Historia del análisis económico. Capítulo 1,2,3 y 4. Joseph Schumpeter
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Historia del análisis económico (Joseph Schumpeter) Capítulo 1 (Introducción y plan de la obra) 1. Plan de la obra Por historia del análisis económico entiendo la historia, los esfuerzos intelectuales que los hombres han hecho para comprender los fenómenos económicos, o, dicho de otra forma, la historia de los aspectos analíticos o científicos del pensamiento económico. Lo anterior es casi lo único esencial que explica en este primer apartado, porque más adelante básicamente explica lo que desarrollara a lo largo de la obra, dividiéndolo por partes y diciendo que explicara en cada una de ellas. 2. Se
estud d i i o de la hist hist or or i i a de la ec economía Justifica Justificación ción del estu
estudia la historia de la economía porque se cree sacar ciertas ventajas de esto, el autor las
divide en tres: ventajas pedagógicas, nuevas ideas y mejor conocimientos de los procesos de la mente humana. El análisis científico no es simplemente un proceso lógicamente coherente que, partiendo de algunas nociones elementales, vaya aumentando posteriormente el conjunto de conocimientos según un desarrollo rectilíneo. Tampoco es simplemente el descubrimiento progresivo de una realidad objetiva. El análisis científico, por el contrario, es una lucha incesantemente mantenida contra nuestras propias creaciones mentales y contra las de nuestros predecesores, de tal forma que progresa, si es que efectivamente lo hace, de manera zigzagueante, no obedeciendo a las reglas de la lógica, sino por el impulso de nuevas ideas, nuevas observaciones o nuevas necesidades, así como como por las inclinaciones y los temperamentos de nuevos nuevos hombres. hombres. En otras palabras: en una época determinada al estado de una ciencia implica su historia pasada y no puede ser expuesto en forma satisfactoria sin hacer explícita esa historia implícita. La historia de una ciencia determinada o la historia de la ciencia en general nos proporciona múltiples enseñanzas sobre los procesos de la mente humana: éste es el mayor mérito que puede atribuirse al estudio de la historia de la ciencia. Nuestro principal objetivo va a consistir en describir lo que puede llamarse el proceso de filiación de las ideas científicas, es decir, el proceso a través del cual los esfuerzos humanos que se aplican a la comprensión de los fenómenos económicos construyen, perfeccionan y derriban, en una secuencia sin fin, estructuras analíticas. En esta
Hist or or i ia, a ,
una de las tesis principales que pretendo
justificar es que este proceso no difiere fundamen alment e de los procesos análogos que se fundament t alment desarrollan en otros campos del conocimiento. En la economía- con mayor razón que en la física, por ejemplo- los problemas, los métodos y los resultados modernos no pueden entenderse plenamente si no tenemos algún conocimiento del proceso a través del cual los economistas han llegado a adherirse a las formas de razonamiento
que actualmente utilizan. Además, en la economía, muchos resultados se han perdido en el camino o han permanecido en suspenso durante siglos. 3. Pero ¿es ¿es una ci enci enci a la ec economía? En el lenguaje cotidiano, igual que en la terminología de la vida académica,- particularmente en los países de lengua inglesa o francesa- se usa frecuentemente este término para referirse a la física matemática. Si
consideramos que la característica diferenciadora de la ciencia consiste en el empleo de
métodos similares a los de la física matemática, es evidente entonces que la economía, considerada en su conjunto, no debe incluirse dentro de ella. En tal caso, sólo una pequeña parte de la economía puede considerarse dentro del campo de l o científico. Llamar ciencia a un campo determinado del conocimiento no debe interpretarse como un elogio, ni como lo contrario de un elogio. De acuerdo con nuestros fines se sugiere espontáneamente una definición de carácter general: ciencia es cualquier género de conocimiento a cuyo perfeccionamiento han aplicado los hombres sus esfuerzos conscientes. Ciencia es todo campo del conocimiento que haya desarrollado técnicas especiales para la investigación de los hechos y para la interpretación o la deducción (análisis). Otra definición es, ciencia es todo campo del conocimiento dentro del cual existen algunas personas- los llamados investigadores, científicos o sabios- dedicadas a la tarea de mejorar el acervo existente de los hechos y los métodos. Podrían darse otras muchas definiciones igualmente válidas. Valgan las dos siguientes que agrego sin más explicaciones: 1) la ciencia es sentido común refinado; 2) la ciencia es conocimiento instrumentalizado. Capitulo 2. Interludio I [Las técnicas del análisis económico] El economista científico se diferencia de todas las demás personas que hablan, piensan o escriben sobre temas económicos, por su dominio de unas técnicas, que pueden clasificarse en tres grupos: historia, estadística y teoría. Estos tres grupos de técnicas constituyen lo que nosotros llamamos análisis económico. 1.
