Historia de la religion - Sergei Tokarev.pdf

February 21, 2018 | Author: Annalisa Pensiero | Category: Neolithic, Australia, Paleolithic, Tribe, Ethnography
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BIBLIOTECA DEL ESTUDIANTE

Serguéi Tókarev

Historia de la religión -

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EDITORIAL PROGRESO MOSCU

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Traducido del ruso por Luis Ardiaca

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CULTOS TRIBALES

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BIBLIOTECA DEL ESTUDIANTE

Consejo de redacción de la serie: F. Vólkov (redactor responsable), E. Gúbski (adjunto), V. Afanásiev, A. Zdravomíslov, V. Zótov, Taufik Ibraguim, Zafar Ulmam, I. Kon, I. Krivoguz, A. Petrovski, Yu. Popov, Munis Reza, N. Romanovski, V. Tumánov



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Traducción abreviada en español Editorial Progreso, 1990

Impreso

en

la URSS

T 0400000000-061 110-90 014(01)-90

ISBN S-O 1-002266-4

Capítulo 1 MONUMENTOS ARQUEOLOGICOS DE LA RELIGION

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1. Monumentos paleolíticos

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El material arqueológico de que disponemos como única fuente de conocimiento de las fases primigenias de desarrollo de la religión es muy escaso. No encontramos indicios de creencias religiosas entre nuestros antepasados más antiguos (el antropopiteco y el sinántropo, que vivieron hace centenares de miles de años); no los hay, ni podría haberlos: el carácter primitivo del ser social determinaba una conciencia íntimamente vinculada a la práctica e incapaz de generar abstracciones religiosas. Era el llamado período prerreligioso. Esta cuestión ha sido y sigue siendo tema de reñida controversia. Algunos científicos burgueses que defienden la religión y pretenden perpetuarla tratan de demostrar que las creencias religiosas fueron inherentes al ser humano desde el inicio mismo de su existencia. Los teólogos cristianos de nuestros días se ven obligados a reconocer que el hamo sápiens procede de antepasados animales, pero sostienen que el proceso de evolución afectó únicamente al cuerpo humano, mientras que el alma fue creada por Dios y es inmutable y que con ella aparecieron las primeras nociones religiosas: la fe en la existencia de un solo Dios. Tales planteamientos no resisten la crítica. En el lado opuesto, ciertos estudiosos soviéticos opinan que el período prerreligioso duró mucho tiempo, hasta el final del paleolítico inferior o primera época de la edad antigua de la piedra, abarcando incluso la época musteriense (h. 100.000-40.000 a.n.e.), la del hombre de Neanderthal, que se dedicaba a la caza de osos cavernarios y otros animales. En relación con ello se viene discutiendo desde hace muchos años el tema de los enterramientos neandertálicos y otros monumentos musterienses.

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Entre las decenas de osarios neandertálicos descubiertos hasta el momento, los más conocidos son los de las cuevas de La Moustier, La Chapelle-aux-Saints y La Ferrassie, en Francia, la gruta de Kiik-Koba, en Crimea, varias cavernas de Palestina y la de Teshik-Tash, en Uzbekistán. L~s hallazgos más importantes datan de 1908 y años postenores, y por aquel entonces muchos científicos los consideraron como testimonios de que el hombre de Neanderthal creía en la vida futura del alma. Algunos arqueólogos (Max Hébert, por ejemplo) estimaban en ca?1~io, que, en aquello~ tiempos pretéritos no p~día eXIstir todavla la creencIa en el alma, pero sí existía I~ fe en propiedades sobrenaturales del propio cadáver (Idea del "muerto vivo"), que engendraba un temor supersticioso al mismo. Ese punto de vista era compartido por varios estudiosos soviéticos. Pero también se formularon otras hipótesis. Entre ellas, la de que los enterramientos neandertálicos eran, pura y simplemente, una muestra de atención a los muertos en tanto que enfermos. Es mucho más tarde cuando, paulatinamente, empieza a for.marse la noción de diferencia entre muertos y vivos, la Idea de que con la muerte del hombre algo (el alma) se separa de su· cuerpo y lo abandona. Esta suposición nos parece justa. Lo más probable es que en dichos enterramientos se manifestaran, por una parte, la solicitud semiinstintiva por el hermano de horda fallecido, el apego al mismo, que persistía 'más allá de la muerte, y por otra, el deseo -también semiinstintivo- de deshacerse del cuerpo en corrupción. Las sepulturas neandertálicas no constituyen pruebas irrefutables de la existencia de nociones religiosas entre nuestros antepasados de aquella época, pero pueden haber sido una de las fuentes a partir de las cuales se desarrollaron posteriormente dichas nociones. En el plano de la existencia de creencias religiosas en la época musteriense cabe estimar como testimonio más convincente otro tipo de hallazgos: los restos de huesos de animales que parecen haber sido enterrados deliberadamente. Así, en diversas cuevas de los Alpes han sido encontrados en gran número huesos de osos cavernarios, parte de los cuales estaban dispuestos en determinado orden. También se han descubierto huesos 6

