Historia Del Secuestro en El Mundo
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Breve historia del secuestro en el mundo EL SECUESTRO EN EL MUNDO La historia reseña a través de los tiempos, múltiples secuestros a tal nivel que este fenómeno trascendió a las obras cumbres de la literatura épica como La Iliada y la Odisea, religiosas; la Bíblia de los Cristianos, el Corán de los Musulmanes y el Torá de los Judíos. Hasta el Baga Bagdita, libro sagrado de los Bedas escrito en el año 7000 AC ya registraba hechos de secuestro. Y qué no decir del libro "El Arte de la Guerra" del maestro Shun Shu de la misma época, que enseña cómo hacer la guerra y cómo tomar prisioneros para presionar beneficios a cambio.
ANTES DE CRISTO Esta modalidad de delito, o mejor, un producto de la época moderna; tiene vigencia desde los tiempos primitivos cuando, según la tradición, hubo casos innumerables de secuestros de príncipes, princesas, héroes etc. No solamente con el propósito de obtener beneficios y recompensas en especie y dinero, sino también para fijar condiciones de guerra. Hacia el año 1500 antes de Cristo la piratería había echado hondas raíces en Grecia, Libia, Egipto y Sicilia y constituido bases significativas para acrecentar el crimen que se cometía en el mar; y así mitificar y casi legalizar el sistema. En esos momentos iniciales de la piratería fue cuando el "secuestro" llegó a su apogeo y se consolidó como sistema económico.
VENTA DE PERSONAS En la antigüedad, el secuestro era una forma normal de sometimiento o comercio de personas, pues la superioridad era dada por las artes bélicas, y quien vencía tenía el derecho de tomar para sí el territorio conquistado, además de las personas derrotadas. Por las múltiples guerras entre los pueblos, se empezó a comerciar con las personas libres caídas en cautiverio. Así nació la esclavitud. Los fenicios plagiaban a doncellas y mancebos griegos y exigían por ellos un rescate, o los enviaban a Delos, una isla del Egeo, centro internacional de este tipo de negocio.
LA ILIADA En esta época ocurre el famoso rapto de la bella Helena, realizado por Paris, el cual provocó la guerra de Troya. Ambos huyen y Menelao, el esposo burlado, viaja con su ejército para obligar a su mujer a que retorne a su lado. Esta histórica confrontación, que duró más de doce años, es el eje de La Iliada, una de las obras poéticas de Homero. En el mundo romano se practicaba el crimen plagium, que consistía en el rapto de esclavos para apropiarse de estos. El secuestro era utilizado por el Imperio para derrotar a sus enemigos, pues capturaba
a las principales personas de un reino para cobrar rescate por ellas.
EL SECUESTRO DE JULIO CESAR Es famoso lo ocurrido al joven Julio César, quien fue secuestrado en una isla del Mediterráneo. Cuando el futuro cónsul romano se enteró de la suma exigida por sus plagiarios -veinte talentos-, esta le pareció poca, dada la posición que él tenía, y la hizo ascender a cincuenta, advirtiendo que cuando quedara en libertad los crucificaría a todos. Cuando le entregaron a los cabecillas, decidió decapitarlos.
SECUESTRO BÍBLICO Los judíos, por su parte, vivieron muy de cerca el secuestro, especialmente el de José, hijo de Jacob, quien fue vendido por sus hermanos a los egipcios, simplemente por ser el hijo preferido del Gran Patriarca. Sin embargo, mucho tiempo después, con el advenimiento de Moisés, el pueblo elegido pudo ser liberado de su esclavitud. En la Edad Media, especialmente en Alemania, el secuestro era considerado un robo y se castigaba como tal. Durante las cruzadas, Ricardo Corazón de León, uno de los generales cristianos, fue retenido, no precisamente por los moros, sino por un aliado suyo, el Duque, quien le puso precio a su libertad. Ya en los siglos XVI y XVII era muy frecuente, en el Mediterráneo, la captura de cristianos por piratas moros o mahometanos, quienes para liberarlos exigían siempre un rescate. También surgieron órdenes religiosas que ayudaban a recolectar el dinero. Miguel de Cervantes Saavedra, autor del famoso Don Quijote, estuvo cautivo bastante tiempo, luego de ser tomado como prisionero de guerra en la famosa batalla de Lepanto..
Una mirada desgarradora al macabro mundo de los secuestros en México Lo más sorprendente del secuestro en México no es necesariamente la cantidad de casos, sino su transversalidad: es un problema que no distingue entre clases sociales ni el tamaño del patrimonio. Llegué al país pensando que era un crimen que afectaba sólo a los adinerados, pero con el paso de los días supe de casos de plomeros, herreros, vendedores ambulantes, peluqueras y hasta de un barrendero que fueron secuestrados. Y me fui con la sensación de vulnerabilidad de deben tener muchos mexicanos: aquí cualquiera puede ser secuestrado. Esta es una mirada al mundo del secuestro, los negociadores policiales y privados, lo que sufren las víctimas y hasta lo que piensan quienes secuestran. Es una historia que contará momentos de violencia y tendrá un lenguaje que para algunos puede ser inapropiado. Muchos de los nombres de las personas que aparecen en este reportaje han sido modificados para preservar su seguridad.