La Hist or or i i a
ec econó onómica ica
La historia económica- que desemboca en los hechos de la época presente y los incluye- es con mucha diferencia el más importante de estos campos f undamentales. El objeto de la economía es esencialmente un proceso unitario en el tiempo histórico.
En mi opinión, la mayor parte de los errores fundamentales que comúnmente se cometen en el análisis económico se deben más a la falta de experiencia histórica que a cualquier otra deficiencia de la formación del economista. 2.
La
E st adí stica st adí stica
Es razonable que la estadística, esto es, los datos estadísticos o las series de datos estadísticos, son de importancia capital para la economía. En nuestro campo es imprescindible el uso de datos estadísticos, son de importancia capital para la economía. No sólo para explicar cosas, sino también para saber con precisión cuáles son los puntos que hay que explicar. No pueden comprenderse los datos estadísticos sin comprender la forma en que han sido recogidos. Los métodos estadísticos forman partes del conjunto de instrumentos del análisis económico, aunque no hayan sido elaborados específicamente para satisfacer sus necesidades particulares. 3.
La
Teoría
El término teoría abarca una multitud de significados, pero para esta obra nos interesan únicamente dos. El primero, es aquel que considera toda teoría como un conjunto de hipótesis explicativas. Tales hipótesis son, naturalmente, ingredientes esenciales de la historiografía y de la estadística. Desde el punto de vista de esta obra, las cosas (proposiciones) que damos por supuestas pueden denominarse indiferentemente hipótesis, axiomas, postulados, supuestos o incluso principios, llamaremos teoremas a las cosas (proposiciones) que consideramos establecidas mediante reglas metodológicas admisibles. Estas hipótesis, a diferencia de las del primer genero (hipótesis explicativas), no incorporan resultados finales de la investigación que se consideren interesantes por sí mismos, sino que son simples utensilios o instrumentos elaborados con el propósito de establecer los resultados que interesan. Cientificismo, este término ha sido introducido por el profesor Von Hayek para designar la actitudes de aquellos que, sin ninguna crítica, copian los métodos de la física matemática, creyendo, sin crítica también, que tales métodos pueden aplicarse universalmente y que constituyen un modelo incomparable al que debe ajustarse toda actividad científica. A lo largo de esta obra vamos a ver si, en el campo de la economía, se ha producido realmente esta imitación acrítica de métodos que únicamente tienen sentido dentro de los esquemas particulares de las ciencias en las que se han desarrollado. Hayek, sostiene que es inadmisible que los economistas tomen prestado un método cualquiera aduciendo como único fundamento que haya sido aplicado con éxito en otro campo de la ciencia,
y cuando afirma que en aquellos casos, pocos y sin importancia, en que se ha hecho realmente esto lo recibido no vale la pena. A propósito de los conceptos y de los métodos lógicos de la matemática superior se presenta un caso semejante: es cierto que estos conceptos y métodos se han desarrollado inicialmente en conexión con los problemas problemas de los físicos, físicos, pero esto no implica implica
que pueda atribuirse atribuirse algún
carácter específicamente fisicista a la forma particular de lenguaje que sirva para expresarlos. Lo mismo puede decirse de algunos de los conceptos generales de la física- como potencial de equilibrio, estática, dinámica, etc.- que se presentan a su vez en el análisis económico igual que se presentan los sistemas de ecuaciones: al adoptar en nuestro campo, por ejemplo, el concepto de oscilador no hacemos otra cosa más que tomar prestada una palabra. Admitiendo que la teoría económica sea algo tan simple y tan inocuo, el lector puede preguntarse ¿de dónde procede la hostilidad manifestada frente a ella desde que empezó a atraer la atención general? 1) En todas las épocas, si se juzga el estado de la teoría económica desde el punto de vista de los criterios científicos de cada periodo, los resultados de la misma han sido inferiores a los que razonablemente podía esperarse, y la critica que d e ellos se ha hecho está justificada. 2)
Estos resultados insatisfactorios se han visto acompañados de pretensiones injustificadas, y especialmente de aplicaciones irresponsables a los problemas prácticos: aplicaciones que estaban fuera del alcance del aparato analítico de la época.