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ursinas en el enterramiento neandertálico .de la. cueva de Regourdés (Dordoña, en el sur de FrancIa). I?Iver~os arqueólogos interpretan esos hallazgo~ co.mo ~e~tlmomos positivos del culto alosa, o de magIa cmegetica, o de totemismo (creencia en el parentesco sobrenatural de los hombres con animales). Otros consideran que se trata simplemente de los restos de provisiones de cazadores neandertálicos, pero la argumentación con que se pre~ende respaldar esta hipótesis resulta endeble. En n~clentes estudios se ha defendido la idea de que los mencIOnados osarios podrían haberse formado en el transcurso .de milenios y sin intervención alguna del hombre: los propIOS osos, al vagar entre los restos de sus congéneres, preparar su cobijo para el invierno, etc., b~rrían es~s h~esos hacia el fondo de la caverna, amontonandolos o ]untandolos en hileras. . A partir del paleolítico superi~r (h~ce aprox~madamente 40.000-18.000 años) los testlmomos de nOCIOnes y ritos religiosos se tornan más abundantes ~ ~onvincentes. Es la época en que aparece el homo s~I!lens, cu~ndo se diversifican y perfeccionan los utenSIlIos de pIedra y de hueso, cuando la caza alcanza f?r!Das más avanz~~as y productivas. Los arqueó~ogos dlV~~en. el paleohtico superior en los siguientes pen?dos: aun~~clense,sol~tren­ se (interglaciares), magdalemense y aZllIense (glacIales). Los enterramientos de esta época presentan claros rastros de rituales probablemente relacionados con det:rminados cultos; se han encontrado esqueletos acampanados de diversos utensilios y adornos y, en muchos casos, teñidos con ocre; tumbas dobles (cerca de Mentón y en el noroeste de Italia) y depósitos de cráneos (en la cueva de Ofnet, Baviera), huella evidente de un rito de reentierra. Por lo visto, en aquellos tieI?~os empezaba? ya a formarse ciertas nociones superstIcIOsas, de caracter mágico-religioso, acerca de la vida de ultratum~a.. Por otra parte, a partir del período aunna~I~nse aparecen múltiples monumentos de las artes plastlcas -esculturas y pinturas rupestres-, algunos de lo~ cuales guardan probablemente cierta relación con nOCIOnes Y rituales religiosos. El interés del mundo científico por el arte del paleolítico superior cobró vigor en los. p~imeros años de nuestro siglo. Hasta entonces se conOClan muy pocos 7

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monumentos artísticos pertenecientes a esa época, y muchos estudiosos dudaban de su autenticidad. Así, la famosa cueva de Altamira, en la provincia española de Santander, había sido descubierta casualmente por un cazador en 1863 y el hallazgo de múltiples representaciones de bisones y otros animales en las paredes y el techo natural de la caverna databa de 1879. Posteriormente se habían encontrado dibujos similares en varias cuevas de Francia. El estudio minucioso de los monumentos de Altamira demostró irrefutablemente la autenticidad y remoto origen de las pinturas. A ello siguieron nuevos descubrimientos en cavernas del norte hispano, hoy mundialmente famosas por sus antiquísimas representaciones de animales y figuras humanas con máscaras. Célebre también es la gruta de Laussel (a orillas del río Vézere), donde se encuentra el bajo relieve de una mujer alzando un cuerno en ademán ritual, así como una caverna situada cerca de la frontera franco-española (al sureste de Bayona), en la que fueron halladas varias representaciones escultóricas de animales. El sur de Francia y el norte de España abundan en cuevas y estaciones paleolíticas con monumentos del arte. Esos hallazgos indican que en la época del paleolítico superior existían ya nociones religiosas bastante cristalizadas. Es de notar que, a diferenci q de las representaciones de animales -en su mayoría realistas-, las figuras humanas son muy convencionales, esquemáticas, y con mayor frecuencia aún representan seres zooantropomorfas o personas con máscaras de alimaña, siendo así que a veces resulta difícil distinguir a éstas de aquéllos. En una famosa pintura vemos a un barbiluengo hechicero bailando con cuernos de ciervo en la cabeza, una larga cola de caballo y una piel de animal echada sobre los hombros. En otro dibujo realizado con incisiones en hueso aparecen tres bailarines bípedos con máscaras en forma de cabezas de gamuza. Es evidente que esas representaciones conectan de alguna manera con nociones y rituales religiosos. Sería erróneo suponer que el pintor primitivo no sabía copiar modelos naturales y por eso dibujaba monstruos o seres fantásticos. A juzgar por las ,briosas representaciones de animales, los artistas de entonces poseían buenas dotes