Lee: México, el país de los 100.000 secuestros
I. María A María le encantaba jugar con su perro en el jardín en las mañanas, después de despedir a su esposo, José, quien llevaba a las niñas al colegio. Esa mañana fue diferente. Una detonación a la distancia interrumpió de súbito la tranquilidad del momento. Image caption Unas 100.000 personas son secuestradas en México al año. María y el perro dejaron de jugar como para escuchar si venía algo más. "Eso fue un disparo señora", dijo el jardinero del vecino, que estaba cerca lavando un carro. María se apuró en entrar a la casa. Sentía que algo estaba mal. De inmediato llamó a la caseta de seguridad de la entrada de su barrio para saber si su esposo había pasado. "Si, pasó por aquí", le dijeron. Pero su esposo no contestaba el celular. En cuestión de minutos María se metió en su auto y empezó a ir hacia el colegio de sus hijas. En el camino llamó para que le avisaran si habían llegado.
También llamó a otros padres por si los veían pasar en el auto. Su desespero se fue incrementando cuando en el colegio le dijeron que las niñas no habían llegado. Al regresar a su casa pasó por la oficina de seguridad de su zona residencial. Los guardias estaban revisando las cámaras de seguridad. En eso, uno de los guardias se apareció con un par de zapatos de niña. Eran de su hija" En eso, uno de los guardias se apareció con una par de zapatos de niña. Eran de su hija. Una amiga de María ya había alertado a la policía, con lo cual ya varios agentes habían llegado a la casa. Juntos rehicieron a pie la ruta que José hacía en auto en las mañanas. No habían caminado mucho cuando se encontraron con un charco de sangre. Image caption Un guardia apareció con los zapatos de una de las niñas. Como una casualidad casi morbosa, en ese momento sonó el celular de María. No entendió bien lo que le decían, solo las palabras 'niñas' e 'hijas'. Pero era la confirmación que temía: los habían secuestrado.
EN VIDEO: El momento en que tomaron a José de rehén
II. La negociación La negociación de un secuestro suele ser descrita como un juego de ajedrez entre ambas partes. El premio es la vida de una persona. Los cuerpos policiales mexicanos han invertido mucho dinero y esfuerzo en perfeccionar la habilidad de sus negociadores. Y, según las autoridades, los grupos criminales también se aseguran de tener un negociador experimentado cuando secuestran a alguien. Image caption Una llamada confirmó que los habían secuestrado. De hecho hay algunos que se han hecho famosos y son buscados por bandas de secuestradores para que les hagan sus negociaciones. Para la policía o los negociadores privados, todo empieza por seleccionar a alguien del entorno familiar del secuestrado para que sea quien hable directamente con los raptores. El negociador rara vez se comunica directamente con ellos.
"Lo primero que hacemos es evaluar el carácter de los candidatos, su temple y habilidades", dice Rafael, un agente de negociación policial que no puede ser identificado con su nombre verdadero. Max Morales, negociador de secuestros privado con más de 20 años de experiencia, explica que elementos como género, acento regional, edad, tono de voz pueden influir en la selección del candidato. "Esto es clave para que la negociación sea exitosa", dice Morales. Según Rafael, "algunas personas son muy explosivas y otras más calmadas. Otras parecen estar tranquilas, pero cuando oyen al secuestrador por el teléfono se vienen abajo". La verdad es que es difícil lidiar con las llamadas. A veces los secuestradores se ponen muy agresivos, sobre todo si no se está cumpliendo con lo que piden" "La verdad es que es difícil lidiar con las llamadas. A veces los secuestradores se ponen muy agresivos, sobre todo si no se está cumpliendo con lo que piden", agrega. María insistió en todo momento en ser ella la que efectuase la negociación, pese a que esto iba en contra de la recomendación policial, que consideraba que su cercanía emocional al caso podría perjudicar las conversaciones con los secuestradores. "Pero se trataba de la seguridad de mis hijas. De ninguna manera no iba a hacerlo", explica. Los negociadores policiales se instalan en la casa de los familiares de la víctima mientras dure el secuestro. Pueden ser días, semanas y ha habido casos que han durado meses. "Al estar adentro de la casa todo el tiempo, inevitablemente se establecen lazos afectivos con las familias", dice Mariela, otra negociadora policial que tampoco puede ser identificada. Los negociadores –policiales y privados– tratan de dar apoyo a las familias, sobre todo en los momentos más difíciles de la negociación. Image caption Los negociadores rara vez se comunican con los secuestradores. Un punto clave es el rescate. Y cuándo pagarlo. "Este es un crimen basado en la codicia y siempre termina con el intercambio de dinero. Nuestra labor es tratar de que no se entregue de inmediato el monto exacto que piden los criminales, porque es posible que siempre vayan pidiendo más o que después vuelvan a secuestrar a la víctima para quitarle más dinero", explica Morales. Si la persona que fue elegida para efectuar las negociaciones empieza a trastabillar o quiere dejar de hacerlo, la recuperación de la víctima empieza a ponerse en peligro. Cambiar al familiar que negocia es algo que pone nerviosos a los secuestradores, y esto puede resultar perjudicial para la persona cautiva.
