodríguez, español, con un sueldo de 30 pesos, prometiéndosele que en un tiempo corto se le asignaría algunos topos de terreno para su cultivo y alimentación. (/472/) Posteriormente se le adjudicaron 6 topos de tierras en Chacaguayo. La Caja de la Comunidad debía proporcionar las cartillas, papel, plumas, más 5 pesos. Bajo los mismos principios se creó la Escuela de Saguanay, teniendo como a su primer Preceptor a Don Juan de Dios Martínez, español; el indígena Esteban Ale y Ruelas ofreció, para su funcionamiento, una habitación de su propiedad, extendiendo el Título de Propiedad para la Escuela ante el Escribano de Residencias Don Rafael Hurtado. Posteriormente, el Preceptor Martínez recibió tres topos, que le adjudicaron en la Parcialidad de Toxe More. En la ciudad de Arequipa, la Comunidad de Puquina, tenía un solar en el Barrio de "San Lázaro", en cuya área construyó cinco habitaciones la Cacica Doña Marcela Rosas que los arrendaba por cuatro reales cada cuarto mensualmente, disfrutando los inquilinos del pesebre y huerta que en dicho solar había; con atención a que dicha Doña Marcela ha lucrado por el tiempo de veinte años, el Intendente de Arequipa dispuso que dicha propiedad pasara como bienes propios de la Comunidad de Puquina. Para abonar las chacras, se contaba en la Costa con lugares determinados para la extracción del guano. Así; Don Francisco Rosas, Recaudador de Reales Tributos en la Parcialidad de Anansaya poseía cuatro isletas con los 482

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siguientes nombres: Frailes, Empinadas, Perica y Blanca. Dicho Rosas alegaba tener documentos que aclaraban su propiedad de las cuatro isletas. Asimismo Don Manuel Lajo Olim, Cacique Propietario de la Parcialidad de Urinsaya, decía que era el dueño de la Isleta Margarita, aunque no mostraba documentos, dejándose en suspenso el pago de estas propiedades en la Comunidad de Puquina. También se hallaban en litigio otras tres Isletas: Pocohuata, Brava y Manza, las cuales tenía anticuada posesión tanto la Comunidad de Puquina como el Coronel Domingo de Bustamante; dicho reclamo, por una y otra parte, se elevó a la Real Audiencia, Sección Protección de Naturajes. (/473/) Otra Isla tenían en Ilo con el nombre de "Las Animas", propiedad de la Comunidad, que por convenio con la Parroquia de Ilo, que las custodiaba, se le concedía una partida para Obras Pías. En la Isla Guanera denominada "Jesús", que fue del Marqués de Casares y que por compra la poseía en 1792 Don Antonio Cuadros, vecino de Arequipa, se le sugirió que la venda a la Comunidad. Los españoles para su protección y tomando en cuenta la sublevación de Túpac Amaru, contaban en Puquina con una pequeña dotación de armamento. Asl: había 40 escopetas, 6 pistolas, 8 sables y 30 rejones en poder de los vecinos españoles, muchos de ellos habían servido en el Regimiento de Dragones de Moquegua. Sin embargo en los litigios de tierras, siempre los más poderosos salían ganando. La familia Thone de la Doctrina de Puquina, el 22 de abril de 1718, formada, principalmente, por Melchor, Thomás y Joseph, desde su posición como caciques e hilacatas (caciques de segundo orden), urdieron toda una red de clientelismo mediante la venta o bien la manipulación de las tierras de la comunidad en beneficio de determinados individuos afectos. Esta situación les permitió formar un considerable patrimonio como se demuestra en el testamento de uno de ellos. Thomás Tone, declaraba por sus bienes la posición de más de 20 topos de tierras, un centenar de cabezas de ganado, varias casas y más de cien pesos en metálico. 483

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En los primeros años de la administración colonial los pueblos de Yarabamba y Quequeña, pertenecían al Repartimiento de Puquina, pero en la Visita Toledana se le incorpora al Repartimiento de Pocsi, que también estaba bajo la jurisdicción de Moquegua. A partir de 1630, Moquegua fue dividida en siete Doctrinas: Torata, Carumas, Ubinas, Omate, Puquina, Pocsi e Ichuña. Doctrina dedicada a San Salvador en el Ministerio de la Transfiguración. El templo ha tenido varias traslaciones al igual que su población, por los constantes movimientos sísmicos, En Saguanay, uno de los principales Anexos, existía una capilla del Crucifijo, que también servla como habitación de los curas. El Obispo Pedro de Villagómez, creó esta doctrina con los anexos: La Concepción de Escota, la Purificación de Embruna, El Carmen de Coalaque y San Miguel de Seche. (/474/) El Deán Valdivia en sus "Memorias", describe su participación en los hechos ocurridos en las afueras de Arequipa, principalmente en Puquina, Pocsi y Usuña, lugares donde se (encfntró el ejército de la Confederación Perú Boliviana. El joven y prestigioso historiador Roberto Ruelas Vera, ha venido divulgando sus últimos trabajos de investigación histórica relacionados principalmente sobre la destrucción del pueblo de Puquina por el ejército chileno, el día veintitrés de octubre y siguientes del año de 1883, siendo destruídos principalmente el templo de Puquina y otros aledaños, por lo que el cura Pantaleón Martínez Vegazo, presentó su queja ante el Juez de Puquina Juan Álvarez y al Obispo de Arequipa. Ante el Juez de Paz de Puquina, el sacerdote presentó como testigos del saqueo de las Iglesias a Pedro Pérez, que era el Gobernador de Puquina; Gerónimo Ampuero, Lucas Chire, José Mariano Ale, Idelfonso Chire, Simón García, etc. quienes manifestaron que los chilenos saquearon la Iglesia de Puquina, se instalaron en ella por el tiempo de 16 días, en que siguieron su marcha hacia Arequipa, previo robo sacrílego de la custodia, un cáliz de plata, tres crismeras de plata, un par de vinajeras de plaqué, 484

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para lo cual los testigos dijeron que el día 23 de octubre de 1883 entraron los chilenos a sangre y fuego a ese pueblo donde permanecieron hasta el 9 de noviembre. En la Vice Parroquia de Sahuanay, robaron también otras especies de plata y enseres. De igual forma todas las casas de Puquina fueron saqueadas, siendo testigos de este último hecho Buenaventura Ope y Pedro Pablo Miranda, actuando como escribano Andrés Álvarez. Los chilenos entraron a Puquina el día 23 de octubre de 1883 haciendo disparos de rifle y mataron a Juan Manuel Peraltilla, expirando en la puerta de la Iglesia, de donde los mismos chilenos lo llevaron al cementerio. El día 24 del mismo mes y año se dedicaron los chilenos a saquear al pueblo, por lo que los vecinos tuvieron que huir hacia el Valle de Tambo. El saqueo de! pueblo duró nueve dias. (/475/) Después de la derrota en Yacango del revolucionario Nicolás de Piérola, tomó la ruta de Puquina, con rumbo a Arequipa. El Presidente José Pardo, por Ley del 4 de diciembre de 1916, elevaba a la categorfa de Villas de Omate y Puquina, comprensión de la Provincia Litoral de Moquegua, En dicha Ley Nº 2382, en su articulo único, se indica que se hace "como recompensa de los servicios prestados a la patria en los años de 1879 a 1883 y como estímulo a los sentimientos cívicos de sus moradores", L) Ichuña Se le conocfa también como el Pueblo de San Ignacio de Ichuña, desempeñándose en 1791 como Párroco el Licenciado Melchor Rodrfguez de los Ríos, siendo el Mayordomo de la Iglesia Don José Miguel de Sotomayor. Las rentas eran pocas por lo que Don José Mariano Sotomayor, colaboraba con dinero para su sostenimiento. La Doctrina de Ichuña, alcanzaba hasta el Pago de Pisque. En Ichuña había dentro de los españoles, en el indicado año, dos casados, más uno que era viudo y otro soltero. Lo mismo con los españoles. Los mestizos estaban compuestos por 6 485

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matrimonios, un viudo, 8 solteros y 2 párvulos; 3 viudas, 9 solteros y 2 párvulos. En la de los indios, aparecen 172 matrimonios, 8 viudos, 150 solteras y 137 párvulos, En el sexo femenino, 57 viudas, 133 solteros y 104 párvulos. Hacían un total, más o menos de 982 personas. La Fiesta Patronal es la de San Ignacio de Loyola. También se festejaba a La Asunción, La Concepción y Purificación, y Ia de Corpus, siendo todas a devoción voluntaria de la feligresía. La Parroquia no contaba con tierras de cultivo, El ritmo de despoblación de los moradores de Ichuña, se debe al trabajo que tenían que hacer en las pequeñas minas descubiertas cerca del pueblo y, sobre todo, a los tramos inferiores del Valle de Moquegua para trabajar en los viñedos de los españoles en calidad de jornaleros. (/476/) Esta participación indígena en el mercado laboral incrementó el índice de ausentismo en las Reducciones, hecho que redundó en una progresiva disminución de la producción agrícola practicada tradicionalmente en las laderas y valles de altura. En 1793, el Obispo Chávez de la Rosa, lo desmembró del curato de Carumas y puso por Patrón a San Ignacio de Loyola, encontrándose el templo bastante deteriorado. Tenía como Anexos a los pueblos de Exchanje y Yunga. Existían abundantes minas en el Pueblo de Querala, de propiedad de Pedro Sotomayor y su hijo Domingo, de la Orden de Alcántara, que se casó con la hija del jurista Juan de Solórzano y Pereyra , del Consejo Supremo de Indias, llamada Tomasa de Solórzano, que construyeron de cal y piedra el Templo de Matalaque. También el cerro de Chucacapa era abundante en minerales. A partir de 1630, Moquegua fue dividida en siete Doctrinas: Torata, Carumas, Ubinas, Omate, Puquina, Pocsi, e Ichuña. La etnia Yanahuara, que vivía en la orilla izquierda del Río Santo Tomás, Provincia de Cotabambas, había adquirido un alto grado de desarrollo contando con 14,000 habitantes que salieron de sus tierras en busca de nuevos horizontes 486

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para formar sus enclaves agrícolas, mucho antes de la organización del Imperio Incaico. Hablaban Quechua y se fueron estableciendo en su camino formando pueblos como Pampa Cañahua, Chillihua, hasta llegar a Ichuña donde posiblemente fundaron el pueblo de Yanahuara de Ichuña y el de Yanaguara de Puquina, en la parte alta del Valle del Río Esquino. En los últimos años de la colonia el Obispo Chávez de la Rosa, llevaba como Secretario al cura Domingo Zamácola, en 1788, quien hubo de gatear sobre lajas y precipicios para llegar a ciertos apartados pueblecitos de Distrito de Ichuña, el más rico, en ese entonces de Moquegua. Dice Zamácola: "En el suelo de esta provincia depositó la naturaleza, con profusión, riquezas inmensas, como hemos visto en nuestros días en los minerales de plata de Huantajaya, Caylloma, Orcopampa, Ichuña y otros". (/477/) En 1791, por el mes de diciembre, se encontraba de Sacerdote de Ichuña Don Manuel Rodríguez de los Ríos. El Distrito de Ichuña adquirió esta categoría a partir del 29 de diciembre de 1847, al promulgarse la ley correspondiente. Ll) Lloque Se le conocía también con el nombre de Pueblo de Santa María Magdalena de Lloque. A fines de diciembre de 1791, se desempeñaba como Párroco, el Licenciado José Felipe López de Ortega, nombrado en 1789, y como Mayordomo Ecónomo o constructor de la Iglesia Don Juan de Dios Bernedo, natural de España. El mismo Padre López, fue el que construyó la Iglesia de Lloque, desde sus cimientos y a expensas suyas. Por ese año de 1791, Lloque tenía mayor significación que otros pueblos vecinos. En Chojata, el Santo Patrón era San Lorenzo; Yalagua, la Purificación; Querala, La Concepción, Presentación y San Miguel; Exchaje, El Santo Cristo y La Natividad de Nuestra Señora; Camata, a San Pedro; Yunga, al Señor San José y Tasa, a Santa Gertrudis. 487

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Todas ellas, en una primera instancia, eran anexas a la Doctrina de Ubinas. Por realizar cada Fiesta el Párroco recibía 12 pesos. El Alferado o dueño de la fiesta era elegido por votación forzosa, recayendo en personas que tenían que ahorrar todo el año para realizarla. En el Pueblo de San Miguel, había 23 familias de indios con 97 personas de entre hombres y mujeres. En Querala, 8 familias con 27 personas. En Tasa, 54 familias con 227 personas. En Coalaque, 33 familias con 110 personas. En Yunga, 67 familias con 254 personas. En Camata, 53 familias, con 103 personas. En Chacani, 24 familias con 77 personas. En Exchaje, 50 familias con 182 personas. En Yalagua, 37 familias con 114 personas. En Luco, 27 familias con 120 personas. En Lloque, 49 familias con 170 personas. En Coroisi, 59 familias, con 216 personas. En Chojata, 80 familias, con 251 personas. En Pachas, 33 familias, con 133 personas. (/478/) Muchas de estas personas adjudicaron para la Iglesia, diferentes extensiones de terreno, a orillas del Río Ichuña, para su sostenimiento. Así, Lloque, adjudicó un topo de terreno; Luco un topo (chacras Guasinquirray), Camata, tres cuartos de topo (chacra Tacancha), Tasa, tres cuartos de topo; Yunga, (Chacra Sapsi); un topo; Exchaje, un topo (chacra Tonocpampa). Los Alcaldes de todos estos pueblos, a finales de diciembre de 1791, eran Ubinas, Pedro López Serrano; Ichuña, Miguel Sánchez y en Lloque, José Cano (que se encontraba enfermo en Arequipa), siendo reemplazado por el Capitán Juan de Dios Bernedo. Todos estos pueblos en un principio tenían como sede principal a Ubinas. Entre los años de 1786 y 1787, el Cacique de Ubinas, Gaspar Coaguila, presentó un expediente a la Intendencia de Arequipa, alegpndo que era propietario de dos solares en aquella ciudad por lo que solicitaba su inmediata entrega. Dicha Intendencia encontró en los libros de propiedad que en octubre de 1644, Lorenzo Capayca, Cacique principal de Ubinas, se presentó al Visitador Luis de Lazada Quiñonez; alegando también ser propitario de dichos inmuebles que había obtenido de sus 488

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antepasados y que por falta de Título de Propiedad, ofrecía 70 pesos con la condición de que dichos solares pasen a beneficio de los Naturales de Ubinas. Dicha propiedad medía 74 varas de fondo y "otras tantas", de frente, situada en la Calle Última, con dirección a la Parroquia de Santa Marta, en Arequipa, que entonces se llamaba Hermita y que por el año de 1791 quedaba en la esquina del Monasterio de las Carmelitas Descalzas, siguiendo los solares a la casa de Don Mariano Larrea. Fueron amparados dichos indios de Ubinas en la forma que los demás naturales poseían bienes raíces y con las mismas calidades de no enajenarlos sino precediendo las diligencias dispuestas por las Ordenanzas, según y como lo relataba todo el Testimonio de dicho Título que el referido Expediente corría desde fojas 13 hasta fojas 17, constando todo de 31 fojas útiles. (/479/) A los habitantes de Ubinas, cuando llegaban a Arequipa, se alojaban en dichos solares y a veces se les cobraba con el pretexto de que con dicho dinero se compraría una cinta para la Iglesia de Ubinas y la Llave del Depósito del Jueves Santo y Palmas para el Domingo de Ramos. Ante esta situación la Intendencia de Arequipa reconoció como propietarios de dichos solares a la Comunidad de Indios de Ubinas, LIoque e Ichuña, disponiendo que Don Mariano Larrea, vecino de Arequipa y Alcalde Ordinario de Españoles de la Parroquia de Santa Marta haga reconocimiento de dichos solares y regule cuánto puedan producir por razón de arrendamiento o alquiler, reservándose una habitación para Hospedería; cobre, retenga y forme un Plano de Demostración y remitirlo al Alcalde Ordinario de Españoles de Ubinas para que se proceda con la construcción o mejora de las habitaciones. Al segregarse Ichuña y LIoque de la cabecera de Ubinas se dispuso que aquellas poblaciones construyesen su propia Casa Capitular y cárcel con dinero proveniente del cobro de un peso por cada delincuente. También se había dispuesto en 1791, que el Pueblo de Tasa construyera su Iglesia y Cárcel con personas de la nueva Doctrina de LIoque. 489

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El Intendente de Arequipa Antonio Álvarez y Jiménez recomendaba al Capitán Juan de Dios Bernedo para que se desempeñe como Alcalde Titular de LIoque, a partir del año de 1792 ya que el que la venía sirviendo se encontraba enfermo. Dicha declaración se hizo en Omate el 13 de diciembre de 1791 tomando en cuenta sus buenos servicios a la corona Española en contra de la sublevación de Túpac Amaru. El capitán Juan de Dios Bernedo se desempeñaba como minero y azoquero en Querala, quien solicitó al Intendente se le asignen 6 topos de tierras eriazas, pedregosas y sin agua en Chojata, comprensión de la Doctrina de LIoque en el lugar denominado "Chaguarani", para él, sus herederos y sucesores, bajo la pensión anual de cuatro pesos a beneneficio de la Caja de la Comunidad. (/480/) Ante esta situación se solicitó el parecer de los Alcaldes Ordinarios de Españoles de Ubinas e Ichuña, y con el de Naturales de LIoque y el Recaudador de Tributos de estos pueblos informando que los buenos servicios del Capitán Bernedo eran notorios, que su propuesta no perjudicaba a los naturales y que las tierras solicitadas eran inútiles para éstos por no tener agua por lo que se le adjudicó dichas tierras bajo dicha pensión anual y perpetua de los 4 pesos dándose comisión al Alcalde Ordinario de Españoles de Ubinas para que lo posesionase. También se designó al Capitán Juan de Dios Bernedo como Perito para que haga reconocimieno de nuevas minas en Ichuña y para el de Querala a Ramón Sotomayor con la finalidad de ofrecer trabajo a los naturales. Don Ramón y Don Miguel Sotomayor, hijos de Don Juan Tomás Sotomayor, antiguos mineros, trabajaban, él primero, las minas de "El Socabón", "San Antonio", "Santa Bárbara" y "La Asunción" y el segundo "Socabón Real", "San Rafael", "San Sebastian"y "EI Sacramento". También eran propietarios de las minas "San Lorenzo","San Jose","San Antonio","Mercedes", pertenecientes a las Haciendas "El Crucero"y "Vizcachani".

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La hacienda del Mauri, perteneciente a Francisco Velazco que tema sus minas en San Antonio de Esquilache (Puno) Otros mineros eran Francisco Lavur de Arismendi y Manuela Sotomayor, vecinos de Arequipa y sus minas las tenían alquiladas a José Cano y Juan de Dios Bernedo. El minero más antiguo de la zona era Simón González quien a su muerte aparecieron diferentes propietarios. Así, Juan de Dios Bernedo se casó con una hija de Pedro González los cuales heredaron las minas "San Miguel". "San Francisco", "Concepción", "Santo Cristo", etc. Asimismo la "Hacienda Sibaya", pero que estaba en pleito con Susana Herrera. Los obreros se quejaban de su bajo salario y lo escaso y caro de los alimentos y vestido, que tenían que adquirirlos en Arequipa e llave como coca, maíz, quinua, cañagua, etc, y la bayeta. De casi todas estas minas se extraía el cobre y el azogue. Los caminos eran transitables para llegar a las minas, desde La Apacheta hasta Paltuturi y desde la banda hasta el Alto de Matos. No existía el trabajo de la Mita, sino que eran jornaleros libres. (/481/) Escaseaba la pólvora, por lo que se solicitó al Administrador Particular de Tabacos y Rentas Unidas de la Villa de Moquegua, proveyese de dicha pólvora al Estanquilb de Ubinas. En Moquegua funcionaba el Tribunal de Minería y estaba a cargo del Teniente Coronel Juan Pedro Eslémburo, vecino de Moquegua y que al ser elegido sustituto de la Diputación de Tarapacá no se nombraba a su reemplazante causando malestar a los mineros porque los trámites estaban paralizados. Otros mineros moqueguanos, fueron Domingo de Córdova y su esposa Evarista Arroyo; Isabel Zapata y Mendoza viuda de Don José Fajardo; el Teniente Coronel Juan Manuel Bustamante, Antonio Castillo y otros quienes trabajaban por separado y con Registro propio la mina "San Antonio Cangua". En Ubinas, se hicieron famosas las minas de "San Juan de Dios", "San José" y "Chacchagen", las cuales habían sido adjudicadas al hijo del Oidor de la Audiencia de Lima, 491

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Bravo de Saravia, quien en vista de la prohibición de dar encomiendas a los hijos de Oficiales Reales tuvo que presentar renuncia del derecho de su hijo el 06 de junio de 1559, ante el Escribano Juan de Enciso, como así al Virrey Marqués de Cañete, quien le adjudicó dichas minas al hijo del Oidor Juan Bravo de Saravia, que en ese entonces tenía once años y (era) paje del Virrey, por lo cual se desistla y apartaba de dicha posesión, presentando como testigos a Juan Flores de Herrera, Julián de Ledesma y Hernando de Paredes. La renuncia fue aceptada. Doña Mayor Bravo de Saravia , hija también del Oidor, casó con Alonso Picado, hombre de mucha fortuna en Arequipa; se desempeñó como Procurador del Ayuntamiento , en Lima, para solicitar mercedes al Virrey García Hurtado de Mendoza. Murió en Tiabaya (Arequipa) el 24 de noviembre de 1616. Años después, en Diciembre de 1791, fueron adjudicadas a los naturales de Ichuña, por el Intendente de Arequipa, Antonio Alvarez y Jiménez, como compensación a aquéllos que habían luchado a favor del Rey y en encontra de Túpac Amaru. (/482/) En Ubinas, había 7 escopetas, 4 pistolas y un sable. En Ichuña, 3 escopetas, 4 pistolas y un sable. En Querala, 3 sables, 7 escopetas, 2 pistolas, 2 fusiles, 2 trabucos naranjeros y 66 rejones costeados por el Capitán Juan de Dios Bernedo. El volcán Ubinas, hal, dado motivo a muchos comentarios: Nicolás Quispitúpac, en 1790, Cacique de Ubinas, aseguraba haber subido hasta la cima en varias oportunidades con motivo de extraer y aprovechar el finísimo y abundante azufre, teniendo mucha vetas. Reconoció su cráter, asegurando que es mayor que una plaza y que en su mayor parte está cubierto de cenizas y que en medio de ella hay una oquedad o respiratorio por donde exhala con frecuencia cenizas. En ocasiones suele mantenerse por algunos meses humeando sin intermisión y no falta quienes hayan divisado, desde el pueblo de Ubinas, que está en su falda, por entre la elevada columna de humo que levanta y como envueltas en él las llamas de fuego que despide. Aseguran los habitantes de Ubinas que, sintiéndose 492

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extremecimientos de tierra, se dejan percibir recios golpes subterráneos a manera de avenidas que arrastran corpulentas piedras. El Presbítero Juan Domingo de Zamácola y Jáuregui, en su "Relación de la visita Pastoral", que efectuó el Obispo Chávez de la Rosa, en 1789, dice: "El pueblo de la Concepción de Ubinas, está situado a la falda misma de un elevado cerro nevado, conocido por el Volcán de Ubinas, y es tradición acentuada entre esta gente que este volcán reventó algunos años antes del establecimiento de cristianismo en estos países, y lo da a entender su figura; exhala humo continuamente y algunas veces arroja bostezos de llamas y azufre como sucedió en el año de 1778, con cuyo suceso se hallaron estas gentes en las mayores consternaciones" . La Parroquia de Ichuña, fue desgregada de la de Ubinas en 1793 por el Obispo Pedro Chávez de la Rosa. Por ese tiempo ejercían el Parroquiado de Lloque Don Felipe López de Ortega y en Ichuña Don Francisco Gárate. (/483/) En 1791, en Ubinas, se le expidió el Nombramiento de Preceptor a Don José Ortega, español, con dotación de cinco topos de tierras: dos de ellos en Huatagua y los otros tres restantes en Anascapa , con la condición de que se dé educación a los hijos de los naturales de Ubinas, Ichuña y Lloque en Primeras Letras, doctrina cristiana, idioma castellano, el temor de Dios, amor al Rey, respeto y veneración a los templos de Dios, sin Ilevarlas ni pedirles otra paga. En 1790, en Ubinas, había 337 tributarios orginarios, cuya Tasa era de 7 pesos siete reales. También 06 forasteros cuya cuota era de 07 pesos y medio reales. En Querala, con las mismas cuotas, 376 originarios contribuyentes y cinco forasteros que hacían el monto anual de 3,004 pesos. Ichuña, comprendía, con las mismas cuotas, 179 originarios y un forastero, por quienes cada año se entregaban 1416 pesos 6 y medo reales y en cada semestre 708 pesos, tres cuartos de reales.

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El 2 de febrero de 1956, por Ley N°12641, se creaba el Distrito de Lloque, incluyendo a los Anexos de Exchaje, Luco y La Pampilla. M) MATALAQUE En Ccollisuyu, vivía una nación (o varias), puquinahablante, eminentemente agraria y emprendedora. Se encontraba la población extendida en sus zonas agrarias, en cuyos centros más densamente poblados estaban afincados los curacas: El Tambo de Puquina, Omate, Matalaque, Carumas, Cochuna, Moquegua, Quinistaca, Torata, Pocsi, etc. Estas naciones recibían la fuerza expansiva de Lupacas y pacajes del Collao. Simultáneamente llegaba al Collao la influencia de las Culturas puquina-hablantes. Tal es el panorama de lo que después sería el Departamento de Moquegua. Estas etnias prehistóricas se establecieron preferentemente en las zonas geográficas conocidas como cuencas pre-andinas. El desarrollo cultural, social, económico, etc. no fue uniforme en todas las etnias pre-hispánicas. (/484/) Martín de Murúa, coloca en el reinado de Pachacútec, Inca Yupanqui, la conquista de toda la parte Sur de! Kuntisuyu, incluidos los araucanos que vinieron "a darle obediencia", los Uros, Collas y Puquinas. Al Ccollisuyu o Colesuyo, se le designó como Corregimiento de Ubinas, con todos sus pueblos, estancias, originarios y mitimaes, posiblemente porque esta encomienda había pasado a tributar en favor del Rey de España, a la muerte de Garcí Manuel de Carbajal que, aunque dejó hijo, era incapaz por limitación mental que lo tenía bajo constantes cuidados. El Gobernador Lope García de Castro, nombra como Corregidor a Hernando Madueño, el 2 de agosto de 1565, alcanzando sus funciones a todos los pueblos altoandinos, incluidos lógicamente a Matalaque. El Virrey Francisco de Toledo, desde Arequipa, y con fecha 6 de noviembre de 1575, desgnaba como Juez de Naturales a Francisco Márquez. Años después, al darse al Capitán Diego Mazo Alderete el 494

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Corregimiento de Ubinas, agregó el Virrey García Hurtado de Mendoza, mediante Provisión del 8 de agosto de 1590, a los "Mitimaes de Diego de Peralta y Mitimaes de Moquegua , Torata, Samegua y Tumilaca". Con la finalidad de controlar la especulación de precios en la ciudad de Arequipa, el Gobernador La Gasca y en premio a sus servicios de fidelidad, el empleo lo tuvo Don Hernando Madueño, desde el año de 1549; mas esta correduría era rematada el 23 de marzo de 1550 y en el día siguiente se reconocía a Antonio de Aranda con la asignación de Sueldo en la Caja de Fondos propios de la Ciudad. A casi todos los pueblos altoandinos los conquistadores los designaban como"Los Ubinas", ya que éste era el poblado más importante. EL Virrey Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, en 1561, incorpora a éstos pueblos a Chucuito; tenían autoridad y jurisdicción sobre Moquegua, Sama y todos los poblados cercanos a Ubinas. En el Nombramiento de Corregidor que se le expide a Diego Galdo, el 28 de febrero de 1568, no sólo se estipula Chucuito y pueblos principales del Altiplano, sino los correspondientes a Ubinas y Moquegua. (/485/) En el informe que presenta el gobierno de Lima el 25 de octubre de 1569, Fray Domingo de Santo Tomás y Navarrete, Obispo de La Plata, manifiesta que en Chucuito y su Distrito habían cuatro sacerdotes, en Ácora otros cuatro, en Zepita y anexos tres, en Yunguyo y su distrito tres, en llave tres, en Juli , cuatro y en los mitimaes de la otra Provincia que residen en Sama, Moquegua, Torata y Samegua, tres. Al crearse el Corregimiento de Arica, se producen una serie de malentendidos y engorrosos trámites e interpretaciones, señalándose por una parte que Cochuna y Cavaya se encotraba en los límites de Arica, dándose a entender también que Ubinas y todos sus poblados quedaban dentro de la jurisdicción del flamante Corregimiento, sin embargo, siguió bajo el control directo de Chucuito hasta el año de 1590 en que se nombra a Diego Mazo Alderete como Corregidor de Ubinas con los Mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca. Es así como surge el Corregimiento de 495

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Ubinas y Moquegua, colindando con Chucuito, Paucarcolla y Puno, con Arica, Arequipa y Characato. Dentro del Corregimiento de Ubinas, existlan ricos yacimientos mineros que no eran explotados en su integridad. Comprendla dos Vicarías: La Villa de Torata y Carumas y Ubinas con Ichuña, Omate y Puquina. Existlan abundantes minas en el pueblo de Querala, de propiedad de Pedro Sotomayor y su hijo Domingo, de la Orden de Alcántara, que se casó con la hija del jurista Juan de Solórzano y Pereira del CRsejo Supremo de Indias, llamada, Tomasa Solórzano, que construyeron de cal y piedra el templo , de Matalaque, conocido como San Cristóbal. En 1770 tuvieron que sacar a la virgen en procesión para que calmara la furia del volcán. Como la gente vivía diseminada costó mucho reducirla. Los Jesuitas se encargaron de predicarles el Evangelio. De la Doctrina de la Inmaculada Concepción de Ubinas, dependlan los Anexos de Jesús de Tonohaya, San Cristóbal de Matalaque, San Antonio de Cacahuara, La Candelaria de Yalahua, La Magdalena de Lloque y San Lorenzo de Chuhuata. (/486/) El Corregimiento de Ubinas y Valle de Moquegua, contaba con los siguientes Curatos: uno en el Valle de Moquegua y pueblo de Torata con Challaguay; otro en Carumas y San Cristóbal; otro en Ubinas y otro en Omate. El Corregimiento de Ubinas y Valle de Moquegua, estaba formado por diez Repartimientos: Ubinas, Pocsi, Carumas de Hernán Bueno, otros Carumas, Cochuna, Omate, Quinistaca, Puquina, Cheque Mitimas y Torata. En 1791, se encontraba como Párroco de Ubinas, en la Iglesia de la Concepción, el Licenciado Pedro José Salas, quien manifestaba que dicha Iglesia contaba con un topo de terreno en Matalaque. Tenía que atender diferentes poblaciones, principalmente a Matalaque, que hacía las veces de Vice-parroquia que contaba con una Capilla. En igual forma a las poblaciones de Tonohuay, Anascapa, Huatagua (con capilla), Huarina, y Cacahuara (con Capilla).

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Francisco Pizarro, al conceder la Encomienda de Ubinas a Francisco Noguerol de Ulloa, el 22 de enero de 1540, hacía mención que se incluía al pueblo de Matalaque que contaba con 130 indios, teniendo como Cacique a Capi. El 26 de agosto de 1920, el Presidente Augusto B. Leguía, expedía la Ley Nº 304, por la que creaba el Distrito de Matalaque, comprensión de la Provincia Litoral de Moquegua, teniendo como capital al pueblo de Matalaque, con los siguientes pueblos: Huarina, Huatagua, Cacahuara, Yalaque, Lucecén y Matalaque. N) La Capilla Distrito ligado íntimamente a la Historia de Puquina, Pocsi y Chapi. A partir de 1630, Moquegua fue dividida en siete Doctrinas: Torata, Carumas, Ubinas, Omate, Puquina, Pocsi e Ichuña. (/487/) El Virrey Francisco de Toledo, dispuso que el cosmógrafo Pedro Sarmiento de Gamboa, levantara una detallada descripción del Perú, En ella se indicaba que Arequipa comprendía los Corregimientos de: El Cercado, Characato y Vitor, Camaná, Condesuyos, Collaguas, Moquegua y Arica. El Corregimiento de Moquegua o Collesuyo, comprendía los Repartimientos de Ubinas, Carumas, Puquina, Cochuna y Pocsi. Pocsi, a su vez, comprendía los Ayllus de Piaca, Mutu, La Trampa, Usuña y Polobaya en la parte alta; a 12 leguas de Pocsi el Ayllu de Chapi y, en la parte baja, los Ayllus de Mollebaya, Quequeña, Yarabamba y Sogay. Hernando Alvarez de Carmona, Procurador General de la ciudad de Arequipa, presentó al Virrey una Petición de Capítulos, solicitándole que el Corregimiento de Arequipa, tuviera jurisdicción en el Corregimiento de Characato y Vítor y en la Doctrina de Pocsi, comprensión del Corregimiento de Moquegua. Toledo en Provisión expedida en Lima, el12 de noviembre de 1577, dispuso que sólo se extendiera a Paucarpata.

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El Virrey Marqués de Montesclaros, por orden del Rey, el 17 de octubre de 1613, llevó a cabo el deslinde y términos del Obispado de Arequipa, estableciendo en cada uno de los siete Corregimientos una Vicaría que controlaba a las Doctrinas de su jurisdicción. La Doctrina de Pocsi, fue considerada dentro de la administración eclesiástica del Corregimiento de Vítor, al igual que La Chimba, Characato, Chiguata y Paucarpata. La Doctrina de Pocsi, desde 1550, estuvo a cargo de los frailes franciscanos. En 1778, se hicieron cargo sacerdotes seculares. El Intendente de Arequipa Antonio Alvarez y Jiménez visitó esta Doctrina en agosto de 1787 y la puso bajo la administración de Quequeña y Mollebaya, con sus respectivos Ayllus. El 22 de abril de 1754, el Sacerdote Francisco Retamoso de Cáceres, de la Doctrina de San Francisco de Pocsi, levantó un inventario de esta Iglesia y de las vicedoctrinas de Santa Ana de Mollebaya y San José de Quequeña. En 1791, se añadieron los altares de la Santísima Virgen de Chapi. El retablo era de madera de dos cuerpos. En este año era Mayordomo Pablo de Rivera; Teniente de Cura, el Licenciado Arenas; sacerdote el mercedario Cipriano Prieto. Asimismo Nolberto Arenas y Urbano Velarde Pinto, autoridades de las Parcialidades de Urin y Hanan Saya. (/488/) El 15 de mayo de 1797 recibió por inventarios la Iglesia, Casa Cural, alhajas, ornamentos, libros parroquiales, etc., el Licenciado José Alejandro Rodríguez Ríos, Cura de Quequeña, siendo testigos: Juan de Dios Tamayo, Melchor Rodríguez y Domingo Acosta, manifestando su satisfacción sobre este inventario el Padre Santiago de Rivera y Franco, cura de Pocsí. Estuvieron presentes los Curacas Carlos Málaga y Pedro Rodríguez, así como el Alcalde de Naturales Pascual acoja y los sacristanes Lorenzo Ocola y Diego Esquicha. En eI inventario de 1805, ya no figuran los altares de la Virgen de Chapi. El Licenciado La Gasca, encomendó el pueblo de Pocsi a Alonso de Cáceres, así como Tambo y Chule. A su 498

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muerte le sucedió su hijo Diego. La población fue reducida en el pueblo de San Francisco de Pocsi. Tenía como anexos a Mollebaya, Quequeña, Yarabamba y Chapi. Asimismo Polobaya, Piaca, Usuña y Muto. El templo de San Francisco de Pocsi, fue de adobes; tiene varios lienzos pintados por el italiano Juan Samuel en 1620. La Iglesia más importante fue la de Quequeña, dedicada a la Concepción de María. Obra levantada por varios españoles residentes en Yarabamba y Don Fernando de Salas. El Obispo Abad y Llana, colaboró con muchas limosnas. El Capitán Diego Mazo Alderete, fue el Corregidor de Ubinas, Pocsi, Carumas, Omate, Puquina, Quinistaca y Cochuna, El Virrey García Hurtado de Mendoza, mediante Provisión del 8 de agosto de 1590, le agregó a los mitimaes de Diego de Peralta como así también los mitimaes de Moquegua, Torata, Samegua y Tumilaca. En el repartimiento de Encomiendas que hizo el Marqués Francisco Pizarro, el 22 de enero de 1540, desde el Cuzco, el Tambo de Puquina con otros pueblos fueron dados a Diego Hernández, natural de San Lúcar de Barrameda (España), uno de los fundadores de Arequipa, a quien también dio Socabaya, Yumina, Tilumbaya y otros pueblos. (/489/) El Intendente de Arequipa Álvarez y Jiménez, llegó a Puquina el 4 de setiembre de 1792, a las cinco de la tarde, disponiendo la separación del curato de Omate, formando Puquina una Doctrina aparte. La Iglesia de Puquina, contaba con ocho y medio topos de tierras en el Valle de Sahuanay (La Capilla), que rinden al año 203 pesos y 4 reales, todas ellas a razón de 11 pesos cada uno de los topos y cuyo producto era invertido en el culto de Puquina y en Sahuanay, como así al de La Capilla. Lo recaudado se invertía en cera, pan y vino. En el mes de setiembre de 1792, el cura de Puquina Andrés José Delgado, realizaba los actos religiosos los días festivos en el Anexo de Saguanay, como así en La Capilla, distante siete leguas de Puquina, donde asistían también la 499

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feligresía de las otras poblaciones que se habían instalado por la fertilidad de las tierras. En tiempos de Cuaresma llegaban sacerdotes de Arequipa para que la feligresía cumpliera con los ritos religiosos. La Parroquia de Puquina cobraba a la feligresía el Sínodo que ascendía a 831 pesos que se pagaban en las Cajas Reales de Arequipa. En ese año de 1792, se desempeñaba como Alcalde de Puquina Don Antonio Bernedo, de buena trayectoria, creándose por orden del Intendente la Escuela de Puquina, teniendo como Preceptor a Don José Fermín Rodríguez. Asimismo, en la misma época, el mismo Intendente creó la Escuela de "la Quebrada abajo en La Capilla o Pago de Sahuanay" y correrá a cargo de Juan de Dios Martínez, igualmente español. Don Esteban Ale y Ruelas donó el local para su funcionamiento, firmando el instrumento de donación ante el escribano de residencia Don Rafael Hurtado. Los originales fueron archivados en la Caja de la Comunidad, para su conservación y custodia. (/490/) Los Bienes de la Comunidad, eran los siguientes, en diferentes pueblos que hoy conforman el Distrito de La Capilla: en toda la Parcialidad de Anansaya, se contaba con 42 topos de tierras: 6 en Chacahuaya, pagaba 4 pesos; 4 topos en Caspaya, 4 pesos; uno en Caspata, al mismo precio; 3 más en Chacahuaya; un topo en Coalaque, que se asignaba a los Camayos a 10 pesos; 6 topos en Vinomore; 6 en Yalaque, a 6 pesos; 3 topos en La Capilla, a 10 pesos y 6 más en el dicho Yalaque. Al Preceptor José Fermín Rodríguez se le dio 6 topos, para que trabajara en Puquina. El Obispo Pedro Villagómez, fundó la Doctrina de San Salvador de Puquina, en 1635. La Capilla, debe su nombre, a la construcción que se realizó en la parte Oeste de Puquina, río abajo, donde acudía la feligresía de una serie de pueblos, posiblemente construída por el Cacique Chalcotúpac, que allí radicaba. El Señor de la Caridad de La Capilla, ha sido declarado Santuario, por el entonces Obispo de Tacna y Moquegua Carlos Alberto Arce Macías. El Presidente Manuel Prado, promulgó la ley Nº 9617 el 30 de setiembre 1942. EI 20 de octubre, apareció en "El Peruano", contando con los 500

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siguientes anexos: Coalaque, Sojomure, Caima, Hembruna, Torca, Talahuayo, Chacaguayo, La Capilla, Vinomore, Sahuanay, Yalaque y Seche. N) Chojata En tiempos de la colonia de España, pertenecía al pueblo de La Concepción de Ubinas. Siendo un pueblo eminentemente católico, se celebraban diferentes fiestas religiosas, en lo que hoy son anexos del Distrito de Chojata. Así tenemos: Chojata, su fiesta principal era la de San Lorenzo; Exchaje, el Santo Cristo y la Natividad de Nuestra Señora. En la Vice-parroquia de Exchaje, en el año de 1791, habitaban 50 familias, haciendo un total de 182 personas. En el Ayllu de Luco, 26 familias, con 120 personas. En la Viceparroquia de Chojata, 80 familias, con 251 personas. En el Ayllu de Pachas o Punas, 33 familias, con 133 personas. Los españoles, repartidos en toda la jurisdicción de Lloque, al que antes también pertenecía Chojata, se encontraban 31 familias con 124 personas que tributaban y estaban dispersas entre Lloque, Luco, Coroise y Chojata. El total de personas (españoles e indios), estaba compuesto en el año que se indica, por 636 familias, con 2,251 personas de todas las edades y sexos. (/491/) El común de todas estas comunidades, acordó realizar la construcción de un puente que sirviera para cruzar el Río Ichuña a la feligresfa que llegaba, principalmente a Lloque, para escuchar misa, de la comunidad de Tasa. Para concretar dicha construcción se le adjudicó a la Iglesia de Lloque, diferentes extensiones de terreno para la compra de la Lámpara del Santlsimo Sacramento y materiales para la construcción. Así, en Luco, en el paraje denominado Guasiquinray, se le adjudicó un topo; en Camata, paraje Tacancha, tres cuartos de topo; en Tasa, paraje de Sapsi, lo mismo; en Yunga, un topo; y en Exchaje, paraje de Tonocpampa, un topo. El total ascendla a cinco y medio topos, que se hizo conocer al común de los indios y, 501

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principalmente, al Mayordomo de Fábrica, para su conocimiento. El Capitán Juan de Dios Bernedo, rico minero de la zona, había prestado su gran colaboración en contra de la sublevación de Túpac Amaru, principalmente con su armamento, y pertrechos, que los tenia en Querala, donde estaba su mina, por lo que solicitó que se le asignen seis topos de tierras incultas, eriazas y pedregosas y sin agua, situadas en el Ayllu de Chojata, comprensión de la Doctrina de Lloque, en el lugar conocido como Chaguarani, Estas tierras las solicitaba para él, sus herederos y sucesores, pagando una pensión anual de 4 pesos, que pagaría a beneficio de la Caja de la Comunidad, para lo cual alegó su reclamo por los beneficios que habla prestado a la zona principalmente en la aludida sublevación. Para que nadie salga perjudicado, el Intendente Alvarez y Jiménez, en el mes de diciembre de 1791, solicitó informes a los Alcaldes Ordinarios de Españoles de Ubinas e Ychuña, y a los Naturales de Lloque, como así al recaudador de tributos, a fin de que expresen si las tierras solicitadas de Chojata eran de utilidad. Si la propuesta perjudicaba a los naturales, o si por el contrario era de utilidad de la causa pública. Los informantes, dieron a conocer los buenos servicios del Capitán Bernedo y que su propuesta no perjudicaba a los naturales, que las tierras solicitadas eran inútiles para éstos por no tener agua, y que, sólo puede dárseles a mucha costa su laboreo. (/492/) Tomando en consideración estas expresiones se le adjudicaron al Capitán Juan de Dios Bernedo, bajo dicha pensión anual, y perpetua de los cuatro pesos citados, dándose comisión al Alcalde Ordinario de Españoles de Ubinas, para que los posesionase en coordinación con los naturales de Chojata. En el indicado año de 1791, los Alcaldes eran los siguientes: En Ubinas, Pedro López Serrano; en Ychuña, Miguel Sánchez y en Lloque: José Cano, en cuyo lugar, por su ausencia y notoria enfermedad se encontraba en Arequipa, quedando como encargado el Capitán Juan de Dios Bernedo.

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Como Párroco Interino de la Doctrina de Santa María Magdalena de Lloque, Licenciado Don José Felipe López de Ortega, quien al dirigirse a su feligresía exhortaba el temor de Dios y amor al Rey. Este Sacerdote, para predicar el Evangelio, tenía que recorrer grandes distancias entre todas las comunidades. El Mayordomo Ecónomo de la Iglesia de Lloque, que se encargaba de su construcción y puesto por el indicado Sacerdote, era Don Juan de Dios Bernedo, español, hombre de acreditada conducta. El 15 de febrero de 1955, el Presidente Manuel A. Odría, promulgada la Ley Nº 12193, por la cual creaba el Distrito de Chojata, con la intervención de los parlamentarios por Moquegua; Diputados: Jesús H. Cosío Becerra y Ricardo Valdivieso, Senador: Eduardo Fontcuberta Mendizábal. Está integrado por los anexos siguientes: Chojata (capital), Luco, San Miguel de Coroise, Pachas, Exchaje y La Pampilla. O) Quinistaquillas La encomienda de San Lino de Omate fue entregada a Martín López de Carbajal, por Francisco Pizarro, según Provisión expedida en el Cuzco el 22 de enero de 1540. Las tierras correspondientes al Inca, Mamaconas y al Sol. El Virrey Francisco de Toledo las entregó a Gaspar López, en Provisión expedida en la Caleta de Quilca el 12 de noviembre de 1575. Era abundante en coca, ají, maíz y algodón. El primer templo se levantó en honor de San Bernardo, que se cayó varias veces. En 1586, el Obispo del Cuzco, puso por párroco al clérigo Diego Chávez Carbajal (/493/). Esta Doctrina quedó arruinada con la erupción del volcán Huaynaputina. En 1792, el Obispo Pedro José Chávez de la Rosa, lo volvió a erigir en Doctrina con tres pueblos que le sirvieron de Anexos: Quinistaquillas, Coalaque y Quinistaca. En 1791, habían en el pueblo de Quinistaquilla: 149 personas originarias. El Párroco de Omate, era el Licenciado Juan José Rendón, quien tenía que recorrer 12 leguas para encontrarse con la feligresía. Su ámbito comprendía los

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pueblos de San Bernardo de Quinistaca, San Clemente de Coalaque y La Asunción de Quinistaquillas. Para poder cruzar el caudaloso Río Tambo, principalmente en épocas de avenidas, en el año de 1788 se hizo construir un puente, que estuvo a cargo del Licenciado Don Juan Baltazar Pacheco, que por ese entonces era el Párroco Interino de Omate, y con la decisiva intervención de los feligreses de Quinistaquillas, logró forjarlo sobre vigas y cables. Dicha obra trajo grandes beneficios para los transeuntes de diferentes partes del Sur. El Intendente Álvarez y Jiménez, dispuso que los habitantes de Omate, Quinistaca, Coalaque y Quinistaquillas, acudan todos los años, antes de las avenidas, con la finalidad ya sea de reparar o reforzar el puente, renovando los tejidos de mimbre. Para asegurar mejor el trabajo, se dispuso que Don Mariano Hurtado, Recaudador de Tributos de Omate y Ubinas, para que en calidad de Diputado Especial, promueva y verifique dicha reparación anual. También debía hacer arreglar la ladera, laja y cuesta de Pachas, anchándola y quitando todos los malos pasos que lo hacían riesgosos. El Párroco Pacheco hizo conocer que los indios de Quinistaquillas, estaban cobrando el pasaje o portazgo en cantidad de uno o dos reales por persona, disponiéndose que el tránsito por el puente sea libre y que la reparación siempre estaría a cargo de Omate, Quinistaquillas, etc. Pero para mayor seguridad también se encargó la construcción de otro puente en el lugar denominado Esquino, que serviría para los transeuntes de Moquegua y Arequipa, para lo cual se designó al Alcalde Ordinario de Españoles de Puquina Don Antonio Bernedo y al Cacique Gobernador Don Manuel José Lajo Olim, también de Puquina, para que en forma conjunta procedan a la construcción del nuevo puente. (/494/) El fértil valle de Quinistaquillas, sufrió los estragos del terrible terremoto del 19 de febrero de 1600, al erupcionar el volcán Huaynaputina, quedando prácticamente éste pueblo cubierto de cenizas. Fue tan terrible el terremoto que se sintió en gran parte de la América del Sur. Muchos pueblos de la actual Provincia Sánchez Cerro, todavía están inmersos en 504

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sus cenizas. De diferentes comarcas llegaba gente para realizar ofrendas al ídolo "Pichinique", con la finalidad de aplacar la ira del volcán. Esto dio motivo a que historiadores de todas .las épocas se ocupen de este desastre, como Antonio Vásquez de Espinoza, quien decía que todo se había resumido en arena y ceniza. El sabio italiano Antonio Raymondi, al pasar por ahí, en el mes de marzo de 1864, se horrorizó al ver tan grande temeridad producida en Quinistaquillas, que se encuentra a sólo unos 13 km., del volcán. Prácticamente desapareció el río que nacía en las faldas del volcán y que servía para regar los sembríos de Quinistaqu.íllas. Se produjo el estancamiento de las aguas del Río Tambo al desprenderse las rocas de las laderas. Al producirse el desenvalse ocasionó grandes calamidades en los sembríos de! Valle de Tambo, introduciéndose varíos kilómetros en el mar. Era un río de fuego que se introducía en el mar. La tensión de los habrtantes era grande; los terremotos se sucedían uno tras otro, desde el 15 de febrero, hasta que se produjo la erupción el sábado 19 de febrero de 1600, a las cinco de la tarde. Los remezones continuaron por muchos días. En Moquegua, se encontraba desempeñándose como Corregidor de la Provincia de Collesuyo, el Capitán Lope de Agüero, quien dispuso que as iglesias abrieran sus puertas para que la gente pueda orar. La ciudad se cubrió de ceniza, lo mismo que Arequipa. Hoy en día, todavía, hay muchos pueblos sepultados por las cenizas. Están esperando su rescate. (/495/) El 10 de junio de 1955, el Presidente Manuel A. Odría, firmaba la Ley Nº 12337, que creaba el Distrito de Quinistaquillas, teniendo como anexos los poblados de Monore, Pachas, Santa Ana, Yaragua y Santa Cruz, Pachas el 15 de febrero de 1955, por Ley Nº 12193, expedida por el Presidente Odría se le había incluido en Chojata. P) Coalaque El Distrito de Coalaque, estuvo, a través de su Historia íntimamente relacionado con Omate, Puquina y Ouinistaquillas. El capitán Martín López de Carbajal, natural 505

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de España, fue el encomendero de Omate por Provisión concedida en el Cuzco por Francisco Pizarro en 1540. Estaba casado con Inés García, en la cual había tenido a sus hijos: Gaspar y Elvira. Gaspar se casó, en primer matrimonio, con Guimar de Grado y Maldonado, teniendo una hija llamada Francisca de Carbajal y Grado. Doña Elvira, se casó con Diego Cornejo. Garcí Manuel de Carbajal, fue el fundador de la ciudad de Arequipa, pariente de Martín López. Al morir Garcí Manuel, en enero de 1552, Martín López, en 1555, solicitó la chacra que en vida había tenido Garcí Manuel en Huasacache (Arequipa). Además, también, Martín López, fue el tutor del hijo de Garcí Manuel, que se encontraba enfermo en sus capacidades mentales. Martín López, había desempeñado importantes cargos en Arequipa, como Alcalde Ordinario, en tres oportunidades. La Provisión de Francisco Pizarro, concedida a Martín López, el 22 de enero de 1540, en el Cuzco, decía: "Por cuanto vos Martín López, vecino de la Villa Hermosa del Valle de Camaná habéis servido a Su Magestad en el levantamiento de los indios... os deposito en la Provincia de Omate el Cacique Cayla y sus pueblos con 387 indios en esta manera en un pueblo que se dice Cupilaqui 65 indios y otro pueblo que se dice Coalaque 25 indios... os deposito para que les hagaís buen tratamiento y los instruyas en las cosas de nuestra Santa Fe...". En este mismo documento, figuran otros pueblos, como: Tamaña, Hambasi, Acambaga, Yabaga, Jurama, Lagi y Chica. El Cacique Cayla, fue bautizado por el Padre Bartolomé de Segovia, convirtiéndose en Francisco Sima Cayla. (/496/) A la muerte de Martín López de Carbajal, el Virrey Francisco de Toledo, entregó por dos vidas la encomienda de Omate a Francisco Hernández Tarifeño. En la Visita General de Toledo, se encontraba en la primera vida. Indudablemente que se produjeron reclamos de parte de Gaspar López, hijo del primer encomendero, y que para apaciguar los ánimos se le entregó algunas tierras en Omate que habían sido

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reservadas para el Inca, al Sol y a las Mamaconas, con fecha del 12 de noviembre de 1575, firmado en Quilca. También el 22 de enero de 1540, Francisco Pizarro había entregado la Encomienda de Quinistaca a Miguel Rodríguez de Cantalapiedra. Había nacido en 1493 en la Villa de Cantala piedra (España) y contrajo matrimonio con Isabel Vaca, siendo sus padrinos Martín López de Carbajal y Doña Inés García, su esposa. El enlace fue en la Iglesia de La Merced, de Arequipa y estuvo a cargo del Padre Martín de Vergara. El Pacificador La Gasca, entregó Quinistaca por dos vidas. Al morir el Bachiller Miguel Rodríguez, siguió perteneciendo a la familia, pero ya su esposa había contraído enlace con Juan Durán de Figueroa. El Obispo Pedro de Villagómez, creó la Doctrina de Puquina, con los siguientes Anexos: El Carmen de Coalaque, La Concepción de Escota, La Purificación de Embruna y San Miguel de Seche. En Omate, el primer templo se levantó en honor de San Lino, que se cayó varias veces. En 1586, el Obispo del Cuzco puso por Párroco al clérigo Diego Chávez Carbajal. Esta doctrina quedó arruinada con la erupción del volcán Huaynaputina. En 1792, el Obispo de Arequipa, Pedro José Chávez de la Rosa, lo volvió a eregir en doctrina con tres pueblos que le sirven de anexos: Coalaque, Quinistaca; y Quinistaquillas. (/497/) En 1791, en el Ayllu de Coalaque, residían 33 familias con 110 personas. En esa fecha también se desempeñaba como Párroco de San Lino de Omate, el Licenciado Juan José Rendón, siendo Mayordomo Don Eugenio Acencio que, sin embargo, manifestaban que en Coalaque había 209 españoles y 97 mestizos y que la Cabecera de la Doctrina era San Lino de Omate y que sus anexos eran San Clemente de Coalaque, San Bernardo de Quinistaca y La Asunción de Quinistaquillas. Asimismo "al frente del Pago de Huasacachi está situado un pueblecito nombrado Coalaque en donde hay un ojo de una agua buena que a sus habitantes sirve para beber y cultivar sus chacras que regularmente producen maíz y árboles frutales. A tres leguas para abajo, cría el río azul 507

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referido unos camarones bien monstruosos con lana y tripas que no se comen, y se incorpora al fin dicho río azul, con el caudaloso de Tambo". San Clemente se festejaba el 23 de enero. El Ayllu de Coalaque, colaboraba con algunas extensiones de tierras para el funcionamiento de Escuelas ya sea en La Capilla y Puquina: "un topo en Coalaque que se asignaba a los Camayos a diez pesos; seis topos más en Coalaque, a diez pesos". Coalaque, también sufrió los estragos de la erupción del volcán Huaynaputina el19 de febrero de 1600, como así otras tantas del volcán de Ubinas. El 26 de enero de 1956, el Presidente Manuel A. Odría, firmaba la Ley N( 12563, por la que se creaba el Distrito de Coalaque, constituído por los anexos de Huasacache, Chilcopuquio, Huaylanto, Dolores, Ulicán, Pulcamayo y Culine. Q) Yunga En el Cuzco, con fecha 22 de enero de 1540, Francisco Pizarro expedía una Provisión a Francisco Noguerol de Ulloa, concediéndole Ubinas y otros pueblos con el Cacique Sisquicha. Entre esos pueblos se encontraba Yunga con 60 personas. Otros pueblos, fueron: Matalaque, Cacagiaci, Guata, Anseapa, Hambesi, Arapa, Tasa, Pacharite. Tasa era parcialidad del Cacique Cochuna. Noguerol, volvió a España en 1557, donde sostuvo largo pleito con Beatriz Villasur que alegaba ser su esposa. Se le ordenó regresar al Perú para que se haga cargo de su Encomienda, pero pidió prórroga y parece que allá murió. Sus indios fueron dados por La Gasca a Garcí Manuel de Carbajal, por Provisión del 29 de enero de 1548. (/498/) El Licenciado Lope García de Castro concede a Pedro de Puerta por toda su vida el repartimiento de Ubinas, fechado en Los Reyes el 10 de junio de 1566. Las fiestas religiosas principales de todos los pueblos que están situados a la orilla del Río Ichuña, eran las siguientes: Lloque, festejaba a Santa María Magdalena; Chojata a San Lorenzo; Yalagua, a la Purificación; Querala, a 508

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La Concepción, Presentación y San Miguel; Exchaje, al Santo Cristo y la Natividad de Nuestra Señora; Camata, a San Pedro; Yunga, al Señor San José y Tasa, a Santa Gertrudis. Al Señor San José se le festejaba el 19 de marzo. En el mes de diciembre de 1791, Yunga tenía 66 familias con 254 personas, que prestaron colaboración a la Iglesia de Lloque, de la siguiente manera: Yunga, un topo; en Exchaje, paraje de Tonocpampa, un topo. En el año de 1793, eI Obispo Chávez de la Rosa desligó alchuña, del Curato de Carumas y puso por Patrón a San Ignacio de Loyola. El templo se encontraba muy deteriorado y tenía como anexos a los pueblos de Yunga y Exchaje. El día 19 de marzo de 1965, el Presidente Fernando Belaúnde Terry, firmaba la Ley Nº 15466, por la que creaba el Distrito de Yunga. Cuenta con los siguientes Anexos: La Pampilla, Exchaje, Aquina, Arapa y Lojeta. (/499/)

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VI.

LAS LUCHAS INDEPENDENCIA

POR

LA

La vida en los tiempos coloniales no fue de perezosa quietud. Al contrario, fue una vida inquieta en que las manifestaciones de rechazo y protesta contra la dominación absolutista española fueron muchas. A lo largo de todo el siglo XVIII, los indios y criollos, por conducto de sus Curacas y personalidades importantes, se esforzaron por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo, para cuyo efecto llevaron a cabo largas y pacientes gestiones, en la creencia que la justicia española podría hacer que las leyes de Indias fueran aplicadas en su favor. Esta creencia se fundaba en el hecho objetivo de que había una legislación ambigua, que en su parte enunciativa era aparentemente benévola, pero que en su parte resoluta otorgaba facultades discrecionales a los funcionarios coloniales, en aplicación del principio de que la realidad podía hacer necesario que las normas legales pudieran ser pasadas por alto para mantener la autoridad y la estabilidad del régimen colonial; esta facultad, empleada con prodigalidad por las autoridades virreinales, hacía inútil la parte enunciativa de las "Leyes de Indias", con el resultado de que el panorama real de la vida colonial era tremendamente inhumana e insoportable, tanto para los indios del común como para los esclavos de los centros de laboreo y para el pueblo pobre de las ciudades, (formado en este nivel por españoles pobres, criollos desheredados, mestizos, vagabundos y delincuentes). En el transcurso de casi trecientos años de la dominación española, se fue formando aquí, por obra impalpable del pueblo, la nación peruana. También se fueron formando las demás naciones americanas. Surgió aquí el amor al suelo en que se había nacido, el sentimiento nacional, principalmente en los criollos y mestizos que ya no se consideraban españoles, sino americanos y especialmente peruanos. Igual fenómeno se presentó en los otros lugares de América española. (500/)

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Del amor al suelo natal surgió el sentimiento de la nacionalidad, y por tanto, el sentimiento patriótico. A fines del siglo XVIII la nación peruana se había formado. La patria ya existía. Los aborígenes, mulatos, zambos y negros, se fueron incorporando lentamente al sentimiento nacional. A fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la patria para la gran mayoría no era España. La patria estaba aquí, en el suelo en que se había nacido. Las batallas de la guerra de la independencia se dieron en nombre de la libertad y de la patria. A) Juan Vélez de Córdova El Alto Perú, dependió de Lima hasta 1776, fecha en que se estableció el Virreynato de Buenos Aires, del cual dependió hasta la Proclamación de la República. Precursor, es aquél hombre de amplia visión que, con sus ideas o sus hechos, propugna reformas y cambios en el estado de cosas importantes, preparando, de esta manera, el terreno para futuras realizaciones y acontecimientos. Prócer, es el personaje eminente, de máxima dignidad que cultiva y defiende una causa, llegando hasta el sacrificio por conseguir su realización y materialización. En la Emancipación, muchos de los hombres que lucharon por ella, reunieron en sí ambos conceptos. En el Alto Perú, hubo insurgencias ahogadas en sangre como la de Antonio Gallardo, en La Paz, en 1661, proclamando "libertad para los americanos"; Alejo Calatayud, en Cochabamba, en 1730. Según el historiador boliviano Eguino Zaballa, la "gran Revolución de Juan Vélez de Córdova se produjo en Oruro, en 1793". Por su parte el historiador peruano Virgilio Roel, indica que en 1738, los indios de la Villa de Oruro, se alzan bajo la jefatura de Juan Vélez de Córdova". (/501/) El moqueguano Vélez de Córdova, desde el inicio de su movimiento libertario, se proclama descendiente de los gobernantes Incas. En el Manifiesto que hace público, declara su decisión de concluir con el dominio español, porque la 511

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conseción dada por el Papa Alejandro VI, en favor de los Reyes de España, para apoderarse de estas tierras se efectuó con la exclusiva obligación de difundir el Cristianismo, y en lugar de ello, los conquistadores y coloniales se convirtieron en asesinos de los Incas y usurpadores de sus bienes yatribuciones; y que, a más de eso procedieron a imponer el tributo indígena, las mitas y los abusos, sin que los afectados pudieran tener siquiera el recurso de la reclamación. Usando las armas del engaño, los coloniales reducen a los alzados, a quienes les aplican penas brutales. Vélez de Córdova, es cruelmente victimado. Sin embargo, la tea ya se había prendido, dando lugar a otros levantamientos. Un carácter más acentuado en lo social, conmovió todo el Alto Perú, aunque prescindiendo de la participación de los mestizos, tuvieron los levantamientos indígenas de los años 1780 y 1781, encabezados por los hermanos Catari (Tomás, Dámaso y Nicolás). Si. bien esta fue una verdadera guerra de razas, contribuyó con la sangre de los caudillos sacrificados a abonar la tierra donde fructificó la libertad. Otros levantamientos importantes fueron los que protagonizaron los Hermanos Zudánez el 25 de mayo de 1809, en Charcas. Asimismo, el16 de julio de 1809, en La Paz, Pedro Domingo Murillo, propone la Independencia de Charcas, movimiento que fue continuado en Cochabamba con Esteban Arce, el14 de setiembre de 1810. Vino luego la Guerra de Guerrillas, que abarcó, desde 1812 hasta 1824. Estas guerrillas se formaron debido a la falta de recursos de los pueblos del Alto Perú para organizar, ejércitos regulares. Actuaron las guerrillas a la voz de un caudillo, en determinados lugares de los Andes, llamados Republiquetas. Así tenemos los levantamientos de Ildefonso de las Muñecas, en la Republiqueta de Larecaja; José Miguel de Lanza, en la Republiqueta de Ayopaya e Inquisivi; los esposos Padilla, en Chuquisaca; José Ignacio Warnes, en Santa Cruz. En Tarija, los levantamientos de los patriotas Méndez, Avilez, Rojas y Uriundo. (/502/)

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Juan Vélez de Córdova, fue ajusticiado en 1739 por el delito de lesa majestad por el Corregidor de aquella Villa, Martín de Ezpeleta. La conspiración había comenzado a fraguarse hacía algún tiempo, porque entre los papeles del revolucionario Vélez se halló una carta de Juan Bustamante Carlos Inga, suscrita en el Cuzco el 8 de enero de 1737, en la cual le disuadía de su intento. Esto prueba que Vélez había tratado de ganarse partidarios y, especialmente, de personas que, como Don Juan, podían influir en el ánimo de los indios. De hecho se ganó la voluntad de Eduardo Pachamira, Gobernador de los naturales de Oruro y de Miguel de Castro, los cuales vinieron a sufrir la misma pena. Los conjurados se reunían en la casa de éste último y, como nunca falta un traidor, uno de los concurrentes, Bernardino Ojeda, denunció el hecho a la justicia y el Corregidor sustanció en horas la causa de los aprehendidos y los condenó a la última pena. Muy poco tiempo después fueron descubiertos otros dos cómplices de Juan Vélez, Nicolás de Encinas y Carlos Pérez, que corrieron la misma suerte de los citados. El hecho en sí no tuvo más trascendencia, pero es revelador, primero, el que fuesen mestizos e indios los cabecillas; segundo, que hubiese tardado algún tiempo en descubrirse una conspiración que hasta en el Cuzco había tratado de encontrar afiliados y, tercero, el pensamiento que animaba a la cabeza principal. Vélez de Córdova, había escrito un Manifiesto y en él se incitaba a los criollos y a los indios a sacudir el yugo de España y recobrar la libertad de que se les había despojado, porque los tributos con que se gravaba a los indios y la pesada carga de la mita, les hacía intolerable la vida y que, por lo tanto, muy pronto un vástago de los Incas se pondría a gobernar. Su propósito era restaurar el Imperio de los Incas. El Virrey del Perú, Marqués de Villagarcía, aprobó lo hecho por el Corregidor Ezpeleta, pero dispuso que el Oidor de la Audiencia de Charcas, Manuel Isidro de Mirones, pasase a Oruro para hacer las averiguaciones del caso. Este dio cumplimiento a su misión y dio por libres a algunos de los inculpados, pero en cambio apresó a Ramón de Castro, uno

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de los encargados de difundir el Manifiesto de Vélez de Córdova, al cual se le condenó a la pena capital. (/503/) B) Túpac Amaru y Moquegua José Gabriel Condorcanqui, que adoptó el nombre de Túpac Amaru II ("serpiente flamígera”'), Precursor de la Independencia del Perú y América del Sur, nació en la Provincia de Tinta, el 19 de marzo de 1738. Fue un mestizo descendiente de la nobleza incaica y segundo hijo del matrimonio de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera. Reconocido como indio noble, gozó de las prerrogativas de tal y por derecho hereditario ejerció las funciones de Cacique de Pampa marca, Tungasuca y Surimana. Huérfano desde temprana edad; fueron sus tíos los que se preocuparon de que recibiera una sólida educación. Tuvo como maestros a los curas de Pampamarca, Antonio de Sosa, y de Yanaoca, Carlos Rodriguez de Avila. A los 16 años pasó al Cuzco, y estudió en el Colegio de Indios Nobles y Caciques de San Francisco de Borja. De regreso a su pueblo natal y a la edad de 20 años, contrajo matrimonio con Micaela Bastidas, natural de Abancay, (aunque algunos dicen que nació en Pampamarca, Cuzco), y con quien llevó una vida de armonía y comprensión en los tiempos difíciles de la gran rebelión. El matrimonio tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando. Cumplidos los 25 años de edad, presentó formal solicitud para que se reconocieran sus derechos de Cacique y su calidad de descendiente legitimo delinca Túpac Amaru. Al desempeñar el cacicazgo, lo hizo con moderación, tino y justicia, destacando entre todos de la región. Según afirmaron los que le conocieron, gustaba de vestir con elegancia y aún lujo y, aunque celoso de su dignidad, era afable con los que le trataban. Micaela Bastidas, había nacido hacia 1745. A los 15 años se casó con José Gabriel, en Surimana, el 25 de mayo de 1760. Al estallar la rebelión, fue una gran capitana y notable lideresa. Destacó dirigiendo tropas, administrando la 514

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retaguardia, aprovisionando a las huestes rebeldes, expidiendo bandos y salvoconductos y, sobre todo, alentando la guerra a muerte contra el sistema colonial. De gran don de mando y un genio que sólo cedia ante el carácter muy recio de su esposo. (/504/) No se limitó ella a misiones de avituallamiento, más de una vez dirigió tropas y se sabe que en cierta ocasión condujo hasta mil hombres a Livitaca. Asombra ver que el ímpetu de esa mujer jamás decayó. Micaela, fue bastante entendida en toda clase de asuntos, de genio vivaz y emprendedor y agudo sentido crítico. Puede sostenerse que su cultura era bastante amplia para mujer peruana del siglo XVIII. Juan José Vega, al respecto, dice: "Micaela Bastidas se sintió solidaria con los oprimidos, hablaba de eso en plural: no hay razón de que nos estropeen y traten como a perros, fuera de quitarnos con tanta tiranía nuestras posiciones y bienes". El mismo autor, realiza el siguiente comentario: "Era Micaela de un valor a toda prueba, cierta vez que llegaron noticias de que Túpac Amaru corría peligro montó de inmediato a caballo y partió en su ayuda, seguida de su gente. Pronto pasó el aprieto -era sólo un falso rumor-, pero alcanzó a decir que "moría donde muriese su marido". Y cumplió su palabra. Tras ver que ahorcaban a su hijo, el joven mártir y combatiente Hipólito, Micaela fue ejecutada junto a sus compañeros de lucha el 18 de mayo de 1781. Se le cortó la lengua, se trató de estrangularla y al final la ultimaron a puntapiés. Murió como una Reina, sin exhalar queja alguna". La legislación colonial sobre los indios era benévola y humana y estaba dirigida a proteger sus intereses. Pero esa ley no era cumplida por los funcionarios coloniales, especialmente por los Corregidores. Estos malos funcionarios, veían en los naturales la oportunidad del rápido enriquecimiento y no dejaban pasar ocasión propicia para lograrlo. Esos abusos eran más notorios en el cobro de impuestos. Los indios que protestaban eran condenados a diversas penas. Abusaban con la institución del repartimiento mercantil, obligando a los indios a comprar, a elevado costo, mercaderías que no le servían para nada. La Mita, otra de las 515

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institucione que se prestaban al abuso. Los indios eran obligados a trabajar en las minas fuera de la jurisdicción. En los Obrajes, tenían que trabajar desde el amanecer hasta el anochecer en agobiadoras tareas. (/505/) El abuso era tan grande como el malestar que esa situación provocaba, que las autoridades trataban de remediar sólo en intención. Los hechos y la realidad eran diferentes. Túpac Amaru 1I tenIa conocimiento de esa situación y, al ejercer su cacicazgo, sintió en carne propia, todo el abuso y la injusticia que eran objeto sus hermanos de sangre. La creación del Virreinato de Buenos Aires, el 1 de agosto de 1776, ocasionó la relativa paralización del fructlfero negocio de minerales y mercanclas entre PotosI y Lima, pues el comercio de Charcas fue orientado hacia el Río de la Plata y Túpac Amaru percibió en su negocio los efectos de aquella descentralización administrativa y comercial. Fue particularmente sensible a la situación de los indios, cuyos ingresos disminuyeron a un nivel mlnimo y debieron mantener o redoblar los tributos que de ellos exigla el régimen español. El 4 de octubre de 1776, los Caciques de la Provincia de Tinta le dieron poder bastante para que los representase y pidiese en su nombre y en el de los indios de su cacicazgo, la extinción de la Mita. Con tal fin, viajó a la ciudad de Lima y se presentó ante la Real Audiencia, esforzando con razones claras sus solicitudes. Apoyaron en principio la demanda, pero dilataron el proceso en forma tal, que fracasaron sus propósitos. Para esto, él mismo quedó convencido que era imposible. Por eso, se deduce, que cuando regresó al Cuzco, llevó el germen de la rebelión en su corazón y comenzó a madurarla, esperando el momento propicio para lIevarla a cabo. La ocasión se presentó el4 de noviembre de 1780, cuando Carlos Rodrlguez, cura de Yanaoca, pueblito a tres leguas de Tinta, ofreció una comida celebrando su onomástico y el natalicio del Rey Carlos III. Entre los convidados a su mesa estaba Antonio Juan de Arriaga y Gurbista y José Gabriel Túpac Amaru, entre otros. Terminada la reunión, Túpac Amaru ofreció al Corregidor Arriaga su escolta 516

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particular, que no aceptó. Túpac Amaru, tenIa todo preparado y en el camino a Tinta, apresó al Corregidor y por la noche lo llevó a Tungasuca, lugar donde estableció su centro de operaciones. (/506/) Seis días después, el 10 de noviembre, el Corregidor Arriaga, luego de un juicio sumario, fue sentenciado y ahorcado. El grito de rebelión se expandió por todo el Sur. El 12 de noviembre, determinó marchar a Quiquijana, a fin de apoderarse de la persona del Corregidor Cabrera, uno de los más odiados de la región. Cabrera, pudo escapar a tiempo, pero fue saqueada su casa y todas sus dependencias. En el camino arrasaron los revoltosos los obrajes de Pomacanchis y Parapicchu, poniendo en libertad a los que en ellos trabajaban y distribuyendo entre ellos y los necesitados la ropa almacenada. A su vuelta a Tungasuca, dirigió a los Caciques de toda la Región cartas instándolos a unirse a la rebelión. Túpac Amaru 11, asumía pues, las funciones de caudillo. Al Cuzco llegó la nueva del levantamiento, cuando Arriaga estaba sepultado. Los españoles empezaron a preparar las fuerzas para sofocar la revolución y pidieron refuerzos a Lima. Los realistas avanzaron hasta Sangarará, unas cinco leguas de Tinta. Túpac Amaru, sabedor del avance de las tropas enemigas, decidió sorprenderlos y en la madrugada del 18 de noviembre sus tropas rodearon la ciudad. La matanza fue grande. Casi todos sucumbieron a los golpes y lanzadas de los rebeldes. El Virrey Jáuregui, decidió entonces reforzar las fuerzas y entregó el comando de todo el ejército al nspector General José del Valle. Parece que el Visitador Areche, había pretendido asumir la dirección de la ofensiva que se preparaba. La expansión del movimiento revolucionario estuvo, por entonces, dirigida a las ciudades del Sur y sus flancos. Puede decirse que esta decisión fue la causa del fracaso de la rebelión. Debió tomarse la Ciudad Imperial antes que los realistas la fortificaran más. El 17 de diciembre, en marcha acelerada, hizo su entrada de nuevo en Tungasuca. Inmediatamente dio orden de avanzar hacia el Cuzco. Era algo tarde, porque la situación en la capital era muy diversa. 517

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Al sitiar la ciudad del Cuzco, Túpac Amaru volvió a caer en la indecisión. EI10 de enero de 1781 se desencadenó el ataque más fuerte y se peleó casi todo el día. Los defensores recibieron ayuda eficaz de los indios leales. (/507/) En cambio, la deserción en las tropas de Túpac Amaru, se hizo mayor comenzando a asomar los signos de traición con que había de cerrarse el desenlace final. Mientras tanto, en Moquegua, venía desempeñando el curato, el Padre Juan Manuel Moscoso y Peralta, hasta el año de 1767. De ingenio verdaderamente envidiable, de espíritu revoltoso y decidido por la causa de la libertad, jugó papel importante en la revolución de Túpac Amaru, siendo esta una de las causas principales que le atrajeron la odiosidad de todos los que juzgaban un crimen rebelarse contra el yugo de la monarquía. En reuniones secretas, tanto en Moquegua como en Arequipa, incitaba a las poblaciones a protestar contra el opresor, surgiendo la idea de la emancipación del Perú, formando un gobierno soberano. Frente al auge de la política absolutista había en el siglo XVII, en que los Reyes absolutos de Europa negaban a sus súbditos una serie de derechos, surgió en el Padre Moscoso y Peralta, la tendencia política que se ha dado en denominar liberal, que sostenía que el hombre nace con derechos llamados naturales y que son: el derecho a la vida, a la libertad y a conseguir su felicidad; derechos que ningún gobierno da, sino que tan sólo debe resguardar. El gobierno no es sino el producto de un acuerdo entre los gobernados, que eligen a su gobernante, y no de apropiación por una persona sin el consetimiento de los gobernados. Frente a los derechos absolutos que se arrogaban los reyes para gobernar a sus pueblos, surgió la teoría liberal de los derechos constitucionales, es decir, que el gobernante debe gobernar de acuerdo con los derechos y obligaciones que señalan las Leyes del Estado. Y si el gobierno, en vez de resguardar los derechos de los gobernados, atenta contra ellos, los gobernados tienen el derecho a la resistencia frente al

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gobernante. El pensamiento político de fines del siglo XVIII era hostil a la forma absoluta de gobierno. La organización social de entonces se basaba en el principio de la desigualdad. (/508/) Existían diferentes clases sociales, con desiguales derechos, desde la nobleza, hasta la esclavitud, siendo que todos los seres humanos nacen con iguales derechos, que los adquieren por el hecho de nacer y que se los da el Creador. En las colonias españolas de América, en donde existla la nobleza, clase media y pueblo, esta desigualdad se acentuaba por las diferencias raciales y por las diferencias existentes entre los españoles nacidos en España y los españoles nacidos en las "Indias", o sea los criollos. La rivalidad entre criollos y peninsulares se acentuó por aspirar aquéllos, con toda justicia a la igualdad de derechos y, finalmente, al gobierno de los territorios en que habían nacido. Contra esa desigualdad social existente se realizó el movimiento emancipador. Se ha dicho que la revolución americana, antes de realizarse en los hechos, se realizó en los espíritus y en las ideas. Tal afirmación es cierta. Lps grandes acontecimientos de la Historia Universal se han encarnado siempre en algunos individuos, que, visionarios y audaces, han vislumbrado los hechos futuros, adelantándose a su tiempo, trazando su rumbo señalándolo, a veces, con el sacrificio de sus vidas. Estos son los precursores. Alberto Ballón Landa, comenta as!; "Es una figura verdaderamente simpática y sugestiva la del Ilustrísimo Sr. Juan Manuel Moscoso y Peralta, primer arequipeño que ascendió a la categoría de Obispo. Nació el 6 de enero de 1723, hijo de Don Manuel Moscoso y de Doña Antonia Peralta. En su numerosa familia se cuentan hombres como el Sr. Goyeneche, Don Domingo y Don Pío Tristán, que figura en la historia patria. De inteligencia precoz, estudió artes y teología, coronando su lucida carrera con las borlas del doctorado. Casó con Doña Nicolasa Rivera y Salazar, en unión de la cual dio existencia a un hijo, que murió poco después que su madre. Sus merecimientos lo llevaron a desempeñar cargos de Regidor, Alférez Real y Alcalde 519

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Ordinario del Cuzco, de donde pasó a Lima, donde provocó graves desavenencias. Desligado de los efectos terrenos con la muerte de su esposa, se ordenó en la capital, desempeñando posteriormente el Curato de Moquegua, de donde pasó a ocupar la Canongía Magisterial de Arequipa, después la Tesorería, y por último el Arcedianato en 1767. (/509/) Hízosele cruda guerra, pero su talento poderoso venció, alcanzando, a despecho de sus enemigos, la Auxiliatura de este Obispado". Siguiendo la estrella de la fortuna que lo precedía, sembrando su camino de nuevos triunfos, obtiene la Mitra de Tucumán. Se dirige después a Córdova, de la que no llega a tomar posesión, por las contiendas suscitadas con el Cabildo y el Gobernador de Jujuy, y marcha al Concilio de Chuquisaca, donde sorprende con el brillo de su vasta inteligencia. De ingenio verdaderamente envidiable, jugó papel importante en la Revolución de Túpac Amaru, siendo ésta una de las causas principales que le atrajeron la odiosidad de todos los que juzgaban un crimen rebelarse contra el yugo de la monarquía. Diéronle la Mitra del Cuzco y, siendo de nunca acabar el referir los ruidosos y escandalosos sucesos de que fue sindicado en esta ciudad, al tiempo de las revoluciones que ocurrieron entonces en el reino, la Superioridad de Lima tomó la resolución de enviarlo a España´en 1786. El Licenciado Zamácola, refiere lo siguiente: "Cuando fue a España (Moscoso), hizo un convite y un riquísimo obsequio de vajilla de oro a la Reina, la que ofreció hacerle una gracia, si lo solicitaba. Moscoso, sólo le pidió la honra de bautizar al Infante de España, que debía nacer, pues estaba encinta la Señora. Esta concedió el favor como sencillo; más luego se vio que sólo el Arzobispo de Granada, por antiguo derecho privilegiado, podfa bautizar a los Infantes de España; teniendo que dar los Reyes el Arzobispado a Moscoso, a pesar de los pretendientes influyentes, dignos y demás méritos que se oponían. En 1794, fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Carlos III".