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naturalistas. Cuando se apartaban del realismo, lo hacían de modo deliberado. ¿Qué significan dichas figuras enmascaradas? Nos parece poco probable que se trate de hombres disfrazados para la caza: el hecho de que estén bailando y sus poses rituales refutan tal hipótesis. Por lo visto, los bailarines ejecutan determinados ritos, presumiblemente totémicos, a juzgar por la alusión a seres zooantropomorfas y su analogía con representaciones de antepasados mitológicos descubiertas en Australia. Todos estos hechos atestiguan la existencia de creencias y ritos totémicos entre las tribus cazadoras del paleolítico superior. Merecen mención aparte las efigies escultóricas de personajes femeninos pertenecientes a la época auriñaciense, de las que se han encontrado decenas, sobre todo en Europa Occidental. Son estatuillas de diferentes estilos, a veces muy realistas, que representan a mujeres desnudas con caracteres sexuales acentuados, pechos voluminosos y, a menudo, con el vientre hinchado. Se'han encontrado muy pocas figurillas de varón correspondientes a la misma época. Sobre el significado de esas estatuillas se han emitido distintas opiniones. Algunos estudiosos las consideran como mera manifestación de motivos estéticos y eróticos. La mayoría, en cambio, las relaciona de una u otra manera con la religión. Unos consideran que las mujeres representadas son algo así como sacerdotisas que desempeñaban ritos familiares o gentilicios. Otros estiman que se trata de efigies de madres de clan, apoyándose en el hecho de que muchas figurillas han sido halladas en la cercanía inmediata de antiguos hogares domésticos. Pero el análisis comparativo del material etnográfico no respalda esa conjetura: entre los pueblos modernos, salvo raras excepciones, no encontramos testimonio de cultos dedicados a las antepasadas. La interpretación de las efigies auriñacienses como representaciones de dueñas del fuego (o del hogar) nos parece más plausible y adecuada a los hechos: esa imagen mitológica, en tanto objeto de cultos de familia o de clan, ha dejado huellas en las culturas de muchos pueblos contemporáneos, particularmente en Siberia. En tal caso, dichas estatuillas serían monumentos de una forma incipiente de culto en el clan matrilineal.

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A finales del paleolítico, en la época aziliense desaparecen casi por completo las representaciones d~ seres humanos y animales. En su lugar proliferan dibujos de estilo más o menos esquemático que posiblemente estén relacionados con nociones mágico-religiosas. En este s~ntido son particularmente interesantes los guijarros pmtados, que presentan (de un solo lado) enigmáticas señales de color rojo, en forma de franjas paralelas, manchas redondas u ovaladas y distintas figuras que, por su trazado, recuerdan letras. Por ahora no se ha logrado ?et~rminar su significado. El parecido parcial de esos dIbuJos con los que adornan las modernas churingc:s de los australianos (tablillas sagradas hechas de pIedra o de madera) hace pensar en la existencia de creencias totémicas durante la época aziliense.

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2. Monumentos neolíticos Du~ante el n~olítico (nueva edad de piedra o período de la pIedra pulIm~ntada) se verifica en la mayor parte de Europa y del Onente Próximo el paso a la agricultura y la ganadería; el modo de vida basado en la caza y la pesca se conserva únicamente en las regiones septentrionales. Los clanes y tribus neolíticos constituían en su mayoría grupos sedentarios o semisedentarios con una base económica estable. Dentro de las comunidades emp~zaban a observarse elementos de desigualdad, pero aun I;'~ se había operado la división en clases. Las nuevas condIcIOnes de vida no podían menos de reflejarse en la esfera de la religión. En el neolítico encontramos mayor número de monumentos de la religión, pero éstos se tornan más uniformes: se trata casi. exclusivamente de enterramientos. Hoy se conoce multItud de tumbas neolíticas. En la mayoría de los c~sos, su carácter ritual y su nexo con ideas religiosas s?n mdudables. En las tumbas, junto a los restos del dIful;'to, se en~~entran siempre objetos de uso doméstico, alhajas: ute~sIlIos, armas y vasijas que, por lo visto, conte~lla~ alImentos. La gente pensaba que el muerto necesItana todas esas cosas en la otra vida. Pese a la diversidad de formas de los enterramientos pueden ser clasificados (según el arqueólogo francé~ 10