"Estamos hablando de gente que es maldad pura. Muchas veces golpean a las víctimas, las violan, las queman e incluso las mutilan para enviar partes del cuerpo a las familias y así presionar", indica Morales. Un negociador policial –que no puede ser identificado– recuerda el caso de un secuestrador que enviaba por WhatsApp sórdidos videos a las familias de las víctimas. Muchas veces golpean a las víctimas, las violan, las queman e incluso las mutilan para enviar partes del cuerpo a las familias y así presionar" Si el secuestrado era un hombre se veía como lo golpeaba; si era mujer, aparecía siendo manoseada sexualmente. Pero cuando este secuestrador fue arrestado en 2015 se descubrió que a los hombres los forraba con papel de burbujas para no hacerles daño con los golpes y con las mujeres usaba astutos trucos con la cámara para que pareciera que las tocaba, aunque en realidad nunca había contacto físico. Para los negociadores, tristemente, este caso es la excepción. La tortura es común y hay grupos particularmente sádicos. Uno de ellos era conocido como "Los Ñequis" por su rutina de enviar a los familiares dedos meñiques cercenados de las víctimas. Otro, es el secuestrador más famoso de la historia moderna mexicana: Daniel Arzimendi, el llamado "Mocha Orejas"; no hace falta explicar lo que hacía. El momento más riesgoso de todo el proceso es cuando se entrega el dinero. Ahí pierdes la comunicación con los secuestradores y no sabes si cumplirán" "El momento más riesgoso de todo el proceso es cuando se entrega el dinero. Ahí pierdes la comunicación con los secuestradores y no sabes si ellos van a cumplir con la liberación de la víctima", dice Morales. Las fuentes policiales contactadas para este reportaje afirman que la mayoría de los casos termina en un rescate o en el pago de un rescate. Sin embargo, reconocen que, aunque menos frecuentes, también se dan casos en los que las familias pagan pero igual no vuelven a saber de la víctima. "Tenemos una base de datos con las diferentes voces que hemos grabado a los largo de los años, y eso nos suele ayudar a saber con qué tipo de banda criminal estamos lidiando", señala uno de los negociadores policiales. "Esta información nos permite saber si es una banda que suele cumplir su palabra o si es un grupo más violento que no devuelve al secuestrado", agrega. Image caption María insistió en todo momento ser ella la que efectuase la negociación. Los negociadores privados tienen tarifas. No todo el mundo puede pagarlas.
Muchos trabajan para empresas de seguros que ofrecen pólizas contra secuestros y reciben la remuneración de su empleador. Otros, los que trabajan por su cuenta, negocian un precio de antemano, por lo general basado en un porcentaje del rescate. O después le dicen a la familia que les paguen lo que consideren apropiado. Muchos de los casos que manejan negociadores privados no llegan a los registros de las autoridades.
III. 100.000 al año De acuerdo al gobierno mexicano, la cifra de secuestros ha venido disminuyendo en el último año. Las últimas cifras publicadas apuntan hacia unos 1.500 casos en 2015, basados en denuncias formalizadas ante algún ente de seguridad estatal. Tamaulipas, Estado de México, Guerrero y Morelos se encuentran entre los estados con mayor cantidad de casos. Pero de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), la verdadera cifra de secuestros podría ascender a 100.000 al año, según un estudio basado en encuestas del hogar en 2014. El Inegi encontró en sus sondeos que apenas 1% de los casos son denunciados formalmente ante las autoridades, lo cual de hecho coincide con las cifras oficiales. Y para negociadores como Max Morales, la falta de denuncia se produce por la poca confianza en las instituciones, especialmente las policiales. "Desafortunadamente hay una mucha participación policial en los secuestros", asevera el veterano negociador. Image caption La mayoría de los secuestros terminan en un rescate o en el pago de un rescate. "La corrupción es un problema, pero no es algo que pasa solamente acá, sino que sucede en todas partes", señala Rodrigo Archundia Barrientos, jefe de la unidad antisecuestros de la Procuraduría del Estado de México. En los años 90 altos funcionarios policiales del estado de Morelos –incluyendo al jefe del departamento y al encargado de la unidad antisecuestro– fueron detenidos y enjuiciados por ayudar a secuestradores y en algunos casos por complicidad en la tortura de víctimas. "Pero nosotros hemos hecho un esfuerzo enorme para limpiar nuestras instituciones desde entonces", asegura la fiscal de la unidad antisecuestros de Morelos, Adriana Fernández Pineda.
"Nuestro objetivo es ganarnos la confianza de la gente mediante el logro de resultados. Si hacemos las cosas bien, la gente propagará de boca en boca lo que hacemos y eso ayudará a que las víctimas vengan acá a denunciar", agrega. Es la misma estrategia que efectúa en el Estado de México Archundia Barrientos "Creo que esta es una batalla que estamos ganando. Tenemos que ganarla. Cada día estamos llevando a criminales a juicios y buscando que reciban largas sentencias de prisión". Image caption Sólo 1% de los casos son denunciados formalmente. La máxima sentencia por secuestro, a nivel federal en México, asciende a 140 años de cárcel. Muchos de los secuestradores que aparecen capturados en los videos policiales de los rescates son personas que no superan los 30 años de edad.
IV. La negociación de María se complica (en video) Download Flash Player now
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V. El secuestrador Hay dos cosas que me cuesta aún olvidar de nuestro encuentro. Su sonrisa y su mirada. Ambas quedaron plasmadas en mi memoria. Me dice que lo llame "Crack", y es un joven de menos de 25 años, simpático, de sonrisa frecuente y propenso a un chiste que otro. Pero cuando cuenta lo que hace, sus pupilas parecen encogerse como si hubiesen recibido de frente un destello de luz. Lo macabro es que él sabe cómo cambia su mirada. Image caption La máxima sentencia por secuestro en México es 140 años de cárcel. "Normalmente me gusta mirar de frente a las personas, que me vean a los ojos. Algunos se ponen a llorar de inmediato. Yo los trato de calmar, de decirles que todo será muy civilizado, que yo sólo quiero el dinero", cuenta. "Crack" es un secuestrador. "Les digo 'coopera', 'quédate tranquilo, porque si no lo haces te voy a chingar (joder) poco a poco… golpeándote, quemándote o cortándote en pedacitos lentamente'". Es difícil confirmar plenamente que su historia es real, pero la manera en que se concretó este inusual encuentro le da suficiente credibilidad.