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El Dr. J.G. Paz Soldán, al ocuparse de Moscoso, dice que: "El Rey expidió en 1780 un Decreto, en que se daba amplia satisfacción, en vista de las contestaciones que dio, por los cargos que se le hicieron; y fue nombrado Arzobispo de Granada como una prueba pública y auténtica que salvase su reputación". (/510/) Paz Soldán versa estas afirmaciones, fundado en el folleto que, con el Título de "Inocencia Justificada", publicó en Madrid el Dr. José Ignacio Castro. Godoy en sus "Memorias"hace muchos elogios del Arzobispo Moscoso, en los informes y consultas a petición de Carlos IV. Luis Cúneo, refiere lo siguiente: "El Ayuntamiento y el Cabildo de 1796, en Memorial u oficio, respectivamente, elevados hasta el trono de Carlos IV le dicen que colmara de gracia a sus vasallos en memoria de la exaltación y fidelidad con que lo han jurado y proclamado Señor Natural de las Indias Occidentales, accediendo a la merced de otorgar a esta Sede una Universidad, objeto de sus constantes suplicatorias; y para lo cual el Doctor Don Juan Manuel Moscoso y Peralta ha ordenado la dotación de cinco Cátedras con el principal de cuatro mil pesos cada una, en alivio de sus compatriotas y en satisfacción del antiguo anhelo del establecimiento de estudios mayores por los intereses ya expresados. Y para reforzar la Provisión la suscriben y autorizan el Intendente Don Antonio álvarez y Jiménez y los Regidores en masa: Miguel Lorenzo de Bustamante, Francisco Javier Menéndez y Salazar, Juan Gascón de los Reyes, Francisco José del Rivero y Fernández, Lucas de Ureta, José García Idiáquez, Juan de Dios López del Castillo, Miguel Cabrera Fernández de Córdova y el Contador de Su Majestad de la Real Aduana de Arequipa, Don Antonio de Bernardo y Estremadoiro". Por su parte, Luis E. Valcárcel, nos comenta lo siguiente: "La mentalidad de Túpac Amaru corresponde a su época: es un hombre de la Ilustración, aunque no esté imbuído en forma cabal del movimiento ideológico europeo. Como ocurre con todos los americanos, la cultura occidental no es captada en su integridad sino muy parcialmente y en muchlsimos casos no bien entendida. Túpac Amaru sabía lo 521

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que estaba ocurriendo en el resto del mundo, no ignoraba ¡qué iba a ignorar!- que se había producido la Independencia de Estados Unidos. (/511/) El caudillo indio no era un ignaro: todo lo contrario, como se puede ver en el siguiente documento de la época: José Gabriel Túpac Amaru, es un hombre hábil, doctor en ambos derechos, por haber estudiado en el Colegio que el Rey fundó en el Cuzco para los Caciques; él es descendiente por Iínea directa de los Incas, (Documento publicado por F.A. Loayza, en el libro "La Verdad Desnuda", Lima, 1943). En el mismo libro aparecen otros sugestivos datos, como los siguientes: Túpac Amaru, fue judicialmente declarado descendiente de los Incas Reyes del Cuzco. Era hombre rico que proporcionaba préstamos importantes de dinero a muchos personajes. Era orgulloso por el origen que se le atribula, apoyado de los Superiores tribunales. Tenía muchas y estrechas vinculaciones con el clero y especialmente con el Obispo del Cuzco, Moscoso y Peralta, cuya complicidad en el alzamiento parece indudable. Se pone en boca del cura Vicente de La Fuente, párroco de Coporaque, un discurso incitativo a la revolución. Tú -le dice a Túpac Amaru- eres el único descendiente de los Reyes legítimos de esta tierra. Tienes fuerzas bastantes para hacerte coronar. El levantamiento se apoyaría en parte considerable del clero: el mismo Puente, en la citada arenga, expresa: No ignoras el gran poder que tenemos los eclesiásticos en estas provincias, y cuánto aborrecemos a los europeos. Este aborrecimiento es ratificado una y otra vez en diversos documentos de fuentes vivas y varias. Así, refiriéndose al Obispo, dice que odia a los europeos, a quienes aborrece extremosamente. Tal aseveración se confirma en la carta del Corregidor Arriaga al Virrey, cuando escribe: Todos los criollos (sin excepción de algunos) son mortales enemigos de los europeos, en tanto grado, que ni a sus padres libertan de este odio, si lo son; y . ya se ve que quien aborrece a su padre por ser de España, ¿Cómo ha de amar al Rey, que no es americano? Entre todos apenas habrá otro más extremoso que el Reverendo Obispo del Cuzco, pues públicamente habla con irreverencia de nuestro monarca y sus tribunales; y ha 522

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explicado su encono diciendo que aún los hombres de más honor que S.M. destina a sus Américas es gente indigna y soez. Está plenamente comprobado que el clero criollo fue adverso a España por la injusticia que con él se cometfa al tenerlo relegado en relación con los sacerdotes peninsulares que ocupaban las mejores posiciones". (/512/) Luis Antonio Eguiguren, haciendo referencia a una Carta de José Gabriel Túpac Amaru al Dr. Gabriel Paredes, fechada en Chuquibamba el 26 de enero de 1781, dice: "El Sr. Obispo de la Ciudad del Cuzco es cierto que mal informado e inquieto su ánimo se ha compuesto con sus colegiales alistándoles para la guerra; pero todo esto creerá Ud. que no tiene subsistencia, sino mucho miedo de los ladrones Chapetones que lo han obligado. Para que conozca el modo noticio a Ud. cómo viendo el peligro en que se hallaba la ciudad del Cuzco, mandé dos Embajadores con dos Sacerdotes y tres Seglares para que los explicasen a lo que iba, además qe exhibirlo yo por carta al Cabildo Eclesiástico, y Junta de Guerra, y hasta ahora no he tenido respuesta. Y aunque el Sr. Obispo quiso responderme personalmente saliendo a mi Real a hablarme, se lo impidieron los malvados atemorizándolo que podía morir con alguna bala desviada, y de este modo se ha procurado el bien del alma del europeo de quitársele que robe, por lo que se pierde toda una Ciudad". Virgilio Roe! Pineda, por su parte, dice que: "El 12 de noviembre de 1780 fue enterada sorpresivamente la ciudad del Cuzco de los acontecimientos ocurridos en Tungasuca, por boca del Corregidor Cabrera, huído de Quispicanchis. El Corregidor del Cuzco procedió a formar de inmediato una Junta de Guerra, que encomendó la Jefatura Militar a Joaquín de Valcárcel, que instaló su Cuartel General en el antiguo convento de los Jesuitas; allí concentró todas las armas disponibles en la ciudad y dio aviso de los acontecimientos al Virrey de Lima, al que pidió auxilio... allí fueron los partidarios de Túpac Amaru, armándose una descomunal gresca. De la expedición colonial se contaron 576 muertos. Túpac Amaru entregó, en actitud de plena humanidad 200 pesos al cura para que enterrara todos los cadáveres... en abierta 523

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contravención de los hechos, el Obispo Moscoso del Cuzco culpó a Túpac Amaru del incendio que destruyó el Templo de Sangarará, con cuyo pretexto ordenó que en todas las Iglesias fueran colocados cedulones por los que se declaraba a Túpac Amaru excomulgado. (/513/) Ante este abuso de las creencias, ellnca respondió con una circular dirigida a todos los curas de la región, explicándoles que su causa no iba orientada contra la religión sino que estaba destinada a destruir el temerario abuso y perversa costumbre de repartos y demás hechos que amenazan a todos. No obstante, es evidente que algún efecto nocivo debió surtir el anatema de la alta clerecía colonial contra su movimiento, señaladamente entre los criollos, aunque entre los indios su efecto fue totalmente nulo". Al final de la guerra, José Gabriel fue tomado preso y conjuntamente con buen número de sus partidarios, fueron llevados al Cuzco, en donde entraron el14 de abril de 1781, saliendo a recibirlos una gran multitud. El 15 de mayo se leyó a los reos la sentencia y el 18 fueron sacados de la cárcel y conducidos a la Plaza Mayor. Ese día, sin dar muestras de flaqueza, presenció la muerte de su hijo Hipólito, de su tío Francisco, el de su propia esposa y de otros fieles lugartenientes que lo acompañaron en su rebelión. Luego le cortaron la lengua y amarrado a cuatro caballos tiraron de él, hacia los cuatro puntos cardinales, sin lograr descuartizarlo. Finalmente después de estos horrorosos tormentos, el Visitador Areche, ordenó que lo decapitaran. Su rebelión, el suplicio y la muerte, no fueron en vano. Poco después se abolió el cargo de Corregidor y se estableció la Real Audiencia del Cuzco, para facilitar la justicia, pero, por sobre todo, quedó más que nunca encendida la llama de la libertad, no sólo en el Perú, sino en toda América. Sin embargo la rebelión continuó con Pedro Vilca Apaza, quien trasladó el Cuartel General a Azángaro, junto con Mariano, hijo de José Gabriel Túpac Amaru, después del desastre de Tinta. Asimismo, hay que resaltar que todo el Altiplano (o Alto Perú) estaba en un estado de extrema tensión por efecto de 524

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los acontecimientos de Chayanta, en donde Tomás Catari había sido sorpresivamente apresado por un grupo armado que lo emboscó. (/514/) En los acontecimientos posteriores a la desgraciada acción de Tinta, comenzó a despuntar un indio con grandes dotes, llamado Julián Apaza, que en homenaje a Túpac Amaru y Tomás Catari tomó sus apellidos, por lo que pasó a la historia como Julián Túpac Catari. Finalmente fue traicionado y en la noche del 9 de noviembre de 1781 fue apresado Túpac Catari, en un lugar llamado Chichaya. La sentencia se dictó en el Santuario de Nuestra Señora de las Peñas, el 13 de noviembre de 1781. Por ella se condenó a muerte a Julián Apaza, o Julián Túpac Catari, para lo cual debía ser sacado de la prisión arrastrado por la cola de un caballo. El brutal descuartizamiento se llevó a cabo el 15 de noviembre de 1781. La cabeza de! jefe indio fue puesta encima de una horca de la ciudad de La Paz. Ante tales acontecimientos, la administración colonial proclamó el indulto y el perdón de todos los jefes y combatientes insurrectos que voluntariamente se rindieran. No obstante, varios de los Comandos Insurgentes desconfiaron de los ofrecimientos virreinales y decidieron seguir la lucha en Puno. Entrelos renuentes a someterse al indulto, se contaron: Melchor Laura, Marío Cápac, Pedro Vilca Apaza; Calisaya, Nina Catari, etc. Los solemnes actos del indulto se celebraron el 27 de enero de 1782, en Sicuani, con la participación del Mariscal del Valle, del Obispo Moscoso y Peralta y de Diego Túpac Amaru y los suyos. El acto fue de carácter religioso y el acta firmada fue escrita y legalizada. Una parte de los Jefes volvieron a sus provincias, en tanto que otros fueron conducidos a Lima. Los coloniales asaltaron Puno en febrero de 1782, así como Azángaro. El 3 de abril es capturado Pedro Vilca Apaza y, sin más tardanza el 8 de abril es arrastrado engrilletado al centro de la Plaza de Azángaro, donde es descuartizado por caballos que parten en cuatro distintas direcciones. Igual suerte pasó Melchor Laura, quien fue apresado en Pomata. El 525

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15 de marzo de 1783, es capturado por sopresa Diego Cristóbal Túpac Amaru, en Tinta, momento a partir del cual se da una enorme cacería de sus familiares, El 19 de julio de 1783, Diego Cristóbal es descuartizado en el Cuzco por cuatro caballos. (/515/) En Lima habían sido apresados los jóvenes Andrés Túpac Amaru, sobrino del mártir, y Mariano Túpac Amaru, hijo de José Gabriel, siendo sentenciados a destierro en las cárceles de España. EI13 de abril de 1784 fueron embarcados en "El Peruano" y "San Pedro de Alcántara". Este último barco naufragó en las costas de Portugal, pereciendo casi todos los prisioneros. Mariano Túpac Amaru murió en la travesía y fue lanzado al mar desde la cubierta de "El Peruano"; su pequeño hermano Fernando, que logró salvarse del naufragio del "San Pedro de Alcántara", fue recapturado y conducido a los calabozos del Castillo de Santa Catalina, de Cádiz. En 1788, fue conducido a la "Escuela Pía de Getafe" y de allí pasó a la "Escuela de Abapiés", de Madrid. Al cumplir los 21 años salió de esa Escuela, negándose a tomar los hábitos y prefiriendo vivir en la indigencia; sin ningún amigo en Madrid, su vida se fue extinguiendo presa de una terrible y conmovedora .melancolía, hasta que murió solitario, en agosto de 1789. Moquegua, era una ciudad donde predominaba la población de origen español, por lo tanto se mostraba contraria a cualquier cambio en el sistema de gobierno en América. Sabían si esto se producía, no les quedaba otro camino que emprender el retorno, como ocurrió algunos años posteriores, una vez alcanzada la Independencia, por lo tanto invertían su dinero y pertenencias en conseguir armas para su defensa. Para ello no sólo aportaban los peninsulares, sino que hasta algunos caciques y criollos estaban de acuerdo con las autoridades españolas. En cuanto se tuvo conocimiento de la azonada, Moquegua se puso en alerta. La situación no era tranquila. El Virrey constantemente enviaba informaciones sobre la forma de enfrentar a los revolucionarios. Las autoridades locales también informaban de lo que acá estaba ocurriendo. Túpac Amaru, insitía "en acabar con el mal gobierno" y los gritos de 526

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"Viva el Rey, muera el mal gobierno", se venían multiplicando. Pero los españoles más pudientes seguían apoyando a sus autoridades con armas, municiones, dinero, víveres, etc. (/516/) En Moquegua, se realiza un conjunto de acciones contra los rebeldes. Se prepara la defensa de la ciudad y se apresta a evitar que la rebelión se propague. Pero no todos estaban en contra de Túpac Amaru. Los sectores menos pudientes se aprestaban a sumarse a las huestes tupacamaristas. En éllos hizo una huella profunda el Mensaje de Túpac Amaru, que no veían en él sólo el despedir a las autoridades, sino la Independencia del Perú. En un Edicto de Túpac Amaru, se leía; "Siendo el único objeto, cortar de raíz el mal gobierno de tanto ladrón, zángano, que nos roban la miel de nuestros panales". Los rebeldes habían enviado emisarios a todo lo largo del Virreinato del Perú y del Virreinato del Río de la Plata. El fuego revolucionario alcanzó también la zona alto andina moqueguana. Los insurrectos dirigidos por Alí y su lugarteniente Buitrón dirigían a las masas indígenas insurgentes en diferentes direcciones que iban desde Ichuña hasta Tarata. Mientras que el revolucionario, Alí prefería seguir en la zona aItoandina, envió a su Lugartenientente Buitrón a la Costa, principalmente a Arica, tomando el pueblo de Codpa, donde el Cacique Diego Felipe Cañipa, partidario de las autoridades españolas fue tomando prisionero, manifestando que no se plegaba a la revolución, por lo que fue sentenciado a torturas. El informe que elevaron las autoridades españoles es desgarrador; le abrieron el cuerpo de la cabeza a los pies. Alí, el jefe de los insurrectos, decidió apoyar a su lugarteniente bajando a la Costa, tomando el pueblo de Pachía y después unirse a Buitrón y avanzar juntos hacia Moquegua. El subdelegado de Pachía, Juan de Dios Vásquez, apoyó la causa, siendo destituído por el Intendente de Arequipa. En Tacna, la situación estaba encontrada. El Corregidor Andrés Ordóñez y Nátera, incautó a Narciso 527

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Vargas, cinco mil pesos que se remitía de Arequipa hacia la mina de Huantasaya (Tarapacá), para sostener en obediencia la provincia en tiempo de las turbulencias de los indios. Dicho Corregidor, acompañado de sus allegados y familiares huyó hacia Ilo, donde tomó un barco y se dirigió al Callao. (/517/) Alí y Buitrón, tomaron Arica y pueblos cercanos. Una columna de los revolucionarios llegó hasta Locumba donde, con repique de campanas, llamaban a la población para engrosar sus fuerzas. Ante la captura de Túpac Amaru, las fuerzas de Alí y Buitrón, se fueron disipando. Mientras tanto, en Moquegua, la situación tampoco era de calma. El historiador moqueguano Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, escribía: "en febrero 14 de 1781, el cabildo y vecindario acordaron de hacer armas y municiones, a derrama de los vecinos para la defensa de esta Villa, como en efecto se hicieron. En esta época fue la rebelión del indio José Gabriel Túpac Amaru". El Intendente de Arequipa, Antonio Álvarez y Jiménez, informaba al Rey, desde Moquegua, donde se encontraba el 29 de octubre de 1791, lo siguiente: "Hay en los pueblos, de Torata, Carumas, Ubinas, Querala, Ychuña, Omate, Puquina, Pocci, Mollebaya y Quequeña, de este Partido sobrada gente para que dichos Regimientos se pongan en su primero y antiguo pie; suponiendo que todos son esforzados y aparentes para el servicio y que los más están montados y en proporción de hacerlo siempre que sea necesario, como lo han acreditado, especialmente en la pasada rebelión en que hicieron viva defensa de esta Villa y su Partido y aún de las Provincias circunvecinas contra los insurgentes rebeldes, distinguiéndose en celo, constancia y valor que no faltan en las superioridades calificaciones bastantes que dan a éstos vasallos el honor de que se jactan por serio de un soberano tan amable como católico, Por eso en el citado día de este reconocimiento se les ratificaron a nombre de S.M. a todos los presentes, ya los ausentes en ellos las debidas gracias, que correspondieron reproduciendo su sumisión, su respeto y obediencia en públicas aclamaciones y repetidas vivas a la 528

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Real Persona. No se omitió en esta parte, pedir de antemano al Subdelegado avisara las armas y pertrechos de boca y guerra que esta Villa tiene y a cuyo cargo corría la custodia y seguridad de ellas. (/518/) Respondió haber seis Pedreros con sus respectivas Cureñas corrientes y algunos Rejones que en dicha rebelión pasada costeó éste vecindario, que es lo que únicamente hay fijo para cualesquier urgencia, porque la fusilería que en aquel se había remitido de Arequipa, se devolvió a su Sala de Armas. Que los pedreros están en casa y al cuidado del Conde de Alastaya y dichos Rejones en las de los Capitanes de Infanteria. Y en satisfación de la pregunta que se le agregó sobre cuántas y de qué especie eran las armas que podía haber entre los vecinos de esta Villa. dijo que todos ellos y entre los españoles de los pueblos de éste Partido, podrían juntarse cientoveinte escopetas; otros tantos pares de pistolas, unos pocos esmeriles, y,de 400 a 500 armas blancas entre espadines, espadas y sables que es con que se juzga prudente pueda contarse en un caso preciso". Asímismo, Monseñor Santiago Martínez, Deán de las Catedral de Arquipa, (que tuvo a su hermano gemelo como cura de Moquegua), en su libro "Prefectos de Arequipa", informaba que Don Miguel San Román y su Sra. María Mesa, que fue Corregidor de Puno y heredero de ricas minas, huyó hacia Moquegua ante la insurrección de Túpac Amaru. Estando en Moquegua hizo su testamento el 5 de marzo de 1782. Su hijo, de idéntico nombre, fue Presidente del Perú en 1862. El hijo del Presidente, coronel Manuel de San Román, fue prefecto de Arequipa en 1890. En Moquegua, en tiempos de la insurrección de Túpac Amaru, aparecieron colocados en lugares públicos una serie de pasquines, que daban a conocer su conformidad con la revolución. Las fuerzas libertarias de Juan Buitrón, en la zona andina, después de la sublevación de Túpac Amaru, seguían activas, aún después, de 1781. Posteriormente, fue cogido y ahorcado por las huestes del Rey. Montenegro y Ubaldi , manifiesta que, "Don Mariano Antonio de Oribe, Corregidor en 1777, Y que en tiempo de 529

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este Corregidor fue la rebelión del indio José Gabriel Túpac Amaru. Dio acertadas providencias para la seguridad de la Villa, de la que salió copiosa expedición de gente con el Señor Conde de Alastaya, Don Antonio Nieto, y varios capitanes a contener la violencia de los indios en las provincias interiores de la Sierra". (/519/) Después de la revuelta de Túpac Amaru, variaron, en Moquegua, a nivel jurídico, los criterios vigentes para considerar la capacidad gubernativa de un Cacique. La condición étnica del cargo, hasta entonces reservada a los indígenas, desaparecía dejando a los españoles el camino expedito para controlar ellos, ya abiertamente, a las comunidades andinas. El significado del término "Cacique" cambió a su vez de manera sustancial, viéndose definitivamente despojado de sus tradicionales acepciones emblemáticas. Desde entonces se empleó coloquialmente el término para referirse tan sólo a las personas que ejercían de facto el poder desde la esfera colonial. Así que en la documentación empieza a generalizarse en el siglo XVIII el empleo de los términos "Cacique", "Gobernador" o "caudillo"para fererirse al Teniente aunque también a veces al Sub-delegado, figura ésta que 'sustituía en esta última etapa virreinal a la del Corregidor, o incluso a algún hacendado infuyente de la localidad. C) Viscardo y Guzmán en Moquegua Juan Pablo Viscardo y Guzmán, representa al doctrinario e ideólogo en su más significativa dimensión. La publicación de su "Carta a los españoles americanos", fue un gran aporte para la independencia de América. Había nacido en el Distrito de Pampacolca (Arequipa), el 26 de junio de 1748, siendo bautizado un día después por el cura José Bedoya Mogrovejo, emparentado con los Viscardo. Sus padres fueron Gaspar Viscardo y Guzmán y Manuela Zea y Andía, de apreciable poder económico, obtenido por el trabajo de sus haciendas.

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La familia se remonta hasta el siglo XVII donde el español Juan Viscardo y Guzmán, bisabuelo de Juan Pablo empieza a radicar en Camaná lugar de nacimiento de don Bernardo, abuelo de Juan Pablo. En marzo de 1698 Don Bernardo contrae segundas nupcias con Doña Magdalena Rodríguez Cabrera, natural de Pampacolca. (/520/) De esa unión nacerá en Pampacolca Don Gaspar Viscardo y Guzman, padre del Procurador Juan Pablo. Don Gaspar falleció en el Distrito de Uraca, Valle de Majes, Provincia de Castilla (Arequipa). Habíase casado con la dama arequipeña Doña Manuela lea y Andía, quien envía a Juan Pablo y su hermano José Anselmo al Cuzco a fin de seguir estudios en el Real Colegio de Nobles de San Bernardo, fundado a comienzos del siglo XVII por la Compañía de Jesús. Empezaron estudiando Gramática y Humanidades y posteriormente siguieron el noviciado Jesuítico, dirigido por el Padre Ignacio Romero, sin tener los quince años que era la edad requerida. José Anselmo hizo su ingreso el 17 de enero de 1761 y Juan Pablo el 24 de mayo del mismo año. Al poco tiempo se entera del fallecimiento de su madre. En 1763, al continuar estudiando, realizaron sus primeros votos. Pasaron al Colegio Máximo de la Transfiguración del Cuzco, donde también estudiaron Filosofía y Humanidades. El Rey de España, al considerar que los religiosos de la Compañía de Jesús, en América y España, sospechosos de los levantamientos de indígenas decide expulsarlos. Los pampacolquinos habían estudíado seis años cuando se decretó la expulsión, pero habían logrado una sólida y bien fundamentada cultura. Esta expulsión, también se había producido en otros países de Europa: así en 1759, Portugal los expulsa por obra del Marqués de Pombal. En 1764, Francia hace lo mimo. En España, se decidió la expulsión en 1767. EI 27 de febrero de 1767, Carlos III, expidió el Real Decreto, dando a conocer la expulsión de los Jesuitas, encargándosele al Ministro Aranda su cumplimiento. El 2 de abril del mismo año se aclaraba que la sanción alcanzaba a los coadjutores y novicios, siempre y cuando éstos deseen continuar en la Orden, En España, la orden se ejecutó 533

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inmediatamente. En América la orden llegó a los Virreyes y Autoridades dándose también su inmediato cumplimiento. EI 17 de agosto de 1767 se tomó presos a los Jesuitas de Chuquisaca; el 7, 9 y 15 de setiembre en el Cuzco, Lima y Moquegua, repectivamente y en Mojos del 5 al 8 de octubre. El Virrey Amat actuó con reserva, pero espectacularmente. En Lima, siendo las dos de la madrugada, una Compañía de Infantería, a órdenes del Virrey Amat, tomaron por la fuerza el Colegio de San Pablo, el Noviciado, la Casa Profesa y el Colegio del Cercado. (/521/) Los 700 soldados rodearon estas instalaciones. Siendo las cuatro de la madrugada se apresaron a los Jesuitas del Colegio Máximo de San Pablo. En el Cuzco, la misma tarea la realizó Don Jerónimo Manrique, Corregidor y Justicia Mayor; a las siete de la noche Manrique, del día siete de setiembre, en compañía del Conde de San Antonio de Vista Alegre, de los coroneles Juan Carrillo de Albornoz y Bernardo de Tinajero, de los señores José Picoaga, Gregorio Viaña, Isidro Guisasola y del escribano de S.M. Miguel Acuña, acudieron al Colegio de la Transfiguración con el fin de tomarlos presos. El Vicerrector Padre Bernal, al presentar su protesta por el hecho, se le hizo conocer la orden real. Otros establecimientos también fueron tomados. EI16 de Setiembre de 1767 se dio la orden de que los sacerdores jesuitas presos iban a ser llevados a Moquegua. 40 Jesuitas expulsados a órdenes del Conde de Vista Alegre, Corregidor de Cotabambas y Coronel de Dragones, empredieron el vaje a Moquegua. En esta ciudad, la orden de arresto se cumplió el 15 de setiembre, esperándose a los Jesuitas del Cuzco. Indudablemente que esta situación dio lugar a que la población protestara ante tamaño. irregularidad. Entre los presos que llegaron a Moquegua, desde el Cuzco, se econtraban José Anselmo y Juan Pablo Viscardo y Guzmán. Después de permanecer por el espacio de una semana, siempre con la vigilancia del Conde de Vista Alegre, continuaron hacia Ilo, agregándose los Jesuitas que habían sido tomados presos en Moquegua. En Ilo, fueron embarcados por mar rumbo al Callao. A Lima llegaron en el mes de Diciembre de 1767, concentrándolos en 534

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la Casa Profesa de Nuestra Señora de los Desamparados. En el mes de marzo de 1768, cerca de 170 sacerdotes Jesuitas fueron embarcados rumbo a Cádiz ( España), procedentes de Pisco, Ica, Huancavelica, Huamanga, Trujillo, Puno, Moquegua, etc. . por la vía de Cabo de Hornos, donde llegaron en el mes de agosto, siendo traslados al Puerto de Santa Mar!a ( España) . Aquí se les propuso que abandonaran a la Compañía de Jesús a cambio de su regreso a América. (/522/) Los Viscardo cayeron en esta trampa y recibieron el calificativo de "Jesuitas Disidentes". Del Puerto de Santa María, viajaron a Italia. En ese entonces José Anselmo contaba con 23 y Juan Pablo con 21 años de edad, respectivamente. Se establecieron en Mascarrara, el Norte de Italia, en casa de la Familia Cybo, donde permanecieron hasta 1792, visitando otros lugares. No continuaron estudiando. José Anselmo, se casó en 1780 con Catalina Stuart, de familia noble pero al servicio de la Duquesa de Módena. Tuvieron una niña que fallecio a los 10 años y poco después falleció la madre. Juan, Pablo, soltero y Abate pasaba angustias, ya que no era sacerdote. Estando en Italia los Viscardo aprovecharon para conversar con las autoridades inglesas partidarias de la emancipación americana, ya que estaban conscientes que era indispensable la ayuda de una potencia europea, siendo los más indicados Francia e Inglaterra, para lo cual entabló amistad con el Cónsul inglés en Liorna, John Udnay, quien le sirviera de enlace con el Ministro Ing1és en Florencia , Sir Horace Mann. Para llevar adelante su plan de coordinar con las potencias europeas, los Viscardo apelaron a los seudónimos para no ser descubiertos por las autoridades españolas. Estuvieron en Alemania, Francia e Inglaterra. Un segundo viaje a Londres lo realiza Juan Pablo solo, por cuanto Anselmo había fallecido el 2 de Octubre de 1785. En las correspondencias dirigidas a las autoridades refleja su profundo carácter peruanista, llegando a manos del Conde de Hillsbough, Secretario de Estado de Inglaterra, a quien le propuso la separación de las colonias americanas de 535

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España. Su actuar era más teórico que práctico, pero en alguna oportunidad llegó a ofrecer su persona para comandar desde Europa una expedición armada a América. Pero las potencias europeas actuaban con cautela y demoraban a dar el pase a la realización de sus proyectos separatistas. En esta situación Juan Pablo fallece a fines de febrero de 1798, poco antes de cumplir los 50 años de edad, en Londres, no sin antes entregar su documentación revolucionaria a las autoridades inglesas y a las norteamericanas precisamente en la persona de Mr. Pufier King, quien a su vez los pondría, meses después, en poder de Francisco de Miranda, el Prócer venezolano. (/523/) Su famosa "Carta dirigida a los Españoles Americanos", fue publicada el 10 de Junio de 1799, un año después de su muerte por Don Francisco de Miranda, en Idioma francés, ya que Viscardo conocía este Idioma, pero la impresión fue en Londres. No llevaba el nombre de! autor y solamente decía "Vicent amor Patriae" ("El amor a la patria Vencerá"). Es un documento con carácter de Proclama y por tanto revolucionario y polémico, basándose en normas del Derecho Natural y de Gentes, costituyéndose en un instrumento importante de proceso emancipador de América que va desde el descubrimineto de Colón hsta la epóca de Carlos III, conteniendo una dura censura al Gobierno de la metrópoli por su ingratitud, injusticia, servidumbre y desolación; el incumplimiento de las leyes por los funcionarios coloniales apareciéndose a sanguijelas empleadas por el gobierno para la opresión. También tocaba el tema de los blancos venidos de España en desigualdad con los naturales, principalmente en lo concerniente con el monopolio comercial, a lo que califica de "Tiranía Mercantil", y agregaba ¿Qué maravilla es pues, si con tanto oro y plata de hemos saciado al universo, poseemos apenas con que cubrir nuestra desnudez?". La expulsión de los Jesuitas la califica de "Extraño y Arbitrario" y colma de elogios a sus hermanos de religión. Su alegato fue en pro de los conquistadores y sus descendientes, o sean los criollos como él, de ahí que su escrito fuese dirigido a los "Españoles Americanos" porque "El 536

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nuevo Mundo es nuestra patria, y su historia la Nuestra", por lo tanto el desenlace era natural "por la razón, la justicia y la naturaleza". La Carta fue dirigida y después difundida por el venezolano Francisco de Miranda, por Europa y América. Los españoles consideraron al escrito como revolucionario, peligroso y temible dirigido a "Inflamar los ánimos e inclinarlos a sacudir la obediencia a las leyes en que viven". (/524/) Asimismo, en el mes de Setiembre de 1767, por la ruta de Tacna, llegaron a Ilo 60 Jesuitas, procedentes del Colegio de Oruro, por disposición del Persidente de la Real Audiencia de Lima, para ser deportados a Europa, fallecien do uno de ellos en Tacna. En Moquegua, el general Pedro de Cevallos fue el encargada de tomar presos a los cuatros sacerdotes y dos hermanos que había en el Colegio, para después conducirlos al Puerto de Ilo. En el Alto Perú se procedió de igual manera. En la ciudad de La Plata, el Presidente de la Audiencia Juan Victoriano Martínez de Tineo, nombró ejecutores a los Oidores Antonio Sáenz Merino y Miguel Martínez de Escobar, los cuales cumplieron su comisión el 17 de agosto, verificándose la salída de los expatriados hacia Arica el día 4 de setiembre. EL 29 de agosto de realizaban en La Paz. En Potosí, el 19 de agosto. En Juli las acciones las ejecutó el Marqués de Haro el 1 de setiembre en compañía del Escribano de la Provincia y 25 hombres a caballo, despachando en tanto propios al Capitán Francisco Romero y Fúster para que apostase su gente en Ilave y a los Alcaldes Mayores de Yunguyo, Zepita y Desaguadero. para que hiciesen otro tanto en Pomata. En Juli, la tropa se apostó en las afueras de la ciudad a fin de no alarmar a la población y el día 3, a las seis de la mañana, se presentó en la Casa de San Pedro, seguido por los dos Alcaldes de la Provincia de Chucuito , capital Juli, del escribano y de personal de confianza. Dejó a seis de ellos guardando la entrada y pasó al aposento del Rector, a quien ordenó convocase a sus súbditos y le entregase las llaves.

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Los enemigos de los Jesuitas tenían fundadas esperanzas de hallar en el secuestro de sus domicilios papeles comprometedores, dirigidos principalmente a soliviantar a la población contra el yugo de España los cuales pensaban servirse para presentarlos como culpables. También se les registró las soñadas riquezas que en general se les atribuía y con las cuales no sólo había de beneficiarse el Estado sino también los particulares. (/525/) Los Jesuitas expulsados de Moquegua, fueron los siguientes: Vice-Rector: Padre Juan José Vicuña, natural de Lima, Cuatro Padres; 2 Hermanos Coadjutores; 3 hermanos Donados; 1 Administrador de Hacienda. Montenegro y Ubaldi, manifiesta que en "1767, fue ron expatriados de esta Villa los R.P de la Compañía de Jesús y en 1787 se les dio posesión de este Colegio por Real Cédula a los padres de Propaganda Fide del Colegio de Tarija. Así consta de un Expediente girado por el Padre Comisario Tomás Nicolau, ante el Señor Virrey Avilés". En Arequipa, correspondió al Corregidor, general José Angel Manrique de Lara y Guzmán, de la Orden de Santiago y al Obispo Diego de Salguero y Cabrera cumplir esta orden del soberano. Parece que no poco influyó el conocimiento de ella para que el prelado de la Diósesis arequipeña interrumpiera la Visita que había iniciado en Moquegua y, alegando un accidente, solicitara que se nombrara Obispo Auxiliar al influyente Arcediano de la Catedral, Padre Juan Manuel Moscoso y Peralta. Por lo visto Salguero y Cabrera tenía ciertos escrúpulos para el cumplimiento de la orden real, que hubo de ejecutarse a ultranza y sin protesta. D) Moquegua y las Luchas por la Independencia Necesitamos divulgar y exaltar el aporte moqueguano a nuestra independencia y a la del Continente, no sólo para demostrar que al Perú le correspondió el liderazgo en la idea y en la acción, sino para decir que la llegaba a nuestro suelo de los ejércitos que comandaron los libertadores de San Martin y 538

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Simón Bolivar, no se debió a que venían a "Concedernos la Libertad", como erróneamente se sostiene por algunos, sino a colaborar con el pueblo peruano a obtenerla, ya que a la llegada de San Martín al Perú, estaba inequivocadamente demostrando con diez años de guerra en el Continente, que si no se vencía al formidable poder realista que existia en el Virreinato del Perú, la independencia de los demás pueblos americanos peligraba. Los mártires moqueguanos por la Independencia, estuvierion desde los primeros años presentes en el grito por la libertad. (/526/) Estando en el Cuzco e1 rico minero de Laycacota (Puno), en 1666, Gaspar de Salcedo, se reunió con el moqueguano Diego Trejo, a quien Salcedo le había dicho:"Sólo los criollos debemos tener la comodidad, y no los españoles, que están en nuestra tierra", es así que el movimiento no giraba ya solamente a los intereses de los Salcedo, sino que empezaba a incubarse un anhelo reivindicacionista de los peruanos. Gaspar de Salcedo y el moqueguano Diego Trejo, le conversaron de sus planes al Presbítero sevillano Licenciado Francisco España, al Bachiller Juan de Mestas, al Capitán Juan de Hurtado y al andaluz Pedro de los Ríos. Nombraron como Capitán General al Presbítero Francisco España, quienes se pusieron en marcha sobre Laycacota (Puno), para tomar el asiento minero de plata "a viva fuerza". Se dividieron en tres cuerpos a pie y a caballo, sumando un ejército de 600 hombres, además de una multitud de indios servidores. La insurrección había llegado hasta el Alto Perú donde se encontraban los seguidores acaudillados por los Hermanos Vargas Ugarte. Habiendo transcurrido el tiempo había llegado al Callao, el 9 de noviembre de 1667, el Conde de Lemos y lo primero que le informaron fue sobre los sucesos de Laycacota, por lo que apresuradamente nombró a cuatro asesores togados; los Oidores Diego Cristóbal Messía y Álvaro García de Ocampo, al Alcalde del Crimen García Ovalle y al Asesor General León Pinelo, todos "Libres de cualquier contaminación" con los Salcedo y los sediciosos. EL Conde de Lemos, ordenó "que en el término de la distancia 539

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los Salcedo, principalmente Gaspar, sea capturado. Estando presentes en Puno, conjuntamente con Gaspar Salcedo, preso, EL Virrey Conde de Lemos, pidió que busquen al moqueguano Diego Trejo y que lo Ilevaraia su presencia. Trejo, haciendo honor a su apellido, se defendió como pudo, logrando escapar y se escondió en unas cuevas cercanas a Laycacota, pero por una traición fue divulgado y tomado preso el 17 de agosto de 1668. El Virrey, ordenó que al moqueguano había que ajusticiarlo primero, porque fue el principal instigador en los levantamientos. Se le hizo juicio sumario; los Oidores mencionados votaron por el ajusticiamiento. (/527/) En el patrbulo alcanzó a decir "iViva el Perú!”. Le ahorcaron, mientras tanto uno de los hermanos de Diego Trejo, que había llegado del Cuzco, logró escapar. En el año de 1739, un mestizo natural de Moquegua, avecindado en Oruro, llamado Juan Vélez de Córdova, fue ajusticiado por el delito de lesa magestad por el Corregidor de aquella Villa Martín de Ezpeleta y Villanueva. La conspiración había comenzado a fraguarse hacía algun tiempo, porque entre los papeles del revolucionario Vélez se halló una carta de Juan Bustamante Carlos Inca, suscrita en el Cuzco el 8 de enero de 1737, en la cual le disuadía de su intento. Esto prueba que Vélez había tratado de ganarse partidiarios y, especialmente, de personas que, como Don Juan, podrían influir en el ánimo de los indios. De hecho se ganó la voluntad de Eduardo Pachamira, Gobernador de los naturales de Oruro y de Miguel de Castro, los cuales vinieron a sufrir la misma pena. Parece que los conjurados se reunían en la casa de este último y como nunca falta un traidor, uno de los concurrentes, Bernardino Ojeda, denunció el hecho a la justicia y el Corregidor sustanció en horas la causa de los aprehendidos y los condenó a la última pena. Muy poco tiempo después, fueron descubiertos otros dos cómplices de Juan Vélez, Nicolás de Encinas y Carlos Pérez, que corrieron la misma suerte de los citados. Juan Vélez había escrito un Manifiesto y en él se incitaba a los criollos y a los indios a sacudir el yugo de España y recobrar la libertad de que se les había despojado. 540

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La rebelión de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru (1780 -1781), es un movimiento anti-colonialista, reivindicador y precursor de justicia social e independencia política más importante que haya tenido el Perú. Su valor aumenta si lo recordamos como un suceso anterior a la revolución francesa, que tantos otros movimientos propició, acaecido cuando todavía la revolución separatista estadounidenses estaba en plena pugna. El levantamiento del epónimo caudillo es complejo. Comienza con una protesta contra la tiranía colonial de las autoridades al compás de entrecruzamientos favorables. El proceso siguió entonces un ritmo ascendente. (/528/) De la protesta en sordina se pasó a la gestión pacífica, ante del marco de la ley. Cuando la justicia de los funcionarios reales aparece claramente ineficaz, Túpac Amaru ensayará reclamar ante los estrados judiciales. Descubre entonces que en Lima los Oidores sustituyen a los Corregidores, mientras el Virrey se lava las manos. Su revolución llegó hasta Moquegua. Los sectores moqueguanos menos pudientes se suman a las huestes tupacamaristas. Los rebeldes enviaron emisarios a todo lo largo del Virreinato del Perú y del Virreinato del Río de la Plata. El fuego revolucionario alcanzó también la zona altoandina moqueguana. Las fuerzas libertarias de Juan Buitrón, en la zona altoandina de Moquegua, en 1781, se hacen presentes como consecuenca del movimineto tupacamarista. Juan Buitron, había nacido, posiblemente, en el Distrito de Caracoto (Puno), de donde se dirigió a la zona altoandina moqueguana. Su radio de acción empezó por Ichuña, dirigiéndose a Candarave, Tacna y Arica. De esta ciudad se dirige hasta Locumba, de donde pensaba dirigirse a Moquegua, pero la suerte le fue contraria, ya que fue tomado prisionero y ahorcado por las fuerzas virreinales. Mientras tanto, en Moquegua, la nobleza, se preocupaba de hacer frente al guerrillero Alí que amenazaba la ciudad, desde la zona altoandina. Moquegua es un pueblo laborioso y patriota, que en el Virreinato, además tuvo gran importancia en el comercio con el Alto Perú, entra a la Historia del Perú independiente por la 541

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puerta ancha del heroísmo, el patriotismo y en sacrificio, al darse en su suelo, desde los primeros momen tos en que se inicia la lucha por la independencia en el Perú y América, los primeros gritos de libertad, y el haber conti nuado en los años sucesivos prestando importantes servicios a la causa de la independencia nacional, como demostración inequívoca de su innata vocación peruanista. (/529/) El 20 de junio de 1811, día en que el Ejército argentino fue vencido en Guaqui, ejecutó Francisco Antonio de Zela, en Tacna, la revolución a que sólo pudo atreverse un ánimo como el suyo. A la hora convenida, con todos sus allegados y mucha gente armada, procedió a destituir al Subdelegado Don Antonio Rivero y al Coronel Francisco Navarro, que lo era del Regimiento de la Provincia. En esta acción participaron eminentes hombres, muy emparentados con distinguidas familias moqueguanas, como Don José Gómez, tacneño, que con el moqueguano Carlos Sabálburu, su primo, protagonizarían la noche del 21 de julio de 1818, el levantamiento en las cárceles del Real Felipe y Casas Matas en Lima; asimismo, en 1811, en Tacna participaron los moqueguanos Dr. José Barrios, Gabino Barrios, Pedro Alejandrino Barrios, Juan Rospigliosi, Francisco Alayza, Felipe Gil, Vargas, etc. emparentados con antiguas y distiguidas familias moqueguanas. ZeJa fue sometido a juicio y condenado a muerte. Después de 33 días de prisión, se lo llevó a Lima por orden del General Goyeneche. En Lima, se hicieron grandes esfuerzos para salvar la vida de un hombre relacionado por su familia con otras no menos distinguidas. EL rico comerciante Don Julián García Monterroso interpuso sus buenos oficios. Se le impuso diez años de prisión en Chagres (Panamá). Su prisión, en Lima, duro cuatro años y en 1815 fue remitido al Itsmo, en dode falleció, en 1809, cuando contaba con 51 años de edad. En el mes de setiembre de 1813, Belgrano, al frente de las tropas argentinas acampaban en Vilcapuquio, cuyo suelo había de ser fatal para sus tropas. Desde ese lugar envió emisarios a distintos lugares a fin de ganarse la voluntad de los pueblos. Entre esos emisarios se hallaba Enque 542

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Paillardelle, su hermano Juan Francisco y Julián Peñaranda. El primero había salido de Tacna y, después de entrevistarse en Moquegua y Arequipa con los patriotas que también en estos pueblos conspiraban, pasó a reunirse en Puno con su hermano, el cual le transmitió las órdenes del jefe argentino. Peñaranda se dirigió a Tarapacá y Tacna. Según el plan adoptado, la insurección debía estallar a un mismo tiempo en Arequipa, Moquegua y Tacna. De Tacna, decía el Subdelago Antonio Rivero "que la Villa se hallaba inundada de papeles subversivos y que era tan grande el número de comprometidos en este negocio que para corregir medianamente el mal sería preciso meter en la cárcel a medio Tacna". (/530/) De Moquegua, se podla decir otro tanto. En Arequipa, el Intendente José Gabriel Moscoso, sentla que el suelo se hallaba minado por los partidarios de la Independencia. En Moquegua, los patriotas, dirigidos por Don José Egidio de Barrios, esperaban el momento propicio para el levanta miento. En Tacna, Enrique Paillardelle se puso al habla con el Alcalde Manuel Calderón de la Barca y José Gómez y comenzaron a disponerlo todo para la fecha que se habla señalado, o sea el 28 de setiembre. Razones diversas hicieron que se prorrogase el estallido, que tuvo lugar el día 3 de octubre. Entretanto, Moscoso, aprovechando la circunstancia de haberle pedido licencia el Subdelegado de Tacna para pasar a Arequipa, decidió enviar allá en su lugar al Teniente Corronel Francisco Suero, que le inspiraba más confianza. Suero, llegó a Tacna el sábado 2 de octubre. El Alcalde Calderón de la Barca le manifestó que el Cabildo y el vecindario se oponlan a su recibimiento, pues era anticonstitucional, no teniendo facultades el Intendente para remover al Subdelegado Rivero. Añadió que tampoco el Cabildo de Arica era de parecer se le recibiese y como Suero protestase que volverla a Arequipa, no pasaron las cosas más allá. Sin embargo, aquella noche fue asaltado en su alojamiento y aunque pretendió huir, pronto echaron mano de él y se le condujo al cuartel, donde había unos cien hombres reunidos y alll quedó incomunicado en compañía del Comandante Antonio Palacio. Paillardelle se adueñó pronto 543

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de los cuarteles. El 4 de octubre envió a su hermano al campamento de Belgrano, con las noticias de la revolución y pidiéndole ayuda, pero sólo encontró un ejército en derrota. Entretanto, Moscoso sabedor de lo ocurrido resolvió enviar a Tacna una expedición de 200 hombres, cincuenta de ellos de caballerla y los demás infantes, a órdenes del Coronel José García de Santiago. En Moquegua, el Subdelegado del Partido, Juan Antonio Bustamante, y un puñado de partidarios del Rey, se les unirla, partiendo todos hacia Tacna. (/531/) El 31 de octubre, hacia el mediodía, estando a punto la tropa de García de Santiago para emprender la marcha hacia Sama y Camiara, se advirtió a lo lejos, la presencia de los soldados. Venía a su frente Paillardelle enarbolando la bandera argentina y cuantos le seguían, en número de 400 venían montados. Se acercaron rápidamente y tomando posesión de una loma situada a la izquierda de los realistas y como a distancia de tiro de fusil, abrieron fuego. El combate fue de corta duración; la disciplina y buen orden de las tropas reales se sobrepusieron al número y desconcierto de los patriotas. Según el mismo jefe español la acción vino a durar poco más de media hora, es decir que todo se redujo a un ligero tiroteo y al avance de sus soldados. De éstos sólo hubo un herido. Los prisioneros hechos en el campo fueron unos 18, entre ellos el Comandante de la Caballería Pedro José Rospigliosi, Paillardelle abandonó en Campo de Camiara, con los restos de su ejército el 1 de noviembre, rumbo a Tacna. Al amanecer del día 2, Paillardelle, seguido por su adictos, tomó el camino del Alto Perú, R. Cúneo Vidal, tomando el Parte del Combate de Camiara, Valle de Sitana, del 31 de octubre de 1813, firmado por José García de Santiago, encontramos lo siguiente: "Las dos piezas de artillería que saqué de Moquegua y que estuvieron a cargo del Capitán Don Miguel Hinojosa alcanzaron a hacer tres disparos, dejando inservibles sus montajes".

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E) Pumacahua y el Pronunciamiento de Moquegua En el Cuzco, las elecciones para la Diputación a las Cortes de Cádiz, constituyeron el caldo propicio para que se polarizaran las dos tendencias básicas de la época: la tendencia de los serviles (que operaban principalmente desde la Audiencia), y la tendencia de los liberales (o constitucionales). Pasado este periodo tenso, vino el de la Jura de la Constitución de Cádiz, ya aprobada por las Cortes, la que debía efectuarse a fines de 1812, en que llegó el documento a la ciudad. En vista de que el texto de la Carta Magna no fue publicado y su juramentación se demoraba, uno de los más activos dirigentes de la tendencia liberal, Rafael Ramírez de Arellano redactó un Memorial firmado por 30 personalidades, por el que se pedía poner en conocimiento público la mencionada Constitución y que se precediera a la elección de los miembros del Cabildo. (/532/) La Audiencia, en lugar de acoger favorablemente el Memorial ordenó la detención de Ramírez de Arellano, cuando corría el mes de febrero de 1813. Los liberales agrupados en el Cabildo exigieron la libertad de Ramírez de Arellano, lo que consiguieron por la presión popular. La agitación que todos estos hechos produjo, y dio lugar a que tomaran forma una conspiración que al ser conocida por las autoridades condujo a la prisión de Vicente Angulo, del clérigo José Díaz Feijoo, de Gabriel Béjar, de José Angulo y de Manuel Hurtado de Mendoza; pero como los conspiradores mantuvieron sus vinculaciones con el pueblo, sus planes continuaron, de suerte que el 2 de agosto de 1814, se consiguió que las tropas se sublevasen poniendo en prisión al Presidente, Re..Qente y Oidores de la Real Audiencia del Cuzco con la única excepción del Oidor Manuel Lorenzo de Vidaurre (que había estado en Moquegua) y había actuado en la Audiencia de manera indulgente con los liberales. Los insurrectos procedieron de inmediato a formar una Junta Gubernativa, adicta a Fernando VII. Su Presidencia fue asumida por el anciano Curaca Mateo G. Pumacahua, y sus dos otros integrantes fueron el coronel Domingo Luis Astete y 545

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el Teniente Coronel Juan T. Moscoso; una semana después, éstos dos últimos fueron sustituídos por los hermanos José y Vicente Angulo, Conocedor de los acontecimien tos del Cuzco el Virrey Abascal procedió a escribir a los miembros de la Junta, haciéndoles saber que Fernando VII había vuelto al trono de España y que, en consecuencia, no se justificaba la defensa de los derechos del Rey Español, por lo que les invitaba a deponer su actitud. La Junta le respondió que perseguían la supresión de la esclavitud americana y que si para ello debía haber enfrentamiento militar, no le temían a la alternativa. En vista de que las cartas estaban echadas, los insurgentes concibieron un Plan de Tres Frentes: 1) El Alto Perú, donde operaba el poderoso ejército de Pezuela, 2) Huamanga, que era una de las vías de convergencia, de Lima y 3) Arequipa, que era otra de las vías de convergencia sobre el Cuzco.(/ 533/) La Campaña del Alto Perú, estaba dirigida por León Pinelo y el cura Ildefonso Muñecas, quienes llegaron a La Paz, el 14 de setiembre de 1814 con 500 fusileros y 20,000 indios, quienes apresaron a los coloniales que, posteriormente, lograron huir, por lo que Muñecas tuvo que refugiarse en Los Yungas, ceja de Selva. La Campaña de Huamanga estaba dirigida por Manuel Hurtado de Mendoza, que tuvo como sus lugartenientes al clérigo José Gabriel Béjar y a Mariano Angulo. El Virrey, sobresaltado por el avance independiente, dispuso que fueran a su encuentro las tropas del Batallón Talavera, que comandaba el Coronel Vicente Gonzales, encontrándose ambos ejércitos en Huanta. Las tropas coloniales, son inmediatamente rodeadas por los independientes. Lo mismo ocurre en Andahuaylas. En Matará, al lado del Batallón Talavera, interviene el Real Lima, que fue enviado por Abascal para aplastar a los insurgentes, que se habían apoderado de Huancavelica, que hacen retroceder a los independientes hasta Abancay, donde se reabastecen de municiones, por lo que deciden tomar nuevamente la marcha de Huamanga, esta vez dirigidos por José Manuel Romano, conocido como "Pucatoro". Los coroneles enemigos dirigidos por Gonzáles y Basagoitia, piden ayuda a Tarma y 546

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Huancavelica. Pucatoro, al anterarse del avance de los coloniales, asesina a Manuel Hurtado de Mendoza y se rinde a los coloniales. La tercera División, partió del Cuzco en octubre de 1814, al mando del Brigadier Pumacahua. En el Cuzco quedaron como conductores de la Junta Gubernativa los Hermanos Angulo. La División contaba con 500 fusileros: un Regimiento de Caballería y 5,000 indios honderos. Se dirigían a Arequipa. Desde Lima, Abascal, envió un fuerte contingente al mando de! Mariscal Francisco Picoaga.. Los adversarios se avistaron en el lugar denominado La Apacheta, en donde se enfrentaron en violenta Batalla el 9 de noviembre de 1814; allí vencieron los independientes, que al caer la tarde penetraron a Arequipa, conduciendo prisioneros a Picoaga y al Intendente Moscoso. (/534/) Sebastián Lorente, dice: "Esta victoria determinó el pronunciamiento de Moquegua". De igual manera Pumacahua, en su Manifiesto al Sur, decía: "que todos las Provincias han manifestado unánimamente su adhesión y conformidad". Pumacahua se retiró de Arequipa a causa de la proximidad del General Ramírez, que después de ocupar y destacar un tremendo baño de sangre en la ciudad de La Paz, viró hacia Arequipa, esperando cortarles sus vías de repliegue a los independientes. Las tropas de Ramírez en traron en Arequipa el 9 de diciembre de 1814. Arequipa tenía, por entonces, como Intendente Gobernador al Teniente Coronel cochabambino, pero de padres mistianos, José Gabriel Moscoso, sobrino del que fue obispo del Cuzco y cura de Moquegua, Moscoso y Peralta. "Lleno de fuego por,amor a sus ovejas, escribió el Obispo La Encina desde Moquegua (donde se encontraba de visita pastoral), a los caudillos (patriotas), intercediendo y pidiendo se templase su furor; y seguramente fue atendida su súplica, en parte, pues no cayó mayor estrago en la ciudad", anota Zamácola y Jaúregui. Mientras tanto, en Moquegua, Bernardo Landa y Vizcarra (moqueguano) hizo apresar a los revolucionarios, el Teniente Coronel José Chirveches que 547

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dirigía a las tropas de la Independencia. como así a José Astete y los remitió a Arequipa. "Durante la ocupación de Arequipa por las fuerzas realistas, Ramírez, que se había hecho célebre por las crueldades practicadas en las poblaciones tomadas por éste, mandó ejecutar en esta ciudad a los patriotas José Astete y José Chirveches", comenta Pío Max Medina. Esta situación nefasta realizada por Landa, le produjo hondo resentimiento, aunque lo premiaron nombrándolo Subdelegado de Moquegua. Tiempo después se pasaría al lado patriota. Pumacahua, debió debelar un brote reaccionario en sus filas, lo que le restó tiempo para extender la insurrección hacia Moquegua, por lo que prefirió dirigirse hacia Ayaviri, donde estaba el grueso de sus efectivos. Ramírez, partió de Arequipa en su búsqueda, dejando como Gobernador al General Pío Tristán. (/535/) El 11 de marzo de 1815 se encontraron los unos frente a los otros, en el lugar denominado Umachirí; la carnicería fue espantosa. Quedaron en el campo más de mil muertos e incontables heridos, a los que no se dio cuartel. Los prisioneros que cayeron en manos de Ramírez fueron pasados por las armas en el mismo campo de batalla; entre los fusilados en ese infausto día se contaron el Coronel Dianderas, el Curaca de Umachiri, al Auditor de los Independientes, poeta Mariano Melgar, y otros más. Tres días después, Pumacahua fue hecho prisionero en Sicuani, y luego de ser sometido a juicio sumario se le sentenció a muerte; el 17 de marzo de 1815 se cumplió la condena. Fue ahorcado y posteriormente descuartizado. Pumacahua; que en un principio había contribuído al aplastamiento de la sublevación de Túpac Amaru y que había mostrado sumisión al Rey de España, murió por la causa de la libertad de su pueblo. Ramírez hizo su ingreso al Cuzco el 25 de marzo, y el 29 procedió a fusilar a los Hermanos Angulo y a los Jefes de la insurreción. Anteriormente, cuando Pumacahua había estado en Arequipa y como no había locales para recibir a tanta gente, ésta, seguramente, que colmó los canchones de Miraflores y acampó en plena pampa. Pumacahua ocupó la casa de 548

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Magdalena Zenteno, hermana de Manuel, Cura de Caylloma. Según la sumaria abierta contra éste, tras la evacuación patriota, ambos hermanos dieron claras muestras de su adhesión al caudillo cuzqueño: Magdalena, con el propio hecho del alojamiento y con su. trato cariñoso (llamándolo "taitito") y el cura, sirviéndole de Capellán Mayor y Ilevándole el parasol cuando salía a la calle. (/536/) Muy caro les costó a los Zenteno su conducta. Abierta la sumaria, por denuncia del propio General Ramírez, del 14 de enero de 1815, en la que se decía estar éste "cerciorado, por varios conductos, que el Cura actual de Caylloma, es uno de los Párrocos que, ingratos al beneficio que han recibido de la benigna mano del soberano conspiran atrevida y escandalosamente, contra sus sagrados derechos... que estuvo unido al rebelde Pumacahua, en esta ciudad", y tomadas las testimoniales del caso, vino el Informe del Obispo de la Encina, manifestando que, aun cuando las pruebas no eran muy concluyentes, su sentir era que Zenteno "era verdaderamente adicto a la causa de los insurgentes" y, pasado el expediente a Ramírez, éste dictó resolución el 30 del mismo mes, condenando a Zenteno a 6 meses de confinamiento en el Convento de los Padres de Nuestro Señor del Mayor Dolor de Moquegua con dedicación exclusiva a ejercicios espirituales de adoctrinamiento religioso y de defensa del gobierno y prohibicón de trato alguno con otras personas que no fuesen los religiosos que se le señalaron. Magdalena Zenteno fue condenada a servir como criada en el Convento de Santa Catalina de Arequipa, por un año. El patriota Cura, cumplida que fue la pena, se reintegró a la sociedad. Su ilustración y liberalismo le valieron ser considerado como uno de los socios de número, fundadores de la Academia Lauretana ; y en el Acta de la Fundación, en Arequipa, de la Universidad Nacional de San Agustín aparece en la lista de los "Fundadores y Doctores". En los Registros del Colegio Seminario, donde él estudió aparecen sus datos: nació en Arequipa, el 13 de enero de 1777, era hijo legítimo de Gregorio Zenteno y María M. Capas.

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Por su capacidad y aprovechamiento mereció la "Beca de Gracia". L. A. Eguiguren, dice que el ejército insurgente contaba con 12,000 hombres de todas las armas, destacando una considerable caballería formada no sólo en Arequipa, sino también en Moquegua, Chuquibamba y Camaná, que se había adherido al partido de la Independencia y además, contaban con 31 piezas de artillería. Contagiado por el entusiasmo patriótico, el joven poeta Mariano Melgar, que residía temporalmente en Chuquibamba, se incorporó, sin pensarlo dos veces, a la, causa revolucionaria. (/537/) F) MARIANO MELGAR MOQUEGUANA

y

SU

ASCENDENCIA

Mariano Melgar, que había participado en las luchas por la Independencia, junto a Pumacahua, y, al igual que su adorada "Silvia", tenían raíces moqueguanas, ya que sus antepasados eran parientes y ellos mismos eran primos. Don Juan de Dios Melgar y Sanabria (padre de Mariano Melgar) y Don José Corrales y Sanabria (padre de María Santos Corrales Salazar, "Silvia") eran primos, por el apellido Sanabria, siendo su ascendencia moqueguana. Don Juan Núñez de Sanabria y Doña María Gómez de Zaconeta, natural de Moquegua, se casaron en esta ciudad y procrearon a Alonso de Sanabria, moqueguano. Don Alonso, ya mayor de edad, viajó a la ciudad de Arequipa, donde contrajo matrimonio con Doña Andrea Acosta. Al fallecer Doña Andrea, contrae nuevas nupcias con Doña María Linares Cáceres el 25 de febrero de 1681, en la Catedral. Fruto de este segundo matrimonio es Don Francisco Sanabria Linares, quien contrajo matrimonio el 14 de junio de 1694 con Antonia de Butrón (o Antonia de Laguna), teniendo como hijas a María Sanabria Laguna, quien el 13 de setiembre de 1733, se casa con Ignacio Corrales Mariño. Asimismo Josefa Sanabria Laguna, se casa el 7 de mayo de 1736 con Pedro de Melgar:

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su hijo fue Don Juan de Dios Melgar Sanabria, padre del poeta Mariano Melgar. Fruto de la unión de María Sanabria Laguna e Ignacio Corrales Mariño fue su hijo José Corrales Sanabria. éste, en su primer matrimonio, tuvo a María Santos Corrales Salazar ("Silvia"), quien fue la inspiradora de sus versos. Estas raíces moqueguanas, continuaron creciendo en Arequipa: Josefa Melgar Valdivieso (hermana del poeta Mariano Melgar) se casó con Romualdo Corrales Salazar (hermano de "Silvia"), siendo testigos el poeta Mariano Melgar y Lorenzo Cuadros Rossel, cuñado del novio y de "Silvia". (/538/) L C. Rossell estaba casado con la hermana del novio, Doña Faustina Corrales Salazar. El Sacerdote que celebró la boda fue Don José Sebastián de Goyeneche y Barreda, Caballero de la Orden de San Juan y Cura de la Parroquia de Santa Marta, quien más tarde fue Obispo de Arequipa. Por ser primos, pidieron la autorización del Obispo Luis Gonzaga de La Encina y Perla y, al ser concedida, se casaron el martes 8 de febrero de 1812. Al estar cerca Mariano Melgar de su adorada "Silvia" contaba con 21 años y medio y ésta 14 años y tres meses. Don Juan de Dios Melgar Sanabria (padre de Mariano Melgar) había casado en primeros nupcias en 1766 con Doña María Dominguez y Peredo, matrimonio del que nació Petronila, quien se casa con José Salas, cuyo hijo Fernando asiste a la inhumación solemne de 1833, cuando el Prefecto de Arequipa Juan José Salas ordena exhumar los restos del poeta de la Capilla de Santiago (Ayaviri, Puno) y trasladados al cementerio de La Apacheta (Arequipa). Viudo Don Juan de Dios Melgar y Sanabria, casa en 1786 con Andrea Valdivieso y Gallegos. De este matrimonio, son sus hijos: Mariano, Josefa, Juan de Dios, Inés, José Flavio y Juliana. Casará Josefa con Romualdo Corrales, hermano de "Silvia", cantada por el poeta. Ella guardará los manuscri tos del poeta, y a influjo de su confesor se atribuye la destrucción de todos ellos. Inés, la hermana menor del poeta, casará con

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Antonio Moscoso; su hijo Manuel, dará a publicidad en 1879 la primera edición de los versos del poeta. Diversa es la suerte corrida por los otros hermanos del poeta. Se sabe que, después de la ominosa jornada de 1815, muerto también el padre, Juan de Dios abandona la hacienda paterna "Tasaguaya" (Paucarpata), para enrolarse en los ejércitos patriotas con la esperanza de vengar la muerte del poeta. Como Teniente Coronel Graduado solicita desde Huamanga, en octubre de 1827, ayuda para sus hermanos menores Flavio y Juliana, después de haber servido en las fuerzas revolucionarias del General Lanza, en el Alto Perú. José Fabio y Juliana, tenían, ya cerca de los veinte años, cuando el Teniente Coronel Melgar solicita al Congreso "un empleo en Hacienda para José Fabio, y una pensión en la Caja de Arequipa, para su hermana Juliana, hasta que contraiga matrimonio [”]. (/539/) EI 18 de setiembre de 1822, se acuerda colocar a Favio, y se declara sin lugar la petición de Juliana "por no corresponder al gobierno conforme a la Constitución". Sin embargo siguió dedicándose Fabio a cultivar la tierra, sin desmedro de sus estudios. Obtuvo empleos municipales y la Secretaría del Colegio de la Independencia (Arequpa). Antes de 1829, había concluído su carrera de Jurisprudencia. De Relator en la Corte Superior de Lima, hasta Ministro de Hacienda y de Relaciones Exteriores, en el segundo gobierno de Castilla, siguió cultivando Fabio Melgar su interés por las humanidades. Otros hijos de Don Juan de Dios Melgar, de su primer matrimonio con Doña María Dommguez Perea, son: el Doctor José, que murió en Chuquisaca y María que falleció en Arequipa. Otros fueron el Presbítero José, Antonia, Petronila, Manuela y Silvestre Melgar Domínguez. Su chacra "Tasaguaya" la compró por la suma de 9,764 pesos y contaba con 19 topos. En la repartición de bienes que hicieron los Melgar Dominguez y los Melgar Valdivieso, representados por Doña Andrea, alcanzó la valorización de 20,458 pesos y seis reales. Tenían también otra chacra en Porongoche. El total de

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bieres ascendía a 39,247 pesos siete reales y tres cuartos de real. Con respecto a Mariano Melgar Valdivieso, el poeta, el 12 de agosto de 1790, el Licenciado Matías Banda, Teniente cura de la catedral arequipeña, puso óleo y crisma en la Iglesia del Sagrario a Mariano Lorenzo Melgar. Parece que nació el día 10, festividad de San Lázaro, según un .Informe del secretario de la Municipalidad e Historiador Doctor Francisco Javier Delgado. Melgar, como alumno aplicado, a los tres años sabía leer, antes de los ocho sabía latín de Cicerón y Virgilio. El Convento de San Francisco fue escenario de sus primeras letras, pero no vistió Melgar el hábito franciscano. En San Francisco, estudió Filosofía, Teología y Derecho, por el mes de setiembre de 1807. Diecisiete años tenía el poeta y ya estaba incorporado en el Seminario, listo para iniciar su Teología. Al terminar el mes de octubre de 1809, Melgar solicita un examen privado en "Sacramentis in genere". (/540/) Melgar asciende después a profesor, enseñando las Cátedras de Retórica y Latinidad. Mariano Melgar no fue afortunado en amores, principalmente con su primer amor hacia "Melisa" (Manuelita Paredes). La historia de lo que representó en su espíritu juvenil la ha explicado el propio Melgar en su "Carta a Silvia". El madurado amor de Melgar fue María Santos Corrales Salazar, la "Silvia" de sus versos. Nacida el 1 de noviembre de 1797 y bautizada dos días después, era hija de José Corrales y de Manuela Salazar. Es decir, era siete años menor que el poeta. No hay testimonios probantes de que el amor por "Silvia" tuviera para Melgar correspondencia. Casará María de los Santos del 24 de noviembre de 1819, en la Iglesia de La Compañía, con un hombre que le doblaba la edad: Manuel Amat y León, de 44 años, hijo natural del Virrey Amat. María Santos, sobrevivió a Amat, pues éste muere el 8 de marzo de 1881. [sic] El Mariscal Guillermo Miller, en sus "Memorias", narra un pasaje de la vida de "Silvia"; lo ocurrido una noche de octubre de 1823, a orillas del Río Camaná, cuando tuvo Miller que pernoctar en una casa oculta "...Ia patrona que salió a 553

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recibirlo era una joven al parecer de 25 años y muy linda; de cabello rubio y ojos azules; tenía un color blanco anacarado, acompañado de una cierta palidez interesante, que, unido a la expresión triste de su mirar agradable, le daban un aire de melancolía que la hacían aún más hermosa. Esta joven era la señora que inspiró la vehemente pasión que con tanto mérito cantó Melgar en sus tristes". A Mariano Melgar se concedió una Capellanía Eclesiástica sobre el fundo "Guarángo" del Valle de Majes, con un principal de 4,000 pesos y 200 de renta anual. Después Melgar viajo a Lima al parecer sin la graduación "De Doctor". Otros afirman que se graduó de Abogado en Lima. Su hermano Fabio explica que desistió Melgar de los hábitos sacerdotales. Hermosas eleglas y yaravles compuso Melgar, que fueron inspirados por su amada "Silvia", a la que dedica este poema: (/541/) Cuando deje de alumbrar el sol de oriente a poniente, cuado se consuma el mar y muera todo lo viviente, yo te dejaré de amar. Estando en el Valle de Majes, compuso los siguientes versos: La cristalina corriente de este caluroso río, lleva ya el llanto mío más aguas que de su fuente; llega al mar y es evidente que siendo el mar tan salado las recibe alborotado y aún repelerlas procura por no probar la amargura que mis lágrimas le han dado. Otra diferente es la faceta del Melgar que milita en las filas revolucionarias de Pumacahua. Tan pronto era diestro en la poesía, como también en el arte militar. Quizá Melgar, como Auditor de Guerra, es el autor del documento que Angulo remite al General realista Ramírez el 28 de febrero de 1815, 554

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en que le propone la posibilidad de que las fuerzas combinadas de ambos trabajen para la felicidad de los pueblos. Derrotadas las fuerzas rebeldes en Umachiri (Melgar, Puno), Melgar y el Coronel Dianderas quedan prisioneros. Las balas realistas lo atraviesan el 12 de marzo de 1815. G) La Conspiración de Francisco de Paula Quirós y Nieto Los trabajos revolucionarios de Francisco de Paula Quirós, no fueron menos vanos si bien su desenlace no llegó a ser tan desastroso, pues no pasó de las sospechas del Virrey y de las persecuciones, siempre revestidas de prudencia sino de benignidad, con que el Virrey Abascal llenó su difícil y tormentoso gobierno. (/542/) Era entonces el Dr. Francisco de Paula Quirós, un joven de 30 años, rico, prestigioso, de corazón audacísimo y de un espíritu ardiente y emprendedor. Hijo del célebre Dr. Bias Quirós, hombre tan eminente por su saber, como había sido notado desde su juventud por ruidosos amores y escándalos de palacio Francisco de Paula Quirós encontrábase relacionado con la primera nobleza del país, siendo su madre Doña Antonia Lutgarda Nieto, de la Casa de los Condes de Alastaya, familia antigua de Moquegua, y de esta manera, contando con las protecciones más altas de la época, el clero y la aristocracia, El joven Doctor viose desde temprano en posición de dar vuelo a sus aventajados talentos. Benjamín Vicuña Mackenna, comenta que "Graduado en Huamanga, y togado en Lima en 1803, habíale encontrado el año de 1808, capaz para cualquier empresa en que fuera preciso hacer prueba de energía, y así lanzóse en el secreto de las rebeliones, haciéndose su casa un foco de conspiración, y sus amigos y confidentes una cuadrilla de conjurados. Movido luego por la irresistible impetuosidad de su índole, dejóse llevar tan lejos en sus desmanes contra la autoridad, en las elecciones semi-populares que tuvieron lugar en Lima para la Diputación a Cortes en 1812, que el Virrey dio 555

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orden de prenderlo, mas él lo evitó a tiempo, fugándose a Arequipa. Pero a su turno hízose temible al intendente Moscoso, y sospechando su participación en la revolución de Paillardelle que tuvo lugar en 1813, enviole a las casas: matas del Callao, cuyas puertas abrióle en pocos días la influencia de familia más que la política". Quirós, al salir de su prisión de Casas Matas, había mirado en torno suyo y notado cuán desguarnecida estaba Lima, a consecuencia de los refuerzos enviados al Alto Perú, después de las derrotas sufridas por los realistas en Tucumán y Salta, persuadióse que aquella era la ocasión más propicia de dar un golpe al gobierno español. Imponíanse, en efecto, la guarnición de la capital, casi exclusivamente del batallón de milicias llamado "Número", en el que estaban incorporados la mayor parte de los obreros y numerosos gremios que entonces existían. Era coronel de ese cuerpo el conocido Conde de la Vega, Matías Vásquez de Acuña. (/543/) Existía entonces en un calabozo de la Inquisición, un joven oficial, recién llegado del Alto Perú con sesenta camaradas que habían sido hechos prisioneros en la fatal jornada de Ayohuma, el 14 de noviembre de 1813, y que conducidos a pie, desde la vecindad de Oruro, durante una marcha de tres meses, fueron encerrados sin que se les diera tiempo para cambiar sus andrajos de viaje por un trozo de lienzo debido a la caridad, en las celdas que los inquisidores acababan de dejar desocupadas. Ese joven era español, tenía entonces apenas 26 años; su graduación era de Capitán con el Título de Teniente Coronel, que era entonces el más Proximo, y al echarse a descansar de sus campañas y de sus crueles jormadas de cautivo, encontrándose que no tenía más fortuna que los ladrillos desnudos de su celda, y su raída frazada del camino, Su nombre era el Capitán Graduado de Teniente Coronel Don Juan Pardo de Zela, hijo de un marino respetable en el puerto del Ferrol que pereció en un combate en la Isla de Jamaica. Al quedar huérfano, su madre volvióse a casar, por lo que decidió venir a América, desempeñandose de vendedor en una tienda de Buenos Aires, cuando aún tenía sólo 18 años. Ante la invasión del General inglés Beresford, 556

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Pardo se alista en las milicias y, con la ayuda que proporciona Liniers de Montevideo logran hacer huir al invasor. Señalado desde esa hora por sus jefes, recibe los cordones de Cadete. Pelea todas las batallas de la patria; y los gloriosos días de Tucumán y Salta (Setiembre 24 de 1812 y febrero 20 de 1813), vese llenar honrosamente su deber y merecer así que su nombre figurará en los partes firmados por el ínclito Belgrano. Pero la hora de la adversidad había seguido a la de los triunfos, y un simple soldado había quitado la espada al joven Comandante en el Campo de Ayohuma para transportarle a las lóbregas bóvedas de la Inquisición y Casas Matas, donde durante siete años arrastraría sin murmuración ni arrogancia la dura cadena del cautivo. (/544/) Este noble soldado era elegido por Quirós para concertar sus planes revolucionarios en 1814; y visitándolo con frecuencia en la prisión con los pretextos que su profesión de abogado le sugería, llegó a establecer una combinación cuyos caudillos serían ambos como promotores, y sin duda el Conde de la Vega, el Jefe Superior, en caso de que el golpe no acertase. Pardo de Zela, se granjeó la simpatía de los oficiales y clases del batallón "Número", entre los que se encontraban los tenientes Magán, Estacio, Patrón, Puente Arnao y Francisco Véliz. Clemente R. Markham, agrega que: "Entre los conjurados se encontraban también los hermanos Manuel y Tomás Menéndez", el primero, era dueño de una gran hacienda en el Valle de Bocanegra, cerca de la desembocadura del Rímac, algún tiempo después fue Presidente Provisorio de la República. Entre las Señoras que tomaron parte activa en los movimientos revolucionarios pueden contarse la Condesa de Gisla y Doña Pepita Ferreyros. Se esperaba un batallón de los veteranos de la Guerra de la Península, y Pardo de Zela aconsejaba que era necesario dar el golpe antes de que ellos llegasen, así libertarían a más de seiscientos prisioneros y se podría ganar a la milicia; pero hubo vacilación y esta demora dio lugar a que llegase al Callao el Regimiento "Talavera". El complot fue descubierto, se disolvió el batallón de milicia, al Conde de la 557

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Vega a quien no se le podía imputar otro crimen que el de ser muy popular, se le redujo a prisión, en tanto que Pardo de Zela y otros presos políticos se les redobló la vigilancia, Quirós tuvo que huir. Alentados de nuevo los patriotas de Lima, a cuya cabeza estaba todavía el infatigable Quirós, pues Riva Agüero se ocultaba todavía dentro de las propias redes de sus intrigas, se ingeniaron desde luego para ponerse en contacto con el Coronel Domingo Torres, que era el enviado del Ge neral San Martín, quienes les transmitieron los informes correspondientes. En esta tarea también se encontraba la entusiasta patriota Doña Brígida Silva. (/545/) Los informes consistían en estados exactos del número de tropas que entonces guarnecía el Virreinato, y las armas que existían en sus arsenales, razones de sus buques armados, listas de los corresponsales de quienes los invasores podían valerse en la Costa, clasificaciones numéricas de los patriotas existentes en Lima, diseños de los puertos y caletas vecinos al Callao, y por ultimo, en claves secretas para combinar sus correspondencias. Riva Agüero dictaba estas, el oficial de marina Carrasco trabajaba aquellos planes, Quirós y el patriota Menéndez, procuraban en las oficinas mismas del gobierno los datos oficiales. La última remesa de papeles que se hizo a Torres al regresar a Chile, le fue entregada a bordo del buque que le transportaba a Valparaíso por el mismo Quirós y Figueroa, quienes hicieron expresamente un viaje nocturno y a pie al Callao para poder burlar la vigilancia de las rondas de la bahía. La propia esposa de Quirós llevó ocultas en sus trajes aquellas arriesgadas y esenciales comunicaciones. Quirós murió en un duelo con un francés; toda su vida la dedicó a defender la causa de la libertad de su patria Sus últimas palabras fueron: "Muero como el Jefe de Israel, a la vista de la tierra prometida". Juan Pardo de Zela, fue nombrado, años después, como Prefecto de Arequipa, por el Vicepresidente del Perú, General Antonio Gutierrez de la Fuente el 7 de octubre de 1829, sucediendo al Dr. Agustín del Carpio, Presidente de la 558

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Corte de Justicia de esa ciudad. Este noble soldado fue el elegido por Francisco de Paula Quirós, para concertar sus planes revolucionarios en 1814, que desgraciadamente fracasaron. En ese entonces eran sus Subprefectos Mariano Rafael Corzo y Mariano Basilio de la Fuente y el 26 de Marzo de 1830 le sucedió en el cargo el Coronel Manuel Amat y León. Francisco de Paula Quirós y Nieto, había nacido en Arequipa en 1782, a donde se habían trasladado sus pa dres. Falleció en 1819. Algunos historiadores indican que Francisco de Paula Quirós y Nieto había nacido en Arequipa en 2 de Abril de 1783. (/546/) H) Conspiración de Carlos Sabálburu A la ida del Virrrey Abascal, el Virreinato del Perú se encontraba también pacificado. Derrotados los patriotas peruanos en el terreno de la acción, no desmayaron. Volvieron a su labor de prapaganda y conspiración secretas, para mantener vivos el espíritu revolucionario en medio de tanta oposición, Lima volvió a ser el centro de esa agitación sorda. Se organizaron Sociedades Secretas a cuya cabeza se encontraban eminentes revolucionarios, muchos de ellos provincianos radicados en la capital. Estos sesionaban en domicilios particulares de los sublevados o en casas expresamente alquiladas en los suburbios de Lima. En 1818, el Virreinato del Perú se encontraba en la situación más sombría, aunque sus buenos hijos no desmayaban en la obra de preparar le revolución definitiva. Por aquellos momentos San Martín se encontraba en Chile habiendo alcanzado definitivas victorias y se había formado allí la Escuadra Libertadora al mando del marino escocés Lord Cochrane. El Virrey, entre tanto, sentía minarse el suelo bajo sus pies por esta obra secreta. La hora de la lucha definitiva se acercaba. "El horizonte estaba cargado de nubes y ame nazaba tempestad", dice un historiador español.

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Por el año de 1818, radicaba en Lima Don Carlos Sabálburu, natural de la ciudad de Moquegua, hombre enérgico y decisivo para la guerra. Fue un decidido partidario de la independencia desde los primeros momentos. El Plan de Sabálburu consistía en tomar por asalto las Casas Matas del Callao, prisión de los revolucionarios de entonces, y dar libertad a todos los presos.con los cuales se haría la revolución. Para llevar a efecto tal empresa Sabálburu contaba con su primo el coronel José Gómez, preso en las Casas Matas del Callao. Gómez, había nacido en Tacna y había tomado parte en dos rebeliones de su pueblo en 1811 y 1813, alistándose con Zela y Paillardelle. Hecho prisionero, probablemente en la Batalla de Camiara y encerrado en Casas Matas desde aquella época (1813) había obtenido en los primeros meses de 1818 el ser trasladado a las cárceles de Corte, en Lima, fingiendo una grave enfermedad. (/547/) Su propósito era sólo establecer en la capital ciertas combinaciones que dejaba iniciadas en el Callao, y que fue desarrollando simultáneamente con los elementos que adquiría en aquella ciudad. En poco tiempo este plan contaba en ambos puntos con importantes y decididos auxiliares; y tan rápidamente se adelantaba aquél, que por el mes de julio, es decir, tres meses después de la Batalla de Maipú, ya se pensaba dar el golpe. Los primos Sabálburu y Gómez, consiguieron la adhesión de otro pariente de ambos, llamado Mariano Casas y a otro tacneño de apellido Balderrama y, por medio de éste, a dos jóvenes limeños: Nicolás Alcázar y Casimiro Espejo. Alcázar se desempeñaba como médico en el Hospital del "Espíritu Santo" en el Callao. Espejo se dedicaba al comercio, teniendo una tienda en el Portal de Escribanos. Otro hombre importante era José María Pagador, natural de Huamanga, agricultor, arrendaba en el suburbio de Lima un fundo llamado "Malambo", una chacra de los Marqueses de Valdelirios, que todavía se conoce con el nombre de "Huerta de Presa", por haberla tenido escriturada en años anteriores un español de ese apellido. Poseía 560

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Pagador un alma generosa que le arrastraba a aquellos actos en que el egoismo se sacrificaba al bien ajeno, y por esto, desde tiempo atrás empleaba lo mejor de sus ahorros en socorrer con obsequios de frutas y otros artículos de alimento a los infelices prisioneros. Otro de los acompañantes en el levantamiento fue Juan Barbosa, hombre acomodado, que tenía una panadería en el Callao. Asimismo, el trabajador Juan Castro, que domiciliaba en Bellavista. En, esta empresa se les unió Juan Escobar, que era dependiente del rico negociante Cavenesía, que) a su vez, tenía una chacra administrada, pero de propiedad de la familia de Torre Tagle. (/548/) Contaba Gómez, con la cooperación inmediata de varios oficiales detenidos y aún de algunos subalternos de! cuerpo que guanecía los Castillos. Entre aquéllos era, los de más bríos, el Capitán Albariño, de Granaderos a caballo, natural de Buenos Aires; el oficial tucumano Araos, del Batallón Número No 6, en el ejército del Alto Perú; el teniente Ortíz, de Cazadores; y el Capitán Téllez, oriundo de Potosí; mientras que entre los Clases ganados a la empresa se ha conserva do el nombre de los cabos José Félix Ponce de León, natural de Lima, y el de José Saura, español de nacimiento, pero que hecho preso en Vilcapuquio, obtuvo la vida degradándosele a último soldado, de lo que él supo desquitarse conquistando en Ayacucho las carreteras de Sargento Mayor, en cuya graduación se retiró a la Provincia de Salta, que era su antigua residencia. Reducíase la trama a que una noche, a la hora de la retreta, los Cabos que hemos nombrado debían abrir a dos grupos de conjurados, puestos al acecho de antemano, las dos puertas del Castillo del Real Felipe, llamadas "Principal" y "Del Perdón", en la parte posterior, mientras que otro de los compañeros, llamado L.uís Ramírez, se encargaba de abrir la reja de los calabozos de Casas Matas a los prisioneros. Dueños así de la fortaleza procederían a apoderarse por asalto de la fragata "Venganza", que estaba en el Callao, lista para hacerse a la vela, y mientras que con este buque abastecían la plaza de víveres, y daban aviso a San Martín, 561

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pidiendo refuerzos, despacharían a Lima una orden firmada por el Gobernador del Callao, llamando con urgencia al Virrey, bajo un pretexto de servicio, y echándole ahí mano, lo obligarían a abdicar el mando. Fijose la noche del 21 de juilio de 1818 para realizar la empresa. Cada uno de los comprometidos debían dirigirse al Callao con todos los hombres seguros de que pudiesen disponer y con las armas que se tuviese a mano, aunque no fueran sino garrotes. Durante el día deberían mantenerse dispersos, pero al caer la noche se darían cita en la panadería de Barbosa, en el Callao, y en la casa de Juan Castro, en Bellavista. (/549/) Así sucedió, en efecto, ya las 8 de la noche del día designado encontrábase apostado en la medianía del terreno llano cubierto de espeso gramadal que entonces se extendía entre Bellavista y el Callao, y en un sitio llamado la "Cruz del Blanco", un grupo de hombres armados a cuya cabeza se encontraba Sabálburu, Pagador y otros de los comprometidos, mientras otra cuadrilla se albergaba en la panadería de Barbosa, quien había tenido la imprudencia de servir vino a discreción a sus huéspedes. Esperaban sólo la señal convenida con los Cabos León, Saura y Ramírez, que era un grito de IPedroj, !Pedroj, que debía contestarse a manera de santo y seña repitiendo esa palabra, cuando un extraño ruido que se oía dentro de la fortaleza vino a poner sus ánimos en una cruel incertidumbre. Uno de los Cabos que había saltado la muralla, y que llegó en esos momentos críticos puso fin a la incertidumbre, anunciándoles que todo estaba perdido y que cada cual ganase su salvación en la fuga. El pánico se apoderó de la mayor parte de los conjurados, que vieron la mano de la traición y, a pesar de los esfuerzos, principalmente del enérgico Sabálburu, se dispersaron en todas las direcciones. El infame Escobar, había denunciado a sus amigos ante el Gobernador del Callao, en el momento mismo que sus compañeros se alistaban al sacrificio.