Déchelette) en cinco tipos fundamentales: 1) simple inhumación' 2) en sopeñas o grutas; 3) bajo dólmenes o galerías ~ubiertas; 4) en cuevas artificiales, y 5) en cistas o .. arcas de piedra". Se han encontrado los re~tos de cuerpos inhumados en distintas posiciones:. ten?Ida, acurrucada, sentada; existen huellas de descuartIzamIento de cadáveres. En muchos casos, los enterramientos (sobre todo, en grutas o en dólmenes) contenían varios esqueletos: podría tratarse, por tanto, de sepulturas en ~~e se enterraba a los muertos de un mismo clan o famIlIa. En casi todo el territorio de Europa se encuentran testimonios de la incineración de cadáveres, si bien en el neolítico era una práctica todavía poco difundida y esporádica, que empezaba a prevalecer únicame_nte en el norte de Francia, particularmente en Bretana. En cambio era desconocida en Escandinavia, Inglaterra e Italia. . Aunque la cremación es practicada por pueblos de todas las partes del mundo, desde los más atras~dos hasta los más' desarrollados, no se ha logrado de.terI?~nar las leyes que rigen su propagación. Algunos cl.entIflCos han intentado explicarla, partiendo de la cre.en~Ia de .'»s pueblos antiguos en la vida de ultratumba: la mcmera:IOn del cuerpo permitía liberar el alma para que ~scendIera al cielo. Pero semejante idea religiosa es más ,bIen efecto de la práctica crematoria, que causa de la mIsma: H~s,ta el momento no se ha logrado dar una explIcacIOn materialista exhaustiva a dicha costumbre. En algunos enterramientos, e~pecialm~nte en cuevas, se encuentran efigies de personaje femenmo talladas en piedra, que probablemente estén relaciona~as con conc.eptos religiosos. Puede tratarse de una dezdad femenz.n~, protectora del clan o guardiana de la tumba, o, qUlza, de una encarnación de la Tierra, patrona de los muertos. Hay que considerar asimismo la eventua~ conexió~ gen~­ tica ton las estatuillas femeninas paleolítIcas que SImbolIzaban el hogar del clan o de la familia. En general, es muy probable que en la nU~v'a edad de piedra existiera el culto a del?ades f~menmas. ~n estratos neolíticos de diferentes reglOnes (lItoral de ASIa Menor, islas del Egeo, penínsulas balcánica e 'ibé~i:a, Francia, Inglaterra y Escandinavia) se encu~n!ran efIgIes de mujer de estilo similar, generalmente lImItadas a la

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represent~ciónde form~de figurillas

la cara y toscamente realizadas en de piedra o arcill~, así como or,namentos ,de vél,sijas, ¡Entre e los hallazgosneolíticos . figuran t~mbién, con ,carácter ,de excepción, l:;statuillª~_de .varón. ;En elcóiiteXJo>del~screencias mágico-religiosas cabe

[email protected],er~f':~Simismonumerosasxepresentacionesrupestres

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Qllehansido ,descubiertas en Europ~ septentrional, España"Siberiay otras regiones y son atribuid~s,.en lo fundament~l, al arte, neolítico. El númerO', de hallazgos investjgados pasa y;a> de mil,pero los arqueólogos no acaban d.e, ponersede~cuerdo sobre su origen y el propósito inicial de los autoresprimitjvos.: ,La, mayoría qeJos ,dibujos reproducen m~mífe¡;os y pájaros., Hay ta.mbién.figJ.!,ras humanas -amenudo,fálicas-, imágenes dé\ baJ:t;,as con ;remádores y, {jnalmente, diversos motivos geQm~tl1iºos: cJrculosy semicírculos con rayas ,periféricas. yari()sestudiosos opinan que estos petroglifos tienen que \';~r~l,l,ªt1.lvila!·magia ;dé· los . cazadores. o .pescadores . y con ,@Sl\lJritus locales, Otros los relacionan can . la JªF'Ay;r1unar¡o;jntetpretándolos•. '.como símbolos t~,!J;y~tldQ:.'el/los( enigmáticos'círculos':Y