3) Es cierto que los resultados de la teoría económica nunca han sido completamente satisfactorios, es decir, nunca han llegado hasta el nivel que cabía esperar; pero hay que admitir también que la mayoría de las personas interesadas han sido incapaces de entenderlos y que han manifestado hostilidad ante cualquier tentativa d afinamiento analítico. La mayor parte de las críticas que se han hecho a la teoría económica procedían casi siempre de personas que se encontraban por encima o por debajo del nivel de la teoría económica de su época. 4) Muchas veces la hostilidad que procedía de estas fuentes se veía fortalecida por la hostilidad hacia las alianzas políticas que la mayoría de los teóricos persistían en formar. La alianza de la teoría económica con el liberalismo político del siglo XIX, constituye el ejemplo más característico. 5) Esta también la opinión de que la teoría económica consiste en una elaboración intelectual abstracta, en un conjunto de hipótesis especulativas, entendiendo esto en el primero de los dos sentidos que anteriormente hemos distinguido.
4.
La
soci ología ología ec econó onómica ica
La historia económica es la fuente que permite conocer los marcos institucionales dentro de los cuales han de actuar los esquemas de la teoría económica: ella puede decirnos por sí sola a qué tipo de sociedad deben aplicarse tales esquemas. El análisis económico se ocupa del comportamiento de los hombres en una época determinada y de qué efectos económicos resultan de tal comportamiento; la sociología económica estudia cómo llegan los hombres a comportarse como realmente lo hacen. 5.
La
ec economía polí tica tica
Llamamos economía (científica) al complejo formado por las técnicas históricas, estadísticas y teóricas que anteriormente hemos descrito, junto con l os resultados obtenidos con la ayuda de las mismas. La difusión del término es relativamente reciente. Primero: por económica política se entienden cosas distintas según los diversos autores; en algunos casos este término significa lo que ahora se conoce con el nombre de teoría económica o economía pura. Segundo:
desde que un autor no muy destacado del siglo XVII designó nuestra disciplina, o al
conjunto de campos que la constituyen, con el nombre de economía política, se ha tenido la idea, de que la ciencia económica tiene como único objeto la economía del estado, o lo que viene a ser lo mismo, la política pública de naturaleza económica. 6.
C ampos ampos
de apl ica icación ción
En la economía, igual que en las demás ciencias, la división del trabajo, actuando al mismo tiempo sobre la investigación y sobre la enseñanza, ha producido una infinidad de especialidades que habitualmente se llaman campos de aplicación. Existe, un grupo de especialidades consideradas por todo el mundo como elementos integrantes de la economía general y que se desarrollan separadamente con la única intención de facilitar una exposición más detallada de los temas. A ese grupo pertenecen las disciplinas que se ocupan del dinero y del sistema bancario, de las fluctuaciones económicas, del comercio exterior. La contabilidad, la ciencia actuarial y la teoría del seguro, que en conjunto, se han mantenido históricamente en una posición de independencia excesiva respecto a la economía general. Este grupo de disciplinas, a pesar de la autonomía que han mantenido, son útiles para el economista- y a veces indispensables- puesto que proporcionan instrumentos de análisis económicos y posibilidades para la aplicación práctica del mismo. Creemos conveniente formular los siguientes propósitos, de acuerdo a lo que persigue esta obra: 1) Es evidente que esta mezcolanza de campos de aplicación no tiene carácter definitivo ni orden lógico. Entre los diversos campos no existen fronteras claramente definidas.