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A esta vil delación siguieron otras más viles todavía y las que, una en pos de otra, fueron llevando a las gradas de la horca a los más nobles de aquellos patriotas. Vicuña Mackenna agrega que "Gómez, en efecto, refugiado en casa de su hermana Doña Narcisa, creyó encontrar un amigo en el Comandante del "Encapados" (ronda de policía) Juan Vizcarra, que era su primo, y a pesar de la resistencia de su hermana, le hizo llamar de su escondite. Encontraron a aquél en el acto de afeitarse, cuando le dieron este aviso, y al punto, fingiendo la mayor ansiedad por su pariente, salió en su busca, y junto con abrazarlo, lo arrestó para entregarlo a sus verdugos. El infeliz Espejo, fue vendido a más vil precio, por la venganza de la mujer que amaba, y quien, por un disgusto de alcoba, le perdió, mientras que el inteligente y entusiasta Alcázar tocaba un desengaño, si es posible, más amargo. En su desgracia acordóse que existía en Lima el hijo de un empleado de hacienda a quien años antes debieron ahorcar por convicto de falsario, pero que él salvó aplicándole un narcótico, y contando ahora con la gra titud del hijo, fue a confiarse a su lealtad, que era confiarse a su infamia y a su delación. (/550/) Estos dos hombres, padre e hijo, se llamaban "Cachufeiros", pues tal era su apellido de familia, y su sólo nombre, diminutivo de Caifás, debía pasar por bastante indicio de una cobarde traición" Estos tres generosos peruanos, las primeras víctimas inmoladas al patriotismo en acción del pueblo de Lima, fueron ajusticiados el 31 de diciembre de 1818. Perecieron así, el último día en que los Virreyes del Perú conservarían impunes la omnipotencia de sus dominios. Dos meses más tarde debía llegar Cochrane advirtiéndoles, con el trueno de sus cañones, que la tempestad iba a caer sobre sus cabezas. Sabálburu logró escaparse y escondiéndose en sitio seguro, lo encontramos desempeñándose años más tarde de Secretario de la Prefectura de Trujillo, donde murió. Balderrama, huyó hasta Chile, atravesando todo el desierto de Atacama. Pagador, se salvó igualmente en aquél país, tomando asilo en los buques de la escuadra chilena tan luego como éstos se presentaron en las costas del Perú, y 563

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ambos desempeñaron después comisiones que honraron su patriotismo. 1) MANUEL L. DE VIDAURRE Manuel Lorenzo de Vidaurre es considerado Precursor de la Independencia del Perú. Muy amigo de Moquegua, por su clima y su producción de vinos y aguardientes; defensor de los humildes y contradictorio en sus ideas políticas. Fueron sus padres, el coronel Antonio Vidaurre de la Parra y Doña Manuela Catalina Encalada. Por línea directa, era descendiente de los Reyes de Navarra. Había nacido en Lima el 19 de mayo de 1773, cuando gobernaba el Virrey Manuel Amat y Junient. Porras Barrenechea lo considera a Vidaurre como "Precursor de la Independencia". Se bautizó en la Iglesia del Sagrario el10 de junio de 1774. Su primer profesor fue Don Nicolás Guzmán. Vidaurre, desde niño, le gustaba vestir elegante y sus ensortijados cabellos negros eran motivo de su orgullo.personal, pero se lo calificaba como tímido. (/551/) En su obra "Plan del Perú", Vidaurre, manifiesta que poseía un defecto físico en la pronunciación. Le gustaba averiguar los orígenes de su propia familia. Ingresó en el Real y Mayor Colegio de San Carlos, de Lima, que posteriormente fue el Cuartel General de la insurrección peruana por la independencia. Según Vidaurre, dicho Colegio era "Madriguera de petimetres modistas, entregados al galanteo, muy vanos en sus conocimientos y muy poco sólidos en sus principios". Si bien es cierto que era contradictorio con sus compañeros pero en inteligencia era de los mejores. En el Convictorio estudiaba Filosofía, Matemática y Física, en el año de 1790. También estudió en la Facultad de Derecho. Cuando le tocaba exponer un tema de su preferencia, las palabras iban fluyendo como un manantial interminable. Cuando la "Sociedad Amantes del País" inició la publicación del "Mercurio Peruano", Vidaurre experimentó un gran sentimiento de emulación: soñaba con escribir. Sus lec turas se referían a autores clásicos y le encantaba los temas 564

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que abogaban por una disminución del poder del Papado. En una ocasión, dijo: «sino existiera Dios, adoraría a cierta mujer», por lo que fue perseguido por la Inquisición. De pronto se convirtió en el más leal súbdito del Rey. En 1775, contrajo matrimonio con Francisca Rivera y Figueroa. Pero su conducta nada formal continuaba por lo que su padre lo desheredó. Sus novias, anteriores al matrimonio, le exigían un nuevo matrimonio. Vidaurre, se refugió en el estudio. Manuel Lorenzo se recibió de Abogado ante la Audiencia de Lima, el 6 de diciembre de 1797. EI 18 de setiembre de 1806 la Inquisición lo condenó a un semestre de de tención preventiva. Al cumplir su condena llegó la noticia de la prisión de Carlos IV y Fernando VII, por lo que decidió viajar a España. Le conversaba al Virrey Marqués de la Concordia, de la necesidad y factibilidad de que los peruanos mantuviesen cien mil hombres que defendieran en España los derechos del Rey siempre que se allanasen a desprenderse de una pequeña parte de sus bienes. Para dar el ejemplo, se suscribió por cuatro hombres adelantando 365 pesos. (/552/) El motivo de su viaje a España, era sentirse importante y separarse de su esposa. En los primeros meses de 1810, por la ruta del Cabo de Hornos, Vidaurre viajó a Espa ña. Ese año, Napoleón controlaba la Península. Sólo llegó al puerto de Cádiz. Entregó 6,000 reales para un fondo para salvar al Rey que le otorgó prestigio. En abril de 1810 el Ministro de Justicia de España le solicitó un informe de la situación de Indias. Allí nació su «Plan del Perú» que fue publicado en 1823 en Filadelfia (Estados Unidos) a donde había viajado, dedicándoselo a Simón Bolívar porque «los viajes y los años hacen cambiar de opinión». En ese Plan, Vidaurre anotaba los deberes de los Reyes para con los pueblos que en su mayor parte gimen y no son dichosos. Los pueblos, dice, de cuando en cuando logran sacudirse del yugo y restauran su libertad. Estas dolencias son curables. Su objeto no era más que el poner de manifiesto las dolencias del Perú. Casi todos los virreyes -anota Vidaurre- anuncian en sus principios un gobierno feliz, pero pronto todas las buenas esperanzas se disipan. Los Oidores que hacen durar los pleitos. Las 565

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sentencias son vendidas, etc. Respecto a los indios, Vidaurre, que en principio los había considerado incapaces, había cambiado de parecer. El «Plan de Perú», escrito en sólo once días, refleja a las primeras figuras que bregaron por la grandeza y bienestar de las naciones. EI 29 de julio de 1810, fue nombrado por la Regencia, en España, Oidor de la Real Audiencia del Cuzco «con poderes amplios para informar al Soberano sobre la situación en América». Se embarcó rumbo al Perú por la ruta del Cabo de Hornos, desembarcando en Arica y se dirigió a Moquegua. Su presencia causó sensación. Aquí, hablaba de Rousseau, Voltaire, Tito Livio, Machiavelo, etc., de los últimos acontecimientos de Europa, de su Nombramiento, etc, Hablaba también magníficamente de este clima y de la producción de sus vinos y aguardientes. (/553/) Estando en Moquegua en 1811, Vidaurre repentinamente enfermó de muerte y «temeroso de que mi entierro, por ser Oidor de la Real Audiencia del Cuzco, costase cuatro mil pesos, solicito mi inmediato envío a Puno». Al sentirse bien, indica, vi hambre, desnudez y miseria. Posteriormente, estando en Lima y con fecha 2 de abril de 1817, informaba al Rey de España sobre la situación de Moquegua en el magnífico documento «Memorias sobre la Pacificación de la América Meridional», de la cual extractamos sólo una parte. "En Moquegua, Villa Opulenta, las contribuciones extraordinarias, y sin proposición, la falta de mulas necesarias a la conducción de sus aguardientes a La Paz, Oruro y Potosí, los reduce al estado deplorable de no poder levantar sus cosechas. Pierde Vuestra Majestad por una mala política de éstos gobernantes, los grandes derechos que aguardientes y vinos producían en aquél rico Partido, y los propietarios anuncian en sus voces, en sus rostros, en sus cartas, el esta do en que se hallan de desesperación..." Al llegar al Cuzco, ya no era belicoso, ni buscaba notoriedad. Al reintegrarse a la Audiencia estaba compuesta por los Oidores Manuel Pardo Rivadeneira (padre de Felipe Pardo y Aliaga), Pedro de Cermedas y Bartolomé Bedoya. El 566

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espíritu general de la Audiencia encarnaba los intereses del régimen español. El ideal de Vidaurre era una reforma legislativa y estaba convencido de que ella traería la paz y el progreso. Mateo Pumacahua, en ese entonces, se desempeñaba como Presidente Interino de la Audiencia del Cuzco, pero a Vidaurre le merecía poca confianza. En cambio los hermanos José, Vicente y Mariano Angulo lo consideraban a Vidaurre como un aliado. EI 2 de agosto de 1814, por la noche, se produjo la sublevación de las tropas del cuartel. Los tomaron presos a los Oidores de la Audiencia, menos a Vidaurre a quien lo eligieron Presidente de la Audiencia. Vidaurre no aceptó ningún cargo. Sea como fuere, Vidaurre obtuvo de los patriotas un Pasaporte "único y exclusivo para trasladarse a donde quisiese y disfrutar de los mayores auxilios en el tránsito". (/554/) Conocedor el Virrey Abascal de que Pumacahua comandaba una expedición que se acercaba a Arequipa con el auxilio de Moquegua, reforzó dicha guarnición con las fuerzas del Mariscal de Campo Francisco Picoaga. Al producirse el cambio de Virrey y a la llegada del nuevo Virrey Pezuela, la situación de Vidaurre empeoró. El Fiscal del Consejo de su Majestad acusó a Vidaurre de estar con los rebeldes, pese a que afirmaba ser servidor de la causa del Rey. Planteaba “mejorar de tal modo el gobierno, que todos tomen parte en la transformación de América". Deseoso de obtener definitivamente la rehabilitación Real, Vidaurre se trasladó nuevamente a España. En el viaje tuvo problemas en Jamaica donde vivió un año y cinco meses y deportado a Galicia. Estando en Filadelfia (Estados Unidos) aprendió a ser republicano. Simón Bolívar le insta que regrese a América. Al regresar al Perú es nombrado Presidente de la Corte Suprema de la República. En 1827, junto con Luna Pizarro encabezó la reacción antibolivariana. Vidaurre es apresado y deportado el 29 de abril de 1829, dirigiéndose a Estados Unidos y de ahí a Europa. En 1830 regresó al Perú, siendo designado Ministro por el Presidente Gamarra. 567

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Establecida la Confederación Perú-Boliviana, amigo personal de Santa Cruz, aceptó colaborar como diplomático en el Ecuador. Vencido Santa Cruz, Gamarra lo despojó del cargo de Vocal de la Corte Suprema. Acusado de herético, escribió una obra con el expresivo título de "Vidaurre contra Vidaurre", con la clara intención de refutarse a sI mismo. Falleció en Lima el 9 de marzo de 1841. J) Guillermo Miller y los Hermanos Landa y Vizcarra Como a la Escuadra de Cochrane se le habla asignado en el Plan Militar de San Martln un papel puramente pasivo, el Almirante reclamó, consiguiendo que le proporcionaran 500 hombres de infanterla y 80 de caballerla, desmontados, a órdenes del General Guillermo Miller. (/555/) El 13 de marzo de 1821, se daba a la vela en Huacho, desembarcado el 21 de Pisco. El día 22 estaba en Chincha, donde el día 26 Miller tuvo un encuentro con el coronel realista Loriga, logrando derrotarlo y también se le adhirieron 30 negros esclavos, a los cuales por el gorro encarnado que llevaban puesto y también por sus audaces manejos les pusieron el nombre de «Los Infernales». Al levantar anclas, rumbo al Sur, llegaron el 6 de mayo de 1821 a Arica, donde encontraron algunos inconvenientes para el desembarco, por lo que lo hicieron en Sama, con la decisiva ayuda del Teniente Freeman. Continuaron su viaje a Tacna, donde la población los recibió con entusiasmo. En esta ciudad se presentó a ofrecer sus servicios el Teniente Coronel Bernardo Landa y Vizcarra, que habla sido Subdelegado en Moquegua, por los años de 1814 al 1819, cuya cooperación fue de gran utilidad por el conocimiento que tenIa del terreno y sus habitantes. Entretanto, el mayor Soler, continuó a Arica, tomando a cien prisioneros realistas. Al tener conocimiento de estos movimientos de la tropa independiente el General Juan Ramrrez, que se encontraba en Arequipa, dio orden al Coronel Cayetano Ameller para que 568

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con el Batallón Gerona pasase de Oruro a Tacna; a Espartero, que se encontraba en Puno, remitir 250 hombres al mismo punto y a La Hera, que estaba en Arequipa, la de salir hacia Moquegua con dos compañías de infantería y algunos jinetes. El Subdelegado de Moquegua, coronel Mariano Portocarrero, comunicó a Miller estas disposiciones. El realista La Hera hab{ia pasado de Locumba a Mirave, sitio al que se dirigió Miller, conjuntamente con Bernardo Landa y Vizcarra y el capitán Hind, logrando derrotarlo en la Batalla de Mirave el 22 de mayo de 1821. La Hera, huyó con rumbo a Moquegua. Miller, dispuso salir hacia Moquegua con dos compañras de infantería y algunos jinetes. El Subdelegado de Moquegua, coronel Mariano Portocarrero, comunicó a Miller estas disposiciones. El realista La Hera había pasado de Locumba a Mirave, a fin de proteger su retirada, pero fue esta última, atacada por Landa y Vizcarra donde murió un oficial y trece soldados realistas. (/556/) El 25 de mayo supo Miller que una fuerza realista se acercaba a Torata. Era la división de Felipe Rivero que pasaba a Arequipa. Landa y Vizcarra, con 140 infantes montados en mulas y unos 20 paisanos bien armados salieron en su persecución. Después de una incesante marcha, a través de un terreno escabroso y pendiente, dejando a no pocos rezagados, Landa alcanzó al enemigo en el punto llamado La Calera de Torata Alta el 28 de mayo de 1821 y, sin darle tiempo para ensillar y salir a escape, lo acometió, dis persándolo y haciendo prisioneros. Miller emprendió el retorno, dejando en Moquegua un oficial y algunos soldados para la formación de una guerrilla. A Ilo, llegó el 10 de junio y dispuso el embarque de los enfermos que allí estaban hospitalizados. Miller, pasó a Tacna y de ahí a Arica, donde se embarcó el 2 de junio, con ciertas dificultades, porque La Hera, de Moquegua, se había dirigido a Tacna. Miller, estando en Moquegua, engrosó sus filas con jóvenes que habían abrazado la carrera de las armas para lograr la Independencia del Perú, como Domingo Nieto, con apenas 18 años de edad.

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Landa y Vizcarra, en los inicios de su formación política, era decidido partidario del Rey de España, como muchos otros, influenciado por el Obispo La Encina, que en ese entonces se encontraba en Moquegua. Apresó a los patriotas moqueguanos Tenientes José Chirveches y José Astete, que al ser remitidos a Arequipa, fueron fusilados por el sanguinario general Ramírez, el 10 de febrero de 1815, producto de la insurrección de Pumacahua. Participó en las Batallas de Ilubaya (Torata), el 19 de enero de 1823 y en la de Moquegua, el 21 de enero de 1823, bajo las órdenes del general argentino Rudecindo Alvarado en contra del general realista Jerónimo Valdez. Ambas batallas, fueron adversas para los peruanos. Estas acciones son conocidas como Primera Expedición por Puertos Intermedios. Al caer prisionero en la Batalla de Moquegua, fue fusilado y enterrado por los españoles en «El Huayco». (/557/) Guillermo Miller, había nacido en Wingham, Inglaterra, en 1795. Combatió en la Península contra las fuerzas de Napoleón, y en Estados Unidos. En Buenos Aires, en 1817, se integró al ejército de San Martrn. Entre sus más importantes actuaciones está la de Cancha Rayada donde salvó, en medio del desastre, dos piezas de artillerra. Asistió al bloqueo de Talcahuano y al asalto de Valdivia. Con la Expedición Libertadora pasó al Perú habiendo asistido a las batallas más importantes de esa época. Fue de los Fundadores de la Orden de El Sol del Perú. Actuó en la Primera Expedición a Intermedios. En Junín comandó la caballerra que sufrió violento embate de las fuerzas reales. Estuvo al mando de la División de Caballería del Ejército patriota en Ayacucho. John Miller, hermano de Guillermo, refiriéndose al patriotismo de Moquegua, comenta: "La ciudad de Moquegua, contiene cerca de diez mil habitantes, y todos recibieron a los patriotas con las mayores muestras de alegria, y como en prueba de su sincera adhesión a la causa de la independencia, voluntaria y cuidadosamente facilitaron los medios para que la pequeña división de Miller readquiriera sus antiguas fuerzas, y ponerla en estado de que fuese lo más útil posible... Durante la marcha de los patriotas, siempre que se 570

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encontraban con indios, inmediatamente los encargaban recorriesen el país y trajesen los realistas prófugos que vagaban por él, los cuales habiendo tirado la mayor parte de las armas, se rendían sin resistencia... Aseguraron a los indios que ni el tributo ni ningún otro sacrificio se exigía de ellos, y que los patriotas hermanos suyos de armas iban para libertarlos de la tiranía y opresión. Estas seguridades y la conducta observada con ellos, produjo un sentimiento extraordinario de patriotismo y entusiasmo en aquellos ultrajados y oprimidos indígenas. El Teniente Coronel Miller organizó una partida de guerrilla, y habiendo esperado a una noche de luna para atravesar el desierto con mayor facilidad, se retiró de Calera dejando un oficial y seis soldados... Al cabo de una penosa marcha llegó a Torata, pueblecito indio muy agradable y perfectamente situado al pie de altas montañas, a las cuales da vuelta el camino de Calera. Al día siguiente, 29 de mayo de 1821, los patriotas consumidos de cansancio regresaron a Moquegua, y fueron recibidos con entusiastas aclamaciones de sus habitantes... (/558/) Miller había aumentado sus fuerzas cuanto el número de las armas cogidas a los enemigos le había permitido, y las cuales ascendían a cerca de novecientos hombres bien vestidos y equipados. Además de esta fuerza había formado y esparcido por el país varias partidas de montoneros, y había abierto comunicación con el Coronel Lanza, célebre jefe de guerrilla en el Alto Perú. En el curso de estas operaciones el espíritu patriótico se había despertado, y se difundía con entusiasmo y rapidez. Aun los habitantes que eran españoles, o adictos a la causa de España, se comportaron del modo más cordial. Tal fue la ordenada conducta de los soldados patriotas que se atrajeron la estimación general, y tal su intrepidez y buena fortuna de los combates, que los realistas con dobles fuerzas no osaban tomar la ofensiva". N. Landa y Vizcarra, patriota moqueguano, hermano del anterior, viendo los progresos de San Martín, no cesaba de excitar su patriotismo para que viniera en auxilio de éstos pueblos que ansiaban su libertad. Continuamente le remitía planes, razón de las fuerzas del Rey y cuántos datos creía 571

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necesarios para facilitar su empresa. Acompañaba listas de todos los patriotas con quienes debía contar; se le indicaba los recursos y hasta se le mandaba los planos de los puertos y caletas por donde podía desembarcar. Se hacían estos proyectos con el mayor sigilo. En la «Memoria Escrita» del General Francisco Vidal, que fue Presidente del Perú, encontramos lo siguiente: «Informado el General San Martín por el Almirante Cochrane, y por los Señores Peruanos Requena, Reyes y Franco que yo había desempeñado comisiones importantes me invitó para que viniese a desempeñar una que tenía entre manos y era la de conducir comunicaciones a esta capital, se me ordenó que se embarcase en una goleta con los Señores Valderrama y Landa, a los que dejamos en la Caleta de Camarones para que se internasen en el sur y seguimos nuestra derrota al Norte». (/559/) Efectivamente, por el mes de junio de 1820, viajaba desde Valparaíso Landa y Vizcarra en la goleta «Terrible», enviada por San Martín, con la finalidad de preparar secretamente el ánimo de los patriotas para que colaborasen con los soldados de la Expedición Libertadora, cuando éstos arribaren al Perú. En esa expedición estaban el moqueguano N. Landa y Vizcarra, el tacneño Lorenzo Valderrama y N. Gonzales, quienes desembarcaron en la Caleta de Camarones, al Sur de Arica. Continuaron por tierra a Tacna y Moquegua, disfrazados de arrieros. N. Landa y Vizcarra, al llegar San Martín al Perú, cumplió con informarle de las acciones realizadas donde destaca la decidida voluntad de los patriotas a seguir la causa de la independencia, como son el Subdelegado de Arica; el Coronel de Milicias Urbanas de Caballería del Partido de Tacna, Tomás Moreno Chocano, chileno, casado con Bernarda Cornejo; el Teniente Coronel Rafael Gabino de Barrios, que actuó en la insurrección de 1811; el Teniente de Compañía Francisco de Paula Alayza; el Oficial Mayor de la Aduana de Tacna, Lorenzo de las infantas; Manuel Calderón de la Barca, que actuó en la revolución de Tacna en 1813; el Cacique de Tacna Toribio Ara y sus hijos José, Rosa y 572

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Antonia; Juan Pomareda; Nicolás Buteler, comerciante argentino; Ignacio Marín y su hijo Francisco; Manuel Labayén, que años después dirigiera la resistencia de Sama contra las tropas invasoras bolivianas; Pedro José Belaúnde; Mariano de la Flor (comerciante) y su hermano Manuel; José Pizarro, comerciante; Pedro Antonio Julio Rospigliosi; Presbítero Casildo Contreras; José Palza, propietario de las salitreras de Tarapacá. El historiador Rómulo Cúneo Vidal, hace conocer también el informe del moqueguano N. Landa y Vizcarra, elevado a San Martín, sobre los patriotas de Sama: los hermanos José y Ventura Zeballos; el clérigo Juan José Zavala; el moqueguano Pedro Vicente Cornejo; Daniel Liendo; Agustín Ortiz y el cura arequipeño F. Ureta. En Sitana y Locumba, se encontraban los siguientes patriotas: Jacinto Vargas, y su hijo Bruno Vargas, Tadeo Rospigliosi; Gregorio Aramburú y Cornejo; Juan Vértiz y su primo Manuel Galdos. (/560/) En Ilabaya: Nicolás Vértiz, padre de Juan Vértiz; Manuel Cornejo, Receptor de Alcabalas y Jacinto de Vargas. En la correspondencia de Landa y Vizcarra a San Martín, le decía: "En una palabra en todo Tacna, hombres, mujeres, niños y aun me avanzo a decir que en lo que producen sus tierras hay patriotismo firme y entusiasmo más que normal... no se dejarán de conseguir en su valle más de 100 caballos y más de 500 mulas... el Gobernante Cacique del pueblo Don Toribio Ara es un patriota decidido y con influjo". Según N. Landa y Vizcarra, "gran parte de los religiosos de Moquegua estaban por la causa de la libertad, principalmente en el Convento de Santo Domingo, Colegio Franciscano de Propaganda Fide y de! Hospital de Belén. Lo mismo ocurría en Arequipa en los conventos e Iglesias". De su hermano Bernardo, decía "que había sido Subdelegado y Comandante de Milicias, casado, con familia, escaso de fortuna; de buena disposición, de espíritu atrevido para cualquier empresa, muy jinete. Es mi hermano y no puedo hablar más de él".

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K) Primera Expedición por Puertos Intermedios (BATALLAS DE TORATA y MOQUEGUA) El 20 de setiembre de 1822, se instaló el Primer Congreso del Perú. Ante él, el Libertador Don José de San Martín renunció al mando, dejando el poder en manos de los propios representantes del pueblo peruano. Este Congreso tenía por finalidad definir la forma de gobierno que debería de adoptar el Perú. Este Primer Congreso Promulgó la Constitución, de tendencia liberal, el 12 de noviembre de 1823, que estableció el sistema republicano de gobierno, Reunidos en el local de la Universidad de San Marcos, se encontraban Toribio Rodríguez de Mendoza, José Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier Mariátegui, Manuel Pérez de Tudela, Francisco Javier de Luna Pizarro, Manuel Salazar y Baquíjano, Hipólito Unanue, entre otros. Este Congreso, resolvió formar una Junta Gubernativa, con miembros de su seno, para que, en su nombre, ejerciera las funciones del Poder Ejecutivo. Se formó así la Junta presidida por e General Jose de La Mar, e integrada por Don Felipe Antonio Alvarado (hermano del General Rudecindo Alvarado) y Don Manuel Salazar y Baquíjano, Conde de Vista Florida. (/561/) La Junta entró en funciones el 21 de setiembre de 1822. El problema principal que tenía que afrontar la Junta era el de la guerra contra los españoles. El Virrey La Serna, contaba con más de 20,000 soldados que ocupaban el territorio entre Cerro de Pasco y el Alto Perú. Estas fuerzas se encontraban repartidas de la manera siguiente: el General Canteres se encontraba entre Jauja y Huancayo, el General Ramírez, en Arequipa; el Virrey, en el Cuzco, el General Carratalá, en Puno y el General Olañeta, en Potosí. La Junta decidió poner en práctica el Plan de Campaña por Puertos Intermedios, que había bosquejado el General San Martín. El Presidente José de la Mar, realizó las siguientes: actividades:

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1) Se hicieron gestiones ante el Gobierno de Buenos Aires, para que atacaran por el Alto Perú, que no dio resultado. 2) El ejército independiente que atacaría a Canterac en sus acuartelamientos del Centro debía ser preparado y conducido por Álvares de Arenales, pero al que no se proporcionaron los medios necesarios. 3) El ejército independiente que atacaría por «Puertos Inter medios» fue puesto bajo el mando del General Rudecindo Alvarado y contó con todos los medios requeridos, y 4) La Junta Gubernativa, para llevar adelante esta campaña, concertó préstamos internos con los grandes comerciantes. El ejército de Alvarado, estaba compuesto por tercios, de tropas del Perú, Chile y Argentina. De los 4,500 soldados, 1,500 formaban la «Legión Peruana». Se embarcó en el Callao en tres agrupamientos, los días 10, 15 Y 17 de octubre de 1822. El primer comboy llegó hasta Iquique, que se dirigió al Alto Perú, para entablar contacto con el patriota guerrillero Lanza. Los dos restantes comboyes, desembarcaron en Arica, hacia el 3 de diciembre. En ese Puerto, Alvarado fue presa de indecisión, permaneciendo tres semanas. Quien más se inquietó de la demora fue el General Miller. Hubo fuerte discusión entre ellos, por lo que Miller pidió su retiro. Por una mediación de los militares se convino que Miller atacaría a los españoles por Quilca. (/562/) A diferencia de la pasividad de Alvarado, el Virrey La Serna tomó las siguientes acciones: a Carratalá, que estaba en Puno, le ordenó marchar con 1,000 soldados hacia Arequipa; a Olañeta, que operaba en el Alto Perú, fuera deTarapacá e Iquique; a Canterac, que estaba en Huancayo, con 2,500 efectivos, rumbo a Moquegua; al General Valdés, se acercara entre Arica y Moquegua. El Jefe Colonial que se desplazó con mayor rapidez fue Valdés, que llegó a Moquegua, antes que Alvarado se hubiera movilizado de Arica. 575

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Recién a fines de 1822, Alvarado empezó a movilizar sus tropas desde Arica a Tacna, donde llegaron el 1 de enero de 1823. En efecto, el realista Valdés, ya se encontraba en Sama, creyendo que eran escasas las tropas de Alvarado. Pero los cálculos le fallaron, por lo que tuvo que atrincherarse en Galana, con su ayudante el General Martínez, y después tomar la retirada rumbo a Moquegua, donde llegaron el día 3 de enero. Alvarado decide perseguir a Valdés hasta Moquegua, sin darse cuenta que el realista General Canterac apresura su marcha. hacia Moquegua. Las tropas patriotas ocuparon en el Valle de Locumba el 13 de enero, desde donde siguieron hacia Moquegua, a la que entraron el 18 de enero. Valdés se había replegado hasta Torata, donde lo es peraba a Alvarado. Entre Moquegua y Torata, Valdés había dejado unos 300 soldados atrincherados en forma dispersa para dificultar y cansar a los independientes en su marcha. El General Alvarado, aceptó el reto y emprendió la ruta hacia Torata, limpiando de enemigos el trayecto, lo que fue deteriorando a sus tropas durante del día 18. Al amanecer el 19 de enero de 1823, los independientes avistaron el atrincheramiento de Valdés en Torata, en donde decidieron atacarlo a las 10 de la mañana. (/563/) El general Valdés aceptó la batalla. Los realistas contaban con 2,000 soldados, sin contar los refuerzos que trajo Canterac, que dejando su cuartel de Jauja el 9 de noviembre del año anterior, llegaba el 20 de enero de 1823 a las alturas de Torata, con los batallones Burgos y Cantabria y los escuadrones Primero y Segundo de la Unión. Las fuerzas independientes, al mando del argentino Alvarado, estaban conformadas por: General Martínez, que dirigía el Regimiento 5 de Chile; General Correa, que dirigía el Regimiento 11 de los Andes y el Regimiento del Río de la Plata, más los Granaderos a Caballo y 4 piezas de Artillería. Alvarado, en una carta al General San Martín, después le escribiría lo sigu!ente: «que a pesar de los obstáculos que ofrecía el terreno habría batido a Valdés, si algunos Jefes no se hubieran empeñado en descansar con 576

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cuyo motivo me vi precisado a detenerme dos días y el19 de enero rompí el movimiento sobre Torata. Dos leguas antes de éste pe queño pueblo, encontré las fuerzas de Valdés en una posición la más fuerte y casi inaccesible, dividida por el frente e izquierda mía por un profundo sanjón y por mi derecha por un cerro inaccesible, sin embargo fue vencida con sólo la pérdida de 5 hombres a virtud de algunos movimientos y el fuego de nuestra artillería que obró con la viveza que cabe al corto número de 4 piezas que teníamos y el enemigo en el mejor orden siguió su retirada a Torata». Alvarado dio orden a Correa para que ocupara con los cazadores la posición dejada por el enemigo y a Martínez con el Río de La Plata, Legión Peruana y el Número 4 que hiciese otro tanto, mientras él se situaba en punto donde la tropa pudiese tomar rancho. Por desdicha, así Correa como Martínez se empeñaron en perseguir al enemigo, sin advertir que éste los atraía a sus posiciones. La Batalla, que comprendía una serie de lugares que iban desde Torata hasta Ylubaya, se empeñó con más violencia y duró desde las diez de la mañana hasta la caída de la tarde; los patriotas obligaron a Valdés a abandonar sus posiciones y a replegarse, pero hizo un último esfuerzo por sostenerse al saber que el realista Canterac, venía desde Jauja, en su ayuda. (/564/) Por la tarde la Batalla estaba generalizada. La «Legión Peruana N° 1», atacó por el flanco izquierdo colonial, flanco derecho independiente, haciendo retroceder a las tropas de Espartero y Amellar, que cubrían ese lado; el avance peruano hizo peligrar el frente adversario, de manera que Valdés corrió con refuerzos a contener la progresión de los Legionarios del Perú, pero hacia las tres de la tarde la presión independiente se extendió en todo el frente, amenazando quebrar al enemigo. Valdés ordenó que todos resistierán en sus puestos y que armaran sus bayonetas, a sabiendas de que el tiempo jugaba a su favor; mandó también que los oficiales y soldados más leales se pusieran tras sus tropas para matar a todo aquel que quisiera retirarse, retroceder o huir. Hasta aquí la batalla era favorable a los independientes. Todo cambió 577

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cuando, Valdés permitió que Ile.Slaran a tiempo los escuadrones de vanguardia de Canterac, que estando cerca del campo de batalla, cambiaron su cabalgadura, pasándose de 1as mulas a los caballos de combate. Lanzada a la lucha, la caballería de Canterac decidió el curso de la batalla. En esta segunda etapa de la batalla volvió a refulgir la Legión Peruana N° 5, porque fue la división encargada de sostener el ataque enemigo, para permitir a las demás unidades que se replegaran ordenadamente; apoyaron a los legionarios peruanos las fuerzas del Batallón N° 4 de Chile, que en su mayor parte estaba formado por indios del Perú. En este esfuerzo cayeron muchos soldados de los que protegían a sus camaradas, al punto que cuando se dio el toque de retirada, al proyectarse las primeras sombras de la noche, la Legión Peruana había perdido mucho más del tercio de todos sus efectivos. Es de esta forma que la Batalla de Torata, fue ganada por los coloniales. Según varias versiones, incluso el Parte del mismo Alvarado, en la Fase Inicial y durante el desarrollo de las acciones se dieron varios casos graves de quiebra de la disciplina, principalmente en las unidades argentinas. (/565/) Esta parece que fue uno de los motivos de la derrota de la Batalla de Torata llevada a cabo el 19 de enero de 1823, pero la más relevante de dichas causas fue, sin lugar a dudas, la lentitud en la toma de decisiones en el mando independiente, que contrastó largamente con la velocidad y acierto en la conducción de las operaciones por parte del mando colonial. Sin embargo, salieron gravemente heridos los generales españoles: Valdés, Monet, Ameller, Espartero, etc. Durante la noche del 19 de enero de 1823, las tropas de Alvarado, se desplegaron, con cierto orden hacia Moquegua, en donde la mayor parte de sus efectivos estu vieron al amanecer del día 20. En el recuento del parque se halló que había una proporción de 8 balas por soldado en capacidad de combatir, de donde se desprende que lo aconsejable era emprender la retirada; pero Alvarado, que se en contraba sumamente excitado, desistió de retirarse hacia Tacna, expresando a voces su decisión de batirse aún cuando 578

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fuera con "50 combatientes". Tal decisión era verdaderamente temeraria, porque la situación de los independientes era claramente desventajosa al momento de dar inicio a la Batalla de Moquegua. A ésta ciudad, llegaron los coloniales en la madrugada del 21 de enero de 1823. En la batalla de Moquegua, librada el 21 de enero de 1823, los independientes también estaban en desventaja ya que en Torata habían tenido 600 muertos. Sin embargo, Alvarado ocupó las posiciones de los cerros que van desde el cementerio hasta Samegua. Canterac, el jefe español, se situó en la banda Norte del Río Moquegua, frente al cementerio, ordenando a Valdés que atacara el flanco derecho in dependiente, mientras que Monet lo hacía por el centro. El independiente argentino Alvarado, por falta de municiones, no pudo defender la altura de la derecha y giró hacia la izquierda. Su derecha, compuesta por los Batallones del Río de la Plata, se dispersó bien pronto y el centro, en el cual combatía la Legión Peruana, auxiliada por el Batallón N° 11, que constituía la reserva, y los Batallones N° 4 Y 5 de Chile en la izquierda, trataron de contener el avance del enemigo. Alvarado, ordenó a los Granaderos de los Andes que cargaran y aunque repitió la orden no fue obedecido. La derrota era completa. (/566/) Esta vez la retirada, casi en total desorden, fue cubierta por los «Granaderos a Caballo», que era la única preferida de San Martín. Los Granaderos, habían sufrido la baja, por herida de su jefe, el General Necochea, en Torata, de manera que en Moquegua tomó el mando de esta unidad el Coronel Lavalle, que se batió con brillantez. Los restos del ejército tomaron la dirección de Ilo, sin que la persecución alcanzase a más de cinco leguas. Perdióse la artillería y las bajas sufridas llegaron a 600. En Ilo se encontraba la escuadra independiente que recogió a los restos del ejército unido independiente, transportándolos al Callao. De Ilo, Alvarado pasó a Iquique, en busca del destacamento que allí había desembarcado, pero ocurrió que este destacamento se había retirado a Chile, al tener conocimiento de la proximidad del enemigo. Pero como 579

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Alvarado no sabIa de esa maniobra, hizo que desembarcaran dos compañías, una de las cuales pertenecía a la Legión Peruana que de inmediato fueron emboscadas y aniquiladas por el General realista Olañeta. Pese a ello, Alvarado logró entrevistarse con el General Olañeta, que le manifestó su oposición a la camarilla del Virrey La Serna , (Olañeta, había servido en el Alto Perú bajo las órdenes del Virrey Pezuela y nunca les perdonó a los oficiales que formaban la camarilla de La Serna, Valdés y Canterac, el que lo hubieran depuesto). Los desastres de Torata y Moquegua, ocasionaron una verdadera indignación contra la Junta Gubernativa, a la que se culpó directamente de negligencia. Todas las tropas se alzaron en un práctico estado insurreccional, mientras una delegación de toda la oficialidad se presentaba ante el General Álvarez de Arenales, para que depusiera la Junta y asumiera el Gobierno de la República, pero declinó el ofrecimiento y se alejó del Perú. Al abandonar el país, el General Álvarez de Arenales, entregó el Mando de las Tropas Peruanas al Jefe del Estado Mayor, General Andrés de Santa Cruz, el 26 de febrero de 1823. El mismo 26 de febrero, los oficiales generales firmaron un Petitorio al Congreso para que designara un Jefe Supremo, con suficiente capacidad de decisión para conducir la guerra. (/567/) El Congreso se reunió el 27 de febrero y lo eligieron a Riva Agüero, dándole poderes excepcionales, al tiempo que se le extendió el despacho de Mariscal, a pesar de que jamás había mandado tropas regulares, ni había participado jamás en ninguna acción armada. El General Andrés de Santa Cruz, fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército Peruano. L) Heroísmo de los Oficiales la Rosa y Taramona Entre los personajes que han brillado en la escena de nuestra revolución, pocos aparecen cubiertos de tanta gloria como los jóvenes oficiales, el Teniente Coronel de la «Legión Peruana» Don Pedro de la Rosa y el Sargento Mayor de la misma Don Manuel Taramona. Los talentos y valentía que 580

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desplegaron en la desgraciada acción de Torata, habrían bastado a darles celebridad. Pero su muerte en Iquique, prefiriendo hallarse entre las olas a admitir de los enemigos de su patria la existencia que se empeñaban para conservarles, los elevó al rango de los héroes más grandes de que nos hace mención la Historia. Su ejemplo inflamó el noble fuego de la emulación en las almas de esa juventud guerrera, que vengó después de su muerte y nos conquistó la libertad de que ellos fueron los primeros mártires. No hay peruano que no haya lamentado la pérdida, en la flor de su juventud, de unos limeños que prometían tan abundante cosecha de bienes a la Patria. Su memoria se conservará eternamente rodeada de la admiración, del respecto y de la gratitud. Felipe Pardo, refiriéndose a estos grandes personajes, dice: "Su conducta fue igualmente heroica en la Batalla de Torata. Tales nombres son dignos de la inmortalidad. La Rosa y Taramona habían entrado de Cadetes en el mismo cuerpo realista y juntos habían ascendido al grado de capitanes. (/568/) En la misma Batalla de Torata, desafiando el peligro, les gritó a los españoles: iAquí están La Rosa y Taramona, oficiales en otro tiempo en el Ejército Real; pero ahora de la Legión y que nada desean con tanta ansia, como pelear por su patria: Españoles, venid a experimentar el valor de la Legión!. La Rosa y Taramona, se retiraron intactos en medio de una nube de balas. Su desprecio del peligro inspiró una bravura a sus soldados. El Batallón rechazó varias cargas sucesivas y no se retiró hasta que quedó en una cuarta parte de su número". Rubén Vargas Ugarte, refiriéndose también a la Batalla de Torata, manifiesta: "El Teniente Coronel La Rosa y el Mayor Taramona, se adelantaron a sus hombres que en dos líneas paralelas junto con los Cazadores del N° 5 iban a enfrentarse a los contrarios y, estando a tiro del fusil del enemigo, arengaron a los suyos y retaron a los españoles, invitándolos a probar el coraje de la Legión. Los soldados se llenaron de entusiasmo, aunque eran bisoños y obligaron a Espartero a replegarse de altura..en altura. Los jefes españo les tuvieron que intervenir personalmente a fin de reanimar a sus tropas y algunos, como Ameller, Espartero y el mismo 581

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Valdés, fueron desmontados y heridos. Este sólo demuestra el ardor con que se combatió". La Rosa, dirigió la retirada con tanta destreza y serenidad, que logró llegar al Puerto de Iquique y embarcar toda su tropa. Sólo quedaban en la playa los dos amigos, cuando desgraciadamente llegaron a Iquique los españoles. Ni un momento dudaron los jóvenes del partido que debían tomar: se arrojaron al mar e intentaron llegar al buque que se hallaba fondeado a mucha distancia. Los realístas hicieron los mayores esfuerzos para salvarlos, les echaron cuerdas y les instaron con gran empeño que se asiesen de ellas para volverlos a tierra. Más ellos resueltamente contestaron: «¡Noqueremos aceptar la vida de las manos que esclavizan a su Patria!» Después de haber luchado largo tiempo con las aguas, al fin perecieron. Sus cuerpos, que las olas arrojaron a la playa, fueron sepultados por los habitantes, en la misma tumba. José Bernardo de Tagle, Presidente de la República del Perú, expidió la siguiente Resolución: (/569/) "El eternizar la memoria de las grandes acciones es un deber tan sagrado como el de tributar gratitud a los héroes. La Historia de la regeneración del Perú no presenta un rasgo más sublime de valor y de entusiasmo patrio, que el que manifestaron el Teniente Coronel Pedro de La Rosa y el Sargento Mayor Manuel Taramona. Ellos condujeron al campo de batalla al primer batallón que bajo la bandera peruana se presentaba a castigar tiranos, a vengar la República y a pelear por la liber tad. . . …Animados del fuego del honor, dieron en las jornadas de Torata y Moquegua ejemplos memoriales de disciplina y coraje, aunque menos afortunados de lo que merecían su valor y virtudes... EI gobierno imponiéndose la obligación de un sentimiento perpetuo por la dolorosa pérdida de estos valientes, reconoce la deuda de una consideración durable a sus desgraciadas familias y, por tanto, la hermana única del Teniente Coronel Don Pedro La Rosa y la Mayor del Sargen to Mayor Don Manuel Taramona, disfrutarán por toda su vida el sueldo íntegro que gozaban sus respectivos hermanos. En 582

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la Revista del Primer Batallón de dicho Regimiento, el Comisario que la pasare, llamará en alta voz a los Jefes La Rosa y Taramona por sus nombres y clases: el Comandante del Batallón o Jefe Inmediato, contestará en la misma: Murieron heróicamente por la libertad del Perú; pero vive en la memoria de sus compañeros de armas. Dado en Lima a 29 de agosto de 1883. Firma Tagle y el Conde de San Donás". EI 14 de febrero de 1823, ocurrió las heróicas muertes de La Rosa y Taramona, en Iquique. Ll) Segunda Expedición por Puertos Intermedios En el plano militar, el gobierno de Riva Agüero pretendió imprimirle a su acción una gran intensidad. Emprendió el equipamiento de un nuevo ejército que reeditaría la «Campaña de los Puertos Intermedios». Para poner en pie de lucha a este ejército se hizo una recluta que dio excelentes resultados, y se incorporaron como tropas regulares a montoneros. Al fin, se pudo contar con unos 5,000 soldados. (/570/) Riva Agüero, también solicitó la ayuda militar de Bolívar, quien en respuesta a dicha solicitud, envió al Perú una División Colombiana al mando del General Antonio José de Sucre, quien también trajo una Credencial de Embajador Plenipotenciario, y cuya obvia misión era facilitar la venida de Bolívar. Para emprender la Segunda Campaña o Expedición de Intermedios, Riva Agüero, contaba con el ofrecimiento de algunos oficiales del ejército argentino, como Urdidinea, que manifestaron su propósito de atacar el Alto Perú, desde Tucumán. El Plan de los coloniales era volcar todo su poderío del ejército de Canterac sobre Lima, como efectivamente ocurrió. El ejército peruano, se embarcó en el Callao en los días comprendidos entre el 14 y 25 de mayo de 1823. Se componía este ejército de 7 Batallones de Infantería y 7 Escuadrones de Caballería. Entre oficiales y soldados sumaban cerca de 5,500 efectivos. El Comandante en Jefe 583

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del Ejército era el Genera] Andrés de Santa Cruz, siendo su Jefe de Estado Mayor el Coronel Agustín Gamarra. El Jefe de la Escuadra era el Contralmirante Guise. Guise dirigió el asalto y captura de Arica, efectuado el 7 de junio de 1823. El día 11 llegó Santa Cruz, que continuó rumbo a Iquique, para dirigir la operación de desembarque del grueso de las tropas. El coronel Eléspuru capturó en el Valle de Azapa (Arica) al escuadrón colonial «Dragones de Arequipa», el14 de junío de 1823. Vuelto al Puerto de Arica, Santa Cruz, despachó dos Compañías para que operaran por Quilca. En tanto que una División al mando de Gamarra ocupaba Tacna, desde donde Santa Cruz, al mando de fuerzas mayores, ocupó Moquegua. En estos puntos permanecieron mucho tiempo. A fines del mes de julio ascendieron a Los Andes, de manera que el 8 de agosto Santa Cruz ocupó La Paz, al paso que el 9 de agosto ocupaba la ciudad de Oruro. (/571/) La separación en dos cuerpos del ejércíto, actuando en dos direcciones del Alto Perú, estaba fuera del Plan Inicial de Operaciones, que estaba oríginalmente diseñado de la siguiente manera: Santa Cruz, debió ocupar Arequipa, en donde se le uniría Sucre con su División Colombiana, a más tardar a fines de julio; así, unidos, marcharían sobre el Cuzco. Sucre había llegado a Lima con una división colombiana el 11 de mayo de 1823, para preparar la llegadaje Bolívar. En el lado colonial, la situación sufrió igualmente nodificaciones. A su vuelta de Moquegua, el General realista Canterac había concebido el ataque sobre Lima mediante la concurrencia de dos ejércitos: el suyo, que partiría desde Jauja bajo su mando y el ejército de Valdés, que se dirigiría desde Arequipa. Las noticias del avance de Canterac sumieron al Congreso en una larga discusión, con el resultado de que se condenó en su seno la conducta de Riva Agüero, acercándo se la unificación del mando en una sola persona: Sucre, quien

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Drdenó un repliege cuidadoso a las tropas de la capital, con dirección a los Castillos del Real Felipe. Ya en los Castillos, los congresistas, reunidos el 23 de junio, acordaron destituir a Riva Agüero. El 26 de junio Canterac se aproximó a los Castillos del Callao, mientras Valdés organizó la persecución de la caballería independiente mandada por Lavalle. Por otro lado Santa Cruz, se dirigía a buscarlo al Virrey La Serna, por lo que éste solicitó ayuda inmediata de Valdez quien en tiempo record fue en su auxilio. Estuvo en Andahuaylas el 28 de julio de 1823 desde donde pasó a Sicuani, llegando el 2 de agosto. El hecho es que a los 2,000 efectivos que tenía La Serna en Sicuani, se le fueron añadiendo fuerzas de Puno y Arequipa, desde donde llegó también Carratalá. Así es que La Serna y Valdés contaron con un cuerpo de ejército de 4,000 soldados, a los que deben agregarse las tropas de Canterac. La aparición de Valdés y Canterac en el escenario del Sur, hizo cambiar el Plan de Operaciones de Santa Cruz, que se propuso batir cuanto antes a Olañeta en el Alto Perú. (/572/) El Gobierno Independiente de Lima, decidió que un cuerpo del ejército pasara al Sur, para aminorar la presión que los ejércitos coloniales aplicarían a Santa Cruz. Con este objeto partió una vanguardia al mando de Miller, que desembarcó en Chala el 21 de julio. Inmediatamente amenazó la retaguardia de Valdés que estaba por Andahuaylas. El 1 de agosto el General Sucre con el grueso del ejército, desembarcó en Chala para coordinar con Miller las acciones que emprenderían. Sucre avanzó por la ciudad de Arequipa, que fue recibido hostilmente por los criollos acomodados, a quienes les impuso un cu'po de 25,000 pesos, que le deberían entregar en un plazo de 5 días. Sucre, perdió tiempo en Arequipa, debiendo haber subido a la Sierra por Moquegua, con la finalidad de darle apoyo a Santa Cruz, que se movía en el Alto Perú. 585

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Volviendo al escenario Altoperuano, es de señalar que Gamarra derrotó a Olañeta en Oruro. Olañeta se fugó a Potosí. De su parte, Santa Cruz al enterarse de que La Serna se desplazaba hacia Puno, teniendo como vanguardia a Valdés decidió pasar de Viacha al encuentro de Valdés, en razón de que sus fuerzas eran notablemente superiores. Valdés se parapetó convenientemente en Zepita, mientras Santa Cruz atravesaba el Río Desaguadero el 24 de agosto; al día siguiente, el 25 de agosto de 1823, se desarrolló una larga batalla que se inició con un ataque de Brandsen por la parte central de las fortificaciones de Valdés. La lucha se generalizó con la llegada de Santa Cruz. Entrada la tarde, la infantería peruana se las ingenió para atraer tras sí a la caballería colonial, lo que dio lugar a que los Húsares Peruanos cargaran violentamente contra las unidades montadas enemigas, que debieron volver grupas en desorden; esto permitió que la avanzara, quebrando el frente adversario. Al aproximarse la noche, Valdés ordenó repliege. Las tropas peruanas habían ganado: en el campo se contaron más de cien muertos enemigos, y cerca de 200 prisioneros. (/573/) Las bajas peruanas fueron de sólo 28 muertos y 84 heridos. Valdés, se retiró hacia Pomata, en donde esperó la llegada del Virrey La Serna, que recién se le unió tres días después de la Batalla de Zepita, o sea el 28 de agosto. Santa Cruz careció de espíritu ofensivo, ya que no persiguió a Valdes. Sino que hizo todo lo contrario, ya que se replegó hacia Desaguadero, en busca de su compañero Gamarra, que se vio obligado a interrumpir su persecución de Olañeta para esperarlo en Oruro. El Virrey La Serna y Valdés, pasaron a Desaguadero. Santa Cruz y Gamarra, se unieron en Panduro. En ese momento, el ejército independiente era fuerte de 7,000 plazas. Pero en forma extraña. Santa Cruz, replegaba sus tropas y daba combate. Y así ocurrió, que a partir de ese momento, la campaña se redujo a una interminable carrera de un punto a otro, en un agotarse sin sentido alguno. Santa Cruz, siguió a Oruro, para unirse con Lanza, el guerrillero altoperuano; mientras La Serna, se unía con Olañeta; en el lugar 586

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denominado Sepultura, cerca de La Paz, ambos ejércitos se encontraron, pero Santa Cruz siguió a Oruro, perseguido de cerca por La Serna. Preocupado Santa Cruz, por la unión de La Serna con Olañeta, emprendió la retirada por el Río Desaguadero, pero ambos ejércitos se encontraron en Sicasica, el 17 de setiembre. Nuevamente se encontraron en Ayo Ayo. Allí los Jefes del ejército peruano le pidieron a Santa Cruz que se debería de una vez atacar frontalmente, pero Santa Cruz desoyó tales pedidos. En Calamarca, la caballería prácticamente se puso en rebelión contra Santa Cruz, a quien plantearon su separa ción para seguir la guerra en el Alto Perú. Por entonces Santa Cruz había entrado en contacto con Sucre, con quien concertó su unión en el Desaguadero, pero al no encontrarse en su oportunidad, Santa Cruz, avanzó hasta Pomata. Santa Cruz y Sucre al encontrarse al fin, deciden regresar a la Costa por Moquegua. De Moquegua, Sucre retornó a la ciudad de Arequipa el 6 de octubre, con el fin de dirigir personalmente la retirada de la guarnición que allí estaba estacionada. (/574/) En Moquegua acampó Santa Cruz con su ejército, en un lamentable estado de desazón. Mientras tanto en el Congreso se acrestaron las críticas contra Riva Agüero. Éste se embarcó con destino a Trujillo, donde instaló «su gobierno», promulgando un Decreto fechado el 19 de julio de 1823, por el que disponía la disolución del Congreso y creaba un Senado formado por 10 vocales, en representación de los 10 Departamentos existentes para el Cuerpo Senatorial. Entre ellos destacaba Hipólito Unanue, Francisco Salazar y Baquíjano, etc. Pasado cierto tiempo las tropas independientes llegaron a Lima. El Congreso proclamó al Marqués de Torre Tagle, Presidente del Perú. Este Tagle había recibido de Sucre la investidura de Supremo Delegado. El Congreso despojó de todo poder a Riva Agüero, señalándosele como reo de la alta traición y fuera de la Ley, el 19 de julio de 1823. Todos los Diputados al Congreso firmaron un documento acusatorio contra Riva Agüero, cubriéndolo de improperios; 587

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entre los 46 diputados firmantes se hallaba Hipólito Unanue, designado por Riva Agüero, como miembro de su Senado. La respuesta de Riva Agüero fue inmediata; decretó la nulidad de todos los acuerdos del Congreso y ordenó a Santa Cruz que volviera de Moquegua, sea cual fuere el estado militar de la región, para con sus tropas imponerse al Congreso. En Moquegua, el ejército de Santa Cruz, prácticamente se hallaba diezmado. M) Batalla de Junln Por el mes de setiembre de 1823, Riva Agüero, mantenía un poder efectivo sobre todas las fuerzas acanto nadas en el Norte. Asimismo ejercía autoridad sobre los res tos del ejército de Santa Cruz estacionado en Moquegua, y era tenido como su Jefe Supremo por la Escuadra comanda da por el Almirante Guise. En Moquegua, Santa Cruz tenía unos 2,000 solda dos veteranos de la Campaña por Puertos Intermedios. (/575/) Como consecuencia de la invitación del Congreso Peruano que el Libertador Simón Bolívar recibe en Guayaquil por intermedio de los emisarios José Faustino Sánchez Carrión y José Joaquín Olmedo, el victorioso prócer llega al Callao el 1 de setiembre de 1823. Lo recibe el Presidente Torre Tagle y los principales miembros del Congreso, las úni cas autoridades cuya legitimidad reconocía el Libertador Bolívar. EI 1° de setiembre. El congreso decreta que el General venezolano asuma la Suprema Autoridad Militar de la República, debiendo el Presidente Torre Tagle coordinar con el Libertador. Pero el sagaz militar que era Bolívar no podía olvidar que, a efectos de tener en las manos el poder absoluto, quedaba un escollo por vencer: el Presidente Riva Agüero, sus diputados y seguidores que controlaban Trujillo y Huaraz. Con autorización del Congreso se efectúan entre Bolívar y Riva Agüero conversaciones en Huaraz y Pativilca, que no llegan a un acuerdo concreto. Simultáneamente a estas con versaciones el Presidente Riva Agüero envfa

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emisarios al Virrey La Serna con intenciones de pactar un armisticio. Mediaba el mes de noviembre de 1823, cuando el General Bolívar decide marchar hacia el Norte para hacer frente a los 3,000 hombres que dirigía Riva Agüero. Cuando una fatídica Guerra Civil parecía inminente, el Coronel Antonio Gutiérrez de La Fuente toma prisionero a Riva Agüero y sus principales colaboradores en la madrugada del 25 de noviembre. A pesar de haber recibido ordenes de hacerlo fusilar, permitió que el prisionero Riva Agüero se embarcase en Guayaquil con rumbo a Europa. Bolívar había logrado formar un buen ejército de unos 8,000 hombres, pero las fuerzas del Virrey sumaban 18,000 hombres entre el Valle del Mantaro y el Alto Perú. Un acontecimiento inesperado vino entonces a equilibrar las fuerzas: fue la sublevación del General Olañeta en el Alto Perú al frente de sus 4,000 hombres, lo que obligó al Virrey, que estaba en el Cuzco, a enviar al General Valdés a combatirlo con las fuerzas que se encontraban en Puno. Bolívar resolvió entonces iniciar campaña contra el efectivo realista más próximo, que era el que mandaba el General Canterac entre Jauja y Huancayo. (/576/) En la mañana del viernes 6 de agosto de 1824 los dos adversarios convergían sobre la Pampa de Junín por las dos márgenes del Lago; Canterac con su caballería a reta guardia y Bolívar con su caballería a la vanguardia de su ejército. A las dos de la tarde, la caballería patriota, fuerte de 900 plazas, recién aparecía por una quebrada para desembocar en la Pampa. Bolívar, desde una altura, observa que su adversario está por escapársele y tomando sin vacilar la iniciativa, ordena al General Mariano Necochea, Jefe de la caballería patriota, lanzar sus escuadrones al llano y cargar a los escuadrones realistas. Canterac al ver la maniobra patriota, contando con la superioridad de su caballería; fuerte de 1,300 plazas, ordenó contraatacar a los patriotas, mientras su infantería proseguía su marcha. La caballería patriota lanzada al ataque no pudo desplegar completamente sus escuadrones por lo estrecho 589

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del terreno, mientras que la caballería realista, en mejor terreno, desplegaba completamente sus líneas y atacaba en mejores condiciones. Pasadas las cuatro de la tarde se produjo el choque que fue terrible. Los escuadrones patriotas resistieron bravamente el ataque realista, pero luego empezaron a retroceder, perseguidos por los realistas, el Primer Escuadrón del Regimiento «Húsares del Perú» al mando del Comandante argentino Manuel Isidoro Suárez, cargó por la espalda a los realistas por insinuación de su Ayudante Mayor, Teniente José A. Rázuri, logrando contener la persecución y desorientarlos, lo que permitió que los escuadrones patriotas se rehicieran y volvieran a la carga, obteniendo la victoria después de 45 minutos de combate al arma blanca (sable), sin que se disparara un solo tiro. Bolívar, que se había alejado de la Batalla en busca de la Infantería, recibió de pronto el Parte enviado por el General Miller en que le anunciaba la espléndida victoria. N) Batalla de Ayacucho Después de la derrota de Junín, el realista General Canterac, se retiró hacia el Cuzco, donde se hallaba el Virrey La Serna. (/577/) Bolívar, también se dirigió al Sur, estableciendo, su Cuartel General en Chalhuanca (Apurímac), junto con Sucre. El Libertador Bolívar, poco después, se dirigió a la Costa, estableciéndose en Pativilca, preparando reservas, dejando a Sucre al mando del Ejército Libertador. A fines de octubre de 1824 el Virrey decidió abrir campaña contra Sucre, continuando hasta Ayacucho. Después de haber sufrido el ejército patriota un revés en Matará (3 de diciembre) donde se perdió buen número de hombres y uno de los dos cañones con que se contaba, terminaron por detenerse en las Pampas de Ayacucho, mientras el ejército realista ocupaba las alturas del Condorcunca. El Virrey La Serna dispuso sus tropas del modo siguiente: 590

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La División Valdés, a la derecha del Condorcunca La División Monet, al centro La División Villalobos, a la izquierda Su artillería de 14 cañones en sitios estratégicos. Sucre, asimismo, formó el Ejército Libertador, de la siguiente forma: La División La Mar, a su izquierda, frente a Valdés. La División Córdova, a la derecha, frente a Villalobos La División Lara, al centro y un poco a retaguardia, junto a la caballería, a órdenes de Miller. Su única artillería compuesta de un cañón, a la derecha. Según los Partes de Batalla, los realistas contaban con 9,310 hombres y el Ejército Libertador con 5,580. Al amanecer del jueves 9 de diciembre de 1824, Sucre arengó a sus soldados, diciéndoles: "De los esfuerzos de hoy pende la suerte de la América del Sur, otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia". A las diez de la mañana se rompen los fuegos. La Primera Fase es un fuerte ataque de las tres divisiones realistas que hace retroceder momentáneamente a los patriotas. En la Segunda Fase, el General Córdova hace retroceder a los realistas y al grito de iAdelante! ¡Armas a discreción! ¡Paso de vencedores!, y convenientemente reforzado por la caballería, inicia el ataque y desorganiza la izquierda realista llegando hasta la mitad del Cerro Condorcunca. (/578/) Por su parte La Mar, que había sufrido la parte más dura de la Batalla conteniendo el furioso ataque de Valdés, mantiene en firme las filas patriotas. El ataque realista por el centro, dirigido por Monet, es también contenido y luego por el empleo de la caballería patriota es desorganizado. La Batalla terminó en la cima del Condorcunca a la una de la tarde, con una completa victoria de los independientes. El Virrey La Serna fue herido y tomado prisionero y los realistas pidieron la Capitulación. Es necesario destacar la participación del moqueguano capitan Domingo Nieto Márquez, en la Batalla de Ayacucho, 591

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como así de los Capitanes peruanos Felipe Santiago Salaverry, Miguel de San Román, Manuel Vargas, entre otros. Asimismo la del Capitàn colombiano José María Camacaro y la de! Teniente Coronel Ramón Castilla. La Capitulación concertada en la tarde de ese mismo día (9 de diciembre de 1824) y en el campo de batalla, entre el General Canterac "Encargado del Mando Superior del Perú" por haber sido herido y hecho prisionero el Virrey La Serna, y el General Sucre, dispuso que el territorio que guarnecian las tropas españolas hasta Desaguadero, seria entregado al Ejército Libertador. Los prisioneros quedaban en libertad. Se respetaban sus propiedades y los españoles podian regresar a su país, por cuenta del Gobierno Peruano. La Fortaleza del Real Felipe, al mando del general español José Ramón Rodil, se negó a entregarse, hasta que Bolivar al sitiarla, no le quedó a Rodil que firmar la Capitulación el 22 de enero de 1825. En el Alto Perú, el General español Casimiro Olañeta se negó a aceptar la Capitulación de Ayacucho. Sucre se disponia a abrir campaña contra el rebelde, secundado por el ejército argentino que atacaria por el Sur al mando del General Antonio ÁIvarez y Arenales, cuando se produjo un encuentro entre las dos fracciones de dicho ejército y Olañeta fue muerto por sus propios oficiales, partidarios de la Capitulación, en la Batalla de Tumusla, el 1 de abril de 1825. (/579/) El Perú quedó libre totalmente de la dominación española que había durado casi tres siglos. Ñ) El Mariscal Domingo Nieto Uno de los hombres que escribió las páginas más bellas, cargadas de bravura y amor a la patria, de la Historia de Moquegua y del Perú, fue el Marisca! Domingo Nieto. Había nacido en la Hacienda Chiribaya del Olivar, en Ilo, el 5 de agosto de 1803, siendo bautizado el 15 de agosto de! mismo año, por el Padre Pedro Cabello. Sus padres fueron don Francisco Nieto y Doña María del Carmen 592

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Márquez, emparentados con los Condes de Alastaya, de Moquegua. A los 18 años se enroló en el Ejército Libertador, poniéndose a órdenes de Miller, combatíendo en las Batallas por Puertos Intermedios de Torata y Moquegua. Asimismo, como Capitán de Artillería, particípó en las batallas de Junín y Ayacucho. En la primera de ellas combatió como Capitán del Glorioso Regimiento «Húsares» y en la segunda como Edecán de La Mar. Después del segundo sitio del Callao fue promovido, en 1826, al mando de aquel Regimiento del que pidió ser relevado en 1828 porque el Reglamento favorecfa a su segundo. Hizo la Campaña del Alto Perú con Sucre y la de Colombia. A fines de 1828 ascendió a Coronel y en 1833 fue General de Brigada. En la elección presidencial de 1833 apareció como precandidato de un sector liberal, pospuesto por la elección de Orbegoso. Durante la Guerra Civil de 1834, encabezó la resistencia de Arequipa a favor de las libertades públicas y en contra del cuartelazo de Gamarra y Bermúdez. En mayo de 1834, rechazó la halagadora propuesta de Gamarra para formar la Confederación en la que le fue ofrecida la Presidencia del Estado Surperuano. Un año antes no había aceptado una oferta similar de Santa Cruz. Renunció luego al Grado de General de División que le ofreció Orbegoso y denunció la imprudente prodigalidad de los ascensos. El 15 de junio de 1843, se había establecido una Junta de Gobierno, bajo la Presidencia de Torrico que luego entró en receso, ejerciendo Nieto el Mando Supremo. (/580/) Después del Combate de Pachía, realizada el 29 de agosto de 1843 (librada entre las fuerzas del Coronel Vivanquista Juan Francisco Balta contra las fuerzas de Domingo Nieto), los cabecillas rebeldes formaron en Tacna una Suprema Junta de Gobierno Provisorio de los Departamentos Libres, mientras se producía el restablecimiento de la Constitución de 1839. Presidente de ella fue el Mariscal Domingo Nieto. La integraron el General Ramón Castilla, el Coronel Pedro Cisneros, el Dr. José M. Coronel Zegarra y el Coronel de la Guardia Nacional Nicolás 593

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Jacinto Chocano. Secretario y vocal Suplente fue el Coronel José Félix Iguaín. Más tarde la Suprema Junta de Gobierno Provisorio de la República quedó reducida a Castilla, San Román e Iguaín. Salaverry, al sublevarse, lo expatrió en un barco que dominó por acto de audacia, para hacerlo arribar a Huanchaco, desde donde promovió la Guerra Civil en el Departamento de La Libertad. No le ayudó la fortuna y cayó en poder de Salaverry, quien lo colmó de deferencias. Sin aceptar ningún cargo ni halago, Nieto optó por la emigración. A su regreso trató de convencer a Orbegoso y a Santa Cruz de que se sometieran a las elecciones de un Congreso Nacional. En una dramática entrevista con Santa Cruz, le habría dicho que "idolatraba a la Patria más que un joven loco a su querida". Posteriormente, se desempeñó como Perfecto de La Libertad, con nombramiento de Orbegoso. Reunido con Orbegoso, crearon el Estado Norperuano contra Santa Cruz en julio de 1838. Se batió luego contra los chilenos en la Batalla de Guía. Gamarra le dio de baja del ejército con inmerecida saña. En Catacaos (Piura), publicó en 1839 la «Memoria» justificando sus actitudes. Después de la muerte de Gamarra, apareció nuevamente en la vida pública, acompañando a Vidal, que proclamó la defensa de la Constitución en 1842. Jorde Basarse, dice: "Por su sencillez espiritual no estaba distante Nieto de la gente provinciana de campo y de hogar. (/581/) Las agitaciones de su vida consagrada al servicio público le habían dado, sin embargo, alguna cultura, que le infundía fervorosas ilusiones intelectuales. Sin ser un doctrinario, sentía una mlstica reverencia ante las grandes palabras con mayúscula: Libertad, Independencia, Constitución, Congreso. Estaba convencido de que actuaba en la política como en el teatro. Por eso acentuaba en sus gestos, en sus actos y en sus palabras el énfasis de la época. Pero su teatralidad existía en lo que pudiera hallarse de declamatorio en su carácter. Nada de farsante había en él. A diferencia de tantos otros, hablaba con sinceridad y miraba de 594

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frente. Si hay entre sus contemporáneos quienes tuvieron la influencia napoleónica o bolivariana, aquí hállase la influencia de los hombres de la República Romana, tomados de algún texto de entusiasta divulgación histórica. El «Mariscal Grecorromano», fue uno de los apodos que recibió. Otro fue el de «Quijote de la Ley». No carecla de valor personal en el combate ni de decisión en sus planes. Si es que soñaba en la Presidencia de la República era seguramente pensando lograrla con limpieza, mediante la elección por un Congreso, democráticamente elegido o por los Colegios Electorales, .después de una campaña gallarda contra el absolutismo y la ilegalidad". Estando en Arequipa, fue amigo Intimo del Rector de la Universidad "San Agustín", el Deán Juan Gualberto Valdivia, a quien apoyó en su gestión. En un discurso insertado en una antigua revista de esa universidad, el Dr. Francisco Mostajo, Catedrático de Historia del Derecho Peruano, en la actuación académica con que la Universidad tributó. homenaje a Arequipa el 15 de agosto de 1940 por cumplirse en esta fecha el IV Centenario de la Fundación de esa ciudad, decía que: "Al estallar la revolución, Nieto era la espada, pero Valdivia era el alma". El General Domingo Nieto, desempeñaba la Comandancia Militar de Arequipa, por designación del Prefecto, Genera! Salas, renunciante desde el 7 de enero de 1834. Cinco días después llegó a Arequipa la noticia de la "acefalla en que se hallaba la capital" y que el General Pedro Bermúdez había asumido el Mando Supremo; la había llevado el Teniente Coronel Manuel Valdivia que la entregó al General Nieto y estaba firmada por el Coronel José Allende, Jefe del Estado Mayor General del Ejército. (/582/) La reacción de Nieto fue directa y violenta: "pícaros: quieren asesinar nuevamente una patria, que nada les ha costado. Con mi lanza vengaré este ultraje, Mis amigos, es llegada la hora de que hagamos conocer al mundo lo que valen los verdaderos republicanos", según el Deán Valdivia. EI13 de enero de 1834, con una proclama dirigida por el General Nieto a Arequipa, se inició el ciclo revolucionario. 595

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EI 14 dirigió otra a los pueblos de la República. Había un ambiente revolucionario, lo que no había eran los elementos militares para llevar la revolución al éxito y en algún momento pensó Nieto en pedir auxilio a Santa Cruz. La respuesta de Santa Cruz af pedido de auxilio de Nieto revela Ia naturaleza política de Iqs decisiones de este caudillo; expresó que sólo accedería a tal solicitud si la hacía el Presidente Orbegoso o las Corporaciones de Arequipa. Las fuerzas leales a Gamarra viajaban desde Puno con dirección a Arequipa al mando del General San Román a donde no se atrevió Nieto a ir, adoptando una actitud de espera y de defensa. Desde los primeros días de marzo de 1834, se conocía que San Román avanzaba sobre Arequipa, donde habían surgido brotes de descontento por el empréstito dispuesto por Nieto. Nieto, salió con sus fuerzas de Arequipa y las colocó en los llanos de Porongoche, desde allí hasta Yumina, La Apacheta y Chiguata estaban frente a las de San Román. El 2 de abril de 1834, en los llanos de Porongoche, tuvo lugar la Batalla que se conoce con el nombre de Miraflores y cuyo resultado fue desfavorable a San Román, al que la llegada de la noche, salvó de un mayor desastre militar. Según Flora Tristán ("Peregrinaciones de una Paria"), informa que ese día 2 de abril las tropas de Nieto, incluyendo a los oficiales, estaban ebrios, pues el 1 de abril que era martes y día de fiesta habían recibido su paga y tenían permiso para divertirse. (/583/) El 3 de abril se llevó a cabo un intento de negociación solicitado por San Román y aceptado por Nieto, pero sin lIegar a un acuerdo o conversación formal concreta. Nieto, re unió una Junta de Guerra, y decidió reanudar las acciones. Los oficiales de San Román decidieron dar la batalla "prefiriendo morir por el hierro y no de sed", según Flora Tristán. El nuevo combate se empeñó en Cangallo y como se produjo de noche, toda clase de rumores se esparció por Arequipa. El 5 de abril San Román considerándose derrotado, huyó; pero el coronel español Bernardo Escudero reunió a los dispersos y animándolos cayó sobre las fuerzas de Nieto y las puso en desorden. Nieto se retiró de Arequipa y

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de allí a Arica, por Islay. El "abrazo de Maquinhuayo", del 24 de abril de 1834, puso fin a la Guerra Civil. En 18 de mayo de 1834, un nuevo grito de revolución por la legalidad, la Constitución y el reconocimiento a Orbegoso. La reacción del pueblo es entonces como meses antes, prorrumpe en vivas a la libertad, a Orbegoso, a Nieto y a la Ley. El 22 de mayo de 1834, el General Nieto entraba apoteósicamente a Arequipa con repique de campanas, salvas, flores y cánticos. En ese entonces el Obispo Goyeneche, en Arequipa, solicitaba respeto a la autoridad, pero tan pronto estaba a favor de Orbegoso como de Bermúdez, sembrando el desconcierto en el pueblo ya que no señalaba nombre alguno. El General Nieto, enfrentóse al Obispo, poniéndole plazo para entregar la cuota de un empréstito que se le había pedido, y dándole plazo para abandonar la ciudad en caso de no satisfacerlo. El asunto llegó a la Corte Superior de Justicia de Arequipa, ya que Goyeneche no sólo se negó a entregar el empréstito, sino que celebró un Te Deum para festejar su victoria en no pagarlo; el Prefecto Cuadros hubo de retroceder dejando sin efecto la orden de pago. Guillermo Miller, fue nombrado Comandante General el 12 de agosto de 1834 en reemplazo de Nieto, quien forzadamente se vio obligado a aceptar el cargo de Inspector General del Ejército. Un intento de asesinar al Obispo Goyeneche, del que fue autor el Sargento Mayor Juan Antonio Vigil, Ayudante de Campo del General Nieto, conmovió a Arequipa el 11 de setiembre. (/584/) En realidad Vigil había per:ido la razón, pero el Obispo con los antecedentes del entredicho sostenido con las autoridades polfticas, llevó eI asunto hasta la Corte y el asunto no terminó sino hasta el 25 de octubre en que el Juzgado militar falló reconociendo que la acción de Vigil era impulsada por su estado mental precario, sin habérsele comprobado participación alguna a Nieto y menos que actuase obedeciendo órdenes. El 11 de abril de 1835, José Luis Gómez Sánchez, fue comisionado por Orbegoso para pedir auxilio de tropas al gobierno de Bolivia a fin de pacificar al país. EI15 de junio de 597

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1835, firmóse el Tratado de Auxilios entre Gómez Sánchez y Quirós por el Perú y el Presidente de Bolivia Andrés de Santa Cruz quien en tales momentos fue solicitado por todas las partes peruanas en pugna: Nieto, Gamarra y Orbegoso, quienes le enviaron delegados. Sólo Salaverry se abstuvo. Santa Cruz, miró en esta solicitud la oportunidad que anhelaba de ingresar al Perú con una fuerza militar respetable. Santa Cruz, estando en Arequipa, se alojó en casa del General Quiroz. Una voz diferente, sincera y honesta se eleva en medio de aquel clamor laudatorio, el General Nieto, visita a Santa Cruz y le recuerda allf que debe limitarse a las actividades de un General con un ejército auxiliar. Le manifestó directamente y sin tapujos que los medios que empleaba para establecer y planificar la Confederación no eran honestos; le dijo que se estaba agraviando a toda una nación que ama su independencia y que tiene en su seno ciudadanos que aprecian altamente la honra y la dignidad de la patria. Sin temor, le dijo: "He venido de Chile con el objeto de hacerle la guerra en defensa de mi patria y que el Perú variaría de forma sólo por acuerdo del Congreso y no de las armas". Santa Cruz, trato de convencer a Nieto de la seriedad pacificadora de sus propósitos. La nueva forma de gobierno que proponía, dijo, sacará al Perú de los males en que se encuentra sumido. Nieto no se convence y decide quedarse en Arequipa obedeciendo a la autoridad de Orbegoso. Sólo Salaverry era ahora el obstáculo para los planes de Santa Cruz. (/585/) Un grupo fuerte lanza a Vivanco, por medio de pronunciamientos sucesivos como caudillo de lo que se llamó la "Regeneración". La guarnición del Cuzco, se levantó en armas el 30 de diciembre de 1840; la de Puno, el 3 de enero de 1841 Y la de Arequipa el 1 de enero de 1841, que desconocían la elección del Presidente Gamarra. Lo acusaron de haber ocupado el poder bajo la protección de un ejército extranjero. En su lugar proclamaron como jefe supremo A coronel Manuel Ignacio de Vivanco. Acaudillaba un movimiento autoritario que perseguía la regeneración del país, principalmente desde Moquegua con el apoyo de Arequipa. 598

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Una victoria inicial sonrió a Vivanco: estando Castilla próximo a Arequipa en Cachamarca es sorprendido por el Regenerador y derrotado por completo el 25 de marzo de 1841. El perseguido Castilla sorprendió a sus perseguidores en Cuevillas el 30 de marzo y el 6 de abril. Ese mismo día Vivanco, hallándose en Moquegua, en busca del "decano de los criminales" como llamó a Gamarra, realizó una Junta de Jefes que acordó huir ante la derrota que infringió Castilla a Boza y Ugarteche en Cuevillas. Gamarra entró triunfante en Arequipa, sin disparar sólo tiro. Gamarra, puesto de acuerdo con el general boliviano José Ballivián, intervino en Bolivia en 1841. EI 6 de julio el Consejo de Estado peruano declaró la guerra a Bolivia. El 2 de octubre de 1841, Gamarra y el ejército peruano pasaron la frontera peruano-boliviana. El 18 de noviembre de 1841, se realizó en Ingavi la batalla decisiva en la que los peruanos no sólo fueron completamente derrotados sino que el propio Gamarra perdió la vida en ella y Castilla fue hecho prisionero. EI 28 de julio de 1842, una terrible anarquía se abatió sobre el Perú. Muerto Gamarra, el Presidente del Consejo de Estado Manuel Menéndez, gobernante débil, debió terminar el período de éste, pero las pasiones y los intereses del militarismo se cirnieron nuevamente sobre el poder del estado. El General Gutiérrez de la Fuente, levántose en el Cuzco en contra de Manuel Menéndez y proclamó como Jefe Su premo al General Francisco Vidal, quien el 17 de octubre de 1842 en Agua Santa al derrotar a las fuerzas de Torrico, quedó como caudillo triunfante siendo Segundo Vicepresidente del Consejo de Estado. (/586/) Convocó a elecciones que no se realizaron, Vivanco, se lanzó a una nueva revolución. En agosto de 1843, estalló una Revolución en Arequipa, dirigida por los Generales Domingo Nieto y Ramón Castilla. Los Jefes del Ejército del Sur (entre los que estaban La Fuente, Vivanco Nieto), el 28 de julio de 1842, Aniversario de la Declaración de la Independencia del Perú, con el anuncio de haber descubierto cartas llegadas de Lima con designios hostiles a ellos, firmaron una Acta en la ciudad del 599

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Cuzco para desconocer la autoridad del Presidente Menéndez, acusándolo de estar sometido a la voludantad del General Torrico. La Fuente, avanzó con una parte de sus tropas a apoderarse de Tacna que había sido un obstáculo para su poder antes de que se hicieran públicas sus diferencias con el Gobierno de Lima. Los vecinos rogaron al General Ramón Castilla, recién llegado al Perú después de su humillante y dura prisión en Bolivia, que dirigiera la resistencia. Con la participación de los artesanos y labriegos de Tacna, derrotaron al ejército de La Fuente en el Alto de Intiorco, más tarde bautizó con el nombre de "Alto de la Alianza", el 22 de setiembre de 1842. Avanzó Castilla, luego a Moquegua, pero un grupo de paisanos, lo hizo huir con sus milicianos y él perdió la gorra, un trozo de la espada y la charretera del hombro izquierdo el 29 de setiembre. El ejército de Vidal, que estaba bajo el Comando de Nieto, había marchado primero hasta Ayacucho en persecución de San Román y hallábase muy fatigado y con su caballería en estado ruinoso después del avance desde Cuzco hacia el Norte. Esquivando a Torrico, bajó a la Costa y se encaminó hacia Ica, para dar tiempo a la llegada de refuerzos que esperaba de Arequipa y Cuzco y procurar dar un descanso a sus tropas. El itinerario de esta marcha abarcó la salida de Ayacucho el 10 de setiembre y la llegada a Ica el 18. En Ica descansó unos días avanzando hasta Chincha Alta, donde se presentó el Sr. Matías León con un pliego de su contrario Torrico que no fue abierto y cuyo sobre, decía "Al Sr. General Francisco Vidal. De la Secretaría General de S.E.". (/587/) Otros comisionados para un arreglo tampoco tuvieron éxito. Entretanto las tropas de Nieto y Vidal marcharon a Pisco para proteger el desembarco de las anunciadas tropas de refuerzo de Arequipa, y tomaron posiciones en la Hacienda Caucato y el Cerro de Tiza. Torrico precipitó su marcha para buscarlas, con cierto desorden. En esos días llegó La Fuente al campamento de Vidal, de regreso de su fracaso en Tacna, siendo reconocido como General en Jefe, si bien Nieto continuó dirigiendo las operaciones. 600

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En la madrugada del 17 de octubre Torrico hizo desfilar en el Campo de Agua Santa nueve columnas de infantería, cuatro escuadrones y cuatro piezas de artillería. Para enfrentarse a ellas, el ejército de Nieto hizo un cambio de frente oblicuo. Nieto ordenó al coronel Fermín del Castillo que mandara una carga a la bayoneta y ese avance fue seguido por la acción de la derecha de su mismo ejército, que parecía vencido, decidiendo a su favor el resultado de la Batalla. Duró ella cuarentaicinco minutos y cayeron unos 150 muertos. Torrico estuvo a punto de ser tomado prisionero, pero desapareció. San Román, huyó igualmente. Al pretender ser Proclamado Presidente de la Repúblicas Don Francisco Vidal, no pudo ser encontrado. También Vidal, como su rival Torrico, habían huIdo o adelantado su marcha hacia Lima. Torrico contaba con 4,800 hombres. El Parte Oficial de la Batalla de Agua Santa lo firmó el Coronel José Bustamante. Torrico y San Román se embarcaron para Chile, después de asilarse en un barco de guerra francés. La Fuente y Vidal, entraron triunfantes a Lima. Había terminado la Guerra Civil de 1842. La Fuente y Nieto fueron ascendidos a Grandes Mariscales. Vidal quedó con la investidura Presidencial y como Ministro nombró a La Fuente y a los señores Francisco Javier Mariátegui y Benito Lazo. Había nombrado el gobierno de Vidal Prefecto del Departamento de Moquegua al Mariscal Domingo Nieto, con facultades extraordinarias en todo el Sur. (/588/) También se nombró Prefecto de Arequipa al general Alejandro Deustua, el primero "poco amigo" y el segundo "declarado enemigo" de Vivanco. Ambos residían, en el mes de enero de 1843, en la ciudad de Arequipa. En la noche del 28 de enero, Nieto fue apresado. Deustua logró escapar. Vivanco dirigía toda la conspiración contra los Prefectos de Moquegua y Arequipa. En una reunión pública efectuada en Arequipa el 9 de febrero, a Vivanco se le nombró Supremo Director de la

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República. Sin resistencia se les plegó el Sur, a excepción de Moquegua, que apoyaba indudablemente, a Nieto. Vivanco fue muy duro con Vidal en esta campaña. en una proclama, dijo: "Cuando su alma vil baje a los infiernos, su inmundo cuerpo servirá de pasto a los perros y a los buitres". Vidal, desde Lima, salió en defensa de Nieto, tomando diferentes medidas. Entre ellas estuvieron la orden para que todos los comerciantes y empleados de 15 a 50 años se enrolasen en las filas de la Guardia Nacional, so pena de pagar una multa de 200 pesos. Para el comando del ejército que debía expedicionar contra Vivanco fue designado Nieto, que a tiempo había logrado fugar de sus captores; pero Nieto se excusó por motivos de Salud. Tampoco Deustua aceptó. Después de algunas conversaciones, Nieto llegó a aceptar el mando del ejército. Se dirigió a la sierra el 11 de marzo y publicó una Proclama en la que explicó sus motivos de no aceptar desde la batalla de Agua Santa. Mientras tanto, en Lima, el Presidente Vidal renunciaba a la Presidencia y nombraba nuevo Presidente a Don Justo Figuerola, quien dijo: "acepto a pesar de mi salud deteriorada y que mis cansados años no me permiten soportar tareas de la administración tan grande como la presente". Figuerola, en el Salón de Palacio pronunció una arenga donde comparó a la silla en que se sentaba con un volcán. Organizó su Gabinete dentro del cual fueron Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores Matías León; Ministro de Guerra Castilla y de Hacienda a Manuel de Mendiburu. (/589/) A Vivanco le escribió una carta bajo su posición candorosa de que mediante ella iba a persuadirlo a reconocer su autoridad. Nieto, rehusó el Comando del Ejército. Tampoco Mendiburu aceptó el Ministerio, Castilla hizo lo mismo. La Fuente se asiló en Valparaíso y Vidal se escondió. El 19 de marzo en la noche corrió el rumor de que el Coronel Alvarado Ortiz, tomaría Palacio. En una carta enviada a Figuerola, por el Jefe de los sublevados Coronel Eleuterio Arámburu, le decían que la guarnición de Lima había resuelto desconocerlo.