~je¡'sjgnifica'do'derepresentaciones

,1};t,J4e1la: :Lun~. ,Son cOnjeturas verosímiles .nÍne;,si;tni¡teto~lgunos'_,autOl1e,s "modernos .. . . . la, e;xIstenciadeL.cuito: solaren de:,monumentos yl~ tnográficos ,(a los que nOS )~,n9hll~g~mos;.a h~cernos .clara ii!¡f3.Ugi.€!§({s;;p de ,los hombres del >f~~~s.'4?Í!9,sipJ:e,¡ftlue ¡l1a:,ádoI;ondientescostl,lmbres sin ,. tener 'en cuenta la influenciade·r'ituales cuyas raíces seádentranen, la Anti'guedadc clásica y la primitiva cristiandad. Algunos, pueblos del Mediterráneo·d~signahan la Jestivjdad de Pentecostés con el nombre'de,dQrn~nica,,"osarurn, ,paschal'rosata. o, en su forma griega, rhousalia.Esas fiestas grecorromanas, alterando su nombre" pasaron con el cristianis:m:o a los eslavos y(se fundieron con sus ritos agrarios,de'.primavera y verano. Los ~ búlgaros. y los.' macedonios, celebran. todavía tales enÁsalías .en vísperas de la Trinidad. Los, rusos 118

festejaban por esas mismas fechas llnasemana de Rusa1ca y su despedida, en que la náyade era representada por u~a~~chacha~o-un muñeco ~e paja" Ba...propia .imagen mltologlca~de Rusalca~una ]ovenque vive en el. agua, e.n el ~atJ;1po en .el bosque- es posterior: el primer testImOnIO data del sIglo XVJIL; en gran medida es unapersonificación de. la propia fiesta o ritual. Pero este nuevo personaje,. por lo visto, s.e funde y se confunde con elementos de antiguas fábulas auténticamente eslavas· ,es a la vez un símbolo de los peligros deL agua (lasru~alcas atrae~ a los hombres para darles muerte)" yun eco representat.lvo} de, muchachas y .mujeres ' ahogadas, de niños fallecIdos ~ntesde sel'.bautlzados·("muertos; impuros"), y unrefleJode.lacr,eencü~'en espíritus d,e la fertilidad (las náyades . eslaVías se . pasean entre, las mieses; se revuelcan en .la .hierba '.'~ y dan vida. así·a Jafutura .cQsecha de fereales,,;d~ ,li.no, .de cáñamo, etc.) . Este nueVojYcompIeJO personaJe' desplaza a Jas.qereguinias' las y,odianitsas ~y_"demá~,primig~ioso/ .·genuinos espíritus :acuáticQs .dé.la mltologla e s l a v a . - - - - - - - ¡En, las creencias de losp,ueblos, eslav;Qs modernos perviven otras .muchas .supersticiones r,¡¡;.lacionadas con seres sobrenaturales, parte de ,los. cualesns,e muestran favorables al hombre y otra parte hostiles. Son ideasen que, InICIalmente, se plasmaba el miedo a los elementos de-la-naturaleza, engendrado por la precariedad de la producción material, o se reflejaba el contexto social. Al.g~nas_se_r.emonta?an por.sus orígenes a.Ja época precnstIana, otras surgIeron en el marco de condiciones de vida r~lativamente nuev~s; entre las últimas figuraban, por ejemplo, las creenCIas ucranianas relativas a los z~idens,-pequeñosespíritus que personificapan las desdIchas d~l campesino pobre. P.or influencia de la Iglesia, la mayona de esas representaCIOnes mitológicas quedaron englobadas bajo el nombre ,genérico de "fuerza impura" esto es, espíritu maligno. ' .. Entre. ~os eslavos. antiguos los ritos del culto gentilzclO-famlllar eran ejecutados por los jefes de familia y de clan. El culto público, en cambio, estaba en manos pr~fesionales ~los voljbí). ¿Qué clase de magos eran? ¿SImples hechIceros, chamanes o sacerdotes? ¿Existían diferencias entre ellos? ¿Había alguna jerarquía o formas de especialización?

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Tras la incorporación de "Rusia "á la,,;cristia,ndad (988-989), los voljbí se erigieron en >defensores> de la antigua-fey .al mismo, tiempo" acauaiHaront:v:ariasnrebeliones de filo antifeudal (por ejemplo,darae:101¡1);1'hecho comprensible, puesto que el cristianismohabía'penetrado en Rusia como religión de príncipes·y señores
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