Cuando está justificado el interés por una materia, sería el colmo del absurdo emprender su estudio, o abstenerse de hacerlo, en función del respeto que suscitan las fronteras o la configuración según la cual se distribuyen estos campos. 2) Todos estos campos de aplicación, están constituidos por una mezcla de hechos y de técnicas que forman conjuntamente los cuatro campos fundamentales del análisis económico. Los especialistas de estos diversos campos, poseen niveles distintos de conocimiento en cada uno de los cuatro campos fundamentales y, mezclan las técnicas en una forma que difiere considerablemente de la que parece requerir la especialización concreta que han escogido. A pesar de todo, es imposible, en principio, separar totalmente cualquiera de los campos especializados de los campos fundamentales. 3) Hay una razón más para que esta separación resulte imposible: los campos especializados no se limitan a aplicar técnicas y hechos elaborados por la económica general, sino que a su vez hacen algunas aportaciones a esta última. En el presente estudio no podemos limitarnos a la historia del análisis económico general, sino que habremos de prestar atención, en la forma más precisa que podamos, a los resultados obtenidos en los campos de aplicación que hemos enumerado. Capítulo 3: Interludio II [Desarrollos contemporáneos en otras ciencias] De cuando en cuando levantaremos la vista de nuestro campo específico de estudio para fijarnos someramente en algunos otros aspectos del panorama intelectual. En relación con cada uno de los periodos que vamos a considerar, observaremos también, con atención un poco menos superficial, algunos de los resultados contemporáneos alcanzados en aquellas ciencias que hayan tenido alguna influencia sobre nuestra disciplina. 1.
E conomía y s y soci ología ología
Sociología,
utilizaremos este término en su sentido estricto: con él designamos una ciencia
singularizada, aunque desprovista de carácter homogéneo, que tiene por objeto el análisis general de los fenómenos sociales, es decir, de la sociedad, los grupos, las clases, las relaciones de grupo, el liderazgo y otros elementos semejantes. En un sentido más amplio, el término sociología sirve para designar el conjunto de las ciencias sociales; este conjunto desordenado de ciencias cuyos campos se superponen parcialmente incluye, entre otras cosas, nuestra propia ciencia económica. Al considerar que la sociología económica constituye uno de nuestros cuatro campos fundamentales, hemos reconocido el carácter riguroso que tienen algunas de estas conexiones. En dicho campo ni los economistas ni los sociólogos pueden llegar demasiado lejos sin que sus caminos se interfieran mutuamente. Desde el
S
XVIII ambos grupos han venido siempre
desarrollándose independientemente, de tal forma que en la actualidad el economista típico y el sociólogo típico saben muy poco y se preocupan menos aún de las investigaciones realizadas por los otros; uno y otros prefieren, respectivamente, su propia sociología primitiva o su propia economía primitiva antes que aceptar los resultados de la investigación profesional de los demás. Como en cierta ocasión hizo notar un economista eminente, la fecundación cruzada puede transformarse en una esterilización recíproca. 2.
Lógica ica
y psic psicología ología
La lógica y la psicología tienen también para nosotros un interés particular. En el caso de la lógica, está justificado porque los economistas han contribuido considerablemente a su desarrollo, pero sobre todo por su propensión manifiesta a dogmatizar y a polemizar sobre cuestiones de método; los economistas aficionados a este deporte tienen una disposición adecuada para dejarse influir por los resultados de la lógica de su época, que adquiere así, aunque en forma más aparente que real, una influencia- aceptable o rechazable- sobre nuestra disciplina. Nuestro interés por la psicología es debido a que la economía, igual que las demás ciencias sociales, se ocupa del comportamiento humano, la psicología debe ser el punto de partida en el que se funde toda ciencia social y de acuerdo con ella deben hacerse todas las explicaciones fundamentales. Utilizar supuestos cuyo contenido pertenezca aparentemente a una ciencia particular no significa necesariamente invadir de hecho el campo específico de la misma. 3.