Les digo 'coopera', 'quédate tranquilo, porque si no te voy a chingar (joder) poco a poco...golpeándote, quemándote o cortándote en pedacitos lentamente'" "Crack" empezó en el mundo criminal como un sicario más de uno de los poderosos carteles mexicanos de la droga. Hoy se describe como un secuestrador "independiente"; es decir que trabaja por su cuenta y no con el narco. Con frialdad habla de sus acciones como si fuese un simple negocio, sólo que con seres humanos de por medio. "Para llegarle a un tipo puedes convencer a su novia de que lo entregue. Simplemente te la llevas a ella, hierves agua y la amenazas con echársela en la cara si no te ayuda. Normalmente lo hacen". "Si es un hombre casado al que quieres, te llevas a la esposa y amenazas de la misma manera a sus hijos. Así te lo entregan". Morales cuenta que la gran mayoría de los casos de secuestros se producen porque alguien del entorno de la víctima –con intimidación de por medio o mediante un pago– suele entregarla al grupo criminal. "Crack" afirma que suele meter a gente dentro de empresas para que le den información sobre el dueño del lugar. También usa a mujeres atractivas para atraer a hombres a lugares donde él los pueda secuestrar. ¿Pero y qué piensa del sufrimiento de las víctimas? "El secuestro es drástico y cruel, pero no me arrepiento. Perdón, pero de verdad no me arrepiento". "Crack" es un ejemplo más de la influencia del narco en otras áreas criminales. Según Archundia Barrientos, "hay muchos secuestradores vinculados a los carteles, porque los jefes les permiten recurrir a este crimen para así generar un ingreso extra". Image caption Muchas veces alguien asociado a la víctima la entrega al grupo criminal. Durante mi tiempo en México conocí a un par de agentes federales que estaban desplegados en el combate al secuestro. Venían de haber desmantelado una banda de secuestradores en el estado de Tamaulipas, zona roja del narco en estos momentos. El grupo tenía vinculaciones con un cartel de la zona, y se descubrió que era una banda sumamente organizada y equipada para raptar. Algunos de sus miembros eran exmilitares, uno, incluso, era un ex fuerzas especiales de un país centroamericano que no puede ser nombrado por motivos de seguridad.
En otros estados la situación varía. "En el norte del Estado de México las bandas suelen estar compuestas por ladrones que mediante el secuestro tratan de ganar más dinero. Pero hacia el sur del estado, cerca de Guerrero y Michoacán, ya empiezas a ver a grupos relacionados con algún cartel", explica uno de los negociadores policiales. "Crack" afirma que el ser "independiente" tiene ventajas y desventajas. "Es cierto que puedo decidir qué hacer o no, pero a la vez si todo se va a la chingada (al carajo) nadie te dará apoyo económico". El encuentro termina con "Crack" hablando de lo "enfermo que está" y de cómo "ya me jodí la vida". Pero sus últimas palabras aún se repiten dentro de mi cabeza. "Cada vez somos más. En cualquier momento tendrás a un vecino como yo". La frase ejemplifica la vulnerabilidad del mexicano hoy en día. Rico, pobre o clase media. "La vida me cambió, siempre tengo miedo", me dice un herrero cuya familia fue secuestrada por una semana. Image caption Las niñas lograron escapar. Morales me cuenta el caso de otro vendedor ambulante que vivía en una barriada muy pobre de las afueras de la capital. Fue secuestrado para obtener un rescate de US$500. Una cantidad ínfima para muchos, pero enorme para alguien de escasos recursos. "Cuando alguien muy pobre es secuestrado es porque algún vecino de su comunidad quiere quitarle algo que se ganó. Este es un crimen de codicia", dice Morales.
VI. Desenlace María recuerda el sonido de los helicópteros en el cielo constantemente. Casi 24 horas después del secuestro de su esposo e hijas, el celular le vuelve a sonar. Es de madrugada. Cuando alguien muy pobre es secuestrado es porque algún vecino de su comunidad quiere quitarle algo que se ganó. Este es un crimen de codicia" A diferencia de las llamadas anteriores, esta vez se veía el número desde donde se marcaba. Desde el otro lado alguien se identifica como un soldado y le dice que tiene a sus hijas. "Están bien", remata, antes de que se corte la comunicación súbitamente.
Contradiciendo las recomendaciones recibidas, de inmediato llama de vuelta. Así confirma que en efecto se trataba de un soldado, que sus hijas sí están bien, que han sido recuperadas. Image caption María logró reunirse con sus hijas. Junto al equipo policial dentro de su casa se traslada hacia el lugar donde se encontraban, para verlas dentro de una camioneta policial. "Me regresó el alma al cuerpo", recuerda María. "Una de ellas aún apretaba en contra de sí una bolsa de juguetes que le dio su papá". Las niñas estaban en perfectas condiciones físicas, aunque aún impactadas por lo sucedido y sobre todo por cómo se fugaron. La mayor de las niñas le contó a María que habían visto hombres armados todo el día entrando y saliendo de la casa donde estaban retenidas. Que no habían vuelto a ver a su padre. Que ya en la noche los hombres se fueron, pero antes les dijeron que no se moviesen de ahí, "que ya su padre viene a buscarlas". "Mi hija pensó, 'cómo va a venir mi papá si la puerta está cerrada' y le dijo a su hermana '¡vámonos¡'. Fueron a la puerta y para su sorpresa se abrió y entonces se fueron corriendo". La hermana menor quería en efecto esperar la supuesta llegada de su papá, pero al final cedió. Las niñas corrieron descalzas por un camino de tierra hasta encontrar más casas. Tocaron las puertas, pero no les abrían. En una casa finalmente salieron unos perros ladrando, que las asustaron. Pero el ruido sirvió para que los dueños de la casa saliesen a ver qué sucedía. Así fue que las encontraron y entregaron a la policía. "No se imaginan la emoción de verlas de nuevo", dice María. Pero poco después la policía le informó que todavía faltana recuperar a su esposo. Image caption José resultó gravemente herido. José no había tenido tanta suerte. Estaba al borde de la muerte por la herida de bala recibida durante el secuestro, encerrado en un baño en muy malas condiciones sanitarias. Apenas le habían rociado la herida con alcohol y puesto un parche improvisado. Cuatro días después de su secuestro los criminales llevaron a un doctor para que lo examinara.