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En una reunión celebrada en Palacio fue nombrado Prefecto el Coronel José Rufino Echenique, que había participado activamente en el pronunciamiento efectuado por la guarnición de la capital. Alvarado Ortiz, entró a Lima el 21 de marzo y el General Pezet con el grueso de las tropas vivanquistas el 27 del mismo mes. Vivanco volvió al Perú con un grupo de desterrados y prisioneros que le entregó en Bolivia el General Ballivián. El 7 de abril llegó Vivanco a Lima después de haber hecho un avance triunfal y entusiastamente saludado por los pueblos. Empezó a gobernar con el Título de "Directorio", colocando en su Gabinete a un grupo de intelectuales entre los que se encontraba Felipe Pardo (Relaciones Exteriores e Instrucción). Andrés Martínez (Justicia, Policía y Obras Públicas), Pedro Antonio de la Torre (Hacienda). José Luis Gómez Sánchez (Gobierno, Culto y Beneficencia). Pero Vivanco y sus adeptos oficializaron el sistema de expulsar del país a quienes influyendo o valiendo algo, no sirvieron a su causa. El Mariscal Nieto, el General Bermúdez, los Coroneles Mendiburu y Cisneros, fueron embarcados exiliados, rumbo al Sur. Había desembarcado clandestinamente Castilla en Iquique el 1 de junio, con la finalidad de apoyar el movimiento que habían iniciado Nieto y Mendiburu cuando desembarcaron en Arica el 16 de mayo y se habían apoderado sin esfuerzo de ese puerto y avanzaron al día siguiente a Tacna, proclamando el gobierno del VicePresidente del Consejo de Estado Figuerola, llamado por la Ley para ocupar el Mando Supremo. (/590/) Desalojados de allí el 23 de mayo por tropas llegadas de Moquegua, Nieto y Mendiburu, volvieron a producir un motín que estalló a su favor el 1 de junio. Tanto Nieto, como Castilla y Mendiburu iniciaron su empresa sin elementos; pero los tres eran populares en las distintas zonas de la Región Sur. Los campesinos y artesanos de Tacna y Moquegua formaban su único núcleo irreductible. La escuadra, leal a Vivanco, estableció un bloqueo de Arica. También Ballivián, Presidente de Bolivia, había enviado hombres en defensa de 603

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Vivanco. Nieto y Castilla obtuvieron un éxito sorpresivo, logrando dispersar al Jefe vivanquista Juan Francisco Balta en el Combate de Pachía. La fuerza perdida por Balta consistía en unos 450 hombres con el parque militar. Una parte de ellos fue incorporada a las tropas de Nieto y Castilla. Quedaban los 2,800 del ejercito de Guarda, a los que se unieron 800 que llevó de Puno y Arequipa Fermín del Castillo y un Batallón del Cuzco con el Coronel Lanao. El 28 de octubre se encontraron ellas con las de Nieto y Castilla. Habían hecho Guarda y su ejército penosas marchas por espacio de cuarenta y ocho horas por cerros escarpados, sin agua y sin recursos, sin conocer el terreno y sin tener buenos guías, y angustiaban a esta tropa la fatiga y la sed cuando a su vista aparecieron, en un momento y en un lugar admirable escogidos, Castilla y Nieto que habían sido informados oportunamente de su llegada. Más de 3,000 de línea cedieron después de cuatro horas de tiroteo ante 300 soldados y 1,100 milicianos. Cuando Castilla mandó con voz alta a la tropa de reserva de Guarda que hicieran pabellones con sus armas y fuese a saciar su sed al Río Moquegua, fue acatada la orden como si efectivamente de su Jefe proviniera. Los prisioneros sumaron 2,000 soldados, dos Generales, Guarda y de! Castillo, y 134 jefes y oficiales. Su número era mayor que el de sus custodios. (/591/) Como consecuencia de esta jornada denominada "San Antonio", (28 de octubre de 1843), la rebelión avanzó hasta Puno, Cuzco y Andahuaylas; Arequipa permaneció fiel a Vivanco, que debeló el motín de cuartel encabezado por el Teniente Coronel José Patricio Corbacho. Una presión tumultuosa hizo adelantar la hora de la ejecución de Corbacho, así como la de su cómplice el Capitán Manuel Rosell (7 y 8 de diciembre). Corbacho, como Lastres, habían estado entre los que dirigieron en Arequipa la rebelión a favor de Vivanco. Vivanco y su "Directorio" tuvo que afrontar, sin embargo, las conspiraciones de las esposas de Nieto y Castilla. La Señora María Solís de Nieto, que a la sazón 604

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estaba en cinta, fue la primera en ser condenada, por sus esfuerzos para buscar la adhesión de jefes y oficiales con colocación y de algunos entre los muchos que se encontraban sin ella. El castigo fue que abandonara el territorio peruano cuarentaicinco días después del parto, debiendo antes ser recluída en un convento. Doña Francisca Diez Canseco de Castilla, conjuntamente con Doña Mercedes Subirat de La Fuente, dirigieron "la conspiración de las sortijas", porque las conspiradas debían reconocerse por unos anillos forrados de ese color. La Señora de Castilla fue condenada a ocho años de destierro debiendo quedar, entre tanto presa en su casa, bajo guardia, si bien luego logró escapar disfrazada y se reunió con su esposo. Con motivo de este juicio, Castilla se dirigió a Vivanco en carta fechada en Tacna el 31 de agosto, amenazándole con ejecutar a dieciocho jefes y oficiles prisioneros y con vengarse después en la familia de Vivanco si su esposa y las demás señoras encausadas no quedaban en libertad. Por otra parte, los delataron a Lastres y Verástegui que fueron condenados a muerte el 22 de setiembre de 1843 y ejecutados en la Plaza de Armas de Lima el 23 de setiembre a las 5.45 de la tarde. Del mismo modo llevaron al patíbulo, por orden del "Director" Vivanco al mercader Manuel Gonzales y a la prisión al ex oficial Ramón Cabero y el arriero y mulato Pedro Anzules. (/592/) Atilio R. Minuto, refiriéndose a Nieto, después de la Batalla de "San Antonio", agrega: "Pocos días después de la Batalla de San Antonio -28 de octubre de 1843- Moquegua quiso rendir y rindió extraordinario homenaje de admiración y de cariño, a su querido y predilecto, el Gran Mariscal Don Domingo Nieto. Muchas y diversas fueron las fiestas que se habían preparado en honor del insigne moqueguano, pero ninguna debía igualar en magnificiencia, a la que se realizó en la Iglesia Matriz. La Misa y el Te Deum que en ese imponente templo llegaron a oficiarse y cantarse, guardaban el solemne secreto de una pública y general consagración. Por eso fue, que desde lo más elevado de sus muros cayeron espesos y 605

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valiosos cortinajes de terciopelo carmesí; y sus campanas tocaron, incansablemente, a Sábado de Gloria y sus altares lucieron sus más costosos adornos, luces y flores se desparramaron con artística y fantástica profusión; y un rico dosel de damasco rojo, recamado de oro, esperaba la llega da del Prócer, para ofrecerle el cálido e inusitado halago de su magnlfica realeza. El templo, de bote a bote, amenazaba de asfixia. Las gentes, comprimidas, nerviosas, anhelaban ya la presencia del Mariscal. Puntual y exacto presentóse éste, rodeado de su brillante Estado Mayor, produciéndose el entusiasmo y bienestar de la muchedumbre, e imprimiendo en el civil conjunto, pintoresca y militar paletada de noble y primoroso color... Atento primero al oficio divino que comenzaba el sacerdote, esparce su mirada en seguida, por todos los lados, abarcando la espléndida majestad del escenario; y deteniéndola brusca y amablemente en uno de los rincones del templo, manda a uno de sus ayudantes hacia ese lugar, del que retorna pronto. El ayudante viene acompañado de un mísero vejete, quien llegado a la presencia del nobilísimo soldado, ocupa su propio y brillante puesto... momento después se supo, que quien recibió tanta y tan elevada distinción, y que no era otro que Don Pedro Guevara, había sido maestro de primeras letras, severo y cruel, pero maestro de Dominguito Nieto..." La primera guerra que tuvo el Perú fue con la Gran Colombia, gobernada por Bolívar. El gobierno del Mariscal La Mar sabía que la terminación de la influencia bolivariana en el Perú por los acontecimientos de enero de 1827 había 593 disgustado a Bolfvar, y temía un ataque combinado por el Norte desde Colombia y por el Sureste desde Bolivia en donde Sucre habría sido elegido Presidente de la República. El ambiente antibolivariano era notorio y la prensa peruana y la colombiana entraron en una etapa de mutuas recriminaciones. Además el Libertador reclamaba al Perú la Provincia de Jaén de Bracamoros, los territorios de la Comandancia General de Maynas y aspiraba a extender su dominación sobre Tumbes. La tensión reinante alcanzó mayores contornos cuando a mediados de 1828 ocurrió una 606

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sublevación antibolivariana en Chuquisaca (Bolivia), apoyada por el ejército peruano del Sur que mandaba el General Gamarra, dando por resultado la renuncia de Sucre a la Presidencia de la República y su retiro de Bolivia regresando a la Gran Colombia. El Libertador se sintió profundamente disgustado por la intervención peruana en Bolivia y el 13 de julio de 1827 lanzó una violenta Proclama contra los peruanos que terminaba con las siguientes incontroladas palabras: "Armaos colombianos del Sur. Volad a las fronteras del Perú y esperad allí la hora de la vindicta, mi presencia entre vosotros será la señal de combate" y a los pocos días declaró la guerra al Perú. El Presidente La Mar con autorización del Congreso se puso en campaña hacia el Norte y la escuadra al mando del Vicealmirante Jorge Guise bloqueó la costa colombiana así como el puerto de Guayaquil. La guerra empezó siendo un gran éxito para el Perú. El ejército peruano al mando del Presidente La Mar cruzó la frontera y ocupó Loja, avanzando hasta Guayaquil. Lamentablemente las acciones por tierra no continuaron con éxito, porque el General Gamarra no secundó convenientemente al Presidente La Mar, y el Mariscal Sucre, que mandaba el ejército colombiano, logró sorprender el parque de artillerfa en Saraguro y destruir una división del Ejército Peruano en el lugar denominado "Portete de Tarqui". La Mar, sin estar derrotado, consideró prudente firmar el Convenio de Girón y se retiró con sus fuerzas a Piura para reorganizar su ejército. Pero estando en su Cuartel General en esta última ciudad, fue depuesto del Mando Supremo por Gamarra (7 de junio de 1829) y deportado a Costa Rica, en donde falleció. (/594/) Gamarra firmó con los colombianos el Armisticio de Piura (10 de julio) por el cual se devolvía Guayaquil, reuniéndose en dicho puerto el Delegado Peruano y colombiano Señores José Larrea y Pedro Gual, quienes suscribieron un Tratado de Paz (22 de setiembre de 1829) por el cual el Perú conservaba Tumbes, Jaén y Mainas y Colombia Guayaquil. Juan Gualberto Valdivia, dice: "Montado en el célebre caballo negro en que el General Nieto peleó con Camacaro en el Portete, con motivo de que éste mandó decir a Nieto que 607

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ahorrasen la sangre de sus regimientos, y saliese a pelear con él en medio de ambas fuerzas, y que quedase la victoria por el que venciera. Nieto mató a Camacaro; peleando a lanza en el desafío; y cuando Camacaro cayó muerto en tierra, irritada su tropa cargó sobre "Húsares" acuchilló y puso en fuga la caballería de Camacaro. Pero al retirarse se encontró en el camino único que tenía que pasar, que el ejército vencedor de Sucre ocupaba la ladera. Sucre que acababa de vencer en el Portete, y perseguía al ejército peruano, como verdadero valiente y caballero había dado la orden de que no disparasen sobre "Húsares". Nieto que observó tan realzada conducta ya que marchaba a la cabeza de "Húsares", se quitó el sombrero, saludando al vencedor de Pichincha y de Ayacucho. Sólo los héroes dan en tales casos tan alta muestra de las almas elevadas que los animan". El proyecto ambicioso de Santa Cruz de llevar adelante la Confederación Peruano-Boliviana, estaba destinada a ser de muy corta duración, pero abarcó un período que se ha hecho memorable, y que ha dejado huellas en la Historia de la América del Sur. El Plan de Santa Cruz era formar Tres Estados: el Alto Perú, Bajo Perú, Bolivia, convocó Asambleas, en el Norte, en Huaura, y en el sur en Sicuani, las que decretaron la formación de dos Estados Independientes, Al General Herrera se le nombró Presidente del Bajo Perú y a Orbegoso el Alto Perú, reservándose, para él el Protectorado de la Confederación. Hizo su entrada pública en Lima en agosto y en octubre de 1836 se proclamó la Confederación Peruano-Boliviana. Santa Cruz, contaba, en un principio, con el apoyo incondicional de Gamarra, que se encontraba refugiado en Bolivia. (/595/) Su más grande enemigo era Felipe Santiago Salaverry, al que lo hizo fusilar en la Plaza de Armas de Arequipa. Por Decreto del 28 de octubre, dado por Santa Cruz, dispuso que un Congreso de Plenipotenciarios compuesto de tres representantes por cada Estado: se reunieron en Tacna y establecieron las bases de la Confederación. Chile se sintió alarmado. Diego Portales, Primer Ministro, dirigia la política del Presidente Joaquín Prieto; por lo que el primero acordó enviar dos expediciones 608

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llamadas Restauradoras. La Primera Expedición al mando del marino Blanco Encalada desembarcó en Quilca y ocupó Arequipa, pero fue rodeada por el ejército de Santa Cruz teniendo que capitular, firmándose el Tratado de Paucarpata (17 de noviembre de 1837). El gobierno chileno desaprobó dicho Tratado y envió una Segunda Expedición al mando del general Manuel Bulnes: allí se encontraban los generales peruanos Gamarra, La Fuente, Torrico, San Román, Castilla, Eléspuru y muchos otros. Además, Santa Cruz se vio mortificado por la deserción del Presidente Orbegoso y del Mariscal Nieto, los que a su vez se opusieron igualmente a Gamarra y a los chilenos. Las fuerzas chilenas desembarcaron en Ancón el 6 de agosto de 1838 y marcharon sobre la capital. La vanguardia la componían las divisiones de La Fuente y Castilla a las que seguían las tropas de Torrico y Deustua. Gamarra mandaba la reserva, Orbegoso y el Mariscal Nieto salieron al encuentro del enemigo, y libraron una batalla en "La Portada de Guía", en la que salieron derrotados y se replegaron al Castillo del Callao. Gamarra entró a Lima y trató de persuadir al Conde de Vista Florida para que aceptase la Presidencia de un Consejo de Estado, pero éste rehusó y en consecuencia se proclamó Gamarra como Presidente Provisorio. Santa Cruz se refugió en Yungay donde se encontraron nuevamente ambos ejércitos, siendo derrotado Santa Cruz el 20 de enero de 1839, viéndose obligado a retirarse y a huir del Perú. Camino ya de la victoria después del triunfo de "San Antonio", Nieto enfermó en el Cuzco. (/596/) "Se puso malo y murió tan velozmente que corrió la voz de que lo habían envenenado", dice el Deán Valdivia. Tuvo tiempo, sin embargo, de redactar dos Proclamas de despedida: una dirigida a la nación y la otra al ejército: "Peruanos: postrado en el lecho del dolor -decía en la primera- aunque confortado con todos los auxilios sacramentados de nuestra Santa Religión, aguardo tranquilo y sin remordimientos la hora fatal en que devolviendo mis restos a la materia, vuelva mi alma al seno del Creador... al cumplir con el tremendo e irrevocable decreto del Altísimo recibo de sus manos el mayor, el más señalado de los beneficios: la 609

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impotencia de faltar a mis deberes y a mis promesas, de abusar de mi posición difiriendo siquiera por un solo día de la reunión de la representación nacional». Luego agrega: "Conciudadanos: siento aproximarse el instante en que habré de ausentarme para siempre de vosotros aun sin haber completado la grande obra que vuestro patriotismo fió a mi lealtad; la de establecer en la República el imperio de la Constitución y las Leyes. Mas llevo conmigo en la inmerecida y anticipada recompensa de la gratitud nacional. Séame permitido legar a mis colegas el honroso encargo de llevar adelante tan justa como noble causa". Al ejército le expresa: "Voy a desaparecer entre vosotros por ser cumplido el plazo que el Eterno fió a mi existencia. Me despido de vosotros, camaradas, aunque con el sentimiento de no continuar participando aliado vuestro de los peligros y privaciones de tan gloriosa campaña. No seré ya uno de vuestros conductores, pero queda al frente de vosotros el ínclito Castilla, vuestro digno General en Jefe, cuyo pecho arde en sentimientos del más noble y acendrado patriotismo y cuyo valor y actividad le señalan como el hombre destinado por la Providencia para extinguir los restos del poder discrecional donde quiera que se atrinchere». Y agrega las siguientes palabras: "Dad al mundo ese glorioso ejemplo y yo desde el cielo veré complacido vuestros triunfos". En su Testamento dispuso que su cuerpo sea amortajado con el hábito del Corazón de Jesús. Las exequias que se realicen en el templo del agrado de su Albacea el General Manuel de Mendiburu. (/597/) Se lo conduja a Moquegua donde se lo debía sepultar en el punto de Sancara llamado Alto de Yunguyo, dando el frente hacia los puntos que tanto acechó Guarda por el espacio de veintiocho días con su ejército. Nieto, había muerto el 17 de febrero de 1844, en el Cuzco a la edad de 41 años. En el testamento, considerado una pieza literaria, pidió se le amortajara con un hábito sagrado como testimonio de su piadosa fe católica; "Que se le sepultase cerca de "San Antonio", dice Basadre, el lugar donde acababa de obtener 610

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tan resonante victoria pero en un sitio donde su tumba pareciera estar mirando las rientes vegas de Moquegua, que como póstumo homenaje de efecto fuesen regalados a su camarada Castilla dos de sus mejores caballos, a su juicio el zaino y el overo; que la patria se acordase de que moría en defensa de la Constitución y de las leyes y reveló que, lejos de fortuna, dejaba numerosas deudas, mujer y varios hijos crecidos y además uno por nacer". Religioso y guerrero, en su testamento refleja, al ternativamente, ambas inclinaciones de su espíritu. Por un lado, recuerda la espada que le obsequiara la ciudad de Moquegua. Por otro, pide se le vista con el hábito religioso del Corazón de Jesús. Asimismo se entregue en su nombre un Manto a Nuestra Señora del Rosario de la Iglesia de Ilo. Había contraído matrimonio con Doña María Asunción Solís, vecina de Chiclayo, procreando a sus hijos Beatriz del Carmen, Bárbaro Leonidas y Domingo y, dice Nieto, "juzgo que haya nacido otro que se ha dado por lo positivo por ha berse publicado su existencia... declaro que si mi esposa lo ha tenido efectivamente, lo reconozco por tal mi hijo, lo que declaro para que conste". A lomo de mula, desde el Cuzco, fueron conducidos a Moquegua, según sus deseos, los restos mortales del Gran Mariscal, a cargo de Don Ambrosio acampo, Ayudante de confianza de Nieto y abuelo materno del Doctor Daniel Becerra acampo, llegando a Torata el 2 de abril de 1844 y a Moquegua el día 11 del mismo mes. El féretro hizo su ingreso por "El Huayco" y llevado a la Iglesia Matriz, donde el Padre Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, pronunció la oración fúnebre. (/598/) Después fue llevado a la Iglesia de San Francisco y de allí al cementerio viejo. En el cementerio nuevo, se lo sepultó el 8 de noviembre de 1849. En Moquegua, se supo de su fallecimiento a las dos de la tarde del día 7 de marzo de 1844. Sus restos mortales, fueron encontrados por el Padre Alejandro Manrique, quien, en forma coordinada con las autoridades, el 19 de noviembre de 1924, rescataron su cuerpo del Cementerio Nuevo. Estuvieron presentes como miembros de la comitiva el Prefecto Enrique 611

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Rendón, el Padre Alejandro Manrique, el Juez de Primera Instancia Doctor Manuel T. Mercado, el Agente Fiscal Doctor Carlos A. Gómez Morón, el Alcalde Don Octavio Turke, el Director de la Beneficencia Atilio R. Minuto, como así también Don Mauricio Flores Córdova y Guillermo Flores Córdova. El cadáver de Nieto, sólo lo componía su tronco y el cráneo. No estaban las extremidades inferiores. Tampoco el antebrazo y las manos. Sus restos fueron depositados en el cementerio en el mausoleo de la familia Góngora. Don Víctor Montenegro, nacido en 1902 e hijo de Doña Andrea Eyzaguirre y Don Fermín Montenegro, al respecto señala: "Me desempeñaba como Sacristán de la Iglesia de Santo Domingo, allá por el año de 1924. Párroco oficial era el Padre Alejandro Manrique, empeñoso investigador sobre el paradero del cadáver de Nieto. Si no es por el Padre Manrique no lo encuentra nadie. Después de cada Misa entraba a su biblioteca y leía mucho sobre Nieto; buscamos con paciencia su cadáver por espacio de cinco días, investigamos cruz por cruz, tumba por tumba del cementerio de arriba hacia abajo. El quinto día fue que encontró una lápida de mármol negro. La tumba había sido profanada. El padre Manrique me ordenó limpiar la tumba y lo hice hasta encontrar una caja de madera. Había también cadáveres de niños junto a él. Lo identificamos por la vestimenta militar de color azul con botones amarillos. No tenía ningún elemento adicional. Por disposición del mismo Padre Manrique lo dejamos aún allí hasta que las autoridades competentes decidiesen. Estaba por entonces en Moquegua el 5to. Regimiento de Caballería. (/599/) Ellos fueron los que ayudaron a desenterrarle e hicieron los honores militares correspondientes. Desde El Portillo hasta el Huayco, pusieron arcos envueltos con tela negra y por allí pasó el cadáver de Nieto, dejando su cuerpo en donde le hacían Guardía Militar, hasta que lo llevaron a la Iglesia de Santo Domingo. El Padre Manrique me ordenó poner el pequeño ataúd en el que fue trasladado, en el lugar en donde baja el peso de las cuerdas del reloj y allí lo puso personalmente. Después de eso yo viajé a Ilo. Años más tarde

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supe que lo habían llevado al Panteón de los Próceres, en Lima". El Congreso, por Resolución Legislativa N° 12177 del 24 de diciembre de 1954, declaró Prócer a Nieto y ordenó que sus restos fuesen depositados en el Panteón de los Próceres. Por fin llegaron a ser trasladados a ese Panteón el 2 de abril de 1963. Muerto Nieto, presidió Castilla la Suprema Junta de Gobierno, (que la Presidía Nieto, en el Cuzco, hasta su fallecimiento) integrándola el General José Félix Iguaín, por Decreto expedido en Ayacucho el 21 de febrero de 1844. O) Juramento Moqueguano de Independencia Las dos primeras décadas del siglo XIX encuentran las colonias hispanas en América en plena efervescencia ideológica y revolucionaria en procura de su independencia. En lo que América del Sur se refiere, los intentos han sido muchos: lograron cristalizar sus anhelos de libertad política respecto a España. Las demás áreas y regiones han cedido ante la reacción «fidelista y absolutista» del Virrey Abascal quien desde el Virreinato peruano, envía fuerzas militares hasta las distintas regiones sublevadas para someterlas, nuevamente, a su autoridad centralista. Así, el Alto Perú, la Capitanía General de Chile, la Audiencia de Quito y la misma Capitanía General de Venezuela ven frustrados sus intentos de liberación. Entre 1815 y 1818 el panorama es sombrío para los esperanzados patriotas de esta parte del continente. Sin embargo, este período significa la preparación para el paso de la revolución a las guerras de la emancipación. (/600/) Planteado, así, el panorama de asentamiento de la autoridad virreinal, entonces la empresa de la emancipación americana tenía que abordarse como el conjunto de un esfuerzo unitario y solidario: había que concurrir, mancomunadamente, a esta lucha, las acciones aisladas, estaba visto, no podían rendir sus frutos. Desde estos momentos aurorales, la circunstancia, el destino histórico de los pueblos de América se traza así, es imprescindible de la conjunción de esfuerzos, la integración de 613

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ideales para actuar y conseguir los sanos propósitos. La libertad de América y el nacimiento de nuevas repúblicas no representan sino el esfuerzo común de los americanos. El enemigo común era España, su centro de reacción el Virreinato del Perú. El Perú que había dado la clarinada independentista con Túpac Amaru en 1780, se había convertido, sin embargo, en el .bastión contrarrevolucionario de la América del Sur; las rebeliones que aquí surgieron, a pesar de todo, no habían llegado a poner en peligro al poder español. Prácticamente, la revolución no había afectado a este virreinato y pese a la virtual separación de la Metrópoli, el Virrey Fernando de Abascal con particular habilidad había logrado organizar una sólida maquinaria defensiva. Fueron los tiempos del fidelismo, cuando este virreinato se convirtió en el centro de la reacción colonialista sudamericana; por consiguiente, si los independentistas tanto del Norte como del Sur querían asegurar la libertad de las nacientes repúblicas, tenían necesariamente que desalojar del Perú al poder español. Los moqueguanos, ya se ha establecido, estuvieron presentes en el movimiento de independencia desde los inicios, tanto en el aspecto ideológico como en las acciones militares. Por eso, si concebimos al proceso emancipador como un conjunto de acciones mutuas y recíprocas entre los hombres y los pueblos, allí se manifestó la participación moqueguana. (/601/) En el transcurso de cerca de trecientos años de dominación, el Perú se había convertido en la colonia predilecta de España en América. Aquí se había asentado el poder político con la autoridad que emanaba del Virrey como representante directo del Rey de España. De la misma manera, la economía colonial giraba en base al desarrollo de los productos y al monopolio comercial que se había establecido con la metrópoli; sistema perjudicial, por cierto, pero en donde los negociantes peruanos, limeños por mejor decir, constituían el eje de las transacciones mercantiles frente a los demás existentes en las otras áreas coloniales.

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Esto, desde luego, repercutía en la estructuración de una sociedad elitista: nobles peninsulares y criollos de linaje vinculados, muy estrechamente, a la aristocracia metropolitana. A todo esto agregamos el predominio militar; los mejores efectivos compuestos por 23,000 soldados, se encontraban en el área del Virreinato peruano, la mejor fortaleza de América del Sur, el Real Felipe, garantizaba la permanencia y estabilidad colonial. Era, pues, evidentemente el Virreinato peruano, un bastión. Cuando entre 1805 y 1815 se produjeron sublevaciones, conspiraciones e intentos de rebelión, ellos no prosperaron, no tanto por la ineficacia de sus planteamientos, sino sobre todo, por la resuelta actitud del Virrey Abascal, que gobernó entre 1808 y 1816, Y que supo mediante sagacidad y astucia debelar todos estos movimientos y aun efectuar acciones de contrarrevelión triunfantes contra los argentinos, en el Alto Perú, los chilenos y los quiteños que habían formado sus Juntas de Gobierno. Todas estas circunstancias nos explican el porqué ningún movimiento libertador en América del Sur, podía considerarse debidamente seguro y consolidado hasta mientras existiese en el Perú el centro del poderío español. El Perú se convierte, de esta manera, en el foco de la reacción española; contra este foco había que luchar, no de manera aislada, sino conjunta y solidariamente, así lo entendieron los americanos y ello nos explica, también el porqué confluenciaron, más tarde, en nuestro suelo, las dos Corrientes Libertadoras, de San Martín y Bolívar. No fue, pues, un azar el que aquí se diera el campo final de la lucha independentista americana. (/602/) El pueblo moqueguano apela al ser todopoderoso reunido en la Plaza de Armas, donde se dieron memorables acontecimientos. Es así que el 6 de julio de 1823, en presencia de las autoridades, el ejército y el pueblo, reconocen la Independencia de la República del Perú y que juran que.la defenderán constantemente del gobierno español y de toda dominación extranjera; respetarán las leyes de la República y a su poder soberano y que «si Dios me lo 617

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demande». Estaban presentes también las tropas de los Batallones de los «Húsares»y de la Legión Peruana, presididos por el Coronel Manuel Bonilla. En los años cruentos de la guerra emancipadora y mientras se dan las Batallas de Junín y Ayacucho que sellan la Independencia de América, la intendencia de Arequipa (que comprendía Moquegua, Tacna y Tarapacá) estaba gobernada por el Brigadier General Juan Bautista de Lavalle y Sagasti en lo civil y militar y por Monseñor José Sebastían de Goyeneche y Barreda, en lo eclesiástico. Los dos eran asiduos defensores del régimen español. Asimismo, habiendo firmado el Virrey José de la Serna la Capitulación de Ayacucho, la Audiencia del Cuzco designa como nuevo Virrey al Mariscal Pío Tristán y Moscoso, que residía en Arequipa, cargo que no lo ejerció al no haber sido ratificado por el Rey. Sin embargo después se pasó a las filas libertarias. Había sido Intendente de Arequipa de 1815 a 1817. Un ejemplar de la Capitulación de Ayacucho, fue remitido a la ciudad de Arequipa, para que se distribuyera en el Sur, por el Mariscal Antonio José de Sucre. Dicho documento llegó a Arequipa el 23 de diciembre de 1824. El General Simón Bolívar decidió designar como nueva autoridad del Gobierno Independiente, en vez de los Intendentes, al General Francisco de Paula Otero, quien arribó a la ciudad de Arequipa el12 de enero de 1825. Otero, era natural de Jujuy e hijo de Martín Otero y de Luisa de Goycochea. En 1807, a la edad de 21 años ingresa a la carrera militar como Cadete del Rey. Después se dedicó al comercio en Charcas y en el Perú. En 1820, reingresó al ejército, siendo reconocido por el General José de San Martín con un Diploma de Miembro de la Orden del Sol en reconocimiento a sus servicios como organizador y conductor de guerrillas. Bolívar, lo asciende a Coronel y lo nombra Prefecto de Arequipa (Moquegua, Tacna y Tarapacá). (/603/) Otero, dispuso que se Jurase la Independencia Nacional el día 6 de febrero de 1825 en la ciudad de Arequipa y el 13 en los pueblos aledaños, así como en las demás Provincias. Dicho juramento, contenía los siguientes términos: «Juro por 618

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Dios, que reconozco la Independencia de la República del Perú, en que es comprendido el Departamento de Arequipa, que la defenderé constantemente del Gobierno español y de toda dominación extranjera, haciendo para ello, uso de los bienes de naturales y fortuna que Dios me ha dado y cumpliendo exactamente en el estado con las leyes sancionadas y mandadas por el poder soberano. Si así lo hiciere, Dios me ayude y si no, me lo demande, que mi nombre sea borrado ..de la lista cívica del Perú e infamado para siempre, y para su constancia lo firmó». Este juramento se cumplió en la ciudad de Moquegua, llegando a firmar cerca de 500 ciudadanos, entre los que destacan están Don José Egidio de Barrios y el padre Buenaventura Pola. (/604/)

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VII. ÉPOCA REPUBLICANA A) La Confederación Perú-Boliviana Durante los diez años de vida independiente que el Perú llevaba cumplidos, había un gran tema en la política nacional: la posibilidad de unión con Bolivia. Esta República constituida después de la Batalla de Ayacucho se había alzado sobre el Alto Perú y que estaba unida a Moquegua por lazos familiares, económicos e históricos. El personaje predestinado para llevar adelante la empresa de formar una sola nación entre Perú y Bolivia, fue el General Andrés de Santa Cruz. Había nacido cerca de La Paz el 5 de diciembre de 1792, hijo del huamanguino José de Santa Cruz y Villavicencio, Sub-Delegado en Apolobamba (hoy Bolivia) y su madre Juana Bacilia Colaumaná, Cacica de Huarina. El General Santa Cruz había estado en Moquegua en la Segunda Expedición por Puertos Intermedios, después de la Batalla de Zepita (25 de agosto de 1823). Encabezando un movimiento subversivo que se conoce como "El Motín de Balconcillo", el ejército obliga al Congreso a nombrar Presidente al Coronel José de la Riva Agüero y Santa Cruz inicia su intervención en política. Se le nombra General en Jefe del Ejército Peruano y se le encomienda la fuerza principal en la Segunda Expedición a Intermedios dividiendo sus fuerzas -encomendando la otra fracción a su segundo el General Agustín Gamarra- y Santa Cruz ocupa Moquegua. El 10 de julio de 1825, la Asamblea reunida en Chuquisaca Decreta la Independencia del Alto Perú. Los partidarios de Simón Bolívar, deseosos de ganarse su voluntad, le dan el nombre de República de Bolivia. El 6 de agosto -fecha de la Batalla de Junín- sería la Fiesta Nacional y el Libertador Bolívar presidiría el país, siempre que estuviera con él. (/605/) Caída la influencia de Bolívar en el Alto Perú, Santa Cruz queda como la máxima autoridad, quien, después de 620

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cumplir una óptima labor administrativa en el Altiplano, se disponía a intervenir en el Perú. Varios años había estado madurando Santa Cruz sus planes federacionistas. Muchos eran los amigos que tenía en el pals que estaban trabajando por la idea y en ese momento la polltica peruana le brindaba la oportunidad de plasmar en realidad sus proyectos. Para ello se ha de valer primero de Agustln Gamarra, quien se hallaba en Bolivia desde su derrota en la Guerra Civil de 1834. Santa Cruz, llegó a un acuerdo con Gamarra en abril de 1835. En cumplimiento del Acuerdo Gamarra atraviesa el Rlo Desaguadero a mediados de mayo y se dirige al Cuzco. EI16 de junio de 1835 Santa Cruz también atraviesa el Río Desaguadero y el Presidente peruano Orbegoso le cede las facultades de que está investido. Gamarra, viéndose traicionado, se alía a Salaverry y pacta con éste para enfrentarse a Santa Cruz. El General Agustín Gamarra, presentó batalla al boliviano en Yanacocha (Cuzco) el 13 de agosto de 1835, siendo completamente derrotado por Santa Cruz. Santa Cruz, se dirige a Arequipa donde fue recibido triunfalmente. Aquí se encontraba el General moqueguano Domingo Nieto, quien, con una voz diferente, sincera y honesta se eleva en medio de aquel clamor laudatorio. Nieto, fue a visitar a Santa Cruz en casa del General Quiroz en donde se habla alojado. Le manifestó directamente que los medios que empleaba para establecer y planificar la Confederación no eran honestos, que se estaba agraviando a toda una nación que ama su independencia y que tiene en su seno ciudadanos que aprecian altamente la hora y la dignidad de la patria. Sin temor le dijo: "He venido de Chile con el objeto de hacerle la guerra en defensa de mi patria y que el Perú variarla la forma sólo por acuerdo del Congreso y no de las armas". Santa Cruz, trató de convencer a Níeto de la seriedad pacificadora de sus propósitos. La Nueva Forma de Gobierno que le proponla Santa Cruz era sacar al Perú de los males en que se encontraba sumido. Nieto, no se convence y

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decide quedarse en Arequipa, obedeciendo la autoridad de Orbegoso. (/606/) En conversaciones de eminentes líderes como Luna Pizarro, el Deán Juan Gualberto Valdivia y el General Nieto, se veía a la larga que tendría el Perú para formar con Bolivia una Confederación. Castilla, al estar en desacuerdo con Orbegoso en cuanto a pedir el auxilio boliviano, cayó en desgracia, renunciando a su cargo político como Secretario General y pidió mando de tropa. Se resintió Castilla y renunció a su cargo militar, El General Felipe Santiago Salaverry, era el obstáculo para los planes de Santa Cruz. La situación interna del Perú era la más confusa y desordenada. Los caudillos Gamarra y Salaverry actuaban abiertamente en contra de Orbegoso, quien se vio obligado a solicitar el auxilio boliviano. El recelo, la desconfianza y el desorden se habían apoderado del espíritu ciudadano. Aprovechando de! estado en que se debatía el Perú, exigía Santa Cruz una reorganización del país, lo.que significaba aplicar el sistema confederal entre tres estados, dos peruanos y uno boliviano. El 4 de marzo de 1835, Salaverry es reconocido como Jefe Supremo por las Autoridades y Corporaciones del Estado. Lo apodaban "El Loco" porque nunca pudieron prever sus coetáneos sus futuras acciones. No tendría mucho tiempo para legislar el dinámico mandatario de 29 años. Salaverry, con su pequeño ejército, decide hacerle frente a Santa Cruz, en Arequipa. Es aquí donde han de darse las batallas decisivas: Uchumayo (4 de febrero de 1836) en donde sale triunfante Santa Cruz. Un Tribunal condena a muerte al joven y desgraciado Dictador Salaverry y a ocho de sus principales Jefes. La pena se cumple en la Plaza de Armas de Arequipa el 18 de febrero de 1836. En el Perú ya no hay fuerzas organizadas que puedan oponerse a Santa Cruz, quien empieza a estructurar la Confederación. No da oídos a quienes le sugieren que una solamente el Sur del Perú con Bolivia: su vocación de estadista le dice que también debe incluir al Norte. (/607/) 622

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Son convocadas Tres Asambleas. La Primera que reunía a representantes de los Departamentos del Sur, se instala en Sicuani el 16 de marzo de 1836, bajo la Presidencia del sabio naturalista Nicolás de Piérola, padre del Presidente del mismo nombre. Poco duran las deliberaciones: la Asamblea declara la Independencia del Estado Sur Peruano con el compromiso de federarse más tarde con el Estado Norperuano y con Bolivia bajo la autoridad de Santa Cruz. Otra Ley fijaba las armas del Nuevo Estado y una Tercera nombraba al Protector Santa Cruz. La Asamblea de Tapacarí, que reunía representantes de Bolivia, se instaló en junio. Aprobaron los actos del Presidente y votaron por la Federación. Alegre era el ambiente, regalan 2 haciendas a Santa Cruz y hacen general al Vice-presidente Calvo, abogado maduro que nunca había sido militar. No tiene nada de extraño el optimismo de esos hombres mareados con los éxitos bolivianos en el Perú: esperaban ser los grandes de la futura Confederación. El Norte del Perú debía pronunciarse en otra Asamblea que se reunió en Huaura el 3 de agosto de 1836. Aquí la presión de las fuerzas crucistas fue más evidente. EI 11 de agosto de 1836 se decidió lo previsto. Santa Cruz, además de Protector es Invicto Pacificador. Otros honores se votan entre los que se incluye el regalo de 100,000 pesos a la mujer del homenajeado que éste no acepta. Santa Cruz, que estaba en Tarma, en espera de los resultados, entra triunfante en Lima el 15 de agosto de 1836. El 28 de octubre de 1836, se establece por Decreto la Confederación Perú-boliviana. A pesar de que no tuvo tiempo ni tranquilidad para el gobierno, la obra administrativa que Santa Cruz cumple en el Perú constituye el más serio intento de ordenamiento del Estado hecho hasta ese momento; reglamenta el comercio y las aduanas. Vigila celosamente los ingresos y egresos del fisco, consiguiendo un notable aumento de las rentas sin fijar nuevos impuestos. Promulga los Códigos que estaban ya vigentes en Bolivia. (/608/) Se interesa en la Beneficencia 623

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Pública, en la Instrucción; ayuda a la Biblioteca Nacional; declara a Cobija, Arica y El Callao puertos de depósito para contrarrestar la creciente importancia de Valparaíso en desmedro de los puertos peruanos; alienta las exportaciones. Una última Asamblea debía sancionar la Constitución del Nuevo Estado. Santa Cruz -autócrata convencido- designa a los tres representantes de cada Estado: un eclesiástico, un militar y un abogado. Los Delegados se reúnen en Tacna y aprueban un Pacto que otorga a Santa Cruz la suma del poder. Cada Estado tendría representantes en las dos Cámaras. Apenas firmado el Pacto empiezan las manifestaciones de descontento. Los bolivianos que tanto esperaban aducen que siendo dos los estados peruanos, Bolivia estaría en situación de inferioridad; acusan a Santa Cruz de favorecer al Perú. En el Perú se habla de tiranía y se quejan de que Santa Cruz favorece a los bolivianos. Los descontentos de ambos países serían los zapadores constantes del edificio federal; pero el enemigo más activo se hallaba en el Sur; era Chile. El principal enemigo de la Confederación era Chile, Diego Portales, era el que verdaderamente dirigía la vida política de ese país y quería para su país un predominio en el Pacífico, pero sus planes no podían realizarse si la Confederación se consolidaba. Portales decidió la guerra, para lo cual contó con la ayuda de peruanos importantes. El 15 de setiembre de 1837 zarpaba de Valparaíso la expedición chilena llamada «Restauradora». Era el Jefe el Vice-Almirante Blanco Encalada y contaba con 3,000 hombres y el asesoramiento de peruanos. Desembarcaron en Quilca y avanzaron sobre Arequipa y Paucarpata (17-11-1837). En este pueblo firmaron un Convenio de Paz con Santa Cruz. El gobierno chileno desautorizó el Tratado (18-12-1837). Una Segunda Expedición chilena sale el 19 de enero de 1839 con 5,300 hombres bajo el mando del general Bulnes y con ellos viene Gamarra. (/609/) El 21 de julio de 1838, sabiéndose que estaban en marcha los rivales, el General Domingo Nieto se subleva con 624

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las fuerzas a su mando declarando la Independencia del Perú de toda dominación extranjera. Pero una reunión de vecinos proclama Presidente Provisorio a Gamarra. Cuando los 6,000 hombres de Santa Cruz se mueven desde Tarma hasta Lima los Restauradores abandonan la capital el 8 de noviembre. Dos días después ingresa el Protector y es recibido en apoteosis. Ambos bandos, los Restauradores (Gamarra) y los Protectores (Santa Cruz) se encuentran frente a frente el 20 de enero de 1839 en Yungay (Ancash). Los Restauradores dividieron su ejército en cuatro partes que fueron mandadas por los Jefes peruanos Torrico, Eléspuru, Vidal y Castilla; se había combatido desde las diez de la mañana hasta las dos y treinta de la tarde, Santa Cruz huye del campo de batalla rumbo a Lima. Estando en Arequipa, rumbo a Bolivia, se entera de que Velazco, su Lugarteniente en Bolivia, se ha rebelado desconociendo su autoridad y ha hecho un mensaje de felicitación a Bulnes. Santa Cruz huyó a Islay y en el barco "Sammarang" se embarca para el Ecuador. Gamarra fue elegido Presidente de la República. Santa Cruz, fue declarado "enemigo capital del Perú". Pero en 1841 estallan revoluciones en Cochabamba, Sucre y La Paz en las que proclaman Presidente a Santa Cruz. Velazco es derrotado. Ante la inminencia del retorno de Santa Cruz, Gamarra se interpone con la guerra. Gamarra decide la invasión a Bolivia. Los crucistas ven que es preciso sacrificar a su Jefe y reconocen como Presidente a Ballivián. La Batalla .de Ingavi, cerca de La Paz, se llevó a efecto el 18 de noviembre de 1841 en la que sella la derrota de Gamarra quien pierde, además, la vida. Ballivián queda en el poder. Santa Cruz decide salir de Bolivia por el Perú. En el Perú se había encendido la Guerra Civil entre Vivanco –el Supremo Director- -y una Junta Revolucionaria en la que estaban Nieto y Castilla. Santa Cruz sale de Bolivia el 16 de agosto de 1843, pero es hecho prisionero en la frontera por una patrulla que obedecía al General Nieto. Chile reclama a 625

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Santa Cruz. Lo confinaron en Chillán. (/610/) Liberado viaja a Europa, recorriendo Francia. En 1848 es nombrado Embajador en Francia, Inglaterra, Bélgica y España. Asiste a reuniones con Napoleón III. Se le nombra Embajador ante la Santa Sede. Ante las elecciones de Bolivia, Santa Cruz decide postular, regresando por la Argentina. El general Córdova gana las elecciones. Santa Cruz vuelve a Europa, instalándose en Francia. Fallece en Versalles el 25 de setiembre de 1865. En tiempos de la Confederación, Santa Cruz había destinado a Torata un pequeño destacamento a órdenes del General López que le servía como fuerza de choque en el caso de que los chilenos desembarcasen en Ilo y se dirigieran por Moquegua y Torata hacia Arequipa. Entretanto el General Guillermo Miller, partidario de Santa Cruz, fue destacado a Puquina y todo el Valle de Tambo. En sus correrfas capturó a distinguidos jefes partidarios de Salaverry, como son el coronel Montoya y el Sargento Mayor Aravena. El mismo Miller fue el que capturó al General Salaverry que habla logrado fugar en su caballo "Ni por oro" que murió en el camino hiriendo a Salaverry. Éste que habla llegado a Los Toldos, fue capturado por Miller. El ejército chileno a órdenes del General Blanco Encalada, entró a Arequipa sin oposición, porque el General Cerdeña, lugarteniente de Santa Cruz, se habla retirado a Puquina con toda la guarnición, dejando al Coronel Montes en Pocsi. Cerdeña, que contaba con un Batallón y cuatro piezas de campaña, se dirigía a Torata a reunirse con el General López, oponiéndosele Don José Rivero, amigo Intimo de Santa Cruz. B) Los Bolivianos Invaden Moquegua Gamarra, seguía tenaz en su intento de unir el Perú y Bolivia, bajo su liderazgo, así como en evitar el resurgimiento de su enemigo político el Mariscal Santa Cruz. Aduciendo que los partidarios de Santa Cruz conspiraban en Bolivia para que el caudillo desterrado regresara a su tierra natal, el Presidente 626

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Gamarra movilizó el ejército peruano a la frontera y consiguió que el Consejo de Estado declarara la guerra a Bolivia. (/611/) Entró en tratos con el caudillo boliviano General Ballivián, refugiado en el Perú, principalmente en Moquegua, donde había adquirido muchas amistades, para que colaborara en la invasión. Declara la guerra, el ejército peruano invadió Bolivia, avanzando por Huancané, Moho y Sorata y el 15 de octubre de 1841 ocupaba La Paz, en donde acampó. Para hacer frente a la invasión peruana, el Presidente boliviano General Velasco entregó el mando al General Ballivián, quien de colaborador de Gamarra en la invasión se tornó su principal opositor. El 18 de noviembre de 1841 ambos ejércitos se encontraron en la llanura de tngaví, al Este de La Paz y en una sangrienta batalla de cincuenta minutos, el ejército peruano, por división surgida en el comando, fue derrotado y del Presidente Gamarra muerto en el combate. A la derrota de Ingavi, la muerte del Presidente Gamarra y el desbande del ejército peruano, los bolivianos invadieron Puno, llegando hasta Moquegua. Sólo pudo salvarse de la muerte o de caer prisionera la caballería peruana, al mando del General Miguel de San Román. Estas fuerzas en rápida retirada regresaron por el Río Desaguadero, cuyo puente destruyeron. San Román, al día siguiente, en el pueblo de Desaguadero, escribía el Parte de Batalla, con inexactitudes de tal monta, como esta que aparece en el Comunicado enviado al Prefecto de Arequipa, que lo era accidentalmente el Capitán Fermín Diez Canseco y Nieto, quien acostumbraba a firmar sólo Fermín Canseco y que, entre otras cosas, decía: "El contraste sufrido por el ejército en el Campo de Ingavi el 18 que rige en el que fueron prisioneros S.E. el Generalísimo Presidente de la República..." La huida debió ser muy veloz, cuando no se percató de que el Presidente del Perú había muerto en combate. Ramón Castilla, quedó preso en Bolivia. Ballivián, después de su victoria, arregló su ejército, preparándose para invadir al Perú. (/612/) Como en el Perú no había quedado ejército, porque todo lo que hubo de útil se lo 627

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llevó Gamarra para Bolivia, el gobierno peruano reunió, por medio de un reclutaje y recogiendo todas las guarniciones de Lima, hasta la policía, más de tres mil hombres, sin ningún género de disciplina, mal armados, mal vestidos y con miserables recursos pecuniarios. Los Generales Antonio G. de La Fuente y Pedro Bermúdez y Vidal, fueron los encargados de realizar la recluta por todo el territorio. A falta de ejército organizado que les hiciera frente a los bolivianos, tanto en Moquegua como en Puno, surgieron guerrillas impulsadas por el patriotismo, mandadas y organizadas por el esfuerzo de abnegados moqueguanos que lograron hacer frente a la invasión. En igual forma, la Nación reaccionó patrióticamente ante las infaustas nuevas. El comercio de todas las ciudades del Perú, los hacendados, los vecinos a porfía presentaban y entregaban al Gobierno toda clase de recursos para la guerra y para rechazar al invasor. El Poder Ejecutivo, presidido provisionalmente por Don Manuel Menéndez, llamado legalmente a ejercer el mando por la desaparición del Presidente Gamarra, no ahorró esfuerzos para rehabilitar nuevos ejércitos que defendieran la dignidad nacional. El Gabinete Ministerial, en el mes de diciembre de 1841, estaba compuesto por el Dr. Agustín Charún, al frente de la Cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores y también la de Instrucción Pública, Ministro de Guerra era el General de Brigada José María Raygada y el Ministro de Hacienda era el Dr. José María Cano. Para defender el Sur del Perú, especialmente Arequipa y Moquegua, envió el gobierno al General Domingo Nieto, que llegó a Arequipa el Día de Inocentes, sin más tropa que dos de sus ayudantes y dos soldados. Se alojó en la casa del Dr. José Gómez Sánchez. El General Vivanco ocupaba la casa de la familia Berenguel. El General Nieto. fue reconocido como Comandante General del Departamento. El Prefecto Luis Gamio, lo reconoció como tal, pero la tropa era adicta a Vivanco. Había en Arequipa, dos pequeños Batallones: uno como de trecientas plazas a las órdenes del Coronel Ríos y el más fuerte a las órdenes del Coronel Manrique. (/613/) 628

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Ballivián, pasó a ocupar el territorio del Perú, pasando el Río Desaguadero, enviando al Coronel Magariños para que ocupase Tacna. El resto de su ejército quedó en los pueblos principales de Puno. Ballivián, tomó una fuerte escolta y descendió a Moquegua, donde en los años de su emigración había adquirido muchas amistades. Vivanco, desde Arequipa, envió al Dr. Ureta y al Coronel Ríos para que se entrevIstaran en secreto con el General boliviano Ballivián solicitándole apoyo para tomar el gobierno del Perú. El Prefecto Luis Gamio se enteró de esta situación lo que le comunicó al General Nieto. Éste hizo llamar a Vivanco increpándole tal actitud, indicándole que informaría al gobierno. El General Nieto, se puso al mando del Batallón que dirigía el Coronel Ríos, no haciéndolo con el que dirigía el Coronel Manrique, que era adicto a Vivanco, se puso en marcha para Pocsi en dirección a Moquegua. El Estado Mayor de las tropas bolivianas se instaló en Moquegua. De aquí Ballivián enviaba escuadrones a Puno, Tacna y Tarapacá. Las fuerzas bolivianas que se enviaron a Tacna estaban comandadas por el Coronel Magariños. El Prefecto Manuel de Mendiburu, de grata recordación en Moquegua, abandonó Tacna en forma apresurada ante la arremetida boliviana y se estableció en Locumba, donde empezó a organizar la campaña de guerrillas contra el enemigo invasor. Después viajó a Lima a solicitar refuerzos. Magariños hizo destrozos en Tacna y envió a Sama un pequeño destacamento al mando del Coronel Aguilar, llegando a disparar incluso hasta a los niños, por lo que se ganó el apelativo de "El Coronel come guaguas". Los defensores de Sama, que tomaron el nombre de "Guardia Nacional", bajo la dirección del tacneño José María Lavaysén, después de tenaz resistencia, se refugiaron en los cerros de las lomas de Sama. El "Coronel come guaguas", regresó a Tacna. El 22 de diciembre de 1841, el Coronel boliviano Rojas al mando de una columna ocupó el Puerto de Arica. (/614/) 629

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Por otra parte, se envió un nuevo continente boliviano hacia Tacna, al mando del General Lara, donde hizo conocer un Bando por el cual se decía que cualquíer ciudadano que se le encontrase armas sería fusilado. Sin embargo las fuerzas peruanas seguían hostilizando a los invasores. El Comandante peruano Rojas, apodado "El Iquichano" organizó la resistencia en Sama y Locumba causando estragos a las fuerzas bolivianas. Mientras tanto el General Nieto, había emprendido viaje para Moquegua en compañía del coronel Ríos, el Comandante Agustln Jiménez , el Sr. Solis (cuñado de Nieto) y el Deán Juan Gualberto Valdivia. Nieto, le habría dicho a este último: "Voy con ánimo de estrellarme contra Ballivián en Moquegua antes de estar sufriendo la conducta de Vivanco en Arequipa". Estando en Omate, Nieto se enteró de que Ballivián se habla retirado a Puna, la división de Magariños de Tacna para Chucuito y que la vanguardia de Ballivián ocupaba Lampa y Azángaro. Estando Nieto en Arequipa, había enviado a algunos subalternos a Majes, Chuquibamba y Cotahuasl, a fin de reclutar soldados para embarcarlos en Quilca rumbo a Ilo y de esta manera atacar a Ballivián en Moquegua. Estando en Torata, Nieto mandó espías a Puno, para ver los movimientos de Ballivián. El Gobierno de Chile tenIa acreditado como su representante ante el Perú, en calidad de Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario a Don Ventura Lavalle, caballero de exquisita educación, estaba muy vinculado y era experto conocedor de la política peruana de ese tiempo, pues antes de las guerras de la Confederación residió en Lima, como Agente chileno y volvió al Perú el 23 de enero de 1839, o sea sólo tres dlas después de la Batalla de Yungay. El intervalo, lo habla pasado en el Ecuador, siempre como diplomático. Las conversaciones entre el Ministro chileno Lavalle y nuestro presidente Don Manuel Menéndez, llevaron a éste a indicar a Lavalle que el Perú vería con simpatla la mediación chilena para concluir con la invasión boliviana, Chile, fiel a sus intereses, había ya ordenado a su representante ofrecer esta mediación y es por esto que el 630

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chileno Ventura Lavalle, escribía a su Ministro de Relaciones Exteriores en Santiago, el 26 de diciembre de 1841, la conformidad de lo convenido. (/615/) El Ministro Peruano Dr. Agustín Guillermo Charún, el 18 de diciembre de 1841, ya había también aceptado dicha mediación. El 2 de diciembre de 1842, se encontraba en Arequipa Lavalle, enviando comunicaciones al General Ballivián en el que le solicitaba firmar la Paz. El 11 de enero de 1842, en carta fechada en Puno, José Ballivián le respondía a Lavalle que aceptaba la mediación. El 17 de enero del mismo año, el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Don Manuel María Urcullu, a nombre del Consejo de Gobierno, aceptaba la mediación pero negándose a admitir la previa desocupación de Moquegua y Puno. Ventura Lavalle, viajó a Lima para presentar su informe a las autoridades. El Perú, aceptó iniciar las negociaciones de paz sin exigir el previo retiro de las tropas bolivianas. El 19 de febrero de 1842, el Perú nombró al Dr. Francisco Javier Mariátegui para negociar la paz con Bolivia. A mediados de marzo, se encontraba en Arequipa Lavalle, Mariátegui y su Secretario José María Seguín, que se dirigían a Puno. En esta ciudad ya los esperaba el Plenipotenciario boliviano Don Hilarión Fernández y su Secretario Manuel Buitrago. Actuaba como Secretario del Mediador chileno Lavalle, Manuel Romero, quienes convinieron empezar las conversaciones en los límites de los Departamentos de Moquegua y Puno, esto es el distrito de Vilque. Según Denegri Luna, en Vilque se realizaron cuatro Conferencias y sus Protocolos. La Quinta Conferencia que se realizó en Puno para la firma correspondiente. El Mediador Lavalle, asimismo, promovió la reunión de los generales en jefe de ambos ejércitos, la que tuvo lugar en el pueblo de Ácora el 15 de junio de 1842. Las Conferencias de Vilque comenzaron el 9 de mayo de 1842. Como es de suponer la delegación peruana exigía el retiro de las tropas bolivianas, por lo que el delegado boliviano insistía en que no retirarían, así fracasen las Conferencias. (/616/) 631

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El Tratado de Paz y Amistad entre las Repúblicas del Perú y Bolivia, es el siguiente: "Aceptada por los gobiernos de Bolivia y del Perú la generosa mediación que para poner término a la guerra que desgraciadamente los afligía, ofreció a nombre del gobierno de Chile el señor don Ventura Lavalle, su Ministro Plenipotenciario acerca de dichos gobiernos, autorizado a efecto con el carácter de Ministro Mediador, nombraron aquéllos sus respectivos Ministros Plenipotenciarios a saber: El Excelenüsimo señor don Manuel Menéndez. Presidente del Consejo de Estado encargado del Poder Ejecutivo de la República Peruana, al señor don Francisco Javier Mariátegui, Vocal de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, y el Excelentísimo Consejo de Gobierno, Encargado del Poder Ejecutivo de la República de Bolivia, al señor don Hilarión Fernández, su Ministro de Estado, en el Despacho de Hacienda, quienes reunidos con el Señor Ministro Mediador, procedieron al reconocimiento y canje de sus respectivos poderes y habiéndolos encontrado en buena y debida forma, convinieron en los artículo siguientes: Art. 01. Las Repúblicas de Bolivia y el Perú se profesan paz y amistad inalterables, olvidando para siempre los motivos que las obligaron a tomar armas. Art. 02. Para afianzar las partes contratantes de una manera sólida y estable la paz que establecen ceden recíprocamente cualquier derecho que pudiera tener indemnizaciones por los males que se han hecho, renunciando los dos o toda clase de reclamaciones por gastos de dichas guerras sin que Bolivia y Perú se puedan hacer jamás cargo alguno pecuniario por estas causas. Art. 03. Con igual objeto reconocen las dos partes contratantes el principio de la libertad, y perfecto derecho que cada una de ellas tienen para arreglar sus leyes fiscales y relaciones de comercio, como mejor convenga a sus intereses. Este mismo principio servirá de base cuando creyeran oportuno celebrar un tratado de comercio. Art. 04. Los gobiernos de Bolivia y del Perú ponen en su completo olvido los compromisos que hayan contraído los 632

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súbditos de ambas naciones, durante la ocupación de los respectivos territorios. (/617/) Art. 05. Ratificado que fuese el presente Tratado quedarán en libertad plena los respectivos prisioneros para determinar de sus personas lo que más les convenga, debiendo entregarse los individuos de tropas a los Jefes que se comisionaren con este objetivo. Art. 06. El Gobierno de Bolivia retirará su ejército del territorio peruano a los ocho días del canje de éste Tratado. Art. 07. La parte que infringiese cualquiera de los artlculos o cláusulas del presente Tratado, quedará obligada al pago de los gastos de la guerra que ocasionara con la violación. Art. 08. El canje de las ratificaciones de este Tratado, se verificará a los treintaicinco días de la fecha o antes si fuere posible, por conducto del señor Ministro Mediador. Después de lo cual convinieron los Honorables señores Ministros en que se sacaran los respectivos traslados del anterior Tratado para su remisión a sus respectivos Gobiernos. Con lo que dado por terminadas las negociaciones, firmaron la presente Acta.- Ventura Lavalle.Hilarión Fernández.- Francisco Javier Mariátegui.- Manuel Romero.- Secretario de la Legación Mediadora.- Manuel Buitrago, Secretario de la Legación Boliviana.- José Marla Seguln, Secretario de Legación Peruana.- CONFORME.Lavalle» Puno, 7 de junio de 1842. En el año de 1843, después de celebrado el Tratado de Paz, el Diputado por Puno, Manuel Chamorro, presentó una Moción en su Cámara, solicitando se declarara Beneméritos a la Patria en el Grado de Heroico y Eminente, a los que combatieron contra las fuerzas bolivianas en Orurillo y Montoni (Puno) y Moquegua, Tacna, Arica y Tarapacá. Los héroes peruanos que alcanzaron la gloria, fueron El Coronel Buendla, que habla enfrentado al Coronel Boliviano García, que el 7 de enero de 1842 había bajado de Potosí, derrotado en Tarapacá y su tropa quedó en buena parte prisionera. Otro héroe fue el Coronel Rudecindo Beltrán, quien el 3 de abril de 1842, a la cabeza de un buen número de guerrilleros en 633

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Orurillo, sorprendió a la vanguardia de Ballivián que fue completamente derrotada. (/618/) Ballivián, dio entonces orden a sus tropas de replegarse al Desaguadero, pues la invasión le había desgastado a su ejército sin fruto alguno, no sin antes, por comunicación fechada el 28 de febrero de 1842 y firmada por el General Nieto, realizar el canje de algunos prisioneros: el Perú le entregó al Capitán boliviano Eugenio Lescano que había sido apresado por las guerrillas de Moquegua y Ballivián, desde Puno, dispuso la entrega del Teniente peruano Mariano Tafur, preso, después del desastre de Ingavi, según informó el 8 de marzo de mismo año. Los bolivianos habían permanecido en territorio peruano desde el 22 de noviembre de 1841, hasta fines de junio de 1842, realizando toda clase de vejámenes, por lo que el Presidente Ramón Castilla, el 25 de octubre de 1845, firmaba la Ley que declaraba a Moquegua y Puno indistintamente como "Valiente, Esforzado y Leal Departamento". Encontrándose el Mariscal Nieto en Moquegua, recibió la comunicación del Ministro de Guerra, Juan Crisóstomo Torrico, por la cual se le ordenaba que entregase la fuerza de su mando al Prefecto Mendiburu, sin excusa ni demora alguna. Se había producido una nueva revolución encabezada por Torrico. A Nieto no le quedó otra situación que cumplir con la orden, por lo que dispuso que el Coronel Ríos viajara a Tacna con los soldados y los entregue al Prefecto Mendiburu. Torrico había enviado, desde Arequipa, por la ruta de Torata, al Comandante Salgado con la finalidad de conquistar a las tropas de Nieto proponiéndoles ascensos y aumento de sueldos. Salgado fue hecho preso en Torata, por orden de Nieto, y llevado a Moquegua donde dio a conocer los planes de Torrico. Nieto, lo dejó en libertad, después de haberlo interrogado en la casa donde se alojaba que era de propiedad de Don Tomás Ordóñez. Se encontraba de Subprefecto el Sr. Chocano, que era autoridad de confianza de Nieto. Esto sucedía en Moquegua el 24 de marzo de 1842.

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Mientras que los caudillos se disputaban el poder, el territorio se encontraba invadido por fuerzas extranjeras. Nieto viajó a Ilo a encontrarse con su hermano Bartolomé. (/619/) C) Mariscal Ramón Castilla A la muerte del Presidente Agustín Gamarra, el 18 noviembre de 1841, en la Batalla de Ingavi, persistiendo en el intento de unir el Perú y Bolivia, quedó al frente de los destinos de la República el Presidente del Consejo de Estado (o sea el Vice-Presidente de la República) Don Manuel Menéndez, un distinguido ciudadano dedicado a la agricultura. Menéndez; una vez que se firmó el Tratado de Paz con los bolivianos, llamó a elecciones, pero tuvo que hacer frente a la anarquía desatada contra su gobierno por caudillos militares que aspiraban a la Presidencia de la República por la fuerza de las armas, entre ellos estaban los generales Antonio Gutiérrez de la Fuente, Jefe del Ejército del Sur; Juan Crisóstomo Torrico, Jefe del Ejército del Norte; Francisco Vidal, que formaba parte del Ejército del Sur y Manuel Ignacio de Vivanco, se sublevaron contra el gobierno de Menéndez, triunfando el General Vivanco, quien tomó el Título de Supremo Director de la República, en febrero de 1843. El General Ramón Castilla había batido a La Fuente, en la "Quebrada del Diablo", en las afueras de Tacna o Intiorco, el 22 de setiembre de 1842 y avanzó sobre Moquegua, donde creyó encontrar muchos «castillistas». Según el Deán Valdivia "los moqueguanos habían peleado al lado de La Fuente y avergonzados de verse dominados por tacneños, a quienes despreciaban por no pertenecer a la categoría de Moquegua, estaban sufriendo sin poder conformarse con tal humillación; pero no tenía recursos para resistir. El joven moqueguano José Beltrán se propuso emprender contra Castilla y los tacneños, buscando armas, municiones y dinero. En Samegua consiguió 29 adherentes, pero se desanimó el Coronel Ríos para entrenarlos; sin embargo Beltrán marchó sobre Moquegua, armado de 635

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carabinas y fusiles, donde se encontraba Ramón Castilla. Éste, había dispuesto a una de sus Compañías en una esquina de la Plaza de Armas y la otra en la cárcel, también en dicha plaza. (/620/) Beltrán rompió fuegos sobre la puerta de la cárcel, donde había un centinela. Castilla, que recién se sentaba a la mesa, oyó los primeros tiros; tomó su espada y corrió a la plaza siguiéndole cuatro de sus asistentes, de los cuales murieron dos. A Castilla, una bala le llevó un bocado de su espada; otra le llevó la charretera izquierda; otra le horadó la charretera derecha, rompiéndole la casaca y camisa, hiriéndole el hombro. Afuera, en la esquina de la Iglesia de Santo Domingo, la situación favorecería a José Beltrán, quien había dado muerte a quince castillistas. Al ser informado de esta situación Ramón Castilla se retiró al Parque de La Alameda, acosado por los tiradores, donde encontró a su Ayudante el Comandante Castañón, que regresaba después de alimentar a la caballería, montando ambos sus respectivos acémilas en dirección al Portillo, salvándose del tiroteo Los soldados de Castilla, quedaron presos. El Deán Valdivia, agrega que "los magnates tacneños que lo acompañaron, prisioneros también, fueron bien tratados por los moqueguanos". Ese combate sucedió el 29 de setiembre de 1842. Los que contribuyeron en esta acción fueron los siguientes: Bernardo Ríos (municiones); el Dr. Tadeo Ordónez (dinero, municiones y garantía para que se diera a Beltrán y sus compañeros cuanto pidiesen); Mariano Flores, Lorenzo Flores, Antonio Tapia, Cayetano Durán, José Durán (municiones). En el Pago de Yaracachi, contribuyeron: Juan Fajardo, Pedro Flores, Antonio Gómez, Pedro Portocarrero, Felipe Mazuelos, Pedro Góngora y Mariano Claudio. Por Tumilaca y Yacango: Cruz Luna y por Homo, Mariano Prado. Antonio Arguedas, al mando de siete moqueguanos, acometió por la esquina del reloj y se posesionó cerca del pilón. Éstos fueron: Manuel Córdova, Carmelo Escobar, José María Álvarez, Andrés Vargas, N. Rodríguez, Valentín Pinto y Santiago Yañez apodado «Ojo de avispa», que salió herido; batiendo a los castillistas Mariano Saguarbru, Francisco 636

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Garabito, Guillermo Sáchez, Marcelino Valdivia, Juan Villanueva, Mariano Zapata, Gabriel Peñalosa, Mariano Zevallos (herido), Juan Reyes (herido), y Manuel Aguayo. José Alemán, hizo prodigios de valor audaz. (/621/) Una columna que salió por el cementerio, la integraban Jacinto Arguedas, Mariano Narbarte, Patricio Vargas, José Angulo, Antonio Angulo, Camilo Cuadros, Sebastían Zapata, Juan Vizconde y José Vera. A la esquina del pilón se agregaron los que tomaron el Cuartel de cazadores: José Valdivia, Miguel Eyzaguirre, Victoriano Pinto, Esteban Vargas, Mariano Herrera, Domingo Vargas, Mariano Llosa, Manuel Barrios San Román (murió), Francisco Castañón, Miguel Hurtado, Patricio Vera, Pablo Arguedas, Manuel Angulo, Mariano Rospligiosi, Angel Yáñez, Manuel Bleson, Cipriano Ríos, Casimiro Dávila, Francisco Vargas, José Gómez, Miguel López, Eduardo Villanueva, Gregorio Dávila, Nicolás Vargas y José Yjarro. Los que batieron la caballería, mandada por Castañón, fueron por Estuquiña: Manuel Vargas. Por Yaguay: José Delgado y Fabián Lira. Por Charsagua: Pedro Alcázar y Juan Alcázar. Por Samegua: Juan Vargas, Jorge Caucacho, Ignacio Ramírez (murió), Francisco Soto (murió). Quedaron en poder de los moqueguanos las compañías de Granaderos y de Cazadores, más los notables que acompañaron al Mariscal Castilla. El Deán Valdivia, agrega: "todos fueron generosamente tratados. Desde entonces Castilla y los moqueguanos se respetaron recíprocamente en muy alto grado. Castilla regresó a Tacna; hizo dar aviso al Deán Valdivia al amanecer y éste le curó la herida del hombro. La bala horadó la charretera, cuyo interior había sido de hojalata; le trituró la levita de paño y le hirio el hombro que estaba como molido, amoratado y tan hinchado que no le permitía mover el brazo. Un poco aliviado, se embarcó para Lima". Pasado algún tiempo, cuando los ánimos ya se calmaron, el Marisca! Nieto, Título concedido por el Presidente Vidal, escribía a Ramón Castilla, que se encontraba en Tarapacá «forme Ud. un ejército, apodérese de 637

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Arica y avance hacia Tacna, yo desde Moquegua, avanzaré a Tacna. Parece que Ud. y yo seremos los que tengamos que pelear y libertar al Perú de tantos traidores. Tengo la más viva fe en la Providencia, que protegerá nuestra buena intención. Felizmente Ud. y yo no volveremos nunca caras a éstos miserables que inventan los medios de infamarse». Ambos: Nieto y Castilla, obtuvieron la victoria de la Batalla de Pachía el 29 de agosto de 1843, contra el Jefe vivanquista Juan Francisco Balta. (/622/) Este, con un pequeño destacamento, se había alejado de su ejército. Nieto lo atacó y simuló volver caras para atraer a la caballería y a su jefe a un lugar distante de la infantería, circunstancia que Castilla aprovechó para dominar rápidamente a ésta. Al volver. Balta fue recibido con descargas cerradas desde las tapias del cementerio, mientras Nieto lo acosaba suspendiendo su falsa retirada. Balta huyó a Puno. La fuerza perdida por Balta consistía en unos 450 hombres con el parque militar. Una parte de ellos fue incorporada a las tropas de Nieto y Castilla. Quedaban los 2,800 del ejército de Guarda, a los que se unieron 800 que llevó de Puno y Arequipa Fermín del Castillo y un Batallón del Cuzco con el Coronel Lanao. Dichas fuerzas, más o menos llegaban a 3,200 hombres. Formada esa tropa, Nieto volvió a Moquegua, llevando armamento y municiones para la infantería y Castilla quedó en Tacna con los prisioneros para reforzarlos. Pasado no mucho tiempo, recibió Nieto aviso de Puno en el sentido de que Guarda se movía con su ejército a Ylubaya, por lo que ofició a Castilla para que, con todos los elementos de guerra que pudiese, se viniera a Moquegua inmediatamente. Ambos ejércitos, los de Nieto y Castilla, ascendían a más de 1,200 soldados. Al aparecer Guarda en Ylubaya., mandó intimación a Nieto para que se rindiera. Nieto, con dos compañías y una mitad de la Caballería se situó en Sancara cerca de la Quebrada de Quilinquilen. Al llegar Castilla de Tacna, se situó en Samegua. Guarda, de Torata, tomó el camino de Tumilaca. A Nieto también le

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avisaron que el Coronel Ugarteche se dirigía a ocupar el Alto de Tumilaca, por lo que Nieto ordenó a Castilla que lo cercara. Ya en la madrugada, cuando Ugarteche estaba a tiro de fusil, una descarga cerrada lo hizo huir por la otra orilla, dejando muertos y heridos. Nieto tomó como prisionero al Mayor Labó, que fue el que de Arequipa condujo preso a Nieto a Islay, en otras acciones de guerra. Guarda, huyendo, tomó el camino de Ugarteche, río Moquegua abajo, hasta Las Canteras, pasando la noche. (/623/) Nieto, también, por la noche, bajó hasta El Portillo donde dio rancho a su tropa, agua y forraje a la caballería e hizo dormir a la tropa para aguardar en ese punto el enemigo. Al amanecer del día siguiente, Guarda, que estaba en Las Canteras, se dirigía a Homo, casi al frente. Cuando llegó al llano de San Antonio, colocó a la derecha la artillería, apoyado por la caballería. Al centro el Batallón Lima y a la izquierda el Batallón Lanao, y a retaguardia la caballería a órdenes del Coronel Juan Francisco Balta y del Coronel Fernando Alvizuri. Nieto opinaba que se ataque a Guarda inmediatamente, pero Castilla opinaba lo contrario, porque desde El Portillo, donde estaba Nieto, recibiría apoyo de los moqueguanos, De pronto, el ejército de Guarda, por partes, bajaba a tomar agua al río, Nieto ordenó a Castilla que baje... a la casa de Chocano, en Homo, y actúe según las circunstancias. El General Castilla corrió al río y se encontró con el Coronel Castillo, haciéndolo correr en distintas direcciones. Inmediatamente Nieto atacó a Guarda. Balta fue herido en la mano. El General Castilla vio a distancia al Batallón Lanao, con las armas en descanso y corrió solo hacia él y con una voz de trueno dijo: "¡Batallón, armar pabellones al agua!" y corrieron inocentemente al río. Castilla se apoderó de los fusiles, dejó allí parte de su tropa y con el resto marchó hacia donde Guarda, que lo encontró con Nieto, que trataban de acordar una Capitulación. Castilla, le dijo a Guarda «Qué Capitulación. Ud. es mi prisionero». Tomó a Guarda del brazo y lo entregó a buena custodia. Esta acción de guerra se libró el 28 de octubre de 1843 (Batalla de "San Antonio").

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Nieto, que sentía los dolores al hígado, fue atacado de una fuerte gripe. Restablecido, dio orden de avanzar hacia Puno, donde continuaron hacia el Cuzco. Castilla, sin detenerse en esta ciudad, avanzó hasta Apurímac donde venció a Lopera, apoderándose de toda su fuerza. Nieto, bastante enfermo, se quedó en el Cuzco, allí decidieron nombrarlo Presidente de la Junta Provisoria de Gobierno de los Departamentos Libres, mientras se producía el restablecimiento de la Constitución de 1839. (624/) Presidente de ella fue el Gran Mariscal Domingo Nieto. La integraron el General Ramón Castilla, el Coronel Pedro Cisneros, El Dr. José M. Coronel Zegarra y el Coronel de la Guardia Nacional Nicolás Jacinto Chocano. Secretario y Vocal Suplente fue el Coronel José Félix Ygaín. Más tarde la Suprema Junta de Gobierno Provisorio de la República, quedó reducida a Castilla, San Román e Iguaín, porque de pronto el mal que padecía Nieto se empeoró y falleció el 17 de enero de 1844, a los 41 años de edad. Ramón Castilla, había nacido el 30 de agosto de 1797 en Tarapacá. Su padre fue Pedro de Castilla, bonaerense, dedicándose a la ocupación de cateador de minas y azoguero. Su abuelo, Pedro Pablo de Castilla, había nacido en Santillana, montañas de Santander (España), llegando a América como visitador de Hacienda. Su abuela, Paula Manzano, provenía del Río de la Plata. De su madre, Juana Marquesado Romero, díjose que era hija de una india y de un genovés, Juan Bautista Marquesado, que llegó a ser Coronel de milicias en Tarapacá. Juana Marquesado, falleció en Tarapacá en mayo de 1842. En ese pueblo continuó residiendo tambien José María Castilla, hermano de Ramón, que llegó a tener el grado de Coronel, Ramón Castilla, en su niñez, trabajó de leñador al servicio de su padre. Su hermano mayor Leandro lo llevó a Concepción (Chile), donde administraba los intereses de la familia La Fuente y allí lo matriculó en la escuela. Al estallar la revolución de la Independencia de Chile, se enroló en el ejército Dragones de la Frontera. En diciembre de 1817 emprendió el viaje de Brasil al Perú. El Virrey 640

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Pezuela lo envió como cadete a los Dragones de la Unión. Incorporado al Escuadrón Húsares de la Legión Peruana, organizó el ejército en Trujillo y Lambayeque. Lealmente sirvió a Riva Aguero hasta que se enteró de sus negociaciones con el Virrey para establecer una Monarquía. El General Jose La Mar, lo incorporó como Ayudante del Estado Mayor General del Ejército Unido Libertador. En mayo de 1825 estaba Castilla en Arequipa. (/625/) El General La Fuente, su paisano, Prefecto de Arequipa, lo nombró Subprefecto de Tarapacá el 24 de junio de 1825. Ascendió a General después de la victoria del Partido Constitucionalista u orbegosino y viajó a Puno como Prefecto EI 11 de octubre de 1825, Santa Cruz lo mandó apresar para remitirlo a Oruro, por lo que fugó hasta Ilo y se asiló en un buque que obedecía a Salaverry. En la Primera Expedición Restauradora, fue Comandante de la Legión Peruana y Prefecto de Arequipa y tuvo notorios disgustos con Vivanco, Jefe de las Tropas peruanas. Sirvió a Gamarra como Ministro General y luego como Ministro de Guerra y Hacienda. Actuó en la invasión a Bolivia, conjuntamente con Gamarra que murió en Ingavi y fue hecho prisionero Castilla, pasando penurias. Regresó el 10 de setiembre de 1842. Realizadas las elecciones convocadas por Manuel Menéndez, el General Ramón Castilla resultó Presidente de la República por voluntad popular, asumiendo tan alto cargo el 20 de abril de 1845, ante el Congreso de la República. Su Primer Gobierno terminó el 20 de abril de 1851, después de un período de 6 años de acuerdo a la Constitución de 1839 le sucedió en la Presidencia, por elección popular, el General José Rufino Echenique, quien incurrió en irregularidades de la deuda externa. La rebelión se concentró en Arequipa, en enero de 1854 terminando por acaudillarla Ramón Castilla. El 5 de enero de 1855, el ejército revolucionario venció en La Palma, en las afueras de Lima, implantándose en forma provisional un gobierno liberal presidido por Castilla como Presidente Provisional y en 1858 Castilla fue elegido Presidente Constitucional, asumiendo la presidencia el 24 de octubre de ese año. Gobernó hasta el 24 de octubre de 1862 641

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(un período de 4 años de acuerdo a la nueva Constitución de 1860) en que asumió la Presidencia el Mariscal Miguel San Román. El 17 de mayo de 1866 llegó Castilla de Europa, del destierro a que fue sometido por el Presidente Pezet, En mayo de 1867 aparece en Tarapacá, acaudillando lo que sería su última revolución y emprendió por la inclemente Pampa de Tamarugal su marcha hacia Arica, sublevada contra el gobierno y que lo esperaba para que acaudillara el movimiento. (/626/) Desgraciadamente el 30 de mayo de 1867 Castilla, anciano y enfermo de asma, es atacado por el soroche y alta fiebre. Cerca de la aldea de Tiliviche, desierto de Tarapacá echó pie a tierra, apoyó la cabeza sobre el pecho de su ayudante y como buen soldado de caballería, murió con las riendas en la mano. Su cadáver fue trasladado a Arica. El Congreso del Coronel Prado dio la ley promulgada el 25 de junio disponiendo que se realicen en Lima los funerales. Derrocado Prado, el Vicepresidente encargado de mando, General Pedro Diez Canseco dispuso por Decreto del 4 de julio de 1868 el cumplimiento de esta Ley. EI 19 llegaron los restos al Callao y el 23 de julio fueron sepultados en el Cementerio General. D) Comandante Pablo Arguedas Hurtado El 2 de noviembre de 1857, al frente de un grupo de soldados, el moqueguano y Comandante Pablo Arguedas Hurtado, penetró en el recinto de La Convención y expulsó a los Diputados. Enrique Chirinos Soto, agrega: "La Magna y elocuente Asamblea quedó disuelta. Castilla, sin retirarse del poder, como candidato único, se otorgó enseguida así mismo la calidad de Presidente Constitucional. En 1860, llamó a Congreso para cambiar la Constitución dictada cuatro años antes con su auspicio". Mientras Castilla se ocupaba en la empresa de atacar a Vivanco, mandaba en Lima el Consejo de Ministros, compuesto por los Doctores Mar y Ortiz de Zeballos y el General Raigada. Pero los Verdaderos Mandatarios eran Mar y Ortiz de Zeballos. 642

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La Convención estaba funcionando. Algunos jefes se reunieron en sesiones privadas para disolverla a balazos, contando con el apoyo de los descontentos, y con la aprobación del Consejo de Ministros, o por su orden, según se dijo. Era Presidente de la Convención el Dr. Manuel Toribio Ureta y vicepresidente el Diputado por Arequipa Deán Juan Gualberto Valdivia. Al ir el Dr. Ureta a La Convención, se le acercó un amigo en la calle y le dio aviso del acuerdo de los Jefes militares para disolver La Convención con la ayuda de la Fuerza Armada. (/627/) Ureta llegó a la Casa de La Convención, y sacando una cartera de su bolsillo, se la dio al Deán Valdivia para que leyese el apunte que con lápiz había hecho del aviso que se le dio, en el cual constaban los nombres de los Jefes, la casa y la hora en que se había hecho el acuerdo. Valdivia preguntó a Ureta las providencias que pensaba tomar, por lo que Ureta le contestó: "Ninguna". Y agregó: "Vaya abrir la sesión y esperaremos como romanos la muerte en nuestras curules aureoladas". Acto seguido llamó a uno de los ayudantes a La Convención y le manifestó que esté atento al movimiento de la guardia. Ureta, entró al salón, ocupo la silla, tocó la campanilla y la sesión quedó abierta. Juan Gualberto Valdivia, Diputado y Vicepresidente de La Convención, nos continúa relatando: "Se estaba dando cuenta de la sesión anterior, y se notó la emoción y espanto de los individuos de la barra, que salieron con estrépito: se oyeron gritos de la guardia y los golpes con que cargaban los fusiles. Los Diputados se alarmaron y principiaron a salir por donde podían. Entró un oficial al salón de sesiones, con tropa que traía los fusiles preparados y en voz de mucho tono, levantando su espada, dijo: iSeñores, afuera: Y no quedaron en el salón más que el Presidente Ureta, en su puesto, y en las sillas respectivas el Vicepresidente Valdivia y los Diputados Francisco Quiroz y el General Lizarzaburu. Ese hecho escandaloso era el segundo, a ejemplo del que se ejecutó en 1834, de orden de los generales Gamarra y Bermúdez. El Dr. Ureta salió al frente, sin alterarse, 643

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increpando al oficial y a la tropa por la deshonra de su profesión y la fealdad del acto que habían cometido. Valdivia, Quiroz y Lizarzaburu, salieron por la izquierda a la primera entresala y se encontraron con soldados a bayoneta calada conducidos por un oficialito muy joven, quien también les dijo: ¡Señores, afuera!, por lo que Valdivia les contestó: hijo mío, con hecho muy infame comienzas tu carrera. El oficial repuso: Yo obedezco lo que me mandan. Cuando Quiroz y Valdivia llegaron al zaguán, vieron fuera de la puerta de la calle, a caballo con espada desnuda, nada más que al moqueguano Comandante Arguedas. Montaba el tal Comandante un hermoso caballo tordillo, que pocos días antes le había dado prestado el Dr. Ureta, Presidente de La Convención, y más de setecientos pesos que le pidió prestado. (/628/) El Dr. Ureta presentó la queja al Ministro de Gobierno, el Dr. Mar, para que tomara las providencias convenientes y prescribiéndole concurriese a dar cuenta a La Convención, que se reuniría al día siguiente. La Convención se reunió, resuelta ya a que la fusilen en el Salón. Concurrió el Ministro Mar y dijo: «que como no había más fuerza de la que pudiese hacer uso el Gobierno, se había limitado a ver personalmente al moqueguano Comandante Arguedas en su cuartel y advirtiendo que estaba borracho, se había abstenido de pesar adelante, para examinarlo que debía saber el Gobierno, pero que sin embargo procuraría hacer lo posible para garantizar el respeto y la libertad de La Convención, como así proteger a los Diputados del Perú". Los Diputados se retiraron, convencidos de que nada favorable podían esperar del Gobierno, Desengañados por noticias y hechos posteriores de la protección del Gobierno al moqueguano Comandante Arguedas, formularon una protesta el 9 de noviembre de 1857, cuyo tenor es como sigue: Que, protestaban de la violencia que se había cometido por la Fuerza Armada contra la Representación Nacional, haciendo a los autores de tan terrible atentado, responsables de cuantos males sobreviniese a la República. Que, suspendían su asistencia a las Sesiones, confiando en que mediante el patriotismo y dignidad de los 644

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Pueblos del Perú y el honor y deber de los militares fieles a la causa de la libertad, se salvarían las instituciones, y se conseguiría que la Nación fuese reparada del escarnio hecho a su soberanía y decoro el día 2 del expresado noviembre. El Acta fue firmada por el Presidente, el Vicepresidente y cincuentaiséis Diputados de La Convención Nacional. Los jefes honrados del ejército de Castilla, que no pudieron sobrellevar con disimulo la indignación por tal atentado, se separaron del ejército. Tal honor ocupó el Coronel Mugaburu, Jefe de Caballería y al Comandante Rodríguez, de la misma arma. (/629/) El moqueguano Comandante Arguedas, siguió desempeñándose en sus Batallones y ocupando el cargo de Jefe Político. Nació en la ciudad de Moquegua; el 23 de julio de 1820. En eI hogar de Antonio Arguedas y Manuela Hurtado. Se casó con Doña Úrsula Sáinz. Vivía en Lima en la calle Belén No 8, de acuerdo con su partida de defunción, inscrita en el Libro No 01, folio 175, de la Parroquia de Santa Ana. Fue enterrado en el Cuartel San Camilo No 149-B. Desde 1908, sus restos son trasladados a la Cripta de Los Héroes. Había fallecido el 13 de enero de 1881, en la Batalla de San Juan (Lima), siendo Comandante General de la Segunda División del Norte, en la Guerra con Chile. EI 21 de diciembre de 1879, a las órdenes de Nicolás de Piérola, participó en el derrocamiento del General Luis La Puerta, donde participaron también miembros del Concejo Municipal de Lima. En un Cabildo Abierto declararon a Piérola Jefe Supremo y se le otorgaron poderes de Dictador. Arguedas, con el Grado de Mayor, participó en la Batalla de Tarapacá, llevada a cabo el 27 de noviembre de 1879, en compañía de los Coroneles Andrés A. Cáceres, Francisco Bolognesi, Justo Pastor Dávila, Miguel Rlos, Augusto Bedoya, Zubiaga, Víctor Fajardo, Manuel Suárez y Sargento Mariano Santos. Las tropas peruanas replegadas hacia Tarapacá, son atacadas por una división chilena de más de 3,000 hombres de las tres armas. Después de reñido combate, de más de diez horas, los chilenos son derrotados 645

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muriendo heróicamente los Coroneles Zubiaga y Suárez. En Tarapacá, Arguedas pertenecla al Batallón "Zepita" , siendo Jefe del Ala Izquierda, comprendida por la Tercera y Cuarta División, quien había ganado la altura de unos cerros, permitiendo la emboscada a los chilenos. El triunfo de Tarapacá, al final, sin embargo, se constituyó en una pálida victoria porque no cambió el rumbo de la guerra. (/630/) Participó en la Batalla de La Palma, el 5 de enero de 1855, a órdenes de Ramón Castilla, contra el presidente Rufino Echenique. El terreno en donde había de librarse la batalla era el de la Hacienda La Palma. Acompañaban a Echenique los generales Pezet, Deustua, Cisneros y Guarda, quienes no pudieron hacer nada ante la avanzada de Castilla y Arguedas, por lo que Echenique no tuvo más remedio que dirigirse a Lima y solicitar asilo en la Legación inglesa. En plena Guerra con Chile, el Presidente Mariano Ignacio Prado, había obtenido, en mayo de 1878, autorización del Congreso para emprender viaje al exterior. Claro que no era político ni conveniente dejar el país en esos momentos. Él decía que lo alentaban Miguel Grau, Andrés A. Cáceres y Montero. De esta situación se aprovechó Nicolás de Piérola, quien, teniendo al frente al Coronel Arguedas, tomaron el poder. Esta revolución no pasó a ser un motín de cuartel que sobrevino como era de esperarse. El pueblo no tomó parte en el motín y la lucha se redujo al intento que hizo el general La Cotera a fin de dominar a Arguedas, que fue el autor de la Revolución, éste mismo que sin autorización alguna disolvió a la fuerza el Congreso o La Convención, en favor de Castilla, quien no aprobó lo hecho y no detuvo el proceso que se siguió a Arguedas. Todavía, en 1879, la Cámara había insistido en que se fallase la causa contra él. El ejército, si exceptuamos el cuerpo que obedecia a Arguedas, y el que trajo Piérola, del Callao, se mantuvo al margen de la lucha, en buena parte porque no querían asumir la gran responsabilidad que traía consigo una lucha civil estando ocupado nuestro territorio. Prado, al llegar a Nueva York, se enteró lo de Arguedas. La situación interna del Perú no era ciertamente la más halagadora. 646

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Durante la Batalla de San Juan (Lima), el Coronel Arguedas era Comandante General de la Segunda División del Norte y estaba situado cerca del Morro Solar. Murió cuando se encontraba montado a caballo rodeado de un grupo de oficiales: cayó en campaña en primera línea, ante el avance del enemigo. Su muerte fue muy sentida, no sólo por las circunstancias mismas sino porque acababa con él un soldado de antaño, tenaz, cuya vida la había consagrado al servicio del país desde temprana edad. (/631/) E) Francisco Javier de Luna Pizarro Luna Pizarro, fue uno de los artífices de la Proclamación de la Independencia del Perú. Se desempeñó como Sacerdote, maestro, político, bibliotecario, etc. Odiado por Bolívar, querido por el pueblo, amigo de San Martín. En Torata y Moquegua, dejó grandes enseñanzas: fue uno de los más grandes hombres de su tiempo. Nació en Arequipa, el 13 de diciembre de 1780, siendo su padre el Teniente Coronel Juan Bautista de Luna Pizarro y su madre Cipriana Pacheco Aranz. Su padre falleció cuando Francisco Javier era todavía niño. Frisaba en los once años, cuando ingresó el 13 de agosto de 1791 en el Seminario Conciliar de San Jerónimo, gracias al apoyo de su tío y padrino el canónigo Francisco Javier Pacheco y a la generosidad del Obispo de Arequipa Pedro José Chávez de La Rosa, donde estudió la Sagrada Teología, Gramática, Retórica y Filosofía. Siendo alumno muy aprovechado el Obispo Chávez lo envío al Cuzco, para que en la Universidad de San Antonio Abad optase los grados de Licenciado y Doctor en Leyes, Sagrados Cánones y Sagrada Teología, llegando a fines de 1798. Cumplido su objetivo, represó a Arequipa, donde realizó su práctica en el estudio del destacado Abogado Evaristo Gómez Sánchez. El Obispo Chávez, con fecha 3 de agosto de 1799 nombró a Luna Pizarro Profesor de Filosofía.