E conomía y fi loso f ía ía fi los
Vamos a ocuparnos ahora del grado de influencia que esta última ha ejercido sobre el análisis económico. Los múltiples significados que se han atribuido al término filosofía nos obligan a tomar algunas precauciones para evitar equívocos. El filósofo griego era simplemente el hombre ocupado en actividades intelectuales. En este sentido que se trasmitió a la edad media y sobrevivió hasta bien entrado el siglo XVIII, la filosofía significaba la suma de todo el conocimiento científico. Era simplemente la ciencia universal, de la que formaban parte: la metafísica, la física, la matemática o cualquier filosofía relativa a la naturaleza de la sociedad y de la polis. La filosofía puede entenderse también en otro sentido, concebida como una ciencia que, igual que las demás, pretende resolver un tipo determinado de problemas, utiliza determinados materiales y produce determinados resultados. El término filosofía puede usarse también para designar todos los sistemas de creencias concernientes a las verdades últimas. La ética y la estética están incluidas dentro de tales sistemas.
El análisis económico nunca ha estado determinado por las opiniones filosóficas que los economistas hayan podido tener, aunque frecuentemente ha sido viciado (corrompido) por sus actitudes políticas. Las convicciones filosóficas o teológicas de un investigador científico no ejercen ninguna influencia definida sobre su labor analítica, y está fuera de mis propósitos servirme de ellos para demostrar mi tesis. La filosofía, es incapaz por su naturaleza, de influir sobre el análisis económico, y he puesto tanto interés en mostrar que realmente no ha influido sobre el mismo, porque la tesis opuesta es una de las más importantes fuentes en las que se apoyan las seudoexplicaciones relativas a la evolución del análisis económico. Capítulo 4: La sociología de la economía Hemos hecho ya referencia a una disciplina científica, la teoría general de la ciencia, y que, se ocupa de las reglas metodológicas generales que se utilizan en cada ciencia particular. Pero hay además otra disciplina científica que tiene también por objeto la ciencia misma, la ciencia considerada como fenómeno social, a la que se conocer con el nombre de sociología de la ciencia. 1.
¿E s la hist hist or or i i a de la ec economía una hist hist or or i ia las i deologías deologías? de las
a)
Naturaleza turaleza
es es peci peci al al de las las leyes leyes econó onómica icas: No es necesario, en particular, que los
conceptos utilizados para el estudio de los grupos sociales sean familiares a los miembros de estos mismos grupos: el hecho si tal fue, que el concepto de ingreso haya sido desconocido antes del siglo XIV para los hombres de la Edad media, no implica que no debamos utilizarlo en un análisis de la economía de tal época. Siempre
que intentamos interpretar las actitudes humanas, especialmente cuando se trata de
hombres que están muy alejados de nosotros por el tiempo y por la cultura, corremos el riesgo de deformarlas, riesgo que existe no sólo en el caso de que sustituyamos toscamente sus actitudes por las nuestras, sino también cuando ponemos todo cuanto está de nuestra parte para penetrar en su mentalidad. Es necesario pues, que nos planteemos el problema del sesg o ideológico en el análisis económico. b)
La
exposició exposición n marx ist deol ógico ist a del sesgo i deol ico: Marx y Engels descubrieron la gran
importancia de este fenómeno medio siglo antes de que fuese admitido y utilizado profesionalmente, y emplearon este descubrimiento en su crítica de la economía burguesa de su tiempo. Marx percibió que las ideas de la mayoría de la gente tienden a exaltar los intereses y las acciones de aquellas clases que están en condiciones favorables para imponerse sobre las demás, y es probable, por tanto, que reflejen implícita o explícitamente una interpretación de estas clases que este en importante desacuerdo con la realidad.