"Vivirá dos días máximo", les dijo. José cree que el médico era otra persona que también estaba secuestrada. Tras la sentencia del profesional –y después de haber perdido el valor monetario de tener a las niñas– los secuestradores decidieron cortar sus pérdidas y abandonar a José en un terreno vacío. Gritaba pidiendo ayuda, pero casi no podía moverse por encontrarse gravemente herido. Para su fortuna, un hombre y su nieto aparecieron por el terreno y fue así que alertaron a los servicios médicos.
EN VIDEO: El reencuentro entre José y María
José ha estado en tratamiento médico desde entonces y aún no puede caminar. El episodio ha sido increíblemente traumático para él y su familia. Todos han requerido de apoyo psicológico para sobrellevar lo vivido. Image caption El reencuentro de José y María. "Si quisiera buscar algo positivo de todo esto es que lo que vivimos nos ha hecho más fuertes a todos", afirma María. José dice que sólo quiere dejar atrás lo que pasó y disfrutar a su familia lo más posible. Pero cuando recuerda que los secuestradores eventualmente fueron capturados y sentenciados, su rostro se ilumina. Este recuerdo lo hacen sentirse victorioso. "Al final de todo les ganamos", concluye.
Los secuestros que más conmocionaron al mundo El caso de Natascha Kampusch, el del 'monstruo de Amstetten' o el de Genie, la niña salvaje, en Estados Unidos causaron gran expectación mediática por sus escabrosos detalles. Estas jóvenes permanecieron durante años sin tener contacto con nadie y sin ver la luz del sol, además fueron sometidas a continuos abusos sexuales, pero no son los únicos casos. En esta lista os presentamos algunos de los que más conmoción causaron al mundo.
Algunos de los secuestros más famosos de la historia La mayoría de los casos son mujeres desconocidas que se vuelven famosos tras el trágico hecho. Ingrid Betancourt entre ellas.
Madeleine McCann desapareció la tarde del jueves 3 de mayo de 2007 mientras estaba de vacaciones con sus padres y hermanos en Portugal. La niña inglesa fue y es intensamente buscada, aún no aparece.
Ingrid Betancourt, política colombiana fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 por las Farc junto a su compañera Clara Rojas. Fue rescatada en julio de 2008.
Charles Augustus Lindbergh, el hijo del aviador Charles Lindbergh fue secuestrado en su casa cuando tenía 2 años en 1932. Su cadáver fue hallado 73 días después.
Melodie Nakchian fue secuestrada en Marbella en 1987, es hija del financieron libanés Raymond Nakachian y de la princesa coreana Kimera. Fue liberada 11 días después a cambio de un oneroso rescate.
Cristina Mazzoti, fue secuestrada en 1975, la familia pagó un rescate de 2 millones de dólares, pero fue asesinada.
Alfredo Di Stefano, el futbolista argentino fue raptado en 1963 en Venezuela, estuvo varios días, pero fue liberado. El recordado hecho fue reflejado en "Real, la película", el film que el club madrileño estrenó en la pantalla grande. El secuestrador del ex futbolista estuvo presente en la proyección de la filmación y según
publicó la página oficial del club, en esa oportunidad a Di Stéfano se lo cuidó para que estuviese lo mejor posible. "Le dimos un trato maravilloso, fue nuestro huésped. Fuimos sus anfitriones y lo tratamos muy bien", sostuvo del Río. "Fue una operación de la guerrilla militar venezolana. Aprovechamos la fama del por entonces mejor jugador del mundo para que la opinión pública mundial se hiciera eco de nuestras demandas", explicó el revolucionario de más de 60 años acerca del secuestro ocurrido hace ya más de cuatro décadas. Acerca de cómo fue el rapto aquella madrugada, del Río recordó: "Entramos en el Hotel del equipo a las seis de la mañana. Él compartía habitación con Santamaría. Subí con un compañero, tocamos la puerta y le dijimos: 'nos lo llevamos secuestrado'. No fue ninguna tragedia. Desde el primer instante sabía que lo íbamos a proteger de todo", relató, que agregó que en la convivencia durante esos días la pasaron "muy bien, a que es un hombre muy afable y simpático". Pese a haberlo tenido durante varios días secuestrado, la relación con Di Stéfano, si bien no se volvieron a ver después de aquel suceso, no resultó friccionada, ya que según del Río se mandaron saludos mutuos varias veces.
Sofía Herrera tenía casi dos años cuando desapareció de un camping en Tierra del Fuego en 2008. También estaban sus padres y hermanitos. Hubo marchas, movilizaciones, búsqueda por todos lados y nunca se supo nada de la pequeña que hoy tendría casi siete años.