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Postuló para la Canongía Magistral de Arequipa, pero la suerte no lo ayudó. Luna Pizarro acompañaba al Obispo como buen alumno, a diferentes ciudades. Estando ambos en Lima, el Obispo Chávez lo consagró Sacerdote el 13 de agosto de 1806, retornando a Arequipa. El 25 de setiembre de 1800, se recibió de Abogado en la Real Audiencia del Cuzco. Como profesor en Arequipa, tenía alumnos destacados como el tacneño Francisco de Paula González Vigil y el poeta Mariano Melgar. De Pro-Secretario de Cámara del Obispo Chávez , pasó a ser Vicerrector y Regente de Estudios del Seminario. Expidió este nombramiento, en Arequipa, el Tesorero del Cabildo Catedral y Gobernador del Obispado, el 20 de noviembre de 1807. (/632/) Al presentarse vacante la plaza de Sacerdote en Torata (Moquegua), comprensión del Obispado de Arequipa, decide postular, obteniendo el Primer Puesto. El Obispo Chávez, había estado en Moquegua en 1789. El 2 de junio de 1808 el Virrey Abascal lo presentó como Vice-Patrono que era y Luna Pizarro recibió la institución Canónica. En Torata realizó una magnífica labor pastoral en la comunidad, quedando gratos recuerdos de él. La misma situación había ocurrido en Moquegua. Muy corta fue su permanencia en Torata, pues el Obispo Chávez lo llamó a Lima. No quiso el Obispo regresar a España sin su fiel Secretario. Ambos, en el mes de marzo de 1809, se embarcaron en el navio "San Fulgencio". La Península había sido invadida por Napoleón Bonaparte. El 24 de setiembre de 1810 asistió a la inauguración en la Sede de León, de las Cortes, que poco después sesionaron en la Iglesia de San Francisco, en Cádiz. Después de dos años de permanencia en Europa, el 22 de diciembre de 1811 se dio a la vela en la goleta «Hermosa Mejicana» y el 16 de abril del año siguiente se encontraba en suelo patrio. El 24 de abril de 1812 tomó posesión del beneficio capitular que se le había concendido y,

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luego, comunicó al Obispo La Encina de Arequipa su llegada al Perú y su incorporación al Cabildo Eclesiástico de Lima. En noviembre de 1813, la Provincia de Arequipa eligió diputado para las Cortes Ordinarias de la Monarquía Española. Luna Pizarro fue como Diputado Suplente. El 23 de octubre de 1816 había ascendido a Racionero de la Catedral de Lima. El Arzobispo Bartolomé de Las Heras lo nombró Examinador Sinodal. Rector de San Fernando fue Luna Pizarro desde 1819. En 1815 Luna Pizarro pidió al Inquisidor General Licencia para leer libros prohibidos, concediéndosela Francisco Javier Mier y Campilo, en Madrid, el 30 de marzo de 1816, pero el Tribunal de Lima no dio curso a la gracia concedida. Acusó al agracidado, el 7 de febrero de 1817. Ya se le tenía por sospechoso desde 1807 en que fue acusado al mismo Tribunal por haber prestado libros prohibidos. (/633/) Al llegar San Martín, Luna Pizarro estaba en constante comunicación con el Libertador. El 10 de enero de 1822 nació la Sociedad Patriótica, teniendo como Presidente a Bernardo Monteagudo, discutiéndose la mejor forma de gobierno. Se sabía que Luna Pizarro era antimonarquista. El 20 de setiembre de 1822, fue elegido diputado por Arequipa; el Congreso lo eligió como Presidente. Los Secretarios, fueron Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui. El 27 de febrero de 1823 es la fecha de la primera derrota del Parlamento por la tropa levantada. Luna Pizarro estuvo en contra de las imposiciones de Santa Cruz. La Constituyente eligió a Riva Agüero a pesar del voto en contra de Luna Pizarro, por lo que tuvo que marchar al exilio de Chile. Durante su destierro, cayó el gobierno de Riva Agüero. Bolívar había llegado a Lima el 1 de setiembre de 1823. Fue la oportunidad de regresar al Perú. Salió elegido Diputado el 20 de noviembre de 1825, por Arequipa. El 12 de agosto de 1826 se le nombró Ministro Plenipotenciario en Méjico. Comprendió que querían

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deshacerse de él. Aceptó el destiero a Chile. El odio del Libertador contra Luna Pizarro era manifiesto. El gobierno de Chile dispuso que el bergantín "Aquiles" se hiciera a la vela y trajese a Luna Pizarro, llegando a Lima el 29 de abril de 1827. Salió elegido nuevamente Diputado por Arequipa en mayo de 1827, después Presidente del Congreso. Por orden del General La Fuente, el Coronel José María Raigada tomó prisionero a Luna Pizarro y lo llevó a la cárcel, acusándosele de ser partidario de La Mar. Nuevamente salió exiliado a Chile. En el gobierno del General Gamarra y con fecha 5 de marzo de 1831 se le nombró Deán de la Catedral de Arequipa. El mismo Gamarra poco después lo desterró a Chile. La vida política de Luna Pizarro acaba con la Confederación Perú-boliviana. El Santo Padre lo nombró Arzobispo de Lima el 24 de abril de 1845 . Falleció en 1850. (/634/) F) El Prefecto Iguaín y el Estado Hanseático En el año de 1844, se encontraba el General José Féliz Iguaín, desempeñándose como Prefecto del Departamento de Moquegua. Desde ese cargo dio a conocer su Proyecto de formar un Estado Hanseático, compuesto por los Departamentos de Moquegua, Tacna y Tarapacá, independiente del resto del Perú, para confederarlo después con Bolivia. El término Hansa o Ansa proviene de la antigua confederación de varias ciudades alemanas para fines comerciales. Esta Liga fue pactada en 1241 por las ciudades alemanas de Lubec, Brema y Hamburgo, llegando a comprender cerca de 80 más. Tenía por objeto proteger el comercio de las ciudades alemanas contra los piratas del Mar Báltico y del Mar del Norte y contra las usurpaciones de los Príncipes vecinos. La Liga Hanseática extendió mucho su comercio y llegó a ser una entidad poderosa, poseedora de una flota, un ejército, un tesorero y un Gobierno Particular. 650

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Uno de los muchos documentos que llegaron a ser descubiertos fue la carta que escribió al Juez de Tacna, Narciso Barrios, donde decía textualmente: "Menester es ya pues pensar seriamente en salvarse y salvar al país adoptando el único medido que nos dejan las circunstancias que es el de una separación absoluta de esta infernal Babilonia (Lima) perenne manantial de corrupción y origen de todas las desgracias que ha sufrio el pobre Perú". Ya en julio de 1845, había hecho Ballivián, como Presidente de Bolivia, incitaciones secretas a algunas personas del Departamento de Moquegua para que declarasen independiente este territorio. El General José Félix Iguaín había nacido en Huanta (Ayacucho), el 21 de noviembre de 1800. Promovió en 1826, en su tiera natal, una sublevación contra Bolívar. Siendo periodista, redactó en los días de fervor nacionalista y anticolombiano, una exaltada hoja titulada "Atalaya contra Vitalicios". Más tarde, al producirse la "Batalla del Portete de Tarqui", recogió la leyenda negra que imputa a Gamarra culpabilidad en ella y editó "La Patria en Duelo". Además de su tribuna periodística tuvo la tribuna parlamentaria como diputado por Huanta, en 1832. (/635/) Llegó a ser apresado, no obstante su fuero legislativo, junto con Castilla. Salavery, lo nombró Coronel. Durante la época de la Confederación vivió emigrado hasta que actuó en la Campaña de la Restauración. En 1838, editó en Lima curioso periódicos como "El Periodiquito" y "El Rebenque", este último dirigido principalmente contra el representante diplomático de Inglaterra Belford Hinton Wilson. Volvió a estar preso en 1841 y 1842, por razones políticas. No le agradó, el aristocrático autoritarismo de Vivanco, por lo que se enroló en la sublevación constitucional y fue nombrado Prefecto de Moquegua, en cuyo puesto no olvidó su afición editorial, pues publicó en Tacna el periódico "El Fénix". En plena guera civil, entre Castilla y Vivanco, entre cosntitucionalistas y directorales, fuerzas constitucionalistas, es decir, castillistas, detuvieron el vapor inglés "Perú". Consideró el Jefe de la Escuadra Inglesa, que había sufrido 651

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una afrenta la bandera de su país y procedió a la detención y al embargo de la Escuadra Peruana que estaba pronunciada a favor del constitucionalismo y había sido reunida en el Puerto de Islay (14 de agosto de 1844). El 1 de setiembre del mismo año, el buque inglés "Cormeran", fue a hacer su aguada en el Puerto de Arica, perteneciente entonces al Departamento de Moquegua, en donde era Prefecto Iguaín, ascendido entonces a General de Brigada, además de ser miembro de la Junta de Gobierno. Como le fuera negado todo el auxilio, el "Cormeran", después de haber hecho embarcar al Cónsul inglés, bombardeó Arica. Llegó a arrojar 28 granadas. El enojoso incidente suscitado así con Inglatera encontró una solución en el Protocolo del 30 de mayo de 1845, firmado por el Ministro José Gregorio Paz Soldán y el Encargado de Negocios Guillermo Pitt Adams. El Coronel José Arancibia, Gobernador de Arica, y el Coronel Juan Gaspar Artaza, que en Islay detuvo al "Perú", fueron castigados y se les removió de sus funciones sin haberse aceptado por el gobierno peruano la exigencia inglesa de que diera satisfaciones por escrito quedando, a la vez, aceptadas por el gobierno inglés las explicaciones hechas por Paz Soldán. (/636/) En cuanto al General lguaín, fue separado de la Perfectura y Comandancia General de Moquegua, con el compromiso de no emplearlo mientras el conflicto con Inglatera no quedase terminado definitivamente. El Ministro Pitt Adams, había pedido que a Iguaín se le privara de sus funciones y de sus cargos, tanto civiles como militares y no aceptó la propuesta de abrir al respecto un juicio en el Perú o de entregar el asunto a arbitraje. Como "Transacción" se acordó que Iguaín quedaría suspendido de su grado militar. El gobierno peruano se reservó el derecho de reclamar ante el de Inglaterra con motivo de esta situación. Expresamente, declaró Paz Soldán, en el Protocolo, tres cosas:, 1) Que las concesiones hechas y la terminación de asunto no serviría de regla, ejemplo ni antecedente en otras diferencias que pudieran surgir, 652

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2) Que el gobierno peruano había "cedido al imperio de las circunstancias, que no había podido superar en la intimación hecha a nombre de Su Majestad Británica (a lo cual replicó el Negociador Británico que obraba en obsequio de la paz, sujeto al! fallo de S.M. La Reina)", 3) Que se reservaba hacer uso de sus derechos ante S.M.B Denuncias del Perú contra la forma cómo el gobierno británico había tratado el reclamo contra Hugo Wilson (Cónsul acusado con toda razón de intensas y tenaces actividades a favor de Santa Cruz) contemplaron el contenido de diferendo que Paz Soldán y Pitt Adams quisieron resolver. El arreglo del 30 de mayo fue un documento humillante firmado entre sollozos, dice Juan de Arona. Puede ser calificado, agrega este mismo autor, como peor que el Tratado Vivanco-Pareja de 1865. Una carta de Castilla al General Pedro Cisneros, el día anterior al de la firma de tan lamentable pacto, expresó que había hecho grandes sacrificios en obsequio a la paz nacional, a pesar de lo cual temía, no sin datos, el bloqueo y bombardeo de los ingleses considerando que "estos caballeros lo que quieren es el guano". (/637/) Al mismo tiempo, dio instruciones a Cisneros sobre el armamento y la tropa que debían ser empleados en defensa de la soberanía e independencia amenazadas. Expresa, pues, esta comunicación, una voluntad de lucha indeclinable frente a la amenaza contra la libertad del país. Pero los ingleses sólo querían vengarse de lo ocurido con el "Perú" y con el "Comeran". Al aceptar luego el claudicante arreglo por Paz Soldán, Castilla seguramente creyó que no podía hacer otra cosa en vista de la impertérrita actitud de Pitt Adams. Consideró, sin duda, que era una locura entregar el país a nuevos ultrajes y vejámenes y buscó, al mismo tiempo, la forma de liquidar la cuestión aunque fuera dolorosamente. El Protocolo fue conocido por el Congreso y éste le prestó su aprobación el 29 de mayo, tomando en cuenta el angustioso estado de cosas 653

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que las exigencias del gobierno británcio creaban. La Memoria Ministerial de 1847, por su parte, pretendió explicar esta misma actitud por "el estado de la República, el peligro del gobierno y la necesidad de salvar a toda costa la paz". La afirmación específica y reitierada hecha en el Convenio del 30 de mayo de que el Perú había obrado bajo el peso de una intimación y que haría una demanda a favor de sus derechos en Londres, fue confirmada cuando se produjo el nombramiento del Nuevo Ministro ante la Corte de la Reina Victoria, Juan Manuel Iturregui. Llevó Iturregui instruciones para plantear el reclamo pertinente y pedir indemnizaciones y satisfaciones con la enumeración de los agravios hechos al Perú por marinos y agentes británicos. Cumplió con el encargo en su nota del 12 de octubre de 1846 que Lord Palmerston contestó después de varios meses, en febrero de 1847, negándose a todo advenimiento y declarando que las fuerzas navales de su país serían «enérgicamente empleadas en proteger a los súbditos ingleses y sus propiedades, en defender los intereses y en mantener el honor de la corona de S.M.B" El arbitraje fue rechazado. Iturregui insistió en sus demandas, como también su sucesor Joaquín J. de Asma. A este asunto aludieron la memoria al Congreso de 1847 ya mencionada y la de 1849. (/638/) La Reina de la Gran Bretaña tomó la rara actitud de rehabilitar a Iguaín en sus honores y clase. Violentas actitudes adoptó José Félix Iguaín después del Convenio con Inglaterra. En una carta de Pedro Cisneros, el 13 de octubre de 1845, Castilla, dijo: «Probablemente a nuestro amigo y compañero Iguaín le haré salir del país en estos días porque se ha propuesto gobernar el mundo a su modo poniéndose en pugna con los gobiernos y con los hombres». Castilla, agregó «Iguaín quiere que el gobierno como un loco declarase la guerra insensata a los Ingleses por vengar a su persona". Fue entonces cuando conspiró y se sublevó contra quien había sido su jefe y su camarada durante la campaña de 1844 y 1845, así como se había sublevado o había conspirado contra Bolívar en Huanta en 1826; contra Gamarra 654

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en 1832; contra Santa Cruz 1836; contra Gamarra en 1841 y contra Vivanco en 1844. Su insurgencia halló expresión en una intentona en Tacna el 6 de febrero de 1846, efectuada según Castilla, con apoyo de Ballivián, Presidente de Bolivia. Apresado Iguaín el 19 de febrero, aparecieron en "El Comercio" de 22 de julio y en otras ediciones, posteriores y anteriores, del mismo diario, varias cartas suyas. También publicarónse el interrogatorio dirigido por el Ministerio al Juez de Primera Instancia para que le sirviese de norma al tomar la declaración instructiva; y muchos descuentos relativos a la declinatoria que entabló y a los recursos que suscribió y en los que no faltaron los violentos ataques e injurias al gobierno. El proceso llegó a ser tramitiado entre febrero de 1846 y agosto de 1847 Y la Corte Suprema anuló las sentencias de Primera y Segunda Instancia que le condenaban a seis años de destierro. No faltaron amigos y protectores del encausado en el Consejo de Estado. En agosto de 1847, el Congreso aprobó su salida del país como una censura tácita a la lenidad de Poder Judicial. A la legislatura de aquel año se dirigió Iguaín para solicitar la acusación del Ministro José Gregorio Paz Soldán por infracciones de la Constitución (Sesión del Congreso del 28 de agosto de 1847). (/639/) En julio de 1848, estallaron en Moquegua tumultos locales con motivo del relevo del Subprefecto, Coronel Ramón Vargas Machuca, noue (sic) fueron atribuidos a amigos de Iguain y en Tacna sublevarónse ellos encabezados por Mariano Céspedes. Al poco apareció el desterrado en Tarapacá una vez más, con la ayuda de Ballivián que entonces vivia en Chile. La intentona subversiva no llegó a adquirir volumen, el orden pudo ser restablecido en Tacna el 2 de agosto e Iguaín fue apresado el 29 de julio después de una persecución de pocos días; el Consejo de esta autorizó el juzgamiento militar de los comprometidos que llegasen a ser descubiertos y aprehendidos durante el período de sesenta dias (14 de agosto de 1848). Estimó el Consejo que los procedimientos ordinarios no eran eficaces para reprimir la voluntad de subversión. Pero el proceso militar siguió, sin embargo, un curso lento y los demás acusados quedaron 655

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dentro, del fuero ordinario. El gobierno atribuyó a Iguain haber participado en la conspiración de 1849. Recluído en una carceleta en la Bahía de Callao, quedó alll hasta la dación de la ley de buena voluntad, expedida al final de la primera administración de Castilla. Iguaín, como se ha dicho, habla sido sometido a juicio. Rompió en pedazos las principales piezas del expediente que servían de acusación cuando el escribano de la causa fue a hacer la notificación al cuartel. Este hecho significó, según el dictamen del Fiscal de la Corte Superior, «un desprecio a la justicia, un ataque violento, porque los documentos con que se perseguía el delito son de propiedad suya y rompiéndolos se ha hecho peor que desobedecer sus fallos quitando los medios fundamentales para la ación de justicia» El 20 de abril de 1851, dla de la ascensión de Echenique al poder, publicó Iguain desde la prisión un artículo en "El Comercio" y allí insistió en sus puntos de vista contrarios a la legalidad de ese acontecimiento e hizo la defensa de su derecho para desafiar a un duelo al nuevo Jefe de Estado. Expresó entonces que seguían en vigor no las leyes españolas prohibitorias de los desaflos sino una Orden General expedida por Salavery recomendándolos, sobre todo, entre militares, junto con otros actos del caudillo nacional en la guera contra la invasión boliviana, ella (según afirmó) había sido aprobada por el Congreso de Huancayo y, por consiguiente, estaba elevada al rango de ley vigente de Estado. (/640/) Tres meses después de su prisión y cuando estaba su salud quebrantada por las incomodidades de la prisión y por la depresión moral de su espíritu, Iguaín presentó un escrito en el que pidió su libertad, la que fue denegada por el Tribunal Superior. Este fue apelado, pero la Corte Suprema lo confirmó el 7 de julio. No pudo gozar de los beneficios que le otorgó la ley de amnistía de agosto de 1851, pues el 20 de setiembre de ese año falleció.

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G) La Batalla del Alto del Conde Después de seis años de una completa paz y al expirar el período constitucional del Gran Mariscal Don Ramón Castilla, se presentaron candidatos para alcanzar la Presidencia de la República. Éstos fueron: Echenique, San Román, Vivanco y Domingo Elías (rico hacendado de los valles viñedos de Pisco e Ica). Salió elegido Echenique. Don José Rutino Echenique había nacido en Puno en 1808, y era descendiente de una dstinguidia familia de Vizcaya (España). Siendo joven entró en el ejército patriota. El día de la Batalla de Ayacucho se hallaba prisionero, por los realistas, en la isla Esteves, en el Lago Titicaca. En la Batalla de Yungay, sirvió con Santa Cruz a la Confederación Perú-Bolviana. En 1843 se declaró contra Vivanco. Fue miembro del Consejo de Estado de Castilla y lo eligeron Presidente Constitucion del Perú en 1851. Echenique, estaba bien relacionado en el país: se casó con Victoria, hija de Don Pío Tristán, el último Intendente de Arequipa y Virrey del Perú, durante algunas semanas. Sus Ministros fueron de Guerra, el General Torrico, de Relaciones Exteriores, el Dr. Manuel Tirado y de Justicia el Dr. Charún (Obispo de Trujillo). No poseía grandes talentos militares y era poco experimentado en los negocios públicos, pues pasó gran parte de su vida dedicado a la agricultura. Castilla lo apoyó para que saliera elegido Presidente. (/641/) Las riquezas tan fácilmente adquiridas minaban las más rectas conciencias y trajeron consigo el despilfarro y la corrupción entre los hombres de Estado. Se reunió el Congreso en 1853 que prorrogó el plazo para la presentación de los reclamos para la deuda interna. A la suma antes reconocida se agregaron 8'000,000 de pesos y hubo sospecha de que en el manejo de estos asuntos se benefició, con mano pródiga, a algunos de los Ministros y a los amigos de éstos. 657

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El país entero se escandalizó, y el descontento se manifestó en abiertas rebeliones. Cuando el Congreso terminó sus sesiones, Don Domingo Elías lanzó un Manifiesto a la Nación, declarándose en contra del gobierno, reuniendo en torno suyo a todos los empleados de sus haciendas de Pisco e Ica y proclamó la Revolución, más fue derrotado en la Batatlla de Saraja (Ica) el 7 de enero de 1854. Castilla se mantuvo indeciso. Era contrario a sus principios el oponerse a un gobierno constitucional y, más aun, al que había apoyado en las eleciones. Pero se puso al frente de un Movimiento y marchó a Arequipa y allí se unió a Don Domingo Elías. El General Rufino Torrico, Ministro de Guerra, salió en marzo de 1864 a sofocar a revolución. Se acantonó en Paucarpata y, viendo que la situación estaba complicada, regresó a Lima. Castilla dejó a Elías en Arequipa y partió para el Cuzco, donde organizó un ejército y se le plegó el General San Román. El 1 de junio de 1854 dio a conocer un Manifiesto aceptando la Jefatura Suprema de la Nación con el Título de Presidente Provisorio. Después emprendió la marcha sobre Ayacucho. El gobierno de Echenique envió una Segunda Expedición al Sur a órdenes del General colombiano Trinidad Morán, quien instaló su Cuartel General en Moquegua consiguiendo la adhesión del pueblo. Los castillistas de Tacna y Arica, lograron formar un ejérctio y marcharon a Moquegua a hacerle frente a Morán. En igual forma Domingo Elías, desde Arequipa, al mando de otro ejército, marchó hacia Moquegua. (/642/) Ambos ejércitos se encontraron frente a frente en el «Alto del Conde», parte occidental del valle moqueguano, el 17 de noviembre de 1854, saliendo derrotados completamente los castillistas de Arequipa, Tacna y Arica que, conjuntamente con Domingo Elías, tomaron el camino de Arequipa. Trinidad Morán, alentado por el triunfo y contando con el apoyo de moqueguanos, atacó a Arequipa. La ciudad de Arequipa fue valientemente defendida por sus habitantes que barricando las calles, se defendieron toda la noche del 30 de noviembre. En la mañana siguiente el 658

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colombiano estaba completamente perdido. Lo tomaron preso y lo fusilaron en la Plaza de Armas. Trinidad Morán, había nacido en Tocuyo (hoy Venezuela; antes la Gran Colombia), el 26 de noviembre de 1796. Era hijo de Gregorio Morán, patriota de su país. A los 17 años sentó plaza de soldado y, desde entonces, hasta la consolidación de la Independencia, no dejó un instante de combatir por ella. A órdenes de Bolívar y de Sucre había peleado en las batallas de: Tacuarí, Puerto Cabello, Barbula, Aure, San Mateo, La Puerta, Quiman, Madrid, Cartagena, Iguachi, Riobamba, Pichincha, Pasto, Corpahuaico y Ayacucho. Habiendo estado años antes en Arequipa donde contrajo matrimonio con Doña Rafaela Zereceda. Defendiendo a Orbegoso y la Confederación estuvo en la Batalla de Yungay. Con la derrota quedó separado del ejército. Reincorporado al ejército peruano, fue ascendido a General por Echenique. Morán, después de su victoria de! "Alto de Conde", se dirige a Arequipa, contando con el apoyo del General Vivanco que, al ser herido, huyó a Islay. La Batalla había empezado en Paucarpata y se extendió hasta el centro de la ciudad de Arequipa. En Selva Alegre, fue capturado Morán por parte del General Diez Canseco. Elías, apenas supo la rendición de Morán, anunció al populacho: "Dentro de dos horas tendréis la cabeza de este infame extranjero"; resolución que determinó que las personas más notables y todas las comunidades religiosas fuesen a echarse a los pies de Elías, implorándole perdón, pero a todas rechazó éste tajantemente, diciendo "Ni Cristo lo salvará". (/643/) Se le dio la oportunidad de que se confesara y redactara su memoria en la que decía que 41 años de servicios que he hecho a la causa de la Independencia, le eran premiados con una muerte inmerecida. Sacado de la Quinta Landázuri, de Selva Alegre, se le condujo por Guañamarca (hoy Calle Rivero) y Santo Domingo. Fue fusilado en la Plaza de Armas de Arequipa el 1 de diciembre de 1854. Pasadas las 12 del día, el condenado fue enfrentado al pelotón de fusilamiento. Él mismo dio la orden: ¡Muchachos, apunten, fuego! Enterrado 659

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en Yanahuara, descansó después en la Iglesia de Cayma, de donde fue exhumado el 3 de diciembre de 1954, para ser conducido al Panteón de los Próceres de Caracas (Venezuela). Jorge Basadre, escribe: "Este guerrero leal y caballero, con una tristeza que resum,e todas las tristezas del Perú". Domingo EIías se sintió muy agradecido con los tacneños y ariqueños que habían estado de su lado en la Batalla del "Alto del Conde" en Moquegua. En el diario "El Republicano" de .Arequipa, con fecha 16 de diciembre de 1854, escribía: "Los valientes y heroicos leales de Tacna pelearon con un denuedo que rayaba en frenes! y descompuestos los malos fusiles que tenían, tomaron piedras y las arrojaron al enemigo". Estos mismos tacneños después de la Batalla del "Alto del Conde" en compañía de numerosos ariqueños prosiguieron su campaña hacia el Norte bajo la direción de Felipe Osorio y Cesáreo Vargas para tomar parte de la Batalla de «La Palma», ocupando el ala izquierda de las tropas castillistas contra Echenique. Castilla, por lo pueblos que pasaba, desde el Cuzco hasta Ayacucho, abolió el tributo de los indios. El 5 de enero de 1855, el ejército revolucionario de Castilla venció, en una sangrienta batalla ocurrida en las afueras de Lima en el lugar denominado "La Palma", al ejército de Echenique. Se implantó en forma provisional un gobierno liberal presidido por Castilla como Presidente Provisional y en 1858 Castilla fue elegido Presidente Constitucional, asumiendo el mando el 24 de octubre de ese año. Gobernó hasta el 24 de octubre de 1862 (un período de cuatro años de acuerdo a la Constitución de 1860), en que asumió la Presidencia el Mariscal Miguel de San Román. (/644/) Echenique, después de la batalla de "La Palma", se embarcó en el Callao, rumbo al exilio. Regresó pacíficamente en 1862 y en 1872 fue nuevamente candidato. Murió en Lima en enero de 1887, a la edad de 68 años de edad.

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H) Acciones Revolucionarias de Piérola Manuel Pardo, que había nacido en Lima el 9 de agosto de 1834, era hijo de conocido intelectual Felipe Pardo y Aliaga y de Doña Petronila de Lavalle. Había empezado a estudiar en Chile, después Barcelona (España) y París. En esta última ciudad realizó sus estudios superiores de economía. A los 29 años regresó al Perú y prefirió dedicarse a las labores agrícolas ayudando a su primo José Antonio de Lavalle, que administraba la Hacienda "Villa", cerca de Chorillos. En el año de 1864, el Presidente Pezet lo envió a Europa a negociar un empréstito, comisión que desempeñó con satisfacción del gobierno. Volvió al Perú en el preciso instante en que Prado entraba triunfante en Lima, después de su breve campaña contra Pezet. El nuevo mandatario nombró a Manuel Pardo Ministro de Hacienda. Prado se transformó en Dictador y luego es elegido Presidente de la República. Manuel Pardo había realizado, posteriormente, magnífica labor al frente de la Beneficencia Pública de Lima y luego como Alcalde de Lima, durante el Gobierno de Balta. Pardo se ganó la simpatía del pueblo. Llegado el día de la elección los votos lo favorecieron y Manuel Pardo es proclamado Presidente el 2 de agosto de 1872. Representaba el Primer Gobernante Civil de nuestra Historia, a cuyo alrededor se habían reunido acaudalados comerciantes, consignatarios del guano, industriales y hacendados representantes de la emergentte burguesía nacional, que ansiaban controlar no sólo el poder económico sino, también, el político del país. En 1858, se casó con una hermana de Joaquín de Osma, Ministro del Perú en Madrid. Con la colaboración de algunos amigos fundó "La Revista de Lima" que alcanzó a publicar siete tomos. En 1858 fue Oficial Mayor del Ministerio de Hacienda. En 1864, fundó el primer Banco de Lima y fue enviado a Londres como agente financiero del Perú. (/645/) Desde 1866 hasta 1868 desempeñó el puesto de Ministro de Hacienda. En 1869 fue electo Alcalde de Lima. No podía faltar la oposición. En el gobierno de Manuel Pardo aparecieron algunos escritos que criticaban la política económica de! 661

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anterior Presidente Balta, en el cual había sido Ministro de Hacienda Don Nicolás de Piérola. Estas publicaciones no pudieron menos que ofender a Piérola y lo obligaron a responder a sus adversarios en un artículo que apareció sin nombre, pero cuyo autor, sin duda, era Nicolás de Piérola. La situación se precipitó cuando el 21 de setiembre de 1872, el Presidente Pardo en su Mensaje a Congreso informó la verdadera situación financiera de! Estado y de las medidas que sería necesario adoptar a fin de impedir el creciente déficit entre los egresos e ingresos de la nación. Se hizo la propuesta en el Congreso para enjuiciar a Piérola, pero éste puso de manifiesto la limpieza y recta intención con que había procedido. Se refugió en Chile y se dedicó a combatir al gobierno, aconsejado por su amigo José Rufino Echenique. El gobierno de Manuel Pardo fue de positivo beneficio para el país y en todos los órdenes se podía ver que una mano firme y certera dirigía la nave del Estado. En el orden diplomático, fue el de la alianza defensiva que celebró con Bolivia en el año de 1873. Mucho se ha dicho y escrito sobre este Tratado y, como es sabido, Chile tomó pie del mismo para acusar al Perú y darse por ofendido, añadiendo, inclusive, que el Perú lo había mantenido en secreto y no lo había dado a conocer. Pero el Tratado celebrado no obedecía a ninguna sugestión por parte de este país y no envolvía ningún propósito de agresión. Las negociaciones no se interrumpieron y el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina en nota del 14 de octubre de 1873, dirigida a nuestro Ministro, le daba a conocer la resolución de su gobierno de adherirse a Tratado. (/646/) Sin embargo la oposición progresaba llegándose a casos extremos. El sábado 22 de agosto de 1874, cuando el Presidente Pardo salía de Palacio, el Capitán Juan Boza, se acercó a él y le disparó cinco tiros de revólver, sin que ninguno, por fortuna, diese en el blanco. Pardo se mantuvo sereno y sus acompañantes se encargaron de poner en manos de la policía al agresor. Al término de su gobierno, Manuel Pardo, se había ido a Chile, regresando en 1878, incorporándose al Senado. El 16 de noviembre el Sargento 662

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Melchor Montoya le disparó por la espalda asesinándolo. A Montoya lo fusilaron el 22 de setiembre de 1880. Ante esta situación, Nicolás de Piérola se declaró Jefe de la Revolución, En el año de 1874 zarpaba de un puerto de Inglaterra y con bandera inglesa un buque cargado de armamento bélico, el cual se dirigía al Sur de Chile, de aquí enfiló la proa hacia el puerto de Quinteros, al Norte de Valparaíso, en donde subieron a bordo Nicolás de Piérola, su hermano Carlos, Guillermo Bogardus, Larrañaga, Federico y otros partidarios de Piérola, en número de unos 47. El gobierno, que ya tenía noticia de la expedición del barco al que lo bautizaron como "El Talismán", dio orden al Prefecto de Tarapacá, a fin de que con la corbeta "Unión", que se encontraba en Iquique, saliera en busca de aquel barco, éste había continuado hacia el Norte, llegando hasta Pacasmayo el 23 de octubre de 1874, donde distribuyó volantes, incitando a la población a rebelarse contra el gobierno y cometió algunas depredaciones. Se había también ordenado a la fragata "Independencia" que saliera a apresar al Talismán, pero éste regresó al Sur. En pacasmayo bajaron a tierra el Capitán del barco y dos oficiales ingleses, éstos declararon que en Cardiff habían recibido unos 110 bultos con armas y que en Caldera se habían aprovisonado de carbón y víveres. En el parlamento se declaró al Talismán y a sus ocupantes como piratas. Piérola, sin consultar con sus auxiliares, efectuó un desordenado desembarco de hombres y armamento en las playas de Ilo el 1 de noviembre de 1874. Al día siguiente llegó a este puerto el monitor "Huáscar", que había tomado conocimiento desde antes de sus actividades siendo capturado "El Talismán", mientras los revolucionarios se internaban precipitadamente hacia Moquegua. (/647/) Y a esta ciudad marchó el Batallón "Zepita", desde la ciudad de Lima, al mando de Teniente Coronel Andrés A. Cáceres. Al frente de las tropas se presentó en Moquegua el propio Presidente Manuel Pardo, trayendo como Jefes Militares al General Buendía y al Capitán de Navío Lizardo Montero. Los insurgentes contaban con mil hombres. Pardo tenía mil trescientos. 663

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Los pierolistas convirtieron a Moquegua en la base de sus operaciones y el gobierno hubo de aportar medidas para combatirlos, para lo cual el Ministro José Eusebio Sánchez, solicitó del Congreso cinco millones de soles para lograr la pacificación del país. Piérola, seguido de sus partidarios y por algunos más que se le juntaron, entró a Moquegua, engrosó aquí sus filas y pasó luego al Alto de la Villa, en donde se proclamó a sí mismo Presidente de la República, nombrando Prefecto del Departamento de Moquegua a Julio César Chocano. Mientras tanto iban llegando las fuerzas del gobierno al mando del coronel Rivarola, por lo que Piérola se retiró a Torata. El Presidente Pardo, al tomar muy en serio la situación decidió él mismo sofocar la revolución, solicitando el permiso al Congreso, emitiendo informe favorable. En la noche del 17 de noviembre de 1874, Pardo se embarcó en el Callao, acompañado del General Buendía, de los Coroneles Montero y Valverde, del diputado por Arequipa, Moscoso y Melgar, Venían al frente del Batallón Zepita y del Batallón Nº 4 y de la Guardia Nacional del Callao, a órdenes del Coronel Elías Mujica, 3 Compañías del Batallón No 4 de la Guardia Nacional de Lima a órdenes del Mayor Villarán y 4 piezas de artillería al mando del Comandante Bonifaz. El Presidente Pardo desembarcó en Moliendo y se drigió a Arequipa, donde el 23 firmó un Decreto encargándole la Presidencia a Manuel Costas. Las fuerzas de Piérola se atrincheraron en el Cerro «Los Angeles». El 6 de diciembre de 1874 llegó hasta Charsagua el Presidente Manuel Pardo y envío a las fuerzas de Montero para que alcanzaran la parte más alta. El 7 empezó el combate. Los leales al gobierno tuvieron 10 muertos y 30 heridos. Comandaba a las fuerzas pierolistas el General Andrés Segura. (/648/) Al reanudarse el combate el día 8 de diciembre, las fuerzas de Pardo obligaron a los rebeldes a rendirse y sólo unos cuantos alcanzaron a huir en compañía de Piérola. Ante un ataque con mayor fuerza dirigido por Lizardo Montero, los pierolistas seguían huyendo en dirección 664

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a Yacango y continuaron por Chujulay, siendo perseguidos hasta obligarlos a dispersarse en las inmediaciones de Torata. Las fuerzas de Pardo volvieron a Moquegua y a marchas forzadas dirigiéronse hacia Arequipa, ante la cual se había presentado el caudillo rebelde con un puñado de fatigados seguidores el 30 de diciembre de 1874 y que no encontraron el apoyo esperado y fueron fácilmente rechazados. El turbulento “Jefe Supremo de la República" y "Supremo Director de la Guerra", como se hacía llamar Piérola pasó derrotado, a Ubinas, y desde allí trasladose a Bolivia. En cambio el Comandante del Batallón Zepita era reputado como "uno de los oficiales más valientes del ejército" y, a mérito de la acción que desplegara durante la campaña, se le otorgó el ascenso a la clase de Coronel graduado, el 18 de enero de 1875. Pardo, en 37 días de campaña había puesto término a la revolución. El Coronel Gregorio Albarracín, al querer reanudar las hostilidades con más insurrectos, fueron dispersados por el Prefecto de Tarapacá. Piérola y Segura, no habiendo podido reforzar su ejército en Puno, se dirigió a Puquina con intenciones de atacar Arequipa, Suárez, con su división, alcanzó a los revolucionarios en Puquina. Estos tomaron las posiciones de Pocsi, Quequeña y Sabandía. Piérola llegó hasta Paucarpata. El Batallón "Pichincha", a órdenes de Rivarola, salió a enfrentarse a los facciosos; éstos a órdenes de Escobar dieron pruebas de valor. Pero los Pierolistas se dispersaron y su caudillo, perdía ya toda esperanza, se asiló en Bolivia. El Presidente Pardo, se dirigió a Arica y de allí a Moliendo. El 7 de enero de 1875, en el barco "Chalaco" arribaba al Callao. EI18 volvió a tomar posesión de la Presidencia. Aprovechándose de las circunstancias, el12 de noviembre de 1874, se levantaba en armas en Cajamarca Miguel Iglesias. (/649/) Pardo, durante todo el tiempo de su administración no residió en el Palacio de Gobierno. Vivía en su casa particular en donde tenía acceso y recibía en audiencia a toda clase de ciudadanos sin fijarse en su posición social. Su período 665

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presidencial expiró en agosto de 1876. Los candidatos nombrados para la nueva contienda electoral fueron el General Prado y el Almirante Montero. El primero de éstos fue el que obtuvo la presidencia. Después de haber entregado el mando se ausentó Pardo por algún tiempo del Perú. Al regresar, fue elegido Presidente del Senado y el 16 de noviembre de 1878 lo asesinó un sargento. El General Mariano Ignacio Prado asumió, por segunda vez, el mando de la nación el 2 de agosto de 1876. El período que esta vez le correspondió gobernar fue uno de los más cruciales de nuestra vida republicana, ya que a la crisis sucedió la bancarrota económica y, sobre todo, se tuvo que enfrentar la Guera con Chile. También salieron elegidos con él La Puerta como Primer Vicepresidente y José Francisco Canevaro como Segundo Vicepresidente. En la época que era Presidente el General Prado, Nicolás de Piérola intenta una Segunda Revolución. En 1876, realiza un nuevo desembarco en el Norte y no hallando el terreno propicio para sus planes, decidió tomar la ruta del Sur, llegando hasta Ilo. En este mismo lugar desembarcaba en 1874, ahora, volvió a desembarcar en el mismo punto en los primeros días de octubre de 1876, con el fin de derrocar al gobierno del General Mariano Ignacio Prado. Piérola había estado viviendo en Limachu (Chile) y concentró sus fuerzas en Moquegua. Entre esta ciudad y Torata, Piérola reclutó 300 hombres, a los cuales proveyó de armas. En Moquegua, se encontraba de Subprefecto Barrios quien contaba sólo con 40 gendarmes a órdenes del Mayor Molina, quien al hacerle frente a Piérola, cayó herido falleciendo después. También murieron 10 gendarmes y resultaron diez heridos. Barrios fue arrestado y se le impuso un cupo elevado que se negó a pagar. (/650/) El Presidente Prado suspendió las garantías el día 9 de octubre. Nombró al Coronel Manuel G. de La Cotera para operar en el Sur en compañía del Coronel Pedro Bustamante y se embarcaron en el Callao llevándose consigo el Batallón "Callao", el Regimiento "Húsares de Junln" y una Brigada de Artillerla. Después se enviaron los Batallones 666

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"Ayacucho" y el "2 de Mayo", quienes desembarcaron en Mollendo y se dirigieron a Arequipa con el fin de cortarle el paso a esta ciudad si Piérola tomase esa decisión. Los gobiernistas avanzaron por Puquina y Quinistaquillas y Torata. En Yacango, se habla producido el enfrentamiento siendo derrotado Piérola, por las huestas de La Cotera. Un día antes La Cotera había avanzado de Ilo a Moquegua en ferocarril, persiguiendo a los pierolistas que se hablan instalado en el Cerro "Los Angeles", después de haber pasado por "El Alto"de la Villa". En Yacango se encontraron frente a frente el19 de octubre de 1876, siendo las doce y media del día. Las fuerzas pierolistas salieron derrotadas, cayendo 150 prisioneros, otros se rindieron y otros acompañaban a Nicolas de Piérola rumbo a Bolivia. La Cotera pernoctó en Torata y regresó a Yacango dispersando a algunos sublevados. EI 21 los atacó en "Los ángeles"a las fuerzas dispersas de los pierolistas. Piérola, en todas sus correrías habla logrado juntar 500 hombres. En las fuerzasgobiernistas perdieron la vida 40 hombres,entre jefes y soldados. A La Cotera, lo ascendieron a General de Brigada. Bustamante, que habla tomado otra ruta, llegó a Torata al día siguiente de la victoria de Yacango y cuando su presencia no se hacía necesaria. En Puno, los pierolistas Enrique Bustamante y Antolín Benavides, lograron apoderarse del barco "Yapurá" y después el "Yavarí", pero no encontraron eco en sus habitantes. El Prefecto recuperó las naves y los sediciosos huyeron a Bolivia. El 23 de noviembre de 1876 quedó abolida la suspensión de las garantías. Tal fue el segundo movimiento subversivo de Piérola. No había de ser el último. (/651/) El domingo 6 de mayo de 1877, el Monitor "Huáscar" se encontraba en la bahía del Callao, junto a la fragata "Independencia". En el Huáscar, sólo se encontraba el Teniente de navío Carrasco. Personas llegadas de Lima tomaron el Huáscar y lo sacarorn del fondeadero como a las ocho de la noche. El 8 de mayo el gobierno del Presidente Prado envió comunicaciones al Cuerpo Diplomático, para que 667

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cualquier barco apresara al Huáscar. Entre tanto el Monitor se dirigió a Chincha. En Mollendo se dió el lujo de detener a los barcos ingleses Santa Rosa y John Elder. EI1 O de mayo la fragata Independencia, el monitor Atahuallpa, la Unión y la Pilcomayo salieron para apresar al Huáscar. Este, el 12 ya se encontraba en Pisagua. Nicolás de Piérola, que estuvo un tiempo refugiado en Bolivia, pasó luego a Chile a fin de entrar en contacto con los sediciosos que, al final de cuentas, sólo eran ocho. En Cobija abordó al Huáscar y dirigió un Mensaje a la Nación. El Capitán de Navío Luis Germán Astete había estado dirigien do eI Huáscar. El Almirante Inglés Horsey, desde el Callao, el 16 de mayo, dirigía una nota a Astete protestando por lo sucedido a sus naves. Sin embargo Horsey ordenó a sus barcos "Shah" y "Amethyst", se dirigeran a Arica, donde llegaron el 24 de mayo de 1877. El Huáscar tomo la ruta de Norte. El 29 de mayo de 1877 a eso de la una de la tarde avístó a los buques ingleses un poco al Norte de 110. A las dos de la tarde el Shah disparó un cañonazo sin bala para amedrentar a la gente del Huáscar. Un oficial inglés logró entrar en el Huáscar, manifestándole al tripulante Larrañaga, que arriara el Pabellon Peruano y entregara el buque a lo que se negó rotundamente Nicolás de Piérola. Siendo las 3 de la tarde, casi frente a 110, la Fragata Shah dirigió sus tiros contra el Huáscar quien también contestó. A las nueve de la noche los Comandantes de Huáscar Astete y Manuel Carrasco tomaron el rumbo de Iquique. Aquí se encontraron con las otras naves peruanas que habían salido en su busca, contándoles que en Punta de Coles se había trabado el combate por tres horas y media. (p. 652/) El 30 de mayo se rindió el Huáscar no sin antes solicitar garantías a la tripulación y cortar todo juicio a los sublevados. Piérola se quedó en Iquique y los tripulantes viajaron al Callao. En el Perú, la noticia del Combate de Ilo suscitó gran estusiasmo. Hasta surgió el "Himno de Punta de Coles". El gobierno en su decreto del 8 de mayo había declarado rebelde al Huáscar, más no barco pirata. 668

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Piérola, contaba dentro de sus partidarios a los siguientes: Juan Martín Echenique, Enrique Bustamante, el coronel Federico Larrañaga, Mariano Alvizuri y Carlos Piérola. Fueron enviados presos al Callao. Pero el 6 de julio el Presidente Prado dio un Decreto de amnistía y mandó cortar los juicios. Todos ellos salieron en libertad. Piérola, que áun se encotraba en Iquique, decidió el 9 de julio dirigirse a Valparaíso, permaneciendo un buen tiempo. Piérola, el 21 de diciembre de 1879, con el apoyo del moqueguano Coronel Pablo Arguedas Hurtado, dio golpe de Estado al General Luis La Puerta, en plena guera con Chile. I) Enrique Meiggs y el Ferrocarril Henry Meiggs (1811-1877), nació en Nueva York, iniciándose desde muy joven en labores industriales de cons trucción de muelles y obras marítimas al lado de su padre dedicado a esa actividad. En el Estado de California dedicóse a diferentes actividades, que iban desde la comercialización del oro hasta el transporte y procesamiento de la madera. Había llevado, dando la vuelta por el Cabo de Hornos, a San Francisco un cargamento de madera del Este que vendió con grandes utilidades y decidió implantar allí mismo el negocio, aserrando madera de los bosques cercanos, alternando su actividad con la compra y venta de terenos, convirtiéndose en urbanizador. Al incursionar en política, salió elegido como miembro del Consejo Municipal de San Francisco, laborando en el nuevo alineamiento de sus calles para lo cual se necesitaba de préstamos, los cuales, al conseguirlos e invertirlos, la Comuna no pudo cancelarios, por lo que Meiggs decide abandonar la ciudad en el mes de setiembre de 1854, tomando la ruta de la Isla de Tahití (Oceanía) (p. 653/) se dirigió a Chile, donde cumplió los 43 años de edad, no librándose de sus acreedores de San Francisco que le seguían las huellas pidiéndole la extradicción. En Chile inició su trabajo negociando con el Estado y particulares. Este país empezaba a extender su red ferroviaria y eran necesarios los servicios de expertos contratistas. Meiggs vio un filón en ese 669

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campo y empezó a trabajar activamente en el Ferocaril al Sur, poniendo en juego su actividad de conductor de empresas y de hombres. Construyó también el ferocarril de Valparaíso a Santiago en 1861, empleando el tiempo de tres años y costando seis millones de pesos. Dice Vicuña Mackenna; "La voz de Mr. Meiggs era como el silbato de las locomotoras: la oran en toda la Región". De esta manera comenzó a labrarse un prestigio merecido en toda América, al presentar el proyecto de unir con ferrocarril a Santiago y Buenos Aires. Por ese entonces el gobierno del Perú se interesó en sus servicios. Ya había estado en Chile por el tiempo de 13 años. Estando en Lima se le propuso construir el Ferro carril de Mollendo a Arequipa. Meiggs presentó un Plan Ferocarrilero del Perú, el cual fue aprobado por Ley del 15 de enero de 1869, el cual no estaba excento de críticas y hasta se insinuó un soborno. El ferrocarril de Mollendo a Arequipa costó doce millones de soles, empleándose en su construción tres años, interviniendo los ingenieros John L. Thordicke (norteamericano), Federico Blume (Alemán) y Manuel Echegaray (peruano), contratándose mano de obra de Chile y Bolivia, empleándose durmientes de Oregón, rieles ingleses, locomotoras de Nueva Jersey, alimentos de Chile y herramientas de Estados Unidos. Para su inauguración asis tieron el Presidente Balta y sus Ministros, así como el Cuerpo diplomático. En igual forma se construyó el de Callao a Lima; el de Tacna a Arica y el de Lima a La Oroya, el de Arequipa a Puno, el de Chimbote a Tablones, el de Pacasmayo a Guadalupe. Posteriormente se realizaron sus ampliaciones. (p. 654/) En la construción del Ferrocarril de Ilo a Moquegua, Meiggs empleó los mismos ingenieros y materiales en las obras anteriores. Pero los trabajadores contratados de Chile y Bolivia empezaron a enemistarse con los peruanos por lo que Meiggs vio por conveniente sustituirlos por chinos "comprados a buen precio en California los cuales habían quedado excedentes de la gran obra del ferrocarril transcon tinental de los Estados Unidos" También hubo dificultades con los propietarios de tierras atravesadas por el ferrocarril que 670

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reclamaban compensación por la ocupación del terreno y Meiggs arguía que la compensacón podían hallarla con creces con la plusvalía, derivada del cruce del ferocaril que valorizaba considerablemente las tierras y, en caso de insistencia de estas reclamaciones, amenazaba con escoger otra ruta. A fines de 1872 estuvo terminado el ferrocarril de Ilo a Moquegua. La actividiad de Meiggs y su capacidad de iniciativa y de imaginación fueron realmente asombrosas, sobre todo entre los años de 1870 y 1875. Al mismo tiempo que desenvolvía la empresa gigantesca de la construcción de ferrocarriles en todo el país dedicaba, también sus esfuerzos a la modernización de Lima, trazando modernas avenidas. El dinero obtenido de sus ganancias lo invirtió en negocios de terrenos y casas, así como en el guano y el salitre y hasta la venta de armas para Bolivia. Entre las Tierras que compró estaba el Fundo "Villegas", en donde construyó su residencia. Desde comienzos de 1875 la situación financiera de país llegaba a una fase crítica. La bancarrota era inmi nente. El gobierno de Balta, concluído en 1872, habla dejado una secuela de deudas muy superior a la capacidad financiera de país. La riqueza del guano se había dilapidado. De otro lado, el sostenedor de los proyectos de Meiggs, el Presidente Balta, terminó trágicamente su gobierno en 1872, después de haberse frustrado su empeño de impedir el advenimiento al poder del Presidente Manuel Pardo. Este, en su mandato, no pudo cumplir con Meiggs, por lo que el empresario norteamericano tuvo que hacer frente a la situación mediante operaciones que afectaron su propio patrimonio, hipotecando y vendiendo muchas propiedades suyas que había comprado con propósitos de lucro y plusvalía. (p. 655/) Al nuevo Presidente, general Mariano Ignacio Prado, le propuso construir el ferrocarril de La Oroya a Cerro de Pasco y administrarlo él mismo. Solicitó también en com pensación algunas minas de esa región, como así vender 200.000 toneladas de guano a fin de continuar con su obra ferrocarrilera, por lo que el gobierno aceptó y suscribió la propuesta para lo cual Meiggs organizó su Compañía de 671

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Obras Públicas y Fomento, lanzando emisión de billetes los llamados "Billetes Meiggs". Tremendo esfuerzo desplegado, su organismo empezó a debilitarse, sufriendo en agosto de 1875 un primer ataque de parálisis de lado derecho, así como trastornos vasculares. La debilidad de su organismo y ciertos síntomas alarmantes lo indujeron a testar y arreglar sus asuntos privados, falleciendo el 30 de setiembre de 1877. Su imperio se había venido abajo y sus herederos prácticamente no here daron nada. Había nacido el 7 de julio de 1811 en Catskillen, Nueva York. Para la construcción del ferrocarril de Ilo a Moquegua, el Presidente Balta, al empezar su gobierno, halló serias dificultades, que él expuso en su Mensaje al Congreso, en la clausura de éste el 28 de enero de 1869. El Ministro de Hacienda, Francisco García Calderón, presentó su renuncia, nombrándose en su reemplazo a Nicolás de Piérola, quien recurrió a los consignatarios, resuelto este punto, el crédito de la nación subió considerablemente. En el mes de diciembre de 1870 el gobierno acordó con la Casa de Deves Freres el empréstito necesario para la construcción del Ferrocarril de Ilo a Moquegua, pero luego los primeros transpasaron sus derechos a Enrique Meiggs. Balta tuvo que hacer frente a la sublevación de los Hermanos Gutiérrez. Silvestre Gutiérrez llegó al Palacio con el Batallón Pichincha y le intimó la prisión. La reacción la encabezó Francisco Diez Canseco, como Segundo Vice Presidente, siendo su casa el Centro de todos los que no se habían solidarizado con la revolución de los Gutiérrez. Balta, estando ensu prisión, entraron los asesinos y a boca de jarro le descargaron sus fusiles el22 de julio de 1872. Igual suerte ocurrió con Silvestre Gutiérrez a quien el pueblo lo asesinó el día 26. (/p.656/) El 27 asesinaron a sus hermanos Tomás y Marceliano, quienes fueron colgados de las Torres de la Catedral de Lima y luego les prendieron fogatas a sus pies. El ferrocarril de Ilo a Moquegua, había empezado el día 14 de febrero del año de 1871 y concluído en el mes de diciembre de 1872 con la Estación Final que quedaba en el 672

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Alto de la Villa, ya que en este lugar se había proyectado la construcción de una nueva ciudad porque la de Moquegua amenzaba venirse abajo por los continuos terremotos; incluso ya se había nombrado una Comisión para la elaboración de los planos con sus respectivas calles y plazas, encargan dose dicha elaboración a diferentes técnicos como a los ingenieros Ramón Estruch, ya que esto concordaba con dispositivos emanados del Congreso de la República de los primeros días del mes de enero de 1870. La construción del ferrocarril de Ilo a Moquegua, empezó. El 14 de febrero de 1871, que poco a poco se fue extinguiendo, llegando a ser un simple camión de ruedas de acero conocido como "El Calamazo" y por último se remató los rieles y los durmientes, por parte de los irresponsables, siendo los ganadores los compradores que salieron millonarios. Así terminó tan grande esfuerzo de construción. La licitición se hizo por Decreto de 8 de enero de 1870, contando con una distancia de 100 kilómetros, empezándose a construir el 14 de febrero de 1871, terminándose su construción el 10 de diciembre de 1872, recibiéndose la obra un día después, nombrándose como su primer administrador al Ing. José Hindle el 28 de marzo de 1873. Por problemas económicos del ferrocarril se lo arrendó a Juan Cauví por 10 años con un monto de 28 mil soles; ante su incumplimiento, se le arrendaron al Ing. Elmore que tampoco cumplió. El 28 de octubre de 1886, durante el gobierno de Andrés A. Cáceres, se procedió a su reconstrución. Lo mismo hizo Nicolás de Piérola el 4 de febrero de 1897. (p.657/)

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VII . LA GUERRA CON CHIlLE A) Las Relaciones entre Chile y Bolivia La Guerra entre el Perú y Chile ocurrida en 1879 y que duró hasta 1883, no tuvo en su origen causas directas entre los dos paIses. El Perú no limitaba por el Sur con Chile, sino con Bolivia (en el Río Loa) y era Bolivia, que tenIa salida al mar por la Región de Atacama, la que limitaba con Chile. La Guerra tuvo su remoto origen en el conflicto surgido entre Chile y Bolivia, en Atacama. Chile y Bolivia vivran en perfecta paz y armonía, Y ningún desacuerdo vino a turbar su tranquilidad hasta el año 1842 en que se descubrió la riqueza que encerraba el Desierto de Atacama, entre los paralelos 23° y 25°; entonces y por primera vez, pretendió Chile tener derecho a parte de ese territorio y promovió una cuestión de lImites. La Cancillerra boliviana probó, apoyada en la misma historia de Chile, desde su conquista hasta nuestros dras, en la opinión de geógrafos antiguos y modernos, y en las Reales Cédulas pertinentes al caso, que ellrmite con el Virreinato del Perú, del que después formó parte Bolivia, se fijó en el Rro Salado o Paposo, situado a los 25° 30' de Latitud Sur. Chile carecra de documentos. En estas circunstancias vino el conflicto entre el Perú y España, con motivo de la ocupación de las Islas de Chincha, a tItulo de reivindicación, lo que obligó a las Repúblicas del PacIfico a estrechar sus vrnculos. Gobernaba entonces en Bolivia, el general Mariano Melgarejo. Chile aprovechó hábilmente la ocasión y alegando la vanidad del Presidente de Bolivia, obtuvo el Tratado del 1° de agosto de 1866. Como este es el origen de las pretensiones de Chile sobre Bolivia y la causa inmediata de la Guerra, dice en uno de sus artrculos: que se fija como lImite entre ambas naciones, para en adelante, el paralelo 24° Latitud Meridional. (p. 658/) Asimismo la República de Chile y la de Bolivia se reparti~'n por mitad los productos provenientes de la explotación de los 674

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depósitos de guano descubiertos en Mejillones, y de los demás depósitos del mismo abono que se descubrieran en el territorio comprendido entre los grados 23 y 25. El Tratado de 1866 derivó en mayores conflictos a la caída de Melgarejo y fue en esos momentos en que Bolivia solicitó la Alianza con el Perú. Luego firmó con Chile un Nuevo Tratado de 1874 (6 de agosto) que ratificó el límite en el Paralelo 24° y que entre otras disposiciones, estableció que Bolivia se comprometía a no aumentar las contribuciones existentes durante 25 años en la explotación del salitre. Para la explotación del salitre de Atacama, los chilenos habían formado la Compañía Anónima del Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, de la que eran accionistas muchos prominentes políticos chilenos. Esta Compañía había celebrado con el Gobierno de Bolivia' en 1873 nuevo convenio para la explotación del salitre, convenio que sólo fue aprobado por el Congreso Boliviano el 14 de febrero de 1878, pero a condición de que se abonara un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre que se exportara por el puerto de Antofagasta. La Compañía protestó por la implementación de este nuevo impuesto y el gotkrno chileno apoyó la protesta, porque consideró que tal disposición violaba el Tratado de 1874. El gobierno de Bolivia presidido por el gen eral Hilarión Daza rechazó la protesta y a principios de 1879 ordenó que la Compañía chilena abonara 90,000 pesos por impuestos adeudados, a lo que se negaron los chilenos. El 1 de febrero Daza declaró que reivindicaba para Bolivia las salitreras detentadas por la Compañía chilena y que el14 de febrero tendría lugar la venta pública de las propiedades y material de la Compañía. Ante esta situación, el gobierno de Chile rompió sus relaciones con Bolivia. Sorpresivamente, sin previa declaración de guerra, el 14 de febrero de 1879, se presentaron en el puerto de Antofagasta los poderosos buques blindados chilenos Cochrane y Blanco Encalada con la Corbeta O'Higgins y bajo la protección de sus cañones desembarcó el ejército al mando de coronel Emiliano Sotomayor, declarando que por orden de su gobierno reivindicaba para Chile el territorio a Sur del 675

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Paralelo 23°. En los días siguientes bloquearon los puertos bolivianos de Cobija y Mejillones. (p. 659/) El gobierno peruano, tomando en consideración el tremendo poderío bélico de los chilenos optó por la paz. El general Prado, Presidente del Perú, envió a Chile al diplomático José Antonio de lavalle, quien fue recibido en Valpararso con hostilidades. Bolivia, a su vez, que declaró la guerra a Chile por la violación de su territorio, solicitó al Perú el cumplimiento del Tratado de Alianza de 1873. Chile, a su vez, exigió al gobierno peruano, por intermedio de su Plenipotenciario en Lima, Joaquín Godoy, que el Perú declarara su neutralidad en la guerra entre Chile y Bolivia, a lo que el Presidente Para do se negó. El 3 de abril, Chile rompió relaciones diplomáti cas con el Perú. El sábado 5 de abril de 1879, Chile declara ba la Guerra al Perú. El mismo 5 de abril la escuadra chilena amaneció frente al puerto peruano de Iquique, declarando que quedaba bloqueado. La Escuadra peruana, estaba formada por 3 divisiones: La Primera División, al mando de Capitán de Navío Don Miguel Grau, estaba integrada por sus mejores buques: el Monitor Huáscar de 1,130 toneladas y la Fragata Independencia de 2,004 toneladas, más el transporte Chalaco. La Segunda División, al mando del Capitán de Navío Aurelio Garcra y García, estaba integrada por la Corbeta Unión, la Cañonera Pilcomayo y el transporte Oroya. La Tercera División, al mando del Capitán de Navío Camilo Carrillo, estaba integrada por los viejos monitores Manco Cápac y Atawuallpa, utilizados como baterías flotan tes por tener sus máquinas en mal estado, y el transporte Limeña. (p.660/) La Escuadra Chilena, estaba al mando del Almirante Williams Rebolledo y la componían 8 buques en buen estado: 2 poderosos blindados, los acorazados Cochrane y Blanco Encalada cada uno de 3,650 toneladas; 2 corbetas, la Chacabuco y la O'Higgins y 4 buques de madera pero bien armados: Esmeralda, Covadonga, Magallanes y Abtao, así 676

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como una excelente flota de buques transporte, de los que eran los principales el Rímac y el Matías Cousiño. El 16 de mayo, zarpó al Sur el Presidente Peruano Mariano Ignacio Prado, quien como Director de la Guerra, se trasladaba a Arica, para establecer ahí su Cuartel General. Desde fines de abril se encontraba en Tacna el Presidente Boliviano general Hilarión Daza, con 4,000 bolivianos. Y fuimos a la Guerra. Tal vez sobrevalorados en nosotros mismos, o llevados de nuestro excesivo patriotis mo. Habíamos sido primera potencia cuando Castilla, se ha bía logrado la victoria sobre los españoles en 1866, contaba mos con la Alianza de Bolivia; había razón suficiente para hacer pensar que podíamos triunfar sobre Chile. En otras circunstancias es muy posible qúe ello hubiese sucedido, pero no en 1879 cuando éramos un país que se desenvolvía en medio de la crisis y la bancarrota fiscal, en la improvisación de la ación gubernamental, en la impreparación para la gue rra y, lo que es peor, en el ansia arribista por el poder, que enemistaron a los propios peruanos entre sí, de tal modo que podemos afirmar que la contienda bélica con el vecino país de Sur estaba perdida de antemano. B) Campaña Marítima Las escuadras enemigas se cruzaron, sin verse, en alta mar, y cuando las naves chilenas llegaron al Callao se dieron con la sorpresa que la flota nacional estaba ya en Arica, desde el 20 de mayo; luego que desembarcaron al General Prado, materiales y tropas, el Huáscar, al mando del Capitán de Navío Miguel Grau, y la Independencia, cuyo Comandante era el Capitán de Navío Juan More, hicieron rumbo al Sur con la intención de romper el bloqueo de Iquique, llegando a este puerto el 21 de mayo de 1879 donde se encontraron con la Esmeralda y la Covadonga, el Huáscar atacó a la Esmeralda y luego de cañonearla la hundió el espolón, zozobrando la nave chilena y pereciendo su Comandante, el Capitán de la Corbeta Arturo Prat. (p. 661/) Mientras esto sucedía la Covadonga había emprendido la huída perseguida por la 677

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Independencia y, aprovechando su escaso calado, mantenía su marcha pegada a la Costa; en su empeño por darle caza, la nave peruana chocó con un escollo, que no figuraba en las cartas náuticas, que destrozó su casco, hundiéndose rápidamente. En tanto el Comandante Grau recogía a los náufragos de la Esmeralda en medio de las exclamaciones de ¡Viva el Perú generosos! en los mismos momentos los náufragos peruanos de La Independencia eran ametrallados por los tripulantes de La Covadonga. Si bien ambas naciones perdieron una nave, el balance real del combate de Iquique fue no solamente favorable para Chile, mientras su Escuadra perdió una vieja unidad, el Perú vio hundido uno de sus dos más poderosos barcos, sino que hasta cierto punto cambió el curso de la guerra porque dejó prácticamente solo al Huáscar frente a la flota chilena. Así empezó la epopeya del Monitor y la gloria de su Comandante Miguel Grau; recordemos sus correrías entre mayo y principios de octubre de ese año: incendió la goleta Clorinda, en Mejillones; bombardeó Antofagasta presentan do combate a la Covadonga; capturó la goleta Coquimbo y 1 la Barcaza Emilia; enfrentó al blindado Cochrane, a la Magallanes, la Abtao, así como a otras naves, burlándolos constantemente y escapando a sus persecuciones, habien do estado a punto de capturar al Cobre Taltal, Ballenita, Cal dera, Chañaral, Huasco, Carrizal Bajo y Pan de Azúcar; cortó el cable submarino en Antofagasta; acompañado de la Cor beta Unión, el 23 de julio el Monitor Huáscar captura el trans porte Rímac que conducía hacia Antofagasta el escuadrón de caballería Carabineros de Yungay, Ilevándolos con armas y pertrechos a Arica; con la Unión, escoltó a los transportes nacionales que conducían tropa y armas a Tarapacá burlan do a la escuadra chilena, siempre al acecho. La admiración del mundo por las hazañas del pequeño Monitor Huáscar y, sobre todo, por la pericia de su Jefe el Comandante Grau que con una nave mantenía en jaque a toda una poderosa escuadra enemiga, resonaba en todo Chile al extremo de provocar la renuncia de Ministros y el relevo del Jefe de la flota; pero la

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lógica de la fuerza se impuso sobre el coraje y la audacia. (p. 662/) El 8 de octubre de 1879 el Huáscar y la Unión zarparon en la madrugada de Antofagasta rumbo al Norte cuan do se encontraron con el blindado Blanco Encalada, La Covadonga y el Matías Cousiño; la habilidad de Grau evitó este inminente encuentro, pero pocas horas de navegación lo pusieron frente al resto de la escuadra chilena enviada para destruirlo: el blindado Cochrane, la O'Higgins y el Loa le impedían continuar la marcha; de inmediato ordenó a La Unión que emprendiese la retirada y afrontó él solo el combate que se entabló en la Punta de Angamos disparando sus cañones contra el Cochrane; en contados minutos, seis buques cañoneaban sin cesar al glorioso Huáscar y casi de inmediato un certero disparo del Cochrane impactó en la torre de mando de la nave peruana haciendo que Miguel Grau volara en pedazos y dejando mal herido al Teniente Diego Ferré; sin cesar en su titánica lucha, fueron muriendo y sucediéndose en el mando el capitán de Corbeta Elías Aguirre, el Teniente José Melitón Rodríguez; herido el Capitán de fragata Melitón Carbajal, asume el mando el teniente Pedro Gárezon por encontrase mal herido el Teniente Enrique Palacios. El combate iniciado a las 9.20 am prácticamente había terminado a las 10.30 porque el Monitor tenía sus máquinas, instalaciones y armamento totalmente inutilizados, solamente sus indomables tripulantes se defendían con sus fusiles; para evitar que la nave fuese hecha prisionera, el Teniente Gárezon ordenó que se abrieran las válvulas para que el Huáscar reposara en el fondo del mar sobre el cual se había cubierto de gloria, pero escuchada esta disposición en las cubiertas de los buques chilenos, se dispuso de inmediato abordaje del Monitor por las tripulaciones del Blanco Encalada y el Cochrane. Muerto el héroe Miguel Grau y capturado el Huáscar, había terminado la guerra marítima. Chile era dueño del mar y se encontraba listo para iniciar la campaña de conquista en territorio peruano. (p. 663/) Cinco meses antes de su muerte Miguel Grau, escribía el siguiente Parte: 679

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"Comandancia General de la 1 ra División A bordo del vapor «Huáscar» Al ancla 110, mayo 31 de 1879. Señor Director de Marina en el Ministerio del Ramo con Fecha 23 del presente, tuve el honor de dar cuenta a Ud. de las opera ciones ejecutadas con la división a mi mando, desde mi salida del puerto de Arica el 20 hasta la fecha. Hoy cábeme nuevamente la honra de participar a Ud. las que desde entonces hasta hoy he llevado a cabo con el monitor «Huáscar», conforme a las instrucciones que se dignó impartirme .. me dirigí a Tocopilla, donde reconocí a los buques que allí se encontraban y continué mi derrota al Norte, tocando en la mañana del 29 en Patillas, y entrando después en Iquique. Aquí recibí a bordo al excmo. Señor General, Director General de la Guerra, le di cuenta del resultado de mi comisión, y recibí las instrucciones convenientes para tomar carbón en 110 y dirigirme al Callao, en el caso de que no fuera posible encontrarme al día siguiente en Iquique..." C) Campaña Terrestre La potencia peruano-boliviana en el Departamento de Tarapacá alcanzaba a 10,000 efectivos de los cuales 4,000 eran bolivianos y todos bajo el mando del Jefe peruano General Juan Buendía. Jacinto López, realiza el siguiente comentario: "Destruída la Escuadra del Perú, el camino de la invasión estaba abierto. Este camino era de una inmensa amplitud, toda la Costa Sur del Perú, desde el Callao hasta Loa; y estuvo siempre abierto en realidad, antes y después de la salida de la escuadra peruana al mar. La destrucción de ésta había tardado demasiado. Con una escuadra infinitamente superior, suficientemente preparada para la guerra mucho antes de la declaración de hostilidades, la larga campaña marítima había sido notable por la ineficacia y la incompetencia de parte de Chile; y por la actividad, la eficacia y la audacia de parte del Perú. Si hubo acciones de guerra después deiS de abril, y antes del 8 de octubre, se debió a la ofensiva de los buques peruanos. Toda la acción de Chile se redujo al bloqueo de 680

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Iquique, un error insuperable, funesto en sumo grado para Chile, que prolongó increíblemente la campaña marítima y no tuvo en absoluto compensación alguna en sus efectos".(p.664/) Para principios de junio el Ministerio de la Guerra de Chile había concebido ya otro Plan de Invasión, no ya por Tarapacá, que hasta entonces había sido el punto de mira de todos los planes, sino Moquegua. En Tacna había una división boliviana. Atacarla y ocupar el departamento de Moquegua para encerrar la fuerza peruana en Tarapacá y privar a Bolivia de acceso al mar era la ambición de este Plan. El gobierno de Chile realizaba esfuerzos por inducir al general Daza, Presidente de Bolivia, y jefe de su ejército en campaña, a romper la alianza con el Perú y ajustar una alianza con Chile sobre la base de una combinación territorial con que el gobierno de Chile soñaba hacía más de cuarenta añoS. Bolivia cedería a Chile su territorio hasta el Loa, confín con el Perú y Chile ayudaría a Bolivia a conquistar del Perú territorio del Departamento de Moquegua, que comprende, asimismo, las ciudades de Tacna y Arica. El Comisionadlo de Chile había sido portador de buenas (en realidad engañosas) noticias del General Daza; y en estas circunstancias condujo al gobierno a abandonar el Plan que tenía a Moquegua por objetivo y se volvió al Plan de Iquique, La Guerra sería contra el Perú y no contra Bolivia. Santa María, hizo viaje a Antofagasta para discutir con los jefes del ejército y de la escuadra la cuestión de! Plan de invasión, que preocupaba al gobierno cada día más. Reconocida la conveniencia de la ofensiva, Santa María sometió entonces estas tres alternativas: Expedición sobre Tarapacá, expedición sobre Moquegua y Expedición sobre Lima. La expedición sobre Tarapacá tendría por objeto la ocupación de este departamento, que era el fin principal de la Guerra; la de Moquegua, batir al ejército boliviano en Tacna, apoderarse del Callao. (p. 665/) La Campaña de Moquegua, en concepto del Presidente de Chile, Pinto, que había sido partidario de ella, 681

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ofrecía ahora "inconvenientes políticos considerables para los efectos de un arreglo posterior con Bolivia". El único partidario de la expedición a Moquegua, fue el General Arteaga, Jefe de Ejército de Chile. No veía en ella sino un inconveniente: "el de poner entre chilenos y bo livianos el odio de la sangre vertida» El 20 de agosto se organizó el tercer Ministerio de la Guerra, con Santa María como Primer Ministro y Sotomayor como Ministro de la Guerra. Arteaga había renunciado poco antes y había sido reemplazado por el General Escala, Jefe de la infantería chilena. Pons Muzzo, indica que "La campaña chilena empezó por Tarapacá" Esta campaña, comprende tres hechos de armas. DESEMBARCO EN PISAGUA. El 2 de noviembre de 1879, se presentaron en Pisagua, al Norte de Iquique, 15 transpor tes protegidos por sus buques de guerra, conduciendo un ejército de 10,000 hombres, 900 caballos y 26 cañones al mando del general Erasmo Escala. Custodiaba el puerto una pequeña guarnición de 1,000 hombres, peruanos y bolivianos, al mando del coronel peruano Isaac Recavarren. Los atacantes bombardearon ferozmente las pequeñas defensas del puerto con los poderosos cañones de sus buques de guerra y después de una heróica resistencia desde las siete de la mañana y de incendio del puerto por el salitre que ahí se encontraba: en la tarde Pisagua era ocupada por los chilenos. BATALLA DE SAN FRANCISCO. Ocupado Pisagua, los chilenos que recibieron nuevos refuerzos, se dirigieron al Sur para atacar a las fuerzas concentradas en Iquique, Por su parte el general Buendía había salido de Iquique rumbo al Norte, para realizar un ataque combinado con las fuerzas bolivianas, que al mando del general Daza habían salido de Arica hacia Tarapacá. Pero el avance de Daza falló y en vez de continuar su marcha, por causas no establecidas, a mitad 682

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del camino, regresó a Arica, sin auxiliar a las fuerzas aliadas. (p. 666/) El general Buendía en su marcha hacia el Norte se encontró el 19 de noviembre con las fuerzas chilenas parapretadas en los cerros de San Francisco, cerca de la población de Dolores, y después de una desorganizada y sangrienta batalla, los bolivianos se retiraron a su país y los peruanos a Tarapacá. BATALLA DE TARAPACA. En la mañana de 27 de noviembre el ejército chileno sorpresivamente se presentó en las alturas que dominan la quebrada de Tarapacá, en cuyo fondo se encuentra la ciudad del mismo nombre y en donde descasaban las tropas peruanas. Inmediatamente el Jefe de Estado Mayor coronel Belisario Suárez, secundado por los coroneles Andrés A. Cáceres y Francisco Bolognesi dispuso el ataque, escalando rápidamente los cuerpos del ejército la quebrada, siendo el primero en llegar a la pampa el coronel Cáceres, quien dispuso un vidlento y heróico ataque a las fuerzas chilenas que se vieron obligadas a retirarse y aban donar el campo, dejando cuantioso armamento y banderas, obteniendo nuestro ejército una espléndida victoria a pesar de su inferioridad numérica y de armamento. Pero la victoria de Tarapacá no cambió el curso de la campaña. Aislado como se encontraba el ejército peruano, tuvo que continuar su retirada por el inclemente desierto, llegando al Cuartel General de Arica después de 20 días de caminata. Tarapacá estaba perdido, lo que tuvo graves consecuencias, porque los chilenos inmediatamente comenzaron a exportar el salitre, obteniendo el apoyo de Inglaterra interesada en esta riqueza. El 28 de noviembre el Presidente Prado estuvo en Lima, de regreso de su Cuartel General de Arica. Le autorizaron a viajar al extranjero para que comprara buques y armamento. El 18 de diciembre se embarcó en el Callao, dejando encargado el Mando Supremo del Perú al Vicepresidente general La Puerta. La Guarnición de Lima y Callao no aceptó a La Puerta, pronunciándose por Don Nicolás de Piérola, quien asumió el gobierno en tan difíciles 683

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circunstancias el 23 de diciembre, implantando la Dictadura, con apoyo del moqueguano Comandante Arguedas. (p. 667/) Casi al mismo tiempo en Bolivia, el Presidente Daza era sacado del gobierno por una revolución, siendo nombrado en su reemplazo el general Narciso Campero, quien se dirigió inmediatamente a Tacna, al frente de sus tropas. D) Primera Invasión Chilena a Moquegua Piérola, para tomar el poder, contó con la decisiva participación del moqueguano Coronel Pablo Arguedas Hurtado, que desde veinte años estaba separado del Ejército por haber disuelto La Convención, como vimos en acápite anterior, y que después fue destituído. Al ser rehabilitado, Arguedas, en Lima, mandaba uno de los batallones y, de acuerdo con Piérola, desobedeció las órdenes del Ministro de Guera (Diciembre 21) Y cuando se le quiso contener, se levantó con su batallón, proclamando como Jefe Supremo a Don Nicolás de Piérola, éste secundó, naturalmente, el movimiento con el suyo, y de este modo el Perú ofrecía un nuevo panorama. Habría bastado la presencia de las fuerzas fieles al gobierno para someter a los batallones sublevados, a no mediar las gravísimas circunstancias por las que atravesaba el país; así es que cuando después de un ataque desacertado al Batallón de Arguedas, parapetado en su cuartel, y de otro igualmente ímprobo que el de Piérola emprendió contra la fuerza que guarnecía el Palacio, se quiso perseguir a éstos, que se habían retirado al Callao; los jefes de los demás batallones se negaron a batirlo, alegando que no era dable derramar entre peruanos la sagre que debía emplearse contra el enemigo exterior. Igual consideración pesaba en el ánimo de los que guarnecían la plaza del Callao; el pueblo sen sato aconsejaba también evitar una lucha en la cual, triunfante o no la Constitución, habría de ser a costa de centenares de víctimas, que en todo caso importaban sacrificios doloro sos y una ventaja positiva para el enemigo, y no hay duda que en este modo de ver influía mucho la poca o ninguna confianza 684

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que inspiraba el personal que representaba la legalidad; todo se sacrificó ante la defensa de la patria. (p.668/) El día en que Piérola asaltó la silla presidencial (diciembre 24), contaba el Perú con elementos militares sufícientes para rechazar la invasión. En Lima existía un ejército de 15,000 hombres. El ejército peruano - boliviano en Tacna, contaba con más de 6,000 soldados. Piérola nombró como Secretario de Guerra a Mi guellglesias sin haber sido jamás ni siquiera cadete del ejército. Veamos lo que pasaba en el sur. El general Daza al saber la marcha del general Prado a Europa y el nuevo cambio político operado en Lima, pensó retirarse a Bolivia con su ejército, y romper el pacto de alianza. Después desistió de sus pensamjentos y aparentaba combinar en Arica con el general Montero el nuevo Plan de Campaña, aunque en el fondo insistía en su primer propósito, entonces recibió el avi so de que e! ejército boliviano acantonado en Tacna, había desconocido .,su autoridad (diciembre 27) encabezando el movimiento el coronel Eliodoro Camacho, comandante en Jefe del ejército. El coronel Camácho y sus compañeros de armas manifestaron su firme voluntad de mantener la alianza con el Perú y continuar la guerra. En Bolivia se nombró gen eral en jefe del ejército de Bolivia en el Perú al general Campero, quIen días después fue proclamado Jefe Supremo de la Repúbica. El ejército chileno permanecía desparramado e inactivo en toda la provincia de Taparacá, reinaba en él la discordia y la desorganización; no había acuerdo entre el gene ral en jefe y su asesor el Minstro de Guerra en campaña. La escuadra se ocupaba en recorrer el litoral y en establecer el bloqueo en algunos puertos. En tal situación, y como para justificar exprofeso los cálculos del enemigo, sobrevino el punible Motín de Moquegua, encabezado por el coronel Julio César Chocano y la destitución del Prefecto de Arequipa, coronel Vidal García y García, ejecutada por el pueblo. Estos fueron los actos

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precursores y los primeros síntomas externos de los trabajos revolucionarios del caudillo Piérola. (p. 669/) Al saber la marcha del general Prado de Arica a Lima, el ya acreditado montonero José Manuel Jiménez (alias Huacullani) que a la cabeza de la columna de cívicos "Huáscar", guarnecía el puerto de Pacocha (Ilo), abandonó su puesto, el 20 de noviembre, se fue por tren a Moquegua, con su columna y de acuerdo con don Samuel Barrios, formularon una Acta, a nombre del pueblo, desconciendo la autoridad del Director de Guerra; apresaron al Prefecto Abel Méndez y pusieron en su lugar a Barrios (noviembre 27), más como éste no tuviese la inteligencia ni el valor necesario para sostenerse, el coronel Chocano, antiguo y decidido partidario de Piérola, y el Presidente del Consejo Departamental don J. Benigno Pomareda, enemigos ambos del nuevo Prefecto, movieron al pueblo, apoyados en l:Inbatallón de la Guardia Nacional, se negaron a obedecerle, nombrando a su vez de Prefecto a Choca no. El Contralmirante Montero al tener conocimiento de lo que pasaba en Moquegua, por los telegramas de Chocano, acordó" que Pomareda como Presidente del Consejo Departamental se hiciera cargo de la Prefectura mientras el gobierno resolvía lo conveniente. Jiménez quedó y Barrios huyó a Tacna. Paz Soldán, informa que: "El movimiento ejecuta do por Jiménez y Barrios se atribuyó por algunos a un Plan combinado en Tacna con el objeto de Proclamar Dictador a Don Carlos Zapata, Prefecto de aquél departamento" y según otros el Plan de Chocano fue combinado en Lima a favor de Piérola, presunción que se afirmaba con el hecho de que Pomareda y los suyos proclamaban a Piérola como Jefe Supremo; pero sea de ello lo que fuere y aunque la revolución de Piérola viniese a poco a descorrer el velo de estos misterios y a precisar las responsabilidades, lo positivo es que, a consecuencia de estos desórdenes, el Departamento quedó en un estado de verdadera acefalía, que permitió una vez más al enemigo ejercer sus hostilidades acostumbradas con la mayor tranquilidad.