Marx llamó ideologías a estos sistemas de ideas, y sostuvo la tesis de que una gran parte de la economía de su tiempo era simplemente la ideología de la burguesía industrial y comercial. El valor que tiene esta importante contribución para comprender el proceso histórico y el significado de las ciencias sociales se reduce, a causa de tres incorrecciones que contiene: 1) Marx fue completamente ciego ante los elementos ideológicos contenidos en su propio sistema. Evidentemente no puede decirse que todo lo distinto de lo nuestro es ideología, y que nosotros somos los únicos que estamos asentados sobre la verdad absoluta. 2) El análisis marxista de los sistemas ideológicos de pensamiento reduce éstos a simples emulsiones de los intereses de clase, que a su vez son definidos en términos exclusivamente económicos. En este libro, se atribuye una significación mucho más amplia al concepto de influencia ideológica. Indudablemente la situación social es un factor que influye poderosamente en la configuración de nuestra mentalidad. Pero esto no significa que esté exclusivamente determinado por los elementos económicos de nuestra posición de clase o que esta determinación, cuando realmente exista, sea únicamente producto de un interés de grupo o de clase perfectamente definido. 3) Marx, y especialmente la mayoría de sus seguidores, admitieron con excesiva facilidad que las afirmaciones influidas ideológicamente deben ser consideradas i ps pso f act o (en el acto). Las afirmaciones que proceden de un trasfondo ideológico son naturalmente sospechosas, pero pueden, no obstante, ser perfectamente válidas. El profesor K. Mannheim ha sostenido que, aunque la ilusión ideológica es el destino común del género humano, existen, moviéndose libremente en el espacio, inteligencias desprejuiciadas que gozan del privilegio de escapar a tal destino. En pocas palabras, todos los hombres son víctimas de la ilusión ideológica excepto el intelectual radical moderno, que está ciertamente asentado sobre la roc a de la verdad. El sesgo ideológico, no es el único peligro que amenaza al análisis económico. Los abogados defensores ejercen una influencia corruptora sobre los hechos o sobre los métodos de análisis. El otro peligro al que nos referimos, procede de que los economistas tienen el hábito inveterado de formular juicios de valor en torno a los procesos que examinan. Frecuentemente los juicios de valor de un economista revelan su ideología, pero no son su ideología. c )
Element Element os que d if if erenci erenci an an la hist hist or or i i a del anál isis isis econó onómico ico de la hist hist or or i i a de los lo s sist emas emas de economía polí tica tica y de la hist hist or or i ia del pens pensami ami ent ent o econó onómico ico: Por sistema de económica política entiendo un conjunto orgánico de medidas políticas de carácter económico, cuya propugnación se funda en principios (normativos) unificadores, por ejemplo, los principios del liberalismo económico.
La riqueza de las naciones de A.
Smith,
por ejemplo, tanto de hecho como por su intención,
constituye un sistema de economía política, y bajo este aspecto carece de interés para nosotros.
Nuestro interés principal por su obra no se dirige hacia lo que propugnó, sino hacia cómo lo propugnó y qué instrumentos de análisis empleó para hacerlo. Entiendo por pensamiento económico el conjunto de todas las opiniones y aspiraciones concernientes a las cuestiones económicas, especialmente a las cuestiones de política económica, y que en cada tiempo y lugar flotan en la opinión pública. La opinión pública refleja más o menos fielmente la estructura de clases de la sociedad a la que corresponde y las opiniones o actitudes de grupo que existen dentro de esta misma sociedad. Creo que sería posible escribir, paralelamente a la historia del análisis económico, una historia de las ideas populares relativas a las cuestiones económicas. Naturalmente, cuando estudiemos cada época, no olvidaremos tener en cuenta las líneas principales del pensamiento económico de la misma, puesto que tales líneas constituyen el ambiente general dentro del cual el analista trabaja. No obstante, el interés principal de nuestro estudio nunca se centrará en este ambiente ni en sus transformaciones históricas. Sólo se tomará en cuenta como elemento que condiciona, favorable o desfavorablemente, el trabajo analítico. d) El proc proceso ci ent ent í í fico o: repres represent ent ación reglas met met odol odol ógica fic ción y reglas icas: Después de las observaciones anteriores podemos avanzar un paso más en la investigación referente a los peligros que plantea el prejuicio ideológico, esto es, podemos