Natascha Kampusch fue secuestrada el 2 de marzo de 1998 cuando tenía diez años, permaneció secuestrada durante ocho años hasta que logró fugarse el 23 de agosto de 2006. El caso fue descripto como uno de los más dramáticos en la historia criminal de Austria. Narró su cautiverio en un libro que se llamó "3.096 días". Durante su cautiverio vivió en un zulo, que es una especie de sótano sin luz a 2.5 metros de profundidad y con sólo 5 metros cuadrados, 2.78 m de largo y 1.81 de ancho y 2.37 de alto. Estuvo seis meses encerrada en la celda.
Secuestros célebres que dieron la vuelta al mundo En EE.UU., en 2009 una joven fue liberada tras 18 años secuestrada Natalia Kampusch y el 'monstruo de Amstetten', los más conocidos en Austria 07.05.2013 | actualización 16h56 RTVE.es "Este no es el final que vemos habitualmente en estas historias, así que estamos muy felices por ellas". Son las declaraciones de Gerald Maloney, el doctor que ha tratado a las tres mujeres liberadas este martes tras una década de cautiverio en Ohio.
Las desapariciones de jóvenes son frecuentes en EE.UU. Durante 2012, el FBI recibió cada día una media 2.300 denuncias de desapariciones según el Centro Nacional de Información Criminal (NCIC son sus siglas en inglés). En total, se contabilizaron 18.321 desapariciones involuntarias, de las cuales 4.547 fueron de menores de 18 años. Lo normal es que los casos se resuelvan en pocos días con la liberación de la víctima o que tengan un final trágico. La excepción son los cautiverios largos con final "feliz". Aquí tenemos algunas de las liberaciones más conocidas:
Estados Unidos - Jaycee Dugard.- 29 años. Liberada el 26 de agosto de 2009. 18 años de cautiverio. Fue arrebatada de su casa del norte de California el 10 de junio de 1991 con solo once años de edad por un delincuente sexual convicto, Phillip Garrido. Durante esos 18 años fue violada constantemente por su secuestrador y dio a luz a dos niñas concebidas por éste. Fue encontrada sana y salva en una casa de San Francisco. Garrido y su mujer fueron condenados a cadena perpetua. El caso evidenció fallos del sistema judicial de California ya que Garrido estaba bajo supervisión por un caso de violación anterior. El Estado de California entregó a la víctima 20 millones de dólares en daños y perjuicios. 01.15 min Aparece una joven tras pasar secuestrada 18 años - Elizabeth Smart.- 14 años. Liberada en marzo de 2003. Nueve meses secuestrada. Fue raptada en plena noche del dormitorio que compartía con su hermana por un hombre armado en Salt Lake City, Utah. La niña fue violada sistemáticamente durante todo su cautiverio. Fue hallada a pocos kilómetros de su casa. Su secuestrador, Brian David Mithchell, fue condenado en mayo de 2011 a cadena perpetua.
Austria Natascha Kampusch.- 18 años. Liberada el 23 de agosto de 2006. Ocho años secuestrada. La joven austríaca fue secuestrada con 10 años cuando iba camino de la escuela a las afueras de Viena. Consiguió escaparse del zulo en el que la retenía su secuestrador, un desequilibrado 35 años, Wolfgang Priklopil, quien se suicidió arrojándose a las vías del tren el mismo día en el que descubrió que la joven se había escapado. Kampusch publicó hace dos años un libro en el que relata su historia. En 3096 días cuenta, por ejempló, cómo su captor llegó a golpearla hasta 200 veces a la semana, a encadenarla a la cama que ambos compartían, a obligarla a raparse la cabeza o a trabajar semidesnuda como una esclava doméstica. Elisabeth Fritzl.- Víctima del conocido como 'monstruo de Amstetten'. Fue secuestrada y violada durante 24 años por su padre, Josef Fritzl, en el sótano de la casa familiar en Amstetten, a 150 kilómetros al oeste de Viena. El caso se destapó en abril de 2008, con la hospitalización de uno de los siete hijos de la relación incestuosa que tuvo con su hija. Josef Fritzl fue condenado a cadena perpetua y se encuentra en un centro de internamiento
psiquiátrico por el secuestro y la violación de su hija, y por el asesinato de un bebé recién nacido del incesto. 01.30 min El 'carcelero' de Austria conmociona al país
Italia María Mónaco.- 47 años. Liberada en junio de 2008. Permaneció 18 años retenida en una habitación castigada por su propia familia por haber tenido un hijo fuera del matrimonio. Fue liberada por los carabineros en Caserta, Nápoles, a raíz de una llamada anónima. Su madre, su hermano y su hermano se convirtieron en sus verdugos en 1990. El hijo de María, de 17 años, vivía con normalidad y estaba escolarizado en una localidad cercana, donde vivía con un pariente. La mujer, que vivía en condiciones sanitarias deplorables, tiene trastornos mentales.
Argentina Lucero.- 35 años. Liberada en mayo de 2009. Acusó a su padre por haberla violado durante 20 años y haber engengrado siete vástagos. La sometía bajo amenazas y se decidió a denunciarlo porque estaba "muy desesperada" ante la posibilidad de que la hija mayor que había tenido con él también fuera objeto de abusos.
mujeres que sobrevivieron a un secuestro 04/09/2013 Elizabeth Fritzl, Natascha Kampusch, Sabine Dardenne y Laetitia Delhez son parte de una larga lista de historias de secuestros de mujeres que conmocionaron al mundo.