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José Manuel Jiménez Corrales "Huacullani", había nacido en Moquegua el 19 de mayo de 1839. El cura Hilario Hurtado, lo bautizó el día 20 siendo sus padrinos Agustina Rivera y Gerónimo Flores. (p. 670/) Fueron sus padres ManuelJiménez, natural del distrito de Huacullani, provincia de Chucuito (Puno) en la frontera peruano - boliviana, y Antonia Corrales. Su hermana Soraya Jiménez Corrales, el 13 de junio de 1869, en Moquegua se casa con Ismael Pinto Vargas. José Manuel Jiménez Corrales tuvo una destacada actua ción en la Batalla de Los Ángeles el 22 de marzo de 1880 dirigiendo a cincuenta moqueguanos de la columna "Gen darmes de Moquegua". Y así fue: el 8 de diciembre se presentaron en Pacocha las corbetas enemigas "Chacabuco" y "Magallanes", y echaron a pique, sin la menor resistencia, las lanchas que encontraron. El bloqueo de Pacocha (Ilo) quedó establecido y sostenido por las corbetas Chacabuco y O'Higgins, desde ese día. El 26 tuvo conocimiento el jefe de esa escuadrilla. Viel, de que el puerto estaba completamente abandonado, como así era en realidad, porque hasta los únicos 50 hom bres con que hpbía quedado el Capitán de Puerto, estaban ocupados en la reparación de la línea telegráfica de Ilo al Norte. Paz Soldán, continúa narrando: "La Chacabuco, por intermedio de su jefe, informó al Ministro de Guerra en Campaña, que se encontraba en Pisagua a bordo del Abtao, lo que pasaba en Moquegua, y sin pérdida de tiempo, horas después, salía el 29 de diciembre, a bordo del Copiapo convoyado por la Chacabuco, el Regimiento Lautaro de 550 plazas, al mando de Teniente Coronel Arístides Martínez, y llegaba a 110 al siguiente día, en cuya noche todo fue movimiento y actividad para desembarcar en la madrugada del 31. Mientras tanto el Capitán de Puerto, Rómulo Tizón, a quien nada inquietaba, ni había comunicado tampoco a Moquegua la sospechosa ausencia de la Chacabuco y su regreso con un transporte, dormía muy tranquilo y sosegado en Pacoha, y así no fue extraño que él y los vecinos del puerto sólo despertaron al ruído imprudente de sus nuevos custodios". 687

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En efecto, el enemigo desembarcó en las primeras horas del 31 de diciembre de 1879 simultáneamente, en dos fracciones, por el Norte y por el Sur de Ilo, y avanzando en silencio profundo, toda la fuerza entraba a la población sin ser sentida ni por los centinelas, y tomaba pacífica posesión de Ilo, (p. 671/) en donde encontraron las locomotoras y carros expeditos, como si se les esperara con todo preparado para que emprendiera su viaje a Moquegua, evitándole toda molestia. Lo primero que hizo la expedición fue cortar las líneas telegráficas y enseguida emprendió por tren, pacificamente su marcha a Moquegua, sin más retardo que el necesario en la Estación de Hospicio, para cortar el telégrafo entre Moquegua y Tacna. A las cinco horas del más tranquilo y cómodo viajellegaba (7 pm) a la estación del Alto de la Villa. El Prefecto, coronel Chocano, menos preocupado todavía de estos asuntos que lo habla estado el capitán de puerto Tizón, sólo tuvo conocimiento de tal agresión cuando recibió la nota de intimación del jefe chileno, y no supo dar otra contestación que la de su ignominiosa y precipitada fuga con una fuerza de 450 hombres hasta el Cerro "los Ángeles" de donde precenció tranquilo la entrada del enemigo en la ciudad y su permanencia en ella hasta las cuatro de la tarde del día suguiente (01 de enero) sin ser hostilizado. Los expedicionarios permanecieron en la ciudad sólo algunas horas, y después de hacerse proveer una buen rancho, y de perpetuar algunas de sus acostumbradas tropelías, volvieron a tomar el tren para el Puerto. En su trayecto no sufrieron más contrariedades que la de una interrupción de la vla, cerca de San José, por algunos rieles que se ha bían quitado, hecho que les sirvió de pretexto para fusilar a catorce hombres que encontraron en las inmediaciones. Antes de reembarcarse, saquearon las casas que encontraron en el camino, y las pequeñas e indefensas poblaciones de Ilo. En Moquegua, se aperturó un juicio para saber "quienes eran los cómplicies, para castigar a los culpables por traición a la patria, por espionaje a favor del enemigo", pero desgraciadamente este jucio quedó en la nada. 688

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E) Segunda Invasión Chilena a Moquegua El jefe del ejército invasor, acampado en Hospicio, mandaba practicar por la Costa y al interior varios reconocimientos, operación prelimiar indispensable para emprender la campaña sobre Tacna. (p.672/) En esos momentos existía en Moquegua una división peruana de 1,200 hombres al mando del coronel Andrés Gamarra. Se acordó desde Hospicio, cerca de Ilo, atacarla previamente. Con tal objeto, se destacó, el 12 de marzo de 1880, una división de 4,000 hombres con 18 cañones, cuatro ametralladoras y dos escuadrones de granaderos y cazadores a caballo, al mando del general Baquedano. Esta división ocupó Moquegua el 20, sin más resistencia que un ligero tiroteo y acampó el mismo día 20 en el Alto de la Villa, frente a Los Angeles, posiciones en que las tropas peruanas se habían situado. Baquedano, tenía perfecto conocimiento del terreno que ocupaba la división peruana, porque en Chile se cuidó desde años atrás de reunir planos y datos topográficos del territorio del Perú, y además el mismo general Baquedano acompañado de sus ingenieros, practicó prolijos reconocimientos (el 21) de los alrededores que ocupaba, y envió a dos soldados del Atacama, la noche del 20, para que exploraran el camino de Estuquiña, éstos lo verificaron, adquiriendo la personal convición de la facildad de atacar por ese punto la cumbre de Los Angeles. Con estos datos, Baquedano resolvió ejecutar el ataque en la noche del 21 al 22 . Al efecto dividió su ejécito en tres cuerpos que debían atacar simultáneamente, por los flancos, por el centro y por el frente. El coronel Gamarra, dividió su tropa, colocando el Batallón Grau en la cumbre de Los Angeles, puesto que su jefe el coronel Chocano, solicitó con afán "por ser hijo de Moquegua y haber peleado otra vez defendiendo esa posición". Granaderos del Cuzco a la izquierda en Quilinquilen

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y los otros batallones Canas y Canchis, a retaguardia, en la Pampa del Arrastrado. En la noche del 21 el batallón chileno Atacama, guiado por los soldados que ya conocían el camino, emprendió su marcha por la quebrada de Estuquiña, que corre al pie de Los Angeles y principió a subir. (p. 673/) Esta subida fue completamente descuidada por el coronel Chocano, Loschilenos, al amanecer del 22, estaban ya posesionados de la cumbre, rompiendo sus fuegos sobre el flanco derecho del Batallón Grau, Chocano pidió ayuda al coronel Gamarra que se encontraba en la Pampa del Arrastrado. Al mismo tiempo se presentaba por la izquierda la otra división chilena que la misma noche anterior se había puesto en marcha por Samegua y posesionada en una altura rompía sus fuegos sobre dos compañías de granaderos del Cuzco y Canchis que defendían ese paso; pero aunque éstas rechazaron por el momento, con notable arrojo, el ataque de fuerzas inmensamente superiores, se vieron obligadas a dejar elcampo por la circunstancia de haber quedado en descubierto su flanco derecho. A su vez, las piezas de artillería chilena, colocadas en una altura cerca del Alto de la Villa, rompieron sus fuegos sobre Los Angeles, lo que contribuyó a completar el desorden de Batallón Grau. Este y los demás cuerpos de Quilinquilen y El Arrastrado, se retiraron a Yacango, Y de allítocando Torata continuaron su retirada, hasta Ylabaya, en donde se reunieron los dispersos y esperó el coronel Gamarra al enemigo creyendo que tendría lugar un segundo ataque, pero éste es detuvo en Torata. Las pérdidas de la División Gamarra, entre muertos y heridos, dispersos y prisioneros no llegaron a cien hombres. Las de los chilenos fueron 9 muertos y 41 heridos. Paz Soldán, al respecto, dice: "El coronel Chocano debió ser sometido a juicio y escarmentado como autor principal de las dos invasiones a Moquegua; pero este imperioso castigo se redujo a un simple decreto en que se mandaba abrir un juicio sobre el asunto, que como de costumbre, sólo quedó escrito para aumentar la impunidad de los que no cum plen con su deber, por ignorancia y cobardía, 690

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ejemplo funesto y causa principal de las desgracias que sufrió el Perú en esta guerra". Los chilenos regresaron a Moquegua, dedicándose al robo y saqueo, estimulados por la embriaguez. (p. 674/) El día 20 de marzo de 1880, dos días antes del combate de Los Angeles, hubo un Consejo de Guerra Chileno formado por el Ministro Sotomayor, el general Escala, el General Baquedano, el coronel Martínez y el comandante Stuvens, para discutir lo que convendría hacer con la pobla ción: fue de la opinión de hacerla volar, idea que algunos rechazaron con indignación. Los chilenos se retiraron a Hospicio, donde esta blecieron su Cuartel General. Para una mejor ilustración de la Batalla de Los Angeles, lea mos el siguiente Parte: "Comandancia General de la Primera División del Segundo Ejército del Sur-Omate, abril 4 de 1880, señor general en jefe del segundo ejército de Sur S.G. cumpliendo con lo que ofrecí a Ud tengo el honor de manifestar que el 17 del indicado mes me retiré con la división de mi mando sobre el punto denominado Tambolombo a consecuencia de que las avanzadas chilenas ocupaban Moquegua. En la madrugada del 29 tomé posesión de Alto de los Angeles e inmediatamente procedí a reconocer esta posesión de mi flanco derecho y frente, como tambi.én mi izquierda, desde Quilinquilen a Hoveros, habiendo acampado con aquella en el sitio de Arrastrado. En la tarde del mismo dra por orden general de estalecha se dispuso que los batallones entrasen en servicio ocupando Los Angeles uno y el otro Quilinquilen, los mismos que debían ser relevados cada 24 horas, y que los jefes que estuviesen en servicio se denominasen jefe de la línea y que a ellos estaba encomendada la seguridad y defensa del puesto que se les confiaba. Asimismo dispuse que la mitad de la infantería con sus respectivos oficiales y al mando del sargento mayor Don Julio Ascona, ocupase el cerro grande de Quilinquilen que domina Sancara, Yunguyo y La Calera. el 21 día que debran ser relevados Grau de Los Angeles y Granaderos en Quilinquilen, me manifestó el coronel Chocano, primero de la palabra y por escrito después, 691

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que siendo su cuerpo formado en la provincia y él conocedor personal le permitiese no ser relevado y que que daba encargado de la defensa de esa posición. En la misma tarde fueron tomados 4 soldados y un oficial chilenos, los que remitr a Torata; y en la noche el coronel del Grau hizo descender de Los Angeles con mi conocimiento 20 cazadores de su cuerpo, a sorprender a la avanzada chilena de (p. 675/) caballlería que se hallaba en la cuesta de Tambolombo, cuyo resultado fue tomarles 4 caballos, 4 carabinas Winchester y ocasionarles varios muertos y heridos. A la una de la mañana del 22 fui avisado de que el enemigo se movía con dirección a Samegua. Inmediatamente ordené bajarse la 6ta compañía de granaderos a mando de su comandante teniente don Nicolas Roncal y del Sargento Mayor 2do Jefe de cuerpo don Francisco García, con orden de contener cualquier tentativa que el enemigo se propusiese efectuar con Quilinquilen; habiendo hecho reemplazar en este sitio a dicha compañía con la 1 ra de Canchis como también que la otra mitad de la referida columna fuese a reforzar el sitio que ocupaba aquella. A las 4 y media de la mañana por previsión mandé poner sobre las armas a todos los cuerpos y permanecí en este estado hasta las 5 que se oyeron los primeros tiros en Hoveros; entonces comprendí que los enemigos me atacaban por mi derecha e izquierda y acto continuo hice descender a la 1ra de Canchis que estaba en Quilinquilen al mando de su capitán y a cargo de teniente coronel graduado Don José M. Vizcarra, a reforzar a la de Granaderos, y ordené al jefe teniente coronel Don Simón Barionuevo, situarse de la manera más conveniente a estas dos compaflías, y descendí hasta colocarme a reforzar a tiro de los enemigos, para reconocer el terrreno que ocupaban a la vez que las fuerzas que emprendía el ataque. Bien aclarado el día, noté aquel en el sitio llamado La Calera se encontraban ya rompiendo los fuegos 6 piezas de artilleria, 3 ametrallado ras, un regimiento de infantería de 800 a 1,000 plazas, vestido de chaqueta azúl, Por consiguiente, nuestras dos compañías en Los Púlpitos, rompiendo los fuegos con bastante precisión. Ordené al oficial primero adjunto Eduardo Lunar, remitiese un 692

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cajón además de dos cargas que llevaban de arrieros. al descenderme encontré con que los batallones que había dejado formados en columna cerrada, estaban desplegados en batalla y rompían sus fuegos sobre el enemigo, cuando hasta ese momento creía que los cazadores que estaban a mi vista y descendían sobre Los Angeles haciendo fuego por el cerro de Estuquiña, eran los del batallón Grau, más este (p. 676) error fue cosa de un momento, pues vi que los soldados del referido cuerpo venían en completa derrota y que aquellos que suponía de Grau eran del batallón de Atacama pertenecientes al ejército de Chile, que en la noche por la Quebrada de Huaneros, habían tomado el de Estuquiña. flanqueando esta posición y dominando Los Angeles...flanqueando, pues, por Los Angeles y recibiendo un fuego mortífero que hacían los enemigos del cerro de Estuquiña sobre la división, ya no me quedaba otra cosa que salvar ésta qe ser cortada completamente... ordené al jefe del Canchis a tomar Yacango y poco después le siguó Canas y Granaderos hasta colocarme a la altura del Cerro Baúl, de donde ordené al sargento mayor Andrés A. Pujazón que desendiesen a Tumilaca a proteger la retirada de las compañías que aún se batían ... una vez llegado con la división a Yacango, continué mi marcha sobre Torata, habiéndome parecido más conveniente tomar la posicicón de Ylubaya que el camino que va a atora. Los cuerpos chilenos que se me guían sólo llegaron a Yacango. Pero a las 4 de la tarde, bien do que este punto estaba invadido por todas las familias que emigraban de Torota, Yacango y las haciendas vecinas habría sido una imprudencia cualquier choque, me puse en marcha sobre Chujulay, donde acampé. Al día siguiente continué mi marcha hasta Chiligua y de ahí a Carumas, en donde permaneci cinco días... según datos que he adquirido, pasan de 200 muertos, fuera de los heridos los que ha tenido el ejército enemigo... aún no puedo predecir debidamente las bajas que he tenido en las dos compañías, porque se vienen presentando oficiales y algunos elementos de tropa. Continué mi marcha a Paucarpata, adonde estaré el

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8 del presen te y donde espero recibir órdenes. Dios guarde a Ud. A. Gamarra. Es copia". Mientras tanto los ejércitos se preparaban para continuar la campaña de Tacna y Arica. El ejército chileno, si tuado en la zona de Moquegua, establecía su Cuartel Genera en Hospicio, reorganizándose y esperando los refuerzos de Chile. (p. 677/) Asimismo el general Baquedano, que quedó como General en Jefe en reemplazo del anciano general Escala, hacía reconocimientos militares de los diversos puntos por donde podía marchar el ejército sobre Tacna. Las pequeñas partidas de caballería que salieron a recorrer las inmediaciones de Hospicio fueron destrozadas. La división Muñoz, fue la última que desocupó la ciudad de Moquegua (abril 27) para tomar el camino de Locumba, en donde se encontraba el grueso de ejército chileno, pero no cuidó de prevenir el movimiento al alférez Liborio Letelier, que con dos destacamentos de caballería, de 25 soldados cada uno, recorría las alturas de Candarave, robando el ganado. Estos llegaron a Moquegua (mayo 2) con el fruto de su merodeo, cerca de 300 cabezas de ganado, que lo dejaron en un potrero al cuidado de unos pocos soldados, y los demás entraron a la ciudad, como en casa propia. El pueblo, dirigido por el coronel de milicias don Pedro Flores, rodeó a unos y otros, y en el choque los qu,e no pereceiron cayeron prisioneros entre éstos el alferez Letelier; víctimas de su ciega confianza, y del merecido odio del pueblo por los muchos crímenes que sus compañeros que habían cometido. El mismo día en que Letelier y los suyos caían en manos del pueblo de Moquegua, y como para justificar más este castigo, el mayor Lisandro Orrego, tercer jefe del Batallón Santiago, incendiaba por orden superior el pueblo de Locumba. La reconcentracón de fuerzas en Locumba, indica ba claramente que el enemigo se resolvía a ir de frente sobre Tacna, para después atacar Arica, por tierra.

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F) Batalla del Alto de la Alianza Cumpliendo su bien meditado Plan de conquista de territorio peruano, en febrero de 1880, los chilenos iniciaron su campaña para aniquilar el ejército aliado concentrado en Tacna y Arica y apoderarse de estos territorios. El ejército aliado estaba compuesto de 5,500 peruanos al mando del Contralmirante Lizardo Montera y 4,000 bolivianos al mando del general Eliodoro Camacho acampados en Tacna, más una pequeña guarnición de 1,600 hombres en el puerto de Arica al mando de coronel Francisco Bolognesi. Luego el Presidente de Bolivia general Campero tomó el mando de las fuerzas de Tacna. (p. 678/) Noticiados los aliados del avance desde Moquegua por parte de los chilenos dirgidos por el general Baquedano, decidieron escoger una posición en las afueras de la ciudad de Tacna y ocuparon la Meseta de Intiorco, lugar bautizado desde entonces con el nombre de Alto de la Alianza. En la madrugada de 26 de mayo de 1880, se produjo la Batalla y fue extremadamente sangrienta. La ofensiva aliada logró desarticular en los primeros momentos el avance chileno, pero la superioridad del armamento de que disponían, el empleo de poderosos cañones Krupp y las nuevas tropas de refresco que lanzaron al ataque, produjo la reacción de los chilenos a'pesar del heróico comportamiento de bolivianos y peruanos. Finalmente, ante el agotamiento de las municiones, los aliados tuvieron que retirarse después de 4 horas de brava lucha; los bolivianos con su Presidente General Campero lo hicieron hacia su país y los peruanos con Montera hacia Puno. F) Batalla de Arica En Arica había quedado una pequeña guarnición de 1 ,600 hombres al mando de coronel Francisco Bolognesi, con encargo de defender la plaza. El punto central de la de fensa era el Moro.

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Victoriosos los chilenos en el Alto de la Alianza, en Tacna, se apoderaron del ferrocarril y utilizando esta vía despacharon sus tropas para establecer el asedio de Arica, que rodearon por el Norte y el Este, mientras que en el mar se encontraba su escuadra. En este supremo momento se impuso el deber que les señalaba el honor nacional y cuando en la mañana del 5 de junio se presentó en el campamento el mayor de ejército chileno, Juan José de la Cruz Salvo, para ofrecer al coronel Bolognesi una honrosa capitulación, Bolognesi le respondió: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho". Bolognesi, en telegrama al gobierno, ratifica que su respuesta fue ante la insistencia de la rendición. (p.679/) El General Baquedano al recibir la altiva respuesta de Bolognesi, ordenó se iniciara el bombardeo, que fue debidamente contestado y duró hasta más del medio día. El día 6 se produjo un nuevo bombardeo, en colaboración con su escuadra y en la madrugada del día 7 de Junio de 1880, cerca de 7,000 chilenos a mando de coronel Pedro Lagos se lanzaron por el Este al asalto del Morro con la consigna "hoy no hay prisioneros". La lucha desde los primeros momentos fue extremadamente sangrienta para los defensores y la resistencia heróica. En la cima del Morro la lucha fue sin cuartel. Ahí murieron Bolognesi, el coronel Alfonso Ugarte, que se arrojó del Morro con la Bandera de la patria antes de que cayera en manos del enemigo. El último episodio de esta jornada fue el hundimiento del monitor Manco Cápac por sus propios jefes. El moqueguano Manuel Camilo de la Torre, jefe del Detall en la Batalla de Arica, realizó el siguiente parte: "Jefatura del Detall de la plaza y batería de Arica. A bordo del "Limari". Arica, julio 9 de 1880 Señor Secretario de Estado en el despacho de Guerra... La noche fue completamente oscura y a las 5 y media de la mañana, cuando aún no había luz para distinguir los objetos a un kilómetro de distancia, un cañonazo de las baterías del Este, al que siguieron otros, anunció la proximidad del enemigo por este flanco. Pocos momentos 696

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después rompióse el fuego de fusilería y se trabó reñido combate... media hora después de trabado el combate, el jefe de la plaza, que veía aumentarse excesivamente las fuerzas que atacaban por el Este, mientras que nuestras filas disminuían rápidamente por las bajas que ocasionaba el nutrido fuego enemigo, y que veía distantes todavía las fuerzas que emprendían ataque por el Norte, dispuso viniese en auxilio de la 8va división. Llegaban a paso de trote a las faldas del Morro los batallones Iquique y Tarapacá que formaban la expresada división, cuando arrolladas nuestras fuerzas del Este por el excesivo número de los que atacaban por ese lado, se replegaban ya sobre los parapetos de Cerro Gordo. (p. 680/) A gran esfuerzo, jadeantes llegaron a la altura del Morro el teniente coronel don Ramón Zavala a la cabeza de medio batallón del Tarapacá y el teniente coronel don Roque Sáenz Peña a la cabeza de medio batallón del Iquique, rompiendo con bravura sus fuegos sobre el enemigo, ya que coronaba la altura de Cerro Gordo, y los flaqueaba al mismo tiempo por los lados del Este y Oeste con otras fuerzas. En esta situación, se replegaron sobre los parapetos del Morro los medios batallones de Iquique y Tarapacá con los restos de la 7ma división para hacer allí el posterior esfuerzo, mientras los medios batallones que aún no habían tenido tiempo para llegar, fueron esperados bajo el mortífero fuego de Cerro Gordo, palmo a palmo y con emmpeñoso afán fueron defendidas nuestras posiciones hasta el Morro, donde nos encerró y redujo a unos cuantos el dominante y nutrido fuego del enemigo de más de una hora, Eran las 8 y 39 minutos de la mañana cuanpo todo estaba perdido; muertos casi todos los jefes, prisioneros los únicos que quedaban, y arriada por la mano del vencedor nuestra bandera. En tan supremos momentos, volaron casi todos los polvorines y pudo inutilizarse algunos cañones del Morro, mientras que la batería del Norte atacada ya por el regimiento Lautaro y algunos escuadrones, a quien había tenido alejados, volaron también sus polvorines e inutilizados todos sus cañones. Perdida toda esperanza el «Manco Capac» que, con las baterías del Norte había protegido nuestra izquierda, hizo 697

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prueba al "Cochrane" y desengañado de no poder hacer su postrer tiro al enemigo, su comandante, con serenidad y acierto, le echó a pique para no dar ese nuevo elemento de poder a las fuerzas marítimas de Chile. Han sucumbido en la lucha los coroneles don Francisco Bolognesi, Juan Guillermo More, Alfonso Ugarte, José Inclán, Justo Arias Araguez, Mariano E. Bustamante, los tenientes coroneles don Richard O'Donovan, Ramón lavala, Francisco Cornejo y Benigno Cornejo; los sargentos mayores don Armando Blondel, Felipe A. lela y Fermín Nacarino y muchos señores oficiales. Quedan heridos algunos, y prisioneros los demás, de todo lo cual encontrará Ud. adjunta una relación detallada...". (p. 681/) G) Manuel C. De La Torre Manuel Camilo de la Torre, en el momento de producirse la Batalla de Arica, ocupaba el importante puesto de Jefe del Detall. Nació en Torata (Moquegua), el 10 de abril de 1847, en una calle céntrica de ese Distrito. Sus padres fueron Don Reimundo de la Torre y Doña María Barbachán, naturales de ese heróico pueblo y descendientes de antiguas familias. Sus primeros años de la educación primaria los rea lizó en su ciudad natal y los de secundaria en el Colegio Nacional "La Libertad", de la ciudad de Moquegua, sobresaliendo desde los primeros grados por su ahínco e inteligencia. Al concluir brillantemente sus estudios secundarios, se traslada a la ciudad de Arequipa, postulando a la Universidad Nacional "San Agustín", para estudíar la carrera de Derecho, los que culmina en el año de 1873, cuando contaba con 26 años de edad La profesión de Abogado la desempeñó en la ciu dad de Tacna. En esta misma ciudad se desempeña en el Magisterio, ocupando el cargo de profesor, primero y ViceRector posteriormente en el Colegio "La Independencia". Por su labor de Abogado, continuamente tiene que viajar a las ciudades de Arica e Iquique. Justamente en esta última ciudad cuando le sorprende la infausta Guerra del Pacifico. No escatima ningún esfuerzo para ponerse a frente y ofrecer 698

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todos sus conocimientos en defensa de la patria. Ahí había conocido a otro eminente peruano que incluso proporcionó su regular fortuna para defender a la patria en peligro: es Alfonso Ugarte. Estos dos personajes, en compañía de otros amigos de Iquique estaban decididos a formar una columna de combate y así lo hicieron. Manuel C. de la Torre, es así que llega a desempeñarse como Segundo Jefe del Batallón "Iquique" No 01, denominado "De la Guardia Nacional". Posteriormente también se desempeñó como Jefe del Batallón "Tarapacá", siendo designado por la autoridad, nacional, mediante Decreto Supremo que se expidió el 31, de enero de 1880. (p.682/) Como sobreviviente de la gesta del Morro, fue el encargado de emitir el Parte de la Guerra corespondiente, que lo escribió el día 9 de julio de 1880. Asimísmo respaldó la respuesta de Francisco Bolognesi: "pelearemos hasta quemar el últmo cartucho". Cae herido en pleno combate, siendo tomado prisionero por miembros del ejército chileno y llevado a la prisión de "San Bernardo", salvándose de morir fusilado. Posteriormente, a su regreso a la patria, es elegido diputado por Moquegua, defendiendo sagradamente los intereses de esta su tierra. El gobierno lo designó, al igual que a otros eminentes patriotas, para repatriar los restos de muchos de los que murieron en defensa de nuestra patria. Para trasladar los restos de los soldados, jefes y oficiales que sucumbieron en la Guerra del Pacífico, el gobierno del general Cáceres nombra la Comisión Presidida por el Dr. Manuel C. de la Torre y el Capitán de Fragata Don Melitón Carbajal, quienes embarcáronse a bordo de la cañonera "Lima". Con motivo del traslado de los restos mortales de los héroes peruanos de Santiago a Valparaíso, el viernes 27 de junio de 1890, el gobierno chileno decretó los honores corespondientes a los restos del egregio marino Don Miguel Grau, con el grado correspondiente a Vice Almirante de la Armada Chilena. La cañonera "Lima", después de embarcar los restos de héroes peruanos en diferentes puertos chilenos, arribó a la rada de 699

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Arica para llevar al Norte los cadáveres de los combatientes en el Campo de la Alianza. Llegada al muelle de Arica, la Comitiva peruana, presidida por Don Pastor Jiménez, entregó los restos de los héroes a la comitiva, llegada de Lima. Abundaron composiciones poéticas recitadas por Federico Barreta y Modesto Molina. Ocupó la tribuna para pronunciar un discurso el señor José Rey, Director de la Beneficencia Peruana en el Puerto de Arica. El gobernador de ese puerto señor Benjamín Arteaga Alemparte, finalizó la ceremonia oficial con un cordial discurso. (p. 683/) Manuel C. de la Tore, fue nombrado Cónsul del Perú en Iquique, cargo que le trae muchas nostalgias, pues de eminente ciudadano que lo fue en Iquique, ahora tiene que desempeñarse como representante de su patria de aquella ciudad tan querida. El principal problema que tenía que afrontar era el de la chilenización, pero se da cuenta que los verdaderos peruanos siguen defendiendo a su patria el Perú, como aquellos tiempos, antes de la guerra. Al trasladarse a Lima, desempeña el cargo de Prefecto, por el espacio de 4 años, así como Intendente General de Guerra. Manuel C. de la Torre, se había casado en la ciudad de Moquegua, el 28 de febrero de 1876, con Doña Mercedes Menéndez, dama moqueguana. Fruto de este matrimonio, nació su hija Mercedes Victoria. Manuel C. de la Torre, falleció el 10 de febrero del año de 1912, en la calle Junín, en Lima, asignado con el No. 606, haciéndose presente un representante del Ministerio de Guerra, para expresar las condolencias a sus familiares. Tenía cumplidos los 63 años de edad. El nombre de Manuel C de la Torre, debe quedar imperecedero en el corazón de los moqueguanos de todos los tiempos.

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H) Manuel Aduvire Al igual que Don Manuel C. de la Torre, nació en el heróico pueblo de Torata (Moquegua), desempeñándose con el grado de Teniente, defendiendo las baterías del Morro. Fue Hermano del Doctor José Santos Aduvire. El mismo día que Chile nos declara la guerra, se incorporó en la columna Tarapacá, con la clase de Teniente Efectivo, y fue uno de los que se ungieron de gloria en la victoria de Tarapacá. Dicha columna que formaba parte de la 7ma. División, fue integrada en Arica, con el batallón Iquique, en cuyas filas asistió al glorioso combate del 7 de junio, cayendo prisionero en la cima de Morro. Durante 8 meses y días sirvió en la columna de operaciones de Tarapacá y seis meses en el Batallón de Iquique. En Chile permaneció 16 meses, en la condición de prisionero de guerra. Estuvo en los bloqueos de Iquique y Arica, asistiendo en el primero de los citados, al combate naval de 21 de mayo, entre el Huasca y la Esmeralda. También concurrió a los bombardeos de Arica del 27 de febrero, 17 de marzo, 5 y 6 de junio de 1880. (p.684/) La hoja de servicios del Teniente Efectivo Don Manuel Aduvire, contiene honrosos certificados suscritos por los Coroneles Manuel C de la Torre, Jefe del Estado Mayor de la Guarnición de Arica, Marcelino Varela, Jefe del Batallón Artesanos de Tacna; por Don Camilo López, Tercer Jefe de la columna de "Operaciones Tarapacá", y por el Sargento Mayor Don Lorenzo Infantas. Tenía como íntimo compañero de luchas a Don Ernesto M. Aduvire, pariente de él, que lo acompañó también en la heróica gesta del Morro. Terminada la guerra, Manuel Aduvire, se trasladó a Lima, donde durante consecutivos años desempeñó, a satisfacción de sus jefes inmediatos, el cargo de la Regencia de la imprenta del Diario Oficial "El Peruano". En los partes de Batalla que eleva el General Buendía de las aciones de Iquique y Tarapacá, se puede leer lo siguiente: "La División compuesta de la Guardia Nacional había llegado la víspera del combate de Iquique a Tarapacá, 701

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mandado por el señor coronel comandante general don Miguel Ríos y su jefe el coronel Don Baltazar Velarde; la componen el Batallón Iquique No 01, mandado por el coronel Ugarte, la columna de Navales por el Teniente Coronel Meléndez, la columna Loa por el coronel Gonzáles Flor, la Columna Tarapacá por el teniente Aduvire. Esta división sin reparar las fatigas de su penosa marcha, subió a batirse con el mismo arrojo y decisión que el ejército de línea, como lo demuestran las numerosas bajas de jefes, oficiales y tropa". I) Justo Pastor Dávila El Coronel Justo Pastor Dávila, es otro de los insignes héroes moqueguanos que lucharon para ver nuestra patria libre. Sus acciones revolucionarias principalmente se plasman en tiempos de la Guerra del Pacífico desde los inicios. (p. 685/) El General Mariano Ignacio Prado, gobernó el Perú desde 1876 hasta 1879, tiempos claves en que el Perú se vio envuelto en esta infausta Guerra del Pacífico. El coronel moqueguano Don Justo Pastor Dávila, fue su más cercano colaborador y consejero. Con el objeto de activar los trabajos de defensa que se emprendían, de restablecer la armonía entre los jefes y la disciplina en el ejército de Tarapacá, el general Prado hizo varios viajes de Arica a Pisagua e quique, embarcándose una vez en bote. Muchas de las veces esto ocurría en compañía de Justo Pastor Dávila. En mérito a su trabajo y disciplina en el ejército, Prado le renovó su confíanza. Asimismo conservó en su puesto de combate al general Buendía como General. en Jefe del ejército. Algunos de sus biógrafos de Dávila, como Mariano Felipe Paz Soldán, lo califican de tener «carácter altanero y su falta de modales que hacía que provoque situaciones enojosas con los demás.,jefes de la división». Pero es que la situación que vivía el Perú en ese entonces requería don de mando y gran personalidad para dirigir un ejército que, muchas veces disminuído y falto de recursos, requería él valor y coraje para defender la patria en esas circunstancias.

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En las aciones de Arica y Tarapacá luchó conjuntamente con otros distinguidos moqueguanos, tan es así que el general en jefe del ejército al elevar el Parte de Guerra correspondiente, en este caso el General Juan Buendíaí dice de Dávila lo siguiente: "las divisiones de vanguardia se en contraban a distancia de 4 lenguas en el punto denominado Pachica y la Vanguardia dirigida por su comandante general el señor coronel Dávila:.. tomó la derecha cayendo sobre el enemigo con tanta precisión y con los movimientos tan hacer tados, que consumó la victoria". Se refería a Tarapacá y fue un honor estar presente en el mismo Parte de Guerra dos moqueguanos: Aduvire y Dávila. Encontrándose gobernando ya Piérola, se inició la campaña chilena hacia Lima, y es así, precisamente, donde vemos descollar la figura de Dávila, como uno de los más valientes soldados que se desempeñaron en la defensa de la capital. (p. 686/) El ejército fue dividido en dos líneas de batalla, la de Vanguardia, formada por el ejército de Línea, se colocó del siguiente modo: la División, que mandaba el coronel Iglesias, entre los cerros de Villa y el Morro Solar; la División Cáceres, al centro, y a la izquierda la División Dávila, en los cerros que limitan la Tablada de Lurín. De este modo la línea de batalla formaba una curva, y dejaba expuestos los flancos de las divisiones de Iglesias y de Cáceres, una vez que se lograra batir la División de Dávila, operación fácil, porque la dominaban algunas altura en donde podía colocar el enemigo fuerza de artillería. En la Batalla de San Juan (Lima), la División del Coronel Dávila ocupaba la izquierda de la Primera Línea del Ejército Peruano, quedando inmediata a Monterrico Chico. El Subprefecto de Huarochirí Betín ocupaba con milicianos la quebrada de Olleros. Al iniciarse las acciones los chilenos se abalanzaron contra Dávila, por lo que el General en Jefe de la Campaña, Silva, le había manifestado á Dávila "que de aquí no se moviera que en cualquier instante recibiría, el apoyo del Coronel Suárez", y así fue, saliendo de este apuro Dávila. 703

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Por su parte el coronel Dávila mandó hacer reconocimiento, y seis horas después, dijo el explorador que el ejército chileno estaba dividido en dos cuerpos, el uno en la Tablada de Lurín y el otro en la Quebrada de San Juan, noticia que no creyó el jefe del Estado Mayor, y ordenó que se hiciera nuevas exploraciones, recomendando que se observara desde el Cerro de Retamal, de donde se denominaba con la vista el campo enemigo; y tan fundada fue la desconfianza que el mismo Coronel Dávila, cuidándose poco de la cortesía, dijo al mismo Jefe del Estado Mayor que el Coronel Vargas debía de ir a reconocer bien el campo, ya sea por las alturas o de frente por Pampa Grande pues que si esto no se hacía "estaban jugando a la gallina ciega". Cuando la situación se puso tensa en la Batalla de San Juan, se ordenó a los cuerpos de toda la Línea, que estuviesen listos y¡é las 12.50 del día se mandó orden, por escrito, al Coronel Dávila para que ocupase las posiciones encomendadas, desplegase sus guerrillas a vanguardia y conservase sus reservas. (/687/) Los soldados que acompañaban a Dávila eran novatos y no se podía esperar mucho de ellos, sin embargo había que proceder primero a reorganizar bien las tropas, quienes quedaron constituidas de la siguiente manera: Los ejércitos nacionales denominados del Norte y del Centro se hallaban bajo las inmediatas órdenes de sus respectivos comandantes en jefe, el General Ramón Vargas Machuca y el Coronel Juan Nepomuseno Vargas. Las fuerzas de infantería se subdividieron de la siguiente manera a cargo de los siguientes coroneles: Miguel Iglesias, con el Grupo N° 01; Belisario Suárez, con el N° 02; Justo Pastor Dávila, con el Grupo N° 03 y Andrés A. Cáceres, con el N° 04. Pero la situación nos fue adversa una vez más. El desastre estaba consumado. La Batalla de San Juan, tuvo lugar el 13 de enero de 1881. La Batalla de Miraflores, se lleva cabo el 15 de enero del mismo año. El Coronel Justo Pastor Dávila Herrera, había nacido en Moquegua, siendo hijo de Vicente Pastor Dávila y Teresa Herrera. Habíase casado con Doña Petronila Varela. En el 704

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año de 1879, se desempeñó como Prefecto de Tarapacá. Al comenzar la Guerra con Chile, el Presidente del Perú General Mariano Ignacio Prado lo nombró Comandante General de la División Vanguardia, que hasta entonces había tenido a su mando el General Manuel G. de La Cotera. Su División la integraban los Batallones Puno N° 06 Y Lima N° 08, con los Coroneles Manuel Chamorro y Remigio Morales Bermúdez en calidad de Jefes, respectivamente. Había participado en la Batalla de San Francisco, el 19 de noviembre de 1879, conjuntamente con el General Juan Buendía y Bustamante y los Coroneles Velarde, Bolognesi, Cáceres, Suárez y Espinar. El enemigo establecido en Dolores, presenta el primer encuentro terrestre de importancia al Ejército Aliado y lo vence. Destacóse al arrojo del Coronel Ladislao Espinar que muere en acción atacando a la artillerla enemiga. (/688/) El Coronel Justo Pastor Dávila, se integraría después a las fuerzas del Ejército del Centro. Cáceres en una ocasión, de marzo a setiembre de 1883, le encomendó la Comandancia de las tropas que organizaba en Ica. Lo tenía en alta estima por sus señaladas cualidades castrenses. Había iniciado su carrera en 1843, en la especialidad de infantería. Su domicilio en Lima quedaba en el Portal de Botoneros N° 36 muriendo a los 71 años de edad. El diario «El Comercio», en su edición de la tarde del 11 de enero de 1901, al comentar la muerte del Coronel Justo Pastor Dávila, dijo que «fue una de las principales figuras de la Guerra de! Pacífico», agregando «el Coronel Pastor Dávila, antiguo y prestigioso militar, concurrió con carácter de Jefe a la Campaña del Sur' contra Chile y desempeñó importante papel en las Batallas de Tarapacá y en el Campo de la Alianza». Amigos de los viejos tiempos del Sur, camaradas de armas con quienes combatió codo a codo en defensa de la capital, autoridades de la época y el Edecán del Presidente de la República, acompañaron sus restos en ochenta carruajes mientras el Batallón Lima N° 9, le rendía los honores a su alta investidura.

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Una conocida tradición moqueguana señala que la juventud moqueguana estaba dividida en dos bandos; los Belermos y los Pampeños. La línea divisoria la constituía la Plaza de Armas. Al Norte quedaban los Belermos (habitantes del Barrio Belén). Al Sur, se hallaban los Pampeños. En los días de fiesta, ambos partidos tomaban posiciones para lanzarse luego a alcanzar las cumbres del cerro Chen Chen. Los Belermos se reunían en las laderas del Cuarí, en unas antiguas casas derruídas. Los Pampeños, en cambio, se concentraban en Vegetales. La lucha empezaba en las primeras horas de la mañana. Primero partían los chiquillos dando gritos a favor de sus bandos, y luego salían los mayores, arrojando piedras con sus hondas, sin preocuparse de las heridas. El partido que triunfaba era el que dominaba la cima del Chen Chen. La satisfacción de la victoria era grande. En una ocasión la fuerza pública quiso impedir el combate tradicional, ya que los dos bandos bajaron a la población en son de triunfo. El Prefecto Don Justo Pastor Dávila, recordando que él también luchó en muchas guerras, gritó con entusiasmo: "¡Esos, esos, son los moqueguanos!". Estuvo de Prefecto de Moquegua desde 1888 hasta 1890. (/689/) K) Vitaliano Becerra Es uno de nuestros héroes poco estudiados y, por lo tanto, poco se conoce de él, porque su corta existencia estuvo entregada al estudio y murió muy joven, en un acto heroico sin parangón en la historia peruana. Nace en Torata (Moquegua), en el mes de enero de 1856, en la casa que su padre el Dr. Lucas Becerra tenía frente a la Iglesia y que posteriormente la donó para Casa Cural, procediéndose a trasladarse a otra vivienda situada en la calle Becerra. Fue su madre Doña Evelina Herrera, de antigua familia torateña. Estudió la educación primaria en su tierra natal para trasladarse, posteriormente a Moquegua para continuar sus estudios en el Colegio Nacional "La Libertad", encontrándose matriculado en el folio 68, perteneciente al Segundo Salón, 706

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entre sus compañeros de estudio se encuentran Manuel Flores, César ÁIvarez, Francisco Vera, Carlos Flores, Ricardo Mazuelos y Fidel Zevallos. Los estudios superiores de Derecho, los realiza en la Universidad "San Agustin" de Arequipa, en donde logra culminar sus ambiciones el 13 de noviembre de 1878, optando el Grado de Bachiller en Jurisprudencia. A los 22 años se le nombra como Maestro de Práctica al Dr. del Río, en la ciudad de Tacna, no pudiendo practicar con su padre quien se venía desempeñando como Notario, en la ciudad de Moquegua. Fueron sus hermanos: el mayor Mariano Becerra, de profesión médico, quien encabeza el "Club Fernandino" de médicos para asistir a los heridos en la guerra y que, posteriormente, radicó en Ilo. Sus otros hermanos fueron María Becerra de Fernández Dávila, Cristina Becerra de Cabello; Vitaliano, fue el último. Realiza sus prácticas de Derecho en Tacna y se encuentra con su paisano Don Manuel C. de la Torre y Don José Joaquín Inclán, antiguo amigo de su padre, a quien lo unía la amistad desde cuando José Joaquín Inclán, eran AIcalde de Moquegua. Vitaliano, al presentarse la Guerra con Chile, no espera un instante para enrolarse. (p.690/) Al conversar con el Coronel José Joaquín Inclán, éste le aconseja que se enrole en el regimiento de "Granaderos". Así lo hace. Pelea fieramente en defensa de la patria, encima del Morro en Arica el 7 de junio de 1880. Desgraciadamente una bala enemiga terminó con su vida. En la relación de fallecidos, firmada por Marcelino Varela, y fechada en Tacna, el 18 de agosto de 1880, Vitaliano Becerra Herrera, figura con el grado de Teniente. Habían muerto también gran número de sus compañeros pertenecientes al Batallón "Granaderos de Tacna" que, a su vez, pertenecían a la 7ma. División del Primer Ejército del Sur. Murió también el Jefe de esta División Don José Joaqurn Inclán, el Coronel Justo árias y Aragüez, el Teniente Coronel Francisco Cornejo, el Teniente Coronel Ricardo O'Donovan, el Sargento Mayor Luis Arnaldo Blondel y el Teniente Federico 707

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Basadre del Batallón "Artesanos de Tacna", entre otros. Había nacido el 24 de enero de 1856 y falleció el 7 de junio de 1880, en la Batalla de Arica. Siendo Capitán, integró el Batallón "Granaderos de Tacna", luchando al lado del Coronel Justo Arias Aragüez en el fortín "Ciudadela", en la Batalla de Arica. Por ley N° 398 del 3 de diciembre de 1906, se ordena custodiar los restos mortales de todos los combatientes de la Guerra de 1879 en el cementerio "Presbitero Maestro" de Lima, construyéndose la "Cripta de los Héroes de 1879", la que fue inaugurada el 8 de setiembre de 1908, siendo Presidente de la República Don José Pardo. Ahí figura una placa con el nombre del Capitán Vitaliano Becerra. Allí también yacen los restos del Almirante Miguel Grau, del Coronel Francisco Bolognesi y del Mariscal Andrés A. Cáceres, etc. L) Manuel M. Zeballos Sobre la cúspide del Morro de Arica, con el fuego sagrado del patriotismo, se presentó Manuel M. Zeballos, como una llama que jamás se extinguirá. (/691/) No dudó un instante en presentarse para defender el asedio enemigo, un lugar que se constituía no sólo en punto de estrategia sino que simbolizaba el honor de un ejército laureado hacía apenas pocos años por la victoria del 2 de mayo de 1866. Ese lugar era el Morro que se alzaba en Arica frente a la majestuosidad del océano. Fue el Cuarto Jefe del Batallón Granaderos de Tacna N° 03 (algunos historiadores dicen que fue del Batallón Iquique N° 33) y tenía el Grado de Sargento Mayor Graduado. En la lápida del cementerio de Moquegua se lee lo siguiente: "Concurrió a las acciones de Pisagua, Batallas de Tarapacá y Arica. Sargento Mayor de Infantería. Falleció el 25 de julio de 1919. Recuerdo de su esposa". Ll) Juan Luis Pacheco de Céspedes Nació en el pueblo de Bayamo (Cuba), siendo sus padres Don Luis Pacheco Yser y Doña Angela de Céspedes. 708

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En 1879 llega al Perú, para luchar contra Chile en la Guerra del Pacífico, siendo reconocido como Coronel Graduado del Ejército Peruano por el Presidente de la República Don Mariano Ignacio Prado, participando en la Batalla de Arica el 7 de junio de 1880 y en la Batalla del Alto de la Alianza el 26 de mayo de 1880. En su país natal había participado, conjuntamente con el Coronel Leoncio Prado, hijo del Presidente Mariano Ignacio Prado, en la guerra por la independencia de su país. Lo apodaban "El Cubano" y prefiere hacerle frente a los chilenos empleando la táctica de la Guerra de Guerrillas, hostilizando constantemente al enemigo parapetado en diversos pueblos de Moquegua y Tacna, situación que es compartida por Leoncio Prado. Este último, en la Batalla de Torata, el 21 de julio de 1880, es hecho prisionero siendo llevado a la prisión de San Bernardo (Chile). En la Batalla de Moquegua, llevada a cabo el 3 de febrero de 1882, Pacheco de Céspedes se enfrenta a las fuerzas revolucionarias del Coronel La Torre. (/692/) El gobierno peruano, a partir de 1881, lo designa como la máxima autoridad en los Departamentos de Moquegua y Tacna, reteniendo su cargo de Comandante General de la División Vanguardia, siendo testigo de las luchas entre peruanos, dirigidos por el General Iglesias, Cáceres y Nicolás de Piérola. Estando en Lima, al frente de su División Vanguardia, se puso aliado de Cáceres para recuperar la ciudad que estaba bajo el mando de Iglesias. El Guerrillero de los Mil Combantes o "El Cubano", desde el inicio de sus acciones, contó con el apoyo del que después fue Coronel Héctor F. García. En la Batalla Pachía contra los chilenos, llevada a cabo el 3 de setiembre de 1881, García luchó denodadamente, en ese entonces con el grado de Capitán y como Jefe del Detall, apoyado por el Subprefecto de Tarata, el Sargento Mayor Carlos F. de la Torre, quien murió en Combate. Pacheco de Céspedes como premio del esfuerzo desplegado por el capitán Héctor F. García, lo asciende aI Grado de Sargento Mayor. Pero la amistad ahí terminó: Pacheco de Céspedes "El Cubano", empezó a 709

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defender la posición de Nicolás de Piérola y Héctor F. García, tacneño, la de Andrés A. Cáceres o "calabreses", llamados también “constitucionales”. A los partidarios de Piérola, se les denominaba "coalicionistas". Esta división sería fatal para Pacheco de Céspedes, como veremos luego. Mientras tanto en Moquegua, en 1894, se encontraba como Prefecto Don Ignacio Somocurcio, quien tuvo que enfrentar a los sublevados Constantino Cuéllar y Eliodoro Dávila, quienes tomaron por asalto el cuartel de esta ciudad en la madrugada del 20 de octubre de 1894, vivando a Nicolás de Piérola y a Pacheco de Céspedes, dirigiéndose después al local de la Prefectura librando una encarnizada lucha por más de dos horas, resultando gravemente herido el Prefecto Ignacio Somocurcio, cayendo muerto Eliodoro Dávila y herido Constantino Cuéllar. (/693/) El Coronel Héctor F. García, encontrándose en Mirave, se dirige a Moquegua para apoyar a los caceristas. Lo acompañaban el Capitán Mariano Palza, el Teniente Maximiliano Vaca reza y el Alférez Pedro Vásquez, quienes, apoyados por una fuerza de tropa, avanzaron por el Cerro "Los Angeles" y la "Pampa del Arrastrado" con rumbo Yacango, siendo hostilizados por los pierolistas que huyeron a Torata, siendo perseguidos por el Coronel García, tomaron la ruta de Candarave. Sin embargo, en Moquegua, la lucha fratricida continuaba, ya sin la presencia del cacerista Coronel García ni del Pierolista Pacheco de Céspedes. En la "Batalla de la Navidad", llevada a cabo el 25 de diciembre de 1894, en Yarane (Torata) se encontraron ambas fuerzas, muriendo trece combatientes de ambas fuerzas. Por el lado de los caceristas fallecieron el Comandante Luis Adolfo Sánchez, Jefe de la Columna "Puquina" y el Capitán Manuel Arce Dávila (yacangueño). Dentro de los pierolistas falleció el Capitán N. Romero, dirigidos por el Comandante Yesupe, siendo tomados prisioneros el Comandante Murga, el Mayor Moreno y el Alférez Paredes. Al llegar nuevo contingente cacerista, al mando del Comandante Arróspide, huyeron con dirección a

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Bolivia los pierolistas Comandante Yesupe y los Capitanes La Rosa y Del Solar. Moquegua, había quedado desguarnecida y se esperaba con ansias dar el golpe final por parte de los pierolistas. Juan Luis Pacheco de Céspedes se encontraba en Locumba el 20 de enero de 1895; reorganizó su pequeño ejército y emprendió su marcha rumbo a Moquegua. El día 25 de enero, siendo las dos de la madrugada se encontraba en Tumilaca. El día 26 se enteró que su antiguo aliado, ahora su contrario, el Coronel Héctor F. García, se encontraba en Torata, en donde había concentrado todas sus fuerzas, quedando Moquegua desguarnecida. Estando en Tumilaca, Pacheco de Céspedes, realiza una consulta con sus ayudantes los Capitanes Ernesto Zapata y el Capitán Mendoza sobre qué situación convenía más, si atacar a Moquegua desguarnecida, o enfrentarse de una vez por todas al cacerista Coronel Héctor F. García que se encontraba en Torata. Esta última fue la posición de la mayoría. Siendo las siete de la mañana del día 27 de enero de 1895, salió rumbo a Torata, en dos columnas: una dirigida por Pacheco de Céspedes y la otra dirigida por Ernesto Zapata. (p.694/) A las diez de la mañana se encontraron en Torata, sin que despertara la menor sospecha en las huestes del Coronel García, quiénes se encontraban tomando su rancho; cuando de repente se les acercó una muchacha indicándoles que por los cerros circunvecinos habían muchos hombres haciendo fuego de fusilería en diferentes direcciones con sus 235 hombres desde Torata Alta. El cacerista Coronel García, dispuso que por lo escarpado del terreno la defensa se hiciera a pie, ordenando al mayor Sotillo y al Capitán Palza atacaran la cuchilla de la derecha y el Comandante Espinoza se dirigiera a la cima de los cerros que dan al panteón. La lucha entre peruanos fue fatal, casi se peleaba cuerpo a cuerpo. Era cerca del medio día del domingo 27 de enero de 1895, que el Coronel Juan Luis Pacheco de Céspedes dejó de existir, conjuntamente con su fiel ayudante el Capitán Urdanivia y 23 soldados. Por la tarde del mismo día seguían los disparos esporádicos de ambos bandos, cerca de Cocotea. 711

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Al caer la noche los seguidores de Pacheco de Céspedes, cruzando los cerros, unos tomaron la ruta de Candarave y otros la de Moquegua. La bajas caceristas del Coronel García, fueron: muertos, el Mayor Figueroa, el Alférez Sánchez Ballón y 9 soldados. A los pierolistas, se les incautó armas, municiones, caballos y comunicaciones privadas de Pacheco que sostenía con sus agentes en diferentes pueblos de Moquegua y Tacna. El mismo Coronel García, dispuso que a Pacheco se le enterrara con los honores correspondientes. Su cadáver se lo trasladó a la Iglesia de Torata en un ataúd convenientemente acondicionado. Después de los ritos religiosos y los honores militares se procedió a trasladarlo al cementerio de Torata el día lunes 28 de febrero de 1895, presidiendo el cortejo fúnebre el cura Bernardino Herrera. Ese mismo día también se sepultaron los cadáveres de los caceristas o calabreces Mayor Guillermo Figueroa, Teniente Luis Sánchez y Alférez Abelino Ballón. Por el lado, de los pierolistas el Capitán N. Urdanivia y el Oficial Carlos Eyzaguirre. El día 2 de febrero los restos mortales de Juan Luis Pacheco de Céspedes «El Cubano», fueron trasladados al Cementerio General de Moquegua, donde el cura Chávez presidió la ceremonia. Pacheco de Céspedes contaba con 46 años de edad, más o menos y había fallecido de dos balazos: uno en el corazón y otro en la cabeza. Mientras tanto, en Moquegua, seguían los caceristas festejando la victoria, dando vivas al Mariscal Andrés A. Cáceres y al Coronel Héctor F. García. (/695/) La familia de Pacheco de Céspedes, como así la colonia cubana de Lima, hicieron las gestiones ante el Coronel García, para el traslado de los restos mortales, delegando las acciones en Don Augusto Minutto. Posteriormente, para las acciones del montepío, se nombró a Don José María Lynch quien consiguió que se le reconociera 9 años y 4 meses de servicios con una pensión mensual de 60 soles. En unión con Doña Clotilde Moreno, natural de Lima, tuvieron a su hijo Lucas Alberto. En unión con Doña María Herce tuvieron a sus hijos Juan Luis y Daniel Juan Manuel.

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Por Ley expedida en setiembre de 1988, se declara Héroe Nacional a Juan Luis Pacheco de Céspedes, "por su destacada actuación en defensa de nuestra patria, en la Campaña de Resistencia, contra la invasión chilena entre los años de 1880 y 1883". El gobierno de Andrés A. Cáceres, con fecha 11 de setiembre de 1889, le expide el grado de Teniente Coronel. Sus restos descansan en el Cementerio General de Moquegua. En su lápida, se puede leer: "Los Jefes y Oficiales de Húsares de Junín N° 1 Muerto en Torata". M) Tercera Invasión Chilena a Moquegua A la vez que en Arica se celebraban negociaciones de paz, y Lynch se ocupaba de devastar y saquear los pueblos del Norte del Perú, los buques que bloqueaban el Callao y los inmediatos puertos de Ancón y Chancay se ejercitaban también en arrojar bombas sobre estas dos últimas poblaciones, sobre el tren de pasajeros y las embarcaciones de pescadores. Entre tanto, la disciplina del ejército de Chile se perdía de una manera alarmante. Siendo una de las principales causas la de que no se pagaba al soldado desde que salió a campaña, sino pequeñísimas sumas de buena cuenta se les debía la cantidad de más de dos millones de pesos. (p.696/) El Batallón Maipú, que estaba de guarnición en Calama se sublevó en la noche del 21 de agosto de 1880. El soldado Sepúlveda, a la cabeza de otros, se echaron con rifle en mano sobre sus oficiales, mataron a los que se resistían; el valor del Capitán Oyarzón salvó la total pérdida del batallón; Sepúlveda pagó con su vida su insubordinación, el 20 de setiembre. En Tacna, se temió que el Batallón Cazadores del Desierto imitara el ejemplo. El general en Jefe creyó contener el mal disolviéndolo e incorporándolo en diversos. cuerpos, lo que ocasionó que más de 300 hombres de ese batallón, que estaba en Pachía se sublevaran armados y se desbandaran, tomando el camino de Bolivia y el de Moquegua, en el mes de setiembre de 1880. 713

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Se mandó en su persecución un escuadrón de caballería de 140 hombres al mando del Comandante Echeverría, que fue rechazado a balazos y nada consiguió. El ejemplo cundíó en otros cuerpos y sólo pudo contenerse el contagio, fusilando a varios soldados. El Valle de Moquegua estaba lleno de esos desertores. Se envió al aguerrido Escuadrón de Cazadores, en persecución de los fugitivos, hasta "La Rinconada", en Moquegua, el 28 y 29 de setiembre de 1880. El Prefecto se preparó con la poca gente que pudo reunir, y en la mañana siguiente les salió a su encuentro, pero a los pocos tiros de las avanzadas, la tropa chilena se retiró cobardemente a Locumba, dejando libre a Moquegua. En vista de estos fracasos se acordó realizar una expedición de merodeo sobre Moquegua, con el doble objeto de satisfacer la venganza y de recoger desertores. Paz Soldán, dice: "Se encomendó el mando de una pequeña división al Comandante Juan de la Cruz Salvo. La ciudad de Moquegua y su valle se encontraba sin soldados y sin armas; los pocos que podían Ilevarlas formaban parte del ejército que se organizaba en Arequipa; así que sólo quedaron ancianos, el pequeño cuadro de 80 hombres que componían la policía se retiró a Arequipa y el Comandante Salvo entró a Moquegua sin la menor resistencia el 6 de octubre de 1880. Algunos extranjeros que se acercaron al Jefe chileno a pedirle garantías, recibieron el encargo de convocar a los vecinos notables para el día siguiente a fin de hacerles saber el objeto de su expedición". (/697/) Reunido, en efecto, unos pocos vecinos, se presentó Salvo, y les notificó que la ciudad debía pagar, en el perentorio término de 24 horas, la cantidad de 100,000 pesos plata por contribución de guerra; además ganado y otros artículos, dándoles el término de una hora para deliberar sobre el modo cómo debían verificar el pago. Salvo, se retiró del local; los vecinos discutían acerca de la cantidad que podía colectarse en tal angustioso plazo, y acordaron pedir la reducción de la contribución y el aumento del plazo. Al volver al salón el comandante Salvo, se le hizo 714

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saber lo acordado, y la imposibilidad de reunir tanta cantidad de plata sellada. El jefe chileno, en tono imperante y amenazador, redujo a 60,000 pesos la cantidad, y convino en recibir plata labrada y alhajas, para completar la suma, amenazando conque, si vencido el plazo no se le pagaba lo que pedía, entregaría la población al saqueo, y la destruiría después a cañonazos. Los vecinos le ofrecieron los vinos y aguardientes que existían en sus bodegas, lo que Salvo, contestó: "esas existencias las tengo a mi disposición sin necesidad que ustedes me las ofrezcan, y no puedo Ilevarlas en las grupas de mis caballos", fue la cínica contestación y se retiró al Alto de la Villa, haciendo antes extender una acta,que obligó a que la firmaran los que se hallaban presentes, ofreciendo dar copia de ella, y asegurando que si pagaban la contribución impuesta serían respetadas todas las personas y propiedades, sin causar al más leve daño a nadie. Los desconsolados padres de familia, las angustiadas madres que veían expuesto el honor de sus hijas, recorrían la población buscando algún refugio que calmara sus temores. No podían huir, porque la ciudad estaba asediada; no había mas salvación que conseguir la plata; con tal objeto, a fin de rescatar sus personas y propiedades, las señoras pusieron en las plazas públicas mesas receptoras. (/698/) Llegó el término del plazo concedido, las 3 de la tarde del día 8. Apenas habían alcanzado a colectar 27,000 soles. A la hora señalada, bajó Salvo del Alto de la Villa, seguido de su tropa. Se le pidió que prorrogara el plazo, y ofreciendo entregarle de pronto lo colectado, Salvo, concedió 24 horas más de plazo. Para valorar las alhajas se le pidió que nombrara algún joyero del pueblo, a lo que se negó Salvo y eligió a tres oficiales suyos como tasadores. Vencido el nuevo plazo se alcanzó a poco más de la mitad exigida. Cediendo a las súplicas de algunos extranjeros, concedió un tercer plazo, y viendo que aun este expiraba sin que hubiese podido completarse el precio del rescate, los curas de Santo Domingo Vicente Salt y Francisco Javier Zúñiga, entregaron la custodia de piedras preciosas que había regalado el Padre Manuel Moscoso y Peralta, que vimos en 715

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capítulos anteriores. Esta custodia, se dice, pesaba más de seis arrobas de plata. Al recibirla, Salvo dijo que, no se excusaba de recibirla, pues que con la custodia que se le daba, ya tenían cinco; pero como ni aun con esto se llenaba la cuota, exclamó: "Ya no se puede tolerar lo que pasa, es preciso acabar" y señaló, como último y fatal plazo, las doce del día siguiente (12 de octubre). La colecta continuaba, pero aún faltaban como 7,000 pesos para el entero de los 60,000; los extranjeros contribuyeron con 4,500 pesos. Llegada la tropa a la plaza, en orden, se divisó muchos grupos dirigidos cada uno por un oficial, y cada grupo tomó una calle, haciendo abrir las puertas y registrando hasta el último rincón de las casas: rompiéronse baúles, Ileváronse caballos, mulas, burros, carneros, toros, etc. bajo el pretexto de buscar armas; fue un verdadero saqueo. Ante esta situación, se le presentó la señora Dominga LIosa de Durand, quien le hizo ver a Salvo la triste situación en que se encontraba el pueblo y que esperaba que su corazón magnánimo y generoso que, inspirándose en nobles sentimientos, en el recuerdo de su esposa, conceda un lugar de refugio para la vida de los hijos y la honra de sus hijas. (/699/) El honor y la vida de los inocentes quede a salvaguardia de la tropa. Salvo manifestó que él sólo era ejecutante de lo que le había ordenado su gobierno y que su ejército no está en contra de mujeres, niños y hombres indefensos. María Noel de Tizón; otra madre afligida de Moquegua, le exigió que Salvo informe qué es lo que habría de ocurrir si no se cumplía con lo indicado, por lo que Salvo contestó que el honor estaba seguro y no podía conceder un nuevo plazo, por lo que la señora María Noel de Tizón, dirigiéndose a sus compañeros les manifestó que a Salvo parecía que no le hubiera parido una mujer. Pero ya estaba sobradamente completa la suma de los 60,000 pesos, pero, según Salvo, faltaba el número de reses o su valor equivalente en plata, a razón de 100 soles por cabeza, cuando en estos instantes de suprema angustia, llegó el Coronel Lagos, de terrible recuerdo en éstos pueblos, y en alta voz dijo: "que en vez de los 60,000 pesos, debió exigirles 716

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500,000, pues él habría dejado arrazada la ciudad como una tabla". Cuando ya nada hubo que robar ni sacar, se retiró la división (15 de octubre). Salvo había ofrecido su palabra de honor de que no se tocaría ni una paja, ni un pelo, si se le pagaba la contribución; esta fue satisfecha en mayor suma; sin embargo, en su tránsito incendiaron, saquearon y destruyeron varias casas y haciendas; robaron todo cuanto estaba a su alcance. El comandante Salvo, en su Parte del 21 de octubre, silenció los más notables sucesos. No informó del saqueo de la ciudad. Las alhajas y plata labrada no llegaron a Chile en la misma cantidad; considerable parte quedó repartida entre sus compañeros. N) Batallas de San Juan y Miraflores Después de las épicas jomadas del Sur, donde nuestras armas se cubrieron de gloria, no obstante la derrota ante la superioridad bélica y numérica del enemigo, muchos países extranjeros iniciaron un movimiento con tendencia a poner fin a esta guerra, cuyos actos de invasión y barbarie cometidos por los chilenos estaban fuera de las reglas de civilización contemporánea. (p.700/) Un mes antes de realizarse estas primeras negociaciones, el 4 de setiembre de 1880, los chilenos enviaron a nuestras costas la tristemente célebre expedición comandada por el Capitán Patricio Lynch, quien saqueó ciudades, puertos y caletas, impuso cupos y se apoderó de la propiedad privada de los comerciantes. A su paso fueron arrasados los puertos de Huacho, Supe, Chimbote, Salaverry, Paita, etc. Luego de la ocupación de Tacna y Arica, los chilenos se prestaron a iniciar la campaña sobre .Ia capital. Al efecto concentraron un ejército de más de 25,000 hombres en dos divisiones al mando del General Manuel Baquedano. El 19 de noviembre la primera división de los invasores desembarcó en Pisco y, poco después, ocupaba los valles de Ica y de"Chincha. El segundo agrupamiento arribó a la caleta de 717

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Chilca el21 del mismo mes y, luego, acampó en el Valle de Lurín, en espera del anterior para en forma conjunta planear la ocupación de Lima. Mientras esto sucedía, el Dictador Piérola procedió a instalar las defensas de Lima, para lo cual se tendieron dos líneas defensivas. La Primera Línea Defensiva, estaba situada a lo largo del Morro Solar, en Chorrillos. Allí estaban defendiéndola el general Miguel Iglesias (en Villa); Andrés Avelino Cáceres(en San Juan, al entro); y el moqueguano Coronel Justo Pastor Dávila (cerros de Pamplona, a la izquierda). La Segunda Línea Defensiva, partía de la Quebrada de Armendáriz y llegaba hasta la Carretera Central. Se contaba con un ejército de 20,000 hombres. Todos acudieron para cumplir, en la medida de su esfuerzo y de sus posibilidades. Con respecto a la Batalla de San Juan, diremos que Baquedano también había dispuesto tres divisiones para el ataque. El Jefe Patricio Lynch, por el lado de la playa, el Coronel Sotomayor, por el centro y el Coronel Pedro Lagos por la derecha. (/701/) Apenas despuntada el alba del13 de enero de 1881, los chilenos se lanzaron al ataque concentrándolo con mayor intensidad sobre el centro que era defendido por Cáceres y, la izquierda nacionales que les opusieron tenaz resistencia, obligando al chileno Baquedano a usar sus reservas para poder doblegarlas. A las dos de la tarde sólo quedaba combatiendo la división de Iglesias en el Morro Solar, hasta que, finalmente, fue rodeado y vencido. Con respecto a la Batalla de Miraflores, diremos que el día 15 de enero de 1881, al mediodía, se iniciaron los disparos. Entonces los chilenos, apoyados por los poderosos cañones de su escuadra, que bloqueaba el puerto del Callao, emprendieron su avance, siendo contenidos en todas las líneas por los bravos defensores, que estuvieron a punto de hacer producir el desvande del invasor. Pasadas las 5 de la tarde, las defensas peruanas caían unas tras otras en sus llamados "Reductos", con todos sus defensores muertos o mal 718

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heridos en la acción. Tuvimos una nueva derrota escrita con sangre de 10,000 defensores que quedaron aureolados de gloria. El 17 de enero, tras arreglos previos, el ejército invasor ocupó nuestra capital, instalándose en la Biblioteca Nacional, en la Universidad de San Marcos, en la Universidad de Ingeniería y en el Palacio de la Exposición. Piérola se había retirado hacia la Sierra Central para desde allí continuar con la resistencia, habiendo quedado como Alcalde de Lima el Coronel Rufino Torrico, quien fue el que la entregó a los chilenos, los que, a su vez, nombraron como gobernador de Lima a Patricio Lynch. Toca anotar también, la decidida intervención del Almirante Francés Abel Bergasse Du Petit Thouars, quien advirtió a los chilenos que los cañones de los barcos extranjeros surtos en el Callao, dispararían y hundirían a la escuadra invasora, en caso de que Lima fuera saqueada e incendiada, contraviniendo las normas de la guerra. Ello evitó penosas consecuencias para nuestra capital. (p.702/) Ñ) Cuarta Invasión Chilena a Moquegua Después de la ocupación de Lima, Piérola se estableció en Ayacucho, desde donde quiso entrar en negociaciones con los chilenos, pero éstos se negaron. Ante esta circunstancia convocó a una Asamblea ante la que se despojó del mando supremo y, luego, se ausentó del país. Es así que debido a la necesidad de la existencia de un gobierno nacional, que llevase adelante las gestiones de paz, fue nombrado, el 22 de febrero de 1881, Don Francisco García Calderón como Presidente del Perú, quién llevó a cabo diversas gestiones con la condición de que la paz se estableciera sin desmembración territorial para nuestro país. Este aspecto no lo consideraron positivo los chilenos y decidieron apresarlo el 6 de noviembre y embarcándolo rumbo a Chile, donde sufrió vejaciones. La resistencia peruana continuaba. En la Sierra Central actuaba el General Andrés A. Cáceres, en el área 719

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comprendida entre Ayacucho y Cerro de Pasco. El invasor envió con él a numerosas expediciones que no pudieron vencerlo. Antes bien, en el año de 1882, Cáceres logró derrotar a fuerzas chilenas en las Batallas de Pucará, Marcavalle y Concepción, el 5 y 9 de julio. También en la Sierra Central el general Miguel lglesias, el 13 de julio de ese mismo año, había obtenido la importante victoria de San Pablo que le permitió apoderarse de la ciudad de Cajamarca. Más tarde Iglesias, desde la localidad de Montán lanzó un Manifiesto a la Nación en el cual convocaba a una Asamblea Legislativa, la misma que al realizarse lo nombró como Presidente Regenerador del Perú, el 25 de diciembre de 1882. Mientras los chilenos reconocieron a Iglesias, los caudillos de la Resistencia, principalmente Cáceres no estuvieron de acuerdo y continuaron en la lucha. Por ello, y para continuar adelante con las negociaciones. los chilenos decidieron eliminarlo, lanzando una ofensiva que obligó a Cáceres a abandonar Tarma y dirigirse al Callejón de Huaylas, para unir sus fuerzas con todas las que allí operaban y se encontraban al mando del Coronel Isaac Recabarren. Al llegar a esta zona se vio rodeado por las fuerzas chilenas obteniéndose la Batalla de Huamachuco, el 10 de julio de 1883. Cayó herido, en esta acción de armas, el joven oficial Leoncio Prado, hijo del expresidente Mariano Ignacio Prado. (p.703/) Al saber que sería fusilado pidió se le diese a él mismo dar la voz de mando. Así se hizo, dando de esta manera un ejemplo de valor sin límites; corría el 13 de julio de 1883. Mientras tanto, en Arequipa, ocurrían otros acontecimientos: el Almirante Montero, que se mantuvo fuera del alcance de los chilenos, había sido elegido por el gobierno de García Calderón como Primer Vicepresidente del Perú, y Cáceres como Segundo. El Almirante quedaba, pues, como legítimo Presidente Constitucional, por cuanto Piérola se había retirado y García Calderón se hallaba prisionero. El Gobierno quedó establecido en Arequipa y se convocó a Congreso. Iglesias, se encontraba al mando de los

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Departamentos del Norte, Cáceres en el Centro y Camilo N. Carrillo, en Arequipa. El Almirante Montero, contaba en Arequipa con 3,000 hombres y siete batallones con 2,500 hombres que formaban la Guardia Nacional. Para combatir a este ejército del Sur, los chilenos al mando del coronel José Velásquez, que se encontraba en Tacna, avanzaron al Norte, haciéndose presentes en Moquegua con 3,200 hombres. Asimismo Lynch, desde el Callao, envió a Ilo 3,000 hombres como refuerzo al mando del coronel Estanislao del Canto, encontrándose, ambos, a mediados del mes de octubre de 1883, estableciéndose en el terminal del ferrocarril, esto es, en el Alto de a Villa, como lo habían hecho sus antecesores invasores chilenos. La escasa guarnición que quedaba en Moquegua, ante la superioridad de los chilenos, tuvieron que replegarse hacia Arequipa, con la finalidad de solicitar ayuda al Almirante Lizardo Montero. Los chilenos persiguieron a las tropas de Moquegua, dirigidas por el Comandante Somocursio. Montero. al tener noticias de esta cuarta invasión chilena hasta Moquegua, envió un destacamento al mando del Coronel José Godínez, que, viendo la ventaja numérica de los chilenos, tuvieron que regresar a Arequipa. (/704/) El joven historiador de Arequipa, Sr. Roberto Ruelas Vera, nos da a conocer un interesante estudio realizado en Puquina sobre la intervención del ejército chileno, en él podemos encontrar algunas precisiones: "El cura Don Pantaleón Martínez Vegaso, de la Doctrina de Puquina, dijo que a consecuencia de la Guerra del Perú con Chile, el ejército de esa nación invadió este pueblo a sangre y fuego y saqueó generalmente el día veintitrés de octubre y siguientes del año de mil ochocientos ochentaitrés, y en consecuencia no quedó ninguna cosa que no fuese víctima del saqueo: que tampoco se respetó la misma iglesia y capillas llegando los soldados insubordinados a desabarrajar las puertas de la Iglesia y ocuparla de cuartel por el espacio de dieciséis días, fecha en que siguieron su marcha a la ciudad de Arequipa. 721

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Todo esto dio por resultado que robaron muchas especies, y entre ellas el Sol, de la custodia, que estaba guardada en el siborio o cajoncito del depósito, un cáliz de plata, tres crismeras de plata, un par de vinajeras... en esa fecha se encontraba de Gobernador Don Pedro Pérez.:. otras personas notables, testigos de la destrucción, eran Gerónimo Ampuero, Lucas Chire, José Mariano Ale, Idelfonso Chire y Simón García... los chilenos permanecieron hasta el nueve de diciembre... en la Viceparroquia de Sahuanay robaron también otras especies de plata... mataron a Juan Manuel Peraltilla, quien llegó a expirar en una de las puertas del convento, de donde lo hizo sacar uno de los jefes de la fuerza y lo llevaron al panteón... todos los vecinos tuvieron que huir fuera del lugar, una familias del Valle de Tambo y a distintos puntos... otros testigos, fueron: Andrés Áívarez, Nazario Chara, Simón García, Lucas Chire, Pedro Pablo Miranda, Francisco Rodríguez, Mariano Flores, Juan Álvarez...". En los primeros días de octubre de 1883, ya eran confirmadas las noticias del avance de las fuerzas chilenas sobre Arequipa; una división enemiga acantonada en Tacna. marchaba sobre Moquegua. Incomprensibles eran las últimas medidas del gobierno de Montero: envió al Batallón Junín al Cuzco; de 200 celadores a Juli y ordenó el repliegue a la división de Somocursio que dejó libre el paso por Moquegua del avance enemigo. El 16 de octubre, parte de las fuerzas monteristas estaban instaladas en Chacaguayo, organizando la defensa, cuando llegó hasta allí Montero y el Coronel Belisario Suárez (Alcalde de Arequipa, nombrado el día anterior por Montero como Jefe del Estado Mayor General del Ejército). (/705/) En la madrugada del 18 llegó al campamento de Chacaguayo la orden de Montero, en cumplimiento de la cual, y luego de penosas marchas, el Batallón Constitución que se posesionó en la cuesta de Huasacache y el Batallón Ayacucho que se posisionó en el Alto de Jamata. Estas fuerzas, ascendían a 500 soldados. El Coronel Godínez, dirigía la defensa desde Chacahuayo. Otro jefe era el Coronel Canevaro. 722

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Las fuerzas chilenas, estaban dirigidas por el General José Velásquez. La noche del 22 al 23 de octubre, es una noche negra para los 290 hombres del Constitución, sin refuerzos, sin saber qué hacer, sienten la proximidad de los enemigos que estiman en 4,000. Con las primeras claridades del 23, el coronel Llosa ordena la retirada al campamento del Grau, donde llegó Godínez a las 8 de la mañana y ordenó la retirada general "para después atacar". Estas últimas acciones fueron hechas prácticamente a la vista del enemigo que tenía listas para el ataque a sus batallones: Santiago, Angeles, el Cuarto de Línea; a los escuadrones: Cazadores a caballo. Las Heras y el General Cruz. El 24 de octubre se conoció en Arequipa la retirada de las fuerzas de Jamata y Huasacache y el avance chileno hacia esa ciudad. Montero nombró a Don Armando de la Fuente, la posibilidad de la defensa de la ciudad para lo cual se organizó la Guardia Nacional. Montero, trató de fugar de la ciudad, pero se lo impidieron. Montero, también, nombró al Sr. Diego Butrón, como nuevo Alcalde, que al tratar de huir, lo mataron en Challapampa. En la noche del 26 de octubre, fugó Montero hacia Chiguata y de ahí a Puno. El pueblo nombró a José Domingo Montesinos como Prefecto. Una nueva Guardia Urbana, la organizaron Fidel Briceño y Carlos Montes. El día 27 Don Enrique Wenseslao Gibson, del Cuerpo Consular, envió una carta al Jefe de la expedición chilena, pidiéndole Iuna cita para parlamentar. El día 29 de octubre el general chileno José Velásquez y Gibson se encontraban en Paucarpata, firmándose un Tratado en el que se leía: "Se pone la ciudad de Arequipa a disposición del Señor Comandante en jefe del Ejército de Chile, esperando en que sus procedimientos se ciña a los principios del Derecho de Gentes". (/706/) Ese mediodía, en Telegrama de Moliendo, llegó la noticia de que el gobierno de Iglesias y Chile habían firmado nueve días antes el Tratado de Ancón. El 29 de octubre de 1883, a eso de las nueve de la noche, entró el ejército chileno a Arequipa y acampó en la Plaza de Armas. José Velásquez, el jefe chileno, decretó e hizo conocer por bando que estaba prohibido salir de la ciudad sin permiso escrito. 723

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Por el Tratado de Ancón, las fuerzas chilenas, por la calle La Merced, se fueron retirando hacia Tiabaya, Sachaca y Tingo, instalándose por algún tiempo cerca de la línea del ferrocarril, Recién el día sábado 16 de agosto de 1884 fue desocupado definitivamente el Departamento de Arequip:a por las fuerzas chilenás que marcharon a su país, después de haber sometido a Arequipa a 300 días de impotencia e indignación. Pero el 4 de febrero de 1884, les fue entregada la Aduana de Mollendo. Se afianzó Iglesias en el Gobierno y aumentó su labor en procura de lograr la paz. Los chilenos desocuparon el Norte y este mandatario se trasladó a Trujlllo y, luego, a Lima en el mes de octubre. El 20 de octubre de 1883, los Plenipotenciarios peruanos Antonio de Lavalle y Mariano Castro Zaldívar, juntamente con el chileno Jovino Novoa, firmaron el Tratado de Paz de Ancón, mediante el cual pusieron fin a las hostilidades. En el Artículos Segundo de este documento se hace cesión al invasor de todo el territorio de la Provincia Litoral de Tarapacá, desde la Quebrada del Río Camarones hasta el Río Loa. Además en el Artículo Tercero, se estipula que Chile continuaría en la posesión de Tacna y Arica hasta el Río Sama, por el término de diez años, a partir de la ratificación del Tratado y a cuya expiración, un plebiscito decidirá la nación a la que habrían de incorporarse definitivamente, debiendo, a su vez, la parte favorecida indemnizar a la otra la cantidad de diez millones de pesos chilenos. (p.707/) Después de la firma del Tratado, el general Lynch y sus 4,000 hombres se instalaron en Chorrillos, llevándose consigo todo cuanto estuvo a su alcance. La ocupación de Lima había durado dos años. El Tratado fue ratificado por una Asamblea Constituyente el 28 de marzo de 1884, a partir de entonces los chilenos empezaron a desocupar nuestro territorio después de cuatro años de permanencia. Esta Asamblea había nombrado a Iglesias como Presidente Provisiorio del Perú. (p.708/)

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IX. LA CULTURA MOQUEGUANA A) Mercedes Cabello de Carbonera Nació en Moquegua el 12 de febrero de 1842. Fue bautizada con el nombre de Juana Mercedes Cabello Llosa. Aproximadamente teniendo los 20 años viajó a Lima donde contrae matrimonio con el médico Urbano Carbonera, quedando viuda a los pocos años sin tener descendencia. Es.la primera intelectual que representa a la literatura realista y naturalista en el Perú. Abarca en sus ensayos y en sus obras la totalidad de los temas culturales de su tiempo; produjo también largos ensayos científicos. Se inicia en las letras escribiendo en el Correo del Perú" y en "La Revista de Lima". Una de sus obras más interesantes es la titulada "Importancia de la Literatura", obteniendo un efectivo resultado pues los escritores comienzan a tomar conciencia de su trabajo y ponen mayor empeño en superarse en sus escritos. A los intelectuales, Mercedes Cabello de Carbonera, los llama obreros del progreso pero que ignoran, según ella, hasta hoy que deben tomar parte de la escena del desarrollo político-social del Perú, pero esta obligación nuestros hombres de letras no la practicaron ni sintieron en su mayoría la importancia de sus influencia como factores decisivos de la opinión pública. Ante los escritos de la autora cambian. Otros de sus valiosos ensayos es "El estudio de la Inteligencia y la belleza de la mujer". Escribe luego su novela "El Desengaño" y el ensayo "Perfeccionamiento de la Educación y de la condición social de la mujer". En 1876, expone sus teorías sobre el "Positivismo Moderno". (/709/) Mercedes Cabello de Carbonera, es una de las más decididas defensoras del utilitarismo que preconiza Bentham, ingresando en el medio político y tiene amigos y enemigos. "Sacrificio y Recompensa", fue el primer ensayo novelístico 725

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que publicó y fue premiada con medalla de oro por el Ateneo de Lima, algo de costumbrismo, exposición de la vida en Chorrillos y otras labores y obras típicas de Lima del siglo XIX, se cuentan en esta obra, este estudio mantiene la intención de justicia social que defiende la autora. Mercedes Cabello de Carbonera, escribe novelas como "Blanca Sol" y "Las consecuencias"; es colaboradora de los principales diarios del Perú y España; entrega para publicar en folletines los "Amores de Hortencia"; en Madrid publicó también en folletines "Eleodora"; en el Perú Ilustrado se dio a conocer asimismo su artículo sobre "Poetas y Rimadores" en 1889. "Blanca Sol", es una de sus novelas más valiosas; consigue obtener tres ediciones de su novela. Para Mercedes Cabello de Carbonera, el escribir novelas no sólo es arte, sino una ciencia; así dice ella, textualmente: "El arte de novelar ha venido a ser como la ciencia del anatómico, el novelista estudia el espíritu del hombre y el espíritu de las sociedades, el uno puesto frente al otro, con la misma exactitud que el médico, el cuerpo tendido en el anfiteatro". También la Ética tiene valor en su quehacer intelectual, analiza al hombre cómo es y también cómo debería ser siguiendo el imperativo de la verdad, la justicia y la belleza. En (un) certamen literario sobre la "Independencia de Cuba", obtiene el primer premio. Mercedes Cabello de Carbonera, se mantiene en constante ser y dejar, de ser positivista y naturalista en sus obras, usa la novelística naturista de moda en Francia con Zolá y Balzac y en otros momentos priman sus conceptos morales en sus obras pero en la gran mayoría de los casos ella se apoya en ambos valores, pero no se le puede pedir más a una mujer del siglo XIX, seriamente estudiosa de los problemas sociales, periodista y novelista y aún se le exige que defina su literatura juzgando sus obras con la apreciación de las teorías del lenguaje actual. Es un gran honor tener a una mujer como Mercedes Cabello de Carbonera de tanta valía científico-literaria en el siglo pasado y no tratar de ridiculizarla por ser una de las 726

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primeras mujeres de talento con que contamos en el Perú. (/710/) Su obra "Las consecuencias", obtiene una edición. "El Conspirador' es una novela de ambiente histórico; nuestra autora presenta también un ensayo crítico sobre la novela moderna que consigue obtener "La Rosa de Oro" en el concurso interamericano de 1892 realizada por la Academia Literaria de Buenos Aires. Mercedes Cabello de Carbonera, muestra siempre su admiración por un realismo constructivo y práctico. Gonzales Prada, le rinde homenaje en «Iris», revista cultural que ella con Clemente Palma tratan de poner al día el arte y la literatura de América pero desgraciadamente la muerte fustró sus ilusiones el 12 de octubre de 1909. Con "El Conspirador", llega a su plenitud Mercedes Cabello. El mundo representado en esta novela no sólo es más amplio y variado; está, también, visto con mayor profundidad e interpretado con más coherencia y con mejores instrumentos de análisis. El procedimiento empleado consiste en la elaboración de personajes típicos y de situaciones emblematicas a través de síntesis de variados elementos de la realidad circundante; así por ejemplo, los personajes engloban rasgos de distintos políticos de la época, de la misma manera que se agrupan diversos acontecimientos de la escandalosa historia financiera de entonces, como los negocios del guano, la construcción de los ferrocarriles, el Contrato Grace, etc. La densidad y trascendencia de esta problemática, que apunta hacia sectores vitales de nuestra realidad político-económica, no impide el tratamiento de las relaciones interpersonales, pero éstas, en general, aparecen acondicionadas por el ritmo de los sucesos políticos. El recurso a la forma autobiográfica, aunque delata cierta ineptitud en lo que toca al uso de la primera persona, permite calar en zonas normalmente cubiertas de lo personal y social. Antonio Cornejo Polar, agrega: "Mercedes Cabello produjo novelas, ensayos de diversa índole contribuyó con el desarrollo del periodismo. En su prosa de reflexión expuso reiteradamente sus principios positivistas, sus ideales de 727

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justicia social y sus propósitos en relación a la superación del estado de la mujer. Muchos de sus ensayos, como por ejemplo «Perfeccionamiento de la Educación y de la condición social de la mujer» (1876), enfocan este punto". (p.711/) Escribió, asímismo, algunos textos de crítica literaria, en general condenando al romanticismo, dentro de los que destaca nítidamente su estudio sobre "La novela Moderna" (1892). Pese a la importancia de estas obras, la mejor imagen de Mercedes Cabello deriva de su producción novelesca: "Sacrificio y Recompensa" (1886); "Los Amores de Hortencia" (1887); "Eleodora" (1887); "Blanca Sol" (1888); "Las Consecuencias" (1889), que es una ampliación de "Eleodora" y "El Conspirador" (1892). Con ellas se inicia la novela realista en el Perú. Las primeras novelas de Mercedes Cabello tienen una evidencia filiación romántica. Mercedes Cabello terminó sus días en el manicomio de Lima. Murió el 12 de octubre de 1909.