preguntarnos en qué medida tal prejuicio amenaza la validez de los resultados obtenidos dentro de lo que hemos llamado análisis económico. Hemos de analizar, pues, el proceso científico mismo para descubrir qué elementos ideológicos influyen sobre él, y que medios podemos utilizar para reconocerlos, y de ser posible, eliminarlos. La investigación analítica debe ser precedida necesariamente por un acto cognoscitivo pre analítico, al que llamaremos representación, el cual proporciona al análisis su materia prima. Nuestro interés, ahora, se limita a observar que es una concepción o representación en el sentido que hemos definido y que, por lo tanto, es anterior al esfuerzo analítico de Keynes o de cualquier otro. El trabajo analítico comienza después de que nos hayamos formado una representación del conjunto de fenómenos hacia los cuales nuestro interés se dirige: está es la condición previa, independiente de que tales fenómenos estén en tierra virgen o en tierra que ya haya sido cultivada. La ideología anida en la base misma, en el acto cognoscitivo pre analítico que hemos mencionado. Es necesario señalar también que las reglas metodológicas que aplicamos al análisis, a diferencia de la representación, están casi por completo libres de la influencia ideológica, aunque algunas veces una apasionada fidelidad o un apasionado aborrecimiento puedan tergiversar su sentido es er t que el amor de f de f orma, orma, pero el od i io de f orma orma muc mucho ho más más . ci er to qu de f
Las reglas metodológicas casi siempre tienen, por su propia naturaleza, la eficacia de poner de manifiesto el mal uso que se haga de ellas. Tienden a eliminar los errores condicionados ideológicamente que se contienen en las representaciones que han servido de punto de partida. El método que nosotros proponemos no puede ofrecernos una seguridad completa, pero consigue reducir el campo de las proposiciones ideológicamente viciadas, es decir, disminuye su esfera de influencia y permite localizar aquellas zonas donde siguen siendo activas. Alois Schumpet mpet er er no pu pudo complet omplet ar ar est a i nt rod rod ucción detuv o en est est e punt o. Las Jo Joseph Alois ucción y se detuv obs obser v ones que si guen fu en fueron eron enc encont ont radas radas ent ent re re las las not not as manusc manuscr r it relativ as a est est a par t va ci ones it as relativ te . Espero que el análisis del problema de la ideología hecho anteriormente ayudará al lector a entender la situación dentro de la cual ha de desarrollarse nuestro trabajo y que, sin infundirle un pesimismo estéril, le pondrá en guardia respecto a la validez objetiva de nuestros métodos y resultados. Hemos tenido que reconocer que el mecanismo capaz de eliminar automáticamente las formulaciones ideológicas requiere un proceso prolongado que tropieza con muchas resistencias, y hemos tenido que admitir que nunca podemos vernos libres de la amenaza de nuevas ideologías que vengan a ocupar el puesto de las que están en vías de eliminación. En estas circunstancias es útil poner algunos ejemplos, aclarando la forma en que han de aplicarse las reglas enunciadas: 1) Cuando observamos el conjunto de instrumentos teóricos y estadísticos que constituyen el análisis económico, descubrimos que mucho de ellos son ideológicamente neutrales, y que así son considerados. Puede ocurrir, sin embargo, que utilizando teorías o conceptos tan libres de prejuicios obtengamos aún resultados ideológicamente viciados. En tal caso, podemos al menos estar seguros de que el prejuicio ideológico debe encontrarse en alguno de los otros elementos que han intervenido en nuestro razonamiento. 2) Existen teorías o instrumentos de análisis que, aunque pueden mostrarse que realmente son neutrales, adquieren una supuesta importancia ideológica por el hecho de que muchos hombres creen que tales instrumentos están ligados con su propia ideología. Según
parece, el capítulo 4 debía ser el último de la introducción.
En esta última parte, habla de cosas que ya menciono con antelación, las recalca y las divide en tres puntos, básicamente habla de la investigación científica, la manera de llevar a cabo esta, las personas que la ejercen, la forma en que se perpetuán las estructuras ya existentes en un campo de la actividad científica, dando paso con eso al fenómeno de las generaciones. Y finalmente la tendencia a convertirse en un grupo sociológico de los profesionales que se dedican a una disciplina en particular de la ciencia, formando un campo común de la misma, donde no es lo único que nos une su interés por la ciencia, sino que también otras cosas comunes.
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