Hallan vivas en EE. UU. a tres jóvenes desaparecidas hace 10 años Otros casos de jóvenes que lograron sobrevivir a largos secuestros
Elizabeth Fritzl. En 1984, con 18 años, su padre, Josef Fritzl, la encerró en un zulo construido bajo su casa. La mantuvo secuestrada durante 24 años y la violó una y otra vez. Elizabeth tuvo 7 hijos. Su pesadilla acabó en 2008. A Josef Fritzl, conocido como el monstruo de Amstetten, le condenaron a cadena perpétua. Natascha Kampusch. Fue raptada a los 10 años cuando se dirigía a la escuela. Durante 8 años estuvo encerrada en una habitación sin ventanas, víctima de numerosos abusos. En 2006 logro huir y su secuestrador, Wolfgang Priklopil, de 44 años de edad, se suicidó cuando la joven contó la historia. Sabine y Laetitia. Marc Dutroux las secuestró cuando tenían 12 y 14 años. Este hombre raptó antes a otras cuatro niñas. Mató a dos y las enterró cerca de su casa. Las otras dos niñas muriron de hambre. El enemigo público número uno de Bélgica, el pederasta Marc Dutroux, fue condenado a cadena perpetua. Dutroux fue declarado culpable, del secuestro y la violación de seis niñas y adolescentes belgas; del asesinato de dos de ellas (An, de 17 años, y Eefje, de 19) y de ser responsable de la muerte de otras dos (Julie y Melissa, de 8 años). Sólo dos de sus víctimas, Sabine y Laetitia fueron rescatadas con vida.
Secuestro Para otros usos de este término, véase Secuestro (desambiguación). En este artículo sobre sociedad y derecho se detectó el siguiente problema, por favor, edítalo para mejorarlo: Estas deficiencias fueron encontradas el 1 de septiembre de 2010.
Ilustración del siglo XVIII donde se representa el secuestro de Estanislao II Poniatowski en 1771.
Póster de propaganda estadounidense asociando la reprobación del rapto con las fuerzas militares Imperio del Sol Naciente, después del sorpresivo ataque a Pearl Harbor; la caracterización del enemigo se hace a través de un personaje siniestro, sugiriendo tropelías y excesos que los soldados japoneses podrían cometer. Un secuestro, también conocido como plagio,1 es un delito que consiste en privar de la libertad de forma ilícita a una persona o grupo de personas, normalmente durante un tiempo determinado, con el objeto de obtener un rescate o el cumplimiento de otras exigencias en perjuicio del o los secuestrados o de terceros. Las personas que llevan a cabo un secuestro se conocen como secuestradores o plagiadores (a veces también denominados raqueteros).2 Muchas veces la libertad es "vendida" a cambio de otras situaciones. Efectivamente, el secuestro da pauta a la comisión de otros delitos, como sería el tráfico de menores. En este contexto, la lucha contra el secuestro parte del intercambio de información que se establece entre las diferentes instancias policiales en relación con las estructuras, redes de comunicación y formas de operación de las organizaciones delictivas existentes, así como de las que vayan surgiendo, coordinándose respecto a éstas la investigación llevada a cabo por distintas instituciones hasta determinar si los indiciados o los detenidos pertenecen a la delincuencia organizada. El secuestro también se presenta por envidia, tomando en la mayoría de los casos a los niños como rehenes. Esto se da generalmente por venganza.
Índice
1 Modus operando
2 Modalidades de secuestro o 2.1 Secuestro simple, rapto
o 2.2 Secuestro exprés o 2.3 Autosecuestro o 2.4 Secuestro de bienes
3 Pena por secuestro
4 Traumas postsecuestro
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Modus operando Los secuestradores, generalmente, y previo al secuestro de su víctima, siguen sus movimientos cotidianos durante días anteriores al evento, con la finalidad de conocer sus rutas de tránsito y horarios habituales para así lograr con mayor éxito su empresa delictiva. El momento en que se lleva a cabo el rapto de la víctima es en el 95,3% de las veces cuando se transita a bordo de su vehículo por algún lugar despoblado o de poca confluencia de personas,[cita requerida] así como al momento de salir de sus domicilios o al momento de llegar al mismo. Cuando se trata de bandas organizadas para cometer este tipo de delitos, se organizan en células, es decir, hay sujetos que se encargan de realizar las negociaciones telefónicas con los familiares de la víctima para exigir el pago del rescate, otros se encargan de proveer de alimentos y vigilar a la persona secuestrada durante el tiempo que dura en cautiverio, así como que otros intervienen al momento de someter a la víctima al momento de interceptarla y trasladarla al lugar donde se mantendrá en cautiverio, lugar que en ocasiones es cambiado con el fin de distraer la atención de las autoridades en caso de que se haya denunciado el hecho.
Modalidades de secuestro Secuestro simple, rapto Véase también: Rapto
El secuestro simple es el caso de arrebatar, sustraer retener u ocultar a una persona, pero con fines o propósitos diferentes a la exigencia de un rescate. Éste a su vez se clasifica en: 1. Rapto. Es el delito en el cual se sustrae o retiene a una persona por medio de la fuerza, intimidación o fraude, con la intención de menoscabar su integridad sexual.
2. Secuestro simple propiamente dicho. Cuando se trata de ocultar a una persona con fines diferentes a la extorsión. Un ejemplo es el de las muchachas que vienen de los pueblos buscando oportunidades de trabajo y que se emplean como domésticas, y que al no conocer a nadie en las ciudades llegan a caer en manos de gente sin conciencia que no sólo las explota en los horarios de trabajo, sino que en ocasiones no les dan “permiso” de salir y las tienen encerradas, dejándolas bajo llave, “por temor que éstas les roben algo”, negándoles el derecho de usar su libertad como deseen.