B) Mariano Lino Urquieta Si pudiéramos resumir la vida de Urquieta, diríamos que fue una extracción social humilde, como él que másde los hijos del pueblo, por ello cuenta Moquegua, entre sus personajes más sobresalientes y que han pasado a la historia, con Don Mariano Lino Urquieta, notable médico, pero más conocido por haberse dedicado a la política, su gran pasión. Algunos biógrafos de Urquieta indican su fecha de nacimiento "en su amada Moquegua", como él mismo decía, se produce en el mes de setiembre de 1868; en cambio otros dicen que nació un 16 de setiembre de 1865. En su juventud fue un destacado alumno del Colegio Nacional "La Libertad". Viajó luego a Lima e ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde siguió estudios de médico, logrando graduarse en el año de 1892. Comienza su vida política, fundando el núcleo arequipeño del Partido Liberal, que en Lima encabezaba Augusto Durand; convertido en caudillo popular, sufre

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atentados en contra de su vida y prisión, que aun exaltaron más el afecto del pueblo. Fue elegido diputado por Arequipa en 1908-12, presentando un proyecto de Ley sobre el divorcio, Asimismo propició la democratización de la enseñanza y la reforma de las Universidades, la protección de los trabajadores y la división de la propiedad agraria. (/712/) Volvió a establecerse en Arequipa donde obtuvo su elección como Senador (1917-18). En esta ciudad editó el periódico "El Ariete" y en Moquegua "La Libertad". Sus primeros años de estudiante en Moquegua, son de un gran sacrificio. Su madre, Doña Petrona Ampuero, humilde dama que se ganaba la vida en labores domésticas, tanto en su casa, como en el de sus familiares y amigas, hacía un gran sacrificio para mantener el pequeño Mariano Lino en la Escuela. El Padre del muchacho, de la misma forma, se ganaba la vida en labores del campo, sin trabajo estable, desempeñándose en diferentes lugares del agro y del valle moquegu'ano. Pero ahí estaba la fuerza de voluntad de Mariano Lino para seguir adelante. Otro acontecimiento que devino en la inquieta vida de Mariano Lino, fue la temprana desaparición de su padre. Entonces la madre tuvo que educar a su hijo. Múltiples acontecimientos ocurren en Lima, mientras él se encontraba estudiando que hacen que se interese por la política. Los años se suceden, mientras va aprobando todos los cursos y entablando conocimiento con los esclarecidos profesores de aquellas épocas; Celso Bambarín, el abanderado del Positivismo, en Anatomía; Colunga, en Historia Natural Médica; Leonardo Villar, en Patología; José Ulloa, en T erapéutica; Lino Alarco, en Clínica de Mujeres y Aurelio, su hermano, en Oftalmología, Constantino Carvallo, trae al Perú la técnica antiséptica de lister. Hasta entonces la velocidad de las manos del cirujano era una de las pocas garantías quirúrgicas. La guerra con Chile había dificultado la enseñanza en la Facultad de Medicina, durante tres años. La vida universitaria, es detenida, pero secretamente los profesores 729

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reúnen a los estudiantes en sus domicilios para impartirles las lecciones. Algunas prácticas de Química la realizaron en el Laboratorio del Colegio Guadalupe. Fue él netamente un producto de avanzada de las corrientes del pensamiento al llegar a ser asimilados por el Perú en la post-guerra. (/713/) En el año de 1890, se inauguraba el gobierno de Remigio Morales Bermúdez, situaciones que calaron hondamente en el estudiante universitario. Estando próximo a terminar su mandato. Cáceres convocó a elecciones presidenciales. Los candidatos, fueron: el coronel Morales Bermúdez, por el Partido Constitucional que estaba en el gobierno; el Dr. Francisco Rosas, por el Partido Civil. El Partido Demócrata, fundado en 1884 y cuyo jefe era Don Nicolás de Piérola, no presentó candidato alguno, alegando falta de la garantías necesarias para el proceso eleccionario, lo que motivó la clausura del periódico "El País", órgano de ese partido, en tanto que Piérola era acusado de responsabilidad contra el orden gubernamental, por lo que fue apresado. De otro lado, el Partido Liberal, cuya jefatura ejercía Don Augusto Durand, propugnó la unión de otros partidos para hacer frente a la alianza cívico-constitucional, en 1904. Los demócratas aceptaron esta propuesta, de tal manera, como resultado de una Asamblea de la coalición liberaldemócrata, efectuada en el Palacio de la Exposición, se proclamó la candidatura de Piérola a la Presidencia de la República. El ganador fue José Pardo y Barreda. Otro acontecimiento que ocurre en Lima el 5 de octubre de 1885, es la muerte de Daniel Alcides Carrión, el médico que se inoculó el virus de la verruga para estudiar sus efectos. Esta situación llega a impactar en el joven estudiante Mariano Lino Urquieta. Al culminar brillantemente su carrera de médico, regresa a Moquegua, desechando algunas ofertas de trabajo que le hicieron en Lima. Estando en Moquegua, en 1915, postula a una representación parlamentaria, donde pierde pero no es vencido.

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En un célebre discurso pronunciado en la Plaza de Armas de Arequipa, diría: "También la desgracia es virtud que engendra nobleza. Y la voz del que clama en favor de los caídos, no es siempre voz que clama en el desierto". Cuando postuló por Moquegua, había pronunciado un interesante discurso, donde dijo lo siguiente: "Me rasgo el pecho, me arranco el corazón, me inclino a la tierra donde nací, me arrodillo y la beso". Por ello cada vez que marcha, en Moquegua o en Arequipa, está a la cabeza del pueblo, investido de una extraordinaria inquietud y poder espiritual para despertar entusiasmo, inspirar admiración y hasta devoción. (/714/) Era Urquieta diputado por Arequipa en octubre de 1909 y el Poder Ejecutivo había enviado al Parlamento un Proyecto de Ley para reformar las Universidades del país. El 18 de ese mes de octubre, en un memorable sesión, Urquieta, con tal motivo, oponiéndose, produjo uno de sus discursos trascendentales, donde revela una amistad inquebrantable de Urquieta con los estudiantes, haciendo mención a los grandes hombres de América que lucharon por la autonomía universitaria como son Vasconcelos, José ingenieros, José Martí, Gonzáles Prada y de todos los maestros de la juventud latinoamericana. En su vida parlamentaria aborda temas como son el problema agrario, el derecho tributario, la democratización de la educación, el problema de la independencia judicial, la autonomía municipal y la libertad de prensa. Era periodista aguerrido, eminente tribu no, conferencista de cultura cimentada, polemista y político. Era pues extraordinariamente dotado. Siempre se hacía presente en esta su tierra y en más de una oportunidad las autoridades le cerraron las puertas como así prohibiéndole hacer uso de la palabra. Llegó a ser Senador en dos oportunidades de 1901 a 1906 y de 1907 a 1912, como así de 1913 a 1918. Fue el propulsor del Partido Liberal, principalmente en Arequipa, conjuntamente con Francisco Mostajo, Chávez Bedoya, Modesto Málaga, Osorio, Linares, etc. incorporando 731

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en su ideario la Regionalización y el Federalismo. Fueron los portadores de la reivindicación de la Región Sur, Primero siguieron como Liga Municipal Independiente, poco después como El Partido Independiente, Partido Liberal independiente, Partido Liberal de Arequipa y Partido Liberal del Perú; pero la esencia era seguir una ideología Socialista Liberal, manifestando que el ser humano está sometido a Leyes generales cosmológicas, en contraposición a leyes de origen divina, por lo tanto debe triunfar la razón de las ciencias positivas. (/715/) Esta posición los hacía de hecho anticlericales, ya que el clericalismo, decian, en vez de ser redentor es verdugo, que en lugar de ser reflejo de caridad y mansedumbre, es retrato de avaricia, de soberbia, de lujuria, de odio. Propugnaron la libertad de pensamiento, de prensa, opinión, creencia. Su órgano de difusión principalmente fue "El Ariete", en él Urquieta decia: "La convicción de su propia libertad, sin más restricción que el respeto a la libertad de los demás". Asimismo criticaban el hambre y la miseria de la mayoria en beneficio de unos cuantos "El capitalismo -decia Urquieta, en «El Ariete» -es la más criminal de las mentiras. La civilización ¿acaso ha suprimido la esclavitud? No, la esclavitud existe, más cruel y más insufrible que nunca. Sólo que ahora el esclavo se llama Proletario u Obrero, y el amo bárbaro e inhumano se llama burgués o capitalista". Para éllos el trabajo era la fuente de la riqueza: "El capital, reflexionándolo bien al fin y al cabo no es más que el producto del trabajo; luego debería pertenecer al trabajador, no al que no lo trabaja, por la sencilla razón de que todo producto, toda obra, pertenece al que lo produce, a su autor, no a quien por la fuerza o por el amaño lo arrebata" (Urquieta). Urquieta daba a conocer el por qué de su liberalismo: "Liberal, es el que anhela y exige a todos los hombres queden iguales ante el dictado de la justicia: que no haya descamisadores ni descamisados; que el fruto del trabajo sirva para nutrir y confortar al que trabaja, no al ocioso que le expolia, que nadie se arrogue el privilegio de ser amo para chuparse el sudor del pueblo obrero". Todo esto hacia suponer una ideología tipo Socialismo Liberal, el que también 732

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fue atacado con términos como "Socialismo Romántico", "Socialismo Pequeño Burgués", ya que soñaban que los hombres en los futuro vivirian un régimen igualitario, justo, armónico, que no conocerá de la explotación de! hombre por el hombre, en que todos trabajen y disfruten de los bienes materiales y espirituales. (/716/) Urquieta, decía: "Sí, somos revolucionarios; queremos la revolución, la anciamos con patriótica avidez, la esperamos con ardiente sed de libertad. No es para nosotros Revolución el relevo de un cabo de cuartel por un monigote, ni la sustitución de un monigote por un sacristán: Revolución es para nosotros en política, lo mismo que para los geólogos en la tierra: estremecerse y tambalear el planeta y bramar terrible como un titán con epilepsia». En cuanto al Programa del Partido Liberal Independiente de Arequipa, producto de la acción de los agitadores populares Mariano Lino Urquieta, Francisco Mostajo, José M. Chávez Bedoya y que por acuerdo de Junta General en sesión realizada en la noche del 26 de febrero de 1903, resolvió refundirse definitivamente en el Partido Liberal de Lima. El Programa fue presentado para su discusión y sanción en Asamblea General de Delegados Provinciales expresamente convocada. Constaba de XXV Títulos: l. Legislación (que se reforme la Carta Fundamental del Estado). II. Población (fomentar la inmigración europea). III. Descentralización (realizar nueva demarcación terrtorial). IV. Garantías personales (no se suspenderán las garantías). V. Libertad mental y moral (suprimir el erario a cualquier iglesia) VI. Libertad de reunión (garantizar la libertad de reunión). VII. Instrucción (más popular y menos burocrática. Educación científica). VIII. Beneficencia (crear instituciones contra la miseria). IX. Salud Pública (mejorar la salud pública). X. Estadística (formular un nuevo censo en la República) XI. Derecho Familiar (revisar la legislación familiar). XII. Cuestión Obrera (mejorar la condición socia! y jurídica). 733

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XIII. Propiedad (expropiación forzosa con fines sociales). XIV. Industria y Comercio (procurar el desarrollo industrial). XV. Extranjeros (concederles sufragio). XVI. Defensa Social (a la policía quitarle la nota miliar). XVII. Sufragio (sustituir otra forma de sufragio más popular). (/717/) XVIII. Poder Legislativo (mantener el sistema bicameral). XIX. Poder Ejecutivo (el Presidente puede ser acusado y juzgado) XX. Poder Judicial (independizarlo de los otros poderes). XXI. Justicia de Paz (Reformar los juzgados). XXII. Responsabilidad (para lo que desempeñan cargos públicos). XXIII. Defensa Nacional (instrucción militar obligatoria). XXIV. Hacienda (modificar el sistema tributario). XXV. Relaciones Exteriores (la soberanía no sufra menoscabo). Publicado en "El Ariete" del 23 de febrero de 1903 y en el del 14 de marzo del mismo año. El Partido Liberal Independiente, que se desarrolló entre 1900 y 1911, fue el primer movimiento político que enarboló el Socialismo en el Perú. El moqueguano José Carlos Mariátegui, en 1928, en el Partido Socialista, propiciaba: aumento de salarios en proporción con el costo de vida, libertad de reunión y de asociación, derecho a la huelga, asistencia social del Estado, jornada de siete horas, abolición del trabajo forzado y gratuito, expropiación sin indemnización de los fundos de conventos y congregaciones religiosas, implantación del salario y sueldo mínimo, gratuidad de la enseñanza, etc. Mariano Lino Urquieta, que había nacido un 16 de setiembre de 1865 y bautizado por el cura Juan de Dios Acuña seis días después, aunque una placa de la calle Moquegua figura que nació el día 23 de setiembre de 1886, falleció el 14 de agosto de 1920 en Arequipa este notable orador, político, médico y dirigente del Partido Liberal. El 16 de agosto, al realizarse su sepelio, concurrieron más de ocho 734

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mil personas, Asistieron delegaciones de estudiantes, obreros, profesionales e intelectuales. Asistieron también Miguel Angel Urquieta y, en representación del pueblo de Moquegua, Atilio Minuto, Hicieron uso de la palabra, por Arequipa, Manuel Aurelio Vinelli, José M. Chávez Bedoya, Modesto Málaga, Arturo F. Rondón, Lucio Fuentes Aragón, Humberto Mares, (/718/) Gustavo Liendo, Max Villarreal y Fidenciano Loli. Hicieron lo mismo Miguel Angel Urquieta y Atilio Minuto. Su muerte fue causada por el tifus exantemático. Sus restos mortales se encuentran en el nicho 120, Cuartel San Felipe del Cementerio de La Apacheta, de Arequipa. Había vivido y fallecido en la esquina de la calle Moral, que fue de propiedad del General Pedro Diez Can seco, en cuya segunda planta pasó sus últimos días y murió Mariano Lino Urquieta.

C) José Carlos Mariátegui Mariátegui es moqueguano, por obra del destino. Por situaciones de desavenencias del hogar formado por Don Francisco Javier Mariátegui, de antiguas familias que venían desde tiempos primeros de la República, se hizo presente Doña María Amalia Lachira dando a luz a un niño al que puso el nombre de José del Carmen Eliseo, un 14 de junio de 1894. Doña María Amalia, venía de Sayán, en donde había estado residiendo, antes del alumbramiento. Los estudios correspondientes los realizó Don Guillermo Rouillón, marcando un gran acontecimiento por esos años. Dicha dama fue acogida -aquí en Moquegua- por Doña Carmen Chocano y Solar, hasta los primeros años de vida del pequeño José, siendo bautizado a los 32 días de haber venido al mundo, siendo sus padrino la propia Doña Carmen Chocano y el maestro mollendino Don Rafael Díaz, estando de Párroco Don Lorenzo Chávez. Asimismo se asentó la partida correspondiente en el Concejo Provincial el 15 de junio de 1894, siendo Alcalde Don Manuel Chávez. De regreso a su tierra, más o menos a los siete años, el niño sufrió un accidente que, posteriormente, le costaría la amputación. 735

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La humildad caracteriza, pues, a la cuna de Mariátegui por ello, su infancia transcurre en medio de la estrechez y la pobreza, ya que su padre hizo abandono de la familia, integrada, además, por tres hermanos, viéndose obligada Doña Amalia a trabajar como costurera para sostener al hogar. (/719/) En 1902, empezó a sentir la enfermedad que lo inhabilitó, prácticamente, para los juegos infantiles, enfermedad que más tarde se agravaría y que le costaría la amputación primero, y, después la muerte. Apenas tuvo la oportunidad de cursar la instrucción primaria, no llegando a los estudios de secundaria por la precariedad económica en que se desenvolvió. En estas circunstancias, a los 14 años de edad, entró a prestar servicios en el Diario "La Prensa" como ayudante de linotipista; allí empezó a adquirir experiencia en el periódico y en la carrera periodística, escribiendo sus primeros artículos con el seudónimo de Juan Croniqueur. Autodidacta por excelencia, no perdió oportunidad de leer y de escribir, colaborando en 1914, en la Revista "Mundo Limeño" y dándose tiempo para incursionar, además, en publicaciones de corte teatral. Pero, indudablemente, en donde afirma su personalidad literaria es en la revista "Colónida", en 1916 y en "El Tiempo", en ese mismo año. A partir de 1918 la personalidad literaria de Mariátegui empieza a transformarse con ocasión de la publicación del diario «Nuestra época», a través de cuyas páginas se hace crítica a nuestra estructura social y a la composición y actuación del ejército peruano. En 1919 se funda "La Razón" que combate la campaña electoral de Leguía y que recoge el sentir de empleados y obreros en sus demandas y mejoras salariales, por eso es que el 8 de julio de ese año, en jubilosa manifestación, Mariátegui funda la Federación Obrera Regional Peruana. El 8 de octubre de 1919, Mariátegui, en compañía de otro periodista, Manuel Falcón, viajaron en calidad de becados por el gobierno de Leguía a Europa, según se dice, por no ir presos por la oposición que hacían al régimen leguiísta. Es así 736

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que estuvo en Francia, Italia, Alemania, Suiza, Austria y Checoslovaquia. Estando en Italia, contrajo matrimonio con Ana Chiappe, su fiel compañera hasta sus últimos días. (/720/) En el Viejo Continente permaneció hasta 1923 y, según su propia expresión, allí había hecho su mejor aprendizaje. Su estancia en Europa fue decisiva, pues allí se orientó definitivamente por el camino del marxismo, el cual sintió,

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defendió y propagó con recursos retóricos verdaderamente impresionantes, pero faltos de fondo y sustancia, denotando un ideario demasiado improvisado, así como no hay profundos conocimiento sobre la doctrina ante la cual se declaró "Convicto y Confeso". De vuelta al país escribió en "Variedades" y se asoció a la Universidad Popular Gonzales Prada, dictando conferencias para los obreros en las que relievó los alcances de la revolución rusa de 1917. En 1924 fue operado, amputándosele una pierna que lo condenó a movilizarse en silla de ruedas. Después de su convalecencia volvió a su actividad literaria en "Variedades", publicando "La Escena Contemporánea" y, algún tiempo después, su obra fundamental "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana". En setiembre de 1926 apareció la revista "Amauta" de la cual Mariátegui fue su creador e inspirador; y nació como vocero de la nueva generación y como portavoz de las disconformidades sociales e intelectuales de aquel tiempo, teniendo como mira fundamental, además, el de crear una conciencia histórica; "Amauta" fue, en este sentido, la tribuna generacional en la que colaboraron los intelectuales de la época como Jorge Basadre, Luis E. Valcárcel, José María Eguren, Víctor Raúl Haya de la Torre, Antenor Orrego, etc. La obra fundamental de Mariátegui, como hemos dicho la constituye "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana" que apareció en 1928, pero que de manera dispersa e inorgánica habían sido publicadas en revistas como "Mundial" y "Amauta". En su advertencia, dice: "Volveré a estos temas cuantas veces me lo indique el curso de mi investigación y mi polémica... Ninguno de estos ensayos esta acabado; no lo estarán mientras yo viva y piense y tenga algo que añadir a lo por mí escrito, vivido y pensado". Todos sus trabajos como él mismo lo dice, no tienen otra meta, ni más objetivo que contribuir a la crítica socialista de los problemas y la Historia del Perú. Desde que aparecieron los "Siete Ensayos", por su originalidad, por su fuerza, por sus verdades penetrantes y por su forma novedosa de abordar los problemas del país suscitaron por un lado admiración y 739

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alabanzas, por otro, interés y serias críticas. (/721/) Este libro de José Carlos, de tantas ediciones y comentarios, tuvo el mérito loable de incentivar nuevos trabajos e iniciar la búsqueda de derroteros distintos a los tradicionales. Políticamente, Mariátegui sintió profundamente la influencia de la Revolución Rusa y afirmó que era el acontecimiento del siglo XX. Su visión y especulación política lo llevó a efectuar el análisis no sólo de Europa y América sino, también en Oriente con las transformaciones de China, Turquía y la India. Así prosiguió Mariátegui su labor político-literaria, en tanto que su enfermedad avanzada. Desalentado un tanto por las discrepancias surgidas en el seno de su partido socialista, que algunos querían transformarlo en Partido Comunista y por no comulgar con la doctrina de Leguía, se dedicó a abandonar el país. Su enfermedad hizo crisis en marzo de 1930 y el 16 de abril expiraba en la Clínica Villarán. Es constante preocupación de los moqueguanos la ubicación exacta del nacimiento de José Carlos Mariátegui. Pero todo hace suponer que fue en la primera cuadra de la Calle Junín, con vista al Parque de las Héroes o Alameda.

D) Américo Garibaldi Existe un tema en medicina que siempre no sólo apasiona a los médicos del mundo entero, sino también a cualquier persona que se interese por la salud. Este tema es el cáncer. Desde hacer algunos años se viene anunciando diferentes antídotos para su curación. La medicina peruana y más concretamente la moqueguana también nunca se ha quedado atrás, ya que los estudios seguirán por algunos años más. Es el caso del Doctor Américo Garibaldi Ghersi, interesado por este tema, quien decide realizar estudios en diferentes laboratorios del mundo donde se ha puesto mayor empeño en descubrir los misterios de esta temible enfermedad. Basado en estudios de eminentes científicos del

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mundo, Garibaldi, decide seguir sus pasos ya sea en Estados Unidos, como así en Europa. (/722/) Habiendo realizado estudios previos en la Facultad de Medicina de San Marcos, decide perfeccionarlos en la Universidad de París, país bastante adelantado en estudios de laboratorio. Apenas llegado empieza a indagar sobre los estudios previos del tema. La observación y la descripción de los tumores cancerígenos comienzan con G.B. Morgagagni, cuyo tratado, en 1761, sobre la localización y las causas de la enfermedad sentó las bases de la moderna patología. No obstante, fue sólo en 1775 cuando se logró una primera aproximación a la génesis de los tumores, por obra del cirujano inglés P. Pott. Por el tiempo que Garibaldi se encontraba en Francia, ya a este terrible mal se le había encontrado algunas de sus causas: se había descubierto el betatrón, una nueva fuente de rayos más potentes para el tratamiento de los tumores. Este fue el primer tratamiento verdaderamente médico del cáncer, el que, posteriormente, vinieron otros: la ipirita (gas utilizado con fines bélicos, que posteriormente, en 1946 por obra de L. Goodman, se mostró activo contra los tumores y fue sintetizado en varias formas, mutando su estructura molecular). Estos primeros estudios en contra del cáncer, al que asiste Garibaldi en Francia, le valieron a que se a premiado con la medalla correspondiente, por haber presentado una tesis sobre el tema. Los conocimientos adquiridos por Garibaldi en Francia, fueron difundidos por él en diferentes lugares de Europa, como son Holanda, Bélgica, Alemania y Estados Unidos. El cáncer no era la única especialidad de Garibaldi, previamente, tanto en el Perú como en Europa, estudios de Anatomía y Psicología proponiendo el trabajo de investigación de la insuficiencia de la tiroides, logrando el Bachillerato correspondiente. Garibaldi, con los estudios realizados ofrece diferentes conferencias, principalmente en el Congreso Panamericana de 1925. (/723/)

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Garibaldi había nacido en 110 el 15 de enero de 1893, siendo sus padres Don Gaetano Garibaldi y Doña Rosa Ghersi. El padre habla estado emparentado con distinguidos familiares de Italia. Una figura eminente fue Don Giuseppe Garibaldi, gran patriota italiano, que había nacido en Niza y muerto en Caprera (1807-1882). Combatió primero en las filas uruguayas, a las órdenes de Fructuoso Rivera, de 1836 a 1846, y más tarde en favor de la unificación de Italia contra Austria, luego contra el reino de Nápoles y contra el Papado. Durante la guerra francoalemana de 1870 entró al servicio de Francia. En Lima hemos podido encontrar descendientes de esta familia Garibaldi, emparentados con los Garibaldi de Ilo, quienes nos han informado de la corta trayectoria de este prestigioso médico. Ellos radican, actualmente en la Avenida Colonial N° 225. Garibaldi había contraido matrimonio con Doña Rosa Flores Córdova el 25 de diciembre de 1929, de origen moqueguano, teniendo como hijos a Rosa, Américo, Gaetano y Pablo, todos profesionales. Había optado su grado profesional de Doctor en la Facultad de Medicina de San Marcos. Por motivos de que debla estar viajando constantemente para ofrecer conferencias de su especialidad contrajo la enfermedad de neumonia en la ciudad de Nueva York, falleciendo un 21 de diciembre de 1938. Contaba entonces con 45 años de edad. Su temprana desaparición fue muy sentida no sólo por sus familiares, sino también por el pueblo ileño y por los cientificos del Perú y de otros países donde se había desempeñado. Sus restos, traídos a la patria, fueron velados en la Universidad de San Marcos.

E) Carlos A. Velásquez No existe una actividad que convoque más el interés personal y colectivo que la actividad educativa. En medida importante, ello es así porque todos nosotros experimentamos la sensación de haber sido formados en el seno de nuestras 742

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familias, en la escuela, en los grupos de amigos, en nuestros centros de trabajo, leyendo los diarios, escuchando la radio o viendo la televisión. (/724/) En este sentido, todas las experiencias de nuestra vida han dejado una huella profunda en nosotros y nos han conducido a pensar y actuar de un manera determinada. Ese interés que sentimos todos por la educación surge también de la íntima experiencia de haber intervenido en la formación de otras personas, Obviamente, cuando nos preocupamos por el comportamiento de nuestros hijos, en la casa, en la escuela y en el barrio, cuando elogiamos y censuramos la conducta de talo cual compañero de trabajo o de los dirigentes de la empresa u organización en la que actuamos; cuando comentamos las informaciones de la radio, los diarios, la televisión, cuando aplaudimos o criticamos las decisiones del gobierno en la casa, con amigos, en el ómnibus o en el colectivo y hasta cuando aconsejamos al desconocido que nos pide información en la calle, sobre cómo llegar a tal o cual punto de la ciudad, sabemos y sentimos que de alguna manera estamos orientando, influyendo, aconsejando, es decir, educando. Por eso se dice que todos nosotros, independientemente de nuestra edad, medios económicos y posición social somos protagonistas de la actividad educativa. Es este sentido la educación es una actividad humana que debe contribuir al desarrollo económico y social de nuestro país. Siempre hemos escuchado decir que la educación es la mejor inversión que un país puede realizar, pero sus frutos solamente pueden recogerse a largo plazo. Para lograr lo anteriormente expuesto, indudablemente que necesitamos de grandes maestros. Para ello se requiere una sólida preparación pedagógica. Con estas cualidades y otras, contaba el gran maestro moqueguano Carlos A. Velásquez. Había nacido en la ciudad de Moquegua el 5 de abril de 1898. Su madre fue Doña Josefa Elisa Velásquez. Su padre Don Carlos Lostanau, se negó a reconocerlo, pero cuando quiso hacerlo, estando ya joven Carlos, no estuvo de acuerdo.

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La educación primaria y los primeros de secundaria los realizó en Moquegua, en el Colegio Nacional de «La Libertad», viajando a Lima para concluirlos. Los estudios superiores los culminó en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones en la ciudad de Lima. (/725/) Con el título que había obtenido, después de tres años de estudios, postuló a una beca para los Estados Unidos, con la finalidad de seguir la especialidad de Psicología. Los temas estudiados, entre otros, fueron los referidos a las condiciones fisiológicas y medioambientales que afectan el estudio, como así el aprendizaje, la memoria, la percepción, la atención, la inteligencia, la creatividad, la planificación del estudio, la evaluación, etc. Después de cuatro años de ausencia, regresó a la patria en 1924, para laborar en la instrucción superior que lo había formado, llegando a ocupar la Dirección de dicho centro educativo superior, contando con 32 años de edad. Habiendo laborado ya 6 años, invitó a la ceremonia de clausura al entonces Presidente de la República Luis M. Sánchez Cerro y al Ministro de Educación quedando complacidos por las enseñanzas impartidas por Carlos A. Velásquez. Sin embargo el gobierno del Comandante Sánchez Cerro, llamado también de los dieciséis meses, se desarrolló en medio de incidencias y virulencias políticas que mantuvieron en zozobra al país. Sin embargo, los representantes de la minoría, constituídos especialmente por los miembros de la Primera Célula Parlamentaria Aprista, opusieron tenaz como decidida oposición. Se promulgó la Ley de Emergencia el 9 de enero de 1932 que sirvió como instrumento para la represión de la ciudadanía, para el desafuero y deportación de la minoría parlamentaria. Esta Ley en nada favoreció al gobierno y. por el contrario, desató brotes de violencia tanto en Lima como en Provincias, contándose entre éstos el atentado contra la vida del mismo Presidente ocurrido el 7 de marzo de 1932, a la salida de la Iglesia de Miraflores, por el adolescente José Melgar Vásquez. 1932, sería el año de agitación extrema. El Congreso funciona incompleto, sólo con los representantes adictos al 744

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régimen sánchezcerrista. A esto se agrega el pronunciamiento del Comandante Gustavo Jiménez en Cajamarca, y que, después, se suicidó en Paiján al ver que no era secundado en su intento subversivo. El 7 de julio ocurrió la sublevación aprista en Trujillo, que tantas vidas costó tanto en civiles como en militares. (/726/) Ante estos acontecimientos, también Carlos A. Velásquez fue separado del cargo, teniendo que dedicarse a trabajar como docente particular. En 1936 logró fundar el "Colegio Superior" y, posteriormente, el "Colegio Modelo". Desde su llegada de Estados Unidos colaboró en diferentes publicaciones, principalmente en la "Revista Peruana de Educación", con temas de su especialidad, esto es la Psicología y la Didáctica, a la vez que realizaba comentarios de publicaciones de otros países. Al regresar a sus labores oficiales para el estado, se desempeñó como Supervisor de Educación Técnica, en 1952, durante el gobierno del general Manuel A. Odría, obteniendo las Palmas Magistrales en julio de 1956. Por ese entonces, los niveles educativos de primaria y secundaria, siguieron vigentes; aunque con varias modificaciones por la ley de 1920. La creación independiente de un Ministerio exclusivo de Educación en 1935, la reapertura del Instituto Pedagógico Nacional de Varones en 1940 –luego de su clausura en 1932- y la creación de un Instituto de Experimentación de Métodos Pedagógicos, son indicios de desarrollo de un nuevo proceso de Reforma. En 1940 se instaló una Comisión Reformadora de la Educación y el 1-4-1941 se promulgó la Ley Orgánica de Educación Pública N° 9359, mediante la cual el Estado asumía plenamente la responsabilidad de la función de educar. En virtud de ellas se crearon el Consejo Nacional de Educación y seis Direcciones; De Educación Común, Técnica, Normal, Artística y Extensión Cultural, Educación Física e Higiene Escolar y Economía. A raíz del golpe de estado promovido por el General Manuel A. Odría, la cartera de Educación fue ocupada por el entonces coronel Juan Mendoza Rodríguez, quien creó un 745

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Fondo de Educación (en 1948) y se redactó un Plan de Educación Nacional, el que se aprobó el 13 de enero de 1950. Conviene destacar aquí que los Núcleos Escolares Campesinos, creados por Luis E.. Valcárcel en el gobierno de Bustamante y Rivero, fueron afianzados y se crearon las Grandes Unidades Escolares. (/727/) En el segundo gobierno de Manuel Prado y Ugarteche (1956-1962), la Escuela Normal Central, que había sido creada con el nombre de Escuela Normal de Varones en el gobierno de José Pardo, el 28 de enero de 1905, adquirió la categoría de Superior y más tarde se transformó en la Universidad Nacional de Educación "La Cantuta". En agosto de 1956, siendo Ministro de Educación Jorge Basadre, se dispuso la realización del Inventario de la Realidad Educativa Nacional. Este Inventario dio como resultado que más de un millón de niños no contaba con escolarización, condenados al analfabetismo, pues no había aulas ni maestros para ellos; así también demostró carencia de carpetas, material didáctico, etc. Por ese entonces Carlos A. Velásquez, se desempeñaba como Director de Educación Técnica.

F) Daniel Becerra acampo La época turbulenta de nuestra emancipacíón y de la iniciación de la República con ese caos anárquico consecutivo a las contínuas revoluciones que habían profetizado San Martín y otros, no era propicia para el desarrollo de ninguna disciplina científica y en efecto la Escuela de Medicina había entrado en un período de decadencia hasta que surge otra gran figura de nuestra medicina nacional, el Dr. José Cayetano Heredia (1800-1868) que dedicó patrióticamente todas sus energías a reorganizar la Facultad de Medicina de la que puede ser considerado como el nuevo fundador. Por una feliz coincidencia llegaban al Perú, no en condición de emigrantes, sino como proscritos políticos a consecuencia de las revoluciones con que se inició la Unidad Italiana, el Dr. Manuel Solari, médico, el notable químico Dr. José Ebol; Don 746

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Antonio Raimondi, naturista, y el Dr. Juan Copello, médico; elementos valiosos que supo aprovechar Heredia para organizar la enseñanza de la Facultad de Medicina, Estamos ya en la época en que las nuevas ideas de Pasteur (1822-1895) y Lister (1827-1912) y el descubrimiento de la anestesia habían de revolucionar la Medicina y la Cirugía. (p.728/) Aprovechó de todos estos avances científicos, el destacado galeno moqueguano Dr. Daniel Becerra acampo. Había nacido un 27 de abril de 1872. Su padre fue el agrimensor Daniel Becerra y su madre Doña Cecilia acampo. La educación primaria la realizó en centro educativos particulares que funcionaban en ese entonces regentados por el Doctor José Manuel Rodríguez y Daría Ríos. Alcanzó el tercer año en el Colegio Nacional "La Libertad", viajando a Lima para concluirlos en el conocido Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe, Posteriormente (1892), postuló a la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos, terminándolos hacia 1898, graduándose con una tesis sobre el estudio de la Argemone, que segrega sustancias casi similares que Ia morfina. Se desempeñó como médico y maestro, dándose tiempo para desempeñarse en estas tareas difíciles, las cuales las cumplió a cabalidad. Trabajador incansable, no conoció días feriados ni la holganza. Tampoco existió para él tregua ante un problema que resolver. Durante 30 años realizó calladamente, sin estridencias casi tímidamente, su meritoria y permanente labor. Fue para sus alumnos un amable maestro, un hermano mayor que llevó a sus alumnos de la mano en los intrincados campos de la Física, Mecánica y Cosmografía, cursos que dictaba en el Colegio Nacional "La Libertad". Desempeñándose como Director del Hospital "San Juan de Dios" y miembro de la Beneficencia. Lo declararon "Benefactor". En sus escasos momentos que le quedaba libre, se reunía con sus amigos para charlas e intercambiar algunas 747

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experiencias pasando siempre en hacer el bien a sus semejantes. Por el tiempo que Becerra acampo era estudiante en Lima, seguía con atención la evolución de Daniel A. Carrión, en cuanto había adquirido la enfermedad, y aun después de su muerte. (/729/) Algunos autores dicen que Carrión fue vlctima de la pugna existente por entonces entre grupos antagónicos de médicos hacia fines de 1885 entre los miembros de la Facultad de Medicina y de la Academia Libre de Medicina, fundada en 1884. Y que, aunque la inoculación de Carrión fue modesta e imperfecta, constituyó el primer experimento médico realizado en el pals. No obstante pone en duda que Carrión haya podido ser un "Positivista", porque se señala que la guerra con Chile habla terminado con todos los avances de medicina peruana. Los gabinetes de Química o de Física hablan sido destruídos o enviados a Chile. El. Dr. Becerra acampo, también incursionó en la política, inscribiendo su candidatura para una Senaduría por el Departamentos de Moquegua en las elecciones de 1936. Ante la convocatoria a elecciones realizada por Oscar R. Benavides (1933-1939), el resultado de los comicios daba el triunfo al Dr. Luis Antonio Eguiguren por abrumadora mayorla, cuando el Jurado Nacional de Elecciones suspendió los escrutinios aduciendo que el Dr.Eguiguren habla sido favorecido con los votos apristas, Partido que se encontraba fuera de la Ley. Entonces el Congreso, reunido el 27 de octubre de 1936, decretó la prórroga del mando de Benavides hasta el 8 de diciembre de 1836. Becerra acampo, durante muchos años, también se desempeñó como periodista, ya que era de su propiedad la imprenta "La Reforma", donde apoyaba algún planteamiento o pedido de importancia para su querida Moquegua. Falleció el4 de agosto de 1947, en Lima, a la edad de 75 años. Había contraldo enlace con la dama Isabel de la Flor Zeballos, teniendo 11 hijos, muchos de ellos médicos como él y que también incursionaron la política.

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G) Luis E. Valcárcel La Historia Incaica tiene en Luis E. Valcárcel a su más alta autoridad contemporánea. Hizo sus estudios superiores en la Universidad de San Antonio de Abad del Cusco, en cuyos claustros se desempeñó después como catedrático. Se dedicó inicialmente al estudio de la Arqueología y corresponde a esta época su Monografía "Kon, Pachacámac, Viracocha" (1912). (/730/) Radicado en Lima, fue Catedrático por muchos años en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, de la que llegó a ser su Decano y donde regentó la Cátedras de Historia del Perú (Incas) e Historia de la Cultura Peruana. Desempeñó, simultáneamente, la Dirección del Museo de la Arqueología y más tarde la del Museo de la Cultura Peruana. Ha colaborando sobre temas de su especialidad en periódicos y revistas del país y del extranjero, destacando la Revista Histórica y Folklore Americano, del que fue su Director. Entre sus obras directamente vinculadas con la época incaica, a la que dio posteriormente orientación etnológica, cabe mencionar "De la Vida Incaica" (1925), compilación de una serie de artículos que publicó en "La Prensa" de Buenos Aires; "Del Ayllu al Imperio" (1925), obra en la que trata del origen del.,lmperio del Tawantinsuyo; "Garcilaso El Inca" (1939); "Historia del Perú antiguo a través de las Fuentes Escritas" (1965) que constituye una antología comentada de las versiones que sobre la Historia Incaica se insertaron en las crónicas; y "Etnohistoria del Perú Antiguo" (1959) en la que se ocupa de la Historia Incaica en función de la economía, la polrtica, el Derecho, la técnica, la ciencia, la religión, la magia, el mito, el juego, el arte, y la Filosofía. Se ocupa, previamente, de los métodos y criterios con que debe enfocarse la Historia Incaica, de las fuentes, de la cronología, de las áreas geográficas, del origen y unidad de la cultura y de la población y posición del Perú en el mundo antiguo americano. Además de obras que podríamos llamar estrictamente históricas, escribió otras de tendencia sociológica, entre las que cabe mencionar "Tempestad en los Andes" (1927), 749

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"Mirador Indio" (1937-1941), "Historia de la Cultura Antigua del Perú" (1943) y "Ruta del Perú" (1945). En "Apreciación Histórica del Moquegua", se refiere al origen de la palabra Moquegua, la que proviene de MukiWa, la tierra húmeda. Esta tierra -agrega- la ocuparon gentes bajadas del altiplano, posiblemente en el período de la expansión de la Cultura Tiwanacu. (/731/) Pero fue Mayta Cápac el Inca que extiende su Plan de integración a esta comarca, lo que encontraron magos y brujos muy diestros en administrar tósigos que afectaban y lastimaban el cuerpo y rostro de sus victimas. Sostiene que con la construcción de la carretera desde Ilo a La Paz se logrará implementar su desarrollo. Se refiere, asimismo, a los famosos vinos de Moquegua, los primeros habitantes españoles, la Guerra con Chile y los principales representantes de la historia moqueguana, como son el Mariscal Nieto, Mariano Lino Urquieta y José Carlos Mariátegui. La obra histórica de Valcárcel supera lógicamente, por su aporte documental e interpretativo, a aquellas que sobre el Imperio Incaico se habían publicado anteriormente. El conocimiento del Medio geográfico donde se desarrolló aquella cultura, así como su contacto directo con las comunidades aborígenes, herederas de ellas, han contribuído en mucho a ello. Nació en Ilo, el 8 de febrero de 1891, siendo sus padres Don Domingo Luciano Valcárcel y Doña Leticia Vizcarra. Sus abuelos paternos fueron Don Venancio Valcárcel y Doña Juana Manuela Hurtado, y los maternos, el Dr. Francisco Caracciolo Vizcarra y Doña Melchora Cornejo. El Dr. Vizcarra fue un notable educador que dirigió por muchos años el Colegio Nacional "La Libertad". Los padres de Valcárcel se trasladaron con su hijo al Cusco en 1892 y desde aquella fecha hasta 1930, en que pasó a residir en Lima, permaneció en el Cusco, realizando su educación en los Colegios Particulares "Tejeira" y "La Torre" y en el Seminario de San Antonio, donde concluyó su secundaria. Vinculado a Mariátegui, primero con un frondoso intercambio epistolar, luego con las colaboraciones en 750

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"Amauta" y más tarde en el contacto personal. En la obra «Tempestad en los Andes», aparece con el prólogo de Mariátegui. Viajó a la Argentina, a cargo de la Misión Peruana de Arte, presentándose en el famoso Teatro Colón de Buenos Aires. (/732/) Su vida y obra periodística se desarrolla, principamente, en los periódicos cusqueños "El Comercio", "El Sol", "El Sur", etc. Su vida política fue de constantes persecuciones, siendo apresado y remitido a la Isla de San Lorenzo, en el gobierno de Leguía. Fue dos veces candidato a una diputación en los años de 1914 y en 1919, como miembro del Partido Liberal. Resultó elegido Diputado por la Provincia de Chumbivilcas, no pudiendo incorporarse por la disolución del Congreso en el gobierno de Leguía. Dedicado también a la Educación, es designado en 1945 por el Dr. José Luis Bustamante y Rivero, Presidente de la República hasta 1948, Ministro de Educación Pública. Valcárcel participó activamente como miembro de diferentes instituciones como son: La Academia de la Historia, la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, Centro de Estudios Histórico-Militares, el Instituto Libertador Castilla, Instituto Peruano-Israelí y los Amigos de México. Valcárcel también tuvo una gran amistad con Jorge Basadre, historiador de la República. Dice Valcárcel: "Solíamos ser amigos constantes. Estuvimos juntos ocho días antes de su muerte cuando la Universidad de Arequipa lo proclamó su Catedrático Emérito. Ese día yo presentí su muerte. El no se puso de pie, como acostumbraba hacerlo, para ofrecer su discurso de agradecimiento, una verdadera pieza de soltura. Nos ligaba una amistad de 60 años desde aquel lejano 27 de noviembre de 1929 en que viajando al Congreso de Historia del Cusco bajo la Presidencia de Víctor Raúl Haya de la Torre. Basadre tenía por entonces 17 años y yo más de 30". José Carlos Mariátegui, había señalado de él que "la obra de Valcárcel no es una obra teórica. Tiene algo de Evangelio y hasta de Apocalipsis. Es la obra de un 751

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creyente" Había concurrido a muchos Congresos internacionales en América y Europa y en el Americanista en La Plata (Argentina) se le confirió la Medalla de Oro. Numerosas condecoraciones y distinciones se le ha conferido, como la Orden del Sol, la Medalla de la Cultura, las Palmas Magisteriales, la Legión de Honor, Las Palmas Académicas de Francia, la Orden del Mérito de Italia, el Águila Azteca de México, la Medalla de Israel. (/733/) Su esposa, Martha Santos, fue su fiel compañera y consejera, teniendo tres hijos. Por su obra histórica, se le concedió las Palmas Magisteriales en el Grado de "Amauta". Falleció en el mes de diciembre de 1987.

H) Colegio Nacional "Simón Bolivar" El origen de este histórico Colegio, llamado con justicia "El Alma Máter de la Cultura Moqueguana" tuvo lugar el 10 de setiembre de 1708, fecha en que el Capitán don José Hurtado Zapata y Echagoyen dona sus haciendas y gran caudal en efectivo para que se funde un Colegio donde se cultiven facultades de la juventud de esta tierra y que se estuviera bajo la dirección e inspiración de los jesuitas. El Cabildo, según Acta del17 de enero de 1709, se dirigió al Virrey y su Majestad Católica pidiendo la gracia de la fundación. Desde esa fecha, según apuntes del gran historiador moqueguano don Juan Montenegro y Ubaldi, ya venía funcionando el Colegio con el nombre de San José de la Compañía de Jesús, con su Residencia, Hospicio y Misión respectiva. Posteriormente por Cédula Real del 15 de octubre de 1711, el Rey de España rubricó su fundación. En el año de 1767, fecha de la expulsión de la Metrópoli y sus colonias de la Compañía de Jesús, se produce un receso en el Colegio, al tener que abandonaYles Jesuitas la Villa de Moquegua, el 15 de setiembre de 1767. Ante esta situación, el Cabildo en pleno, acuerda dirigirse al Virrey para que continuara la trascendental labor 752

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del Colegio, bajo la Dirección y docencia de los Religiosos Franciscanos Observantes. En 1771 ocupan el Colegio dichos religiosos hasta 1778, manteniendo durante esos años, duras y largas luchas por permanecer dirigiéndolo. (/734/) La enconada rivalidad entre Observantes y los Misioneros por dirigir el Colegio duró muchos años; ambos bandos, solicitaron el apoyo de los moqueguanos. Unos contaban con el respaldo del Procurador General y los miembros del Cabildo y los otros con la influencia del Arzobispado de Arequipa don Manuel Abad. Estas divergencias duraron 16 años, y el 8 de diciembre de 1783, la Corona de España, por Real Cédula, decreta que el Colegio se ponga en manos de los Misioneros de Propaganda Fide, quienes recién el 19 de setiembre de 1787 se hacen cargo del Colegio, prácticamente postrado por las largas divergencias internas y sobre todo casi destrozado por el terremoto de 1784, ejerciendo un gran trabajo misional hasta el 25 de diciembre de 1795, fecha en que el Colegio se segrega de su Centro Matriz que fue el Colegio de Tarija (Bolivia). La tranquilidad vuelve a las aulas del Colegio, marchando normalmente hasta el 28 de diciembre de 1824, fecha en que llega la Orden a su total cancelación. Luego el 8 de Setiembre de 1825, el Libertador Simón Bolívar, devuelve a Moquegua su gran fuente de cultura con el nombre de "San Simón", siendo su Primer Rector el Dr. Manuel Hurtado Zapata, representante de la provincia en el Congreso. En 1828, el Congreso Constituyente expide una ley con fecha 3 de julio, quitando al Colegio el nombre de su fundador, Ilamándolo, en cambio. "La Libertad", como reacción al régimen vitalicio que implantó Bolívar. En 1847, se dio al Colegio contenido de Categoría Universitaria, con la creación de las Facultades de Jurisprudencia y Metodología. Este programa se mantuvo hasta el 20 de abril de 1875.

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En 1956, el 26 de enero, el Congreso expide la Ley No 12540 desdoblando el Colegio Mixto de "La Libertad" a para dar nacimiento al Colegio de Mujeres "Santa Fortunata". El 28 de junio de 1958, en histórica y emotiva ceremonia, se traslada el plantel al nuevo local que actualmente ocupa. El 24 de febrero de 1961, se eleva al Colegio Nacional "La Libertad" a Gran Unidad Escolar "Simón Bolívar', haciendo verdadera justicia a la insigne figura del libertador. (/735/) El 8 de setiembre de 1975, celebra jubiloso el Sesquicentenario de su Fundación, con una magna celebración que marco época en la historia de Moquegua. Trascendental e inolvidable aniversario que perdura aún en los corazones moqueguanos. En 1977, toma la denominación de Centro Base "Simón Bolívar', fusionándose la Escuela Primaria Anexa y la Sección Vespertina, bajo una sola Dirección. Por sus aulas pasaron infinidad de promociones que dieron lustre a Moquegua. Es digno de reconocer la sacrificada labor desempeñada por muchos directores y profesores que en diferentes épocas, llevaron adelante al prestigioso plantel. Ahí están Francisco Caracciolo Vizcarra, con inmensos conocimientos de la ciencia. Francisco Sivirichi, natural del Cuzco, que ocupó la Dirección de 1896 a 1901. El Dr. Daniel Becerra acampo, médico moqueguano, que diera tanto prestigio a Moquegua. Attilio R. Minuto, destacado escritor del pasado moqueguano y otros no menos importantes que llevaron al plantel al sitial que le corresponde. La llegada de los jesuitas señaló un importante paso en la promoción de la educación juvenil. Los Jesuitas fundaron, además del Colegio de Moquegua, Colegios en Arequipa, Huamanga, Callao, Huancavelica, Trujillo, Pisco e Ica, en los que los cursaban las primeras letras y la llamada latinidad, preparación para los estudios universitarios. Conviene mencionarse la obra de evangelización que realizaban los religiosos del convento de Santo Domingo. Por el mes de marzo de 1652, predicaron en las Ferías de los Miércoles y Viernes de Cuaresma dos piadosos religiosos del 754

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Sagrado Orden de Predicadores, que vinieron de Arequipa al llamado del Cura Vicario don Melchor Fernández de la Cuadra Laso de la Vega. En la Iglesia Matriz sembraron la palabra Divina y solicitaron la creación de un Convento que, a pedido del pueblo de Moquegua se otorgó el 26 de febrero de 1663 por el Virrey Conde de Salvatierra. (/736/) EI 10 de marzo de 1717 el Rey Felipe V otorgó la Real Cédula de Confirmación de esta Hospedería de Nuestra Señora del Rosario de la Orden de Predicadores en Convenio y Monasterio de esta orden. El Cabildo y vecindario de Moquegua, coadyudaron en los gastos de dicha confirmación, una de las principales condiciones de esta Hospedería y Convento Monasterio, era que los sacerdotes enseñen a la juventud de Moquegua las primeras letras y la latinidad. El Convento Hospitalario de la Sagrada Religión de los Padres Beletmitas, tuvo en Don Antonio Isidro Fernández Maldonado y Raya a su más grande fundador. El 17 de diciembre de 1731, estando los padres Beletmitas en Moquegua edificando la Iglesia y Hospital, cuyo prefecto de la fundación era el Padre José de la Cruz, les hizo el fundador la entrega de todos sus bienes y haciendas, documento que se hizo en presencia del Alcalde don Juan Jiménez Urbano y Ortega. El virrey don José de Armendáriz, Marqués de Castelfuerte, otorgó la licencia a nombre del Rey Luis I, para la fundación de este Hospicio en el año de 1726. También surgió el Colegio Franciscano de Propaganda Fide (el fideismo es la Doctrina que funda el conocimiento de las primeras verdades en la fe. El de Moquegua (1776-1824). sirvió de centro de operaciones a los misioneros franciscanos que cristianizaron las tribus de los actuales Departamentos del Cuzco, Puno, Madre de Dios y de extensa región del Beni (Bolivia). A imitación del de Moquegua se crearon los de Tarija (Bolivia) y Chillán(Chile), así como el de Tarata. Como en ninguna época de la Historia, la Iglesia Católica desempeñó preponderante papel: fue ella el más poderoso pilar sobre el que descansó la sociedad. Para lo cual se construyeron las iglesias de San Sebastián, 755

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posiblemente en el Alto de la Villa, Santo Domingo, la Matriz o Santa Catalina, San Francisco, la Iglesia de Belén y el Hospital Beletmítico de San Juan de Dios, como así también la Ermita de San Bernabé. Casi todos estos monumentos arqueológicos se derrumbaron a causa de los continuos terremotos que azotaron Moquegua, por encontrarse dentro del Círculo de Fuego del Pacífico. (/737/) Esta zona sismica, una de las más activas del mundo, está en estrecha relación con la naturaleza orogénica de nuestro suelo cuya expresión es el levantamiento de la Cordillera de los Andes y con el Círculo de Fuego del Pacífico, esto es, una cadena de volcanes de intensa actividad que bordea al Océano Pacífico, pero que en el Perú están en aparente reposo. A esto se agrega la presencia de la gigantesca falla en el fondo submarino del Oceáno Pacífico, muy cerca del litoral, cuyas máximas profundidades son las fosas submarinas. Estas fallas deben afectar a toda la corteza terrestre, motivando la inestabilidad de nuestro territorio y en cuya área se localizan los epicentros. Los terremotos registrados en la ciudad de Moquegua, se remontan al ocurrido el14 de febrero de 1619, el del 13 de mayo de 1784, el del 13 de agosto de 1868, el del15 de enero de 1958. EI15 de febrero de 1600, erupcionó el Huyanaputina, destruyendo casi toda la provincia de Sánchez Cerro, Moquegua y Arequipa. En Moquegua no sólo se vinieron abajo sus Iglesias, sino muchas bodegas, disminuyendo considerablemente su producción de vinos y aguardientes estimándose en 10 millones de litros, siendo el primer productor nacional. El segundo era Ica, con sólo 3 millones. I) Manifestaciones Culturales La sociedad moqueguana siempre ha poseído refinada cultura y una marcada sensibilidad artística. El teatro o coliseo de la anterior Alameda es fiel testimonio de innumerables presentaciones y manifestaciones artísticas que algún momento se vieron interrumpidas principalmente por la guerra 756

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con Chile, pero ya nuevamente a partir de 1897 empezaron a llegar compañías teatrales las mismas que se presentaban en las principales capitales del mundo. Será siempre reconocida la presencia de la Compañía de Arte Dramático del español Dagoberto Pérez, quien realizó una larga temporada de presentaciones., las mismas que dejaron huella en Moquegua, por lo que fue motivo para aque aquí se emularan esas enseñanzas formándose una Compañía Teatral de Aficionados, siendo su primer Presidente don Domingo Enrique Vargas, el mismo que, de los fondos recaudados, los destinaba para obras sociales de la ciudad. (/738/) Acompañaban en la Directiva de esta prestigiosa institución conocidas personas con sensibilidad artística como Armando Fernández Dávila, David Díaz, Mauel Soto, Ernesto Valdivia, Leonídas Soto, Juan Antonio Fernández Dávila, Augusto Maura, Miguel Tumba, Valentín Rodríguez, Benito Solar, como así la distinguida artista doña Fidelma de Tumba. Merece también destacarse el trabajo intelectual de Armando Fernández Dávila y Manuel Francisco Díez Canseco. Algunos historiadores, recuerdan, incluso, algunas obras que se representaron en ese histórico teatro, como "Conflicto entre dos deberes", "El Alcalde Ronquillo", "Traidor, inconfeso y mártir', "El enterrado vivo", etc. Esta misma Compañía de Aficionados realizaba presentaciones en los pueblos vecinos, llevando esparcimiento a sus ciudadanos, lo que era motivo de un gran recibimiento. Los mismos alumnos del Colegio Nacional "La Libertad", guiados por sus profesores, realizaban representaciones teatrales, a lo que se manifestaba las "Veladas Literarias y Musicales", contándose entre ellos a Amaro Alayza, Carlos Angulo Nieto. Ricardo Antonio Vélez, Isabel Becerra de la Flor, Aurora Nieto, Esther Maldonado, etc. Siempre quedará en el recuerdo de todos los moqueguanos la labor artística realizada por María Amalia Pérez, famosa actriz que realizó presentaciones en su querida Moquegua, en Lima, como así en España: Ella habría nacido en Moquegua por el año de 1842. Falleció en Puno a la edad de 36 años. 757

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Miguel Angel Fernández Dávila (1901-1960) es el autor del conocido vals "Moquegua", fundador de la Sociedad Filarmónica Unión Juvenil quien, en compañía del músico Adrián Centi, que puso la músicca de este vals, realizarían activísima actividad artística. (p.739/) Los pueblos plasman sus costumbres populares; la música, la danza, el canto, aún los vestidos y otras expresiones constituyen y representan las vivencias de los habitantes de una región, de una comunidad, o de una localidad. Son pues, las costumbres ancestrales que viven en el presente y se proyectan hacia el futuro. Es el folklore como expresión del alma popular. Moquegua, rico en tradiciones, en modos de vida, cultiva el folklore por intermedio de muchos de sus representantes. De esta manera, se conserva el patrimonio cultural. Es la fuente de experiencia que nos incentiva al desarrollo y progreso. En la grandeza del ayer, está la esperanza de la grandeza del futuro. Esa es tarea nuestra, pero una tarea que exige unión y el concurso común. Creemos que podemos hacerlo, sólo falta que nos decidamos y nos pongamos a trabajar, la historia. así lo ha demostrado. Herbert de la Flor Angulo, es el autor del Himno a Moquegua. La música pertenece al músico arequipeño Darío Gonzales. Se lo viene interpretando desde 1969. Ha realizado presentaciones teatrales en innumerables oportunidades en diferentes escenarios de Moquegua, en compañía de Aurora Nieto, Amparo Alayza, Froilán Miranda, Isabel Becerra de la Flor e Isabel Fernández Dávila. En diferentes épocas ha esceníficado las siguientes obras: "El Rosario", "Mamá y Canción de Cuna", del español Martínez Sierra, con la actriz Lucila Fernández Dávila. "Nuestros Hijos y en Familia", de Florencio Sánchez, "Casa de Muñecas", de Ibsen. La zarzuela "La Rosa del Azafrán", "La Mazurca de las Sombrillas", de Luisa Fernanda, etc.

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Horacio Zeballos Gámez, nació en Carumas el 20 de marzo de 1943, dedicándose desde tierna edad a la literatura y poesia. Estudió la secundaria en el Colegio Nacional de "La Libertad" que posteriormente pasó a denominarse "Simón Bolívar" durante los años de 1956 a 1960 y la Supeior en la Escuela Normal de Arequipa. Posteriormente estudió derecho en la Universidad Nacional de "San Agustín" aprobando algunos semestres. En 1968 es nombrado Subsecretario General de los Maestros Primarios de Arequipa, siendo siempre su anhelo conjuncionar en un solo Sindicato a todos los profesores del Perú, tan es así que fundó el Sindicato Unico de Profesores del Perú (SUTEP). (/740/) En 1972, al fundarse el SUTEP, en Arequipa, fue elegido su Primer Secretario General, ratificándose dicho cargo en el Congreso de dicho gremio en la ciudad del Cuzco. Al realizarse las paralizaciones de los maestros en los años de 1972 y 1973, siempre se encontraba adelante reclamando sus legítimos derechos, siendo tomado preso el 24 de octubre de 1973, conjuntamente con el recordado maestro moqueguano Miguel Constantinides y otros dirigentes a nivel nacional, siendo recluido en la prisión del Sepa. Fiel a sus ideas de izquierda, fundó el partido político Unión de Izquierda Revolucionaria (UNIR), saliendo elegido por esta agrupación Diputador por Arequipa y, a su vez, fue candidato a la Presidencia de la República. Publicó diferentes libros de poemas en Arequipa, como "El Eco de mi Voz", de grata recordación. Atilio Minuto, acucioso historiador, publicó "Bosquejo Monográfico de la Provincia Literal de Moquegua" y "El Mariscal Nieto". Fue director del Coelgio Nacional "La Libertad", durante los años de 1925-1937. Como profesor dictaba los cursos de la Historia del Perú. Fue colaborador de diferentes publicaciones de su época en "El Farol" y "La Provincia", Sus publicaciones, generalemnte de tipo costumbrista, lo hacía con la finalidad de hacer las tradiciones de su querida Moquegua, referente a la Huatía, La Trilla, La Sacudida de los Perales, etc. En nombre de Moquegua hizo 759

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uso de la palabra en los funerales de Marianio Lino Urquieta, su gran amigo, el 14 de agosto de 1920. Falleció en Lima a causa de un accidente automovilístico el 1 de octubre de 1957. Amparo Baluarte es la máxima representante de la poesía hecha canción. Muchos de sus versos se cantan en diferentes partes del mundo, fruto de su exquisita inspiración. Desde muy pequeña fue trasladada a Lima por sus padres, pero siempre su corazón le reclamaba la ciudad de Moquegua, por lo que siempre se hacía presente, preferentemente cada 25 de noviembre para las fiestas de aniversario acompañada de un grupo de músicos y cantantes que hacía delirar a sus paisanos con las notas de nuevas melodías. (/741/) Por lo general en esas fiestas estrenaban un nuevo poemario o daba a conocer una nueva publicación. Había nacido en Samegua, siendo sus padres Don Nery Baluarte Ugarteche y doña María Cornejo. Estando en Lima contrajo matrimonio con el profesor de coros escolares don Ángel Alvarado Valdez quien siempre acompañó a Amparo en sus presentaciones en Moquegua y, en muchas oportunidades él mismo formó diferentes coros escolares en diferentes colegios de la ciudad de Moquegua. Publicó diferentes libros de poemas, siendo los más conocidos "Brevario Pasional", "La Ruta Luminosa", "Luz y Sombra". En 1972, obtuvo un premio Internacional de Poesía en Francia. Falleció en 1993. '. Marco Augusto Zambrano Pomareda, es el autor del Escudo de Moquegua, fruto de un concurso realizado en 1975. Ha realizado varias exposiciones de su arte en diferentes ciudades. del Perú. Habiendo terminado sus estudios secundarios viaja a Lima donde logra concluir su carrera de profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Incansable, propulsor de una Escuela de Bellas Artes para Moquegua, siempre se le cerraron las puertas. Pero nunca se dio por derrotado, ya que ahora radicado en Lima, continúa con sus gestiones. Había trabajado como profesor en la 760

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Escuela de Bellas Artes de Ica, por el año de 1971, trasladándose después a Toquepala y Tacna, donde se dedicó a la impresión de diferentes publicaciones. para Southern Perú. En Lima continúa su labor artística donde ha realizado exposiciones de pintura en forma personal y colectiva. Actualmente Moquegua cuenta con una selecta generación de poetas, historiadores, literatos, etc. que le están dando lustre a la intelectualidad de esta tierra. Seguramente que en un tiempo no muy lejano se escribirá la Historia de la Literatura Moqueguana. Por lo pronto este trabajo ha dado ha conocer a algunos de sus connotados representantes, ya que la meta trazada es el de dar a conocer la Historia de Moquegua, en una apretada síntesis, por lo que estamos seguros que otros investigadores más acusiosos seguirán desentrañando nuestro rico pasado histórico. (/742/) J) Toquepala y Cuajone La cultura estudia el desarrrollo espiritual de los pueblos, es decir, las creaciones humanas en los aspectos: social, político, religioso, ético, artísitico, jurídico, etc. que contribuyen al perfecionamiento del hombre, como al referimiento de las colectividades, en suma: el ennoblecimiento del espíritu. De allí que el fin de la cultura es el desarrollo de la propia personalidad, el perfeccionamiento de la vida colectiva y el ennoblecimiento de la vida humana en el dominio de los valores intelectuales y morales. Existe, por lo tanto, cultura del individuo y cultura de la humanidad. En cambio se llama civilización, al progreso material, a los adelantos que persiguen la comodidad y provecho del hombre tomando en cuenta a la minería, la industria, comercio, navegación, armas, etc. El 19 de octubre de 1956, una detonación sin precedentes sacudió la cordillera moqueguana: 145 toneladas de explosivos de gran poder removieron un millón de toneladas de roca y tierra en Toquepala, a 3,400 metros sobre 761

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el nivel del mar. Había empezado el trabajo preparatorio de la mayor operación minera de nuestra historia. A lo largo de milenios, en esas montañas resecas sólo hubo rebaños de llamas, vicuñas y guanacos. Ocasionalmente, en los últimos siglos, las recorrió algún cateador. Más tarde llegaron mineros emprendedores como Juan Oviedo Villegas y empresas que aplicaron técnicas exploratorias avanzadas. Entonces quedó en claro que Toquepala y el cercano yacimientop de Cuajone, eran dignos de figurar en los anales de la minería mundial. Southern Peru Copper Corporation, se fundó en los Estados Unidos con aportes de otras compañías y legalmente se constituyó en el Perú en el mes de noviembre de 1954. Al firmarse un Convenio Bilateral con el Gobierno del Perú, hizo posible que esta empresa realizara inicialmente una inversión de 1,100 millones de dólares que aportaron diversos bancos a nivel mundial. (/743/) En 1960, cuando se inciaron las operaciones en Toquepala, después de cuatro años de trabajos preparatorios y de construcción, la producción del cobre del Perú se incrementó en 264%. El aporte de la mina significó más del 16% de todas las exportaciones del país y e121% del incremento del Producto Bruto Interno de ese año. Otro tanto ocurrió cuando Cuajone entró en operaciones, a fines de 1976: la producción nacional de cobre subió en 85% y la mina aportó el 11 % de las exportaciones del país, contribuyendo con más del 5% al incremento del PBI. En la actualidad, la producción de Toquepala y Cuajone sobrepasa las 300 mil toneladas métricas de cobre ampolloso o «blister». Dicha empresa produce alrededor del 70% del cobre del país, y unas 7,000 toneladas métricas anuales de concentrado de molibdenita. Con esta producción, el Perú hoy ocupa el quinto lugar como exportador mundial, en competencia con países de todos los continentes. Las instalaciones llegan desde el litoral hasta alturas de más de 4,500 metros. Están unidas por unos 300 kilómetros de carreteras proncipales y por un ferrrocarril que recorre 243 kilómetros y cuyo sistema de tuneles - 27 kilómetros de 36m2 762

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de sección es el mayor de América Latina. La energía eléctrica del orden de 110 megavatios es producida principalmente en Ilo, pero también en Toquepala y Cuajone. Desde 1967 funciona un sistema de interconexión con la central hidroeléctrica de Aricota, que ha hecho posible el suministro de energía a las ciudades de Moquegua ello. El agua para las operaciones proviene de la Laguna de Suches. El agua de consumo humano e industrial en las instalaciones de Ilo, se produce en las plantas de desalinización de agua marina, utilizando vapor de los calderos del proceso térmico. Según estudios del origen de las minas de Toquepala y Cuajone, parecen haberse originado hace millones de años como resultado de la intensa actividad ígnea eruptiva de la región, que en sucesivos períodos geológicos ocasionó intenso fracturamiento de las capas terrestres y la deposición en ellas, en forma de yacimientos diseminados, de minerales de cobre y molibdenita. (/744/) Los trabajos exploratorios con taladros de percusión y diamantinos, hicieron posible el dimensionamiento de estos depósitos mineralizados, ubicados a cientos de metros por debajo de la superficie. De acuerdo con programas de gran rigor técnico, el minado avanza cada día, mediante explosiones que fragmentan los materiales rocosos, y un sistema cuidadosamente elaborado de carguío y transporte con equipo pesado, que incluye palas, volquetes de 120 toneladas y trenes, con vagones capaces de cargar 80 toneladas. Una sola persona maneja cada tren de 11 a 13 vagones. En las trituradoras o "chancadoras" se descargan las rocas mineralizadas, de variado tamaño. Allí son reducidas a un diámetro máximo de ocho pulgadas. Después se le agrega agua y cal y se le pulveriza hasta darle la consistencia de un Iodo muy fino. Por el proceso de flotación se separa el concentrado de molibdeno del concentrado de cobre. Los caudales reunidos de los relaves de Toquepala y Cuajone, llegan a la parte baja del cauce del Río Locumba, cuyas aguas han sido desviadas más arriba mediante obras hidráulicas, hacia la irrigación de Ite Norte. Los relaves se depositan en el mar, en la bahía de Ite. 763

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La fundición de Ilo, es una de las mayores del mundo en tratamiento de concentrados. Su capacidad de producción le permite recibir un millón de toneladas de concentrados y producir aproximadamente 280,000 toneladas métricas de cobre ampolloso al año. Allí el concentrado de Cobre, con varios agragados de conchuela y sílica, se funde en hornos reverberos, a temperaturas de 2,800 grados Farenheit. En ellos se separa por gravedad la "mata", material pesado que contiene el metal de la escoria material liviano formado por silicatos de hierro, alúmina, etc. que flotan en el proceso. El cobre "blister', que constituye el producto final de la fundición, se exporta por el puerto de Ilo o bien es tratado electrolíticamente en la Refinería para producir cátodos de cobre con 99.98% de pureza, que igualmente se exportan. (/745/) Grandes forjadores de la minería en Moquegua eran Frank W. Archibald y Víctor Barúa Remy, ya fallecidos. El señor Frank Archibald, quien fuera Presidente de Southern Perú, falleció, luego de una larga y penosa enfermedad, en la ciudad de Corpus Christy, Texas, el 29 de diciembre de 1987. Su deceso produjo un profundo sentimiento de pesar dadas las dotes de caballerosidad y el espíritu de trabajo que supo infundir. Se le consideró siempre un propulsor del desarrollo minero peruano y fue quien, por cuyo tesón y esfuerzo, pudo llevarse adelante la inversión de Cuajone, la más alta que haya realizado la empresa privada en el Perú. En Lima, como en Toquepala, Cuajone e Ilo, hubo oficios religiosos en su memoria e invocaciones por su eterno descanso. Don Víctor Barúa Remy, distinguido ingeniero de minas, reconocido geólogo, superintendente de la Mina y Gerente del Área Cuajone, fue condecorado con al Orden del Sol del Perú por servicios distinguidos a la minería peruana. El nombre de Barúa está estrechamente vinculado a Southern Perú y el desarrollo de las áreas de Toquepala y Cuajone. En ambas minas tuvo un importante desempeño profesional, tanto en las etapas exploratorias. como más tarde en la fase 764

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productiva. Barúa, asímismo, era muy aficionado a la observación del cosmos, para lo cual contaba con un pequeño telescopio el cual le era requerido constantemente por personas de esa afición a la cual Barúa nunca se negaba. Víctor Barúa se graduó de ingeniero en 1946, en la entonces Escuela Nacional de Ingenieros ( actual Universidad Nacional de Ingeniería). Continuó sus estudios profesionales en Estados Unidos, obteniendo el grado de Máster, en la especialidad de Geología. En 1948, de vuelta al Perú, laboró en la Mina Quiruvilca ( La Libertad), concesión de la Compañía Northern, que explota cobre en la modalidad de socavón. Por los años de 1960, viajó invitado a Australia. Porteriormente laboró en una gran empresa internacional en aquél país. De regrero al Perú el ingeniero Barúa trabajó nuevamente para Southern Perú con la finalidad de que supervigilara los trabajos que la Compañía Utah había iniciado. (/746/) EI 25 de noviembre de 1976 dio inicio a la explotación de Cuajone en presencia del Presidente de la República, general Francisco Morales Bermúdez. El inigeniero Barúa , falleció en 1992. (/747/)

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X. PRONTUARIO DE LEGISLACIÓN 1. El 5 de Setiembre de 1538, se creaba el Obispado del Cusco. Su primer, representante fue Fray Vicente Valverde. El 8 de marzo de 1614, se divide la Diócesis del Cuzco en tres Obispados: Cusco, Huamanga y Arequipa: Arequipa, contaba con el Corregimiento de Ubinas y Valle de Moquegua, con diez Repartimientos: Torata, Cochuna, Carumas de Hernán Bueno y Otros Carumas con San Cristóbal. Pocsi, Omate, Quinistacas, Puquina y Cheque Mitimas. En 1562, Juan Solano, Obispo del Cuzco, viajó a España y planteó en las cortes la necesidad de dividir su Obispado para su mejor administración. El Papa Gregorio XIII el 16 de abril de 1577 la autorizó, pero Sebastián de Lartaún, sucesor de Solano, se opuso. 2. En 1561, por disposición del Virrrey Andrés Hurtado de Mendoza "La Provincia de Ubinas" se agregó al Corregimineto de Chucuito (Audiencia de Charcas). 3. La Audiencia de Charcas, fue creada el 4 de setiembre de 1559, dependiendo del Virreynato del Perú. Después pasó al Virreinato de Buenos Aires por Real Cédula del 29 de Marzo de 1778. 4. EL 17 de julio de 1565,. se nombró Corregidor de Arica al portugués Francisco Rodríguez Almeida, por parte del Gobernador del Perú, Lope García de Castro. Pero el 22 de julio de 1592 Felipe II dispuso que el Corregimiento de Arica obedeciese a la Audiencia de Charcas. Parece que en un tiempo Moquegua pertenecía a Arica. 5. El 28 de febrero de 1568 Diego Galdo es nombrado Corregidor de Chucuito, Moquegua y Sama. 6. En 1575, el Virrey Francisco de Toledo, desde Arequipa, nombró Corregidor de Ubinas a Francisco Márquez, sin hacer alusión de su desmembramiento de Chucuito, ordenado por el Marqués de Cañete.

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7. En 1588, Moquegua figura como Cabeza de Corregimiento. Su Primer Corregidor fue Diego de Vizcarra, casado con Beatriz Bueno de Arana. (/748/) 8. En 1618 el Valle de Moquegua , dejó de pertenecer a Chucuito y Charcas. 9. El 27 de marzo de 1618, el Virrey Esquilache, ordenaba al Corregidor de Colesuyo. Francisco de Salazar que en Escapagua, Alto de la Villa, se fundara la "Villa de San Francisco de Esquilache". Es así que el miércoles seis de junio antes del mediodía, de mil seiscientos dieciocho, el capitán Francisco de Salazar, Corregidor de la Provincia de Colesuyo, fundó dicha Villa. El mismo Virrey Esquilache la elevó a Villa de San Francisco de Esquilache el 27 de marzo de 1618. También separaba el valle de Moquegua de Chucuito y Charcas. 10. En 1625, el pueblo de Moquegua, se elevó a la categoría de Villa con el nombre de Santa Catalina de Guadalcázar. 11. El Marqués de Guadalcázar, a nombre de Felipe IV, falló el 1ro. de mayo de 1625 a favor de Moquegua, disponiendo que en la parte baja se fundara la Capital con el Título de Villa de Santa Catalina de Gualdalcázar, Valle de Moquegua, Provincia de Colesuyo:. La población allí existente se llamaba Pueblo de Moquegua del Patrimonio Real del Perú. El Título de Villa se quedó retenido en Lima por falta de pago de mil pesos. 12. El 7 de julio de 1784, siendo Virrey Teodoro Croix, se creó la Intendencia de Arequipa, a la que pasó a depender Moquegua, a cargo de un Subdelegado. 13. El 1ro. de febrero de 1796, siendo Virrey Ambrosio O'Higgins, se separó del Virreinato de Buenos Aires, la Provincia de Puno, incluyendo a Lampa, Carabaya, Azángaro, Huancané y Chucuito. 14. El 20 de julio de 1609, el Papa Paulo V crea el Obispado de Arequipa y en Breve de l6 de enero de 1612, autoriza la demarcación de los Obispados de 767

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Huamanga y Arequipa, desmembrándolos del Cuzco. El Virrey Juan de Mendoza, Marqués de Montesclaros, el 17 de octubre de 1613 efectúa la demarcación. (/749/) El Obispado de Arequipa comprendía los territorios de los Corregimientos de El Cercado, Characato y Vítor, Camaná, Moquegua, Arica y, Tarapacá, Condesuyos y Collaguas. Los dos primeros Obispos nombrados para Arequipa. Cristóbal Rodríguez y Juan de las Cabezas Altamirano, fallecieron antes de llegar a sus diócesis. El Padre Pedro Perea, tercer Obispo. fue en realidad el primero en hacerse cargo en 1619. Falleció en 1630. 15. EI19 de enero de 1823, el Presidente José La Mar, firmó la Ley expedida por el Congreso, Presidido por Hipólito Unanue, expidiendo un día antes, donde se elevaba a Moquegua, a la categoría de ciudad, considerando los aportes realizados a la causa de la independencia. 16. El 6 julio de 1823, Moquegua jura la Independencia. 17. El 6 de junio de 1828, el Presidente José de La Mar, firmaba la Ley por la que le confería a Moquegua el Títulode Benemérita a la Patria y elevaba a Villa el pueblo de Torata, por haber prestado servicios distinguidos a la causa de la Independencia. 18. En 1839, por Resolución Suprema, se creó el Departamento de Moquegua, con las Provincias de Moquegua, Tacna y Tarapacá. 19. El 25 de octubre de 1845, el Presidente Ramón Castilla, firmaba la Ley, por la que declaraba a Moquegua "Valiente, Esforzado y Leal Departamento", tomando en consideración el aporte de Moquegua para la expulsión de los bolivianos. 20. Por Ley del2 de enero de 1857, durante el gobierno del Mariscal Castilla , se crea el Departamento de Moquegua, con Tacna como capital. Comprendía: Moquegua, Tacna, Arica y Tarapacá. 21. El 1ro. de abril de 1884, el Presidente Miguel Iglesias, firmaban la Ley expedida por la Asamblea 768

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Constituyente el 31 de marzo de 1884, por la que se creaba el departamento de Moquegua, tomando como base a la Provincia Litoral de Moquegua. Comprendía las Provincias de Moquegua (Capital Moquegua), Puquina( Capital Omate) y Tarata (Capital Tarata, hoy en Tacna). Posteriormente el Presidente Andrés A. Cáceres, el 26 de Octubre de 1886 declaraba la nulidad de todos los actos expedidos, por Miguel Iglesias. (/750/) 22. Por Decreto del 25 de abril de 1837, expedido en Tacna, por el Mariscal Andrés de Santa Cruz, se creó el Departamento Litoral con Tacna, Moquegua y Tarapacá, separándolas del "Departamento de la Ley" ( Arequipa ) 23. Por Ley del 25 de junio de 1875, se crea la Provincia Litoral de Moquegua 24. Por Ley 8230 del 3 de abril de 1936, la Provincia Litoral se elevó nuevamente a la categoría de Departamento siendo Presidente el Mariscal Oscar R. Benavides y Representante por Moquegua Manuel Diez Canseco Romaña. 25. El 18 de diciembre de 1944, el Papa Pío XII, crea la Diócesis de Tacna y Moquegua. Monseñor Carlos Alberto Arce Masías, fue el primer Obispo. 26. CREACiÓN DEL DEPARTAMENTO LITORAL: Secretaría General de S. E. Andrés Santa Cruz Gran ciudadano, Restaurador y Presidente de Bolivia, Capitan General de sus ejército,s etc. Considerando 1.- Que las grandes distancias en que se hallan las provincias de Tacna y Tarapacá de la capital del Departamento de la Ley, es uno de los obstáculos que se oponen a su prosperidad yengrandecimiento, 2.Que, la acción del Gobierno Departamental no llegando a tanta distancia, es ineficaz para remediar los abusos de los funcionarios públicos, para reparar los males de sus habitantes y para promover su fidelidad. 3.- Que, la conveniente y proporcionada divisón del territorio es uno de los medios más a 769

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propósitos para la mejor administración pública, 4.Que, por Decreto del 22 de Marzo de 1836 me hallo autorizado por la Asamblea de Sicuani para resolver el proyecto de separación de la provincia de Tarapacá, Tacna y Moquegua del departamento de la ley que se presentó en ella por sus representantes.- Decreto: 1.Las provincias de Tacna y Tarapacá quedán separadas del departamento de la Ley, en lo civil y político y forman otro departamento independiente de él, con el nombre de Departamento Litoral.(/ 751/) 2.El departamento litoral continuará sujeto en lo judicial y eclesiástico a la Corte Superior de Justicia de Arequipa, y a la autoridad ordinaria del Obispado. 3.La capital del departamento es la heroica ciudad de Tacna.- El Secretario General queda encargado de hacer imprimir, publicar y circular.- Dado en el Palacio Protectoral de Tacna a 25 de abril de 1837.- Andrés Santa Cruz.- El secretario general Andrés María Torrico. 27. PROVINCIA LITORAL. Manuel Pardo.- Presidente Constitucional De la República. Por cuanto, el Congreso ha dado la ley siguiente: EL Congreso de la República Peruana.- Considerando: Que, la Provincia de Moquegua se halla en posesión de todos los elementos necesarios para contituir una de las grandes divisiones territoriales del estado.- Ha dado la ley siguiente: 1.- La provincia de Moquegua, del Departamento del mismo nombre, se eleva al rango de Provincia Litoral, conservando sus límites que hoy la separan de las de Tacna, Arequipa, Chucuito y Tarata, y el número de Distritos que hoy la componen. 2.- El antiguo Departamento de Moquegua, se denominará en adelante. Departamento de «Tacna»y la nueva provincia llevará el nombre de "Provincia Litoral de Moquegua", 3.- Las autoridades y empleados de la Provincia Litoral de Moquegua, serán en todos iguales y disfrutarán de sueldos idénticos a los designados 770

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para la Provincia de Tarapacá.- Comuníquese al poder ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumplimiento.- Francisco de P. Muñoz. Presidente del Senado Mariano L. Prado.- Presidente de la Cámara de Senadores.- Emilio del Solar, Diputado Secretario.Dado en el Palacio de Gobierno a 25 de junio de 1875.- Manuel Prado.- Aurelio García y García. 28. DEPARTAMENTO DE MOQUEGUA.- Ley N° 8230.- El Presidente de la República.- Por cuanto.- el Congreso Constituyente.- Ha dado la ley siguiente: 1.- Creáse el Departamento de Moquegua, cuya capital será la ciudad del mismo nombre.- (/752/) 2.- El departamento de Moquegua se compondrá de dos provincias: la provincia del Cercado, que se denominará "Mariscal Nieto", se integrará con los distritos de Moquegua, Ilo, Torata y Carumas y tendrá por capital la ciudad de Moquegua; y la provincia "General Sánchez Cerro", que comprenderá los actuales distritos de Omate, Puquina, Matalaque.Ubinas e Ichuña y cuya capital será la Villa de Omate.- 3.- La provincia "Mariscal Nieto", dependerá del distrito judicial de Tacna y la provincia "General Sánchez Cerro" dependerá del Distrito Judicial de Arequipa.- Comuníquese al poder ejecutivo.- Clemente J. Revilla, Presidente del Congreso.- Gonzalo Salazar, Secretario.- Por tanto, mando se publique y cumpla.- Dado en la Casa de gobierno en Lima a los tres días del mes de abril de mil novecientos treinta y seis.- O.R. Benavides.- A Rodríguez. 29. DECRETO DEL 21 DE MARZO DE 1825.Convocando un Congreso General para el 10 de Febrero de 1826, a efecto de que los pueblos, con arreglo al número de diputados de cada provincia, se regule por el censo del año de 1797, los respectivos padrones, correspondiéndole a la provincia de Moquegua integrante del Departamento de Arequipa, 02 diputados y un suplente.