Secuestro exprés El secuestro exprés se puede definir como la retención de una o más personas por un período corto de tiempo (horas o días), durante el cual, los delincuentes exigen dinero a los familiares de las víctimas para su liberación. Otra modalidad de extorsión que frecuentemente se confunde con secuestro exprés es aquella en la que los delincuentes retienen a la víctima y la someten a sacar su dinero de los cajeros electrónicos. También le roban el vehículo y sus pertenencias de valor como las joyas y el teléfono celular y luego la dejan abandonada en algún sitio. Frecuentemente los autores del secuestro exprés son individuos con antecedentes penales en la adolescencia. Probablemente robaron vehículos o cometieron delitos menores. También se observan delincuentes fármaco dependientes cometiendo este crimen. En algunos casos los autores son personas conocidas por las víctimas, como meseros de un restaurante visitado frecuentemente o el portero del edificio donde se habita. Es un delito que se ejecuta sin estrategias previas. Dos o tres individuos salen a la calle en busca de una víctima distraída que lleve puesta ropa y artículos de valor (joyas, celular) o que se encuentre en un carro lujoso. Buscan a sus víctimas en las gasolineras, estacionamientos de centros comerciales o personas saliendo de un local, oficina o residencia, donde las encañonan con armas de corto alcance y las presionan con amenazas fuertes. Posteriormente, trasladan a la víctima de vehículo y comienzan a circular por la ciudad al tiempo que realizan llamadas telefónicas a los familiares exigiéndoles el pago del rescate. Estos delincuentes tratan de ejecutar el delito, cobrando el dinero, en el menor tiempo posible, ya que no están preparados para mantener por mucho tiempo a la víctima en cautiverio. Después de cometido el ilícito, la víctima presenta características psicológicas somatizadas tales como angustia, irritabilidad, malhumor, insomnio.
Autosecuestro En los últimos casos aparece la extorsión a los padres por medio del autosecuestro, organizado por alguno de los hijo(as), amigo(as), y a los que exigen a los padres cantidades para su propia satisfacción de necesidades inmediatas (dinero para gastarlo en viajes, drogas, fiestas, etcétera). Habla de verdadera descomposición social e individual, con carencia de los mínimos valores. Este hecho delictivo va desde aquel que se autorroba, transportistas, empresarios, hombres y mujeres , comerciantes, estudiantes, parejas en conflicto y jóvenes que solicitan cantidades de dinero a sus padres para buscar venganza o solventar gastos extras.
Secuestro de bienes
Este recae enteramente sobre bienes materiales y debe diferenciarse del robo, por cuanto su propietario se le exige cierta cantidad de dinero para su devolución. Secuestro de aviones, esta modalidad delictiva del terrorismo aéreo expone al peligro a un número mayor de personas. Su ejecución siempre ha estado bajo la autoría de grupos extremista
Pena por secuestro Por regla general, la legislación de todos los países dicta penas muy elevadas para este tipo de delitos, llegando en algunas ocasiones a la pena de muerte. En Estados Unidos han sido ejecutados varios secuestradores a lo largo de su historia. En multitud de ocasiones, las penas por secuestros están asociadas al hecho de que hayan terminado en el asesinato de las víctimas. En cualquier caso, un secuestro siempre acarrea graves secuelas psicológicas a las víctimas, lo que es causa de que sea considerado un delito de gravedad. Por ejemplo, en el estado de Chihuahua, México, el secuestro es penado con prisión perpetua, y hasta el momento alrededor de 30 personas han sido condenadas por ese delito.
Traumas postsecuestro Uno de los trastornos psicológicos que pueden derivarse de un secuestro es el llamado síndrome de Estocolmo. Se trata de una reacción psíquica en la cual la víctima de un secuestro, o persona retenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con quien la ha secuestrado. En ocasiones, dichas personas secuestradas pueden acabar ayudando a sus captores a alcanzar sus fines o a evadir a la policía. Debe su nombre a un hecho sucedido en la ciudad de Estocolmo (Suecia). En 1973 se produjo un atraco en el banco Kreditbanken de la mencionada ciudad sueca. Los delincuentes debieron mantener como rehenes a los ocupantes de la institución durante 6 días. Cuatro personas —tres mujeres y un hombre— fueron tomadas como rehenes, pero una de las prisioneras se resistió al rescate y a testificar en contra de los captores. Otras versiones indican que esa mujer fue captada por un fotógrafo en el momento en que se besaba con uno de los delincuentes. Y se negaron a colaborar en el proceso legal posterior.[cita requerida]
Véase también
Portal:Derecho. Contenido relacionado con Derecho.
Secuestro express
Secuestro virtual
Síndrome de Estocolmo
Rehén
Secuestro parental
Rapto (delito)
Tráfico de niños
Referencias 1 Plagio, plagiar - Diccionario de la lengua española de la RAE, consultado es 27-12012. 1.
Carabayllo: Vecinos destruyen auto de 'raqueteros' (VIDEO), sitio digital 'Peru.com'.
Bibliografía
BIBLIOTECA.USAC.EDU.GT. Estudio sobre el delito de secuestro en la sociedad guatemalteca [en línea]. [consulta: 25 de abril de 2014]. Disponible en web: http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/04/04_6808.pdf
BIBLIOTECA JURÍDICA VIRTUAL. EL SECUESTRO Problemas Sociales y Jurídicos [En línea]. Jimenéz Ornelas, René. 2002. [Consulta: 25 de abril de 2014]. Disponible en web: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/244/2.pdf
Armida, Delia. Duelo en secuestro. Información y terapia a víctimas. 1sr ed. México: Quimera editores, 2009
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