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30. CONSEJO DE GUERRA.- Decreto de 14 de agosto de 1848.- Mandando juzgar en Consejo de Guerra de Oficiales generales a los autores de la sedición acaecida en las provincias de Tacna y Tarapacá del departamento de Moquegua. 31. CIUDAD.- Ley de 18 de enero de 1823.- Disponiendo que la Villa de Moquegua se titule Ciudad. 32. BENEMÉRITA.- Ley de 3 de junio de 1828 .Disponiendo que la ciudad de Moquegua se titule Benemérita a la Patria y al Pueblo de Torata se denomina Villa y que los productos de la contribución se le asignen 10,000.00 pesos por 10 años para dar agua a la quebrada de Huaneros. 33. LIBERTOS.- Decreto de 16 de marzo de 1855. Nombrando las Comisiones encargados de repartir las Cartas de Libertad de los que acudan a recibirlas por haber sido esclavos o siervos libertos y nombra para el desempeño. a Nicolás J. Chocano y Tomás Ordóñez. (/753/) 34. EDUCACION.- Decreto de 25 de noviembre de 1847. Autorizando invertir 435 pesos y 3 reales para la refacción de la Escueal de Primeras Letras de la ciudad de Moquegua. 35. RELOJ POBLlCO.- Decreto de 4 de Enero de 1854.Autorizando al Prefecto del Departamento de Moquegua para que haga un gasto de 1,600 pesos para la colocación de un reloj público en la ciudad de Moquegua. 36. BAÑOS TERMALES.- Decreto de 8 de julio de 1853. Aprobando el presupuesto del Prefecto de Moquegua para formar un hospicio en los baños termales de Carumas. 37. ESCUELA.-Decreto de 17 de abril de 1847. Disponiendo que se establezca una Escuela de instrucción primaria de niñas en el local dejado por el cura Barrios, en la ciudad de Moquegua.

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38. SIMÓN BOLíVAR.- Decreto de 2 de setiembre de 1852. Disponiendo que se conserve la cátedra de Química en el Colegio "La Libertad" de Moquegua . 39. SIMÓN BOLíVAR.- Decreto de 31 de agosto de 1858.Aprobando el Decreto de 14 de Setiembre de 1843, por el que la suprema Junta de Gobierno dispuso que las rentas y deudas del Colegio de Moquegua se recaudarán de cuenta del Estado con cargo de reintegro y especial hipoteca de los productos de la Aduana de Arica. 40. EJÉRCITO.- Decreto de 13 de noviembre de 1856. Organizando un Ejército de Observación en el Sur, para pacificar a las ciudades de Arequipa y Moquegua. 41. COLEGIO.- Ley de 15 de mayo de 1861.Estableciendo un Colegio de Niñas en la ciudad de Moquegua, en la casa que para recogidas legó el doctor Lorenzo Barrios y de la cual se halla en posesión el Estado. 42. REPRESENTANTE.- Decreto supremo de 28 de julio de 1866.- Nomina Representante a la Asamblea Constituyente de 1867, por Moquegua al Sr. Ignacio Zapata. (/754/) 43. SEPARA TARAPACÁ.- Ley de 1 de diciembbre de 1868. Separando del Departamento de Moquegua de Ia provincia de Tarapacá con la denominación de Provincia Litoral, y estableciendo en ella el mismo régimen político y administrativo que en los departamentos de la República. 44. SAMEGUA.- Resolución Legislativa de 31 de octubre de 1868.- Autorizando al Poder Ejecutivo la conclusión de la Capilla de Samegua, en Moquegua. 45. SIMÓN BOLíVAR.- Resolución de 1 de octubre de 1888.-Disponiendo se proceda la reorganización del Colegio de "La Libertad" de Moquegua, en el que debe darse solo el primer grado de Instrucción Media. 46. SIMÓN BOLíVAR.- Resolución del 18 de enero de 1887 nombrando profesor del colegio «La Libertad» al bachiller José de la Flor. 773

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47. CARRETERA ILO A MOQUEGUA.- Resolución Legislativa de 28 de enero de 1869.- Autorizando al Ejecutivo para que por medio de propuestas o por remate haga abrir un camino carretero del puerto de Ilo a la ciudad de Moquegua. 48. AGENCIA FISCAL.- Ley de 6 de febrero de 1875. Creando una Agencia Fiscal para la provincia de Moquegua, con la dotación que disfruta el juez de Primera Instancia y a la vez, una Escribanía del Crimen. 49. PROVINCIA LlTORAL.- Ley de 25 de junio de 1875. Elevando la provincia de Moquegua al rango de Provincia Litoral conservando los límites que hoy separan a las de Tacna. Arequipa, Chucuito y Tarata y el número de distritos que hoy lo componen. El antiguo Departamentto de Moquegua se denominará en adelante Departamento de Tacna, y la nueva provincia llevará el nombre de Provincia Litoral de Moquegua. 50. VALLE DE MOQUEGUA.- Resolución Legislativa de 21 de octubre de 1897.- Disponiendo que el ejecutivo mande hacer los estudios y presupuestos de las obras que deben ejecutarse para conducir al valle de Moquegua las aguas de las alturas de la provincia de este nombre. 51. VALLE DE MOQUEGUA.- Resolución Legislativa de 2 de agosto de 1899.- Consignado en el Presupuesto General de la República, la cantidad de 500 libras, para dar cumplimiento a la Resolución Legislativa de 21 de octubre de 1897. 52. FERROCARRIL.- Ley de 26 de octubre de 1886.Autorizando al ejecutivo para contratar la construcción del ferrocarril de Ilo a Moquegua. (/755/) 53. COMISARÍA.- Ley de 9 de noviembre de 1899. Creando en el Valle de Moquegua una comisaría Rural. 54. ARTESANOS.- Resolución legislativa de 8 de agosto de 1899.- Adjudicando el uso de un local del Estado en

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la ciudad de Moquegua para la Sociedad de Artesanos "Luz y pogreso" de Moquegua. 55. SUPRIME COMISARIÁ EN ILO.- Ley No. 180 de enero de 1906.- Suprimiendo la Comisaría de Ilo, en Moquegua. 56. CREA OFICINAS TELEGRÁFICAS.- Ley No. 193 de febrero de 1906.- Creando oficinas telegráficas en Moquegua ello. 57. IRRIGACIÓN DEL VALLE.- Ley No. 330 de 16 de noviembre de 1906.- Votando en el Presupuesto General de la República, la cantidad de 6 mil libras, para la irrigación del Valle de Moquegua. 58. ÓRGANO DE TORATA.- Resolución Legislativa N° 1428 de 20 de octubre de 1991.- Exonerando del pago de derechos de importación de un órgano para la iglesia de Torata. 59. OMATE y PUQUINA VILLAS.- Ley N°2382 de 4 diciembre de 1916.-Elevando a la categoría de Villa los pueblos de Omate y Puquina, de la provincia Litoral de Moquegua. 60. FARO.- Ley N°2417.- Del 4 de enero de 1917.Consignado en el Presupuesto General la suma de 4 mil libras, para el establecimineto de un faro en Punta de Coles de la Provincia de Moquegua 61. CAMAL DE MOQUEGUA.- Ley N°4511 de 24 de marzo de 1922.- Consignado en Presupuesto General la suma de 200 libras que se entregarán a la Municipalidad de Moquegua, destinada a la construcción de un camal en la ciudad de dicho nombre. 62. JUEZ INSTRUCTOR.- Ley N° 5219 de 06 de octubre de 1925.- Creando un juzgado de Instrucción en Moquegua. 63. LUZ PARA TORATA.- Ley N° 6303 de 27 de octubre de 1928.- Consignado una partida en el Presupuesto General para la implantación de una planta hidroeléctrica, un molino de trigo y alumbrado eléctrico en la Villa de Torata. (/756/) 775

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64. CARRETERA AREQUIPA - MOQUEGUA.- Decreto Ley N°7474 de 18 de noviembre de 1931.- Consignado una partida para la construcción de la carretera de Arequipa a Moquegua. 65. AEROPUERTO DE MOQUEGUA.- Ley N° 7767 de 24 de mayo de 1933.- Disponiendo la construcción de un campo de aterrizaje en la ciudad de Moquegua en los terrenos del Alto de la Villa. 66. CREAN DEPARTAMENTO: Ley N° 8230 de 3 abril de 1936.- Creando el departamento de Moquegua, integrada por las provincias de Mariscal Nieto y General Sanchéz Cerro y cuya capital será la ciudad de Moquegua. 67. CARRRETERA MOQUEGUA PUNO.- Ley N° 8318 de 15 de junio de 1936.- Consignando una partida en el Presupuesto de 20,000.00 soles mensuales destinadas a los trabajos de la carretera de Moquegua a Puno. 68. CREAN BENEFIC ENCIA DE ILO.- Ley N° 8415 de 11 de jul.io de 1936.- Creando una Beneficencia en Ilo. 69. IV CENTENARIO DE MOQUEGUA.- Ley N° 9376 de 19 de setiembre de 1941.- Mandando ejecutar diversas obras públicas en Moquegua, con motivo del IV Centenario de fundación. 70. POSTERGAN IV CENTENARIO.- Ley N° 9439 de 24 de noviembre de 1941.- Postergando hasta el 25 de noviembre de 1943 la celebración de! IV Centenario. 71. CREAN DISTRITO LA CAPILLA.- Ley N° 9617 de 30 de setiembre de 1942.- Creando el distrito de lLa Capilla. Teniendo como capital el pueblo del mismo nombre. 72. POSTERGAN IV CENTENARIO.- Ley N° 9856 de 3 de diciembre de 1943.- Postergando hasta el 25 de noviembre de 1944 la celebración del IV Centenario de Moquegua 73. CARUMAS.- Ley N° 9940 de 31 de enero de 1944. Creando los distritos de Carumas, San Cristóbal y Cuchumbaya en la Provincia de Mariscal Nieto. 776

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74. JUZGADO DE PAZ LETRADO.- Ley N° 9878 de 31 de diciembre de 1943.- Creando en Moquegua un Juzgado de Paz Letrado. (/757/) 75. RADIOTELEGRAFÍA.- Ley N° 9974 de 29 de setiembre de 1944.- Autorizando al ejecutivo para instalar unaEstación de Radiotelegrafía en Carumas. Así mismo un equipo receptor y otro transmisor de onda corta en Ilo y Telefonía entre Carumas, Cuchumbaya y Calacoa. 76. LUZ PARA PUQUINA.- Ley N° 10830 de 25 de febrero de 1947.- Realizar estudios y presupuesto para la implantación de alumbrado eléctrico a Puquina. 77. BENEFICENCIA DE OMATE.- Ley N° 11755 de 5 de febrero de 1952.- Creando la Sociedad de Beneficencia de Omate. 78. COLEGIO DE OMATE.- Ley de N° 11797 de 25 de marzo 79. NIETO PRÓCER.- Resolución Legislativa N° 12177 del 24 de diciembre de 1954.- Declarando Prócer de la Independencia Nacional al Mariscal Nieto Márquez y autorizando al Poder Ejecutivo la traslación de sus restos de la Iglesia de Santo Domingo de-moquegua al Panteón de los Próceres. 80. CREAN CHOJATA.- Ley de N° 12193 de 15 de febrero de 1955.- Creando el distrito de Chojata, cuya capital será Lloque. 81. CREAN QUINISTAQUILLAS.- Ley N° 12337 de 10 de junio de 1955.- Creando el Distrito de Quinistaquillas cuya capital será el pueblo de dicho nombre. 82. AGENCIA FISCAL OMATE.- Ley N°12504 del 31-121995.- Creando la Agencia Fiscal en Sanchez Cerro. 83. COLEGIO SANTA FORTUNATA.- Ley N° 12540 del 12 de enero de 1956.- Creando Colegio Nacional de Moquegua, el que se denominará Santa Fortunata. 84. CREAN LLOQUE.- Ley N° 12461 de 2 de febrero de 1955.- Creando el distrito de Lloque, cuya capital será el pueblo del mismo nombre.

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85. CREAN COALAQUE.- Ley N° 12563 de 26 de enero de 1956.- Creando Distrito de Coalaque, cuya capital será el pueblo del mismo nombre. (/758/) 86. COLEGIO DANIEL BECERRA.- Ley N° 13670 de julio de 1961. Dando el Carácter de Colegio Nacional al Colegio Municipal Domingo Nieto de Ilo y que en adelante se denominará "Daniel Becerra Ocampo". 87. CREAN CORDEM.- Ley N° 14676 de 17 de octubre de 1963.- Creando la Corporación de Rehabilitación y Desarrollo Económico de Moquegua. 88. GRAN UNIDAD MUJERES.- Ley N° 14740 de 5 de diciembre de 1963.- Elevando a la Categoría de Gran Unidad Escolar el Colegio Nacional "Santa Fortunata". 89. CREAN COLEGIO PUQUINA.- Ley N° 15401 de 29 de enero de 1965.- Creando Colegio Nacional "Mariano Lino Urquieta" en Puquina. 90. NOCTURNA COLEGIO BECERRA.- Ley N° 15403 de 29 de enero de 1965.- Creando Nocturna de Educación Secund'aria en el Colegio Nacional "Daniel Becerra", de Ilo. 91. CREAN YUNGA.- Ley N° 15466 de 19 de marzo de 1965.- Creando el distrito de Yunga. 92. ESCUELA NORMAL.- Ley N° 15543 de 30 de abril de 1965.. Crean la Escuela Normal. 93. DONAN A CORDEM FERROCARRIL.- Ley N° 25628 de 28 de setiembre de 1965.- Adjudicando las instalaciones, terrenos, máquinas del ferrocarril de Ilo a Moquegua. 94. CREAN CORTE DE JUSTICIA.- Ley N° 15805 de 17 de diciembre de 1965.- Creando la Corte Superior de Justicia de Moquegua, con sede en la ciudad de Moquegua y con jurisdicción sobre las dos provincias. dispone también que esté conformada por cuatro vocales y un Fiscal. 95. JUZGADO LETRADO EN ILO.- Ley N° 15979 de 14 de enero de 1996.- Crea un juzgado de Paz Letrado en Ilo.

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96. TERMINAL MARíTIMO.- Ley de 16098 de 15 de abril de 1966.- Creando fondo para la construcción de Terminal Marítimo de Ilo. 97. CREAN MATALAQUE.- Ley Regional N° 304 de 28 de agosto de 1920.- Creando el Distrito de Matalaque, cuya capital será el pueblo del mismo nombre. (/759/)

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XI.SENADORES, DIPUTADOS Y CONSTITUYENTES 1. Congreso General Constituyente: 20 de setiembre de 1822 al 10 de marzo de 1825: Departamento de Arequipa; Nicolás de Araníbar, Francisco Javier de Luna Pizarro, Mariani de Arce, Manuel Pérez de Tudela, Bartolomé Bedoya, Gregorio Luna Villanueva, Francisco Pastor, Pedro Antonio Alfaro y Arguedas, Santiago Ofelan. Suplentes: Anselmo Flores, Marcelino Barrios, Felipe Santiago Estenós, Juan Navarrete. 2. Segundo Congreso Constituyente para 1826: Convocado para pronunciarse sobre la Constitución vitalicia y que no llega a reunirse.- Provincia de Moquegua Manuel Iramátegui, Manuel Hurtado y Zapata. 3. Congreso General Constituyente: 4 de julio a 16 de junio de 1828. Departamento de Arequipa Francisco Javier de Luna Pizarro, Evaristo Gómez Sánchez, Mariano Llosa Benavides, Manuel Pérez de Tudela, Nicolás de Piérola, Manuel Esteban de Llosa, Manuel H. Zapata, Francisco de Paula Gonzales Vigil, Anselmo Quiroz, Mariano Arce, Manuel J. Cuadros Suplentes: Lucas Manuel Enquíñiga, M. Cayetano Loyo. 4. Congresos Ordinarios: Cámara de Diputados: 31 de agosto al 20 de diciembre de 1829: Departamento de Arequipa; Provincia de Moquegua: Diputado Propietario: Francisco Fernando Maldonado Suplente; José Gavino Dávila - 27 de abril al 26 de setiembre de 1831 - Departamento de Arequipa: Provincia de Moquegua; Francisco Maldonado - 30 de julio de 1832 al 22 de diciembre del 1832. Departamento de Arequipa: Provincia de Moquegua: Manuel Hurtado Zapata. 5. Convención Nacional de 1833 y 1834. 12 de setiembre de 1833 al 11 de agosto de 1834: 780

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Departamento de Arequipa: Provincia de Moquegua: Diputados José Manuel Hurtado Zapata y Miguel Tudela. (/760/) 6. Asamblea de Sicuani. Estado Sud peruano; 7 de diciembre de 1835 al 22 de marzo de 1836: Departamento de Arequipa: Cesáreo Vargas, Nicólas de Piérola, M. Miguel de Ugarte, Estanislao de Araníbar, José María de Cosio. NOTA: En las actas originales del Congreso General Constituyente de 1827-1828, no figuran como diputados de las provincias que integran el Departamento de Arequipa, sino como Diputados por el Departamento en referencia, razón por la cual no se especifica al Diputado que representa a la provincia de Moquegua. 7. Asamblea de Huaura: Estado Nor-peruano 3 de agosto de 1836 al 24 de agosto de 1836: Departamento de Arequipa; No tuvo representación. 8. Asamblea General de Huancayo: 15 de agosto de 1839 al 28 de noviembre de 1839. 9. Congreso General de Lima: 7 de julio de 1840 al 12 de julio de 1840. Departamento de Arequipa: Provincia de Moquegua: No tuvo representación. 10. Congreso Extraordinario y Ordinario de 1845: 16 de abril de 1845 al 27 de junio de 1845. 11. Congreso Ordinario de 1847 y Extraordinario de 1848: 6 de agosto de 1847 al 9 de marzo de 1848 Departamento de Moquegua: Senador: No tuvo Provincia de Moquegua: Diputado J9sé Chipoco Rivero (Suplente) 12. Congreso Extraordinario del 16 de junio de 1849 al 26 de marzo de 1850. Departamento de Moquegua, Senador: No tuvo.- Provincia de Moquegua: Diputado: Mariano Félix Torres. 13. Primera Legislatura de 1851: 20 de marzo de 1851 al 25 de julio de 1851 - Congreso Ordinario y Extraordinario de 28 de julio de 1851 al 25 de julio de 1852 - Departamento de Moquegua: Senador: No tuvo - Provincia de Moquegua: Diputado: Mariano F. Torres. 781

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14. Congreso Ordinario de 1853: 28 de julio de 1853 al 17 de noviembre de 1853: Departamento de Moquegua: Senador: No tuvo - Diputado: Propietario: Mariano F. Torres - Suplente: José Santos Chocano. (/761/) 15. Convención Nacional de 1855-1857: Departamento de Moquegua; Provincia de Moquegua; Diputado: Carlos Hurtado Z., suplente: José Santos Chocano. 16. Congreso Extraordinario: 12 de octubre de 1858 al 25 de mayo de 1859: Departamento de Moquegua: Provincia de Moquegua; Diputado Propietario: Mariano Cabello - Diputado Suplente: Teniente Coronel Tadeo Barrios. 17. Congreso Constituyente de 1860: Departamento de Moquegua; Provincia de Moquegua: Diputado: Pedro M. Cabello. 18. Congreso Ordinario de 1860. Departamento de Moquegua: Senador: Pedro Mariano Cabello, Diputado: No tuvo. 19. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1862 y 1864: Departamento de Moquegua: Senador Pedro Mariano Cabello (1862) . Senador: Antonio Arenas (1861) - Provincia de Moquegua: Diputado Propietario: Camilo Angulo (1864). Diputado Suplente: Ignacio Zapata (1862). 20. Congreso Constituyente de 1867: Departamento de Moquegua: Provincia de Moquegua: Diputado: Ignacio Zapata. 21. Congresos Ordinarios de 1868 y 1870: Departamento de Moquegua: Senadores; Lorenzo de la Flor (1868 - 1870), Narciso Alaiza (1868), Manuel Quinta (1870), Emilio Forero (1870). Provincia de Moquegua. Diputado José Miguel Vélez. 22. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1872 y 1874. Departamento de Moquegua: Senadores: Narciso Alayza (1872), Emilio Forero (1872). Alejandro Vélez (1874).- Provincia de Moquegua: Diputado 782

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Propietario: José Miguel Vélez (1872). Diputado Suplente: Mariano Fajardo. 23. Congresos Ordinarios de 1876 y 1878 extraordinario de 1878; Provincia Litoral de Moquegua: Diputado propietario: Mariano Zapata (1876 - 1878). Diputado Suplente: Mariano Fajardo. (/762/) 24. Congreso Ordinario de 1879 y Congreso Extraordinario de Chorrillos de 1881. Provincia Litoral de Moquegua: Senador: No tuvo. Diputado: Ismael Vélez (1881). 25. Asamblea Nacional de Ayacucho: 28 de julio de 1881 al 12 de setiembre de 1881. Provincia Litoral de Moquegua: Diputado Propietario: Eliseo Maldonado, Diputado Suplente: Adolfo Chipoco. 26. Asamblea de Montán de 1882 (Cajamarca), Instalada el 25 de diciembre de 1882: Provincia de Moquegua. Representantes: No tuvo. 27. Congreso de Arequipa de 1883: 28 de abril de 1883 a 20 de junio de 1883: Provincia Litoral de Moquegua; Senadores: Manuel García Calderón y José de la Torre, Diputado: Mariano Arguedas. 28. Asamblea Consitituyente de 1884 y 1885: Provincia Litoral de Moquegua. Diputado Propietario: Gerardo Cabello, Diputado Suplente: Gaspar Zapata. 29. Congresos Extraordinarios y Ordinarios de 1886, 1887 y 1888: Provincia Litoral de Moquegua: Senadores: Armando Vélez (1886) (1888), Narciso Alayza (1887) Diputado Propietario: Manuel Camilo de la Torre. Diputado Suplente: Gaspar Zapata. 30. Congresos Ordinarios de 1889, 1890 Y 1891: Provincia Litoral de Moquegua: Senador Propietario: Armando Vélez (1889-1891), Senador: Domingo M. Almenara (1892 -1893), Diputado Propietario; José M. Artieda (1889 - 1891). Diputado Suplente: Carlos A. Vejez (1891). 31. Congresos Ordinarios de 1892, 1893 Y 1894: Provincia Litoral de Moquegua: Senador propietario; 783

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Mariano H. Zapata (1892 - 1893). Senador Suplente: Domingo M. Almenara (1892 - 1893);, Senador propietario: Benigno Pomareda (1894), Senador Suplente: Eliseo Maldonado (1894). Diputado propietario: José M. Artieda (1892 - 1894). Diputado Suplente: Carlos A. Vélez (1891). Diputado Suplente: Belisario Soto (1894). (/763/) 32. Congresos Ordinarios y Extraordinarios desde 1895 hasta 1900: Provincia Litoral de Moquegua: Senador propietario: Guillermo E. Billinghurts (1895 1898). Senador propietario: Manuel C. Barrios (1899 1900), Senador Suplente: Manuel C. Barrios (1896 1898). Diputado Propietario: Guillermo Chocano (1895 - 1896) Diputado Propietario: Armando José Vélez (1897 - 1900). Diputado Suplente; Enrique F. Chocano (1895 - 1896). Diputado Suplente: Augusto Maura (1897 - 1900) 33. Congresos Ordinarios y Extraordinarios desde 1901 a 1906: Provincia Litoral de Moquegua: Senador Propietario; Manuel C. Barrios (1901 - 1906), Senador Suplente: Emilio Zapata y Espejo (1903 - 1904) (1906). Diputado Propietaria: Armando José Vélez (1901). Diputado Propietario: Mariano A. Becerra (1903 1906). Diputado Suplente: Augusto Maura (1901), Diputado. suplente: Daniel Becerra (1903-1906) 34. Congreso Ordinario y Extraordinario desde 1907 a ., 1912: Provincia Litoral de Moquegua: Senador propietario: Manuel C. Barrios (1907 - 1912), Senador Suplente: Enrique D. Barrios (1909 - 1912). Diputado Suplente: Armando de la Flor (1909 - 1912). 35. Congresos Ordinarios y Extraordinarios desde 1913 hasta 1918: Provincia Litoral de Moquegua. Senador Propietario: Manuel C. Barrios (1913 - 1818), Senador Suplente: An(bal Fernández Dávila (1913 1916), Senador Suplente: Luis Torres Angula (1917 1918), Diputado Propietario: Enrique D. Barrios (1913 1914) (1917 - 1918). Diputado Suplente: Atilio R. Minuto (1917 -1918). 784

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36. Asamblea Nacional de 1919: 21 de setiembre de 1919 hasta el 27 de diciembre de 1919: Provincia Litoral de Moquegua; Senador Enrique C. Basadre, Diputado Enrique D. Barrios. 37. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1919 1923; Período legislativo de 29 de diciembre de 1919 hasta el 11 de octubre de 1924: Provincia Litoral de Moquegua; Senador: Enrique C. Basadre, Diputado: Enrique D. Barrios. (/764/) 38. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1924 1928: Período Legislativo: 12 de octubre de 1924 al 11 de octubre de 1929: Provincia Litoral de Moquegua: Senador: Enrique C. Basadre, Diputado: Aníbal Fernández Dávila (1924) , Diputado: Humberto Solari Hurtado (1925 - 1929). 39. Congresos Ordinarios de 1929-1930: Provincia Litoral de Moquegua; Senador: Aníbal Fernández Dávila, Diputado: Humberto Solari Hurtado. 40. Congreso Constituyente de 1931; Provincia Litoral de Moquegua, Representante: Manuel Diez Canseco Romaña. 41. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1939 1944; Departamento de Moquegua; Senador: Raúl A. Pinto Manchego, Provincia Mariscal Nieto, Diputado: Humberto Solari Hurtado, Provincia de General Sánchez Cerro: Diputado: Enrique Mendoza. 42. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 19451948; Departamento de Moquegua; Senador: Abel E. Angulo, Provincia de Mariscal NIETO; Diputado: Humberto Solari Hurtado, Provincia de General Sánchez Cerro; Diputado; M. Enr¡que Mendoza. 43. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 19501955; Departamento de Moquegua; Senador; Eduardo Fontcuberta Mendizábal (1952 - 1956). Diputados: Jesús H. Cosío Becerra y Ricardo Valdiviezo Fuentes. 44. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1956 1961: Departamento de Moquegua; Senador: Alfonso Ghersi Ordoñez, Diputados: Alejandro F. Barrios 785

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Espinoza, José Antonio Caro Cosío, Américo Reverditto Maldonado. (/765/) 45. Congresos Ordinarios y Extraordinarios de 1963 1968: Departamento de Moquegua; Senador: Daniel Becerra de la Flor, Diputado: Enrique Rivero Vélez y Julio Biondi Bernales.

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XII. DOCUMENTOS l. PODER DE JUAN V ALLEJO A MIZER FRANCISCO EN EL VALLE DE ILO, Valle de Ilo, 21 de Julio de 1539 Sepan cuantos esta carta de poder vieren como yo Juan Vallejo, estando al presente en este Valle de Ilo otorgo e conozco por esta presente carta que doy e otorgo a Mizer Francisco estante en el dicho valle generalmente para en todos mis pleitos e causas para que pueda cobrar mi hacienda de mi navío o navíos en que venga para que pueda vender comprar y para que pueda hacer y haga todas y cualesquiera cosas que a mí y a mi hacienda convengan y para que pueda tomar mi navío que se llama Sant Josepho y hacer del todo lo que yo mismo puedo hacer entiéndese el dicho, poder conforme una memoria que lleva el dicho; mizer Francisco y quedó en mi poder e para que parte en causa de lo que dicho ese de cualquier cosa dello podáis parecer e parecíais ante cualquier jueces e justicias de su majestad e ante ellos a cualesquier dellos hacer e hagáis todas las demandas pedimentos requerimientos entregas execursiones peticiones ventas e remates de bienes que yo mismo haría e hacer podría presente siendo una para ello se requiere otro mi mas especial poder e mandado presencia personal e oír sentencias interlocutivas e definitivas e concluir e cobrar razones e cuan cumplido e bastante poder yo he e tengo para lo que dicho es otro tal y ese mismo lo doy e otorgo a vos el dicho Mizer Francisco con sus incidencias e dependencias anexidades e conexidades e vos relievo según derecho e para lo haber por firme obligo mi persona e bienes muebles e raizes avidos e por aver Fecha a veinte e uno de julio de mil e quinientos e treinta e nueve años testigos que fueron presentes Gómez de Tordoya Fernando de Villalobos e Juan de Alexandre.- Yo Juan Vallejo. (/p.766/)

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2. PROVISIÓN DEL MARQUÉS DON FRANCISCO PIZARRO CONCEDIENDO A LUCAS MARTÍNEZ 1637 INDIOS, MOQUEGUA Cuzco, 22 de Enero de 1540 EL MARQUES don Francisco Pizarro Adelantado capitán general e govemador por sus magestades en estos Reynos, etc. Aviendo consideración que vos Lucas Martínez vezino y rregidor de Villa hermosa soys de los primeros conquistadores e pobladores que conmigo pasaron de españa a la conquista e pacificación de estos rreynos, e os hallastes conmigo en la prisión de Atabalipa, desde entonces acá aveys seruido a su majestad a vuestra costa con muchos trabajos hasta que toda la tierra se puso en la obidiencia de su majestad, e después en esta rrevelión de los naturales e levantamiento dellos aveys servido a su magestad, y en la defensa del cerco que sobre esta ciudad pusieron los yndios contra los españoles de ella, hasta lo qu:itaron y fueron vencidos y sois persona de honrra; en tanto que se haze el rrepartimiento general que está cometido a mi e al muy rreverendo y magnífico fray Vicente de Valverde obispo de esta dicha ciudaq del Cuzco, vos deposito en la provincia de Arequipa, en un pueblo que se llama ahuela ynmina en una parcialidad que dixo servir a Pedro Godmez treynta ,yndios con un principal que se llama Ayta mitima del Cacique Cacha de la provincia de los canas, y en otra parcialIdad que servía a Negral treynta y cinco yndios con un príncipal que se llama Canchis que se llama Pauca, y en otra parcialidad que servía a vos el dicho Lucas Martínez diez indios con un principal que se llama Curimaqui mitimaes del Cacique Cabaytopa, yen otro pueblo que se llama Ynnyna veynte e cinco yndios que servían a Solar con un principal que se llama Mora mitima del pueblo que se llama Pisquicancha, por manera que son todos los que ansi os depositó en los dichos mitimaes de Arequipa cyen yndios con el cacique del valle de arapacá que se llama Tusca Sanga, y con los pescadores y en un pueblo que se llama Pachica y otro que se llama Puchuca y otro Guavina, que están en el valle del Cato e con el señor que se llama Opo, y en valle de 788

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Carbiessa y el pueblo camina u el cacique Ayavire con otro que se llama taucari, e otro pueblo que se dice Omaguata y el señor Ayavle e otro Chuyapa con el señor Chuquechanbe con novecientos yndios, y en la cabezada del valle de Asapa los yndios destos dichos valles que tienen estancias de coca y ají y grana e otras cosas. Y más en el valle (/767/) de Ynta con el cacique Cayoa que es señor del valle quatrocientos quarenta y quatro yndios en esta manera, en un pueblo que se dize Camarasa ciento e veynte yndios, y en el valle de Asapa diez yndios con el principal Guacocán, y en un pueblo que se dize guator con el principal Lalio veynte e siete yndios , e cabe este pueblo una estancia que paresió tener quinze yndios, y en otro pueblo de pescadores deste cacique en el pueblo de Ariaca en la costa de la mar diez e ocho yndios y en dos estancias del dicho cacique que tiene el valle arriba do tiene sua sementeras en ella seis yndios y en la otra quatro y en los pueblos mitimaes desde dicho valle en el pueblo que se dize YlIavaya setenta yndios con el principal del y en un pueblo que se dize Auca cinquenta yndios con un principal que se dize Aura que es natural del cacique Cariapassa, y en un pueblo que se dice Ynchichura noventa e quatro indios con un principal que se llama Canche que es natural del cacique Cariapassa, y en un pueblo que se dize Ariaca de pescadores treynta indios de Tarapacá con un principal que se dice Yano, e mas el cacique Pola pescador con ciento e noventa e quatro yndios en esta manera en un pueblo se dice Ylo que está a la boca del Río Moquegua con veynte yndios tiene una estancia que se dize Chiri de pescadores con seys yndios, en un pueblo que se dize Meca a la boca del frío de Yravaya con el principal del que se llama Casaveli con treynta yndios, y en otro pueblo que se dice Ete con el principal Guata que está a la vera del dicho rrío veinte e cinco yndios, y en otro pueblo de pescadores en la costa que se dice plato con el principal que se dice UIIi doce indios, y en otro pueblo de pescadores que se dize Tamanco con el principal que se dice Llo catorze yndios, y en otro pueblo que se dize Parica y es principal del Moto veynte e seys yndios, y en otro pueblo de pescadores que se llama Tacari con el principal Machina quarenta yndios 789

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por manera que son todos los yndios que ansios deposito unos e otros en los dichos pueblos mil e seyscientos e treynta e siete yndios, de los quales os aveys de servir conforme a los mandamientos e hordenanzas Reales e so la pena dellas, con tanto que dexeys a los dichos Caciques sus mugeres e hijos y los mas yndios de su servicio, y los doctrineis en las cosas de nuestra santa fee Católica y les hagáis (/768/) todo buen tratamiento, e dende cargue sobre vuestra conciencia e no sobre la de su magestad ni mia que en su Real nombre os los depósito, e mando a qualesquiera Justicias de la dicha Villa os pongan en la posesión destos dichos yndíos. Fecha en este Cuzco a veinte e dos de henero de mil e quinientos e quarenta años. El Marqués Francisco Pizarro, por mandato de su señoría Antonio Picado Toma de posesión En Villa hermosa a diez e siete días del mes de hebrero de mil e quinientos e quarenta años ante el muy noble señor Garcí Manuel de Carvajal, alcalde hordinario desta dicha Villa por Sl¡ magestad y en presencia de mi Alonso de Luque escrivano de sus magestades y de los testigos de yuso escriptos, paresció Lucas Martinez vezino e rregidor desta dicha: Villa e presentó ante su merced esta cédula desta otra parte contenida del ilustre señor el marqués don Francisco Pizarro e pidió e requirió a su merced lo meta en la posesión de todos los yndios Caciques y principales en la dicha cédula contenidos como su señoría lo manda, e traxo ante su merced a los principales Pauca del pueblo Collopura y a Matax del pueblo Hichulla Ynmina e al principal Cayta del pueblo Uchulla Ynmina y al principal Cullimaqui del dicho pueblo ylo pidió por testimonio. E luego el dicho señor alcalde en cumplimiento de la dicha cédula tomó por la mano al dicho Lucas Martinez e le entregó los dichos principales, e dixo que se metía y metió en la posesión de los dichos principales e de los demás caciques e yndios e pueblos en dicha cédula contenidos, e le amparaba en la dicha posesión e mandava e mandó que ninguna persona se la perturbe y se lo mandó dar por testimonio y lo firmó aquí de su nombre, y el dicho Lucas Martínez tomó por 790

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la mano a los dichos principales e dixo que los tomava e tomó en señal de posesión e por posesión de todos los demás caciques e yndios en la dicha cédula contenidos y lo pidió por testimonio como pedido tiene, siendo testigos Luis de León e Rodrigo Simón e Juan Romo vecinos y estantes en esta dicha Villa.- E yo Alonso de Luque escrivano de su magestad e su escribano e notario público en la su corte y en todos los sus Reynos e señoríos, presente fui en uno con el dicho sefior alcalde a lo que dicho es, e lo fize escrivir según que ante mi paso e por ende fize aquí este mío signo a tal en testimonio de verdad. Alonso de Luque escribano de sus magestades Garcí Manuel de Carvajal. (/p.769/) Fecho e sacado corregido e concertado fue este dicho treslado de la dicha cédula e posesión original en la ciudad de Arequipa diez e ocho días del mes de Marzo de mil e quinientos e cuarenta e seys afios, siendo testigos a los corregir e concertar Rodrígo Velázquez e Baltasar Puerta estantes en esta dicha ciudad. E yo Juan de Grajeda escrivano público del número desta dicha ciudad de Arequipa presente fuy en uno con los dichos testigos a lo corregir e concertar e doy fee va cierto e verdadero e lo fize escrívir según que ante mi pásó e por ende fize aquí este mío signo a tal en testimonio de verdad. Juan de Grajeda escrivano público. Fecho e sacado fue este dicho tres lado del dicho treslado de la dicha cédula que parescía estar signado de Juan de Grajeda escrivano público que fue en esta dicha ciudad que está presentado con un proceso de pleito que se tratava entre el dicho Lucas Martínez y Hemando de Silva vecinos desta dicha ciudad, en veyte e tres días del mes de octubre año del sefior de mil e quínientos e quarenta e nueve años, syendo testigos a lo ver corregir e concertar con el dicho treslado Francisco Hemández Hidalgo e Vitores de Vergara estantes en la dicha ciudad. E yo Gaspar Hernández escribano de sus magestades público e del Cabildo desta ciudad de Arequipa presente fuy a lo suso dicho y la fize escrivir e fize aquí este mío signo que a tal en testimonio de verdad. Gaspar Hemández, escrivano público e del cabildo 791

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Esta encomienda que tenía Lucas Martínez le fue quitada por partidario de Gonzalo Pizarro y concedida por el Licenciado Pedro de la Gasca al capitán Gerónimo de Villegas con excepción de lo que tenía a su cargo Martín Pérez de Villabona (/770/) 3. PROVISIÓN DEL MARQUÉS FRANCISCO PIZARRO CONCEDIDA A FRANCISCO NOGUEROL DE ULLOA VARIOS PUEBLOS DE UBINAS. Cuzco, 22 de enero de 1540 EL MARQUÉS DON FRANCISCO PIZARRO adelantado capitán general etc. ávido rrespeto que vos Francisco Noguerol de Ulloa avéis servido a su magestad así en estas partes a vuestra costa con vuestros cuallos y armas con muchos trabajos y peligros y a esta causa estáis adeudado y en los rreinos de España en las guerras que su magestad a tenido con sus contrarios en las fronteras, y que sois cavallero persona de mucha honrta y servidor del rrey y de las personas que su magestad manda y es servido que pueblen estas tierras y tengan de comer en ellas para que tengan cobdicia de biuir acá para ennoblecimiento y honrra de sus pueblos, y que no tenéis yndios que os ayuden a sostener y honrrar vuestra persona, como es razón por la presente y en nombre de su magestad en tanto que se haga el rrepartimiento general que su magestad manda que haga por mi y por el señor obispo don Frai Vicente de Valverde, os deposito y pongo en vuestra cabeza en la provincia de Ovinas, el cacique principal de la que se llama Sisquicha con sus yndios y principales según se an declarados en esta manera; en un pueblo que se llama Cacagiaci ochenta yndios, y en otro pueblo que se dice Matalaque ciento y treinta de que es principal Capi, y otro pueblo que se llama Guata con sesenta yndios,y otro que se llama Anseapa veintiocho y otro que se llama Hambesi cons sesenta yndios y otro que se llama Cheha trhura, y en la provincia de Omate un pueblo de mitimaes del dicho cacique que se llama Tamana donde tiene sus chácaras que tiene diez yndios con su principal que se 792

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llama Chania, y en la provincia de Tassa Ovina que es otra parcialidad el cacique Cochuna con sus principales compañeros del dicho Siquicha un pueblo que se dice Locochea con sesenta yndios, y en otro que se llama Yalavaha con cincuenta y cinco yndios, y en otro pueblo que se llama Sibaha con doce yndios, y otro que se llama Estaha con treinta y cinco yndios, y en otro pueblo que se llama Camata con cinquenta yndios y en otro pueblo que se llama Guanasco con cinquenta yndios, y en otro pueblo que se (/771/) dice Yunga sesenta, y en otro pueblo que se llama Arapa veinte, y en otro pueblo que se nombra Tasa sesenta, y en otro que se dice Yoca cuarenta y cinco, y en otro que se llama Tarata noventa y cinco, y en otro pueblo que se llama Chuhuhata setenta y cinco y en otro que se llama Pacharite setenta y cinco, y de todos los quales dichos yndios os auéis de servir conforme a los mandamientos rreales y hordenanzas hechas por el buen tratamiento dellos, y con tanto que seáis obligado a los doctrinar y enseñar en las cossas de nuestra santa fee católica y les hazer todo buen tratamiento como su magestad manda, y si ansí no lo hizieredes cargue sobre vuestra conciencia y no sobre la de su magestad ni mía que en su rreal nombre os lo depossito, y con tanto que dexeis al cacique principal su muger y hijos y los otros yndios para su servicio como su magestad manda, y mandó a cualesquier justicias ante quien esta mi cédula mostráredes que os pongan con a posesión de los dichos yndios. Fecha en la ciudad del Cuzco a veynte y dos de henero de mil quinientos y quarenta años. Francisco Pizarro -Por mandato de su señoría -Antonio Picado. Fecho y sacado fue este traslado de la dicha cédula de encomienda que está asentada en el libro y corregido y concertado con él en la dicha ciudad de los Reyes a veynte y ocho días del mes de abril de mil quinientos y setenta y quatro años. Testigos que fueron presentes a lo ver corregir y concertar Melchior Castillo y Francisco Luzero y Juan de Hortega residentes en esta ciudad. En fee de lo cual hice aquí este mi signo (Signo) en testimonio de verdad.- Francisco de Carvajal. Francisco Noguerol de UlIoa volvió a España en 793

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1557, donde sostuvo largo pleito con Beatriz Billasur que alegaba ser su esposa; se le mando volver al Perú a tener cargo de su repartimiento, pidió prórroga y parece que allá murió. Sus indios fueron dados por la Gasca a Garcí Manuel de Carvajal. 4. PROVISIÓN DEL GOBERNADOR CRISTÓBAL VACA DE CASTRO CONCEDIENDO A HERNANDO DE SILVA INDIOS DE CATARI y DEL VALLE DE COCHUNA Cuzco, 24 de Noviembre de 1542 (/772/) EL LICENCIADO Christual Vaca de Castro, caballero de la orden de Santiago y del concejo rreal de su magestad y su gouemador y Capitán general en estos Reynos y provincia de la nueva Castilla y nueuo Toledo llamada Pirú, hauido respecto que vos Hemando de Silva soys caballero y que como tal habeys servido a su magestad con vuestra persona, armas y cavallos y a vuestra costa e minsión en la sustentación de estos Reynos y en el nuevo alzamiento que los naturales de estos dichos Reynos y en ellos hicieron hasta tanto que fueron reducidos al seruicio y obediencia de su magestad, y ansy mesmo haueys seruido a su magestad en algunas entradas y alcances que se han hecho a Mango Inga Señor natural de estos dichos Reynos e ansymesmo soys de los primeros pobladores de la dicha Villa hennosa de Arequipa, en la qual haueys tenido vuestra casa poblada y yndios de repartimiento que vos fueron dados por el marqués y gouemador don Francisco Pizarro en Renumeración de los dichos vuestros seruicios, en ansy mesmo agora al presente haueys venido a mi acompañamiento a seruir a su magestad en la pacificación de estos dichos Reynos y vos hallastes con vuestras armas y cauallos en la Recuentro batalla que don Diego de Almagro y. sus sacases dieron contra el estandarte Real de su magestad, en lo qual hizistes todo aquello que buen Caballero devía hazer y por que su magestad es servido que los tales se pueblen estos dichos Reynos, y vos como casado teneys yntensión de vivir y pennanecer en ellos por que los dichos yndios de Repartimiento que al presente 794

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teneys soy ynfonnado que son pocos e que con ellos no os podeys sustentar confonne a la calidad de vuestra persona, y es justo que seays mejorado, por la presente en nombre de su magestad y hasta tanto que se haga la rrefonnación general y demás de los dichos yndios que teneys, vos deposito en ténninos de la dicha Villa hennosa el cacique principal de la provincia y tierra que llaman Catari el que al presente es o fuere de aquí adelante con número de dizientos e quarenta y nueve yndios que serán contados en esta manera. En un pueblo que se dize Yarabaha cien yndios, y en un pueblo que se dize Estacahe con cinquenta yndios, y en un pueblo que se dize Coro con ocho yndios, y en otro pueblo que se dize Alilo con quince yndios, y en otro pueblo que se dize Satulco con siete yndios, y un .otro pueblo que se (/773/) dize Copiscula con quince yndios, y en otros pueblo que se dize Escaynbaha con seys yndios, y en otro pueblo que se dize Lasticata con seys yndios, y en otro puebnlo que se dize Talabacá con un yndio, y en otro pueblo que se dize Qyuma con quatro yndios, y en otro pueblo que se dize Luto con siete yndios que son los dichos dozcientos e quarenta e nueve yndios con la persona principal de el dicho Catari, e ansy mesmo vos deposito en el valle de Cochuna un principal que se dize alique con ciento e veynte y cinco yndios mitimaes de hatuncollao en esta manera en un pueblo Suhuba con cinquenta y cinco yndios y en otro pueblo que se dize Capabaya con setenta indios que son por todos los otros trezientos e setenta y quatro yndios, y mas vos deposito dos pueblos que están entre los de arriba de Catari que están despoblados que se dizen el uno, Ocho, y el otro Coruma con los yndios que en ellos estuvieren recogidos para que os siruays de todos ellos confonne a los mandamientos e ordenanzas Reales de su magestad e según e como se syruió dellos Gómez de Tordoya difunto que aya gloria en quien estavan depositados con tanto que seáys obligados a dexar al cacique principal sus mugeres y hijos y los otros yndios de su servicio, y los dotrineys y ensefieys en las cosas de nues Santa Fee católica e que haviendo Religiosos traygays antellos los hijos del cacique para que sean ynstruidos en las cosas de nuestra Religión Christiana y si ansy no lo hizieredes 795

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cargue sobre vuestra conciencia y no sobre la de su magestad ni mía que en su Real nombre vos los deposito y mando a cualesquier justicias de la dicha villa que vos pongan en la posesy on de los dichos yndnis so pena de mil pesos de oro para la Cámara de su magestad. Dada en la ciudad del Cuzco a veynte y quatro días del mes de noviembre de mil y quinientos e quarenta y dos años. El licenciado Vaca de Castro, por mandato de su señoría, Pero López. Fecho y sacado corregido y concertado fue este dicho treslado del dicho título de encomienda de yndios que de suso va encorporado en la manera que dicha es en villa de Valladolid a diez y seys días del mes de Julio de mil quinientos e cinquenta y siete años, estando presentes por testigos al ver sacar corregir e concertar con el dicho original Cristóbal de San Martín y (/774/) Juan de Anguciana y Francisco Muñoz estantes de esta corte. E yo Francisco de Galvez escribano de su magestad en la su corte rreynos e señoríos presentes fui en uno con los dichos testigos a los que dicho es lo qual doy fee que va cierto y verdadero e de pedimento del dicho Hernando de Silva y mandamiento de los señores del concejo de las yndias de su magestad lo fize sacar e fize aquí este mío sígno que a tal. En testimonio de verad Francisco de Gálvez. Recibí yo Hernando de Silva, vecino de la ciudad de Rodrigo del oficio deli Secretario Juan de Samano el título de encomienda de yndios original que en mi encomendó el licenciado Vaca de Castro, cuyo treslado es el arriba contenido el qual dicho título de encomienda original me fue mandado dar por los señores del concejo de las yndias de su magestad, y por que es verdad que lo Rescibí lo firmé de mi nombre fecho en Valladolid a diez y seis días del mes de Julio de mil y quinientos y cinquenta e syete años. Hernándo de Silva 5. PROVISIÓN DEL LICENCIADO PEDRO DE LA GASCA CONCEDIENDO A GARCÍ MANUEL DE CARVAJAL LA

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ENCOMIENDA DE UBINAS QUE ANTES TUVO FRANCISCO NOGUEROL DE ULLOA. Cuzco, 29 de Enero de 1548 YO EL LICENCIADO Pedro Gasca del concejo de su magestad de la santa y general ynquisición y su presidente destos rreinos y provincias del Perú etc., por quanto e sido ynformado que vos Garcí Manuel de Carvajal que rresidís en estos dichos rreinos del Perú onze años, y en ellos aveis servido así en la sustentación y pacificación dellos como en otras cossas que se an ofrecido tocante el servicio de su magestad, con vuestra persona armas y caballos a vuestra costa y minsión como cavallero hijodalgo y leal vasallo de su magestad, especialmente sois uno de los primeros fundadores y pobladores de la ciudad de Arequipa y por el mandato del m~rqués don Francisco Pizarro la fuisteis a fundar y poblar como su capitán y teniente (/775/) general, y después destos servisteis en la pacificación de los naturales destos dichos rreynos quando se rrevelaron contra el servicio de su magestad hasta que se pacificaron y pusieron en su obediencia y rreal servicio, y continuando el buen zelo que al servicio de su magestad teníades y tenéis sabido por vos en la muerte del dicho marqués e gobernador caussada por don Diego de Almagro el mozo y sus sequaces y que tenían tiranizados estos dichos rreynos, os partisteis de la dicha ciudad de Arequipa y venisteis a esta del Cuzco a os juntar con Pedro Alvarez Holguín que avía alzado en ella vandera por su magestad con ciertos vezinos que con vos traxisteis, donde por cierta enfermedad que os sobrevino os quedastes en ella malo y estuvisteis hasta tanto que Gómez de Rojas entró en ella con ciertas provisiones del licenciado Vaca de Castro gobuernador proveido por su magestad en estos dichos rreynos así para esta dicha ciudad como para la de Arequipa y otras partes, y porque era cossa conveniente al servicio de su magestad llevra las que venían para la dicha ciudad de Arequipa y os partistes luego con ellas y las llevastes para que se entendiesse la venida del dicho gouernador de su majestad a estos dichos rreynos, llegado que fuistes con ellas en la dicha ciudad de Arequipa las 797

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hezisteis apregonar y hechas estas diligencias vos partisteis luego para la ciudad de los rreyes donde tuvisteis noticias que estaba el dicho governador Vaca de Castro acudiendo a la voz de su magestad )' a los servir y subcedió en el camino que García de Alvarado capitán del dicho don Diego de Almagro os prendió vos tomó el cavallo y armas que llevávades y os traxo preso dente Atico hasta Camaná, donde mantiene vuestra diligencia entendidas sus tiranías os huisteis de la prisión en que estávides y os fuisteis a juntar como os juntasteis con el dicho gobernador Vaca de Castro y metistes debaxo del estandarte rreal, en cuyo acompañamiento anduvisteis sirviendo en la guerra en los que se ofreció hasta tanto que el exército de su majestad dio batalla al dicho don Diego de Almagro y sus cequaces en las lomas de Chupas, donde fue vencido y sus capitanes pressos y muertos en la qual os hallastes personalmente donde vos mataron un hermano vuestro a arcabuzazos, y después de sto habiendo subcedido en estos dicho rreynos las alteraciones y (/776/) tiranías passadas caussadas por Gonzalo Pizarro y sus capitanes y aliados y hallándoos en la ciudad de Arequipa su teniente y capitán teniéndoos por persona sospechossa para las cossas que tocavan a su dañada opinión, y que por entendía el zelo que tenía al servicio de su majestad vos tuvo presso y hizo muchas molestias y daños, y al tiempo que en ella se alzó vandera en nombre de su magestad fuisteis uno de los que dieron orden para que alzase con su rreal voz y con la brevedad posible entendida mi venida a estos dichos rreynos a los pacificar y castigar los alterados os metistes en un fragata que en el puerto de Quilca estava y fuisteis en mi busca al puerto de Tumbez a medar rrazón y quenta del estado en que allí quedavan las cossas, donme me encontraste y me entregastes ciertos despachos que llevávades y me entregaste la dicha fragata y metisteis debaxo del estandarte rreal en cuyo acompañamiento y mío anduvistes sirviendo en la guerra en todo lo que se vos mandó y se ofreció hasta tanto que se sabido por el exército de su magestad y por mi como estava el dicho Gonzalo Pizarro y 798

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sus capitanes en el valle de Xaquixaguana puestos en campo y en orden para dar la batalla al estandarte rreal, se fue en busca y allí se le dio donde fue vencido y presso y sus capitanes muertos y la demás gente desbaratada y estos dichos rreynos rreduzidos al servicio de su magestad, en la qual vos hallástes personalmente y servistes e hezistes conforme a la confianza que en vuestra persona y méritos que tenís y a los excesivos gastos que en la empresa se vos rrecrecieron y siguieron de que rresulto quedar adeudado, en alguna enmienda y rremunerazón dello en nombre de su magestad y por virtud de sus rreales comisiones y poderes que para ello tengo que por estar publicados y ser tan notorios aquí no van ynsertos os encomiendo y deposito en los términos y jurisdicción de la ciudad de Arequipa todo el rrepartimiento y yndios con los caciques principales e yndios y estancias y chacaras a ellos subjetos que tuvo en encomienda en el término de la dicha ciudad que se dizen los Ovinas Francisco Noguerol de Ulloa vecino della, para que los tenga y posea según y de la manera que el dicho Noguerol de Ulloa los tenía y poseya conforme a los títulos que dellos tenía, y para que os sirváis del los confonne a las hordenanzas rreales, (/777/) y con que dexeis a los caciques con sus mugeres e hijos e yndios de su servicio y con que los dotrineis y hagáis doctrinar en las cossas de nuestra santa fee católica como su magestad lo manda y sino lo hiziéredes y en ello huviere algún descuido cargue sobre vuestra conciencia y no sobre la de su magestad ni mía que en su rreal nombre vos lo encargo y mando y que a ellos y a los demás yndios los tratéis bien y procuréis su conservación pidiéndoles tributos moderados y tales que buenamente los puedan dar con aporcebimiento que si en ellos excediéredes aliende de ser penado se vos mandará tomar la demasía en parte de pago para lo que adelante oviéredes de ayer confonne a la tasación que de los tales tributos que oviéren de dar los dicho yndios se hiziere, y por ser cossa notoria que cno las guerras y alteraciones passadas y avidas en estos dichos rreynos quedan los naturales disminuidos casados y faltos de comido y sino 799

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fuesen sobrelevados y rreservados de trabajo este presente año dándoles tiempo para poder hazer sus sementeras y dexarles semilla para ellas está claro el daño que adelante se seguiría así los españoles como a los dichos naturales, por tanto os encargo y mando que por todo un afio primero siguiente sobrelleveis los dichos yndios lo más que pudiéredes para que tenga efecto este beneficio, y por la presente encargo y mando a qualesquier justicias mayores y ordinarias así de la dicha ciudad de Arequipa como de otras quales quier partes y lugares des estos dichos rreynos que luego que por vos o por quien vuestro oviere fuere pedida posesión de los dichos yndios os la den enteramente para que dellos os sirváis libremente, y metido os amparen y defiendan en ella y no consientan que de ella seáis despojado sin ser primero oydo en juicio y vencido en justicia por derecho, lo cual mando que ansí hagan y cumplan so pena de cada mil pesos de oro para la Cámara de su magstad. Fecho en la ciudad del Cuzco a veinte y nueve de agosto de mil y quinientos y cuarenta y ocho años. El licenciado GaSca pasó, ante mi Juan de Aulestia esvribano de su magestad. (/778/) Fecho sacado fue este traslado de la dicha encomienda que está asentada en el dicho libro y corregido y concertado con ella en al dicha ciudad de los Reyes en veynte y ocho días del mes de Abril de mil y quinientos y setenta y cuatro años, testigos que fueron presentes a lo ver corregir y concertar Melchior Castillo y Joan de Hortega Guillén y Francisco Luzero, residentes en esta dicha ciudad. En fee de lo qual fize aquí este mi signo (Signo) en testimonio de verdad. Francisco de Carvajal 6. EL LICENCIADO LOPE GARCÍA DE CASTRO CONCEDE A PEDRO DE PUERTA EL REPARTIMIENTO DE UBINAS. Los Reyes, 10 de Junio de 1566 EL LICENCIADO Lope Garcia de Castro del consejo de su majestad Presidente en la audiencia y cancillería real de esta ciudad de los reyes y su gobernador en estos Reinos y provincias del Perú. Por cuanto Pedro de Peralta, me hizo relación que el veinte años que salió de los reinos de España 800

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para estas partes de las indias, en la nueva España tubo noticias que Gonzalo Pizarra se había alzado y rebelado en estos reinos contra' el servicio de su majestad y vino a ellos gastando su hacienda en la sustentación de su persona y de ciertos soldados que venían al mismo efecto y llegado a esta ciudad fue con el Mariscal Alonso de Alvarado al allanamiento y pacificación de ia ciudad del Cuzco y se halló en la entrada de ella y castigo de los culpados y contra otros motines que a habido y que así mismo sirvió a su majestad en la guerra contra Francisco Hernández Girón, con sus armas y caballos como buen soldado y leal vasallo y en otras cosas que se han ofrecido, que me pedía le hiciese alguna merced en renumeración de los dichos sus servicios y por mi visto lo suyo dicho y habiéndome informado de lo que el dicho Pedro de Puerta ha servido a su majestad di la presente, por la cual en us real nombre y por virtud de los poderes que para ello tengo, hago merced al dicho Pedro de Puerta de los tributos y demasías que sobran y sobraren de aquí en adelante del repartimiento de los indios Ubinas y Majes que son en término y jurisdicción de la ciudad de Arequipa, sacado diezmo y doctrina y tres mil pesos de plata ensayada que sobre el dicho repartimiento tiene situados, (/779/) Baltasar de Loaysa clérigo conforme a cierta cédula de su majestad para que los haya y tenga y goce de ellos por todos los días de su vida y por la presente mando a los oficiales de la hacienda real de la dicha ciudad de Arequipa que al presente son y fueron de aquí adelante, que sacado del dicho repartimiento de Ubinas y Majes diezmo y doctrina y los dichos tres mil pesos que tiene de situación, el dicho Baltasar de Loaysa con todo lo demás que sobrare acudan en cada un afto al dicho Pedro de Puerta o quien su poder hubiere por todos los días e su vida como dicho es, que con esta o su traslado y su carta de pago, mando que le sean recibidos y pasados en cuenta, y si el dicho Pedro de Puerta como persona que leva su intereses quisiere beneficiar los tributos del dicho repartimiento mando que dando fianzas legales lanas y abonadas a contento de los dichos oficiales reales de que les acudirá con los dichos tres mil pesos en cada un año para que los paguen al dicho 801

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Baltasar de Loaysa o a quien los hubiere de haber y con el dicho diezmo y doctrina que así sea de sacar, de los dichos tributos le den recaudo bastantes para que los pueda cobrar y beneficiar y mando a los oficiales reales de esta ciudad que tomen la razón de esta en sus libros. Fecho en los reyes a diez de Junio de mil quinientos sesenta y seis aftos. El Licenciado Castro por mandato de su Señoría. Francisco López. f. PROVISiÓN DE MARQUÉS DON FRANCISCO PIZARRO CONCEDIENDO A LUCAS MARTÍNEZ LA ENCOMIENDA DE ILO. Cuzco, 22 de Enero de 1540 EL MARQUEZ Don Francisco Pizarro, Adelantado, capitán general y gobernador por S.M. en estos reinos de la Nueva Castilla, llamada Perú, y del su Consejo, etc. Habiendo considerado por vos, Lucas Martínez, vecino y regidor de Villa Hermosa, sois de los primeros conquistadores y pobladores que conmigo pasaron de España a la conquista y pacificación de estos reinos, y os hallastes conmigo en la prisión de Atahualpa, desde entonces acá habéis servido a S.M. a vuestra costa con muchos trabajos hasta que toda la tierra se pueso en la obediencia de S.M. y después en la rebelión de los naturales y (/780/) levantamiento de ellos, habéis servido a S.M. y en la defensa del cerco que sobre esta ciudad pusieron los indios contra los espafioles de ella, hasta lo quitaron, y fueron vencidos, y sois persona de honra; en tanto que se hace el repartimiento general que está cometido a mi y al muy reverendo y magnífico señor fray Vicente de Valverde obispo de esta dicha ciudad del Cuzco, vos deposito en la provincia de Arequipa en un pueblo que se llama Ahuelainmina en un parcialidad que dijo servir a Pedro Godínez, treinta indios, con un principal que se llama Aytanytima, del cacique Cacha de la provincia de los Canaes y en otra parcialidad que servía a Negral, treinta y cinco indios con un principal que se llama Canchis, que se llama Panca, y en otra parcialidad que servía a vos el dicho Lucas Martínez diez indios, con un principal que se llama Purimaqui mitimaes del cacique Cabaytopa, y en otro 802

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pueblo que se llama Innina veinticiI1lco indios, que servían a Solar, con un principal que se lIama Aboraytima, del pueblo, que se llama Pisquirrancha; por manera, que son todos los que así os deposito en los dichos mitimaes de Arequipa, cien indios, y con el cacique del Valle de Tarapacá, que se llama Tuscasanga, y con los pescadores, y en un pueblo que se llama Pachica, y otro que se llama Puchuca, y otro Guamba, que están en el valle de Cato, y con su señor que se llama opo y el valle de caviesa y el pueblo ranina y el cacique Ayavire con otro que se llama Taucari y otro pueblo que se dice Omaguata y el señor Ayavile, y otro Chuyapa con el sefior Chuquechambeco, novecientos indios; y en la cabeza del valle de Asapa los indios de estos dicho valles, que tienen estancias de coca, ají, granada y otras cosas; y más en el valle de Yuta con el cacique Cayoa, que es sefior del valle, cuatrocientos cuarenta y cuatro indios, en esta misión, en un pueblo que se dice Comarasa, ciento veintidós indios, y en valle de Asapa, diez indios con el principal Guacocan; y en un pueblo que se dice Guantor con el principal Lalio, veintisiete indios y cabe en este pueblo una estancia que pareció tener indios, y en otro pueblo de pescadores de este cacique, en el pueblo de Ariaca, en la costa del mar, dieciocho indios, y en dos estancias del dicho cacique que tiene el valle arriba donde tiene sus sementeras en ellas, seis indios y en la otra cuatro; (/781/) y en los pueblos mitimaes de ese dicho valle, en el pueblo que se dice Velevaya setenta indios, con el principal del; y en un pueblo que se dice Abca, que es natural del cacique Cariapasa; y en un pueblo que se dice Inchacuza noventa y cuatro indios, con un principal que se llama Ranche, que es natural del cacique Cariapasa, y en un pueblo que se dice Ariaca, de pescadores, treinta indios de Tarapacá, con un principal que se dice Pano; y mas, el cacique Pola, pescador, con ciento noventa y cuatro indios, en esta manera: en un pueblo que se dice Ilo que está a la boca del río de Moquegua, con veinte indios, tiene una estancia que se dice chiri de pescadores, con seis indios, en un pueblo que se dice meca, a la boca del río Irabaya con el principal del que se 803

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llama Casabeli, con treinta indios; y en otro pueblo que se dice Ete con el principal Guata, que está a la vera del dicho río, veinticinco indios; y en otro pueblo de pescadores, en la costa, que se dice Piato, con el principal del que se dice Blei, doce indios, y en otro pueblo de pescadores que se dice Tamanco, con el principal del, que se dice Llo, catorce indios; y en otro pueblo que se dice Parica, y es principal del Moto, veintiséis indios; y en otro pueblo de pescadores, que se llama Tacari, con el principal Machina, cuarenta indios; por manera que montan todos los indios que ansi os deposito, unos y otros en los dichos pueblos, mil seiscientos treinta y siete indios, de los cuales os habéis de servir conforme a los mandamientos y ordenanzas reales, u so la pena de ellas, con tanto que dejéis a los dichos caciques con sus mujeres e hijos, y los mas indios de sus servicios, y los doctrines en las cosas de nuestra santa Fe Católica y les hagas todo buen tratamiento; y donde no, cargue sobre vuestra conciencia, y no sobre la de S.M. no mía, que en su real nombre os los deposito, y mando a cualesquier justicia de la dicha villa os pongan en la posesión dichos indios -Fecha en ese Cuzco, a veintidós de Enero de mil quinientos cuarenta afios- El marqués Francisco PizarroPor mandato de su señoría- Antonio Picado. (/782/) 8. CARTA DE LUCAS MARTÍNEZ BEGAZO A GONZALO PIZARRO DÁNDOLE CUENTA DE MANUEL DE ESPINAL. Arequipa, 8 de Mayo de 1547 EN otras tengo escrito a vuestra señoría, como yo invité al alcalde Alonso de Avila con diecisiete de caballo al Collao en busca del tesorero Manuel de espinal. Tuvo nuevas en el camino, y fuele siguiendo por unos despoblados hasta veinticinco leguas de esta ciudad, y en unos indios del rey mitimaes, que están cerca de la costa que dicen Moquegua, se escapó Manuel de Espinal y huyó a los despoblados de Chucuito, llevando consigo sólo un hombre, que se dice Hernando Montañéz, y los otros se huyeron cada uno por su parte: no se pudo tomar ninguno de ellos, por vuestra coyuntura, tuvo Alonso de Avila la nueva que vuestra señoría 804

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escribir con Pedro Gómez como Ulloa estaba en el puerto de Arica con cincuenta hombres y creyendo que traída dañada intención contra el servicio de vuestra señoría, se volvió al alcalde a esta ciudad, y dejó de seguir al tesorero. Viniendo por la costa vio la nave de Bautista que estaba en el paraje del río de Zama donde están unos pescadores de Hernando de Torres, y entró en eIla, y habló al licenclado Núñez que se había huido del real de UIloa, y le dijo lo que a vuestra señoría tengo escrito con Pedro Gómez y aun harto más encarnecido y feo, y que había de estar UIloa con .su gente a la mira; y que si no se le ofreciese cosa en que ganar honra, que se había de ir a la entrada de Diego Rojas con aqueIla gente, y que Pedro de Fuentes es más parte en el real; que él a este Licenciado dejó de término el alcalde minas en el real de UIloa, y después huyó; y también se le han ido otros dos soldados que dicen lo mismo: avisó a Bautista como UIloa que venían a tomar su nave y a matarle: hicele proveer de comida, para que de aIlí se engolfase en la mar, sin tocar en el puerto de Arica ni de Tarapacá. También me dice Alonso de Avila que toda ropa que la otra nave Ilevaba, había repartido UIloa entre sus soldados, y lo mismo pensaba hacer de lo que Ilevaba Bautista. Mire vuestra señoría que estas cosas no son de disimular. Yo con algunos vecinos de esta ciudad y otras personas, que so holgaran de ir en mi compañía y en servicio de vuestra señoría, iremos a desbaratarlo, aunque, tuviese dos tanta gente de que tiene: sólo deseo saber que en eIlo no enojo a vuestra señoría. Todo cuanto UIloa y su gente hicieren en (/783/) robar y destruir mi hacienda, sufriré y pasaré por ello mientras no entendiere alguna desvergüenza contra el servicio de vuestra señoría; que antes perderé la vida, que sufrirlo. También he escrito a vuestra señoría que pensando Ulloa que yo iba a prender. y quitarle la jornada se había vuelto a Tarapacá a poner recaudo en su real. Ayer recibí una carta de Juan de San Juan, que me escribe como es vuelto Ulloa otra vez al puerto de Arica y que le ha enviado a amenazar a él y a otros vecinos que yo tengo puesto por allí, que los tiene que quemar, y que vuestra señoría le mandó se estuviese allí hasta ver respuesta de España; bien creo son 805

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colores que le quiere dar para dorar sus bellaquerías, porque no es posible que vuestra señoría le mandó destruir mi repartimiento, que, aunque es pequeño, vale más que toda la gobernación de Chile; pero si de ello vuestra señoría es servido yo soy muy contento. Con toda brevedad, suplico a vuestra señoría mande despachar a Pedro Gómez con los que es servido que sobre ello se haga. También he escrito a vuestra señoría, suplicándole mande proveer de otro alguacil mayor en esta ciudad, porque Beltrán es malquisto y para hacer enemigos con su mala condición, como mas largo vuestra señoría verá por una probanza que los alcaldes tenían hecha contra él cuando yo vine a esta ciudad, que he detenido, por no dar enojo a vuestra señoría y creyendo que Beltrán se enmendara; y visto que no lo hace, y cuan indignados están contra él, así los del cabildo como las personas honradas de fuera de él, consentí que se enviase la probanza, para que vuestra señoría la viese y lo mandase remediar, antes que se desmandase a mas, porque están muy lastimados del: algunos días ha que Hernando de Silva no entra en cabildo por su causa, y conjuró Alonso de Avila, alcalde, y Garcí Manuel de Carvajal, regidor, de no entrar en cabildo mientras Cristóbal Beltrán entrase en él; por mejor tengo contentar a ellos, y a todo el pueblo, que a Beltrán; y Beltrán contento de esto, y para servir a vuestra señoría en esa ciudad, creo ninguno le hará ventaja porque entrañablemente quiere bien a vuestra señoría y el es verdadero servidor: sino que tan rijoso que se pueden valer con él en esta ciudad; y como he dicho, conviene más al servicio de vuestra señoría contentar a todos que a él; (/784/) yo le pienso enviar con la primer nueva que haya, a vuestra señoría, para que le mande detener en su casa, de esta manera él estará contento y el pueblo no tendrá ocasión de decir que Beltrán le desasosiega. Francisco de Villacastin me ha escrito del Collao, como salió con veinte arcabuceros y treinta de caballo en busca del tesorero de Espinal: yo le tengo escrito la orden que me pareció había de tener para tomarlo, y avisándole de lo de Antonio de Ulloa, y lo mismo

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tengo hecho al capitán Alvarez de Hinojosa y Alonso de Mendoza. Guarde Nuestro señor el muy ilustre estado de nuestra señoría con el acrecentamiento y descanso, que vuestra sefioría merece, y todos habrenos menester. De Arequipa, ocho de Mayo, mil quinientos cuarenta y siete. Servidor y muy obediente al servicio de vuestra sefioría, que sus muy ilustres manos besa –Lucas Martínez Vegazo. 9. . PROVISIÓN DEL LICENCIADO PEDRO DE LA GASCA CONCEDIENDO LA ENCOMIENDA DEL VALLE DE CATARI A HERNÁN BUENO, LA MISMA QUE HABÍA SIDO DADA A SU PADRE POR VACA DE CASTRO. Los Reyes, 20 de noviembre de 1549 YO EL Licenciado Pedro de la Gasca, del Concejo de S.M. de la Santa y General Inquisición, y su Presidente de estos Reynos, y Provincias del Perú, etc. Por cuanto soy infonnado, que Hernán Bueno, vecino de la Ciudad de Arequipa, ya difunto, sirvió a S.M. en estos dichos reinos en cosas que se ofrecieron tocantes a su reaL servicio, con su persona, armas y caballos, y a su costa, y mansión, como bueno, y leal Vasallo suyo, especialmente que se hallo en esta Ciudad de los Reyes al tiempo que los naturales alzaron el dicho cerca, i se retiraron y fue en su alcance sirviendo a la guerra, hasta que los naturales se rebelaron contra el servicio de S.M. y pusieron cerco sobre ella, en cuya defensa sirvió hasta que los dichos naturales se pacificaron y vinieron a la obediencia de S.M. y que tubo en estos reinos su mujer e hijos, y vivió, y mantuvo en ellos casa, y familia honrada, y que en recompensa de sus méritos, y servicios, el Licenciado Cristóbal Baca de Castro, Gobernador que fue de estos dichos Reynos en nombre de S.M. le encomendó (/785/) en término, y jurisdicción de la dicha Ciudad de Arequipa, la segunda persona de la Provincia, o valle, que dicen de Catari, (1) con doscientos setenta y nueve indios, en los pueblos siguientes. En un pueblo, que se dice Cicata, con cien Indios; en otro Pueblo, que se dice Colana, con seis Indios, en otro 807

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pueblo, que se dice Chiquesaquacha, con seis indios; en otro pueblo, que se dice Collabacha, con cuatro indios; en otro pueblo, que se dice Escochinbacha, con dieciocho indios; en otro pueblo, que se dice Noaybahca, con cuatro indios; en otro pueblo, que se dice Colana como el de arriba, con siete indios, en otro pueblo, que se dice Cotisca, con ocho indios; en otro pueblo, que se dice Eticata, con veinticinco Indios; en otro pueblo, que se dice Sacocia, con cinco indios; en otro pueblo que se dice Molaiqui, con quince indios; en otro pueblo, que se dice Yalasqui, con dieciocho indios; en otro pueblo, que se dice Tilaca, con otros dieciocho indios; en otro pueblo, que se dice Coyabacha, con quince Indios; en Quinataca, un pueblo, que se dice Pahasa, con nueve indios; y así mismo vos deposito un pueblo, que se dice Tarataranga; otro, que se dice Poabaha y otro que se dice Tlarticusi, que están despoblados, con todo los indios que se recogieren en ellos, todos los cuales había tenido, y poseído Gómez de Tordoya, difunto, de que al presente vos servís vos Hernán Bueno, hijo legítimo del dicho Hernán Bueno, como tal hijo legítimo, por virtud de la Provisión, y Merced Real, que S.M. tiene hecha a los Conquistadores, Vecinos y Pobladores de estos dichos reinos, para que por fin, y muerte de cada uno de ellos, sea encomendado el repartimiento de Indios, cuya encomienda cesará por su fin, y muerte a sus hijos legítimos habidos de legítimo matrimonio, y no los teniendo, a sus mujeres; atento lo cual, y que ensimismo soy informado, que vos el dicho Hernán Bueno habéis servido a S.M. en estos dichos reinos en cosas tocantes el servicio de S.M. con vuestras armas y caballos, y a vuestra costa, como bueno y leal Vasallo suyo, principalmente que entendida por vos la muerte del Marqués Don Francisco Pizarro, Gobernador (1) Al valle de Catarí se le denominó después Carumas, nombre con que hoy se le conoce. (/786/) que fue por S.M. de estos dichos reinos, causada en esta dicha Ciudad de lo Reyes por Don Diego de Almagro el mozo, y sus Aliados, y que se habían rebelado contra el servicio de S.M. y que el dicho Licenciado Cristóbal Baca de Castro los 808

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venía a pacificar, y gobernar estos dichos reinos, fuiste en su busca, y os juntasteis con él, y en su acompañamiento, en servicio del Estandarte Real, os hallasteis en la batalla, que en las Lomas de Chupas se dio al dicho Don Diego de Almagro, donde hicisteis los que era obligado, y que después que se causaron en estos dichos reinos las alteraciones por Gonzalo Pizarro, y sus secuaces, mostraste s buena fe, y celo a las cosas del servicio de S..M. y hallándose en la dicha Ciudad de Arequipa, os hallastes en prender a Lucas Martínez, que en ella estaba por Capitán, y Teniente de Gonzalo Pizarro, en alzar de la Bandera, que en ella se alzó en servicio de S.M. debajo de la cual fuiste a os juntar con el Capitán Dfego Centeno, de quien se tuvo noticia, que había alzado Bandera para resistir las dichas alteraciones, en cuya compañía, debajo del Estandarte Real que traía, anduvistes sirviendo en la Guerra en lo que os fue mandadp, hasta tanto que el dicho Gonzalo Pizarro, y sus capitanes, gente que le seguían, fueron en su busca, y le dieron batalla en los Llanos de Guarina, donde os hallastes, salido robado., y desbaratado; y teniendo noticia, que yo era llegado a estos dichos reinos a los pacificar, y castigar los culpados en las dichas alteraciones, fuiste en mi busca con gran riesgo, y trabajo de vuestra persona, y os juntasteis conmigo, y en nombre de S.M. me disteis la obediencia a que tenías obligación, y os metisteis debajo del Estandarte Real, en cuyo servicio, y acompañamiento mío en lo que se os encargó, y mandó, hasta tanto que en el valle de Jaquijaguana el dicho Gonzalo Pizarro, y sus Capitanes, y gente fueron vencidos, presos y castigados, y de estos dichos reinos reducidos al servicio de S.M. donde hicisteis aquello que bueno, y leal Vasallo de S.M. era obligado; y respecto a todo, y a la dicha Provisión Real de S.M. por virtud de la cual tiene por bien, que se os encomiende el dicho nombre y por virtud de sus Reales poderes, y comisiones, que para ello tengo, que por estar publicada, y ser tan notorias aquí, no van insertas, encomiendo en vuestra persona, como (/787/) de tal hijo del dicho Hemán Bueno, todo el dicho repartimiento de Indios que en dicho Valle, que dicen de Catari, tuvo el dicho nuestro 809

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padre, con los principales, y indios, y mitimaes, y pueblos, y chácaras, y estancias a ellos sujetos, y pertenecientes, confonne a la dicha Cédula, y no en mas, ni para mas, para que los tengáis, y poseáis, y os sirváis de todos ellos, según, o de la manera, que el dicho vuestro padre los tuvo, y confonne a las Ordenanzas Reales, y con que dejéis a los Caciques con sus mujeres e hijos, e indios de su servicio, y con que los doctrines en las cosas de nuestra santa Fe Católica, como S.M. lo manda; y si en ello hubiere descuido, cargue sobre vuestra conciencia, y no sobre la de S.M. y mía, que en su Real nombre vos lo encomiendo, y con que les pidáis tributos moderados, entretanto que se hace la tasa, y tales, que buenamente los puedan dar; y hecha la dicha tasa, no les pidáis; ni llevéis más de lo contenido en ella, so las penas en ellas contenidas, y lo sobrellevéis lo mas que pudieres; con apercibimiento, que sin en ello excedieres, hayáis de ser penados, y vos mandará tomar la demasía en parte de pago de lo que adelante hubieres de hacer, conforme a la tasación, que de los tales tributos, que hubieren de dar los dichos indios, se hiciere; y por la presente encargo, y mando a las Justicia Mayor, y Ordinaria de la dicha ciudad de Arequipa, que luego que por parte de vos el dicho Hemán Bueno fuere pedida posesión de la dicha Encomienda, os la den, en la cual os amparen, y defiendan, y no consientan que seáis despojado, sin ser primero oído, y vencido por fuero, y derecho, lo cual ansí hagan, y cumplan, so pena de cada mil pesos de oro para la Cámara de S.M. Fecho en los Reyes a veinte de Noviembre de mil quinientos cuarenta y nueve años. -El Licenciado Gasca.- Pasó ante mi, Juan de Aulestia, Escribano de S.M. (/788/)

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10. PROVISIÓN DEL VIRREY HURTADO DE MENDOZA APROBANDO LA PERMUTA DE LAS ENCOMIENDAS DE COCHUNA CON PICA ENTRE LUCAS MARTÍNEZ Y JUAN DE CASTRO. Arequipa, 29 de Diciembre ~1559 DON Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete guarda mayor de la ciudad de Cuenca visorrey y capitán general en estos reinos y provincias del Perú por su majestad.- Por cuanto Francisco Fajardo en nombre de Lucas Martínez Vegazo y Juan de Castro vecinos de la ciudad de Arequipa, me fue hecha relación diciendo que entre ell
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